E É ; y h E EA bo rt y» rm K > Ad MAA Mp 5 ES í Í TO ADO 1 MERA y NT y NA UN ADAL y IEA BACA: EN 1 Ni MW NA eN IA INE AQUÍ 00) w AI UY Al ds! % Y Y dl sd, DN AA e 4 90 '; Ñ NN ANALES DE LA Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA REVISTA CIENTIFICA Isa ORIO asa Se ; Dr. Jorge [;e- Roy. *. Pr. Gustavo [|;ópez. LIV» TOMO XLII ¿ASADA SID LIBRARY NEW YORK IZ BOTANI GAR! HABANA IMPRENTA “LA PRUEBA” Manzana Central, por Monserrate y i AA GEDISA IA Pr asqo, [ova B Ad JOA 9] 9u0ro0L Ñ » : TELS Ñ MSX OMOT7 eS OA LAS a O AA Tú ' Ss APARATO LE EARAGAA do A A RA E ÍS ; as dad Is (ANALES DE LA Academia. e Ciencias Médicas, e FÍSICAS Y NATURALES DE LA DIRE ECOTORI=S: | Dr. OreS lse- Roy. o [)r. Gustavo López "A STAN ¿E E | | 1 TOMO XLII MAYO Li UUNIO 1905-1906. Pel HABANA : A IMPRENTA “LA PRUEBA” Manzana Central, por Monserrate CONDICIONES DB LA PUBLICACION A > A Los ANALES se publican regularmente. Su pre- cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación, aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral é intereses profesionales, de asuntos históricos de di- versos ramos, «ce., «e. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciónes análogas del mundo entero. uo ANA Toda obra enviada á la redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange S. V. P. ANALES DELA ÁACA- : Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN- CIas MÉDICAS, Please addres exchange to; S FíSICAS Y NATU= j RALESDELA HA- Veillez ad resser les exchanges: BANA,Cuba84 A Ll. Habana. LIBRARY NEW YORK BOTANICAL GARDEN. Acta de la sesión solemne conmemorativa del cuadragésimo cuarto aniversario de su fundación. (19 de mayo de 1905) 3 Presidencia del Sr. Tomás Estrada Palma, Presidente de la Re- pública. Académicos concurrentes.—Dres. Enrique Acosta.—José P. Ala- cán.—Arturo Amigó.—Arturo Bosque.—Enrique B. Barnet.— Alfonso Betancourt.—Tomás Vicente Coronado.—Ignacio Cal- vo.—Domingo Fernández Cubas.—Antonio Gordón y Bermúdez. —Domingo Hernando Seguí.—Jorge Le-Rov y Cassá.—(Gustavo López.—Fernando Méndez Capote.—Carlos A. Moya.—Emilio Pardiñas.—José A. Presno.—Ramón Palacio.—Ignacio Plasen- cia.—Manuel Ruiz Casabó.—Enrique Saladrigas.—Juan Santos Fernández.—A. Sánchez Bustamante.—Agustín de Varona.—Jo- sé A. Valdés Anciano.—Pedro Valdés Ragués. Con asistencia de los señores Secretario de Gobernación, Secre- tario de Obras Públicas, Presidente del Consejo Provincial, Alcai- de Municipal, Rector de la Universidad, Secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País, Presidente de la Sociedad de Estu- dios Clínicos, Presidente de la Sociedad de Socorros Mútuos, RR. PP. Escolapios y otras distinguidas personalidades se celebró la sesión solemne con que la Academia conmemoraba su cuadragé- simo cuarto año de existencia. El señor Presidente declaró abierta la sesión concediendo la pa- labra al Dr. Juan Santos Fernández, que pronunció su discurso re- glamentario haciendo resaltar NUESTRO ESFUERZO CIENTÍFICO. Acto seguido el Dr. Gustavo López, Secretario, leyó la. MEMORIA 4. ANALES DE LA h DE LAS TAREAS QUE HAN OCUPADO Á LA ACADEMIA DURANTE EL AÑ DE 1904 A 1905. Terminada su lectura el Sr. Presidente concede la palabra al Dr. Tomás Vicente Coronado quien pronuncia un discurso sobre PsICOLOGÍA DE LOS SIMULADORES. Más tarde el Sr. Secretario dió lectura al siguiente informe: “Habana 8 de mayo de 1905.—Sr. Presidente de ln Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana.—La Comi- sión que suscribe nombrada por la Academia para examinar los trabajos presentados en opción al premio “Presidente Gutiérrez”, sobre el tema que designó la Corporación para 1905, “Cirugía de las manifestaciones filariósicas”, tiene el honor de informar que ha recibido un solo trabajo señalado con el lema “La Medicina perfec- ciona la naturaleza, haciendo habitables los paises tropicales”. Di- cho trabajo fué leído por los que suscriben y después de expuestos sus juicios, se acordó por unanimidad recomendar á la Academia la concesión del premio “Presidente Gutiérrez” á la memoria que lle- va el lema anteriormente transcripto. De Vd. muy respetuosamen- te.—Dr. Tomás Vicente Coronado.—José A. Presno.—Juan Gui- leras.” Concluída la lectura de este informe, el Sr. Presidente de la Re- pública rasgó uno de los sobres que con el lema antes citado acom- pañaba á la memoria premiada; en su interior apareció una tarjeta del Dr. Enrique Núñez y Palomino. En medio de calurosos aplausos entregó el Sr. Presidente de la República al autor premiado, un cheque contra el Banco Nacional por valor de cuatrocientos pesos oro español, importe del premio Presidente Gutiérrez. Por último el Sr. Secretario dió lectura al programa de los pre- mios para el año que comienza y con la toma de posesión de sus cargos por la Junta de Gobierno elegida para el bienio de 1905 4 1907, se terminó la sesión. YU ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA NUESTRO ESFUERZO CIENTIFICO DISCURSO DEL DR. JUAN SANTOS FERNÁNDEZ, PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS, EN LA SESION SOLEMNE DEL 19 DE MAYO DE 1905. Nunca ha podido ser mejor aplicado el concepto de Emerson, de que una institución es la sombra prolongada de un hombre, que al referirnos á la Academia de Cien- cias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, funda- da en 1861 por el esregio varón Dr. D. Nicolás José Gu- tiérrez. Este nombre es un culto para los que le han sucedido y en el ambiente que aquí se respira palpita su doctrina y su ejemplo de patriota inmaculado. Poco importa que no sean precisamente estos.los mu- ros carcomidos del vetusto convento de San Agustín, junto á los cuales nos exhortaba al cultivo de las cien- cias; estos nuevos y brillantes que el gobierno de la Re- pública ha levantado para honrar el nombre del maestro y su propaganda, se deben á sus esfuerzos por elevar la cultura de su país. De ellos penden, como ayer, de los que no podían ya resistir el peso de las tres centurias que les abrumaba, las efigies de los que le acompañaron en su obra de regeneración: Varela y Luz, Saco y Poey, Zam- brana y Mestre, testigos mudos aquí, pero prontos á en- tonar, á su derredor, en la inmortalidad, el himno del triunfo sacrosanto de las ciencias sobre las preocupacio- nes humanas. - Las pasiones y el sectarismo pueden cegar á los hom- bres y hacerlos crueles ó injustos; pero la verdadera cien- cia sobreponiéndose á todos los exclusivismos, logra en- cauzar los espiritus. - Para discurrir así no necesitamos apartarnos de lo afirmado por Bossuet respecto á la progresiva tendencia de la humanidad hácia su perfeccionamiento; y no es 6 ANALES DE LA menos cierto que, aunque á las veces parece hacer alto y á las veces retroceder, como ha dicho un historiador de época no remota, á la postre vuelve á tomar el camino que conduce al engrandecimiento. Importa no olvidar este razonamiento cuando del cul- tivo de las ciencias se trata; en vista de que es tan peli- groso renunciar sistemáticamente al pasado, como imi- tar inconscientemente á los célebres bovinos de Panurco. No sólo las instituciones están obligadas á dirigir la vista al pasado para rectificar el presente, si fuese ne- cesario, sino que hasta los hombres excepcionales por su talento, cuando alcanzan una edad provecta, suelen efec- tuarlo también. Hebert Spencer en su último libro, (Facts and Com- ments) aparecido poco antes de su reciente fallecimiento, ha llegado á decir: el elemento esencial de la vida no es la razón, sino el sentimiento; pero concretándonos al pro- greso de las ciencias médicas, físicas y naturales, que será el objeto de nuestras disquisiciones del momento, cúmplenos aceptar respecto de ellas lo que ha dicho Du- claux, el gran discípulo de Pasteur, á propósito del avan- ce por las mismas alcanzado. “Trabajo cuesta al hombre imaginarse, ha dicho, un mundo en que no hubiese el cólera morbo, ni la peste bu- bónica, ni el tifus, ni la fiebre amarilla, ni la viruela; y si alguien hubiera asegurado que habría de llegar un día en que la humanidad se viese desembarazada de semejan- tes plagas, hubiera provocado la burla más lastimosa.” Y si así se explicaba un sabio de la vieja Europa, en la culta Francia, cuna de la civilización actual que permi- tió á Pinel, en las postrimerías del siglo décimo octavo, romper las cadenas de los enagenados, á la par que se abrieron los calabozos de la Bastilla, cuanto mayor asom- bro causaría asegurar que esta ex-colonia se ha desem- barazado del obstáculo más formidable, de la fiebre ama- rilla, y si no es su suelo para el que la visita la tierra de riquezas ponderadas, no esconde en sus riberas, en sus bosques y en sus campiñas los fantásticos efluvios que producían el vómito negro, con todas sus lobregueces y desventuras. ACADEMIA DE CIENCIAS DE 1 LA 1 HABANA 7 Se imaginaba antes, que el Golfo Mejicano y las An- tillas, muy especialmente Cuba, eran el asiento obligado de la fiebre amarilla, como se suponía al Ganges el nido del cólera y á la India de la peste bubónica, resultando que tal preocupación hacía poco menos que inútiles los esfuerzos dirigidos á su extinción. Nos cabe el legítimo orgullo de que en nuestra pátria haya encontrado el problema de la extinción de la fiebre amarilla, la solución más completa, y que en esta corpo- ración, como hemos dicho tantas veces, se iniciaran los trabajos que han culminado, en el éxito más resonante de la higiene, con que se inauguró la actual centuria. La Asociación Americana de Salud Pública (Ameri- can Public Health Association), cuya misión es velar por la higiene en general, tuvo su reunión anual, como sabéis, en esta capital y con sus propios ojos, permitasenos decir- lo así, pudo apreciar, como desde hace aleunos años ya, los casos de fiebre amarilla que nos vienen de fuera de la Isla son llevados al Hospital Las Animas, dentro de la ciudad y allí son atendidos hasta su curación ó muerte. rodeados de las precauciones que la doctrina de la trasmi- sión por el estegomia exije. Pudo apreciar igualmiente que esos casos de la enfermedad, importados, no se pro- pagaron en la Habana por contagio, cual hubiese ocurri- do indefectiblemente si basándose el Departamento de Sanidad en las interpretaciones de antaño respecto á la propagación del mal, hubiese fijado solo la atención en las excretas del paciente, en sus ropas y en el aire de la habitación, descuidando la vigilancia del mosquito; deta- lle que por suerte ha simplificado los empeños de la hi- giene en este sentido. Nuestra ciencia acaba de obtener otro triunfo, si no de la importancia del obtenido con la fiebre amarilla, por- que de esa magnitud sólo se consiguen rara vez, de mé- rito suficiente para estimularnos en el estudio de las an- tigúedades. La Academia ha creído que este género de investiga- ciones es útil al entendimiento y ensancha sus miras, ha estimado que fortalece el corazón cuando necesita éste descansar de las tempestades de la vida, y al mismo tiem- 8 ; ANALES DE LA po deleitarse en sosegadas contemplaciones y además porque acepta, como dejamos dicho ya, que el progreso no será único, verdadero y durable si no se apova en el pasado. Persuadida, pues, la institución de las ventajas de este estudio, confió á uno de sus miembros más esclarecidos, el Dr. Montané, la exploración de una gruta en las estriba- ciones de las lomas de Banao, una de las montañas del erupo Guamuhaya perteneciente á Sancti Spíritus. De antiguo se hablaba de la existencia en aquel lu- gar de un cementerio indio y hasta se habían enviado A la corporación restos humanos fósiles que se decían te- ner esa procedencia. La Comisión de la Academia de Ciencias presidida por el Dr. Montané, visitó por primera vez la gruta señalada, y de ella extrajo numerosos restos en 1889; estos han sido estudiados en el último Congreso de Antropología celebrado en Francia y declarados de un mérito indiscu- tible. Se tiene como muy probable que los cráneos hallados en la gruta de Banao pertenecen á los indios del conti- nente, y se presta á robustecer la admitida versión de que la Isla estuvo unida á aquél por la península de Yucatan. Mas como las notabilidades del citado Congreso no da- ban como definitiva la apreciación si no se realizaban nuevas excavaciones y más profundas en la citada eruta, la corporación volvió á comisionar al Dr. Montané para una segunda expedición que realizó con éxito completo, pues ha enriquecido el museo de la Academia con nota- bles ejemplares. Estos en su oportunidad serán llevados á París, para que, unidos á los anteriores ya conocidos, hagan resaltar los caracteres señalados y de los que no nos hemos de ocupar; pero que sin duda alguna merecerán, cual con todo derecho se espera, ocupar la atención de los sabios, como tema principal, en el próximo Congreso Antropo- lógico de Francia, bajo el título de El hombre de Sanchi Spiritus. Otro motivo de satisfacción para la Academia de Cien- cias, es la celebración del primer Congreso Médico Na- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 cional cubano, que se inaugurará mañana y que la cor- poración ha secundado ofreciéndole hospitalidad para su organización, del mismo modo que se propone dársela para el desarrollo de sus tareas. La idea de estos Congresos locales surgió en 1889 en la corporación hermana, la Sociedad de Estudios Clíni- cos y por iniciativa de uno de sus consócios el Dr. En- rique López; fué un triunto del espíritu de asociación que despertó en nuestra clase médica la conciencia de su pro- pio valer y le hizo comprender, cuan obligada estaba á de- fender los problemas locales, ya que para los generales podía ser sobrepujada por el número y la preeminencia de los investigadores en los erandes centros del saber humano. Permitidme que sobreponiéndome al temor de ser in- modesto, os repita los conceptos vertidos por el que tiene el honor de hablaros, al inaugurarse el citado Congreso, que se designó con el nombre de Regional porque no esta- ba Cuba como actualmente constituida en Nación. “Congregados en este recinto, deciamos, por el solo es- “timulo del amor á las instituciones cientificas, llenamos “un deber para con la patria, porque ésta no se enaltece “solamente blandiendo la espada ó escalando los altos “puestos de la política; la honran y la enaltecen igual- “mente los que cultivan las ciencias y con paciente labo- “riosidad intentan resolver los grandes problemas que “se relacionan con la salud pública y son la base del fo- “mento, desde el punto de vista de la industria, del co- “mercio y de la agricultura “¿Quién duda, añadía, que nuestras transacciones “mercantiles sufrieron honda perturbación desde el mo- “mento que los pueblos de otra zona han temido ser inva- “didos por el veneno amarillo, que más de una vez ha “diezmado comarcas enteras de sus territorios ?” “¿Quién ignora, continuaba diciendo, que la nación “colosal que por su vecindad nos permite utilizar el fruto “de su vertiginoso movimiento, pretendió un día inte- “rrumpir durante el estío, el tráfico con nuestro litoral, “tan sólo por el justísimo temor al contagio de nuestra “terrible endemia ?” 10 ANALES DE LA “¿No es un hecho, seguíamos diciendo, que nuestros "campos permanecen aún despoblados porque el emi- “grante teme á nuestras letales playas, donde un día v “otro se acumulan gérmenes mortíferos que amenazan “las vigorosas naturalezas de climas menos castigados '*por los ardientes rayos del astro rey ?” “¿De qué nos sirve la feracidad del suelo, con la ex- “huberante vegetación que lo esmalta, cuando en ella se “oculta el mal que privaría de la vida á tantos seres si la “ciencia con sus consejos no pusiese á raya su poderosa “acción destructiva ?” “¿Y habrá quien tenga, seguíamos diciendo, por frívo- “la é inútil nuestra actitud al coneregarnos hoy en este “lugar, con el fin de habituarnos á concertar los medios “de resistir á las múltiples causas que aquí como en todas “partes, ó más que en ninguna otra, amenazan el equili- “brio orgánico de la vida, en el cual debe descansar el “progreso moral y material de toda sociedad firmemen- “te constituida ?” Y como si presintiéramos el porvenir, ved lo que ex- presábamos también “para las almas débiles ó poco ex- “pansivas, que no están templadas para las luchas mora- “les, y sólo examinan los hechos por el lado del lucro ma- “terial, en la realización del Congreso Médico pudieran “encontrar aun favorecidos sus ideales, así se demuestra “una vez más, que bien puede vivir en perfecta armonía “el progreso moral de un pueblo con su adelanto mer- “cantil, si á uno y otro la ciencia sirve de moderador y “de guía; en efecto, cuando los que necesitan de las cla- “ses profesionales las encuentran organizadas á la altura “que en los países más cultos, no rehusan sus servicios, “ni se da el caso de recurrir al extranjero por juzgar lo “nacional descuidado, cual por desgracia lo vemos hasta “en la misma Metrópoli; el carecer nosotros de medici- “na propia ó de ciencia propia, depende del desdén con “que miramos nuestras instituciones cientíhicas, de la es- “casa protección que los Gobiernos les dispensan y de la “poca que nos dispensamos mutuamente, de aquí la falta “de obras nacionales; de libros propios y la necesidad “imperiosa de beber exclusivamente en fuentes extran- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 41 “Seras, no mencionando para nada lo nuestro, porque se "ha hecho en nosotros mismos casi proverbial nuestra “incapacidad cientifica. El mérito y el valer señores, no “son privilegios de ninguna raza; hay que conquistarlos “con actos generosos y prácticas elevadas, lo mismo las “clases Ó corporaciones que los particulares y forzando “si quereis, un tanto la dialéctica, pudiera agregarse co- '“mo consecuencia, la conocida frase de que “cada pueblo “tiene el gobierno que se mierece.” Tal fué, señoras y señores, nuestro sentir al verificar- se en nuestro país por primera vez un Congreso médico; y á riesgo de seros enfadoso, nos hemos permitido, á tra- vés de tres lustros, haceros otr la voz de otros tiempos y habeis de perdonarlo, siquiera no sea más que por la satistacción del contraste que resulta, entre una colonia que apenas consienaba en los presupuestos cantidad pa- ra las atenciones sanitarias y nuestra República que sa- biamente considera como asunto principal la salud públi- ca, que ha trasformado por completo nuestra capital y llevado al último rincón de la Isla el sentimiento de la hi- eiene, que es el de la propia conservación, y que ha lo- ¿rado lo que durante tres siglos parecía un imposible á los que olvidan que no lo hay | para la ciencia, provista de los elementos materiales, no siempre á su disposición. Sigamos, pues, por el camino que nos hemos trazado, sin apartarnos del convencimiento, de que la civilización de un pueblo se mide, por la solicitud con que se atiende al desarrollo de la vida intelectual, base firmisima de to- dos los progresos subsecuentes; y como esta corporación es la expresión de una gran parte de lo abarcado por la intelectualidad cubana, puesto que abraza las ciencias médicas, físicas y alba tiene el derecho á conside- rarse como el baluarte de lo que ellas sienifican y á su vez el deber de velar por sus fueros como lo ha venido ha- ciendo desde su fundación. Aceptad pues, señoras y señores, en nombre de la Aca- demia de Ciencias, la expresión de su reconocimiento por haberos dignado concurrir esta noche á una fiesta que no tiene los deleites que otras pudieran brindar; pero es- tad seguros de que vuestra cortesía os enaltece, porque 12 ANALES DE LA honrais los intereses de la patria y estimulais al Gobierno de la República y á las Cámaras, aunque ciertamente no lo necesitan, á seguir prestando á las ciencias, la.protec- ción que ellas le devolverán centuplicada, fomentando v apoyando cuanto dentro de la esfera de su acción contri- buya á la cultura y al progreso de la nación. MEIMORTA DE LAS TAREAS QUE HAN OCUPADO A LA ACADEMIA DURANTE EL AÑO DE 1904 A 1905, LEIDA EN LA SESION SOLEMNE CELEBRADA EL DIA 19 DE MAYO DE 1905, POR EL SECRETARIO DE LA MISMA, DR. GUSTAVO LOPEZ Y GARCIA. Señor Presidente de la República Señor Presidente Señoras y señores: Un ineludible precepto reglamentario, me ordena ocu- pe este lugar, y os dé cuenta de la labor realizada por esta Academia durante el último año que termina precisa- mente en el dia de hoy. A este precepto, habéis de culpar si os molesto, pues bien á pesar mio ocupo vuestra atención con esta reseña, en la que por cierto espero no Tatigaros por mucho tiempo. Bien quisiera poseer la inspiración, con que en actos parecidos os extasiaba el nunca bien llorado Secretario de esta Corporación, Dr. Antonio Mestre, que en brillan- tes frases, en conceptuosas palabras, sabía muy bien de- leitar á su auditorio. Á nosotros no nos es posible reme- dar á tan sabio antecesor, á compañero tan distinguido, que tanto supo enaltecer á la ciencia como á esta misma ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 13 Academia, á quien le dedicó sus mejores afanes, su 1limi- tado saber y su firme voluntad. Y ya que no podemos imitarlo, debemos no olvidarlo, y tenerlo siempre como ejemplo dignísimo de admirar- Que el polvo del olvido:no pueda nunca cubrirlo, como no lo cubrirá seguramente mientras existan alientos en uno siquiera de nosotros. Como no podremos olvidar tampo- co, de ningún modo ni manera, al venerable anciano que fundó esta Academia en el año 1861. Con un tesón y una constancia, que no nos cansaremos nunca de enaltecer, supo bogar una y otra vez, por la constitución de este cen- tro, cosa que al fin pudo ver conseguida. Pero después de tantos angustiosos afanes, cuál no fué su satisfacción, al vernos afianzados, al vernos laborando y teniendo la vida que él supo infundirnos, de que él supo animarnos. Reverenciémosle siempre, y en esta y en cuanta otra oportunidad se nos ofrezca, aclamémosle y bendigámosle en cada nueva vez, con mejor y más persistente fervor, con mayor y más sentido entusiasmo. Bendita seas, imagen querida de nuestro fundador y Presidente Dr. Nicolás José Gutiérrez! Que Dios le tenga colocado entre los mejores! En dieciseis sesiones ordinarias y en ocho sesiones de gobierno, ha desenvuelto este año, esta Academia, toda su actividad. Ella hubiera podido ser más extensa, pero no más fructífera y provechosa. Porque se ha consagrado sesenta y dos veces al estu- dio y resolución de problemas acerca de los cuáles se le ha consultado, se le ha pedido informes, se le ha deman- dado su opinión. A esta Academia, tan pronto se le han sometido asuntos para el auxilio y la buena marcha de los “Pribunales de Justicia, como cuestiones de pura Ad- ministración. Las demás ocasiones que aquí no se cuen- tan, esta Academia se ha reunido para deliberar larga y detenidamente, sobre cuestiones las más variadas, dentro del órden médico principalmente. Porque en esta casa, en esta Corporación, no hay más que un guía que siempre nos determina: perseguir la verdad, buscar siempre el Jl ANALES DE LA bien y obtener el progreso, el adelanto cientifico, el ver- dadero avance de las ciencias que cultivamos. Vamos á permitirnos la cita, lo más compendiada po- sible, de los trabajos que aquí han tenido lugar, y cuyo valor real bien pronto comprenderéis. Con un trabajo meritisimo hemos comenzado este año nuestras tareas. El Dr. Carlos J. Finlay nos ha leí- do uno admirable, intitulado Los Leucocitos. PAPEL QUE REPRESENTAN EN LA NUTRICIÓN CELULAR Y EN LA FORMACIÓN DE TOXINAS, LISINAS, PRECIPITINAS Y LOS RESPECTIVOS ANTICUERPOS. Nos trajo el referido Dr. Finlay una segunda parte de este trabajo, en la siguiente sesión. Y una tercera parte como nota amplificativa, se sirvió también dedicarnos. Excusamos exponer el valor de esta labor, con la cual su autor, nos ha enseñado cuánto vale su superior inteli- gencia, y cuánto se puede esperar todavía del autor de las doctrinas acerca del mosquito, y que ha dado lugar á la desaparición de la fiebre amarilla de esta hermosa Isla. El Dr. /gnacio Calvo nos ha traido un acabado estu- dio acerca de la DESCRIPCIÓN DE UN GERMEN PATÓGENO AISLADO DEL AGUA el cual provocó viva discusión, dejan- do sentado el hecho de la vaginalitis experimental, de na- turaleza gangrenosa, como carácter distintivo de la dife- renciación de este germen. El Dr. Juan Sans Fernández, nuestro entusiasta Presidente, incansable y laborioso trabajador, que parece como que nos enseña el camino que debemos seguir, nos trajo dos interesantes trabajos, uno sobre NISTAGCMUS HISTÉRICO y otro sobre UNA NUEVA INDICACIÓN DE LA ARECOLINA Y SU CONTRA INDICACIÓN EN EL GLAUCOMA. Ambos, suscitaron viva discusión. Y su autor nos leyó también, en su oportunidad respectiva, tres notas necroló- gicas: una perteneciente al Dr. Juan Vilaró, nuestrocom- pañero y académico activo; otra perteneciente al doctor Francisco Ruz, corresponsal en París, á donde emigró desde la guerra del 68, y la tercera nota, referente á nues- tro compañero muy estimado, Dr. Julio San Martin. El Dr. Jorge Le-Roy se ha servido honrar á esta Aca- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 15 demia, con tres trabajos á cual más interesante. El pri- mero lo constituyó la PRESENTACIÓN DE UN MÓNSTRUO VEGETAL, del que nos trajo dos ejemplares, del fruto de la planta Bromelia Annanas, conocida en Cuba más ge- neralmente con el nombre de piña. Ambos ejemplares procedentes de Santiago de Cuba, ofrecían de notable su forma y su peso; siendo la primera la de un cesto aplas- tado en el sentido antero-posterior, de pequeña base y de eran abertura superior, en la que aparecían ocho y once retoños; y su peso, verdaderamente extraordinario, pues tenían once y quince libras respectivamente. El segundo trabajo ofrecido por el Dr. Le-Roy fué, TERCER / ANIVERSARIO DE LA ERRADICACIÓN DE LA FIEBRE AMARILLA DELA HABANA, en el cual prueba que durante ese tiempo no ha habido un sólo caso de esta infección en el territorio de la República, y que gracias á las medidas profilácticas propuestas por el Dr. Finlay desde el año 1898 nos vemos libres de ella. Y el tercer trabajo ofrecido por el citado Dr. Le-Roy ha sido el intitulado MORTALIDAD POR TÉTANOS en el cual su autor, valiéndose de cifras estadísticas, prueba hasta la evidencia, no sólo el número crecido de muertes por esta infección sino también prueba la ventaja que se va obteniendo del empleo de los agentes que para la cura del ombligo, distribuye gratis el Departamento de Sanidad. El Dr. Luis Montané al volver de su reciente viaje á París, nos hace en una sesión la historia de EL, HOMBRE DE SANCTI SPÍRITUS. Con la Sociedad Antropológica Francesa se puso en relación, trayendo el juicio, estable- cido por el estudio y la comparación de los cráneos de Cuba enviados por él á París, de que nuestro tipo ca- ribe, se apartaba por completo de los cráneos americanos aproximándose á los de Yucatán. Así se dejaba indicado que parecían pertenecer á los indios de Cuba venidos por Occidente, cuando la Isla estaba unida al continente Americano por la península de Yucatán. Por eso recibió el consejo de los antropólogos de Pa- rís, de volver á los mismos lugares aquellos en que había recogido los cráneos mencionados, á recojer nuevos obje- tos y nuevos cráneos. Pidió el apoyo de esta Corporación, 16 ANALES DE LA Y que se lo supo prestar muy gustosamente, llevando á cal su excursión en los últimos días de diciembre del pasado año. Los objetos por él recogidos, espera, y con él esta Academia, que sirvan para completar y coronar los estudios que actualmente llevan á término en Paris, el profesor Hamy y sus otros compañeros. Este asunto co- mo veis, está lleno de un notable interés tanto para nues- tra ciencia, como para nuestra Isla. El Dr. Gustavo López trae á la sesión de 29 de septiem- bre la historia de UN CASO DE TÉTANOS, á marcha cróni- ca, que curó por la inyección de suero antitetánico. Y el mismo autor, trae en otra sesión posterior, acompañán- dose esta vez del Dr. R. García Mon, el PRIMER CASO DE LIPOMATOSIS DIFUSA SIMÉTRICA, CON PREPONDERANCIA CERVICAL SEÑALADO EN CUBA. Los Dres. Enrique Saladrigas y Alfonso Belancowrt nos dan cuenta del INFORME QUE ACERCA DEL TRATA- MIENTO DE IA LEPRA POR EL, MANGLE ROJO, les había enco- mendado esta Corporación, obedeciendo á demanda for- mulada por el Dr. M. Duque. Los Dres. Saladrigas y Betancourt nos dicen en conclusión : Primero: que el tratamiento no ha dado los resultados precisos que anunciaron los Dres. Duque y Moreno se- eún consta en el acta de 8 de febrero de 1902, en la cual prometían la curación social al año, y la cura médica á los dos años poco más ú nuenos. Segundo: que en un citado enfermo se ha cumplido lo prometido por los Dres. Duque y Moreno y Tercero: que el mangle rojo por su fácil administra- ción, su tolerancia por los enfermos, y por los resultados obtenidos, aunque no parece ser un especifco, es reco- mendable en el tratamiento de la lepra. El Dr. José Antonio Presno, nos ofreció uma preciosa observación sobre CÁNCER DEL ÚTERO. DOBLE SALPIN- GITIS QUÍSTICA. LIGADURA PREVIA DE LAS ARTERIAS ILIA” CAS INTERNAS. HISTERECTOMÍA ABDOMINAL TOTAL con la cual se provocó una discusión muy instructiva. El mismo Dr. Presno nos trae en sesión posterior, un caso de MÓNSTRUO DOBLE DERODIMO, con rega!o del pre- cioso ejemplar para nuestro Museo Teratológico. Esta ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Y ., chservación le fué cedida á nuestro compañero por el doc- tor" Miguel de Castro. La Academia desde luego signi- ficó su gratitud por tan valioso ejemplar. Nuestro académico-corresponsal en Matanzas señor Juan B. Jiménez nos envió un precioso trabajo sobre la SANSEVIERA GUINENSIS. (Lengua de Vaca). En este trabajo nos dá cuenta dicho señor, de la manera de crilti- var esta planta, y de hacer su recolección. Llama en este trabajo la atención del Gobierno sobre dicho cultivo, que está indicado para acrecentar la pros- peridad y bienestar de la riqueza cubana, sosteniendo de modo digno, el nombre de Cuba agricultora en los merca- dos extranjeros. Esta Corporación dió traslado integro de este trabajo, á la Secretaria de Agricultura, Indus- tria y Comercio. Este trabajo brindó ocasión al Dr. Va!- dés Ragués, para que nos presentase una NOTA ACERCA DE LA SANSEVIERA, en la cual este profesor completó los datos históricos acerca del cultivo de esta planta, y los - esfuerzos que hizo el Sr. Lachaumme para su cultivo en este país. SOBRE EL ESTADO ACTUAL DE LA INDUSTRIA AZUCARE- RA EN CUBA, es una exquisita labor que nos ha dedicado el Sr. Stefano Calcavecchia, ingeniero y químico, residen- te hoy en esta capital. En este extenso trabajo, donde singularmente se estudia todo lo relativo á su título, el autor explica muy bien aquellos puntos que demandan modificación en los ingenios cubanos, cosa sobre la cual llamamos especialmente la atención de las personas inte- resadas en la fabricación del azúcar. Nuestro estimado ingeniero, el académico Sr. Fran- cisco Paradela nos dió una bien meditada conferencia so- bre la ANEGACIÓN DE EL ROQUE EN 1904, á la cual supo dar un colorido propio, proponiendo asimismo medidas que le son peculiares, para evitar su repetición. Una interesante observación de POLINEURITIS AL- COHÓLICA, CON FENÓMENOS PSEUDO-BULBARES, nos re- fiere el Dr. Lavín, por la que mereció calurosa felicita- ción. Se trataba de un enfermo del hospital Mercedes, cuya observación se vió interrumpida por la salida pre- matura del propio enfermo. 18 ANALES DE LA Un amplio y bien detenido INFORME ACERCA DEL ARTE DE HERRAR nos ofreció el Sr- Francisco Etchegoyhen, cu- yo informe fué aprobado por unanimidad, contestándose con ello á la Secretaría de Gobernación, una consulta que hizo á esta Academia. RÁPIDA PURIFICACIÓN DE LA VACUNA ANTI-VARIOLO- sa es el titulo de un trabajo que de mancomún nos ofre- cieron los Dres. Vicente de la Guardia, J. N. Dávalos, € Ignacio Calvo, de competencia tan justamente acredita- da para estos asuntos. CIRUGÍA DEL ESTÓMAGO. GASTRO-ENTEROSTOMÍA POR ESTRECHEZ NO CANCEROSA DEL PÍLORO, es un trabajo traido por el académico Dr. Gustavo Gallet Duplessis, cuya observación recogió unido al Dr. Adolfo Reyes; se trataba de un enfermo en quien realizó la operación que sirve de título á su trabajo y en la cual obtuvo un éxito brillante pues á los diez días estaba la herida quirúrgica completamente cicatrizada. Unas muy claras preparaciones de MOLLUSCUM CON- TAGIOSUM Y DEL POLIPAPILLOMA 'PROPICUM, con una no- ta descriptiva complementaria, nos ofreció el laborioso Dr. Juan Guiteras en una de nuestras últimas sesiones. Y el señor ingeniero D. Juan de Dios Tejada, persona ajena á esta Corporación, nos ofreció una interesante conferencia acerca de La "TERMODINÁMICA DEL ALCOHOL, Y SU PORVENIR INDUSTRIAL COMO FUENTE DE RIQUEZA NACIONAL EN LA ISLA DE Cuba. La Presidencia le signi- ficó la estimación que esta Academia hacía de su trabajo. Al ponerse de nuevo en vigor entre nosotros las Or- denanzas de Farmacia del año 1860, por la Secretaría de Gobernación, se dispuso desde luego el cumplimiento de su artículo 15, que ordena sean los medicamentos que se introduzcan y se expendan en esta Isla, informados por esta Academia y por la Junta Superior de Sanidad. Con este motivo por conducto de la referida Secretaría, se nos envían á diario porción de agentes medicamentosos. De esta suerte resulta que han sido despachados ya, por esta Academia, hasta el número 31, habiendo en la actualidad, en poder de los señores farmacéuticos para 4 oportuno informe, otro tanto igual al ya despachado, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 19 quedando aún en esta Secretaría, pendientes de designa- ción de peritos, otro número igual, poco más ó poco me- nos. Estos informes mencionados, han. sido hechos por los siguientes señores: El Dr. Emliio Pardiñas que ha evacuado siete infor- mes. . El Dr. José P. Alacán que lo ha hecho ya seis veces. El Dr. Hernando Segut que lo ha hecho otras seis. El Dr. Arturo Bosque que lo ha hecho cinco veces. El Dr. Miguel F. Garrido que lo ha llevado á término igual número de veces. El Dr. Manuel Delfín que lo ha realizado una vez. Y otra vez también el Dr. Carlos A. Moya. Cada una de estas veces que han informado los seño- res farmacéuticos, lo han hecho sobre variados produc- tos de una misma casa. Ha habido ocasiones pues, que cada uno de estos informes, se ha referido á ocho, á diez, Ó doce preparados. . Esta labor como veis, resulta sumamente penosa, y hasta enojosa por su número, para los señores farma- céuticos que las llevan á término. Por todo ello, por el esfuerzo que les demanda el cum- plimiento de este deber, esta Academia se considera en el caso de hacer público testimonio de gratitud, pública manifestación de estima, hacia los señores farmacéuti- cos que lo han llevado á término. Hemos dejado, señores, de exprofeso para el final de este relato, los trabajos realizados por la comisión de Me- dicina Legal. Ellos han sido los siguientes: Primero. INFORME MÉDICO LEGAL ACERCA DEL ESTA- DO MENTAL DE UN PROCESADO, por el Dr. Gustavo López. Segundo. INFORME MÉDICO LEGAL EN CAUSA POR HO- MICIDIO desempeñado también por el Dr. Gustavo Ló- pez. Tercero. INFORME MÉDICO LEGAL EN CAUSA POR _MUERTE DE UN MENOR, desenvuelto por el Dr. Guillermo Benasach, en el que se trataba de un homicidio por 1m- prudencia en un menor, que había recibido una herida de balín. El autor de este trabajo que estudia y discute el 20 ANALES DE LA ES asunto sometido á su deliberación, concluye exponiendo que no existe entre los documentos, ninguno sobre el cual pudiera basarse para aceptar como causa determinante de la muerte del citado menor una enterosepsia; y que la muerte de este menor en ningún caso debe considerarse como consecuencia de la herida que recibió. Cuarto. INFORME MÉDICO.LEGAL POR ESTUPRO, por el Dr. Tomás Vicente Coronado. Este profesor después del estudio que hace del asunto, concluye contestando ne- gativamente á la consulta que se sirve hacernos la Au- diencia de Santiago de Cuba. Ouinto. |NFORME SOBRE HONORARIOS MÉDICOS es el que sigue al anterior, habiendo sido desenvuelto por el Dr. Gustavo López. Sexto. INFORME EN CAUSA POR HOMICIDIO, por el Dr./gnacio Calvo, es el trabajo médico legal que bien es- tudiado, bien razonado y mejor expuesto, se aprobó en una de nuestras últimas sesiones. Su autor mereció por ello entusiastas felicitaciones, y como siempre hubo de lamentarse de la deficiente documentación, y Séptimo. |NFORME MÉDICO LEGAL ACERCA DE LA CAU- SA DE LA MUERTE DE UN SUJETO, por el Dr. Jorge Le- Roy. Este es también otro trabajo muy bien expuesto y valorado, en el que su autor encuentra un primer obstá- culo á su labor, en las deficiencias de los documentos en- viados. A ello se debe absolutamente, que este informe no hubiera podido ser contestado de una manera precisa. Muy de lamentarse es, de modo general, la deficiencia que se nota en los documentos médicos legales que se en- vían á esta Corporación. No hay una sola ocasión en que no hayamos de lamentarnos de este defecto. Y este de- fecto señores, viene siendo tan viejo, tan inveterado para nosotros, que recordamos habérselo oido exponer, lamen- tándose mucho de ello, á nuestro querido Presidente el Dr. Nicolás José Gutiérrez. ¿Pero como se corrije este defecto? Señalándolo una y Otra vez, parece que no basta. Será preciso que esta Academia se dirija á todas las Audiencias de esta Isla, y á todos sus compañeros, para que unos y otros, esfor- zándose un poco cada uno en su respectiva misión, cada ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 21 uno en su respectivo ministerio, hagan el esfuerzo que nosotros necesitamos para poder á veces cumplir el co- metido que se nos encomienda. "Tócale el turno ahora á los Académicos desapareci- dos en el transcurso del año que hoy termina. Dos son los compañeros queridisimos que han caído para siempre: el primero lo es el Dr. D. Juan Vilaró y Díaz, que nos dejó el 4 de octubre del pasado año. Cate- drático en nuestra Universidad de la asignatura de Bo- tánica desde hacía muchos años, fué un profesor exce- lente, y siempre -se distinguió por sus aptitudes para el profesorado y por su pericia: en la rama del saber que explicaba á sus alumnos. Aquí siempre fué un académico batallador y estudioso. Multitud de informes, de trabajos hechos por él pudiéra- mos citar, en abono de lo que decimos, pero nos basta por su importancia mencionar sus informes sobre la pesca de las esponjas y la ley de caza, vigente aún como ley ver- dadera, en la actualidad. Fué el Dr. Vilaró, Académico de número desde hacía porción de años. Dejó su puesto con motivo de la guerra de los diez años, y marchó al extranjero, volviendo des- pués por segunda vez, á ocupar su lugar entre nosotros; emigró más tarde cuando-la última revolución y volvió por último á su puesto hasta su muerte. Era el director de la Sección de Ciencias de esta Aca- demia, y á la par el Conservador del museo de historia natural. Descanse en paz compañero tan_distinguido! El Dr. Julio San Martín bien joven todavía, nos es arrebatado el 18 de enero del presente año. También catedrático de Histología de nuestra Univer- sidad, donde con competencia sin igual llenaba su come- tido. O Aquí en esta Academia supo siempre distinguirse por su laboriosidad y su competencia reconocida en todos los asuntos en que tomaba parte. Dios haya acogido en su seno el alma del Dr. Julio San Martin! 22 ANALES DE LA Han ingresado en esta Academia durante el año que hoy termina, primero el Dr. José M. Céspedes, que es- tando ausente en Santiago de Cuba y cumpliendo el tér- mino que le marcaba el Reglamento, retornó á esta capl- tal en los momentos mismos en que en esta Academia se acordara el anuncio de su vacante. - A su nueva solicitud se tomó el 9 de junio del pasado año el acuerdo unánime de su reingreso. El Dr. Carlos A. Moya, ingresó en esta Corporación en octubre de 1904, ocupando el puesto que se había creado por el nuevo Reglamento en la Sección de Far- macia. Ingresa después, ocupando la vacante que dejara el Dr. Vilaró, el joven Catedrático del Instituto de la Haba- na, Dr. Felipe García Cañizares. Y el lugar vacante que nos dejara con su sentida muerte el Dr. Julio San Martín es ocupado por el Dr. José Antonio Valdés Anciano, so- cio corresponsal que era en la ciudad de Matanzas y hoy residente en esta capital. De estos tan distinguidos compañeros espera esta casa días de halagos y de júbilo, á que le dan derecho la reco- nocida competencia de tan distinguidos señores. En este último año, en esta Academia se han vacunado 106 varones y 98 hembras, lo que nos da un total de 204 personas vacunadas. Prueba elocuente es esta de que no desmayamos en la propagación incesante, legendaria en esta casa, del pre- cioso virus vacuno. Lo han administrado con ejemplar constancia los doc- tores José Beato, Presidente de honor de su comisión de vacuna; el Dr. Aróstegui, Presidente efectivo; el Dr. G. López y últimamente E Dr. Vicente de la Guardia, á quien las atenciones que les están encomendadas en la Di- rección General del Centro de Vacuna, le permiten, con su entusiasmo de siempre, dedicar un día de cada sema- na á la administración del virus vaccinal en este mismo local. Estoy en el deber de anunciaros, que las elecciones ge- nerales, que aquí tienen que realizarse cada dos años, se ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 23 han llevado á término en el actual, como lo dispone el Re- glamento, el dia 28 del pasado mes de abril. Y que su resultado hay que celebrarlo mucho, en cuanto hace re- lación, á la reelección presidencial. No hay señores, en efecto, entre nosotros, ninguna persona que se ocupe y que se preocupe más por las cosas de esta Academia, que el Dr. Juan Santos Fernández, que es la persona reelegi- da á que nos referimos. No hay quien le gane en entu- siasmo, ni en actividad, ni en celo, ni en afán de mejoras incesantes para esta casa. Después de él han sido reelegidos, Vicepresidente, el Dr. Tomás Vicente Coronado, Secretario, el Dr. Gusta- vo López, Vice secretario el Dr. Jorge Le-Roy y Teso- rero el Dr. Francisco Vildósola. Y han sido nombrados para completar su Junta de Gobierno, el Dr. Enrique Acosta, como Bibliotecario, y el Dr. Pedro Valdés Ra- gués como Conservador de los Museos. Estos señores son los que regirán los destinos de esta Academia durante el bienio de 1905 á 1907. He terminado señores. Mi ingrata labor está ya con- cluída. : Sólo me restan dos cosas: IF.” Hacer votos, los más vehementes, en pro del pres- tigio, del auge de esta Academia, por la que todos noso- tros estamos siempre tan dispuestos y afanosos. Que no decaiga nunca el entusiasmo de que hoy nos sentimos po- seídos, porque así y sólo así, llegaremos á la perfeccióni, al verdadero desideratum á que aspiramos. Y 2. Rogar una vez más al Jete de nuestra nación que ha tenido la bondad de escucharme, que no se olv:- de de lo que esta Academia es y represeñta en el concierto hermoso de la cultura de nuestra patria. Que vuelva hacia nosotros sus ojos y se entere de la falta de local que tenemos, para poder aquí siquiera es- tar, convenientemente colocados. Que dirija si es preciso, un suplicatorio al Congreso pidiendo un crédito para realizar al fin el levantamiento de la porción, demolida de nuestro local. Y que así, enal- teciendo á la ciencia, ayudándonos á su cultura, que es 24 ANALES DE LA de la porción demolida de nuestro local. Y que así, enal- trabaja en pro del engrandecimiento de nuestra querida República. He dicho. PSICOLOGIA DE LOS SIMULADORES CONFERENCIA PRONUNCIADA POR EL Dr. Tomás VICENTE CORONADO EN LA SESION SOLEMNE CELEBRADA EN LA ACADEMIA EL 19 DE Mayo DE 1905. Honorable señor Presidente de la República. Sr. Presidente: señoras y señores: S1 yo os pidiese, como es costumbre, entre los confe- rencistas, indulgencia, y si por otra parte, comenzara adornándome con el ropaje de una falsa modestia, caería de lleno en el cuasi delito de simulación y me declararía conscientemente un característico de la clase de los me- nores y de la sub-clase de los mentirosos. Consecuente, pues, con el órden de ideas que me pro- pongo desarrollar, y con el fin de haceros menos ingrata mi labor, empezaré por una breve reseña del grupo de insectos que en la “lucha por la vida” se adaptan al me- dio en que viven, realizando el “mimetismo”, que de una manera brillante ha estudiado y dado á conocer Alfred Russell Wallace, el co-creador de las doctrinas Darwi- nianas. El “mimetismo” consiste en una adaptación tan com- pleta y perfecta, del insecto al medio ambiente, que no sólo consigue organizarse fisiológicamente para dicho medio, sino que además copia con exactitud maravillosa el aspecto, tamaño, configuración y colorido de las plan- tas ó terrenos, entre los cuales vive y se mantiene. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Entre las muestras de insectos que teneis á la vista, existen algunas variedades muy curiosas. Uno de ellos se confunde perfectamente con una ramita seca, sus lar- gas patas, sus antenas, la misma irregularidad y delga- dez de su cuerpo y el color, le harian confundir facilmen- te con la extremidad de la rama donde pasa su vida. Por un acto de “mimetismo”, su adaptación al medio ambiente le permitirá salvarse en la lucha por la vida; así, confundido con la rama seca, escapará seguramente á la voracidad de los insectivoros y cumplirá todas sus funciones biológicas. Algunos de esos curiosos insectos son verdes, del mis- mo tono de las hojas de los árboles que les sirven de vi- vienda ; otros remedan los vivos matices de las corolas de las flores; otros, el color gris más ó menos obscuro del tronco de tal ó cual árbol, ó de peñas ó terrenos. En otro orden de animales, reptiles muy comunes en nuestro país, “camaleones” y “lagartijas”, la adaptación al medio se realiza de una manera menos perfecta que la de los in- sectos que estáis viendo, el fenómeno es todavía más com- plicado, sus formas no cambian; pero su color varía, adaptándose al color del tronco, la peña, pared ó terreno donde vive; si se les aprisiona podemos observar, en po- cos minutos, cambios completos en su coloración natural. Es bien conocido de todos vosotros, el dicho vulgar, sa- cado de esa propiedad de determinados reptiles: “fulano es un camaleón” sintetizando con ellos los frecuentes cambios radicales de opinión, tan comunes en los políti- cos, en no pocos profesionales y algunas veces en todo ser humano. ¿Es por ventura el “mimetismo” propiedad exclusiva de los insectos, de los reptiles y algunos otros seres infe- riores ? Metafóricamente podemos asegurar que los seres su- periores, y entre éstos, el hombre, cuanto más civilizado, más dispuesto se hallará para adaptarse al medio am- biente, y por consiguiente, más dispuesto á practicar el mimetismo. Yo no tengo tiempo, ni es tampoco mi propósito entre- teneros, haciendo un estudio perfecto de los caracteres 26 ANALES DE LA humanos y á la manera del Dr. Ingegnieros, hacerlo bri- llantemente, como en su capítulo de psicología de los si- muladores. Especializando, yo me propongo hablaros de los si- muladores profesionales, y como entre éstos, los médicos son los que yo he podido estudiar, por el comercio diario de ideas entre colegas, al estudio del carácter y de la conducta y de la adaptación al medio, en la lucha por la vida, de mis compañeros, se ha de dirigir esta conferen- cia. La pauta, la norma de este trabajo, está calcada en el capítulo de un libro del sabio profesor de Buenos Aires, que trata de psicología de los simuladores en general; yo adapto sus clasificaciones á la clase médica, sin que por ello deje de corresponder á las otras clases profesionales, abogados, farmacéuticos, ingenieros, etc. La lucha en la vida superorgánica se desenvuelve en condiciones que la diferencian, para el hombre, de la lu- cha por la vida puramente biológica. No pretendo traer aquí la clasificación de los profesio- nales en seres “normales” y “degenerados” ó simplemen- te en “normales” y “anormales” subdividiendo estos úl- timos (á la manera de Ferry) “en evolutivos” y “regre- sivos.” La gran división de Silvio Venturi, en “caracteristi- cos” é “indiferentes”, al estudiar la psicología en la ge- neralidad de los hombres, se adapta perfectamente al grupo de nuestros simuladores profesionales. Si nos fijamos en el grupo de profesionales médicos de nuestro país, si entre éstos observamos los que practican en esta capital, hemos de notar que algunos han consegui- do afirmar su personalidad propia, en la lucha por la vida, elevándose á un nivel distinto que el alcanzado por los demás. El mayor número de estos permanecen inad- vertidos, son los que forman la gran masa “amorfa”, son los indiferentes, y si acaso, suelen servir de escalón, para el encumbramiento de los característicos. Estos infelices amorfos ó indiferentes viven perecien- do, y desde los comienzos de su vida profesional, se. con- é ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 27 fiesan rendidos, son hombres, á veces, sin carácter y stn condiciones para adaptarse al medio social en que vivi- mos. Una gran mayoría está formada por idealistas que esperan siempre que la fortuna venga á coquetear con ellos, y mueren viejos, sin haber tenido alientos para sa- lirle al encuentro. Otros, comienzan la lucha por la vida mal preparados y cansados, prematuramente optan por un destino infe- rior, y en él pasan la vida roñando y desahogando su atrabilia con dicterios contra la profesión, que no han sa- bido aprovechar, ó más frecuentemente contra aquellos de sus compañeros que han desplegado fuerzas bastan- tes, para salir de la masa amorfa y llegar á la clase de los característicos. Estos indiferentes, los llamados amorfos por Ribot, son seres que se ahogan en una gota de agua, y s1 por ca- sualidad se encumbran, impulsados por fuerzas ajenas á su voluntad, la política, por ejemplo, no está lejano el día en que se desploman y quedan anulados para siempre. “Característicos profesionales” son los que en reduci- do número, poseen fisonomía propia, presentan cualida- des varias, tienen ideas originales, criterio propio é in- ventivas distintas de las habituales. Los característicos son, pues, los capacitados para sa- lir vencedores en las luchas por la vida. De la misma ma- nera que pudiéramos llamar “pasivos” á los indiferentes, los característicos son los “activos”, de firme voluntad, verdaderos revolucionarios que conmueven, modifican ú derrumban las ideas ó las teorías sustentadas, las más de las veces, por los convencionalismos sociales ó profesio- nales. No es raro encontrar que estos sujetos que pasan los lindes de la vulgaridad, sean clasificados por sus mismos congéneres, ó por los amorfos profesionales, ó por el pú- blico, de verdaderos degenerados, atenuándose el califi- cativo, con un hipócrita “fulano es un cerebral”. Son, al decir de Rossi, “personas que poseen una Ó to- das las facultades psíquicas, superiores y propicias para imponerse al amorfismo de la multitud. “Los característicos mayores” son muy raros, entre 28 ANALES DE LA ellos están los extremos de la serie: el profesional de ge- nio—el sabio—y el delincuente, cuya alta inteligencia le permite escapar algunas veces, del Código penal. Entre los “característicos menores” se encuentran: el avaro y el pródigo, el sincero y el mentiroso, el crítico y el ignorante, el leal y el hipócrita, el envidioso y el ge- neroso, el orgulloso y el servil, el ambicioso y el humilde; encarnando ciertas manifestaciones especiales del “ca- rácter” humano del profesional. Son los verdaderos ti- pos diversos, bien conocidos por sus colegas y por el pú- blico en general. La manera de ser especial de estos su- jetos es adquirida, otras veces es congénita ó por atavis- mo hereditario. En la generalidad de los profesionales médicos, dichas cualidades son adquiridas por una especie de “mimetis- mo” secundario, pues quieren imitar al que ellos se for- jan en su imaginación como buen maestro, que pretenden imitar para alcanzar renombre, caudal, gloria y alta po- sición social. Todo esto sin gran esfuerzo y en el más corto tiempo posible. A pesar de ser algunas veces hombres de carácter y de energías, la misma precipitación con que quieren llegar á la meta, alcanzada por otros, en muchos años, les hace fracasar en la lucha por la vida. Si no fuera por el santo temor de exponer mi persona á los dicterios ó á otros argumentos contundentes, yo po- dría ir poniendo nombres propios de profesionales del erupo que acabo de enumerar, á continuación de cada uno de los tipos característicos; pero me conformaré con que mis oyentes—que los conocen como yo—vayan ha- ciéndolo “soto-voce”, para huir de igual peligro. Estos característicos exaltados prestan un verdadero servicio á la clase profesional y al mismo público que los censura. Véase sí no, el párrafo del capítulo de Ingegnieros: “Se ha dicho con razón, que los avaros—cuyo tipo inmor- “talizaron Moliére y Balzac—exaltando una función or- “dinaria, mueren de privaciones, pero sintetizan, ense- “nándola á los demás, la útil función del ahorro; los pró- “digos exaltando el carácter opuesto, la disipación, dan ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 29 “alto ejemplo para el ejercicio normal de la filantropía. “Los sinceros son la antítesis, y también la cualidad mo- “ralizadora, de los mentirosos; los vanidosos, establecen “el equilibrio roto por sus antitéticos, los modestos; los “ambiciosos neutralizan la acción desmoralizadora de “los apáticos; los generosos la de los egoistas, etc.; pues “como bien observa Ribot, la dinámica. psicológica de la “sociedad es dada por la acción de tendencias contrarias; “cada tendencia tiene su antagonista, que la equilibra y “enfrena, en sentido saludable para el conjunto.” Desearía detenerme en la etiología de los “caracterís- ticos” pero el tiempo que debo entretener vuestra aten- ción no me lo permite. En la obra, ya publicada por In- gegnieros, podrán estudiarla aquellos á quienes interese estas atrayentes cuestiones de psicología social. Podemos afirmar que los simuladores característicos llegan á serlo por tres órdenes de causas que provocan, acentúan ó extreman el pequeño coeficiente de simulación que todos tenemos en nuestro carácter, como resultante necesaria, de las condiciones propias del ambiente en que luchamos por la vida. CLASIFICACIÓN DE LOS SIMULADORES astutos. [ : | Mesologicos ¡ ES: Simuladores. eS fumistas. EOPERSIOS disidentes. e psicópatas. A ( sugestionados (1) SIMULADORES POR ADAPTACIÓN AL MEDIO Las infiuencias diversas del medio ambiente producen el simulador mesológico; este tipo es común y su simula- ción resulta siempre : de un fin utilitario.—Simulan cuali- dades que no tienen y que los aproximan á los hombres superiores, en talento ó en conocimientos profesionales, (1) Clasificación seguida por el profesor Ingegnieros en su notable libro. 30 ANALES DE LA re y disimulan las cualidades naturales que EA tienen y que les son desfavorables. Los profesionales de esta clase son unos grandes co- mediantes y verdaderos artistas en el “trato de gentes” Para no ser derrotados en la lucha por la vida, saben si- mular y disimular perfectamente todos los sentimientos afectivos: el amor y el odio, el respecto y la repugnancia, la cortesía y la indignación, el patriotismo más acendra- do y el desprecio más completo á los contrarios políticos, etc. Entre nuestros antiguos profesionales existía uno que con bien pocos conocimientos científicos, llegó á tener una boga extraordinaria y realizó una gran fortuna. Era cu- bano de nacimiento y creo que hasta de ideas; pero su as- tucia y sus ideas utilitarias le permitieron alcanzar una enorme clientela, entre los elementos peninsulares, simu- lando á maravilla un gran amor á las instituciones de la entonces metrópoli española. En una ocasión como le preguntase un antiguo condiscipulo porque se hacía pa- sar por peninsular de tal ó cual provincia, y por otra par- te, porque hablaba con fuerte acento castellano, le con- testó sin inmutarse: no seas tonto, “esa es mi caña de pEStaro> Otro hemos conocido que dirigía siempre sus aptitu- des á encantar y halagar, á enamorar en el buen sentido de la frase, á las damas de las casas ricas que visitaba, consiguiendo con ello tener auxiliares que lo defendiesen y anunciaran pródigamente entre las casas de clases acomodadas. Este tipo de simulador astuto que era por naturaleza un gran orgulloso, se convertía en el más ser- vil de los serviles, cuando se trataba de conseguir un cliente adinerado ó adular á un poderoso. En uno de sus frecuentes errores de diagnóstico, des - conoció la gravedad de un pequeño niño que falleció ines- peradamente: saber el resultado y volar á la casa y pene- trar, hecho un mar de lágrimas, en las habitaciones para ir abrazando, con hondos sollozos, á cada uno de los fa- miliares del sexo femenino, todo fué uno. Criticándole un su compañero, le respondió: Sólo así he podido seguir siendo médico de esa casa, que tan bien remunera mis servicios. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 31 En esta clase de simuladores astutos, existe una varie- dad muy común entre los profesionales, que pudiera ser clasificada con el nombre de “simulador pirata”. Todas las simulaciones ó disimulaciones de este nuevo tipo, se dirigen á demostrar á los cariñosos padres de los enfermos, al acongojado esposo Ó esposa, al hermano, etc., una gravedad insólita, donde él sabe que no hay más que un simple estado catarral. Acentúa y exalta su simu- lación, cuando se encuentra, por accidente, en presencia de un cliente de otro médico si es de los que él clasifica de primera de primera de la clase A; esto es, clientes que pagan muy bien y cuyos familiares son neuróticos ó im- presionables, para poderlos sugestionar facilmente y multiplicar los honorarios. | A pesar de la tiranía que ejercen, martirizando con diagnósticos terroríficos todas las enfermedades que ellos tratan, y á pesar de lo incorrectos que son con el comprotesor que han sustituido, el público los sigue lla- mando, y suelen alcanzar un nombre que les sirve pera sus fines utilitarios. Entre los interminables ejemplos con que yo pudiera ilustrar esta clase de simuladores, debo recordaros antes de pasar á los ““serviles”, el caso más patente de simula- dor astuto y su antitético, que siendo de la clase de los amorfos, quiso aparentar una astucia que no tenía, y sólo le sirvió para patentizar su cuasi imbecilidad. Es el caso conocido de antaño y reproducido en la Habana, por uno de sus más grandes simuladores: un enfermo de fami- lia numerosa y distinguida era visitado por su médico, que le examina en presencia de numerosos parientes y amigos; mientras le ausculta, observa unas partículas de naranja que el paciente acaba de arrojar tras la cama, á la entrada del galeno, que había prohibido en absoluto tomar más que las drogas por él ordenadas. La astucia del simulador le sugiere la idea de reprodu- cir una comedia y con una serie de aspavientos y de men- tidas observaciones del pulso, respiración y percusión es- tomacales, le increpa diciéndole: ¡V. ha comido una fruta! ES y ANALES DE LA Gran espectación entre los concurrentes y un ligero murmullo de admiración. Con voz cavernosa vuelve á repetirle: ¡V. ha comido fruta! ¿Qué fruta ha comido V.? y sin darle tiempo á responder, le dice deme usted la mano y tomándole el pul- so y fijando los ojos en actitud escudriñadora, en los ojos azorados del eniermo le dice: V. ha comido lima, toronja ó naranja.—Deme otra vez el pulso. Sí, efectivamente, V. ha comido naranja y no debe volver á hacerlo, so pena de que yo me despida y no vuelva á verle. Al retirarse el galeno no había frases con que enco- miar su sabiduría y perspicacia. Uno de sus discípulos, entusiasmado con el éxito y que- riendo imitarle, reprodujo la escena en una casa de la calle de la Muralla, donde habían puesto escoba amarga debajo de la cama del enfermo, con el fin de ahuyentar las pulgas. Después de los aspavientos y reconocimien- tos consiguientes, terminó por decirle al enfermo que su mal consistía en una indigestión de escoba amarga; in- sultados los familiares por tamaño disparate, faltó poco para que le despidieran á cajas destempladas. El simulador servil en las clases profesionales es más frecuente de lo que á primera vista parece y tiene por cau- sa la dificultad, e día mayor, para abrirse paso, entre la balumba de sociedades que merman el ejercicio profe- sional. El simulador servil de la clase profesional médica es más digno de lástima que de censuras, siempre es la víc- tima del característico astuto que encumbrado ya, lo ex- plota de manera cruel. Son censurables los que son serviles sin que la necesi- dad apremiante les impulse á serlo, muchas veces, con sujetos de mucho menor nivel intelectual que ellos. Algunos simuladores de esta clase conozco, que llegan hasta á parecerse físicamente á sus pretendidos protecto- res, que en vez de protejerlos los explotan, simulando un afecto que no sienten, por los que consideran siempre se- res inferiores. Los infelices simuladores serviles suelen ser sujetos rendidos, médicos desgraciados cuya mayor calamidad ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 33 consiste precisamente en tener que simular un acata- miento que están muy lejos de sentir, para con sus supe- riores, si no en talento, muchas veces, en posición social. SIMULADORES POR TEMPERAMENTO (CONGÉNITOS) Los factores orgánicos propios al temperamento indi- vidual caracterizan á los funustas y disidentes. Una de estas dos variedades no está compuesta por sujetos utilitarios, son simuladores por el placer de serlo, y regularmente poseen una inteligencia superior. Esta peculiaridad psicológica, más bien perjudica que beneficia los intereses del profesional. El fumista es un sujeto de inteligencia superior, es hiperestésico é hipe- ractivo á la vez, exuberante de vida, de alegría y con una salud á toda prueba, se ocupa deleitándose con ello, en tomar el pelo á sus semejantes. Son simuladores que aman de tal manera el “sport” á que se dedican, que cuando no encuentran víctimas para sus diversiones fumistas la emprenden con los allegados Ó los mismos familiares más queridos. - Las simulaciones del fumista no se realizan con un fin utilitario; ni son empleadas para adaptarse al medio, en la lucha por la vida, sino por pura tendencia congénita. Esta clase que pudiéramos llamar “de los eternos satis- fechos, de los contentos, de los risueños, que parecen na- cidos para burlarse, espiritualmente, de la humanidad entera”, tiene no pocos representantes en la clase médica. Son tipos generalmente muy simpáticos, y yo no nece- sito presentar ejemplos, por ser demasiado conocidos. El simulador disidente en nuestra profesión, es un tipo especial, bastante frecuente entre médicos, es el eterno descontento, el incesante gruñón, que simula algo, paten- tizando al que lo observa, su malestar del bienestar ajeno y á la inversa, su alegría por el fracaso de los demás. Si la suerte, sus aptitudes serviles ó su constante hipo- cresía, lo ha elevado á un puesto alto, Dios libre de su radio de acción, á los que él considera que puedan llegar a hacerle sombra, para sus fines utilitarios. S1 delante de estos tipos, algún sincero hace elogios merecidos de un joven profesional, el disidente se sonríe dulce, pero mali- 34 ANALES DE LA ciosamente y aunque no se le interrogue, acaba por decir : “¡Parece mentira! Mi opinión es queno vale nada.” ¡ Guay, de aquel que en su altura no le venera y le com- place! Su odio le acompañará hasta después de la muerte. Para estos desgraciados, nadie que no sea ellos, puede valer gran cosa y cuando no los encuentran, simulan dis- parates, dichos ó realizados por los demás, que conside- ran pueden ser competidores, en su lucha por la vida. Este tipo de simulador, es perjudicial á sus colegas y á la humanidad, es un demoledor de todo aquello que no sea creado por él. Puede sintetizarse: un lobo ó una hie- na cubierta á veces por la piel de un cordero. Cuanto menos talento tiene, tanto más disidente será y con tanta mayor inquina perseguirá al que considere su igual ó superior, intelectualmente. SIMULADORES PATOLÓGICOS (ANORMALES) Los psicópatas y sugestionados en las clases protesio- nales son temibles, porque representan el grado máxi- mum, la exaltación más variada en la simulación utilita- 118 Desgraciado el sujeto acaudalado ó con apariencia de tal, que cae en sus garras. Afortunadamente y para honra de nuestra profesión, sólo han existido casos muy raros de esta clase de simu - ladores y eso en épocas lejanas á la actual. Pero como su existencia en otros países es un verda- dero peligro que pudiera alcanzarnos aleuna vez, bueno será puntualizarlos para que conocidos ya, podamos es- capar á su influencia. Es curioso señores, como los grandes descubrimien- tos, las grandes conquistas traen aparejadas al notable progreso que realizan, vicios y defectos que nadie pudie- ra sospechar; pero si tenemos en cuenta que sólo pobres espíritus enfermos (simuladores patológicos ó sugestio- nados) se convierten en corruptores utilitaristas de esas erandes conquistas, nos veremos precisados si no á dis- culparlos, al menos intentar curarlos ó detenerlos en sus locas tendencias. La más grande conquista médica iniciada por Lister, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 35 ha sido coronada por un éxito maravilloso, la impunidad con que hoy pueden realizarse grandes operaciones, sin el menor peligro para la vida de los operados, gracias á la manera de evitar las infecciones post-operatorias, que antes causaban gran mortalidad; pero que al mismo tiem- po servían de santo temor para que los simuladores no se lanzaran facilmente á extirpaciones, raspados y mutila- ciones que si bien es verdad que dejan con vida al enfer- mo, verdadero ó supuesto, destruyen órganos y vísceras cuyo destino nos es á los médicos, muchas veces descono- cido y que seguramente la naturaleza sabia siempre, no ha colocado sin darles funciones especiales. En un lugar de América, cuyo nombre—no diré romo Cervantes en el Quijote, no quiero acordarme—sino no puedo ó no debo acordarme, el abuso de las intervencic- nes llegó al extremo de alarmar á médicos y profanos. Había entrado, en aquella época y en el incógnito pais, la moda de los raspados, no por verdaderas necesidades, sino por un fin utilitario de los raspadores. Pudiéramos llenar un libro con las más chistosas anéc- dotas é historias muy sugestivas, del período en que se hizo de moda aquella intervención; que en la mayoría de los casos, no influenciaba lo más mínimo en la salud del paciente; pero que producía ganancias á los improvisa- dos especialistas. Alguien levantó su voz, dando el grito de alarma, por el abuso que se cometía con la cureta y los peligros que entrañaba aquella verdadera tala de epitelios y de muco- sas, de órganos que en vez de mejorar empeoraban, en no pocos casos, y el resultado fué excelente. Poco tiempo después, con rareza se ota mencionar al- eún caso justificado y en la actualidad sólo se realizan por aquellos competentes en estas materias y cuando realmente son necesarias, dichas intervenciones. La locura ó la manía en aquel sentido, dejó de ser eranjería de simuladores psicópatas para bien de la hu- manidad y buen nombre de los profesionales. Paréceme ver sonreír á alguno de mis colegas y hasta algún culto caballero, no médico, porque yo no doy otro calificativo más gráfico á los que abusan de su aparente 36 ANALES DE LA superioridad, respecto á conocer achaques de enfermos y la manera de curarlos. Por qué se preguntan, tratar á seres tan depravados como enfermos mentales, cuando más bien les correspon- dería el de embaucadores á mansalva ? Precisamente por la intensidad de la depravación, que sienificarían esos hechos, realizados por sujetos, sanos de espíritu. Meditemos un poco sobre el particular; no es sólo desde el punto utilitario que hav que considerar la cuestión. ¿Qué le importa al hombre adinerado, unos cuantos centenares más ó menos de pesos, en su presupuesto de imprevistos? pero no se trata de eso, trátase de las te- rribles horas, dias Ó semanas, que transcurren, laceran- do el corazón de un padre, de un esposo ó esposa. lio, etc.; mientras la sentencia mentirosa de uno de esos des- eraciados simuladores, pesa sobre la familia entera, ante el vaticinio de una espantosa enfermedad que ha de ser tratada por cruenta y peligrosa operación. Yo me pregunto á mi vez: ¿habrá sujeto aleuno, sano de espíritu y de cultura general, como debe de tenerla el médico, capaz de realizar actos semejantes, inspirándose solamente en una idea de avaricia ? No es posible sospechar siquiera, que pueda imaginar- se y llevar á la práctica acto tan repugnante, sino en el caso de ser un degenerado, de ahí, que yo los coloque en- tre los psicópatas, cuyo espiritu se encuentra en estado patológico; pobres locos razonantes, que escapan al có- digo, escudados con un titulo profesional. Entre los numerosos ejemplos de tipos de esta natu- raleza, que tenía recogido un profesor, de aquel lugar ignorado, pudiéramos agregar el del “farmacéutico y el cochero” del sugestivo cuento de mi buen amigo el doc- tor J. Antonio López del Valle, joven médico, cuyos tra- bajos sobre deontología, son muy recomendables y otro cuento muy antiguo, narrado en un libro viejo. En sín- tesis, el caso fué el siguiente: en la calle X de la ciudad H, existía un rico panadero, excelente sujeto, 1auy aman- te de su familia. La esposa del comerciante, joven y de exhuberante sa- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 37 lud, siente unas pequeñas molestias en la garganta y el esposo creyendo ser cosa insignificante consulta á un mé- dico marchante de la casa, éste, después de simular un detenido y minucioso examen llama á parte al interesado y le dice que su esposa está en peligro inminente, que lo que sufre es uno de los más peligrosos tumores malignos conocidos en la ciencia. El atribulado señor da muestras sinceras del gran do- lor que le produce la alarmante noticia, y en vez de lle- var á la enferma á casa de cualquier especialista, cie re- putación, suplica al simulador que no lo abandone en tan apurado trance, le ruega que se haga cargo de «levolver- le la salud, á su idolatrada compañera. Por indicación del mismo galeno simulador se llama á un joven médico, culto, ilustrado y con la honradez cien- tífica que le faltaba al otro. Examinada la lesión dice el simulador: esta señora no tiene nada, es una simple vegetación ó pólipo peque- ñísimo, bastará una cauterización para curarla. El doctor X se guarda de decir esto á los familiares y cita para la siguiente semana al médico consultado, el cual presencia escandalizado, los más estupendos «actos de simulación de riesgosa operación, que justifican, des- pués de un mes de asistencia, muchos centenires de pe- sos, como honorarios, por una enfermedad que :rubiera curado un especialista ó cualquier médico honesto, en una sola visita y una sola indicación. De los simuladores sugestionados protes:onales, poro debemos decir, porque es enfermedad común á ¿odos los países y se contagia fácilmente, si un fin utilitario acom- paña y exalta la sugestión. —Digalo si no la aterradora proporción que alcanza en algunos países la operación de la apendicitis, sin que en numerosos casos, el análisis his- tológico justifique la intervención, una vez realizada. Ya tenemos psicópatas tan cándidos que hacen prora- ganda por la operación preventiva del apéndice, como para evitar la probabilidad de quistes y otros males, tro- pezamos cualquier día con aleún loco que propanga la extirpación preventiva de órganos internos, consiguien- 38 ANALES DE La do con ello una degeneración total y hasta la extinción de la humanidad, si los profesionales y el público cuerdo no los detuvieran en su riesgosa pendiente. Conclusión:—Los tipos morbosos que á erandes ras” gos hemos bosquejado, son útiles á la humanidad, puesto que sus extravagancias y locuras crean los tipos amitté- ticos, tan necesarios á la armonía social. ¡Quiera Dios que mis palabras, cual simizntes fernn- dadas por terreno virgen, caigan en el corazón «le esa hermosa juventud médica llamada á sucedernos! ¡Ojalá que sin quebrantos en el duro batallar de la ca- rrera, llegue á la meta codiciada cada uno, con esfuerzo noble, honesto, sano y POR ADAPTACIÓN AL MEDIO, VEN- ZA SIEMPRE EN LA LUCHA POR LA VIDA! PROGRAMA DE LOS PREMIOS PARA EL AÑO DE 1906. PREMIOS DEL DR. ANTONIO DE GORDON Y ACOSTA A.—Consistente en una medalla de oro al mejor trabajo de Fisiología Práctica. Tema libre. B.—Consistente en una medalla de oro al mejor trabajo de Medicina Legal, relativo á cuestiones propias de Cuba. Tema libre. Condiciones generales: Las memorias de los que aspiren á los premios se reci- birán en la Secretaria de la Academia, calle de Cuba número 84 A. hasta las dos de la tarde del día 30 de mar- zo de 1906, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 39 Deberán ser inéditas; escritas en castellano, francés ó inglés, remitirse en pliego cerrado y lacrado con un lema en su cubierta. En otro pliego también cerrado y lacrado se enviará el nombre del autor, con el mismo lema de la Memoria en su cubierta. En la sesión solemne del 19 de mayo de 1906, se efec- tuará la adjudicación de los premios á los autores de las Memorias que resultasen premiadas, destruyéndose en ese acto los pliegos que contengan los nombres de los no agraciados. 40 ANALES DE LA Acta de la sesión pública ordinaria del 9 de junio de 1905. Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De mérito: Dr. Gabriel M.* García. De número: Dres. E. Acosta, J. P. Alacán, E. B. Barnet, I. Calvo, J. Le-Roy, R. Palacio, TI. Plasencia, M. Ruiz Casabó, J. A. Val- dés Anciano, P. Valdés Ragués, F. E. de Vildósola. Honorarios: Dres. C. Delgado, €. Donoso. Leídas las actas de las sesiones públicas ordinaria del 28 de abril y solemne del 19 de mayo, fueron aprobadas. El Secretario dió cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Gobernación, escritos números: 9848, 9849, 9852, 9860, 10066, 10067, 10068, 10251, 10252, 10273, 10535, 10542, 10543, 10544, 10545, 10546, 10557, 10558, 10791, 10792, 10811, 10812, 10813, 10922, 10923, 10934, 11279, 11278, 11283, 12134, 12217, 12332, 12335, 12346, relativos á pre- parados farmacéuticos. De la Secretaría de Hacienda, solicitando informe acerca de las substancias que puedan emplearse para desnaturalizar los aleoholes sujetos al Impuesto Especial. Del Congreso Médico Nacional, participando el voto de gracias que éste acordó á la Academia por la cordial protección dispensada al mismo durante los trabajos de organización y durante las se- siones. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, dando cuenta del re- sultado de las elecciones verificadas el 28 de abril, en cumplimiento del artículo 3.” del Reglamento. A la Secretaría de Hacienda, idem, idem, idem. A la Secretaría de Gobernación remitiéndole el informe aproba- do el 28 de abril, sobre el Fer Bravaas. A la misma, contestando escritos relativos á preparados farma- cénticos. Al Dr. Juan Santos Fernández, participándole su reelección para el cargo de Presidente de la Academia, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 41 Al Dr. Tomás V. Coronado, idem, idem, para el de Vice-Presi- dente. Al Dr. Gustavo López, idem, idem, para el de Secretario. Al Dr. Jorge Le-Roy, idem, idem, para el de Vice-Secretario. Al Dr. Francisco 1. de Vildósola, idem, idem, para el de Teso- rero. Al Dr. Enrique Acosta, participándole su elección para el car- go de Bibliotecario. Al Dr. Pedro Valdés Ragués, idem, idem, para el de Conservador de Museos. Antes de entrar en la orden del día el Sr. Presidente da cuenta del sensible fallecimiento del Académico honorario Dr. José Beato y Dolz, consagrándole una nota necrológica. Se entra en la orden del día ocupando la Secretaría el Dr. Le- Roy por pasar el Dr. Gustavo López á la tribuna para leer un Ix- FORME MÉDICO-LEGAL ACERCA DEL ESTADO MENTAL DE DON F.... KR... G..., interesado por el Sr. Juez de 1.2 Instancia del Distrito Sur de esta capital. El Dr. PD. F. Cubas, pregunta qué es lo interesado por el Juez. El Dr. López satisface la pregunta y lee de nuevo las conclusio- nes de su informe. Sometido á discusión fué aprobado por unanimidad. Fl Dr. José P. Alacán da lectura á un INFORME SOBRE VARIOS PREPARADOS FARMACÉUTICOS presentados por la Homogenic Tablets C.”; por la Dr. Le-Roy Medicine C.”; por la casa A. Cognet de Pa- rís; por la de Allcocks C.” y por Quesneville; informando en sentido favorable á su introducción, menos para los Gránulos de Formopilina de los que deben pedirse detalles de su fórmula, para poder infor- mar. El Dr. Cubas manifiesta que vota en contra, pero habiendo vo- tado en pro de la aprobación del informe tal como lo presenta el po- nente los demás Sres. Académicos, fué aprobado. El Dr. Alacán, en nombre del Dr. Arturo Bosque, que no ha podi- do concurrir, da lectura á otro INFORME SÓBRE PREPARADOS FARMA- cáurrcos de varias casas de París, cuya introducción y venta ha soli- citado el Dr. Sarrá, ante la Secretaría de Gobernación, en escritos fecha tres de mayo actual. Abierta discusión de este informe el 492 ANALES DE LA Dr. Donoso opina que todos los medicamentos deben ser recha- zados. | El Dr. Cubas se expresa, desde luego, en el mismo sentido, y aña- de que ninguno de los medicamentos que vienen á informe de la Academia deberían ser informados favorablemente. El Dr. Alacan manifiesta que muchos de los preparados que no pueden ser analizados debidamente, tienen sin embargo unas fór- mulas perfectamente conocidas y aceptadas por los facultativos y que se siguen usando por prescripción de éstos. El Dr. Delgado expone que todos esos productos deben de ser indicados por los facultativos. El Dr. Palacio manifiesta que ciertos preparados no pueden ser rechazados, por más que no puedan precisarse todos sus componentes, y que en ese sentido han sido aceptados muchos de ellos por esta Academia. El Dr. Plasencia, opina lo mismo y añade que resultaría muy gra- ve el que la Academia rechazase, por ciertas futilezas, agentes me- dicamentosos que se están vendiendo hace más de cincuenta años en esta capital. Se acuerda que los Dres. Alacán y Delgado redacten unas con- chusiones sobre la manera de ser aprobados esta clase de informes. El Dr. Manuel Delfín, que tampoco ha podido concurrir, remite tres INFORMES SOBRE PREPARADOS FARMACÉUTICOS á los que dió lee- tura el Secretario, siendo aprobados por todos menos por el Dr. Cu- bas, que manifestó su voto en contra, pidiendo constase así en el acta. po El Dr. Juan Santos Fernández cede la presidencia al Dr. Corona- do y da lectura á su trabajo anunciado cuyo título es: NUESTRO PU- BLICISTA SACO COMO PRECURSOR DE UNA OBSERVACIÓN OFTALMOLÓ- GICA. Concluída esta lectura, el Dr. Coronado cita el caso del ciego So- roa, contando algunas anécdotas relativas al mismo y otras del se- ñor Juan Arango, insistiendo sobre lo muy desarrollado que en és- tos se encontraba el sentido del espacio y haciendo con este motivo algunas consideraciones. El Dr. Santos Fernández manifiesta que al ciego Soroa lo había traído á esta Academia, asegurando que sufre de un criftostalmus y que el Sr. Arango tiene una atrofia total de la papila, careciendo por tanto absolutamente de visión. No habiendo más de que tratar, se dió por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 43 Nota necrológica del Dr. José Beato y Dolz POR EL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ (Sesión del 9 de junio de 1905) El día 24 de mayo último dejó de existir, á los 68 años de edad, víctima de la tuberculosis, el Dr. D. José Beato y Dolz, que ingresó como Académico de número el 27 de septiembre de 1874, y que pasó á la clase de hono- rario el 24 de octubre de 1897. A pesar de su delicada salud, concurrió hasta hace po- co á inocular la vacuna en los días que la Corporación tiene designados desde tiempo inmemorial para tan me- ritorio objeto. Fué contemporáneo en estudios, por los años de 1863 a 1867, en París, del ilustre ex-Secretario de la Acade- mia Dr. Antonio Mestre, quien en ésta le encargaba á nenudo informes y otros trabajos relacionados muy es- pecialmente con la obstetricia, asunto predilecto de su práctica profesional, por haber sido discípulo estimado del profesor Pajot en la Facultad de Paris. Su tesis para el doctorado versó sobre la fiebre puer- peral y su discurso de ingreso en la Academia sobre las hemorragias puerperales. Terció con frecuencia en las discusiones que aquí se suscitaron respecto de la Obstetricia y muy particular- mente en la extensa que se provocó á propósito de la con- ducta que debe seguirse cuando desprendida del cuerpo, queda retenida la cabeza del feto, en el claustro materno. Hijo de la Habana, y emparentado con distinguidas familias de esta capital, gozó de una buena clientela cinco lustros atrás; pero sus achaques le alejaron de ella como de las tareas de esta Corporación. Ocupó durante algún tiempo y en época en que era bien retribuida, la plaza de médico del teatro de Tacón, 44 ANALES DE LA hoy El Nacional, en el que han actuado notables artistas, y como antítesis singular el Dr. Beato tenía desde su ju- ventud la voz completamente velada por una perturba- ción de su laringe que le acompañó hasta sus últimos días. Desempeñó una plaza de médico en el antiguo Hospi- tal de Paula, que, como sabeis, por legado especial y ex- preso sólo puede ser servido por hijos de esta capital y nacidos intramuros de la ciudad precisamente. Como el fundador de la Academia y nuestro actual Jefe de Sanidad se distinguió siempre por su piedad ca- tólica. Descanse en paz el estimado compañero que para siem- pre nos ha abandonado, y guardémos el recuerdo de su labor y de su cooperación á eE obra en que estamos todos empeñados. INFORME MEDICO - LEGAL ACERCA DEL ESTADO MENTAL DE UN SUJETO POR LOS DRES. GUSTAVO LOPEZ Y TOMAS V. CORONADO (Sesión de 9 de junio de 1905) El Sr. Juez de Primera Instancia del Sur de esta ciu- dad en atentos escritos de 19 y 27 del mes de abril, se sir- ve interesar de esta Academia, se proceda á la observa- ción de don F... R... G... á fin de que se le manifieste cuál sea el estado mental del Sr. R... G... y si se en- cuentra ó no en condiciones y con la capacidad necesaria, de regir sus bienes, y para el caso de encontrarlo en la actualidad en posesión de su capacidad mental, informe si lo está en virtud de haber curado completamente, ó st solo goza de un intervalo lúcido, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 45 Por la Presidencia de esta Academia se nos ha desig- nado para llenar este cometido. Para'llevarlo á término, nos fué necesario á los que suscriben, examinar en variadas veces y ocasiones al se- ñor R... G... ya haciéndolo concurrir á nuestros gabi- netes de consultas, ya haciéndolo venir á esta Academia, ya visitándolo en su propio domicilio. En una y en otras ocasiones le hemos observado con libertad, le hemos visto á nuestra entera satisfacción, y adelantamos que siempre le hemos observado, procedien- do del mismo modo, comportarse de la misma manera, conducirse con idéntica propiedad y compostura. Siem- pre oportuno, siempre atento y fino, y siempre agrade- ciendo mucho nuestra deferente actitud para con él. Por los datos que hemos podido obtener, resulta que don F... R... G... es en la actualidad un señor que tiene 64 años de edad, que nació en la provincia de Ma- tanzas, y que su familia entera está libertada de todo an- tecedente acerca de enfermedades nerviosas y mentales. Se halla además exento de todo antecedente sifilitico y al- cohólico. Hijo de familia acomodada, desde la muerte .de su padre tuvo á su cargo los intereses de toda ella, los cuales hizo siempre progresar. Su ocupación, pues, no ha sido otra que los negocios, dedicando á ellos gran ac- tividad en toda su existencia, y habiendo dado siempre muestras de su sagacidad en las transacciones mercan- tiles. No ha sido hombre de gran cultura, no ha recibido una educación superior, habiéndose ilustrado bastante en los numerosos viajes que ha hecho á Europa y á los Estados Unidos, y en sus relaciones con las gentes de negocios. Conoce el francés y el inglés. Se cuenta de él que hace próximamente tres años, vi- viendo en el Hotel Pasaje, quiso suicidarse, lanzándose á la vía en los momentos de cruzar un tranvía, el cual solo le fracturó la clavícula izquierda, haciéndole además varias contusiones en la muñeca del mismo lado. Refiérese además, que en otra ocasión, en 9 de abril del año pasado, se disparó un tiro de revólver en la sién de- recha, con tal suerte, que el proyectil no interesó la cavi- dad craneana, produciéndole tan sólo lesiones graves y 46 ANALES DE LA JA Be a destructivas del ojo derecho, y la conmoción cerebral con- siguiente. En la primera ocasión, con verdadera prontitud fué poco á poco volviendo á su estado ordinario, haciendo vida activa, ocupándose bien pronto, otra vez, de sus ne- gocios, á los cuales atendía cuidadosamente. En la se- egunda ocasión, su estado delirante, parece que hubo de durar un poco más, pero al cabo, de esta situación ha ido saliendo, poco á poco, hasta encontrarse hoy completa- mente curado. Pero ahora, no puede volver á ocuparse de sus nego- cios, como lo desea, porque durante el tiempo de esta su última etapa delirante, fué declarado incapacitado. He aquí por qué se hace la consulta actual á esta Aca- demia. : Nosotros, que hemos observado cuidadosamente á este hombre, durante los días del mes de abril, durante todo el mes de mayo, y en los días que llevamos del mes ac- tual, confesamos que ibamos preparados, pensando en- contrarnos con un enajenado, y recibimos cierta sorpre- sa al tener que habérnoslas con un hombre razonador y atento, con un hombre lleno de corrección y de propiedad, ya sea en sus modales, ya sea en su trato con nosotros, ya sea en la natural cortesanía que resulta del encuentro de un par de caballeros. No quisimos hacer caso de aquella primera impresión : esperamos pacientemente otra, y otra después, y todas produjeron en nosotros el mismo efecto. Aun así no quisimos pensar que fuese cierta esta bon- dad mental observada. Y entonces nos dividimos para realizar la observación. Pero al cabo de diez días de esta labor, habríamos de reunirnos, y al reunirnos nos pusi- mos de acuerdo enseguida, por virtud del grado de natu- ralidad ó de buen orden, de verdadero fisiologismo en que encontramos las facultades mentales del sujeto que ob- servábamos. Véase si no: Examinado en sus facultades psicológicas, en las fa- cultades relativas al cálculo, nos encontramos, con que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 47 nada aparece mejor organizado que lo que á este punto se refiere. Examinado en todo cuanto hace relación con su me- moria, nos ha hecho ver que recuerda perfectamente, tanto los hechos remotos de su existencia, como aquellos que más recientes le son; tanto los asuntos relacionados con el orden numérico de fechas, etc., como los que se refieren á la memoria de lugares, á la de personas y nom- bres. En este punto el sujeto observado, recuerda perfec- tamente el suceso del tranvía, atribuyéndolo á un hecho casual. No así el suceso del revólver, al hecho de haberse él mismo disparado un tiro, pues este es el punto acerca del cual el sujeto ni recuerda, ni se dá cuenta de ello. Lo mismo ocurre con los hechos inmediatos á este suceso, de los cuales, no recuerda absolutamente nada. Es más tar - de, cuando este señor comienza á darse cuenta de la rea- lidad de las cosas, las cuales trae á su bienestar presente. Examinado bajo el punto de vista de sus instintos, nos encontramos, con que este hombre, como lo acreditan sus años, no acusa hoy verdaderas ideas eróticas; que tiene naturalmente amenguadas sus ideas de orden religioso, cosa á que no ha sido conducido por sus familiares y que no se ha cuidado él mismo de hacer prácticas en su vida; que tiene verdaderamente razonables sus ideas ambicio- sas, las cuales hoy puede asegurarse que están bien cir- cunscritas; y las ideas de adquisividad que hoy presenta, se reducen más bien á conservar el dinero que posee en la actualidad, á defenderlo de las asechanzas que la po- sesión del dinero suelen despertar, que á tener interés en su aumento, como lo ambicionaba en los años anteriores. Examinado bajo el punto de vista intelectual propia- mente dicho, tenemos en él á un sujeto que ofrece buena percepción de las cosas, que se sabe dar buena cuenta de todo cuanto á su alrededor tiene lugar, que sabe muy bien comparar y que raciocina con propiedad y con mucha oportunidad. Que no sea muy grande su inteligencia, bien se ve, pues que carece de la cultura extensa que para ello también resulta preciso; pero tiene la muy bastante, para poderse apreciar en él condiciones y buen grado de su juicio, de su voluntad y del objetivo de la vida. 48 ANALES DE LA Examinado en sus facultades afectivas, á este hombre tenemos que considerarle como que nunca las ha ofreci- do muy extensas, pues ha sido siempre muy corta su fa- milia, creyendo encerrarlas dentro de ella, no habiendo jamás tenido el cuidado de cultivarlas. No ofrece nuestro observado, ninguna alteración en su sensibilidad en general, ni desorden alguno del movi- miento. Este hombre pues, que es correcto en su conducta, que sabe muy bien guardar la compostura con todos los que trata, que sabe bien conducirse con verdadera propiedad, que sabe bien llenar con todos las atenciones sociales de- bidas, que se viste con la propiedad natural de sus años, y lógicamente todo en él guarda relación, desde su misina actividad cerebral hasta sus funciones orgánicas, resulta á nuestra consideración un hombre que disfruta del po- derío de su razón. Hoy por hoy, no tendriamos embara 3 en juzgarle y conceptuarle, con relación á sus años, como un hombre lleno de perfecta salud en general. Que este hombre tuviera hace tres años y consecutiva- mente á las lesiones hechas por el tranvía, unos días de etapa delirante, es cosa que vemos á diario y que está ocu- rriendo á todas horas. Que este mismo hombre al hucerse un disparo de revólver, ofreciera una etapa delirante, de la cual ese mismo disparo fuese.su iniciación, esto es, quie ha sido víctima de un proceso mental, eso también le ocu- rre, ó le puede ocurrir á cualquier mortal. Pero de que estos hechos, hayan terminado por la cura- ción del sujeto, es también cosa bien lógica y natural. DPe- ro no es lógico que esta locura sufrida, haya sido diag- nosticada de incurable, y que se haya ligado su existen- cia con lesiones de su aparato circulatorio, que están muy lejos de ofrecer la realidad con que se han estimado, ha- biéndose por este motivo apreciado del todo, incurable. Porque por otra parte, no ha podido sufrir este sujeto, una lesión mental ligada al grupo, de afecciones menta- les orgánicas, —dentro del cual figuran la parálisis gene- ral, la demencia senil y las demás formas de demencia que están en relación con el reblandecimiento cerebral, con focos hemorrágicos ó con la presencia de tumores—, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 49 porque estas lesiones son incurables, sus sintomas no de- saparecen nunca, y el sujeto se halla privado para siem- pre de su salud. Y aquí hay salud; este sujeto la ha re- cobrado á todas luces; luego su estado mental no puede ser apreciado como ligado á una arterio esclerosis, que está muy lejos de ser tan evidente, y que tampoco puede implicar necesaria y forzosamente, la aparición de aqiie- llos trastornos mentales. De modo, pues, que nuestro observado, es claro, es diá- fano, es evidente á todas luces, que sólo padeció de tras- tornos mentales de orden funcional, de los cuales está hoy completamente curado. Y por haberse tratado sólo de le- siones funcionales, es por lo que curó. Porque no huhicra curado, si ese trastorno mental hubiera estado ¡igado a una afección cerebral orgánica. Por todos estos motivos nos atrevemos á proponer á esta Academia las siguientes conclusiones: Primera.—Don F... R... G... tiene hoy día, un buen estado mental, encontrándose en condiciones y con capacidad necesarias para poder regir sus bienes y diri- gtr su persona. SEGUNDA.—Su buen estado mental de hoy, lo debe á haberse curado completamente, de la enfermedad men- tal que ofreciera. TERCERA.—Al consignar que hoy día se encuentra curado, el Sr. F... R... G..., expresado queda que no está bajo la influencia de un estado lúcido. INFORME SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión de 9 de junio de 1905) Se refiere á los siguientes: 1.7 De la Homogenic Tablets Co., N. York.—Table- tas homogéneas del Dr. R. Wil Kinson. 2. De The Dr. Le-Roy Medicine Co., y The $. T. 5) ANALES DE LA Pharmacal Co., de N. York: pastillas antúricas; hister- form; healine; formo y gránulos de formopilina. 3. Dela casa A. Cognet de París: cápsulas de Cog- net; hemoneurol de Cognet; grageas de hierro de Cognet y grageas de Dubourg. 4.” Dela Allcocks Míg. Co., N. York: pildoras del Dr. Brandreth; parches de Allcocks. 5. Dela casa del Dr. Quesneville: crema de bismuto de Quesneville; elicerolado de bismuto; nuevo vinagre de salud y jarabe de ioduro de almidón soluble. Este informe fué aprobado. INFORMES SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. MANUEL DELFIN —_—_—_— (Sesión de 9 de junio de 1905) Se refiere á los siguientes: 1.2 Dela The Palisade Manufacturing Co., kola Car- dinette; boroliptol, hemaboloides y hemaboloides arsenia- to (con estriegnina. ) 2. Dela The Arlington Chemical Co. N. York; yo- dopeptonoids. 3. Bálsamo pectoral Allen; pildoras sexine; Perry Davis Pain Killer; tabletas Palmo; emulsión de aceite de bacalao, sal efervescente de Davis; jarabe Weavers y Ferrovin. Estos informes fueron aprobados. » ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 51 NUESTRO PUBLICISTA SACO COMO PRECURSOR DE UNA OBSERVACION OFLAMOLOGICA POR EL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ (Sesión del 9 de junio de 1905) S1 ya no estuviese probado que el insigne bayamés doc- tor José Antonio Saco fué un gran filósofo, notable es- critor, sobre todo en el campo de la política y “el único li- terato cubano que se ha ocupado de cosas serias “al decir de Alteve Aumont, lo probaría el encontrar entre sus in- finitos trabajos la descripción de las maravillas realiza- das por un ciego, en la ciudad de su nacimiento, con la precisión y reflexión que en estos últimos tiempos lo han hecho escritores consagrados especialmente á la materia, y alguno de ellos, ciego de nacimiento y educado de acuerdo con los adelantos modernos acerca del particular cual le ha ocurrido á la Sizerane. He aquí la relación del ciego Serrano publicada en el extranjero, (París 1858) (1) por el ilustre cubano que debido á sus ideas avanzadas vivió menos en su patria que fuera de ella, á pesar de haber pasado de octogena- rio: “El ciego Serrano en Cuba”. En Bayamo, villa situada en el departamento orienta) de la Isla de Cuba, nació en la última ó penúltima decena del pasado siglo D. Mariano Serrano. Vástago de una familia muy decente y acomodada, tuvo la desgracia de ser atacado de la viruela á los pocos años de edad, y si bien escapó con la vida, reventáronsele los ojos, quedán- dole dos profundas cavidades, que nunca ocultó con es- pejuelos. Este hombre á quien yo conocí desde niño, es (1) Imprenta de D'Aubusson y Kugelmann. 592 ANALES DE LA por su tino admirable uno de los ciegos más extraordina- rios que se pueden presentar, y para darle á conocer, bas- ta la enunciación de algunas cosas que no solo le vi yo ha- cer, sino todos los habitantes de Bayamo. Este ciego que no sé si ha muerto ya, salia diariamente á la calle; pero jamás con lazarillo, pues su único guía era un bastón que llevaba en la mano. De este modo visitaba las familias de su amistad y recorría toda la población y aunque ésta, cuando él cegó no pasaría de 20,000 personas, estaba de- rramada sobre una superficie cuatro ó cinco veces más erande que la que ocupa en Europa una población de 1gual número de habitantes. A los inconvenientes de la distancia se le juntaba otra mayor, cual es la tortuosidad é irregularidad de las ca- lles; pero tanta era su destreza, que sin tropezar, ni titu- bear doblaba las esquinas y entraba en cuantas casas que- ría. S1 las personas de su amistad mudaban de habita- ción, él seguía visitándolas, sin necesidad de que nadie le condujese, ni aun la vez primera á la nueva morada. En Bayamo, para dar salida de los patios á las aguas llovedizas, se construyen caños subterráneos que las de- rraman en la calle, y salen por su boca con tanta fuerza, que excavando á veces el terreno al pie de ella, suelen quedarse estacionadas tormando charcos. Una tarde que había llovido, halláabase uno de éstos de- lante de la casa de una tía mía, á cuya puerta jugaba yo con otros muchachos, alcanzamos á ver á Serrano que venía en linea recta sobre el charco; y deseosos de que se mojara los pies, hicimos el más profundo silencio. El ciego prosiguió su marcha con paso firme; casi al enfrentar con nosotros se sonrió y sin tocar el agua con el bastón, apoyó la punta de éste del otro lado del char- co, y dando un salto, pasó sin mojarse con gran asombro nuestro ¿Cómo pudo saber este ciego que allí había un charco de agua? Sólo de dos modos y cada uno á cual más ex- traordinario, ó conociendo á palmo las calles de Bayamo ó teniendo un olfato tan delicado que el olor del agua le advirtiese su presencia. De que esto último puede suce- der, referiré un caso de que fuí testigo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 53 A dos leguas de Bayamo corre un riachuelo llamado Mabay que hace grandes y repentinas avenidas. Mi pa- dre tenía un esclavo criollo, hijo de padres también crio- llos que siempre le acompañaba en sus viajes al campo. Un día en que de éste volvían á la población con un tiem- po muy asentado, luego que llegaron á cosa de un tercio de legua de Mabay, el esclavo empezó á decir que le olía á agua y que creía que Mabay estaba crecido. Como el tiempo estaba claro y sereno y durante algunos días no había caído ni una gota de agua en aquella comarca, mi padre no prestó atención á lo que el esclavo decía; pero éste al paso que se iban acercando al riachuelo, se confir- maba más y más en su primera idea; y cuando llegaron á él reconoció que el olfato no había engañado al esclavo. La experiencia enseña que este sentido se embota ge- neralmente con la civilización, mientras que se afirma, y á veces de un modo prodigioso en hombres y tribus sal- vajes. Pero volvamos al ciego. El no sólo -andaba á pie sin guía ni compañero, sino también á caballo, montando indistintamente los propios y agenos, así en los campos, como en la población. En las fiestas de San Juan y Santiago que se celebran en Bayamo y en las que entonces corrían desaforada- mente por las calles millares de personas á caballo, Serra- no tomaba parte sin que le arredrasen los peligros ni las desgracias que á veces ocurrían. De este hecho la po- blación entera de Bayamo me sirve de testigo. Encontréle también un día á cuatro leguas de la po- blación, yendo solo en un caballo negro, para una ha- cienda de su padre. Contaba yo esto á un médico francés amigo mío, Dr. Luis Bertot, casado con una señora espa- ñola de Santo Domingo y establecido en Bayamo con to- da su familia; y después de haberme oido me refirió asombrado lo que una noche le sucedió con Serrano. Como rara es la casa de alto que hay en Bayamo, Ber- tot habitaba en una baja. Cenaba con su familia en la sala cuya puerta principal daba á la calle. Oyó venir por ella un caballo á toda brida, que el g1- nete empezó á recoger según que se acercaba á la casa, y parando de reperite, y aun llegando á meter el caballo p> 54 ANALES DE La la cabeza en la puerta, Bertot ve y oye á Serrano que le decía : “Sr. D. Luis, en mi casa hay un cnica de gravedad. Hágame usted el favor de ir allá ahora mismo” y obteni- da que hubo una respuesta favorable, volvió la rienda, y se marchó á escape en rumbo de su casa, que estaba algo distante y en calle diferente de la del médico. Que este ciego recorriese á pie las calles de Bayamo é hiciese visitas, bastante asombroso es; mas al fin él po- día medir con sus pasos las distancias que andaba. Pero en el presente caso, ¿cómo pudo, corriendo á caballo gra- duar con tanta precisión la distancia que mediaba entre su casa y la del médico? Y no se diga que el caballo lo conduciría; porque ni Serrano tenía caballo particular, puesto que montaba en cualquiera ó aun cuando lo hu- biese tenido, él jamás había visitado la casa de Bertot, siendo por lo mismo imposible que el caballo hubiese ati- nado con ella. Ultimamente hallándose una vez en la hacienda de su padre, hizo que un negro de su confianza le mancornase dos yuntas de novillos; y como deseaba venderlas sin noticias de su padre, fué á ocultarlas con el criado en la espesura de un monte. Seguro ya de su presa, se marchó á buscar un comprador, y cuando lo hubo encontrado vol- vió solo, con éste á enseñarle el paraje donde estaban los novillos. Otros rasgos admirabies de D. Mariano Serrano pu- diera yo consignar aquí; pero bastan los mencionados para que se le tenga por uno de los ciegos más extraor- dinarios. Su nombre y sus prodigios solamente son conocidos de los habitantes de Bayamo; pero la memoria de tal hom- bre exige un recuerdo especial para que no quede como hasta aquí sepultado en el olvido.” Nosotros que tuvimos la suerte, cuando contábamos sólo 25 años, de conocer á esta gloria legítima. de nuestro suelo, que le visitamos en el boulevard Saint Michel, en (1) Este artículo está citado en la obra de D. José Antonio Saco, titulada: “Colección de papeles científicos, históricos, pa y de otros ramos sobre la Isla de Cuba.” En la página 153 del tomo 2* : ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 55 París, donde residía por 1872 y nos extasiábamos en ad- mirar aquel gigante de la inteligencia que sólo tenía una pequeña estatura y unos ojos tan diminutos que contras- taban con la penetración de su mirada capaz de ver en las conciencias, estábamos muy lejos de pensar entonces que al través de los años habíamos de recordar aquellas visitas, exponiendo algo de lo que produjo su talento, en esta Academia de Ciencias, á cuya fundación contribuvó y en cuyo salón principal fué expuesto su cuerpo, perfec- tamente embalsamado y conservando el parecido exacto, en 1880, al ser traído de Barcelona, donde falleció, cuan- do publicaba sus últimas obras. Nos satisface reproducir la historia del ciego Serrano porque á la vez que traemos á lugar apropiado un dato científico que cada cual aprovechará en su oportunidad, cumplimos de cierto modo la recomendación del sabio bayamés compendiada en los últimos renglones de su re- lato: “la memoria de tal hombre (refiriéndose al ciego Serrano) exige un recuerdo especial para que no quede como hasta aquí, sepultado en el olvido.” 56 ANALES DE LA Acta de la sesión pública ordinaria del 28 de junio de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De mérito: Dr. Carlos J. Finlay. De número: Dres.: J. P. Alacán.—G. Alonso Cuadrado.—E. B. Barnet—D. F. Cubas.—G. Duplessis.—V. de la Guardia.—J. Jacobsen.—J. Le-Roy.—E. Pardiñas.—I. Plasencia.—M. Ruiz Casabó.—J. A. Valdés Anciano.—P. Valdés Ragués. Honorarios :—Dres.: M. S. Castellanos y C. Delgado. Leída el acta de la sesión anterior (9 de junio) fué aprobada. El Secretario dió cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones : Entrada.—De la Secretaría de Hacienda, reiterando la súplica formulada en 28 de abril relativa á la desnaturalización de los alcoholes sujetos al Impuesto del Empréstito. De la Audiencia de Matanzas, solicitando informe en causa nú- mero 90-1905 del Juzgado de Alacranes, por homicidio por arma de fuego. Del Dr. José P. Alacán, aceptando la ponencia que se le enco- mendó en el informe sobre la desnaturalización de los alcoholes. 'De los Dres. Juan Santos Fernández, Tomás Coronado, Gustavo López y Gonzálo Aróstegui de haber prestado guardia de honor al cadáver del General Máximo Gómez. De la Secretaría de Gobernación, escrito número 13584 autori- zando la venta en esta Isla de la preparación farmacéutica deno- minada Tritipalm. Del Dr. Tomás Vicente Coronado, escusando su falta á la se- sión. Salida.—Al Juez de Primera Instancia del Sur, remitiéndole in- forme aprobado el día 9 de junio acerca del estado mental de don ¡A ES SA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA JU |] Al Jefe de Sanidad de la República, devolviendo un pliego y pa- quete que le acompaña, que por error fué enviado á esta Academia. Al Dr. Emilio Pardiñas, acompañándole el informe del Dr. Car- los Moya relativo á la Digestina, que á su petición quedó sobre la mesa. A la Secretaría de Hacienda, acusándole recibo del recordatorio que sobre el informe de la desnaturalización de los alcoholes solici- tó dicho centro. Al Dr. José P. Alacán, nombrándolo ponente para informar sobre lo anterior. Al Dr. Ignacio Plasencia, nombrándolo para contestar el discur- so de recepción del Académico Dr. Gustavo G. Duplessis. A la Audiencia de Matanzas, acusándole recibo del escrito en que solicita informe en causa por homicidio y haciéndole saber que se ha nombrado ponente y dado las órdenes oportunas para que la Comisión de Medicina Legal se reuna y evácue dicho informe para el día 23, pues antes no podrá celebrar sesión la Academia. A la Secretaría de Gobernación, remitiendo los informes apro- bados el día 9 de junio, sobre preparados farmacéuticos. Designando para prestar guardia de honor al cadáver del (rene- ral Máximo Gómez, expuesto en el Palacio de la Presidencia de la República, á los Dres. Juan Santos Fernández, "Tomás Coronado, Gustavo López y Gonzalo Aróstegui. Entrando en la orden del día, el Sr. Presidente concede la pala- bra al Dr. Jorge Le-Roy para leer su informe anunciado, sobre Hr- RIDA POR ARMA DE FUEGO.—Este informe fué aceptado por todos y por tanto aprobado. Se concede la palabra al Dr. José P. Alacán para dar lectura al INFORME ACERCA DE LA DESNATURALIZACIÓN DE ALCOHOLES, intere- sado por la Secretaría de Hacienda. El Dr. Emilio Pardiñas, teniendo en cuenta la mucha importan- cia que entraña el presente asunto, pide á la Academia nombre una comisión para que lo estudie de nuevo y emita informe. El Dr. Alacán le arguye leyendo la comunicación de la Secreta- ría de Hacienda, donde se pide el presente informe y se expresa la urgencia del caso. A pesar de ello insiste el Dr. Pardiñas, en que la Academia deje nombrada una comisión que lo estudie, toda vez que por lo mismo que se trata de un asunto relacionado con el impuesto, tiene sumo interés, 58 ANALES DE LA Los Dres. Domingo F. Cubas y Claudio Delgado apoyan lo pro- puesto por el Dr. Pardiñas. La Presidencia expone también su criterio en igual sentido y pro- pone el nombramiento de una comisión compuesta de los Dres. (. Alonso Cuadrado, E. Pardiñas y J. P. Alacán.—Así se acuerda, aceptando la designación mencionada los señores designados que están presentes y se acordó oficiar á la Secretaría de Hacienda co- municándole la causa de la demora sufrida en el informe que inte- resa. Ocupa la tribuna el Dr. Enrique B. Barnet quien en nombre del Dr. Carlos J. Finlay lee el trabajo anunciado sobre IMPORTANCIA DE CIERTOS FACTORES SECUNDARIOS EN EL DESARROLLO DE LA TUBER- CULOSIS PULMONAR Y EN EL DE LA MORTALIDAD PRODUCIDA POR LA MISMA. , La Presidencia felicita al Dr. Carlos J. Finlay por su bella la- bor y dá por terminada la sesión ordinaria, quedando la Academia constituída en sesión extraordinaria para la recepción oficial del Dr. Gustavo G. Duplessis. INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA POR HERIDA DE ARMA DE FUEGO POR EL DR. JORGE LE-ROY Y CASSA (Sesión del 23 de junio de 1905). El señor Presidente de la Audiencia de Matanzas con fecha 13 del actual solicita de esta Academia, se le infor- me, como prueba documental en causa por homicidio nú- mero 90-1905 del Juzgado de Alacranes, “si un disparo “que se realiza contra un individuo con un revólver cali- “bre 32, á veinte pasos de distancia, puede producir el “proyectil una herida que presente bordes quemados y en “caso negativo, á qué distancia, poco más ó menos, ha de- “bido hacerse el disparo con un revólver calibre 32 que “haya producido el proyectil una herida que presente “bordes quemados.” Dos cuestiones técnicas se presentan á la resolución de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 59 la Academia.—La primera si á veinte pasos de distancia un proyectil lanzado por un revólver calibre 32 puede producir una herida de bordes quemados. A esta pregunta podemos contestar, desde luego, nega- tivamente, pues á esa distancia el proyectil lanzado por el cañón de un arma de ese calibre, no produce quemadu- ras en los bordes de la herida. La segunda pregunta es menos precisa, pues trata de determinar la distancia á que se ha realizado el disparo para producir el proyectil una herida de bordes quema- dos.—Ante todo, debemos aclarar lo que se entiende en medicina legal por bordes quemados, ó en otros términos, describir los caracteres que presenta una herida produci- da por arma de fuego disparada á muy pequeña distan- cia. A más de la forma generalmente circular ú ovalada del orificio de entrada de la bala, se encuentra una colora- ción amarillo-rojiza, parda Ó negruzca, de sus bordes (según la clase de pólvora); el tatuaje producido por la incrustación de los granos de pólvora incompletamente quemados y el chamuscamiento de los vellos, pelos ó bar- ba de la región afecta ó verdaderas quemaduras de diver- sos grados producidas por la inflamación de los tejidos que forman los vestidos, sin contar con los desgarros que pueden producir los mismos gases originados por la con- flagración del explosivo y que cuando el disparo es á muy corta distancia, infiltrándose en los tejidos, puede hacer- los estallar. Desde luego. que en el caso presente, podemos prescin- dir de las consideraciones relativas á las distintas clases de armas de fuego, pues se especifica que ha sido un re- vólver y de calibre 32; pero no se dice de qué fabricante, ni de qué fecha su construcción, lo que nos hubiese permi- tido conocer la clase de pólvora empleada, su cantidad y la naturaleza del proyectil y su peso; con estos datos, á falta del arma original, que es con la que se debe operar, hubiéramos podido establecer una serie de experiencias que nos hubieran conducido á positivos resultados; pero, ya que nada se nos ha remitido, nos contentaremos con someter á la ilustrada consideración de los señores aca- démicos algunas experiencias y observaciones practica- 60 ANALES DE LA das por distinguidos médicos legistas que se han ocupado de este asunto. Tourdes con un revólver sistema Lefaucheux de 0'009 m. de diámetro, notó que á unos 0'50 m., ya no había in- erustación ninguna. El tinte negruzco de la pólvora que- mada es muy visible á 0'15 m.; la mancha es mayor, pero menos obscura á medida que la distancia aumente; á 0'40 m., ya no existe ó es muy ligera. Con un revólver Lefaucheux también, pero de 0'007 m. de diámetro, Desfossés observó que el tatuaje se efec- tuaba á 0'32 m. de distancia, que los pelos se chamusca- ban á 0'08 m. de distancia y las ropas hasta 0'18. Lerroux y Gastinne-Renette en el asunto Godefroy operando con un cachorrillo de dos cañones rayados, del mismo sistema y de 0009 m. de diámetro, concluyeron que á 0'13 m. el tatuaje y la quemadura se comprueban fácilmente “aún después de lavar la parte; que es proba- “ble ocurra lo propio á 0'20 m., signos que disminuyen “considerablemente á 0'30 m.; casi desaparecen á 0'50 m. “y, por fin á 0'8S0 m. de distancia aquellos efectos casi “siempre son nulos.” (Vibert). En un asunto en que intervino Vibert con Gastinne- Rennette de una mujer que se había acribillado el rostro con granos de pólvora desde la barba hasta la raíz del pelo disparándose un cachorrillo cargado con perdigones y enorme cantidad de pólvora gruesa, resultó que el tiro fué disparado á 0'30 m. de distancia y no había vestigios de quemaduras. “Con un revólver americano de cuatro tiros y cargado “con pólvora gruesa, vió Tourdes que á la distancia de ““un metro se engastaban los granos de pólvora en gran “cantidad y en una extensión de 0'25 m.; aun se incrus- “tan aquéllos á la distancia de 1'50 m. con el mismo re- “vólver, y á un trecho de 0'50 m. se inflama una hoja de “papel. —Con motivo del proceso Peytel, fué nombrado “perito un capitán de artillería en 1839, y comprobó que “con una pistola de arzón había que disparar á 0'16 m. lo “más léjos para chamuscar las pestañas y cejas de un c:1- -dáver. Disparando con la misma pistola sobre una ho- ja de papel que contenía cabellos, notó que, á la distan- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 61 “cia de un metro, los granos de pólvora la atravesaba “sin chamuscar los cabellos, á 0'32 m. los pelos ofrecían “vestigios de quemaduras, á los 0'16 m. estaban comple- “tamente carbonizados y el papel amenudo inflamado-” “En suma, con un revólver ó pistola puede ocurrir la “quemadura de ropas y cabellos hasta una distancia de “0'32; los productos de combustión se depositan hasta los 00 m., y la incrustación de los granos de pólvora se “realiza á la distancia de 150 m. á 2 metros. Pero estas “cifras son muy vagas, y así, cuando se trata de fijar por “centímetros la distancia á que se verificó el disparo, no “podrá resolverse la cuestión sino merced á repetidas “pruebas con la misma arma, con los mismos cartuchos “y en circunstancias muy parecidas á las del caso.” “"Pambién importa añadir que los vestigios que deta el “disparo á quema ropa 6 á boca de jarro no son constan- “tes. La penetración de los granos de pólvora en la piel “puede faltar aunque se descargue sobre la piel desnuda, “según hemos tenido ocasión de comprobar en muchos “suicidios.” (Vibert). p Pudiéramos multiplicar las citas de los autores que de esta materia se han ocupado, pero como, repetimos, no hemos hecho las experiencias apropiadas, por no tener el arma ni los cartuchos de la causa cuyo juicio se celebra, nos contentamos con lo expuesto y proponemos á la Aca- demia las siguientes conclusiones: Primera.—Que en un disparo que se realiza contra un individuo con un revólver calibre 32, á veinte pasos de distancia no puede producir el proyectil una herida que presente bordes quemados; y Segunda.—Que la distancia á que ha debido realizarse dicho disparo con un revólver calibre 32 (sin especificar ni su fabricante, ni la fecha de construcción, ni la clase de pólvora, ni ninguna de las otras circunstancias nece- sarias al peritage) poco más ó menos es desde la salida del cañón hasta un metro ó metro y medio. 62 ANALES DE LA sa E IMPORTANCIA DE CIERTOS FACTORES SECUNDARIOS EN EL DESARROLLO DE LA TUBERCULOSIS PULMONAR Y EN LA MORTALIDAD. PRODUCIDA POR LA MISMA () AMPLIACION DEL MISMO ASUNTO PRESENTADA EN LA SESION DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA, EL 23 DE JUNIO DE 1905 POR EL DR. CARLOS J. FINLAY Por tratarse de un asunto que considero de interés pa- ra la salud pública de la nación, creí cumplir un deber al presentar al Primer Congreso Médico Nacional Cubano, celebrado en esta ciudad el mes próximo pasado, una Nota Preliminar acerca de la importancia de ciertos fac- tores secundarios en el desarrollo y la mortalidad de la tuberculosis pulmonar, á reserva de ampliar después en alguna otra ocasión, como la presente, el motivo y los fundamentos de aquella Nota, cuyo texto es el siguiente: “Entre las enfermedades humanas ninguna ha sido quizás objeto de tan minuciosos estudios por parte de ios más eminentes médicos, clínicos, patólogos, bacteriólo- gos, y epidemiólogos, como la tuberculosis pulmonar no obstante lo cual y á pesar de los continuos esfuerzos aún en los paises más adelantados en cuestiones de higiene, esta enfermedad sigue figurando, en tiempos normales, á la cabeza de las causas de defunción.” “He llegado pues, ápreguntarme si en nuestro afán por evitar que los sanos se infecten con los bacilos que por todas partes esparcen los enfermos, no se ha descuidado demasiado otra precaución más perentoria aún, según mi modo de ver, cual es la de eliminar tanto para los en- fermos como para los sanos, todo lo que tienda á paralt- (*) Nota preliminar leída ante el Primer Congreso Médico Nacional Cu hano. celebrado en la Habana, del 20 al 24 de mayo de 1905. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 63 zar en el cuerpo humano los recursos naturales de que éste se halla dotado para defenderse contra la invasión y el arraigo de la infección tuberculosa.” “Los dos recursos principales de que el organismo hu- mano dispone para defenderse contra la agresión del ba- cilo de Koch, son: 1.—Las funciones tagocitarias de los leucocitos, y 2.-—El estímulo hacia la proliferación que experimen- tan las células del tejido conjuntivo bajo la acción sinul- tánea de las secreciones extra é intracelulares del bacilo; haciendo una de esas secreciones el papel de complemen- to para con la otra.” “Bajo la influenciade dicho estímulo las células conjun- tivas proliferan hasta edificar alrededor de los bacilos una cápsula, la cual por una parte, proteje á los bacilos contra la avidez de los fagocitos, y por otra, restringe la multiplicación de los bacilos aprisionados en su interior y la trasudación de sus secreciones hacia los tejidos ad- pOepuaS: Si “La protección que el enfermo obtiene con la encapsu- lación del foco bacilar suele, sin embargo, ser precaria por cuanto si llega á establecerse en su proximidad algún foco de bacterias piógenas, éstas, por medio de sus pro- piedades necrotizantes y ulcerativas podrán destruir las paredes de la cápsula protectora. Así quedarán libres los bacilos que aún permanezcan vivos, se multiplicarán y, con la protección que suele procurarles la asociación con bacterias piógenas contra los fagocitos, llevarán á cabo la obra destructora en los tejidos adyacentes y la forma- ción de nuevos focos, bien en otras partes del cuerpo del mismo enfermo, bien en el exterior con partículas del cul- tivo mixto, tuberculoso-piógeno, que por cualquier medio hayan sido transportadas desde su sitio primitivo.” “En conclusión, estimo ser lo más esencial para evitar el desarrollo y la mortalidad de la tuberculosis pulmonar, colocar á los pacientes y á los sanos en condiciones que les permitan el respirar un aire puro y libre de las contami- naciones urbanas, á fin de evitarles la inhalación de las bacterias piógenas esparcidas por el aire, incluyéndose en esta categoría no tan solo los estafilococos y estrepto- 64 ANALES DE LA cocos sino otros que son también productores de pus, co- mo verbigracia el micrococo de Friedlander y el bacilo de Frankel, Pel coco-bacilo de la gripe, el tetrageno de Gaff- ky, y algunos otros de suyo quizás poco temibles”. La causa que me indujo á presentar la Nota Prelimi- nar que acabo de leer fué la dificultad que siempre encon- tré de poder explicarme las fluctuaciones observadas en la cifra de mortalidad por tuberculosis en el término mu- nicipal de la Habana, durante los últimos seis años, á no ser mediante la intervención de dichos factores secunda- rios que he mencionado en aquella Nota. Debo hacer presente, sin embargo, antes de asentar mi tesis, que aunque mis conclusiones se refieren solamente a la tuberculosis pulmonar, las cifras que presento más adelante comprenden todas la forma de la enfermelad, de manera que sea posible establecer el cotejo entre los años recientes (á partir de 1900) durante los cuales se han registrado separadamente en la estadística las distin- tas formas de la tuberculosis, y los años precedentes en que no se consignó tal distinción. No obstante, es tan evidente la preponderancia de la forma pulmonar sobre todas las otras que, la inclusión le éstas no afecta sensiblemente á las conclusiones. Por otra parte, en obsequio á la exactitud de la con:pa- ración estadística, las defunciones por tuberculosis ocu- rridas en Regla no han sido incluídas en las cifras perte- necientes á la Habana, toda vez que Regla no fué incor- porada á este término municipal sino en noviembre de 1901. Merced á los valiosos datos recogidos por el Ir. Torge Le-Roy, Jefe de Estadística General de la Junta Superior de Sanidad, y por el Sr. Jesús Pardiñas, del Negociado de Estadistica del Departamento de Sanidad de la Haba- : na, me ha sido dable ofrecer el cuadro siguiente, en que se presenta la mortalidad anual por tuberculosis y por viruela, en el municipio de la Habana, durante los 33 años últimos, Ó séase desde 1872 á 1904, ambos inclusive. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 65 e CUADRO IN DMT MORTALIDAD ANUAL POR VIRUELAS Y POR TUBERCU- LOSIS EN EL MUNICIPIO DE LA HABANA AÑOS VIRUELA TUBERCULOSIS AÑOS VIRUELA TUBERCULOSIS O — > _ ——_—_— _—— _-——— 1872 174 1415 1889 7 1382 1873 47 1339 1890 12 1606 1874 772 1467 1891 151 1563 1875 711 1466 - 1892 0 1528 1876 160 1714 1893 8 1342 1877 97 1747 1894 216 1314 1878 1225 1714 1895 181 1623 1879 923 1733 1896 1004 1578 1880 446 1629 1897 1404 1926 1381 706 1679 1898 168 2795 1882 1 1427 1899 4 1281 1883 5 147 1900 2 sól 1884 1 1497 1901 0 897 1885 0 1239 1902 0 929 1886 0 1187 1903 0 998 1887 1654 1527 1904 ] 1125 1888 950 1336 El objeto de este cuadro es para comprobar si los nú- meros confirmarían mi presunción de que cualquier cir-' cunstancia que aumente de manera notable la cantidad de bacterias piógenas en una localidad determinada debe aumentar también en la misma localidad el número de casos confirmados de tuberculosis pulmonar, así como la cifra de mortalidad por esta afección. Y no puedo imaginar, en verdad, ninguna otra cir- cunstancia que deba contribuir de un modo tan evidente al aumento de la cantidad de gérmenes piógenos en una localidad, como la presentación de una epidemia de vi- ruela. Cada sujeto atacado de esta enfermedad constitu- ve la más prolífica fuente de tales bacterias, v la inmuni- dad contra el gérmen especifico no proporciona defensa aleuna contra las bacterias piógenas contenidas en cada pústula. Mientras no tengamos dato alguno acerca de las te- chas de invasión y duración de los casos mortales de tu- berculosis, tratándose de una enfermedad que raras ve- ces termina en el mismo año de la invasión, no es fácil 66 ANALES DE LA que el máximum de influencia de la viruela sobre el desa- rrollo de la tuberculosis se revele desde el comienzo de una epidemia variolosa. Y débese además tener en cuen- ta que la producción de bacterias piógenas no habrá de proceder únicamente de los casos mortales de viruela sino también de los casos benignos de variola vera aún en los sujetos parcialmente inmunizados. Con esas salveda- des estimo que el Cuadro núm. 1 confirma la tesis que sos- tengo. En efecto, la menor mortalidad por tuberculosis, re- cistrada durante el periodo colonial (anterior á 1899), ocurre en los dos años consecutivos de 1885 y 1886, en que no se registró muerte alguna por viruela, habiéndose inscripto tan sólo 7 en todo el quinquenio correspondien- te (1882 hasta 1886). Mientras que las cifras de mucrtes por tuberculosis superiores á 1600, ocurrieron exclusiva- mente, primero, en una serie de seis años consecutivos (1876 hasta 1881) en que jamás cesó de hacer estragos la viruela y luego, durante la guerra última (1895 hasta 1898) habiéndose declarado una epidemia muy intensa de viruela en 1896 y 1897 y una mortandad enorme por tuberculosis en los años de 1897 y 1898. El punto más importante, sin embargo, y el que me ha decidido á hacer un estudio cuidadoso de la materia, es el cambio sorprendente experimentado después del mes de abril de 1899, en la mortalidad por tuberculosis. Como puede verse en el cuadro adjunto (N.” 2) la cifra de mortalidad por tuberculosis en la Habana, durante los años 1897 y 1898, fué extremadamente elevada, des- pués de la grave epidemia de viruela que hizo sus estra- gos en 1896 y 1897 durante los horrores de la reconcen- tración: Cuando en enero de 1899, el Gobierno Militar de los Estados Unidos tomó posesión de la Isla, una de sus pri- meras atenciones fué la de celebrar un contrato con los médicos de todas las localidades para que de casa en casa procediesen á vacunar á cuantas personas no estuviesen inmunizadas contra el terrible azote. Unos cuantos casos aislados de viruela continuaron presentándose, no obs- tante, hasta julio de 1900, desde cuya fecha no sólo la 2 CUADO: NUI. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ny A OLIBIP OIP3UOXJ (0237) E Odn1Dl o 66.3'""""'"OLBIP OIp3w1O1J (TISE) Y Odna19f TS.P"""OLIBIp Orpauoxa (8139) E odnigl... PLp"""""""OLIVIP Orpauo1g (2906) y odn1of *OLIBIP OTP9MOI] 9P SOUTUIIO] UY Á y sodn.13 so[ 9p JOJEA (F0-668T) SOUT SIAS (86-068T) SOUB JAIMN 80.8 | Sart 6 $8 66 26 96 38 $8 S6 FOL LOI 08 ZO 15 SPOT | $l.3 | 866 G8 68 44 16 28 9% 19 18 06 26 FS G6 “2 "6081 | FSS | 636 62 GS IS 96 98 98 9 Gl SS 28 F9 28

