Jfcrt y» SK mm m Éitill EL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO. COLECCIÓN DE DATOS GEOGRÁFICOS, ESTADÍSTICOS, CRONOLÓGICOS Y CIEN- TÍFICOS, RELATIVOS AL MISMO, ENTRESACADOS DE ANTERIORES OBRAS Ú OBTENIDOS CON LA PROPIA OBSERVACIÓN Y ESTUDIO POR ALGUNOS PADRES DE LA MISIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS EN ESTAS ISLAS. TOMO II WASHINGTON: IMPRENTA DEL GOBIERNO. 1900. LIBRARY IV. OF TE2 ÁUSTIN. 2 APR 1901 •\ ONIV. OF TEXAS % ÁUSTIN. & 2 7 á O TABLA DE MATERIAS. r_ Páginas. Tratado X. —Climatología 7_2e$ Tratado XI. — Focos Seísmicos 267-388 Tratado XII.— Variación Cíclica del Magnetismo Terrestre en Manila 389-469 iii ÍNDICE. TRATADO X.— CLIMATOLOGÍA. Páginas. 3 Prólogo Capítulo I. — El Observatorio Meteorológico de Manila. Fundación y primeros progresos, 1865-1884.— Fundación.— Primeros instru- mentos.— Primeras publicaciones.— Boletín mensual.— Adquisición de nuevos aparatos meteorológicos.— Primeros anuncios de; tifones; efr filipinas.— Pri- meros anuncios de tifones enviados á Hc^g¿cMg\^Nuiev4s-,puWicaciones 5 Erección oficial y ulterior desarrollo, 1&&4-1899.— Erección oficial.— Tras- * lado del Observatorio al nuevo edificio, que hoy pose©.— df€&dión d$, servicio meteorológico de Luzón.— Cam;bi^inMuWde ¿bááfvaciqn^ eñi ré JNÍánila y el Japón.— Toma parte el Observatorio* en el Congreso Meteorológico de ía Exposición de Chicago.— Coopera el Observatorio al trabajo internacional de medición de nubes, 1896-1897.— Publicación de la obra Baguios ó Ciclones Filipino* y del barociclonómetro del P. Algué.— El servicio meteorológico del Observatorio de Manila vindicado y rehabilitado, 1899 7 Colección de aparatos.— Observación.— Aparatos de observación directa.— Aparatos registradores.— Instalación de los antedichos aparatos.— Serie de observaciones meteorológicas desde 1865 á 1899 11 Servicios prestados al público.— Notas ordinarias del tiempo.— Notas, anun- cios y avisos extraordinarios al notarse los primeros indicios de la proxi- midad de algún tifón.— Importancia de los anuncios de tifones enviados á las principales estaciones de China, Cochinchina y Japón.— Número de tele- gramas enviados en cada tifón y avidez con que son recibidos en Hongkong.— Reclamación hecha al Almirante Dewey.— El Cónsul General de los Estados Unidos en Hongkong pide que le sean remitidos los anuncios de tifones de Manila. — Otros servicios prestados por el Observatorio 13 Capítulo II. — Presión atmosférica. Introducción j i>¡ Variación anual de la presión atmosférica en Manila. — Objeto de la tabla L— Relación entre las medias normales de los diferentes meses del año.— Oscilación anual media del barómetro.— Las medias normales de cada mes comparadas con la media normal anual. — Medias anuales extremas. — Comparación entre las medias normales y las extremas de cada mes 18 Máximas y mínimas absolutas mensuales de la presión atmosférica en Manila.— Objeto de las tablas 11 y 111.— Máxima y mínima absoluta Ue todo el período. — Máximas y mínimas absolutas mensuales de todo el período. — Distribución de las máximas y mínimas absolutas anuales en los diferentes meses del año 20 vi ÍNDICE. Páginas. Medias mensuales de las máxima? y mínimas diarias de la presión atmosférica en Manila. — Objeto ae las tablas iv, v y vi. — Medias anuales de las máximas y mínimas y medias extremas mensuales. — Oscilación media de la presión atmosférica en los diferentes meses del año 21 MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES MENSUALES DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA en Manila. — Objeto de las tablas vn y viii. — Oscilaciones máximas del barómetro en las distintas épocas del año. — Oscilaciones mínimas del baró- metro propias de cada mes. — Máximas y mínimas oscilaciones anuales extremas. — Frecuencia mensual de las máximas y mínimas oscilaciones anuales. — Máximas y mínimas oscilaciones mensuales de todo el período ... 24 Variación diaria de la presión atmosférica en Manila. — Importancia de las leyes de la oscilación diaria del barómetro. — Doble oscilación diaria de la presión atmosférica. — Leyes de la doble oscilación diaria de la presión atmos- férica en los diferentes meses del año. — Leyes de la oscilación diaria anual. — Oscilación diaria del barómetro en los períodos de Junio á Octubre y de Noviembre á Mayo. — Curvas trazadas en tiempo normal por el barógrafo Sprung-Fúess 27 Medias horarias dc -la< .presio^ atmosférica comparadas entre sí y con las medias MENsUAL^.-^ObJaUv.d^ la tabla x. — Horas en que suele ser ma^yor ó menor el ascenso ó: descenso del barómetro 31 Variación 'anual , de, ,la presión atmosférica en distintos puntos del Archipi^a¿4.— "Objete de este párrafo y método seguido para hallar las medias barométricas de varias estaciones >ie Filipinas. — Presión atmosférica en Aparri y Albay. — Las medias mensuales de Aparri y Albay comparadas con las de Manila. — Medias anuales. — Máximas alturas barométricas de Aparri y Albay. — Presión atmosférica en otros puntos del Archipiélago. — Notable pendiente barométrica hacia el NNE. de Luzón en los meses de altas presiones atmosféricas. — La variación anual de la presión atmosférica en Manila comparada con la de Bisayas y Mindanao 34 Capítulo III. — Temperatura del aire. Variación anual de la temperatura del aire en Manila. — La tempera- tura media del aire en Manila en los diferentes meses del año. — Las tempera- turas normales mensuales comparadas con la normal anual. — Medias anuales extremas y comparación entre las medias normales y las medias extremas de cada mes. — Poca variación anual de la temperatura. — División del año en tres grupos de meses, según su mayor ó menor temperatura 40 Máximas y mínimas absolutas mensuales y anuales de la temperatura del aire en Manila. — Objeto de las tablas xvn y xvin. — Valores medios de las máximas y mínimas absolutas anuales y mensuales. — Máximas y mínimas absolutas de todo el período de 1883 á 1898.— Máximas y mínimas absolutas mensuales de todo el mismo período. — Distribución de las máximas y mínimas absolutas anuales en los diferentes meses del año 43 Medias mensuales de las máximas y mínimas diarias de la temperatura del aire en Manila. — Objeto de las tablas xix, xx y xxi.— Relación entre las diferentes medias mensuales de las máximas temperaturas. — Relación entre las medias mensuales de las mínimas temperaturas 45 MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES MENSUALES Y ANUALES DE LA TEMPERATURA del aire en Manila. — Objeto de las tablas xxn y xxm. — Valores medios mensuales de las oscilaciones máximas de la temperatura. — Relación entre las medias mensuales de las oscilaciones mínimas. — Máximas y mínimas oscilaciones mensuales de todo el período 47 índice. vii Páginas. Variación diaria de la temperatura del aire en Manila. — Objeto de la tabla xxiv : Medias horarias mensuales, anuales y semianuales de la tem- peratura del aire en Manila, durante el período de 1889 á 1898 49 Las medias horarias de la temperatura del aire comparadas entre sí y con las medias mensuales. — Objeto de la tabla xxv: Diferencia entre las medias horarias comparadas entre sí y entre las mismas medias horarias y las medias mensuales de la temperatura del aire en Manila 50 Variación anual de la temperatura del aire en distintos puntos del Archipiélago. — Estaciones de Aparri y La Carlota. — Medias mensuales y anuales de la temperatura del aire en la estación de Aparri, durante el período de 1886 á 1895. — Medias mensuales y anuales de la temperatura del aire en la estación de La Carlota, durante el período de 1891 á 1898. — Máxi- mas absolutas mensuales y anuales de la temperatura del aire en la estación de Aparri, durante el período de 1886 á 1895. — Mínimas absolutas mensuales y anuales de la temperatura del aire en la estación de Aparri, durante el período de 1886 á 1895 51 C a pí tu l< ) IV. — Higrometría. Variación anual de la humedad relativa en Manila. — Objeto de la tabla xxx. — Valores medios normales de los diferentes meses del año. — Las medias normales de cada mes comparadas con la media normal anual. — Com- paración entre las medias normales y las medias extremas de cada mes. — Crecida humedad de Filipinas y sus causas principales 54 MÁXIMAS Y MÍNIMAS MENSUALES Y ANUALES DE LA HUMEDAD RELATIVA EN Manila. — Objeto de las tablas xxxi y xxxn. — Máximas de la humedad relativa. — Gradación entre las medias mensuales de las máximas. — Medias de las mínimas mensuales. — Mínimas mensuales de todo el período. — Míni- mas anuales. — Frecuencia mensual de las mínimas anuales 56 Medias mensuales de las máximas y mínimas diarias de la humedad rela- tiva en Manila. — Objeto de las tablas xxxiii, xxxiv y xxxv. — Relación entre las máximas y mínimas medias mensuales de la humedad relativa. — Media de las máximas y mínimas diarias de todo el período y medias anuales extremas. — Oscilación media mensual de la humedad. — Oscilaciones medias extremas de todo el período. — Oscilaciones medias anuales 59 Variación diaria de la humedad relativa en Manila. — Objeto de la tabla xxxvi. — Única oscilación diaria de la humedad relativa. — Leyes de esta oscilación en los diferentes meses del año. — Media anual y semianual de la oscilación diaria. — Objeto de la tabla xxxvn y conclusiones que de ella pueden deducirse <>1 Variación anual de la tensión del vapor acuoso en Manila. — Objeto de la tabla xxxviii. — Medias normales de los diferentes meses del año. — Las medias normales de cada mes comparadas con la media normal anual. — Medias anuales extremas. — Comparación entre las inedias normales y las medias extremas de cada mes 67 Máximas y mínimas mensuales y anuales de la tensión del vapor acuoso en Manila. — Objeto de las tablas xxxix y xl. — Relación entre los valores medios mensuales de las máximas y mínimas de la tensión del vapor acuoso. — Máximas y mínimas mensuales de todo el período. — Máximas y mínimas de todo el período. — Distribución de las máximas y mínimas anua- les en los diferentes meses del año 68 vni índice. Páginas. Medias mensuales de las máximas y mínimas diarias de la tensión del vapor acuoso en Manila. — Objeto de las tablas xli, xhi y xliii. — Relación entre las máximas y mínimas medias mensuales de la tensión del vapor acuoso. — Medias extremas de las máximas y mínimas de todo el período. — Media de las máximas y media de las mínimas de todo el período. — Relación entre las medias oscilaciones diarias de los diferentes meses del año. — Amplitud media anual de la oscilación diaria y medias anuales y men- suales extremas de todo el período 70 Variación diaria de la tensión del vapor acuoso en Manila. — Objeto de la tabla xliv. — Marcha diaria de la tensión del vapor acuoso. — Horas de mínima y máxima tensión y amplitud de la oscilación en los diferentes meses del año. — Amplitud media de la oscilación anual y semianual. — Horas de más notable aumento ó disminución de la tensión del vapor acuoso. — Dife- rencia entre las medias horarias comparadas entre sí y entre las mismas medias horarias y las medias mensuales de la tensión del vapor acuoso en Manila. — Diferencias notables entre la media oscilación diaria deducida de la tabla xliii y las deducidas de la tabla xliv 72 Capítulo V. — Precipitación acuosa. Introducción 79 Variación anual de la lluvia en Manila. — Valores medios mensuales. — Cantidad de agua recogida en los pluviómetros del Observatorio de Manila en el período de 1865 á 1898. — Causas generales de las lluvias de Manila. — Causas de las lluvias de Manila en los diferentes meses del año. — Total de agua recogida en Manila en cada uno de los 34 años últimos 79 Días de lluvia en Manila. — Objeto de la tabla xlvii. — Días de lluvia. — Distribución de los días de lluvia en los diferentes meses del año. — Media anual de días de lluvia y total de días de lluvia en los treinta y tres años últimos 82 Repartición de la lluvia en Manila en las diferentes épocas del año. — Estación seca y estación húmeda ó lluviosa. — La división del año en estas dos estaciones no es aplicable, en general, á todo el Archipiélago Filipino. — ¿En qué sentido admitimos para Manila estas dos estaciones? — Distribución de las lluvias en Manila, durante los meses de Junio á Septiembre de 1899. — Notable diferencia entre la lluvia de ambas estaciones. — Total de lluvia y días de lluvia en las estaciones seca y lluviosa, durante el período de 1865 á 1898. — Diferencia entre el total de lluvia de los tres meses del año más secos y el de los tres meses más lluviosos, en el período de 1865 á 1898. — Contraste entre la lluvia de los tres meses más secos y la de los tres meses más lluviosos del año.. 84 Máximas y mínimas mensuales y anuales. — Objeto de las tablas l y li. — Diferencia entre las máximas y mínimas absolutas y»las medias mensuales. — Meses más abundantes en lluvias. — Meses en que ha sido nula la precipitación acuosa. — Distribución de las máximas y mínimas anuales en los diferentes meses del año 89 Máximas lluvias en un día. — Objeto de la tabla lii. — Máximas lluvias diarias mayores de 200 milímetros. — Distribución de las máximas lluvias diarias anuales en los diferentes meses del año. — Causas de las mayores lluvias observadas en Manila en un día. — Lluvias del 19 Julio de 1899 debi- das á la influencia del tifón de Shanghai del 18 al 25 de Julio del mismo año. 91 índice. ix Páginas. Máximas lluvias en el espacio de una hora. — Objeto de este párrafo y su utilidad. — Lluvias más excesivas en una hora. — Causa de estas lluvias más fuertes en cortos espacios de tiempo. — Lluvias máximas absolutas en menor espacio de tiempo y valor medio correspondiente á un minuto 94 Variación diaria de la lluvia en Manila. — Lluvias de Manila observadas por la noche, mañana y tarde, durante el período de 1889 á 1898. — Tiempo en que tiene lugar la máxima y mínima frecuencia de lluvias. — Variación diaria de las lluvias en los direrentes meses del año 97 La lluvia y la presión atmosférica en Manila. — Relación entre la presión atmosférica media de los días de lluvia y la presión normal de cada mes. — Meses á que corresponden las máximas y mínimas diferencias entre la presión media de días de lluvia y la presión normal. — Movimientos accidentados del barómetro durante las lluvias y chubascos 98 Distribución mensual de las lluvias en la isla de Luzón.— Datos de que hemos podido disponer para el estudio de la distribución' de lluvias en el Archipiélago Filipino. — Distribución mensual de las lluvias en las costas occi- dentales de Luzón. — Marcha anual de la lluvia en la isla de Luzón. — Estadísti- cas más completas de lluvia de las estaciones de Cabo Bolinao y Punta San- tiago.— Medias anuales de las mismas dos estaciones. — Distribución mensual de la lluvia en las costas orientales de Luzón. — Marcha anual de la lluvia en la estación de Albay. — Distribución mensual de la lluvia en la costa septen- trional de Luzón. — Distribución mensual de la lluvia en el interior de Luzón. — Estadísticas más completas de la estación de San Isidro. — Variación anual de lluvias en distintos puntos de Luzón. — Mapas de la distribución mensual y semianual de lluvias en el Archipiélago Filipino 99 Máximas lluvias diarias en distintos puntos de Luzón. — Objeto de las tablas lxi, lxii, lxiii, lxiv y lxv. — Estaciones en que se han observado las lluvias diarias más abundantes 105 Distribución mensual de los días de lluvia en la isla de Luzón. — Valores medios mensuales de días de lluvia en distintos puntos de Luzón. — Días de lluvia en la estación de Cabo Bolinao, durante el período de 1886 á 1897. — Días de lluvia en la estación de Punta Santiago, durante el período de 1866 á 1897. — Días de lluvia en la estación de San Isidro, durante el período de 1888 á 1897. — Días de lluvia en la estación de Albay en cada uno de los meses del año 1891 y del período de 1893 á 1897. — Medias mensuales de días de lluvia en varias estaciones de Luzón 108 Distribución mensual de las lluvias en otros puntos del Archipiélago Filipino. — Estadísticas de lluvia de la granja-modelo La Carlota. — Datos pulviométricos de otros puntos de Bisayas y Mindanao. — Marcha anual de la lluvia en la costa occidental de Mindoro. — Distribución mensual de las lluvias en Zamboanga y en Joló. — Las lluvias de Iloílo, Cebú y Tamontaca. — Marcha anual de la lluvia á lo largo de la costa oriental de Mindanao. — Advertencia importante 110 La lluvia de Manila en las dos estaciones del año comparada con la de otros puntos del Archipiélago Filipino. — La distribución mensual de lluvias es muy diferente en distintos puntos del Archipiélago. — Datos plu- viométricos de Yap y de San Luis de Apra 1 14 La lluvia anual en Filipinas comparada con la de algunos puntos del Extremo Oriente y Estados Unidos. — Objeto de este párrafo. — Cuadro de la lluvia media anual de varios puntas del Extremo Oriente y de los Estados Unidos.— Representación gráfica de los valores medios de la precipitación acuosa en varios puntos del Archipiélago Filipino, de las Antillas y de los Estados Unidos de América 115 X ÍNDICE. Capítulo VI. — I lentos. Páginas. Frecuencia mensual de los vientos en Manila. — Método que hemos seguido en el estudio de la frecuencia mensual de los vientos en Manila. — Objeto de la tabla lxxvi. — Vientos de máxima y mínima frecuencia en los diferentes meses del año. — Dirección media ó resultante mensual 117 Régimen anual y semianual de los vientos en Manila. — Frecuencia anual. — Frecuencia en Jas dos estaciones de Noviembre á Mayo y de Junio á Octu- bre.— Direcciones medias ó resultantes, anual y semianuales. — ¿Los vientos particulares de Filipinas son verdadera monzón? — Los vientos comprendidos entre el Norte y el Este, predominantes en Filipinas en algunos meses del año, sólo impropiamente pueden llamarse monzón del Nordeste. — Los vientos del Sudoeste dominantes en Filipinas en los meses de Junio á Septiembre no son verdadera monzón. — Frecuencia de los vientos en Manila durante el mes de Julio, desde 1890 á 1898 ..'. 120 Frecuencia horaria de los vientos en Manila. — Frecuencia horaria men- sual.— Frecuencia horaria anual y semianual 128 Variación anual de la velocidad del viento en Manila. — Medias normales de los diferentes meses del año. — Las medias normales de cada mes compa- radas con la media normal anual. — Medias anuales y mensuales extremas de todo el período. — Comparación entre las medias normales y las medias extre- mas de cada mes 139 MÁXIMAS Y MÍNIMAS VELOCIDADES DIARIAS DEL VIENTO EN MANILA. — Objeto de las tablas lxxxiii y lxxxiv. — Valores medios normales de las máximas y mínimas anuales y mensuales. — Máximas y mínimas velocidades diarias de todo el período. — Velocidades diarias máximas y mínimas de cada mes. — Distribución mensual de las máximas y mínimas anuales 140 Variación horaria de la velocidad del viento en Manila. — Valores medios mensuales, anuales y semianuales de las velocidades horarias del viento en Manila deducidas del período de 1892 á 1898. — Horas en que suele ser mayor ó menor la fuerza del viento en los diferentes meses del año. — Pro- medio de las observaciones horarias de todo el período. — Vientos que suelen adquirir mayor fuerza en Manila 143 Máxima velocidad horaria del viento en Manila. — Objeto de la tabla lxxxvii. — Velocidades horarias más extraordinarias de todo el período. — Máximas velocidades horarias de cada mes. — Frecuencia mensual de las máximas velocidades horarias anuales 145 Frecuencia media mensual, anual y semianual de los vientos en algunos puntos del Archipiélago. — Frecuencia media de los vientos en Aparri, Albay é Iloílo. — Frecuencia media mensual, anual y semianual de los vientos en la estación meteorológica de Aparri (Norte de Luzón), durante el período de 1886 á 1895. — Frecuencia media mensual, anual y semianual de los vientos en la estación meteorológica de Albay (Sur de Luzón), durante el período de 1886 á 1897. — Frecuencia media mensual, anual y semianual de los vientos en la estación agronómica de Iloílo, durante el período de 1894 á 1897. — Conclusiones prácticas 147 índice. xi Capítulo VII. — Nubes. Páginas. Introducción 150 Cantidad de nubes. — Nubosidad ó nebulosidad. — Nubosidad en Manila. — Aspecto general del cielo en Manila. — Observaciones importantes. — Repre- sentación gráfica del estado del cielo en Manila. — Resplandor solar. — Sensi- bilidad de los heliógrafos. — Determinación del brillo solar eficaz é ineficaz. — Diversa eficacia de los rayos solares por la mañana y por la tarde. — Días en que más ha brillado el sol sobre el horizonte de Manila. — Brillo solar eficaz. — Distribución de la insolación por horas, días y meses. — Anotaciones prácticas. — Relación entre la nubosidad y la oscilación térmica 150 Dirección de las nubes. — Determinación práctica de la dirección media de las nubes altas, bajas é intermedias — Movimiento general de la atmósfera en Manila. — Dirección resultante ó media mensual. — Circulación general de la atmósfera á diferentes latitudes en el hemisferio Norte 161 Fotogrametría de las nubes. — Observación. — Alturas medias. — Resumen de la dirección y velocidad media de las nubes. — Alturas medias de las nubes. — Velocidades medias de los diferentes tipos de nubes. — Alturas extremas. — Velocidades extremas. — Relación entre la temperatura y la altura media de las nubes. — Relación entre la altura de las nubes y la presión atmosfé- rica.— Relación entre la altura y la dirección de las nubes. — Relación entre las velocidades y las alturas. — Frecuencia de los vientos en diferentes alturas. 165 Capítulo VIII. — Baguios ó ciclones del Extremo Oriente. Depresiones ó áreas dilatadas de baja presión. — Dos clases de alteraciones atmosféricas en Filipinas. — División de las depresiones en dos grupos. — Depresiones en bajos paralelos. — Efecto de estas depresiones. — Conversión de estas depresiones en verdaderos centros ciclónicos en el mar de China. — Depresiones formadas en más altos paralelos. — Efecto de estas depresiones. — Collas. — Datos que nos han servido para el estudio de los baguios ó ciclones del Extremo Oriente 191 Distribución mensual de los baguios. — Número de baguios observados durante el período de 1880 á 1898. — Media anual deducida del período de 1880 á 1898. — Media anual deducida de los nueve años últimos 193 Distancia mínima de los baguios con respecto á Manila. — División de los baguios observados durante el período de 1880 á 1898. — Distancia mínima, con respecto á Manila, de los 397 baguios observados durante el período de 1880 á 1898. — Meses en que son los baguios más temibles y peligrosos para Manila 196 Baguios que han cruzado por el Norte, Sur, Este y Oeste de Manila. — Di- visión de los baguios en cinco grandes grupos, según la orientación de sus trayectorias con respecto á Manila. — Caracteres de los baguios que (Tuzan por el Norte de Manila. — Caracteres de los baguios que cruzan por el Sur de Manila. — Caracteres de los baguios que recurvan en el Pacífico sin atravesar el meridiano de Manila. — Caracteres de los baguios formados en el mar de China, al Oeste del Archipiélago. — Caracteres de los baguios que recurvan en el mar de China, entre los paralelos 10° y 20°, pasando primero por el Sur y después por el Norte de Manila. — Distribución mensual de los baguios, durante el período de 1880 á 1898, según la orientación de sus trayectorias con respecto á Manila. — Frecuencia relativa de los baguios de cada uno de estos cinco grupos. — Distribución mensual 197 xii ÍNDICE. Páginas. Zonas de formación de los baguios. — Regiones en donde suelen originarse ó formarse los ciclones filipinos. — Límites probables de la zona de formación de los baguios originados en el mar de China. — Límites probables de la zona de formación de los baguios originados en el Pacífico. — Origen ó formación del baguio del 1 al 6 de Agosto de 1899 201 Clasificación de los baguios. — Objeto y fin de nuestra clasificación. — Clasifi- cación de los ciclones del Extremo Oriente, atendiendo á la influencia que ejercen en Manila. — Trayectorias de los ciclones del Extremo Oriente redu- cidas á 1 1 tipos principales 205 Señales precursoras de los baguios. — Señales principales. — Señales tomadas de las corrientes atmosféricas y de los movimientos del barómetro. — Señales fundadas en el nefelismo de la atmósfera y sobre todo en la convergencia de cirrus. — Medios para distinguir los cirro-stratus propiamente precursores de temporal de los que no lo son. — Ejemplos notables de convergencia de cirrus. — Ola del huracán. — Naturaleza y dirección de la ola del huracán. — El oleaje en la parte anterior del ciclón viene próximamente del centro y se pro- paga á grandes distancias. — Estragos que suele ocasionar la ola del huracán. . 207 Las corrientes atmosféricas alrededor de un baguio. — Leyes de la circula- ción ciclónica. — Ángulo formado por la dirección de los vientos y nubes bajas con la demora del vórtice, al tiempo de las mínimas barométricas de los baguios más importantes observados en Manila desde 1880 á 1897. — Mayor ó menor grado de convergencia para diferentes vientos. — Vientos más con- vergentes en Manila. — Acertado uso de las diferentes corrientes atmosféricas como señal precursora de baguio. — Ejemplos prácticos 216 La fotogrametría de las nubes y la previsión de los tifones. — Importancia de la fotogrametría de las nubes en orden á la previsión de los tifones. — Ejemplos prácticos que prueban los resultados obtenidos en esta materia. — In- clinación del eje del temporal conocida por medio de las observaciones fotogramétricas. — Casos prácticos. — Advertencia. — Distinción de los cirrus falsos y verdaderos por medio de la fotogrametría de las nubes 224 Los movimientos del barómetro en los baguios. — Reglas prácticas dadas por el P. Faura para usar acertadamente de los movimientos del barómetro como señal precursora de temporal. — Necesidad de tener bien presentes las leyes de la oscilación diaria del barómetro. — Casos en que debe tenerse el tiempo por muy sospechoso y aun puede asegurarse la existencia de un tifón. — Casos en que puede asegurarse que el tifón desfogará con fuerza en la locali- dad.— Aceptación que han tenido entre los marinos el barómetro del P. Faura y el barociclonómetro del P. Algué. — El barómetro aneroide aplicado á la previsión del tiempo en el Archipiélago Filipino. — Fin que se propuso el P. Algué al idear su barociclonómetro. — Descripción del barociclonómetro. — Uso y manejo del barociclonómetro. — Ejemplos prácticos. — Curvas barográ- ficas y anemográficas trazadas por el barógrafo Sprung-Fúess y anemógrafo Beckley en los tifones del 9 al 10 de Noviembre de 1890 y del 15 al 16 de No- viembre de 1891 231 Servicio meteorológico-séismico del Observatorio Central de Manila. — El servicio meteorológico-séismico en Filipinas antes del Io. de Mayo de 1898. — Estaciones meteorológico-séismicas oficiales de segundo orden. — Estaciones meteorológico-séismicas no oficiales de tercer orden. — Estaciones de Cochin- china, costas de China y del Japón que remitían diariamente observaciones meteorológicas al Observatorio de Manila. — Proyecto de un nuevo servicio meteorológico-séismico en Filipinas presentado por el Observatorio de Manila al Gobierno de los Estados Unidos. — Estaciones de diversos puntos en comu- nicación con el Observatorio de Manila. — Señales para anunciar temporal ó avenida del río que han de hacer el semáforo y la Capitanía del Puerto de Manila 246 índice. xiii Capítulo IX. — Turbonadas. Páginas. Notas preliminares. — Objeto de este capítulo. — Período que abarcan nuestras estadísticas de turbonadas observadas desde nuestro Observatorio. — Adver- tencia.— Nociones topográficas de la capital del Archipiélago 253 Distribución anual y mensual de las turbonadas en Manila. — Objeto de la tabla ex. — Advertencias. — Distribución mensual de las turbonadas, — Total de turbonadas de todo el decenio de 1888 á 1897. — Máximas y mínimas mensuales 255 Intensidad relativa de las turbonadas en Manila. — Distribución de las turbonadas en tres grupos. — Intensidad relativa de las turbonadas observadas en Manila, durante el decenio de 1881 á 1897. — Sumas mensuales y anuales correspondientes á los tres grupos de nuestra clasificación. — Anomalía del año 1888. — Distribución diurna de las diferentes clases de turbonadas 258 Orientación de las turbonadas. — División de las turbonadas en cuatro gru- pos atendida su diversa orientación. — Cuadrantes de máxima y mínima fre- cuencia de turbonadas. — Distribución de las sumas anuales del decenio según su orientación. — Orientación de las diferentes clases de turbonadas 260 Presión atmosférica y algunos fenómenos relativos á las turbonadas. — Subidas bruscas del barómetro durante las turbonadas. — Turbonada del 21 de Mayo de 1892. — Turbonada ael 28 de Agosto de 1897. — Los baguios y las tur- bonadas.— Nefelismo. — Electricidad 262 TRATADO XI.— FOCOS SEÍSMICOS. Prólogo 269 Capítulo I. — De los focos seísmicos en general. Naturaleza de los focos seísmicos. — Definición. — Epicentro. — Focos parciales y generales. — Focos volcánico-séismicos. — Focos submarinos. — Ruidos sub- terráneos.— Períodos séismicos. — Zonas de seismicidad en el Archipiélago Filipino 271 Movimientos seísmicos. — Movimiento de trepidación. — Movimiento ondulato- rio.— Movimiento de rotación. — Propagación de las ondulaciones séismicas. — Interferencias séismicas. — Velocidad de la propagación séismico-ondulatoria. 275 Capítulo II. — Focos séismicos del Norte de Luzón en la zona séismica septentrional. Foco seísmico de la cordillera del Noroeste. — Idea general de la región epicén- trica. — Estadística de temblores. — Temblores principales. — Focos parciales. — Tabla comparativa de seismicidad. — Determinación del foco seísmico general 280 Foco seísmico de Nueva Vizcaya. — Región epicéntrica. — Estadística de tem- blores.— Temblores de Nueva Vizcaya en Julio, Agosto, Septiembre y Octu- bre de 1881. — Vértice seísmico de los antecedentes temblores. — Centro de actividad séismica. — Supuesto influjo de la actividad del volcán Mayón. — Temblores de 1883 en el Norte de Nueva Ecija. — Terremotos de Pangasinán en Marzo de 1892. — Provincias de mayor seismicidad. — Conclusión 29 L Foco probablemente volcánico-séismico del Nordeste. — Región epicéntri- ca.— El volcán de Camiguín en las islas Babuyanes. — Temblores de Cagayán y la Isabela.— Nota séismica del 13 de Septiembre de 1876. — Conclusión 302 Capítulo III. — Focos séismicos del Sur de Luzón é islas Bisayas en la zona séis- mica central. Foco volcánico-séismico del Taal. — El volcán de Taal. — Erupciones vólcánico- séismicas. — Estado de simple emisión ó de solfatara. — Área de actividad séismica. — Mayor seismicidad aparente de Manila. — Temblores del año 1880. — Otros años de violenta seismicidad. — Temblores de Zambales y Min- doro — Conclusión , 307 XIV ÍNDICE. Páginas. Foco volcánico-séismico del Mayon ó de Albay. — El volcán Mayón. — Cuatro erupciones notables. — Resumen y carácter general de las restantes. — Predo- minio de la fase estromboliana. — Las fumarolas de Jigabó y Naglagbong. — Temblores de Albay, Ambos Camarines y Masbate. — Dos temblores notables en Masbate. — Seismicidad de Samar y Leyte 326 Nota volcánico-séismica de las islas de Pana y, Negros y Cebú. — El volcán Canlaón ó Malaspina en Negros. — Estadística de temblores. — Terremotos de Panay en Julio de 1787. — Temblor del día 2 de Febrero de 1887. — Tem- blores de Negros en 1895 y 1896 344 Capítulo IV. — Focos seísmicos de Mindanao é islas adyacentes en la zona seísmica meridional. Foco seísmico de Sürigao. — Región epicéntrica. — Laguna de Mainit. — Tem- blores de Surigao, Dinágat y Siargao. — El terremoto del Io. de Julio de 1879. — Cien temblores en veintiún días 349 Foco volcánico-séismico del Apo. — Región epicéntrica. — El volcán Apo. — Dos expediciones al volcán sin resultado. — Primera ascensión efectiva en 1880. — Segunda ascensión en 1882. — Tercera expedición en Mayo de 1888. — Tabla de temblores. — El volcán de Sanguir. — Terremoto de Sigáboy en 1894. 356 Foco seísmico del Agusan. — Cuenca del río Agusan. — Tablas de temblores. — Terremoto del 21 de Junio de 1893. — Terremoto del 29 de Junio de 1894. — Otros temblores notables 363 Foco volcánico-séismico del Macatürín. — El volcán Macaturín. — Área de actividad séismica. — Erupción de 1640. — Indicios de otras erupciones. — Tablas de temblores. — Terremotos de Cotabato en 1871. — Período séismico de 1882.— Terremoto de Polloc en Junio de 1893 372 Foco volcánico-séismico de Camiguín. — Dos islas Camiguín. — Aparición del volcán de Camiguín del Sur en 1871. — Período séismico precursor. — Calma subsiguiente 377 Nota seísmica de la península de Zamboanga. — Situación geográfica. — Tablas de temblores. — Temblor de 1874 en Zamboanga. — Fuertes sacudidas en Dapi- tan durante el año 1885. — Terremotos de 1897 380 TRATADO XIII.— VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE EN MANILA. Prólogo 391 Capítulo I. — Pabellón Magnético del Observatorio de Manila. Coordenadas. — Situación geográfica. — Situación magnética. — Ventajas de dicha situación. — Proximidad del ecuador magnético 393 Aparatos y curvas. — Idea general. — Magnetógrafo registrador. — Declinóme- tro, bifilar y balanza. — Regularidad con que han funcionado los aparatos registradores fotográficos. — Cambio diario del papel fotográfico. —Alimenta- ción del foco luminoso. — Papel fotográfico.— Manipulaciones fotográficas.— Objeto científico de las curvas fotográficas 395 Graduación de los aparatos registradores. — Preliminares. — Declinóme- tro. — Bifilar. — Balanza 400 Capítulo II. — Valores de las curvas del magnetógrafo. Líneas de referencia. — Valor de la línea de relación.— La línea de relación considerada como medio de hallar el valor absoluto de los elementos mag- néticos. —Modo de hallar el valor de la línea de relación 407 ÍNDICE. XV Páginas. Reducción de las curvas á sus valores absolutos. — Observación. — Unifilar. — Bifilar. — Balanza. — Kiosko de observaciones absolutas. — Puntos de mira. — Aparatos usados en la determinación de la declinación y de la componente horizontal. — Cálculo para hallar los valores de la componente horizontal. — Buena marcha de nuestros aparatos 409 Capítulo III. — Variaciones periódicas del magnetismo terrestre. Introducción. — Variación diurna anual de la declinación y de las componentes H y Z. — Idea general de la variación diurna, anual y semianual de la decli- nación 419 Capítulo IV. — Estudio comparativo de las variaciones magnéticas. Variación diurna. — Declinación. — Concordancia de la declinación de Manila con la observada en otros puntos. — Variación periódica de la declinación. — Inclinación. — Semejanza de la inclinación magnética de Manila con la de Batavia. — Diferencia de la variación de la inclinación entre Manila y Zika- wei. — Diversos movimientos del imán. — Componente horizontal. — Intensi- dad total. — Componente vertical 437 Variación anual. — Introducción. — Declinación. — La oscilación anual de la declinación en Manila y Zikawei. — Inclinación y componente Z. — Compo- nente horizontal é intensidad total 448 Variación secular. — Idea general de las variaciones periódicas. — Declina- ción.— Inclinación 455 Teorías relativas á la causa de la variación de los imanes. — Introduc- ción.— Las variaciones del magnetismo terrestre relacionadas con el movi- miento general del sistema planetario. — Influencia lunar en el magnetismo de Zikawei y de Manila. — El sol y las variaciones del magnetismo terrestre. — Leyes de Lagrange. — Carta de la circulación magnética del globo. — Varia- ción anual. — Variación secular. — Conclusión 463. LAMINAS. CLIMATOLOGÍA. Páginas. Vista 1\ Observatorio de Manila 4 2a. Entrada al Observatorio de Manila 8 3a. Meteorógraf o universal del P. Secchi 12 4a. Torre del Observatorio de Manila 14 Lámina I. Variación anual de la presión atmosférica en Manila desde 1883 á 1898 18 II-IV. Variación diaria de la presión atmosférica en Manila desde 1887 á 1898 28 V. Facsímile de algunas curvas del barógrafo Sprung-Fúess del Observatorio de Manila, trazadas en tiempo normal 30 VI. Variación anual de la temperatura del aire en Manila desde 1883 á 1898 40 VII-IX. Variación diaria de la temperatura del aire en Manila desde ' 1889 á 1898 50 X-XV. Variación anual de la temperatura y presión atmosférica en el Archipiélago Filipino 52 XVI. Variación anual de la humedad relativa en Manila desde 1 883 á 1 889 54 XVII-XX. Variación diaria de la humedad relativa en Manila desde 1 890 á 1 898 62 XXI. Variación anual de la tensión del vapor acuoso en Manila desde 1883 á 1898 68 XXII-XXIII. Variación diaria de la tensión del vapor acuoso en Manila desde 1890 á 1898 72 XXIV. Variación anual de la lluvia en Manila desde 1865 á 1898. . . 80 XXV. Lluvia en Manila. — Cantidad anual, en milímetros desde 1865 á 1898 82 XXVI. Facsímile de algunas curvas del barógrafo Sprung-Fúess del Observatorio de Manila trazadas en días lluviosos 98 XX VII-XXXIL Distribución mensual de la lluvia en el Archipiélago Filipino. 104 XXXIII. Distribución semianual de la lluvia en el Archipiélago Filipino 104 XXXIV. Varición anual de la lluvia en varios puntos del Archi- piélago Filipino, de las Antillas y de los Estados Unidos de América 116 XXXV. Variación anual de la velocidad diaria del viento en Manila desde 1885 á 1898 138 XXXVI. Aspecto general del cielo en Manila 154 XXXVII. Variación anual de la insolación eficaz en Manila desde 1890 á 1898 160 XXXVIII. Oscilación térmica, estado higrométrico y nubosidad en Manila 162 xvii 4619 — tomo ii ii xviii índice. Páginas. Lámina XXXIX. Movimientos generales de la atmósfera en Manila 164 XL. Circulación general de la atmósfera á diferentes latitudes. . . 164 XLI. Distribución mensual de los baguios ó ciclones del Extremo Oriente desde 1880 á 1898 194 XLII. Ciclones de Marianas ó Magallanes 20(5 XLIII. Ciclones formados en el Pacífico y que han recurvado hacia el Japón algo lejos del meridiano de Manila 206 XLIV. Ciclones formados en el Pacífico y que han recurvado hacia el Japón no lejos del meridiano de Manila 206 XLV . Ciclones de Formosa 206 XLVI. Ciclones de Luzón que han cruzado por el Norte de Manila, recurvando poco después, ó en el interior de la isla ó no lejos de ella en el mar de China 206 XLVII. Ciclones de Luzón que han cruzado por el Norte de Manila, dirigiéndose luego al continente 206 XLVII (bis). Ciclones de Luzón que han cruzado por el Norte de Manila, dirigiéndose luego al continente 206 XLVI II. Ciclones de Luzón que han cruzado por el Sur de Manila. . . 206 XLIX. Ciclones de Bisayas y Mindanao 206 L. Ciclones formados en el Pacífico que han recurvado en el mar de China entre los paralelos 10° y 20°, cruzando antes por el Sur y después por el Norte de Manila 206 LL Ciclones formados en el mar de China 206 LII. Ciclones formados en el mar de Joló ó en los mares interinsu- lares al Sur de Luzón 206 Lili. Tifón del 12 de Octubre de 1897.— Estragos de la ola en Her- nani ( Samar) 214 LIV. Tifón del 12 de Octubre de 1897. — Estragos de la ola en Gui- llan (Samar) 214 LV. Tifón del 12 de Octubre de 1897.— Estragos de la ola en la iglesia de Hernani 216 LVI. Un tifón sobre Manila el 20 de Octubre de 1882.— Un tifón sobre el Norte de Luzón. — Un tifón sobre las islas Bisayas. 224 LVII. Barómetro para la previsión del tiempo en el Archipiélago Filipino propuesto por el P. Federico Faura, S. ,1 234 LVIII. Typhoon-Barometer by José Algué, S. J., director of Manila Observatory 240 LVIII (bis). Cyclonometer proposed by José Algué, S. J., director of Manila Observatory 240 LIX. Uso del barociclonómetro. — Ejemplos prácticos 244 LX. Facsímile de las curvas trazadas por el barógrafo Sprung- Fúess y anemógrafo Beckley, durante el paso de los tifones del 11 de Noviembre de 1890 y 16 de Noviembre de 1891. 244 LXI. Servicio meteorológico-séismico en Filipinas antes del Io. de Mayo de 1898 246 LXIL Nuevo servicio meterológico-séismico en Filipinas. — Proyecto presentado al Gobierno de los Estados Unidos por el Ob- servatorio Central de Manila 248 LXIII. Distribución mensual de las turbonadas observadas en Manila desde 1888 á 1897 256 LXIV. Facsímile de algunas curvas del barógrafo Sprung-Fúess del , Observatorio de Manila trazadas en días de turbonada . . . 262 ÍNDICE. XIX Fio ura 1 \ Régimen anual de los vientos en Manila 120 2!l y 3a. Régimen semianual de los vientos en Manila 120 FOCOS SEÍSMICOS. Páginas. Lámina I. Focos séismicos generales del Archipiélago Filipino 270 II. Zonas séismicas 274 III- Terremotos de Pangasinán,. Marzo de 1892. — Carta séismica 298 IV. Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Algunas grietas en la iglesia de Dagupan 298 V. Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Profundas grietas en las orillas de los ríos 298 VI (a). Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Espantosas ruinas en los edificios de manipostería de San Jacinto 300 VI (b). Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Espantosas ruinas en los edificios de manipostería de San Jacinto 300 VI (c). Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Espantosas ruinas en los edificios de manipostería de San Jacinto 300 VI (d). Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Espantosas ruinas en los edificios de manipostería de San Jacinto 300 VII (a). Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Ruinas en los edifi- cios de Mangaldán 300 VII (b). Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Desmochado el cam- panario y la iglesia destechada, Mangaldán 300 VIII. Terremotos de Pangasinán, Marzo de 1892. — Grandes rajaduras en el campanario de Manaoag 300 IX. El volcán de Taal. — Laguna principal del interior del cráter 308 X. El volcán de Taal. — Las lagunas Verde y Rojo-Amarillenta en el interior del cráter , 308 XI. Curvas del seismómetro ordinario, Julio de 1880 320 XII. Carta séismica de los temblores del 14 al 25 de Julio de 1880 322 XIII. Temblores de Samar, Octubre de 1897. — Derribaron una pared de una cota antigua en la bahía de Pambujan 342 XIV. Carta séismica de Mindanao, temblor del 21 de Junio de 1893 364 XV. Terremoto de Polloc, Junio de 1893. — Curva del seismómetro ordi- nario en Cotabato, el día 3 de Junio, á 6.58 a. m 376 XVI. Terremotos de Zamboanga, Septiembre de 1897. — Curva del seismó- metro ordinario en Cotabato, el día 21 de Septiembre, á 3.25 a. m . 386 XVI I. Terremotos de Zamboanga, Septiembre de 1897. — Curva del seismó- metro ordinario en Cotabato, el día 21 de Septiembre, á 1 .32 p. m . 386 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE EN MANILA. Lámina I. Pabellón magnético del observatorio de Manila 396 TI. Dos figuras explicativas 396 III. Declinación oriental — Enero 470 IV. Declinación oriental — Febrero 470 V. Declinación oriental — Marzo 470 V I . Declinación oriental — Abril 470 VIL Declinación oriental — Mayo 470 VIII. Declinación oriental — Junio 470 IX. Declinación oriental — Julio 470 X. Declinación oriental — Agosto 470 XX ÍNDICE. Lám in a X I . Declinación oriental — Septiembre 470 XII. Declinación oriental — Octubre 470 XIII. Declinación oriental — Noviembre 470 XIV. Declinación oriental — Diciembre '. 470 XV. Componente horizontal, 1890-1897 (de Enero á Junio) 470 XVI. Componente horizontal, 1890-1897 (de Julio á Diciembre) 470 XVII. Componente vertical, 1890-1897 (de Enero á Junio) 470 XVIII. Componente vertical, 1890-1897 (de Julio á Diciembre) 470 X IX. Inclinación Norte, 1890-1897 (de Enero á Junio) 470 XX. Inclinación Norte, 1890-1897 (de Julio á Diciembre) 470 X XI. Intensidad total, 1890-1897 (de Enero á Junio) 470 XXII. Intensidad total, 1890-1897 (de Julio á Diciembre) 470 XXIII. Variación anual y semianual de la declinación en Manila, 1890- 1897 * 470 XXIV. Amplitud de la oscilación diaria de la declinación y de las compo- nentes H y Z en Manila, 1890-1897 \ 470 XXV. Combinación de la variación anual y secular de la declinación, componente horizontal é intensidad total en Manila, 1890- 1897 470 XXVI. Combinación de la variación anual y secular de la inclinación y componente vertical en Manila, 1890-1897 470 XXVII. Combinación de las variaciones de la fuerza horizontal y vertical 470 XXVIII. Movimiento del imán libre en el espacio en Manila ". 470 XXIX. Cuadro comparativo de la variación de la declinación en diversos puntos del .1 Se aceptó la invitación y en consecuencia el Observatorio de Manila es el único, en todo el Extremo Oriente, que puede ser contado entre los diez y seis observatorios centrales de diferentes naciones que han tomado parte en una empresa científica de tanto interés para el estudio de la Meteorología. Sin pérdida de tiempo se encargó á Mr. O. Günther la construcción de dos fototeodolitos, enteramente iguales á los construidos por él mismo para el Observatorio Central de Alemania, Pótsdam, los cuales no fué posible llegasen á Manila hasta fines de Mayo de 1896. Las observaciones fotográficas comenzaron con regularidad el 1°. de Mayo de dicho año, bajo la dirección del F. José Algué, entonces Subdirector y hoy Director del Observatorio, quien publicó, el año próximo pasado, el resultado de sus investigaciones en un precioso trabajo que lleva por título: Las Nubes en el Archipiélago Filipino* 1 Más tarde se prolongó el período de observación hasta el Io. de Agosto de 1897. 2 De él decía Mr. II. II. Ilildebrandsson en carta escrita al P. José Algué, fecha 19 de Junio de 1899, con el fin de darle las gracias por el ejemplar de la obra que acababa de recibir: "La publicación- de V. acerca de las observaciones de nubes en el período de 1896 á 1897 es la primera que ha aparecido completa hasta la fecha. Suplicóle me envíe otro ejemplar que podré presentar á la Comisión Internacional que ha de reunirse en San Petersburgo el día 2 del próximo Septiembre." Y en otra posterior del 22 de Septiembre, añadía el mismo Mr. Ilildebrandsson: "Su publicación sóbrelas nubes ha sido recibida con admiración y con el más vivo entusiasmo por parte de todos los miembros de la Comisión Internacional reunida en San Petersburgo, mayormente teniendo en cuenta las enormes dificultades en medio de las cuales ha llevado V. á cabo un trabajo de tanta importancia." 10 CLIMATOLOGÍA. PUBLICACIÓN DE LA OBRA " BAGUIOS Ó CICLONES FILIPINOS" Y DEL BAROCICLONÓMETRO DEL 1». ALGUÉ. El año 1897 dio á luz el mismo P. Algué la bien trabajada obra Baguios ó Ciclones' Filipinos, tan codiciada por los marinos, y que se está actualmente traduciendo en varias lenguas. Al mismo tiempo ofreció al público su barociclonómetro, perfección del barómetro del P. Faura, destinado á la previsión de los tifones no sólo en Filipinas, sino también en todo el Extremo Oriente. EL SERVICIO METEOROLÓGICO DEL OBSERVATORIO DE MANILA VINDICADO Y REHABILITADO, 1899. Los anuncios de tifones del Observatorio de Manila se han tenido siempre en grande aprecio, no sólo en tiempo del inolvidable P. Faura, mas también hasta el presente, como innumerables hechos lo confirman. Sólo citaremos uno que vale por mil. A fines de 1898, el director del servicio meteorológico británico de Hongkong, aprovechando la ocasión propicia que le ofrecían las graví- simas circunstancias por que pasaban estas Islas, se dirigió al Mi- nisterio de Agricultura del Gobierno de los Estados Unidos de Amé- rica en .términos sumamente desfavorables á los directores del Observatorio de Manila, llamando especialmente la atención de dicho Gobierno sobre el escándalo que, según él, causaban frecuentemente los alarmantes anuncios de tifones enviados por este Observatorio y publicados en los periódicos de la vecina colonia. Efecto inmediato de esta acusación fué la orden dada por el Secretario de Guerra de los Estados Unidos, de que se suspendiesen de momento todos los anuncios de tifones que por telégrafo se enviaban de Manila fuera del Archi- piélago Filipino. La indignación que causó este hecho en la prensa de Manila y de Hongkong, en la marina, en las comunidades mercantiles, y, en gene- ral, en todos los habitantes del Extremo Oriente, podrá verlo el lector curioso en una colección de documentos que, con el título El servicio meteorológico del Observatorio de Manila vindicado y rehahilitado, vio la luz pública en Manila á mediados del presente año 1899. La Cámara de Comercio de Hongkong protestó enérgicamente, ante el Gobierno Colonial, de la suspensión de los anuncios de tifones de Manila, tan contraria á los intereses marítimos y comerciales del Extremo Oriente; en vista de lo cual el Gobierno de Hongkong dirigió una comunicación oficial al Gobernador Militar de las Islas Filipinas, pidiendo eficazmente la revocación de la tal orden prohibitiva de los anuncios de tifones, toda vez que el Director del Observatorio de Hongkong no había sido en manera alguna autorizado para la requisi- ción hecha bajo su única responsabilidad al Secretario de Agricultura de los Estados Unidos, contra la voluntad de su propio Gobierno y contra el bienestar de la colonia. EL OBSERVATORIO METEOROLÓGICO DE MANILA. 11 El Gobernador General de las Filipinas accedió, como era natural, a la petición del Gobierno Colonial de Hongkong; y con fecha 3 de Abril recibió el Director de este Observatorio una comunicación oficial en la que se revocaba la citada orden, y se le decía que siguiese envi indo fuera de las Islas sus anuncios de tifones tan deseados en Hongkong. De esta suerte, gracias al unánime testimonio de la opinión publica, y principalmente á la actitud tomada por la Cámara de Comercio de Hongkong, se vio el Departamento Meteorológico del Observatorio de Manila restituido á la estima del Gobierno de los Estados Unidos, que ha empezado ya á sostener esta Institución, reconociéndole el mismo carácter oñcial que le había dado el Gobierno de España en 1> COLECCIÓN DE APARATOS. OBSERVACIÓN. No es nuestro intento, ni propio de este lugar, describir ninguno de los preciosos instrumentos con que hoy día cuenta el Departamento Meteorológico de este Observatorio. Los suponemos conocidos de nuestros lectores, y así sólo daremos aquí una lista ó catálogo de los mismos á tin de que, puedan formarse una idea cabal de lo bien equi- pada y provista que está esta sección, que es por su naturaleza la pri- mera y principal del Observatorio. APARATOS DE OBSERVACIÓN DIRECTA. Dos grandes barómetros magistrales, el uno sistema Fortín, construí- do por Casella, y el otro de cubeta fija y escala movible, construido por los Sres. Negretti y Zambra. Ambos fueron comprobados en el Observatorio de Kew, y mide su tubo 17.5mm de diámetro interior. Otros barómetros de mercurio de Fortín y Tonnelot, para uso ordi- nario. •Varios aneroides, barómetros del P. Faura v barociclonómetros del P. Algue. Un termómetro normal construido en Francia, cuya escala está divi- dida en decimos de grado. Otro termómetro, también normal, de Küchler. Termómetros magistrales de máxima y mínima de Fúess (Berlín). Varios otros termómetros sencillos, de máxima y mínima, de Negretti y Zambra. Un psicrómetro normal de Fúess. Un higrómetro de condensación de Regnault. Un fotopolarímetro de M. A. Cornú. Un termohygroskop y wettertelegraph de Lambrecht, para anun- ciar tempestades y cambios del tiempo. Un psicrometrógrafo de aspiración de Lambrecht. Un polímetro de Lambrecht, para observar la temperatura, humedad y tensión del vapor. 12 CLIMATOLOGÍA. Varios anemómetros de Róbinson y veletas. Dos anemómetros de viaje de Fúess y Richard. Un anemómetro de Wild. Un nefoscopio del P. Cecchi. Dos nefoseopios de Fineman. Dos fotográmetros franceses construidos por Carlos Echassoux, mecánio de Teisserenc de Bort, secretario de la Oficina Meteorológica Central de Francia; y otros dos fotográmetros alemanes, construidos por Günther de Rraunsehweig, idénticos á los que construyó él mismo para el Observatorio Central de Alemania, en Pótsdam. Estos aparatos fueron adquiridos por el Observatorio de Manila para contribuir á la grande empresa internacional de la determinación de los movimientos generales de la atmósfera en todo el orbe, tomando por base las medi- das de precisión de la altura, velocidad y dirección de las nubes. Dos pluviómetros de Symons y de Grossley y otros de diferentes sistemas. Varios vaporímetros de Piche. Un ozonómetro de Jaime Clarke. Un actinómetro de Arago. Un observatorio higiénieo-meteorológico. Abrigo para termómetros ó higrómetros, sistema Montsourís. Abrigo para termómetros é higrómetros, sistema Fúess. Bomba de aspiración para comparar aneroides. APARATOS REGISTRADORES. El meteorógrafo universal del P. Secchi, el cual funciona con regu- laridad en este Observatorio desde 1869. Un barógrafo de Sprung-Fúess. Varios barógrafos de Richard, de gran modelo, tipo adoptado para las estaciones de segundo orden establecidas en Luzón. Varios termógrafos de Richard. Dos termógrafos terrestres de Richard. Varios psicrógrafos de Richard. Un higrometrógrafo de Richard. Un anemoscopio-anemógrafo de Richard, el cual transmite eléctri- camente la velocidad del viento y mecánicamente su dirección. Un anemógrafo de Beckley construido por los Sres. Negretti y Zambra. Un clino-anemógrafo de Garrigou-Lagrange. Un pluviógrafo de Richard. Un pluviógrafo de Casella. Un heliógrafo universal de Whipple-Casella. Un heliógrafo de Richard. Un electrómetro de Thompson, modificado por M. Mascart, con registrador fotográfico en orden á observar la electricidad atmosférica. Dos estaciones al aire libre con aparatos registradores. . EL OBSERVATORIO METEOROLÓGICO DE MANILA. 13 INSTALACIÓN DE LOS ANTEDICHOS APARATOS. Antes de terminar este párrafo diremos dos palabras sobre la instala- ción de los arriba citados instrumentos y las observaciones que diaria- mente se hacen en nuestro Departamento Meteorológico. Tres son los edificios levantados dentro de un mismo solar para las atenciones del Observatorio. Uno principal, ocupado en parte por la Escuela Normal Superior de Maestros, y otros dos destinados exclusivamente para las secciones magnética y astronómica. Los aparatos meteorológicos que no requieren estar al aire libre se hallan distribuidos en dos grandes salas del edificio principal. En la azotea correspondiente á la torre de la derecha del mismo edificio, y á unos 18 metros sobre el nivel del mar, tenemos convenientemente instalados los aparatos al aire libre y á la sombra. Para estos últimos nos sirven dos casetas ordinarias, de dobles persianas, sistema de abrigo, que, atendido el local en que están coloca- dos, nos ha dado mejores resultados que la doble cubierta usada en los observatorios de Montsourís y Parque de San Mauro. Sin embargo, a poca distancia del suelo y en el parque se ha construido también un abrigo en todo ajustado á la forma usada en el Observatorio del Parque de San Mauro en París, mas las observaciones que en él se han hecho son hasta ahora muy pocas, y así sólo podemos servirnos, para el estudio del clima de Manila, de las verificadas en la instalación arriba indicada. SERIE DE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS DESDE 1865 HASTA 1899. Desde 1865 hasta 1880 se hacían sólo seis observaciones diarias. En 1880 se comenzaron las observaciones horarias desde las 5 de la mañana hasta las 11 de la noche; y desde 1888 hasta el presente se han venido haciendo, además, observaciones horarias durante la noche. En un principio, estas observaciones se hacían cada hora con los aparatos directos, mas al presente, en que está el Observatorio bien provisto de aparatos registradores de toda precisión, se toman de ellos los datos horarios de la noche, siguiendo, con todo, durante el día, desde 5 a. m. hasta 9 p. m. , las observaciones directas. En el Boletín Mensual se comenzó la publicación de observaciones horarias en 1890. SERVICIOS PRESTADOS AL PÚBLICO. NOTAS ORDINARIAS DEL TIEMPO. En el Departamento Meteorológico del Observatorio Central de Manila, además del trabajo constante y asiduo de las observaciones directas que se hacen de hora en hora, de los valores medios que de estas observaciones se deducen y que se publican en el Boletín Mensual, de los estudios sobre el estado de la atmósfera y perturbaciones atmos- féricas que pueden verse en el mismo Boletín Mensual, etc. , se prestan, 14 CLIMATOLOGÍA. aun en tiempo normal, importantes servicios al público que no es justo pasar en silencio. Diariamente se reciben los registros meteorológicos de las costas de China y Japón y de las estaciones secundarias de Luzón (cuando este servicio meteorológico de la isla funcionaba con regularidad, como sucedía antes del presente estado de cosas) y, discutidas con detención todas las observaciones, se da la nota del tiempo probable durante las veinte y cuatro horas siguientes; nota que es publicada en los periódicos de la capital y remitida telegráficamente al Capitán del Puerto de Manila, á los jefes de Escuadra y de la Estación Naval de Cavite. Ade- más, y también diariamente, se remiten á los periódicos las temperaturas máximas y mínimas de cada día, y al Capitán del Puerto de Manila, lo mismo que á los jefes citados, se les envían por telégrafo, dos veces al día, esto es, á 10 a. m. y 4 p. m., las observaciones hechas en el Observatorio, de la presión atmosférica, temperatura, dirección y fuerza del viento y estado del tiempo. Asimismo, á 10 a. m. y 4 p. m. se transmiten las mismas observaciones á las más importantes estaciones de la costa de China y del Japón. NOTAS, ANUNCIOS Y AVISOS EXTRAORDINARIOS, AL NOTARSE LOS PRI- MEROS INDICIOS DE LA PROXIMIDAD DE ALGÚN TIFÓN. En tiempo de algún trastorno atmosférico, más ó menos próximo, se multiplica el trabajo y vigilancia de los directores del Observatorio. En cuanto se notan los primeros síntomas de baguio, se hacen con más frecuencia observaciones, sobre todo, de la dirección de las dife- rentes clases de nubes, se piden observaciones más frecuentes, y, si es preciso, de hora en hora á las estaciones secundarias que más pueden sentir su influencia, y se da aviso de la existencia del temporal al pú- blico de Manila, á la Capitanía del Puerto, á las autoridades, y á cuantos piden al Observatorio sobre el estado del tiempo, especialmente á las casas armadoras de barcos surtos en hahía. Tan pronto como se ha podido situar la demora del baguio y su dirección aproximada, se da aviso á la Capitanía del Puerto para izar la señal conveniente. Si el baguio no es inminente ni muy peligroso para la capital, se contenta el Observatorio con ir siguiendo el curso del mismo en las notas del tiempo que se dan al público, á las autoridades, y á la Capi- tanía del Puerto; pero no sin avisar oportunamente á las provincias de Luzón más amenazadas á fin de que se preparen para temporal. Si el baguio se presenta peligroso para la localidad, entonces auméntase todavía más el número de observaciones, aun durante toda la noche, se dan avisos al público y á las autoridades, más ó menos urgentes, según el caso lo requiera, y de un modo especial se da cuenta detallada del peligro á los jefes de Escuadra y á la Capitanía del Puerto; en una palabra, se toman todas aquellas medidas y precauciones que mejor parezcan conducir á evitar las desgracias, en cuanto sea posible. Vista IV. DEPARTAMENTO SEÍSMICO Y TORRE DE LOS APARATOS METEOROLÓfJTroS. Observatorio Manila. EL OBSERVATORIO METEOROLÓGICO DE MANILA. 15 Además, el Observatorio no sólo cumple con estas atenciones debidas al público en general y a las autoridades de Manila, sino que suele avisar oportunamente á aquellas casas armadoras que consta tienen anunciada la salida de algún barco, á fin de que ó lo detengan, si se juzga esto necesario, ó en caso de salir, esté el capitán prevenido, conociendo ya el peligro y los medios que ha de tomar para zafarse de el. IMPORTANCIA DE LOS ANUNCIOS DE TIFONES ENVIADOS A LAS PRINCI- PALES ESTACIONES DE CHINA, COCHINCHINA Y JAPÓN. Pero las atenciones del Observatorio de Manila y los servicios que presta no se extienden solamente á Manila, ni al Archipiélago Filipino. En efecto, con frecuencia se reciben telegramas de capitanes de barcos fondeados en los diferentes puertos del Archipiélago, ó ya también en Singapore 6 en Hongkong, pidiendo á nuestro Observatorio su parecer sobre el tiempo y si hay 6 no peligro de encontrarse con algún tifón en la travesía que han de emprender desde aquel puerto á Manila; telegramas á los que el Observatorio de Manila procura contestar siempre con la mayor prontitud y precisión posible. Fuera de esto, no hay para qué encomiar aquí los servicios que presta este Observatorio á marinos y comerciantes, y á todos en general, con los avisos de tem- porales que envía á Hongkong, Macao, Saigón, Shanghai y Tokio. La posición que ocupa el Observatorio de Manila le constituye como una avanzada para anunciar con la debida anticipación á las costas de Asia y del Japón la existencia y marcha de los tifones. Los temporales que, pasando por nuestras latitudes más ó menos cercanos á Manila, corren por el mar de China, no se trasladan á las costas asiáticas en menos de dos, tres, y aun más días, como nos lo ensena la experiencia de muchos años; y los que se experimentan al Este de Luzón y recurvan en dirección al Japón, emplean en su travesía de tres á diez y aun más días. Esto manifiesta claramente la utilidad, que para el conti- nente asiático y el Imperio del Japón, y para cuantos extranjeros navegan por estos mares, tienen nuestras observaciones y avisos de temporales. Así lo comprendieron los gobiernos de las colonias de Hongkong, Saigón, Macao y Shanghai y el del Japón, al pedir con tanto interés los telegramas de tifones que envía el Observatorio de Manila. NÚMERO DE TELEGRAMAS ENVIADOS EN CADA TIFÓN Y AVIDEZ CON QUE SON RECIBIDOS EN HONGKONG. Estos telegramas suelen ser por término medio unos tres por cada baguio; uno, cuando se notan los primeros síntomas, anunciando su existencia y su demora; otro, cuando pasa á la menor distancia del Archipiélago ó cruza las Islas, indicando ya, no sólo la demora, sino ¿ 2 16 CLIMATOLOGÍA. también, á ser posible, la dirección del meteoro; y otro, por fin, cuando se aleja del Archipiélago, bien por el mar de China, bien por el mismo Pacífico, en dirección al Japón. La avidez con que estos telegramas son recibidos en la vecina colonia de Hongkong la saben cuantos allí residen, y la confirman dos hechos bien recientes. RECLAMACIÓN HECHA AL ALMIRANTE DEWEY. El primero de los hechos aludidos fué la comunicación, que poco después de la rotura del cable que une Manila con Hongkong, en el mes de Mayo de 1898, dirigió al almirante Dewey un alto oficial de la Real Armada Británica en Hongkong, suplicándole restableciese el cable, si no quería ser responsable de las pérdidas en vidas y haciendas que sin duda ocasionaría la falta de los telegramas de tifones del Obser- vatorio de Manila. EL CÓNSUL GENERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS EN HONGKONG PIDE gUE LE SEAN REMITIDOS LOS ANUNCIOS DE TIFONES DE MANILA. El segundo es la petición que se hizo al Observatorio de Manila por parte de, Mr. lionsevelle Wildman, cónsul general de los Estados Unidos en aquella colonia, una vez restablecido el cable, de que nues- tros telegramas le fuesen remitidos á él directamente, así como lo habían sido hasta entonces al cónsul español, mientras Manila estuvo bajo la soberanía de España. OTROS SERVICIOS PRESTADOS POR EL OBSERVATORIO. Terminaremos este párrafo indicando brevemente otro de los ser-' vicios que se prestan gratis al público, y de un modo especial á los marinos, en el Departamento Meteorológico del Observatorio de Manila, y es la comparación, y aun arreglo en muchos casos, de toda suerte de barómetros y barógrafos. Aquí se juzga de la bondad de estos instrumentos, se observa su marcha, se comparan con los norma- les del Observatorio, y se da, si se cree necesario, una nota sobre el error instrumental del aparato. CAPÍTULO II. PRESIÓN ATMOSFÉRICA. INTRODUCCIÓN. Como preámbulo á lo que hemos de decir en éste y en los dos capí- tulos siguientes, advertiremos aquí dos cosas: Io., que, debido á la premura del tiempo de que hemos podido disponer para este tra- bajo, de suyo arduo y pesado, no hemos utilizado más que las obser- vaciones horarias verificadas sin interrupción desde el año 1883 hasta el próximo pasado de 1898, inclusive; las verificadas en este Obser- vatorio en años anteriores á 1883 no eran horarias; y así, parte por este solo motivo, y parte también por algunas deficiencias que hemos encontrado en las observaciones trihorarias y en las medias mensuales de ellas deducidas, no podíamos servirnos de las mismas sin aplicar algunas correcciones, á fin de uniformarlas y hacerlas comparables con las horarias del citado período de 1883 á 1898, lo cual requería necesaria- mente de nosotros más tiempo y menos precipitación; y 2o., que aun cuando los valores medios mensuales de los cuatro elementos meteoro- lógicos que luego estudiaremos, es á saber, presión atmasf erica, tem- peratura del aire, humedad relativa y tensión del vapor acuoso, han sido deducidos de este período de diez y seis años; sin embargo, la oscilación media diaria la deducimos de un período algo menor, por la razón que vamos á insinuar. Hemos dicho en el capítulo pasado que, aunque en 1883 se empezaron a hacer en este Observatorio observaciones horarias, con todo, éstas no se publicaron en nuestro Boletín Mensual, sino desde 1890, de ahí que las de los años anteriores estén no sólo sin publicar, pero ni siquiera colocadas en disposición de poderse hallar con facili- dad las medias horarias de cada mes. Con esta ligera indicación ya entenderán las personas dedicadas á esta clase de estudios el trabajo ímprobo que supone tener que ordenar tanto material, y, después de ordenado, deducir las medias horarias para cada uno de los meses de los siete años desde 1883 hasta 1890, trabajo que aun hubiéramos emprendido con gusto, si no hubiese sido tan limitado el tiempo en que hemos preparado esta memoria. Así que para la oscilación diaria del barómetro hemos tomado el período de 1887 á 1898 (doce años); para la variación, también diaria, de la temperatura del aire, el período de 1889 á 1898 (diez años); y el período de 1890 á 1898 (nueve años) para la variación diaria de la humedad relativa y tensión del vapor acuoso. Dada la regularidad con que en los trópicos se repiten todos los años 17 4619 — tomo ii 2 18 CLIMATOLOGÍA. las variaciones y oscilaciones de estos elementos meteorológicos, cree- mos que los resultados obtenidos con estos períodos nos han de dar valores medios bastante exactos y precisos, si bien hemos de confesar que serán todavía de más precisión, cuando, disponiendo de más tiempo, se incluyan en este estudio mayor número de años de obser- vación. VARIACIÓN ANUAL DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA I. La variación anual de la presión atmosférica en Manila puede verse en la tabla i; con las medias mensuales, que van al fin de esta tabla, deducidas del período de 1883 á 1898, hemos trazado la curva de la lámina i. Tabla I. — Medias mensuales y anuales de la presión atmosférica en Manila, durante el 2)eríodo de 1883 á 1898. Años. o o ó a cu £ Ja a 0) £ á N £ '£ á 5c cu o I ■T w & % < mm. mm. mm. < mm. en O "A ^ 3 mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. 1883.... 7(50. 82 61.47 60. 62 59. 31 58. 34 58. 43 57. 25 57.77 58. 09 59.53 59.74 62. 52 59. 49 1884.... 763. 23 62.91 60.89 60.75 58. 93 58. 70 56.62 57. 68 57.91 60.12 59. 92 61.70 59. 95 1885.... 763. 60 62.10 62.39 60.34 59. 89 58. 49 58.50 57. 52 59.57 60. 28 61.39 61.79 60.49 1886.... 761. 61 62. 46 61.73 59. 80 59.04 58. 76 58.61 58. 44 58. 15 59.36 59. 65 60.48 59.84 1887.... 760.54 61.06 60.14 59.27 58. 44 58.23 57.58 58.45 56.66 59. 51 59.70 60.71 59.19 1888.... 761. 76 62.25 61. 26 59. 84 58.59 57.54 56.00 57.84 57.90 60.06 60.52 60.96 59. 54 1889.... 761.99 61. 75 62. 03 59.80 59. 09 58. 74 57. 75 58. 20 58.37 58.28 58. 17 58.90 59.42 1890.... 759.68 60. 70 59.74 59. 26 58.43 58.32 58.05 58.18 56.24 57.76 60.08 61.03 58.96 1891.... 760. 37 62. 57 60.96 60. 06 58.76 57. 65 56.50 57. 70 58. 11 59. 34 58. 97 61.75 59.40 1892.... 760. 93 60.48 59.45 59. 50 58. 62 57.72 57. 53 58.61 57.03 57. 63 58. 63 60.70 58.90 1893. . . . 760. 66 61.10 60.98 59.35 57. 47 58.96 57. 57 57.41 56. 56 58. 48 59. 76 60. 45 59. 06 1894.... 760.23 61.96 59. 97 59.19 57. 89 57.83 57.78 57. 58 56. 53 58. 35 59.45 60.67 58. 95 1895.... 760.65 61.42 60.20 59. 39 57.81 57.48 57.92 56. 85 56. 41 58.68 60.37 60. 96 59. 01 1896.... 761.79 61.73 60.24 58. 97 58. 00 57.97 56. 66 56. 99 58. 29 58. 65 60. 39 62.34 59.33 1897.... 761.44 61.13 60.71 59. 43 58. 41 57.41 58. 36 57. 82 57. 91 58. 56 58. 75 60.30 59.19 1898.... 760. 97 59. 26 58.30 58. 88 57.74 57.04 57. 36 56.93 58.23 57.52 57.26 59.40 58. 24 Medias 761. 27 61.52 60.60 59. 57 58.47 58.08 57.50 57. 75 57.62 58.88 59. 55 60. 92 59. 31 RELACIÓN ENTRE LAS MEDIAS NORMALES DE LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. De la sola vista de esta curva se deduce que el barómetro alcanza su máxima altura media en el mes de Febrero; disminuye, casi á razón de 1 milímetro por mes, de Febrero á Marzo, de Marzo á Abril y de Abril á Mayo; sigue el descenso, aunque ya no tan pronunciado, desde Mayo á Julio, en que tiene lugar la media menor de todo el año; nótase una ligera subida en Agosto, después de la cual vuelve á bajar algo en Sep- tiembre, si bien la media de este mes resulta aún algo mayor que la de Julio; por último, aumenta sin interrupción la media mensual desde Octubre á Febrero, siendo muy notables las subidas que se observan de Septiembre á Octubre, y de Noviembre á Diciembre. lAmina I. Jüariació^ apáal de la presióp atmosférica ep papila. 1885-1896 J> EFMAMJJA S 0 ¿Y j) jrvnv. I itvtn*. 761 c 60o / - J7610 590 680 590 5&X> 7570 7570 , I PRESIÓN ATMOSFÉRICA. OSCILACIÓN ANUAL MEDIA DEL BARÓMETRO. 19 La oscilación anual media del barómetro, ó sea, la diferencia entre la media mensual máxima, que es, según queda dicho, la de Febrero, y la mínima, ó sea, la de Julio, es de 1.02mm. LAS MEDIAS NORMALES DE CADA MES COMPARADAS CON LA MEDIA NORMAL ANUAL. La media anual es 759.311™"; la gradación con que se separan más ó menos de esta media anual las diferentes medias mensuales va expre- sada en el siguiente cuadro: Meses, Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre . . . Noviembre Diciembre. Media Media Dife- anual. mensual, rencia. nuil. 7(51.27 761.52 760. 60 759. 57 758. 47 758. 08 757. 50 757. 75 757. 62 758. 88 759. 55 760. 92 mm. +1.96 +2. 21 +1.29 +0. 26 —0.84 —1.28 —1.81 —1.56 —1.69 —0.43 +0.24 +1.61 MEDIAS ANUALES EXTREMAS. Las medias anuales extremas del período que consideramos son 760.4í'Pm (1885) y 758.24,nm (1898), diferenciándose sólo en 2.25mm. COMPARACIÓN ENTRE LAS MEDIAS NORMALES Y LAS MEDIAS EXTREMAS DE CADA MES. En el siguiente cuaaro damos la diferencia entre las medias normales mensuales y las medias extremas de cada mes: Meses. Media mensual. mm. 761.27 761. 52 760. 60 759. 57 758. 47 758. 08 757. 50 757. 75 757. 62 758. 88 759. 55 760. 92 * Max. diferen-jMáx. diferen- cia positiva. I cia negativa. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre . . mm. 2.33 (1885) 1.39 (1884) 1.79 (1885) 1.18 (1884) 1.42 (1885) 0.88 (1893) 1.11 (1886) 0.86 (1892) 1.95 (1885) 1.40 (1885) 1.84 (1885) 1.60 (1883) 1 mm. 1.59 (1890) 2. 26 (1898) 2. 30 (1898) 0.69 (1898) 1.00 (1893) 1.04 (1898) 1.50 (1888) 0.90 (1895) 1.38 (1890) 1.36 (1898) 2.29 (1898) 2.02 (1889) La máxima diferencia positiva ha sido de 2.33mm, observada en el mes de Enero de 1885; y la máxima diferencia negativa, de 2.30mm, correspondiente al mes de Marzo de 1898. Las mínimas diferencias positiva y negativa, 0.86mm y 0.69mm, pertenecen á los meses de Agosto de 1892 y Abril de 1898, respectivamente. 20 CLIMATOLOGÍA. MÁXIMAS Y MÍNIMAS ABSOLUTAS MENSUALES DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA. OBJKTO DE LAS TABLAS 11 Y 111. Al querer presentar aquí en dos tablas las máximas y mínimas absolutas mensuales observadas en este Observatorio, nos hemos deter- minado á empezar por el ano 1887, porque, habiéndose instalado el año anterior el barógrafo Sprung-Fúess, sólo desde entonces se empezaron á tomar de las curvas registradas por dicho aparato estas máximas y mínimas absolutas. Los valores extremos que publicaba antes el Observatorio no eran propiamente máximas y mínimas absolutas, sino las máximas y mínimas de las veinte y cuatro observaciones diarias. Las tablas ii y iii comprenden, pues, respectivamente las máximas y mínimas absolutas mensuales del período de doce años, desde 1887 á 1898. Tabla 11. — Máximas absolutas mensuales y anuales de la presi/m atmosférica en Manila, durante el periodo de 1887 á 1898. 32 o 2 g _• o 0> & o 3¿ ja < H fe ^ ^ mm. mm. mm. mm. 1887... 763. 70 65. 64 63. 29 62. 6)3 1888... 765. 39 66. 55 64.20 62. 62 1889... 704. 45 65. 03 65. 64 62. 83 ]S »-> mm. mm. 61 . 57 61.54 61.97 60. 88 62. 40 61.40 60.98 61.00 62. 41 00. 55 61.09 61.22 61 . 60 62. 01 61.09 61.07 61.16 60.44 61.90 60. 35 61.61 60.20 62. 22 59. 90 61 . 67 60. 88 mm. 61. 12 59. 99 61.14 61.78 60. 45 60. 71 60. 27 60.78 61.60 60. 80 61. 60 60. 45 mm. '■ 61.43 1 62.62 :' 62.46 61.10 i 61.45 ! 61.60 i 61.35 '■ 60.31 ¡ 60.42 61.20 61.55 61.00 mm. 61.79 61.37 62. 59 59. 54 62. 32 62. 03 61.76 61.95 61.02 61.15 61.66 61.80 mm. 62. 80 63. 43 62. 60 62. 73 63. 20 62. 15 62. 67 61.35 61.17 63. 25 62. 80 60. 85 00.89 | 61.37 I 61.58 ¡ 62.42 x¡ h2 3 0) > 'A ^ mm. mm. 63. 23 63. 07 64. 00 65. 23 62. 97 63.56 64. 51 63.78 63. 70 65. 09 62. 22 64.14 62. 99 64.05 63. 81 66. 00 64. 43 64. 81 63. 24 65. 96 61.70 64. 11 63. 05 64. 25 63. 32 64. 50 mm. 65. 64 66. 55 65. 64 64. 54 66. 78 65. 06 65. 72 66.00 64.81 65. 96 65. 30 64. 50 65.54 Tabla III. — Mínimas absolutas mensuales y anuales de la presión atmosférica en Manila, durante el período de 1887 á 1898. O •3, c (-i o fe c 1 fe •-i 6 •-5 c 1 a o a en 1 s > o ó a .2 S 1 mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. 1887... 756. 95 56. 22 56. 33 53. 60 53. 97 53. 35 53. 47 55. 50 48.01 55. 03 55. 06 58. 16 48.01 1888... 757. 38 58.18 57. 70 56. 40 55. 50 53. 90 47. 50 53. 67 51.04 55. 90 56. 69 55.18 47. 50 1889... 757. 97 58. 51 56. 96 55. 90 55. 38 55. 35 52. 00 54.13 53. 58 51.03 50. 14 50. 29 50. 14 1890... 755. 65 55. 36 55. 99 54.52 55.17 55.17 53. 80 54. 55 47.09 52. 00 43. 50 57. 37 43. 50 1891... 756. 08 57. 36 55. 80 55. 60 55. 06 55. 35 50. 98 53. 30 54.13 55. 86 48. 50 56. 72 48. 50 1892... 756. 47 56. 95 56. 00 56.16 55. 51 52. 91 53. 82 55..83 50. 28 49. 80 49.10 56. 99 49.10 1893... 756. 52 57. 58 55. 42 54.37 46.12 55. 00 53. 73 53. 32 46. 44 49. 24 55. 75 55. 80 46.12 1894... 756. 45 58. 94 56.18 55. 00 53.41 52. 63 54.75 55. 12 42. 34 48. 02 54.25 55. 53 42. 34 1895... 757. 27 56. 04 56. 75 55.11 51.70 53. 35 53. 67 52. 85 52.15 53. 98 54. 21 57. 20 51.70 1896... 758. 95 57. 85 55. 90 55. 35 51.10 51.65 50. 59 50. 23 53. 90 50. 35 56. 20 59. 03 50. 23 1897... 757.15 56. 45 57.20 55. 78 54. 50 54. 51 53. 16 52. 55 53. 20 51.86 54.98 55. 85 51.86 1898... 756). 90 53. 82 53. 00 54. 91 50. 82 53. 95 50. 90 50. 70 53. 18 51.85 47.00 54.55 47.00 Medias 756. 98 56. 94 56.10 ,,.2, ,,,, 53. 93 52. 36 ,,,* 50. 45 52. 08 52.13 56). 06 4S. 00 PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 21 MÁXIMA Y MÍNIMA ABSOLUTA PE TODO EL PP^RIODO. La máxima absoluta registrada en este Observatorio durante estos doce años últimos ha sido 766.78mm; y la mínima absoluta, 742.34mm, diferenciándose en 24.44""". MÁXIMAS Y MÍNIMAS ABSOLUTAS MENSUALES DE TODO EL PERÍODO. Las máximas y mínimas absolutas mensuales de todo el período que consideramos son las siguientes: Enero Febrero ' 7(i(¡, Marzo Abril Mayo Junio .Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Máximas. Mínimas. wm. wm. 705.70 (1896) 755.(55 (1890) 7C»(¡.78 (1S91) 753.82 (1N9H) 7(55.72 (1K93) 753.00 (1898) 708.52 (1893) 753.00 (1887) 702.41 (1891) 740.12 (1893) 702.01 (1893) 751.05 (1890) 701.78 (1890) 747.50 (1888) 702.02 (1888) 750.23 (1990) 702.59 (1889) 742.34 (1894) 703.43 (1888) 74S.02 (1894) 704.51 (1890) 743.50 (1890) 700.00 (1894) 750.29 (1889) DISTRIBUCIÓN DE LAS MÁXIMAS Y MIMIMAS ABSOLUTAS ANUALES EN LOS DIFERENTES MESES DEL ANO. Las doce máximas y mínimas absolutas anuales van distribuidas en los diferentes meses del ano en esta forma: MÁXIMAS. Enero 4 Febrero 3 Marz< > 2 Diciembre 3 MÍNIMAS. Mayo 2 Julio 1. Agosto 1 Septiembre 2 ' Octubre 1 Noviembre _ ó De suerte que la mayor frecuencia de las máximas corresponde á Enero; y la mayor frecuencia de las mínimas al mes de Noviembre, en el cual, por consiguiente, ha tenido lugar el mayor número de los baguios que en estos últimos años han cruzado á menor distancia de la capital del Archipiélago. MEDIAS MENSUALES DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DIARIAS DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS IV, V Y VI. En las tablas iv y v damos los valores medios mensuales deducidos de las máximas y mínimas absolutas de todos los días del mes, ó en 22 CLIMATOLOGÍA. otros términos, las máximas y mínimas medias de cada mes, en el período de 1887 á 1898. Con la diferencia de estas dos hemos formado la otra tabla vi, que nos representará, por lo tanto, la oscilación media mensual de la presión atmosférica, entendiendo aquí por oscilación la diferencia entre las máximas y mínimas absolutas de cada día. Tabla IV. — Medias mensuales de las máximas absolutas de la ¡yresimí atmosférica en Manila, durante el periodo de 1887 á 1898. Años. 8 a 2 o £ 5S £ c 6 '3 c- o 1 £ a JV 0* 6 .o 6 £ e c 6 £ £ o o 0> mm. fe s -< S •-i »-s < ce O mm. mm. ft % mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. 1887.... 761.93 62. 49 61.64 60.76 59. 72 59. 52 58.80 59.68 58.41 60.84 61.06 62. 06 60.58 1888.... 763. 14 63. 81 62.80 61.39 59.92 58. 83 57.18 59.09 59.28 61.47 61.83 62.37 60.93 1889.... 763. 41 63.33 63. 62 61.34 60.56 60.09 59.08 59.50 59.72 59.80 59.71 60.35 60. 88 1890.... 761. 15 62.16 61.20 60.74 59.75 59.57 59.38 59.40 57.78 59.18 61.61 62.37 60. 36 1891.... 761.76 64.08 62.55 61.63 60.19 59.00 57.87 59.14 59.44 60. 68 60.56 63.19 60. 84 1892.... 762. 34 62. 06 60.94 60. 95 60.10 59.12 58.82 59.91 58.42 59. 20 60.20 62.11 60.35 1893.... 762.11 «2. 63 62.48 60.89 59. 05 60. 18 58.91 58.73 58. 19 59.92 61.07 61.68 60.49 1894.... 761.68 63. 45 61.52 60.74 59. 26 59.25 59.14 58. 92 58.07 59. 87 60.85 62.11 60.41 1895.... 762. 31 62.94 61.78 60.88 59.15' 58.86 59.17 58.19 57.77 60.36 61.72 62.43 60.46 1896.... 763. 24 63.34 61.87 60.59 59. 27 59.32 58.19 58.59 59. 54 60.21 61.27 63.76 60.77 1897.... 762. 97 62.74 62.31 60.96 59.79 58. 57 59.64 59.19 59. 35 60.10 60.73 61. 58 60.66 1898.... 762. 24 60.68 59.75 60.39 59.21 58.38 58. 58 58.42 59. 52 58. 96 58. 73 60.77 59.64 Medias 762. 36 62.81 61.87 60.94 59. m 59.22 58.73 59. 06 58. 79 60. 05 (50. 78 62. 07 60. 53 Tabla V. — Medias mensuales de las mínimas absolutas de la presión atmosférica en Manila, durante el período de 1887 á 1898. Años. ro. rero. 6 o c o CE S £ S £ ai i o3 x¡ aJ a ü Q* £ O o Cj fe fe mm. \ mm. ^ < S ►-5 1-5 mm. < mm. en mm. C ^ 5 f% mm. mm. mm mm. mm. mm. mm. mm. 1887.... 759.07 1 59.51 58.33 57. 33 56.72 56.75 56.35 57.00 54. 87 58. 12 58.34 59.16 57. 63 1888.... ; 760.25 I 60.49 59. 44 57.95 56.71 56.16 54.66 56.48 56.28 58.54 59. 13 59.37 57.96 1889.... ¡ 760.32 ! 60.08 60. 16 57.83 57.09 57.06 56. 33 56.77 56.72 56. 75 56. 69 57.32 57. 76 1890.... | 758.16 1 59.07 57. 93 57.35 56.71 56.80 56. 63 56. 62 54. 71 56. 29 58. 46 59.50 57. 35 1891.... ! 758.80 i 60.87 59.07 58. 08 56.79 56.20 55. 05 56. 29 56. 68 57. 69 57. 22 60.16 57. 74 1892.... 759.27 ' 58.83 57.69 57. 74 56.73 56.11 56. 20 57. 16 55. 67 56.01 57. 08 59.06 57. 30 1893.... 759.08 i 59.45 59. 25 57. 37 55.73 57.42 56. 25 55.99 51.93 56. 95 58.31 58. 92 57. 47 1894.... 758.52 i 60.27 58.08 57. 27 56. 15 56. 28 56. 43 56.21 54.29 56. 46 57.51 59. 12 57. 22 1895.... 759.03 i 59.69 58.37 57.57 56. 18 55.95 56. 46 55. 35 55.08 57.12 58.91 59. 42 57. 43 1896.... 760.12 i 59.95 58. 38 57.01 56. 50 56. 41 55.11 55.51 56. 82 57. 09 58. 92 60.78 57. 72 1897.... 759.74 i 59.36 58.88 57. 46 56. 56 55.85 56.90 56.40 56.36 56. 91 57. 31 58. 82 57. 5.) 1898.... 759.47 1 57.75 56. 73 57. 06 56. 03 55. (i6 55. 95 55.58 56.61 55.92 55.65 57.91 56. 69 Medias 759.32 1 59.61 58.53 57.50 56.49 56. 39 56. 03 56.28 55.75 56. 99 57.79 59. 13 57. 49 PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 23 Tabla VI. — Oscilación, medía mensual de ¡a presión atmosférica en Manila, durante el periodo de 1887 A 1898. Años. c c é mm. 2.98 3.32 3.25 3.09 3.21 3.23 3.18 3.18 3.25 3.39 3.38 2.93 sí £¡ c mm. 3.00 3.21 3.47 3.04 3.40 3.37 3.32 3.11 2.97 2.77 3. 23 3.18 "5 ^ c be mm. 2.68 2. 61 2.73 2.78 2.85 2. 75 2.74 2.71 2.84 3.08 2.79 2. 84 S .Si CAÍ C o i mm. 2. 72 2.70 3.02 3.15 3.34 3.12 2.76 3.34 2.81 2.35 3.42 3. 08 £ S rc 1887 mm. 2.86 2.89 3.09 2.99 2.9(5 3.07 3.03 3.1(5 3.28 3.12 3 23 mm . 3. 31 3.3(5 3.4(5 3.27 3.48 3.25 3.23 3.44 3.41 3.49 3.43 3.02 mm . 3.43 3. 44 3. 51 3. 39 3. 55 3.21 3. 52 3.47 3.31 3. 58 3.50 3.33 mm. 2.77 2. 67 3.03 2.77 2.80 3.01 2.76 2.97 2.91 2.91 2. 72 2. 72 mm. 2.45 2. 52 2. 75 2.75 2.82 2. 62 2.66 2. 71 2.71 3.08 2.74 2.63 mm. 3.54 3.00 3.00 3.07 2. 76 2.75 3.26 3.78 2. 69 2.72 2. 99 2.91 mm. 2.72 2.93 3.05 2.89 2.99 3.19 2.97 3.41 3.24 3.12 3.19 3.04 mm. 2.90 3.00 3.03 2. 87 3. 03 3.05 2.76 2.99 3.01 2.98 2.76 2.86 m?n. 2. 95 1888 2.97 1889 3. 12 1890 3.01 1891 3.10 1892 1893 3.05 3. 02 1894 3.19 1895 189(5 1897 3.04 3.05 3 12 1898 2.77 2.94 Medias 3.04 3.20 3. 35 3.44 3.17 2.84 2.70 2.78 3.04 3.06 2. 98 2.94 3.05 MEDIAS ANUALES DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS Y MEDIAS EXTREMAS MENSUALES. Las medias anuales de las máximas y mínimas no difieren mucho unas de otras, si exceptuamos sólo el año 1898, cuya media anual, tanto de las máximas, como de las mínimas, resulta bastante menor que las de los otros años anteriores. Las medias extremas mensuales son: la media de las máximas del mes de Febrero de 1891, 764.08mm, y la media de las mínimas del mes de Septiembre de 1894, 754.29mm; meses á los que, según lo dicho en el párrafo anterior, corresponden también las máximas y mínimas absolutas registradas en este Observatorio en todo el período de doce años. OSCILACIÓN MEDIA DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Por lo que toca á la última tabla de la oscilación media mensual, nos es necesario hacer una observación importantísima. Sin duda llamará en ella la atención que el valor medio de la oscilación de los meses de Septiembre, Octubre y Noviembre sea igual ó mayor que el de Di- ciembre y Enero, y que sea también tan pronunciada la oscilación de Junio, Julio y Agosto; y esto con tanto mayor motivo, cuanto que, á primera vista, parecerá oponerse á lo que diremos en las páginas 27 y siguientes sobre la variación diaria de la presión atmosférica. Para resolver esta dificultad se ha de tener en cuenta que en todas estas tablas van incluidos los días de perturbación atmosférica, en los cuales suele ser naturalmente muy extraordinaria la diferencia entre la máxima y la mínima absoluta; de donde en meses, como los citados, en que son los baguios muy frecuentes, ya se ve que estas oscilaciones extraordinarias y anormales, varias veces repetidas, han de influir nota- blemente en el valor de la oscilación media mensual; mas si en el 24 CLIMATOLOGÍA. estudio que haremos en las páginas citadas tampoco hemos desc.irrado los días de perturbación, ¿cómo no se nota allí, al menos de un modo tan marcado, la influencia de los mismos en los valores medios de las oscilaciones diurnas y nocturnas? La razón es muy sencilla: pues dicho estudio no está fundado en la sola comparación ó diferencia de los valores extremos de cada día, sino que de todas las observaciones hechas hora por hora en el decurso de cada mes, hemos deducido los valores medios de cada una de las veinte y cuatro horas del día; valores medios que nos han servido para señalar las horas trópicas de las máximas y mínimas, ó sea, las horas á que corresponden las medias horarias extremas del día y de la noche. Ahora bien, como las máxi- mas y mínimas diarias de los días de baguio pueden tener lugar á cualquier hora, dependiendo únicamente del momento en que pase el vórtice á la menor distancia de Manila, de aquí que dichas máximas y mínimas extraordinarias se distribuyan para diferentes baguios en diferentes horas del día, y por lo tanto su influencia en la relación de las medias horarias es muy poca, e irá casi desapareciendo, cuanto mayor sea el número de años que se tome para deducirlas. MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES MENSUALES DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS VII Y VIII. En las tablas vii y viii incluímos las máximas y mínimas oscilaciones mensuales del período de 1887 á 1897. Tabla Y1L — Májc'nnux osedactonex memmalex de la prexióu atmosférica, en Manila, du- rante el periodo de 1887 á 1898. 1887 1888 mm. 3.70 ' 3.70 1SS9 1890 1891 4.58 4.41 3 70 1 892 3.98 1893 1891 4.18 i 4.28 1895 1890 1897 ; 4.17 ■ 3. 88 3.95 ni m. 4.07 4. 32 3. 87 4.41 4.03 4. 00 3. 89 3. 90 4. 00 4. 57 4.20 3.82 se 7Z Z t "■< < Vi m . di m . 4. 30 4. 23 4.34 4.02 4. 19 4.34 4. 40 4.18 4. 34 4.83 4.27 3.81 4. 20 4. (íl 4. 52 4. 28 4.41 4.10 4.40 4.29 4.15 4. 23 4.03 4.00 4.30 4.24 mm. 3. 75 4.20 4.17 3.78 4.72 4. 54 8.01 4. 14 4.32 3. 54 4 01 5. 04 m m . 3.70 4.12 4.05 3. 51 3. 94 4. 35 3. 50 4. 52 3. (¡7 0. 75 4.21 3. 70 So 9r < x m ni . 3. 57 7.31 4.32 3. 88 4.08 3.43 3. 72 4. 10 3.41 5. 55 4.30 4.90 mm. ni m. 3. 30 0. 23 3. 73 370 3. 92 4. 00 3. 53 0.04 3.92 3.82 3. 27 4.10 4. 09 7. 77 3. 80 9. 90 4.15 4.00 0.00 3. 55 3. 09 4. 35 4.40 3. 94 4.52 I 4.18 4.44 I 3.99 5.13 . 5^ £ 5 — < £ i, C *A ~ ■mm. m ni . ni ni. 4.54 4.18 3. 43 3.87 3. 50 4.47 4.80 4.47 5. 49 3.72 9. 10 3.72 3. 02 9. 02 4.10 5. 14 0. 29 3. 71 7. 53 3.40 3. 73 10. 43 4.20 3. 80 3. 44 4. 09 4.15 5. 35 5. 85 4.00 4.72 3.40 3. 03 4. 45 5. 20 3. 80 5. 14 5.11 4. 00 0. 23 7.31 5. 49 9. 10 9.02 t\. 29 8.01 10. 43 4.09 0. 75 4.72 5. 20 0. 94 PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 25 Tabla VIII. — Mínimas oscilaciones mensiudes de la. presión- atmosférica en Manila, durante el período de 1887 á 1898. Años. ~ í ¿ .c ' 2. 12 2. 30 1 893 2.44 2. 32 2 58 1894. 2.28 1895 2. 34 2.13 2.00 18% 2.73 1897. 2. 32 2. 37 1898. Medias 1.95 2. 28 2.30 2. 40 )))))). 2.10 2. 65 ¡ 2. 70 i 2.05 i 2.o<; i 2.39 ! 2. 48 i 2.42 | 2.05 ; 2.00 ¡ 2.11 ¡ mm. mm. m m . m m . 2. 16 1.72 1.94 i 1.58 2. 59 2. 28 1.88 i 1.57 2. 49 2. 90 1.98 | 1.76 2. 51 2.28 1.75 i 1.54 2. 58 2. 58 2.09 1.82 2. 44 2. 32 2. 03 1.88 2. 30 2.18 1.00 1.96 2. 82 2.21 2.10 1.88 2.47 1.93 1 . 96 1.77 2. 33 1.97 1.93 1.77 2. 57 2. 10 1 . 75 1.75 2. 30 2.12 1.80 1 . 75 mm. 1.73 1.77 1.90 2.04 1.72 2. 05 1.70 1.92 1.93 1.07 1.99 1.80 . 18 | 2. 49 I : 1.90 I 1.75 1.86 2. 29 2. 40 2. 24 2.00 1.90 2. 02 1.99 2. 09 2. 15 2.01 1.91 2.19 van. 1.85 2. 26 1.57 2.10 2.19 2.12 2.17 2. 29 2.41 2.08 2. 20 ¡2.34 mm. 1.88 2.21 2. 02 1 . 69 2.05 1.86 1.83 2. 30 2. 02 2.20 2. 04 2. 30 mm. 2.04 2. 34 2. 23 2.09 1.90 2. 36 1.88 2. 43 2. 48 2. 05 1 . 93 2.00 .10 I 2.13 : :.03 .14 mm. 1.58 1.57 1.57 1.54 1.72 1.86 1.60 1.88 1.77 1.67 1.75 1.75 1.69 OSCILACIONES MÁXIMAS DEL BARÓMETRO EN LAS DISTINTAS ÉPOCAS DEL AÑO. Acerca del resultado de estas tablas hemos de abvertir, ante todo, algo parecido á lo que hicimos notar ya en el párrafo anterior, es decir, que, no habiendo descartado los días de perturbación atmosférica, su influen- cia necesariamente se echa de ver de un modo bien notable en las medias de las máximas oscilaciones correspondientes á los meses en que son los baguios más frecuentes. Por esta causa, según la tabla vii, acusan las medias mayores de oscilación máxima los meses de Mayo, Septiembre, Octubre y Noviembre, en los cuales han sido observados mayor número de baguios que han cruzado cerca de la capital. Si pres- cindiésemos de los días en que se ha hallado Manila bajo la influencia de algún tifón, veríamos que difícilmente pasaría nunca de o milímetros la máxima oscilación barométrica de los meses de Junio á Septiembre, ambos inclusive. En cambio, las máximas de los meses de Diciembre á Abril pueden tomarse como propias de ellos en tiempo normal, ya que, ó son enteramente exentos de baguios, ó, si alguno se observa, corren generalmente muy lejos, sin influir apenas en la oscilación diaria de la presión atmosférica. Más aún; exceptuando alguno que otro caso, como por ejemplo, la oscilación máxima observada el 4 de Diciembre de 1880, se puede asegurar que estas máximas oscilaciones de estos cinco meses tienen lugar más comúnmente en días de alta presión atmosférica. De donde, es digna de notarse la frecuencia con que en dichos meses, y especialmente en Febrero, Marzo y Abril, se observan oscilaciones barométricas mayores de 4 milímetros. OSCILACIONES MÍNIMAS DEL BARÓMETRO PROPIAS DE CADA MES. Las perturbaciones atmosféricas que, según acabamos de indicar, son la causa principal de las máximas oscilaciones observadas en los meses 26 CLIMATOLOGÍA. de Junio á Noviembre, no influyen casi absolutamente nada, hablando en general, en las mínimas oscilaciones, que son por lo mismo más dignas de especial atención. En primer lugar, examinando las mínimas oscilaciones de los cuatro primeros meses del año, desde Enero a Abril, hallamos que, a excepción de un solo caso (Enero de 1898), son todas las mínimas oscilaciones mensuales mayores de 2 milímetros. En Ma}^o se cuentan ya tres casos en que la oscilación mínima mensual no alcanzó dicha amplitud. En Junio, Julio y Agosto son todas las mínimas oscilaciones menores de 2 milímetros, fuera de las mínimas de Junio de los años 1891, 1892 y 1894, y de Agosto de 1890 y 1892, únicas que superaron este valor. De Septiembre á Diciembre resulta ya menor la frecuencia de estas oscilaciones de poca importancia, siendo en ellos 3, 2, 4 y 3 respectiva- mente los únicos casos en que la amplitud de la oscilación mínima mensual no llegó á 2 milímetros. i MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES ANUALES EXTREMAS. Las máximas oscilaciones anuales extremas de todo el período de 1887 á 1898 han sido de 10.43mm y 4.69mm, diferenciándose en 5.74mm. Las mínimas oscilaciones anuales extremas, 1.88mm y 1.54mm, no discre- pan entre sí más que en 0.34mm. La diferencia entre la máxima y la mínima oscilación absoluta de todo el período es de 8.89mm. FRECUENCIA MENSUAL DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES ANUALES. Las máximas y mínimas oscilaciones anuales van distribuidas en los diferentes meses del año en esta forma: MÁXIMAS. Mayo 1 Junio 1 Julio 1 Septiembre 1 Octubre 2 Noviembre 5 Diciembre 1 MÍNIMAS. Junio m 1 Julio 7 Agosto 2 Octubre 1 Noviembre 1 La distribución de las máximas oscilaciones es, como se ve, muy parecida á la distribución de las mínimas absolutas mensuales que dimos en la página 21. La mayor frecuencia de mínimas oscilaciones PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 27 anuales corresponde al mes de Julio, mes en que tiene lugar la media mensual de la presión atmosférica menor de todo el año, según vimos en la página 19, y la oscilación media también menor, como podrá verse en el párrafo siguiente. MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES MENSUALES DE TODO EL PERÍODO. Las máximas y mínimas oscilaciones mensuales de todo el período pueden verse en el siguiente cuadro: Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre.. Diciembre.. Máximas oscilaciones. mm. 4.58 (1889) 4.57 (1896) 4. 52 (1894) 4.83 (1891) 8.01 (1893) 6.75 (1896) 7.31 (1888) 6.00 (1896) 9.90 (1894) 10.43 (1894) 9.10 (1890) 5.49 (1889) Mínimas oscilaciones. 95 (1898) 00 (1895) 10 (1887) 30 (1898) 72 (1887) 60 (1893) 54 (1890) 67 (1896) 91 (1897) 57 (1889) 69 (1890) 88 (1893) VARIACIÓN DIARIA DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA. IMPORTANCIA DE LAS LEYES DE LA OSCILACIÓN DIARIA DEL BARÓMETRO. Un estudio detenido de la marcha diaria de la presión atmosférica en Filipinas ha de ser, sin duda, de grandísima importancia, no sólo para el mejor conocimiento del clima de estas Islas, sino muy princi- palmente para poder saber con varios días de anticipación la existencia de un baguio ó tifón y prevenirse contra sus temibles efectos. La oscilación diaria del barómetro es en estas latitudes tan regular, que con razón la vemos comparada por algunos autores con la marcha de un reloj; y puede decirse con toda seguridad que las menores irregulari- dades que en ella se observan son generalmente los indicios más ine- quívocos de la proximidad de algún trastorno atmosférico. Cuando hablemos más abajo de los ciclones del Extremo Oriente, se verá que las reglas que dio el benemérito P. Faura para el buen uso de su popu- lar barómetro, están precisamente fundadas, al menos en gran parte, en las leyes que rigen á la oscilación diaria de la presión atmosférica en tiempo normal ó exento de alteración notable de la atmósfera. DOBLE OSCILACIÓN DIARIA DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA. Supuesta, pues, la importancia de estas leyes, veamos en primer lugar cuál sea la marcha diaria del barómetro en los diferentes meses del año. En la tabla ix damos las medias horarias mensuales de la presión atmosférica, deducidas de] período de doce años, desde 1887 á 1898. Con estas mismas medias hemos trazado las doce curvas de las 28 CLIMATOLOGÍA. láminas íi y iii, que representan gráficamente la oscilación diaria del barómetro en Manila en cada uno de los doce meses del año. En todas estas curvas se echa de ver ante todo la doble oscilación que sufre la presión atmosférica en el decurso del día, observándose constantemente dos máximas, una por la mañana, y otra por la noche; 3r asimismo dos mínimas, una por la madrugada, y otra por la tarde. Tabla IX. — Medias horaria* mensuales, (tunales y semianuales de la presión atmosférica en Manila, durante, el período de 1887 á 1898. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Medias . . . Medias.de Nov. á Mayo Medias, de Ju- nio á Octubre. mm. 01.08 61.46 60. 58 59.72 58. 53 58.19 57. 63 57. 97 57. 52 58.62 59. 42, 60. 82 59. 30 60. 23 57.99 mm. ! 60. 61.15 60. 24 59.37 58. 21 57. 88 57. 30 57. 60 57. 17 58.29 59.04, 00.44; 59. 89 57. 65 mm 60. 49 60. 92 60. 04 59.14 58. 01 57. 69 57.10 57. 36 56. 94 58. 09 58. 79 C>0. 17 mm 60. 52 60. 92 60.00 59.16 58. 02 57. 64 57. 04 57.32! 56. 88| 58.05 58. 79! (50. 22 mm 60.73 61.14 60. 21 59. 42 58.20 57, 57.12 57.41 57. 04 58. 23 59. 01 60. 43 58.95, 58.73 58.71 58.89 59. 05 57. 44 59. 66 59. 88 57. 39 57. 51 mm. 61.07 61.53 60.61 59. 76 58. 50 58. 04 57. 39 57. 62 57. 29 58. 07 59. 43 60. 75 59. 22 60. 24 57. 80 ! , I mm 61.53 61.99 61.15 60. 23 58.91 58. 36 57. 71 57. 98 57. 67 59.09! 59. 87| 61.21 mm, 62. 00 62. 39 01.53 60. 65 59.19 58. 55 57. 94 58. 31 58. 09 59. 44 60. 25 61.72 mm. \ 62.27, 62. 09| 61. 75¡ 60. 80; 59. 32¡ 58. 05 ¡ 58. 07 i 58.47; 58.24; 59. 06 60. 49 61.91 59.64, 60. 01 1 60.19 00.70| 01.10, 01.32 58.10, 5K.47¡ 58.02 mil). 02.12 02.04 01. 01 1 C0.01¡ 59. 20 58. 50 58.04! 58. 41 i 58.19 59. 59 00. 30 ¡ 61.76 mm. ; mm. 01.71 01.09 02.22, 01.02 01.28, 00.06 00.20 59.72 58. 87 1 58. 30' 57.85: ; 58.23. j 57.95,' , 59.17 58. 41 57. 95 7.54 7.90 7.45 58.61 59.90 59.42 61.37, 00.80 00.09, 59.76i 59.20 01.19 00.81! 00.25 I I 58.50 58.30, 57.89 Meses. mm. 2. mm. 3. mm. 4. mm. 5. 6. '• mm. mm. mm. Enero 60. 32 59. 70 59.38 59. 51 59. 88 60. 27 60.71 Febrero 60. 82 59. 80 00.17 59.17 59.74 58. 70 59. 74 58. 63 60. 01 58. 89 60. 37 59.28 60. 78 59. 74 Marzo Abiil 58.88 58.18 57. 75 57. 02 57. 82 58. 33 58. 86 Mayo 57.77 57.18 50. 82 50. 70 56. 91 57. 42 57. 92 Junio 57.44 57. 02 50. 07 50. 59 56. 78 57. 21 57. 65 Julio 57.07 50. 08 56. 41 56. 29 56. 40 50. 82 57. 24 Agosto 57. 31 50. 89 56. 61 56. 53 50. 09 57. 07 57. 51 Septiembre 56. 81 50. 34 50.10 56. 15 50. 38 50. 78 57. 22 Octubre 57. 98 57. 45 57.22 57. 34 57. 00 57. 99 58. 46 Noviembre 58. 72 58. 23 58. 04 58.15 58. 47 58.81 59. 29 Diciembre 60.04 59. 49 59. 23 59. 36 59. 73 00.13 60. 59 Medias 58. 59 58. 04 57. 72 57. 72 57. 97 58.37 58.83 Medias, de Noviem- bre á Mavo 59. 49 58. 87 58. 52 58. 53 58. 82 59. 23 59. 70 Medias, de Junio á Octubre 57. 32 50. 88 50. 60 50. 58 50. 79 57.17 57. 62 8. 9. 10. 11. 12. Me- dias. mm. mm. mm. mm. mm. , mm. 61.13 61.44 61.52 01.48 01 . 35 00. 92 61.25 61.64 61.84 01.87 01.70 01.28 60. 25 60.75 61.02 G1.091 00. 90 40. 33 59. 35 59. 84 60. 21 00.241 59. 97 59. 41 58. 38 58.83 59.13| 59. 15, 58. 80 58. 27 58.11 58. 52 58.81 58. 88 58 59 57. 91 57. 00 58. 01 58. 30 58.31 58. 02: 57.42 57. 90 58. 38 58. 67¡ 58. 03 58.34 57. 72 57. 05 58. 07 58. 29¡ 58. 19 57. 87. 57. 35 58. 95 59. 31 59. 42 59.34 59. 08 58. 57 59. 75 60. 03 60. 1 1 1 00. 02; 59. 78. 59. 34 01 . 03 61.32 61. 38 i 61.29, 01 . 05 60. (¡8 59. 29 59. 08 59. 89, 59. 87 59. 03 59.10 00.10 00. 55 00. 74, 00. 73 60. 52 00. 03 58. 07 58. 40 58. 70; 58. 671 58. :¡8 57. 79 LEYES DE LA DOBLE OSCILACIÓN DIARIA DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Para que con más facilidad y más claramente se conozcan las leves que rigen á esta doble osculación diaria del barómetro, hemos formado el cuadro siguiente, en el cual damos por separado las cuatro semi- oscilaciones diarias con las diferencias entre las máximas y las míni- mas, y las horas á que éstas corresponden, sacado todo de las medias horarias de la tabla ix. LÁMINA II. Uariacióp disuria de la presidí? a&posfericra 1887-1898 « % a 5 6 t % « io U «ÜL i i, i * 5-6 1 1 « 4* 4Í «*. Marx 9 TUyo rrirtí van. m ti. 64 fo e9 fe ff t? t~9 *t Felrtre Ahril Junio V __ „ -— — ^ N, > — — — " — ^ -- - 1 __ — -- — — U- — — — — 1 — — ■■- -- — — — _... __ * - 1 lXmina III. Úariació^ diaria de la presiói? atmosférica e? ^aipila. 1887-1898 L/mina IV. Úariació^ diaria de la presióip atmosférica ex? papila. 1887-1898 Junio ci OoetU>* Mdécc anual ITLTn. *1 SI Si só fe *f Si — r- ó/ Mayo Junar ai Pctuó" anual i — .._ ffM Si €o S9 si *9 si *y *¿ f0 *T sí t 1 1 1 r i i ! ¡ i I _ — - •s^J — -- — i '. — — *; PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 29 < 'uadro de las oscilaciones diurna y nocturna de la j)resiÓ7i atmosférica en Manila. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Jimio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre.. Diciembre .. Medias Oscilación diurna. 3 a. m. 3-4 a. m. 4 a. m 3 a. m 3 a.m. 4 a. m 4 a.m. 4 a.m 4 a.m. 4 a.m. 3-4 a.m. 3 a. m 9 a. m. -9 a. m. 9 a. m. -9 a. m . 9 a. m. -9 a. m. 9 a.m. -9 a. m . -9 a.m. -9 a. m. 9 a. m. -9 a. m. mm. 1.78 1.77 1.75 1.66 1.31 1.01 1.03 1.15 1.36 1.61 1.70 1.74 1.49 Descenso. 9a. m. 9 a.m. a.m. 9 a. m. 9 a. m. a.m. 9a. m. 9a. m. 9a. m. 9a. m. 9a. m. 9a. m. ,-3p. m. -3-4 p.m ,-4p. m. -4p.m -4p. m. -4 p.m. -4p. m. -4p. m. -3p.m. -3p. m. -3p. m. -3p.m. 2.89 2.95 3.12 3.18 2.62 2.06 1.78 1.94 2.14 2.44 2.45 2.68 2.52 Oscilación nocturna. Descenso. 3 p. m.- 3-4 p.m. 4 p. m.- 4p. m.- 4p. m.- 4p. m.- 4p. m.- 4p.m.- 3p.m.- 3p. m.- 3p. m.- 3p. m.- ■lOp.m. ,-11 p.m 11 p.m. 11 p.m. 11 p.m. 11 p.m. 11 p.m. lOp.m. 10 p.m. lOp.m. 10 p.m. 10 p.m. mm. 2.14 2.13 2.46 2.62 2.45 2.29 2.02 2.14 2.19 2.20 2.07 2.15 2.24 10 p.m llp.m.- 11 p.m, 11 p.m, 11 p.m, 11 p.m 11 p.m 10 p.m 10 p.m, 10 p.m, lOp.m.- 10 p.m. mm. .-3 a. m . 1.03 -3-4 a.m. 0.95 .-4 a. m . 1.09 .-3 a. m . 1.10 .-3 a. m. 1.14 .-4 a.m. 1.24 .-4 a.m. 1.27 .-4 a. m . 1.35 .-4 a.m. 1.41 .-4 a. m . 1.37 -3-4 a.m. 1.32 .-3 a. m . 1.21 1.21 De la simple vista de este cuadro pueden deducirse las siguientes conclusiones principales : Ia. La diferencia entre la máxima de la mañana y la mínima de la tarde es generalmente mayor que la que se nota entre la máxima de la noche y la mínima de la madrugada. 2a. La mínima de la tarde se puede considerar, en general, como la mínima absoluta de todo el día. Esta ley es tan constante, como puede verse hojeando las páginas de valores extremos de nuestros boletines mensuales, que nos atrevemos á asegurar que, con rarísimas excep- ciones, la mínima diaria sólo es registrada por la mañana en día de notable perturbación atmosférica. 3a. El barómetro suele subir bastante más en la semiosciiación nocturna que en la diurna. 4a. De donde, considerando dos oscilaciones enteras, ó sea, que consten de una subida y una bajada del barómetro, puede decirse que la oscilación que se verifica desde la máxima de la mañana hasta la máxima de la noche es generalmente mayor que la otra que tiene lugar desde la máxima de la noche hasta la máxima de la mañana siguiente. 5a. El valor medio del ascenso que sufre el barómetro por la noche, ó en la semiosciiación nocturna, es menor que la cantidad del descenso anterior de la semiosciiación diurna en los meses de Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Octubre, Noviembre y Diciembre, pero es mayor, en cambio, en los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre. 6a. De la conclusión anterior se deduce que, hablando en general de todo el año, no puede tomarse como máxima absoluta de todo el día la máxima de la mañana, ni como máxima oscilación diaria la diferencia entre la máxima de la mañana y la mínima de la tarde. Esto sólo puede aplicarse á los meses de Enero, Febrero, Marzo, Abril y Diciembre, y especialmente á los cuatro primeros en que el descenso de la tarde suele ser notablemente mayor que el ascenso de la noche. En los meses de Junio á Septiembre, la máxima diaria será observada más frecuentemente por la noche que por la mañana; mas, como la dife- 30 CLIMATOLOGÍA. rencia entre el valor medio del ascenso de la noche y el de la bajada anterior es poco notable, y menor de 0.25mm en cada uno de los cuatro meses, de ahí que tampoco puede tomarse, en general, como máxima diaria la máxima de la noche. En los meses de Octubre y Noviembre, aunque el ascenso medio de la noche es menor que el descenso de la tarde, pero la diferencia es poca; lo cual supone que la máxima diaria puede registrarse varias veces por la noche, siendo, por lo tanto ex- puesto, aun en estos dos meses, el considerar la máxima de la mañana como máxima absoluta de todo el día. 7a. La amplitud del descenso medio de la tarde aumenta gradual- mente desde Julio hasta Abril, y disminuye rápidamente de Abril á Julio; la diferencia entre la amplitud media de estos dos meses es de 1.40mm. La amplitud media del ascenso de la noche y descenso de la madrugada varía relativamente poco de unos meses á otros. Algo más diferente es la amplitud media mensual de la subida de la mañana, la cual aumenta progresivamente de Junio á Febrero y disminuye de Fe- brero á Junio, siendo la diferencia de los dos extremos 0.76mm. 8a. La máxima de la mañana suele observarse á eso de las 9, al paso que la máxima de la noche se retarda más, teniendo lugar entre 1 y 11 p. m. ; más cerca de las 10 en los meses de Agosto á Enero, y más cerca de las 11 en los otros seis meses de Febrero á Julio. 9a. Las mínimas, tanto de la madrugada como de la tarde, se obser- van, hablando en general, entre 3 y 4; las mínimas de la tarde se suelen registrar á las 3 en los meses de Septiembre, Octubre, Noviem- bre, Diciembre, Enero y también Febrero, al menos en parte, ó sea, cuando el sol se halla en el hemisferio Sur; en los otros meses, en que está el sol en el hemisferio Norte, ocurren más comunmente á las 4. Las mínimas de la madrugada se observan más cerca de las 4 en los meses de Marzo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre y Octubre; unas veces cerca de las 3, y otras más cerca de las 4, en Febrero y No- viembre; y por fin, más generalmente se registran á las 3, ó poco des- pués, en los meses de Enero, Abril, Mayo y Diciembre. LEYES DE LA OSCILACIÓN DIARIA ANUAL. Formando ahora para las medias horarias anuales y semianuales que van al fin de la tabla ix y en las curvas de la lámina iv, un cuadro parecido al que hemos presentado para las medias horarias de cada mes, tendremos este resultado: Anual N obre. -May o . Junio-Octubre Oscilación diurna. Ascenso. Descenso. 4a.m-9a.m. 3a.m-9a. m. 4a.m-9a. m. mm. 1.48 1.67 1.23 9 a. m-3-4 p. m 9 a.m-3 p.m 9 a. m-4 p.m mm. 2 Al 2.80 2.04 Oscilación nocturna. Descenso. 3-4 p. m.-lO p. ni. 3 p. m.-lO p. m. 4 p. m.-lO p. m. mm. '■ 2.17 ; 10 p. m.-l a. m. 2.22 10 p. m.-3 a. m. 2.12 ; 10 p. m.-4 a. m. mm. 1.18 1.09 1.31 LAMINA *V. FACSÍMILE DE ALGUNAS CURVAS DEL BARÓGRAFO SPRUNGFUESS DEL OBSERVATORIO DE MANILA TRAZADAS EN TIEMPO NORMAL I Curvas propias de los meses de mayor oscilación, barométrica.. n Cía-vas propias de. los meses de menor- oscilación barométrica,. PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 31 Según este cuadro se nota en la variación horaria anual: Io., que la semioscilación menor es la correspondiente al descenso de la madrugada y la mayor al descenso de la tarde; 2o. , que el ascenso de la noche es notablemente mayor que el de la mañana; y 3°., que las máximas de la mañana y las mínimas de la tarde corresponden respectivamente á las 9 y á las 3 y 4; mientras que la máxima de la noche y mínima de la madrugada corresponden á las 10 y á las 1. OSCILACIÓN DIARIA DEL BARÓMETRO EX LOS PERÍODOS DE JUNIO \ OCTUBRE Y DE NOVIEMBRE Á MAYO. Entre las dos variaciones semianuales se observan las siguientes diferencias más notables: Ia. La amplitud de las semioscilaciones de la mañana, tarde y noche es mayor en la media del período de Noviembre á Mayo que en el otro de Junio á Octubre: siendo, en cambio, menor la semioscilación de la madrugada. '2a. El ascenso de la semioscilación nocturna es menor que el descenso de la diurna anterior en la media del período de Noviembre á Mayo; pero es mayor en la media del otro período. 3a. Tanto la mínima de las tardes como la de las madrugadas es la de las 3 en el primer período, y la de las 4 en el segundo. La máxima de la mañana es en los dos períodos la de las 9, y la máxima de la noche la de las 10. CURVAS TRAZADAS EN TIEMPO NORMAL POR EL BARÓGRAFO SPRUNG-FUESS. Para ilustrar esta importante materia (lámina v) hemos escogido de entre las curvas trazadas en tiempo normal por el barógrafo Sprung- Fúess tres que puedan servir de tipo para los meses en que es mayor la oscilación barométrica, y otras tres propias de los meses de menor oscilación. Con intento hemos dado la preferencia á curvas en que ha sido la osci- lación algo más acentuada que de ordinario, en ambos sentidos, á fin de que así resalte más la diferencia. MEDIAS HORARIAS DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA COMPARADAS ENTRE SÍ Y CON LAS MEDIAS MENSUALES. OBJETO DE LA TABLA X. Para confirmar plenamente las leyes que, según hemos visto en el párrafo anterior, rigen á la oscilación diaria del barómetro en Manila, y para deducir todavía algunas otras, de no menor importancia, hemos formado la tabla x, en la cual no haremos más que dar las diferencias entre cada una de las medias horarias de la tabla ix, y las medias mensuales respectivas, añadiendo debajo, como dato auxiliar, el valor medio del ascenso ó descenso entre cada una de las veinte y cuatro horas v la inmediata anterior. 32 CLIMATOLOGÍA. ^ e •2 5* C '§ £ "tí e I I PQ < S o i ÍJ H » íl n ^ M »H N ft » os lililí O °" i-5 © i © o -* r-» > ,-< *C lí5 co ' © °' O °" I ¿2 á . - " "* ce *1 oc co >a Oí © 8 1 >-s © o 1 © 1 o 1 © 1 o 1 © 1 o 1 © 1 o © 1 O © o © o © o © o 1 © O 1 © o 1 ©' 1 © 1 .(NT*<©í,'(M'-|(no Soi1-^©^©^©0' ' ' ' I l I I ' © I I © °" © °' © °* © °' I iü $ os © © 09 co ! ©' °' © °' © °* © I I I I I I I ©©i-í0'©'©©0'©©© lili t» « ii} n »h «o íi ^ íi ° O ^ "N t^ «rt« -o 1 © °" © °* © °' © °' © °* © O © © ^5 ©' ri ©" ^ ©' © © o °' © <=>' S 1 1 1 1 1 1 1 1 | I | | | 0^ O) fe | © °' ©* °* © <=> © <=> © <=> © o ¿ o ^ d ¿ © ^ o ¿ d ¿ © ¿ o S 1 1 1 1 1 1 .1 1 1 1 1 1 o o» c W Í©0©0©0'©,0©'°©0©©rí©rí©^©o0"©0'©0* ft 1 1 1 1 1 1 1 1 1 ! 1 1 o o S ai 6 1 09 03 co s 2 s >9 s oá 4 S sí © c3 co s si c3 CO a a X c3 00 9 © 03 Os 00 s sí © £ c3 O Os s c 03 r- © s TI 'O a s ¿ PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 33 S : B t-H ¿ -> mm. o I be < mm. a a o m mm. ó Ja mm. B JV o ai "o 1 2 o ; mm. mm. mm. mm. 763. 1 64.1 62.3 59.8 59.0 57.6 57. 5 57.2 60. 0 62. 0 63. 6 762. 1 62.6 61.8 60.0 58.9 57.8 56.3 58.2 56. 5 59.7 61.3 62.6 59.8 764.1 63. 5 62.5 60.7 58.9 56.9 56.1 57.1 58.6 61.9 62.4 63.2 60.5 764.1 64.1 63.6 60.7 59.8 58.6 57.6 57.7 58.9 59.1 60.4 62. 4 60. 5 762. 5 62.8 61.6 60.5 58.8 58.3 57.5 58.0 55.6 57.9 61.3 61.5 59.7 762.1 63.2 60.9 59.7 57.7 55.7 54.7 56.1 55.8 59. 2 60.0 63.3 59.0 762.2 60.5 59.4 58.5 56.8 55.9 57.3 54.6 57.1 59.5 63.0 761.2 61.5 61.0 59.4 56.8 58.9 56.3 56.5 55.0 59.2 63.0 63.0 59. 3 761.9 63.9 61.4 59.7 57.9 57.0 57.1 56.8 56.2 59.3 60.8 63.0 59. 6 762. 8 63.1 61.9 60.3 58.1 57.1 57.1 56.0 55.7 59.8 62.4 63.6 59.8 Medias.... 762.6 i 62.9 ¡ 61.6 i 59.9 58.3 57.5 ¡ 56.5 ¡ 57.1 I i 56.4 59.3 61.3 62.9 59.8 36 CLIMATOLOGÍA, Tabla XII. — Medías barométricas mensuales y anuales de la estación de Albay, durante el período de 1886 á 1895. Años. s O) tí é ó ai 'u ó o '5 o o 1 te Ja a tí, O» tí o a > iciembre. 2 •3 w P>4 s < ¡3 >-» ^ -3\ £ & A ; £ mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm . mm. mm. ; mm. mm. 1880 761.7 62.2 61.7 59.5 58.9 58.9 57. 8 57.6 58.8 59.5 59.9 1887 760.5 60.8 60.2 60.0 58.4 58.3 57.8 58.3 57.1 59.3 59.5 60.3 59.2 1888 761.2 62.4 61.4 60.6 58.9 57.8 56.3 58.0 58.0 60.0 60.4 61.1 : 59.7 1889 757.2 62.2 62.6 60.5 59.6 58.8 57.9 58.3 58.0 57.3 58.6 1890 60.9 62.3 60.1 60.8 59.6 59.9 58.7 58.7 58.0 57.1 56.7 56.2 56.9 57.1 55.0 57.6 56.6 58.6 59.7 58.3 59.9 60.7 ¡ 1891 759. 5 58.9 1892 759.8 60.2 59.1 59.3 58.1 57.3 57.0 58.0 56.5 56.8 57.7 59.7 ! 58.3 1893 760.0 759.8 760.3 60.8 61.5 61.4 60.7 59.6 60.2 59.1 59.4 59.5 57.1 57.6 58.0 58.5 57.8 57.4 57.2 i 57.0 57.4 1 57.2 57.9 | 56.6 56.6 56.6 56.3 58.0 58.0 58.5 59.1 58.9 60.0 59.7 ¡ 60.2 i 60.7 58.7 1894 58.7 1895 58.9 Medias 760.0 61.5 60.6 59.7 58.4 58.0 ¡ 57.2 i 57.5 ! i 56.9 58.2 59.2 60.1 ; 58.9 LAS MEDIAS MENSUALES DE APARRI Y ALBAY COMPARADAS CON LAS DE MANILA. Comparando las medias de ambas estaciones entre sí y con las de Manila se echa de ver que las máximas y mínimas presiones se observan en los mismos meses en los tres puntos citados, pero tanto las unas como las otras, y muy especialmente las primeras, son en Aparri bastante más pronunciadas que en Manila y en Albay, y por lo mismo es en aquella estación mayor que en las dos últimas la variación anual de la presión atmosférica. MEDIAS ANUALES. La media anual de Aparri es 759. 8mm y la de Albay 758.9ram; diferenciándose respectivamente de la media anual de Manila en 0.5mm y -0Amm. En las tablas xiii y xiv damos las máximas barométricas mensuales observadas á 10 a. m., en las mismas dos estaciones de Aparri y Albay. Tabla XIII. — Máximas barométricas mensuales observadas á las 10 a. m. en la estación de Aparri, durante el período de 1886 á 1895. Años. : 2 O) tí ; w 8 o N oí < c & tí tí ó . 0 te < a 0 1 O d Ja S 0 ó a '0 S Medias. [ mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. 1886 .J 768.8 68.4 66.1 63.7 63.1 61.8 60.4 61.7 63.9 65. 8 68. 3 1887 .. 767.1 68.8 65.0 64.7 61.6 61.5 61.3 60.9 62. 2 64.3 65.8 6-4.7 68. 8 1888 ..! 768.5 68.0 67.4 63.8 62.5 60.4 60. 7 62. 1 62.1 66. 6 66.9 68.0 68. 5 1889 ..'■ 768.2 68.2 67.7 68.2 66.8 63.3 64.9 63.1 62.0 61. 6 61.7 61.2 61.9 60.7 61.0 62.1 58.6 63.5 63.9 66. 9 65. 3 67. 4 64.4 68.2 1890 ..: 768.2 68.2 1891 ... 766.2 ...' 767.7 .. 767.3 .. 767.1 69.0 65.9 65.5 67.8 67.5 65.6 63.7 66.8 68.3 66.9 63.9 63.4 64.5 63.2 65.0 62.3 'éi.'i" 61.5 62.6 58.8 '¿i .'3' 61.0 59.6 59.0 59.5 59.8 59.7 60.9 60.3 59.8 59.7 60.3 60.6 60.6 60.2 61.1 61.3 59.6 63.9 61.8 65.3 63.1 62.2 66.2 ; 67.7 64.6 i 66.4 65.9 \ 67.2 65.7 ; 69.1 67.0 | 67.6 i 69.0 1892 1893 , 67.3 1894 69.1 1895 ..! 766.1 67.6 Medias . . ..' 767.5 67.7 66.5 64.0 62.2 60.9 60.4 60.6 61.0 63.9 66.0 67.1 68.3 Tabla XIV. PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 37 -Máximas 'barométricas mensuales observadas á las 10 a.-.Jn. en la estación de AUm-u, durante el período de 1886 A 1895. 6 v mm. 1886 i 705. 9 1887 1 764.0 1888 -...I 764.3 1889 i 764.3 1890 1891 i 763.1 1892 ' 764.0 1893 ; 764.5 1894 : 762.9 1895 1 762.9 Medias ...J 764.0 mm. 66.0 64.8 66.4 64.6 63.9 66.2 62.9 64.9 64. 6 64.5 64.9 mm. 65.6 63. 2 63.8 66.4 62. 5 63.9 62. 1 64.6 64.1 63.6 64.0 mm. mm. 63.0 61.3 64.6 61.6 62.8 62.2 62. 9 62.5 63. 1 62.2 62.8 61.9 62. 5 60.8 63.1 60.2 62.7 61.1 62. 5 61.0 63.0 61.5 mm. 61.5 61.3 '60. 5 61.4 61.5 60.1 60.4 61.7 60.4 60.2 60.9 a mm. mm. mm. mm. mm. : 60.5 59.8 61.8 62.5 60.7 i 61.2 61.0 62. 2 62.3 60.0 ! 61.6 60.8 63.3 63.9 60.8 | 62.3 62.4 60.4 61.0 59. 4 58.7 61.1 63.0 59. 5 60. 2 61.7 62.5 62.1 59.8 (50. 1 60.9 61.1 61.0 60.0 61.0 60.8 61.5 62. 3 59.7 59.4 60.9 60.7 62. 3 60.6 60.1 60.3 60.7 63. 6 mm. 62.7 62. 5 64.7 62.9 62. 3 64.0 - 63.1 62.9 ! 64.9 ; 64.0 ¡ 64.8 66. 4 60. 2 64.0 04.9 04.9 04.5 60.2 ! 60.6 , 60.7 j 61.5 62.6 | 63.4 j (55.2 MÁXIMAS ALTURAS BAROMÉTRICAS 1>K APARRI Y ALBAY. En la página 21 vimos ya que la máxima absoluta observada en Manila en todo el período de 1887 á 1898 ha sido 766.78mn\ cuando en Aparri llegó hasta 769.1,,,m en Diciembre de 1894, y á 769nim en Febrero de 1891, siendo aun menos raro el llegar á la altura de 767,11,n y 76Sinm en los meses de Diciembre, Enero, Febrero y Marzo. No así en Albay, en donde la máxima del período de 1880 á 1895 no ha pasado de 766.4n,m, observada en Febrero de 1888 y Marzo de 1889. PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN OTROS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO. En la tabla xv hemos agrupado, además de las medias mensuales de Manila, Aparri y Albay, las de otras ocho estaciones de Luzón, que son las siguientes: Dáet, de la costa oriental; San Isidro, Bayombong y Tuguegarao, del centro de la Isla; y Bolinao, Vigan, Laoag y Punta Santiago, de la costa occidental. Añadimos al fin de la misma tabla las medias deducidas de algunos pocos años de observación para Iloílo. Calbáyog y Zamboanga.1 1 Escogemos precisamente estas tres estaciones por haber en ellas buenos baróme- tros de mercurio. También los había en las granjas de La Carlota y Cebú, mas debían de tener un error instrumental que nos es desconocido. Las observaciones de Iloílo son de la estación agronómica allí establecida; debemos las de Calbáyog á la generosidad del maestro D. Pío Santos, y, por fin, hemos de agradecer las de Zam- boanga á la solicitud del P. Baltasar Ferrer, S. J., á quien es deudor este Observatorio de preciosas observaciones por él verificadas durante sus dos años de residencia cu la capital de Mindanao. 38 CLIMATOLOGÍA. Tabla XV. — Media* ¡tarométricas mensuales de varias estaciones de Lnzón, Bisayasy Mindanao. Aparri I 762. 60 Laoag I 761.19 Tuguegarao ' 762. 29 Vigan : 760. 47 Bavombong ! 761. 62 Cabo Bolinao. ... 760. 91 San Isidro ] 761.08 Manila 761.27 Dáet 762. 29 Punta Santiago. . 760. 68 Albav 760.00 Calbávog (Samar) 759. 70 Iloílo" 758.90 Zamboanga 759. 10 mm 62.90 61.47 61.92 60. 92 61.58 61.14 61.32 61.52 61.75 61.08 61.50 60.64 60. 20 59.90 mm, 61.60; 60. 52 ¡ 60. 65¡ 59. 72! 60.36' 59. 95: 60. 18¡ 60. 60 60. 79! 60. 071 60. 60¡ 59.39 58.80 58.70 59. 901 59. 65 59. 15 58.81 59.09 58. 93 59. 02 59.57 59.75 59.13 59. 70 58. 91 58. 20 59. 20 mm. 58.30 58. 08 57.33 57.33 57.43 57.63 57.68 58.47 57. 98 58.39 58. 40! 58.01| 57. 801 57. 80 mm. mm 57.50 56.50 57.59 57.16 57.03! 56.49 56.98! 56.53 57.15J 56.48 57.24! 56.95 57.71! 57.53 58.081 57.50 57.67 57.07 57. 68' 57. 58 58.00¡ 57.20 57.72J 57.60 57.90! 57.70 58.90 59.30 mm, 57.10 57.19 56.47 56.56 56.45 56.91 57.31 57.75 56.95 57.49 57. 50 57.08 57.70 59.60 mm. ' mm. 56.40: 59.30 56. 49¡ 58.09 56. 14: 58. 40 55.95J 57.66 56.01¡ 58.28; 56.42! 58.25| 57.16 58.38 57.62! 58.881 56.67: 58.31! 57. 28| 58.361 56.90 58.20i 56.98 57.95 57.90! 58.30 59.20¡ 59.80 mm. mm. 61.30 62.90 59.75Í 61.25 60.57J 62.53 59.06 60, 60.08 61. 59.40' 61.00 59.69! 61.22 59.55¡ 60.92 59.47 61.21 59.23 60.37 59.20 60.10 58.75 59.21 58. 70¡ 59. 20 59. 10! 58. 30 10 6 6 6 6 6 6 16 6 6 10 3 4 2 Las inedias anuales pueden verse en el siguiente cuadro: Estaciones. Aparri Laoag Tuguegarao Vigan Bayombong Cabo Bolinao San Isidro Manila Dáet Punta Santiago — Albay Calbávog (Samar) . Iloílo Media Años de ob- anual. servación. mm . 59. 78 8 59.04 6 59.13 5 58.28 5 58.87 6 58. 69 3 59.02 6 59.31 16 59. 08 6 58. 91 5 58. 91 7 58.48 2 58.70 2 Si se comparan estas medias anuales con las que podrían deducirse de las medias mensuales de la tabla xv, se notarán en algunas estaciones diferencias debidas á que para la media anual hemos prescindido de algunos años incompletos de observación, los cuales tuvimos en cuenta al deducir las inedias mensuales. NOTABLE PENDIENTE BAROMÉTRICA HACIA EL NNE. DE LUZÓN EN LOS MESES DE ALTAS PRESIONES ATMOSFÉRICAS. Comparando entre sí las medias normales mensuales de las estaciones de Luzón comprendidas en la tabla xv, se nota un hecho bien notable 3^ digno de llamar nuestra atención, el cual no haremos más que indicar brevemente. Nos referimos á la pendiente barométrica que en los meses de altas presiones existe en la isla de Luzón, desde Aparri hasta Laoag, Vigan y Cabo Bolinao. Demorando el centro de máxima pre- sión en estos meses de Diciembre, Enero, Febrero y Marzo, en el interior del continente asiático y hacia el NNO. de Luzón, parecía natural que, hallándose las estaciones de Aparri y Laoag casi en un PRESIÓN ATMOSFÉRICA. 39 misino paralelo, una al N. y otra al NO. de la isla, alcanzase á entram- bas una misma isóbara, mayor que las correspondientes á las otras estaciones situadas en más bajos paralelos. Sin embargo, no es ello así; antes bien podemos decir que, mientras Laoag, Vigan y Cabo Bolinao se encuentran casi en la misma isóbara que Manila, la presión atmosférica sube de un modo bastante notable desde Manila á Bayom- bong, de Bayombong á Tuguegarao y de Tuguegarao á Aparri, siendo por término medio la isóbara de esta última estación más de 2 milímetros mayor que la de Vigan y Laoag. Y aun en los días en que la presión obtiene su máximum llega á superarla en 3 y hasta 4 milímetros. De suerte que parece como si existiese un centro de alta presión hacia el NNE. de Luzón, extendiéndose sus isóbaras en forma de elipse cuyo eje mayor estuviese orientado de NNE. á SSO. LA VARIACIÓN ANUAL DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA COM- PARADA CON LA DE BISAYAS Y MINDANAO. Por lo demás, la variación anual de la presión atmosférica en Manila y en general al Sur de Luzón se diferencia poco de la observada en Bisayas y Mindanao. Con todo, según los datos de Zamboanga, parece puede decirse que el barómetro no sube allí á tanta altura como en Manila en los meses de alta presión, y se conserva, en cambio, algo más alto en los meses en que menudean más las perturbaciones atmos- féricas, ó sea de Junio á Septiembre. CAPITULO III. TEMPERATURA DEL AIRE. VARIACIÓN ANUAL DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN MANILA. LA TEMPERATURA MEDIA DEL AIRE EN MANILA EN LOS DIFERENTES MESES DEL ANO. En la tabla xvi damos la marcha anual de la temperatura del aire en Manila, deducida de veinte y cuatro observaciones diarias y de diez y seis años de observación, desde 1883 á 1898. Según esta tabla, el mes más benigno es el de Enero, siguiendo en segundo término los meses de Diciembre y Febrero; sube considerablemente la temperatura en el mes de Marzo, llegando á su máximum en Mayo; disminuye muy gradualmente desde Mayo á Julio, y de Agosto á Septiembre; con- sérvase en Agosto el mismo grado de calor que en Julio, y en Octubre el mismo también que en Septiembre, volviendo de nuevo á disminuir de Octubre á Enero, pero sin notarse en esta segunda parte del año, ó sea, en los meses en que decrece la temperatura, los saltos bruscos que aparecen en la primera, si se compara la media normal de Febrero con la normal de Marzo, y ésta con la de Abril. Tabla XVI. — Temperaturas media* mensual es y anuales del penado de 18SS á JS9S. 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 189Ü 1891 1892 1893 1894 1895.. 1896 1897 1898 Medias °C. 25. 2 23.6 24.6 25. 2 25. 2 24.9 25.8 25. 6 24.6 25. 3 24.1 24.7 24.7 24.6 25.7 25.5 °C. 25.6 24.7 24.4 24.7 25.3 I 25.2 ! 26.4 1 25.9 25.0 26.0 25.4 25.0 25.1 25.8 26.3 26.2 25. 0 °C. 27.7 26.4 26.1 26.4 26.7 27. 5 27. 5 27.3 26.7 27.1 26.5 26.6 26.7 27.2 27.7 26.3 °a 28.2 27.8 27.3 28.3 27.7 28.7 29.4 27.9 28. 6 28.0 28.3 28.2 28.3 28.4 29.0 27.9 °c. ° a °a °C. °a 28.7 i 27.1 26.7 27.4 26.5 28.2 ! 27.0 26.3 26.5 26. 6 28.5 i 28.3 27.3 27.1 27.6 28.5 27. 5 27.0 27.5 27.1 27.7 27.6 27.1 27.3 26.3 29.2 27.8 26.1 27. 2 27.6 30.3 28.7 27.5 27.3 27.5 27.9 27.3 27.3 27.4 26.5 29.8 ! 27.6 26. 8 26.6 26.8 28.8 28.1 27.3 27.0 26.7 27.8 27.7 27.3 27.7 26.6 28.0 27.7 27.2 27.3 26.8 28.0 27.8 27.5 27.1 26.9 27.6 28.0 27.3 26.4 27.2 29.4 29.5 27.5 27.1 27.2 28.2 27.6 26.7 27.3 27.2 28.5 27.8 27.1 27.1 26.9 i °a 26.5 26.6 27.3 26.6 26.4 26.3 27.1 26.1 27.4 27.1 26. 5 26.9 27.5 27.2 27.3 I ' °a 26.0 25.9 26.4 ¡ 26.0 '■ 26.1 i 26.5 i 26.5 I 25.4 I 26.3 , 25.8 i 25.7 ! 25.6 ¡ 25.8 i 26.4 , 26.8 ! 26.1 ! °a 24.1 24. 3 25.2 24.9 25.4 26.0 24.9 25. 2 25. 5 25. 0 25.4 25.0 25.1 25.3 25.5 25. 7 °C. 26.6 26. 2 26. 7 26. (i 26.6 26.9 27. 4 26. 6 26.8 26. 9 26. 6 26. 6 26. 7 26.8 27.4 26. 8 26.9 I 26.1 , 25.2 i 26. 8 LAS TEMPERATURAS NORMALES MENSUALES COMPARADAS CON LA NORMAL ANUAL. Esta gradación mayor ó menor con que aumenta ó disminuye la tem- peratura normal de los diferentes meses del año prodrá verse clara- 40 LÁMINA VI. ¿ariacicfy apáal de ia tenjperatára del aire 1883-1698 J> £ T M A Jf S *f A S O JST D 2oo 28o ?7o 2»o S7o 2¿o \ \ 26o 25.o TEMPERATURA DEL AIRE. 41 mente en el adjunto cuadro, en el cual damos la diferencia entre la media normal de cada mes y la media anual: Media anual. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre. . Media ¡ Dife- mensual.j rencia. ! 3 C. 25.0 25.4 26.9 28. 3 28.5 27.8 27.1 27.1 20. y 26.9 26. 1 ° ('. -1.8 -1.4 -1-0.1 1-1.5 ■i- 1.7 1-1.0 1-0.3 ■1-0.3 •0.1 1-0.1 - 0. 7 - 1.6 MEDIAS ANUALES EXTREMAS Y COMPARACIÓN ENTRE LAS MEDIAS NOR- MALES Y LAS MEDIAS EXTREMAS DE CADA MES. Si comparamos ahora la temperatura de unos años con la de los demás, hallaremos muy poca diferencia así entre las temperaturas medias anua- les, cuyos extremos de 20.2° (18S4) y 27.4° (1889 y 1897) se diferencian sólo en 1.2°, como también entre las mismas medias mensuales. Para que se vea fácilmente esto último ordenamos el siguiente cuadro, en el que damos las diferencias extremas que se han observado en el período de 1883 á 1898 entre las temperaturas normales y las medias de eada mes: Enero . . Febrero Marzo .. Abril . Mayo Junio .lulio Agosto Septiembre Octubre . . . Noviembre Diciembre. dia mal. Máxima diferencia positiva. ;' Máxima ' diferencia. negativa. C o (• : ° r. 25. 0 0.8 (1889) ; 1.4 (1884) 25. 4 1.0 (1889) ¡ 1.0 (1885) 26.9 0.8 (1883 v 1897. ; 0.8 (1885) 28.3 1.1 (1889) 1.0 (1885) 28. 5 1.8 (1889) ! 0.9 (1896) 27.8 1.7 (1897) i 0.8 (1881) 27.1 0.4 (1889,1895.1*97 ; i.o (1888) 27.1 0.6 (1893) i 0.7 (1896) 2(5. 9 0.7 (1885 y 1888 , 0.6 (1887) 26. 9 0.6 (1895) ! 0.8 (1890) 26. 1 0.7 (1897) 0.7 (1890) 25. 2 0.8 (1888) ! 1.1 (1883) De suerte que la mayor diferencia positiva de las medias mensuales es 1.8°; y la máxima diferencia negativa, 1.4°. Nótese de paso (pie las tres máximas diferencias positivas se han observado en los meses de mayor calor, á saber, Abril, Mayo y Junio, y al revés, las dos máximas diferencias negativas, corresponden á los dos meses menos calurosos, Enero y Diciembre. POCA VARIACIÓN ANUAL DE LA TEMPERATURA. La sola vista de la tabla xvi y de la curva que hemos trazado en la lámina vi basta para convencernos de la poca variación anual que sufre la temperatura en estos países tropicales. La diferencia entre la temperatura mensual máxima, que es la de Mayo, y la mínima, que es la de Enero, no pasa de 8.5°. 42 CLIMATOLOGÍA. DIVISIÓN DEL AÑO EN TRES GRUPOS DE MESES. SEGÚN SU MAYOR ó MENOR TEMPERATURA. Sin embargo de esto, no deja de notarse bien sensiblemente el cam- bio de la temperatura benigna, propia de los meses de Diciembre, Enero y Febrero, á la excesivamente cálida de Abril y Mayo. Y así, aunque por razón de la distribución anual de lluvias se suelen distinguir en Filipinas dos estaciones, denominadas seca la una, y húmeda ó lluviosa la otra, según veremos en su lugar, pero atendiendo al propio tiempo a la temperatura, dividen también el año algunos autores en tres estaciones, que llaman seca y templada, la primera; cálida y seca, la segunda; y húmeda y templada, la tercera. Véase en confirmación de ésto lo que se dice en la Guía Oficial de Filipina* respecto á los carac- teres generales del clima de este Archipiélago: Situado el Archipiélago todo en la zona intertropical, participa del clima que carac- teriza á los países que se hallan en las mismas condiciones. Las altas y uniformes temperaturas que marca el termómetro durante todo el año son la causa principal que hace desagradable y pesado el habitar en esta región, y que produce en los naturales la flojedad é inercia que les caracteriza, y una sensible postración de fuer- zas en los europeos que llevan algunos años de residencia en el país. Pero esa uni- formidad no se ha de entender de un modo absoluto, pues en rigor se distinguen bien tres estaciones durante el año, de las cuales, la primera, templada y seca, suele comprender los meses de Diciembre y Enero y parte de Noviembre y Febrero; otra excesivamente cálida y seca, abraza los meses de Marzo, Abril y Mayo; y la última, por fin, templada y húmeda, se extiende desde Junio hasta Octubre inclusive; ésta sería mucho más cálida á no venir á refrescarla la casi continua y abundante preci- pitación acuosa que tiene lugar en estos meses. Esta división, por lo que concierne a la distribución anual de las lluvias, ó en otros términos, a las estaciones seca y húmeda ó lluviosa, en ninguna manera se puede aplicar á todo el Archipiélago, sino sólo a parte del interior y a las costas occidentales, según veremos en el capítulo v. Esto mismo se hace notar con razón en el lugar citado de la Guía Oficial de Filipinas en estos términos: Hay que advertir que esto se refiere solamente al interior del Archipiélago y costa occidental del mismo; en la oriental no se verifica así, pues la estación que llamamos nosotros templada y seca, se distingue allí por la mucha precipitación que ocasionan los vientos del Norte, tanto condensando la gran masa de vapores que se eleva de la superficie de los mares, como por chocar y mezclarse con los del Sur, que arrastran también mucha cantidad de agua evaporada, por la dilatada superficie de los mares que han recorrido; y la última, que llamamos cálida y húmeda, dista mucho en aquella costa de ser tan húmeda como en la occidental, por haber depositado ya los vientos, en esta costa, una gran cantidad del vapor que arrastraban. Ahora bien, prescindiendo aquí de la distribución anual de las lluvias y atendiendo únicamente a la variación de la temperatura, tal como nos la presenta la curva de la lámina vi, parece que con respecto a Manila se podrían dividir los doce meses del año en los tres grupos siguientes: El primero comprendería los meses de temperatura que podríamos casi llamar templada, cuyas medias mensuales oscilan entre 25° y 26.5°; TEMPERATURA DEL AIRE. 43 tales son los meses de Noviembre, Diciembre , Enero y Febrero. En el segundo incluiríamos los meses de temperatura excesivamente cálida, cuyas medias mensuales estén comprendidas entre 27.5° y 28.5°, ó sea, los meses de Abril. Mayo y Junio. Por último, el tercer grupo abar- caría los otros meses de temperatura intermedia, es decir, ni tan benigna como la de los meses del primer grupo, ni tan excesivamente cálida como la de los del segundo, cuyas medias mensuales ni sean menores de 2(>.5°, ni mayores de 27.5°; en este grupo estarían comprendidos, por consi- guiente, el mes de Marzo, que se halla en medio de los meses más benig- nos y de los más cálidos, y los de Julio, Agosto, Septiembre y Octubre, intermedios también por el lado opuesto entre las mismas dos estaciones extremas. Con esto ya se ve que nos apartamos bastante de lo que se decía en la Guía Oficial de Filipina*, en el lugar poco ha citado; mas esto nos ha parecido necesario, toda vez que, según los resultados obtenidos con las observaciones de estos últimos años, las cuales son mucho más precisas que las de años anteriores, en ningún modo puede contarse el mes de Marzo entre los de temperatura excesivamente cálida, pues la media que le corresponde es bastante menor que la de Junio, algo menor aún que la de Julio .y Agosto, e igual á la de Septiembre y Octubre. MÁXIMAS Y MÍNIMAS ABSOLUTAS MENSUALES Y ANUALES DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS XVII Y XVIII. En las dos tablas xvii y xviii incluímos las máximas y mínimas absolutas mensuales y anuales registradas en este Observatorio durante todo el período de 1883 á 1898, añadiendo al pie de cada tabla los valores medios respectivos de dichas máximas y mínimas. Tabla XVII. — Máxima* absolutas mensuales \j anuales de la fem¡)eratura del aire en Manila, durante el período de 1883 á 1898. Años. c o s 1) ! Máxi- ma u O» G 0) N f-i o3 | "S o "3 1 be c. "> anual. W fe £ < S ^ >-i *t a,1 ° y< c ° a °C. o a ° C. ° a o a ° c. ° C. ° C. ° C. ° a ° a ° a 1883 33.2 34.1 34.8 35.8 35.8 33.9 33. 6 33.3 33.2 32.3 32. 5 31.7 35.8 1881 30. 5 31.4 32. 5 34.1 35. 2 33.4 31.8 32. 2 32.0 31.9 32. 9 31.1 35.2 1885 30.0 32.1 33.9 34.0 35. 7 35.6 33.1 31.8 33.3 33.3 32.1 32.3 35.7 188(1 31.8 32.9 33. 2 35. 5 34.9 34.4 33.3 33.3 32. 9 33.4 33. 4 31.7 35. 5 1887 32.1 32.8 33.7 35.0 36. 0 35. 0 33.2 33.8 32.4 32.7 32.9 32.7 36.0 1888 32. 0 33.8 35.3 35.8 36.7 34.4 33.0 33.4 34.2 33. 7 32.4 33.3 36.7 1889 33.0 33.8 35.0 37.2 37.8 35.0 33.5 33.9 34.2 33.1 33.1 31.4 37.8 1890 32.3 32. 8 34.8 35.6 35. 7 34. 7 33.1 33.3 33.2 32.2 32.2 32.1 35.7 1891 31.4 32. 5 33.7 35.4 37.7 33.8 32.8 31.1 32.3 34.9 32.9 31.6 37.7 1892 32. 3 35. 4 34.0 35.2 36. 9 36.0 33.4 34.6 32.1 33.3 32.2 31.1 36. y 1893 31.7 34.4 35. 5 36.1 35.7 35. 4 33.8 33.7 32.2 31.7 33.2 31.2 36.1 1894 31.7 32.4 34.1 35.6 35. 4 34.9 34.9 33.8 33.2 33. 9 31.7 32.2 35. 6 1895 33.0 33. 7 35. 4 36.2 35.4 36.1 33.9 33.4 34.0 34.1 32.9 32.3 36. 2 1896 32. 3 32.9 35. 0 36.2 35.0 35.3 34.4 32. 1 33.3 34.4 32.7 33.2 36. 2 1897 33.9 33.2 34.0 35.4 37.2 35.6 34.1 33.5 33.1 32.9 33.3 31.9 37.2 1898 32.1 32. 5 33.0 34.9 35.4 33.8 32.7 31.7 34.3 33.2 32.8 31.7 35.4 Medias 32.1 33.2 34.3 35. 5 36.0 34.8 33.4 33.1 33.1 33.2 32.7 32.0 36.2 44 CLIMATOLOGÍA. Tabla XV11I. -Mínimas absolutas mensuales y anuales de la temperatura del aire en Manila^ durante el 'periodo de 1883 á 1898. 1883 1884 1885 1880 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 189-1 1895 189<; 1897 1898 Medias . c o s x¡ a g Míni- ma c .O s '£ 7¡ "5 o o- Z) '3 anual. i W ít, ^ < f*< ^ ^ < w O yA ^ i °c. °C. ° < '. ° ('. °c. ° C. °C. °c. °a QC °C. °C. ° a S 18.3 19. 2 20.1 22. 8 22. 0 22. 8 22. 8 22.8 22. 8 22.2 21.0 10. 7 16.7 , 18.0 17.9 19.9 21.0 23. 1 22.8 21.0 22. 2 21.9 21.8 19.0 17.5 17.5 18.0 18.3 17.4 20.0 22.2 23.1 .22.9 22. 2 22. 9 22. 4 21.0 18.4 17.4 16.7 17.0 18.9 20.7 22.8 22.8 22.4 21.9 22.9 21.9 20.7 19.2 16.7 : 17.2 17.2 19.9 21.1 22.3 21.9 22.8 22. 2 22. 2 20. 0 21.2 18.3 17.2 17.7 10.1 19.3 21.4 22.8 22. 8 22. 3 23. 2 23.1 21.7 21.1 17.7 16.1 ! 18.2 20.0 18.2 19.4 20. 5 21.1 21.9 23. 3 22. 9 22.8 22.2 22.8 22.4 22. 2 22. 3 22.8 22. 5 22. 9 20.4 21.4 18.3 19.4 17.8 18.2 i 17.8 17.8 ! 17.8 17.2 18.3 21.0 22.0 22. 2 21.1 22. 7 22. 2 21.2 21.1 19.3 17.2 | 19.2 18.0 20.7 20.7 21.7 22.9 22. 5 22. 1 21.8 21.7 19.2 15.7 15.7 | 17.2 17.8 18.9 20.4 22. 5 21.7 22.8 23. 1 21.7 21.1 20.8 19.2 17.2 1 17.2 17.9 18.4 18.9 22. 3 22. 8 22.9 22.8 22. 5 21.0 18.9 19.3 17.2 ! 18.3 18.2 18.3 18.2 18. 3 21.0 19.8 22.9 22. 9 21 . 0 23. 4 21.0 22.8 22. 0 20.0 21.4 23. 3 20. 0 21.8 18.8 21.2 18.3 18.7 18.2 : i7.3 17.3 17.9 18.7 19.9 22.7 23.9 23.4 22. 4 22. 3 23.1 22. 2 21.7 20.1 17.9 ; 17.1 18.4 19.8 21.0 23.0 22.9 22.9 22.5 22. 5 22. 7 21.7 19.4 17.1 17.8 18.1. 19.2 21 . 0 22. 7 22.0 22.4 22.4 22.5 21.7 20.4 18.4 17.2 VALORES MEDIOS DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS ABSOLUTAS AXUALKS Y MENSUALES. Según los datos que arrojan estas tablas, la diferencia entre las inedias de las máximas y mínimas absolutas es de 19°. Las medias máximas y mínimas de las máximas absolutas mensuales son las de Mayo y Diciembre, diferenciándose sólo en 4o. Las medias máximas y mínimas de las mínimas absolutas mensuales corresponden á los meses de Mayo y Enero, siendo su diferencia de 4.9°. MÁXIMAS Y MÍNIMAS ABSOLUTAS DE TODO EL PERÍODO DE 1888 \ 18D8. La máxima absoluta de todo el período que estudiamos ha sido 37. o 5 °a °C. 8.3 9.4 9.8 9.3 9.2 8.2 6.2 6.2 7.3 8.0 7.3 8.4 8.1 8.4 9.2 10.2 9.3 8.5 7.6 7.4 7.5 6.4 7.2 7.3 7.0 8.0 9.4 9.8 9.3 9.2 8.6 8.0 5.8 7.7 5.6 7.6 7.0 8.9 8.1 9.0 11.5 10.8 11.4 10.1 7.1 5.3 6.4 7.8 7.6 8.3 8.7 8.6 9.4 10.0 11.1 11.3 10.9 8.5 7.6 7.0 7.7 7.3 6.8 6.4 8.7 9.0 9.9 10.7 9.6 9.0 8.0 6.9 7.8 5.8 6.7 7.9 8.8 8.4 8.3 10.1 10.7 10.6 10.4 7.3 6.1 5.8 5.7 8.9 7.6 7.3 8.2 7.9 10.1 9.9 10.7 9.8 8.9 6.9 8.1 6.1 7.3 7.3 7.6 8.4 9.6 10.9 10.3 10.7 8.0 8.8 6.9 6.6 6.3 7.0 7.1 7.3 8.3 9.6 9.3 9.8 11.0 9.2 7.9 7.0 6.9 5.6 7.6 7.8 7. 5 8.3 9.6 10.3 10.3 10.3 7.6 7.9 7.9 7.0 5.9 8.9 8.5 9.1 8.6 10.1 11.0 11.0 11.1 7.0 7.3 6.8 5.3 6.5 7.1 9.3 9.8 8.5 10.2 10.4 9.8 9.9 8.9 8.1 7.2 6.4 7.2 7.0 7.8 7.3 8.4 8.1 9.3 8.1 9.2 8.5 6.9 6.8 5.4 7.9 6.9 6.2 7.9 7.6 ii 10.1 10.1 10.3 9.0 7.. 6.8 ,7 6.6 ,5 7.6 8.0 8.3 TEMPERATURA DEL AIRE. 47 RELACIÓN ENTRE LAS DIFERENTES MEDIAS MENSUALES DE LAS MÁXIMAS TEMPERATURAS. Atendiendo á los valores medios de las máximas absolutas mensuales que nos da la tabla xix tenemos que las medias mayores, 33.0° y 33.3°, son las de Abril y Mayo; y las menores, 29.6° y 29.8°, las de Diciem- bre y Enero; las medias de los meses restantes oscilan entre 30.2° y 32.2°. Nótese que las medias de las máximas absolutas de Marzo y Junio son casi idénticas, y aun la de aquél algún tanto mayor que la de Junio; pero en cambio, como se ve en la tabla xx, la media de las mínimas correspondiente al mes de Marzo es 2.2° menor que la de Junio; y ésta es la causa porque, a pesar de ser tan semejantes las máximas absolutas de ambos meses, sin embargo, la media mensual de Junio es bastante mayor que la media mensual de Marzo, según hicimos constar al principio de este capítulo. Las lluvias, que empie- zan á ser frecuentes en el mes de Junio, producen una disminución notable en la oscilación térmica, é impiden que la temperatura del aire alcance el grado de calor á que sin duda llegaría en dicho mes, y aun en los dos ó tres siguientes, si no fuese por el estado de nubosidad y la abundante precipitación acuosa propia de aquella época del año. Á esto mismo atribuímos la subida que se observa en el valor medio de las máximas de Octubre, si se compara con la de los tres meses pre- cedentes; pues en aquel mes, siendo, como es, el último de la llamada estación lluviosa, disminuye ya bastante la frecuencia de las lluvias; y por lo tanto, el estado generalmente más despejado de la atmósfera, en especial en las horas de mayor calor, permite que sean algo mayores las máximas absolutas de la temperatura; con todo, como la oscilación también es mayor, la media de las mínimas del citado mes de Octubre resulta 0.4° menor que la de Julio, Agosto y Septiembre, y de ahí que se comprenda fácilmente cómo se diferencian tan poco las medias men- suales de estos cuatro meses, según se indicó al principio de este capítulo. RELACIÓN ENTRE LAS MEDIAS MENSUALES DE LAS MÍNIMAS TEMPERATURAS. Si nos fijamos en la relación que guardan entre sí las medias de las mínimas absolutas mensuales, observaremos que según la tabla xx, las mayores, 24.3° y 24.2°, se verifican en los meses de Mayo y Junio respectivamente, y las menores, 20.7° y 20.6°, en los de Diciembre y Enero, también respectivamente, oscilando las restantes entre 21.6° y 23.9°. MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES MENSUALES Y ANUALES DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS XXII Y XXIII. Con los datos termométricos recogidos en nuestro Observatorio, durante el período de 1883 á 1898, hemos arreglado las tablas xxii y 48 CLIMATOLOGÍA. xxiii, en las cuales es de ver la relación que las máximas y mínimas oscilaciones mensuales de la temperatura del aire en Manila guardan no sólo entre sí, sino también con las anuales, y vice versa las anuales con las mensuales. Tabla XXII. 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 -Máximas oscilaciones mensuales i/ anuales de la temperatura del aire en Manila, durante el período de 188S á 1898. 1 JO Ñ U tí j=¡ c tí o" ¿ So ó B ¿V ° a ó u .a £ 6 £ 6 Máxi- ma anual. ; w fe r% < ° a £3 ° a ° C. •-i ° a < ° r. C °a ° c. G : ° a ° a °a ° a i 12.9 12. 9 13.2 13.0 10.9 10.0 9.8 9.4 9.4 10.0 11.0 10.7 13. 2 ' 11.3 11.1 11.9 11.8 10.8 9.0 8.6 8.8 9.3 9.3 9.9 10.3 11.9 : 11.2 13.5 14.3 12.7 11.6 11.0 8.9 9.6 9.4 9.8 10.2 11.1 14.3 11.9 12.0 12.1 12.3 11.1 10.2 10.9 10.0 9.3 11.2 11.8 11.1 12.3 13.4 13.7 12.6 12.5 11.6 11.1 9.3 11.0 8.4 11.1 10.5 12.1 13.7 ; 11.5 13.9 13.4 13.2 13.0 9.4 9.2 8.4 10.9 11.0 10.7 11.3 13.9 ; 13.4 12. 5 14.0 14.3 13.0 12.2 10.2 10.6 10.6 9.5 10.8 10.6 14.3 ! 12.8 12.7 13.4 12.8 11.4 11.5 10.2 10.7 9.3 10.7 11.5 12.0 13.4 > 12 0 14.5 15. 0 13.6 13.3 14.1 13.4 12.5 13.2 9.7 12.0 8.9 10.0 7.7 11.5 8.8 9.6 11.0 10.6 10.8 11.4 10.6 12.7 14.5 12.3 15.0 : 12.7 14.3 13.8 13.0 11.4 11.4 9.8 9.8 8.6 9.7 11.5 10.5 14.3 13.9 13.2 13.5 16.4 12.1 11.0 11.4 10.0 9.7 10.9 10.4 10.3 16.4 14.7 12.9 14.6 13.3 11.4 11.2 10.1 9.4 9.7 11.2 12.2 12.8 14.7 14.0 14.3 14.9 13.7 11.2 10.3 10.0 8.9 9.9 11.0 11.3 13.8 14.9 13.4 12.9 13.4 11.6 12.1 12.1 9.8 9.7 9.3 9.9 10.9 10.9 13.4 13.0 12.9 12.0 12.2 11.6 10.4 9.5 8.9 11.4 9.3 9.6 11.2 13. 0 12.8 13.3 13.4 13.1 11.8 10.8 9.8 9.7 9.6 10.4 10.9 11.4 14.0 Tabla XXIII. — Mínimas oscilaciones mensuales y anuales de la temperatura del aireen Manila, durante el período de 188S á 1898. Años. £ 1 i-, £5 N £ c .2 c O be Jq X5 a 6 £ B '5 Míni- ma anual. ° r. fe ° a ° a ° a ° C. ° a ° a -i} ° a o ° a ° a Q ° C. ° C. 1883 4.4 4.8 6.5 4.5 6.7 6.2 4.3 5.9 2.8 3.2 3.9 3.1 1.6 2.6 3.0 2.8 2.1 2.4 1.8 5.2 1.8 3.4 4.6 3.4 1.6 1884 2.4 1885 5.2 6.8 5.2 4.4 6.4 3.5 3.4 4.1 2.6 5.9 4.1 6.0 2.6 1886 5.9 6.2 6.9 5.8 5.5 5.0 3.6 2.8 2.4 1.9 4.0 3.0 1.9 1887 4.5 4.9 5.1 ñ.6 8.3 7.2 6.3 7.9 8.1 4.2 7.7 7.2 5.5 5.0 7.1 4.7 2.9 5.6 3.1 2.5 2.7 4.0 2.9 3.5 2.9 5.1 4.3 2.5 2.6 4.0 2.7 5.0 2.8 4.1 2.1 1.2 2.5 1888 2.1 1889 1.2 1890 6.2 7.1 8.8 4.3 5.8 2.6 1.5 5.4 1.1 2.6 2.9 4.7 1.1 1891 2.5 2.0 5.4 6.0 6.2 6.8 6.6 6.3 6.2 7.4 7.1 6.7 5.6 7.3 2.2 2.3 5.3 1.6 2.6 4.0 2.4 2.9 4.0 2.8 3.2 2.7 : 3.4 i 5.6 3.5 2.9 2.1 3.2 2.2 3.7 5.1 5.0 2.1 1892 2.0 1893 1.6 1894 5.4 6.5 5.6 6.5 5.3 3.1 3.6 3.6 2.0 ¡ 5.5 3.1 5.0 2.0 1895 . 5.5 5.8 6.5 8.0 5.9 7.6 6.7 6.9 2.7 2.9 2.9 2.9 4.5 4.2 4.1 2.7 2.5 3.8 i 4.7 2.7 4.4 6.0 5.0 7.2 2.5 1896 2.7 1897 6.2 3.7 7.2 2.9 4.7 2.2 7.9 5.4 4.8 3.2 4.3 3.5 3.9 3.3 1.9 2.2 2.7 | 5.6 : 2.4 3.2 3.5 1.8 3.8 5.5 1.9 1898 1.8 Medias 4.8 6.5 6.3 6.2 4.7 3.6 3.1 3.S 3.1 | 3.6 3.3 4.3 . 2.0 VALORES MEDIOS MENSUALES DE LAS OSCILACIONES MÁXIMAS DE LA TEMPERATURA. Como se ve en la tabla xxii la mayor oscilación media se ha observado en Marzo; la menor durante el mes de Septiembre; y las restantes se han repartido, en orden de mayor a menor, entre los meses de Febrero. TEMPERATURA DEL AIRE. -¿9 Abril, Enero, Mayo, Diciembre, Noviembre, Junio, Octubre, Julio, Agosto y Septiembre. La diferencia entre la oscilación de Marzo, que es la mayor, y la menor, que corresponde á Septiembre, es 3.8°. La amplitud de la oscilación media de todo el período es de 14°. RELACIÓN ENTRE LAS MEDIAS MENSUALES DE LAS OSCILACIONES MÍNIMAS. En cuanto á las medias mensuales de las oscilaciones mínimas se ve que la menor corresponde á los meses de Julio y Septiembre; siguen luego en orden ascendente las mínimas oscilaciones medias de Agosto, Noviembre, Junio, Octubre, Diciembre, Mayo y Enero; y corresponden las de mayor amplitud, también en orden ascendente, a Abril, Marzo y Febrero. La diferencia entre la menor de Julio y Septiembre, 3.1°, y la mayor de Febrero, 6.5°, es de 3.4°, y la mínima oscilación media de todo el período, 2o. MÁXIMAS Y MÍNIMAS OSCILACIONES MENSUALES DE TODO EL PERÍODO. Las máximas y mínimas oscilaciones mensuales de todo el período pueden verse en el siguiente cuadro: Enero j 13. 9 ( 1894) Febrero Marzo Abril M ayo .1 uriio .Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Máximas oscila- Mínimas oscila- ciones. ciones. ° a ° a 13.9 (1894) 2.0 (1892) 15.0 (1892) 2.9 (1898) 14.9 (189(5) 2.2 (1898) 10.4 (1894) 4.2 (1887) 13.2 (l>v¿) 2.2 (1893) 12.2 (1^9) 1.6 (1893) 11.4 (1894) 1.5 (1890) 11.5 (1892) 1.9 (1897) 11.4 (1898) 1.1 (1890) 11.2 (1886 y 1895) 1.8 (1883) 12.2 (1895) 1.8 (1883 y 1898) 13.8 (1896) 1.2 (1889) VARIACIÓN DIARIA DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA XXIV. La tabla xxiv es el resultado de todas las observaciones termomé- tricas horarias registradas durante el decenio de 1889 á 1898. Con ellas podemos presentar no sólo las medias horarias mensuales de todo el indicado decenio sino también las semianuales }T anuales. Para las medias semianuales hemos preferido tomar los dos períodos de Noviem- bre á Mayo y de Junio á Octubre, es decir, las dos estaciones seca y lluviosa respectivamente. 4019— tomo ii 4 50 CLIMATOLOGÍA. Tahla XXIV. — Medias horarias mensuales, anuales y semianuales de la temperatura del aire en Manila, durante el periodo de 1889 á 1898. Meses. i. ° a 23.1 23.5 24.6 25.9 26.4 26.0 25. 6 25. 6 25.5 25. 2 24.4 23. 5 2. ° a 22.7 23.1 24.2 25. 5 26.1 25.8 25.4 25.4 25.3 25. 0 24. 2 23. 3 3. 4. ° a 22.0 22. 3 23.4 24.5 25.4 25.3 25.0 25.0 25.0 24.5 23.6 22.8 5. ° a 21.7 21.8 23.0 24.1 25.1 25.1 24.8 24.9 24.9 24.4 23.5 22. 5 6. ° a 21.5 21.6 22.8 23.9 25.2 25.2 24.8 24.8 24.8 24.3 23.3 22.3 7. 8. ° a 23.4 24.2 26.1 28.3 29.0 28.2 27.2 27.0 26.9 26.7 25.4 24.2 9. ° a 25.7 26.5 28.1 29.5 30.0 29.3 28.2 28.0 27.9 28.0 26.8 25.9 10. °c. 26.7 27.3 28.6 30.0 30.4 30.0 28.9 28.6 28.6 28.8 27.8 26.9 11. °a 27. 3 28.0 29.1 30.6 31.0 30.4 29. 3 29.1 28.9 29.3 28.4 27.7 12. Enero ° a 22 .4 22. 7 23.8 25.0 25. 7 25. 5 25.2 25.2 25.2 24.7 23.9 23.0 ° a 21.7 22. 0 23.7 25.7 27.0 26.4 25.8 25.7 25.7 25.2 24.0 22.8 °C. 27.9 Febrero 28.5 Marzo 29.8 Abril 31.3 Mavo 31.5 Junio 30.7 Julio 29.6 Agosto Septiembre 29.3 29. 2 Octubre 29.7 Noviembre 28.7 Diciembre 28.0 24. 94 24.67 24.36 24.07 23.82 23.71 24.64, 26.38 27.83 28. 55 29.09 29. 52 Medias, de Nove. á Mayo.. 24. 49 24.16 23.79 23. 43 23.10 22. 94 23.84, 25.80 27. 50 28. 24 28. 87 29. 39 Medias, de Junio a Octubre 25.58 25. 38 25.16 24.96 24. 82 24. 78 25.76 27.20 28.28 28.98 29. 40 29. 70 Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre . . Medias . Medias, de Noviem- bre á Mayo Medias, de Junio á Octubre °C. 28.4 29.4 30. 6 32. 2 32.0 31.0 29.8 29.6 29.4 29.9 29.0 28.4 29.98 29.94 ° C. 28.9 29.9 31.2 32.7 32. 1 31.1 29.8 29.5 29. 3 29.9 29.0 28.5 0.16 30.33 29. 92 °C. 29.1 30.1 31.4 32.8 31.8 30.8 29.6 29.2 29.0 29.6 28.8 28.4 30.05 30.34 ° C. 28.7 29.8 31.0 32.4 31.2 30.4 29.1 28.7 28. 5 29.2 28.4 28.0 29. 62 29. 93 29.18 ° a 27.8 29.0 30. 2 31.5 30. 5 29.7 28.5 28.3 28.0 28. 5 27.6 27.2 28.90 28.60 ° a 26.6 27. 6 28.8 30.1 29.6 28.9 27.9 27.7 27.4 27.7 26. 8 26.1 27.93 27.94 27.92 ° a 25. 5 26.4 27.7 29.0 28.9 28.2 27.3 27.2 27.0 27.1 26.1 25. 4 27.15 27.00 27.36 ° a 24.9 25.7 26.9 28.3 28.4 27.7 27.0 26.8 26.7 26.8 25.7 25.0 26.66 26. 41 27.00 ° a 24.5 25. 1 26. 3 27.7 27.9 27.3 26.6 26. 5 26.3 26.3 25.4 24.5 26.20 25.91 26.60 ° a 24.1 24.7 25. 9 27.2 27.5 26. 9 26.2 26.3 26.1 26.0 25. 1 24.3 25. 86 25.54 ° C. 23.8 24.4 25. 5 26.9 27.1 26.6 26.0 26.0 25. 9 25.7 24.8 24.0 25.56 25.21 ° a 23.4 24.0 25. 1 26.4 26.8 26.3 25. 8 25.8 25. 6 25. 5 24.6 23. 8 25.26 Me- dias. ° a 25.1 25. 7 27.0 28.4 28. 6 28.0 27.2 27.1 26.9 27.0 26.1 25.3 26.87 26.60 27.24 MEDIAS HORARIAS DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN MANILA COMPARADAS ENTRE SÍ Y CON LAS MEDIAS MENSUALES. OBJECTO DE LA TABLA XXV. La tabla xxv tiene por objeto la fácil comparación de la diferencia que existe entre las medias horarias de la temperatura del aire en Manila, y entre las mismas medias horarias y las mensuales respectiva- mente. Lamina VI i. l)ariaciói? diaria de la tenjperatára del aire ep Jtfayila. Id89rl896 Fnero Jfan» Maya c 28 27 26 ZS 24 25 22 2* 31 ¿o 29 28 27 %* 23 33 32 31 3 o 29 28 27 36 25 j i! \\ 1 t lí ¡r *-- !L. 10 ii i JL_ \ i i> i¡ i t u It t» it í 15' Aüretv Abrá/ Junto -- ■- 1 — f- ] >-<- \ | — ._.. ..._ — -- y — __ - — l-j/J - 4~/ - 1 - ... ^_ — __ . i_.. 3° — 28 — 25 -- 2r — jw> — 25 .__ — — — _[_ ¡ .._ \ — — i — í- - ^^Ss^ ~ __ LlÍ_... ¡ i —4- - 23 - 22 - 25 ^ 33 -33 -31 - 3 o - 29 -«8 27 ^ *6 - 26 -2* 23 -32 -31 3° - 29 _ 2B -ir I 26 - 25 ízr^gr ! - --Í- I kr "-H 1 — / - J_ 1 1 ^1 j / í i 1 N. / i L _. / y 7^ ^ 1 ! ¡ k"' S i l\[ _.(_ ^ 1 \ ~x - ^~ ' 1 Pv J IX 1 A 1 _. L.j i ^ i .__ / ÍT"^ t -i i^ j 1 M ■' « i 1 " ! J 1 : -~ / i | 1 "l i i ..... : I — — | j__ -4 -j ^ ; í ¡ i ! 1 _x_ J l i i — — — — / i — -.,-- / , 1 — 1 — 1 — i ^ _! i — — — 1 1 1 I i t 1 LÁMINA VIII. íiariacidp diaria de la tenpperatára del aire ei? ^f ai?ila. 1689-1898 JicUo & i 1 5 ■ 1 1 é i $ 7 t 1 o i 4 " i i f P 0 f ? ao «9 26 27 *6 25 2¿ »o 2» 28 27 2* 26 2* 29 28 27 26 25 2* 23 22 4$oj6o Octziór* 7>áz¿m.e M 2» 28 2T 26 25 24 20 28 27 2« 25 2i 29 / - / [,/ ^ — — — ■— / / — 1 / T* r r^-^-. — — ^- ~ .__ — - Z^ -. i i- - — - — ~ — - -—-] [_ " —, -^ ----- ._._ "* r i _... ■ -i-- ■■■—■i -- \ ^ / — — . .__j__ [ ^ i "~~~ ¡ _.. — • h L - i — | 1~" ~[ — — ■— 27 26 25 2Á 23 — ,— ..-4__ K — — — __ — ^ ._... ! 1 1 — -_ -- / ._. / / -— — _ — _ . LÁMINA IX- Ijariacióp diaria de la temperatura del aire ei? ^Taupila. 1889-1898 Moi/¿e*t Junio ecua* euusai c° 31 i 1 — I i ¡ 1 — s ' i i 9 1 1 1 ! - i V i » • f 1 0 i 1 E 3i 30 ti x/izrti¿> OtUtdwe Ont+áT 1 I I 1 <-" ^K 8» «8 87 27 i _í 26 25 24 23 22 31 3o 25 24 23 22 51 30 l» 28 27 26 25 24 23 22 31 30 29 28 27 26 25 24 23 "i tz i 20 28 ir 26 26 24 25 zzZ ^ 22 31 30 20 28 *7 26 25 24 « — 1 ?-n 22 1 TEMPERATURA DEL AIRE. 51 Tabla XXV. — Diferencia entre las medias horarias comparadas entre sí, y entre las mismas medias horarias y las medias mensuales de la temperatura del aire en Manila. I a. 0-1 a. m 2a.ni... 1-2 a. m 3 a. m 2-3 a. m 4 a. m — 3-4 a.m 5 a. m — 4-5 a.m 6 a. m 5-6 a.m 7 a. m ... 6-7 a. m 8 a. m ... 7-8 a. m 9 a. m 8-9 a.m. 10 a. m . . . 9-10 a.m II a. m 10-11 a.m.. 12 m. d 11-12 a. m lp. 0-1 p. m 2p. 1-2 p. m . . . 3 p. m 2-3 y. m... 4 p. m 3-4 p. m 5 p. m 4-5 p.m 6 p. m 5-6 p. m. . 7 p. m 6-7 p. m 8p. 7-8 p.m.... 9 p. m 8-9 p. m 10 p.m... 9-10 p. m 11 p. m 10-11 p. m 12m. n 11-12 p.m.. Medias 1.93 0. 32 • 2.20 0.27 2.51 0.31 2.80 0.29 3.05 0. 25 3.16 0.11 2.23 0.93 0.49 1.74 0.96 1.45 1.68 0.72 2.22 0.54 2.65 0.43 1 0.46 3.29 0.18 3.18 ■0.11 2.75 0.43 2.03 0.72 .06 0.97 0.28 0.78 0.21 0.49 0.67 0.46 1.61 0.34 1.31 0. 30 1.61 ■0.5 VARIACIÓN ANUAL DE LA TEMPERATURA DEL AIRE EN DISTINTOS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO. ESTACIONES DE APARRI Y DE LA CARLOTA. Entre las varias estaciones meteorológicas que prestan importantes servicios al Observatorio Central de Manila merecen especial mención las de Aparri y La Carlota, situada ésta en la isla de Negros y aquélla en la región Nordeste de Luzón. Las tablas xxvi y xxvii darán idea de la variación mensual y anual de la temperatura del aire en las dos citadas estaciones. 52 CLIMATOLOGÍA. Tabla XXVI. — Median mensuales // anuales de la temperatura del aire en la estación de Aparri, durante el periodo de 1886 á 1895. Medias Tabla XXVII. — Medias mensuales // ((míales de la temperatura del aire en la estación de La Carlota, durante el periodo de 1891 á 1898. 1892. ... 25.8 1893. ... 25.5 1894. ... 25.3 1895 ' 25.9 1896. ...; 24.7 1897. ...' 20.4 1898. ... 25.9 Medias . . . ... 25.6 26. 6 25. 8 *25.*9' 25.8 26.9 26.8 27.7 26.4 26. 5 25.9 26. 6 27.0 ° (.-'. 27.8 27.7 27.9 27.0 27.2 27.4 28.3 26.3 ¡ 26.7 , 27.6 28.5 28.1 27.1 27. 5 26.9 26.7 28.3 ° ('. 27.5 27. 0 27. 1 27.0 26.3 26. 5 27.7 26.8 ° C. 26.0 ' 26.6 i 26.9 ; 26.1 : 26.1 25. 7 26. 7 26.1 ; ° a 25. 3 26. 1 26.8 26. 5 25. 5 25.1 26. 3 26. 3 27.6 27.0 i 26.3 26.0 ° C. 26. 5 26. 8 26.4 25. 9 25. 4 26. 2 26.2 26.4 ° ('. 26.9 27.2 26. 6 26.7 26. 6 26.4 ! 26.6 ! 26.9 ° ('. 26. 2 ° ('. 26. 3 ° a 26. 2 25. 9 26.8 26. 4 26. 2 26. 6 26. 1 26. 0 25. 5 25. 4 26. 1 26.8 26. 1 26. 2 26.9 26.3 27.0 26.2 26.7 26.3 ¡ 26.0 26.5 Tabla XXVIII. — Máj.imas (disolutas mensuales y anuales de la temperatura del aire en la estación de Aparri, durante el período de 1886 á 1895. ; ° a 1886 30.1 1887 ! 29.0 1888 1 27.0 1889 ! 29.5 1890 ! 29.3 1891. 1892. 1893. 1894. 1895. 26. 8 28.9 ! 29.8 : 29.8 ; 28.8 o a 28. 5 28. 6 29.8 30. 5 30.7 30. 2 30.1 29.0 30.0 28. 9 Medias ¡ 28.9 29.6 Marzo. < ° a ° a 32.9 33. 2 30. 5 31.2 30. 5 33.5 31.6 32.9 32. 7 32. 8 31.5 31.7 31.5 31.7 29. 6 32.3 31.6 31.0 32.4 31.3 31.5 32.2 ° a 34.0 31.9 34.5 33. 5 33.3 35. 2 ° a 35.7 33. 8 34.2 33.6 33.9 33.5 31.8 , 33.2 32.3 32.9 33. 5 33. 5 S I * 1 c. 32. 6 32.5 32.8 33. 6 33.2 33.8 31.9 31.6 33.6 32.8 ° a ° a 32. 5 31.7 32.1 31.3 32.5 32. 5 32. 9 32.6 33.3 33.0 32.2 31.5 33.5 32.2 31.5 31.9 33.1 31.9 33.2 32.6 32. 1 ¿> "¿ £ £> i> 3 o O y< ° a ° c. 30.2 28.0 32.3 29.7 32. 5 30.5 33.6 31.0 31.0 28.7 31.6 31.8 29.0 29.3 31.9 29.4 32.2 30.9 31.8 31.3 31.6 30.1 ° a 27. 6 27.3 30.2 28.7 30. 5 27.9 30.2 29.9 28.8 28.4 33. 8 34.5 33. 6 33. 9 35.2 29.0 32.9 33. 5 i £ cti TEMPERATURA DEL AIRE. 53 Tabla XXIX. — Mínimas absoluta* mensuales // anuales de la temperatura del aire en la estación de Aparri, durante el período de 1886 á 189,5. 1886 , 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 Medias . o3 . ! i se I' Se' C o o S o a a 'o a w h>H << -r¡ S ^ *-> < ce o y< Q ° a 17.5 15.9 19.5 20.0 20.0 21.7 24.4 24.0 23.0 20.1 17.8 19.4 19. 5 21.0 20. 3 23. 2 23. 2 23.9 22. 7 23.0 21.1 20.8 20. 2 19.4 18.1 13.1 19.0 21.9 23. 6 23.0 23.0 23.7 23. 2 22. 2 21.2 20. 3 13.1 19.0 17.0 20.8 23. 9 23.9 24.7 24.0 23. 0 22.7 23.4 22. 0 20.0 17.0 15.7 18.9 19.8 22. 0 23.0 23. 2 23.0 24.0 23.2 21.0 20. 5 18.3 15.7 17.2 19.0 19.9 20.0 24. 2 20. 5 23.2 23.0 21.2 23. 2 21.4 19.3 17.2 19 3 19. 4 20.8 22.4 23.2 22. 4 23. 1 22. 2 21.2 16.2 18.0 19.1 19.0 21 . 3 20.0 22. 8 22. 8 23. 0 23.0 20.2 19.8 19.0 18.0 16.4 1(5.8 18.3 20.1 22. 0 22. 1 22. 5 23. 5 22. 3 21.2 19.1 18.2 16.4 18.5 17.4 17.0 20.7 22. 4 23. 4 22. 2 23.3 22. 0 19.5 18.8 ,,„ 17.6 19. (i 21.3 ,,, 22. 7 23.1 23.4 22.9 22.0 20. 6 18.8 16.7 CAPITULO IV. HIGROMETRÍA. VARIACIÓN ANUAL DE LA HUMEDAD RELATIVA EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA XXX. La tabla xxx contiene la variación anual de la humedad relativa en Manila durante el período de 1883 a 1898; y con las medias mensuales deducidas de este período se ha trazado la curva de la lámina xvi. Tabla XXX. — Medias mensuales y anuales de la humedad relativa en Manila, durante el período de 1883 á 1898. Años. o o W Por ciento 70.7 77.1 74.2 79.5 81. ti 83.6 84.2 78.4 76.0 76. 5 76.4 75. 0 77.5 73.8 75.6 77.3 c > oj Por ciento 77.2 75.1 72.0 75.8 84.1 72. 2 68. 6 79.2 69.4 75.0 80.1 77.9 83.4 84.1 77.2 79.7 o '3 3 ►-5 Por ciento 83.0 81.6 75.0 82.5 86.6 82.9 80.0 81.8 84.2 79.0 78.5 81.3 83.4 83. 3 76.0 84.1 .2 3 Por ciento 85.1 86.1 81.0 84.5 90.0 90.8 83.3 83.2 85.8 83.8 84.0 83.0 83.4 84. 5 83.5 86.2 o < ó .a B _0) "S, ai co Por ciento 86.6 83.4 80.2 86.7 89.9 82.8 85.8 87.1 86. 6 85.9 86. 7 85.7 86.8 85.7 85.4 83.6 ó Ja o O Sh 0 o yA Por ciento 78.4 77.4 80.5 81.1 85. 3 82.9 83.9 80.5 81.9 82.2 79.0 79.8 80.9 81.9 83. 6 85.7 B .a) '3 S Por ciento 83. 8 79.0 78. 2 82. 9 87.3 80.7 85.8 79.3 79.7 78.4 77.8 80.3 77.1 79.2 83.0 78.7 Me- dias. 1883 Por ciento 83.9 83.8 82.3 82.6 84.8 85. 5 84.4 82.4 86. 9 84.1 85.2 83.9 84.3 88.8 85.1 83.1 Por ciento 80.8 79.9 80.8 85.7 83.2 83.7 85.0 85.6 79.4 82.1 82.4 83.0 79.2 83.1 83.1 84.9 Por ciento. 79.6 1884 78.1 1885 76.4 1886 79.7 1887 83.8 1888 80.1 1889 80.4 1890 79.5 1891 78.1 1892 78.3 1893 78.7 1894 1895 1896 1897 1898 78.3 79.4 79. 6 78.5 81.4 Medias 77.7 74.1 71.7 70.9 76.9 81.5 84.9 84.4 85. 6 82.6 81.6 80.7 79.4 VALOKES MEDIOS NORMALES DE LOS DIFERENTES MESES DEL ANO. La mínima humedad suele observarse en Abril; aumenta desde Mayo á Julio; disminuye algo en Agosto; vuelve á aumentar en Septiembre, mes en que ocurre la máxima; y, por fin, comienza á disminuir ya sin interrupción y gradualmente desde Octubre hasta el mes de Abril. De lo que acabamos de decir y de lo que hemos dicho en los dos capí- tulos anteriores se deduce que en el mes de Agosto se observa alguna como irregularidad en la marcha de estos elementos meteorológicos. Cuando hablemos, en el capítulo viii, de la distribución mensual de los baguios, se notará en dicho mes un decrecimiento en la frecuencia de estos meteoros, á pesar de que la máxima pertenece al mes de Septiem- bre; y á esto debe, sin duda, atribuirse el que disminuya en Agosto el valor de la media de lluvia y humedad relativa y aumente en cambio algo la media de la temperatura y presión atmosférica. 54 Umina XVI. tíanacioT? aq&al de la \1zn¿edad. relativa ei2 Manila. 18*3-1898 3ETMAMJJJLS O JT J> % 85.0 840 8*.0 820 810 fro.o 79.0 7S0 770 760 750 740 750 720 71.0 % 850 84.0 830 820 810 800 190 78.0 770 760 750 740 750 72.0 710 \ \ \ ) HIGROMETRÍA. 55 LAS MEDIAS FORMALES DE CADA MES COMPARADAS CON LA MEDIA NORMAL ANUAL. En el siguiente cuadro podrá verse la diferencia entre la media anual, 79.4, v la media normal de cada mes: Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre . . Media anual. ¡ Me P< dia men- sual. r ciento. Di fe Por rencia. Por ciento. | ciento. i 11. 1 -1.7 74.1 -5.3 71.7 -7.7 70.9 -8.5 76.9 -2.5 79. 4 81.5 4-2.1 84.9 +5.5 84.4 +5.0 ! 85.6 +6.2 ¡ 82.6 +3.2 1 81.6 +2.2 i 80.7 +1.3 Las máximas diferencias entre la media anual y las medias mensuales corresponden á Abril y Marzo, meses que son los menos húmedos del año, así como también los de menos nubosidad, según se verá en el capitulo vii. COMPARACIÓN ENTRE LAS MEDIAS NORMALES Y LAS MEDIAS EXTREMAS DE CADA MES. Las medias anuales extremas del período que estudiamos de 1SS3 á 181)8 son: 83.8 (1887) y 70.4 (1885), diferenciándose sólo en 7.4. Las máximas diferencias que se observan entre las medias normales de cada mes y las medias mensuales de todo el período, puenden verse en el cuadro siguiente: mal. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre.. Por ciento. 77. 7 74. 1 71.7 70.9 76.9 81.5 84. 9 84.4 85.6 82. 6 81.6 80.7 Máxima diferencia positiva. Máxima di- ferencia negativa. Por ciento. Por ciento. 6.5 (1889) 3.9 (1896) (i. 2 (1889) 3.9 (1891) 7.7 (1887) 4.9 (1886) 7.3 (1887) 4.3 (1896) 7.2 (1896) 8.3 (1889) 5.1 (1887) 6.5 (1885) 5.9 (1888) 3.9 (1885) 4.4 (1896) »2.1 (1885) 4.3 (1887) 5.4 (1885) 3.1 (1886) 3.4 (1895) 4.1 (1898) 4.2 (1884) ú.i) (1887) 3.6 (1895) Las máximas diferencias positivas son las de los meses de Marzo, Abril y Mayo; y las máximas diferencias negativas las de Mayo y Junio. CRECIDA HUMEDAD DE FILIPINAS Y SUS CAUSAS PRINCIPALES. Los crecidos valores que, según acabamos de ver, resultan así para la media anual de humedad como para las diferentes medias mensuales son una prueba convincente de la gran cantidad de vapor de agua de 56 CLIMATOLOGÍA. que se halla generalmente cargada la atmósfera que envuelve el Archi- piélago Filipino; cantidad de vapor debida, según se indica en la Guía Oficial de Filipinas al hablar del clima de estas Islas, parte á la extra- ordinaria evaporación que se eleva de los mares que por todas partes le rodean, parte á la lozanía de su vegetación y parte también á los diferentes vientos que reinan en diversas épocas del ano, y á la abun- dante precipitación acuosa propia de estos países tropicales. Las dos primeras pueden considerarse como causas generales de la humedad que se observa en general en todas estas Islas; las dos últimas podrán influir en el mayor ó menor grado de humedad correspondiente á los diversos meses del año y á diferentes regiones del Archipiélago. De ahí que en los meses en que dominan los vientos del primer cuadrante y son más frecuentes las lluvias en las costas orientales, será mayor la humedad en las poblaciones situadas más cerca del Pacífico, que no en las de la costa occidental. En éstas serán, al contrario, más húmedos los meses de Junio á Octubre, en que reinan más bien vientos del tercer cuadrante, esto es, del O. al S. Y nótese aquí, aunque no sea más que de paso, que, como las lluvias de los meses de Junio á Octubre son efecto principalmente de perturbaciones atmosféricas, y éstas extienden más ó menos su influencia á todo el Archipiélago, se sigue que la humedad propia de estos meses ha de ser bastante crecida, no sólo en las proximidades de las costas occidentales, sino también, hasta cierto punto, en el interior y costas orientales. Y siendo así que en estas últimas todavía es mayor la humedad de los meses de Noviembre á Marzo principalmente, ya se comprende que la media anual de este elemento meteorológico ha de alcanzar su valor máximo en las regiones más expuestas á los vientos del primer cuadrante. Ya que no tenemos tiempo ni datos suficientes para estudiar con detención la variación anual del estado higrométrico del aire en dife- rentes puntos del Archipiélago, hemos querido hacer aquí estas ligeras indicaciones, con las cuales ya se ve que no poco podrá servir para este mismo objeto lo que diremos en el capítulo siguiente acerca de la distri- bución anual de las lluvias en Filipinas. MÁXIMAS Y MÍNIMAS MENSUALES Y ANUALES DE LA HUMEDAD RELATIVA EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS XXXI Y XXXII. Las tablas xxxi y xxxii contienen las máximas y mínimas mensuales y anuales de la humedad relativa observadas en Manila durante el período de 1883 á 1898. Nótese, sin embargo, que estas máximas no se han tomado de aparatos registradores, y por lo tanto no se pueden llamar de un modo estricto máximas y mínimas absolutas, sino que son simplemente las máximas y mínimas de las observaciones horarias de cada mes. HIGROMETRÍA. 57 Tabla XXXI. — Máxima* mensuales y anuales de la humedad relativa en Mmila, du- rante el periodo de 1883 á 1898. 1883 1884 1885 1880 1887 100.01 1888 100.0 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1890 1897 1898 Por ! Por ■ iento ciento < 100.0 99.0; 99. 51 99.0 98. 5! 100.0! 98.5! 97. 0: 99. 0! 100.01 99. 0 98. o; 98.0! 99.01 99.0! 99. 5: 97. 0 99. 5 97.5 íoo. o: 99.5; 97. 5; 97.0 95. Ol 97.0 99.0 90. 0 95.0 98.0 Por 'iento c 95. 0 93.0| 94. Oí 97. 01 100.0 95.5! 98. 5¡ 97.0! 90. O 99. 0! 90. 0; 99. 0> 90. O 97.0i 99. 0! 98. Oj Por \ Por \ ■iento ciento i 99. Oí 99. 5: 90. 0 99. 0 97. 0 95. 0! 97.5 100.0 100.0 100.0 X¡ Máxi- B ma a> anual. 1-1 Por \ Por 'iento ..ciento 99.5; 100. 0 99. 0¡ 99. 0 97.5! 100.0 100.0 100.0 99.0 94.0 100.0 95.5 98. 01 94.0| 95.0| 99.0! 94.0: 95. 0! 97.0! 97. 0¡ 90. 5! 98. 5: 99. 5' 97. o: 99.0: 99. 0 99. o; 99.0 98.0, 97. 0! 100.0 99.5 99.0 100.0 100.0 98.0 98.0 100.0 100. 0] 99. 0¡ 97.0! 99.0: 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 99.0 99.0 98.0 99.0 99. O 99.0 99.01 Por l Por ciento ciento 100. 0' 99.5 98. 0: 98. 0. 100. 0 99. 5: 100.0 100.0 100.0 100.0 100. 0 99. 5 99.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 99.0 100.0 100.0 100.0 99.0 100.0 100.0 100.0 99.0 99. 0! 100.0 99. 0: 99.0 100.0 ! Por \ Por ciento ciento 100. Oj 99.0 98. 0 97. 0 100. 0| 100.0 100. 0; 99. 5 100.0 100.0 100.0 100.0 99.5! 100.0 100.0! 100.0 98.5, 100.0 98. 0: 99. 0 99.0! 100.0 100.0: 100.0 99.0! 100.0 98. 0. 99. 0 98. O 98. O 99. 0' 99. 0 Medias 99.1 97.8 96. 9¡ 96.9 98. 3| 99. 1¡ 99.4 99.6 99.7 99.2 Por i ciento 99.0 97.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 99.0 100.0 98.0 98.0 100.0 99.0 97.0 99.0 98.0 99.0 Por ciento. 100.0 99. 5 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 99.0 100.0 100.0 99.9 Tabla XXXII. — Mínimas mensuales // comales de la humedad relativa en Manila, durante el período de 1883 á 1898. 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1890 1897 1898 Medias c N 6 5 i Se 6 C .a V* | Míni- ma anual. Por Por Por Por Por Por Por Por Por Por Por Por Por ciento ciento, ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento\ ciento ciento ciento. 41.0 40.0 1 38.5 48.5 45. 5 53. 0 57. 0 58. 5 01.0 48. 5 45.0 53. 0 38. 5 44.0 44.5 j 35.0 39. 0 40. 5 50. 0 58. 0 53.0 50. 0 49.0 39. 0 40.0 35. 0 47.0 38.0 ! 34.5 40.0 35. 0 42.0 53. 5 61.0 51.5 40.0 53. 0 39.5 34. 5 49.0 41.5 33. 5 39. 0 43. 0 50. 0 57. 0 50. 5 01.5 54. 0 40. 5 52. 0 33. 5 48.0 41.0 44.5 51.0 48. 5 55. 0 60.0 54. 5 00.0 50. 0 54. 0 01.5 41.0 00. 5 40.0 30. 5 33.0 32. 0 55. 0 62. 5 59. 0 51.0 53. 0 55. 5 47.0 32.0 53. 0 52. 0 39. 5 35. 0 37. 5 47.5 52. 5 57.0 55. 0 57. 0 56.0 54.0 35. 0 41.0 43. 5 35. 0 45. 5 47.0 49.0 56. 0 57. 0 00. 0 48.0 47.5 51.0 35. 0 42.5 42. 5 37.0 36. 0 37.5 55. 5 62. 5 59. 0 58. 5 47.5 40. 0 50. 0 30. 0 40. 0 37.0 36.0 39. 0 42. 0 36.0 58. 0 54.0 00.0 55. 0 52. 0 45. 0 30.0 41.0 40. 5 40.0 39. 0 44.0 50.0 53.5 58. 0 01 . 0 48.0 51.0 52.0 39.0 43. 0 33. 0 38.0 38.0 45.0 51.0 56. 0 54.0 59. 0 59. 0 51.0 48.0 33.0 45.0 41.0 39.0 42. 0 52. 0 49.0 55. 0 52. 0 58.0 50. 0 45. 0 48.0 39.0 42.0 42.0 40.0 33. 0 52. 0 54.0 57. 0 01 . 0 02. 0 57.0 58.0 53. 0 33.0 40.0 42.0 31.5 35. 5 39. 0 42.0 58. 0 50. 0 59. 0 52. 0 57. 0 50. 0 31.5 40. 5 48.0 49.0 50.0 50.0 57.0 61.0 59.0 52. 0 58.0 59.0 51.5 40. 5 45. 0 41.7 38.0 40.2 43.2 49.8 57. 3 50. 8 57. 8 52.0 51.0 50. 5 30. 2 MÁXIMAS DE LA HUMEDAD RELATIVA. Poco nos hemos de detener en estudiar las máximas mensuales; pues, como se ve en la tabla xxxi, alcanzan con mucha frecuencia el valor de 98, 99 y 100 (estado de saturación), aun en los meses que se distinguen por su menor humedad, cuales son Febrero, Marzo y Abril. Ni es esto de extrañar, pues raro será el mes en que no se presenten varios días lluviosos, al menos en algunas horas, y dicho se está que en estos casos la condensación de los vapores y la precipitación acuosa 58 CLIMATOLOGÍA. aumentan naturalmente el estado higrométrico del aire, siendo ésta la causa de que la máxima humedad relativa de todos los meses del año sea bastante uniforme, excediendo siempre de 90. GRADACIÓN ENTRE LAS MEDIAS MENSUALES DE LAS MÁXIMAS. Sin embargo, examinando los valores medios de las máximas de cada mes, hallamos una completa gradación que debe atribuirse á la cons- tancia ó mayor frecuencia con que llega el aire á estar completamente saturado de vapor de agua en los meses de mayor humedad media. Así las medias menores son las de Abril, Marzo y Febrero; siguen en orden ascendente las de Mayo, Diciembre, Enero, Junio, Octubre, Noviembre y Julio, siendo las mayores las de Agosto y Septiembre. MEDIAS DE LAS MÍNIMAS MENSUALES. Las medias de las mínimas mensuales oscilan entre 38, media de Marzo, y 57.8, media del mes de Septiembre. A la media de Marzo siguen en orden ascendente las de Abril, Febrero, Mayo, Enero, Junio, Diciembre, Noviembre, Octubre, Agosto, Julio y Septiembre, gradación, como se ve, algún tanto diferente de la que hemos observado entre las medias de las máximas. MÍNIMAS MENSUALES DE TODO EL PERÍODO. Las mínimas mensuales de todo el período van incluidas en el si- guiente cuadro: Enero 40. 0 «(1897) Febrero 33.0 (1894) Marzo 31.5 (1897) Abril 33.0 (1^96) Mayo 32.0 (1888) Junio 36.0 (1892) Julir (1889) Agosto 52.0 (1895) Septiembre 51.0 (1888) Octubre 46.0 (1885) Noviembre 39.0 (1884) Diciembre 39. 5 (1885) MÍNIMAS anuales. La mínima de todo el período es 81.5, observada el 13 de Marzo de 1897; la mínima anual mayor ha sido 46.5 (1898), diferenciándose de aquélla en 15. Los anos 1897 y 1898 son los dos únicos que nos dan una mínima anual mayor de 40. FRECUENCIA MENSUAL DE LAS MÍNIMAS ANUALES. Las mínimas anuales de todo el período van distribuidas en los dife- rentes meses del año en esta forma: Enero 1 Febrero 2 Marzo 8 Abril . Mayo . Junio . HIGROMETRÍA. 59 MEDIAS MENSUALES DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DIARIAS DE LA HUMEDAD RELATIVA EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS XXXIII,» XXXIV Y XXXV. Las tablas xxxiii y xxxiv comprenden las medias mensuales de- ducidas de las máximas y mínimas absolutas diarias de la humedad rela- tiva, durante el período de 1885 a 1898. La diferencia de ambas tablas, ó, lo que es lo mismo, la diferencia entre las máximas y mínimas medias de cada mes, nos dará la oscilación media mensual de la hume- dad relativa, la cual incluímos en la tabla xxxv. Tabla XXXIII. — Medias mensuales de las máximas diarias de la humedad relativa en Manila, durate el período de 1885 á 1898. Años. o tí f-c O) o N 6 o ¿ 1 5o Jo a Por 3 a o '> o 1 Medias. W Por fe Por Po < Por Por >-5 •"9 Por O * Por Por Por Por Por Por ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento. 1885 89.2 89.6 84.6 83.6 86.5 91.0 94.4 95.8 94.7 94.9 94.1 91.0 90.8 1886 92.3 88.6 83.2 88.0 90.4 95. 8 98.2 97.4 98.1 97.1 94.8 95. 3 93.3 1887 96.2 ÍW3 94.3 94.1 98.1 98.6 98.1 97.8 98.6 96. 3 97.0 98.3 96. 6 1888 95.6 91.6 89.4 91.2 91.3 96.3 98.1 96. 3 96.4 96.4 96.7 95. 1 94.5 1889 98.0 95.4 92.1 86.9 87.2 95.0 96. 7 96.2 97.7 96. 3 95. 4 95. 8 94.4 1890 94.1 93.3 88.8 90.4 94. 9 95. 3 96.0 97.1 97.3 97. 5 93.8 95. 0 94.5 1891 90.7 87.1 86.9 84.6 86. 5 95.9 95.9 96.8 97.0 91.6 94. 5 93. 2 92.0 1892 91.1 89.6 90.4 86. 2 91.6 94.6 95.2 96.7 95. 6 94.5 93. 9 91.4 92. 6 189;} 91.5 89.7 87.7 87.5 94.1 93. 2 95. 0 96. 7 96.8 94.8 91.4 90. 4 92.4 1894 90.6 87.9 87.2 85.7 92.8 95. 0 95. 6 95. 9 96.7 96. 0 93. 9 96. 4 92. 8 1895 92.4 90. 5 88. 1 89.1 95. 2 95. 9 95. 9 95. 9 96. 5 94.3 95. 0 91.2 93. 3 189<> 89.7 89. 1 87.8 83.7 94.8 95. 5 95. 5 96. 5 95.8 94.7 94. 9 93. 0 92.6 1897 90.9 87.2 86. 1 84.7 91.2 90. 3 95. 0 95. 5 95. 7 94.9 95. 3 94.0 91.7 1898 91.2 92.8 92.9 92.5 93.6 95.4 96.1 93. 0 95.6 95. 0 95. 4 91.4 93.7 Medias 92. 4 90.3 88.5 87.7 92.0 94.8 96.1 96. 3 96.6 95. 5 94.7 93.7 93.2 Tabla XXXIV. — Media* mensuales de la a mínimas diarias de la humedad relatim oí Manila, durante el periodo de 188» á 1898. 1885 , 1886 1887 1S88 1.S89 , 1890 , 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias Por Por Por ■ Por \ Por Por Por Por Por Por Por Por Por ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento ciento. 57.2 i 57.6 51.2 i 50.2 ¡ 52.8 56.8 67. 5 67.8 64.2 ! 63.8 65. 2 66.2 60.0 63.6 i 57.3 48.3 i 54.7 ¡ 58.9 65. 7 67.8 65.0 71.9 i 68.2 63.8 67.3 i 62. 7 63.8 58.4 61.2 ! 61.3 | 66.4 69. 6 78.4 66.6 76.5 ! 66.8 69. 5 71.4 1 67. 5 69.4 ; 52.9 50.9 50.8 50.2 67.9 79.1 72.5 65. 0 66.3 65. 6 62.4 i 62.8 66.8 ! 63.1 54.0 46.5 48.3 (50. 2 67. 1 68. 6 67. 1 68.7 69. 2 72.1 (¡2. 6 58.4 : 55.0 46.9 54.4 ! 60.7 64. 2 67. 6 65. 2 72.4 69.5 64.1 61.0 ¡ 61.6 59.7 52.3 50.0 47.6 ! 49.7 69. 4 73.7 74.1 74.5 61.1 64.8 64.8 : 61.8 60.3 ! 51.8 51.2 i 47.6 | 53.4 59. 1 69.1 65. 9 72.8 65. 9 67.4 61.8 i 60. 5 53.2 ' 53.1 51.0 51.1 ! 62.5 59. 7 68. 7 70.6 72. 5 66.9 65. 0 62.9 ' 61.9 56.6 i 53.1 52.4 47.3 ; 58.9 64. 6 66. 9 69.1 70.7 ! 66.4 63.6 64.4 61.2 58.2 ¡ 53.4 51.7 54.4 i 68.4 67.0 67.0 69.1 74.1 i 61.2 63. 9 60. 6 62. 4 54.7 ! 53.6 51.7 i 47.9 1 69.0 68. 3 69.1 77.5 72.7 ! 69.0 66. 2 63.7 ¡ 63. 6 55.4 1 54.0 49.6 48.4 ; 59.2 59.7 68.1 70.2 71.8 i 67.2 68. 1 69. 2 61.7 61.2 60.6 62.9 ! 60.0 í 63.5 70.2 70.7 72.8 65.7 ; 70.0 72.8 64. 3 66. 2 60.3 55. 4 52.4 i 51.6 : 58.7 64.5 70.1 69. 6 70.9 66. 5 66.4 65.2 : (¡2. 6 60 CLIMATOLOGÍA. Tabla XXXV. — Oscilación media mensual de la humedad relativa en Manila, durante el período de 1885 A 1898. | Por Por ; Por I Por ¡ ciento ciento ciento ciento 1885 i 32. ü 32. 0 i 33. 1 33. 4 188G 28.7 31.3 34.9 33.3 1887 32. 4 33. 9 33. 1 32. 8 1888 : 20.2 38.7 38.5 40.4 1889 ; 31.2 32.3 38.1 40.4 1890 i 35.7 38.3 41.9 30.0 1891 ! 31 . 0 34. 8 30. 9 37. 0 1892 i 30.8 37.8 39.2 3*.(> 1893 33. 3 30. 0 30. 7 ! 30. 4 1894 i 34.0 34.8 34.8 38.4 1895 | 34. 2 37. 1 30. 4 34. 7 1890 i 35.0 35.5 30.1 : 35.8 1897 i 35.5 33.2 30.5 30.3 1898 ¡ 30.0 32.2 30.0 32.5 : Medias ! 32.1 34.9 , 30. 1 30.1 Por 'ientt 33. 7 31.5 31.7 41.1 38.9 34. 2 30. 8 38. 2 31.0 33. 9 20. 8 25. 8 32. 0 30.1 Por ciento 34.2 30.1 29.0 28.4 34.8 31.1 20.5 35.5 33.5 30.4 28.9 27.2 30.0 25.2 Por ciento 20. 9 30.4 19.7 19.0 29. 0 28.4 22.2 20.1 20.3 28.7 28.9 20.4 i 20.9 25.4 Por ciento 28.0 32.4 31.2 23.8 27.0 31.9 22.7 ; 30.8 ' 20.1 i 20.8 ! 20.8 i 19.0 i 25.3 ; 20.2 ! Por ciento 30. 5 20. 2 22. 1 31.4 30. 0 24.9 22. 5 22. 8 24.3 20.0 22. 4 23. 1 23. 9 29.9 Pt ciento 31.1 ! 28.9 ! 29. 5 30.1 27.0 : 28.0 i 33.5 ! 28.0 ; 27.9 29.0 : 33. I 25.7 27.7 25.0 ! ¿ I S ', Medias, Por ; Por ciento ciento 28.9 31.0 27. 5 31.1 20. 2 29. 7 29.7 20. 5 20. 4 30.3 31.1 28.7 27.2 22.0 24.8 28.0 20. 9 32.7 23.7 34.0 28.4 29. 0 27. 5 32. 0 30. 0 29. 3 24.8 27.1 Por ciento. 30.7 30. 0 29. 2 31.8 31.8 :-*2. 8 30.2 32.0 30. 0 • 31.0 30.9 29.0 30.0 27. 5 33.3 30.4 20.1 20.0 , 25.8 29.0 28.4 j 28.5 30.0 RELACIÓN ENTRE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS MEDIAS MENSUALES DE LA HUMEDAD RELATIVA. La relación que se observa entre las diferentes medias mensuales que van al tin de las tablas xxxiii y xxxiv, es en ambas casi la misma, y enteramente semejante á la que nos dio la tabla xxx al principio de este capítulo, en donde estudiamos la variación anual de la humedad relativa en Manila. Considerando separadamente cada uno de los catorce anos que com- prenden estas tablas, veremos que la media mayor de las máximas diarias ha sido 1*8.0 y corresponde á los meses de Junio y Septiembre de 1S87. P]n los meses de Febrero, Marzo y Abril, especialmente en los dos últimos, dominan las máximas inedias menores de 90; de Junio á Diciembre, ambos inclusive, son todas mayores de 00; y en Enero y Mayo, si bien hay ya algunas menores de 00, pero la mayor parte superan este valor. La media menor de las mínimas diarias, teniendo también en cuenta todo el período de catorce años, ha sido 46.5, correspondiente á Abril de 1889. Las mínimas medias son todas, sin excepción ninguna, mayo- res de 00 en los meses de Julio á Diciembre; y generalmente mayores de 50 en los demás meses del año. En Junio dominan ya más bien las medias de las mínimas mayores de 00. MEDIA DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DIARIAS DE TODO EL PERIODO Y MEDIAS ANUALES EXTREMAS. El promedio de todas las máximas diarias del período de 1885 á 1898 es 93.2; y el de todas las mínimas, 02.0, diferenciándose en 30.6. La mayor media anual de las máximas es 90.6 (1887), y la menor media anual de las mínimas, 00 (1885). HIGROMETRÍA. <>1 OSCILACIÓN MEDIA MENSUAL DE LA HUMEDAD. Como se ve en los valores medios que nos da por resultado la tabla xxxv, la ma}^or oscilación de la humedad tiene lugar en Marzo y Abril; siguen en orden descendente las oscilaciones medias de Febrero, Mayo, Enero, Junio, Octubre, Diciembre y Noviembre; y corresponden las de menos amplitud á Agosto, Julio y Septiembre. La diferencia entre la oscilación normal de Marzo y Abril, 36.1, y la de Septiembre, que es la menor, 25.8, es de 10.3. La amplitud de la oscilación media de todo el período es de 30.6. En el párrafo siguiente nos extende- remos algo más en esta gradación de las oscilaciones de la humedad propias de los diferentes meses del ano. OSCILACIONES MEDIAS EXTREMAS DE TODO EL PERÍODO. La oscilación media máxima de todo el período fué la del mes de Marzo de 1890, que alcanzó el valor de 11.9; la menor no pasó de 19, y corresponde á los meses de Julio y Agosto de 1888 y 1896 respectiva- mente. OSCILACIONES MEDIAS ANUALES. Las oscilaciones medias deducidas para cada uno de los catorce años del período oscilan entre 32.8 (1890) y 27.5 (1895). VARIACIÓN DIARIA DE LA HUMEDAD RELATIVA EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA XXXVI. La tabla xxxvi contiene las medias horarias mensuales, anuales y semianuales deducidas del período de 1890 á 1898. Con estos valores medios hemos trazado las curvas de las lámimas xvii, xviii. xix y xx. ÚNICA OSCILACIÓN DIARIA DE LA HUMEDAD RELATIVA. En todos los meses la marcha diaria de la humedad relativa consiste en una sola oscilación enteramente opuesta á la oscilación de la tempe- ratura descrita en el capítulo anterior. Las máximas y mínimas de esta oscilación se observan respectivamente á las 5 ó 6 de la mañana y de 1 á 3 de la tarde, coincidiendo por lo tanto las horas de mayor humedad con las horas de mínima temperatura; y las de menor humedad con las de temperatura máxima. 62 CLIMATOLOGÍA. Tabla XXXVI. — Medias horarias mensuales, anuales y semianuales de la, humedad rela- tiva en Manila, deducidas del periodo de 1890 á 1898. MAÑANA. Meses. 1. 2. 3. Por ciento 86.0 84.1 82.8 81.7 88.6 90.9 4. Por ciento 87.3 85. 2 84.3 83.3 89.6 91.6 92. 5 5. Por ciento 88.8 86.9 85.9 84.9 90.7 92.3 93.3 93.6 93.6 92.8 91.3 89.5 6. Por ciento 89.5 87.8 86. 9 . 85.2 90.7 91.9 93.4 8. ' 9. i" " Por Por ciento ciento 82. 8 74. 7 79.2 71.4 75. 1 68. 2 70. 4 66. 5 77.7 73.4 80. 5 76. 1 84. 8 80. 3 85.6 81.4 86. 3 82. 4 83. 8 78. 1 83. 6 78. 4 83. 3 76. 7 10. j 11. Por Por ciento [ciento 70.7 i 68.3 68.1 ¡ 65.4 12. Enero Por ciento 83.9 81.2 80.2 78.8 Por ciento 85.0 82.7 81.4 80. 2 Por ciento 88.5 86.4 83.4 79.3 84.9 87.2 90.3 Por ciento 66.1 63.7 66.7 ! 64.9 1 62.3 Abril 65.2 ¡ 63.5 i 61.5 86.3 i 87.6 89.2 ! 90.1 71.7 ! 69.5 i 67.5 73.4 i 71.9 ¡ 70.9 91.0 ! 91.5 ¡ 92.1 77.6 | 75.7 ; 74.5 91.3 | 91.9 1 92.7 i 93.1 91.8 ! 92.3 i 92.7 i 93.0 90.3 ! 90.9 . 91.7 i 92.2 88.3 89.1 89.7 1 90.5 93.9 90.8 93.7 | 91.1 92.7 i 89.5 91.5 ¡ 89.0 90.1 | 88.7 78.7 ¡ 76.8 75.2 Septiembre Octubre 79.6 77.8 75.0 ! 72.9 74.7 ! 72.9 72.8 i 70.3 76.5 71.3 71.5 86.0 i 86.9 87.6 ! 88.7 69.2 Medias Medias, de Nove. á Mayo. . . Medias, de Junio á Octubre 86. 53 83. 53 90. 72 87.47 84. 70 91.34 88.38! 89.28 85. 79: 86.99 92.02| 92.48 1 90.30 88. 29 93. 12 90.61 88.81 93.12 87.43 85. 74 89.78 81.09 78.87 84.20 75. 63 72.76 79.66 72.95; 70.83 69.99 67.83 76.86; 75.02 69.18 65. 97 73.68 Meses. 1. Por ciento 64.0 61.0 59.3 57.8 65.6 69.8 73.5 74.4 75.7 70.6 70.5 67.7 2. Por ciento 62.6 59.5 56.3 55.6 65.2 69.4 73.6 74.3 76.2 70.9 70.4 67.6 3. 4. Por ciento 63. 1 57.9 56.3 55. 7 69.3 72.6 76.3 77.8 79.5 73.8 73.1 69.0 5. Por ciento 65.4 59.7 58.8 58.7 71.9 74.9 79.0 79.5 82.1 76. 6 76.1 72.0 6. Por ciento 69.6 64.3 62.9 62.8 75.1 78.0 81.2 82.0 84.7 80.2 79.4 76.1 Por ciento 74.0 68.7 67.7 66.6 77.6 80.9 83.9 84.3 86.3 82.1 81.5 78.9 8. Por ciento 76.7 72. 2 70.9 70.0 79.8 83.0 85.4 85.9 87.7 83.8 83.2 80.4 9. Por ciento 78.6 74.9 73.7 72.6 81.7 84.8 86.9 87.4 89.1 85.9 84.5 82.0 10. Por ciento 80.0 76.7 75.9 74.3 83.0 86.0 88.2 88.8 89.9 87.1 85.6 82.8 11. 12. Por ciento 82. 6 Me- dias. Enero Por ciento 62.4 57.8 55. 4 54.6 66.6 70.7 74.1 75. 6 77.4 71.7 71.6 68.1 Por ciento 81.3 78.2 77.5 76.0 84.3 87.0 89.6 90.3 90.7 88.2 86.6 84.0 Por ciento 76.3 Febrero 79.4 i 73.0 Marzo , Abril Mavo 78.5 ! 71.5 77.3 | 70.1 85.6 ! 78.5 Junio 88.0 ; 81.3 Julio 90. 2 84. 1 Agosto * Septiembre 90.6 91.3 89.4 87.3 84.6 84.8 85.9 82.6 Noviembre 81.7 Diciembre 79.3 Medias Medias, de Nove. á Mayo 67.49 63.70 72.80 66.80 62.46 72.88 67.17 62.36 73.90 68.70 63.49 76.00 71.23 66.09 78.42 74.69 70.03 81.22 77.71 73.57 83.50 79.92 76.17 85. 16 81.84 78. 29 86.82 83.19 79.76 88.00 84.48 81.13 89.16 85. 40 82. 19 89.90 79.09 75.77 Medias, de Junio á Octubre 83.74 LEYES DE ESTA OSCILACIÓN EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Las leyes de esta oscilación diaria de la humedad relativa se dedu- cirán fácilmente del siguiente cuadro formado del mismo modo que los que nos han servido, en el lugar correspondiente, para estudiar las leyes de la marcha diaria de la presión atmosférica y de la temperatura del aire. LÁMINA XVII. Úariaciói? diaria de la l?án?edad relatiúa er¡ Jdai^ila. 1890-1898 £n*ro Marro % 88 86 1 1 \ (i . A... i > j> ii i ' -M t " ♦ l K t f % Atril .... L_ — f í i . j 1 ! 1 if- .... ._._ E t — — 7* 1^ ■— _. 82 8o — ._ -- — \ — — IB 76 14 71 7© \ \ \ __ — - -- \ % v_ '- - \ 66 64 6? 86 84 82 8o 78 re u 7* To 68 — i \ 78 76 14 \ — — \ \ 7 — to t>H 66 64 6Z flo 58 8* 82 8o ?8 76 74 72 7o 6b 66 64, 62 6o $8 S6 — __. _\ s; — T^ — — — ._... - — A .... i [ ___ -- -— -- — — Il/T ' """t -- — --- , — — - — ...i ' " 66 64 62 6o 58 ^ - f ■ • í ¡ ! ... .y. i .¡ .i. ; . j... — ■ ! y 1 ---■ i? _._ — -— ™ ■— — — ... -- — — — — \ \ \ ~ — ... - 7 /i \ V - — — _.._. \ A / / — ■ _.. / t / f - — — — — — — — — 1 Umina XVIII. ¿ariaciói^ diaria de la tf&qedad relatíúa cr> ^faipila. 1890-1898 t7U¿44> % &o 88 96 W 89 80 78 76 74 72 7o 68 66 64 94 92 9o 88 *6 &4 82 8o 78 76 fi 72 ...XJ _ j ■ ; ■ i f> r Ti l... t L_ ? \ ' i i > ■ i % 92 9o 88 86 ft< 82 i7itrtu> Agosto 1 y^ - \ — t— ' — - \ __... ^ \ ^s sx \ / \ ! / / / ' i / \ / I ! y ' -.-;.-.-, r""t' "" y /- •i i \ I 1 - - — .4... 1 ! -4-j-. tzl ^ i 1 ! i ..... T ' i ' — V'\J " i [ >" \ i : . ■"+"" ¡ : : [ 1 »8 76 rz 7o 04 92 0o 8* 86 84 82 So 78 76 74 i í j i r i \ 1 ■ r — i V^T ' 1~H 1 ...1.. — ■ ! \ ¡ — — l_J^~ — -*----;■ -i- r -j— 4-4 Vi > -.--}-_ 4 1 t i ! — - 1 ! „ ..... T........_T _^_.... i r- f-f-- i i r . ! . | / t -f- -I- i ■ ' i . ! \ _X \ lili — __ — f-4-+-4— i i / . ,_f. . .j ¡ .—X. ...|_jl^ J . .L._L.._i "~ — 1 _ _ í ±^*T "í 1 sr ; r i ' i r- ~^~í ! ! -_A--I — __..,_. ;Ll_. .1. i i . i i i • ' ).. \ 1 « ¡ ...._.: — \ ( i ''■ i 1 - i l -r-4 — ! i ! _x_. ' ! ¡ -— ._.. ; yA ,' : : ■ í 1 : ■ _— 1 , i J _i_+.j_i_l_j_U4-l ! ~1 4 r I 1 ! ¡ ¡ 1 i : ! ~t í — J 1 | LÁMINA XIX. l^ar lacio i? diaria de la t7¿in?edad reiatiiia Qtf ^íaipila. 1890-1898 % 04 02 9o 88 86 ! i ' ■ * < ► i ] i • -- i » ' i % Oetub* Jf¿t>* v \ ! \ ¡ 8* 82 \ i \ , \ 78 76 n 1 \ k r " — — — — _ ©o v •— ^ 8« 84 82 8o "^ / ¡ — / ! 75 76 74 72 TO 9o 88 86 84 ¡V 90 — 'v ^-, v 86 \ '84 — \ r So 78 76 \ \ V N v 72 70 s SN — _ ^ N y, \ \ 1 ^ \ go — \ 78 76 74 72 70 68 \ \ \ V — \ V k i | -J 1 1 Lamina XX. Úariaciói} diaria de la fyánjedad relativa otf ]\jf aqila. 1800-1898. Abitan.' as Ó/ OOuin Jfod¿a> tutual % 8f t •■■ '■ j ■■ 1 ., 1 . 1 ' T 1 1, • - :. 1 ' 11 O V 84 \ 8? \ 8 a. m. 5 a.m. G a. m. 6 a.m. 6 a.m. 5 a.m. 6 a.m. 6 a. m. 3 p.m. 3 p. m. 3 p.m. 3 p.m. } 2 p.m. 2 p.m. 1 p. m. 2 p.m. 1 p.m. 1 p.m. 2 p.m. 2 p.m. 27.1 30.0 31.5 Abril 30.6 25. 5 22.9 19.9 19.6 18.0 22.2 21.1 22.5 Media 24.2 De estos datos se puede concluir desde luego: 1°. Que los meses en que es mayor la oscilación de la humedad son los mismos cuatro meses de mayor oscilación térmica, es decir, Marzo, Abril, Febrero y Enero, en orden descendente. 2o. Que la oscilación menor de la humedad se observa también en los mismos meses en que es menor la oscilación térmica, esto es, en Julio, Agosto y Septiembre. 3°. Que la amplitud media de la oscilación varía entre 27.1 y 31.5, en los meses de Enero a Abril; entre 19.9 y 18, en los meses de Julio á Septiembre; y entre 25.5 y 21.1, en los demás meses del ano. 4o. Que con poquísimas divergencias corresponden las medias máxi- mas y mínimas de los diferentes meses del año á las mismas horas de las medias mínimas y máximas de la temperatura; de suerte que, en general, se adelanta ó retarda la hora de la máxima humedad, cuando se adelanta ó se retarda también la hora de la mínima temperatura; y asimismo se adelanta ó retarda la mínima humedad, si se adelanta ó retarda la temperatura máxima. MEDIA ANUAL Y SEMIANUAL DE LA OSCILACIÓN DIARIA. Con las medias anuales y semianuales de la tabla xxxvi hemos for- mado el siguiente cuadro que nos representa la oscilación media, anual y semianual, de la humedad relativa. En él se verá cómo las horas de las máximas y mínimas anuales y semianuales guardan completa relación con las mínimas y máximas anuales y semianuales de la tem- peratura del aire: Período de oscilación. Horas de— Amplitud de la oscilación. j Máxima. Mínima. Anual -. 2 p.m. 3 p.m. } lp.m. 23 81 De Noviembre á Mavo 26. 45 De Junio á Octubre 5 a. m. 20 32 6 a.m. 64 CLIMATOLOGÍA. OBJETO DE LA TABLA XXXVII Y CONCLUSIONES QUE DE ELLA PUEDEN DEDUCIRSE. Todo cuanto acabamos de insinuar en las líneas precedentes quedará plenamente continuado con la primera parte de la tabla xxxvii, en la que incluímos en primer lugar las diferencias entre las medias horarias de la tabla xxxvi y la media mensual respectiva, añadiendo luego debajo de cada una de estas diferencias la media del aumento ó disminución que ha sufrido la humedad relativa en cada una de las veinte y cuatro horas comparadas con la inmediata anterior. De esta segunda parte de la tabla podríamos deducir consecuencias y consideraciones impor- tantísimas referentes á la variación diaria de la humedad comparada con la de la temperatura del aire. Pero para no detenernos demasiado nos contentaremos con indicar que generalmente, tanto atendiendo al resultado anual como al de los diferentes meses del año, puede decirse que las horas de mayor aumento en la humedad relativa son las de mayor descenso de temperatura; y, al contrario, las horas en que decrece aquélla más rápidamente son las mismas en que acusa ésta un aumento más notable. o a O Oí t !§£ Q C: ? a 1¿ "■■ fc C . ^ = 1 I o I X X! ^ I I I I I I I I I I I I I t>.T}<©oieOi>n«r-i»i-l >C eí ^ ¿ W ¿ (N O i-¡ ^' H h O I I I I I I I II II ll I «DO^«QO©íOQCQO®QOQC(NOO»OOS'*09- r-< eO <0 © 1^ l>- ^©«©©©©©©©'©©'sOCO^iO^iOt^W^oi^r-i'isJ©,^ I I I I I I I I I I I I »©©©©5¿©t^©t^ «O Od H N (O H« 00 6 ^ o ¿ pi © ni 00 i-4 CN » « ^ M (S 00 t» lO o« o I I I I I I I I I I I I I «SNHtOftOOejTtl» ©OtiOtiOxOx iO H M O n 00 N O ¿ O ¿ M ¿ i¿ »> © © © «O H< 00 Ifl H o © o I I I I I I I I I I I I I ©00n"iC©On""^»l ©©'t^o'x©»©© » M h in H t- iC O ¿ O ¿ CO ¿ iO CN X o © cn © O »© i-i rH O O I I I I I I I I I I I I »M00O)»00M^O t^ rH X O © O O O i-? I"- © n< © t^ X f» o © o i¿ -ni © «o CN oí iO •* © »« I I I I I I I I I r-i © i 7 TH © Tí< «H 1H O I I I Xi>iHeOiH©i-<©a* t^ ©* © r-í © rH f* r-i ©J tN O * 00 00 (N ©J ©' f¿ iO q t^ »H CO X í> © «5 ■* « H ¿ CN © CN rH © © I I I I I I I I I I I I iH 09 O i 7 i X rH © rH ^ rH 0© t-Í -^I «o i-h eo ©i o» eo © iH i© © © lO © 00 © © © co © t^ © © eo - i© CN CO n¡ CN I I I 1 I I I 1 I I | I | ^^©cNeo^aoo^ QC H flí H pj H 8Í H H« iO © 00 © t^ »© iO CO t^ CN © r-l CN CN eo r-" I I I I I I I I I I I I I cceot»Ht.o©Mie t»HflOHJsHHrt'}l iO 9) N M O ifl N rt W O (N H ¿ iO cn eo I I I I I I I I I I | I | I a : a : a : á : á : á : á : á : á : ^ d á T3 • I .1.1.1 . i . T . i . T . i es T «a© ^i-i «CN «a co « Tf seio «eco se t- escobos »© © t>- QO © iH a : a : a CN H ¿ O ¿ H 4619 — tomo ii- 66 CLIMATOLOGÍA. s ^ e s¡ P4 su g si S5 ^ ^ > X X X H = © H ,,' M ^ CC H' CC ¿ d 4| H ^ H ¿ rl ¿ © I I I I | a . a . Oí d - O O O t, CO ^ n! ¿ M' ; h W' r^ ^ O ^ H .a* O I I I I -^*to,íoWMNH,9baDMc5Hao»N ©HXH1¿M9¡W¿pi ^ rn »5 rH ^ rH* ^ ^ ,¿ ¿ I I I I I a I I I I I '9N*HXtOMO+;030^í|ieo0aOQ0^(0 QOHcMc^^^^h ^ ^ M* ^ ^ o ^ o »¿ O lili 85Ht, CJ.jHjid^NH'H *J rt ^ rl »¿ rH »¿ O I I I I I ?0 iC I I I I | O rt QD H ¿ N j¿ « ©' OÍ J fí 09 ri ^ h ¿ rí ¿ H III!! ^ « N « f) w M © fi ^ M ,¿ h ^ H nj ri I ' I I I U5 O ■«* r-t -^ O »©OCpH~f1OOiNI>©l>aí I I I I I I I ^O5.iCserHa00C«©> c *-> mm. mm. mm. 20.9 22.3 22.0 18.8 i 21.0 21.5 18.2 ! 20.7 20.9 20.9 i 21.8 22.5 21.3 i 23.0 23.5 20.9 i 21.5 22.9 20.3 ¡ 21.6 23.1 20.3 | 22.1 21.9 19.2 21.3 22.8 18.7 21.8 22.0 20.0 22.1 21.4 18.8 21.6 22.3 20.6 23.3 23.2 18.9 22.9 23.3 20.0 23.2 23.0 21.3 22.5 23.0 19.9 22.0 22.5 mm. ! mm. 21.9 i 22.8 21.6 21.6 22.5 23.8 22.8 22.6 22.1 22.3 22.5 22.4 22.1 22.7 22.7 22. 5 22.3 21. 21.9 22.4 22. 6 22.8 22. 5 22.0 22.4 22.1 22.9 22.5 22.4 22.6 22.6 22. 4 22. 4 22. 4 mm. 22.1 21.5 21.9 23.0 22. 7 22.6 23.3 22.2 22.7 22. 3 22.3 22.3 22.7 22.8 22.8 22.2 , mm. \ 20.7 20.5 21.6 22.0 21.1 21.9 22.4 21.4 21.4 21. 6 21.0 21.7 21.4 22.2 22.2 22.2 I mm. 19.2 19.1 20.3 20.2 21. 3 21.2 21.5 19.3 20. 5 20.2 19.3 19.4 19.8 20.8 21.8 21.3 I mm. i 18.6 i 17.7 18.7 I 19.3 ¡ 20.9 i 20.1 i 20.0 \ 18.7 19.2 18.4 18.6 18.9 18.1 18.9 20.0 19.3 mm. 20.4 19.6 19.7 20.6 21.5 21.1 21.6 20.5 20.3 20.4 20.2 20.1 20.6 20.7 21.1 21.2 22.5 | 21.6 ¡ 20.3 i 19.1 I 20.6 MEDIAS NORMALES DE LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Según estos datos, tenemos que la mínima tensión del vapor de agua se verifica en Febrero; va aumentando de Febrero á Junio; consérvase casi la misma en los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre; y comienza á disminuir desde Septiembre a Febrero. LAS MEDIAS NORMALES pE CADA MES COMPARADAS CON LA MEDIA NORMAL ANUAL. La media anual es 20.6. La gradación mayor ó menor con que se van separando de esta media los valores normales de cada uno de los meses del año va expresada en el siguiente cuadro: Media anual. Media Piferen- mensual. eia. i Enero mm. mm. í 18.1 17.7 18.7 19.9 22.0 22.5 22.4 22.4 22.5 21.6 20.3 19.1 mm. -2.5 2 9 Febrero ! 20. G Marzo 1 1 9 Abril 0 7 Mayo -1-1.4 +1.9 +1.8 +1.8 +1.9 +1.0 0 3 Junio Julio Agosto i Septiembre Octubre Noviembre Diciembre —1.5 68 CLIMATOLOGÍA. MEDIAS ANUALES EXTREMAS. Los valores de las media anuales del período de 1883 á 1898 oscilan entre 19.6 (1884) y 21.6 (1889), siendo, por tanto, la diferencia de 2. COMPARACIÓN ENTRE LAS MEDIAS NORMALES Y LAS MEDIAS EXTREMAS DE CADA MES. Las medias máximas y mínimas de cada mes se diferencian en más ó en menos de la media normal, según va indicado en el siguiente cuadro : Meses. Media normal. Enero mm. 18 1 Febrero 17 7 Marzo 18 7 Abril 19 9 Mayo 22 0 Junio 22 5 Julio.. 22 4 Agosto 22 4 Septiembre 22 5 Octubre 21 6 Noviembre 20 3 Diciembre 19.1 Máxima diferencia ¡Máxima diferencia positiva. i negativa. mm. mm. 2.5(1889) 1.6(1884) 2.7 (1889) 1.3 (1891) 1.7(1887) 1.8 (1886) 1.4 (1887 v 1898) 1.7 (1885) 1.3 (1895) 1.3 (1885) 1.0(1887) 1.6(1885) 1.4 (1887) 0.8(1884 v 1885) 0.5(1893) 0.9(1884) 0.8 (1889) 1.0 (1884) 0.8 (1889) 1.1 (1884) 1.5 (1897) 1.2 (1884) 1.8(1887) 1.4 (1884) Las máximas diferencias positivas, 2.7 y 2.5, corresponden á los meses de Febrero y Enero de 1889; y la máxima diferencia negativa, 1.8, al mes de Marzo de 1886. MÁXIMAS Y MÍNIMAS MENSUALES Y ANUALES DE LA TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS XXXIX Y XL. En las tablas xxxix y xl damos las máximas y mínimas de la tensión del vapor acuoso observadas en este Observatorio durante el período de diez y seis años, desde 1883 á 1898, acerca de las cuales conviene tener presente lo mismo que advertimos sobre las máximas y mínimas de la humedad, al principio de este capítulo. Tabla XXXIX. — Máximas mensuales y anuales de la tensión del vapor acuoso en Manila, durante el período de 1883 á 1898. 1883. 1884. 1885. 1886. 1887. 1888. 1889. 1890. 1891. 1892.. 1893.. 1894.. 1895.. 1896. . 1897.. Medias 23. 6 mm. 24.4 22.3 21.8 23.9 24.4 26.0 25.5 23.7 22.3 22.2 22.2 ; 22.8 i 22.2 ' 23.3 ! 25.5 ¡ 24.3 c t-i c o c o o O» fe mm. ¿2 < mm. 03 mm. 3 mm. < mm. mm. mm. 22.6 24.5 24.6 25.5 25.0 25.5 26.0 24.8 23.6 23.9 24.8 24.6 25.0 24.6 22. 0 23.6 24.2 25.5 24.5 24.6 24.7 23.0 23.0 28.9 25.7 25.9 27.1 27.5 24.8 26.4 26.4 27.1 27.6 27.3 26.5 22. 5 23.6 26.7 25.0 26.0 25.5 25.6 25. 2 29.0 26.2 27.0 27.2 25.6 25.4 23. 4 23.6 25.1 25.4 25.5 25.4 25.0 21.7 23.9 24.4 26.9 26.4 25.0 24.8 23.2 23.4 23.0 25.3 25.3 25.3 25. 3 22. 0 22.2 25.8 26.1 24.4 25. 0 25.4 21.1 23.3 24.6 25.4 25.7 25.0 25.6 23.2 23.3 26.1 26.7 27.1 25.1 25.2 23.9 24.2 24.6 26.2 27.0 25.9 26.1 23.4 24.0 25.6 28.5 26.3 25.3 26.1 23.1 25.0 24.6 26.5 26.1 25.3 25.2 23.1 24.2 25.3 26.1 25.9 25.5 25.6 mm. mm. 24.9 25.5 24.8 24.5 25.0 25.2 27.2 26.7 25.9 24.3 25. 5 25.6 26.4 26.1 24.8 25.3 24.9 25.8 26.0 25.3 25. 5 24.4 25.6 25.5 24.9 25.9 25.7 25.8 26.0 25.8 25.1 25.9 25.5 25.5 mm. 24.6 23.6 25.4 24.7 25.3 24.6 25.8 23.8 23.8 24.8 23.4 24.8 24.5 24.6 25.0 25.5 24.6 mm. 25.0 22.6 23.3 25.3 25.6 23.9 26.0 22.2 23.6 24.3 23.8 24.2 24.7 26.8 24.2 23.9 Máxi- ma anual. mm. 26.0 25.0 25.5 28.9 27.6 26.7 29.0 25.5 26.9 26.0 26.1 25.7 27.1 27.0 28.5 26.5 24.3 26.8 LÁMINA XXI. l)ariacióp ai?áal de la tepaióp del ¿apor acáo«o ep ^1 apila. 1883-1898 D SFMAMJJA S 0 N J} nvm>. 23.0 220 21 O 2O0 19 o 18 o TtVflU 25.0 220 21.0 2ao I . / / 1 r-1 17 O . 17o "—} HIGROMETRÍA. 69 Tabla XL. — Mínimas mensuales 1/ anuales de la tensión del vapor acuoso en Manila, durante el período de 188S á 1898. Años. c o B JO a S Míni- ma c Í3-I 33 < í Í3 "2 6 *-> X So < o 5^ 'o s anual. mm. mm. m m. mm. mm. ■mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. 1883 13.6 12.9 13.7 17.2 17.6 18.6 18.3 18.5 19.6 14.4 14.5 12.6 12. 6 1884 11.9 12.6 10.8 12. 6 15.4 18.6 17.2 17.9 15.6 14.2 11.2 11.5 10.8 1885 13.7 11.6 10.6 13.9 13.2 15.8 18.0 19.1 17.5 16.4 15.3 12.3 10. 6 1886 13 1 11.8 10.4 14.4 16.0 18.5 17.8 17.8 19.2 18.1 14.1 15.2 10.4 1887 14.4 12.0 14.5 16. 6 17.1 19.7 19.9 18.7 18.5 16.7 18.1 15. 5 12.0 1888 14.8 9.7 12.0 12.0 12.9 19.4 19.8 20. 5 19.6 16. 2 16.7 12.1 9.7 1889 14.0 15.3 13.7 14.4 15.5 17.0 19.1 19.6 19.2 19.5 17.3 15.4 13.7 1890 .' 12.9 14.4 12.7 16.8 17.8 17.8 19.1 18.5 18.3 14.9 14.8 14.3 12.7 1891 12.3 11.2 13.2 14.4 15.3 20. 3 19.4 19.8 19.4 16.9 12.8 14.1 11.2 1892 15.4 13.7 12. 5 13.4 16.6 14.9 20.0 19.0 18.0 18.1 15.2 11.9 11.9 1893 12.0 12.6 14.0 18.2 13.4 11.8 13.4 14.0 13.0 13.1 13.6 13.0 14.4 12.7 15.3 12.5 18.3 14.8 18.0 17.7 17.7 19.4 19.6 20.0 19.0 19.8 17.9 19.2 20.0 19.4 17.5 19.8 19.0 18.0 20.0 18.8 15.3 17.6 17.2 18.6 15.5 12.7 15.1 16.8 14.9 12.0 13.2 14.5 12.0 1894 11.8 1895 13.2 1896 12. 5 1897 12.0 13.9 9.9 12.8 18.2 17.1 19.0 20.3 19.9 18.6 16.5 15.4 9.9 1898 12.1 14.5 14.6 16.5 17.6 19.8 19.9 19.0 18.2 19.0 17.8 14.7 12.1 Medias 13.3 12.9 12.6 14.4 16.4 18.4 19.0 19.1 18.7 17.0 15.3 13.7 11.7 RELACIÓN ENTRE LOS VALORES MEDIOS MENSUALES DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE LA TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO. Según la tabla xxxix las medias de las máximas mensuales están com- prendidas únicamente entre 25.3 y 26.1 en los meses de Abril a Octubre; y entre 23.1 y 24.6 en los meses de Noviembre a Marzo, ambos inclusive. La media mayor, 26.1, corresponde al mes de Mayo; y la menor, 23.1, al mes de Febrero. Bastante diferente es la relación que se observa entre los valores medios de las mínimas mensuales; la media mayor, 19.1, es la del mes de Agosto; y la menor, 12.6, la del mes de Marzo; después de ésta, siguen en orden siempre ascendente las medias de Febrero, Enero, Diciembre, Abril, Noviembre, Mayo, Octubre, Junio, Septiembre, Julio y Agosto. MÁXIMAS Y MÍNIMAS MENSUALES DE TODO EL PERÍODO. Las máximas y mínimas mensuales de todo el período pueden verse en el adjunto cuadro: Meses. Máxima. mm. 26.0 (1888) 25.2 (1889) 29.0 (1889) 28.9 (1886) 28.5 (1897) 27.6 (1887) 27.3 (1887) 27.5 (1886) 27.2 (1886) 26.7 (1886) 25.8 (1889) 26.8 (1896) Febrero Marzo Abril . . . Mavo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Mínima. mm. 1.1.9 (1884) 9.7 (1888) 9.9 (1897) 12.0 (1888) 12.9 (1888) 14.9 (1892) 17.2 (1884) 17.5 (1895) 15.6 (1884) 14.2 (1884) 11.2 (1884) 11.5 (1884) 70 CLIMATOLOGÍA. MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE TODO EL PERÍODO. Las máximas y mínimas de todo el período son 29 y 9.7, obser- vadas respectivamente el 30 de Marzo de 1889 y el 4 de Febrero de 1888. La diferencia, pues, de entrambos extremos es de 19.3. Muy próximas a las máximas y mínimas de todo el período son, respectiva- mente, 28.9 la máxima anual de 1886, y 9.9 la mínima anual de 1897. DISTRIBUCIÓN DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS ANUALES EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. El siguiente cuadro comprende la frecuencia mensual de las 16 máxi- mas v mínimas anuales: Mínimas: Enero 2 Febrero 4 Marzo 6 Abril 1 Diciembre 3 Máximas: Marzo 1 Abril 2 Mayo 5 Junio 5 Julio 1 Agosto 1 Septiembre 1 De suerte que todas las máximas y mínimas anuales están compren- didas en los meses de Marzo á Septiembre, y de Diciembre á Abril, respectivamente. La mayor frecuencia de máximas corresponde á Mayo y Junio, y la de mínimas á Marzo y Febrero. MEDIAS MENSUALES DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DIARIAS DE LA TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO EN MANILA. OBJETO DE LAS TABLAS XLI, XLII Y XLIII. En las tablas xli y xlii damos las medias mensuales y anuales dedu- cidas de las máximas y mínimas diarias de la tensión del vapor acuoso, durante el período de 1885 á 1898. La diferencia entre los valores de estas dos tablas nos representa la oscilación media mensual de este elemento, que incluímos en la tabla xliii. Tabla XLI. — Median mensuales // anuales de las máximas diarias de la tensión del rapar acuoso en Manila, durante el período de 1885 á 1898. 1885.. 1886.. 1887., 1888. 1889. 1890. 1891.. 1892. 1893., 1894.. 1895.. 1896. . 1897.. 1898. . mm. 18.8 21.2 22.0 22. 2 22.9 20.9 18.9 19.9 18.8 19.1 19.9 18.8 20.8 20.6 Medias 20.3 ,Q sá ¿ Pn << < mm. mm. mm. 19.4 19.8 20.6 19.1 19.5 23.3 20.2 22.7 23.4 19.5 21.2 23.3 23.0 22.8 22.7 20.3 20.4 22.1 18.2 20.0 21.2 19.9 20.9 20.8 19.4 19.7 22.1 19.3 20.2 20.7 19.1 20.5 22. 8 20.0 21.0 21.6 20.3 21.2 23.4 21.5 21.9 23.2 19.9 20.8 22.2 mm. 23.2 23.9 25.3 23. 5 23. 7 23. 8 23. 7 23.7 23.8 23. 5 25.0 24.6 25.3 24.5 I mm. 22. 9 24.2 25.5 24.4 25.0 23.6 24.6 23.8 23.1 23.9 24.9 25.1 24.9 24.7 I . 0 a ¿ ¿ £ ¿ s £2 ./ a> £¡ 3 0 be < mm. 9* m mm. ° mm. Y mm. 5 mm. £3 mm. mm. 23.0 23.4 23.5 23. 5 22.3 20.8 21.8 24.2 24.1 24.7 23.9 22.0 21.2 22.6 25. 5 24.2 24.2 22.8 22.9 23.1 23.5 24.3 24.1 24.0 23.8 23.2 22.0 23.0 24.3 23.9 24.9 24.2 23.2 21.8 23.5 23.8 23.6 23.5 23.0 21.2 20.5 22.2 23.7 23.7 24.0 23.2 21.7 21. 1 22.0 24.0 23.5 23.9 23.1 22.1 20.2 22. 2 23.8 24.3 23.8 22.6 20.9 20.2 21.9 23.4 24.1 23.8 23.6 21.6 20.5 22.0 24.2 23.9 23.9 23.3 21.5 20.1 22.4 24.3 24.0 24.4 23.9 23.0 21.6 22.7 24.2 24.2 24.5 23.8 23.6 21.7 23.2 23.8 23.8 23.9 24.0 22. 9 21.2 23.0 24.0 23.9 24.1 23.5 22. 3 21.1 22.6 higrometría. 71 'mima* diaria* la inwU'm del vapor T mu v KLII.-J/támx menmale* ,, anuale* de la* un Tabla XLii ^^ ^ ^.^ ^^ p/ ^^ d(> 188o a 1898. .1885... 1880... 1887 . . . 1888... 1889... 1890... 1891... 1892... 1893... 1894... 1895.. 1896.. 1897.. 1898.. mm. 15.2 16.4 17.3 17.1 18.4 17.1 15.7 16. ti 15. 3 15.5 16.1 15.1 16.1 16.9 mm. 14.8 15.0 15.9 15.2 i 18.1 , 16.4 ; i4.5 I 15.9 I 15.3 I 14.7 ¡ 1.5.5 i 15.9 ; 15.9 I 17.7 mm. 14.9 14.5 18.4 17.0 17.7 15. 6 15.9 16.9 16.2 16.2 16.5 16.9 16.5 17.4 mm. mm. 16.2 17.9 18.3 19.7 19.3 21.0 18.3 19.0 17.8 19.2 18.4 20.4 16.9 18.8 I 16.5 i 19.6 1 17.9 i 20.2 16.5 ! 19.5 18.4 ! 21.6 l 16.2 i 21.4 I 17.4 i 21.3 19.5 i 20.4 mm. 19.2 20.5 21.6 21.5 20.8 20.1 I 21.2 20.3 19.7 ! 21.0 i 21.5 I 21.7 ! 21.1 I 21.3 Medias I 16.! 15.8 ! 16.5 I 17.7 ¡ 20.0 20.! mm. 20.1 20.5 22.1 21.6 20.9 20.3 21.2 21.1 20.8 20.7 21.0 21.2 20.8 21.0 21.0 mm. 20.3 20.1 21.2 21.6 21.1 20.4 21.2 20.5 21.6 21.0 20.9 21.2 21.1 20.9 mm. 20.0 21.4 21.1 21.1 21.4 21.0 21.3 20.8 20.8 20.7 21.4 21.3 21.6 20.4 20.9 mm. 19.5 20.3 19.8 20.3 20.9 19.7 19. 6 20.0 19.6 20.2 19.8 20.6 20.6 20.8 mm. \ mm. 18.6 i 16.6 18.6 17.7 19.9 19.1 19.3 18.0 20.2 18.4 17.6 í 16.8 18.5 I 17.6 18.8 17.0 17.8 ! 17.3 17.3 16.4 16.8 18.4 17.7 21.0 I 20.1 17.5 18.2 18.6 20. 1 20.0 18.8 17.5 I mm. 17.8 18.6 19.7 19.2 19. 6 18.7 18. 5 18.7 18. 5 18.4 18.9 18.9 19.2 19. 5 18.9 Tabi ; W^m- '^ —^ de lao^c^ de Uie»^ ** «^ <~ en Manila, durante el período de 188» a 1898. _ a 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 mm. 3.6 ■ 4.8 ; 4.7 5.1 4.5 3.8 3.2 3.3 3.5 3.6 3.8 3.7 4.7 3.7 J2 mm. 4.6 4.1 4.3 4.3 4.9 3.9 3.7 4.0 i 4.1 ¡ 4.6 ! 3.6 i 41 ! 4.4 1 3.8 mm. 4.9 5.0 4.3 4.2 5.1 4.8 4.1 4.0 3.5 4.0 4.0 4.1 4.7 4.5 mm. 4.4 5.0 4.1 5.0 4.9 3.7 4.3 4.3 4.2 4.2 i 4.4 5.4 6.0 3.7 mm. ¡ 5.3 ! 4.2 I 4.3 4.5 4.5 3.4 4.9 4.1 , 3.6 ', 4.0 i 3.4 ! 3.2 ': 4.0 4.1 mm. \ 3.7 i 3.7 i 3.9 ! 2.9 4.2 3.5 3.4 3.5 i 3.4 ! 2.9 ¡ 3.4 3.4 3.8 3.4 mm. : 2.9 3.7 : 3.4 ; 2.7 : 3.4 ! 3.5 2. 5 2.9 3.0 2.7 3.2 3.1 3.4 I 2.8 mm . 3.1 i 4.0 ; 3.0 ; 2.5 j 2.8 I 3.2 1 2.5 i 3.0 ': 2.7 : 3.1 i 3.0 i 2.8 ! 3.1 I 2.9 mm. 3.5 3.3 3.1 2.9 3.5 i 2.5 ! 2.7 | 3.1 I 3.0 I 3.1 | 2.5 ! 3.1 2.9 3.5 mm. ' mm. ¡ 4.0 ■ 3.7 3.6 i 3.4 3.0 3.0 3.5 , 3.9 3.3 3.0 3.3 3. 6 3.6 3.2 3.1 3.3 3.0 3.1 3.4 4.1 3. 5 3.3 3.3 4.4 3.2 1 3.5 3.2 I 2.9 mm. I 4.2 3.5 4.0 4.0 3.4 3.7 3.5 3.2 i 2.9 3.2 ; 3.7 . 4.8 : 3.3 : 3.5 mm. 4.0 4.0 3.8 3.8 4.0 3.6 3.5 3.5 3.3 3. 6 3.5 3.8 3.9 3.5 Medias 4.0 i 4.2 4.4 4.5 4.1 3.5 3.1 í 3.0 | 3.1 3.4 3.5 l 3.6 i 3.' *r¿c^^~*^* MÍNIMAS »™ MKNSUALES DE LA RKL TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO. tabla xli, puede decrse que 1. ««una S » Julio, Agosto y beptiemore, *> , -|t¡ ,ugM. |,s Noviembre, Abril >/-b«'*^í ^i, mensual» do Marzo, Enero .vF*mU ™™™™ ^ es do iA, "cie^i^^^^ 72 CLIMATOLOGÍA. Febrero. Las medias normales extremas 15.8 (Febrero) y 21.0 (Julio y Septiembre) se diferencian en 5.2. MEDIAS EXTREMAS DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE TODO EL PERÍODO. La máxima media mayor de todo el período corresponde á Junio y Julio de 1887, en los cuales alcanzó el valor de 25.5. Las mínimas medias menores de todo el período, fueron las de Marzo de 1886 y Febrero de 1891 que no pasaron de 14.5 MEDIA DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE TODO EL PERÍODO. La media deducida de todas las máximas diarias del período de 1885 á 1898 es 22.0, y la deducida de todas las mínimas, 18.9; se diferencian, pues, únicamente en 3.7, valor que nos representa también la media oscilación anual de la tensión del vapor acuoso en Manila. La mayor media anual de las máximas es 23.5 (1887 y 1889); y la menor media anual de las mínimas, 17.8 (1885), diferenciándose en 5.7. RELACIÓN ENTRE LAS MEDIAS OSCILACIONES DIARIAS DE LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Si nos fijamos ahora en el resultado que nos da la tabla xliii, vere- mos que los meses en que resulta mayor la media oscilación diaria de la tensión del vapor acuoso son Marzo y Abril, ó sea, los mismos en que es también mayor la oscilación media de la temperatura y humedad relativa. En Mayo disminuye ya la amplitud de esta oscilación hasta el mes de Agosto, al cual corresponde la mínima oscilación media que se conserva con poca diferencia la misma de Julio á Septiembre inclu- sive. Desde Octubre vuelve á aumentar gradualmente hasta los meses de Marzo y Abril. La diferencia entre las dos oscilaciones normales extremas, 4.5 (Abril) y 3 (Agosto), es de 1.5. AMPLITUD MEDIA ANUAL DE LA OSCILACIÓN DIARIA, Y MEDIAS ANUALES Y MENSUALES EXTREMAS DE TODO EL PERÍODO. La amplitud media anual de la oscilación diaria es de 3. 7. Las medias anuales extremas de todo el período de 1885 á 1898 son 4 (1885, 1386 y 1889) y 3.3 (1893). La máxima amplitud media mensual de la oscila- ción diaria fué la de Abril de 1897, que alcanzó el valor de 6; la mínima, 2.5, corresponde á Julio y Agosto de 1891, Agosto de 1888 y Septiem- bre de 1890 y 1895. VARIACIÓN DIARIA DE LA TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA XLIV. La tabla xliv comprende las medias horarias mensuales, anuales y semianuales de la tensión del vapor acuoso en Manila, deducidas del período de 1890 á 1898 ; con ellas hemos trazado las curvas de las láminas xxii y xxiii. LÁMINA XXII. Uariaciop diaria de la tepsiói? del zx) Jl apila. 1890 - 1896 Dapor acaoso irverc Marzo Mcu/o x7v¿hc nwt 18 17 19 18 2-b 22 2T> 22 25 22 21 2o r \ . i r ? r * » i 0 i tr i > > r i s ? f r ' O u ' £ ia 17 2o 19 23 22 23 22 22 21 19 *7Un¿o Agosto — - 1 s ' i i / / s _^y ' 1 / - — - -^ / 1 _^, /' \ / -— < — — ■ i — | — -= — — __!__ H y / — h "■■ ' t - / / ^¿ / ^ / -~ t 1 1 — _^ \ — . 1 1 .. . 1 IJL Lámina xxia. Úariaciói? diana de la tei?siói? del riapor acuoso ei2 .Maílla. 1890-1898 a, Maye ai a-riuaZ inm 20 19 18 23 22 21 21 30 19 , ! .í. , \ .. » ., t J, < ,' y i. «r inm. so 13 15 23 22 11 21 2o 13 JÜQ'O Multa, I .. H i , 1 1 1 ... 1 . . | HIGROMETRÍA. 73 Tabla XLIV. — Medias horarias mensuales, anuales y semianuales de Ja tensión dei vapor acuoso en Manila, deducidas del período de 1890 á 1898. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre. . Diciembre . . MAÑANA. mm. 17.6 17.5 18.5 19.5 21.9 22.2 22.1 22.2 22.2 21.5 20.0 18.6 mm. 17.4 17.3 18.3 19.4 21.8 22.1 22.0 22.1 22.1 21.4 19.8 18.5 Medias 20.32 20.18 Medias, de Noviembre á ¡ Mayo ! 19. 09 18. 93 Medias, de Junio á I Octubre I 22.04 21.94 mm. 17.3 17.2 18.2 19.2 21.7 22.0 21.9 22.0 22. 0 21.2 19.8 18.3 20.07 18.81 21.82 mm. 17.1 17.0 18.0 19.0 21.6 21.9 21.8 21.9 21.9 21.1 19.6 18.2 19.93 18.64 mm. 17.1 16.8 17.9 19.0 21.5 21.8 21.7 21.9 21.9 21.0 19.5 18.1 19.85 18.56 21.72; 21.66 TARDE. 6. , 7. i 8. | 9. mm. mm. 10. 11. mm. mm. mm. mm. 17.0 17.1 17.6 18.1 18.3 18.3 16.8 16.9 17.7 18.2 18.2 18.1 17.9 18.2 18.8 19.1 19.3 19.3 18.9 19.5 19.9 20.2 20.3 20.5 21.5 22.1 22.6 22.7 22.8 22.8 21.8 22.3 22.8 22.9 22.9 22.8 21.7 22.1 22.6 22.8 22.8 22.8 21.9 22.2 22.6 22.7 22.7 22.7 21.9 22.3 22.7 22.8 22.9 22.8 20.9 21.3 21.8 21.9 21.9 21.9 19.5 19.7 20.2 20.4 20.6 20.7 18.1 18.2 18.7 19.0 •19.3 19.4 19.83 20.16 20.67 20.90 21.00 21.01 18.53 18.81 19.36 19.67 19.83 19.87 21.64 22.04 22.50 22. 62 22. 64 22. 60 mm. 18.3 18.4 19.2 20.5 22.6 22.9 22.7 22.7 22.7 22.0 20.8 19.5 21.03 19.90 22.60 Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Medias Medias, de No- viembre á Mayo Medias, de Junio á Octubre 1. mm. 18.4 18.4 19.1 20.3 22.5 22.8 22.7 22.7 22.8 22.0 20.8 19.5 21.00 19.86 22. 60 2- 3. 4. ó. mm. mm. mm. mm. 18.4 18.4 18.2 18.1 18.4 18.1 17.9 17.7 18.8 18.6 18.5 18.5 20.1 19.9 19.8 19.7 22.5 22.5 22.6 22.7 22.8 22.8 22.8 22.8 22.7 22.6 22.6 22.7 22.7 22.7 l 22.6 22.7 22.7 22.7 ! 22.8 22.7 22.0 ! 22.0 ! 22.1 22.0 20.7 20.9 ! 20.8 1 20.8 19.6 i 19.6 ! 19.5 ¡ 19.4 mm. 17.9 17.6 18.3 19.7 22.6 22.7 22.6 22.6 22.7 22.0 20.6 19.2 20.95Í 20.90 20.85 I I 19.79J 19.71. 19.61 22.581 22.56! 22.58 20. 82 19. 56 22.58 20.71 19.41 22. 52 mm. 17.9 17.6 18.5 19.7 22.6 22.7 22.6 22.6 22.7 21.9 20.4 19.1 mm. 17.9 17.7 18.6 19.9 22.5 22.8 22.5 22. 5 22.6 21.9 20.3 18.9 20.69| 20.68 19.40: 19.40 22.50! 22.46 mm. 17.9 17.8 18.7 19.9 22.4 22.7 22.4 22.5 22.5 21.8 20.2 18.9 mm. 17.8 17.8 18.7 19.9 22.4 22.6 22.4 22.5 22.4 21.7 20.2 18.7 mm. 17.8 17.7 18.7 19.8 22.2 22.5 22.3 22.4 22.4 21.7 20.1 18.7 20.64, 20.59 20.53 19.40 19.36 19.29 22.38' 22.32¡ 22.26 I I mm. 17.7 17.6 18.6 19.7 22.1 22.3 22.2 22.3 22.3 21.5 20.1 18.6 20.42 19.20 22. 12! Medias. mm. 17.8 17.7 18.6 19.8 22.3 22.5 22.4 22.4 22.5 21.7 20.3 18.9 20. 58 19.34 22. 30 MARCHA DIARIA DE LA TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO. Si nos fijamos en las curvas de la lámina xxvi que nos representa las medias parciales de cada mes, veremos, en alguna de ellas, algún movimiento irregular aunque de poca importancia, especialmente durante la tarde y primeras horas de la noche. Sin embargo, tanto en la curva anual como en las semianuales de la lámina xxvii desaparece casi toda irregularidad y suponemos desaparecerá también en las' mismas curvas mensuales, cuando se puedan trazar con valores medios deducidos de un número mayor de anos de observación. Esto supuesto, nos podremos formar una idea bastante acabada de la marcha diaria media de este elemento examinando estas curvas, anuales y semianuales, ó lo que es lo mismo, las medias anuales y semi- anuales que van al fin de la tabla xliv. Según las medias anuales, puede 74 CLIMATOLOGÍA. decirse qne esta variación diaria consiste en una simple oscilación cuya mínima suele observarse al amanecer, coincidiendo con la mínima temperatura y máxima humedad, y cuya máxima corresponde á las 12 del día. El mayor aumento de tensión se observa de 6 á 10 a. m., per- maneciendo casi estacionaria desde esta hora hasta la 1 de la tarde; á las 2 empieza á disminuir, pero de un modo extraordinariamente lento y casi insensible hasta las 11 y 12 de la noche en que decrece ya con alguna mayor rapidez hasta llegar á la mínima de la madrugada. En las medias semianuales se ve que la mínima corresponde en ambos períodos á las 6 a. m. ; pero en cambio en el período de Noviembre á Mayo, alcanza la tensión su máximum á las 12 de la mañana, perma- neciendo casi estacionaria desde 11 a. m. hasta la 1 p. m., mientras que en el otro período, de Junio á Octubre, llega ya á su máximum á las 10 a. m. conservándose poco menos que estacionaria desde las 9 a. m. hasta las 5 de la tarde, inclusive. Por lo que toca á las diferentes curvas de cada mes, sólo indicaremos que en las de Noviembre á Abril se nota por las tardes un decrecimiento algo notable, que no se echa de ver en las curvas de los otros meses. Este decrecimiento ocurre de 5 á 9 en Noviembre, de 3 á 8 en Diciembre, de 3 á 6 en Enero, de 2 á 6 en Febrero, de 1 á 4 en Marzo y de 12 m. d. á 4 p. m. en Abril. Además, se observa desde Febrero á Abril que la tensión vuelve á aumentar algo por la noche; de 7 á 9 en Febrero, de 6 á 9 en Marzo y de 7 á 8 en Abril. horas' de mínima y máxima tensión y amplitud de la oscilación en los diferentes meses del ano. Siguiendo el mismo método que hemos adoptado para la presión atmosférica y humedad, damos en el siguiente cuadro las horas de la mínima y máxima tensión con la amplitud de la oscilación mensual, anual y semianual; datos que tomamos de las medias mensuales, anuales v semianuales de la tabla xliv. Horas de- Meses Mínima. Enero . . Febrero. Marzo .. Abril .... Mayo. . 6 a. m.. . .1 5,6 a. m. J 5,6 a. m. .! 6 a.m.. . ! 5,6 a.m. Jimio i 5, 6 a. m . . . Julio \ 5, 6 a. m. . . Agosto i 4, 5. 0 a. m . Septiembre 4, 5, 6 a. m . Octubre I 6 a.m Noviembre ! 5, 6 a. m . . . Media j Anual i tí n. m . De Noviembre á Mayo I (5 a. m . De Junio á Octubre i G a.m. Máxima. Amplitud de la oscila- ción. 1,2,3 p.m 12 m.d., 1,2 p. m 10,11 a.m 11 a. m., 12 m.d 10, 11 a.m 9, 10 a.m., 12 m.d 9,10,11 a.m 9, 10, 11 a.m., 12 m.d., 1,2, 3, 5 p. m. 10 a. m 4 p.m 3 p.m 2,3 p.m 12 m.d. 12 m.d. 10 a.m. 1.4 1.6 1.4 1.6 1.3 1.1 1.1 0.8 1.0 1.2 1.4 1.5 1.3 1.20 1.37 1.00 HIGBOMETRÍA. 75 Acerca de este cuadro sólo nos resta añadir á lo que arriba dejamos brevemente indicado, que, aunque en algunos meses, como Octubre, Noviembre y Diciembre, parece observarse la máxima diaria bastante después de mediodía, pero atendiendo á las medias horarias y a las curvas de dichos meses, se verá que la tensión crece rápidamente hasta las 9 ó 10 de la mañana, siendo ya muy insignificante y casi insensible el aumento abservado más allá de las 10, en los alrededores ó después de mediodía. AMPLITUD MEDIA DE LA OSCILACIÓN ANUAL Y SEMIANUAL. La amplitud media anual de esta oscilación de la tensión del vapor acuoso es de 1.20mm, la amplitud del período de Noviembre á Ma}o es de 1.37mm, y la del otro período, de Junio á Octubre, no pasa de 1 mm. Los meses en que resulta menor esta oscilación son Agosto y Septiembre, á los que, según dijimos, corresponde también la menor oscilación de la temperatura y humedad relativa. HORAS DE MAS NOTABLE AUMENTO Ó DISMINUCIÓN DE LA TENSIÓN DEL VAPOR ACUOSO. Para confirmación de cuanto acabamos de insinuar relativo á la variación diaria de la tensión del vapor acuoso en Manila, puede con- sultarse la tabla xlv, en la cual, como hemos hecho para la presión atmosférica, temperatura y humedad damos la diferencia entre cada una de las veinte y cuatro medias horarias de cada mes y las medias men- suales respectivas, añadiendo el dato auxiliar de la cantidad media del aumento ó disminución de la tensión del vapor acuoso correspondiente á cada hora con respecto á la inmediata anterior. En esta tabla se echa de ver fácilmente que, hablando en general de todo el año, el mayor aumento de tensión se verifica en todos los meses de 6 á 9 a. m., y la mayor disminución desde las 11 de la noche hasta las 4 ó 5 de la madrugada, siendo de muy poca importancia, en las demás horas del día, los cambios que sufre este elemento meteorológico. Fijándonos empero en cada uno de los meses, se observa también una disminución algo notable en algunas horas de la tarde durante los meses de Noviembre á Abril, conforme á lo que arriba dejamos indicado. 76 CLIMATOLOGÍA. ^ g .tí tí '"tí s- tí > O O TT *H »9 •* M « O 2} ** 5 o3 < . • . • . . . . . . l~ . ^ "*' w "•' «"» ^ ^» " -* « ^ <=> ■* o M o i > i > P á ir t-¡ M O "*« rH © C\ ©'©©©*© C 1 lili W H 19 f) i9 C © o © © © c 1 1 1 1 1 l*rl*r!0ll)Ot*H9'lOHW*MieHí ©o'ooo©¿o©©oo©o©o© r-l © © t^ r-4 ©"©©*©©" ©o*©o¿©©©©o©o©o©d© H 1» O ^ H ©'©©'©* ©' 1 O M O ©9 tH «9 M H ;c:íMTÍ,-> 09 r-l ^ r-l i© r-l © O © © o © lililí ^'~!c,!,-!l>Ic?|Hl»Hll[|OOí50MlO^HlíHll50{í ©©o©©©©©'©©©©'©©'©*©"© lililí »(Nt^ © ©* © © © ©*©©"©©© ©' ©©"©©* o III III O «5 (N « M ©©*©'©*©' 1 O óá O 0« ©©©©©©'©©©©*©©"©©'©©*© rH k© rH i^l CC ©©*©"©© 1 i 1 »©l>© ©©'©©'©©* ©©'©'©©©o ©"©©©*©© ©"©*©* lililí 1 © © © © O © © I>» C-4 l- © OC rH l>. i-I »M lO 09 © © © ©* © © © ©' > © >« © © — © © ! ©" ©' ¿ ©* ©' ©' © S : SÍ J 03 rj có rj 03 rj 03 oé ce d -* P «o oé iAi : a : a i- X © oé a a : a Jh ^ ^ rj oé © á 2 a. ^ rH ^ rH ft higrometría. 77 -: . . • ._• • — ; _• «-í -í í-i © o © o o ° o S-i iC i- >£ -r fe c íi o si ie © » © O r- 6ooó^¿ = ¿t111° © w W ~~ I I I "«•'© «'i* »©"¿~¿T« « ^ « « °. °. « N. °5 S 3 ¿o©o©o©o©o©o©o©o©o© © < B¿c¿ TTUTI. éoo 35o 3oo 2 Jo Zoo ISO loo So o \ ! _\._ __ _. t i -- — -- — ■— y — _J \ y ' 1 — / \ / 1 -— / 1 / ..._._ --- — / \ f— I l -~ ' 1 ™ .._ ._. — ■— — f — ■ / ! — — -- / ■- "t"~ — — / — — -" / — ¡ - — ■ — \ i ! i L / ■— — -\ / ... j- i / 1 1 — / _! -^ _._4-— i / _-. i f ..._. I r — / \ / \ \ i V. \ 1 1 PRECIPITACIÓN ACUOSA. 81 CAUSAS GENERALES DE LAS LLUVIAS DE MANILA. Compárese esto que acabamos de decir con lo que diremos en el capítulo viii; confróntese la curva que allí presentaremos con lo que estamos examinando, y se verá cuánta sea la semejanza que parece exis- tir entre la distribución mensual de los baguios del Extremo Oriente y la variación anual de las lluvias en Manila; de donde se puede ya dedu- cir con bastante probabilidad que obedecen éstas ó son debidas en primer lugar á la influencia de perturbaciones atmosféricas. Y ya que tocamos este punto, indicaremos, aunque sea sólo de paso, las tres causas que creemos ser casi las únicas de la precipitación acuosa observada en Manila en el decurso del año. La primera y principal son las perturbaciones atmosféricas, inclu- yendo con este nombre no sólo los verdaderos baguios ó ciclones, sino también los otros centros ó áreas dilatadas de baja presión de que habla- remos brevemente en el capítulo viii. Siguen en segundo término como causa de las lluvias en Manila, las turbonadas ó tempestades locales acompañadas de gran desarrollo de electricidad, las cuales son bastante frecuentes desde Mayo á Octu- bre, ambos inclusive, algo frecuentes en Abril y Noviembre, y muy raras de Diciembre á Marzo. Estas lluvias se distinguen de las ante- riores en que, si bien son á las veces extraordinariamente fuertes y to- rrenciales, pero es generalmente poca su duración, como lo es la del fenómeno que las produce y raras veces ocurren por las mañanas, sino sólo por la tarde y noche; al paso que aquéllas se prolongan á veces por varios días, mientras existe la influencia de los centros ciclónicos, causa de las mismas. Por fín, puede citarse como tercera causa de las lluvias de Manila la influencia del centro de máxima presión que en los meses de Diciembre, Enero y Febrero suele hallarse situado en la Sibe- ria, hacia el NNO. de Luzón, extendiendo con frecuencia sus ramifi- caciones hasta la Mongolia, Norte de China y mar del Japón ; las corrien- tes del primer cuadrante debidas á este centro de máxima presión son causa de las frecuentes y grandes condensaciones que en dichos meses se producen á lo largo de la costa oriental del Archipiélago, siendo á las veces tan abundantes y extraordinarias que llegan á invadir hasta las costas occidentales. CAUSAS DE LAS LLUVIAS DE MANILA EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. De suerte que, refiriéndonos ahora en particular á los diferentes meses del año, puede decirse que las lluvias observadas en Manila en los meses de Diciembre y Enero pueden ser efecto de altas presiones, de verda- deros centros ciclónicos y de áreas dilatadas de baja presión; las lluvias de Febrero pueden ser producidas por altas presiones del Norte, ó áreas de baja presión de la región meridional del Archipiélago; las de Marzo, 4019 — tomo ii (5 82 CLIMATOLOGÍA. Abril y Mayo son debidas principalmente a tempestades eléctricas, y también, sobre todo las de Abril y más aún las de Mayo, á la influencia de centros ciclónicos; y por último, son la principal causa de las lluvias de Junio a Noviembre los tifones que tan frecuentes son en estos meses, y las áreas dilatadas de baja presión formadas en paralelos más altos que las que ocurren por Diciembre, Enero y Febrero, y que suelen observarse principalmente en los meses de Junio y Julio; debiendo asignarse, sin embargo, como segunda causa de las mismas, las turbo- nadas ó tempestades eléctricas que, según dijimos arriba, suelen abundar en esta época del año, sobre todo de Mayo á Octubre, ambos inclusive. TOTAL DE AGUA RECOGIDA EN MANILA EN CADA UNO DE LOS TREINTA Y CUATRO AÑOS ÚLTIMOS. La media anual de lluvia, deducida del período de treinta y cuatro años que abarca la tabla xlvi es de 1,916. 6 mm. Con todo, es de notar que puede y suele haber con frecuencia mucha diferencia de un año á otro en el total de agua caída en Manila, como puede verse en la tabla citada. En el período que estudiamos la máxima lluvia en un año es la del año 1867, durante el cual se recogieron en los pluviómetros del Observatorio 2,978.8mm; la mínima corresponde á 1885, año excesi- vamente seco, en el que no cayeron en Manila más que 906. 5 mm de agua. Según esto, la diferencia entre la máxima y la mínima lluvia anual del citado período es de 2,072. 3 mm, cantidad mayor que la misma media anual. Por medio de la lámina xxv representamos gráficamente el total de agua recogida en Manila en cada uno de estos treinta y cuatro años últimos. DÍAS DE LLUVIA EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA XLVII. La tabla xlvii contiene por mes y años el número de días de lluvia que ha habido en Manila desde 1866 hasta 1898. DÍAS DE LLUVIA. Entendemos por días de lluvia todos aquellos en que haya caído agua suficiente para ser apreciada en nuestros aparatos, así que los días de lloviznas pasajeras ó lluvias inapreciables no los hemos tenido en cuenta al formar esta tabla. l 1 En los boletines de este Observatorio, debido sin duda á los cambios del personal que en ellos ha intervenido, hemos hallado que unos años se habían incluido en el total de días de lluvia los días de simples lloviznas y otros no, así que, si en algo hemos modificado algunos datos, ha sido con el objeto de uniformarlos y de poder deducir la verdadera media mensual. LÍmina XXV. LLUVIA EN MANILA. Cantidad anual,en milímetros.desde 1865 hasta 1898 ift vD *- O ^ w £ * ■mili iii!iiiii!!!!U:::i::i:i::i: ■ I i S5 iliiliiiiiliiii PRECIPITACIÓN ACUOSA. 83 Tabla XLVII. — Días de lluvia en Manila, durante el período de 1866 á 1898. Años. ó o U o> fe o N Ja < o ó "8 o* 3 c" 1 < o ¡X! o; O 0) o ó u Q "o Total. 1866 5 6 4 1 11 4 7 8 4 8 5 6 4 10 7 6 2 5 1 1 3 5 1 9 7 7 6 3 4 5 2 3 9 0 2 0 2 7 3 10 4 3 7 2 1 3 5 2 0 5 5 1 0 2 3 0 1 5 2 2 3 2 2 2 0 5 1 4 0 0 1 1 3 2 1 4 3 2 3 3 6 5 6 3 1 1 0 7 4 2 2 3 5 2 2 4 3 2 13 1 2 0 2 5 0 4 9 4 1 5 0 4 9 6 1 4 9 0 4 3 3 2 2 1 6 5 2 2 2 5 11 9 10 5 11 11 4 9 2 5 0 17 10 8 6 7 4 7 10 10 1 10 20 8 0 13 5 9 16 14 19 17 10 13 15 9 19 14 14 18 17 16 13 6 19 19 15 13 19 13 15 19 21 11 18 19 19 13 16 18 17 14 18 14 12 11 22 16 14 20 19 19 15 13 20 16 21 27 24 23 12 23 30 26 19 27 17 20 22 29 20 17 23 25 17 21 22 19 18 26 18 23 17 16 21 16 19 23 21 23 25 26 16 18 17 15 18 22 17 19 19 19 25 13 26 20 22 22 22 28 23 22 22 26 20 15 20 18 17 15 10 26 22 13 21 18 20 18 22 27 20 11 21 29 14 22 25 15 22 26 20 23 22 24 22 23 15 15 20 13 13 18 17 13 21 10 20 13 14 15 12 19 16 15 14 21 12 15 •18 21 9 , 11 15 15 13 15 22 24 10 10 8 8 15 11 15 5 7 15 8 14 17 19 8 14 10 10 12 10 16 13 13 13 7 12 14 11 14 10 4 10 22 14 4 1 8 4 5 5 3 4 7 11 5 14 3 11 8 13 1 12 2 12 14 6 13 7 13 9 8 8 8 134 125 109 1867 1868 1869 116 141 1870 1871 108 1872 137 1873 124 1874 101 1875 439 1876 154 1877 140 1878 141 1879 130 1880 142 1881 128 1882 144 1883 142 1884 142 1885 89 1886 145 1887 166 1888 130 1889 138 1890 140 1891 134 1892 146 1893 142 1894 142 1895 144 1896 2 í 128 1897 17 i 145 1898 9 198 Medias 5.1 2.8 3.0 3.7 9.1 15.6 20.6 20.3 20.2 16.0 11.7 7.9 135.9 DISTRIBUCIÓN DE LOS DÍAS DE LLUVIA EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. El máximum de los días de lluvia se observa en Julio, Agosto y Septiembre, y el mínimum en Febrero y Marzo; desde el máximum, que se conserva casi el mismo en los tres meses citados, hasta el míni- mum, el número de días de lluvia va disminuyendo gradualmente, así como, al contrario, aumenta gradualmente también, desde el mínimum de Febrero hasta el máximum de Julio. MEDIA ANUAL DE DÍAS DE LLUVIA Y TOTAL DE DÍAS DE LLUVIA EN LOS TREINTA Y TRES AÑOS ÚLTIMOS. La media anual de días de lluvia resulta 135.9. El año 1898 arroja un total de 198 días de lluvia, al paso que en 1885 sólo hubo 89; la dife- rencia de estas dos cifras, máxima y mínima anual, es de 109. Sin embargo, prescindiendo de estos dos años, la máxima diferencia que se observa entre los totales de días de lluvia de todos los restantes no pasa de 05. 84 CLIMATOLOGÍA. REPARTICIÓN DE LA LLUVIA EN MANILA EN LAS DIFERENTES ÉPO- CAS DEL AÑO. ESTACIÓN SECA Y ESTACIÓN HÚMEDA Ó LLUVIOSA. Los autores que hablan en general del clima de las regiones inter- tropicales suelen distinguir con mucho cuidado dos estaciones; una seca, que dura desde Noviembre á Mayo inclusive (siete meses), y otra húmeda ó lluviosa, denominada también época de lluvias, que corres- ponde a los otros cinco meses de Junio á Octubre, ambos inclusive. LA DIVISIÓN DEL ANO EN ESTAS DOS ESTACIONES NO ES APLICABLE EN GENERAL Á TODO EL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO. Por lo que toca a Filipinas, hay que advertir desde luego que esta división es sólo aplicable al interior y principalmente a las costas occi- dentales del Archipiélago, pero en ninguna manera á las regiones orien- tales, como lo veremos más abajo cuando nos ocupemos en la distribución anual de lluvias en diferentes puntos de las Islas. EN QUÉ SENTIDO ADMITIMOS PARA MANILA ESTAS DOS ESTACIONES. Pero circunscribiéndonos, como nos circunscribimos por ahora, a sólo la capital, la cual se halla en la costa occidental de Luzón, no tenemos dificultad en admitir las dichas dos estaciones, siempre y cuando se en- tienda que la época de lluvias no es así llamada por ser éstas no interrum- pidas en todos los cinco meses que comprende, sino porque la cantidad total de agua que en ellos se precipita es siempre mucho mayor que la recogida en los otros siete meses del año. Decimos esto, porque las tales lluvias de los meses de Junio á Octubre no son producidas por una causa constante, como lo sería, por ejemplo, una monzón, sino que, según hemos ya indicado más arriba, son debidas únicamente a la influencia de turbonadas y perturbaciones atmosféricas, las cuales de ningún modo son constantes, antes bien sufren muchas y á veces muy largas interrupciones. Y así, no es raro el caso, y se ha dado en el mes de Septiembre de este año 1899, de pasarse 10, 15, y aun más días sin más que alguna que otra lluvia muy pasajera y de muy poca importancia. DISTRIBUCIÓN DE LAS LLUVIAS EN MANILA DURANTE LOS MESES DE JUNIO Á SEPTIEMBRE DE 1899. Para confirmación de lo que acabamos de decir creemos no carecerá de interés aducir aquí la manera como se han distribuido las lluvias observadas en Manila durante los meses de Junio, Julio, Agosto y Sep- tiembre del presente año 1899. Para esto hemos formado el adjunto cuadro, en el cual, además de la cantidad de agua recogida diariamente en este Observatorio, hemos añadido las horas de sol y algunas observa- ciones que mejor den á entender la naturaleza ó las causas de las lluvias que se citan. Cxadn PRECIPITACIÓN ACUOSA. °° ■„ de la atribución de lluvias en Manila, durante los meses de Junio á Septiembre de 1899. JUNIO. Total de Horas de Días. lluvia. sol. mm. h. w . 1 0.0 7 45 2 8.5 7 15 3 0.0 9 35 4 2. 3 C) 15 5 7.0 3.1 10 30 9 40 5.1 0 45 8 0.0 8 45 9 0.0 10 00 10 o.o 8 00 11 7.0 7 05 12 0.0 7 40 13 0.0 8 00 14 43.5 5 40 15 1.0 8 05 16 ! i.o 8 40 17 ! 0.0 9 00 18 i 0.0 6 00 19 0.0 10 05 20 2.5 5 10 21 1.1 5 00 22 2.5 4 35 23 1.2 5 25 24 8.2 5 55 ¡ 0. 5 7 30 26 i 0. 5 6 10 27 i 0.7 4 55 28 1 105. 2 0 00 29 ¡ 8.8 5 30 30 ! 1.0 0 00 Observaciones. Á 2.35 p.m. lluvia con turbonada por inedia hora escasa. Á 1 1 . 40 a. m. lluvia de poca duración. De 8. 45 i), ni. á 12 m. n. lluvias á intervalos con turbonada. Lluvias pasajeras a 1 a. m., y á 10 y 11 p. m% m Lluvias ligeras á intervalos desde 10 a.m.a / p.m. Lluvia de regular duración entre 8 y 10 p.m. Lluvias con turbonada entre 5 y 9 p. m. Luvias pasajeras entre 7 y 8 p. m. Lluvia pasajera entre 1 y 2 a. m. Luvias pasajeras entre 4 y 9 p. m. Lluvias y lloviznas pasajeras entre 2 y ;> p. m. Lluvia con turbonada á 7. 13 p. m. {ínlrí^^uviai^íras a intervalo, y con turbonada A 4 ,.. De 4.40 á 7 p. m. lluvias ligeras á intervalos. Lloviznas á 3 p.m. Lluvia con turbonada á 7 p.m. Lloviendo todo el día. -,-,,„ Lluvias á intervalos de 4 á 5 a. m. y de 1 a 3 p. m. Lluvias pasajeras de 7 á 8 a. m., y entre 4 y b p. m. " — " "" 20 Total de días de lluvia - 10 Total de días exentos de lluvia y generalmente despejados ? Días de lluvia de mucha ó regular duración - - - - - ",""", -.o D'las de lluvia pasajera ó de poca duración y generalmente con mas de 5, 0 o 7 horas de sol 13 JULIO. Días. ! Total de ! Horas de i lluvia. sol. Observaciones. 3 4 5 0 8 9 10 11 12 13 14 15 10 17 18 19 20 21 22 23 24 25 20 27 28 29 30 31 mm. 0.0 11.8 0.0 0.0 2.9 ^4.4 4.2 19.0 209.8 158.7 54.7 3.5 0.4 2.0 0.3 0.0 3.2 109. 3 253. 5 148.8 29.1 0.0 0.0 0.0 8.2 25.4 8.5 4.0 35. 1 7.4 19.5 4 30 7 15 0 30 4 30 1 00 5 30 3 55 0 00 0 00 1 10 2 45 4 55 1 00 8 00 5 15 4 05 0 00 0 00 0 00 3 30 10 30 10 30 11 20 6 30 10 40 7 00 8 30 Á 9.12 a. m., 12 m. d. y 2.35 p. m. lluvias pasajeras. De 10 a. m. á 3 p. m. lluvias pasajeras. De 10 p. m. á 12 m. n. lluvias pasajeras. PoHa tarde v noohe afgumis lluvias muy pasajeras y de poca duración. Lluvias de regular duración en diferentes horas del día. Lloviendo todo el día. Lloviendo todo el día. De 12 m. n. á 11 a. m. lluvia á intervalos. De 3 á 4 a. m. lluvia pasajera. De 7 á 8 p. m. lluvia muy pasajera. De 8 á 10 a. m. v de 7 á 8 p. m. lluvias pasajeras. Lluvia pasajera por la madrugada. Lluvia pasajera de 12 m. n. á 1 a. m. y á 3.35 p. m. Lloviendo todo el día. Lloviendo todo el día. Lloviendo todo el día. Lloviendo toda la mañana y de 9 a 10 p.m. De 5 «á 8 p.m. lluvias ligeras. Á 1 15 p. m. v de 4.15 A 9 p. m. lluvias á intervalos. De 2 á 9 p. ni. lluvia con turbonada á intervalos. Entre 7 y 8 a. m., v de 11 á 12 m. n. lluvias de corta duración. De 12 m! n. á 4 a. m. lluvias á intervalos. i^ 7.15 a. m. lluvia pasajera. A 10.15 p. m. lluvia pasajera. Total de días de lluvia . Total de días sin lluvia. Días de lluvia de mucha ó regular duración . Días de lluvia pasaiera ó de poca duración . . 13 12 86 CLIMATOLOGÍA. Cuadro dz la distribución de lluvias en Manila, durante los meses de Junio á Septiembre de 1899 — Prosigue. AGOSTO. Días. Total de Horas de lluvia. sol. mm. h. m. 1 16.0 9 50 2 6.3 3 40 3 0.0 4 55 4 4.2 2 00 5 14.2 1 05 6 15.6 1 30 7 6.5 0 30 8 2.2 11 00 9 0.0 9 10 10 2.1 8 05 11 12.0 1 20 12 0.6 8 10 13 2.1 9 00 14 5.3 6 10 15 6.7 6 40 16 11.4 7 30 17 7.2 3 30 18 15.3 0 00 19 68.1 1 00 20 0.0 6 45 21 12.2 2 45 22 58.5 0 00 23 28.0 0 07 24 1.3 1 05 25 0.0 8 35 26 25.0 0 00 27 11.1 3 20 28 0.5 8 00 29 6.9 0 00 30 0.0 5 55 31 0.0 9 30 Observaciones. Lluvia pasajera á 8.10 p. m. De 2 á 11 p. m. lluvias ligeras. 4- 5.15 y á 7 p. m. lluvias pasajeras. A 6 a. m. y entre 3 y 11 p. m. lluvias ligeras con turbonada. De 6 a. m. á 2 p. m. lluvias ligeras. Lluvias pasajeras de 12 m. n. á 1 a. m., á 7 a. m. y á 6.52 p. m Lluvias pasajeras de 12 m. n. á 2 a. m. y de 4 á 5 a. m. Lluvias muy ligeras y de poca duración á 0.50 p. m., y á 3.30 p. m. A 5 a. m. y entre ly6p. m. lluvias ligeras. De 12 m. n. á 1 a. m. lluvia pasajera. Lluvias pasaderas por la madrugada. Lluvias pasajeras por la madrugada y tarde. Lluvias pasajeras de 8 p. m. á 12 m. n. Lluvias pasajeras con turbonadas á 4 y á 7.10 p. m. Lluvias pasajeras de 2.43 á 4 p. m. Entre 4 y 9 a. m., y 4 y 6 p. m. lluvias ligeras. De 2 p. m. á 12 m. n. lluvias frecuentes. Varias lluvias ligeras por la tarde y noche. Lloviendo todo el día. Lloviendo todo el día. Entre 1 y 2 a. m. y entre 8 y 11 a. m. lluvias ligeras. Entre 2 a. m. y 3 p. m. lluvias ligeras. De 1 á 2 a. m. y entre 6 y 11 p. m. lluvias ligeras. Lluvia pasajera de 11 p. m. á 12 m. n. De 12 m. n. á 1 p. m., y á 6 p. m. lluvias frecuentes. Total de días de lluvia . Total de días sin lluvia. 25 | 6 ! Días de lluvia de mucha ó regular duración . . 13 Días de lluvia pasajera ó de poca duración ... 12 SEPTIEMBRE. Días. Total de lluvia. Horas de sol. Observaciones. mm. h. m. 1 0.0 3 00 2 0.0 10 40 3 15.2 1 40 Lluvias á intervalos entre 11 a. m. y 9 p. m. 4 3.9 0 00 Lluvias ligeras de 12 m. n. á 10 a. m. 5 4.6 4 30 De 10 a. m. á 12 m. d. lluvia pasajera con turbonada. 6 19.3 1 50 Lluvia pasajera con turbonada de 11.13 a. m. y á 1 p. m. 7 0.8 9 10 De 4 á 5 p. m. lluvia pasajera. 8 0.0 11 30 9 0.0 11 40 10 1.0 10 45 Lluvia pasajera de á 5 a. m. 11 0.0 9 55 12 12.2 7 20 De 2 á 3 p. m. y de 7 á 8 p. m. lluvias pasajeras con turbonadas. 13 1.4 7 20 Lluvias pasajeras con turbonadas entre 2 y 3 p. m. 14 0.0 6 25 15 0.0 5 20 16 4.6 1 20 Lluvias pasajeras á 8.44 p. m. 17 47.5 4 10 Lluvias frecuentes con turbonada entre 12 m. d. y 7 p. m. 18 12.7 0 35 Entre 7 p. m. y 12 m. n. lluvias frecuentes. 19 64.7 0 00 Lloviendo todo el día. 20 180.8 0 00 Lloviendo todo el día. 21 8.5 0 35 Lluvia* ligeras entre 1 y 3 a. m. y entre 10 a. m. y 7 p. m. 22 0.6 0 35 Lluvia pasajera de 4 á 5 a. m. 23 0.0 6 55 24 7.2 6 00 Lluvias pasajeras entre 5.23 y 8 p. m. 25 0.0 9 30 26 0.0 9 15 27 0.0 10 05 28 0.0 11 20 29 0.0 9 45 30 0.0 7 40 Total de días de lluvia . Total de días sin lluvia. 16 14 Días de lluvia de mucha ó regular duración .. Días de lluvia pasajera ó de poca duración . . . PRECIPITACIÓN ACUOSA. 87 Del cuadro que antecede resulta evidentemente que en estos cuatro meses de la estación de lluvias del presente año 1899, sólo ha habido 7 días en Junio, 13 en Julio, 13 en Agosto y 7 en Septiembre, ó sea, un total de 40 días que merezcan llamarse propiamente lluviosos; los otros 82 días, sean absolutamente exentos de lluvia, sean de lluvia pasajera, podrían muy bien figurar como días no impropios de la estación seca, en los meses de Noviembre a Ma}7o. NOTABLE DIFERENCIA ENTRE LA LLUVIA DE AMBAS ESTACIONES. Supuesto, pues, el sentido en que tomamos las palabras estación seca y estación húmeda ó de lluvias, damos en la tabla xlviii la cantidad total de agua y los días de lluvia correspondientes á cada una de estas dos épocas del año, en el período de 1865 a 1898. En esta tabla se echa de ver desde luego la grandísima diferencia que existe entre una y otra estación, resultando el percentage medio de lluvia, 20, para la estación seca y 80 para la húmeda ó lluviosa. Y nótese que en esta última sólo hemos incluido cinco meses, cuando la primera comprende los siete restantes; pues dicho se está que á haber dividido el año en partes iguales, el contraste sería todavía mayor. Sin embargo, hemos querido admitir aquella división, aunque desigual; por parecemos la más comúnmente seguida por los autores que han escrito sobre esta materia; si bien no ha faltado alguno que haya incluido en la época de lluvias, parte al menos del mes de Noviembre, al paso que algún otro, excluyendo este mes, ha contado como lluvioso el de Mayo. Si se examinan detenidamente las medias normales de lluvia de cada mes se verá que son realmente muy bruscos los saltos que se observan de la media de Abril á la de Mayo y de la media de Noviembre á la de Diciembre, de suerte que con razón dudamos en un principio si deberíamos más bien contar, al menos en parte, como corres- pondientes á la época de lluvias los dos meses de Mayo y Noviembre. A este fin tomamos los totales de agua recogida en estos meses en los quince años últimos, y dividiendo el mes por mitad, hallamos por sepa- rado la media de la primera y segunda década de ambos meses; mas como estas medias nos resultaron muy poco diferentes unas de otras, dedujimos que no había motivo racional para incluir en la estación lluviosa la segunda mitad de Mayo ni la primera de Noviembre, como era nuestro intento, excluyendo las otras dos. 88 CLIMATOLOGÍA. Tabla XLYIII. — Total de lluvia, y días de lluvia en las estaciones sera, y lluviosa, durante el período de 1865 á 1898. 1865 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 1874 1875 1876 1877 1878 1879 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias Estación seca. Lluvia. ciento. jnm. ' 254. 1 13 498.9 24 325. 0 11 353. 3 18 459. 4 18 582. 6 29 189. 4 12 348.1 18 245. 6 14 136.5 11 285. 5 17 379.9 19 260. 5 10 313. 5 21 732. 6 42 369. 0 15 350.7 17 523. 2 23 508. 3 23 313. 6 16 90.0 10 310.8 19 661.6 29 167.6 9 616.7 36 448.3 21 492. 1 19 331.5 26 346. 7 24 373.9 22 475.1 23 222. 9 12 313. 3 24 624. 4 28 379.5 20 Tabla XLIX. — Diferencia entre el total de lluvia de los tres meses del año más secos y el de los tres meses más lluviosos, durante el período de 1865 á 1898. Años. De Febre- ro á Abril. De Julio á Septiem- bre. Diferen- cia. Años. De Febre- ro á Abril. mm. 113.7 5.9 25.8 47.9 132.2 33.1 19.1 109. 3 9.9 58.0 44.5 87.3 18.6 23.1 48.0 111.4 De Julio á Septiem- bre. Diferen- cia. 1865 mm. 38.0 80.0 52. 5 0.0 51.9 49.0 17.9 78.0 127.7 24.9 54.8 42.8 0.4 23.8 170.7 163.6 16.3 99.5 mm. 1,155.9 799. 2 2, 167. 7 1,034.5 1,222.8 1,087.1 869. 8 1,262.8 796. 1 822.0 1,217.8 1,330.0 1,791.2 859. 2 750. 5 1,659.2 1,183.1 1,207.4 mm.. 1,117.9 719.2 2,115.2 1,034.5 1,170.9 1,038.1 851.9 1,184.8 668. 4 797.1 1,163.0 1,287.2 1,790.8 835. 4 579. 8 1,495.6 1,166.8 1,107.9 1883 mm. 1,364.5 1,242.7 535. 4 707.4 1,259.5 1,173.9 749.4 1,166.3 1,396.6 759.2 986. 1 798.6 991.8 1,296.6 772. 5 1,027.5 mm. 1 250 8 1866 1884 1 236 8 1867 1885 . . 509 6 1868 1886 659 5 1869 1887 1 127 3 1870 1888 1 140 8 1871 1889 730 3 1872 1890 1 057 0 1873 1891 1 386 7 1874 1892 701 2 1875 1893 941 6 1876 1894 711 3 1877 1895 973 2 1878 1896 1 273 5 1879 1897 724 5 1880 1898 916 1 1881 Medias 1882 58.2 1,101.3 1 043 1 PRECIPITACIÓN ACUOSA. 89 CONTRASTE ENTRE LA LLUVIA DE LOS TRES MESES MAS SECOS Y LA DE LOS TRES MESES MAS LLUVIOSOS DEL AÑO. Por estas causas hemos seguido la división del año arriba indicada, pero todavía para que se vea más claramente la extraordinaria dife- rencia que existe entre lo más fuerte de la época de lluvias y los meses más característicos también de la estación seca, hemos formado la tabla xlix, en la cual hemos reunido por un lado el total de lluvia recogida en Manila, en los tres meses más secos del año, que son Febrero, Marzo y Abril, y por otro el total asimismo de los otros tres meses más lluviosos, Julio, Agosto y Septiembre, añadiendo luego la diferencia entre ambos totales. Según esta tabla, la media de lluvia del primer período de Febrero á Abril es 58.2mm; la del segundo período de Julio á Septiembre, l,101.3mni; y la diferencia de ambas medias, 1,043. lram. MÁXIMAS Y MÍNIMAS MENSUALES Y ANUALES. OBJETO DE LAS TABLAS L Y LI. Las tablas 1 y li contienen por meses los extremos absolutos de agua, durante el período de 1865 á 1898, y de días de lluvia desde 1866 á 1898; contienen, además, la diferencia de ambos extremos y los valores normales de cada mes, con los cuales puedan ser aquéllos comparados. Tabla L. — Máximas y mínimas absolutas mensuales de lluvia, durante el período de 1865 á 1898. Meses. Normal, i Máxima abso- i hita. Enero Febrero ... Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre. Diciembre . 10.5 106.6 mm. 195.2 (1883) 39.6 (1879) 100.2 (1887) 136.4 (1880) 256.9 (1887) 244.4 655.5 (1891) 370.0 809.8 (1880) 352.2 1,095.6 (1877) 379.1 1,469.7 (1867) 191.4 589.7 (1869) 130.2 397.8 (1879) 54.2 346.9 (1889) Mínima abso- luta. Diferen- cia. 90 CLIMATOLOGÍA. Tabla LI. — Máximas y mínimas absolutas mensuales de días de lluvia, durante el período de 1866 á 1898. Meses. Normal. Máxima abso- ¡Mínima abso- luta. luta. Enero Febrero . . . Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre . . . Noviembre Diciembre. vim. 11 (1870) 10 (1872) 13 (189S) 11 (1898) 20 (1887) 22 (1898) 30 (1881) 28 (1896) 29 (1887) 24 (1898) 22 (1898) 17 (1897) mm. Í1869 ., 1 1884 1 i 1885 1888 1866 1868 1881 ' 1885 1888 1897 1868 •1869 1886 1868 1871 '1877 1884 J1875 11889 6 (1875) 12 (1879) 13 (1890) 10 (1874) 9 (1891) 4 (1896) -, J1868 1 11883 0 0 { 0 0 < Diferen- cia. 13 16 18 15 19 15 18 DIFERENCIA ENTRE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS ABSOLUTAS Y LAS MEDIAS MENSUALES. La diferencia de los dos extremos, máximum y mínimum de cada mes, resulta siempre muchísimo mayor que la media mensual. Algo parecido puede decirse de la diferencia entre la máxima y mínima de los días de lluvia, la cual de Noviembre a Junio es superior á la normal de dichos meses; es algo menor que ella en Agosto; y muy poco menor en Julio, Septiembre y Octubre. MESES MAS ABUNDANTES EN LLUVIAS. Las lluvias más pesadas y abundantes que hasta el presente se han registrado en este Observatorio corresponden al mes de Septiembre de 1867, en el que cayeron en Manila 1,469. 7mm de agua; en cambio en otro Septiembre, el de 1885, sólo se recogieron 50.8mm. Después del citado Septiembre de 1867, el mes más lluvioso, ó en que se ha registrado en nuestros pluviómetros mayor cantidad de agua ha sido el próximo pasado Julio de 1899, al cual corresponde un total de 1,190. 9mm, cantidad que no hemos incluido en las tablas anteriores, por no alcanzar éstas más que hasta el año 1898. En tercer término sigue ya el mes de Agosto de 1877 en el que se recogieron 1,095. 6mm de agua. MESES EN QUE HA SIDO NULA LA PRECIPITACIÓN ACUOSA. Por lo que toca á las mínimas absolutas ya se ve, según las tablas precedentes, que son seis los años en que no ha llovido absolutamente nada durante el mes de Febrero, cinco en Abril, cuatro en Marzo y dos en Mayo. PRECIPITACIÓN ACUOSA. 91 DISTRIBUCIÓN DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS ANUALES EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. La frecuencia con que se ha observado el máximum y mínimum anual de cantidad de agua y de días de lluvia en los diversos meses del ano, puede verse en el siguiente cuadro: Lluvia. Máximum. Junio d Julio 7 Agosto. 8 Septiembre H Octubre 3 Noviembre 1 Diciembre 1 Mínimum. Enero 3 Febrero 15 Marzo ? Abril 6 Mayo 2 Diciembre 4 Días de lluvia. Máximum. Junio 1 Julio 11 Agosto 10 Septiembre 11 Octubre 3 Noviembre 1 Mínimum. Enero 2 Febrero 16 Marzo 12 Abril 10 Mayo 3 Diciembre 3 La mayor frecuencia de las mínimas anuales corresponde natural- mente al mes de Febrero, así como se ha observado, al contrario, la máxima frecuencia de las máximas en el mes de Septiembre, al cual siguen en orden descendente los meses de Agosto, Julio, Junio Octu- bre, Noviembre y Diciembre. El haber tenido lugar una de estas máximas anuales en el mes de Noviembre (1879) y otra en el mes de Diciembre (1889) debe tenerse por un hecho muy extraordinario. MÁXIMAS LLUVIAS EN UN DÍA. OBJETO DE LA TABLA LII. Destinamos este párrafo á examinar las mayores cantidades de agua que se han recogido en este Observatorio en el intervalo de un solo día. A este objeto va encaminada la tabla lii. Tabla LIL— Máximas lluvias diarias, durante el período de 1865 á 1899. Años. 1865 . . 1866 . . 1867 . . 1868.. 1869 . . 1870 . . 1871 .. 1872., 1873 . . 1874 . 1875 . 1876. 1877. 1878. 1879. 1880. 1881. 1882. 1883. 1884. 1885. 1886. Enero. ¡ Febrero. Milí- 6.0 12.0 13.0 3.0 35. 5 30.0 4.4 8.0 9.2 11.7 27.1 12.6 1.9 0.8 15.3 20.3 1.6 5.9 186.1 0.5 2.0 1.5 Días. Mili- 38.0 12 0.0 22 14.0 25 0.0 6 8.1 25 13.0 9 2.5 24 4.0 9 4.5 8 4.3 4 14.1 10 3.1 0.2 4.6 34.9 11.1 0.0 15.0 9.7 0.4 0.0 14.0 Días. Abril. Mayo. Milí- ; Días. 20 9 15 12 23 14 18 12 26 7 2 24 0.0 60.0 7.2 0.0 0.0 3.4 11.2 17.5 10.0 2.2 8.1 7.3 0.1 5.8 5.6 7.5 3.8 15.0 20.0 5.5 3.0 0.0 | Milí- metros. 0.0 20.0 19.0 0.0 30.0 13.2 0.0 15.2 43.8 12.2 2.3 12.9 0.0 4.3 30.0 42.0 7.1 19.8 24 0 0.0 18.0 29.4 Días. Milí- metros. 28.0 55.0 39.0 36.0 30.8 101.8 3.6 32.0 51.0 12.0 0.0 30.1 53.6 45.0 51.5 11.1 Días. 166.8 56.0 29.5 21.2 1.2 32.5 Mili- Días. 69.0 92. 0 63.0 80.5 102.8 42.4 80.1 32.2 74.3 31.1 17.7 28.8 111.4 44.2 30.4 39.4 139.3 67.3 88.0 41.0 52.8 45.4 24 26 18 23 11 24 13 25 22 24 9 21 29 1 3 29 29 3 15 29 16 92 CLIMATOLOGÍA. Tabla LII. — Máximas lluvias diarias, durante el período de 1865 á 1899 — Prosigue. Panero. Febrero. Mar> Milí- metros. so. Abril. Ma> Milí- metros. 45. 6 7.5 0.0 12.4 56. 2 64. 0 62. 5 28.0 71.3 36. 4 11.5 49.9 12.2 'O. Días. 25 18 '"'25* 29 21 16 25 13 17 28 31 16 Jim Milí- metros. 26.2 50.4 49.4 34.1 252. 7 18.1 6.1 93.6 143.4 58.3 33.0 80.1 105.2 0. Años. Milí- metros. Días. Milí- metros. Días. Días. Milí- metros. Días. Días. 1887 5.2 16.0 51.0 5.0 9.5 39.1 7.1 6.8 19.7 0.6 7.1 21.2 22.4 16 24 29 25 14 21 8 1 3 1 22 2 15 2.8 0.0 10.8 10.5 1.1 17.0 2.5 2.5 1.4 5.6 0.0 4.2 1.5 12 ""Í9* 7 8 29 11 5 13 "**24" f 12 i 13 24.2 10.8 3.0 15.4 3.3 12. 2 13.3 52. 5 9.6 8.0 22. 2 24.4 } ■'■■* 6 29 1 12 10 23 1 9 8 2 16 11 15 10.8 14.0 2.5 18.8 4.0 5.9 13.0 21.7 4.0 4.2 10.7 15.0 25.7 3 20 23 5 29 4 14 30 29 27 30 13 30 21 1888 17 1889 1890 30 15 1891 15 1892 11 1893 21 1894 28 1895 24 1896 6 1897 16 1898 16 1899 28 Máximas lluvias diarias, durante el período de 1865 á, 1899. 1874 . 1875 . 1876 . 1877. 1878. 1879. 1880 . 1881 . 1882 . 1883 . 1884. 1885 . 1886 . 1887. 1888. 1889 . 1890. 1891 . 1892. 1893. 1894 . 1895 . 1896 . 1897. 1898. 1899. Julio. Agosto. Septiembre. ; Octubre. Noviembre. ¡ Diciembre. Años. Milí- metros. 1865 44.5 21.5 145. 0 50.0 101.8 71.0 45.0 67.3 1866 1867 1868 1869 1870 1871 1872 1873 48.7 Milí- 63.8 ; 79.8 i 104.5 ; 91.2 128. 8 59. 2 290.1 96.0 ! 176.8 ! 156.9 Í 179.5 ! 74.3 i 38.0 ! 115.7 109.2 95. 5 189.1 139.4 89.6 53. 8 67.0 34.5 46.1 66.6 30.0 253. 5 : Días. i Mili- I metros.1 21 i 12 ! 17 i 9 i 23 i 22 ¡ 8 ; 36.0 79.0 59.0 40.0 19 i 107.6 72.6 76.0 226.5 ¡ 69.6 : 124.8 ! 69.1 i 95.5 i 192.7 84.0 49.3 1 111.6 i 118.8 ! 86.4 46.0 57.8 41.0 45.9 41.6 107.4 63.0 37.6 89.6 45.9 58. 5 43.8 62. 2 58.5 78.6 68.1 28 ! 2 i 30 ¡ 21 ! 3 ! 2 ¡ 31 ; Milí- 114.0 ; 55.0 '■ 336.0 i 82.0 ¡ 128.0 ! 46.9 i 56.7 : 42.0 23.8 30 37.2 22 60.4 8 117.8 15 32.2 17 74.2 27 162. 3 4 213.1 20 61.3 8 50.5 i 18 | 55.0 8 50.9 11 11.4 25 48,8 17 164.8 16 47.0 6 40.2 25 83.0 22 115.8 28 60.2 28 77.0 5 67.7 25 115.6 6 72.2 28 75.4 8 87.2 19 180.8 18 24 9 13 i 29 3 ! 17 94.0 61.0 172.0 i 32.5 ] 94.8 ! 29.7 ! 88.1 87.5 85.0 ! 28 26.1 28 21.7 13 13.2 15 60.0 23 23.3 20 74.8 15 48.0 16 20.8 22 165. 2 5 34.5 12 11.2 5 24.0 18 76.0 19 118.6 17 31.5 10 76.0 29 29.0 15 15.5 7 17.8 6 28.8 28 35.9 2 21.3 5 13. 2 14 18.2 16 54. 4 20 25.5 Mili- L 3 37.5 1 19 ! 55.0 ; 7 i 24.0 j 16 i 139.1 I 1 86.0 ■ 27 ! 40.0 ¡. 16 80.1 I 13 ¡ 52.7 ; 1 i 14.7 ' 27 17 ! 14 i 30 ! 8 ! 12 ! 13 I 20 I 18.5 15. 6 25. 2 19.1 21.0 102. 6 68.8 15.3 67.2 14.7 18.9 16.9 64.2 14.0 63.3 153.8 180.6 29.1 34.6 14.2 39. 6 7 ! 20.3 1 ! 19.0 13 76.8 19 ' 80.8 9 30 i 16 ¡ 22 : 23 I 20 i 8 ! 3 ¡ 5 ! 21 12 14 Milí- 8.5 65. 5 5.0 2.0 10.0 / 25.2 l 5.0 I 20.0 ¡ 0.5 I 5.0 'I 13.2 32.6 2.2 26.0 2.6 8.5 37.3 26.2 3.2 17.7 3.0 34.7 35.4 21.1 90.0 20.3 16.8 14.4 2.1 61.9 5.1 0.1 ¡1 20.8 I Días. 16 14 7 21 17 24 9 8 10 25 9 12 3 18 3 23 15 2 12 19 2 3 19 5 5 1 22 4 3 21 2 24 5 10 31 23 MÁXIMAS LLUVIAS DIARIAS MAYORES DE 200 MILÍMETROS. Según la tabla precedente se lleva la palma, entre todos los demás, el 24 de Septiembre de 1867, en el cual hallamos registrados nada menos que 3e36 milímetros de agua recogidos durante las veinte y cuatro horas del día. PRECIPITACIÓN ACUOSA. 93 Siguen en segundo término y en orden descendente el 30 de Julio de 1880, el 19 de Julio de este año 1899, el 15 de Junio de 1891, el 2 de Agosto de 1872 y el 15 de Septiembre de 1880, durante los cuales cayeron en Manila 290.1 milímetros, 253.5 milímetros, 252.7 milíme- tros, 226.5 milímetros y 213.1 milímetros de agua respectivamente. Fuera de éstas, las demás máximas diarias del período que nos ocupa son todas menores de 200 milímetros. DISTRIBUCIÓN DE LAS MÁXIMAS LLUVIAS DIARIAS ANUALES EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Las máximas lluvias diarias anuales van distribuidas en los dife- rentes meses del año en esta forma: Enero 1 Mayo 2 Junio * 4 Julio 11 Agosto 4 Septiembre 9 Octubre 3 Noviembre 1 De donde la mayor frecuencia de máximas lluvias diarias anuales tiene lugar en los meses de Julio y Septiembre; siguen luego los meses de Junio, Agosto y Octubre, y por último Mayo, Enero y Noviembre, en los cuales ya es muy raro que se registre tanta cantidad de lluvia en un solo día. CAUSAS DE LAS MAYORES LLUVIAS OBSERVADAS EN MANILA EN UN DÍA. En cuanto á las causas que producen en Manila estas máximas lluvias registradas en un solo día, creemos poder asegurar, sin temor de equivocarnos, que son ellas debidas, al menos en su mayoría, a la influencia de baguios ó perturbaciones atmosféricas más ó menos próximas. Las cinco máximas de que hemos hablado hace poco, ocurrieron todas con barómetros bajos y con indicios nada equívocos de depresión por los cuadrantes del Norte. LLUVIAS DEL 19 DE JULIO DE 1899 DEBIDAS Á LA INFLUENCIA DEL TIFÓN DE SHANGHAI DEL 18 AL 25 DE JULIO DEL MISMO ANO. Por vía de ejemplo, nos contentaremos con indicar brevemente el ciclón que fué la causa de las grandes lluvias del 19 de Julio de este año 1899. De él se decía lo siguiente en la hoja inglesa que desde Abril último viene publicando este Observatorio al fin de cada mes: El tercer tifón, tal vez el más notable de todo el mes, es el que influyó en Manila en los días 18, 19 y 20 principalmente. El 18 se hallaba el temporal al NE. de Luzón y á gran distancia, alcanzando simul- táneamente su influencia al Japón y á las Filipinas; al principio parecía moverse muy inclinado al O. en dirección á la isla de Formosa, pero luego se fué inclinando al N., según lo indicó nuestro Observatorio en la nota del tiempo del día 21, en la cual se decía hallarse ya entonces el tifón en los alrededores de Shanghai. 94 CLIMATOLOGÍA. Cuan cierto fuese este anuncio del Observatorio se ha visto con los datos que han publicado los periódicos de aquella colonia acerca de la grande intensidad con que allí desfogó el meteoro en la madru- gada y mañana del 21, derribando muchos árboles y haciendo bajar la columna de mercurio hasta 736.6 milímetros. Después de recurvar casi al E. de Shanghai, movióse el ciclón en dirección de O. á E., llegando al S. de la isla Kiushíu, en el Japón, el día 24. Daremos la trayectoria de este tifón en el capítulo viii, página 206, lámina xliv. En el párrafo siguiente tendremos ocasión de ver cómo en ninguna manera puede decirse lo mismo acerca de las causas de las mayores lluvias observadas en Manila en el corto espacio de una hora ó menos de una hora. MÁXIMAS LLUVIAS EN EL ESPACIO DE UNA HORA. OBJETO DE ESTE PÁRRAFO Y SU UTILIDAD. La materia de este párrafo ha de ser de especial interés y utilidad para saber las mayores cantidades de agua que pueden esperarse, en Manila, en el corto intervalo de una hora. A este fin hemos formado la tabla liii que contiene, mes por mes, las máximas lluvias observadas en Manila en el espacio de una hora, durante el período de 1885 á 1899, hasta el mes de Noviembre inclusive. Empezamos precisamente por el año 1885, por que en los registros de este Observatorio anteriores á dicho año, hallamos que el agua recogida en los pluviómetros durante la noche se da toda junta por la madrugada, sin especificar la corres- pondiente á cada hora. Tabla LIII — Máximas lluvias observadas en Manila en el espacio de ana hora, durante el período de 1885 á 1899. Años. 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1*94 1895 1896 1897 1898 1899 Enero. 1.0 1.5 5.0 11.5 36.0 4.2 9.5 8.4 3.0 0.9 14.5 0.4 5.1 17.4 7.6 Días. Horas. f2- 3 p. m. (3- 4 p. m. 0- 1 p.m. 2- 3 p. m. 2- 3 p. m. 2- 3 p. rn. 0- 1 p. m. 2- 3 p. m. 3- 4 a. m. 10-11 p. m. 1- 2 p. m. 5- 6 p. m. 2- 3 a. m. 6- 7 a. m. 1- 2 p.m. 11-12 m.n. 3- 4 a. m. Febrero. mm. Días. Horas. • 0.0 5.5 2.8 0.0 10.7 3.0 1.1 8.2 2.5 0.8 1.4 \ 5.6 0.0 2.2 1.5 8- 9 p. m. 0- 1 p.m. 2- 3 p. m. 8- 9 p. m. 1- 2 p. m. 6- 7 p. m. 11-12 m.d. 0- 1 p. m. 6- 7 a. m. 3- 4 p. m. 4- 5 p. m. 10-11 a. m. Marzo. 3.0 0.0 12.4 10.8 2.5 15.4 3.3 8.5 8.0 45.8 9.6 2.1 9.5 6.1 5.8 Abril. rara. Días. Horas. 4- 5 p. m. 0- 1 a. m. 2- 3 p. m. 2- 3 p. m. 10-11 p.m. 0- 1 a. m. 5- 6 p.m. 1- 4 p.m. 9 i 0- 1 p.m. 8 I 3- 4 p.m. 2 0-1 a. m. 5- 6 p.m. 3- 4 p. m. 2- 3 p.m. mm. Días. 16.0 22 13.3 29 10.8 3 14.0 20 2.5 23 14.6 15 4.0 29 5.0 4 12.0 14 16. 3 30 2.0 29 3.0 27 10.7 30 14.5 13 16.0 22 - 9 p. m. - 5 p. m. - 3 p. m. - 8 p. m. - 4 a. m. - 4 a. m. - 5 p. m. - 5 a. m. 10 p. m. 12 m. d. ■ 6 p. m. - 3 p. m. 11 p. m. ■ 2 p. m. • 7 p. m. PBECIPITACIÓN ACUOSA. 95 Tabla Lili — Máximas lluvias observadas en Manila en el espacio de una hora, durante el período de 1885 á 1899 — Prosigue. Años. Mayo. Junio. Julio. Agosto. rara. Días. Horas. mm. Días. Horas. mm. Días. Horas. mm. Días} Horas. 1885 1.0 4 4- 5 p. m. 34.0 29 5- 6 a. m. 27.2 24 3- 4 p.m. 25.0 30 8- 9 p. m. 1886 16.5 2 2- 3 p. m. 24.0 16 3- 4 p. m. 30.8 30 0- 1 a. m. 42.0 26 5- 6 p. m. 1887 36.5 22 9-10 p. m. 25.0 21 8- 9 p. m. 31.5 20 8- 9 p. m. 20.0 17 7- 8 p. m. 1888 4.0 21 7- 8 p. m. 27.1 17 7- 8 p.m. 42.8 23 4- 5 a. m. 47.0 27 2- 3 a. m. 1889 0.0 47.2 30 2- 3 p. m 32.7 15 6- 7 a. m. 48.0 6 1- 2 p. m. 1890 10.3 6 2- 3 p. m. 27.1 15 3- 4 p.m. 50.0 16 5- 6 p. m. 20.5 25 7- 8 p. m. 1891 42.0 29 7- 8 p. m. 55.0 15 7- 8 a. m. 26.2 27 9-10 a. m. 22.0 8 7- 8 p. m. 1892 60.0 21 5- 6 p. m. 11.8 11 11-12 m.n. 40.0 30 0- 1 a.m. 20.3 28 5- 6 p. m. 1893 13.8 16 9-10 a. m. 5.0 1 18 i 28 2- 3 p. m. 1- 2 p.m. }27.1 9 9-10 p.m. 32.0 21 10-11 p. m. 1894 21.3 10 9-10 p.m. 25.4 28 1- 2 p.m. 27.8 18 6- 7 p. m. 29.7 5 8- 9 p. m. 1895 25. 5 13 9-10 a. m. 31.8 26 0- 1 a. m. 24.8 18 8- 9 p.m. 23.4 3 5- 6 p. m. 1896 33.6 17 5- 6 a. m. 16.0 6 5- 6 p. m. 12.5 23 11-12 m.d. 32.8 28 7- 8 p. m. 1897 11.5 28 2- 3 p. m. 33.0 16 4- 5 p.m. 21.0 26 4- 5 a. m. 46.0 28 3- 4 p. m. 1898 25.0 10 9-10 p. m. 38.2 1 4- 5 a. m. 23.0 17 3- 4 p. m. 40.0 8 11-12 m. n. 1899 9.2 16 1- 2 p.m. 37.5 28 4- 5 p.m. 51.3 19 1- 2 a.m. 38.0 19 8- 9 p. m. Años. 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 1899 Septiembre. mm. 9.0 23.3 52.5 47.0 26.5 38.4 50.3 26.5 40.0 25.8 30.3 44.0 24.5 47.2 27.4 Días. 17 18 18 17 10 1 15 13 18 15 11 Horas. 