“6081 | 99.» | ezzer | ezer | ezer | 6981 | sezt | 6181 | 2831 0611 | 6331 | 2811 | 2831 | €stt | e6e1 |"“1vzoJ, 99:4. | <6Z% c04 66 426 Sez LvG Es3 , 061 EGG 60% S<26 $S%3 083 | 5 808T GSM 9E6EÉ | 168 6lg Ti peso) 21 [ets M2P17 (8 PTE (2er (260 1268, 381 |: E" E2681 TED] 828 | 2pT |-631 [6681 | 9pT >| 28l=| E8L. (SIT | 611. | 98: 46- -(-SPI | 891 |""""0:9681 $7P7|829T- | 89 [E6PT 43261 3] 821 | 691=| ZOr= Peer |.Z6 > (815 leml liz6. ear rs C681 0%.E=| PIS. | ISE PORE deLal ., 29 $ELD| 8631 22 2 BENI GOD PETER « TÓL ol SL 10 FP68r IES EPEL | 665 (5400 DP 396. | 16 El“811 | SOL= | SITE [T83le [LerL “RO00L- | 9er | 1 Ce68r ra BEe a | ae Lcd 44961 081 Al 015 | BOÍZ SEL DTO ITA PEPE AEPET a ZO 3681 Se Pal s99L. | 20D (IL 68 << grT Sl 9er] 881 | 961 =|28pT o |56pr JE9 E Eo Ol se at 1681 [OR F=| 909 [U8T | ISP 11 “| HGL=| 8813 | S9T= | ¿2T=| LUIS [031 [20PE poB1 | gor put 0681 E ATI EEE ojip | EVIL, | A O A E O A o E 01p9m01J No Ss S s = le pe pi 4 3 = vO6! 43sey 0681 Spsap “eBay e opusAn¡oxa 'eueqeH e] 2p ordi91un ¡a ¡9 US sepel3si¡ Boy SISOINISYISGNL YOdA SILEINIW 68 ANALES DE LA Habana, sino la Isla toda, han permanecido exentas de la enfermedad. Asi pues, la influencia de este factor no puede de nin- gún modo tomarse en consideración para darse cuenta de las fluctuaciones en las cifras de mortalidad por tuber- culosis, en el municipio de la Habana, desde enero de 1899 á diciembre de 1904, como se ve en el cuadro nú- mero 2. Obsérvase en este cuadro que la mayor mortalidad por tuberculosis registrada en los dos años anteriores con- tinuó durante los meses de enero, febrero, marzo y abril de 1899; pero que después de esta fecha ocurrió un cam- bio repentino. El promedio diario de defunciones por tu- berculosis en los años 1897 y 1898 fué de 5,27 y 7,66 res” pectivamente. Durante los cuatro primeros meses de 1899, considerados en conjunto, continuó en 5,56; pero en los ocho meses subsiguientes de aquel año, el pro- medio diario de muertes por tuberculosis, descendió á 2,50. En el siguiente año (1900), solo se registraron 851 defunciones por esta causa de muerte, lo que acusa un promedio diario aún menor: 2,33. Se dictaron por el Gobierno Interventor algunas medi- das contra la propagación del bacilo de Koch, entre otras la prohibición de escupir en los lugares públicos: aceras, vehículos, etc.; más no fué sino hasta principios de 1902 que se inició una campaña verdadera en este sentido, es- tableciéndose la Liga contra la Tuberculosis y el Dispen- sario Especial del Departamento de Sanidad para enfer- mos del pecho, campaña sostenida después desde la pro- clamación de la República, en mayo de 1902, por nuestro Departamento de Sanidad con una serie de medidas, cada vez más extensas, contra la diseminación del bacilo tu- berculoso. Y á pesar de que la cifra total de mortalidad por todas causas ha ido progresivamente decreciendo en el munici- pio de la Habana, y de haber permanecido libre de toda enfermedad cuarentenable y de epidemias graves, el pro- medio diario de defunciones por tuberculosis, que había descendido á 2,33 en 1900, vuelve á subir gradualmente ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 69 de este modo: á 2,45 en 1901, á 2,54 en 1902, á 2,73 en 1903, y, por último, á 3,08 en 1904. Y la única causa que me ha sido dable descubrir y á la cual se debe tanto el rápido descenso de la mortalidad por tuberculosis en 1899 y 1900, como el aumento subse- cuente en 1901, 1902, 1903 y 1904, fué la obra sanitaria tan especial é intrépida realizada en esta ciudad por el Departamento de cloacas, en marzo de 1899 por orden del General Ludlow, Gobernador del Departamento de la Habana. La obra á que he hecho referencia consistió en poner al descubierto todas las cloacas maestras de la ciudad á intervalos de 20 pies, limpiándolas y extrayendo todas las inmundicias que se habían depositado en su fondo du- rante larga sucesión de años, raspando las paredes y bajo fondo de las cloacas y haciendo correr por ellas abundan- temente agua y electrozono. Un promedio de 400 obreros fueron empleados diaria- mente en esta operación hasta el 30 de junio; limpiándose 48,680 metros lineales de cloaca, extrayéndose 15,338 metros cúbicos de lodo, y empleándose 112,379 libras de cal viva en la desinfección del lodo tan pronto como se extraía. El lodo se echaba en el acto en carros cerrados y se conducía á las lanchas donde se llevaba mar afuera para arrojarlo en la corriente del golfo. El costo total de la obra fué de $34,933. Un trabajo de tal naturaleza no podía repetirse en tiempos normales sin ocasionar trastornos al tráfico y grandes riesgos sanitarios. Fácilmente se comprende por lo expuesto que las ven- tajas sanitarias que se obtuvieron después de la comple- ta limpieza de las alcantarillas, y que se prolongó durante 18 meses, no podía durar indefinidamente. Acumuladas otra vez las inmundicias en las cloacas hasta alcanzar grandes proporciones, tienen que produ- cir otra contaminación de la atmósfera de esta ciudad por medio de sus emanaciones, y es posible también por algu- nas de las bacterias más difusibles, ascendidas desde el saturado subsuelo á través de la porosidad de las paredes y pisos de los edificios, para ser después diseminadas en 70 ANALES DE LA el aire y en el polvo. No obstante, apenas pudiera admi- tirse que fuera este uno de los medios eficaces de disemi- nación del bacilo tuberculoso- He llegado, pues, á la creencia de que la intervención de otros factores, tales como la asociación de bacterias piógenas pudiera ser considerada, para todo propósito sanitario, como un elemento esencial para el desarrollo - completo de la tuberculosis pulmonar aún después de ha- berse implantado en el tejido pulmonar el bacilo especí- fico de esta enfermedad. De una manera más general, es un hecho admitido que la concurrencia de factores secundarios es necesaria para que se produzcan las lesiones anatómicas y los síntomas clínicos que caracterizan los casos confirmados de tuber- culosis pulmonar. Liebermeister, en su magistral trabajo en el Handbuch der praktischen Medicin von Ebstein u. Schavalbe Bd. 1. S. 323, escribe: “Positivamente si la enfermedad (tu- berculosis pulmonar) fuera transmitida de hombre á hombre tan fácilmente, como por ejemplo, la viruela, en- tre las gentes que no estén protegidas profilácticamente, el número de personas atacadas con tuberculosis sería mucho mayor, y los médicos en particular, llegarían á ín- fectarse casi todos.” “Vemos, por lo tanto, agrega el au- tor, que la transmisión no ocurre por un mero contacto ó simple relación, sino que, al mismo tiempo, tienen que realizarse algunas otras condiciones especiales.” Es un hecho bien conocido, que muchos cadáveres de personas fallecidas por otras enfermedades distintas por completo de la tuberculosis, presentan incuestionable evidencia de lesiones tuberculosas, muchas de ellas espon- táneamente curadas. Expertos que han tenido la oportu- nidad de investigar el asunto, reconocen que, un tercio ó* la mitad de todos los habitantes de ciudades populosas, más tarde ó más temprano, reciben el contagio de la en- fermedad. Por otra parte, el Profesor Grancher, con la autoridad de su vasta experiencia, asevera que la tuberculosis in- cipiente, diagnosticada precozmente, puede casi siempre ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA TE curar si se rodea al enfermo con las mejores condiciones sanitarias. El sabio profesor en conclusión, define al tubérculo c:- mo “un neoplasma fibro-caseoso que lleva siempre dentro de sí mismo el gérmen de su propia curación.” Si he ido algo más allá de estos precedentes en la re- dacción de mi Nota Preliminar, ha sido sin duda con el propósito de sintetizar, en lo posible, los factores secun- darios á que se refiere Liebermeister y que muchos au- tores incluyen bajo denominaciones ó términos tan vagos como estos: “predisposición; virulencia especial del gér- men; depresión de la resistencia de los tejidos por hemo- rragias accidentales; nutrición defectuosa; etc.” Después de las cuidadosas observaciones de Metchni- koff y otros investigadores, no es posible poner en duda que los leucocitos polinucleares constituyen la primera lí- nea de defensa del organismo humano contra la invasión del bacilo de Koch. De aquí se infiere que cualquier cau- sa que tienda á rebajar el número de esos leucocitos por debajo de su promedio normal, aumentará las probabili- dades de que algunos de los bacilos tuberculosos inhala-. dos en los alveolos pulmonares, se escapen de la fagocito- sis y logren encapsularse, con lo cual quedarán protegi- dos, temporal si no permanentemente, contra los ataques de los fagocitos. Esto puede acontecer también cuando en la proximi- dad de los bacilos tuberculosos, se hayan desarrollado co- lonias de bacterias piógenas, puesto que la propiedad ca- racterística de estas bacterias consiste en atraer primeramente á los leucocitos á fin de destruirlos, acumu- lando así, como trofeos de su victoria, los cadáve- res de sus víctimas, convertidos ahora en glóbulos de pus. Entre las bacterias piógenas, el estafilococo y el estrep- tococo permanecen al frente, pero existen otras muchas productoras de pus, que podrán también protejer al baci- lo tuberculoso contra el asalto de los fagocitos. Cierto es que casi todas las bacterias, aun los simples saprofitos, en dosis masivas, efectúan la formación de pus: pero no es esto lo que ocurre en la naturaleza. 12 ANALES DE LA Por lo que queda expuesto, se comprenderá que el pa- pel de las bacterias piógenas en la infección tuberculosa, como la he descrito en mi Nota Preliminar, no constitu- ye un estado de simbiosis, puesto que su parte consiste simplemente en facilitar al bacilo tuberculoso la prosecu- ción de sus evoluciones y desarrollar sus facultades des- tructoras, apartando los fagocitos y produciendo dentro de su esfera de acción una hipoleucocitosis localizada. | Muchas especies de bacterias pueden, por lo tanto, rea- lizar ese fin- Con objeto de investigar qué especies llenan más fácil- mente este papel, permitidme citar una vez más á Lieber- meister que dice: “En presencia de tan variadas lesiones, á no ser por su comunidad de origen, nadie podría figu- rarse que todos esos procesos puedan proceder de una sola entidad morbosa. Pero tampoco resulta completa esa unidad etiológica, pues juntamente con las lesiones debi- das á la acción de los bacilos tuberculosos se encuentran catarros bronquiales simples, así como también neumo- nías lobares y lobulares, no producidas por los bacilos tu- berculosos sino por otras bacterias patógenas. Puede tra- tarse de los micrococos de Frankel y de Friedlander, pe- ro también, y con especial frecuencia, de los estreptoco- COS y estafilococos, ó bien de otros micro-organismos. Se puede por lo tanto decir, con razón, que en la. eseneralidad de los casos se trata de una infección mixta,” (loc. cit. p. 339 y 340). “También en otro sentido, agrega el mismo autor, los casos de tuberculosis avanzada presentan habitual- mente una infección mixta. En los sitios donde ya la obra destructora de la tuberculosis se ha iniciado, suelen 1m- plantarse y germinar distintos microbios, particularmen- te los micrococos piógenos y diferentes bacterias de pu- trefacción, éstos suelen precipitar la obra destructiva ó bien, en otros casos, influir en el curso de la enfermedad, y en el estado febril.” No pocos de nosotros han tenido ocasión de ver perso- nas con sintomas evidentes de tuberculosis y cuya cura- ción final puede ser atribuida solamente á su tra slado de la populosa ciudad al campo abierto, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 73 Esto demostrará que aún las lesiones que se atribuyen generalmente á la acción exclusiva del bacilo tuberculo- so, pueden ser modificadas en grado considerable por la supresión de los factores secundarios que dominan el pro- ceso inicial. La experiencia de algunos otros países presta apoyo valioso á algunas de estas apreciaciones de mi Nota: Pre- liminar, desarrolladas en este trabajo. Con respecto á la influencia de las epidemias de viruela en la propagación de la tuberculosis, Alemania posee el registro más ef- ciente, conservándose exenta de viruela desde hace mu- chos años y también allí la reducción de la tuberculosis ha sido satisfactoria, disminuyendo la mortalidad por esta causa y obteniendo un excelente tanto por ciento de curaciones. Con referencia al influjo del alcantarillado y drenaje del subsuelo, las esmeradas investigaciones de los Comi- sionados nombrados en Inglaterra para efectuarlas, han llegado á la conclusión de que á las mejoras realizadas con tal objeto, debe atribuirse ampliamente el descenso de la mortalidad por tuberculosis en varias de las ciuda- des más populosas, Londres inclusive. La influencia del saneamiento general y de una atmós- fera privada de contaminaciones, sobre la mortalidad por tuberculosis resulta pues plenamente demostrada. Además de los factores antes mencionados, que modifi- can la cifra de mortalidad por tuberculosis en diferentes años; existe otro factor, notable por su constancia y que interviene seguramente en el descenso de la mortalidad por tuberculosis en el municipio de la Habana durante los cinco meses más calurosos y lluviosos del año, de ma- yo á septiembre inclusive: total 153 días, comparada con los otros 7 meses: enero, febrero, marzo, abril, octubre, noviembre y diciembre: total 212 días 6 213 en los años bisiestos. Designando por A á este grupo de 153, el pro- medio diario de muertos por tuberculosis en el grupo Á se presenta casi siempre mayor que en el grupo B. Esto debe sin duda atribuirse en parte á las infecciones secundarias originadas por los catarros y otras afeccio- nes de las vías respiratorias que son más frecuentes du- - ANALES DE LA 74 "Se91:39]09:1933M Seu pur SY] 9P SOJUIISIP SOLIBPUNIIS S9.10JIB] SOIJO Y OPIGDP SPJJL ÁNMA SPAJIO Y QIPUDISA PUEqep e] op ordiorun]a 19 u9 sIsopn919qn3 10d ¡nue pepipe310u Y] sano so[ us 'S68T Á 168T '068T SOUY SO] US UOADIMIO [391 Y] Y SIUOLADIXI SEIUD SI — "Y LON 686 OI 80P3 G'E8 9'671 91 8SoYá eb 089 6'8 6033 8'68 “"S0UR Y AP OIPOmOY] 6:06 S'01 LoP3 3.26 G'TPT PT Po93 P'68 HQ 82 6037 A | al c'8Or PILI 8oP3 818 2 TET 8'eI 2093 9LL L'L6 0/01 008% C8 “061 6'96 86 00£3 £'92 S'1Zl S'01 1023 ¡AN 862 PS 6o8z 008 [962 2061 0'931 S'0T GoPG L'82 Z'10Z UPI 909% 0'89 y IL A 088 LA a ETOGT T'£8 S'01 003% 6'69 € TeT g'sI 0023 1:99 S'8p r6 00€3 “3 "ES ¿£0061 388 $6 ZoS3 ZSOr 009 06 dol6 SL 6'92 96 Co0£3 ST == pos>"S668T LOU €'0T SoP3 Z'6€T gear VE 8097 £'CsT +62 9'8 03% PI "SOUL f 9p OIP9wo1g 0:88 “OT LoPG 9'633 0311 EI 209% Z187 1Z9 68 037 AER Vas ES o ART g96 66 To9Z 0'8SI O'pal 6'€lI 8093 9081 992 IL 90€3 6891 Pl?" ÓL 3.901 66 6oPZ e'631 6'091 33l GolE a:Lal 029 28 033 OR 9887 9911 96 SoP3 P EST G'gaT 611 Po97 6081 C'88 £'8 03% ABR eeso hs Gd8T 6'cOT COL LoPG O'SOL gel el 6093 906 ¿48 36 Logá 9031 """"P681 9'931 031 loS3 6:TIT S'98T 6p1 BoLE S'zOL SPOT s'0T 0083 6'STT *"""268T Pp 3I 66 CoPZ a z3l PBI T€T 8093 * e'p1I 269 0'8 488 S'ZET Doro? BT U'ZGl GOL Got Z v'8zT O'CpT S'3T GoLg Z:0€1 6611 68 08% pLEy O ES T6RT USTI OT ZoLE 0'ZEI PIE 6'ST 6093 P6SI v'Op 8) 08% 9'931 o Ml (uu) PLAN] op due) , | stsopnoloqm (uu) eLan]" 9p “Syuo) y | sisopnoJoquy (uu) p1A0]| 9p 21709) o | SIsopn91aquy SONV A ser seamguioda 10d 893190] 0119100100] 4 ser seznpeodu), 10d soJJ0n 0179001000] sel] sezmpeoduo], 10d 89319] = OY3Y23LN3 ONv a odn15 vw odni15n *euPg Pg e] 29 OJdpoJun—A] ja ua tosajua oye ja eied A g,, A y, sodna3 so] ved “epi3ooas ende 2p Pepyues Á “eJam]] ap SPÍp AP OJALIDU “SPIPavI seJmjegaduna] *sisopnoJ3qn3] 10d SajJanur se] e 0j0adsaz (“SeJp Q£ AP SAW) SIJPNSUIVI SOJPAWIOJJ S TAON ¡O2LLEYLOO ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 75 rante los meses frios y que, como se sabe, agravan el cur- so de la tuberculosis pulmonar. Más es de suponerse que también contribuyen al descenso de la mortalidad por tu- berculosis durante el verano las copiosas lluvias, cuyo abundante caudal de agua suple algún tanto al deficiente. declive de nuestras cloacas, arrastrando hácia el mar al- guna parte del lodo y de las inmundicias acumuladas en las mismas y también el polvo de las calles. Las valores de A y de B, en términos de promedio dia- rio de mortalidad por tuberculosis, están consignados al pie del cuadro N.” 2, tanto para la serie de nueve años (desde 1890 hasta 1898) como para los seis años subse- cuentes (1899 hasta 1904). En ambas series resulta con- firmado mi aserto. ( Véase además el cuadro N.” 3.) De todo lo expuesto se infiere que con la construcción del nuevo alcantarillado de la Habana la cifra de morta- lidad por tuberculosis en esta ciudad, que viene asumien- do proporciones alarmantes, habrá de experimentar, sin duda, un descenso muy notable. La hipótesis que he presentado en mi Nota Preliminar es la más racional que se me haya ocurrido para explicar los hechos consumados. No sé si llevará el convencimien- to á los ánimos, ni tampoco yo titubearía en aceptar cual- quier otra que apareciese más plausible. Mas entre tanto y mientras no esté en nuestras manos aislar de una mane- ra eficaz á los enfermos tuberculosos ú evitar de una ma- nera más absoluta la diseminación y el contagio por el ba- cilo de Koch, estimo que aquella hipótesis resume cómo- damente los peligros principales y señala los factores se- cundarios más temibles contra los cuales estamos en el deber de protejer al público si queremos restringir la mortalidad por la tuberculosis. 76 ANALES DE LA Acta de la sesión extraordinaria del 23 de junio de 1905 Bajo la presidencia del Dr. Juan Santos Fernández y con la asis- tencia de los mismos Sres. Académicos que asistieron á la sesión pública ordinaria anterior, se celebró la sesión que previene el re- glamento para la solemne recepción del Académico Dr. Gustavo (. Duplessis. Ocupa éste la tribuna y dá lectura á un trabajo que titula La APENDICITIS, ENFERMEDAD QUIRÚRGICA, en el que después de pre- sentar numerosos casos prácticos y exponer las doctrinas más re- cientes sobre esta enfermedad y su tratamiento, concluye proponien- do las siguientes conclusiones : “1.—Las formas agudas de la apendicitis una vez diagnostica- “das, deben operarse antes de las 48 horas primeras.—Pasado este “tiempo sólo debe esperarse en los casos en que todos los síntomas “remitan por completo: la persistencia de alguno de ellos es una in- “dicación operatoria. “2.¿—Las formas ligeras permiten esperar con una estricta vigi- “lancia para operar en frío. “3.—Las formas crónicas deben ser siempre operadas. “4 "—Después de un primer ataque de apendicitis debe acon- “sejarse la intervención, á menos que una colección no se haya “abierto paso por el intestino. “5..—La apendicitis debe ser considerada siempre como una en- “fermedad quirúrgica.” El Dr. /gnacio Plasencia, previamente designado para dar la bienvenida al nuevo Académico en nombre de la Corporación, hace resáltar los méritos personales del recipiendario y sobre todo pone de manifiesto la utilidad é importancia del trabajo que ha presen- tado como tema de ingreso, agregando algunos casos de su práctica en corroboración de las doctrinas sustentadas. La Presidencia felicita también al Dr. Duplessis, celebrando la realización de este acto, que le confiere la plenitud de los derechos de que gozan los Académicos, y que al propio tiempo sirve de ejemplo para aquellos otros compañeros que aun no han cumplido con este precepto reglamentario. Con esto se dió por terminada la sesión. ACADEMÍA DE CIENCÍAS DE LA HABANA vÓri LA APENDICITIS, ENFERMEDAD QUIRURGICA DISCURSO DE INGRESO COMO ACADEMICO DE NUMERO POR EL DR. GUSTAVO G. DUPLESSIS (Sesión extraordinaria del 23 de junio de 1905) De ocho años acá la apendicitis ha ido extendiéndose por todas partes y nosotros hemos podido observarla con mayor frecuencia. Al principio tratada tímidamente, á medida que hemos aprendido á conocerla, nuestro crite- rio se ha modificado y nuestras intervenciones se han multiplicado. Si recorremos la práctica de nuestros ciru- janos, veremos que cada día es mayor el número de inter- venciones operatorias por las distintas formas de apendi- citis. Esto obedece á dos causas: primera, á mayor fre- cuencia de casos de esa enfermedad que hemos aprendi- do á diagnosticar y segunda, á considerarla con un crite- rio quirúrgico. Ya había llamado la atención de los observadores el incremento de la apendicitis después de la invasión de la eripe y la infección del apéndice en el curso de la im- fección gripal es admitida por Faisans, por Gripat, por los cirujanos americanos y por L. Championier. Y esta causa había sido señalada por el Dr. Jacobsen en un tra- bajo que presentamos en colaboración al Congreso Médi- co Pan Americano de 1901. No de otra manera podía ex- plicarse la serie que observamos en ese año. Era necesa- ria la existencia de una causa de infección apendicular atacando simultáneamente un número determinado de in- dividuos. De noviembre del año pasado á esta fecha hemos ob- servado otra serie de apendicitis operadas en la Clínica Internacional por distintos cirujanos, y yo solo he hecho 22 apendicectomías en ese corto tiempo que corresponde a la época en que la gripe existe en mayor escala. 78 ANALES DE LA Tengo un caso de una niña de un farmacéutico de Je- sús del Monte en quien los fenómenos gripales se presen- tan simultáneamente con una apendicitis aguda de tal in- tensidad que, operada á las 36 horas, tenía ya el apéndi- ce gangrenado. Los trabajos interesantes del profesor Dieulatoy de- mostrando todos los peligros de la infección apendicular han permitido conocer todos los accidentes que pueden sobrevenir en el curso de la apendicitis. El con su gran talento ha hecho ver que no sólo existe en el curso de una apendicitis el temor de la infección peritoneal bien sea por propagación ó por perforación del apéndice, sino tam- bién que pueden sobrevenir infecciones á distancia. En la toxi-infección apendicular pueden las toxinas invadir los diferentes órganos y dar lugar á la serie de complicacio- nes que hacen tan temibles las apendicitis agudas. El hí- gado apendicular, la infección renal, los abscesos de la pleura, diafragma y en distintos lugares del vientre y las neuritis señaladas últimamente, son otras tantas compli- caciones que ennegrecen el pronóstico de la apendicitis. Aún más, en el curso mismo de las formas crónicas pueden por diferentes causas sobrevenir los accidentes agudos que hemos señalado. La infección local puede ge- neralizarse y poner en peligro la vida del enfermo. ¿Qué conducta debemos, pues, seguir en presencia de un caso de apendicitis / Para poder trazar una regla de conducta vamos á es- tudiar la apendicitis en sus distintas formas, y veremos como siempre hemos llegado á un criterio quirúrgico, como la supresión del foco infeccioso es el único medio que nos puede dar la tranquilidad sobre el porvenir del enfermo. Las formas agudas y febriles deben de ser operadas en los primeros días, ha dicho el profesor Dieulatoy, nadie sabe en esos primeros momentos como va á evolucionar la enfermedad, si la intervención es benigna cuando el peligro ha pasado, para llegar allí es menester sembrar el camino de muertos, de muertos por abstención, de muertos que cargan, no la estadística, sino la conciencia del cirujano. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA | a En efecto, señores; esta fórmula dictada por un médi- co eminente ha sido completamente comprobada por los cirujanos; para demostrar su importancia existe una se- rie numerosa de casos, probando que la intervención practicada en los primeros momentos no tiene grandes peligros. En estos casos la lesión no ha tenido tiempo de evolucionar, la infección está todavía limitada al apéndi- ce, no existen aún las adherencias y el órgano puede ser estirpado casi en las mismas condiciones que en frio. Esta forma comienza con fiebre, frecuencia del pulso y dificultad para la emisión de los gases, dolor intenso en todo el vientre, alcanzando su mayor grado al nivel del punto de Me Burney, todo indicando la gravedad del caso y la necesidad de una intervención inmediata. Tenemos una serie de casos tratados de este modo y siempre hemos obtenido resultados satisfactorios. Esta fórmula encierra en sí un conocimiento de todos los peli- eros de la infección apendicular y enseña la manera de evitarlos; el tratamiento de la apendicitis debe ser pues, quirúrgico. Esta idea á pesar de parecer absoluta debe ser acepta- da por los médicos y llamar al cirujano desde los prime- ros momentos de una apendicitis. Desgraciadamente no siempre podemos observar las apendicitis agudas en sus comienzos; otras veces el diagnóstico puede ser dudoso en las primeras horas; así debemos ocuparnos de esas for- mas observadas algunos días después de iniciadas y este es el punto más delicado para nosotros. Aquí surgen to- das las dificultades y los cirujanos se dividen en oportu- nistas é intervencionistas. Pero notad bien, aún los opor- tunistas están dispuestos á intervenir si el caso lo requie- re, á juzgar siempre la apendicitis como una lesión qui- rÚúrgica. En este periodo de la enfermedad sobrevienen las cal- mas traidoras, hay una remisión en los sintomas que mu- chas veces hacen pensar en una mejoría, para después cambiar por completo la escena y desarrollarse todo el cuadro de la peritonitis por perforación. En cambio otros casos mejoran francamente para llegar á la resolución completa. Otros, por el contrario, continúan presentando 80 ANALES DE LA . un cuadro más ó menos atenuado, pero sin remitir por completo hasta que los signos de una tumefacción reni- tente nos hacen asegurar la existencia del pus. La gran dificultad se presenta aquí para poder diag- nosticar cada una de estas terminaciones. S1 fuere posi- ble asegurar siempre la calma traidora no habría duda alguna y el enfermo sería operado inmediatamente. Es verdad que en ciertos casos pueden preveerse, la remisión no es franca, el pulso continúa frecuente y sobre todo la cara del enfermo revela que el ataque no ha pasado, como dice Richelot, tiene una apariencia de ansiedad indefini- ble desapercibida por los profanos, pero que no engaña al cirujano. Fundado en este estado de la cara, operamos un caso de 48 horas de enfermedad en que la temperatu- ra no llegaba á 38”, el pulso era de 100 pulsaciones, el en- fermo se había levantado para ir al vaso y no creía en la urgencia de la operación. Decidido por la insistencia nuestra en señalarle el peligro que corría esperando, le operamos, encontrando un apéndice gangrenado, turges- cente, lleno de serosidad sanguinolenta, próximo á per- forarse. Sin embargo, señores, existen algunos casos en que es imposible formar un verdadero juicio; todos los síntomas remiten y nada puede hacer prever la gravedad como en un enfermo que vimos en Guanabacoa; los sín- tomas alarmantes del principio habían cedido, solo per- sistía el dolor en la fosa iliaca derecha sin gran plastrón; creímos, como su médico, debía operarse, pero no juzga- mos la necesidad de una urgencia inmediata y decidimos hacer la intervención al día siguiente. A la mañana si- guiente era tarde; durante la noche el cuadro había cam- biado; la perforación se había hecho y el enfermo en es- tado preagónico, nos hizo considerar inútil toda interven- ción. Otro caso semejante tuvimos con el Dr. Montané; afortunadamente en este los síntomas iniciales de la per1- tonitis nos permitieron acudir enseguida; el enfermo re- sidia en la Habana, y aunque operado en plena peritoni- tis pudo salvarse. Podríamos multiplicar los ejemplos que nos harían ver como las apendicitis deben ser vigila- : das siempre quirúrgicamente y como la tranquilidad sólo se obtiene cuando se opera en los dos primeros días. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 81 Cuando los sintomas no remiten por completo, persis- te la fiebre y el empastamiento, tampoco debe esperarse, debe operarse y no aplazarse para que se formen adhe- rencias protectoras; las formas supuradas curan casi siempre cuando se operan á tiempo. Esperando nos ex- ponemos á todos los peligros de la septicemia y de las complicaciones que ya hemos señalado. De todos nuestros casos de apendicitis supuradas solo hemos perdido dos, uno operado á los 15 días, de septicemia, y otro á los 13, de miocarditis infecciosa. Indudablemente señores, que si todos los síntomas re- miten de una manera franca, la intervención puede ser aplazada, pero á condición de vigilar al enfermo, y á la menor duda proceder á la operación. Sólo así podrían evitarse las sorpresas que hemos señalado. La operación en todos estos casos exige una técnica especial, con el objeto de evitar la contaminación de la gran cavidad peritoneal, debemos poner todos los medios que tenemos á nuestro alcance para evitar este accidente y siempre que haya pus establecer un buen drenaje. E En las formas sub-agudas, la fiebre no llega á 38", el pulso se mantiene por debajo de 100, el dolor es modera- do, no existe empastamiento de la región; en una pala- bra, ningún síntoma alarmante, todo indica un ataque li- gero en que solo basta el reposo y la dieta para que todo ceda. Indudablemente que en estos casos se puede espe- rar, y una vez el ataque disipado, practicar la operación. Sin embargo, debe siempre vigilarse de cerca el enfer- mo, la exageración de un solo signo puede indicar gra- vedad, como en un caso que operamos con el Dr. Jacob- sen: no había fiebre, el pulso era casi normal, pero la in- tensidad del dolor era tal, que á las 18 horas del ataque le operamos, y encontramos un apéndice con la punta he- -morrágica y próximo á perforarse. Las formas peritoneales de la apendicitis deben ser operadas inmediatamente; las lesiones son tan intensas que por momentos el estado se agrava. El pronóstico es fatal, pero hecha la operación sin “dilación, algunos casos podrían salvarse. Solamente cuando el estado del enfer- mo sea tan precario que haya temor de muerte por el solo 82 ANALES DE LA A hecho del cloroformo, debemos abstenernos. La técnica operatoria de estos casos es la de las peritonitis. Debe im- cindirse en la fosa iliaca derecha y resecar el apéndice, hacer dos contra-aberturas, una en la linea media y otra á la izquierda. En cada una de estas aberturas colocare- mos gasa y tubos de drenaje por los que haremos un gran lavado con suero artificial. Siguiendo esta técnica hemos podido salvar dos enfermos que parecian completamente perdidos, uno de éstos fué objeto de una comunicación á esta Academia. 5 Réstanos ocuparnos de las formas crónicas, de las lla- madas apendicitis á repetición. En esta variedad, los en- fermos sufren constantemente de su apéndice, otros se quejan de náuseas después de las comidas y por las ma- ñanas, de un dolor al nivel de la región epigástrica. Si se les examina se comprueba que la región apendicular es sensible á la presión, y el dolor espontáneo se presenta sólo después de algún ejercicio no habitual. La mayor parte de estos enfermos sufren de estreñimiento, aún cuando en algunos pueden existir trastornos diarréicos. Todas las veces que nosotros hemos tratado médica- mente estos enfermos, según el plan aconsejado de eva- cuantes, dieta especial y reposo después de las comidas, no hemos obtenido resultado alguno. La apendicitis cró- nica no se modifica con este tratamiento, el enfermo se debilita y no tarda en convencerse de su inutilidad aca- bando por aceptar la operación. No queremos decir por esto que el tratamiento señalado sea absolutamente inefi- caz, creemos que en los casos en que la apendicitis no está completamente constituida, puede dar resultado, co- mo sucede en los constipados crónicos con dolores lijeros en la fosa iliaca derecha. Este tratamiento hace una de- sinfección del tubo digestivo y puede impedir la apari- ción de ataques agudos, pero no detener la esclerosis del apéndice cuando las lesiones están ya iniciadas. El único medio de suprimir las molestias de la apendi- citis crónica y las amenazas de ataques agudos, consiste en practicar la apendicectomía, operación que ejecutada en estas condiciones ofrece muy pocos peligros, los inhe- rentes sólo á una laparotomía aséptica; nosotros la he- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 83 mos practicado un gran número de veces sin un solo fra- caso. Réstanos sólo decir, si después de un ataque único de apendicitis debe aconsejarse la operación. Indudable- mente que existen casos en que la enfermedad no recidi- va, en que el enfermo se cura por completo, como sucede cuando un foco de supuración se abre paso por el intes- tino. Pero la mayor parte de las veces, la región queda dolorosa, indicando que el apéndice ha sido lesionado y que debe ser extirpado antes de esperar un nuevo ataque que puede comprometer su vida. Reasumiendo este estudio de las distintas formas de apendicitis, podemos aceptar las siguientes conclusiones: 1.*—Las formas agudas de la apendicitis, una vez diagnosticadas deben operarse antes de las 48 horas pri- meras. Pasado este tiempo sólo debe esperarse en los ca- sos en que todos los sintomas remitan por completo; la persistencia de alguno de ellos, es una indicación opera- toria. - 2.-—Las formas ligeras permiten esperar con una es- tricta vigilancia para operar en frío. 3.—Las formas crónicas deben ser siempre operadas. ' 4.*—Después de un primer ataque de apendicitis debe aconsejarse la intervención, al menos que una colección no se haya abierto paso por el intestino. 5.—La apendicitis debe ser considerada siempre como una enfermedad quirúrgica. 34 ANALES DE LA CONTESTACION al discurso de ingreso como Académico de nú- mero del Dr. Gustavo G. Duplessis POR EL DR. IGNACIO PLASENCIA (Sesión extraordinaria del 23 de junio de 1905) Sr. Presidente, Sres. Académicos: Es un gran honor y un verdadero placer que me ha- é1s proporcionado, al escogerme para presentaros como miembro de esta docta Academia, exponente de una her- mosa tradición científica, al ilustrado joven y ya renom- brado cirujano Dr. Gustavo Duplessis, dandome el medio de manifestaros más dignamente mi reconocimiento, al permitirme esbozar su personalidad científica y contes- tar su notable é interesante trabajo. > Antecedentes numerosos facilitan la agradable tarea de trazar los rasgos de verdadero mérito que esmaltan con brillo esplendente la obra profesional del distinguido compañero, que posee como fórmula de la condición del éxito, una mano magistral al servicio de un ojo magis- tralmente experimentado. Cursó sus estudios en nuestra Universidad, con la apli- cación y entusiasmos propios del que anima dentro de sí el fuego sagrado del amor á la ciencia y la esperanza del triunfo futuro, alcanzando las mejores notas y obtenien- do como coronación de su labor de estudiante el premio del grado en 1884. Logrado el fin de sus esfuerzos y en poder del título anhelado, dirigió sus pasos hacia ese gran centro de cultura que se llama París, con el objeto de perfeccionar los conocimientos adquiridos en su patria é iniciarse en el adelanto y progreso quirúrgicos con las enseñanzas de los egregios maestros: Allí realizó nue- vamente sus estudios completos, con el Doctorado de la Facultad de París, que le fué conferido á la presentación de su celebrada tésis, “Sinfisiotomia en el hombre”, que mereció mención honorífica de dicha Facultad, sien- úl ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 85 do favorecido más tarde con una medalla de bronce de la Asistencia Pública y nombrado por último Interno de los Hospitales. Terminada su provechosa excursión por la capital de Francia, retornó armado de todos los elementos necesa- rios para la lucha profesional, estableciéndose en la Ha- bana, en donde á raíz de su llegada, comenzó las explica- ciones dé la Cátedra de Clínica Quirúrgica y la série no interrumpida de constantes trabajos operatorios, que le impulsaron bien pronto á la notoriedad; mereciendo siempre el mejor concepto y aprecio de sus colegas por su saber y modestia, el afecto y respeto de sus discípulos, el reconocimiento admirativo de sus clientes y la inscrip- ción definitiva de su nombre en el registro de los consa- grados. La tésis elegida por el nuevo Académico, como escudo científico para hacer su aparición en esta Academia es, “La Apendicitis, enfermedad quirúrgica”, y constituye un importante trabajo sintético, que por su solo título y por las múltiples observaciones que lo avaloran, confir- ma y comprueba los valientes juicios del gran profesor Dieulafoy. Comienza el Dr. Duplessis su interesante disertación, haciendo notar como la apendicitis se ha ido extendien- do por todas partes de ocho años acá; y nosotros cree- mos que si bien es verdad que después de algún tiempo ha tomado en cirugía una importancia de primer orden, es debido á que la observación concienzuda, el mejor exa- men de los síntomas y antecedentes y los estudios especia- les que sobre ella se han practicado, nos hacen conocer con más perfección esta enfermedad, multiplicando las in- tervenciones operatorias. Hemos avanzado tanto en este estudio que no solamente se conoce la apendicitis con to- das sus manifestaciones sintomáticas, sino que múltiples fenémenos, cuyo origen se desconocía en otra época, se atribuían á otras enfermedades ó se consideraban como entidades morbosas, hoy día se sabe tienen su génesis en la infección del apéndice ileo-cecal. Una prueba de lo que acabo de decir la tenemos en la “Dispepsia Apendicular” Bajo este título ha estudiado el Dr. Longuet, profesor 86 ANALES DE LA suplente de la Escuela de Medicina de Rouen, toda una serie de trastornos gastro-intestinales que reconocen por causa primera una inflamación crónica del apéndice. Del mismo modo que existen, “Pleuresias Apendiculares”, “Peritonitis Apendiculares”, “Hematemesis Apendicu- lares”, también existe una “Dispepsia Apendicular”, y a la cirugía corresponde el honor reciente de haber demos- trado que no es una ficción. En efecto, las intervenciones cruentas tienen el valor de una experiencia; ellas nos «n- señan que resecando el apéndice enfermo se hace desapa- recer radicalmente el sindrome gastro-intestinal. En la etiología de la apendicitis hace resaltar el doc- tor Duplessis el papel preponderante que le corresponde á la gripe, y en apoyo de ello, nos cita las opiniones de autores competentes, su trabajo en colaboración con el Dr. Jacobsen presentado al Congreso Médico Pan Arae- ricano de 1901, de verdadero mérito científico; así como también varias observaciones particulares obtenidas en su práctica de cirujano. Aprovecho la oportunidad de las consideraciones etio- lógicas de la apendicitis hechas por el disertante, para dar á conocer una estadística curiosa sobre el aspecto fanal- liar de esta enfermedad. Las leyes generales que se han podido deducir de la observación de los fenómenos biolé- gicos son aplicables también á la Patología; y entre elias, las leyes de la herencia parecen verificarse más á menudo en el estudio de las enfermedades. Roux de Lausanne, había sostenido á, justo título que la apendicitis es fre- cuentemente hereditaria. Por su parte la experiencia ha enseñado al tantas veces citado profesor Dieulafoy, que se observa bastante amenudo la apendicitis en varios miembros de una misma familia, ya se trate de colatera- les ó de descendientes. Yo puedo aportar asi mismo de mi práctica profesional, el caso de la familia Benemeli, en que el padre y el hijo fueron operados de esta enfernfe- dad, siéndolo el último por mí; y el más curioso y com- pleto de la familia Montes, en la cual se encuentran alle- gados míos. En esta familia, el padre Manuel Montes y sus cinco hijos, Avelina, Rosenda, Lorenzo, Anastasio y Juana, padecieron de apendicitis, muriendo él y cuatro rá ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 87 de ellas sin intervención quirúrgica, siendo la otra hija operada satisfactoriamente por mí. También operé con buenos resultados á los dos nietos del Sr. Montes, Ar- mando y Juana María. A continuación de la influencia de la gripe en la infec- ción del apéndice, nos hace recordar el Dr. Duplessis en su atrayente tésis, los trabajos de Dieulafoy. sobre los peligros de la infección apendicular, accidentes que pue- den sobrevenir en el curso de la misma, infecciones lo- cales y á distancia y otras tantas complicaciones que en- negreciendo el pronóstico de la apendicitis, hacen tan temibles las agudas. Y llegamos aquí al punto más interesante del trabajo de nuestro digno compañero, aquel en que se pregunta: ¿Qué conducta debemos seguir en presencia de un caso de apendicitis 7; aduciendo la necesidad para contestar- la, de examinar detenidamente las distintas formas de esta enfermedad, anticipando, que siempre ha de preva- lecer el criterio quirúrgico y que sólo con la supresión del foco infeccioso obtendremos la tranquilidad sobre el porvenir del enfermo. En primer lugar habla de las for- mas agudas y febriles y con muy buen juicio se decide con el profesor Dieulatoy á intervenir en los primeros momentos, llamando la atención como las formas supu- radas curan, cuando se interviene á tiempo. Después de defender con calor el tratamiento quirúr- gico precoz en casi todas las formas, el Dr. Duplessis nos manifiesta, que si todos los síntomas remiten de una manera franca en determinados casos, puede aplazarse la intervención con la condición de vigilar de cerca al paciente y á la menor duda proceder á la operación. Res- pecto á este particular, no comprendo el aplazamiento de la intervención ante la remisión franca aunque sea con la vigilancia que recomienda, sintiendo disentir de la opi- nión del estimado compañero y atreviéndome á aconse- jarle con un criterio más radical, que tan pronto como se haga el diagnóstico debe procederse á la operación sin pérdida de tiempo ni compás de espera, y aun realizarla á pesar de ceder francamente en intensidad todos los sín- tomas; fundando mi aseveración por una parte en que 88 ANALES DE LA considerándose el apéndice como un foco de infección en - la apendicitis y constitutivo de una amenaza para el in- dividuo enfermo, no tan solo por las complicaciones lo- cales, sino por las toxi-infecciones á distancia, debe su- primirse cuanto antes dicho foco y por otra parte, como dice muy acertadamente el ilustre Dieulafoy, “cuando una apendicitis comienza, nadie sabe las terribles sor- presas que pueden sobrevenir, pues, unos casos de apa- riencia grave marchan hácia la curación y otros al pare- cer benignos se agravan y ponen en peligro la vida del paciente.” En las formas sub-agudas en que todo indica un ligero ataque, estima el Dr. Duplessis, que se puede esperar y una vez disipado el ataque practicar la operación. Sin embargo afirma, que debe observarse extricta y cuidado- samente al enfermo y á la exageración de un solo signo intervenir, citándonos un caso operado en unión del doc- tor Jacobsen á las diez y ocho horas, obligándolos á rea- lizar la operación la intensidad del dolor, encontrando el apéndice con la punta hemorrágica y próximo á per- forarse. ¿Por qué esperar en estos casos? ¿No hubiera sido doloroso para el cirujano encontrarse con el apéndi- ce perforado, por el aplazamiento? Uno de los puntos, pues, más importantes de la cuestión del tratamiento de la apendicitis, es acuel, del momento más favorable á la intervención; y el instante ideal nosotros lo vemos, con los profesores Dieulatoy, M. W. Korte, Rhenn, Epren- gel, inmediatamente después de hecho el diagnóstico, sin dilación por tanto, y aceptando por regla de conducta la intervención precoz. Las formas peritoneales las trata de una manera admi- rable el Dr. Duplessis y se decide por la operación in- mediata, pues las lesiones son tan intensas que por ins- tantes el paciente se agrava. Hace notar el pronóstico fa- tal, pero advierte que operando sin pérdida de tiempo, al- gunos casos podrán salvarse, recomendando la absten- ción siempre que el estado precario del enfermo haga prever un desenlace fatal por el solo hecho del clorofor- mo. Aconseja la técnica que debe seguirse, que es la mis- ma que se usa en las peritonitis, citándonos dos casos que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 89 parecían perdidos y que ajustándose á dicha técnica se salvaron. Se ocupa enseguida de las formas crónicas, de las lla- madas apendicitis á repetición y nos hace una suscinta relación de sus manifestaciones sintomáticas, hablándo- nos de la inutilidad del tratamiento médico y decidiéndo- se por la intervención operatoria. No niega que el trat:1- miento médico pueda aplicarse en los casos en que la apendicitis no está de un todo constituida, pudiendo dar resultado en los constipados crónicos con ligeros dolores en la fosa ilíaca derecha- Por último, antes de las conclusiones, toca el punto de que, ¿si después de un ataque único, debe intervenirse? y se decide por la afirmativa, menos en los casos en que una colección purulenta se haya abierto paso por el intestino. Termina su excelente trabajo, que nosotros con verda- dera atención cientifica hemos seguido hasta en sus mie- nores detalles, por cinco conclusiones, de las cuales, las tres primeras, yo las refundiría en una, que es la siguien- te: una vez hecho el diagnóstico de la apendicitis en cual- quiera de sus formas, debe operarse rápidamente, sin pérdida de tiempo; y con esta fórmula general y de radi- cal sentido, no tendríamos que lamentar sorpresas desa- eradables en la mayor parte de los casos, felicitándonos en todos, de los buenos resultados de haber obrado así. En la quinta y última conclusión, sostiene como firme divisa de alto valer, que solo un criterio quirúrgico, que anule las vacilaciones, debe imperar en el tratamiento de la apendicitis; confirmando con esta categórica asevera- ción, la verdad luminosa que titula su trabajo de presen- tación. Conforme en un todo con esta afirmación final, no me cabe más que felicitar por su interesante estudio al nuevo Académico, que viene á compartir con entusiasmo y talento nuestra labor en pro de la Ciencia y á aportar su parte lógica y útil de trabajo en nuestros empeños; y desearle continúe haciendo su obra de luchador, porque es evidente que la sola fé que puede salvarnos, es la de creer en la eficacia de los esfuerzos realizados, y que la única ley del mundo, regulador que impulsa la materia orgánica á sus fines desconocidos, es el trabajo! 2D ds Odo estiriol ent: ON Pal al 206 4 OIgST EE A oia 7 J 45 s EFI im 290 i pla rd, y iO $3 K 0RD5 E ¿SA 190 ns Ba E sñoÍs, 1990 Y DOTA it Has Si 0) 455 09% 'y e k Pe pinos td ¿obe gt Spa EOL 1) ¿E . VIA AR , v . % LAA € q -- + dd y Ll ' y e PS á e Trabajos de la comisión de medicina: legal é hi- JA SS ES ] dEl q IE tE gene pública.” ¿19 tomos; “La flora Cubana” del dor le tor Sauvalle 1. tomo; “Mamalogía, Ornitología, Er E petología: y Entomología Cubana,” del. Dr. Duwmot,. E 8d E. “Contribución al estudio de los Moluscos banos E ps por el Sr. Arango y Molina, «Patología +8 terapén- : S tica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán por el Dr. Finlay. poposccoscccsonsss E $ Gran Experlencia de Mas de 50 años en el Ramo do Solicitar Paten- tes de Inven- “cion, Marcas de Comercio y Títulos de Propiedad Literaria en los Esta- dos-Unidos y Paises Extranger-s. Para mas informes véase la última pásina delecturad cualquier ejemplar mensual de La América Cientifica e Industrial ; edicion en español del “* SCIENTIFIC AMERICAN,” ó escríbase directamente y en español, si se quiere á los señores MUNN QA COMPANY 361 Broadway, Nueva York. : oLokokokokofofokokokokofofofofofokofokofoko ko; posporsoposcoccosrcssos O ER TS LY ys SORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. E AS DE LA AS e | Academia de Ciencias Médicas, | FÍSICAS Y NATURALES | DE LA 1% , HABANA ES REVISTA CIENTIFICA | DIRECTORES: Dr. Jorge [se- Roy. » [)r. Gustavo lópez | a A : ota? . Pe de E AS TOMO XLIl ER t pe A JULIO -— SEPTIEMBRE Eo | LEE 1905-1906. Da z ¡JA NS . 6 E | MO << : HABANA 2:38 q ; IMPRENTA “LA PRUEBA” E Mazzana Contral, por Monserrate 54 E E y , > SA e Es E e NIE E ; Ñ pS | 7 es TRES PESOS ORO por semestre a zi En esta publicación, aparecen, á más de los traba- No BALA 5 > Jos de la Academia, artículos de actualidades: cientí- 3 EN ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral - é intereses profesionales, de asuntos históricos de de / A versos ramos, Qe. Ée. : CON Los ANALES sostienen numeroso cange con publi 0 - Caciones análogas del mundo entero. ok [9 E E] ED —— : Ñ O L% ») Toda obra enviada á la redacción de los ANALES. as será anunciada tres veces. Pa id : 4 Se suplica el cange. | Please exchange. Exchange $. V. P. ([ ANALES DELAÁCA- Sírvase dirigir el cange: ——DEMIA DE CIEN= ñ CIAS MÉDICAS: 0% Please addres exchange to; Físicas YNATUE IS RALESDELA Ha- V eillezad resserles exchanges: BANA,Cubas84 A Habana. ñ vOV 22 1908 $ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9d. LIBRAR y NEW YORK BOTAN ICAL GAKDEN. Acta de la sesión pública crdinaria del 14 de julio de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. —De número: Dres. E. Acosta.—G. Alonso Cuadradvo.—J. P. Alacán.—E. B. Barnet.—T. V. Corona- do.—D. F. Cubas.—J. Le-Roy.—C. Moya.—E. Pardiñas.—P. Val- dés Ragués.—M. Ruiz Casabó.—F. I. de Vildósola. Leída el acta de la sesión anterior (23 de junio) fué aprobada. El Secretario dió cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Audiencia de Matanzas, acusando recibo del in- forme emitido en causa número 90-1905, del Juzgado de Alacranes, por homicidio. De la Secretaría de Gobernación, escritos números 14,205, 14,206, 14,207, 14,208, 14,211, 14,584, sobre preparados farmacéuticos. Del Sr. Eligio Bonachea y Palmero, participando que el siete de julio se hizo cargo de la Alcaldía Municipal de la Habana. Salida.—A la Secretaría de Hacienda, participándole que habien- do quedado sobre la mesa el informe emitido sobre la DESNATURALI- ZACIÓN DE LOS ALCOHOLES, no podrá ser evacuado éste en definitiva hasta la sesión del catorce de julio próximo. A los Dres. Gastón Alonso Cuadrado y José P. Alacán, nombrán- dolos en comisión especial para que evacuen el informe anterior. A la Secretaría de Gobernación, remitiéndole los informes apro- bados en la sesión del 23 de junio, relativos á preparados farmacén- ticos. Al Dr. Leonardo Wood, dándole las más expresivas gracias por una colección de peces remitidos por él con destino al museo de la Academia. 92 ANALES DE LA El Sr. Presidente manifiesta haber asistido, en representación de la Academia, á los funerales celebrados en el Vedado en sufragio del alma del General Máximo Gómez, y al entierro de los restos del patriota Gabriel Millet. Antes de pasar á la orden del día, el Dr. Valdés Ragués pide la palabra y expresa: que todos los ejemplares de la colección de pe- ces que se nos había remitido por el General Leonardo Wood, están en muy buen estado de conservación y han sido preparados conforme á los últimos procedimientos de la taxidermia. El Dr. Valdés Ragués expone que cada especie tiene una lámina metálica con su número, que corresponde al catálogo de clasificación que acompaña á la co- lección y un escrito con algunos detalles sobre el pez á que corres- ponde, lo que contribuirá en su día á facilitar la colocación de los peces en la sección correspondiente del museo, y que será instala- do en uno de los salones de este edificio. La Presidencia hace presente la confianza que tiene en que el Dr. Valdés Ragués se siga ocupando de este asunto de la manera en que lo viene haciendo. y El Dr. Coronado manifiesta que ya que se recuerda este regalo de peces que ha hecho el General Leonardo Wood, propone se le dirija una carta con motivo de una operación que se acaba de hacer en los Estados Unidos, á donde ha venido desde Filipinas, y felicitándolo por el éxito que con ella ha obtenido. Así se acuerda. Se concede la palabra al Dr. José P. Alacán para leer un infor- me anunciado, acerca de la DESNATURALIZACIÓN DE LOS ALCOHOLES. Después de su lectura queda aprobado dicho informe, que repre- senta el trabajo de la Comisión, constituída por los Dres. Alacán, Alonso Cuadrado y Pardiñas. El Dr. Alacán, en nombre del Dr. Arturo Bosque, que no ha po- dido concurrir, lee un informe acerca de los preparados de la Casa de Eduardo Palú de esta Capital, el cual es aprobado. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado dá lectura á los tres informes relativos á preparaciones farmacéuticas de los Sres. Flaviano Aqui- les Mignet y Manuel R. Rivera, de Santiago de Cuba, y á uno titu- lado Euguform de la Chemische Fabrike Gustrow, de Alemania, to- dos los cuales fueron aprobados. El Dr. Emilio Pardiñas habla de otro preparado, la BETÓNICA, acerca del cual el Dr. Hernando Seguí tiene ya hecho un informe y opina debe ser pasado á este señor el ahora pendiente. Así se acuerda. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 93 El Dr. Coronado ocupa la. presidencia por pasar el Dr. Juan Santos Fernández á la tribuna, á leer su trabajo anunciado LO QUE DEBE SABER DE ENFERMEDADES DE LOS OJOS, EL MÉDICO QUE NO ES OCULISTA. Después de enunciar las razones que le han determinado á tratar el tema, expone los puntos en que debe fijarse el médico general para mejor proceder; en esta forma: Debe fijarse en las conjutivitis y de éstas en la blenorrágica y en la de los recién nacidos. La oftalmía blenorrágica es la enfermedad que más derrotas pro- porciona, ya porque es grave, ya porque se le atiende tarde general- mente. Las conjutivitis, aún la misma granulosa, no dá lugar á sorpresas, ni á error de diagnóstico, ni á responsabilidades; pero desde el mo- mento que en la conjuntiva hay pus y este puede contener gonococos el peligro es inmenso. Cuidaos mucho, dice, de diagnosticar sin volver á ver más, una simple hiperemia conjuntival ó una ligera conjuntivitis porque al tercero Ó cuarto día puede volver el enfermo con todos los síntomas de una oftalmía purulenta grave en que cualquier tratamiento -es impotente. No hasta que estéis prevenido y le preguntéis: ¿tiene usted ó ha tenido blenorragia? Os responderán que nó; pero cuando veais la oftalmía purulenta, le examinareis la uretra y hallareis que tiene la antigua gota militar á que no se pone atención y es origen de tan- tos desastres en el que la padece, en su consorte y en su prole. Desconfiad de toda conjuntivitis que no podeis examinar por lo menos tres veces al día durante el primero ó segundo día para que no Os pueda dar una desagradable sorpresa. Respecto á la oftalmía purulenta de los recién nacidos basta decir: que á pesar de las per- fectas maternidades levantadas en los países civilizados, y en las que no solo no se pierde un ojo de oftalmía neo natorum, sino que la profiláxis no permite su existencia, todavía los asilos de ciegos contienen la tercera parte de éstos, provocados por dicha enferme- dad. Esto obedece á que no es fácil llevar al ánimo de los profanos la gravedad del pronóstico de esta afección. En la Isla de Cuba donde hemos probado con estadísticas que la enfermedad es relativamente benigna, hemos visto quedar ciegos muchos niños. Ocurre este accidente porque no se presta atención á las conjuntivitis de los recién nacidos que no manan mucho pus 94. ANALES DÉ LA 7 y aunque parezca una paradoja, nosotros no hemos hallado el gono- coco alguna vez en gran abundancia de pus y otras lo hemos halla- do en abundancia, en casos de secreción escasa y que han venido á consultarnos con las córneas va Inutilizadas. Conviene pues, desconfiar, para no exponernos á una grave respon- sabilidad, de toda conjuntivitis al parecer catarral en un recién na- cido. Tomadla siempre como una oftalmía purulenta y acertaréls, y por el contrario si atendiendo solo á la escasa secreción pensáis que es una conjuntivitis catarral y existe en ella el gonococo, cual lo he- mos visto, la córnea se esfacelará é incurriréis en una gran respon- sabilidad. Brevemente os he expuesto lo que conviene tener presente respec- to de la conjuntivitis; pero de las queratitis poco necesito deciros, porque ya se usan poco las sales de plomo que solían dejar depósitos metálicos en las córneas y exigían una operación. Ahora bien, la irítis que fácilimente se conoce por la inyección de la conjuntiva, la contracción de la pupila y el dolor en el ojo y periorbitario puede, aunque parezca extraño, confundirse con el glaucoma porque tienen como síntoma análogo los dolores y la turba- ción de la vista. Como no en todos los casos la clase de inyección conjuntival es perfectamente distinta y la pupila es tan dilatada que no deje duda se trata de un glaucoma, lega 4 tomarse éste por una iritis. Esto es tan peligroso que el tratamiento eficaz de la ¡ritis es capaz de agravar el glaucoma á un grado tal que hace inútil la 1ri- dectomía, su intervención obligada y salvadora. El glaucoma puede ser también confundido con una catarata y el peligro consiste: en que se le aconseja ul paciente estarse tranquilo hasta que la vista se extinga y se le extraiga la catarata. Si realmente no hay catarata, cuando recurra al oculista, éste ha- llará que su mal debió ser tratado en los comienzos, tal vez tres ú cuatro años atrás con algún fruto y por la falsa ¿nterpretación se ha perdido el tiempo y no puede hacerse nada en su favor. De la manera más concisa posible he tratado de exponeros los li- mitados casos en que debe estar prevenido el médico que no vé enfer- mos de los ojos diariamente para evitarse un desagrado. Siá virtud de una larga práctica, más que por competencia, nos hemos atrevido á dar este paso, el que la posea lo hará con más per- fección, y si cada cual que se dedica á una especialidad, hiciera lo mismo dentro de su esfera, el oftalmólogo como. los demás especia- listas devolveríamos al médico general el servicio que nos presta á ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA . 95 diario. cuando ilustrándonos sobre particulares que interesan al organismo entero, nos facilita proceder con acierto en el limitado espacio en que nos desenvolvemos. El Dr. Cubas hace algunas observaciones al Dr. Santos Fernán- dez en las cuales se vé que confunde lo expresado por el autor, res- pecto al diagnóstico establecido entre el glaucoma y la irítis. El Dr. Valdés Ragués aclara la confusión del Dr. Cubas, cele- brando por el contrario, como magistral, el diagnóstico establecido por el Dr. Santos Fernández en su trabajo, considerando de mucha importancia ese Ciagnóstico diferencial entre el glaucoma y la irítis. Con ello se dió por terminada la sesión pública, constituyéndose la Academia en sesión de Gobierno. INFORME SOBRE LA DESNATURALIZACION DE LOS ALCOHOLES DRES. J. P. ALACAN, G. A7TO0NSO CUADRADO Y E. PARDIÑAS (Sesión del 14 de julio de 1205) La Secretaria de Hacienda, en comunicaciones de 28 de abril y 10 de junio del presente año, solicita de esta Corporación que se le informe “si el alcanfor, sustancia “que hoy se emplea para la desnaturalización de los al- “coholes y aguardientes—como requisito para eximirlos “del Impuesto—puede sustituirse por aleuna otra de más “ventajoso empleo, particularmente la naftalina, que es “la que se ha propuesto, por ser sustancia de más reduci- “do costo y de fácil adquisición y empleo, solicitando co- “mnocer las propiedades de la sustancia que se propone ó “de cualquier otra que en opinión de la Academia brinde “bastante garanta al Impuesto especial; es decir, que sea “difícil Ó casi imposible su eliminación una vez diluida en “el alcohol ó aguardiente, inutilizándolo como bebida ó “para preparar éstas”. Y esta Corporación, en sesión celebrada el 23 del mes último, designó á los que suscriben para redactar el in- forme que se solicita por la referida Secretaria de Ha- 96 ANALES DE LA cienda, teniendo el honor los designados de someter á la deliberación y acuerdo de la Academia el siguiente pro- yecto de informe: Teniendo en cuenta que el objeto que se propone la des- naturalización de los alcoholes y aguardientes es hacer- los impropios para beber ó para preparar con ellos bebi- das, la sustancia que haya de emplearse con tal objeto de- be comunicarles un olor y sabor desagradables sin que sea venenosa y sin que pueda separarse fácilmente, pero que al propio tiempo pueda comprobarse su presencia por medio del análisis y dosificarse, circunstancia que hace no muy fácil la tarea de encontrar un buen desnaturali- zante, obligando al empleo de más de una sustancia de modo que reunidas puedan llenar el objeto perseguido. La Comisión, después de haber estudiado los distintos desnaturalizantes propuestos por los químicos de otros países que de este asunto se han ocupado, y teniendo en cuenta también las circunstancias solicitadas por la Se- cretaría de Hacienda, de que la sustancia empleada debe ser de bajo precio y de fácil adquisición y empleo, no ofrece reparo al uso de la naftalina siempre que la acom- pañe como testigo químico el formol, de modo que pue- da comprobarse químicamente la desnaturalización de modo fácil y hacer fácil también la dosificación del des- naturalizante, circunstancias de gran importancia en este caso. La naftalina es una sustancia sólida que se presenta en láminas de color blanco brillante, delgadas, romboida- les, de olor fuerte alquitranado, sabor acre y aromático, cuya densidad á 18” es de 1,151, que se funde á los 79", hierve á los 218”, á la presión normal se sublima á menor temperatura, se destila fácilmente con el vapor de agua, con el alcohol y con los hidrocarburos liquidos, arde con llama fuliginosa, es insoluble en el agua fría y muy poco en el agua hirviendo, se vuelve lechosa por enfriamiento, muy soluble en el alcohol, éter, aceites grasos y volátiles; la solución alcohólica al ser diluida en el agua le comuni- ca á ésta su olor fuerte, resiste mejor que el alcohol á la acción de los oxidantes y se destila junto con el alcohol aún haciendo la destilación fraccionada, teniendo además ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 97 los siguientes caractéres específicos: A—su solución al- cohólica de ácido pícrico dá un precipitado amarillo for- mado por agujas de picrato de naftalina, poco soluble en los ácidos; B—-+tratada por el ácido sulfúrico que conten- ga algo de nítrico, dá color moreno ; C—si se calienta sua- vemente 2cc de ácido sulfúrico 1cc de cloroformo y 0,05 er. de naftalina, el ácido sulfúrico se colorea de rojo y el cloroformo permanece incoloro. El formol que no es otra cosa que una solución de for- maldehido al 40%, es un liquido incoloro de olor pene- trante, que irrita las mucosas, que puede fácilmente de- terminarse su presencia en el alcohol por los procedimien- tos dados á conocer por Lindet. Adicionado el alcohol de naftalina y formol en las pro- porciones de cincuenta centigramos por litro de cada una de ambas sustancias, se obtiene el resultado que se per- sigue, porque mientras la naftalina le comunica un olor y sabor desagradables, que no pierde ni por adición de agua ni por destilación, el formol permite reconocerse y dosificarse por los procedimientos químicos indicados. Se acompaña una muestra de alcohol á la que se ha adicionado el desnaturalizante propuesto en las propor- ciones indicadas. En consecuencia de las consideraciones que anteceden, la Comisión opina, salvo el mejor parecer de la Acade- mia, que se conteste á la Secretaría de Hacienda en sen- tido de que no se ofrece reparo alguno al uso de la naf- talina, siempre que ésta esté acompañada por el formol, en iguales proporciones, y que éstas pueden ser de cin- cuenta centígramos de cada una por cada litro de alcohol 98 ANALES DE LA INFORMES SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. ARTURO BOSQUE (Sesión del 14 de julio de 1905) Presentados por el Sr. Eduardo Palú Se refiere á los siguientes: jarabe pectoral calmante de brea, codeina y tolú; licor de arenaria rubra; vino re- constituyente; vino de coca fostatado; aceite de higado de bacalao creosotado: jarabe de corteza de naranjas amargas; jarabe sedante de bromuro de litio; digestivo completo y esencia anti-especifica. Este informe fué aprobado. INFORME SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO (Sesión del 14 de julio de 1905) 1."—Presentados por el Sr. Flaviano Aquiles Mignet. Se refiere á vinos medicinales. 2.-—Presentado por Manuel L. Rivera. Se refiere al mentolado higiénico. 3.——Presentado por la Chemische Fabrike Gustrow de * Alemania. Se refiere al Eugutorm. Estos informes fueron aprobados. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 99 LO QUE DEBE SABER DE ENFERMEDADES DE LOS OJOS EL MEDICO QUE NO ES OCULISTA POR EL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ (Sesión del 14 de julio de 1905) El desarrollo de esta tésis, parece á primera vista, dar como buena la práctica de toda la medicina por un sólo - profesor; tal vez aceptar como posible él médico enciclo- pedista de otros tiempos, que ejercía por igual la larin- gología y la obstetricia, la otología y la ortopedia Ó la ri- nología y las enfermedades de las vías urinarias. Nada más lejos de nosotros que semejante apreciación; la conducta de toda nuestra vida profesional nos absuel- ve de este pecado. Desde el pri incipio de nuestra carrera sólo hemos eirado dentro del círculo estricto de las en- fermedades de los ojos y podemos asegurar que el que os habla ha sido el primero que en la Isla de Cuba ha ejer- cido exclusivamente una especialidad cual se venía ha- ciendo ya en otras partes. Esta limitación en el terreno del ejercicio profesional no ha sido óbice para que hayamos tratado de adquirir los conocimientos que se refieren á la medicina y sus cien- cias auxiliares. Nuestros pasos en esta Corporación abonan lo que de- cimos, así como nuestra constante dedicación á la Prensa médica; del mismo modo la parte que tomamos en la in- troducción de la Bacteriología entre nosotros y nuestra cooperación, aunque modesta, en todos los Congresos y Sociedades científicas del país y fuera de él. Aceptar el enciclopedismo sería volver á errores ya de- purados. Sería admitir nuevamente que la vida de un hombre, por inteligente que sea, baste para aquilatar en la práctica, el conocimiento teórico, que ciertamente pue- de alcanzar de las múltiples ramas de las ciencias mé- dicas. 100 ANALES DE LA Pueden las inteligencias privilegiadas llegar á dom1- nar todo el campo de la medicina, conociendo sus leyes eenerales basadas en la Anatomía y la Fisiología; pero está fuera de toda duda y admitido como indiscutible que en el terreno de la práctica, de la aplicación objetiva, es imposible llegar á dominar de modo perfecto cada una de las ramas de la profesión médica. No puede un médico decirnos la última palabra de lo que se refiera á la opera- ción de la catarata v. g., y hacer lo mismo á propósito de las operaciones que se practican en el útero y en la ve- jiga, porque como dejamos dicho, es corta la vida para que de cada una de estas materias haya podido formar un juicio concienzudo basado en su propia observación sobre el individuo enfermo. Cierto es que el especialista de los tiempos modernos no es el de los albores de la medicina, que inspiraba ver- dadero desprecio por su desconocimiento de la ciencia en general. Aquél provocó tal oposición al estudio de las es- pecialidades que países tan adelantados como la Francia necesitaron palpar el progreso en sus vecinos los alema- nes, para llegar á crear cátedras especiales, primero en París y después en todas las Facultades de Medicina de la República. Se han convencido que un médico, después de hacer sus estudios en debida forma, puede, sin menoscabo de su prestigio, antes bien levantándolo, limitarse á la prácti- ca de una sola rama de la medicina, para poder mejor prestar su atención á un número determinado de enfer- medades, y sobre el conocimiento de las cuales llegar á constituirse en legítima autoridad. No obstante, aún cuando un médico se circunscriba v. gr., á ver casos exclusivamente de medicina y otro los que atañen sólo á la cirugía, tienen uno y otro forzosa- mente que tropezar con enfermos agenos al ramo á que se consagran y á los que no puede rechazar en el primer momento. Una vez, se trata de un antiguo cliente, al que ha curado años tras años de enfermedades que encuadran entre las que él atiende y que reclama en un momento dado con urgencia sus cuidados, afectado de otro género ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 101 de dolencia, distinta de las que él trata constantemente, por ejemplo de una enfermedad de los ojos. Por desagradable que sea para el médico fijar su aten- ción en un particular que rarísima vez se presenta á su consideración, se vé obligado á atenderlo, á darle su op1- nión al paciente y hasta recetarle, pues no es hora ya de dirigirlo al especialista, está tal vez en punto en que no lo hay, ó llegará á él si está distante con dos ó tres días de retardo. j Como no puede estar, desde luego, sin tratamiento el enfermo, siquiera no sea más que por la idea del abando- no, en que se ha de suponer, hasta llegar al especialista, forzoso se le hace al médico formar un diagnóstico por lo menos provisional, digámoslo así, por las circunstancias, y colocarse en condiciones de que lo'recetado, á virtud de un examen superficial y sin los elementos para hacerlo completo, mantenga las cosas de modo tal, que permitan, sin perjuicio del paciente, que se realice más tarde un diagnóstico definitivo, por quien se consagre á ese ramo especial de las ciencias médicas. Hechas estas aclaraciones preliminares, comprende- réis mejor ahora que no es nuestro ánimo dar á los mé- dicos en general un curso de oftalmología que no necesi- tan por dos razones: la primera porque muchos de ellos antes de dedicarse al ejercicio de la profesión, lo siguie- ron, como siguió el que os habla, uno de obstetricia en su oportunidad, con el fin de adquirir mayor ilustración en todas las ramas de la medicina, pero nunca para prac- ticar la obstetricia; la segunda porque el estudio práctico de toda la oftalmología le sería perfectamente inútil y hasta imposible de obtenerlo, si la atención es solicitada de diverso modo y su finalidad es ejercer la profesión en otro sentido. En efecto, es fácil comprender como había de aspirar á hacer con todo acierto una operación de catarata, quien tiene cientos de operaciones de otro género que practicar, Ó no se ocupa de hacer ninguna, porque no se consagra á Lee cirugía. - No obstante, por el hecho expuesto, de tener que ver si- quiera sea del modo provisional algún enfermo- de los 102 ANALES DE LA ojos, es conveniente que todo médico tenga presente unas cuantas reglas, que no son muchas, á virtud de las cua- les, puede evitarse un error que pudiera afectar su buen nombre y la salud de su cliente, tal vez el más antiguo y querido de entre todos y á quien desea de corazón benefi- ciar y al que pudiera dañar diagnosticando á la ligera su enfermedad ocular, como veremos más adelante. Creemos con lo expuesto haber justificado el motivo que nos ha inducido á ocuparnos de la oftalmología que debe conocer el médico que no ejerce la especialidad de las enfermedades de los ojos. TI Empecemos por las enfermedades de la conjuntiva que, como es sabido, fuera de epidemias, constituyen el 30% de las afecciones oculares. No nos vamos á ocupar de las conjuntivitis agudas cuya infección se toma de la atmósfera como se ha de- mostrado por la O de los bacilos de Koch-Weebs Morax- Axentfeld, Hansell y otros; consisten otras en que el principio tóxico está en la sangre, como en el saram- pión, ó viene de un lugar distante del mismo cuerpo, co- mo en la purulenta ó blenorrágica; por eso es de gran trascendencia fijarse en que no haya pus. Mientras la se- creción sea mucosa, se trata de una conjuntivitis de las que siempre se han llamado catarrales, cuyos gérmenes no tienen ni con mucho la virulencia de las que presentan pus que frecuentemente lo provoca el gonococo. Aquellas pueden ser combatidas más tardíamente ó de modo más ó menos activo; pero desde el momento que hay pus, debe temerse la presencia del gonococo, sólo ó asociado, intra ó extraocular; nos hallamos en presencia de uno de los más graves peligros para el ojo y de aquí la conveniencia de que se establezca el tratamiento apro- piado por quien corresponda y se vigile atentamente al paciente. No queremos, ni de soslayo, hablar de lo que en estos casos hacen los profanos fuera de aquí, los lavados con orinas, las cataplasmas de leche, hojas de té, aplicaciones de carne cruda y aún de pedazos de placenta y otras as-- ÁCADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 1083 querosidades, pues queremos hacernos la ilusión de que nuestro pueblo es menos inculto que esas masas de otros países de población excesiva y descuidada. Para demostrar la gravedad de la presencia del pus y sus consecuencias, referiremos hechos desgraciados, no ya acaecidos en manos de médicos no especialistas, sino de quienes tenían legitima competencia, y ellos sólo da- rán una idea de lo que pudiera ocurrir á los que por no estar observando á diario enfermos de los ojos, han de tener menos obligación de estar prevenidos. Una mañana es consultado un oculista extranjero por un individuo que tenía un ojo ligeramente inyectado; n había secreción de ningún género y por tanto estaba lejos de sospechar se tratase del comienzo de algo grave. Or- denó al paciente algo de lo que es corriente disponer en estos casos; no pudo suponer que se presentasen nuevos sintomas y el enfermo no le consultó al cambiar el cuadro de éstos. A las pocas horas de recetarle sobrevino ede- ma de los párpados, se inició la secreción de aspecto puru- lento, se aumentaron las molestias y hasta al tercer día de enfermedad, cuando la supuración era abundante y-el quémosis torturaba la córnea, en señal de que las toxinas del gonococo, realizaban su acción destructora, el enfer- mo no creyó conveniente volver al oculista que se quedó espantado y le increpó por su inercia culpable. A pesar de que se estableció acto continuo un trata- miento apropiado no se pudo dominar el mail y el ojo se perdió, no sin que el culpable pretendiese acusar al médi- co de una desgracia debida á su indolencia. Otro enfermo en que se advierten sintomas no claros de una oftalmía purulenta es prevenido por el oculista de consultarle al día siguiente ó antes Si se le presenta- sen tales manifestaciones. El individuo presta poca aten- ción á lo que se le advierte, como ocurre frecuentemente por incuria ó por la malicia de creer que somos alarmis- tas interesados, y no volvió sino al tercero ó cuarto día alegando que indisposiciones de sus familiares, se lo ha - bian impedido y la distancia á que vivía, etc., etc.; pero trayendo en tales condiciones el ojo que no había espe- ranzas de salvarlo. No obstante se estableció el plan apro- 104 ANALES DE LA piado, el cual no logró dominar ya la enfermedad y el ór- gano se destruyó. Podríamos citar un número considerable de casos aná- logos sacados de nuestra práctica; pero de exprofeso he- mos citado dos casos de la agena porque al eximir á nuestros colegas de responsabilidad por las razones ex- puestas, no hemos de pecar de apasionados. Bastan los dos casos citados para demostrar la grave responsabilidad que puede resultarnos de una simple hi- peremia de la conjuntiva, que tantas veces sobreviene solo por saltar al ojo la más insignificante partícula de polvo ó cosa análoga; pero cuando obedece aquella á los co- mienzos de una infección y no se atiende oportunamente suelen experimentarse desagradables sorpresas. Y si esto puede ocurrir al oculista que tiene, repetimos, motivos para estar más advertido, porque le menudean estos casos, cuan fácil será sorprender al médico general que ve más de tarde en tarde enfermos de los ojos. Ciertamente que estableciendo desde luego un interro- gatorio se va derecho al bulto, si los enfermos, digesen siempre la verdad ó supiesen lo que deben decir; pero nos ha ocurrido estar tratando una oftalmía purulenta en un enfermo que aseguraba no haber tenido blenorragia y del examen de sus órganos genitales resultó que la tenía en más ó menos actividad. 'Podo lo expresado tiende á probar que las conjuntivi- tis, sobre todo las purulentas de los adultos, deben mante- ner en justificada alarma á los profesores médicos en ge- neral, porque es la enfermedad de los ojos que más veces triunfa de los recursos de la medicina y no pocas veces porque se le ataca tarde y en malas condiciones. Nos hemos referido, de intento, á la conjuntivitis pu- rulenta de los adultos exclusivamente, porque nos reser- vábamos estudiar á parte la oftalmía purulenta de los re- cién nacidos, ó sea la oftalmía neonatorum. Con decir que en todas partes la mayoría de los cie- gos que ocupan los asilos provienen de esta enfermedad, está justificado que nos ocupemos de un particular que no ha de ser en verdad nuevo para los que nos escuchan. Es lo cierto, sin embargo, que á pesar del progreso ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 105 realizado en el mundo con la creación de las grandes maternidades levantadas en los países más civilizados, aun produce ciegos la oftalmía neonatorum, cuando en _ realidad no debía producir ninguno ó reducido número, si se quiere, atendiendo á que en medicina no hay nada matemático y hay siempre que contar con las circunstan- cias concomitantes de naturaleza local, y otros motivos qhe no necesitamos enumerar y que cambian las deter- minaciones del médico ó el resultado de sus indicaciones. Los desastres que siguen á la oftalmía purulenta de los recién nacidos, no obedecen, las más de las veces, á que los médicos en general desconozcan la gravedad de esta afección. En todos los libros está consignada y cuando un profesor se encuentra en presencia de un caso típico, con abundancia de pus sobre todo, recuerda el pronóstico de la enfermedad y trata de dirigir el niño á persona 1dó- nea que establezca el tratamiento. Pero todos los casos no revisten este aspecto, que aunque parezca paradógico no es forzosamente siempre el más grave. Los hay que parecen solo tener una oftalmía catarral y examinando la secreción, después de ver que ha producido lesiones en la córnea, resulta que está aquella llena de gonococos. Por el contrario y aquí está lo paradógico, hemos tenido casos que han recurrido al tratamiento después de estar el globo del ojo bañado constantemente en abundante pus y al buscar una explicación de la inmunidad del glo- bo del ojo la hemos encontrado en que, en aquel pus tan abundante no había gonococos ó estaban en exiguo nú- mero. He aquí porque juzgamos falaz considerar como ca- tarral la oftalmía de un recién nacido, la prudencia exige que sin previos y repetidos exámenes bacteriológicos, su- pongamos siempre la existencia de gonococos, si no que- remos pasar por la dura pena de incurrir en un descuido que puede provocar la pérdida de un ojo, ó convertir en ciego un niño que puede llegar á vivir muchos años para su desventura. En definitiva: un niño recién nacido puede padecer una oftalmía catarral; pero de todo estado catarral de la conjuntiva en un recién nacido debe desconfiarse y con- 106 d ANALES DE LA siderársele como una oftalmía purulenta de escasa secre- ción, porque de equivocar el diagnóstico tomando por of- talmía purulenta la que es catarral, ningún mal se si- gue; pero la equivocación en sentido contrario es en ex- tremo lastimosa. Respecto de las enfermedades de la conjuntiva no ha- remos referencia á ninguna otra más; ni siquiera hemos de llamar la atención del diagnóstico diferencial entre la conjuntivitis y la 1rítis que puede hacerse sólo por el as- pecto de la inyección vascular las más de las veces (1) y por el de la pupila y el humor acuoso; pero que otras sólo la intensidad del dolor y la fotofobia obligan á recurrir al especialista que encuentra ya sinequias posteriores. No vamos á dar un curso de oftalmología y por tanto aunque existen otras enfermedades como el tracoma v. gr., que puede hacer incurrir en error de diagnóstico, no preten- demos evitar éste en lo absoluto, pues á diario se come- ten y se rectifican, aún por los más experimentados, sino que tratamos de fijarnos solo en lo que ofrece peligro serio para el enfermo y alguna responsabilidad para el médico. Por eso no hablamos tampoco de la contraindicación de los preparados de plomo en las afecciones de la córnea, pues si desde tiempos inmemoriales las sales de este me- tal tienen un poder curativo indiscutible, está probado que cuando existen úlceras en la córnea, éstas curan in- dudablemente; pero quedando un depósito metálico que si lo tolera la piel, no así la córnea que experimenta los perjuicios de la existencia de un cuerpo extraño. Estos y otros particulares son ya peculiaridades de la práctica oftalmológica, que no tiene urgencia de conocer (1) En efecto la inyección en la conjuntivitis no está limitada á la par- te anterior del ojo, sino también á la posterior y se extiende á lacara intér- na de los párpados; es reticular y se mueve con la conjuntiva, su color es vivo de escarlata Ó rojo de ladrillo. Cuando la inyección procede de la irítis Ó del glaucoma, se limita á la región periquerática, es rosada ó violá- cea palida y aun cuando se muva la conjuntiva por medio del borde del párpado, los vasos no se mueven con ella. Esto obedece á que en la conjuntiva hay dos sistemas vasculares: el de los vasos conjuntivales posteriores y el de los vasos ciliares anteriores, no obstante á causa de las numerosas anastomosis vasculares, puede ocu- rrir que en las inflamaciones intensas del segmento anterior del ojo, la in- yección se generaliza y se confunde la congestión de los vasos conjuntivales posteriorés propia de la conjuntivitis simple y la de los vasos ciliares an- teriores legitima en la irítis y el glaucoma interesándose ambos sistemas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 107 el médico en general, y por esta razón no tratamos de especializar y omitimos ocuparnos de otros particulares de análoga naturaleza. ¡001 Las enfermedades de la conjuntiva bulbar y las de la córnea son agenas, las más de las veces, á lo que hemos señalado en las conjuntivitis purulentas, que son palpe- brales; no tienen tampoco un curso tan rápido y por tan- to dan tiempo para tomar medidas oportunas, de acuerdo con el criterio que sustentamos. Las afecciones del iris, con la irítis á la cabeza, sí se prestan á confusiones lamentables; porque no siempre las enfermedades de los ojos como las de otros órganos, presentan el cuadro completo de sintomas que hace impo- sible el error de diagnóstico. No siempre la inyección de la conjuntiva en la irítis afecta una forma tan distinta de la de una conjuntivitis que no quepa la menor duda de su existencia; sino que puede presentarse la ausencia de dolor ocular ó periorbi- tario, ó escasa fotofobia y como la falta ó disminución de la vista no produce alarma, al que no está habituado 1 ' los diversos matices de la coloración conjuntival y desco- noce la presencia de una i1rítis, no se ordena el tratamien- to apropiado, y cuando la intensidad de los síntomas hace caer en la cuenta y dirigirlo al oculista, existen sinequias posteriores múltiples que comprometen la vida del ojo ó la atresia pupilar completa que le ha hecho para siempre ' incapaz de ver. Este accidente ocurre con más frecuencia, cuando la irítis es indolente, y eso no es lo general; en los casos do- lorosos los sufrimientos fuerzan al médico y al enfermo -á tomar determinaciones serias y éstas ponen á cubierto de un desastre. Ocurre también que la forma dolorosa puede conftun- dirse con el glaucoma agudo, sobre todo en los primeros días para los no habituados á la oftalmología y en este caso las consecuencias son también funestísimas. En efecto, el tratamiento dirigido á provocar la dila- tación de la pupila, que es en un caso de irítis el primer 108 ANALES DE LA paso que debe darse, es dañino sobre toda ponderación en el glaucoma; al grado de que en un ojo sano y en in- dividuo de avanzada edad, los midriásicos pueden deter- minar el glaucoma y, si son capaces de provocarlo en un ojo solamente predispuesto á él, no cuesta mucho calcular cuánto se agravaría el mal si se aplicasen una vez ya de- clarado éste. Conviene pues estar prevenidos, pues aunque se trata de afecciones de naturaleza muy diversas cabe el error, y no pocas veces lo hemos visto producirse. En tal con- cepto cuando los sintomas dolor ocular ó periorbitario van unidos a la inyección de la conjuntiva bulbar, muy es- pecialmente si esto recae en un sujeto mayor de 40 años, debe recordarse que el no usar los midriásicos constituye una grave falta y el recetarlos, cuando existen síntomas de arterio esclerosis general ó predisposición al glauco- ma, puede determinar la explosión de éste. No debemos olvidar que algunas veces es de efectos tan fulminantes el glaucoma, y reviste tal gravedad, que se hace impo- tente para combatirlo la iridectomía, las más de las veces eficaz si se aplica á tiempo, la esclerotomía anterior ó la ecuatorial, el estiramiento del nervio nasal (Badal) y la resección del simpático cervical, y también el uso á larga mano de la eserina, la pilocarpina, la arecolina, etc., etc. IV Las enfermedades del fondo del ojo que pueden expo- ner á una confusión de consecuencias desagradables, son: la catarata y el glaucoma. La catarata que en determinadas circunstancias pue- de ser conocida fácilmente hasta por los profanos, á la simple inspección, ofrece algunas veces serias dificulta- des para ser diagnosticada; pero éstas se pueden vencer cuando se tiene la práctica suficiente y se está prevenido. El error que suele cometerse más veces, no descansa, bien estudiado, en la incompetencia del médico para el diagnóstico, sino en cierto descuido al formularlo sir f- jarse en más síntoma que en la disminución de la vista del individuo afectado y su edad avanzada. Es verdad que ésta es la apropiada para la presentación de este mal; ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 109 pero no es por sí sola ni acompañada de la falta de vista lo bastante para formar juicio, omitiendo todo otro gé- nero de examen. Pocas veces se incurre en la equivoca- ción por el aspecto azuloso del cristalino, tan frecuente en personas de edad provecta, aunque perfectamente sa- nas y sin aquejar ninguna perturbación ocular; pero no ha faltado quien se haya dejado engañar por esa aparen- te opacidad del cristalino. El admitir la existencia de una catarata cuando real- mente no la hay y como consecuencia, recomendar al en- fermo que aguarde á la extinción completa de la vista para ser operado, tiene graves inconvenientes. Puede el sujeto padecer de un desprendimiento de la retina ó de otra enfermedad en que los recursos terapcu- ticos de la oftalmología sean escasos y recibir relativa- mente poco perjuicio, con no estar sometido precozmien- te al tratamiento más adecuado; pero también puede pa- decer una afección del nervio óptico ó de la retina en que el establecimiento de un plan apropiado detendría ó do- minaría la afección y en este caso se le ha hecho id un tiempo precioso. Cuando el paciente se presenta al oculista para ser operado de catarata, forzosamente se entera de que nc tiene esta enfermedad, sino otra que debió ser atendida tres, cuatro ó cinco años antes. Puede estar igualmente atacado de un glaucoma que después del primer acceso agudo, deja al ojo afectado, no pocas veces aparentemente sano y sólo con falta de vista más Ó menos acentuada. Esto es lo que hace creer en la existencia de la catarata y entonces puede ocurrir que la demora en establecer el verdadero diagnóstico, dé lugar á excesos sucesivos que coloquen las cosas en estado tal de gravedad y de sufrimiento, que cuando sea diagnos- ticado de glaucoma por el oculista, la iridectomía, opera- ción aceptada para combatirlo, por las autoridades en oflalmología, resulte ya del todo ineficaz por lo tardía en aplicarse. V Pudiéramos extendernos más, entrando en detalles so- 110 ANALES DE LA bre algunas otras afecciones en que cabría también un error de diagnóstico; pero esto no sería práctico y recar- garía el cuadro haciendo más difícil la retención del es- caso número de hechos sobre los que pretendemos fijar sólo la atención del médico general. De este modo limitándonos á señalar nada más que un corto número de enfermedades; en que los errores se repiten con relativa frecuencia, pudiera conseguirse el resultado efectivo de prevenir al médico y estando con tal motivo en guardia, por tratarse de un circunscripto número de particulares, evitar fácilmente lo que pudiera perjudicar á su crédito y á la salud de sus clientes. Si este paso que nos atrevemos á dar, dentro del cam- po de la oftalmología, autorizados por una larga consa- gración á este género de estudio, más que por nuestra competencia, lo imitasen los que están dotados de ésta en el cultivo de otras especialidades, realizarían un buen servicio en el ejercicio profesional; nadie podría consi- derarse lesionado, ganaría el paciente, no perdería nada su médico con indicarles en tiempo oportuno el camino que debía tomar para recobrar de modo eficaz la salud; y el oftalmólogo, como los que se dedican á otras espe- cialidades devolvería al médico general la ayuda que tan frecuentemente les presta ilustrándoles sobre el esta- do general del enfermo para mejor conocer el local en el circunscripto campo de su observación y deliberación. JUNTA DE GOBIERNO PARA EL BIENIO DE 1905 A 1907 ELEGIDA EL DIA 28 DE ABRIL DE 1905 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Vice: Dr. Tomás V. Coronado. Secretario: Dr. Gustavo López. Vice: Dr. Jorge Le-Roy. Tesorero: Dr. Francisco I. de Vildósola. Bibliotecario: Dr. Enrique Acosta. Conservador de los Museos: Dr. Pedro Valdés Ragués ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 111 En la sesión de Gobierno celebrada el 14 de julio de 1905, la Academia aprobó los siguientes nombramientos de los Académicos que han de formar parte de las tres secciones y diez comisiones que dispone el Reglamento. SECCIÓN DE MEDICINA, CIRUGÍA Y VETERINARIA Director: Dr. Tomás V. Coronado. SECCIÓN DE FARMACIA Director: Dr. Gastón Alonso Cuadrado.. SECCIÓN DE CIENCIAS Director: Dr. Pedro Valdés Ragués. COMISION HS 1."—-BIOLOGÍA Director: Dr. Enrique Acosta. Secrciario: ,, José A. Presno. ,, Miguel Sánchez Toledo. Juan N. Dávalos. José A. Valdés Anciano. ,”» ” 2. *—PATOLOGÍA Y CLÍNICA MÉDICAS Director: Dr. Joaquin Jacobsen. Secretario: ,, Enrique Saladrigas. ,, Manuel G. Lavín. ., Antonio Díaz Albertini. »y Gonzalo Aróstegui. “—PATOLOGÍA Y CLÍNICAS QUIRÚRGICAS Director: Dr. Ignacio Placencia. Secretario: ;, Gustavo G. Duplessis. , Agustín de Varona. Alberto S. Bustamante. .,. Fernando Méndez Capote, 112 ANALES DE LA 4. *— HIGIENE Y DEMOGRAFÍA Director: Dr. Vicente de la Guardia. A Secretario: ,, Enrique B. Barnet. ”. Alonso betancoutt. » Rafael Weiss. » Juan Guiteras. 5..—MEDICINA LEGAL Y LEGISLACIÓN SANITARIA Director: Dr. Gustavo López. Secretario: ,, Jorge L.e-Roy. Tomas Yo Coronado: , Guillermo Benasach. » Ignacio Calvo. 6*— MEDICINA VETERINARIA Director: Dr. Francisco Etchegoyen. Secretario: ,, Honorato Lainé. ., Antonio de Górdon. », Manuel Ruiz Casabo. ,, Miguel F. Garrido. 7—FARMACIA, TERAPÉUTICA Y BOTÁNICA Director: Dr. Domingo Hernando Segui. Secretario: ,, Francisco I. de Vildósola. a Jose iBsalacan: y, Arturo Bosque. » Carlos Moya. 8. — TOXICOLOGÍA, QUÍMICA LEGAL Y ANÁLISIS FÍSICO-QUÍMICOS Director: Dr. Gastón Alonso Cuadrado. Secretario: ,, Emilio Pardiñas. . Manuel Delfín. Sr. Francisco Paradela. Dr. Emilio Alamilla. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA TS 9. "—GEOLOGÍA, MINERALOGÍA Y PALEONTOLOCIA Director: Dr. Pedro Valdés Ragués. Secretario: ,, Ramón Palacio. », Arturo Amigo. , Ramón Villalón. Joaquín Diago. 10."——ANTROPOLOGÍA Y ZOOLOGÍA Director: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: ,,- Felipe García Cañizares. JOSE NI. Cespedes, », Domingo F. Cubas. » Gabriel Casuso. En sesión de Gobierno del 14 de julio se acordó decla- rar en receso la Academia hasta el 29 de septiembre, fa- cultando á la Junta de Gobierno para convocar á sesión extraordinaria en caso necesario. ANALIS DE LA Acta de la sesión pública extraordinaria del 1? de septiembre de 1905. Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número: Dres. Enrique Acosta.— Ignacio Calvo.—Domingo Fernández Cubas.—Tomás Vicente Co- ronado.—Gastón Alonso Cuadrado.—Felipe García Cañizares.— A Domingo Hernando Seguí.—Jorge Le-Roy.—Carlos Moya.— Emilio Pardiñas.—Pedro Valdés Ragués. Honorario: Dir. Claudio Delgado. Leída el acta de la sesión anterior (14 de julio) fué aprobada. 1 Sr. Secretario dió cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones : Entrada.—De la Secretaría de Gobernación devolviendo sellado uno de los ejemplares del Reglamento impreso por el que se ha de regir la Academia según Decreto Presidencial número 378. De la misma escritos números: 16598, 16678, 16679, 16680, 16681, 16865 y 18152, sobre preparados farmacéuticos. Del General Leonardo Wood manifestando haberse enterado de que la colección de peces había llegado á la Academia y añadiendo que es un gran placer para él hacer todo lo que pueda por la Aca- demia á la cual se encuentra orgulloso de pertenecer. De la Dirección de la Estación Central Agronómica de Santiago de las Vegas, solicitando comprar la obra de Gundlach Contribu- ción ú la Entomología Cubana. Del Sr. Ignacio Rivero (de Barcelona), remitiendo la obra “Pato- logía de las enfermedades epilépticas y mentales”, para que esta Academia dictamine sobre ella. Del Dr. Jorge Vega Lamar remitiendo, desde Santa Isabel de las Lajas, un ejemplar teratológico, al que acompaña una breve des- cripción. E Del Dr. Francisco I. de Vildósola, presentando la renuncia de su cargo de Tesorero de la Academia, por sus múltiples ocupaciones. Del Gobierno Civil, remitiendo expediente número 4201, de San José de las Lajas, sobre infracción de las Ordenanzas de Farmacia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 115 Del Dr. Gabriel Casuso, participando haber tomado posesión, el 23 de agosto, de la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio de la República de Cuba. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo los infor- mes sobre preparaciones farmacéuticas, aprobados en la sesión del 14 de julio. A la Secretaría de Hacienda, remitiendo el informe emitido con motivo de la desnaturalización de los alcoholes. Al Sr. Tesorero de la Academia, participándole el nombramiento de estacionario de la Biblioteca á favor de D. Rafael G+ómez. Al Sr. Rafael Gómez, nombrándolo estacionario de la Biblioteca. A la Secretaría de Gobernación, remitiéndole los dos ejemplares del Reglamento impreso de la Academia. A la Secretaría de Gobernación, participándole no haber recibido las muestras de las píldoras de Bristol á que se refiere su escrito número 16680. A los Académicos de la Sección de Farmacia, solicitando evacuen con urgencia los informes que tengan pendientes sobre preparacio- nes farmacéuticas y que han de ser discutidos en la sesión extraor- dinaria del 1.” de septiembre. Concede la palabra el señor Presidente al Dr. Domingo Her- nando Seguí, para leer un INFORME SOBRE PREPARACIONES FARMA- céuticas: del Dr. Gardano, presentadas por el mismo; digestivo Mojarrieta, presentado por el Sr. Larrazabal; las designadas con los nombres Ferment Pommes y Neurotropo Marcial, presentadas por el Sr. Taquechel; las denominadas Celerina Aletris, Pinus Ca- nadensis blanco y Pinus Canadensis obscuro, de Kenedy, presenta- das por el Sr. Johnson. El Ponente dice en su informe que procede autorizar la introducción y venta en la República de todas las pre- paraciones enumeradas. Este informe mereció la aprobación de la Academia, salvando el Dr. Domingo F. Cubas su voto, por ser en contra. El mismo Dr. Hernando Seguí, lee otro INFORME acerca de la Emulsión de Keppler y Extracto de malta de Keppler, presentadas por el Sr. Ernesto Sarrá; y las designadas con los nombres Vejtiga- torio Rosa Beslier y Esparadrapo Beslier, por el Dr. Fernando Lla- no, creyendo también es de autorizarse la venta en la República, de estos preparados. También fué aprobado este informe, haciendo constar el Dr. Cu- bas su voto en contra. 116 ANALES DE LA Finalmente dá lectura á otro INFORME acerca del preparado del Sr. F. Marrero, que con el nombre de Betónica, fricción fortifican- te, excitante, afrodisiaca, viene por segunda vez á esta Academia. El Sr. Ponente opina que la modificación introducida en esta pre- paración, no es bastante para que responda á las indicaciones que según el mismo llena, y por tanto debe ser rechazada. nuevamente. Se aprueba por unanimidad este informe. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado ocupa la tribuna y dá lectura á UN INFORME RELATIVO Á LAS PASTILLAS DE STOVAINE DE BILLON presentadas por el Sr. Ernesto Sarrá, pidiendo sea autorizada su venta en esta Isla. Fué aprobado este informe menos por el Dr. Cubas, que hace constar su voto en contra. El Dr. Carlos A. Moya ocupa después la tribuna, leyendo tres IN- FORMES : uno acerca de preparados farmacéuticos presentados por el Dr. F. Taquechel á nombre de la casa Bonette de París y otro pre- sentado por el Dr. Ernesto Sarrá, en nombre de la casa Flourens de Bordeaux, refiriéndose cada uno de ellos á variados productos y los cuales son informados favorablemente por el señor Ponente. La Academia se sirvió aprobar dichos informes, haciendo constar el Dr. Cubas su voto en contra. El Dr. Emilio Pardiñas lee un INFORME SOBRE CÁPSULAS DEL DR. AILAINE al ¡ioduro de potasio puro, opinando que se autorice su uso y venta en la República. Este informe fué igualmente aprobado, dejando constancia de su voto contrario el Dr. Cubas. El mismo Dr. Pardiñas dió cuenta de varias observaciones que se le habían ocurrido con ocasión del INFORME SOBRE LA DIGESTINE, producto farmacéutico que había sido informado por el Dr. Moya y que quedó sobre la mesa, á petición de los Dres. Pardiñas y Her- nando Seguí. Aclaran ambos señores el juicio que les ha merecido dicho infor- me, ratificando el expuesto por el señor Ponente de que puede au- torizarse su venta en la República. Así se acuerda por la Academia. El Dr. Cubas deja constancia de su voto en contra. . El Dr. Pardiñas, en nombre del Dr. Arturo Bosque, que ha ex- cusado su asistencia á la sesión, por enfermedad, presenta dos INFOR- MES relativos á una larga lista de preparaciones, que en dos fechas distintas hia solicitado el Dr. Ernesto Sarrá. Ambos informes fue- ron aprobados por la Academia exceptuándose de uno de ellos; lós ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA EE7 preparados Serum anti-staphylococcique, Staphylase du Dr. Doyen, Staphylase iodurée y Staphylase bromurée, los cuales acordó la Aca- demia fueran enviados al Dr. Enrique Acosta, para que hiciera de ellos un estudio y emitiera el informe correspondiente en su calidad de bacteriólogo. Se dió cuenta por el Secretario, del escrito de la Secretaría de Gobernación, relativo al Bálsamo Pectoral de Allen, Perry Davis Pain Killer, Jarabe Weavers, productos que fueron rechazados por la Junta Superior de Sanidad y acerca de los cuales la referida Secretaría pide informe por que estos mismos productos habían sido informados favorablemente por la Academia. Con este motivo emitieron su opinión los Dres. Hernando Seguí, Emilio Pardiñas y Claudio Delgado, respecto á lo que esta Acade- mia debiera hacer, acordándose pedir copia de las fórmulas de di- chos productos á la citada Secretaría y dejando nombrada uno co- misión compuesta de los Dres. Hernando Seguí y Alonso Cuadrado, para que oportunamente informasen respecto á este particular. Y no habiendo otro asunto de que tratar, se dió por terminada la sesión. INFORMES SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. DOMINGO HERNANDO SEGUI (Sesión del 1. de septiembre de 1905) Se refieren á los siguientes: 1.-—Presentados por el Sr. José Gardano: esencia zar- zaparrilla; jarabe depurativo; cápsulas Gardano, y pape- lillos antidisentéricos. Presentado por el Sr. Juan Larrazabal: digestivo Mo- jarrieta. Presentados por el Sr. Francisco Taquechel: ferment pommes de la casa A. Fouris y neurotrope marcial de la casa H. Lacroix. Presentados por el Sr. M. Johnson: celerima; aletris 118 ANALES DE LA cordial; pinus canadensis de Kenedy obscuro y pinus ca- nadensis de Kenedy blanco. 2.“—Presentados por el Sr. E. Sarrá: emulsión de Keppler y extracto de malta de Keppler. Presentados por el Dr. Fernando Llano: vegigatorio rosa Beslier y esparadrapo Beslier. 3.”—Presentada por el Sr. F. Marrero (su autor): BETÓNICA, fricción fortificante, excitante, afrodisiaca, vegetal. Estos informes fueron aprobados. INFORME SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO (Sesión del 1.” de septiembre de 1905) Se refiere al siguiente: pastillas de stovaine Billon pre- sentada por el Dr. Ernesto Sarrá. Este informe fué aprobado. INFORMES SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. CARLOS MOYA (Sesión del 1. de septiembre de 1905) Se refiere á los siguientes: 1.—Presentados por el Dr. F. “Paquechel á nombre de la casa Bonetti de Paris: lecitina granulada; grageas de lecitina; grageas de lecitina guayacolada; gayacitina, ampoyas de lecitina pura; arsiquinina píldoras; ampo- yas de arsiquinina; gerapsetol Walthy; yodalia. 2. —Presentados por el Dr. E. Sarrá: pastillas thyroi- dine; pildoras thyroidine. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 119 3.——Presentado por la Digestine Manufacturing Com- pany de New-York: Digestina. Estos informes fueron aprobados. INFORME SOBRE UN PREPARADO FARMACEUTICOO POR EL DR. EMILIO PARDIÑAS (Sesión del 1.? de septiembre de 1905) Se refiere á las cápsulas du Dr. Ailaime al yoduro de potasio puro. Presentado por el Dr. Alfredo Bosque. Este informe fué aprobado. INFORMES SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. ARTURO BOSQUE (Sesión del 1. de septiembre de 1905) Se refiere á los siguientes : 1."—Presentados por el Dr. E. Sarrá: licor de Her- més; mistura antidiabética de Martín, pildoras de Rebi- llón, jarabe de Rebillón; papel Fayard; pildoras de Ra- tié; cápsulas tenifugas de Kirn; polvos y cigarros antias- máticos de Gambier; urotropina Chanteaud y sedlitz Chanteaud. 2.—Presentados por el Dr. E. Sarrá: gránulos anti- moniales de Papillaud; gránulos antimonio ferrosos de Papillaud; tribromurado de A. Gigon; píldoras de H. Bosredon de Orleans; ulmarol del Dr. A. Gigon; gotas 120 ANALES DE LA amargas del Dr. A. Gigon; valerianose; aube-iodo Lup del Dr. A. Gigon; cápsulas de bacilina y ámpulas de baci- lina del Sr. Mase Ravenet; vino uranado de Pesquí; hie- rro de Quevenne y bromhidrato de quinina de Boile, vino de Defresne á la peptona, pildoras de Defresne á la pan- creatina; peptona de Defresne en polvo; polvo de pan- creatina de Defresne; elíxir de pancreatina de Defresne y aceite pancreático de Defresne del Sr. Paul Macquaire; cigarros antiasmáticos de Espic del Sr. Rouffilange; eli- xir de virginia del Sr. E. Landrin; vino de Bugeaud; sue- ro antistaphylicoccique; staphylase du Dr. Doyen; sta- phylase iodurée; staphylase bromurée y proteol del doc- tor Lebeanet y veritables pilules de Blaud del Sr. A. Men- dre, farmacéuticos todos de Paris. El primer informe fué aprobado en todas sus partes y del segundo fueron aprobadas todas las preparaciones menos el serum anti-staphyloccocique; staphylase du doc- tor Doyen; staphylase iodurée y staphylase bromurée las cuales quedaron pendientes de informe por tratarse de productos bacteriológicos. : ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABAN qa Acta de la sesión pública ordinaria del dia 29 de septiembre de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—Dres: E. Acosta.—J. P. Alacán.—To- niáis V. Coronado.—(G. Alonso Cuadrado.—D. Fernández Cubas. —F. García Cañizares.—D. Hernando Segní.—J. Jacobsen.— J. Le-Roy.—C. Moya.—J. A. Presno.—J. A. Valdés Anciano. Leída el acta de la sesión anterior (extraordinaria del 1.” de sep- tiembre) fué aprobada. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. Gonzalo Aróstegui, solicitando cuarenta y cinco días de licencia para los Estados Unidos. Del Dr. Francisco I. de Vildósola, participando haber tomado posesión del cargo de Sub-Secretario de Agricultura, Industria y Comercio el día 2 de septiembre. De la Secretaría de (Gobernación, escritos «números 19.611, 19.612, 19.643, 20.110, 20.669 sobre preparaciones farmacéuticas. Del Juzgado de Instrucción del Centro, solicitando informe en causa por duelo, número 4 de 1905. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo los infor- mes aprobados en la sesión del primero de septiembre. A la misma, solicitando copia de las fórmulas del bálsamo pecto- ral de Allen; Perry Davis Pain Killer y jarabe de Weavers. Al Dr. Enrique Acosta, nombrándole ponente para que informe acerca del Serum anti-staphylococcique; staphylase hbromurée y sta- phylase iodurée du Dr. Doyen. A los Dres. Alonso Cuadrado y Hernando Seguí, nombrándolos en comisión para reconsiderar el informe emitido por el Dr. Delfin acerca del bálsamo pectoral de Allen, Perry Davis Pain Killer y jarabe de Weavers que fué calificado por la Junta Superior de Sa- nidad, como un nostrum. Al Dr. Gonzalo Aróstegui, concediéndole los cuarenta y cinco días de licencia, para los Estados Unidos, que solicitó. 139 ANALFS DE LA Entrando en la orden del día, el señor Presidente concede la pa- labra al Dr. Tomás V. Coronado, quien lee un INFORME EN CAUSA POR DUELO, consultado por la Audiencia de Santiago de Cuba, el cual fué aprobado sin discusión. El Dr. Hernando Seguí, ocupa después la tribuna para leer un INFORME ACERCA DE INFRACCIONES DE LAS ORDENANZAS DE FARMA- CIA, cuyo informe, procedente del Gobierno Civil, ha venido á esta Academia por decreto del Sr. Presidente de la República, á fin de que no dejara de cumplirse el trámite reglamentario de oir el pare- cer de esta Corporación. El informe del Dr. Hernándo Seguí fué también aprobado, sin discusión. Es ocupada la tribuna por el Dr. G. Alonso Cuadrado, quien en nombre de la Comisión nombrada en la sesión anterior, lee el INFOR- ME emitido para reconsiderar el suscrito por el Dr. Manuel Delfín y aprobado por esta Academia el 9 de junio del año actual, relativo al bálsamo pectoral de Allen, Perry Davis Pain Killer y jarabe de Weavers. Una vez concluída la lectura de este informe se pide por el doc- tor J. P. Alacán la lectura del informe de la Junta Superior de Sa- nidad. La ponencia da lectura á este trabajo. Enseguida el Dr. Ala- cán expone, que dicha Junta no puede hacer la apreciación de que se trate de un nostrum puesto que no le es aplicable ese calificativo toda vez que los citados preparados, cada uno de ellos tiene su fór- mula bien determinada y bien precisada, siendo esto lo bastante para no poderse clasificar de tal modo. El Dr. Jacobsen, que es á la vez miembro de la Junta de Sanidad, hace saber que no recuerda en absoluto lo que en la citada Junta pasara con ocasión de estos preparados. Y por este motivo se reser- va su voto respecto al particular de que se trata. En su vista el Dr. Hernando Seguí propone que siendo el doctor Duplessis el que emitió el informe y á su vez Académico, venga á esta Corporación á discutir las razones que haya tenido para juzgar de ese modo esos medicamentos. El Dr. Alacán lo apoya. El Dr. G. Alonso Cuadrado expone que el Dr. Duplessis no po- drá venir aquí á sostener lo afirmado en la Junta Superior de Sani- dad, puesto que esos preparados tienen su fórmula y el objeto de su informe ha sido el ponerlas bien en evidencia, traduciéndolas todas al castellano. Expone, que como venían expuestas las referidas fór- mulas, podían ser rechazadas por aparecer, hasta cierto punto, in- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 123 comprensibles. Por eso él ha tenido el trabajo de hacerlas compren- sibles unificando las medidas en ellas expuestas. Como quiera que el Dr. Hernando Seguí insistiese sobre la con- currencia del Dr. Duplessis, el Dr. Garrido expone que no hacemos nada aquí con discutir con el Dr. Duplessis, puesto que para él este asunto está definitivamente resuelto y dadas las explicaciones conte- nidas en el informe, no ha de dejar de comprenderlas el mismo doc- tor Duplessis. Entonces el Dr. Hernando Seguí retira su proposi- ción, y queda aprobado el informe menos el voto del Dr. D. Fernán- dez Cubas y la reserva que del suyo hizo el Dr. J. Jacob: .;. El Dr. J. Le-Roy dá lectura á su trabajo anunciado sobre EL CUARTO ANIVERSARIO DE LA ERRADICACIÓN DE LA FIEBRE AMARILLA DE LA HABANA, el cual mereció ligeras observaciones de los doctores Fernández Cubas, Coronado y López. El Dr.J. A. Presno usa por último de la palabra y da cuenta de un caso de EMASCULACIÓN TOTAL DEL PENE, con presentación del en- fermo, el cual es examinado por todos los presentes, quienes felicitan al Dr. Presno, por su éxito operatorio. Con ello se dió por terminada la sesión, constituyéndose la Aca- demia en otra de Gobierno. 7 INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA POR DUELO POR EL DR. TOMAS V. CORONADO (Sesión del 29 de septiembre de 1905.) El señor Juez de Instrucción de Santiago de Cuba dice á este Juzgado lo que sigue: “Santiago de Cuba, catorce “de septiembre de 1905.—Sr. Juez de Instrucción del “Distrito del Centro.—Habana.—Señor: En cumpli- “miento de providencia dictada en la causa número 4 del “corriente año, que como Juez Especial por Delegación “del Tribunal Supremo, instruvo por el duelo entre los “señores F..... SO POSE: Mea. 2h , le dirijo el “presente con el finde que se sirva interesar de la Acade- “mia de Medicina el siguiente informe: “Si un individuo “que presentaba en seis de julio último en el tercio infe- 194 ANALES DE LA “rior del antebrazo derecho y sobre su borde interno tres “lesiones, Ó mejor dicho, tres erosiones superficiales, li- “neales, que solo interesaban la epidermis, dirigidas de “arriba á bajo y de atrás á delante y ligeramente hacia “fuera; la posterior de cinco centímetros es paralela á la “anterior de solo dos centímetros de longitud; la media “converge con la posterior por su extremidad inferior y “ella solo mide uno y medio centímetros estando separa- “da por medio centímetro de dicha herida posterior y dos de la anterior.” “Los extremos en que ha de dictaminar dicha Acade- “mia de Medicina, son los siguientes: primero: qué arma “ha producido dichas lesiones, si lo fueron de uno ó va- “rios golpes, si el instrumento que las causó era cortante, punzante, contundente, ó de qué clase, ó si ha sido un “proyectil de arma de fuego.-—Segundo: si el instrumen- “to vulnerante ha podido serlo alguna de las piezas de “zinc que se acompañan.—Tercero: en caso afirmativo “ha podido el lesionado causarse las heridas descriptas “al rozar involuntariamente por descuido, el brazo des- “nudo con uno de los bordes de dichas piezas de zinc, “en ocasión que tomaba un objeto del interior de la ne- “vera donde esas mismas piezas se encontraban” En cumplimiento del mandato judicial para que esta Academia informe en causa por lesiones, y después de un estudio detenido de los antecedentes y observación de las piezas de zinc, el ponente que suscribe propone los si- guientes razonamientos en que se fundarán las conclusio- nes con las cuales se responde á la interrogación del señor Juez de Instrucción de Santiago de Cuba. No es posible pensar que un arma de duelo, espada, et rete ó sable, esgrimida por un contendiente, no ya en un duelo formal, sino en simple asalto de práctica pueda de- terminar tres escoriaciones tan superficiales que solo des- prendan la capa epidérmica. Las lesiones determinadas por cualquiera de estas armas de duelo tenían que ser ne- cesariamente de mayor importancia, hiriendo ó contun- diendo no la epidermis, sino el corión dérmico ó el dérmis en su totalidad, y en el informe nada se dice de herida del dérmis ni de las marcas indelebles—por algunos dias—- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 125 que hubiera dejado la contusión lineal con una de esas ar- mas blancas. No se concibe pues, que las lesiones observadas hayan sido producidas por instrumento cortante, punzante ni contundente. Un proyectil de arma de fuego jamás podría determi- nar lesiones parecidas á las observadas en el brazo del le- sionado. Solamente al laminarse una bala percutiendo so- bre una lámina de acero ó sobre una roca granítica, las chispas del plomo producirían heridas lineales y superfi- ciales; pero éstas jamás serían paralelas ni tan inofen- sivas. Dado el aspecto de simples rasguños superficiales que levantan la epidermis, es muy factible que hayan sido pro- ducidas por los ángulos agudos de cualquiera de las dos piezas de zinc y por un mecanismo bien fácil de compren- der, si nos fijamos en el automatismo de los movimientos instintivos é impulsivos cuando una picadura, un araña- zo Ó golpe hiere una de nuestras extremidades. Sucede en esos casos que inconscientemente las lesiones se mul- tiplican, como ha resultado en el caso consultado. Araña- do el brazo por el ángulo agudo del zinc, un movimiento ' corto y rápido determinó la escoriación pequeña y diver- gente y en último extremo la huida enérgica y pronta del miembro, la escoriación más prolongada, que resulta ser la más interna de las tres. Es cuerdo presumir que al tomar un objeto del interior de la nevera donde se encon- traban las piezas de zinc, los hechos se realizaran tal co- mo lo hemos expuesto. E CONCLUSIONES: Primera.—Las escoriaciones observadas en el brazo del lesionado no han sido producidas por instrumentos cortantes, punzantes ni contundentes, manejados agresi- vamente. Tampoco pueden haber sido determinadas por proyectil de arma de fuego. Segunda.—Es factible que los ángulos agudos de las piezas de zinc determinaran los rasguños. Tercera.—Sií ha podido el lesionado causarse las heri- das descritas al rozar involuntariamente y por descuido, el brazo desnudo, con uno de los bordes cortantes de di- 126 ANALES DE LA chas piezas de zinc, en ocasión de tomar un objeto del in- terior de la nevera donde esas mismas piezas se encon- traban. INFORME SOBRE INFRACCION DE LAS ORDENANZAS DE FARMACIA POR EL DR. DOMINGO HERNANDO SEGUI (Sesión del 29 de septiembre de 1905.) La Secretaría de Gobernación ha remitido á esta Aca- demia el expediente formado al Ldo. E..... EONSUR con motivo de una denuncia formulada contra el mismo porel ¡D5h Rua! o. , farmacéutico el primero y médico el segundo, de San José de las Lajas, para que esta Corporación emita el informe á que se contrae el artículo 46 de las Ordenanzas de Farmacia. Este voluminoso expediente, extractado, se reduce á lo que sigue: “El Alcalde de la ya citada población, San José de las Lajas, dirigió una comunicación al Goberna- dor Civil de la provincia de la Habana, manifestándole que, en virtud de denuncia del Dr. R..... ATA había sido ocupada en la casa de una señora vecina de la loca- lidad, una botella conteniendo una poción despachada en la fanmaciar del Lido E 22.2: ELBT SD: , poción que, á consecuencia de la sustitución en ella de un medicamento por otro, había originado trastornos en el organismo de la paciente. Que la alarma producida por este hecho y los comentarios de los vecinos ameritaban se girase una visi- ta extraordinaria á la citada farmacia. Realizada esta visita por el comisionado del Gobierno Civil, Dr. Llansó, éste propuso y el Gobernador aceptó prescindir del hecho denunciado por el Dr. A..... , toda vez que la intervención del Juzeado, ocupando el frasco de la medicina, hacía imposible el examen de ésta, medio el más adecuado para aclarar este asunto. En el expediente en que consigna ese señor Subdele- gado los resultados de su visita, formula contra el licen- Cd Ei ds bres Eat , los siguientes cargos: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 1297 1.—No haber podido acreditar la propiedad de la far- macia con documento aleuno. 2.— Haber despachado la repetición de la fórmula nú- mero 8125 con solo la presentación del pomo y sin la au- torización del facultativo. 3-—Que el Ldo. H..... ha despachado la fórmula número 8263 que dice: “Pomada resolutiva” sin especi- ficar sus componentes y que la mayor parte de los medi- camentos despachados en su farmacia eran recetados porerDEM Termina el expediente proponiendo al Gobierno Civil la imposición de una multa de cincuenta pesos por cada uno de los referidos cargos, pues, á su juicio, ha infrin- ende: por el primero: los artículos 77 y 79 de las Ordenan- zas de Farmacia; por el segundo: los artículos 16 y 17; y por el tercero: los artículos 69 y 84 de las citadas Orde- nanzas. El Gobernador Civil Aa ali Adora sz las tres multas pedidas por el Subdelegado; posteriormente dejó sin efecto la primera por haber exhibido el interesa- do testimonio de la escritura por la que adquirió todas las pertenencias de la farmacia, quedando firmes las: otras dos. Flribdos Ebdoos. interpuso recurso de alzada para ante el Secretario de Gobernación, pidiendo se dejaran también sin efecto esas dos; y el señor Presidente de la República en decreto de fecha 14 del mes próximo pasa- do dijo: que en la instrucción del expediente se había prescindido del dictamen, indicado en el artículo 46 de las Ordenanzas de Farmacia, que debía emitir la Academia de Ciencias; procediendo por tanto subsanar esa omisión antes de dictar una resolución definitiva sobre la alzada interpuesta. Son, por lo tanto, dos los ES concretos sobre que harde aitormar esta Corporación: 1. »1 el Ldo. ¿Hijulos. ha infringido los artículos 16 y 17 de las Ordenanzas de Farmacia por el hecho de haber repetido una fórmula sin orden del facultativo. 2.” Si ha infringido los artícu- los 69 y 84 de las mismas ordenanzas porque el mayor nú- mero de las recetas despachadas en sy farmacia corres- * ES os - 128 ANALES DE LA ponden al Dr. M... y por haber despachado una fórmu- la que dice: “Pomada resolutiva” sin especificar los in- gredientes. En cuanto al primer extremo, desde luego hay que descartar el artículo 17 porque se refiere exclusivamente á medicamentos heróicos en dosis extraordinarias y no es de esta clase ninguno de los que figuran en la fórmula re- petida, cuya composición es la siguiente: Terpina 2,00, Codeina 0,40, Bromoformo 1,90, Glicerina 125 ,00. Para usar por cucharaditas. Debemos ver solamente si resulta inirmeido el artículo 16 que dice: “Los Farmacéuticos no despacharán sin “receta de facultativo legalmente autorizado, sino aque- “llos medicamentos que son de uso común en la medicina “doméstica, y los que suelen prescribir verbalmente los “mismos facultativos médicos, cirujanos ó veterinarios.” Entiende el ponente que el farmacéutico no ha despacha- do esa medicina sin receta; la ha despachado con la receta del facultativo á la vista; no ha hecho otra cosa que rel- terar, á petición del cliente, el despacho de un medica- mento con la receta de un facultativo legalmente autori- zado y eso no hay artículo ninguno en las Ordenanzas de Farmacia que lo prohiba. Y que esta es la interpretación racional del artículo, lo demuestra el hecho indudable de que diariamente se repiten en todas las farmacias de la República infinidad de recetas sin que se le hava ocurrido á nadie pensar que con ello se infringían las Ordenanzas de Farmacia. Veamos el segundo cargo: o eli 5, do? AUNAe ha infringido los artículos 84 y 69 de las tantas veces cita- das Ordenanzas de Farmacia. Fundamentos del cargo: Que la mavor parte de las recetas despachadas en su far- macia son del Dr. M..... y que ha despachado una rece- ta de este facultativo que decía solamente: “Pomada re- solutiva” Ninguno de los dos hechos, ni los dos reunidos prue- ban que haya connivencia entre el Dr. M..... y el Ldo. NUS. - En primer lugar el expediente no nos da un estado comparativo entre las fórmulas que hace al año el DeriM alos, v las que hacen sus compañeros, ni tampoco ha visto el Sr. Subdelegadó las que se despachan en la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 129 otra ú otras farmacias, si es que existen en la localidad, dato indispensable, pues muy bien pudiera ser el hecho observado la consecuencia natural de recetar el citado DESVE?. 0.2 más que sus colegas. Por lo que hace al des- pacho de la pomada resolutiva, esta puede hacerse en cualquier farmacia; los índices de los formularios más usados en las boticas: Dujardin Baumétz, Dorvault, etc., están llenos de “Pomadas resolutivas” la única molestia que le ocasionaría esa fórmula al farmacéutico, sería la de preguntarle al médico cuál de las diversas fórmulas co- nocidas con ese nombre deseaba se le preparase; pudien- do y debiendo, si la consulta no fuese posible, por cual- quier motivo, preparar la que con ese nombre figura en la 5.