7- 8 p. m. 8- 9 a. m. 6- 7 p. m. 7- 8 p.m. 2- 3 a. m. 10-11 p.m. 5- 6 p.m. 7- 8 a. m. 1- 2 a. m. 7- 8 p.m. 6- 7 p. m. 1- 2 a. m. 7- 8 p.m. 1- 2 a. m. 3- 4 a. m. mm. 24.0 31.5 17.0 27.0 14.5 17.5 15. 3 15.6 22.4 21.6 21.2 10.0 21.8 10.5 Días. 6 10 5 9 18 14 Horas. 6- 7 p.m. 4- 5 p. m. 1- 2 p. m. 9-10 p.m. 4- 5 p. m. 0- 1 p.m. 9 i 5- 6 p.m. 7 10-1 a. m. 11 ¡11-12 m.n. 22 I 1- 2 p. m. 7 ! 7- 8 p. m. *12 ¡11-12 m.n. 7 I 6- 7 p.m. 6 ¡11-12 m.n. 1 I 9-10 p. m. Noviembre. Diciembre. mm. 6.0 11.3 21.9 4.8 12.8 24.0 49.8 12.6 11.0 10.0 17.0 19.4 17.7 35.5 14.3 Días. Horas. 17 11-12 m.n. 1- 2 a. m. 8- 9 a. m. 5- 6 p. m. 2- 3 a. m. 10-11 a. m. 3- 4 p. m. 1- 2 p.m. 3- 4 p. m. 5- 6 p. m. 1- 2 p.m. 21 ¡ 2- 3 p.m. 2- 3 p.m. 1- 2 p. m. 5- 6 p.m. 7n m. 3.0 7.0 25.6 13.3 22.0 10.0 10.8 10.5 2.0 16.2 4.0 0.1 8.5 2.4 Días. 3 19 5 5 Horas. 4- 5 p. m. 1- 2 p. m. 2- 3 p. m. 5- 6 p. m. 3- 4 p. m. 0- 1 p. m. 0- 1 a. m. 11-12 m. n. 6- 7 a. m. 4- 5 a. m. 5- 6 a. m. 1 p. m. / a. 8 a. LLUVIAS MAS EXCESIVAS EN UNA HORA. Conforme á esta tabla, la mayor cantidad de agua caída en el corto espacio de una hora, durante el período citado de quince anos, ha sido de 60 mm y corresponde á la tarde del 21 de Mayo de 1892; siguen á ésta las cantidades recogidas de 7 á 8 a. m. del 15 de Junio de 1891, 55 mm; de 6 a 7 p. m. del 18 de Septiembre de 1887, 52.7 mm; de 1 á 2 a. m. del 19 de Julio de 1899, 51.3 mm; y de 5 a 6 p. m. del 15 de Sep- tiembre de 1891, 50.3ram. CAUSA DE ESTAS LLUVIAS MAS FUERTES EN CORTOS ESPACIOS DE TIEMPO. Pero ocurre ahora hacer dos preguntas. Primera ¿ estas lluvias más fuertes y torrenciales, que dan más cantidad de agua en menos espacio de tiempo, son debidas en Manila á perturbaciones atmosféricas ó más bien á tempestades eléctricas? y segunda ¿estas lluvias de la tabla liii, han caído uniformemente durante las horas que se citan, ó al contrario, han sido mucho más fuertes en alguna parte de las mismas, resultando por ende mucho mayor el tanto de agua correspondiente á un minuto? Á ambas preguntas vamos á responder en este lugar por 96 CLIMATOLOGÍA. medio de la tabla liv. En ella reunimos por orden descendente las máximas lluvias de la tabla liii, esto es, las que dan una cantidad de agua mayor de 40 milímetros, indicando en otra columna la causa inmediata de cada una de estas lluvias, y añadiendo en el último encasi- llado algunas observaciones referentes al espacio de tiempo más corto, aun dentro de la misma hora de que se trata, en que se haya registrado mayor cantidad de agua, siempre y cuando nos haya sido fácil dedu- cirlo de los aparatos registradores. Las máximas horarias anuales de estos quince años están distribuidas en los siguientes meses: Marzo 1 Mayo 1 Junio 3 Julio 1 Agosto 4 Septiembre 6 La máxima frecuencia corresponde á Septiembre, siguiendo, en orden descendente, Agosto, Junio, Julio, Mayo y Marzo. Tabla LIV. — Causas y otros detalles de las lluvias más abundantes de Manila en el intervalo de una hora ó parte de una hora. 1891.. 1887.. 1899. . 1891.. Mayo . Junio Septiembre . Julio Septiembre . . . 1890.. Julio 1891 . . I Noviembre . Agosto Junio Septiembre . 1888.. 1888.. 1897.. 1894. 1896., 1888. . 1886.. Agosto Septiembre . Agosto Marzo Septiembre . Julio. .. Agosto. Mayo . Días. Horas. 21 5-6 p.m. 15 7-8 a. ni. 18 6-7 p.m. 19 1-2 a.m. 15 5-6 p.m. 16 16 5-6 p.m. 3-4 p.m. 6 2-3 p.m. 30 2-3 p.m. 14 1-2 a.m. 27 17 2-3 a.m. 7-8 p.m. 28 3-4 p.m. 9 6 0-1 p.m. 1-2 a.m. 23 26 4-5 a.m. 5-6 p.m. 29 7-8 p.m. Cantidad de agua en milí- metros. Causas de estas lluvias. 60.0 i Intensísima turbonada ¡ local. 55.0 i Influencia de depresión ! lejana. 52. 5 i Intensa turbonada 50.3 50.0 49.8 48.0 47.2 47.2 47.0 47.0 45.8 44.0 42.8 42.0 Turbonada dilatada debida á la influencia de un baguio lejano. Influencia de baguio le- jano. Baguio lejano por el N. Influencia de un baguio que cruzó cerca por el S.de Manila. Turbonada .id Depresión lejana . id Turbonada . Intensísima turbonada local. Turbonada . id ....id id id .. Observaciones. Estos 60mm fueron registra- dos por el pluviógrafo Casella en solos 30 mi- nutos. En 8 minutos se recogieron 15mm. El pluviógrafo registró 40mm en 30 minutos. Hallamos registrados 20mm en 15 minutos. Se registraron 20In minutos. en 12 En 7 minutos se registra- ron 15mm. Se registraron 30mm en 20 minutos. En el pluviógrafo halla- mos registrados 25n,m en 17 minutos. Cayeron 45.5ram de agua en solos 35 minutos. Fueron registrados 40nim en el corto intervalo de 16 minutos. Se recogieron 20»> minutos. en 15 En 15 minutos se registra- ron 15mm. Se registraron 20'»m en 10 minutos. De esta tabla se deduce evidentemente que la causa principal ó más frecuente de las lluvias más fuertes observadas en Manila no son las per- turbaciones atmosféricas, sino las turbonadas ó tempestades eléctricas. PRECIPITACIÓN ACUOSA. 97 LLUVIAS MÁXIMAS ABSOLUTAS EN EL MENOR ESPACIO DE TIEMPO, Y VALOR MEDIO CORRESPONDIENTE Á UN MINUTO. De las diez y ocho lluvias extraordinarias y excesivas que van incluidas en la precedente tabla, la más notable, por haber caído mayor cantidad de agua en menor tiempo, es la que ocurrió durante la tur- bonada del ^8 de Agosto de 1897; en ella se recogieron 40 milímetros en sólo 16 minutos, resultando una media de 2.5mm por minuto. Después de ésta merecen citarse en segundo lugar las debidas a las turbonadas del 6 de Agosto de 1889, del 21 de Mayo de 1892 y del 29 de Mayo de 1891, en las que cayeron respectivamente 15 milímetros en 7 minutos, 60 milímetros en 30 minutos, y 20 milímetros en 10 minutos, lo cual da por minuto una media de 2.1mm para la primera, y de 2mm para las dos últimas. VARIACIÓN DIARIA I)p] LA LLUVIA EN MANILA. LLUVIAS DE MANILA OBSERVADAS POR LA NOCHE, MAÑANA Y TARDE, DURANTE EL PERÍODO DE 1889 Á 1898. No es nuestro intento dar aquí la lluvia de Manila distribuida en las veinte y cuatro horas del día, sino únicamente señalar de algún modo cuándo sea aquélla más probable, según los diferentes meses del año, si por la noche, si por la mañana ó por la tarde. A este fin hemos dispuesto el siguiente cuadro en el cual, tomando el período de diez años, de 1889 á 1898, indicamos por meses el número de veces que se ha registrado lluvia de 8 p. m. á 4 a. m., de 4 a. m. á 12 m. d. y de 12 m. d. a 8 p. m. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre.. DeSp. m. De 4 a. m. Del2m.d. á 4 a .m. ál2 m. d. á 8 p. m. 1.1 1.4 3.8 0.9 0. G l.Ü 1.4 1.7 2.2 1.5 1.0 3.0 4.9 4.0 8.3 8.0 (>. 5 11.3 12. 1 10.0 13.8 13.1 11.0 14.0 12.0 10.7 15. 2 7.8 (i. 8 10.5 4.9 (i. 3 7.7 3.1 5.0 C.l Suma anual. De 8 p. ni. á 4 a. ni 708 De 4 a. ni. á 12 m. d 65(> De 12 m. d. á 8 p. ni 975 TIEMPO EN QUE TIENE LUGAR LA MÁXIMA Y MÍNIMA FRECUENCIA DE LLUVIAS. De donde, hablando en general de todo el año, la máxima frecuencia de lluvias se observa por las tardes y la mínima frecuencia por las mañanas. La diferencia entre el total de veces que ha llovido por las tardes y el total de lluvias occuriidas por la noche es mucho mayor que la observada entre estas últimas y las de la mañana. 4619 — tomo ii 7 98 CLIMATOLOGÍA. VARIACIÓN DIARIA DE LAS LLUVIAS EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Recorriendo cada uno de los meses del año, vemos que sin excepción ninguna, es siempre mayor la frecuencia de lluvias correspondiente á las tardes que la de las noches y mañanas; y fuera de los meses de Enero, Marzo, Noviembre y Diciembre, en que es mayor el número de lluvias habidas por la mañana comparadas con las de la noche, en los restan- tes meses es, al contrario, el total de éstas mayor que el de aquéllas. LA LLUVIA Y LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA EN MANILA. RELACIÓN ENTRE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA MEDIA DE LOS DÍAS DE LLUVIA Y LA PRESIÓN NORMAL DE CADA MES. Según lo que ligeramente apuntamos al principio de este capítulo acerca de las causas de las lluvias observadas en Manila, se puede decir que la principal de ellas, al menos para la mayor parte de los meses del año, son las perturbaciones atmosféricas, ya se presenten éstas con el carácter de verdaderos centros ciclónicos, ya sean simplemente áreas de baja presión poco desarrolladas. Para confirmar más esto servirá, á lo que entendemos, la tabla lv, destinada á hacer ver la relación que existe entre la presión atmosférica media de los días de lluvia y la presión normal de cada mes. A este fin, concretándonos á los diez años últimos de 1889 á 1898, hemos deducido la media mensual de este período teniendo sólo en cuenta los días en que se ha registrado alguna lluvia, y hemos luego comparado esta media con la normal deducida del mismo período. Tabla LV. — Media barométrica de los díax de lluvia y su diferencia de la normal, durante el período de 1889 á 1898. Años tí W mm. 761. 93 758. 99 759.95 761. 12 761.41 759. 65 760.76 760.63 762. 73 760. 80 o O) O) fe ¡a mm. "58*28 58.41 58.89 56.84 57.63 57.62 57.33 58. 44 57. 73 mm. 59.24 57.97 57.36 57.51 59.13 57.63 56.94 58.02 56.87 56.96 o mm. 57.58 57. 52 56. 12 57.39 57.44 57.76 57.69 55.74 58.11 57. 22 c c¿> C be < mm. 58.01 58. 22 57.88 58.43 57.26 57. 54 56.87 57. 07 57. 15 56.27 8 o ó u .o O mm. 58. 30 57. 48 59. 95 57. 83 58. 22 58. 09 58. 29 58. 41 58. 43 57.19 ¿ 8 '> O te mm. 57.27 56.31 58.22 58.71 59.33 59.37 59.33 61.03 58.69 57.00 .O a Q 1889 mm,. 61.51 60.72 63.45 60.25 60.53 61.40 59.37 62.53 60.53 mm. 62.05 59.25 61.85 59.14 59.83 59.28 60.19 60.22 60.18 57. 82 mm. 59. 58 58.93 59. 62 60.14 58.13 60.03 59.73 59. 65 59.13 58.96 mm. 58. 37 56. 18 57. 56 56. 29 56.30 55.62 56. 11 58.12 57. 96 58. 23 mm. 57. 22 1890 61.21 1891 1892 61.74 60.31 1893 60. 43 1894 59.09 1895 60. 65 1896 62. 02 1897 60.24 1898 59.29 760.80 61.14 59.98 59. 39 57. 91 57.76 57. 26 57.47 57.07 58. 22 58. 53 60.22 Media presión normal del período de 1889 á 1898 . . Media presión de los días de lluvia en el periodo de 1889 á 1898 760. 87 760. 80 61 . 21 61.14 60. 24 59. 98 59. 38 59. 39 58. 22 57.91 57. 91 57.76 57. 55 57.26 57. 63 57. 47 57. 37 57.07 58.33 58.22 59.18 58.53 60. 68 60. 22 Diferencia -0.07 -0.07 -0.26 +0.01 -0.31 -0.15 -0.29 -0.16 -0.30 -0.11 -0.65 -0.46 Diferencia media anual . LAMINA XXVI. FACSÍMILE de algunas CURABAS del barógrafo sprung-fuess DEL OBSERVATORIO DE MANILA TRAZADAS EN DÍAS LLUVIOSOS Hora s o a 757 756 755 757 756 755 758 757 756 756 755 754 756 755 754- 759 758 757 8a.LU 760 759 758 Horas 8 a. 7 a. 6 a. 5 a. 4 a. 3 a. 2 a. 1 a. 757 756 755754 757^ 756 755 754 758 757 756 755y 757 756 755 754 / 756 755 754 753^758 757 756 755/60 759 758 75 7y • 8-9 Jal? 1899. 9-10 Jal? 1899. 10-11 Julio 1899. 17-18 Ju i? 1899. 18-19 Jxá? 1893 19-20 ,7ul?1899 20-21 « MI? J899. 10 p. 9p. 8p. 7p. 6p. 5p. 4p. 3p. 2p. 1.P- m.d. 11 a. 10 a. 9 a. 8 a. JULIUS BIEN áCO.UTH. N.Y. PRECIPITACIÓN ACUOSA. 99 Como resultado inmediato de esta sencilla comparación, ya se ve en esta tabla que, á excepción de solo el mes de Abril, en que la presión media de los días de lluvia es casi igual á la normal, no diferenciándose de ella más que en +0.01mm, en todos los otros meses del año resulta menor que la normal, aunque sin llegar nunca la diferencia á 1 milí- metro. I ja diferencia media anual es — 0.24mm, valor por cierto muy insignificante y que si bien prueba por una parte ser las perturbaciones atmosféricas ó centros de baja presión la principal cíoisa de las lluvias en Manila, es por otra, indicio de influir en las mismas otras causas arriba indicadas, como las altas presiones y las turbonadas, las cuales ocurren generalmente hallándose los barómetros en ó sobre su altura normal. MESES Á QUE CORRESPONDEN LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DIFERENCIAS ENTRE LA PRESIÓN MEDIA DE LOS DÍAS DE LLUVIA Y LA PRESIÓN NORMAL. Las máximas diferencias — 0.65mmy — 0.4()m,n corresponden á los meses de Noviembre y Diciembre, en los cuales son ya muy raras las turbo- nadas, y por lo tanto debe notarse más en el resultado la influencia de las perturbaciones atmosféricas. La mínima diferencia observada en Abril se ha de atribuir al poco número de tifones que suelen presentarse en dicho mes y á la frecuencia con que, en cambio, se observan ya algunas turbonadas en la segunda mitad del mismo. MOVIMIENTOS ACCIDENTADOS DEL BARÓMETRO DURANTE LAS LLUVIAS Y CHUBASCOS. En la lámina xxvi damos algunos modelos de curvas trazadas por el barógrafo Sprung-Fúess de este Observatorio en días de abundantes lluvias y chubascos; el efecto de éstos en dichas curvas es un zigzag más ó menos continuado, según sea mayor ó menor la frecuencia de dichas lluvias. DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LAS LLUVIAS EN LA ISLA DE LUZÓN. DATOS DE QUE HEMOS PODIDO DISPONER PARA EL ESTUDIO DE LA DIS- TRIBUCIÓN DE LLUVIAS EN EL ARCHIPlÉLACxO FILIPINO. Antes de tratar en estos últimos párrafos de la distribución de lluvias en el Archipiélago Filipino, diremos cuatro palabras acerca de los datos de que hemos podido disponer para este estudio. En primer lugar nos han servido las observaciones verificadas en las estaciones secundarias de Luzón, las cuales, aunque bastantes en número, no han dejado, sin embargo, de ofrecernos algunas dificultades. Efecto de cambios fre- cuentes de personal, el cual no en todos los casos ha podido ser con- venientemente instruido, como hubiera sido de desear para esta clase de trabajos, se notan á las veces en dichas observaciones algunas defi- ciencias difíciles de subsanar. Así que, en las tablas que aduciremos de cantidad de lluvia, de días de lluvia y de máxima lluvia diaria, dejaremos en blanco aquellos meses cu}ras observaciones nos hayan 100 CLIMATOLOGÍA. parecido incompletas ó deficientes; de ahí que, aun cuando las medias mensuales sean, en general, resultado del número de años que indica- remos en la tabla correspondiente, pero la media anual será deducida, en varios casos, de un período menor, pues dependerá necesariamente del número de anos cuyas observaciones nos ha}Tan quedado completas en los cuadros que para esto hemos tenido que formar. Por lo que toca á otras islas fuera de Luzón, debemos agradecer los pocos datos que hemos podido recoger á la afición y buena voluntad de algunos particulares, á las estaciones agronómicas de Iloílo, Cebú y La Carlota y á varios Padres Jesuítas Misioneros de la isla de Mindanao. MARCHA ANUAL DE LA LLUVIA EN LA ISLA DE LUZÓN. Hechas estas indicaciones, consideraremos en este párrafo cómo se distribuye la lluvia en la isla de Luzón, según los diferentes meses del año. Para esto hemos tomado tres estaciones de la costa occidental, que son Vigan, Cabo Bolinao y Punta Santiago; tres del interior de Luzón, Tuguegarao, San Isidro 3^ Tayabas; y cuatro de las costas septentrional y oriental, esto es, Aparri, Atimonan, Dáet y Albay. En la tabla lvi damos las medias mensuales de la cantidad de lluvia deducidas para cada una de estas estaciones del período de años que va indicado en la misma tabla. Tabla LVI. — Medias mensuales de la cantidad, de lluvia en diferentes estaciones de Luzón. I 2 Vigan Cabo Bolino Punta Santiago . Dáet Atimonan Albay Aparri Tuguegarao San Isidro Tavabas mm 0.0 1.2 6.5 252. 3 116.7 283. 5 230. 9 3.4 15.9 124.0 ■mm. ' 0.0 1.51 0.2! 177. 9 81. 3j 168.2 98. 8¡ 1.1 6. 5l 48. 9i mm. ! 4.3 11.3 5.7 226.7 3.3: mm. 3. 5 10.1 4.6 81.4 75.0 229.0 155.4 48. 7j 27. 9 11.21 23.2 18.9, 23.3 60. 2 23. 8 0 0 c? C <¡ mm. mm. 89. 2 217.4 122. 6 382. 5 99.4 186. 9 189. 5 139.7 163. 3 169. 1 188.3 207. 6 66.9 58.3 27.1 52. 6 210.1 192.7 100. 7 88. 6 mm. ; 535. 6' 558. 2 368. 2 211.4 258. 4 266. 2 129.4: 154. 6 339.4: 96. 6! mm. 289. 4 525. 4 239. 9 382. 2l 178.7 242. 1 174.1 68.0 282. 9 73.9 1 ! XJi al ó 6 O mm. , mm. mm. 486.1! 176. 4 65. 5 584.0 192. 1 34. 4 321.5, 120.8 101.6 269. 3: 313.9 205. 6 166. 8' 408.7 530. 7 299. 9 212.5 301.1 242.0 285. 8 241.0 76.1! 143. 8 50.2 361.5: 168. 0 102.0 116.5; 239. 0 283.2 o > «G a> mm. 0.3 8.1 57. 5 436. 9 428. 5 457.0 264. 5 89.1 51.6 195. 4 10 12 12 2 3 6 9 2 10 DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LAS LLUVIAS EN LAS COSTAS OCCIDENTALES DE LUZÓN. Según los valores medios mensuales que nos da esta tabla, exami- nemos en primer lugar la marcha anual de la lluvia en las tres primeras estaciones situadas en tres distintos puntos á lo largo de la costa occi- dental de Luzón. Dos cosas principalmente observaremos: primero, que en las tres estaciones se distinguen perfectamente, lo mismo que en Manila, la estación seca y la estación de lluvias; y segundo, que en los meses de la estación seca es en aquellos puntos mucho menor que en Manila la precipitación acuosa, pudiendo aun asegurarse ser ésta allí casi nula en Diciembre, Enero, Febrero, Marzo y Abril. Esta PRECIPITACIÓN ACUOSA. 101 diferencia debe, sin duda, atribuirse á la posición que ocupa la capital del Archipiélago en el fondo de la bahía de Manila, razón por la cual no dista mucho de las costas orientales y llega á ella con mucha mayor facilidad que á las otras estaciones de la costa occidental la influencia de las corrientes del Nordeste, que son la causa de las grandes condensa- ciones y precipitaciones acuosas observadas en dichas costas orientales en estos meses de altas presiones atmosféricas. Por lo que toca á la época del ano húmeda ó de lluvias, la distribu-' ción mensual de éstas, en las tres estaciones que consideramos, es muy parecida á la de Manila, observándose en todas ellas las medias mayores en los meses de Julio y Septiembre. Sin embargo, parecen ser estas lluvias más abundantes en Bolinao que en Vigan, en Vigan más que en Punta Santiago, y en esta última algo menos que en Manila. ESTADÍSTICAS MAS COMPLETAS DE LLUVIA DE LAS ESTACIONES DE (ABO BOLINAO Y PUNTA SANTIAGO. Para que mejor se vea esta marcha anual de la lluvia en las costas occidentales de Luzón, damos en las tablas lvii y lviii dos estadísti- cas bastante completas de la cantidad de agua recogida en los pluvió- metros de las estaciones de Cabo Bolinao y Punta Santiago durante el período de 1880 á 1897. Enero y Febrero son los meses en que menos llueve en Bolinao, pues de los doce años que comprenden estas tablas, sólo dos años en Enero, y tres en Febrero, hallamos registrada alguna lluvia. En Punta Santiago el mes menos lluvioso es Febrero, en el que sólo un año acusa una pequeña cantidad de agua recogida en los pluviómetros de aquella esta- ción; y siguen luego en orden descendente los meses de Abril, Marzo y Enero, los cuales hallamos haber sido exentos de lluvia en siete, seis, y tres años respectivamente. Tabla LVII. — Cantidad de agua, recogida en, los pluviómclroa de Cabo Bolinao, din-ante el período de 1886 á 1897. Años. o W mm. 13.9 0.0 o .0 fe 1886 1887 mm. 0.0 lili 1888 0. 0 0 0 1889 0.0 0.0 0.0 0.0 1.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 1890 0.0 1891 0 4 1892 8.0 1893 9.0 1894 0.0 1895 0.0 1896 0.0 1897 0.0 l Medias ... 1.2 i.» a a a; S-i a Total. N 3 aj ti .a !C? s ^ te 9* y > o o P{ < <*< >-s ^ < ui O y A i mm. mm. mm. mm. mm. mm. mm. ■mm. mm. mm. ■m id . 0.0 0.0 119.0 629. 0 464.2 498.5 708.0 130.5 0.0 16.4 2, 579. 5 0.0 29.0 41.0 111.0 538.0 161.0 751.0 151.0 9.0 0.0 1,791.0 0 0 102 0 463. 0 392. 0 429. 0 0.0 21.0 22. 0 Ó. Ó 25.0 140.0 555. 0 726. 0 262. 0 217. 0 35. 0 0.0 1,982.0 30.0 9.0 200.0 286.0 547. 0 177.0 0.0 0.0 0.0 20.0 751.0 726.0 404.0 793. 0 8.0 94.0 0.0¡ 2,796.4 68.0 3.0 123.0 691.0 649.0 288.0 1,008.0 188.0 9.0 40.0 3,075.0 0.0 0.0 35.0 449.0 m. 8 307.0 326.4 637. 0 676. 2 "¿ói.'ó 11.0 38.0 3. 0 3.0 298. 8 238. 8 13. 0¡ 1,897.0 0.0 3.0 197.0 199.3 312. 0 1, 334. 4 442.8 55.3 161.5 0.0 2.705.3 13.0 12.0 131.0 902.0 962.0 343. 6 668.6 0.0 0.0! 0.0 19. 6 5.8 507.0 805.0 350.0 255. 0 124.8 21.0 4.0, 2,092.2 11.3 10.1 122. 6 382.5 558. 2 525.4 584.0 192.1 34.4 8.1! 2.364.8 102 CLIMATOLOGÍA. Tabla LVIII. — Cantidad de agua recogida en los pluviómetros de Punía Santiago, durante el período de 1886 á 1897. Años. o u c W mm. 8.0 8.0 0.0 17.0 9.0 6.0 0.0 4.0 5.0 13.0 7.5 0.0 c Oí u o < mm. mm. 83.0 181.0 287. 0 151.0 244. 0 195.0 76.0 15.0 143.0 554.0 288.0 25.5 6 c o be < ó a o O mm. 150.5 68.0 72.0 153.5 336.0 6.0 11.0 133.0 146.0 44.0 109.0 220. 0 > o a o "o s Total. 1886 mm. 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 2.0 0.0 0.0 mm. 0.0 20.0 7.0 0.0 0.0 0.0 15.0 0.0 15.0 0.0 5.0 6.0 mm. mm. 191.0 161.5 1,122.0 108.0 173.0 726.0 ' "Í37."Ó 255.0 276. 0 692.0 209. 1 mm. 118.9 127. 0 367.0 261. 0 81.0 317.0 10.0 36.0 105.0 216. 0 887.0 353.0 mm. 275. 0 421.0 120.0 123.0 511.5 132.0 278.0 306.0 688.0 498.0 201.0 305.0 mm. "ióé.'á 44.0 269.0 210.0 75.0 45.0 103. 0 45.0 160. 5 14.0 45.5 mm. 31.5 60.0 101.0 245.0 2.0 85.0 0.0 35.0 27.0 16.0 mm. 1887 36. Ó 0.0 0.0 8.0 5.5 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 1.0 117.5 9.0 0.0 62.0 0.0 17.0 100.0 20.0 345. 0 350.0 73.0 1,306.5 1888 2, 129. 0 1,327.5 1889 1890 1, 636. 5 1891 1,547.5 1892 1893 '"869." Ó 1894 1895 1896 1,449.0 2, 124. ó 1897 30.0 1,268.1 Medias 6.5 0.2 5.7 4.G 99.4 186.9 368.2 239.9 321.5 120.8 101.6 57.5 1,517.5 MEDIAS ANUALES DE LAS MISMAS DOS ESTACIONES. La media anual de Cabo Bolinao es 2,364.8mm y la de Punta Santiago, 1,517. 5mi"; se diferencian de la media anual de Manila en + 448. 2mm la primera, y en — 399. 2mm la segunda. DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LA LLUVIA EN LAS COSTAS ORIENTALES DE LUZÓN. Mu}r diferente es la distribución mensual de la lluvia en las costas orientales de la isla, según se ve por los valores medios men- suales de Atimonan, Dáet y Albay. En ellas no podemos reconocer de ningún modo las dos estaciones seca y lluviosa que tan claramente deslindadas han aparecido en las costas occidentales. Antes bien hemos de confesar que son allí las lluvias bastante frecuentes y abundantes en todos los meses del año; en los meses de altas presiones, por las razones apuntadas al principio de este capítulo, y en los demás, por influencia principalmente de perturbaciones atmosféricas. Las medias máximas para Albay y Dáet son las de Diciembre y para Atimonan las de Octubre, Noviembre y Diciembre. Los meses que arrojan una media menor son Febrero, Abril y Mayo para Albay; Abril, Junio, Febrero y Mayo para Dáet; y Febrero, Marzo, Abril y Mayo para Atimonan. Debe, con todo, tenerse en cuenta que las medias de Dáet son deducidas de solos dos años de observación y las de Atimonan de tres; las de Albay son ya fruto de un período com- pleto de seis años, y así en ellas nos fijaremos de un modo especial. MARCHA ANUAL DE LA LLUVIA EN LA ESTACIÓN DE ALBAY. Á este fin publicamos en la tabla lix las estadísticas de lluvia de dicha estación, las cuales comprenden el año 1891 y desde 1893 á 1897. PRECIPITACIÓN ACUOSA. 103 Tabla LIX, -Cantidad de agua recogida en los pluviómetros de la estación de Albay en el año 1891 y durante el periodo de 1893 á 1897. Años. c 0» C W fe mm. 99.5 187.9 201.7 157. 5 184.7 117.9 o N mm. 130.1 358. 9 5 < mm. 166.9 167.6 8? ¡^ mm. 89.1 179.4 174.3 164. 0 472. 5 50. 3 o "2 mm. 232. 6 207. 1 365. 2 181.3 223. 1 36.5 o mm. 421.1 270. 0 485. 4 179. 8 158.4 80.3 o §> < mm. 368.8 140.1 183.5 171.3 480. 5 108.3 2 x> a "& mm. 84.2 217.0 489. 6 485. 0 149.8 373. 5 ó o O mm. 478.9 547. 7 343. 2 170.1 113.6 152. 8 S S mm. 690.6 695.7 469.0 366. 1 236. 7 283. 6 Total. 1891 mm. 457.5 191.5 145. 3 221.8 294.1 90.7 mm. 140. 8 173.1 306. 2 328. 2 91.6 234. 9 mm. 3, 360. 1 3,336.0 3. 649. 8 2. 949. 9 2, 706. 4 1,761.2 1893 1894 271.9; 154.5 321.1 203.7 128.8! 172.6 163.0 67.4 1895 1896 1897 Medias 233. 5 168.2 229.0 155.4 188. 3 207.6 266.2 242. 1 299. 9 212. 5 301.1 457. 0 2,960.6 Según esta tabla, las mínimas anuales de Albay están distribuidas en los seis meses siguientes: Septiembre, Agosto, Enero, Febrero, Noviem- bre y Junio. De las máximas anuales corresponden dos al mes de Diciembre, tres á Septiembre y una á Agosto. La media anual, 2,960. 6 mm, supera á la media anual de Manila en 1,044 mm. DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LA LLUVIA EN DE LUZÓN. LA COSTA SEPTENTRIONAL En las estaciones situadas, como Aparri, en la costa Norte de Luzón, es la distribución anual de lluvia bastante parecida á la que acabamos de estudiar en las costas orientales, al menos por lo que toca á los meses de Agosto á Enero; en el otro período del año, desde Febrero á Julio, es la precipitación acuosa menos abundante y las medias mensuales se ase- mejan á las de algunos meses que para Manila hemos incluido en la llamada estación seca. DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LA LLUVIA EN EL INTERIOR DE LUZÓN. Acerca de la marcha anual de las lluvias en el interior de Luzón, puede decirse en general que es más ó menos parecida á la de Manila y costas occidentales ó á la de las costas orientales, según que estén los pueblos, que se consideren, más ó menos lejos de dichas costas. Así se ve en la tabla lvi, que en Ta}^abas, v. gr. , por hallarse situada esta pobla- ción bastante cerca de las costas orientales, participa algo de la distri- bución de lluvias observada en Albay, Dáet y Atimonan; sin embargo, no *>on en aquélla tan abundantes como en estas últimas, y aun tal vez podrían distinguirse como dos estaciones, seca la una y lluviosa la otra, comprendiendo la primera los meses de Febrero á Agosto, ambos inclu- sive, y los otros cinco de Septiembre á Enero, la segunda. En Tuguegarao parece ser la lluvia mucho más escasa, en general, que en otros puntos, aun del interior de Luzón; sin embargo, como sólo hemos podido utilizar dos años completos de observación, no se puede dar á las medias mensuales de esta estación un valor más que provi- sional; razón por la que nos excusamos de entrar en más detalles sobre lá relación que guardan entre sí estas mismas medias. 104 CLIMATOLOGÍA. ESTADÍSTICAS MAS COMPLETAS DE LA ESTACIÓN DE SAN ISIDRO. En San Isidro, como se ve por los valores medios mensuales que hemos dado en la tabla lvi y por las estadísticas que van en la tabla que sigue, la cual comprende las observaciones pluviomét ricas de aquella estación desde 1888 hasta 1897, resulta la marcha anual de la lluvia muy parecida á la de Manila, exceptuando sólo la media de Mayo que es bastante mayor en aquella estación. Creemos, con todo, que aun esta misma media, sería más semejante a la de Manila, si fuese mayor el número de años de observación. La media anual, que es de 1,851. 2mm, difiere de la de Manila en — 65.4mm. Tabla LX. — Cantidad de agua recogida en los pluviómetros de la estación de Isidro, durante el período de 1888 á 1897. San Años. o 0) tí W 2 2 ce < ¡a mm. 224.0 64.0 208.0 64.0 "438." 6 86.0 437.0 156.0 214.0 o '5 tí mm. 261.0 156. 0 164.0 418.0 145.0 131.0 219.0 274.0 77.0 82.0 .2 6 O ó (-4 £1 S JV w U ¿3 tí O O mm. 162.0 228.0 251.5 82.0 'Í77.'5 214.0 83.0 191.0 123.0 a o '> o mm. 62. 0 172.0 91.0 237.0 91.0 121.2 54.0 68.0 * '22.' Ó Ja S « mm. 68.0 181.0 7.0 74.0 9.0 4.0 27.0 1.0 0.0 145. 0 Total. 1888 mm. 0.0 115.0 7.0 6.0 0.0 0.0 28.0 0.0 0.0 3.0 mm. 0.0 0.0 13.0 0.0 2.0 11.0 30.0 2.0 6.0 1.0 mm. 90.5 19.0 20.0 2.0 8.0 0.0 2.0 0.0 7.0 40.0 mm. 29.0 20.0 59.0 6.0 2.0 65.0 2.0 0.0 0.0 50.0 mm. 424.1 187.0 193.0 400.0 76.8 359. 0 572. 0 293.0 495. 0 394.0 mm. 265.0 218.0 192.0 441.0 "Í56.*7 241.0 367.0 474.0 191.0 mm. 224.0 308.0 782.0 406.0 53. 6 420.2 444.0 431.0 "Í85."Ó mm. 1,809. <> 1889 1,668.0 1,987.5 1890 1891 2,136.0 1892 1893 1, 883. 6 1,919.0 1894 1895 1 956 0 189(5 1897 i, 450. Ó Medias 15.9 6.5 18.9 23.3 210. 1 192.7 339.4 282.9 361.5 168. 0 102. 0 51.6 1,851.2 VARIACIÓN ANUAL DE LLUVIAS EN DISTINTOS PUNTOS DE LUZÓN. De lo que llevamos dicho en este párrafo se ve evidentemente cuan diferente es la variación anual de lluvias en distintos puntos de Luzón y cuan cierto es lo que dijimos al principio acerca de las llamadas estación seca y estación lluviosa, las cuales en ninguna manera pueden aplicarse más que á las costas occidentales y en parte también, aunque no de un modo uniforme, á las estaciones del centro de Luzón. MAPAS DE LA DISTRIBUCIÓN MENSUAL Y SEMIANUAL DE LLUVIAS EN EL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO. A fin de que se vea mejor y más gráficamente la distribución mensual y semianual de las lluvias en las varias estaciones que hemos elegido, para este estudio, de la isla de Luzón, y en las que escogeremos luego de las demás islas, damos en las siete láminas adjuntas los valores medios mensuales y semianuales de la cantidad de lluvia en diferentes puntos del Archipiélago Filipino. PRECIPITACIÓN ACUOSA. 105 MÁXIMAS LLUVIAS DIARIAS EN DISTINTOS PUNTOS DE LUZÓN. OBJETO DE LAS TABLAS LXI, LXII, LXIII, LXIV Y LXV. En este párrafo, como complemento de lo dicho en el anterior, vamos á dar, ano por año y mes por mes, las máximas lluvias observadas en el intervalo de un día en las estaciones de Cabo Bolinao, Punta Santiago, San Isidro y Albay. Este será el objeto de las tablas lxi, lxii, lxiii y lxiv. Por último, en la tabla lxv irán las máximas lluvias diarias observadas en cada uno de los meses del año en las dichas cuatro esta- ciones y otras varias de la isla de Luzón. Tabla LXI.— Máximas lluvias diarias observadas en la estación de Cabo Bolinao, e)> cada tino de los meses del período de 1886 á 1897. Años. Enero. Febrero. 1886 . . . mm. 10.5 (19) 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 1.0 (11) 0.0 0.0 0.0 0.0 mm. 0.0 1887 0.0 1888 0.0 1889 0.0 1890 0.0 1891 0.4 (18) 8.0 (4) 6.0 (9) 0.0 1892 1893 1894 1895 1896 0.0 0.0 1897 0.0 Marzo. mm. 0.0 0.0 0.0 22.0 (19) 30.0 (25) 0.0 34.0 (3) 0.0 2.0 (28) 0.0 10.0 (12) 0.0 i Abril. 1 Mayo. Junio. mm. mm. mm. 0.0 50.0 (15) 158.0 (15) 23.0 (3) 25.0 (19) 19.0 (30) 35.0 (28) 25.0 (14) 150.0 (16) 0.0 40.0 (29) 9.0 (30) 77.0 (26) 104.0 (5) 0.0 20.0 (11) 155.0 (15) 2.0 (4) 49.0 (22) 136.0 (10) i 0.0 106.0 (27) 31.0 (20) 32.0 (1) 16.0 (1) 58.0 (29) 3.0 (26) 84.0 (24) 70.0 (25) 8.0 (28) 37.0 (S) 1 12.0 (18) 5.0 (29) 116.0 (23) 1886 1887 1888 1889 1890.... 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 Julio. m m . 56.0 (16) 117.0 (20) 150.0 (14) ! 115.0 (16) ! 95.0 (18) | 143.0 (19) ¡ 128.0 (24) i 217.0 (18) ; 74.0 (!) I 105.0 (27) i 200.0 (18) i 158.0 (28) . Agosto. | Septiembre, i Octubre. \ Noviembre. Diciembre. 117.5 30.0 170.0 125.0 23.0 53. 0 71.0 59. 0 48. 6 225.0 340. 0 42. 0 (27) (13) (3) (23) (7.23) l«) (30) (7) (10) (25) (30) (11) mm. mm. 75.0 (17) i 49.0 (9) 135.0 (20) ! 51.0 (5) 75.0 (10) 202.0 (12) 101.0 (8) 158.0 (8) 91.0 (9) 116.0 (18) 95.2 (22) 95.6 (20) 72.0 (16) vi m. , 6.0 (20,23) (9) ¡ 0.0 21.0 70.0 (13) 90.0 (1) 6.0 (19) 102.0 (29) 82.0 (4) 23.0 (15) 190.0 (12) 38.5 (5) 0.0 9.0 0.0 35.0 0.0 78.0 (17) I 0.0 3.0 (12,22) 140.0 (1) | 0.0 9.0 23.0 95.1 0.0 20.0 (24) (18) (3) (10) 2.0 8.0 0.0 0.0 4.0 (22) ( 26) (24) (4) H7) Tabla LXII. — Máximas lluvias diarias observadas en la estación de Punta Santia/jo, en cada uno de los meses del per todo de 1886 á 1897. Años. Enero. Febrero. mm. 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 2.0 (7) 0.0 0.0 Marzo. Abril. mm. Mayo. Junio. 1886 mm. 4.0 (17) 5.0 (1) 0.0 8.0 (14) 6.0 (16) 5.0 (6) 0.0 4.0 (2) 5.0 (1) 7.0 (6) 3.0 (1) 0.0 mm. 0.0 14.0 (28) 7.0 (22) 0.0 0.0 0.0 13.0 (25) 0.0 15.0 (23) 0.0 0.0 5.0 (5) mm. mm. 25.0 (1) 1887 30.0 (2) 0.0 0.0 8.0 (28) 5.5 (9) 0.0 0.0 0.0 0.0 0.0 1.0 (13) 73.0 (7) 7.0 (14) 0.0 40.0 (1) 0.0 11.0 (22) 75. 0 (6) 10.0 (10,28) 136.0 (11) 62.0 (9) 25. 0 (20) 85.0 (5) 1888 70.0 (29) 1889 70.0 (29) 1890 126.0 (28) 1891 55.0 (13) 1892 31.0 (9) 1893 15.0 (8) 1894 80.0 (28) 1895 175.0 (27) 1 896 158.0 (6) 1897 16.0 (13) 106 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXII— Máximas lluvias diarias observadas en la estación de Punta Santiago, en cada uno de los meses del período de 1886 á 1897 — Prosigue. 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 Jlll io. mm. 74.0 (24) 90.0 (20) 179.5 (28) 19.0 (5) 35.0(16,21) 197.0 (26) 40.0 (18) 29.0 (30) 47.0 (19) 70.0 (27) 183.0 (23) 63.0 (26) Agosto. mm. Septiembre. Octubre. Noviembre. Diciembre. mm. mm. mm. mm. 70. 0 (29) 40.0 (2) 60.0 (21) 90.0 (20) 47.0 (15) 25.0 (2) 8.0 (21) 32.0 (12) 23. 0 (9) 104.0 (3) 48.0 (8) 35.0 (4) 15.0 (16) 65.0 (6) 62. 0 (5) 20.0 (14) 80.0 (29) 123.0 (4 87.0 (3) 2.0 (23) 40.0 (23) 20.0 (1,8) 115.5 (29) 135.0 (17) 127.0 (11) 52.0 (30) 86.0 (3) 4.0 (14) 30.0 (28) 7.0 (3) 64 0 (5) 6.0 (7) 35.0 (12) 0.0 25.0 (28) 92.0 (26) 75.0 (1) 70.0 (22) 35.0 (27) 10.0 (2) 25.0 (31) ',62.0 (17) 87.0 (10) 10.0 (22) 41.0 (6) 104.0 (2) 16.0 (2) 76.0 (5) 3.0 (25) 220.0 (2) 86.0 (9) 75.0 (8) 116 0 (14) 25.0 (29) 46.0 (17) 3.0 (22) 17.5 (15) 10.0 (23) Tabla XLIIL— Máximas lluvias diarias observadas en la estación de San Isidro, en cada uno de los meses del periodo de 1888 á 1898. Años. 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 Enero. mm. 0.0 76.0 (8) 3.0 (14) 3.0 (5) 0.0 0.0 28.0(14) 0.0 0.0 2.0 (22) Febrero. mm. 0.0 0.0 13.0 (8) 0.0 1.0(4,5) 7.0 17.0 2.0 6.0 1.0 6) 4) (15) (11) Marzo. Abril. mm. 57.0 (23) 15.0 (20) 10.0 (5) 1.0 (14,29) 8.0 0.0 2.0 0.0 6.0 30.0 (1) (1) (31) (21) mm. 19.0 (30) 20.0 (30) 24.0 (5) 3.0(12) 2.0 (4) 48.0(15) 2.0 (2) 0.0 0.0 20.0(21) Julio. mm. 80.0 (14) 1888 1889 1890 1891 1892 1893 | 80.0 (14,17) 1894 ! 140.0 (7 1895 i 100.0 (16) 1896 ! 95.0 (29) 1897 ; 43.0(25,26) 42.0 40.0 58.0 17.0 (16) (17) (22) (9) Agosto. Septiembre. Octubre. mm. 33.0 (21) 21.0 (22) 38.0 (4) 67.0 (11) 45.0 (26) 48.0 (18) 73.0 (14) 78.0 (14) 64.0 (3) 40.0 (18) mm. 56.0 (12) 56.0 (1) 385. 0 (30) 93.0(28) 12.0 (13) 76.0 (5) 100.0(18) 142.0 (17) 39.0 (15) mm. 47.0(10) 87.0 (19) 50.0(18) 38.0(24) 47.0 (7) 120.0 (1) 63.0 (8) 21.0 (3) 80.0(10) 65.0 (2) Mavo. 88.0 (24) 24.0 (23) 46.0 (3) 28.0(22) 69. 0 (28) 15.0 (24) 97.0(14) 30.0 (23) 80.0 (5) Junio. mm. 52.0(16) 66.0 (20) 35.0 (3) 65.0(12) 46.0(27) 25.0(26) 54.0(29) 68.0(27) 28.0 (7) 18.0(22) Noviembre. Diciembre. mm. 23.0 (17) 59.0 (6) 60.0 (12) 65.0 (17,29) 63.0 (13) 41.0 (23) 25. 0 (19) 16.0 (2) 2.0 (3) 6.0 (5) mm. 28.0 (19) 52.0 (4) 7.0(28) 28.0 (27) 5.0 (7) 4.0(28) 16.0 (3) 1.0(24) 0.0 50. 0 (22) Tabla XLI X.— Máximas lluvias diarias observadas en la estación de Albay, en cada uno de los meses del año 1891 y del período de 1893 á 1897. Años. 1891 1893 1894 1895 1896 1897 Años. Enero. mm. 124.2 (13) 40.0 (21) 46.6 (15) 66.5 (4) 70.0 3) 23.4 (1) Febrero. mm. 46. 8 (22) 77.5 (20) 54.3 (11) 34. 8 (22) 70.0 (7) 31.0 (7) Marzo. mm. 45.0(27) 150.0 (17) 68.3 (12) 88.8 (7) 20.5 (1) 42. 7 (15) Abril. mm. 27.2 (22) 42.5 (9) 33.5 (4) 59.7 (2) 49.5(21) 18.6 (14) Mayo. mm. 19.5 (25) 49.6 (13) 39. 1 (20) 48.1 (10) 179.1 (5) 12.4 (10) Junio. mm 35.1 (3) 32.7 (8) 84.2 (26) 44.1 (9) 30.0 (27) 20.2 (9) 1891 1893 1894 1895 1896 1897 Julio. mm. 115.0(25) 87.3 (24) 99. 6 (19) 47. 2 (23) 27.0 (4) 29. 8 (26) Agosto. mm. 67.9(16) 43.5 (3) 45.0 (21) 40. 9 (30) 86.6 (1) 25.9 3) Septiembre. mm. 24.6 (16) 38.6 (30) 106.5(27) 74.0 (16) 27.3 (4) 92.8 (12) Octubre. mm. 34.5(18) 44. 5 (28) 67.7 (3) 87.5 (9) 22. 5 (14) 59. 3 (17) Noviembre. Diciembre. mm. 198.9(13) 168.7(16) 61. 3 (23) 76.7 (7) 46.5(24) 25.1 (4) mm . 157.5(23) 179.0 (15) 95.9 (9) 124.0 (81) 65.3 (25) 50.4 (4) PRECIPITACIÓN ACUOSA. 107 o a>o a . A CO QO 1^ rH O* GO 00 C§ SS °. S °. 8 8 S O rH O 8 S °. 8 lO 00 30 iO lO O 0C • Oi 00 l- GO r-, rH 00 r-l CO <=> 8 CN O0 íO -# OS 00 o 00 E 00 °. 8 iO 00 r-l 1^ r-l OS r- t-i C75 Os 00 00 r-l °. & O 00 r-l l>- s s r-l CO r^ r-i O r-} a s .s a a> rH g O? ^ °. Se r^ oo rH OS r-l •"* S £ ií S N H * H oí 3"S 3e r*. rC fe rH (H o3 < .y a a s r^ fe 03 (¿5 fe 108 CLIMATOLOGÍA. ESTACIONES EN QUE SE HAN OBSERVADO LAS LLUVIAS DIARIAS MAS ABUNDANTES. De las cinco precedentes tablas se deduce que las lluvias más fuertes se han observado principalmente en las estaciones situadas en la costa occidental. Las máximas mayores de todas las estaciones que hemos incluido en la tabla lxv son: la de San Isidro (385mm), observada el 30 de Septiembre de 1890; la de Cabo Bolinao (34:0mm), que corresponde al 30 de Agosto de 1896; y la de Vigan (328mm), que ocurrió el 10 de Agosto de 1888. DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LOS DÍAS DE LLUVIA EN LA ISLA DE LUZÓN. VALORES MEDIOS MENSUALES DE DÍAS DE LLUVIA EN DISTINTOS PUN- TOS DE LUZÓN. En las tablas lxvi, lxvii, lxviii y lxix, siguiendo el mismo orden que en el párrafo anterior, publicamos las estadísticas de días de lluvia de las estaciones de Cabo Bolinao, Punta Santiago, San Isidro y Alba\\ En la tabla lxx damos reunidos los valores medios mensuales de días de lluvia correspondientes á estas y otras varias estaciones de Luzón. La relación que guardan entre sí estos valores medios es naturalmente muy semejante á la que hemos observado antes en las medias men- suales de la cantidad de agua recogida en las mismas estaciones; y cuanto allí dijimos sobre este punto podría fácilmente aplicarse al número medio de días de lluvia mensual y anual, que es el objeto de las cinco tablas siguientes. Tahla LXVI. — Días de llav'm en Ja estación, de <'<> Bolinao, durante el período de i«s\SY> á 1897. Años. c 1886 3 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 » Medias . .¡ 0.3 I 0.4 | 0.8 6.9 ¡ 14.1 ai X2 c a ¡¿ O) rD o' Dh P V »-5 < w O 22 23 22 5 17 11 16 7 17 18 16 18 12 9 13 18 17 . 12 19 25 25 2 18 19 21 8 12 18 18 19 18 18 ió 12 18 17 4 16 17 15 10 21 16 11 8 17.0 18.1 17.5 7. 5 0 4! 103 1 0 i 67 0 1 !. 1. 0 , 76 6 0 86 5 0 ! 92 4 1 1 102 2 2 !. 4 ! 6 ; 108 78 84 80 PRECIPITACIÓN ACUOSA. 109 Tabla LXVII. — Días de lluvia en la estación de Punta Santiago, durante el período de 1886 A 1897. 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 Medias o o CU ,Q C2 c3 fe fe Í3 3 0 0 2 0 3 0 0 1 4 0 0 2 0 0 2 0 0 0 0 2 1 0 0 1 0 1 6 1 0 3 0 0 0 0 2 2.0 0.1 0.8 i i & < 2 E2 1-5 2 10 10 6 2 9 0 12 4 9 0 10 2 4 4 1 £ 4 12 15 17 12 9 6 0.8 5.3 | 8.2 | 14.5 ¡ 12.3 '< 14.4 I £ i a 96 72 89 76 60 32 40 88 121 76.1 Tabla LXVII. — Días de lluvia en la estación de San Isidro, durante el período de 1888 A 1897. Años. i a W o o 19.2 15.5 18.5 24.8 218.5 110 CLIMATOLOGÍA . Tabla LXX. — Medias mensuales de días de Huma en varias estaciones de Luzón. Estaciones. Viffan Cabo Bolinao Punta Santiago. . . Dáet Atimonan Albay Aparri Tuguegarao San Isidro Tayabas c c 0> o ,_; o o < a s i-* 10.0 0.2 0.0 0.2 0.7 2.9 0.3 0.4 0.8 1.4 6.9 14.1 2.0 0.1 0.8 0.8 5.3 8.2 21.5 11.5 18.0 9.5 12.5 11.5 16.7 10.3 7.7 6.7 10.3 13.3 21.3 15.2 16.3 13.7 15.0 17.8 11.7 6.1 5.7 3.2 5.4 5.3 2.0 1.0 4.0 3.5 5.0 14.0 1.5 1.1 1.8 2.5 12.0 13.8 10.4 7.7 8.1 5.5 9.9 13.0 13.8 17.0 14.5 15.0 18.3 19.7 7.5 16.5 19.8 12.7 13.9 15.8 18.1 17.5 12.3 14.4 17. 5 14.0 15.0 12.0 21.5 19.2 10.5 12.3 10.0 14.0 19.8 20.7 12.6 15.0 DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LAS LLUVIAS Y DÍAS DE LLUVIA EN OTROS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO. ESTADÍSTICA DE LLUVIA DE LA GRANJA-MODELO DE LA CARLOTA. Hemos indicado ya más arriba que, fuera de la isla de Luzón, eran pocos los datos pluviométricos de que podíamos disponer, por no haberse aún establecido en las demás islas del Archipiélago ninguna estación meteorológica oficial. Las estadísticas más completas que hemos podido encontrar en los registros de este Observatorio son las de la granja-modelo de La Carlota (Negros Occidental), que abarcan el período de diez años, desde 1889 á 1898. Estas estadísticas pueden verse en las dos tablas siguientes. Tabla LXXI. — Cantidad de agua recogida en los pluviómetros de La Carlota, durante el período de 1889 á 1898. Años. cu C W mm. 10.1 101.6 179.9 28.8 10.4 33.5 135. 5 6.0 31.5 52.0 t-, fe o3 £3 I mm. 3.0 292.9 30.3 104.9 20.0 182.8 37.0 43.5 69.0 c 3? mm. 44 .4 201.0 101.7 180.9 477.0 203.0 262.0 372.0 222.0 c mm. 287.5 259. 7 175.9 34C.8 409.0 267.5 415.0 230.4 351.0 211.0 ó mm. 369.5 449.0 584.5 252. 6 282.5 114.9 347.5 607.0 221.0 287.0 ce O be < ai u a a> 6 ¿ s o O mm. 370.8 400.0 254.2 887.8 287. G 167.0 106.6 339.5 344.6 289. 0 ó jo ñ '> o d (i 0 'o s 3 o 1889 mm. 25.9 141.7 60.4 14.5 144.5 12.0 82.6 19.0 0.0 40.0 mm. 8.5 48.2 61.4 62.9 50.5 14.5 47.0 20.5 113.0 mm. 357.0 402.9 588. 0 333.4 275.0 232.0 336.9 547.0 335.0 377.0 mm. 317.9 511.6 290.8 454.8 379.0 623.4 313.0 234.0 412.0 244.0 mm. 368. 4 202.2 245. 4 208.4 182.5 146.0 148.4 47.5 242.0 mm. 262.9 13.0 225.9 188.7 222.4 83.0 38.0 9.0 103.0 mm. 2, 425. 9 3,023.8 2, 798. 4 3, 064. 5 2. 740. 4 2,079.6 2. 269. 5 2,475.4 2, 444. 1 1890 1891 1892 1893... 1894 1895 1896 1897 1898 Medias 58.9 54.1 47.4 87.0 229.3 295.4 351.6 378.4 378.1 344.7 199.0 127.3 2,591.3 PRECIPITACIÓN ACUOSA. 111 Tabla LXXII. — Día* de lluvia en la estación agronómica de La Carlota, durante el período de 1889 á 1898. Ú .Q ó Años. o C o N o- o o 5C S £ a _• ¿¡ 53 £ s? 2 ~ be a, o o o 1=: H fe S -" £3 •-i •"» < w O yA 5 ^ 1889 4 16 13 6 2 5 9 2 3 5 2 8 2 3 6 2 5 3 0 5 4 l 6 4 3 5 4 3 i 13 . 6 8 2 13 4 6 6 6 23 6 14 14 16 13 15 17 26 18 17 18 27 16 20 19 13 15 21 22 22 22 21 16 16 22 16 21 20 19 27 23 21 17 18 22 20 17 22 22 18 19 21 21 17 14 19 18 25 20 16 23 14 17 12 15 17 22 17 10 21 20 15 10 10 5 15 19 2 12 15 11 9 4 2 12 167 1S90 176 1S91 163 1892 177 1893 158 1894 145 1895 133 189ti 129 1897 141 1898 ! ¡ Medias (5.5 3.6 3.9 6.G 13.8 18.9 19.9 20.4 19.1 18.1 13.7 9.6 154.3 De la tabla lxxi se desprende que la distribución de lluvia en La Carlota, en los meses de Junio á Septiembre, es muy semejante á la de Manila tanto en el valor de la media mensual, como en la relación de unos meses á otros; no así en el período de Octubre a Mayo, en los cuales es la precipitación acuosa bastante más abundante que en Manila, si bien no por eso deja de distinguirse de algún modo la estación seca en los meses de Diciembre á Abril, ambos inclusive. La media anual es de 2,591.3 mm, superior á la media anual de Manila en 674. 7mm. DATOS PLUVIOMÉTK1COS DE OTROS PUNTOS DE BISAYAS Y MINDANAO. Los datos que de otros puntos tenemos á mano, son en general de solos dos años; y aun cuando los de Iloílo, Cebú y Jólo abarcan un número mayor de años de observación, pero son deficientes ó incom- pletos en algunos meses. Por esta causa nos contentaremos con dar en las tablas lxxiii y lxxiv las medias de la cantidad y de los días de lluvia de ocho estaciones situadas en diferentes islas del Sur de Luzón cuyos nombres y períodos de observación podrán verse en las mismas tablas. Tabla LXXIII. — Media* menma/es de la cantidad, de 11 uña en va ñon puntos de Bisayas y Mindanao. Estaciones. Mambúrao Zamboanga .Joló Iloílo Cebú Tamontaea Dávao Tándag 1 6 X2 a mm. ' mm. mm. 485.4: 323.3 48.2 73. 6\ 95. 6 74.6 149.5 163.9 127.8 272.0 220. 1 126.0 165.2 169.4 116.3 293. 8 136.5 151.2 159.5 234.8 66.6 187.5 198.3 284.1 u Años de obser- 'o vación. Q mm. 23.7 2 111.6 2 160.2 f> 63.1 r 4 171.7 f> 76.7 2 208.5 2 966.0 2 112 CLIMATOLOGÍA. Tahla LXXIV. — Medias mnismdes de dais de lluvia ni varios pinitos de Bixai/as y Mindanao. Estaciones Mambúrao . . . Zamboanga... Joló Iloílo Cebú Tamontaca . . . Dávao Tándag... 11.0 5.5 3. 3 11.0 (í. 0 17.5 27.5 3.0 7.0 2. 5 3.8 11.2 5.0 10.0 22. 0 4.0 9.0 3.7 5.3 10.8 9.0 14.5 23.0 5.0 5.0 4.5 6.8 6.6 8.0 13.0 23. 5 6 d d s u Si Anos de '^J c 6 C he -c c 'o obser- vación. * >-i -í C "A '5 13.0 22.0 26.5 24.5 20.5 17.0 4.5 5.0 2 10.0 12.5 12.5 9.0 10.0 13.0 11.0 11.0 2 13.0 10.3 11.7 9.0 9.0 13.0 8.7 10.3 5 11.5 17.8 18.3 22.0 20.0 16.7 13.8 13.3 4 10.2 16.8 16.0 15.8 14.4 15.0 14.2 19.0 6 11.3 13.0 16.5 12.0 13.0 9.5 10.5 7.5 2 17.0 18.0 19.0 17.0 14.0 19.0 15.0 13.0 2 15.0 15.5 14.5 12. 5 10.0 12. 5 19.0 28.0 2 MARCHA ANUAL DE LA LLUVIA EN LA COSTA OCCIDENTAL DE MINDORO. Fundándonos en las tablas que anteceden, diremos ahora cuatro pala- bras acerca de la marcha anual de lluvia en las islas del Sur de Luzón. Ante todo por las observaciones de Mambúrao, población que se halla al Oeste de Mindoro, se ve que también se distinguen allí perfecta- mente, lo mismo que en las costas occidentales de Luzón, las dos esta- ciones del año seca y lluviosa, siendo la precipitación acuosa bastante escasa de Noviembre á Mayo, y más especialmente de Diciembre á Abril, y muy abundante y copiosa de Junio á Octubre. Sólo en el mes de Agosto de 1898 hallamos haberse recogido en dicha estación 1,295. T)"1"1 de agua, total que unido al de Agosto de 1897, que fue de 09S.0mm nos da para la media de este mes un valor de 997. lmm. Valor extraordinariamente grande y que sin duda sería muchísimo menor si hubiésemos podido contar con mayor número de años de observación. DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LAS LLUVIAS EN ZAMBOANGA Y EN JOLÓ. En las medias de Zamboanga, como deducidas de observaciones de solos dos años, y aun estos incompletos en dos meses, poco podemos estribar para el estudio de la distribución de lluvias en aquella región. Do unos apuntes del P. Baltasar Ferrer, S. J., tomamos estas líneas referentes á la variación anual de lluvias en Zamboanga: Enero, Febrero, Marzo y Abril son aquí conocidos bajo el nombre de estación seca; en los meses de Junio á Septiembre el que llueva más 6 menos depende del mayor ó menor número de baguios, que, corriendo por latitudes más altas, hacen sentir su influencia en Zamboanga con collas que por lo regular duran un día ó menos; su máxima duración suele ser de tres á cinco días. De mayor valor son las medias de Jólo las cuales se han deducido de un período de cinco años; y aunque es cierto que algunos de ellos son incompletos en algunos meses, sin embargo, no hay ninguna media mensual que no sea fruto al menos de tres años de observación. Según estas medias parece que han de ser allí las lluvias menos abundantes que en Manila en la época de lluvias y algo más abundantes en cambio PRECIPITACIÓN ACUOSA. 113 en la estación seca. Los meses menos lluviosos deben de ser Enero, Febrero, Marzo y Abril. Al mes de Mayo corresponde la media máxima, siendo ya muy parecidas entre sí las medias de los restantes meses del año. Sospechamos que cuando sean más las observaciones cambiará bastante la relación de estos valores medios mensuales. LAS LLUVIAS DE ILOÍLO, CEBÚ Y TAMONTACA. En estos tres puntos se distinguen bien, aunque no de un modo uni- forme, las dos estaciones seca y lluviosa que hemos admitido para Manila y costas occidentales de Luzón. La estación seca, por lo que toca á los meses de Diciembre, Enero, Febrero, Marzo y Abril, es en Iloílo más pronunciada que en Cebú y Tamontaca; la media que acusa el mes de Mayo le hace digno de figurar entre los meses de la otra esta- ción, si bien creemos que cuando sea mayor el período de observación disminuirá probablemente este valor. En la estación de lluvias son éstas más abundantes en Iloílo y Tamontaca que en Cebú. En cambio esta última ciudad, como situada al E. de la isla de Cebú, participa algo, en los meses de Diciembre y Enero, de las condiciones udométricas propias de aquella época en las costas orientales del Archipiélago; de ahí que las medias de estos dos meses sean tan subidas como 171. 7 mm y91.6mm. MARCHA ANUAL DE LA LLUVIA Á LO LARGO DE LA COSTA ORIENTAL DE MINDANAO. Situada la estación de Tándag en la costa Nordeste de Mindanao es muy á propósito para estudiar la distribución anual de las lluvias á lo largo de las costas orientales de aquella isla. Por esta causa nos hemos aprovechado de las observaciones verificadas en aquel punto por el misionero P. Francisco Sánchez, S. J., en los dos años que allí estuvo, dando las medias, que de ellas hemos deducido, en la tabla lxxiii. De un modo semejante á lo que sucede en las costas orientales de Luzón, constituyan la época de lluvias en las costas orientales de Mindanao los meses en que predominan altas presiones y vientos del NE., con la particularidad de que estas lluvias son en la costa Este de Mindanao mucho más abundantes y constantes que en las estaciones del Este de Luzón, y más aún que las que suelen observarse en Manila y costas occidentales en los meses de Julio á Septiembre. En solo el mes de Diciembre de 1897 se recogieron en Tándag 1,321. lmiu de agua, y 610. 8mm en el mismo mes del año anterior 1896. Para aquellas regiones, al contrario de lo que acaece en Manila, son los meses rela- tivamente menos lluviosos Junio, Julio, Agosto, Septiembre y Octubre, si bien aun la media de todos estos meses, según se ve en la tabla lxxiii, es mayor de 100 mra. La media anual ya se comprende que ha de ser mucho mayor que la de Manila; el total de lluvia reco- gida en Tándag, en el año 1897, ascendió á 4,299.2 mm. 4619 — tomo ii 8 114 CLIMATOLOGÍA. ADVERTENCIA IMPORTANTE. No terminaremos este párrafo sin insistir en una idea que hemos ya insinuado más arriba, y es, que á las medias que van en la tabla lxxiii y en los mapas de la distribución mensual de lluvia en el Archipiélago Filipino, por lo que toca á las estaciones de Bisayas y Mindanao, no podemos dar por ahora un valor más que provisional, excepción hecha únicamente de la granja-modelo de La Carlota. Por esta razón en ios citados mapas hemos encerrado dentro de un circulito limitado por una línea de puntos las medias que han sido deducidas de solos dos anos, á fin de que puedan distinguirse fácilmente de las otras deducidas de un número mayor de años de observación, las cuales encerramos en un circulito limitado por una línea continua. LA LLUVIA DE MANILA EN LAS DOS ESTACIONES DEL AÑO COMPA- RADA CON LA DE OTROS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO. LA DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LLUVIAS ES MUY DIFERENTE EN DISTINTOS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO. Ya en los párrafos precedentes hemos comparado varias veces la distribución anual de lluvia en algunos puntos del Archipiélago con la distribución anual propia de Manila, tal como la hemos estudiado al principio de este capítulo. Mas esta comparación resaltará todavía mucho más si dividimos las sumas anuales de lluvia de diferentes estaciones meteorológicas, en los mismos dos grupos de meses en que hemos dividido las lluvias de Manila, en las páginas 84-89, con los nombres de estación seca y estación húmeda ó lluviosa. Así se echará de ver mejor que en ninguna manera puede aplicarse esta división del año uniformemente á todas las islas en general, sino que más bien los meses que constituyen para unas regiones la estación seca son para otros ios de lluvias más frecuentes y abundantes; y que aun en los puntos en que parece poder admitirse la tal división del año en dos épocas, seca y lluviosa, las diferencias características de entrambas son en unas localidades mucho más pronunciadas que en otras, según sean las condiciones topográficas de las mismas y su mayor ó menor proxi- midad á las costas orientales ú occidentales del Archipiélago, según hemos insinuado en otro lugar. A este objeto va, pues, encaminada la tabla lxxv. En ella damos la media de los totales de lluvia correspondientes á los dos períodos del año, desde Noviembre á Mayo y desde Junio á Octubre. Empezando por Manila, ponemos en segundo lugar las estaciones occidentales de Luzón; siguen luego varias poblaciones del centro y Este de la misma isla; y terminamos con algunas otras estaciones de la costa oriental de Mindanao. A las medias de los totales parciales juntamos también, como hicimos en la página 88^ el tanto por ciento de las medias anuales. De algunos puntos de Mindanao, como Tándag, Dávao y Mati, aunque sólo tenemos un año completo de observación, PRECIPITACIÓN ACUOSA. 115 todavía los hemos querido incluir aquí, dando en vez de valores medios, las dos sumas parciales correspondientes á los dos períodos del año. y el tanto por ciento de la suma anual. PATOS PLUVIOMÉTRICOS PE YAR Y SAN LUIS PE APRA. Además, añadimos al fin de la tabla, por vía de apéndice, los datos pluviometricos de Yap (Carolinas Occidentales) y de San Luis de Apra (Guaní, islas Marianas), correspondientes las de aquella estación á un solo año de observación (1896), y á dos años (1.KÍM> y 1S97)1 las de la última. Acerca de las cuales estaciones solo insinuaremos que en ambas se distinguen de algún modo las dos épocas del año seca y lluviosa; pero que aquella es en San Luis de Apra mucho más acentuada que en Yap. Tabl. LXX.Y. — Media 1/ liria anual de varían estacionen del Archipiélago dividida m dns jicriodos, desde Xoviembre á Mayo y deade Junio á Octubre. Manila (3-t años) Vigan (3 años ) Cabo Bolinao (S años ) Punta Santiago (\) añosi Dáet (1 año) Atimonan (3 años) Albay ((í.años) Aparri (2 años i Tuguegarao (2 años) San Isidro (8 años) Tayabas (1 año) La'Carlota (9 años) Joló (2 años) Iloílo (3 años) Cebú (2 años) Dávao (1 año) Tándng (l año) Mati, Sudeste de Mindanao (1 año) Yap, Carolinas Occidentales (1 año) San Luis d'e Apra, Guaní, Islas Marianas (2 años) . De Noviembre ;i Mayo. De Junio á Octul re. iian. l'uv ciento. nan. cien fu. 379. 5 20 1 , 537. 1 80 2 17. 7 11 2,109.0 89 loo. 4 7 2,209.-1 '.):> 283. 2 19 1,231.3 81 1 , 468. t) 53 1 , 285. 9 17 1,408.8 55 1,181.7 15 1 , 732. 4 59 1,228.2 11 1 , 049. 2 54 905.2 10 205. 2 29 19-1.9 71 401. 2 25 1 , 390. 0 75 1 , 002. 0 (¡1 010.8 39 805. 4 31 1 , 785. 9 09 71 tU» 47 823. 9 53 494.4 29 1 , 229. 5 71 550. 5 41 788. 8 59 963. 8 49 995. 3 5] 3.218.3 /O 1,080.9 , 25 905. 8 G6 407.5 ¡ 3-1 734. 9 39 1,100.1 ; 01 303. 3 31 951.9 | i 70 LA LLUVIA ANUAL EX FILIPINAS COMPARADA CON LA DE ALGUNOS PUNTOS DEL EXTREMO ORIENTE Y ESTADOS UNIDOS. OBJETÓ ])K ESTE PÁRRAFO. Daremos en este párrafo algunos datos que puedan servir para com- parar las lluvias propias de estas Islas con las de otras regiones del Extremo Oriente y de los Estados Unidos. Para este objeto hemos escogido de este Archipiélago las estaciones de Manila, Cabo Bolinao, Punta Santiago, San Isidro, Albay, La Carlota, Iloílo, Cebú, Jólo y Tándag. Del Extremo Oriente tomamos los siguientes puntos: Hong- kong, Zikawei (Shanghai), Tokio, Yap (Carolinas Occidentales) y San 1 Las observaciones del año 1896 son algo incompletas en los meses de Enero, Febrero y Marzo, en los cuales hallamos uno ó dos días el signo de lluvia, sin haberse medido la cantidad; sin embargo, como los datos de los otros meses son muy completos, no hemos querido prescindir de dicho año, por más que la media de lluvia de la estación seca resultará así algún tanto menor de lo que le correspondería si no se hubiese omitido ninguna observación. 116 CLIMATOLOGÍA. Luis de Apra (Gruam, Marianas). Por último, de los Estados Unidos citaremos solamente San Francisco de California, Chicago, New York, Washington, New Orleans y Jíey West (Florida), entre San Luis de Apra y San Francisco de California intercalaremos á Honolulú (Hawaii), y, además, añadiremos al fin, después de Key West, dos esta- ciones de las Antillas, esto es, Habana y San Juan de Puerto Rico. CUADRO DE LA LLUVIA MEDIA ANUAL DE VARIOS PUNTOS DEL EXTRE- MO ORIENTE Y DE LOS ESTADOS UNIDOS. En el siguiente cuadro podrán ver nuestros lectores las medias anua- les de lluvia de cada una de las estaciones que acabamos de indicar, y el período de años de que han sido deducidas. Estaciones. Años de Media anual.1 observa- | ción. Manila Cabo Bolinao Punta Santiago San Isidro Albay La Carlota ' Iloílo Cebú Joló Tándag Hongkbng 1 Zikawei (Shanghai)- Tokio (Japón)3 Yap (Carolinas Occidentales) San Luis de Apra (Guam, Marianas). Honolulú 4 '.. San Francisco de California5 Chicago 5 New York r> Washington 5 New Orleans r> Key \Vestr> Habana 4 San Juan de Puerto Rico4 mm. 1,910.6 34 2,364.8 8 1,517.5 9 1,851.2 8 2, 960. 6 6 2,591.3 9 1,723.9 3 1,339.3 2 1,540.5 2 4, 299. 2 1 2, 205. 9 (?) 1,119.0 24 1,467.6 21 1,895.0 1 1,255.2 2 1,004.3 16 594.4 47 863.6 30 1,135.4 61 1,089.6 41 1,531.6 26 970.3 49 1,314.2 30 1,510.0 14 1 De la publicación Obacrvations and researches madc at. Hongkony in thc y car 1898, p. 8. -Del Bullct'ui mcmmcl de 1896, Olwrvatoirc de Zikawei, p. 217. ;íl)el Annualreport oftlic Central Metcoroloyical Ohservatory ofJapan/or theycar 1896, part i. p. 3. 4 Datos tomados del Keport of thc Chic/ of thc Wcather Biireau, 1897-1898, pp. 316 y 320. r> Datos tomados de la memoria Rainfall of thc United States by Alfred J. Henry. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LOS VALORES MEDIOS DE LA PRECIPITA- CIÓN ACUOSA EN VARIOS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO, DE LAS ANTILLAS Y DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA. Vamos á terminar lo relativo á la lluvia en Filipinas con la lámina xxxiv, en la cual representamos por medio de curvas la variación anual de la lluvia en distintas estacioness del Archiépilago, en la Habana }r en algunos puntos de los Estados Unidos, esto es, San Francisco de California (costa occidental), Chicago (interior) y New York (costa oriental. Desde luego se echa de ver cuánto más abundante es la pre- cipitación acuosa anual de Filipinas, si se compara con la de las otras regiones que acabamos de citar. La variación anual de la lluvia en San Francisco de California está en razón inversa de la de Manila; pues aparece allí nula la precipitación acuosa, cuando es aquí más abundante v extraordinaria. LÁMINA XXXIV. IJariacioi; arpáal dría llátíia txf iiarios pactos del archipiélago Iilipñ?o, délas ^Itftillas., \j de los Estados Óvidos de ^Injerica mm 600 5 5o 5oo 45o Enere l le&rero Afúunco ./At* Jf / t / z^ / — -- t ~í/' f — / _N i¿ 7 \ r/ JL" / \ ir , *V ....... Jn . ' * X +**' '. _.._.. - — ' t _j» X * ** ^ ...... ^ T— — 1 * "7 / / / > _._. X "V" ^x ^ __. V -A » — - ^■' *\ ..... . / ~'*fi '— — 1 * N / -u-^ pjjr. ÍIZI. A"+* *-1 — *"*»í hf.-;¿ *•*. *•-■*: s& ?^ \* A M^Z < / <.\ »t** **• k.jr*1 ^x / i ».-».» a ^ vÑ J^A Í'1-fc ♦^ ti£ I-'* ' J7 'V7 *■-*! 5^* — y \^ — — _.._ -" --.-; -^ ^ ^ — — ^ ■Lft *Üf* 1 1 CAPITULO VI. VIENTOS. FRECUENCIA MENSUAL DE LOS VIENTOS EN MANILA. MÉTODO QUE HEMOS SEGUIDO EN EL ESTUDIO DE LA FRECUENCIA MENSUAL DE LOS VIENTOS EN MANILA. El estudio de la frecuencia mensual de los vientos es, sin disputa ninguna, uno de los más importantes para mejor conocer el clima de un país y las variaciones que dicho clima sufre en el decurso de un ano. Por esta causa, deseosos de que este trabajo resulte lo más completo posible, no nos ha parecido suficiente dar aquí el resultado que hubié- ramos podido obtener con solos los cuadros de frecuencia de vientos publicados mensualmente en nuestros boletines, por la sencilla razón de no contener más que los ocho rumbos principales de la rosa de los vientos. A fin, pues, de incluir diez y seis direcciones, hemos acudido á los mismos registros originales, y empezando del ano 1887 hasta 1898 inclusive, hemos ido formando nuestros catálogos, apuntando mes por mes y año por año, el número de veces que se ha hallado consignada cada una de dichas direcciones.1 Al formar estos catálogos ó estadísticas, nos hemos encontrado con algunos días en que, ó por haberse parado el reloj del anemógrafo ó por alguna otra causa semejante, faltaban una, dos ó más horas de observación, días que hemos omitido por completo, para que el resul- tado sea más satisfatorio. El número de estos días omitidos es diez y siete; cuatro del mes de Diciembre de 1895; cuatro del mes de Abril, con uno del mes de Septiembre, de 1896; y ocho del mes de Agosto de 1898. Datos son éstos que conviene tener presentes al examinar el último encasillado de la tabla lxxvi, en el que daremos el número total de observaciones de cada mes y de todo el período de doce años. OBJETO DE LA TABEA LXXVI. Hechas estas breves indicaciones que nos han parecido más necesa- rias, pasamos ya á dar en la tabla lxxvi los totales de todo el período, obtenidos para cada mes y para cada una de las diez y seis direcciones, por medio de los catálogos parciales de que hemos hecho mención, añadiendo á cada suma el tanto por ciento respectivo. Al pie de la tabla van las sumas y el tanto por ciento anual y semianual de cada dirección. 1 Sólo por falta de tiempo suficiente nos hemos determinado á prescindir de algunos años anteriores á 1887. 117 118 CLIMATOLOGÍA. De esta tabla se pueden deducir conclusiones interesantísimas y muy dignas de especial atención. Para proceder con algún orden nos fija- remos aquí únicamente en la frecuencia mensual, dejando para el pá- rrafo siguiente el régimen anual y semianual de los vientos, tal como se deduce de las sumas anuales y semianuales de dicha tabla. Tahla LXXVL — Frecuencia mensual, anual y xa manual de los vientos en Manila, durante el período de 1887 á 1898. NNE. NE. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre. Diciembre . Anual De Nove. á Mayo ... De Junio á Octubre Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre . . ESE. Núme- Por Núme- Por Núme- Por Núme- Por Núme- Por Núme- Por j ro de cien- ro de cien- ro de cien- ro de cien- ro de cien- ro de cien- casos. to. 11.8 casos. to. 10.7 casos. 848 to. 9.5 casos. 517 to. 5.8 casos. 887 to. 9. 9 casos. 497 to. 1,053 954 5.6 515 6.3 446 5. 5 627 7.7 527 (i. 5 1,197 14,7 795 9.8 400 4.5 414 4.6 578 (S.b 594 6.7 1,432 16.0 1,022 11.4 252 2.9 248 2.9 351 4.1 454 5.3 1,211 14.2 1,142 13.4 398 4.5 391 4.4 453 5.1 294 3.3 721 8.1 620 6.9 354 4.1 367 4.2 478 5.5 300 3. 5 606 7.0 473 5. 5 348 3.9 281 3.1 309 3.5 240 <> 7 369 4.1 268 3.0 297 3.4 243 2.8 385 4.4 197 2.3 334 3.8 251 2.9 330 3.8 291 3. 4 307 3.6 203 2.4 343 4.0 239 2.8 562 6.3 (564 7.4 615 6.9 322 3.6 516 5.8 330 3.7 984 11.4 899 10.4 833 9.6 404 4.7 551 6.4 290 3.4 1 , 314 14.9 1,168 13.2 902 10.2 369 4.2 593 6.7 314 3.6 0,807 6. 5 6, 366 6.1 6, 686 6.4 4, 421 4.2 8,760 S.4 6,241 6.0 4, 916 8.0 4, 520 7.4 4, 592 7.5 3, 159 5. 2 6, 592 10.8 4,680 7.7 1,891 4. 3 1, 846 4.2 2,094 4.8 1 , 262 2.9 2,168 4.9 1,561 3.6 SE. Núme- Por j ro de cien- casos. to. Enero 341 Febrero 591 Marzo 741 Abril 996 Mayo 637 Junio 529 Julio 373 Agosto 224 Septiembre 257 Octubre 328 Noviembre 244 Diciembre 159 Anual 5,420 DeNov1'. á Mayo | 3,709 De Junio á Octubre .! 1,711 3. 8 7.3 8. 3 11.7 7.1 6.1 4.2 2.6 3.0 3.7 2.8 1.8 Xiime ro de casos. 124 184 284 334 301 294 316 221 269 243 141 93 5.2 6. 1 3. 9 2, 804 1 , 461 1,343 Por cien- to. 1.4 2.3 3.2 3.9 3. 4 3.4 3.5 2.5 3.1 2. 7 1.6 i 1.1 ¡ Núme- ro de casos. 114 103 125 142 296 411 463 461 466 300 147 100 sso. so. 2.4 3.1 3, 128 1,027 2,101 Por Nú me- cien- ro de to. casos. 1.3 158 1.3 141 1.4 154 1.7 188 3.3 413 4.8 534 5.2 907 5.3 892 5.4 833 3.4 465 1.7 194 1.1 151 3.0 5, 030 1.7 1,399 4.8 3, 631 Por Núme cien- ro de to. ! casos. 1.8 1.7 1.7 2.2 4.6 6.2 10.2 10.2 9.7 5.2 2.2 1.7 4.8 2.3 8.3 358 328 385 430 872 1,027 1,719 1,712 1,700 729 342 258 9,860 2, 973 6, 887 ). OSO. Por Núme- Por cien- ro de cien- to. casos. to. 4.0 457 5.1 4.0 483 5.9 4.2 506 5.7 5.0 471 5.5 9.8 743 8.3 11.9 680 7.9 19.3 778 8.7 19.6 1,008 11.5 19.7 910 10.6 8.2 656 7.3 4.1 378 4.4 2.9 376 4.3 9.4 7,446 7.1 4.9 3,414 5. 6 15.7 4,032 9.2 O. Anual De Nove. á Mayo De Junio á Octubre . Núme- ro de casos. 410 431 451 471 534 409 445 412 437 421 343 311 5, 075 2, 951 2,124 Por cien- to. 4.6 5. 3 5.1 5. 5 6.0 4.7 5.0 4.7 5.1 4.7 4.0 3.5 4.8 4.8 4.8 ONO. Núme- Por ro de cien- casos, to. 161 184 149 182 169 180 211 194 188 200 162 153 2, 133 1,160 973 1.8 2.3 1.7 2.1 1.9 2.1 2.4 2.2 2.2 2.2 1.9 1.7 2.0 1.0 2.2 NO. ! NNO. Núme- ro de casos. 151 99 90 84 96 142 173 151 148 142 183 169 1,628 872 756 Por jNúme- cien- ! ro de to. ! casos. 1.7 1.2 1.0 1.0 1.1 1.6 1.9 1.7 1.7 1.6 2.1 1.9 185 88 108 69 120 90 119 139 132 171 237 247 1.6 ¡ 1,705 1.4 I 1,054 1.7 651 Por cien- to. 2.1 1.1 1.2 0.8 1.3 1.0 1.3 1.6 1.5 1.9 2.7 2.8 Núme- ro de casos. 1,713 1,397 1,495 1,519 1,870 1,766 1,609 1,615 1,563 2,264 2, 308 2, 155 1.6 I 21,274 1.7 12,457 1.5 8,817 Por cien- to 19.2 17.2 16.6 17.8 20.9 20.4 18.0 18.5 18.1 25.4 26.7 24.4 Total de observa- ciones. 20.3 20.4 20.1 104, 784 60,936 43, 848 VIENTOS. 119 VIENTOS DE MÁXIMA Y MÍNIMA FRECUENCIA EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Véase en el cuadro siguiente á qué vientos corresponde la máxima y la mínima frecuencia en los diferentes meses del ano, según se deduce de la simple vista de la tabla lxx vi. Máxima j Mínima frecuencia.! frecuencia Máxima | Mínima frecuencia | frecuencia. SO. ! NNO. SO. NNO. 80. NNO. SO. NO. N. 8SE. N. SSE. v S. Enero N. S. '¡Julio Febrero E. NNO. ; ! Agosto : Marzo E. , NO. I \ Septiembre ¡ Abril E. ! NNO. í; Octubre ! Mayo 80. NO. ¡Noviembre ¡ Junio SO. NNO. Diciembre De suerte que predominan en Manila vientos del SO. desde Mayo á Octubre, ambos inclusive, ó Sea, por espacio de seis meses; de Noviem- bre á Enero, predominan los vientos del N. ; y en los otros tres meses de Febrero á Abril, los del E. La mínima frecuencia corresponde a vientos del NO. y NNO., de Febrero a Octubre; y á vientos del S. y SSE. en los meses de Noviembre, Diciembre y Enero. Según se ve por la misma tabla lxxvi, en los meses en que el viento N. arroja un tanto por ciento mayor, siguen en segundo término, como más predominantes, después de aquél, el NNE. y NE. ; y los meses en que predominan vientos del E., las mayores frecuencias, después de la máxima, corresponden al ESE. y SE., si exceptuamos sólo el mes de Febrero que nos da para el NE. un tanto por ciento algo mayor que para el SU P^n consecuencia, puede decirse en general que de Noviem- bre á Enero, ambos inclusive, dominan vientos del N. al NE. ; y de Febrero á Abril, ambos también inclusive, vientos del E. al SE. En cuanto á los meses en que predominan los vientos del SO., sólo haremos notar que en Mayo y Octubre es bastante notable y no muy inferior á la máxima, Ja frecuencia de los vientos del E. y NNE., respectivamente. De donde parece inferirse ser el mes de Mayo como mes de tránsito de los vientos del E. á los del SO. ; y Octubre, mes de tránsito también, de los vientos del SO. á los del N. DIRECCIÓN MEDIA Ó RESULTANTE MENSUAL. Aplicando la fórmula de Lambert completa, y sustituyendo cada una de las diez y seis direcciones por el tanto por ciento respectivo que nos da la tabla lxxvi, hemos hallado las direcciones medias ó resultantes para cada uno de los doce meses del año, las cuales pueden verse en el siguiente cuadro: Meses. Resultante. Meses. Resultante. Enero N.41° 07' E. N.83° 13' E. S. 84° 18' E. S. 63° 31' E. S. 16° 55' E. S. 0o 41' E. i Julio S. 34° 28' 0. Febrero Agosto *S. 40° 48' O. Marzo Septiembre S. 39° 41' O. Abril Octubre S. 75° 32' E. Mayo Noviembre N. 27° 45' E. Junio N. 24° 13' E. 120 CLIMATOLOGÍA. RÉGIMEN ANUAL Y SEMIANUAL DE LOS VIENTOS EN MANILA. FRECUENCIA ANUAL. De las sumas anuales y del tanto por ciento respectivo, que hemos hallado en la tabla lxxvi, se deduce el régimen anual de los vientos en Manila, el cual viene representado gráficamente en la figura primera. De estos datos se desprende que los vientos que más predominan, en general, durante el año son los del SO., siguiendo en segundo lugar los del E. La frecuencia de las otras direcciones va disminuvendo en el siguiente orden: OSO., N., NE.,NNE.. ESE., SE., SSO.,~0., ENE., S., SSE., ONO., NO., y NNO. FRECUENCIA EN LAS DOS ESTACIONES DE NOVIEMBRE A MAYO Y DE JUNIO A OTUBRJE. Acomodándonos á la división del año en los dos períodos de Noviembre á Mayo y de Junio á Octubre, hemos añadido en la misma tabla lxxvi la sumay el tanto por ciento que les corresponde, datos que nos han servido para representar en las dos figuras, segunda y tercera, el régimen semi- anual de los vientos en Manila. En el período de Junio á Octubre resultan extraordinariamente predominantes los vientos del SO. , ob- teniendo en cambio la máxima frecuencia, en el otro período, los vientos del E y del N. DIRECCIONES MEDIAS Ó RESULTANTES, ANUAL Y SEMIANUALES. Por media de la fórmula de Lambert hemos hallado también las direc- ciones medias ó resultantes, anual y semianuales, y son como siguen: Dirección media 6 resultante anual S. 58° 42' E. Direcciones inedias semianuales: De Junio á Octubre S. 32° 41' O. De Noviembre á Mayo N. 70° 30/ E. a LOS VIENTOS PARTICULARES DE FILIPINAS SON VERDADERA MONZÓN? He ahí una pregunta que naturalmente se nos ofrece después de haber hablado de la frecuencia mensual y del régimen anual y semi- anual de los vientos en Manila. Y como quiera que el P. Algué trató magistralmente esta cuestión en el capítulo iv de la 2a. parte de la obra Baguios ó Ciclones Filipinos, página 179 y siguientes, no haremos más que apropiarnos las ideas que él emite, confirmándolas de paso con algu- nos hechos todavía más recientes y que oportunamente hemos aducido en nuestras revistas meteorológicas de 1897. Mas antes es preciso pre- suponer qué entendemos por vientos normales, generales y particulares. Unos vientos hay, dice el P. Algué en el lugar citado, que podría- mos llamar generales ó alisios, los cuales dependen de la diferencia tér- mica entre las regiones polares y ecuatoriales, y otros particulares ó locales, que dependen de las diferentes condiciones térmicas entre los Kk<;i.mkn amai. dk i, os vikntos kn Manila Fig.*l» 1 r > i *A u J *te\ ^v *A fc *"\ \ 1 ^ \^ ftí. \> A / *° 00 £ t¿\ / s> * .1 ■Z. T.\¡ y- — vd ) / / v»> / z/"1 / / / N £ ^\^^\ 1 \~~* W V\v •' -£-•• A ^•. "a • - - " \ / *° o 1 'I * ?» k* W X *** o» .-/- --\~«o * .-í / ?Ú> s, / XT^-^Y /^Sf? M' x \ / s\ s */k_ X \ *r"\. W / / ^^Q' r^>^ -N *°v 1 \ -/x. ^^ s. ^v5» <$ "*^x. \ v<6 \ '^V .% 5 srfX \ ^ vt ©-\ *$&S VIENTOS. 121 continentes y los mares, ó entre Jas islas y los mares circunvecinos. Si las diferencias perseveran por buen período de tiempo, se llaman monzones los vientos originados; si las diferencias obedecen a la oscila- ción térmica diurna, se llaman brisas de mar ó de montana; de manera que no existe entre brisas y monzones diferencia esencial, puesto que ambos vientos dependen esencialmente de la posición geográfica ó geodésica y aun topográfica de las distintas regiones, y sólo difieren en la duración del período y de la alternativa, y en la mayor ó menor ex- tensión. De lo dicho se puede concluir que la diferencia esencial entre vientos generales ó alisios y monzones está en que los vientos generales dependen de las diferencias normales de temperatura correspondientes á la latitud, al paso que la monzón depende, no de la diferencia de las temperaturas normales entre sí, sino de la diferencia entre éstas y las temperaturas producidas por causas particulares más ó menos indepen- dientes de la latitud, como elevación ó depresión de tierras, grandes ó pequeños continentes y mares, proximidad de grandes continentes ó extensos mares, etc. Bien puede ser que en circunstancias determinadas los vientos gene- rales ó monzones contribuyan á dar á los vientos la misma dirección ó que puedan modificarse entre sí con diferentes resultantes. LOS VIENTOS COMPRENDIDOS ENTRE EL NORTE Y EL ESTE, PREDOMI- NANTES EN FILIPINAS EN ALGUNOS MESES DEL AÑO SÓLO IMPROPIA- MENTE PUEDEN LLAMARSE MONZÓN DEL NORDESTE. Ahora bien, puestos estos preliminares, es cosa sabida que, según la teoría de la circulación atmosférica, los vientos normales y generales serían todo el año de la parte del Norte, y por efecto de la rotación de la tierra, del NE., en toda la zona y mares comprendidos por nuestro Archipiélago, y en general en los mares y tierras intertropicales del hemisferio Norte.1 Sin embargo, no sucede así en nuestro Archipié- lago y mares adyacentes, y por lo tanto es fuerza que existan aquí algu- nas causas particulares que modifican y aun cambian aquella dirección normal. En efecto; tomando por tipo del movimiento medio de la atmósfera en el Archipiélago, el movimiento observado en Manila, situa- da en una latitud media, entre las extremas de Filipinas, incluyendo las islas Batanes, ya hemos visto en el párrafo anterior que sólo en Noviembre, Diciembre y Enero pertenece la máxima frecuencia á los vientos del N. al NE., predominando más bien los del E. al SE. Esto supuesto, siendo los vientos de la parte del NE. normales ó alisios, impropiamente se podrían llamar monzón del NE. Con todo, como quiera que sean en los meses de Noviembre á Marzo tan diversas las condiciones térmicas de nuestro Archipiélago y del inmenso conti- nente asiático en cuyo interior reinan intensos fríos, se establecen corrientes de N. á S. desviadas hacia el E. por la rotación de la tierra; 1 The WindH of the Globe by Coffin, p. 665. 122 CLIMATOLOGÍA. corrientes que vienen á reforzar, por decirlo así, las corrientes nor- males en la misma dirección de los alisios, razón por la cual llegan a ser los nordestes muy duros á las veces en aquellos meses, según se experimenta en alta mar y en las costas orientales de la isla. Sola- mente por este concepto se podrían llamar monzón las corrientes ó alisios del NE. ] No hablaremos en particular de los vientos comprendidos entre el E. y SE., que son los predominantes en Manila durante los meses de Febrero, Marzo y Abril, parte porque los autores que admiten las mon- zones en Filipinas suelen hacer mención únicamente de las dos monzones del NE. y del SE.; parte porque en otros puntos del Archipiélago parece que no se inclinan tanto, como en Manila, hacia el segundo cua- drante, sino que más bien quedan comprendidos, aun en Marzo 3^ Abril, entre el N. y E.. según se podrá conjeturar por las observaciones, que daremos más abajo, de Aparri, Albay e Iloílo; y parte también porque esta inclinación más ó menos marcada hacia el E., ESE. ó SE. podría ser debida simplemente á que prevaleciesen los vientos nor- males ó alisios del hemisferio Sur contra las corrientes del hemisferio Norte, las cuales se van debilitando á medida que aumenta la tempera- tura en el continente asiático y empiezan á enfriarse los continentes de Borneo y Australia. LOS VIENTOS DEL SUDOESTE DOMINANTES EN FILIPINAS EN LOS MESES DE JUNIO Á SEPTIEMBRE NO SON VERDADERA MONZÓN. Pero la mayor dificultad está en si deben llamarse ó no propiamente monzón los vientos del SO. , que hemos visto dominaban especialmente en los meses de Junio á Septiembre. Asunto es éste sumamente deli- cado, mayormente si se tiene en cuenta que autores antiguos y modernos aseguran existir en Filipinas y parte Sur del mar de China la monzón del SO.; razón por la cual, sin género ninguno de preocu- pación, responderemos fundados en hechos fehacientes, no dando al resultado de nuestra investigación más importancia que la cfue los hechos de por sí y por su frecuencia, multitud y variedad tengan, como en el caso de otra cualquiera inducción física. 2 1 Véase el excelente escrito Memoir 011 the Winds and Monsoom of thc Arabian Sea and North Iridian Oceun by Dallas. Calcutta, 1887, p. 29. 2 Uno de los meteorologistas más autorizados, que hablan de la monzón del SO. en el mar de China, supone que dichos vientos vienen del hemisferio Sur; con lo cual se allana en parte la dificultad, porque todo se reduciría á admitir que las frecuentes alteraciones atmosféricas que se suceden en altos paralelos desvían los alisios del Sur y los convierten en vientos del tercer cuadrante; de donde no habría dificultad en llamar impropiamente monzón á tales vientos, como pueden llamarse monzón los alisios del Norte, al ser reforzados por causas locales, según va dicho. The Winds of thc Globe por Coífin; Discussion and Analysis of Winds por AVoeikof, p. 733. Además, Dove sostenía que la monzón del SO. en el mar de Arabia y de la India era simple- mente una inflexión de los alisios del SE. Confirmó Dallas esta opinión muchos años más tarde en su Memoir on the Winds and Monsoons ofihe Arabian Sea and North Indian Ocean. Calcutta, 1887, p. 20. VIENTOS. 123 La cuestión puede plantearse en la siguiente forma: los vientos del SO., que reinan en el Archpiélago Filipino y en el mar de China (parte tropical) durante cierta parte del año, son científicamente ver- dadera monzón ? A nuestro humilde sentir, no son verdadera monzón, sino corrientes correspondientes á vórtices ciclónicos, ó por lo menos, debidos á alteraciones anormales de la atmósfera. A ser esto así, de la frecuencia y fuerza de tales corrientes podría deducirse la existencia de algún vórtice ciclónico ó trastorno atmos- férico, y por consiguiente ya no es sólo cuestión de nombre, sino de importancia más que suficiente para que procuremos 'probar nuestro aserto con la debida detención. Los autores que de alguna manera se han ocupado en este punto suponen que durante el mes de Mayo se verifica la entrada de la monzón del SO.; de suerte (pie, según ellos, domina }Ta dicha monzón durante el mes de Junio. Ahora bien, una experiencia atenta y constante de varios años acredita no verificarse esto así en Manila y mares próximos. Para convencerse de ello bas- tará citar algunos párrafos de nuestras revistas meteorológicas corres- pondientes al mes de Junio de varios años. Leemos en la revista de Junio de 1890 lo siguiente: Lo que tal vez llame la atención es el predominio de los vientos del segundo cua- drante en una época metida enteramente, según persuasión de algunos, en la llamada monzón del SO. Esto, teniendo presente las depresiones arriba mencionadas, es un argumento de gran interés para la Meteorología en general, (pie no debe pasar desa- percibido al tratar de las corrientes atmosféricas. En la revista de Junio de 1892 s(^ dice*: Aunque entrados en la temporada ó monzón del SO., deja este mes de Junio el predominio á las corrientes del segundo cuadrante, tanto respecto de los vientos superficiales como de los más elevados que arrastran las nubes. Explican perfecta- mente este hecho las dos principales perturbaciones atmosféricas observadas en Luzón, las cuales tuvieron su centro de mínima presión hacia el mar de China. Cuando el centro tormentoso, durante el primer trastorno, se hallaba hacia el Norte de Luzón naturalmente se generalizaron los vientos del tercer cuadrante. La revista meteorológica de Junio de 1898 empieza en esta forma: El estado meteorológico del mes de Junio prueba una vez más que los cambios de monzón no se verifican en este Archipiélago con la precisión casi matemática que nos dicen muchos autores al hablar de ellos. En efecto; después de las depresiones que durante el mes de Mayo cruzaron estas Islas, se entablaron de nuevo las corrientes del primero y segundo cuadrantes, con tal fijeza, cual si nos halláramos en pleno mes de Abril. La revista de Junio de 1894 se expresa así: Del estudio comparativo de la dirección de las corrientes superficiales y de las nubes inferiores se deduce una consecuencia que tenemos por importante, y es que durante el mes de Junio, las corrientes del tercer cuadrante más bien tienen lugar en circunstancias anormales de la atmósfera que en tiempo normal. IsTos concretare- mos á Junio de 1890, 1891, 1892, 1893 y 1894. Junio de 1890 fué mes de muy poca agitación atmosférica, en tanto grado, que la minina absoluta del mes no bajó de 755.17mm; con todo, por influjo de depresiones lejanas se mantuvo relativamente 124 CLIMATOLOGÍA. bajo el barómetro durante los primeros días del mes, es decir, desde el 2 al 5, así como también del 13 al 15 y del 22 al 25. Estos fueron únicamente los días en que dominaron los vientos del tercer cuadrante. En los demás días, tanto la dirección dominante de las nubes como la de los vientos fué del segundo cuadrante. Por el contrario, Junio de 1891 fué mes de continua agitación atmosférica; agitación no intensa, pues tampoco bajó el barómetro de 755mm, pero persistente en tanto grado que se mantuvo bajo el barómetro desde el 6 al 17 y desde el 20 hasta fin de mes. Todos estos días, pues, reinaron de tal suerte los vientos del tercer cuadrante, que la aplicación de la fórmula de Lambert nos daría para dicho mes la resultante en direc- ción del SO., y la dirección dominante de las nubes del OSO. Por Junio de 1892 soplaron casi exclusivamente los vientos del tercer cuadrante, del 6 al 12, días de perturbación atmosférica regular, en que llegó el barómetro á 752.91mm. No quere- mos con esto decir que en caso de perturbación atmosférica únicamente soplen los sudoestes; pues bien se deja entender que, si el centro ciclónico se forma hacia el Sur de Manila ó atraviesa la región meridional del Archipiélago, es fuerza que dominen en Manila los vientos del primero y segundo cuadrantes, singularmente del primero. Así sucedió puntualmente por Junio de 1892 y mucho más aún, por Junio de 1893 en que la resultante, tanto de las corrientes inferiores como de las nubes, fué del primer cuadrante, por efecto de pequeños centros ciclónicos desarrollados en el mar de Joló y en el mar de China. Por lo que toca al presente mes de Junio, dominaron los vientos del tercer cua- drante del 23 al 30, es decir, mientras un centro ciclónico se desarrollaba al NNO. de Manila y otro corría por el Pacífico, como se verá luego al tratar de las perturba- ciones atmosféricas. Los hechos que hemos apuntado no sólo confirman lo que se dijo en la revista de Junio de 1892, y sobre todo de Junio de 1893, sino que dan motivo más que suficiente para sospechar si puede suficientemente contarse el mes de Junio entre los meses en que reina la llamada monzón del SO. En la revista de Junio de 1897 decíamos lo siguiente: Si en el cuadro de valores extremos de este Boletín Mensual atendemos á las medias que resultan para la frecuencia relativa de los vientos, veremos que la media mayor corresponde á los vientos del tercer cuadrante; con todo, examinando por separado cada década, tenemos que las dos primeras nos dan vientos dominantes de la parte del E. y generalmente del segundo cuadrante, y sólo la tercera vientos dominantes del SO. ó del tercer cuadrante, los cuales eran debidos á las varias depresiones que corrieron por los cuadrantes del Norte. Mas aún; si en los días 4, 5, 6, 11 y 12 soplaron, varias veces, vientos del tercero, es de notar que, además de que coincidieron con el paso de dos depresiones que en dichos días corrieron por altos paralelos, como puede verse en los mapas diarios del Observatorio de Tokio, sólo soplaron en las horas del día, pudién- dose por lo tanto atribuir á la brisa del mar, que aquí en Manila es del tercer cua- drante. Todo esto es una prueba más de una idea varias ve^es emitida en nuestros boletines, esto es, que, al menos en el mes de Junio, no reina la llamada monzón del SO., y que si algunas veces sopla el viento de este rumbo, no es verdadera monzón, sino simplemente efecto de perturbaciones atmosféricas, más ó menos próximas, que se desarrollan ó cruzan por los cuadrantes del Norte. Ante tanta variedad tle testimonios fundados en hechos tantos y tan perfectamente estudiados, no cabe ya dudar que por lo menos los vientos del tercer cuadrante, que a las veces soplan por Junio en el Archipiélago Filipino, no son verdadera monzón, sino efecto de tras- tornos atmosféricos. De lo dicho, sin embargo, sólo podríamos concluir que se retarda la monzón del SO. en Filipinas y no domina aún en Junio, por prevalecer todavía los alisios del S$. Mas no es así, como lo demostrará un VIENTOS. 125 estudio comparativo que hemos hecho de la frecuencia de los vientos para el mes de Julio. De los cuadros de valores extremos publicados por el Observatorio en los boletines mensuales de dicho mes, desde el año 1890 hasta el de 181)8, descartamos los vientos del O. al OSO., y del SO. al SSO., durante los días en que evidentemente estaba el Archi- piélago bajo la influencia de algún vórtice ciclónico; con esto será fácil ver las corrientes dominantes en tiempo normal. Adviértase que quedan aún incluidos los sudoestes correspondientes á la brisa, la cual es en Manila de esta dirección. p]l resultado de dicho estudio comparativo lo publicamos en la adjunta tabla, en la cual por razón de los vientos descartados se altera la suma total de frecuencias y calmas, mas no la correlación de los vientos entre sí. Tabla LXXVII. — Frecuencia de los vientos en, Manila durante el mes de Julio, desde 1890 á 1898. [Eliminados los vientos ciclónicos del tercer cuadrante.] 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1890 1897 1898 Total . . . Medias . N. NNO. NO. ONO. 1.5 O. OSO. 0.3 SO. SSO. 0.9 SSE. 1.0 SE. ESE. 0.9 E. ENE. 1.5 X E. NXE. Calmas. 1.7 1.3 3.7 1.0 1.1 0.4 0. G 4.4 1.4 0.5 3.9 1.4 O.ti 0.5 0.7 3.1 1.6 3. í 1.7 2.3 2.0 1.5 1.3 1.0 1.5 1.5 2 2 3.2 1.9 1.3 1.4 1.3 0.7 2.5 1.2 1.4 2.2 4.2 0.8 0.0 1.1 0.8 1.8 0.9 0.9 1.7 0.3 1.5 1.9 1.0 0.8 2.5 2.7 1.1 1.8 3.3 0.8 0.7 1.3 1.3 1.9 2.0 l.s 1.8 6.3 0.5 0.7 1.0 0.8 l.G 2.5 2.1 0.7 9.8 11.0 10.0 8.2 7.6 20.9 15. 3 14.1 14.9 41.7 1.2 1.1 0.9 0.8 2. 3 1.7 1.0 1.7 4.6 De los valores medios de esta tabla se deduce evidentemente que en tiempo normal los vientos predominantes en Manila, durante el mes de Julio, son del segundo cuadrante, ó sea, los alisios del hemisferio Sur; luego tampoco los sudoestes de Julio son científicamente monzón. Véase en confirmación de esto lo que decíamos en la revista meteo- rológica del mes de Julio de 1897: En las observaciones del presente mes de Julio hallamos una prueba bien con- vincente de la opinión varias veces emitida en nuestras publicaciones, de que los vientos del SO., aun en los meses de Julio, Agosto y Septiembre, no son probable- mente aquí en Filipinas verdadera monzón, toda vez que sólo reinan cuando sen- timos la influencia de depresiones que corren por los cuadrantes del Norte. En efecto; échese una ojeada al cuadro de valores extremos, y se verá que en todo el mes sólo dominaron vientos del tercer cuadrante del 1 al 5, el 1.7 y 18, y desde el 23 hasta el fin del mes; ahora bien, del 1 al 5 influía aún en nuestro Archipiélago la líltima depresión del mes anterior, que se alejaba por el Norte; del 23 al fin del mes, ya se verá por lo que diremos luego, que nos hallamos bajo la influencia de depresiones ' que corrían también por los cuadrantes del Norte; por fin, los días 17 y 18 existía en altos paralelos, en el Japón, un centro de baja presión, cuyas isóbaras extremas (755 mm), alcanzaban casi el extremo Norte de la isla de Formosa, como puede verse en los mapas meterológicos diarios publicados por el Observatorio Central de Tokio. Y á la verdad, hemos de confesar que sentimos verdadera satisfacción, cuando, después de haber sospechado la existencia de este centro ciclónico sólo por ver que seguían 1 2 6 climatología. soplando en Manila, aun fuera de las horas de brisa, los vientos del tercer cuadrante, vimos plenamente confirmadas nuestras sospechas, al hojear los citados mapas. En el resto del mes, los vientos del SO. han soplado bien pocas veces, y sólo en las horas de brisa, la cual, como es sabido, es aquí en Manila de dicho rumbo. Igual estudio podría hacerse con los datos meterológicos de los meses de Agosto y Septiembre, y con idénticos resultados. El anterior ar- gumento adquiere aún mayor fuerza, si se considera que desde tiempo inmemorial las razas de indios que pueblan las costas occidentales de Luzón aprovechan el mes de Agosto para salir en sus embarcaciones con rumbo á varios puertos del Sur, por dominar, dicen (dios en su lengua, la monzón pequeña, 6 sea, vientos del primer cuadrante 3^ á veces del segundo, es decir, vientos orientales; y es así verdad, que por ser durante el mes de Agosto más raras las depresiones, dominan menos los vientos del tercer cuadrante, los cuales, si fuesen verdadera monzón del mar de China, no habrían dado lugar á tan arraigada creencia popular. Lo dicho, con todo, basta para confirmar nuestro aserto, mayormente que, según opinión de los que se han ocupado en monzones, por Julio es cuando están éstas más entabladas en toda la zona de nuestro Archipié- lago. Aparte de las dichas, otras razones se pueden añadir que tenemos por muy eficaces. Si los vientos del tercer cuadrante en Filipinas y mar de China fuesen verdadera monzón, es decir, un viento periódico y regular, causado por un desequilibrio térmico bastante general, pero distinto del que origina los alisios, no parece habría razón sufi- ciente para explicar por qué sólo dominan en tan reducida extensión, como en la parte baja del mar de China y en nuestro Archipiélago, como quiera que ni en las Carolinas Occidentales, por ejemplo, ni en las islas Batanes, ni siquiera en Aparri, como veremos en su lugar, ni en los canales de Baschi y Balíngtang, ni en la costa de China, desde el para- lelo 20°, y otras regiones y mares circunvecinos, que están en iguales condiciones físicas que nuestro Archipiélago, reinan los vientos del tercer cuadrante por Junio, Julio, Agosto y Septiembre, y sí sólo vientos orientales. * Ni se diga que la monzón del SO., en Filipinas y mar de China, es influencia de la verdadera monzón del Océano Indico, porque á ser esto así, debería dominar dicha monzón en los mares y tierras interpuestas; y, sin embargo, ni en las occidentales al Norte de Borneo y mares contiguos, ni en todo el estrecho de Malaca y tierras adyacentes, ni en Sumatra dominan los vientos del tercer cuadrante por Junio, Julio y Agosto, sino los alisios del Sur. Pues ya que en buena lógica no pueda científicamente admitirse que los vientos del tercer cuadrante que dominan en Filipinas por Julio, Agosto y Septiembre sean verdadera monzón, sino sólo vientos de depresión ¿ a qué alteraciones y trastornos atmosféricos tan continuos debe de estar expuesto nuestro Archipiélago y la parte Sur del mar de 1 The Winds of the Globe by Coffin; Disawlon and Analysis of W'mds by Woeikof, p. 735. VIENTOS. 127 China, para que resulte el predominio de tales vientos durante tantos meses? De un estudio detenido de las trayectorias de los baguios ó ciclones filipinos propios de los meses de Julio, Agosto y Septiembre, se puede deducir: 1°., que cuando entran los vórtices en nuestro Archipié- lago se hallan ya al menos en el paralelo 12° de latitud N. ; por lo cual, supuesta la influencia del baguio á regular distancia, es fuerza que desde que entran en la zona del Archipiélago hasta desaparecer internados en el continente, es decir, por espacio de varios días, tengan puesto en conmoción todo el Sur del mar de China y la mayor parte de nuestro Archipiélago, atrayendo las corrientes del tercer cuadrante; 2°., y es esto muy digno de ser advertido, durante los meses de Julio, Agosto y Septiembre, recurvan muchos baguios, ya al E. de los canales Baschi y Balíngtang ó del de Formosa, ya también al O. de las Batanes ó en el canal de Formosa, de donde influyen naturalmente en todo el Archi- piélago y parte Sur del mar de China por espacio de muchos días, siendo, como es, á las veces, lenta la recurva, pues caso hemos visto en que ha empleado el vórtice en sólo recurvar unos cinco días. Por otra parte, siguiendo trayectorias muy inclinadas al Norte, después de la recurva, influyen en bajos paralelos aun otros varios días sucesivos, resultando así no pocas veces ser sentida la influencia de un solo tifón por espacio de doce catorce y más días. Si á esto se allega (pie se repiten á veces con tal frecuencia los baguios, que vienen unos tras otros con intervalo de solos cuatro ó cinco días, durante los meses de Julio, Agosto y Septiembre, fácilmente podrá conjeturarse ser posible que dominen los sudoestes, en las reo-iones indicadas, por larga serie de días. Además, sucede con frecuencia, singularmente en los meses de Junio y Julio, que se establecen hacia el NO., N. y NNE. de Luzón, centros de mínima presión, los cuales se desarrollan tan lentamente, que per- manecen, al parecer, estacionarios por espacio de varios días, entablán- dose, como es consiguiente, continuas corrientes y chubascos del tercer cuadrante, conocidas por los naturales con el nombre de collas, según tendremos ocasión de Aeren el capítulo viii. Terminaremos esta prueba con una idea que tenemos por una razón muy eficaz. Enseña la experiencia que en Manila (y lo mismo juzga- mos se verifica en el mar de China) adelantan á las veces de tal manera los vientos del tercer cuadrante, al aparecer un vórtice ciclónico, hacia el E. de Luzón, en el Pacífico, que no sólo resulta completa conver- gencia, sino que no es raro el caso de dominar vientos del SO., cuando está aún el vórtice cerca del E. verdadero del observador. Por otra parte, es hecho también averiguado, que el adelanto de los sudoestes en Manila es tanto mayor cuanto mayor es el ángulo que la tangente á la trayectoria, en su intersección con el paralelo, forma con el mismo para- lelo, contando el ángulo de E. á O. por el N. Ahora bien, este ángulo va aumentando por Abril, Mayo, Junio, Julio y Agosto, y por 128 CLIMATOLOGÍA. consiguiente, durante estos meses más frecuentemente y con progre- siva antelación se adelantan los sudoestes. Siendo esto así ¿ cuál será la causa de tan singular fenómeno*? Juzgamos no ser otra que los alisios del SE., los cuales son los vientos normales de Abril, Mayo, Junio y probablemente de Julio y Agosto. En efecto; al hallarse el vórtice ciclónico cerca del E. del observador, deberían comenzar á entablarse vientos del cuarto cuadrante flojos aún, si el vórtice se halla á regular distancia; empero, no verificándose esto así, como enseña la experiencia, es fuerza admitir una causa general que constantemente desvíe tales vientos al tercer cuadrante, y esta causa no parece pueda ser otra más que los alisios del SE., los cuales se compondrían con los vientos del cuarto cuadrante, dando siempre resultantes del tercero, como de hecho se observan; }r siendo los alisios del SE. de su naturaleza flojos, explí- case fácilmente porqué solamente ejercerán influencia sensible en los vientos ciclónicos extremos.1 FRECUENCIA HORARIA DE LOS VIENTOS EN MANILA. FRECUENCIA HORARIA MENSUAL. Después de haber tratado en los dos párrafos precedentes de la frecuencia mensual y anual de los vientos en Manila, nos ocuparemos aquí en la frecuencia horaria, estudiando ante todo la media frecuencia horaria propia de cada mes y luego, al fin, la media frecuencia horaria anual. Para lo primero hemos dispuesto la tabla Ixxviii, en la cual damos hora por hora el número de veces que hallamos consignada en los registros de este Observatario cada una de las diez y seis direcciones principales, durante el período de 1892 á 1898. Téngase presente que en este trabajo, lo mismo que en los anteriores, hemos omitido por completo algunos pocos días en que se echan de menos algunas horas de observación, según arriba hemos indicado. Tabla LXXVIII. — Frecuencia llorarla mensual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 á 1898. ENERO. Direcciones. la. m. 2a. m. 3a.ni. 4 a. m. 5 a. m. (la. m. 7 a. m. 8 a. m. 9a. m. 10 a. m. 11 a. m. 12 m. d. N. 35 34 35 39 38 38 39 30 37 19 8 10 NNE. 25 42 30 39 36 32 24 40 35 13 17 11 NE. 28 26 27 34 38 36 32 36 26 19 17 15 ENE. 11 9 17 19 20 17 16 14 11 7 o 8 E. 14 11 10 9 9 9 8 7 11 11 2 8 ESE. 12 9 5 4 tí 2 2 2 2 ;■> 6 SE. 8 5 4 5 1 1 1 (¡ 2 4 SSE. 3 3 1 2 1 s. 1 1 3 3 6 7 8 5 5 6 18 26 41 12 11 8 11 11 38 54 20 11 7 sso. 8 so. 21 oso. 1 3 2 1 36 o. 2 3 1 1 1 1 48 ONO. 1G NO. 2 3 1 1 2 12 NNO. 3 5 7 5 2 6 7 8 13 11 0 2 Calma. 70 <;ii 72 57 m 76 86 78 40 16 2 5 1 Baguios ó Ciclones Filipinos por el P. José Algué, ps. 181-189. VIENTOS. 129 Tabla LXXVIII. -Frecuencia horaria mensual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 á 1898 — Prosigue. ENERO. Direcciones. 1 p.m. 2 p.m. 3 p.m. 4 p.m. 5 p.m. 6 p.m. 7 p. m. 8 p.m. 9p. m. lOp.m. 11 p.m. 12m.n. N. 7 5 4 7 7 13 9 13 14 18 23 28 NNE. 10 12 16 12 15 19 16 14 8 15 18 22 NE. 16 15 8 24 16 20 19 15 17 11 8 25 ENE. 11 10 14 11 22 15 11 15 17 8 10 11 E. 7 20 24 26 36 38 59 44 35 31 27 17 ESE. 10 8 12 24 27 41 33 37 34 32 25 17 SE. 4 8 20 22 26 22 22 15 22 17 12 13 SSE. 7 5 5 9 8 3 1 7 5 3 6 3 S. i 9 6 8 8 3 2 3 1 3 1 sso. 9 13 10 5 3 2 3 5 1 1 so. 21 41 36 13 9 19 41 30 9 7 17 37 22 4 4 6 33 10 6 4 6 11 1 4 3 7 2 1 5 3 2 2 2 1 1 1 oso. 1 0. 1 ONO. i 5 1 NO. i 1 1 2 NNO. 3 1 1 1 1 1 1 2 4 3 5 Calma. 6 5 13 9 23 30 35 46 53 72 79 69 FEBRERO. Direcciones. la.m. 17 2a. m. 14 3 a. m. 4 a. m. 21 5 a. m. 6 a. m. 7a. m. 8a. m. 9 a. m. 10 a. m. 6 lla.m. 12m.d. N. 16 25 21 24 22 17 3 1 NNE. 14 12 22 25 16 21 21 17 17 4 2 1 NE. 13 21 20 22 26 25 27 26 12 7 o 5 ENE. 6 12 20 19 20 20 16 18 9 6 7 5 E. 23 23 15 10 7 10 11 8 8 12 9 13 ESK. 13 9 9 8 8 5 4 4 0 7 8 9 SE. 18 12 6 5 2 1 1 6 3 4 5 SSE. 2 2 1 1 2 1 1 1 1 3 4 1 >> 5 4 3 p 10 SSO. 1 1 1 1 i 1 10 9 5 5 SO. 1 1 1 i 7 2') 23 33 oso. 1 i 1 21 32 47 43 0. 4 20 0/ 41 46 ONO. 2 1 1 3 11 15 26 13 NO. 1 3 3 3 5 1 2 5 6 9 3 NNO. 5 7 4 4 2 2 1 4 3 >> 1 Calma. 80 81 78 79 86 87 90 93 39 0 1 2 Direcciones. lp.m. 2 p.m. 3 p.m. 4p. m. 5p. m. 6 p.m. 7 p.m. 8 p.m. 9 p. m. 10 p.m. 11 p. m. 12m.n. N. o 2 4 3 5 5 3 6 9 8 13 NNE. 3 1 2 2 1 3 3 1 1 5 5 NE. 4 5 8 12 6 10 10 6 4 7 11 10 ENE. 5 4 4 11 18 15 7 9 7 10 12 10 E. 12 17 21 20 31 48 64 74 00 43 44 32 ESE. 19 22 25 38 49 45 53 39 33 39 25 21 SE. 6 13 24 37 34 40 27 29 44 34 33 26 SSE. 5 9 16 23 15 13 5 2 4 ' 4 3 3 S. 7 t 4 9 3 1 3 2 3 5 1 SSO. 12 8 11 1 3 1 2 2 3 1 1 so. 18 51 41 13 24 39 26 12 19 32 15 7 8 17 8 5 10 4 2 7 1 5 2 4 1 3 1 oso. 1 3 2 2 0. ono: i 1 1 1 NO. 2 4 2 4 1 4 1 1 2 42* 2 2 46 3 NNO. i 33 4 Calma. 1 3 5 10 9 16 23 68 4619 — tomo ii- 130 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXXVIII. — Frecuencia horaria mensual de los vientos en Manila, durante el periodo de 1892 á 1898 — Prosigue. MARZO. Direcciones. la. m. 2 a. m. 3 a. m. 4 a. m. 5 a. m. Ga.m. 12 7 a. m. 8a. m. 9a.m. 10 r. m. 11 a. m. 12m.d. X. 12 1G 19 1G 23 19 20 11 4 3 1 NNE. 4 6 17 23 10 12 17 19 12 4 3 4 NE. 17 27 29 30 22 1G 21 21 9 6 3 4 ENE. 15 17 14 10 24 19 18 10 14 8 n 10 E. 20 25 13 15 17 21 17 17 7 15 8 14 ESE. 32 27 19 14 10 18 13 7 12 9 13 12 SE. 21 4 11 0 9 4 1 2 1 2 7 1 G 3 8 3 12 SSE. 1 3 5 S. 2 3 2 1 1 2 4 1 9 3 4 6 2 5 3 SSO. 1 1 1 1 3 so. 1 1 1 2 33 27 4 12 14 48 50 19 12 16 51 58 14 12 29 oso. 43 0. 4 4 2 48 ONO. 2 1 19 NO. i 1 1 3 NNO. 1 2 2 4 4 9 7 10 4 3 2 Calma. 85 80 93 98 100 106 107 9G 30 5 4 5 Direcciones. lp. m. 2p. m. 3p.m. 4p. m. 5p. m. Gp.in. 7p. m. 8p.m. 9p. m. lOp.m. llp.m. 12m.n. N. 4 3 o 4 O 3 1 2 3 G 8 NNE. 4 3 3 4 4 2 4 2 o 5 4 4 NE. 5 ]2 14 13 17 10 6 6 8 5 9 15 ENE. 10 8 11 19 24 20 16 14 8 7 9 11 E. 20 21 22 31 38 66 67 51 40 35 33 30 ESE. 16 23 28 33 30 42 49 44 46 39 40 41 SE. 18 24 40 46 40 35 27 30 42 41 32 29 SSE. 13 20 20 23 22 11 9 10 9 13 7 7 S. 6 6 5 5 8 1 1 6 4 3 7 3 SSO. 2 6 G 6 2 5 6 5 5 4 4 3 so. 23 15 16 11 13 11 11 7 0 4 1 oso. 41 3G 21 10 5 2 2 1 1 1 1 1 0. 38 11 2 3 1 22 5 2 8 3 9 ' 7 5 G 5 3 1 ONO. 1 1 NO. 4 3 1 G 1 1 2 41 1 3 53 NNO. 1 39 6 57 2 Calma. 9 16 62 Direcciones. 1 a. m. 2 a. m. 3 a. m. 4 a. m. 5 a. m. 6 a. m. 5 13 28 23 19 8 1 7 a. m. 6 16 15 22 18 2 1 1 8 a. m. 18 4 13 21 16 13 6 5 i 7 6 6 9 a. m. 10 a. m. 11 a.m. 12m.d. N. NNE. NE. 7 6 6 15 15 27 33 5 2 1 7 10 11 22 16 17 26 6 2 1 9 10 17 20 24 12 14 5 2 1 12 11 21 28 25 9 13 2 1 9 12 27 23 26 5 2 3 7 5 16 10 10 4 7 8 18 43 31 12 4 5 18 4' 3 10 7 11 4 5 6 26 38 60 20 7 1 4 1 1 1 ENE. E. ESE. SE. SSE. 4 12 9 6 5 5 7 20 59 55 15 4 1 11 18 13 9 s. ■ 6 SSO. 2 so. 20 oso. 48 0. 53 ONO. 20 NO. 2 1 86 1 ""¿7* 1 1 100 1 1 83 2 NNO. 1 91 1 83 "*ÍÓ9" 1 124 Calma. 3 2 VIENTOS. 131 Tabla LXXVIII. — Frecuencia horaria mensual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 á 1898 — Prosigue. ABRIL. Direcciones. 1 p.m. 2 p.m. 3 p.m. 4 p.m. 5 p.m. 6 p.m. 7 p.m. 8 p.m 9 p. m. 10 p.m. 11 p. m. 12m.n. N. 2 4 3 2 2 1 2 1 2 i 4 NNE. 2 1 1 2 2 3 2 1 2 3 7 NE. 1 3 5 4 3 1 1 2 4 0 12 ENE. 5 9 12 12 13 15 16 5 5 6 1 8 E. 14 14 16 23 34 47 56 50 34 22 31 23 ESE. 17 13 24 31 31 42 48 56 52 50 47 34 SE. 29 39 42 51 60 39 31 34 50 42 35 39 SSE. 11 21 26 24 12 14 13 13 13 17 8 5 S. 4 11 11 7 3 5 4 5 6 6 3 3 SSO. 4 5 4 4 8 / 13 6 5 2 4 4 SO. 25 15 18 14 16 13 3 8 1 2 1 oso. 42 31 16 31 29 8 12 15 7 12 8 3 4 3 3 3 1 1 2 1 0. ONO. NO. 5 4 2 1 5 3 3 3 1 3 3 2 1 3 31 2 2 46 3 4 60 2 NNO. 2 22 4 Calma. i i 11 14 61 Direcciones. 1 a. m. 2 a. m. 3 a. m. 4 a. m. 5 a. m. 6 a.m. 7 a. m. 8 a.m. 14 9 a. m. 10 a.m. 11 a.m. 1 12m.d. N. 21 19 20 17 17 10 14 ') 4 2 NNE. 18 22 24 23 11 16 12 9 7 3 1 NE. 21 17 21 20 21 26 14 15 7 2 3 4 ENE. o 10 8 17 15 11 19 8 3 4 3 3 E. 15 17 13 14 21 16 18 11 11 6 6 3 ESE. 13 14 11 10 7 10 13 16 13 12 12 6 SE. 18 18 16 14 10 5 8 23 11 14 13 15 SSE. 9 9 7 7 4 6 4 6 i 3 6 8 S. 6 5 4 2 4 1 o 7 12 7 6 6 SSO. 4 2 3 3 1 1 7 14 12 8 9 so. 9 6 5 2 5 3 2 12 31 31 32 34 oso. 3 7 5 4 1 2 3 5 26 41 52 46 0. 1 1 5 o 1 5 29 39 40 54 ONO. 1 1 1 2 1 3 4 5 8 10 13 16 6 12 NO. 2 1 6 NNO. 4 5 4 4 3 3 3 5 4 2 5 2 Calma. 69 63 74 75 97 103 102 67 27 14 7 7 Direcciones. N. NNE. NE. ENE. E. ESE. SE. SSE. ssó. so. oso. o. ONO. NO. NNO. Calma. 1 p. m. 2 p. m. ¡ p.m. 4 p.m. 5 p.m. 6 p.m 32 / p. m. i p.m. 9 p.m. 10 p.m. 11 p.m. 12m.n. 15 19 12 3 16 14 18 9 7 6 9 4 1 132 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXXVIII. — Frecuencia horaria mensual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 á 1898 — Prosigue. DireccioneH. 1 a.m. 2 a. m. 3 a.m. 4 a.m. 5 a. m. 6 a. m. 7 a.m. 8 a. m. 9 a. m. 10 a.m. 11 a.m. 12m.d. N. 22 24 26 19 18 7 10 10 7 4 4 2 NNE. 15 15 17 16 12 21 25 5 6 3 1 2 NE. 21 23 21 28 27 24 24 24 12 4 ENE. 8 13 7 10 6 10 12 6 2 1 3 2 E. 19 9 14 11 14 18 20 19 10 8 9 10 ESE. 13 9 7 11 17 8 8 9 18 19 16 18 SE. 8 8 11 12 11 9 11 16 12 9 14 13 SSE. 8 6 4 4 4 5 8 13 7 6 7 8 S. 9 7 11 9 7 7 7 11 15 10 5 4 sso. 6 15 10 6 3 4 7 2 16 12 17 12 so. 13 8 9 8 3 3 4 8 27 43 28 26 oso. 3 4 5 6 2 2 4 13 24 39 50 0. 9 1 1 1 3 3 1 1 19 33 36 35 ONO. 1 2 1 1 3 5 10 17 17 NO. 2 2 3 2 1 1 1 3 ¿' 5 4 5 3 6 4 7 2 5 NNO. 3 4 2 Calma. 58 63 62 64 81 87 67 70 33 14 5 4 Direcciones. 1 p.m. 2 p. m. 3 p.m. 4 p.m. 5 p. m. 6 p.m. 7 p.m. 8 p. m. 9 p.m. 11 10 p.m. 9 11 p. m. 8 12m.n. N. 3 4 4 8 5 3 4 4 10 NNE. 2 3 5 8 13 7 2 6 3 7 4 11 NE. 3 5 5 8 10 9 8 8 6 11 17 21 ENE. 1 7 7 3 5 11 12 6 8 13 7 8 E. 5 8 12 14 14 22 18 24 28 24 23 15 ESE. 22 17 20 12 14 14 13 8 10 15 6 9 SE. 15 15 10 15 21 11 23 21 18 19 18 13 SSE. 3 4 7 7 7 4 7 7 6 6 8 9 s 6 3 6 10 11 11 13 11 8 7 9 3 SSO. 10 7 11 14 13 14 14 15 9 10 14 13 so. 32 35 40 30 38 31 27 18 21 15 8 9 oso. 43 43 35 44 23 28 19 15 8 10 7 6 0. 37 28 18 11 5 1 8 4 5 2 4 3 ONO. 16 13 15 3 2 2 3 4 1 1 1 3 NO. 8 8 7 9 7 3 2 1 4 2 NNO. 3 1 1 2 4 1 3 4 1 2 3 Calma. 1 10 7 13 20 35 36 56 63 56 72 74 .1 ÜLIO. Direcciones. 1 a.m. 2 a.m. 3 a.m. 4 a.m. 5 a.m. 6 a.m. 7 a.m. 8 a.m. 9 a.m. 10 a. m. 11 a. m. 12m.d. N. 15 16 16 14 11 13 10 9 3 2 4 3 NNE. 12 14 16 15 11 11 16 14 4 2 2 NE. 8 14 13 18 22 14 21 9 5 2 1 2 ENE. 12 11 9 9 10 12 11 8 / 2 3 E. 8 4 5 9 18 14 12 17 15 8 2 6 ESE. 5 4 5 8 7 11 7 15 11 8 6 8 SE. 12 13 17 12 10 11 9 9 16 12 10 8 SSE. 11 12 6 11 8 7 7 8 9 6 3 S. 6 5 8 9 2 7 7 15 24 15 9 5 SSO. 17 14 15 10 8 9 3 12 16 31 33 24 SO. 20 16 17 12 12 4 9 10 17 37 45 53 oso. 9 10 7 7 9 8 5 7 20 31 37 50 0. 5 5 3 4 3 3 2 4 17 26 33 39 ONO. 1 1 3 3 2 3 2 7 9 12 11 NO. 5 6 8 4 3 1 3 2 10 11 8 4 NNO.. 5 5 5 7 2 4 1 3 3 2 2 Calma. 66 67 64 65 79 85 94 73 33 13 ' 4 VIENTOS. 133 Tabla LXXVIIL— Frecuencia horaria mensual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 A 1898— Prosigue. JULIO. Direcciones. N. NNE. NE. ENE. E. ESE. SE. SSE. S. SSO. SO. OSO. o. ONO. NO. NNO. Calma. 1 p. m. 2 p.m. 3 p. m 5p. m. '6 p.m. 7 p.m, G 3 2 6 11 8 8 9 10 34 54 31 5 9 2 í 18 p. m 9 p. m 10 p.m. 11 p. m. |12m.n. 14 9 13 12 12 13 9 8 0 7 6 5 12 12 13 17 14 6 15 17 23 21 6 7 7 6 1 2 2 1 íi 7 59 67 Direcciones. 1 a. m. 2 a. m. 3a.m 4 a.m 5 a. m 6 a. m. 7 a. m. N. 12 9 12 13 8 10 11 NNE. 8 10 9 13 18 9 9 NE. 9 9 13 21 8 13 13 ENE. 8 6 8 5 12 4 E. 7 8 6 11 18 20 15 ESE. 7 7 14 9 7 12 11 SE. 4 4 6 4 4 8 4 SSE. 9 7 6 9 6 5 S. 8 11 12 8 6 6 (3 SSO. 21 24 12 18 16 17 15 SO. 15 14 18 14 6 11 14 oso. 26 23 22 17 16 12 14 0. 5 3 4 8 4 2 ONO. 1 7 1 6 3 1 NO. 5 2 3 3 1 3 NNO. 1 3 3 4 4 3* Calma | 1 63 62 60 49 70 76 1 81 Direcciones, N. NNE. NE. ENE. E. ESE. SE. SSE. S. SSO. SO. OSO. o. ONO. NO. NNO. Calma. lp.m. 2 p.m. 3 p.m .4 p.m. 5 p.m. 6 p.m. 8 a. m. 9 a. m 10 a.m. 11 a.m. 12m.d. 5 3 ., ., 1 11 4 4 3 3 17 5 3 1 2 6 4 1 2 13 8 9 4 3 12 6 6 5 5 6 11 8 ó 6 6 9 3 3 1 13 17 17 8 5 21 17 23 19 19 12 29 39 52 46 13 28 46 44 65 5 10 14 30 ,30 4 6 12 12 10 3 5 8 8 5 5 5 5 2 1 57 42 9 11 5 6 p. m. |7p.m. 3 5 2 2 5 6 1 1 8 11 5 5 4 9 o 10 6 10 21 30 65 45 42 35 5 5 5 4 4 1 2 3 26 27 134 CLIMATOLOGÍA. Tabla UX.XV1I1.— Frecuencia horaria mensual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 á 1898— Prosigue. SEPTIEMBRE. Direcciones, la.m . 2 a. m . 3 a. m 10 . 4 a. m . 5 a. m . 6 a.m . 7 a. m . 8 a. m . 9 a. m . 10 a. m . 11 a.m . 12m.d. N. 5 7 12 17 12 10 10 4 3 3 3 3 2 1 NNE. 10 15 14 9 8 7 6 7 6 2 NE. 7 10 11 13 8 15 7 9 5 1 ENE. 4 9 7 12 4 16 4 14 9 13 7 13 8 17 4 15 2 E. 4 1 ESE. 8 8 9 9 10 11 6 11 5 4 5 SE. 7 5 11 7 6 9 7 9 6 3 4 4 6 SSE. 10 13 5 9 5 5 6 10 12 3 S. 9 3 10 8 10 11 12 19 26 22 16 10 SSO. 18 25 15 15 11 7 6 12 24 29 21 16 SO. 26 21 23 21 19 21 20 22 29 35 43 42 70 oso. 13 12 12 11 4 4 3 9 25 39 58 0. ONO. 9 3 11 4 7 6 5 4 8 1 4 1 3 3 3 4 9 i 5 17 12 30 7 31 12 NO. 5 5 1 3 6 1 i 3 4 6 9 7 3 4 5 NNO. 2 2 3 3 3 4 3 9 6 4 1 (i Calma. 64 49 54 62 71 77 89 59 34 14 Direcciones. lp.m. 2p.m. 3p. m. 4 p. m. 5 p. m. 6p. m. 7 p. m. 2 8 8 p.m. i 9 p. m. 3 8 10 p.m. 11 p.m. 12m.n. N. NNE. 2 3 "(V 3 3 í 2 3 5 1 7 6 9 6 8 13 4 NE. ENE. 1 1 . 2 3 1 1 3 1 2 9 4 2 4 1 7 4 8 13 7 E. i 2 4 5 0 6 0 5 10 12 10 n ESE. 3 4 1 2 3 8 7 8 13 7 7 SE. 5 3 3 7 9 13 13 16 9 15 13 SSE. 8 7 7 6 7 8 5 8 8 11 10 5 1 6 4 9 13 13 17 16 10 9 11 8 SSO. 16 24 24 17 14 17 21 20 17 15 12 19 so. 63 55 65 76 76 70 62 54 44 33 26 25 oso. 53 48 54 49 41 27 18 13 14 10 18 18 0. 30 34 24 12 6 10 10 9 5 12 8 8 ONO. 9 10 4 3 3 4 2 i 2 5 2 2 NO. 6 4 1 4 3 5 1 6 8 4 4 2 58 NNO. 2 1 3 3 1 1 4 3 A Calma. 9 6 5 14 21 26 31 1 33 35 47 ! 46 OCTUBRE. Direcciones. 1 a. m.12 a. m. 3 a.m. 4 a.m. 20 5 a.m.1 6 a.m. 7 a. m. 21 8 a.m. 24 9 a.m. 10 a.m. 11 a.m. 1 L2m.d. N. 16 19 22 16 19 19 10 5 5 NNE. 25 26 30 18 20 24 21 34 21 5 8 10 NE. 17 28 22 32 33 17 21 20 6 11 7 6 ENE. 8 7 8 11 8 18 11 8 10 1 2 2 E. 14 12 9 7 14 6 12 9 10 4 5 ESE. 3 5 10 6 12 9 8 6 11 5 4 6 SE. 8 8 6 8 9 10 4 5 8 10 8 6 SSE. 3 4 6 9 2 6 2 5 4 6 6 2 S. 4 1 3 1 4 4 3 7 7 8 11 6 SSO. 12 12 10 7 5 5 10 9 19 18 13 19 so. 8 10 6 0 5 3 1 . 10 23 24 28 oso. 7 4 5 3 2 3 2 5 12 30 46 51 0. 4 4 2 1 1 4 3 3 16 28 36 33 ONO. 3 4 3 2 2 1 1 1 9 15 16 12 NO. 2 2 2 4 7 8 5 7 NNO. 10 4 5 8 3 3 6 8 14 4 Calma. 75 69 70 79 79 83 89 70 40 18 18 16 vip:ntos. 135 Tabla LXXVIII. -Frecuencia horaria menmal de Ioa ciento* en Manda, durante el período de 1892 á 1898 — Prosigue. Direcciones. N. NNE. NE. ENE. E. ESE. SE. SSE. S. SSO. so. oso. o. ONO. NO. NNO. Calma. lp.m. 2 p. ni. 3 p. ni. 10 3 3 6 7 9 8 8 11 2 (5 4 (5 0 6 6 8 7 4 7 8 2 6 9 6 13 9 20 16 16 29 32 38 56 55 44 30 20 20 11 9 5 3 6 2 2 24 18 16 > ]>. 111. 6 p.lll. i i " p. ni. 8 p.ni.' 9 p I ' ni. ¡10 i», m.il 1 p. m. 12 ni.n. 32 25 32 26 19 8 8 6 3 2 2 3 25 43 1 14 ! '?i 17 8 11 8 7 13 24 19 ! 15 i 11 ; 9 S 4 11 18 14 4 6 1 1 6 13 9 13 13 9 11 6 9 16 8 11 11 7 7 4 13 12 13 9 10 4 1 4 5 6 •> 3 6 5 71 78 20 20 18 7 12 5 32 7 4 9 5 7 2 3 3 NOVIEMBRE. Direcciones. la. m. 2a.m. 3 a. ni. 4 a. m. 5 a. m. 6 a. ni. 7 a. ni. 8a. m. 9 a. m. 10 a. m. lia. ni. 12m.d. N. 28 30 29 37 35 37 25 28 32 10 13 14 NNE. 25 32 34 32 32 25 29 33 20 21 10 7 NE. 24 24 24 25 27 26 29 33 19 16 13 11 ENE. 3 13 13 14 12 9 14 6 9 4 8 5 E. 7 7 7 / 11 10 0 7 8 5 •) 8 ESE. 5 4 3 4 4 ti 1 3 4 8 6 4 SE. 9 5 3 3 3 .-> 2 3 7 4 0 2 SSE. 3 1 1 1 2 3 1 3 ;*) 1 1 2 S. 3 1 2 1 1 3 3 1 / 6 6 5 SSO. 4 4 2 3 o 1 1 3 6 12 11 14 so. 1 1 3 1 •> 1 4 20 32 20 oso. 3 2 1 2 2 2 3 3 8 26 31 43 0. 2 3 1 1 1 2 4 16 30 34 ONO. 3 1 1 >> 1 7 13 12 11 NO. 2 2 2 4 3 1 3 2 13 5 7 6 NNO. 9 8 6 3 5 4 5 8 9 14 8 9 Calma. 81 73 " 71 68 76 88 7p.m. 74 48 29 15 15 Direcciones. lp.m. 2p. m. 3p.m. 4p. m. 5p.m. 6]>. ni. 8p. ni. 9p. m.« lOp.m. 11 p. ni. 12m.n. N. 9 10 13 20 18 20 19 16 10 15 28 23 NNE. 21 13 13 14 20 22 14 13 13 15 19 21 NE. 9 22 19 23 16 21 23 18 14 17 17 21 ENE. 10 8 9 7 16 10 8 7 12 14 10 7 E. 3 6 21 18 28 18 25 20 13 14 10 8 ESE. 5 7 7 13 6 13 8 4 14 13 9 8 SE. 8 6 3 8 1 7 10 8 10 9 10 4 SSE. 4 2 4 3 / 6 o (') 5 6 6 6 S. 6 7 7 9 6 o 2 1 2 3 1 1 SSO. 12 10 12 11 4 4 5 S 6 4 o 4 so. 24 24 18 10 0 4 o 3 3 2 1 1 oso. 37 31 33 22 12 6 6 3 4 2 •> 2 0. 27 25 17 16 9 4 7 4 o 1 o 1 ONO. 9 10 5 6 3 1 1 2 5 0 2 2 NO. 5 3 8 3 6 1 0 4 4 2 2 3 NNO. 6 8 4 0 4 4 3 a 4 11 7 10 Calma. 15 18 17 22 49 64 64 88 89 80 79 88 136 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXXVIII. — Frecuencia horaria mensual de los vieyúos en Manila, durante el período de 1892 A 1898 — Prosigue. DICIEMBRE. Direcciones. 1 a. m. 2 a. m. 3 a. m. 4 a. m. 41 5 a. m. 6 a. ni. 43 7 a. m. 8 a. m. 9 a. m. 10 a. m. 11 a. m. 1*2 m.d. N. 40 47 41 37 39 53 40 28 17 14 NNE. '26 29 35 38 35 31 36 30 32 32 15 15 NE. 19 25 27 33 35 30 23 28 26 12 17 18 ENE. 5 8 5 / 11 10 12 9 9 7 8 r^ E. 9 7 9 10 4 8 5 5 5 6 2 11 ESE. 4 3 1 5 1 2 4 1 2 2 4 6 SSE. 4 2 1 1 2 2 1 2 2 2 2 1 1 3 1 1 15 8 4 1 2 3 4 14 30 22 "5 2 2 10 9 19 38 29 12 2 SE. 1 2 S. 5 SSO. 1 1 2 11 SO. 21 OSO. 1 2 í 44 0. 2 2 3 3 1 2 2 1 34 ONO. i 8 NO. 5 3 4 2 4 5 8 3 5 8 11 6 NNO. 4 4 6 5 9 7 8 14 17 11 5 5 Calma. 89 77 78 63 72 70 77 67 42 22 13 6 Direcciones. 1 p.m. 2 p.m. 3 p.m. 4 p. m. o p.m. 6 p.m. 7 p. m. 8 p. m. 9 p.m. 10 p.m. 11 p.m. 12m.n. N. 9 11 21 18 17 24 21 21 17 20 26 29 NNE. 22 20 23 28 34 24 21 15 20 20 22 28 NE. 24 31 24 27 31 28 22 20 16 19 19 18 ENE. 8 8 13 16 18 17 14 7 7 13 n 9 E. 12 12 14 21 24 26 28 18 18 17 17 8 ESE. 6 8 6 20 15 16 15 10 6 10 8 7 SE. 3 3 6 8 7 8 10 8 3 6 1 3 SSE. 1 5 7 9 5 4 2 o 1 4 2 S. 8 17 9 11 6 12 14 5 3 2 2 3 2 2 2 3 2 1 1 SSO. i SO. 18 45 21 14 33 24 17 17 17 10 7 5 3 2 1 2 1 4 i' 2 1 2 OSO. 1 0. 1 1 2 1 ONO. 8 8 4 9 2 1 2 3 5 2 NO. 3 3 6 2 3 3 3 5 o 2 3 NNO. 1 5 o 2 4 •) i 5 4 4 5 2 Calma. 8 12 20 19 31 51 67 95 106 90 93 100 De la simple vista de estos datos mensuales se deducen consecuencias importantísimas que vamos á insinuar con la mayor brevedad y clari- dad posible. Io. Las calmas ó vientos más calmosos1 predominan durante todos los meses en las horas de la noche; su máxima frecuencia corresponde á las 6 ó 7 a. m., y más comunmente aún á las 7 de la mañana, á excep- ción de los meses de Noviembre y Diciembre, en los cuales observamos mayor número de calmas á las 9 de la noche. 2o. La mínima frecuencia de calmas se nota en los alrededores de mediodía, ó en otros términos, en los horas de mayor calor. 3o. Desde el mes de Diciembre á Abril, ambos inclusive, rarísi- mos son los casos de vientos del tercer cuadrante observados durante la noche y aun hasta después de las 8 de la mañana. 1 Decimos vientos más calmosos, porque tanto en ésta como en las tablas lxxvi y lxxix, notamos que corresponde á la frecuencia de las calmas un número demasiado crecido que tal vez deba atribuirse en parte á imperfección de los aparatos que no llegan á registrar sino con dificultad una velocidad comprendida entre 0 y 0. 5 metros por segundo. VIENTOS. 137 4o. Sin embargo, éstos son los vientos que más dominan en todos los meses del año desde las 9, 10 ú 11 de la mañana hasta las 3 ó 4 de la tarde, debido á las brisas del mar que aquí en Manila son de esta dirección. En el mes de Abril suelen predominar sólo estas brisas hasta la 1 p. m., para dar lugar a los vientos del E. al SE. propios de aquel mes, los cuales son con frecuencia bastante racheados en las primeras horas de la tarde. 5o. En los meses en que obtienen la mayor frecuencia los vientos del tercer cuadrante, todavía se nota en las primeras horas del día un pre- dominio bastante notable de los vientos del primero y segundo cuadrantes. En el mes de Junio éstos son aún los que arrojan una fre- cuencia máxima desde las 8 de la noche hasta las 8 de la mañana. Tabla LXKIX.—Freaiencia horaria anual de los vientos en Manila, durante el período de 1892 a 1898. Núme-I ro de I Por ciento Núme- ro de casos. Por ciento Núme- 1 ro de casos. i Por ! ciento 7.4 254 7.2 227 6.5 7.6 221 6.4 222 6.4 7.6 294 7.5 270 6.9 6.1 170 6.7 160 6.3 3.2 172 3.9 164 3.7 2.6 94 2.6 102 2.8 2.5 62 1.8 60 1.7 3.3 33 1.9 38 2.2 2.3 34 1.9 39 2.2 2.4 47 1.7 45 1.6 1.3 51 1.0 48 1.0 1.0 36 0.7 31 0.6 0.9 21 0.7 19 0.6 1.4 15 1.2 7 0.5 2.0 28 2.9 19 2.0 5.1 39 4.0 48 4.9 6.3 969 ,2 1041 7.8 10 a. m. 11 a. m. 12 ni. d. Direcciones. N. NNE. NE. ENE. E. ESE. SE. SSE. S. sso. so. oso. o. ONO. NO. NNO. Calma. Núme- ro de casos. 228 232 247 166 158 79 47 35 41 46 50 32 12 10 23 40 1094 Por !Nüm(H Por Nüme 6.5 6.7 6.3 6.6 3.6 2.2 1.3 2.0 2.3 1.7 1.0 0.6 0.4 0.8 2.4 4.1 8.2 243 223 251 118 144 99 79 59 82 71 74 53 37 21 34 65 887 6.9 6.5 6.4 4.7 3.3 2.7 2.3 3.4 4.6 2.6 1.5 1.1 1.2 1.6 3.5 6.6 ' 6.6 178 169 139 85 114 97 101 65 132 138 194 250 197 83 85 87 426 Por ciento 5.1 4.9 3.6 3.4 2.6 2.6 2.9 3.7 7.4 5.0 3.9 5.0 6.3 6.4 8.7 8.9 3.2 Núme- ro de casos. Por ciento 2.6 Núme- ro de casos. j Por 1 ciento 1.8 Núme- ro de casos. ■ Por ! ciento 92 64 57 1.6 93 2.7 m 1.9 55 1.6 91 2.3 65 1.7 68 1.7 44 1.7 54 2.1 43 1.7 101 2.3 61 1.4 92 2.1 89 2.4 93 2.5 98 2.7 85 2.4 80 2.3 90 2.6 38 2.2 45 2.6 46 2.6 104 5.9 90 5.1 72 4.1 168 6.1 159 5.8 142 5.2 322 6.5 345 7.0 373 7.6 411 8.2 540 10.7 589 11.7 403 12.9 472 15.1 485 15.5 156 12.1 179 13.9 161 12.5 104 10.7 95 9.8 62 6.4 75 7.6 40 4.1 31 3.2 164 1.2 « 0.7 76 0.6 138 CLIMATOLOGÍA. Takla LXXIX. — Fren t curia horaria anual de los vientos en Manila, durante el periodo de 1892 á 1898—¥ro$\«\\e. Direcciones. X. NNK. X K. EXE. E. ESE. SE. SSE. S. ssó. so. oso. o. ONO. NO. NNO. Calma. lp.m. ¡Xúine-j ro de ' casos. 2p.m. J~~ 3 \K 111. por i Núme- ¡ l,k,,,Híi«>s.!<,íon*to 73 53 ! 94 | 118 ¡ 119 i 06 ; 69 150 379 588 398 ¡ 143 I 53 ! 25 ! 80 ! 1.(5 55 1.6 •> •> 80 2. 3 Í.5 no 2.8 2.1 66 2. 6 2.1 115 2.6 3.2 126 3.4 3.4 139 4.0 3.8 85 4.8 3.9 91 5.1 5.4 154 5. 6 7. 7 375 7.6 11.7 532 10.6 12.7 327 10.4 11.1 112 8.7 5.4 53 5.4 2.5 30 3.1 0.6 90 0.7 Xú me- ro de i casos. 73 : 86 I ni ; 8i ; 155 | 148 ! 189 ¡ 115 I 87 i 158 ! 403 ! 436 j 213 ! 87 I 59 : 18 ' 121 I «™*£™.\«™« 2.8 3.2 3.5 4.0 5.4 6.5 4.9 5. 7 8.2 8.7 6.8 6.7 6.1 1.8 0.9 4 p. m. Núme-! >p.m. Núme ¡ ro de ¡ ° l •Núme- WiH08.:clrat0!c"i2«. 79 102 140 ¡ 99 ¡ 182 i 208 224 i 1.47 ; 97 151 ! 377 ¡ 342 ; 122 ! 48 i 43 ! 2. 3 3.0 3. 6 3.9 4.1 5. 7 6.4 8.4 5.5 6.8 3.9 Ü 4 2.5 1.2 121 134 141 247 202 239 121 98 149 348 241 59 34 34 24 270 3.5 | 3.4 ¡ 5.6 i 5.6 ! 5.5 I 6.8 i 6.9 i 5^4 ; 7.1 | 4.8 , 1.9 i 2.6 i 3.5 ! 2.4 ' 2.o ; 83 106 142 125 326 252 211 93 89 129 321 189 36 26 26 17 369 2.4 3.1 3. 6 5.0 7.4 6. 9 6.0 5.3 5.0 4.7 6.5 3.8 l.l 2.0 2.7 1.7 2.8 Pirec N. 77 NXE. 87 NE. 124 ENE. 119 E. 370 ESE. 269 SE. 218 SSE. 91 s. 89 sso. 150 so. 272 oso. 132 o. 46 ONO. 18 NO. 17 NNO. 13 Calma. •448 Núme-' Por ro de : cien- casos, i to. 2.5 3.2 4.7 8.4 7.3 6.2 5.2 5.0 5.4 5. 5 2.6 1.5 1.4 1.7 1.3 3.3 8p.m. 9p.m. j 10 p. m. j 11 p. m. | 12 m. n. Núme- Por ro de cien- casos. to. 88 2.5 77 2.2 115 2.9 90 3.6 349 7.9 245 6.7 206 5. 9 93 5.3 93 5. 2 141 5.1 207 4.2 118 2.3 31 1.0 24 1.9 24 2.5 26 2.6 613 4.6 Núme-, Por ¡Núme-1 Por :Núme-| Por ro de I cien- ¡ ro de ! cien- 1 ro de , cien- casos, to. I casos, i to. casos. ¡ to. 101 83 112 98 292 245 254 95 89 125 161 82 35 26 24 44 674 2.9 2.4 2.9 3.9 6. 6 6.7 7.3 5.4 5.0 4.5 3.3 1.6 1.1 2.0 2.5 4.5 5.0 132 i 114 ¡ 121 104 ! 255 ¡ 248 ¡ 238 ¡ 96 ¡ 78 ! 105 i 123 62 ! 40 25 33 40 726 3.8 3.3 3.1 4.1 5.8 6.8 6.8 5.5 4.4 Núme- 1 Por ro de i cien- casos, j to. 4.1 5.4 167 | 126 144 94 ! 232 ¡ 216 i 205 85 ¡ 73 I 100 i 100 62 ! 38 ; 19 i £i 796 i 183 161 ¡ 188 i 92 I 188 ! 175 ! 191 ¡ 43 I 105 i 87 ! 69 ; 29 j 18 | 28 ¡ 49 I 859 ■ 4.7 4.8 3.6 4.3 4.8 5. 5 4. 3 2.4 3.8 1.8 1.4 0.9 1.4 2. 9 5.0 6.4 Total de ob- serva- ciones 3,504 3, 446 3, 906 2, 523 4, 405 3, (563 3, 497 1 , 759 1,775 2, 754 4, 927 5, 032 3,133 1,290 973 983 13,390 FRECUENCIA HORARIA ANUAL Y SEMIANUAL. En la tabla Ixxix darnos el resultado final de la tabla lxxviii que aca- bamos de estudiar; es decir, la suma anual y el tanto por ciento corres- pondiente á cada una de las veinte y cuatro horas del día y á cada dirección principal. Según esta tabla, y hablando en gerenal de todo el año, tenemos: Io. Que la frecuencia de calmas alcanza su valor máximo á las 7 de la mañana; disminuye desde las 8 a, m. hasta las 12 m.d. ; empieza á aumentar á las 2 de la tarde hasta la 1 de la madrugada; y es algo menor que la de 1 a. m. la frecuencia de 2, 3 y 4 a. m., volviendo á aumentar de 5 á 7 a. ni. 2°. Que de 1 á 8 a. m. es muy notable el predominio de los vientos comprendidos entre el N. y el NE. 3o. Asimismo es muy notable el predominio de los vientos del tercer cuadrante desde las 9 de la mañana hasta las i y 5 de la tarde. 4o. De 6 p. ni. á 12 m. n. predominan más bien los vientos compren- didos entre el E. y SE. LXmina XXXV. JÓariaciói? ai}áal de la xieiocidad diaria del jiieqto epjfaijiia. 1885-1898. Jfnero Fehre* Marzo Jiril Moyo Jímco JízZto Agosto SepOern. 0e¿* Xbv* MU* Z7S. 2ZX. Z°° " 176 , 25o, loo » 2SO » ZZS n goo ». 17S* 15o p xZS ' A r I V v / / ^ r \ / / r^ ' \ I / / 1 1 \ 1 j 1 / T~ J «^ / too, VIENTOS. 139 VARIACIÓN AXLAL DL LA VELOCIDAD DEL VIENTO EN MANILA. MEDIAS NORMALES DE LOS DIFERENTES MESES DEL ANO. La tabla lxxx contieno los valores medios mensuales y anuales de la velocidad diaria del viento, en kilómetros, deducidos de las observa- ciones horarias verificadas en este Observatorio, durante el período de 1885 á 189S. Con las medias de todo este período de catorce anos hemos obtenido para cada mes las medias normales que van al pie de dicha tabla. Según ellas, la fuerza del viento va aumentando gradualmente de Enero á Abril, disminuye muy poco en Mayo, vuelve a aumentar en Junio y Julio, decrece segunda vez en Agosto, alcanza su máxi- mum anual en Septiembre, y vuelve otra vez á disminuir de Octubre á Diciembre, correspondiendo á este último la mínima velocidad anual. Tabla LXNN. — Valore* medios mensuales y anuales de la velocidad diaria del viento en Manila, d tirante el periodo de 188/") á 1898. 1885 188(5 ... 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias Km 232. 245. 120. 11(5. 113. 100. 112. 132. 199. 213. 192. 114. 21(5. 205. I Km 301. 2(58. 150. 188. 115. 11(5. 1(53. 132. 219. 201. 214. 121. 258. 247. I Km 353. 345. 178. 1(59. 184. 159. 185. 1(59. 238. 259. 250. 131. 281. 240. Km 3(57. 323. 0 197.0 189.8 193.9! 147. 6¡ 184. 9: 187. 0; 239. 0¡ 257.9 2(55. 1 235. 8 277. 8 190. 2 Km . 381.8 229. 5 178.4 168.7 18(5. 1 110.5 187.(5 187. 3 324.2 22(5. (¡ 288. 2 337. 2 210. 1 222. 8 192. < i| 224.8! 232.7 231.4 Km 414. 223. 8 153.(5 299. 3 173.5 109.0 194.0 172. 171.2 302 255. 8 203. 9 332. 3 27(5. 2 234. Km . 449.7 19(5.4! 415. 4 ! 3(54.9 174.7 209.8 291.1 270.7! 330. 2 i 281.5! 291. 2! 274.7: 203. 1 ; 1(5(5.5, Km. 428. 3i 223. 3! 141.9: 337.1J 191.91 199.0! 247. 8! 127. 8 299. 8 324.2 299. 5 353. (5 210.9 447.1 Km. i 30(5. 5: 288. 9¡ 300. 3: 181.11 110.9: 287.1 ¡ 345. 5¡ 312.0; 454.li 347.8! 391.5! 258.8! 241.0; 188.8: Km. \ 218.7 133.9! 1(55. 9 121.2! 154.1! 103. 9 77.4 1(50.0 242. 1 214.5! 182. 1¡ 315. 4 ¡ 19(5.(51 130.9 200. 6! 20(5.(5 Km. 2(53. 5 13(5. 9 122. 1 105.3 119.9 119.0 120. 109.81 220. 9 189.1 179.9 133.0 Km. 247. 6 12(5. 5 100.3! 109. 5 158. 3 : 100. 5 115.0 95. 3: 190.(5 209.4: 171.9; 1(59.8; 157.1' 138.1: Km . 330. 5 228. 5 190. 4 19(5. 0 15(5.4 152. 5 185.4 171.4 2(50. 9 252. 5 248. 5 220. 8 22(5. 9 228. 0 280.0, 273.8; I l 291.0. 182. 3! 154.5 149.3; 217.8 LAS MEDIAS NORMALES DE CADA MES COMPARADAS CON LA MEDIA NORMAL ANUAL. La media anual de la velocidad diaria del viento, deducida de los catorce años que estudiamos es de 217.8 kilómetros. La gradación mayor ó menor con que se separan de esta media anual las diferentes medias mensuales se podrá ver en la siguiente tabla: Tabla LXXXI.t- Diferencia entre la velocidad media mensual y anual de los vientos en Manila. Meses. Media anual. Media mensual. Kilómetros. ( 1(55. 9 192.9 224.8 232. 7 231.4 234.5 280.0 273.8 291.0 182.3 154.5 149.3 Diferencia. Enero Kilómetros. 217.8 Kilómetros. -51.9 Febrero -24.9 + 7.0 Abril +14.9 Mayo + 13.0 Junio + 1(5.7 Julio +62. 2 Agosto +56. 0 Septiembre +73.2 Octubre -35. 5 Noviembre -63. 3 Diciembre -« Kms. 159.0 56.4 58.8 70.9 25.1 45.2 36.2 57.5 120.7 100.5 122. 0 95. 5 53.0 86.5 Días. 9 28 1 19 17 21 15 19 14 5 9 27 18 27 Kms. 168.5 54.8 60.7 43.9 27.0 46.7 28.4 24.0 97.2 102.0 115. 7 84.5 94.5 62.5 Días. 4 21 9 29 6 26 2 17 16 30 23 26 11 23 Kms. 124.0 42.0 45.8 16.4 44.4 18.2 13. 5 10.1 106.0 104.0 105.0 78.0 62.0 3.0 Días. Kms. Días. Kms. 1885 163.0 65.6 49.4 90.9 61.9 30.6 47.8 54.6 120.2 139.5 118.6 102. 5 105.0 79.0 10 20 1 131.5 40.2 47.4 3 31 1 18 6 11 18 9 21 28 22 8 20 3 124.0 40.2 33.5 16.4 16.9 15.4 13.5 10.1 72.5 74.8 101.3 19.2 53.0 3.0 1886 53. 7 33.5 107.1 16.9 39.0 51.8 49.0 100.2 74.8 121.5 132.1 70.5 149.5 28 13 23 9 18 17 21 23 21 5 4 23 18 1887 1888 1889 7 E-X 1890 1891 18 27 6 27 5 23 9 4 30 64.8 42.1 41.0 72.5 111.4 101.3 70.7 80.5 35.5 1892 1893 1894 1895 .. 1896 1897 1898 Medias . 87.8 82.1 77.7 72.2 55.2 65.5 42.4 VALORES MEDIOS NORMALES DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS ANUALES Y MENSUALES. Según el resultado que va al fin de las dos precedentes tablas, la media de las máximas anuales es de 1,061.4 kilómetros y la media de las míni- mas, también anuales, de 42.4 kilómetros; se diferencian, pues, en 142 CLIMATOLOGÍA. 1,019 kilómetros. Tanto en los valores medios de las máximas como en los de las mínimas se observa, de unos meses á otros, una gradación casi constante. Los primeros van aumentando de Febrero á Julio; disminuyen algo en Agosto, volviendo luego á aumentar, hasta el máximum anual en el mes de Septiembre; en los meses siguientes decrecen gradualmente hasta llegar al mínimum anual del mes de Fe- brero. Muy diferente es por cierto la relación entre las diferentes medias mensuales de las mínimas diarias. En efecto; la máxima de estos valores medios corresponde al mes de Abril, disminuyendo luego sin cesar hasta la mínima que pertenece al mes de Noviembre ; desde Diciembre vuelven á aumentar sin interrupción hasta el mes de Abril. Las medias mayores de las mínimas son las de Febrero, Marzo, Abril y Mayo; creemos ser esto debido á que en días normales son estos cuatro los meses en que los vientos suelen adquirir mayor fuerza; y como, aun en la época de perturbaciones atmosféricas más frecuentes, siempre pueden contarse algunos días de tiempo normal, en los que se registran las mínimas velocidades del viento, éstas son generalmente en los restantes meses del año bastante menores que las propias de los cuatro meses citados. MÁXIMAS Y MÍNIMAS VELOCIDADES DIARIAS DE TODO EL PERÍODO. La máxima velocidad diaria de todo el período de 1885 á 1898 (1,177.6 kilómetros) fué registrada el día 30 de Septiembre de 1890, en el cual un violento tifón cruzaba el centro de Luzón, por el Norte de Manila. La mínima velocidad fué la registrada el día 30 de Noviembre de 1898, durante el cual no corrió el viento más de 3 kilómetros. VELOCIDADES DIARIAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS DE (ADA MES. En la adjunta tabla damos las velocidades diarias máximas y mínimas de todo el período correspondiente á cada uno de los doce meses del ano: Tabla LXXXV. — Máximas y mínimos velocidades diarias del rindo en Manila, durante el periodo de 1885 á 1898. Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre . . Máximas. Mínimas. Kms. Kms. 478.5 (1886) 19.2 (1896) 431.5(1889) 50.6(1896) 488.0(1885) 46.8 (1896) 627.5(1885) 68.0(1890) 1,042.0 (1896) 15.4(1890) 1,031.5 (1885) 40.5(1887) 1,022.3(1891) 30.6 (1890) 1.038.0(1898) 16.9(1889) 1,477.6 (1890) 25.1 (1889) 1,191.5(1896) 24.0 (1892) 1,159.5 (1885) 3.0(1898) 542.1 (1889) 22.0(1889) VIENTOS. 143 DISTRIBUCIÓN MENSUAL DE LAS MÁXIMAS Y MÍNIMAS ANUALES. La manera como se hallan distribuidas en los diferentes meses del año las máximas y mínimas velocidades anuales del viento podrá verse en el siguiente cuadro: Máximas. Junio 1 Julio 3 Agosto 2 Septiembre 6 Octubre 1 Noviembre 1 Mínimas. Enero 1 Mayo 1 Agosto 3 Septiembre 1 Noviembre 5 Diciembre 3 La mayor frecuencia de máximas y mayor frecuencia de mínimas per- tenecen á Septiembre y Noviembre respectivamente, es decir, á los meses en que es mayor la media de las máximas y menor la media de las mínimas. En Septiembre ha ocurrido el mayor número de máximas anuales por ser el mes en que más abundan los baguios, y por esta misma causa siguen en segundo término las máximas frecuencias de Julio y Agosto. VARIACIÓN HORARIA DE LA VELOCIDAD DEL VIENTO EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA LXXXVI. La tabla lxxxvi contiene las medias velocidades del viento mensua- les, anuales y semianuales, correspondientes á cada una de las veinte y cuatro horas del día y deducidas de las observaciones horarias del período de 1892 á 1898* Tabla LXXXVI. — Valores medios mensuales, anuales y semianuales de las velocidades llorarías del viento en Manila, deducidas del período de 1892 á 1S9S. Meses. Kms. 4.3 4.1 Enero Febrero Marzo Abril 4.3 Mayo | 6. 5 Junio 0.2 Julio 7.4 Agosto 9. 0 Septiembre 9. 4 Octubre ; 6. 7 Noviembre 4.K Diciembre 4.1 Kms. 4.6 3.9 4.1 3.9 6.1 8.1 9.7 0.5 4.9 4.0 Kms. 4.7 3.8 4.0 3.7 5.8 6.0 '.8 I Kms. 5.0 i 3.9 ! 4.i ; 3.6 ; 5.9 ! 6.0 ; 8Í1 i 9.0 I 6.3 ! 4.9 ! 4.6 i 4.8 4.0 4.0 3.8 5.6 5. 7 7.2 7.4 8.6 6.6 5.2 4.7 Medias ; 6.0| Medias, de Noviembre j 4.7 ¡ á Mayo. ¡ ¡ Medias, do Junio á \ 7.7 ( Octubre. ! ¡ 5.8 i 4.4 ! 5.6 4.6 Kms. 4.8 3.8 4.1 3.8 5.3 5.2 6. 2 6.8 8.0 5.8 4.7 4.6 Kms. 4.7 i 3.5 3.9 | 3.3 I 5.2 I Hl 5. / ; 7.0 ! 8.0 ! 5.7 | 4.8 ¡ 5.0 I 7-8. 8-9. Kms. Kms. 4.9 5.6 3.2 4.4 4.1 5.4 3.6 6.3 5.8 7.9 6.3 7.9 5.7 7.0 7.5 8.3 8.7 9.3 6.3 7.4 5. 3 6.0 5.3 6.1 5.6 4.6 6.8 6.0 9-10. 10-11. Kms. Kms. 7. o 10.8 7. 5 11.3 8.8 12.7 10.4 13.8 11.0 13.4 10.4 13.4 9.3 12. 6 10.8 13.4 11.7 14. 5 9.4 11.5 7.8 9.9 7.4 9.7 9.3 12.3 8.6 11.7 10.3 13.1 Kms. 11.9 12.9 14.4 14.4 14.7 15.2 13. 5 14.9 15. 6 12. 6 11.1 10.7 13.5 12.9 144 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXXXVI. — Valores medios mensuales, anuales y semianuales de las velocidades horarias del viento en Manila, deducidas del periodo de 1892 á 1898 — Prosigue. TARDE. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Medias Medias, de No- viembre á Mayo Medias, de Junio á Octubre... 0-1. Kms. 1-2. 2-3. Kms. Kms. 13.1 13.8 12.5 13.4 13.8 13.9 15.5 16.4 16.9 15.9 17.1 18.1 15.3 16. 1 17.0 16.3 17.1 17.1 15.3 16.6 17.6 16.2 18.3 19.5 17.1 19.2 .19. 7 13.9 13.3 13.4 11.4 11.6 11.0 11.5 11.8 11.4 14.0 15. 4 15.7 13.7 14. 4 14.4 15.8 1*5.9 17.5 Kms. 12.5 14.9 17.8 18.8 17.2 17.1 17.2 20.2 20.5 13.5 10.0 10.8 Kms. 11.8 14.8 17.5 18.8 17.1 16.4 16.7 19.2 19.8 12.5 8.9 9.9 15.9 ¡ 15.3 14.6 17.7 14.1 16.9 Kms. 9.5 12.9 15.3 16. 0 15.7 14.1 15.3 17.1 18.1 11.0 7.2 7.3 Kms. 7.9 10.7 12.3 13.0 13.8 12.1 12.9 15.9 16.0 10.0 6.5 6.1 13.3 12.0 15. 1 11.4 10.0 13.4 Kms. 7.2 9.3 10.0 11.6 13.1 10.3 12.3 14.0 15.4 9.6 6.0 5.3 10.3 8.9 12.3 8-9. Kms. 5.9 7.7 8.3 10.2 10.7 9.2 10.8 11.9 12.9 8.2 5.1 4.6 8.8 9-10. Kms. 5.3 6.8 7.7 8.7 9.3 8.5 9.9 10.5 11.6 7.2 5.0 4.3 7.9 6.7 9.5 10-11. Kms. 4.8 6.0 6.6 7.3 7.9 7.3 9.5 9.9 10.6 6.8 5.1 4.2 7.2 6.0 8.8 11-12. Kms. 4.6 4.7 5.6 5.6 6.9 6.3 S.6 9.5 9.6 6.4 5.1 4.1 Me- dias. Kms. 7.6 8.1 9.3 9.8 10.6 10.2 10.8 12.1 13.0 9.0 7.0 6.8 6.4 5.2 8.1 9.5 8.5 11.0 HORAS EN QUE SUELE SER MAYOR Ó MENOR LA FUERZA DEL VIENTO EN LOS DIFERENTES MESES DEL AÑO. Tanto de los valores medios mensuales, como de los anuales y semi- anuales, se deduce que la menor fuerza del viento se observa gene- ralmente de 6 á 7 de la madrugada, y la mayor, de 3 á 4 de la tarde, es decir, casi en las horas de mayor calor; sin embargo, en Octubre, No- viembre, Diciembre y Enero la media máxima es la de 1 a 2 de la tarde. Las medias del período de Noviembre a Mayo resultan, en todas las horas, menores que las del otro período de Junio á Octubre. La fuerza del viento de 1 á 8 a. m. parece ser algo mayor en los meses de Noviem- bre, Diciembre y Enero que en los tres siguientes de Febrero, Marzo y Abril. Al contrario, en estos tres últimos meses, en que predominan vientos del E. al SE., la velocidad media de las horas comprendidas entre 11 a. m. y 11 p. m. es mayor que en los tres meses anteriores, cuyos vientos predominantes son los del N. al NE. Mas aún; en el mes de Abril la velocidad media de 3 á 7 p. m. resulta todavía mayor que la de los meses de Mayo, Junio y Julio. PROMEDIO DE LAS OBSERVACIONES HORARIAS DE TODO EL PERÍODO. Según el último resultado que nos da la tabla lxxxvi, tenemos que el promedio de las observaciones horarias del período de 1892 a 1898 es de 9.5 kilómetros por hora, ó sea, de 2.6 metros por segundo. Los pro- medios de cada mes oscilan entre 13 kilómetros (Septiembre) y 6.8 kilómetros (Diciembre), diferenciándose en 6.2 kilómetros. VIENTOS. 145 TIENTOS QUE SUELEN ADQUIRIR MAYOR FUERZA EN MANILA. Comparando entre sí las tablas lxxix y lxxxvi se puede fácilmente concluir que los vientos que suelen adquirir en Manila mayor fuerza son los del SO., predominantes en los meses de Mayo á Octubre; y los del E. al SE. propios de Febrero, Marzo y Abril, y en parte también del mes de Mayo. MÁXIMA VELOCIDAD HORARIA DEL VIENTO EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA LXXXVII. La tabla lxxxvii comprende, mes por mes y ano por año, las máxi- mas velocidades del viento observadas en Manila en el intervalo de una sola hora, durante el período de 1885 á 1898. Tabla LXXXVII. — Máximas velocidades del viento registradas en Manila en el intervalo de una hora, durante el período de 1885 á 1898. Ener Días. 22 30 8 21 15 3 25 26 27 22 29 24 1 7 o. Febrero. Marzo. Años. Kiló- metros. Horas. 2- 3 p. m. 1- 2 p. m. 3- 4 p. m. 5- 6 p.m. 0- lp.m. 11-12 md. 3-4 p. m. 4-5 p. m. 0-1 a. m. 3-4 p.m. 1-2 p.m. 5-6 p.m. 2-3 p. m. 2-3 p.m. Kiló- metros. Días. 26 25 19 4 10 17 10 20 24 14 4 23 16 19 Horas. Kiló- metros. Días. Horas. 1885 37.0 35.0 22.7 27.2 25.0 23.8 28.0 23.3 29.0 27.0 28.5 23.4 36.5 30.0 36.5 37.5 24.5 30.5 39.7 23.5 27.8 22.5 29.0 30.0 33.0 30.0 37.0 29.0 3-4 p. m. 1-2 p.m. 2-3 p.m. 8-9 a. m. 8-9 p. m. / 1-2 p.m. \ 2-3 p.m. 1-2 p. m. 3-4 p.m. 5-6 p. m. 3-4 p. m. 7-8 p.m. 4-5 p.m. 3-4 p.m. 5-6 p.m. 42.5 41.0 27.1 23.2 27.8 | 32.0 33.5 30.8 39.0 42.0 33.5 43.4 35.0 35.0 31 11 16 í 22 \ 25 27 20 31 26 19 27 15 8 27 í 15 i 16 1- 2 p. m. 1886 2- 3 p.m. 1887 4- 5 p.m- 1888 5- 6 p. m. 4- 5 p.m. 2- 3 p.m. 0- lp.m. 5- 6 p.m. 1889 1890 1891 1892 4- 5 p. m. 4- 5 p.m. 3- 4 p. m. 1893 1894 1895 2- 3 p.m. 9-10 p.m. 1896 1897 2- 3 p.m. 0- 1 p.m. 9-10 a. m. 1898 28.3 30.8 34.7 Kiló- metros. Abril. Mayo. Kiló- metros. 66.0 56.4 49.2 48.0 39.0 30.9 45.1 35.5 23.0 68.0 52.2 48.5 48.0 41.0 Jim Días. 29 11 15 19 13 11 3 9 7 28 24 6 21 18 o. Años. Días. Horas. Kiló- metros. Días. Horas. 3- 4 p.m. 4- 5 p.m. 8- 9 p. m. 2- 3 p. m. 6- 7 p.m. 4- 5 p.m. 6- 7 p.m. 5- 6 p.m. 4- 5 a. m. 3- 4 p.m. 11-12 md. 7- 8 p. m. 10-11 p.m. 3- 4 p. m. 5- 6 p. m. Horas. 1885 48.0 40.0 51.7 27.5 27.9 29.9 31.2 30.3 32. 5 31.5 38.0 41.3 40.0 29.0 1 18 12 7 21 4 19 1 28 26 15 12 8 í 2-3 p.m. 1 5-6 p. m. j 0-1 p. m. \ 2-3 p. m. [ 3-4 p.m. 3-4 p.m. 0-1 p. m. 4-5 p. m. 2-3 p. m. 5-6 p. m. 2-3 p. m. 3-4 p.m. 3-4 p.m. 4-5 p. m. 2-3 p. m. 1-2 p. m. / 1-2 p.m. 53.0 37.1 41.0 36.0 32. 9 25. 0 36. 9 36.0 63.5 44.5 50.0 60.5 28.5 50.5 15 17 12 18 31 3 14 10 15 8 13 »{ 7 31 0-1 p.m. 4-5 p.m. 3-4 p. m. 3-4 p. m. 1886 1887 1888 1889 3-4 p. m. 2-3 p.m, 2-3 p. ni. 4-5 p. m. 1890 1891 1892 1893... 3-4 p. m. 7-8 a. m. 1894...'. 1895 1-2 p. m. 4-5 p. m. 0-1 p.m. 1-2 p. m. 1896 1897 1898 { '¿-ó p. m. Medias 35.6 42.5 42.0 1619 — TOMO II- -10 146 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXXXVII. — Máximas velocidades del viento registradas en Manila en el intervalo de una hora, durante el período de 1885 á 1898 — Prosigue. 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias Julio. Kiló- metros. 69.0 40.3 52. 9 60.5 52.2 54.8 65.7 49.1 64.0 47.0 53.5 47.0 47.0 40.0 53.0 8- 9 a.m. 4- 5 p. m. 0- 1 p.m. 6- 7 a. m. 4- 5 p.m. 0- 1 a.m. 2- 3 a. m. 10-11 a.m. 1- 2 a.m. 3- 4 p. m. 3- 4 a. m. 8- 9 a. m. Í10-11 a. m. \ll-12m.d. 2- 3 p. m. Agosto. Kiló- metros. 59.0 55.6 35.0 55.0 52.9 40.8 43.1 33.3 48.8 48.5 50.5 63.0 53.0 52.0 49.3 Horas. 9-10 1- 2 3-4 2- 3 3- 4 3-4 0- 1 2- 3 7-8 7- 8 7- 8 4-5 9-10 1- 2 a.m. p.m. p.m. p.m. p.m. p.m. p.m. p.m. p.m. p.m. p.m. a.m. a.m. a.m. Septiembre. Kiló- metros. 57.0 44.8 79.0 69.5 35.7 100.0 46.0 45.1 90.0 89.0 65.0 44.5 57.0 31.5 61.0 Días. 1- 2 p. m. 1- 2 p.m. 2- 3 p.m. 2- 3 a. m. f 11-12 m.d. I 1- 2 p. m. 7- 8 a. m. 1- 2 p. m. 0- 1 a.m. 11-12 m. n. 9-10 a. m. 6- 7 a. m. 4- 5 p. m. 0- 1 p. m. 3- 4 p. m. Octubre. Noviembre. Diciembre. Máxi- Años. Kiló- metros. Días. 23 Horas. Kiló- metros. Días. 7 17 27 19 4 11 16 21 15 17 2 24 í 13 \ 29 13 Horas. Kiló- metros. Días. 30 18 10 2 4 17 23 6 28 22 27 14 9 9 Horas. ma anual. 1885 35.0 38.2 55.0 27.9 45.3 57.8 20.2 47.4 73.0 90.0 37.5 74.0 54.0 38.5 2- 3 n.m. 96.0 32.3 32.8 27.0 30.5 84.1 58.4 36.2 32.1 41.0 50.5 20.0 25. 0 50.0 3- 4 p.m. ll-12m. d. 1- 2 p. m. 4- 5 p. m. 6- 7 a.m. 0- 1 p.m. 8- 9 a.m. 5- 6 p.m. 11-12 m. d. 0- 1 p.m. 1- 2 p.m. 0- 1 p.m. 2- 3 p. m. 1- 2 p. m. 9-10 a. m. 39.0 25.0 18.9 19.8 42.0 29.0 28.8 25.9 36.0 57.0 25.5 33.5 } 26.0 38.0 0- lp.m. 1- 2 p. m. 1- 2 p.m. 2- 3 p. m. 2- 3 p. m. 1- 2 p.m. 10-11 a.m. 10-11 a. m. 10-11 a. m. 3- 4 p. m. 1- 2 p.m. 3- 4 p.m. 2- 3 p. m. 2- 3 p. m. 96.0 1886 9 i 1- 2 p.m. 4 i 0- 1 p. m. 1 \ 5- 6 p.m. 29 8- 9 a. m. 56.4 1887 1888 79.0 69.5 1889 52.9 1890 17 23 28 2- 3 p.m. 5- 6 p.m. 1- 2 n.m. 100.0 1891 65.7 1892 49.1 1893 1 ! 1- 2 a.m. 3 3- 4 a. m. 1 4- 5 p.m. 4 8- 9 a. m. 13 10-11 a.m. 25 5-6 a.m. 90.0 1894 90. 0 1895 65.0 1896 74.0 1897 57.0 1898 52.0 Medias. 49.6 44.0 31.7 71.2 VELOCIDADES HORARIAS MÁS EXTRAORDINARIAS DE TODO EL PERÍODO. La máxima más extraordinaria de todo el período de catorce anos fué la registrada de 7 á 8 de la mañana del 30 de Septiembre de 1890, durante la cual corrió el viento 100 kilómetros, ó sea, á razón de 27.8 metros por segundo. Este valor último no es más que el promedio deducido de dicha velocidad horaria de 100 kilómetros; pero en los registros de este Observatorio hallamos consignado que, en el intervalo de aquella hora, momentos hubo en que se llegaron á medir rachas de 40 metros por segundo. La segunda velocidad máxima fué de 96 kilómetros (26.7 metros por segundo) registrada desde 3 á 4 p. m. del 7 de Noviembre de 1885. Siguen en tercer término la velocidad horaria de 90 kilómetros (25 metros por segundo) observada desde 11 p. m. á 12 m. n. del 30 de Septiembre de 1893 y desde 3 á 4 a. m. del 3 de Octubre de 1894. VIENTOS. , 147 Todas estas velocidades máximas fueron registradas durante el paso de algún ciclón por el Norte de Manila. MÁXIMAS VELOCIDADES HORARIAS DE CADA MES. Las velocidades máximas horarias correspondientes á cada mes pue- den verse en el siguiente cuadro: Kilómetros. Kilómetros. Enero 37. 0 (1885) j Julio 69. 0 (1885) Febrero 39.7 (1889) Marzo 43.4 (1896) Abril 51.7 (1887) Mayo 63.5 (1893) Junio 68.0 (1894) Agosto 63. 0 (1896) Septiembre 100. 0 (1890) Octubre 90. 0 (1894) Noviembre 96. 0 (1885) Diciembre 57. 0 (1894) FRECUENCIA MENSUAL DE LAS MÁXIMAS VELOCIDADES HORARIAS ANUALES. Las 14 máximas anuales van distribuidas en los diferentes meses del año en esta forma: Junio 1 Julio 2 Agosto 2 Septiembre 6 Octubre 2 Noviembre 1 FRECUENCIA MEDIA MENSUAL, ANUAL Y SEMIANUAL DE LOS VIEN- TOS EN ALGUNOS PUNTOS DEL ARCHIPIÉLAGO. FRECUENCIA MEDIA DE LOS VIENTOS EN APARRI, ALBAY É ILOÍLO. En la imposibilidad de poder tratar, como convendría, lo referente á la frecuencia de los vientos en distintas islas y regiones del Archipiélago, nos contentaremos con estudiar brevemente este punto en las tres esta- ciones de Aparri, Albay é Iloílo, situadas respectivamente al Norte y Sur de Luzón y centro de las Bisayas. A este fin damos en las dos tablas lxxxviii y lxxxix la frecuencia media de las vientos de Aparri y Albay, deducida de seis observaciones diarias verificadas durante el período de 1886 á 1895. Por echar de menos en los registros de dichas estaciones algunos días ú horas de observación, nos hemos visto obligados á prescindir, en ambas, de unos tres meses enteros y alguno que otro día aislado, repartidos en dife- rentes años del citado período. Esto, sin embargo, no alterará en lo más mínimo la relación entre las medias mensuales, anuales y semi- anuales. La otra tabla xc contiene asimismo la frecuencia media de los vientos en Iloílo, deducida del período, tampoco del todo completo, de 1894 á 1897. 148 CLIMATOLOGÍA. Tabla LXXXVIII. — Frecuencia media mensual, anual y semianual de los lientos en la estación meteorológica de Aparri (Norte de Luzón) durante el período de 1886 á 1895. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Medias Medias, de Noviem- bre á Mayo Medias, de Junio á Octubre N. I NO. NNO. ¡ ONO. 11.3 12.3 15.2 18.0 25.2 19.7 28.7 24.5 25.1 16.2 6.0 5.9 17.3 | 13.4 ; 22.8 3.5 4.8 4.3 7.3 10.4 8.1 10.9 12.9 17.0 9.1 3.1 2.5 7.8 5.1 11.6 O. OSO. 0.8 2.2 1.4 2.9 4.2 5.8 7.4 7.4 8.7 3.5 1.5 0.5 3.9 1.9 SO. sso. s. SSE. SE. ESE. E. ENE. NE. NNE. Calma. 1.9 9.1 14.4 46.6 75.7 20.3 4.5 9.4 11.9 38.7 65.9 19.5 6.5 13.6 13.8 33.0 74.6 21.2 4.2 19.7 13.7 25.0 64.6 24.6 8.9 20.0 15.3 20.2 51.9 25. 8 22.4 34.8 18.1 11.7 36.4 23.0 25.0 29.8 11.8 7.2 35.6 26.2 33. 9 25.7 11.1 5.2 35.4 26.9 25.2 12.9 10.8 9.2 39.9 ,31.2 9.1 8.4 8.9 25.8 71.1 29.1 3.4 3.4 10.0 44.5 87.5 20.6 4.0 5.9 9.2 45.7 89.2 21.0 12.4 16.1 12.4 26.1 60.7 24.0 4.8 11.6 12.6 36.2 72.8 21.7 23.1 22.3 12.1 11.8 43.7 27.3 ! Total de ob- serva- ciones. 1,836 1, 692 1,836 1,800 1,638 1,620 1,644 1,830 1,620 1,812 1,800 1,830 Tabla LXXXIX. — Frecuencia media mensual, anual y semianual de los vientos en la estación meteorológica de A /hay (Sur de Luzón), durante el período de 1886 á 1895. Meses. NNO. NO. ONO. 0.1 0.0 1.1 0.1 1.0 5.3 6.1 11.2 9.1 1.7 1.3 0.2 O. OSO. 0.1 6.9 11.6 1.6 2.5 11.0 27.7 21.2 27.5 8.6 2.8 1.7 SO. SSO. 0.0 7.4 4.4 0.8 5.9 14.1 35. 7 38. 6 47.4 16.1 6.4 10.5 S. SSE. SE. ESE. E. ENE. NE. NNE. Calma. Total de ob- serva- ciones. Enero 2.1 2.9 1.0 0.4 1.0 1.9 1.8 6.0 4.8 5.1 5.3 4.3 0.0 0.1 6.5 4.8 7.3 7.1 8.9 6.3 7.2 4.9 1.4 1.8 0.9 1.5 3.9 4.¿ 5.0 5.5 7.6 8.2 3.2 4.0 4.0 1.8 68.9 67.1 80.3 83.2 78.4 49.5 17.8 18.5 7.9 36.1 47.6 '48.8 80.8 59. 2 39.8 26.3 11.0 12.2 7.4 7.0 8.2 38.8 63.2 77.8 32.6 22.9 35.0 49.5 70.3 67.4 69.8 66.6 59.3 66.5 45.9 35.5 1,668 1,680 Febrero Marzo 1,836 Abril 1,746 Mayo 1,824 Junio 1,740 Julio 1,644 Agosto 1, 836 1,746 Octubre 1,818 Noviembre Diciembre 1, 602 1,824 Medias Medias, de Noviem- bre á Mayo Medias, de Junio á Octubre 3.1 2.4 3.9 3.1 0.5 6.7 10.3 3.9 19.2 15.6 5.1 30.4 4.7 4.4 6.9 4.2 3.1 5.7 50.6 68.2 26.0 36.0 51.1 14.7 51.8 41.7 65.9 Tabla XC. — Frecuencia media mensual, anual y semianual de los vientos en la estación agronómica de lloílo, durante el período de 1894 á 1897. Meses. Fuero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Medias Medias, de Noviem- bre á Mayo Medias, de Junio á Octubre N. NNO. 47.0 41.3 38.3 30.3 9.3 10.8 5. 5 3.5 6.3 21.3 36.8 42.0 24.4 35.0 9.5 NO. O. SO. S. SE. ONO. OSO. SSO. SSE. ESE. 18.3 1.3 0.0 0.3 0.0 21.0 1.3 0.3 0.0 0.0 16.0 2.0 0.0 0.7 0.3 18.8 4.3 2.3 2.5 3.5 8.0 13.5 22.0 17.5 19.0 6.5 15.0 20.8 14.8 13.8 2.8 16.0 28.3 24.5 23.3 1.5 13.5 45.8 33.5 11.3 1.3 5.3 43.5 36.5 14.8 9.3 5.3 16.3 13.7 8.7 7.8 4.8 4.5 2.0 4.3 4.0 2.3 1.3 0.8 0.5 9.6 7.1 15.4 12.2 8.3 13.4 4.2 4.3 3.4 3.9 4.3 4.0 30.9 24.5 14.4 E. ENE. 13.7 6.5 9.0 14.3 9.3 12.8 12.0 5.8 6. 3 9.7 12.5 9.5 NE. NNE. 10.1 10.7 9.3 40.3 41.5 53. 0 38.8 14.0 15. 5 6.0 4.3 4.0 22.7 41.5 61.3 28.6 41.5 10.5 Calma. 3.0 3.8 4.7 5. 5 11.5 10.3 5.8 5.0 2.5 17.0 6.0 2.5 6.5 5.3 8.1 Total de ob- serva- ciones. 372 452 372 480 496 480 496 496 372 480 496 VIENTOS. 149 CONCLUSIONES QUE SE DEDUCEN DE LAS PRECEDENTES TABLAS. De las precedentes tablas se deduce: Io. Que en la estación de Aparri los vientos más dominantes en todo el año, aun en los meses de Julio á Septiembre, son los del N. al E; y tos menos dominantes los de la parte del O. 2o. Que en la estación de Albay predominan durante el año los vien- tos del N. al E., a excepción de solos los tres meses de Julio, Agosto y Septiembre, en los cuales corresponde la mayor frecuencia á los del tercer cuadrante. En los meses de Marzo, Abril, Mayo y Junio se nota en esta estación una notable inclinación de los vientos dominantes hacia el E., correspondiendo al E. y ENE. la máxima frecuencia mensual, siendo así que en los otros meses en que dominan también vientos del primer cuadrante, arrojan una frecuencia mayor los del NE. y NNE. 3o. En Iloílo dominan vientos de la parte del N. en los meses de Enero, Febrero, Marzo, Abril, Octubre, Noviembre y Diciembre; y vientos de la parte del S., principalmente los comprendidos entre el S. y SO., en los otros meses de Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiembre. CAPITULO VIL NUBES. INTRODUCCIÓN. Este importante elemento meteorológico ejerce notable influencia en la climatología, ya directamente siendo parte en la mayor ó menor oscilación térmica, ya indirectamente predisponiendo las condiciones generales de la atmósfera á diversos trastornos, é indicando, ora con su dirección y velocidad, ora con su forma, disposición y altura, la exis- tencia, posición y movimientos de las grandes alteraciones atmosféri- cas. Por otra parte, la dirección y velocidad de las nubes puede ser un indicio de la mayor ó menor fuerza de las corrientes ascensionales diurnas, debidas en gran parte á la mayor ó menor irradiación terres- tre, la cual es un factor importante en climatología. Reuniendo, pues, en este capítulo cuanto acerca de las nubes se ha observado en nuestro Observatorio, trataremos primero de lo que se refiere á la cantidad de nubes; luego nos ocuparemos en investigar sus movimientos; y final- mente, daremos, los resultados obtenidos con los más modernos apa- ratos fotográficos, analizándolos, comparándolos entre sí y relacionán- dolos con los más importantes elementos climatológicos, cuales son la temperatura y la presión atmosférica. CANTIDAD Di: NUBES. NUBOSIDAD Ó NEBULOSIDAD. La cantidad de nubes constituye la nubosidad ó nebulosidad, modifi- cando el aspecto del cielo de manera que pueda denominarse despeja- do, cubierto ó variable. La cantidad de nubes se mide comúnmente con la escala de 0 á 10, entendiéndose por cero, cielo enteramente despejado, y por diez, cielo completamente cubierto. Vulgarmente, con todo, se dice despejado el cielo, cuando no pasa de tres grados de la escala; variable cuando se halla comprendido entre los grados tres y siete; y finalmente, cubierto, cuando más de la séptima parte del cielo está cubierta. NUBOSIDAD EN MANILA. En la tabla xci damos por meses y años los valores medios de la cantidad de nubes, deducidos para Manila de las observaciones hora- rias del período de 1885 á 1898. Con estos valores se podrá tener un conocimiento bastante adecuado de la nubosidad de Manila correspon- diente á cada mes. 150 NUBES. 151 Tabla XCI. — Valores medios mensuales y anuales de la. nubosidad en Manila, durante el periodo de 1885 á 1898. 1 | Años. c ¡5 i g _• i o ¿ a 3.0 i» Cu 3.4 : 3.0 < 3.0 ; 2.0 5.0 * 1885 0.0 1 ( 1886 3.0 3.0 ; 2.0 2.0 : 2.8 0.0 0.2 ■: ' 1887 4.0 4.0 i 4.0 4.9 ; 0.2 0. 5 8.0 ! ( 1SSK 4.5 2.3 3.1 2.3 4.4 0.8 8.5 ! ' íxxo 4.0 3.4 2.4 2.0 i 3.1 0.5 0. 7 ! ' ISA) 4.9 4.8 ' 3.5 4.7 ! 0.1 0.1 7. 7 1X91 5. 9 3.7 , 3. 5 3.8 ; 5.0 7. 5 7.9 i 1892 5. O 3.0 i 5.0 3.8 ; 4.9 0. 5 7.0 1X93 4.7 4.1 4.0 4.0 : 0.2 6. 0 8.0 1891 5.3 5.0 3.5 3.2 0.2 7.8 8.0 1895 5.0 3.7 ! 4.0 3.2 0.8 7.8 6.7 * 189»; 5.1 4.3 4.4 2. 7 7.2 0.9 7.8 > 1897 3.0 4.0 4.3 4.3 5.3 0. 5 7.4 t 1898 5.3 3.9 5.4 5.2 5.9 /. i 8.0 Medias 4.0 3.8 , 3.8 3. 5 5.1 0. 8 7. 5 ó n £1 B ¿ s 3 !K i> .o Z) '•B •j. ~ 'A p << 0.3 4.0 4.0 4.0 3.0 í 3.9 7.0 7. 7 ; 0.0 0.8 (i. 9 5.1 0.3 8.9 i 5.2 ! 0.4 ! 5. 5 5.9 7.1 0.0 ¡ 5.0 4.6 ' 4.5 5.0 7.4 0.5 '. 0.4 , 6.5 ! 0.3 5.2 7.0 8.7 7.0 ' 4.7 ; 4.3 5.8 8.0 8.1 ; 4.7 : 0.0 ; 0.7 0.0 7.1 7.8 ; 0.5 7.1 0.3 5. 9 7. 7 7.8 0.5 ! (i. o ; 0. 2 0.0 7. 5 8.8 ■ 0.8 : 7.1 '■ 0.1 0.3 8.1 8.5 i 5.4 ! 5.4 ! 5.9 : 5.9 8.9 7.0 0.4 ; 3.8 | 4.9 5.8- 8.0 7.3 i 7.1 i 6.0 1 0.9 ' 5.9 7.5 0.7 i 7.2 i 7.1 ! .">. / . 0.3 5.8 : ASPECTO GENERAL DEL CIELO EN MANILA. Dividiendo el día en cuatro partes, madrugada, mañana, tarde y noche, consideraremos el aspecto general que presenta el cielo en Manila, valiéndonos de las denominaciones comunes despejado, cu- bierto y variable. Solo tendremos en cuenta las observaciones veri- ficadas desde el año 1890, las cuales van incluidas en los siguientes cuadros numéricos de la tabla xcii con expresión de los valores medios. Tabla XCII. — Aspecto general del cielo en Manila, durante el periodo de 1890 á 1898. ENERO. Madrugadas. I Tardes 1890 9 1891 8 1X92 4 1X93 14 1 X94 - - 0 1895 15 1896 14 1897 1898 : 23 ! 12 4 6 18 5 9 8 8 2 0 18 17 9 12 16 8 9 0 13 0 9 19 5 14 Medias I '* 14 9 19 13 17 13 11 ¡ 3 3 4.9 , 11.3 j 14.8 20 14 10 12 10 11 12 10 15 12.3 . 0.0 FEBRERO. 1890. 1891 . 1892 . 1893 . 1894. 1895 . 1896. 1897. 1898. Medias. 13 6 9 5 11 12 2 13 13 11 8 9 15 3 10 12 7 9 8 X 12 16 2 10 14 6 9 12 6 11 12 6 11 18 3 8 13 5 10 10 5 13 7 6 15 16 o i 13 6 9 7 7 14 3 8 17 15 7 (> 13 5 10 13 7 8 10 9 9 17 4 7 12 6 11 8 6 15 11 4 14 17 4 8 18 4 0 11 6 11 9 6 13 19 4 5 11 4 10 13 4 11 10 ' 11 11) * 10 13.8 5.0 9.3 10.2 6.5 11.5 8.0 7.4 12.8 16.1 4.3 7.8 152 CLIMATOLOGÍA. Tabla XCII. — Aspecto general del délo en Manila, etc. — Prosigue. MARZO. Madrugadas. Mañanas. Tardes Noche? Años. o 57 t» o •£» '5? o> ft 13 9 8 14 11 10 9 8 8 o u 0) 3 el o '57 A o u 0) 3 o3 .2 P> 12 14 11 12 13 11 20 19 12 o "O ai '57 a, «2 o* t-¡ o 3 O 2 2 9 2 2 7 7 3 10 ó 1890 17 12 11 16 17 14 17 14 14 3 4 14 3 2 13 7 6 12 11 15 6 12 12 4 7 11 5 4 5 12 16 3 11 6 7 12 14 17 11 1 17 10 16 16 11 12 14 8 12 10 8 6 7 9 7 3 12 7 8 12 5 5 10 19 15 15 20 21 21 17 17 15 10 1891 14 1892 1893 9 1894 8 1895 3 189o 1897 11 18J8 6 Medias 14.7 7.1 9.2 10.0 8.4 12.6 9.5 7.7 13.8 17.8 4.9 8 3 ABRIL. 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias 7 9 7 8 15 5 11 14 13 11 3 10 11 5 14 6 10 14 15 4 2 8 10 2 18 7 2 21 18 3 5 7 12 3 15 10 7 13 17 4 2 10 9 5 16 7 6 17 19 4 3 5 17 7 6 12 5 13 21 3 5 3 20 3 7 17 3 10 23 3 4 13 6 0 24 4 1 25 17 3 5 9 10 9 11 2 11 17 13 7 4.0 8.2 11.3 4.7 14.0 7.8 6.2 16.0 17.3 4.7 6 11 9 9 7 6 4 10 10 1890 1891 1392 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias. 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias. 15.3 9.6 17.3 2.0 14.5 14.5 JUNIO. ; 25 3 ! 17 i 20 I 30 i 14 I 21 16 12 17 2 20 6 11 1 3 4 10 2 12 3 7 2 9 1 17 ! 2.3 11.8 : 0.7 15.5 j 13. JULIO. 6.6 11 7 18 12 12 14 13 11 16 9 15 13 16 9 4 18 8 14 11.3 21 6 10 2 16 3 23 6 9 2 9 1 13 1 17 3 e> 2 8 i 2.9 13.1 14.7 1890 1 4 2 3 1 8 3 2 1 3 18 13 12 12 11 20 12 18 27 9 16 16 18 12 18 17 12 1 "i*" 1 0 8 2 1 6 21 17 7 16 11 17 í? lo 24 10 13 23 15 12 12 16 16 0 1 "i" 0 2 1 7 26 17 16 27 18 19 21 29 24 4 14 14 4 17 11 10 2 1 3 3 2 0 4 4 2 1 4 23 16 17 26 15 19 15 22 26 1891 5 1892 12 1893 12 1894 5 1895 12 1896 8 1897 14 1898 8 Medias 2.8 13.2 15.0 1.5 13.7 15.8 0.6 20.0 10.4 2.2 17.4 11.4 NUBES. 153 Tabla XCII. — Aspecto general del cielo en Manilo, etc. — Prosigue. AGOSTO. 1890. 1891 . 1892 . 1893. 1894. 1895 . 1896 . 1897. Medias. Madrugadas. Mañanas. Tardes 0 '5? O) Q soches Años. o c ti ó 1> 6 •o "o? O. Ti « 1 "2" "a" 4 1 0 5 6 25 7 18 15 17 22 11 17 ■6 c3 o 'C 'ó7 p 0 "2""" 0 ...... 0 c3 0 ai 1890 0 .¡ 1 1 .1 25 7 11 2 ! 18 1 ¡ 17 4 16 30 5 13 11 13 11 8 15 11 24 6 22 13 13 10 8 20 12 4 27 17 25 18 18 27 18 • 15 27 4 14 6 11 13 4 13 15 1 2 í 0 1 "2" 3 2 26 14 15 19 25 25 16 20 28 1891 5 1892 15 1893 15 1894 12 1895 5 18% 23 15 6 1897 1 13 1898 3 1 17 8 2.1 15.9 13.0 1.4 15.3 14.3 0.3 18.8 11.9 1.1 18.0 11 9 SEPTIEMBRE. 1890 28 17 16 15 16 23 13 8 11 2 11 7 14 11 6 15 21 16 ..... 1 "2"' 3 2 "i"' 30 18 16 13 15 16 10 7 8 30 22 19 17 20 20 10 9 17 25 21 19 16 21 24 13 13 10 5 1891 7 1 3 1 2 1 3 11 13 17 13 11 18 23 20 2 1 1 "Ó" 8 11 13 8 9 19 21 13 1 4 1 3 0 5 ....... s 1892 1893 13 1894 (> 1895 6 1896 12 1897 17 1898 16 Medias 2.2 16.3 11.5 1.2 14.8 14.0 0.4 18.2 11.4 2.0 18.0 10.0 OCTUBRE. 1890 2 9 7 8 8 9 3 5 . 8 19 9 13 11 8 14 10 16 14 10 13 11 12 15 8 18 10 9 3 10 5 4 8 12 4 3 5 23 13 14 14 10 11 11 8 16 5 8 12 13 13 8 16 20 10 "2"" "i" 5 9 3 1 25 22 16 16 17 12 13 11 21 6 7 15 14 9 10 15 19 10 2 13 8 9 7 9 6 0 1 17 6 12 11 17 13 7 14 16 12 1891 12 1892 11 1893 U 1894 1895 9 1896 18 1897 17 1898 14 Medias 6.5 12.7 11.8 6.0 13.3 11.7 2.3 17.0 11.7 6.1 12.6 12 3 NOVIEMBRE. 12 7 11 8 5 17 6 8 16 16 7 ¡ 12 11 / 17 6 2 21 7 7 17 5 13 12 3 16 11 1 20 9 6 15 4 11 15 2 10 18 1 15 14 5 10 6 12 12 4 11 15 6 15 9 8 15 7 15 8 8 12 10 4 15 11 10 16 12 3 15 9 1 20 6 24 22 9 4 17 2 7 21 1 8 21 9 7 6 17 7 3 16 11 1 17 12 7 17 7.6 10.4 12.0 5.1 10.5 14.4 3.1 13.2 13.7 10.0 11.5 DICIEMBRE. 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 1898 Medias 19 4 8 5 14 12 3 8 20 6 8 17 7 16 8 9 11 11 14 5 12 5 10 16 15 10 6 9.2 9.5 12.3 5 19 7 19 15 14 6 11 10 4.0 11, 6 9 15 7 4 8 14 6 154 CLIMATOLOGÍA. OBSERVACIONES IMPORTANTES. Si examinamos la tabla anterior, encontraremos varios detalles suma- mente interesantes y de mucha importancia en climatología. Compa- rando unos meses con otros, veremos que las madrugadas, mañanas, tardes y noches despejadas crecen en proporción casi rigurosamente ascendente desde Agosto, en que llegan á su mínimo valor, hasta Abril, en que alcanzan un valor máximo. Por el contrario, el número de madrugadas, mañanas, tardes y noches cubiertas decrece también casi en progresión desde Agosto hasta Abril. En los demás meses del año aumenta progresivamente el número de madrugadas, mañanas y noches cubiertas, desde Abril á Agosto. El número de tardes cubiertas aumenta también progresivamente hasta Agosto por razón de las turbonadas que se desarrollan, principalmente después de mediodía, desde el mes de Abril hasta el mes de Agosto en que empiezan á dis- minuir. Por esta misma razón se notará que el número de tardes y aun noches despejadas es mayor en Marzo, mes generalmente libre de turbonadas, que en Abril, siendo así que es este mes el más despejado de todo el año, sobre todo por las madrugadas y mañanas. Atendiendo á la correlación de madrugadas, mañanas, tardes y noches despejadas en los diferentes meses, se observará lo siguiente: Io. En los meses de Diciembre, Enero, Febrero, Marzo y Abril es mucho mayor el número de noches y madrugadas despejadas que el de las cubiertas, comenzando á aumentar gradualmente en Diciembre; en Marzo, el número de noches y madrugadas despejadas llega á ser más del doble que el de las cubiertas, continuando así hasta Abril, para decrecer rápidamente en Mayo y sucesivamente en los demás meses; de modo que en Agosto el número de madrugadas y noches cubiertas es muy superior al de las despejadas. 2o. Desde Abril es muy crecido el número de tardes cubiertas y variables, el cual va aumentando hasta Agosto. Débese esto, sin duda, á las turbonadas que durante estos meses se desarrollan preferente- mente por las tardes. 3o. Generalmente desde Mayo hasta Octubre es mayor el número de madrugadas despejadas que el de las noches claras. 4o. Por el contrario, en Enero, Febrero y Marzo hay mayor contin- gente de noches claras que de madrugadas despejadas. 5°. Desde Abril hasta Noviembre son las mañanas generalmente más despejadas que las tardes. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DEL ESTADO DEL CIELO EN MANILA. En la lámina xxxvi damos una representación gráfica de los valores numéricos de los cuadros anteriores para mejor inteligencia de las con- secuencias que acabamos de apuntar. RESPLANDOR SOLAR. Con la cantidad de nubes guarda estrecha relación la duración del resplandor solar, ó sea, del tiempo en que brilla el sol «obre el hori- LÁMINA XXXVI. ASPECTO GENERAL DEL CIELO EN MANILA. jDespe/asdo Cubierto Variable >-•--♦•* r na ENERO Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiemb* Octubre Noviemb* DICIEMB* EííERO Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiemb" Octubre DlClEMB* •S te a «o i« 18 17 16 1« 17 1* / v. -••" _. i / \ 13 14 *»•* / , i / w i \ / 1 .* ♦ \ 1S 12 11 lo 9 8 T 11 U *». \ f 1 \i ■■ 1 \ -*•* ♦\*' V Y \ »•»■* \ ■ 7W V 2» * , V i ■' * H * "T~ ( \ i \ / \ 4 V \ « \ y / \ >.-.> •■ / y / \ \ i / / l_ \ \ / \ \ l 5 \: \ / \ ... \ \, / \ 3 3 1 N i v 1 \ / «0 id (S ti & 1T i t i \ 15 14 U 11 V i J\ \ 15 14 «J 12 11 lo » 8 r 6 5 4 s * V f x •*••*. \ • \ 4 *í' _, * / / * ■ i \ / i ■■•"* y \ t ' \ * \ \ ^J v ^, t — \ \ y \ J \ 8 7 6 3 4 3 2 \ t \ i -•••' \ ¡ \ \ \ \ \ \ 1 \ \ 1 — — 1 NUBES. 155 zonto. Desde el año 1887 se ha observado en nuestro Observatorio el resplandor solar por medio del registrador de Whipple-Casella (Universal Sunshine Recorder). SENSIBILIDAD DE LOS HELIÓGRAFOS. Acerca del valor de estas observaciones publicadas regularmente desde el año 1890 en los boletines mensuales de este Observatorio, es de notar lo que ya advierten generalmente los autores que se han ocupado en esta investigación, es decir, que los registradores hasta ahora inventados l no son sensibles cuando el sol se halla cerca del hori- zonte, por ejemplo, á menos de 6° grados de altura. La mayor ó menor sensibilidad depende á las veces de circunstancias locales y siempre del estado calinoso de los horizontes, de la acumulación de stratus y de la misma constitución física del aire y de la mayor ó menor abundancia de elementos extraños de que suele estar impreg- nado. La determinación de esta sensibilidad debe hacerse empírica- mente en cada localidad, comparando el registro en días enteramente despejados con la duración del brillo del sol sobre el horizonte. Con esto se hallará por cuánto tiempo los rayos del sol han sido ineficaces para registrar. Hallado este tiempo por medio de la inducción física, se tendrá determinada la constante más importante del aparato. DETERMINACIÓN DEL BRILLO SOLAR EFICAZ K INEFICAZ. Esta constante de nuestro aparato la hemos averiguado por el pro- cedimiento siguiente : Consultando las observaciones publicadas desde el año 1890 y algunas inéditas desde 1887, hemos agrupado por meses los días en que se registró el mayor brillo eficaz posible del sol, después de haber exa- minado al propio tiempo con detención el aspecto del cielo corres- pondiente á dichos días, especialmente á la salida y puesta del sol. El resultado va expresado en el adjunto cuadro: Brillo j Brillo real dicaz medio. ! medio. Dife- rencia. Enero 11 24 i 10 53 i 0 31 Febrero 11 40 11 18 ¡ 0 22 Marzo 12 03 11 30 i 0 33 Abril 12 28 11 48 0 40 Mayo 12 47 11 32 1 15 Junio 12 57 11 17 1 40 Julio 12 58 11 23 1 35 Agosto 12 46 11 15 1 31 Septiembre 12 18 11 0 1 18 Octubre 11 49 10 56 0 53 Noviembre 11 29 10 40 0 49 Diciembre ! 11 19 10 30 0 49 JLos heliógrafos hasta ahora inventados se reducen á tres clases: heliógrafos termométricos, en los cuales el principal agente del registro del resplandor del sol es el poder térmico de sus rayos; heliógrafos fotográficos, en que los rayos solares actúan químicamente sobre sustancias determinadas; y heliógrafos que podríamos llamar mecánico-térmicos, y son los que por medio del calor concentrado de los rayos solares producen el efecto mecánico de quemar ciertas sustancias, como papel, pólvora, etc. 156 CLÍMATOLOGIA. Por donde se ve que en Febrero son los rayos solares mucho más eficaces que en Junio; y, en general, en Octubre, Noviembre, Diciembre, Enero, Febrero, Marzo y Abril son más eficaces que en lo restante del año. ¿Cuál puede ser la razón de esta diferencia? Nos contentamos con indicar que esta eficacia de los rayos solares guarda relación íntima con la oscilación anual de la tensión del vapor acuoso, como podrá verse comparándola con la curva mensual de este elemento; es, además, inversamente proporcional á las variaciones mensuales de la humedad relativa, y guarda, finalmente, directa relación con las varia- ciones mensuales de la presión atmosférica. Con los anteriores datos podemos determinar con bastante aproxi- mación la constante del aparato que llamaremos corrección por rayos solares ineficaces, la cual, para los meses de Enero, Febrero, Marzo, Abril, Octubre, Noviembre y Diciembre, es de 40 minutos aproxima- damente; y de 1 hora 28 minutos, para los otros cinco meses de Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiembre. DIVERSA EFICACIA DE LOS RAYOS SOLARES POR LA MAÑANA Y POR LA TARDE. Cabe ahora investigar si los rayos solares son igualmente ineficaces por la mañana y por la tarde, á la salida y puesta del sol. Para averiguar este punto hemos examinado las hojas originales registradas desde 1887 y anotado las fechas y horas de algunas de las que apare- cieron más pronto impresionadas después de la salida, y asimismo las que tenían vestigios claros de impresión más cerca de la puesta del sol; con estas fechas y horas y juntamente con los ortos y ocasos del sol hemos formado el siguiente cuadro: Años. Fecha. 11 de Abril Resplandor eficaz del sol t. v. de Manila. Resplandor real del sol t. v. de Manila. Diferencia. Mañana. h. m. 6 7 6 5 6 0 6 0 6 4 5 45 Tarde. h. m. 5 58 6 0 Orto. Ocaso. Mañana. Tarde. 1887 h. m. 5 48 5 47 5 45 5 52 5 50 5 43 h. m. 6 12 6 13 minutos. 19 18 15 8 14 2 minutos. 14 1887 13 de Abril 13 1887 18 de Abril 1888 25 de Marzo 5 55 5 50 6 15 5 56 5 54 5 56 5 53 6 2 6 8 5 43 6 6 6 11 G 16 5 59 6 3 6 8 5 56 6 11 6 12 5 46 11 1889 7 de Abril 21 1895 22 de Abril 1 1897 3 1897 9 1897 12 1898 3 1898 6 de Abril 5 56 tí 0 6 10 5 5Í 5 49 5 55 5 11 15 9 1898 10 de Abril 4 1899 13 de Octubre- 3 En los anteriores resultados llama especialmente la atención, que el sol sea, en general, menos eficaz por las mañanas, poco después de su salida, que por las tardes, antes de la puesta ú ocaso. De suerte que, tomando las diferencias medias de solos aquellos días en que se registró NUBES. n: el brillo eficaz por la mañana y por la tarde, se halla que el sol fué ineficaz por las mañanas de dichos días unos 11 minutos 30 segundos, y solos 9 minutos 30 segundos por las tardes; de donde se sigue que, difiriendo este último valor aproximadamente en una sexta parte de la diferencia correspondiente a la mañana, las constantes arriba encontra- das para la corrección por los rayos solares ineficaces han de distri- buirse en igual proporción por las mañanas y tardes; y así la corrección correspondiente a los meses de Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiem- bre habrá de ser de 48 minutos por las mañanas y de 40 minutos pol- las tardes; y durante los restantes meses del año, de 21 minutos 7 segundos por las mañanas y de 18 minutos 3 segundos por las tardes. El intento del cuadro anterior ha sido únicamente mostrar la diferente actividad ó eficacia de los rayos solares cuando está el sol sobre el hori- zonte, poco después de su salida y poco antes de ponerse. Los días que hemos escogido han sido enteramente excepcionales, por lo cual arrojan un valor medio, para la corrección por la ineficacia de los rayos solares, inferior al valor medio encontrado en la penúltima tabla, en la que, de propósito, pretendimos determinar dicha corrección. DÍAS EN QUE MÁS HA BRILLADO EL SOI, SOBRE EL HORIZONTE DE MANILA. De todo el período de 1890 á 1899 hemos escogido algunos días en que más ha brillado el sol sobre el horizonte de Manila, los cuales podrán verse en el siguiente cuadro: Años. Días. 1888.. 25 1895.. 22 1898.. 6 1898.. 8 1899.. 13 Marzo . . Abril ... Abril ... Abril ... Octubre Resplan- dor Resplan- 1 olor i eficaz. h. m. real. h. m. 11 56 12 11 12 30 12 33 12 5 12 20 12 22 12 22 11 33 11 51 Diferen- cia. 15 3 15 0 18 En la primera década de Abril de 1898 hubo una serie de días casi completamente despejados, de la cual sólo hemos escogido los días 6 y 8; este último fué notabilísimo por la excesiva longitud del registro, en tanto grado que supera la de cuantos se conservan en el Observatorio, y comparándolo con el brillo real medio que comúnmente se calcula para dicho día 1 parece que lo excede. Sin embargo, por no entrar en discusión de dicho valor, afirmamos en el cuadro anterior que por lo menos en aquel día fué igual el brillo eficaz y el real. 1 Adoptamos los valores que para salidas y puestas del sol en diferentes latitudes del hemisferio Norte publica el U. tí. Coast and Geodotic tíurvey Tide lables for the year 1899, p. 442. 158 CLIMATOLOGÍA. BRILLO SOLAR EFICAZ. Por lo que toca al registro del brillo ó resplandor solar eficaz, tra- taremos primero del número absoluto de horas de sol eficaz, y luego de la distribución de días y meses, según el mayor ó menor tiempo de dicho brillo. El resplandor solar eficaz por meses y años consta por la siguiente tabla xciii, en que damos el número de horas en que brilló el sol cada mes, desde el ano 1890, juntamente con los valores medios mensuales. Tabla XCIII. — Horas de brillo eficaz del sol en Manila, durante el período de 1890 á 1898. o ^» & oá < a h. m. h. m. 8 07 7 00 243 25 216 55 9 30 9 34 271 35 296 37 8 47 8 36 263 45 266 29 8 56 6 30 268 01 201 30 1890. Medias Total 1891. Medias Total 1892. Medias Total 1893. Medias Total 1894. Medias Total 1895. Medias Total 1896. Medias Total 1897. Medias Total 1898. Medias Total Medias | h. m. 6 10 191 10 4 00 124 30 5 25 168 10 6 46 209 50 6 07 208 09 6 39 199 40 5 50 180 00 8 05 250 35 6 34 203 30 h. m. 7 52 220 25 7 43 216 05 7 46 225 25 7 47 218 00 6 07 171 01 7 28 209 15 7 46 225 10 8 37 241 30 8 17 232 00 h. m. 9 25 292 03 8 42 269 30 7 07 220 48 7 50 242 40 8 30 263 15 7 19 226 45 7 46 241 00 268 00 6 25 198 40 6 11 192 57 7 43 217 39 7 58 246 38 9 273 02 31 6 200 28 35 9 276 12 05 6 211 50 50 9 285 31 45 4 130 13 45 9 260 19 45 7 239 43 03 7 232 46 55 216 12 10 8 263 55 59 7 219 07 59 h. m. 4 52 146 10 4 25 132 19 6 35 197 20 5 55 177 55 4 58 148 55 4 09 124 25 5 01 150 20 6 32 205 50 5 00 149 50 5 16 159 14 NUBES. 159 Tabla XCIII. — Horas de brillo eficaz del *ol en Manda, etc. — Prosigue. Años. | a o V .O O B > B o o s Medias 1890. h. 4 147 4 126 3 118 m. 45 10 04 09 48 00 h. 6 205 3 109 4 147 m. 38 28 31 05 46 35 h. 3 93 4 120 3 100 m. 06 05 01 27 21 20 h. 4 128 228 4 146 m. 08 30 23 55 44 40 h. 5 176 4 144 3 119 m. 53 15 48 25 58 05 218 3 121 4 1.29 m. 03 Total - - - 45 1891. 55 Total - 15 1892. 11 Total 42 Medias 1893. 4 144 4 142 39 15 35 10 4 148 5 166 47 03 23 41 4 124 3 118 09 28 57 39 5 156 5 176 03 48 53 40 4 133 4 143 26 15 16 55 o 114 5 163 48 1f> 1894. 16 Total 20 Medias Total 1895. 6 213 52 05 5 159 08 25 4 120 02 50 7 218 03 20 5 170 41 40 5 158 06 20 Medias Total 1896. 3 116 46 50 2 68 13 55 5 157 15 35 5 176 42 35 7 237 55 45 6 208 43 25 Medias 1897. 5 173 35 10 3 123 59 25 5 172 41 40 5 169 28 20 5 171 54 00 3 119 51 Total 25 Medias Total 1898. { 4 133 19 35 5 156 35 25 6 203 48 55 4 150 50 03 4 140 41 15 5 176 42 29 Medias... 4 146 43 03 4 142 40 47 4 134 29 40 5 172 35 26 5 159 17 37 5 156 04 39 La lámina xxxvii, en que se representa por medio de una curva el promedio mensual del numero de horas en que brilló el sol en Manila, deducido del período de 1890 a 1898, dará á conocer mejor la distri bución mensual de la insolación. DISTRIBUCIÓN DE LA INSOLACIÓN POR HORAS, DÍAS Y MESES. Es asimismo dato mu}^ importante en climatología el conocer la distri- bución de la insolación por días y por meses respectivamente. A este efecto presentamos en la siguiente tabla xciv el promedio de días cubiertos, ó sea, sin sol ó con sol apagado; el promedio de días con menos de 3 horas de sol; y, por último, el promedio de días de 3 á 6 horas, de 6 á 9 horas, de 8 á 10 horas 59 minutos, y de 11 ó más horas, correspondiente á cada uno de los meses del año. 160 CLIMATOLOGÍA. Tabla XCIV. — Día* sin sol, de sol apagado, enteramente cubiertos, parcialmente cubiertos y despejados. 0 horas. 0.6 0.1 0.1 0.2 1.9 3.8 3.1 4.0 5.2 2.4 3.6 1.2 Valores medios. De 6 á 9 horas. Meses. De0á3 horas. De3á6 horas. De 9 á 10 horas 59 minutos. Dell y más horas. Enero 4.0 2.3 2.7 1.1 2.5 4.3 7.0 7.2 7.5 6.3 4.0 7.4 9.4 5.4 5.3 3.1 5.4 8.4 9.1 7.8 5.9 7.6 8.4 9.0 10.8 8.6 9.3 6.4 11.3 9.3 9.0 9.3 7.5 9.5 9.9 10.0 6.1 9.7 9.2 12.0 7.5 3.6 2.2 2.5 3.3 5.0 4.1 2.5 0.1 Febrero 2.1 Marzo 4.4 Abril 7.2 Mayo 2.1 Junio 0.6 0.6 0.2 0.6 0.2 0.0 0.0 Media total anual 26.2 7.1 56. 3 15.4 84.8 23.2 111.8 30.6 67.7 18.7 18.1 Por ciento 5.0 Bien se deja entender, conforme á lo dicho al tratar del brillo real medio y del brillo eficaz, que, hablando en general de todos los meses del año, podrán tomarse por días enteramente despejados aquellos en que la insolación eficaz pasa de 11 horas. En Octubre, Noviembre, Diciembre, Enero, Febero y Marzo serán días enteramente despejados aquellos en que el registro del heliógrafo alcanza 11 horas ó algo menos. ANOTACIONES PRACTICAS. El cuadro anterior da lugar á las siguientes importantes con- clusiones: Ia. Son muy contados los días sin sol, durante los meses de Di- ciembre, Enero, Febrero, Marzo y Abril, y más especialmente en los tres últimos. En nueve anos sólo ha habido un día sin sol en Febrero y Marzo, el año 1898; y dos días en Abril, en 1890. 2a. Días completamente despejados, ó de más de 11 horas de insola- ción, son rarísimos en Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, No- viembre, Diciembre y Enero, no contándose al año, por término medio, sino unos 18 (5 por ciento), los cuales casi todos pertenecen á los meses de Febrero, Marzo, Mayo y especialmente á Abril. 3a. Abundan muchísimo durante el año, y más en Enero, Mayo, Octubre, Noviembre y Diciembre, los días de 6 á 9 horas de insolación en la proporción de 30.6 por ciento al año. 4a. Los días de 3 á 6 horas de sol abundan algo menos, y ocurren principalmente en Diciembre y Enero, en la proporción de 23.2 por ciento al año. 5a. No deja de ser relativamente crecido el número de días de más de 9 horas de sol, los cuales corresponden especialmente á los meses de Febrero, Marzo y Abril; la proporción anuales de 19 por ciento. 6a. Por consiguiente, los días en que pasan de 3 las horas de insola- ción ocurren durante el año en la proporción de 78 por ciento, ó sea, constituyen más de las tres cuartas partes del año. Lamina XXXVII. VARIACIÓN ANUAL DE LA INSOLACIÓN EFICAZ EN MANILA. 1890-1898 Horas Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sephera' Ochilre fotrtem* Diaem? Horas 26o 25o 23o 22o 2fo 2oo 19o loo 17o 16o I5o 14o | / / ! 26o 25o 2*o 23o 22o 21o 2oo 19o lSo 17o 16* 15o lAo / / _„ ¡ ¡ / / / \ i ' / / 1 ' 1 / 1 / ■ \ 1 1 / / / ^ ' f / / V f NUBES. 161 7a. Días completamente sin sol ó con sol apagado sólo ocurren en la proporción de 7 por ciento al año, y se observan especialmente durante los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre. RELACIÓN ENTRE LA NUBOSIDAD Y LA OSCILACIÓN TÉRMICA. Según se insinuó ya en el capítulo iii, es muy estrecha la relación que se observa entre la nubosidad y la oscilación térmica, resultando inversamente proporcionales los valores medios de estos dos elementos. Esto se verá claramente por medio de la lámina xxxviii, en la que representamos gráficamente las medias mensuales de la oscilación tér- mica, que dimos en la tabla xxi, capítulo iii, deducidas del período de 1885 á 1898, y las medias, también mensuales, de la nubosidad deducidas del mismo período, que van al pie de la tabla xci, al principio de este mismo capítulo. Añadimos la curva de la variación anual de la hume- dad relativa, por ser también casi inversamente proporcional á la oscilación térmica, y directamente proporcional á la nubosidad. DIRECCIÓN DE LAS NUBES. DETERMINACIÓN PRACTICA DE LA DIRECCIÓN MEDIA DE LAS NUBES ALTAS, BAJAS É INTERMEDIAS. Otro resultado práctico de las observaciones de nubes ha sido la determinación de su dirección media. Nos han servido para esto todas las observaciones verificadas en este Observatorio desde el año 1890 hasta 1897. El resultado práctico de este trabajo, tomado de la obra Las Nubes en el Archipiélago Filipino, lo publicamos en la tabla xcv, que no dudamos ha de ser de grandísima utilidad práctica para conocer la existencia, demora y dirección del vórtice ciclónico, por medio de la dirección de las nubes.1 Tabla XCV. — Movimiento general de la atmósfera en Manila. NUBES ALTAS (ENTRE 19,000 Y 5,000 METROS).— CIRRUS Y CIRRO-STRATUS. M eses. Del SE. al NO. Del S. alN. Del SO. al NE. 0. 0041 0. 0026 0. 0005 0. 0027 0.0022 0. 0018 0. 0013 0.0012 0.0010 0.0021 0. 0013 0. 0023 Del 0. al E. 0.0006 0.0008 0.0006 0. 0058 0. 0021 0. 0026 0.0015 0. 0008 0.0003 0. 0002 0.0011 0. 0018 Del NO. al SE. Del N. al S. Del NE. al SO. DelE. al 0. Total. Enero 0. 0038 0. 0020 0. 0028 0. 0007 0. 0032 0. 0020 0. 0020 0.0052 0.0016 0. 0047 0.0054 0. 0039 0. 0044 0. 0023 0. 0037 0. 0024 0.0006 0.0017 0. 0007 0.0012 0. 0007 0.0001 0.0027 0. 0023 0.0004 0.0003 0. 0001 0. 0018 0. 0012 0. 0024 0. 0005 0. 0020 0.Q019 0.0003 0.0008 0.0004 0. 0002 0. 0015 0. 0001 0.0014 0. 0048 0. 0059 0. 0087 0.0100 0. 0105 0.0034 0. 0032 0.0012 0.0017 0.0010 0.0009 0.0003 0. 0057 0.0094 0.0139 0.0173 0. 0093 0. 0095 0.0064 0. 0036 0.0152 Febrero 0. 0105 M arzo 0.0003 0. 0016 0. 0023 0.0008 0. 0011 0.0001 0.0017 0.0015 0.0007 0.0002 0.0090 Abril 0. 0167 Mavo 0. 0221 «1 unió 0. 0266 Julio 0. 0297 Agosto Septiembre Octubre 0. 0378 0. 0270 0. 0218 Noviembre 0.0216 Diciembre 0. 0157 Anual 0. 0373 0. 0228 0. 0231 0. 0182 0. 0103 0.0121 0. 0509 0.0790 0. 2537 1 Véase lo que acerca de este punto se dirá en el capítulo viii, ps. 22zi-231. 4619 — tomo ii 11 162 CLIMATOLOGÍA. Tabla XCV. — Movimiento general de la atmósfera en Manila — Prosigue. NUBES INTERMEDIAS (ENTRE 5,000 Y 2,000 METROS).— ALTO-CÚMULUS, CIRRO-CÚMULUS, ALTO-STRATüS Y CÚMULO-NIMBUS. Meses. I Del SE. j al NO. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre . Diciembre . . Anual 0.0011 0.0004 0.0011 0.0013 0. 0028 0.0037 0.0012 0. 0015 0.0007 0.0023 0. 0034 0.0039 Del S. al N. 0.0002 0.0002 0.0007 0.0006 0. 0015 0.0012 0.0018 0. 0005 0.0003 0.0011 0.0006 0.0234 ¡ 0.0087 Del SO. al NE. 0.0006 0.0001 0.0004 0.0003 0.0009 0.0017 0.0047 0.0047 0. 0053 0.0022 0.0006 Del O. al E. 0.0001 0.0003 0.0003 0.0004 0. 0014 0. 0044 0.0058 0. 0040 0.0013 0.0008 0.0001 0.0189 Del NO. al SE. 0.0005 0.0005 0.0008 0.0013 0.0011 0.0007 0.0016 0.0004 Del N. alS. 0.0007 0.0003 0.0001 0.0007 0.0004 0. 0002 0.0004 0. 0007 0.0009 0.0003 0.0005 0.0002 0.0054 Del NE. al SO. 0.0074 0. 0037 0.0039 0. 0020 0.0013 0. 0002 0. 0020 0.0015 0. 0007 0.0056 0.0040 0. 0073 DelE. al O. Total. 0. 0396 0. 0191 0.0138 0. 0166 0.010S 0. 0064 0. 0085 0. 0026 0. 0035 0.0010 0.0071 0. 0153 0. 0167 0. 0282 0.0183 0. 0226 0.0166 0.0133 0. 0180 0.0178 0. 0206 0.0138 0. 0207 0. 0261 0. 0288 0.1214 NUBES BAJAS (ENTRE 2,000 Y 200 METROS).— CUMULUS, NIMBUS, STRATUS Y CUMULO- STRATUS. Meses. Del SE. al NO. DelS. al N. Del SO. al NE. Del O. al E. Del NO. al SE. Del N. alS. Del NE. al SO. Del E. al O. 0.0112 0.0119 0.0117 0. 0127 0.0082 0. 0071 0. 0033 0. 0035 0. 0020 0. 0087 0.0109 0. 0100 Total. Enero 0.0005 0.0004 0.0014 0.0008 0. 0032 0. 0043 0. 0022 0.0019 0.0010 0. 0006 0. 0018 0. 0020 ooooooooooo §8888888888 0.0002 0.0004 0. 0054 0. 0037 0.0027 0. 0015 0.0014 0. 0003 0. 0007 0. 0015 0. 0010 0.0037 0. 0045 0.0044 0. 0175 Febrero 0.0164 Marzo 0.0002 0. 0003 0.0016 0. 0038 0. 0059 0. 0058 0. 0089 0.0019 0. 0008 0.0165 Abril 0.0002 0.0011 0.0007 0. 0004 0. 0006 0.0013 0. 0001 0. 0010 0.0002 0. 0006 0. 0002 0. 0011 0.0011 0. 0018 0.0009 0. 0009 0. 0001 0.0004 0. 0002 0.0010 0. 0007 0.0012 0. 0007 0. 0007 0. 0003 0.0161 Mayo Junio 0. 0182 0. 0201 Julio 0.0210 Agosto 0. 0198 Septiembre Octubre 0. 0255 0.0183 Noviembre Diciembre 0. 0214 0. 0167 i Anual 0. 0201 0.0054 0. 0282 0. 0292 0.0068 0.0058 0. 0308 0. 1012 0. 2275 DIRECCIÓN RESULTANTE Ó MEDIA MENSUAL. Empleando la fórmula de Lambert, hemos deducido de los cuadros de la tabla anterior las direcciones medias que a continuación expresamos, correspondientes a cada uno de los meses del año. Añadimos la dirección resultante de los vientos que se dio en el capítulo anterior, a fin de que así se puedan comparar fácilmente los movimientos que se verifican en la atmósfera desde la superficie del mar hasta las altas regiones. Meses. Nubes. Altas. Intermedias. Bajas. Enero S. 6o 00' E. S. 11° 20' E. S. 17° 29' E- S. 82° 54' O. N. 73° 29' E. N. 75° 23' E. N. 76° 28' E. N. 83° 53' E. N.62°58'E. S. 47° 25' E. S. 68° 44' E. S. 55° 29' E. N. 79° 34' E. N. 78° 04' E. N. 83° 18' E. N. 86° 25' E. S. 78° 59' E. S. 61° 15' E. S. 54° 58' O. S. 53° 45' O. S. 66° 07' O. N. 77° 36' E. N. 89° 04' E. N.85°20'E. N.76°59' E. Febrero N. 80° 08' E. N. 87° 04' E. N. 98° 40' E. S. 71° 32' E. S. 40° 09' E. S. 54° 15' O. S. 55° 38' O. S. 69° 26' O. N.74°25'E. N. 82° 49' E. N.82°10'E. Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Noviembre Diciembre Vientos. N. 41° 07' E. N. 83° 13' E. S. 84° 18' E. S. 63° 31' E. S. 16° 55' E. S. 00° 41' E. S. 34° 28' O. S. 40° 48' O. S. 39° 41/ O. S. 75° 32' E. N.27°45' E. N.24°13' E. Y si bien estos resultados sólo se refieren á las corrientes observadas en Manila, empero bien pueden tomarse dichos valores como repre- sentación media de las direcciones generales de los movimientos atmos- Umina XXXVIII. OSCILACIÓN TÉBMICA. ESTADO HIGHOMÉTRICO Y NUBOSIDAD EN MANILA Jl O 8 1 S * o .2 o 2 1 1 1 1 S t fc» c 5 3 5 a -2 S •* c° X ! 0-10 11 10 9Z 90 j 9 8 7 6 5 4 3 88 86 84 82 SO 78 76 74 72 / 10 9 8 7 6 5 4 5 2 i \ 1 Y *« * * • * • • • t * • A '*-. ! i 1 • / • » *, N X— ! * • * * • * • + 1 i- r ^\ / • ■ i * ! • 2 i \ * ♦ / 1 j \ \ : ! / i i 1 ícilacit ín tárn lira 1 } "s 1 ♦ 1 [uiosiiaá- -- 0 70 . . . __J_ "*** 1 1 0 NUBES. 163 feríeos, por lo menos en la parte central del Archipiélago; y los marinos las pueden considerar como expresión de la dirección dominante de las diferentes corrientes aéreas, no sólo en los mares interinsulares, sino también en los comprendidos en la zona de nuestro Archipiélago. Para comodidad de los observadores, especialmente marinos, represen- tamos en la lámima xxxix las direcciones medias mensuales halladas, correspondientes á las diversas regiones de la atmósfera. En dicha lámina comienza la serie de meses por Octubre, por ocurrir entre Septiembre y Octubre los cambios más notables de dirección. Las direcciones referentes á cada uno de los meses han de relacio- narse con la cruz de líneas entrecortadas, para saber su orientación. Damos á los números hallados y á su representación gráfica solamente un valor provisional; la razón es, porque habiendo intervenido diversos observadores en la determinación de las direcciones, desde el ano 181)0, y siendo por otra parte dificultoso algunas veces deslindar bien las formas, no sería de extrañar que se hubiesen mezclado alguna vez unos grupos con otros, con alteración de los valores medios. El cambio brusco en la dirección de las nubes altas, de Marzo á Abril, es en verdad notable, mayormente si se considera que durante el mes de Abiil, ni abundan los cirrus falsos, como por Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiembre, ni corren baguios por la parte alta del mar de China, que son las dos únicas causas que podrían falsificar la dirección normal de los cirrus. No es de este lugar discurrir acerca de las causas de estos movimientos generales de la atmósfera en Manila. Atentos también á la mayor comodidad de los observadores hemos calculado la resultante de los movimientos generales, agrupando los meses conforme á la división del año hecha á propósito de los baguios.1 El resultado lo publicamos en el siguiente cuadro numérico: NUBES ALTAS. Del SE. ! al NO. ! 0. 0125 i 0. 0079 0. 0159 Dol S. al N. 0. 0107 0. 0054 0. 0046 Del SO. al NE. 0. 0095 0.0080 0.0056 Del 0. al E. 0. 0038 0.0130 0. 0024 Del NO. al SE. Del N. al S. DelNE. al SO. Del E. al O. 0. 0072 0. 0293 0. 0425 Total. Grupo I...... Grupo 1 1 Grupo III. .. 0. 0005 0. 0058 0. 0040 0.0012 0. 0059 0. 0050 0.0030 0. 0208 0. 0271 0. 0484 0. 0961 0. 1071 Total . 0. 0363 0. 0207 0.0231 0. 0192 0. 0103 0.0121 0. 0509 0. 0790 0.2516 NUBES INTERMEDIAS Grupo I Grupo II Grupo III... 0.0065 0.0090 0.0079 1 0.0010 0. 0040 0. 0037 0.0001 0.0076 0. 0128 0.0004 0. 0065 0.0119 0.0013 0.0017 0.0024 0. 0223 0. 0055 0.0118 0. 0662 0. 0283 0. 0279 0. 0978 0.0031 0.0038 0. 0657 0. 0822 Total . 0.0234 0.0087 0. 0205 0. 0188 0.0069 0.0054 0. 0396 0. 1224 0. 2457 0.0043 0. 0105 0. 0053 0.0008 0.0119 0.0211 NUBES BAJAS. - - 0. 0162 0.0059 0. 0067 0.0448 0.0396 0. 0281 Grupo I Grupo II Grupo III... 0.0002 0. 0116 0. 0225 0. 0663 Ó. 0024 0.0044 0. 0021 0.0049 0.0017 0. 0033 0. 0857 0. 0963 Total . 0. 0201 0.0068 1 0. 0338 0. 0343 0. 0070 0. 0050 0. 0288 0. 1125 0. 2483 1 Véase la obra Baguios ó Ciclones Filipinos, p. 17; y el cap. viii, p. 203, de este tratado. 164 CLIMATOLOGÍA. Aplicando la fórmula de Lambert resultan para cada uno de los grupos las siguientes direcciones medias: Nubes altas. Nubes interme- dias. Grupo J . . . Grupo II.. Grupo III. S. 4°51'E. N. 82° 28' E. N. 74° 41' E. N.73°28' E. S. 80° 44' E. S. 37° 51' O. Nubes bajas. N. 83° 51' E. S. 76° 56' E. S. 46° 23' O. CIRCULACIÓN GENERAL DE LA ATMÓSFERA Á DIFERENTES LATITUDES EN EL HEMISFERIO NORTE. Finalmente, para completar esta investigación, hemos trazado en la lámina xl otro cuadro gráfico comparativo de las corrientes generales de la atmósfera en cuatro diferentes latitudes, á saber, Dávao, Manila Zikawei y Blue Hill.1 Es mucho de notar que la dirección de las nubes altas, durante el verano, hallada para Manila, difiere poquísimo de la dirección observada en Jamaica, durante el verano también; asimismo difieren poco las direcciones de las nubes intermedias obser- vadas en ambas estaciones tropicales; las de las nubes bajas difieren algo más, por influjo, sin duda, de las turbonadas. Hemos tomado las direcciones referentes á Zikawei y á Blue Hill de un interesante folleto del P. Marcos Dechevrens, S. J.2 Las observaciones de Dávao son fruto de la labor del misionero P. Baltasar Ferrer, S. J., el cual entre las ocupaciones de su ministerio apostólico halló tiempo para prestar tan importante servicio á la ciencia, como que dichas observaciones son las únicas, hasta ahora, hechas con regularidad en paralelos tan próximos al Ecuador, como el de Dávao. Se notará que la dirección de las nubes altas en Manila es siempre de la parte del E., al paso que la de latitudes más altas es exclusivamente casi del O. Muy digno es de llamar la atención el que la dirección de las nubes altas, en Dávao, es enteramente contraria á la observada en Zikawei y en Blue Hill. Parece ser que este cam- bio se nota ya cerca de la línea tropical, como se desprende de las observaciones hechas por Poey en la Habana (latitud N. 23° 9'). Sería importante investigar en que zona comienzan á ser occidentales las corrientes superiores. Es de lamentar que no se hayan hecho en el Observatorio de Hongkong (latitud N. 22° 18') observaciones de este genero que sirvieran para aclarar algo este punto. Además, mientras está el sol en el hemisferio Sur, es decir, durante los meses de Octu- bre, Noviembre, Diciembre, Enero, Febrero y Marzo, vienen los cirrus del segundo cuadrante; y del primero, en los meses restantes del año, en nuestras latitudes. Nos contentamos con hacer estas indica- ciones, por no entrar en nuestro propósito el investigar aquí las causas de la diversa circulación general en las zonas de diferentes latitudes. 1 Las letras I, P, V y O de la lámina significan respectivamente Invierno, Primavera, Verano y Otoño. 2 Mouvements des diverses cauches de V atmosphere . Rome, 1896. LÁMINA XXXIX. MOVIMIENTOS GENERALES DE LA ATMOSFERA MANILA N O E lXmina XL. CIRCULACIÓN GENERAL DE LA ATMOSFERA DIFERENTES LATITUDES. Dávao Manfla ZiKaweifChina) BTue HíU(E.ü) Latitud 7'01'jr Latitud, /4'35¡T Latitud Sl'/S'X Latitjid42°lZ'lf NUBES. 165 Conocidas ya las direcciones normales en las diversas regiones de la atmósfera, le queda al observador el camino allanado para discernir con mayor seguridad acerca del valor de las señales de baguio, tomadas de la dirección del nefelismo. De que modo podrá utilizar el observador la indicación de las direc- ciones de las nubes, conocidas las direcciones normales, en orden á la previsión de los trastornos atmosféricos, podrá verse en la obra Baguio* ó C¡ dones Filipino*, página 156 y siguientes, lo propio que en el capítulo viii de este tratado. FOTOGRAMETRÍA DE LAS NUBES. OBSERVACIÓN. En el capítulo i, página 9, se dice cómo fue invitado este Obser- vatorio á tomar parte en el trabajo internacional de medición de nubes. Nos ocuparemos brevemente en analizar los resultados obtenidos, los cuales constan en las tablas generales insertas en las páginas 168-1 ÍM).1 ALTURAS MEDIAS. Damos en primer termino en la tabla xcvi (a) las alturas medias men- suales de las nubes, dividiendo éstas en tres grupos, á saber, las nubes altas, que comprenden los Ci. y Ci.-S. ;2 las intermedias, que son los Ci.- Cu., A. -Cu., A.-S., y C.-N.; y las bajas. Cu., N.. S.. Cu.-S. y Fr.-Cu. RESUMEN DE LA DIRECCIÓN Y VELOCIDAD MEDIA DE LAS NUBES. Si se compara el resumen de la tabla xcvi (b) con el que damos en la página 162, se hallarán discrepancias dignas de llamar la atención y de ser estudiadas. Es mucho de notar, que el método fotográfico no añade precisión á la observación de la dirección de las nubes hecha con simples nefoscopios; es decir, que se puede observar la dirección de las nubes por medio de nefoscopios con la misma precisión que em- pleando teodolitos y fototeodolitos. De aquí se sigue que la direc- ción media que damos en la página 162,' por corresponder á varios años, tiene más valor científico que la que sólo se funda en observa- ciones hechas en el transcurso de poco más de un año, como las de esta tabla. La dirección de las nubes altas ha resultado algo diferente en los meses de Enero, Marzo, Octubre y Noviembre, concordando notable mente en los demás meses. Discrepan las direcciones medias de Enero, Febrero, Diciembre y muy especialmente las de Julio y Agosto. Nótese, sin embargo, que las observaciones fotogramétricas dan direcciones orientales, siendo así 1 Los métodos é instrumentos empleados, juntamente con todos los detalles nece- sarios para llevar á cabo las observaciones fotogramétricas podrán verse expuestos en la obra Las Nubes en el Archipiélago Filipino, ps. 40-82. 2 Empleamos la clasificación y abreviaciones internacionales de la nubes. 166 CLIMATOLOGÍA. que la resultante de las observaciones directas correspondiente á varios años es occidental para los mismos meses; lo cual parece confirmar lo que tenemos escrito acerca de la llamada monzón del SO. , es decir, que las corrientes no son occidentales, sino en caso de perturbaciones atmosféricas, sucediendo, por consiguiente, que sólo la frecuencia de éstas puede dar resultante occidental; al paso que en años en que aqué- llas no existan, serán las nubes más influidas por los alisios del Sur.1 La misma advertencia ha de hacerse para explicar la divergencia en la dirección de las nubes bajas en los meses de Julio y Octubre, recor- dando solamente que por Octubre la dirección normal participa ya de la*-; corrientes polares. Las diferencias en la dirección casi desaparecen al dividir los meses en los tres grupos de que hemos hablado en el párrafo anterior, como lo manifiesta la tabla xcvi (a). ALTURAS MEDIAS DE LAS DIVERSAS FORMAS DE NUBES. En la tabla xcvii estudiamos las alturas medias de las nubes en las diferentes horas del día y en diversas épocas del año; primero, durante los meses de los grupos mencionados, y segundo, en los períodos de Abril á Septiembre y de Octubre á Marzo. Las alturas mayores corresponden al grupo iii, ó sea, a los meses de Junio, Julio, Agosto y Septiembre para las nubes altas é inter- medias; y al grupo i, para las nubes inferiores. La observación da mayores alturas para las nubes altas desde el mediodía hasta las 4 p. m., en los grupos i y iii. Las nubes depen- dientes de las corrientes ascendentes diurnas se elevan, al parecer, á mayor altura, no sólo por efecto de la oscilación térmica diurna, sino también de la anual, como lo comprueban las observaciones de Cu. y de Cu.-N., los cuales son muy altos de mediodía á 8 p. m., en todos los grupos, y en los meses de mayor calor, ó sea, durante el período de Abril á Septiembre. VELOCIDADES MEDIAS DE LOS DIFERENTES TIPOS DE NUBES. En la tabla xcvii damos las velocidades correspondientes a diferentes formas de nubes en diversas horas del día y distintos períodos del año. Las mayores velocidades corresponden á las nubes altas. Es muy notable la escasa velocidad de los Ci.-Cu. y la de los A.- Cu. Será acaso porque tal vez la menor componente de su velocidad absoluta es vertical. En este caso tendríamos motivo para sospechar que los Ci.-Cu. y A. -Cu. provienen del movimiento ascendente de los Cu., disminuyendo este movimiento con el aumento de altura. Parece ser que la mayor velocidad de las nubes altas se nota por las tardes, y la de las bajas en los alrededores del mediodía, cuando es .mayor la fuerza ascensional debida a la mayor temperatura. 1 Véase el capítulo precedente, ps. 122-128. NUBES. 167 ALTURAS EXTREMAS. No carecerá de interés el reunir en una sola tabla las alturas extremas, es decir, las máximas y mínimas alturas observadas cada mes. Es de notar que las máximas alturas de las nubes altas corresponden al mes de Junio y las mayores alturas, en general, á los meses del ter- cer grupo, lo cual confirma lo que se nota en la tabla xcvii. VELOCIDADES EXTREMAS. En la tabla c se verá que las máximas velocidades de las nubes bajas corresponden á los meses del primero y segundo grupos, y las de las intermedias á los meses del tercer grupo. Los Cu., que abundan más en los meses del primer grupo, y también en el de Abril, se mueven con más rapidez durante este tiempo, y especialmente en el mes de Marzo. En ello parece que influyen dos causas: la primera es la mayor radiación nocturna, por ser comúnmente más despejadas las noches y madrugadas en este período del año, dando lugar á mayor evaparación por la acción de los rayos solares duran- te el día, y por consiguiente á más poderosas corrientes ascensionales; y la segunda, la fuerza de las corrientes orientales que llega á su máxi- mo valor también por este tiempo, resultando de tales componentes, ascensional la una y casi horizontal la otra, las mayores velocidades absolutas de las nubes bajas. RELACIÓN ENTRE LA TEMPERATURA Y LA ALTURA MEDIA DE LAS NUBES. En la tabla ci establecemos la dicha relación, acerca de la cual única- mente notamos que la temperatura de las capas inferiores sólo influye en la altura de las nubes formadas por las corrientes ascendentes diur- nas, como la de los Cu. y Cu.-N. RELACIÓN ENTRE LA ALTURA DE LAS NUBES Y LA PRESIÓN ATMOS- FÉRICA. Fijándonos en los grupos ii y iii de la tabla cii, notaremos que las nubes altas se observan generalmente á mayor altura con barómetros bajos, al paso que las nubes bajas suben generalmente á menor altura con barómetros altos, durante los meses del segundo grupo. Los Cu. y Cu.-N. suben también menos con barómetros altos, durante todo el año, lo cual tal vez provenga del obstáculo que ofrecen las corrientes generales á las que se desarrollan por la oscilación térmica diurna. RELACIÓN ENTRE LA ALTURA Y LA DIRECCIÓN DE LAS NUBES. Acerca de la tabla ciii, notamos que, durante los meses del segundo y torcer grupo, las nubes altas vienen del primer cuadrante, casi del E. ; resultado enteramente conforme con el de las observaciones directas que publicamos en el párrafo anterior. 168 CLIMATOLOGÍA. RELACIÓN ENTRE LAS VELOCIDADES Y LAS ALTURAS. No parece que se pueda establecer regla precisa por ahora acerca de esta relación. Sin embargo, se verifica, en general, en Manila Jo ya ob- servado en otras partes, es decir, que la velocidad suele ser propor- cional a la altura; véase la tabla civ. FRECUENCIA DE LOS VIENTOS EN DIFERENTES ALTURAS. Las nubes nos proporcionan un medio de reconocer las corrientes en las diferentes capas de la atmósfera más próximas á la tierra. De 0 a 1,000 metros de altura, las corrientes dominantes todo el año son del segundo cuadrante; y casi del S., durante los meses del grupo iii. De 1,000 á 3,000 metros vienen las corrientes del SSE., durante los meses del grupo iii; y del primer cuadrante en lo restante del año, y casi del E. en los meses del grupo ii. Hay más diversidad en las corrientes que se desarrollan entre los 3,000 y 5,000 metros, sin duda por ser ésta la región media de los Cu.-N., cuando se forman las tempestades eléctricas ó turbonadas. Las corrientes que se desarrollan sobre 5,000 metros vienen normalmente del primer cuadrante durante los meses del tercer grupo. En los demás meses varían generalmente las direcciones entre el S. y el NE. En el período de Abril á Septiembre, que abarca los meses llamados vulgarmente época ó estación de tifones, las corrientes superiores á 5,000 metros vienen del NE., al paso que las que circulan más abajo de 5,000 tienen direcciones comprendidas entre el S. y ESE. En el período de Octubre á Marzo las corrientes altas y bajas vienen de rumbos comprendidos entre el NE. y SSE. ; véase la tabla cv. Tabla XCVI (a). Alturas medias de las nubes. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Medias.... 11,098.30 Nubes altas. Alturas en metros. 069. 37 546. 66 841.80 063. 50 525. 72 311.48 898. 14 209. 15 508. 10 420. 54 646. 51 138.60 10,072.25 12, 549. 13 11,841.89 10,062.57 10, 525. 66 13,310.91 10, 896. 12 12,210.23 11,509.38 11,416.61 8,634.64 10, 141. 37 11,097.56 Nubes intermedias. ! Alturas en metros. AZ -2. 88 -2.47 -0.09 0.93 0.06 0.57 2.02 -1.08 -1.28 3.93 11.87 -2.77 Zi 5, 244. 72 7, 036. 91 5,912.58 5, 372. 14 6, 312. 85 6, 546. 41 6, 662. 97 6, 254. 58 5, 080. 62 4,803.11 3,819.01 4,503.28 5, 629. 10 Zo 5, 245. 53 7, 036. 32 5, 913. 04 5, 372. 82 6, 312. 89 6, 546. 44 6, 663. 43 6, 254. 91 5,080.34 4, 803. 58 3, 816. 39 4, 498. 08 5, 628. 65 AZ -0.81 0.59 -0.46 -0.68 -0.04 -0.03 -0.46 ~0. 33 0.28 -0.47 2.62 5.20 Nubes bajas Alturas en metros. Zi 1,805.60 1, 843. 65 2,051.66 1,846.14 1, 597. 54 1,518.71 1,439.59 2, 082. 30 1,680.97 1, 640. 83 1,628.71 1,807.25 Zo 1,805.11 1, 843. 74 2, 050. 89 1,846.16 1, 598. 27 1,519.38 1,440.05 i 2,082.95 ! 1,679.98 I 1,640.26 ' 1,629.93 ; 1,808.52 0.45 1,745.24 ; 1,745.44 0.49 -0. 09 0.77 -0.02 -0.73 -0.67 -0. 46 -0. 65 0.99 0.57 -1.22 -1.27 -0. 20 NUBES. 169 Tabla XCVI (a). — Altura» medias de las nubes — Prosigue. RESUMEN POR GRUPOS. Grupos. Nubes altas. ; Alturas en metros. | | z, ^ z2 ¡ I Nubes intermedias. Alturas en metros. Zi Zo Grupo I... Grupo II.. Grupo III. 11,149.11 ! 11,151.16 10,164.07 j 10,159.87 11,984.72 ¡ 11,981.66 -2.05 j 5,674.37 ! 5,673.24 4.20 I 5,076.78 j 5,076.42 0.06 : 6,136.14 , 6,136.28 AZ 1.13 0.36 -0.14 Nubes bajas. Alturas en metros, i Zo ^i 1,877.04 1,678.30 1,680.39 1,877.06 ; —0.02 1,678.65 | —0.35 1,680.59 —0.20 Tabla XCVI (b). — Dirección inedia y velocidad, de las nubes. Nubes alü is. Veloci- Nubes inl ern edias. Nube.- Meses. Veloci- Dirección. dad en Dirección dad en Dirección i m. p. s. m. p. s. Enero ..¡ S. 49° 23' O. 6.97 S. 45° 00' E. 2.74 N. 78° 57' Febrero .. S. 10° 39' E. 9.05 S. 2° 10' E. 5.45 N. 56° 05' Marzo .. S. 22° 02' O. 16.39 N. 75° 24' E. 6. 51 N. 65° 26' Abril .. S. 49° 31' O. 15. 40 N. 69° 08' E. 5. 46 M. 75° 29' Mayo .. N. 46° 25' E. 10. 36 S. 67° 56' E. 5.59 S. 67° 18' Junio .. N. 65° 43' E. 15.97 S. 51° 43' E. 7.00 S. 22° 58' Julio .., N. 60° 19' E. 12. 16 S. 61° 18' E. 11.62 S. 42° 01' Agosto .. N. 42° 00' E. 23.61 S. 82° 17' E. 14. 83 S. 63° 37' Septiembre ..: N. 68° 00' E. 6.63 S. 69° 21' O. 3.33 s. 78° 49' Octubre .. N. 71° 03' E. 17.64 N. 79° 22' E. 5.66 N. 68° 59' Noviembre .. N. 29° 00' E. 14.70 S, 73° 06' E. 3.59 N. 73° 40' Diciembre .. S. 23° 28' E. 10.28 S. 25° 02' E. 5.22 N. 82° 48' .. ._ _.. _ ...._ Veloci- dad en m. p. s. E. 7. ss E. 5. 94 E. 10.82 E. 7. 52 K. 4.10 E. 6. 09 E. 4.47 O O O. 2. 96 E. 4.02 E. 4.05 RESUMEN POR GRUPOS. Grupos. Grupo I ... Grupo II .. Grupo III . Nubes altas. Dirección. S. 15° 28' O. N. 45° 00' E. ! N. 61° 56' E. ! Nubes intermedias. Nubes baj is. Veloci- : dad en ', m. p. s. Dirección. Veloci- dad en ni. p. s. Dirección. Veloci- dad en ni. p. s. 10.47 14.52 . 14.59 S. 41° 51' E. S. 84° 12' E. S. 49° 13' E. 4.98 5. 08 9. 20 N. 78° 45' E. N. 67° 30' E. S. 17° 33' O. 7. 05 4.65 5. 28 Tabla XCVII. — Alturas medias de las nubes por grupos. GRUPO I. De 8 a. m.á 12m.d. Casos. De 12 ni. d. Altura media. 14 p. ni. (lasos. 8 3 De 4 p. m.á Altura media. 8 p. m. Casos. Forma. Altura media. Media. Cirrus Metros. 11,610.4 10,446.7 6,031.5 23 13 10 Metros. 11,714.2 12, 788. 2 Metros. 10,222.7 12,733.5 5,854.1 6 í Metros. 11,182.4 Oirro-stratus 11 . 989. 5 5. 942. 8 5, 087. 5 2, 247. 4 1,725.5 1,849.6 10 1 3 47 3, 492. 2 1 4,500.8 1,858.2 1,565.8 1 , 849. 0 7,151.4 5 3 11 45 3 4,360.2 Strato-cúmulus 2, 052. 9 Nimbus 1,626.6 1,742.6 3,974.2 2 15 3 1,639.3 Cumulus 1,813.7 5. 562. 8 170 CLIMATOLOGÍA. Tabla XCVII. — Altura* medias de fax nubes por grupos — Prosigue. grupo ir. ¡ De 8 a. m. 1 _:....:.. i Altura ' media. Casos. Altura media. Metros. 9,617.7 13,112.2 5, 776. 7 Casos. ■ 5 1 i 1 i Forma. Altura media. Metros. 9. 675. 1 9. 101. 8 8. 342. 9 3. 898. 2 5. 716. 3 2, 024. 7 1,536.8 1. 703. 4 4. 157. 5 Casos. 18 1 5 1 2 4 iS 20 Media. Cirrus Cirro-stratus i Metros. ! 10, 268. 8 i 11,219.5 52 4 25 Metros. 9, 855. 5 11,144.5 Cirro-cúmulus : 5,310.3 6, 476. 6 Alto-stratus Alto-eúmulus 4,650.8 14 4,878.8 i ; 5, 082. 0 873. 7 1,618.9 4 49 11 1 , 205. 2 Cúmulus 2,074.0 2,107.3 5 ! 6I 1 , 765. 4 Cúmulo-nimbus : 4,335.3 3, 500. 0 ! i GRUPO II r. Cirrus Cirro-stratus Cirro-cúmulus... Alto-stratus Alto-cúmulus Strato-cúmulus . . Nimbus Cúmulus Cúmulo-nimbus . Stratus De 8 a. m. á 12 m. d. ¡ De 12 m.d.iU p. m. j De 4 p. m. á 8 p. m. ! Altura media. Metros. 11,037.0 11,355.9 7,125.5 2, 312. 5 5,381.8 1 , 995. 1 1,550.4 1,609.1 4, 854. 7 1,045.4 i 67 ! 13 j 30 I 1 : 10 I 9 ! 3 i 45 I 19 i 4 Altura media. '.tros. ,913.4 ,314.4 028. 7 , 759. 2 10.6 625.3 i 826.2 i 270.8 ■ 12 I 1 i 11 i V¿ i 4 ! 3 I Altura media. Caso> Metros. 11,838.3 19 11,744.4 3 7,847.9 10 5, 833. 0 3 6,147.7 4 1,878.4 S 1,101.5 3 1,875.5 16 3, 333. 7 9 1,195.4 2 Metros. 11,596.2 12,971.6 7, 000. 7 4,301.6 5, 746. 7 1,936.7 1,326.0 1,703.3 6,004.9 1,170.7 Forma. Cirrus Cirro-stratus Cirro-cúmulus . . . Alto-stratus Alto-cúmulus Strato-cúmulus . . Nimbus Cúmulus Cúmulo-nimbus . Stratus Alturas medias de las nubes por períodos. DE ABRIL Á SEPTIEMBRE. De 8 a. m. á 12 m. d. ' De 12 m. d. á, 4 p. ra. i Altura ; c i Altura I r | media. ¡ Ulsos' i media. ! üa5,os' Cirrus Cirro-stratus Cirro-cúmulus.. Alto-stratus Alto-cúmulus... Strato-cúmulus. Nimbus Cúmulus Cúmulo-nimbus Stratus Metros. 10,678.1 i 100 11,313.1 ! 16 6,593.6 i 44 2,312.5 ¡ 1 5,233.3 I 11 1,995.1 1 9 1,550.4 i 3 1,620.4 1 64 5,186.0 1 23 1,045.5 ¡ 1 4 Metros. 11,440.4 15,814.4 6,028.7 4,759.2 5,739.9 i 1,936.1 9,826.2 ; 953.1 De 4 p. m. á 8 p. m. Altura media. Casos. Metros. 11,280.7 29 11,777.7 3 7,847.9 10 5, 833. 0 3 6,147.7 4 1,806.1 9 1,214.1 2 1,951.6 20 4, 350. 3 17 1, 195. 4 2 Media. Metros. 11,133.1 12, 968. 4 6, 823. 4 4,301.6 5, 707. 0 1,900.6 1,382.2 1,836.0 6,454.2 1,064.7 DE OCTUBRE A MARZO. j De 8 a. m. á 12 m. dv ¡ De 12 m. d. á 4 p. m. j De 4 p. m. á 8 p. m Altura r ¡ Altura media. oasos' media. Metros. 11,204.5 10,520.9 5, 558. 2 4,881.3 2, 354. 7 1,238.7 1,794.4 3, 257. 3 Metros. 11,184.0 12,869.2 5, 776. 7 4,185.5 1,626.6 1,327.6 2, 107. 3 <*«»■ | £SK Cas- 2 | 18 i 6 Metros. 9,514.7 11,523.0 7, 928. 1 3,898.2 4, 848. 1 2, 288. 8 1,597.6 1,839.8 4, 043. 5 Media. Metros. 10, 634. 4 11,637.7 6,421.0 4, 638. 3 2,321.7 1, 487. 6 1,820.6 3, 136. 0 NUBES. 171 Tabla XCY1II. — Velocidad™ inedias de las nuhes por grupos en metros por segundo. GRUPO J. Forma. De 8 a. m.á Velocidad media. 12 ni. d. Casos. 36 19 11 De 12 m. d.^ Velocidad media. i 4 i», m. Casos. 9 5 i De 4 p. m. *' Velocidad media. Metros. 22. 71 55. 11 1.48 8 p. ni. Casos. 8 i Media. Cimas Metros. 6.44 9.31 4.09 Metros. 12. 50 10. 45 Metros. 9.93 Cirro-stratus 16.06 3 69 Alto-stratus A lto-cú mullís 6. 79 7.G7 10.14 7.51 14 3 3 93 6.78 7.9¿" 6. 15 7.88 2 2 25 2. 72 0.45 5.92 1.32 8. 63 8 1 12 68 (5 5. 44 Strato-cúmulus 5. 86 Nimbus 6.90 Cúmiilus 5. 06 8 29 De 8 a. m.á 12 m. d. I De 12 ni. d. á 4 p. m. i media. De 4 p. m.á 8 p. m. Velocidad r, media. Casos- Cirrns Cirro-stratus Cirro-cúmulus.. . Alto-stratus Alto-cúmulus Strato-cúmulus . . Nimbus Cúmulus Cúmulo-nimbus . Cirrns Cirro-stratus Cirro-cúmulus. .. Alto-stratus Alto-cúmulus Strato-cúmulus.. Nimbus Cúmulus Cúmulo-nimbus . Metros. 15.26 6.22 , 4.3i : 9 32 Metros. 12.64 10.41 3.59 ¡ 3. 67 2.25 5.32 : 4.13 2 I 69 10 ' 7.66 j 8.87 ' Metros. Me ros. 12. 59 28 14.42 26. 88 2 10.04 0.50 2 4.08 18.97 1 18. 97 3. 59 9.23 4 6.14 5.47 : 3 4.18 5. 56 23 5. 52 6. 77 27 6. 61 curro ni. : De 8 a. m. á 12 m. d. De 12 ni. d. á 4 p. ni. ¡ De 4 p. ni. á 8 p. m. I Velocidad media. o«>s. : v±í^'ul o.**. I y^Si¡tñ «•>«»• media. — Metros. 12. 18 23. 26 9.72 Metros. 18.19 5.02 | 38 5 i 15.23 5 Metros. 13.31 I Media Metro*. 13.23 23.26 8. 58 10.12 Velocidades semianuales de las md>es en metros por segundo. DE ABRIL Á SEPTIEMBRE. De 8 a. m.á 12 m. d. Casos. De 12 ni. d. í 4 p. m. De 4 p. m. i Velocidad media. Metros. 11.43 i 8 p. m. ... Casos. Forma. Velocidad media. Velocidad media. Casos. Media. Cimas Metros. 13.24 15.54 3.07 127 18 47 Metros. 15. 81 * Metros. 13.30 Cirro-stratus 15.54 Cirro-cúmulus 5. 02 8 3.35 Alto-stratus Alto-cúmulus 12. 61 3.67 8 5 2.13 2 10.71 Strato-cúmulus 3.67 Nimbus 1 Cúmulus 5.65 6.80 87 9 8.55 15.23 5 5 10.07 7.25 11 10 6.27 Cúmulo-nimbus 8.74 172 CLIMATOLOGÍA. Velocidades semianuales de las nubes en metros por segundo — Prosigue. DE OCTUBRE Á MARZO. De 8 a. m.á 12ra.d. De 12 m.d.á4 p. m. De 4 p. m.á 8 p. m. Forma. Velocidad media. Casos. Velocidad media. Casos. Velocidad media. Casos. Media. Cirrus Metros. 10. 35 9.26 3.89 60 20 21 Metros. 14. 55 10.44 11 7 Metros. 18.59 45.70 0.99 18. 97 2.72 7.48 5.83 1.33 7.05 19 6 Metros. 12. 60 Cirro-stratus Ifi. 15 Cirro-cúmulus 4 3. 42 Alto-stratus 1 i 18.97 4.63 7.67 6.99 25 3 5 6.78 2 8 i 4.31 Strato-cúmulus Nimbus 7.96 6.04 8.51 2 26 14 15 i 6.28 Cú mulus 6.84 i 113 4. 41 6 80 j 4.78 Cúmulo-nimbus 23 7.16 Tabla XCIX. — Valores extremos de la altura de las nubes. Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo , Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre.. Diciembre . . Ci. Máxima. Mínima. Metros. 17, 449. 2 15,498.2 15,868.3 14,127.9 12, 468. 5 20,453.6 18,014.2 12. 854. 8 14,871.0 16. 342. 9 12, 025. 9 15, 785. 7 Ci.-S. Máxima. Metros. 5, 532. 2 8, 749. 7 6, 573. 1 5,111.8 5, 823. 4 6,411.6 7,021.4 9,845.5 8, 267. 0 5, 764. 4 3,962.2 5, 732. 9 Metros. 10,211.2 16,233.1 16, 488. 4 11,682.4 17,136.8 14, 574. 5 16, 832. 5 15,814.4 13,138.7 14,787.0 Mínima. Metros. 9, 788. 8 9,826.2 7, 689. 3 Ci.-Cu. Máxima. Mínima, 7,476.7 10, 519. 2 7,111.7 11,367.1 9,101.8 6, 878. 7 Metros. Metros. 6, 074. 3 5,854.1 7, 712. 0 6, 199. 8 7,277.5 3, 249. 1 6, 448. 3 3,447.7 11,224.6 6,043.2 9, 360. 8 4,119.1 8,609.2 4,713.6 8, 292. 8 3, 867. 4 9, 169. 6 3,412.7 9, 563. 5 6,294.7 5, 482. 1 4,979.9 Meses. A. Máxima. Mínima. A.- Máxima. Cu. Mínima. S.- Máxima. Cu. Mínima. Enero Metros. Metros. Metros. 3, 988. 3 Metros. 3, 743. 6 Metros. 2,247 .4 1,461.9 Metros. 2,133.7 Febrero Marzo 7, 527. 2 3, 169. 4 Abril 1,881.1 1,384.5 Mayo 3, 778. 0 5,232.5 7, 639. 9 7,644.9 8,045.2 6, 593. 9 5, 720. 7 5, 600. 4 3,715.6 3,973.3 5,000.4 3,874.4 2,908.7 3, 804. 8 3, 757. 8 3,492.2 Junio Julio 7, 086. i 7,141.0 5, 244. 3 3, 898. 2 3, 272. 0 3, 212. 5 4,274.2 1,875.7 3, 833. 3 2. 193. 8 1,408.8 3,013.9 2. 254. 9 1,384.4 Agosto 1,450.6 Septiembre 1 , 338. 3 Octubre Noviembre 2, 502. 2 Diciembre Meses. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre.. Diciembre . . láxima. Mínima. Metros. 1,950.8 1,620.3 2,047.6 923.3 1,982.3 1,724.1 988.9 2, 294. 3 1,876.8 Metros. 1,030.7 1,512.2 1,382.4 944.8 836.0 1,410.2 1,503.6 Máxima. Mínima. Metros. 3, 484. 0 3, 140. 0 3, 820. 8 2, 793. 2 2, 740. 6 3,283.3 3,931.1 3, 546. 9 4,448.7 2, 742. 2 2, 503. 9 2, 918. 8 Metros. 813.3 1,014.0 1,146.0 1,264.5 870.3 798.7 528. 8 1,171.0 842.9 1,413.7 622. 2 1,069.7 Cu.-N. Máxima. Mínima. Máxima. Mínima. Metros. Metros. \ Metros. ¡ Metros. 10,135.3 7,591.8 6, 797. 9 2, 976. 4 9, 724. 5 3,011.0 5,051.1 885.8 12,859.3 2,001.7 8,781.8 4,558.9 7,751.1 1,424.8 7,274.1 2, 042. 5 6, 359. 8 1,140.4 4,779.2 3, 286. 3 1,184.3 1,400.7 1,581.2 1,356.7 948.8 990. 2 611.6 587. 7 NUBES. Tabla O. — Valores extremos de la velocidad de las nube*. 173 Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre.. Diciembre .. c i. Mínima. Ci Máxima. ■m.p. s. 18.34 25. 50 84. 71 -S. Mínima. Ci.- Cu. A.- Máxima. m.p.x. 2.18 Cu. Máxima. Máxima. Mínima. m.p. s. 1.48 1.66 Mínima. m.p. s. 8 77 m.p. s. 2.35 2.70 7.15 2.69 2.87 1.02 3.74 18.30 1.96 2. 56 1. 51 2.46 m.p. s. m.p. s. 4.55 9. 24 m. ¡>..<. 11.60 20. 56 6.39 9. 54 2. 59 70.48 9.42 7.88 17.39 37.87 1.50 1.82 2.34 2.49 46. 52 8.59 70. 51 15. 11 10. 86 4.20 13.10 5.98 16. 12 16. 23 64. 93 42.13 41. 66 7.02 1. 42 12.44 3.33 5.84 7.50 2.82 71.02 1.10 0. 50 26. 88 36. 34 10.41 9.13 8.90 3.51 4.43 15.01 1.12 1.21 Meses. S.-Cu. X. Cu. Cu -N. , Máxima. Mínima. Máxima. Mínima. Máxima. Mínima. Máxima. Mínima. m.p. s. m.p. s. m. p. s. 11.54 11.58 7.35 m.p. s. 1.S5 m.p,s. 28. 85 22. 25 33.72 22. 33 8. 06 10. 19 11.60 m.p.s. 0.80 0.16 1.69 0.88 0.63 1.95 0.75 m.p s. m.]).s. 0. 1 6 1.30 13. 25 12. 14 10.51 5. 85 20. 29 13. 44 10.29 Abril 4.13 3. 36 5. 00 0. 84 ...j ! Julio 7.64 i i 2. 25 6. 71 3.24 3.'ÓÓ* 2.12 6. 50 6.40 14.52 13. 09 31.04 8.89 1.88 Noviembre ...j 13.72 6.71 0. 50 0. 45 1.02 2. 36 i i Tabla GI. — Alturas medias de las nubes con diferentes tcmpereiiuras. Ci.-S. Temperatura . en C°. De 17° á 27° ... De 27° á 37° . . . Ci Altura. Núm. de casos Metros. 9, 665 10,813 2,<¡ 27-" Altura. Metros. 11,125 11,323 Núm. de casos. Temperatura en C°. Núm. de casos. Ci.-Cu. A.-S. Núm. i Altura. de I Altura. Metro.*. ! 6,441 I Núm. de casos. Metro*. 13 I 7,144 ¡ 105 i 4,349 I A.-Cu. Altura. Metros. 4,774 5, 068 Núm. de casos. 8 62 Cu.-N. Núm. i . Núm. de Altura. ¡ de casos.' i casos. Altura. Núm. de casos. i Metros. De 17° á 27° ...I 2,316 ! De 27° á 37° ... ' 1 , 900 ¡ Metros. \ *"Í*535*¡" i Metros. ¡ J 1,637 i 1,765 I Metros. 41 3,325 321 ! 5,046 Núm. de casos. Metros. < "Í*Ó38'| Tabla CII. — Alturas medias de las nubes con diferentes presiones, por grupos. Grupos. Grupo I Grupo II Grupo III... Milímetros. 750-756 756-760 760-765 750-756 756-760 760-765 750-756 756-760 760-765 Altura. Ci.-S. Ci.-Cu. A.-S. Altura. Ca- Altura. Metros. Metros. 11,044.4 11 11,206.1 42 12,741.8 3 10, 570. 1 75 9, 312. 6 37 11,392.9 14 11,290.6 112 9, 795. 7 9 13,264.4 10,710.2 10,422.4 11,487.2 13, 968. 9 12, 072. 9 Metros. 5. 883. 8 6, 035. 7 7, 473. 1 5, 690. 9 5, 523. 3 7,218.1 6. 919. 9 5,532.3 Ca- ! Altura. Metros. 3, 900. 1 '4*889*7" A.-Cu. Altura. Metro Ca- sos. 3, 479. 8 7 5,598.9 16 4, 782. 0 4, 715. 7 6,610.8 5, 424. 6 7 11 3 26 174 CLIMATOLOGÍA. Tabla CII. — Alturas medias de las nubes con diferentes presiones, por grupos — Prosigue. Grupos. S.-C Altura. Metros. u. Núm. de casos. X Altura. Metros. Núm. de casos. Cu. Núm. Altura. de casos. Cu. Altura. -X. Núm. de casos. S. Altura. Metros. Núm de caso> Metros. Metros. 1 1,464.1 1,728.1 9 14 1,953.7 1,816.4 2, 027. 2 1,855.5 1,511.7 1,343.4 1,717.4 1,436.7 45 145 4 51 47 9 (¡0 1. 8,870.7 4,084.8 9,658.8 4, 362. 5 2, 544. 1 5, 195. 4 5, 609. 9 5, 906. 9 4 7 2 33 15 4 27 4 \ | 2,028.9 4 \ Grupo 11. \ i, 909. 5 1 2, 998. 5 í 1,828.7 \ 1,991.7 8 1 4 11 1,409.9 1, 350. 6 1,340.6 1,393.2 1 7 2 4 Grupo III... 1,096.4 1,023.0 2 8 Altaras inedias sem lamíales de las nubes con diferentes presumes. DE ABRIL Á SEPTIEMBRE. i Núm. Altura. ¡ de j casos. Milímetros. I Metros. De 750 á 756... ¡11, 336. 4 I )e 756 á 760... 11,121.2 De 770 á 705...: 9,507.9 Ci.-S. Ci.-Cu. 16 164 28 Altura Metros. 13, 968. 9 11,512.3 Núm. de casos. i Metros. 2 : 7,218.1 29 6, 675. 4 ...: 5,242.3 Núm. de casos. A.-S. A. -Cu. í Núm. ■ Núm. Altura, i de | Altura, i de I casos, i ■, casos. Metros, i | " 4,' 889." 7 '¡" Metros. \ 6,610.8 i 6 5,304.8 : 3 28 Presión. Milímetros. De 750 á 756 . . . De 750 á 760 .. . De 760 á 765 . . . ¡ Núm. \ : Núm. '■■ : Núm. j Altura. ! de i Altura. ¡ de : Altura. ; de ; Altura. ' casos. I ; casos. ! : casos. Metros. 1, 828. 7 1, 906. 6 I Metros. ' 1,340.6 : 1,393.2 ! i Metros. ■ 2 i 1,506.9 i 1 ! 1,791.5 ! 1,519.8 i •I . Metros. 12 ; 6,683.2 100 i 5,753.4 23 I 5,906.9 Núm. de casos. | Núm. Altura. ¡ de • casos. Metros. 1,096.4 1,023.0 DE OCTUBRE A MARZO. Ci. Ci.-S. Ci.- Cu. A.-S. A.-C Altura. Metros. "íu. Presión. ^ Altura. Metros. 1,634.4 Núm. de casos. Altura. Metros. Núm. de casos. Altura. Metros. 7, 473. 1 5, 755. 9 6,239.8 Núm. de casos. 2 16 13 Altura. Núm. de casos. Núm. de casos. Milímetros. De 750 á 756 . . . 1 Metros. De 756 á 760 . . . De 760 á 765 10,732.0 ! 34 10,619.4 j 60 12, 624. 9 10, 749. 0 13 20 3,900.1 1 4, 105. 0 5, 239. 2 12 27 S.-Cu. X. Ci i. Cu.-N. S Presión. Altura. Metros. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Altura. Metros. Núm. de casos. Altura. Metros. Núm. de casos. Milímetros. De 750 á 756 .. . Metros. Metros. 2,117.0 1,900.7 1, 770. 1 1 56 170 De 756 á 760 .. . 2, 226. 7 2, 222. 8 3 5 1,458.7 1,602.3 10 21 4,258.2 3, 034. 3 25 22 De 760 á 765 .. . NUBES. 175 Tabla CIII. — Altura media y frecuencia de las nubes á diferentes direcciones, por grupos. GRUPO I. cí. ' cí.-s. j cí.-Cu. A. -Cu. Dirección. Núm. Altura. de , casos. i Nú ni. Altura. de ¡ casos. 1 Altura. Metros. Núm. de casos. Altura. Metros. Núm. de casos. N - - - - Metros, i Metros, i \NE - 11,573.3 | 2 ¡ 3. 1 T>. 0 2 NE ' 7^259.5 4 ene 10,408.1 | 7 12,053.7 i 3 j ÍÓ,'Í83.'Ó' '2 10,383.3 . 4 5.590.1 4 K 3, 507. 0 4,883.1 4,424.v ESE 5, 250. 0 ;1 1 SE 10,143.0 i 4 11,837.4 9 10,257.0 7 2 SSE s ' 11,003.2 ; 5 1Ó,5Í2.4 ó 7,030.9 4 ! sso SO 11,018.7 l 7 OSO 13,014.4 i 7 9, 987. 7 13 ..MSQ 2 2 3 2 5,981.1 2 | 3,504.0 5 17'>.<) 2 2 0 5,703.8 4 ¡ 11,053.9 5, 883. 8 OÑÓ - 1 i 10.005.2 NO | 12,989.1 | 5 NNO ' ! i Dirección media . N. 80° 31' E. de casos Núm. de casos. Cu. | Núm. Altura. ! de | casos. Cu.-N. -I- Metros. i Metros. N ¡ 1,540.3 N N E ' ! i 2 , 350. 0 X sE ENE. E ESE. S E . . SSE. 1,402.1 i 2,199.4 1 2.254.(5 1,587.0 2, 129. 7 1,382.4 1,579.4 Metros. 1,590.8 1 , 889. 3 2, 028. 8 2,177.2 1,740.9 1,801.0 1,091.3 1,748.1 1,020.2 Núm. Altura. de casos. Metro*. 4," 189.2' ."" 2 1,935.9 2,714.3 8,853.0 : 4 '•M72.T- 3 ONO . NO. NNO. Dirección media . N. 07° 33' E. S. 84° 38' O. GRUPO ir. Núm. Altura. de ¡ casos. Núm de casos. Ci.-Cu. ¡ Núm. Altura, i de ! casos. Metros. N 9, 399. 0 ! NNE 9, 904. 9 ! NE 9,210.2 ENE ! 11,321.5 E ! 9,409.1 ESE 13,084.7 SE l 0,597.9 'i SSE 7,972.0 ¡ 12,403.0 11,019.0 3 4 3 (i, 079. 0 5,481.5 3, 975. 3 3 13 5 Metros. ! 7,200.2 I 5,707.8 ¡ Altura. Metros. 3, 900. 1 Núm. de casos. Núm. Altura. de casos. Metros. 5, 607. 2 3, 798. 8 1 3, 908. 7 .... 4,878.8 S ! 9, 790. 8 , SSO 11,512.0 : SO ¡ 10,180.0 OSO 3 l ; 0,429.0 ! 3 ! (5,446.2 i 9 I 9,241.3 2 5,071.3 | 0 8,104.1 ONO 9, 453. 0 NO. 3, 74(5. 0 NNO 14, 180. 1 Dirección media.. N.54°44'E. N. 65° 45' E. N.66°30'E. S.67°30' E. 5,717.8 2 S.41°08' E. 176 CLIMATOLOGÍA. Tabla CIII. — Altura media y frecuencia de las nubes á diferentes direcciones, %)or grupos — Prosigue. S.-Cu. N Altura. Metros. Núm, de casos. Cu. Cu.- N. Dirección. Altura. Núm. de casos. Altura. Metros. 1,481.2 1,476.3 1, 820. 5 1,574.7 1,504.2 2, 650. 1 1,611.8 1,303.6 2, 725. 4 1,904.2 782.0 2,117.0 2,918.2 Núm. de casos. 1 4 12 20 15 14 12 3 2 5 2 1 7 Altura. Metros. Núm. de casos. N Metros. NNE 2, 254. 0 1,610.9 3 3 2,261.6 2 1,614.5 2,472.5 4. 430. 6 4, 646. 0 2,428.3 4,948.0 3,228.6 9,658.8 4. 524. 7 5. 640. 8 4 NE 6 ENE 8 E 1,409.9 1 2 ESE. . . 2, 635. 8 2 4 SE 4 SSE . 4 S . . 2 sso 5 so 874.4 944.4 2 í 3 oso o 4,104.1 2 ONO NO 1,408.2 1 1,483.8 864.8 1 2 7, 189. 3 2, 732. 1 2 NNO 2 Dirección media N. 42° 22' E. N. 11° 15' E. S. 88° 14' E. S. 80° 24' E. GRUPO III. Ci. Ci.-S. Ci.-Cu. A.-S. A.- Altura. :;u. Dirección. Altura. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Núm. de casos. N Metros. 10,526.9 12, 545. 3 10,221.2 9, 886. 0 10, 882. 2 9, 557. 3 9,511.4 3 28 12 23 26 5 9 Metros. Metros. 6. 258. 5 5, 980. 0 8, 582. 2 7,707.2 5. 059. 6 7,198.7 6, 477. 0 3 4 10 6 4 5 4 Metros. Metros. 6,251.0 1 NNE 12, 800. 9 4 NE 7, 689. 0 5,781.4 7,210.0 4,650.5 2 ENE] . 17,132.7 10, 920. 2 2 3 1, 144. 3 1 6 3 E ESE s SE 9, 926. 9 5 2,312.5 1 i SSE SSO 1 SO oso 13,124.0 11,941.8 18,080.2 11,232.4 3 6 3 2 12, 042. 0 7,550.6 5, 967. 6 7,175.3 8 4 7, 085. 5 4,282.1 3, 268. 8 1 1 1 3. 948. 0 6. 056. 1 4,454.5 2 3 o 1 ONO NO 15, 817. 5 1 5, 253. 8 1 4,717.2 1 2 NNO 1 i 30' E. Dirección media .. N. 62° 12' E. N.88°í ** N. 61° 23' E. S. 35° ] L5'0. N.68° S.-Cu. N Cu. i Núm. Altura. : de ; casos. Metros. Cu.- Altura. Metros. N. Núm. de casos. S. Dirección. Altura. Núm. de casos. Altura. Metros. Núm. de casos. Altura. | Metros. Núm. de casos. N Metros. NNE NE ; 2, 829. 9 837.8 1,491.5 1, 524. 1 1,684.2 2,432.3 1 6 7 10 10 5 4,015.8 3, 189. 8 6,032.0 1 8 ENE 1,338.3 1 E 1,181.3 1 ESE SE 1,927.2 4 2,238.6 3 SSE 1, 193. 7 .) S 12,302.1 2,001.7 12,613.5 3, 759. 7 4,913.4 6,148.2 4,556.8 3 1 2 8 1 2 1 SSO 1,706.2 2 1,800.9 1,183.0 1,920.3 1,371.7 1,481.5 6 4 3 so oso 2,096.1 2,222.4 1,671.8 2 3 1 1,724.4 1,554.3 1 3 o : ONO 927.0 3 NO NNO 2, 834. 3 2 Dirección media .. S. 30° 46' O. -S. 84° 2 5' W. S. 66° LO' E. S.O° LO' O. S.18°í 21' E. NUBES. 177 Altura media y frecuencia semianual de las nubes á diferentes direcciones. DE ABRIL Á SEPTIEMBRE. Ci. Ci.- S. Ci.- Cu. A.- S. A. -Cu. Dirección. Altura. Núm. de casos. 9 34 21 32 32 9 12 Altura. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Altura. Metros. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. Metros. 10,234.6 12, 385. 5 10,131.0 9. 947. 4 10, 758. 1 10, 312. 8 9. 204. 5 Metros. Metros. 6, 258. 5 6,493.5 8, 582. 2 6,718.1 4, 457. 2 7,198.7 6,477.0 3 7 10 14 9 5 4 N Metros. 6,251.0 1 NNE 12, 800. 9 7,972.0 14,401.5 10, 969. 9 4 3 4 6 NE 7, 689. 0 5,781.4 7,210.0 4,650.5 2 ENE E 7,144.3 1 6 3 ESE 3 SE 9, 926. 9 5 2, 312. 5 1 SSE S 9, 796. 8 11,512.0 11,902.4 11,941.8 11,469.5 9, 848. 9 3 3 10 6 9 9 3,467.1 6. 446. 2 6. 842. 3 5, 967. 6 2 2 7 4 sso so oso 12, 042. 0 2 7, 085. 5 4,282.1 3, 268. 8 1 1 1 3, 948. 0 6,056.1 3, 982. 6 2 3 0 7,175.3 3 ONO NO 15,817.5 1 ; 5,253.8 1 4, 117. 2 2 NNO Dirección media . . N. 59° 44' E. N. 65° 16' E. N. 74° 32' E. S. 35° ,V O. N.59°41' E. S.-Ou. N Altura. Núm. de casos. Ci ■ Altura. Metros. i. Cu Altura. -X. s Dirección. Altura. Núm. de casos. Núm. de casos. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. N Metros. Metro*. Metros. Metros. NNE 1,881.7 1,610.9 1,338.3 2 3 1 \ i NE 2,088.4 i 1,364.6 1,579.6 ; 2,232.7 1,772.7 2. 432. 3 2. 725. 4 1,800.9 1,093.9 1,920.3 1 , 892. 9 1,481.5 ¿ 11 18 5 2 7 9 6 9 3 4,015.8 5, 350. 2 6,032.0 1 7 8 i ENE 1 E 1,181.3 1 ESE SE 1,927.2 4 4, 686. 1 5 i SSE. . 1 193 7 i 2 s 11,244.8 2,001.7 8, 429. 9 3. 759. 7 4,373.9 6, 148. 2 4. 556. 8 5 1 5 8 3 2 1 SSO 1,706.2 2 SO oso 0 ONO 2, 096. 1 2,222.4 1,671.8 2 3 1 1,724.4 1,554.3 1 3 "*"927.'Ó"¡ 3 NO i NNO 2, 834. 3 S. 85° 2 i Dirección media .. S. 8o 12' E. S. 84 2 yo. Vi' E. S. 9o 22' E. S. 32° <'2' O. DE OCTUBRE A MARZO. Ci Ci.-S. Ci.-Cu. i Núm. Altura. I de ; casos. A.- Altura. S. Núm. de casos. A. -Cu. Dirección. Altura. Metros. 8,571.5 9,205.7 6, 499. 1 11, 653. 4 9,847.0 14,128.9 8,118.7 11,837.4 11,003.2 Núm. de casos. 5 9 3 15 7 7 6 9 5 Altura. Núm. de casos. Altura. Núm. de casos. N Metros. Metros. 7, 260. 2 4,237.6 6, 679. 0 4, 689. 8 4 3 3 5 Metros. Metros. 5, 607. 2 3,172.6 6, 567. 4 5, 596. 1 3, 567. 0 4, 103. 6 4,576.2 2 NNE 2 NE 5 ENE 13,131.2 16,183.0 10,383.3 10, 257. 6 2 4 4 E 7 ESE SE 5,256.6 5, 776. 7 5 1 3,900.1 1 5 SSE S 7,821.5 6 5, 004. 7 5 SSO 10,512.4 9,614.5 13, 513. 9 11,653.9 16, 065. 2 6 4 3 2 so. .. oso 9, 900. 4 13, 614. 4 5, 763. 8 9 7 4 5,981.1 2 ! 1 3, 564. 0 5,172.0 2 2 o. ... 5, 883. 8 2 ONO i NO 12, 989. 1 14, 186. 1 5 2 1 NNO. 11,487.2 i ¡ 5,717.8 ¡ 2 5'E. 1 ¡ Dirección media .. S. 82° C 2' E. S. 1° 1 N. 89° 32' E. S. 67° 30' E. S. 88° 32' E. 4619 — tomo ii- -12 178 CLIMATOLOGÍA. Altura media y frecuencia semianual de las nubes, etc. — Prosigue. DE OCTUBRE Á MARZO. S.-C u. N. 1 Núm. Altura, j de 1 casos. Cu. Dirección. Altura. Núm. de casos. Altura. Metros. 1,590.4 1,825.8 1,966.4 2,182.0 1 , 686. 0 1,815.2 1,544.9 1,525.9 1,620.2 1,904.2 1,935.9 2,515.2 2,189.3 Núm. de casos. N Metros. Metros. 1,546.3 2,314.6 1 5 18 NNE . 2, 998. 5 1 ')Q NE 32 ENE 1 , 462. 1 2,199.4 2, 635. 8 1 2 2 1,587.0 1,985.7 1,382.4 1,579.4 4 5 1 2 47 E ESE 37 19 SE 17 SSE 2,254.6 1 6 S 2 sso 5 so 993. 5 944.4 4 1 2 oso 3 0 2 ONO « NO 1,408.2 1 1,615.9 864.8 4 NNO 2 Dirección media N. 89° W E. N. 76° , >3/ E. N. 68° 11' E. Núm. de casos. Metros. 2, 472. 8 2, 472. 5 1 , 457. 8 4,616.0 2, 428. 3 1,538.6 3,228.6 3, 849. 3 4, 524. 7 8,853.0 4,172.3 7,189.3 2, 732. 1 N. 89° 03' E. Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia de. las md)es en diferentes alturas, por grupos. GRUPO I. Ci. Ci.-S Ci.-C 1. A.-S. A. -Cu. Altura en metros. o o ú A 'a g 08 'A o 0J O orí O) 8 A tí cü "A c C crí £ Q "A De 500 á 1,000 1». p. S. m. p. s. 7)1. p. S. vi. p. s. vi. p. s. De 1,000 á 1,500 : !i : De 1,500 á 2,000 ; . ..! i De 2,000 á 2,500 1 1 '■ ¡ De 2 500 á 3,000 '■ i ...... ■ . . ' . i De 3 000 á 3 500 ; i 3 99 i 7 De 3,500 á 4.000 i I i 3.82 ! 5 De 4,000 i\ 4,500 i i ! ! ¡ 2.93 ! 1 De 4.500 á 5,000 i i i 2. 82 2. 82 2.50 3.11 1 4 3 2 6.38 ! 3 De 5 000 á 5.500 ! ! ¡ De 5 500 á 6,000 4.50 i 5 8.77 i 1 13.39 ! 2 i 8.86 i 2 De (') 000 á 6,500 2.70 ¡ 2 De 0,500 á 7.000 3. 51 * 1.66 | 1 9.54 ; 1 De 7.000 a 7. 500 i 9.54 i 2 De 7.500 á 8,000 5. 77 (i. 77 20. 64 26. 85 2. 35 9. 68 1 1 8.59 6. 15 10.79 10.79 17.84 15.53 2 1 1 2 3 4 9.24 í 2 9.54 ! 1 De 8,000 a 8,500 ¡" ' * De 8,500 a 9,000 ! ¡ i De 9,000 á 9,500 De 9.500 á 10,000.... De 10,000 á 10,500... 1 ! * De 10,500 ál 1,000... 8.26 I 3 9.28 1 8 12.29 ¡ 4 4.92 1 2 17.42 : 4 13.01 | 2 1 De 11,000 á 11,500... i De 11,500 á 12,000... De 12,000 á 12,500... De 12,500 á 13,000... De 13,000 íl 13,500... De 13,500 á 14.000 . 8.04 ; 4 8.70 : 1 8.70 1. De 14,000 a 14,500... De 14 500 á 15,000... 11.76 | 2 ! 9. 13 ; 2 1 De 15,000 a 15,500... 2.77 i 3 7.12 4 j De 15,500.116,00o... De 16 000 á 16 500 84.71 1 29.68 | 4 i 1 De 16 500 á 17,000. . . i . . . ' ! De 17,000 á 17,500...! 2.97 i 2 De 17 500 á 18 000 .| 17. 36 1 1 1 De 18 000 á 18 500 i ' De 18 500á 19000 ! . . .! I""""", De 19 000 á 19,500... ! 1 ¡ i De 1 9 500 á 20 000. . ¡ i i i ! De 20,000 á 20,500. . . - J ! 1 NUBES. 179 Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia de las nubes grupos — Prosigue. en diferentes alturas, por GRUPO I. S.-Cu. N. Cu. Cu.-N. ; Veloci- dad media. Altura en metros. o3 'o o > ü O oí a os c3 > O x t-< o cu 2 a ? 'Ó a cy 1 T3 ; o3 c De 500 á 1,000 m. p. s. m. p. s. 5.91 7.93 1.30 6 10 ■ni. p. s. 11.20 6.49 7.06 7.79 9.21 7.40 14. 54 3 28 79 39 20 5 m. p. s. 11.20 6.27 7.17 7.49 9.21 5 fiK De 1,000 á 1,500 0.16 i De 1,500 á 2,000 De 2,000 á 2,500 7.76 3 De 2,500 á 3,000 De 3,000 á 3,500 8.89 1 De 3,500 á 4,000 2 i 2.36 2 5. 88 De 4,000 á 4,500 7.20 8.89 3 6.13 De 4,500 á 5,000 1 fi 17 De 5,000 á 5,500 2.82 4.77 4.08 7.50 9. 54 9.68 5.93 17.36 18. 82 11.64 De 5,500 á 6,000 i De 6,000 á 6,500 De 6,500 á 7,000 De 7,000 á 7,500 • ; ! De 7,500 á 8,000 i 13.25 | 2 De 8,000 á 8,500 De 8,500 íi 9,000 1 De 9,000 á 9,500 De 9,500 a 10,000 1 i De 10,000 á 10,500... 10.29 2 12. 76 De 10,500 á 11,000... 8. 26 De 11,000 á 11,500... i 9.28 De 11,500 á 12,000... 1 12.29 De 12,000 á 12,500... 4.92 De 12,500 a 13,000... 1. . 12.73 11.57 8.70 11.76 9.13 2.77 22.64 29. 68 De 13.000 á 13,500... ¡ De 13,500 á 14,000... 1 ! De 14,000 á 14,500... ¡ i • De 14,500 á 15,000... i 1 De 15,000 á 15,500... ! ¡ i De 15,500 á 16,000... i ¡ 1 De 16,000 á 16,500... ¡ De 1(5,500 á 17,000... 1 De 17 000 á 17,500... ¡ 2.97 17. 36 De 17,500 á 18,000... 1 De 18,000 á 18,500... De 18,500 á 19,000... 1 De 19,000 á 19.500... De 19,500 á 20,000... De 20,000 á 20,500... i 1 i 180 CLIMATOLOGÍA. Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia de las nubes en diferentes alturas, por grupos — Prosigue. GRUPO II. Ci. Ci.-S. Ci.-Cu. A.-S. A. -Cu. Altura en metros. T3 CU ;d '3 o "3 > o» 2 » a * 'Ó *3 o a? > 'd B & 'Ó oj '3 o "o > O aó C O as -a oá 12 '3 o m.p.s. o O os Si a °3 •d oá '3 > O m a* De 500 á 1,000 m.p.8. m.p.s. m.p.s. m.p.s. De 1,000 á 1,500 De 1,500 á 2,000 ! De 2,000 á 2,500 De 2,500 á 3,000 i De 3,000 á 3,500 3.77 4.26 2.55 1.10 7.17 4.09 3.47 4 3 5 1 3 2 10 1 De 3,500 á 4,000 5.91 4.42 26.88 16.11 12.32 12. 66 2. 56 9.32 10.17 27.40 11. 95 10.62 9.57 27. 97 9.67 29. 28 17.73 11.10 1 2 1 2 l 2 2 6 9 4 8 4 4 6 9 9 9 17 18.97 | 1 | 5.91 1.12 1.44 2.44 4.43 5 De 4,000 á 4,500 1 De 4,500 á 5,000 3 De 5,000 4 5,500 ¡ • 3 De 5,500 á 6, 000 ¡ 1 De 6,000á 6,500 i De 6,500.4 7,000 De 7,000 4 7,500 4.20 i 9.42 3 De 7,500 á 8,000 | De 8,000 4 8,500 4.20 2 3. 57 1 De 8,500 4 9,000 1 De 9,000 4 9,500 26. 88 2 0.50 2 1 De 9,500 4 10,000 |... De 10,000 á 10, 500... 8.59 1 De 10,500 á 11,000... De 11, 000 á 11,500... 8.69 4.34 3 2 De 11,500 412,000... De 12,000 4 12,500... De 12,500 á 13,000... ! i De 13,000 413,500... 11.34 6.96 11.40 2 3 4 10.41 2 i De 13,500 414,000... | De 14,000 A 14,500... De 14,500 415,000... ! De 15,000 415,500... 13.86 16. 50 1 4 I De 15,500 416,000... De 16,000 416,500... ¡ De 16,500 417,000... De 17,000 417,500... De 17,500 418,000... De 18,000 418,500... De 18,500 419,000... De 19,000 419,500... I i De 19,500 4 20,000. . . De 20,000 4 20,500... i 1 ! i 1 NUBES. 181 Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia de las nubes en diferentes alturas, por grupos — Prosigue. GRUPO II. Altura en metros. De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De 500 11,000 1,000 á 1,500.... 1,5001 2,000.... 2,000.1 2,500.... 2,500 1 3,000.... 3,000 á 3,500. . . . 3.500 á 4,000. . . . 4,000.1 4, .500.... 4,5001 5,000.... 5.000 1 5,500.... 5,500 1 «,000.... 6.0001 0,500.... 6,500.1 7,000.... 7,0001 7,500.... 7,500.1 8,000.... 8,000.1 8,500.... 8,500 .1 9,000. .. . 9,000.1 9,500.... 9,500 1 10,000... 10,0001 10,500.. 10,500 1 11,000.. 11,000.1 11,500.. 11.5001 12,000.. 12,0001 12,500.. 12.5001 13,000.. 13,0001 13,500.. 13,500.1 14,000.. 11,000 1 14,500.. 14,5001 15,000.. 15.000 1 15,500.. 15,5001 16,000.. 16.0001 16,500.. 16.5001 17,000.. 17,0001 17,500.. 17,5001 18,000.. 18,0001 18,500.. 18,5001 19,000.. 19,0001 19,500.. 19.5001 20,000.. 20,000 1 20,500.. 3.17 3. 75 13.62 10. 17 o til 111. p. s. 2. 25 3.00 m.]).s. 2.64 4.27 6.05 8. 50 49. 63 Cu.-N. m.]).. 2.70 2.90 9.77 11.51 4.83 10.42 1.98 1.98 1.98 5. 00 2.98 10.51 2. 61 10. 51 0.84 §2 Veloci- dad media. 2. 54 4.05 5. 40 8.84 8.43 4.12 6.72 5.75 5. 71 7.63 5. 38 4.77 3.78 7.86 10.20 14.09 11.66 12.15 6.66 25. 20 9.67 24.13 15.30 11.10 10.87 6.96 11.40 13.86 16.50 182 CLIMATOLOGÍA. Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia de las nubes en diferentes alturas, por grupos — Prosigue. GRUPO III. Ci. Ci.-S. Ci.-Cu. A.-S. A.-Cu. Altura en metros. 5 'o 1 !> g 72 B & c3 'o o "o > ** O 'Ó o3 V, 'o O "o O aj a jo 13 > ! o !§¡ |g l" ~ 'Ó a o 13 'O ■ 2 <" : "A De 500 a 1,000 m. p. s. m.p.s. j m.p.s. m.p. s. m.j).s. De 1,000 á 1,500 :::.::::..!..:::: ! De 1,500 á 2,000 ! i i De 2,000á2,500 | i De 2,500 á 3,000 1 ! ¡ 11.05 3 De 3,000 á 3,500 ■ i i 1 16.23 ' 1 De 3,500 á 4,000 i ■' i 3.33 21.16 3 1 42 1 De 4,000 á 4,500 ! i ! ! 1 42 1 2 De 4,500 á 5,000 í ¡ ! De 5,000 A 5,500 ' ! 16.12 i 2 De 5,5uu a 6,000 ! '• > 3.83 8.35 4 5 4 4 3 De 0,000 (i 0,500 ; ! De 0,500 á 7,000 2. 21 11.83 14.28 12.40 30.50 7.22 14. 24 6.04 9.47 7.08 12.91 22.81 14.80 10.63 5.88 8.82 37.19 2 6 6 7 5 8 6 10 4 7 1 8 11 3 1 5 2 ..1 7.38 10.88 8.37 De 7,000 á 7,500 15.11 2 1 De 7,500 A 8,000 De 8,000 á 8,500 De 8,500 á 9,000 3.37 3.80 2 4 De 9,000 A 9,500 ! De 9,500 á 10.000.... De 10,000 á 10,500... 7.98 1 De 10,500 á 11,000...' 7.02 10.86 2 2 De 11,000 á 11,500... 7.98 1 De 1 1, 500 á 12,000... De 12,000 á 12,500... ¡ : De 12,500 á 13,000... De 13,000 á 13,500... De 13,500 á 14,000... 70.51 : 1 1 De 14,000 á 14,500... De 14,500 á 15,000... 70.51 j 1 1 De 15,000 á 15.500... 1 De 15,500 á 16.000... ¡ De 16,000 á 16,500. . . 1 i i i De 16,500 á 17,000. . . i ! De 17,000 á 17,500. . . Í2.8Ó 2 ! De 17,500 á 18,000... 25. 02 25. 02 13.22 1.51 1 1 2 1 1 De 18,000 á 18,500... De 18,500 á 19,000... De 19,000 á 19,500... De 19,500 á 20,000... i 1 ! I I De 20,000 á 20,500. . . 14. 05 2 ...:..:::.¡::::::¡:. ..::.::: 1 i NUBES. 183 Tabla CIV. — Velocidad inedia y frecuencia de las nubes en diferentes alturas, por grupos — Prosigue. GRUPO III. S.-Cu. -I- I" Altura en metn» Do 500 41,000.... De 1,000 41,500 .. De 1,500 4 2, 000.. De 2,000 á 2,500 . . De 2, 500 «13,000.. De 8,000 4 3,500 . . De 3,500 4 4,000 . . De 4, 000 4 4, 500.. De 4,500 á 5,000 . . De 5.000 4 5,500 . . De 5,500 4 (¡,000 . . De 0,000 á 0,500 . - De 0,500 4 7,000 . . De 7,000 4 7,500 . . De 7, 500 4 8.000.. De 8,000 4 8,500 . . De 8,500 4 9.000 . . De 9,000 4 9,500 . . De 9,500 4 10,000 . De 10,000 «1 10.500 De 10,500 s'i 11.000 De ll,000á 11,500 De 11.500 ál2,000 De 12,000 4 12,500 De 12,500 4 13,000 De 13.000 4 13,500 De 13,500 4 14,000...! De 14,000 4 14,500...; De 14, 500 4 15,000...! De 15,000 4 15,500...' De 15,500 410,000...! De 10, 000 410,500...! De 10, 500 4 17,000... | De 17,000 4 17,500...' , De 17,500 4 18,000...' De 18,000 4 18,500 De 18,500 4 19,000 De 19,000 4 19,500 De 19,500 4 20,000 De 20,000 4 20,500 Y< Sí ° al Cu.-X. 4.02 0. 02 0. 48 4.72 7.12 7.07 13 p 72 al Y, 2 > 51 Y Veloci- dad inedia. vi.-p.f. m.p.s. i 0.85 ¡ 22.15 i 20.29 i 20.29 i 11.80 i 11.05 10.23 2. 09 12.34 0. 85 8. 25 5. 58 7.33 5. 28 11.07 11.30 12.40 20. 08 0. 08 14.24 0.22 8. 05 7. 93 10. (JO 22. 53 14.17 10.03 38. 19 8.82 48. 30 12.80 25. 02 25. 02 13.22 1.51 14.05 184 CLIMATOLOGÍA. Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia semianual de las nubes en diferentes alturas — Prosigue. DE ABRIL A SEPTIEMBRE. Ci. 12 > m.p. s. o Ci.-S oj "o O > m.p. ,s. Ci.-Cu. A.-S A.-C Oj "o o 'o > i. Altura en metros. oj 'o O % m.p. s. 'd 'Ó oj "B '3 o "o m.p. s. 'O B * De 500 á 1,000 m.p. 8. De 1,000 á 1,500 j De 1,500 á 2,000 De 2,000 á 2,500 "" " i De 2,500 á 3,000 i De 3,000 á 3,500 1 3.07 3.33 10.73 3 2 7 De 3,500 á 4,000 11.87 11.28 1.42 1.42 K De 4,000 á 4,500 2.93 1 1 De 4,500 á 5,000 1 De 5,000 á 5,500 16.11 12. 32 8. 85 2.21 10.25 11.08 11.29 20.32 7.58 11.05 14.11 8.64 16.08 17. 25 15.20 14.80 10.91 4.30 8.83 37.19 2 1 1 2 9 13 9 12 9 9 15 10 13 10 21 11 5 3 7 2 7.17 3.91 5. 35 7.38 10.25 8.37 3 6 12 4 7 3 2 De 5,500 á 0,000 De 0,000 á 6,500 10. 12 2 De 0,500 á 7,000 De 7,000 á 7,500 11.47 3 De 7,500 á 8,000 De 8,000 á 8,500 4.20 2 De 8,500 á 9,000 3.37 3.80 2 4 De 9,000 á 9,500 De 9,500 á 10,000.... De 10,000 a 10,500... 8.59 7.02 9.73 4.34 1 2 4 2 7.98 1 1 De 10,500 á 11,000... 1 ¡' De 1 1, 000 á 11,500... 7.98 1 De 11,500 á 12,000... : ¡ . . . . De 12,000 á 12,500... i i. . ; De 12,500 d 13,000... l ■ 1 . . ! 1 De 13,000 á 13,500... i | ¡ i :;:::: De 13,500 á 14,000... 70. 51 1 De 14,000 á 14,500... i De 14,500 á 15,000... 70. 51 1 i i De 15,000 á 15,500. . . De 15,500 á 16,000... ! i ■ De 16,000 á 16,500... ¡ De 16,500 á 17,000... i ¡ De 17,000 á 17,500... 12. 80 2 . i i De 17,500 á 18,000... 25. 02 25. 02 13.22 1.51 1 1 2 1 De 18,000 á 18,500... í i De 18,500 á 19,000... 1 ! i De 19,000 á 19,500... ■ De 19,500 á 20,000... 1 1 De 20,000 á 20,500... 14.05 2 ! 1 NUBES. 185 Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia semianual de las nubes en diferentes altu ras — Prosigue. DE ABRIL Á SEPTIEMBRE. S.-C 5 'o > u. N Cu o O k |¡ y* 9 31 30 14 11 2 Cu.-N. Altura en metros. o X 'Z as -s m.p.s. 1 VI. p. 8. 3.03 0. 13 0. 47 8.91 5.37 7.07 5 B z y Veloci- dad media. De 500 á 1 000 . m.p.s. 11 !.]>.*. 3 03 De 1,000 í! 1,500 De 1,500 á 2,000 De 2,000 á 2,500 3. 30 3. 75 1 4 0 04 0 20 8.91 De 2,500 á 3,000 1 5.00 4.83 i 5. 34 De 3,000 á 3,500 ! 4.72 De 3,500 á 4,000 ¡ 9. 43 De 4 000 á 4 500 ... . ! '! 10.08 tí. 85 22. 15 3 3 1 11 30 De 4 500 á 5,000 . . . 5 49 De 5,000 ;i 5,500 i ; 1 9.84 De 5,500 á 0,000 i 5 11 De 0 000 á 0 500 ' ' ' 7 0'' De 0,500 á 7,000 ................. ..\ .V. ... ... ¡ ....... J 5.00 2 5. 49 De 7,000 á 7,500 l '. .. 10 44 De 7,500 á 8,000 ! !. .. 1 1 . 00 De 8,000 á 8,500 '' '. .. . I 2. 01 11.08 2 8 80 De 8,500 á 9,000 ¡ ; l 10.20 De 9,000 á 9,500 ' ! 1 0 41 De 9,500 á 10,000 : l : 0.84 2 9 19 De 10,000 á 10,500 ...'■ ! 13 42 De 10,500 á 1 1,000 ... ! | ' 8. 37 De 11,000 á 11, 500... ! i ! ! 14.22 De 1 1 ,500 íl 12,000 . . . ¡ ; ¡ ! ' 20. 29 20. 29 11.80 1 1 3 15.50 De 12,000 á 12,500.. J 1 1 15.43 De 12 500 á 13 000 . 1 14.17 De 13 000 á 13,500 . . i ! 10 91 De 13,500 á 14,000... 20.85 De 14,000 á 11,500... i ; 8.83 De 1 í, 500 á 15,000... i ; 48. 30 De 15,000 á 15,500... De 15,500 a 16,000... De 10,000 á 10,500... ! De 10,500 á 17,000... i De 1 7,000 á 17,500... 12.80 De 17,500 á 18,000... ! 25. 02 De 18,000 á 18,500 . . . 25. 02 De 18,500 á 19,000 . . . 13.22 De 19,000 á 19,500 . . . 1 . 51 De 19,500 á 20,000 . . . De 20,000 á 20,500 . . . 14.05 186 CLIMATOLOGÍA. Tabla CIV. — Velocidad inedia y frecuencia semianiuü de las nubes en diferentes alturas — Prosigue. > DE OCTUBRE Á MARZO. Altura en metros. Ci. Ci.-S. Ci.-Cu. De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De De 500 á 1,000 1,000 A 1,500 l,500á '2,000 2,000 á 2,500 2,500 A 3,000 3,000 A 3,500 3,500 á 4,000 4,000 A 4.500 4,500 A 5, 000 5,000 A 5,500 5,500 A 6, 000 6,000 A (5.500 6,500 A 7,000 7,000 ii 7.500 7,500 A 8,000 8,000 s'i 8,500 8,500 A 9,000 9,000 A 9,500 9,500 á 10,000.... 10,000á 10,500... 10,500 A 11,000... 11,000 A 11,500... 11,500 A 12.000... 12,000 á 12,500... 12,500 A 13,000... 13,000 A 13,500... 13,500 A 14,000... 14,000 á 14,500... 14,500 A 15,000... 15,000 á 15,500... 15,500 A 16,000... 16,000 A 16,500... 16,500 A 17,000... 17,000 A 17,500... 17,500 A 18,000... 18,000 A 18,500... 18,500 A 19,000... 19,000 A 19,500... 19,500 A 20,000... 20,000 A 20,500. . . 5.91 5. 91 26. 88 4.50 12. 62 7.97 11.54 10. 36 33. 56 15.19 17. 15 9.67 11. 95 10. 54 16. 21 12. 29 10.30 17. 42 13.01 13.86 12. 86 5.54 11.81 2.97 17.36 B* m.p.a. 3.51 8. 59 6. 15 10.79 18.84 17.84 15.53 8.90 5. 84 4. 26 1.10 1.9(5 2.82 2.50 3. (59 1. (5(5 9.24 3. 57 ! SÍ ¡ 'A m. }).,<. 0. 50 8.04 9.84 8.70 9.13 84.71 29. 68 3.99 ■ 7 2.81 : 8 2.03 i 2 3.91 i (5 2.44 l 3 7.38 ; 3 2.70 ; 2 9. 54 1 9.54 i 2 9.54 1 NUBES. 187 Tabla CIV. — Velocidad media y frecuencia semi anual de las nubes en diferentes alturas — Prosigue. dp: octubre a marzo. S.-Cu. N Cu . Cu.- N. Altura en metros. Velocidad. Número de casos. •d 'v O I Número de i casos. Velocidad. Número de casos. 5 o % m.p.s. Veloci- dad media. De 500 a 1,000 m.p.s. ¡ m.p.s. 2. 25 VI. p. 8. 6.42 54 86 44 21 5 2 m.p. a. 5. 49 De 1,000 á 1,500 De 1,500 á 2,000 De 2.000 á 2,500 De 2,500 á 3.000 1.57 i 2 9.23 I 4 10.17 1 2 5.49 7. 93 4.01 10 4 5.28 6. 83 7.39 8.96 7.40 14. 54 2.70 2.90 9.77 12. 24 8.89 2.36 8. 24 8. 89 3 7 5 9 1 6 1 5.07 6.67 7.49 9.96 De 3,000 á 3,500 5.69 De 3,500 á 4,000 5.53 De 4 000 á 4,500 6.05 De 4,500 á 5,000 i 6.32 De 5,000 á 5.500 ! 2.66 De 5,500 á (i. 000 ¡ ' 3. 96 1.98 1 4.62 De 0 000 á 0,500 ! 1 5 11 De 6,500 á 7,000 6.26 De 7,000 á 7,500 ! ■ 1 2. 98 13.25 2 8.68 De 7,500 A 8,000 i ! 9.76 De 8,000 á 8,500 | i 26.71 De 8,500 (i 9,000 i ' \ . 9. 56 De 9,000 á 9,500 : i 17.90 De 9.500 á 10,000 13. 76 De 10,000 á 10,500... • 10.29 2 13.17 De 10.500 á 11,000... 10.31 De 11,000 á 11,500... i ! i ! 16.21 De 11,500 á 12,000... i ' i 12.29 De 12.000 (i 12,500... i i 1 9.40 De 12,500 íi 13,000... i i 14.17 De 13,000 á 13,500... ; ( ¡ 11. 57 De 13,500 á. 14,000... : : i 1 10.71 De 14,000 á 14,500. . . ¡ ! i ::::::::::r.::::: 12.86 De 14,500á 15,000. .J ' : i i .... 84.71 De 15,000 á 15,500. . . i ! ¡ ¡ 17.61 De 15,500 á 16,000. . . ! ' i i 11.81 De 16,000á 16,500...' 1 ! 1 1 De 16,500 á 17,000. . . ' ! ' ¡ De 17,000 á 17,500. . . ! ■ : ¡ 2.97 De 17,500 á 18,000... ! i 17.36 De 18,000 á 18,500... 1 ■ : i De 18,500 á 19,000. . í ! De 19,000 á 19,500. . ! i De 19,500 á 20,000. . 1 De 20,000 á 20.500... 1 ¡ 188 CLIMATOLOGÍA. fe £ 3 ^s ^ s? V h~i so o U4 s t> •á Pí s> O <*> O <^> *« « Tí s; > QI fi^ MOJ't-fiMH^LOW .50 Ht^COiOHMMH «(MOCHÍN Oí !M (M rH ^> 00*OiCHOH^(N w .o^o A ^Í5w W"® !caiO O^izi Tf< CO O i-H O i N ^f -N iC CO l! M'ÍHíOiOMM • CO t- CO CO CO C^I • . CO • • C CO l^rniC • CO t-I > a S3 '3 >-5 o ó , 8 ó más días; siéntese al principio con lluvias bastante continuas y vientos frescos, que van rolando del N. al NE., E. y ESE., mientras el vórtice cruza por el Sur y se interna en el mar de China. Durante la recurva suele disminuir notablemente la velocidad de traslación del meteoro, siguiendo entre tanto en Manila las lluvias y los vientos frescos del ESE., que van rolando con muchísima lentitud al SE. y SSE. Cuando al cabo de unos 3, 1 ó 5 días ha terminado el baguio su recurva, emprende decididamente su marcha al NNE., NE. ó ENE., siguiéndose en Manila á este movimiento de traslación del vórtice, si éste no se ha alejado mucho de la capital, un role rápido de los vientos del SSE. al S., SSO., SO., OSO. y O., los cuales aumentan en fuerza, hasta que aquél ha rebasado por segunda vez }r por el Norte nuestro meridiano. De esta clase fueron el baguio del Gramna del Sal 14 de Mayo de 1895, llamado así por haber hundido al buque mercante de dicho nombre junto á la costa de Zambales, y el de Iloílo y Vigan del 9 al 17 de Mayo de 1890, cuyo vórtice pasó, en la primera rama de su parabólica trayectoria, por la capital de las Bisayas, y tangenteó por el Norte la capital de llocos Sur, cuando después de la recurva cortó la extremidad Noroeste de Luzón, moviéndose en dirección al NE. Las trayectorias de estos dos baguios y otras parecidas podrán verse en la página 206, lámina 1. 200 CLIMATOLOGÍA. Supuesta así, en general, la influencia que puede ejercer en Manila un baguio, según pertenezca a uno ú otro de estos cinco grupos, ya so ve que ha de ser en gran manera útil saber en que meses sean más 6 menos probables los baguios correspondientes á cada uno de ellos. A este fin hemos ordenado la siguiente tabla: Tabla CVIII. — Distribución mensual de los baguios durante el periodo de 1880 á 1898, según la orientación de sus trayectorias con respecto á Manila. Orientación. o . CLASIFICACIÓN DE LOS BAGUIOS. OBJECTO Y FIN DE NUESTRA CLASIFICACIÓN. Varios son los sistemas que pueden seguirse para clasificar los baguios; pero uno de los más adecuados nos parece ser el que sigue el 1\ Algue, fundado en el curso de las trayectorias, según puede verse en la obra Baguios ó Ciclones Filipinos, página 124. Nosotros, sin embargo, daremos aquí una clasificación algo diferente, no porque la creamos en sí mejor ni más perfecta, sino únicamente por parecemos más adecuada y á propósito para el fin que nos proponemos en este párrafo. Este no es otro que presentar, en 11 mapas, 11 agru- paciones de baguios que hayan sido bien estudiados y que puedan como reducirse á 11 tipos principales, atendiendo á la zona de su forma- ción y á la diversidad de sus trayectorias, indicando al propio tiempo gráficamente la intensidad relativa y role de los vientos que deben esperarse en Manila al presentarse un baguio, según que pertenezca á uno ú otro de estos 11 tipos principales. CLASIFICACIÓN DE LOS CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE ATENDIENDO Á LA INFLUENCIA QUE EJERCEN EN MANILA. De suerte que nuestra clasificación, si bien procuraremos que incluya en sí todos los ciclones del Extremo Oriente, pero está hecha princi- palmente con relación á Manila, ó sea, á la influencia que ejercen en Manila, según sea la zona de formación y el curso de sus trayectorias. Esto supuesto, dividimos ó clasificamos los baguios en esta forma: Ciclones de Marianas ó Magallanes. {Que recurvan lejos del meridiano de Manila. Que recurvan cerca del meridiano de Manila, antes ó después de atravesarlo. Ciclones for- mados en < el Pacífico. Ciclones mosa. Ciclones pinas. de For- de Fili- Ciclones de Luzón. Ciclones que cruzan por el N. de Manila.' Ciclones que recurvan en el interior de Luzón ó no lejos de la isla en el mar de China. Ciclones de China, Tonkín y Cochinchina. Ciclones que cruzan por el S. de Manila, Ciclones de Bisayas y Mindanao. Ciclones que recurvan en el mar de China, entre los paralelos 10° y 20°, cruzando antes por el S., y después por el N. de Manila. Ciclones formados en el mar de China. Ciclones formados en el mar de Joló ó mares interinsulares al S. de Luzón. 206 CLIMATOLOGÍA. De los baguios que venimos estudiando en este capítulo, 81 por ciento corresponden al primer miembro principal de esta división; 15 por ciento, al segundo miembro; y sólo 4 por ciento, al tercero. De los tifones de Bisayas y Mindanao y de los formados en el mar de China y mares del S. de Luzón, algunos desaparecen en el mar de China, antes de llegar al continente; y otros, los más, penetran en el por el S. de China, por el Tonkín ó por la Cochinchina. Los formados en el mar de China rarísimas veces se dirigen a Formosa ó al Japón; no así los de Bisayas y Mindanao, los cuales, en tal caso, pertenecen al último de los tres grupos de baguios, que hemos llamado de Filipinas, por atravesar estas Islas. Por lo que toca á las subdivisiones que hemos hecho de los baguios formados en el Pacífico, sólo hemos de observar: Io., que los ciclones que llamamos de Marianas ó Magallanes son los que se deshacen en el mismo Pacífico sin llegar á nuestro Archipiélago, ó recurvan de suerte que en la segunda rama de su parabólica trayectoria no se dirigen al Japón ni pasan cerca de él, sino que más bien se encaminan al archi- piélago magallánico; 2°., que por ciclones del Japón entendemos no sólo aquellos que atraviesan materialmente el Japón, sino también les que después de la recurva corren por los mares del Japón ó por los alrededores de aquel imperio; 3o., que por ciclones de Formosa, de Luzón, de Bisayas y de Mindanao entendemos todos aquellos que atra- viesan dichas islas ó cruzan al menos no muy lejos de ellas, en dirección unos á la costa Este de China, y al mar de China otros, lleguen ó no al continente. TRAYECTORIAS DE LOS CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE REDUCIDAS A ONCE TIPOS PRINCIPALES. Conforme á esta clasificación van los 11 mapas adjuntos, en los cuales pueden verse como reducidas á 11 tipos principales las trayectorias de los ciclones del Extremo Oriente. En cada uno de estos mapas repre- sentamos gráficamente por medio de flechitas la intensidad relativa y role de los vientos que deben esperarse en Manila cuando ocurran baguios de aquel tipo. Los números romanos I, II, III, etc. colocados al lado de cada flechita indican el orden de sucesión de los vientos, ó sea, el sentido en que han de rolar desde el principio al fin de la trayectoria supuesta. El número de barbas de cada flechita denotan la intensidad relativa de los vientos, esto es, cuales sean los vientos que suelen adquirir más fuerza con trayectorias del tipo de que se trata. Representamos sólo la intensidad relativa, porque la intensidad absoluta de los vientos depende de muchas causas, y, á nuestro juicio, de estas tres principalmente: de la distancia mínima á que cruce el vórtice; de su mayor ó menor desarrollo; y de la inclinación del eje del temporal á un lado ú otro de la trayectoria. CICLONES DE MARIANAS Ó MAGALLANES. LAMINA. XL1L 120° 13Q° Longitud E.de SPemando 140° V 150° /a \ i j JV.fí. Las r(sx.'hiJas indican los vientas que han de espeiwse en. MANILA con trayectorias' de este tipa /V,< rV...- ^ 40 r W V- "i 40 : /-^ i- No.l - 300cmbre-2Nov?/890 „ 2 - 28 Dic? 1892 -1°En? 1893 ( ,. 3 7'-/? Octubre 1694 „4* ¡8 22 No\-ierribretm$ ., 5 * 18-22 Agosto 1896 Vx „ 6 - ¿ - A? Octubre 1696 ,. 7 - 23-28 Abril 1899 ^; 'si.,./ ■■ 3? 30 r Vx* t, V'"V; y ■ " i V"v 20 ^ .-7r > 10 í r¿o° 120p 130° 140u Longitud E.duGreenvrich JUUUS BIEN & CO. UITH. NX CICLONES FORMADOS EN EL PACÍFICO Y QUE HAN RECURVADO HACIA EL JAPÓN ALGO LEJOS DEL MERIDIANO DE MANILA. LAMINA XLIIL 120° 130° Longitud. E.&e SJernando 1W \ JV. B. Los mímenos mmxuios 1 11 III etc. indican, el orden de sucesión de los vientos que han de espenarse enMANILAoon trayectorias de este tipo. I?l número de barbas ole tas flechilas denotan la intensidad.- relativa ole tos mismos vientos No. 1 - t2 -23 Agosto /895 .. 2 - 16-26 Agosto. ¡896 „ 3 - / /2 Septiembre 1896 „ l - 6/0 Septiembre /&97 „ 5 - 2-6 Septiembre 1898- ;í0„6- 2-/0.kJuIí.o /<5v9,9 ^ ,A- A ¡^ io I- ./ '-Vr> K- l_ 120° 120° 130°" 140° Longitud E.de Greenwích JUUUS BIEN ttCO.LITH. N.V CICLONES FORMADOS EN EL PACIFICO YQUE HAN RECURVADO HACIA EL JAPÓN NO LEJOS DEL MERIDIANO DE MANILA. LAMINA XL3V. 120° 120" Longitud E . de S Fernando 140° 150° N.B. Los números romanos l H IH etc. úidiccuz el orden de sucesión de los vientos que han de espartase enMAN/LAcon trayectorias de este tipo. EL número de bardas de las flechilas denotan ¿a inmensidad relativa de los misinos vierdav~~~ - - 40- No. I" * /O Septiembre /8& '-v „ 2 4/3 Octuore /8S2 „ 3 - // -24 'Noviembre. 1892 i „ 4 - 22 Juni/>-3^/uZio^8S6 „ 5 - 26 Agosto- 8Sept? /#¿k „ 6 -■ /6-2ó Jtatio /SS6 „ 7 - 3/2 Agosto /697 _, 6" 24-30 Septiembre /897\ „ 9 - 28 Oct?~7JVorterrd>re W9? „ 10 - 2 //Agosto /808 „ U - 13-26 ./¿¿lio /8&9 \f*j^/~ "W'V -- — -r H30 20 ^^0 0<í/ F k.j v 1P 0' 130° 140° 150° Longitud E.de Greenwich JUUUS BIEN ttCO.UTH N.V. CICLONES DEFORMOSA. LAMINA XLV. 120" I ttO° Longitud E. de SJeniando [HY ! JV.B. Los números roma /ios 1 II ID etc. indican el orden de sucesión de los vientos que han de espeiru^e enM\NILAcon trayectorias de este tipo. El número de barbasdelasfleetutas denotan ¿a intensidad relativa de los mismos vientos 40- ->,; No.] f+18 Agosto 1892 „ 2 -- 3 H Septiembre ¡892 „ 3 - 11 19 Septiembre 1892 „ 4 - 17 -2/ Septiembre 7&9S „ 5 - /#-/£ Septiembre 1895 „ 6- 23 27 Septiembre W9S „ 7 - 27Sepl? - / OctidjreltJB , V (Vvi »3 (VV "}\.! o/7 "T i \ .* oü /^-> '^> í 130° MOu Longitud E.de Greenwich JUUUS BIEN ttCO.UTH. f CICLONES DE LUZON QUE HAN CRUZADO POR EL N.DÉ MANILA,RECURVANDO POCO DESPUÉS, Ó EN EL INTERIOR DE LA ISLA,Ó"NO LEJOS DE ELLAJEN EL MARDE CHINA. LAMINAXLVÍ. 120° 120" l.'K)° Longitud £. de S.Feman do 140° 150° u J A V ¡ JV./JLa^ números romanos l II III etc. indican el orden de ¡ sucesión de los vientos' que han de esperarse eriMANfLicvn trayectorias de este tipo, EL número de barbas de las ftechitas denotan la inmensidad relativa, de los mismos vientos* Y ^r / 'Ajfj ° mr 130° Longitud £ de &Fernando 140° 150° y N.B.Los ndme/vs romanos I II IU etc. indican el orden de .sucesión de los vienta? que han de esperarse enMANILAcon tncyectoricis de este ¿í/xj. f¡Z n úm ero de barbas de las fl cahitas denotan la, in/erhsidxid, relativa de los misma? vientas- V v v No. 1 - 8 W Noviembre t8.9() Xf „ 2 - &-/9 Septiembre IfífM „ 3 - 22-29 Julio 'SOS ,4 - 6 -9 Julio W9fí ,. 5 - 24-30 Julio 1896' „ 6 -• 6 JO Agosto 1996' y € •" 1 ¡ \ ?:v^ l ^i^ ^ (§)MAMILA 1A ^ J40 — 130 ^20 Longitud E.de Greenwich JU UUS BIEN ttCO. UITH. N.Y CICLONES DE LUZON QUE HAN CRUZADO POR EL SJ)E MANILA, LAMINA XLVIIL 120° 120° 130° LongitudE.de S.Feniando 140° 150° y A r\ JV.B. Los flameros romanos l ü IH etc. indican el orden de sucesión de tos vientas- oue han de esperance enMUV/Licx>n tmyectorias de este tipo. El número de barbas d¿> las ftechitas denoten la in/ensid/zd relativa de los mismxxs vient/is /V-/^ Oh— ,- V No. 1 - 3-eNovienvbre 7882 \r ) r „ 2 -270ctu/>rc -7°JVov? 1880 JVr™ „ 3 - ?°-7 Noviemb7y^l88S ( | „ 4 - 72-76 Noviembre 78&7y^\ „ 5 -30 * Julio - ■ ^Agosto 7896 ^ J vO~S/ V )\.r-^ 4^ v si-^-'W y^ydr.p -'#. # _,m^s\< >' > \ 40 Longitud E.de Greenwich J U W U 3 8 1 EN • CO. LITM. W. V- CJCJ,OKES de bisay^vs yminihanao. LAMINA XUX, 130° LongiUAdE. deSJemando H*)° ! XB. Los números romanas I II 111 etv. indican el orden de sucesión de los vientos qu¿> han. de esperarse e/iM4flYA4cpn \ tmyeeforias de este tipo. Él número de barbas de las ftexñitas I denotan lo: intensidad, relativa, de ¿os mismas vienta* No. 1 - 24 30 Abril 1883 „ 2- 19 -30 Agosto 1892 „ 3- 8 73 Noviembre 789, „ 4 - f-8 diciembre 18,92 „ 5 - 77-26 Enero 7895 ,. 6- 4-72 Junio 7895 ,. 7 - 5-75 Noviembre 7895 ., 8- 7-76 Octubre 7897 ., 9- 73 79 Octubre 7897 Longitud |I.de Greeuwich J U Ll U S B »£N ft 00. UTH.N Y CICLONES FORMADOS EN EL PACIFICO Y QUE IIAN RECURVADO EN EL MAR DE CHINA ENTRE LOS PARALELOS 10° Y20° CRUZANDO ANTES POR EL S .Y DESPUÉS POR EL N DE MANILA. LAMINA L. 12o° 1ZQ. 130° Longitud E. de S.Femando 140' N.B. Los números zwmanos I U III etc. indican el orden de sucesión de los vienta? que han de esperarse enJMANÍLAcvn trayectorias de este tipo. El número de bardas d¿> las fíexñitas denotan la inlensf'd/zd. relativa de los mismos vien/ar No. 1 - 29At>ril- 6 Mayo /8VO VN ,. 2 - 3 -/-l Mayo 13,9/ \ „ 3 - 8/7 Mayo 1895 „ 4 - &-20 Mayo /S96 ,. 5 - 2-8 Junio ¡896 „ 6 - 9/9 Xoxiembrc ¡897 „ 7 - 6-2/ Marzo W98 ¿ __„ 8 - Í8 28 Mayo 1899 (^ ■^r^~' ^' ./ V V / " * / $uT v°/ rJ- x M^ ;V^r y tú / A C" ^->,^ -Wi— - -2 30 ■-*r —\ 20 " ' 0 10 120° 120" 130° 140° 150° Longitud E.de 6reenvrich J U L4 U S B I EN «I CO. LlTH N. V. CICJiQ^ps F(J|Ft\lAJ}OS EN EL MAR DE CHINA. LAMINA LI. 120° 120° Ui0° Longitud E . de S.Fernando t4()° | JV.fí. L(is ¡¡¿chitas ¿mlican los víen/os que ¡tan de I esperarle en MANILA con trayectorias de. este Upe 40 \ 30 r vi No.l - 14-21 Julio ¡887 \ „ 2 - JO -?3 Septiembre ¡8,9 ¡ „ 3 - 22 -26 Julio J894 ., 4 - 7 -J2 Septicm.bré^f€t94 „ 5 - 28 Junio 2 Julú) ¡8sh „ G - 26 -3 J Agosto ¡83? „ 7 - 23-28 Julio J898 . „ _8- 2-8 Octubre ¡837 ^ i$ ,VV^~ /? ^ ■■-¡20 10 150° Longitud JS.de Greenwich JUULTS BIEN ttCO. LITH. N.Y. CICLONES FORMADOS EN EL MAR DE JÓLO Ó EN LOS MARES INTERINSULARES AL S.DE LUZON. LAMINA UL Longitud E.de Greenwich JUUUS SiCN OCO.LITH. N.Y BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 207 Damos repetido el mapa de la lámina xlvii con el único fin de poder dar mayor número de trayectorias de baguios que en estos últimos años han atravesado la isla de Luzón por el Norte de Manila. Las trayectorias de los baguios que van en la lámina 1, pueden como subdividirse en dos clases; una, de los que pasan á la menor distancia de Manila en la primera rama de la parábola, ó sea, cuando cruzan por el Sur; y otra, de los que, al contrario, pasan á la menor distancia, cuando atraviesan nuestro meridiano por el Norte, después de haber recurvado en el mar de China. El role de vientos que puede esperarse en Manila con esta clase de baguios es mucho más limpio en los segundos que en los primeros, pudiendo todavía suceder que en estos, si se internan extraordinariamente en el mar de China antes de la recurva, no llegue á rolar el viento más que hasta el S. ó SSO. Pero la diferencia es aún más notable en la intensidad relativa de los vientos; pues en el primer caso naturalmente adquieren mayor fuerza los vientos del E., ESE. y SE., siendo muy flojos 3^ ligeros los del tercer cuadrante; y al contrario, cuando el baguio pasa á la menor distancia, al cruzar por el Norte, los vientos más fuertes son los del SO. y OSO., mientras los del segundo cuadrante no pasan de bonancibles ó f resquitos. A fin de que resalte bien esta última diferencia en la misma lámina 1, hemos distinguido unas trayectorias de otras con las letras A y B colocadas en el vértice de la parábola, dando en dos diagramas distintos la diferente intensidad relativa de los vientos correspondiente á las dos clases de trayectorias. Terminaremos este párrafo haciendo constar que hemos tenido especial interés en escoger trayectorias de estos últimos años, y espe- cialmente del período de 1895 á 1899; y que las hemos tomado, en gene- ral, de aquellos meses en los cuales son más frecuentes los baguios de cada uno de dichos tipos. SEÑALES PRECURSORAS DE LOS BAGUIOS. SEÑALES PRINCIPALES. En la imposibilidad de tratar aquí. esta materia con la extensión que ella se merece, no haremos apenas más que traer á la memoria algo de lo que acerca de ella han escrito en Filipinas los Padres Faura y Algué. Las principales señales precursoras de un baguio son las deducidas del nefelismo de la atmósfera, de los movimientos del barómetro, y de éstos y de las corrientes atmosféricas combinados entre sí. Por medio de solos los movimientos del barómetro podrá un obser- vador particular cerciorarse de la existencia del ciclón, pero no situar su demora, lo cual conseguirá fácilmente si á la señal dada por el baró- metro junta alguna de las otras dos, fundadas en el nefelismo de la atmósfera ó en las corrientes atmosféricas. Otra cosa sería si habláse- mos de un observatorio de primera clase, dotado de un buen servicio 208 climatología. meteorológico en una región determinada; pues entonces dicho se está que las solas observaciones del barómetro de las diferentes estaciones, comparadas entre sí, le servirán fácilmente á un observador para trazar las isóbaras, ver el sentido de la pendiente ó graduante barométrico y situar por tanto el vórtice de cualquier baguio que se acerque á aque- lla región. SEÑALES TOMADAS DE LAS CORRIENTES ATMOSFÉRICAS Y DE LOS MOVI- MIENTOS DEL BARÓMETRO. En el párrafo siguiente veremos en particular cómo deben entablarse las diferentes corrientes de la atmósfera alrededor de un ciclón, y cuan preciosa sea la indicación de estas corrientes para situar la demora de un baguio, sobre todo desde el momento en que el barómetro nos haya cerciorado de su existencia. El modo práctico de ayudarnos de los movimientos del barómetro, á fin de que nos sirva de señal precursora de temporal, lo podrán ver nuestros lectores en las páginas 231-265, en que haremos memoria, al propio tiempo, de dos aparatos inventados por los Padres Faura y Algué para la previsión del tiempo en Filipinas y en todo el Extremo Oriente. SEÑALES FUNDADAS EN EL NEFELISMO DE LA ATMÓSFERA Y SOBRE TODO EN LA CONVERGENCIA DE CIRRUS. Acerca de la otra señal fundada en el nefelismo de la atmósfera, y especialmente sobre la convergencia de cirrus, señal tanto más pre- ciosa, cuanto que se adelanta á veces por uno ó más días á las dos ante- riores, creemos que nada más podría añadirse á las siguientes líneas que escribió el P. Faura, en 1881, en el popular folleto titulado Se- ñales precusi/ras de temporal e?i el Archipiélago Filipino. Dice así : El mejor medio para determinar la demora del vórtice y seguir sus diversos movi- mientos es la observación de altos cirrus, nubéculas de estructura muy tina, de color opalino claro, que se presentan en prolongadas plumas, conocidas entre los marinos con el nombre de rabos de gallo. La primera idea de servirse de estas nubes para la determinación del vórtice del temporal es debida al P. Benito Viñes, Director del Observatorio de la Habana, y, á nuestro modo de ver, es una de las mayores conquis- tas conseguidas en estos últimos años con el estudio de los fenómenos meteorológicos. Hay que confesar, sin embargo, que aquí no se presentan con la limpieza que el autor citado les atribuye, y por lo mismo nos detendremos algo en la descripción de los caracteres que suelen ofrecer en nuestro Archipiélago. Mucho antes de que se observe el menor síntoma de mal tiempo, y, en muchos casos, cuando todavía el barómetro se halla á gran altura y bajo la influencia del centro de presión máxima que suele pre- ceder al temporal, aparecen en las altas regiones de la atmósfera esas nubéculas aisla- das, al parecer, destacándose perfectamente sobre el fondo azul del cielo y prolongán- dose hacia un punto del horizonte al cual convergen. Las primeras suelen ser pocas en número, pero bien determinadas y de finísima estructura, y se parecen á prolonga- dos y apiñados filamentos, cuya visibilidad se pierde antes de llegar al punto de convergencia. Desde el Observatorio de Manila se ha tenido ocasión de observarlas BAGUIOS 6 CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 209 á vecen, cuando el vórtice del temporal se hallaba á más de 600 millas de distancia. Tan pronto como esto se observa, es preciso no perderlas de vista y estar muy atento á los movimientos que vayan sufriendo sucesivamente. El mejor tiempo para esta observación es el momento de las salidas y puestas del sol. ( Cuando éste se halla próximo al horizonte del Este, las primeras nubes coloreadas por los rayos solares son los cirro-stratus precursores del temporal; por el contrario, son las ultimas en desaparecer, después de haber traspuesto el sol los horizontes. Téngase, pues, cuidado en determinar bien en estos momentos el punto de conver- gencia de dichas nubes, y se tendrá con gran aproximación la dirección de la demora del vórtice del temporal. Más tarde se multiplican mucho, pero pierden en parte aquella finura (pie las caracterizaba al principio; se ven, en general, más condensa- das, presentando formas muy caprichosas, ya de arborizaciones. ya de plumas con sus barbas y astil central, sin dejar de conservar por eso su orientación, con la cual se puede seguir todavía la posición del punto de convergencia. Para la determinación aproximada de la dirección que el centro del temporal vaya siguiendo en su movimiento progresivo de traslación, procúrese ir tomando en tiem- pos equidistantes los diversos puntos de convergencia de los cirro-stratus, y compá- rense éstos con los movimientos del barómetro. Supongamos que el punto de convergencia hacia el cual concurren ó irían á concurrir, si se les viese en toda su extensión, demora por el segundo cuadrante, que es el único sitio, por el cual son temibles para un observador situado al Oeste del temporal. Si el punto de convergencia no cambia sensiblemente de posición, sino que se ve fijo é invariable por mucho tiempo y aun durante algunos días consecutivos, se puede estar casi seguro de (pie el. temporal desfogará sobre el lugar del observador. El barómetro en este caso empezará á bajar luego de haberse observado los primeros cirrus, y algu- nas veces antes; al principio bajará con lentitud y sin perder completamente la osci- lación diurna y nocturna, pero sí, alterándose algo las horas de máxima y mínima. La altura media diaria se observará ser cada día menor que la del día anterior. La parte del horizonte por donde se presenta el temporal empezará á cerrarse con un velo cirroso, el cual, creciendo paulatinamente, llegará á cubrir de un modo casi homo- géneo todo el cielo; este velo es conocido con el nombre de cirro-pallium de Poév, y es el (pie da lugar á los halos solares y lunares, que no faltan nunca á la proximidad de un temporal. Por debajo del velo cirroso aparecerán acá y allá algunas nubes sueltas llamadas vulgarmente algodones, mucho más numerosas y mayores también, en general, por el lado de donde viene el temporal, en cuyo punto presentan luego una masa muy com- pacta. Las salidas y puestas del sol sorprenden entonces por el color rojo que hacen tomar á las nubes, asemejándose algunas veces á un vasto incendio, principalmente por el lado del ciclón. Los tintes no son homogéneos, antes bien ofrecen una gradación muy marcada; la parte más compacta se colorea de un color rojo muy oscuro, sigue luego el velo cirroso con color mucho más claro, y finalmente los cirro-stratus por encima del velo cirroso con tintes más claros todavía y que generalmente, como se ha dicho antes, son los últimos en desaparecer. Si en este momento se hace la observación con cuidado, se advertirá que los cirro- stratus forman un arco en el punto donde quedan ya interceptados por la parte más oscura de la nube; el vértice de este arco corresponde exactamente á la dirección del centro del temporal. En el caso supuesto, es decir, cuando la dirección de los cirro- stratus no ha cambiado después de todos los fenómenos descritos, se puede estar seguro de que el temporal viene directamente hacia el observador; el barómetro enton- ces pierde ya completamente las oscilaciones diurna y nocturna; en vez de subir á las horas señaladas, bajará ó á lo menos permanecerá quieto, si el temporal es de escasa importancia y marcha con lentitud. 