* edición de la Farmacopea Española. Pero hay más: admitiendo que si el mayor número de recetas despachadas en esa farmacia corresponde al doc- oro , se debe á que éste recomienda á sus clientes que acudan á ella ; admitiendo también que, si la receta de “Pomada resolutiva” decía eso escuetamente, era porque ya habían convenido el Dr. M..... Peras... en los ingredientes que había de llevar. Admitido todo esto, serviría tan solo para probar que existía aleuna in- teligencia ó acuerdo entre el Dr. M.... yel Ldo. H....; pero no que se había infringido el artículo $4 de las Ordenanzas de Farmacia, porque éste terminante- mente dice: “Se prohibe toda asociación, arreelo ó con- “veniencia entre médicos y farmacéuticos para procurar- “se, directa ó indirectamente, una ganancia sobre las re- “cetas ó medicamentos que prescriban ó despacharen.” Y de ese fin utilitario, condición indispensable para que re- sulte punible la asociación, no aparece en todo el expe- diente el menor indicio. De la infracción del artículo 69, es inútil ocuparse por- que se limita á prohibir las consultas en las boticas. En virtud de'todo lo expuesto, tengo el honor de pro- poner á la Academia se sirva aprobar las siguientes con- oca Los hechos comprobados en el expediente forma- do, a Edo Et e , con motivo de denuncia formulada contra el mismo PO A e cirtdc a RR 130 ANALES DE LA no constituyen infracción de los artículos 16, 17, 84 y 69 de e Ordenanzas de Farmacia. : ¡No procede, por lo tanto, aplicación de pena algu- na e referido profesor como consecuencia de lo que arro- ja el expediente citado. INFORME EMITIDO POR UNA COMISION DE FARMACIA, (Doctores Alonso Cuadrado y Hernando Seguí.) nombrada para reconsiderar el informe emitido por el Dr. Delfin y aprobado por la Academía el 9 de junio de 1905. (Sesión «lel 29 de septiembre de 1905) El señor Presidente de esta Corporación nos ha entre- eado para el informe correspondiente, el expediente for- mado por la Secretaría de la Gobernación, con motivo de haber rechazado la Junta Superior de Sanidad, las fór- mulas de bálsamo pectoral de Allen, Perry Davis Pain Killer y jarabe de Weaver: por considerarlas prepara- das por charlatanes. El hecho en sí, no tendría nada de particular, porque habiéndose desatado en todas las naciones civilizadas la fiebre de confecciones medicamentosas y patentizarlas, más bien con objeto de explotar la credulidad pública, cada vez más inconsciente, que con el propósito de ali- viar á la humanidad doliente, á la República llegan in- mensidad de preparados de patente, sin contar los que se producen en Cuba, adornados sus envases con todas las galas de la medicina romancista de la edad media: de modo que si no viene una reacción saludable, pronto se han de clasificar á las facultades de medicina y farmacia en la misma categoría que los vendedores ambulantes de amuletos milagrosos. La Sección de Farmacia de esta Corporación ha reci- bido, por cientos, preparados galénicos de todos géneros, cuyos análisis efectivos necesitarían la vida completa de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 131 los Académicos que la componen, y por lo tanto práctica- mente en la mayoría de los casos, no pueden hacer más que un análisis ó examen visual de los preparados, y ate- nerse á la comprobación de las fórmulas que acompañan los industriales en sus solicitudes. Siendo este el hecho escueto, no puede existir más criterio que el que se dedu- ce de la racionalidad de las fórmulas, procurando obser- var si hay compatibilidad en los ingredientes farmacoló- gicos que las constituyen. Pero las dificultades para esta Academia son mayores, porque la República carece de una legislación apropiada, y no cuenta con más Códicos farmacéuticos que la última edición de la Farmacopea Española, ya anticuada y desa- creditada en la misma España desde que se editó, y unas Ordenanzas, vetustas y anacrónicas, de las que práctica- mente sólo se puede cumplir de un modo imperfecto el artículo 15. Por estas circunstancias, y otras que sería prolijo enu- merar, Cuba es el centro donde vienen á acudir medica- mentos de patente de todas partes del mundo, apoyados los unos por notabilidades médicas, y otras por profeso- res apenas conocidos en la comunidad; pero en la mayor parte de los casos, dichas fórmulas no tienen nada de particular, ni nada que sea desconocido entre los que se dedican á la ciencia de curar, poseyendo sin embargo en casi su totalidad la excelente cualidad le ser inofensivos á la salud. Concretándose ahora la Comisión que suscribe, al jui- cio que la merecen las desautorizadas por la Junta Supe- rior de Sanidad, debemos manifestar previamente que no tiene á la vista dichos preparados, juzgando solo por las copias de las fórmulas que acompañan al expediente; y en este caso somos de opinión que dichas fórmulas son racionales, al modo de innumerables que ya se han consi- derado, é infinidad de otras que aparecen en los formu- larios extranjeros como el Dorvault, Bouchardat €, con- formándonos en este sentido con la opinión del Dr. Del- fín, de que dichas fórmulas tienen dosificación apropiada. Pero al mismo tiempo esta Comisión ha de reconocer que 132 ANALES DE LA la redacción de las fórmulas que constan en este expe- diente, carecen de toda forma científica y literaria, puesto que existe una mezcla de nombres españoles, ingleses y latinos: redacción que predispone á juzgar de un modo desfavorable dichas preparaciones; porque además vie- nen dosificadas con arreglo á las antiguas medidas medi- cinales que no son oficiales en Cuba, y que ya están supri- midas en muchos formularios americanos. En este sen- tido, la Academia debiera haber exigido la redacción en debida forma. Para subsanar esta omisión, los que suscriben han tra- ducido los nombres ingleses de los ingredientes, han re- dactado las fórmulas en debida forma, y reducido al sis- tema decimal las dosis, debiendo advertir que en los Es- tados Unidos es muy general la dosificación antigua, y quizás haya sido la razón de no haber llamado la atención en el primer informe. En vista de lo expuesto, la Comisión que suscribe es de opinión que la Academia sostenga el acuerdo propuesto por el Dr. Delfín, y que se incluyan las fórmulas escritas en castellano y reducidas las cantidades en cien partes por el sistema decimal, para que vuelvan á ser reconside- radas por la Junta Superior de Sanidad, teniendo en cuenta los datos que acompañan, y que muestran no ser un nostrum, puesto que se hallan compuestas de materia- les farmacéuticos consignados en las Farmacopeas Es- pañola y Americana. Habana, 28 de Septiembre de 1905. Dr. Gastón A. Cuadrado. Dr. Hernando Segui. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 133 CUARTO ANIVERSARIO DE LA ERRADICACION DE LA FIEBRE AMARILLA DE LA HABANA POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 29 de septiembre de 1905) Desde que en 28 de septiembre de 1901 aparecieron en la calle de Dragones números 4, 6 y 8 los dos últimos ca- sos de fiebre amarilla, de origen autóctono, hasta ayer, han transcurrido precisamente cuatro años sin que en la ciudad de la Habana haya vuelto á ocurrir ninguno, á pesar de los 29 importados (y confirmados como tales desde aquella fecha hasta la presente) y de los 3 inocula- dos experimentalmente. En ese tiempo se han presentado todas las circunstan- cias posibles para que la fiebre amarilla haya podido ha- cer su aparición nuevamente no solo en la Habana sino en todo el territorio de la República, pues el número de inmigrantes cada día es mayor y por tanto el de indivi- duos en condiciones de receptividad; hemos estado rodea- dos de focos amarillos que nos han enviado constante- iente enfermos, los que han penetrado en nuestro suelo con las precauciones exigidas por la Sanidad, de acuerdo con las doctrinas modernas acerca de la transmisión del mal, y por último hemos tenido la importación de mos- quitos infectados y de enfermos que burlando la vigilan- cia han podido propagar el mal, y sin embargo de todo esto la fiebre amarilla ha quedado reducida á los casos importados y á los dos producidos en Santiago de Cuba por los mosquitos escapados cuya infección se limitó á dos casos solamente y sin consecuencia alguna. ¿Qué prueba esto? La verdad de la teoría sustentada 134 ANALES DE LA desde 1881 por el Dr. Carlos Finlay desde esta misma tribuna y confirmada mas tarde por todos los hombres de ciencia verdaderamente serios y sinceros. Conocida por todos los que de enfermedades tropica- les se ocupan, la doctrina de la estegomia como agente de propagación del germen amarillo; descrita por mí en los trabajos presentados en el Congreso Sanitario Interna- cional (1) y en la Sociedad de Estudios Clínicos (2) la última epidemia de fiebre amarilla y pintada de mano maestra la agonía y muerte de aquel terrible mal en el Primer Congreso Médico Nacional Cubano por los doc- tores Albertini, Guiteras y Martinez, que formaban la ponencia que desarrolló el tema oficial PROXILAXIS DE LA FIEBRE AMARILLA EN CUBA, no necesito insistir más so- bre cuestiones ya juzgadas; pero si debo hacer constar, con motivo del cuarto aniversario de su erradicación de la Habana, los peligros á que hemos estado expuestos y la manera como se han conjurado, demostrando una vez más la incontrastable potencia de las leyes sanitarias, cuando éstas, como sucede en este caso particular, des- cansan sobre principios científicos absolutamente com- probados. En el cuadro que á continuación presento, doy á cono- cer los casos participados como sospechosos de fiebre amarilla y los confirmados con sus resultados desde el 28 de septiembre de 1901 á igual fecha de 1905, poniendo á continuación de él las procedencias de los mismos. (1) Estadística de fiebre amarilla.— Trabajo presentado al Congreso Sanitario Internacional celebrado en la Habana del 15 al 20 de febrero de 1902.—Rev. de Med. Tropical, Mayo 1902. (2) Estadística de fiebre amarilla.—Desaparición de dicha eufermedad en la ciudad de la Habana, demostrada por los datos de la misma.—Comu- nicación á la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana (Sesión del 20 de abril de 1902 —Habana 1902 y Archivos de la Sociedad de Estudios Clíni- cos de la Habana. T. XI pág. 277. ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 9 v E |! G 16 T e L , AA, is He AS 6 NS OL aos T AS z e IA id e 03S03y 6 Pa cla A A a 9 G a CS 3 O E o ornf P A a: ¿OS El AA E E 9 p T T e apt q a | Presa A orun [ 9 (o Ed IR EOS 6 Po id Ay Z E So L E O O OÁBIN e A O Sas 9 Or a | e O e q > a E OO 11q y 6 E E da ale pilas de A o S : a A MORADO al rg SAO O No OZIBIN O AA MODOO) MA e e asbos | «sees T ...... T ...... 30 T soeoso] o.ooos a e o DADAS e e...” e coo... Z Z O T : r AT A A E sonoso ]oe...ooo fl vorooncrraronorro. 013041 z A OR EDO Z Ad iu e q Tn 9 A A o | E JIQUIIDA] 5 9 Lo 16 , G T T E T Po: G 7 Ti | IIQUIITAON| e a (o T 6 MS ETS e 9 o eS A ZT e AL a JAGHIIO 3 Z E 2 » Z Z O Ñ Z E e] Ñ3 Z Z o > > Da] > > > Ds] > > > 5 > > > E] > E y [es [o] r a [e y > y 3H je] Sl el 3 Y 2 7 7 7 E z 7 S 7 7 S z SOOYWIINOS SOOVABIINOJ SOOYINGIIN0J SOOYWBIINO SO6!-vOG! ONV vOG6I-206l ONV £061!-206l ONV 2co6!-106l ONV a - d *'GO6T 2p 31quordos 9p Q€ [92 %ISTY TOGT 9P 9:1qHI90 IP ¿T 19 IPSI9P “P][[HBWMY 91q91,] 9p Sosoyoadsos omo sopedtoriied sose9 sor 3p OUNAYAD A 1386 ANALES DE LA La procedencia de los 32 casos de fiebre amarilla es como sigue: Fiebre amarilla experimental (Habana) 3; Santiago de las Vegas, 1; dudoso 1 (en la Habana del 19 al 24 de abril 1902) (1) Importados de México: Veracruz, 13; Progreso, 3; Tampico, 2; Mérida de Yucatán, 1; de Venezuela: Guan- tá, 1; La Guaira, 1; de Colombia: Cespata, 1; de Pana- má: Colón, 3. Pero como la fiebre amarilla ha desaparecido no solo de la Habana, sino de todo el territorio de la República, consigno á continuación los ocurridos en ella de entonces acá para que se pueda tener un conocimiento exacto de la cuestión. El único caso sobre el que pudiera existir duda, y que importa mucho desvanecer, es el siguiente: En el “Public Health Reports (Vol. XV II—part. lI— pág. 1698) se lee un cablegrama fechado en Nuevitas el 16 de julio de 1902, que copiado á la letra dice: "WYMAN: one death yellow fever Gibara.—Mc Connell” y en las páginas 1798 y 1799 de la misma publicación se habla del . propio caso y se dice que fué tratado por un médico de la localidad; 1u0ho, however, did not report the case as suspi- cions. (Si hubiera sido sospechoso indudablemente lo hu- biese participado,.según orden que tienen todos los médi- cos y que han cumplido regularmente). En el Suplemento y nota adicional al Informe bianual sanitario y demográfico de la República de Cuba, años 1902 y 1903 aparece en la página 119 consignado en Gi- bara en el año 1902 una defunción por fiebre amarilla, cu- - yos datos fueron tomados del acta número 44 del Regis- tro Civil de aquel Juzgado, la que se refiere á Gonzalo Hernández, varon, blanco, soltero, natural de Canarias, de oficio marinero, fallecido á las 2 p. m. del 10 de julio de 1902 de fiebre amarilla, según certificado del médico municipal Dr. Agúero. Ahora bien, á pesar de estas citas consignadas en do- (1) Veáse respecto de este caso mi trabajo: Un año completo sin ie- bre amarilla en la Habana, Rev. de la Asociación Méd. Far. de la Isla de Cuba, Año III, pág. 61. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA RES cumentos oficiales, como ni antes ni después se habían presentado otros casos de fiebre amarilla en la localidad, emprendimos una serie de investigaciones para compro- bar la exactitud ó falsedad del diagnóstico formulado y encontramos en la carta firmada por el Dr. Carlos J. Fin- lay, como Jefe de Sanidad, dirigida al Secretario de (0- bernación en 1.” de agosto de 1902 y publicada en el /n- forme Sanitario y Demográñico de la Ciudad de la Haba- na del mes de julio de dicho año, lo siguiente: “Habiéndose recibido aviso de un caso de muerte por “Fiebre Amarilla el día 10 de julio en un obrero del puer- “to de Gibara, provincia de Santiago de Cuba, se dispuso “en el acto la investigación correspondiente, habiendo re- '"sultado hasta el momento actual que el caso sea en ex- ““tremo dudoso, tanto más cuanto que ni antes en varios “años, ni después de su presencia se haya observado nin- “gún otro en aquella localidad, en la que precisamente un “quinto de su población resulta no ser inmune.” Sin embargo, esto no me satisfizo y acudí al propio doc- tor Finlay, quien con su característica bondad me ha per- mitido examinar toda la documentación oficial relativa al particular y extractar y publicar los siguientes datos que demuestran de una manera evidente que ese caso pu- blicado como muerto de fiebre amarilla no lo fué en rea- lidad, obedeciendo su publicación á un error de diagnós- tico, que no había sido enmendado en el acta del Registro Civil. Efectivamente, de los documentos examinados consta que el tal Gonzalo Hernández era un isleño, marinero, que llegó á Gibara en el vapor “Banan”, procedente de la Guaira el 9 de noviembre de 1901 (ocho meses preci- samente antes de su muerte), sin haber salido de los alre- dedores de la localidad, donde no había habido ni un solo caso de vómito en más de cuatro años, según informa el Dr. Gómez, médico del Puerto de Gibara; el que también participa que el Dr. Gurrí lo había asistido al comienzo de su enfermedad. En una carta del expresado Dr. José Gurrí, fechada el 24 de julio, se dice que el citado Hernandez fué á parar á una fonda de marineros el 4 ó el 5 de julio, llevando en- 138 ANALES DE LA ¿e tonces tres días de enfermedad; procedente del puerto de Vita (cerca de Gibara), presentando hasta el día 7 que lo asistió “Síntomas y carácter de una fiebre biliosa gra- ve de forma adinámica, haciéndome sospechar una im- fección palúdica” y que en vista de las malas condiciones del local fué trasladado á la Enfermería Municipal, igno- rando el curso posterior de la enfermedad. En un telegrama pasado por el Gobernador Civil de Santiago de Cuba á la Secretaría de Gobernación, como : resultado de la investigación practicada, se encuentran las siguientes bases para formular el diagnóstico de fie- bre amarilla: “Cefalalgia, albúmina en la orina, piel “amarillenta en demasía, diarrea muy biliosa y sangui- “nolenta, fiebre cuarenta grados constante, pulso cien, “pérdida de conocimiento, lengua saburrosa, petigna “(sic) (debe ser petequias) en el cutis, dolor de los miem- “bros, mucha sed, sensibilidad abdómen, al extremo eva- “cuaciones albinas y negruzcas, orina escasa, ansiedad, “postración y pulso en extremo débil al final”. Por último, sometido el caso con todos sus anteceden - tes á la Comisión de Fiebre Amarilla, ésta con fecha 12 de agosto de 1902 dictaminó que: no hay datos funda- mentales con los cuales llegar á ese diagnóstico (fiebre amarilla ). Tanto por el examen de los antecedentes que acaba- mos de extractar y que demuestren una historia clínica muy poco conforme con la de los casos normales de fie- bre amarilla, como por el carácter esporádico del caso, pues no hubo ni antes ni después enfermos de vómito en la localidad, cuanto por el fallo de la Comisión que tuvo en cuenta todas las circunstancias que arrojó la investi- gación se deduce que el caso de Gonzalo Hernández no debe figurar en nuestra estadística como muerto de fiebre amarilla. En febrero de 1904, estuvo también la República en se- rio peligro de contaminación amarilla por los tripulantes de una barca noruega arribados á Cayo Niquero, pero dejemos su descripción al Dr. Finlay. (1) (1) Carta del Inf. Mens. Sanitario y Demográfico de la República de Cuba correspondiente al mes de febrero de 1904. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 139 “La barca noruega “Eugen” llegó á La Guayra (Ve- “nezuela) el día 15 de diciembre de 1903, y durante su “permanencia en aquel puerto, el 13 de enero murió su “cocinero de una enfermedad que no fué diagnosticada “entonces; pero que por los hechos sucesivos se deduce “que fué Fiebre Amarilla, de la cual se había declarado ““aána epidemia por aquella fecha en La Guayra. “La barca se hizo á la mar el día 20 de enero para Manzanillo, Cuba, con doce hombres de su tripulación “y con el capitán y su segundo ya infectados de la enfer- “medad, muriendo ambos en la travesía los días 1.” y 2 “de febrero respectivamente. Sin piloto á bordo encalló “el barco el día 4 de febrero en el bajo de Buena Espe- “ranza, 11 millas al nordeste de Niquero. Al día siguien- “te todo el resto de la tripulación, con dos hombres ya “enfermos, abandonaron el buque en dos botes, tratando “de acercarse al muelle de Niquero, lo que no lograron “realizar. “Uno de los botes, con un oficial y dos marineros, vol- “vió al barco, mientras que el otro con siete hombres, in- “cluso los dos enfermos, permaneció bogando próximo á “la costa hasta que fueron recogidos por el Médico del “Puerto de Manzanillo, Dr. Benjamín Céspedes, quien “los desembarcó en Cayo Niquero, distante tres millas “de la costa, proveyéndolos de cuanto pudieron necesitar. “Los dos enfermos fallecieron, uno el día 8 y el otro “el siguiente. El día 7 el Dr. Céspedes visitó el barco, en- “contrando á uno de los marineros con sintomas de la “enfermedad, y practicó la fumigación del buque en cuan- “to le fué posible en aquellas condiciones. “La Jefatura de Sanidad Marítima dió órdenes al doc- “tor Félix Giralt, Médico 1.” del Puerto de la Habana, “para que se trasladase inmediatamente al lugar de los “hechos. El Dr. Giralt á su llegada hizo que el enfermo “del barco fuese trasladado á Cayo Niquero, donde fué “aislado debidamente, haciéndose cargo de su asistencia “un inmune á la fiebre amarilla. Este enfermo murió el Sadía 12. “Como se vé, de los doce hombres que salieron de La “Guayra el 20 de enero, cinco contrajeron la Fiebre Ama- 140 ANALES DE LA “rilla, de la que sucumbieron dos el 1.” y el 2 de febrero, “dos el 8 y el 9, y el último el 17. “El Dr. Giralt hizo que el barco fuese por segunda - “vez completamente desinfectado, aunque ninguno de “los otros tripulantes contrajo la enfermedad después de “la primera fumigación. ) “En la mañana del 6 de febrero, tanto á la Junta Su- “perior de Sanidad como á la Jefatura de Sanidad Marí- “tima, llegaron telegramas, respectivamente, del doctor “Amado León, Jefe local de Sanidad de Manzanillo y “del Médico de aquel puerto, participando lo que ocurría, “recibiendo ambos, así como el Médico del Puerto de “Santiago de Cuba, oportunas órdenes de sus Jefes su- “periores correspondientes. “A la cortesía del Dr. Hugo Roberts, Jefe de Cuaren- “tenas de la República de Cuba, debemos los detalles de “información que anteceden, y es también de justicia dar “testimonio público del valioso concurso prestado en este “caso por el Gobernador de la Provincia, Sr. Yero Sagol, “disponiendo la inmediata realización de nuestras órde- “nes sanitarias. Durante todo un mes se mantuvo en “aquellos alrededores la más estricta vigilancia para que “no pudiese pasar inadvertido ningún caso de contami- “nación que se presentase, y tengo el gusto de manifestar “que no ocurrió ninguno”. Tócale su turno á los dos únicos casos de fiebre amari- lla que se han desarrollado en el territorio de la Repúbli- ca después de su erradicación en 21 de septiembre de 1901. Estos ocurrieron en Punta de Sal (Santiago de Cuba ) en octubre de 1904. Del trabajo presentado por los doctores Albertini, Gui- teras y Martínez, al Primer Congreso Médico Nacional (1) tomamos los siguientes párrafos: “El primero fué el de S. A. Fuller, americano, que en- “fermó el 18 de octubre próximo pasado, en Punta de “Sal, bahía de Santiago de Cuba, donde se hallan el em- “barcadero y fundiciones de las minas del Cobre. El día VI, (1) Profilaxis de la fiebre amarilla en Cuba, Rev. de Med. Tropical, T pág. 92. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 141 “de la invasión hacía 23 días que había llegado Fuller de “los Estados Unidos. Forzoso era por consiguiente, ad- “mitir que se había infectado en Punta de Sal ó en San- “tiago de Cuba, únicos lugares que había visitado en los “cinco días antes de enfermarse. “Enviado uno de los que suscriben para informar con “respecto á esta grave ocurrencia, pudo determinar que “el foco de infección debía de estar en Punta de Sal, “puesto que las visitas que á Santiago había hecho Mr. “Fuller, las unas por demasiado remotas y la última por “demasiado cercana, caían fuera del período de incuba- “ción de la enfermedad. “Por fortuna Punta de Sal se adapta admirablemente “4 los procedimientos de aislamiento y desinfección. En- “cuéntrase á una legua de la ciudad por mar, y á más de “tres por tierra. Era fácil detener allí á la población no “inmune é impedir que fuese á producir en otra parte un “nuevo foco de infección. Podíase al mismo tiempo pro- “teger á dicha población susceptible que alli quedaba “aislada, por la destrucción rápida de los mosquitos in- “fectados. La actividad de las autoridades locales se des- “plegó desde luego en esa dirección. Fumigaron inme- -diatamente la habitación que ocupaba Fuller; y á la lle- “sada de los Dres. Guiteras y Agramonte, delegados por cla Junta Superior de Sanidad, se procedió á la fumiga- “ción de todos los edificios de Punta de Sal. El éxito de “estas fumigaciones está comprobado por el hecho de ha- “berse circunscrito la propagación del mal á un solo caso. “secundario. “El origen preciso de la infección, ó más bien, el modo “de su introducción no pudo determinarse. Desde luego “que solo pueden aceptarse dos posibilidades, á saber: ó “ha entrado un enfermo con fiebre amarilla en el puerto “de Santiago, ó se ha introducido algún mosquito que ve- “nía infectado del exterior. En el primer evento hay que “suponer un caso extremadamente benigno que traspasa “las barreras de la Sanidad Marítima y se desarrolla 1g- “norado de todo el mundo. Ahora bien, un caso de fiebre “amarilla, no reconocido como tal, hubiera infectado mu- “chos mosquitos, y se hubieran presentado varios casos 142 ANALES DE LA “al mismo tiempo que el de Fuller. Todo nos inclina, por “consiguiente, á aceptar la segunda posibilidad; la im- portación de un mosquito infectado que logró trasladar- “se á tierra. Tal vez haya sido más de un mosquito; pero “seguramente no fueron muchos, puesto que perecieron “todos sin haber producido más que un solo caso, el de “Fuller. “Diagnosticado éste en el tercer día de la enfermedad, sele presentaba ¿ á las autoridades sanitarias, como pro- “blema de primera importancia la destrucción de los mos- “quitos que en él (Fuller) se había infectado durante “esos tres primeros días que son precisamente aquellos “en que es transmisible la infección. Afortunadamente “había 8 6-9 días para llevar á cabo dicha destrucción “antes que los insectos empezaran á hacer daño, y se “aprovecharon con tal éxito esos días que sólo se produjo “un caso secundario, el de Slater (1), que enfermó el 1.” “de noviembre. Después de esta fecha no ha habido más “fiebre amarilla en Santiago de Cuba. , “Tanto Fuller como Slater, después de hecho el diag- “nóstico, fueron aislados en el Hospital de Cuarentenas de Cayo Duan, donde se les abrigó contra mosquitos en “cuanto fué posible, y se les todeó: de un personal inmu- “ne. Terminado el tratamiento de los dos enfermos se “destruyeron los mosquitos en el Hospital.” Por último y como comprobación de la eficacia de las medidas profilácticas usadas por nuestra Sanidad, toma- mos del trabajo antes citado la siguiente descripción: (2) “Otra ocasión hubo de grave amenaza á nuestras de- “fensas sanitarias, ocasión en que, lo mismo que en la de “Santiago de Cuba que acabamos de describir, el resulta- “do final fué un triunfo del sistema profiláctico entre no- “sotros establecido. El caso es el siguiente: En julio de “1903 logró por medio de un certificado falso de inmuni- “dad, desembarcar en la Habana un enfermo de fiebre “amarilla, que procedía de México en el vapor “Vigilan- (1) Este era otro americano que había estado durmiendo en el mismo cuarto de Fuller y prestándole sus cuidados durante los primeros días de su enfermedad. (Nota del autor.) (2) Loc. cit. pág. 93. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 143 6 cia”, y que fué á parar al número 29 de la calle de In- “quisidor. Allí pasó las primeras 48 horas de la enferme- “dad, (el periodo más peligroso de ella) en una casa don- “de residían muchos no inmunes. Falto de asistencia en “dicha casa se hizo trasladar al Hospital “Mercedes” “donde se descubrió inmediatamente la naturaleza del “mal y se trasladó el paciente al Hospital “Las Animas”. “El tratamiento profiláctico de este caso consistió en des- “truir por la fumigación de piretro, todos los mosquitos “que había en la manzana donde estaba enclavada la ca- “sa, y en el Hospital “Mercedes”. Se hizo una lista de “todos los no inmunes que en dichas localidades á la sa- “zón residían, y se les visitó diariamente para descubrir, “sin pérdida de tiempo, las primeras señales de la propa- “sación del mal. Gracias á la actividad desplegada no “hubo un solo caso de infección secundaria”. X De todo lo expuesto se deduce que rompiendo cualquie- ra de los eslabones que forman la cadena de la infección amarilla : el enfermo, el mosquito infectado y el sujeto en estado de receptividad, se puede ser dueño absoluto de evitar la propagación del mal.—Nosotros hemos tenido los enfermos importados que han paseado su fiebre ama- rilla (bajo mosquiteros bien entendido) desde los mue- lles hasta el Hospital “Las Animas”, atravesando toda la ciudad en su mayor extensión; tenemos hoy una pobla- ción no inmune á la fiebre amarilla muy cercana de 100 mil habitantes; pero no hemos dejado que nuestros este- egomias se infectasen en los primeros y cuando esto ha ocurrido no los hemos dejado llegar á los segundos; el resultado de estas medidas ha sido el poder celebrar este “cuarto aniversario de la extinción de una enfermedad, que con carácter endémico perduró en nuestra patria du- rante más de una centuria. 144 ANALES DE LA EMASCULACION TOTAL POR CANCER DEL PENE (1) POR EL Dr. José A. Presno En el cáncer del pene, según la extensión del neo- plasma, se practica generalmente la amputación to- tal ó parcial del órgano; teniendo siempre en cuenta los dos preceptos que deben guiar la conducta del ci- rujano en la cirugía del cáncer: precocidad de inter- vención y amplitud de la exéresis. En los casos de infiltración neoplásica á lo largo de los cuerpos cavernosos y del escroto.como en nuestra observación, la amputación del pene resulta induda- blemente una operación incompleta. Entonces puede y debe llevarsela ablación hasta las raices cavernosas, hasta la extirpación de todos los genitales externos. Esta extirpación completa del pene, cuerpos caver- nosos v bolsas, ha sido practicada por vez primera, por Jackson en Inglaterra, por Paci y Morisani en Italia, por Chalot en Francia. (2). Este último ciru- jano describió un procedimiento operatorio que he- mos seguido fácilmente en nuestro caso y propuso llamarlo “Emasculación total”. No con frecuencia -_—— (1) Presentación del caso á la Academia de Ciencias, Ocubre, 1905). (2). Análoga operación se practica empíricamente á los eunucos del Pa- lacio imperial de Pekín, según refiere Matignon. El operador corta de un golpe el pene y las bolsas y coloca una clavija de metal ó de madera en la uretra. Durante tres días no se toca el apósito, y el paciente no sólo sufre de su herida y está expuesto 4 hemorragias ó á infecciones, sino sobre todo de la retención de orina por obstáculo mecánico. Pasado este tiempo se quita el apósito y se hace orinar al enfermo. Si puede hacerlo está salvado, sinó, está condenado á morir por retención é infiltración de orina. EMASCULACIÓN TOTAL POR CÁNCER DEL PENE ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 145 se presenta en la clínica quirúrgica la oportunidad de practicarlo, y creemos que en Cuba, esta es la pri- mera observación que se registra. Observación.—Nuestro operado F. M., español, de 75 años de edad, sin antecedentes patológicos de ninguna clase, hace un año que empezó á notar una tumefacción en el pene, hacia el cuerpo cavernoso iz- quierdo y al nivel del surco balano prepucial, sitio de predilección del cáncer de la verga. La tumefacción fué extendiéndose, paulatinamente, llegando á inva- dir el miembro todo. El prepucio, engrosado, cubrió por completo el glande, no per mitiendo descubrir é és- te. Cuando le ví "hace tres meses, el pene parecía un badajo de campana, hacia el lado izquierdo un ma- melón grande, exhuberante, que sangraba á veces, había perforado la vaina cutánea de los cuerpos ca- vernosos. Tanto de este sitio como del espacio bala- no prepucial fluía una secreción abundante, fétida. La piel del pene y porción adyacente del escroto, se hallaban infiltradas y muy duras. El aspecto de todo aquello era poco halagador para inclinarnos á inter- venir; no obstante, el estado general del paciente se mantenía bastante bueno y él confiaba mucho en los resultados de una operación. Me decidí á intervenir: el 26 de julio pasado, en el Hospital Número Uno y con el concurso del estudiante señor Navarro, practi- qué la operación que voy á describirles: ler. tiempo: Incisión al nivel de cada conducto in- guinal. Descubrimiento de los cordones espermáticos. Ligadura y sección de éstos. 2* tiempo: Las incisiones primitivas se prolongan abajo y atrás rodeando la raíz de las bolsas y vienen á unirse en el rafe perineo escrotal, á 3 centímetros por delante del ano. Se unen por una incisión trans- versal, de uno á otro pliegue inguinal, las extremida- des superiores de las primitivas incisiones. Con el bis- turí ó con fuertes tijeras, se hace la ablación del pene y de las bolsas. 3er. tiempo: Con las mismas tijeras se prosigue la 146 ANALES DE LA disección de los cuerpos cavernosos hasta sus raíces, rasando las ramas isquio pubianas del plano óseo. 4” tiempo: Se aisla previamente el trozo de uretra posterior de las raices cavernosas, y se hace un nue- vo meato perineal delante del ano, fijando cuidadosa- mente por una corona de suturas, el nuevo orificio uretral á la piel del periné. Terminada la operación dejamos una sonda perma- nente que fué retirada hacia las cuarenta y ocho ho- ras. El curso post-operatorio fué excelente y el 13 de agosto el enfermo fué dado de alta. En la actualidad se halla trabajando y muy satisfecho de verse libre de sus molestias. La cicatriz, en forma de T mayúscu- la, como pueden observar los señores Académicos es, perfecta. h qa vb S Um , J Moa JN z pea : o e «Trabajos de la “comisión de medicina legal é e ; | a giene. pública.” 3 tomos; “La flora Cubana” del doc- : tor Sauvalle 1 tomo; “Mamalogía, Ornitología, Er qe > petología y Entomología Cubana, ” del Dr. Dumot, - ¿Qontabución al estadio de los Moluscos Cubanos” pa por al Sr. | Arango y Molina, «Patología y terapéu- ó tica del aparato lenticular del ojo,” por el Dr. Becker; ' y E traducida del alemán por el Dr. F inlay. a Loko fo fo kofofofko Loko ko koko ko ko Gran Experlencia de Mas de 50 años Parentes > > > os o o Lo] pos en el Ramo do bd Solicitar Paten- o tes de Inven- ¿O cion, Marcas de Comercio y Títulos de Propiedad Literaria en los Esta.- > dos-Unidos y Países Extrangeros. ¿0% Lo] Lo] > 9 pos LoS Lo] pos Lo] o po Para mas informes véase la última página de lecturad cualquier ejemplar mensual de La América Cientifica e Industrial edicion en español del SCIENTIFIC AMERICAN,” ó escríbase directamente y en español, si se quiere á los señores MUNN (A COMPANY 361 Broadway, Nueva York. ooo EoEofo to Loko fo Eo ko Loko foko Loko Loko Loko Loko: Loko kokofo ko ko Lofokokofkokokoko; Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES | HABANA 2d REVISTA CIENTIFICA DIRECT OR IS: « Dr. ora [re-Roy. z= Pr. Gustavo [ópez ln <€¿X z —TOMO XLII _————— : OCTUBRE -— DICIEMBRE 1905-1906 Ls TABANA - IMPRENTA MILITAR MURALLA 40. A E Los ANALES se publican regularmente. | En esta publicación aparecen, á más de los traba- -ral € intereses profesionales, de asuntos históricos de - diversos ramos, 4c., $e. 58 caciones análogas del mundo entero. LVISS será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange S. V. P. ÁNALES DE LA AÁCA- 3 Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN- Be a | cias Mínicas, Fí- A + E o” . a E Please addres exchange to: ar NN : Veuillez adresser les exchanges: [ PE 1A Habaxa, Su pre- ) es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- A ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- a E - Los ANALES sostienen numeroso cange con publi e : E Toda obra enviada á la ción de los AN A LES Ss . S 3 pd - | - Cuba 84A Habana, : ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 147 A e A q _0_ _ —_— — _— _— _—_ _—— _—— —— _—_—— ———— Acta de la sesión pública ordinaria del 13 de octubre de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. De número: Dres. E. Acosta.—J. P. Alacán —(G. Alonso Cuadrado.—I. Calvo.—T. V. Coronado.—F. (García Cañiza- res.—J. Le-Roy.—F. Méndez Capote.—M. Ruiz Casabó.—E. Saladrigas.— Valdés Ragués. Honorario.—Dr. Claudio Delgado. Leída el acta de la sesión anterior (29 de septiembre) fué aprobada. El Secretario dá cuenta de las siguientes comunicaciones. Entrada.—Del Dr. Manuel Delfín excusando su ausencia á la sesión y remitiendo un informe que se le tiene encomendado. Salída.—A1l Juzgado de Instrucción del Centro, remitiendo informe en causa por duelo número 4-1905, aprobado en 29 de septiembre y de- volviendo el expediente original y piezas que le acompañan. Al Dr. Francisco I. de Vildósola, aceptándole su renuncia del cargo de Tesorero de la Academia. Al Dr. Ignacio Calvo, participándole su nombramiento de Tesorero de la Academia. Al Gobierno Civil de la Habana, remitiendo informe sobre infracción de las Ordenanzas de Farmacia, en San José de las Lajas. A la Secretaría de Gobernación, remitiendo informe aprobado el 29 de septiembre, acerca de la reconsideración de otro emitido anteriormen- te sobre preparados farmacéuticos. Después da cuenta de un donativo de libros con destino á la Biblio. teca de la Academia, hecho por el Dr. R. Miranda, (Académico de Mérito) y que consta de nueve volúmenes de las obras del profesor Felice de la Torre y del plano descriptivo del Hospital Politécnico de Umberto 1 de Roma. La Academia acordó dar las gracias más expresivas al donante. El señor Presidente invierte la orden del día, concediendo la palabra al Dr. P. Valdés Ragues. Este expuso á la consideración de los señores Académicos la colección restaurada de mamíferos, compuesta de 24 ejemplares, 22 indígenas y 2 exóticos y dió lectura á un trabajo sobre clasificación de las especies de dichos mamíferos; además hizo considera- 148 Ñ AÑALES DE LA ciones sobre el estado actual de los Museos de esta Academia, de la que solicita la aprobación para trasladar las colecciones de ejemplares á uno de los salones que ocupa la Biblioteca. Hizo constar, para salvar su responsabilidad, que se había hecho cargo de la conservación de los Museos, sin recibir el Catálogo de los ejempla- res, que estaba en poder del Dr. Villaró, sin que se pudiera encontrar des- pués de la muerte de tan dieno miembro de esta Corporación. Indicó al mismo tiempo el Dr. V. Ragués que la colección de plantas cubanas se encuentra en la Escuela Agronómica de Santiago de las Vegas y la de Ofidios mexicanos en el Museo de la Universidad, á donde fué lle- vada por el Dr. José IL. Torralbas para la preparación de los ejemplares y termina su trabajo exponiendo la necesidad de colocar el Museo en un local apropiado para su conservación. La presidencia da las gracias al Dr. P. Valdés Ragués porque sin duda sus esfuerzos resucitarán el trabajo en los Museos en los que hace timpo no ha podido realizarse obra ninguna, primero por nuestra fábrica y lue- go porla enfermedad y muerte del Dr Vilaró. Estima en mucho los es- fuerzos que en obsequio de dichos Museos viene realizando el Dr. Valdés Ragués, por lo que merece plácemes de la Academia. Espera que los tra- bajos que ahora se hacen, vayan aumentando cada vez más y deja para la sesión de Gobierno el resolver los extremos sobre que trata la petición formulada. Ocupa la tribuna el Dr. 4. P. Alacán para leer un informe relativo á medicamentos de la casa UPJOHN y C*, de New York y de la MOLTO CHEMICAL Cy de Búffalo. Este informe fué aprobado. El Dr. Alacán lee el informe enviado por el Dr. Manuel Delfín que se * contrae á preparados de la casa de Bottino, farmacéutico establecido en Santiago de Cuba. Como se hacían necesarias ciertas explicaciones acerca de ellos; se acordó que el informe quedase sobre la mesa, hasta tanto pudiera venir el Dr. Delfín. El Dr. Gastón Alonso Onadrado. 4 quien correspondía un turno para la lectura de un trabajo sobre la NECESIDAD DE FIJAR BIEN LAS ATRIBUCIONES DELA ACADEMIA EN LA INTERPRETACION DE LAS ORDENANZAS DE FARMACIA, en vista de que sólo asisten dos Académicos de la Sección de Farmacia, á la que especialmente interesa este asunto, pide á la Presidencia sea pospuesta la lectura de su trabajo para la próxima sesión, y se cite especialmente á todos los señores Far- macéuticos. Así se acuerda. Con lo que se dió por terminada la sesión pública, constituyéndose la Academia en otra de Gobierno. : ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 149 NUESTROS MUSEOS MAMIFEROS POR EL Dr. Pedro Valdés Ragués (Sesión del 13 de octubre de 1905.) En sesión anterior d ésta, tuve el honor de exponer á la consideración de Vdes. la colección de Peces donados á nuestra Corporación por el Gobierno de los Estados Uni- dos de Norte América: hoy, cumpliendo con el encargo de la conservación de los Museos, os debo de presentar la colección de Mamíferos que consta de pocos, pero valiosos ejemplares de la fauna cubana; estos ejemplares completa- mente restaurados se componen de 16 de dichos ejem- plares de Quirópteros, encerrados en 15 cajas, debiendo de advertir que ha sido respetada la clasificación que el ilustre naturalista y socio de mérito de esta Corporación, Dr. Juan Gundlach, se sirvió poner en cada ejemplar, y así mismo la numeración conforme al Catálogo publicado por el Dr. Gundlach en la Mamalogía publicada en los Anales de la Academia. Un solo ejemplar, no clasificado por dicho autor se halla en espera de clasificación, Del orden de los Insectívoros tenemos un ejemplar de la familia Centetina, es el Solenodon cubanus, Peters. Sole- nodon paradoxus, Poey, conocido por este último doctor con el nombre vulgar de Almiquí. llamado Ayre, por Oviedo y Tejón en la provincia de Oriente ó Santiago de Cuba. Del orden de los Roedores ó Rosores poseemos de la familia de los Múvidos. tres ejemplares de Capromys 150 ANALES DE LA Poeyí, vulgo Hutia 6 Jutia carabali; uno de estos ejem- plares presenta la rareza de ser albíno; además un ejem- plar del Oapromys Fourntert, vulgo Hutia 0 Jutia conga y de la familia de los Cávidos, dos ejemplares de Cavia cobaya, por otros autores Cavía porcellus 6 aperea, que he- mos colocado entre los del Museo Erótico, aunque algunos autores. como Oviedo en su Historia Natural de las Indi+s (V. 12 p. 390), Armas en su Zoología de Colón (p. 90) y Pichardo en su Diccionario de Voces Cubanas p. 114 los consideran indígenas. Poey, en el t. 1% p. 31 de sus Memorias sobre la Histo- ria Natural de la Isla de Cuba dice sobre el Curiel y otros Mamíferos cubanos: El Perro mudo es el Procyon lotor. Oso lavandero, Mapache en Méjico y Racún en la Florida; el Cori nuestro Curiel, Mus porcellus, Linneo, Carta cobaya. Marer; Caría aperea, El Quemí es nuestra Hutía conga, Capromys Fournterí. Desm: el Guabiniquinar de Oviedo es nuestra Hutía carabalí Oapromys Poeyt, Guerín etc. Por lo antes escrito, puede asegurarse que Poey considera co- mo nuestro al Curiel. La Sagra en su obra sobre Mamiferos de Cuba, p. 10 al ocup: arse de los Roedores dice: Además del Perro mudo y de los cuatro cuadrúpedos descubiertos en Santo Do- mingo, Oviedo, hizo mención de otros dos existentes en Cuba. De estos 6 animales, 5 pertenecen indudablemen- te al orden de los Roedores, ¿ saber: las llamadas Hutias. Quemí. Mohuy. Guabiniquinar y Corí, y el 6.2 denomi- nado Ayre, apenas ha sido descrito para inferir la fami- lia d que pe rtenece. En la p. 11 hace la O del Corí ó Curiel, tomada de Oviedo, Libro 12, Cap. 2.2 de la “Crónica de las Indias”. Consta pues la colección de Mamíferos del Museo Indí- vena, de 16 ejemplares de Murciélagos, 1 e jemplar de In- sectívoro, el Almiquí y 6 ejemplares de Roedores, á saber: 3 de Hutías carabalí, | albino y 1 ejemplar de Hutía con- va y otro del Andaraz. Los Mamiferos del Museo Exótico. sólo se reducen á 2 ejemplares del Cnriel v un esqueleto del Gato de Angora y otro de Ballena: pero estos dos esqueletos serán reser- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 131 vados para la sección de Osteología, que formará también colección en el Museo. El Catálogo que debe ser publicado será el siguiente: MUSEO INDÍGENA. —CATÁLOGO ZOOLÓGICO TIPO: VERTEBRADOS CLASE: MAMIFEROS ORDEN: QUIRÓPTEROS Familia Genero Especie Nom. vulgar Ejempl. Clasif. Orden Filostomátida Macrotus Waterhousi, Murciélago, 2 1 152 » Phyllonycteris Poeyl » 1 3 5) Stnodermatida Artibeus perspicillatus » ] + É » Mormops Blainvillei » Bs 1 y6 » Chilonyeteris Mac-Leay! 1 5 1 Molossida Molossus obseurns 1 2 8 NXvetinomida NXyctinomus brasiliensis » 1 3 9 Vespertilionida Natalus lepidus » 2 at opa A Vesperus Dutertreus » 341 1 bri348 14 » Atalapha Pteitteri » y a 15 No clasificado. 1 16 ORDEN: INSECTIVOS Centetina Solenodon cubanus, Almiquí, 1 1 17 ORDEN: ROEDORES Murida Capromys Fournieri, Hutia conga, 1 1 18 » » Poeyi. Hutia caraball, z 2 19,20,21 > » Melanurus, Andaráz. E 22 EXOTICOS Cavida Cavia cobaya, Curiel, 2 A Total de ejemplares de Mamiferos, 24, Estos ejemplares, que tengo el gusto de exponer á vues- tras miradas se hallan en el mejor estado de restauración, y este será el procedimiento con todos los demás que com- pongan las colecciones de nuestros Museos, que serán también catalogados y sometidos 4 vuestra ilustrada con- sideración, pues, desgraciadamente el catálogo que estaba en manos del Dr. Juan Vilaró, Conservador que era de los Museos, al morir tan distinguido compañero, se ha perdi- do, siendo infructuosas cuantas pesquisas se han hecho para encontrar tan valioso documento. aprovechando la 152 ANALES DE LA oportunidad para hacer constar que nos hemos encargado de los Museos sin el catálogo que conforme 4 nuestro Re- elamento debe de preceder d esa entrega, por lo que nos vemos obligados 4 emprender un trabajo que exije mucho tiempo y labor científica. No quiero terminar esta breve exposición sin hacer una súplica á los Sres. Académicos y es que acuerden la colo- cación del Museo en uno de los salones de la Biblioteca, pudiendo escogerse el dedicado ¿4 los libros que se en- cuentran inútiles ó casi inútiles por su mal estado, trasla- dándoseles € otro departamento del edificio, pues las co- lecciones de los Museos se hallan esparcidas en los pasillos 0 galerías, en donde no hay seguridad para la conserva- ción de las especies y resulta además impropio y molesto para la clasificación de dichos ejemplares y estudio de los mismos, y por último, es muy grato para miinformar que muy pocos han sido los ejemplares de Mamíferos, Aves, Reptiles : y Peces que han sido dados de baja en el catálogo, por su mal estado, encontrándose la inmensa mayoría en condiciones de ser completamente restaurados, como aca- bamos de ver en la primera de las citadas, 0 sea de los Mamiferos. También debo de hacer presente que la colección de plantas cubanas, compuesta de algunos miles de ejempla- res y la primera de la Isla por su importancia, se encuen- tra por acuerdo de esta Academia en la Escuela Agronó- mica de Santiago de las Vegas, á donde fué enviada para la renovación de ejemplares, y la colección de culebras mejicanas donadas á nuestra orporación se hallan en el Museo de la Universidad, 4 donde fué llevada por el doc- tor Torralbas cuando era Conservador de nuestros Museos, con el fin de prepararlas convenientemente para las mismas. Pronto volveré « tener el honor de ocupar vuestra atención presentando la colección de Aves rapaces y el ca- tálogo de sus ejemplares y así sucesivamente con las de- más hasta completar tan interesante trabajo y concluído éste, puedan estar nuestros Museos en las condiciones que señala el Reslamento de la Corporación. ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE LA HABANA 153 INFORME SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 13 octubre de 1905). Se sefiere d los siguientes: De la casa de Upjohn y C?, de Nueva York.—Tabletas de azul de metileno de Keves y tabletas azucaradas de cáscara sagrada de Ewald. De la Moltto Chemical Co., de Búffalo.—Vino Moltto y Kolagon. El ponente opina que puede concederse su nión y venta en nuestro mercado. Este informe fué aprobado. INFORME SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. MANUEL DELFIN (Sesión del 13 de octubre de 1905) Se refiere á los siguientes: Del señor BOTTINO, de Santiago de Cuba.—Zarzapatrri- lla; linimento, (para caballos); febrífugo: pomada especial; jarabe de lacto fosfato de cal; mixtura de cólchico; jarabe de felandrio; vino de quina ferruginoso; jarabe de denti- ción; vino de quina y cacao; vino de peptona y diastasa; jarabe de salicilato de sosa; bálsamo contra la sordera; li- cor de brea; jarabe Dupasquier (Bottino); vomitivo espe- cial; vino de kola y coca, todos de Bottino. Este informe quedó sobre la mesa para otra sesión. 154 ANALES DE LA Sesión pública ordinaria del 27 de octubre de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes: De número.—Dres. J. P. Alacán.—G. Alonso Cuadrado.—T. V. Coronado.—M. Delfín.—C. A. Moya.—M. Ruiz Casabó y P. Valdés Ragués. Esta sesión no pudo celebrarse por falta del quorum reglamentario. Asistieron los señores Académicos arriba expresados, Acta de la sesión pública del día 19 de noviembre de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. —De número.—Dres. E. Acosta.—J. P. Alacán. —(G. Alonso Cuadrado.—E. B. Barnet.—T. V. Coronado.—D. F. Cubas.— M. F. Garrido.—J. Le-Roy.—C. Moya.—E. Pardiñas.—J. A. Presno.— M. Ruiz Casabó.—E. Saladrigas.—J. A. Valdés Anciano. Leida el acta de la sesión anterior (13 de octubre), fué aprobada. Igualmente se participó no haberse celebrado la sesión correspon- diente al 27 de Octubre por la falta del quorum reglamentario. El Secretario dió cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—B. L. M. del Alcalde Municipal de la Habana, remitiendo dos ejemplares del Elogio póstumo al General Máximo (+ómez. Del Dr. E. F. Plá, remitiendo para la Biblioteca varios folletos y co- lecciones de periódicos. De la Secretaría de Gobernación, escrito núm. 22475, acerca de prepa- rados farmacéuticos. Salída.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo informe acerca de preparados farmaceúticos aprobado el 13 de octubre último. Al Dr. M. Delfín citándolo de una manera especial á la sesión del 27 de octubre y recordándole ciertos artículos del Reglamento. A los Académicos de la Sección de Farmacia, recordándoles de una manera muy particular la asistencia á la próxima sesión, para que pue- dan discutir el trabajo del Dr. Alonso Cuadrado. Al Dr. R. L. Miranda, participándole acuerdo de la Academia relativo á las gracias que se le envían por su donativo de libros, etc. El Dr. Coronado pide la palabra para exponer que, dados los trabajos pendientes, se vé en la necesidad de pedir un turno al Sr. Presidente, ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE LA HABANA 155 para que se sirva ordenar se le ponga en la orden del día de la próxima sesión, y anunciándolo con el siguiente tema. ¿“Es factible confundir el tifus icteróides (fiebre amarilla), con otras fiebres infecciosas? El Sr. Presidente contesta accediendo á la petición del Dr. Coronado. El Dr. José P. Alacán da lectura á un INFORME SOBRE LOS PRE- PARADOS de Vacheron, Joret*y Homolle, Seguin y Cronier. Este infor. me mereció la aprobación de la Academia. Continúa el Dr. Alacán haciendo uso de la palabra, para aclarar algunos puntos relativos al INFORME del Dr. Manuel Delfín, que quedó pendiente de aprobación en la sesión anterior, y con este motivo impetró la aprobación de este informe, acerca de preparados del Dr Bottino, la cual le fué otorgada por la Academia. Se concede por la Presidencia la palabra al Dr. Enrique Acosta, para leer un INFORME ACERCA DE LOS SIGUIENTES PRODUCTOS DEL DR. DOYEN. 1”. Staphilasa simple. 2%, Staphilasa bromurada. 3%, Staphilasa yodurada. +, Suero antiestaphilococcico—La Ponencia entiende que pueden ser aceptados como buenos los tres primeros productos, opinando con rela- ción al impropiamente llamado suero antiestaphilococcico que no es posible aceptarlo, ni admitirse su venta, por no constituir producto un biológico: Después de ligera discusión sostenida por los Dres. Pardiñas. Ruiz” Casabó y Barnet, queda aprobado el referido informe en todas sus partes. El Dr. Enrique Barnet hace la manifestación de que todos los traba- jos que se hacen en esta Corporación, informando acerca de los medica- mentos, como así mismo, los de igual índole, que realiza la Junta Supe- riór de Sanidad son letra muerta y absolutamente inútiles pues no son llevados á la práctica ni sirven para determinación alguna. La represen- tación de la prensa, parece haberlo pedido así á la Secretaría de Gober- nación, y la prensa ha sido complacida. El Dr. Coronado propone que no se hagan más informes por esta Cor- poración; que se suspendan en absoluto, y que se exponga á la Secretaría de Gobernación el por qué no se realizan. Los Dres. Valdés Ragués y Ruiz Casabó opinan que debe enviarse una protesta enérgica á dicha Secretaría. Los Dres. Presno y López opinan por el contrario, que siendo la Academia un cuerpo consultivo: está en el deber de eyacuar todos los informes qne le pidan las autoridades. Que en este sentido lo que habrá que hacer será lamentar que no sean útiles sus labores, pero que no puede de ninguna manera enviar una negativa en los asuntos oficiales en que se piden informes. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado lee su trabajo sobre la “NECESIDAD DE FIJAR BIEN LAS ATRIBUCIONES DE LA ACADEMIA EN LA INTERPRETACION DE LAS ORDENANZAS DE FARMACIA.» 156 ANALES DE LA El Dr. Moya al ponerse á discusión este trabajo pide su aplazamiento para la próxima sesión. Los Dres. Pardiñas y Alacán entienden que por exigirse meditación conveniente sobre asunto de tanta importancia"para la Academia, de- biera quedar sobre la mesa un tiempo más largo. El Dr. Valdés Ragúés, propone que el Ásunto sea enviado á las Cáma- ras porque puede servir de base para la formación de leyes especiales. El Dr. Alonso Cuadrado tiene confianza en que nuestras Cámaras se ocupen de hacer leyes que determinen bien nuestras funciones con relación á estos asuntos de medicamentos, que bien se necesitan por estarse rigiendo en la actualidad por leyes muy antiguas é impropias, Está conforme en que su trabajo quede sobre la mesa todo el tiempo que sea necesario, á fin de que pueda ser estudiado debidamente, y discutido después, por los Sres. Farmacéuticos de esta Academia. Se acordó quedase sobre la mesa el trabajo del Dr. Alonso Cuadrado, El Dr. Gustavo López dá lectura al trabajo que se ha servido enviar el Dr. Ramón L. Miranda desde New York sobre las AGUAS MINE- RALES DE MONTE CATTINI, DE ITALIA. El Sr. Presidente hace constar el gusto con que esta Academia ha escuchado el trabajo interesante del Dr. Miranda, á quien debe llegar nuestra gratitud porque no olyida nunca á esta Corporación. Acto seguido el Dr. Juan Santos Fernández cede la presidencia al Dr. Coronado y pasando á la tribuna da lectura ásu trabajo intitulado HISTORIA ABREVIADA DE LA PRENSA MEDICA EN CUBA. Al concluir la lectura de este trabajo, el Dr. Le-Roy pide la palabra para manifestar que, la interesante labor que acaba de presentar el Dr. Santos Fernández pone en manifiesto, una vez más, la laboriosidad y el profundo amor que á la ciencia y á la Academia tiene su autor. Muy pocos son los que, entre nosotros, se dedican á la ingrata tarea de las pesquisas bibliográficas, así que cuando se tiene la suerte de en- contrarse una recopilación tan completa y tan precisa como la que acaba de presentar nuestro digno Presidente, no puede menos de sentirse un verdadero placer. Nada en realidad puede objetarse á tan concienzudo trabajo, pero como su autor lo ha traido á esta docta Academia para que se le comple- te, voy áañadir algunos datos que faltan para realizar el deseo de su autor. Entre los periódicos de la Habana y por orden cronológico pueden citarse: El Eco de la Medicina, dirigido por el Dr. M. González de Jonte, en 1860; El Hanhemiano, revista mensual de ciencias médicas, dirigida por EF. J. Mendoya, y J. A. Terre, que comenzó á publicarse en agosto de 1878: La Estación Sanitaria, Órgano oficial del establecimiento del mismo nombre, dirigido por el Dr. Romero Leal, en 1892; El Aguila Den- tal, por Alberto Colon, en 1900 y El Boletín Sanitario Municipal de la Ha- bana. dirigido por el Dr. Julián Betancourt en 1904: todos ellos de efí- mera existencia, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 157 KK AA C_QRQ— ÉS RS Además, en 1852 el Ldo. Juan Terradas, solicitó publicar El Propagador Homeopático y en 1862 hizo igual solicitud el Dr. Miguel Ponz y Guimerá para la Clínica del Dr. Guimeró. sin que sepamos el resultado de estas peticiones. Entre los periódicos de fuera de la capital pueden citarse siguiendo el mismo orden cronológico los siguientes: en 1856 El Restaurador, de Santiago de Cuba, periódico de medicina, cirugía, farmacia y ciencias auxiliares, dirigido por José Garótalo. Su primer entrega apareció en octubre y solo duró tres meses, La Sanidad, periódico mensual dedicado al progreso del Cuerpo de su nombre en el Estado de las Villas y dirigido por Francisco Robainas en los campos de Cuba libre en los años 1896-97. El Boletín de Higiene. publicado en 1902 en Giiines, por el Dr. Arturo Díaz. El Boletín Científico, de Cienfuegos; dirigido por el Dr. Luis Perna de Salomó y que apareció en 1902. El Boletín de Sanidad, de Cárdenas, que apareció también en 1902. El Informe Mensual Sanitario y Demográfico, de Matanzas, dirigido por el Dr. Alberto Schweyer y algún otro que quizás hayan escapado á nuestras pesquisas bibliográficas. Justo es también consignar un recuerdo á La Emulación Medica perió- dico publicado en París en 1859 al morir El Eco de París. y en el cual colaboraron L. Tapia, L. M. Cowley, J. M. García, M. Galán, L. Díaz de Villegas, J. J. Muñoz. E. G. de Piñera, D. Madan. etc.. la mayoría de cu- yos nombres han sido gloria de esta Academia. ¡ Y ya que de cubanos que escribieron en el extranjero nos ocupamos no está demás recordar al Dr. Rafael Ulecia, hijo de Santiago de Cuba, que publica en Madrid desde 1877 la Revista de Medicina y Cirugía Prácticas y los Anales de Obstetricia, Ginecopatía y Pediatría, también en Madrid, desde 1881; al Dr. Francisco Vidal Solares, hijo de Cárdenas, que publi- có en Barcelona, la Higiene para todos con Enrique Gelabert, en 1881; los Archivos de Ginecopatía. Obstetricia y Pedriatría en 1890; La Medicina Po- pular en 1890; el Boletín del Dispensario Hospital de Barcelona de 1891-93: al Dr. Abelardo Bellido de Luna que en 1883 dirigió en Nueva York el Repertorio Médico cuya dirección pasó después al Dr. Agustín M.* Fernán- dez Ibarra; la Revista Estomatológica dirigida en Madrid por el Dr. Carlos García Vélez en 1894 y los Archivos Oftalmológicos Hispano Americanos publicados en Madrid desde 1901 por los Dres. Menacho y el autor del trabajo que estudiamos (Dr. Santos Fernández). Deber de justicia es consignar que si hemos podido ampliar el her- moso trabajo del Dr. Santos Fernández, con los datos arriba citados, se lo debemos en parte ála paciente investigación bibliográfica, que con el título de Bibliografía Médica presentó al Primer Congreso Médico Na” cional Cubano el Sr. Carlos Trelles, de Matanzas, y cuya publicación. completa comenzará en breve uno de nuestros periódicos profesionales 158 ANALES DE LA A A A A A A 5 o e a El Dr. Santos Fernández, se complace en recoger las notas que el ha facilitado el Dr. Le-Roy, cuyas interesantes investigaciones en este género de trabajos ha tenido más de una ocasión de ponderar. Y no habiendo más de que tratar se dió por terminada la sesión pú blica constituvéndose la Academia en otra de Gobierno. INFORME SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL Dr. Y. P. Alacán (Sesión del 10 de noviembre de 1905) Se refiere á los siguientes: Del farmacéutico de París. Luis Vacheron: elixir Mona- von; vino Monavon y kola Monavon. De los Dres. Joret y Homolle: cápsulas de apiol. De la casa G. Segun dé París: vino de Seguin; agua de Lechelle y linimento Grenean. De la casa Cronier, de París: píldoras de ¡oduro de hie- rro y pildoras antineurálgicas. Este informe fué aprobado. INFORME ACERCA DE ALGUNOS PREPARADOS DEL DR. DOYEN POR El DR. ENRIQUE ACOSTA (Sesión del 10 de noviembre de 1905) Designado por la Corporación para informar sobre va: rios productos del Dr. Doyen, tengo el honor de hacerlo en la sigujente forma. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 159 Son cuatro los productos objeto de nuestro informe: 1.2 Staphilasa simple. 2.2 Staphilasa bromurada. 3.2 Staphilasa ¡odurada. 4. Suero antiestafilococcico. La staphilasa simple se compone de levadura de cerve- za, levadura de vino, glicerina y vino blanco. La staphilasa rata es la simple con adición de bromuro al 2X 1500. La ¡odurada es la simple con adición de toduro al 11500. Y el suero antiestafilococeieo, es la staphilasa simple pero sin vino y al 8X100. Todos estos productos están recomendados para la fo- ruculosis, ántrax, osteomielitis, coriza, anginas, acnés y otras enfermedades y es de presumir que den buen re- sultado cuando su empleo se va generalizando fácilmente. Pero hay uno de ellos que impresionó nuestra atención desde el primer momento y sobre el cual deseamos se fije esta Academia: me refiero al llamado suero antiestafile- coccico cuya fórmula—la repetimos-—se compone de leva- dura de cerveza, levadura de vino y glicerina. : Nosotros sablamos que los sueros preventivos y antitó- xicos, eran soluciones de principios activos obtenidos del protoplasma vivo de los animales por medio de procede- res especiales, que estos principios no eran productos na- turales sino sustancias fabricadas por la célula viva bajo la acción de ciertos productos microbianos, pero no sabía- mos que una solución de levadura de cerveza y levadura de vino en glicerina pudiera servir y utilizarse como suero aestalo cod 'CICO.. Si esto es así, si es permitido llamar suero antiestafilo- CoOccico dun producto que ni es suero ni tiene nada de antiestafilococcico. entonces es fácil preparar suero para todas las enfermedades, aprovechando el nombre que por su eficacia han alcanzado los verdaderos sueros antidifté- rico, antitetánico, antipestoso, anti-estreptococcico, etc. Pero si no es así, entendemos que se realiza un fraude científico y lo prueba el hecho de que la forma de aplica- ción de dicho preparado es por invecciones y hasta se en- 160 ANALES DE LA vasa como los sueros antidiftéricos, etc. Cuando el tal preparado no se diferencia de los otros del Dr. Doyen más que en la ausencia del vino. Tan staphilasa pudiér “amos llamar 4 lo que el Dr. Doyen llama suero como «los otros productos que han sido ob- jeto de nuestro informe. Y si las Ordenanzas de Farmacia de Francia y de aquí y el sentido comun de ambos países permiten llamar suero antiestafilococcico 4 un producto que no lo es, fácil será preparar vino de quina, con agua edulcorada y bromuro y aceite de hígado de bacalao con glicerina, agua y y oduro. Por estas razones la ponencia entiende que los produc- tos del Dr. Doyen pueden ser aceptados como buenos para las indicaciones que aconsejan pero que la Academia opi- na con respecto al suero llamado antiestafilococerco, que no es posible aceptarlo, ni admitirse su venta por no ser un producto biológico. Necesidad de fijar bien las atribuciones de la Academia en la interpretación de las Ordenanzas de Farmacia POR EL— Dr. Gastón Alonso Cuadrado. (Sesión del 10 de noviembre de 1905.) La historia de la Farmacia desde los primeros tiempos, ha sido siempre la historia de los descubrimientos físico- químicos; y no existe principio alguno ú hecho importante en este dominio, que no vaya unido al nombre de algún ilustre Farmacéutico. Y no decimos lo mismo respecto d las Ciencias Naturales, porque hasta el siglo pasado, en los dos últimos tercios, la Historia Ni wural y la Historia de la Farmacia eran una misma cosa. Uomo parte integrante de las Ciencias Médicas, la Farmacia ha sido la base funda- mental de la ciencia de curar. El principio de la dix 1isión de trabajo, y los progresos incalculables de la Anatomía "Fisiología, han producido otras ramas del saber humano, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 161 de modo que la Farmacia propiamente dicha, quedó redu- cida a segundo término, por la misma razón que el progre- so inmenso de las Ciencias Naturales demandaron la divi- e del trabajo en el estudio de los fenómenos naturales, ” han hecho que se repartan las actividades humanas en espeS talidades. Es cierto que la práctica de la Farmacia, ó mejor dicho, la profesión farmacéntica, ha quedado reducida 4 un papel secundario, pero los miembros que la componen en gene- ral, penetran en los demás departamentos científicos para contribuir al progreso. Una ciencia de tan noble abolengo no se la puede abandonar 4 su propia suerte sin perjuicio de la ciencia en general. Tiene derecho 4 su existencia como Facultad propia, y tiene más derecho aun para que se le conserven sus privilegios como las demás Facultades, porque comparte con la profesión médica el adelanto de la ciencia de curar. Las necesidades de esta Facultad. el interés individual, v el progreso de los tiempos, han contribuido á que en el comercio aparezcan un sin número de preparaciones, cuyas fórmulas no se encuentran en los códigos farmacéuticos oficiales, ni en los formularios de más importancia que +fi- guran en nuestras bibliotecas; y lo que pudiera parecer como profusión de los tiempos modernos, ha sido costum- bre de todas las épocas; sobre todo desde que se fundó el arte de la imprenta, y particularmente desde que la facili- dad de las cómunicaciones y relaciones internacionales han estrechado la intimidad de ideas é intereses entre to- dos los hombres. No hay más que leer las Farmacopeas an- tinas, y los grandes Formularios de la generación pasada, para comprender que la industria farmacéutica siempre ha seguido el mismo curso. Pero además existe una circuns- tancia para que hoy se hallen con más profusión los mate- riales y sustancias medicamentosas, y consiste en que de- bido 4 los maravillosos descubrimientos de la Química Or- gánica, se han producido tan solo de la serie aromática de los hidrocarburos, millones de cuerpos cuyas propiedades físico-químicas y medicinales se pueden deducir á priori. Estos descubrimientos han abierto de un modo fabuloso el horizonte de la Farmacología y de la Terapéutica. t 162 ANALES DE LA Todavía hay otra razón poderosa. Antes el arte de la farmacia se reducía á confeccionar, pe mejor modo posi- ble, mas por el procedimiento manual exclnsivamente, las fórmulas prescritas por los profesores médicos, teniendo en cuenta solo la acción te rapéutica: relegando á cuestión se- eundaria la repuenancia que los medicamentos pr oe en el paladar de los enfermos; pero hoy el arte de la in- dustria farmacéutica proporciona multitud de aparatos y sustancias inertes y agradables que contribuyen « pre- parar las fórmulas con más perfección y más gusto, así como la Química ha ayudado á obtener las sustancias más puras, eliminando los componentes inútiles ó repue- nantes, simplificando las formas, y dándolas un aspecto agradable. En fecha más reciente, que se puede llamar de nuestros días, la Farmacología v la Terapéutica han vuelto sobre sus pasos, y otra vez los medicamentos calénicos, compuestos dle plantas ; y partes de plantas, ocupan un buen lugar en la práctica corriente. Por otro lado, el intrusismo, el aumento de estableci- mientos benéficos, los Dispensarios, las Casas de Salud, «, y por último el abandono en que los Gobiernos de las Naciones han tenido en estos últimos tiempos « la ciencia farmacéutica, y además la parte mercantil que tanto entra en los negocios humanos; todo esto ha contribuído 4 que los Farmacéuticos se dediquen ¿d la confección de fórmulas especiales, que «€ sus virtudes médicas, acompañan formas agradables, y hasta disposiciones que permiten ejercer su acción terapéutica. Además, muchas de las disposisiones aduaneras de las naciones, permiten adquirir materiales farmacéuticos « hajos precios, y en estos casos elaborar medicamentos en condiciones de economía y perfección que contribuyen á4 que la preparación de Específ icos vaya exte ndiéndose en el Te Por estas razones, ni es posible dificultar la introdución de esas preparaciones procedentes del extranjero, ni tam- poco entorpecer la industria farmacéutica nacional cubana y como al mismo tiempo, con la industria y la ciencia le- oftimas, se entremezclan comerciantes explotadores y ACADEMIA DE CIENCIAS Di LA HABANA 163 charlatanes científicos y pseudo-científicos; sería conve- niente que la Ac ademia propusiese ád los Poderes Públicos un criterio fijo, que de aleún modo no diera lugar ú dis- tintas interpretaciones. Por otro lado, considerando que la legislación farma- céutica vigente en Cuba, es hoy la' misma que la de la antigua metrópoli, y tar ando también que posterior- mente « la independencia, se ha establecido allí una doe- trina jurídica sobre casos que han estado en litigio; y considerando por último que esas resoluciones de los tri- hbunales españoles han de haber estado informadas por el criterio de las leyes vigentes, que también están en la república, el Ac: wlémico que suscribe, después de consul- tar la legislación farmacéntica española y la que rige en la República, propone: 1.—Se entenderá por Específico 6 ó medicamento espe- cial, toda aquella preparación nacional d extranjera, de- signada por el nombre de sus componentes, y del autor que lo ideó ó confeccionó, no inscrita en la Farmacopea Oficial y del Norte América, ó bien que aun consignada en dichos códigos se expenda por unidad de envase que lo contiene, con etique ta impresa, Ó prospecto consignan- do ceaeios particulares, usos y dosis. 2.—Se prohibe en absoluto la venta de todo medie: mento secreto, específic 0, Ó preserv: ativo de composición ¡enorada, sea cualquiera su denominación. 3.—Con objeto e establecer una jurisprudencia defini- da, se aplicará € los medicamentos especiales extranjeros en todas sus partes, el artículo 15 de las actuales Orde- nanzas; en cuyo caso, se deberá comunicar á los Cónsules que la República tiene en el extranjero, los trámites que exige dicho art. 15 para que los envíos de esas prepata- ciones no sufran entorpecimientos en el despacho aduane- ro, € su introducción en el territorio de la República. 4.—Como todos los Farmacéuticos establecidos con arreglo á las disposiciones vigentes en la República, pue- den elaborar en su Oficina medicamentos de composición no definida, bien para la venta d otros Farmacéuticos, ó hien al público, siempre que su fórmula sea conocida; no se exigirá otra formalidad para su comercio libre dentro 164 ANALES DÉ LA a de las leyes de Sanidad, miás que la de que en la etiqueta del envase figure el nombre del Farmacéutico preparador y el de la composición; debiendo constar la composición de la fórmula en un libro—registro que se lleve en la Academia con dicho objeto, más su publicación, aunque sea por una sola vez, en los periódicos de Medicina, Far- macia, Veterinaria, y Dentistería de la República. 5.—La propie all imdustrial, no puede recaer sobre la propiedad y uso exc lusivo en la elaboración de medica- mentos especiales d específicos: considerándose como tales únicamente los que los Farmacéuticos establecidos prepa- ren por sí mismos, ó los adquieran de otros compañeros con Botica abierta. 6.—Como la definición de Propiedad Industrial no puede recaer sobre la elaboración de productos medicina- les; nineún específico Ó preparación especial pueden ser objeto de patente. La Propiedad Industrial sólo debe ser reconocida para los procedimientos ó aparatos que se em- pleen para obtener dichos medicamentos y preparaciones. MENO podrá venderse ningún Específico nacional 6 extranjero, sin que el expende dor certifique que el m-li- camento es recomendado, lo menos, por dos Profesores médicos de reconocida competencia. AGUAS Y BAÑOS MINERALES DE MONTECATINI. ITALIA ; POR EL Ramón Luis Miranda, (académico de mérito) (Sesión del 10 de noviembre de 1905.) En nuestro reciente viaje por Italia, olamos, celebrar las acuas minerales de Montecatini, sobre todo, para las enfermedades del hígado, eólico hepático «., razón por la cual, nos dirijimos á ese lugar, con el objeto de hacer. nuestras pr optas observaciones. Montecatini, es un pequeño y pintoresco pueblo, de dos mil habitantes, de calles limpias, situado entre las ciudades de Piza y Florencia, d 280 pies sobre el nivel del mar y en una colina del bien cultivado y fértil valle de Nievole, d la falda de montañas, que forman parte de los Apeninos, de aire puro y vigorizante, frecuentado por ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 165 numerosas personas europeas y aleún americano, durante la temporada de mayo á septiembre, siendo mayor el nú- mero de los que lo visitan, en julio y agosto. Es conocido desde los más remotos tiempos, por los romanos, fud abandonado «4 causa de las sangrientas luchas de aquellos tiempos; pero el gran duque de Lorena, Leopoldo, lo res- tableció durante el siglo diez y nueve y desde entonces ha 1do ganando en popul: aridad, utilizando el Gobierno sus aguas minerales. 1 manantiales de Montecatini, se encuentran reunidos al pié de la montaña, en un espacio como de dos kilóme- tros cuadrados, que el cdlebre Biaechier ray llamó campo mineral; los manantiales están separados unos de otros por pocos metros, la temperatura del agua á la salida de los manantiales, varía de 21 4 29 erados o El agua de los manantiales, se emplea al interior y al esterior, en baños y duchas: son el Tetucció, ea baño Reggio, ( "ipollo, Olivo, Regina, Reinfresco y Savi, perte enecen al Estado, además hay otros partic ulares, Tes merici, Jorreta, Media, Villino, Saluti, Fortuna y Esperanza. Las aguas minerales de Montecatini, pertenecen al eru- po de las salinas 6 salinas cloruradas, predominando el cloruro de sodio, contienen ademas el cloruro de magnesia, sulfato de soda, hidro—cloratos de potasa y magnesia, car- bonatos de cal y magnesta, carbonatos, y fosfatos de hierro, litina y vestigios de óxido de hierro y manganeso, yodu- TOS y brormuzos, como consta en los adjuntos análisis prac- ¡cados por los profesores químicos Tazett1r, Taddei, Tar- aioni, Bechi, Silvestri y Orosi. ACCIÓN PISIOLÓGICA Y TERAPÉUTICA Las aguas minerales de Montecatin1, como hemos dicho pertenecen al grupo de las salinas cloruradas, poseen las propiedades de sus congéneres, y según se administren, son tónicas, reconstituyentes, diuréticas, laxantes, d reso- lutivas. Los efectos fisiológicos, más constantes son los produci- dos en el tubo castro intestinal y Órganos anexos, desarro- lla el apetito, estimulando y regularizando las digestiones, aumenta las secreciones del sistema glandular, favorece la 166 ANALES DE LA hematosis, y actuan con más ó menos intensidad, según el mayor ó menor rado de mineralizaci 10n. MODO DE ADMINISTRACIÓN ' Las aguas minerales de Montecatini, se emplean al inte- rior, en bebidas v al exterior en baños, de bañadera ó de piscina, con el erado de calor que se indique; se usan tambien en duchas. 1l empleo al interior, es el más usado, a la dosis de cuatro d sels vasos, durante la mañana, en ayunas, al natural, ó calentada en el baño de María, dosis que 1 varían segun el manantial, enfermedades y estado del pacie nte. : El distinguido Dr. Rotureau, respecto á la admimstra- ción de las aguas dice: que cuando las materias fecales sean negruzcas, debe continuarse la toma de las aguas, si son verdes 6 verdosas disminuirse la cantidad y cuando sean completamente amarillas, lo que demuestra que la circula- ción de la bilis se ha restablecido, debe suspenderse; así lo confirma el Dr. Fedeli (unos de los Inspectores médi- cos de las aguas minerales de Montecatini.) Con el uso de las aguas minerales indicadas, se ha ob- servado que en algunas personas, sanguíneas Ó nerviosas, se aumentan los latidos del corazón y arterias, y se tienen cefalaluias 6 vértigos, entonces, debe cambiarse por otro manantial más suave, 0 descansar uno ó varios días. Las aguas son claras, sin olor, ligeramente saladas, su composición es constante, variando la cantidad de algunos elementos, según el manantial y como hemos dicho en to- das se encuentra el cloruro de sodio, como su pr incipal elemento. El manantial Tettuecio, uno de los más anti- guos y al que se debe la reputación de las aguas minera- les de Montec atini, se encuentra en un edificio apropiado, para la toma de sus aguas y baños, con todo lo necesario, del mismo modo que los otros manantiales ya citados, al. gunos de ellos con bonitos jardines. Los médicos italianos, indican las aguas minerales de Montecatini en diferentes enfermedades, particularmente en los padecimientos del hígado, ocasionados por la 1m- perfección en la secreción de la bilis, Ó por alteración en calidad, en la ictericia, eáleulos biliares, cólico hepáti- eo, están además indieadas en las obstrucciones mtestina ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 167 les, en las afecciones linfáticas y escrofulosas, gota, reuma- tismo, en las del aparato disestivo y órganos anexos, dis- pepsias estomacales, diarreas rebeldes, constipaciones; han sido consideradas como remedio especial para la disente- ría; son inútiles en los infartos del bazo como consecuencia de fiebres palúdicas, tan graves en Italia, en los catarros crónicos del riñón, arena úrica, en las personas debilitadas Ó anémicas como también se emplean en algunas der- matosis. | En vista de los resultados tan ponderados por el pueblo y por los médicos, en toda Ttalia, en las enfermedades del hígado y cólico hepático yv prévio. estudio, de lo publicado sobre dichas aguas y oído la Epa de los distinguidos profesores F. de la Torre y P. Casciam (Inspec tores de esas aguas) nos determinamos 4 emple: arlas, teniendo pre- sente la analogía que tenfan con las de Saratoga Springs New York, cuyos buenos efectos hemos obser vado duran- te los veinte y siete años, que practicamos en ese saluda- ble pueblo durante las temporadas. Pensamosir á Carlsbad: pero teniendo en cuenta la acción más enérgica de sus aguas minerales y el estado general de una persona que- rida, de nuestra familia. que hacía como dos años que ve- nía padeciendo y que durante ese tiempo había perdido cuarenta libras de su peso y que el ocho de marzo, tuvo un violento cólico hepático, seguido de intensa Ictericia, lo que disipó desde entonces las dudas que hubo sobre el diagnóstico de su enfermedad. E mpleamos catorce días en la navegación de New York á Génova, durante la cual, la amarillez de la piel de nues- tra enferma, casi había desaparecido en su totalidad, que- dándole solo en las cojuntivas y recobrando su disposición; entre otras medicinas, tomaba el agua alcalina de Vichy y el fosfato de soda efervecente, que le hacía el efecto laxante. Estuvimos en Roma, y allí tuvo un cólico Y sO- portable, el 18 y 19 E mayo y después el 20 encontra- mos en las heces tres cálculos biliares de forma redondea- da del tamaño de un chícharo grande. Después pasamos por Pisa, el 30 de mayo, con dirección 4 Montecatini, y en esa ciudad comenzó á resentirse del dolor, que le con- tinuó en Montecatini, donde llegamos el mismo día, fué 168 ANALES DE LA ligero y el 31 la examinó el Dr. P. Casciani (uno de los Inspectores de las aguas) y eonfirmó nuestro diagnóstico, de cólico hepático, expulsó el 6 de junio otro cálculo ¡eual á los anteriores. El Dr. Casciani, le ordenó la toma de las : aguas del Tettuccio, dos 4 tres vasos diarios y caso de no hacerle el debido efecto, agregase uno del Olivo y además tomase un baño general un día sí y otro no, dl la temperatura de 32 or: es centígrado, lo que cumplió de- bidamente. El 15 de junio tuvo otro cólico soportable, expulsando un cále e como los anteriores y alguna arena biliar. ] El día 22 de junio dejamos 4 Montecatint, siendo favo- rable el pronóstico del Dr. Casciani, sobre su curación. Desde el 15 de junio hasta la fecha no ha vuelto ¿4 tener indicios del cólico. Para corroborar la acción del cloruro de sodio en el or- eanismo, recordaremos los e xpe rimentos practicados por Albertoni (Influencia de las inyecciones subcutáneas de una solución de cloruro de sodio en la secreción de la bi- his R. Acad. de Ciencias. Bologna 1893) practicándoles fís- tulas artificiales d perros é inyectándoles una solución de cloruro de sodio, habiendo comprobado el aumento de la bilis y disminución de los sólidos que contiene. También señalaremos la observación del Dr. Casciani, (Influencia del agua mineral en la secreción de la bilis 1905) de una mujer de 29 años, que en 1901 fué operada de colecistotomía, habiéndole quedado una fístula biliar, recogida la bilis por medio de un tubo de goma elástica, que se le había aplicado y por su estremidad libre se salía a una botella de cristal. A dicha enferma se le administró el agua del Tettuccio, Famerici, Uliveto, Fuggl, compa- rándolas con las sales y aguas minerales de Carlsbad; de este esperimento deduce el Dr. Casciani, las conclustones siguientes: 1.—Que la secreción de la bilis aumenta bajo la acción del cloruro de sodio. 2.—(Que la bilis no aumenta con el agua de Carlsbad. 3.—Que el peso específico de los elementos fijos de la bilis aumentan notablemente con las aguas minerales de Montecatini. del mismo modo que con las de Carlsbad. siendo mayor su aumento con las primeras: y con las sales ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 169 de Carlsbad, no se ha podido comprobar nineún au mento. 4.—Que el peso específico y los elementos de la bilis aumentan más durante la toma de las aguas de cloruro de sodio, (10 por 1,000 de cloruro de sodio.) 5.——Que el agua potable del Uliveto y del Fuegi, no ejercen ninguna influencia notable en la cantidad de la secreción de la bilis y elementos que la componen. 6.—Que el agua mineral de Montecatini, ejerce notable influencia enla composición química y eliminación de la bilis, influencia que es mayor con las del Tamerici. “—Que el agua común y las débilmente mineralizadas, no ejercen ninguna influencia en la composición de la bi lis, nt en a eliminación. El Dr. Casciani manifiesta, que no desea deducir coro- larios terapeúticos exagerados; pero que sI resultan indi- caciones en las enfermedades he 'páticas, principalmente en la ictericia, litiasis biliar, colecistitis crónica, hiperemia hepática y catarro de los conductores biliares. REFLEXIONES Fisiológica y clínicamente, están demostrados los bue- nos efectos del cloruro de sodio, lo mismo que en las aguas minerales que lo contienen, promoviendo las secreciones, haciéndolas más fluídas y modificándolas, como también actuando como desinfectante en el tubo digestivo, por su propiedad antiséptica > y como tónicas, como se han com- probado en las inyecciones que se practican con solucio- nes de cloruro de sodio en los individuos debilitados. En las conferencias que hemos tenido con el Dr. Cascia- ni, él atribuye la eficacia de las aguas minerales de Mon- tecatini, al cloruro de sodio; sus apreciaciones sobre el uso de las aguas concuerdan con las que hemos expresado ha- ce algunos años, en nuestra Memoria sobre las Aeuas Mi- nero Mal: de Saratoga Springs, New Y Se (1884 1901) que actúan del mismo modo que las de Montecatini, que considero beneficiosas para las enfermedades que es- tán indicadas; pero que no tienen la acción especifica que se les atribuye en Italia, en las afecciones del hígado, en. Saratoga Springs, hemos comprobado los búenós efectos A sus aguas minerales en dichas enfermedades y en otras, como lo confirma, la observación del Sr. F., D. publicada a > E — , 170 AÑALES Di LA en la Revista Médica Farmacéutica de la Habana, en 1901, de un enorme cálculo biliar del canal colédoco, que arrojó en Saratoga, después de haber tomado las “aguas minera- les según se las habíamos prescrito, sin haber obtenido an- tes ningún resultado favorable con las aguas minerales, en Carlsbad. Las aguas minerales de Saratoga Springs, las conside- ramos superiores á las de Montecatini, no solo por la can- tidad mayor de gas ácido carbónico que contienen, sino también por las sales alcalinas; sabido es, que entre sus principales elementos, están el cloruro de sodvo, dicarbona- tos de cal, magnesia, soda y litina, bicarbonatos de hierro y gran cantidad de gas ¿cido carbónico, y que están cla- sificadas en el erupo de las alcalinas salinas. En Montecatini, pasamos veinte y cinco días y con los enfermos que había allí, tuvimos ocasión de informarnos, que los más de ellos, padecían del hígado, que algunos frecuentaban el lugar hacía algunos años y que apesar de tomar sus aguas en los manantiales y continuar tomándo- las después y seguir el plan de alimentación adecuado, les repetía el cólico, con más ó menos frecuencia, durante el año, otros no lo tenían hacia seis ú ocho años y en algu- nos había desaparecido; pero una señora italiana que ha- cía quince años que lo padecía y que durante esos años iba 4 Montecatini, sin embargo, le repetía el cólico duran- te el año, una vez, acompañado de ietericia, más Ó menos intensa; últimamente nos comunicó que al mes de haber salido de Montecatini, donde estuvo este año, veinte días, tuvo un violento cólico, seguido de intensa ictericia. De todo lo expuesto deducimos que las aguas minerales de Montecatini, no tienen una acción especifica en las en- fermedades del hígado, sin embargo, las consideramos be- neficiosas, en la mayoría de los casos, como también las de Carlsbad y Saratoga Springs, que todas pueden modificar ó curar la enfermedad, debiendo además tenerse presente las condiciones especiales de cada enfermo y observarse el debido plan de alimentación. La duración de la cura, como se dice en Montecatini, es de diez á quince días y d veces veinte; sus aguas están contraindicadas en las afecciones cardiacas, cancerosas y tuberculozas, — t— | LA HABANA CIENCIAS DE . y] DE AOADEMIA | | | | q€_I E __—_ _— —_ A __ __—_ - —_ > _ _—_—_______—— A *OM.LO[9 9P OPE289 ¡8 Opranpay (1) e *C18T U9 ISOLO 1059) “C98T U9 199 1089] £ "2981 U9 LU “Gest, A id al Ad oa -013 19 10d sistmeuy [-01J 19 10d SISI puy lc sl e o ANDA da y E 500 uod TY FSoo “PT | TLTVEN | 980U6'6 6€90'9 FLLO'S 20 PEO “""ogod ns 9p | | s93.nd O00T Us epru | -97109 9[QNJOSUL PIDE tE OTOS 70 | 00000 0000'0 1933'0 £££Z'0 ****31H] ODUQQ IB) OPD Y * “ OTHLZ8T | G9vO0'0 e2z0'0 ADM 3 yT0 Y a DON: Dd 'D PIOLG 6£000 | 18000 20900 G£0T'0 ca o e) 6600'0 | seze1] 0000'0 0000'0 A ON 20000 | Sezex) seze11 seze17 ..o......o.s ..or........s SOJBIFIN 2z00'0 | 00000 | 00000 0000'0 0000'0 oi Mica ud AS 61000 | 29000 Z8000 00000 00000 porron rrcrossr.... ODIDI]IS opby 0000'0 | Seze1) | 00000 | 00000 00000 v O A e) « 5 (1).2030'0 | Seze1) | 00000 00000 00000 ...... 8 LO 5 £ 00000 | sezeJ? | 00000 0000'0 00000 c+" OS9Ue UB pa 0000'0 | 00000 | 0000'0 2800'0 ¿2000 e PRA GO v900'0 F000'0 £900'0 800'0 | ¿2000 PPP 0000'0 | 9P00'0 | c610'0 28000 | L3G00'0 esos" O 191 DP OFBÍSO Y 00000 | . Seze17 00000 18000 | 22000 E GS EA 10) +1 0000'0 | sezen 00000 0000'0 | 00000 A O TADO 0000'0 | suze.] 0000%0 0000'0 0000 ¡235% E A ds. ¿10Z'0 OETZ'0 | 8S3T'0 s03P0 87L1'0 EI e CA EA | S8LP OT | 6017'9 9109 e Ne si """"OIPOS “OXMIO[O 2ze£'0 | 0000'0 | 0000'0 0000'0 00000 e.*BIS0udB a 1877'0 | 69900 | £678 E ¿80€'0 0000'0 O ES 0000'0 | Sror'O ¿8L0'0 28900 | FZ60'0 ca: Ab eze£'T £L98'0 7978'0 6TZC'O OTRO pa a A RS £1ro0'0 | 00006 0000'0 0000'0 | 0000'0 PORIMADIa 12000 13700'0 9800'0 0000'0 0000'0 O ei: E SS | TIOT'O 30 om (88 PIO 97710 9€LO'0 1230'0 (vIS9uS Buu TOPP'0 JETA 833e'0 EzO'O e8927'0 A A E dd e Al S E E SVAgvy SVI NA IAVS VNIOHA OAPIO ODIA LA,L OSISHAYNANIA SVUINALNOO SVIDNVISAS | | o 5 5 5 — ¿:ONYULNI OSO YHOd SOUVTAMNA INILVOHMLENOJA “HA. SATIVA STIVIAH SONVH SOT HA SATVAHNTA SYADY SVT HA. OSA HA SALAVA (00 41 VAILVLILNVAOO A VAILVITIVAO NOISISOAHKOS VIT HA OYTAVOAO DE LA ANALES "£981 UY SOPLoyHqnd “Prilig Á IPPpeL *1319ZZ0-JUOIS4P | SoJOSojoJd so] Jod sopeonoesd oprs uey SISHeue $014 2£39'3Z 2673'0 PvELT'O £g£10'0 00000 seze. 00000 00000 00000 0000'0 96100 95100 9610'0 9610'0 seze.1) seze1) SEL SoPo ST 1E800 6TIZ£'0 96617 00000 12000 6£93'0 o A _ _ _____-—___—_—___—___—___————= TO TL ZTE 692930 ASA 91Z0'0 00000) sezt 12 00000 0000'0 0000'0 00000 SPIO'0 0 M0) SPLO'O SPIO'0 seze1 | seze11 v9926'0 GLO0€'6 98%8'I L6ST'0 ECPE'0 | 0000'0 | ACTA TPET O ONDVU | 10002 | vLLO“S veev"osad ns 9p s9318d 9001 | 19 BPpru9juoo 9[(NMJOSUI BLIDB Y LOTO S£ez'0 A Saya ODUOABD Oproy 01030 ESPTO o A rr [302 123£00 G£01'0 A A RO UÍNI | 00000 00000 pi BOT PLIOJe IN SeZe1] SezZe17 O OA GO *""SOJLIJIN 00000 00000 a E SO Opby 0000'0 0000'0 ONO OSA od dojo cia MES 00000 00000 % e A 0000'0 | 0000'0 memo oS9UB3UBU Ip [PS 952000 LE000 OO PA Cl e 99000 12000 A O LO e sl ys 99000 22000 Porssnss e a 078804] 99000 LEO0O0 ri SAO O TA 00000 0000'0 900 O RDNODE ISSO SONO 00000 00000 ae o ZLE9'0 8PLTO [vosnoosonsss “*PISIUS BI es “6 HE634 O€£00'P o iO IP OMMIO[D O8S8R'O 00000 TO PON es 6 Z9000 FE600 pr oO Cc se 12610 S8IS'O A a 10) 9p OJBJnS 00000 0000'0 ie O ELO 0% sí +920'0 1LZO'O memes udem “ 4 99620 S80Z'0 Pi ES 3p OJBnO0q1e7) OIOOMO,L,LL OISHAATANTA O AS SVdAINALNOD SVIONV,LSAS :ONYALX4H OSO VUVd SOUVHTIANA “INILVOHMLNOTA] HT SATVNHAL SAITVHAH. SONVT SOT HUA SATVH.ANTA SvVaDy SYTI Ha “OSHdA HO SUL VA 0007 VAILVTILNVOO A VAILVLTIVAO NOTIOTSOANOD VI HA OHXHAvano ACADEMIA "DE CIENCIAS DE LA HABANA 173 HISTORIA ABREVIADA DE LA PRENSA MEDICA EN CUBA POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 10 de noviembre de 1905.) En 1900 cuando se verificó en París, con motivo de la Exposición Universal, el Primer Conereso de la Prensa Médica, presenté la primer nota en que me ocupaba del periodismo médico en la Isla de Cuba y en el segundo Congreso de la Prensa Médica que se reunió en Me drid en los últimos días de abril de 1903, dí lectura á una segun- da nota en que la avuda del doctor Jorge Le Roy me per- mitió ofrecer un trabajo más completo. Recientemente al celebrar el décimo aniversario de su fundación la Revista De Mebicixa Y CirucÍa DE La Ha- BANA su ilustre director y miembro de esta Academia, el doctor Presno, me hizo el honor de encargarme de. el BosQUEJO HISTÓRICO DEL PERIODISMO MÉDICO EN La ÍsLa DE CuBa, que realicé con el mejor deseo de que no escapara dá mi investigación ningun dato « fin de facilitar el traba- jo de una obra más complet a al que con mas competencia se encargase de ella. Mas, como apesar de este cuidado después de la apari- ción del artículo en la Revista De Mebicisa Y CrruGÍa encontré aleun material que escapó 4 mis pesquisas y además los que me hicieron el honor de leer el BosquesJo publicado en la Revista llamaron mi atención sobre otras omisiones, muy «4 mi pesar sufridas, resolví traer ¿ esta Corporación, para que con su saber me ilustrase, cuanto sobre el particular había recopilado y este es el motivo de distraer vuestra benévola atención. La Prensa en general, es el más poderoso elemento de difusión de las ideas que pudo imaginarse quien más sus- pirase por el progreso en los siglos remotos. El pueblo en que la Prensa alcance su mayor valía, puede asegurarse que ha llegado al más elevado grado de cultura y prospe- 174 ANALES DE LA ridad. No importa que alguna vez pueda servir para la difamación ó el escándalo porque no es lo único bueno de que haciendo mal uso resulta un perjuicio. Y ésto que decimos de la Prensa en general, puede decirse ienalmente de la Prensa científica, ele la Prensa Médica, que entre nosotros hasta hace poco, de cierto modo, ha sido el am- paro y el núcleo de las manifestaciones del saber en las ciencias afines. No sin razón se denomina nuestra primera Institución científica Academia de Ciencias Médicas, Físi- cas y Naturales. Antes de que hubiera aparecido el primer periódico dedicado á las ciencias en Cuba, sus cultivadores solían eseribir en los pocos profanos que se publicaban y en las Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País. Cupo al doctor don Nicolás José Gutierrez la doble elo- ria de haber sido: primero, el fundador de la Prensa Mé. dica en Cuba y más tarde, el creador de la Academia de Ciencias. No es frecuente entre nosotros que un individuo de avanzada edad, despues de reunir, merced al ejercicio profesional, bienes de fortuna, se retire de éste, no para holear sino para consagrarse de lleno 4 la vida y o de una institución que como la Academia de Ciencias, mantuvo incólume el prestigio de aquellas al travez de circunstancias poco adecuadas para atender 4 su desem- volvimiento en un país exclusivamente mercantil. Este varon ilustre para el que no tendrá la cultura cubana frases de elogios que llenen la medida de sus me- recimientos, fué el que en 1840 dió á la estampa el primer periodico médico que tituló Rererrorio MÉébico Hanaxe- RO. Le acompañaron en su obra los doctores don Ramon Zambrana y don Luis Costales; Zambrana, miembro de una familia ilustre de la Habana, que ha dado a las letras y dá las ciencias más de un soldado benemérito, fué el pri- mer Secretario de la Academia de Ciencias y dadas sus cualidades de eximio literato é inteligente médico, ayudó al fundador de la institución con el acierto que desempe- ñó en la Universidad la Cátedra de Patología Médica. Costales, de una familia no menos fecunda en intelee- tuales, secundó admirablemente los propósitos de ambos. Por la enunciación de estos nombres, se advierte que ACADEMIA DE- CIENCIAS DE LA HABANA 175 la Prensa Médica en Cuba tuvo buenos comienzos y no podía ser de otro modo, si se tiene en cuenta que en to- das las épocas ha existido en Cuba una pléyade de médi- COS inteligentes bs estudiosos que si no tenían como en los Centros europeos, particularmente, campo en que mostrar su competenci a como son los Hospitales, Academias y pos- teriormente los Laboratorios. en el terreno de la pr áctica, se les presentaba con frecuencia manera de estercotipar sus aptitudes. Sino hubiesen otros ejemplos bastaría lo ocurrido con el cólera en el año 1833. El doctor Manuel Piedra sin haber salido nunca de la Isla (1) así que trope- 70 con el primer caso, lo diagnosticó con toda exactitud y dió el par te á la Sanidad seguro de que no se aquivocaba: así prestó un buen servicio « la Higiene y más tarde ¿ la Literatura médica escribiendo una Memoria acerca del particular. Un modesto médico de Gines, el doctor Calcagno, que aunque nacido en país extraño nos pertenecía, describió con notable acierto, la importancia de la diarrea premoni- toria, que tanto valor tiene para el empleo de una tera- péutica oportuna. La Introducción al Repertorio Mébico HaBANERO-hace buena nuestra apreciación, pues dice: “porque el estado actual de nuestra civilización se resiente de la falta de una obra donde se hubieran publicado sin interrupción las ob- servaciones de tantos yv tan sobresalientes prácticos como hemos tenido y de otros muchos no menos respet tables, que aun existen y cuyos materiales serían pr eciosos datos para formular la historia médica del pais.” Estas solas líneas bastan para demostrar el elevado con- cepto que de la Prensa Médica tenían nuestros antepasa- dos; lo perfectamente preparados que estaban para obtener todo lo que se proponfan; por más que no lo hayan obte- nido, porque no había alcanzado la Ciencia los límites ac- tuales, ni el medio era el adecuado para el desenvolvi- miento de sus aspiraciones. Como consecuencia el Reper- TorrtOo Mébico HABANero tuvo una breve existencia. (1) «Crónica Médico Quirúrgica de la Habana», T. II. Pág. 241: «Bio” oratía del doctor M. Piedra», por el doctor Rosain. 176 ANALES DE LA El BoLeríx Científico creado por el doctor Vicente A. | de Castro y el licenciado Justino Valdés Castro se refun- dió en el RerertorIo cuando se hizo careo de aquel el doctor Manuel Valdés Miranda. Desaparecido el ReperTorRIO MébICO Habanero apareció el OBseERVADOR HaBaNero redactado por el profesor de nuestra Universidad don Julio Jacinto Le-Riverand cuyo primer número vió la luz en mayo de 18544 Le-Riverand nació en Francia, fué Farmacéutico en Pa- rís y llegó á la Habana en 1824 con el título de Oficier de Santé 9 sea Cir ujano romancista; tuvo una Farmacia en Santiago de las Vegas y ejerció la medicina en el campo. Por su talento llegó 4 ser Catedrático de Clínica médica en nuestra Universidad, puesto que conservó hasta su fa- llecimiento, el 7 de abril de 1864. Este hombre mitad ciencia y mitad mercantilismo, segun lo pintan sus con- temporáneos, tuvo la ilustración suficiente para dirigir y escribir un periódico de medicina; así lo revelan sus Lec- ciones. sobre las enfermedades observadas en la sala de clínica de la Real Universidad de la Habana, (1859) y los discipulos tan aventaj: ados que como el doctor Joaquin Lebredo hacían justicia 4 sus conocimientos clínicos Y como el objeto de Le-Riverand fué de una parte, hacer conocer+á sus colegas el progreso de la ciencia fuera del país, de la manera más compendiada posible, y de otra, exponer los trabajos de sus compañeros, le ofrecieron su colaboracion los colegas siguientes: don Tomás Romay, el célebre higienista que por prime “a vez mmoculó con éxito, el virus vacuno y lo propagó en el país, no sin antes so- meter sus propios hijos, os de vacunados, d la inocu- lación del pus varioloso. (1). Doctor José María V elazquez, licenciado Gaspar Palacios. doctor José Lletor Castroverde, doctor Nicolás J. Grutierrez, doctor José Benjumeda, doctor Fernando González del Valle, doctor Joaquin (uarro, doctor Vicente A. de Castro, doctor Angel José Cowley, licenciado José Joaquin Sibón, licenciado Juan Pinet, doctor Francisco Alonso Fernández, doctor Pablo Huma- nes y licenciado Gonzalo Jorrin. (1D) Crónica Médico Quirúrgica de la Habana. tomo XI, página 99 á4 102 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA VETA Por aquellos tiempos, como en época posterior todavía, las discusiones científicas degeneraban en un personalismo vergonzoso para la seriedad” y decoro de la clase médica y caso hubo en que una junta de varios profesores pudo convertirse en una batalla campal. No es extraño pues que el director del ObseERVADOR HABANERO, que segun cuentan las crónicas, no era manco en la agresión, dijeso en el prefacio que: las columnas de la public: ación estarían abiertas para los profesores que gustasen dar ád luz obser- vaciones ó artículos de interés verdaderamente práctico; pero desechando cualquier escrito que contuviera perso- nalidad por más que encerrase ideas ú opiniones de mucho mérito. Esta publicación alcanzó también corta vida y en 1847, tres catedráticos de la Universidad los doctores Ramon Zambrana, Juan Pinet y Emilio Auber, comenzaron á pu- blicar el Repertorio Ecoxómico ve Mebicixa, Farmacia Y CIENCIAS AUXILIARES, de que solo aparecieron seis entre- gas para refundirse en el OBSERVADOR HABANERO que co- mo hemos dicho duró poco. En septiembre de 1850, aparece de nuevo el ReEPERTO- rio Mébico Habanero, bajo la dirección del doctor Ra- món Zambrana y del licenciado Pedro Ruz; hebdomada- rio primero, se hizo en 1851 mensual y este mismo año dejó de aparecer. EL Crrreri0 dirigido por el Ldo. en Medicina don José Esparrago, con título de España incorporado en la Uni- versidad de la Habana el 9 de septiembre de 1851. Este periódico que apareció el año de 1854 tuvo muy escaso valor científico, pues sus artículos sólo constituían perso- nalidades. El director fué Director también interino del manicomio Mazorra, destino tiempo atras reservado á los aventureros, y desempeñándolo falleció. EL Crrrerro, cu- yos artículos fueron impugnados por Le Riverand hubiera pasado desapercibido si el doctor Rafael Cowley al ocu- parse del Ldo. Esparrago en los interesantes Fastos Ne- erológicos que publicaba « en los ANALES DE LA ACADEMIA DE Ciexcras, no hubiera aludido á su aparición y valor. El 1? de enero de 1854 ve la luz en la Habana otro periódico mensual de medicina, cirugía, farmacia y cien- 178 ANALES DÉ LA AH] i NE AA cias auxiliares, del cual fué Director el doctor Zambrana, que por lo que se ve, no descansaba en su empeño de fo- mentar la Prensa Médica. Se tituló Gacera MÉDICA DE LA HABANA y parece ser que solo llegó al número diez, corres- pondiente 4 octubre del mismo año 1854. El 19 de diciembre de 1854 publicó el doctor Justino Valdés Castro, con el nombre de Revista MÉDICA DE LA Habaxa y dedicado á la medicina, cirugía, farmacia y cien- cias auxiliares, un periódico del cual fue director y re- dactor y cuya vida fue de dos años, pues la última entre- va corresponde al 25 de diciembre de 1856 y todo cons- tituye un tomo de 385 páginas. En 1856 y 57 se publicó el Rererrorto Ec ONÓMICO DE Mebicina, Ciructa, Farmacia, y Ciencias NATURALES por el entonces eS Rafael A. Cowley, más tarde Cate- drático de Terapéutica de nuestra Universidad, activo colaborador en la Prensa Médica en su juventud; pero alejado de ella hace mucho tiempo 4 pesar de que aun de- sempeña su cátedra y no carece de salud. Los nombres de los doctores Rafael y Luis María Cowley en la Literatura médica cubana aparecen con fre- cuencia y obedecen al abolengo de su padre, doctor Angel José ( 'owley y Albirle aa fué Secretario de la primera Junta de S ada de la Isla y contribuyó poderosamente á la ilustración médica de su época. Con el nombre de Revista DE La Isa DE CuBa reapa- rece en el estadio de la Prensa, el doctor Le Riverand, al publicarla, con los doctores Ramón Zambrana, Joaquín García Lebredo y Federico (ralvez. La primera entrega apareció el. 1 de marzo de 1858 yla oa en 0e- tubre del propio año, formando un tomo de: 32 2 págin: as. El Eco be Parts, aunque publicado fuera e aquí como se desprende de su nombre, lo hemos considerado siem- pre como perteneciente dá la Prensa Médica Cubana, pues era redactado por cubanos que hacían sus estudios en Francia. Se consagró 4 la medicina, cirugía y ciencias auxiliares, y estaba dedidado 4 los estudiantes de mediei- na de la ciudad de la Habana. Lo redactaban el doctor Carlos Valdés, espirituano inteligente que no volvió « Cuba y figuró en Francia siendo el sustituto del gran Pidoux ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 179 y AA QA A A PP ——Á en la Dirección de Aguas Buenas y los doctores Luis María Cowley, Gabriel M. García, Pedro Hevia, Ramón Luis Miranda y Antonio Mestre que tan distinguido con- cepto había de conquistar después, en el campo de nues- tra Medicina, desde el puesto de Secretario de la Aca- demia de Ciencias, que ocupó hasta su fallecimiento. La publicación formó un tomo de 390 páginas en que procu- raron-sus redactores trasmitir 4 sus paisanos, residentes en la Isla, los estudios, trabajos y doctrinas de la Escuela francesa, tan favorecida de los nuestros, por la semejanza del idioma y afinidad de caracteres. La Banbera HoMBOPÁTICA, parece que v 10 la luz pública por la misma época que el anterior, según se deduce de la cita, que de ella se hace en la página 3 354 del Eco de París. En noviembre de 1861 comenzó la publicación de un periódico científico mensual dedicado á los estudiantes de la Real Universidad de la Habana, redactado por los en- tonces estudiantes, señores don Felipe Rodríguez, más tarde catedrático” de Medicina Legal, académico y atilda- do escritor y doctor don José Bruzón, hoy uno de nues- tros jurisconsultos de más nota. Dedicaba sus secciones: una 4 Medicina y Farmacia, otra 4 Derecho, otra á Filo sofía, otra titulada Revista, en la que se daba cuenta de los actos de la Universidad, Academias, etc., y de los reali- zados por las Sociedades científicas extranjeras, y final- mente una de Bibliografía, donde se exponía el movi- miento de libros, folletos y periódicos, no solo propios, sino extranjeros. Vivió hasta octubre de 1863, á juzgar por la entrega última que se conserva en la Biblioteca Na- cional, que alcanza la pagina 42, pero que no termina. La Emur acIóN, es el título de otro periódico mensual, dedicado ¿ la abril ia, Química é Historia Natural Médi- cas y á la Toxicología, bajo la dirección de los señores Joaquín F. Aenlle, Marcos de J. Meler o, y Fernando Y. Aguirre; apareció en febrero de 1863 y pr 'olongó su exis- tencia hasta 1867, un período de cinco años, apenas alcan- zado por las anteriores publicaciones. Entre sus directo- res, figuraba como químico de sólida reputación, el doctor Aeñlle, que fué catedrático de Farmacia de la Universidad y falleció prematuramente. 180 ANALES DE LA Inaugurada la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales el 19 de mayo de 1861, no contó con un órgano oficial hasta el mes de agosto de 1864, en que aparecie- ron sus ÁNALES, para dar cabida a los trabajos de la Cor- poración, bajo la dirección de su inolvidable Secretario el doctor don Antonio Mestre y el doctor don José Joaquín Muñoz, primer Director del Asilo de Enagenados (Mazorra) y que se estableció después en París, donde dejó de existir. Estos profesores los dingieron hasta el año de 1866, en que sustituyó, al segundo, don Marcos de J. Melero. En 1869 sustituyó « éste, don Felipe F. Rodríguez y en 1874 se les asoció el doctor Rafael A. Cowley, continuando así hasta 1887, en que murió el doctor Mestre. Desde 1887 4 1889 fueron dirigidos los AnaLes por los doctores Claudio Delgado y Vicente de la Guardia. En 1890 reemplaza al primero el doctor la Guardia y ¿ éste el doctor José Francisco Arango, que fué d su vez susti- tuído por el doctor Marcos de J. Melero. En 1893 sucedió al doctor Melero, Académico de la Sección de Ciencias, como el doctor Deleado, el de la de Farmacia doctor José de Jesús Rovira. En 1894 los dirigen los doctores Arístides Mestre y Ka- fael A. Cowley. Por los años de 1895 y 96, son sus directores los docto- res Diego Tamayo y Gustavo López. En 1897 los docto- res Manuel Delfín y Tomás Coronado, y en 1898, 1899 y 1900, el doctor Gustavo López, Secretario, y el doctor José María Céspedes, de la Sección de Ciencias. Desde 1901 en adelante, permanecen bajo la dirección del doctor Jorge Le Roy y del doctor Gustavo oa asociados al doctor José 1. “Tor: 'albas, hasta el sensible fi llecimiento de este laborioso académico, acaecido «¿ ae de 1903. Antes de iniciarse la última guerra por la independen- cla, los ÁNALES apare ectan con marcada irregularidad, por el mal estado económico del país, que se reflejaba en la recaudación de los censos de la Academia, dedicados al sostenimiento de la publicación; durante la. guerra la si- tuación se hizo más aflictiva aím, y no apareció ni una sola ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 181 — nn entrega durante un largo período de tiempo, acumulán- dose por consiguiente el material sin publicar, pues la Academia no suspendió nunca sus faenas. Tan pronto como se restableció la paz, la mesa presidi- da por el doctor Juan Santos Fernández, dedicó todos sus esfuerzos 4 poner en buen orden los recursos de la Corpo- ración, lo cual se consiguió. Desde este momento las en- tregas aparecen con resularidad, y se ha publicado ya un volúmen con los más atrasados y que no pudieron publi- carse en su oportunidad. Con los dos volúmenes que están á punto de ver la luz se restablecerá la unidad completa en la publicación de los trabajos y discusiones de la Aca- demia. En esta obra verdaderamente titánica, han toma- do parte principal los doctores Jorge Le Roy y Gustavo Lopez. No podemos pasar en silencio, ya que de los AXALES DE 1 ACADEMIA se trata, una dubhostión á ella anexa, Los ñ baila de la Comisión de Medicina Legal € Higiene Públi- ca, emprendidos por acuerdo de la Corporación bajo la dirección de los doctores Ramón L. Miranda, Presidente de la Comisión, y Antonio Mestre, Vocal de la misma, los dos primeros tomos en 1872 y 1873, y bajo la del doctor Mestre y el doctor Rafael Cowley, el tercero en 1874; siendo de lamentar que después no se haya seguido tan buena costumbre, pues así podría contarse con un cuerpo de doctrina de grandísima confianza, en ramo tan impor- tante de los conocimientos médicos, Igualmente ha publicado la Academia de Ciencias co- mo complemento ¿4 sus ÁNALEs, la obra de Sauvalle, Flora Cubana, un volúmen; las de Gundlach, Mamaloyia Cubana, Erpetologia Cubana, Ornitología Cubana; la de Dumont, Memorias sobre la patología y antigiiedades de la Isla de Puerto Rico; la de Becker traducida por el doctor Finlay, sobre Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, y otras más. Por donde se advierte que la Academia de Ciencias no había de irá la zaga respecto de la pro- tección de la Prensa Médica. Entendió, con sobrada razón, que sin este elemento poderoso de difusión del pensamien- to, su obra sería casi perdida, porque no saldrían sus tra- bajos de los muros del recinto en que se leen y discuten, 182 ANALES DE. LA y no serían pues, para las generaciones que se sucedan, de utilidad alguna. En septiembre de 1865, apareció La Hoya ULínIcA, dirigida por los doctores don Félix Giralt y don Federico Hors stmann, siendo interrumpida pronto su publicación, pe- ro en 1868 apareció con el mismo carácter práctico y con- cienzudo, La Gacera DE. Crencias MéÉbICAs, dirigida por los mismos profesores y y suspendida por haber abandona- do éstos el país con motivo de la primera guerra por la independencia, que dispersó ad muchos. En Ta Hosa Crí- yica, como en la Gacera Mébica, reflejan los doctores Giralt y Horstmann, catedráticos de Clic :a Médica y Clí- nica Quirúrgica de nuestra Universidad, respectivamente, los asuntos de sus salas en el Hospital; publicaban esta- dísticas y las lecciones dadas por los profesores, basadas en los enfermos de las clínicas que conocían los alumnos. De aquí la importancia de este periódico médico, pues. á la vez que revelaba la competencia indiscutible, de los dlos maestros, bien preparados para la enseñanza, sHvió para ejercitar á los alumnos en la práctica de recoger ob- servaciones, como se hacía en otras partes, en que los estudios se efectuaban con, el mayor perfeccionamiento. El notable clínico Giralt, murió todavía en edad de haber podido demostrar cada vez mejor, si era posible ya, las cualidades excepcionales que le adornaban para el diag- nóstico; Horstmann, alcanzó larga vida y hasta su muerte ocupó la Cátedra de Anatomía á que se le trasladó y de- sempeñió con la severidad y saber que le fueron carac- terísticos. : La Revisra Mébico QUIRÚRGICA Y DENTISTICA se publi- có en 1868 en Nueva York; no apareció con regularidad y solo duró un año escaso. La dirigió auxiliado por el doc- tor González, el doctor Erastus W “lso infatigable y desin- teresado propagador, desde tiempo ¡nmemor ial hasta nuestros días, de la Medicina Preventiva. No hay asunto de Higiene que el Dr. Wilson no haya tratado en los pe- riódicos médicos, en los profanos, ó en las Sociedades Científicas. En la actualidad casi octogenario no desmaya en su obra de higienización perenne. Es un extranjero « quien no debe poco la cultura médica cubana, en DE CIENCIAS DE LA HABANA 183. Por esta época aparecen 0 RererTORIO Físico Y Naru- RAL DE LA ÍsLa DE Cuba, dirigido por el sabio naturalista don Felipe Poey, y Er ATENEO, por el señor don Francis- co de Armas y Martínez, que daba cabida ¿d particulares científicos. En 1? de marzo de 1873, cuando desde 1868 la Isla era un campamento, comenzó 4 publicar el señor don Marcos de J. Melero, adalid incansable del periodismo científico, EL Genio Crentírico, dedicado ¿ las ciencias físico-quími- cas y naturales y sus aplicaciones á las demás ciencias, ¿ la industria y 4 las artes. Se publicaron tres tomos que contienen asuntos de medicina é higiene, correspondien- tes á los años de 1873, 1874 y 1875 El mismo año de 1873 el señor don Eduardo F. Plá, estudiante aprovechado entonces, que poco después con- tribuyó, poderosamente al auge de la publicación, que si- cue, más tarde médico, figuró en otros periódicos cientí- ficos, creó La Fe Cievrírica, dedicada á la juventud estudiosa y del que aparecieron once números, siendo el último el correspondiente al año primero, número 11, 15 de abril de 1874. Tócame ahora ocuparme de la Cróxica MénICO—QuUIRÚR- GICA DE La HABANA, que por ser el periódico de medicina que más larga y no interrumpida vida ha alcanzado, mere- ce que le consagre detenida atención y estudie su orígen y composición cual he venido haciéndolo con los anterio- - resde que he dado cuenta, sin que sea óbice el figurar mi nombre á la cabeza de los que han contribuido á su apa! rición y larga existencia, dentro del campo de las ciencias por lo menos, hasta con aquellos, ante los que, por esta ú otra razon me he encontrado en condiciones de clara ó encubierta hostilidad. Hecha esta salvedad cúmpleme señalar que en mayo de 1875, apareció la Cróxica MÉDICO QUIRÚRGICA DE La Ha- BANA, llevando en la carátula después de su nombre lo que sigue: “Revista mensual de Medicina, Cirugía y Ciencias auxiliares, dirigida por los doctores don Juan Santos Fer- nández y don José R. Argumosa, con el concurso de los doc- tores don Joaquín G. Lebredo, don Juan Calixto Oxamen- di, don Felipe Rodríguez, don Manuel Bango, don Sera- 184 e ANALES DE LA fín Gallardo, don Luis Montané, don Rafael Cowley, don José Argumosa (padre), don Antonio Mestre, don José R. Montalvo, don José Pulido, don Antonio Reynés, don To- más Plasencia, don Gabriel M. García; Redactores: doctores don José Francisco Arango y don Vicente de la Guardia. Redactor Administrador: don Eduardo F. Plá, entonces todavía estudiante de medicina. No he de ocuparme, como quisiera, de cada uno de los nombres citados, no solo porque tomaría este trabajo di- mensiones desproporcionadas, sino porque de muchos de ellos, he tratado ya, y de otros tendré que hacerlo en lo que sigue; pero haré una excepción con el de don José R. Argumosa, por ser una inteligencia que honró 4 Cuba en el extranjero, José Rafael Are umosa fué una personalidad consagrada « la medicina, puede decirse, tan pronto tuvo reflexión. Su padre, el doctor don ere Argumosa, here- dó el nombre de un catedrático notable en la Facultad de Medicina del Colegio de San Cárlos de Madrid, vino muy joven á esta Isla, amparado por el elemento del comercio cual solía suceder. Se estableció en un pueblo de la Pro- vincia de Pinar del Río, Consolación del Sur, en el que hizo fortuna, con la rapidez que era frecuente, la hiciesen en el campo, por aquella época, los médicos. Á esta altura su objetivo fué la carrera de su primog énito, y al efecto se trasladó con él 4 Madrid, y úsu lado, en Cátedras y fuera de ellas, estudió medicina el hijo con devoción tal, que sobresalió pronto y terminó con brevedad su cometi- do. Pude ser testigo, como otros coleswas de mi época de la confraternidad de padre é hijo, que parecían dos estu- diantes amigos; pero lo que todavía pudo causar más ad- miración fué, que vueltos padre é hijo 4 Cuba y estable- cidos en la Habana, y en una misma casa, padre é hijo ejercían aisladamente, cada cual la profesión, y cada cual formó su clientela en la capital, pues como he dejado di- cho, el padre había ejercido anteriormente solo, fuera de la Habana. Cuando después de la paz del Zanjón, el padre fué nom- brado diputado y marchó ¿4 Madrid, el hijo no pudo soportar, sino cortos meses la ausencia de su padre y tío político, pues había casado con una hermana de aquel, y : ACADEMIA DE CIENCIAS DE LÁ HABANA 185 obandonó su clientela y el porvenir que envolvía, y mar- chó á su casa solariega de Torrelavega, población cercana de Santander, capital de la Montaña. Allí fué pronto nombrado Alcalde Republicano y tal vez esto le obligó á trasladarse 4 la capital de la provin- cia, en que le encumbraron en igual sentido, y como aquella naturaleza no había nacido más que para ver enfer- mos, huyó 4 Madrid junto 4 su padre, tal vez con el pen- samiento de volver ambos más tarde 4 la Habana. Pronto creó en la Metrópoli española una clientela que en bre- ve fué la mayor y que no le permitía el menor reposo y no obstante nunca desatendió su visita al Hospital infan- til “Niño Jesús” en donde lo ví en uno de mis viajes. En estas circunstancias falleció el autor de sus días y ya al frente de los intereses de ambos, de numerosa familia y de una gran clientela, renunció 4 volver á su patria, aun- que la llevaba siempre grabada en su corazón como lo de- mostraba en su devoción por todo lo que era cubano. Un médico de la Habana establecido en Madrid en el ejercicio de una especialidad ganaba lo suficiente para no necesitar de sus rentas, mientras el doctor Árgumosa vi- vió; pero así que aquella naturaleza débil y viril dejó de existir, y le faltó el apoyo de la inmensa clientela de aquel, dejó la villa real por no poder sostenerse ya en ella. Argumosa escribió en las columnas de la Crónica M- DICO-QUIRÚRGICA hasta que se alejó de Cuba; fuera de ella aunque conservaba su recuerdo, no pudo ayudarla, por- que no podía consagrar á la pluma tiempo, cuando le fal- taba para tomar el alimento necesario. Esta vida azarosa del médico en general, que se pasa el día subiendo y bajando escaleras, 4 veces más enfermo que el que visita, acabó prematuramente con su naturaleza, de suyo ende- ble, porque en verdad, no aguardó á desarrollarla, para someterla ¿las torturas de la práctica profesional. Al tra- ves de más de seis lustros, cumplo un deber, con el que nos dió alientos para empezar la publicación, y todos sa- bemos que los principios son siempre escabrosos. Quéde en estas páginas para siempre consignadas, la intervención beneficiosa de este cubano distinguido en el progreso del periodismo médico cubano. 186 ANALES DE LA A KÉÁ A grandes rasgos citaré solo algunos nombres de los que con su actividad € inteligencia contribuyeron á que el periódico alcanzase vida prolongada, hecho que no se- ría digno de mención en los grandes centros mundiales, donde toda clase de elementos sobran, pero, que en un país moderno, en una excolonia, constituye un suceso in- sólito. El doctor Eduardo F. Plá, de estudiante fué adminis- trador de la publicación, como dejamos dicho, después Secretario y más tarde ocupó el puesto de redactor jefe hasta 1891. Lo expresado en las columnas del periódico al (1) abandonarlo voluntariamente, revela cuanto hizo en su obsequio y cuanto hubiera hecho si lo hubiera con- servado. El doctor Andrés Valdespino sucedió al señor Plá en la administración, que ha conservado hasta el día, y su mo- destia no ha de impedir asegurar que sin su cooperación, la tarea científica hubiera sido imposible. Il doctor Acos- ta regmplazó al doctor Plá en el puesto de redactor jefe y hasta el día desempeña dignamente su cometido. Los doc- tores Ambrosio González del Valle, La Guardia y Delfín con sus cuadros de mortalidad, cuando no había en el país más estadística que la de la Cróxica MébICO QUIRÚRGICA, realizaron una obra meritoria. Este periódico fué durante mucho tiempo la única ma- nifestación libre de la ciencia entre nosotros, y á su derre- dor se agrupaban cuantos la amaban y deseaban cultivar- la; tomó parte en todos los intentos de progreso que se realizaron en el país, durante un largo periodo de tiempo; pero el de mayor trascendencia consistió en la fundación del Laboratorio Histo-Químico-Bacteriológico iniciado y sustentado por los doctores Tamayo, Vildósola, Acosta, Dávalos, Diago, Delfín, Madan, Coronado, Calvo, Ruiz Casabó, Pardiñas, y muchos más. Cuando este movimiento tuvo lugar los estudios de este vénero eran casi desconocidos aquí; pues los esfuerzos del doctor Felipe Rodríguez, abriendo un curso de Urologría en 8 de diciembre de 1878, aunque de gran utilidad, no (DD Crónica Medico-Quirúrgica de la Habana, tomo: XV, página 198. Y ¿Pág ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 187 llegaron 4 despertar el amor 4 esta clase de investigacio- nes como cuando se inauguró el Laboratorio de la Crónica Médico- Quirúrgica, bien es verdad que su creación coinci- dió d siguió casi inmediatamente á los grandes descubri- mientos de Pasteur, que fueron desde luego establecidos en él. La beneficiosa influencia de esta Institución no puede apreciarse hoy, que gracias á la protección oficial, son muchos los establecimientos de esta naturaleza, los cuales dotados convenientemente funcionan en la República. Es necesario remontarse dá una época en que nada de esto había y hubo necesidad de crear investigadores, muchos de los cuales le han sido muy útiles ¿ la situación actual. El Laboratorio Bacteriológico de la Crónica Médico- Qui- rárgica, á pesar de los obstáculos encontrados en su cami- no y que lógicamente no debiera haberlos hallado, perdu- ra é través de los años, como una prueba más de lo que puede el poder de la prensa médica, bajo cuyos auspi- cios se fundó el 8 de mayo de 1886. Para formarse una idea exacta de la labor de la CRÓNI- ca MipbICO-QUIRÚRGICA DE LA Habana, basta pasar la vista por los nombres que aparecen en el índice de cada uno de los 31 volúmenes y se convendrá en que cuanto ha signifi- cado ciencia en Cuba, durante el último cuarto del siglo anterior, ha dejado su huella en las páginas de la CróNICA Mip1c0-QuIRÚRGICA, porque ni una sola de las personali- dades salientes de nuestro mundo médico, ha pasado sin verter en sus columnas algo del producto de su inteligen- cia y laboriosidad. Voy á referirme ¿ otra publicación que como la CróNt- ca Mepico-QuIRÚrGICA reunió 4 su derredor todos los hombres amantes de las letras y de las ciencias, por más que no era propiamente un periódico de medicina. La Re: VISTA DE CUBA; quincenal, dirigido por el doctor don José Antonio Cortina. Su primer número apareció el 15 de enero del año 1877 y el último en noviembre de 1884 en que desapareció con motivo de la muerte de su joven é inolvidable director. Para que la obra del inteligente Cortina no quedase in- terrumpida, fundó el sabio filósofo señor Enrique José Va- 188 ANALES DE LA rona la Revista CuBANa, periódico mensual de Ciencias, Filosofía y Bellas Artes, cuyo primer número apareció el 30 de enero de 1885 y el último en el mes de julio de 1894. Del mismo modo que el periódico del doctor José An- tonio Cortina, era de sabor marcadamente literario; pero contenía trabajos de Antropología y otras ramas de las ciencias médicas Por la misma época se anunció a virtud de prospecto La Gaceta MÉDICA DE La HaBaxa que vió la luz el prime- ro de noviembre de 1878. Formaban su comité de redac- ción los doctores A. W. Reyes, Vicente Benito Valdés, M. Riva, E. Núñez, Juan Babé, y y L. Montané. El 12 de octubre de 1879 dejan de fieutias en el comité los docto- res E. Núñez y M. Riva sustituyéndolos los doctores J. M. ia y M. V. Bango. Su última entrega ó sea el número 9 del año tercero apareció en el mes de julio de 1881. Tuvo siempre nutrido material médico y llamó la atención la viva discusión sostenida entre este periódico y un cola- borador de la Uróxica MEDICO-QUIRÚRGICA, apropósito de juicios emitidos por éste acerca de las discusiones en las Sociedades Científicas y en la Sociedad de Estudios Clíni- cos y en especial sobre el tema: de la secuestración de los leprosos y de si eran ó no contaglosos. A fines de 1878 ve la luz La PROPAGANDA CIENTÍFICA, revista quincenal, que con este título empezaron á publi- car en la Habana los doctores José Clairac, J. M. Espada, Juesta y Carabó, Médicos y Farmacéuticos de la Sanidad Militar del Ejército. Dejó de publicarse en 15 de noviem- bre de 1879. El BoLETtÍN DE SANIDAD MUNICIPAL aparece en 1883. En el mes de abril del mismo año anunció la Crónica Mépico- QUIRÚRGICA que se iba á publicar un nuevo periódico consagrado ú la defensa del respetable cuerpo de Sanidad Municipal y redactado por los Profesores de dicho cuerpo bajo la dirección de su Jefe el doctor Arteaga. En el mes de julio le dedica un artículo especial en que elogia y aplaude la aparición de una revista científica, dado el pe- simismo del medio social que al verla nacer, pregunta, ¿cuanto tiempo vivirá? Cuando esto se escribía se había ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 189 publicado el tercer número que parece fué el último y en que se hacía la historia del servicio de Sanidad municipal desde 1870; dió 4 luz un plano topográfico de se capital, las estadísticas y los trabajos del Necrocomio «d cargo en- tonces del doctor Obregón y entendía el ailtailia que el BorLetíx contaba con orandes elementos dentro del Mu- nicipio para ser una publicación útil y rica en datos cien- tíficos. Los ANALES DE LA SOCIEDAD ODONTOLÓGICA DE La Ha- BANA aparecieron mensualmente dirigidos por el doctor Federico Poey, Órgano de una corporación que, como ella, alcanzó corta vida, porque la naturaleza de la especiali- dad dificultaba adoptar un carácter estrictamente cientí- fico, que en Centros de más población no ha sido fácil obtener. En octubre de 1878- vió la luz el primer número del BOLETÍN DE LA SOCIEDAD ANTROPOLÓGICA, institución que hubiera sido provechosa en la Isla de Cuba, poco explor a- da en lo que se refiere á la antropología; pero desgracia- damente uno y otra alcanzaron corta vida. En enero de 1880 el ReprertTorRIO DE FARMACIA, revista mensual de Farmacia, Medicina y Ciencias na re- dactada por los doctores M. Vargas Machuca y J. de JJ. Rovira, órgano del Colegio de Farmacéuticos de la Haba- na; llegó a publicar cinco volúmenes. Fundan en junio del mismo año los doctores Federico Poey, Francisco de Paula Rodríguez y Donato: Mejías, EL Procreso DENTAL. Publicábase por la misma época la Revista ODONTOLÓ- GICA DE LA HABANA En 1.2 de julio de 1883 vino al estadío de la prensa el BoLetríx CLÍNICO DE La QUINTA DEL Rey, periódico mensual redactado por el personal facultativo de esta Casa de 5Sa- lud; doctores M. V. Bango, J. B. Espada y José Girauta y Pérez. El 19 de enero de 1885 lo re adactan los doctores A. Jover y Francisco Dumas, por haberse hecho cargo el primero de la dirección facultativa de la Casa de Salud. Er BoLeríx dejó de existir cuando publicaba el número 24 del año segundo de su existencia. EL Eco Creytírico be Las VitLas se publicó en Sagua . 