4t)19 — TOMO II 14 210 CLIMATOLOGÍA. El viento se verá fijo en un punto, generalmente entre el NE. y NO., teniendo sola- mente algunas oscilaciones, debidas principalmente á los chubascos que desfogan con- tinuamente en el interior del temporal; y si se observa en tierra firme ó en sitio próximo á ella, podrá ser efecto también de las quebradas de los montes. Las nubes bajas ó algodones menudearán más sucesivamente y cubrirán de cuando en cuando todo el cielo, desfogando también algún chubasco de agua y viento; pero, pasado el chubasco, volverá á tranquilizarse, quedando el velo cirroso de que se ha hablado antes, y, por el lado del temporal, la barra del huracán que permanecerá fija en un mismo punto. Este estado de la atmósfera continuará hasta que la barra del huracán invada ya el sitio de observación, en cuyo caso los chubascos serán continuos y el viento irá creciendo en violencia por momentos. Los fenómenos que se verifican mientras desfoga el temporal no es necesario indicarlos porque son harto conocidos. Este primer caso supuesto, si bien es el más temible, es también el más raro y de más fácil observación, porque los caracteres de los fenómenos indicados son muy marcados; por lo mismo, con mayor facilidad se. podrá uno librar de él. Supóngase, en segundo lugar, que los primeros cirro-stratus se observan convergiendo hacia el segundo cuadrante, al SE. verdadero, por ejemplo, y que en vez de permane- cer fijo el punto de convergencia, como en el primer caso, cambia sucesivamente de posición; si este cambio es notable se puede estar seguro de que el observador se halla fuera de la trayectoria; si se va por el SSE. y S., el vórtice del temporal pasará por el S. y SO. del observador. Si se va por el ESE. y E., el vórtice le pasará por el NE. y N. Los fenómenos del velo cirroso, halos solares y lunares, coloración de las nubes por la luz solar, etc., se presentan también, peromdificándose, conforme la posición que vaya teniendo el vórtice del temporal. El mejor medio para conocer entonces en qué grado puede castigar el temporal al observador, es la comparación de los movimientos del barómetro con la rapidez con que va cambiando la orientación del punto de convergencia de los cirro-stratus. Si el punto de convergencia llega al E. verdadero ó al S., sin que el barómetro haya sentido mucho su influencia y sin haberse alterado por completo las oscilaciones diurna y nocturna, se puede estar seguro que no hará más que tangentearle, ó cortarle por una pequeña cuerda; en este caso, á lo más sentirá racheados, pero no temibles, los vientos del tercer cuadrante, si el vórtice se le va por el E., ó vientos del segundo, si el vórtice le pasa por el S. ; el role de los mismos se verificará con regularidad y conforme á las leyes conocidas de los temporales, siendo flojos los del cuarto ó primer cuadrante, y algo más frescos los del tercero ó segundo y acompañados de lluvias, por lo general. Estos, á nuestro modo de ver, como hemos dicho antes, son los que cons- tituyen el fenómeno conocido aquí con el nombre de collas. MEDIOS PAKA DISTINGUIR LOS CIRRO-STRATUS PROPIAMENTE PRECUR- SORES DE TEMPORAL DE LOS QUE NO LO SON. El mismo P. Faura, en una descripción sobre el temporal del 4 al 5 de Noviembre de 1882, amplió algo más este punto dando algunos medios para distinguir bien los cirro-stratus precursores de temporal de los que no lo son, en estos términos: Antes de pasar adelante, creemos útil hacer una ligera indicación sobre la observa- ción de los cirro-stratus, de que se habla en las Señales precursoras de temporal, y es que esta clase de nubes no deben confundirse con los cirro-stratus, que se presentan con tanta frecuencia en nuestras localidades, siempre que se prepara alguna turbonada en el horizonte, ni tampoco con los que aparecen ocupando casi todo el horizonte, cuando corren con fuerza en las altas regiones de la atmósfera los vientos del Norte; porque los cirro-stratus precursores del ciclón se distinguen de los procedentes de tur- bonada en la persistencia con que se conservan en el horizonte; los correspondientes BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 211 á turbonadas ó chubascos pasajeros desaparecen cuando éstos han desfogado; por el contrario, los correspondientes al ciclón persisten por mucho tiempo y algunas veces hasta por varios días consecutivos. Se distinguen también de los cirro-stratus debi- dos á corrientes generales en las altas regiones de la atmosfera, por la convergencia de los mismos. Los debidos á corrientes generales, se ven diseminados acá y allá, muchas veces sin convergencia alguna y en diversas direcciones, y otras veces, si alguna convergencia tienen, ésta es muy débil, de muy difícil observación y muy distinta de la que tienen los cirro-stratus correspondientes á la clase de temporales de que hablamos; pues en éstos es tan característica y de tan fácil observación, (pie á la sola inspección de los mismos se traslada inmediatamente el pensamiento al vórtice del temporal; se presentan en forma de abanico, teniendo el punto de convergencia hacia el lado del horizonte donde demora el centro del ciclón. EJEMPLOS NOTABLES DE CONVERGENCIA DE. CIRRUS. Si la premura del tiempo nos lo permitiera, presentaríamos con gusto un catálogo de las veces que en Manila. 6 en otros puntos del Archipiélago, consta haberse observado esta convergencia de- cirrus en la parte anterior ó posterior de algún ciclón. Mas, ya que esto no nos es ahora posible», nos contentaremos con traer á la memoria algunos ejemplos más notables, que hallamos consignados en los boletines men- suales de este Observatorio. TIFONES DEL 12 AL 13 Y DEL 19 AL 20 DE OCTUBRE DE 1881. En el mes de Octubre de 1881 dos vórtices ciclónicos se presentaron por el Pacífico, atravesando el centro de Luzón, la noche del lá al 13 el primero, y la noche del 19 al 20 el segundo. Ambos se movieron en dirección al NO., mientras cruzaron la isla: pero al paso que el uno siguió la misma dirección en el mar de China, penetrando en el conti- nente por el Oeste de Hongkong, el otro se inclinó completamente al O. apenas salió de Luzón, viniendo á pasar, el día 23, por el Sur de Hainán. Ahora bien, véase lo que se lee en las observaciones generales publi- cadas en el Boletín Mensual de este Observatorio, correspondiente á dicho mes y año. Día 10. — Cielo cirroso durante todo el día; por la mañana da origen á un hermoso líalo solar; algunos penachos de cirro-stratus plumiformes convergen al ESE. (hacia este rumbo demoraba un vórtice ciclónico). Día 1S. — Esta mañana aparece ya el velo cirroso de la parte posterior del temporal. Lloviznas en la madrugada. Velo cirroso persistente hasta después de mediodía; por encima del mismo se distinguen algunos cirro-stratus bien definidos y conver- giendo al NO.; hacia este rumbo demora el temporal. Día 16. — Cubierto y despejado á tiempos; penachos de cirro-stratus al caer de la tarde, convergiendo al SSE. ; la noche cierra clara y hermosa, sin dejar por eso de persistir los cirrus plumiformes en la dirección indicada (hacia donde apareció otro vórtice ciclónico); por la noche empieza á extenderse un velo cirroso muy denso por debajo de los cirrus y da lugar, en las primeras horas de la madrugada, á un tenue halo lunar. Día 20. — El temporal siguió desfogando durante todo el día á causa de la lentitud de su movimiento progresivo. Al cerrar la noche cesó con algunos chubascos del SSO. ; siguieron, sin embargo, rolando los vientos hasta el SE. En la madrugada de hoy 212 CLIMATOLOGÍA. aparece, en forma de gigantescos gallardetes, una multitud de cirro-stratus conver- giendo todos al ONO. ; allí demora actualmente el temporal; á la salida del sol se colo- rearon todos de un color anaranjado muy subido que daba á la atmósfera un agradable aspecto. TIFÓN DEL 4 AL 5 DE NOVIEMBRE DE 1882. Otra convergencia bien definida pudo ser observada, en este Observa- torio, en la parte anterior del tifón que se dejó sentir en Manila en los días 4 y 5 de Noviembre de 1882. 1 He ahí cómo describe el fenómeno el P. Faura en sus Ligeros apuntes sobre el temporal del J+y 5 de Noviembre de 1882 á su paso sobre Manila: Los primeros indicios que ofreció el temporal aparecieron á las 9 de la mañana del día 3; el barómetro á esta hora se hallaba á la altura de 759.92 mm, por cierto muy lejos de indicarnos por sí solo que existiese semejante fenómeno, y por lo mismo no podíamos servirnos de el para anunciarlo; pero sí se distinguían en las altas regiones de la atmósfera una multitud de cirro-stratus en forma de prolongados y apiñados fila- mentos que se veían converger hacia el ESE., viéndose también las nubes cúmulus, esparcidas acá y allá por todo el horizonte, cruzar por debajo de ellos formando casi ángulo recto. Al principio creímos que los cirro-stratus fuesen producidos por una turbonada que se estaba formando en el horizonte del Este, pero al notar durante muchas horas consecutivas su persistencia en el horizonte, y creciendo por momen- tos en vez de disminuir, nos convencimos de que debían reconocer otra causa más tenaz y de mayor importancia que una sencilla y pasajera turbonada. A las 11 empezó á extenderse por debajo de los cirro-stratus un ligero velo cirroso, dando origen á un hermoso halo solar que se mantuvo lo restante del día y era visible siem- pre, cuando dejaban libre la parte de la atmósfera, en que se formaba los numerosos y gruesos cúmulus que ocupaban con frecuencia casi todo el cielo, cruzando, como se ha dicho antes, en ángulo recto por debajo de los cirro-stratus plumiformes. El barómetro, de 759.92 mm á que se hallaba á las 9 de la mafíana, bajó á 756.58 nim á las 3 y 4 de la tarde, esto es, más de 3 milímetros, lo cual indicaba, según el número 9 de las Señales precursoras de temporal, que teníamos cerca un trastorno atmosférico; con impaciencia esperábamos la puesta del sol, y ésta fué verdaderamente sorprendente y nos sacó de la perplejidad en que nos hallábamos. Desde el NE. al SE. empezaron las nubes á colorearse, en las proximidades del horizonte, de un color rojo-oscuro, pero intenso; á medida que el sol iba trasponiendo el horizonte, se iban pintando las más altas de color rojo también, pero más claro y más vivo; el conjunto se asemejaba á un vasto incendio; por fin, aparecieron los cirro-stratus en forma de abanico, como pocas veces los habíamos observado, enrojecidos con color más claro todavía, que se acercaba mucho al amarillo-anaranjado, y formando cerca del punto de convergencia, donde eran interceptados por las nubes que ocupaban el horizonte del Este, un arco, cuyo vértice se podía determinar perfectamente; dicho vértice estaba exactamente al ESE. Esto nos obligó á enviar cuanto antes la nota á los periódicos de la capital j>ara que todos se enterasen del terrible enemigo que tan próximo teníamos. TIFÓN DEL 2 AL 3 DE OCTUBRE DE 1894. Del 2 al 3 de Octubre de 1894 atravesaba el centro de la isla de Luzón un baguio de grande intensidad, el cual, después de haberse movido hasta la altura de 20° de latitud N., en dirección al ONO., se 1 Véase la trayectoria de este baguio en la lámina xlviii, p. 206. BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 213 inclinó luego al N., viniendo á penetrar en el continente cerca de Hong- kong y Macao, para cuyas colonias parece fué este tifón el más intenso que habrán sentido desde el tristemente famoso de 1874. Pues bien, desde este Observatorio tuvimos ocasión de contemplar una hermosa convergencia de cirro-stratus hacia el NO., que persistió bastante tiempo, la mañana del día 4 de Octubre, volviendo á aparecerá las 5 de la tarde; el vórtice del ciclón demoraba entonces precisamente en el mar de China, al NO. de Manila. TIFÓN DEL 1 AL 2 DE JUNIO DE 1896. Otros muchos casos podríamos citar de convergencias de cirro- stratus observadas no sólo en este Observatorio, sino también en otros puntos del Archipiélago, especialmente en la estación meteorológica de Aparri, en cuyos registros hemos visto con frecuencia consignado este fenómeno, precisamente hacia aquellos rumbos en donde nos consta evidentemente que demoraba entonces algún centro ciclónico. Así, por ejemplo, el día Io. de Junio de 1896 demoraba hacia el ENE. de Aparri y NNE. de Surigao un vórtice ciclónico que recurvó en el mismo Pacífico, entre los paralelos 20° y 30° y los meridianos 125° y 130° E. de Greenwich; y á pesar de haber sido insignificante la influencia de este tifón en el Archipiélago, hallamos consignada una convergencia de cirro-stratus al ENE. en la estación de Aparri, y al NNE. en la de Surigao. OLA DEL HURACÁN. Vamos á dar fin á este párrafo indicando otra señal precursora, que consideramos de capital importancia para los marinos, por adelantarse al baguio tanto ó más que la convergencia de cirrus, y por ser tal vez, en Filipinas, de más fácil observación y presentarse con más constancia que la dicha convergencia; nos referimos á la ola del huracán. NATURALEZA Y DIRECCIÓN DE LA OLA DEL HURACÁN. En unos apuntes relativos á los huracanes de las Antillas describe el P. Vines la naturaleza y dirección de la ola del huracán en estos tér- minos: La fuerte depresión que se origina en el interior del meteoro, sobre todo hacia su región central, hace que el huracán actúe por aspiración sobre las aguas y las eleve y suspenda en una cantidad proporcional al exceso de las presiones exteriores sobre las interiores, de una manera análoga á lo que se verifica en la bomba aspirante desde el momento en que empieza á producirse el vacío parcial en el interior del cuerpo de la bomba. El impulso de los vientos giratorios convergentes concurre á este mismo efecto, produciendo en el mar corrientes convergentes que tienden á acumular las aguas en el vórtice del ciclón. Las aguas acumuladas bajo la influencia de estas dos causas forman la denominada ola del huracán, ola piramidal y disforme, cuya cresta ó vértice corresponde próxi- mamente al vórtice del ciclón. Esta inmensa ola acompaña siempre al meteoro en su movimiento de traslación, y, al ser lanzada contra la costa, hace subir las aguas á una altura extraordinaria y á veces asombrosa, causando terribles inundaciones y sembrando por doquier el espanto y desolación. 214 CLIMATOLOGÍA. EL OLEAJE EN LA PARTE ANTERIOR DEL CICLÓN VIENE PRÓXIMAMENTE DEL CENTRO Y SE PROPAGA Á GRANDES DISTANCIAS. El P. Algué, en la página 123 de Baguios ó Ciclones Filipinos, resume en las dos siguientes conclusiones lo relativo á la ola y oleaje del huracán, tornada como señal precursora de baguio: En cuanto al oleaje del huracán numerosos hechos confirman : 1°. Que en la parte anterior del vórtice el oleaje viene próximamente del centro. 2o. Que se propaga á grandísimas distancias, alcanzando en el trayecto intensidades variables proporcionadas á la distancia. Advertimos que en caso de algún obstáculo notable se observan direcciones resultantes, las cuales, aunque en algún caso se expliquen, no siempre son fáciles de preverse ó interpretarse. Por lo que concierne á la ola del huracán, enseña la experiencia que ella es la causa de los principales estragos en las costas y aun en alta mar. Es de advertir que el mismo P. Algué había distinguido poco antes la ola del huracán del oleaje del huracán con estas palabras: Para evitar confusión, es preciso distinguir bien la ola del huracán, que es propia- mente la que hemos definido, es decir, una inmensa montaña de agua acumulada en el vórtice del ciclón, la cual sigue al mismo vórtice en su movimiento de traslación, y lo que puede llamarse oleaje del huracán, es decir, el oleaje ocasionado por dicha ola. La ola no se puede tomar coma señal precursora; el oleaje del huracán es propiamente señal precursora indirecta, de la cual más particularmente trataremos. Los autores españoles hablan indistintamente de la una y del otro, comprendiendo ambos fenómenos con el nombre genérico de ola del huracán. En confirmación de lo que afirma el P. Algué, probándolo largamente en el lugar citado, véase lo que poco antes había ya escrito el P. Luis Froc, Director del Observatorio de Zikawei en un precioso folleto titulado The litis typhoon. Después de haber aducido dicho P. Froc muchos documentos para probar que en el semicírculo anterior del tifón litis, el oleaje del huracán venía del vórtice y era sentido á gran distancia, termina su raciocinio con las siguientes palabras: Es evidente que el punto en cuestión no.es accidente local, sino un hecho general y constante que atañe á la constitución misma del ciclón. Á lo largo de la costa de China, desde Foochow hasta Shanghai, en el mar Amarillo, y en el mar del Japón, no menos que en el Sur de la Corea y frente á las islas de Goto, se observa marcado oleaje desde el centro, á la distancia por lo menos de 500 millas en todo el semicírculo situado en la parte anterior de la trayectoria. ¿Se reproduce igual fenómeno en el semicírculo posterior y á la distancia indicada? Faltan observaciones para ase- gurarlo, si bien es ésta cuestión de escasa importancia en orden á la previsión de los tifones. . . . Prácticamente, no hay duda que uno de los primeros indicios del ciclón lo da el oleaje extraordinario, que no se puede atribuir al viento, el cual con su presencia no sólo indica la existencia del centro de perturbación, sino también su movimiento. Nunca se recomendará bastantemente al marino diligente la atenta observación de la dirección del oleaje y de sus más ligeras variaciones, especialmente en tiempo ó sitios expuestos á baguios, y de esta observación debería hacerse especial mención y caso en las .observaciones ordinarias. Claro está que no debe mirarse cualquier agitación en la superficie del océano como indicio de perturbación lejana, empero, si tal agitación se observa cuando otras señales anteriores ó subsiguientes Wj¡^ C s BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 215 dan también indicio de perturbación, las señales se corroborarán entre sí y darán más completa solución á Jas do¡-> preguntas siguientes: ¿en dónde está el peligro? y ¿cuál es su importancia? ESTRAGOS QUE SUELE OCASIONAR LA OLA DEL HURACÁN. Por lo que concierne á los estragos, que, según dice el 1\ Algué, puede ocasionar la ola del huracán, especialmente en las costas, creemos que bastará recordar brevemente lo ocurrido en Samar y Ley te, cuando el horroroso baguio del 12 de Octubre de 1897, cuya trayectoria puede verse en el página 206, lámina xlix. El mismo P. Algué en una me- moria que publicó á raíz de los sucesos, titulada El Baguio de Samar y Leyte, describió largamente los estragos y víctimas causados por la ola del huracán que lo acompañaba; y nosotros en la revista meteoroló- gica del Boletín Mensual de este Observatorio, correspondiente á dicho mes y año, resumimos los hechos más culminantes en estos términos: Indescriptibles son los destrozos causados por la furia de los vientos en las pobla- ciones de la región meridional de Samar y central y septentrional de Leyte, que sucesivamente se fueron hallando dentro de la zona de destrucción de este baguio; pero fueron aún sin comparación mayores los estragos que causó la ola del huracán en las costas orientales y occidentales del Sur de Samar, y en las de Leyte y Samar, que forman la bahía de San Pedro y San Pablo. Baste decir que en Tanauan se elevó el agua 3 metros sobre el nivel medio del mar; 3.9 metros, en Tacloban (latitud 11° 14/, longitud E. de Greenwich 125° 6'); 4.6 metros, en la ensenada de Panaluran, al N. de Tacloban; 4.9 metros en Basey (latitud 11° 16/, longitud E. de Greenwich 125° 9'); 5 metros, en Punta Capines (latitud 11° 5', longitud E. de Greenwich 125° 19/); 3 metros, en Guiuan; 5 en Tanglad (latitud 11° 21/, longitud E. de Greenwich 125° 40/) ; y 7.3 en Hernani (6 kilómetros al N. de Tanglad), permaneciendo á esta altura en esta última población por espacio de unas tres horas. Con esto ya no es de extrañar que el número de víctimas causadas en Samar y Leyte por sola la ola del huracán ascienda á unas 1,300. Las tres láminas liii, liv y lv1 ayudarán para formarse alguna idea de lo que acabamos de decir referente á los estragos de la ola del hura- cán que acompañaba al tifón del 12 de Octubre de 1897. En la lámina liii vemos convertido en arenal el sitio donde estaba antes parte del pueblo de Hernani (costa oriental de Samar); sólo quedaron algunos harigues inclinados al NO. y al ONO. por la fuerza de las corrientes de la ola del SE. y ESE. La lámina liv nos representa la plaza de Guruan, pueblo situado en el extremo Sur de Samar. Vense en ella por todos lados despojos del baguio: la iglesia destechada, el campanario medio destruido, y el tribunal y las escuelas, que caen á la derecha de la iglesia, enteramente arruinados; la casa de ñipa que se levanta al lado es posterior al baguio. La ola arrojó un panco á más de 100 metros de la playa, y la furia del viento levantó y colocó sobre él dos carromatas, conforme aparecen al lado de los dos marinos sentados. Por tin, en la lámina lv se ven los estragos de la ola en la iglesia y convento de Hernani, tomados por el lado que mira al mar. A través del 1 Están tomadas de la memoria El Baguio de Samar y Leyte. 216 CLIMATOLOGÍA. convento se alcanza algo del barrio de Santa Bárbara que quedó entera- mente destruido, como lo demás del pueblo. Los harigues quedaron inclinados al ONO. por la fuerza de la ola creciente. LAS COKRIENTES ATMOSFÉRICAS ALREDEDOR DE UN BAGUIO. LEYES DE LA CIRCULACIÓN CICLÓNICA. Con increíble brevedad y precisión describió el P. Benito Viñes las leyes de la circulación ciclónica, en un precioso trabajo que sobre los huracanes de las Indias Occidentales presentó, en 1893, al Congreso Meteorológico de Chicago. Y como todo ello es de grandísimo interés y casi enteramente aplicable a los ciclones del Extremo Oriente, hemos creído conveniente reproducirlo aquí, al menos en gran parte, como lo reprodujo también el P. Algué en su obra Baguios ó Ciclones Fili- pinos, páginas 21-27. Dice, pues, así el P. Viñes: LEY GENERAL DE LA ROTACIÓN CICLÓNICA. Las corrientes aéreas en un ciclón forman un vasto remolino alrededor de un espacio central de calma relativamente reducido, denominado vórtice del ciclón. Ahora bien, es un hecho constante que el sentido de la rotación es siempre el mismo, tratándose del mismo hemisferio. En nuestro hemisferio la rotación ciclóni- ca se verifica siempre de derecha á izquierda en sentido de E.-N.-O.-S., ó, como suele decirse, en sentido contrario al movimiento de las manecillas de un reloj colocado sobre un plano horizontal, y con la muestra mirando hacia arriba. En el hemisferio austral la rotación ciclónica se verifica en sentido contrario. LEY GENERAL DE LAS CORRIENTES CICLÓNICAS Á DIVERSAS ALTURAS. Una larga experiencia de cerca de 23 años de asidua y minuciosa observación, en un crecido número de casos y de muy variadas circunstancias, me ha llegado á demostrar con toda evidencia que en los ciclones de las Antillas la rotación y circulación ciclónica se verifica de manera que las corrientes inferiores son, por lo general, más ó menos convergentes hacia el vórtice; á cierta altura son próximamente circulares; y á mayor altura salen divergentes, siendo muy de notar que la divergencia es tanto mayor cuanto más elevada es la corriente, hasta el punto de que los cirrus más elevados salen, en muchos casos, completamente divergentes ó en dirección radial. De manera que, si el vórtice del ciclón demora al S. , el viento sopla próximamente del ENE., las nubes bajas corren del E., los cúmulus altos del ESE., los cirro-stratus densos * del SE. , los cirro-cúmulus del SSE. y los cirrus finos del S. Esta gradación de corrientes que en grado más ó menos perfecto se presenta como un hecho general y constante en los ciclones de las Antillas, aun en aquellos que son de organización deficiente y pueden considerarse como simples perturbaciones cielóni- 1 Acerca de estos cirro-stratus del P. Viñes conviene tener presente la siguiente ad- vertencia que hace el P. Algué en la página 158 de la obra Baguios ó Ciclones Filipinos: " Notamos que los cirro-stratus ó velo cirroso denso que el P. Viñes considera como nubes intermedias (p. 25) no son los cirro-stratus de la nomenclatura internacional, sino los cirro-stratus de Poey, si bien el P. Viñes se separa de Poéy al suponer que sus cirro-stratus están á menor altura que los cirro-cúmulus, los cuales son evidente- mente nubes intermedias ¿ Será equivalente tal cirro-stratus del P. Viñes al alto- stratus de la nomenclatura internacional?" BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 217 cas de poca intensidad, constituye la que he denominado ley de las corrientes ciclóni- cas á diversas alturas; ley verdaderamente admirable, que se funda, á no dudarlo, en la naturaleza misma del movimiento ciclónico y en el mecanismo constitutivo de la tormenta, y constituye, á mi modo de ver, la ley fundamental de la circulación ciclónica. Mas antes de proceder al complicado examen 3' delicado estudio de cada una de las corrientes ciclónicas en particular, preciso será advertir que el grado de conver- gencia ó divergencia de las diversas corrientes, que forman la constante gradación que en la ley anterior dejo consignadas, es, en general, variable en los diversos ciclones y á diversos lados, y en las diversas posiciones de una misma tormenta, es decir según que el ciclón sea de grande ó pequeño diámetro, de mayor ó menor altura, de mucha ó poca intensidad, de organización más ó menos perfecta, ó según que se con- sidere la parte anterior ó posterior de la tormenta, ó, finalmente, según que el vórtice del ciclón se halle entre los trópicos, ó se haya notablemente alejado de ellos. Es mucho de notar, sin embargo, que el ángulo que forman las diversas corrientes ciclónicas con la demora del vórtice, según que se considere la parte anterior ó pos- terior de la tormenta, varía siguiendo una ley general. Veamos, pues, en primer lugar, lo que nos dice la observación en cada uno de estos dos casos generales, siempre que el ciclón se halle entre los trópicos ó en sus inme- diaciones, y esté convenientemente desarrollado, desplegando considerable energía en sus corrientes. PARTE ANTERIOR DE LA TORMENTA. En la parte anterior de la tormenta, y, en general, para vientos de la parte del N., ó sea, los comprendidos entre el E., N. y O. inclusive, las corrientes ciclónicas se hallan sujetas á las siguientes leyes particulares: Vientos. — Los vientos en general son convergentes hacia el vórtice. De suerte que, si suponemos al observador de cara al viento, la dirección del centro de la tormenta, ó sea, la demora del vórtice, forma con la dirección del viento y á la derecha del observador un ángulo mayor que un recto, ó mayor que ocho cuartas. El valor de este ángulo es variable y queda, en general, comprendido entro ocho y doce cuartas, es decir, que en algunos casos es poco mayor que ocho cuartas, y, si se exceptúan los casos extremos, la mayor convergencia no suele pasar de doce cuartas. En general, por consiguiente, se obtendrá, una primera aproximación no despre- ciable en la determinación de la demora del vórtice, suponiendo en los vientos ciclónicos una convergencia de dos cuartas, ó, lo que es lo mismo, suponiendo que la demora del vórtice forma con la dirección observada del viento un ángulo de diez cuartas, de modo que, si, por ejemplo, la dirección del viento es del NE., se dirá que el vórtice demora próximamente al SSE. Nubes bajas. — Las nubes bajas corren en direcciones próximamente perpendiculares á la demora del vórtice. Esta corriente intermedia ofrece mucha más regularidad que la corriente inferior, y el ángulo que forma con la demora del vórtice es mucho más constante, y apenas ofrece variaciones sensibles, una vez bien entabladas las corrientes ciclónicas. De suerte que, á esta corriente, en la parte anterior del ciclón, puede aplicársele la ley de las tormentas, sin notable error, en la generalidad de los casos. La corriente intermedia, que ahora consideramos, comprende los cúmu- lus bajos de color oscuro ó aplomado, los strato-cúmulus y los girones de stratus y nimbus, que en el interior de la tormenta corren con gran velocidad. Es de notar que los fracto-cúmulus menos densos y algo más elevados, que se presentan en un prin- cipio, suelen salir algo divergentes. Cúmulus altos, cirro-stratus y cirro-cúmulus. — -Los cúmulus altos, cirro-stratus densos y cirro-cúmulus finos, salen divergentes formando con la demora del vórtice ángulos tanto menores, cuanto más elevada es la corriente, es decir, que el ángulo menor lo forma la corriente de los cirro-cúmulus, y el mayor la de los cúmulus altos, que- dando comprendida entre las dos la de los cirro-stratus ó velo cirroso denso. 218 CLIMATOLOGÍA. Es de advertir que los ángulos, que estas corrientes forman entre sí y con la demora del vórtice, distan mucho de ser constantes, dependiendo, al parecer, la mayor ó menor separación de dichas corrientes y la regularidad con que se hallan dispuestas, del grado de organización de la tormenta, y de la mayor ó menor altura y actividad de las co- rrientes. De manera que en un ciclón bien organizado y de gran intensidad, lo más ordinario es observar una notable regularidad en las citadas corrientes, no sólo en cuanto al orden en que se hallan siempre dispuestas, sino también en cuanto á la magnitud de los ángulos que separan unas de otras; y que en este caso suelen formar con la demora del vórtice un ángulo aproximado de seis cuartas los cúmulus altos; de cuatro, los cirro-stratus;1 y de dos, los cirro-cúmulus. Cimtx. — Finalmente los cirrus finos, que constituyen la más elevada de las co- rrientes sujetas á nuestra observación, salen, por lo general, completamente divergentes ó en dirección radial, formando con la demora del vórtice un ángulo cero ó práctica- mente inapreciable. Esta corriente es de las más regulares, y, en general, forma ángulo recto con la de las nubes bajas. Resumiendo brevemente lo dicho, tenemos que las corrientes ciclónicas, que ofre- cen mayor regularidad y las que mejor indican la demora del vórtice, son la de los cirrus y la de las nubes bajas. La corriente de los cirrus es la que debiera utilizarse de preferencia, desde las primeras indicaciones de proximidad de ciclón, y cuando el vórtice se halla todavía muy distante. En el interior de la tormenta, la corriente de las nubes bajas es la que principalmente deberá guiar al observador. Á falta de cirrus deberán utilizarse las corrientes de los cirro-cúmulus ó cirro-stratus, y, á falta de nubes bajas, las del viento y cúmulus altos, teniendo siempre en cuenta que sus indicaciones no son tan seguras, ni pueden dar en general tan buena aproximación. En un ciclón bien desarrollado y de notable intensidad tendremos, en general y de una manera bastante aproximada, la siguiente gradación y disposición en las corrien- tes: si el vórtice del ciclón está al SSE., los cirrus corren del SSE., los cirro-cúmulus del SE., el velo cirroso denso del ESE., los cúmulus altos del E., las nubes bajas del ENE. y el viento del NE. PARTE POSTERIOR DE I. A TORMENTA. En la parte posterior de la tormenta y, en general, para vientos de la parte del S., ó sea, los comprendidos entre el ESE., S. y OSO., se observa que todas las corrientes for- man, en general, con la demora del vórtice ángulos mayores (pie en el caso anterior, conservando, sin embargo, entre sí la misma gradación. De manera que en la parte posterior de la tormenta las corrientes inferiores son, en general, más convergentes y las superiores menos divergentes que en la parte anterior. Así es que, si el vórtice, por ejemplo, demora al NO., el viento es del SSE. ó S., las nubes bajas corren del S. ó SSO., los cúmulus altos del SO., los cirro-stratus del OSO., los cirro-cúrnulus del O. y los cirrus del ONO. próximamente. Nosotros, como fruto práctico de las observaciones hechas en este Observatorio, presentamos la siguiente tabla, en la cual hemos reunido los baguios que en el período de 1880 á 1897 han influido en Manila con una mínima barométrica menor de 753 mm, indicando en sus respectivos encasillados la posición del vórtice con respecto a Manila en la hora de la mínima, la dirección del viento y nubes bajas observadas en el téngase presente la nota de la página 216. Según la nomenclatura internacional, los cirro-stratus están comprendidos entre las nubes más altas, y por lo tanto á ellas debe aplicarse la ley que da más abajo el P. Viñes para los cirrus. BAGUIOS O CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 219 Observatorio en aquella hora, y el ángulo formado por dichas direc- ciones y la demora del A'órtice.1 Tabla CIX. — /ingulo formado }>or la dirección de los vientos y nubes bajas con la demora, del vórtice, al tiempo de las mínimas barométricas de los baguios más importantes observados en Manila, desde 1880 á 1897. 1880. 1*81. 1881. 1881. 1881. 1881 . 1881. 1881. 1881. 1882. 1882. 1882. 1883. 1883. 1883. 1884. 1884. 1884. 1884. 1885. 1885. 1887. 1887. 1887. 1887. 1888. 1888. 1889. 1889. 1890. 1890. 1890. 1890. 1891 . 1891. 1892. 1892. 1892. 1893. 1893. 1893. 1893. 1894. 1894. 1894. 1895. 1890. 1896. 1896. 1896. 1890. 1890. 1890. 1897. 1897. . ! Septiembre. Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre 1 Octubre ! Diciembre.. ! Septiembre . ■ Octubre i Noviembre . ! Julio i Octubre ¡ Noviembre . Julio Julio Agosto Noviembre . Agosto Noviembre . Septiembre . Septiembre . Septiembre . Septiembre . Julio Septiembre . Julio Octubre Septiembre. Septiembre. Octubre Noviembre . Noviembre . Noviembre . Octubre .... Octubre .... Noviembre . Mayo Septiembre. Septiembre. Septiembre. Septiembre . Septiembre. Octubre Septiembre. Mayo Junio Julio Julio Agosto 'Octubre Octubre Agosto Octubre 3 p. m. 1.30 p.m. 8 p.m. 4 p. m. 8 p.m. 4 p.m. 7 p. m. 4 a. m. 5 a. m. 4 p. m. 11.50 a.m. 10.20 a. m. 5 p.m. m.n. p. m. p.m. p.m. p.m. a.m. p.m. 4.30 p.m. 4 a. m. p.m. I p. m. ; p. m. | a.m. j a.m. '• a . m . i 2 p. ni. 4 p.m. 1.50 a. m. 2.35 p. m. | 0.54 p. m. 5.10 p.m. ! 8.20 a.m. 4.45 a. m. 2.03 p. m. 2.12 p. m. 3 a.m. 3 p. m. 3.45 p.m. 4.11 p.m. 3 a. m. 1.36 a.m. 2.5 a.m. 2.55 p. m. 2.25 p. m. 3 p. m. 3.40 a. m. 2.20 a.m. 4.50 a. m. 0.35 a. m. 3.40 p. m. 4.20 p.m. 5 a.m. Míni- ma baro- mé- trica. 49.97 49. 28 49. 49 51.27 49. 45 52. 91 52. 38 49.20 51.55 52. 70 27. 75 35. 00 50. 04 48. 54 52. 88 50. 22 49. 09 50. 07 47. 75 52. 50 48. 08 49. 22 48. 01 48. 39 52. 73 47 00 51.15 52. 10 51 . 03 52.37 47. 09 52. 00 43. 50 50. 80 48. 50 49.80 53. 09 49.10 40.17 53. 00 50. 22 46.44 42. 34 45. 00 48. 02 52. 15 51.10 51.05 51.90 50. 59 50. 23 50. 35 51. 10 52. 55 51.80 Demora del ¡ vórtice al tiempo | de la ■ mínima. N. I- NE. SO. NE. i E. NE. ENE. N. ¿ NE. NE. N. S NE. { N. N. S NNE. SO. sso. NNE. N. N. N. NE. í N. ENE. NNE. N. N. NO. N. -¿ NE. N. NO. SSO. N. N. NE. N. SSE. S. NE. NE. ENE. SE. i E. NNE. NNE. N. i NE. N. E. i NE. NNE. NNE. N. i NO. SO. NE. ¿ N. NE. ¿ N. N. N. NNE. NNE. S. i SO. ¡ Ángulo : i formado I por la ! Viento al dirección tiempo de .del vien- la mínima, to y la ¡ demora ! del vórtice. Medias SO. E. ¿- NE. O. i NO. OSO. oso. oso. so. oso. N. oso. oso. NNE. SO. ESE. E.' SO. so. so. oso. o. i so. ONO. so. sso. oso. sso. so. oso. SSE. NNE. SO. sso. so. so. NNO. N. OSO. so. NO. i N. N. SSO.* so. so. sso. NO. i N. bSO. SO. SO. E. SO. OSO. SO. i o. o. i so. oso. sso. NNE. 140 124 135 158 180 124 180 113 180 140 113 158 158 113 113 158 135 135 113 135 135 158 158 113 113 140 113 158 180 135 158 180 135 180 180 158 180 101 124 180 158 140 158 113 135 158 124 135 109 140 124 101 135 180 109 Nubes bajas al tiempo de la mínima. SE. O. N. O. OSO. oso. E. oso. NO. NNO. Ángulo formado por la dirección de las nubes bajas y la demora del vórtice. 135 68 101 158 113 90 140 113 135 o. so. 90 90 oso. 124 oso. 113 so. 90 ESE. 90 o. 90 ... ------ Ü3 NE. 135 NO. 90 OSO. 158 oso. 135 oso. 135 o. 101 so. 135 o. 113 oso. 101 SE. 90 o. 90 0. i NO. 101 SO. ¿ 0. 146 E. ¿ SE. 90 109 * En este caso particular hemos tomado de la hoja del anemógrafo el viento dominante en el espacio de una hora. 1 Hemos omitido aquellos casos en que han influido á la vez en Manila dos centros de depresión, 6 se han observado en la atmósfera otras complicaciones difíciles de explicar. 220 CLIMATOLOGÍA. MAYOR Ó MENOR GRADO DE CONVERGENCIA PARA DIFERENTES VIENTOS. Si atendemos al promedio que nos da la tabla precedente para el ángulo que forman con la demora del vórtice así los vientos como las nubes inferiores, veremos que está bastante conforme con la ley que señala el P. Viñes para estas corrientes en la parte posterior del ciclón. Mas si nos fijamos con detención en cada caso particular, hallaremos, sin duda, ángulos muy diferentes, notándose unas veces poquísima convergencia, aun con vientos de la parte posterior, y otras, al contrario, una con- vergencia máxima. Siendo, pues, esto así, se nos ocurre pregun- tar ¿sucederá esto mismo en todo el Archipiélago? y ¿cuál puede sel- la causa de semejante diversidad? Á lo cual creemos poder contestar que probablemente en cada localidad se notará, después de un atento estudio, que suelen ser siempre unos vientos más ó menos convergentes que otros, dependiendo este grado de convergencia de las diferentes condiciones topográficas. De donde podrá ser muy bien que los vientos que son generalmente más convergentes en Manila sean en otro punto de las islas los menos convergentes, y vice versa, como podría- mos comprobarlo fácilmente, estudiando los vientos observados en otras estaciones de Luzón en el momento de las mínimas barométricas. Pero nos alargaríamos demasiado, y así nos contentamos con hacer esta indicación, que es de suma importancia, así para que no esperemos en todas partes la misma convergencia de viento, pues vemos que puede ser ésta modificada por las condiciones topográficas de cada localidad, como para que entendamos que las leyes de la circulación ciclónica del P. Viñes, más que en tierra, tienen su pleno cumplimiento en alta mar, en donde pueden correr todos los vientos sin obstáculo de ningún género. VIENTOS MÁS CONVERGENTES EN MANILA. Ahora bien, ¿cuáles son en Manila los vientos más convergentes y cuáles los menos convergentes? Para esto y ateniéndonos sólo á los casos incluidos en la tabla cix, hemos tomado por separado los vientos comprendidos entre el NNO. y NE., el NO. i N. y O. i NO., el O. y SSO., y el E. y SE., hallando la media del ángulo correspondiente á cada uno de estos cuatro grupos. El resultado obtenido es el siguiente : Vientos. Número de casos. De NE. á NNO De NO. i N. á O. i NO De O. á SSO DeE. áSE Media del ángulo for- mado por la dirección del viento y la demora del vórtice. Grados. 167 118 145 121 BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 221 La mayor convergencia en la hora de la mínima barométrica co- rresponde a los vientos de la parte del Norte y la menor á los vientos de la parte del Este. Téngase bien presente que decimos en la hora de la mínima barométrica; pues, hablando en general, nos enseña una larga experiencia que los vientos más convergentes son los del tercer cuadrante, y por lo tanto en este sentido sería dicha proposición enteramente falsa. Mas circunscribiéndola al tiempo de la mínima, es muy cierta, y la vemos comprobada con innumerables hechos; pues tenemos observado que cuando cruza un tifón por el Sur y cerca de Manila, se entablan los vientos del N. y NNO. por espacio de uno ó dos días de un modo tan fijo, que sólo se inclinan al E. cuando el vórtice rebasa ó ha rebasado ya el meridiano de la capital, cual si un obstáculo, que tal vez sean las grandes cordilleras del Este de Luzón, impidiera la libre circulación de los vientos del NE. y ENE. Y es de ver en estos casos cómo habiendo permanecido la veleta lija en el N. ó NNE. durante tanto tiempo, sin embargo, el role al E., ESE. y SE. se verifica después en el intervalo de muy pocas horas, siendo general- mente muy poca en estos casos la convergencia de estos vientos, á pesar de corresponder á la parte posterior del ciclón. Parece ser, pues, como que las quebradas de la isla desvíen, en Manila, los vientos ciclónicos al N. y NNO., antes de cruzar el baguio por el Sur; y al E. y ESE. inmediatamente después de haber rebasado nuestro meridiano. La convergencia de los vientos del tercer cuadrante, siempre que corre un centro ciclónico por el Nordeste ó Norte de Manila es, en general, muy extraordinaria, hasta el punto de resultar con frecuencia tales vientos enteramente convergentes, según se ve en la tabla cix. Véase lo que acerca de esto escribió el P. Algué en el capítulo vii de la Ia. parte de la obra Baguios ó Ciclones Filij>inox : Examinados con detención los vientos de Manila cuando un centro se halla en el primer cuadrante, se observa que son estos vientos tanto más convergentes cuanto mayor es la distancia del vórtice ciclónico, sobre todo, durante los meses del tercer grupo y los dos últimos del segundo. De manera que soplan los sudoestes mucho antes de lo que les correspondería según las leyes de las 8, 10, 12 y aun 14 cuartas. Influye notablemente en el adelanto de estos vientos la inclinación de la tra- yectoria al N. ACERTADO USO DE LAS DIFERENTES CORRIENTES ATMOSFÉRICAS COMO SEÑAL PRECURSORA DE BAGUIO. De lo que llevamos dicho hasta aquí se desprende que para poder usar acertadamente de las diferentes corrientes atmosféricas como señal precursora de baguio, se necesita, además del perfecto conocimiento de la circulación general de la atmósfera en tiempo normal y de la circula- ción ciclónica, algún conocimiento también, tomado de la experiencia, de la mayor ó menor desviación que sufren los vientos y aun a veces las nubes más bajas, según las condiciones topográficas de cada loca- lidad, á no ser que se halle el observador en alta mar, pues en tal caso es evidente que no se requiere ya esta última condición. 222 CLIMATOLOGÍA. La circulación general de la atmósfera en Manila la han visto ya nuestros lectores en la página 164. Siempre, pues, que observen ser anormales las corrientes atmosféricas, si, además, comparando la direc- ción de los vientos con las de las nubes bajas, altas é intermedias, so nota que guardan entre sí la relación que exigen las leyes de la circu- lación ciclónica que acabamos de exponer, teniendo en cuenta, sobre, todo para los vientos, las desviaciones locales de que hemos hecho mención, se puede estar seguro de la existencia de un ciclón y aun situar aproximadamente su demora con respecto al punto donde se halla el observador. La seguridad de este resultado será tanto mayor cuanto mayor sea el número de observaciones que se hayan podido tomar de diferentes clases de nubes. EJEMPLOS PRÁCTICOS. Terminaremos este párrafo con algunos ejemplos prácticos y muy instructivos. Dos de ellos los tomamos de la revista meteorológica del mes de Noviembre de 1891, aducidos también por el P. Algué al fin del capítulo i i de la 2a. parte de la obra Baguios ó Ciclones Filipino*. TIFÓN DEL 12 AL 17 DE NOVIEMBRE J>E 189.1. Del 12 al 17 de Noviembre de 1891, cruzaron el Archipiélago, por el S. de Luzón, dos baguios, los más desastrosos de 1891 por haber atra- vesado ambos las ricas provincias del Sur y Sudeste de la isla. El pri- mero siguió una trayectoria de E. á O., dirigiéndose á la Cochinchina con gran velocidad. El segundo siguió la dirección de ESE. á ONO., atravesó las provincias del Sur de Manila, y fué á parar al golfo de Tonkín. El primero rebasó el meridiano de Manila, el 13 por la tarde; el segundo, el 16 por la mañana. Estudiemos ahora los movimientos de las corrientes ciclónicas obser- vadas en Manila. El vórtice del primer baguio cruzó á 70 millas náuticas de la capital, el segundo á 50. El día 10 comenzaron á notarse cirrus convergentes orientados al SE., visibles por espacio de 5 horas; también se notó convergencia hacia el S. Persistió la orientación del SE. el día 11, cuando ya se notó en el barómetro alguna tendencia á bajar. Es mucho de notar que el 10 y el 11 el vórtice demoraba hacia el ESE. de Manila y á una distancia de más de 600 millas, á mediodía del 11, suponiendo al meteoro una velocidad media de 13 millas por hora. A distancia tan considerable bien pudiera ser que tuviese parte en la desviación de los cirrus la rotación de la tierra, porque se observó que durante el día 11 venían los cirrus del SSE. El 12, estando ya más cerca el meteoro, venían del SE. El 13 eran ya invisi- bles, pero estaba el observador advertido de que se le acercaba el baguio por el segundo cuadrante. El 11, pues, por la tarde los vientos venían de puntos comprendidos entre el N. y el NE., las nubes bajas BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 223 del ENE. y los di* rus del SSE. Por la tarde del 12, los cirrus venían constantemente del SE., y del NE. los eúmulo-stratus; el vórtice estaría, al caer de la tarde del 12, al SE. i E. de Manila; la desviación de los cirrus era casi nula. A las 7 a. m. del 13 empezaron á notarse unas nubes inferiores á la masa común de nimbus, cuya marcha era rápida y el rumbo de NNE. Nótese la disposición de las corrientes; al pro- pio tiempo (pie esas nubes desgajadas venían del NNE., los nimbus, que estaban más arriba, corrían del NE.. y los vientos rastreros del N. y aun del NNO.; ¡magnífica confirmación de las leyes de la circulación ciclónica! Tanto los vientos como las nubes fueron rolando al E., á medida (pie el meteoro adelantaba hacia el S. de Manila, de suerte que por la noche del 13 los vientos venían ya del N., NNE. y aun NE., y las nubes bajas del ENE. Por la mañana del 11, corrían ya las nubes del ESE. y los vientos quedaron fijos del E. hasta mediodía. No tardó en llamar la atención la irregularidad (pie se notaba en los rumbos de las corrientes por la tarde del 11. Las nubes bajas y vientos rastreros, en vez de acercarse al Sur., volvían atrás y corrían más bien del ESE. y del E., al tiempo que los cirro-stratus pasaban también al ESE., en vez de indicar la situación del temporal pasado; y, al anochecer, determinaban una convergencia bien definida hacia el S. La razón de estas anomalías la encontramos en un nuevo baguio (pie se hallaba, por la noche del 14, á más de 500 millas de la capital; de manera que las direcciones observadas en las corrientes eran las resul- tantes correspondientes á los dos vórtices ciclónicos. Normalizáronse algo más las corrientes el 15; las nubes superiores, mientras pudieron ser vistas, corrían del SE., en cuyo rumbo estribaba una arborizaeión cirrosa, lo mismo que algunos cirrus convergentes. Los eúmulo- stratus y cúmulo-nimbus, en todo el día 15, vinieron del ENE. Llegado el día 1(5, el estado cubierto y lluvioso del cielo permitió solamente á las 7 a. m. distinguir la marcha de las nubes, que en aquella sazón venían del N. unas, las más bajas, y del NE. otras con gran velocidad; algo más tarde, corrían del NE. y E., y esta última dirección seguía la masa general de nimbus, única que se observaba, cuando no aparecían en diversas alturas nubes sueltas y movidas con gran rapidez. Al presentarse estas, sus rumbos eran intermedios entre los de los vientos y los de los nimbus. TIFONES DEL 20 DE (XTl'BHK DE 1882, DEL 30 DE SEPTIEMBRE DE 1893 Y DEL 12 AL 13 DE OCTUBRE DE 1897. En la lámina lvi podrá verse gráficamente la convergencia de los vientos alrededor del vórtice ciclónico en tres baguios bien intensos y de tristes recuerdos para el Archipiélago. El primero es el célebre tifón que desfogó sobre Manila el 20 de Octubre de 1882; los dos dia- gramas referentes á este ciclón están tomados de los apuntes que sobre él escribió el P. Faura. á raíz de aquella catástrofe. Los otros dos 224 CLIMATOLOGÍA . son los más fuertes y horrorosos que han atravesado estas Islas en estos últimos anos; uno desfogó en la región septentrional de Luzón, el 30 de Septiembre de 1893; y el otro, en las Bisa vas, el 12 y 13 de Octubre de 1897. LA FOTOGRAMETRÍA DE LAS NUBES Y LA PREVISIÓN DE LOS TIFONES. IMPORTANCIA DE LA FOTOGRAMETRÍA DE LAS NUBES EN ORDEN Á LA PREVISIÓN DE LOS TIFONES. En el capítulo anterior han visto ya nuestros lectores los resultados obtenidos en este Observatorio con las observaciones de la altura, dirección y velocidad de las nubes, hechas durante 11 meses consecu- tivos por medio de aparatos fotogramétricos. Estos resultados son para nosotros de tanto más valor y aprecio, cuanto que, examinando atentamente la altura y dirección observadas en las proximidades de algún ciclón y comparándolas con la altura y dirección tomadas en tiempos normales, se han hallado diferencias verdaderamente notables que han abierto nuevos horizontes y aumentado el cúmulo de medios de que hasta el presente disponíamos para la previsión de los tifones en Filipinas. Este resultado, por demás práctico y de utilidad bien notoria, no ha sido para nosotros inesperado; antes bien podemos asgurar que la espe- ranza de obtenerlo fue principalmente la que animó al entonces Direc- tor de este Observatorio, P. Federico Faura, á aceptar la invitación que se le hizo de parte del Comité Meteorológico Internacional, con fecha 6 de Mayo de 1895, para cooperar á la tarea de observaciones combinadas de nubes por espacio de un ano, y á encargar desde luego para este objeto la construcción de los fotográmetros que hoy posee el Observatorio. Y así, al contestar dicho P. Faura á la comunica- ción del Sr. Koberto H. Scott, Secretario del Comité Meteorológico Internacional, le decía que en vista de la notoria importancia del asunto, se ofrecía á tomar parte en el trabajo internacional de la observación de las nubes, y se disponía á encargar la construcción de aparatos foto- gráficos para la observación y medición de sus alturas y movimientos, lo cual hacía con tanto mayor motivo, cuanto que, á su juicio, prepa- rarían dichas observaciones el camino á más adecuado conocimiento de los trastornos atmosféricos propios de la región tropical. EJEMPLOS PRÁCTICOS QUE PRUEBAN LOS RESULTADOS OBTENIDOS EN ESTA MATERIA. Varios son los ejemplos prácticos que aduce el P. Algué en el capítulo iii de la 2a. parte de la obra Baguios ó Ciclones Filipinos, y en la parte 2a. , capítulo vii, de Las Nubes en el Archipiélago Filipino, para probar: Io. , que las medidas f otogramétricas de las nubes confirman la impor- tancia de la dirección de las nubes en la previsión del tiempo; 2o., que la f otogrametría de las nubes proporciona medios para conocer la incli- nación del eje del temporal, y, por consiguiente, para prever hacia qué UN TIFÓN SOBRE MANILA 20 OCTUBRE 1882. LAMINA LVl. 120 Longitud E. de Creen wicfí , Trayectoria del temporal y disposición délas isóbaras alrededor del vórtice. Convergencia de los vientos hacia el centro del remolino. UN TIFÓN SOBRE EL N. DE LUZON. UN TIFÓN SOBRE LAS BISAYAS. rayectoria del temporal y disposición de Trayectoria del temporal y disposición de tas isóbaras a 41? p. m.de 30 Septiembre 1893. las isóbaras a 10* a.m,de!2 Octubre 1897. .4L)f BIEN SCO. LITH N V BAGUIOS O CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 225 lado será mayor la fuerza destructora del meteoro; y 3o. , que por medio de la altura y dirección de los cirrus se pueden distinguir los verda- deros de los falsos. Nosotros entresacaremos aquí solamente lo que se refiere á los baguios del 4 al 6 de Junio, del 25 al 29 de Julio, del 3 al 5 y del 7 al 10 de Octubre del año 1890 , cuyas cuatro trayectorias pueden verse incluidas en los mapas que hemos dado en este mismo capítulo, página 206. Veamos, pues, lo que se observó con respecto á estos baguios, fijándonos detenidamente en los tres puntos que acabamos de indicar en las anteriores líneas. TIFÓN DEL 4 AL 6 DE JUNIO DE 1896. El primer tifón, que se sintió en Manila desde que se miden foto- gráficamente las alturas de las nubes, fué el que el día 6 de Julio desfogaba por el Sur de Luzón, pasando por cerca de Batangas, y saliendo al mar por entre Punta Santiago y Punta Restinga, después de haber causado en los mares interinsulares más de veinte y cinco naufragios. Fué éste uno de los baguios más intensos que cruzaron el Archipiélago durante el año 1896. El día 4 tomáronse alturas de nubes y se midieron en las placas un grupo de puntos simétricos correspon- dientes á un cirrus, y dos grupos pertenecientes á cirro-stratus. El vórtice distaba más de 500 millas náuticas, y los barómetros no daban aun indicio de la existencia del baguio el día 3, en tanto grado, que decía el Observatorio en la nota ordinaria á la prensa: "Barómetros subiendo en toda la isla." Y si bien es verdad que el día 4 á las 10 a. m., había algunas sospechas de perturbación atmosférica, mas no existía indicio alguno cierto. Decía el Observatorio: " Barómetros altos, pero poco fijos; tiempo inseguro/' Sólo el día 5 se conocía con probabilidad la presencia de tan temible tifón, á juzgar por las indi- caciones ordinarias de los aparatos; con todo, las medidas fotográficas del día 4 alcanzaron, sin duda, los cirrus que emergían del vórtice ciclónico, y estas medidas, á la vez que daban la altura exacta de aquellos cirrus y su dirección, venían á determinar la existencia y demora del vórtice^. Día 4 de Junio de 1896. Forma de la nube. Cirrus Cirro-stratus Cirro-stratus Hora. 4. 35 p. m. 4.35 p. m. 4. 35 p. m. ! Al tu raso- Grupo, bre el ni vel I del mar. 1". 2°. 3°. Metros. 12, 300. 8 14,027.4 11,608.1 X. y- Metros. -16,418.1 -25,012.8 -20, 385. 9 Metros. -21,500.0 - 2(5, 404. 1 -17,780.9 Metros. 3" 27,051.3 3o 36, 370. 8 3» 31,820.7 Direc- ción. SE. SE. SE. Veloci- dad. Regular. Id. Id. La x y la y son las coordenadas rectangulares de la proyección del punto medio del grupo medidas sobre el horizonte. El número ordinal expresado en el encasillado d indica el cuadrante sobre el cual se proyecta en el horizonte el punto medio de los puntos 4619 — tomo ii 15 226 CLIMATOLOGÍA. simétricos de que consta el grupo de la nube. El número de metros en el mismo encasillado expresa la distancia horizontal de dicha pro- yección á la estación Sur. 1 Es mucho de notar que el mismo día 4 notóse convergencia de cirrus hacia el E., siendo así que el vórtice demoraría aquel día hacia el SE. de Manila; lo cual, atendida la grande distancia de aquél, pudiera ser debido á la influencia de las corrientes superiores normales, que en Junio vienen del ENE. BAGUIO DEL 25 AL 29 DE JULIO DE 1896. En el mes de Julio del mismo año 1896, además de las medidas foto- gráficas aducidas en el capítulo anterior, encontramos otras muy á propósito para confirmar lo que estamos tratando. En efecto, el día 25 se midieron grupos de cirro-cúmulus que se hallaban á más de 8 kiló- metros de altura; nubes que venían del ENE. é indicaban, sin duda, la existencia de un vórtice ciclónico que tres días más tarde cortó la extre- midad Nordeste de Luzón, y ha sido uno de los baguios más notables por el extraordinario descenso del barómetro que en Aparri bajó hasta 716 milímetros. Como podrá verse también en el adjunto cuadro, el día 27 venían las masas cirrosas del NNE. , hacia donde demoraba el vórtice que á mediodía del 28 pasaba ya cerca de Aparri. Decía el Observa- torio en la nota del 28: Barómetros muy bajos, pero con tendencia á subir; el temporal ha entrado esta madrugada en la isla por la provincia de Cagayán. Es de mucha intensidad. Los strato-cumulus observados en el cuarto cuadrante venían del SSO., el 29, cuando el vórtice se hallaba al NO. de Manila; con lo cual se confirma lo que se ha indicado alguna vez, que tanto los vientos como las nubes son convergentes en la parte posterior del ciclón. Julio de 1896. Altura Día. Hora. Forma de la nube. Grupo. sobre el nivel del mar. X. y- d. Direc- ción. Veloci- dad. Metros. Metros. Metros. Metros. 25 11. 29 a. m. Ci.-Cu lo 8,587.5 23,436.8 12,521.1 I» 26, 568. 8 ENE. Regular. 27 5. 21 p. m. Ci.-Cu lo 5,288.3 -7,410.5 3,359.0 2o 8,136.4 NNE. Id. 27 5. 21 p. m. Ci.-Cu 2o 5,021.5 -7,441.2 4, 348. 2 2o 8,618.4 NNE. Id. 29 9. 30 a. m. S.-Cu lo 1,875.7 -807.9 8,335.1 2o 8,374.2 SSO. Id. 29 9. 30 a. m. S.-Cu 2o 1,536.7 247.0 6,486.1 lo 6,491.0 SSO. Id. Corrió este tifón con rapidez por el mar de China y entró en el con- tiente asiático por cerca de Hongkong, en donde causó tanta destruc- ción, que, según residentes en aquella colonia, no se había visto semejante estrago desde el célebre tifón de 1874. BAGUIOS DE OCTUBRE DE 1896. Encontramos en el mes de Octubre de 1896 algunas medidas de nubes muy aptas para confirmar la importancia capital del conocimiento exacto 1 Sirven las mismas indicaciones para los cuadros siguientes. BAGUIOS O CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. v* : de la altura y dirección del nef elismo para prever y estudiar los trastor- nos atmosféricos. Fijarémonos sólo en algunas para evitar prolijidad. El día é de Octubre, por la madrugada, atravesaba la isla de Luzón un baguio típico, el cual, entrando por el Sur de la Isabela, fué á salir al mar de China por el Sur de Vigan, cortando casi por mitad la pro- vincia de llocos Sur. Ahora bien; el día 2 midiéronse en Manila dos grupos de puntos simétricos correspondientes á los cirro-cúmulus de este ciclón, los cuales venían del NE. con regular velocidad, y un grupo correspondiente á un alto-cúmulus que venían también del NE., lo cual suponía un vórtice ciclónico hacia el ENE. de Manila próximamente. Los barómetros en Manila subían, no existiendo más indicios de ciclón próximo que las medidas de aquellos cirro-cúmulus y alto-cúmulus. El día 3 comenzaron a alterarse los barómetros desde la madrugada, y tomando el Observatorio en cuenta la dirección de las nubes bajas y de las nubes intermedias, dio cuenta de la demora del ciclón en los siguien- tes términos, á las 10 a. m. del día H: Barómetros bajando de nuevo; se acentúa una depresión hacia el ENE. en el Pací- fico; vientos de los cuadrantes del O. Daremos el resultado de las medidas fotográficas en el cuadro siguiente. Penetró este tifón en el Celeste Imperio por el Norte y no muy lejos de Hainán. Cuando el día 4 atravesaba por Luzón el baguio anterior, otro no menos importante le sucedía en el Pacífico. También el nefelismo acusó la proximidad de este nuevo baguio, porque el día 7 por la mañana se midieron cuatro grupos de cirro-cúmulus, los cuales flotaban á una altura muy inferior á la altura inedia de esta forma de nubes (por las razones (pie luego se dirán) y venían del ENE. con poca velocidad, lo cual suponía la existencia de un vórtice ciclónico hacia el E. ó el ESE. Entró el baguio por el Norte de Casiguran, distrito del Prín- cipe, á bastante distancia, y fué á salir al mar de China por el Sur de Vigan. Al alejarse del Archipiélago el meteoro, el día 10, se observó hacia el NO. una notable convergencia de cirrus formados por las co- rrientes posteriores y más elevadas del ciclón. La altura de estos cirrus, como podrá verse en el siguiente cuadro, era de más de 15,000 metros : Octubre de 1896. Día. Forma de la nube. Grup( 9.55a.m.. Ci.-Cu. .. 1» 9.55a.m.. Ci.-Cu. .. 2" 9. 55 a. m.. A. -Cu... 40 8.42a.ra.. Ci.-Cu. .. lo 8.42a.m.. Ci.-Cu. .. 2" 8.42a.m.. Ci.-Cu. .. 3o 8.42a.m.. Ci.-Cu. .. , 4° 11.37 a. m. Ci Único Altura sobre el nivel del mar. Metros. Metros. 6, 349. 1 -10, 746. 2 5, 200. 1 -10,917.0 3, 804. 8 -10, 499. 8 4,817.9 -546.6 4,340.0 671.1 3,325.6 -846. 4 3, 333. 3 -470.2 15,338.4 2, 959. 2 Metros. 4,014.4 6,883.7 6,478.9 9,266.0 11,379.2 12, 459. 6 16, 587. 5 33, 654. 9 d Dirección. Metros. 2o 11,471.8 NE. 2« 12,905.9 NE. 2o 12,335.6 NE. 2o 9,283.0 ENE. lo 11,396.3 ENE. 2o 12,488.0 ENE. 2o 16, 594. 2 ENE. lo 33, 783. 8 N.¿NE. Veloci- dad. Regular. Id. Id. Poca. Id. Id. Id. Regular. 228 CLIMATOLOGÍA. En el mar de China recurvó este tifón hacia el canal de Formosa, según se desprende de las observaciones del acorazado francés Isly, que el día 10 navegaba entre Formosa y la costa Nordeste de Luzón, con rumbo hacia Manila. INCLINACIÓN DEL EJE DEL TEMPORAL CONOCIDA POR MEDIO DE LAS OBSERVACIONES FOTOGRAMÉTRICAS. Vista ya la importancia de las observaciones fotograméticas de las nubes para la predicción de la existencia y posición del ciclón, pasemos á investigar otro punto más importante aún, que es la relación de la altura comparada de la misma forma de nubes en un baguio, para predecir ó conocer hacia qué cuadrante del ciclón será mayor la vio- lencia de las corrientes inferiores ó vientos, de los cuales depende la fuerza destructora del meteoro. Conocida la altura media de cada forma de nubes en una estación determinada, un aumento ó disminu- ción muy notable con respecto á dicha altura media argüirá el sentido de la inclinación del eje, aun sin comparación de alturas, bastando para ello una sola observación. De donde se sigue que, como de la inclina- ción del eje depende en gran parte la violencia del baguio, ya que correrán muy rastreros, y, por consiguiente, serán muy violentos los vientos hacia el lado, al cual se inclina el eje, y, por el contrario, correrán vientos y nubes más elevados en el lado opuesto; bien se puede asegurar que de la altura del nefelismo se puede deducir hacia qué lado serán más violentas las corrientes inferiores. Comprobare- mos este raciocinio aduciendo algunos hechos prácticos. CASOS PRÁCTICOS. Del baguio que pasó por Aparri, el 28 de Julio de 1896, dijimos en la página 226 que, al pasar cerca de aquella estación, y, por consiguiente, por el interior de Luzón, tenía el eje inclinado hacia la parte posterior. Veamos cómo la medida de las nubes ciclónicas confirma aquella hipótesis. En efecto; el día 25 midiéronse los cirro-cúmulus del baguio que se hallaban á casi 8,600 metros de altura. Esta altura de los cirro- cúmulus argüía inclinación del eje hacia el lado opuesto; lo cual queda confirmado por las medidas del día 27, según las cuales los cirro-cúmu- lus se hallaban más de 3 kilómetros más bajos, y emergían de distinto lado del baguio. Véase el cuadro correspondiente á Julio de 1896. Otro ejemplo notable encontramos en las medidas f otogramétricas del 7 y 10 de Octubre de 1896. Al tratar de las observaciones fotogramé- tricas del 7 de Octubre de 1896, dijimos que los cirro-cúmulus observa- dos corrían bajos; la razón era, sin duda, por hallarse en aquella sazón inclinado el eje hacia la parte del Archipiélago, perseverando así incli- nado el tiempo que estuvo el vórtice en el Pacífico hasta el día 9; porque, examinados con detención, hallamos que fueron los más fuertes los BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 22^ vientos anteriores en las estaciones más orientales del Norte, como Aparri y Tuguegarao. Sin embargo, al hallarse el vórtice en el interior de la isla, modificóse notablemente la inclinación del eje, á juzgar por la violencia de los vientos de Vigan y Bolinao. No se pudieron hacer observaciones iotogramétricas el tiempo que permane- ció el vórtice dentro de la isla, a causa del mal estado del cielo y continuos chubascos. El día 10 se midieron cirrus á más de 15 kiló- metros de altura, elevación bastante superior á la normal, la cual supone una inclinación del eje hacia los cuadrantes anteriores, análoga á la que llevaba el temporal en el Pacífico. Confirman esta hipótesis los vientos observados en Vigan por la mañana del 10; porque, siendo violentísimos y huracanados por la mañanita, á las 10 habían ya amainado notablemente, estando aún muy bajo el barómetro, de manera que á la hora de la observación en Manila, 11.37 a. m., no corrían en Vigan tan rastreros los vientos, y, por consiguiente, estaba el eje inclinado hacia los cuadrantes anteriores del baguio. ADVERTENCIA. En conclusión advertimos que, según es la extensión de todo el cuerpo del baguio, la influencia de la inclinación del eje en las corrientes inferiores se nota poco hacia los extremos, y va aumentando gradual- mente hasta las cercanías del vórtice, como enseña la experiencia. Además, atendida la naturaleza y estructura del baguio, no parece que pueda ser rápida la variación de la inclinación del eje ó la nutación, sino lenta y gradual, al pasar de mar á tierra, ó atravesando tierras y cordilleras, según la mayor ó menor resistencia de los obstáculos. DISTINCIÓN DE LOS CIRRUS FALSOS Y VERDADEROS POR MEDIO DE LA FOTOGRAMETRÍA DE LAS NUBES. Resta que nos ocupemos en otro punto de no menor importancia que los anteriores; se trata de investigar si las medidas de altura del nef elismo pueden ser medio eficaz para distinguir los cirrus verdaderos de los falsos. No se nos esconde que no es posible deducir de esta investigación regla alguna práctica para los marinos, como quiera que sea imposible medir á bordo con exactitud la altura délas nubes; por lo cual tampoco pueden serles útiles en la práctica las deducciones de los otros dos puntos que hemos tratado en este capítulo, en el cual sólo nos propo- nemos proporcionar nuevos modos de prever los trastornos atmosféri- cos desde observatorios fijos y que cuenten con instrumentos é insta- lación á propósito para las observaciones iotogramétricas de las nubes, y aumentar así el caudal de medios para anunciar y avisar oportuna- mente los peligros en beneficio de los que navegan. 230 CLIMATOLOGÍA. Los marinos pueden atenerse á las siguientes indicaciones para dis- tinguir los verdaderos cirrus de los falsos en casos de convergencia de cirrus. Ia. Si se advierte que los cirrus convergentes estriban en masas de cúmulo-nimbus, serán evidentemente falsos. 2a. Dado que no se vea que los cirrus convergentes pertenecen á masas de cúmulo-nimbus, si se observa que la convergencia es muy persistente, los cirrus serán verdaderos con poco movimiento de tras- lación. 3a. Si no persiste la convergencia, no se podrá deducir que sean falsos; mas en este caso le quedan aún al marino algunos recursos; (a) si se traslada con rapidez el núcleo de cirrus convergentes, podrá concluirse que los cirrus son falsos; (b) si dicho núcleo sigue la dirección de los cúmulo-nimbus, aunque no sea rápido el movimiento, será probable que los cirrus sean falsos también; (c) finalmente, si no persiste la conver- gencia por desaparecer los cirrus, estando muy alto el sol, como sucede, á las veces, no podrá formarse juicio definitivo. Si reaparecen casi en la misma posición, al declinar el sol, los cirrus serán verdaderos. Si desaparece la convergencia por interposición de otras nubes, tampoco podrá formarse juicio definitivo y deberá atender á su reaparición el observador. 4a. Cuando se nota la misma convergencia desde puntos distantes puede tomarse como formada por cirrus verdaderos. Este medio es más limitado y sólo lo tienen los observatorios centrales en donde se reúnen las noticias telegráficas de varias estaciones. Y volviendo al punto principal de esta investigación, resulta que, según las medidas tomadas de cirrus falsos durante la temporada de obser- vaciones fotogramétricas, es decir, desde el 1°. de Junio de 1896 hasta el 31 de Julio de 1897, se han hallado, por punto general, más bajos los cirrus falsos que los verdaderos, en tanto grado, que, siendo la altura media de los cirrus verdaderos unos 11 kilómetros, la de los falsos no pasa de 7 kilómetros, altura correspondiente á las nubes interme- dias. De donde se infiere que, en caso de duda acerca de la naturaleza de los cirrus, podrá concluirse generalmente que son verdaderos, si se hallan á más de 11 kilómetros de altura. Nótese que los meses en que corren más altos los cirrus falsos son Mayo, Julio y Noviembre; deci- mos, pues, generalmente, porque si en alguno de estos meses ocurriese la necesidad ó conveniencia de distinguir los cirrus, además de la altura, habría que echar mano de las indicaciones anteriores para resolver con acierto. Otra circunstancia hemos notado que podrá servir para resolver la duda acerca de la naturaleza de los cirrus, y es el sentido del movi- miento, porque si el movimiento es ascendente y no grande la altura, es muy probable que sean falsos los cirrus. De veintitrés observa- ciones fotogramétricas de cirrus falsos que llevamos estudiadas, en solos tres notamos movimiento descendente de los cirrus. BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 231 Do lo dicho se desprende que tanto la altura como la dirección de los cirrus podrán contribuir a resolver la duda acerca de la verdad ó false- dad de los mismos. LOS MOVIMIENTOS DEL BARÓMETRO EN LOS BAGUIOS. REGLAS PRÁCTICAS DADAS POR EL I». FAURA PARA USAR ACERTADA- MENTE DE LOS MOVIMIENTOS DEL BARÓMETRO COMO SEÑAL PRE- CURSORA DE TEMPORAL. Según dejamos asentado en el capítulo ii, es sumamente regular en las regiones intertropicales la marcha anual y diaria de la presión atmosférica, mientras no se presente ninguno de estos temibles meteoros ó ciclones que venga á alterar con su presencia leyes tan lijas ó invariables. Y como naturalmente el valor de la señal precur- sora de baguio, fundada en los movimientos del barómetro, ha de ser tanto mayor cuanto mayor sea, en tiempo normal, la regularidad de estos mismos movimientos, ya se ve que la asidua observación de este valioso instrumento será en los trópicos, más que en otra parte alguna, un medio preciosísimo para la previsión de los baguios ó ciclones. Así lo entendió el P. Faura, cuando después de una larga experien- cia de muchos años estableció, en Las señalen precursoras de temporal, la siguiente regla práctica: El tiempo empieza á hacerse dudoso desde el momento en que se altera alguna de estas leyes, á que se halla sujeto el barómetro en tiempos normales. Y el mismo P. Faura condensaba algunos años más tarde en esta otra regla, tanto ó más preciosa que la anterior, lo que en las mismas Señales precursoras de temporal había ya escrito para prevenir, por medio del barómetro solamente, la mayor ó menor intensidad de un tifón: La intensidad de un tifón depende de la amplitud de la desviación fuera de los límites exactos de las oscilaciones diurnas y nocturnas. NECESIDAD DE TENER BIEN PRESENTES LAS LEYES DE LA OSCILACIÓN DIARIA DEL BARÓMETRO. En estas dos reglas prácticas del P. Faura puede decirse que está resumido cuanto puede decirse acera de los movimientos del barómetro para que puedan servirnos de señal precursora de temporal. De ellas se desprende la importancia y necesidad de tener bien presentes las leyes de la oscilación diaria de la presión atmosférica, no sólo en general, sino aun en particular para los diferentes meses del año; pues sólo así podremos saber cuando tenga lugar propiamente la alteración de estas leyes y el grado mayor ó menor de esta misma alteración. Así que, teniendo á la vista lo que dijimos sobre esta materia en el capítulo ii, creemos no estará de más que indiquemos con la mayor brevedad posible los casos principales que pueden considerarse incluí- dos en cada una de estas dos reglas del P. Faura. 232 CLIMATOLOGÍA. CASOS EN QUE DEBE TENERSE POR MUY SOSPECHOSO EL TIEMPO Y AUN PUEDE ASEGURARSE LA EXISTENCIA DE UN TIFÓN. El tiempo debe tenerse por muy sospechoso y aun puede asegurarse la existencia de una perturbación atmosférica que de alguna manera se acerca á la localidad: Io. Cuando la amplitud del descenso de la noche es parecida á la del descenso de la tarde, llegando á ser la mínima de la madrugada igual ó más baja todavía que la mínima de la tarde anterior. 2°. Cuando el barómetro sube menos en la semioscilación nocturna que en la diurna. 3°. Cuando el ascenso de la semioscilación diurna no alcanza apenas 1 milímetro. 4°. Cuando la amplitud del descenso diurno pasa de 3.5mm en los meses de Junio á Septiembre, ambos inclusive; ó de 4mm en los meses de Mayo, Octubre, Noviembre y Diciembre; ó de 4.5mm en Enero, Febero, Marzo y Abril. Nótese, sin embargo, que esta regla supone aún al barómetro en su altura normal ó no lejos de ella; pues si estuviese ya algo bajo, entonces podría darse, como regla general para todos los meses, que hay indicio de baguio lejano cuando la cantidad , del descenso diurno es mayor de 3mm ó de 3.5mm. Estas tres indicaciones sirven sólo para cerciorarnos de la existencia de un temporal que de algún modo se nos acerca, pero no para indi- carnos si pasará cerca ó lejos, ó si desfogará con fuerza en la localidad. Para esto nos ayudarán las siguientes reglas: CASOS EN QUE PUEDE ASEGURARSE QUE EL TIFÓN DESFOGARÁ CON FUERZA EN LA LOCALIDAD. Puede asegurarse que el temporal pasará cerca y desfogará con fuerza en la localidad: Io. Cuando el barómetro permanece fijo sin subir casi nada ó abso- lutamente nada en las horas de ascenso. 2o. Y es este caso más alarmante que el anterior, cuando el barómetro después de las horas trópicas de la mínima de la mañana ó de la tarde, sigue aún bajando en las horas de ascenso. 3o. Cuando el barómetro en las horas de descenso, baja á razón de más de 1 milímetro por hora. ACEPTACIÓN QUE HAN TENIDO ENTRE LOS MARINOS EL BARÓMETRO DEL P. FAURA Y EL BAROCICLONÓMETRO DEL P. ALGUÉ. De estas ligeras indicaciones, que no amplificamos más por temor de extendernos demasiado, ya se desprende cuanto partido se puede sacar de solas las observaciones del barómetro para la previsión de los tifones. Una prueba evidentísima de ello la tenemos en la aceptación extraordinaria que tuvo desde un principio, especialmente entre los BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 233 marinos, el tan conocido y popular barómetro del P. Faura aplicado a la previsión del tiempo en el Archipiélago Filipino, y que dio al publico su autor en 1886; y la que acaba de tener el reciente barociclonómetro del P. Algué1, perfección del barómetro del P. Faura y destinado á la previsión de los tifones no sólo en el Archipiélago Filipino, sino en todo el Extremo Oriente. Hemos creído sería del gusto de nuestros lectores reproducir aquí la descripción y las reglas que para el uso de su barómetro dio el P. Faura en un breve y compendioso folleto titulado El barómetro aneroide aplicado á la, previsión del tiempo en d Archipiélago Filipino; y esto con tanta más razón, cuanto que la edición que de él se hizo está hoy completamente agotada. Ni será de menos interés la repro- ducción, en castellano, de otro folleto inglés, parecido al anterior, con que describe el P. Algué y da reglas sencillas para usar su barociclo- nómetro. La simple lectura de estos dos documentos interesantísimos servirá para confirmar más y más la suma importancia de los movimientos del barómetro, como señales precursoras de baguio, sobre todo si se com- binan con las señales dadas por las corrientes atmosféricas. EL BARÓMETRO ANEROIDE APLICADO Á LA PREVISIÓN DEL TIEMPO EN EL ARCHIPIÉLAOO FILIPINO. OBJECTO V FIN J)K ESTE IXSTKl'MKXTO. Movido del deseo de vulgarizar en el Archipiélago la utilidad de las indicaciones del barómetro, publiqué hace algunas años Las señales jwenirsoras de temporal, fruto de un detenido y prolongado estudio sobre los diversos movimientos que sufre este instrumento en los múltiples y variados cambios de presión, según la diversa clase de temporales que en estas localidades se experimentan. Procuré ser en aquel trabajo tan claro y conciso como me fué posible, y creo haber conseguido en parte mi objeto, que era ponerlo al alcance de todas las inteligencias. Pero debo confesar también que para aplicar con acierto aquellas reglas se necesita, con frecuencia, mayor aten- ción que la que es compatible muchas veces con las graves y perentorias obligaciones que pesan sobre el marino y los particulares que tienen expuestos cuantiosos intereses á la furia de estos terribles fenómenos. Por lo mismo, ya desde entonces concebí la idea de grabar aquellas leyes, aunque muy en compendio, sobre los mismos baróme- tros de más frecuente uso y de más fácil observación, á fin de que la sola vista del instrumento les diera la señal de " alerta" y les pusiera en guardia contra cualquier trastorno atmosférico de alguna importancia que pudiera amenazarles. Me detuvo, sin embargo, algún tiempo el temor de que semejantes indicaciones pudieran caer en desuso, como han caído las que los artistas suelen grabar sobre los barómetros que se libran al comercio con los títulos de " Buen tiempo" ''Lluvias" " Tempestad," etc., y que con razón han sido criticados por los meteorologistas, por no estar conformes con las leyes que rigen los movimientos de la atmósfera, y por el público en general, que 1 Muy en breve se han agotado los doce primeros modelos venidos de Alemania, siendo muchas las peticiones que se reciben en este Observatorio, no sólo de Filipi- nas, sino también de las costas de ('hiña y del Japón, de los almirantes de las es- cuadras y comandantes de barcos de guerra y capitanes de vapores mercantes que navegan por estos mares. 234 CLIMATOLOGÍA. raras veces encuentra acuerdo entre los fenómenos que se desarrollan y las indica- ciones del instrumento. Quise, por lo mismo, verificarlo antes por mí mismo, utili- zando algunos barómetros, cuya marcha era muy regular y que obedecían bien á todos los cambios de presión. El resultado fué cual lo había esperado, y no podía menos de ser así, puesto que el fundamento en que me apoyaba era el mismo que me había servido para redactar Las señales precursoras de temporal, suficientemente com- probadas ya por la experiencia propia y de varios ilustrados marinos, que las habían utilizado en diferentes ocasiones. En vista de esto creí que no debía dilatar por más tiempo mi trabajo en beneficio del público, para que pudiera utilizar las ventajas que, á mi ver, tiene sobre los antiguos barómetros usados hasta ahora en el Archipiélago. Al ofrecerlo, debo declarar también que las nuevas indicaciones sólo son aplicables dentro del Archipiélago y en las inmediaciones de sus costas, porque á ellas sola- mente se extiende el estudio empírico que se ha hecho de los movimientos que sufre el barómetro en las diversas clases de temporales que aquí se experimentan, y que me ha inducido á modificar el barómetro en la nueva forma que lo presento; fuera del Archipiélago no tiene más utilidad que la de otro cualquier barómetro ordinario. La forma que he dado á los nuevos instrumentos se ve representada en la adjunta lámina.1 Como se ve, he sustituido los títulos de los antiguos barómetros con los de * ' Nortes," " Tiempo variable," " Baguio algo lejos," etc., por ser más conformes con los fenó- menos que suelen experimentarse aquí y cuya nomenclatura es usada y conocida de todos, hasta de los mismos naturales. Pero esto no lo he hecho sin preceder antes un estudio empírico, muy largo y penoso por cierto, de los movimientos que puede tener la aguja del aneroide, deducidos de los movimientos que sufre el mercurio del barómetro Fortín, según las épocas del año y la clase de trastornos que lo hacen variar. ADVERTENCIAS. Esto supone las siguientes advertencias: Ia. Dichos aneroides han de ser construidos con esmero, para que los movimientos de la aguja marquen con exactitud igual ó aproximada á los del mercurio. 2a'. Deben ser, además, corregidos antes de servirse de ellos, comparándolos con un buen barómetro de mercurio exento de error instrumental y corregido del error constante de capilaridad y de los variables de temperatura y nivel del mar. En Manila y provincias inmediatas se puede hacer la corrección comparando los ane- roides con el barómetro del Observatorio ó con las observaciones que diariamente se publican en los periódicos de la capital; y en las demás provincias, con los baróme- tros de las estaciones secundarias más próximas, que se hallan en idénticas condi- ciones á las del barómetro de Manila, y cuyas observaciones corregidas les facilitarán los respectivos observadores. 3n. Esta comparación debería hacerse después de instalado el instrumento en el punto donde haya de funcionar. Pongo esta advertencia, porque, si se compara el barómetro antes de ser instalado en su sitio y se lleva luego al interior de las islas, podrá suceder que se coloque en un punto que se halle más elevado sobre el nivel del mar que el punto donde se comparó, y en este caso las indicaciones puestas alre- dedor del barómetro perderían todo su valor. Estas indicaciones están calculadas para cuando las alturas dadas por el instrumento se hallan reducidas al nivel del mar, y por esto se ha consignado así en la nota puesta al pie del mismo barómetro; ahora bien, el mercurio del barómetro y la aguja del aneroide bajan cuando se alejan del nivel indicado, elevándose en la atmósfera; la cantidad del descenso es aquí por tér- mino medio 1 milímetro en el barómetro de mercurio, ó una división en el aneroide, por cada 11 metros de elevación: si sucede, pues, por ejemplo, que al nivel del mar marca la aguja 759, trasladado el aneroide á un punto que estuviera á 55 metros sobre 1 Es la lvii de nuestra numeración. Lamina lvm. BAGUIOS 6 CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 235 dicho nivel marcaría, á la misma hora, 754; la primera división es el límite superior de tiempo variable y es señal, generalmente, de buen tiempo, y la segunda división está ya dentro de la indicación de "Baguio algo lejos; " á la altura, pues, de 55 metros alarmaría la posición de la aguja, si no se tuviera en cuenta dicha altura, mientras que al nivel del mar ó próximo á él hería señal de seguridad. Si se hubiera de hacer uso del barómetro en excursiones por mar, ó bien, si hubiera de colocarse en un punto que no se eleve más de 10 metros, entonces no habría necesidad de tomar esta pre- caución, porque en este caso el nivel cambia poco, y mientras no pase la altura de 9 a 10 metros, las indicaciones puestas alrededor del barómetro sirven para el objeto á que se las destina. 4a. Sería útil que la comparación, de que acabo de hablar, se hiciera con alguna frecuencia, una vez al año, por ejemplo, y cuando por efecto de algún temporal recio hubiera sufrido la aguja una fuerte oscilación. La razón es, porque, componiéndose el instrumento de piezas metálicas muy delicadas y de diversa densidad, tanto los cambios de temperatura continuados por mucho tiempo, como las oscilaciones fuertes, pueden alterar algo la tensión de las piezas y hacer con esto que la aguja dé indica- ciones erróneas. 5a. Finalmente, antes de hacer la observación es conveniente dar con el dedo unos ligeros golpecitos al disco de cristal, para despertar la pereza de la espiral que sostiene la aguja y obligar á ésta á ponerse en su verdadera posición. Si se tienen en cuenta estas advertencias, estoy seguro de que las indicaciones sus- tituidas á las antiguas serán de mucha utilidad, y me atrevo á afirmar que ningún tem- poral de importancia podrá sorprender sin habérsele previsto antes, dando tiempo de prevenirse contra sus más terribles estragos. No se podrá ciertamente prever con anticipación toda la fuerza que desarrollará en la localidad, pero sí se conocerá: 1°., su existencia; y 2°., el peligro que se corra de ser atacados por él, pues ambas cosas se las dirá la posición que sucesivamente vaya tomando la aguja, auxiliada por las aclara- ciones correspondientes á cada uno de los títulos impresos alrededor de la carátula barométrica. Pero, como los temporales, si bien tienen todos algo esencial en que se parecen, se diferencian empero mucho en sus caracteres accidentales, y éstos en muchos casos podrían inducir á error, inspirando á veces temores infundados y dejando de inspirarlos otras en que hay verdadero peligro, no estará de más ampliar algo las le- yendas correspondientes á cada uno de los títulos, para que se presten en todos los casos á una fácil y provechosa interpretación. No saldré, sin embargo, de una amplia- ción puramente práctica, dejando para más tarde la exposición de la teoría que, si Dios Nuestro Señor me concede poder llevar á feliz término, procuraré se imprima á su tiempo. Primera leyenda: Nortes. Lluvias en la costa oriental del Archipiélago. Buen tiempo, generalmente, en la occidental. La aguja suele oscilar ente 759 y 767 desde Octubre hasta Abril, siendo más marcada la oscilación en las horas de su máxima diaria. En las horas de mínima, que se observa entre 8 y 4 de la tarde y 3 y 4 de la madrugada, podrá salir del límite 759 y entrar en la división de ''Tiempo variable," pudiendo esto último observarse, sobre todo en los meses de Octubre, Marzo y Abril; con menos frecuncia en Noviembre y Febrero; y raras veces en Diciembre y Enero. Mientras la aguja permanezca dentro del límite dicho, es decir, entre 759 y 767, no hay peligro alguno de baguio próximo; el tiempo que debe esperarse en estos casos es el indicado en la nota del barómetro; en la costa oriental del Archipiélago soplarán, generalmente, vientos del N., ó mejor, entre el N. y E., los cuales adquirirán fuerza, á medida que vaya subiendo la aguja; estos vientos serán aveces atemporalados en aquella costa, cuando la aguja se acerca sobre todo al límite superior 767, y más, si pasase de él, lo cual suele ocurrir pocas veces y en pequeña cantidad, en los meses de Diciem- bre y Enero; las lluvias, sin ser continuas, serán, empero, frecuentes, constituyendo 236 CLIMATOLOGÍA. en esa costa propiamente la época de lluvias. En la costa occidental reinará, general- mente, buen tiempo y los vientos no tendrán de mucho la fuerza que desarrollan en la costa oriental; algunas veces, empero, las lluvias llegarán á ella, lo cual se verificará cuando en la oriental la precipitación sea prolongada y abundante, pues en estos casos las nubes arrastradas por los vientos del primer cuadrante suelen atravesar la isla sin haber depositado toda el agua, que en la otra costa había formado la condensación de los vapores. Si la aguja sale de 759 en algunos de los meses dichos á las horas de la máxima, hay que poner atención á los movimientos que tenga sucesivamente y á los vientos que reinan, pero la aclaración de este caso corresponde ya á la leyenda de tiempo variable. Segunda leyenda: Tiempo variable. Con vientos del primero ó cuarto cuadrante, de Octubre á Enero, tiempo sos- pechoso; en los demás meses, tiempo variable. Con vientos del segundo ó tercer cuadrante, tiempo variable. Antes de ampliar la leyenda correspondiente á tiempo variable, no estará de más recordar que se llaman vientos del primer cuadrante los comprendidos entre el N. y el E. ; del segundo los comprendidos entre el E. y S. ; del tercero los comprendidos entre el S. y O. ; y, finalmente, vientos del cuarto los comprendidos entre el O. y N. Puesto esto, la aguja suele colocarse en el encasillado * * Tiempo variable ' ' desde Mayo hasta Septiembre inclusive, siendo más exacto el límite inferior de su oscilación en las horas de mínima diaria, esto es, entre 3 y 4 de la tarde y 3 y 4 de la madrugada. En las horas de la máxima puede subir al encasillado " Nortes," pero nunca sube tanto como en los meses en que suelen reinar estos vientos; y si alguna vez sube mucho y pasa este límite de varias divisiones, alcanzando la altura de 763 y 764, esto suele ser indicio de que dentro de algunos días habrá cambio, que será, generalmente, un temporal ciclónico ó baguio, aunque no se podrá deducir por esto que haya de des- fogar en la localidad; para esto será preciso esperar los movimientos que la aguja presente cuando el temporal se acerque y atenerse á lo que éstos digan después. He dicho que si en los meses que corren desde Octubre á Abril, á las horas de su máxima diaria, la aguja sale de la división 759 y entra en ''Tiempo variable," hay que poner atención á los movimientos que tenga sucesivamente la aguja y á los vientos que reinan; porque en estos meses, el salir de la división dicha suele ser siempre efecto de un baguio que desfoga todavía lejos, pero que puede pasar por la localidad; para conocer esto, véase si la aguja sigue bajando paulatinamente y los vientos per- manecen fijos entre el N. y O. ó entre el N. y E. ; si se verifica así, es seguro que el temporal se acerca á la localidad ; en prueba de ello se verá que á las 4 de la tarde ó 4 de la madrugada, que son las horas en que debe empezar á subir el barómetro, en vez de subir permanecerá fijo ó seguirá bajando; los chubascos empezarán á menu- dear y los rachas de viento serán más frecuentes y duras. El baguio, sin embargo, no será fuerte, sino en el caso en que la aguja saliese del encasillado "Baguio algo lejos" y entrase en " Baguio en la localidad ó muy cerca," continuando siempre los vientos del primero ó cuarto cuadrante; si antes de entrar la aguja en "Baguio en la localidad," cambiaren al segundo ó tercer cuadrante, entonces el baguio pasa por el N. ó por el S. ; por el N. si cambian los vientos por el O. al tercer cuadrante; por el S., si cambian al segundo girando por el E. Desde el momento en que se haya verificado este cambio, dejará de bajar la aguja y empezará luego el ascenso, indicando que el baguio se aleja. Si la aguja no sale de este encasillado en los meses dichos, es decir, de Mayo hasta Septiembre, ambos inclusive, entonces no hay peligro alguno de temporal; lo único que puede esperarse en estos casos es que haya turbonadas locales, pero pasajeras, que no tienen más importancia que la que trae consigo el fuerte desarrollo de elec- tricidad que suele acompañarlas, ó bien que sigan todavía por algún tiempo los chu- bascos de agua y viento del tercer cuadrante, si la aguja había indicado antes baguio algo lejos. BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 237 Tercera leyenda: Baguio algo lejos. Con vientos del primera 6 cuarto cuadrante, el baguio se acerca. Con vientos del segundo ó tercer cuadrante, se aleja; colla. La aguja no entra en este encasillado sino por efecto de un temporal ciclónico ó baguio que está todavía algo lejos. En los meses de Abril y Mayo, á las horas de la mínima de la tarde, es decir, de 2 á 5, llega algunas veces á pasar el límite 755, sin que se verifique lo anterior; pero esto sucede raras veces, en pequeña cantidad y en días en que el calor ha sido excesivo; en los demás meses, y aun en Abril y Mayo, fuera de las horas dichas, es siempre efecto de un baguio que está á alguna distancia. Habiendo entrado la aguja en "Baguio algo lejos," se conocerá si el temporal se acerca, en la persistencia 6 variabilidad con que corran los vientos del primero ó cuarto cuadrante mientras continúe bajando la aguja, y en el descenso más ó menos rápido de ésta. En general, se puede decir que si la aguja llega á 751, límite inferior de ' ' Baguio algo lejos, ' ' sin que los vientos hayan dejado de correr del primero ó cuarto cuadrante, por más que hayan sido flojos, el temporal será fuerte y los vientos adquirirán la fuerza de lo que aquí se entiende vulgarmente por baguio; pero si, mientras la aguja se mueve entre 755 y 751, los vientos vienen corriendo, ya del segundo ya del tercer cuadrante, aunque salten después de nuevo al primero ó al cuarto, entonces el temporal no excederá de la fueza que suelen desarrollar los temporales llamados vulgarmente collas. Los dos casos anteriores se podrán distinguir bien por el modo con que se presentan uno y otro; en el primer caso la aguja en las horas de subida es decir, de 4 á 10 de la mañana, ó de 4 á 10 de la noche, permanecerá quieta ó bajará algo; luego de 10 á 4 de la tarde ó de 10 á 4 de la madrugada bajará mucho, el cielo desde el principio se cubrirá de un velo blanco lechoso, bastante opaco, y por la parte del E. estará completa- mente cerrado; por la parte del O. se verá más despejado, formando notable contraste con el E. ; de cuando en cuando las nubes densas, que aparecen como amontonadas por el E. , se extenderán por casi todo el cielo y dejarán caer ligeras lloviznas, conoci- das con el nombre de garúa fina; los vientos seguirán entre el N. y O. ó entre el N. y E. , refrescando á veces y racheados; á intervalos se despejará de nuevo el cielo de nubes, pero quedando siempre el denso velo blanco de que antes se ha hablado, llamado en meteorología velo cirroso, el cual dará lugar á la formación de los halos solares ó lunares; estos fenómenos se irán reproduciendo sucesivamente á intervalos, que irán siendo más cortos á medida que vaya bajando la aguja, y en intensidad siempre cre- ciente; de suerte que las que al principio eran ligeras lloviznas se convertirán luego en chubascos de agua y viento, que serán, por fin, continuados y violentos, siguiendo la aguja en su descenso, mientras no cambien los vientos al segundo ó al tercer cua- drante. Cuando éstos hayan llegado al OSO., y algunas veces al SO., ó al ESE. si gira el viento por el E., dejará de bajar la aguja y empezará luego el ascenso. Desde este momento se puede estar ya seguro de que el temporal se aleja; con todo, no se podrá por esto decir que haya de disminuir la fuerza del viento en seguida; pues esto depende de circunstancias que no es del caso referir aquí; en general, no aumentará y es fácil que se conserve por algún tiempo, si los vientos que han reinado mientras bajaba fueron flojos; ó disminuirá luego, si los vientos primeros fueron violentos. En todos los casos el temporal terminará con vientos comprendidos entre el SE. y SO. El segundo caso es más complejo que el primero, y puede reducirse á tres clases principales de temporal: Ia. Que se presente al principio, como el caso anterior, con el aspecto del cielo casi igual, pero bajando menos el barómetro en las horas de descenso, y subiendo algo, aunque poco, en las de ascenso; los vientos serán flojos y fijos en el cuarto ó en el primer cuadrante, hasta que al llegar el barómetro á 753 ó 752 salte el viento al SO. y empiece un chubasco de agua y viento largo y continuado; volverá luego á empezar el ascenso del barómetro, terminando todo así en un solo día ó en algunas horas; este caso es efecto de un temporal que pasa por el E. y por el N. sucesivamente y á bastante distancia. 238 CLIMATOLOGÍA. 2a. Que el barómetro empieze á bajar, sin alterarse notablemente el cielo y con poca fijeza en los vientos, los cuales, aunque en general serán del primero ó cuarto cua- drante saltarán alguna vez al segundo ó al tercero; el primer día bajará poco el baró- metro y la oscilación en las horas de ascenso y descenso se alterará algo, pero no se destruirá del todo; el segundo día bajará más, y así sucesivamente; de suerte que la mínima de cada día se observará menor que la del día anterior; al llegar el baróme- tro á su mínimo descenso, y algunas veces después de haber empezado ya el ascenso, empezarán los chubascos de agua y viento del SO. , interrumpidos por recalmones de algunas horas; y continuará así por algunos días, hasta que el barómetro se encuen- tre ya á bastante altura; este caso es efecto de centros ciclónicos que se localizan á veces al NNO. ó al N. del Archipiélago desde Junio á Septiembre inclusive, que- dando á veces estacionados por mucho tiempo y sin el movimiento de traslación que caracteriza á los demás centros de este género. La intensidad y duración de esta clase de temporales depende de la distancia á que se hallen los centros ciclónicos dichos, de la clase de depresión que los origina, y de las causas productoras de esa depresión; sólo el barómetro indicará en estos casos con su ascenso, fijeza ó descenso, si el tem- poral va en aumento, si se conserva invariable ó si tiende á desaparecer; pero no dirá cuándo haya de terminar definitivamente. 3a. Finalmente, la tercera clase de temporales, que de este género se pueden observar aquí, es debida no ya á una sola depresión sino á un sistema de depresiones, que suelen ocurrir con frecuencia en los mismos meses citados, y que corren por el Este y Norte de Luzón á intervalos de dos, tres ó cuatro días una de otra. La primera de estas depresiones se presenta como la del primer caso; sigue una interrupción de 1, 2 ó 3 días y luego vuelve otra depresión y así sucesivamente; el barómetro baja algo en cada una de éstas y sube también algo en los intermedios, en los cuales suelen volver los vientos al primero ó al cuarto cuadrante, siendo flojos siempre que se encuentren en estos rumbos, racheados y en general con lluvias, cuando salten al tercer cua- drante. La duración de estos temporales depende del número y de la forma de las depresiones que los originan. Estas tres clases de temporales, que acabo de describir, constituyen lo que vulgarmente se llama aquí colla. Cuarta leyenda: Baguio cerca ó en la localidad. Con vientos del primero ó cuarto cuadrante, él baguio va entrando. Con vientos del segundo ó tercer cuadrante, pasa alejándose. Si la aguja entra en este encasillado y continúan los vientos en correr todavía del primero ó cuarto cuadrante, se puede estar seguro que el temporal desfogará con fuerza; si por el contrario, han cambiado ya los vientos al OSO. ó al ESE., cuando la aguja baje del límite superior 751, entonces el temporal será relativamente flojo. Quinta y sexta leyenda: Baguio intenso y baguio destructor. Si el cielo aclara y el viento amaina, el vórtice pasa por la localidad; seguirán rachas violentas del segundo ó tercer cuadrante. Si el viento rola de N. á S. por el O., el vórtice pasa por el Norte. Si el viento gira de N. á S. por el E. , el vórtice pasa por el Sur. Si la aguja llega á entrar en el primero de estos encasillados, el baguio es siempre intenso; y lo será más, si entra continuando los vientos del primero ó cuarto cua- drante. En caso de que el vórtice pase por la localidad se notará una claridad por el E. que irá ensanchándose paulatinamente, hasta llegar al zenit del observador; los vientos disminuirán mucho en violencia y tal vez calmarán del todo, notándose un contraste singular entre la fuerza del viento anterior y la calma relativa ó absoluta que se experimenta mientras pasa el vórtice. El temporal en este caso no está termi- nado aún; el barómetro se mantendrá todo este tiempo en su punto más bajo; pasado el vórtice, empezará á ascender y los vientos volverán á soplar con fuerza, cuya intensidad y duración estará, generalmente, en razón inversa de la que tuvieron los vientos de la parte anterior del temporal; de modo que cuanto más violentos y dura- deros hubieren sido éstos, menos lo serán aquéllos; y al contrario, la intensidad y BAGUIOS Ó CICLONES DEL EXTKEMO ORIENTE. 239 duración de los vientos posteriores del temporal será mayor, cuanto hubiere sido menor, relativamente hablando, la de los primeros. El tiempo que puede durar la calma vortical es variable, pero siempre da algunos minutos de tregua, para disponerse á recibir los vientos que han de venir del segundo ó tercer cuadrante. FIN QUE SE PROPUSO EL 1\ ALGUÉ AL IDEAR SU BAROCICLONÓMETRO. Hasta aquí la descripción del barómetro del P. Faura, cuyas indica- ciones se limitan, según dice el mismo autor, á la reducida zona de nuestro Archipiélago. El P. Algué, deseando perfeccionar tan precio- so instrumento, dio un paso más, é ideó la manera de hacerlo útil y aplicable á todo el Extremo Oriente, como se verá en la descripción del barociclonómetro que con sumo gusto daremos en este lugar. Mas antes nos permitirán nuestros lectores que digamos dos palabras acerca de las principales razones que movieron al citado P. Algué á ofrecer al público este nuevo aparato; las expone él mismo en el prólogo al opúsculo castellano titulado El Barociclonómetro, en los siguientes términos: Dos razones principalmente me han movido á procurar la construcción del nuevo aparato que en este opúsculo se describe. La una es el considerar la gran conve- niencia, por no decir necesidad, de un barómetro que pueda servir indistintamente en todas las latitudes de este Extremo Oriente, ya que las exigencias del tráfico y co- mercio por un lado, y las múltiples atenciones de carácter internacional por otro, abren cada día nuevos rumbos á la navegación frecuente de nuestros marinos, tanto de la marina de guerra como de la mercante. Y como sea verdad que en estos mares los elementos meteorológicos presentan caracteres tan diferentes, que sucede á las veces encontrarse el marino en un solo viaje con alturas barométricas normales tan diversas como 754n,m y 758mm en la corta distancia que separa Hongkong de Manila, y 771mm y 759mm entre Chefoo é Iloílo, es de todo punto imposible aplicar en estos casos las leyendas fijas que suelen grabarse en las carátulas de los baróme- tros, aun los mejor acomodados, como son las del popular barómetro del P. Faura, el cual sólo tiene aplicación en la reducida zona de nuestro Archipiélago. Allégase á esto que en los mares de este Extremo Oriente la altura barométrica, límite de la zona extrema de los tifones, dato de capital importancia, oscila entre valores muy distantes como son 765mm para los paralelos 25°-32° de latitud N., y 756mm para los paralelos 10°-16° de latitud N., durante los meses de invierno. Por lo cual es impossible que pueda navegar confiadamente el marino y prevenir el peligro de tan terribles meteoros sirviéndose de una leyenda común, en mares en donde las alturas barometrías extremas del cuerpo del ciclón se diferencian normalmente en más de 8mm. Cómo se ha obviado esta dificultad en el aneroide, verálo el lector en el decurso de este escrito. La otra razón, de no menos peso, es haber observado con dolor, que la vulgariza- ción del barómetro del P. Faura ha dado lugar á algunas casas constructoras á falsi- ficar de tal manera dichos aneroides, por concurrir con ventaja á la competencia industrial, que con frecuencia en vez de hallar en ellos el observador un aparato de precisión y de confianza, como fuera razón, se encuentra con un juguete de quincalla capaz de desacreditar la buena disposición de las indicaciones y leyendas de la cará- tula, si no estuviese tan justamente acreditada su fama. Varias veces oímos lamentar al P. Faura tan pernicioso abuso, el cual desgraciadamente no tiene remedio. Por esto, ya que reconocemos la~ conveniencia de ofrecer un nuevo aparato que, por ser 240 CLIMATOLOGÍA. universal, sirva también en otras latitudes distintas de las de nuestro Archipiélago, procuraremos desde un principio asegurar el punto más importante que es la fidelidad del instrumento, para que las personas que deseen tener garantizada la bondad de su barómetro, puedan lograrlo.1 Las dos razones dichas se refieren exclusivamente al aneroide del nuevo aparato; por lo que toca al ciclonómetro no hay para que ponderar la utilidad práctica que de él puede reportar el marino, principalmente en sus viajes de altura; juzgúelo por sí mismo el que leyere este folleto. No tenemos más pretensión que la de ofrecerle una como guía, simplificando de tal manera el aparato que pueda manejarse, aun en casos en que la múltiple atención á diversas maniobras y la congoja y aun turbación, que suele ir aneja á la inminencia de los peligros, no dan lugar á complicados cálculos. A lo cual podría hoy añadirse que la primera de las razones por él expuesta es ahora tanto más poderosa, cuanto que con el reciente cambio de cosas en estas Islas ha aumentado notabilísimamente la navegación por los mares del N. y NE. de Luzón, y por consiguiente ha de ser muy apreciado por los marinos un instrumento, que, al mérito del barómetro del P. Faura, junte la incomparable ventaja de poderse aplicar con suma facilidad á diversas latitudes en todo el Extremo Oriente. Pero veamos ya la descripción y uso de este reciente aparato, toma- moda del folleto The Barocyclonometer. DESCRIPCIÓN DEL BAROCICLONÓMETRO. El barociclonómetro no es otra cosa que un barómetro aneroide com- binado con un ciclonómetro. Láminas lviii y lviii (bis). BARÓMETRO. El barómetro que, según personas inteligentes, es de esmerada cons- trucción y uno de los mejores aneroides que se han importado á Filipinas, se ha fabricado con el intento de que pudiera ser de uso uni- versal en todo el Extremo Oriente y servir su graduación para las lati- tudes comprendidas entre 0o y 50° de latitud N. y con alturas desde 0 hasta 900 pies. A este fin, las divisiones están grabadas en un disco anular de metal plateado, el cual se subdivide en tres secciones diferentes: la primera señala las monzones y tiempo normal, la segunda el tiempo variable, y la tercera, la más importante de todas, sirve para indicar la relación atmosférica y las diversas zonas de un tifón. Se ha hecho un estudio especial para hallar el valor de la presión media en el límite exterior del tifón en diferentes latitudes y en los *Se ha encomendado la construcción de este instrumento á la casa del constructor G. Lufft, de Stuttgart. Se construyen separadamente el barómetro y el ciclonómetro, á fin de que los que disponen del barómetro del P. Federico Faura, tan popular en este Archipiélago, puedan completarlo sin tanto gasto con sola la adquisción del ciclonómetro. UüihaUVíM. Lámina LVIII BIS. BAGUIOS Ó CICLONES BEL EXTKEMO ORIENTE. 241 diversos meses del año. En el resultado de este estudio se funda la introducción, en el barómetro, del disco anular móvil.1 Toda el área de un tifón la consideramos dividida en cuatro zonas que especificamos con las letras A, B, C y D, siendo la zona A la más exterior. CICLONÓMETRO. El ciclonómetro representa gráficamente una sección horizontal del tifón en su más baja superficie, y está dividido en cuatro zonas concén- tricas que corresponden á las cuatro divisiones A, B, C y D del disco móvil del barómetro. Las direcciones de las corrientes inferiores alre- dedor del vórtice en cada una de estas zonas, están representadas por flechitas, y la del vórtice por una flecha mayor. Tanto los círculos que dividen las zonas como las flechas, están grabados en un disco de metal plateado, el cual es movible alrededor de su centro y va ence- rrado en una caja cubierta con un cristal. Sobre este cristal hay dos largas agujas; una de ellas está graduada desde el centro hasta los dos tercios de su semilongitud en cien partes iguales, y la otra lleva en los dos tercios de su semilongitud una agujita algo menor y que es movi- ble alrededor de su centro; ambas agujas largas están colocadas de suerte que su centro coincide con el del disco, y son movibles también alrededor de él por medio de un botoncito; su longitud es igual al diá- metro de la zona exterior A del tifón. USO Y MANEJO DEL BAROCICLONÓMETRO. El barómetro en combinación con el ciclonómetro puede dar una solución probable á los siguientes problemas: Io. ¿Cuál es la presión atmosférica alrededor de un tifón, tanto en su límite exterior, como á diferentes distancias del vórtice? 2o. ¿Cómo se puede conocer la existencia de un tifón? 3o. ¿Cómo se puede conocer la posición del vórtice? 4o. ¿Cómo se puede hallar la distancia probable del vórtice? 5o. ¿Cómo se calcula la dirección del vórtice en un momento dado? ¿ CUÁL ES LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA ALREDEDOR DE UN TIFÓN, TANTO EN SU LÍMITE EXTERIOR, COMO Á DIFERENTES DISTANCIAS DEL VÓRTICE. La presión en el límite exterior de un tifón cambia según sea la lati- tud y según sean las condiciones atmosféricas que varían en el transcurso del año. Esta es la razón porqué dividimos los meses del año en tres grupos por ser muy parecidas las condiciones de los tifones en los meses correspondientes á cada uno de estos grupos. 1 Mediante la tabla que ponemos más adelante el instrumento *puede servir para latitudes N. comprendidas desde 0o hasta 50°, por más que las indicaciones de algunos barómetros no alcancen más que á la latitud 25° N. 4619 — tomo ii 16 242 CLIMATOLOGÍA. Como fruto de un estudio comparativo basado en una larga experien- cia sobre la presión alrededor del límite exterior de los tifones y la normal durante el año en varias latitudes, presentamos el siguiente cuadro de alturas barométricas: Altura* hrtro métrico* en el límite más exterior de la zona A de un ti fon en el hemisferio Norte. 25° y 32° X . 32° y 35° X . 35° y 40° X. 40° y f>0°X. 750 Entre los pándelos. ; ni ni 0°y ll°N ! 1 11° y 17° N '•[ 17° v21°N :| |l 755 !| 760 21° v 25° X A 757 l 753 7G5 702 i 758 | 753 Altura. Pulgadas. "29. 70 750 29. 70 29. 73 29. 80 29. 70 29.73 29.92 29. 80 29. 05 Tiempo en que se verifica. Durante todo el año. Durante los meses del primer grupo. Durante los meses del segundo y tercer grupo. Durante los meses del primer grupo. Durante los meses del segundo grupo. Durante los meses del tercer grupo. Durante los meses del primer grupo. Durante los meses del segundo grupo. Durante los meses del tercer grupo. 30. 12 I Durante los meses del primer grupo. 30.00 ¡ Durante los meses de Octubre y Xoviembre. 29. 84 Durante los meses de Abril y Mayo. 29. 05 Durante los meses del tercer grupo. 703 30.04 ¡ Durante los meses del primer grupo. 758 ■ 29. 84 Durante los meses del segundo grupo. 754 ; 29. 09 Durante los meses del tercer grupo. Durante los meses del primer grupo. Durante los meses del segundo grupo. Durante los meses del tercer grupo. :9. 70 Durante todo el año. oí ; 29. 90 57 29. 80 "54 29. 09 Por la marcada influencia que ejerce en la presión normal la relativa posición de los mares y de los continentes, deberán introducirse en los valores del cuadro anterior las siguientes restricciones: Ia. Desde Sumatra á las islas Carolinas, ó desde 95° á 150° E. de Greenwich, para latitudes desde 0o á 11° K. 2a. Desde el golfo de Siam a las islas Ladrones, ó desde 100° á 145° E. de Greenwich, para latitudes desde 11° á 17° N. 8a. Desde Tonkín á las islas Ladrones, ó sea, desde 105° a 145° E. de Greenwich, para latitudes desde 17° á 21° N. 4a. Desde el continente asiático á 150° E. de Greenwich, para lati- tudes de 21° á 50° N. La sola inspección del cuadro anterior probará evidentemente la utilidad que de nuestro barómetro pueden reportar los marinos. La flechita encarnada, que hay en el disco anular móvil, deberá colo- carse de modo que indique la presión dada en la tabla anterior, y entonces todas las demás divisiones indicarán el tiempo, según el para- lelo en que se halle el observador. La presión, al entrar en la zona A, es 4mm (0.16 pulgadas) más alta que en el límite de la zona B, y al entrar en ésta, es también 4mm (0.16 pulgadas) más alta que en el de la zona C; esta zona abarca 7mm (0.28 pulgadas). BAGUIOS 6 CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 243 La distancia de la zona A al vórtice del tifón varía desde 120 á 500 millas, y la de la zona B desde 60 a 120. El máximum de distancia de la zona C es de 60 millas y el mínimum unas 10 millas. La zona 1) está ya en el vórtice ó muy cerca de él. EXISTENCIA DEL TIFÓN. Estando las indicaciones del barómetro acomodadas al paralelo del observador con la colocación de la flechita roja, como se acaba de decir, tan pronto como la aguja del barómetro entre en la zona A, será proba- ble que el observador esté en algún punto de la zona A del tifón; y si, además, se notase en el barómetro tendencia á bajar, puede tener por cierto el observador, que se halla en efecto bajo la influencia del tifón. POSICIÓN DEL VÓRTICE. Para hallar la posición del vórtice debe el observador colocarse en el plano del ciclonómetro, según la altura del barómetro y la dirección del viento ó nubes bajas; ésta la encontrará representada en alguna de las fleehitas grabadas en el disco. Hecho esto, al punto verá dónde se halla el vórtice en el plano del ciclonómetro. Puede también valerse para ello de una de las agujas largas del ciclonómetro colocándola de de suerte que uno de sus extremos coincida con la intersección de la flechita que indique la dirección del viento entonces dominante y la circunferencia que divide una zona de otra; y el extremo opuesto de dicha aguja larga indicará la posición del centro en la rosa de los vientos grabada alrededor del ciclonómetro. DISTANCIA DEL VÓRTICE. La distancia probable del centro la da la misma carátula del baró- metro. La zona A comprende cuatro divisiones, domo hemos dicho antes; el barómetro la recorre con un descenso muy suave. Se ha calculado ser la distancia de 120 á 500 millas. El descenso del barómetro en la zona B es ya un poco más marcado y la distancia calculada es de 60 á 120 millas. En las zonas C y D el descenso barométrico es rápido y la distancia del vórtice es menor de 60 millas. Cada uno de estos detalles se halla científicamente probado en el citado opúsculo castellano. MOVIMIENTO V DIRECCIÓN DEL VÓRTICE. Cuando el observador se haya colocado en alguna de las zonas del ciclonómetro, puede, valiéndose de las dos agujas, conocer el movi- miento y dirección del vórtice, siguiendo las instrucciones siguientes: Ia. Coloque la flecha central grabada en el disco según la trayectoria media rué siguen los tifones en la latitud y mes en que se halla el 244 CLIMATOLOGÍA. observador,1 moviendo á este efecto el disco. Si el barómetro con- tinuara bajando y el observador ve, por ejemplo, que va entrando en la zona C, entonces colocará la aguja doble de modo que el extremo opuesto al en que tiene la otra pequeñita, coincida con la intersección de la ñechita que indique el viento dominante y la circunferencia que divide la zona C de la B; el otro extremo le dará la posición del vór- tice, según se ha dicho antes. Si el barómetro continuara aún bajando, y los vientos adquirieran mayor fuerza y soplaran en la misma direc- ción, el vórtice se va acercando al lugar del observador y en la direc- ción indicada por la aguja. Si, bajando el barómetro, rolara el viento, debe el observador (dejando la aguja doble en su posición) colocar la otra aguja graduada de modo que el extremo que no tiene la gradua- ción coincida con la intersección de la flechita que indique la nueva dirección del viento y la circunferencia de la zona C. Cuando el barómetro baja en las horas de subida, su lectura no debe ser co- rregida; pero si bajara en las de descenso, entonces se le debe añadir el valor correspondiente á la oscilación para conocer el verdadero descenso del barómetro. 2a. Si el viento cambiara rápidamente de dirección, la operación de hallar la posición del vórtice debería repetirse con frecuencia; pero en caso contrario, bastará repetirla cada doce horas sin aplicar1 e al barómetro ninguna corrección. El extremo graduado de la aguja debe estar hacia el lado del rumbo por el cual ha pasado ó pasa el vórtice. Por ejemplo, si el vórtice ha pasado ó pasa por el Sur del observador, el extremo graduado de la aguja debe hallarse en algún punto comprendido entre el E., S. y O, de la t rosa, como en el segundo ejemplo. Comparando después las dos lecturas barométricas correspondientes á las direcciones del viento que se han tomado, se hallará fácilmente la trayectoria probable que sigue el tifón. Para ello, sea ^1 la altura del barómetro en el límite exterior del tifón, la cual da la anterior tabla; uV la altura del barómetro cuan- do se movió la aguja doble; A" la última lectura del barómetro; I)' la distancia del observador al vórtice2 cuando el barómetro tenía la altura J.; y D'r la distancia del vórtice en la altura A" del barómetro; aplicando la fórmula de Fournier tendremos que: A- A! ir A-A" D" EJEMPLOS PRÁCTICOS. Algún ejemplo práctico aclarará más esta operación. Durante el tifón del 24 al 25 de Octubre de 1898 tuvimos en Manila á las 3 p. m. 1 La trayectoria media de los tifones en cada uno de los doce meses se publicó en el citado opúsculo, p. 58. 2 Tiene D' un valor arbitrario el cual nosotros representamos por 100, número de divisiones de la aguja graduada; y x será el número de estas divisiones. TIFÓN DE SAMAR Y LEYTE * GÁpiz (isla de Panay) 12 de Octubre 1897, 7h 30m p. m., barómetro 739^ o ; viento O. , " " " 8h 05m p. m., " 738mni m o ; viento O. ) -o; « &O.fZ0B,lD- ai- ,, , „ 755—738 100 Aplicando la fórmula, tenemos : = ; de donde x = 94 755—739 x ' La aguja pequeña debe colocarse, por consiguiente, como representa la figura Ia : de ella se deduce que la dirección del vórtice fué Qj N O. Véase la trayectoria de este tifón en el mapa. tor dftó^S^ 7 Leyte» por el P. José Al** Direc USO DEL BARO-ÜfCLONO-METRO. CASOS PRÁCTICOS Figuraü II TIFÓN BE sXMAR Y LEYTE Manila 13 de Octubre de 1897, á las 6h a. m. barómetro 752mm 38 ; viento N. E. ) llh a. m. " 753-™ 25; " E. y0™ A* 11 u 755—753.25 100 Aplicando la fórmula, tenemos : = ; luego x=149 755—752.38 x En la figura 2a se da la posición de la aguja pequeña ; y según ella, la dirección del vórtice era de O.K. O. FijjfuraHI III TIFÓN DEL 16 AL 17 DE SEPTIEMBRE DE 1894 * Manila 16 de Septiembre de 1894, á la lh p. ni. barómetro 749mm 84 ; nubes bajas O. N. O, " " " álas6hp. m, " 746mm 85 ; " " 755—746.85 100 Aplicando la fórmula, tenemos : -•= - — ; luego x=63 o:í Zona B. C. 755—749.84 La posición de la aguja pequeña, según se ve en la 3a figura. El vórtice se dirige hacia el O. N. O. Véase la trayectoria en el mapa. *Este tifón se halla discutido en la memoria "Baguios ó tifones de 1894" por el P. José Algué S. J., 1895, pág. 63-82. lXmina lix. Figura IY IV TIFÓN DEL "GRAVINA" 1 S. Isidro (provincia de Nueva Ecijá) 13 de Mayo de 1895 á las 10* a. m., barómetro 749m«* 76 ; viento S. E. ) " lf ■8»a.m., " 748—00; " S .}Zona R ai- * i * , 755—748.00 100 Aplicando la fórmula, tenemos : == • Juego x— 75 755—749.76 x ' La dirección del vórtice, como indica la figura 4» fué N. E.J- N. Véase la trayectoria en el mapa, en el pMcS 'tf^X^ím^8^0 ** Gl f°1Iet° "B1 Bagui° deI Grayina" ^ el P' J*>sé A1*^ S. J. y publicado BAGUIOS 6 CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 245 del día 24 vientos del SO. \ O. y al mismo tiempo la altura del baró- metro era 752.85 ,m". Tomando la aguja doble y haciendo coincidir su extremo con la flechita que marque la dirección del viento, hallaremos que la situación del vórtice era NE. \ E. En las primeras horas de la mañana del día siguiente, 3 a. m., el viento soplaba del SSO. y la altura del barómetro era 751.90 Tnm. Moviendo ahora la aguja graduada hallaremos que la nueva posición del vórtice era casi X. | XE. Apli- cando estos datos á la fórmula anterior, tendremos que: 755-751.90 100, , , , -—~ ^\~'ny— ~~~" de donde ,/'=8í>. 755 — 752.35 x Si dejando en su posición las dos agujas largas, colocamos el extremo de la aguja pequeña de suerte que mire á la división SZ, la dirección de esta nos dará la trayectoria probable que siguió el vórtice en el tiempo que medió desde las 3 p. m. del día 24 á las 3 a. m. del 25, á saber, del E. i SE. al O. i XO. En la lámina lix damos los diagramas de cuatro baguios cuya marcha nos ha sido muy bien conocida. CURVAS BAROURÁFICAS Y ANEMOCRAEICAS TRAZADAS COR EL BARÓGRAFO SPRÜNG-FÚESS Y ANEMÓGRAFO RECKLFY EN LOS TIFONES DF/L 9 AL 10 DE NOVIEMBRE DE 1X90 Y DFL 15 AL 10 DF NOA'IEMRRF DE 1801. Vamos á poner íin á la materia de este párrafo y di4 los precedentes con un facsímili» de las curvas trazadas en este Observatorio por el barógrafo Sprung-Fúess y por el anemógrafo Beckley, durante el paso de dos tifones, el del 9 al 10 de Noviembre de 1S90 y el del 15 al 10 de Noviembre de 1891 (lámina lx).1 Y á ñn de (pie en entrambos se vea bien la relación de los movimientos del barómetro y dirección y fuerza del viento con las diferentes posiciones del vórtice, hemos añadido en la misma lámina la trayectoria seguida por el tempo- ral, al atravesar la isla de Luzón. Además, como ambos baguios cruzaron algo lejos de Manila, y por lo tanto las curvas de nuestro barógrafo no se pueden dar como modelo de los movimientos que sufre la presión atmosférica en el mismo vórtice ó muy cerca de él, hemos completado nuestro trabajo con la reproducción de la curva trazada por un barógrafo Richard en la estación meteorológica de Albay al pasar muy cerca y por el S. el baguio del 15 de Noviembre de 1891. Hemos escogido estos dos baguios que cruzaron respectivamente por el N. y S. de Manila, á fin de que se eche de ver en las hojas del anemógrafo el diferente role de los vientos observado en ambos casos; es decir, del N. al S. por el O. en el primero, y del N. al S. por el E. en el segundo. *Va incluida esta lámina en la funda ó bolsa de la cubierta. 24(> CLIMATOLOGÍA. SERVICIO MKTKOKOLOGICO-SÉLS.MKO DKL OBSERVATORIO CENTRAL DE MANILA. EL SERVICIO METEOROLÓGICO EN FILIPINAS ANTES DEL MAYO DE 1898. PRIMERO DE En hi lamina Ixi l puede verse cuál eni el servicio meteorológico con que contaba el Observatorio Central de Manila para sus anuncios de tifones antes del 1.°. de Mayo del año próximo pasado 181)8, y cuáles las estaciones de las costas de China y del Japón á las cuales eran, y son aún, enviados dichos anuncios. ESTACIONES METEOROLÓGICO-SEISMICAS OFICIALES DE SEGUNDO ORDEN. Desde 1884 eran 11 las estaciones meteorológico-seismicas oficiales de segundo orden, distribuidas por toda la isla de Luzón. á las cuales se añadieron más tarde 1 de Bisaras, cuando en 1897 unió el cable aquellas islas con la capital del Archipiélago. En el cuadro siguiente damos el nombre y la posición geográfica de cada una de estas 18 estaciones: Cebú ! Tuburan Cebú ¡ Cebú Paniiy Holló Píinay Cápiz. Luzón Luzón . . Luzón ' Punta Santiago Luzón i Tayabas . . . Luzón ¡ Atimonan . et . I Albay . ! Nueva ("áceres. . . Luzói I); Luzón Punta Restinga Luzón San Isidro Luzón ("abo Bolinao. . Luzón Bayombong . . . Luzón Vigan Luzón i Tuguegarao . . . Luzón | Laoag Luzón ' Aparri Longitud Latitud Este Norte. de Green- wich. Q / o / y 44 123 19 10 18 123 54 10 42 122 35 11 30 122 42 13 09 123 42 13 38 123 17 13 40 120 39 14 01 121 34 11 02 121 51 11 04 122 50 14 10 120 37 15 ')'> 120 53 10 23 119 40 10 29 121 12 17 34 120 20 17 35 121 39 1S 13 120 34 1S 22 121 34 ESTACIONES METEOROLÓGICO-SEISMICAS NO OFICIALES DE TERCER ORDEN. Además de estas estaciones meteorológico-seismicas había otras muchas no oficiales ni unidas telegráficamente con Manila, repartidas principalmente por Bisayas y Mindanao y aun por Carolinas y Maria- nas, las cuales con las observaciones diarias que mensualmente remi- tían á este Observotorio servían poderosamente para el estudio y mayor conocimiento de los baguios ó ciclones filipinos. El nombre de estas Incluida también en la funda ó bolsa de la cubierta. BAGUIOS () CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. 24? esturiones, que, podríamos Humar de tercer orden, y su posición geo- gráfica, es como sigue: Latitud Norte. Jolú Joló Mindanao Mati Ponapé (('a rol i n a s \ Orientales) ' ponapé Mindanao Zamboanga. Mindanao Dávao Mindanao Cotabato Mindanao Polloe Mindanao j Dapitan Mindanao Yap (Carolinas Occ dentales) Mindanao' Nebros Calamiaiies Samar Mindoro Marianas ó Ladrones Marianas ó Ladrone Tándag. Y«]» i Surigao j La Carlota (Gran ja-modelo) | Cuyo ! Ca Í 1 )á yog ! Mambúrao ¡ San Luis de Apra ( Guaní) \ Agañ a ( G uam ) j Luzón Magálang ( Estación agronómica ) ¡ Luzón Isabela ( Estación agronómica) Longitud Este deGreen- Avicb. li 0.8 120 59 (*> 5t; 120 14 <; ■k> 158 28 (¡ 54 122 03 7 01 125 85 7 10 124 12 7 21 124 12 s 10 123 23 <> 02 120 10 i) 29 138 05 9 47 125 29 10 24 123 01 10 51 124 00 12 OC) 124 38 18 10 120 32 18 28 144 44 18 30 144 45 15 14 120 48 17 10 121 41 ESTACIONES DE COCHINCHINA, COSTAS DE CHINA Y DEL .JAPÓN OUE REMITÍAN DIARIAMENTE OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS AL OB- SERVATORIO DE MANILA. Las estaciones de Cochinchina, costas de China y del Japón, que dos veces al día nos remitían por el cable sus observaciones meteoro- lógicas, son las sumientes: Estaciones. Lat No 10 20 21 24 24 2(¡ 20 28 31 31 ítud rte. 20 52 18 59 20 28 08 13 23 14 35 44 33 41 Longitud Este deGreen- wich. Cape St. James (Coebinebina i Ilaiphong (Tonkín) 107 05 1 100 40 South Cape (Eorinosai. 1 120 51 1 114 10 Hongkong (China) Anping (Eormosa) ¡ 120 13 ! 124 07 Isigakijima (Liukíu) Amov (China) l 118 05 Eoochow (China) 1 119 38 Naba, ( Liukí n ) 1 127 41 ( >shima ( Linschoten ) ! 129 30 Shanghai (China) 121 29 Kagoshima (Japón ) | 130 33 i 129 52 ¡ 138 32 K ochi (Japón ) 33 1 okio (Japón) 35 139 45 Los anuncios de tifones del Observatorio de Manila se enviaban, y se envían aún, á las siguientes capitales: Hongkong, Tokio, Shanghai, Haiphong, Saigón y Macao. 248 CLIMATOLOGÍA. PROYECTO DE UN NUEVO SERVICIO METEOROLÓG1CO-SÉISMICO EN FILI- PINAS PRESENTADO POR EL OBSERVATORIO DE MANILA AL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS. Este era el servicio meteorológico del Observatorio Central de Ma- nila antes de los sucesos que se desarrollaron en Filipinas desde el 1°. de Mayo de 1898. A partir de esta fecha quedó naturalmente inte- rrumpido este servicio por lo que toca á las estaciones del Archi- piélago, mas no á las de Cochinchina y costas de China y del Japón. El P. José Algué, Director del Observatorio, en la expectativa de que, á no tardar, se extienda la comunicación cablegrárica no sólo á todas las principales islas del Archipiélago, sino también á Carolinas y Ma- rianas, ha proyectado y presentado al Gobierno de los Estados Unidos un nuevo plan de servicio meteorológico, dependiente del Observatorio Central de Manila, tal como va indicado en la lámina lxii.1 Según este- proyecto, quedará dividido el Archipiélago en cuatro distritos meteoro- lógicos; dos en la región septentrional, y otros dos en la región meri- dional. Las estaciones meteorológicas se han dividido en cuatro categorías, teniendo en cuenta para ello, parte la importancia de las poblaciones y parte también su posición geográfica. Estos cuatro grupos de estaciones, con los nombres de cada una de ellas y su posi- ción geográfica, pueden Arerse en los siguientes cuadros: Estaciones ineteorológico-séismicas de primer orden. Estaciones. Zamboanga Cebú o Bacólod Iloílo Tacloban Albay Dáet ("abo Bolinao Aparri 1 Incluida en la funda ó bolsa de la cubierta, Latitud Norte. o , fl 54 10 18 10 41 10 42 11 15 13 09 14 04 16 29 18 22 Longitud Este de Green- wich. 122 56 122 35 124 59 123 42 122 56 119 46 BAGUIOS O CICLONES DEL EXTREMO ORIENTE. Estaciones meteorológico-séismicas de segundo orden. 249 Estaciones. Joló Isabela de Basilan . Cabo Mel vi lie Puerto Princesa Dumaguete Van Tagbilaran Surigao Cuyo Cápiz Borongan Catbalogan Mambúrao Tabaco A gaña (Guam, Marianas) Punta Santiago Ta yabas Atimonan Punta Kestinga, ó Mariveles, ó Corregidor . San Isidro Casiguran Bayombong Vigan Tuguegarao Dávao. Cabo Bojeador Cabo Engaño Santo Domingo \ Longitud Latitud : Este Norte, de Green- | wich. 120 59 121 57 117 00 417 49 123 17 138 05 123 53 125 29 121 00 122 42 125 23 123 43 144 45 120 39 121 34 121 51 120 37 120 53 120 31 120 33 Estacione* meleorológico-xéixniicftx tercer orden. Estaciones. Mati Dávao Caraga Butúan Tándag Tuburan Dinágat San José de Buena vista. Ormoc Concepción Palánoc Romblón Sorsogón San Pascual Calapán Santa Cruz Latitud Longitud I Este de Groen wich. o / o / 6 51 > 120 14 i 01 125 35 i 15 120 30 8 55 124 31 9 02 126 12 9 44 123 19 9 58 125 31 10 45 121 .'>;■> 11 00 124 31 11 17 123 05 12 21 123 35 12 36 122 16 12 59 123 58 13 08 122 58 13 24 121 10 13 29 122 03 250 climatolck.ua. Kstücioiw.H }>ln rñmit'lricdx. Ba¿ranga Bislig ( 'agayán Tulacogon Tagoloan Lianga Talisayan Cantilan (iigáquit Calbayog Batangas Libmanan Haga y ( Juina vangan . .• Calainba Santa .Cruz (Laguna) .. Cavite Mórong Balanga Montalbán Olongapó Bularán Bacolor San Fernando d'ainpaii Iba Cabanatúan Tárhuí Carranglán Linga.yón Dagupan San Fernando i Unión) Carig llagan Candón Binorugan Bangued Aléala Latitud Norte. Longitud Este de Greenwieh. o , o / 29 126 29 S 13 126 17 8 26 124 42 8 33 125 -18 8 33 125 40 8 35 126 11 9 00 124 51 9 20 125 57 9 32 125 41 12 06 124 38 V¿ 15 121 03 13 46 123 06 13 48 122 16 13 52 122 27 11 12 1.21 10 11 18 121 24 14 29 120 55 14 31 121 13 14 41 120 35 14 45 120 09 14 49 120 15 14 50 120 52 15 01 120 37 15 02 120 10 15 21 119 67 •>o 120 56 15 31 120 35 16 01 121 02 lf> 02 120 13 1(1 04 120 25 1() 37 120 19 10 40 121 38 17 10 121 11 17 12 120 26 17 33 121 02 17 28 120 32 17 53 121 35 Kn el mismo provecto del 1\ Algia' se designan los instrumentos con que habrán de ser dotadas todas estas estaciones, según la categoría de ias mismas, en esta forma: INSTRUMENTOS PARA LAS ESTACIONES METEOROLÓOK O-SEISM HAS 1)K PRIMER OKDEX. Barómetro magistral de mercurio (Negretti y Zambra). Baroeiclonómetro 6 barómetro de tifones. Barógrafo (tipo Richard). Psicrógrafo (tipo Richard). Termómetro (tipo Fúess). Termómetros de máxima y mínima (tipo .Fúess). Psi c y ó i n et r o (Fu ess ) . Casetas para termómetros (tipo Fúess). Termómetro para la radiación terrestre (Negretti y Zambra). A nemúgrafo (tipo Denza). Heliógrafo (tipo Jordán). Vaporímetro de Piche. Pluviómetro (Negretti y Zambra). Nefoscopio de Cecchi. Seismógrafo de Cecchi. INSTRUMENTOS PARA LAS ESTACIONES METEORO LÓGICO-SÉISMICAS DE SEGUNDO OKDEX. Barómetro magistral de mercurio (tipo Fortín). Baroeiclonómetro ó barómetro de tifones. Barógrafo. BAGUIOS O CICLONES DKL EXTREMO ORIENTE. 251 Casetas para termómetros. Termómetro ( Fúess ) . Termómetros de máxima y mínima (Fúess). Psicrómetro. Heliógrafo. Vaporímetro de Fiche. Xefoscopio de Cecchi. Pluviómetro (Nejrretti y Zambra) Anemómetro. Anemoscopio. Seismógrafo. IXNTKl'MENTOS l'AKA I, AS ESTACIONES MKTEOKOLÓGICO-SÉrSMICAS DE TERCER ORDEN. Barociclonóinetro ó barómetro de tifones. Termómetros de máxima y mínima. Termómetros seco y mojado. Casetas para termómetros. Pluviómetro. Anemoscopio (anemómetro de Wild). Seismógrafo (tipo común). ESTACIONES DE DIVERSOS PUNTOS DEL EXTREMO ORIENTE EN COMU- NICACIÓN CON EL OBSERVATORIO DE MANILA. Por ultimo, eu la lámina lxii se indican también las estaciones de diversos puntos del Extremo Oriente é islas del Pacífico, de las cuales ó) se reciben ya todos los días partes cablegrafieos 6 se esperan recibir á no tardar. Las incluímos todas en el siguiente cuadro, señalando con un asterisco las que de hecho nos envían hoy sus observaciones, al memos dos veces al día. Estaciono*. Ponapé (Carolinas Orientales)1 . Yap ( Carolinas Occidentales) . . . *Caj>e St. James (Cochinchina). * Padarán (Cochinchina) * Nhatrang (Cochinchina) Gnam (Marianas ó Ladrones) .. *Tourane (Aimam) * Haiphong (Tonkín) *Koshún (Formosa) * Hongkong (China) *Tainán (Formosa) * Hokoto (Pescadores) Swatovv (China) Taichú (Formosa) * Isigakijima ( Liukíu) * Amoy (China) Taihokú (Formosa) Foochow (China) *Naha (Liukíu) * ( )shima ( Linschoten ) Ningpó ( China) * Shanghai * Kagoshima (Japón) ♦Nagasaki (Japón) *Kochi (Japón) ..' * Tokio (Japón ) , Longi ud Lati lid Esti Norte. de (ireen- ■— wicl o . (i 4ti 158 23 9 29 138 05 10 20 107 05 11 35 109 09 12 10 109 12 13 28 144 44 1(5 07 108 13 20 52 106 40 22 04 120 47 22 18 114 10 22 59 120 12 28 33 119 34 23 22 116 40 24 02 120 40 24 20 124 07 24 28 118 05 25 04 121 28 2(i 08 119 38 20 13 127 41 28 23 129 30 29 50 121 31 31 14 121 29 31 35 130 33 32 44 129 52 33 33 133 32 35 41 139 45 1 liemos tomado estos datos déla Carta general del Octano Pacífico, Parte occidental, Hoja Ia. publicada en Madrid por la Sección de Hidrografía, año 1873. 252 CLIMATOLOGÍA. SEÑALES PARA ANUNCIAR TEMPORAL Ó AVENIDA DEL RÍO QUE HAN DE HACER EL SEMÁFORO Y LA CAPITANÍA DEL PUERTO DE MANILA. Primera. — Anuncia el Observatorio: Indicios de temporal lejano aún y cuya direc- ción es desconocida, dará tiempo para cambiar la señal en caso de que el temporal se aproxime. Previene la Capitanía. — Prepararse para poder reforzar las amarras al cambiar la señal. Los vapores cargarán los hornos y alistarán las calderas. Las embarcaciones menores ó sin cubierta estarán prevenidas á fin de no arriesgarse fuera del río. Segunda. — Anuncia el Observatorio: Temporal cuyo centro pasa por el N., algo lejos; deben esperarse vientos duros del tercer cuadrante, es decir entre el 0. y S. Previene la Capitanía — Reforzar las amarras. Calar masteleros de juanete. Los vapores encenderán los hornos para tener agua caliente y abreviar el obtener vapor cuando sea necesario. No arriesgarse á barquear en bahía con embarcaciones menores 6 sin cubierta; prohibido salir las bancas del río. Tercera. — Anuncia el Observatorio: Temporal cuyo centro pasa por el S., algo lejos; deben esperarse vientos del segundo cuadrante, es decir entre el E. y S. ; éstos suelen ser más flojos que los del caso anterior. Previene la Capitanía. — Lo mismo que en el caso anterior. Cuarta. — Anuncia el Observatorio: Temporal cuya situación es peligrosa para la localidad, sin ser inminente, dando por lo mismo lugar á nuevos avisos. Previene la Capitanía. — Reforzar las amarras. Calar masteleros de juanete. Los vapores encenderán los hornos para tener agua caliente y abreviar el obtener vapor, cuando sea necesario. Prohibido en absoluto barquear en la bahía ni hacerlo las bancas dentro del río, no debiendo salir de éste ningún casco ó embarcación menor ó sin cubierta. Quinta. — Anuncia el Observatorio: Temporal cuyo centro pasa muy cerca por el X. Deben esperarse vientos violentos del cuarto y tercer cuadrante. Previene la Capitanía. — Reforzar las amarras cuanto sea posible. Calar todo el aparejo que se pueda. Los vapores levantarán vapor; los de bahía j>ara utilizar la máquina en auxilio de las amarras, si fuese necesario, ó para buscar refugio en Cavite; los del río en previsión de que se desamarren ó conviniera funcionar en ayuda de las amarras. Prohibido en absoluto barquear en bahía y en el río, y toda clase de movimiento de embarcaciones de cualquier porte, mientras se halle izada esta señal. Sexta. — Anuncia el Observatorio: Temporal cuyo centro pasa muy cerca por el S. Deben esperarse vientos violentos del primero y segundo cuadrante; estos suelen ser mas flojos que los del caso anterior. Previene la Capitanía. — Lo mismo que en el caso anterior. Séptima. — Anuncia el Observatorio: Temporal inminente para la localidad. Previene la Capitanía. — Lo mismo que en el caso anterior. Octava. — Gran avenida. Previene la Capitanía. — Los buques de fuera no deberán emprender la entrada en el río ni salir ninguno del mismo. Queda prohibida la travesía en bancas ú otras embarcaciones de una á otra orilla mientras se halle izada esta señal. Los celadores de muelle no permitirán la salida de embarcaciones hasta que cese la avenida á fin de evitar las desgracias que se originan de no observarse este precepto. Nota. — Ia. Izada cualquiera de estas señales todos los capitanes y patrones están en la obligación de manifestar á esta Capitanía ó celador más inmediato, si ven algún buque próximo al suyo que esté mal amarrado, para asegurarlo; pues uno solo en tal estado puede ocasionar muchas averías á los demás. 2a. La bandera que se guarne sobre la bola para hacer la octava señal puede ser de cualquier color. 3a. La señal de círculo blanco es farol blanco y la de círculo negro farol rojo. 4a. La señal para los buques de bahía es horizontal y eléctrica situada en el male- cón del Sur. GC H C 7 H 77 R ^ ^ tí W 0 _ •^ Zí tí CV ^ .V _ CAPITULO IX. TUKBO^ADAS. NOTAS PRELIMINARES. OBJETO DE ESTE CAPÍTULO. Con el nombre de turbonadas ó tronadas se designan aquellas tem- pestades ó tormentas locales, generalmente de poea duración, que se presentan acompañadas de manifestaciones eléctricas más ó menos imponentes, revistiendo á las veces un aspecto verdaderamente sublime y aterrador. En el capítulo quinto hemos hecho accidentalmente men- ción de estos fenómenos como causa parcial de las lluvias observadas en Manila en ciertos meses, indicando de paso la época del ano en que suelen ser más frecuentes y de mayor intensidad. Aquí nos extende- remos algo más sobre este punto, aunque sin ánimo de hacer un estudio completo de semejantes tormentas, para lo cual necesitaríamos más tiempo y mayor copia de datos recogidos en distintos puntos del Archi- piélago. Nos contentaremos, pues, con presentar algunas estadísticas del número, di1 la intensidad y de la orientación de las turbonadas que se han podido observar desde este Observatorio en el período de diez anos, desde 1888 á 1897, indicando brevemente algunos fenómenos meteorológicos con ellas relacionados. PERÍODO QUE ABARCAN NUESTRAS ESTADÍSTICAS DE TURBONADAS OBSER- VADAS DESDE NUESTRO OBSERVATORIO. Dijimos en el capítulo primero, página 12, que, con motivo de haber sido invitado este Observatorio á tomar parte en el Congreso Meteorológico de la Exposición de Chicago, entre4 otros trabajos de los Padres Faura y Cirera, se presentó también á dicho Congreso una memoria del P. ¡Saderra Mata sobre La* turbonada* en llanda. En esta memoria hallamos catálogos completos de todas las turbonadas que constaban en los registros de este Observatorio, durante el quin- quenio de 1888 á 1892. Deseando aprovecharnos de estos catálogos ó estadísticas publicadas por el P. Saderra, y completarlas, añadiendo simplemente el otro quinquenio siguiente de 1892 á 1897, nos es nece- sario adaptarnos en todo al sistema por él seguido al formar dichos catálogos, razón por la cual nos hacemos propia la siguiente adverten- cia que le precede y algunas otras que iremos apuntando en su lugar correspondiente. 253 254 CLIMATOLOGÍA. ADVERTENCIA. En nuestro Observatorio se observan los aparatos todas las horas del día y de la noche, notándose al misino tiempo el estado del cielo. Esto necesariamente implica la intervención de diversos observadores; y de aquí la diversidad de criterios en la precisión de las circunstancias de un fenómeno, cuando no viene objetivamente determinado. Esto, de consiguiente, se debe tener presente al estudiar las turbonadas aprecia- das como lejanas y aquellas de las cuales sólo se perciben los relám- pagos. La misma causa de error existe en la precisión de los rumbos. NOCIONES TOPOGRÁFICAS DE LA CAPITAL DEL ARCHIPIÉLAGO. Antes de pasar adelante en el estudio de la frecuencia, clasificación y orientación de las turbonadas observadas en Manila, hemos creído de especial interés y utilidad dar algunas nociones topográficas de la capital del Archipiélago, tomadas de la citada memoria del P. Saderra. las cuales servirán, sin duda, para poder formarse una idea más cabal de las tormentas eléctricas que suelen desarrollarse en esta localidad ó en las regiones circunvecinas. Situados en la torre del Observatorio de Manila, se extiende nuestra vista por el O. sobre la gran bahía, que limitan á más de 20 millas la sierra de Mariveles y los montes de Bataán unidos en el NO. con los de las provincias de Zambales y Pampanga. Por (Mitre estas y el monte Aráyat, cono (pie se eleva solitario en medio de una gran llanura unos 074 metros sobre el nivel del mar, descúbrense las grandes llanuras de la Pampanga detrás de las de Bulacán. siendo en el fondo apenas per- ceptibles las alturas de Tárlac. Extiéndensc por las faldas orientales del Aráyat las llanuras de las mismas provincias que se prolongan mucho más al N. por la provincia de Nueva Ecija, pudiéndose decir que por esta parte los ojos no encuentran límites. Notamos que al SE. del monte Aráyat se encuentra el celebre Pinac de Candaba; llámase así una grande extensión de terrenos bajos, que, inundándose con las crecidas de las ríos Maasim, Garlan, San Miguel y Bulo princi- palmente, forman una laguna temporal de una extensión á veces de 8 á 10 leguas. Durante la época de lluvias no se observa disminución notable en las aguas de esta laguna; pero desde el mes de Noviembre en adelante el desagüe se hace considerable, de modo que, al terminar Enero, quedan secas las tierra:; bañadas por este mar de agua dulce, exceptuando algunos canales más bajos que el nivel de los ríos inmediatos. Al dirigir nuestras miradas por la parte oriental hállanse limitadas á mucha menor distancia por los montes de Bulacán al NNE. y por las sierras de San Mateo, Bosoboso, Antipolo y Jalajala, sobre las cuales se proyecta el Talim, «erro volcánico que se eleva en medio de las aguas de la grandiosa laguna de Bay, la cual demora á nuestro SU y en cuya TURBONADAS. 2 5 5 dirección la vista no encuentra obstáculos en más de 45 millas, si no son las pequeñas alturas que rodean la parte occidental de la citada laguna. En los días despejados se levanta majestuoso en el fondo de ese pano- rama el elevado monte Banajao de 2,230 metros de altura sobre el nivel del mar. Más al Sur se destaca otro importante pico mucho más cercano, menos elevado, pero no menos digno de mención por las reflexiones que sugiere el estudio de su constitución geológica. Al Sur limitan el horizonte las sierras que separan las provincias de Cavite y Patangas, las cuales vienen á terminar, por la parte más meri- dional, en la punta Santiago, si bien otras estribaciones se dirigen hacia la punta Restinga, donde forman un alto acantilado sobre la playa meri- dional de la entrada de la bahía de Manila. Está esta abierta en la costa occidental de la isla de Luzón y se comunica con el mar de China por un canal de 10 millas de ancho dividido en dos por las islas del Co- rregidor y Pulo Caballo. La ciudad de Manila, situada en la extremi- dad oriental de la bahía, dista de la entrada í25 millas. Por lo que pueda interesar al estudio de las tormentas, además del Pinac de Candaba y de la laguna de Hay, de los cuales hemos hablado, conviene hacer mención de la laguna de Bombón: demora esta á nues- tro Sur, detrás de las sierras de la provincia de Cavite, sobre las cuales algunas veces se hace conocer por su penacho de humo el pico del vol- cán de Taal, situado en medio de las aguas del lago. Resumiendo lo dicho, resulta que nos hallamos en una región ce- rrada al E. y O. por elevadas montañas, abierta al N. hacia el interior de la isla de Luzón hasta más de 50 millas. Por la parte meridional las cordilleras se hallan á más de ?>{) millas, y Manila, así como se encuentra separada del mar de China por su espaciosa bahía, está sepa- rada del Pacífico en una distancia poco mayor por las tierras de su provincia y las de los distritos de Mórong y de la Infanta. DISTRIBUCIÓN ANUAL Y MENSUAL DE LAS Tl'RBOXADAS EN MANILA. OBJETO DE LA TABLA ("X. Valiéndonos de los catálogos del P. Saderra y de los registros de este Observatorio correspondientes al decenio de 1888 á 1897, daremos en la tabla ex la suma total de las turbonadas que hallamos consignadas en cada uno de los meses y anos de dicho período. ADVERTENCIAS. Parala completa inteligencia de esta tabla hemos de advertir que á fin de poder dar después la orientación de estas turbonadas y para acomodarnos en todo al sistema seguido en la formación de los catálogos del primer quinquenio, hemos considerado como turbonadas diferentes: Io., las que hemos hallado consignadas en diferentes cuadrantes; y 2o., las que se han repetido en un mismo cuadrante, si pertenecen á distinta clase de turbonadas, conforme á la clasificación en tres grupos, que de 256 CLIMATOLOGÍA. ellas haremos más adelante; pero no las de una misma clase, por más que se hayan repetido muchas veces en los mismos cuadrantes. Ade- más, y servirá también esta advertencia para el párrafo de la página 260, las turbonadas en la localidad ó muy cercanas las hemos conside- rado siempre en el cuadrante de su procedencia; y en lo posible, no se han contado de nuevo, aun cuando en su movimiento de traslación continuasen desfogando en otros cuadrantes.1 Hechas estas advertencias, damos ya á continuación la siguiente tabla: Tabla CX. — Distribución anual y mensual de las turbonadas observadas en el Observatorio de Manila, durante el período de 1888 á 1897. Años. c W é 1 '"Y 7 ------ (-1 14 8 10 9 14 5 2 3 12 12 21 18 31 22 41 48 39 37 17 6 93 78 118 106 121 99 115 84 59 130 .2 56 118 72 102 128 110 68 74 98 81 o 3 1-5 22 80 76 43 90 91 74 76 56 89 s ó B ¿e? I.OOO 900 Soo 7oo 600 Soo éoo Soo 2oc 100 0 "■"T - 1 -— — __J - ■ — -- — — _.._. -: — - . -" . _.. ___. ~\ - — ._._ — \ — -- 1 _ \ — ■- _._. _.. — . \ — \ -— -- — i — _._ \ — — - — ^ — \ — [- u.._. A — — "■ ~ .___ — — — ¡ ■— — — -- 1 | - - \ -\- ■— \ \ — 1 — -_-¡ , -- t _. \ 1 _. __ — - — — — - - \ __ j — ■— — — \ \ \ - / — — — — . — — _... — -- .._ — TURBONADAS. 257 echará de ver que las anteriores líneas son casi del todo aplicables á estos nuevos resultados, los cuales apenas han alterado la relación men- sual obtenida con las turbonadas del primer quinquenio. Sólo es digno de notarse que en los últimos cuatro anos del decenio parece haberse acentuado más el decrecimiento ó disminución de estos fenó- menos que se decían ser propios de los meses de Diciembre, Enero y Febrero, pues durante todos ellos no hallamos consignada en los regis- tros del Observatorio turbonada alguna, ni aun lejana, en los meses de Enero y Febrero, así como tampoco en Diciembre de 1895, y sólo una en Diciembre de 1896, dos en Diciembre de 1897, y cinco en Dicienp bre de 1894. Además, ha desaparecido la pequeña anomalía que se observaba en el mes de Julio con respecto á los siguientes. En efecto; en el segundo ha sido sin excepción mayor el número de turbonadas observadas en Julio que las de Agosto, y de ahí que la suma total del decenio correspondiente á aquél sea ya mayor que la suma del mes de Agosto. Entre el total de Agosto y el de Septiembre no se nota más que una diferencia insignificante, siendo todavía algo mayor el del último. Lámina lxiii. TOTAL DE TURBONADAS DE TODO EL DECENIO DE 1888 A 1897. El número total de turbonadas observadas en todos los diez años, que comprende el período de 1888 á 1897, asciende á 5,050, resultando un promedio anual de 505; valor no muy diferente de la media anual obte- nida con solo el primer quinquenio, que fué de 521. Cuánto se han separado en más ó en menos de esta media anual las sumas de cada uno de los diez años, puede verse en el siguiente cuadro: 1888. 1889. 1890. 1891. 1892. 1893. 1894. 1895. —76 J896. —127 1897. +82 —80 +83 +-7 —65 +141 +67 — 26 De donde el año de mayor número de turbonadas ha sido el de 1892, arrojando un total mínimo el de 1896. MÁXIMAS Y MÍNIMAS MENSUALES. En el siguiente cuadro incluímos las máximas y mínimas de todo el decenio correspondientes á cada mes: Meses. Máximas. Mínimas. Enero 11 (1893) 0 (1894, 1895, 1896 v 1897). 0 (1888, 1891, 1894, 1895, 1896 y 1897). 2 (1894). 17 (1896). 59 (1896). Febrero 7 (1890) Marzo 14 (1888 y 1892).. 57 (1897) Abril Mavo 130 (1897) Junio 128 (1892) 56 (18&8). Julio 91 (1893) 22 (1888). 30 (1891). 32 (1890). 39 (1896). 4 (1893). 0 (1895). Agosto . . 105 (1892) Septiembre 116 (1889) Octubre 76 (1889) Noviembre 40 (1897) Diciembre , 10 (1892) -TOMO II — 4619- 17 258 CLIMATOLOGÍA. La máxima frecuencia de todo el período se observó en Mayo de 1897, y fué muy semejante á ella la de Junio de 1892. Es muy notable el poco número de turbonadas de Mayo de 1896 debido, sin duda, á los muchos días que estuvimos bajo la influencia de un ciclón, que, después de atravesar las Bisayas, recurvó al O. de Luzón, viniendo á cruzar esta isla, en la segunda rama de la parábola, por las provincias de llo- cos y Cagayán. INTENSIDAD RELATIVA DE LAS TURBONADAS EN MANILA. DISTRIBUCIÓN DE LAS TURBONADAS EN TRES GRUPOS. Para distinguir de algún modo la intensidad relativa de las turbona- das registradas en este Observatorio en el decenio que venimos estu- diando, las hemos dividido en tres grupos, de la manera siguiente: Io., turbonadas que han desfogado en la localidad ó muy cerca; 2o., turbonadas que han dejado oir sus truenos; y 3o., turbonadas que úni- camente se han percibido por el resplandor de sus relámpagos. Repre- sentamos las primeras por medio de la letra T; las segundas, por la letra L; y las útimas, por la letra R. Conforme á esta sencilla clasificación y como resultado de nuestras estadísticas, incluímos en la tabla ex i la suma total de turbonadas de cada uno de los meses del período de 1888 á 1897, distribuidas en los tres grupos que acabamos de indicar. Tabla CXI. — Intensidad relativa de las turbonadas observadas en Manila, durante el decenio de 1888 á 1897 1888 . 1889. 1890. 1891 . 1892 . 1893. 1894. 1895 . 18% . 1897. Total . Enero. i Febrero. T. i L. R. i T. ! Marzo. I ! i i i ...! i 19 1 ; l. ; r. 4 I 4 i. 10 ■ 8 l 12 ; 4 ! 1 ! 2 ! 9 i 10 ¡2i Vbri . May< J unió l. ; R. T. L. R. T. | L. 11 7 3 i 38 52 1 31 9 ! 9 ... .' 39 39 7 49 7 ! 24 11 48 59 7 19 3 : 18 8 29 69 9 48 5 ¡ 30 10 52 59 9 39 11 i 35 7 31 61 5 23 4 35 4 31 80 2 20 7 19 7 24 53 7 17 3 14 4 21 34 10 34 14 40 9 42 79 4 18 74 237 63 355 585 61 298 24 62 46 45 80 82 46 50 54 59 548 Años. Julio. Agosto. Septiembre. Octubre. Noviembre. Diciembre. T. 1 8 7 3 6 11 7 11 3 9 L. 11 36 27 15 31 41 27 29 18 36 R. 10 36 42 25 53 39 40 36 35 44 T. 5 4 7 3 5 6 6 9 5 10 L. ¡ R. 29 i 14 19 í 30 46 ! 45 12 ¡ 15 40 ! (Í0 28 ¡ 38 19 43 17 : 29 10 i 17 21 ¡ 29 T. 5 8 3 5 *T 4 9 "¿' L. R. 49 ! 32 46 62 12 17 24 j 12 18 i 30 19 ¡ 52 12 | 32 16 j 31 28 1 29 22 1 37 T. 2 1 1 2 "2 4 3 2 L. 26 25 19 17 21 4 18 19 6 R. 27 50 23 33 41 45 30 25 31 T. .... ""i" "*3" L. 6 11 1 14 3 1 1 1 1 15 R. 7 18 10 17 14 3 7 5 6 22 T. L. 4 4 1 R. 1888 5 2 1889 1890 7 1891 2 1892 1 3 6 1893 4 1894 2 3 1895 1896 1 1897 2 ! 12 ! 38 2 Total 66 271 360 60 241 320 1 43 246 334 19 1. 2°. 3«. 4o. lo. 2o. 3o. 1 4". 1888 1 2 4 í 2 4 2 í 1 2 4 3 6 1889 1 4 2 1 1 5 1890 1 2 3 2 1 4 1 4 1891 1 1 6 1892 1 2 5 1 1 4 2 6 1893 4 | 2 2 1894 1 1895 ! ! 1 2 2 ""Y i 1 1896 . ¡ .. .. i 6 1897 \ 1 | Total 9 8 2 10 3 1 3 9 27 16 4 42 Años. Abril. Cuadrantes. Mayo. Cuadrantes. Junio. Cuadrantes. 1». 2". | 3o. 5 : 2 5 ' 8 i 5 2 11 '"'o' 11 : 5 8 : 7 4 6 3 3 14 ¡ 10 4o. 10 6 14 13 18 19 20 8 6 18 lo. 2o. 3o. 4o. 1°. 2o. 3o. 4o. 1888 4 7 4 7 6 13 4 9 5 15 25 21 29 32 34 26 32 24 23 43 24 18 29 24 33 25 33 22 13 30 18 11 33 20 25 22 24 18 11 26 26 28 27 30 29 26 26 20 12 31 17 32 15 25 31 20 17 18 30 17 16 33 23 20 35 28 16 19 25 21 11 29 15 31 34 28 19 17 19 17 12 1889 24 1890 19 1891 26 1892 28 1893 34 1894 16 1895 20 1896 24 1897 26 Total 74 71 44 132 289 251 208 255 222 236 220 229 TURBONADAS. 261 Tabla CXIL -Orientación de las turbonadas oJjxerradas en Manila, durante el decenio de 1888 á 1897— Prosigue. Julio. Cuadrantes. Agosto. Cuadrantes. 1888 . . 1889.. 1890.. 1891 .. 1892.. 1893 . . 1894.. 1895.. 189C .. 1897 . . Total I 194 186 168 I 3°. | 4". 13 • 7 13 9 22 21 4 5 26 23 21 20 18 12 15 8 7 9 18 13 157 Septiembre. Cuadrantes. 113 23 29 8 11 8 20 11 15 16 13 Años. Octubre. Cuadrantes. Noviembre. Cuadrantes. Diciembre. Cuadrantes. 1888 1». 15 23 13 11 12 19 12 16 9 13 2o. 17 20 9 13 12 12 12 13 8 12 3°. 11 14 11 14 21 9 11 8 7 9 4". 12 19 10 14 17 11 17 10 15 18 1". 6 10 3 7 3 ...... 2 í 10 2o. 1 5 2 11 7 1 1 ...... 4 3". 3 5 3 7 6 2 5 3 2 12 4°. 3 9 3 7 1 1 1 2 3 14 1". 2 6 2 "":2 ...... 2o. 1 3°. 4". 4 1889 1890 2- 2 1 1 2 1 3 1891 1892 2 1 2 1893 1 1894 1 1895 1896 ...... 1 1897 1 Total 143 128 115 143 43 33 48 44 14 10 12 11 CUADRANTES DE MÁXIMA Y MÍNIMA FRECUENCIA DE TURBONADAS. Según las sumas mensuales que nos da la tabla precedente, corres- ponde la menor frecuencia de las turbonadas al tercei cuadrante, á excepción sólo de los meses de Febrero, Noviembre y Diciembre, en los cuales resulta menor el total del segundo cuadrante. La mayor frecuencia se ha observado al primer cuadrante en los meses de Mayo, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre y Diciembre; al cuarto cuadrante, en los meses de Enero á Abril, ambos inclusive; al segundo, en Junio; y al tercero, en Noviembre. DISTRIBUCIÓN DE LAS SUMAS ANUALES DEL DECENIO SEGÚN SU ORIEN- TACIÓN. Las sumas anuales del decenio van distribuidas también, según su diferente orientación, en el siguiente cuadro: Años. Cuadrantes. 1". 2o. 3». 4-. 1888 115 179 134 121 161 150 132 133 112 171 110 148 135 92 165 147 119 102 87 141 76 112 109 92 154 122- 103 87 72 118 118 1889 149 1890 134 1891 135 1892 166 1893 153 1894 , 125 1895 107 1896 105 1897 157 Total 1,408 1,248 1,045 1,349 262 CLIMATOLOGÍA. El resultado obtenido es en todo idéntico al que obtuvo el P. Saderra con solas las turbonadas del primer quinquenio, es decir, que el mayor número, 1,408, corresponde al primer cuadrante; el inmediato, 1,349, al cuarto; y los otros dos, 1,248 y 1,045, al segundo y tercero respec- tivamente. ORIENTACIÓN DE LAS DIFERENTES CLASES DE TURBONADAS. Esto por lo que toca a la orientación de las turbonadas en general, prescindiendo de su clasificación; fijémonos ahora un momento en la orientación de las diferentes clases de turbodadas, la cual puede verse en el siguiente cuadro: Años. Turbonadas T. Cuadrantes. Turbonadas L. Cuadrantes. Turbonadas K. Cuadrantes. I". 9 12 15 2». 5 15 14 3". 1 2 3 6 3 5 2 9 4 5 4o. 5 ""i" 11 5 9 3 11 2 13 1". 67 82 61 54 64 55 41 42 42 69 2». 3«. 4". 53 60 39 41 60 37 30 32 35 41 lo. 2o. 3o. 4o. 1888 58 65 16 39 52 39 35 34 39 35 30 43 30 28 39 85 58 60 82 81 71 70 60 86 47 68 75 45 104 99 81 57 56 91 41 71 71 56 108 87 73 59 46 78 60 1889 89 1890 91 1891 7 | 8 15 ' 9 14 ¡ 9 20 3 21 ; 7 io ; 9 16 ¡ 11 83 1892 101 1893 107 1894 92 1895 38 19 24 i 22 39 35 64 1896 68 1897 109 Total 139 90 40 63 577 435 | 315 428 692 723 690 958 Según estos datos, tenemos que de las 332 turbonadas T, 139 per tenecen al primer cuadrante, 90 al segundo, 63 al cuarto y 40 al tercero. De las 1,755 turbonadas L también corresponde el menor número, 315, al tercer cuadrante; y el mayor, 577, al primero, notándose muy poca diferencia entre las del segundo, 435, y las del cuarto, 428. X Observatorio de Manila, 8 de Diciembre de 1899. FOCOS SEÍSMICOS generales DEL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO LAMINA I. 122° 123° 120° 127° K? ■o Qn ifc .4 / Jfk i«fT re w iá¿ -Y "^3. I Foco seísmico del N.O. de L tizón H Foco seísmico de Arueva Vi -a cava IQ Foco probablemente volcánico -sé isrrUco del de Lu.zon IV Foco volca meo -seísmico del Taal V Foco volcánico -seis mico de Alhay Vi Foco seis i7i ico de Surigao MI Foco volcánico -seísmico del Apo (VIH Foco seísmico del A o usan, j IX Foco volcánico - seísmico del MaciLturin \ v j A Foco volcánico -seísmico de CcLmiguui \ |v Focos seísmicos parciales ó regiones de aZguna seism¿ci>dad' us. s& vDfe *v CS CiV :•£. -Q s. a& ,fe_ tf •tff * ♦ £> «i +. C^ ¿J«; - — cív ^ fo- £>° „' r- Jff1 A /i «vi ««>? Ü53^5 .^s_ a£ Longitud K. de Greenwich JULIU3 BIENftCO.UTH.N.Y CAPITULO I. 1)F, LOS FOCOS SEÍSMICOS E]St GTGNKRATj. NATURALEZA DE LOS FOCOS SEÍSMICOS. DEFINICIÓN. Con el nombre de foco seísmico se significa el punto, ó por mejor decir, la porción de masa interna del globo terráqueo puesta en con- moción por fuerzas plutónicas, químicas ó puramente mecánicas, cuyos movimientos se transmiten desde allí, según las leyes de la propagación del movimiento, á la superficie de la tierra, produciendo en ésta los tan conocidos fenómenos, llamados temblores de tierra ó terremotos, según sea respectivamente menor ó mayor, ligera ó destructora, la intensidad con que se desarrollan. EPICENTRO. El epicentro, llamado también- foco aparente, es el punto de la super- ficie de la tierra, hacia el cual se dirigen las conmociones procedentes del foco real ó céntrico y en el que se sienten, primero que en ninguna otra parte, las sacudidas ó trepidaciones que por aquéllas se causan. Por ser el epicentro el punto de la superficie terrestre más cercano al foco real, dado que éste no se halle en el centro de la tierra, está siem- pre, más que ningún otro punto de la misma superficie, sujeto á la intensidad de los fenómenos séismicos. FOCOS PARCIALES Y GENERALES. A cada perturbación séismica corresponde, como á todo movimiento, su punto inicial de impulsión, ó, en otras palabras, su foco real }r tam- bién su respectivo epicentro. A éstos suelen atender con preferencia los seismólogos y geólogos cuando se proponen estudiar aisladamente esta clase de fenómenos; pero esto no impide que, si en alguna región agitada frecuentemente por terremotos no coinciden los diferentes epicentros y focos reales en un punto, sino que aparecen, ya en una, ya en otra parte de la zona agitada, esto, decimos, no impide que se considere en las profundidades de la tierra un espacio más ó menos con- siderable de actividad séismica al cual puedan referirse todos los epi- centros parciales de la superficie en conmoción, y como consecuencia de lo expuesto, un epicentro común, que venga á ser como el punto donde 271 272 focos seísmicos. se suponga aplicada la resultante de todas las fuerzas agitadoras de la zona séismica. Véase lo que a este propósito dice el P. Miguel Saderra Masó, S. J. en La Seisrnología en Filipinas, página 18: Sabido es que la actividad de un foco séismico raras veces se manifiesta por una sola sacudida perceptible, sino generalmente por un número más ó menos grande, que precede ó sigue á una ó muchas principales, cuya intensidad, sin embargo, no siempre guarda la debida proporción con el número de oscilaciones menores que las acompañan. Y un poco más abajo añade: Sin embargo, sucede frecuentemente que mientras dura la actividad de un foco, revelada por movimientos del suelo más ó menos perceptibles, se desarrollan nuevos focos no lejos del antiguo, y cuyas oscilaciones tienen un área común, en parte, con las del primero; también se observa á veces que la actividad ó fuerza impulsiva de un foco parece como correrse á lo largo de una línea 6 inclinarse, propagándose así el movimiento vibratorio más en unas direcciones que en otras, y conmoviendo nuevas superficies antes respetadas. De todo lo cual resulta que tanto en la superficie como debajo de la corteza de la tierra, existe un espacio más ó menos determinado dentro del cual se desarrollan todos los temblores debidos á una misma causa, y á este espacio común ó área, si se trata de los epicentros, llamamos nosotros foco general, para diferenciarlo de cada uno de los focos y epicentros parciales. FOCOS VOLCÁNICO-SÉISMICOS. En los países donde se manifiestan los volcanes con toda la fuerza de su imponente actividad, suelen con frecuencia reproducirse las conmociones de la superficie de la tierra, coincidiendo no pocas veces con las erupciones volcánicas, debido sin duda á la mayor acumulación de fuerzas endógenas en la proximidad de los cráteres en erupción. Así, por ejemplo, ha sucedido efectivamente más de una vez en el país clásico de los temblores, Italia, donde en muchas ocasiones se han podido predecir, por los violentos terremotos que les han precedido, las grandes erupciones del Vesubio y otros volcanes; así igualmente en el archipiélago de Sandwich, con tanta frecuencia expuesto á gran- des temblores por causa del volcán Mauna-Loa, y por no citar otros muchos y no salir del Archipiélago Filipino, así también en la islita de Camiguín, situada al N. de la de Mindanao, teatro de los funestísi- mos terremotos que precedieron á la famosa erupción de su volcán, acaecida el 30 de Abril de 1871. En estos casos en que se manifiesta tan claramente la simultaneidad, ó casi simultaneidad, entre los tem- blores y las erupciones volcánicas, no cabe ningún género de duda sino que es uno mismo el foco de la actividad séismica y el de la volcánica, ó, en otras palabras, que se dan entonces los propiamente llamados focos volcánico-séismicos. Por igual razón se pudiera atribuir á fuerzas volcánicas contenidas en el seno de la tierra la frecuencia de los tem- blores, que, como tendremos ocasión de ver en el decurso de este ligero DE LOS FOCOS SEÍSMICOS EN GENERAL. 273 trabajo, se observan con preferencia en las tierras de constitución vol- cánica, y no poco en la cercanía de los volcanes apagados, mayormente, si conservan éstos todavía algún resto de su primera actividad; de donde se sigue que no está tan destituida de fundamento la hipótesis apuntada por Lyell, según la cual es una misma la causa que produce los terremotos y los fenómenos del volcanismo.1 FOCOS SUBMARINOS. Así como existen en el fondo de los mares verdaderos focos volcáni- cos, cuyas erupciones ó trabajos latentes de erupción, han dado muchas veces lugar á la aparición de nuevas islas, y aun á la destrucción de algu- nas de las ya existentes, como la famosa isla Julia, elaborada por las fuer- zas volcánicas del 18 de Julio de 1831, entre las islas de Sicilia y Pante- laria, y luego destruida por las mismas el 28 de Diciembre del mismo año, para aparecer y desaparecer otra vez durante el mes de Julio de 1863, 2 así también se encuentran en las profundidades del océano verdaderos focos iniciales de seismicidad, que producen las consiguientes conmocio- nes en la masa terrea, donde desarrollan su fuerza, y por ella en las aguas del mar, con el imponente fenómeno de las con tanta propiedad llamadas olas seísmicas, ya sea que provengan de la oscilación de los terrenos en el interior de los mares, ya de la elevación y hundimiento de las regiones cercanas al mar. Los terremotos que se sienten en el mar producen en los barcos un efecto semejante á un choque contra las rocas ó contra el fondo, como se experimentó en el temblor ocurrido el año 1835, á lo largo de la costa de Chile, donde los buques, quier anclados quier navegando, sintieron algunas sacudidas como si hubiesen tropezado con algunas rocas, y últimamente las experimentó también el vapor Brutus con ocasión de los temblores de Zamboanga, en Sep- tiembre de 1897. Por donde, si en alta mar, y en puntos donde la profundidad no permite suponer que hayan varado, sienten los barcos algunas de estas sacudidas, pueden con sólido fundamento suponer que han estado bajo la acción de algún fenómeno seísmico submarino. RUIDOS SUBTERRÁNEOS. Premonitorios ó concomitantes de las erupciones volcánicas y de las grandes peturbaciones seísmicas suelen ser los ruidos subterráneos, que con asombrosa variedad de formas se dejan sentir durante no pocos terremotos. Unas veces resuenan, cual si en el interior de la tierra se revolviesen con grande estrépito largas y gruesas cadenas; otras seme- jan el estampido del cañón ó del trueno, cuando con más furia descarga en los días de tempestad; ya, finalmente, rimbomban ó mugen, cual si poderosa máquina rompiese en las cavernas subterráneas grandes 1 Véase Principes de Géologie par Lyell, chap. xxxii. 2 Véase Traite de Géologie par A. de Lapparent, p. 445. 4619— tomo ii 18 274 focos seísmicos. masas de rocas vitrificadas. No guardan, sin embargo, ninguna pro- porción con la violencia de los temblores, ni tampoco se manifiestan por igual en todas las latitudes. Casos ha habido de terremotos ver- daderamente destructores en que ha reinado el más completo silencio, como en el famoso de Riobamba del 4 de Febrero de 1797; en otros, por el contrario, después de grandes ruidos subterráneos no se ha experi- mentado ninguna conmoción. En cuanto á la mayor ó menor frecuencia con que los terremotos son acompañados de ruidos subterráneos, está fuera de toda duda que donde se sienten más es en las regiones volcánicas. ;. Será porque el volcanismo da mayor cuerpo á las vibraciones seísmicas, ó porque en la proximidad de los volcanes se desarrollan estos fenómenos á menor distancia de la superficie de la tierra? Sea de esto lo que fuero, lo cierto es que tienen su asiento en el mismo foco seísmico ó en lugares no muy distantes de él. PERÍODOS SEÍSMICOS. Cuando algún foco despliega alguna mayor actividad, la cual so tra- duce en una serie más ó menos considerable de conmociones séi sínicas, pero siempre procedentes de un mismo origen, ora se repitan en el lugar do su procedencia, ora se reproduzcan en diferentes puntos de su región epicéntriea, éstas constituyen lo que se ha llamado con mucha propiedad período seísmico. De ordinario suelen comenzar con una sacudida de bastante intensidad, que se va luego debilitando poco á poco en las conmociones subsiguientes hasta quedar completamente extinguida para dar lugar á nuevos períodos. No obstante, también se anuncian á veces con ligeras oscilaciones, que van siempre en au- mento, hasta alcanzar su máxima intensidad, obteniendo en estos casos el período dos fases bien pronunciadas, una ascendente y otra descen- dente. ZONAS DE SEISMICIDAD EN EL ARCHIPIÉLAGO FILIPINO. Para mayor claridad en el estudio de los temblores que en Filipinas se van sintiendo, considera nuestro Observatorio dividido esto Archi- piélago en tres grandes zonas seísmicas, llamadas septentrional, cen- tral y meridional. La zona meridional queda limitada por los para- lelos 5 SY y 10° de latitud N. ; la central por los paralelos 10° y 15° 30' de latitud N. ; y, finalmente, la septentrional por los paralelos 15° 30' y 21° 3' de latitud N. De esta suerte, atendiendo á sus principales focos, quedan comprendidos, á más de otros secundarios, en la zona meri- dional, los cuatro que se hallan en la isla de Mindanao; en la central, los dos volcánico-séismicos del Taal y del Mayón, situados al S. de la isla de Luzón; y en la septentrional, el que aparece hacia el Noroeste, el del centro y el del Nordeste de dicha isla. El determinar á cuál de estas zonas pertenece un temblor cualquiera, depende solamente del DE LOS FOCOS SEÍSMICOS EN GENERAL. 275 conocer en que punto se ha dejado sentir con mayor intensidad. Véase la adjunta carta seísmica (lámina ii) en que se expresan gráfica- mente las indicadas zonas, juntamente con el número de estaciones meteorológico-séismicas en cada una de ellas antes establecidas. MOVIMIENTOS SEÍSMICOS. MOVIMIENTOS DE TREPIDACIÓN. Tres son los movimientos á que por causa de los temblores está sujeta la corteza terrestre: el trepidatorio, el ondulatorio y el de rota- ción. En las sacudidas trepidatorias ejércese la acción seísmica de abajo para arriba, desde el foco real al aparente ó epicentro, pro- duciéndose en éste un movimiento alternativo de elevación y depresión de la superficie de la tierra, que es el verdaderamente trepidatorio, para luego transformarse en ondulatorio y propagarse á grandes dis- tancias, según las leyes generales de la propagación del movimiento, como luego veremos. El movimiento de trepidación es el que más danos causa con ocasión de los terremotos, pues él es principalmente el que conmueve y quebranta los grandes peñascos, el que agrieta las paredes, el que destruye los edificios, el que desmorona las montanas, y el que, según Humbolt, en ciertas ocasiones, lanza los objetos á muy notables distancias. Las trepidaciones del suelo son por lo regular bastante frecuentes en las regiones volcánicas, sobre todo cuando los terremotos anun- cian anticipadamente alguna erupción. Entonces á una sacudida le sigue otra; á esta segunda, una tercera; y así sucesivamente, con- virtiéndose entonces la región epicéntrica en un verdadero teatro de seísmica perturbación. Puede ser también que en un mismo punto de la superficie de la tierra se encuentren á la vez los dos movimientos, ondulatorio y de trepidación; pues nada impide que, pasada la pri- mera trepidación y mientras dura el movimiento ondulatorio de ella originado, se repitan las sacudidas ó trepidaciones, bien sea en el mismo punto que la primera, bien en otro cualquiera dentro de la zona en que se propaga. MOVIMIENTO ONDULATORIO. Ya hemos indicado que por las violentas sacudidas que sufre la superficie de la tierra, adquiere ésta un movimiento ondulatorio, que, en virtud de la elasticidad de los materiales pétreos que encuentra, se transmite de una parte á otra, formándose las llamadas ondas seísmi- cas, las cuales se van agrandando paulatinamente como las que se observan en el movimiento de la superficie de las aguas producido por el choque de algún cuerpo que les oponga resistencia. Sin embargo, no siempre en los temblores proceden los movimientos ondulatorios de sacudidas trepidatorias en sentido vertical, sino que ya desde su 276 focos seísmicos. origen son los movimientos ondulatorios, no siendo por esto, aunque se propaguen á grandes distancias, de tan fatales consecuencias como los primeros; si bien es verdad que, por la reflexión a que tal vez están sujetos, pueden en su movimiento de retroceso, chocar con las oscila- ciones directas y producir una especie de terremotos-torbellinos, causadores de grandes ruinas. MOVIMIENTO DE ROTACIÓN. * Un tercer movimiento resulta á veces de los temblores, y es el de rotación. Cuando el primer sacudimiento se produce en zonas muy profundas }r tal vez contiguas á la pirósfera terrestre ó núcleo central incandescente del globo, entonces el movimiento sube en sentido ver- tical, no en dirección a un solo punto epicéntrico, sino á todos los de la comarca sujeta á la dura presión de estos fenómenos. Por otra parte, es muy posible que se complique este movimiento con otros varios, cruzándose los unos con los otros, para dar lugar, con mucha mayor razón que los arriba indicados, á las sacudidas de rotación ó de torbellino, verdaderamente terribles, por ser todas ellas el resul- tado de muchas conmociones simultáneas, que parten de centros distintos, colocados en profundidades y distancias muy desiguales. Afortunadamente no se dan estos movimientos sino muy raras veces, y aun advierte el reputado seismólogo Mr. Fuchs, que todavía no se han observado en el suelo, y que solamente se supone su existencia por ciertos extraños efectos causados en Jos cuerpos levantados del suelo, los cuales no parece que puedan provenir de otra causa que de los citados movimientos. Cítase, sin embargo, como ejemplo de este movimiento la dislocación de las dos pirámides del convento de San Bruno, en San Esteban, durante el famoso terremoto de Calabria en 1783. De las tres piedras de que se componían, la inferior fue com- pletamente dislocada, y las dos superiores sufrieron un cuarto de con- versión sobre las que les servían de base. Asimismo se dice que en el terremoto de Mallorca, acaecido el año 1851, se desvió la parte inferior de una torre nada menos que 60° de su primera posición en sentido horizontal, permaneciendo entretanto inmoble y sin ninguna desvia- ción la restante en su parte superior.1 Son éstos en verdad efectos muy notables, que aunque pudieran proceder de algunos movimientos horizontales, ayudados pasivamente por la inercia de los cuerpos, sin embargo, hallan explicación muy bastante, natural y casi única en las sacudidas de rotación y torbellino, sobre todo, si han ocurrido durante aquellos temblores en que no interviene otra clase de movimientos que los verticales, ó acaso, otros varios con distinta dirección. 1 Véase Vulcani e Terremoti di Cario Fuchs — Caratteri dei terreinoti, p. 150. DE LOS FOCOS SEÍSMICOS EN GENERAL. 277 PROPAGACIÓN DE LAS ONDULACIONES SEÍSMICAS. La transmisión de las ondas seísmicas se verifica unas veces en todas direcciones, llamándose en este caso central el terremoto: otras, no sigue más que una dirección, siendo entonces el temblor puramente lineal. A la transmisión de las ondas en el terremoto central alude la comparación que arriba pusimos del movimiento producido en la superficie de las aguas por el choque de los cuerpos. Cuando, empero, las oscilaciones en vez de partir de un solo punto proceden de toda una zona, y se pro- pagan con toda regularidad cada una en el sentido de su dirección, entonces todas ellas reciben el nombre de transversales. J3i el punto del primer sacudimiento se halla á bastante profundidad, y no es muy enérgica la sacudida, las oscilaciones por ella producidas pueden llegar á ser tan débiles que no se sientan en la superficie de la tierra; mas si el primer choque se causa á poca profundidad, ó relativamente muy cerca de la superficie terrestre, el movimiento es entonces vertical y obra inmediatamente en este sentido contra todos los puntos situados encima, convirtiéndose poco á poco en oblicuo, y hasta en horizontal, á medida que la onda se aparta de su punto de impulsión. INTERFERENCIAS SEÍSMICAS. Sabido es que cuando en una superficie cualquiera se producen por el choque de cuerpos extraños diversas ondulaciones, el movimiento de cada uno de sus puntos es modificado, y aun tal vez destruido por la acción combinada de los movimientos subsiguientes, de donde resulta el tan conocido fenómeno de las interferencias. No es de este lugar el demostrar la existencia de esta clase de fenóme- nos. Dárnoslos por ampliamente demostrados en los diversos tratados de Física, ya matemática, ya experimental, y sólo hemos querido apuntar su aplicación á las ondulaciones seísmicas, para dar una explicación plausible y natural á algunos hechos observados en los terremotos que á primera vista parecían inexplicables. ¿Por qué, por ejemplo, en una misma localidad y durante un mismo terremoto, de dos edificios situa- dos á muy corta distancia, el uno sufre terribles ruinas, mientras el otro no se resiente nada, ó muy poco, siendo así, que entrambos gozan de la misma solidez en la construcción? Estas diferencias, que se repiten en todos los temblores de alguna consideración, reconocen por causa, á nues- tro parecer, las interferencias seísmicas; pues con decir que el edificio más perjudicado se halló en la confluencia de dos ondas, y por consiguien- te bajo la presión de doble actividad, mientras que el otro no sintió más que el influjo de una semiondulación, ó tal vez de ninguna, si en aquel instante estuvo situado en el punto medio entre dos semioscilaciones, de elevación la una y de depresión la otra. Pero ¿ existen estas inter- ferencias en los movimientos séismico-ondulatorios ? No parece que pueda esto ponerse en duda, si se admiten movimientos en la superficie 278 focos seísmicos. de la tierra que guarden perfecta analogía con los producidos en otras superficies. Por otra parte, si las vibraciones ú ondulaciones de la corteza terrestre pueden originarse en diferentes puntos, ya sea simul- táneamente, ya con alguna diferencia de tiempo, }raun reflejarse tomando direcciones distintas, retrocediendo por necessidad sobre sí mismas, estará la superficie de la tierra sujeta alternativamente á elevaciones y depresiones entre sí encontradas, y por consiguiente, también á las interferencias seísmicas. VELOCIDAD DE LA PROPAGACIÓN SÉISMICO-ONDULATORIA. En el estudio de la velocidad con que se propagan las ondas seísmicas, hacen los seismólogos modernos una muy acertada distinción entre los movimientos que se transmiten partiendo directamente del foco seís- mico real, sea cual fuere su profundidad, á través de la masa terrestre hasta llegar á su superficie, y los que, partiendo del epicentro y afectan- do la forma verdaderamente ondulatoria, recorren en todas direcciones la superficie de la tierra. Si hemos de estar á lo que dicen las ultimas observaciones practicadas con la mayor precisión posible, los movi- mientos procedentes directamente del foco real se extienden á enormes distancias con una velocidad media de 10, 11 y aun 12 kilómetros por segundo; así, por ejemplo, el violento terremoto del 17 de Abril de 1889 en Tokio fué sentido á los 13 minutos en Póstdam, distante de Tokio 9,000 kilómetros, resultando de esto haber corrido la oscilación seísmica á razón de 11 kilómetros por segundo. Dígase otro tanto del terremoto de la cordillera de los Andes en la región occidental de la República Argentina, en Octubre de 1891, cuyas oscilaciones fueron registradas 17 minutos después en Roma, á una distancia de 11,500 kiló- metros. Lo mismo asegura el Dr. E. von Reheur-Paschwitz, citado por Milne1 respecto de otro temblor del Japón, que suponemos sería el del 22 de Marzo de 1894. En cuanto á los movimientos ondulatorios que se propagan por la superficie de la tierra, se ha observado que emplean doble tiempo, y aun más, que los anteriores en llegar á un punto dado, resultando por ende en su marcha una velocidad doblemente menor que la de aquéllos. Por esta razón, aunque hay mucha discrepancia en apreciar esta velo- cidad, se fija generalmente en 2.8 kilómetros por segundo, que es la más observada en la generalidad de los terremotos. Aparte de esto, ya se deja entender que está también sujeta en parte la propagación de las ondas séismicas á la condición de los terrenos por que atraviesan. No todos se manifiestan igualmente fáciles, ni tampoco todos igualmente refractarios. Por regla general, les oponen resis- tencia los macizos graníticos, las rocas volcánicas, los depósitos cal- cáreos, las grandes capas de aluvión, sin que sea esto negar que también 1 Véase The Seismological Journal of Japan — Earthquakes which have been prop- agated to Europe, vol. iv. 1895. DE LOS FOCOS SEÍSMICOS EN GENERAL. 279 por ellas se transmiten. En cambio, les ayudan no poco los terrenos arcillosos, las capas terciarias y otras de análoga formación,1 lo cual parece explicar bastante porqué unas comarcas sienten más que otras los funestos efectos de la acción de los terremotos. También las cordilleras ó cadenas de montañas influyen poderosa- mente en la propagación de las ondas seísmicas, ya entorpeciendo su marcha en sentido transversal, ya facilitándola en el de su longitud. Como ejemplos de este influjo cítanse varios temblores acaecidos en la cordillera de los Andes y en las de los Alpes y Apeninos. Nosotros por nuestra parte podemos añadir lo observado en Filipinas, donde es constante la tendencia de los temblores procedentes de distintos focos á propagarse por determinados sistemas de cordilleras. 1 Traite de Géoloyie, par A. Lapparent — Description de tremblements de terre. CAPÍTULO II. FOCOS SEÍSMICOS DEL 1STORTE DE TATZCXN" EX T,A ZONA SEÍSMICA SEPTENTRIONAL. FOCO DE LA CORDILLERA DEL NOROESTE. IDEA GENERAL DE LA REGIÓN EPICÉNTRICA. Comprendida la región epicéntrica del foco séimico del Noroeste de Luzón, entre los paralelos 16° 50' y 18° 40' de latitud N., y entre los 120° 19' y 121° 13' de longitud E. del meridiano de Greenwich, se ex- tiende á lo largo de la cordillera del Caraballo Norte y parte de los Caraballos Centrales, desde las puntas Mayraira y Lacaylacay, en su extremo septentrional, hasta el Sur aproximadamente del distrito de Lepanto, y encierra en su recinto las provincias de llocos Norte, llocos Sur, Abra y la parte más occidental de las de Cagayán é Isabela, con los distritos de Lepanto y Bontoc. La circunstancia de extenderse esta región epicéntrica á lo largo de la cordillera del Noroeste hace que cuente en toda su extensión un sin número de montes, algunos de los cuales se elevan á considerable altura, conforme más largamente se explica en el tratado de Orografía. RELACIÓN DE TRES MONTES HUNDIDOS Y DE APARICIÓN DE VOLCANES. Es fama que en esta región epicéntrica, sin que se determine en qué paralelo, se abrió antiguamente la tierra y sepultó en sus entrañas tres montes, dando lugar al mismo tiempo á una muy espaciosa laguna. Refiérelo el procurador general de Agustinos, P. Fr. Gonzalo de Palma, citado por el P. Juan Eusebio Nieremberg, en la forma que sigue: El día 4 de Enero (1641) hubo un temblor de tierra espantoso en la tierra de los igorrotes, que está á cinco jornadas de llocos hacia el Oriente; fué precedido y como anunciado por un huracán no menos horrible. La tierra se abrió y sepultó en sus entrañas tres montañas, de las cuales una, cuya falda daba asiento á tres pueblos, era inaccesible. Toda esta máquina arrancada de sus fundamentos voló por el aire á vueltas de mucha agua, de modo que formó su vacío una espaciosa laguna, sin dejar señal, no sólo de que había habido pueblos, pero ni encumbrados montes. Es de advertir que muchos historiadores de Filipinas hacen mención de este extraordinario fenómeno, tomándolo por una erupción volcá- nica, y añaden que al mismo tiempo reventaron dos volcanes más; uno en la isla de Jólo, y otro en la de Sanguir. Sin embargo, no se 280 FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzón. 281 tiene ninguna noticia más de haber aparecido en lo sucesivo otras manifestaciones de volcánica actividad en esta región epicén erica del Noroeste de Luzón, si bien en 1892 ocurrió una coincidencia bastante parecida: en Marzo grandes y destructores terremotos en las provincias de Pangasinán, Unión y Benguet, según veremos más largamente en este mismo capítulo, páginas 298-301; y en Junio espantosa erupción del volcán de Sanguir, que, como se puede ver en el capítulo iv, página 362, casi destruyó de nuevo aquella isla. ESTADÍSTICA IÍE TEMBLORES. Las cuatro tablas siguientes de los temblores sentidos en llocos Norte, llocos Sur, Abra y distritos de Lepanto y Bontoc, dan alguna idea de la actividad desplegada por el foco séismico del Noroeste de Luzón durante el período de 1870 á 1897. 282- FOCOS SEÍSMICOS. I o I a c >>5: >-.K se ^ 5f, ■w ■"• x . £ c Z) ^ O^ ^' fepá I I .w wcc . .aw .ooo >ri ¿ ¿ ¿ ¿ ¿ $¿ dg^'oc^aww o«o m (h a¡ (i i se «¡ OHO -H -OOO -3 2 ~ !2 !S c'ix <^,5 o¿ o ^ o^r lililí lili" X í 1 X oooo a a a ^ a a a a a a a a a a a a a a a a a a :aaaaaaaaaaaaaaaaaaaea o acdo.^ ■ ¿a.ftftftcjatt¿á5dao.ad: ,,iOiO tC iC O iC tO O O ¡¿ iO íO iO iC i< MOiOOOOSOflOOMONNO X *J< *# a» a> ¿Jo aa ¿2 ¿2 aaa 23 ag . g g o o Í.2-S £ £ g g| S S g o| ¿%g g g ¿ SJ d g p o~ g J._g¿ gSSSWWS<í 2 c3<*> ^ 02.2 ti «3 o3 C OJ cj oá "- có &£— ^ v3 t>^nj3 33 :2 :2 :2 3 ~ . 'pVp7pVp< ^ a> oj a> a> ^ CP fc . >o ^w £2 rO'C tí 33 <3 S s s O 33 o3 t- • ss §?*> ítfr-1 O o3 OH J IPmJ tuca «fe 3 : :SSS 33r^r^J o3.2 CÍ'O ^ £ fc :h á :ááasá¿áasááááásááa¿ásáááasasaaaaaqsasas; • ¿¿¿¿¿33 ¿ d P, P< d o3 c3 ¿o3 ¿o3 ¿ P< <£ P< s3 p, P< p< P, p, c3 o3 p« c3 P, P. 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En primer lugar fue notable, por lo mucho que se extendió su área, el del 12 de Agosto de 1877. Aunque solamente con ligera intensidad fué sentido también en las vecinas provincias de la zona séismica central hasta Manila, donde se percibieron movimientos oscilatorios de NO. á SE. ; fué de regular intensidad en las provincias de Nueva Vizcaya y la Isabela; y llegó á ser hasta fuerte en llocos Sur y en Abra, donde causó algunos desperfectos como es destechar algunas casas y derribar otros edificios en construcción. Dícese que se repitió varias veces, si bien con menor intensidad, y que los movimientos fueron general- mente de N. á S. y de 15 á 58 segundos de duración TEMBLOR DEL 14 DE DICÍEMHRE DE 1879. Parecido al anterior fué el del 11 de Diciembre de 1879. También fué sentido en Manila, pero con la particularidad de ser esta vez los movimientos trepidatorios y ondulatorios de NNE. á SSE. con un arco de 0o 21' en el seismómetro horizontal; el índice del vertical corrió á su vez 1. 5mm. De todos los datos recibidos se saca que las ondas seísmicas marchaban en llocos Norte, llocos Sur y Abra, región epicéntrica de la agitación, de NO. á SE. próximamente. TEMBLOR DEL 1°. DE FEBRERO DE 1887. El del Io. de Febrero de 1887 ofreció la particularidad de tener el epi- centro en la cordillera central y de afectar no solamente á las provincias de Cagayán y la Isabela, sino también las de ambos llocos, Abra y distritos centrales, donde, además de producirse con la misma inten- sidad que en las otras partes, fué acompañado de innumerables ruidos subterráneos que se repitieron varias veces.1 TEMBLOR DEL lo DE ABRIL DE 1890. Tres años habían transcurrido sin que se notara ninguna perturba- ción séismica extraordinaria procedente del foco del Noroeste de Luzón, cuando he aquí que el 13 de Abril de 1890 volvió á manifestarse con fuertes sacudidas que debieron de radicar en llocos Norte, no muy lejos del mar. A juzgar por los partes recibidos en este Observatorio, la onda séismica se extendió por toda la cordillera del Caraballo Norte 1 ^7 eaae La Seümología en Filipinas por el P. Miguel Saderra Masó, S. J., ps. 64, 68 y 96. 288 focos seísmicos. y buena parte de la provincia de Cagayán. Los partes á que nos referimos están concebidos en los siguientes términos: Laoag (llocos Norte) , Abril 13. — Á 2.5 p. m. fuerte temblor oscilatorio de SO. á NK, duración 30 segundos próximamente. Laoag, Abril 13. — Á 8 p. m. otro temblor oscilatorio de poca intensidad, no apre- ciándose dirección, duración 7 segundos próximamente. Laoag, Abril 13. — A 8.46 p. m. repetición con el mismo carácter, pero con mayor fuerza que el anunciado á la tarde; dirección de ESE. á ONO., durante 30 segundos próximamente. Alarmada población. Vigan (llocos Sur), Abril 13. — Á 2.7 p. m. temblor oscilatorio de bastante intensi- dad, dirección de SE. á NO., duración 35 segundos próximamente. Vigan, Abril 13. — Á 8 p. m. temblor de trepidación, regular intensidad, duración 8 segundos próximamente. Bangued (Abra), Abril 13. — Á 2.5 p. m. temblor oscilatorio de bastante intensidad, dirección de N. á S., duración 4 segundos próximamente. Bangued, Abril 13. — Á 8.45 p. m. se volvió á sentir fuerte temblor de N. á S., duración 8 segundos próximamente. Aparri ( Cagayán), Abril 13. — Á 2.7 p. m. temblor oscilatorio de bastante intensidad, dirección de NO. á SE., duración 30 segundos próximamente. Tuguegarao (Cagayán), Abril 13.— Á 2.9 p. m. temblor de oscilación de N. á S. y de alguna intensidad, duración unos 5 segundos. TEMBLOR DEL 15 DE AGOSTO DE 1897. Haciendo caso omiso de algunos temblores más de menor importan- cia, que en diferentes ocasiones se sintieron, no podemos dejar de referir el del 15 de Agosto de 1897, ya por haber sido el último de alguna importancia que se ha sentido desde llocos Norte hasta Manila, ya principalmente porque es, sin duda, el más notable que en muchos años registran los anales séismicos de las provincias del Noroeste de Luzón. De él dio cuenta el encargado de la estación de Vigan á este Observatorio con el siguiente telegrama: Vigan, Agosto 15. — Á 8.22 p. m. fuerte temblor oscilatorio de mucha intensidad, dirección de NNO. á SSE., duración 58 segundos. El Sr. Capitán del Puerto de Vigan en su telegrama al Excmo. Sr. General de Marina se expresó con más claridad acerca de los desastres causados: Vigan, Agosto 15. — Hubo temblor; casa-oficina cuarteada, y derrumbada parte habi- tación que sirve para despacho; gran parte archivo caído con aparadores. Durante la noche última se ha repetido doce veces, y hoy á las 5.55 a. m. sin intensidad. Y el corresponal del Comercio, periódico de Manila, anadió: Fuerte temblor ocasionó destrozos en varias casas de materiales fuertes en la parte Sudeste de la población. Entre los edificios públicos, sufrieron desperfectos la cate- dral en su fachada, la casa-gobierno, el juzgado y el cuartel de la guardia civil. Sr. Gobernador tomó disposiciones conducentes evitar desgracias, caso repetirse fenó- meno, como en efecto sucedió, hasta doce veces, noche domingo y mañana lunes; ordenó desalojo y demolición casas que habían sufrido desperfectos y cuya ruina era probable. No hay que lamentar desgracias personales. FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzón. 289 La nota que acerca de estos temblores, sentidos también en Manila, facilitó nuestro Observatorio al público por conducto de la prensa local, es como sigue: Después de dos días de casi completa calma microséismica nos sorprendió anoche un terremoto bastante intenso que con razón ha puesto en alarma á los habitantes de la capital, y que hizo retemblar toda la isla de Luzón, á excepción de las pro- vincias situadas al SE. de la misma. El fenómeno comenzó aquí en Manila á las 8h. 21m. 24s. p. m., siendo la primera dirección del movimiento oscilatorio de E. i NE. á O. i SO. Los movimientos han sido principalmente de rotación y oscilación; las trepidaciones han sido de poca importancia, pues sólo han hecho correr el índice del seismómetro vertical 1 milímetro. En las curvas trazadas por los diversos seismógrafos del Observatorio se distinguen perfecta- mente tres direcciones diferentes, que son: de N. á S., la de mayor amplitud; de NO. á SE., la intermedia; y de E. J NE. á O. \ SO., la más pequeña. La oscilación entera de la primera mide una amplitud angular de 6o 52' 12" ; la amplitud de la segunda es de 4o 5(K 4"; y la de la tercera, de 2o 10/ 13". Como se ve, los movimientos oscilatorios en sentido de NO. á SE. no fueron los de mayor amplitud, pero sí fueron muy bruscos, según se echa de ver en las curvas, y se desprende del hecho de haberse parado de repente dos péndulos de la sección astronómica del Observatorio, colocados, el uno en el departamento de latitudes, y el otro en la sala de la meridiana, y que se movían los dos en un plano paralelo al de la dirección de estos movimientos. La duración total del temblor fué de 49 segundos. Desde luego se observó que, aun mucho tiempo después del temblor, seguían bas- tante agitados los aparatos microséismicos, y nos hicieron temer hubiese alguna repe- tición del mismo, como así sucedió en realidad, si bien por fortuna fueron estas repeticiones de poca intensidad. Las más principales y bien perceptibles ocurrieron á 9.15 de la noche y á las 7.4 de esta mañana. En la hora en que escribimos estas líneas (11 a. m. del 16) vuelven á estar los microseismómetros casi en completo reposo, si bien absolutamente no es esto indicio de haber terminado el presente período séismico. También en provincias, sobre todo en las del Norte, se han observado durante la noche y madrugada de hoy varias repeticiones, algunas de las cuales han sido de bastante intensidad. La región epicéntrica de este temblor, que, por los efectos causados, debió de hallarse entre llocos Sur y Abra, extendió su área de fuerte intensidad a todas las provincias de la zona seísmica septentrional, y aun á algunas de la central, intermedias entre Manila y las regiones de mayor intensidad. El límite inferior de toda esta área de actividad seísmica fueron las provincias de Tayabas y Camarines hacia el Sur de Luzón. FOCOS PARCIALES. Estudiando uno por uno todos los temblores desarrollados en la región Noroeste de Luzón, se llega al convencimiento de que todas las regiones epieéntricas parciales, ó de cada temblor en particular, han estado oscilando siempre alrededor de la gran cordillera del Caraballo Norte y parte de la de los Caraballos Centrales. Así la del temblor del 23 de Mayo de 1870 cogió toda la parte más septentrional de la cordillera, inclinada ovaladamente de NO. á SE., y abarcando toda la región más extrema de la provincia de llocos Norte y parte de la de Cagayán, á través de la cordillera del Caraballo Norte. 4619 — tomo ii 19 290 FOCOS SEÍSMICOS. La de los temblores del 11 de Julio de 1871 se extendió, también en forma ovalada, á lo largo de la cordillera de los Caraballos Centrales, desde la parte Sudeste de la provincia de llocos Norte hasta el extremo Sur de los distritos de Lepanto y Bontoc, cayendo, por consiguiente, su punto medio 6 epicentro en la mitad del límite Oeste de la provincia de Abra, es decir, hacia donde se encuentran los límites de la provincias de Abra, Cagavan y la Isabela. El temblor del 16 de Julio de 1881 redujo su región epicentrica á la costa más al NO. de la provincia de llocos Norte. Los del ^8 de J ulio de 1862, á las estribaciones orientales de los Caraballos Centrales en la provincia de la Isabela y parte de la de Cagayán. Los del 21 de Septiem- bre del mismo año, la extendieron á través de las provincias de llocos Sur, Abra y parte Sudoeste de la Isabela. El del 29 de Noviembre, al rede- dor de la punta Noroeste de llocos Norte. Los del 15 de Marzo de 1885, desde el extremo más meridional de llocos Sur, hasta el límite Nordeste de Abra, algo inclinados en la dirección de NE. á SO. Los del 13 de Abril de 1890, otra vez al rededor de la punta Noroeste de llocos Norte. Los del 29 de Diciembre de 1891, en la falda oriental del Caraballo Norte; y, por abreviar, los del 15 de Agosto de 1897, entre llocos Sur y Abra. De todo lo cual se colige lo que antes indicábamos, á saber: que todas las regiones epicéntricas parciales ó radican en la misma cordillera del Caraballo Norte, ó por lo menos oscilan á su alrededor. TABLA COMPARATIVA DE SEISMICIDAD. Por la siguiente tabla se podrá ver que no todas las provincias del Noroeste de Luzón son igualmente castigadas por los fenómenos seís- micos. En ella ponemos la suma total de los temblores sentidos en cada una de las provincias, según su grado de seismicidad. Tabla V. — Seismicidad de las jwovinciax del Noroeste de Luzón. Provincias. Ligeros. Regu- lares. Temblores- Fuertes. Violen- tos. Destruc- tores. Total. Hocos Norte 32 25 7 2 15 10 8 1 18 o oooo 67 Hocos Sur 20 ■> Abra 8 2 4 i 1 25 Lepanto y Bontoc 8 Total 66 34 j 50 I 7 0 157 DETERMINACIÓN DEL FOCO SEÍSMICO GENERAL. Los datos séismicos que anteceden parecen decir bien claro que el foco séismico general de esta región se halla situado en la cordillera del Caraballo Norte, hacia el punto de concurrencia de las tres pro- vincias de llocos Norte, Abra y Cagayán, donde se alza majestuoso el elevado monte Burna}\ Claro es que para poderlo determinar FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzón. 291 con toda procisión .sería menester tener noticias exactas de la intensidad desplegada en la parte céntrica de la cordillera, muy despoblada todavía, 6 saber, por lo menos, qué clase de fenómenos, ya físicos, ya geológicos, se han producido en equellas montañosas regiones con ocasión de los temblores: sin embargo, con los datos recibidos de las estaciones situadas á uno y otro lado de la citada cordillera, hasta aquí expuestos, creemos que se puede con bastante fundamento colocar el epicentro seísmico general de toda esta región en el sitio arriba mencionado. En efecto; por una parte no faltan casos de temblores muy fuertes, cuyo epicentro, según era igual la intensidad seísmica desplegada en ambas partes, se hallaba en la misma cordi- llera, ya extendida á través de E. á ()., ya á lo largo de N. a S. ; por otra, han sido bastante frecuentes los que han desarrollado su mayor actividad en los pueblos sentados á uno y otro lado de la misma, dejando poco menos que intactos los distritos de Le panto y Hontoc, los más distantes de la latitud apuntada hacia el S. ; luego, no parece (pie se puede fijar con mayor probabilidad el foco seísmico general de esta parte de Luzón en otro lugar fuera del que hemos indicado. FOCO SEÍSMICO DE NUEVA VIZCAYA. REGIÓN EPICENTRICA. Debido tal vez á las condiciones orográficas de su suelo, en vez de extenderse la región epicentrica del foco seísmico de Nueva Vizcaya de X. á S., como la del foco del Noroeste, se corre de E. á O. desde el dis- trito del Príncipe hasta el extremo Norte de Zambales, en la costa occi dental de Luzón. Su punto céntrico es el núcleo de montanas que for- man, al encontrarse, las cordilleras de los Caraballos y Sierra Madre, en el límite de las provincias de Nueva Vizcaya y Nueva Ecija, y está comprendida entre los paralelos 15° 30' y 1<>° 50' de latitud N., y entre los 119° H4' y lw22° 8' longitud E. del meridiano de Greenwich, contando dentro de sus límites las provincias de Nueva Vizcaya, Pangasinán, Unión, distrito de Benguet, parte septentrional de Zambales y de Nueva Eei ja, casi todo el distrito del Príncipe y algo de la provincia de Tárlac. ESTADÍSTICA DE TEMBLORES. A la potente actividad del foco seísmico que radica en la provincia de Nueva Vizcaya deben referirse, sin duda, todos los temblores sentidos en esta provincia y en las demás comprendidas en su región epicentrica, los cuales van apuntados en las seis tablas siguientes: 292 FOCOS SEÍSMICOS. g tí tí o So ^ ♦tí 7* Tjj ürO O S-. ti OJ.i¿ "* a> o > tí ,-J .fi.fi o3 *Q «35 *c 'tí'O ^S'-S :2 tí '3*5 'Sg u - c c ¿ÚÓ ' fc : o 5S tí'tí C « £ tí 8> IH ¿ c c c;e O) 0) O "J tí c/j2,fi,fi,fi-? ¿Í3S tí.rvj 'O ai »¡ « te" rJ'tí'Ctí'O ¿* § s s s"§ § W f_ fH f-, ^H, a: tí a tí tí _ O o o o o c fiüüüüW . ^ < o'C c •2=33 tí2 * n: ce: o o o KfclW OHO : ^SdS :tí3£ -! ' ' 03 cj_í -^^ 3 tí tí!2 "1 bo^ be ccOO • W vi w crj O . : . . .w l a¡ co . c/j a¿ O ap '.fcjz; ¡fcfcwp ' oí StíSt: : tí £ :3 : :tí£tí :j :« :r*-^tí :en 5 :o ° 2*8 • .2 i ; O :3 ■o '5o :'S ■ °'fe 33* « oS^ :3 • . 03 rtí • a3 .03 • O o3 ^^3 P. ÜÜO) j'S ": : °< OOH :o . ■ H • H -OH Sh :oh :o : : :S ¡o |ho : áééáéúáéééúúú é ááMááflaássesflsassáaáfljj -fwiooiocc'i; '-o ¿OiiOOCNOOCOCOiOOsOSr-ICCiC cooi^^Oi-icoiOíc^/Oicr-^c^occ -lO^HOiOOCCtl' -1-fMXOCC'XMOíl-O c^ooccooooooococooa, "¿ "jjgw^og e».ccc ^ o>i^ e»ec ,-, ^ .-ce **. 3 co o FOCOS seísmicos del norte de luzón. 293 294 FOCOS SEÍSMICOS. *3 • 3 Ko I y, fetí^'^ :&h 0 £ S 3 S 2 £ £ £ 5 3 . c¿ ¿¿¿tí cé ¿¿¿¿tí SMCi^'J v> iO i-t O >C iC rr CC^t-HrHCO CCH ?>. ?> So 00 tí.£ ^ ** o Q> ?>. *-i3 +3 00 c^a *-i 0) P r~ ao oó co 0Q ^CiSSS oooooooooo COQOO0O0QO rw cj I « ° ° ,_> tí tí£ 55 í I • .w O :o* ce ; 03 W 02 CQ O : o w • tí <^ t3 'O 'C :o : . essssss d tí tí tí ¿ d tí ^ o o ■<* ic -* -t; ^MCOO-tr l- CC O I- oí o> i.C C O : tS ^ r Octubre Octubre Octubre Julio Diciembre . . . c ' rf o a ir ~ : o f : o r> : : .ui ce • ¡o» w • •Ww yA '• : ^ : ^ T3 tí 'C ce C ^ . . . . ■ c cgula igero uerte igero ..id PíJfej . o :¿ ¿HHTfOCC tOOiiOO 'O rH cN CO ■* £- FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzón. 295 TEMBLORES DE NUENA VIZCAYA EN JULIO. AGOSTO, SEPTIEMBRE Y OCTUBRE DE 1881. Desde Julio de 1880 fueron, en Nueva Vizcaya, casi continuos los temblores de carácter puramente ligero. El año siguiente, durante el mismo mes de Julio, se fueron repitiendo ya con más frecuencia, y acen- tuándose cada vez más su intensidad, hasta producirse, el día 27, algu- nos desperfectos en los edificios de manipostería, como preludiando la serie de movimientos seísmicos, ya fuertes, ya ligeros, que por espacio de cuatro meses consecutivos habían de tener en continua zozobra el ánimo de aquellos pacíficos habitantes. Por un diario que de todos estos temblores formó el P. Fr. Antonio Xabert y Roquer, misionero de Dúpax, pueblo no muy distante del vértice seísmico, se sabe que los temblores sentidos en aquella localidad, durante los meses de Julio, Agosto, Septiembre y Octubre, ascendieron á 181), sin contar los días y las noches, que fueron varios, de continua agitación seísmica. Con razón, pues, se ha dicho que durante todo aquel tiempo sintieron los pueblos de Nueva Vizcaya bullir la tierra debajo de sus pies.1 VÉRTICE SEÍSMICO DE LOS ANTECEDENTES TEMBLORES. El vértice seísmico de los antecedentes temblores estuvo, en sentir del distinguido inspector de minas D. Enrique Abella, situado en los alre- dedores del pueblo de Bambang. Fúndase dicho autor en que el trueno que distintamente precede siempre al movimiento, anunciándolo gene- ralmente con algunos segundos de antelación, se percibió más claro hacia el centro de la provincia, en las cercanías de Bambang, y sobre todo, y ésta es la circunstancia más importante, en que el espacio de tiempo que transcurre entre el sonido y el movimiento fué tanto menor, cuanto más cerca del referido pueblo se hallaba el observador, espe- cialmente en las laderas (pie le rodean fuera de la acción, por decirlo así. debilitante del aluvión del valle, y hasta tal punto, que en estos lugares fueron sensiblemente sucesivos y se confundieron simultánea- mente muchas veces el sonido del trueno y el movimiento que sobre- viene. Por el contrario, hacia el límite de la provincia se percibieron: 1°., el sonido del trueno subterráneo; 2o., un momento, que alcanza á veces 5 ó 6 segundos, de reposo y silencio; y 3o., la sacudida vertical, acompañada del ruido que pudiéramos llamar ráfaga de la onda seís- mica, seguida, sin solución de continuidad, del movimiento de traslación ú oscilación. Por todas estas razones, y por los desperfectos causados en los edificios de manipostería estudiados según la teoría de Mallat, saca dicho señor la conclusión arriba apuntada, que no debe distar mucho, á lo que entendemos, de la realidad. 1E1 diario á que aludimos hállase estampado en La Seismología en Filipinas del P. Miguel SaderraMasó, S. J.,p. 87, y al final de la Memoria que sobre estos temblores escribió D. Enrique Abella y Casariego. 296 focos seísmicos. centro de actividad seísmica. Igualmente admisible nos parece la situación del centro de actividad séismica que coloca no muy lejos de la superficie de la tierra, fundado en la sucesión casi simultánea entre el sonido y el movimiento, en Bambang, y la localización de las sacudidas experimentadas con una intensidad suficiente para que, en otras circunstancias, hubieran podido transmitirse á mayores distancias que las que, en el caso que nos ocupa, pudo observarse. SUPUESTO INFLUJO DE LA ACTIVIDAD DEL VOLCÁN MAYÓN. No estamos así conformes con la hipótesis que á continuación in- sinúa sobre el existir cierta relación interna entre aquellos temblores y las erupciones del volcán Mayón ó de Albay, que, comenzando el día 6 de Julio de 1881 no terminaron hasta mediados del año siguiente. Dio fundamento á esta suposición el haber coincidido, casi á un mismo tiempo, las manifestaciones seísmicas de Nueva Vizcaya y las eruptivas del Mayón, pues que parecieron guardar cierta mutua correspondencia, durante los primeros y los últimos días del mes de Julio, y el haberse sentido en Manila, desde el 14 al 17 del mes de Agosto siguiente, algunos notables movimientos séismicos, que, al parecer, no influyeron nada en el estado del Mayón, ni fueron sentidos tampoco en Nueva Vizcaya, á pesar de hallarse Manila á una distancia casi intermedia entre ambos puntos. Admitiendo, pues, por una parte, la indicada relación interna entre las fuerzas séismicas de Nueva Vizcaya y las eruptivas del Mayón, y suponiendo por otra que Manila no se halla dentro de esta hipotética línea de comunicación, podía en alguna manera explicarse la simultaneidad de los movimientos del Mayón con los de Nueva Vizcaya y el aislamiento de los de Manila, á pesar de hallarse dentro del período seísmico y eruptivo de aquéllos. Sin embargo de esto, si no concurren otras circunstancias, la sola simul- taneidad en el principio de los períodos seísmico y eruptivo no nos parece razón suficiente para establecer una hipótesis de tanta tras- cendencia, cual sería la comunicación interna entre dos focos tan nota- bles como los de Albay y Nueva Vizcaya. Además de no haberse repetido la coincidencia de fechas el número suficiente de veces que sería menester para formular por vía de inducción esta hipótesis, concurrieron para suponer la no existencia de tal comunicación interna otras circunstancias que es preciso no olvidar. Durante todo el período de seismicidad en Nueva Vizcaya y de erup- ción en el Mayón, no se sintió en las cercanías de este último más que un temblor de poquísima intensidad y duración, según lo hizo constar por telegrama de 4 de Septiembre el encargado de la estación de Albay. Es ciertamente muy inverosímil que al dar comienzo el Mayón, el 6 de Julio, á su período eruptivo, pudiese rechazar hacia el FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzón. 297 NO. cierta parte de su actividad, que se tradujo ei 13 en los movimien- tos seísmicos de Nueva Vizcaya, y no la desplegase en sacudir, como ha hecho otras veces, las comarcas sujetas á su influjo. Por otra parte, es un hecho que los temblores de Nueva Vizcaya iban perdiendo en intensidad á medida que se alejaban de su centro y se acercaban á Albay, hasta ser nula al entrar en la provincia de Ambos Camarines, y, además, mientras ellos se iban ya extinguiendo, á fines de Noviembre y primeros de Diciembre, llegó a su mayor incremento el período erup- tivo del Mayón, siendo muy notables las erupciones del 21 de Noviem- bre y del 14 de Diciembre, no sólo por su mayor desprendimiento de lava, sino también por haberse aumentado extraordinariamente la cantidad de vapores y cenizas, que arrojaba de su seno por las aber- turas del cráter.1 Por todas estas razones, y por hallarse las coordenadas geográficas de ambos puntos distantes entre sí, nada menos que 3 grados de latitud por otros tantos de longitud, nos inclinamos á creer que no hubo la comu- nicación interior que se supuso entre las fuerzas del Mayón y las de Nueva Vizcaya, y que ambos focos desplegaron su actividad con total independencia el uno del otro, aunque con cierta simultaneidad, que no pasó, á nuestro modo de ver, de ser puramente casual. No halla- mos inconveniente en que se citen estas coincidencias, y así lo ha hecho más de una vez nuestro Obervatorio, por si en alguna ocasión pueden dar fundamento á alguna conclusión séismica por vía de inducción; pero esto, después de muchas repeticiones del hecho que revelen la existencia de una ley. temblores de 1883 en el norte de nueva écija. Los temblores del 10 de Febrero de 1883 desarrollaron extraordi- naria fuerza en las cercanías del núcleo central de las cordilleras ex- tendiéndose en seguida sus oscilaciones por el Sudoeste hacia las provincias de Tárlac y Nueva Ecija, hasta Manila. Nuestro Observatorio, establecido entonces en el Ateneo Municipal, dio cuenta de estos temblores al público de Manila con la nota que sigue : Á las 3h 28m 10s de hoy (10 de Febrero) ligero temblor de oscilación y trepidación á la vez. Su dirección de N. 25° E. á S. 25° O. Amplitud de la oscilación completa 0o 47/; duración total, 2 segundos. El índice del seismómetro vertical se ha sepa- rado 1 milímetro de su posición. En las provincias del Norte de la isla se ha sentido con mayor intensidad que en Manila. Esta mayor intensidad la habían notificado los telegramas que de aquellas partes se recibieron, algunos de los cuales á continuación se expresan: Tárlac, Febrero 10. — Esta madrugada, á 3.11, fuerte temblor, repitiéndose á 3.33, ambos oscilatorios de N. á S. ; duración, 30 y 45 segundos próximamente. 1 Véase La erupción del volcán Mayón en los días 25 y 26 de Junio de 1897 por el P. José Coronas, S. J. 298 focos seísmicos. ('armnglán, Febrero 10. — A las 3.8 madrugada, volvióse á sentir en ésta violento temblor oscilatorio de E. á O., que duró próximamente 18 segundos. A 3.32, otro temblor trepidatorio de mayor intensidad y duración. Cabanatúan, Febrero 10. — A las 3. 34 madrugada hoy, hubo un ligero temblor de oscilación de O. á E., de corta duración. A los 5 minutos volvió á repetir con más intensidad, misma oscilación; duración 2 segundos próximamente. Bcuu/ued, Febrero 10. — A las 3.34 madrugada, temblor de oscilación de N. á S., de poca intensidad; duración, 5 segundos próximamente. San Isidro, Febrero 10. — Madrugada de hoy temblor de trepidación; duró 10 segundos próximamente. terremotos de pangasinán p:n marzo de 1892. El mes de Marzo de 1892 tiene un lugar preferente en los anales seís- micos del Archipiélago Filipino. Uno de los más fuertes y destruc- tores terremotos que se han sentido en la isla de Luzón, dando en tierra con multitud de iglesias y otros edificios de mucha solidez, en las pro- y indas de Pangasinán, Unión y Benguet, manifestó muy claramente que estaba todavía muy activo el foco seísmico de Nueva Vizcaya ó del núcleo de las cordilleras centrales. Para dar alguna idea del alcance e intensidad de este terremoto, nada podemos hacer mejor que reproducir aquí la nota de las obser- vaciones que publicamos el día siguiente al de la catástrofe, y una carta del ayudante de Obras Publicas I). Modesto Martí que se hallaba enton- ces en Lingayen. Por la primera se verá hasta donde llegó durante veinte y cuatro horas la actividad seísmica en Manila, y por la segunda algunos de los desastrosos efectos físico-morales causados por este terre- moto destructor, NOTA DEL OBSERVATORIO DE MANILA. La nota á que nos referimos está concebida en los siguientes tér- minos: Los temblores, que tan justamente han alarmado anoche y esta madrugada á los habitantes de Manila y provincias, constituyen el máximum de un período seísmico, que comenzó hace dos días, á juzgar por la intensidad de los movimientos microséis- micos, sobre todo verticales, observada durante largos y frecuentes intervalos. Con esta tempestad microséismica coincidía un rápido aumento del potencial de las corrientes telúricas de N. á S., el cual llamaba tanto más nuestra atención cuanto que seguía á un largo período de cambios extraordinarios y bruscos de dicho potencial. El fenómeno ha sido aquí de una persistencia sólo comparable con la de los temblores del año 1880. Los temblores registrados por .los aparatos del Observatorio desde las 9h 1 '" 52* (temblor fuerte de oscilación) de ayer noche son los que siguen: Á las 9h lm 52s, temblor fuerte de oscilación y trepidación. Comenzó con movi- mientos trepidatorios y ligeras oscilaciones que fueron en aumento hasta hacer re- correr á los péndulos uri arco de N. á S., que al principio nos pareció, sin cálculo alguno, sería de unos 7o 30/, y así lo dimos á algunos periódicos; mas calculándolos luego han resultado de 8o 37' y otros de ENE. á OSO. de 3o de amplitud. El índice del seismómetro ordinario vertical se separó 13 milímetros. Á las llh 50m, percibióse un segundo temblor de movimientos de oscilación y tre- pidación combinados. La amplitud máxima total de las oscilaciones de N. á S. fué 2~. s a *. .£ *$-•*■ S" ^ 'S .«• S *• -5 o; ^ ^ l||1 * ^ I I! •I ■I '3 ^ *> ^ g^ <3 i>r§ ^ ,i N , completamente despejada, de brillante luna y dé calma chicha, cuando un ruido subterráneo muy pronunciado vino á anunciarnos el terrible fenómeno de que era precursor. Casi inmediatamente empezó á sentirse aterrador movimiento de la tierra, oscilatorio al principio, de trepidación después, y por último de rotación en dirección de E. á O. primero, y de S. á N. después, cuya duración no puedo precisarle por mi cálculo, porque me pareció de un siglo, pero que, según me aseguraron en la Administración de Comunicaciones, excedió de un minuto, durante el que, el ruido subterráneo, el toque de las campanas, que agitadas por el continuo y violento movi- miento de la torre de la iglesia, lanzaban al viento sus lúgubres sonidos, el no menos estridente sonido producido por las techumbres metálicas, y el clamoreo de estos habi- tantes sin distinción de razas, sexos ni edades, implorando la divina misericordia, formaban un conjunto aterrador, ante el cual el espíritu más esforzado se rendía y el incrédulo más recalcitrante hincábala rodilla en tierra rogando al Altísimo calmase los rigores de su justicia. Los habitantes todos de las casas de materiales fuertes las abandonaron inmediatamente, algunos hasta arrojándose por las ventanas, buscando refugio en los bajos y casas de materiales ligeros, poseídos todos del mayor pánico, traducido en algunas señoras en desmayos, congojas y accidentes nerviosos que hicieron en algún caso, necesaria la asistencia facultativa. Desde aquel momento hasta el presente la tierra no lia cesado de moverse, puesto que, si bien con intervalos de algunas horas y con movimientos suaves, se sienten sacudidas, unas veces oscilatorias y otras de trepidación, que impiden vuelva la tranquilidad á los contristados ánimos. Al terremoto de que acabo de ocuparme sucedieron otros muchos tan continuados, que puede asegurarse que la tierra no ha cesado de moverse ni un momento durante cerca de treinta horas, si bien, como es de suponer, pues en otro caso esta provincia y sus moradores habríamos desaparecido de la faz de la tierra, ninguno de ellos, á excepción de cinco que fueron de mucha intensidad, habría perturbado los ánimos, si éstos no hubieran estado tan tristemente predispuestos, y los movimientos no hubieran venido después del aterrador de las nueve, é interpolados con los cinco que dejo referidos. El Gobernador interino, Sr. Matta, abandonando su numerosa familia y acompañado del Sr. Administrador de Hacienda y de algunos empleados peninsulares, pasó toda la noche recorriendo la 300 FOCOS SEÍSMICOS. población, prestando auxilio á cuantos lo necesitaron y procurando devolver en lo posible la tranquilidad á los atribulados espíritus. En el kiosko de la plaza refugiáronse varias familias, y en él pasaron toda aquella noche interminable; y el resto de la población, unos en las bodegas de casas de construcción ligera, y otros en las calles. Durante la primera y más horrorosa de las muchas sacudidas que hemos experimentado, la torre de la iglesia y el kiosko de la plaza giraban sobre su base, según me han asegurado personas de entero crédito que se hallaban en la plaza, y tuvieron por lo tanto ocasión de observarlo. Tal ha sido el pánico que de todos, sin distinción, se ha apoderado, que para levantar algo los ánimos dispuso el Sr. Matta que las músicas recorrieran la población, durante las noches de ayer y antes de ayer. Hecha esta ligera descripción, sobradamente pálida ante la horrible reali- dad, referiré á V. los desperfectos ocasionados en cada pueblo por el terrorífico fenómeno, tomados, repito, de los partes oficiales hechos por los respectivos goberna- dorcillos. En la cabecera, están en estado de ruina la casa-gobierno, que ha sido preciso desalojar, y la casa del comerciante Sr. Araña; algo inclinada la torre de la iglesia; con grandes desperfectos el tribunal, y con grietas de alguna consideración la cárcel; resentido en su parte céntrica y estribos laterales eJr puente llamado del P. Meléndez, y con desperfectos más ó menos ligeros el colegio de las Madres Dominicas y varias casas particulares. Dagupan. — Hundida parte del tribunal é inútil el resto, y la escuela de niñas con la farmacia del Sr. Sarthóu, que ha tenido que ser trasladada, y el puente de Bagaoas; en el centro de la población se abrieron grietas en diferentes sitios, algunas, como la de la plaza, de mucha extensión, por las que brotaba en abundancia agua y arena negra, quedando muy resentidas todas las demás casas de manipostería. Santa Bárbara.— Abiertas las paredes y el frontis de la iglesia y tribunal, del que cayeron las puertas y tabiques interiores, hundiéndose el tramo central del puente de Mora. San Jacinto.— Euinosos todos los edificios de manipostería, entre ellos la iglesia con su torre, el tribunal, la casa parroquial, la escuela de niñas y los puentes de Guibel y Capay, sufriendo desperfectos de consideración las calzadas que dirigen á los pueblos de Mangaldán y San Fabián, quedando esta última transitable sólo para pea- tones, por las muchas grietas transversales y longitudinales que se han abierto, por todas las que brotaba en abundancia agua y arena. Sepultados entre los escombros del tribunal, el archivo, documentación corriente, libros copiadores, sellos y cuantos efectos existían en el edificio, habiendo el vecindario tenido que levantar tiendas de campaña en la plaza y alrededores del pueblo para cobijarse. Mangaldán.— Se vinieron á tierra el tribunal, los puentes de Guiguilonan, Bantayán y Anolid, la iglesia con su torre y cuatro campanas, la capilla del cementerio, y casi todos los depósitos de palay. Numerosas grietas en la tierra de toda la jurisdicción del pueblo, arrojando todas ellas agua y arena en abundancia. San Fabián.— Hundida la techumbre del tribunal, y agrietadas todas sus paredes; desperfectos de consideración en los puentes de Cayanga y Balangombog, y grietas de gran tamaño dentro de la población, arrojando agua y arena. Maladqui. — Hundido el tribunal y resentidas varias casas. Manaoag.— Hundidas por completo las escuelas públicas de ambos sexos, y en estado ruinoso la fachada del tribunal, la iglesia y el campanario. Binalonan.— Destruido por completo el tribunal, entre cuyas ruinas pereció el teniente de justicia Francisco García, y quedaron sepultados en las mismas cuantos libros, papeles y efectos, sello inclusive, había en el tribunal; destruidos también la escuela de niñas, el convento, la capilla y muros del camposanto, y resentidos todos los demás edificios del pueblo, incluso algunos de materiales ligeros, con grandes grietas abiertas en la plaza, calles adyacentes y hasta en las sementeras, arrojando todas ellas agua y arena. 3 l 3 : ^< ■ ^\ • W C > r < II; fc i' 3 t. ■< ^ LÁMINA VII (b). TERREMOTOS T)E PANGASTNÁN, MARZO DE 1892. Desmochado H campanario y destechada la ig-lesia de MungaldAn 3 FOCOS SEÍSMICOS del noete de luzón. 301 Calasiao.— Inutilizados todos los puentes de Marosay, Gabén, San Pablo y Mala- bago; caídas parte de la fachada de la iglesia, la techumbre del presbiterio, las imágenes del altar mayor, y la escuela de niños, con grietas de consideración en las paredes de la iglesia y tribunal; y la tierra agrietada en diferentes puntos, arrojando, como en los demás pueblos, agua y arena. A singan.— Arruinados el tribunal, escuelas, iglesia, convento viejo y el nuevo en construcción, quedando todos completamente inservibles, é inutilizado el puente sobre el río Agno Chico, siendo imposible su tránsito, que ha quedado prohibido, con grietas en la tierra dentro de la población, arrojando agua y arena. San Carlos.— Grandes desperfectos en la iglesia y sacristía, y aberturas de considera- ción en la tierra en los sitios de Amoter, Amangloan y Magtaquín. Bayambang.— Intransitable el puente de Alcalá, abiertos los sillares de las paredes maestras del tribunal, iglesia y convento, y deterioradas algunas casas. Pozorrubio. — Hundidas veinte casas y cinco graneros de materiales ligeros; desper- fectos de consideración en la casa-parroquial y en el cementerio; diez casas más con ligeras averías, y abiertas en la tierra varias grietas, saliendo por ellas agua y arena. Faltan los partes de los demás pueblos. Catálogo de los pueblos arruinados. Pueblos. Provincia. Daños causados. Bayambang Ligeros desperfectos. Id. Id. Id Malasiqui .: . fd San Carlos id Villasis id Santa Bárbara id Id Calasiao id Algunas ruinas. Id Manaoag id Binalonan id Ruina completa. Algunas ruinas. Ligeros desperfectos. Id Asingan id Lingayén id Binmaley id Dagupan id Algunas ruinas. Ruina completa. Id Mangaldán ... id San Jacinto id . Pozorrubio id Id San Fabián id Algunas ruinas. Id. Id. Id Álava . . id Baoang Rosario id Santo Tomás ... id Ruina completa. Id Agoó id Aringay id Algunas ruinas. Id La Trinidad SITUACIÓN DEL EPICENTRO. Atendiendo al área en que este terremoto causó mayores desperfectos, se ve que la región focal ó epicéntrica comprendió la parte de la pro- vincia de Pangasinán, que cae al lado derecho del río Agno Grande, y la parte meridional, no sólo de la provincia de la Unión, sino también del distrito de Benguet, formando una especie de círculo, cuyo punto céntrico viene á caer cerca del golfo de Lingayén en el límite de las provincias de la Unión y Pangasinán. Dentro de este círculo es donde se causaron todas las ruinas que arriba menciona en su carta el Sr. Martí. ^ Sin embargo, el área de intensidad violenta no se redujo sola- mente á la región indicada; comprendió, además, una buena extensión de las provincias de Nueva Vizcaya, Nueva Écija, Tárlac, Unión y distrito de Benguet, aunque sin producir desperfectos notables. 302 FOCOS SEÍSMICOS. PROVINCIAS DE MAYOR SEISMICIDAD. Tanto si se atiendo á la frecuencia como á la intensidad de los tem- blores sentidos en cada una de las provincias comprendidas en la región epicéntrica del foco de Nueva Vizcaya, se ve desde luego que las más agitadas ó de mayor seismicidad son, por orden de mayor á menor, Nueva Vizcaya, Unión, distrito de Benguet y Pangasinán, entrando en segundo termino la parte Norte de Zambales y de Nueva Ecija, con el distrito del Príncipe. CONCLUSIÓN. De todo lo hasta aquí expuesto parece desprenderse lógicamente que debajo de los montes que separan entre sí las provincias de Nueva Vizcaya, Unión y Pangasinán, es decir, debajo de los Caraballos Cen- trales, en su parte más meridional, ó en el núcleo que forman al juntarse con las cordilleras del Este y de la Sierra Madre, debe de existir un gran foco de fuerzas endógenas, cuya actividad, traducida en movimientos seísmicos, oscila con más frecuencia, ya por el E. hacia Nueva Vizcaya, ya por el O. hasta la Unión y Pangasinán, llegando á veces hasta el Norte de Zambales, si no es que esta región este también sujeta á la influencia del foco volcánico seísmico del Taal, ó constituya de N. á S. un foco secundario de lo cual existen indicios no despreciables. FOCO PROBABLEMENTE VOLCÁNICO SEÍSMICO DEL NORDESTE. REGIÓN EPICÉNTRICA. La región epicéntrica del foco seísmico del Nordeste de Luzón se extiende á lo largo de la cordillera oriental de la Sierra Madre hasta la isla más septentrional del archipiélago de las Batanes; y comprende, además de estas islas y las Babuyanes, la mayor parte de las provincias deCagayán e Isabela. Sus límites en coordenadas geográficas son: de N. á S. , los paralelos 21° 3' y 16° 50' de latitud N. , y de ü. á E. los meri- dianos 121° 13' y 122° 14' de longitud E. de Greenwich. El ser las islas Batanes y Babuyanes de formación esencialmente volcánica, según testimonio de muchos autores, y el repetirse en esta región los tem- blores con cierto decrecimiento, no sólo en intensidad sino también en frecuencia en los pueblos escalonados por el río Grande de Cagayán desde Aparri, que está más al N., hasta llagan, cabecera de la Isabela, nos hacen sospechar que el foco de esta parte de la zona seísmica sep- tentrional tenga alguna relación con el volcanismo de las citadas islas, aunque no esté tal vez situado en ellas el epicentro general. FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzón. 303 EL VOLCÁX DE CAMIGUÍN EN LAS ISLAS BABUYANES. Aumenta nuestra sospecha el estado de ignición en que se halla el volcán de Camiguín, una de las islas Babuyanes, distante 30 millas ó poco más del puerto de Aparri, muy abundante en azufre, y la segunda de aquel grupo en importancia. D. Agustín de la Cavada Méndez Vigo, en qí tomo 1°. de su Historia geográfica * geológica y estadística de Filipina*, página 87, es de parecer que la principal erupción de este volcán debió de acaecer antes del descubrimiento de dichas islas, y que sus efectos debieron de ser terribles, atendida la altura del monte en que está, que se eleva á unos 936 metros sobre el nivel del mar. Luego añade : En 1857, y en su parte SO. se abrió un respiradero, formando su abertura la entrada de una ancha gruta al nivel del mar, de la que sale agua bastante caliente, y con sus emanaciones ha levantado á su frente un pequeño monte de materias volcánicas. Corrobora, en parte, el aserto del Sr. de la Cavada una carta procedente de las islas Batanes, en Mayo de 1892, publicada por El Comercio, periódico de Manila, en su número correspondiente al 20 del citado mes. En ella, el remitente, después de haber anunciado que el 21 de Abril se sintió en todas aquellas islas el temblor de tierra de más larga duración que recordaban los ancianos, se expresa en estos términos: Aunque había corrido la versión, no la senté en mis apuntes hasta que la vi con- firmada por personas cuya veracidad no puede ponerse en duda. Los naturales afirman que la noche del 9 de Marzo cayó una lluvia de ceniza en las sementeras, y de esta materia estaban cubiertas las hojas de los árboles y arbustos hasta la mañana del 11, en que un fuerte aguacero las lavó. Igual fenómeno se observó en San Carlos y en Nayat. El viento en aquellos días fue constante del NE., hacia cuya parte del Pacífico no hay islas ni aun peñascos, ni tampoco sabemos las haya muy cerca de otra vecindad. Volcanes, existe uno en ignición, el de Camiguín al Sur, en las Babuyanes; pero precisamente ni en Calayán ni en Saptán, que están más cerca, se ha observado el fenómeno. ¿Habrá surgido, al NE., en el Pacífico algún volcán del fondo de los mares? Aquí no sabemos más que la realidad de lo narrado. TEMBLORES DE CAGAYÁN Y DE LA ISABELA. Para que se note mejor lo que arriba indicamos acerca del decreci- miento en los temblores de Cagayán y de la Isabela, los insertamos aquí por el siguiente orden: primero, los sentidos en Aparri, que está más al N. y no muy distante de las islas Babuyanes; luego, los de Tuguega- rao, cabecera de la provincia de Cagayán, situada casi en el límite de esta provincia con la de la Isabela; y por último, los de llagan^ cabecera de la Isabela, situada casi en el centro de la provincia. 304 FOCOS SEÍSMICOS. Tabla XII. — Temblores de Aparri (Cagayán) , durante el período de 1870 á 1897. Años. Meses. ¡Días. Horas. Carácter. Intensidad.1 Dirección. Observaciones. 1881. 1883. 1885. 1886. 1891. 1892. 1893. 1894. 1895. 1896. 1897. Octubre . . . Octubre . . . Octubre ... Junio Agosto Octubre Noviembre Enero Febrero Mayo , Mayo , I Noviembre . ■ Diciembre.. ! Enero Marzo j Abril I Junio ! Diciembre.. Enero Junio Junio Febrero Mayo Julio Octubre Octubre Febrero Marzo Septiembre . Mayo Agosto 6 33 a. m 3 17 a. m 1 30 a. m 3 27 p.m. 2 30 a. m 8 10 a.m. 9 55 p. m 0 40 p.m. 48 a.m. 37 a.m 52 a. m p.m 30 a. m. 49 p.m 35 p.m 16 a.m a.m. 56 a.m. 8 25 p.m. 4 17 p.m. 4 20 p.m. 8 46 a.m. 4 52 a.m. 8 17 a.m. 7 55 p. m. 5 12 p.m. 2 22 a.m. 8 53 a.m. 0 56 p.m. 1 a.m. 6 40 a.m. Oscilatorio . id id id id id id Oscil.-trep . . Oscilatorio . id id id id Rotatorio Oscilatorio id id Trepidatorio. Oscil.-trep... Oscilatorio... id Oscil.-rot Oscilatorio... Trepidatorio. Oscilatorio... Trepidatorio. Oscil.-trep ... Oscilatorio... Rotatorio Oscilatorio... Ligero . . . Fuerte... id ... Ligero . . . id ... Regular . id ... Fuerte. . . Ligero . . . Regular . Ligero . . . Fuerte... id ... id ... id ... Regular . Fuerte . . . ....id.... id.... Regular . id. Fuerte . . . id.... Regular . Ligero . . . Regular . Violento. Regular . Violento . ....id.... Fuerte... N.- NNE, NNE. NE.- NO.- E. E. E. E. NE. N. ONO. ■S. -sso. ■o. -sso. so. ■SE. O. o. o. o. so. -s. ESE. NO.-SE. ENE.-OSO. N.-SO. ONÓ.-ÉSÉ! E.-O. NE.-SO. N.-S. NNO.-SSE. NO.-SE. N.-S. N.-S. 28 segundos. 35 segundos. Regular duración. Bastante intenso. N.-S. Calificados de in- tensísimos. Tabla XIII. — Temblores de Tuguegavao (Cagayán), durante el periodo de 1870 á 1897. Años. Meses. Días. Horas. Carácter. Oscil.-trep . .. Intensidad. Ligero Dirección. 1872.. Panero 16 11 45 a. m. E.-O. Enero 17 0 45 a.m. id id E.-O. 1881.. 1886.. Enero Marzo Marzo Junio 21 16 13 11 5 8 4 7 31 a.m. 45 a.m. 50 a. m . 45 p.m. Oscilatorio... id id id id Fuerte id E.-O. E.-O. E.-O. 1888. . 1897.. Marzo Octubre Enero Marzo Mayo 21 6 18 29 2 4 3 2 1 2 20 p.m. 9 a.m. 5 a.m. 12 p.m. 55 p.m. Oscil.-trep... Oscilatorio... id id id Regular .. Ligero Regular .. id id E.-O. NNE.-SSO. NNE.-SSO. N.-S. NNO.-SSE. Observaciones. Repitió á las 11.40 p.m. Fué repetición del anterior. Ruido subterráneo. Precedido de otro más ligero. Repitió varias veces. Tabla XIV. — Temblores de la Isabela, durante el período de 1870 á 1897. 1870.. 1872.. 1882.. 1888.. 1897.. Meses. Mayo Diciembre Febrero .. Junio Mayo Enero Días. Horas. m. x p.m. x p. m. 30 a.m. 15 p.m. 12 a.m. 40 a.m. Carácter. Oscilatorio Trepidatorio Oscilatorio id id Oscil-trep Intensidad, Ligero... Fuerte... Ligero... Regular . ....id ... Fuerte... Direc- ción. N.-S. E.-O. Observaciones. Ruido subterráneo fuerte. Por haberse experimentado poco menos que con igual intensidad en todos los puntos de esta región epicéntrica el temblor del 19 de Agosto de 1888, á diferencia de los incluidos en las tablas ante- FOCOS SEÍSMICOS del norte de luzon. 305 rieres, lijados siempre en el punto de su mayor intensidad, prescin- diendo de si se habían sentido ó no en las demás estaciones, ponemos á continuación la tabla del citado temblor, tomada de La Seismología en Filipina*, página 98. Tabla XX .—Temblor del 19 de Agosto de 1888. Lugares. Aparri (Cagayán) Lal-ló (Cagayán) . Tuguegarao (.Caga- yán). llagan (Isabela i... h . ni . 6 17a. ra Oscilación... 2 33 p. m ' Trepidación . 3 13 p. m ! Oscilación... 6 10 a. m....' id 2 x p. m id 2 42 p. m Trepidación . 3 x p. m id 0 15 a. m 2 x p. m 2 42 p. m 3 xp. m 20 a. m S.-N. SO.-NE. NO.-SE. NO.-SE. 30 p.m id , Oscilación ; N.-S. Trep-oscil .... i ONO.-ESE. Oscilación.... j ONO.-ESE. Rotación ' Oscilación NE.-SO. NO.-SE. Intensidad. Fuerte id .... Ligero Fuerte Intenso... Ligero... Fuerte... id ... Intenso.. Regular . id ... Fuerte... Intenso.. Dura- ción. Segun- dos. 25 30 15 20 34 34 6 Observaciones Ruidos subte- rráneos. Con referencia, sin duda, al antecedente temblor, recibió de Aparri el periódico La Opinión la nota que sigue, publicada en su número correspondiente al 13 de Septiembre de 1888: En uno de los días del pasado Julio se oyeron detonaciones semejantes á una descarga de artillería, procedentes de los pueblos del Sur, y se supo más tarde que eran originadas por el desprendimiento de una de las laderas del río Grande de aquella provincia, situada frente al pueblo de Solana, observándose que en algunos sitios del río las aguas se hallaban en ebullición. También se dice (pie el monte denominado Vieja, situado entre Alcalá y Nagsiping, ha estado echando humo. Á esto se atribuyen los cinco temblores que se sintieron en aquella localidad el día 19, de los cuales tres fueron de gran intensidad, notándose que en los pueblos más cer- canos al monte Vieja la intensidad del fenómeno aumentaba. Durante todo el día 20 el volcán Cana estuvo echando gran cantidad de humo. NOTA SEÍSMICA DEL 13 DE SEPTIEMBRE DE 1.890. El día V¿ de Septiembre de 1890 desarrollóse en las provincias del Noroeste y Nordeste de Luzón un temblor de más que fuerte intensi- dad, mayormente en los pueblos de Aparri y Tuguegarao. La nota inserta en el Boletín Menxnal de este Observatorio, correspondiente al mes y ano de referencia, es del tenor siguiente: El día 13, á 1.2 p. m., sintióse en este Observatorio un ligero temblor de oscilación y trepidación. Los seismógrafos dejaron marcadas tres distintas oscilaciones: la pri- mera, en la dirección de NNO. á SSE., alcanzó la amplitud de 0o 11/ 11/'; la segunda, en la dirección de ENE. á OSO., y la tercera, en la dirección de O NO. á ESE., sólo alcanzaron la amplitud de 0o 8/ 24". El seismómetro vertical indicó una ligerísima trepidación de 0.7mm. La duración total fué de 7 segundos. A las 5 p. m. hubo una ligerísima repetición sólo percibida por la mayor agitación del microseismómetro. 4019 — tomo ii 20 306 FOCOS SEÍSMICOS. Tanto el temblor de 1.2 p. m., como la pequeña repetición del mismo parece que sólo fueron reflejo de los que con mayor intensidad se sintieron ;í las mismas horas en diferentes puntos de la isla, cuyos partes copiamos á continuación : Tuguegarao, Septiembre 13. — A 0.49 p. m., temblor oscilatorio intenso de SO. ;í NE., duración 34 segundos. llagan, Septiembre 13. — Á 0.58 p. ni., temblor oscilatorio de N. á S., duración o0 segundos. Iba, Septiembre 13. — A 0.58 p. m., temblor oscilatorio de E. á O., duración 5 segundos. Condón y Septiembre 13. — Á 1 p. m., temblor oscilatorio de E. á O., duración 15 segundos. Vigan, Septiembre 13. — A 1 p. ni., fuerte temblor oscilatorio de E. á O. y trepidatorio, duración 50 segundos. Casiguran (Príncipe), Septiembre 13. — A 1.10 p. m., fuerte temblor oscilatorio y trepidatorio, de unos 30 segundos de duración. Laoag, Septiembre 13. — A 1 p. ni., temblor oscilatorio bastante intenso, duración 40 segundos; á 4.45 p. m., temblor oscilatorio de regular intensidad, duración 20 segundos; á 5.10 p. m., temblor oscilatorio de poca intensidad, duración 10 segundos. Hubo varios desperfectos en los edificios y un caso de desgracia personal. Aparri, Septiembre 13. — A 0.56 p. m. acaba de sentirse en esta localidad temblor de rotación sumamente intenso, que fué precedido por una ligera trepidación, durando 50 segundos; á 4.52 p. m., se sintió otro temblor de rotación bastante intenso, duración 45 segundos. CONCLUSIÓN. Por todo lo que llevamos dicho en este párrafo acerca de los tem- blores sentidos en la región Nordeste de Luzón, nos inclinamos á creer que en dicha región existe efectivamente el foco volcánico-séismico, que nos ocupa, el cual viene representado en nuestro mapa por el volcán Cima, que, aunque se tiene por apagado, no obstante parece que alguna vez da indicios de latente actividad. Véase la lámina i, p. 270. CAPITULO III. FOCOS SEÍSMICOS DEIj SUR DE LUZÓlST É ISLAS BISAYAS EN LA ZOKA SEÍSMICA CENTRAL. FOCO YOLCANICO-SELSMICO DEL TAAL. EL VOLCAN DE TAAL. SITUACIÓN GEOGRÁFICA . Situado el volcán de Taal en los 14° 1' 30" de latitud N. y 121° 0' 32" de longitud E. del meridiano de Greenwich, ocupa casi el centro de una islita, que se levanta en medio de la laguna de Taal ó de Bombón, en la región Nordeste de la provincia de Batangas. La laguna está comprendida entre los paralelos 13° 52' 4" y 14° 7' 42" de latitud N. y entre los meridianos 120° 53' 32" y 121° 5' 37" de longitud E. de Greenwich, y en su perímetro alcanza un desarrollo de casi 120 kiló- metros. CARÁCTER OROGRÁFICO.1 Orográñcamente considerado el volcán de Taal, no es otra cosa que un conjunto de Alarios montes de forma cónica, el mayor de los cuales no pasa de 260 metros de altura sobre el nivel de la laguna, cráteres los más, y aun tal vez todos ellos, de otros tantos volcanes antigua- mente en actividad. El más importante de todos es el Binintiang- Malaquí, que forma el ángulo Noroeste de la isla, con vertientes algo abruptas y cubiertas de vegetación. Otro hay en el extremo Sudoeste llamado Binintiang-Muntí, de solos 78 metros de elevación, y no tan provisto de vegetación como el Binintiang-Malaquí. El tercero y prin- cipal, por ser el que actualmente está en actividad, aunque no cuenta más que con 238 metros de elevación, es de forma ovalada, midiendo sus diámetros, el mayor, de E. á O., 2,300 metros, y el menor, de N. á S., 1,900. Dentro de este óvalo, hasta llegar al perímetro interior de la isla, se encuentran, además, entre otros, el Pinag-Ulbuán, las Canas y el Balantoc. Las vertientes, dentro del óvalo, son muy abruptas en su parte superior por el N. y E., aunque después se van haciendo más suaves hasta llegar á su base, y presentan en conjunto una con- cavidad elipsoidal ondulada y cubierta de vegetación. 1 Para esta ligera descripción del volcán de Taal hemos tenido á la vista el escrito de D. José Centeno, titulado El Volcán de Taal. 307 308 FOCOS SEÍSMICOS. INTERIOR DEL CRÁTER. El cráter de este volcán se compone, en su parte interna, casi en todo su conjunto, de escorias, cenizas, tobas y lateritas más ó menos conglomeradas, teñidas de varios colores por la acción química de al- gunos óxidos metálicos y por las emanaciones gaseosas que todavía existen, las cuales dan lugar a variadas concreciones de azufre y otros cuerpos. Tanto las lluvias como las emanaciones interiores, y acaso también las fuertes sacudidas seísmicas en épocas de extraordinaria actividad, han contribuido poderosamente á la apertura de profundos barrancos y considerables desprendimientos en las pendientes interiores del cráter. Presenta, además, en diferentes puntos aislados, algunos crestones de rocas durísimas de color oscuro, al parecer doleríticas y basálticas, que forman casi el armazón ó esqueleto del volcán. Lo más notable, sin embargo, de este cráter son sus dos lagunas llamadas, por el color de sus aguas, la una Verde y la otra Rojo- Amarillenta. LAS LAGUNAS VERDE Y ROJO-AMARILLENTA. La mayor de estas dos lagunas es la Rojo- Amarillenta, que ocupa la parte Nordeste del interior del cráter, y sus márgenes ofrecen, en una extensión que oscila entre 50 y 100 metros, abundantísimas concreciones de muy variados colores, sobre todo el amarillo, rojo y blanco. De va- rios puntos de su circuito se desprenden gases á la temperatura de 100° centígrados. No se conoce su profundidad, aunque por algunos indi- cios se presume que debe de ser muy grande. El agua es transparente, con un ligerísimo tinte verdoso, de sabor salado y ácido á la vez, y de una temperatura de 100° centígrados. La Verde es notable por el color verde de sus aguas y por los vapores que se elevan de su superficie, perfectamente tranquila. Sus márgenes son acantiladas por todas partes, sobre todo por el Sudeste, lo cual impo- sibilita el acceso hasta sus aguas, que, aunque no con tanta transparencia, tienen, sin embargo, un sabor mucho más ácido y salado que las de la Rojo- Amarillenta. ANÁLISIS QUÍMICO DE SUS AGUAS. En un litro de agua de la laguna Rojo-Amarillenta se obtuvo por evaporación, la siguiente composición para el residuo sólido: Gramos. Cloruro sódico 15. 9412 Cloruro potásico 0. 7095 Cloruro férrico 4. 1907 Sulfato ferroso 0. 5693 Sulfato alumínico 0. 9360 Sulfato magnésico 1. 3200 Sulfato calcico 0. 5100 Acido sulfúrico libre 1. 5855 Sílice 0-6400 Fosfato sódico 0. 5867 Total 26. 9889 / FOCOS SEÍSMICOS del sur de luzón é islas bisayas. 309 Las de la laguna Verde contienen en cada litro: Gramos. Cloruro sódico 30. 8588 Cloruro potásico 3. 4716 Cloruro férrico 9. 6736 Sulfato calcico 0. 4644 Sulfato magnésico - 3. 0600 Sulfato ferroso 1. 6772 Fosfato sódico 0. 7620 Ácido silícico 0. 7400 Acido sulfúrico libre 1. 4888 Ácido clorhídrico libre 7. 8264 Total ; 60. 0228 KL FENÓMENO DE LAS BURBUJAS. Además de lo dicho, es de notar un fenómeno curiosísimo que suele desarrollarse con cierto carácter de periodicidad en las aguas de la laguna Rojo- Amarillenta. Es el caso que del centro de dicha laguna se levanta una gran burbuja, que, á medida que va subiendo, aumenta considerablemente en volumen, hasta reventar con una especie de ruido sordo y un gran chorro de lodo completamente negro, á los pocos segundos de su aparición. erupciones volcánico-séismicas. Aunque es de suponer que debieron de ocurrir no pocas erupciones en épocas anteriores, sólo se cita como más antigua la acaecida el día 24 de Septiembre de 1716, descrita por el P. Francisco Pingarrón, cura entonces del pueblo de Taal. Dice así: Á 24 de Septiembre de 1716, á las 6 de la tarde, se oyeron en el aire muchos tiros, que parecían de artillería y venían de hacia Manila, y á poco rato se divisó el fuego del volcán que está en la isla, de la parte que mira al pueblo de Lipa, en una punta que llaman Calauite, que parecía arder toda ella. Después fué dicho fuego introduciéndose por dentro de la laguna en derechura al monte Macólod, despidiendo agua y cenizas en grandísimos borbollones, como torres que se levantaban en el aire, que daba muchísimo miedo el verlo, porque también causaba al mismo tiempo grandes temblores de tierra, alborotándose la laguna, cuyas aguas formaban gran- dísimas olas, como las hubiera producido un huracán que batiera la playa de este pueblo, robando de ella unas diez brazas, y poniendo en peligro el convento de cal y canto. Y de esta forma perseveró el jueves, viernes y sábado hasta el domingo, en que se acabó de consumir toda la materia de nitro, azufre, etc., que ocasio- naba el fuego, y con esto mató todo pez chico y grande, que arrojaron las olas á la playa, como si se hubieran cocido, por haberse calentado el agua como en un caldero hirviendo, con tan mal olor azufrado, que apestaba los pueblos que circundan dicha laguna. El domingo salió el sol y llovió con muchos truenos, relámpagos y algunos rayos que cayeron, y el agua de la laguna estaba negra que parecía tinta, y todo causaba grandísimo terror, hasta que en dicho día domingo fué Dios servido en su infinita misericordia de que serenase el tiempo, quedando sólo el mal olur de azufre y de tanto pez muerto. 310 FOCOS SEÍSMICOS. Otra erupción no menos notable que la precedente fué la del 11 de Agosto de 1749. Por el P. Bencuehillo, agustino, cura de Sala en aquella fecha, se sabe que de la superficie del agua de la laguna se levantaban columnas de arena y tierra, las cuales subían en forma recta piramidal, presentando á la vista obeliscos bien formados hasta la altura de las nubes, donde se extendían cayendo otra vez en el agua. Sábese, además, que á las 9 a. m. del citado día empezaron á sentirse violentísimos temblores, que unidos al estado de agitación de las aguas y al progresivo avance de las columnas de arena y tierra hacia la playa, hicieron huir despavoridos á los habitantes, en busca de algún lugar de refugio, hacia los puntos elevados y más distantes de la laguna. Tanto la erupción como los temblores no cesaron hasta después de tres semanas, quedando sólo, como restos del fenómeno, una gran columna de humo, que allí se observó hasta el año 1754, en que acaeció la más violenta de las erupciones que en la historia de aquel volcán se regis- tran. Respecto á la de 1749, es de notar que el P. Murillo, S. J., en el tomo viii de su Geografía de .Filipinas, dice con relación á los tem- blores que la acompañaron: Tembló la tierra con indecible violencia tres ó cuatro veces y con más suavidad más de cien, y continuó temblando más de un año. Se abrió la tierra con profundísi- mas y grandes aberturas por varias partes. Yel P. Delgado, en su Historia General de las Islas Filipinas, añade: Causó, así en la provincia de Batangas como en todas las demás de la isla de Luzón, espantosos terremotos, de suerte que todos los vecinos de Manila hubieron de salir y vivir en los campos en chozas pajizas. Hallamos consignado en varios autores que la erupción de 1754 duró, con pequeños intervalos de calma, desde el día 15 de Mayo hasta el 3 de Diciembre siguiente, destruyendo todos los pueblos próximos á la laguna; que el ruido era espantoso, los terremotos terribles y distintos, y la oscuridad de la atmósfera tal, que apenas se podían distinguir los objetos cercanos á la vista; y que el volcán arrojaba, ya grandes columnas de fuego mezcladas con piedras, ya inmensas cantidades de cieno ó lodo negro, ya, finalmente, piedra pómez, escorias y cenizas con grandes y copiosas humaredas. Un testigo de vista, que se hallaba entonces en Taal, dejó apuntado lo siguiente sobre aquellas erupciones: Por espacio de siete meses estuvo arrojando (el volcán) sin cesar con más ó menos fuerza, fuego, piedras, cenizas ó lodo, á veces una sola de dichas materias, otras todas juntas, pero siempre con grandes traquidos y ruidos subterráneos y temblores de tierra. Desde 1754 hasta el presente no ha vuelto á ocurrir en Taal ninguna erupción notable, si no es la de mediados de Febrero de 1808, en que se inició una época de mayor energía, que la acostumbrada, sin que afortunadamente se tuviese que lamentar la menor desgracia, ni mate- rial ni personal. FOCOS SEÍSMICOS del SUR DE LUZÓN" é islas bisa y as. 311 ESTADO DE SIMPLE EMISIÓN Ó DE SULFATARA. Tres son las fases que, según algunos geólogos modernos, suele pre- sentar la época eruptiva de los volcanes. Es la primera la de explosión ó pliniana, durante la cual, entre paroxismos más ó menos prolongados, lanzan con violencia espantosa llamas, cenizas, vapores, detritus y multitud de rocas de diferentes tamaños, pero casi nunca materias lávicas. Durante la segunda, llamada de emisión ó estromboliana, se verifican las erupciones sin ninguna violencia, consistiendo casi todas ellas en pacífica deyección de lava por la cima de los cráteres ó pol- las hendiduras abiertas en las paredes laterales. Al estado de emisión sigue el de simple emanación ó de solfatara, durante el cual no des- prenden los volcanes otra cosa más que vapores de agua, gases hidro- sulfurados, mezclados quizás con otras sustancias minerales, todas en estado de disolución ó de sublimación, que se concrecionan luego por evaporación, en muy variadas formas, en la cercanía de los cráteres.1 Según la antecedente explicación, el volcán Taal se halla actualmente en la tercera etapa de su actividad eruptiva, y ofrece, además, la par- ticularidad de haber entrado en ella sin pasar por la estromboliana, pues la historia de sus erupciones no registra ninguna, que se haya verificado con pacífica deyección de lava, entre las violentas de las pasadas cen- turias y las de simple emanación en que actualmente aquel volcán se mantiene. írea de seismicidad. Pasando ya á considerar el volcán de Taal como foco seísmico, lo pri- mero que llama la atención es el área de su actividad seísmica, que se extiende á muy grandes distancias, sobre todo por el Norte. Entran en el área de esta actividad no solamente las provincias próximas al volcán, cuales son Batangas, Cavite, Laguna y Tayabas, sino también otras más distantes, como las de Manila, distrito de Mórong, Bulacán, Pampanga, distrito de la Infanta, Zambales, Bataán y la isla de Min- doro. Sin embargo, no son todas estas provincias igualmente agitadas pues es mayor en unas que en otras no sólo la frecuencia, sino tam- bién la intensidad con que en ellas se producen los temblores. Las siguientes tablas darán á conocer, en parte, estas diferencias. 