190 ANALES DE LA la Grande á fines de 1883 por el doctor Agustín W. Re- yes, que desde la Habana había ido ¿ establecerse en : aque- lla población de su nacimiento. Es el primer periódico del interior de la Isla, que ha alcanzado mayor vida, pues du- ró hasta 1887. En 1884 el farmacéutico don Anselmo Castells, también médico, comenzó 4 publicar el BoLerIx DE La Farmacia EL AMPARO, insertando al propio tiempo que los anuncios de sus productos farmacéuticos artículos médicos sobre to- do de revistas terapéuticas. Vivió hasta el número 12 del año X, diciembre de 1894, con él concluye la primera serie. En agosto 1889 aparece la segunda que vivió poco tiempo más. Este BOLETIN que no perseguía un fin científico, sino industrial, producía cierto beneficio, como propagador de los trabajos de me- dicina que aparecían en el mundo por autores de mérito, En 1884 vió la luz ln EscaLpeLO periódico de corta vi- da dirigido por los estudiantes. En enero de 1885 sale á la arena periodística una revis- ta mensual de medicina, farmacia, agricultura y ciencias físico-químicas y naturales, dirigida por los doctores Car- los de la Torre y Huerta y Antonio González € urquejo, cuyo título fué La ExcIcLoPEDr a, publicó tres tomos y de- sapareció en diciembre de 1887. Este periódico despertó eran interés por su activa colaboración. Como continuación de La ENCICLOPEDIA apareció en la misma forma la Revista ENCICLOPÉDICA DE CIENCIAS MEÉbDI- CAS, FISICAS Y NATURALES DE LA ÍsLA DE CuBa en la que fi- guraba el doctor Carlos de la Torre. Esta publicación terminó en el número 6 del año tercero correspondiente junio de 1887. El 15 de octubre de. 1886 se publicó la Revista be Cieycias Mébicas dirigida por el doctor Benjamín Céspe- des y aparecía los días 15 y 30 de cada mes. Así conti- nuó hasta 30 de octubre de 1887 en que cesó de publi carse. Reapareció el 30 de diciembre del mismo año de 1887 bajo la dirección del doctor Joaquín Jacobsen, pu- blicándose los días 5 y 20 de cada mes, hasta el 20 de ju- nio de 1896 en que de »sapareció del estadío de la vr ensa. Fué un periódico en que han quedado consienados traba- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 191 jos de gran mérito, los que han contribuído al progreso de las Ciencias entre nosotros. Su existencia marca un pe- ríodo de actividad en nuestro estrecho círculo y era tanto más meritorio cuanto no nos encontrábamos en circuns- tancias abonadas cual ocurre actualmente. La Revista DE Crexcras Mébicas, estableció premios que fueron discerni- dos por un jurado for Pi por individuos de la prensa médica. ] En el mismo año de 1886 aparecieron EL Eco pe Cuba dirigido por los doctores José María Céspedes y Tiburcio P. de Castañeda, La Cróxica DewraL por el doctor Pedro Calvo, EL PALENQUE UnIversITARIO, EL Estruprio, EL Esru- DIANTE, La Semana MébICa, y la Quiscesa Mépica, todos de corta existencia. En octubre de 1889, el doctor Gabriel Casuso, decano de la Facultad de Medicina después y actual Secretario de Agricultura, comenzó la publicaci ón de un periódico mensual, de medicina, cirugía y ciencias naturales, intitu- lado En Procreso Mépico. el cual salió regularmente hasta el mes de agosto de 1896 en que cesó. En 12 de julio de 1899 reaparece en su segunda época, para suspenderse en abril de 1902. En las dos etapas de su vida forma 12 to- mos. En enero de 1890 aparece el ReperToRIO MéDICO FarMa- CÉUTICO DE LA Habaxa, revista de medicina, cirugía y farma- cia dirigida por el doctor Antonio González Curquejo. Ter- mina con la publicación del tomo VI en diciembre de 1895. En el año próximo pasado ha reaparecido esta pu- blicación, la única dedicada principalmente á la farmacia. A fines de 1890 el doctor Manuel Delfin comenzó á pu- blicar La HictexE, revista consagrada á los intereses de la salud y á la vulgarización ci ientífica. Se publicó semanal- mente hasta 1895 en que cesó. En enero de 1900 reapa- rece en la misma forma que tenía anteriormente; pero, pu- blicándose los días 10, 20 y 30 de cada mes. En enero de 1905 redujo su tamaño al 4.2 en que ahora se publica En 1890 y 1891 se publicaron La Revista DENTAL por el doctor Alberto Colón y La Revista UNIVERSITARIA, las que tuvieron breve existencia. El 29 de enero de 1892, los doctores Vidal M. de 5o- 192 ANALES DE LA tolongo y Lynch, como director propietario y (Gustavo L ¿Ópez y García como redactor jefe, dieron comienzo dá La Apeja Mépica, publicación mensual ilustrada, de me- dicina, cirugía y ciencias auxiliares, la cual terminó con el número 6, año IV, correspondiente 4 junio de 1895 (4 tomos) y conservó siempre en sus columnas marcado inte- rés por el prestigio de la medicina. El 15 de junio del mismo año 1892, el doctor E. F. Plá publicó la Gacera Mébica MuxicipaL que llegó hasta agosto de 1893; estuvo sobre todo consagrada al movi- miento médico municipal. Er Bonetix CLínico órgano oficial de la casa sanatorio de la Asociación de Dependientes del Comercio de la ciu- dad de Cárdenas. Lo dirigió el Dr. Méndez Capote. Ióm- pezó á publicarse en 1892. y tuvo corta vida. En 1.2 de octubre de 1893. fecundo en publicaciones, aan cen los ARCHIVOS DE La PoLicríxiCca, dirigidos por los doctores Enrique López y los profesores que le ayuda- ban en dicha institución privada. Comenzó por folletos de las especialidades, que se cul. tivan en la PoLroLíNICA y después se hizo periódico gene- ral. alcanzando hasta el 20 de; junio de 1900 en que desa- pareció. En su último año se AE semanalmente. For- man la colección completa de esta etapa del periódico 8 tomos. Esta publicación señala otra época de gran activi dad en nuestro movimiento médico intelectual En enero del año actual han reparecido los ARCHIVOS be La Porrcríxica, mensualmente, en cuadernos lujosa- mente editados y con un escogido material científico. En Cur10so AMERICANO, corresponde nela entre literatos, americ anistas, anticuarios, timbrólogos, €, «€, y revista de todo género de documentos y noticias intel 'esantes, es el título de un periódico publicado por el doctor Manuel Pé- rez Beato, cuyo primer número apareció en 1? de diciem- bre de 1892. Llegaron ad publicarse catorce más, con 256 páginas, alcanzando á julio de 1893 los que constituyen la primera Enero En octubre de 1894 reaparece en su segunda época y llega hasta febrero de 1895, publicado en esa serie 5 nú- meros de 80 páginas, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 193 La tercera época empieza el 15 de julio de 1899 y lle- ea hasta octubre de 1900 con 12 números y 188 páginas, formando el total de las tres épocas un tomo en 42 de 524 páginas, que está agotado. (Existe un ejemplar completo en la Biblioteca Nacional. ) Esta publicación aunque agena a la medicina, se cita entre los periódicos á ella consagrados, porque el médico al igual que las otras personas dedicadas á la ciencia en- cuentran en sus —páginás datos curiosos y amena enseñanza. En 15 de junio de 1894, el doctor Juan B. Fuentes, di- rige La EscreLa be MebIcIxa, órgano oficial de la institu- ción de su nombre; se publicaba el 15 de cada mes y tér- minó en enero de 1895, siendo su vida tan corta como la de la Institución libre 4 que pertenecía. El 1? de junio de 1894, aparecen los Áxazes DEL ÍxsTI- TUTO DE SEGUNDA ENSEÑANZA DE La Habaxa, revista men- sual, destinada al profesorado y á los alumnos de Segun- da Enseñanza, dirigido por el doctor José IL Torralbas. Terminó en el año segundo entrega 12, junio de 1896. El Dr. Torralbas recabó la ESMBOLLCIón del inteligente publicista Dr. Erastus Wilson y son dienos de leerse los numerosos artículos en los que con el título de “Enseñan- za Moderna” el autor vierte en ellos cuanto debe saberse sobre un particular relacionado con todas las ciencias. Durante el año de 1894 se publicaron además La Dex- TÍSTICA, Órgano de la Academia Dental, director Victor M. García; La LANCETA, periódico mensual dirigido por el doctor Lorenzo M. Montero, órgano oficial del Centro Médico de Cienfuegos; EL BoLeríx Mépnico QuirÚreico; del Cuerpo médico farmacéutico de Sancti- Spíritus, men- sual, dirigido por el doctor Sebastián Cuervo y Serrano y el Boerís Mébico Farmacéurico, de Trinidad, también mensual, y dirigido por el doctor Alejandro Cantero. En los años siguientes de 1895 y 1896, La EscueLa M*- DICO DENTAL, dirigida por el doctor lenacio Rojas, cuyo primer número salió en octubre. EL BoLeríx DEL CoLeGIO DE FarMACcÉUuTICOS DE La Ha- BANA, fundado por el doctor Alfredo Angel Bosque y di- rigido por el doctor Maximino Zardoya, apareció por la , misma época. 194 ANALES DE LA Los ARCHIVOS DE La SOCIEDAD DE Estubios CLÍNICOS DE La Habaxa, es la publicación en que la Sociedad de su nombre, furidada en 1879 por el doctor Serafin Gallardo, dá 4 luz el fruto de sus tareas. Desde el mes de enero de 1896 comienza su publica- ción mensual, pues antes de esta época se publicaban sus trabajos en forma de libros irregularmente, existiendo así seis volumenes. Sus directores han variado según las de- cisiones de la Junta de Gobierno de la Sociedad. Ac- tualmente la dirigen los doctores Jorge Le Roy y Fran- cisco Miller y está publicando el tomo XIIT El 10 de septiembre de 1896 el doctor José Antonio Presno y Bastiony fundó y dirige la Revista DE MEDICINA y Cirucía que acaba de celebrar con eran solemnidad el año X de su publicación. Con tal O ha publicado un número voluminoso y de eran valor y en el que que- dará consignado el estado de progreso de las ciencias mé- dicas en el momento del citado aniversario. En la actualidad forman la Redacción de la ReEvIsTA DE Mepicixa y Cirusía los doctores G. Aróstegui, Julio F. Arteaga, Vicente de la Guardia, Felipe García Cañizares, Francisco Domínguez Roldán, Enrique Fortún, Enrique Núñez, Julio A. Ortíz Cano, Agustín de Varona y Rafael Pérez Vento. El mismo año de 1896 se publicó en Matanzas por el doctor Eduardo Díaz y Martínez, Director entonces del Instituto de 2* Enseñanza y hoy miembro de la Cámara de Representantes, otro periódico intitulado CIENCIAS, Y Lerras, de corta vida. La Habana Mépica, revista mensual de Medicina, Ci- rugía y Ciencias auxiliares que empezó ¿€ publicarse en 1898. Sale con eran irregularidad. La dirige el doctor Santi: 120 Sit]: uE En julio de 1900 aparece la Revista pe Mepicixa Tro- pICAL, publicación me Pa al, cuyo director es el doctor Juan Guiteras y «el jefe de redacción el doctor Emilio Martínez; la que en su oportunidad será un archivo de meritorios trabajos. Dos meses después, en septiembre del mismo año apa- rece la Revista DE La Asociación Mebico FArMAcÉuTICA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 195 DE La Ísta bE Cua, publicación mensual, órgano de la Asociación de su nombre, dirigida por el Secretario de la misma, doctor Enrique B. Barnet, y que aparece redactada con sobra de competencia. El doctor Eduardo F. Plá comenzó, en mayo de 1901, la publicación de la Revista pe Crexcias Físicas, Químt- cas Y BroLóGICAS, con aplicación á la Industria, la que al- canzó hasta el número 4 año II correspondiente á abril de 1902 en que desapareció. El Centro General de Vacuna de la Isla de Cuba, pu- - blica un BoLetTIx en el cual su director, el doctor Vicente de la Guardia, dá cuenta de lo ocurrido en aquel Centro; su primer número pertenece dá los meses de agosto y sep- tiembre de 1901 y continúa no con regular idad. El BOLETIN MENSUAL DE La LIGA CONTRA La TUBERCULO- sis EN Cuba, es el medio de que se vale esta Sociedad para vulgarizar sus trabajos, comenzó su publicación en junio de 1902. En 1% de julio de 1902 comenzó á publicarse la Revis- ra MébICa CUBANA, que aparece los días 12 y 15 de cada mes bajo la dirección del doctor Alberto S. de Busta- mante. El Ixrorme MeNsuaL SANITARIO DEMOGRÁFICO DE La Ri- PÚBLICA DE CUBA, presentado al Secretario de Goberna- ción por el doctor Carlos J. Finlay, Jefe de Sanidad de la Isla de Cuba y presidente de la Junta Superior, aparece periódicamente y está dedicado por entero ¿d los asuntos demográficos. Es la continuación del ReporT or Vrrar STATISTICS, publicado en inglés cada mes, desde enero de 1900, por el Gobierno Interventor Americano y continua- do después por el Gobierno de la República. Desde 1900 EL BoLetIx DE La Casa DE SALUD DE LA CoLoyta EspPAaÑOLA DE CIENFUEGOS, dirigido por el doctor Luis Perna de Salomó y redactado por los doctores Lugo Viñas y otros. En enero de ese mismo año de 1903 aparece el Borr- TIx Crínico pEL HosprraL N? 1, mensual y dirigido por el doctor Alfredo Valdés Gallol y figurando como redactor jefe el doctor Arístides Mestre. Contiene además de las conferencias dadas en el Hospital trabajos Bn los médicos . 196 ANALES DE LA del mismo establecimiento. Está actualmente interrum- pida su publicación. En 1904 ve la luz EL Correo Mébico, periódico consa- grado á los intereses morales, científicos y profesionales de las clases médica y farmacéutica y á la propagación de las Leyes Sanitarias y de Beneficencia de la República. Se publica los días 1, 10 y 20 de cada mes. Lo dirije el señor Adalberto R. bra y es administrador el doctor Luis H. Olivera. Desapareció en diciembre de dicho año. REvISTA DEL VEDADO, publicación mensual, órgano ofi- cial de la Asociación de propietarios industriales y veci- nos del Vedado y Príncipe. Director, doctor José Anto- nio López del Valle. Secretario de R edacción, licenciado José J. O'Farrill y Morales. Administrador, José Sánchez Villalba. Redactores, los vocales de la Directiva de la Asociación. Redacción y Administración, calle 9, esqui- na 4 B, Vedado. Este periódico se cita entre los científicos porque en sus columnas aparecen trabajos de Higiene pública que han contribuido no poco al embellecimiento y ornato del mo- derno y hermoso barrio del Vedado. ¡Su campaña en pro del arbolado y de las aceras adornadas con jardines, y la introducción de la “fiesta del árbol” que anualmente se celebra en el Vedado, son motivos suficientes para que le coloquemos en el número de los que conspiran al adelanto de las ciencias entre nosotros. Se encuentra en el año 1 número 4, correspondiente al mes de septiembre de 1905, y dada la asiduidad y com- petencia de su Director, no dudamos que alcance larga vida para beneficio de le Higiene y para provecho de la pu ra barriada de que es aloe custodi: l. ¿n el mismo año de 1904 aparece la Revista DE La Es- CUELA DE MEDICINA, cuyo jefe de redacción es el doctor F. Suárez y secretarios los señores A. García Casariego y KR. Grau, estudiantes; como redactores figuran J. E. Casuso. señorita F. Mestre, señores J. Díaz Palo R. Nogueira, S. García Marruz, D. Ramos, J. A. Taboadela, V. V la Rivero y señorita L. Pardo. El Mys Mibico, aparece en el mismo año de 1904 y su comité de redacción lo forman, para la Medicina el doctor -- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 197 Nicolás G. de Rosas- para la Cirugía Dental el doctor Marce- lino Weiss y para la Farmacia el doctor Arturo €. Bosque. El BoLerrx Savirario MunicIpAL, también en 1904, ór- gano de la Sanidad Municipal de la Habana y dirigido por el doctor Julian Betancourt, miembro de ésta. Se ha suspendido. El ProbLema be La TuBercuLosis apareció en 1904, mensual, periódico más atento al anuncio que á la ciencia; lo dirije el doctor J. A. Trémols que estaba encargado del BOLETIN DE La LIGA CONTRA LA TUBERCULOSIS en el que cesó ic la Institución quería conservar en su BOLETIN un carácter puramente científico. en último, la Revista DE La FACULTAD DE CIENCIAS Y Lerras DE La UnIversIDAD. Director E. Rodríguez Ledian. Redactores: doctor A. Mestre y doctor J. M. Dehigo. Ha aparecido el primer número en julio de 1905 con riqueza de material y como puede publicar trabajos de las cien- cias afines á la medicina la citamos aquí. En la Habana se ha establecido y estuvo «¿4 punto de funcionar el comité internacional de la Prensa Médica, que existió desde 1891 y de él fué delegado en los Congresos de Europa el que esto escribe. 1ukz Razón tenfamos para decir en el Congreso Internacional de la Prensa Médica, celebrado en París el 28 de julio de 1900 y repetir en el celebrado en Madrid, en abril de 1903 que la Isla de Cuba, con ser un país pequeño, de escasa población y no obstante las convulsiones políticas experimentadas, había demostrado siempre gran amor al periodismo científico y especialmente al médico. Sin duda había comprendido, dijimos, que es el fundamento más sólido del progreso y á esto se debe, tal vez, que la medi- cina se haya mantenido 4 un nivel, que pudieran envidiar países en que las instituciones tienen ya una forma defini- iva desde largo tiempo atárs. 198 ANALES DE LA o a 1 5 5 o A Acta de la sesión pública ordinaria del 24 de noviembre de 1905 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.— De número.—Dres. J. P. Alacán.—E. B. Bar- net.—T. V. Coronado.—A. Górdon Bermúdez.—D. Hernando Segui.— M. G. Lavin.—J. Le-Roy.—F. Méndez Capote.—M. Ruíz Casabó.—E. Sa- ladrigas.—J. Valdés Anciano.—P. V. Ragués. Honorario.—Dr. C. Delgado. . Leída el acta de la sesión anterior (10 de noviembre) fué aprobada. El Secretario dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las si- guientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Gobernación, escritos números 24.471, 24.472, 24.952 y 24.990 relativos á preparados farmacéuticos. Del Dr. Enrique López, donando á la Biblioteca de la Academia 270 volúmenes de obras de medicina. Del Sr. S. Calcavecchia, dedicando á la Academia un trabajo sobre «Los terremotos, algunas manifestaciones volcánicas y causas que la de- terminan.» Salida.—A1l Dr. Luis Montané, participándole el acuerdo de la Acade- mia de celebrar la sesión fúnebre en honor de los Dres. José I. Torralbas y Vicente Benito Valdés el día 6 de diciembre próximo. A] Rector de la Universidad Nacional, suplicándole la devolución de los 71 ejemplares de ofidios mejicanos, que llevó el Dr. Torralbas para preparar en el Museo de dicha Institución. A la Secretaría de Gobernación, remitiendo los informes aprobados en sesión del 10 de noviembre y devolviendo los medicamentos y sus fórmulas respectivas. El Dr. Fernando Méndez Capote pide la palabra para una comunica- ción oral, y concedida que le fué, dá cuenta del siguiente interesante caso clínico. Se trata de una enferma laparotomizada, á quien en una de las ma- niobras de cateterismo vesical se le rompió dentro de la vejiga, un fragmento de la sonda de cristal con que se practicaba dicha operación. Este fragmento, que muestra, tenía una lonsitud de unos tres centí- metros próximamente. Cuando: la enfermera, á quien le ocurrió el accidente, le dió cuen ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 199 ta del hecho. su primera preocupación fué la conducta que debía ob- servar. Como quiera que la enferma estaba en decúbito supino, por la lapa- rotomía antes practicada, y como no había sangre ni nada que lo obliga- se á intervenir inmediatamente decidió esperar. Esta prudente conducta fué coronada por el éxito más completo pues al tercer día la enferma expulsó espontáneamente el fragmento de sonda. El Dr. Méndez Capote explica cómo se realizó el fenómeno sirviendo la misma orina de agente propulsor dentro del embolo formado por la cavidad cerrada del extremo partido de la sonda y cómo por el hecho de la acomodación de dicho fragmento, saliendo por su extremidad roma y sana, no produjo lesión ninguna á su paso por el esfinter ni por la uretra. Se extiende en consideraciones sobre la naturaleza friable del cristal de las sondas, tanto más pronunciada cuanto más repetidas sean las ve- ces que se le aseptice por el calor y de este hecho deduce la conclusión de condenar en lo absoluto el empleo de las sondas de vidrio para el caterismo. Igualmente hace consideraciones sobre la espectación (científica) que tan buenos resultados le produjo, evitando nuevas operaciones, en una mujer que acababa de sufrir un traumatismo tan serio como lo es el de una laparotomía. El Dr. Lavín pregunta en qué actitud estaba la enferma en el momen- to de echar el fragmento de la sonda. El Dr. Górdon felicita al Dr. Méndez Capote por el caso tan interesan- te y por la prudencia de saber esperar. ; ¿ El Sr. Presidente concede la palabra al Dr. Jose P. Alacán quien infor- ma acerca de la diferencia de criterio existente entre esta Academia y la Junta Superior de Sanidad con motivo del juicio emitido acerca de las «Píldoras Orientales». Este informe fué aprobado, después de la enhorabuena que le dió el Dr. Hernando Segui. La Presidencia concede la palabra al Dr. Tomás V. Coronado, quien lee su trabajo ¿Es factible confundir el tifus icterodes (fiebre amarilla) con otras fiebres infecciosas? en cuyo trabajo, después de algunas considera- ciones relativas al diagnóstico de la fiebre amarilla, se relata la historia clínica del primer caso observado en la actualidad, de esta fiebre, en un italiano avecindado en Amistad 98. K El Dr. Barnet toma la palabra para felicitar al Dr. Coronado, y cita los tres primeros casos de esa enfermedad que se observaron en la Habana y el hecho de que en este enfermo de Amistad 98, no se pudo hacer el aislamiento del paciente, pero sí se hizo la destrucción de los mosquitos. Expone que de allí, de aquel foco, salió otro enfermo cuyo diagnóstico no pudo hacerse por falta de los síntomas clásicos. Que la autopsia acla- ró este diagnóstico. Expone queel caso del Cerro y el del Hospital nú- mero 1, no eran enfermos atacados de fiebre amarilla. Y que está con- 200 ANALES DE LA forme con el Dr. Coronado con respecto á ciertas dificultades diagnósti- cas y que éste es muy difícil de establecer en ocasiones. El Dr. Lavín expone algunas consideraciones relativas á las dificulta- des del juicio diagnóstico, cosa que él tambien acepta. Así le ocurrió en un joven del Cerro que apesar de todo el aspecto que presentaba de fie- bre amarilla ofrecía ciertas dudas, creyendo que fuese un caso de den- gue, por lo que hizo llamar al Dr. Guiteras, quien convino con él en que era un caso de esta enfermedad. Que el íctero y el estado del pulso se confunden en las dos enfermedades. El Dr. Saladrigas expone su conformidad con las líneas muy bien trazadas por el Dr. Coronado. Hace referencia también á que entre el dengue y la fiebre amarilla no debe haber grandes dudas. Habla des- pués de la profilaxia: el no inmune y el mosquito: á esto han de ceñirse las medidas. Si conocemos el agente trasmisor y la manera de destruit- lo, todo está hecho. El Dr. Coronado dá las gracias á los Dres. Barnet y Sua andas expo- niendo que no tiene en realidad nada que replicar. Hace después algu- nas consideraciones relativas á la armonía que debe existir entre la Co- misión Oficial de Enfermedades Infecciosas y el médico de cabeceras pues dicha Comisión, por mucha que sea su competencia, no debiera negar un diagnóstico establecido por aquel. Debe existir la concordia, profesional y' la Comisión de Enfermedades Infecciosas debe unirse y estar al lado del médico de cabecera para la defensa del enfermo. Quiere el Dr. Coronado que la Comisión guarde todas las exigencias de la Deontología Médica. Con esto se dió por terminada la sesión. INFORME SOBRE UN PREPARADO FARMACEUTICO POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 24 noviembre de 1905). Una diferencia de criterio entre esta Academia y la Junta Superior de Sanidad, al informar sobre un prepa- rado farmacéutico, ha dado origen «¿la siguiente comuni- cación de la Secretaría de Gobernación: “Habana. 17 de noviembre de 1905.—Señor Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y la Habana. Por la Junta Superior de $ Sanidad se dice á este Centro. con fecha 30 de octubre último, lo que sigue: —La Junta Superior de Sanidad, en sesión celebrada el día 25 de los corrientes, ha aprobado por unanimidad, el siguiente in- forme presentado «€ la misma por el Vocal ponente, doctor Gustavo G. Duplessis, y acordado elevar dicho informe á ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 201 esa Secretaría como dictamen de la Junta acerca del pre- parado á que se refiere. —El Vocal que suscribe tiene el honor de manifestar que en su anterior informe sobre las “Píldoras Orientales”, se abstuvo de emitir juicio sobre ellas, por no conocer su composición y que ahora tampo- co envían la fórmula de ese preparado. Recuerda que la Junta entónces acordó también rechazarlo por anunciarse de un modo charlatanesco y cree no hay motivo para va- riar de criterio. De V. con el mayor respeto y consideración (firmado) Gustavo G. Duplessis. Habana, 25 de octubre de 1905. Sr. Jefe de Sanidad de la Habana.”—Lo que tengo el honor de comunicar á V., para los efectos que estime Oportunos ] y en contestación al atento escrito de esa Secretaría Número 20602, fecha 20 de septiembre l- timo, relativo al particular.” Lo que de órden del señor Secretario traseribo 4 V., 4 fin de que teniendo en cuenta el escrito de esa Corporación, número 49 de 17 de sep- tiembre último, se sirva informar lo que se le ofrezca y parezca; recomendándole la brevedad en el despacho de los asuntos de igual índole sontetidos 4 la consideración de esa Academia.—De V. atentamente (firmado) Gastón Mora. —Jefe de Despacho.” : El escrito número 49 á que se refiere la preinserta co- municación, es un informe del Dr. Bosque sobre varios preparados extranjeros, entre ellos las píldoras de Ratié, cuyas fórmulas acompaña, y dice “que dichos preparados contienen las sustancias expresadas en sus fórmulas, y que tratándose de productos conocidos, que hace tiempo vie- nen usándose entre nosotros, no duda en recomendar d la Academia se informe favorablemente á su solicitud.” La fórmula de las expresadas “Píldoras de Ratié” es la siguiente: Extracto de Cumin officinal (Comin Cyminum) 5 partes o ., Galega officinalis PU ,, Acorus calamus Ago 2 .. Picraena excelsa ICE Polvo de comino, Galega, y calamo aromáticoaa 20, 2) ,, nuez vómica as Pirofosfato de hierro amoniacal 5 Háganse píldoras de á 30 centígramos. pr ds 202 ANALES DE LA Se advierte pues, del cotejo de ambos informes, que no existe en realidad contradicción entre ellos, sino que apreciando cada € orporación desde un punto de vista di- ferente el preparado en cuestión, han venido, por conse- cuencia á resultados distintos; y por ello la Academia que ha encontrado en las Píldoras de Ratid pirofosfato de hie- rro amoniacal, cuasia, €, como la fórmula indica, no ha visto inconveniente en admitir su introducción, sin ocu- parse de los usos del producto, sin duda por entender que teniendo que informar sobre él la Junta Superior de Sa- nidad, cuerpo exclusivamente médico, allí era más propio tratar de sus usos como es más propio de la Academia, donde hay una Sección de Farmacia, de ocuparse de su composición; y la Junta Superior de Sanidad, á quien por lo visto no se ha enviado la fórmula y por consecuencia desconoce la composición de las referidas pildoras ha en- tendido que debe ser rechazado por anunciarse de un mo- do charlatanesco. En vista de esta dualidad de criterio, la Secretaría de Gobernación pide á la Academia que informe lo que se le ofrezca y le parezca. En tal virtud propongo se conteste 4 la Secretaría de Grobernación que por el sólo hecho de anunciarse de un. modo charlatanesco no pueden rechazarse las Píldoras de Ratié, dado que con arreglo ¿la legislación vigente es obligación de los Subdelegados el impedirlo; pero que con vista del prospecto que acompaña á las mencionadas píldoras, en el que se detallan los usos 4 que éstas se des- tinan, opina que debe impedirse su introducción, por en- tender que los componentes de dicho producto no pue- den producir los resultados que se le atribuyen, resultan- do un engaño para el público, con mayor motivo, cuanto que, según noticias se vende á precios muy elevados. El Ponente que informa, cree que debe aprovecharse la oportunidad para llamar la atención de la Secretaría de Gobernación, salvando los respetos debidos, sobre las de- liciencias de los documentos que se acompañan á los pro- ductos para esta clase de informes. La Academia con su más elevado criterio resolverá, Habana. 24 de noviembre de 1905. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 203 ORTO Y ARO ADAN - DI IT A DO IIA TT AA A AIDA AO e TAIANA ” ¿ES FACTIBLE CONFUNDIR EL TIFUS ICTERODES (FIEBRE AMARI- LLA) CON LOS OTROS ESTADOS FEBRILES ? POR EL Dr. Tomás Vicente Coronado. (Sesión del 24 de noviembre de 1905.) Yo no necesito indicaros por qué esta conferencia, que debí pronunciar en la sesión anterior, se pospuso para hoy. No creais que voy á entretener vuestra atención con algo nuevo, la materia que pienso tratar es muy conocida * entre nosotros, resulta una verdadera vulgaridad; pero como de algún tiempo á esta parte todo lo que ¿ fiebre amarilla se refiere, se encuentra vinculada en el círculo vicioso de su etiología, se hace necesario que antes que el polvo del olvido cubra los conocimientos clínicos necesa- rios, á esa enfermedad, yo os repita algo desus formas y de su diagnóstico. Interesante es el ciclo evolutivo de la enfermedad cuyo germen se desconoce todavía; “del mosquito al hombre y del hombre al mosquito”; pero interesante es también que nuestros jóvenes médicos sepan diagnosticar la enferme- dad, cuya rareza entre nosotros, puede tal vez, llegar 4 ser notoria. Para síntomas de la fiebre amarilla, para el estudio de sus variadísimas formas y para saber diagnosticarla y di- ferenciarla de otros estados febriles, nada se ha hecho, hasta ahora que mejore el capítulo de “Pirexias”, redacta- do por aquel clínico eminente, y no superado todavía por nadie, y que se llamó Domingo Madan. Yo voy á recordaros aleunos conceptos del libro citado; pero antes debo manifestar d mis compañeros de Acade- 204 ANALES DE LA EA ' Led mia la satisfacción que yo, y conmigo todos los que se interesan por nuestra buena marcha sanitaria, hemos ex- perimentado al enterarnos de la designación del doctor Claudio Delgado, hecha por el Ejecutivo de la República, para el cargo de Inspector espec al de enfermedades in- fecciosas. «Su reconocida competencia, como clínico conocedor de nuestras enfermedades, que nadie puede poner en duda, y su inquebrantable honorabilidad, son verdaderas garan- tías para nuestro Departamento de Sanidad, que merece, por lo tanto, nuestros más sinceros plácemes. El Dr. Finlay, como Jefe Superior de Sanidad, el doe- tor Barnet, como Jefe Ejecutivo y el Dr. José Antonio López, al frente de la desinfección, refuerzan la garantía y llevan la tranquilidad al público y al cuerpo médico, co- nocedores de sus grandes merecimientos. Los que quisieran refrescar la memoria, en cuanto dá sintomas se refiere, los encontrarán muy detallados en el libro “Pirexias”, publicado y hasta creo que premiado por esta misma Academia, en 1896. Dichos síntomas son tan gráficos, para los ob adós dá ver casos de fiebre amarilla, que es proverbial, entre noso- tros que los enfermeros y las hermanas de la caridad, de nues- tros hospitales, jamás se equivocan en su interpretación. De ahí que no me detenga en detallarlos. Uno de los observadores más autorizados de la Piretolo- oía intertropical, Dutrouleau, ha dicho en su última obra de enfermedades de los países cálidos que: ver muchos enfer- mos de fiebre amarilla es la primera condición para saber ver la fiebre amarilla; y en otro lugar describiendo la fiebre biliosa que: los hechos en medicina no tienen más valor ab- soluto que el que pudiéramos atribuirles, pues el punto de vista doctrinal en que se coloca el espíritu que los observa puede cambiar toda su sienificación. Y esto es segura- mente lo que ha sucedido entre nosotros. y e ze Formas evolutivas.—Después de señalar los síntomas principales que distinguen á la fiebre amarilla en sus di- versos períodos, procuraremos indicar su filiación, empe- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 205 zando por las formas comunes de mediana intensidad y de variable gravedad. El principio brusco de la fiebre viene acompañado de ma- lestar general, algunas veces vértigos, dolor intenso de cabe- za y luambago ó raquialgia con irradiación en los miembros, sed, lenera aucha, pastosa, cubierta de saburra amarilla 6 eris, con fetidez del aliento, malestar de estómago y sen- sación de calor interno, que llega hasta las fauces, por lo que el enfermo solicita la ingestión de bebidas frescas ó acidulas; generalmente constipación. La piel dt su coloración, el rostro está encendido, llamando la atención la coloración brillante de los ojos y de las partes declives como el pabellón de la oreja. Hay insommio, la piel sec y é áspera, la orina encendida; si hay tendenciá al vómito y náuseas, éstas son seguidas de la e »xpulsión del contenido del estómago, restos de una digestión PoR y después los líquidos ingeridos con olerosidades blancas Ó teñidas de color amarillo verdoso que indican la nóliciólia accl- dental del primer período ó de invasión febril. Al lado de estos síntomas de reacción febril se han descrito otros de diversa interpretación. Entre ellos me- recen citarse la dilatación de la pupila, el latido tumulto- so del epigástrio y el eritema escrotal. La dilatación “pu- pilar y el latido epigástrico nos parecen frecuentes en los casos graves, pues significan trastorno vaso motor que se refleja en la tensión arterial. El primero no tiene valor especial en la fiebre amarilla, pues se le observa también en la tifoidea grave; en cuanto al segundo parece más propio del vómito negro y por nuestra observación signi- fica la patesia del estómago que lo hace más sensible a la presión y deja trasmitir la pulsación arterial. En un niño de diez años recién llegado de las provincias Vasconga- das, este signo nos sirvió desde el segundo día para pro- nosticar una toxémia grave é inmediata, cuya terminación fatal tuvo lugar el 5 día. entre vómitos borrosos . y fenó- menos urémicos con caida de la temperatura y frecuencia ascendente del pulso. El eritema del escroto, por más que lo hemos buscado con insistencia, no nos parece tan frecuente como lo con- sideran aleunos autores. Bien es verdad que su intensidad 206 ANALES DE LA no parece ser muy manifiesta y su apreciación esta sujeta al examen del observador. : Más frecuente nos parecen algunas coloraciones dise- minadas en la piel del tronco ¿4 manera de placas de erj- tema fugaz á rasch que desaparecen «¿ la presión del de- do y se presentan antes de la coloración ictérica. El período de remisión, como ya hemos dicho, se anun- cia por el descenso de la temperatura que contrasta con las oscilaciones de los días anteriores. Si es franca, dur: más de 24 horas y aparece en la mañana del tercero para volver á elevarse la temperatura en la tarde del 4?, acer- cándose á la cifra normal durante el 32 y mañana del 42. Pero si es falsa, la depresión de la temperatura es corta y no pasa de 12 horas volviendo próximamente ád la cifra anteriormente alcanzada. La modificación de la curva térmica se traduce por una sensación de bienestar relativa, tanto más pronunciada cuanto más marcada ha sido aquella. El pulso desciende al mismo tiempo, y en proporción semejante, los dolores se mitigan, la coloración del rostro seapaga y la inyección de la conjuntiva y de la piel se sustituye por la co- loración de tinte amarillento, que inicia el íctero. En la orina se reflejan estos cambios de la infec- ción y la reacción de los pigmentos se hace más patente según su predominio, variando su cantidad jsi la cifra de urea que contenga. Las deposiciones ventrales toman el aspecto y frecuen- cia que les dá el tratamiento empleado, variable según la medicación aceptada. El segundo período d de remisión es el mastdifícil de apreciar, por sus caracteres transitorios y al mismo tiem- po porque de su interpretación depende en gran parte, el tratamiento que debe seguirse y la fórmula del pro- NÓStICO. El tercer período ó de terminación constituye, sl así puede decirse, el corto espacio de tie mpo que pra a llamarse período de estado, pues es el más variable en su duración y aspecto. En las formas comunes poco graves ó benignas los fenó- menos de intolerancia y mi alestar del estómago vuelven ú ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 207 reaparecer siendo el más importante la aparición del vó- mito de borra cuya descripción hemos hecho. A los vó- mitos se acompañan deposiciones melánicas ó también bo- rrosas que no tienen gran impor tancia si no son muy abun- dantes y frecuentes y siguen ¿los vómitos. Al mismo tiempo la sensibilidad del estómago se hace más mani- fiesta y la presión del dedo en el epigástrio arranca do- lores al enfermo y provoca contracciones reflejas en la fi- sonomía, ya alterada por la toxemia. La lengua cambia su saburra gástrica amarillenta por una A más encendida dE sus bordes; las encías tumefactas se cubren de una capa epitelial con sufusión sanguínea, clara ú oscura que bordea los dientes cubier- tos de fuliginosidades, manchadas de sangre, lo mismo que los labios. En los casos menos intensos el aspecto hemorrágico de la boca no se presenta; pero siempre es característico, pues no falta la saburra epitelial, gruesa, que cubre lalengua húmeda y ancha y la hinchazón de las encías que manchan en rojo un lienzo blanco i impreso en su superficie. El íctero se manifiesta francamente biliar ó urobilinári- co con sus caracteres propios de coloración de la piel, tejidos blancos como la conjuntiva, y orinas; su intensi- dad es variable según sea el predominio de la toxémia hepática ó renal. Unas y otras manifiestan sus síntomas por el trastorno de las funciones cerebrales desde el insomnio pertinaz, delirio agitado ó tranquilo, atonía muscular y nerviosa, torpeza cerebral, somnolencia ó estupor. Cuando la septicemia hemorrágica predomina, el en- fermo puede decirse asiste d su fin, dándose cuenta más 9 menos exacta de su estado. La ansiedad se dibuja en su fisonomía, el pulso aumenta su frecuencia, la adinamia se manifiesta por la depresión de sus fuerzas y aparecen las hemorrágias repetidas por las demás mucosas, en pe- queñas cantidades al principio y más abundantes después. vid es la evolución de los casos mortales entre el 5% y ? día. Pasados estos días la curación todavía es posible en los casos graves que llegan á esta duración con tal que la temperatura no haya sido muy elevada, que el pulso 208 ANALES DE LA haya sostenido sus fuerzas y la orina haya presentado — los caracteres de descarga sucesivas de eliminación de pro- ductos tóxicos. En tales casos la temperatura presenta oscilaciones de remitencia cada vez más francas en que los accesos se ha- cen menos elevados, el pulso desciende en progresión marcada y los síntomas empiezan á mitigarse empezando por calmarse los propios de la septicemia gastro intestinal y los de carácter hemorrágico. Puede decirse que así como la evolución del pulso y la temperatura forman el eriterio exacto del diagnóstico de la fiebre amarilla los caracteres del Íctero y de la uré- mia dan la norma de la evolución total de sus tipos y formas. Formas siderantes.—Siempre mortales antes del 52 día. Los síntomas descritos se suceden sin interrupción con ó sin hemorrágias profusas, casi siempre con vómitos de borra abundantes, fenómenos urémicos convulsivos, sin íctero biliar, y en su lugar color anaranjado de la piel que se pronuncia después de la muerte; delirio y estupor. agitación muscular incesante, hipo pertinaz, mialgias y do- lores á la presión del estómago y de los músculos, y el enfermo sin conocimiento concluye con una convulsión final en medio de temperatura hiperpirética ó en una ago- nía corta con sudores profusos y baja de temperatura próxima ó inferior á la normal. Formas prolongadas.—En éstas por el contrario, los sín- tomas anteriores tienen una menor intensidad; pero su persistencia insidiosa sostiene la duda de una terminación favorable hasta después del 92 ó6 11? día en que empiezan las remisiones francas de la temperatura y del pulso. Cuan- do el sindrome tifoideo predomina, la curación es más frecuente, siendo el distintivo de ciertas epidemias, en nuestro entender más frecuente en las de importación que que en los focos antillanos. Otras veces toman el tipo de un Íctero catarral pro- longado sujeto á las remisiones francas de los síntomas comunes de la fiebre amarilla. Esta variedad la creemos más propia de regiones intertropicales. Aleunas veces la marcha prolongada de la nebre ama- ACADEMIA DE CIfINCIAS DE LA HABANA 209 rilla se debe á una recrudescencia de la fiebre durante el tercer período. Pocas veces hemos visto esta forma, pero suponemos que su frecuencia debe haber sido mayor an- tes de los tratamientos racionales y antisépticos hoy en uso que evitan los accidentes de otras infecciones adicio- nales, como las parotiditis, de las cuales hemos visto dos casos al principio de nuestra carrera. La recrudescencia puede también ser efecto de una forma latente y de mediana intensidad que torna de pron- to sus manifestaciones graves en un nuevo período gene- ralmente mortal. Mucho más rara es la forma de recaidas d reinfecciones en que después de una forma evolutiva de mediana grave- dad reaparecen todos los fenómenos de la fiebre después de una nueva ascención que simula un primer período de infección cuando la apirexia indicaba una convalecencia incipiente. Nosotros hemos visto solamante dos casos tipos de esta forma de recaída; por otro lado curaron sin el menor ac- cidente. , Formas atenuadas. —Constituyen las formas más discu- tidas de la fiebre amarilla 4 pesar de que todos los obser- vadores aceptan las formas leves, benignas ó atenuadas de corta duración 9 de un solo par oxismo febril. Podemos dividirlas en abortivas, incompletas y febrículas amarillas que representan otros tantos tipos de una infee- ción atenuada y en niuchos casos producen la inmunidad posterior. La forma abortiva viene á ser una fiebre amarilla com- pleta, terminada en su período de infección con una re- misión franca, rápida ó lenta, pero uniforme; y sin la ele- ración de la fiebre mi los signos del tercer período. La remisión es una verdadera crisis que viene acompañada de diafóresis, ó deposiciones abundantes y poliuria, ver- daderas descargas de los productos tóxicos de la infección. Todos los síntomas de esta forma tienen el tipo de las formas evolutivas, pero al llegar la remisión se disipan to- dos rápidamente y el enfermo entra en convalecencia, quedando en el ánimo la duda desi ha tenido en realidad una fiebre de tan grave pronóstico como la amarilla. La 210 ANALES DE LA albúmina y el íctero que le acompaña han sido puestos en duda por su existencia transitoria, lo que ha hecho 4 mu- chos observadores separarlas de la verdadera fiebre ama- rilla y admitirla como una fiebre de aclimatación? El ciclo térmico de esta forma está constituído por un período febril de tres días completos de alta temperatura que cae definitivamente del 4.2 al 5.2. Formas incompletas. —Pueden llamarse ¿d las fiebres constituldas por un sólo paroxismo de 48 horas d menos y que lentamente va cayendo con ligeras oscilaciones de la temperatura hasta el 4.26 5.2 día en que ya la cifra normal es definitiva. Los síntomas todos son atenuados ó faltan aleunos, pero se comprueban los más caracterís- ticos como ligera albuminuria, pigmento biliar y anemia rápida en la defervescencia. La febricula amarila.—Puede considerarse como una forma normal evolutiva en que el ciclo febril es caracte- rístico en su tipo y duración del primer período, remisión y terminación por oscilaciones febriles que terminan del 5.2 al 7.2 día. Pero la temperatura no alcanza las cifras altas propias de las formas comunes ni los síntomas acce- sorios de la infección y de la toxémia son tan marcados. Pudiera decirse que sus caracteres sintomáticos son más apreciados por el médico que por el mismo enfermo. Estas tres variedades de la forma atenuada tienen un carácter clínico especial y otro patogénico de cuya inter- pretación depende el valor que quiera dárseles para pro- ducir una inmunidad posterior. Queremos referirnos « la lentitud del pulso y ¿la anemia precoz de la convale- cencla. La lentitud del pulso ha sido notada por todos los ob- servadores en la fiebre amarilla de terminación favorable y tal vez ha hecho pasar desapercibido el tercer período febril. Más tarde se ha interpretado por el íctero biliar. Pero en las formas atenuadas éste no es tan intenso ni tan precoz para influir en la caída del pulso que se nota des- de el sezundo ó tercer día después de su primera subida. Por otro lado la lentitud es uniforme y constante en to- dos los casos y dnra tanto como en las formas evolutivas. Además viene asociado de la palidez del rostro en lu- ACADEMIA DÉ CIÉNCIAS DÉ LA HABANA AL sar de su coloración intensa y el Dr. Weiss ha señalado con justificado motivo la desaparición de las placas roji- zas malares que presentan muchos recién llegados de paí- ses fríos á su arribo á nuestro país. Estas razones nos hacen interpretar la lentitud del pul- so como un efecto de una antitoxina ó principio vaccinan- te que explica la inmunidad posterior, por una vacunación propia del mismo germen amarillo, como sucede en otras enfermedades no sujetas 4 recaídas ni recidivas. Pero las eventualidades de la clínica no permiten dar la seguridad de una inmunidad completa, porque algunos autores, y nuestros propios observadores no están confor- mes en garantizarla después de estas formas atenuadas. Se citan casos de muchos supuestos aclimatados por haberlas sufrido, y sin embargo, en épocas posteriores han muerto de una de las formas comunes. PE Diagnóstico.—Dos fases tiene el problema de afirmar la existencia de una fiebre amarilla: diagnóstico propio y diagnóstico diferencial. En presencia “del enfermo hay que tener en primera línea la influencia del medio patoló- gico y la coincidencia epidémica; y al lado, la predisposi- ción 4 inmunidad relativa 6 completa según sus condicio- nes personales. Resuelto el análisis etiológico, corresponde al examen clínico la apreciación de los síntomas cuya filiación y ca- racteres ya hemos descrito. El ciclo febril por el tipo del trazado térmico y del pulso, la sucesión de los perío- dos con sus síndromes urológicos correspondientes y los detalles del proceso de infección y toxémia constituyen las bases fundamentales del diagnóstico propio de la fiebre amarilla y de sus formas pr incipales. Pero por poco que éstos alteren su fisonomía particular se hace difícil, en nuestro medio patológico, su diagnóstico diferencial. No creemos necesario señalar las diferencias que sepa- ran la fiebre amarilla del íctero grave ó de los ícteros in- fecciosos, de la tifoidea biliar y de la fiebre recurrente, porque estas entidades clínicas tienen caracteres especia- les y etiológicos 4 de observación local que no es perti- nente discutir. 212 , /ÁÑALES «DE LA Mucha mayor importancia tiene para nosotros su seme- janza sintomática con ciertas formas graves del paludismo : ó con tipos clínicos especiales de muestra piretología que todavía no hemos definido de una manera terminante. La fiebre biliosa grave de los países cálidos y la fiebre de borras están en este caso. Nos es necesario decir pocas palabras para no divagar y hacer estéril una discusión de este género. A la altura que ha llegado la precisión del diagnóstico de las enfermedades infecciosas, se hace indis- pensable evitar confusiones en las apreciaciones doctrina- les. Nuestra época contemporánea no admite más que hechos bien comprobados por la observación clínica y por la investigación experimental. La fiebre biliosa grave de los países cálidos ha venido á sustituirse en nuestras estadísticas con la fiebre de bo- rras y los nombres de vómito de los criollos 4 paludismo agudo expresaban, hace muy poco tiempo, las dudas de la interpretación nosológica que debe dárseles. Pero si el paludismo se aleja de nuestros centros populares en sus for- mas regulares y habituales, ¿por qué han de quedar estas formas extrañas que no guardan relación de coincidencia con las otras formas graves bautizadas con el tradicional é impropio nombre de] perniciosas? Por otro lado, el clasificador de las fiehres biliosas, Du- trouleau, dice terminantemente que no ha visto las - for- mas ictéricas graves sin ser precedidas de accesos regula- res anteriores del paludismo; y en cuanto ¿ las formas he- morrágicas que no ha comprobado el vómito de borras propio ) de la fiebre amarilla. A su vez, el Dr. Yersin en Madagascar ha comprobado la presencia de los hemato- zoarios de Laveran en las formas biliosas melanúricas. Sabemos por otro lado que el íctero propio del paludismo depende de una policólia, por hipersecreción de bilis nor- mal Ú reabsorción de pigmentos no transformados por las fluxiones congestivas del hígado, que se refleja en las ori- nas con caracteres de urobilismo ó hemoglobinuria. Ahora bien, esos trastornos funcionales de los Organos hematopoyéticos tienen caracteres especiales con la toxe- mia amarilla y en la intoxicación palúdea y mientras el análisis biológico de la sangre no nos demuestre la exis- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 213 tencia constante de los hematozoarios de Laveran es inú- til discutir su interpretación patogénica. Mientras tanto la comprobación del síndrome urológico de la fiebre amarilla y de las fiebres palúdicas graves ha sido el único criterio cierto que podía guiarnos en el diag- nóstico clínico, al lado de la filiación de los síntomas. To- davía nos quedaba un diagnóstico retrospectivo, á falta de la comprobación de las lesiones anatómicas y es la evo- lución definida de la fiebre amarilla é indeterminada en el paludismo. La anemia decolorada y la curación franca de la prime- ra contrasta con la hidrohemia y la tendencia á recruden- cias febriles que deja el segundo en sus convalecientes. Estas son las reflexiones que nos sugiere el diagnóstico diferencial de la fiebre amarilla y de las formas graves del paludismo después de las descripciones particulares que hemos dedicado al estudio de muestras pirexias. Pretender confundir la fiebre amarilla después de pa- sado el tercero ó cuarto día de enfermedad, con el den- gue, la gripe, las hepatitis ó perihepatitis, ó con el em- barazo gástrico febril, nos parece poco clínico, por no decir poco serio, para los que hemos encanecido asistiendo atacados de fiebre amarilla. En la generalidad de los casos, basta la observación de la curva térmica y del pulso, para que el diagnóstico se imponga; la presencia de la albúmina, las hemorragias y el ictero pueden faltar en numerosísimos casos de fiebre amarilla legítima. a Demostrado que no es factible confundir la fiebre ama- rilla—sobre todo tratándose de casos tan completos y evidentes como el de la calle de Amistad núm. 98—rés- tame exponeros mis apreciaciones sobre la introducción del terrible huésped, entre nosotros, y la manera de evi- tarlo en lo posible. Mucho se ha comentado si algún enfermo de fiebre ama- rilla ha podido introducirse clandestinamente en nuestr: capital. En el estado actual de nuestros conocimientos ni es po- * 214 ANALES DE LA sible negarlo, uni afirmarlo de manera terminante; pero bueno es que nos detengamos aclarando este particular para evitar acusaciones gratuitas que pudieran hacer per- sonas indoctas á nuestros excelentes Departamentos de Sanidad marítima y terrestre. Un sujeto, picado por un mosquito infectado, el día de su salida para este puerto, puede muy bien dejar á la Habana sin presentar todavía síntoma alguno de la enfer- medad, ó ser éstos tan atenuados que pudieran pasar desapercibidos, para el más sagaz clínico; en esas condi- ciones desembarca y atacado de una forma incompleta, ser picado por uno ó más mosquitos trasmisores. En este caso, lo natural, lo lógico, está en consonancia con las leyes actuales de la espansión epidémica, para la fiebre amarilla, sería la extensión por contiguidad, esto es, si el primer caso se presenta en el hotel ó la casa X, los nuevos casos se presentarán bien en los habitantes aptos de la misma vivienda, ó de las viviendas contiguas, ó en los visitantes, de esas mismas casas y que no se encuen- tren inmunizados ya. ¿Ha sucedido esto en la Habana? Muy lejos de suceder así, los casos que yo conozco se presentaron en puntos muy distantes, uno en el Cerro, otro en el camino de Gúi- nes, otro en la calle de Amistad, otro en Aguila, otro en el Hotel Inglaterra, etc., y entre personas sin relaciones, ni aproximaciones, que sólo existían entre los dos italianos de Amistad y Aguila que adquirieron la infección en el mismo punto, puesto que en el tiempo transcurrido entre la enfermedad y muerte del primero y la enfermedad del segundo, no permite sospechar siquiera, que la infeceión del segundo procediera del primero. No siendo presumible que haya penetrado un atacado, menos posible tiene que ser, la penetración de seis Ó más enfermos, que fueran á diseminar la enfermedad en distin- tos puntos de la Habana y de fuera de la capital. Queda en pié una presunción, con la cual los hechos observados están en perfecta relación. Los diez casos declarados y 4 mi juicio otros tantos que han pasado desapercibidos, bien por ser formas atenuadas, ó casos patentes queno han sido denunciados por pusila- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 215 nimidad, ante el temor del ridículo que hubiera caído, por ejemplo, sobre mí, los comisionados niegan rotundamente mi diagnóstico que confirmó el del Dr. Masino. Que estos casos son de importación, por medio de mos- quitos infectados, no me cabe la menor duda. Todos han recaído en individuos recién llegados; pero con tiempo de permanencia en su mayor parte, suficiente para descartar la idea de haber entrado en la Habana, ya infectados; no queda la duda siquiera que la infección se realizara en buques del puerto, portadores de mosquitos peligrosos, sino más bien, con mosquitos ya infectados y diseminados en nuestra capital. El profesor Goeldi, del Brasil, ha demostrado de una manera indiscutible y más completa, lo que ya sabíamos, gracias á los transcendentales experimentos de la Comi- sión americana, respecto 4 tiempo de infectarse el estego- mia, y el tiempo necesario para convertirse en peligrosa y duración del peligro. Reed, Carrol y Agramonte, nos han enseñado que pi- cando el estegomia, en los primeros días, al enfermo de fiebre amarilla, necesita de 12 á 18 d más días para poder trasmitir la enfermedad al hombre, en éste la incubación es de dos á cinco días. También han demostrado expe- rimentalmente que 51 días después de infectado el mos- quito, su poder infectante se sostiene. El profesor Goeldi, hace llegar hasta 90 y más días, el tiempo en el que un mosquito hembra puede conservar su poder infectante de la fiebre amarilla. Por otra parte, sabemos que la hembra, una vez fecun- dada, busca enseguida sangre de mamíferos, más bien que como alimento, como auxiliar del acto de la reproducción; una vez realizada la digestión de esa sangre, puede ali- mentarse por meses enteros de j jugos azucarados de fru- tas, miel de los azúcares elaborados, etc.; pero antes de hacer la puesta de sus huevecillos, vuelve á tomar sangre una Ó varias veces, hasta realizar el desove y entonces perece. | Si la estigomia fasciata, hembra y fecundada, toma sangre en enfermos de fiebre amarilla, y en estas condi- ciones es accidentalmente transportada en los buques que 216 2 ANALESDELA han traido frutas, en gran cantidad, de los puertos ame- ricanos infectados durante el verano próximo pasado, es probable que dentro de los cestos, cajas y bultos de fru- tas y verduras, han podido ser importados al puerto de la Habana, multitud de mosquitos y entre ellos algunos del género estegomia y entre éstos algunos infectados, de de las distintas localidades norte americanas, invadidas por la fiebre amarilla. Que igual deseracia para nuestro orgullo, por haber extinguido la fiebre amarilla en nuestro suelo, hubiera podido resultar en años anteriores, cuando todavía Vera- Cruz era un foco endémico y que no haya resultado, tiene una explicación racional. No basta que se importen accidental, ni aún intencio- nalmente, mosquitos, infectados de fiebre amarilla, á cual- quiera de nuestras ciudades del litoral, para que en éstas se propague la enfermedad. Es indispensable otro factor importante y que con frecuencia no tenemos en cuenta, el factor terreno abonado, representado por el inmiorante, y no el inmigrante de clase acomodada que puede esca- par más fácilmente 4 las picadas de los mosquitos peligro- sos, por las condiciones higiénicas que le rodean, sino el inmigrante de la clase jornalera y precisamente de esta clase, hemos visto durante los últimos meses pulular, como en la ¿poca colonial, por muestras calles y paseos, cente- nares de recien llegados de las provincias españolas. Todo el que sea medianamente observador puede con- firmar lo expuesto y recordar la cantidad extraordinaria de inmigrantes españoles que han recorrido y recorren, este año, nuestras calles, con sus clásicos trajes y sus chapas molares rosadas, indicadoras de su procedencia de otros climas. La escasez de recursos de estos inmigrantes, en su eran mayoría, les obliga á permanecer en lugares poco ventilados y obscuros y muchas veces en fondas próximas al litoral de nuestra bahía, donde la abundan- cia de mosquitos es proverbial y donde antaño, mas se cebaba la fiebre amarilla. sa presunción de haber tenido ya hace tiempo casos de fiebre amarilla en esta capital sin que por ahora, po- damos negarla ni afirmarla, pudiera explicarse por causas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 217 ó formas atenuadas, que no encontraron eco para hacer una expansión epidémica, tal vez, por no tener entonces suficiente terreno abonado, como acontece hoy. y Yo no quiero, señores Académicos, ser otra vez ante vosotros pregonero de malas nuevas, pero las leyes epide- miológicas me hacen temer, como allá en 1896 sucedió con la difusión del paludismo en toda la Isla, que allá para la entrada del próximo verano, pudiera ser que la fiebre amarilla se nos presentase en forma epidémica. Para que tal desgracia aconteciera solo sería necesario que durante este invierno se sostuvieran casos disemina- dos y de formas atenuadas, que pudieran pasar desaper- cibidos, ó que se ocultasen por causas desconocidas, para que infectándose los mosquitos, llegáramos á abril ó mayo época propicia para las expansiones epidémicas. De antiguo es conocido por nuestros observadores las recrudecencias anuales desde mayo á octubre, y luego el notable descenso de atacados desde noviembre hasta marzo del año siguiente. Mi presunción no es empírica sino el resultado de la observación de lo que aconteció con la fiebre amarilla durante muchos años en la Habana y otros puertos del litoral. Nadie ignora que Matanzas, Cárdenas, Cienfuegos y otras poblaciones permanecían largas temporadas sin fie- bre amarilla y que la aparición de algunos casos aislados, durante el final del verano ó principio del invierno resul- taba ser el anuncio de rachas endémicas en el próximo verano. ¿Tendremos una epidemia el año próximo venidero? Nuestro deber es precavernos contra esa calamidad. Yo espero firmemente que no sucederá tal cosa, prime- ro por las nociones que hoy se tienen sobre la manera de trasmisión y segundo porque la reconocida competencia del cuerpo médico de la Isla de Cuba pondrá, como siempre, á contribución su desinteresado amor á la cien- cia y al bienestar de nuestra tierra. 218 RÁ ANALES DE LA Ahora bien, yo no he de molestar vuestra atención de- tallando los preceptos, los cuidados exquisitos y las leyes que ya hoy se están poniendo en práctica, para evitar el peligro. La garantía de que hemos de lograr ese empeño, que á todos interesa, la tenemos en los jefes de nuestro Depar- tamento de Sanidad, que sabrán, una vez más, cumplir con sus sagrados deberes y se esforzarán en aprovechar el concurso de los médicos particulares, que desinteresada- mente los ayudarán, sim descaso, solo 4 condición, que los preceptos de deontología médica, se pongan en vigor. Por motivos que no se me alcanzan, hasta ahora los inspectores y las comisiones de Sanidad han intervenido en todos los casos de enfermedades infecciosas, haciendo abstracción completa de los médicos de asistencia, para aceptar ó desechar los diagnósticos—casi, manu militari, y sin apelación, como en nuestros juzgados correccionales. Modificada esta medida y establecida la natural armo- nía entre comprofesores, la ocultación de enfermos desa- parecería y la Sanidad de Cuba puede alcanzar toda la oloria que somos los primeros en desearle. ACÁDEMIA DE CÍENCIAS DE La HABANA 219 Acta de la sesión fúnebre del 6 de diciembre de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos Concurrentes.—De Mérito: Dres. Carlos J. Finlay.—Luis Montané. De Número.—Dres. J. P. Alacán.—G. Alonso Cuadrado.—G. Arós- tegui.—E. B. Barnet.—A. Betancourt.—A. Bosque.—T. V. Coronado.—D. F. Cubas.—J. Dávalos.—M. Delfín.—J. Jacobsen.—J. Le-Roy.—F. Para- dela.—M. Sánchez Toledo.—J. A. Valdés Anciano. Honorarios.—Dres. C. Delgado.—A. Mestre.—M. Rivas. Con la asistencia de los señores Académicos arriba expresados y de los Dres: Cándido Hoyos, Presidente del Consejo Provincial; Ramón Meza, Secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País; Pedro Albarrán, Presidente de la Sociedad de Estudios Clínicos; Erastus Wil- son, Presidente de la Asociación de Socorros Mútuos de Médicos; Emi- liano Núñez: Director del Hospital de Nuestra Sra. de las Mercedes y dis- tingeuidas damas y otras personalidades, se celebró la sesión fúnebre consagrada á honrar la memoria de los Dres. José I. Torralbas y Vicente Benito Valdés, cuyos respectivos elogios estaban encomendados á los Dres. Luis Montané y Enrique B. Barnet. El señor Presidente dirigió una breve alocución á los concurrentes y concedió la palabra á los Académicos encargados respectivamente de ca- da uno de los discursos, terminados los cuales, levantó la sesión 220 ANALES DÉ LA PA?DNPUERE POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 6 de diciembre de 1905.) Nadie ignora que la muerte, ese término seguro de la vida, nos amaga desde que damos los primeros vagidos; no pocas veces, para saber que ella no se ha anticipado d la vida misma, hay que provocar en el recién nacido el llanto, compañero del dolor, que á su vez es, para desdi- cha nuestra, el asociado casi inseparable de la muerte. La niñez resulta, sin duda, el período más sonriente de la existencia, porque no se tiene, en absoluto, idea de la muerte; pero he aquí, que alguna vez, por descuido de los padr es, que debieran ser y no son siempre, nuestros educadores, no dura mucho este dulce desconocimiento; no se oculta al niño, como debiera hacerse, el primer due- lo de familia que ocurre y cuando aterrado, por el con- junto de impresiones tristes que el suceso deter mina, pre- eunta á la madre afligida: ¿qué es la muerte, mamá? Esta le responde: "No lo sé hijo mío. Mas cuando ya adulto pisa las universidades y hace la misma pregunta sus sabios maestros, le responden poco más 6 menos lo mismo. En efecto, no sabemos qué es la muerte; pero conoce- mos sus terribles consecuencias. Ella deja huérfano al * infante arrebatándole la que le guardó en su seno; sin consuelo á los padres, cuando llevándoles el hijo troncha la flor que apenas abre sus pétalos; rompe el nudo de amor de los cónyuges y en las cor poraciones en que el vínculo del trabajo, une como en esta Academia á un nú- mero fervoroso de servidores de las ciencias, esgrime tam- bién su hoz fatídica y siega sin compasión al que más brilla por sus méritos indiscutibles, al que crefamos más necesario, á todas horas, para salir airoso en nuestras fae- has; pero no hemos de decir una sola palabra de los me- recimientos de los que hoy lloramos porque está d cargo ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 221 de competentísimos colegas esta delicada misión; nos li- mitaremos solo á señalar que la muerte apesar del cortejo lúgubre de que se rodea y de la descomposición repug- nante del humano cuerpo, que la sigue, no ha logrado, desde los tiempos más remotos, arrancar de los pechos magnánimos, el culto de los que hiere tan duramente. Parece que se hiergue la nobleza en los corazones para honrar al más caído de los caídos, al que muere. Recientemente con motivo de los últimos trabajos del Subdirector del Instituto Pasteur, encaminados á prolon- gar la vida, se han recordado las palabras del filósofo Carlos Renouvier, en su lecho de muerte, después de una vida en extremo fructífera: “No es sin pesar que muero, decía. Nos vamos siempre sin haber terminado nuestra tarea. Hs esa la más triste de las tristezas de la vida. Cuando se llega á viejo, habituados á la vida, morimos con mucho dolor.” No obstante, apesar del diseusto que inspira este tér- mino forzado de la existencia es recibido por algunos en relación á sus principios y 4 su temperamento. Así se explica que haya podido decirse: “Ven muerte tan escondida que no te sienta venir, porque el placer de morir no me vuelva á dar la vida.” (EscrIBA.) Y que Jorge Wilson profesor de la Universidad de Edimburgo, dijese, minada su naturaleza prematuramente por letal enfermedad: “La vida para nadie es tan dulce, como para aquellos que han perdido el temor de la muer- te”, y que el Dr. Tomás Browne pretenda que la muerte es una de las condiciones necesarias á la dicha humana y sostenga su argumento con mucha fuerza y elocuencia. Pero cuando la muerte entra en una casa, dice, ya deja- mos de ser filósofos, no razonamos, no hacemos más que sentir. Los ojos llenos de lígrimas no pueden ver las cosas por otro lado claro y brillante, mucho más que aque- llos que nunca han conocido 4 la pesadumbre. 222 ANALES DE LA Por el contrario se cuenta que el cardenal Mazarino convencido de que su fin estaba muy próximo derramaba copiosas lágrimas al recorrer las galerías de su palacio, y contemplar las ricas colecciones artísticas de todo género que había atesorado y de las que tendría que separarse en breve. Y como contraste Lord Bacon dijo, al ocuparse de la muerte: “tiene también de bueno que abre la puerta de la buena fama y mata la envidia.” De todos modos con raras excepciones, la muerte se considera como una gran desgracia para el que la espera y para los que le sobreviven y ¿ él están ligados por los lazos íntimos del amor, de la amistad ó del espíritu de co- munidad de principios. Honrar la memoria del finado, mantener vivo su recuer- do, es un consuelo para los alleg 'ados, para los amigos, para los miembros de la Corporación á que perteneció el desaparecido. A esa piadosa costumbre obedece la sesión de esta no- che y en la que pondremos término á estas nuestras des- hilvanadas palabras con los siguientes conceptos en and- logas circunstancias emitidos. Un día y otro, con el afán del gusano de seda que teje su capullo para morir después, debemos laborar en esta Corporación con el patriótico estímulo de siempre, segu- ros de que cuando nuestra vida se extinga, la piedad y el espíritu de ¡justicia de los que sobrevivan, no nos conde- narán al olvido sino que viviremos en sus recuerdos y se sentirán satisfechos de nuestra memoria. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA €úá[ nn ——————————— ———— Dr. José l. Torralbas. Nació 23 enero de 1842. + diciembre 3 de 19053. We, (e a A A ts e a PARA A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 223 ELOGIÓ FUNEBRE DEL DOCTOR JOSE I. TORRALBAS POR EL Dr. Luis Montané cof y todo esto que indica una recomendable actividad intelectual, estaba adornado con los mejores sen- timientos: un fondo de bondad en el alma, y siempre viva en su con- ciencia la noción del deber y nues- tro patriotismo. Dr. Arístines Mesrre.—Elogio del Dx. J. I. TorraLBas en la Univer- sidad Nacional. La mejor prueba de amor que pueda darse á la Cien- cia, consiste en la manifestación de nuestro reconocimien- to hácia aquellos que se han esforzado en servirla. Bajo este concepto, ninguno es más digno de ese supe- rior reconocimiento que el comprofesor, cuya cruel é im- prevista desaparición ha dejado en esta casa, hoy de duelo, una tierna memoria que no ha podido ni podrá borrar el tiempo. ¡Sí! el recuerdo del Dr. José I. Torralbas ha resistido á la más temible de las pruebas, —á la prueba del tiempo: — ¡Olvidamos tan pronto álos muertos! —Dos años han trans- currido ya desde la hora aciaga en que nos dejó para siempre nuestro colega: y parece datar de ayer la fatal desaparición. Cuando busco el secreto de semejante privilegio me parece hallarlo en la última supervivencia posible, la que resulta de los actos y de las obras; porque nosotros enten- demos que el único medio de no morir por entero, con- siste en sembrar ¿los cuatro vientos todo el fuego que caliente nuestro corazón y toda la luz que haya en nues- tro espíritu. No olvidaré, señores, en este momento, que debo ha- blaros del Académico desaparecido; y, sin embargo, para conocer aquella naturaleza privilegiada, sería necesario estudiar al individuo bajo triple aspecto de hombre pri- 224 ANALES DE LA rado, de hombre político, y de inteligencia consagrada por entero al cultivo de la Ciencia. Estudio semejante, que he de tocar hoy por encima, exigiría para que fuese completo, un trabajo superior á mis fuerzas, y que iría más allá de los límites de la obra de que se me ha encargado, y que debo realizar aquí. ¿Quién no conoció á aquel amable compañero, lleno de cortesía y rebosante siempre de benevolencia? Su afabilidad corría pareja con la bondad de su cora- zón. Era bueno, radicalmente bueno. Su pecho no co- noció jamás el odio, ni sintió nunca su boca la amargura de las palabras de intención malévola ó rencorosa. Puedo declararlo así, yo 4 quién los azares de la vida me pusie- ron muy d menudo en su camino. Su retrato moral se encuentra por entero en los rasgos suyos que acabo de citar: “tenía un fondo de bondad en el alma, y siempre viva en su conciencia la noción del deber y del patrio- tismo.” A pesar de que el hombre político no nos pertenezca, no puedo resolverme á dejar completamente de lado, y: 4 la sombra, aquel aspecto interesante de la vida de nues- tro comprofesor. Sé, por otra parte, y por haberlo oído de sus labios en más de un caso, —que experimentaba cierto orgullo no exento de goce, en evocar los acontecimientos de la épo- :'a más agitada de su existencia; y no puedo resistir al deseo de recordaros los rasgos principales de ella, tal como los ha redactado una mano guiada por filial afecto. Este aspecto de la vida comienza 4 desarrollarse en aquellos lejanos y tristes días de la esclavitud, época en que él era estudiante (1862) y no cesaba en hacer mani- festaciones entusiastas sobre la abolición dé la trata ne- era, único punto que en esos años se podía considerar con alguna amplitud, —no muy erande, por cierto; —puesto que ella significaba oposición « las prácticas seguidas por el Gobierno aquí instituido. Estas ideas avanzadas, ex- puestas constantemente, y el vivo deseo de ver ád su patria emancipada, —le hicieron simpático 4 un grupo de perso- nas, bien conocidas en los anales cubanos, que le trajeron dá su lado para la formación de un núcleo 6 Club de Cons- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 228 piradóres, que se puso en comunicación directa con la Junta Revolucionaria de New-York,—y que realizó una obra silenciosa y efectiva que contribula eficazmente á la preparación de los acontecimientos que se iniciaron el 10 de cctubre de 1868, tan anhelados por ellos, y de los cua- les, según frases propias, fué el único que tuvo la suerte de ver realizados los deseos que d todos animaban. Los hechos fueren tomando grandes proporciones y las escenas que á diario se sucedían en esta Capital, hicieron peligrar su vida, por lo cual resolvió ab: andonar la Isla, escogiendo al efecto, como primer refugio, 4 San Juan de Puerto Rico, para de ese modo desviar la v igilancia es- pañola que la veía dirigirse d otro territorio de la misma nacionalidad. En Puerto Rico, se detuvo algún tiempo, tomando par- ticipación muy directa en la política local, elemento que había escogido, como medio más eficaz de cooperación, para provocar un alzamiento que desgraciadamente fra- casó, porque se vió envuelto en ella el Capitán General Primo de Rivera que fué llamado de España inmediata- mente. Comprometido de ese modo, se dirigió 4 Venezuela y allí, ya en país libre y alejado de todo contacto con te- rritorio español, comenzó su labor de propagador de la causa de Cuba, recibiéndole aquel hospitalario suelo con marcadas muestras de entusiasmo por su personalidad científica y política que conjuntamente cultivaba. Un joven médico que ingresaba en una sociedad por las puertas de honor abiertas por la distinción científica y los sentimientos viriles de emancipación de la esclavitud, pudo bien pronto captarse las simpatías personales y atraer valiosos adeptos á la guerra separatista cubana; en- tre esas adquisiciones y figurando entre las primeras por su importancia y por su orden cronológico, se encuentra la del gran Calcagno, el orador de palabra conmovedora y profundos pensamientos, el Pelletan venezolano, como le llamaba nuestro o El Dr. Torralbas era, en Caracas, Presidente de la Jun- ta Revolucionaria y el padre cariñoso que brindaba al- bergue y protección á cuantos cubanos se encontraban allí, 226 ANALES DÉ LA Su propaganda fué constante y mantuvo muy alto el prestigio de Cuba durante todo el tiempo que allí permane- ció, hasta la terminación de la guerra,en que regresó á Cuba. Alejado de la vida política activa en todo el tiempo que seguía 4 esa época, llegó el 24 de febrero de 1895 y desde entonces se entregó de nuevo, con gran fervor y entusiasmo « la conspiración y auxilio de la revolución, — hasta que implantándose la época del terror, tuvo que emigrar para escapar de la segura deportación y prisión que e habría dedicado W eyler, y se trasladó á los Esta- dos Unidos. Desde su llegada ú New-York > Filadelfia, contribuyó á los fondos de la República, y pasó más tarde d Tampa donde fundó,—al iniciarse la intervención ame- ricana,—la Sociedad Patriótica de Tampa, con el objeto de preparar el pueblo al ejercicio de los deberes que so- bre él catan al constituirse la República. Su pluma siempre dispuesta á servir los más elevados ideales, prestó su apoyo ¿4 la causa revolucionaria, publi- cando artículos y trabajos de propaganda, entre los cua- les figura como principal, una carta dirigida á los Senado- res y Representantes de los Estados Unidos, solicitando el reconocimiento de la Independencia de Cuba, aducien- do en ella pruebas y datos que robustecían la necesidad de dar ese importante paso de política internacional ame- ricana. Tan pronto terminó la guerra, volvió 4 Cuba, comen- zando desde el primer momento 4 cooperar ¿ la definiti- va implantación del regimen republicano en nuestro país, sin perder la fé en el triunfo de la República, aún en los momentos de mayores dudas y vacilaciones de la opinión pública, y faé fundador del Partido Nacional Cubano, en cuyas filas figuró, dándole el prestigio de su nombre y la respetabilidad reconocida por los demás políticos, que le consideraban y distinenían por la convicción de que to- dos los actos de su vida se inspiraban en el más puro y elvado patriotismo. Ví por la primera vez, y conocí aquí en este mismo recinto al Dr. J. L Torralbas, ú su vuelta del destierro (1879) y desde entonces, de cerca ó de lejos, seguí sien- do amigo suyo, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 22% Como hombre de ciencia, ofrece nuestro colega, varios aspectos que deben ser considerados, Observador paciente y ardoroso, pertenecía a la fami- lia de aquellos espíritus cultivados y distinguidos que ven en la Medicina algo más que su lado práctico, y que no descuidan ni las Ciencias llamadas accesorias, ni se desen- tienden del aspecto filosófico de los asuntos anatómicos y fisiológicos. Todos sabemos con qué éxito supo cultivar el estudio de las Ciencias Naturales, y d ese respecto, me contentaré con citar como prueba elocuente, el notable Llogio pro- nunciado hace apenas un año porel Dr. Arístides Mestre, —en otro recinto y ocasión no menos solemnes, —y con- sagrado á Torralbas, como Profesor de la Escuela de Cien- cias de la Universidad. Como Académico, testigos sois todos vosotros, de que desplegó desde el primer momento á este respecto, una actividad mental, que puede llamarse con razón, consi- derable. Y como Secretario general de la Corporación que aca- bo de nombrar, vosotros sabéis tanto como yo, cuan airo- “samente supo salir del compromiso en que lo ponían esas delicadas funciones, con un celo y un talento dignos de todo elogio. El Dr. Torralbas pertenece á la Academia desde el 8 de enero de 1871,—dando lectura á su trabajo de ingreso sobre “Convulsiones en la Infancia”:—trabajo muy cele. brado por todos, y más especialmente por el entonces Se- cretario general de la Corporación, el inolvidable doctor Antonio Mestre. Ocho años más tarde, —vuelto del extranjero, donde acababa de sufrir largo destierro (1879),—él solicita su ingreso en la Academia de Ciencias, donde su pluma infa- tigable dió pruebas relevantes de su desmedido amor por esta alta Corporación científica, sin que su constancia y perseverancia se'debilitaran, 4 pesar de la lucha que tenía que sostener para obtener de nuevo una clientela que los años de ausencia habían destruído. En enero de 1880 fué comisionado por la Academia para informar sobre la “Secuestración de los leprosos” 228 ANALES DE LA A KA A ti ls LA E RI cuyas ideas habilmente presentadas han tenido la acepta- ción y comprobación de los conocimientos . científicos ac- tuales; en febrero 8 del mismo año, formuló un luminoso voto particular sobre la misma cuestión, que parece eseri- to hoy, por las conclusiones que hace. Sucédense desde entonces, unos 4 otros, los trabajos, y él trabajó sin tregua y sin descanso hasta el fin, no habien- do encontrado, por decirlo así, ocasión para suspender sus labores. Estad atentos al enunciado de aquella tarea inmensa, — y he de citar sólo los trabajos principales: —y comprende- réis así fácilmente, porque se hace de todo punto imposi- ble en los estrechos límites de un elogio, —analizar y erl- ticar asuntos tan numerosos y diversos, “Informe sobre la Topografía Médica de Cienfuegos”; —la “Acción del cloroformo en los pulmones”; —“*Un regla- mento para establecer un Centro general de vacuna en la Habana”. “Un informe sobre calificación de heridas”.— “Los cementerios considerados desde el punto de vista higiénico”, que fué reproducido por varios periódicos na- cionales y extranjeros, dando origen á otro, bajo el título de “Emanaciones de los Cementerios” , Sieulendo en orden cronológico los siguientes: — “Aguas minerales de la Isla de Ana] —“Informe relativo á “las medidas profilicticas contra el cólera asiático”.—Preceptos higiénicos para el :'aso de una invasión colérica.”—- Tétanos traumático”. — “Vacuna”.—“Influencia del traumatismo en el palu- dismo.” —Consultas en causa por homicidio. —Inconvenientes y peligros de los conductores aéreos del alumbrado eléctrico. —Reflexiones sobre Demografía é Hidrología. —Notas Bibliográficas. —(Comunicación sobre fiebre amarilla. -—Comunicación oral sobre hipertermias en los niños. —Ampliación del informe sobre vinos, en causa contra salud pública. El Dr. Felipe Poey. Pr pan a el estudio de la Hemato- quiluria. . Nicolás J, Gutierrez. pd paña ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 229 —Contribución á la profilaxia de las fiebres reinantes. —El Centro Médico de Matanzas. —Informe sobre la duración de unas heridas. —Informe sobre la capacidad legal de un paralítico. —Infecciones en los niños de la primera infancia. —Notas históricas de la Academia (en forma de libro y que se distribuyó). —Elogio del Dr. Francisco Albear. —La evolución y el Darwinismo. ) —Nombre técnico y vulgar de un ¿rbol cubano. —Contribución al estudio de los crustáceos de Cuba. Obra continuación del Dr. Gundlach, de mérito superior para los naturalistas. —La tuberculosis y la leche. — Informe sobre la veda de esponjas. — Informe sobre un tratamiento de la fiebre amarilla. —Informe en causa sobre sonambulismo, y responsabi- lidad. —El origen del hombre. Y paso por alto muchos de ellos, temeroso, señores, como estoy, de cansar con ello vuestra benevolente aten- ción de estos momentos. Espíritu curioso el suyo, aborda como véis, todos los asuntos: Patología, Medicina-Legal, Higiene, Historia Natural, Anatomía Filosófica; todo lo desflora y toca, con igual ardor y con éxito igual. Así, la Ciencia comunica á ciertos hombres escogidos, esta suerte de embriaguez, que no ha de ser nunca domi- nada, —porque sólo la Ciencia ennoblece, depura, magni- fica y eleva la Humanidad. Y no es esto todo: espíritu abierto á toda suerte de in- vestigaciones, el suyo, abraza con ardor el estudio de aquella Ciencia, la más joven y la que más sabe cautivar entre todas, la Antropología! Y aquí, señores, he de confesar, que me sentiría muy d mis anchas si hubiera de estudiar ahora este aspecto de la vida científica de nuestro comprofesor:—y comprendo que podría hacerlo como quien dice amorosamente, —ya que es. esa ciencia, objeto de mi devoción especial, —y ha permanecido tan viva en mí, la atracción con que me*fas- 230 ) ANALES DE LA cinó y sedujo, desde los primeros años pra demasiado distantes, de mi adolescencia. Pero creo que no es este, el momento oportuno de indi- car el lugar importante que Torralbas ocupó en el seno de la Sociedad Antropológica: y me reservo la libertad de ha- cerlo cumplidamente en su día, cuando llegue la ocasión, muy pronto desde luego, —de inaugurar los Museos Zooló- gico y de Antr opología en el edificio, ad hoc, próximo á er ¡eirse en el recinto de nuestra Universidad. Básteme decir por hoy que entre los principales estu- dios de Antropología debidos 4 la pluma de nuestro colega, figuran dignamente los siguientes: —* Antropología”. “Desaparición de los seres supe- riores —'“Consideraciones sobre la Antropología de la 0Oc- ceanía.” —“Los grupos satos en la especie humana”. —“La Etnografía del Japón.” —““La evolución y los Aryas”. Dichoso él! Su nombre queda para siempre asociado al nombre de los que componen la falange gloriosa desa- parecida, pero eternamente viva tambien, de los Felipe Poey, José Manuel Mestre, Antonio Bachiller y Morales, Antonio Mestre, lenacio de Armas, José R. Montalvo. .... Y advierto, que nada he dicho hasta aquí de los actos, de los hechos, de las creaciones ¿d las cuales se une el nom- bre de nuestro cofrade, * Pero no acabaría nunca, señores, si quislese mencionar sus títulos científicos y literarios, que son en realidad nu- merosos;—como son más numerosos que ellos, los servi- cios prestados «¿ las diversas Sociedades que se honraron, teniéndolo en su seno como miembro suyo—como fueron numerosísimos también, los proyectos que incubaba en su mente, y que una muerte cruel cortó en su noble propósito. Pues Torralbas murió, así puede decirse, en la brecha, en plena actividad mental-—é inclinó su cabeza para siem- pre sobre la mesa de trabajo, cerrando allí una existencia consagrada por entero al estudio. Y que tal fin digno fué de tal vida, es, —como noble en sí para él, —edificante y consolador para todos nosotros! ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 231 La historia de semejante hombre es herencia preciosa para esta casa que le dió asilo durante tantos años; —como lo es para su familia á la cual sabía hacer digna de él; — digna de llevar su nombre, y digna tambien de perpe- tuarlo. Pascal ha dicho en algun lugar de sus obras que “los “hombres no pudiendo vencer “la muerte se han puesto “*de acuerdo para no pensar en ella”........ Nuestro deber, señores, es cuando menos, el de conser- var el recuerdo de los que nos han abandonado por siem- pre, después de haber cooperado en la obra comun por su notoriedad, sus enseñanzas, y sus labores. Pero ¿qué digo? La muerte de nuestro compañero y amigo Dr. Torralbas no nos ha separado de él:—ya que por el alto ministerio del afecto no interrumpido, y por la solidaridad que existe entre una existencia y otra, se realiza la continuidad de la vida, en el misterio de ultra- tumba. Los muertos no han dejado totalmente de vivir, cuando amigos suyos conservan presente su recuerdo, y continúan con ellos,—en esa suerte de intimidad moral, — la plática un momento interrumpida. Porque, entre tanto, y bajo el encanto de la mirada y de la sonrisa que se di- cen extintas para siempre, —y gozando de ellas todavía, — los supervivientes conservan en sí mismos, algo más que la imagen del muerto, y que el eco de su voz amiga; —ya que heredan realmente, una chispa de esta vida que pa- . rece acabada, —y que mezclan á su propia inteligencia algo del pensamiento de aquel que ya dejó de ser. La existencia continúa así evolucionando de un hom- bre á todos los demás, por el intermedio de aquellos que supieron amarlo. (Eliseo Reclus). 232 ANALES DE LA ELOGIO FUNEBRE DEL DR. VICENTE B. VALDES POB AD Doctor Enrique B. Barnet Esta noche es noche de delor. Nuestra sala se viste de luto y nuestros corazones se hinchen de tristeza, porque nos hallamos aquí congregados para rendir un tributo de eratitud y de amor ¿4 un hombre ilustre, ya desaparecido, miembro de esta Corporación; no por lean un precepto reglamentario, sino por cumplir un mandato del sentimien- to, una orden del corazón, que obliga más ¿4 la obediencia que los deberes consignados en reglamentos ó estatutos para actos de esta naturaleza. En este templo de la ciencia la sesión de hoy no esta de- dicada á la ciencia, sino á la conciencia. Esta noche el cerebro permanece quieto, para que se eleve el espíritu y se establezca entre todos los aquí presentes la solidaridad del sentimiento y recordar al eterno ausente, sin necesi- dad de palabras elocuentes, de que carezco, sino sólo por invocación de su memoria, porque como dice un prover- bio alemán: “Lo que viene del corazón, va al corazón sin necesidad de palabras.” En estos momentos no brotan ideas, sino lamentos y no debemos dirigir la mirada hacia adelante para contemplar á los que vienen, como símbolo de esperanza, sino mirar hacia atrás, como emblema del recuerdo, para pensar en el que nos abandonó para siempre y colocar sobre su tum- ba una guirnalda de adelfas, rociada con muestro llanto y ungida con nuestro afecto. ¡Hace ya dos años y medio que murió un gran médico, que duerme su sueño eterno: Vicente Benito Valdés! El día 21 de mayo de 1903 la ciudad de la Habana fué dolorosamente sorprendida con la noticia del fallecimiento del Dr. Vicente Benito Valdés. Su muerte resultó real- mente una sorpresa. Todos veían en él un organismo débil y enfermo, sin fuerza ni energía corporal para resis- tir la acechanzas de la muerte; pero así venía viviendo ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA AAA Dr. Vicente B. Valdés. Nació 21 marzo de 1837. y mayo 21 de 1903. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ” e 20 Wu hacía ya varios años y nadie le podía presamir un fin tan próximo. Murió una tarde, con el ocaso del sol. sin más compañero 4 su lado que su fiel sirviente, en la casa de su residencia, altos de Amistad 88. Una angina de pe- cho, dice la ciencia médica que lo llevó al sepulero, con- forme al certificado-de defunción expedido por su amigo queridísimo el Dr. Miguel Riva. Los periódicos de la capital enlutaron sus columnas y dedicaron sentidos artículos aquilatando sus méritos y sus virtudes; las sociedades científicas suspendieron sus sesio- nes é invitaron «¿ sus asociados 4 concurrir al sepelio, y sus amigos, compañeros y clientes agradecidos concurrie- ron á la casa de muerte para acompañar su cadáver al lu- gar del eterno descanso, significando ó manifestando todos con estas demostraciones el profundo sentimiento con que veían desaparecer de la escena de la vida 4 un hombre ilustre, modesto, santo, bondadoso, que por largos años había contribuido al progreso de su patria y der ramado ¿ manos llenas entre los necesitados los auxilios de su pro- fesión á la par que la ternura de su alma. Vicente Benito Valdés nació en la Habana el día 21 de marzo de 1837. Murió, pues, d los 66 años y dos meses de edad. Cursó los estudios preparatorios ó fundamentales, que se llamaban entonces de Filosofia, en el Seminario de San Carlos de esta ciudad, con el propósito de dedicarse á la carrera eclesiástica, hacia la que le llevaban sus naturales inclinaciones ó quizás cierta dosis de amargura por la na- tural timidez de ponerse en abierto contacto con una so- ciedad con la que había de girar en otra órbita de la vida y que pudiera tener en desdeñoso menosprecio la humil- dad de su origen. Intentó, pues, hacerse sacerdote de la religión católica; más debido á la influencia decisiva que ejercieron en su espíritu las sabias lecciones de su maes- tro el Dr. Ramón Zambrana, cuyo nombre todavía se pro- nuncia con admiración y respeto, adoptó el sacerdocio de otra religión, la de la Medicina, que le abrió de par en par las puertas de su templo augusto y solemne como d uno de sus mayores dignatarios. Tomó el grado de Bachiller en Ciencias en nuestra Uni- 234 ANALES DE LA DA A gg EEE EA A e e A versidad el día 23 de julio de 1859; el de Bachiller en Medicina el 3 de noviembre de 1863, y el de Licenciado en la propia facultad el 30 de septiembre de 1865, es decir, cuando contaba 28 años de edad. En todas las asig- naturas, sólidamente estudiadas de su carrera universita- ria, así como en los ejercicios de los grados, realizó la aspiración vehemente del alumno que ute el curso, día por día, trabaja sin tregua para alcanzar la codiciada y honrosa nota de Sobresaliente, 4 pesar de que le era ne- cesario distraer gran parte de su tiempo dando lecciones en diversos colegios para la subvención de las atenciones primordiales de la vida, entre ellas el sostenimiento de un ser en quien reconcentró todos sus afectos, como ídolo único, como faro salvador que le euiase en la obscura ruta de su vida: su pobre madre! En virtud de sus brillantes estudios en el Seminario de San Carlos, la Uuiversidad le concedió gratis todas las matrículas y los derechos de grado, haciéndose merecedor á esta gracia durante los sucesivos cursos de la carrera. Una vez en posesión del ansiado título que le autorizaba para el ejercicio profesional, dedicóse con verdadero em- peño á la práctica de la carrera y dá prestar su concurso meritísimo á todos los centros que reclamaban el auxilio de su poderosa inteligencia é incesante actividad. Así vemos cómo en 11 de agosto de 1867 fué nombrado socio facultativo de la Sección de Ciencias del “Liceo Artístico y Literario de la Habaya” : en 11 de octubre de 1879 so- cio fundador de la “Sociedad de Estudios Clínicos”; en 31 de enero de 1881, socio numerario de la “Sociedad Eco- nómica de Amigos del País.” Desempeñó, distintos car- eos, incluso la Presidencia, en la “Asociación Médica de Socorros Mútuos”, y en 1.2 de marzo de 1901, renunció 4 los beneficios que como socio vitalicio le concedían los estatutos de la Asociación y continuó abonando hasta su muerte las cuotas bimensuales. Contribuyó con sus pode- rosas gestiones 4 la constitución de la “Asociación Médico- Farmacéntica de la Isla de Cuba”, de la que fué Presiden- te fundador y después Presidente de Honor, y en la que dió lectura el 28 de junio de 1900 á su magistral discurso de despedida, quizás el último de sus trabajos literarios. ACADEMIA DÉ CIENCIAS DÉ LA HABANA 235 Fué miembro de la Junta Superior de Sanidad durante el regimen colonial, y el Gobierno dela Intervención ame- ricana le llevó también al seno de la propia Junta, en la que prestó relevantes servicios con el caudal de su lumi- nosa inteligencia y sus profundos conocimientos en mate- ria de Higiene Pública y de reglamentación sanitaria. A poco ) de haber alcanzado el título de Licenciado en Medicina, obtuvo el puesto de médico interno del Hospi- tal de “San Felipe y Santiago” de esta ciudad, el que renunció luego para ir á ejercer al campo, á la Giira, don- de permaneció unos ocho meses, volviendo á la Habana para establecerse en el barrio de Monserrate, donde no pocas familias recuerdan aún con cariño y gratitud sus efi- caces servicios. Hacia fines de 1869 fué nombrado médi- co interno del Asilo de Enajenados de Mazorra, pro- porcionándole este cargo la oportunidad de adquirir los orandes conocimientos que llegó á poseer sobre las afec- ciones mentales y de que dió. múltiples pruebas en sus notables informes médico-legales presentados á esta Aca- demia. En 1872 renunció su empleo de Mazorra, para volver al rudo ejercicio en el campo, por haberle propor- cionado su amigo D. Francisco Calderón y Kessel varios contratos ó 1 qualas en Arcos de Canasí, donde permane- ció hasta el fallecimiento de su adorada madre, en 1874, motivo éste, unido al mal estado de su salud, que le deci- dió á regresar á la Habana. Durante su permanencia en Canasí, cul de nuevo á la Universidad en demanda del título de Doctor que le fué conferido en 20 de marzo de 1872, siendo su padrino el Dr. Felipe F. Rodríguez, reci- biendo la investidura el 14 de abril del propio año. Su tesis de Doctorado fué la siguiente: ¿Es admisible la locura parcial 6 ó transitoria en el estado actual de la ciencia? En la Habana permaneció cerca de dos años sin dedi- carse á las tareas profesionales, hasta que obtuvo un em- pleo en el establecimiento hidroterápico de Belot, que adquirió después por compra en sociedad con el Dr. Emi- liano Núñez y que por circunstancias que no son del caso tuvo que adjudicárselo nuevamente el Dr. Belot. Enton- ces volvió Valdés al ejercicio de la carrera puramente 236 AÑALES DE LA IIA A E A IIA AA A IS Id médica en esta ciudad, para alcanzar los éxitos que le pro- porcionaron con justicia tanta reputación y tanta nom- bradía. Pero aparte de las tareas propias de la numerosísima clientela que llegó € adquirir, el campo más extenso y fe- cundo en que pudo desplegar las dotes de su intelecto, de su ilustración y de su laboriosidad, fué en esta Academia, que tuvo la honra de contarle entre sus miembros más preclaros, que conmemora hoy su pérdida irreparable y ouarda“su recuerdo con la veneración y el respeto dá que es acreedor por sus altísimos merecimientos. Ingresó en esta Corporación como Académico de número el día 12 de noviembre de 1876, y en 13 de julio de 1902, á reitera- das instancias suyas, fundadas en sus múltiples ocupacio- clones particular es y su mal estado de salud, se le declaró excedente, no sin antes conferírsele el título de Académi- co de Mérito y sin que espontánea é insistentemente re- clamase los recibos mensuales para no dejar de contribuir con su auxilio pecuniario, ya que no con su labor intelec- tual, al prestigio y al sostenimiento de esta casa que tanto amó y que tanto abrillantó. Su ado inaugural, leído en la sesión del 8 de abril de 1877, fué una erudita disertación “apoyada en obser- vaciones y rica en buena doctrina” que llevaba por título “eflexiones e en contra de la etiología palúdea del téta- nos”, tanto más notable cuanto que en aquella fecha no habían sido deseubiertos aún los gérmenes del paludismo y del tétanos. Aquel discurso fué el comienzo de una serie de trabajos del infatizable obrero de la ciencia y que se encuentran d cada página en los Anales de esta Corpo- ración y en los trabajos de la Comisión de Medicina Le- val € Higiene Pública de la misma. Así vemos que se van sucediendo un “Informe acerca del Arancel de 1844 para los profesores de Medicina y Cirugía”, otro relativo á una Memoria intitulada “Consejos á las madr es de fa- milia para evitar la tuberculosis en sus hijos, escritos al alcance de ellas”; otro “Informe sobre jurados calificado- res de los honorarios devengados por profesores médicos”; otro “Informe y Reglamento para los jurados calificadores de honorarios médicos”; una disertación sobre la “Necesi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Ad. dad de una buena estadística médica en la Isla de Cuba. Condiciones que debe llenar. Moción elevada al Gobier- no General”; un “Informe relativo ¿4 la Fábrica de abonos químicos y á su influencia en la salud pública”; unas “Ins- trueciones reglamentarias para la Estadística Médica y Sanitaria en esta Isla”; ¿ina “Clasificación patológica para la Estadística Médica”; un “Informe sobre un depósito y fábrica de abonos”; un trabajo “Acerca del tratamiento de la Malaria por las preparaciones de azufre”; otro sobre “La Fiebre Tifoidea en la Isla de Cuba”, y una “Nota re- ferente 4 la actual epidemia de Disentería”. Aparte de esto, múltiples notas que aparecen en los Anales y cerca de cuarenta informes médico- legales referentes 4 honora- rios, dá lesionados y á enajenados, y que si fueran todos coleccionados formarían un libro de no escasas dimensio- nes que daría prueba bien manifiesta y utilísima de la fecundidad y pericia del eximio compañero. Hasta aquí el académico, el miembro de las sociedades profesionales. La laboriosidad científica del Dr. Valdés hubiera quedado ampliamente satisfecha con la realización de los trabajos antes mencionados en el seno de esta Aca- demia y otras corporaciones análogas de que formó parte. Más es necesario contemplarlo también en el ejercicio cuotidiano de la carrera para apreciar la sabiduría, el ca- rácter, la abnegación y la bondad con que aquel ministro de la Medicina desempeñaba su noble apostolado. Antes que todo, era un médico genuinamente cubano, formado en la Universidad de la Habana, sin que recibiera de ningu- na escuela extraña caudal para sus conocimientos ni ele- mentos para su cultura médica. Sólo abandonó á4 Cuba durante la época del bloqueo para trasladarse á la vecina república de México, y regresar á la patria tan pronto como cesó aquel estado anómalo y peligroso. Aunque bebiera la ciencia en la fuente de libros y publicaciones extranjeras, su característica consistía en ser un alumno exclusiva de nuestra Universidad, demostrando á la par con su ejemplo que la ciencia no es patrimonio de ningún país, sino de sus enamorados constantes que la persiguen y cultivan. 238 ANALES DE LA Discípulo predilecto de aquel gran clínico que se llamó Félix Giralt, supo seguir la senda trazada porsu eminente maestro para continuar entre nosotros la preponderancia y la ventaja de la clínica ante la cabecera del enfermo, sin menoscabo, sin embargo, de las grandes conquistas del Laboratorio 4 de la Bacteriología como auxiliares pode- rosos de aquélla. Niel químico ni el bacteriólogo podrán jamás anular al médico, que á su experiencia clínica aune los recursos valiosos que para el diagnóstico y el trata- miento le aporten aquellos nuevos elementos de juicio. Valdés era el clínico que sabía aprovecharse oportuna- mente de estos recursos, y de este modo constituía el tipo del práctico sagaz é ilustrado, tipo que va haciéndose cada vez más raro y que no sería extraño desapareciera por completo, merced dá las exageraciones Ó entusiasmos con que se toman por lo general Tos progresos ó adelantos de las ciencias, sobre todo de la Medicina. A la cabecera del enfermo recurría Valdés al caudal inmenso de sus conocimientos, de una manera tan propia, tan especial, que le daba un sello pecultarísimo, haciéndo- le aparecer como en el cumplimiento de una misión evan- célica. A todos cuantos le rodeaban junto ¿4 un lecho de dolor, inspiraba respeto: ¿ los familiares esperanza, d los enfermos consuelo, á los compañeros afecto y veneración. Parecía que entraba circundado de luz para hacer desapa- recer las sombras de la duda, de la desesperación y de la muerte. Los que morían, morían satisfechos de que les hubiese visto, y ni un hermano, ni un hijo, vi un padre, ni una madre, lanzó jamás un grito de reconvención ó re- proche por una pérdida acaecida en sus manos. Era además para sus compañeros una norma de exqui- sita corrección y de legendaria caballerosidad. No tuvo entre el cuerpo médico. ni un enemigo y, á pesar de su extensa clientela, ni despertó ambiciones ni provocó rece- los entre los demás médicos. Con su presencia se impo- nía: era realmente un carácter. Su fuerza consistía en su bondad. Como patriota, siempre estuvo en el puesto que le se- ñalaban su amor inmenso a Cuba y su condición de cuba- no partidario decidido de la independencia. La causa ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 239 patria encontró siempre en él un entusiasta auxiliar, favo- reciéndola constantemente con cuantos recursos le era dable disponer. Vivió como murió: célibe y solo. Jamás hizo derramar una lágrima. Las que se vertieron por él fueron 4 su muerte. Era un verdadero sacerdote de la ciencia médi- ca, que formaba su religión. No constituyó familia. Su familia eran los enfermos, los necesitados y los compa- ñeros. No dejó herederos ni bienes de fortuna. A los pocos meses de su fallecimiento pudo verse en la Faceta Oficial y en los periódicos de la ciudad un Edicto sacando á pu- blica subasta sus muebles, joyas, instrumentos, libros, co- che y caballo, tasado e en $2.423.94 oro español, para satisfacer no sé cuáles atenciones , quizás los gastos de su entierro, porque su Pc no originó ninguno. Murió sin enfermedad. Se nos marchó en un v uelo callado: alzó las alas y desapareció. Su organismo no consistía sino en la cantidad suficiente de materia para hacerse visible ¿los ojos humanos. Era una grande alma contenida en una estrecha envoltura Algunos creyentes lo creían un angel de salvación. Hu- biera podido decirse que era como un préstamo concedi- do por Dios á los hombres, un mensajero en el mundo de consuelo y esperanza, pendiente siempre del cielo por hilos invisibles para que ni siquiera gravitase.sobre el haz de la tierra. Así vivió y murió este hombre extraordinario. Su le- cho de muerte fué regado con llanto de madres, de hijas, de esposas. Al llegar ¿ su tumb ya, le esperaban también mujeres agradecidas con flores¿y lágrimas, En esta noche solemne aquí vienen igualmente, cubiertas de luto, á ren- dir piadoso homenaje á la virtud, á la generosidad y á la ciencia del médico ejemplar que se Tlamó en el mundo Vicente Benito Valdés. Viva por siempre en nuestra memoria como modelo que imitar y duerma en paz'su sueño eterno rodeado de las bendiciones de cuantos le amaron y alcanzaron sus bene- ficios! 240 ANALES DE LA Acta de la sesión pública ordinaria del día 22 de diciembre de 1905 Presidente..—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número: Dres. E. Acosta.—E. B. Barnet. —I. Calvo.—T. V. Coronado.—M. Delfin.—J. Jacobsen.—J. Le-Roy.—M, Ruiz Casabó.—E. Saladrigas.—P. Valdés Ragués. Leídas las actas de las sesiones publica ordinaria de 24 de noviembre y fúnebre de 6 de diciembre fueron aprobadas. La Secretaría dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Gobernación, escritos números 24.990, 26.149, 26.150, sobre preparados farmacéuticos. Del Sr. Luis García Carbonell, participando haber tomado posesión de la Jefatura del Servicio Meteorológico de la República. Del Juzgado Norte, remitiendo á informe expediente sobre fósforos. Del mismo, id. id. id. sobre alcoholes. Salida.—Al Dr. Eduardo Plá, dándole las gracias por su donativo de obras para la Biblioteca. Al Dr. Enrique López, id., id., id. Entrando en la orden del día, la presidencia concede la palabra al Dr. Enrique Saladrigas, quien renuncia su turno en favor del Dr. Manuel Del- fín, el que usa de la palabra dando lectura á su trabajo anunciado sobre el Dengue. Después de su lectura hace algunas consideraciones sobre el contagio de este mal, estimando el mosquito como agente trasmisor de la enfer- medad, por virtud de haberle observado en abundancia en los casos en que el mal se ha propagado con facilidad. El Dr. Coronado, apoya al Dr. Delfín en este criterio, expresa algunas consideraciones acerca de este particular y también participa de la opinión del Dr. Delfín, acerca de la benignidad pronóstica de este mal. Ha asisti_ do á un señor de 93 años en el cual el descenso término llegó á 34" que apenas pudo combatir por el estado de sus arterias y sin embargo, sin tratamiento alguno, sin haber usado de ninguna medicina, se salvó, por más que fuese larga y grave su convalecencia. Habla después de las experiencias que deben hacerse con los mosquitos, las que entiende fáciles, para poder comprobar si es ó nó el agente tras- misor. Denuncia al Dr. Barnet, que está presente, los pozos Mouras como criaderos de mosquitos. El Dr. Santos Fernández, con este motivo, quiere recordar si los pozos Mouras tienen ó nó comunicación con el aire, que él entiende no debie- ran tenerla. » ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 241 El Dr. Barnet, usó de la palabra para expresar que el principio en que descansa el concepto de los pozos Mouras, se ha adulterado en la Haba- na, hasta el punto que se les hace comunicar con el exterior, cosa que no debe ser y también se ha venido tolerando esto, que ahora el Departa. mento de Sanidad, viene exigiendo que se coloquen telas metálicas en la boca de esas sifas Óó comunicaciones con el aire exterior. Con este motivo, explican algunos de estos defectos los Dres. Corona- do y Delfín, extendiéndose este último académico en consideraciones so- bre nuestro alcantarillado que resultará por este motivo malo, y al mos- quito no podrá combatírsele nunca con seguridad ni severidad. Terminada esta discusión el Secretario dió lectura al trabajo que acer- ca de LOS TERREMOTOS: ALGUNAS MANIFESTACIONES VOL- CANICAS Y CAUSAS QUE LA DETERMINAN, remitió el Sr. Stepha- no Caleavecchia y Rabboni, á esta Academia. Al terminar la lectura de tan interesante trabajo la Presidencia, ha- ciéndose eco de los señores académicos hace llegar á su autor la más cumplida enhorabuena y concede la palabra al Dr. Enrique Saladrigas, Este, en vista del poco tiempo que le resta para cumplir el reglamentario de la sesión, solicita sea pospuesto su trabajo sobre gonococcias y gono- hemias, para la próxima, en la que se lé reservará un turno. Acordada de conformidad la petición del Dr. Saladrígas se dió por terminada la sesión. DE mk ANALES DE LA Eb PDENSIDE POR EL DR. M. DELFIN (Sesión del 13 de diciembre 1905.) E En el año de 1897 reinó en esta ciudad bajo forma epi- démica la enfermedad conocida con el nombre de “Den- gue”; desde esa fecha no se había presentado esa afección en nuestro territorio. Ha reinado en la Habana con todos los caracteres que le asignamos en un trabajo que en colaboración con el Doc- tor T. Coronado publicamos en la Crónica Médica. Enton- ces expusimos sus diversas modalidades y establecimos su diagnóstico diferencial en presencia de las afecciones rel- nantes en aquellos momentos, que eran el sarampión, la escarlatina y las viruelas. También hubimos de distinguir- le de la roseola; pero nada dijimos de sus diferencias de la fiebre amarilla y las infecciones intestinales. El Dengue, señores, es una fiebre eruptiva, peculiar de nuestra zona, que se caracteriza por su poca elevación tér- mica en la generalidad de los casos, por un quebranta- miento de fuerzas, por dolores en las piernas y en los bra- zos y en las articulaciones en general, por un ciclo deter- minado, pues su duración suele no exceder de cinco días. Cuanto á la erupción puede clasificarse de polimorfa, si bien presenta casi siempre la forma morbillar ó sarampio- nosa, aunque formando zonas. Invade primero las muco- sas y aparece luego en la cara, el pecho y todo el cuerpo. No es siempre la erupción la señal de la enfermedad, lo cual resulta en todas las fiebres eruptivas, pues en una epidemia se ven casos de fiebres dengosas sin erupción perceptible, y se ve la erupción sin fiebre alguna si bien precedida de dolores: articulares, que suelen ser el sín- toma más constante. La erupción puede circunscribirse á las mucosas: conjuntivas, mucosa bucal y uretral (disuria, ) pero lo común es que aparezca en la cara, ó se seneralice ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 243 1 á todo el cuerpo. He notado su polimor fismo, mayor en el adulto que en el niño, y en aquel más rojo, d veces rojo frambuesa E más persistente; sin erandes máculas al nivel de la piel ó notables pápulas que se extienden semejando erisipela en la cara y enel pecho. La erupción va lenta- mente perdiendo su color, y en la piel del niño queda una ligera coloración violácea que también desaparecerá á los cuatro ó seis días de iniciada. En los adultos y aún en los niños de la segunda infancia, queda picazón tan moles- ta que produce insomnio; esta picazón depende de la for- ma que tome la erupción; si es muy extensa suele produ- cir picazón, pero si se cireunscribe y es poco pronunciada no deja semejante molestia 6 solo dura algunas horas. No he notado descamación. El Dengue no aparece repentinamente, lo que con él resulta es quese viene ád diagnosticar por los síntomas más culminantes. La fiebre del Dengue es con frecuencia de descenso matinal; debuta con 380 y llega hasta 39%-5, y en muchos casos hasta 40% por lo reg ular no se señala por oscilacio- nes harmónicas, y se sostiene pareja durante la enferme- dad. A veces la fiebre es nula, como dejo dicho. He observado en la actual epidemia que la fiebre llega á su mayor altura al cuarto día para bajar al quinto á la normal. Tan cierto es para mí su ciclo febril, que no me he inquietado nunca al ver que en el cuarto día, por la noche, el termómetro señalaba 40?-5; he pronosticado siem- pre con éxito, que al siguiente día vendría la apirexia, y así ha sucedido. El quebrantamiento de fuerzas y los dolores articulares son en casi la totalidad de los casos el síntoma caracterís- tico; en los adultos, semeja un estado reumático, y en los niños se nota que desean la cama á causa de que todo mo- vimiento al tenerlo en brazos exacerba sus dolores. La lengua se conserva siempre limpia, pues si se vuel- ve saburral es debido 4 que el enfermo se alimenta 6 a la coincidencia de una ingesta con que suelen debutar casi todas las enfermedades agudas. Las amígdalas, el velo “del paladar, la bóveda palatina y casi toda la mucosa bucal se enrojece, los adultos y los 244 | ANALES DE LA niños que ya saben expresarse, se quejan de dolor de gar- ganta, que es siempre pasajero. El vientre se conserva en estado normal, flácidas sus paredes y sin abultamiento; pero se nota una marcada ten- dencia á la constipación; sólo en los casos de ingesta con- comitante es cuando el vientre se pone duro d timpánico. El apetito no desaparece, en algunos casos sólo se atenúa. El pulso tiene tan poca frecuencia, que no guarda rela- ción con el estado febril, sobre todo, en los easos en que el Dengue no se halla complicado con una ingesta ó una bronquitis. El Dengue es una enfermedad que no suele repetir. El dignóstico diferencial del Dengue con la fiebre ama- rilla es nice importante. El Dengue tiene los dolores articulares y el quebranta- miento de. fuerzas de la fiebre amarilla, y por su inicio pu- diera confundirse con el vómito negro; pero en el Dengue no hay albuminuria, rara vez se presentan fenómenos de saburra gástrica; ni íctero de ninguna clase; y si hay vó- mitos clas no 0 más que de alguna substancia no dige- rida y por excepción. El estado general del bengue no es de depresión cerebral, sino muy excepcionalmente. La du- ración fija el diagnóstico, más que cualquier otro motivo. La inyección de las mucosas impide por completo tomar como fiebre amarilla lo que es realmente un caso de Dengue. : Pudiera el Dengne confundirse con esas erupciones fe- briles de origen intestinal que son tan frecuentes: pero hay varios elementos de diagnóstico sumamente decisivos: es- tado de la lengua y del vientre, la duración de la enfer- medad y de la manera de iniciarse ambas afecciones; sólo cuando el Dengue debuta con ingesta, es cuando nos ve- mos perplejos para hacer un diagnóstico inmediato; pero los dolores articulares, el estado epidé mico y la dura pudie ran resolver nuestro problema. En las er upciones de origen intestinal el estado saburral es más persistente y la fiebre suele no ser tan b: aja como en el Dengue. En nuestro trabajo de 1897 fijamos el diagnóstico dife” rencial del Dengue con la viruela, la roseola y el saram- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 245 pión. Nada nuevo tenemos que añadir ¿ lo que entonces dijimos. Tratamiento.—Y o acostumbro, cuando soy llamado para ver un niño que resulta atacado del Dengue á prescribirle: dieta absoluta, una poción sudorifica y más tarde un pur- gante, y sostengo el vientre libre por medio de papelillos de magnesia y sal de la Rochela, tomados de hora en ho- ra. Si la temperatura se eleva demasiado doy un baño, y cuando domina el estado de excitación é insomnio doy baños templados. No empleo la quinina ni la euquinina, por temor á la excitación nerviosa. En el caso de un niño de cinco meses de edad 4 quien administré el laxo! (palmacristi, alcohol y azúcar mineral) obtuve buena buena acción purgante; pero el niño cayó inmediatamente en una excitación é insomnio que me obli- garon «€ recurrir ¿d los baños tibios, con los cuales logré que el niño saliera de un estado bastante grave. En la convalecencia del Dengue he visto, en los niños, los descensos de temperatura ¿4 35 que han alarmado 4 las familias; este síntoma es pasajero y se domina con tó- nicos; entre éstos el extracto fluído de Kola. También he observado el insomnio que desapárece rápidamente por medio de los baños tibios. Puedo, sin embargo, asegurar que, cuando se ha llevado con rigor la dieta absoluta, no suelen presentarse esas y otras complicaciones en el curso óÓ la convalecencia de la enfermedad. Pues no debemos olvidar que en todos los estados febriles agudos el aparato digestivo digiere siempre mal, y el alimento, cualquiera que sea, complica la enfermedad. El pronóstico es siempre fa- vorable. El Dengue es una fiebre eruptiva contagiosa; su tras- misión no está bien estudiada; en mi concepto no se tras- mite por los objetos que han estado en contacto con el dengoso, y sí sólo directamente, quizá sea el mosquito su medio de trasmisión; pues yo he podido ver lo siguiente: una señora no inmune acude á una casa donde hay un niño con Dengue, adquiere la enfermedad á los pocos días de su visita, pero á dicha señora la visitaban antes otros fa- miliares del niño sin que se hubiera contagiado hasta que acudió á la casa del enfermo. En una casa cae un niño con 246 ANALES DE LA Dengue, los otros niños de la casa, no inmunes, no con- traen la enfermedad; pero llegan otros niños de Matanzas á la casa y el más chico contrae el Dengue. Estos hechos no nos explican el modo de contagiaTse, pero nos han he- cho pensar en la inoculación por medio del mosquito. No afirmo nada, sólo apunto una sospecha que podrán . confirmar ó disipar nuestros bacteriólogos y nuestros mé- dicos de hospitales. Desde los primeros días de diciembre ha desaparecido el Dengue, al menos no veo enfermos de esta dolencia. LOS TERREMOTOS ALGUNAS MANIFESTACIONES VOLCÁNICAS Y CAUSAS QUE LAS DETERMINAN por el Sr, Stefano Calcavecchia (Sesión del 22 de diciembre de 1905.) Las recientes erupciones del Vesubio, y las que en el transcurso de estos últimos meses se han venido sucedien- do han llamado nuevamente la atención hacia los volcanes y las manifestaciones que de los mismos dependen. No pasa un siglo sin que los fenómenos volcánicos es- parzan dos ó tres veces la desolación sobre la superficie de nuestro globo, y cada una de estas catástrofes vuelve á suscitar la vieja discusión sobre los volcanes y las causas a que debe atribuirse la renovación de su actividad. Discusión es esta de un carácter puramente platónico, pues aun cuando se conocieran exactamente esas Causas, no hay poder humano que alcance 4 remediarlas ni 4 mo- dificar siquiera sus pavorosos efectos. Por otra parte, al paso que los fenómenos volcánicos y los terremotos obedecen casi siempre al mismo origen, las funestas consecuencias que provocan son tan varias, ea veces, tan instantáneas, que es de todo punto imposible atenuarlas. Casos hay, en efecto, en que sobrevienen inundaciones de lava que sepultan ricas y florecientes comarcas; otros en que fortísimas sacudidas siembran la ruina y el espanto A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 247 por toda una región; otros aun en que el levantamiento de los fondos marinos produce terribles marejadas «cuyo paso destructor desaparecen ciudades y habitantes. .... No hay en la Naturaleza manifestación alguna que tan enorme influencia ejerza sobre su vida total como este ¿m- plio cerco que las fuerzas endógenas nos han puesto; no hay manifestación alguna que haya excitado nunca tan vivo interés como el que despiertan estas verdaderas re- voluciones geológicas. Son éstas, indudablemente, los fenómenos más grandio- sos de la naturaleza, los fenómenos más misteriosos é 1m- previstos, los que con extraordinaria fuerza destructora se desploman sobre el hombre, cuya potencia intelectual se esfuerza en vano para contrarrestarlos; los fenómenos que más profunda huella dejan en el espíritu y los que desde más remota fecha han impresionado la humana imagi- nación. No hay en el dominio de las Ciencias Naturales—si se exceptúa la rama astronómica—observaciones tan anti- ouas como las que ¿los volcanes se refieren. Mas si bien es cierto que estos vienen atrayendo la aten- ción de la hamanidad desde hace varios miles de años, no lo es menos que tanto la poderosa sugestión que el asunto ejerce sobre la imaginación, cuanto las dificultades con que tropieza este genero de exploraciones, han impedido las verdaderas indagaciones científicas, no habiendo salido en mucho tiempo las explicaciones de estos fenómenos del estrecho círeulo de las tradiciones mitológicas. Nadie ignora que el Etna, único volcán activo conocido de los antiguos, era para nuestros remotos antepasados la puerta de entrada del mundo subterráneo subsistiendo en- tonces la creencia de que “Ephaestos” (Vulcano) había es- tablecido sus fraguas en el interior de la montaña, de donde salían brillantes chispas cuando se dedicaba á la misteriosa labor de producir los rayos de Júpiter. Luego se consideró la actividad volcánica como con- secuencia de un grandioso incendio de capas carboníferas ú otras substancias subterráneas combustibles (Escuela de Werner) y posteriormente aun como un ascenso de la ma- teria fluída del interior de la tierra, ascenso que se atribuía 248 ANALES DE LA á la formación de nuevas capas sólidas sobre la cara inte- rior de la A ya solidificada: restringiendo cada vez más estas nuevas capas el espacio ocupado por la materia incandescente, NO: un aumento de la presión que lograba al cabo vencer la resistencia de dicha envol- tura, al través de cuyos intersticios proyectábase la masa incandescente, dando lugar 4 las erupciones. ístas explicaciones, empero, lo mismo que otras de aquella época, no plo más base que las variaciones que experimentaban los sistemas científicos, siendo así que ja- más se procedió seriamente d hacer investigaciones exac- tas sobre lo que realmente acontece durante las erupcio- nes y los terremotos. De unos treinta años «¿ esta parte es cuando se ha ve- nido ád aplicar al estudio de los fenómenos volcánicos los recursos que la Física, la Química y la Microscopía nos proporcionan, y por más que aun permanece oculta la causa fundamental de esas manifestaciones, quédanos el convencimiento de que estudiando el erupo total de las mismas, no tardaremos en adquirir el completo conoci- miento de cada fenómeno aislado. “Tan importantes y decisivos son los adelantos, que en “estas últimas decadas se han realizado en el estudio de “Los fenómenos químicos que acompañan á toda erupción, “que, lejos de considerarlos como meras hipótesis, muy “bien podemos tenerlos en el alto concepto de verdade- “Tas conquistas de la Ciencia.” El porvenir podrá rectificar y completar; mas nunca destruir. Si consultamos la Historia, veremos resaltar, como un hecho constante y positivo, la absoluta concomitancia que siempre ha existido entre los terremotos y otras diversas manifestaciones volcánicas. Strabon cita el caso de una ciudad :de Fenicia ani- quilada por un terremoto; este terremoto se extendió hasta las islas Cíclades. se internó en Eubea y no cesó simo cuando se abrió la tierra en la campiña de Le- "ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 249 panto y salieron por la hendidura masas considerables de tierra y de fuego. Plinio cita un caso análogo, en que perecieron doce ciudades, bajo el reinado de Tiberio. En las catástrofes más notables del siglo pasado ve- mos igual yuxtaposición de fenómenos correspondientes, si no en todo al menos en la mayoría de los casos y en muy diferentes proporciones. En la Martinica, entre otros, el fenómeno que mayor número de victimas parece haber causado consistió en el violento y repentino desprendimiento de una canti- dad formidable de gases y vapores deletéreos, que im- pidieron á los habitantes huir ante el tremendo azote, paralizándolos y asfixiándolos, quemándolos finalmente, y aplastándolos bajo una verdadera lluvia de piedras y materias incandescentes. Vemos, pues, que las manifestaciones volcánicas—apar- te los terremotos—se traducen en e DE pro- yecciones de piedras y materias incandescentes, cuyo conjunto constituye la lava, comparable al vidrio en fu- sión, y además de vapor de agua y gases de todas clases, como el ácido sulfuroso, el ácido sulfídrico, el sulfúrico, el clorhídrico, etc. Preciosas indicaciones debe ofrecernos el examen de estos cuerpos para el estudio que deseamos emprender, y en este examen precisamente es, en nuestra opinión, don- de se halla la mejor guía para el conocimiento de las cau- sas de estos fenómenos geológicos. Xx «le la e 0 Si adoptamos la que me atreveré a llamar teoría “sim- plista”, en la consideración de lo que aconteció en la su- perficie del globo al comenzar el enfriamiento general de la masa terrestre, podremos decir que la totalidad de esta masa—-—que ya había pasado por el estado de combustión— no era entonces más que un cúmulo de cenizas y escorias en estado de fusión, cual otro enorme globo de vidrio. Los elementos necesarios para la ignición —y por con- secuencia para el desarrollo del calor—casi faltaban por completo, puesto que todas las reacciones susceptibles de 250 ANALES DE LA > producirse entre los diferentes cuerpos componentes del olobo terrestre ya se habían producido, y,.en la ausencia de los fenómenos químicos, no era posible que se genera- se suficiente calor para mantener la fusión. A partir de este momento, la capa exterior empezó á enfriarse, solidificándose poco á poco y aumentándose el espesor de la sólida corteza hasta el grado suficiente para formar una resistente envoltura, conservadora, por decir- lo así, del calor interno, todavía bastante elevado para mantener la masa en estado de fusión. En la remota época de-que hablamos, el globo terres- tre se componía, pues, de una sólida envoltura que se po- día considerar fría hasta cierta profundidad, pero cuya temperatura iba gradualmente en aumento hasta llegar á una segunda zona de temperatura bastante elevada aún para que las materias en ella contenidas se hallasen en es- tado pastoso, y ahondando más todavía, en un estado de fluidez excesiva. Miles y miles de siglos hace que se viene verificando el enfriamiento que ha provocado la formación de la costra terrestre, enfriamiento que continúa sin interrupción. Ahora bien: como no era posible que en el seno de la a exterior ya fría se produjesen fenómenos importan- tes que diese origen dl erupciones y terremotos, era ne- cesario, en aquella época, buscar en la parte fluida del globo la causa de los desórdenes geológicos que hasta el día de hoy tan calamitosos son para la humanidad. Ya he dicho que el centro incandescente era una masa en estado de fusión, masa que ya había pasado por las más elevadas temperaturas, hasta llegar al estado inerte, Ó, en otros términos, que no había en aquel ambiente ni combustión ni reacciones químicas. Inconcebible es, en efecto, que el centro de la tierra fuese, en aquel período, un centro de combustión, puesto que no es posible que haya combustión sin la presencia de aire Ú oxígeno. No era tampoco esa masa un Laboratorio, en que se hubieran podido producir reacciones susceptibles de de- sarrollar las enormes presiones, los importantes despren- dimientos de gases y vapores que causan las erupciones. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 251 Por otra parte, la presencia de vapor de agua, de cier- tos gases, como el ¿cido sulfuroso, de los vapores de ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, ete., en las emanaciones vol- cánicas, implica esencialmente, aun hoy, que se han veri- ficado reacciones en presencia del agua, y no es posible que hubiese agua en la masa interna de nuestro globo. Nos vemos, pues, obligados á admitir que en un mo- mento dado entraba el agua en contacto con las materias incandescentes del centro, oido en la masa de las mismas reacciones químicas muy varias, según los cuerpos presentes, provocando ha formación de v: apor de agua y una emulsión intensa de la parte incandescente, y, en semejante ambiente de disociación, la generación del hidrógeno y el oxígeno: inflamábase aquél, alimentaba éste la combustión, y - sucedíanse todos los fenómenos quí- micos de que hay constancia, como consecuencia inmedia- ta y natural. , 0 e Hoy, nuestro planeta ha llegado ya á una edad muy avanzada: el enfriamiento lento y progresivo no sólo ha determinado la solidificación de una capa más d menos espesa, sino de la totalidad de la masa terrestre. El centro de la tierra, lejos de ser líquido Ó gaseoso, debe estar ya solidificado, y á causa de la presión enorme que las capas superiores ejercen sobre las que están de- bajo, la densidad del núcleo central no debe ser inferior á la del hierro (7,89) respecto de las capas superficiales. La teoría del fuego central ya no es admisible, y sus partidarios son cada vez Más raros. Incompatible de todo punto resulta dicha teoría con el valor del achatamiento del esferóide terrestre (1 /293,) se- eún Clarke, con el fenómeno de las mareas de diaria ocu- rrencia. Esas mareas, lejos de permanecer insensibles, ya ha- brían comprometido la estabilidad de la superficie del globo, si el centro de éste fuese todavía líquido. Por otra parte, la teoría que más fuerte base suminis- traba á la Escuela del “Plutonismo” era el aumento de 252 ANALES DE LA temperatura que se observa 4 medida que se va descen- diendo en el subsuelo. : Sabemos que este aumento es, por término medio, de un grado centígrado por cada 33 metros, á partir de la superficie. Si este aumento fuese invariable, 4 66.000 metros de profundidad llegaríamos á una temperatura de 2.0009, su- ficiente para fundir todos los cuerpos tonocidos hasta el día; llegarfamos, en verdad, al estado de fusión ígnea que durante tanto tiempo se ha aceptado como la condición propia del centro de la tierra. Sin embargo, las rigurosísimas experiencias llevadas ¿ cabo en los pozos mineros y artesianos, las nuevas obser- vaciones que se han hecho en los túneles del Cenisio y del Gotardo, y, en época reciente aun, las que se han em- prendido en el Sempione, han venido ú demostrar que se- mejante aumento no puede continuar hasta grandes pro- fundidades. En un mismo lugar, en efecto, el aumento de tempera- tura se limita á los siguientes datos comprobados: 0 9—más allá de 400 metros de profundidad. 