1 Véase Le Monde Physique par Amédée Guillemin — Les éruptions volcaniques; y la obra de Stoppani, Corso di Geología — Dinámica terrestre. 312 FOCOS SEÍSMICOS. tí 2 fe §> cq X oo I I w'w Sgr O O 3 a OO 1^ tuo? o> be tí © So00 ^"O sé c2tí WPhW tí£ a ^ .O S3 I» le o o o> v ¡ o o , fn X CC (h co te I» • HOOHO -OO ? ai a! s! al a i a a a a a a a a a a a a a a a a á a a a a a a a a a a a a a a a a a a a CO -}< ri lO h (h >h (m : : ; . . tí a -° • • ^ P • s • • '¿s • : . . _ ~ 3 53 314 FOCOS SEÍSMICOS. > 22 i I 55 "A *5 ai o ~22 o : :.go.g.g , te *h 7¡ w ■ OhOO ~* O «o ^ c3 D 'O oj 1 0 -5 ^ a ft W h4 c»Occ fc &3 5*i £ g í ', v ; ; ; ¿ O ; •O O j ! fQ OÍ OS r^ ■ '1 '§ • :6c : r^^ a a a a a a a a a á a á a a a á a a d d aj d c¿ d cá d cS cS oS* d d cé d d oS d 3 1 w tq ^ w ; fc fc ^ -s £ 2 : ~ 2 2 ^ £o : : :o : saaaaaaaaaaaa es' d e¿ d d e3 es ei d d d cS e¿ : x r-j io i- -f o i> o rf o i- oo i- ft 3 cn eo °* SÍ £ '° £ ** 3 2} El 0CC CO 00 coco b|Íí I-0 ; ; cj ; ; .~ . . : :£ : • 5 ' o a • • • • a • o i8£ &*£§•§ §*§£§■§ ££ S8SS §888§8^ 3Ü FOCOS seísmicos del sur de luzón é islas bisayas. 315 I y, I— I X tí 0) c o Píuoí o o oo i/o'3 ; ti »3 !fi . HOO ■ ri a) ü o -^ a^bcírt be g a é á a a é é é é á ¿¿d ¿3 d ¿=3 3 ¿53 iO mi- O \0 O X iO OO . CfiCG :coOO co o . .o O ;OC o • c o o .oo . .MWO • O O ¡x m xOC iwwoowa: O -o •"S a3 * o o o , en x »,■ :ooo á a a á a a a a a a a á s á s á á é a á a a a a a a aaa ¿53 -i . . . ¡>Oi-< ooQOtccoX'OOi'Oino'iO ^COCO COCSC^IC^ C<)!MCOCC -s* &s s*i >c § § s Si £s S 316 FOCOS SEÍSMICOS. o s ^ * M o'» a s «QQ o m ^ § c§?'3.8 o o -í cu ;0 • "b? w ;ce : . rr> CO •o • m O ;W • O yA •55 • y. \' — — ■ 32 2.22.-.-:^ S~ 2 S'g'C'd'c 3? : t» : : « :3 : : ! ~ 2 2 2 ~ ~ tz 2 ja j ja T3 -co ^ t ! 'C : : ; : ;"E ; ; ; ; ;;•£•• ■C5 ¿3 • • • • • • ^3 • • i3 : : : : T3 • .T3 • • a . . . . ; ; ; ; ; d ; • • • ■ : . 0 • -£s • : '. •' .' ¡ ^T : ; •£ :'•§ ;l-S-e-g = i i j j 6 0 .' j3 . 0 . ¡a 0 0 0 ; : : j^'oS^^^^^-, : : *53 • j j J^ jai t3 r3 ; ^ ; i) zí 0 c ■ ■ • w ■ 0 .'nodo : : : : :co : : 2 : ,5,= isis 0><><>j(3ic^i¡5 - -" c: ic x -f h rj co i« c ic -oic t^ o o -.o i~ -~> --m i<~ oc -r ic íoi^xc ■j\ 0 0 ©< c 3 ►~>- c JC ce <: X FOCOS seísmicos del sur de luzón é islas bisayas. 317 ■0«20C ',£ te :»d9 .... : ^ fc ^ ; ^S 0,03 Che-, .oyyyyy % y y, w ■I ^°TT -¡5 fcrü 5J¿^ ££^ § «P : - SP • a.xf • • p^S :£5 :~~ '• : Ph PS¿? :a< :_í . . w : c : : : '■ : 5 5 £ c : : • o o • £ • ^ • ' ■ • '• «3 »2 ^ w ; : : m 55 :£¡ :o : : : : :ooho . . ¡oo :o :oo a a assssÉsassaaaeaaaasse hSSb ~ ■ -¿¿¿¿«¿¿¿¿¿¿¿^ ■-^■* c3 cá c3 3á cí c3 P- iC 00 O O O iC o ■ aaasssas 5 ss as s s s s a s a "csid¿=¿ ci ¿ sí d d ci s! -I 30 00 CO CO iíC - c3 íx^í 1; íí í¿ P. -1 ■* 35 >l" o i-- -lS S 2£ ?T CO CC !M -f C4 ÍN r-4 : a a a ¡ O D Ü !- tn t-, .0.0,0 aaaí £3.0 — I 3 60 PLH OOO 'tete O co W H W 99 ca ' ce x crj c/j oj m ce ce ^cococcGWWWcecccCxccOaQí» • '. 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La guarnición misma estuvo varios días acampada en los alrededores de Manila, viviendo en tiendas de campaña. Abrióse la tierra en varios puntos con grande explosión, y multitud de peces aparecieron muertos en la superficie de las aguas. Las ondas iban en la dirección de NNE. á SS( ). acompañadas de ruidos subterráneos. 1828. — Algo menos formidable que los precedentes fué para Manila el temblor del 9 de Noviembre de 1828; con todo se rompieron algunas arcadas en dos ó tres iglesias, sufrió algunas averías la cárcel, y fueron cuarteadas varias casas de particulares. Como circunstancia meteoro- lógica se cita la de que el tiempo estaba aquellos días algo más caluroso y bochornoso que de ordinario y que el día mismo del temblor el horizonte estuvo constantemente cubierto de una muy densa niebla. 18o(). -Muy parecido al anterior fué el temblor del 18 de Enero de 1880, descrito largamente, según lo trae Mr. A. Pe rrey, por un testigo ocular que se hallo en Manila durante aquellos días. De su dicho se colige que el agua del río se elevó con grande ruido, ya hacia una, ya hacia otra orilla; que los desperfectos en los edificios, aunque notables, no fueron de grandes ruinas; y que la mayor violencia del terremoto se desplegó en provincias, donde varias personas perdieron la vida y se experimentaron otras pérdidas de consideración. Por otra parte se sabe que en la población de Maubán, provincia de 'Payabas, quedaron cuarteadas las paredes y torre de la iglesia y desplomado completa- mente el convento. 185ü2. — También es de tristes recuerdos el terremoto del 10 de Sep- tiembre de 1852, acerca del cual ofrece muchos detalles una relación inserta en el Boletín Ojfclal de ílltptmi*. Los principales son los que siguen: un fuerte ruido subterráneo anunció los movimientos rápi- dos de oscilación de N. á S., que alternaban con otros, también violentos, de trepidación; los primeros hicieron trazar al pendido un arco de 81 de N. á 8., y el traqueteo de los edificios y el clamor de los habitantes inspiraban terror aun á los corazones más esforzados. Toda la gente se precipitó á la calle. Restablecióse pronto la calma, pero ésta fué por desgracia muy corta, pues la misma noche á las 8.10, 9.15 y 11 se sintieron nuevas oscilaciones, por fortuna algo menos fuertes. Repi- tieron luego á las 4: a. m. del día 17, y el 19 fueron ya menos frecuentes, pero continuaron sintiéndose casi todos los días hasta el 30, en que puede decirse que se restableció del todo la calma, puesto (píelos movi- mientos del 10, 11 y 12 de Octubre fueron de muy poca importancia. Acerca del primer temblor ó temblores del día 10 débese añadir que duraron poco menos de 3 minutos. Los movimientos de trepidación, que siguieron á las primeras oscilaciones de N. á S., pararon el pén- dulo después de haberle hecho describir varios círculos; luego sobre- vinieron amplias oscilaciones del ENE. á OSO. , trazando el péndulo un arco de gran amplitud. Los otros temblores fueron mucho más ligeros, de modo que las oscilaciones del péndulo no pasaron ya de 4° 30' 324 focos seísmicos. El termómetro marcaba la temperatura de 28° centígrados y el baró- metro 757.50mm. El calor, como se notó al principio, era sofocante; la mar gruesa y muy fosforescente. Durante el día había soplado yiento muy débil y yariable del SO. , pero se fijó luego por la noche al N. Las aguas de algunos pozos subieron durante el temblor sobre el niyel ordi- nario; las corrientes del Pásig marchaban sin rumbo cierto y con una furia desacostumbrada. Este temblor se hizo sentir en gran parte del Archipiélago, y aun en alta mar lo sintió el barco español Romano, que yenía de China. Los desastres y ruinas, tanto en Manila como en provincias, fueron considerables. Entre otros edificios se desplomó en Manila la antigua y casi abandonada iglesia de la Compañía de Jesús y parte del cuartel contiguo, dejando también en muy mal estado el de caballería. La catedral quedó también en estado ruinoso é imposibilitada de abrirse al culto público, y la iglesia de San Fernando de Dilao sufrió también mucho. En la provincia de Bataán abrióse no lejos del mar una grieta de más de medio kilómetro de longitud. Las dos provincias limítrofes de Bulacán y Cavite sufrieron también mucho, mientras que en la Pampanga se sintieron muy poco dichos temblores. En la provincia de Batangas, que tiene en su seno el fa- moso volcán de Taal, el movimiento fué también de N. á S., abrién- dose en muchos puntos grietas orientadas de E. á O., de las cuales salió gran cantidad de agua, arena y fango, que despedía un olor fétido. Muchas de estas grietas no tenían más de 40 ó 50 centímetros de anchura, pero la profundidad de algunas era incalculable. En Nueva Ecija las campanas tocaron por el solo movimiento que les imprimía la oscilación. En Zambales el mayor desastre producido por este temblor fue quedar el monte Ubamba, situado en la bahía de Súbic, completamente hundido, sin dejar rastro de sí. En la isla de Mindoro se produjeron también efectos considerables. 186S. — Por más reciente permanece todavía entre la gente de Filipinas muy viva la tristísima memoria del terremoto sentido en toda esta zona el 3 de Junio de 18(>3. Las encontradas direcciones de los movimientos trepidatorios y oscilatorios dieron por resultado el vertiginoso de rota- ción causa de la más espantosa ruina. El desplome de los edificios fué tan rápido y general, que, según dice el P. Miguel Saderra, en medio minuto, que duró el temblor, fué indescriptible la confusión producida por el choque y caída de los edificios y muebles, alaridos de las víctimas, sonido de las campanas lanzadas de sus torres, y sobre todo por una nube tan grande de polvo que se levantó y envolvió de tal modo la ciudad, que algunos que lo presenciaron desde la bahía, creyéronla en los pri- meros momentos presa de una explosión formidable. El número de edificios inutilizados, en la ciudad y arrabales, as- cendió en conjunto á la suma de 1,169, contándose, entre ellos, todos los templos, de los cuales sólo el de San Agustín quedó en estado de FOCOS SEÍSMICOS del SUR DE LUZOM' e islas bisayas. 325 poder celebrarse en él los divinos oficios. En resumen, los edificios públicos arruinados fueron 46; y los particulares 570. Quedaron ame- nazando ruina 25 públicos, y 528 particulares. Abriéronse, además, grietas en varios puntos; en San Gabriel se descubrió una abertura que despedía gases, y por la cual se oía algún ruido como de agua hirviendo; en un deposito abovedado abrióse á lo largo la tierra en una longitud de 20 a 40 varas, y las bóvedas se abrieron también en sentido perpendi- cular á dichas aberturas; en la punta Sanglev abrióse una especie de cráter que arrojó agua y tierra en abundancia. El puente grande del Pásig quedó inservible y se hubo de derribar. TEMBLORES DE ZAMBALES Y MINDORO. Obsérvase con frecuencia que los temblores procedentes del volcán de Taal repercuten de tal suerte en la cordillera de Bataán y Zambales y en la isla de Mindoro, que no parece sino que existe en estas provin- cias un segando foco en correspondencia con el de Taal, al cual se deben atribuir los temblores que importan las dos siguientes tablas. Debe- mos advertir, respecto de Mindoro, que, á nuestro modo de ver, distan mucho de ser completas las noticias seismológicas que de aquella región poseemos. Tabla XXL — Temblores de BaUtán // Ztrmbales, durante el periodo de 1870 ó 1897. 1870..! Enero i 1871.. ¡ Septiembre.! 1872.. I Marzo i | Septiembre . ¡ Dieiembre . . Febrero Febrero Marzo ! Julio Julio Julio Agosto Agosto Mayo Febrero Agosto Agosto Noviembre . Noviembre . Diciembre.. Febrero Junio Junio Julio Septiembre . Octubre Abril 1875. 1876. 1877. 1878. . 1880.. 1881.. 1882.. 1885.. 1889.. 1892. 1895. Septiembre . Septiembre . Mavo Abril Enero Abril Agosto Mayo Julio Octubre . . . h. 10 G 4 14 ! 12 22 ; 10 23 ! 9 24 ; x 14 : 10 29 i 9 21 , 7 7 ¡ 4 21 ; 22 i 15 i 18 18 20 5 24 17 : 17 ■■ 20 '■ 29 : 10 x p. m. a.m. 48 a. ni. 55 a.m. a.m. m. d. x p. m . x p.m. a.m. 25 p.m. x p.m. 15 p.m. 7 a. m. x a.m. 30 p.m. x a.m. 25 a. m . p.m. 25 p.m. x p.m. x p.m. x a.m. x a. m. 45 a.m. 17 p. m. Oscilatorio .. Trepidatorio. Trepidatorio. Oscilatorio . Intensidad. Dirección. Fuerte. id . Ligero . Fuerte. Violento. Fuerte... id I Ligero id ! id .... id j Regular .. id ¡ Ligero Trepidatorio . l Fuerte Oscilatorio ..! Ligero Trepidatorio., id Oscilatorio . .¡ id ....id ! id .... ! id .... ! id .... ! id .... ! id .... Trepidatorio.! id Fuerte Oscilatorio . . Ligero . Oscil.-trep . . . Fuerte. Oscilatorio id id Ligero. id Regular . Oscil.-trep . . . Fuerte. 23 \ 10 30 p. m. Oscilatorio . 15 ; i ; 4 ! 27 ! 20 i 6 i 21 14 30 50 a. m. 32 p.m. 33 a. m . .id 25 p. m . 52 p.m. 5 p.m. 4 a.m. 38 p.m. 45 p.m. Oscilatorio . id id Oscilatorio . id .id Ligero . . . Fuerte... Regular . Ligero . . . Regular . id ... NO.-SE. NO.-SE. N.-S. E.-O. N.-S. N.-S. N.-S. E.-O. N.-S. Observaciones Repitió cuatro ó cinco veces. Fué precedido y se- guido de otros. ' Desde Batangas á Pan- gasinán. NO.-SE. ! " " N."-S." " " " : ne'-so." " Repitió tres veces. Dos sacudidas. En Manila oscilacio- nes de NO. á SE. Repitió hasta primeros de Octubre. También en Manila y Pampanga. 326 FOCOS SEÍSMICOS. Tabla XXII.- —Temblores de Mindoro, durante el período d Dirección N.-S. E.-O. E.-O. e 1870 ó 1897. Años. Meses. Días. | Horas. 1 Carácter. i ¡Intensidad. i ! Fuerte ' id .... id .... Ligero Observaciones. 1N71.. Enero Julio Julio Julio Marzo Agosto Junio Julio Agosto Agosto Septiembre . Octubre Mayo Septiembre . Octubre Noviembre . Noviembre . Noviembre . 29 22 24 25 25 19 11 18 9 27 10 22 20 15 3 3 4 23 h. 5 10 X 7 4 11 3 10 8 (> 10 1 98 m. i 2 a.m.1 Oscilatorio .. 5 p.m. id id a. m.¡ p.m.i Oscilatorio .. a.m.1 id 15 p.m.i llp.m. Trepidatorio. 30 p.m.1 xp.m.: Oscilatorio .. x p.m.j id x a.m. i id 23 a.m.i 1 50 a.m. ! ¡ Repitió tres veces. ! Dos sacudidas. 1872.. ! Fuerte ! id E.-O. 1873.. id Ligero Cavite y Batangas. Coi* ruidos subterrá 1874 id .... id neos. 1889.. id .... id .... i Violento.. " "Ña-sE." . Precedido de ruido> 1891.. ; Fuerte.... « subterráneos. : Repitió á 11 a. ni. 30 a.m.' 50 a. m . ! 40 p.m. i -i -l 1 Acerca del terremoto del 26 de Mayo de 1889 debemos advertir que en Calapán, cabecera de la isla, fué precedido por espacio de veinte y cuatro horas de un calor excesivo y sofocante cual nunca se había allí experimentado. Además, según escribió el corresponsal del .Diario de Manila^ fué muy notable y hasta imponente la coloración del hori- zonte á la puesta del sol. El temblor fué de lo más terrible, tanto que apenas quedó en su lugar objeto alguno dentro de las casas. La torre de la iglesia sufrió también muchísimo. CONCLUSIÓN. De todo lo hasta aquí expuesto parece concluirse que todos los tem- blores que se sienten en las provincias del Sudoeste de Luzón, y aun en la isla de Mindoro. proceden generalmente del foco volcánico- sé ¡sínico del Taal. FOCO VOL(.JÁNJ(.X)-SÉISMI(H) DEL MAYÓX Ó DH ALBAY. EL VOLCAN MAYON. Situado el volcán Mayón en la región Norte de la provincia de Albay. tiene por coordenadas geográficas el paralelo 13° 10' 30" de latitud N. y el meridiano 123° 40' 54" de longitud E. de Greenwich, y se alza majestuoso, descollando entre los demás cerros y colinas de aquella comarca, hasta una altura de 2,734 metros, según testimonio del Inspector de Minas D. Enrique Abella, que lo visitó en Mayo de 1882. Créese comúnmente que en la erupción de 1892 perdió como unos 100 metros de su primitiva elevación, según advierte el P. José Coronas, S. J; , en su folleto La erupción del volcán Mayón en los días °¿ó y ó26 de Junio de 1897. FOCOS SEÍSMICOS DEL SUR DE LUZON E ISLAS BISAYAS. 327 Por el ESE. dista solo í) kilómetros del mar, desde donde puede de- cirse que arrancan sus vertientes orientales; las del Norte, Sur y Oeste no ofrecen más que algunas irregularidades montañosas representadas por los cerros Tancalao y Lingión y las colinas existentes entre los ríos Bulauan y Dugás. En cuanto á la composición mineralógica de sus rocas, puede decirse que está formado esencialmente de rocas basálticas, en las que predo- minan el feldespato y la aujita en su triple carácter de masas compactas, esponjosas y escoriformes. También presenta conglomerados lávicos, en los que abunda la dolé rita, unas veces muy descompuesta, y otras sobremanera compacta en grandes masas, como si hubiesen sido arran- cadas de las paredes de los conductos volcánicos. Las doleritas parecen estar compuestas de feldespato, labrador y aujita, incluyendo, además, algunos granos de olivino y hierro magnético. Fuera de las indicadas, no parecen hallarse en este volcán, á. lo menos en abundancia, otra clase de sustancias de carácter pétreo.1 CUATKO ERUPCIONES NOTABLES. ERUPCIÓN DEL 1°. PE FKBRKKO DE 1814. Entre las erupciones antiguas del volcán Mayón se cita una ocurrida el 20 de Julio de 1760, la cual fué, en sentir de algunos escritores, acompañada de fuertes conmociones, y en que, además, apareció la cúspide del monte completamente incandescente, y cayó por espacio de seis días consecutivos una gran corriente de lava por la falda oriental. Sin embargo, la más formidable de todas y que por este concepto merece tenerse en cuenta en primer término es la del 1°. de Febrero de 1814. El entonces párroco de Guinobatan, P. Fr. Francisco Tubino, testigo presencial de aquella catástrofe, la rene re en los siguientes términos: Precedieron la noche antes repetidos temblores, y siguieron por la mañana del día 1". con nn fuerte sacudimiento; á lo último é instantáneamente arrojó el volcán por su boca como una nube de materia que subía piramidal y formaba la figura de un penacho muy vistoso. Como el sol estaba claro presentaba diversas vistas el fenómeno asolador. El pico negro iba hacia arriba sombrío, su medio era de varios colores y su extremo estaba de color ceniciento. Mas á rxx'O de estar observando este objeto, se «sintió un gran terremoto seguido de fuertes truenos. Seguía así arrojando lava con violencia, cuando á poco se extendió la nube que formaba, oscureció la tierra, incendió la atmósfera, y de la tierra se. veían salir rayos y centellas, que se cruzaban unos con otros, formando una tempestad horrorosa. A esto se siguió instantáneamente una llu- via tan terrible de gruesas piedras encendidas y calcinadas, que arruinaban y quemaban cuanto encontraban; poco después, piedras más chicas, arena y ceniza, durando esto más de tres horas, y la oscuridad como (anco. Abrasó y arruinó enteramente los pueblos de Camálig, Cagsaua y Budiao, con la mitad de Albay, lo mismo el de Guinobatan, y menos el de Bulusan, por no correr hacia estas partes tanto la erupción, y porque el viento le dio la dirección al S., la oscuridad llegó á partes bastante distantes, como á Manila é llocos, pasando la ceniza, como aseguran algunos, hasta China, y los truenos se oyeron en muchas partes del Archipiélago. L Véase El Mayan ó volcán de Albay (Filipinas) por D. Enrique Abella y Casariego 328 focos seísmicos. Advierte muy al caso el Sr. Abella que por reinar en el mes de Febrero la monzón del Nordeste es muy difícil que pudiesen las cenizas llegar, pasando por Manila, hasta China, y que por lo mismo es posi- ble que en estas últimas apreciaciones haya alguna exageración. Otras descripciones que también se escribieron á raíz de aquella catástrofe conceptúan en 1,200 el número de cadáveres extraídos después de aquella espantosa erupción, en la que quedaron completamente abra- sados y arruinados los pueblos de Camálig, Cagsaua y Budiao, y en parte, Albay y Guinobatan. ERUPCIÓN DE FEBRERO DE 1892. De los fenómenos observados en la erupción de Febrero de 1892 desde Albay dio cuenta á este Observatorio, describiéndolos en todos sus pormenores el inteligente jefe de aquella estación meteorológica D. Joaquín Gómez, quien con fecha 1°. de Marzo de aquel mismo ano decía lo siguiente: Poco después de los baguios del 13 y 15 de Noviembre último aumentó la actividad seísmica en todo el territorio de esta provincia. Los movimientos terrestres eran casi siempre de trepidación, pero muy ligeros, pasando la mayor parte inadvertidos para muchas personas. Al mismo tiempo se observó, las pocas veces que en los meses de Diciembre y Enero estuvo despejado, que el volcán arrojaba mayor cantidad de humo que de ordinario; llegó el 3 del próximo pasado Febrero, y se vio incandescente el cráter; el día 9 ya pudo distinguirse bien un pequeño derrame de lava, y por fin el 21 la erupción dejó de ser tranquila, arrojando el volcán dos columnas de humo, una blanca, de lo más alto del cráter, y otra terrosa de muy por debajo del mismo. Al propio tiempo se veía descender durante la noche gran cantidad de lava por un canal del ESE. y por otros del E. de los cuales solía salir durante el día humo de color terroso. Los días 22 y 23 continuó la misma actividad; á la 1 p. ni. del 24 aumentó conside- rablemente el color terroso del humo, y comenzó á salir alguna ceniza; una hora después, apareció en la ladera por debajo del límite de la vegetación, una columna de humo pardo-rojizo, que por la gran fuerza de proyección con que salía juzgué ser de una nueva boca pequeña. Del cráter principal salía el humo á borbotones, con inter- valos de 15 á 20 minutos. Más tarde á medida que se fué retirando la luz del día, fué adquiriendo el cráter mayor brillo, viéndose reflejos procedentes de la lava incandes- cente, que se derramaba, ó de nuevos pequeños respiraderos abiertos en varios puntos de la ladera, especialmente hacia la parte occidental. A las 7 p. m. empezaron á percibirse algunos ruidos, pero después de esta hora hubo cinco ó seis explosiones en la misma cúspide acompañadas de detonaciones. Á cada explosión salían infinidad de pequeños globos incandescentes, que pensé serían las piedras llamadas bombas, de las (pie existe prodigioso número en los alrededores del volcán. Después, hasta la media noche, continuó la erupción con la misma intensidad, pero sin ruido. El día 25 por la mañana fué aumentando la cantidad de humo, hasta que cerca de las 10 a. m. comenzó á salir abundante ceniza, la cual se elevaba considerablemente; luego disminuyó de nuevo algún tanto. El día siguiente 26, hubo otro notable aumento á las 3.20 p. ni., elevándose una gran columna cilindrica de humo hasta incomprensible altura, y oyéndose al mismo tiempo ruidos subterráneos. Después de las 4 p. m. se oyeron algunas detonaciones, y se vio salir de un punto de la ladera otra columna inmensa de humo y ceniza. Hasta las FOCOS SEÍSMICOS del sur be luzók e islas bisayas. 32V? 10 p. m. no se notó disminución alguna de actividad. Á esta hora salieron de la columna algunas chispas eléctricas mientras el cráter arrojaba abundancia de materiales sólidos incandescentes que rodaban por la ladera. Las erupciones de la parte inferior se sucedían con intervalos de 5 minutos, saliendo grandes columnas de humo. Todo el 27 y 28 continuó la erupción con la misma fuerza, dejándose oir con frecuen- cia ruidos subterráneos, algunas veces intensísimos. Fué tanto el temor que se apoderó de los habitantes de Líbog, pueblecito situado hacia el E. frente á los mayo- res vertederos (te lava, que muchos huyeron á los montes; lo mismo hicieron algunos del pueblo de Camálig, situado al SSO. El 29 fué disminuyendo notablemente la intensidad, sin repetirse ya más tan ruidosas erupciones. De resultas de éstas parece haber sufrido gran modificación la parte superior del cráter, perdiendo, según opinión de personas inteligentes y por la nueva forma que ha tomado, unos 100 metros de altura. ERUPCIÓN DE OCTUBRE DE 1893. En Octubre de 1893 el mismo Sr. Gómez, á quien tanto debe la ciencia seismológica en Filipinas, envió los pormenores de una nueva erupción del volcán de Albay, acaso más importante que la de 1892. Con los datos recibidos y los que pudo recoger de la prensa local com- puso el P. Miguel Saderra Masó, director que era entonces de nuestra sección .seísmica, la descripción siguiente inserta en el Boletín Mensual de este Observatorio, correspondiente al mes de Octubre de 1893: Anuncióse esta erupción los días 2 y 3 con ruidos subterráneos, que sólo se oían desde los pueblos más próximos al cono. El día 4 al anochecer púdose ya observar desde los pueblos de la comarca vivo resplandor que salía del cráter. Á la mañana siguiente pudo admirarse una gran columna de humo blanco, que elevándose majestuosa hasta gran altura, se extendía luego produciendo hermosísimo espectáculo; á las 10 de la mañana se comenzaron á oir algunas detonaciones causadas por la explosión de bom- bas volcánicas; hacia las 3 p. m. se fué volviendo más densa la columna de humo, pues salía ya mezclado con gran abundancia de cenizas, notándose al mismo tiempo derrame de lava por los antiguos canales; este derrame fué en aumento y acompañado, al anochecer, de fuertes ruidos subterráneos y detonaciones. Poco antes de las 12 de la noche del mismo día 5, las corrientes de lava con su majestuoso paso se acercaban ya al límite de la vegetación, el cual por la parte de Albay se halla á unos 700 metros sobre el nivel del mar; mientras tanto se veía, á simple vista, sobre el cráter, cómo explotaban las bombas, cuyos fragmentos caían unos dentro del cráter y rodaban otros por la ladera, Hacia las 3 p. ni. del día 6 aumentaron los ruidos, comenzaron á verse grandes piedras, que, arrojadas con violencia, se precipitaban por las laderas del volcán. La lava, que sale ordinariamente en un estado semipastoso y fragmenticio, al encontrar algún obstáculo se acumula hasta que lo pueda franquear; estas acumula- ciones, á las veces muy grandes, desprenden de sí columnas de humo, de modo que semejan nuevas bocas secundarias abiertas en las vertientes. Al anochecer del día 7 comenzó á caer abundante ceniza sobre los pueblos situados al SSE. del volcán. Hasta esta hora, ó, por ser muy tenue, se había mantenido en suspensión en el aire, ó sólo había caído sobre las propias laderas del volcán, sin llegar á los pueblos que lo rodean, distantes, los que menos, unos 9 ó 10 kilómetros. Poco después délas 11 p. m. del mismo día 7, cesaron algo los ruidos, continuando, sin embargo, los demás fenómenos, principalmente la columna de ceniza y humo, de la cual se vieron salir chispas eléctricas de un color violáceo muy pronunciado. El día 8 continuaron los mismos fenómenos, aunque el cielo y el cráter estuvieron cubiertos casi todo el día por las nubes; la caída de cenizas fué casi continua y muy 330 FOCOS SEÍSMICOS. abundante, lo cual hizo el día .sumamente oscuro, y la atmósfera asfixiante. Por la tarde se formaron varias tormentas, y la poca agua que llovió, arrastrando las cenizas ligeras que se mantenían en suspensión en el aire, hizo se esclareciese algo la atmósfera; pero volvió luego á caer de nuevo ceniza después de las tormentas, en tal cantidad, que en Albay, distante del cráter 1.3.5 kilómetros, quedó sobre el suelo una capa bas- tante gruesa. El día 9 dejaron ya de caer cenizas, pero sin disminuir la columna de humo y el desprendimiento de lava, los ruidos cesaron por completo repetidas veces, pero la atmósfera estaba muy densa, por los productos de la combustión (pie se iban acumu- lan! 1< ). Notóse en este día que de algunas de las grietas y bocas secundarias, repartidas por el cono hasta cerca de la base, salía también abundante humo y lava. Los días 10, 11 y 12 continuó el volcán en el mismo estado; sin embargo, los ruidos eran ya menos frecuentes, y la erupción de cenizas había disminuido algún tanto, y aumentado, en cambio, la incandescencia por el mayor desprendimiento de lavas. El día 11, á 0.30 a. m., se sintió un temblor de trepidación bastante fuerte y largo; fue el primero que se sintió durante el período eruptivo. El día 12 recrudeció algo la erupción, pues volvieron á oirse algunos ruidos intensos, y á verse algunas piedras incandescentes que se precipitaban por la ladera y algunas nuevas grietas que arrojaban vapores. Los días 14, 15 y 16 estuvo el volcán casi siempre cubierto de nubes; hacia 12 ni. d. del 14 descubrióse la cúspide, quedando, sin embargo, cubierta la base hasta la mitad; durante breve rato pudo notarse buen aumento en el derrame de lava y varias grietas que emitían lavas y humo, formando corona al rededor del cráter. Cubierto otra vez el volcán poco después de las 12 ni. d., oyéronse grandes detonaciones, y cuando por la noche volvió á despejarse, pareció de nuevo en la vertiente meridional, una de las grietas del día anterior muy agrandada, la cual arrojaba humo y ceniza en considerable cantidad. Desde el 16 al 21 no se notó cambio particular en la erupción de humo y lava. El 18 á las 10.30 p. ni. hubo otro pequeño temblor de trepidación. Durante casi la noche entera del 21 al 22 se pudo divisar perfectamente todo el volcán; seguía arrojando lava, y á intervalos regulares de 8 á 10 minutos notábase un aumento de resplandor, y se veía al mismo tiempo que la lava se acumulaba sobre la misma boca, formándose una superficie convexa, que á poco de parecer iba perdiendo su brillo, y volvía á desaparecer luego que se determinaba el derrame lávico por los lados. Este modo de verificarse la erupción de la lava, muy común cuando ésta sale con poca fuerza de proyección, y en un estado semipastoso, volvió á notarse bien en la noche del 24 al 25, efectuándose esta vez por varios puntos distintos. Lo cual indica que el verdadero cráter en forma de caldera, producido sin duda en las grandes erup- ciones anteriores, está ya relleno con las mismas deyecciones emitidas posteriormente, las cuales por su estado fragmenticio permiten la emisión de nuevas lavas y cenizas. Después del 25 la erupción fué disminuyendo constantemente de tal manera, que al fin del mes de Octubre volvía á presentar de nuevo el volcán su ordinaria actividad, emitiendo sólo regular columna de humo y vapores. ERUPCIÓN DEL 25 Y 26 DE JUNIO DE 1897. Sin embargo, ninguna de las dos antecedentes erupciones puede compararse con la del 25 y 26 de Junio de 1897, calificada con razón de célebre y espantosa y la única comparable con la de 1814. Ya el día 22, según refirió un testigo presencial, apareció el volcán revestido de siniestros colores, señal clara y evidente para los que habían pre- senciado otras erupciones, de que muy en breve se dejarían sentir los calamitosos efectos de un fenómeno terrorífico y asolador, como efectivamente sucedió dos días después, con grande espanto de todos, FOCOS SEÍSMICOS del suk de luzón e islas bisayas. 331 y, lo que es peor, con muerte de muchos que habitaban en los pueblos sentados en las vertientes de aquel agitado monte. La continua pro- yección de lavas, los ruidos sordos prolongados y casi constantes, siempre procedentes del volcán, y las densas columnas de negro humo, que se alzaban sin cesar sobre su inmenso cráter, fueron el resultado de la extraordinaria actividad que desplegó el volcán aquellos dos primeros días hasta la tarde del 2<±, en que ya se manifestó horroroso, con potentes ruidos subterráneos, grandes cantidades de fuego y lava, inmensas columnas de humo, y cada vez con síntomas más alarmantes hasta la tarde del día 25, en que pareció haber alcanzado el máximum de la intensidad que había desplegado en 1814. Desdo aquella tarde, lejos de tranquilizarse el volcán, presentóse por momentos con creciente furia y amenazadora actitud, que dio por resultado, como era natural, una espantosa alarma entre aquellos moradores, mayormente cuando á los ruidos subterráneos se siguieron algunas conmociones del suelo que pisaban. Así describió este fenómeno el Sr. Maestro de Albay: A las 10 de la mañana dio á conocer el Mavón su actitud en extremo amenazadora; comenzó echando sin interrupción considerable cantidad de ceniza y humo negro en forma de nubes espesísimas, que al extenderse" por la atmósfera parecían negros nubarrones precursores de horrenda tempestad. A las 4 de la tarde era ya tanta la ceniza y humo que había arrojado y seguía arrojando aún, que se hallaba completa- mente cubierta una grande extensión de la atmósfera, quedándose ;í oscuras Camálig, pueblo muy cercano y situado hacia la parte meridional del Mayón, sucediendo lo mismo á algunos pueblos del partido de Tabaco. Es poco menos que imposible formarse una idea exacta de la enorme cantidad de lava y piedras incandescentes, ó bombas volcánicas, arro- jadas por el Mayón en poco menos de 17 horas que duró el máximum de su actividad en esta ocasión, causadora de considerables pérdidas no sólo en bienes materiales, sino también en la vida de varios pueblos. Extensas haciendas, fértiles terrenos, numerosas visitas y florecientes barrios fueron completamente pasto de aquellas calcinadoras corrientes de lava sin que apareciera en ninguna de ellas el más insignificante rastro de la que fué rica y fértil comarca de las vertientes del Mayón. El número de víctimas, según los datos facilitados al gobierno de aquella provincia por el médico titular Sr. Calvo, fueron 205 muertos y 66 heridos, de los cuales fallecieron poco después 14. Sin embargo, no se tuvo esta cifra por exacta, en vista de que muchas personas que faltaban no parecieron en el pueblo, ni acudieron al tribunal en busca de los socorros que se distribuían á los damnificados. Por esto el Sr. D. llamón Pertierra, ayudante de la estación agronómica de Albay, pudo escribir algunos meses después lo que sigue: El número de muertos no se sabe á ciencia cierta; yo lo calculo en unos trescientos. Para que Y. pueda apreciar la probabilidad de ese número, voy á exponerle los datos en que me fundo. Durante los primeros días se encontraron y fueron enterra- dos en Líbog 212 cadáveres, á los que hay que añadir catorce, que murieron de resultas de las quemaduras; en diversos reconocimientos que posteriormente se hicieron, en 332 focos seísmicos. casi todas las laderas se hallaron restos informes numerosos; no se sabe que ha sido de una ranchería de negritos sometidos que vivían en aquellos parajes, y se supone fueran unos 60; y, por último, se ignora el paradero de dos vecinos de Legaspi. He consultado con varias personas que se encontraban entonces por aquellos sitios, y suponen también sea esta la cifra más aproximada. Los heridos que se presentaron á reclamar la asistencia médica fueron 66; todos con quemaduras más 6 menos graves, de resultas de las cuales murieron, según he dicho, catorce. De todo lo cual se colige que el número de las víctimas, incluyendo los muertos y los heridos, alcanzó poco más ó menos la cifra de 350. Razón tenían, por consiguiente, los ancianos de aquella localidad, al ase- gurar unánimemente que desde el año 1814 no se había visto ninguna erupción tan terrible y desastrosa como la que acababan de presenciar.1 RESUMEN Y CARÁCTER GENERAL DE LAS ERUPCIONES RESTANTES. El número total de las erupciones del Mayón desde el año 1716, excepción hecha de las cuatro que acabamos de exponer, es de 21, acaecidas en los años que á continuación se expresan: Años. 1716 La más antigua de que se tiene noticia. 1766 Duró por espacio de seis días consecutivos. 1800 Fué causa de bastantes daños en los pueblos contiguos al volcán. 18271 1835 1845>Todas fueron de escasa importancia. 1846 1851, 1853 Algo notable, aunque de corta duración. 1855 \ 1868 plenos importantes que la anterior. 1871J 1872 Duró cuatro días consecutivos. 1873 Duró por espacio de un mes. 1881 Sin interrupción casi un año. 1885 Desde el 21 de Noviembre hasta primeros de Diciembre. 1886 Casi con un año de duración. 1888 Algo alarmante. 1890 Con aparato insignificante el 10 de Septiembre, pero de alguna violencia el día 30. 1895 Repetida á intervalos desde Julio hasta Noviembre. 1896 De alguna intensidad durante el mes de Septiembre. El carácter general de todas las precedentes erupciones se cifra en la nota que sobre la de 1881 dio el Sr. Abella. Tranquila deyección de lavas á través de varias bocas volcánicas, que forman las hendiduras y rajas superiores del cono en su parte S. y SSE. ; salida de éstas en estado casi sólido, fragmenticio é incoherente, aunque siempre incandescentes; incrementos y decrecimientos irregulares, ó á lo menos poco estudiados, en la actividad de la misma erupción; y percepción, durante algunas noches, de ruidos subterráneos muy lejanos, generalmente precursores de mayor abundancia en la deyección de la lava, fuera de algún caso particular en que ha expedido, además, piedras incandescentes ó bombas volcánicas. 1 Para más detalles véase La erupción del volcán Mayón en los días 25 y 26 de Junio de 1897 por el P. José Coronas, S. J. FOCOS SEÍSMICOS del sur de luzón é islas bisayas. 333 PREDOMINIO DE LA FASE ESTROMBOLIANA. La historia de las erupciones del Mayóu parece indicar que, según la clasificación de Stoppani, predomina en él la fase de deyección ó estromboliana; pues, aunque en 1814, y últimamente en 1897, se haya presentado con algunos caracteres de la fase de explosión ó pliniana, y tenga á veces largos períodos de aparente tranquilidad, como si ya estuviese en el estado de simple emanación ó de solfatara, sin embargo, lo más ordinario es presentarse con todos los caracteres de la fase estromboliana, es decir, con pacífica deyección de lavas. LAS FUMAROLAS DE JIGABÓ Y NAGLAGBONG. Además del volcán Mayón cuenta la región Sudeste de Luzón con otros focos volcánicos indicios de no muy remota actividad, consistentes }a en cráteres extintos, como el Buhi ó Malínao, ya en humeantes montes, como el Bulusan, ya finalmente en preciosas fumarolas, entre las cuales son dignas de notarse las de Jigabó y Naglagbong, en la provincia de Albay. Están situadas las de Jigabó en el cauce de un pequeño río llamado Naga, en la vertiente Nordeste del Buhi, no lejos del seno de Lagonoy. Son verdaderas fumarolas, que en dicho punto brotan del suelo con una temperatura elcvadísima capaz de comunicarse á las aguas del arroyo hasta 105° centígrados. Las hay en varios puntos ya dentro ó en el borde de la misma corriente del arroyo, ya fuera algo apartadas, sin tanta fuerza impulsiva como las pimeras. Los cantos y arenas gruesas del arroyo contiguas á las fumarolas sufren, como es natural, la acción química de los gases emanados por aquéllas, transformándose según su naturaleza y el mayor ó menor abundamiento de las eflores- cencias sulfúreas de las fumarolas. Además de las aguas termo- sulfúreas, encuéntranse en Jigabó no sólo aguas ferruginosas y alum- brosas, sino también depósitos de hierro y de pirita. Las de Naglagbong, sitio no muy lejos del anterior y más cercano á la playa, se presentan en forma de lagunillas y conos crateriformes muy rebajados. La mayor de las lagunillas, al rededor de la cual en cierta extensión de terreno se han abierto otras varias, mide de 15 á 20 metros de diámetro, con bordes silíceos algo acantilados, siendo sus aguas transparentes, azuladas y ligeramente humeantes. Los conos crateriformes esparcidos entre las lagunillas están compuestos de todas las variedades de la sílice blanca, mayormente de la geyserita, que, en sentir del Sr. Abella, por presentarse exteriormente compacta y en su interior tubiforme y tobácea, podría tomarse muy bien como cuerpo néctico. Varios de ellos están ya secos é inactivos; otros, por el contrario, arrojan todavía con gran fuerza do impulsión hermosas columnas de agua hirviente que rebosa con abundancia, ó se queia dentro de la cavidad crateriforme, según sea la magnitud del cono de donde sale. 334 FOCOS SEÍSMICOS. La temperatura de dichas aguas es muy variable en los diferentes manantiales y lagunillas, pues oscila generalmente entre los 52° y 106° centígrados. Muchas preciosidades mineralógicas aparecen en las inmediaciones del Malínao, en las cuales nos ocuparíamos gustosos, si no fuera esto distraernos demasiado de nuestro principal intento. Quien deseo informarse de ellas con alguna detención lea Las emanaciones volcá- nicas subordinadas al Malínao (Filipinas) por D. Enrique Abolla y Casariego. TEMBLORES DE ALBAY, AMBOS CAMARINES Y MASBATE. Siendo, según acabamos de ver, tan activas aún las fuerzas volcáni- cas del Mayón, á nadie parecerá extraño que en el período de veinte y siete anos se hayan sentido en sólo la provincia de Alba}r 34 tem- blores ligeros, 28 regulares, 37 fuertes y 2 violentos; total, 101, que, añadidos á los 85 registrados en las vecinas provincias de Ambos Ca- marines y Masbate, dan por resultado 186 temblores en sólo la región epicéntrica del foco de Albay, á más de los de Samar y Leyte, que con mucho fundamento pueden referirse al mismo centro de seísmica actividad. Las tablas de los indicados temblores van insertas en las siguientes páginas. FOCOS seísmicos bel sur de luzón é islas bisayas. 335 3 I t— I X ><=> -rt é-¿ T3 O O a u& O O D * i) -o (1) u- *" ^ a ^ci.'d 'c¿ a'BJ g "cL &2 "al S- á sa-g " o tí tí 32 coo www bD*c tí o o 55 Sí ,_3WWW CárQ j !feJfcJ2 . o o • o . c o .o _ be ww : O ¡a C O . j3 : . — < .-, — — .Ü o." ' S-l ' X :h .o :ohóo :hoho w :b ^ááaá^d^áaaaáaaaáaáááá iáaaáaááááaáááaaaaá ¡lOQiOOOOflOOO .hOOHOC0050"*«IÍ1MOiC *3 COíO'fWI>HOM30^0 XN^Hr oé ¿o3 ¿sí <¿ <á c¿ píp,ádCi-Ci-&Pcctc ioo^wdoudó ;WW&qww • .fe o .cecoceccce Ifece ce • fe ce ce ce ce • ce fe ce O .' '. '. '. '. '. • i i i i •ooooo - - ■ - oo^w o fe «fe :«^«^« : :feoij^«^« :£$ Oí • o ó : 'E "£ '. o o . o o ; ' te ce ' oo :¡ :3-§ • "S o * 73 • Jtf Tí 'd •- :hc5 . . o . • bou'" ' • 3 • • O) ^ : oj a : :^ : ;«fe ■ «fe : í : : ! : o . ,' *■> . : iá • .fü i ir ■ • a ■ ! ; ^ ; ¡> . . . "i Sóo» : « 3 .«fe : :¿o ce o HOH • p o os i5. *5 '3.2 2 * * ~ 2 * "2 ^ !°" S 03 ; a o :ooo ! W5 ' ' • • o : : : W<» 5! S oí S d ¡á Q ■-« ih »-■ m m w O.535¡a5e3c3o3¿dcéd33'c¿dddo3" ¿OO-OCOOSOírt^HNHOOMOHCOOOOO ^dd* os d os dddddajdddddsjcé a dd-d (NCNi-jHCNDJinriiO^CN 2íQ^S?2.922fc'*»«f>OCNO.OiOcC»ia«NOi¿^^,rar HOiOHOWWHOJCSOWHNOí^NNN^HMCl saasa«ssssa»aaa"*«-«as«a^^a«aR¥»«S3s^;«^-¡7e, ce s a>.r2 ü¿ Q^ O •fl 00 Oi ^ §838 SgfS : : : ¡g : :■§© :g FOCOS SEÍSMICOS del sur de luzón é islas bisayas. 337 03 K « s .2-2 '3*3 'S'S ce s3 g* tí^ : . .o ow OO02 . .CO«3 crJtKcccííOOccccW £ £ S5 ^ fc goti« -O «5 'g tH O 5 'O 03 c3 O" o O,«o3 03^03 OO " O ES-E fti 0) o c3 0) títí> tí OQOQ T3 +-"Ü s-c'tí'CS ^53^3 03^3 ■§2 _0 c3 j* be O {jo tí3>3 a^.aaaaa :aaaaaaaaaaaaaaaaa 50i0 Ovj iO OíOiONOOOOlMNf t • • • t-, t-> ' • ' :,a.n • • ; aa^s • «fc#g3SEr3c«GC^£<5Qr,^^r,r,H,GQa}Ofcr3 eoio cooo CONQOO rH OÍ 00000000 0000 338 FOCOS SEÍSMICOS. a 60 ■1 OO • .' • '^ : '• . . o^ o : : : :o : : o : ^§^g£fg2g~g£g^g^g^2g ■ti gil ag &ag a&ag ai § a|i aii § a : ¡fe : : j&hsí j^jpí »j£í3 :^3fe :¡3 : ."£3 XI < • 3 C ilíTTI :'| :o : : : :o ! ^ S : ! ; ; : ; ' ■ : * * no ::::::::: : s a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a a s a . ftd cé cé cé cé Ó, cé á í¿ CX cé C¿ í¿ C¿ Ó, cé cé í¿ C¿ ¿ ¿ cé Q. 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Albay Hora. Tabaco (Albay) . Nueva Cáceres . Calbáyog . Cápiz (Panay) ... Calivo (Panay) .. Iloílo (Panay)... Masbate h. m. 7 44 p. ni 45 p.m 7 44 p.m .. 7 x p. m .. 7 x p. m .. id id 7 x p. m .. Oscil.-rot . Oscilatorio . id id id id id Oscil.-trep .. Intensidad. Fuerte. Regular . . Ligero Regular id Ligero Perceptible. Destructor. . Direc- ción. N.-S. NO .-SE. "e'-óY Dura- ción. Segundos. 30 Observaciones. Empezó con movi- mientos rotatorios, siguiéndose luego las oscilaciones. Crugían las maderas; las puertas se mo- vían mucho. Acerca de este terremoto así se expresó El Eco de Panay, periódico de Bisavas: Este terremoto llenó de pánico á los habitantes de Masbate. La circunstancia de ser allí de madera casi todos los edificios hizo que los desperfectos no fueran de conside- ración, evitándose así las desgracias personales. La iglesia parroquial de la cabecera, el pantalán y algún otro edificio sufrieron las naturales consecuencias del fenómeno. Muy parecido al que antecede había sido el del 16 de Agosto de 1869, casi veinte y ocho anos antes, según relación de un testigo de vista: A los más antiguos habitantes de esta isla les he oído decir que ningún aconteci- miento recuerdan como el ocurrido el 16 de Agosto á las 3 de la tarde. Los fuertes y violentos sacudimientos de tierra que hubo me hicieron creer que en aquel momento era llegado el fin del mundo; los animales espantados, los aves caseras volando por el aire contra su costumbre, y la mar muy boba; los movimientos de tierra de E. á O. eran tan fuertes que todo el mundo estaba aterrado, y se lanzaba fuera de las casas, á pesar de no ofrecer éstas peligro alguno, por ser de caña ó de madera y ñipa. Los pocos edificios de manipostería quedaron con desperfectos de consideración y los otros inclinados; las estatuas en las iglesias rodaron por el suelo, y en las casas todos los objetos fueron lanzados de su lugar. Arboles grandes caídos; grietas de gran anchura, al 8. de la isla, y derrumbes en los montes y en las costas bravas. Dicen que lia desa- parecido una islita de las muchas que hay al N. de Ticao. Hasta el 2 de Septiembre no han cesado los temblores, pudiendo asegurar, sin temor de exageración, que se han sentido más de 100 en estos quince días. SEISMICIDAD DE SAMAR Y LEYTE. Diversamente se ha opinado sobre la procedencia de los temblores de Samar y Ley te. No faltan quienes juzguen que todas las conmociones seísmicas que en dichas islas se experimentan proceden inmediatamente, dada su íntima comunicación geológica con Albay, del foco volcánico seísmico del Mayón; otros, por el contrario, son de parecer que, si no en todos los casos, á lo menos en algunos, obedecen estas conmociones á causas puramente locales. Nosotros, sin pretender patrocinar ninguna de los dos partes por carecer todavía de datos suficientes, nos contenta- mos por ahora con poner aquí la lista de los temblores allí sentidos, según han llegado á nuestra noticia, con la nota particular de algunos más principales. FOCOS SEÍSMICOS del sur de luzón é islas bisayas. 341 3 £ > X a ° 02 (D Coi t¿ ° -■§-§ ú£l S ^ as T3 0 T^^ o Ü(H aj O 0) a5 ó o p .2 ?3 T3 s o * =3 ür2 ¿fS «H ^SfS as a °tío o 8 ««Sí) & s % é Or-H O QH ai Shí^ 02 O I I £3 :foDí>£i3£ SS aaaaaa ais" o . aaaaa c¿ d cé ¿ ái aa ^ CC 00 X l- O ^ iO l- re ^OH»OC) X ^ 00 00 °0 I .sts § *2$T o o ^'tí'O^^TJ'cS'oá^ aaaaaaas ¡s oécácécédddcé ' oá j¿ o p cn ^ o ^ J; r-l CN r-l CN Tf rfj05MH050H'tO X* • o> OJ • h M '&£i •aas : • ¡222 i-H O) "ti l^ OKlN !>■ I- 1^-IS O» C7> Oi 00 00 00 00 00 00 oc 342 focos seísmicos. TEMBLOR DEL 7 DE FEBRERO DE 1890. Digno de ser notado en primer lugar es el temblor del 7 de Febrero de 1890, que revistió en Ley te todos ios caracteres de un verdadero terremoto, del cual dijo el corresponsal de La Voz de España lo siguiente: Serían las 12 J de la noche, cuando todos estábamos entregados al sueño; sintióse un fuertísimo movimiento de trepidación, cual si el mundo se viniera abajo. Todos saltamos azorados del lecho, procurando huir de las casas, y cuando esto hacíamos, el movimiento iba aumentando haciendo inclinar aquéllas de un lado á otro. Todo en las casas vino al suelo; aparadores, cuadros, sillas, etc., salvo los catres, todo cayó con estrépito, produciendo un ruido infernal. Las camas aunque no cayeron fueron separadas de sus sitios, algunas de ellas más de una braza. La gente escapada y vivamente impresionada por el movimiento del suelo, salió á la calle pidiendo mise- ricordia á Dios; algunos no pudieron salir de sus moradas por hallarse contusos y hasta con heridas y lesiones que les fueron ocasionadas por los muebles que les cayeron encima. En Barugo el terremoto fué aún más fuerte, durando un minuto el horrible estrépito producido por la trepidación terrestre. La situación de los vecinos de aquel pueblo fué en los primeros momentos angus- tiosa, pues algunos al salir de sus viviendas observaron que la tierra se agrietaba, abriéndose y cerrándose cual si quisiera tragarlos. Lo mismo pasó en otros pueblos, en los cuales se teme haya habido algunas desgracias. Grande fué la confusión habida; la gente iba como loca de un lugar á otro, procu- rando unos salir de sus casas para no sufrir daño, y otros volver á ellas, para que las grietas que se abrían y cerraban con el movimiento no les hicieran desaparecer del mundo de los vivos. Fortuna ha sido que casi todo el caserío de estos pueblos es de caña y ñipa; á no haber sido así, se tendrían hoy que lamentar muchas desgracias. No terminó con el primer sacudimiento el terremoto; durante toda la noche se dejaron sentir temblores más ó menos fuertes, que pusieron en consternación al vecin- dario, pues se temía que hubiese otra sacudida como la que primero sentimos. Vasos, platos, lámparas, etc., es decir, toda la cristalería y vajilla se ha roto hiriéndose algunos con los fragmentos. Los edificios de piedra todos han quedado resentidos y agrietados, habiendo algu- nos que en parte se hallan inservibles por haber venido abajo sus muros. Los puentes que conducían de unos pueblos á otros casi todos se han caído, ha- biendo algunos arroyuelos cambiado el curso de las aguas, otros han desaparecido. Las iglesias han sufrido mucho; la de Barugo quedó muy destrozada. Esperamos saber noticias de los demás pueblos de ésta en los que se teme haya habido desgracias personales y pérdidas de gran consideración. TEMBLORES DE OCTUBRE DE 1897. De no menor intensidad que el temblor del 7 de Febrero de 1890, fue el del 19 de Octubre de 1897, sentido principalmente en la isla de Samar. La nota séismica de este terremoto es como sigue: Calbáyog, 19 de Octubre de 1897. — A 8.5 a. m., violento temblor de oscilacic i con dos grandes sacudidas, cuya dirección, al parecer, es de NE. á SO., duración 6 minutos; á 8.20 a. m., otro fuerte temblor de larga oscilación, de la misma dirección que el anterior, duración unos 3 minutos. Hasta las 10 a. m. se han sentido fre- cuentes sacudidas aunque de poca intensidad; á 10.10 a. m., otro ligero temblor de poca oscilación y duración; hasta las 12 m.d. se han sentido frecuentes y ligeras sacu- didas de poca duración é intensidad; á 3.15 p. ra., fuerte temblor de larga oscilación, FOCOS SEÍSMICOS del sur de luzón é islas bisayas. 343 dirección de NE. á SO., duración 1 minuto; hasta las 6 p. m. se han sentido frecuentes y ligeras sacudidas de pocos minutos de intervalo; á 7 p. m., fuerte sacudida de corta duración é intensidad. Temblor durante la noche, se han contado ocho sacudidas, bien perceptibles de corta duración é intensidad. Calbáyog, 20 de Octubre de 1897. — Á 0.50 p. m., fuerte temblor oscilatorio, dirección de NE. á SO., duración medio minuto; á 10.45 p. m., fuerte temblor de larga oscilación, dirección de OSO. á ENE., duración 1 minuto. Además de los temblores indicados, se han contado durante el día unas diez oscilaciones ligeras de corta duración é intensidad. Calbáyog, 21 de Octubre de 1897. — A las 6 a. m. se ha sentido una sacudida bastante regular, pero de corta duración; á las 10.35 a. m., un ligero temblor de oscilación de pocos segundos de duración; durante el díase han contado cinco oscilaciones ligeras; y á las 9.50 p. m., fuerte temblor de trepidación de unos 10 segundos de duración. Calbáyog, 22 de Octubre de 1897. — Durante el día se han sentido dos ligeras oscila- ciones casi imperceptibles. Calbáyog, 23 de Octubre de 1897. — Hasta las 8 p. m. se han contado cuatro ligerísimas oscilaciones casi imperceptibles. Odbáyog, 25 de Octubre de 1897. — A las 2 p. ni. ligerísimo temblor de poca duración é intensidad. Sobre estos mismos temblores escribió desde Biliran el Sr. D. Francisco Enage de Jesús lo que sigue: Hace ya dos días que aquí se sienten continuos tremblores fuertes, pues anoche, y toda ella, sentimos diez y ocho sacudidas, pero fuertes, que no nos dejaron dormir; la población está alarmada y mi familia sumamente asustada, ni pudimos dedicarnos á nuestros trabajos ordinarios, temiéndonos que continuaran estos temblores, estando como estamos en la isla de Biliran, donde existen minas de azufre, yeso y hierro. De El Porvenir de Bisayax del 29 de Octubre de 1897 tomamos la nota que sigue: Corría la voz de que en Guimarás se había agrietado el terreno con motivo de los fenómenos seísmicos que hemos venido sufriendo estos días. Una información exacta nos permite asegurar (pie lo que ha ocurrido es que un montecillo se ha corrido, cambiando de sitio sin que haya esto ocasionado grieta alguna en el terreno. RECRUDECIMIENTO DEL PERÍODO SEÍSMICO. Durante el mes de Diciembre del mismo ano de 1897 recrudeció de nuevo el período seísmico iniciado en la región Norte de Samar el 19 de Octubre anterior, según se desprende de las observaciones verificadas aquel mes en Laoang, pueblo situado en la costa Norte de dicha isla. Once son los temblores en ellas anotados, siendo, al parecer, el de mayor intensidad el observado á las 11 de la mañana del día 11, el cual fué también sentido en Álbay, según puede verse por el siguiente parte: Albay, 11 de Diciembre. — A 11 a. m., temblor oscilatorio de regular intensidad, direc- ción de ONO. á ESE., duración 10 segundos próximamente. Y en nuestro Observatorio al hacerse a las 11 la observación ordina- ria en el tromómetro Bertelli se halló que oscilaba extraordinariamente de E. á O., alcanzando el valor de la oscilación entera 23 divisiones, ó 344 focos seísmicos. sea 5' 22". De bastante intensidad hubo de ser también el que se dejó sentir á 2 p. m. del día 10, a juzgar por los términos con que se da cuenta de él en las observaciones de Calbáyog: Calbáyog, 10 de Diciembre. — Á 2 p. m., fuerte temblor de oscilación, dirección de N. á S., duración 1 minuto. En nuestro Observatorio se agitó no sólo el Bertelli, sino también el microseismógrafo Rossi á 1.58 p. m. de dicho día 10. El encar- gado de la estación de Albay daba cuenta del temblor observado dicho día en estos términos: Albay, 10 de Diciembre. — Á 1.47 p. m., temblor oscilatorio de poca intensidad, direc- ción de NNE. á SSO., duración 8 segundos próximamente. NOTA VOLCÁNICO-SÉISMICA DE LAS ISLAS DE PANA Y, NEGROS Y CEBÚ. EL VOLCÁN CANLAÓN Ó MALASPINA EN NEGROS. En la cordillera central, que de N. á S. , divide la isla de Negros en dos grandes regiones, llamadas Negros Oriental la una y Negros Occi- dental la otra, hacia los 10° 24' 35" de latitud N. y á unas 8 millas de la costa oriental, se levanta, a 1,400 metros sobre el nivel del mar, el volcán Canlaón ó Malaspina, que, según muchos atestiguan, está humeando constantemente, y lo da por activo, en los últimos años de su publicación, la Guía Oficial de Filipinas; ni falta tampoco quien asegure, aunque no hemos podido comprobar convenientemente la verdad de este aserto, que la última erupción del citado volcán acaeció en 1866. De algunos datos, no muy precisos por desgracia, que llegaron á nuestro poder, parecía desprenderse que á fines de Mayo de 1894 había el referido volcán arrojado alguna ceniza, y el día 2 de Junio, no solo ceniza, sino también lava, y aun algunas piedras de regulares dimensiones, acompañado todo de ruidos subterráneos, alguna incandescencia y movimientos séismicos. ESTADÍSTICA DE TEMBLORES. Distamos mucho de creer que las siguientes tablas presenten con exactitud todos los temblores sentidos en Panay, Negros y Cebú desde el año 1870 hasta el de 1897, mayormente la que á Negros se refiere. Fúndase nuestra sospecha en la misma diferencia que entre ellas aparece, pues, teniendo las islas de Negros y Panay casi las mismas condiciones seísmicas, parece que debería ser la tabla correspondiente á Negros, igual por lo menos á la de Panay, y, sin embargo, no es así, antes todo lo contrario, lo cual no acertamos á explicar, si no es diciendo que se han desarrollado en aquella isla muchos temblores de los cuales no hemos podido alcanzar la menor noticia. Por lo que toca á la de Cebú, no parece que esté dicha isla muy expuesta á frecuentes conmociones seísmicas. FOCOS seísmicos del sur de luzón é islas bisayas. 345 be 05 tí a3 2 Ph . . .-O g S8S be ¡5 5 * o *«3 'g o» ^ £ £ £ „, 0) 2¿J¿^ t-> y. bfc.o.0 t¿ o ojc; 2 o» §sí5s& 0'SS¿0 o >t v-é-v «r H í3 l> C'3"5 s3 o |S2 c CS o. V ^ S.Q a> fi-Ü o s3 O x c~- ~ 3 3 ■x¡ O X 53 ce O id ^s^gs^ o > W O 03 Cu H > Uh a ^aü : : : :a :2 : :S : : :aaa2£2££a OS CT> O CJi O QOCOCOOOGO OSO 00 00 346 FOCOS SEÍSMICOS. :99 5 o ¿ ,3 _,' ^ : oí j fe os :£ K ■ ^ i 1 : b 1 : C 1 * I X X 5 < H SS :o¿ :h aaaaaaa :aaaaaa cá s as así a* ~ Z¡ ^OcOOiOrf ^OOHCJJO OHaiOMwc-fiOHco ; a< a> • • £ £¡ a> •JE¡¿ • •'Q'Q¿ • •' ■' ' •' ■ S fl ' d S S a * ' 'S¿ aSS g-f.2.2 ggggg § ¿.H.2cg,££.2**£í£ Zi &c a> ft aS g> aJ ¡2 CU t-í : ü X 1 "S ><< ! •~ ' M V. :o : *¿ I" — i-; 1 5 B :S :aa S- C- • a • O.C3 £ o iO oo O^O^OhXoc o 2 *-> N » *- t-^ i- ~j i^ ooaSoS o coco FOCOS SEÍSMICOS del sur de luzón e islas bisayas. 347 TERREMOTOS DE PANAY EN JULIO DE 1787. Furiosos terremotos se sintieron en la isla de Panay durante el mes de Julio de 1787, de cuya violencia se puede juzgar por lo que desde el pueblo de Guimbal escribió, á raíz de la catástrofe, el religioso agus- tino P. Fr. Juan Campos: Misericordia Domini, (juia non samas consumpti en el tremendo temblor que el día 13 del corriente mes de Julio sentimos en toda la isla de Panay, á las 6 y 45 de la mañana, á la misma hora que sufrimos otro el día 13 de Mayo próximo pasado. Los estragos que este primero hizo los puse en noticia de V. R. cuando escribí desde Cápiz. Forti animo esto para oir los que ocasionó el segundo. De todas las iglesias de piedra de esta provincia de Iloílo sólo quedan en pie las de Tigbauan y la de este pueblo de ( íuimbal; se cayeron y arruinaron enteramente las de Jaro, Dumangas, Laglag, Passi y Alimodián; en estos últimos pueblos se arruinaron, del mismo modo que las iglesias, los conventos y casas parroquiales, que eran también de piedra. La iglesia de Maasin está en pie clamando por su entera demolición. Entre las ruinas han perecido muchas personas. De las iglesias de madera se vinieron al suelo las de los pueblos de Santa Bárbara y Pototan; se han quebrado muchas campanas, que vinieron al suelo con el temblor. La fortaleza de Iloílo, dicen, necesita la mano de un ingeniero por lo arruinada que la dejó el temblor. En muchos pueblos se hundie- ron varias casas hasta el mismo pie del piso; hay muchas aberturas en la tierra, que causan horror, las que descubren arena de varios colores, y, pro corónide, hasta los montes dejaron caer el peso de su corona; se desgajaron algunos y miramos sus ruinas en el valle. TEMBLOR DEL DÍA 2 DE FEBRERO DE 1887. Otro caso análogo al anterior registra la presente centuria, acaecido el día 2 de Febrero de 1887, detallado con bastantes pormenores por la prensa de Iloílo, capital de Panay. De el dio cuenta El Porvenir de JUsayax, en la forma que sigue: El temblor ha sido de los más intensos que aquí se han sentido. Desde la hora mencionada (11 p. ni. del día 2) hasta 12.20 a. m. del día 8 se contaron ocho sacudidas más, siendo la última 1 >astante fuerte. El pánico fué grande, y los dest rozos de bastante consideración, sobre todo en los objetos de cristal; en el camarín de la aduana se ha caído parte de una pared, y hay muchas grietas en varios edificios. Y El Eco de- Panay dijo también: Serían las 1 1 de la noche cuando se sintió en esta cabecera y otros pueblos de la isla un temblor de tierra tan violento que los edificios se movían con tal rapidez, que parecía imposible pudieran resistir al empuje de la tremenda fuerza que los combatía. Su duración no pasaría de 15 á 20 segundos, pero su intensidad fué la mayor que he- mos experimentado. En el transcurso de una hora escasa se repitió seis veces, y otra á la mañana siguiente, hacia 8.30 a. ni., pero con mucha menos intensidad; el movi- miento pareció ser únicamente de trepidación. Hubo de haber, sin embargo, movi- mientos oscilatorios, puesto que, según dicen, tocaron las campanas. También oímos un ruido subterráneo, que precedió á la cuarta oscilación, el cual parecía propagarse de X. á 8. En la iglesia se derrumbó un tabique, y otro en la aduana. En el pueblo de Buenavista, de la vecina isla de Guimarás, se cayó parte de la fachada de la iglesia. En Molo, no lejos de Iloílo, cayó la parte superior de la fachada de la iglesia. En Santa Bárbara, Alimodián y San Miguel, hubo también desperfectos en la iglesia, único edificio, tal vez, de manipostería. 348 focos seísmicos. De Cápiz, cabecera de la provincia del mismo nombre, también dicen haber sido violento el temblor, arrojando con violencia los objetos de su sitio, derribando chimeneas, cuarteando hornos, etc. No faltaron tampoco en aquella parte de la isla varias repeticiones, aunque menos intensas. Fuera de éstos, no hallamos mencionado ningún otro terremoto, que, siendo tan violento, haya tenido su foco dentro de Panay ó en sus cercanías. Otros se han sentido ciertamente de alguna intensidad, pero siempre han sido procedentes de focos lejanos. temblores de negros en 1895 y 1896. Aunque sin muchos detalles, pues carecemos de ellos, debemos men- cionar tres temblores bastante intensos, ocurridos en Negros durante el mes de Febrero de 1895, y los de Agosto y Septiembre de 1896. La nota correspondiente al de Febrero de 1895 dice así: Bacólod {Negros), Febrero 25. — Hallándonos en el pueblo de Arguelles, se sintió, á 5 p. m. próximamente, un temblor de tierra, creo que general en toda la isla, de oscilación, en dirección de E. á O. de bastante intensidad y de cerca 1 minuto de duración en algunos puntos, repitiéndose á los pocos instantes con menor intensidad y duración. No tengo noticia de que haya causado desperfectos de consideración. Los antiguos en esta provincia aseguran no haber sentido otro fenómeno de esta clase tan fuerte. El del 11 de Agosto, á 3.40 a. m., fue también fuerte, rápido y de trepidación, con una oscilación de E. á O. y de 7 segundos de duración. Por último, somos deudores á D. Miguel de Lara, del parte que envió acerca del ocurrido el 23 de Septiembre de 1896: Bacólod (Negros), 23 de Septiembre de 1896. — A las 6.15 tarde, se sintió un violento temblor de oscilación y de alguna duración, iniciándose por un leve movimiento, que fué acentuándose. Cerca de las 8 de la noche volvió á sentirse otro leve y de menor intensidad. CAPITULO IV. focos seísmicos de mhntdaxao e islas adyacentes en la zona seísmica meridional. foco seísmico de surigao. REGIÓN EPICÉNTRICA. La península de Surigao, situada en el extremo Nordeste de Minda- nao, de cuyas montañas arranca la cordillera Oriental de aquella isla, que corre paralela a la costa de N. á S., está comprendida entre los 8o 50' y 9o 49' de latitud N. y entre los meridianos 125° 23' 9" y 126° 14' 39" de longitud E. de Greenwich y bastante inclinada en la dirección de NO. a SE. Al Norte, y á muy poca distancia de esta península, demoran varias islitas, entre las que descuellan, por su mayor extensión, las de Dinágat y Siargao. Dinágat es la más septentrional de todas y se extiende de N. á S. entre los paralelos 9o 51' 68" y 10° 28' de latitud N. y entre los 125° 29' y 125° 43' de longitud E., con una extensión de 17 kilómetros de longitud por 5^ de anchura. Algo menor que Dinágat es la de Siargao, comprendida entre los 9° 45' y 10° 4' de latitud N. y entre los meridianos 125° 56' 20" y 126° 10' 9" de longitud E. El conjunto de todas estas islas, con la península de Surigao, consti- tuyen la región epicéntrica de un foco notable de seismicidad llamado de Surigao, que con harta frecuencia, y á veces con violenta intensidad, produce las consiguientes conmociones en la superficie de la tierra. LAGUNA DE MAINIT. Casi en el centro de la península de Surigao se encuentra la laguna de Saponga ó de Mainit, de 8 millas de longitud por 6 de anchura, que con un descenso bastante rápido da origen al río Túbay, para ir á desembocar en la ensenada de Butúan. Dícese que esta laguna no es más que el cráter de un volcán antiguo, y así parecen persuadirlo, por una parte, ios varios manantiales termo-minerales que en sus cercanías aparecen, y por otra, las rocas que forman sus márgenes, juntamente con el rápido aumento de su profundidad, que, no siendo más que de 20 metros en sus orillas, es de 200, ó por mejor decir desconocida, en el centro.1 TEMBLORES DE SURIGAO, DINÁGAT Y SIARGO. Los datos, que á continuación se expresan, indican claramente que el foco del Nordeste de Mindanao radica principalmente en la península de Surigao. 1 Véase Yoyage aux Phüippines par le Dr. J. Montano, chap. xi. 349 350 FOCOS SEÍSMICOS. o B 01 oc a O 3 a \G> o> en a Oj > vS o O B 33 I X! m a> o oo 3 .Sí5 2 .5f 3 £¡P b J fe J fe ¡J W£0 55 a a a a a a a a a a a a a jaaaaaaaáa ddádcLdddddfidci. ' <¿ é ÁÁé d ¿ d ¿ú O O iO iO Oh- iO 00 iO iC iC iO T3 -£ S-^'d 2rtíT3'0'0[0 [C T3 T2 'O T3 'O 'C ~73 £t PST fepíj :^3fe aaaaaaaaa é <¿ é é ¿ é dÁtí aaaaaa »o o r-l. CO 10 X M^^íi2^^E2^^52^^S^S!5S!5^^^^0l0^^^^^S0^^^^^l^c>i-iio^-x:o NHHCOHO i-HÍO (NH^MNOH H H Cl (N pj rt rH ih W íq^NO t-it-ÍcO FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 351 «3 o^ • *g,a O ce *- W -T > ctj c « ^ «'S o'Oco O 0 02 k o3 oS P«»c3 *o" o -o O ^g "■C '+3 '.£ &C 0,0, 0* o> oá . Q> tftítf pí^ :c4Jtf^^ a s a a a a a a a ¿,¿d £¿d ¿¿¿03 o omci a a a a a dad p,¿ tí^fe :oífxHj JHH co tóo aaaaaaaaaaaaa ¡a a ;a O, ¿ ¿ ¿, d ¿áá d ¿¿¿¿X Á d X ¿ o © ira ira >ra o c fe :tffetf^ OCOr CO a a a a a ¿ád¡¿,d ©o -t-"0 ti' aaa^.aaaaaaaa dd¿addd(¿¿(¿íid O O O O iC iC co co coco Tf^ ,HI-(»MMHHMOSX a> a> tí tí tí tí tí HfSWWW o o O o a> a> a> a> O a> ai a) a> isés _^^ o o O 0)3)0)© ,0,0,0,0 M a> a» ,0,0 ,0,0 aasaa ¿aaaa-§ -g : Slll|f»f|Il|||3|l|l|| c o o (hNN ■ v ¡3 ¡3 i g B 05 ,0 a .„„ .8 2SS§n P.2.2.2.S o>,q 352 FOCOS SEÍSMICOS. D 50 p-i X < « H 73 53 O O o 53 O ce P. ÍH tüOO) tíW CU a *o ©i© <^OCíieHOW^0íX*'J,»«^M'fiNHO!NXÍ)lN»O»INl>.ÍINOOt»NHMi0««'l '. • a K 53 o _ •ÓJ.Q.O.SOOOO \Hj5.Sa3SHi:3C 0> O r-n o o o J: *'3g,üüüfl^^í fccy be g* o .2 -2^¿¿^ : .:d¿¿ ?saaa00gaa t;^¿ ££ c 53 53 53 C^-J^S !§¿ coceo. 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C O) O) O) ttj fe tt| Cfc| ÜM N O icoo oo 00 82 QO 00 362 FOCOS SEÍSMICOS. EL VOLCÁN DE SANGUIK. Por la íntima relación que existe bajo el punto de vista volcánico entre la isla de Sanguir y el extremo Sur de Mindanao, no podemos menos de mencionar aquí las erupciones del volcán de aquella isla, singularmente la ocurrida en Junio de 1892. Es la isla de Sanguir la principal entre todas las que forman un pequeño archipiélago, entre el Sur de Mindanao y la isla de Célebes, hacia los :i: 29' de latitud N. y 125° 29' de longitud E. de Greenwich y que co- rriendo próximamente de NO. \ N. á SE. \ S. mide una extensión de 24 millas. En su parte Norte se alza majestuoso, como gigante en medio de la mar. afectando una forma piramidal, el volcán Aboe, causa no pocas veces de violentos desastres. La erupción más antigua de que se tiene memoria es la de Enero de 1641, cuyas explosiones se oyeron con grande estruendo desde Cebú, Panay y Zamboanga, siendo, al propio tiempo, de grande espanto la oscuridad, que en pleno día produjeron á grandes distancias las densas y abundantes cenizas que arrojó el volcán. Es de presumir, aunque no se diga, que perecieron muchísimas personas de resultas de aquella erupción. En la de 1711, el número de las víctimas sepultadas por las cenizas, ascendió, según se dice, á más de mil. Las corrientes de lava que arrojó la de 1812, derramadas por los campos circunvecinos, arruinaron en pocos instantes la riqueza de casi toda la isla, consistente toda ella en el comercio de cocos, y las de 185(>, accom panadas de enorme cantidad de cenizas y agua hirviendo, oca- sionaron, además de las consiguientes perdidas materiales, la muerte de más de 2,800 personas. Por último, la de Junio de 1892 es notable por haberse presentado de improviso, sin ningún ruido subterráneo, ni otra señal de carácter seísmico que pudiera en alguna manera indicar su aproximación. Serían como las 6 de la tarde del día 7, cuando la isla quedó com- pletamente inundada de cenizas y piedras de todos tamaños, los pueblos debajo de cenizas sepultados, centenares de personas sin vida, y otras muchísimas sin hogar. Es más; dícese que llegan casi á 1,000 los individuos, que dedicados al cultivo del arroz en las cercanías de la montaña, perecieron totalmente sin que se pudiera después tener de ellos la menor noticia, y que al haberse perdido todas las plantaciones existentes en la isla, hay que añadir la total desecación de los pozos de agua potable.1 El P. Ricardo Cícera, S. J., hace la siguiente relación acerca de las detonaciones que se oyeron en casi toda la isla de Mindanao: Al anochecer, de 7 á 8, se oyeron varias detonaciones que parecían cañonazos muy lejanos y que, habiéndose oído también desde otros pueblos, produjeron una alarma general. Luego, calculando las distancias, creímos imposible que pudieran ser caño- nazos y no faltó quien atribuyese los ruidos al volcán del monte Malíndang de la misma isla de Mindanao. La realidad fué un fenómeno de mayor importancia de lo que 1 Véase Cosmos, No. 397, 3 Septembre, 1892 — L'éruption de Sanguir FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 363 podíamos sospechar, y del que nuestros lectores tienen perfecta noticia. El ya céle- bre volcán de la isla de Sangnir, situado á los 3o W de latitud N. y 131° V de longi- tud E.1 próximamente, experimentó una terrible» erupción, vomitando llamas, humo y abundantes piedras, algunas de gran tamaño, que se elevaban hacia las nubes, llevando luego la desolación y la muerte á los vecinos habitantes. Los estallidos de la explo- sión se oyeron en Teníate, Manado, (roróntalo y Joló, y nosotros los oímos en Dapi- tan, que dista más de 300 millas. ¡Tan grande fué el estampido de aquella explosión! TERREMOTO DE SIGABOY EN 1894. El día 10 de Febrero de 1894 experimentó el distrito de Dávao un violento terremoto, que en Sigáboy, pueblo situado en la parte Norte de la península de San Agustín frente al seno de Dávao, fué de carácter destructor. El P. Juan Llopart, S. J., misionero del citado pueblo, hace de aquel terremoto la siguiente descripción: El día 10 de Eebrero á la una y cinco minutos de la noche, un horroroso terremoto de trepidación y luego de trepidación y oscilación á la vez, dirección de N. áS. y que fué de duración larga, mucho más de un minuto, nos llenó de sobresalto. La casa y todo lo que en ella había, saltaba y se iba al suelo. El ruido espantoso, las sacudidas violentas, parecía que uno estaba en un carro andando sobre un pedregal; después de esta violenta sacudida se sucedieron por todo el día una serie interminable de tem- blores, con menos intensidad y duración que el primero; la dirección la misma. El día 11 se fueron repitiendo todo el día los terremotos. A las nueve y tres cuar- tos de la noche, fuerte sacudida y continuaron con menos frecuencia todos los días. El día 16 hubo una fuerte sacudida, en la dirección de O. á E. Hasta el 22 inclusive se fueron repitiendo todos los días, luego se han repetido solamente alguno que otro día hasta el 4 de éste, que es el último temblor que se ha notado. En el pueblo de Mati, situado más al Norte que el anterior y á unos 40 kilómetros, tuvo casi la misma fuerza, y fué voz común entre los naturales que nunca habían sentido otro igual. Por otra parte, se sabe (|ue fué general en casi toda la isla de Mindanao, aunque siempre con menor intensidad, á medida que aumentaba la distancia del epicentro. FOCO SEÍSMICO DEL AGUSAN. CUEXCA DEL RÍO AGUSAN. El río Agusan, que en el primer tercio de su curso lleva el nombre de Mánat, corre de S. á. N.,algo inclinado á veces, hacia el NO., desde el paralelo 7° hasta el 9o de latitud N. La cuenca de este río está determinada por las dos grandes cordilleras llamadas Oriental la una y Centro-Oriental la otra, que en la misma dirección de S. á N. corren paralelas, entre los meridianos 125° y 126° de longitud E. de Greenwich. Hacia los 7° 45' de latitud N. se desprende de la cordillera Centro-Orien- tal una cadena de montanas, que tomando primero la dirección de O. á E. y luego la de NO. á SE., corre á juntarse con la cordillera Oriental, casi en el límite Norte de la península de San Agustín, para separar la cuenca del alto Agusan de las del Sálug y demás ríos que desembocan en el seno de Dávao. 1 Según el meridiano de San Fernando. 364 focos seísmicos. TABLAS DE TEMBLORES. Las siguientes tablas se han formado con los datos seismológicos, que en gran manera agradecemos al P. Fernando Diego, S. J., misionero del alto Agusan. Son, en conjunto, una serie de notas seísmicas, entre- sacadas de los apuntes diarios, que sucesivamente habían ido tomando los misioneros de Játiva, Veruela, Talacogon y Butúan, pueblos situa- dos en las orillas del río Agusan, de S. á N. , según el orden con que aquí se expresan; acerca de estas tablas debemos advertir que sólo abarcan el período de 1893 a 1897, es decir, desde que los misioneros lograron lijar, de una manera algo estable, su residencia en las regiones del alto Agusan. Véase el plano de la cuenca agusana en la adjunta carta séismica. Lámina xiv. LAMINA XV CARTA SEÍSMICA DE MINDANAO TEMBLOR DEL 21 DE JUNIO 1893 PLANODE LAREGIONEPICENTRICA PLANO GENERAL J26° 12° 10£ JULIU3 BteNfcCOLITM N.Y. _ JDirección grraZ. de las cordilleras Grandes grietas 1 Sur ¿gao 2 Tagoloarb 3 Lirtabo 4 ZcLmb o GLTtg a, 5 Cotcubcuto 6 Bollo c 7 Dávcco 8 Butixarh 9 fJátivcL- 10 Talacogorv 11 Ve rite la SIGNOS jPercep ¿ib le Jsigero Regular Fuerte Violento Destructor FOCOS seísmicos de mindanao é islas adyacentes. 365 so 00 Si G > X X X ¿ j. ■j. A C S'C •c o a*c 3 p- J w o ó O fcC 'd ü O O 03 o¿ ?C O.S o Si o o g oí © w "- s % g1 i 2 c * §•2 " O £2 * &2 > »a;vi> c CC o fufe O O ! | ; 1 'Ó ; oá 73 O • • 3 lía: oJ> C ° 2 !2 2 ' be : : : be Gfe 3 : : : *3 ú O ü *o3 K ááe i a á á a á 2 . ¿¿oí ¿o3 ¿cé ¿ o fi ¡*< OOOiO ffl ,¿ CO ^H(Ol*(»OM HOHlC*0>HI^ te Cl CO >H •N M í) rH 33 Q oi • • < ú • ; • ; • X O O QO 0000 00 1 t-H T H r-t 1-1 > X X X a "O d o % s T3 üi" O 3 o3 "O Ul oá 73 -0 c3 ««3 oá > O P. o3 ri C-vU a? OJ s O ü DáfeQ i ,2 qj :&h á íááaáá "ááaááááaaaaaaa ¿:¿¿¿o3o3 ¿¿¿¿¿¿¿o3 ¿o3 ¿33 o3 ¿ ^00 ^MCOCOH-*OOmiO0 $8gSS;3:3SSS«>S3SS?SSa8$58r m ° 8 8 8 2 2 O» OJ Os OJ 00 00 00 00 366 FOCOS SEÍSMICOS. > X X X -3 ^ i Ci ^0 ^ ¡ »3 ! ^3 Oi oo c be • be • ¡3 o aaaa aaaa ¿ sj ¿ ce ¿ ¿ 3¿ 33 ¿ooooooiíiíi: STWWTCKCOi-nCí) ■OlOCOOCtOCCtH Sí ,_,_,_ e C ^ ^ ? "C 'C "Eh 'íh ^>'c ^2 o Ti X! .o x¡ x¡ es g «g g-.¿ I S. I J? •2-s O» O 33 £ 0)30 - a°> 5-- .2 » o cu ^ •3 £§ P«CÍ "ft O o o •¿5,0.0.0 ■•••:: :¿¿¿ gsesegasg ■ • :aaa 0 .2 .^ .^ .2 Xí X¡ X¡ cy c C 5u S S -^ ctaaa-23B¿ a '5^ £ > > 0) e?ci} c? af « ü ü íj ¡2 3 3 C O O FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes 367 °0 3 t-3 ' Cr ^ r-'1; ssáaáfiasssáááaáaa ¿lcu:L'ícoo>no5iOOH^-f¡2S 2 ® g:rHTJiTt~ * ¿g § § ~ g 2 S ¿-5 ^ ;3 -2 S s - x ^3 £ 2 £ ^ c¿ c £ 2 Cl< cá ;¿ x C «- .3 &-b O 2 r^ O) o *" O "^ ~ x y. >tí C *h cS .2*S tí So C oátí PSrr ^ac? rJt,.S £ £ tÜ 5 2 3 ^ r G¿ i 23g~23grt 03 C lis . O . fe C :'E 2 3*c í bc3 cjd : 9?bx> ■e3 c os s a S S c S S £ - £ ¿ d ¿ ¿ ¿, ¿ d d ¿ d ¿ ¿ d ¿ -r ce t íO co r-M— i ce ; O »í? iíí O iC ip x esas ^ONÍll'ÍI^X'ÍOÍlOXiCOXHOriíJ, ICXCiifííCKÍOlCXrHr 5 O iO S3333Soooj .2.2 « o be be bo be a> * 5 £ -° • ' o o o o ■ • J ' 3 5 5 £ J /*' 'So • • 5 3 «das oeooogNggsP.2 o ££ £ ^ P.S c ¿ n c o"So"S.a FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 375 n I y< o o gcsscssse t-i »c x r- :c ^KOf-OiíK >c ~i --h •ic-.r.noi-x >-c -~ x ~i -o -r ; x — ■ i- s :as ! ; O a ' ,.' ¿ • © a, ^ g 5 X! £5 £2 a •n i» en .í; .?£ u . p- o o c c,o 3 o bebe £ 5 o5.á O i-i 00 00 376 FOCOS SEÍSMICOS. TERREMOTOS DE COTABATO EN 1871. Los terremotos sentidos en Cotabato y comarcas circunvecinas, durante los días 8 y 9 de Diciembre de 1871, dieron bien á conocer, por sus terribles efectos, que existía allí una acumulación muy grande de fuerzas endógenas. El del día 8, á 5.30 p. m., se extendió hasta Zamboanga, donde se dejó sentir con dos sacudidas muy marcadas de E. á O. En Cotabato se presentó con toda la fuerza de un terremoto destructor. En general los movimientos fueron oscilatorios y las direcciones de N. á S. y de E. á O. En Dávao no fué destructor, pero se experimentaron fuertes oscilaciones de larga duración, las cuales, así como las de Cotabato, repitieron poco después. Al día siguiente, entre 7 y 8 de la mañana, se reprodujo el terre- moto con más intensidad, si cabe, que los del día anterior, pues fué mayor, sin duda, y más espantosa la ruina por él causada. He aquí lo principal que acerca de estos terremotos escribió un testigo pre- sencial: Todos los edificios se vinieron abajo con estrépito. Repitió á la media hora con más violencia, acabando de arruinar lo poco que el anterior había dejado en pie. En. la vecina isla de Polloc se experimentó casi lo mismo. El 9 amaneció completamente cerrado de neblina, que no permitía ver nada; todo el día no cesó de trepidar la tierra, y de 7 á 8 a. m. se experimentaron dos temblores de una fuerza incalculable, mayo- res que los del día anterior, quedando el pueblo sin casa alguna habitable. Por los ruidos sordos subterráneos se temía ver aparecer algún volcán, ó que hubiese algún hundimiento. Percibióse un olor de tierra que dejaba trastornados á todos. En Polloc sucedió casi lo mismo. PERÍODO SEÍSMICO DE 1882. Durante la segunda quincena de Marzo de 1882 estuvieron otra vez las comarcas circunvecinas del Macaturín sujetas á la acción violenta de los terremotos. El conjunto de todos ellos constituyó un verdadero período séismico, del cual se tuvo noticia por una carta de Cotabato, que entre otras cosas decía así: Durante la última quincena del mes de Marzo próximo pasado, nos ha soprendido en este distrito una tal serie de temblores de tierra, que parece no ha llegado aún este suelo á adquirir la estabilidad necesaria á los que lo habitamos. Principiamos en la noche del 18 de Marzo con uno, bastante violento, repitiéndose cuatro veces en el intervalo de una hora próximamente, aunque no con tanta intensidad. En los siguientes días, 19 y 20, hubo tantos pequeños movimientos que no era fácil llevar la cuenta exacta de ellos; sorprendiónos el último día, á 8.30 p. m., uno muy violento, con dos sacudidas distintas, y precedido de un ruido sordo muy notable. Desde esa noche continuaron los movimientos de poca intensidad, y muchos casi impercepti- bles, hasta el día 10 del actual, en que á las 7.30 de su tarde nos conmovió uno de gran violencia y de tres sacudidas, precedido también de un ruido subterráneo; su duración fué de unos 20 segundos próximamente. Posteriormente no se ha experimentado ninguno, y de esperar es que nos dejen tranquilos por mucho tiempo. La dirección observada en casi todos estos temblores fué de NE. á SO. LÁMINA XV» í te TERREMOTO DE POLLOC-JUNIO DE 1893 CURVA DEL SEISMÓMETRO ORDINARIO EN GOTABATO el día 3 de Junio á* 6h 58m A. Amplitud \A7° 15' l B 15° 7' Duración 12 Segundos Tamaño natural FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 377 TERREMOTO DE POLLOC EN JUNIO DE 1893. El terremoto que el día 3 de Junio de 1893, á 6.37 a. m., se sintió en toda la región occidental de Mindanao, comprendida entre Dapitan, Po- lloc, Cotabato y Zamboanga, fue de bastante intensidad, y, á juzgar por las notas recibidas de las citadas poblaciones y por la curva seísmica descrita por un seismómetro ordinario en Cotabato, el epicentro de dicho terremoto debió de estar situado no muy lejos del volcán Maca- turín, entre Polloc y Cotabato. Véanse si no las notas indicadas: Dapitan. — Temblor de 20 segundos de duración, en el cual se notaron primero dos sacudidas trepidatorias y luego oscilaciones de S. á N. ; la intensidad fué regular. Polloc. — Temblor muy fuerte de trepidación, seguido de oscilación de NNE. á SSO. ; duración larga. Repitió ala 1 p. m. más ligero. Cotabato. — Temblor de bastante intensidad; la dirección de los principales movi- mientos fué de NNO. á SSE., en el cual el péndulo seismométrico trazó arcos de 15° 7/; el primer impulso fué casi de N. á 8. y hubo también algunas oscilaciones de NNE. á SSO. cuya amplitud fué de 7o 15'. FOCO VOLCÁNICO-SÉISMICO DE CAMIGUÍN. DOS ISLAS CAMIGUÍN. Casi con idénticas condiciones volcánicas, aunque muy distantes entre sí, aparecen en el Archipiélago Filipino dos pequeñas islas, llamadas una y otra Cainigiún. Está situada la primera, según vimos al tratar del foco probablemente volcánico-séismico del NE. de Luzón, en el grupo de las Babu vanes, con un volcán, á lo que parece, en actividad. La segunda isla Camiguín está situada al N. de la de Mindanao, no muy distante del distrito de Misamis, y cuenta también con un volcán que en época muy reciente ha dado muestras de espantosa actividad, como se verá por las siguientes líneas. APARICIÓN DEL VOLCÁN DE CAMIGUÍN DEL SUR EN 1871. Bajo todos conceptos fué terrible la aparición del volcán de Cami- guín, ocurrida el 30 de Abril de 1871. Después de dos meses y medio de violentos y repetidos temblores, alzáronse, á unos 300 metros al SO. del pueblo de Catarman, imponentes nubes de humo, cenizas, pie- dras y fuego que, comunicándose a un bosque inmediato, prendió en él y en pocas horas lo redujo por entero á cenizas. En un radio de 2 á 3 kilómetros todo fué arrasado por el fuego y por las piedras que lanzó el volcán en el momento de la explosión. Es de notar que la actividad volcánica estaba al principio reducida á un pequeño cono de poco más de 2 metros de altura, que luego fué aumentando sucesivamente hasta contar, después de cuatro anos, con una elevación de más de 420 metros sobre el nivel del mar. Uno de los que lo visitaron algunos días después de la erupción, describe así los fenómenos que presenció muy de cerca: 878 FOCOS SEÍSMICOS. La base del volcán está á unos 11 metros del nivel del mar, cerca de la playa y al pie á 10 p. ni. El día 13, á las 12 del día próximamente, hubo temblor muy fuerte, causando derrumbamientos parciales en los montes, después de los cuales continuó lo que aquí llamamos estado normal, esto es, sintiéndose un movimiento de poca intensidad cada 3 ó 4 horas. Los días 14, 15, 16 y 17 no hubo más que cuatro ó cinco movimientos diarios, algunos de ellos casi imperceptibles. El día 18 aumentaron en fuerza, y á las 11 a. m. hubo uno muy fuerte y luego otro á las 4 de la mañana del 19. Se abrieron grietas en la tierra de 7 á 8 pies de profundidad. Todo el día 19 continuaron los temblores, más 380 FOCOS SEÍSMICOS. repetidos y más fuertes que los anteriores. El día 20 hubo rogativa y misa; siguieron los derrumbamientos y las aberturas de grietas á cada sacudimiento. El día 21, hubo dos movimientos muy fuertes á las 10 de la mañana y luego continuamos en nuestro estado normal, sin pasar de seis al día, hasta el último del mes de Marzo. Durante el mes de Abril continuaron los movimientos en la misma proporción arriba expresada, sin pasar de diez al día ni bajar de cuatro, aunque casi todos eran de poca intensidad. CALMA SUBSIGUIENTE. Si no hubieran acaecido otras erupciones volcánicas semejantes á la del volcán de Camiguín que nos ocupa, bastaría ciertamente ella sola para comprobar la mutua dependencia que, en determinados casos, puede haber entre las erupciones volcánicas y las conmociones seís- micas; pues desde el 30 de Abril, fecha de aquella erupción, hasta el día 7 del mes de Mayo siguiente, quedaron los temblores com- pletamente localizados en el perímetro del monte, sin haberse desde entonces hablado ya más de temblores, que sepamos, acaecidos en la isla de Camiguín. nota seísmica de la península de zamboanga. SITUACIÓN GEOGRÁFICA. Situada la península de Zamboanga en el Oeste de Mindanao, se ex- tiende desde los 6o 53' hasta los 8o 44' de latitud N. y desde el meridiano 121° 54' hasta el 123° 48' de longitud E. de Greenwich. Comienza esta península en el istmo de Misamis que separa la ensenada de Panguil de la bahía Illana, en los 8o de latitud próximamente, y termina en la punta Sur de Zamboanga, frente al estrecho que la separa de la isla de Basilan. Su dirección general es de NE. á SO. y comprende la provincia de Zamboanga por el S. , y por el N. la comandancia político-militar de Dapitan. TABLAS DE TEMBLORES. Sólo en algunos casos extraordinarios han sido los temblores de Zamboanga generales en toda la península. De ordinario han sido puramente locales, ya en la región meridional, ya en la comandancia de Dapitan. FOCOS seísmicos de mindanao é islas adyacentes. 381 éÚéÚéééééÚééáééBBBBBB : S g S S S 6 6 S ¿¿d á é ¿¿* ¿ é si d ¿¿* =¿ ¿¿¿¿¿ : &■* * * »-«3 * * «¡a T-f ^ iO CC i> o CC GOCOCC 382 irocos seísmicos. • z Jr '- J- J- J- • 'J- '- ; y4 ; X X* X ; X • X •X -^ ¡25- • * -1 i ¿ : ^-.? :!;;;;; Zj S £ 5 a. ni i Trepida torio 80 a. ni Oscilatorio 15 p. ni ' id 1 17 a. m id ! s c5 s £ £ £ iC i — r o iít o cí o os o >c r-< -^ ^ .2 .2¿ .3¿ ~ ~ -£ -2 ~ 6 £ " ¡2 £ El, X X X c 5 c O O c o FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 383 TEMBLOR DE 1874 EN ZAMBOANGA. El temblor acaecido en Zamboanga el 25 de Agosto de 1874 fue causa de grande alarma, no sólo porque no se conocían aún allí las sacudidas seísmicas de carácter violento, sino también porque produjo bastantes ruinas. En la capital las casas parecían venirse todas al suelo, y jun- tamente con gran multitud de objetos se cayeron nueve pilares de la pared del cementerio, se abrieron grietas en varias casas y una muy grande en el pantalón 6 embarcadero, donde quedó rajada una pared que mira al E.. y hubo, además, algunas ruinas en los cuarteles, á pesar de ser todos de ladrillo con ligaduras de hierro. En la Isabela de Basilan, aunque fue muy fuerte también, no causó sin embargo, ni con mucho, tan graves danos como en Zamboanga. En la región septentrional de la península, y en el distrito de Cota- bato, se sintió también, pero con mucha menos fuerza. FUERTES SACUDIDAS EN DA PITAN DURANTE EL ANO 1885. El ano 1885 fué de mucha actividad seísmica para los pueblos sen- tados en la región Norte de la península de Zamboanga y de una manera especial para Dapitan. De varios misioneros de aquella parte de Mindanao recibiéronse los siguientes datos acerca de las citadas conmociones seísmicas. El 1\ Antonio Obach. S. J., describe en estos términos las del día 23 de Julio, en que ocurrió la primera y más espantosa que habían visto los nacidos en aquellos pueblos: Gracias á Dios no lia habido desgracian personales. Materiales las ha habido de consideración, porque una porción de casas se han venido al suelo y otras se habrán de derribar. lían sufrido bastante la comandancia y el tribunal. El convento ha sufrido poco, á excepción de la vajilla, etc. La iglesia interina no se ha caído, y la que está en construcción nada ha sufrido. La de Cavite ha quedado en nial estado, y en la Hayase han caído algunos tabiques; se han abierto grandes grietas en dife- rentes puntos, brotando agua en bastante cantidad. De los montes se han despren- dido en algunas partes grandes peñascos. El primer día se repetían los temblores cada cuarto de hora; de día en día han ido disminuyendo, pero siguen todavía perci- biéndose sacudidas momentáneas, aunque bien perceptibles. Desde Dipólog escribía también el F. José Vilaclara, S. J., lo que sigue : El temblor del 23 fué terrible, el más fuerte que había sentido en mi vida, y los bisayas y boholanos dicen que jamás habían percibido otro igual. Se cayeron al suelo todas las estatuas del altar, sacras, gradas y ara, y sólo por milagro no se cayó el sagrario, el cual no obstante rodó por la mesa del altar. En el convento todo rodó por el suelo. Continúan todavía los temblores, pero menos fuertes. El temblor fuerte fué de XO. á SE. y en la tierra producía las mismas ondulaciones que los vientos en las aguas, abriéndose en varias partes grietas dirigidas de NE. á SO. El área seísmica de este terremoto se extendió de S. á N. desde la Isabela de Basilan hasta el extremo Norte de la isla de Cebú, y en la dirección de O. á E., hasta el centro de Mindanao. No se había terminado aún el mes cuando de nuevo los temblores sacudieron notablemente las viviendas de los pacíficos habitantes de 384 focos seísmicos. Dapitan. Según testimonio del P. Obaeh, comenzó este nuevo período con un movimiento de oscilación a 8 p. m. del día 31 del citado mes de Julio. Repitiéronse luego por dos veces durante la noche con alguna intensidad, y aun después, hasta el día siguiente á 11 a. m., en que fué notable el balanceo de los edificios y el crugir del maderamen. Creíase al principio que todos aquellos temblores procedían del volcán de Cami- guín; más luego se supo que en Cagayán, á mucha menos distancia y en la dirección del supuesto foco, no se había sentido ninguno de aquéllos ni de los precedentes temblores, lo cual indujo la sospecha de que el foco de todas aquellas conmociones séismicas era puramente local, situado en la península de Zamboanga. Á las 3.15 p. m. del día Io. de Agosto sintióse otro temblor oscilato- rio, seguido de una muy fuerte sacudida, que se fué repitiendo hasta el día 3 inclusive, contándose por término medio hasta seis sacudidas bien perceptibles cada día. Por último, los temblores del mes de Septiembre fueron notables, no sólo por su intensidad sino también por los ruidos subterráneos que los acompañaron. Los más violentos ocurrieron, sin que se sepa fijamente á qué hora, los días 9 y 23, y fué voz común entre los monteses que durante los temblores del día 23, no lejos del monte Malíndang, hacia el S. i SE. de Dapitan, se había partido, con grande estruendo, por su mitad un cerro muy empinado, quedando como dos picos separados por un profundísimo barranco. TERREMOTOS DE 1897. Los terremotos sentidos en Zamboanga, durante los últimos meses del año 1897, pertencen al número de aquellos que en las regiones donde se presentan, dejan por mucho tiempo tristes recuerdos de su destructora violencia. Fueron en extremo terribles, no sólo por su extraordinaria intensidad sino también por haber dado lugar á uno de los períodos seísmicos más prolongados entre los que se registran en los anales seismológicos del Archipiélago Filipino. Aunque desde las 3.15 a. m. próximamente del día 21 de Septiembre se comenzaron á sentir estos fenómenos, sin embargo, ninguno de ellos igualó en intensidad al que sobrevino cerca de las 3.15 p. m. del mismo día 21, durando los movimientos, que eran en Zamboanga de oscilación y trepidación, más de un minuto y siguiéndose un extraordinario y repetido flujo y reflujo del mar, en uno de los cuales subió el agua á la altura de unos 6 metros sobre el nivel de las mayores mareas. De las ruinas que con ocasión de estos temblores se causaron en Zamboanga, dio cuenta el corresponsal del periódico de Manila, La Oceanía Española, en los siguientes términos: Todas las casas y edificios públicos han quedado en estado ruinoso. Entre estos últimos se cuentan el fuerte del Pilar, donde estaban alojadas las fuerzas del Regi- miento No. 69, de artillería, infantería de marina y tercio provincial; la iglesia, de la que se vinieron al suelo la torre y fachada principal, y el convento, la casa del Gobernador FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 385 Político-Militar de la isla, el hospital militar, la Comandancia de la División Naval del Sur, la Administración de Hacienda Pública y la de Comunicaciones. Puede decirse que sólo quedaron en pie las casas de ñipa y las de construcción mixta ó que tienen el piso bajo de materiales fuertes y de madera el principal. Las farmacias del hos- pital militar y la del Sr. Mendoza han sufrido mucho; todo el botamen de ellas se rompió, quedando inservibles los medicamentos que contenían. También experi- mentaron pérdidas de importancia los almacenes los Sres. Barrios y Osanis, y todas las tiendas de telas, bisutería y quincalla de los chinos. Para formarse una idea de lo terribles que han sido las sacudidas, bastará decir que los pilares de manipostería que había en la plaza de Salcedo, la primera de la población, fueron todos derribados y eso que sólo medían 2 metros de altura, con un espesor de 60 centímetros de lado. Del resto de la provincia, las noticias que hay son desconsoladoras. En Bólong quedó destruida la iglesia y convento, así como la mayoría de las casas del pueblo, aun cuando no hay ninguna que no sea de caña y ñipa, y muy pocas con tabiques y piso de tabla, de éstas nos dicen que quedan en pié cuatro ó cinco. En este pueblo se abrió una grieta en el suelo, de unos 50 metros de largo en el centro de las sementeras, y por esta grieta salía en abundancia agua salada. En la colonia de San Ramón fueron destruidos el edificio donde está el presidio y el de la maquinaria, que son de construcción de ladrillo. De la ranchería del Recodo que tenía sus casas levantadas sol) re el agua no quedó ni rastr El área de este terremoto se extendió por el N. hasta la parte septen- trional de las Bisayas, por el S. hasta el N. de Borneo, por el E. hasta el extremo oriental de Mindanao y por el O. hasta la Paragua. En la isla de Basilan, por estar situada muy cerca del centro de seis- micidad, se experimentaron casi los mismos desastrosos efectos que en Zamboanga. Acerca de lo allí ocurrido nos escribió el P. Pablo Cava- Hería, S. J., lo que sigue: Á las 3. 15 a. m. del día 21 se sintió el primer temblor de tierra, oscilatorio de 70 á 80 segundos de duración y dirección de E. á O. ; á cortos intervalos siguieron sacu- didas leves hasta la 1.20 p. m. en que se sintió fuertísimo movimiento oscilatorio y de trepidación que produjo el desplome del fuerte de Isabel II. No bien terminó el movimiento á los 40 segundos, cuando se sintió de la mar un ruido estrepitoso y extraño; era una inmensa ola que entraba por la boca del Este de la silanga é invadía el pueblo y la estación naval, arrastrando consigo cuanto encontraba á su paso; en aquel momento el Gobernador de la isla, D. Eduardo Vargas, se encontraba en el pantalán con otros oficiales y funcionarios, y comprendiendo el peligro que corrían dio la voz de: "todo el mundo al fuerte," como punto elevado que es, y á ello se debió la salvación de muchas vidas. Era imponente ver el estado de la mar por la inmensa ola, que con gran fuerza entraba por la bocana del Este para llegar á la del Oeste y volver, dejando casi en seco la silanga, para después elevarse impetuosa; este fenómeno se repitió más de 30 veces, calculando que la elevación sobre el nivel ordinario de la mar no bajaría de 5 metros. Destrozos importantes enumera el parte oficial los siguientes: el fuerte Isabel II en ruinas, el tiangui (mercado) desaparecido por habérselo llevado el mar, el tribunal y otros edificios en el suelo y resentidos. Dice el Gobernador que el aspecto del pueblo es de la mayor desolación y miseria. El cañonero General Lezo fondeado en la silanga corrió grave peligro y hubo momen- tos en que el comandante creyó se perdía, pero afortunadamente no tuvo avería ninguna y su comandante, después de los cuidados que debía ejercer sobre la nave, púsose á disposición del Gobernador con parte de la fuerza á bordo, que se portó admirablemente. En las rancherías moras ha habido las siguientes desgracias y des- trozos: en la de Tagudos, heridos; en la de Panigayan, se llevó el mar ocho casas; 4619 — tomo II 25 386 focos seísmicos. en la de Balauan, hubo cinco muertos, seis heridos y la desaparición de todas las casas; en la de Lucbuton, tres muertos y seis heridos y la desparición de la ranchería; y en la de Matican, cinco muertos y varias casas caídas. En Cotabato que está situado en la desembocadura del río Grande de Mindanao, hacia el O. de Zamboanga, fueron también de notable intensidad, especialmente el sentido á 3.25 a. m. del día 21, según es de ver en las adjuntas curvas obtenidas por el seismógrafo que en aquella localidad tenían establecido los misioneros jesuítas allí residentes. El misionero de Joló, P. Gaspar Colomer, S. J., nos hizo saber tam- bién que en el bambolear y crugir de los edificios se agrietaron notable mente las paredes, se cayeron muchos tabiques en el interior de las casas y que fueron severamente castigados los fuertes Princesa de Asturias y Torre de la Reina, situados ambos en el exterior de la plaza militar. En cuanto á las demás islas de aquel archipiélago joloano, en ninguna de ellas, según testimonio del Sr. Gobernador Político- Militar de aquella plaza, Excmo. Sr. D. Luis Huertas, se sintió con tanta intensidad como en la de Joló, es decir, que iba disminuyendo la intensidad de los temblores á medida que aumentaba la distancia de Zamboanga, lo cual indica que el foco se hallaba situado no muy lejos de esta parte de Mindanao. Por último, debemos notar que los terremotos de Zamboanga fueron acompañados, además de la ola seísmica arriba mencionada, de un fenómeno geológico muy notable, cual fué la aparición de una nueva isla frente á la costa de Borneo, cerca de Labúan. Por los periódicos de Hongkong y de Singapore se vino en conocimiento del telegrama que el Superintendente de Labúan había transmitido á Singapore, dando cuenta del fenómeno en los siguientes términos: Un temblor de tierra ha sido observado en Kúdat y otros puntos á lo largo de la costa, el día 21. Á la hora del temblor, poco más ó menos, fué lanzada del fondo del mar una nueva isla, entre Mempakul y Lambeidán, á unas 50 yardas de la tierra firme que hay frente á Labúan. La isla está formada de toba volcánica y barro arcilloso, midiendo 200 yardas de longitud por 150 de ancho y 6 pies de altura, y aun parece que se va agrandando por momentos. En varios puntos despide gases infla- mables con fuerte olor á petróleo. El temblor no fué sentido en Labúan. Los datos del telegrama que antecede fueron confirmados cinco meses y medio más tarde, por el testimonio del P. A. Van den Broeck, misionero apostólico de Labúan, en carta que por conducto del misionero de Joló remitió á este Observatorio, con fecha 5 de Marzo de 1898, la cual, entre otras cosas, contiene lo que sigue: La nueva isla de que se habla, apareció cerca de Labúan, el día 21 de Septiembre de 1897, minutos después de la 1 p. m. Parece fuera de toda duda que acaeció este fenómeno al mismo tiempo que se sentía temblor en Sandakan y en Kúdat y en otros varios lugares. Las dimensiones de la isla son las siguientes: Pies. Longitud 750 Anchura 450 Altura 45 TERREMOTOS DE ZAMBOANGA-SEPTIEMBRE DE 1897 CURVA DEL SEISMÓMETRO ORDINARIO EN COTABATO el día 21 de Septiembre á 3h 25m a. ÍA=£ LAMINA XVI. A ^ =21° r-U° Duración 62 Seaundos JV Tamaño natural LÁMINA XVII. TERREMOTOS DE ZAMBOANGA-SEPTIEMBRE DE 1897. CURVA DEL SEISMÓMETRO ORDINARIO EN COTABATO el día 21 de Septiembre a |h 32m p. ( A 9o 20* Amplitud \ n r \B 18° Duración 12 Segundos. Tamaño natural FOCOS SEÍSMICOS de mindanao é islas adyacentes. 887 En cuanto á su aspecto exterior, aunque es llana, sin embargo, en su parte media presenta una cumbre en forma de cono y á manera de cráter, del cual sale lodo y barro. El diámetro de la parte más inferior de este cráter mide .180 pies. Por muchas rendijas ó hendiduras emite gases inflamables. Otra nueva isla apareció también el mismo día cerca de Kudat, al SE. de la de Ma- lundangan. Tiene una forma rectangular y mide 360 pies de longitud, 300 pies de ancho y sólo 3 pies de altura. Esta isla, al decir de los naturales, surgió del fondo del mar el mismo día 21 por la mañana, y añaden que vieron acercarse las olas, que sopló un viento muy fuerte, que se oyeron grandes ruidos con estrépito y que al instante surgió la isla en un lugar donde antes tenía el mar unos 20 pies de pro- fundidad.1 1 Para más detalles véase La actividad xttxmica en el Arvliip'u'iayo Filipino durante el año 1897 del P. José Coronas, S. J., obra recientemente publicada por nuestro Observatorio. TRATADO XII. VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE EN MANILA. 389 P R ( ) L O G O. Desdo 1890 comenzaron á funcionar los aparatos registradores de las variaciones magnéticas en nuestro Observatorio de Manila, y desde entonces han continuado sin interrupción hasta el presente. Existía por lo tanto en el Departamento Magnético, á ñnes del año 1897, una buena colección de observaciones referentes á la variación del magne- tismo terrestre en Manila, y nos pareció que sería ya oportuno el re- cogerlas y ordenarlas, y deducir de las mismas alguna idea de la marcha general del magnetismo terrestre en la capital del Archipiélago Filipino. El P. Ricardo Cirera verificó en parte este estudio en su interesante trabajo El Magnetismo Terrestre en- Filipinas^ pero no tenía entonces á su disposición más que las observaciones de los dos primeros anos de registro fotográfico, y era conveniente ver si se confirmaban con las ob- servaciones de años posteriores los resultados hasta entonces obtenidos. Tal es el objeto del presente escrito. Para su mejor inteligencia con- viene advertir que la variación de los imanes se puede considerar bajo un doble aspecto, á saber: uno que se refiere al estado normal y de reposo en que se hallan los elementos del magnetismo terrestre, y otro que dice relación al estado de agitación de los mismos, ó sea, al estado de perturbación magnética. Dejaremos para más adelante la reseña de las perturbaciones magnéticas registradas en nuestro Observatorio hasta fines del año 1897, y en el presente trabajo nos ocuparemos ex- clusivamente en la variación normal del magnetismo terrestre en Manila. Llamamos cíclica a esta variación, ya porque así la llaman algunos autores que tratan de ella, ya, también, porque efectivamente los fenómenos de la variación magnética se suceden en revolución periódica, idéntica á la que se observa en las horas del día y en las estaciones del año. Creemos que no dejará de interesar á los estudiosos este trabajo, aunque no sea grande su mérito, por la sencilla razón de ser el mag- netismo terrestre tan poco conocido todavía, y por ser, además, el Obser- vatorio de Manila uno de los muy pocos observatorios magnéticos que existen en los países intertropicales. Observatorio de Manila , S de Diciembre de 1899. 391 CAPITULO T. PABELLÓN MAGINTETICO DKIj OBSERVATORIO I>E MANILA. COORDENADAS. SITUACIÓN GEOGRÁFICA. El pabellón del Departamento Magnético del Observatorio de Manila, está a poco más de 100 metros de distancia del ediñcio principal del Observatorio, hacia el SE. del mismo, y sus coordenadas geográficas son 127° 10' 57" de longitud E. de San Fernando, ó sea. 120° 58' 33" E. de Greenwich, y 14° 34' 40" de latitud N. ; su altura sobre el nivel del mar es de 14.2 metros. SITUACIÓN MAGNÉTICA. Está comprendido dicho pabellón entre las dos líneas isógonas Ó - 30' E. y Io E. que cruzan la parte central de Luzón y parte de las islas Bisa-vas,1 y entre las isoclinas 15° y 20° de latitud magnética N. Per- tenecen éstas al sistema de isógonas comprendido entre la línea ovalada de variación 0° que encierra todo el Imperio Japonés, la Manchuria y la Siberia Oriental con los mares que los rodean y la grande línea de variación 0o que partiendo del polo magnético Sur se dirige á la Aus- tralia, atraviesa su parte occidental, se inclina luego mucho hacia el Oeste y recurvando corta el ecuador hacia los 83° longitud E. de San Fernando, cruza después el mar de Omán por el E. del golfo Pérsico y mar Negro, y siguiendo la parte oriental de Europa hasta introducirse en el Océano Glacial ártico, termina finalmente en el polo magnético Norte. Hemos tomado este sistema de una carta magnética no muy re- ciente, titulada Carta de las curvas de igual variación magnética, corres- pondiente á 1858, publicada por el Depósito Hidrográfico de Londres en 1859, Dirección de Hidrografía, Madrid 1862; mas atendida la lenti- tud de la variación secular, basta para formarse suficiente idea de la posición magnética del Observatorio de Manila. Para su mejor inteli- gencia conviene, sin embargo, recordar que la declinación se cuenta desde 0o á 180°, representando éstos el ángulo formado por el meridiano terrestre de Sur á Norte con el eje magnético del imán, cuya direc- ción se toma también de Sur á Norte, ó, lo que es igual, del polo negativo al polo positivo. Para la inteligencia de las líneas isógonas conviene recordar también, que los meridianos magnéticos son de dos clases; el 1 Véase la carta de las líneas isógonas é isoclinas en El Magnetismo Terrestre en Filipinas por el P. Ricardo Cirera, S. J. 393 394 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. llamado meridiano magnético (línea isógona) es la línea que se obtendría transportando la aguja imantada por las regiones del globo siguiendo constantemente el rumbo que marcase su dirección; el meridiano magnético ordinario, del que hemos hablado al definir la declinación, es la intersección del plano vertical que pasa por los polos de la aguja imantada con la superficie terrestre; de donde éste es un círculo máximo, mientras que aquél resulta una curva de doble curvatura más ó menos regular. Disponiendo de suficiente número de observa- ciones, pueden trazarse las líneas isógonas y los meridianos magnéticos verdaderos. VENTAJAS DE DICHA SITUACIÓN. Es muy ventajosa la situación descrita de nuestro pabellón magnético, no solamente por ser éste uno de los pocos observatorios magnéticos situados en la zona tropical, sino también porque al Norte y al Sur del mismo se extienden regiones del globo que ofrecen distintivos caracterís- ticos en el magnetismo terrestre. Y en efecto, hacia el Sur, no se halla lejos el ecuador magnético, ó sea, el círculo máximo perpendicular al eje magnético, en todos los puntos del cual, la fuerza terrestre es horizontal y la inclinación nula; no está lejos tampoco el cruzamiento de los dos sistemas de isógonas que arriba indicamos, cuyo punto de intersección se encuentra próximamente entre el mar de Célebes y el mar de Banda. Por otra parte hacia el N.ó NNE., tampoco se halla lejos la región que dijimos estaba comprendida en la línea ovalada de variación 0C, la cual muy probablemente influye tanto en la variación normal como en las perturbaciones de nuestros imanes. Por ser tan interesante esta región, especialmente en lo que se refiere á la declina- ción, pondremos lo que dice de ella el P. Perry, S. J., tratando del viaje de exploración que á la región oriental de Siberia hizo el profesor noruego Hansteen.1 Dice así: Las regiones del N. de Siberia, en donde la intensidad magnética es muy grande, abundan en estratificaciones ferrugíneas, y, además de esto, el frío es tan intenso que excede, en baja temperatura, á la de cualquier otro punto de la tierra en el mismo para- lelo de latitud. Estas regiones pueden, por consiguiente, no solamente estar provistas de una cantidad considerable de magnetismo permanente, sino que pueden también estar sujetas á grandes alteraciones atmosféricas y á las influencias de las corrientes electro-magnéticas que cruzan continuamente la superficie exterior de la corteza terrestre, las cuales sin duda producen importantes cambios en el magnetismo subma- nente de algunos estratos de materias ferruginosas menos densas. Cualquiera que sea la naturaleza del magnetismo, no se puede dudar sino que ejerce en ella grande influen- cia el magnetismo que podríamos llamar local, cual es, por ejemplo, el magnetismo de algunas grandes cordilleras ó lechos de formación ferrugínea; algunos de estos estratos tendrán más consistencia que otros y estarán por consiguiente menos dóciles á la influencia magnética, pero en cambio esta influencia será de mayor duración; otros serán más expuestos á los extremos de temperaturas muy bajas ó muy elevadas y experimentarán por lo mismo rápidas y radicales mudanzas en sus condiciones magnéticas. 1 On Terrestrial Magnetism by the K. S. J. Perry, director of Stonyhurst Observatory. PABELLÓN MAGNÉTICO DEL OBSERVATORIO DE MANILA. 395 Tal vez algunas perturbaciones de Manila son debidas á causas expuestas en este párrafo. PROXIMIDAD DEL ECUADOR MAGNÉTICO. Hemos dicho que nuestro Observatorio no se halla lejos del ecuador magnético, lo cual es fácil de comprobar con bastante aproximación, valiéndonos de la fórmula tg 1 = 2 tg ,/', en la teoría de Biott. Las fórmulas fundadas en esta teoría son (figura Ia., lámina ii), llamando H á la componente horizontal, N á la componente vertical ó normal á la circunferencia, M al momento magnético del imán, R al radio, y r á la latitud: R3" 8en x Tí M f-Pa/ 1 + 3 sen x tgl = 2tg}/'. Las tres fórmulas primeras nos servirán luego; la cuarta nos dará la- latitud magnética para 1897, suponiendo que- 1=16° 33' 2o": te I log tg ,/'=log tg I— log 2 log tg í/'- 1.473087— 0.301030 log tg #=1.172057 #=8° 27' 11". Es decir, poco menos que la distancia que Ymy en paralelos geográ- íicos desde Manila á Jólo, pues pasa el ecuador magnético muy cerca de dicha isla. Comparando este resultado con el obtenido en el año 1891, la distancia de Manila al ecuador magnético ha disminuido cerca de 0o 23'. APARATOS Y CURVAS. IDEA GENERAL. El Departamento Magnético del Observatorio de Manila que se halla instalado en su pabellón correspondiente, comprende dos dife- rentes series de aparatos, á saber: los aparatos de observaciones abso- lutas y los aparatos de variaciones. 396 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Llamamos aparatos magnéticos absolutos á los que sirven para cono- cer independientemente de otros, la dirección y la fuerza magnética en un determinado punto de la tierra. Los aparatos absolutos no están por necesidad fijos en un local determinado del Observatorio, sino que pueden trasladarse a diferentes lugares para determinar con ellos los elementos magnéticos. Cuando las dimensiones de estos aparatos son reducidas y facilitan su traslación, se llaman con mucha propiedad, aparatos de viaje. En nuestro Observatorio, los aparatos ordinarios magistrales para observaciones absolutas, son: el magnetómetro de Elliott, y el inclinómetro de Dover; los aparatos de viaje son los de Brunner. La serie de aparatos de variaciones se divide en aparatos de observa- ción directa y aparatos registradores. Los aparatos de esta serie, en general, están colocados en condiciones tales, que por medio de la reflexión de un espejo adherido al imán y de un anteojo, se pueden observar de un modo continuo los movimientos de los imanes en cada uno de los aparatos. Éstos pueden ser ó de observación directa, y entonces los llamamos aparatos directos, ó bien registradores, y entonces van acompañados de un reloj magnetógrafo. Los aparatos de ambas series, que posee el Observatorio de Manila, son los construidos por Carpentier bajo la dirección de Mascart. Como en los resultados de los aparatos registradores nos hemos de ocupar principalmente, dare- mos aquí solamente una ligera idea del magnetógrafo registrador. En la memoria del P. Eicardo Cirera titulada El Magnetismo Te- rrestre en Filipinas se podrá ver más detallada la instalación de todos los aparatos registradores en el Departamento Magnético del Obser- vatorio. MAGNETÓGRAFO REGISTRADOR. El magnetógrafo ó aparato registrador propiamente dicho, fué cons- truido por Jules Duboscq. La caja de este registrador está dividida verticalmente en dos partes distintas, una de las cuales contiene el aparato de relojería con su péndulo correspondiente que bate segundos en el plano del meridiano magnético, y la otra una especie de cámara oscura que contiene el papel fotográfico. Una sola hoja de papel sensibilizado sirve para los tres elementos magnéticos de declinación, componente horizontal y componente vertical, y se coloca en un chasis formado por dos láminas de cristal, una transparente colocada en la parte anterior y otra ennegrecida que cae en la parte posterior; en la cara transparente están trazadas tantas líneas negras horizontales cuantas son necesarias para registrar las horas, pues la distancia que separa estas líneas es precisamente la distancia que recorre el chasis en una hora, en virtud del aparato de relojería. Los rayos de luz, que reflejados por los espejos impresionan el papel fotográfico, provienen LÁMINA II. P. (ñ" I M Í * ¿-4— 1 I 8 B' CC^ D D' PABELLÓN MAGNÉTICO DEL OBSERVATORIO DE MANILA. 397 de una linterna cerrada colocada en la pared exterior de la caja del reloj; cada una de las tres caras libres de esta linterna lleva un orificio con su lente correspondiente, y una especie de obturador con una rendija vertical que da paso a los rayos luminosos; una de las rendijas de la linterna envía un rayo luminoso al declinómetro, otra al bifilar y la tercera á la balanza. Un solo foco de luz sirve al mismo tiempo para los tres elementos, y todo el sistema está dispuesto de modo, que las imágenes luminosas de las rendijas, después de reflejarse sobre los espejos deben entrar dentro de la cámara oscura. DECLINÓMETRO, BIFILAR Y BALANZA. Los aparatos magnéticos que envían los rayos reflejados al registrador fotográfico son el declinómetro, el bifilar y la balanza; están colocados sobre sus respectivos pilares, cuyos centros están á una distancia del aparato registrador igual á la distancia focal de las lentes respectivas, y únicamente se distinguen de los aparatos directos de variaciones, en que no tienen anteojo ni escala graduada. Pondremos brevemente á continuación el modo de obtener por medio de estos aparatos las varia- ciones del magnetismo. MODO DE OBTENER LAS VARIACIONES DEL MAGNETISMO. Estando ya dispuesto el reloj registrador, se coloca el chasis á la hora conveniente, que es siempre á las 8 a. m. en nuestro Observatorio, y juntamente se sube el marco de las dos ranuras en que va colocado el chasis; éste empieza luego á descender con movimiento uniforme hasta completar las veinticuatro horas, y al mismo tiempo que desciende el chasis se obtiene la curva correspondiente á la variación magnética durante las mismas horas. La figura 2a. (lámina ii) da alguna idea de la marcha de los rayos luminosos, en donde Dy D' representan los rayos reflejados del declinómetro que después de haber caído sobre un prisma de reflexión total P son enviados al papel sensibilizado á través de una abertura longitudinal que se abre delante del aparato fotográfico. Dicha abertura puede cerrarse á voluntad por medio de un obturador. Disponiendo convenientemente la abertura, se obtienen dos imágenes DyD' reflejadas por los espejos fijo y móvil, el rayo reflejado por el espejo fijo traza una línea recta en el papel fotográfico, y el rayo reflejado por el espejo móvil describe la variación de la aguja imantada. El bifilar da también por medio del prisma P', dos imágenes B y B' de las rendijas correspondientes. Los prismas P y P' cubren cada uno un tercio de la hoja de papel; el tercio intermedio queda libre, y recibe directamente las imágenes C y C de la rendija correspondiente á la balanza. Para facilitar la lectura de las curvas, se han dispuesto los espejos de manera que las curvas del bifilar y de la balanza estén del 398 VARIACIÓN CÍCLICA BEL MAGNETISMO TERRESTRE. mismo lado de la recta que les sirve de comparación, la curva de la declinación está invertida por efecto de la refracción de la lente del declinómetro. REGULARIDAD CON QUE HAN FUNCIONADO LOS APARATOS REGISTRADORES FOTOGRÁFICOS. Los aparatos registradores fotográficos que acabamos de describir han funcionado en el Observatorio de Manila desde el 1". de Enero de 1890. Desde esta fecha también viene publicando el mismo Observa- torio las observaciones magnéticas horarias y las perturbaciones registradas. Atendida la delicadeza de estos aparatos, y el sumo cuidado que se necesita para que sus resultados inspiren confianza al observador, creemos que en Manila han funcionado los mismos con notable regularidad; y es esto tanto más de apreciar cuanto que hay en Filipinas muchos enemigos de los estudios del magnetismo, no siendo el menor de ellos los fenómenos seísmicos. CAMBIO DIARIO DEL PAPEL FOTOGRÁFICO. Indicaremos ahora algunas particularidades que hemos creído con- veniente introducir para más exactitud de las observaciones. En primer lugar, hemos dicho que las horas se registran por medio de unas líneas horizontales trazadas en la cara transparente del chasis; como no corresponde á veces con suficiente precisión el trazo de estas líneas á las horas del reloj, tenemos siempre especial cuidado de cambiar el papel fotográfico exactamente á la misma hora todos los días, es decir, á las 8 a. m. Conociendo esta hora con precisión, todas las demás se conocen fácilmente, aplicando á las curvas el mismo número de divisio- nes trazadas en la cara transparente del chasis. Para mayor celeridad de esta operación, se carga antes de las 8 a. m. el chasis que sirvió el día anterior, pues acompañan dos chasis á nuestros aparatos; con esta prevención el cambio se verifica en medio minuto. ALIMENTACIÓN DEL FOCO LUMINOSO. La segunda particularidad se refiere á la alimentación del foco lumi- noso; en algunos observatorios, por ejemplo el del Parque de San Mauro en París, este foco lo produce una luz de gasógeno; en Manila, hasta hace algún tiempo, usábamos una mezcla compuesta de una parte de bencina y dos de alcohol absoluto, resultando esta ultima mezcla muy cara por varias razones. Determinamos, pues, suprimirla é introducir en el registrador una luz de petróleo común; se modificó un poco á este objeto la disposición de la lámpara, y, al fin, se ha conseguido con el petróleo no sólo la carencia de humo y la constancia en la luz, sino también mayor claridad en los detalles de las curvas, además de la economía que se deseaba. PABELLÓN MAGNÉTICO DEL OBSERVATORIO DE MANILA. 399 PAPEL FOTOGRÁFICO. Otra novedad, aunque pequeña, es la del papel fotográfico; por algún tiempo se había usado en el Observatorio el papel gelatino-bromuro permanente de Eastman, pero la experiencia nos hizo ver después que era más económico y al mismo tiempo daba resultados más satisfac- torios, el papel gelatino-bromuro de plata de Lumiére. Este papel es muy sensible á la luz y á la humedad, y requiere mucho cuidado cuando se ha de manejar. MANIPULACIONES FOTOGRÁFICAS. Las manipulaciones fotográficas son las siguientes: REVELACIÓN. 350 giamos oxalato de hierro por 1,000 gramos de agua. 250 gramos sulfato de hierro por 1,000 gramos de agua. El baño se compone de 0.8 de la primera y 0.2 de la segunda solución. FIJACIÓN. Un baño de 250 hiposulfito de sosa por 1,000 de agua. 10 gramos de alumbre. Al fin se lava. OBJETO CIENTÍFICO DE LAS CURVAS -FOTOGRÁFICAS. Veamos ahora cual sea el objeto científico de las curvas que trazan los imanes sobre el chasis del magnetógrafo. En los observatorios magnéticos de primer orden se suelen verificar con regularidad dos distintas clases de observaciones magnéticas. La primera serie es la de las observaciones absolutas en las cuales, con ciertos intervalos de tiempo, se obtienen por observación directa los va- lores numéricos de la declinación, inclinación y fuerza horizontal. La segunda serie está consignada en las curvas magnéticas de los apa- ratos registradores llamados magnetógrafos que ofrecen un registro continuo de las variaciones de la declinación y de las dos fuerzas hori- zontal y vertical. Estas curvas trazadas por el magnetógrafo, aun por sí solas dan mucha luz para conocer la naturaleza de los fenómenos magnéticos, especialmente en cuanto á la calidad del movimiento de los imanes; también indican la amplitud de estos movimientos, si bien para que den un valor numérico satisfactorio, hay que considerarlas con relación a un punto de referencia que llamamos línea de relación, y es la línea recta trazada por el mismo magnetógrafo al lado de cada curva magnética. Para proceder con orden en el estudio de estas curvas, diremos algo en los artículos siguientes acerca de la gradua- ción de los aparatos, del valor de la línea de relación de las curvas en unidades C. G. S. , y de la reducción de las mismas curvas a sus valores absolutos. 400 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Nótese que en las líneas coordenadas de las curvas fotográficas, las distancias en una dirección paralela á las abscisas miden el tiempo, y las distancias perpendiculares á esta dirección, tomadas como ordena- das, nos dan los diferentes valores de cada elemento magnético. La división del tiempo sobre las abscisas se verifica por el mismo magnetó- grafo registrador, que de hora en hora deja una señal marcada en las curvas; la división de las ordenadas se verifica en milímetros en nues- tro Observatorio. GRADUACIÓN DE LOS APARATOS REGISTRADORES. PRELIMINARES. Para graduar los aparatos magnéticos de la sala oscura, solemos limpiar antes los mismos para el mejor resultado de la operación y tam- bién para evitar tocar los instrumentos más de lo necesario. Se limpian, pues, las mesas, cajas, aparatos, lentes de la lámpara, espejitos móviles y fijos de los aparatos magnéticos y las lentes de los mismos; se limpian también los imanes desmontándolos y poniendo en su lugar la barra de latón para ver si tienen torsión los hilos; hecho todo esto, se vuelven á colocar los imanes en su sitio dejando funcionar los instru- mentos durante el espacio de veinte y cuatro horas poco más ó menos, y después se procede á su graduación. DECLINÓMETRO. La graduación de este aparato tiene por objeto hallar el valor angu- lar de 1 milímetro de la ordenada de la curva correspondiente. Se efectúa esta graduación del modo siguiente : Después de haber cerrado por un momento la rendija del magnetó- grafo, se lee el círculo inferior horizontal del declinómetro; se gira la caja del aparato un cierto numero de minutos, por ejemplo 20, que se puede medir exactamente, con la cual la imagen fija se desvía de su posición normal. Se vuelve á restablecer otra vez la oscuridad en la sala de los aparatos fotográficos y se vuelve á abrir de nuevo la rendija del magnetógrafo por espacio de 6 minutos, con lo cual se obtiene la primera desviación de la imagen fija. Ciérrase de nuevo la rendija del magnetógrafo, é iluminando la sala, se vuelve á girar la caja del declinómetro en sentido contrario hasta un cierto número de minutos, cuyo número exacto se leerá en el círculo inferior del aparato; se torna á abrir la rendija, y se obtendrá la segunda desviación de la imagen fija. No es necesario que el trazo de estas imágenes sea simé- trico, pues basta que las dos imágenes estén situadas dentro del campo de inscripción; la distancia de estas imágenes mostrará sobre el papel sensibilizado á cuántos milímetros corresponde el ángulo descrito por PABELLÓN MAGNÉTICO DEL OBSEEVATOEIO DE MANILA. 401 la caja del declinómetro. Se deducirá de esto el valor angular de 1 milímetro de la ordenada; ejemplo: Graduación del unifilar fotográfico. Día 11 de Julio de 1896. Principió a las 4 p. m. Terminó a las 1.40 p. m. Posición normal del aparato: 56° 37'. 56° 37' + 5' al O. '( , ... ' . . , iíV nao o*-> i r' «i y r desviación angular total=l0 ; longitud total de la ordenada^ 7.5mm; 10' luego lmm de la ordenada=^-v = 1.33'. 5> 1.33' Se alejó el unifilar de la escala para que tuviese menos valor una divi- sión, á petición de los comisionados de una expedición científica extran- jera; esto duró hasta el 15 de Marzo del mismo año, fecha en que se volvió á colocar en su mismo sitio dicho aparato y se procedió á la limpieza de todos los demás. 1896.... cuarzo 19 1.70' 0.000099 0. 000071 Se hizo esta graduación por haberse limpiado los aparatos el 15 del mismo mes. 1896 Octubre 5 0.00010 Se graduó la balanza porque se notaba que había perdido en sensibilidad, comparándola con la fotográfica. 1897.... Febrero 13 1.70' 0.000099 0. 000056 Se graduaron los aparatos por haber- los limpiado. 1897 Octubre 26 0.000067 Se graduó la balanza por haber per- dido en sensibilidad. 406 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Graduaciones de aparatos fotográficos. Años. Meses. Días. 1891 Abril 30 1892 Enero 1 1893 Agosto 30 1895 Marzo 11 1895 Abril 2-4 1895 Diciembre 30 1890 Abril 1890 Julio . 1890 j Julio . 1897 J Junio 1897 Septiembre... Septiembre... Valor de 1 milímetro. Unifilar Bifilar. 