0 S—cuando se llega 4 650 m. 02 T—á 850 m. UEb 0 5—entre los 1.100 y 1.200 m. No se ha llegado hasta ahora más allá de los 1.400 me- tros, faltando, por lo mismo, las observaciones directas; ' pero, siguiendo esta proporción, entre los 2.000 y los 2.300 metros el aumento llegará á ser nulo. “En París, por ejemplo, donde la temperatura media es de 108, 430 m. cerca de la superficie del suelo, el ter- mómetro marca 11%8 (experi lencias ver ificadas en los sub- terráneos del Observatorio); 4 36 m., 12% á4 130 m., 15%; 4280 m., 20% 4 440 m., 25% 4 620 m., 30% á 820 m., 30.8 1.050- 2 e 2,1310 m. ¿4504 1.520 1m.. ¿UA 1.920 m., 55% 4 2,300 m., 60%, y más allá de esta profun- didad cesa o EU todo aumento.” Ahora bien, ¿qué significa esta cifra cuando se piensa en los 6.366.000 metros, 4 en los 6.373.000, que son las ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 253 A A a DO distancias respectivas que separan á los polos y á las ex- tremidades ecuatoriales del centro de la tierra? El interior de la tierra, pues, debe ser absolutamente sólido, debe ser una masa pastoso-metálica densísima, una masa perfectamente comparable al plomo. PEO Eliminada la teoría del fuego central, ¿cómo explicar las manifestaciones termo-minerales, de las cuales forman parte también los productos volcánicos? La temperatura de las fuentes minerales y de las .lavas debe atribuirse á ellas mismas. El verdadero foco volcánico no debe encontrarse sino á una profundidad relativamente limitada; debe su vitali- dad ád las combinaciones químicas de algunas rocas inte- riores y del agua que, llegando por infiltración á ponerse en contacto con ellas, tiende á descomponerlas. Recordemos la fuente de calor que se produce al verter agua sobre la cal viva. "Además, deben ser precisamente estas reacciones quí- micas las que calientan—por conductibilidad—el espesor del planeta que va de la superficie hasta 2.000 6 2.400 metros de profundidad. Según esta teoría, admitida por Hopkins, Sterny Hunt, Fuchs, Poulet Seroup, etc., estas rocas deben constituir una capa intermedia, formada por masas encerradas en receptáculos aislados, ó constituyendo una zona contínua entre el centro de la tierra, sólido, y la corteza periferica, sólida. Ellas no deben encontrarse—normalmente—en un estado de fusión ígnea, sino en un estado de fusión acuo- sa, y, los movimientos del suelo, los terremotos, no deben ser producidos, en este ambiente, sino por los fenómenos químicos, debidos 4 las reacciones del agua sobre estas rocas, á la expansión de los gases á los cuales estas reacciones dan origen, dá los hundimientos del suelo que suceden a los desplazamientos locales, etc. Constituído así el foco volcánico, la causa de las erup- ciones se debe á la lucha que se establece entre los vapo- res contenidos en su fondo y las masas de lava que supe- riormente se oponen d su paso. 254 ANALES DE LA La lava en fusión, en efecto, puede absorber y fijar una oran proporción de vapores, hasta que la presión y la temperatura á que está sometida no lleguen á modificarse. Más, si por una causa cualquiera la. pr oporción de ve pores es demasiado fuerte para ser absorbida, d bien dd á disminuirse, de manera que se ponga en libertad cierta cantidad de vapores, éstos buscan una salida para elevar- se y venir á la superficie del suelo. A esta salida es 4 la que sigue la erupción. La lava que acompaña estos vapores se halla, como ellos, 4 muy alta temperatura—ordinariamente á varios centenares de grados—más puede elevarse á varios milla- ES mientras más elevada sea la temperatura de estos vapores, más considerable será la fuerza de expansión con que ellos procurarán salir de su prisión. Es este un fenómeno que se observa prácticamente to- dos los días en las máquinas de vapor. Pues bien, si se piensa en la masa enorme de vapores acumulada en los focos volcánicos; si se piensa en su tem- peratura, y por consiguiente en su fuerza prodigiosa, se puede formar un concepto del potencial explosivo con el cual ellos tienden «¿ vencer—y vencen—los obstáculos que se oponen á su salida, se puede imaginar cuán pode- roso se vuelve este potencial con el aumento de la resis- tencia opuesta. ¿Cuáles pueden ser, sin embargo, las causas que provo- can la ruptura de este estado provisorio de equilibrio co- rrespondiente á una tregua en la actividad volcánica? Ya dije, antes, que los gases y vapores latentes en los fondos de las canales volcánicas son el producto de reac- ciones químicas varias, que se deben atribuir ¿ la acción ejercida por las aguas de infiltración sobre ciertas rocas subterráneas, ] Si una mayor cantidad de agua viene á ensanchar enor- memente este campo de descomposición, la cantidad de vapores desarrollada debe ser ciertamente suficiente para provocar, con el aumento formidable de presión que si- gue, una erupción. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 295 Pues tanto en la teoría primitiva del fuego central, como en esta última que limita la profundidad de los centros volcánicos, es siempre la llegada más ó menos rápida de agua, en el centro incandescente, ó en las masas de rocas intermedias entre el centro sólido y la corteza sólida de la tierra la que provoca terremotos, erupciones y todos los fenómenos que de éstos dependen. : Mas ¿cómo esta agua puede llegar al seno de la tierra? Es lo que vamos á examinar inmediatamente. En la hipótesis del fuego central, la capa externa sóli- da, debido á los materiales que la componen, podía ser considerada como no elástica, absolutamente rígida é in- deformable. Si, con un medio cualquiera, se hubiera podido hacer colar al través de su envoltura la masa incandescente in- terior, todavía líquida, así como se vacía un huevo por medio de un agujero practicado en la cáscara, es proba- ble que la envoltura—la corteza en la cual nosotros ahora vivimos—hubiera conservado su misma forma como la cáscara del huevo. Mas, su falta de elasticidad hacía, precisamente, que, cuando ella era solicitada por un esfuerzo tendente ¿ su deformación, esta deformación subsistía si venía á produ- CIrse. Supongamos la tierra vacía en la parte interior, enton- ces líquida. La envoltura no habría quedado tal sino en el caso en que ninguna fuerza hubiese intervenido tendente á defor- marla ó 4 romperla. Si un esfuerzo exterior hubiese sido suficiente, habría podido muy bien desfondar la costra y precipitar al inte- rior las partes que hubiesen cedido bajo su acción. Podemos deducir, de cuanto precede, las causas de los violentos fenómenos geológicos que nos ocupan. La masa central, que se enfriaba constantemente, se contraía durante este enfriamiento. Como la capa exterior sólida era indeformable, no po- día seguir las contracciones de la parte central y se for- maban en sa masa numerosas cavernas, numerosos vacíos de capacidad más d menos importante. 256 ANALES DE LA Estos vacíos no hubieran podido, solos, causar pertur- bación alguna. Pero, si la envoltura sólida, bajo la ac- ción de una fuerza potentísima, venía á desplomarse para llenarlos, si, al mismo tiempo, el agua venía arrastrada d estos vacios, ya no era lo mismo. El agua, en presencia de las masas minerales en estado incandescente se vaporizaba, se disociaba, formaba to- rrentes de gases y de vapores, producía reacciones con todos los cuerpos en contacto y—si este contacto había sido repentino é importante—la cantidad de gas desarro- llada en la unidad de tiempo podía tomar proporciones infinitas, suficientes para sacudir las capas exteriores, bajo la presión producida, y lanzar por los cráteres, verdade- ras chimeneas de las cavernas de contracción, torrentes de gases, de humo, de vapores que arrastraban—por su velocidad de salida—una parte de la masa todavía en fu- sión, que era la lava. Estos fenómenos pueden tener lugar también en la hi- pótesis contraria al fuego central, en la hipótesis, es de- cir, del interior de la hera sólido. “Si pensamos, pues, en el enfriamiento de la tierra que “no se para nunca; en los cursos de agua subterráneos; en “las mezclas de ácidos y de óxidos, en los gases aprisiona- “dos en las cuencas carboníferas; en los vacíos dejados por “las dislocaciones geológicas; en los levantamientos debi- “dos á la expansión de los vapores; en los descensos pro- “ducidos por la presión, ó en los resbalamientos de- las “capas superiores; y en los demás numerosos fenómenos “debidos al intrínseco dinamismo terrestre, son éstas otras “tantas causas de perturbación del bajo suelo, suficientes “para establecer la paridad entre el estado de la masa te- “rrestre enteramente sólida y el estado de la masa terres- “tre en que se encierra un núcleo incandescente.” En estas condiciones, si por una de estas perturbacio- nes, el agua se pone en contacto con una zona volcánica, las manifestaciones que siguen son idénticas 4 las demos- tradas en la hipótesis del centro incandescente. Sólo me a por examinar un punto importante, ¿Cómo y por qué hay introducción de agua en las ca- vernas producidas en el seno de la tierra, como consecuen- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 297 cia de la contracción debida al enfriamiento? ¿Por qué los fenómenos que son consecuencia de esto no afligen más que ciertas regiones? Ya dije que para minar y derrumbar la envoltura sóli- da de la tierra y llenar las cavernas era indispensable la intervención de una fuerza: Esta intervención la encontramos en la presión ejercida por las aguas sobre el fondo de los mares. Ciertos mares tienen tales profundidades que la capa que los separa de las cavernas de contracción no tiene más Pl que un espesor muy mínimo. Además, estas cavernas deben corresponder ¿4 los mares más profundos. En efecto, si consideramos el origen de las cuencas oceánicas, es debitlo á los movimientos del suelo que sa- cudieron nuestro planeta en la época de máxima actividad volcánica. Esta máxima actividad volcánica era consecuencia de la condensación de las aguas que bajo formas de vapores en- volvían la recien-nacida tierra destacada de la nebulosa solar, ya condensada y despedazada por la excesiva velo- cidad de rotación debida ú la condensación misma siem- pre más progresiva. “Por aquellas verdaderas revoluciones del suelo, encon- “tramos, hoy, sobre nuestro globo irregularidades sensi- “bilísimas, como son los Alpes, los Pirineos, la cordille- “ras de los Andes, etc.” “Estos levantamientos no se han podido formar sin pro- “yvocar desplazamientos, sin producir vacíos en sus bases.” Pues en el confín, entre las regiones de levantamientos y aquellas de hundimiento de la costra terrestre, y sobre estas últimas descansan precisamente los Océanos, deben corresponder vacíos subterráneos, vacíos tanto más impor- tantes, cuanto más altos han sido los levantamientos, ¿4 los cuales corresponden descensos más considerables y pro- fundidades más grandes de los mares que sobre ellos des- cansan. La presión ejercida por las aguas á estas grandes pro- fundidades puede y debe ser suficiente para que infiltra- ciones importantes se produzcan y para que una especie 258 ANALES DE LA de embudos, verdaderos orificios de sonda, establezcan comunicaciones entre el mar y los vacíos formados. Estos vacíos, que siguen formándose, no se han produ- cido rápidamente sino con mucha lentitud, y sólo cuando su extensión ha llegado á ser considerable sucede que una fracción de su concavidad cede bajo la presión del agua. Si las cavernas así invadidas están en los alrededores de un cráter, una erupción sigue inmediatamente. Y como es probable que todos estos vacíos formados por el enfriamiento se comuniquen más ó menos entre sí, los efectos pueden hacerse sentir muy lejos y, si la presión es bastante grande, puede y debe provocar terremotos. Esta teoría está confirmada por la estadística, puesto que, sobre 139 volcanes activos que han tenido erupcio- nes desde el año 1750, 98 son volcanes insulares y los demás están situados todos muy cerca de las costas. Se puede explicar la localización de los fenómenos, con el hecho de que, allá donde los mares son poco profundos, las infiltraciones en las cavernas son, por decirlo así, im- posibles, siendo demasiado considerable el espesor que tiene que atravesar el agua. Al contrario, en las regiones eruptivas, los fondos, las hendiduras que son abundantísimas, no tienen nunca el tiempo de solidificarse perfectamente y llega un momento en que nuevas comunicaciones se establecen, permitiendo sucesivas infiltraciones. ¿Por qué se detiene una erupción? Tal es la pregunta que se podría hacer, puesto que, cuando el agua ha empezado á infiltrarse se podría decir que no hay razón porque ella no continúe haciéndolo. El hecho, sin embargo, se explica perfectamente, pues- to que la afluencia de agua acaba por solidificar y enfriar las partes en contacto con ella. Se establece entonces una zona sólida nueva que resguarda las partes incandes- centes de abajo, del contacto con la misma agua. Esta última acaba por invadir la caverna y ya no puede 'ausar daños; salvo que nuevas contracciones formen, bajo esta agua, nuevas cavernas, el techo de las cuales podrá ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 259 más tarde derrumbarse y producir de nuevo los mismos fenómenos. Ligereza sería, por esa razón, afirmar que un volcán se puede apagar para siempre. Sin embargo, los volcanes situados en el interior de las tierras y « apagados desde hace siglos tienen más probabi- lidades de quedar definitivamente extintos, puesto que cuanto más larga sea la duración de la extinción, más probabilidades hay de que las comunicaciones de los cráte- res con las cavernas de contracción queden suprimidas. + * * Una última palabra respecto á las marejadas. Dije que los gases producidos por la introducción del agua en las 'avernas buscaban salidas, como sección de pasaje, para abrirse un libre curso. En estas condiciones, si una gran cantidad de estos ga- ses viene á ser expulsada en los fondos marinos, levanta, para libertarse, enormes masas de agua, provocando un desnivel momentáneo, suficiente aleunas veces, para tra- varse islas enteras, para inundar y destruir superficies enormes de regiones limítrofes, fenómenos éstos, á que se ha dado el nombre de mar ejadas. y ¡poor sol NARA e 5% loli En, eun, En e RdA pen EA Tue ad ed oil pom dd vdd de Pl ladonsy. elas; nociót oda col abr ol pri cl y E DP des 4d? NS miz ASA, CAD e Jan 2 pe Hot. EY Dios $ra l 9 aida Re RE , 1d gol, hs Adm 1 4c MAIS: Ay DUE 130, den: ANY Arg md AiO 4) AS Ñ SN ved j So ceal eL > Y pida | o 0 ¿aba resóh hal di PH 07 nia Ebo ia botar al JA rán, ON ¿20% 01 E 1) roji ¡MOI SUN Ñ pega Ur AGd E 07: XA ON ARA ¿N a ANT pedal: 498) e ada TOS e e E e EE all EA TE ES itñ fo Ae E O ; dd Adi ¿IS : y NE PAD el Mi AOS, AT ED ¿Sl e Moo, Hi AO tol Ma NAL tato as 5 AA unas pe A MEA J MIA SO AS, me A A TRA q LS s> j , 4 dl AAA QUITA e tl ARA AA 7 ye 8 ; 5 y Pe ' há d N A Se Pere" y i lo ) 1434 ás AN EA TN HUT AL ARA eE AE MRE n A Il 19 8 € | LITE ¡ y A LIRA ATA we 4 4 S A A e Res Pp, 10 OBRAS DE VEN o EN. DÁ 0 | A o e abdios de le Land de Medicina here + bal ¿ Higiene Pública, 3 tomo», La Flora. 00% ] Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- E logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- gía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memoria eos 5 sobre la Patología. y Antigiedades de la Is- la de Puerto Krico, por el Dr. Dumont. 3 Dedos por el Sr. toño y HTolina; Pat 0 logía y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del EE a alemán a el Dr. Finlay.. : | o +++ E | 1 3333 SS =SSSS=d Gran Experlencia de Mas de 50 años 2 enel Ramo do Solicitar Paten- tes de Inven- cion, Marcas de Comercio y Títulos de Propiedad Literaria en los Esta.- dos-Unidos y Países Extrangeros. Para mas informes véase la última página de lecturad cualquier ejemplar mensualde La América Cientifica e Industrial edicion en español del SCIENTIFIC AMERICAN,” 6 escríbase directamente y en español, si se quiere á los señores MUNN (QQ COMPANY 361 Broadway, Nueva York. == | Academia de Ciencias Médicas, [| FÍSICAS Y NATURALES | Le DE LA eS | — HABANA El REVISTA CIENTIFICA í ; : CONO - Pr. Jorge [;e-Roy. « Dr. Gustavo López | | DIRECTORHES: TOMO XLII ENERO - ABRIL. . 1906 , o IMPRENTA MILITAR MURALLA 40. CONDICIONES DE LA PUBLICACION: A rs é intereses brulesionales de asuntos históricos de - diversos ramos, 4c., de. ÓN s Los ANALES sostienen numcroso cange con publi AA caciones análogas del mundo entero. BOE E o ATISO 10 | Toda obra enviada á la redacción de los ANALES | .. será anunciada tres veces. «0 0 | Se suplica el cange. | | ES 0 Please exchange. z : ES Exchange $. V. P. pS 8 ANALES DE LA ÁcaA- Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN- crias Ménicas, Fí- AN SICAS Y NATURALES - Veuillez adresser les exchanges: [ PE La Habana, Ad : |. Cuba 84A Habana Please addres exchange to: , ACADEMIA DE CIENCÍAS DE LA MABANA 261 ID a a A a AE A LIBRARY NEw YORK BOTANICAL GAMDEN., a Acta de la sesión pública ordinaria del 12 de enero de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. . Académicos concurrentes.—De número: Dres. E. Acosta.—G. Alonso Cuadrado.—A. Bosque.—I. Calvo.—T. V. Coronado.—M. Delfín.—F. García Cañizares.—J. Le Roy.—J. A. Presno.—M. Ruiz Casabó.—E. Sa- ladrigas.—P. Valdés Ragués.—J. A Valdés Anciano. Leída el acta de la sesión anterior (22 de diciembre) fué aprobada. La Secretaría da cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las si- guientes comunicaciones: Entrada.—Del Secretario de la Facultad de Letras y Ciencias de la Universidad Nacional, participando ' que las conferencias de dicha facultad comenzarán el día 13 é invitando á la Academía á las mismas. De la Secretaría de Gobernación, escrito número 699 acerca de prepara- dos farmacéuticos. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo informe aproba- do en 24 de noviembre, acerca de las píldoras de Ratié. Al Dr. Manuel Delfín, nombrándole ponente para informar en causas del Juzgado del Norte, sobre fósforos y alcoholes. Entrando en la orden del día, se concede la palabra al Dr. Manuel Delfín que lee un informe, reconsiderando un acuerdo de esta Academia acerca de unos preparados del Dr. Bottino. Fué aprobado. En el uso de la palabra el mismo Dr. Delfín lee otro informe acerca de si los fósforos amorfos pueden inflamarse espontáneamente ó si es preciso frotarlos en su caja, interesado por el Juez de primera instancia del Norte á nombre del Sr. Juez de Holguín en causa sobre honorarios Dicho informe mereció aclaraciones del Dr. G. Alonso Cuadrado, y 262 | FOUNA LAS DO DA e LAIR de ) aceptados por el Dr. Delfín, se modificó en ese sentido el referido infor- me, que fué también aprobado. Continuando en el uso de la palabra lee otro informe, pedido por el mismo Juez acerca de si el ron de 18 6 19” se considera como materia inflamable. Dicho informe también fué aprobado. El Dr. Enrique Saladrigas ocupa la tribuna y da cuenta de dos obser- vaciones de enfermos del Hospital número 1, padeciendo uno de gono- hemia y otro de gonococcia, cuyos detalles refiere, así como las dudas diagnósticas por él formuladas en el caso grave de la gonococcia, donde hasta se llegó á formular los diagnósticos de muermo> y de fiebre tifoi- dea. Tal era el estado de gravedad que ofreció el paciente, con su alta temperatura, con su postración, con su estado semicomatoso, sus dolores vivos por todo el cuerpo, especialmente en las extremidades, etc., etc. El Dr. Delfín refiere después al caso de una niña de 5 años de edad, que presentaba los síntomas de un reumatismo articular agudo. Esta niña padecía de un flujo vulvar, que le llegó á determinar escoriaciones. Se supo más tarde que una criada de la casa estaba atacada de blenorra- gia y que se aseaba en el mismo receptáculo en que lo hacía la niña. Esto aclaró el diagnóstico verdadero, pues sólo se trataba de una infección sgonococcica, y la niña pudo curar, muy trabajosamente, pues su dolen- cia fué muy rebelde. Dá cuenta también de otro enfermo, que se vió en el Laboratorio de la Crónica y que lleno de abscesos, se pensó si se trataba de un caso de muermo. El Dr. Dávalos expresó su opinión contraria basada en el examen bacteriológico del pus. Se trataba de una infección gonococcica también. El Dr. Le-Roy recuerda que siendo Secretario de la Comisión de En- fermedades Infecciosas tuvo oportunidad de observar un caso, partici- pado á la Sanidad como sospechoso de muermo. Se trataba de una se- ñorita atacada, hacía tiempo, de fuertes dolores articulares, fiebre alta y algunos pequeños abscesos; recogido el pus de ellos se comprobó bac- teriológicamente que estaba constituido por cultivos casi puros del go- nococo de Neisser. Esta enferma murió. El Dr. Valdés Anciano, cita el caso del Dr. Laps, de Berlín, en que se trataba de lo mismo, habiendo presentado el enfermo síntomas de mie- litis. Dice que el tejido nervioso es muy preferido en esta clase de in- fecciones y que de ello pueden dar cuenta la porción de procesos de mielitis gonococcicas, cuyo conocimiento es hoy muy general. pa ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 263 > El Dr. Presno quiere que se establezca la diferencia en estos casos entre la gonococcia, que es una infección directamente determinada y constituyendo una enfermedad especial, y la gonohemia, donde se ob- servan en la sangre asociaciones diferentes con otros cocos del pus. El Dr. Santos Fernández explica cómo la infección especial de que se trata puede llegar á los ojos por la vía endógena, cuyos estudios fueron iniciados por Fournier. Después de algunas aclaraciones hechas por el Dr. Saladrigas se ter- minó asunto tan interesante. Usa después la palabra el Dr. Pedro Valdés Ragues, quien da cuenta de las aves rapaces que posée el Museo de la Academia, cuyos ejemplares enseña y describe, dando nota catalogada de todos ellos. El Sr. Presidente expone su gratitud al Sr. Valdés Ragués por el in- terés demostrado en todo cuanto tiene relación con nuestros museos, congratulándose una vez más del celo desplegado por su Conservador y felicitándose vivamente por la obra de restauración emprendida por el Dr. Valdés Ragués. Con lo que se dió por terminada la sesión pública constituyéndose la Academia en otra de Gobierno. 264 ANALES DE LA INFORME ACERCA DE LA RECONSIDERACIÓN DE OTRO APROBADO EN 10 DE NOVIEMBRE DE 1905 SOBRE PREPARADOS FARMACEUTICOS DEL DR. BOTTINO POR EL DR. MANUEL DELFIN (Sesión del 12 de enero de 1906) Por la Secretaría de Gobernación con fecha 23 de no- viembre del año último se dice 4 esta Academia lo que Sue. “Por la Junta Superior de Sanidad se dijo á este Cen- “tro con fecha 14 de julio último, entre otras cosas, lo “que sigue: La Junta Superior de Sanidad en sesión ce- “lebrada el día 22 de junio último, ha aprobado por una- “nimidad el siguiente informe presentado á la misma por “el Vocal Ponente Joaquín L. Jacobsen, y acordado ele- “var dicho informe d esa Secretaría como dictamen de la “Junta acerca de las preparaciones á que se refiere: Se- “for Jefe de Sanidad. Tengo el honor de informar á Vd. “sobre los preparados que el Sr. Bottino remite para su “examen: FEBRÍFUGO DE BOTTINO. Con un título llamativo “é inexacto presenta un producto que según la fórmula “contiene ácido arsenioso á dosis peligrosas y debe por “todos estos motivos rechazarse, BÁLSAMO CONTRA LA SOR- “DERA. Es un preparado por su fórmula inofensivo, por “su título constituye un engaño y debe rechazarse vomI- “TIVO DE BOTTINO. Diez centígramos de tártaro emético, “representa una dosis peligrosa para la venta pública de “tun preparado, creo que debe recomendarse al autor “que disminuya la cantidad de emético antes de presen- “tarlo al consumo. Lo que de orden del Sr. Secretario “transcribo 4 Vd. 4 fin de quese sirva reconsiderar su “acuerdo «probatorio del informe contenido en su atento “escrito número 60 de 14 del mes en curso; debiendo dar “cuenta con el resultado. De Vd. atentamente, GQ. Mora, “Jefe del Despacho: Rubricado:” A as ' “AM ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 265 A a EN En tal virtud entiende el ponente que la Academia de Ciencias debe contestar 4 la Junta de Sanidad en los si. guientes términos: La fórmula que contiene ácido arse- nioso no contiene esta substancia á dosis excesiva, pues- to que el autor del patente analizado dice que cada ápsula ha de contener un milígramo de ácido arsenioso; y sabido es que se puede injerir hasta cinco d seis milí- gramos de arsénico sin peligro alguno; ahora bien, las píl- doras de Chagres y otras preparaciones que contienen at- sénico no la contienen ¿4 dosis menores. Además la Junta de Sanidad no se ha fijado en que el ácido arsenioso va asociado al hierro formando segura- mente 'un arsenito de hierro, que no es soluble y por con- siguiente no es tóxico, puesto que CORPORA NON AGUT NISI SOLUTA. Si por título llamativo hemos de impedir la ven- ta de ciertos patentes, de seguro que raros serían los que escaparían, pues todos emplean títulos llamativos. En cuanto al bálsamo contra la sordera podemos afir- mar que no conducirá 4 ningún engaño, pues muchas personas con solo la glicerina pueden recobrar el sentido del oído, sobre todo si la sordera depende de algún exceso de cerúmen que se interponga entre el tímpano y el me- dio ambiente, y la tintura de castor es un desinfectante moderado que dará mayor eficacia al preparado, esto sin contar que la tintura de castor gozó de mucha boga en otros tiempos, para las afecciones del sistema nervioso, entre las cuales hay algunas que producen sordera transi- toria, sobre todo si no ha sufrido alteración el nervio auditivo. 266 ANALES DE LA INFORME ACERCA DE SI LAS CERILLAS 0 FOSFOROS DENOMINADOS AMORFOS PUEDEN INFLAMARSE ESPONTANEAMENTE, ETC, POR EL DR. MANUEL DELFIN (Sesión del 12 de enero de 1906) El Sr. Juez de primera instancia del Norte de la Haba- na dice 4 esta Academia con fecha 18 de diciembre de 1905 lo que sigue: “In este Juzgado se ha recibido un exhorto del de “igual clase de Holguín, librado en los autos de mayor “cuantía seguido por el Sr. Juan Castellanos contra “The “Cuba Company”, sobre indemnización de perjuicios, en el “que se interesa como prue ba de dicha Compañía, que se ¡inguiera de ese Centro, si las cerillas d fósforos de nom: “nados amorfos, pueden inflamarse espontáneamente, Ó si “por el contrario, es preciso, para ello, que se froten con “la lija Ó fósforo preparado exprofeso, que llevan al exte- “rior las cajitas. “Y en cumplimiento de lo solicitado por dicho Juzgado, “tengo el honor de dirigirá Vd. la presente, rogándole “que dentro del término de prueba que vencerá el día “veinte y cinco del entrante mes de enero de mil nove- “cientos seis, se sirva disponer se remita ¿ este Juzgado, “sito en la calle de los Oficios número cuatro, altos, el in- “forme interesado; sienificándole que de dicho exhorto no “constan otros particulares que los consienados.” Desde el punto de vista de la seguridad é Higiene pú- blica se dá el nombre de cerillas 4 fósforos amortfos, 4 los que están manufacturados con arreglo al tipo sueco, es de- . 0d a . . 3 , ¡ZA E ay (3 cir, al método industrial que además de emplear el fósfo- ro rojo 0 amorfo, que no es venenoso ni espontáneamente inflamable en condiciones ordinarias, esta sustancia no en- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2671 tra en la composición de la cabeza de la cerilla, Y como la cerilla no contiene fósforo, es evidente que nose puede inflamar. La cabeza de la cerilla está constituida por una mezcla oxidante compuesta por lo regular de clorato po- tásico y sulfuro de antimonio, unida á polvos inertes y á una capa alsladora de cola, parafina, azufre, ete., con ob- jeto de evitar los peligros de la explosión 4 consecuencia del choque. En estas cerillas, el fósforo amorfo en polvo, mezclado con polvo de cristal, se aplica en la superficie externa de las cajitas, sirviendo de lija al mismo tiempo que de ma- teria inflamable. Por lo tanto, la materia inflamable se halla en la superficie externa de la cajita, y la materia oxidante en la cabeza de la cerilla, y mientras no se pon- gan en contacto la cerilla con la lija inflamable, no hay pe- ligero alguno de explosión. Por otro lado, en las cerillas ó fósforos ordinarios, el fósforo blanco, que es venenoso y en condiciones especiales es espontáneamente inflamable, aun á la temperatura ordinaria, se halla mezclado con la materia oxidante en la misma cabeza de la cerilla. Así es que para nuestro objeto la principal diferencia entre una y otra clase de fósforos estriba en que los lla- mados amorfos no se pueden inflamar mientras no se fro- ten sobre la capa de fósforo y cristal que lleva una parte de la superficie externa de la caja; en tanto que los fósfo- ros ordinarios se inflaman cuando se frotan sobre cualquier superficie rugosa ó relativamente dura. Existe en el mercado otra clase de cerillas compuestas de fósforo amorfo que se halla mezclado con la mezcla oxidante en la misma cabeza; así es que aun cuando éstas no pueden ser espontáneamente inflamables ni venenosas por el fósforo, también se inflaman como los fósforos ordi- narios cuando se frotan sobre cualquiera superficie rugosa. Debemos advertir que como la masa de la cabeza de la cerilla tipo sueco se compone de clorato potásico, bicro- mato, bióxido de manganeso, ete., si la masa no está bien preparada ó no se halla mezclada con suficiente cantidad de materia inerte, puede dar lugar «¿ explosión por un choque ó frote más ó menos violento aunque no tienen fósforo. Pero como este caso es muy poco probable, 368 AÑATES DE LA puesto que el fabricante por la cuenta que le tiene ha de efectuar bien la mezcla y en las condiciones requeridas; podemos establecer las siguientes conclusiones, 1.2 Las cerillas llamadas amorfas, tipo sueco, no se pueden inflamar por la frotación accidental, porque no contienen fósforo. 2.2 La capa de la superficie frotante que contiene el fósforo amorfo no es espontáneamente inflamable, 3,2 La cerilla amorfa, tipo sueco, solo se inflama cuan- do se frota, aunque sea muy ligeramente sobre la superfi- cie de la caja que contiene la capa de fósforo amorfo. 4.2 Cuando estas cerillas amorfas están mal prepara- das, sobre todo si acompaña el azufre al clorato potásico, pueden dar lugar d explotar cuando se frotan con alguna violencia sobre un cuerpo duro aunque no tengan fósforo. 5.2 Las cerillas amorfas, tipo sueco, por el hecho de estar separado el fósforo de la masa oxidante, presentan mucha más seguridad, en igualdad de las demás circuns- tancias, que las cerillas ordinarias que contienen en la masa de la cabeza el fósforo y la mezcla oxidante. Dr. GasTÓN A. CUADRADO. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 269 Ps INFORME ACERCA DE SI EL RON DE 18 ¿19 GRADOS SE CONSIDERA COMO MATERIA INFLAMABLE POR EL DR. MANUEL DELFIN (Sesión del 12 de enero de 1906) El Sr. Presidente de esta Academia, con fecha 20 de diciembre último se sirve disponer que informe acerca del escrito remitido por el Sr. Juez de primera instancia del Norte de la Habana, de fecha 18 del mismo y que copia- do á la letra dice: “En este Juzgado se ha recibido un exhorto del de “igual clase de Holguín, librado en el cuaderno de prueba «de “The Cuba Company”, correspondiente al juicio de- “clarativo que le sigue el Sr. Juan Castellanos en cobro de “pesos por indemnización de daños y perjuicios, en cuyo “exhorto se interesa se inquiera de ese Centro si el ron de “18 4 19 grados se considera materia inflamable.” El ponente que suscribe estima que la Academia debe contestar lo que sigue: Que aunque el Juzgado no especifica de qué alcohó- metro son los grados 186 19 que tiene el ron ¿que se contrae en su comunicación, todos los alcohólicos son in- flamables; pero que cuando la graduación es muy baja, como la de referencia, se necesita que haya gran calor para que al desprenderse los vapores alcohólicos puedan inflamarse. El ambiente no basta para producir la infla- mación; pues si bastara también arderían los vinos, mu- chos de los cuales tienen hasta 20 grados. Que es cuanto tengo que informar. 270 ANALES DE LA A AA A e ” DOS CASOS CLINICOS DE GONOCOCCIA Y DE GÓNOHEMIA POR EL DR. ENRIQUE SALADRIGAS (Sesión del día 12 de enero de 1906). (1) (1) Nota de la Dirección.—Por no haber podido ob- tener del autor, los originales de este trabajo, no se pu- blica en este lugar. NU BM TRIOS MUS ES AVES RAPACES POR EL Dr. Pedro Valdés Ragués (Sesión del 12 de enero de 1906) Tengo el honor de exponer á la consideración de uste- des la colección de Aves Rapaces del Museo Indígena de esta Academia y el Catálogo que ¿ dicha colección co- rresponde, cumpliendo así la labor que en anterior sesión á esta, prometí, cuando al presentaros la colección y catá- logo de Mamíferos cubanos, les indiqué la conveniencia de publicar en los AyaLes de nuestra Corporación el Ca- tálogo de los ejemplares que constituyen las colecciones que forman dicho Museo Indígena para después ocupar- nos del mismo modo y con el mismo objeto, de las que se refieren al Museo Exótico, enriquecido hoy con la valiosa colección de Peces, donada por el Gobierno amigo de los Estados Unidos, gracias d la mediación del que fué (Go- hbernador General de Cuba, durante el período de inter- vención americana, General Leonard Wood, al que tam- bién debe el edificio en que actualmente - nos reunimos, pues sin su iniciativa y buena influencia es probable no se hubiera visto realizado el ideal del inolvidable Dr. Gutié- rrez y el de todos nosotros, de celebrar nuestras sesiones en un local ad hoc; aunque, desgraciadamente no nos ha sido posible hasta ahora conseguir el crédito suficiente para la edificación de la parte de este edificio que aun resta por construir, no contando con un departamento ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2041 para los Museos, que ostentan sus colecciones sin unidad y esparcidas en distintos lugares de este edificio, perjudi- cando así el conjunto de la exposición de los ejemplar es y su buena conservación. No obstante, yo espero que, en no lejano tiempo los Cuerpos Colegisladores y el Gobierno de la Nación proveerán de los recursos pecuniarios para la ter- minación del edificio de esta Academia, contribuyendo así al progreso material y embellecimiento de la población y al mayor auge de las Sociedades científicas que en todas las ciudades modernas son el exponente de la cultura social. De las Aves Rapaces de Cuba son sedentarias, es decir, anidan en esta Isla y en ella siempre permanecen: Vultur- aura, Aura Tiñosa, de la familia de las Vulturidae y de la de las Falconidae, lo son también el Polyborus Audubo- nt, Caraira; Regerhinus Wilsonít. Gavilán sonso, llamado en Bayamo Caguarero, porque se alimenta del caguaral (molusco ó caracol); Rostrhamus sociabilis, Gavilán cara- colero, porque se alimenta también de moluscos, impropia- mente llamado Guincho en la obra de La Sagra; Pandion carolinensis, verdadero Guincho, que á veces anida en los cayos de esta Isla y nombrado por algunos A guilá cu- bana; Hypomorplmus, Gundlacht, Batista, que vive en los manglar es y se alimenta principalmente de crustáceos; Buteo Bortalís, que vive en las lomas y se acerca á las fincas de campo, en donde es perjudicial porque da caza, á las aves domésticas, aunque se considera útil para los que usan su carne como alimento; Buteo pennsylvantens, útil al hombre porque le sirve de alimento y destruye los reptiles y se le llama vulgarmente Falcón óÓ Gavilán; Acel piúter GFundlacht, es el Astur Cooperít, de Lembeye, nom- brado Gavilán; aunque alwo raro, es perjudicial porque ataca con rigor á las pequeñas aves; Accipiter r fringilloides, sin nombre vulgar propio, la especie más chica de nues- tras rapaces diurnas y muy rara entre nosotros, es ade- más, poco perjudicial; Tinnunculus dominicensis, Cerni- calo, muy común en los terrenos desmontados, traido dá nuestros lugares simplemente por curiosidad, ni dañino ni útil y que presenta variedades en su colorido. En la familia de las Strigidae, ó Rapaces nocturnas, son se- dentarias; el Otus siguapa, vulgo Siguapa, observado al Oes- 272 ANALES DE“LA te de nuestra Isla; Glaucidium siju, Sijú platanero; Gymno- gtama nudipes, Cotunto ó Sijú cuco, llamado así por su voz que repite la sílaba cú; Stríx furcata, Lechuza, útil porque destruye reptiles y ratones; aunque suele ser perjudicial si ataca d las aves pequeñas. El vulgo le atribuye á su presencia mal agúero y es de voracidad, como lo prueba el siguiente hecho que hemos presenciado: encerrados dos machos, un adulto y un joven, en una jaula, el más pequeño amaneció devorado totalmente por el mayor. ln nuestra colección se encuentra un ejemplar de lechuza en actitud de atacar dá un Ofidio. De las Rapaces de paso, que llegan á Cuba en determi- nados meses están: Pandion carolinensis, Guincho, de paso en setiembre, y que, d veces, es sedentario, como ya he- mos dicho anteriormente; Olreus hudsontus, Gavilán, de paso en los meses de nuestro templado invierno; Nancle- rus furcatus, sin nombre vulgar, que visita accidentalmen- te nuestra Isla y entonces se presenta en manadas que se pasan sobre las lagunas de la costa Norte, desde Cárdenas hasta el Mariel; Falco anatum, Halcón de patos, que lleg: á las costas cubanas con los patos que persigue, durante los meses invernales; Hypotriorchis columbartus, Falconá- to, de paso, raras veces, durante el invierno. De la familia Str2gidae, nocturnas, sólo es de paso acci- dental en Cuba, observado sólo al Oeste de Cuba de di- ciembre 4 marzo: el Brachyotus Oassint, del que dice Grund- lach en su obra de “Ornitología Cubana” que carece de nombre vulgar, pero denominada Cárabo, por Lembeye en su obra “Aves de Cuba.” Este nombre Cárabo que se dá ú la especie ha sido aceptado por la mayoría de los autores de “Ornitología Cubana.” De las especies citadas propiamente son cubanas un Falcónido, el Cernícalo, Zinnunculus domintcensís y dos Strigidos, Otus siguapa y Glaucidíum sia, Sijú platanero, del que dice Gundlach que no se encuentra en ninguna otra Antilla ni tampoco en el Continente. El Gavilán sonso 4 Caguarero, llamado también enano y azul, fué descubierto por Tayler y descrito por Casson en 1847. Es el Regerhinus Wilsontí, que el Sr. F. Poey de- signaba en 1848 con el nombre de Cymindis cayennensos, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA TS Otras especies habitan ambos continentes americanos, como el Aura y la Caraira, nombres tomados, según D'Orbigny, en Sagra, del idioma de los indios guaranies ó bien proceden del Norte América, como el Falco ana- tum 6 Halcón de patos y aun de la América del Sur, de donde se cree procedió la Caraira y como dice muy bien el Sr. D'Orbigny, ya citado: ¿No es curioso el ver dos de estas especies venir del Norte mientras que las otras tres viniendo del Sur hacen otro tanto? Tal circunstancia hace de esta Isla como el punto de contacto de dos zoolo- otas distintas, por decirlo así, que se detienen en las Anti- las, sin pasar al continente opuesto al de donde proceden. Una especie procedente de Norte América merece es- pecial mención, es el Falco anatum, Halcón de patos, que es- oíúm Audubon era muy poco conocido en los Estados Uni- dos hace algunos años y hoy es más abundante, siendo esta especie la conocida que Lembeye señala como el Halcón empleado para la caza hace algunos siglos; mas Gundlach dice no ser la misma especie. Consta la colección de Aves Rapaces 0 Accipitres de nuestro Museo Indígena de 41 ejemplares que correspon- den á 20 especies de las familias Vulturidae, Falconidae y Strigidae, de las que sólo tres son según la autorizada opinión del Dr. Gundlach, cubanas, siendo las restantes sedentarias ó de paso accidental en nuestra Isla. Todos estos ejemplare es se encuentran en buen estado de conser- vación y tienen la clasificación y orden numérico del au- tor de tan importantes trabajos de taxidermia, el doctor Gundlach, á quien debe esta Academia la donación de la valiosa colección de Aves que ostenta en sus Museos. El Catálogo que ponemos á continuación está conforme con la obra de “Ornitología Cubana” publicada por el citado Dr. Gundlach en los Awares de esta Academia, pues los ejemplares están clasificados según los principios establecidos en dicha obra, por el mismo autor y donante de los mencionados ejemplares, al que debemos grato re- cuerdo todos los que en nuestra patria nos interesamos por su progreso científico y particularmente por el ade- lanto de las Ciencias que, á la verdad, pocos admiradores cuenta en nuestra naciente República. ANALES DE LA 167 an "IVLO L, I í T aro or rro | OOOO “ae¡duofoun IRBOTISPIO US 073 |0P?O9€ C A o BEATA «BIBI "XLS » 61 ce £t8 Z “=""oyungo)) “oono nítg "sSOdTIPpaN "XNBISOUUIÁL) » 8T |ESÁZETE. € meo toueye ld nirs nfs MINTProneTO » 21 De 1 SR o RIA) "¡TUISSBO) "SUJOAYOBIH A 90 1627 48z Z ASAS AR ABN '"vdensIg "sn10 '9BPISILIS C LE-P 61 6 Icod E ems ss" OBOTULO) "SISUYITUTULO (J "SO M9UN UU Y, » FI ST 1 Me as o COSO A El 'SNTIBQUIN]O() "SIOLOLGOdÁA JH » €T a A es “"soged 9p UP | "Unqeuy “ODIRA » Z QA ST De at ATA TTA BIO) "SN9B0 IO A "SNIOTONEBN » TT ep) Y q AA | 'sAILOSPNH “SADO a OI A A o a E RITA BE) || “IUY9B]PUNL) “19d Y » 6 eTÁAGT Z A AO EL E "SOPLO[[LS UTAH “oyidro9 y » 8 TILA OT Z e ARE) "SODIUBAJÁSUUO J "09mM4 » Js 6 Á4A8 Z A OB BB TLO) “ST[BO9LO E '09MY » 9 D ET A e | "pe ]pun+) “snuy diowmodÁ y » G y) ET E OTTO LO) | "SISUQUT[OAB() “UOLPUR J » + CAP | € “O JO]O00BIB) UBTIABA) "ST|[IBIDOS “SU LUBIUISOH » e e I mestir*o08U0S UBIIABL) || "TTUOSTIA “SNUTYIO IO » G G le T A E "RUBIA BO | “nuoqnpa y "snioqÁ [od “9BPTUOD]E 4 T 1 (>: a RS OUT EDI Biny | "SOJIBUILO) *9BPLIDADA U9pap | UDtO Eos) sosejdwaf; AVOTAA AUIAMNON || AIOAdSsa | OJYANIO | VITII TI OETITAN | | SETLDIAELODONYE SIE CE 7 5) SIN ASIN O SOTA TEE AAA SORA LL A a OE Sa YN ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 215 INFORME DEL TRABAJO DEL DR. BAKER SOBRE ALGUNAS HIPPELATES CUBANAS POR EL s Dr. Gaston Alonso Cuadrado (Sesión de Gobierno del 12de enero de 1906) Sres. Académicos: El Dr. Santos Fernández remitió al Dr. Baker profesor de la Estación Experimental de San- tiago de las Vegas, unos insectos que en opinión del doc- tor. Santos contr ribuy en á la propagación de oftalmias tan frecuentes en Cuba. El Profesor Baker trasladó al Bu- reau de Entomología del Departamento de Agricultura de Washington los insectos de referencia para que fueran clasificados. El Dr. Howard, Jefe de la Oficina, con la diligencia y amabilidad que caracteriza á los funcionarios del Gobierno americano, contestó 4 Mr. Baker y éste profesor remitió la carta al Dr. Santos, acompañando también otra explica- tiva que se adjunta á esta comunicación en copia. Desde el punto de vista de la Entomología cubana este estudio provocado por el Dr. Santos Fer nández, es de eran interés pues despierta la afición á investigaciones que son de mucha importancia no sólo para la salud de los hombres y de los animales, sino también de las plantas, porque del orden de los insectos dependen en muchas ocasiones las cosechas á causa de las enfermedades que producen ó trasmiten á los vegetales. Y hemos de agra- decer á los Profesores de la Escuela Agronómica el inte- rés que muestran por el progreso científico de la Re- pública. La traducción de la carta de Mr. Howard es como si- gue: Washington, noviembre 20 de 1905.—Estimado Mr. Baker: Contestando su grata del 20 me apresuro á decirle que los insectos enviados por el Dr. Santos Fer- nández y que tienen relación con las enfermedades de los ojos han sido determinados por nuestros especialistas, / a , a 276 ANALES DE LA Las moscas diminutas que penetran en los ojos compren- den cinco especies pertenecientes á cuatro familias dife- rentes. Mr. Coquillet informa que ha encontrado en ellas 98 siguientes familias: FAMILIA. DE LOS “OSCINIDAE” Hippelates bicolor, Coquillet. Este insecto se ha des- erito primero como procedente de la Florida. Sigaloessa retieulata Loew. Esta especie se encuentre: en la Florida y en la isla de San Vicente. FAMILIA DE LOS “PHORIDAE” Aphiochaeta sp. Danosa. Algunas especies se encuen- tran en la isla de San Vice or pero no se les conoce en Cuba. FAMILIA DE LOS “CHIRONOMIDAE” Ceratopoyon, especie (dañosa) Las especies del último género pueden morder. Otra especie (de Thysanopteros) incluida en este lote y que cuando vuela puede penetrar en los ojos, ha sido de- terminada por Mr. Pergande como una especie de Ldo- thríps que probablemente es nueva. He enviado ejem- plares al doctor Hinds de esta Oficina que ha publicado el Boletín más reciente que trata de la clasificación de los insectos perjudiciales y si recibo alguna otra determina- ción de la especie estudiada por Mr. Pei ande se la co- municaré á usted. Es digno de hacer observar que estas pequeñas mos- quitas son conocidas en Cuba con el nombre de guasasas. Las especies americanas de Hippelates se ha afirmado en diferentes ocasiones que producen la forma de oftalmia conocida en los Estados Unidos del Sur con el nombre de Pinkeye y que prevalece sobre todo en los niños de las escuelas. Usted encontrará referencia de esta acción po- sible de los Hippelates en los trabajos que tratan de la Vida de los Insectos y que yo he publicado varias veces, especialmente en una extensa Memoria que escribí sobre la “Fauna de los Insectos del Excremento Humano” (In- sect Fauna of Human Excrement), de cuyo trabajo creo —k ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA A que Vd. tiene un ejemplar. No tengo conocimiento, sin embargo, de que se haya hecho ningun experimento res- ¿pecto á este asunto. En los Estados del Sur, estas mosquitas revolotean cons- tantemente alrededor de los animales y de los niños que padecen ceguera.—Muy atentamente de Vd., L. O. Ho- WARD, Jefe de la Oficina de Entomología. Mr. Baker presenta 4 la Academia, además, una LISTA DE Los HIPPELATES DE CUBA FAMILIA “OSCINIDAE” Género H tii 1. Bicolor Coquillet. Journal N. Y. Entoological So- ciety VL 48. Primero descrito como procedente “de Lake Worth, Florida, y después encontrada en New Jersey por Smith. Ahora encontrada en Cuba por el Dr. Santos Fernández. 2. Convexus Loew. Century VI, 94. Primero citado como procedente de Cuba, pero después encontrada-en la Florida, México y Puerto Rico. Coquillet hace observar que ha encontrado estos insectos en la caña de azúcar en la Florida. 3. Dorsalis Loew. Cent. VI. 75. Primero descrito .como procedente de Cuba, pero después encontrado en San Vicente. 4. Flavipes Loew. Cent. VII 95. Conocido primero como procedente de Cuba y encontrado luego. en New. Hampire, New Jersey, Florida, Puerto Rico y San Vicen- te. Howard en Proc. Wor. Acad. Sci. IL 590, pl XXXL p. l trata de esta especie como encontrada en el excre- mento humano, y quizás como sirviendo de trasmisor de los gérmenes á la herida descubierta, envenenando la sangre. 5. Pallidus Loew. Cent. VL 93. Primero descrito como procedente de Cuba. Existen otras especies en la Florida y en las Antillas y que se encuentran seguramente en Cuba cuando se ob- tenga mayor colección de especies. | A propósito de este asunto, Mr. E. A, Schwarz ha pu- 278 ANALES DE LA blicado un trabajo titulado: The Mippelates Plague in Florida” que acompaña á4 la comunicación que Mr. Baker dirige al Sr. Presidente de la Academia. Los primeros estados de desarrollo del género Hippe- lates no se conocen. La historia natural de las larvas de otros géneros de Oscinidae muestran que la mayoría de ellas se alimentan de los tallos de las gramineas. Otras larvas se alimentan en los tallos de las plantas en descom- posición, de las frutas mordidas por gusanos y bajo. la corteza de los ¿rboles seculares, y así Mr. Marlatt indica que la predilección que tienen esos insectos por la hume- dad de los ojos y de las heridas, indica que la larva, es saprófaga en sus hábitos y puede encontrarse, por consi- cuiente, en las plantas descompuestas. También presenta Mr. Baker á la Academia una mo- nografía de la clasificación de los Siphonapteros de América. El estudio del grupo de los Siphonapteros por el Pro- fesor Baker, llena una necesidad científica de gran alcance y sienificación, porque en dicho grupo existen numerosas especies cuya evolución, caracteres y costumbres son poco conocidas. Il estudio de Mr. Baker es como una preparación pre- liminar con objeto de incluir en su clasificación los mate- riales que han de aportar los numerosos estudiantes que se dedican á las investigaciones sobre este grupo. En otro trabajo anterior ya había llamado la atención de que por lo general las pulgas de las ratas de los trópicos se relacionan mucho más con la pulga de los seres humanos que en la zona templada. Tiraboschi en su monografía de la relación de las ratas con la peste bubónica no se de- tiene en este hecho que Mr. Baker considera de mucha importancia. La aparición de la plaga en Mazatlán y en Chile, así como la relación entre el mosquito y la fiebre amarilla, son datos suficientes para demostrar la: importan- cta de mp investigaciones; con mayor motivo cuanto que el Dr. Carrasquilla, de Bogotá, ha encontrado el baci- lo de Hansen en el contenido intestinal de las pulgas, presentándose naturalmente el problema de si éstas son los agentes de comunicación de la lepra. En conformi- e >] ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 279 dad con esta idea Mr. Baker recomienda el estudio de una eran cantidad de pulgas de las ratas en los puertos de los trópicos, así como las de los seres humanos, gatos y pe- rros de los mismos lugares, y Mr. Baker ofrece sus servi- cios y voluntad para trabajar en este orden de conoci- mientos con cualquiera que solicite sus servicios, simultá- neamente con el trabajo bacteriológico. Esas colecciones de insectos pueden servir al bacterio- lógico para una base acerca de los estudios de la trasmisión de las enfer medades. Si una pulga abandona 4 una rata enferma y acude á la piel de una persona, este hecho me- rece ser” estudíado con detenimiento, así como las pulgas de-especies” comunes de Cuba que viven sobre los mise- rables perros vagabundos que abundan en la ciudad. No sería concluy ente el hecho de observar sangre seca en el rostrum de una, para deducir que se haya introducido un bacilo en el canal intestinal; pero aun si se demuestra que no es probable este medio de contagio, siempre es de mucha importancia buscar toda clase de hechos que se relacionen con este asunto. Nos complacemos en presentar los estudios de Mr. Ba- ker, al mismo tiempo que informar 4 la Academia del valioso Concurso que ofrece naturalista tan distinguido, en la firme persuasión de que los Sres. Académicos han de aceptar gustosos nuestros deseos de que se le nombre Académico corresponsal, 280 ANALES DE LA Acta de la sesión pública ordinaria del 26 de enero de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número.—Dres. E. Acosta.—J. P. Ala- cán.—I. Calvo.—T. V. Coronado.—M. Delfín.—J. Le-Roy. —F. Paradela.— E. Saladrigas.—M. Ruiz Casabó.—P. Valdés Ragués. Leida el acta de la sesión anterior (12 de enero) fué aprobada. La Secretaría dá cuenta del movimiento de la Biblioteca, y de las si- guientes comunicaciones: De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio. número 9.652, remitienao expediente sobre patente de invención por un aparato eléc- trico. . Del Dr. Carlos Moya, excusando su ausencia de la sesión por motivo de enfermedad. Salida.—A la Secretaria de Gobernación, remitiendo informe sobre preparados farmacéuticos. A la misma, contestando su comuncación número 699, sobre prepa- rados farmacéuticos. Al Sr. Juez de Primera Instancia del Distrito Norte, remitiendo infor- me aprobado en 12 de enero. relativo á alcoholes. A la misma, id., id., id., sobre fósforos amorfos. El Sr. Presidente concede la palabra: al Dr, Jose P. Alacán, quien dá lectura á un INFORME ACERCA DE MEDICAMENTOS, interesado por la Secretaría de Gobernación y presentados á aquella por el Dr. E. Sa- rrá. Dicho informe fué aprobado. El Dr. Manuel Delfín hace una comunicación oral, que titula NOTA CLINICA, acerca de los niños que asiste actualmente. Trata sobre las malas condiciones higiénicas de la alimentación infantil, que creando verdaderas intoxicaciones intestinales, dá lugar á manifestaciones supu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 281 rativas por la piel y las mucosas sin contar con los fenómenos de infec- ción intestinal, entero-colitis, etc., que originan graves perturbaciones del aparato digestivo y cuyas víctimas acusa de manera bien manifiesta la estadística. Se ocupa también de las otitis supuradas, afectos de la piel y adenitis. | El Dr. Ruiz Casabó usa de la palabra para felicitar al Dr. Delfín por tan instructiva comunicación, exponiendo enseguida que ha visto pot- ción de casos análogos. Dice que es una verdad inconcusa, que el niño bien alimentado, bien nutrido, no tiene, ni ofrece nada, que le estorbe» ni le procure daño en la piel, ni en sus mucosas, ni supuraciones de oi- dos. Que esos accidentes se observan en los que están impropiamente ó mal alimentados, lo cual evidencia que se deben á fermentaciones de la digestión. Lo mismo opina y piensa respecto á las llamadas mani- testaciones escrofulosas de los niños. El Dr. Santos Fernández puede decir con respecto á estas manifesta- ciones escrofulosas, que él nunca ha estampado los diagnosticos de con- juntivitis ó de keratitis, seguido del calificativo escrofuloso, y no hay ninguna obra moderna en donde se vean tales diagnósticos. El Dr. Coronado pide la palabra, y concedida por la Presidencia, dá cuenta de su cría de Stegomyias (Mosquitos), de los cuales ya tiene nietos, sin estar infectados, naturalmente. Los pone á disposición de los seño- res Académicos, brindándolos especialmente al Dr. Delfín, para con ellos hacer picar á los niños atacados de dengue, haciendo así las experiencias de que se habló en una de nuestras últimas sesiones. Dice que las Stoge- myias, sin alimentarse, pueden vivir hasta cuarenta días. Cuando tienen agua, y alimentos, pueden vivir hasta 60 dias. Dice que se fecundan acabadas de nacer, y las hembras fecundadas no ponen huevos hasta después de picar sangre fresca, porque parece que solo entonces, en- cuentran las condiciones de aovación apropiadas. Una sola hembra pone ciento ochenta huevos por término medio. El Dr. Santos Fernández hace presente al Dr. Coronado lo que agrade- ce el brindis que hace á la Academia y hace notar que, á ser posible, de- biéramos esforzarnos en que en nuestros Museos tuviéramos un ejem- plar de cada una variedad de nuestros mosquitos. Se dirije al Dr. Val- dés Ragués, como Conservador de los Museos, á fin de interesarle en este sentido. El Dr. Gustavo López lee un IMFORME anunciade acerca de la obra “Patolovía de las Enfermedades Epilépticas.” Analiza uno por uno, cada g 1 282 ANALES DE LA capítulo de la obra valorizándolos oportunamente y deduciendo que la obra en su csajunto no encierra nada nuevo, bueno, ni digno de ser tomad> en consideración; y prop»ne que la Academia no conteste la petición del autor para no tenerle que manifestar su juicio tan desfavora- ble, lamentando muy mucho que dicho señor aparezca al frente de una clínica psicoterápica, que aunque en otro país, no por eso dejará de ser perjudicial á los que á ella se acojan. Y no habiendo más de qué tratar se dió por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LÁ HABANA 283 INFORME SOBRE MEDICAMENTOS . POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 26 de enero de 1906) Se refiere á los siguientes: Vino de Ribot; jarabe y pasta Vidó; glóbulos, bálsamo y ampollas. Bories, presentados todos por el Dr. Ernesto Sarrá. Este informe fué aprobado. NOTA CLINICA POR EL DR. MANUEL DELFIN (Sesión del 26 de enero de 1906) No pretendo con la nota que os voy ¿4 leer hacer un rectamo, sino deciros mis impresiones sobre asuntos que todos Vds. conocen mejor que yo. He hecho el resumen de un semestre del año 1905 de mi consulta particular. No incluyo en esta nota los niños del Dispensario “La Caridad”; solo me contraigo en ella á cuatro afecciones: afecciones intestinales, es decir, ente- ritis, fiebre de infección intestinal, otitis supuradas, afec- tos de la piel y adenitis. Los meses son: Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto y Septiembre. En Abril tuve 65 consultas. 18 de menos de un año, incluyendo los de un año. 30 de más de un año hasta 5 años inclusive. 9 de más de 5 hasta 12 años. El resto de más de 12 años. En Mayo tuve 104 consultas. 284 ANALES DE LA 52 de 0 ¿ un año inclusive. 41 de l ¿4 5 años inclusive. 4 de más de 5 4 12 años. El resto de más de 12 años. En Junio tuve 99 consultas. 33 de 0 4 l año inclusive. 37 de l 45 años inclusive. 14 de 5 4 12 años. El resto de más de 12 años. En Julio tuve 211 consultas. 39 de VU á l año inclusive. Tí de 1 4 5 años inclusive. 8 de 5 4 12 años. El resto de más de 12 años. En Agosto tuve 122 consultas. 54 de0 dá l año inclusive. 54 de l 4 5 años inclusive. 14 de 5 á 12 años. El resto de más de 12 años. En Septiembre tuve 189 consultas. 40 de 0 4 l año inclusive. 60 de l á 5 añosinclusive. 9 de 5 4 12 años. El resto de más de 12 años. En ese lapso de tiempo he visto, pues, 790 niños. Poco importa á los fines de esta nota que yo vea 190 niños; lo importante son las enfermedades que he visto: Afecciones intestinales (enteritis, diarreas, infec- GlOnes INtesanales Jo sa a ea a a sele Ei e 23% SA EY A 6 Afecciones de la piel de orígen intestinal. ...... 60 Adenitis de orfeen Imtestinal. E 15 Otras enfermedades (parálisis, afecciones pulmo- OS A A E 0 O: 305 Las consultas tienen el inconveniente de que no se puede saber el resultado del tratamiento. Pero sí puedo aseguraros que los que mueren pueden ser anotados, no así los que se van « ver con otros compañeros ó los que curan. ACADEMIA DE CIENCIAS. DE LA HABANA 285 En un 98 por ciento puedo aseguraros el resultado. Todos Vdes. conocen mi manera de considerar un eran número de afecciones de las mucosas, de la piel y de los ganglios. Las afecciones de la piel del niño tienen siempre por causa una infección intestinal, llímense. excemas ó fo- runculosis. Estas afecciones puede ser bacterianas ó hu- morales 0 toxínicas. Cuando es la forunculosis suele ha- llarse en el forúnculo el germen que por la sangre llega hasta la piel, ete. Los alemanes aceptan la teoría humoral y otros la mi- crobiana. Una no halló microbios en las vesículas. Yo creo que hay que aceptar una teoría mixta. Esta tiene su aplicación á las otitis y á las denitis. 286 ' AÑALES DE LA DR AM INFORME ACERCA DE LA OBRA “PATOLOGIA DE LAS ENFERMEDADES EPILECTICAS Y MENTALES CON UN ESTUDIO DEL HOMBRE EN SU MODO DE SER FISICO-MORAL” POR IGNACIO RIBERA BAYLINA. POR EL Dr. Gustavo López (Sesión del 26 de enero de 1906) En atento escrito de 20 de julio del año 1905 se ha ser- vido remitirnos, su obra sobre “Patología de las enferme- dades epilépticas y mentales con un estudio del hombre en su modo de ser físico-moral”, el Dr. Ignacio Rivera y Baylina, interesando de nosotros que emitamos juicio sobre la misma. La Presidencia de esta Corporación conociendo nues- tros estudios especiales acerca de estos asuntos, se sirvió encomendarnos tal tarea. Y nosotros, que estuvimos muy ocupados con otros trabajos profesionales nos vimos obli- gados, muy 4 pesar nuestro, € aplazar el cumplimiento de este mandato. Más tarde, tuvimos otra vez que aplazar- lo por la verdadera dificultad que en la obra misma en- contrábamos, pues realmente, señores, no nos sentíamos con fuerzas bastantes, para llevar 4 término su lectura. Sí, señores, no podeis pensar lo trabajoso que nos ha sido esto, por tratarse primero que nada, de una obra muy personal y muy rara. Muy personal, porque todo lo allí expuesto es propio y exclusivo del autor. Elno ha toma- do para ella ni una palabra, de las muchas obras, folletos y periódicos que se han escrito acerca de esas materias en estos últimos tiempos, No cita ni una sola vez, opinión alguna que venga ó que pueda venir á robustecer su cri- terio 6 sus afirmaciones. No toma de nadie opinión sobre bineún motivo, Ñ ni siquie ra tiene que tomar el tratamien- to que han segido ó podido seguir, los prácticos que le han prec edido. Todo lo expuesto en su obra le es exclusivamente pe- culiar, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 287 Comienza por tener un plan muy original. Después de un corto prólogo, titulado “La Epilepsia”, donde anuncia cosas que no se ven, trata en su cap. 1.2 del ser psíquico y en esta parte habla pero muy rara y originalmente, de cómo se forma y engrandece el espíritu, y cuando uno termina de leerlo, se tiene que preguntar: ¿qué es lo que ha dicho el autor? En el cap. 2.? trata de la vida y de la muerte, hablando cómo se enferma y cómo muere el hombre, para concluír afirmando que 23 hay vida, ni hay muerte. En el cap. 3.? trata del “Hipnotismo, magnetismo y su- gestión”, confundiendo lastimosa y repetidamente estos términos. De la sugestión se permite exponer: La sugestión es una condición esencialmente propia del espiritu; su origen, está en la creación del todo universal; y lo que nos sorprende y llamamos fenómenos, son manifesta- ciones naturales de su propia condición. El fenómeno suges- tivo es tan continuo en la vida del espiritu, como el. palpitar del corazón de la vida del hombre; y así como puede ser al- terado el corazón en su marcha regular, también puede serlo el espiritu 4 su vez; de cuyos efectos nos apercibimos según su magnitud. le 1 Estas alteraciones pueden ser tantas como las cansas que pueden motivarlas, y sus efectos pueden producir una varte- dad de fenómenos que es preciso conocer perfectamente las Funciones del ser psíquico, para determinarlas y corregirlas hasta lo posible. La ciencia médica, por la autopsia del cuerpo, ha podido clasificar su organismo, y calcular las funciones de cada uno de sus órganos; y por la irregularidad en su funciona- miento, divanosticar la enfermedad. El: estudio de los varios componentes del espiritu, nos hará también conocer su funcionamiento; y por consiguiente podremos observar, los desarreglos ú que está sujeto, y por éstos, el modo de tratar la enfermedad que de ellos haya so- brevenido. Cuando una persona se siente afectada de una enferme- dad, podemos suponer que existe un desequilibrio en su or- ganismo el cual ha de ser producido forzosamente por la presencia de un cuerpo extraño introducido en la parte 288 ANALES DE LA afectada, produciendo un fenómeno relativo á la causa que lo motiva y que llamamos enfermedad. Dicho cuerpo extraño ha debido penetrar en el punto afectado, obedeciendo á una ley de absorción; y por la misma, debe absorber el cuerpo humano las sustancias que le son necesarias para producir dicha enferdad. El sér psiquico en su modo de ser, no es de otra condi- ción; y la ley que para el cuerpo conocemos como de absor- ción para el espiritu, es la ley de la sugestión; por la cual absorbe todas las ideas que le son transmitidas por.los varios medios que el espiritu está dotado. El conjunto de ideas que forman la entidad espiritu, son otras tantas sugyestiones, gradualmente recibidas 4 contínua- ción de su vida espiritual, al igual que el cuerpo recibe en su vida corporal el conjunto de átomos que han de formarlo; gravitando ambas sustancias, tanto las del espiritu, como las del cuerpo, buscando su afinidad, repeliendo las que por ha- ber sufrido cierto grado de modificación no le son necesarías. El cuerpo se transforma continuamente en sus sustan- cias, no poseyendo hoy cierta parte de lo que poseía ayer; y el espiritu se transforma en sus ideas, no quedándole re- cuerdo en una época, de lo que recordaba perfectamente en otra, que por su condición esencial de sugestionabilidad absorve de las que están 4 su alcance. Hablando de la influencia del ser psíquico, sobre la vida humana, dice La fuerza fisica que llamamos magnética, es para el es- pirita, la voluntad; cuyas propiedades atractivas se notan en toda la creación, siempre relativas 4 los componentes que la desarrollan, variando en los grados que las personas he- mos podido clasificar. El desprendimiento y la ambición son manifestaciones que nos han servido para clasificar al hombre, no siendo otra cosa que una condición necesaria para su continua mo- dificación. Si quitamos la voluntad en el hombre, no tendrá ambr- ción; y sín ambición, no hay O material ni intelec- tual. Esta condición es universal, y en cada cuerpo, según siendo en el hombre donde la podemos mejor , apreciar, por formar parte integra de él. Sil modo de ser ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 289 Hablando en el mismo capítulo de la influencia del cuerpo sobre el espíritu, se lee lo siguiente: El cuerpo también ú4su vez, tiene participación en las ideas que han de modificar al sér psiquico; no siendo del todo desprovista de fundamento la opinión de varas personas que han considerado ser el cerebro el centro de todos los pen- samientos; y que según la poca ó mucha sustancia yris, pue- de haber más 6 menos fecundidad de ideas. Esta opinión, tiene su fondo de verdad, aunque no lo tenga en absoluto; pues hay un distingo, que es precisamen- te lo que deseamos poner en claro, para podernos explicar la serie de fenómenos que nos sorprenden, sín poder dar con una satisfactoria solución. Las ideas no pueden ser producidas por el cerebro, no siendo dicho órgano, de una sustancia intelectual; si, las re- eibe y las ordena; él no puede concebir por st mismo, lo que no está esencialmente en él, pero tiene sw participación di- recta que procuraremos demostrar. Las ideas 6 impresiones las recibe el ser psiquico por conducto de los sentidos corporales, permaneciendo en el. ce- rebro donde quedan impresas y en continuo gravitar, -hasta que por su afinidad en el conjunto de las que forman la:en- tidad espiritu, éste se las apropta. Son las funciones del cerebro con las ideas, lo que el estó- mago con los alimentos que los destila, para distribuir las sustancias que han de alimentar los demás órganos; las ideas permanecen en el cerebro, condensándose paulatina- mente; esta operación es tanto más larga, cuanto menos af nidad hay en las ya existentes en el espiritu. ¡Son más 6 menos bien condensadas, según las buenas condiciones sus- tanciates del cerebro, órgano encargado de dicha operación: como el estómago digiere mejor, según las sustancias que lo componen. Puede una idea gravitar por el cerebro sín adhe- rirse al espiritu, por un tiempo indeterminado, y hasta no adherirse jamás, quedando gravitando continuamente Ó ser por completo rechazada; no sucediendo igual, á las que por su condición de afinidad llegan al espiritu donde se unen para formar parte esencial de él. Este fenómeno sucede ú las ideas quedeben ser ó no trans- mitidas al espiritu. por conducto del cerebro, 290 ANALES DE LA Decimos esto, porque las hay que las recibe el cerebro, siendo espelidas del mismo, sín haberse adaptado en el espí- rítu por no ser de su condición. No sucediendo igual, á las que el espiritu recibe directamente sín dicha intervención; pues éstas son adheridas ú él forzosamente, causando un efecto en relación ú la afinidad de las ya existentes. Cuando el cerebro recibe una nueva idea, sí ésta no for- ma parte ya del ser psiquico, queda en él, en calidad de duda y según el grado de disonanciía con las ya existentes, ha de gravitar más 6 menos tiempo por dicha cabidad cere- bral, pasando desde allí una vez condensadas ú formar parte por asimilación ú la entidad espiritu; y sí por sus condiciones eterogéneas no puede asociarse, es gradualmente espelida. del cerebro, y por lo tanto olvidada. De estas com- binaciones del cerebro y el espiritu, resultan las diferencias que notamos del pensar y el sentir; el sentimiento, es una condición propia del alma y lo forman la acumulación de ideas condensadas por el cerebro, auxiliado por el espiritu en razón 4 sus grados de progreso intelectual. De ah. las notables diferencias de pensar y sentir en las personas por dar cada uno de sí, lo que está en st. Más adelante habla de los ensueños para decir: En los ensueños es en donde se ven más patentizado los varios grados de independencia con que puede obrar el es- piritu del cerebro; cuanto más el ser se ha exteriorizado, menos participación ha tenido el cerebro en las ideas que por el espiritu han gravitado, y por lo tanto menos recuer- do hu quedado de ellas «ul despertar; y si algo queda al individuo, lo percibe en forma de presentimiento que no puede descifrar con claridad; por cuyo motiwo el cerebro se queda agobiado de ideas que no pueden ser pasadas por el tamiz, por exceder el número y no ser de la condición que necesita para obrar éste como aparato digestivo; y el espí- ritu como el carbono que suministra el calor. Si la persona está dormida por persuasión ó sea hapnoti- zada, las ideas que le son sugeridas son admitidas sin obs- táculo alguno por no haber pasado por el órgano regulador, quedando adheridas para su cumplimiento; lo que se efec- rúa con relación á las condiciones de su sér, sin que el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 291 cerebro tenga la menor participación en ello; no pudiéndo- las recordar sino volviendo al mismo estado de cuando las ha recibido: siendo de advertir que las condiciones de reci- bir impresiones directas, como las sugeridas en un sueño provocado, es muy frecuente, y son muchas las personas que por su condición están casi siempre dispuestas. De ah el gran número y variedad de enfermedades de orden moral conocidas, y otras tantas que por ignorar estos fenó- menos de la Naturaleza, se consideran de orden distinto. Un gran número de locuras son desarrolladas por estos fenómenos. Las monotonias por otro orden relativo al anterior, pro- ducen en relación á su grado un gran número de enferme- dades comunes. Las epilepsias en todos sus ramos, son otros tantos efec- tos de estas causas. En la infancia es donde más se manifiesta la influencia del cerebro, produciendo las eclamsias: que si el fenómeno se repite varias veces, por tener la condición del sér psíqui- co viciada á la exteriorización, acaban por ser epilepsias y de las más funestas; puesto que el espíritu se acostumbra ú una independencia tal, que acaba por vivir el sujeto en un estado de sueño permanente, sin que nada le importe la vida de la sociedad; su cerebro ya apenas funciona. Pero no siempre sucede esta degeneración de la eclamsia á la epilepsia. - Y termina ese capítulo definiendo así la sugestión. La sugestión es, pues, la palanca para ensanchar nues- tros conocimientos, debido á. nuestra condición de perfecti- bilidad. En el cap. 4.* discurre acerca del sueño y del ensueño, diciendo cosas muy originales: Ya dejamos dicho en otra parte que el sueño no es el re- poso, puesto que éste no existe; y por lo tanto, no podemos ni debemos considerarlo más que como una función natural del cuerpo, á (a que todos los del universo están sugetos; cada uno según su condición de ser. Los ensueños siempre resultan fantásticos, según el gra- do de discernimiento natural del soñador. Un miño soñ ará 292 : ANALES DE LA lo que está en razón á su edad, y un hombre ilustrado, en las materias que estén gravitando en él. “La Epilepsia” es el cap. 5.? de la obra y dice con este motivo, cosas de este calibre: , Sabido es que la epilepsia se atribuye casi siempre á una anemia cerebral o 4 un desarreglo nervioso, por lo que po- demos decir que estas opiniones, aunque parezcan bien fun- dadas carecen en absoluto de fundamento. Nosotros pode- mos afirmar que los nervios en este caso no obran más que «omo efecto, quedando oculta la causa en que los pone en movimiento, ya que tomamos por base que la epilepsia tre-' ne su origen por una impresión recibida sea de un susto ó una fuerte emoción, tanto en sentido alegre como triste, ó consecuencia de alguna enfermedad que, habiendo produ- cido cierto estado de postración, ha llegado el enfermo has- ta el desvarío ó por el uso desmedido de bebidas alcohólicas; como también en larmfancia por eclamsias vermiculares ó de la meningitis, que más tarde han producido estos esta- dos, la epilepsia y todas sus ramificaciones; habiendo pre- dispuesto á. los sujetos que las sufren en condiciones de sensibilidad para recibir cualquiera sugestión fatal. El epiléptico es un hipno-sugestionado por fatalidad, que en el momento de recibvr la impresión fatal según su estado psíquico, queda grabada en su ser lu imagen del su- ceso que leha impresionado, dándole la importancia según su estado de ánimo ó grados de comprensión; aquello que- da permanente en su sér como una sugestión cualquiera, inculcada por un experto hipnotizador. Dicha sugestión queda en estado latente, hasta que al recibir otra cualquiera impresión notan en el individuo los que le rodean ciertos síntomas queno aciertan d comprender, como son: un esta- do en ciertos momentos de fijación de ojos y que se queda por un instante casi imperceptible, immóvil; quedando esto como á vicio que nadie hace caso, pero estos estados van prolongándose hasta que se queda parado 6 ó haciendo algún. movimiento de cabeza, boca ú ojos, y al fin llega el momen- to en que pierde el equilibrio 1 y cue por primera vez: no pre- sentándose todavía en algunos casos las señales de la epr- lepsia, causando la consiguiente alarma á los que le rodean ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 293 y en el mismo sujeto, según los efectos causados y sus gra: dos de comprensión. El hombre es un compuesto de una dualidad en la uni dad queunos le llaman cuerpo y alma, otros espirilu y ma= teria ó fuerza y materia; hasta aquí, todos estamos confor- mes: lo que hemos dejado sin que nOs preocupe, es cómo y de qué modo se realizan el uno y el otro. ¿Cuáles son las Funciones propias de cada uno? ¿Obran en completa «wr- monta ómno? ¿Esque pueden obrar con independencia el uno del otro? ¿Qué efectos han de resultar de tal desequali- brio? ¿Tiene algo propio la materia y el espíritus cada uno de por sí? ¿El cerebro, dada su configuración es él el que formula las ideas y las manifiesta, ó el espiritu quien las formula? Si el espiritu es quien las forma, ¿puede prescin- dir del cerebro en muchos casos, ó es forzosa la intervención de los dos? El espiritu es um compuesto de materias asociadas, afines entre sé, y que según la combinación de ellas, producen las diferencias que á muestro modo de entender, son todas las cualidades que conocemos por morales € intelectuales; Y asi como en lo que llamamos cuerpo, según la combinación de las mismas, nos dejan apreciar en las personas diferen- cias en la complexión, volumen, fisonomía y toda esa varie- dad que sin esfuerzo alguno, notamos todos: como también vemos que cualquiera alteración en su orden, produce un desequilibrio que le llamamos enfermedad; debiéndose efec- tuar estas combinaciones que forman el cuerpo, con materias propias al efecto; y de ahí, que la imteligencia del hombre haya en parte podido descubrir este secreto de la naturaleza y combinar materias, para ponerlas en contacto ú fin de que se asunilen, restableciendo el equilibrio hasta lo post- ble, y curar lo que constituiría la enfermedad. O OO, COR IO ACTO RSS TIOS CIO CICOR AR PT CI NERO O El espiritu no difiere en nada del Cuerpo « en sw modo de ser, pues la asociación de materias de su afinidad son las que constituyen sus facultades, que también se renuevan y se suceden unas d otras; y así como en el cuerpo la varie- dad harmónica forma los diferentes órganos y miembros, las diferentes ideas recibidas forman el conjunto del sér, que 294 ANALES DE LA puestas en contínuo movimiento vibratorio, se ponen en condición de engendrar nuevas ideas por la ley de conse- CUencias. cc... olas edo asedal aos caja lol arca aa ao a a do o ad oidos der ala rte <.. 27 ¿5 der ada lo da a je mo AN a se. 20d aa A da 10 a 12 0,b Los cuerpos intelectuales están en contínuo movimiento reaccionándose como los elementos quémacos, que yuscan combinarse, resultando de esta combinación un nuevo cuer- po, que podemos llamarle un pensamiento engendrado. La grandeza de este pensamiento está en revación de los elementos que lo han elaborado. El espiritu, que es como hemos dieho un conjunto derdeas ordenadas según su modo de ser, sealimenta para su des- arrollo, de todas las que están en su radio de acción, por lo quese atrae las que por su propia condición le son más adoptables, Las partículas que el espiritu recibe sea por los sentidos, ó por ondulación, forman parte integra de su entidad con: densándolas sin que el cuerpo tome para ello parte directa en dicha operación. y define así la epilepsia. La epilepsia, en su esencia, es un auto-suyestión fatal, producto de una impresión fortuita que el sujeto ha recibido y que según el. estado ¿impresionable del paciente y la may nitud del hecho constitutivo, formará el grado de la sugestión o sea crisis; pudiendo la misma ser alterada d su vez y sín que en apariencia cambie de forma por haberse puesto el paciente en condiciones de admitir otra cualquiera de escaso valor, pero en la manifestación de iguales efectos. Es muy culto en su lenguaje, el autor, que dice así, en- tre otras cosas que pudiéramos citar: Sí hemos dado más espacio que el que se merece ú estas sandeces, es precisamente porque la tarea que nos hemos impuesto, es de investigar las enfermedades que afligen 4 la humanidad, de orden moral, en las causas y sus efectos, Y en su consecuencia buscar los medios de curación. Califica reflejos 6 mímicas la epilepsia. “Todos somos epilépticos” nos afirma más tarde, diciéndonos: Si, todos somos epilépticos, lo repetimos sín temor n8 Únt- ACADEMIA DE CIBNCIAS DE LA HABANA 295 mo de ofender 4 nadie: lo repetimos porque aunque intentá- semos negarlo, los hechos mismos nos desmentirian. En todos los actos de la vida tenemos en distintos grados pruebas patentes de dicho fenómeno, són que podamos por ningún medio evitarlo. En nuestras mismas costumbres ordinarias, se nos mant- fiestan las fuerzas de la sugestión con sus correspondientes plazos y con la fiebre del delírio, sí algo nos sirve de estorbo para su cumplimiento. Si tenemos la costumbre de acostarnos ú las diez, todos los dias precisamente ú la misma hora, sentimos dicha necesidad; la sentimos en nuestro interior, y para no cumplirla debe- mos imponernos un gran esfuerzo, 6 ha de haber una causa de gran interés para nuestro sér psiquico, que sea de mayor dominio para él. Sí tenemos la costumbre de salir 4 paseo, ir al café 4 re- unirnos con algún amigo, pasar el rato con enalquier juego de nuestra predilección, levantarnos de la. cama 4 una hora fija, empezar el día con tal ó enal tarea, todo, enteramente todo, está. sujeto á esta ley de sugestión, que forma el verda- dero proceso de la vída. Y nos sentimos arrastrados por mna fuerza misteriosa hacía el cumplimiento de lo que está encarnado en nuestro sér, aún «discurriendo en contra de nuestros impulsos fatales. La epilepsia en los niños, es el pretexto para lanzar apre- ciaciones como ésta: En otra parte decimos que el. cerebro es el estómago del alma, sujeto como los demás órganos del cuerpo humano ú paralizar sus funciones regulares, siempre que un cuerpo extraño se adhiere 4 él ó sufren sus partes alguna depresión; produciéndose un desequilibrio cuyos efectos serán en razón 4 la magnitud de la cansa. o Si el. desequilibrio del cerebro persiste por no encontrar medios de reponerse en su estado normal, lo que era eclámsia pasará á meningitis, cesando las convulsiones por ser éstas una necesidad sólo en el momento de efectuarse la transac- ción del interior al exterior en el espiritu, y entrando el pa- ciente en un estado cataléptico forzoso, que puede durar más 296 ANALES DE LA ó menos tiempo, quedando entre el espiritu y el cuerpo una continua lucha, cuyos efectos son visibles y se efectúan en esta forma: | Añade después: Los vermes son un poderoso enemigo de la infancia, y según la alimentación con que se nutren toman grandes pro- porciones en su desarrollo; llevados por el instinto, se amon- tonan en la dirección del punto por donde deben percibir los alimentos que esperan, produciendo en el niño una asfi- rta que obliga al ser psíquico d extertorizarse; y como con- secuencia natural de este trance, el cuerpo se retuerce en convulsiones viéndose ¿mpresos todos los caracteres de una verdadera epilepsia, la cual concluye en muchos casos por serlo en realidad. De epilepsia hereditaria nos dice: Nada diremos respecto «4 esta opinión, por carecer de bases sólidas; tan sólo la citamos por ser una de las que más aceptación han tenido entre los facultativos. Asi, pues, diremos que puede haber motivado la antedi- cha opinión, por ser un fenómeno que merece tenerlo en cuenta. Un padre epiléptico puede ó no tener hijos epilépticos como cualquier otro mortal, con la sola diferencia que es más fácil que se desarrolle dicha enfermedad en el hajo del epiléptico que en otro que no cuente con alguno de éstos en su familia. El terror que puede causar 4un hijo el ver 4 su padre ó madre retorciéndose en terríbles convulsiones, acto que pue- de quedarles grabado en su sér y un día ser tan desgraciado como el autor de sus das. | Esto, y sólo esto, es lo que puede heredar un hijo de su padre en este sentido; todo lo demás son apreciaciones que hoy sólo sirven para encubrir crómenes en las córcunstancias que se cree conveniente. y de los medios de curación asienta estas asombrosas afir- maciones: Hasta el presente, en los medicamentos que se prescriben para combatir las enfermedades epttépticas, figuran en pri: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 297 mera linea los bromuros asociados, y el que se considera de mayor eficacia entre ellos, es el bromuro de potasio. Sí esta substancia no hiciese otro efecto que el de no curar el. mal, por no estar en relación ú la indole del mismo, nada diria mos de ella, y sólo nos ocupariamos de dar las instrucciones que nos han servido de base para llegar 4 los resultados que hemos podido obtener en nuestros estudios experimentales. Pero siendo la misión que nos hemos impuesto y el objeto de este trabajo dar 4 conocer la profilaxis de la. enfermedad epiléptica y sus ramificaciones, y en su consecuencia estu- diar los medios preventivos y curativos de dicho mal, un deber de conciencia nos obliga ú4 dar 4 conocer los efectos de este medicamento; por constituir una plaga que pone ú los pobres enfermos en condiciones que dificultan su verdadera curación. De modo que, para curar la epilepsia, se administra ú dí enfermos una substancia que les favorece en alto grado el. desarrollo de la misma, y no pecariamos de exagerados al afirmar que sí 4 una persona sana le fuesen administra dos los bromuros de potasio en las altas dosts y con el uso constante ú que han sido sometidos varios epilépticos, aca- baria por contraer dicha enfer medad. No decímos esto por el. espiritu de combatir lo que 4 nues- tro juicio no es aceptable; lo decimos por ser ésta en realidad una de las substancias que más estragos pueden causar en la enfermedad que se pretende combatir; lo que vamos 4 pro- bar, sín añadir wn sólo dato de nuestra parte. Asé es que el que haga uso de dicho medicamento, demues- tra su desconocimiento en la causa que la produce, y los efectos que los mismos originan en los pacientes de refe- rencia. En nuestro tratamiento, expone: Consiste nuestro método curativo, en su esencia, en utili zar el mismo estado del paciente para lItbrarlo de su mal. Hemos dicho que la epilepsia es un hipnosis fatal, y que el sueño se provoca por el dominio de una auto-sugestión fatal 4 su vez; y para cumplirla, le es forzoso al sér ¿del en- fermo transportarse inconscientemente ú quo estado; el cual 298 ANALES DE LA debemos utilizar oportunamente, y con conocimiento de can- sa; porque de lo contrario nada se lograría de provecho para los pacientes. Al comenzar el capítulo 6.? afirma que la epilepsia es un vicio del alma é tonal agrega que es una hipnosis fatal. Que ennada absolutamente $e diferencian los epilépticos de los sujetos hipnóticos. ( 'apítulo le Ejemplos de tendencias íntimas del ser psíquico en los actos epilepticos”, donde cita variados ca- sos que el autor entiende son de epilepsia y que nosotros no pensamos lo mismo. Capítulo 8.2 “La epilepsia en los animales”, en cuyo artículo afirma que los animales están expuestos 4 sufrir ataques epilépticos, lo mismo que las personas, —y siendo produc idas por las mismas Ca vusas-—aquí expone: La ignorancia ha dividido la especie anémal en dos ela- ses, la racional y La irracional; negando á4 la segunda, lo que la Naturaleza, más justa y bondadosa que el hombre, no les ha negado. Por cierto que aquí habla de la epilepsia en el mulo, en el caballo, en el perro, en el ganado lanar. Hasta los estados de vértigos, y de auras, dice haberlos observado en el ganado dbrol y lanar. El 9.2 capítulo lo dedica 4 la “ 'atalepsia”, la que con- sidera como una afección que se desarrolla instantánea- mente, produciendo la pérdida de los sentidos y la del movimiento. Dice que se conocen dos clases: la natural, ó sea la fatal, y la provocada por la hipnósis. Considera á la catalepsia y d la epilepsia obedeciendo 4 una misma ley en el fondo. Aquí refiere una larga historia de una enferma, ¿la que hacía sugestiones variadas, y... no se trataba de otra cosa más que de una simple mujer histéric: En el capítulo 109, se ocupa del “Sonambulismo”. Dicc lo siguiente al comenzar: El Mini tal como está hoy comprendido y prac- ticado, resulta un grave peligro para la humanidad entera; por lo daib podemos considerarlo són temor de pecar de exa gerados, en el orden de las peores enfermedades contagiosas. “La Neurastenia” se trata muy pobre y equivocadísi- mamente, en el capítulo 11.2 La sugestión es el único ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 299 proceder curativo que considera bueno para la neurastenia, El “histerismo”, se titula el capítulo 12.2 de la obra que analizamos. Escribe así al comenzar: Abrigábamos el propósito de ño ocuparnos poco ni mucho del llamado histerismo, por tener dicha palabra la misma siymificación que la conocida como neurastenta, de la cual nos ocupamos ya en otra parte; no siéndonos posible en sana lógica añadir nuda nuevo por no tener ¿gual acepción las dos palabras 6 seu el sinónimo de lo desconocido. Miles yy males de opiniones han vertido otros tantos obser- vadores respecto á la patogenia de dichas enfermedades, en abierta contradicción unas de otras; la sintomología ha sido tan engañosa, que bien podría decirse que ha conta- grado ád los mismos. Ninguna de las opiniones concebidas ni expuestas husta el presente han explicado nada que haya podido ilustrar- nos sobre el particular; la fraseología y el tecnicismo abun- den admirablemente, pero la verdad que se persigrse ho quedado desconocida. j No es posible seguir al autor en este capítulo: tanto es lo que dice fuera de toda razón, de toda verdad y detoda ciencia, “La locura”, se llama el capítulo 13”. Es tanto lo erróneo lo que allí se dice, que preferimos callarnos. Sólo leere: mos estos pequeños párrafos: La locura en su fondo no se distingue de la epilepsia, de la catalepsia, vértigos, neurastenta, ni de otros varios estados, que por el desconocimiento de los fenómenos á que está sujeto el hombre, no se ha podido determinar su origen. Hemos dicho que las locuras, son un estado fatal, siendo las intermitentes las que más lo patentizan, como tendremos ocasión de demostrar por los fenómenos que en ellas se manafiestan. ua jaja pjájs ¿Pq ddr 0d ad escasos as aa aro oa ca raja o a da dde. Los procedimientos curativos de esta enfermedad, han de estar forzosamente en relación con la indole de la mis- ma. Hemos dicho que el estado de la locura. era un hipno- sis fatal, Ó sea una inversión del str psíquico, enayas muna- festaciones son puramente morales; pues no cabe la menor £ 300 ANALES DE LA duda, que su causa está en armonáa con sus efectos; por consiguiente el tratamiento ha de estar en orden relativo al mal, y todo lo quese haga al contrario, no dará ningún resultado práctico. Jonsiderarnos haber resuelto el problema curativo de di- cha enfermedad en todos los casos, sería desconocer la ma- teria de que tratamos. Nuestro metodo está basado en los principios que deja- mos expuestos; desinvirtiendo á dichos enfermos, del estado de hipnosis y volviéndolos al estado natural. Si el enfermo presenta un estado de agitación muy per- sistente, podrá hacerse uso de algún narcótico en grados prudenciales, para paralizarle un tanto el cerebro, sun lle- gar al sueño; 4 fin de poder exteriorizar más su espiritu hasta que permita poderle sugestionar directamente, y ser atraádo por el operador; procedimiento que bien aplicado dará sus buenos resultados. no... o... ooo.rc..oo ...oo e. El tratamiento, a«wnque en el fondo sea igual para todos por ser ama misma enfermedad, hay que distinguir y apli- carlo en la forma que el estado de cada paciente requiera y según indiquen sus manifestaciones, si se quiere obtener buen éxito. Las casas de salud son un gran medio para lograr di- cho objeto; pero partiendo de otros prinerpios. Hoy, sólo son medios de aislamiento, para evitar disgustos á las fa- milias y 4 la sociedad (que ya es algo); pero no para la curación de dichas enfermedades. El capítulo 14.2 trata del “suicidio”, el siguiente, ó ca- pítulo 15.9, de la “idiotez y demencia”, aunque los trata como consecuencias de la depa el capítulo 169, habla ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 301 de la “corea d baile de San Vito” y dice que es un conato de epilepsia. El capítulo 17.? trata del “alcoholismo” y dice que este estado da un buen contingente 4 la epilepsia; que la em- briaguez, es un estado epiléptico de mayor Ú menor in- tensidad; que el alcohol produce parálisis de los órganos cerebrales; que las parálisis del cerebro por el alcohol pueden ser de: distintos órdenes, cuyos sintomas son: la epilepsia, la idiotez, la demencia, el vértigo permanente, etcétera. “El vértigo ó sueño en aparente estado normal” es el capítulo 18. a que comienza así: “Uno da los Fenómenos en que puede observarse mejor la exteriorización del ser psiqui- co, es en los vértigos.” “Consideraciones varias” es el capítulo 19.2 Capítulo destinado ¿4 hablar de la sugestión y el único en que se ven citados nombres de autores: Charcot, Beanis, Richet, Dumont-Pellier, Berhein y Liegrois, que se citan para afirmar que tanto como se han ocupado del hipnotismo y de la sugestión, “no nos dicen nada concreto respecto á muchos de sus efectos, menos aún de sus causas, no obs- tante ser tan vasto y fértil el campo que estos estudios nos proporciona.” + EN RESÚMEN: Esta obra no tiene finalidad científica. Carece de ordenado método expositivo; de buena ex- posición de sus materias; de buena selección en sus pro- pios asuntos; mezcla constantemente cosas muy heterogé- neas hasta en un mismo párrafo; no busca refugio. ni amparo para sus opiniones, en ninguna autoridad científi- ca¡ ni las cita para apoyar siquiera alguna de sus afirma- ciones; expone los más raros conceptos acerca de la vida y de la muerte, de la salud mental, del cerebro del hom- bre, del alma y del espíritu, del funcionar del cerebro mismo; Cosas perfectamente fuera de todo terreno cientí- fico, que le hace 4 uno preguntarse si es un médico, ó un médico de nombre nada más. Porque no se concibe que un médico verdaderamente ilustrado, que esté al tanto de lo que en la ciencia ocurre, de los progresos científicos A Y O _ ANALES DE LA | UAÍA que tienen lugar en el mundo entero, se permita expre- sarse del modo que lo hace el autor de la obra, y se con- sienta, él mismo la licencia de decir tanta y tantísimas cosas fuera de tino, fuera de toda realidad científica. Es por todo esto, que así exponemos en forma com- pendiada, por lo que, nos permitimos proponer á esta Academia se sirva no contestar al Sr. lenacio Rivera, au- tor del trabajo que acabamos de analizar. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 303 A A A A A A O E E SO ES Acta de la sesión pública ordinaria del 23 de febrero de 1906. Presidente:—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: —Dr. Jorge Le Roy. Académicos concurrentes.—De número: Dres. J. P. Alacán.—E. Acosta.— E. B. Barnet.—T. V. Coronado.—M. Delfin.—J. Jacobsen.—E. Paradela.— E. Pardiñas.—J. A. Presno.—M. Ruiz Casabó.—J. A. Valdés Anciano.— P. Valdés Ragués. Al abrir la sesión el Sr. Presidente manifiesta que por la difteria que acaba de sufrir nuestro querido Secretario, el Dr. Gustavo López, no pue- de ocupar su puesto en estos momentos. Acto seguido da cuenta de no haberse realizado la sesión correspon- diente al día 7 de este mes, por falta del quorum que exige el Reglamento y concede la palabra al Vice-Secretario para leer el acta de la del 26 de enero, la que fué aprobada. Se da cuenta por la Secretaría del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Sr. G. Crespo y Martínez, dando cuenta de haber cesa- do como Ministro de los E. U. Mejicanos en Cuba. Del Dr. José H. Pazos, remitiendo á esta Academia una colección en- tomológica y trabajos sobre mosquitos, aspirando al título de Académico corresponsal. : El Sr. Presidente hace constar que asistió en representación de la Academia, al entierro del Concejal Sr. Ponce. El Dr. José P. Alacán da lectura á dos INFORMES acerca de productos farmacéuticos presentados, unos por el Dr. E. Sarrá y otro por el doctor E. Morejón, en cumplimiento del artículo 15 de las Ordenanzas de Far- macias, 304 ANALES DE LA A A A A A IAS, ma A A AAA A A A A e | / En el primero se trata de los productos de Catillon: polvos y vinos de peptona, glicerina creosotada, gránulos de estrofantus, y de la herpetina Durel, inyección Cadet, solución Larroyenne, Aceite Ducoux, vino Ba- yard, elixir Grez, licor Laprade, específico de Bejean y jarabe de Henry Mure. El ponente opina que, tratándose de preparados conocidos y suje- tos á fórmulas racionales, con una conveniente dosificación, puede acep- tarse su introducción y venta en la República. Este informe fué aprobado. En el segundo se trata de un preparado denominado «Tratamiento inglés antireumático Alarcón de Marbella». No se acompaña la fórmula de su composición, aunque en la caja de cartón que encierra el preparado y en un folleto pequeño que lo acompaña se lee el análisis de un líquido. El ponente opina que no puede aceptarse como fórmula del expresado producto dicho análisis puesto que la caja contiene dos frascos pequeños con un líquido color de vino de Jerez y además unas píldoras muy duras, cubiertas de un polvo inerte amarillo. Es, pues, el producto en cuestión un verdadero remedio secreto, presentado en forma charlatanezca, y por tanto no debe ser aceptado. Sometido á votación fué aprobado igualmente este informe. El Sr. Francisco Paradela, da á su vez lectura á otro INFORME RE- LATIVO A UN, APARATO ELECTRICO DESTINADO AL CALZADO y cuya patente de invención fué solicitada de la Secretaría de Agricul- tura, Industria y Comercio, la cual en virtud del informe desfavorable emitido por la Sociedad Económica de Amigos del País, remite á esta Academio el expediente en cuestión para que se la ilustre. Del estudio que acerca de dicho aparato hace el Sr. Paradela resulta que: es en principio una pila de Volta aplicada á la suela del calzado, y deduce que en virtud de haberse ajustado el solicitante á las leyes que rigen en la matería y no ofrecer peligro para la salud pdblica el uso de dicho aparato, puede accederse á la solicitud de patente pedida por el Sr. Almagro. Sometido á discusión este informe, pide la palabra el Dr. Valdes Ra- gues y manifiesta que, como profesor de física que es, ha empleado la pi- la de Volta repetidas veces y su experiencia le enseña que al poco tiempo de usarse se atacan los metales y entonces no funciona más dicha pila. Opina que para el objeto que se propone el inventor, una pila seca daría mejor resultado. El Sr. Paradela arguye que en cuanto á la utilidad del aparato, tal co- mo está constituído, la considera nula, pues hoy en día la pila de Volta ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 305 es solo un aparato de laboratorio, pero, en el caso actual no se trata de la utilidad ó inutilidad del invento, cosa que dirá el público que lo de- mande, sino de la novedad que exije la legislación sobre privilegios de invención; ésta determina que se presenten los planos y la memoria des- criptiva del aparato que se trata de patentar y que se ajusten á determi- nadas condiciones que la misma ley determina. Además, el invento en cuestión está patentado ya en la oficina de los Estados Unidos donde se concede la patente por la novedad y posee una certificación de haber sido empleado con buen éxito por el cuerpo médico de Madrid. El Dr. Coronado, hace presente que por tener que emitir informes sobre patentes de invención como miembro de la Sociedad Económica, conoce la legislación de la materia y el Gobierno para conceder una pa- tente de invención no pide se le diga si el invento es útil ó no, sino simplemente si está ajustado á la ley, Sometido á votación el informe del Sr. Paradela es aprobado por unanimidad, acordándose sea trasladado íntegramente á la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio. Alterando la orden del día, la Presidencia concede la palabra al doctor Francisco Héctor, de Guanabacoa, quien hace una interesante conferen- cia sobre el análisis coprológico como medio de diagnóstico en las dis- pepsias duodenales. Hace resaltar la necesidad é importancia del examen de las materias fecales para llegar á conocer las lesiones del aparato digestivo, de la mis- ma manera que por el análisis de los orines se conocen las del riñón, etc. El Dr. Coronado felicita calurosamente al disertante por la materia tan desconocida é interesante que ha escogido para ilustrar el problema de patología cibal y le suplica continúe aportando temas de tanto interés. El Dr. Delfin une sus felicitaciones á las del Dr. Coronado y mani fiesta su verdadero placer por la forma y por el fondo de la conferencia del Dr. Héctor que ha abierto nuevos horizontes en el camino de la pa- tología intestinal, tan importante en nuestro país. El Dr. Valdés Ragués une sus felicitaciones á las de los compañeros que le han precedido en el uso de la palabra y opina que vería con gusto fuese propuesto el Dr. Héctor como Académico Corresponsal. El Sr. Presidente hace constar que á sus ruegos obtuvo del Dr. Héctor que viniese á ocupar la tribuna de la Academia y se propone se ponga en condiciones de ser aceptado como Académico Corresponsal. A propósito de estas propuestas el Dr. Coronado hace presente que 306 ANALES DE LA rm por las gestiones practicadas por el Dr. Valdés Ragués ya el Museo de la Academia se ha enriquesido con una valiosa colección de mosquitos, en- viada por el Sr. José A. Pazos, desde San Antonio de los Baños, y pide que por ello se le nombre Académico Corresponsal. Ei Dr. Valdés Ragués une su propuesta á la del Dr. Coronado. La Presidencia encarga al Dr. Valdés Ragués informe, para la próxi- ma sesión, acerca de los méritos y trabajos científicos del Dr. Pazos, con lo que se diá por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 307 INFORME ACERCA DE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 23 febrero de 1906). Después de haber podido, no sin dificultades, descifrar algunas de las fórmulas de los preparados presentados por el Dr. Ernesto Sarrá á la Secretaría de Gobernación en cumplimiento de lo que en su artículo 15 determinan las vigentes Ordenanzas de Farmacia, y que dicha Secretaría ha remitido para informe á esta Corporación, tengo el honor de informar que no encuentro inconveniente en que se permita la introducción en esta República de los pre- parados denominados “Polvo de peptona de Catillon”, “Vino de peptona de Catillon”, “Glicerina creosotada de Catillon”, “Gránulos de strofantus de Catillon”, “Herpe- tina Durel”, “Inyección Cadet”, “Solución Laroyenne”, “Aceite Ducoux”, “Vino Bayard”, “Elixir Grez”, “Licor Laprade”, “Específico Béjean”, y “Jarabe de Henry Mu- re”, sirviendo de base á este criterio el tratarse de prepa- rados ya conocidos entre nosotros y sujetos á fórmulas racionales con una dosificación conveniente. INFORME ACERCA DE UN PREPARADO FARMACEUTICO POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 23 de febrero de 1906) La Secretaría de Gobernación ha remitido para su in- forme á esta Academia un preparado denominado “Trata- miento inglés antireumático Alarcón de Marbellas”, pre- sentado por el Dr. en Medicina Enrique O. Morejón, á los 308 ANALES DE LA | efectos de lo establecido en el artículo 15 de las Ordenan- zas de farmacia. No se acompaña á la comunicación la fórmula, aunque la caja de cartón que contiene el preparado dice: “Com- position. —Alcoholic Extract, Tar axacin and Taraxacerin 50,01; Aqueous Vegetable Extract, 15,35; HMmert Vegeta- ble tissue, 16-16; Moisture, 15-49; Ash (Mineral Salts), 2,99”, y en un folleto pequeño que acompaña al prepara- do se lee en la primera página el sig uiente análisis: “Lí- quido: 33,349 de extracto seco, 96, 66 de espíritu rectifi- cado. —Extracto seco, extracto alcohólico, taraxacina y taraxacerina:67,29; extracto acuoso vegetal 31,06; Ceni- zas y sales minerales 1,65.——Píldoras: e xtracto alcohólico] taraxacina y taraxacerina 50,0l; extracto acuoso vegetal 15,35; te jido vegetal inerte 16,16; humedad 15,49; cenizas (sales minerales) 2,99. Pero en sentir del ponente que informa no puede acep- tarse nada de lo trascrito como fórmula del expresado preparado, PAE que el único medicamento que en él se menciona es el extracto aleohótico que contiene taraxaci- na y taraxacerina, En la caja 4 que antes he hecho referencia aparecen dos pequeños frascos conteniendo cada uno 15 e. e. de un lí- quido alcohólico de color de vino de Jerez; y una caja de píldoras cow 12 de ellas muy duras, »ubiertas de un polvo merte amarillo. Es pues el medicamento en cue stión un verdadero re- medio secreto, presentado en forma, á juicio del ponente que informa, charlatanezca, por lo que entiendo que no debe admitirse su introducción. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 309 INFORME SOLICITADO POR LA SECRETARIA DE AGRICULTURA ACERCA DE UNA PETICION DE PRIVILEGIO DE INVENCIÓN PARA UN “APARATO ELECTRICO PARA EL CALZADO”. POR EL Sr. Francisco Paradela y Gestal . (Sesión del 23 de febrero de 1906) El señor Secretario de Agricultura ha remitido ú esta Academia para que informe lo que se le ofreca y parezca el expediente promovido por el Sr. J. L Almagro, d nom- bre y como apoderado del Sr. Eusebio Hernández y Mo- reno, solicitando privilegio de invención para un aparato eléctrico para el calzado. Ha motivado la resolución del Sr. Secretario, de enviar á la Academia el expediente, su deseo de esclarecer un punto científico 6, mejor dicho, si la aplicación que ha de darse al aparato para el que se solicita privilegio ofrece ó no peligro para la salubridad pública. El deseo del señor Secretario reconoce, á su vez, por origen, la observación que acerca de este punto, fué hecha por el ponente que en la Sociedad Económica de Amigos del País al emitir informe en el expediente, observación que dió lugar ¿que se negara al peticionario el privilegio que solicitaba, y d la reclamación ó nueva solicitud hecha por esta en la que, aduciendo fundamentos y aportando datos, manifiesta: 1.—Que se le exprese el fundamento legal en que se haya apoyado la denegación del privilegio solicitado, par: —con vista de ello—agotar los procedimientos que las le- yes le concedan para mantener el derecho de que se cree asistido para que se le otorgue el citado privilegio. 2. —Que el aparato de que se trata ha obtenido privi- legio en los Estados Unidos con el número 791.335 y fe- cha 30 de mayo último y ha sido, además, reconocido de utilidad por la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Madrid, según lo acredita con copia, que acom- 310 ANALES DE LA paña, del certificado expedido en dicha ciudad el 12 de abril de 1905, suserito por el Dr. Agustin del Cañizo García, y visado por el director de dicha clínica el doctor A. San Martin. | Dos cuestiones distintas aparecen pues en el asunto de que se trata: Una cuestión administrativa y una cuestión de interés ó de salubridad pública. Aunque agena por completo la intervención de esta Academia en la primera, por cuanto las leyes determinan los trámites y procedimientos que deben seguirse en los casos de inconformidad de los interesados con las resolu- ciones gubernativas que lesionen sus derechos, no con- sidera inoportuno añadir algunas indicaciones la Cor- poración, tanto para corresponder á la deferencia del se- for Secretario al remitirle el expediente para que informe lo que se le ofrezca y parezca, cuanto para contribwr en cuanto nos sea posible 4 los laudables propósitos de dicho elevado funcionario, consignados en el informe y acuerdo de 17 de noviembre último, al disponer que fuese consul- tada la Academia, tomando desde luego en consideración y atendiendo á las observaciones contenidas en la nuev: solicitud del interesado, de 9 del mismo mes. Las indicaciones á que aludo son las de que todas las formalidades legales que se refiere para la concesión de los privilegios han sido cumplidas por el interesado, reco- ciéndola así en sus respectivos informes el ponente que lo emitió en la Sociedad Económica de Amigos del País, el funcionario técnico encargado del asunto en la Secretaría de Agricultura y el Jefe de la Sección correspondiente en la misma Secretaría, quienes opinaron que, de acuerdo con lo prevenido en la R. Cédula de 30 de julio de 1833, con arreglo ¿ la cual se otorgan ó niegan los privilegios, y te- niendo en cuenta que, tonforme á ella, el Gobierno no asume responsabilidad ni debe ingerirse en /a utilidad de los efectos que sean objeto de privilegios, procedía conce- der el que solicitaba el Sr. Almagro, ¿4 pesar de los incon- venientes apuntados por la Sociedad Económica, sl exa- minados los registros correspondientes se reconocía la no- vedad de dicho invento. Dejando, pues, para más adelante, el estudio de este ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 311 asunto bajo el aspecto de los perjuicios que pudiera irro- gar ád la salubridad pública el uso del aparato eléctrico de que se trata, no cabe duda de que los señores que infor: maron en la Secretaría de Agricultura favorablemente á la concesión del privilegio, lo ha hecho dentro de lo legal y de lo justo. No ya concretándose 4 lo que determina la KR. Cédula de 1833 antes citada, sino ateniéndose á otras disposiciones aclaratorias ó complementarias como las R. O. de 11 de ene- ro y de 16 de julio de 1849, cuya aplicación á esta Isla se dispuso en 12 de enero de 1863, así como la de 18 de agosto de 1842 y algunas otras, resulta de todas ellas que basta á un peticionario para obtener un privilegio de in- vención que acompañe á su solicitud los documentos que se determinan, con la necesaria claridad para poderse for- mar juicio respecto 4 su novedad, nunca acerca de su ut lidad. Esto, repetimos, es lo que basta para la obtención de un privilegio. Llenados por el peticionario los requi- sitos legales; cumplidas por los funcionarios administrati- vos las formalidades que están dispuestas para asegurar d cada solicitante la fecha en que presentó su petición y emitidos los informes que procedan, limitados á compro- bar el camp! ento de aquellos requisitos, y comprobado, por último, que no se ha concedido anteriormente, segun lo dispone la KR. O. de 20 de febrero de 1830, procede la concesión de! privilegio, sea útil Ó no. Hay, sin embargo, una limitación: la de que no haya perjuicio de tercero; pero esta limitación no se refiere en manera alguna á una facultad reconocida en la ley al po- der público para conceder ó no el SH sino á una cláusula 6 condición Y reserva con la que el privilegio se concede, que debe expresarse en todas las concesiones, y cuyo objeto no es otro que el de salvar la responsabilidad de la Administración en los casos en que surgiesen cues- tiones entre el concesionario del privilegio y cualquiera otro que se creyese perjudicado por esa concesión. Es una cláusula de privilegio, sino también entre las demás con- diciones que se imponen en otros per misos que se conce- den, tales como los de la construcción ó explotación, por los particulares, de determinadas obras públicas. 312 ANALES DE LA Tales son nuestra legislación y nuestros procedimientos administrativos 4 los que deben ajustarse los interesados para poder obtener una cédula de privilegio, y la admi- nistración pública para concederla. Y claro es que si en el caso presente, el peticionario se ha ajustado á esa legis- lación, si se han st eguido los procedimientos y si—lo que todavía no se ha hecho—se examina el Registro de Pri- vilegios, y se comprueba, que no se ha concedido ya d ningun otro el privilegio que ha solicitado el Sr. J. L Al magro 4 nombre y como apoderado del Sr. Eusebio Her- nández y Moreno, procede, en justicia, que le sea conce- dido. Pasemos ahora al estudio del asunto bajo el segundo de los dos aspectos que antes indicamos, y que es el que ha servido de motivo para negar el privilegio, el de los per- juicios que puede producir á la salubridad pública el uso del aparato de que se trata. Consiste el aparato en una pila de Volta, ó mejor dicho, en la aplicación de los principios en que se funda la pila de Volta, colocando los discos de zinc y de cobre que cons- tituyen los pares de esta pila, en la forma que se indica en el plano, y que se describen en la Memoria que acompaña á la solicitud. Entre disco y disco se interpone el corres- pondiente paño, que ha de servir, como todos sabemos, para hacer funcionar la pila después de empaparlos en agua acidulada. La disposición de los discos y de las ro- dajas de paño, permite colocar todo el aparato en la parte interior del calzado, sobre la suela y en contacto con los piés, que al introducirse en el “alzado y apoyarse en él tocan los reóforos de la pila, cierran de pele modo el cir- culito, y permiten que quede sometido el individuo que use ese calzado á la influencia de la corriente eléctrica produ- cida por la pila. Este es, ni más ni menos, el objeto de que se trata y que, como se vé, no es una nueva máquina industrial, ni una pieza nueva para las conocidas, ni un sistema ó procedimiento desconocido para las diferentes manifestaciones 6 necesidades de la industria; pero sí una forma que no vi acilamos en calificar de original, para la aplicación de un agente terapéutico de uso general, á los enfermos que lo necesiten. Su novedad en nuestra Isla ACADEMIA DE. CIENCIAS DE LA HABANA 313 constará en el registro correspondiente, su utilidad la di- cernirá la experiencia y su aplicación ó empleo le corres- ponde disponerlo ¿ las personas competentes, «d los profe- sores médicos. El instrumental de la electroterapia conta- rá con un aparato más, y si algun doliente Ú profano hi- ciere uso de él y les resultase por ello algún perjuicio, culpe á su temeridad ó á su imprudencia; pero entende- mos que la posibilidad de peligro, si la hubiere, para los ignorantes, atrevidos y temerarios no puede ni debe ser motivo bastante para cerrar el paso á cualquier adelanto científico. Al Estado, á la Administración le corresponde fomentar y alentar á quienes contribuyan á él sin conver- tirse en tutor de quienes se encuentren comprendidos en- tre aquellas calificaciones, y son innumerables los instru- mentos y sustancias, privilegiados ó no, que son de uso corriente entre profesionales y no profesionales; pero es el caso que, á nuestro juicio, la calificación de peligroso para la salubridad pública, hecha al aparato del Sr. Hernández Moreno, carece de todo fundamento, y no aparece justifi- cada ni demostrada en ningún documento del expediente. Esta opinión reconoce por origen únicamente la expres a- da por el ponente de la Sociedad Económica de Amigos del País en el informe que emitió, y con cuyo informe se conformó la Sociedad en su sesión de 27 de noviembre de 1904, que obra en dicho expediente. En el citado informe el ponente manifiesta que cree que debe llamarse la atención del Gobierno acerca del peligro ó perjuicios que pudieran sufrir los que hiciesen uso de esos aparatos por las escoriaciones que les produjese el ácido sulfúrico con que se acidula el agua que se emplea para hacer funcionar el aparato haciéndolo producir la co- rriente eléctrica, y por el contacto constante de la hume- dad. Yo someto 4 vuestra consideración la importancia y magnitud del argumento, limitándome ¿ dejar consignado, en lo que al ácido sulfúrico se refiere, que no se trata de cido más ó menos diluido sino de agua acidulada, habien- do entre ambas cosas la misma diferencia que entre el áci- do fénico, por ejemplo, y el agua fenicada ó entre el bi- cloruro de mercurio y el licor de Van Swieten, sin que á na- diese le haya ocurrido pedir que se impida ó se coarte su 314 ANALES DE LA A A A AA A A AAA AAA A ma uso general, contando con la elemental prudencia de quie- nes necesiten emplear esas sustancias. En virtud de estas consideraciones tengo el honor de someter á la Academia las siguientes conclusiones: 1*—Que no debe considerarse peligroso para la salubri- dad pública el “Aparato eléctrico para el calzado”, para el que ha solicitado privilegio de invención en esta Ísla, el Sr. J. IL Almagro á nombre y como apoderado del se- ñor Eusebio Hernández y Moreno. 2¿—Que con vista de la anterior conclusión y llenados que sean las formalidades y requisitos legales que estén vigentes, la Academia somete Íntegramente al Sr. Secre- tario de Agricultura la resolución que estime procedente para la concesión Y denegación del privilegio que se soli- cita, limitándose dá exponerle respetuosamente las consi- deraciones que se hacen en el presente informe por sí, en ev ¿lvstrade y más elevado criterto, creyese oportuno to- a] cn consideración Dr. Francisco wLaría Hector (Sesión del 23 *. Ffabrero 4 1906) ¡Qué cierto es, que lá E ¿a “ que una falaz casualidad, más ca prichosa que jusiic.e a, se com- place en escoger como favoritos de aquella cortesana, no ciertamente á los más merecedores, sino 4 aquellos que caprichosamente se presenten al acaso. Tengo el derecho dá pensar así porque en este momento para mí inolvidable, experimento los dulces halagos de esa fortuna, las grandes satisfacciones de una esperanza que llega dá su ocaso y deja á mi espíritu inundado en esa felicidad que sólo se expe- rimenta al ver convertido en realidad el ideal soñado. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 Nunca, más que en sueño pude pensar que el honor que me cabe en este momento: pudiera yo ostentar; y sin em- bargo, es una realidad y no un loco ensueño que ocupo esta prestigiosa tribuna, es una realidad y no un loco ensueño que tengo el honor de dirigiros la palabra. ¿A qué otra cosa más que á la fortuna y ¿ la benevolencia de vosotros hubiera de agradecer esta distinción? Cuando el «ua 14 de este mismo mes, disertaba en el Hospital número 1, sobre un tema parecido á éste, tuve que agradecer inmerecidos aplausos y muy expresivas felicitaciones como expresión de la más generosa amistad; aplausos y felicitaciones que cuentan con toda mi oratitud, y entre esas demostraciones que tanto me complacen, cuento la galante invitación del honorable Sr. Presidente de esta Academia, que tuvo la generosidad de invitarme para este acto, mostrándome el deseo de que leyera aquí una Conferencia sobre el tema motivo de mi disertación allí, “Importacia de la Coprología”. Exponerme su deseo y acceder en el acto, todo fué uno: no de otra manera podía suceder. ¿Cómo no corresponder á i tanta distinción? ¿Cómo declinar tanto honor? ¿Cómo ra posible renunciar á aspirar el delicioso perfume del a, que mi propia flaqueza humana ofrendaba en mi honor? Tampoco me hubiera yo permitido dejar de complacer al ilustre Sr. Presidente quien es para mí, uno de los com- patriotas más digno del respeto y de la consideración de los que amen esta tierra, porque ha sido siempre apóstol y obrero incansable de todo lo que aquí ha supuesto civi- lización, progreso y cultura. No, no podía negarme. Por otra parte ¿qué pudiera preocuparme para incurrir en censurable al Mi insienificancia, dirán todos, bien lo sé: pero ese concepto tan generalizado no me dis- culpa tampoco puesto que no cometía indiscreción reve- lando mi imper la ya de todos vosotros conocida. ¿Ll temor de molestaros? Tampoco: porque bien sabeis el respeto y las consideraciones, que os debo y os guardo. Conociendo como conozco la habitual cortesía y gene- rosidad del auditorio que aquí se congrega; es otra razón de más para aceptar la honrosa invitación que se me la 316 ANALES DE LA hecho. Bien sé y tengo por cosa segura, que todos los erandes sentimientos del espíritu y entre ellos la genero- sidad y benevolencia, se exaltan y subliman por la. educa- ción, la ilustración y la altura y.... ¿Dónde pudiera en- contrarme que más hallara? ¿Dónde pudiera respirar más cultura que en este ambiente? Esta convicción es mi tranquilizadora garantía. Disculpada y explicada así la natural extrañeza, que de otra suerte, habría de causaros al verme ocupar esta tribuna voy ú tratar del asunto objeto de ese trabajo. EL ANÁLISIS COPROLÓGICO COMO MEDIO DE DIAGNÓSTICO EN LAS DISPEPSIAS DUODENALES He de ocuparme de los datos suministrados por el aná- lisis de las heces, seen el método seguido por el Profesor René Gaultier (1), tesis qne me ha servido para este tra- bajo. Dejando para luego hacer mención de los síntomas AS físicos y gene rales, que ya con cierta fiso- nomía propia caracterizan en la clínica esta variedad de dispepsias. Ha de instituirse previamente, como requisito indispen- sable para todo análisis, una comida de prueba de tipo general, siempre que en este sentido se haga el análisis y particular en cada caso. Después de un regimen lacteo por 24 horas, se hace ingerir al enfermo: 500 gramos de leche, 100 eramos de pan y otros tantos de patatas, 60 gramos de carne roja y 30 gramos de manteca; al empezar, 4 me- dia comida y al terminar ésta, se ingerirán tres obleas conteniendo de 30 4 50 centígramos de carmín. - Recomiéndese al enfermo que anote el tiempo transeu- rrido entre la toma del alimento y la aparición de las heces carminadas; temiendo de esta manera conocimiento de la travesta digestiva. Pésese el total de las materias carmi- nadas y así se tendrá la noción del peso. Practicando con estas heces un análisis comparado, em- pezando por la travesla digestiva, por ejemplo, se podrá comprobar que esta travesía estará fuera de los límites (1) R. Gaultier. Ensayos de Coprología Clíinica. París, 1905. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA SL mínimo y máximo (de 26 4 40 horas) tiempo normal, siem- pre que exista una perturbación duodenal. Esta perturbación independientemente de influencias nerviosas centrales 4 periféricas, dependerán: su prolon- cación, de la disminución ó ausencia de la secreción biliar; ó de cualquiera otra de las causas conocidas capaces de contener el peristaltismo intestinal. En este caso el peso, es decir, la relación de la, catidad de la substancias líquidas (120) con la relación del peso de las substancias sóli- das (289%) estarán modificadas: habrá una disminución de las primeras con respecto «+ las segundas. La reacción de las heces que normalmente ha de ser neutra—(y no hay que temer alteración por el régimen alimenticio que puede modificarla, puesto que se está pro- cediendo previa comida de prueba)—será ácida. Las grasas que en estado normal se sabe son absorbidas en un 95 4un 96%, y que un 752% son desdobladas en forma de ácidos grasos y jabones, y que solo un cuarto permanece en ésta de grasa neutra, en estos estados pato- lógicos en que la secreción biliar falta en el duodeno, bien por defectos de excreción ó secreción, la cantidad de grasa inutilizada varía entonces de 47 á 630% desdoblándose so- lamente en un tercio, y los otros dos tercios se encuentran en forma de grasa neutra. (1) No sufren alteración aleuna las substancias hidro-carbo- nadas. | Las substancias albuminoideas son exeretadas en un 13 da 17%, en vez de 4 4 5% estado normal. Faltando los pigmentos biliares las heces han de estar decoloradas en mayor ó menor grado según la cantidad de aquellos. Cuando por el contrario, hay exceso de bilis la travesía es menor de 26 horas. Las substancias líquidas estarán aumentadas más del 122% y las sólidas disminuidas menos de 28%. fa reacción será ácida. Habrá lientería por los alimen- tos que sin transformar pasarán á las heces, y coloración obscuras de estas por exceso de materia colorante biliar. (1) A. Gaultier. La Presse Medical de 24 de septiembre de 1904. 318 ANALES DE LA Cuando es el jugo panereático el que se encuentra dis- minuido ó suprimido: la travesía está disminuida. Hay exceso de principios líquidos, con disminución de los sóli- dos. Reaceión alcalima. Las grasas apenas son utilizadas, mucho menos si son sólidas, obsérvase el síntoma sthearrea, Tas carnes apenas son digeridas encontrándose entre los residuos alimenticios. Las substancias hidro-carbonadas se escapan «4 la sacari- ficación en un 20 4 40% (Hedon). (1) Las substancias albuminoideas están un «tanto disminui- das en su aprovechamiento; aunque la saliva por una parte y los fermentos figurados, bacilo amylobacter, por ejemplo suplen en este sentido la inhibición pancreática. Fácil es suponer cual será el resultado del análisis co- prológico, cuando conjuntamente falten en el intestino las secreciones hepato-pancreática. Cuando los trastornos digestivos dependen de alteracio- nes del ¿intestino delgado mismo, esta alteración funcional se refleja en el coeficiente de utilización intestinal y el examen de los escrementos elaborados indicará una travesia más corta. Aumentos en los.principios líquidos sobre los sólidos. Reacción ácida. Presencia de resíduos alimenticios asimilables. Los hidratos de carbono perdidos en un 152%; y el coeficiente del azoe total llega hasta el 603%. De igual manera la reacción ácida de las heces, con los ajenos de la supresión de la bilis y del jugo pancreático comprobado ya por el análisis químico, será una prueba de la dispepsia denominada DIARREA ÁCIDA DEL ADULTO: Cuya causa no es otra más que el paso del quimo hiperacido por hiperclorhidia, al intestino, que no encontrando en el duodeno, ni bilis ni jugo pancreático para neutralizar su acidez, al perdurar ésta, determina los trastornos ya cono- cidos, dando lugar al proceso que acabo de nombrar. Con lo expuesto aunque de: una: manera tan sintética, estimo probado que sin análisis de las heces no sería posi- ble llegar 4 explorar el funcionamiento intestinal; ni llegar tampoco 4 poder precisar de manera suficiente cual de sus distintas . porciones es aquella donde las funciones que le (1) . Hedon, Tratado de Fisiología. París 1899. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 319 están encomendadas no se realizan normalmente: Es decir, no podría localizarse la perturbación digestiva, y por lo tanto la distinción entre las dispepsias gástricas y duode- nal sería imposible; cuya lastimosa confusión no consenti- ría el establecimiento de. una terapéutica racional, ni un regimen dietético: oportuno. Ejemplo de ello tenemos en la diarrea: ácida que acabo de nombrar; donde la dieta lactea que es: el sine-qua non de los diarréicos, es contra- producente- en ella; porque paraliza la 'secreación biliar. En cambio las carnes y huevos que la activan son de ex- celente resultado para su curación: Este solo ejemplo es tan elocuente, que por sí solo nos demuestra la necesidad de precisar el diagnóstico de las dispepsias y la importancia de la Coprología para ese diag- nóstico diferencial. Sin-el «coneurso de ella no se podría llegar al: conoci- miento preciso de que las dispepsias duodenales pueden reconocer como causa no:sólo aquellas que dependen del intestino mismo, sino también de sus glándulas accesorias; hígado y páncreas así como: también: cuando conjunta ó separadamente sus secreciones respectivas cooperen al acto digestivo, Ú se encuentran disminuidas ó suprimidas. Por otra parte, el análisis químico de los desechos es: crementicios intestinales viene 4 ser como la demostración dela sintomatología clínica, la demostración evidente en- tre el trastorno patológico y el síntoma que lo determina. Tanto los síntomas funcionales como los físicos y gene- les se encuentran lógicamente explicados. Así se:advierte en las dispepsias de: causas pancreáticas, confirmada por el análisis coprológico; el estado de la lengua será normal; este signo es constante en la dispepsia duodenal,: sea cual fuere su causa.: El apetito será extraordinario, polifagia. Hay también polidipsia. El dolor que será 2 6 3 horas después de las comidas, estará situado ¿4 ¿la izquierda de la línew alba, sobre la glándula pancreática irradiándose hacia el lombo del mis- mo lado: La diarrea que es constante en la perturbación panereáti- ca será grasosa, fácilmente reconocible, esta esla sthearrea. 320 ANALES DE LA La palpación de la región periumbilical izquierda de- mostrará un páncreas aumentado y doloroso. Tinte terroso, caquéctico, acompañado de extrema de- bilidad. y marchitez, adelgazamiento extraordinario sin justificación aparente, dada la gran cantidad de alimentos ingeridos: pero que después del análisis coprológico que- dará demostrado, toda vez que las heces presentarán los ' carácteres ya enumerados en la inhibición pancreática en que el coeficiente de utilización intestinal será casi nulo, el desgaste orgánico no será repuesto, y la bancarrota orgánica, por supuesto, será la consecuencia fatal. Ahora de otra manera; hagamos un ligero recorrido como éste, en las dispepsias duodenales, de causa hepátic confirmada por el análisis. El apetito será escaso ó nulo, puede llegar á la anorexia, ó ála repulsión absoluta de ciertos alimentos, como las erasas y las carnes; hecho explicable según dice P. Gaul. tier (1) des spués de las experiencias de Pawlow sobre las secreciones psíquicas y electivas de los jugos digestivos. El dolor tendrá su asiento en el hipocondrio “derecho sobre la glándula biliar; irradiándose en ocasiones hasta determinar escapulalgia. El prurito nocturno es muy frecuente, como pasa en las afecciones hepáticas con reapsorción biliar. La diarrea puede existir; pero en este caso puede ser la falsa diarrea del constipado, diarrea por la defensa que realiza la mucosa rectal al sentirse irritada por la copros- clerosis que es un signo constante y que éste á su vez es la resultante de la constipación en otras Ocasiones. La palpación de la región hepática indicará anormalidad en la glándula: que se encontrará pequeña d grande, y en su consecuencia se observará circulación colateral en las paredes del vientre y dolores 4 molestias hemorroidales. La demacración no será tan rápida como en la dispepsia pancreática; el color será de tono más acentuadamente amar ¡llento, aunque el ¡ctero no es constante. Por lo expuesto se y é como el sindrome coprológico que no es más que la resultante de la fisiología patológica, (1) R. Gaultier. Tesis citada. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 321 en mutua correspondencia, nos explican la sintomatología del proceso complejo denominado dispepsia duodenal, También queda demostrado con razones en mi concepto bastante probatorias que la Coprología y la Clínica tienen que prestarse mutua ayuda, que sin esa íntima asociación no se puede llegar de una manera positiva 4 un diagnós- tico preciso. Y lo que es la consecuencia inmediata del diagnóstico, sin esa exploración conjunta no se podría llegar 4 un tra- tamiento racional y lógico. Con todo lo expuesto creo haber conseguido demostrar el enunciado de esta tesis. He terminado: pero antes de abandonar este lugar quie- ro dejar consignada la convicción íntima. que abrigo que estos estudios tan importantes para la semiología intestinal, como lo es la urología para la semiología renal, palabras de Gaultier, entre nosotros harán fortuna; se les prestará la atención que el asunto merece, contará la clínica con este poderoso auxiliar, que si hasta aquí no hemos apro- vechado, disculpado estamos por boca del eminente maes- tro Alberto Robin (1) cuando en el seno de la Academia de Medicina de París ha dicho en diciembre del año-retro próximo, literalmente así, “El examen de la materias fecales, muy descuidado hasta aquí, suministrará todavía útiles enseñanzas.” (1) Bulletin Général de Thérapeutique. decembre 15 de 1905. 322 ANALES DE LA A A PA PP o Acta de la sesión pública ordinaria del 9 de marzo de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número.—Dres. E. B. Barnet.—A. Bos- que.—T. V. Coronado. J. N. Dávalos.-- J. Diago.—D.' Hernando Seguí. —J. Le-Roy.-—M. Ruiz Casabó,—E. Saladrigas. —J. A. Valdés Anciano.— P. Valdés Ragués.—F. I. de Vildósola. Leida el acta de la sesión anterior (23 de febrero) fué aprobada. La Secretaría da cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las si- guientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Estado y Justicia, invitando á la Aca- demia á la recepción del Sr. E. W. Morgan, Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos de América en esta República. Del Subsacretario de Agricultura, Industria y Comercio, solicitando una copia del Informe emitido por la Academia, sobre desnaturalización de los alcoholes. Del mismo, acusando recibo del Informe á que se contrae la anterior comunicación. Del General Leonardo Wood, remitiendo á la Academia una obra publicada por el Gobierno de los Estados Unidos de América sobre el archipiélago filipino. Del Dr. Luis Montané, participando haber sido designado por el Go- bierno de la República para representarla ante el Congreso de Antropo- logía y Arqueología Prehistóricas que se celebrará en Mónaco y solici- tando á la yez ostentar la representación de la Academia en el VI Con- ereso Internacional de Antropología Criminal que se celebrará en Turín á fines del mes de abril. Salida.—A la Subsecretaría de Agricultura, Industria y Comercio, re- mitiéndole él número de los ANALES en que está publicado el Informe sobre la desnaturalización de alcoholes que solicitó, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 223 A la.Secretaría de Gobernación, remitiéndole los Informes, acerca de los preparados farmacéuticos, aprobados el 23 de febrero. A la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, id., .id., sobre ¡una solicitud de patente de invención por un aparato eléctrica para el calzado, aprobado en dicha sesión y solicitado por aquel Centro. El Sr. Presidente da cuenta de haber asistido en representación de la Academia á la recepción del Sr. Ministro Plenipotenciario de los Es- tados Unidos de América y al entierro de la señora viuda del que fué Académico Dr. Joaquin G. Lebredo. Antes de entrar en la orden del día, y á propuesta de la presidencia se somete á la consideración de los señores Académicos la solicitud del Dr. Luis Montané, para llevar la representación de la Academia ante el VI Congreso Internacional de Antropología Criminal que tendra lugar en Turín, Por unanimidad fué acordado dicho nombramiento. El Dr. José A. Valdes Anciano, ocupa la tribuna y expone: que en el curso de Enfermedades nerviosas y mentales, que explica en la Facultad de Medicina, ha tenido ocasión de observar varios casos de sífilis del sistema nervioso, de entre los cuales ha escogido los tres casos que pre- senta y cuyo relato sucintamente hace. Se trata en el primero de un hombre de 38 años, que hace solo 14 meses contrajo la sífilis, y el que desde hace unos cinco meses viene ofreciendo los fenómenos nerviosos. Es un ejemplo de los más típicos de la forma descrita por Erb, en 1592, de «Parálisis espinal sifilítica de Erb.» Su característica es una para- plegia espasmódica incompleta que ha evolucionado progresivamente, con exageración de los reflejos tendinosos y de: clonus del pie. No ofrece desórdenes tróicos y sometido ú un tratamiento adecuado, mejo- ra visiblemente. El segundo enfermo que presenta es un hombre de 39 años, que hace 4 contrajo la sífilis. Este enfermo ofrece la marcha tabeto-espasmódica por lo que se comprende están interesados los cordones posteriores y laterales. Muy marcados han sido los trastornos de la sensibilidad: anestesia plantar, y también de la vejiga y del recto. Está actualmente bastante mejorado. Esta forma, bastante rara, se le da el nombre de pseudo tabes sifilítica, de forma combinada, pues sus expresiones sinto máticas no son otra cosa, que la expresión de territorios medulares in- teresados por el proceso sifilítico. El tercer caso se refiere á un hombre de 32 años que adquirió su sí-- filis hace 6. Se trata de una hemiplegia con contractura, lo cual es de- 324 ANALES DE LA bido á una lesión cerebral, arteritis, ó placas de meningitis, que han in- teresado la zona motriz, y que han dado por resultado una degenera- ción consecutiva de las vías piramidales. La contractura ha ido ce- diendo á virtud del tratamiento. La casualidad le ha hecho encontrar en este caso, un fenómeno insólito, que no tiene fácil explicación. Está exaltado el refiejo patelar del lado derecho, y ligeramente el izquierdo. Al percutirse el tendón rotuliano, del lado izquierdo, que es el sano, el fenómeno de la rodilla se produce de una manera normal; pero al peren- tir el tendón rotuliano del lado derecho, á la vez que se produce el re- flejo correspondiente, se levanta bruscamente el brazo izquierdo, flexio- nándose, al par que la mano, ascendiendo sobre la cabeza. Este caso es notable, por que á más de tratarse de un reflejo eruza- do, cuyo hecho se observa muy raramente, este reflejo no se presenta al mismo nivel, es decir en la pierna opuesta, sino en el miembro superior, cuyo centro se halla situado en la médula á un nivel mucho más alto. Señala por hoy este fenómeno, sin poder dur verdadera cuenta de su ex- plicación psiopatológica. ¡Sabido es que el trayecto de las vías de aso- ciación intramedulares, es todavía, uno de los asuntos más oscuros de la anatomía del sistema nervioso. El Dr. Enrique Saladrigas usa de la palabra para felicitarle por los ca- sos presentados y muy especialmente por el del reflejo que él llama con mucha razón paradoxal. Los Dres. Gustavo López y Juan Santos Fernández también le felici- tan. Con lo que se da por terminada la sesión pública, constituyéndose la Academia en otra de Gobierno. QU ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 32 SIFILIS DEL SISTEMA NERVIOSO. PRESENTACION DE VARIOS TIPOS CLINICOS. REFLEJO CRUZADO PARADOXAL POR EL Dr. José A. Valdés Anciano y alumno A. García Casariego. (Sesión del Y de marzo de 1906) Durante el tiempo que lleva de establecido el curso de “Enfermedades Nerviosas y Mentales” de la Facultad de Medicina, hemos tenido oportunidad de poder observar un buen número de casos, algunos muy interesantes, de sífilis del sistema nervioso, y hemos querido aprovechar la casualidad que se nos presenta de ofrecer á la conside- ación de esta docta Corporación algunos de estos casos, que bien por la forma típica con que evolucionan d bien por la presencia de fenómenos insólitos en uno de ellos, nos han parecido dignos de ser señalados. 4 No entramos en consideraciones generales sobre la ma- teria y sólo nos limitaremos ¿ la presentación objetiva de tres de estos casos señalando el tipo de cada uno de ellos y poniendo de manifiesto los síntomas especiales que los caracterizan. 1.—El primer caso es un hombre de 38 años; hace 14 meses contrajo su sífilis, datando los fenómenos nerviosos de cinco meses. Es un ejemplo de los más típicos de la forma descrita por Erb, en 1892, y que se conoce con el nombre de parálisis espinal sifititica de Erb. Como podeis observar, su característica es una paraplegia esposmódica incompleta, que ha evolucionado de una manera progre- siva; los trastornos de la sensibilidad han sido muy ligeros estando constituídos por sensaciones de entumecimiento y hormigueo; la marcha, como veis, presenta el tipo es- pasmódico característico, con exageración de los reflejos tendinosos y clonaus del pie. No hay desórdenes tróficos, y el enfermo sometido 4 un tratamiento adecuado mejora erandemente. 2.—El segundo caso es un hombre de 29 años de edad, 326 ANALES DE LA que contrajo, su sífilis hace cuatro años, habiéndose pre- sentado las primeras manifestaciones nerviosas hará cosa de sels meses. En este caso los cordones posteriores y laterales están interesados, podeis convenceros con solo ver la marcha particular de este enfermo: marcha tabeto-espasmódica. Los trastornos de la sensibilidad han sido muy marcados: anes- tesia plantar, anestesia de la vejiga y del recto. Trastornos que en la actualidad han mejorado mucho conjuntamente con el estado general del enfermo. Los reflejos tendinosos están muy exagerados y el clonus es todavía más marcado que en el caso anterior. Esta forma, bastante más rara que la precedente, se conoce con el nombre de pseudo-tabes sifilitica de forma combinada. y sus manifestaciones sintomáticas no son más que la expresión de los territorios medulares que están interesados por el proceso sifilítico. 3.—El tercer caso es un hombre de 32 años; contrajo. su sífilis hace 6 años, habiendo seis meses que se presen- taron los fenómenos actuales. En este caso se trata de una hemiplegia con contractu- ra, hemiplegia que es debida á una lesión cerebral: arte- ritis, Ó placas de menigitis, que interesan la zona motriz y que ha dado lugar 4 una degeneración consecutiva de las vías piramidales. La contractura al principio muy marca- da en este enfermo ha ido cediendo gradualmente al tra- tamiento específico. En la actualidad puede abrir la mano y separar los dedos, cosa que anteriormente no le era posible. La casualidad nos hizo descubrir en este caso un fenó- meno que por lo insólito, y más que nada, por lo difícil de su explicación fisio-patológica, nos ha parecido de mucha importancia por su rareza y por no haber podido encon- trar en la literatura médica, nada que á ello haga referencia. En este enfermo está exaltado el refljo patelar del lado derecho y ligeramente el del lado izquierdo. El reflejo de cosquilleo plantar da lugar, según su intensidad 4 movi- mientos anormales que se propagan á los cuatro miembros. Si percutimos el tendón rotuliano del lado izquierdo (lado sano) el fenómeno de la rodilla se produce de una manera ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 327 normal; pero si percutimos el tendón rotuliano del lado derecho, á la par que se produce el reflejo correspondien- te, el brazo izquierdo se levanta bruscamente, flexionán- dose, al mismo tiempo que la mano asciende por encima de la cabeza, sin que se observe ningún otro reflejo por propagación, como cuando provocamos el cosquilleo plan- tar; habiendo podido observar que la intensidad con que este reflejo cruzado se manifiesta, está en razón directa de la fuerza con que hayamos practicado la percusión. Este caso nos parece notable porque 4 más de ser un reflejo cruzado, hecho que se observa bastante raramente, este reflejo no se presenta 4 un mismo nivel, es decir, en la pierna opuesta, sino en el miembro superior, cuyo centro se halla situado en la médula, 4 un nivel mucho más alto. Nos limitamos pues, sencillamente á señalar este fenó- meno, sin que podamos á la hora actual darnos una expli- cación fisiopatológica que nos satisfaga. Sabido es que el trayecto de las vías de asociación intramedulares es toda- vía, hoy por hoy, uno de los capítulos más obscuros de la anatomía del sistema nervioso. 328 ANALES DE LA INFORME SOBRE TRABAJOS PRESENTADOS POR EL DR. JOSE H. PAZOS PARA ASPIRAR AL TITULO DE SOCIO CORRESPONSAL POR EL Dr. Pedro V. Ragués (Sesión de Gobierno del Y de marzo de 1906) En cumplimiento del artículo del Reglamento de nues: tra Corporación que dispone el informe previo de los tra- bajos presentados por los señores que aspiran al título de socio corresponsal de la misma y vistos los del Dr. José H. Pazos, de San Antonio de los Baños, tengo el honor de exponer: Que los trabajos remitidos á esta Academia por el Dr. Pazos para que se le dispense el título de socio corresponsal, son los siguientes: Una caja conteniendo una preciosa colección de dípte- ros, de la familia Culicidae, con ejemplares del Stegomyia fusciat (trasmisor de la fiebre amar illa) y del Anophe- les (del paludismo), así como otros del género Culex dos ejemplar es de la familia de las Atéricera, tribu de las Múscidas, género Compsomyia, especie macellaria. Todos estos ejemplares han sido recogidos, preparados y clasifi- cados por el Dr. Pazos. Además otros muchos ejempla- res no clasificados se encuentran en tan preciosa colec- ción y están destinados á renovar á los que, por el uso, ú otro accidente, sean inutilizados. Este valioso presente satisface una necesidad de nuestros Museos, que no con- taban con una tan buena colección de mosquitos. Un impreso de 12 páginas sobre la Anatamáa y morfo- logía del mosquito, dedicado al Dr. Guiteras, y en el cual impreso describe el Dr. Pazos, los órganos de este insecto y especialmente el aparato vibario y termina con las con- diciones referentes ú la clasificación del Stegomyia fascia- ta, recordando que fué el Sr. Felipe Poey, quien llevó los ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 329 primeros ejemplares de este insecto 4 París (años 1817 á 1820) en donde fué clasificado dicho insecto por monsieur Robineau Desvoidy con el nombre de Culex mosquito. Este impreso está ilustrado con numerosos erabados que se deben también al Dr. Pazos. También presenta el Dr. Pazos el núm. 6, tomo 5.2 del periódico Revista de Medicina Tropical en el cual, pági- na 89, aparece publicado un artículo sobre la Compsomyia (Lucilia) macellaria, en el que, después de algunas consi- deraciones sobre la clasificación de este díptero, trata de sus caractéres morfológicos, ilustrados con buenos graba- dos y termina con la biología, la que toma del doctor R. Blanchard, copiando el texto en idioma francés y ex- poniendo antes que, por carecer de larvas, no ha podido hacer observaciones propias y, por consiguiente, no le es posible publicar la metamórfosis de mosca tan perjudicial al hombre y á los animales. Es nuestro parecer que los trabajos presentados por el Dr. Pazos para aspirar al título de socio corresponsal de esta Academia son suficientes para demostrar que tan dig- no compañero es merecedor de esa recompensa, pues acu- san al hábil entomólogo y. al clasificador científico, al práctico que colecciona y prepara, y al sabio que clasifica y describe. Además, el Dr. Pazos es miembro correspon- sal de prestigiosas sociedades científicas extranjeras, como la Entomológica de París, y otras. Hace muchos años que ejerce la profesión médica en San Antonio de los Ba- ños en donde es estimado por la bondad de su carácter, la nobleza de sus sentimientos y amor ¿ las Ciencias Natu- rales, 4 las que dedica sus horas de descanso y sus mejo- res recursos. Es el Dr. Pazos el modesto obrero de la medicina á. la vez que el comentado entomólogo. A la consideración de los Sres. Académicos presentes tengo el gusto de so- meter la aprobación del título de socio corresponsal de esta Academia á favor del Dr. José H. Pazos, de San Antonio de los Baños. 330 ANALES DE LA A AAA AAA AENA AN TRAEN ENE Acta de la sesión pública ordinaria del 23 de marzo de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. E Secretario(—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. —De número: Dres. J. P. Alacán.—G. Aróste- gui.—E. B. Barnet.—T. V, Coronado.—M. Delfin.—J, Guiteras.—J. Ja- cobsen.—J. Le Roy.—F. Paradela.—E. Pardiñas.—I. Plasencia.—J. A. Presno.—M. Ruiz Casabó.—J. A. Valdés Anciano.—A. Varona. Leida cl acta de la sesión anterior (9 de marzo) fué aprobada. La Secretaría da cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las si- guientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Gobernación, escritos números 4688, 4689, 5149. 5150, 5151 y 5174, acera de preparados farmacéuticos. De la Secretaría de Estado y Justicia, invitando á la Academia á la recepción del Sr. Ministro Plenipotenciario de la República de Nicaragua Sr. Luis F. Correa. Del Dr. Francisco M* Héctor, remitiendo un trabajo con opción al título de Académico corresponsal en Guanabacoa. Salida.—A1l Dr. Luis Montané, participándole su nombramiento de representante de la Academia ante el VI Congreso Internacional de An- tropología Criminal que se ha de celebrar en Turín. Al Rydo. Obispo de la Habana, dándole las más expresivas gracias por su donativo de terrenos en el cementerio de Colón, para la Academia. Al Dr. T. V. Coronado, nombrándolo ponente para que informe acer- ca del trabajo presentado por el Dr. F. M. Héctor. Entrando en la orden del dia se concede la palabra al Dr. José P. Alacán, quien da lectura á un INFORME acerca de los preparados farma- céuticos presentados á la Secretaría de Gobernación por el Dr. E. Sarrá, denominados: jarabe Roche de thiocol; comprimidos de thiocol y santal Monal au bleu de methylene, preparados respectivamente por los docto- res Ch. Weis, de París y E. Monal, de Nancy. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 331 El ponente opina que se puede aceptar la introducción y venta de los dichos productos, en esta República. Sometido á discusión, fué aprobado este informe. El propio Dr. Alacán, pide informar en esta misma sesión acerca de los escritos números 5150 y 5174 relativos á la Herpetine Durel y al «Tra- tamiento inglés Alarcón de Marbella,» pero la presidencia le suplica emita dichos informes por eserito, y por tanto posponga su trabajo sobre estos asuntos para la próxima sesión. Así se acuerda. El Dr Munuel Delfin da lectura á su trabajo anunciado en la orden del dia intitulado: LOS ARTICULOS 50, 77, 719 y 81l DE LAS ORDE- NANZAS SANITARIAS. En este trabajo el autor pide: 1. Que la Academia apruebe ó re- chace por votación nominal este informe. 2.” Que la Academia se dirija al Sr. Presidente de la República, en súplica para que el artículo 50 del capítulo 5. de las Ordenanzas Sanitarias sea redactado en la forma siguiente: Se prohibe la venta de cualquier alimento, condimento, be- bidas ó especias ú4 las cuales se les haya substraído en todo ó en parte un constituyente de valor alimenticio, ó se le haya mezclado con otras sustancias aunque sean de las que naturalmente contenían,-y así mismo se prohibe emplear el nombre de dichas sustancias naturales, en la venta, cuando no sean completamente puras. Suprimiéndose por com- pleto los artículos que no estén de acuerdo con éste. El Dr. Barnet dijo que pedía el primero la palabra porque deseaba ser el primero en felicitar al Dr. Delfin por el interesante trabajo que acababa de leer, como una gallarda prueba de su asídua dedicación á to- do lo que se relaciona con asuntos de higiene y, en particular, con nues- tra salud pública, Pero que, en medio de la brillantez de su trabajo, el Dr. Delfin hace manifestaciones tan concretas respecto á las nuevas Or- denanzas Sanitarias, en un sentido tan ajeno á las mismas, que no puede menos de combatirlas para que no se extravíe la opinión de los Acadé- micos ni del público, al venir aquellas manifestaciones de un profesor de competencia tan reconocida en la materia como lo es el doctor Delfin. Y en este particular, tal parece que el Dr. Defin ha leido á la ligera las Or- denanzas Sanitarias, porque al amparo de éstas no se puede vender, co- mo asevera, vino ampliado, leche adulterada, ni otras substancias alimen- ticias falsificadas ó mezcladas, autorizados los vendedores por el artículo 50 de dichas Ordenanzas, que es el que sirve de base al trabajo del doctor Delfin. 332 ANALES DE LA Y El Dr. Delfin se apoya para su argumentación únicamente en el mencionado artículo 50, presentándolo aislado, escueto, sin relación ó trabazón alguna con otros artículos del mismo capítulo de las Ordenanzas relativos á las substancias alimenticias, cuando existe realmente un en- lace ó conexión de unos artículos con otros, y de los que se ha abstenido de hacer referencia el Dr. Delfin. Es claro que presentado el asunto como él lo presenta, basado en el ya citado artículo 50, cualquier sujeto pudie- ra poner á la venta leche aguada, vino ampliado, etc., si les pone un letrero ad-hoc y advierte al comprador la mezcla efectuada, en el acto de la venta. Empero el Dr. Delfin no ha tenido en cuenta los artículos 61, 62, 63, 64, 66, 85, 86, 107, 109, etc., que señalan determinadamente las condiciones que deben reunir tales substancias y las prohibiciones para su venta, con la sanción penal correspondiente. No se puede vender, no, porque las Ordenanzas lo prohiben.de manera precisa, vino ampliado ni leche aguada, ni mezclados con ninguna substancia extraña á su compo- sición natural. Quede esto bien establecido. Las Ordenanzas Sanitarias han sido redactadas con toda la medita- ción y estudio que su importancia requerían y discutidos artículo por artículo en el seno de la Junta Superior de Sanidad, después de haberse distribuido á cada uno de sus miembros una copia de ellas. Para ciertas cuestiones la Junta tuvo la buena precaución de asesorarse de peritos que la ilustrasen, uno de ellos el químico Dr. Pardiñas, Académico aquí presente y muy conocedor de la química bromatológica, por ser su espe- cialidad en el Laboratorio de la isla de Cuba. Y para aquellos puntos de carácter legal, se ha consultado no sólo al letrado de la Junta sino á la Secretaría de Gobernación. El Sr. Presidente de esta Academia, que en- tonces era miembro de la Junta Superior de Sanidad, puede dar fe de mis palabras. Las Ordenanzas son, pues, el resultado de un estudio muy detenido, no sólo de nuestras necesidades locales sino de todos los reglamentos ú ordenanzas análogas del mundo. Y el espíritu de ese artículo 50, objeto del ataque del Dr. Delfin, es precisamente para impedir el fraude y se encuentra consignado en todos los reglamentos extranjeros y precisa- mente en las publicaciones del Departamento de Agricultura de Washing+- ton, así como en el Código Sanitario de Italia. No se comete fraude si el expendedor vende aceite de algodón, de ajonjolí, de maní, etc., óleo- margarina, manteca artificial, azafrán mezclado, chocolate de cacao y al- mendros, etc., y pone claramente en las etiquetas de los envases la com- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 333 posición del producto y se lo adyierte al comprador en el acto de la venta. Esto es lo que exige el artículo 50. Asi no existe fraude, no hay engaño. Si el comprador destina 4la mesa, como de olivas, aquellos aceites; aquella óleo-margarina como mantequilla, aquella manteca arti- ficial como pura de cerdo, lo hará por su propia voluntad, no porque se le haya engañado. Y hay más: la mezcla nunca será permitida con subs- tancias nociyas á la salud, porque entonces el hecho sería constitutivo de delito y se daría parte á los tribunales de justicia. Claramente lo expre- san las Ordenanzas. No hay ley ni derecho alguno para oponerse á la prescripción del artículo 50. No es posible impedir á nadie que venda un azafrán mezclado con substancias inofensivas si expresa su composición en el rótulo del envase y se lo advierte al comprador: por ejemplo, aza- frán con azúcar, glicerina ó bicarbonato de soda, sobre todo cuando to- dos sabemos á las dosis mínimas en que se emplea el azafrán en el arte culinario. No es posible prohibir eso, como no es posible prohibir el que cualquiera compre en una farmacia un frasco de gránulos de digitalina ó de otro medicamento peligroso, ó una botella de alcohol y los ingiera con grave daño para su salud ó su vida. Y en este caso no es del todo apropiada la comparación, porque aquellos medicamentos y el alcohol son nocivos á la salud en dosis altas, mientras que para las substancias á que se refiere el artículo 50 han de tener completa inocuidad, pues'de lo contrario caerían de lleno dentro del artículo 47 y, por consiguiente, en la acción de los tribunales de justicia. Puede creer el Dr. Delfin y pueden creerlo los Académicos presentes, que con el articulado correspondiente al Capítulo V, de las Ordenanzas Sanitarias, en lo que respecta á Alimentos y Bebidas, la salud pública se encuentra perfectamente garantida. Exigir otra cosa sería pretender llegar al ideal, sería pretender lo imposible, y para ello se opondría no sólo la realidad, sino también la carencia de ley alguna en que para dis- posiciones tan absolutas como las que pide el Dr. Delfin pudieran apo- yarse unas simples ordenanzas ó reglas, derivadas siempre de una ley orgánica. Es todo cuanto tenía que decir acerca del, por otra parte, excelente trabajo del Dr, Delfin. El Dr. Delfín arguye manifestando que: prescindía de lo del califica- tivo de ligereza y se concretaba á lo que constituía el objeto de su traba- jo; desde luego esperaba que el Dr. Barnet, tomaría la defensa de las Ordenanzas, y que tenía la seguridad de que en la Junta no había ningún 334 ANALES DE LA o 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 vocal que entendiera de bromatología; que allí los que estaban eran hombres ilustrados, pero que ninguno de ellos se había dedicado á esos estudios, siendo éste el motivo de haber aceptado esas Ordenanzas con esos artículos que pugnan con la razón. Cree que los paises citados por el Dr. Barnet no se hallan en las condiciones de Cuba; que es un grave error de algunos cubanos querer aplicar al pueblo cubano leyes y proce- dimientos de otros países de distinta cultura. Explicó la ampliación del azafrán, diciendo que era lo mismo que si para aumentar el peso de una moneda de plata se le añadiese plomo, siempre resultaría una moneda fal- sa. Insistió en lo del nombre de las mantecas y en que la Academia apruebe su informe, y que por votación nominal se haga la aprobación de las conclusiones de su trabajo. Los Dres. Barnet y Jacobsen se oponen á esta última petición. El Dr. Santos Fernández manifiesta que: la Academia debe de aceptar el trabajo del Dr. Delfin, como trabajo presentado á la Corporación, pero, que dada la gravedad de las conclusiones que propone el autor, estima que debe nombrarse una comisión que, estudiándolo detenidamente, dictamine acerca de los puntos tratados y propuestos. Los Dres. Coronado y Pardiñas son de la misma opinión de la presi- dencia. Entonces ésta propone el nom bramiento de una comisión forma- da por los doctores Alacán, Ruiz Casa bó y Pardiñas. El Dr. Pardiñas se excusa de formar parte de dicha comisión, basán- dose para ello, en que él contribuyó de una manera directa en el estudio y preparación de las referidas Ordenanzas Sanitarias. La presidencia propone sustituir al Dr. Pardiñas con el Sr. F. Para- dela. La Academia aceptó dicho cambio y quedó por tanto nombrada la comisión que ha de dictaminar acerca del trabajo del Dr. Delfin, consti- tuida por los Académicos Ruiz Casabó, Alacán y Paradela. Con lo que se dió por terminada la sesión pública y quedó consti- tuida la Academia en otra de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 335 INFORME ACERCA DE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 23 de marzo de 1906) Se refiere á los siguientes: Jarabe Roche de thiocol y comprimidos de thiocol, pre- parados por Ch. Weis, de París. Santal Monal au bleu de methylene, preparado por E. Monal, de Nancy. Este informe fué aprobado. LOS ARTICULOS 50, 77 Y 81 DE LAS ORDENANZAS SANITARIAS POR EL DR. MANUEL DELFIN (Sesión del 23 de marzo de 1906) He sentido verdadera satisfacción al leer en la Gaceta Oficial, correspondiente al día 12 de enero del presente año, las nuevas Ordenanzas Sanitarias que por decreto presidencial han sido aprobadas y puestas en vigor. Y digo que he sentido verdadera satisfacción, porque en ellas se condensan mis grandes esfuerzos en bien de la sa- lud pública, y porque ellas realizan el ideal que he sus- tentado durante mi vida científica, sobre todo en época no muy lejana en que se me tenía por tonto ó inocente por lleyar al pueblo de Cuba los grandes ideales de hi- viene y saneamiento. Entonces, señores, no había en Cuba, sino cuatro ó seis que soñaban con el mejoramien- to de nuestro estado sanitario, y que creían que solo por la higiene lograríamos la perfección de nuestra raza. — 11 tiempo (ese grandísimo indiscreto, como decía el poeta) nos ha dado la razón y nos la irá dando poco á poco en 336 ANALES DE LA otros asuntos que constituyen hoy el objeto de nuestros esfuerzos. Pero como toda obra humana resulta con lunares más ó menos perceptibles, como la infalibilidad y la perfectibili- dad son cualidades exclusivas de la suprema inteligencia, traigo á vuestra consideración mis opiniones sobre varios puntos de esas Ordenanzas, que por la trascendencia que pueden tener para la salud de todos, deben ser objeto de un acuerdo maduro y razonado de esta docta Corporación. Doy preferencia al Capítulo 5.2 porque en él se trata de la higiene bromatológica. El artículo 50 de ese capítulo dice: “Se prohibe la ven- ta de cualquier alimento ó bebida al que se le haya sus- traído en todo 6 en parte un constituyente de: valor ali- menticio, ó se le haya mezclado con otras sustancias, sino se especifica claramente su composición en el rótulo del envase y se le advierte al comprador.” Fíjense los señores Académicos que me escuchan, en el artículo que he leído, y que para mejor comprensión vol. veré á leeros. Por este artículo se pueden vender azafrán adulterado, vino ampliado, leche adulterada, mantequilla falsa, man- teca adulterada, etc., ete., siempre que el vendedor espe- cifique en su rótulo las v: ariaciones que haya hecho al pro- ducto y siempro que lo advierta al comprador. Desde luego entrarán en juego las ampliaciones. Yo deseo saber, señores Académicos, 4 qué se da entre nosotros el nombre de ampliación de un producto. Am- pliar, según el Diccionario, es dilatar, extender; pero am- pliar en concepto industr ¡al es realizar el milagro de los panes y peces ó el de las bodas de Canaam. “Si se trata de un vino es hacer de una pipa, diez; si se trata de un azafrán es hacer de una libra, cien. 1 ¿De qué sirve que en el envase se escriba como orde- nan los artículos 77, 79 y 81, con caracteres romanos, un rótulo que el contenido de una pipa de vino, de una caja de azafrán ó de una cuarterola de manteca no es sino vino ampliado, azafrán amplido, manteca artificial? El consumidor va rara vez 4 hacer por sí mismo las compras, siempre las realizan el criado, el cocinero ú otro ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 331 cualquiera; y á éstos, bien porque no sepan leer, Ó porque el envase se halle oculto á la vista del comprador 4 por- que de estas cosas no entienden, fácil es el engaño, que resulta en perjuicio de la salud del consumidor, “el fraude se realiza. ¿Y si el consumidor come en un hotel, fonda Ó restaurant? ¿Leerá esos letreros á que se refiere el ar- tículo mencionado? Yo me explico que el que compra una lata de mante- ca, Ó una de mantequilla, ó una lata de azafrán pueda ver si es ó no azafrán puro ó manteca, 6 mantequilla legítima; porque sobre la lata se puede poner el letrero que se in- dica. Todo esto no es más que autorizar el fraude. En los tiempos coloniales hizo grandes esfuerzos la casa de Orta y Compañía para obtener autorización para realizar la ampliación de sus vinos y no lo pudo conseguir nunca; si hoy esos ú otros señores se propusieran lo mismo lo lo- erarían sin duda, porque el artículo 50 de las nuevas Or- denanzas Sanitarias se lo consiente, siempre que pongan el consabido letrero sobre el envase, que bien puede ser la pipa que se halla en la tr astienda. Yo no me doy cuenta de los motivos que haya tenido la Junta Superior de Sanidad para redactar en es. forma el artículo 50, y los que de él dependen, sobre los ali- mentos. En ningún caso debe autorizarse la venta de sustancias naturales modificadas por los industriales valiéndose de otras que las imiten. El nombre del producto natural debe suprimirse y solo quedar el del nuevo producto. El vino, por ejemplo, es el producto de la fermentación de la uva; todo lo que esto no sea, es un fraude, si se ven- de con el nombre de vino. Este producto natural tiene su composición elemental bien definida: su alcohol, su materia colorante, su agua, sus sales, etc., están compren- didas dentro de límites que no pueden transgredirse sin caer en el fraude. El azafrán (y me fijo en esta sustancia, porque en estos días se ha concedido patente 4 un señor para ampliarlo) es un producto natural que contiene una materia coloran- te que se emplea como condimento, para dar color y sa- 338 ANALES DE LA bor á las comidas. ¿Cómo ampliar al azafrán? Todo lo que no sea la parte de la planta que se emplea, con su materia colorante natural, es un frande. La manteca de cerdo, que es la que se emplea para las preparaciones culinarias, tiene su Índice. conocido, sus elementos constituyentes son fijos; si se le añaden otros cuerpos grasosos pierde su valor culinario y no es mante- ca de cerdo, debe pues quitársele el. nombre de manteca en el recto sentido que tiene en bromatología y solo se debe expender con otro nombre. En todos los países del mundo civilizado se están po- niendo los medios para evitar el fraude en los artículos que sirven para la alimentación, y se pone empeño en po- ner en seguro la salud y la vida del pueblo consumidor. Si ese artículo 50 del capítulo 5.2 de las Ordenanzas Sa- nitarias no se modifica dando garantías al pueblo, resulta- rá hoy más fácil el fraude que en todos los otros tiempos; porque se basará en las concesiones de la misma ley. La mantequilla y la manteca no son productos cubanos, ambos prornetos se importan del extranjero; de manera que con el artículo 50, tal y como está redactado en co- rrelación con el 79 y 81 hacemos la ganancia de comer- ciantes extranjeros con perjuicio de nuestras industrias y con grave detrimento para la salud del pueblo. Durante el año de 1903, según las estadísticas oficiales, entraron en Cuba 42,850,177 libras de manteca, con un valor de $2.900,191. Y en el año 1904 entraron 44 mi- llones 793, 457 libras con un valor de $2 626,479, Tan pronto como en la República vecina se enteren de la impubidad de que disfrutarán en Cuba los falsificadores de ese artículo, inundarán esta plaza las más torpes y as- querosas mantecas; pues se puede afirmar que hoy ya el cuarenta por ciento de las que entran sufren adulteracio- nes en el lugar de su fabricación. Ha de bastar á los fa- bricantes poner en las cuarterolas y alguna vez en la lata, manteca artificial, que se nos dará como legítima de cer- do, sin pensar en que el cerdo no puede ser A EGIAN El artículo 81, copiado á la letra dice: “Los comercian- tes é industriales que expendan bajo las denominaciones de MANTECA, MANTECA COMPUESTA, ó cuales- p] ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 339 quiera otras sustancias que, sin ser manteca pura de cerdo se asemejen á la misma ó puedan confundirse con ella por su sabor 6 aspecto, quedarán obligados 4 informar al com- prador ó consumidor, al tiempo de la venta, que dichas sustancias no son MANTECA DE CERDO y á poner en los envases que las contengan un rótulo que diga en cas- tellano, con caracteres romanos de uno y medio centíme- tro cuadrado, por lo menos, impre eso de un modo inteligi- ble y duradero y en lugar más visible de los mismos: MANTECA ARTIFICIAL.” ¿hor qué se ha de llamar mantec: Aca, cuando el nombre de manteca es el que se presta al fraude? ¿Por qué no se le ha de dar el nombre de sed ú otro que esté más en harmonía con sa composición y que no lleve el engaño al público? Si ji ley se dicta para poner á sal; vo la salud pública, ¿qué razón tiene la Aia a de Sanidad para hacerle creer al consumidor que aquello que se va d vender es manteca de cerdo artificial? Sabemos de sobra que por ese artículo 81 solo se nos dará una grasa completamente distinta de la de cerdo. Aquí sabemos, lo que se sabe en todo el mundo, que el que vende, lo que desea es explotar su negocio y que maldito lo que le preocupa la salud del que le compra. Para cuidar de esa salud están los organismos sanitarios, que no deben preocuparse poco ni mucho con las voces que han de clamar por el negocio. El artículo 77 dice: “Se prohibe la venta de especias dedicadas á alimentos 4 condimentos, tales como canela, azafrán, clavos de especia, ete., que sean adulterados 6 anmentados en Su peso, volumen Ó composiciones nabura- les, 4 no ser que se haga dentro de las ada enciones esta- blecidas en el artículo 50 de esa ley.” Ya lo habeis ofdo, señores Académicos, las nuevas Linde snanzas facultan ex- presamente la adulteración de alimentos y condimentos; eso sí, hay que poner el letrero consabido. El azafrán ha sido, en Cuba, el condimento más falsifi- cado en todos los tiempos, y aunque se ha perseguido d los adulteradores, ahora, en plena República, se podrá poner á la venta siempre que en el envase que lo conten- 340 ANALES DE LA a o ga, en la tienda, se escriba azafrán compuesto ú otro tér- mino análogo. ¿Acaso la Junta Superior de Sanidad no sabe cómo se adultera aquí el azafrán? Pues se lo vamos á decir: Viene de España una planta, color pajizo llamada tobar que es de fibras largas y del- vadas, esta planta se somete á la acción de una materia colorante, que bien puede ser el de rojo de anilina ú otro cualquiera; se enrojece el tobar y después de ciertas otras manipulaciones, se mezcla con algunas fibras de azafrán legítimo para darle olor y para que el timo no sea tan desvergonzado; y eso será lo que se autorizará con el nom- bre de azafrán ampliado Y compuesto. También se hacen otras operaciones, como mezclarlo con glicerina y sulfato de barita para darle mayor peso, ó sulfato de soda, miel, elicerina y borax para ampliarlo en peso. Yo tengo la seguridad de que las personas dignísimas que forman la Junta Superior de Sanidad han aceptado este artículo sin haber medido su trascendencia. Yo atribuyo estos artículos de las Ordenanzas á la falta de un químico, consagrado « los estudios de bromatolo- oía, en el seno de la Junta. Solo así hubieran pasado, co- nociendo como conozco los altos sentimientos altruistas de las dignas personas que han redactado estas Ordenanzas, y sabiendo como sé los buenos deseos que los animan en pro de la salud pública. Yo prescindiendo del artículo 79; como pudiera haber prescindido de él la Junta; pues con el 50 y 77 huelgan inspectores y laboratorios, bastando solo con que se escri: biera en los envases el nombre de cualquiera alimento po- niéndole un apelativo, como ampliado, reformado, exten- dido, artificial; por ejemplo: vino ampliado, azafrán am- pliado, leche ampliada, manteca artificial, mantequilla di: simulada. Yo sé que todas estas cosas que he dicho resultarán baldías; pero no por eso había de dejar de decirlas. Quie- ro que conste que esta Academia no olvida sus tradicio- nes de amor al pueblo y devoción á la verdad. Propongo, pues, 1.*: Que la Academia apruebe ó re: chace por votación nominal este informe. 2. Que la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 341 Academia se dirija al Sr. Presidente de la República en súplica para que el artículo 50 del capítulo 5.” de las Or- denanzas Sanitarias sea redactado en la forma siguiente: Se prohibe la venta de cualquier alimento, condimento, bebidas ó especias ád las cuales se les haya substraído en todo ó en parte un constituyente de valor alimenticio ó se le haya mezclado con otras sustancias aunque sean de las que naturalmente contenían, y así mismo se prohibe emplear el nombre de dichas sustancias naturales, en la venta, cuando no sean completamente puras.” Suprimién- dose por completo los artículos que no estén de acuerdo con éste. La Academia resolverá. ¿PUEDE SER RESPONSABLE, CIENTIFICA NI LEGALMENTE, EL CLOROFORMIZADOR, EN EL CASO DE ACOIDENTE MORTAL POR LA ANESTESIA? Me TRABAJO PRESENTADO EN OPCION AL TITULO DE ACADEMICO CORRESPONSAL POR EL Dr. Francisco M? Héctor (Sesión de Gobierno de 23 de marzo de 1906) Un reciente artículo del Dr. E. Rochard publicado en el Bulletin Général de Therapeutique de 23 de enero del presente año, cuyo título es: “SE DEBE ADVERTIR AL ENFER- MO DEL PELIGRO QUE LE HACE CORRER LA ADMINISTRACIÓN DEL CLOROFORMO CUANDO SE HA JUZGADO LA ANESTESIA NE- CESARIA.” Este trabajo es una refutación ó protesta del autor en contra de la sentencia del Juzgado de Chateau O a. L Thierry por haber condenado en 7 de junio del año retro- próximo 4 un Profesor Médico, 4 pagar la suma de 8.000 francos como indemnización, y además las costas, por una cloroformización de mortal resultado; sin que en nada pu- 349 AÑALEÉS DE LA e. diera advertirse falta de precaución, ni incompetencia por parte del cloroformizador (según: declaración del Juzga- do): y sí tan sólo porque éste no advirtió al paciente an- tes de la anestesia los peligros 4 que se exponía. La lectura de este artículo me ha sugerido el tema del trabajo que tengo el honor de someter á la ilustrada con- sideración de esta Academia. Y con el propósito de concretar lo mis posible, y con el de llegar 4 una finalidad más práctica, limitaré todas las consideraciones, raciocinios y argumentaciones, que puedan ocurrírseme, al servicio y comprobación de la si- guiente tesis: “¿PUEDE SER RESPONSABLE CIENTÍFICA, NI LEGALMENTE, EL CLOROFORMIZADOR, EN EL CASO DE ACCIDENTE MORTAL, POR LA ANESTESIA?” Examinemos, pues, bajo un punto de vista general, los particulares todos, que ¿ este asunto se refieren, y cuyo conocimiento es absolutamente indispensable en el cloro- formizador; puesto que son los preceptos dictados por la ciencia, en que se señalan los peligros y la manera de evitarlos. Para mayor claridad voy á dividir estos conocimientos en tres capítulos: 1.2 Cuestiones relativas al cloroformo. 2.2 Cuestiones relativas al cloroformizador. 3. Cuestiones relativas al cloroformizado. Respecto á las cuestiones relativas al cloroformo, ya se supone que han de referirse 4 su composición química. Efectivamente, es un hecho demostrado que la manera de ser de la substancia determina en no pocas ocasiones, el éxito de la anestesia. Así se dice que debe elegirse un cloroformo químicamente puro. Me creo excusado de entrar en detalles sobre la prepa- ración química de esta substancia, y sólo repetiré que el cloroformo, ya sea obtenido por cloruración del alcohol, ya del cloral, ha de estar rectificado, ha de encontrarse puro; entendiendo por tal, aquel que no haya sufrido de- vivación tóxica bajo ciertas influencias, no bien definidas todavía: 9 precisando más, cuando el cloroformo no con- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 343 tenga ni cloro en estado libre, ni sus derivados oxicloru- ro de carbono y ¿cido clorhídrico. Es de necesidad imprescindible para el fin que me pro- pongo, hacer constar aquí, que esta transformación tóxica puede producirse en todo cloroformo puro, hasta en aquel que brinde toda garantía en su rectificación: cuyo hecho es debido á la acción del aire y de la luz; como. lo com- prueban las experiencias de Regnault, Weppen, Battzer, Guerbet, etc., etc. Hay más aun; no obstante estas alte- raciones bien estudiadas, pueden ocurrir transformacio- nes no menos peligrosas, debidas ád los fenómenos cataliti- cos por acción del contacto. Sumándose como factores de su determinismo, según Trillat (1), la naturaleza dcida ó alcalina del vidrio que sirve de envase al cloroformo, la mayor 6 menor limpieza de las paredes del continente, la presencia en él de hilos Y bridas que accidentalmente pueda contener. “No es esto todo: (dice literalmente el profesor antes “citado) si se admite que el cloroformo es puro en el mo- “mento mismo en que el operador lo emplea, no parece “estar al abrigo. de todo peligro de alteración. Yo he, “podido comprobar que derramando el cloroformo puro “sobre una super ficie porosa se provocaba una ligera des. “composición con aparición de acido clor oxicarbónico... De igual manera puede producirse la descomposición si se derrama sobre una hoja de papel de filtro, sobre una compresa de tela Y sobre un tapón de algodón. (2). Merece consignarse el hecho de que las mismas muco- sas pueden servir de agente catalítico, actuando como medio oxidante. Que si bien es cierto que esta teoría demostrada Zn vitro, no' tiene una confirmación práctica in vivo, bien merece tenerse en consideración desde el momento que no está negada la posibilidad. Por lo tan- to no sería anticientífico pensar, que los accidentes sobre- venidos durante ó después de la anestesia, reconocieran como causa la formación del «oxicloruro de carbono pro- vocado por acción catalítica en el curso de la eloroforma- (1) M.A. Trillat. Bulletin General de Therapeutique. Juin 30 de 1904. (2) Trabajo citado, pág. 925. 344 ANALES DE'LA zación, ya en las mucosas del paciente, ya en la careta misma, según opinión de los Profesores Laumonier, Ray- mond, Crinon y Trillat. También influyen en la calidad del cloroformo, la tem- peratura, humedad y la presencia en la atmósfera de la sala de gases distintos, como el ácido carbónico, el gas del alumbrado, etc., que vician el aire contenido en ella. No siendo nuestro propósito escribir un capítulo sobre la composición química del cloroformo, sino únicamente enunciar un determinado número de las muchas causas que pueden influir en su mayor ó menor nocividad, sobre todo las más frecuentes, nos parece suficiente consignar: Que el cloroformo, por sí solo, puede dar lugar á acci- dentes desgraciados; y que en el estado actual de nues- tros conocimientos no han podido dictarse reglas profilác- ticas bastantes para precaver los accidentes que pudieran ser funestos por este concepto. Con respecto ú las cuestiones relativas al cloroformiza- dor, es decir, respecto al precepto técnico, al modus.fa- ciendi, que ha de conocer y practicar todo cloroformiza- dor, no me he de detener en ello, puesto que es asunto tratado con latitud en obras especiales de todos conoci- das. Sólo sí creo insistir en consignar: Que toda cloro- formización en el adulto debe comenzar por la inyección previa esparteo-mórfica, método Langlais y Maurange; de cuyo resultado tenemos personal experiencia por haberlo usado en el Hospital de Caridad de Guanabacoa, siem- pre con un magnífico resultado. Este método designado por Maurange (1) Cloroformización Mixta, no sólo contri- buye á producir el sueño anestésico pronto, sino que lo obtiene con la menor cantidad posible de cloroformo (he- cho que hemos podido comprobar en distintas laparotomi- zadas por ovariotomías y otras intervenciones practicadas por los ilustrados cirujanos Dres. Fortún, Duplessis y Méndez Capote, en el ya citado Hospital. Apenas no in- virtiéndose 25 gramos de cloroformo, y eso usando la ca- (1) Langlais y G. Maurange Soc, de Biol,—7 juillet 1894. —Paxís, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 345 reta de Esmarch, donde hay gran pérdida de vapores clo- rofórmicos) sino que también es el medio más seguro con que se cuenta hoy para evitar, en lo posible, el síncope por reflejo laríngeo, por inhibición de origen respirato- rio (1), el síncope preclorofórmico. Siendo la acción de la inyección previa no tan sólo favorable en este terrible accidente, porque adormece la acción nerviosa y porque el estado eufórico de la morfina disipa el terror, el miedo preoperatorio, sino que también disminuyendo la cantidad ingerida de cloroformo, hace menos posible el síncope post-clorofórmico, que no es más que una intoxicación por cantidad. A pesar de estas ventajas, no queda la clo- roformización mixta exenta de peligros. No debe olvidarse tampoco que como precepto gene- ral, la cloroformización ha de comenzar por dosis muy pe- queñas de cloroformo; sin que esta precaución y todas las consignadas en las obras especiales sobre la materia, sean bastantes para poner al enfermo á salvo de un accidente mortal. ES + Queda como tercer y último particular las cuestiones relativas al cloroformizado mismo. Nada más oportuno que transcribir literalmente lo que respecto á este asunto ha consignado el Profesor Mathieu (2); dice así: “De cualquier modo que sea, es necesario no acriminar al cloroformo ni tampoco al operador mismo en la producción de los accidentes de la anestesia. Es necesario no olvidar que nos hallamos en presencia de un organismo viviente qué resistirá de una manera más ó me- nos inconstante y brutal en frente de este agente, que la cloroformización es siempre una operación grave por ella misma y que es imposible saber de antemano como el sis- tema nervioso del individuo que dormimos se comporta- rá en frente del cloroformo.” El mismo autor y en el trabajo citado refiriéndose al (1) Inhibición de origen Respiratorio.—Dr. E. Martínez.—1 folleto 1905.—Habana. (2) Bulletin General de Therapeutique, —Julio 15 de 1904. —Paris, 346 "ANALES DE: LA síncope preclorofórmico dice también así: ....“la cuali- “dad y el modo de administración del cloroformo, no tie- “nen nada naturalmente que ver en la génesis de los acei- “dentes. Se trata aquí de un reflejo de retención, contra “el cual parece que el cirujano está desarmado, pues él se “produce en sujetos en los cuales ningún signo, ni el mis- “mo examen anterior el más minucioso, permite preveer “esta acción inhibitriz especial de la anestesia.” Después de haber consignado estas opiniones de noto- ria y universal reputación, “tal parece que se siente uno es- cusado de insistir sobre el particular; sin embargo, hay cireunstancias que interesa consignar dependientes ( única y exclusivamente del ¿loroformizado mismo; estas Circuns- tancias, aparte del estado patológico y de los anteceden- tes que constituyen contra indicaciones conocidas por to- dos los médicos, dependen del estado psíquico del enfer- mo; así se está en reconocer que el accidente mortal, casi siempre inevitable, el síncope preclorofórmico es de causa emotiva, es el terror preoperatorio, en que la presión san- gufnea se encuentra notablemente debilitada; estado que no se advierte en el niño por lo que P. Toulouse ha lle- gado d suponer que en éstos la cloroformización es casi inofensiva por esta circunstancia, Reconociendo también la influencia del terror, ha dicho el P. Bodine, que los cirujanos acusan al cloroformo de los accidentes desgraciados; que los químicos acusan «¿ los cirujanos; pero que nadie se ha ocupado de acusar al ope- rado mismo, que en muchos casos es el verdadero culpa- ble. Así en muchos casos podría decirse, muerto de mie- do, que no muerto por el cloroformo. El mismo P. Bodine refiere el caso de un enfermo á quien se iba ¿4 practicar una cura de hemorroides, por cuya operación se sentía éste extremadamente preocupa- do é inquieto. Al ponerle un enema previo para limpiar el recto, fué atacado de un síncope y murió. En la autop- sla no se encontró lesión en el corazón, ni en ningún ór- gano que explicara su muerte. Muchos son los casos análogos consienados en la cien- cia, que por no ser enojoso por demasiado prolijo, hemos de limitarnos ¿4 recordarlos. Los casos de Cazeneyve, - ACADEMÍA Di CIENCIAS Dié LA HABANA 347 de Bordeaux, en que vieron morir 4 un enfermo en sín- cope, por haberle aplicado en la nariz una compresa que nada contenía. Ll caso de Desault muy análogo; el de Simpson, muerto también, habiendo desistido de la cloro- formización por haberse roto el pomo que contenía el clo- roformo, y otros más. No han pasado desapercibidos para los observadores otros hechos que pueden influir en el resultado de la clo- roformización, por ejemplo: la región en que se ha de operar, y también se han formulado preceptos para esos casos, cuyos preceptos no siempre correrponden al fin deseado. Con todo lo expuesto creemos haber llegado 4 demos- trar, que en el estado actual de la ciencia, si bien parece conocerse la patogénesis de la muerte por el cloroformo, ya sea por derivación tóxica, de causas conocidas unos, desconocidas otros: bien por intoxicación por dosis masi- vas; bien por causas psíquicas dependientes del operado mismo, el hecho es, que aún no se cuenta con datos ni «preceptos suficientes para poder ni preveer, ni contrarres- tar el accidente mortal preclorofórmico, que es el más te- mible. Y si esto es una verdad indubitable, sí la ciencia no le indica el cloroformizador ni la manera de preveer, para evitar; ni la manera de contrarrestar Ó salvar una vez pie- sentado el caso funesto; dicho se está que ante esta des- eracia, queda el cloroformizador exento de responsabili- dad, científicamente Juzgado. * y z No de otra manera pndiera juzearse esta cuestión de responsabilidad, también bajo el punto de vista legal atemperándose al significado y concepto de responsabili- dad, bajo el punto de vista filosófico 4 moral. Es para el concepto moral y legal la responsabilidad un cargo que trae siempre aparejada la obligación de reparar y satisfa- cer cualquiera pérdida 4 daño; pero es absolutamente ne- cesario que en la realización del acto responsable, exista 348 ANALES DE LA entre otras circunstancias la ¿ntención; es decir, que pre- ceda la conciencia, el impulso interior que nos mueva re- flexivamente á la ejecución del acto perjudicial en con- cepto de pérdida 6 daño, que exista la intención moral; que como ha dicho Vallier “la moral reside toda en la in- tención que inspira la conducta.” Y si la intención del cloroformizador no es, ni puede ser otra más, que evitar el dolor, dolor que no sólo determina el sufrimiento, sino que d veces es por sí solo causa de agotamiento nervioso tal, que llega hasta la muerte; así como también colocar al paciente en perfecto estado de tranquilidad física para que el manual operatorio se realice de una manera perfecta, y en el menor tiempo posible, circunstancias una y otra que favorecen indudablemente el éxito. Se ve, pues, que la intención es el bien; que el impulso interior que mueve ¿4 la realización del acto, es un fin moral, es un fin huma- nitario, es un acto filantrópico. Otra circunstancia no menos atendible que la intención es la libertad; ó sea la facultad del hombre para obrar de una manera ó de otra, lo que le confiere después del cono- cimiento de la cosa misma, la facultad de seleccionar, la facultad de escojer lo mejor, en este caso lo más lejano de lo perjudicial. Pero bien se advierte por lo que dejamos dicho, por lo mucho más que hemos silenciado, pero que consta en los tratados todos, no hay más que una técnica reconocida como la mejor; no hay más que una serie de preceptos médicos, siempre los mismos, que señalan los individuos que pueden ser cloroformizados (siempre con riesgo) y á esa técnica y d esos preceptos tiene que supe- ditarse el cloroformizador. No dispone de la facultad de obrar, no tiene la libertad de escojer. No es el agente li- bre, puesto que no está en la persona que obra con facul- tad para producir ó causar algún efecto, ni cuenta con la colaboración de ella para la ejecución del acto. Por lo tanto, no disponiendo de libertad, no cabe la exigencia de responsabilidad, puesto que siempre se ha dicho: “á mayor grado de libertad, mayor grado de responsabili- dad, y viceversa.” La responsabilidad se ha dicho; es la relación del suje- to con lós actos que ejecuta como agente libre, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LÁ HABANA 349 Es un principio aceptado que las circunstancias exi mentes son: las que de un modo total dificultan el ejerci- cio de la libertad del agente y borran 6 suprimen en el caso toda su responsabilidad. Parece no dejar lugar á duda que no es posible aceptar tampoco legalmente la responsabilidad, en su doble con- cepto criminal y civil. Y respecto el caso del Juzgado de Chateau Tierry, sin insistir en comentarlo, que suficientemente impugnado queda por su ilustre comentarista, sólo. debemos decir: Que es absurdo y anticientífico el fundamento de la sen- tencia, toda vez, que siendo un hecho demostrado en la Ciencia que el terror es uno de los factores que más con- tribuyen al accidente mortal, no está justificado acrecen- tarlo con el anuncio de los peligros de la anestesia misma. INFORME ACERCA DEL TRABAJO PRESENTADO POR EL DR. FRANCISCO M?* HECTOR EN OPCION AL TITULO DE ACADEMICO CORRESPONSAL, Y CUYO TITULO ES: “¿PUEDE SER RESPONSABLE, CIENTIFICA 0 LEGALMENTE EL CLOROFORMIZADOR, EN EL CASO DE ACCIDENTE MORTAL, POR LA ANESTESIA?” POR EL Dr. Tomás V. Coronado (Sesión de Gobierno del 23 de marzo de 1906) He ahí el título del trabajo presentado por el Doctor Francisco M. Héctor, como precepto reglamentario, para optar al puesto de Académico Corresponsal. Fijada nuestra atención en el tema, que desde luego de- sarrolla magistralmente el candidato, comenzamos á ser impresionados favorablemente por cuanto entraña condi- ciones especiales del autor y que le hacen, 4 nuestro jui- cio, muy acreedor á. la gracia solicitada. 390 ANALES DE LA —— o ld am ar rar A dp y AN le li ret a ¿Por qué no decirlo? Estamos pobres, muy pobres, en nuestro pequeño mundo científico, de productores dota- dos del buen tino necesario para separar la paja, la hoja- rasca, de lo verdaderamente sustancial; necesitamos profe- sionales observadores, adornados de un sentido práctico efectivo, que inviertan el tiempo en resolver problemas de verdadera y fructuosa aplicación. El problema expuesto por el doctor Héctor resulta de capital importancia desde varios puntos de vista y si bien es verdad que impresionará á ciertos pusilánimes, también lo es que enseña los derroteros para no caer en las respon- sabilidades aparejadas, muchas veces, ¿ la impericia de los administradores de ese producto, tanto más generali- zado cuanto más avanzamos en los tratamientos quirúrgi- cos, gracias á la antisepsia. Nuestro Presidente, el doctor Santos Fernández, y en- tre otros Académicos, el doctor Ignacio Calvo, se han ocu- pado más de una vez, en esta misma Corporación de la anestesia clorofórmica, que no solo es poderoso recurso para el diagnóstico de muchas enfermedades, sino auxi- liar indispensable para el feliz éxito de incontables inter- venciones cruentas. En la memoria del doctor Héctor se aclaran los tres principales particulares de los múltiples que se relacionan con la administración del cloroformo. En cada uno de ellos descarta las responsabilidades científicas y legales que pudieran alcanzar al profesional que lo emplea. Por un sentimiento de exquisita delicadeza, muy pecu- liar al carácter de nuestro distinguido colega, éste realiza su trabajo didáctico sin puntualizar lo que está en su áni- mo y en el de todos nosotros: esto es, la inconciencia, en mu- chas ocasiones, del cloroformizador y la impr udente faci- lidad en encomendar su aplicación 4 individuos descono- cedores de los peligros que encierra y de la manera de evitarlos 6 atenuarlos. Aunque de manera sintética el doctor Héctor nos re- cuerda la composición química del cloroformo y las dis- tintas descomposiciones que puede sufrir transformándole en un producto peligroso. Apuntadas aleunas de las causas que pueden convertir ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3091 el cloroformo en droga perniciosa, pasa el autor á la téc- nica para su administración. El doctor Héctor, con muy buen juicio, se declara par- tidario del procedimiento de Langlais y Maurange, que desgraciadamente no siguen muchos de nuestros ciruja- nos, viéndose por esta causa obligados d emplear enor- mes cantidades de cloroformo, que si bien no produce, con frecuencia, la muerte del anestesiado, determina fenó- menos molestísimos y no exentos de graves peligros. Un punto que tal vez, no toca el autor por el natural temor de herir susceptibilidades y que sin embargo de- biera ser tratado extensamente es la precipitación con que aleunos cirujanos quieren realizar la anestesia. Yo no sé si hoy se hará; pero recuerdo casos en que impacientado el operador por la demora de la anestesia, empapaba una compresa en cloroformo y la aplicaba fuertemente d la cara del paciente por tiempo indefinido y exponiéndole -con ese procedimiento á accidentes fatales. Más de una vez fuí testigo de aquel brutal sistema y de no mediar la abnegación de uno de los ayudantes, la muerte del opera- do hubiera sido la consecuencia, en una ocasión. ; Con la inyección previa (que ningún perjuicio puede ocasionar) y dando el cloroformo gota a gota para que sus vapores penetren unidos 4 una buena cantidad de aire, se realizan anestesias admirables, con cantidades mí- nimas de cloroformo y con la seguridad de evitar casi por completo, accidentes desagradables y algunas veces mor- tales. La práctica generalizada de comprobar la completa anestesia hurgando con el dedo la cornea del paciente debe desaparecer; bastará comprobar por otros medios menos ofensivos la abolición de los reflejos. Las consideraciones relativas al sujeto sometido á la cloroformización, expuestas por el doctor Héctor son muy atinadas y pertinentes. Indiscutiblemente, el terror, el miedo, ese estado psí- quico indeterminado del que va á ser sometido á riesgosa operación, puede ser y es causa muy suficiente para pro- vocar la muerte súbita, imputada muchas veces al eloro- formo. 392 ANALES DE LA Si bien es verdad como aconseja el doctor Héctor que no debe aumentarse el nervosismo del paciente informán- dole detalladamente de los positivos peligros de la anes- tesia clorofórmica, tambien es verdad que es un deber ineludible patentizar dichos peligros ¿4 los familiares ó personas más interesadas en el buen éxito de la inter; .) vención. Aquí debiera terminar mi cometido, recomendando á mis colegas los señores Académicos que se sirvan aceptar el ingreso del doctor Francisco M. Héctor, como Acadé- mico "Corresponsal; pero un sentimiento de Justicia, un vl- vísimo deseo de hacer resaltar las cualidades personales del que no dudo sea en breve nuestro compañero de ta- reas, me induce á entretener vuestra atención algunos momentos. El doctor Héctor 4 más de ser un médico que bien po- demos separarlo del monton anónimo, del grupo de reco- piladores y traductores que nada nuevo nos enseñan y que suelen vestirse con ropaje ajeno, es y fué siempre, desde estudiante, un observador serio, con el raro privi- legio entre nosotr os, de tener criterio propio y las inicia- tivas tan necesarias al verdadero clínico. Por otra parte, como hombre y como profesional cons- tituye un carácter, no es de los adaptables, ni de los fle- xibles ante el interés propio. Ni las imposiciones de los enfatuados, ni los hipócritas convencionalismos, tan en boga en esta época de grandes egoismos, le hacen sepa- rarse una línea del camino, cada día más solitario, de la corrección deontológica. El doctor Héctor es por último de los muy raros pro- fesores que desinteresadamente emprenden siempre la de- fensa del compañero atacado, cualquiera que-sea su posl- ción social y pequeños ó erandes los lazos de amistad que con aquel le unan. | Con esas cualidades hemos de esperar que por ahora, sea un excelente corresponsal y que á la primera oportu- nidad podamos abrazarlo como Académico numerario. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 393 ACADEMIA Nombramiento de un Académico.—En la sesión de Go- bierno celebrada el 23 de marzo de 1906, se acordó nom- brar al Dr. Vicente de la Guardia, Académico honorario, por los buenos servicios prestados a la Corporación y por tanto publicar la vacante de la: plaza de Académico de número que ocupaba en la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria, convocando aspirantes d la misma á tenor de la siguiente CONVOCATORIA En cumplimiento del Reglamento de esta Academia, se hace pública la existencia de una vacante de Académico de número, perteneciente 4 la Sección de Medicina, Ciru- oía y Veterinaria. Este puesto se proveerá por elección, conforme á lo prevenido en los artículos 5.2 y 9. del Reglamento, jus- tificando los solicitantes sus méritos y admitiéndose al efecto por la Junta de Gobierno, las solicitudes documen- tadas de los aspirantes, hasta las seis de la tarde del día. catorce de abril del año actual, en la Secretaría de la Academia, calle de Cuba número 84. A. Habana 30 de marzo de 1906.—Dr. Gustavo López, Secretario. Artículo 5.—Para ser Académico se requiere: Tener por lo menos treinta años de edad. Tener el grado de Doctor ó el título equivalente en las Escuelas que no confieran aquél. Tener por lo menos diez años de ejercicio profesional. Artículo 9.—Para ser Académico de número se re- quiere: ser ciudadano cubano y reunir las demás condi- ciones exigidas en el artículo 5.9% solicitar el ingreso por escrito, Ó ser propuesto por cuatro Académicos de núme- ro; ateniéndose ¿ los requisitos de la convocatoria publi- cada en la Gaceta Oficial, cada vez que existan una ó más vacantes. 34 ANALES DE- LA DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA ACADEMIA DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ AL COMENZAR SU CONFERENCIA EL SR. NOWACK , (20 de abril de 1906) Ocupará esta noche la tribuna de la Academia de Cien- clas, el señor José Federico Nowack, director del Insti- tuto Nowack de Londres y de Viena y persona que no es ya desconocida para la mayoría de los que me escuchan desde que hizo su presentación 4 un público. escojido el Dr. Eduardo F. Plá, Director del Instituto de 2% Ense- ñhanza, en el establecimiento 4 su digno cargo, en la noche del sábado 10 de marzo último pasado. El discurso del Dr. Plá circuló profusamente y ésto me ahorra en oecira del auditorio hacer la minuciosa ex- posición de la vida y trabajos del conferencista que den- tro de breves minutos nos deleitará con sus curiosas ex- periencias acerca de una planta conocida vulgarmente entre nosotros con el nombre de peonia. Hace unos 22 años me cupo el honor de llamar la aten- ción de esta Academia (1) apropósito de las aplicaciones de la peonia (abrus precatorius) en el tratamiento de las oftalmias, entonces en boga; pero esta noche el señor Nowack la saca de la modesta condición de planta capaz de llenar un indicado en terapéutica para elevarla por sus funciones 4 usos verdaderamente maravillosos cual ten- dremos ocasión de apreciarlo dentro de un momento. - La hipótesis sostenida por el laborioso observador en los comienzos de sus investigaciones respecto de una relación entre las condiciones eléctricas de la atmósfera y la posi- ción que adoptaban las hojas en presencia de una tempes- () La peonia que se usa en oftalmia. Crónica Médico (Quirúrgica 1885.—AxNALES DE LA ACADEMIA DE Ciencias Mébicas, Fisicas Y NATURALES DB La Harana.— Tomo XIL.—Pág. 530.—Año 1884, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 300 Ls tad, lo ha llevado, merced á estudios sistemáticos, al des- cubrimiento de la exquisita sensibilidad de la planta, no consignado en la ciencia y es una de las bases fundamen- tales de su sistema de predicción del tiempo y de los fe- nómenos seísmicos de la naturaleza. La ACADEMIA DE CIENCIAS, inspirada como el Instituto de 2% Enseñanza, que nos dió conocer por primera yez al hábil investigador extranjero, en el deber de acojer y amparar á quien quiera que cultive la ciencia y aspire le- oftimamente 4 dar 4 conocer el fruto de su labor y cons- tantes desvelos, ha vencido cuantas dificultades materia- les se le han presentado, para que en la conferencia de esta noche tuviere el Sr. Nowack una nueva oportunidad de exteriorizar sus anteriores conocimientos y las tareas ¿ que se ha consagrado durante su permanencia entre nos- Otros. En esta obra meritoria ha secundado los deseos de la Corporación su digno miembro el insigne naturalista doc- tor Carlos de la Torre, tan dispuesto siempre ¿ú hacer ciencia propia y á favorecer la iniciativa de los demás en este sentido. z No quiero robaros el precioso tiempo que necesitamos para ver y oir las demostraciones del Sr. Nowack con el auxilio de las proyecciones y he de terminar repitiendo y haciendo mías estas palabras del Dr. Eduardo F. Plá en la conferencia del Instituto. “Podrán no tener el descubrimiento del Dr. Nowack ni sus teorías, el valor tan absoluto que les dan y le niegan otros sabios; podrán ser concepciones fantásticas de una imaginación exuberante, pero siempre le cabrá la gloria de haber señalado en una planta, por cierto silvestre en nuestros campos, la peonia, propiedades hasta entonces desconocidas, habrá que admirarle por su infatigable acti- vidad, por su invencible constancia, para imponer sus teo- rías y para que su conquista sea verdaderamente útil á la Humanidad.” 20 DE ABRIL DE 1906 La Academia, que siempre que se trata de ciencias, brinda generosamente su tribuna, cedió sus salones en esta fecha, para una conferencia en la que, por medio de proyecciones, el Sr. J.“F. Novack explicó sus estudios sobre la peonia (Abrus precatorius) y su sistema de la predicción de los fenómenos atmosféricos y seísmicos. Como el Sr. Nowack no posée el castellano, el Dr. Car- los de la Torre se encargó de exponer las. doctrinas y ob- servaciones del observador austriaco, 4 quien el Sr. Presi- dente había presentado oportunamente, haciendo constar que la Academia, fiel á sus tradiciones, le brindaba su tribuna, pero no se hacía solidaria de sus teorías. El citado observador pretende poder predecir la apro- ximación y aparición de los fenómenos meteorológicos: lluvias, tempestades, etc., y seísmicos: temblores de tie- rra, erupciones volcánicas, etc., por los movimientos de la planta, influenciada á su vez por las manchas solares; todo esto anunciado con una seguridad muy poco confor- me con lo estatuido por la ciencia, hasta el día, y que hace dudar de la seriedad del investigador. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 391 Acta de la sesión pública ordinaria del 27 de abril de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De mérito: Dr. M. Valdés Rodríguez. De número: Dres. J. P. Alacán.—G. Aróstegui.—E. B. Barnet.— A. Betancourt.—I. Calvo.—T. V, Coronado.—G. G. Duplessis.—A. Gor- dón Bermúdez.—D. Hernando Seguí.--J. Jacobsen.—M. G. Lavín.—F. Méndez Capote.—J. A. Presno. Leida el acta de la sesión anterior (23 de marzo) fué aprobada. La Secretaría da cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las si- guientes comunicaciones: z Entrada.—De la Secretaría de Hacienda, consultando si puede ele- varse á uno por ciento la cantidad de desnaturalizantes del alcohol suge- to á los impuestos del empréstito. —De la Red telefónica, manifestando no ser posible, por ahora, la instalación de un teléfono en el edificio de la Academia. —Del Dr. E. B. Barnet presentándose como candidato á la plaza va- cante de Académico de número de la Sección de Medicina, Cirugía y Ve- terinaria. —Del Dr. Enrique Núñez, id. id. id. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo informes apro- bados en 23. de marzo, relativos á preparados farmacéuticos. —Conyocatoria para una plaza de Académico de número en la Sec- ción de Medicina, Cirugía y Veterinaria. Al Dr. Vicente de la Guardia, nombrándolo Académico honorario. Al mismo, que la Academia espera continuará prestándole su con- curso como vacunador de la misma. A los Dres. Francisco Paradela, J. P. Alacán y M. Ruíz Casabó, nom- brándoles en comisión para que dictaminen acerca del trabajo presenta- do por el Dr. M. Delfin sobre las Ordenanzas Sanitarias. 358 ANALES DE LA Al Dr. Francisco 1. de Vildósola, nombrándolo ponente para que informe acerca de los expedientes presentados por los Dres. Enrique B. Barnet y Enrique Núñez en opción á una plaza de Académico en la Sección de Medicina. Se concedió la palabra Dr. Jose P. Alacán, quien lee tres IN- FORMES. El primero relativo al TRATAMIENTO ANTIREUMATICO INGLES DE ALARCON DE MARBELLA, el cual es desenvuelto por el ponente en sentido negativo, pues por los prospectos que le acompañan se vé que es un producto charlatanesco, y por falta de requisitos de la ley misma, no puede accederse 4 su introducción y venta en la República. El segundo informe es el relativo 4 la DESNATURALIZACION DE LOS ALCOHOLES, interesado por la Secretaría de Hacienda. Se despachó favorablemente á lo solicitado. El tercer informe, es el relativo á la HERPETINA DUREL, que aunque fué desenvuelto favorablemente por la ponencia, los Dres. Aróstegui y Jacobsen, que pertenecen también á la Junta Superior de Sanidad, dieron datos bastantes para que la Acade- mia acordase rechazar el tal producto, no debiéndose consentir su intro- ducción y venta en la República. El Dr. D. Hernando Seguí dá lectura á su anunciado trabajo acerca de la LARINGITIS TUBERCULOSA Y EL EMBARAZO. El Dr. Aróstegui considera sumamente interesantes é instructivas las dos observaciones que relata. ¿Se encuentra conforme con la opinión sustentada en el trabajo. El Sr. Presidente le felicita igualmente y le pregunta la época en que falleció la primera enferma de su observación. Jontéstale el Dr. Hernando Seguí que dicha señora falleció al cuarto mes de su gestación. El Dr. Hector lee su trabajo intitulado: IRRESPONSABILIDAD DEL MEDICO CLOROFORMIZADOR, EN EL CASO DE. ACCIDENTE MORTAL POR LA ANESTESIA. . Pide la palabra el Dr. Hernando Seguí, quien no hace más que felici- tar al Dr. Héctor por su trabajo. El Sr. Presidente toma la palabra para después de felicitar al Dr. Hée- tor, exponer que lo considera de gran interés, puesto que deja formado concepto acerca de la administración del cloroformo. Asímismo expone que considera los casos de síncopes, más atribuibles á la dieta y al esta- do de debilidad en que está el enfermo, que provocados por el mismo cloroformo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 309 El Dr. Méndez Capote, piensa que la Academia para formar criterio respecto á este punto, debiera dejar nombrada una comisión que estu- diase el particular trayéndonos luego un criterio determinado, el cual puede después ser discutido. El Dr. Hernando Seguí, entiende que no existe contradicción alguna en el trabajo que se acaba de leer. El Dr. Duplessis lo entiende muy bien razonado y estima que debe ser aceptado. El Dr. Aróstegui lo considera en el mismo sentido, pero entendiendo que en la mayor parte de los casos, el éter, puede sustituir perfectamen- te al cloroformo, toda vez que lo considera menos expuesto á ocasionar accidentes. Entiende también el Dr. Aróstegui, que cada vez que hay necesidad de recurrir al anestésico, hay también la de advertir al enfer- mo de los accidentes á que está expuesto para lo que pudiera sobrevenir. De igual opinión es el Dr. Hernando Seguí. El Dr. Duplessis opina lo contrario, pues cree que los peligros á que está expuesta una persona á quien se le administra el cloroformo, deben ser siempre ignorados por ella. Sí, piensa que puede ser advertida la la familia, por lo que pudiera ocurrir. El Dr. Santos Fernández, desea que se expongan aquí las razones del por qué se administra el cloroformo y no el éter, ó viceversa, por qué hoy se usa aquí casi en absoluto el cloroformo y en los Estados Unidos, por ejemplo, no se hace sino uso del éter. El Dr. Mendez Capote insiste en el nombramiento de una comisión para que podamos formar un criterio que nos sirva de pauta para resol- ver los asuntos que acerca de la administración del cloroformo se nos presenten. El Dr. Jacobsen explica que no hay esa necesidad, toda vez que el trabajo del Dr. Héctor, no busca ese fin, sino que es sencillamente un trabajo que él ha ofrecido á la Academia y que ésta tiene que aceptarlo desde luego, al igual del que ofrecen los demás compañeros. Este tra- bajo, pues, no exige aprobación, ni la Academia se vé obligada á formar criterio acerca de la materia de que trata. Vistas estas aclaraciones, se le dieron las gracias al Dr. Héctor por su bien acabado trabajo, felicitándole por ello la Presidencia, y con esto se dá por terminada la sesión. 360 ANALES DE LA INFORME ACERCA DE UN PRODUCTO FARMACEUTICO POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 27 de abril de 1906) En sesión de esta Academia celebrada el 23 de febrero último tuve el honor de informar sobre un preparado far- macéutico presentado 4 la Secretaría de Gobernación por el Dr. Enrique O. Morejón, denominado TrATAMIENTO ANTIRREUMÁTICO ÍNGLÉS DE ALARCÓN DE MARBELLA, y pro- puse á la Academia y ésta lo aceptó, que se rechazara el mencionado producto por tratarse de un remedio secreto, dado que no se acompañaba la fórmula, y revestir además los caracteres, ya por su presentación como por su aspec- to y los prospectos que le acompañaban, de un producto charlatanesco. Ahora viene á esta Corporación, por conducto de la expresada Secretaría, un escrito que 4 dicho Centro ha presentado el Sr. Antonio Escamez en solicitud de que esta Academia modifique su criterio y hace mención del análisis que la Academia hizo del expresado producto. Se ve, pues, que el Sr. Escamez. desconoce la legisla- ción vigente aquí y en España (de donde procede el producto en cuestión), al dirijirse él con tal solicitud. El artículo 15: de las Ordenanzas de Farmacia de Cuba y 18 de las de España, dice: “Para que tenga lugar la venta de remedios 4 medicamentos galénicos 4 compuestos del ex- tranjero, lo solicitarán por medio de instancia un Profesor de Medicina 4 de Farmacia, acompañando ¿4 la misma el medicamento cuya introducción se desea y dos ejempla- res de la Farmacopea, formularlo, obra ó periódico de Medicina 4 de Farmacia en que conste su composición. Para resolver acerca de estas instancias procederá infor- me de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana y dictamen de la Junta Superior de Sanidad.” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 361 La Academia no tiene que rectificar un análisis que no hizo; ella rechazó el producto presentado entonces por un doctor en Medicina, porque no venía acompañado, como la ley lo exige, de algún libro en que constara su compo: sición, y debe rechazarlo hoy, 4 juicio del ponente que informa porque á más de no haber llenado este requisito indispensable, sin el cual la Academia no puede informar, viene presentado por un señor que no reune las condicio- nes que para el caso exije el trascrito artículo 15 de las Ordenanzas de Farmacia. INFORME ACERCA DE LA DESNATURALIZACION DE LOS ALCOHOLES POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 27 de abril de 1906). + Con motivo de un informe emitido por esta Corpora- ción en 17 de julio próximo pasado, sobre desnaturaliza- ción de alcoholes, se ha recibido de la Secretaría de Ha- cienda una comunicación que dice: “Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. —Señor: En escrito fecha 17 de julio último se sirvió Vd. trasladar á esta Secretaría el in- forme aprobado por la docta Corporación de su Presiden- cia, respecto á las condiciones de la NAFTALINA COMO DES- NATURALIZANTE DE ALCOHOLES; y en el cual se recomienda como conveniente á tal objeto dicha sustancia, siempre que esté acompañada del formol, en iguales proporciones, pudiendo éstas ser de “cincuenta centígramos de cada una por cada litro de alcohol.” Pero en el deseo esta Secretaría de que, al resolverse en el orden administrati- vo este particular, se dejen establecidas las mayores ga- rantías para el Estado, y al propio tiempo que sea lo más fácil posible la comprobación de las desnaturalizaciones, máxime teniendo en cuenta que esta tarea en los casos en 362 ANALES DE LA que se realice en la vía pública, que son los más numero- sos, no puede estar 4 cargo de un personal técnico; ha acordado dirijirse 4 esa respetable Corporación consultán- dole si dentro de las circunstancias científicas que le han servido de base para recomendar el desnaturalizante de referencia puede aumentarse la proporción de las sustan- elas que lo componen á uno por ciento de cada una por litro de alcohol. Lo que tengo el honor de participar d Vd. con el fin expresado, rogándole la mayor brevedad en su contestación.—De Vd. atentamente, El Subsecreta- rio de Hacienda. —Firmado, Guillermo Chaple.” La comisión nombrada para emitir el informe á que se refiere la trascrita comunicación, de que formé parte, tomó como base para fijar la cantidad de cincuenta centí- eramos por litro, el hecho de que en esa proporción se puede percibir por el olfato menos delicado la presencia del desnaturalizante, hecho que puede comprobarse con la muestra que se acompaña; pero no se le ofrece reparo alguno al ponente que informa en que se duplique la can- tidad si así lo desea la Secretaría de Hacienda. En tal virtud propongo se conteste 4 la Secretaría de Hacienda que aunque esta Corporación no cree necesario el aumento de dosis solicitado (y que para su demostra- ción se envíe la muestra que acompaño), no tiene objeción alguna que hacer 4 dicho aumento. INFORME ACERCA DE PREPARADOS FARMACEUTICOS POR EL DR. JOSE P. ALACAN (Sesión del 27 de abril de 1906). Al informar á esta Academia en 23 de febrero último sobre varios preparados farmacéuticos, que con objeto de cumplimentar lo que en su artículo 15 determinan las vi- gentes Ordenanzas de Farmacia había presentado el doc- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 363 tor Ernesto Sarrá, dije: ““que no encontraba inconvenien- te en que se permitiera su introducción en esta Repúbli- ca, por tratarse de preparados ya conocidos entre nosotros y sujetos á fórmulas racionales con una dosificación con- veniente.” Entre esos preparados figuraba uno que se denomina: HerpetINA DurrL, y en escrito de la Secretaría de Go- bernación de fecha 20 de marzo último se comunica que la Junta Superior de Sanidad ha rechazado el producto en cuestión porque según informa 4 dicha Corporación el ponente Dr. Aróstegui el anuncio le parece que la coloca dentro de las pr eparaciones charlatanescas, aunque en su dosificación se ajusta 4 la Farmacopea. Como el informe de la Junta Superior de Sanidad se refiere á particular distinto al informe de la Academia, someto á la resolución de ésta la decisión. LA TUBERCULOSIS DE LA LARINGE Y EL EMBARAZO | POR EL Dr. Domingo Hernando Seguí (Sesión del 27 de abril de 1906) La influencia recíproca del embarazo y la tuberculosis pulmonar ha sido objeto de numerosos trabajos en los que se han sostenido opiniones varias y d veces contradictorias por elínicos distinguidos que, al fin, han llegado á ponerse de acuerdo sobre ese punto. Pero no se ha estudiado del mismo modo la evolución de la tuberculosis laríngea durante el embarazo. Prueba de ello es la comunicación dirigida por A. Kuttner al Congreso celebrado en Hamburgo en 1901, invitando á los Taringólogos de los distintos países ú public ar sus observaciones de tuberculosis laríneea en el curso del embarazo, por tratarse de un particular poco conocido y digno de estudio. 364 ANALES -DE LA No es mi ánimo presentar d la Academia este asunto bajo todos sus aspectos. Me limito, en este tr abajo á llamar la atención sobre la insólita aravedad que é á la tuberculosis laríngea imprime el estado de cestación; gravedad mucho mayor que la que determina en la tuberéulosis pulmonar, al extremo de haberse aconsejado provocar el aborto en las enfermas que se encuentran en esas condiciones. La historia del siguiente caso (que es el que me ha movido 4 tratar esta cuestión) unida 4 otros datos que más adelante expondré, confirma este aserto y justifica, por lo menos en determinadas circunstancias, la medida propuesta. La señora L. R. de €. de 23 años, buena constitución, sin antecedentes patológicos, vino ád la consulta el 26 de agosto de 1905. Hacía dos meses que tosía, la voz estaba velada y se quejaba de ligero dolor á la deglución. Temperatura 3776; aseguraba no haberla tenido nunca más alta. Al examen laringoscópico presentaba infiltración del espacio interaritenoideo y las cuerdas vocales un poco tumefactas. En el torax: rudeza inspiratoria debajo de la clavícula derecha y submatidez. El examen de los esputos negativo. [1 pct; cosa extraña, se conservaba bueno. Un tratamiento higiénico adecuado y toques endolarín- weos con ácido lactico mejoran su estado, hasta el punto de encontrarse al mes sin fiebre y aclarada notablemente la voz, aúmque no habían desaparecido del todo ni la in- filtración interaritenoidea, ni la inflamación de las cuerdas. No tosía y: Poco tiempo después se hizo embarazada. Desde enton- ces empezó á aumentar la infiltración laringea, presentán- dose de nuevo la ronquera y dolor ¿4 la deglución que adquirieron rápidamente notable intensidad. Sin fiebre, sin diarrea, alimentándose bastante bien con leche y huevos que toleraba, pues no tenía vómitos d pesar del embarazo; sin presentar nada nuevo por parte de sus pulmones, el estado general de esta enferma, á partir de esa fecha, se hizo cada día más precario; se la vela decaer por momentos, hasta que sucumbió ¿4 los cuatro meses (el 16 de diciembre del mismo año) en un síncope precedido ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 365 días antes de grandes sudores y una astenia profunda. En el corazón no se observó, durante la enfermedad, más que la debilitación consiguiente 4 su estado en los últimos días. Puedo citar otro caso, asistido en el Dispensario “Ta- mayo”, que debo á la bondad del Dr. R. Castro. J. S. mestiza: 24 años. Se presentó en el Dispensario el 18 de noviembre de 1905. Antecedentes: tuyo una congestión pulmonar dos me- ses antes. Estado en ese día: infiltración de todos los tejidos de la laringe; voz apagada y respiración difícil. Diagnóstico: Tuberculosis Laringea. Observaciones: estaba embarazada. Dió á luz un niño vivo dle siete meses próximamente el día 2 de diciembre del mismo año á las nueve de la mañana. Murió con gran disnea el día 15 del mismo mes á las cinco de la tarde. El niño sobrevivió á la madre dos semanas. En un notable artículo publicado en los “Anales de Enfermedades de oidos y laringe”, del mes de febrero próximo pasado, Eugene Félix, Agregado á la Facultad de Medicina de Bucar est, respondiendo á la invitación hecha por Kuttner, da la historia de dos enfermas de tu- berculosis larineea, embarazadas, que él ha visto. Una, con síntomas de infiltración. también, en el vértice del pulmón izquierdo; sin fiebre durante todo su proceso, murió á los diez días del parto; el niño vivió seis semanas. De la otra enferma supo que había tenido un parto nor- mal; pero la perdió de vista é ignora el resultado definitivo. En el mismo artículo figura un cuadro donde el doctor Félix presenta 82 observaciones que ha encontrado en una extensísima bibliografía que acompaña á su trabajo. Tomando de este cuadro, que está muy detallado, los datos pertinentes al fin que me propongo, encuentro en él: que de las 82 mujeres en cinta, con tuberculosis laríngea: 63 han muerto antes del parto ó poco después de él; dos durante el trabajo; hay tres cuya suerte se ignora y sola- mente 14 han quedado vivas después del parto, El pronóstico de la tuberculosis laríngea es, como se 366 ANALES DE LA ve, lo bastante desfavorable en la mujer embarazada, para sugerir la idea de provocar en ella el aborto. En efecto, E. Bonaire, en un reciente trabajo (“Presse Medicale”, 6 de octubre | 1905) aboga porque se provoque el aborto en la tisis laríngea en su principio. El ya citado Kuttner opina que debe interrumpirse el embarazo, siendo las probabilidades de éxito tanto mayo- res cuanto más pronto se realice. Schauta provoca el aborto durante los primeros meses del embarazo aunque se trate de una tuberculosis laríngea incipiente. No he encontrado observaciones en enfermas de tuber- culosis laríngea en quienes el aborto, expontáneo ó pro- vocado, haya detenido la evolución de la enfermadad. No obstante, en vista de la gravedad que, á la infección im- prime el embarazo, creo que debe interrumpirse éste, en los primeros meses, siempre que no haya lesiones pulmo- nares avanzadas y el estado general en la enferma haga presumir racionalmente un éxito satisfactorio. IRRESPONSABILIDAD DEL MEDICO CLOROFORMIZADOR, EN EL CASO DE ACCIDENTE MORTAL POR LA ANESTESIA POR EL Dr, Fracisco M?* Héctor (Sesión del 27 de abril de 1906). Una sentencia del Juez Magnaud, del Tribunal de Cha- teau-Thierry, dictada en 7 de junio de 1905,—la cual transcribiré después—ha despertado una cuestión de Deontología médica de gran interés, que actualmente se discute, cuyo asunto nos pr oponemos traer otra vez al seno de esta ilustre corporación, ¿por ser la lNamada entre nosotros 4 exponer un criterio 4 formular un juicio, que en caso análogo al del Tribunal de Chateau-Thierry pue- da sentar jurisprudencia, una vez depurado el concepto ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 367 de la responsabilidad del médico anestesiador. Porque efectivamente: “El asunto que nos ocupa—di ilustrado y honorable Sr. Presidente—es de importancia capital para todos los que ejercemos la profesión, porque ó sistemáticamente nos abstenemos de utilizar un recurso tan poderoso para el diagnóstico, tratamiento ó inter- vención quirúrgica de las enfermedades como el cloro- formo, ó forzosamente en el curso de la práctica, hemos de lamentar algún accidente desgraciado, cuando menos lo esperemos, y se nos seguirá una responsabilidad de que debemos ponernos á cubierto.” (1). Con el propósito de plantear el asunto en cuestión, de la manera más clara y sistética que nos sea posible, co- menzaremos por transcribir, tomándolo del trabajo ya ci- tado, la ya indicada sentencia: del Juez, Sr. Magnaud, para exponer á continuación los juicios críticos y comen- tarios de que ha sido objeto. Dice aquella así: “A virtud de una demanda de 50.000 francos como in- demnización interpuesta por la consorte P...., contra B...., con motivo de la muerte de P. 25 2.14, Ser eBs tableció en 14 de diciembre de 1904, un y juicio en el Pri- bunal de Chateau-Thierry, designando al Dr. Saint-Cene, en calidad de experto, con el encargo de averiguar si el Dr. B...., no había cometido ninguna imprudencia ó ne- oligencia que pudiera comprometer su responsabilidad, con motivo de la muerte de P...., ocurrida en el curso de una anestesia por el cloroformo, el perito llevó á efec- to su misión y presentó el informe consiguiente, el 17 de abril de 1905.” “En vista, se dice, del muy notable y científico informe del Dr. Saint.Cene, resulta que B...., tomó suficientes precauciones en la administración del cloroformo que hizo 4 P...., y que la muerte de éste, sobrevenida al final de la absorción, no comprometía su responsabilidad. (1) «Límites de la responsabilidad de la administración del cloro. formo,» por el Dr. Juan Santos Fernández.—Crónica Médico Quirúrgica.— Febrero de 1906.—Habana. 368 ANALES DE LA A este propósito conviene ratificar pura y simplemente este informe y adoptar sus conclusiones.” “Mas, atendiendo á quese lee en el curso del informe que el peligro del cloroformo reside sobre todo en el sín- cope, frecuentemente irremediable, que ocurre al comien- zo desu administración, y que es tanto más dañoso cuan- to que el paciente es más 4 menos alcoholista, resulta que sólo con la mayor cireunspección y en los casos de urgen- cia extrema ó de necesidad absoluta puede proceder un médico 4 administrar el cloroformo en una persona de na- turaleza intemperante. Puede administrarse sin reparo cuando el enfermo corre peligro de muerte si no se le practica tal operación que exija la anestesia, pues en esta alternativa consultando su ciencia y su conciencia puede proceder al empleo del cloroformo en la seguridad que la enfermedad constituye mayor riesgo que la anestesia.” “Cuando se trata simplemente de afecciones ó de lesió- nes molestas Ó dolorosas, crónicas ó no crónicas, aún de la privación parcial ó total del uso de uno ó más miem- bros; pero sin peligro para la vida del enfermo, el primer deber del médico si no quiere exponerse á cometer una falta grave y comprometer grandemente su responsabili- dad, es prevenir al paciente, no sólo del daño mediato ó inmediato 4 que le expone la administración del elorofor- mo, sino también convencerle de que puede vivir perfec- tamente Ey aún largo PERA en el estado en que se en- cuentra. “En tales condiciones, pues, sólo con la autorización del enfermo, ó de su familia si aquel está momentánea- mente en condiciones de no poder resolver y después de ilustrarles minuciosamente del peligro que corre el pa- ciente, puede el práctico usar este peligroso anestésico, desde cualquier punto de vista que se considere.” “En efecto, no puede, por ejemplo, admitirse que para enderezar un jorobado ó uno que tuviese las piernas tor- cidas, pero por lo demás lleno de salud, administrase un médico el cloroformo, sin haber prevenido al paciente de las graves y posibles consecuencias á que está expuesto y sin el asentimiento de las personas, conociendo el pe- ligro.” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 369 “Atendiendo á que la vida humana es en extremo pre- ciosa para no respetarla y, cuidarla aún siquiera sea con las mejores intenciones.” Se resuelve: “¿Que dado el resultado del informe, el médico B...., según lo ha declarado el perito, conocía perfectamente la extrema predisposición de P...., al síncope, por sus afi- ciones al alcoholismo.” “¿Que se trataba de una simple luxación, que se supo- nía mal reducida, del omóplato.” “¿Que la más grave consecuencia que le podía resultar á P...., de este estado, dado por cierto, 'era la impoten- cia total Ú parcial del omóplato y del brazo.” “Que si durante el resto de su existencia P...., fuera susceptible de encontrarse considerablemente molestado por este estado, su vida, sin embargo, no correría jamás peligro.” “¿Que antes de practicar la expuesta anestesia de P....., por el cloroformo, sobre todo para proceder ¿ un simple examen, B...., descuidó advertirle de las probabilidades de muerte que podían ocurrir.” “Que estaba tanto Y más obligado, cuanto que él sabía que P...., estaba atacado de alcoholismo y que los sín- copes fatales podían, por consiguiente, esperarse.” “En vista de que administrando el cloroformo 4 P...., sin su aquiescencia y persuación de las posibilidades de una terminación fatal, sin que la existencia de P...., es- tuviese amenazada por el mal que le aquejaba, B...., ha cometido una grave falta y ha comprometido totalmente su responsabilidad.” “Apoyándose en estos datos tiene el Tribunal los ele- mentos' necesarios para evaluar el perjuicio material y moral causado por B...., ¿4 la familia de P....” “Por estos motivos, aún cuando por el informe del Dr. Saint-Cene en lo que concierne 4 la ausencia de falta en la administración del cloroformo por Bu00 Li OM t gue responsabilidad, se declara 4 su vez responsable por haberla practicado sin estar autorizado por el paciente debidamente asesorado, además porque no era necesaria, 310 ANALES DE LA puesto que por evitarla no corría peligro la vida del en- fermo.” | “En consecuencia se condena 4 B...., 4 pagar al de- mandante la suma de 8.000 francos á título de daños y perjuicios y los gastos del juicio.” Conocidos los considerandos y resultandos de la sen- tencia, nos proponemos hacer un resumen de los comen- tarios Ó impugnaciones que ha merecido, tanto entre nos- otros como en el mismo París; siguiendo en nuestra expo- sición el riguroso orden cronológico en que han apareci- do en esta capital. En el Bulletin Général de Therapeutique, de 23 de ene- ro del corriente año, el Dr. E. Rochard publica un traba- jo cuyo título es: “¿Se debe advertir al enfermo del peli- gro que le hace correr la administración del cloroformo, cuando se ha juzgado la anestesia necesaria?” Este ilustrado Profesor comienza su interesante trabajo con la rotunda negativa: “No! Ciertamente no!” Y des- pués de una crítica acertada á los fundamentos del fallo, en que se declara que no ha habido falta de pericia, ni imprudencia, ni otras razones para aceptar la responsabi- lidad, consigna el referido Doctor que si hubiera de ad- vertirse al enfermo antes de la operación los peligros de la anestesia, muy pocos serían los que se someterían «d ella, y en el caso de hacerlo ya se contaría con un ele- mento fatalmente peligroso, el terror; capaz por sí solo para determinar la muerte por “sacudimiento cerebral,” causa muchas veces del síncope del principio. No, esta manera de proceder no es admisible y nuestro papel es endulzar en cuanto sea posible el acto temido de la operación, repite el mismo Doctor. Cuando se ha juzgado necesaria una operación, es que se ha estimado que los riesgos que se han de correr son mínimos ante el beneficio recibido; y si la anestesia hu- biera de reservarse, como indica el Tribunal sentencia- dor, sólo para los casos en que la vida del enfermo está en inminente peligro, muy pocos serían los casos de in- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3114 tervenciones quirúrgicas; y entonces, ya no más ovarioto- mías, ni aún curas radicales de hernias, ni apendicitis en frío, etc., etc.; y el dicho del P. Chassevant consignado en una memoria leída en la Sociedad de Medicina Legal, se habrá cumplido; “la cirugía habrá retrogradado un si- elo. La anestesia, ese descubrimiento que “hace época en la historia del mundo no será el auxiliar poderoso de la cirugía con cuya asociación se puede llegar hasta el mila- ero. La abstención de la anestesia sería perjudicial al bien de la humanidad.” Yo espero, pues, —dice el ilus- tre cirujano del Hospital de Saint-Louis,—que el fallo del Tribunal de Chateau-Thierry será casado; y termina repi- tiendo como propias las frases del gran Velpeau: “Teneis en vuestras manos el porvenir de la cirugía; la cuestión interesa al público más que al médico; si condenais al ci- rujano que ha empleado el cloroformo, ninguno de nos- otros consentirá emplearlo en lo sucesivo; ningún médico que sepa la posibilidad de un accidente imposible de pre- venir, que incurra en responsabilidad, no querrá emplear: lo más, d vosotros toca mantener la abolición del dolor 6 no consentirlo.” En nuestra Crónica Médico- Quirúrgica de febrero del presente año (1), apareció otro trabajo brillante del ilus- trado y honorable Sr. Presidente de esta Academia, cuyo primer párrafo lo he transcrito literalmente al principio de esta tesis, porque entiendo que no es posible expresar en forma mejor, ni más gráfica, la importancia del asunto que nos preocupa, como “allí se condensa en tan hermosa sintesis. “LIMITES DE LA RESPONSABILIDAD EN LA ADMINISTRACIÓN DEL CLOROFORMO.” He aquí el tema del artículo del Dr. Santos Fernández. Nuestro ilustrado y experto oftalmólogo, decidido por la anestesia y autorizado por su larga práctica, “entiende que no es posible siempre prevenir los accidentes del clo- (1) Trabajo citado. rd ANALES DE LA roformo por más que se puedan evitar las más de las ve- ces, rodeándose de precauciones que todos conocemos”: y que d pesar de esas precauciones, no ha dejado en su práctica, de contar varios síncopes graves, felizmente con- jurados; pero que nunca en el caso contrario se hubiera sentido responsable, por haber cumplimentado las exigen- cias de una anestesia perfecta. Entiende el Dr. Santos Fernández, que no puede ha- cerse 4 un médico responsable, por la muerte de un anes- tesiado como lo aprecia el Juez Magnaud. De esta suer- te, dice: “La esfera de acción por la anestesia, por el clo- roformo, quedaría restringida en extremo, pues los médi- cos de hospitales y casas de socorro, se verían obligados á no intervenir, 0 á correr el riesgo de que fallecido el lesionado, las más de las veces por “el shok 9 por efectos de la 1E5A! siendo alcoholista, se atribuyese su muerte á la anestesia.” Muy acertadamente reconoce el Sr. Presidente que en los alcoholizados, fuera de la normalidad funcional, la función circulatoria exige cuidados, no ya solamente para el acto de la cloroformización, sino para las mismas ope- raciones y tratamientos; pero sería demasiado radical ex- eluir en absoluto de la anestesia clorofórmica á los que abusan del alcohol. De igual manera, no constituye una contraindicación ni los; afectados del corazón, continúa el referido Doctor, con tal que se tomen erandes precauciones. Y como resumen de sus atinadas consideraciones, se lee este párrafo terminal en el trabajo de referencia: “pero todos convienen también que hay necesidad de arrostrar- lo, se entiende la cloroformización, con todas las precau- ciones que la ciencia aconseja, dados los beneficios que se alcanzan con su empleo en la Medicina y muy especial. mente en la Cirugía que abraza las grandes operaciones.” l En la sesión ordinaria de esta Academia en la. noche del 23 del pasado mes, fué leído por el Sr. Vicepresiden- te, muy estimado amigo mío, un trabajo presentado por ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 313 el que tiene el honor de dirigiros la palabra, como tesis de opción al título de Académico corresponsal. En aquel modestísimo trabajo, cuyo título es: “¿PUEDE SER RESPONSABLE CIENTÍFICA Ó LEGALMENTE EL CLOBOFORMIZADOR, EN EL CASO DE ACCIDENTE MORTAL POR LA, ANESTESIA?” Nos propusimos estudiar, 0 mejor dicho, presentar con bastante relieve, sinó con lujo de detalles, por no ser necesario ésto, los tres órdenes de causas que pueden determinar separada ó conjuntamente el acciden- te fatal en la anestesia. Causas dependientes del cloroformo, causas dependien- tes del cloroformizador, 6 como si dijéramos de la técnica y causas dependientes del cloroformizado mismo. Del estudio químico y químico-biológico del clorofor- mo, llegamos á demostrar que si bien es cierto que hoy disponemos de medios para saber positivamente cuando el anestésico se encuentra químicamente puro, y cuando no lo está, qué es lo que determina su impureza—4 todo esto podemos llegar, —no es menos cierto también que á pesar de todo, por fenómenos que súbitamente y como por sor- presa é independientes de la pureza de. la substancia em- pleada, se presentan, la fatalidad, la adversa suerte nos convierte en impotentes observadores de un cuadro de Muerte y de desgracia inevitable. De igual manera, en previsión de que la técnica más ó menos competente y experta, pudiera contribuir al acci- dente fatal; se han formulado preceptos muy científicos y prácticos, tan sabidos y programados ya, que nadie podrá ignorarlos;, pero que también así, ú pesar de todos los preceptos más sabios, el fracaso llega sin poderse evitar. Cuanto hemos repetido ahora relativo al cloroformo y á la técnica de la cloroformización, decíamos en aquella tesis respecto al cloroformizado mismo, sin dejar de ocu- parnos, por supuesto, del estado patológico ó físico, y del estado psíquico 4 emotivo del operado; reconociendo en- tonces como ahora que en el estado actual de la ciencia no nos está permitido ni sospechar, ni ejercer. decisivo control en frente del accidente funesto ó peligroso. No nos ocupamos en aquel trabajo, en especial del al- coholismo, por no conocer entonces el texto exacto de la 314 ANALES DÉ' LA sentencia del Juez Magnaud; pero ciertamente nunca se nos pudo ocurrir que ¿ dicho J uez, por Sí, y sólo porque sí, se le hubiera antojado que el alcoholismo 'Ha'de consi- derarse como motivo de contraindicación dela anestesia clorofórmica; creyéndonos excusados de entrar ¿4 demos- trar la sinrazón de su equivocada creencia, por ser asunto bien tratado ya en “el cuerpo de “éste trabajo, por muy competentes comentaristas, Encontrar responsabilidad, por haber administrado el cloroformo en un caso, porque no corría inminente peli- ero la vida del paciente; restringir el uso del cloroformo haste lo imposible, condenar'á la humanidad doliente"'al sufrimiento, sería ser cruel, si fuera 4 conciencia. Pero al no ser cruel, es absurdo, 'anticientífico y dlesacertado. Y no de otra manera había de suceder dada la monstruo- sa anomalía, de que un Juez se haya convertido Pr vo On perito cloroformizador. Ultimamente, terminábamos nuestra tesis, con estos pá- rrafos en que se condensa nuestra opinión: “Parece no dejar lagar 4 duda que no es posible acep- tar tampoco lesalmente la. responsabilidad, en su doble concepción criminal y civil.” “Y respecto al caso del Juzgado de Chatean Thierry, sin insistir en comentarlo, que “suficientemente impuenado queda por su ilustre comentarista, sólo: debemos decir: que és absurdo y anticientífico el fundamento 'de- la sen- tencia, toda vez que siendo un hecho' demostrado en la Ciencia que el terror es uno de los factores que más con- tribuyen al accidente mortal, no está ¡justificado acrecen- tarlo con el anuncio de los peligros de la anestesia misma. ' e 7 En la Tribune Medical de los días 17 y 24 del retro- próximo mes de marzo, aparece un artículo, cuyo epígra- fe es: “Deontologie.—De la responsabilité des medicins dans Pemploi des anesthésiques.” Este trabajo es el in- forme del P. Chassevant, miembro de la: Comisión nom- brada por la Sociedad de Medicina Legal de París, con motivo del fallo de que venimos ocupándonos. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 Este profesor después de un detenido estudio de los considerandos y resultandos de la sentencia, estima: que este Juicio se compone de dos partes muy distintas y d su juicio contradictorias. En la primera parte el Tribunal aprueba el informe del médico experto que él ha conminado, y acepta las con- clusiones. Lo que está conforme á la jurisprudencia ge- neralmente adoptada desde época muy remota y de acuer- do también con las declaraciones del Procurador general Dupin en casos análogos de responsabilidad médica, en que dicho Procurador consignaba que, d juicio técnico, el procedimiento seguido en la realización del acto ú opera- ción, la elección del instr umental, la urgencia 9 no de la operación, etc., ete., son cuestiones científicas—dice—que han de debatirse entre Doctores, y que no pueden cons: tituir caso de responsabilidad civil y caer bajo el examen de los Tribunales. Consecuente con este principio del Procurador Dupin, el Tribunal de Chateau-Thierry debió haber dado por ter- minado el proceso, toda vez que el médico experto ase- gura que por parte del cloroformizador, se tomaron todas las precauciones científicas, poniéndose por lo tanto á cu- bierto de toda responsabilidad. Pero el Tribunal entra después en un examen del ejercicio del arte médico, for- mulando indicaciones y contraindicaciones del empleo del cloroformo que él califica de peligroso, para declarar des- pués que B.... es responsable por no haber solicitado la autorización del paciente, y no ser necesaria la anestesia, puesto que la existencia de P.... no corría peligro. Esta conclusión, dice la ponencia, es muy grave; pues- to que condena á B.... después de haber reconocido que B.... “ha tomado suficientes precauciones en la ad- ministración del cloroformo que hizo 4 P.... y que la muer- te de éste sobrevenida al principio de la absorción de este anestésico, ño haría empeñar su resporsabilidad.” Si se generalizara esta nueva jurisprudencia habría de cumplir- se la creencia emitida por Velpeau en 1853 (ya referida). De prosperar este juicio sus consecuencias serían tan gra- ves, que anularía la práctica de la cirugía en Francia: y sería necesario aconsejar á los enfermos necesitados de 316 ANALES DE LA operación quirúrgica, que fueran d buscar su alivio ó cu- ración fuera de la frontera. Si se examina el valor científico de cada uno de los ar- gumentos que han motivado la condena, continúa el doc- tor Chassevant, se deduce de ella que el alcoholismo debe ser una contraindicación y prohibir el empleo del cloro- formo como anestésico. Todo lo contrario se observa en la práctica diaria, puesto que en los hospitales son más los alcoholistas que son sometidos al cloroformo, que los que no lo son; y sin embargo, las estadísticas no arrojan mayor mortalidad en estos establecimientos. El profesor Gosselin, tenía dada la orden ¿4 sus inter- nos, que fueran cloroformizados á su llegada al Hospital, todos los lesionados de fracturas Ú luxación, estuvieran ó no ébrios. Ellos no observaron ningún accidente. El al. coholismo no constituye por sí sólo una contraindicación al cloroformo. La tendencia á los síncopes no es una contraindicación á la cloroformización. A parte de que el síncope no es más que un síntoma que se manifiesta por causas diversas por diferentes mecanismos, puede ser producido por un vivo dolor, como se observa muy á menudo en las luxa- ciones; por esta razón, en las reducciones de éstas, la anestesia no está contraindicada, sino por el contrario, evitando el dolor evita el síncope. En los histéricos, en las personas nerviosas, en los indi- viduos exitables, están menos expuestos al síncope, ó nada expuestos durante el sueño clorofórmico. Esto se ha comprobado perfectamente en el servicio del P. Charcot. Ni aún los síncopes cardiacos, contraindican el uso del cloroformo, según lo ha demostrado el Dr. Huchard; y en las veinte y cinco autopsias practicadas por el P. Brouar- del en individuos muertos por la cloroformización, jamás ha comprobado lesión cardiaca en ninguno de ellos, Limitar la cloroformización sólo en los casos en que la vida del paciente esté en peligro inminente sería impedir el progreso de la ciencia; sería entronizar el sufrimiento; sería aumentar las defunciones, no ya por la cloroformi- zación, que no se practicaría, sino por la marcha evoluti- (A e 5 va de ciertos ¿procesos patológicos graciables de una in- tervención quir úrgica impracticable sin cloroformo. Así continúa la. ponencia. destruyendo los. argumentos de la sentencia, que no consigno por no hacerme cansa- do, terminando con las siguientes conclusiones: 1,2 El número de los accidentes mortales que sobre- vienen en el curso de las anesteslas es excesivamente mí- nimo con relación al número de las cloroformizaciones practicadas, sería por lo tanto exagerado calificar la anes- tesia clorofórmica de práctica peligrosa. 2.2 Desgraciadamente, 4 cada uno de los pertodos de la anestesia quirúrgica, pueden sobrevenir accidentes ca- paces de determinar la muerte: Estos accidentes son algunas veces rápidamente morta- les y no permiten ninguna intervención. Entre estos; úl- timos es necesario señalar el síncope laringo-reflejo, accl- dente del principio de la cloroformización. 3.2 No existen contralndicaciones absolutas á la anes- tesia quirúrgica. El alcoholismo, las tendencias á los sín copes, no son una contr: aindicación de la anestesia quirúr- gica. Un gran número de circunstancias exige, no obs- tante una prudencia excesiva en la administración del cloroformo. 4.2 Antes y fuera del empleo de los anestésicos los sIncopes súbitos, mortales, bruscos (muerte por inhibición sobreviniendo antes ó al principio de las operaciones qui- rúrgicas) han sido 4 menudo observados por los ciruja- nos. Ellos se observan d menudo en las personas pusilá- nimes que temen al dolor y 4 la muerte. La anestesia clorofórmica no impide estos síncopes mortales producir- se; se les atribuye entonces injustamente «¿€ la cloroformi- zación. | 5.2 En el curso de la anestesia, la pusilanimidad, el temor de la muerte, una gran aprensión en el momento de dormirse, favorecen la aparición de los accidentes mortales. El médico tiene el deber, alcanzada la autori- zación del enfermo, obtener su confianza sin disminuir ni exagerar los peligros posibles. 6.2 La responsabilidad civil del médico no debe estar 3718 ANALES DE LA empeñada mas que cuando se pruebe contra él negligen- cia Ó ligereza. Estas conclusiones puestas 4 discusión han sido adopta- das por unanimidad. Con el resumen de las impugnaciones hechas á la sen- tencia del Tribunal de Chateau-Thierry, me parece que- dar demostrada toda su sinrazón; siendo por otra parte muy satisfactorio observar, cómo las impugnaciones he- chas por distintos profesores, en distintos países, regidos hasta por distintos Códigos, coinciden de tal manera en los principios médicos aducidos, que un informe parece la repetición de los demás. Muy complacido habremos de sentirnos si esta ilustra- da Academia acoje con benevolencia este modestísimo trabajo, y toma en consideración nuestra respetuosa sú- plica. NOTA DE LA DIRECCION.—Véase con motivo de este asunto el INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA POR HOMICIDIO, emitido por el Dr. Ignacio Calvo y aprobado por la Academia en sesión de 10 de marzo de 1905.—Awa1es.—Tomo XLI.—Pág. 3514 y la discusión del mis» mo en las páginas 352 y 35953. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3719 INDICE DE MATERIAS ACADEMIA ACTAS DE LAS SESIONES Páginas Solemas ao eo ae e acals e 19 de mayo de........ TIO e acne os 3 Pública ordinaria de........... 9 de junio de........ cd 40 » » de... 23 de junio de........ y 56 Extraordinaria de............... 23 de junio de........ ti AS 76 Pública ordinaria de........... 14 de julio de......... A 91 Extraordinaria de............... 1 de septiembre de >»... 114 Pública ordinaria de........... 29 de septiembre de » mmm... 121 » » den eri 13íde octubre de. AAA 147 » » as 27 de octubre de..... MI 15.154 » » de misas 10 de noviembre de —» cm... 154 » » dex 24 de noviembre de » 0 immmmc... 198 Eunebrede cama. qo0 ado 6 de diciembre de... 1» 1 l...it... 219 Pública ordinaria de........... 22 de diciembre de.. » cdi 240 » » de ia 12 de enero de........ IO 261 » » oa AGUDAS: 26 de enero de........ A II 280 » » Our toria 2 O IBC de rl Ae ies 303 » » LENA APA 9 de marzo de....... od dede 322 » » Lei 23 de marzo de....... EN AA 330 » » ALA 27 'de abril de......... RANA: REE 397 NUESTRO ESFUERZO CIENTIFICO.—Discurso del Dr. Juan Santos Fernández, Presidente de la Academia de Ciencias, en la sesión solemne del 19 de mayo de 1905 . paJ] MEMORIA de las tareas que han ocupado á la Academia duran- te el año de 1904 á 1905, leída en la sesión solemne celebra- da el día 19 de mayo de 1905, por el Secretario de la misma, Dr. Gustavo López y García... AS 12 PSICOLOGIA DE LOS SIMULADORES.—Conferencia pronun- ciada por el Dr. Tomás Vicente Coronado, en la sesión solemne celebrada en la Academia el 19 de mayo de 1905... ..... 24 380 ANALES DE LA Páginas PROGRAMA DE LOS PREMIOS PARA EL AÑO 1906. . .... 38 NOTA NECROLOGICA DEL DR. JOSE BEATO Y DOLZ, por el Dr. Juan Santos Fernández (9 de junio de 1905)... .... 43 CONTESTACION AL DISCURSO DE INGRESO como Acadé- mico «de número del Dr. Gustavo G. Duplessis, porel Doctor Ignacio Plasencia (23 de junio de 1905). . SE LL. 84 JUNTA DE GOBIERNO para el bienio de 1905 á 1907. y SEC- CIONES Y COMISIONES nombradas el 14 de julio de 1905. 110 LA MUERTE, por el Dr. Juan Santos Fernández (6 de diciembre APIO as > E A , 220 ELOGIO FUNEBRE DEL DR. JOSE I. TORRALBAS, por el ' Dr. Luis Montané (6 de diciembre de 1905)... . 223 ELOGIO FUNEBRE DEL DR. VICENTE B. VALDES, por el Dr. Enrique B. Barnet (6 de diciembre de 1905). .... 232 INFORME DEL TRABAJO DEL DR. BAKER SOBRE ALGU- NAS HIPPELATES CUBANAS, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (12 de enero de 1906)... ...... 2175 INFORME SOBRE TRABAJOS PRESENTADOS POR EL DR. JOSE H. PAZOS PARA ASPIRAR AL TITULO DE SO- CIO CORRESPONSAL, por el Dr. Pedro V. Ragues (9 de marzo .de 1906). --.oh. sid10700.9 VE. 328 INFORME ACERCA DEL TRABAJO PRESENTADO POR EL DR. FRANCISCO M2 HECTOR, EN OPCION AL TITULO DE ACADEMICO CORRESPONSAL, por el Dr. Tomás V. Coronado (23 de marzo de 1906)... ..... ; 349 NOMBRAMIENTO DE UN ACADEMICO (Dr. V. de la Guar- dia, honorario). CONVOCATORIA para una plaza de Académico de número de la Sección: de Medicina a A a 393 DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA ACADEMIA, Dr. Juan Santos Fernández, al comenzar su conferencia el Sr. Nowack (20. de abril dO06)] 1 nl o e e ES 394 20 DE ABRIL DE 1906 . 00) feos. Uli del ¿nenelos sara 336 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 381 Páginas CIRUGIA DUPLESSIS, GUSTAVO G. —] —] La apendicitis, enfermedad quirúrgica... PRESNO, JOSE A. Emasculación: total Len cáncer del pene, (con una lámina). . .... 14 SANTOS FERNANDEZ, JUAN. Nuestro publicista Saco como precursor de una observación of- talmoaligicalaidiada OR atari MAS al Lo que debe saber de; enfermedades de los ojos el médico que na ES veilista > 2. 2.» +» SILA iso al nr. 99 CLINICA MEDICA CORONADO, TOMAS VICENTE. ¿Es factible confundir el tifus icterodes (fiebre amarilla) con los AN MEA NS A NE e 203 DELFIN, MANUEL. y A AA 242 Nota clínica (se ed á Pe A: de la infancia) uo ds 283 HECTOR, FRANCISCO MARIA. El análisis coprológico como medio de diagnóstico em las dispep- E AA CUEVA SS A E 314 HERNANDO SEGUI, DOMINGO. La tuberculosis de la laringe y el embarazo . . . . . . +... 363 SALADRIGAS, ENRIQUE. Dos casos clínicos de gonococcia y de gonohemia.. ... . ... 270 VALDES ANCIANO, JOSE A. Sífilis del sistema nervioso. —Presentación de varios tipos clíni- os. —Retlejo eruzado paradoxal: . 227 aims 325 FARMACIA ACOSTA, ENRIQUE. Informe acerca. de algunos preparados del Dr. Doyen. . . . +... 158 382 ANALES DE LA Páginas ALACAN, JOSE P. Informes sobre preparados farmacéuticos . . . AO LaS; - 158, 200, 983, 307, 335, 360 y 362 ALONSO CUADRADO, GASTON. Informes sobre preparados farmacéuticos . . . e . 98,118 Necesidad de fijar bien las atribuciones de la Arkdonrla en lar in- terpretación de las Ordenanzas de Farmacia... .. . . .... 160 ALONSO CUADRADO Y HERNANDO SEGUI. Informe emitido por una comisión de Farmacia, nombrada para reconsiderar el informe emitido por el Dr. Delfín y aprobado por la. Academia en 9 de junio de 1905... . o... ets 130 BOSQUE, ARTURO. Informe sobre preparados farmacéuticos... . . . . . . .... 98,119 DELFIN, MANUEL. Informes sobre preparados farmacéuticos. . . . 50, 153 Informe acerca de la reconsideración de otro a de OS en 10 de noviembre de 1905 sobre preparados farmacéuticos del doc- LOT BOM A IA AROS 264 HERNANDO SEGUI, DOMINGO. Informe sobre preparados farmacéuticos . . ... . E 117 Informe sobre infracción de las Ordenanzas de Ec” O! 126 MOYA, CARLOS. Informe sobre preparados farmacéuticos . . ... . ... .. . +. ... 118 PARDIÑAS, EMILIO. Intorme-sobre an+preparado Tarmaceutco 119 GEOLOGILA CALCAVECCHIA, STEFANO. Los terremotos.—Algunas manifestaciones volcánicas y Causas quelas tdci AS AA SE 246 HIGIENE ALACAN, J. P.—ALONSO CUADRADO, G. y PARDIÑAS, E. Informes sobre la desnaturalización de los alcoholes . . . . +... 95,361 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA DELFIN, MANUEL y ALONSO CUADRADO, GASTON. Informe acerca de si las cerillas ó fósforos denominados amorfos pueden inflamarse espontáneamente, etC.. . . . . + DELFIN, MANUEL. Informe acerca de si el ron de 18 á 19 EEN se considera como materiaminfianableraiis dle ANA Los artículos 50, 77 y 81 de las Ordenanzas Sanitarias. . FINLAY, CARLOS. Importancia de ciertos factores secundarios en el desarrollo de la tuberculosis pulmonar y en la mortalidad producida por la MIS a, Is e LE-ROY Y CASSA, JORGE. Cuarto aniversario de la erradicación de la fiebre amarilla de la Habana... MIRANDA, RAMON LUIS. Aguas y baños minerales de Montecatini, Italia. . INDUSTRIA PARADELA Y GESTAL, FRANCISCO. Informe solicitado por la Secretaría de Agricultura acerca de una petición de privilegio de invención para un «aparato eléctri. co, para el calzado» y > IR MHEDICINA LEGAL : CORONADO, TOMAS VICENTE. Informe médico legal en causa por duelo . . ....... +. . HECTOR, FRANCISCO MARIA. ¿Puede ser responsable, científica ni legalmente el cloroformiza- zador, en el caso de accidente mortal por la anestesia? . . Erresponsabilidad del médico cloroformizador, en el caso de ac- dente mortal por la anestesia. . . . . . . . ... LE-ROY Y CASSA, JORGE. Informe médico legal en causa por herida de arma de fuego. . ... LOPEZ Y GARCIA, GUSTAVO, y CORONADO, TOMAS V. Informe médico legal acerca del estado mental de un sujeto....... 309 384. ANALES: DE: LA VARIOS SANTOS FERNANDEZ. JUAN. Historia abreviada de la Prensa Médica en Cuba. ... LOPEZ, Y GARCIA, GUSTAVO: Informe acerca de la obra «Patología de las enfermedades epilép- ticas y mentales con un estudio: del hombre en su modo de ser físico moral», por Ignacio Ribera y Baylina. . . . . . LZLOOLOGTA VALDES RAGUES, PEDRO. Nuestros museos.—Mamiferos. . . . ... . . Nuestros museos.—Aves Tapaces . . . ... ... Páginas 173 286 149 270 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 385 INDICE DE AUTORES ACADEMIA ACTAS DE LAS SESIONES Páginas Solemuedeb. cid. 19 de mayo de........ ADO LAA 3 Pública ordinaria de........... 9 de junio de........ > 2) OUT 4) » » de... 23 de junio de......... ATTOR. AL 56 Extraordinaria de............... 23 de junio de........ XA HER 716 Pública ordinaria de........... 14 de julio de......... MHAIHAOD. L 91 Extraordinaria de.....,......... 1 de septiembre de » imc... 114 Pública ordinaria de........... 29 de septiembre de » cm... “12d » » dec js 13-deroctubrerde.i/.. 1.19 dba. 147 » » MEE 27 de octubre de..... Ade 154 » » A ts 10 de noviembre de » cm... 154 » » Co NE 24 de noyiembre de » .mmmmmmo. 198 MED rd o O: 6 de diciembre de.. ».. ..mmmmom. 219 Pública ordinaria de........... 22.48 diciembre de.. 2090. anóniaass 240 » » MS 12 de enero de........ TOO oi 261 » » A Pd ao pe eN 280 » » deb! 23 de febrero de...... Y ARANA IA 303 » » TS AI 9 de marzo de....... IA O 322 » » derrito... 23 de marzo de....... Y UPA OL 330 » » Pliaisataras 21 de abril de......... A DITA. 397 NUESTRO ESFUERZO CIENTIFICO.—Discurso del Dr. Juan Santos Fernández, Presidente de la Academia de Ciencias, en la sesión solemne del 19 de mayo de 1905. . . 7] MEMORIA de las tareas que han ocupado á la Academia duran- te el año de 1904 á 1905, leída en la sesión solemne celebra- da el día 19 de mayo de 1905, por el Secretario de la. misma, Dr, Guestayo López y Farcíao did ideario is 2d 12 PSICOLOGIA DE LOS SIMULADORES.—Conferencia pronun- ciada por el Dr. Tomás Vicente Coronado, en la sesión solemne celebrada en la Academia el 19 de mayo de 1905... . +... 24 386 ANALES DE LA Páginas PROGRAMA DE LOS PREMIOS PARA EL AÑO 1906... .... 38 NOTA NECROLOGICA DEL DR. JOSE BEATO Y DOLZ, por el Dr. Juan Santos Fernández (9 de junio de 1905)... .... 43 JUNTA DE GOBIERNO para el bienio de 1905 á4 1907 y SEC- CIONES Y COMISIONES nombradas el 14 de julio de 1905. 110 LA MUERTE, por el Dr. Juan Santos Fernández (6 de diciembre Ar LA RS re 0 A o NS PE 220 ELOGIO FUNEBRE DEL DR. JOSE I. TORRALBAS, por el Dr. Luis Montané (6 de diciembre de 1905)... . . . 223 ELOGIO FUNEBRE DEL DR. VICENTE B. VALDES, por el Dr. Enrique B. Barnet (6 de diciembre de 1905)... ... ... 232 INFORME DEL TRABAJO DEL DR. BAKER SOBRE ALGU- NAS HIPPELATES CUBANAS, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (12 de enero de 1906) INFORME SOBRE TRABAJOS PRESENTADOS POR EL DR. JOSE H. PAZOS PARA ASPIRAR AL TITULO DE SO- CIO CORRESPONSAL, por el Dr. Pedro V. Ragues (9 de marzo. de 1906) . 4D .otimiiidasa OÍ. ir PO ARA 328 INFORME ACERCA DEL TRABAJO PRESENTADO POR EL DR. FRANCISCO -M.* HECTOR, EN OPCION AL TITULO DE ACADEMICO CORRESPONSAL, por el Dr. Tomás V. Coronado“(23 lea MA de A A A BES 349 NOMBRAMIENTO DE UN ACADEMICO (Dr. V. de la Guar- (ba Anormal EOS US 393 CONVOCATORIA para una plaza de Académico de número de la Sección de Medicinas ati BO. a ER ae 353 DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA ACADEMIA, Dr. Juan Santos Fernández, al comenzar su conferencia el Sr. Nowack (20. de abril de 1906) ah-osreror sb BE 0 354 20-DE ABRIL DE1906.., 90 Ibi a rea 356 ACOSTA, ENRIQUE. Informe acerca de algunos preparados del Dr. Doyen.. . . +. -.. 158 ALACAN, JOSE P. Informes sobre preparados farmacéuticos . . . IO, MOLES 158, 200, 983, 307, 335, 360 y 362 ALACAN, J. P.—ALONSO CUADRADO, G. y PARDIÑAS, E. Informe sobre la desnaturalización de los alcoholes. . . . . +... 95,361 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA DUPLESSIS, GUSTAVO G. La apendicitis, enfermedad quirúrgica. . . . Páginas ALONSO CUADRADO, GASTON. Informe sobre preparados farmacéuticos . . . . 98,118 Necesidad de fijar bien las atribuciones de la nen en 1 in- terpretación de las Ordenanzas de Farmacia... . . . 160 Informe del trabajo del Dr. Baker sobre algunas Hippelates hal MIA A ARI ar a redos. 215 ALONSO CUADRADO Y HERNANDO SEGUI. Informe emitido por una comisión de Farmacia, nombrada para reconsiderar el informe emitido por el Dr. Delfín y aprobado por la Academia en 9 de junio de 1905... . r 130 BARNET, ENRIQUE B. . Elogio fúnebre del Dr. Vicente B. Valdés. ......... 232 BOSQUE, ARTURO. Informe sobre preparados farmacéuticos . ... . .. .«...« . .... 98,119 CALCAVECCHIA, STEFANO. Los terremotos.—Algunas manifestaciones volcánicas y causas que las determinan... ....... ARA AAA A NE 246 CORONADO, TOMAS VICENTE. Psicología de los simuladores... : LL TIRA ARI IN 24 Informe médico legal en causa por duelo. ..... .....«.. 123 ¿Es factible confundir el tifus icterodes E amarilla) con los otros estados febriles? e 203 Informe acerca del trabajo fegeRiada, por el Dr. todiara Mo Hector, en opción al título de Académico corresponsal . .. 349 DELFIN, MANUEL. Informe sobre preparados farmacéuticos . . 50, 153 O RT ERA AN EN 242 Informe acerca de la reconsideración de otro aprobado en 10 de noviembre de 1905 sobre preparados farmacéuticos del doc- tor Bottimo;:',. ¡IMA AO IO SR 264 Informe acerca de si el ron de 18 á 19 grados se considera como Ha aotamable o a e ea sa co 269 Nota clínica (se refiere á enfermedades de la infancia). . 283 Los artículos 50, 77 y 81 de las Ordenanzas Sanitarias. . . . .... 335 DELFIN, MANUEL y ALONSO CUADRADO, GASTON. Informe acerca de si las cerillas ó fósforos denominados amorfos pueden inflamarse espontáneamente, etc. . 266 | —] 388 ANALES DE LA Páginas FINLAY, CARLOS. Importancia de ciertos factores secundarios en el desarrollo de la tuberculosis pulmonar y en la mortalidad producida por la. DURAS li e ARE A A 62 HERNANDO SEGUI, DOMINGO. Informe sobre preparados farmacéuticos . 2. ... .. ... e 1h Informe sobre infracción de las Ordenanzas de A ENT EA 126 La tuberculosis de la laringe y el embarazo . . . .... «1.0... 363 HECTOR, FRANCISCO MARIA. El análisis coprológico como medio de diagnóstico en las dispep- sjas,¡duplenales > Ue e ele ea O OIGO VANE JAS 314 ¿Puede ser responsable, oa ni aliadas el cloroformiza- zador, en el caso de accidente mortal por la anestesia? . .... 341 Irresponsabilidad del médico eloroformizador, en el caso de ac- dente mnortal por la "anestesia A IO 366 LE-ROY Y CASSA, JORGE. Informe médico legal en causa por herida de arma de fuego. . ... 38 Cuarto aniversario de la erradicación de la fiebre amarilla de la Habana. LITE ALILOT. APO 133 LOPEZ Y - GARCIA, GUSTAVO. Memoria de las tareas que han ocupado á la Academia durante el año de 1904 á 1905, leida en la sesión solemne celebrada el 19 de mayo de 1905 por el Secretario: de la misma . . .... 12 Informe acerca de la obra «Patología de las enfermedades epilép- ticas y mentales con un estudio del hombre en su modo de ser físico moral», por Ignacio Ribera y Baylina. ... . . +... 286 LOPEZ Y GARCIA, GUSTAVO, y CORONADO, TOMAS V. Informe médico legal acerca del estado mental de un sujeto....... 44 MIRANDA, RAMON LUIS. Aguas y baños minerales de Montecatini, Italia. . . .-.-. siios 164 MONTANE, LUIS. Hiosio, fúnebre del Jose Doralbast a pedo Led 223 MOYA, CARLOS. Informe sobre preparados farmacéuticos... ... 0. 0... 0... 118 PARADELA Y GESTAL, FRANCISCO. Informe solicitado por la Secretaría de Agricultura acerca de una petición de privilegio de invención para un «aparato eléctri. co “para el calmado». arme al Pie AS 309 ACADEMIA DE CIENCIAS DH LA HABANA 399 Páginas PARDIÑAS, EMILIO. Informe sobre un preparado farmacéutico. . . 119 PLASENCIA, IGNACIO. Contestación al discurso de ingreso como Académico de número del Dr. Gustavo: DUPlesS 0 a 84 PRESNO, JOSE A. Emaculación total por cáncer del pene, (con una lámina). . . 144 SALADRIGAS, ENRIQUE. Dos casos clínicos de gonococcia y de gonohemia.... . 270 SANTOS FERNANDEZ, JUAN. Nuestro esfuerzo científico. . PS 5 Nota necrológica del Dr. José Beato y y Doll E 43 Nuestro publicista Saco como precursor de una ere of. ¡AEDEP te ai e alar e ml pad Ra al Lo que debe saber de slifidicdados de los ojos el médico que no esmculiste) 3 Job Gora G0P] sados sl lob.ndiasr 99 Historia abreviada de la Prensa Médica en Cuba. . 173 MA E AAN ES EA A NA A OS UE 220 Discurso del Presidente de la Academia al comenzar su conferen- : COS. No wack 1077? dro rd ral Ma ea DEN IS UNSS CURS SONS 354 VALDES ANCIANO, JOSE A. Sífilis del sistema nervioso.—Presentación de varios tipos clíni- cos.—Reflejo cruzado paradoxal. . . . . 325 VALDES RAGUES, PEDRO. Nuestros museos.---Mamiferos. . . . ....... . +. ASA 149 NUEsStros. musBos.—Aves TADACBES. >) 2 «0 ia a e 270 Informe sobre trabajos presentados por el Dr. José H. Pazos para aspirar al título de socio corresponsal. . . ...... 390 Páginal Línea 24 31 154 Frente á la 222 [retrato 242 3301 + 31 ANALES DE LA DS ERRATAS NOTABLES A A e nuestro local. Y que así] rio, se hace también pa- cual- tria, se Oflamológica. ..... JOftalmológica día 19 día 10 + diciembre 3 de 1903. f diciembre 6 de 1903. (Sesión del 13 diciembre 1905) (Sesión del 22 diciembre 1905) oftalmia. oftalmología. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ONSHYUJ “Y USO(” “H(] TH UYO4 INdd TUd YIONVO YOd "IVILOL NOIOVIAOSVNE ONSHYUJ “Y USO( “U(] 1H HOÁ aNud "IEA YEONVO YOd "IVLOL NOIOVIAOSVNE 144 rente á la página a Í á la que se encuentr áminas Y Sustitúyanse estas 1 logía y Terapéutica del aparato lenticular E OBRAS DE VEN TA EN LA . pa E: ba COION DE LOS “ANALES” _—--———— y . atajos de la Comisión de Medicina Ll E gal de Higiene Pública, 3 tomos; La Flor Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- E logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- gía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memoria. : sobre la Patología y A tiaticdades de la Is- la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. - Contribución al estudio de los Moluscos Cu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán por el Dr. Finlay. Gran Experlencia de Mas de 50 años en el Ramo de Solicitar Paten- tes de Inven- cion, Marcas de Comercio y T:tulos de Propiedad Literaria en los Esta- dos-Unidos y Países Extranger-s. Para mas informes véase la última página delecturad cualquier ejemplar mensu: al Le La America Cientifica e Industrial edicion en español del “* SCIENTIFIC AMERICAN,” ó escríbase directamente y en español, si se quiere á los señores MUNN (QM COMPANY 361 Broadway, Nueva York. [ua ANALES DE LA Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA REVISTA CIENTIFICA Dr. Jorge [re-[Roy. « Pr. Gustavo [|jópez ETA TOMO XLIII 1906-1907 LIBRARY NEW YORK ES) BOTANI Bs GARDEN. ELA AA SN A. IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40, 1907 7) $ y ' A j - e. » eS > PI > 1 p >. MA dt rn ER =p ; ¿ N , DE p E sn Ca H A pl AE IA ) úl Ed 1 A OTTO E 2 DIN * A e í E bl > 1 j y ES cd - *% 4 e d DE LA ( > Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES =o » DE LA HABANA | REVISTA CIENTIFICA : DIRECTORES: ia ? Dr. Jorge [;re-Roy. + Dr. Gustavo lrópez £ : Ca . ES | TOMO XLIII E Mayo-Diciembre 1906 y Sd 2 | SELLA TANTA. Bo O E . IMPRENTA MILITAR Sl > ' MURALLA NUM. 40. E | po 1907 | Los ANALES se publican regularmente. Su pre 579 dee es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, á más de los traba- 1 2 ; dl, Jos de la Academia, do de actualidades == diversos ramos, pe Le | | Los ANALES sostienen numeroso cange con publi 1. - caciones análogas del mundo entero. O : > E n. AVISO - Toda obra enviada á la redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange S. V. P. ÁNALES DE La ÁCA- Sírvase dirigir el cange: “DEMIA DE Cien A cias Mgpicas, Fí- RE EN E bs Please addres exchange to: | sl SICAS Y NATURALES sn - Veuillez adresser les exchanges: | PE La Habana, - de | Cuba 84A Hahana o ¿00 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3 Acta de la sesión solemne conmemorativa del cuadragésimo quinto aniversario de la fundación de la Academia (19 Mayo 1906.) Presidencia del señor Estrada Palma, Presidente de la República. Con la asistencia de los señores Secretarios de Gobernación, de Agricultura, Industria y Comercio y de Instrucción Pública, Sub- secretario de Agricultura, Rector de la Universidad, Jefe Supe- rior de Sanidad, Secretario de la Sociedad Económica de Amigos del País, Presidente de la Sociedad de Socorros Mutuos de Médi- cos, R.R. P.P. Escolapios y Franciscanos y otras distinguidas personalidades, se celebró la sesión solemne con que la Academia conmemora su cuadragésimo quinto año de existencia. El señor Presidente declaró abierta la sesión concediendo la palabra al doctor Juan Santos Fernández, que disertó sobre la INMIGRACION. y Acto seguido el doctor (rustavo López en su calidad de Secretario leyó la MEMORIA DE LAS TAREAS QUE HAN OCUPADO A LA ACADE- MIA DURANTE EL AÑO DE 1905 á 1906. Concluída esta lectura el doctor José A. Presno pronunció una conferencia acerca de la LA DISPOSICION PLEXIFORME VENOSA EN LOS ORGANOS DE PREHENSION Y SUSTENTACION mostrando las piezas anatómicas y planchas murales necesarias á la ilustración de tan importante asunto. Finalmente el Secretario dió lectura al programa de los premios acordados para el año de 1907, con lo que se dió por terminado el acto. d Tomo xLmr.—l. LIBRARY NEW YORK BOTANICA! GARDEN. 4 ANALES DE LA LA INMIGRACION Discurso del Dr. Juan Santos Fernández, Presidente de la Academia de Ciencias, en la sesion solemne del 19 de Mayo de 1906 Sr. Presidente de la República: Sres. Académicos: Señoras y Señores: La civilización actual es el resultado, y nadie osará negarlo, de los trabajos del pasado. Los progresos en la moral, en las artes y en las ciencias se han obtenido por el impulso que le dieron los que nos han precedido. Cada generación ha aportado su concurso á la obra realizada por las anteriores, y de este modo ha resultado la acumu- lación incesante de los conocimientos transmitidos de unas á otras con el beneficio de la más completa perfectibilidad. Nada más útil, pues, para la conservación, y propaga- ción intelectual continua, que las corporaciones científicas, y la República de Cuba, á pesar de ser una nación joven, tiene una prueba de ello en esta Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales, que celebra esta noche el cuadragésimo quinto aniversario de su fundación. Ahora bien; si para nuestra ciencia constituye un orgu- llo la creación y vida de esta institución, que vincula el amor al estudio, no nos conduciríamos cual hombres jus- tos si cada vez que celebramos esta fiesta, reveladora de un estímulo, no consagrásemos un recuerdo á su fundador, el insigne patricio doctor Nicolás José Gutiérrez. En las ciencias médicas, físicas y naturales, objeto pri- mordial de nuestras disquisiciones, el espíritu desapasio- nado de la observación se impone como principal precepto; no de otro modo las obras del Padre de la Medicina, con- servarían su valor intrínseco, á pesar de las centurias trans- curridas y de los portentosos descubrimientos realizados después. | ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Los que se basan en la bacteriología, los más recientes y notables, parece que habían de atacar por sus cimientos la antigua ciencia, y no han hecho más que confirmar las apreciaciones del anciano de Cos. Esta conducta es la que debemos seguir y ha seguido siempre esta Academia en el estudio de lus árduos pro- blemas sociológicos, relacionados con nuestro desarrollo y cultura, cual ocurre con el de la inmigración, actualmente sobre el tapete é íntimamente ligado con el de las razas y los climas. Esta corporación, desde hace más de seis lustros, ventl- lg en su seno los múltiples particulares que con la immi- eración se relacionan, y como es asunto de palpitante actualidad, nos complacemos en hacerlo constar en su obsequio y en recordarlo y tratarlo, si bien dentro de los límites restringidos de nuestra alocución de esta noche. Sin embargo, como no es posible tratar de la inmigra- ción sin que surja el estudio de las razas y su desenvolvi- miento, conviene tener en cuenta, ante todo, lo expuesto recientemente por un pensador cubano, residente fuera de su país, el doctor Lluria (1), quien estima que el perfeccionamiento de las razas se verifica no sólo mejo- rando á los individuos, sino acrecentando por la herencia sus cualidades, ya mejoradas; y admite también que la primera condición de los caracteres es la reproducción, que mejor se realiza cuanto más normal y equilibrada sea la raza. Punto es este de supremo interés para nuestro territo- rio, que no sustenta dos millones de habitantes, cuando podría soportar doce holgadamente; que no cuenta quin- ce individuos por kilómetro cuadrado y pudiera tener cien, pues hay países que pasan de doscientos, como Bél- gica (2), y si á esta altura llegásemos, dada la feracidad (1) El Liberal, de Barcelona, 1905. (2) En 1893, Bélgica tenía 213 habitantes por kilómetro cuadrado, los países Bajos 143, La Gran Bretaña 120, Italia 107, Alemania 91, Fran- cia 91, Suiza 11, Austria Hungría 66, Portugal 51, España 35, etc., etc. La república Argentina sólo tenía 1,5 como Bolivia y Paraguay; la re- pública Dominicana sólo tenía en 1888, 9,0; Colombia, 3,6; Chile, 3,0. Las dos repúblicas hispano-americanas más pobladas son Guatemala con 12,0 por kilómetro cuadrado y El Salvador con 37,0. 6 ANALES DE LA de nuestro suelo y el auxilio de las ciencias para no esquil- marlo d esterilizarlo, podríamos tener una población de más de veinte millones de habitantes, y hasta la pequeña, despoblada y codiciada Isla de Pinos, podría tener más de doscientos mil habitantes, es decir, aproximadamente la población de las islas Canarias; pero á este suspirado intento no se podría llegar si no se echan las bases de una inmigración sabiamente dispuesta para vencer las dificulta- des de latitud y de clíma, y todas las que de estos dos factores se derivan y otras más. ; No ha de estar cireunscripto el problema de inmigra- ción, como fácilmente se comprenderá, á traer brazos para las faenas agrícolas del momento, porque esto se ha veni- do haciendo desde hace un siglo, importando primero africanos y después indios del Yucatán y, por último, asiá- ticos (1), sin fruto para la agricultura, con escarnio de la humanidad y sin acrecentamiento de la población del país; y nadie ignora que los pueblos no medran, si el nú- mero de sus habitantes disminuye ó queda indefinidamen- te estacionado. En estos momentos justamente, á nuestra vista, el cen- so eleva ó disminuye la categoría de las antiguas naciones de Europa y á ninguna le preocupa de modo tan princi- pal, como á la rica y ayer dominadora Francia, que, como todos sabemos, desde larga fecha experimenta una lenti- tud anormal en el desarrollo de su población, cual lo “de- muestra Jacques Bertillon en sus repetidos trabajos (2). (1) Un periódico en 18 de Septiembre de 1859 publicaba los siguien- tes datos de la importación de colonos chinos en la Isla. Desde Junio de 1847, hasta el 18 de Agosto de 1849, llegaron á la Isla de Cuba 42.501, colonos asiáticos, habiendo fallecido en los viajes 7.622 que hacen un to- tal de 50.123. El censo de 1877 arrojaba una población de 50.000 asiáticos y el del Gobierno interventor americano de 1899, sólo inscribió unos 17.000 asiá- ticos, lo que indica el mísero resultado de una colonización que tuvo todo el aspecto de una esclavitud disfrazada. (2) En 1904 hubo en Francia 818.229 nacimientos, la cifra más peque- ña de ellos que señala la estadística; pero todavía superior en algo al de las defunciones; pero Bertillon crée que si decrece el número de los pri- meros, Francia pasará á ser una nación de segundo ó tercer orden. En ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA o A BAN A las ciencias médicas incumbe que la inmigración se haga, no para llenar las necesidades de la hora actual, que pueden sólo reclamar determinados intereses, sino para crear un pueblo vigoroso, y esto se consigue inspi- rándose en las prácticas de los anglo-sajones y última- mente de los alemanes, que conceden á las condiciones físicas de los individuos la atención que legftimamente les corresponde y de que nos dió los primeros ejemplos la antigua Grecia. Si vemos con desdén este y otros problemas que pu- dieran parecer secundarios, 1fo ha de atribuirse después nuestra deficiencia á lo pequeño de la patria, sino 4 nos- otros mismos, que, como decía recientemente un autor, “nos entregamos 4 un verbalismo infecundo que nos inu- tiliza para toda obra práctica, mientras los anglo-sajones dan á su vida una dirección positiva que se traduce en mayor aptitud para las luchas modernas y en un grado de mayor prosperidad individual y colectiva.” En todos los tiempos, la ciencia ha concedido al clima gran influencia sobre el carácter individual y nacional. Nuestra zona tórrida, se ha dicho, excita las pasiones bru- tales; el sol, que sin piedad nos castiga, despierta las fuerzas impulsivas (1) que conducen al crimen político de rebelión. * Por eso en los países afines del continente é isla próxima, la revolución moral y científica, la lenta, la reflexiva, la creadora, no ha podido aclimatarse. Y co- mo decía alguien autorizado (2), el clima que produce impulsivos crea también caracteres deprimidos, incapaces de resistir á la iniquidad con las energías de nobles razo- namientos. Cuando predomina la imaginación, como ésta 1850 Francia y Alemania tenían la misma población; hoy frente á 30 mi- llones de franceses pueden ponerse 60 millones de alemanes. Francia ha necesitado cerca de 7 lustros para reparar la pérdida de 1.600.000 ha- bitantes de Alsacia y Lorena. (1) Enla Memoria última del Cuerpo de la Guardia Rural se anotan 13.168 citaciones judiciales y la conducción de 1.235 presos que confir- man este aserto. (2) Discurso del doctor Eduardo Zulueta, en la Academia de Medicina de San José (Costa Rica), Julio 20 de 1905. 8 ANALES DE LA A e A A e es luz fosforescente, cuanto crea desaparece también pre- coz y con la rapidez de lo prematuro. Tenemos, pues, más necesidad de la intervención de las ciencias médicas en nuestro desarrollo físico y moral que los pueblos de las zonas templadas, que tampoco pue- den prescindir de ella. Las conmociones de nuestro país, provocadas por los necesarios actos políticos de sus mora- dores, podría pensarse que ninguna relación tienen con las ciencias y hasta imaginarse que éstas son completa- mente ajenas 4 aquéllas, y nada menos cierto; porque la finalided de estas gestiones'en las repúblicas hispano: -ame- ricanas ha hecho concebir á los sabios juicios bien des- favorables; creen los más conspícuos que la dificultad de estos pueblos latinos para el progreso, obedece al cruza- miento de las razas (1). Este cruce, afirman, da resulta- dos completamente estériles, porque no se logra consti- tuir una raza fija. FEstiman que á esto se debe el abati- miento de Haití y Santo Domingo y la inestabilidad de las repúblicas de origen español, porque entienden que las razas más fuertes son las más puras y que los caracte- res perdidos por el cruzamiento de razas, reaparecen como en el de los animales; de ahí el tipo salvaje regresivo, el atávico cruel, ladrón, hipócrita. Conocida es la carta póstuma de Herbert Spencer, diri- gida á los japoneses, en la que les recomienda no se mez- clen con razas distintas, porque, de hacerlo, correrían la suerte de los hispano-americanos, que consideraba el pu- blicista inglés incapaces de progresar. A pesar de la elevada autoridad de los sabios que «de manera tan rotunda niegan toda esperanza de regenera- ción 4 los pueblos de nuestra raza, ó sea d los 60 millones de hombres que la encarnan en América, debemos recor- dar á nuestra vez, lo que con anterioridad opinó Quatre- tages cuando escribió: “El cruzamiento no es una causa de degeneración de las razas, porque en definitiva, y con pocas diferencias, todos los blancos europeos no son sino mestizos de las diversas razas que sucesivamente han in- (1) Discurso del doctor Eduardo Zulueta, enla Academia de Medicina de San José (Costa Rica), Julio 20 de 1905. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 vadido y poblado el occidente del viejo mundo, desde los tiempos terciarios hasta nuestros días. Ahí está por el cón- trario, añade, sin duda, una de las causas de nuestra su perioridad”: y concluy e diciendo: “No temamos, pues, que las razas futuras salidas del cruzamiento más vasto 6 jamás imaginado, resulten inferiores á las razas contem- poráneas”. En nuestros días, Topinar d sostiene, con numerosos datos, que en ninguna parte puede hallarse un hombre que no .sea el producto de la mezcla de razas. El mestizo de ra- zas antropológicamente diferentes, y al que se considera realmente como mestizo, no le impone el autor la inferiori- dad que ha tratado de asignársele.- Si la ostenta destacán- dose de las razas puras, lo atribuye á que, como á los des- cendientes de aquélla, no se le ha educado de modo per- sistente y adecuado, sino que, por el contrario, la igno- rancia y la abyección los ha abatido; y la falta de higiene, añadimos nosotros, representada por “el alcoholismo y la sífilis, en criminal consorcio, han despertado la tubercu- losis que los extingue en todas partes (1). No temamos por ahora que las predicciones de los sa- bios sociólogos, en absoluto se complan para los pueblos hispano-americanos en general, y más principalmente pa- ra los que habitan una zona templada. cual ocurre á los cúbanos. Ese juicio severo no tendría apelación si se hiciera después de haber debidamente interpuesto las ciencias su poderosa influencia en dichos países, procu- rando implantar la higiene en el sentido lato que corres- ponde asignársele y que debe preceder á toda organiza- ción social perfecta. Es lo cierto, y no es posible negarlo, que la mayoría de esos pueblos, tan dura, y si se quiere justamente ana- tematizados, están vírgenes, como sus selvas dilatadas y (1) Enlos Estados Unidos se ha comprobado que la mortalidad en los negros y mestizos por tuberculosis ha sid> asombrosa después de la emancipación de la esclavitud, en tanto que durante éstas las cifras eran exiguas. El mismo fenómeno se observa en la República Argentina, después de la independencia como lo ha señalado el doctor Latzina notable autor argentino. 10 ANALES DE LA hermosas, de toda intervención de las ciencias; en ellos se realiza casi lo que pudiera llamarse la vida al acaso, y en alguno pudiera decirse que la salvaje, sin más relación con el mundo civilizado que el que le ofrece el alcohol y la tuberculosis que los extingue. El día que un gobierno fuerte les imponga la higiene, tal cual debe entenderse, como la primera necesidad so- cial, todo lo demás vendrá solo; en efecto, cuando se ha convenido en llamar á tales naciones “Repúblicas con- vulsivas”, es porque son organismos enfermos; y para los que tienen alterada la salud, está la medicina en sus múl- tiples manifestaciones, Pero no son los sociólogos los únicos que nos han ana- tematizado, por nuestra suerte ú priori, sino que tam- bién se ha echado mano de la fisiología para declararnos sin derecho á ser regiones convenientemente pobladas, apoyándose en que sila humanidad es cosmopolita, el hombre no lo es. Esta afirmación es de tal naturaleza, que si no fuese equivocada, nos condenaría á una barba- rie perpétua, pues es un hecho fácil de demostrar que cualquiera región de la tierra, por muy benigno que sea su clima y envidiable su feracidad, no llegaría 4 consti- tuir un gobierno capaz de progresar, si los habitantes son escasos y se hallan diseminados en una extensión tan con- siderable que haya necesidad de vivir en él, como en tri- bus, sin la influencia morigeradora producida por la co- hesión de las grandes masas humanas. Nuestros hermanos de la Argentina sintieron pronto es- ta necesidad, y sus hombres de Estado, desde 1852, han recordado el ejemplo de Rivadavia y han tenido como máxima de sus actos la que aparece en las bases de Al- berdi: “Gobernar es poblar”. Se ha dicho (1), por más que no esté probado, que una raza hiperbórea no puede prosperar en nuestro clima de los trópicos, porque la luz del sol provoca el ““agotamien- to tropical”, al que acompaña la pérdida de la memoria, la apepsia, la neurastenia y múltiples enfermedades cutá- (1) Theeffects of tropical light on white men. By Mayor Chas E, Woodruff A. M. M.D. Surgeon, United States Army.—Nueva York.—1905. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 11 neas sobre un cuerpo que no posee la pigmentación ade- cuada para soportarla. Por haber llegado voluntariamente ¿dla República de Panamá no ha mucho una colonia de rusos establecida en .el interior, truena alguien (1) contra esa determinación y afirma categóricamente que es un crimen de lesa humani- dad llevar hombres del Norte ¿un clima ecuatorial, au- gurándoles un resultado funesto; no obstante, los Estados Unidos que han cambiado notablemente las condiciones insalubres de la zona del Canal, se preparan 4 llevar mil trabajadores del Norte de España, aprovechando su resistencia y la justa ambición de ganar que les caracte- riza. Hay más de ocho mil pobladores rusos en las pro- vincias de Santa Fe y Buenos Aires, en la Argéntina, y aunque no se trata realmente de los trópicos, se hallan bien en un país que no es glacial como el desu nacimiento. Nadie ignora que la temperatura, cuando es baja, excl- ta la actividad vital de nuestros tejidos, aumenta el apetl- to, acelera la respiración y acrece la cantidad de ácido carbónico que se exhala. Todo el organismo reacciona y se da mayor impulso. 4 las combustiones intersticiales para conservar en nuestro medio interior la temperatura nece- saria d la vida. Mas si ésta desciende á un grado exage- rado, por mucho que levante su energía el organismo, no puede compensar la falta de equilibrio entre el medio ex- terno y el interno, y sucumbe el individuo á ella sometido. Por el a cuando el medio ambiente alcanza un calor casi semejante á la temperatura interna de un animal de sangre roja y caliente, y esta acción es continua y pro- longada, perturba profundamente los actos del or SAnismo: el apetito se pierde, la sed se aumenta, y tras de una sobre-excitación pasajera sobreviene una indolencia in- vencible. (1) «Diario de Panamá», 1905.-—-Hay más de ocho mil, «El Nuevo País» del 28 de Abril último da cuenta de la visita hecha al Sr. Presiden- te de la República por el señor Otto Sverdruff, notable hombre de cien- cias de Noruega, que ha hecho tres viajes al Polo Norte, en distintas ex- pediciones, y que se propone gestionar la inmigración 4 Cuba de fami- lias noruegas. Ojalá que se realice el proyecto, pues veríamos en la práctica lo que aconsejamos. TOMO XLI1.—2. 19 ANALES DE LA Esta inercia funcional invade los órganos digestivos, entorpece el cerebro, embota el sistema nervioso, quita la energía á todo el organismo y pronto se caería en un es- tupor profundo, si por los medios adecuados no tratáse- mos de producir una fuerte reacción de la economía vital. Como puede verse, la aclimatación se hace difícil en las zonas extremas del globo, -las glaciales; pero en las ecuatoriales, € pesar de lo enunciado, las dificultades pue- den tener atenuaciones, gracias á la inteligencia del hom- bre, amparada de los recursos de las ciencias. Aparte de que nuestro país, o intertropical, está muy lejos de ser ecuatorial, pues por su proximidad al trópico de Cáncer, dista poco de la zona templada, y por su situación y forma lo refrescan y oxigenan constante- mente los alísios; aun siendo ecuatorial tendría á su alcan- ce, silo quiere, los elementos que brinda el progreso mo- derno á toda obra de colonización, porque el hombre ci- vilizado se adueña del medio y lo modifica hasta ponerlo en relación con su propia existencia. Olvidemos lo que hizo el pueblo romano para colonizar y lo que han hecho después las demás naciones de Euro- pa, esto es, tener una emigración constante y sustituir con nuevos individuos lo que el clima iba destr uyendo. Oid el extracto de una estadística, no reciente, la primera que nos ha venido á la mano: en Bombay (India Ip su- cumbía el 55 por mil de inmigrados; el 57,2 en Ceylán; el 63 en Bengala; el 85 en la Guay ana Inglesa; el 143 en Jamaica, nuestra vecina; el 200 en Bahama; el 483 en Sierra Leona (Guinea occidental); el 668 en el Cabo Coast, y en la metrópoli inglesa, por la misma época, las pér didas del ejército no pasaban del 15 por mil. Los franceses, en la Guayana, tenían una mortalidad de 25,3 por mil; en la Reunión, de 30,5; en el Senegal, de 61,7; en Ar gelia, de 11,8; en Guadalupe, de 89; en la Mar- tinica, de 90, 1, y en la. metrópoli no pasaba del 19 por por mil. Tales cifras dieron lugar á esta célebre frase del general Duvivier, respecto de Argelia: “Las únicas colo- nias que aquí prosperan son los cementerios”. La misma frase hubieran podido emplear los generales españoles en Cuba, cuando la mortalidad del ejército al- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Ka canzaba cifras aterradoras, debidas, muy especialmente, 4 la fiebre amarilla, y, sin embargo, poco tiempo después, el ejército americano, cuando la intervención, llegó 4 permanecer casi indemne en su campamento de Colom- bia, y más tarde nos han invadido ejércitos de inmigran- tes de la misma procedencia de los que venían á someter- nos por las armas, y ni uno sólo ha perecido de fiebre amarilla durante tres años, y aun después de la última in- vasión, que por efecto de la formidable epidemia de nues- tros vecinos, nose pudo evitar, la mortalidad ha sido insignificante. Tal es el poder indiscutible de las ciencias. Y es que las naciones colonizadoras del día, aun cuando se trate de países salvajes como el de los Somalies, en la costa orien- tal del Africa no mandan sólo sus mejores generales al frente de las tropas, sino que también ásus hombres de ciencia más eminentes, cual acaba de hacer Alemania, que envió al Africa del Sur á Koch, el sucesor de Pasteur, el primero entre los primeros, ¿Y para qué? Para estudiar los insectos y los gérmenes en ellos desarrollados, deter- minantes de la “peste de las costas que barría los gaña dos y de la fiebre recurrente que diezmaba las personas”. En Alemania parece que un hombre de ciencia vale tanto Ó más que un militar, porque si el primero no atrue- na los espacios con el estampido del cañón, en silencio suele producir efectos tan beneficiosos como los que se verán pronto en el Canal de Pañamá, cuando raudales de oro rieguen los pantanos y se sustituya á la hecatombe de vidas humanas hasta aquí inmoladas á la enfermedad, la hermosa higiene, que si es más cara que todas las adqui- siciones, también es la más productiva y humana. No queremos ni podemos traspasar los límites de una corta alocución en que sólo pretendemos señalar una vez más la intervención fecunda de la ciencia en la resolución de uno de nuestros más difíciles problemas: la inmigr: ción; pero el interés del tema y la circunstancia de ocupar un puesto en el Gobierno uno de nuestros más distingui- dos académicos, el doctor Casuso, que en este recinto ha defendido las ideas que sustentamos y que está haciendo 14 cicle ANALES DE LA buenas en el pode r (1) nos obliga á estendernos más de lo que quisiéramos. No obstante, es tal la importancia del asunto, que sólo consegniremos e para levar de un modo somero, nada más, al ánimo del ilustrado auditorio, el convencimiento de que la inmigración es el único problema urgente que debe resolver bajo bases só- lidas el Gobierno de la Re públic: a, que ha sabido dar cima á otros muchos de importancia cable De su resolución depende que alcancemos una pobla- ción de más de doce millones de habitantes en breve pla- zo, sin la cual seguiremos siendo una nación microscópica y expuesta d todas las e ontingencias interiores. Con gran laconismo expondremos, pues, que las inmi- oraciones de otros tiempos, efectuadas por las naciones colonizadoras, desde los romanos hasta nuestros días, se realizaron en épocas de escasos adelantos; las más de las veces obedecieron á fines distintos. que en la actualidad, y á pesar de la noble defensa que de ellas hace, de las remotas, de las que se refieren a la conquista de América, el profesor Spheperd, de la Universidad de Colombia, en Nueva York, no puede negarse que estaban desposeídas de altruismy, de que no pueden carecer. El país que recibía la 1 inmigración era por completo aje- no al inmigrante; es más lo rechazaba, porque venía con el propósito de dominar, con el carácter Ge amo, y aun que los moradores carecían, las más de las veces, de la autonomía suficiente pará: prestarles auxilio, la poca que tuvieran no la emplearían seguramente en favor de los que pudieran, de cierto modo, considerar como invasores. En la actualidad lo que ocurre es completámente dis- tinto: el inmigrante sale libremente de la región de que (1) En una interviú publicada el 22 de Diciembre de 1905 en el Dia- rio de la Marina, dice el doctor Casuso: no se consigue nada en una Se- cretaría como la de Agricultura, dotada anualmente con la cantidad de $180.000, ridícula, tratándose de un organismo que tan gran actividad debe revelar. No se logra ningún adelanto sin estaciones agronómicas, sin enseñanzas nómadas agrícolas, sin campos de experimentación, sin traer buenos sementales y sin cuidar de la riqueza pecuaria. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 15 procede, amparado y no estorbado (1) por su Gobierno, sl éste conoce la novísima economía política y social á este respecto y viene 4 un país que lo ha solicitado, cuyos gobernantes, suficientemente ilustrados, saben que no se reciben seres humanos como piaras de ganado, para lan- zarlos el medio de las sabanas 4 en Jo más intrincado de los bosques, como se ha hecho alguna vez, sin vías de co- municaciones y sin otro elemento que la tierra feracísima; pero que no lo es todo. . Cada ciudadano de la República ha de ver en el inmi- erante al hermano que viene 4 hacer próspera y venturo- sa la nación con su trabajo honrado, que hará producir ¿ la tierra frutos que serán riqueza para él mismo y para sus sucesores, adueñados del terreno que constituye la más sólida ciudadanía; pero para obtener tales resultados, es indispensable la intervención omnímoda de las ciencias, descansando en el propósito firme del Gobierno de no omitir sacrificios en lo quo se refiere ¿4 la inmigración. Esto hace el dominio del Canadá que aspira dá aumentar su población, ya prolífica, de seis millones de habitantes: ha invertido en propaganda sólo, dentro y fuera del país, más de un millón de pesos, y Lemieux, uno sus ministros, espera que dentro de un cuarto de siglo llegará 4 veinti- (1) Acerca de este particular dió una conferencia á fines del año últi- mo, el capitán de la marina mercante española don Joaquín Arumi, en el Ateneo de Madrid. El ilustrado conferencista trató la materia con acopio de datos y sobra de conocimientos, pero como no es posible que reproduzcamos toda la conferencia aquí, nos limitaremos á copiar los puntos principales: Es un error creer, dice, que las emigraciones dismi- nuyen la población de Europa: Asturias y Galicia que son las regiones eminentemente emigratorias, son, sin embargo, las más pobladas. Ingla- terra é Italia dan á la inmigración un contingente enorme, tan grande, que comparado el nuestro, resulta éste insignificante, y, sin embargo, en aquellos países la población aumenta, no sucediendo lo propio á Francia en donde no hay corriente emigratoria. De igual modo, dice, Alemania la fomenta en vez de cortarla y Alema- nia está en el apojeo de la prosperidad. Lo que importa, añade, es rea- lizar conciertos con los Estados á donde los emigrantes se dirigen. La experiencia ha demostrado, continúa diciendo, que las medidas coercitivas y los procedimientos rígidos no sirven para disminuir la in- migración, sino para perturbarla, añadiremos nosotros. 16 ANALES DE LA cinco millones, puesto que la inmigración anual es de cien mil almas. La República Argentina, del mismo modo, ha votado millón y medio de pesos con destino á la construcción de un eran hotel para inmierantes, por iniciativa del doctor Torino, ministro de Agricultura en aquella nacióh. La higiene que ha hecho ya aquí el prodigio de abrir nuestras puertas d los habitantes de todas las regiones del globo, sin temor 4 la muerte que antes les esperaba y á pesar de la última invasión amarilla heróicamente domi- nada, tiene que acompañar al inmigrante d todas partes que vaya. No basta que hayamos saneado las' ciudades y las hayamos embellecido: es necesario que esa acción be- neficiosa alcance ád los campos. En las Conferencias de Beneficencia y Corrección que anualmente se celebran en la Isla, desde la Intervención Americana que las instituyó, se ha venido preparando esta obra bienhechora, y uno de sus miembros, el doctor Alfonso (1), con sano patriotismo y sobrado conocimien- to de los hechos, ha demostrado el criminal abandono en la morada de nuestros campesinos y la manera de reme- diarlo, para que no contribuya al aumento de la mortali- dad, ni sea un ob: táculo al crecimiento de la población de que tan necesitados estamos. Y como en igual d peor abandono pudiera encontrarse la que se destine al inmi- grante, porque los malos hábitos, desgraciadamente, se copian, conviene estar prevenidos acerca de este peligro, que puede provocar desastres de proporciones ilimitadas. Desde luego no cabe dudar que si para los naturales del país, habituados al clima, resultan defectuosos tales alojamientos, en mayor grado habrán de experimentar sus deficiencias los que necesitan acostumbrarse á las exi- gencias de un nuevo modo de ser. Añádase á esto el inconveniente de 1 distancias, la disgregación de las viviendas, por las condiciones especia- (1) Vivienda del campesino pobre en Cuba, su descripción y ligero estudio médico-social, razones que ameritan su reforma por el doctor Ramón M. Alfonso. Memoria Oficial de la Conferencia celebrada en Matanzas, del 2 al 4 de Abril. Páginas 213 á 228. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA El les del país hasta el día, las acechanzas de los desalmados especuladores que nunca faltan en los campos, como en las ciudades, para la indigna explotación; sin olvidar que pudiera intentarse el “truch system”, ó fraude patronal, "que nuestras leyes condenan y que dificultarían más la tarea meritísima del Ejecutivo, de poblar el país sobre bases firmes y duraderas. “La medicina perfecciona la naturaleza haciendo habi- tables los países tropicales”, ha dicho nuestro compatrio- ta el doctor Enrique Núñez, en la Memoria (1) laureada por esta Academia en el certamen del año próximo pasado, y nosotros añadimos: la ciencia moderna ha simplificado de modo prodigioso la manera de preservar ¿4 los que ha- bitan las zonas intertropicales de los peligros que les rodean. La guerra al anófeles, al estegomía y ¿4 determinados culex, “cegando pantanos ó poniéndose á cubierto de sus picadas, les libra muy especialmente de dos enemigos, en otro tiempo invencibles: del paludismo y del veneno ama- rillo; y sl dá esto se añade la escrupulosa vigilancia del agua potable, factor principal en la vida del individuo, y aun más, de la colectividad, y el estricto cuidado de las excretas, podrá soportar el habitante de otras latitudes, mejor en los campos que en las ciudades, nuestras altas temperaturas, incómodas si se quiere, en sumo grado pa- ra algunos, tratándose del riguroso confort que: demanda el sportman, pero agenas á la miseria que en las zonas frías provocan las frecuentes nevadas, capaces de impedir el trabajo de que tanto necesita el pobre para buscar el sustento. Si nos detenemos en la procedencia del inmigrante y las ventajas que ésta le reporta para acomodarse d nues- tro suelo, debemos recordar que de todas las naciones de Europa se ha reconocido á España la mayor facilidad de aclimatación en los trópicos, por razón de raza. La espon- 1 (1) «La cirugía*de las manifestaciones filariósicas» por el doctor En- rique Núñez. Memoria laureada por la Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de la Habana, con el premio Gutiérrez, en el concurso de 1905. 18 ANALES DE: LA, tánea inmigración de estos dos últimos añoslo apoya, pues- to que se ha duplicado el número de uno á otro año, de los individuos procedentes de las provincias españolas; en 1904 fueron 27.759, y en 1905 llegaron á 47.902, cifra diez veces mayor que “la suma de todas las otras proceden- cias reunidas (1). (1) La inmieración de las otras naciones fué la siguiente: 1904 1905 A Ro ls OA RR Ingleses . 2 Sha 392' 452 POTOLEQUeIas. e. 2. e SI E AE 363 312 Antillas ezcetuando las cd y 10% Canos wz 359 811 A ES A A 313 405 Tiatanosis dd Mi e Y. 262 317 Drahcesestiniall E ERA. TAME ad Le 255 330 Mejicados ¿torcida ii 221 219 ¡Awvericanosidelsur de e ll o eS dels le ado 188 230 ATCIVAMOS A a e dd AR ES. 138 181 MR A O A A 132 151 HSCAndinArOs ero e a ope O e O RE 107 112 NUECOSTA AA UI A II A 100 152 Arabes LL LAA EAS 1 ¿PU Es: COLD E AQUI qe 48 168 Dominicanos tE IAEA TACO 087 39 1 Erolandesesine rd rr AO A RO 36 22 isos bisiva area Husa so ROI: 24 9 IA ARA ST AA Y 21 24 NA MI A E EM A cl 1s » S NAS MS RO de EN ep 10 19 A E RO A o ls ls 9 24 POrtusuesesilr RS A A A 9 536 Egipcios . S 2 Armenios . 3 4 Griegos . 3 18 Canadensos . 35 0 Irlandeses . 3 0 Rumanos . 2 0 Africano . 1 0 Filandeses . o 9 Filipinos . 0 = MATOS: ORIENTE 1) 2 Coreanos. . > . A E E a do ME Ú 2; Sin Li tE es ANN EII 12 61 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 19 El doctor Fernández Caro (1), Presidente de la Socie- dad de Higiene de Madrid, Secretario del último Congre- so Médico Internacional celebrado allí y nuestro antiguo socio corresponsal, ha dicho: . “Aunque indo europea por su origen, la sangre española ha sufrido diversas fusiones con la sangre africana. Siro árabes fueron los fenicios y cartagineses, primeros colonizadores de las costas meridio- nales de España, Portugal y de Sicilia; moros procedentes del Africa dominaron ocho siglos toda la península ibérica, y hasta los lusitanos y cántabros, raza primitiva y autóctona en el suelo de la península proceden, según afirma el filó- sofo Gr. Eichhoff apoyándose en las afinidades del lengua- je, de la Caldea, es decir del Africa. La sangre indo eu- ropea, que con las razas céltica, romana y visigoda se es- parció por España, hubo de modificarse forzosamente con esta triple fusión, favorecida por el transcurso de los si- elos y los multiplicados cruzamientos. El español actual, es más siro drabe que indo europeo, y el meridional, el habitante de esa Andalucía, que fué el emporio del poder de los moros, donde el hijo de Mahoma floreció en todo su esplendor y grandeza, ostenta todavía rasgos de carác- ter y de fisonomía, que prueban muy claramente que en sus venas circula la ardiente sangre del árabe africano.” No seremos nosotros los que neguemos al español las mejores condiciones para colonizar los trópicos y países ecuatoriales, puesto que sólo sus descendientes ocupan es- tas regiones; pero apoyándonos de una parte en la afirma- ción del mismo ilustre higienista que acabamos de citar, relativa á que “sólo la fusión de unas razas con otras pue- de permitir la aclimatación en regiones situadas bajo lati- tudes de isotermas muy desiguales”, y de otra parte en el hecho manifiesto de que si el español pobló sólo las zonas intertropicales pudo ser debido á que las poseyó, nos in- clinamos á no excluir de la inmigración ni ¿ los habitan- tes de los países hiperbóreos, cuya incapacidad absoluta (1) ESTUDIOS ANTROPOLOGICOS.—Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. Tomo XIX, pá- gina 397. ; TOMO XLIL.—3. 20 : ANALES DE LA para la vida de los trópicos está muy lejos de haberse pro- bado científicamente, cual se ha pretendido (1). Las razones en que nos apoyamos para no decidir- nos por una sola raza son idénticas 4 las que abonan la condenación de los matrimohios consanguíneos por los resultados desastrosos que registran como regla ge- neral. Las Repúblicas del Plata han tenido tal vez en cuenta esta apreciación, cuando vemos que del millón de habi- tantes que constituía la población Argentina extranjera, en 1903 (2), medio millón eran italianos; 200.000 espa- ñoles; 100.000 franceses; 25.000 inoleses; 18.000 alemanes; 15.000 suizos; 13.000 austriacos, y el resto pertenecientes á diversas nacionalidades. En Uruguay, la cifra de inmi- erantes se descomponía de este modo 72.288 italianos; 57.865 españoles; 12.875 franceses, y 1.562 alemanes. Obedeció sin duda á análogo criterio, mucho tiempo an- tes, el eximio rey Carlos 1If, quien en 1779, repobló la desierta región de Sierra Morena (3), en Andalucía, con familias de labradores llevadas precisamente de Flandes, Alemania y Suiza. Es bien conocida la facilidad con que la raza semitica se aclimata en todas las latitudes del globo. Kn todas par- tes vemos que se instala, se reproduce y multiplica. Desde los tiempos bíblicos hasta nuestros días, ha soportado to- do género de penalidades; pero esa raza cuya robustez permite alcanzar á sus individuos una longevidad á que no lega ninguna otra de las indo europeas, tiene para la (1) The effects of tropical light on white men. By major Chas. E Woodruff. A. M. D Surgeon, United States Army—New York, 1905. (2) Artículo publicado por Mr. John Barret, ministro que fué de los Estados Unidos en la República Argentina en «The American Review of Reviews», 1905. (3) La expulsión de los 180.000 judíos y de los 500.000 á un millón de moriscos fueron la causa de esta despoblación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LÁ HABANA AL colonización un defecto capital: no busca en la tierra (1) la prosperidad y el arraigo cual lo hemos palpado tan. bién en el asiático (2). Más sean boreales ó australes los que nos visiten, no siendo de los que revelan poco amor á la tierra, debemos acoger á todos los que al amparo de las leyes vengan á fe- cundar el suelo con la honrada labor que les compense el hondo sacrificio de abandonar el solar nativo. Son estos los principios que sustentó el que habla en la última conferencia de Beneficencia y Corrección celebra- da en Santiago de Cuba en el pasado mes, al desarrollar el tema: “Clase y procedencia del inmigrante que debe protejer el Estado”. (1) Las matanzas nunca justificadas de los judíos en el imperio mos- covita obedecen, como lo afirma un escritor francés desapasionado, á que el judío ruso como todos los de su raza, siente repulsión á los traba- jos corporales y jamás rotura el suelo ni gana el pan cotidiano con el sudor de su frente. Shakespeare los personificó en el Shulock de su obra inmortal «El Mercader de Venecia». Sin embargo, nuestro querido com- pañero de estudios el doctor don Angel Pulido y Fernández, notable pu- blicista é ilustrado Senador de España, inspirándose en ideas altruistas y patrióticas ha publicado un libro acerca de los judíos españoles expul- sados hace cuatro siglos y dispersos por Europa conservando el habla y la tradición de su país de origen y en la actualidad gestiona el reintegrar- los á sus perdidos lares. (2) Nonos satisfacen las razones expuestas por el inteligente hacen- dado y abogado doctor Gabriel Camps, para impugnar lo sostenido por el Diario de la Marina, respecto á que la inmigración china no convenía, porque el chino trabajaba barato y este es una causa de pertubación para los países montados sobre bases económicas distintas. El señor Camps, dice que estodo lo contrario, que el chino va donde el jornal es alto, que el chino no es débil ni enteco, que son los estivadores más inteligentes en sus puertos y que en un Congreso de Antropología reu- nido en Chicago, no ha mucho, se llegó á la conclusión de que el chino era superior como hombre al anglo-sajón. Termina apoyándose en la opinión de un cubano de antaño así formulada: el chino nos enriquece y ricos desarrollaríamos toda una civilización superior. Así será, diríamos al señor Camps; pero el ensayo hecho ya, no le da la razón, pues de Junio de 1847 á 18 de Agosto de 1849 llegaron á Cuba 42.601 colonos asiáticos habiendo fallecido en los viajes 7.622 que hacen un total de 50.123 y quedan de esos individuos unas docenas de inválidos en la calle de la Zanja. 22 * . “ANALES“DE; LA Arraigarán, pues, aquí en la persuación de que aquel que posee la tierra es el ciudadano por antonomasia de una nación, porque forzosamente es el más inamovible de todos. La posesión de la tierra y su cultivo no deshonran nun- ca al hombre, sino que, por el contrario, lo enriquece, en- nobleciéndolo. Todos los oficios y profesiones tienen cier- ta apariencia de ultraje al prójimo; pero la ocupación: del labrador ó agricultor permanece ajena á toda usura, á to- do abuso, pues la tierra pródiga y generosa, dá sin gemi- dos y sin torturas ni vacilaciones lo necesario para la sub- sistencia y el engrandecimiento. La Roma de los primeros tiempos estaba compuesta de pequeños terratenientes que la cultivaban personalmente, y Catón, en un libro de Agricultura, exclama: “Cuando nuestros mayores querían elogiar 4 un hombre, decían de él: buen labrador, buen cultivador. Y este elogio pare- cía el mayor de todos” lot El arte de labrar las tierras ha perdido, merced al pro- greso de las ciencias, la dura condición de los primitivos tiempos, en que los rudimentarios aperos de labranza por la insuficiencia de la mecánica, sometían al hombre y aun á los irracionales, á un rudo é infecundo batallar; expues- tos á todas las inclemencias y desventajas hasta hacer sur- gir la maldecida institución de la esclavitud, cuyas huellas no se han borrado, porque, como alguien ha dicho (2), la esclavitud no sólo corrompe al esclavo, sino también al esclavizador. La agricultura puede decirse que no está ya bajo los auspicios de Ceres; Minerva le ha tendido sus brazos, y así como la medicina pide al laboratorio la explicación de los fenómenos que observa, el arado surca ya la tierra con la seguridad que el bisturí amputa, después que el mi- croscopio le ha dado 4 conocer cuanto debe saber para triunfar. (1) Doctor F. Carrera y Jústiz.—Introducción á la Historia de las Instituciones Sociales de Cuba.—Obra en dos tomos.-—Habana.—Impren- ta “La Moderna Poesía”, 1905. (2) Discurso del señor don Manuel Becerra, en el Congreso de Dipu- tados de Madrid, el 16 de Julio de 1889 al tratar de Cuba. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 23 Hoy la fuerza bruta que representaban antes el mísero esclavo y todavía las miríadas de sufridos rumiantes un- cidos inhumanamente por las astas, es sustituída por el silbato del vapor en todas sus manifestaciones, por la cin- ta de acero sobre la que se desliza toda la producción agraria, sin olr las imprecaciones del gañán cuando el ve- hículo no puede ser movido por el obediente animal cruelmente castigado. No es extraño que el estro de Bello, al cantar “la natu- raleza de la zona tórrida”, se elevase ¿4 tan genial altura, pues quien haya estudiado de cerca la ““sui generis” ri- queza de nuestros campos, aquel que desde su cuna haya percibido el rumor de las cañas, cuando éstas se regaban con las lágrimas del africano, debiendo haberse hecho flo- recer sólo al impulso de las ciencias, no olvida jamás los encantos de nuestra lujuriosa flora, aun cuando por la ín dole de sus ocupaciones no haya vuelto 4 gustarlos. Desde Arango y Parreño, el amado de los gúineros y no recordado como se merece por los cubanos, hasta el octogenario Zayas, de nuestros días, tan justamente admirado, no ha carecido nunca Cuba de hombres que hayan reverenciado cual corresponde la agricultura, apar- tándose de la rutina á que siempre se ha apegado el la- brador de todas partes, por efecto de su proverbial igno- rancia. Cuando la República, cumpliendo su más sagrado de- ber, establezca en cada predio comunal una escuela agrí- cola, el niño del campesino no sabrá ciertamente mueho de lo que se enseña hoy en las rurales establecidas; pero conocerá, sin duda, lo que le importa saber, lo que no puede ignorar, y es la agricultura práctica, basada en los portentosos descubrimientos de la ciencia moderna que han hecho surgir el Instituto Universal de Agricultura, creado el año último en Italia, bajo los auspicios del rey Víctor Manuel, y en el que ha estado representada Cuba, al igual que las demás naciones. Cuando esto ocurra, cuan- do el niño de nuestros campos tenga la educación ade- cuada para el progreso, aceptará las reformas propuestas por los centros oficiales del ramo, por los grandes maes- tros y las pondrá en práctica acto continuo; pero sin esa 24 ANALES DE LA preparación será predicar en desierto aconsejarle nuevos métodos para determinados cultivos y la asociación para su propia defensa, pues no habiéndosele modificado la in- clinación atávica que intentamos destruir con la escuela agrícola que recomendamos, invariablemente, seguirá ha- ciendo lo que sus abuelos y el país sufrirá, ú la larga, las consecuencias de tamaña desdicha y la inmigración caerá en nuestros campos cual lluvia fecunda en terreno estéril ó rocalloso. Señores: Antes de terminar, cúmplenos hacer constar, para satisfacción nuestra y merecido honor del Ejecutivo, que cuanto hemos expuesto, “mutatis mutandu”, ha sido previsto por el Gobierno del país, y, en síntesis, anuncia- do en sus últimos mensajes (1) por el señor Presidente de (1) La agricultura es entre nosotros la fuente principal de la riqueza, la que alimenta en general las industrias más importantes y el comercio del país. A su desarrollo, á su mejoramiento, á su perfección en cuanto sea posible, deben ser encaminados nuestra actividad y nuestros esfuer- zos; porque nadie hay en Cuba que sea más digno del aprecio, de la consideración y de ayuda constante y eficaz de parte del Gobierno, que aquellos que se consagran á las faenas del campo, bien sea que apliquen á ellas su trabajo personal, su dinero, sus conocimientos especiales ó su inteligente dirección. Si en todas partes se tiene como uno de los ex- ponentes de la civilización del país los progresos realizados en el cultivo de la tierra, las mejoras introducidas en la cría de animales y los adelan- tos hechos en las industrias que nacen de la agricultura, en Cuba, que por la exuberante fertilidad de su suelo, clima, posición geográfica y las fagilidades que ofrecen sus excelentes puertos está llamada á ser un vasto centro de producciones agrícolas. No es posible que el Estado pierda de vista la importancia de esos factores de su crédito como pue- blo civilizado, los descuide, ó no les preste cuanto apoyo le sea dable. Estas consideraciones revelan el criterio del Ejecutivo sobre el particu- lar, y su propósito de favorecer las industrias mencionadas por todos los medios á su alcance. Tiempo es ya, supuesto que estamos á punto de quedar descargados, con el pago de los haberes del Ejército, de una serie de obligaciones que pesaban sobre nosotros al inaugurarse la República; tiempo es ya, digo, de que consagremos nuestros esfuerzos con preferencia al fomento del país, que se emplee con ese objeto una parte muy principal de los so- brantes del Tesoro, y de que se adopten medidas legislativas que concu- rran al mismo fin; pues, cuanto mayor sea la suma que se aplique del dinero del Estado á estimular, mejorar y extender el cultivo de los cam- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 25 la República, 4 quien no ha de escatimar esta Academia su modesta cooperación. Confiamos, desde luego, que los fecundos trabajos de la Liga Agraria, 4 quienes no son ajenos los doctores Casuso y Vildósola, académicos distinguidos, nos permiti- rán desde la tribuna de esta Corporación, en día no leja- no, señalar los progresos realizados ya en nuestros campos en favor de la inmigración y de la agricultura, gemelas inseparables y sólido pedestal de nuestro esperado y legí- timo engrandecimiento. HzxE DICHO. pos y á multiplicar la variedad de sus productos; á promover en debida forma una corriente no interrumpida de inmigración honrada, laboriosa y resuelta á establecerse en los distritos rurales para hacer de esta tierra hospitalaria su segunda patria; á facilitar la construcción de vías férreas hacia comarcas distantes, todavía no explotadas; á componer caminos, hacer puentes y carreteras, construir muelles, dragar puertos, etc.; cuan- to mayor sea, repito, la suma que se aplique en esa forma y á esas Obras, ó el empeño que se ponga en cualquier otro sentido, el de crear, por ejemplo, instituciones de crédito, mayor será la prosperidad de la Repú- blica, el bienestar colectivo y el de cada individuo de la comunidad; me- jor garantidos se hallarán el orden y la paz moral, y, estando á la vista de todos, de una manera palpable, inequívoca, los beneficios de nuestras libres instituciones, menor será el número de los escépticos y más firme ha de ser la confianza, entre propios y extraños, de los que creen en nuestra capacidad para tener un Gobierno de nosotros mismos. Completamente de acuerdo con estas ideas, el señor Secretario de Agricultura, Industria y Comercio, miembro distinguido de la Asocia- ción Económica de «La Liga Agraria», ha bosquejado ya un plan de me- joras para que el Departamento corresponda al objeto de su creación, á cuyo fin se han consignado en el proyecto de Presupuestos del próximo año fiscal, entre otras, las cantidades necesarias para establecer en cada provincia un campo de experimentación agronómica, en donde los agri- cultores puedan recibir lecciones objetivas que les ilustren y enseñen prácticamente la manera de mejorar sus respectivas industrias.— Diario de la Marina.—T de Noviembre de 1905. , Véase también: Mensaje de Abril de 1906.— Diario de la Marina. 26 ANALES DE LA MEMORIA DE LAS TAREAS QUE HAN OCUPADO A LA ACADEMIA DURANTE EL AÑO DE 1905 A 1906 POR EL DOCTOR GUSTAVO LOPEZ Y GARCIA (Sesión solemne del 19 de Mayo de 1906.) Sr. Presidente de la República. Sr. Presidente de la Academia. Señoras y señores: Aquí me tenéis otra vez, dispuesto á molestaros el me- nor tiempo posible, por tener que obedecer al mandato reglamentario, que me ordena daros cuenta de los traba- jos realizados en este último año. Hoy, señores, cumpli- mos 45 de existencia, y nos complacemos mucho en seña- lar, con marcado acento de alegría, este nuevo aniversa- rio, que el transcurso del tiempo deja señalado. ¿Y cómo no, si toda nuestra vida, si todo el ejercicio de nuestras acciones y actividades, no ha sido otro que el trabajo, que la labor continuada en pro de la ciencia, del progreso de ésta, del bienestar del país, de la verdad y del bien? SÍ, porque ir en pos del avance científico, es laborar en ob- sequio del país; porque ir siempre en busca de la verdad, es alcanzar la gloria y la satisfacción de ejercitar el bien, de contribuir al engrandecimiento de la obra humana; porque con la ciencia y con la verdad, practicamos cons- tantemente las buenas obras que siempre nos han engran- decido y dignificado, y con ellas solas hemos procurado y hemos obtenido el adelanto de esta tierra en que hemos nacido. Sf, porque con las aplicaciones de la ciencia, con el ejercicio de sus preceptos, con la utilización de sus conquistas, con el uso de.las prácticas por ella ensalzadas ó aconsejadas, hemos contribuído grande y poderosamen- te, no sólo á la ilustración, no sólo al mejoramiento, Silv ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 27 también á la conservación de la vida de nuestros seme- jantes, de nuestros hermanos. Así venimos siempre ha- ciendo algo útil, algo bueno muy amenudo y algo hasta muy grande en ocasiones. Porque algo útil, porque algo hermoso y muy grande tiene que resultar la labor de una Corporación que tiene en ello su incesante objetivo y su constante afanar. Así lo comprendió desde los comienzos de la vida de la Academia el que fué su Presidente tantos años, su vene- rable fundador, que allá en los comienzos de 1861, des- pués de una larga serie de años de lucha continua y un batallar incesante, logró la dicha de constituirnos. D. Ni- colás J. Gutiérrez, es el nombre del varón ilustre que supo darnos vida, y con la vida enseñarnos el camino, tan lleno de atractivos científicos, como de activa utilidad que ve- nimos recorriendo. Quien supo inspirarnos las mejores ideas en orden al provecho de nuestros semejantes, y quien nos inspiró á toda hora, el sacrificio que hacemos de nuestro descanso y de nuestro solaz, siempre que se trate de la aplicación práctica del bien para el avance científico de cualquier clase que sea. . Mucho, mucho es lo que debemos dá esta veneranda figura, que nos preside siempre, y cuya imagen jamás se apartará de nosotros, y d la cual siempre nos enorgullece- mos de contemplar. Tributémosle, como acostumbramos, el homenaje de nuestro respeto y estimación, y que Dios le tenga en el lugar de los buenos. Acordémonos siem- pre de sus enseñanzas, é imitémosle en cuanto nos sea po- sible, para así alcanzar, siquiera en el mañana, que no nos olviden los que han de venir á sucedernos. Esta Academia, que está actualmente en pleno carácter evolutivo, por su fuerza actual espansiva, caracterizada por una acción interior que nos impele por la vía de todo lo que exprese una conquista del humano saber, y nos procura al mismo tiempo una inquebrantable fe en nues- tro porvenir, en el éxito seguro de nuestro destino, ha venido en este año, como en los anteriores, cumpliendo su alta misión como buena y previsora, como celosa firme del progreso. Por eso, sus tareas, —que como en otras ocasiones han Tomo xLnr.—4, 28 ANALES DE LA sido fructíferas y provechosas,—se han desenvuelto en este último año, celebrando 16 sesiones ordinarias, 2 ex- traordinarias y 7 de gobierno. Asuntos muy diversos han sido los en ellas tratados, de mucha importancia en su ma- yoría, que han permitido conocer el juicio sereno, la pa- ciente labor, la acrisolada verdad que informa á los seño- res Académicos, cada vez más y más empeñados, en el mantenimiento del brillo y el auge conquistado por esta Academia, á la que tanto y tanto queremos, á la que tan- to y tanto veneramos. El 9 de Junio del pasado año de 1905 fué el día que celebramos la primera sesión ordinaria, y la comenzamos discutiendo en primer término, lo que pudiéramos llamar una obra de justicia reparadora. Se trata de un INFORME MÉDICO LEGAL ACERCA DEL ESTADO MENTAL DE UN SUJETO, encomendado á los doctores (G. López y T. V. Coronado. Se refería á un señor adinerado, que en una ocasión pare- ce intentó suicidarse, haciéndose una herida por proyectil de arma de fuego, que le produjo lesiones destructivas del ojo derecho y la conmoción cerebral consiguiente. En esta oportunidad hubo de ofrecer cierto estado deli- rante, del cual fué poco á poco saliendo hasta encontrarse curado. Pero habiendo sido declarado incapacitado du- rante su enfermedad, el tribunal de justicia llamado á re- solver sobre esta incapacidad, quiso oir antes la voz peri- cial de esta Academia, que supo precisar este asunto, des- pués de haber hecho el cuidadoso estudio de todos los antecedentes y después de haber observado y estudiado directamente al interesado, formulando las siguientes con- clusiones que fueron aprobadas por unanimidad: 1. “Don X. X. tiene hoy día un buen estado mental, encontrándo- se en condiciones y con capacidad necesarias para poder regir sus bienes y dirijir su persona”. 2.” “Su buen es- tado mental de hoy lo debe á haberse curado completa- mente de la enfermedad mental que ofreciera”. 3. “Al consignar que hoy día se encuentra curado el señor X. X., expresado queda que no está bajo la influencia de un es- tado lúcido”. Después de ello, se ocupó la Academia de cumplir lo dispuesto en el artículo 15 de las Ordenanzas de Farma- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 29 cia, puestas en vigor entre nosotros, —aunque hechas están desde el año 1860,—adoleciendo por tanto de notable de- fecto de antigúedad. Por la Secretaría de Gobernación se envían las solicitudes de los que desean la introducción y venta en esta Isla de agentes medicamentos y de pa- tente, para que después de nosotros informe también la Junta Superior de Sanidad. El Dr. José P. Alacán fué el primer informante en este punto, leyendo un trabajo acerca de preparados de cinco casas distintas, cuatro de los Estados Unidos y uno de Francia. ¿ Le siguió el Dr. Arturo Bosque, quien leyó otro infor- me acerca de preparados farmacéuticos de varias casas francesas. Después el Dr. Manuel Delfin lee otro trabajo infor- mativo sobre tres preparados. Nuestro incansable Presidente, el laborioso Dr. «Juan Santos Fernández, cediendo la silla presidencial al señor Vice-Presidente Dr. Coronado lee un trabajo cuyo título es: “NUESTRO PUBLICISTA SACO COMO PRECURSOR DE UNA OBSERVACIÓN OFTALMOLÓGICA”, trabajo que fué muy cele- brado. El mismo Dr. Santos Fernández terminó dicho día la sesión con una “NoTA NECROLÓGICA DEL Dr. Josk BEATO Y Dozz”, que había dejado de existir el 24 de Mayo ante- rior, habiendo compartido nuestras tareas desde Septiem- bre de 1874. En las sesiones sucesivas ha ido desenvolviéndose la vida activa de esta Corporación, bien estudiándose espon- táneamente varios asuntos traídos por los señores Acadé- micos, Ó bien resolviendo cuestiones que le han sido so- metidas por los tribunales de justicia Ó por otras depen- dencias del Estado, ya de esta capital 6 ya fuera de ella; ya también que le han sido sometidas por señores profe- sores que no han pertenecido á la Academia. Testigos de esta labor lo ofrecen muy bien entre otros muchos que vamos á citar, el trabajo tan completo sobre la materia que nos trajo el Dr. «Jorge Le- Roy, informando como médico legista, en “CAUSA POR HERIDA DE ARMA DE FUEGO”, asunto interesado por el Juzgado de Alacranes. 30 ANALES DE LA Este estudio dejó resueltas estas dos preguntas: “Si ¿4 20 pasos de distancia, un proyectil, lanzado por un revólver, calibre 32, puede producir una herida de bordes quema- dos y ¿á qué distancia se ha realizado el disparo para pro- ducir el proyectil, una herida de bordes quemados?”. El Dr. Carlos J. PFinlay, ofrece un trabajo, tan intere- sante, tan lleno de importancia, como todos los ofrecidos por este miembro de mérito, acerca de la “IMPORTANCIA DE CIERTOS FACTORES SECUNDARIOS, EN EL DESARROLLO DE LA TUBERCULOSIS PULMONAR Y EN LA MORTALIDAD PRODUCIDA POR La MISMA”. Mereció muchos plácemes esta labor del sabio profesor. El Dr. Juan Santos Fernández, aporta un nuevo traba- jo, por demás interesante, sobre “Lo QUE DEBE SABER DE ENFERMEDADES DE LOS OJOS, EL MÉDICO QUE NO ES OCULISTA”. El Dr. Tomás V. Coronado, trajo un bien meditado “INFORME MÉDICO LEGAL, EN CAUSA POR DUELO”, que mere- ció los honores de ser discutido y aprobado en todas sus partes. « El Dr. Le-Roy, ofreció un nuevo trabajo acerca' del De a , ANIVERSARIO DE LA ERRADICACIÓN DE LA FIEBRE AMARI- LLA”, que fué aquí ampliamente discutido por los docto- res E de Cubas, Coronado y López, aceptándose la ver- dad expositiva del autor. El Dr. José A. Presno, ha traído un caso de “Emascu- LACIÓN TOTAL DEL PENE, POR CÁNCER”, en un sujeto de 75 años, sin antecedentes, que sufría de su lesión cancerosa desde el año anterior. El Dr. Presno le operó el 26 de Julio, dándole de alta el 26 de Agosto, completamente curado. “NUESTROS MUSEOS”, es el título del trabajo presentado por el Dr. Pedro Valdés Ragués, en que da cuenta de los mamíáferos, restaurados, que existen en nuestro Museo, compuesto actualmente de 24 ejemplares: 22 indígenas y 2 exóticos, los cuales clasifica haciendo consideraciones sobre ellos, que fueron muy celebradas. Nuestro “Académico de Mérito, Dr. Ramón L. Miranda, nos envió desde Montecatini, en Italia, un precioso PT jo acerca del estudio de aquellas aguas y su acción sobre ACADEMIAS DE CIENCIAS DE LA HABANA 3l nuestra economía, asunto que resultó muy interesante é instructivo. El Dr. Enrique Acosta leyó un meditado “IxrormeE ACERCA DE LOS PRODUCTOS DEL Dx. Dovyex”, denomina- dos: 1.” Stafilasa simple. 2.” Stafilasa bromurada. 3.” Stafi- lasa iodurada. 4.” Suero antiestafilococico. En sentido ne- gativo para este último producto desenvuelve el INFORME, su autor, y así lo aprobó esta Academia. El Dr. Juan Santos Fernández, tan incansable como de costumbre, ofrece otra nueva labor, muy llena de interés: “HISTORIA DE LA PRENSA MÉDICA EN CuBa”, trabajo muy celebrado y que completó el Dr. Le- Roy, agregándole unos cuantos datos, tomados del trabajo del Sr, Trelles, acerca del mismo asunto que hubo de presentar al Con- greso Médico Cubano, celebrado entre nosotros en el mes de Mayo del pasado año. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado, leyó, con motivo de las variadas discusiones aquí sucedidas—con ocasión de los informes acerca de los medicamentos, —uno muy útil, sobre la “NECESIDAD DE FIJAR BIEN LAS ATRIBUCIONES DE LA ACADEMIA EN LA INTERPRETACIÓN DE Las ORDENANZAS DE Farmacia”, que fué muy discutido y celebrado. El Sr. Francisco Paradela redactó un “INFORME ACERCA DE UN APARATO ELÉCTRICO PARA EL CALZADO”, que fué apro- bado unánimemente. El Dr. Francisco Héctor, médico de Guanabacoa, no perteneciente todavía á esta Cor rporación, ofreció un tra- bajo acerca de “EL ANÁLISIS COPROLÓGICO COMO MEDIO DE DIAGNÓSTICO DE LAS DISPEPSIAS DUODENALES”. El Dr. Fernando Méndez Capote hizo una comunicación oral acerca de UNA LAPAROTOMIZADA, d quien se le rompió una sonda de vidrio dentro de la vejiga, la cual tuvo la suerte de expulsarla espontáneamente á los pocos días, sin perjuicio alguno é ignorando tal acontecimiento la misma enferma. El Dr. Tomás V. Coronado, con ocasión de haber ob- servado el primer caso de fiebre amarilla que aquí últi- mamente apareció, importado de los Estados del Sur, de los Estados Unidos, pronunció una conferencia acerca de si: ““¿Es POSIBLE CONFUNDIR EL TIPUS ICTEROIDES (FIEBRE 32 ANALES DE LA AMARILLA), CON LOS OTROS ESTADOS FEBRILES?” En ella discute ampliamente las variadas formas del mal, para di- lucidar con extensión el capítulo diagnóstico. Este tra- bajo fué calurosamente discutido por los doctores Barnet, Saladrigas, y Cubas. El Dr. Manuel Delfin lee un práctico trabajo acerca del “DeNGuE”, observado en los niños por él asistidos en el último verano. Ofreció buen material para la discusión. El mismo compañero Dr. Delfin leyó en otra oportuni- dad “Un INFORME ACERCA DE HONORARIOS”, interesado por la presidencia de la Audiencia de Matanzas, que fué apro- bado unánimemente. El Dr. Enrique Saladrigas dió bajo forma de comuni- cación oral, una brillante conferencia acerca “DE La Go- NOCOCIA Y DE LA GONOHEMIA”, relatando las observaciones de dos enfermos estudiados por él en el Hospital Mercedes, que ofrecieron gravísimos cuadros de las mencionadas do- lencias. El ingeniero Sr. Estefano Calcavecchia, ofreció á esta Corporación, como ya lo hiciera en el año anterior, con otro trabajo, acerca de las deficiencias de la producción azucarera en esta Isla: un trabajo acerca de “Los TE- RREMOTOS”. “ALGUNAS MANIFESTACIONES VOLCÁNICAS Y CAUSAS QUE LAS DETERMINAN”, que agradó mucho por la ilustración reconocida de su autor y, sobre todo, por la oportunidad en que fué tratado. El Dr. Pedro Valdés Ragués dió cuenta á la Coporación de la existencia que tiene nuestro Museo de las “Aves RAPACES DE CuBa”, en un trabajo que fué por todos muy celebrado. El Dr. Gustavo López presentó un trabajo informativo acerca de una obra que se remitió á esta Corporación, so- licitándose el juicio crítico de ella. El citado Dr. López expuso con razones bien apreciables é incontrovertibles, el juicio desfavorable que tal obra merecía. La obra se titulaba “PATOLOGÍA DE LOS ENFERMOS EPILÉPTICOS”, y sn autor, más parece un verdadero charlatán que un médico. Hubo de lamentarse el hecho que dicho señor estuviese establecido con clínica abierta para la curación de las do- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 33 lencias nerviosas, cuya incompetencia había evidenciado tan á las claras. “Los arrícuLos 50, 77, 79 Y Sl DE Las NUEVAS OrDE- NANZAS SANITARIAS”, fué el título escojido por el Dr. Ma- nuel Delfin, para hacer un trabajo crítico sobre tal asun- to, que despertó una muy viva discusión, y que dió por resultado el nombramiento de una comisión compuesta de señores Académicos que habrán de informar á esta Cor- poración acerca de los extremos propuestos por su autor. “SÍFILIS DEL SISTEMA NERVIOSO”, fué el asunto escojido por el Dr. José Valdés Anciano, para presentar varios ti- pos clínicos, de enfermos, por él asistidos en el Hospital Número Uno. Entre estos casos, muy interesantes todos, ofrecía, el último, la particularidad muy especial de al provocar el reflejo rotuliano del lado derecho, producir una violenta sacudida de la mano del lado izquierdo, la cual ascendía por encima de la cabeza del enfermo. Lo que es sumamente raro por no presentarse al mismo nivel, y ser hoy día, el trayecto de las vías de asociación intra- medulares, uno de los capítulos más obscuros de la anato- mía del sistema nervioso. 7 El Dr. Pedro Valdés Ragués, hace un trabajo informa- tivo acerca de los “APUNTES SOBRE LA ANATOMÍA Y MORFO- LOGÍA DEL MOSQUITO”, y de los ejemplares remitidos por el Dr. J. H. de Pazos, médico establecido en San Antonio de los Baños. con lo que aspira al título de Académico Corresponsal. Este informe fué desde luego favorable y recibió la sanción aprobatoria de esta Corporación. El Dr. Tomás V. Coronado trae también otro trabajo informativo, acerca de uno del Dr. Francisco M.* Héctor, de Guanabacoa, titulado: “¿PUEDE SER RESPONSABLE, CIEN- TÍFICA NI LEGALMENTE, EL CLOROFORMIZADOR, EN EL CASO DE ACCIDENTE MORTAL POR LA ANESTESIA?” Con esta labor as- pira el autor á que se le declare miembro corresponsal de esta Academia. Fué muy favorable el juicio emitido acer- ca de ella, por el Dr. Coronado, quien tuvo frases de cele- bración, muy justas, para su autor. “¿LA TUBERCULOSIS LARÍNGEA Y EL EMBARAZO”, fué un tra- bajo celebrado y discutido que se sirvió presentar el 34 ANALES DE LA Dr. Domingo Hernando Segui, en una de nuestras últimas sesiones. : Y el Dr. Francisco M.* Héctor, de Guuanabacoa, trae otro trabajo que titula: “IRRESPONSABILIDAD DEL MÉDICO CLOROFORMIZADOR EN EL CASO DE ACCIDENTE MORTAL POR LA ANESTESIA”, cuyo trabajo despertó viva discusión. Y con todo esto, siempre á la orden del día, casi siem- pre ocupando los turnos de nuestros trabajos, ó sea el que corresponde « las cuestiones oficiales, han venido los in- formes que acerca de la introducción de medicamentos en esta Isla, para consentirse su venta, han traído los docto- res que constituyen la Sección de Farmacia en esta Aca- demia. Los referidos informes han sido hechos por los señores siguientes: El Dr. José P. Alacán, que ha informado once vece” El Dr. Arturo Bosque, que lo ha hecho tres veces. El Dr. Manuel Delfín, que lo ha hecho tres veces. El Dr. Emilio Pardiñas, que lo ha hecho tres veces. El Dr. Gastón A. Cuadrado, que lo ha hecho cuatro veces. El Dr. D. Hernando Seguí, que lo ha hecho dos veces. El Dr. Miguel F. Garrido, que lo ha hecho una vez. El Dr. Carlos Moya, que lo ha hecho una vez. Y como se hizo en el año anterior, ha habido ocasiones que cada uno de los dichos informes se ha referido á 6, 8 ó 10 preparados farmacéuticos. Esta labor ha resultado tan penosa como en el año an- terior, en que esta Academia informó acerca de un núme- ro ilimitado de medicamentos; y lo que esta Academia la- menta muy profundamente ] y siente aun más es el hecho de que, por la Secretaría de Gobernación se haya com- placido á los señores introductores de medicamentos, aun cuando hayan sido rechazados por inútiles, perjudiciales ó charlatanescos; que no haga caso, para nada, de nuestros informes, y lo que es más curioso, que tampoco lo hace de los emitidos por la Junta Superior de Sanidad. Pues si esto es así, ¿por qué hacernos trabajar inútilmente? Informó, á más de estos informes corrientes, el Dr. «José P. Alacán, acerca de la “DESNATURALIZACIÓN DE LOS ALCO- HOLES”, asunto interesado por la Secretaría de Hacienda. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 3) Aquí se informó detenidamente por haberse hecho des- pués un segundo informe, en que tomaron parte el preci- tado Dr. Alacán y los Dres. (7. A. Cuadrado y E. Par- diñas. El Dr. Hernando Segui, en sesión de 29 de Septiembre de 1905, informó brillantemente sobre la “INFRACCIÓN DE Las ORDENANZAS DE Farmacia”, con motivo de una denun- cia contra una farmacia de San José de las Lajas, y remi- tida d esta Academia por el Sr. Presidente de nuestra República, que supo darse cuenta de que habían prescin- dido del artículo 46 de las Ordenanzas de Farmacia que dispone dictamine esta Academia en esas cosas donde se supone el delito de infracción, Este informe fué aproba- do sin discusión. Dos brillantes sesiones extraordinarias celebró esta Corporación en el presente año: la una lo fué con motivo de la recepción oficial del Dr. Gustavo Calle! Duplessis, quien leyó un trabajo acerca de la “APENDICITIS, ENFERME - DAD QUIRÚRGICA”. Contestóle en este acto el Dr. Ignacio Plasencia, señalado de antemano por la presidencia para dar la hienvenida en nombre de la Corporación al doctor Duples..ís. La segunda ocasión que se constituyó la Academia en sesión extraordinaria, lo fué el 6 de Diciembre de 1905, en que con motivo del aniversario del sensible falleci- miento del Dr. José L Torralbas, se celebró la sesión en su honor, honrándose también en ese mismo acto la memoria de otro de los nuestros fallecidos, la del Dr. Vicente Be- nito Valdés. El Dr. Luis Montané, nuestro Académico de mérito, fué el encargado del elogio fúnebre del Dr. Torralbas; v el Dr. Enrique B. Barnet, fué el que hizo el correspon- diente al Dr. Vicente Benito Valdés. En esta ocasión y con tan señalado motivo recibió esta casa el retrato del Dr. Vicente Benito Valdés, regalado por varios amigos del ilustre desaparecido, entre los que TOMO XLILM.—Ú. 36 ANAIS DE DA figuraba el Dr. Rafael Garmendía; y así también el del Dr. José TL Torralbas, cou que nos obsequió su señor hijo. el Dr. D. Federico. Exeusamos el exponer aquí la grati- tud que para ellos guarda esta Academia por estas dos mestimables joyas que hoy podemos ostentar en nuestro salón. El Presidente de esta Academia, ante reiteradas instan- cias del titulado profesor austriaco Sr. Nowack, que había dado ya una conferencia en el Iustituto de 2.* Enseñanza de esta capital, no tuvo inconveniente alguno, en cederle nuestra tribuna para que diese una nueva conferencia, con proyecciones, acerca de la peonía (Abrus precatorius). y su sistema de predicción de los fenómenos atmosféricos y seísmicos. El día 9 de Abril tuvo lugar aquí la dicha conferencia, siendo su traductor, y la verdadera alma de ella, el Dr. Carlos de la Torre, que fué quien hizo enten- der lo que quería decirnos el tal profesor. Por suerte, sus predicciones posteriores acerca de los eraves sucesos que habrían de ocurrir en esta Isla, y que felizmente no se han cumplido, fueron anunciados después de la celebración de la mencionada conferencia. Esta Academia tiene esta vez, el gusto de exponer, que durante este último año no ha tenido que lamentar el fallecimiento de ninguno de sus Académicos de número, En cambio tiene que dar cuenta de la desaparición del Dr. José Beato y Dolz, Académico honorario que lo era desde el 24 de Octubre de 1897. Fué el Dr. Beato un compañero excelente, hombre muy laborioso, adorador de esta Academia, «€ la que quiso ver- daderamente. Siempre fué uno de sus asiduos colabora- dores y en estos últimos tiempos figuraba como Presiden- te de honor de la Subcomisión de Vacuna. ayudando muy de veras 4 la administración del precioso preservativo de ACADMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 31 la viruela. Torturado por pertinaz dolencia, hacía algún tiempo que no podía ayudarnos en esta obra. La fortuna no le fué propicia en sus últimos años, y muchas amargu- ras tuvo que apurar. ¡Descanse en paz el ciudadano excelente y el estimado compañero! Motivo de congratulación tiene hoy esta Academia al daros la noticia de que ya cuenta en el Cementerio de Cristóbal Colón, con un espacio de terreno, suficiente para poder hacer allí reposar aquellos de sus miembros que así lo desearen. Cuenta en el cuartel N. E,, cuadro núm. 11, con 24 metros cuadrados de terreno, en el que se propo- ne construir un pequeño mausoleo. La Presidencia, una vez construído, se propone traunsladar allí los restos del profesor Gundlach, que tanto honró á este país y d esta Academia. Con este motivo, fueron tantas las atenciones y servi- clos ventajosos que hubo de proporcionarnos el Obispac O de la Habana, que esta Academia se creyó en el deber de nombrar una comisión que diese las gracias al Sr. Obispo por las concesiones tan amplias a NOSOtTOS prodigadas, y desde aquí se permite repetirle el testimonio de vratitud que le guarda por sus tan señaladas deferencias y aten- ciones. Este año se ha administrado la vacuna a 19 niños varo- nes y 457 hembras. Se han revacunado 13 varones y 5 hembras. Total, 150 sujetos; teniendo necesidad esta o de dar las gracias más expresivas al doctor V. de la Guardia, que ha sido el que con tesón y constan- cia ejemplar la ha venido administrando, exclusivamente. Con su constancia y cuidadoso celo, él ha sido el apóstol propagador de tal beneficio. Por ello lo felicita cordial- mente esta Corporación, que siempre vive confiada en su no superado interés, 38 ANALES .DE LA Tenemos la satisfacción de anunciar que la publicación de nuestros “ANALES” que venía haciéndose muy atrasada, está hoy al día en lo que se refiere 4 nuestra diaria labor. Tan sólo nos faltan completar los años de 1902 y 1903, cuya publicación está muy adelantada para salvarla pa u- na que las necesidades de la fábrica del edificio y la c rencia de fondos obligaron á realizar. 1 En párrafo aparte, tenemos que hacer mención*de la fiesta científica de gran importancia, que se celebró en esta casa, el pasado año. Nos referimos al Primer Con- greso Médico Nacional que se inauguró el 20 de Mayo y cuyas sesiones ordinarias tuvieron lugar en los días subse- cuentes, 21, 22 y 23 del propio mes. Dichas sesiones fue- ron sumamente animadas y concurridas, sobradamente nu- tridas de trabajos por nuestros médicos, que de todos los puntos de la Isla aquí concurrieron d ofrecer su concurso al progreso de este país. La Academia se complace en haber ofrecido su casa para tal fiesta intelectual, « que tanto habla en pro de nues- tra cultura y del amor d la ciencia. ¡Qué hermoso espec- táculo ofrecieron los médicos recorriendo nuestros salo- nes, aprestándose dá las discusiones y esforzándose todos en favor de la ciencia médica de Cuba! ¡Qué buen ejem- plo hemos dado de nuestra cultura en esa gran fiesta! 4 Voy á concluir, señores; pero no podemos ni debemos hacerlo, sin dirigir un ruego, pero muy fervoroso, al señor Presidente de e Re pública de Cuba que nos honra presi- diéndonos esta noche. Señor: ya hace varios años que os venimos pidiendo la construcción de la parte de este edificio, « ¡ue por haber esi tado en complet a ruina, VOS mismo Er. su dle- molición. Esperamos que os fijéis por un momento en el estado en que están nuestra Biblioteca y Museos; todo se echa- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA - 39 tá dá perder de seguir como está actualmente. Y éstos no da no deben. perderse, porque encierran tesoros, teso- ros científicos de gran valor. Confiamos, pues, que inte- reséis de las Cámaras el crédito preciso para esta obra en el presente añd. Sería un acto de verdadera justicia en nuestro honor y en honor de la ciencia de este país si así lo hiciéseis. Así lo esperamos de vos, en quien tanto se confía para el engrandecimiento y el progreso de nues- tra República, por cuya felicidad hacemos votos. 40 -ANALES DE- LA PROGRAMA DE LOS PREMIOS PARA EL AÑO DE 1907 Penurro.—Prenio Presidente Gutiérrez. Consistente en la cantidad de $400 oro español para el mejor estudio so- bre Lac OMPOSICIÓN QUÍMICA É INVESTIGACIÓN MICROGR ÁFIC A Y BACTERIOLÓGICA DE LAS AGUAS MINERO-MEDICINALES MÁS IMPORTANTES DE CUBA. Secuxno.— Premios del Dr. Antonio de GFórdon Y de Acosta. (a) € 'onsistente en una medalla de oro al mejor trabajo de FisroLocGÍa PRÁCTICA. —Tema libre. (hb) Consistente en una medalla de oro al mejor traba- jo de MEDICINA LEGAL, RELATIVO Á CUESTIONES PROPIAS DE Curma.—Tema libre. CONDICIONES GENERALES: Las Memorias de los que aspiren á los premios se reci- biráu en la Secretaría de la Academia, calle de Cuba nú- mero 84 A. hasta las dos de la tarde del día 30 de Mar- zo de 1907. Deberán ser inéditas; escritas en castellano, francés ó inglés; remitirse en pliego cerrado y lacrado con un lema en su cubierta. En otro pliego. también cerrado y lacrado se enviará el nombre del autor. con el mismo lema de la Memoria en su cubierta. A los pre mios del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, pueden aspirar los Sres. Académicos. En la sesión solemne de 19 de Mayo de 1907 se efec- tuará la adjudicación de los premios 4 los autores de las Memorias que resultasen premiadas, destruyéndose en ese acto los pliegos que contengan los nombres de los no agraciados. ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 41 La disposición plexiforme venosa en los órganos de prehensión y sustentación (1) POR EL Doctor José. A. Presno y Bastiony (Sesión solemne del 19 de Mayo de 1906.) . Presidente de la República, Señores: La designación que de uno de los Académicos hace el Sr. Presidente de la Corporación para leer el trabajo re- elamentario en la sesión solemne, si es honrosa siempre, y para mí constituye una distinción inmerecida, obliga eran- demente al que la acepta por la representación que se le confiere y por la selecta calidad del concurso que en todo tiempo ha realzado con su asistencia este acto, que aho- ra siempre preside el primer Magistrado de la República. Señores; Hoy día, el espíritu científico exije ante todo investigaciones. Obediente á este canon, prefiero expo- neros en mi trabajo un asunto de investigación personal que aparecerá sin duda árido y no desarrollar uno de esos temas que donosamente ridiculiza Cajal como inventados por la pereza misma: Concepto actual de.... Idea general... Consideraciones acerca de... etc., y que con justicia deben irse relegando de las sociedades científicas De esta manera obedeceremos también los sabios pre- ceptos de Mr. Billings, el eminente bibliotecario de Was- hington, 4 quien la tarea abrumadora de clasificar miles de folletos que exponían de diverso modo el mismo azun- to, ha hecho aconsejar 4 los publicistas científicos que obedezcan constantemente á las siguientes reglas: “]*, Tener algo nuevo que decir. 2%, Decirlo. 3*. Callar- se en cuanto ya se ha dicho”. En el transcurso de estos últimos años, el sistema veno- so del organismo humano durante largo tiempo inexplo- rado ó estudiado de una manera superficial, ha sido objeto d Extracto del trabajo. 49 ANALES DE LA de interesantes investigaciones que han venido á demos- trarnos cómo nuestros conocimientos, en este particular, eran incompletos. Ya las tesis de agregación de Chassaignac y ae Verneuil, referíanse al sistema venoso en veneral, pero las investigz ciones originales de Houzé de FAulnoit, en 1854, e las válvulas de las venas, agregaron á los hechos conoci- dos un número tan grande de detalles ¡ importantes que se reconstruyó, por decirlo así, toda la historia anatómica, fisiológica y patológica de las venas, sobre una base nueva. Parecía, después de la publicación de este trabajo que se habla agotado la materia. No obstante, Jarjavay en 1873, nos hizo conocer mejor el mecanismo fisiológico de las venas con su estudio E los conductos de segur idad. Su- cediéronse otros trabajos que se referían 4 regiones deter- minadas, como los de Le-Dentu, sobre las anastómosis ve nosas, directas é indirectas del pie y de la pierna; de Tro- lard, sobre los senos y venas de la cavidad craneana; de Duret y de Quenu sobre las venas del recto; de Festal sobre las venas de la órbita; de Hedon, sobre las venas del encéfalo; de Walther sobre las venas del raquis, etc. Pero la descripción de las venas del pie—sobre todo de la planta, —ha sido durante largo tiempo esquemática; bas- ta abrir los grandes tratados de anatomía, aun los más re- cientes, para comprobar la insuficiencia de sus datos. En lo que se refiere á las venas de la mano, es necesario concluir que no son conocidas. Señálase la existencia de las venas dorsales de los dedos, de las interóseas dorsales de la mano, de la cefálica del pulgar, de la salvatela del Indice, del arco venoso del dorso de la mano. Las venas de:la palma de la mano no se mencionan; parece que no existen. En fin, revisando la literatura médica, en Prata- dos, Monografías y Revistas especiales, ni siquiera se en- cuentra una lámina que represente á estas últimas. Yo os ofrezco aquí una preparación natural. Al Dr. Lejars, Profesor agregado de la Facultad de Pa- rís y Cirujano de los Hospitales, corresponde el mérito de haber demostrado, inyectándolos, los orígenes del sistema venoso, con su original proceder de la doble inyección de materias colorantes, descubriendo así en la planta del pie ACADEMIA DE CIENCIAS DE-LA HABANA 43 una red venosa subcutánea, tan intrincada que la ha desig- nado con la expresión tan gráfica como pintoresca de plantilla venosa. Aquí se la observa, en esta preparación hecha por uno de mis discípulos de la Facultad de Medicina; el proceder de la doble inyección de venas por arterias, es el que nos ha permitido también á nosotros, demostrar la perfecta homología que desde este punto de vista existe entre la mano y el pie. He aquí la técnica de inyección del sistema venoso, por sus orígenes mismos, base (le nuestros nuevos conocimien- tos sobre el asunto, tal como la describe su autor en la nota presentada á la Academia de Medicina de París, el 25 de Septiembre de 1898. “Tengo el honor de presentar á la Academia de Medi- cina dos ejemplares de un nuevo método de inyección de venas. “La existencia de las válvulas que impide toda inyección centrífuga, ha hecho incompleto hasta ahora el estudio de los orígenes venosas. Por un proceder laborioso, Bource- ret había llegado á inyectar las venas 4 pesar de las vál- vulas, pero no obtenía de este modo sino piezas incoin- pletas. “Inyectar las venas por las arterias: tal es el método que siguiendo los consejos de mi maestro Farabeuf, he tratado de aplicar como el único que permite la inyección total del sistema venoso. “Nuestras masas ordinarias de sebo y de gelatina, pasan en parte ád las venas, si el miembro es calentado suficien- temente, pero la gelatina y el sebo penetran solos, el co- lor pulverulento y de grano voluminoso no franquea la red capilar. “Era necesario por tanto una materia colorante soluble en los cuerpos grasos. “La raíz de orcaneta, de cúrcuma, de otras raíces, con- tienen sin duda tales principios colorantes; la orcaneta da un hermoso color rojo, la cúrecuma un color amarillo que se disuelve en la'cera y el sebo, que no se difunden, que resisten á la desecación, que se prestan muy bien, en una palabra, para la inyección de investigación. TOMO xLim.—6. 44 ANALES DE LA “He aquí la técnica que debe seguirse: Dos masas serán preparadas, la primera de color soluble (orcaneta ó cúr- cuma), la segunda de color pulverulento (amarillo de cro- mo, bermellón), y las dos inyectadas por la arteria prin- cipal, una después de otra. “Empléanse el sebo y la cera en las proporciones ordi- narias. Se echa en la masa fundida y caliente la raíz de orcaneta: al instante, el color rojo se difunde, sin que la ebullición sea necesaria. La cantidad de raíz debe de va- riar según la intensidad del tinte que se obtenga, pudien- do hacerse tan teñida como se quiera. En seguida se pasa 4 través de un lienzo. “La pieza debe calentarse largo tiempo, 4 05 horas, en- tre 40? y 50%; la inyección se hace en el baño. “Por la arteria se empuja primero la masa de orcaneta; ' cuando la resistencia al pistón se hace sensible, se detiene. En seguida, siempre por la arteria, se inyecta la segunda masa, y esta vez precisa largo tiempo prolongar el es- fuerzo. “Lo que pasa en esta doble maniobra es fácil de com- prender. La masa de color soluble franquea libremente los capilares y penetra hasta las venas en el sentido de la co- rriente sanguínea; inyectada por encima la masa de color pulverulento la empuja adelante y la rechaza toda hacia el sistema venoso, deteniéndose ante la barrera capilar; todo el sistema venoso y todo el sistema arterial se en- cuentran así llenos de una vez y diferentemente colo- reados”. Este método tan sencillo como ingenioso es el que nos ha revelado la existencia de los ricos plexos venosos de la planta del pie (plantilla venosa de Lejars) y de la pal- ma de la mano, que por analogía designaré con el nom- bre de guante venoso. Esta última disposición, el plexo ve- noso palmar, cuya preparación presento, no se encuentra descrita ni figurada en ningún tratado. Antes que nos- otros, sólo Thibaudet, en su Tesis de París, Venas de la mano y del antebrazo, lo describe y dibuja concienzuda- mente. El mismo Lejars ha inyectado y disecado la planta del pie del avestruz, del elefante, las patas del kanguro. La ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 45 misma disposición plexiforme venosa ha encontrado en todos ellos. En el kanguro cuya deambulación es tan ca- racterística, la riqueza del plexo es mayor, no al nivel de la mano y del pie, que no son sus verdaderos órganos de sustentación y del salto, sino al nivel de su largo tarso. En el atlas de Bouley se han descrito ya los plexos venosos de la pata del caballo. Y, en fin, en ese nuevo órgano que en nosotros crea la mutilación quirúrgica, el muñón de los amputados, sus nuevas funciones entrañan también el desarrollo del plexo venoso pericicatricial, muy bien estu- diado por Lejars. En esta disposición plexiforme, Sucquet pretendía ver comprobada su teoría de los vasos ú conductos derivativos. Pero Sucquet no disponía del procedimiento técnico de inyección que hemos descrito y que nos permite asegurar que sólo son aparentes las disposiciones descritas por ese autor, pues nunca hemos encontrado una verdadera con- tinuidad entre una arteriola y una vénula. Una doble función desempeñan estos ricos plexos ve- nosos de la mano y del pie: son verdaderos órganos de calorificación cutánea para la superficie plantar y palmar; auxilian la circulación venosa por los movimientos, las presiones y los roces repetidos, á los que incesantemente se hallan sometidos la planta del pie y la palma de la mano. 46 ANALES DE LA KA A A A A A A e [rr SESION FRUSTRADA DEL 8 DE JUNIO DE 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número.—Dres: D. Hernando Se- guí, J. Le-Roy, E. Pardiñas, M. Ríuz Casabó. Por lo desapacible del tiempo no pudo reunirse el quorum regla- mentario y por tanto no se realizó la sesión. Se acordó citarla nuevamente para el día 12 del corriente mes. ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 12 DE JUNIO DE 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número.—Dres: E. Acosta, G. Be- nasach, A. Betancourt, I. Calvo, A. Górdon Bermúdez, D. Her- nando Seguí, J. Le-Roy, F. Méndez Capote, F. Paradela, J. Pres- no, P. Valdés Ragués. Leídas las actas de las sesiones pública ordinaria del 23 de Abril y solemne del 19 de Mayo, fueron aprobadas. La Secretaría dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Juzgado de instrucción del Centro, solicitando informe en causa n.” 254, de 1906, por violación durante el hipno- tismo. TED ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Domingo Fernández Cubas. y 11 de Junio de 1906. E ci de h « PAN $ a PA » 7 y ñ EL > Si y eo A | É : , 4 E b É 1 É ) o 6 S ; ñ 4 Ey od y Le KE ' ' A y : Í > Eo: Ed , Pe Ñ ; Ú y po $ ' i . [] ' 1 Ñ + » : A lr A E ” y hs ka A ' h LEA xi á : za 4 p ' j » ñ 4 h . IN E AA Ñ ' ru E á Ñ Í y y ¡qa Me , Om : A : > 0 Ea El Ds Y , SEN mb dr y ES A ] / l h : AA p AA NA PAN í [. , , a mn AA . : 5 > Ne Ñ a ; e Ñ Es . j ' , 5 » - Í j ñ / s I ' 7 pl e . s; d ; N Y + d J 4 p y ' H 3 < ' +, q j is, ; , Y . Ñ a , ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 47 Del mismo, recordatorio de lo anterior. De la Secretaría de Gobernación, escrito n.” 8706, sobre prepa- 'ados farmacéuticos. Del Dr. Erastus Wilson, suplicando á la Academia, como la más alta representación científica del país, que adopte la actitud más necesaria para reunir todas las individualidades médicas que figu- ran en el Congreso Nacional al objeto de obrar mancomunada- mente para inaugurar el movimiento oficial y práctico hacia la construcción de las alcantarillas para el drenaje del terreno de la ciudad y de las cloacas de drenaje de los domicilios de la misma. Del Juzgado de 1.* Instancia é Instrucción de (Gines, solicj- tando informe en causa por homicidio frustrado. Del mismo, recordatorio de lo anterior. De la Junta Superior de Sanidad, solicitando copia del informe emitido por el Sr. Francisco Paradela, acerca dela contaminación de los ríos por los mostos de los ingenios y alambiques. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiéndole informe aprobado en 27 de Abril acerca de preparados farmacéuticos. A la Secretaría de Hacienda, íd., íd., íd., sobre alcoholes. Al Dr. Jorge Le-Roy, nombrándolo ponente en causa del Juz- gado del Centro, por violación durante el hipnotismo. Al Dr. Guillermo Benasach, íd., íd., en la íd. del Juzgado de Gúines por homicidio frustrado. El Sr. Presidente hace presente que esta sesión se celebra esta noche, por no haberse podido reunir el quorum reglamentario el día 8, para cuya fecha se citó oportunamente y en vista de la ur- gencia del informe varias veces reclamado por el señor Juez de instrucción del distrito del Centro, y enseguida añade lo siguiente: - Señores: Tengo la pena de comunicaros el fallecimiento del Académico de número, nuestro querido compañero el Dr. Domin- go Fernández Cubas. Con él desaparece el anciano decidor á cuyo derredor departíamos alegremente, antes de empezar nuestras ta- reas; el amigo de los estudiantes, por quienes expuso su vida en época luctuosa de nuestra Historia; el colega desinteresado y co- municativo que todos echaremos de menos y á quien despedimos con tristeza y afecto, pues, su sepelio fué una verdadera manifesta- ción de duelo de todas nuestras clases sociales. 48 ANALES - DE LA , Como homenaje á su memoria queda suspendida la sesión de esta noche después de la lectura y discusión del informe antes citado, cuya evacuación no puede ser pospuesta. En tal virtud concede la palabra al Dr. Jorge Le- Roy quien lee UN INFORME SOBRE VIOLACIÓN DURANTE EL HIPNOTISMO cuya po- nencia le había sido encomendada, y en el cual, después de consi- deraciones históricas y de analizar uno por uno los particulares que se consultan en las cuatro preguntas formuladas por el Juzga- do consultante, presenta las conclusiones del mismo, fundamenta- das en hechos clínicos y experimentales. Concluída esta lectura el señor Presidente pide al Dr. Le-Roy vuelva á leer la segunda conclusión de su informe. El Dr. Le-Roy le dá lectura y lo explica con amplitud, con lo que queda satisfecho el Dr. Santos Fernández. El Dr. Hernando Seguí, expone después que con los trastornos anestésicos que se observan en las partes genitales de algunas his- téricas, se explica suficientemente que la virginidad puede ser per- dida sin tener conciencia la mujer. Pero que así mismo considera que la desfloración ocasiona una sensación de quemadura, una molestia al andar, que bastan para que la mujer se dé cuenta de ello al despertar. El Dr. Méndez Capote hace notar que se ha confundido en el informe la desfloración y la violación, cosas sobre las cuales debie- ra insistirse á fin de ser bien diferenciadas. El Dr. Górdon expone que en estos casos de hipnotismo todo parece depender de la excitabilidad nerviosa de la mujer por una parte y de la otra de la acción del hipnotizador, entendiendo así mismo que la mujer. podrá olvidar por completo todo lo sucedido en un caso de violación, con tal que el hipnotizador sepa previa- mente sujerirle tal amnesia. Afirma también que hasta las he- morragias, pueden ser contenidas por sólo la acción del hipnotis- mo, y refiere el caso de la extracción de un molar sin la pérdida de una sola gota de sangre, por sujestión previa que él hiciera á la paciente. Este es un hecho que aparece dudoso para el Dr. Santos Fer- nández. El Dr. Le- Roy agradece á los Dres. Méndez Capote, Hernando Se- guí y Górdon sus observaciones, extendiéndose en lo relativo á las manifestaciones del Dr. Górdon haciendo algunas consideraciones ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 49 sobre el dermografismo y leyendo, por último, las conclusiones del informe que fueron aprobadas por unanimidad. Con lo que cumpliendo lo acordado anteriormente se terminó la sesión, transladándose los señores Presidente y Secretario á la morada delos familiares del Dr. Cubas, á fin de darles el pésame en nombre de esta Academia. VIOLACIÓN DURANTE EL HIPNOTISMO INFORME MÉDICO LEGAL POR EL DR. JORGE LE-ROY Y CASSÁ (Sesión del 12 de Junio de 1906.) Desde el año 1890 en que el Dr. Raimundo de -Cas- tro (2) emitió su dictamen en la consulta que acerca del haipnotismo como tratamiento formuló el Gobierno General de la Isla, hasta hoy, que sepamos, nose ha presentado oportunidad en esta Academia de ocuparse de tan intere- sante cuestión. Los asuntos médico legales que han sido sometidos á su deliberación puede decirse que son tantos cuantos son: los problemas en que el médico tiene que intervenir para ayudar á la justicia en el esclarecimiento de los hechos constitutivos de delito, pero hasta el presente no se le ha- bía presentado ningún caso en que tuviera que ocuparse del hipnotismo como medio de realizar un acto delictuoso. Si siempre la misión del médico legista es de suyo im- portante y exige, 4 más de los conocimientos especiales, seria meditación y estudio detenido del caso consultado, (1) Aprobado por la Comisión de Medicina Legal en Y de Junio y por la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana en su sesión del 12 de Junio de 1906. (2) El hipnotismo como tratamiento. Suempleo en nuestros hospi- tales (S. 13 Abril 1890), A. T. XXVI, p. 700. 30 ANALES DE LA nunca como en el presente se necesitan de aquellos estu- dios y de estas condiciones. El Sr. Juez de Instrucción del distrito del Centro de esta capital, con fecha 8 de Mayo próximo pasado se diri- ge á esta Academia para que le informe en la causa nú- mero 254—1906, seguida por violación de J. L. sobre los extremos siguientes: “Primero: sI estando una persona curándose por el tratamiento del hipnotismo, logrado este estado y durante él, si el individuo que la hipnotizó puede hacer de ella todo lo que quiera, incluso si es una mujer, desflorarla, sin que ella se dé cuenta.' “Segundo: si obtenido el desfloramiento en este estado, al despert ar puede la mujer darse cuenta inmediatamente de que ha perdido su virginidad.” “Tercero: si perdida la virginidad en dicho estado de hipnotismo se producen las hemorragias naturales en es- tado de vigilia, Ó si por el contrario por el mismo estado hipnótico no se producen dichas hemorragias.” “Cuarto: sl el hipnotizador conserva alguna influencia sobre el hipnotizado, aun después de despierto, de modo que haciendo disminuir la energía de su voluntad, pueda de él obtener lo que un extraño no obtendría, ni él mis- mo si no hubiera hipnotizado varias veces d esa persona, es decir, si en un enfermo sometido 4 ese tratamiento, hay disminución de voluntad en cuanto se relaciona con el individuo que le aplica el tratamiento frecuentemente”. Antes de entrar en el desarrollo de las cuestiones que nos son consultadas, séanos permitido fijar algunos puntos que, como otros tantos jalones, nos han de servir después para fijar el camino Rtido y no desviarnos tomando una falsa ruta. Las cuestiones múltiples que abraza el estado psíquico especial de los sujetos hipnotizados no pertenecen ya al dominio de lo extraordinario, sino que constituyen un 'apítulo bastante bien estudiado de la psicología experi- mental, Los trabajos de Paracelso, en 1529, Glocenius (1608), Burgraeve y Van Helmont (1626), sobre el magnetismo ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Ejl animal; los de Roberto Fludd (1640) haciendo partir de la estrella polar el fluído magnético que atravesaba la tierra y se fijaba en los imanes, “de los que el hombre era considerado como uno verdadero; las prácticas charlata. nescas de Mesmer (1766) llegando 4 magnetizar un árbol al fin de la calle Bondy en París; el descubrimiento er. 1784 por el marqués de Puységur del sueño sonambúlico y del poder que sobre sus enfermos ejerce el magnetiza- dor y el reconocimiento, por primera vez, en 1815 por Deleuze, de la amnesia que en la vigilia existe de lo ocu- rrido durante el sueño sonambáúlico, constituyen el perío- do de lo maravilloso interpretado generalmente por el magnetismo animal, Con el abate Faría cambian las doctrinas, y él concibe el hipnotismo tal como se acepta actualmente, es decir, residiendo en el cerebro del sujeto; pero no siendo bas- tante charlatán para resistir 4 las críticas y á las burlas de los incrédulos, fracasó en sus propósitos y fué considerado como un impostor (Crocq). Con motivo de la carta es- erita en 11 de octubre de 1825 por el Dr. Poissac « la Academia de Medicina de París, la Comisión formada por Odelon, Pariset, Marc, Burdin y Husson (ponente) recon- sideró los j juicios emitidos, por los comisarios encargados por el Rey para estudiar de nuevo la cuestión del” mag- netismo; de la discusión que motivó este informe nació otra Comisión de la cual el mismo Husson fué nombrado ponente y cuyo informe emitido en 1831 comprende 30 Conclusiones en las que se explican claramente muchos fenómenos y se ve la sinceridad de los observadores; pero la enérgica oposición de Castell diciendo que “si esos he- chos fuesen reales, destruirian la mitad de los conocimientos fisiológicos” y que “sería peligroso propagar dichos hechos por la impresión”, hizo retardar los estudios emprendidos. Vuelve 4 pedirse en 1837 á la Academia autorización, por el doctor Berna, para experimentar delante de sus miem- bros, en sujetos que tenía 4 su disposición, y mostrarle hechos concluyentes en favor del magnetismo. La Comi- sión nombrada esta vez, enemiga encarnizada de estos pro- blemas y cuyo ponente era Dubois, dió un informe com- pletamente desfavorable, que por sus frases duras provocó TOMO XLIM.—7. 32 ANALES DE LA la indignación de Husson quien le reprochó “el descuidar voluntariamente todo lo que pudiera ponerlo en el cami- no de la verdad, el desnaturalizar lo que no podía destruir y el mentir descaradamente” —nuevas peticiones y nuevas negativas se siguieron a esta discusión hasta que por fin en 1839 Double propuso cerrar para siempre toda discu- sión sobre esa materia y la Sabía Asamblea votó la propo- sición según la cual “no se respondería más á peticiones de esta naturaleza” (Crocq). En 1841, James Braid, de Manchester, volvió sobre las ideas del abate Faría y modificando sus primeras concep- ciones puramente físicas consideró la hipnosis como pura- mente sugestiva y negó la posibilidad de las sugestiones criminales; las doctrinas de este sabio fueron pr opagadas en los Estados Unidos por Grimes bajo el nombre de elec- tro-biología y estudiadas de a en 1850 en Inglaterra por Darling, Bennet, Simpson, Carpenter Ñ Holander, y en 1860, en Francia, por Durand que trató de darle una explicación fisiológica y por el profesor Azan que insistió, en París, sobre todo en la anestesia de los sujetos hipno- tizados. En 1866, Mesnet hizo un curioso estudio sobre el sonambulismo patológico y Liébault publicó la obra que sirvió de base ¿ las doctrinas de la Escuela de Nancy; en 1874, Dechambre no veía en las prácticas hipnóticas más que “mentira, mala fe y necia incredulidad”; en 1875, Ri- cher se convenció de la realidad de los fenómenos hipnó- ticos y se declaró partidario del Braidismo, pero es nece- sario llegar ¿4 Charcot (188 2) y á Ber nheim (1884) á Lié- geois y € Pitres en Francia; á Heidenhain en Alemania; dá Ladame y Yung en Suiza para asentar sobre bases perfec- tamente científicas los conocimientos en que descansan hoy los variados é interesantes problemas del hipnotismo y la sugestión y los que en las órdenes filosófico, jurídico, social y moral de ellos se desprenden. Los estudios de Pedro Jannet sobre el automatismo psi- cológico; los muy interesantes sobre el desdoblamiento del centro psíquico superior y de las zonas poligonales del automatismo, realizados por el profesor Grasset de la Es- cuela de Montpellier, el desdoblamiento de la memoria estudiado por Mesnet, valiéndose del esquema del doctor ACADMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 33 Azam, en el que se demuestra la existencia del estado se- egundo representado por las crisis hipnóticas con las per- turbaciones psíquicas que le pertenecen (de las que el so- nambulismo es la más importante manifestación) y los la- zos que unen estos estados segundos 4 sonambúlicos, abso- lutamente independientes del estado normal 6 condición primera del sujeto, son otros tantos problemas que nos permiten resolver muchas de las cuestiones que, sin ellos parecerían absolutamente irresolubles. He dado, quizas, demasiada extensión á esta ojeada histórica, pero lo he hecho para demostrar con la ense- ñanza de los sucesos pasados las vicisitudes porque han atravesado las interpretaciones de fenómenos que muchos de ellos escapan todavía á la penetración de nuestras neu- ronas cerebrales. También se hace necesario fijar bien el papel del perito en los asuntos hipnóticos para que por una falsa interpreta- ción no se extravíe el juicio de los magistrados llamados á juzgar en causas de esta naturaleza. El médico abordará el estudios de estas cuestiones con una gran reserva y una prudencia extrema. No aceptará sino los hechos bién comprobados y y su examen tendrá por fin establecer en qué medida el sujeto es sensible á la ac. ción hipnótica; estudiará muy particularmente el estado de la memoria y de las sensiblidades periféricas y no olvida- rá que su examen no ha de limitarse sólo al sujeto hipno- tizado, sino que lo ha de extender al hipnotizador: tenien- do siempre presente las causas (simulación, chantaje, etc.) que lo puedan inducir al error. Sentadas estas premisas abordemos el estudio del asunto sometido «¿ la delibera- ción de la Academia. ee 2 OS Dice el Juzgado consultante en su primera pregunta: “Si estando una persona curándose por el tratamiento “del hipnotismo, logrado este estado y durante él, si el “individuo que la hipnotizó puede hacer de ella todo lo “que quiera, incluso si es una mujer desflorarla, sin que “ella se de cuenta... Para responder mejor ¿ esta pregunta dividámosla en d4 ANALES DE LA dos partes, lo que facilitará considerablemente nuestra tarea: refiérese la primera d una persona que se está cu- rando por el hipnotismo y que llega á este estado; y lase- eunda si durante dicho estado el hipnotizador tiene do- minio bastante sobre la hipnotizada para realizar todos los actos que se le antojen, incluso la desfloración si se trata de una mujer. Cualquiera que sea la Escuela que siga, de las dos en que se divide la ciencia actualmente, es decir, la de Nan- cy con Bernheim 4 su cabeza, que acepta que todos los sujetos son hipnotizables, ó la de París, con Charcot 4 su frente, que no acepta más que «¿ los histéricos como suje- tos hipnotizables, para nuestro caso particular el resulta- do es el mismo pues se trata de una persona que se está curando por el hipnotismo, y nadie se cura en salud; por consiguiente, podemos, desde luego, concluir que se trata de un enfermo y de un enfermo hipnotizable, pues así lo da d entender la pregunta del Juzgado. Insistimos en este particular porque de todos los que se ocupan en estos asuntos es bien conocida la facilidad de las auto-sugestiones histéricas y sus consecuencias en un peritaje médico legal; siendo el primer deber del perito el ponerse él mismo á cubierto, mediante un estudio de- tedido y cuidadoso del sujeto hipnotizado, para compro- bar si realmente se trata de este estado ó de una simula- ción ó superchería realizada con otro fin. Demostrado, siempre por el estudio del caso particular, que no se trata de una simulación, sino de un verdadero caso clínico, importa conocer á qué grado ha llegado el sueño hipnótico, si se trata de una letargia, de una cata- lepsia ó del verdadero sonambulismo provocado ó si por el contrario se quiere atribuir al hipnotismo lo que no le pertenece, es decir, que se trata de un síncope, de una idiocia, de una demencia completa, 6 lo que es lo mismo de un estado físico 4 mental en que el sér, privado de ac- tividad, es incapaz de saber, de comprender, de defender- se, como si estuviese bajo la influencia de un narcótico, como el éter ó el cloroformo, por ejemplo. Nada de esto sabemos en el caso actual, porque el Juz- gado hace la pregunta en tesis general y, por consiguien- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA (219) te, en tesis general tenemos que responderle; pero insis- tiendo una vez más en que para juzgar de un caso particu- lar hay que conocerlo en todos sus detalles, porque, así como el inmortal clínico Trousseau demostró que, no hay enfermedades sino individuos enfermos, así también, no hay hipnotismos y sugestiones sino individuos hipnotiza- bles ó suges stibles, « que para el caso es lo mismo—puesto que el hipnotismo no es más que la sugestión, en una ú otra forma, de la imagen del sueño. La segunda parte en que hemos dividido la respuesta de la primera pregunta, es mucho más fácil de resolver, pues aquí abundan los hechos y la concordancia de los autores es unánime; pues como dice Mesnet: “no se en- “contrará sonámbulo que no acepte todas las sugestiones “que queráis hacerle, todos los actos que os plazca impo- “nerle” llegando en seguida á la siguiente conclusión: “Que la voluntad del hipnotizado es más aparente que “real; que no es sino una voluntad frustra, incapaz de “mantenerse en frente de un en «perimentador que sepa “querer y ordenar” (1). Una mujer en estado de letargia ó de catalepsia puede ser violada sin resistencia, sin conocerlo cuando despierte de su estado hipnótico y aun sin saberlo jamás, 4 menos que un embarazo no venga á descubrirle el ultraje de que ha sido víctima. Gilles de la Tourette piensa que la posesión de una mu- jer en el sonambulismo hipnótico no puede tener lugar sin su consentimiento, haciéndose el hipnotizador amar por ella como sucedería cediendo ¿4 los deseos de aquél en el estado normal. Tal es el caso de Bellanger, en que la mu- jer durante el sonambulismo realizó el deseo concebido y desenvuelto en ella durante el estado de vigilia. Pero hay que tener en cuenta que, de acuerdo con la Escuela de Nancy, todo es sugestión en el hipnotismo y es fácil al su- gestionador sugerir esa misma pasión que necesita para realizar su obra criminal. (1) Meswer. Outrages a la pudeur. Violences sur les organes sexuels de la femme dans le sonambulisme provoqué et la fascination. Etude médico légale. París, 1894, pág. 253. 36 ANALES. DE LA ' El caso de Castellan Timoteo, comunicado por el doctor J. Roux al Profesor Tardieu (1) en el que aquel vagabun- do hipnotizó á la infeliz labriega Jose fina Hughes y ade- más de haberla arrastrado consigo, gracias á la sugestión ejercida, d través de varios lugares comarcanos haciéndola juguete de sus caprichos, abusó repetidas veces de ella, es demasiado conocido de todos para que nos detengamos en detallarlo, pero prueba lo que venimos afirmando. El caso de la llamada Margarita A... (2) de 18 años, que creyéndose enferma se hacía conducir por su herma- na menor 4 casa del nombrado C., que ejercía en Marse- lla la profesión de magnetizador y al que visitaba después diariamente hasta que “al cabo de cinco meses, encontrán- dose embarazada, entabló demanda contra dicho indivi- duo, es otro caso qne demuestra lo que venimos tratando y que sirvió para que Devergie contestase á Coste y Bro- quier: “Yo creo que una muchacha de 18 años, puede en tesis general, haber sido desflorada y hecha madre contra- riamente 4 sa voluntad, en el sueño magnético” El caso ea que intervino Brouardel (3) es por demás instructivo. Se trata de una mujer joven que ya, con su madre, á la consulta del dentista Levy, quien manifestó que para el tratamiento de la dolencia dentaria, tenía que comenzar por un examen genital; 4 lo que accedieron ma- dre é hija. Levy consumó el coito en presencia de la ma- dre, que se hallaba en la misma habitación, sin que ésta lo advirtiera. El acusado confesó que los actos sexuales se realizaban siempre con el consentimiento de la mucha- cha, lo que ésta negó con gran entereza, que en cada se- sión perdía el conocimiento durante algún tiempo y que al despertar había sentido dolor en sus órganos genitales, pero sin guardar conciencia de lo que había ocurrido. El embarazo fué el resultado de estas relaciones. La investi- gación médica demostró que la querellante no había sido anestesiada con el cloroformo, éter, etc., pero que, pro- fundamente histérica, no era difícil dormirla con la simple De Estude méd-lég sur les attentats aux moeurs. París 1867. pág. 81. (2) Gazzette des Hópitaux 1858, n.0 106. (3) Relation méd-lég de 1' affairo Levy. Ann, de Hyg. pub, et de Méd. lég. 1879. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 91 e o e oclusión de los párpados. Sumida en el sueño nervioso, no era ilógico admitir que sufriese los atentados lúbricos del dentista Levy, quien fué condenado ¿d diez años de presidio. El caso de Dyce, relatado por Macario (1) el del doctor Ladame, de Néufchatel (2) el de Marville (3) étc., son con los anteriores, suficientes para demostrar la posibili- dad del hecho y su conocimiento por los tribunales de Justicia; pero si éstos no fuesen aun bastantes, podemos añadir los casos de Auvard y de Mesnet, relativos á partos y dd operaciones quirúrgicas realizadas durante el sueño hipnótico, los que demuestran no sólo la pérdida de la sensibilidad de los órganos genitales, sino de la amne- sia en la vigilia de lo pasado en el período hipnótico. En los individuos hipnotizados no sólo están alteradas las facultades superiores del espíritu, memoria, voluntad, inteligencia, sino también las sensaciones. La piel y las mucosas pierden su sensibilidad, la anestesia y la analge- sia que no eran sino parciales, se totalizan, salvo aleunas zonas hiperestesiadas que pueden persistir 6 aparecer (zo nas hipnógenas). - Los hechos antes citados y los de exámenes digitales, con el spéculum, taponamientos, cauteraciones y opera- ciones efectuadas en la esfera genital durante el sueño hip- nótico, son nuevas pruebas de la anestesia de la mucuosa genital, y, por consiguiente, de la mayor facilidad de la realización del acto carnal. Dice la segunda pregunta: “Si obtenido el desfloramiento en ese estado, al des- “pertar puede la mujer darse cuenta inmediatamente de “que ha perdido su virginidad”. Acabamos de ver, en la pregunta anterior, las altera- ciones de la sensibilidad de la piel y de las mucosas que acompañan á los estados hipnóticos y también hemos po- dido apreciar por la relación de los casos clínicos citados que, en casi todos ellos, las mujeres han descubierto su (1) Edimburg. Philosof. Trans. 1853. (2) Taxror, Trat. de méd. leg. T. II, pág. 783. (3) Vimerr, Trat. de med. leg. T. II, pág. 375. 