0. 000119 Balanza. 1.45' 1.40' 1 0.00010 ! 1.40' 0. 000139 0. 000093 1.40' 0. 000143 0.00012 1.40' 0. 000148 0. 00009G 1 . 40' 0. 000140 0. 000082 1.35' 1.38' 1.38' 0. 000095 0. 000084 1.38' 0. 000098 0. 000096 1.38' 0. 000098 0. 000122 1.38' 0.000098 0. 000082 Observaciones. En todo el año 1892 se usó la gradua- ción del 30 de Abril de 1891. Se hizo esta graduación por haber pa- sado mucho tiempo sin hacerla; los valores hallados sirvieron en todo el año 1894. Se hizo esta graduación por haberse tocado el unifilar, quitando el imán y sustituyéndole con la barra de cobre para ver si tenía torsión el hilo; además, se limpiaron los aparatos y se dio más sensibilidad ala balanza. Se hizo esta graduación por haberse roto el hilo que suspendía el peso del reloj, parándose éste; y, además, por haberse hecho correr un poco el reloj hacia el E. para que cayese el rayo móvil del unifilar en el centro del prisma. Se hizo esta graduación por haberse limpiado la balanza, y también para averiguar la causa de algunos movi- mientos extraños en este aparato. Esta graduación se empezó á usar desde el día 1°. de Octubre de 1895. Verificación del valor de 1 milímetro del unifilar. Id. Se hizo esta graduación porque se habían tocado los aparatos. Se hizo esta graduación por haberse tocado los aparatos, acercando los rayos móviles á los fijos. Se hizo esta graduación porque se no- taba que el bifilar había adquirido más sensibilidad, habiéndose cru- zado el espejo móvil y fijo á causa del temblor del 15 de Agosto; resultando por consiguiente que el rayo móvil se escapaba del campo del prisma; se disminuyó la sensibilidad del bifilar. Se hizo esta graduación para cercio- rarnos de la exactitud de laanterior, y, además, por haberse limpiado los aparatos y dado más sensibilidad á la balanza. CAPITULO II. VALORES DE TjAS curvas del magnetógrafo. LÍNEAS DE REFERENCIA. VALOR DE LA LÍNEA DE RELACIÓN. Hallar el valor de la línea de relación en las curvas fotográficas no es más que hallar la equivalencia, en unidades C. G. S., del punto x de la abscisa AB al pié de la ordenada. Esta equivalencia se podría hallar para cada día del mes, pero solemos hallarla solamente una vez cada mes, á saber, el día en que se verifican las observaciones absolutas, para que la línea tenga durante todo el mes un valor más uniforme, pues comparándola con la del mes precedente se distribuye el aumento ó disminución entre todos los días del mes, según que la variación de la línea sea mayor ó menor. El valor de la línea de relación, en las curvas fotográficas, se deduce de una comparación con las observaciones hechas en los aparatos directos, el mismo día en que se han verificado las observaciones abso- lutas. Para hacer esta comparación podríamos elegir un numero cualquiera de horas durante el día, pero solemos elegir las siguientes: 7 y 10 de la mañana, y 1, 4 y 7 de la tarde; pues en éstas suelen occurrir las principales oscilaciones magnéticas diurnas en Manila. Elegidas las horas, hacemos la comparación, valiéndonos de las si- guientes fórmulas: D = D0+A de donde D0 = D- A; H=H0+ A de donde H0 = H- J; Z = Z0+ A, de donde Z0= Z-J; en las cuales fórmulas D, H y Z denotan las lecturas observadas; D0, H0 y Z0 las líneas de relación; y A las diferencias correspondientes á la variación magnética horaria. Acabamos de decir que el valor de las cantidades D0. H0 y Z0 se halla después de haber hecho las observaciones absolutas; la razón es, porque estas observaciones son necesarias para determinar el punto de refe- rencia en los aparatos fotográficos no menos que en los aparatos direc- tos. En efecto, por medio de las observaciones absolutas se halla el valor de la división 200 en la escala del unifilar, bifilar y balanza directos; sabiendo el valor de 200 en los directos, se halla el promedio de las lecturas directas de los mismos aparatos correspondientes á las horas antes indicadas; sabiendo este promedio, se halla por compara- ción el promedio, en milímetros, de las ordenadas de las curvas del unitílar, bifilar y balanza fotográficos, y este promedio nos dará con un sencillo cálculo la línea de relación. Por lo tanto la variación de esta línea se estudia por medio de observaciones absolutas frecuente- mente repetidas. 407 408 VARIACIÓN CÍCLICA BEL MAGNETISMO TERRESTRE. LA LÍNEA DE RELACIÓN CONSIDERADA COMO MEDIO DE HALLAR EL VALOR ABSOLUTO DE LOS ELEMENTOS MAGNÉTICOS. Conociendo la línea de relación, será fácil hallar el valor absoluto de cualquiera de los elementos magnéticos, como luego veremos. Claro está que en la comparación anterior se supone que es muy poca la discrepancia entre la marcha de los aparatos directos y la de los foto- gráficos; y en efecto, es pequeña la diferencia, pues muy raras veces pasa de 0.50' en la declinación (que no es mucho para este elemento) y de 0.00010 en las fuerzas componentes. Para vigilar mejor si las dos series de aparatos van acordes, solemos anotar todos los días, en el cuaderno de las observaciones fotográficas, las diferencias correspon- dientes á las horas 7, 10, 1, 4 y 7, y su promedio. Con este cuidado podríamos publicar las observaciones de cualquiera de las dos series en el Boletín Mensual del Observatorio, pero pre- ferimos publicar las de los fotográficos, pues son las más seguras y más fáciles de repetir, si hay algún error en el cálculo. Si en las curvas fotográficas se observase alguna irregularidad que no se notase en los aparatos directos, entonces se tomarían las lecturas directas dejando las fotográficas, mientras en ellas se notasen movimientos ajenos al magnetismo. Pero entonces, como durante la noche no se ha- cen lecturas de los aparatos directos, para las horas nocturnas se tendría que tomar la marcha de los imanes por medio de las curvas fotográficas, aplicando las correcciones deducidas de los aparatos directos. El modo de corregir las lecturas de los fotográficos en este caso se podrá ver en la obra El Magnetismo Terrestre en Filipinas, página 69. MODO DE HALLAR EL VALOR DE LA LÍNEA DE RELACIÓN. Como caso práctico del modo de hallar el valor de la línea de relación pondremos el ejemplo siguiente: Día 5 de Febrero de 1898. Valor de 200 d de la declinación hallado por medio de las observaciones absolutas =1° 11'. 16. Valor de 200 d de la componente H hallado por medio de las observaciones absolutas = 0.37944. Valor de 200 d de la componente Z hallado por medio de las observaciones absolutas =0.11191. Aparatos directos. Unifilar. Bifilar. Balanza. Horas. Lec- tura. Valor absoluto. Ter- móme- tro. Lec- tura. d. 195.0 191.3 192.5 195.8 196.8 Correc- ción. Lect. corre- gida. Valor ab- soluto. Ter- móme- tro. Lec- tura. Correc- ción. Lect. corre- gida. Valor ab- soluto. 7 a.m. 10 a. m. Ip. m. 4p. m. 7p.m. d. 187.8 187.2 188.3 189.2 188.8 o / 0 50.42 49.40 51.27 52.80 52.12 o 25.8 25.6 25.9 26.4 26.4 d. +3.3 3.6 3.2 2.4 2.4 d. 198.3 194.9 195.7 198.2 199.2 0. 37961 .00995 .00987 .00962 .00952 o 25.9 25.6 25.9 26.4 26.4 d. 185.1 185.8 185.3 184.3 185. 3 d. +1.9 2.2 1.9 1.4 1.4 d. 187.0 188.0 187.2 185.7 186.7 0. 11250 .00245 .00249 .00255 .00251 0 51.20 0.37971 0. 11250 ld del unifilar directo =1.70'. ld del bifilar directo =0.00010. ldde la balanza directa =0.000045. VALORES DE LAS CURVAS DEL MAGNETOGRAFO. 409 Apa ratos fotográficos . Unifilar. Bifilar. Balanza. Horas. Lectu- ra. — --- mm. 7.6 6.S 8.0 9.0 8.6 Valor ab- soluto. Termó- metro. o 26.2 25. 9 26.3 26.7 26.9 Lectu- ra. Correc- ción. Lect. corre- gida. Valor ab- soluto. Termó- metro. Lectu- ra. Correc- ción. Lect. corre- gida. Valor ab- soluto. 7 a. m. mm. 21.8 25.7 24.3 20.8 19.6 mm. -2.5 -2.9 -2.4 -1.8 -1.5 mm. 19.3 22.8 21.9 19.0 18.1 o 26.2 25.9 26.3 26.7 26.9 mm. 6.6 6.3 6.6 7.1 6.9 mm. -1.6 -1.9 -1.5 -1.2 -1.0 mm. 5.0 4.4 5.1 5.9 5.9 lp. m. 4p.m. 7p. m. Medias 8.0 i 0° £. No se aplica corrección por temperatura en esta fórmula, porque no influye la temperatura en los valores angulares del movimiento de los imanes. Como ejemplo práctico, el día Io. de Febrero de 1896 teníamos : LR=0° 29.91', n=15.3mm, e=1.40', D = 0° 29.91'+15.3mmXl.40', ó sea, D=0C 51.33'. BIFILAR. Veamos ahora la fórmula para la reducción de la curva del bifilar. Si representamos por H el valor absoluto de la curva del bifilar, por LR el valor absoluto de la línea de relación y por A el de la ordenada variable, ó sea, la diferencia entre la línea de relación y el valor abso- luto H, tendremos: H=LR+¿. Hay que corregir del error de temperatura el segundo miembro; para esto, si llamamos AH=^H á la variación del magnetismo corres- pondiente á 1 milímetro de la ordenada A, n á la longitud, en milíme- tros, de la misma ordenada, 6 á la temperatura del bifilar fotográfico á la hora en que trazó la curva, cuyo valor se busca, y CUrí el coeficiente correspondiente á la correción por diferencia (#—28° C), siendo CH la corrección de la fuerza horizontal magnética correspondiente á 1 milí- metro y rí el coeficiente de temperatura, expresado en milímetros de la ordenada; tendremos: J = AH?i+CHn' (0-28°). H=LR+AHn+CH^ (0-28°), ó sea, H=LR-4-H (jan+Qn' (0-28°)). Esta última fórmula nos dará el valor absoluto de la curva del bifi- lar con tal que sepamos el valor de #, el cual hallaremos por medio de la curva del termógrafo de la sala oscura. Téngase presente, en esta fórmula, que hemos adoptado la temperatura 28° C. para reducir á la misma todas las lecturas observadas en el Departamento Magnético, pues es la media anual de las dos salas en donde funcionan los apara- VALORES DE LAS CURVAS DEL MAGNETOGRAFO. 411 tos magnéticos, y en las cuales oscila la temperatura entre 23° y 32° próximamente. Adviértase, además, que si #>28°, se sumará la correc- ción por temperatura con los n milímetros de la ordenada, y se restará en el caso contrario; el mismo coeficiente n tomará el signo negativo, si pasa al otro lado de la linea de referencia. En la aplicación práctica de la fórmula anterior, solemos aplicar primero á la ordenada la corrección por temperatura, multiplicándola luego por el valor de 1 milímetro de la ordenada, en unidades C. G. S. , y sumándola después con la línea de referencia; así, por ejemplo, á las 12 m. d. del día Io. de Febrero de 1800 teníamos: n = 10mni, 0 = 25.7°', 1°C. =lAmm, lmm del bifilar = 0.000140. LR = 0.37773, H = (10mm — lAmm X 2,3) 0.00011 + 0.37773, ó sea, H = 0.00000 + 0.37773 = 0.37872. BALANZA. La reducción de las curvas de la balanza fotográfica á sus valores absolutos se efectúa del mismo modo que en el bifilar, según la fórmula Z = LR+¿/. El valor de A se ha de corregir también del error de temperatura, como se hizo al tratar de la componente H. Conviene advertir, sin embargo, que esta corrección tiene constantemente por coeficiente 1° C. = 0.0mm que es el valor de la ordenada, en milímetros, correspondiente á Io C. No se aplicó esta corrección á la fórmula de la balanza foto- gráfica hasta el mes de Septiembre de 1801 por las razones que indica el P. Cirera en su obra Rl Magnetismo Terrestre en Filipinas, página 61; pero se creyó conveniente su aplicación desde entonces por la discrepancia que se venía observando entre la balanza fotográfica y la balanza directa. Se calculó entonces la corrección anterior Io C. = 0.0mm, promedio de varias observaciones, la cual después se ha aplicado constantemente á la fórmula de la balanza. La reducción práctica de la curva de este aparato se hace del mismo modo que al tratar del bifilar. Así, por ejemplo, en el mismo día Io. de Febrero teníamos: ?¿ = 20.1, #=26.5, lnim de la balanza = 0.00008, LR = 0.11218, Z = (20.1 -1.5mm X 0.0) X 0.00008 + 0.11218, ó sea, Z = 0.00167 + 0.11218 = 0.11385- Y la segunda: 412 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Ténganse presentes, al hacer la reducción de las curvas de la balanza, las mismas advertencias que hicimos al tratar de las del bifilar. La inclinación y la intensidad magnéticas no están registradas en las curvas del magnetógrafo. Para hallar los valores absolutos de estos dos elementos del magnetismo nos valemos de las fórmulas: H=T eos I y Z=T sen I, en las cuales I es la inclinación en el plano del meridiano magnético, T la resultante de las dos fuerzas componentes, H la fuerza horizontal y Z la vertical. La primera fórmula, nos da: eos I y log T=log H— log eos I. z=Hsen_I eos I fe ' T Z y log tg I=log Z— log H. Aplicando estas fórmulas á la media mensual de Febrero de 1896, tenemos: H=0.37870, Z=0.11363, log 0.11363=1.055493, log 0.37870=1.578295 y log tg 1=1.477198; luego 1=16° 42' 07" = 16° 42.12'; log 0.37870=1.578295, log eos 16° 42' 07" = 1.981281 y logT=1.597014; luego T= 0.39538. Hemos indicado que tanto para la reducción de las lecturas de los aparatos directos, como de las curvas de los fotográficos, son necesarias las observaciones absolutas; aquí vendría bien por lo tanto explicar el modo con que solemos hacer las mismas observaciones. Pero esto está ya detalladamente explicado en El Magnetismo Terrestre en Filipinas, y así solamente haremos notar aquí algunas particularidades que cree- mos dignas de ser mencionadas. KIOSKO DE OBSERVACIONES ABSOLUTAS. El kiosko en donde se verifican las observaciones absolutas es de planta octogonal, todo él de molave, excepto las persianas interiores que son de tíndalo, y está elevado medio metro sobre el nivel exterior VALORES DE LAS CURVAS DEL MAGNETOGRAFO. 413 para evitar la humedad. La columna en que se coloca el aparato es de mármol blanco de Italia y de forma octoédrica. El techo del kiosko se puede abrir en el sentido del meridiano para la observación de pasos. PUNTOS DE MIRA. Para obtener con el magnetómetro unifilar de Elliott, la lectura del círculo azimutal correspondiente al meridiano geográfico, en las obser- vaciones absolutas de la declinación magnética, usábamos antes, como punto de mira, la cruz de la cúpula de la iglesia de San Fernando de Dilao, cuyo azimut era, según repetidas observaciones, 75° 59' E. Con el tiempo se impidió la vista de este punto de mira por el crecimiento de unos árboles intermedios, y en su lugar escogimos una cruz pintada en el kiosko de latitudes del departamento astronómico, situado dentro de los jardines del Observatorio y á conveniente distancia. Pondremos á continuación una muestra de las observaciones verificadas para hallar el azimut de esta nueva mira, que es 8o 44' 37.90". Lugar: Observatorio de Manila. Fecha: 14 de Agosto de 1896. LaHtud: 14° 34/ 42" N. Longitud: 127° 10/ 57" E. de San Fernando. Barómetro: 756.33mm. Termómetro: 27.9°. Visuales al punto de mira: una cruz pintada en el kiosko astronómico. Anteojo á la drecha 281° 21'. Anteojo á la izquierda 101° 2V 30" a 101° 21' 15". Observaciones de sol. Anteojo á la derecha. Hora 7* 50™ 27.8* Azimut j1? }o Ü' 3?' r-^n ™t J214°33'00" Circ. vert {34° 32' 00" Hora 7*> 53^14.53 a„í™11+ J191°41'00" Azimut j 11° 39' 30" are. vert Fwlí'W Hora 8»» 00«" 53.5* A*™» {T£Ki; Círcvert $£$% Hora 8M2™47.2» Azimut fl92°30'00" Azmml \ 12° 29' 30" ni™ w>r.t 1219° 54' 00" circ. \ert j 39° 52' 00" Hora 8M5»> 17.0* Azimut (192° 36' 00" Azimut \ 12° 35' 00" Circ vert /220° 29' 30" circ. \en j 40° 28' 30" Hora 8»» 21-» 12.3» Azimut Í192°51'00» AZimux \ 12° 50' 30" Círc vert í2210 55' °°" circ. vert j 410 53/ 30" Anteojo á la izquierda. Resumen. Hora 7M8™30.2<> i7imnt Í191°30'00" Azimut { 11° 30' 00" Ciro vert {337° 20' 30" ^irc- Aeri \157°21'00" Hora 7h 56™ 23.5" Azimut Í191°51'00" Azimul \ 11° 50' 00" Círc vert í 335° 27' 30" Urc- ^crt \155°27'00" Hora 7h 58m 47.5" . . nt 1191° 58' 00" Azimut I 11° 57' 00" rí™ vort /334o 52' 00" lirc- ^crt \ 158° 52' 00" Hora 8h 10™ 48.8* a„,-™„* Í192°27'00" Azimut {l2° 27' 00" Círc vert /332o 00' 00» 1/1 rc- ^cn \152°00'30" Hora 8»'17m09.0« Azimut i192° 44' °°" Azimut i 12° 43' 30" Circ vert / 330° 28' 00" Ure- ^tn \150°27'30" Hora 8h 18m 49.7* Azimut i192° 47' °°" Azlmut i 12° 47' 00" Círc vert J330° 04' 00" circ. verr j150O 04/ W' Hora ?» 49™ 29.0* Azimut 191° 31' 15.0" Dist. zenit . 61° 24' 07.5" I Hora 7>>54™49.09 ! Azimut 191° 45' 22.5" Dist. zenit . 00° 07' 45.0" Hora 7h59m50.5* Azimut 191° 58' 37.5" Dist. zenit ... 58° 54' 37.5" Hora 8Mlm48.0» Azimut 192° 28' 22.5" Dist. zenit ... 56° 03' 37.5" Hora 8hlG°»l3.09 Azimut 192° 39' 37.5" Dist. zenit ... 54° 59' 22.5" Hora 8h20'»01.03 Azimut 192° 48' 52.5" Dist. zenit . 54° 04' 52.5» 414 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Verificación del punto de mira. Anteojo á la derecha 281° 20' 30") Anteojo á la izquierda 101 ° 20/ 40"/ 101° 20' 35" Promedio del punto de mira 101° 20' 35". Observaciones. X Z A ( a/ s o , // o , „ o / // o 1-2 i 75 25 18 61 25 50.0 75 42 02.4 191 3-4 75 25 18 60 09 22. 5 75 42 08.4 191 6-6 ! 75 25 18 58 56 09.5 75 42 11.6 191 7-8 ■ 75 25 18 56 04 58.7 75 42 21.8 192 9-10 ; 75 75 25 25 18 18 55 54 00 06 40.9 07.7 75 75 42 24.6 42 27.8 19? 11-12 192 Círculo azimutal. ( Meridiano ! geográfico. 31 45 58 28 39 15. 0 22. 5 37.5 22. 5 37.5 192 48 52.5 56. 6 49.8 55.4 37.0 07.2 24. 2 110 05 18.4 110 05 32.7 110 05 42.1 110 05 45.5 110 05 30.3 110 05 28.3 Traza del meridiano geográfico sobre el círculo azimutal 1 10 05 32. 9 Traza de la visual al punto de mira 101 20 55. 0 Azimut del punto de mira. 8 44 37.9 APARATOS USADOS EN LA DETERMINACIÓN DE LA DECLINACIÓN Y DE LA COMPONENTE HORIZONTAL. Para la determinación de la declinación y de la componente hori- zontal, hacemos uso constantemente del magnetómetro de Elliott y para la observación absoluta de la inclinación usamos el inclinómetro de Dover. También hemos usado alguna vez, especialmente en viajes, los aparatos de Brunner. El manejo de estos aparatos y el cálculo de los resultados están explicados en la obra antes citada. CALCULO PARA HALLAR LOS VALORES DE LA COMPONENTE HORIZONTAL. .El siguiente es un resumen de cálculo para hallar el valor de HM y^j en la componente horizontal: H2 HM = M H y log H=Í (log HM - log *£). Los valores del segundo miembro, según la fórmula de las oscilaciones del péndulo, son: 1 HM' L7A/Í ^K y log HM=log 7t2 K-log T2. En el segundo miembro, tt2 K se hallará por la tabla vi1; las correc- ciones que se han de aplicar á T2 son : S aa! ?i=T.(l T,= 86400 16 Q; y T=T^ (l+£-» (*.-*)+«§;)• 1 Estas tablas son de Kew, y se hallarán en El Magnetismo Terrestre en Filipinas, ps. 38-40. VALORES DE LAS CURVAS DEL MAGNETOGRAFO. 415 La primera corrección la solemos evitar usando un cronómetro cuyo movimiento diario es insignificante; en la segunda, 1 + ™ corresponde á la torsión del hilo y se encontrará en la tabla iii; 9(¿0 — t) es la TT corrección por temperatura; y u ^ es la corrección por inducción, y es una constante igual a 0.00290. Para hallar el término iy tenemos en la primera posición de Gauss: ri F=H tg «, que en la desviación del imán móvil por el desviante se convierte en F=H sen oc. Ahora, según la teoría de Biott: F=v/Z2+H2 = gv/l+3 sen2 X y esta fórmula, generalizada según la primera posición de Gauss, da F=2M, R3 2M TT y -^3- = H sen a; de donde T=? = TR3sen oí. H0 2 Aplicando á este resultado las correcciones por inducción y tempera- tura, tendremos: £=tO+Í«+»fc-«) Estas correcciones se hallarán en las tablas iv y v de las citadas en la nota de la página anterior. Volviendo á aplicar al segundo miembro la corrección proveniente de la serie sen a tendremos: 2 M 1 A , P , Q , \ , v H HV RJ/ 416 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Nos falta hallar el valor de P en el segundo miembro; para lo cual la fórmula (a) nos da lffBen«=M(l+P); y ésta nos da para las dos distancias del imán desviante á 30 y 40 centímetros H ~ H'V RlJ M_M"/"i_ ? ^ H^IT'V R'»/ yg = de donde resulta, igualando los segundos miembros v suponiendo A _A' R? R'S M Sabido el valor de P se halla, finalmente, el de — por la fórmula MM'/^PN H^H'V R¡¡/ BUENA MARCHA DE NUESTROS APARATOS. La buena marcha de nuestros aparatos absolutos ya se vio com- probada el año 1891, cuando, á principios de Diciembre, el comandante de un buque de guerra ingles, comisionado por su Gobierno, hizo observaciones magnéticas en Manila; los resultados de declinación é inclinación obtenidos por aquel oficial y los obtenidos por el Observa- torio, no discrepaban ni en un minuto de arco. Otra vez también hemos tenido ocasión de comprobar la bondad de nuestros aparatos. El Observatorio de Manila había recibido del Burean de Longitudes de París, el día 8 de Octubre de 1895, una circu- lar, notificando que se había organizado una expedición francesa para levantar una carta magnética del globo. Nos informaban que á este fin los tenientes de navio Sres. Terrier y Paqué visitarían nuestro Observatorio para hacer en él observaciones magnéticas. La expedición indicada sólo en parte se llevó a efecto; sin embargo, como se había prometido, hizo una visita a nuestro Observatorio Mr. Terrier, oficial del crucero francés Duguay-Trouín, cuando en Marzo VALORES DE LAS CURVAS DEL MAGNETOGRAFO. 417 de 1898 vino este buque á Manila. Verificó Mr. Terrier sus obser- vaciones magnéticas en nuestro kiosko de observaciones absolutas, el día 18 de Marzo, y dejó un resumen de los resultados obtenidos, que es textualmente como sigue: CRUCERO FRANCÉS ' ' DUG U A Y-TROUÍ N. ' ' [Mandado por Mr. Fort, Capitán de Navio.] Determinación absoluta de los elementos del magnetismo terrestre efectuada por el Teniente de Navio Terrier en el kiosko magnético del Observatorio de Manila, con el teodolito- brújula No. 1 de Brunner, y con la brújula de inclinación No. 1 de Brunner, el 18 de Marzo de 1898. n„™ , ^ u^rA ~+oi i de 7.35 á 8.25 a. m.— Barra No. 1 H =0.3801 Componente horizontal: | de 8 35 & g 10 a m._Barra No> 2 H =0.3807 N. B. — Los valores de H obtenidos con la barra No. 2 son, generalmente, superiores á los obtenidos con la barra No. 1, en 0.0004. Declinación: de 9.28 á 10 a. m T)=0° 52/.8 Inclinación- 1 de 3'39 á 4'04 P' m-~AguÍa No- 2 l=™° 26' inclinación, j de 4 15 á 4 3g p m _Aguja No x I=16o 32, Abordo, Manila 22 de Marzo de 1898. En el mismo día y en las mismas horas, las observaciones del Departamento Magnético, verificadas por .los empleados del mismo, eran : ( 0 37918 Componente H < o' 37928 Promedio de la componente H _ _ _ 0.37923. Declinación 0o 53'.01. Inclinación _ 16° 32'.25 16° 32'. 67. De donde las diferencias que resultan entre las observaciones del comisionado francés y las verificadas por el Observatorio concuerdan con toda la exactitud que se puede desear en esta clase de observa- ciones. En efecto; tomando de las observaciones de Mr. Terrier la de menor valor en la componente horizontal y la de mayor valor en la inclinación, que, según parecer del mismo, eran las más satisfactorias, tenemos las diferencias siguientes: H= -0.00087, D=+0'.21, 1= +0'61. Los valores del Observatorio no se hallaron por observación abso- luta, sino por medio de la línea de relación de Marzo y la lectura de los aparatos de variaciones. Los resultados de las observaciones 4619— tomo ii 27 418 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. absolutas de Marzo de 1898 y las líneas de relación correspondientes son del tenor siguiente: Observaciones absolutas. Líneas de relación. p> /dial0 0o 52'. 70 Io 11'.66 1J' " l día 2o 0o 50'.91 Io 11'.48 Medias 0o 51MS0 Io 11'.57 T f día Io 16° 30/ 22^.5 0.11204 J " " \ día 2o 16° 31/ 48".8 0.11206 Medias 16° 31' 05". 7 0.11205 f día Io 0.37925 0.37902 tt I día 2o 0.38020 0.37970 ^'-l día 5o 0.37974 0.37963 [día 7o 0.37937 0.37936 De las cuatro observaciones de la componente horizontal sólo se han tomado los dos valores menores para hallar la línea de relación á fin de que ésta, no se alejase mucho de la línea de relación correspon- diente á Febrero, que era 0.37944. Esto, y el haber hecho el comi- sionado francés la observación de la componente H entre 7 y 9 de la mañana, cuando dicha fuerza sufre considerable aumento, puede ser la razón de que su observación diese mayor valor que la del Observatorio, aun prescindiendo de la diferencia de valores de los dos imanes del teodolito-brújula, pues, como hemos dicho, el imán No. 1 era más de la confianza de Mr. Terrier. Las observaciones practicadas con ocasión de la citada visita con- firman de nuevo la bondad de los instrumentos de nuestro pabellón magnético, como lo habían hecho antes las verificadas en el Parque de San Mauro, en París, y más recientemente las hechas en Manila por el oficial de la marina británica en el campo de Bagumbayan. CAPITULO III. VARIACIONES PERIÓDICAS DEIj MAGNETISMO TERRESTRE. INTRODUCCIÓN. Es cosa muy sabida que existen variaciones en el movimiento de los imanes. Para tener una idea, aunque no completa, de lo que dicen acerca de estas variaciones los autores que tratan del magnetismo te- rrestre, bastará leer lo que brevemente escribe Mascart en su obra Électricité et Magnetisme, tomo i, página 341, lo cual podrá servir como de introducción á este capítulo: Los elementos del magnetismo terrestre sufren variaciones con el transcurso del tiempo. Las unas son puramente accidentales, las otras tienen un carácter perió- dico bien marcado. Las largas variaciones periódicas, llamadas variaciones seculares, pueden ser representadas, con una primera aproximación, por una rotación del eje magnético al rededor del eje de la tierra; rotación, en virtud de la cual el eje magné- tico describirá de Este á Oeste un cono circular de 30 grados próximamente. Las variaciones periódicas cortas parecen estar relacionadas con el movimiento del sol y de la luna, etc. y siguen leyes que aún no están muy conocidas. Los valores medios de la declinación, por ejemplo, tienen en un mismo lugar una oscilación diurna bien determinada con dos máximos y dos mínimos. La amplitud de la excursión de la aguja, es mucho mayor durante el día que durante la noche, y la hora de las desviaciones extremas es muy diferente, según la posición de las estaciones. Así, mientras el máximo de la desviación hacia el Oeste, deducida de la marcha media anual, tiene lugar cerca de las 9 de la mañana en Hobartón (Tasmania), Batavia, el Cabo y Santa Helena, estas mismas horas corresponden á la desviación máxima hacia el Este en el hemisferio Norte. La máxima excursión al Oeste se observa cerca de la 1 de la tarde en Toronto (Canadá), Londres y París; cerca de las 2 de la tarde en San Petersburgo; y á las 3 p. m. en Nertschinsk y Pekín. Las horas del máximo y mínimo varían también con las estaciones del año. Los otros elementos del magnetismo, á saber, inclinación y componentes, ofrecen varia- ciones análogas. Puesta esta breve introducción, y habiendo visto en los capítulos precedentes de qué manera funcionan nuestros aparatos fotográficos y las correcciones que se aplican á las curvas del magnetógrafo, estudia- remos ahora con detención los resultados obtenidos con los mismos aparatos. Y en primer lugar, daremos la descripción de la marcha horaria diurna de los imanes de los tres aparatos fotográficos, declinó- metro, bifilar y balanza, para cada uno de los meses del año. Esta marcha diurna está deducida de los promedios horarios de las curvas desde 1890 hasta 1897, ambos inclusive. Desde la lámina iii hasta la xiv daremos las curvas de la declinación correspondientes á estos años, 419 420 VAKIACION CÍCLICA DEL MAGNETISMO TEEEESTRE. y la curva media de los mismos; en cuanto á los otros elementos mag- néticos sólo daremos la curva media mensual. Los datos que se hallan en las tablas i-vi corresponden solamente á dichas curvas medias. Para deducir estos promedios, hemos tenido especial cuidado de excluir los días de perturbación magnética. VARIACIÓN DIURNA ANUAL DE LA DECLINACIÓN Y DE LAS COMPO- NENTES H Y Z. ENERO. Declinación. — Desde la 1 de la madrugada el polo norte de la aguja uniíilar se desvía constantemente hacia el Oeste, acentuándose más esta desviación desde las 5 a. m. hasta las 7 también de la mañana, llegando la aguja en esta última hora a su primera máxima desviación occidental. A partir de las 7 a. m. vuelve rápidamente el polo norte del imán hacia el Este, y continúa su marcha en esta dirección hasta las 9 a. m.; de 9 á 10 a. m. ocurre la primera máxima desviación oriental, siendo este movimiento el más notable de la aguja uniíilar; el mayor valor de la ordenada correspondiente á este máximo oriental, se observa, en algunos años, cerca de las 9 a. m., y en otros más cerca de las 10 a. in. Sólo en Enero de 1894 se cambió la hora de este período de desviación máxima al Este, registrándose una hora más tarde, ó sea, entre las 10 y las 11 de la mañana. A las 10 a. m. vuelve por segunda vez el polo norte del uniíilar á desviarse al Oeste y con bastante rapidez hasta cerca de mediodía; a las 12 m. d. continúa todavía su marcha al Oeste, pero con mucha lentitud hasta la 1 p. m. próximamente, en que se registra el segundo máximo al Oeste y empieza á volverse al Este, también muy lentamente; cerca de las 2 p. m. se acentúa más su movi- miento llegando á su máxima desviación oriental, por segunda vez, entre las 4 y 5 de la tarde. El valor de la ordenada, en esta segunda desviación al Este, es generalmente mucho menor que en la primera. Después de las 5 p. m. oscila de nuevo el imán al Oeste, produciendo un pequeño máximo occidental á las 6 p. m. , que se ha observado en el mes de Enero de todos los años precedentes, exceptuando los de 1890 y 1891; de 6 á 8 p. m. vuelve otra vez, con muchísima lentitud primero, hacia el Este, y luego, con la misma lentitud, hacia el Oeste, conservándose el polo norte del imán en esta dirección hasta las 11 de la noche; queda después la aguja casi sin movimiento hasta la 1 de la madrugada del día siguiente. Lámina iii. Componente II — En general se puede decir que la fuerza magnética horizontal en Manila, durante el mes de Enero, tiene muy poca inten- sidad por la noche y en algunas horas de la mañana y de la tarde. En cambio es considerable el aumento que adquiere durante el día. En efecto; después de una ligera oscilación de aumento y pérdida entre VARIACIONES PERIÓDICAS DEL MAGNETISMO TERRESTRE. 421 las 3 y las 6 a. m., va creciendo en intensidad desde las 6 hasta las 10 de la mañana con mucha rapidez; entre 10 y 11 continúa todavía en aumento, pero con más lentitud, llegando á su intensidad máxima á las 11 a. m. próximamente; de 11 a. m. á mediodía decrece ya y desde mediodía decae con rapidez hasta las 0 de la tarde. Lámina xv. Componente Z. — La fuerza componente vertical alcanza su máxima intensidad cerca de la media noche, y es aún considerable en las pri- meras horas de la madrugada y en algunas horas de la tarde; entre las 6 y 8 a. m. experimenta un pequeño aumento y disminución, y á las 8 a. m. empieza la oscilación principal que afecta á este elemento. En efecto; decrece la fuerza rápidamente desde las 8 a. m. hasta las 11 a. m. ; de 11 á 12 m. d. disminuye todavía con lentitud, y llega á su valor mínimo cerca de las 12 m. d. Desde mediodía hasta las 1 p. m. vuelve á aumentar con bastante rapidez, continuando después con bas- tante intensidad hasta las 6 de la mañana del día siguiente. Lamina xvii. FEBRERO. Declinación. — Un poco antes de la media noche, el polo norte de la aguja unifilar emprende un movimiento muy pausado hacia el Piste, y continúa en este rumbo hasta las 3 de la madrugada. Vuelve luego hacia el Oeste con la misma lentitud hasta las 1 a. m. , y continúa des- pués con más rapidez hasta las 7 a. m. , en. que tiene lugar el primer máximo al Oeste. Desde las 7 a. ni. hasta las 10 a. m. retrocede el imán rápidamente al Este, verificándose á las 10 a. m. el segundo máxi- mo oriental; el movimiento de la aguja en las tres horas precedentes es el más notable de toda la oscilación diurna. Pasadas las 10 a. ni. vuelve otra vez el polo norte de la aguja unifilar al Oeste, y después de disminuir algún tanto su movimiento á mediodía, llega al segundo máximo occidental á la 1 de la tarde ; oscila luego al Este, primero con rapidez, después con lentitud, y llega á las 5 de la tarde al tercer máxi- mo oriental. Finalmente, vira otra vez la aguja hacia el Oeste: su movimiento es algo rápido hasta las 6 de la tarde, disminuye entre las 6 y las 8 p. m., y aumenta después hasta llegar á su tercer máximo occidental cerca de las 11 de la noche. Lámina iv. Componente II. — Esta fuerza componente tiene muy poca intensidad entre la media noche y la 1 de la madrugada. Aumenta algo desde la 1 a. m. hasta las 6 de la mañana. A las 6 a. m. empieza á crecer la intensidad notablemente, y llega á su máximo de fuerza á las 11 a. m., conservándose después bastante intensa hasta mediodía, si bien con tendencia á disminuir. Desde mediodía va ya perdiendo constante- mente hasta las 9 de la noche, y casi de un modo uniforme. Entre 10 y 11 de la noche se registra la mínima fuerza magnética horizontal, y empieza á aumentar de nuevo poco después de las 11 p. ni. Lámina xv. 422 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Componente Z. — Esta componente llega a su máxima intensidad cerca de la media noche, y hasta las 3 de la madrugada se conserva casi la misma. Entre 3 a. m. y 7 a. m. experimenta una pequeña oscilación de disminución y de aumento, y decrece luego con bastante rapidez hasta las 11 de la mañana. De 11 á 12 m. d. continúa decreciendo, y llega a las 12 m. d. á su intensidad mínima. Aumenta después rápi- damente hasta las 5 de la tarde; desde las 5 p. m. hasta las 11 p. m. continúa también el aumento, pero con muchísima lentitud, conser- vándose después estacionaria hasta la media noche. Lámina xvii. Declinación. — Desde antes de la media noche el polo norte de la aguja unifilar se dirige lentamente al Este registrándose el primer máximo oriental, que no es muy pronunciado, á las 2 de la madrugada. Oscila después lentamente al Oeste, verificándose el primer máximo occidental, que tampoco es muy pronunciado, á las 6 de la mañana próximamente. Vuelve de nuevo á oscilar al Este, y con un movimiento mucho más notable, hasta cerca de las 9 de la mañana, en que se registra el segundo máximo oriental, variando después el polo norte hacia el Oeste decididamente hasta llegar á su segundo máximo occidental cerca de la 1 de la tarde. La marcha del imán desde Oriente á Occidente, entre las 9 de la mañana y la 1 de la tarde, es la más notable de toda la variación diurna. Desde la 1 p. m. próximamente, empieza la aguja á volverse de nuevo al Este, al principio con lentitud, pero después con mayor rapidez, hasta alcanzar cerca de las 5 p. m. su tercer máximo oriental. Vuelve, por fin, otra vez al Oeste, y después de alguna oscila- ción irregular en las proximidades de las 8 p. m., verifícase el tercer máximo al Occidente á las 10 p. ni. Esta última oscilación de la aguja al Oeste es muy poco pronunciada, y después de ella, emprende de nuevo el movimiento hacia el Este cerca de las 10 p. m. Lámina v. Componente II. — La componente horizontal sigue en el mes de Marzo una marcha muy parecida á la del mes de Febrero; sufre un aumento notable de 8 á 10 a. m. y el máximo de fuerza se registra cerca de las 11 a. m. , y hay un período de intensidad máxima entre las 11 a. m. y las 12 m. d. Obsérvase una ligerísima oscilación de aumento y disminu- ción á las 3 de la madrugada próximamente; por lo demás, durante la tarde y toda la noche, la marcha de este elemento es muy uniforme. Componente Z. — También la componente vertical sigue en este mes una marcha muy parecida á la correspondiente al mes de Febrero; sin embargo, apenas se nota la pequeña oscilación de la madrugada; es menos uniforme, además, la marcha de este elemento durante la noche, si bien es poquísima la diferencia. El mínimo de la intensidad se observa, como en Enero y Febrero, á las 12 m. d., y el máximo á media noche. Lámina xv. VARIACIONES PERIÓDICAS DEL MAGNETISMO TERRESTRE. 423 Declinación. — Desde la media noche hasta la 1 de la madrugada, hay una oscilación bastante pronunciada hacia el Este, que después sigue con lentitud, hasta llegar al primer máximo oriental cerca de las 3 de la madrugada. Vuélvese luego el imán hacia el Oeste, y llega á su primer máximo occidental, que es muy poco pronunciado, á las 5 de la mañana próximamente. Oscila de nuevo al Este el polo norte, y llega á su segunda y principal desviación oriental cerca de las 8 de la mañana; torna de nuevo el polo norte del unifilar decididamente hacia el Oeste y continua en su marcha al Occidente hasta cerca de la 1 de la tarde, en que llega á su segundo y principal máximo occidental. Oscila nue- vamente al Este la aguja y alcanza el tercer máximo al Oriente entre las 5 y 6 de la tarde; por fin, vuelve también hacia el Oeste por tercera vez, y entre las 9 y 10 de la noche, se registra un tercer máximo al Occidente de muy poca amplitud. De 10 á 11 p. m. comienza la marcha al Este que dura hasta la media noche. Lámina vi. Componente II. — Sigue este elemento en el mes de Abril casi la misma marcha que en los meses anteriores. Hay una pequeña oscila- ción de disminución y de aumento entre la media noche y las 3 de la madrugada; aumenta después lentamente hasta las 6 a. m. y luego con mucha mayor rapidez, hasta llegar á su intensidad máxima cerca de las 11 a. m. ; entre las 11 a. m. y las 12 m. d. vuelve á decrecer paulati- namente al principio y muy rápidamente después, hasta cerca de las 9 de la noche; desde las 9 p. m., disminuye muy poco y llega á su inten- sidad mínima á la 1 de la madrugada próximamente. Lámina xv. Componente Z. — Esta fuerza magnética se conserva en su máxima, casi sin variación ninguna, desde la media noche hasta las 2 de la ma- drugada, verificándose después entre las 2 a. m. y las 6 a. m. una osci- lación irregular de disminución y de aumento. A las 6 a. m., vuelve á decrecer, primero con lentitud y después con rapidez, hasta llegar á la mínima fuerza vertical cerca de las 11 de la mañana; se adelanta por lo tanto esta mínima una hora con respecto á los meses ante- riores. Después de las 11 a. m. , vuelve á aumentar de nuevo la fuerza vertical constantemente hasta las 5 p. m., hora en que se registra un pequeño máximo de intensidad. Durante la noche hay una doble osci- lación de disminución y de aumento que dura hasta la media noche. Lámina xvii. Declinación. — Ya desde la media noche el polo nort¿ del imán se halla bastante inclinado al Este, y continúa en la misma dirección con una marcha bien pronunciada hasta las 3 de la madrugada; de 3 á 5 a. m. hay una oscilación algo irregular, aunque la aguja no deja por eso de volverse al Este, y desde las 5 a. m. hasta las 7 a. m. este movimiento oriental es rapidísimo; á las 7 a. m. se verifica el primero 424 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. y principal máximo al Oriente, girando luego el polo norte del imán con una grande y decidida oscilación al Oeste, hasta llegar á su primer máximo occidental, que también es el principal, á las 12 m. d. próxi- mamente. Después de las 12 m. d. continua el unifilar vuelto al Oeste y casi sin oscilación, pero después de la 1 p. m. su marcha es ya franca hacia el Este; se registra el segundo máximo oriental entre las 5 y las 6 de la tarde; este segundo máximo al Oriente no es, ni con mucho, tan pronunciado como el de la mañana; cerca de las 6 p. m. oscila de nuevo el imán al Oeste, y, con un movimiento muy pausado, llega al segundo máximo occidental entre 9 y 10 p. m. próximamente; vuelve luego al Este para continuar en esta dirección hasta la media noche. Lámina vii. Comj?one?ite II. — La variación de esta fuerza, en el mes de Mayo, sigue casi la misma que en los meses anteriores; hay una pequeña míni- ma á la 1 de la madrugada, y luego aumenta ligeramente hasta las 3 a. m. ; de 3 á 5 a. m. está casi estacionaria, volviendo á aumentar des- pués constantemente hasta registrarse la fuerza máxima cerca de las 11 a. m. Decrece luego de un modo muy regular hasta las 9 de la noche, disminuye algo más rápidamente de 9 á 10, y permanece estacionaria hasta la media noche. Lámina xv. Componente Z.— Está casi estacionaria en su intensidad máxima desde la media noche hasta las 3 de la madrugada; de 3 á 6 a. m. sufre una ligera oscilación de disminución y de aumento; desde las 6 a. m. decrece rápidamente hasta las 9 a. m. , y continúa decreciendo durante las dos hoias siguientes, aunque no con tanta rapidez, hasta llegar á su fuerza mínima á las 11 a. m. ; de 11 a. m. á 12 m. d. vuelve á aumentar muy lentamente, y con mucha rapidez desde 12 m. d. hasta las 4 p. m.; finalmente, entre 5 y 6 p. m. se registra un segundo máximo; cerca de las 8 p. m. hay un mínimo muy poco pronunciado, y entre las 8 p. m. y la media noche dos oscilaciones pequeñas de aumento. Lámina xvii. Declinación. — Ya desde la media noche se halla el imán muy inclinado al Oriente, y continúa así hasta las 3 de la madrugada; de 3 á 5 a. m. no es tan pronunciado este movimiento oriental, pero en cambio es rapidísimo desde las 5 hasta las 7 de la mañana; entre 7 y 8 a. m. conti- núa el polo norte inclinándose al Este y llega á su primera desviación máxima oriental; á partir de las 8 a. m. marcha constantemente hacia el Oeste hasta el mediodía, y, aflojando entonces algo su movimiento, alcanza al primero y principal máximo occidental á la 1 de la tarde próximamente, desde la 1 á las 5 p. m. vira al Este, y cerca de las 6 p. m. se verifica el segundo máximo oriental de la declinación; de 6 á 10 p. m. oscila de nuevo paulatinamente al Oeste, y se registra el segundo máximo occidental, muy débil, cerca de las 10 de la noche; después de las 10 p. m. vuelve, por fin, al Este hasta la media noche. Lámina viii. VARIACIONES PERIÓDICAS DEL MAGNETISMO TERRESTRE. 425 Componente II — Disminuye esta fuerza, aunque muy poco, desde las 12 m. n. hasta la 1 de la madrugada; aumenta un poquito de 3 á 4 a. m. ; y entre 6 y 10 a. m. este aumento es rapidísimo, registrándose el máximo a las 11 a. m. próximamente. Va disminuyendo después de un modo bastante regular hasta las 7 p. m., varía muy poco de 7 á 9 p. m., y entre 9 y 10 p. m. experimenta un decrecimiento algo brusco; desde las 10 p. m. hasta la media noche, está esta fuerza casi estaciona- ria. Lámina xv. Componente Z. — Hay en este elemento una oscilación bastante irregu- lar durante las primeras horas de la madrugada, con un mínimo algo pronunciado á las 4 a. m. ; aumenta luego registrándose un segundo máximo además del de media noche á las 0 a. m. ; disminuye después con alguna irregularidad cerca de las 9 a. m., y llega al mínimo de fuerza vertical cerca de las 11 a. m. Aumenta otra vez hasta las 5 de la tarde; cerca de las 7 p. m. experimenta otra pequeña disminución y aumento, y queda después casi estacionaria hasta la media noche. Lámina xvii. JULIO. Declinación. — Hállase inclinado al Este el polo norte del imán, ya desde la media noche, y continúa así con alguna oscilación irregular entre las 3 y 4 de la madrugada hasta las 5 a. ni.; después de las 5 de la mañana, es rapidísimo el movimiento al Este, verificándose cerca de las 7. a. m. el primer máximo oriental; de 7 á 8 a. m. tiende hacia el Oeste paulatinamente, y desde las 8 a. m. con mucha mayor rapidez hasta mediodía, registrándose el primer máximo occidental cerca de la I de la tarde. Vuélvese de nuevo hacia el Oriente el polo norte del unifilar, y llega al segundo máximo oriental á las (3 de la tarde; torna luego al Oeste muy pausadamente registrándose el segundo máximo occidental entre las 9 y 10 de la noche. Oscila, por fin, al Este y continúa en este rumbo, aunque muy lentamente, hasta la media noche. Lámina ix. Componente II — Desde la media noche hasta la 1 a. m. disminuye algo esta fuerza; de 1 á 3 a. m. está estacionaria y aumenta un poco de 3 á 4 a. m. ; á las 5 a. m. empieza á crecer rápidamente en intensidad hasta llegar al máximo de la fuerza horizontal á las 11 de la mañana. De 11 a. m. hasta las 12 m. d. decrece muy lentamente, y con más rapidez después de las 12 m. d. hasta las 9 de la noche. Desde las 9 p. m. hasta las 12 rn. n. está casi estacionaria. Lámina xvi. Componente Z. — Muy poca es la variación en la intensidad de esta fuerza, desde las 9 de la noche hasta las 2 de la madrugada; de 2 á 3 a. m. decrece algo, vuelve á aumentar de 5 á 6 a. m., y disminuye des- pués con rapidez hasta las 11 de la mañana, hora en que se registra la intensidad mínima. Vuelve á aumentar la fuerza vertical desde las II a. m. hasta las 6 de la tarde; de 6 a 9 p. m. hay una ligera oscilación de disminución y de aumento, y permanece después estacionaria hasta la media noche. Lámina xviii. 42 — TOMO II- -28 434 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Tabla II.— Inclinación Norte, durante el período de 1890 A 1897— Prosigue. TARDE. Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . . Octubre Noviembre . . Diciembre . . . Anual . 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. Medias. —1.83 —1.21 —0.40 0.14 0.35 0.42 0.58 0.69 0.74 0.83 0.80 0.86 o r 17 01.98 —1.74 — 1. 15 —0.56 0.00 0.32 0.42 0.58 0.63 0.66 0.71 0.79 0.741 17 01.59 —2.19 —1.08 —0.25 0.31 0.49 0.51 0.67 0.72 0.77 0.88 0.88 0.96 16 59. 51 —2.05 —1.16 —0.38 0.26 0.57 0.53 0.58 0.72 0.77 0.77 0.88 0.96 16 59.5» —1.70 —1.08 —0.38 0.28 0.57 0.67 0.67 0.69 0.83 0.83 0.91 0.91! 16 58.80 —1. 82 —1.20 —0.51 0.19 0.64 0.72 0.66 0.75 0.75 0.77 0.77 0.85 16 57. 78 —1.85 —1.29 —0.59 0.16 0.56 0.75 0.72 0.74 0.85 0.85 0.85 0.85! 16 57. 12 —1.85 —1.15 —0.34 0.31 0.63 0.67 0.74 0.85 0.88 0.88 0.93 0.93 16 56.92 —1.92 —0.95 —0.03 0.45 0.63 0.65 0.81 0.94 0.99 0.99 0.96 1. 05! 16 56. 89 —1.78 —0.76 0.02 0.39 0.48 0.58 0.74 0.82 0.92 0.90 0.98 0.961 16 56.38 —1.49 —0.77 —0.16 0.18 0.28 0.39 0.55 0.60 0.65 0.65 0.71 0.69! 16 55.84 —1.48 —0.94 —0.32 0.19 0.38 0.45 0.61 0.66 0.77 0.80 0.77 0. 75: 16 54.68 —1.81 —1.06 —0.33 0.24 0.49 0.56 0.66 0.73 0.80 0.82 0.85 0.88 16 58.0» Tabla III. — Componente horizontal, durante el período de 1890 á 1897. MAÑANA. Meses. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. -14 -16 -18 -19 -17 -15 -15 -16 -16 -16 -14 -12 -13 -15 -17 -18 -16 -15 -15 -16 -14 -15 -13 -11 -12 -14 -16 -17 -15 -15 -15 -15 -13 -14 -12 -10 -10 -13 -16 -17 -15 -14 -14 -15 -13 -13 -11 - 9 - 8 -12 -15 -16 -15 -14 -14 -14 -12 -12 -10 - 8 - 7 -11 -14 -15 -12 -11 -10 -11 -11 -11 - 8 - 6 - 1 - 6 -10 -11 - 6 - 3 - 3 - 5 -10 - 9 - 4 - 1 9 5 1 1 5 7 6 5 1 1 7 8 21 19 19 21 19 18 18 20 16 18 20 18 33 32 38 38 30 29 30 30 30 35 33 29 38 39 49 47 36 34 36 35 37 46 40 33 32 Febrero 37 47 Abril 46 35 33 35 33 Septiembre Octubre Noviembre Diciembre 36 45 35 29 Anual -16 -15 -14 -13 -13 -11 - 6 5 19 32 39 37 Meses. 1. 23 29 37 38 31 29 30 27 30 34 26 22 2. 15 19 23 26 23 21 21 19 21 20 14 14 3. 4. 5. 6. -10 -10 -10 -11 -10 -12 -10 -10 - 9 -10 - 9 - 8 -13 -13 -13 -13 -13 -13 -12 -13 -12 -13 -12 -11 8. 9. -16 -16 -17 -17 -16 -13 -14 -15 -16 -17 -16 -14 10. -16 -18 -18 -17 -16 -14 -14 -15 -16 -16 -16 -15 11. 12. -14 -16 -18 -18 -16 -14 -14 -14 -15 -15 -14 -13 Medias. Enero 6 9 10 15 12 10 10 10 11 9 3 6 -2 0 -7 -6 -6 -6 -6 -9 -6 -5 -5 -6 -8 -5 -14 -15 -15 -15 -14 -13 -13 -14 14 -16 -14 -13 -15 -18 -18 -18 -16 -14 -14 -14 -15 -16 -15 -14 0. 37743 Febrero 742 732 Abril 729 737 738 741 739 Septiembre Octubre Noviembre Diciembre 740 744 752 755 Anual 30 20 9 0 -6 -10 -13 -14 -16 -16 -16 -15 741 VARIACIONES PERIÓDICAS DEL MAGNETISMO TERRESTRE. 435 Tabla IV. — Componente vertical, durante el período de 1890 á 1897. MAÑANA. Meses. 1. 2. 5 4 tí tí tí 5 tí 8 \ 5 3. 5 4 5 5 tí 5 5 tí 7 tí 3 4 4. 5 ! 5 4 5 6 7 5 3 4 5. 4 3 i: 6 : 5 5 tí ! 7 5 3 3 6. ' -i i 1 ! 4 ; 5 tí \ tí 8 ' 5 2 2 7. j L •>i 4 ! í\ 3 j 4 5 | ?! 1 ; 8. 3 1 2 —1 —4 —3 —3 —5 —4 —2 —1 0 9. ¡ 0 2 '■■ — 5 1 — 8 1 —14 ! —10 — 9 : —13 ¡ —14 ' =s; — 2 10. ; — 9 —11 i —15 ! —17 —14 —14 ; —18 : —22 —17 : — 9 — 7 11. —18 —13 —17 —19 —18 —18 —17 —21 —25 -20 —13 —12 12. 6 4 6 6 6 6 6 7 8 7 5 5 —20 Febrero —15 —19 Abril —18 Mayo —17 Junio —17 Julio — ltí —19 Septiembre Octubre Noviembre Diciembre —22 —18 —13 —13 Anual 0 tí 5 5 5 5 3 —1 — 8 —13 —18 —17 Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre. Octubre Noviembre . Diciembre . . :'■ —15 -I -12 .! —15 .1 —13 •I — 11 .¡-13 -! —13 . —14 . —14 —11 —10 —11 -10 ! - 8 : - 6 : - tí - tí : - 8 ; - 9 - 8 : —3 —4 o : 0 '■ —1 : —3 —4 —1 3 3 —1 —2 TARDE. 4 ! 5 3 3 4 : 0 5 ! ¿> i 5 : C) tí 12. ¡ Medias. 0. 11563 558 5W 530 523 511 504 501 501 491 > 492 479 51tí Tabla V. — intensidad total, durante el período de 1890 á 1897. MAÑANA. Enero — 12 Febrero \ — 14 Marzo ! — 15 Abril. Mayo Junio Julio Agosto Septiembre . Octubre Noviembre.. Diciembre .. -17 —14 —13 —12 —14 —13 —13 —12 —10 -11 ¡ —13 —14 - ltí —13 —13 —12 —14 —12 -13 —11 — 9 —10 -12 | —13 I —15 —12 —13 —13 —13 —11 —12 —10 — 9 Anual -13 -18 —12 | 4. 5. — 9 _ 7 —11 —10 —13 —13 —15 —15 —13 —12 —13 —12 —11 —11 —13 —12 —11 —10 —11 —10 — 9 — 8 — 8 — < —11 _ii - tí i -10 ! -12 ; -13 ! — 4 — 9 — 8 — 3 — 1 ■11 — 8 ¡ —51 TARDE. 9. 10. i 11. 12. 20 28 i 31 24 18 29 1 34 81 17 34 42 40 17 31 ! 39 38 14 24 1 29 29- 14 23 ! 27 26 15 25 ¡ 30 29 15 23 27 26 11 22 28 28 14 28 ¡ 38 : 38 18 29 i 35 ; 30 16 27 j 28 : 23 16 27 ; 32 30 Meses. 1. 17 24 31 32 27 24 25 21 24 29 22 17 11 16 21 23 20 17 18 15 18 18 12 11 3. 4 8 10 14 11 8 9 9 11 9 3 5 4. 2 0 2 4 3 —1 1 2 3 2 —3 —1 5- —6 — 5 —4 —5 —4 —8 —4 —3 —3 —5 —7 —4 6. — 9 — 9 — 8 -10 — 8 -10 = S = § — 8 — 7 7. —12 —11 —11 —12 —11 —12 —10 —11 -10 —11 —10 —10 —13 —13 —13 —14 —12 —11 —11 —12 —12 —14 —12 —12 9. —15 —14 —15 —16 —14 —11 —11 —13 —14 —15 —14 —12 10. —14 —16 —15 —16 —14 —12 —11 —13 —14 —14 —14 —13 11. —13 —16 —15 —16 —13 —12 —11 —12 —13 —13 —13 —12 12. —12 —14 —15 —16 —13 —12 —11 —12 —12 —12 —12 —11 Medias. Enero 0. 39475 Febrero Marzo 472 454 Abril 452 Mayo 457 Junio 455 "Julio 455 Agosto 453 Septiembre Octubre Noviembre Diciembre 454 456 462 462 Anual •24 17 8 1 —5 — 8 —11 —12 —14 —14 —13 —13 459 436 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Tabla VI. — Oscilación semianual de los elementos magnéticos, durante el período de 1890 á 1897. De Abril á Septiembre. MAÑANA. Declinación Inclinación Componente H. Componente Z . Intensidad total 0. 111 0.91! -16 i 6 -14 0.23 0.8Í -15 6 -13 0.34 0.80 -15 ! 5 í 0.41 0.79¡ 5. 6. 7. 8. 9. ! 10. ! 11. [ 12. 0.531 1.41 2.13 1.95 1.06 , 1 -0. 13 i -1.20 -1.91 0.79¡ 0.79 0.41 -0.45 -1.39 -2.22, -2.54 i -2.43 -14 i -11 -06 5 19 32 38 37 5 6 3 -4 -11 -17 -19 -18 -12 , -09 -05 4 15 26 j 31 i 30 Declinación — Inclinación Componente H . Componente Z.. Intensidad total -2.01 -1.86 31 -13 26 -1.59,-0.90-0.17 -1.14J-0.38 0.20 12 -1 11 0.24 0.57 -6 5 -4 6. ! 7. ! 8. 9. 10. | n. 12. Medias. , , , , : , i , , O f 0.18 0.68 -0.01 0.73 — 0. 09i 0. 75 -0.14-0.16 0. 78, 0. 89, -0. 12 0.89 -0.03 0.86 0 50.40 16 57.88 -10 5 -8 -12 ! 5 ; -10 ■ -13 ; 5 i ~u¡ -14 -15 5 1 6 i -12 | -13 ¡ ! 1 -15 6 -13 -14 6 -12 0. 37737 0.11512 0. 39454 De Octubre á Marzo. MAÑANA. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. ■■! 12. Declinación 0.00 0.02 0.00 -0.05 -0.16 -0.30 -0.41 0.05 0.53 0.56 / i 0.12! -0. 31 Inclinación — 0.80 0.77 0.66 0.64 0.53 0.50 0.30 -0.13 -0. 82 -1.67 -2. 35 -2. 27 Componente H. -15 -14 -13 -12 -11 -10 -5 5 19 33 40 1 37 Componente Z . 5 D 4 4 3 3 2 0 -4 -10 -16 ! -16 Intensidad total -13 -12 -11 -10 -10 -9 -4 5 17 » 34 ; i 31 Declinación Inclinación — Componente H . Componente Z.. Intensidad total -0.44-0.29 -l.82l-l.02 0.01 -0.35 29 i -13 24 i 17 I 7 -7 I -2 14 6 0.31 0.19 -1 2 0 0. 31 0. 09 0. 32 0. 42 0.13 0.58 -13 3 -12 0.10 0.72 0.00- 0. 74¡ -0.07 0.77 -15 -16 ! -17 4 ; 4 ¡ 4 -13 j -14 ¡ -15 -0.07 0.82 -16 5 -14 -0.03 0. -15 5 -13 Medias 0 50. 31 16 58. 35 0. 37745 0. 11520 0. 39464 CAPITULO IV. ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉ- TICAS. VARIACIÓN DIURNA. DECLINACIÓN. Para estudiar mejor la variación magnética de este importante elemento en Manila, resumiremos brevemente su variación diurna antes descrita. Enero. — Tres máximos al E., y tres máximos al O.; principal al E. á 10 a. m., principal al O. á 7 a. m. ; secundario al E. á 4 p. m., secun- dario al O. á 1 p. m. ; oscilación nocturna poca, diurna un poquito mayor que en Diciembre. Febrero. — Tres máximos al E., y tres máximos al O. ; principal al E. á 10 a. m., principal al O. á 7 a. m. ; secundario al E. á 5 p. m., secun- dario al O. á 1 p. m. ; oscilación menor á media noche, diurna algo menor que en Enero. Marzo. — Tres máximos al E., y tres máximos al O.; principal al E. á 9 a. m., principal al O. á 1 p. m. ; secundario al E. á 5 p. m., secun- dario al O. á 6 a. m. ; oscilación menor por la noche; las oscilaciones diurnas son más amplias que en el mes pasado. Abril. — Tres máximos al E., y tres máximos al O.; principal al E. á 8 a. m., principal al O á 1 p. m. ; secundario al E. entre 5 y 6 p. m., secundario al O. á 5 a. m. ; oscilación menor por la noche; las oscila- ciones diurnas son más amplias que en el mes pasado. Mayo. — Dos máximos al E., y dos máximos al O.; principal al E. á 7 a. m., principal al O. entre 12 m. d. y 1 p. m. ; secundario al E. entre 5 y 6 p. m., secundario al O. entre 9 y 10 p. ni.: la aguja se inclina un poco hacia el O. de 3 á 4 de la madrugada. Junio. — Dos máximos al E. y dos máximos al O.; principal al E. de 7 á 8 a. m., principal al O. á la 1 p. m. ; secundario al E. de 5 á 0 p. m., secundario al O. de 9 á 10 p. m. ; tiende la aguja un poco al O. de 3 á i de la madrugada; las oscilaciones diurnas son todavía mayores que en el mes de Mayo. Julio. — Dos máximos al E., y dos máximos al O.; principal al E. á las 7 a. m., principal al O. á la 1 p. m. ; secundario al E. á las 6 p. m., 437 438 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. secundario al O. de 9 á 10 p. m. ; de 3 á 4 a. m. ligera tendencia del polo norte hacia el O.; oscilación de la noche muy poca, la diurna casi de la misma amplitud que la de Junio. Agosto. — Dos máximos al E. y dos máximos al O.; principal al E. á las 7 a. m., principal al O. entre las 12 m. d. y 1 p. m. ; secundario al E. á las 5 p. m., secundario al O. entre 10 y 11 p. m. ; oscilación noc- turna muy pequeña, oscilación diurna aún más amplia que en el mes de Julio; no hay tendencia al O. por la madrugada. /Septiembre. — Dos máximos al E. y dos máximos al O.; principal al E. á las 7 a. m., principal al O. á las 12 m. d. ; secundario al E. á las 5 p. m., secundario al O. cerca de las 10 p. m. ; oscilación nocturna muy poca; diurna un poco menor que en el mes de Agosto; de 6 á 8 p. m. ligera tendencia de la aguja al E. Octubre. — Cuatro máximos al E. y cuatro máximos al O. ; principal al E. á las 8 a. m., principal al O. de 12 m. d. á 1 p. m. ; secundario al E. á las 4 p. m., secundario al O. a las 10 p. m. ; oscilación nocturna muy poca, diurna mucho menor que en el mes de Septiembre; hay una doble oscilación de 3 a. m. á 6 a. m. , y otra doble oscilación de 4 p. m. á 10 p. m. ; á estas dos oscilaciones dobles muy pequeñas corresponden otros dos máximos al E. y al O. muy poco pronunciados. jVoviembre. — Cuatro máximos al E. y cuatro máximos al O.; princi- pal al E. á las 10 a. m., principal al O. á las 7 a. m. ; secundario al E. cerca de las 4 p. m., secundario al O. cerca de las 10 p. m. ; doble oscilación muy ligera de 2 á 4 a. m., y otra más pronunciada de 5 á 7 p. m. ; oscilación nocturna poca, diurna mucho menor que en el mes de Octubre. Diciembre. — Tres máximos al E. y tres máximos al O.; principal al E. á 10 a. m., principal al O. á 7 a. m. ; secundario al E. entre 4 y 5 p. ni., secundario al O. entre 1 y 2 p. m. ; de 6 á 9 p. m. alguna tenden- cia hacia el E. ; oscilación nocturna muy poca, diurna algo mayor que en Noviembre. CONCORDANCIA DE LA DECLINACIÓN DE MANILA CON LA OBSERVADA EN OTROS PUNTOS. La marcha horaria diurna de la declinación en Manila, resumida en las precedentes líneas, y trazada gráficamente en las curvas de las láminas iii-xiv, concuerda probablemente con la observada en todos los observatorios magnéticos del hemisferio Norte en cuanto á la hora de observación de la desviación máxima, tanto al E. como al O. Decimos probablemente, porque no poseemos observaciones de todos ellos; las principales estaciones y más interesantes de donde tenemos observa- ciones son las siguientes: ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 489 J'rincipah'x estacionen magnética*. Kinguti Fjord Pótsdam París Pola Perpignán Tiflis San Fernando Zikawei Manila Singapore Batavia San Mauricio . Latitud. o > G6 35 X. 52 23 N. 48 48 N. 44 51 N. 42 42 N. 41 43 N. 36 27 N. 31 12 K. 14 34 N. 1 17 N. 6 11 S. 20 06 8. Longitud meri- diano de Greenwich. 67 19 O. G. 13 4E.G. 2 29 E. G. 13 50E.G. 2 53 E. G. 44 48E.G. 6 12 O. G. 121 26E.G. 120 58 E. G. 103 51 E. G. 106 49E.G. 57 33 E. G. Con las observaciones de las estaciones precedentes se han trazado las curvas de la lámina xxix. Es verdad que dichas observaciones no corresponden todas a un mismo año, ni á un mismo período de años, pero no dejan de ser por esto dignas de toda confianza, pues están tomadas de los boletines de observatorios magnéticos muy importantes, ó de escritos sobre el magnetismo publicados por los mis- mos. La curva de Kingua Fjord está tomada de la relación oficial de la expedición polar alemana de 1882-1883, y la de Singapore del vol. i de las observaciones magnéticas y meteorológicas de Batavia, 1871. Esto supuesto, y estudiando detenidamente las curvas de la lámina xxiii, se verá efectivamente, que así como' en Manila la máxima desvia- ción al E. , por término medio anual, ocurre cerca de las 8 a. m. , y la desviación máxima al O. cerca de la 1 de la tarde; lo mismo sucede también con respecto á los observatorios citados, y probablemente con respecto á todos los observatorios tanto tropicales como extratropi- cales del hemisferio Norte. Existe también esta concordancia, si trata- mos del número de las oscilaciones secundarias y de la hora en que se observan; pues mientras en Manila, por término medio anual, hay una oscilación secundaria al E. y otra al O., en la mayor parte de los observatorios magnéticos del hemisferio Norte se observa la misma oscilación secundaria más ó menos pronunciada, y aunque no coincida exactamente la hora en que se observa, todavía no es grande la diferencia de tiempo. Por lo que se refiere á Zikawei dice el P. Marcos Deche- vréns, S. J., en su obra titulada Le Magnétisme Terrestre a Zikawei, p. 13: En Zikawei, el polo norte del imán ejecuta en el intervalo de veinticuatro horas una triple oscilación de Oriente á Occidente y vice versa. La mayor desviación oriental, mínima de declinación, se observa á 2.45, y á 8.40 de la mañana, y, finalmente, á las 6.15 de la tarde; la mayor desviación occidental, máximo de declinación, se verifica cerca de las 4.20 de la mañana, después á la 1.15 y á las 8.30 de la tarde. Las mayores excursiones son la de las 8.40 de la mañana hacia el E. y la de la tarde, á la 1.15, hacia el O. De estas palabras se puede inferir que hay una triple oscilación en Zikawei; la mayor desviación al E. se observa, como en Manila, cerca 440 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. de las 8 de la mañana, y la mayor desviación al O. cerca de la 1 de la tarde; de las otras dos oscilaciones, las de las 6.15 p. m. y 8.30 p. m., son las que más se acercan a las oscilaciones secundarias de la declina- ción en Manila. Lo que se verifica en los observatorios extratropi- cales parece observarse también en otros lugares de los trópicos, ade- más de Manila, en el hemisferio Norte, como se ve en la curva de Singapore, en que se descubre también una doble oscilación anual. En el hemisferio magnético Sur se registra también esta doble oscilación de la declinación, según puede verse en las curvas de Batavia y de San Mauricio en la lámina xxix, y en las de Santa Helena y Ho- bartown que trae el P. Secchi.1 Pero hay una diferencia notable entre estas curvas y las de Manila, en cuanto á las horas de observación; pues mientras en Batavia, por ejemplo, la oscilación principal al E. se verifica por la tarde, la del O. ocurre por la mañana. Descríbese del modo siguiente la variación diurna de la declinación en Batavia,2 en donde se hace referencia también á la variación diurna de Santa Helena y Hobartown : La variación diurna de la declinación durante todo el año, deducida de los prome- dios anuales, es en Batavia, en cuanto á la dirección del movimiento y las horas de desviación extrema oriental y occidental, semejante á la variación diurna de Hobar- town. El polo norte de la aguja tiene dos desviaciones al E., y dos desviaciones al O. en las dos estaciones; en Batavia, la principal desviación oriental se registra á 8 p. m. y la segunda á 3.30 a. m. En Hobartown se registra á 2 p. m. y 4 a. m. En Batavia, la principal desviación occidental es á las 9 a. m. y la secundaria á 10.30 p. ni. En Hobartown se observa á 9 a. m. y 11 p. m. Parecido fenómeno se observa también en San Mauricio en donde la máxima desviación al O. ocurre á las 10 p. m. próximamente, y la desviación máxima al E. á las 3 de la mañana; las dos oscilaciones máxi- mas en San Mauricio tienen casi igual amplitud, siendo algo mayor la oscilación al E. VARIACIÓN PERIÓDICA DE LA DECLINACIÓN. Hemos dicho que en Manila la declinación experimenta una doble oscilación anual, pero á la verdad para conocer mejor la variación de este elemento, tanto en Manila como en otros puntos del globo, es necesario estudiarla en los dos períodos en que la declinación sufre una transformación bastante notable, sobre todo en los países intertropicales; esta variación periódica es ya generalmente reconocida, y se verifica respectivamente en los meses comprendidos entre Abril y Septiembre, y Octubre y Marzo. Vimos ya en el artículo pasado lo que sucede en Manila durante estos meses. Veremos ahora lo que sucede en Batavia, ciudad situada al Sur del ecuador magnético, y á casi igual distancia 1 Bullettino Meteorológico delV Osservatorio del Collegio Romano, 1862. 2 Observations made at the Magnetical and Meteorological Observatory at Batavia, vol. i., lxxxiv. ESTUDIO COMPARATIVO BE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 441 del mismo que Manila. En el tomo i del boletín de Batavia ya citado se dice lo siguiente: La influencia de la estación del año en la variación diurna de la declinación se observa muy distintamente en las observaciones de Batavia, y es casi idéntica á la hallada en Santa Helena. En Enero el polo norte de la aguja sólo verifica una oscilación al E. y otra oscilación al 0.; la oscilación al E. sucede á 3 p. ni., y la oscilación al O. á 8 a. m. En Julio el polo norte de la aguja verifica dos desviaciones al E. y dos desviaciones al O.; la principal oscilación al E. se registra á las 7 a. m., y la secundaria á las 3.30 p. in.; la principal oscilación al O. sucede á 10.30 a. ni., y la secundaria á 9 p. ni. La marcha de la variación en Enero se puede considerar como tipo del movimiento de la aguja imantada en los meses comprendidos entre Octubre y Marzo. La marcha de la variación diurna en Julio es el tipo del movi- miento del imán desde Abril á Septiembre. Los meses de Abril y Septiembre par- ticipan ligeramente del carácter de los meses de Octubre á Marzo; y los meses de Octubre y Marzo participan ligeramente del carácter de los meses de Abril á Septiembre. Pero es indudable que Octubre y Marzo pertenecen al grupo cuyo tipo es Enero, y que Abril y Septiembre pertenecen al grupo cuyo tipo es Julio. Hasta aquí el boletín citado, el cual también, un poco más adelante, refiriéndose á las curvas semianuales de Batavia, dice, que son las mismas en Batavia que en todas las otras estaciones, en donde han sido examinadas. La curva correspondiente al período de Abril á Septiem- bre cae hacia el lado E. de la curva correspondiente á los meses de Octubre á Marzo, desde la 1 a. m. hasta las 10 a. m., y hacia el lado O. de la misma curva correspondiente al período de Octubre á Marzo, durante las restantes horas del día. Vemos por lo tanto que hay una diferencia bastante notable en la variación periódica semianual de Batavia y Manila, pues mientras en Manila la oscilación de mayor amplitud es la de Abril á Sep- tiembre, en Batavia lo es la de Octubre a Marzo; además, el máximo de la mañana, que es oriental de Octubre á Marzo en Batavia y se observa á las 8 a. m., se hace occidental de Abril á Septiembre, y se observ^ una hora antes, ó sea, a las 7 a. m., muy diferentemente de lo que sucede en Manila, en donde en vez del máximo oriental que se observa a las 7 de la mañana desde Abril á Septiembre, hay desde Octubre á Marzo un máximo al O. á las 7 a. m., y otro más prolongado al E. entre 9 y 10 de la mañana; una cosa parecida sucede en la oscila- ción de la tarde y noche, si bien en Manila es algo mayor la diferencia entre los dos períodos del año, pues hay una doble oscilación en Manila durante el período de Octubre á Marzo. Es evidente, pues, que en los dos observatorios intertropicales de Manila y Batavia, situado el uno al Norte y el otro al Sur del ecuador magnético, existe una variación semi- anual de la declinación, la cual coincide próximamente con la época de los equinoccios; ¿será parecida esta variación de la aguja magnética en los demás puntos del globo? ¿Será así, á lo menos, en todas las regiones de los trópicos? Hasta el presente no se ha podido señalar una ley cierta y universal de la variación diurna de la declinación, como ni de ningún otro elemento del magnetismo terrestre, pero parece 442 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. ya generalmente admitido por todos los autores este cambio en la oscilación de la aguja de declinación durante el ano, y así lo dan á entender los boletines de algunos observatorios muy importantes en que se dan las curvas medias de la declinación, correspondientes á los períodos de Abril á Septiembre y de Octubre á Marzo, aunque otros dividen estas curvas según las cuatro estaciones del año. De todos modos parece ya muy probable, por más que otros digan lo contrario, la primera de las leyes que trae el P. ^ecchi,1 y que antes ya había indicado Cassini, á saber: La oscilación diurna de aquel polo del imán que se dirige hacia el sol es una misma en los dos hemisferios; de modo que la ley hallada para el hemisferio boreal ó polo Norte vale también para el hemisferio austral ó polo Sur. Los sitios vecinos al ecua- dor siguen la misma ley del hemisferio en que se hallan, y por lo tanto cambian de signo en los equinoccios. Parece también igualmente cierta la tercera de las citadas leyes, á saber: La variación anual es periódica en todos los puntos del globo y del mismo signo que la declinación del sol. Y efectivamente vemos por las curvas de la lámina xxix, que la decli- nación aumenta en el hemisferio magnético Norte cuando el sol pasa al hemisferio boreal, y aumenta á su vez en el hemisferio magnético Sur cuando el sol pasa al hemisferio austral, como es evidente por las curvas de Batavia y de San Mauricio, y por las que trae el P. Secchi, de Santa Helena y Hobartown; en estos dos últimos puntos, lo mismo que en Batavia, la curva de Abril á Septiembre se halla el E. de la curva de Octubre á Marzo, desde poco antes de las 3 de la madrugada hasta cerca de las 11 a. m., y al O. de la misma en las demás horas del día. Mas, aunque la variación de la declinación en el hemisferio Norte sea, generalmente, la que indican las curvas de la lámina xxiii, no deja, sin embargo, de tener sus excepciones, y una muy notable nos parece la del Cabo Thordsen (latitud 78° 28' 27"" N. y longitud 15° 42' E. de Green- wich). Así describe la Expedición Sueca á las regiones del polo Norte2 la variación diurna de la declinación en el Cabo Thordsen próximo al polo: El máximo E. de la declinación se presenta, según las curvas, á 4.30 p. m., en Agosto-Septiembre; á 4.5 p. m., en Octubre-Noviembre; á 3 p. ni., en Diciembre-Enero; á 4 p. ni., en Febrero-Marzo; á 4.25 p. m., en Abril-Mayo; á 4 p. m., en Junio- Agosto. 1 Bullettino Meteorológico delV Osservatorio del Collegio Romano, No. 8. 15 Junio, 1862, p. 57. 2 Exploration Internationale des Régions Polaires, 1882-1883 — Observations faites au Cap Thordsen, Spitzberg, par l'Expédition Suédoise, publiées par PAcadémie Royale des Sciences de Suéde, tom. i, p. 192. ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 443 El término medio del tiempo del máximo al E. es 4 horas, tiempo de Goetingen, ó sea, 4 horas 23 minutos tiempo local. Parece, según esto, verificarse un poco antes en los meses de invierno; sin embargo, se retarda bastante, si atendemos á lo que pasa en las zonas templadas. Y un poco más abajo añade: Después de las 4 la declinación E. desciende poco á poco á un mínimo que ocurre: en Agosto-Septiembre, á 14 horas; en Octubre-Noviembre, á 16 horas 30 minutos; en Diciembre-Enero, á 13 horas 20 minutos; en Abril-Mayo, á 17 horas; en Junio-Agosto, á 13 horas. Las grandes é irregulares variaciones que se observan con respecto á este mínimo, son evidentemente debidas á que un débil máximo secundario parece verificarse cerca de las 16 horas, con un mínimo también secundario cerca de las 19 horas, y que estos dos mínimos se confunden en uno solo por Octubre, Noviembre, Abril y Mayo. El máximo secundario se observa principalmente en la curva de Julio á Agosto, la cual puede depender en parte de que la variación de estos meses es sensiblemente mayor que en los demás meses. En la curva anual el primer mínimo se observa á 14 horas, una traza del máximo secundario á 16 horas 50 minutos, y el mínimo secundario á 19 horas, tiempo de Goetingen. Descartando, sin embargo, ésta y alguna otra excepción que pueda haber, parece general en todo el hemisferio Norte el movimiento del polo norte del imán hacia el E. , movimiento que en los países tropicales, ó situados cerca del ecuador, se convierte en occidental al tiempo de Jos equinoccios; y en todo el hemisferio Norte también la amplitud de la oscilación diurna de la declinación es mayor en el período do Abril á Septiembre que en el de Octubre á Marzo; lo contrario sucede en el hemisferio Sur. Adviértase que esta oscilación de la aguja magnética hacia el E. dos ó tres horas antes de mediodía, ó hacia el O. , según sea la estación del año ó el hemisferio de que se trata, no significa en todo caso un aumento ó disminución en la declinación, pues la oscilación al E. , por ejemplo, sólo será aumento de declinación en donde la declinación sea oriental, y será disminución en donde sea occidental; la mayor desviación de la aguja sólo obedece á la mayor intensidad de la fuerza magnética horizontal; de donde, siendo aproximadamente simultánea en casi todo el globo la variación angular de la declinación, se infiere que es simultánea también la variación en la intensidad de la fuerza magnética hori- zontal, es decir, que en todos aquellos puntos del hemisferio Norte que caen dentro de la línea de declinación nula que atraviesa el Asia, el Océano índico y la Australia, y de la que cruza el continente americano y el Atlántico, habrá un aumento en la intensidad magnética hori- zontal, unas dos ó tres horas antes de mediodía, y con raras excep- ciones, en todos los demás puntos de la tierra habrá simultáneamente una correspondiente disminución de la intensidad, proporcional al valor angular de disminución de la intensidad magnética. Y en el hemisferio 444 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. magnético Sur habrá una disminución de la intensidad dos ó tres horas antes de mediodía en donde la declinación sea occidental, y un simultáneo aumento de la misma intensidad en donde la declinación sea oriental; para ambos hemisferios se invierte la variación de la intensidad según sea la variación de la declinación. INCLINACIÓN. La variación de la inclinación en Manila es muy uniforme, reducién- dose la oscilación diurna á un mínimo muy pronunciado cerca de me- diodía, ó poco antes, y á algunas ligeras oscilaciones de poca regularidad durante la noche, especialmente entre las 9 y 11 p. m. El ma}ror ángulo de la inclinación se registra por término medio cerca de la media noche, y se prolonga hasta la 1 a. m. , empezando después á dis- minuir en las primeras horas de la madrugada. Es digno de notarse el retraso del mínimo de la inclinación en Diciembre, Enero, Febrero y Marzo, que se observa á las 12 m. d., registrándose en los demás meses del año á las 11 a. m. próximamente; es notable también el ligero aumento que adquiere este elemento á las 6 de la mañana, en el período de Abril á Septiembre. SEMEJANZA DE LA VARIACIÓN DE LA INCLINACIÓN MAGNÉTICA EN MANILA CON LA DE BATA VIA. La variación de la inclinación magnética en Manila tiene bastante semejanza con la observada en Batavia1 en donde su principal carácter es una sola oscilación, cuyo máximo se observa á las 7 p. m. y cuyo mínimo ocurre á las 10 a. m. ; casi lo mismo sucede en Santa Helena, según observaciones del general Sabine. Hay alguna diferencia, sin embargo, entre estos lugares y Manila con respecto á las horas de máximo y mínimo de la inclinación, pues el máximo, como está dicho, se verifica en Manila cerca de la media noche, y en Batavia á las 7 p. m. , y el mínimo, que en Manila es entre 11 y 12 m. d., se adelanta en Batavia á las 10 de la mañana. DIFERENCIA DE LA VARIACIÓN DE LA * INCLINACIÓN ENTRE MANILA Y ZIKAWEI. Alguna ma}ror diferencia parece existir entre la marcha diurna de la inclinación entre Manila y Zikawei. Así describe la variación de este elemento en Zikawei el P. Dechevréns.2 Si la declinación en Zikawei presenta, en el curso del año, tres períodos de oscilación durante las 24 horas, no sucede lo mismo con respecto á la inclinación, por más que, en general, las variaciones de estos dos fenómenos sean complementarias. 1 Observations rnade at the Magnética! and Meterological Observatory, Batavia, vol. i, 1871, p. 105. 2 Le Magnétisme Terrestre á Zikawei, p. 23. ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 445 La oscilación nocturna falta en este elemento casi por completo. El imán que se mueve libremente en el plano del meridiano magnético se eleva y se inclina dos veces durante el espacio de un día solar. Una de estas oscilaciones se efectúa entre la puesta y la salida del sol, es decir, entre las 6 de la tarde, hora de su inclinación máxima debajo del horizonte, y 6 de la mañana, hora de un mínimo secundario de la incli- nación. De 6 á 7.30 de la mañana se inclina de nuevo el imán, aunque muy ligera- mente, elevándose después con rapidez hasta llegar al mínimo de inclinación de todo el día, algunos instantes después del paso del sol por el meridiano; finalmente, desde mediodía hasta las 6 de la tarde, la aguja verifica su mayor movimiento de inclina- ción que se registra en toda la oscilación diurna. De lo dicho se infiere que cuando el polo norte del imán está más elevado sobre el horizonte en Zikawei, en Manila sólo empieza á elevarse la aguja, aunque rápidamente, y cuando en Zikawei, se observa la depresión máxima de la aguja de inclinación, en Manila no está muy inferior á su máxima elevación. Sólo concuerda la inclina- ción en los dos puntos en el pequeño máximo entre las 6 y 7 de la mañana, el cual, sin embargo, sólo se observa en Manila en los meses de * Abril á Septiembre. A continuación advierte el mismo P. Dechevréns que Zikawei no concuerda con casi ningún otro observatorio del hemis- ferio Norte en este particular. Dice así: En 1827, Arago había observado que en París, la inclinación es mayor á las 9 de la mañana que á las 6 de la tarde; mas esto no se verifica en Zikawei, en donde, al contrario, la mayor inclinación de la aguja durante todo el día se efectúa á las 6 de la tarde. Con respecto á la variación diurna de la inclinación, Zikawei tiene más semejanza con el Cabo de Buena Esperanza, en donde el mínimo se observa á las 12.34 m. d. y el máximo á las 8.34 de la tarde, con algunas muy pequeñas oscila- ciones secundarias entre las 7 y las 9 de la mañana. Zikawei discrepa, pues, abso- lutamente de todos los observatorios del hemisferio Norte, como Toronto, París, Green- wTich y San Petersburgo, en donde el máximo de la inclinación se registra poco antes de mediodía, y el mínimo poco antes de la media noche. Sin embargo, esta discrepancia no es tanta como se podría suponer, pues en realidad encontramos un máximo en Zikawei cerca de las 9 de la mañana, aunque no sea el principal. Por estas palabras del P. Dechevréns, vemos que también Manila se ha de contar entre las estaciones del hemisferio Norte que difieren de Zikawei en la variación diurna de la inclinación, y tenemos algún fundamento para sospechar, que tal vez sea general la disminución de la inclinación cerca del paso del sol por el meridiano superior, y el máximo del mismo durante las horas de la media noche. DIVERSOS MOVIMIENTOS DEL IMÁN. Combinando en una sola curva, lámina xxviii, el movimiento del imán libre en el espacio, vemos que se halla casi en el promedio hora- rio de la declinación al tiempo de su mayor depresión debajo del hori- zonte, y que al tiempo de su máxima elevación se halla alejado al O. del promedio horario de la declinación. La misma curva anual indica que el polo norte del imán, de las 24 horas del día, se halla 9 horas hacia el O. de su posición media, y hacia el E. del promedio diario las 15 res- tantes. Estudiando más en particular las curvas semianuales, notamos 446 VAEIACIÓK CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. inmediatamente la gran discrepancia que hay entre los dos períodos ya conocidos. En los meses de Abril á Septiembre, desde las 5 hasta las 6 de la madrugada, el imán se conserva muy inclinado, alejándose al mismo tiempo rápidamente hacia el E., y se eleva con gran rapidez desde las 8 a. m. hasta cerca de mediodía con un movimiento simultá- neo hacia el O. muy pronunciado; se inclina de nuevo la aguja rápida- mente desde mediodía hasta las 5 de la tarde, volviendo la declinación á su posición media entre las 4 y 5 p. m. Durante la noche es muy pequeño tanto el movimiento horizontal como el vertical. En la curva de Octubre á Marzo, se nota que las excursiones al E. del promedio son de más amplitud que las que están hacia el O. durante el día, suce- diendo lo contrario durante la noche; nótase también una oscilación completa de la inclinación entre las 9 de la noche y la 1 de la madru- gada, estando el polo norte de la aguja hacia el O. de su posición nor- mal. La inclinación máxima y la inclinación mínima coinciden en este período casi en el promedio semianual de la declinación. Comparando el P. Dechevréns los dos elementos de la inclinación y declinación en Zikawei, dice lo siguiente: Desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche la aguja de inclinación se eleva cuando la aguja de la declinación marcha hacia el O., y se deprime la de la inclina- ción, cuando la de la declinación va hacia el E. ; desde las 9 de la noche hasta las 5.30 de la madrugada sucede lo contrario, que la aguja de inclinación se eleva rápidamente á medida que la declinación va siendo occidental; desde 5.30 hasta las 9 de la mañana hay una pausa en el movimiento de la aguja de inclinación, mientras el imán de declinación se precipita hacia el Oriente. Algo semejante sucede en Manila, en donde desde las 7.30 de la mañana hasta mediodía, la inclinación disminuye, marchando el imán de declinación hacia el O. ; y desde mediodía hasta las 5 de la tarde aumenta la inclinación, marchando el imán de declinación hacia el Oriente. Por la noche, sin embargo, sucede al revés, pues la inclinación aumenta con movimiento occidental de la declinación, y disminuye con movi- miento oriental de la misma declinación; hay una pausa en esta dismi- nución entre 5 y 6 de la mañana, precipitándose entonces rápidamente al E. la declinación. El movimiento del imán, en el espacio, es parecido en Manila y en Zikawei, pero no se verifica en las mismas horas; en las mismas curvas se ve confirmada la primera parte de la cuarta ley que trae el P. Secchi, á saber: * La inclinación tiene un período complementario de la declinación; tanto ésta como la fuerza total sigue el doble período de la declinación. Y en las curvas, efectivamente, la inclinación mínima coincide con la desviación máxima del imán del promedio horario, y la inclinación máxima coincide con la desviación mínima del imán de su promedio horario. 1Bullettino Meteorologio delV Osservatorio del Collegio Romano, No. 8. 15 Junio, 1862, p. 57. ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 447 COMPONENTE HORIZONTAL. Con relación á esta fuerza no se ofrece otra cosa que decir fuera de lo dicho ya en El Magnetismo Terrestre en Filipinas, pues las observa- ciones de los años posteriores han confirmado lo que entonces se dijo, á saber: que el máximo de la fuerra horizontal se observa constantemente cerca de las 11 a. m. ; que su marcha es generalmente opuesta a la de la componente vertical; y que es característico en esta fuerza un rapidísimo aumento que se nota entre las 8 y la§ 10 a. m., especialmente en el mes de Marzo. Todo esto se ve confirmado en las curvas del octenio, co- rrespondientes á la fuerza horizontal. Por lo tanto, comparando la marcha de este elemento con la que se observa en otras latitudes, podemos repetir lo mismo que decía el P. Cirera en El Magnetismo Terrestre en Filipinas, página 128: La oscilación diaria de la componente horizontal en París, considerada en el pro- medio anual, es casi enteramente contraria á la de Manila; el mínimo principal ocurre poco antes de las lia. m. y el máximo cerca de las 9 p. ni. En el Observato- rio de San Fernando, considerando también la oscilación anual, se registran dos valo- res mínimos, casi iguales, el uno á las 9 a. m. y el otro á las 4 p. m. ; los dos máximos de igual intensidad se verifican á las 5 a. m. y á mediodía. Prescindimos de una tercera oscilación ligerísima que parece indicarse cerca de la media noche. En Zi- kawei, el mínimo principal tiene lugar á las 7 p. m., y el máximo, también princi- pal, á las 2 p. m. próximamente; un mínimo secundario se registra á las 10 a. m., y otro máximo, también secundario, á las 7 a. m. En todos estos tres puntos varía la componente horizontal en el transcurso del año, por lo cual nos hemos referido siem- pre al promedio anual. En la Habana ha observado el P. Viñes una oscilación diaria que se acerca algo á la de Manila, como se acerca también su latitud geográfica; el máximo principal suele acaecer no mucho antes de mediodía, y el mínimo al ano- checer ó durante la noche. Finalmente, en Batavia los fenómenos son muy parecidos á los de Manila; la marcha diaria de la componente horizontal es allí muy constante, y el máximo ocurre por término medio entre 10 y 11 a. m.; el valor mínimo se verifica por la tarde y al anochecer, en el cual tiempo está indicada una ligerísima ondulación; por lo demás, la amplitud de la oscilación, aunque grande, es inferior á la que se observa en Manila. INTENSIDAD TOTAL. Sigue este elemento hasta en sus menores detalles la variación de la componente horizontal, por lo que nos abstenemos de describirla aquí. COMPONENTE VERTICAL. El mínimo diario de esta fuerza, como hemos indicado antes, sucede entre 11 y 12 m. d., ó sea, cuando se verifica el máximo de la intensidad horizontal. En las curvas del octenio que discutimos, se verá que este valor mínimo se acerca más á las 12 m. d., desde Noviembre á Abril, ó sea, en los meses de otoño é invierno, y se acerca más á las 11 a. m., desde Abril á Octubre, ó sea, en los meses de primavera y verano. Hay también, en estos últimos meses, una tendencia marcada á un mínimo entre 4 y 5 de la madrugada, y un pequeño máximo cerca de las 6 a. m. 448 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. La variación de este elemento magnético observada en Manila, y la que se observa en otro* observatorios, concuerdan en la hora de mínimo diario, que generalmente ocurre entre las 11 a. m. y las 12 m. d. Así a lo menos lo demuestran las observaciones de Bombay, Batavia, Zikawei y París, y aun parece que se nota también en ellos el ligero adelanto de este mínimo en los meses de verano y primavera, como en Manila. No sucede lo mismo, sin embargo, en lo tocante al máximo diario que en otras partes se observa por la tarde ó al ano- checer, y en Manila es muy prolongado, y tiene lugar muy entrada la noche. Por lo demás, de la variación de la componente vertical se puede decir casi lo mismo que hemos dicho de la inclinación, pues su marcha es casi idéntica. Las curvas de la lámina xxvii dan á conocer la marcha combinada de las dos fuerzas horizontal y vertical, durante el día, habiéndose empleado para expresar su aumento ó disminución, con respecto de las ordenadas, los mismos signos que se usan en Trigonometría. Se verá por la curva anual, que nunca disminuyen simultáneamente las dos fuerzas, y que la hora, en que más generalmente aumentan las dos á la vez, es á las 4 de la tarde; en todas las demás horas del día apenas hay un aumento simultáneo de las dos fuerzas. Por regla general, cuando aumenta la componente H disminuye la componente Z, y vice versa; por la noche es poca la variación de la fuerza vertical y algo mayor la de la horizontal. En las curvas semianuales es curiosa la oposi- ción de horas de aumento y dismunición de la fuerza vertical. Desde Abril á Septiembre, es mayor la fuerza vertical desde las 8 de la mañana hasta las 11, también de la mañana, y menor desde las 11 a. m. hasta las 4 de la tarde; en los meses de Octubre á Marzo, es menor la fuerza vertical desde las 8 á las 11 a. m. y mayor desde las 11 a. m. hasta cerca de las 4 de la tarde. VARIACIÓN ANUAL. INTRODUCCIÓN. La suma de todas las observaciones efectuadas en el espacio de un año nos dará la variación correspondiente á este año, siendo el objeto principal del estudio de esta variación el indagar los cambios sucesivos que sufren los elementos del magnetismo, de un mes para otro, ó sea, con relación á las diferentes posiciones del sol con respecto á la tierra en el transcurso de un año. Como acertadamente observa el P. Cirera en su trabajo el Magnetismo Terrestre en Filipinas, tiene alguna difi- cultad el estudio de esta variación anual, ya por razón de ser poca su oscilación, ya también por razón de la variación secular aún poco conocida. Advertimos en cuanto á esto último, que, siendo muy pe- queña la variación secular en comparación de la oscilación anual en los ocho años que estudiamos, no aplicamos corrección alguna por ella, ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 449 tanto más cuanto que no es uniforme dicha variación secular en todos los ocho años, ni fácil determinar con exactitud que corrección se le haya de aplicar. Esto no impide, sin embargo, que se descubra á simple vista, en las curvas de las láminas xxv y xxvi, que existe una oscilación regular en el transcurso del año, especialmente en la declinación, que no carece de interés. Esta oscilación es la que vamos á estudiar ahora, fijándonos principalmente ya en las diversas direcciones que toman los imanes de declinación e inclinación, ya también en ln amplitud de sus oscilaciones. DECLINACIÓN. Es sabido que la declinación varía con el movimiento de la tierra en su órbita, pero aun no se sabe con certeza cual sea la ley de esta variación. Los promedios anuales de 1890 á 1897 indican al parecer la siguiente marcha de la declinación en Manila en el transcurso del año. Según es fácil de ver por la curva, cuando se halla el sol en su declinación mínima, ó sea, en el solsticio de invierno, la declinación experimenta un pequeño máximo al Este; entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera se desvía el polo norte del imán hacia el Oeste observándose un máximo principal al Occidente en el mes de Marzo; al alejarse el sol por el hemisferio Norte, vira de nuevo el polo norte del imán hacia el Oriente con bastante rapidez, y se observa el máximo principal de la declinación oriental en el mes de Junio, cuando llega el sol al solsticio de verano; desde Junio hasta Septiembre pierde otra vez en declinación la aguja, hasta llegar al solsticio de in- vierno. Esta variación anual de la declinación en Manila, es en parte conforme con la observrada en otros puntos, y en parte también con- forme con la variación anual de la aguja, según la describe Cassini cuyos trabajos en magnetismo alaba el P. Secchi, diciendo que se anti- cipó su autor á muchos modernos en la investigación de las leyes del magnetismo terrestre. Describe Arago esta variación, según Cassini, del modo siguiente: En el intervalo comprendido entre Enero y Abril, la aguja imantada se aleja del polo norte, de manera que la distancia occidental aumenta. Desde el mes de Abril y hasta el principio de Julio, es decir, durante todo el tiempo corrido desde el equinoccio de primavera hasta el solsticio de verano, la declinación disminuye, ó en otros términos, la extremidad norte de la aguja se aproxima al polo. Desde el solsticio de verano hasta el equinoccio de primavera siguiente, la aguja vuelve á tomar su camino hacia el Oeste, de manera que en Octubre se encuentra próximamente en la misma dirección que en Mayo; entre Octubre y Marzo el movi- miento occidental es más pequeño que en los tres meses precedentes. Se ve, en resumen, que durante los tres meses comprendidos entre el equinoccio de primavera y el solsticio de verano, la aguja retrogada hacia el Este, y que en los nueve meses siguientes su marcha general se dirige, por el contrario, hacia el Oeste. 4619— tomo ii 29 450 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Concuerda esta variación, según Cassini, con la marcha de la aguja imantada en Manila hacia el Este, desde el equinoccio de primavera hasta el solsticio de verano; pero en los nueve meses restantes, la marcha de la aguja en Manila no es constante hacia el Oeste, pues, como es fácil de ver en la curva, hay otra ligera oscilación al Este que empieza en el equinoccio de otoño, y llega á su máximo hacia el solsticio de invierno. La amplitud de la variación de la declinación, lámina xxiv, varía también en Manila con las estaciones del año. Efectivamente, en el solsticio de invierno y algún tiempo después hasta Febrero, la oscila- ción de la declinación es muy reducida, si bien se observa un pequeño máximo de oscilación durante el mes de Enero, y un mínimo durante el mes de Febrero; al entrar el sol en el equinoccio de primavera aumenta algo la amplitud de la oscilación, acentuándose este aumento al pasar el sol por el zenit de Manila, entre Abril y Mayo; á partir del solsticio de verano continúa el aumento en la amplitud de la oscilación, hasta que llega el sol al zenit por segunda vez, en Agosto, en que la oscilación es mayor que en todo el año; vuelve á disminuir con rapidez un poco antes del equinoccio de otoño, haciéndose muy notable esta disminución entre Septiembre y Octubre. LA OSCILACIÓN ANUAL DE LA DECLINACIÓN EN MANILA Y ZIKAWEI. Es notable la conformidad en la amplitud de la oscilación anual de la declinación entre Zikawei y Manila. De la de Zikawey dice el P. Dechevréns: Las mayores oscilaciones de la declinación se registran en Zikawei en el mes de Agosto, hacia el 12 del mes, y las de menos amplitud hacia el 12 de Diciembre. Además de esto, hay dos máximos y dos mínimos secundarios, registrándose uno de los máxi- mos el 5 de Enero y otro el día 8 de Abril, siendo casi de tanta amplitud este último, como el observado en el mes de Agosto; los dos mínimos secundarios se observan respectivamente el día 19 de Febrero y el Io. de Mayo. El aumento en la amplitud es rapidísimo á partir del 8 de Marzo; la disminución de la misma es igual- mente rápida y bastante brusca desde mediados de Septiembre. Finalmente, varía poco la amplitud de la oscilación durante los meses de Julio y Agosto. INCLINACIÓN Y COMPONENTE Z. Juntamos en uno estos dos elementos, por ser su variación anual muy parecida, aunque por lo demás, muy poco se sabe acerca de las leyes que siguen. En las curvas conviene tener en cuenta que es con- siderable la variación secular de la inclinación, lo cual explica el gran descenso que se observa en los valores de Diciembre con respecto de los de Enero; por esta razón también, conviene tener en cuenta que desde Enero hasta Diciembre, será tanto mayor la corrección que se habrá de aplicar por la variación secular, cuanto el mes, cuya variación ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 451 anual se estudia, se aproxime más al fin del ano. Esto supuesto, y fiján- donos sólo en las ondulaciones de la curva, se descubre, al parecer, cierta periodicidad de máximos y mínimos, según las épocas del ano; desde Marzo á Mayo }T desde Agosto á Septiembre, ó sea, al rededor de los equinoccios, se observa cierta tendencia á aumentar, tanto en la inclinación como en la componente Z; y al contrario, en los meses de invierno y verano, y sobre todo desde Noviembre á Diciembre y desde Febrero á Marzo, es muy rápida la pérdida en los dos elementos. Lo dicho se refiere al movimiento de inclinación del polo norte de la aguja, y á la intensidad de la fuerza vertical. Si nos fijamos ahora en la osci- lación de esta misma fuerza, lámina xxiv, notaremos por de pronto un mínimo durante el mes de Febrero, y otro entre Noviembre y Diciem- bre, y un máximo bien pronunciado en Septiembre; hay, además, un máximo secundario en Enero y tendencia á otro mínimo en Junio; de donde se deduce que la oscilación, durante el octenio, ha sido muy variable en los meses de otoño y de invierno, en los cuales se han regis- trado los mayores máximos y mínimos, y más uniforme en primavera y verano. COMPONENTE HORIZONTAL K INTENSIDAD TOTAL. Por la misma razón aducida en el párrafo precedente, juntamos en uno solo la componente H y la intensidad total. En la curva de la componente H se nota un máximo durante los meses de Enero y Di- ciembre, y otro en Julio, ó sea, cerca de los solsticios, y un mínimo muy acentuado cerca del equinoccio de primavera; hay otro mínimo también de Agosto á Septiembre ó próximo al equinoccio de otoño. En la curva de la intensidad, la oscilación es parecida á la descrita, sólo que el aumento, durante el verano, es poco considerable. Damos á continuación los datos de la oscilación de los tres elementos magnéticos, á saber, declinación, componente horizontal y componente vertical de todos los ocho años; las curvas de la lámina xxiv están tra- zadas con los promedios de estos datos. Las curvas de las láminas xxv y xxvi, que dan la variación anual y secular combinadas de cada uno de los elementos magnéticos, están trazadas según los promedios de las seis primeras tablas. 452 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Tabla VII. — Oscilación de la declinación, durante el periodo de 1890 á 1897. Enero. Febrero. 1890. 1891. 1892 . 1893 . 1894 1895 18% 1897 Medias Distancia del prome- dio diario al— | Distancia i del prome- dio diario ! al— I- Máx. Mín. 1.34 1.67 1.51 1.75 1.79 1.82 1.41 1.78 1.63 | «5 ¡ Oc iMAx. 1.21 1.51 1.68 ¡ 1.37 | 1.60 : i.68 ; 1.49 ! 1.37 i 2. 55 3.18 3.19 3.12 3.39 3.50 2.90 3.15 0. 96 1.23 1.35 1.46 1.35 1.14 1.15 1.05 1.49 3.12 i 1.21 Mín. 0.94 1.17 1.15 1.29 1.35 1.17 1.19 1.10 1.17 1.90 ! 2.40 i 2.50 2.75 2.70 ' 2.31 ¡ 2.34 ! 2.15 ¡ Distancia c * del prome- dio diario 5¿ .£! al— «5 °B Max. Mín. 1.23 1.38 2.61 1.69 1.40 3.09 1.70 1.69 3.39 1.61 1.80 3.41 1.17 1.51 2.68 1.69 1.78 3.47 1.29 1.47 2.76 0.86 1.22 2.08 1.41 1.53 2.94 Abril. Distancia del prome- dio diario ¡ al- o E — ¡ ^-2 Max. Mín. Oc 1.43 1.62 1.86 2.03 1.75 2.18 1.50 1.47 1.73 1.77 1.58 1.87 2.08 2.20 2.23 1.84 1.97 1.94 3.20 3.20 3.73 4.11 3.95 4.41 3.34 3.44 3.67 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 Medias 2.38 Mayo. Junio. Julio. Agosto. Distancia Distancia tí 33 Distancia tí * Distancia tí °3 del prome- o'E del prome- o'C del prome- o'E del prome- o'E dio diario '3.2 dio diario o. 2 dio diario '3.2 dio diario '3.2 al— OÍrQ al— al— al— '0 %'¿ &rs Max. Mín. O o Max. 3.90 : 2.38 Mín. 1.77 ^o Max. 2.35 Mín. 1.83 °2 4.18 Max. Mín. O o 2. 02 1.88 4.15 2.84 2.92 5.76 3.07 2. 36 5.43 j 2.70 2.13 4.83 2.67 2.38 5.05 3. 25 2.31 5. 56 2.33 2.49 4.82 j 2.76 2.14 4.90 2.62 2. 66 5. 28 3.07 2. 69 5. 76 2.32 2.17 4.49 ! 2.64 2.06 4.70 2.71 2.79 5. 50 2.77 2.83 5. 60 2. 43 2.37 4.80 ! 2.73 2. 26 4.99 2.46 2.38 4.84 3.12 2.77 5.89 2. 28 2. 34 4.62 ¡ 3.20 2. 54 5.74 2.57 2.50 5.07 2.66 2.45 5. 11 2.30 1.87 4.17 ! 2.08 1.78 3.86 1.94 1.96 3.90 2. 56 2.44 5.00 2. 26 2.12 4.38 | 2.40 1.82 4.22 2.18 1.80 3.98 2. 54 2. 66 5. 20 2.38 2. 20 4.58 2.61 2.06 4.67 2.44 2.29 4.73 2.85 2. 63 5.48 1890 . . 1891 . . 1892 . . 1893 . . 1894 .. 1895.. 1896 . . 1897 . . ! Septiemb re. tí ^ Octubre. Noviembre. Diciembre. ! Distancia Distancia tí * Distancia tí é Distancia tí °3 i del prome- o'C del prome- o'E del prome- o'C del prome- <) 62 39 28 07 35 27 62 38 25 «3 35 31 66 43 27 70 48 34 82 DO 39 94 55 37 92 41 27 08 55 31 86 05 34 99 61 33 94 39 24 03 42 27 09 0)0 31 91 54 30 84 43 27 70 48 33 81 52 29 81 52 30 82 38 26 04 38 27 05 59 34 93 59 31 90 50 20 76 44 24 08 52 25 77 53 29 82 41 26 67 43 29 72 53 30 83 51 31 82 1890 1891 1892 1893 1894 1895 1896 1897 Media Mayo. Junio. Julio. Agosto. 68 , 39 Distancia tí. 3 del prome- dio diario '3.5 al— tí'C Max. Mín. 21 Ó o 35 56 30 24 54 46 32 78 51 30 81 43 24 67 38 24 02 32 19 51 35 20 55 1890 , 1891 1892 , 1893 1894 1895 1896 1897 Medias. Septiembre. Distancia del prome- dio diario al— Max. Mín 32 41 47 47 43 ' 38 : 45 j US Oo Octubre. I Noviembre'. Diciembre. Distancia del prome- dio diario al— Max. Min, tí. 3 3.S ^^ Distancia del prome- dio diario al— OO Max. Mín. 64 34 25 79 50 30 85 45 27 84 46 24 85 45 26 83 46 30 72 40 22 62 34 20 tí. 2 2£ Distancia del prome- dio diario al— Max. Mín 8S O o 64 70 60 61 59 53 61 454 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Tabla IX.- -( lalación de la componente vertical, durante el período 1890 á 1897. 1890. 1891 . 1892 . 1893 . 1894. 1895 . 18% - 1897. 1890 . 1891 . 1892 . 1893 . 1894 . 1895 . 189(5 . 1897 . Medias. Enero. Febrero. Distancia del prome- dio diario al— Max. Mín. 25 : 13 10 ! 10 ' 9 ; 8 i 10 | 10 ! Distancia ?* del prome- dio c iario o.~ al - Max. Mín. Oc 12 19 31 10 18 28 10 19 29 11 23 34 (') 12 18 8 12 20 9 16 25 8 1(5 24 Marzo. Distancia : c ¿ del prome- i o'C ------ • -3.S dio diario al- B Max. Mín 21 22 21 i 20 15 23 21 19 Oc Abril. Distancia del prome- dio diario al— Max. Mín tí* x 43 O© 33 28 32 35 21 37 36 29 Mayo. Distancia del prome- dio diario al— Max.! Mín r 13 22 13 22 12 20 12 22 9 14 11 22 10 24 10 19 11 l 21 32 Junio. Julio. I Agosto. Distancia del prome- dio diario al— Max. Mín. tí. 2 Distancia I del prome- '3.3 ¡ dio diario 'S.S ¿•o | al- I 2* O £ II Max. Mín. ; Oc Distancia del prome- dio diario al— Max. 21 14 19 i 24 15 18 ¡ 21 ¡ 19 ! Mín. 19 i 30 12 : 22 •S.S 43 34 37 41 24 28 32 36 Septiemb re. tí. 2 •O n •3.S ls Oo Octubn C °8 Oo Noviembre. Diciembre. Años. Distancia del prome- dio diario al— Distancia del prome- dio diario al- Distancia del prome- dio diario al— tí i 'o .3" Oc Distancia del prome- dio diario al— tí i o. 3 Max. Mín. Máx. Mín. Max. 10 10 9 6 7 7 6 Mín. 18 18 17 10 12 16 14 Max. Mín. OO 1890 1891 1892 1893 1894 12 14 13 13 13 10 9 12 31 30 29 30 28 17 22 26 43 44 42 43 41 27 31 38 8 10 12 11 12 19 27 25 25 99 27 37 37 36 34 27 32 28 28 28 26 16 19 23 20 16 10 11 8 9 8 8 7 6 18 22 17 16 12 17 13 10 28 33 25 25 20 1895 10 17 25 1896 9 8 23 20 20 1897 5 11 16 M edias 12 97 39 10 '->'> « 7 i* 22 8 16 24 ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 455 VARIACIÓN SECULAR. IDEA GENERAL DE LAS VARIACIONES PERIÓDICAS. Los elementos del magnetismo terrestre están sujetos á largas varia- ciones periódicas, llamados comúnmente variaciones seculares. Estas variaciones seculares se dividen en dos categorías, á saber: la varia- ción undecenial y la gran variación secular, distinguiéndose general- mente la primera con el nombre de período undecenial, y llamándose la segunda sencillamente variación secular. Del período undecenial trataremos luego, y nos ocuparemos ahora en la variación secular propiamente tal, que, tratándose de la declinación, proviene de la rota- ción del polo magnético alrededor del polo geográfico. DECLINACIÓN. Como se verá por la adjunta tabla, la declinación magnética ha ido constantemente en aumento, en Manila, desde el año 1840 hasta el de 1897. v todavía continúa al presente. Tabla X. — Declinación magnética en Manila. ; Declinación ■ magnética. 1840. 1887. 1889. 1890. 1891. 1892. 1893. 1894. 1895. 189(5. 1897. 18.00 E. 48.10 E. 48.30 E. 48.50 E. 49.71 E. 50.05 E. 50.1(5 E. 50.30 E. 51.(53 E. 51.01 E. 51.41 E. El año 1896 fué excepcional, habiendo hecho el polo norte de la aguja un movimiento retrógado, y en los demás anos la variación en aumento no ha sido uniforme, según se ve por la siguiente tabla de diferencias. Tabla XI. — Diferencias en la variación de la declinación en Manila. Años. De 1840 á 1887 De 1887 á. 1889 De 1889 á 1890 De 1890 á 1891 De 1891 á 1892 De 1892 á 1893 De 1893 á 1894 De 1894 á 1895 De 1895 á 1896 De 189(5 a 1897 Declina- ción E. + 0.64 + 0.10 + 0.20 + 1.21 + 0.34 + 0.11 + 0.20 + 1.27 -0.62 + 0.40 456 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. Comparando ahora esta marcha de la declinación en Manila con la que se observa en otros importantes observatorios magnéticos del globo, notaremos en seguida una diferencia muy notable, pues mientras por una parte es en ellos muy general la disminución de la declinación, en Manila por el contrario aumenta. Sólo hay alguna conformidad entre Manila y Zikawei, habiendo ido en aumento la declinación en este último punto desde 1888 hasta 1893. Para que mejor se vea lo que acabamos de decir, pondremos á continuación un estado de la declina- ción y de la variación secular de la misma, en varios de estos observa- torios magnéticos, durante todos ó algunos de los años comprendidos en el período de 1890 a 1897. Los datos referentes á los observatorios de París y Perpignán están tomados del boletín astronómico del Observatorio de París,1 y los de Pótsdam, Tiflis, Zikawei, Colaba, Batavia y San Mauricio, de los boletines publicados por sus respectivos observatorios. Tabla XII. — Variación secular de la declinación en varias estaciones rnar/nétiras. Pótsdam. París Declinación. Varia- ción secular. Perpignán. i Varia- Declinación. ; ción secular. Tiflis. Años. Diclinación. Varia- ción secular. Varia- Deelinación. ción secular 1890.. o / o / o / o / o / o / o 0 , 1891.. 15 35. 90 O. 15 30. 70 O. 15 24. 30 O. 15 18. 00 O. 15 12. 70 O. 15 06. 80 O. 14 24. 10 O. 14 18.80 0. 14 12. 90 O. 14 08.40 0. 14 03. 40 O. 13 57. 30 O. 1 27. 93 E 1892.. 1893.. 1894.. 1895. . 10 36. 18 0. 10 31.28 0. 10 25. 39 O. 10 19. 87 O. -Ó"Ó4.*90' -0 05. 89 —0 05. 52 -0 05.20 -0 06. 40 -0 06. 30 -0 05.30 -0 05. 90 -0 05. 30 -0 05.90 -0 04. 50 -0 05. 00 -0 06. 10 1 33.33E. i+0 05.40 1 37. 98 E. 1 +0 04. 65 1 43. 30 E. +0 05. 32 1896.. 1 53.72 E. ! 1897. . i Años. Zikawei. Colaba. Batavia. San Mauricio. Declinación. Varia- ción secular. Declinación. Varia- ción secular. Declinación. Varia- ción secular. Varia- Declinación. ción. : secular. 1890.. o , 2 12. 10 O. 2 12. 82 O. 2 14. 35 O. 2 17. 01 O. 2 16.15 0. 2 15. 56 O. o , o / 0 46.37E. 0 44. 43 E. 0 42. 67 E. 0 40. 32 E. 0 38. 57 E. 0 36.15 E. o / o / 1 41. 66 E. 1 38. 42 E. 1 34. 75 E. 1 30. 62 E. o / o / / 10 08.91 O. ;..? 1891.. 1892.. 1893.. 1894.. +0 00. 72 +0 01. 53 +0 02. 66 -0 00. 86 -0 00. 59 -0 01.94 -0 01. 76 -0 02. 35 -0 01.75 -0 02. 42 -0 03. 24 -0 03. 67 -0 04.13 10 05.40 0. ¡-0 03.51 10 03.27 0. i-0 02.13 9 59.78 O. 1-0 03.49 9 57.44 O. ¡— 0 02.34 1895. . 1 24. 13 E. 1 22. 01 E. 1 18. 64 E. 9 53.39 0. 1-0 01.05 1896.. -0 02.12 -0 03.37 9 49.08 0. 1—0 04.31 1897.. 9 43.67 O. 1-0 05.41 Como es fácil de ver por los datos precedentes, y por otros muchos que se podrían aducir, es general la disminución déla declinación hacia el Oeste de la gran línea de variación nula que atraviesa la Europa y el Océano Índico; lo que, en otras palabras, quiere decir que dicha línea de variación nula avanza por Europa hacia el Océano Atlántico. Esto no es ningún hecho nuevo, sino parte de otro fenómeno más general y reconocido ya por los autores que tratan del magnetismo terrestre, á 1 Bulletin Astronomique, publié sous les auspices de PObservatoire de Paris par M. T. Tisserand, toms. viii-xiii. ESTUDIO COMPARATIVO Di: LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 45 ( saber, la fluctuación secular de las líneas isógonas de Oriente á Occi- dente, la cual, al parecer, es más lenta cerca del ecuador y en los trópi- cos, y más acentuada cerca de los polos magnéticos, especialmente en el hemisferio Norte. Todo este movimiento de las isógonas depende del movimiento de los polos magnéticos, que según Mascart, describen de Este á Oeste, alrededor del eje terrestre, un cono de 30° próxima- mente. En el Cosmos,1 hallamos algunos datos interesantes acerca de este movimiento de los polos magnéticos. Bajo el título de Movl- iniento de los polos magnéticos, dice lo siguiente: El profesor Wéyer, de Kiel, ha tenido la idea de calcular los movimientos de los polos magnéticos por medio de largas series de observaciones, que abrazan un irran número de años y que se han verificado en diez y nueve estaciones diferentes. Se ha hecho la elección de estas estaciones de tal manera, que sus meridianos magnéti- cos se cortan formando ángulo recto, y el período de años en los cuales se ha hecho observación, varía entre 167 años para Stockolmo y 369 años para París. Con estas observaciones el Sr. Wéyer ha calculado la posición de los polos magnéticos para los años 1680, 1710, 1740, 1800, 1838, 1860 y 1890. La posición del polo Norte corres- pondía á 80° 28/ de latitud N., y 150° de longitud O., en 1680, disminuyendo su latitud y su longitud gradualmente durante el siglo siguiente. En 1800 su longitud era 92° 7' O., después de lo cual empezó ya á aumentar; en 1890 había subido á 119° 10'. La latitud más baja, 77°, ocurrió en 1830, aumentando después gradualmente hasta 78° 51', en 1890. El polo magnético Sur, que en 1640 se hallaba á 67° 55/ de latitud S. y 164° 15/ de longitud E., ha tenido una marcha constante al Oeste durante todo el período; su longitud era, en 1890, 93° 23' E. Su latitud aumentó hasta 74° 23/ S., en 1830, disminuyendo después hasta 72° 59', en 1890. Se infiere por estos datos que el movimiento de los polos magnéticos es muy considerable, y que la marcha del polo magnético Sur no concuerda con la del polo magnético Norte. El Sr. Wéyer hizo un estudio especial para verificar estos resultados, estudio que no hizo más que comprobar su exactitud. Es notable, sin embargo, que la posición del polo magnético Norte, tal cual la determinó Rosa en 1831, á saber, 70° 5' de latitud N., y 96° 46' de longitud O., difiera tanto de la posición 77° N. y 95° 38' O. calculada por el Sr. Wéyer. Dijimos que la marcha secular de las isógonas era actualmente desde Oriente á Occidente, y á esto obedecerá, sin duda, el aumento de la declinación, de un año para otro, en Manila; pues por la misma razón que va disminuyendo la declinación en Europa, ó sea, hacia el Oeste de la línea de variación 0o que atraviesa parte de Europa, el continente asiático y la Australasia, irá aumentando la declinación en Manila, que se halla hacia el Este de dicha línea de variación 0°. No valdrá esta razón, sin embargo, para explicar el aumento de la declinación en Zikawei hasta el año 1893, pues la variación secular de la declinación estará relacionada allí con el movimiento de la curva cerrada de varia- ción nula, que se extiende sobre gran parte de las costas de China, la Siberia Oriental y el Imperio Japonés. 1 Cosmos, No. 656 Agosto, 1897. 458 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. INCLINACIÓN. La variación en el ángulo de inclinación de la aguja, ha sido aún más notable que en la declinación, habiendo disminuido constantemente la inclinación en Manila, desde el año 1840 al de 181)7, como se echa de ver inmediatamente por la siguiente tabla: Tabla XIII. — Inclinación mTiynéfica en Manila. Años. Ángulo de inclinación. 1840. . o r 16 27. 00 N. 1887 17 28.00N. 1889 17 23. 40 N. 1890 17 21.80 N. 1891 17 16.33N. 1892 17 07. 14 N. 1893 17 01.34N. 1894 16 54.31 N. 1895 16 48.96N. 1896. 16 39. 69 N. 1897 16 33.20N. Según los datos precedentes, la inclinación ha disminuido constante- mente y sin excepción ninguna desde el año 1887, siendo las diferencias de año á año mayores y algo más uniformes que en la declinación; estas diferencias de la inclinación, que, como en la declinación, no son más que las diferencias de los promedios anuales, son como siguen: Tabla XIV. — Diferencias de la inclinación en Manila. Inclinación Norte. De 1840 á 1887, De 1887 á 1889 De 1889 á 1890. De 1890 á 1891 De 1891 á 1892 De 1892 a 1893. De 1893 á 1894 De 1894 A 1895 De 1895 á 1896 De 1896 á 1897 hl.30 -2.30 -1.60 - o. 17 -9.19 - 5. 80 7.03 - 5. 35 -9.27 -6.49 Comparando ahora la marcha secular de la inclinación en Manila, con la que se ha observado en otras regiones en donde hay observatorios magnéticos, hallaremos que en el hemisferio magnético Norte es general la disminución de este elemento, conformándose lo observado en Manila con lo que se observa, generalmente, en el hemisferio boreal. No nos consta lo mismo, con todo, con respecto al hemisferio austral, en donde, al parecer, aumenta la inclinación Sur de la aguja magnética en unas partes y disminuye en otras; así á lo menos lo indican las observaciones de Batavia y San Mauricio. En Batavia la inclinación ha aumentado sin interrupción desde 1890 hasta 1897, á sea, durante el período que al presente discutimos, y en San Mauricio ha ido perdiendo durante el ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 459 mismo período. Para que se pueda apreciar mejor esta diversidad de la marcha secular, véase la siguiente tabla: Tabla XV. — Variación secular de la inclinación en varias estaciones magnéticas. Pótsdam. Inclinación. Varia- ción secular. París. Varia- Inclinación. ción secular. Perpignán. | Varía- Inclinación. ! ción i secular. Tiflis. Inclinación. 1890.. : 1891 ..'■ i (55 10.60 N. Varia- ción secular. 1892., 1893 . 1894 . . 1895 . 1890 . 1897 . , 00 44.52 N 00 43.08 N. G0 42.00 N. 00 39.82 N. -0 00.84 ! -0 01.08 I -0 02.18 j 05 09.00 N. 65 08. 50 N. 05 06. 10 N. 05 04.90 N. 05 02.40 N. -0 01.00 -0 00.50 -0 02. 40 -0 01.20 -0 02.50 00 10.20 N. 00 15.10 N. 00 13.30 N. 00 10.70 N. 00 09.90 N. 00 00.90 N. -0 01.00 -0 01.80 -0 02. 60 -0 00.80 -0 03. 00 55 43.73 N. 55 40.09 N. 55 45.70 N. 55 40.87 N. +0 02. 30 -0 00.39 +0 01.17 55 48.08 N. Colaba. Inclinación. 1890.. 1891 . . 1892 . . 1893.. 1894 . . 1895.. 1890.. 1897 .. 46 11.41 N. 46 05.78 N. 46 06.97 N. 45 59.66 N. 46 00.67 N. 45 55.07 N. Varia- ción | Inclinación, secular. \ Varia- j ción I Inclinación, secular. ! -0 05.63 +0 01.19 -0 07.31 +0 01.01 -0 05.60 20 23.70 N. ! i 28 43.07 S. 20 28.90 N. !+0 05.20 20 33.30 N. 1+0 04.40 20 35.10 N. +0 01.80 20 40.70 N. +0 05.00 20 48.50 N. '+0 07.80 28 50. 82 S. 28 57.99 S. 29 00. 19 S. 29 20. 75 S. 29 29. 47 S. 29 37. 84 S. Varia- ción secular. +0 07. 75 +0 07.17 +0 08. 20 +0 08. 72 +0 08. 37 San Mauricio. Varia- Inclinación. ción secular. o / o / 54 51.20 S. 54 49. 00 S. - 0 02. 20 54 48. 00 S. -0 00.40 55 44. 70 S. -0 03.90 54 41.90 S. -0 02. 80 54 37. 50 S. - 0 04. 40 54 32. 50 S. -0 05. 00 51 27.80 S. -0 04. 70 Ahora bien, aumentando y disminuyendo la variación secular de la inclinación tanto en el hemisferio austral como en el hemisferio boreal, y siendo esta variación del mismo signo en regiones muy dilatadas de la superficie terrestre, se deduce que probablemente existe en el movi- miento de las isoclinas algo parecido á lo que sucede en la variación secular de las isógonas; es decir, que así como en las isógonas la varia- ción secular es actualmente desde Este á Oeste, así también en las iso- clinas, hay un movimiento secular de oscilación de Sur á Norte ó vice versa; y de la misma manera que el movimiento secular de las isógonas depende del movimiento de los polos magnéticos, así también el movi- miento de las isoclinas probablemente dependerá del movimiento del ecuador magnético. Para que mejor se comprenda esta teoría, téngase presente la definición del ecuador magnético dada por Jamín. Dice r i asi:1 Existe efectivamente una curva en la superficie terrestre, en la cual la inclinación es nula. Sin que sea de una regularidad perfecta, se la puede representar con bas- tante exactitud por un gran círculo máximo, que corta al ecuador terrestre en dos puntos, á los que se ha dado el nombre de nudos; estos están situados, el primero cerca de la isla de Santo Tomás, áunos 30° 20/ de longitud oriental, y el segundo, cuya posición es más indeterminada, se encuentra entre los 166° 25' de longitud occidental, y los 175° 44' de longitud oriental. Si se quiere la posición media del plano de esta 1 Cours de Pfiysi(]ne, troisieme édition; París, 1883; tom. iv, ps. 414-438. 460 VARIACIÓN CÍCLICA DEL MAGNETISMO TERRESTRE. curva, se hallará que forma un ángulo de 10° 49' con el ecuador, y que su eje atraviesa la superficie terrestre en dos puntos situados en las regiones polares: La primera á 79° 11' N. y 78° 20/ O. La segunda á 79° 11' S. y 101° 41' E. Mas la determinación del ecuador magnético, en cuanto es una curva de inclinación nula, no satisface á su segunda condición, á saber, ser la posición de la aguja, per- pendicular al plano del mismo ecuador y paralela á una dirección fija. Resulta, pues, que el ecuador magnético, tal cual lo suponen estas condiciones, en realidad no existe. Sin embargo, se puede considerar el ecuador magnético compuesto de una doble curva, en la primera de las cuales la inclinación de la aguja es nula, y en la segunda es perpendicular al plano del ecuador y paralela á una dirección determinada; pues, según Duperrey, las curvas que reúnen estas condiciones casi se confunden sensiblemente. Ahora bien, de estas dos condiciones que envuelve la definición del ecuador magnético, sólo consideramos al presente la primera, ó sea. la curva de inclinación magnética nula. Esto supuesto, se podrá conjeturar fácilmente por la variación secu- lar de la inclinación, según los datos aducidos, que el ecuador magnético experimentará una variación secular algo parecida á la de las líneas isoclinas; esto es, experimentará una fluctuación lenta desde el hemis- ferio austral hacia el hemisferio boreal, ó vice versa. Para comprobar esto, bastará hallar con los mismos datos, la distancia del ecuador á algunos de los principales observatorios magnéticos en diferentes épocas, lo que será fácil valiéndonos de la fórmula tg.I=2g 9, según la cual, la distancia al ecuador magnético, de París, Perpignán, Tiflis, Zikawei, Colaba, Batavia y San Mauricio, que son los observa- torios de los cuales tenemos observaciones de inclinación correspondien- tes á mayor número de años, era la siguiente en 181H): Tabla.. XVI. — Distancia de rarias estaciones magnética* al ecuador magnético. Estaciones. 1891.... 18%.... 1891.... 1896.... 1891".... 1890.... 1891.... 1895.... 1891.... 1895.... 1891.... 1896.... 1891.... 1896.... ¡ Inclinación. | Valor de $. Perpignán . id Tiflis id. París ■ 65 id 65 60 (50 55 55 46 45 20 20 28 29 54 54 Zikawei . id.... Colaba... .id. Batavia id San Mauricio . .....id 10.60N. 02. 40 N. 16.20N. 06.90N. 43. 73 N. 48. 08 N. 05. 78 N. 55.07N. 28. 90 N. 48. 50 N. 50. 82 S. 29.47 S. 49. 00 S. 32. 50 S. 47 13. 65 17 02. 93 41 12. 18 41 01. .50 36 16. 20 36 20. 67 27 27. 15 27 18. 40 10 34. 72 10 45.53 15 23.88 15 47.40 35 20. 73 35 04.25 De donde parece que el ecuador magnético se ha introducido en el hemisferio boreal muy lentamente, en la parte de su longitud corres- pondiente á las estaciones de este hemisferio en donde ha disminuido la inclinación, aumentando la misma en las estaciones opuestas del hemisferio austral. ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS VARIACIONES MAGNÉTICAS. 461 De lo que llevamos dicho hasta aquí de la variación secular de la declinación y de la inclinación magnética en Manila, deducimos, en primer lugar, que lo observado hasta el presente en la capital del Archipiélago Filipino, está en buena consonancia con lo que en otros observatorios magnéticos de primer orden se ha observado, y que está conforme también con lo que se sabe de las leyes de la variación secular. Estas leyes según Báuer se reducen á las siguientes:1 Ia. La declinación media, á lo largo de un paralelo de latitud, es siempre nacia el Oeste; el mínimo se presenta cerca del ecuador; las variaciones aumentan alejándose del ecuador. 2a. La inclinación media, á lo largo de un paralelo de latitud, sigue la ley tg I = 2 tg cp, siendo I la inclinación y

- ■*" * "~ — ^ J/-v -- / ^~ ' - - / \ 1897.... ^^Z ^ ^ ^^ -A__7^ Medias / \ ¿s ^ ^\7 . :.. ,. = 0°48'.00 0o 51'.00 0°50'.00 0o 50'.00 0o 52'.00 0o 51'.00 0o 51'.00 0o 50'.00 1 división^!'. LÁMINA III. I ) ECLI N A ( : : 1 6 N < > tt I ENT A I — F K I ? R K Ko . 0 ] 2 3 4 f € 7 8 9 10 11 t 1 1 2 3 4 6 6 7 8 a 10 11 0 ♦ «. £ 1890.... 0 1891 1892 _ s v \ / / 1893 ^ ^ 1894 1895.... / / 189G 1897...- Medias 0o 17 '.00 0o oO'.OO 0Ü 51'. 00 0° 51 ',00 0o 50\00 1^=1', LÁMINA IV. Declinación oriental — Marzo. 01234567 8 9 10 11 P 12 3 4 5678 9 10 11 0 * /' ^V y „ ^ ^"^^ \ / 1890 .s. \ y ~~ ~~ ' ^ ^^ ^_y X-. ^_N^/ ^^ ^ ■J flQfl _. ' ^ r \ ¿ 4- ^ ' xx""\ V T^ ]897 — — -y^~ — ^ "~ ^^ ^V S y \ _ = -— :r--/^ _ 0o 47'. 00 0o 49'. 00 0° 50MHJ 0° 50'.00 0° 50'. 00 — 0o 51 '.00 s = = =s 0° 51 '.00 0o 5i>'.00 -e 0°50'.(M) 1*=1'. LÁMINA V. Declinación- oriental— Arrtl. 0 1 2 3 4 5 « 7 8 9 10 11 ~ 1 2 3 4 5 0 7 8 9 10 11 0 1S91.... 1S92 Medias * ^"\ ^ 4- \ -,¿ ~~ ' __._/::a\.Z j"^"v ^ / Z2\.S=¿ ^ _\2 ^__^_r — ,— U~ -J. __z:^_¿ -^-^a- -/ nw x ^/ Y ^-7 ,-\ :::::z:ñ^::77:"" /~\ \^/ /^v V -/ ^ ' ^ / \\ z ¿ — - ^ / ^ 0o <(9'.00 0o 50'. 00 0o ñO'.OO 0o 50'. 00 0o 52'.00 — 0°51'.00 0o 50'.()ü 1*=»1\ LÁMINA VI. Declinación Orienta r, — Mayo. 0123 456 7 8 9 10 11 £ 1 23456 789 10 11 0 /\ l—- ^ ' í\\ 7 L -y isyi — =- \ — ~" ' y ^■""■^ ,.,-^" " — 7:vr"z_i___::_ ^- J \ \ / ¿-^. - " /"\l: /_ 1 KQ4 "^ X \ , ,-¿- S». — ZZL l.-IJl . rC *, ^ yT ,S9' "" /\ \ " / ^ — * ^ ' .^ \ -/ L \\ / ^ - Medias \ ^— -f^ > """""""" ~ ~ \-/ 0o -IH'.OO — 0°W.00 0o 50'. 00 0o 51 '.00 0o 50'.00 0° 50'.00 !<'=!'. LAMINA VIT. J)rolinact6n Orienta í,— Junto. 0 1234567 89 10 11 P 1234567 89 10 11 0 1892.... 1896 Medias 0o 49\00 0o 51/.00 0o 51'. 00 0° 51'. 00 - 0°50'.00 0o 51'.00 0o Sl'.OO 0o 52'. 00 0o 50'.0Ü l«i-l'. LÁMINA VIH. Declinación Oriental— Julio. 0 12 3 4 5 6 7 8 9 10 11 » 1 2 3 4 5 Ü 7 8 9 10 11 0 1890... 1895...- Medias 0o 49'. 00 0° SO'.OO — 0°50'.00 0° 50'. 00 0o 50'. 00 0o 52'. 00 0° 51'. 00 0o 52'. 00 0o 50'.00 1* -1'. LÁMINA IX. Declinación Orienta l— Agosto. 012345 678 9 10 11 ? 12 3 4 5 6 7 89 10 11 1895... — 0°49'.(M) 0°50'.Q0 0°50'.00 0°5O'.OO 0o 50'. 00 0o 52'. 00 - 0°51'.00 0o 52'.00 0°50'.00 1<*-1\ LÁMINA X. Declinación Oriental— Septiembre. 0 i 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 P 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 0 1895.... 1897. Medias L 7--\ l 'm / r \ ¿1 \ X l \ \ \ t / l 7 0o 19'.00 0o 49'. 00 0o 50'. 00 0o 50'.00 0o 52'.00 0o 51 '.00 14=1'. LAMINA XI. Declinación Orienta l — Octubre. 0 1 2 3 i 5 0 7 8 9 lü 11 P 1 2 3 4 5 6 7 8 9 lü 11 Ü 1897 Medias 0o 50'. 00 0o 50'.00 0o 52'. 00 — o°r>i'.oo 0o 51/.00 0o 50'.00 ld-l\ LÁMINA XII. í)ÉCLTÑAOTÓN ORIENTA L-^NoVIEMBRK. 01 2 345G7 8 9 10 11 P 12 34 567 89 10 11 Ó 1891 Medias — 0°48'.00 0o 50'. 00 0o 49'. 00 0o 50'. 00 0o 52'.00 0o 52'.00 0o 51'. 00 0o 51/.00 0o 50'. 00 1A=1\ LÁMINA XIII. Inclinación Oriental— t)TCTEMBRK. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10' 11 P 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 0 1890.... 1891 . 1892...- 1893 1S97. Medias — 0o 49\00 0o 19'. 00 0o 49'. 00 0o 50'. 00 0o 52'. 00 0o 51 '.00 0o 52'. 00 0o 51 '.00 0o 50'.00 1*=1'. LÁMINA XIV. Componente horizontal. 1890-1897. 012345 6789 10 11 Pl 2345 6789 10 110 Enero Febrero Marzo Abril Mayo .Junio. 0.37743 0.37732 0.37737 0.37738 ld=0.00010. LÁMINA XV. Componente horizontal. 1890-1897. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 » 1 2 3 4 6 6 7 8 9 10 11 0 Agosto Sex>tiembre Diciembre Noviembre 0.37741 0.37739 0.37740 0.37744 0.37752 0.37755 ld=0.00010. LÁMINA XVI. Componente vertical. 1890-1897. 012 34567 8 9 lü 11 ? 12 3 4 5 6 7 8 9 10 11 0 Febrero . Abril . Mayo . Junio. _.+ ^ . "\ ¿ \^/ ~~ -^ ~~ -- "X / V/^ ^ ¿ — - — " \ 7 ~X- v/ ^ ¿ -: - \ 7 \_/ -N /- \ / ^y _ "~l~"" ^v _^/X """"" \ x \^s - 0.11563 0.11558 0.11530 0.11530 0.11523 0.11511 1*=0.00010. LÁMINA XVII. Componente vertical. 1890-1897. 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 lüllpl 2 3 4 5 6 8 9 10 11 0 + — Julio — Agosto J s ^^ Septiembre / / / v / ^ Octubre -*N s N / / \ N ^ Diciembre . 0.11504 0.11501 0.11492 11=0.00010. Lámina XVIII. Inclinación Norte, 1890-1897. Febrero Junio. 0 1 2 u < L 5 6 7 8 I ) 10 1J L P 1 2 3 4 5 6 ' i* y k ) i] 0 ' + - ) % ■ 17° 01 '.98 17° 01 '.59 — 16°59'.51 10° 59'. 59 1*-1'. LÁMINA XIX. Inclinación Norte. 1890-1897. 012 34 5 6 789 10 11 P 123456 78 9 10 11 0 +• - J Agosto Septiembre \ " \ \ s / Octubre Noviembre < I 1 16° 57'. 12 16° 56'. 92 16° 56'.89 16° 56'. 38 16° 55'.84 16° 54'.68 !*-!'. LÁMINA XX. Intensidad total. 1890-1897. 0 12 3456 7 8 9 10 11 - 1 2 3 456 7 89 10 11 0 Fobren Mayo 0.39454 1^0.00010. LÁMINA XXI. Intensidad total. 1890-1897. 0 12 3 4 5 6 7 8 9.10 11 ül 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 0 / ■*- \ \ / s \ — -h y — / / Agosto / / / / Septiembre \ / \ \ \ \ — — 0.39455 0.;?ÍM(i'¿ 0.394li*J ld=0.00010. LÁMINA XXII. Variación diaria anual y semianual de la declinación en Manila. 1890-1897. 0 12345 6 7 8 9 10 11 P 12 3 4 5678 9 10 11 0 De Abril á Septiembre De Octubre á Marzo _ Media anual. iS^. /\ __ _ \ / - _ \_Z /-\ ^-^ ---7 ^ ^ i i /"^\ 1 _ \ 7 ^ H. +2' +1' 0t --V El 0 corresponde al valor medio semianual ó amial. LÁMINA XXIII. Amplitud de la oscilación dtaria de la declinación y de las componentes H y Z en Manila. 1890-1897. EFMAMJ JA SONDE +2' +r o -r Declinación E . Compr nente H . Componente Z. . >—i — I — i — +20 +10 0 -10 -20 +20 +10 0 -10 -20 El 0 corresponde al valor medio mensual. Lámina XXIV. Combinación de la variación anual y secular de la declinación, componente horizontal é intensidad total en Manila, 1890-1897. Declinación K. Intensidad total. Componente H E F M A ¡VI J J A 5 0 N D -»». ^ v \ \ \ +2' +1' 0 ~1' -2' +20 +10 0 -10 -20 +20 ■ + 10 0 -10 -20 El 0 corresponde al promedio anual. Lámina XXV. Combinación dk la variación anual y secular de la inclinación y componente vertical en Manila, 1890-1897. Inclinación N . Componente Z I ] ] 7 i A i 1 1 1 \í j j A. S 0 N D * \ \ "\ \ ^ \ \ \ \ N -^ \ \ +2' +1' 0 -1' -2' +20 +10 0 -10 -20 El 0 corresponde al promedio anual. LÁMINA XXVI. Combinación de las variaciones dk las fuerzas horizontal y vertical en Manila. 1890-1897. -H + , í*^ ~y¡j-. 5f —3 t£t v ^ ^ ^ >.s \ v&AiiA -S>Q^\Íav^W 'v^i ^ \t£ N "í^ X ^ \ S 4 fca^ ^N/l-J tu -Sfc — i £ ct> vV \^ 0 V\c W ^° ^f ^i. ^f °a > \ li V «.5 //a ±. V1 't 'S" 4P ^ & *M ivC ^ ó f- L^ í ^ "\ \t f*. 4 ^Si KSC A LA . 2 divisiones vert. =0.00010 4 divis. horizont. =0.00010 H+ Lámina XXVII. s a o o ; - ; T — - / \ ^ o — 1£ / J~ , */ 5 « r ^"^¿ ¿ ^|_ <á ^ V / <* £" ¿* ¿/ d_ 1 \ \^ f ^X * ¿- / / /.&rrr 1 tt\i \m 7 i \ "r ( <¿"' ^ —^ / ** —/ó- — i-J ■ — «< V_^ - / '4 - — ■ - j%_ i «o -*l «O \^ ^^ ** / ^ vv N ^«^ - 9- o» "o! 03 o¿ fí es E. Greenw. 0 Longitud 120° 58' 88" E. Greenw.