58 ANALES DE LA desfloración por el hecho del embarazo, aunqne en algu- nos se citan las molestias y dolores acusados al nivel de los órganos genitales; lo que nos hace pensar que muchas veces la mujer no puede inmediatamente darse cuenta del atentado de que acaba de ser víctima, tanto más si el hip- notizador le ha sugerido la amnesia complet a del acto realizado y la ha completado con la sugestión de la insen- sibilidad en sus órganos genitales y de. que no los explo- rase, Pero, por otra parte, si estas circunstancias no se han cumplido, y la mujer es un poco cuidadosa de su per- sota, al despertar del estado hipnótico en que la han su- mido, no dejará de encontrar huellas en sus vestidos y en los objetos que la rodeen, que la lleven al camino de las investigaciones. Efectivamente, en toda desfloración hay, á más de las manchas de sangre producidas por el trau- matismo del coito (generalmente) manchas del semen de- rramado que puede quedar sobre las piezas de la indu- mentaria femenina. Siuna mujer se encuentra que en su camisa existen manchas de sangre y de otro líquido que probablemente desconoce, y todo esto acompañado de dolores en sus Órganos sexuales, ¿qué de particular tiene que ella misma los investigue 0 haga participante á algu- no de sus familiares de aquel hecho insólito para ella, aun cuando desconozca en lo absoluto su verdadera etio- logía? Es de advertir, sin embargo, para que la justicia no tome un camino errado, que los signos de la desfloración no siempre son constantes y que hay que buscarlos muy poco tiempo después de consumada, porque siendo faga- ces en su aparición, desapare cen fácilmente y dejan la duda en el ánimo del perito más experto. Yo re cal toda- vía el caso de una mujer 4 cuyo parto asistí en la Clínica de Paula, siendo aun estudiante, y cuyo himen se conser- vaba en el momento en que la cabeza del feto se apoyaba sobre el suelo perineal. Dice la tercera pregunta: “Si perdida la virginidad en dicho estado hipnótico se “producen las hemorragias naturales en estado de vigilia, “6 si por el contrario por el mismo estado hipnótico no se “producen dichas hemorragias ' A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 59 Nada nos dicen los autores sobre este asunto particu- lar, pero podemos inferirlo del estudio de los hechos qui- rúrgicos y obstétricos, así como de las observaciones rea- lizadas por los fisiólogos sobre el estado de la respiración y dela circulación. En las trece observaciones que cita Auvard (1), no ha- ce notar nada de particular con respecto á las hemorra- gias que han tenido lugar durante el parto y el alumbra- miento, como si se tratase de mujeres en el estado nor- mal, igual sucede con el caso citado por Mesnet (2), en que no ocurrió nada de anormal ni en el parto ni en el alumbramiento. Nada dice tampoco en el caso de cisto- cele vaginal operado por el profesor Tillaux, relativo á la hemorragia que acompañare la operación, que, como sa- bemos, es de las más sangrientas, precisamente por la ri- queza vascular de la zona en que se opera y, sobre todo, por la disección lenta y delicada que se necesita llevar á cabo. Hasta aquí los actos que se realizan directamente en la zona genital, ya espontáneos ya quirúrgicos. Veamos aho- ra lo que dicen los fisiólogos y los hipnotistas respecto á lainfluencia del hipnotismo sobre la circulación. Tamburini y Seppilli han comprobado por medio del pletismógrafo de Mosso que durante la letargia los vasos se dilatan y por el contrario se contraen durante la cata- lepsia. Richer no ha podido encontrar ninguna modifica- ción en la frecuencia del pulso entre la letargia, la cata- lepsia, el sonambulismo y el estado de vigilia. Liébault cree que, durante el sueño profundo, en que la atención concentrándose en el cerebro produce una disminución de las funciones de la vida nutritiva, la circulación se ha- ce más lenta al igual que la respiración y que el abati- miento de la temperatura general. Bernheim dice: “la respiración es regular y calma, el pulso es normal”. Sánchez Herrero, de Madrid, respondiendo ¿la pre- (1) Travaux d' obstétrique.—L'hypnotisme et la suggestion en obs- tétrique, T. I, pág. 247. 2) Loco citato, pág. 154. TOMO XLUL,—S, 60 ANALES DE LA gunta formulada por Crocq (1), de Bruselas, sobre si exis- ten modificaciones de la respiración y la circulación? con- testa: “no, al menos como fenómeno constante, algunas ve- ces se aceleran”. Azam, de Burdeos, respondiendo á las mismas preguntas, dice: “me ha parecido que el pulso era más rápido y la respiración más frecuente, pero estas va- riaciones son poco importantes”. Beaunis ha podido acelerar ó retardar, por sugestión, los movimientos cardiacos, comprobados con el esfimó- grafo de Marey, aplicado en la radial izquierda de Elisa F.... y cuyos resultades consigna el profesor Crocq en su obra L'hypnotisme scientifique (2). De lo anteriormente transcripto se deduce que no su- friendo, normalmente, ninguna perturbación la función circulatoria durante el sueño hipnótico, ni en el momento del retorno al estado normal del sujeto, las hemorragias naturales del estado de vigilia pueden producirse duran- te la violación ejecutada en estado de hipnotismo. Por último la cuarta pregunta demanda de nuestros Cco- nocimientos lo que sigue: “Si el hipnotizador conserva alguna influencia sobre el “hipnotizado, aun después de despierto, de modo, que “haciendo disminuir la energía de su voluntad, pueda de “£l obtener lo que un estraño no obtendría, ni él mismo “sino hubiera hipnotizado varias veces á esta persona, es “decir, si en un enfermo sometido á este tratamiento, hay “disminución de voluntad en cuanto se relaciona con el “individuo que le aplique el tratamiento frecuentemente”. La misma pregunta, muy amplia y detallada al pare- cer, nos concreta al punto particular del estado de la vo- luntad del sujeto hipnotizado. Ya hemos dicho con Mes- net, y volveremos á repetirlo: “que la voluntad del “hipnotizado es más aparente que real, que no es sino una “voluntad frustra, incapaz de mantenerse en frente de un “experimentador que sepa querer y ordenar”. Por regla general, y salvo casos raros de fascinación, co- mo el que cita el mismo Mesnet de la muchacha que en el (1) L'hypnotisme scientifique. 1900. (2) Pág. 140: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 61 ómnibus que conduce 4 Batignolles se encontró ¿un su- jeto 4 quien involuntariamente siguió y 4 quien involun- tariamente también fué á entregarse tres días más tarde en el momento y lugar que le había ordenado, las expe- riencias de hipnotización no se realizan d'emblee, sino que tienen lugar en etapas sucesivas, en cada una de las cua- les el hipnotizador adquiere más poder sobre la persona hipnotizada, llegando ésta 4 perder de tal modo su vo- luntad y 4 obedecer tan ciegamente ú la del hipnotizador que aun en el estado de vigilia, sólo con recordar las ór- denes de aquél, cae en estado de hipnosis por verdadera auto-sugestión y realiza lo que se llaman las sugestiones post hipnóticas. Dicho se está que de esta concepción se deduce que el hipnotizador habitual tiene sobre el sujeto en experiencia una potencial de actividad mucho mayor que la que puede tener cualquiera otra persona que se en- tregue á las mismas prácticas, y que, según vaya pasando tiempo y multiplicando las sugestiones al individuo suje- to á su voluntad, aquella potencial de actividad, adquiri- rá mayores energías, Antes de terminar permitidme llamar la atención hacia un punto de capital importancia, y es el que se refiere ú la responsabilidad del hipnotizado y á la del hipnotizador. Desde luego se comprende que si el primero es irres- ponsable, en tanto dura ese estado, puesto que el concep- to de la responsabilidad descansa sobre el de la libertad, y no teniendo el hipnotizado ésta, claro está que no pue- de tener aquélla; en cambio, la responsabilidad del hip- notizador es considerable, pues no sólo afecta al acto de- lictuoso cometido sino que está agravado por la circuns- tancia del medio empleado para conseguir su objeto. De todo lo expuesto hasta aquí podemos concluir: 12 Que un individuo que está tratando á una persona por el hipnotismo, logrado este estado y durante él, pue- - de hacer de ella todo lo que quiera, incluso, si es una mu- jer, desflorarla sin que ella se dé cuenta. 62 ANALES DE LA 2.” Que la mujer desflorada durante el estado hipnóti- co, puede al despertar darse cuenta de que ha perdido su virginidad, atendiendo, sobre todo, á las huellas que suele dejar el acto, pero teniendo siempre presente la am- nesia que sigue al estado de hipnotismo y la posibilidad de sugestiones especiales por parte del hipnotizador. 3.” Que por las experiencias fisiológicas y las observa- ciones quirúrgicas y obstétricas, así como por la compro- bación de los hechos sometidos á los tribunales de justicia, puede deducirse que las hemorragias naturales que siguen á la desfloración en el estado de vigilia, pueden produ- cirse igualmente en la desfloración efectuada bajo la in- fluencia del hipnotismo, y 4.” Que en los sujetos sometidos 4 la acción del hipno- tismo, durante este estado, hay una verdadera abulia (pérdida de la voluntad), tanto más pronunciada cuanto mayor sea la predisposición del sujeto y más larga la du- ración del tratamiento; y que, en cambio, la voluntad del hipnotizador adquiere una energía sobre la de la persona hipnotizada, cuya potencial se eleva en razón directa del número de veces que le haya hecho sufrir su influencia, conservando ésta, en mayor Ú menor grado, aun después ¡le despierto el sujeto sometido 4 su voluntad, y mucho mayor que la de cualquier otra persona que no se encuen- tre en igualdad de condiciones. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 63 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE JUNIO DE 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. —De número.—Dres.: E. Acosta, E. B. Barnet, G. Benasach, 1. Calvo, T. V. Coronado, M. F. Garrido, J. Jacobsen, J. Le-Roy, F. Paradela, J. A. Presno y J. A. Valdés Anciano. ; Leída el acta de la sesión anterior (12 de junio) fué aprobada. El Secretario dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Salida.—Al Juzgado de instrucción del Centro, remitiendo in- forme aprobado en causa por violación durante el hipnotismo. Al Juzgado de Griines, manifestando que hasta el día 22 del ac- tual, no podrá ser evacuado el informe sobre homicidio frustrado, por no reunirse antes la Academia. Se concede la palabra al Dr. Guillermo Benasach, quien dá 186- tura á un INFORME MÉDICO LEGAL EN CAUSA POR HOMICIDIO FRUSTRADO que interesó el Juzgado de Gines. Este informe fué aprobado sin discusión. No habiendo concurrido el Dr. E. Par diñas que tiene un infor- me acerca de preparados farmacéuticos, se concede la palabra al Dr. Gustavo López que trae un trabajo con el Dr. Ramón García Mon acerca de LIPOMATOSIS DIFUSA, SIMÉTRICA con presenta- ción del enfermo. Hace constar que el enfermo á que se contrae el trabajo no ha querido concurrir á la sesión, impidiendo este hecho hablar del asunto y lamentando muy mucho el que los Sres. Académicos no puedan ver el caso y cede su turno á otro compañero que lo desee utilizar. El Dr. J. A. Valdés Anciano, pide autorización al Sr. Presiden- te para que el Dr. Julio Arteaga, que está presente, pueda leer una observación de un enfermo de lipomatosis, observado por el Dr. Armando de Córdova en el Hospital Número Uno. La Presiden- 64 ANALES DE LA cia autoriza esta lectura, después de la cual, pide autorización para hablar el Dr. García Mon, y concedida, éste expone que la des- eripción que acaba de oir, de los tumores ofrecidos por el enfermo no se ajusta á lo descripto en la lipomatosis, que tiene su origen en el cuello y vienen simétricamente dispuestos; por lo que entien- de que se trata más bien de un caso de lipomatosis dolorosa. El Dr. Valdés Anciano, expone que existe hoy la tendencia de considerar la adiposis dolorosa y la lipomatosis simétrica como afecciones de idéntica naturaleza. Las investigaciones últimas han demostrado que en todos ellos se han encontrado insuficiencia de las glándulas genitales, ováricas ó testiculares. El Dr. Zomás V. Coronado pide la palabra para decir dos pala- bras acerca de la GRIPE que se ha presentado en forma pandémica en un niño á quien prestaba sus cuidados; al tercer día le sobre- viene fiebre alta, le aparece un tortícolis que pronto se hizo doble, grupos musculares fueron invadidos hasta los músculos de los ojos, de los párpados, etc., etc. Había una pseudo parálisis completa. No ofrecía incontinencia, evacuaba cuando se le ponían enemas. Se comenzó á tonificarle y empezó á mejorar. Al tercer día cae un hermano del enfermo también con tortícolis. Cae la hermanita y á ésta se limitó á la parálisis. Ha necesitado el niño una sema- na para poder hacer algún movimiento. Este niño curó y va en- trando en franca convalecencia. El Dr. Jacobsen toma la palabra para corroborar lo dicho por el Dr. Coronado conviniendo en la rareza de estos casos. El enfermo ofrecía puntos dolorosos en el trayecto de los nervios, demostran- do así, la existencia de una polineuritis infecciosa. El Dr. Coronado se pregunta si los dolores del niño han sido rea- les, Ó si todo era una especie de sugestión para rehuir el dolor. El Dr. Valdés Anciano habla de la frecuencia de la polineuritis, de origen gripal, cosa perfectamente admitida en Cuba. En el caso referido por el Dr. Coronado entiende que se trataba de una poli- neuritis doble, de naturaleza infecciosa y que radicaba ya en los nervios motores, ya en los nervios sensitivos. Entiende que el niño sufre de una manera especial. Y no habiendo más asuntos de que tratar se dió por terminada la sesión, quedando la Academia constituída en otra de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 65 INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA POR HOMICIDIO FRUSTRADO POR EL Dr, Guillermo Benasach (Sesión del 22 de Junio de 1906.) El señor Juez de Primera Instancia é Instrucción de Giiines en comunicación que con fecha 4 del presente mes, dirije al señor Presidente de esta Academia solicita que por los miembros de la misma se le informe sobre siete par- ticulares relativos d la causa seguida contra M... Z... por homicidio frustrado, siendo los puntos sometidos 4 la consideración de la Academia los siguientes: “Primero: si una herida de bala cuyo orificio de entra- “da esté situado en el pectoral derecho á cinco traveses “de dedo sobre la' tetilla, puede haber lesionado en su “trayectoria la arteria subclavia y en caso afirmativo, qué “tiempo aproximado puede vivir el paciente, sin inter- “vención quirúrgica para su ligadura. “Segundo: si el mismo proyectil en su recorrido, pudo “haber lesionado además de la subclavia, la axilar, ó ésta “sola y, en su caso, qué tiempo aproximado de vida le “quedaría al lesionado sin la intervención quirúrgica para “la ligadura de cualquiera de esas arterias d de ambas á “la vez. “Tercero: si dado comienzo á una intervención quirúr- “sica con el fin de proceder á la ligadura de una de di- “chas arterias ú otro vaso sanguíneo que se estima lesio- “nado directamente por el proyectil, es prudente suspen- “der esta intervención para continuarla cuatro días des- “pués, sin que la hemorragia que se trate de cohibir por “la intervención pueda producir la muerte del lesionado. “Cuarto: si un falso aneurisma consecutivo de una he- “rida producida por proyectil de arma de fuego en el le- “sionado de que se trata, puede pasar desapercibido á los “facultativos que deciden practicar una intervención qui- 66 ANALES DE LA “rírgica para la ligadura de las arterias expresadas ó cual. “quier otro vaso sanguíneo. (Quinto: exper imentando el paciente un gran dolor en “el brazo derecho hasta los dedos, es lógico presumir que “el proy ectil de que se trata en su trayectoria haya lesio- “nado 6 comprimido el plexo braquial, alojándose en la “cabeza del húmero. “Sexto: que en el supuesto de que el proyectil hubiese “seguido una línea recta de delante atrás alojándose en “la región escapular, pudo dejar sin lesionar el pulmón; y “en caso de haberlo lesionado, si podía no haberse presen- “tado signos de hemotisis y enfisema. “Séptimo: si con cualquiera de las lesiones que se des- “criben, puede vivir diez días el herido, sin el auxilio de “intervención quirúrgica, y sin que á los ojos de un mé- “dico, .presente síntomas precisos, para poder diagnos- “ticar con exactitud, y proceder al tratamiento corres- “pondiente”. Es evidente, señores Académicos, que á las siete consi- deraciones del Juzgado, hay que responder con otros tan- tos informes, y á la vez la Comisión de Medicina legal por medio de su ponente hace constar que: pr esentando la mayoría de los extremos consultados las apariencias de otros tantos datos verosímiles, y no siendo en sí más que escuetas y descarnadas suposiciones y no teniendo el ca- rácter de hechos realizados, no se puede en ninguna época deducir de aquellos resultados verdaderos; y no ajustán- dose tampoco dichos términos «4 los pre ceptos aceptados ya en Anatomía y Patología quirúrgicas nos será técnica- mente imposible obtener, con tales términos, una expresión algebráica científicamente verdadera; y en su consecuen- cia, la Comisión de Medicina Legal, en su informe proce- derá en sus deducciones con la lógica que le impone los límites dentro de los cuales giran las suposiciones consnl- tadas. Para contestar al primer punto hay que determinar: Primero, si es que se sobreentiende por el pectoral, el músculo mayor de este nombre; y segundo, el lugar exac- to de la situación de la tetilla en el lado derecho del tórax del individuo de que se trata y aclarados estos particu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 67 lares, determinar también la latitud ó anchura de los tra- veses de dedo que sirvieron para medir la distancia ha- bida entre la tetilla y el orificio de entrada del proyectil; y fijar de antemano la situación de la herida. Pero como nineuno de estos datos constan en el documento remitido, no es tampoco posible indicar ni aproximadamente si si- guiendo el proyectil una dirección determinada fuese á lesionar la arteria subclavia, en aleuna de sus tres porcio- nes, dentro, entre 6 fuera de los escalenos, no pudiendo tampoco en consecuencia, por la falta de estas precisas indi- caciones, decir el tiempo aproximado que puede vivir el paciente sin la intervención quirúrgica para su ligadura, puesto que varia según el punto lesionado, la facilidad y éxito de los auxilios que por manos exper tísimas pudieran facilitarse al paciente y que evitarían, sin duda, en mu- chas ocasiones, la muerte del lesionado. Al segundo punto, contesta la Comisión lo siguiente: Que se haría necesaria saber de una manera categórica, la dirección que siguiera el proyectil al través de la re- sión, para poder deducir qué órganos pudo haber intere- sado y entre estos últimos las arterias subclavia y axilar y en qué punto de sus respectivos trayectos, pues según el punto en qué fueran lesionadas mayor ó menor sería la eravedad que entrañara, y la facilidad para intervenir el cirujano; que en todo caso tendría que ser extremada- mente rápida y llevada á término por cirujanos muy há- biles y rodeados de recursos especiales que concurrieran á la obtención de un éxito, que fuera de estas condiciones sería sin duda fatalmente problemático. Pero no existien- do en la consulta ningún antecedente científico que ilus- trara el caso sometido á nuestro estudio, es humanamente imposible responder, como nos exije el Juzgado, de una manera terminante. Con respecto ¿4 la tercera pregunta, es indispensable saber el lngar exacto en que fueron heridos los vasos san- ouíneos en el caso determinado, y partiendo de este dato decidir si la moratoria estaba justificada; conocerse también el procedimiento ó método quirúrgico empleado, así como también si el estado del lesionado exigiera la suspensión temporal de la operación, en beneficio de su misma salud. A 68 ANALES DE LA Ninguno de estos antecedentes se acompañan y por lo tanto no puede la Comisión dentro de los preceptos cien- tíficos terminantes, responder á suposiciones en extremo imaginarias. Alla cuarta pregunta: aunque en el terreno hipotético puede contestarse también á ella, describiendo el cuadro sintomático de los aneurismas Í falsos 6 ó difusos primitivos, de origen traumático, que se producen cuando un vaso es lesionado y la sangre en vez de salir al exterior se derra- ma en los espacios inter-musculares ó intersticios del tejido celular siendo sus síntomas los siguientes: En derredor de la herida se observa una tumefacción al principio limitada, la cuál se va extendiendo progresivamente. Después de un cierto tiempo la piel se pone violácea, lívida, produ- ciendo al tacto una sensación de elasticidad, notándose latidos isócronos á aquellos del pulso y cuando no inter- viene el arte el volumen del tumor aumenta, siendo sus- ceptible de alcanzar dimensiones enormes determinando fenómenos de compresión en los vasos y nervios y de- más órganos adyacentes. Si en el supyesto de que en el le- sionado, á quien se refiere el Juzgado en su consulta, se hubiesen presentado aleuno de estos síntomas, ó en su to- talidad, que son los que caracterizan los falsos Ú difusos aneurismas primitivos y localizados dichos síntomas en el area adyacente á las arterias subclavia y axilar, claro está que siendo tan evidentes no hubieran pasado desaperci- bidos ¿los ojos del práctico menos experimentado. La quinta pregunta abarca dos particulares, que deben contestarse separadamente. ll primero, que reviste un carácter perfectamente sujestivo y al que debe responder- se diciendo que los síntomas de compresión ó lesión en un punto determinado del plexo braquial, situado en la trayectoria que pudiera haber seguido el proyectil, no se caracteriza solamente por un gran dolor en toda la exten- sión del miembro, pues siempre se acompañan de paresias ó parálisis verdade ras de relativa duración, y sólo en el caso de aneurismas axilares como dice Pierre Delbet en su tratado de Cirugía clínica y operatoria al describir los síntomas de estos aneurismas diciendo queson dolorosos, que su situación en medio del plexo braquial explica sufi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 69 cientemente los dolores casi constantes y d veces vivos, y que en ciertos casos ellos solos reclaman la atención; mu- chas veces los dolores ocupan todo el miembro, otras son limitados, y si en el caso presente hubiese habido la co- existencia del aneurisma con los síntomas relatados, hubie- ra podido creerse en la existencia de este último, pero en ningún caso referir el síntoma dolor sentido, en el miem bro superior, al paso del proyectil por el plexo braquial, por no existir en todo el documento remitido un sólo in- dicio que pudiera guiarnos para averiguar la ruta seguida por el proyectil á través de los tejidos de la región en que está situado el plexo de referencia. Con respecto al segundo extremo de la pregunta, bien puede responderse que en el estado actual de la ciencia es muy fácil determinar la situación de un proyectil per- dido en los tejidos por la maravillosa aplicación de la radio- erafía, denunciando ad los ojos no sólo del cirujano, sino de los profanos también su presencia en las profundidades del organismo. La sexta comprende tres suposiciones en una sola pre- gunta: d la cual debe contestarse que en la hipótesis de que hubiese acontecido todo lo que en ella dice, y sierido los síntomas obligados de las heridas penetrantes de pe- cho producida por proyectiles, el neumotórax y la hemo- tisis, las que en los casos originados por pequeños proyec: tiles es de corta duración y poco abudante. Si estas síntomas se presentaron en el lesionado, es de suponerse que el proyectil penetró en la cavidad toráxica é interesó el pulmón; y en caso contrario si no se presentaron dichos síntomas no penetró el proyectil en la cavidad, y por lo tanto no hirió tampoco el pulmón. Al último extremo de esta pregunta hay que responder de la misma manera que lo hicimos con igual extremo de la anterior, puesto que si la inspección de la región, no producía los. resultados deseados, con la aplicación de la radiografía se hubiera descubierto la presencia del proyectil alojado en la región escapular. A la séptima y última pregunta la Comisión de Medici- na Legal debe contestar de una manera terminante, pues- to que , verdaderamente encierra no sólo la respuesta á la 70 ANALES DE LA la última sino también la conclusión general respecto á. la totalidad de los puntos consultados. No existiendo en el documento remitido ¿ esta Aca- demia lesión descrita de ninguna clase, puesto que ni aun al referirse 4 la herida producida por proyectil de arma de fuego, d sea bala, no se dan sus signos ni dimensiones ni dirección; y con respecto d las demás preguntas en vez de datos científicos se acumulan suposiciones girando to- das ellas en un círculo vicioso de congeturas, y suponiendo que en realidad hubo, como no dudamos, un individuo lesionado, debe de contestarse al señor Juez que nos inte- rroga que, por falta de datos de carácter científico no es posible suponer que el individuo de refer encia pudiera haber vivido un tiempo determinado ni asegurar hipotéti- camente que sufriera las demás lesiones sobre las cuales se nos consulta por las razones muchas veces repetidas en el cuerpo de este informe. LIPOMATOSIS GENERALIZADA SIMETRICA POR EL Dr. Armando de Córdova. (Sesión del 22 de Febrero de 1906.) El 20 de Febrero de 1906, ingresa en el servicio Gálvez de este Hospital (1), el blanco Angel N..., de 45 años de edad, de profesión sastre. Sus antecedentes familiares carecen de interés. Es de fuerte complexión no obstante sufrir desde hace catorce años una dispe psia per tinaz. No hay hábitos alcohólicos ni conmemorativos de enfermedades venéreas. La afección que nos ocupa data de diez años, comen- zándole por un nódulo en cada brazo que después fué au- mentando de volumen con cortos intervalos de regresión. Guardando siempre una absoluta simetría fueron apare- ciendo otros nódulos en los miembros superiores—sobre (1) El Hospital Número Uno. ACADMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 71 todo hacia el antebrazo—en los inferiores, hacia el muslo solamente y en la región anterior del tórax. Las demás regiones del cuerpo hasta el presente indem- nes. Por palpación se nota que estos tumores son subcutá- neos, de débil consistencia aunque se percibe un núcleo central de induración, movibles, y que dejan deslizar á través de ellos la piel, no comprobándose adherencia al- guna con ella. Noson dolorosos. Deseando confirmar la naturaleza de estos tumores, le fueron extraídos varios de ellos en ocasión de practicarle el Dr. Carrerá una operación agena al asunto que nos ocupa. La estructura histológica resultó ser únicamenté adipó- sica con un núcleo central calcáreo: es este el detalle más interesante de la observación. Casi todos los casos de este género resultan ser de ade- no—lipomatosis, afección caracterizada por un proceso de degeneración grasosa ocurrida al nivel de los gánglios ó en su vecindad, constituyendo el tejido linfoide el núcleo del tumor. En los tumores estudiados no hemos hallado la más l1- gera traza de tejido linfoide. No se acompaña en este sujeto la enfermedad de nin- gún otro trastorno general, apareciendo normal todos sus aparatos. El examen de la orina no arroja ningún detalle importan- te á no ser un ligero aumento en la cifra de los cloruros, ausencia de albúmina y azúcar. El examen de la sangre nos suministra el resultado sl- guiente: Cifra de glóbulos rojos............ 4.000.000 Id. de glóbulos blancos............. 10.000 EQUILIBRIO LEUCOCITARIO Poliester. y dnd Grandes mono—nucleares.......... Pequeños mono—nucleares.......... Rosales cata do o a NN) RNNA A ANALES DE LA Respecto 4 la patogenia de esta enfermedad reinan las mismas dudas que con la adeno—lipomatosis aun mejor es- tudiada. Aquélla es debida para unos á una lesión inde- terminada del sistema nervioso, atendiendo ¿4 la simetría de los tumores, y para otros á una enfermedad del sistema linfático caracterizada por una disminución de los linfoci- tos. En la lipomatosis esencial reina la misma obscuridad, considerándosela generalmente, como un ejemplo de obe- sidad localizada. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 73 Acta de la sesión pública ordinaria del 13 de Julio de 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De número.—Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, A. Amigó, E. B. Barnet, G. Bena- sach, A. Betancourt, I. Calvo, T. V. Coronado, J. N. Dávalos, F. Etchegoyhen, M. F. Garrido, A. Górdon Bermúdez, J. Jacob- sen, J. Le-Roy, F. Méndez Capote, F. Paradela, E. Pardiñas, I, Plasencia, J. A. Presno, M. Ruíz Casabó, J. A. Valdés Ancia- no, P. Valdés Ragués, A. Varona, y F. I. Vildósola. Leída el acta de la sesión anterior (22 de Junio) fué aprobada. La Secretaría dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. Carlos de la Torre y Huerta, presentán- dose como candidato á la plaza vacante de la Sección de Ciéncias. De la Secretaría de Gobernación, escrito número 12.494, recor- dando un informe pedido acerca de productos farmacéuticos del Sr. Numa Chanteaud. Del Sr. Alfredo Valdés Fault, participando el fallecimiento del Dr. Manuel G. Lavín, ocurrido el día 10 del actual, é invitando para su entierro. Del Dr. Aróstegui, disculpando su asistencia y proponiendo se felicite al Dr. Albarrán en nombre de esta Academia. Del Dr. 4. Díaz Albertini, solicitando licencia para ausentarse de Cuba por motivos de salud. Salida.—Al Juzgado de Gúines, remitiendo informe aprobado en causa por homicidio frustrado. Convocatoria para una plaza vacante en la Sección de Ciencias y otra en la de Medicina. AlDr. /. P. Alacán, nombrándolo ponente para informar acerca de preparados farmacéuticos. Al Dr. José María Céspedes, accediendo á su solicitud de pa- sar á la categoría de Académico corresponsal. 74 ANALES DE LA Al Dr. Z. de Vildósola, nombrándolo ponente para que infor- me en la solicitud del Dr. Carlos de la Torre, de ingresar como Académico de número en la Sección de Ciencias. A los Sres. Santos Fernández, G. López, G. Aróstegui, y A. Be- tancourt, nombrándolos en comisión para representar á la Aca- demia en el entierro del Dr. Lavín. Concluído este particular el Sr. Presidente poniéndose de pie dice: Sres. No se había extinguido aún el eco de la triste nota de la muerte del Dr. Cubas, cuando tengo el disgusto de comuni- caros otra pérdida entre lo Académicos de número. El Dr. Manuel G. Lavín, relativamente joven, ha dejado de existir tras breve tiempo de dolencia. Hizo sus estudios el Dr. Lavín en París, de de cuyos hospitales llegó á ser Interno y fué la base de su concep- to médico en esta capital. A la muerte del Dr. Raimundo de Castro, nuestro llorado com- pañero también, le sustituyó en la cátedra de Clínica Médica de nuestra Facultad de Medicina y antes que tuviera tiempo de de- mostrar en ella la competencia que le reconocíamos ha dejado de existir. En nuestras sesiones terció más de una vez en las discusiones de patología médica y obstetricia y siempre se esteriorizaba como un práctico prudente y experimentado. La Academia estuvo representada en su sepelio por los Doctores Betancourt, Aróstegui, el Secretario y el que tiene el honor de hablaros. En señal de duelo por tan sensible pérdida queda suspendida la sesión pública y constituída en otra de Gobierno. QU ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Ñ ACUERDOS DE LA ACADEMIA En la sesión de Gobierno del 13 de Julio de 1906 fue- ron elegidos Académicos de Número de la Sección de Medicina los Dres. Enrique B. Barnet, que lo era de la Sección de Ciencias y ocupa el sillón vacante por falleci- miento del Dr. Domingo F. Cubas; Enrique Núñez y Pa- lomino, que ocupa el ll vacante del Dr. Vicente de la Guardia, que pasó á la categoría de Académico honorario, y Carlos de la Torre y Huerta, que reingresa en la Sec- ción de Ciencias, ocupando el sillón vacante que deja el Dr. José María Céspedes, que pasó á la categoría de Co- rresponsal. Además fueron elegidos Académicos corresponsales los señores €. F. Backer, en Santiago de las Vegas; José H. Pazos y Caballero, en San AMORE de los Baños, y Fran- cisco M. Héctor, en Guanabacoa. Se conceden seis meses de licencia al Dr. Antonio Díaz Abertini y Mojarrieta. La Academia acordó suspender sus sesiones hasta el 28 de Septiembre próximo. romo xLrmr.—l0, 76 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINRAIA DEL 28 DE SEPTIEMBRE DE 1906 Presidemte.—Dr. Juan Santos Fernández. Académicos concurrentes.—De número.—Doctores E. Acosta.— J. P. Alacán.—G. Alonso Cuadrado.—A. Amigó.—E. B. Bar- net.—G. Benasach.—A. Betancourt.—A. Bosque.—I. Calvo.— T. V. Coronado.—J. N. Dávalos.—M. Delfín.—J. Diago.— F, Etchegoyhen.—M. F. Garrido.—A. Górdon Bermúdez.— J. Jacobsen.—J. Le-Roy.—E. Núñez.—I. Plasencia.—J. A. Pres- no.—M. Ruíz Casabó.—J. A. Valdés Anciano.—P. Valdés Ra- 14 gués. Corresponsal. —Francisco María Héctor. Leída el acta de la sesión anterior (13 de Julio), fué aprobada. La Secretaría dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. José H. Pazos, dando las gracias por su nombramiento de Académico Corresponsal en San Antonio de los Baños. De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, invi- tando á la Academia al Tercer Congreso Médico Latino America- no y Exposición Internacional de Higiene anexa, que se celebrará en Montevideo del 13 al 20 de Enero de 190%. De la misma, solicitando informe acerca del método piscatorio de esponjas por medio de buzos. Del Dr. Carlos E. Finlay, aspirando á ocupar la plaza vacante de la Sección de Medicina que resultó por fallecimiento del doctor M. G. Lavín y acompañando los documentos justificativos. Del Sr. Julio de Cárdenas y Rodríguez, participando haber to- mado posesión de la Alcaldía Municipal de la Habana el 3 de Agosto. De la Secretaría de Gobernación, autorizando la venta en esta Isla de las “Pastillas de Stovaine Billon”. Del Sr. Ricardo E. Núñez, dando en nombre del profesor ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ds C. F. Baker las gracias por su nombramiento de Académico Co- rresponsal. Del Dr. Joaquín Albarrán, contestando el telegrama que se le pasó con motivo de su nombramiento de profesor de la Escuela de Medicina de París y manifestando que lo agradece en el alma por considerarlo la más halagieña recompensa de su carrera. Del Sr. José M. Garrido, participando su nombramiento de Se- eretario Contador del Casino Español de la Habana. Del Sr. Arturo Palomino, dando cuenta de su ascenso á Cónsul General de los Estados Unidos Mexicanos en la República de Cuba. Del Sr. Rector de la Universidad, invitando á la Academia para la sesión solemne en memoria del Dr. Juan Vilaró y Díaz. De la Secretaría de Estado, invitando á la recepción del señor I. Brunchorst, como Ministro de Noruega en Cuba. Del Sr. Cónsul General de Austria-Hungría, solicitando se le informe sobre si existen ó no en esta Isla la Phylloxera vestatriz y el Piojo de San José. Del Dr. Francisco Carrera y Jústiz, presentándose candidato á la vacante de Académico de Número de la Sección de Ciencias y acompañando los documentos justificativos. Del Alcalde Municipal de la Habana, invitando al Sr. Presiden- te de esta Academia para la reunión que ha de celebrarse el 20 de Septiembre, de los presidentes de las Corporaciones Económicas, representantes de la cultura, Empresas bancarias, etc., para tras - mitirles algunas indicaciones recibidas del Honorable Secretario de la Guerra de los Estados Unidos de América, W. H. Taff. "De la Secretaría de Instrucción Pública, solicitando certificado en el cual conste si en el territorio de la República de Cuba exis- ten ó no los insectos siguientes: *““Philloxera vestatriz” y ““Piojo de San José”, para corresponder á una solicitud del Sr. Cónsul de Austria-Hungría. Salida.—Al Dr. Erastus Wilson, contestando su escrito refe- rente á la acción que debía tomar la Academia en el asunto del alcantarillado de la Habana. A los Dres. Enrique Núñez, Enrique B. Barnet y Carlos de la Torre, participándoles sus nombramientos de Académicos de Nú- mero para la Sección de Medicina los dos primeros y de Ciencias el último, realizados en la sesión de Gobierno del 13 de Julio. T8 ANALES DE LA A los Dres. C. F. Baker, José H. Pazos y Francisco María H6e- tor, íd., íd., el de Académicos Corresponsales verificados en la mis- ma sesión. A la Secretaría de Gobernación, dando cuenta de los anteriores nombramientos. A la Gaceta Oficial, convocatoria para dos plazas vacantes de Académicos de Número en las Secciones de Medicina y Ciencias, respectivamente. A la Junta Superior de Sanidad, remitiendo copia del infor- me emitido en 10 de Diciembre de 1899 por el Sr. Francisco Paradela acerca de la infección de las aguas del río Sagua, produ- cida por el alambique *“*El Infierno”. Al Dr. Pedro Valdés Ragués, nombrándolo ponente para que informe acerca del mótodo piscatorio de esponjas, por medio de buzos. A los Dres. G. Benasach y M. Ruíz Casabó, nombrándolos para la comisión de glosa de las cuentas de la Tesorería de esta Aca- demia. Al Alcalde Municipal, participándole que la Academia ha de- signado á su Presidente y al Dr. E. Núñez para que la represen- ten en la reunión convocada por el Honorable W. H. Taft. Al Sr. Cónsul General de Austria-Hungría, haciéndole saber que el certificado que solicita no puede ser expedido sino por mandato de la superioridad. Acto seguido la presidencia concede la palabra al Dr. Pedro Valdés Ragués, quien dá lectura á un extenso INFORME SOBRE LA PESCA DE ESPONJAS, interesado por la Secretaría de Agricultura. Este informe fué aprobado por unanimidad. ; Se concede después la palabra al Dr. Gastón Alonso Cuadrado, que emite otro INFORNE interesado por la Secretaría de Instrucción Pública respecto á si existen en esta Isla las dos variedades de in- sectos conocidos con los nombres de Philloxera Vestatriz y Piojo de San José. El Dr. Alonso Cuadrado desenvuelve su informe en sentido ne- gativo, pues las dos especies mencionadas no han sido jamás ob- servadas en Cuba. Este trabajo fué también aprobado sin discusión. El Dr. Tomás Coronado ocupa entonces la Presidencia, dando el Dr. Juan Santos Fernández lectura á un trabajo acerca de LA ALIPINA EN OFTALMOLOGÍA. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 719 €$_I E ----zzzzmzm-_mó A e a y . Después de la felicitación hecha al autor por el Dr. Cororado por este interesante trabajo, se dió por terminada la sesión públi- ca, constituyéndose la Academia en otra de Gobierno. INFORME SOBRE LA PESCA DE ESPONJAS POR EL Dr. Pedro Valdes Ragués (Sesión del 28 de Septiembre de 1906.) Designado para emitir informe sobre el procedimiento pa- ra la pesca de esponjas por medio de buzos, según petición de la Secretaría de Agricultura, fecha 25 del pasado mes de Agosto, tengo el honor de exponer: Que la pesca de esponjas por medio de buzos es un proce- dimiento que está conforme con los progresos de esa indus- tria y que, desde tiempo antiguo sesigue con éxito en muchos países, como Grecia, y otros, en los que constituye un ele- mento de riqueza y protección al trabajo en la clase pro- letaria. El Dr. €. Claus, en su obra HISTORIA NATURAL, tomo 17 de Zoología, página 328, dice lo siguiente al referirse á la pesca de esponjas: “Practícase de dos modos: Las especies comu- nes se arrancan del fondo del mar con tridentes; en cuanto á las finas, como este instrumento las deteriora, unos buzos prácticos descienden al fondo del mar y las desprenden cui- dadosamente con el cuchillo de que van provistos. Esto explica la considerable diferencia de precio entre una y otra clase.” Y continúa el Dr. Claus diciendo: *Los buzos griegos son los más prácticos de todos. Se sumergen hasta 25 brazas de profundidad y resisten bastante tiempo debajo del agua y, después de tratar de los inconvenientes á que están expues- tos los buzos que trabajan sin escafrandra, agrega dicho autor que, con el uso de ese aparato pueden trabajar 6 horas 80 ANALES DE LA diarias y permanecer debajo del agua todo el tiempo que necesiten para elegir las esponjas y no coger más que las mejores. La descripción abreviada de este aparato, es como á con- tinuación ponemos. La escafandra (del griego escafe, nave y andros, hombre), es un vestido impermeable y resistente, cuyo interior comu- nica por medio de un tubo flexible con una bomba de com- presión que mantiene una provisión de aire comprimido, de manera que un buzo pueda, provisto de este aparato, traba- jar debajo del agua y transportarse libremente en todos sen- tidos para mejor operar en su radio de acción. La escafandra de Rougayrol Denayrouze, una de las más modernas, se compone de una bomba, un vestido impermea- hle, una máscara Ó casco y un receptáculo regulador: éste está formado de dos partes, un depósito de aire y una cáma- ra del mismo gas. Colócase á la espalda del buzo y se sujeta per medio de un espaldar y correas con hebillas. Il depósito de airees un cilindro metálico de 8 litros de capacidad al cual envía la bomba aire compromido, por medio de un tubo flexible. La caja de aire, colocada arriba del depósito tiene un tubo que, en su extremo libre, termina en una embocadura de caucho, que el buzo coloca entre los labios y los dientes; este tubo sirve para la inspiración y expiración del aire. La parte superior de la cámara se halla tormada por un disco de diámetro algo menor que el de la caja y cubierto con una hoja de caucho. El disco está unido por medio de un vástago á una válvu.- la cónica que descansa sobre el tabique que separa el depósito de la cámara. En su conjunto, el aparato provee la alimentación del aire de un modo automático y á una presión igual á la que so- porta el buzo á la profundidad que trabaje. El vestido secompone de dos telas separadas por una hoja de caucho que termina en su parte superior en un collar elástico, cuyo borde puede separarse para dar entrada al cuerpo y asegurado en una ranura del casco. Hste vestido está además en relación con un tubo de aspiración y una ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA sl bomba de expulsión de aire de mecanismo automático para facilitar el contacto del traje. Una cuerda deseguridad y un tubo acústico están enlazados con este aparato, de tal modo, que el buzo pueda comunicar- se con el exterior. Tan sólo para trabajos muy prolongados suele emplearse el vestido, pues, si se trata de una observa- ción rápida, ó una labor de menos de una hora, basta con el aparato regulador y unas pinzas colocadas en las ventanas de la naríz. La campana de los buzos descansa, como ya sabemos, en el principio de que, si se sumerge verticalmente un vaso in- vertido en un líquido, el líquido no penetra en el interior del vaso, á causa de la impermeabilidad del aire. La forma de esta campana es la de un tronco de pirámide cuadrangular, abierta por debajo, construída de hierro colado. Se ponen dos asientos en su interior para recibir á los buzos y cuerdas que sirvan de coleaderas para las herra- mientas y utensilios; la luz se recibe por lentes incrustadas en el techo, y un fuerte tubo de acero (atornillado en una abertura hecha en el techo) pone á la campana en comu- nicación con una bomba impelente, que sirve para renovar el aire contenido en la campana. Se suspende la campana con cadenas enlazadas á las asas que se reunen en una que puede arrollarse en el cabrestan- te del buque que cuide las operaciones. La campana de buzos se atribuye á la invención de D. Je- rónimo de Ayouz, Administrador General de Marina en Es- paña, que en 1602 hizo ensayos de ese aparato, en el río de Valladolid, ante el Rey de dicha nación. En los ANALES de esta Academía, tomo XXXVI, página 363, se publicó elinforme de nuestro distinguido y yafallecido con- socio Dr. José I. Torralbas, sobre la veda de la pesca de esponjas de nuestra Isla y, entre otros importantes concep- tos, tenemos el gusto de citar los siguientes: Las esponjas de Batabanó se reproducen en la misma época que las del Mediterráneo, las del Adriático, las de las Bahamas y las del golfo de Méjico: es decir, eu los meses de Marzo, Abril y Mayo (tiempo de la veda); aunque algunos sostienen que esta última debe de empezar desde 1 de Febrero y que debe 82 ANALES DE LA a A de prohibirse la extracción de esponjas comerciales que no aleancen una circunferencia mínima de 40 centímetros. En el trabajo antes citado se menciona la creencia de los pescadores de que éstas son producidas por un gusano vul- earmente llamado Calandraca y con argumentos científicos se prueba la imposibilidad de semejante metarmófosis, pues siendo la esponja un celenterado no puede tener su origen en un animal de tipo superior en la escala zoológica. El Dr. Juan Vilaró, miembro distinguido de esta Academia, á la que perteneció hasta su fallecimiento, en uno de sus buenos trabajos sobre Espongiecultura nos dice al tratar de la pesca de esponjas en las Bahamas: Cuando se halla en el espongial la embarcación ancla en 3 brazas de agua, ó se pone en facha á 5 brazas. Al amanecer, la tripulación se em. barca, 2 hombres en cada bote, permaneciendo hasta la puesta del Sol, á no ser que antes se asegure la barcada. Uno de los dos hombres maneja el bote, en tanto el otro pesca las esponjas, sirviéndose de un anteojo de agua en una vara armada de 2 á 3 ganchos. Es de advertir que el anteojo de agua (según el capitán J. W. Collins) data del año 1870. Antes se echaba aceite en el agua con buen resultado, cuando era poca la profundidad de los espongiales. En Key-West, la pesca de las esponjas se hace de un modo semejante; pero uno de los dos hombres que está en el bote, mueve éste por medio del remo, mientras el otro marino se sienta en el banco del medio, ó se arro dilla, echándose de pe- cho sobre la borda para investigar avizor, punto por punto, el fondo de la costa, con el auxilio del anteojo de agua, que sostiene con su mano izquierda, mientras que, con la derecha maneja el pincharro. Tan pronto como divisa las esponjas, hace señal al compañero para que detenga el bote é introdu- ce el pincharro de mango largo en el mismo punto en que yace la esponja, la que es enganchada, desprendida de su arraigo y traída á la superficie, donde el remero la desengan- cha echándola luego en el tondo de la embarcación. En los procedimientos antes expuestos, la pesca de las es- ponjas se efectúa con el auxilio del anteojo de agua. Consis- te el anteojo de agua en un simple cajón ó cubo, con fondo de vidrio común, perfectamente ajustado é impermeable ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 83 Llevando en el borde una pieza de hierro, con un agujero por donde pasa un curricán que retiene el instrumento cuando hay que abandonarlo para dedicar las dos manos á la pesca, la persona que maneja el citado aparato; es usado desde 1870, pues anteriormente se usaba el aceite en lugares de poco fondo. [ste aparato se maneja sumergiéndolo por el iondo en e] agua, se acerca la cara y mira por el vidrio, distinguiéndose los objetos sumergidos hasta en sus menores detalles y aun á la profundidad de 6 brazas, lo mismo cuando el agua está tranquila que en el caso de rizar la brisa sus olas. Para usar el aceite, cuando la mar está algo agitada, dice Oscar Sehmidt, se apacigua con aceite, para lo que basta arrojar piedras impregnadas en aceite alrededor y en semicírculo y el movimiento de las olas se suaviza de tal manera que la mirada del pescador ya no se fatiga por los efectos de reirac- ción y reflexión que se cruzan en todos sentidos; pero es pre- terible el anteojo de agua. La pesca de esponjas por medio de buzos, sin aparato, es como sigue: el buzo ocupa su puesto en la proa del bote, des- de donde se lanza completamente desnudo, provisto de un saco Ó red destinado á la colecta y llevando en las manos una piedra, como auxiliar para zambullir mejor. Una cuerda atada á la piedra ante dicha pone al pescador en relación con sus compañeros del bote, de los cuales uno retiene el ex- tremo de la cuerda, sin quitar la vista del que opera, para acudir en su auxilio cuando sea necesario. Agotadas lasfuer- zas del operador, una sacudida de la cuerda lo avisa á sus camaradas, que lo extraen velozmente. Vuelto á bordo el po- bre buzo, casi exánime, echando agua sanguinolenta por la boca, la naríz y los oídos, como dice Lamiral, necesita algún reposo para volver completamente en sí, después de una per- manencia de 2 6 3 minutos, er 18 metros de fondo. Según el citado observador, este es el triste expectáculo que ofrece la pesca de esponjas por medio del buzo, y sin apa- rato alguno. : Y, al referirse nuestro compañero el Dr. Vilaró al sistema piscatorio seguido en nuestros criaderos, dice: es ecléctico, por cuanto aprovecha lo que de bueno y adaptable encuen- tra en el que siguen los esponjeros de las Bahamas y la Flo- romo xLn.—11. 84 ANALES DE LA rida. Aquello se agrega á lo sugerido por la propia experien- cia local, inndada y ya establecida con resultados de todo punto satisfactorios. Bien merece, pues, que se llame méto- do cubano. Debo de referir, porque es de oportunidad, la conferencia privada en la noche del 19 de Mayo de 1903, poco antes de celebrarse la sesión solemne en esta Academia entre el señor Presidente de la República, el Dr. Vilaró y otros Sres. Acadé- micos, entrelos cuales tenía el honor de encontrarme. ln esa conferencia exponíamos á la consideración del Sr. Estrada “Palma hermosas y raras especies de esponjas pescadasenlas costas de Cuba y el Dr. Vilaró recordaba como llezaban á ellos en determinada época del año los pescadores proceden- tes del Mediterráneo, sobre todo, de las costas de España con el objeto de extraer las esponjas, que arrancan sin consi- deración á su desarrollo, sacando las que aun se hallan en su crecimiento y perjudicando de esa manera la cría de es- ponjas y nos parece recordar la frase del Dr. Vilaró: Sr. Pre- sidente: sacrificamos los pollitos, es decir, las tiernas espon- jas, que no han llegado á su estado adulto y si la pesca de esponjas continúa en la forma en que hoy se practica, pron- to veremos desaparecer una de nuestras fuentes de riquezas. El Sr. Presidente nos prometió atender debidamente este asunto y el Sr. García Montes, entonces Secretario de Ha- cienda y presente en dicha conferencia, nos dió la seguridad de que los guarda costas vigilarían por estos trabajos. Conforme con el oficio de la Secretaría de Agricultura, fe- cha 25 de Julio del corriente año que literalmente dice: Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. Muy Sr. mio: De orden del Sr. Secretario de este Departamento, ruego á, V. se sirva solicitar de esa Asociación de su digna presiden- cia, informe á esta Secretaría, lo que opina sobre el método piscatorio de esponjas por medio de buzos, ya que las dispo- siciones vigentes en nada se refieren á dicho método. De usted atentamente, Francisco L. de Vildósola, Sete de Despacho. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 8) Y terminado el presente trabajo que acabo de exponer Á la consideración de los Sres. Académicos presentes en esta se- sión, propongo las siguientes conclusiones: 1%—Declarar lícito el procedimiento de pescar las esponjas empleando á los buzos. 2?—Que para el exacto cumplimiento de las leyes de la Hu- manidad y la Higiene debe de exigirse el empleo de aparatos que protejan á los buzos en su penoso trabajo en la pesca de esponjas. 32—Que en cuanto á los demás particulares deben de con- tinuar rigiendo las leyes vigentes sobre esta materia. 4% —(Que debe de ser nombrada una comisión de personas peritas en la pesca y preparación de esponjas y de especialis- bas en este ramo de la Zoología, con el fin de proponer á la Secretaría de Agricultura los recursos para la protección y proyreso de tan importante industria en Cuba. Informe acerca de si la Philioxera vestatriz y San Josó Scale existen en Cuba POR EL Dr. Gastón Alonso Cuadrado (Sesión del 28 de Septiembre de 1906.) El Sr. Secretario de Instrucción Pública solicita de esta Corporación un informe respecto á la existencia en Cuba de los insectos Philloxera vestatriz y Piojo de San José (5. José Scale). El que suseribe no ha visto en ningún libro ni publica- ción que trate de la entomología cubana, así como no co- noce ni ha oído de persona alguna científica, ni profana que existan las especies citadas en el territorio de la Ke- pública. Pero al mismo tiempo es muy conveniente manifestar que si bien respecto á la Philloxera no ha habido necesi- dad de hacer minuciosas observaciones, ni entera práctica 386 ANALES DE LA * en su averiguación; con relación al “piojo (Scale) de San José”, debemos decir que existen numerosos Insectos del género Scale al extremo quesegún el ilustrado profesor de la Estación Agronómica de Santiago de las Vegas Mr. W. J. Horne sólo en las plantas del género citrus se encuentran como treinta especies distintas. Entre las especies del género Scale se encuentran en el territorio de la República las siguientes: Alegrodes citri R. €. H. en el limonero. Aspidiotus destructor sign. en el cocotero y el aguaca- Le, etc. Asteolecanium pustulana. Chl. en el anón. Ceroplastes cimipediformine, Conet. en varios arbustos. Ceroplastes floridensis. Cont. en el fruto del limón. Chironaspis citri. Cont. en la planta de ídem. Coccus hespindum L. ídem ídem. Desapis pentagona. Targ. en el melocotón. Uytilaspis citricola. Pach. en el limonero. / A , ídem gloveris ídem idem. : a , Parlotoria pergandes. Cont. idem. Saisselia oleae. Burn. en el limonero y otras plantas. Saisset1 hemisphaerico. Targ. ídem ídem ídem. Y aun esta lista no es completa. Existen otros que aun no se hallan identificados. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 87 LA ALIPINA EN OFTALMOLOGIA POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión del 25 de Septiembre de 1906.) Hace muchos años, cuando no se conocía la anestesia lo- cal ó se hacian ensayos infructuosos, ya en la cirugía general ya en la oftalmológica, tragimos á esta Corporación nuestras experiencias ú observaciones con el cloroformo y el éter (1) y más tarde cuando ocurrió el descubrimiento de la co- caína, le comunicamos nuestros primeros ensayos (2). Preocupados siempre de buscar la manera más fácil y menos peligrosa de suprimir el dolor en las operaciones, perfeccionando éstas, al mismo tiempo; estudiamos hace poco la estovaina y acerca de ella presentamos un trabajo en nuestro último Congreso Médico Nacional, celebrado en Ma- yo de 1905. Es digno de consignarse que siendo la cocaína la primera substancia con que se produjo una analgesia de las mucosas, capaz de soportar operaciones, no haya sido totalmente ven- cida por los nuevos cuerpos que le han disputado la su- premacía. Y decimos que no haya sido totalmente vencida porque nosotros que hemos concedido superioridad á la estovaína para la analgesia en inyecciones subcutáneas y subconjun- tivales, no se la concedemos en las instilaciones, interpalpe- (1) Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. T. XX, Págs. 112, 146 y 197. «Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana». T. IX. Pág. 519 y T. XXVI, Pág. 330. (2) «Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana». T. XXI, Págs. 363, 471 y 502 y T. XXVIII, Pág. 594. «Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana». T. XXIIT, Pág. 75, 95 y 111. 88 ANALES DE LA brales, pues es indudable que la córnea y la conjuntiva quedan de este modo mejor anestesiadas por la cocaína. La estovaína en esta contienda, sino triunfó en toda la línea, ha hecho una conquista más importante de lo que algunos se imaginan. Ponerse fuera del peligro de un síncope, á que estamos siempre expuestos, con las inyecciones subcutáneas ó sub- conjuntivales de cocaína, por su acción vaso-constrictiva, se- ñalada por los tisiólogos, no es cosa baladí y obliga á que recurramos siempre que de analgesia subcutánea ó submu- cosa se trate á la estovaína, de propiedades vaso-dilatadoras. La cocaína se mantenía siendo la que mejor anestesia producía en la córnea y en la conjuntiva, hasta que ha venido la alipina, si no á superarla en lo de analgesia á igualarla pero como al igualarla en calidad de analgésico, lo hace despojándose de ciertos inconvenientes que se seña- lan á la cocaína, de aquí que se puede dar por derrocada ésta, de su exclusiva preeminencia. En efecto, se acusa á la cocaína de inconvenientes que no carecen de importancia, como su toxicidad, la midríasis que provoca, la paresia de la acomodación y la peligrosa elevación de presión intraocular en determinados casos, asi como la isquemia que modifica desfavorablemente los proce- sos tróficos en las células de los tejidos. Además las solu- ciones de cocaina tienen el gran inconveniente de ser difí- cilmente esterilizables á consecuencia de que con el calor fácilmente se descomponen. La alipina (á privativo y y»ry dolor) según nos enseña la química es un derivado de la glicerina (1) se presenta bajo la forma de un polvo blanco extraordinariamente so- luble en el agua y muy soluble en el alcohol y que desecado á 100% funde óú 1690, (1) Constituye un monoclorhidrato de benzoil—1, 3 tetrametildiami- no—2—etilisopropilalcohol, cuya fórmula es: OR CH,—N e se O e E = SMC yc o a , Farmacografía en la E. de F. 2 - Farmacia práctica E Como se ve por la relación que antecede, los estudios de Perito Químico, son estudios elementales, que se hacían en el Instituto de Segunda Enseñanza, los mismos que hacía el Farmacéutico para el Bachillerato, menos los de Química aplicada 4 las Artes (elemental también) y Di- bujo lineal. El Farmacéutico en cambio estudiaba, por el Plan de 1880, un curso de Física superior y tres de (Química, tam- bién superior (4 parte de otras materias que no son del caso comparar); por la modificación de 1884, un curso de Análisis químico, sobre los estudios anteriores; por el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 119 Plan de 1887, un curso más de Física que lo exigido an- teriormente; y, por último, por el Plan actual estudia el Farmacéutico, dos cursos de Física superior y cinco de Química, también superior, más que el Perito Químico, cuyos títulos quedaron suprimidos por la Orden militar núm. 267, serie de 1900, que modificó los estudios de Se- eunda Enseñanza. Queda, pues, como ímica asignatura en favor del Peri- to Químico, un curso de Dibujo lineal, asignatura que no parece muy necesaria dado que el vigente Plan de Estu- dios, en la carrera de Peritos Químico-Agrónomo la ha suprimido. . El Farmacéutico, en cambio, estudia en todas las Far- macopeas las correspondencias entre los sistemas de pesas y medidas. En los términos que antecede, queda contestada la con- sulta hecha por esa Alcaldía; y no se hace consideración alguna sobre el particular á que se contrae el informe que acompaña ¿la comunicación interrogatoria, relativo al nombramiento de Oficial técnico de Pesas y Medidas, por no ser este asunto, dado su carácter administrativo, de la competencia de esta Corporación, que desconoce la vi- gencia de los Reglamentos que se citan. La Academia, no obstante, con su más elevado criterio resolverá. 120 ANALES DE LA Informe acerca de un producto industrial y alimenticio intitulado “Depurativo Padró”” POR EL Doctor Jose P. Alacán (Sesión del 23 de Noviembre de 1906.) La Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio ha enviado para informe á esta Academia el expediente pro- movido por el Sr. José Padró en solicitud de patente de invención para un producto farmacéutico denominado “Depurativo Padró.” Forman el expediente en cuestión una instancia del aludido Sr. Padró al Sr. Secretario de Agricultura por la que solicita patente de invención por 17 años para un pro- ducto industrial y alimenticio que denomina “Depurativo Padró”, una acta levantada á la presentación de la instan- cia; otra de la apurtura del pliego que contiene la Memo- ria descriptiva del producto objeto de la patente; oficio de remisión á la Sociedad Económica para informe; infor- me de dicha Corporación; otro informe del Sr. Jefe de la Sección precedido de uno del Jefe del Negociado; y, por último, la remisión 4 esta Academia. Hemos de hacer notar que en la instancia presentada por el Sr. Padró se solicita patente para un producto in- dustrial, útil y alimenticio que denomina “Depurativo Pa- dró” y en la Memoria descriptiva se dice: “Este invento consiste en un producto industrial, útil y medicinal (que denomino “Depurativo Padró” y que he empleado con éxito satisfactorio en el tratamiento de diversas en- fermedades, siendo una fórmula nueva y original de mi exclusiva invención €). (Véase la Memoria al final de este informe. ) | Existiendo en la solicitud esta dualidad de apreciación respecto al producto objeto de la patente considerándolo ya alimento, ya medicamento, hemos de decidirnos por 20 última dada su composición. ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 121 Se trata pues, de una patente de invención para un me- dicamento que se denomina “Depurativo Padró” com- puesto por varias substancias ya de antiguo conocidas, como de tal uso, y obtenido dicho producto por un p ocedi- miento que no encierra ninguna novedad; por consiguiente no se alcanza al ponente que informa en qué consiste el objeto de la patente de invención. Suponiendo que existiera algo nuevo en la preparación del “Depurativo Padró,” el artículo 9% de la Ley de Pa- tentes de invención de 30 de Julio de 1878, dice: “No pueden ser objeto de patente: 4.” Las preparaciones far- macéuticas Ó medicamentos de todas clases”. El Reglamento de remedios nuevos y secretos de 24 de Febrero de 1844, vigente entre nosotros, califica en su artículo 9.2 los medicamentos de tres modos: primero, perjudiciales; segundo equivalentes 4 los ya conocidos; y tercero, más eficaces que los ya conocidos y el artículo 10, prohibe los primeros, autoriza la venta de los segundos publicando su composición y sólo concede priv ilesio de invención a los terceros; y para esto han de ser pr esenta- dos por un profesor de medicina y cirugía, y declarados tales por la Inspección de estudios, previo informe de'su sección de ciencias. En vista de las razones expuestas, es de a el po- nente que informa, que no es posible acceder á lo solici- tado por el Sr. Padró. La Academia, no obstante, con su más elevado criterio resolverá. MEMORIA DESCRIPTIVA Este invento consiste en un producto industrial, útil y medicinal que denomino “Depurativo Padró” y que he empleado con éxito satisfactorio en el tratamie Aa de di- versas enfermedades, siendo una fórmula nueva y original de mi exclusiva invención. RETVINDICACIONES El producto industrial y medicinal es preparado y obte- nido con arreglo á la siguiente fórmula: 122 ANALES DE LA Zarzaparrilla hendida........ 100 gramos. Jaborandio tomare tl pra 2 gramos. Hojas. de SOM ers ola 0 proc dB BAMOE. Amis Verge. sele ¿ta ¿la 6 eramos. Ea) 30 AE A . 6 gramos. A A 200 gramos. Toduro “de PotasIO. ero oras ia, 2() centigramos. Se hacen tres digestiones con la zarzaparrilla emplean- do en cada una suficiente cantidad de agua para cubrir la raíz hendida y en fragmentos chicos; cada digestión dura- rá 12 horas, el producto de la tercera digestión sirve para hacer una infusión con todas las otras substancias, las dos primeras maceraciones se concentran y ya reducidas se mezclan con la tercera, que estará ya separada de los ba- gazos de la infusión. El todo se reduce por evaporación moderada 4 200 gramos y con el azúcar se hace un jarabe 4 32% B. que se deja enfriar agregando el 1oduro en una pequeña cantidad de agua. Dosis de dos á tres cuchara- das diarias. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 123 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 14 DE DICIEMBRE DE 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.-- De número.— Dres.: E. Acosta.— G. Aróús- tegui.—6. Benasach.—J. N. Davalos.—J. Le-Roy.—F. Méndez Capote.—E. Núñez.—J. A. Presno.—M. Ruíz Casabó.—Carlos de la Torre.—J. A. Valdés Anciano.—A. Varona. Leída el acta de la sesión anterior (23 Noviembre), fué apro- bada. El Secretario dió cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones: Salida.—Al Alcalde Municipal de la Habana, remitiéndole in- forme aprobado el 23 de Noviembre, sobre Depurativo Padró. Al Dr. A. Jorge A. Ponce, contestándole que en sesión celebrada el día 23 de Noviembre, después de discutido su escrito de 24 de Octubre, acordó esta Academia no poder acceder á su solicitud. Al Dr. Julio Jover Anido, contestándole su escrito en que dá cuenta de haber tomado posesión del cargo de Director del Inati- tuto de Segunda Enseñanza de Santa Clara. Entrando en la orden del día, se concede la palabra al Doctor. Manuel V. Bango para su conferencia que titula IMPRESIONES DE VIAJE. Comienza dando las gracias al Sr. Presidente por la invitación que le hiciera, dándose por satisfecho con la honra que recibe» ocupañdo la tribuna de esta Corporación para dar cuenta de su último viaje, reseñándolo en su parte científica, 4 partir de Vitel; siguiendo luego por los Hospitales de París, donde dice que nada nuevo le mostraron; sigue por Bruselas, donde encuentra dos Hos- pitales soberbios, uno quirúrgico del Dr. Deletréz, particular, y el otro, el ginecológico del Dr. Jacobs. De allí paso 4 Amberes, donde dice haber sido gratamente sorprendido con un Hospital de una extensión considerable, en forma circular, con diez y seis pabe- llones, también circulares, dando también cuenta de otro Hos pi- Tomo xLm.—16, 124 ANALÉS DE LA tal, el de Lieja aunque no de las condiciones del anterior. Sigue su viaje 4 Alemania, y menciona á Colonia, con un Hospital muy bueno, y otro excelente, donde está el Dr. Bier, con su tratamien- to completamente propio, en las inflamaciones superficiales, por medio de las ventosas para producir la hiperemia. En Francfort, dice, existe el Hospital mejor de Alemania; y enumera para ter- minar los progresos científicos que le parece haber encontrado en el nuevo tratamiento de la tuberculosis de la piel y pulmonar, por el Dr. Jacobs, que describe á grandes rasgos, lo mismo que el de la corrección de las desviaciones ú irregularidades, observadas en las fracturas delos miembros. Anuncia que él se ha compene- trado bien de estos procederes operatorios y los va á llevar á la práctica en la Quinta «Covadonga» á donde tendrá el gusto de in- vitarnos. Igualmente da cuenta de la modificación impresa en la técnica de las operaciones con el uso de los guantes para suprimir por completo el contacto de las manos, cosa que ha podido compro- bar prácticamente, estudiando sus ventajas. Así se termina esta interesante conferencia, expresándole en se- guida el Dr. Santos Fernández, la satisfacción tan grande que ha- bía recibido la Academia con la conferencia pronunciada. El Dr. J. A. Presno, se ccupa de ANGIO COLECISTITIS DE “ORIGEN CALCULOSO. COLESCISTECTOMÍA. DRENAJE DEL CONDUCTO HEPÁTICO. NEOPLASMA DEL PÍLORO, GASTRO YEYUNOSTOMÍA. FÍSTULA ESTERON- RACEA, ENTERORRAFIA. PRESENTACIÓN DE LOS ENF£RMOS. A su terminación, y luego de ser examinados los enfermos Por los señores concurrentes, se da fin á la sesión ordinaria, consti- tuyéndose la Academia en otra extraordinaria, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 125 ACTA DE LA SESION PUBLICA EXTRAORDINARIA DEL 14 DE DICIEMBRE DE 1906 Presidencia del Dr. Gonzalo Aróstegui. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. —De número.—Dres.: E. Acosta.—G. Be- nasach.—J. N. Dávalos.—J. Le-Roy.-—F. Méndez Capote.--E. Nú- ñez.—J. A. Presno.— Juan Santos Fernández.—M. Ruíz Casabó.— C. de la Torre.—J. A. Valdés Anciano.—A. Varona. Con asistencia de numeroso público se celebró la sesión extra- ordinaria con motivo de la recepción como Académico de Número del Dr. Manuel Ruíz Casabó, quien disertó sobre la MUERTE SUBITA EN UN CASO DE DIFTERIA. Le contestó su discurso el Sr. Presidente, Dr. Juan Santos Fer- nández, quien en elevados conceptos hizo resaltar los méritos del nuevo Académico dándole la bienvenida en nombre de la Cor“ poración. 126 E ANALES DE LA MUERTE SUBITA EN UN CASO DE DIFTERIA Por el Doctor Manuel Ruíz Casabó [DISCURSO DE RECEPCIÓN COMO ACADÉMICO DE NÚMERO]. (Sesión del 14 de Diciembre de 1906.) Si no estuviésemos firmemente convencidos de que los profe- sionales que en su mayoría componen esta docta Corporación, poseen el don del sufrimiento como lo indica emblemáticamen- te hasta el color de la muceta con que cubren sus hombros los que poseen el título de Médico, no nos hubiéramos atrevido á escalar esta tribuna, tantas veces y tan dignamente ocupada por vosotros. Tampoco lo haríamos si el artículo 10 del Reglamento de esta Academia no nos impusiera ese penoso deber. Y decimos penoso, porque desde vuestros sitiales tenéis que oir pacientemente todo lo que aquí digamos y es difícil llegar á este templo del saber y subir á esta tribuna con bagaje científico digno de vuestros merecimientos. Pero no de otro modo podríamos ocupar un puesto al lado de vosotros, ni honrarnos con vuestra sabia compañía que tan- to hemos ambicionado. Por eso creemos que vencida esta dificultad, os toca ser indulgentes y admitirnos en vuestra compañía ya que un noble propósito es el que ha guiado nuestros pasos hasta aquí: el deseo de aprender. Si logramos este propósito nuestra gratitud será eterna hacia vosotros por habernos proporcionado la mejor y más deseada aspiración de nuestra vida. El tema señores Académicos que hemos escogido para este acto no es de aquellos que impresionan por su originalidad, ni asombran por su importancia clínica, es bien sencillo; es un caso corriente pero en el cual la sorpresa nos obliga á la meditación y á la observación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA VAT Y como cuando se observa y medita se aprende, lógico es deducir que alguna enseñanza hemos sacado de él. Por eso nada más queremos que conozcan la siguiente his- toria de MUERTE SUBITA EN UN CASO DE DIFTERIA El día 18 de Octubre próximo pasado fuímos llamados para asistir á la niña Ana Alcalde, de 18 meses de edad, natural de Consolación del Sur, á quien desde el día anterior le habían notado sus padres, malestar general, ligera elevación térmica acompañada de fenómenos catarrales, según se expresaron. A esta enfermita la habíamos asistido dos meses antes de una angina diftérica de bacilos cortos y de poca intensidad, inyectándole 20 c.c. de suero antidiftérico y señalamos el he- cho por su importancia y porque ha de prestarnos utilidad cuando formemos juicio de provechosa enseñanza. Examinada por nosotros pudimos llegar á formar la siguiente opinión; —fenómenos de una infección intestinal, puesto que sólo destacaban del cuadro sintomático, fiebre á 38%, pulso á 130, lengua ligeramente saburral y timpanismo abdominal. - Le indicamos calomel y aceite de ricino, que produjo abun- dantes deposiciones y descenso térmico. A las 4 a. m. del día 19 fué solicitada nuevamente nuestra asistencia con toda precipitación, porque la referida niña aca- baba de sufrir un ataque. Un cuarto de hora próximamente tardaríamos en llegar á la casa sin que pudiéramos observar el signo que tanto alar- mó á los familiares. No obstante, supusimos que algo anormal había ocurrido aunque no nos dábamos una explicación completa de lo suce- dido; pues tomados los antecedentes necesarios, no nos fué dable admitir la posibilidad de un acceso eclámptico, tan fre- cuente en los niños infeccionados en su aparato gastro- intestinal. Nos limitamos á hacer indicaciones preventivas para dado el caso de que fuese aquello el preludio de una catástrofe con- vulsiva. El mismo día por la tarde volvimos á visitar nuestra enfer- 128 : ANALES DE LA mita y nos llamó la atención una ligera inflamación que se le había presentado por debajo de la rama horizontal izquierda de la mandíbula inferior—infarto ganglionar. Sin pérdida de tiempo examinamos la garganta y encontra- mos en ambas amigdalas, placas punteadas en cantidad nota- ble, lo cual nos hizo pensar inmediatamente en una infección diftérica, que traidoramente se había apoderado de aquel pe- queño organismo, La temperatura axilar era de 38% 4. El pulso á 130 por minuto. siendo la respiración al parecer normal; la tos poco frecuente sin el carácter sospechoso que pone en guardia al clínico ob- servador. Sin esperar el resultado de las siembras, hechas en suero sólido con los productos recogidos de la garganta, indicamos la necesidad de inyectar suero, operación que practicamos en la tarde del mismo día 19 (20 c. c.). La convicción de que el suero antidiftérico produce excelen- tes resultados en todos los casos de anginas bacterianas, sean ó no diftéricas, como la estreptococcica y la estafilococcica, nos impulsó á practicar la inyección en la seguridad de que la acción expulsiva del suero desprendería las membranas modi- ficando la lesión anginosa. El siguiente día (20) lo pasó con fiebre—37% 5 á 38% 5, alguna intranquilidad, dolor en el punto de la inyección, tos más acentuada y algo perruna, aumentando el infarto ganglionar izquierdo. Las placas rugosas y con mal olor. El día 21 fué visitada por nosotros en las horas de la maña- na, enterándonos de que durante la noche había estado muy inquieta, como si hubiese estado falta de respiración; la tem- peratura llegó á 39% habiendo descendido después hasta el mo- mento de nuestro examen que acusaba 38% 4. El infarto ganglionar invadió el lado derecho, dando el as- pecto de un individuo con parotidas. Examinada la garganta, encontramos algunas membranas flotantes, las cuales exhalaban un olor fétido bastante notable, Con estos datos y el resultado positivo de la siembra que ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 129 mostró el bacilo corto de Klebs Loeftler, practicamos otra in- yección de 15 c.c. de suero á las tres de la tarde. Algo más satisfactorio para nosotros fué la visita del día 22 en la que encontramos á nuestra enfermita, no tan abatida como en los días anteriores, más despejado su cerebro y con estado de vigilia más franco. La temperatura de 37% 4, su garganta aunque todavía despren- día mal olor (no era tan acentuado), punteada de algunas mem- branas que fácilmente se desprendían á los toques que como medida de limpieza se ordenaron, con listerina varias veces al día y percloruro de hierro con glicerina una vez. Todo hacía suponer que la curación era el final de aquel proceso tan grave, por la forma y por el organismo tan ¡joven que lo sufría. : Sin embargo, un dato nos suministró su desconsolada madre y era que á la niña se le salía por la nariz el alimento que to- maba: leche ó agua. Los días 23 y 24 continúa progresando el satisfactorio estado, disminución del mal olor en la garganta, regresión de los infar- tos, temperatura 437%, pulso á 110 y deseo de tomar la leche, cosa que antes repelía, quizás por el dolor ó dificultad en' la deglusión. No obstante, y como medio de asegurar la marcha hacia la curación que esperábamos, practicamos una nueva inyección de 15 c. c. de suero antidiftérico que bien pudiera decirse que practicamos por sport operatorio. El día 25 casi todo había desaparecido. La garganta limpia y sin mal olor, sin fiebre, despejada su inteligencia, ligeros in- fartos y con el aspecto favorable de aquel que ha pasado una erave enfermedad que aunque de pocos días, ha sido aniqui- lante. Acordándonos de la opinión del ilustre doctor Dieulafoy, sólo un signo nos impresionó, pero nunca lo bastante para pensar en un pronóstico grave y era la palidez notable del rostro. De haber valorado lo suficiente este signo quizás hubiéra- mos sido más prudentes en el decir y parcos en el pensar. 130 ANALES DE LA Debemos decirlo claro. La notable palidez del rostro ha me- recido para nosotros mayor valor después del resultado obte- nido en el caso que estamos apuntando. Inútil nos parece exponer que durante la asistencia llenamos todas las indicaciones que suponíamos necesarias además del suero; como eran los evacuantes, antisépticos-magnesia y benzo- naltol, —lavados intestinales, poción tónica de kola-coca y quina, etc., etc. A la una de la madrugada del día 26 y cuando nadie era ea- paz de suponer otra cosa que la curación sin accidente, fuímos llamados con premura, porque la niña sufría un ataque. (Juince minutos á lo sumo tardaríamos en responder al lla- mamiento y presentarnos á la cabecera de la cama de dicha enferma ; Señores: Cuando pretendíamos averiguar la clase de ataque á que se refería el familiar que nos acompañaba; cuando por medio de los sentidos tratábamos de escudriñar lo que allí su- cedía, nos sorprendió la muerte de la niña por parálisis del corazón, demostración evidente de que aquel organismo había sido fuertemente intoxicado por las toxinas del germen que lo infectó. Interrogando á los familiares, se nos informó que durante la prima noche había demostrado inquietud en la cama, pues, que se movía de un lado para otro, sin quese le oyera un quejido ni nada que expresase sufrimiento, que sólo momentos antes de solicitar nuestra presencia, hubo de agarrar la niña violenta- mente el brazo á la persona que le cuidaba en la cama, du- rante algunos momentos, hasta quedar después en estado de re- lajación que fué como la encontramos. Fácil es suponer después de haber oído la relación que á grandes rasgos hemos dado á conocer, que se trataba de un caso de angina diftérica con croup, como dice Dieulafoy, tó- xica, hipertóxica ó maligna de Trousseau. Y aunque nada de original “tiene por cierto este caso, toda vez que revisando los textos podemos encontrar descritos al- gunos, también es verdad que no son frecuentes, pertenecien- do por tanto al grupo de los escepcionales, razón por la cual ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA el hemos querido someterlo á vuestra consideración seguro de que es posible sacar de él alguna enseñanza. Aprovecharemos, pues, esta oportunidad para indicar lo que él nos ha sugerido. El hecho de que á los dos meses de haber sido inyectado con 20 e. ce. de suero antidiftérico, por sufrir angina diftérica de bacilo corto, en cuyo tiempo y con tal can- tidad es consecuente pensar en un estado de inmunidad que dura por lo menos tres meses, nuestra enferma fué atacada de nuevo por una difteria de bacilo también corto, de forma crou- pal y tóxica, nos hace pensar que jamás debe uno afirmar ni siquiera predecir el tiempo por el cual se confiere inmunidad. Nuestra enferma en un período de dos meses y con dieciocho meses de edad, ha sido inyectada dos veces por el mismo ger- men de igual forma aunque con diferente toxicidad. El suero empleado—50 c. c.—fué suficiente para detener el proceso infeccioso impidiendo la reproducción de los gér- menes y terminando—permíitasenos decir—con la existencia de los que invadieron el organismo, pero no tuvo poder bastan- te para contrarestar la brutal cantidad de veneno eliminado por ellos y que rápidamente atacó los órganos más importantes del organismo. Así se explica que estando curada bajo el punto de vista clínico—el proceso anginoso ó laríngo-traqueal—en los momen- tos de mayores esperanzas para la restitución de la salud, mu- riese nuestra enferma de manera tan súbita. Las toxinas, con esa fuerza todavía imposible de poder pre- cisar cuando se producen en el organismo, atacaron directa- mente al órgano central de la vida, al corazón, que no pudo resistir la acción paralizante del veneno, y quedó vencido oca- sionando á la enferma bruscamente la muerte. Y esto explica por qué nuestra enferma después de apare- cer curada clínicamente por la desaparición de los síntomas y signos que caracterizaron este proceso infeccioso, muriese tan rápida é inesperadamente. Este desenlace de nuestra enferma confirma las experiencias de Roux y Yersin, cuando aseguraban que las toxinas diftéricas podían producir parálisis y justificar las frases de Luis Martín "momo xLni.—17. Ma ANALES DE LA cuando dice: «Es necesario reconocer que la práctica está lejos de demostrar la actividad y la constancia de los datos siguien- tes: Bacilos cortos, benignos; Bacilos medianos, pocos tóxicos; Bacilos largos, los más tóxicos; pues los bacilos largos, enma- rañados, se muestran á veces poco tóxicos ó virulentos é igual- mente inactivos; y las formas cortas en donde los bastoncillos se disponen paralelamente, pueden mostrarse muy activos.” Nosotros desgraciadamente hemos confirmado en este caso, la veracidad de ese hecho observado por el ilustre médico francés. 0 El haber elegido este caso de difteria, con muerte súbita, para nuestro trabajo de ingreso, merece una explicación que vamos á dar gustosos. En el mes de Febrero de 1902, ante el Congreso internacio- nal celebrado en esta ciudad, expusimos que la «Difteria, de enfermedad, grave, mortal, traidora, embozada y cobarde, pues- to que elije como víctima regularmente el más inocente é in- defenso sér de la creación, ha pasado á ocupar sitio bastan- te inferior en la escala de la mortalidad». Tan convencidos estábamos de esa opinión y tan encarl- ñados con la idea de que un diftérico, tratado á tiempo por el suero antidiftérico, en su comienzo y con grandes dosis, era enfermo curado, que no nos acordábamos ya de que por tal afección pudiera perderse la existencia de un sér á quien con- siderábamos arrebatado por el tratamiento de las garras de la muerte. Y daba más valor á nuestra opinión la estadística de seten- ta y siete (77) casos de difteria, que habíamos reunido y tra- tado en un período de once años, de los cuales sólo uno había muerto en condiciones de poderlo deducir de ella como se des- prende de la siguiente relación: Niño de tres años y medio de edad, á quien vimos en el mes de Mayo de 1899, á los once días de enfermedad, en mo- mentos que sufría un acceso de asfixia: signo de un croup as- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 133 cendente, con placas anginosas notadas por sus familiares con dos ó tres días de anterioridad á nuestra vista. Este niño enfermo en la villa de Morón, falleció en la tarde del mismo día de nuestra llegada á dicho lugar, á pesar de in- yectarle 40 c. c. de suero en un período de 12 horas. Quizás el tubaje óla traquetomía, hubieran podido ejecutar lo que sólo como hecho milagroso hubiese sido considerado. Tal era el grave estado en que le vimos. Hoy pensamos de otra manera. La enseñanza que se des- prende del caso que os hemos relatado, si bien no nos hace rectificar nuestra opinión respecto á lo que dijimos en el Con- greso, ni al concepto que del suero y de su acción terapéu- tica teníamos, nos hace pensar que la difteria siempre es peli- grosa aun en los casos en que ya vencida, parece curado el enfermo; y que no debemos conformarnos sino reconocer co- mo dice nuestro ilustrado compañero el Dr García Rijo (1), «que la difteria sigue siendo un enemigo peligroso capaz de sor- »prender al médico más experimentado y contra el cual impor- »ta por lo tanto estar siempre prevenido.» : Como anteriormente hemos hecho mención de nuestra esr tadística, vamos á exponer á vuestra consideración algunos datos que de ella se desprenden. Durante un período de once años hemos asistido 77 casos de difteria y todos han sido tratados por el suero. A los 77 casos corresponden: 65 niños, 2 adultos varones y 10 adultos hembras. Hemos practicado 100 inyecciones del modo siguiente: 3 niños.—3 inyecciones á cada uno. 14 niños.—2 inyecciones á cada uno. 3 adultos hembras.—2 inyecciones á cada una. 57 restantes.—1 inyección á cada uno. El suero total empleado, arroja la cantidad de 1.890 e. c. y hemos usado siempre el que prepara el Dr. Acosta en el Labo- ratorio de la Crónica MÉDICO-QUIRÚRGICA. Nuestro trabajo ha terminado y mucho tenemos que agra- decer la atención que le habéis prestado. (1) Difterias peligrosas.—Cróxica Mébico-Quirúrcica.—1906. 134 ANALES DE LA Abrigamos la convicción de que os daremos pocas veces esta molestia porque desligado ya del compromiso del ar- tículo 10 de esta Academia, no se nos ocurrirá venir aquí á esta casa, sino á aprender mucho y bueno, es decir, todo lo que vosotros sabéis enseñar en beneficio de la ciencia, de la patria y de la humanidad. A ad Do RELACcIÓN DE LOS ENFERMOS ASISTIDOS DE DIFTERIA Y TRATADOS POR EL SUERO, CON EXPRESIÓN DEL NÚMERO DE INYECCIONES PRACTICADAS. AÑO DE 1895 Junio.—José Ramiro, niño, 3 inyecciones. —Enfermo del doe- tor Casariego. Diciembre.—Francisco Pérez, niño, 2 inyecciones.—Id. del doctor Casuso (-. AÑO DE 1896 Enero.—Fernando Pérez, niño, 1 inyección.—Id. del doctor G. Casuso. Febrero.-—Alfredo Comesaña, niño, 1 inyección. —Id. del doc- tor Ruíz Casabó. Mayo.—N. Morúa Delgado, niña, 1 inyección.—Id. de íd. AÑO DE 1897 Octubre.—N. Pérez, niño, 2 inyecciones.—Id. del Dr. G. Ca- suso. Noviembre.—N. García, niño, 2 inyecciones.—Id. del doctor Fernández de Castro. Diciembre.—Sra. J. Subirana, adulto h, 2 inyecciones. —ídem del doctor Ruíz Casabó. AÑO DE 1898 Julio. —Hijo, Gaspar Betancourt, niño, 2 inyecciones.—ídem del doctor Fernández de Castro. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 135 Julio. —Abigail Ruíz Comesaña, niña, 1 inyección. —Id. del doctor Ruíz Casabó. Octubre.—Rafaela............... , adulto h, 2 inyecciones. —Idem del idem. Octubre.—Sra. Antonia Jiménez, adulto h, 1 inyección.— Idem del ídem. Octubre. —Caridad Comesaña, adulto h, 1 inyección. —Idem del ídem. AÑO DE 1899 Marzo.— Carmen Arbello, niña, 2 inyecciones. —Idem del ídem. Abril. —Teresa García Guardiola, niña, 1 inyección. —Idem del ídem. Mayo.—Hijo de Manuel Sánchez, niño, 1 inyección.—Idem Mayo.—Armando García Comesaña, niño, 2 inyecciones. | — Idem del ídem. Junio.—Jorge Ruíz Comesaña, niño, 1 inyección.—Idem del ídem. Noviembre.—Jorge Ruíz Comesaña, niño, 1 inyección, 2.2 vez. —Idem de ídem. AÑO DE 1900 Enero.—Gustavo Ruíz Comesaña, niño, 3 inyecciones. —Idem del ídem. Diciembre.—Hija, N. Cayaba; adulto h, 1 inyección. —Idem del ídem. | Diciembre.—Morena Luisa García, adulto h, 1 inyección.— Idem del ídem. AÑO DE 1901 Febrero.—Isabel Radillo, adulto h, 2 inyecciones.—Id. del íd. Febrero.—Hija, Francisca Pujol, niña, 1 inyección.—Idem del ídem. ANO DE 1902 Marzo.—Rigoberto Ruíz Comesaña, niño, 1 inyección. —Idem del ídem. 136 ANALES DE LA > o Marzo.—María Josefa Mirabal, niña, 2 inyecciones. —Idem del ídem. ' Marzo.—Andrés Mirabal, niño, 1 inyección. —Idem del ídem. Abril. —Angel Comesaña Barceló, niño, 1 inyección. —Idem del ídem. ] Noviembre.—N. Ayala, J. del M. 264, niño, 1 inyección. — Idem del ídem. Noviembre.—Hija de Juan Estévez, niña, 2 inyecciones.— Idem del ídem. AÑO DE 1903 Enero.—Celia Consuegra, niña, 1 inyección. —Idem del ídem. Enero.- -N. Borrero, niño, 1 inyección. —Idem del ídem. Marzo.—Raoul González, niño, 1 inyección. —Idem del idem Octubre.—Ana Turró, niña, 2 inyecciones. —Idem del ídem. AÑO DE 1904 Julio.-—Francisco Suárez, niño, 2 inyecciones.—Idem del id. Septiembre.—Hija de Manuel Cué, niña, 1 inyección. —Idem del idem. Noviembre.—Gastón Ruíz Comesaña, niño, 2 inyecciones. Idem del ídem. Noviembre. —Rigoberto Ruíz Comesaña, niño, 1 inyección, 2.2 vez.—Idem de ídem. Diciembre.—Hijo de Enrique Rodríguez, niño, 1 inyección.— Idem del ídem. Diciembre.-——Josefa Alonso, niña, 1 inyección. —Idem del id. AÑO DE 1905 Abril. —Consuelo Baliarda, niña, 1 inyección. - Idem del id. Junio.—Raoul Comesaña y Barceló, niño, 1 inyección.—ld. del ídem. Junio.—Felicia Díaz Rodríguez, niña, 1 inyección.—Id. del íd. Julio.—Arístides Ruíz Comesaña, niño, 1 inyección. —Idem del ídem. Julio.—Abigail Ruiz Comesaña, niña, 1 inyección, 2.2 vez.— Idem del ídem. Agosto.—Humberto Ruíz Comesaña, niño, 1 inyección.—ld. del ídem 1d ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 137 Agosto. —Ignacio Betancourt, niño, 1 inyección.—Id. del íd. Septiembre.—Antonia Irea, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Septiembre.—Gabriel Díaz, niño, 2 inyecciones.—Id. del íd. Octubre.—Marino del Pino, niño, 1 inyección. —Idem del íd. Diciembre.—Isabel Casas, adulto h, 1 inyección.—Id. del íd. Diciembre. —Carmen Valdés, niña, 1 inyección. —Id. del íd. AÑO DE 1906 Enero.—Juana Rivas, adulto h, 1 inyección. —Idem del íd. Enero.—Oscar del Rey, adulto v, 1 inyección. —Idem del íd. Enero.—Héctor Consuegra, niño, 1 inyección. —Idem del id. Febrero.—Alberto Ayala, niño, 1 inyección. —Idem del íd. Marzo.—Dolores Rivero, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Marzo.—Pedro Villalón, niño, 1 inyección.—Idem del íd. Abril. —Eduvigis López, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Abril. —Gertrudis Lorenzo, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Mayo.—Luis Castellano, niño, 1 inyección. —Idem del íd. Mayo.—Juan J. Rodríguez, niño, 1 inyección. —Idem del íd. Mayo.—Felicia López, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Junio. —Emilio Sicre, adulto v, 1 inyección. —Idem del íd. Julio.—Emilia González, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Agosto.—Luis Agúero, niño, 1 inyección—Idem del íd. Agosto.-—Rita Alcalde, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Septiembre Gabriel Díaz, niño, l inyección, 2.2 vez, —Idem del íd. Septiembre.—José Leimus, niño, 1 inyección. —Idem del íd. Septiembre. —María Leimus, niña, 1 inyección. —Idem del íd. Septiembre. —Emilio Roig, niño, 2 inyecciones. —Idem del íd. Octubre.—Juan Baliarda, niño, 1 inyección. —Idem del ídem. Octubre.—Jesús Fernández, niño, 1 inyección. —Idem del íd. Octubre. —Rita Alcalde, niña, 3 inyecciones, 2.2 vez f —Idem del íd. 138 ANALES DE LA Octubre.—José Rodríguez, niño, 2 inyecciones.—Idem del id. Octubre.—Virginia Echevarría, niña, 1 inyección. —Id. del íd. Octubre.—Rosalía Rodríguez, niña, 1 inyección. —Idem del íd. RESUMEN: INDOS: II E AD AAA A Adultos hembras ht úóte ala a d0 Fetal il TN AQUÍtOS VALLES A A TOTAL POR AÑOS (HASTA EL MES DE OCTUBRE DE 1906.) O 2 ISI te 3 TAMIL OPS E Oe. AMyESOSo:/ 70. 5 Ue AO! A O SIA 3 14 IA A AR, DES E 6 OSA 4 Ji [ds seca MADE 6 de US 12 1906147 iio 2 Número de inyecciones practicadas . - 0 Cantidad de suero inyectado . "1,990 co * ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 139 CONTESTACIÓN AL DISCURSO DE INGRESO DEL DR. MANUEL RUIZ CASABO EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión extraordinaria del 14 de Diciembre de 1906.) Sr. Presidente. Señores Académicos: Experimento verdadera satistacción al haber sido elegido por el preopinante, para contestar su discurso de entrada, ya que por la naturaleza de mi cargo, me correspondía hacer la de- signación y no es lógico que me hubiera designado á mí mismo. Existen vínculos estrechos entre el Dr. Ruíz Casabó y el que tiene el honor de dirigiros la palabra. Nuestras primeras impresiones mutuas comenzaron viendo yo su nombre en la lista de suscriptores de la Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, desde remoto y escondido lugar de Oriente y en las cartas motivadas por las entregas pedidas y que no llegaban á sus manos. Este último detalle, aunque al parecer insigni- ficante, sirve para demostrar que éste médico, tan alejado de la capital, en que está el movimiento científico y es el centro de las operaciones, quería ponerse al corriente de aquél, por medio de la prensa profesional, terminando por ser colabo- rador del periódico. Más tarde los azares de la suerte le trajeron á la Habana y la numerosa familia á su cargo, no fué óbice para que se pre- sentase en el Laboratorio de la Crónica Médico-Quirúrgica por el año 1894 y pidiese un puesto, que le fué concedido. Desde ese día con un amor á la ciencia digno de loa, el Dr. Ruíz Casabó no ha dejado de concurrir un día á su mesa del Laboratorio, sin que para hacerlo, haya necesitado des- atender otros trabajos ú ocupaciones con que triunfar digna- romo xLrr.—18. 140 ANALES DE LA mente en la lucha por la vida. Es uno de los apóstoles de la idea de mantener y propagar en Cuba los estudios de Labora- torio, las investigaciones bacteriológicas, y si los que siguie- ron á Jesucristo, cuanto más pobres fueron más fieles y tena- ces, el Dr. Ruíz Casabó á pesar de la estrechez de los tiempos que ha atravesado no abandonó los estudios emprendidos y ha conquistado legítimamente competencia en las materias á que ha consagrado sus desvelos. Un día solicitó un puesto en esta Corporación, que desde luego le abrió sus puertas, no sin fortana, porque la ha ser- vido dignamente cada vez que ha necesitado aquélla su cola- boración, siempre oportuna y satisfactoria. La lista de los tra- bajos que siguen á este discurso revelan su labor en este centro y fuera de él. El Dr. Ruíz Casabó es un modesto obrero de la ciencia, que la cultiva hondamente y que en su cultivo encuentra su mayor esparcimiento y en éste, casi la única recompensa. Sí, señores Académicos, casi su única recompensa, repito, por- que á los estudios experimentales libres en Cuba, se les han puesto todos los obstáculos imaginables, por quien debía haber- los favorecido y no estorbado, por el Gobierno de la Repú- blica. No es un secreto que en 1885, en plena colonia, á raíz de los descubrimientos de Pasteur, un egrúpo de cubanos sin el auxi- lio del gobierno, con sólo sus esfuerzos personales, dieron los primeros pasos en los estudios bacteriológicos, que halló la República en marcha y con tan excelentes resultados, que mu- chos de los profesores de sus establecimientos de investiga- ción bacteriológica, proceden de aquel grupo. Parecía lógico y la sana moral así lo exigía, quelos que restaban de aquel nú- cleo fuesen protegidos y conservados, siquiera no fuera más que como premio al civismo de los iniciadores: pero el Gobierno de la República y más que el Gobierno, algunos de sus ins- piradores amparando malas pasiones, hizo todo lo contrario, trató de producir, haciendo un gasto inútil, lo que á poco costo tenía ya el país, y el podía utilizar como se hacía antes. Le bastaba la alta inspección de los trabajos y de los produe- tos que de hecho ejercía. Cómo extrañar, pues, que aleuno de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 141 los políticos que adoptaban procedimientos tan insanos haya descendido ¡gnominiosamente y precipitado tal vez con su caída el derrumbe total de la República? Y es que algunos hombres en el desempeño de su puesto oficial se crean una naturaleza capaz de todas las vilezas, pues si están muy altos se convierten en tiranuelos y si funcionan á poca altura en instrumento desposeído de voluntad y de nobles aspiraciones; pero del mismo modo que las doctrinas del Nazareno no fue- ron destruídas por los vicios de los livianos Césares del impe- rio romano, tampoco se ha logrado acabar con una institución libre que no constituye ni nunca ha constituído una carga del Erario, como tantas otras, sin provecho del interés general del país, ni se ha conseguido extinguir la obra de aquel grupo de patriotas, porque entiéndase bien, no son patriotas solamente los que pelearon voluntariamente por la independencia sino que lo son igualmente, y no es la primera vez que sustento esta tésis, los que con desinterés evidente, han trabajado por elevar el nivel intelectual de sus conciudadanos en cualquier ramo del saber humano. t El Dr. Ruíz Casabó es de los intrépidos que han peleado contra la ignorancia y no han cobrado nada por sus servi- cios á la patria; imagináos si tiene derecho á mis plácemes y á felicitarle por ocupar este puesto á la vez que yo me feli- cito de tener la satisfacción de enaltecer sus virtudes, desco- nocidas de los más, seguramente, porque en su modestia no ha perseguido el aplauso ni ha hecho uso de la ostentación, tan buscada por los que la necesitan, porque sus propios mé- ritos no bastan para hacerlos brillar. Ahora bien, deteniéndonos á considerar el tema del trabajo que nos acaba de leer el Dr. Ruíz Casabó y que sin duda habéis oido con el interés que se merece, hemos de conve- nir, en que no puede ser más práctico. Encierra útil ense- ñanza que no deben desdeñar los que al estudio de la clíni- ca dedican sus esfuerzos, como no la desdeña él, uno de los más tervientes y decididos admiradores de la mejor conquis- ta terapéutica de este siglo: el suero antidiftérico. En efecto, señores, el Dr. Ruíz Casabó confiesa ingenua- mente su sorpresa por la muerte deuna enferma que el creía 142 ANALES DE LA curada; él antes de asistir 4 esta enferma pensaba que un diftérico, cuando era sometido al tratamiento del suero opor- tunamente, no se moría y se afianzaba más en su opinión por el brillante resultado de sus 77 casos, tratados con éxito; él por último creía que un primer ataque de difteria debía con- ferir inmunidad para un segundo ataque, sobre todo, si éste era muy reciente como ocurría en su enferma. Y aunque la muerte súbita de ésta, ya curada, y la recidi- va de la infección, en tan corto espacio de tiempo pudieran hacerle modificar su opinión respecto á la acción curativa del suero antidiftérico, sigue por el contrario pensando que nada hay en Terapéutica tan eficaz y seguro como este precioso medicamento que tantas víctimas humanas ha salvado. Y así debe ser si se tiene en cuenta que en el proceso de la difteria y su tratamiento por el suero, son varios los faec- tores que contribuyen á un resultado harmónico. Estos factores son: la forma bacilar (corta, mediana y larga); la calidad de la toxina segregada por ellos y la susceptibilidad individual (reacción orgánica). Veamos el papel que cada uno de estos factores representa: la forma bacilar demuestra según las observaciones de algu- nos autores, que la infección es más ó menos grave, atribu: yéndose al bacilo corto una intensidad menor, al mediano ma- yor, y al largo extraordinaria; pero esto no resulta cierto de igual modo, porque con frecuencia veremos difterias graves de bacilos cortos y medianos (como el caso del Dr. R. Casabó) y difterias benignas de bacilos largos. La calidad de la toxina es el factor más importante porque la secreción del germen es el que envenena el organismo y esta toxina puede ser tóxica ó hipertóxica cualquiera que sea la forma del germen que la produzca. Respecto á la susceptibilidad individual eel orgánica), se comprende la contribución que aporta, toda vez que ella sola puede dar lugar á modificar la evolución del germen y hasta la calidad de la toxina. Así, pues, el caso del Dr. Ruíz Casabó pertenece á esos que debían ser benignos por la forma del germen y por la inmu- nidad producida por la primera infección, y, sin embargo, de- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 143 bido á la producción de toxinas hipertóxicas, se convirtió en caso sumamente grave, mortal. Antes de que se conociese el suero antidiftérico en 1892, mi única hija, atacada de difteria, estuvo á punto de sucumbir por una parálisis del corazón, y uno de los primeros casos de oftalmía diftérica que he asistido en la Habana, ya curado de la conjuntivitis diftérica, falleció repentinamente de parálisis. Por entonces, la bacteriología no estaba como en la actuali- dad tan adelantada respecto al estudio del bacilo de Klebs Loeffler y no se precisó la clase de bacilo que determinó tan activa toxina como se hubiera hecho hoy. No quiero por más tiempo distraer vuestra ilustrada aten- ción; lo expuesto me basta para demostrar las aptitudes del preopinante para el puesto que ha conquistado y viene á con- firmarlo la elección del tema de su trabajo que abarca sus con- diciones de clínico y de experto en los trabajos de Labora- torio. TRABAJOS ORIGINALES PUBLICADOS EN LA PRENSA PROFESIONAL POR EL Doctor Manuel Ruiz Casabó 1.—Descripción de un Cladothrix cromógeno—publicado en la Crónica Mépico-Quirúrcica, Julio 1894. —enunciado por el Journal de Conaisances Medicales, reproducido en la obra de Bacteriología de Macé. 2.—Tres casos de anencéfalos.—C. M. ()., Julio 1894. 3.—Seroterapia en la difteria.—C. M. (Q., Septiembre 1894. 4 —Cladothrix invulnerabilis.—Colaboración con el doctor E. Acosta.—C. M. Q., Septiembre 1894. 5.—«El alcoholismo en los niños».—«La Higiene», Enero 1895. 144 ANALES DE LA 6.—Análisis bacteriológico del agua de Vento.—Colabora- ción con el doctor E. Acosta.—C. M. Q)., Marzo 1895. 71.—Topografía Médica. —C. M. ()., Abril 1895. 8.—TForticolis por infección.—C. M. Q., Julio 1895. 9.—Análisis de orinas.—«La Higiene», Julio 1895. 10.—Urología.—Exposición y algunas consideraciones acer- ca de 320 análisis practicados en la Sección de Urología del Laboratorio, ete.—C. M. Q., Agosto 1895. 11.—Las Madres y Pasteur.—«La Higiene», Octubre 1895. 12.—Un caso de difteria tratado por el suero.—C. M. Q., Septiembre 1895. 13.—Suero antidiftérico en dos casos de angina.—C. M. Q., Julio 1896. 14.—Mucina en la fiebre amarilla.—C. M. Q.. Agosto 1896. 15.—Contribución al estudio de la fiebre amarilla en los eriollos.—C. M. (Q)., Octubre 1896. 16.—Fiebre amarilla de forma mucinosa.—C. M. Q., Octu- bre 1896. 17.—Ensayo sobre los caracteres físico químicos de la orina en la fiebre amarilla.—Leido en el Congreso Médico Pan Ame- ricano de Méjico.—C. M. ()., Marzo 1897.—Reproducido en el Anuario Internacional de Medicina y Cirugía.—Tomo 30, Julio á Diciembre 1899. 18.—A propósito de la mucina y las observaciones del doctor C. Finlay en la fiebre amarilla.—C. M. Q., Mayo 1898. 19.—El doctor Domingo L. Madan en el Laboratorio.— C. M. Q., Octubre 1898. 20.—El asma tratado por el suero antidiftérico.—C. M. Q., Octubre 1898. 21.—La fiebre amarilla. —En colaboración con el doctor Car- los Cabello Ebrentz.—C. M. Q., Marzo 1899. 22.—Argumentación á la conferencia dada por el doctor S. Belber, sobre fiebre amarilla. —C. M. (Q., Abril 1899. 23.—Crónica científica.—«La Higiene», Enero 1900. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 145 ' 24.—Tarjetas postales. —Estadística Sanitaria.—«La Higiene» Enero 1900. 25.—La Música.—«La Higiene», Febrero 1900 26.—Importancia del análisis microscópico de las orinas. —C. M. Q., Febrero 1900. 27.—El suero antidiftérico en América. —«Elocuentes cifras». «La Higiene», Marzo 1900. 28.—«El recién nacido».—«La Higiene», Abril 1900. 29.—«La Música».—«La Higiene», Septiembre 1900. 30.—Vuelta al hogar.—«La Higiene», Septiembre 1900. 31.—El cacodilato de sosa en inyecciones hipodérmicas.— OM. Q., Euero 1901. 32.—Informe dado á la Secretaría de Agricultura de la Isla de Cuba sobre la epizootia del ganado vacuno en Nueva Paz, en colaboración con el señor Gabriel Castro Palomino.—Como comisionados oficiales.—C. M. (Q)., Enero 1901. 33.—Tratamiento del asma por el suero antidiftérico.— C. M. Q., Abril 1901: —III Congreso Pan Americano. 34.—Análisis de orina.—«La Higiene», Enero 1901. 35.—Promedio bio-químico de la orina normal de los habi- tantes de Cuba.—Trabajo premiado en el 2.2 Certamen de la Asociación Médico-Farmacéutica.—C. M. ().. y Revista de la Asociación M. F., Octubre 1901.—Colaborador doctor (rrande Rossi. 36.—Difteria en Cuba.—ler. Congreso Sanitario celebrado en Cuba.—Febrero 1902.—C. M. Q., Abril 1902. 37.—Notas clínicas acerca de la difteria de bacilo corto.— C. M. Q., Octubre 1902. 38.—Bibliografía. —La Uremia por el doctor José Codina Castelbi.—C. M. Q., Febrero 1903. 39.—Contribución al estudio del suero antidiftérico en la neumonía. —C. M. (Q)., Marzo 19083. 40.—Nuestro Director.—C. M. Q., Abril 1903. 41.—Papilomas del pene.—En' colaboración con el doctor F. Grande Rossi.—C. M. (Q)., Octubre 1903. . 146 ANALES DE LA 42.—Un caso más de anencetalia.—C. M. Q., Noviembre 1903. : 43.—Sarampión y Tifoidea.... (Simbiosis).—C. M. Q., Mayo 1904. 44 —Revistas de Prensa publicadas en la C. M. Q. 45.— Traducciones publicadas en la €. M. Q. y «La Higie- ne». * 46.—Otros artículos publicados en «La Higiene». ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 147 Acta de la sesión extraordinaria del 29 de Diciembre de 1906 Presidencia del Dr. Carlos J. Finlay, AcaDÉMICO DE MÉRITO. Secretario.—Dr. Gustavo López. : Académicos concurrentes.— De número.— Dres.: E. Acosta.— G. Aróstegui.—C. Finlay.—J. Le-Roy.—F. Méndez Capote.—M. Ruíz Casabó.—J. Santos Fernández.—C. de la Torre.—J. A. Valdés Anciano. Corresponsal. —Francisco M.?* Héctor. Con la asistencia del Dr. Lincoln de Zayas, Secretario interino de Instrucción Pública, de los Dres. L. Baralt, C. Rodríguez Len- dián, R. Mesa, S. Cuervo, A. Lamar, T. Recio, J. Cubas Serrate, A. Martín Morales, distinguidas damas y numeroso público se cele- bró la sesión extraordinaria para la solemne recepción como Aca. démico de Número de la Sección de Medicina del Dr. Carlos £. Fin- lay y Shine, el cual, cumpliendo las disposiciones reglamentarias hizo el elogio de su antecesor, Dr. Manuel G. Lavín cuya sentida muerte produjo la vacante que ha ocupado. El Dr. Juan Santos Fernández encargado de darle la bienvenida al nuevo Académico, aprovecha la oportunidad del cumplimiento del reglamento modificado, para recordar la memoria de los com- pañeros desaparecidos, cuyo elogio aun no se ha realizado y hacer consideraciones muy oportunas sobre los medios de estudio del pasado y del presente. Con lo que se dió por terminada esta sesión, constituyéndose la Academia en otra ordinaria. Tomo xLrr.—19, 148 ANALES DE LA ELOGIO FUNEBRE DEL DR. MANUEL LAVIN POR EL Dr. Carlos E. Finlay (Sesión extraordinaria del 29 Diciembre 1906.) Cumpliendo con el triste, pero ¿justo deber que nuestro Reglamento exige á todo nuevo Académico, de iniciar su labor en esta ilustre Corporación, con el Elogio Fúnebre de su antecesor, me encuentro en esta solemni- dad, encargado de la tributación de este último homenaje á la memoria de mi muy estimado y querido amigo, el Dr. Manuel G. Lavín, cuyo sitial he sido llamado á ocupar por el sufragio bondadoso de mis co-académicos. Duro parece que se agríe con este precepto la satisfac- ción que naturalmente se experimenta al entrar 4 formar parte de esta exclusiva Asociación, con el recuerdo de que una muerte fué necesaria para que pudiese realizar este ingreso, pero según las palabras con que inició el Dr. Horstmann, en esta misma Academia, el Discurso del mismo Dr. Lavín: “La renovación periódica y constante es una ley fatal, á que obedece todo lo existente, desde la más humilde molécula hasta las ingentes masas sidera- les que forman los mundos que pueblan el espacio, cuan- do deja de cumplirse esa ley, cesa todo movimiento y ocurre indefectiblemente la destrucción. Y esa ley rige no sólo el mundo físico, sino también el mundo moral y el mundo intelectual”. En cumplimiento de esta ley inexorable, nuestra muy amada Academia que sufre con dolor la desaparición de sus dignos miembros, d quienes siempre ha tributado el merecido elogio, atiende solícita y en virtud del sabio precepto consignado en sus Estatutos, 4 cubrir las vacan- tes que el tiempo y su obligada cohorte de deplorables acólitos, va abriendo entre sus socIos. El encargar al nuevo Académico del elogio del desapa- ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Manuel G. Lavín. y 10 de Julio de 1906. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 149 recido tiene, á mi pobre entender, dos objetos: recordán- dole el uno, indirectamente, mediante el estudio de la labor intelectual de su predecesor, lo que la Academia espera de él; y el segundo en forma de un Jlemento mori que también le tocará un día su turno de volver á la tie- rra y que su cuerpo material desaparecerá, después sólo perdurando sus obras, pudiendo deducirse que mientras más perfectas sean más tiempo durará su memoria. En este caso concreto, mi tarea es tanto más penosa, cuanto que he tenido la dicha y el honor de compartir con la amistad del Dr. Lavín, desde que volvió 4 Cuba en el año de 1886, antes de haber empezado yo á estu- diar Medicina, habiéndolo conocido por primera vez, en aquella época, con motivo de haber sido llamado para ver profesionalmente á un querido y allegado pariente mío, pudiendo apreciar de cerca su cultura médica, por un lado y su trato bondadoso y dulce del paciente, por otro. Poco después partí para el Extranjero y al volver á Cuba, como médico, seis años más tarde, tuve la satisfac- ción de reanudar mi amistad de antes, pudiendo atestiguar como resultado de un trato social y profesional, desde en- tonces hasta la fecha, que su comportamiento fué siempre el de un perfecto caballero; su cultura médica elevada y su corrección profesional ejemplar, destacándose en este sen- tido en estos tiempos en que con tanta facilidad se pres- cinde de ella. El Dr. Lavín nació en Cuba el 12 de Diciembre del año 1851, teniendo á su muerte poco más de 54 años. Empezó sus estudios de Medicina, en París, en el año 1869; siendo nombrado Externo por oposición, primero en 1872 y luego en 1875, por lo que se le otorgó la Me- dalla de bronce del Externato. En 1877, ganó por oposición el Internato de los Hospi- tales de París, y en 1882, se graduó de Doctor en la Uni- versidad de París, escogiendo como tema de su tesis: “El diagnóstico de las estrecheces uretrales.” El 25 de Noviembre del mismo año se graduó de Li- cenciado en Medicina y Cirugía en la Universidad de Ma- drid. 150 ANALES DE LA En 1883, fué condecorado con la Cruz de la Legión de Honor, á causa del valor de sus trabajos científicos. Después de graduarse estuvo durante algún tiempo de médico de la Embajada de España en Francia, entonces á cargo del Duque de la Torre. Además de sus títulos universitarios faé nombrado Miembro Corresponsal de la Sociedad Anatómica y de la Clínica de París, de la Academia Médico-Quirúrgica de Madrid y Socio Corresponsal de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. A su vuelta 4 Cuba en el año 1886, fué electo Socio de Número de esta Academia, versando su trabajo de ingre- a sobre “La anatomía patológica del hígado”. Poco después fué nombrado Miembro de la Sociedad de Estudios Clínicos de esta Ciudad. Desempeñó con notable éxito la plaza de médico hono- rario en los ao de Paula y Número Uno. Obtuvo por oposición el nombramiento de Catedratico Auxiliar de la Clínica Médica, sucediendo al Dr. Raimun- do de Castro como Catedrático Titular de la misma Asig- natura en Noviembre de 1902 al fallecer este bien querido compañero. Desde entonces hasta el momento de su poca esperada desaparición, desempeñó con notable acierto su difícil co- metido y tristísimo es ver súbitamente tronchada su vida en el momento de ver realizadas sus ambiciones. Se lleva en pos el cariño y respeto de alumnos y comprofesores. Durante todo este tiempo, grande fué su labor científi- ca, así en París como en la Hal dana. Me parece completa- mente fuera de lugar y penoso para el auditorio conside- rar aisladamente cada uno de sus numerosos trabajos, me ocuparé de ellos en conjunto. En sus primeros trabajos en París se destaca su predilección por los estudios aná- tomo-patológicos y por las afecciones genito-urinarias; ya hemos visto su tesis de doctorado tratando de esta última . rama de la ciencia médica y son varias sus publicaciones sobre asuntos de Anatomía Patológica. No por esto des- cuidó otras ramas de la Medicina, así vemos trabajos su- yos sobre: “La fiebre en la parálisis general progresiva” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Tal “El crup en los niños menores de 2 años”, “Linfangttis”, “Neumonía erisipelatosa”, ete., etc. Al volver á Cuba conserva sus predilecciones parisien- ses. Su trabajo de ingreso en esta Corporación ya lo he- mos visto tratando de la Anatomía patológica del híga- do; en Paula emprende con los Dres. Sterling y Carvallo una serie de trabajos de esta naturaleza que para nosotros son de tanto más interés cuanto que pocos antes se ha- bían ocupado aquí de esta clase de estudios que tanto se han popularizado después. Las afecciones genito-urina- rias siguen también embargando parte de su atención. Pe- ro lo más interesante en el estudio de su labor científica es el observar su gradual orientación hacia la Clínica mé- dica, á la cual en estos últimos años se dedicó casi exclu- sivamente, siendo varios los trabajos de esta índole que presentó ante esta Academia y ante la Sociedad de Estu- dios Clínicos y algunos que publicó aisladamente en nues- tros periódicos de Medicina. Los últimos que presentó en esta Sociedad trató sobre “Tratamiento de los aneurismas por los rayos X” y “Poliomielitis alcohólica con fenómenos pseudo bulbares”. - En todas sus publicaciones se nota un estilo original; un estudio concienzado de su materia y un criterio médico muy sano. Como véis, el Dr. Lavín, al morir á la edad relativa- mente joven de 54 años, lo hace en la plenitud de su ac- tividad científica, constituyendo su muerte una pérdida sensibilísima para Cuba, para esta Academia y para la Universidad. Cuando nos toque cruzar el Styx nos consi- deraremos satisfechos si dejamos en esta orilla una labor tan duradera y completa. En la práctica de su profesión deja también el Dr. La- vín un recuerdo lleno de cariño, sus pacientes durante mucho tiempo echarán de menos su trato asíduo, cariñoso y científico. Su único defecto fué su excesiva modestia, que resaltaba más en esta época del auto-bombo. Sus com- pañeros en el ejercicio de la profesión solo conservarán un recuerdo honroso de su exquisita corrección profesio- nal, nadie más celoso que él en respetar las opiniones de sus comprofesores, nunca oyéndosele ninguna palabra de 152 ANALES DE LA crítica Ó poco caritativa. Como profesor se distinguía también por una gran bondad hacia sus alumnos siempre encontrándose dispuesto ¿4 defenderlos y 4 excusar sus insignificantes travesuras. Dados estos datos, que con mi pobre elocuencia sólo he podido bosquejar, espero que os uniréis todos á mí para rendir honor 4 su memoria y desearle paz á sus restos, Contestación al discurso de ingreso del Dr. Carlos E. Finlay en la Academia de Ciencias Por el Dr. Juan Santos Fernández (Sesión extraordinaria del 29 Diciembre 1906.) Nuestro estimado compañero el Dr. Carlos E. Finlay ha tenido la bondad de elegirnos para contestar su discurso de ingreso en esta Academia y á la vez que agradecemos la distinción nos preguntamos: ¿por qué hemos merecido tan señalada honra? ¿Será que como veteranos espera lo alentemos en la nueva ruta emprendida? No, señores; el Dr. Carlos E. Finlay no necesita de nos otros para tales fines, tiene al autor de sus días, como al mejor estímulo, como al mejor ejemplo, puesto que el nombre de tan preclaro varón, quedará ; grabado con le- tras de oro, en los fastos de esta institución, á la que ha honrado y dignificado como nadie. Nos ha elegido el Dr. Finlay para contestar su trabajo de ingreso, seguramente por el hecho de cultivar él la misma rama de la ciencia 4 que hemos consagrado todos nuestros afanes. En efecto, los Awarrks de esta Academia marcarán en todos los tiempos, nuestro esfuerzo incesan- te, por el progreso de la Oftalmología entre nosotros. Te- nemos la satisfacción de sustentar que nos tocó establecer por vez primera, la práctica de la especialidad en la for- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 153 ma y con el carácter científico que tenía en los centros mundiales más adelantados: la llevamos á las Academias, á la Prensa, al folleto y al libro para difundirla, y si no tuvimos la suerte de descubrir verdades, las que son exclusivo patrimonio de los genios, fieles ¿4 la observación, hemos secundado constantemente, desde estas apartadas regiones, la obra realizada en los pueblos más cultos, en obsequio de la oftalmología. Nosotros nos felicitamos de que en el seno de esta Cor poración se perpetúe, con la llegada del Dr. Carlos E. Fin- lay, un nombre que, personifica la práctica de las en- fermedades de los ojos, durante tres generaciones en Cuba. Nos es satisfactorio reanudar con el hijo jov en, inteligente y vigoroso, las discusiones que por más de cuatro lustros sostuvimos desde esos escaños con el ilustre padre, para honra nuestra y provecho de la Corporación que pudo recoger de sus labios lo que por nuestra exci- tación vertieran. Explicado ya el motivo de ocupar esta tribuna hoy, porque necesitábamos hacerlo, por razones de delicadeza, pues el Reglamento nos impone el deber de designar las personas que contestan estos discursos, cúmplenos ocu- parnos, del tema que ha desarrollado el distinguido preo- pinante. El Dr. Carlos E. Finlay, es el primero que realiza su ingreso, al tenor de lo que prescribe el Reglamento de la Academia, modificado recientemente, no en lo susbtancial, sino en lo accesorio, por efecto de la cesación de la sobe- ranía de España, bajo cuyo gobierno se creó la Corpora- ción. Le corresponde, pues, al Dr. Carlos E. Finlay ha- cer el elogio del Académico fallecido y que ocupaba el sillón para el cual ha sido él elegido. De la lectura del discurso se deduce, acto continuo, que el recipiendario se ha dado perfecta cuenta de su misión y del espíritu que informa el artículo del Regla- mento á que hemos aludido, á saber: el recordar indirec- tamente, merced al estudio de la labor intelectual de su predecesor, lo que la Academia espera del nuevo miembro y rememorarle igualmente que por ley natural, abando- nará también algún día, el mismo sitial que va d ocupar 154 Al ANALES DE LA y que, al desaparecer sólo perdurarán seguramente sus obras. La Academia de Ciencias Médicas, as y Naturales de la Habana, reformó su Reglamento á este propósito, imitando otras corporaciones, de alto vuelo, extranjeras, porque entendió que se necesitaba un medio de evitar que la memoria de los hombres que habían consagrado su vida á una labor fructuosa, quedase por completo obs- curecida. Por no existir con anterioridad este precepto, más de un varón ilustre, ha quedado en las tinieblas del olvido y la generación presente, que no lo conoció, no puede medir, por la tradición hablada, mientras duro, su exacto valer. y esto la incapacita de formar un juicio per- fecto de sus merecimientos. Los pueblos, señores, se confortan con la vida de sus hijos ilustres y entre nosotros urge remover las cenizas del pasado, para hacer * brillar caracteres, que en épocas difíciles, cultivaron las ciencias y mantuvieron encendido el fuego sagrado en los altares de Minerva. No hay que olvidar el santo estímulo de los que nos precedieron y que encarnó, en el que providencialmente nos lo ha transmitido, en Finlay padre, que durante tres décadas consecutivas, persiguió un ideal, sin recursos ni elementos de estudio de ningún género y venía á esta Corporación á dar cuenta de sus ingeniosos experimentos con aparatos pobres y por sus propias manos construídos. No hay que envanecerse hoy que se dispone de todos los medios, porque el erario consume millones en la pro- pagación de los estudios y, sin embargo, vamos cayendo en un marasmo que ya anunciamos con muclra anticipación. En la época de la colonia los puestos de carácter cien- tífico eran desempeñados, en su mayoría, por individuos procedentes de la metrópoli 6 que allí tenían personas que los abonasen ó defendiesen, la competencia era asun- to secundario; las más de las veces un número considera- ple de cubanos estudiosos ó inteligentes quedaban en el vacío sin esperanzas de ocupar puesto alguno y podemos hablar con imparcialidad, porque es notorio, que no fuf- mos ayer ni somos hoy aspirantes a ellos. La postergación que se hacía entonces de los naturales ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 155 del país, lejos de abatirlos, los estimulaba; el hombre de ciencia cubano deseaba sobresalir, para que resaltase más la injusticia Ó para buscar fuera de la esfera oficial, en la libre lucha por la vida que recomendó Mr. Taff en memo- rable día, ora la recompensa legítima y noble á sus des- velos, ora el premio ¿ su inteligencia probada. Ese fué el origen de tantos caracteres privilegiados que os pudie- ran parecer pequeños hoy, si los comparamos con los que actualmente trabajan sin carecer de nada y se auxilian de los progresos realizados en todos los órdenes de la vida social en Cuba. Aquella situación produjo hombres ín- tegros, verdaderos altruistas, cuyos móviles contrastan con el E interés que informa la actual generación, en que al patriotismo va, á pasos agigantados, sustituyen- do el negocio, en todas las esferas y en todos los actos. Las ciencias durante la época de la Colonia estaban casi muertas, porque se encontraban en manos, como he- mos dicho, de los favoritos, y Cuba Independiente, no pudo preservarse del contagio é hizo poco más Ó menos lo que se hacía antes. El favor, las influencias políticas, más que la competencia, llevaron ú los altos destinos cien- tíficos á un gran número. Cualquiera fué un hombre' de ciencia, del mismo modo que en la Colonia bastaba ser voluntario ó integrista rabioso, para ocupar una cátedra. Los puestos científicos han sido ocupados no pocos, por el amigo de este Secretario ó de aquél, por el que sabía vestir frac y subir las escaleras del palacio que fué de los Capitanes Generales de España, é intrigar, con tanto más éxito ó seguro resultado, si era hábil y hablaba alguna lengua extranjera que le permitiera intimar con los mi- pistr os residentes, de las naciones amigas. ¿Qué ha resultado de esto? que las aspiraciones de la mayoría de los que comienzan, van á quedar más muertas que durante la Colonia, porque entonces se esperaba el cambio radical que al fin sobrevino; pero ahora ¿qué cam- bio favorable hemos de esperar que no sea la prolonga- ción del caos que nos abruma por desaciertos análogos en todas las esferas del Grobierno? En esta Corporación se buscaba tiempo atrás, brillar, lucir en las ciencias, para que vieran los funcionarios de TOMO xLn1.—20. 156 ANALES DE LA la Colonia que en este oasis, ageno á la asfixia oficial, se hacía ciencia pura y Justicia al saber, y aunque como aho- ra aparecían algunos á buscar un puesto en ella, sólo para decir que eran Académicos, mientras este título le añadiese un mérito en una oposición ó en un concurso, había que llevar forzosamente la rebeldía hasta el altar de las cien- cias y se llevaba, con tanta más facilidad que las ciencias son siempre libres y no reconocen soberanía cualquiera que ella sea. S1 no cambiamos de rumbo, si el favoritismo y la intri- ga, han de ser siempre el único factor para encumbrarse en el terreno de las ciencias, mataremos el estímulo de la juventud que en vano intentará elevarse sobre bases sóli- das y honradas, sabiendo que sólo se medra por las prác- ticas seguidas en las viejas monarquías ó en los Estados corrompidos aunque modernos. Dejad que el joven que trabaja en una dependencia del Estado, pueda ostentar su labor, permitidle que se sepa lo que hace, y que tal obra sea suya, aunque cobre un sueldo del Estado; éste le abona por su trabajo; pero no puede robarle el derecho de hacer conocer lo que produ- ce su cerebro. Enhorabuena que se tenga en cuenta el secreto de Estado; pero con esta medida llevada ¿la exageración, sólo se conseguirá evitar discusiones y riv alidades, tan necesarias al progreso; se obtendrá, no lo dudamos, la paz y el silencio; pero éstos se asemejarán, «€ los que se ad- vierten en los sepulcros 4 en las tumbas y significan el fin de las cosas. Señores y señoras: Perdonadnos si en la interpretación yc comentarios del nuevo artículo del Reglamento, hemos ido tan lejos; pero entendemos que el título de Académico impone el deber, de defender los fueros de la ciencia donde quiera que sean conculcados. Nuestra modesta historia, dentro del desenvolvimiento científico de nues- tro país, nos obliga á no desviarnos de la conducta que hemos seguido siempre, aun cuando no sea la más propi- cla para agradar y ha consistido: en señalar las deficiencias con el interés de toda la vida, sin aspirar ¿d ocupar pues- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 157 tos, halagando las malas pasiones 6 amparando la ignoran- cia Ó la maldad en sus múltiples manifestaciones. El Dr. Carlos E. Finlay, repetimos, se ha dado perfecta cuenta, gracias, 4 su penetración inteligente, de la impor- tancia del artículo del Reglamento 4 que hemos hecho alusión y la ha expuesto en síntesis, porque no podía ha- cer más, teniendo que ocuparse de los méritos y trabajos del finado Dr. Manuel G. Lavín. En este punto, no hay para que decir, que el recipien- dario, ha llenado su cometido satisfactoriamente y que la Academia se une á él, para rendir en aras de la piedad: honor á la memoria del Dr. Lavín y paz eterna á sus despojos. 158 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 29 DICIEMBRE 1906 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—D. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De Mérito.—Dr. Carlos J. Finlay. De número.—Dres. E. Acosta.—G. Aróstegui—C. Finlay.— J. Le-Roy.—F. Méndez Capote.—M. Ruíz Casabó.——C. de la To- rre.—J. A. Valdés Anciano. Corresponsal. —Francisco M.* Héctor. Leída el acta de la sesión anterior (14 Diciembre), fué aprobada. No estando presente el Dr. Domingo Hernando Seguí que tiene anunciado UN INFORME ACERCA DE UN MEDICAMENTO, se concede la palabra al Dr. Luis Baralt, que le sigue en turno en la orden del día y pronuncia una notable conferencia acerca de CÓMO SE PUEDE INFLUIR FAVORABLEMENTE EN La CONDUCTA DE LOS HOM- BRES POR MEDIO DE LA EDUCACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS Y DE LA VOLUNTAD demostrando que la inteligencia está supeditada á los sentimientos dirigidos por la voluntad de los ciudadanos, como demuestra en el extracto que en otro lugar se publica. Al terminar su hermosa peroración solicita de la presidencia se someta á discusión, pero no habiendo pedido la palabra ninguno de los asistentes y siendo muy avanzada la hora se dió por termi- nada la sesión. a ES ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 159 EDUCACION DE LOS SENTIMIENTOS Y LA VOLUNTAD (1) POR EL Dr, Luis A. Baralt — == (Sesión del 29 de Diciembre de 1906.) Después de un breve, pero sentido exordio, en el cual expresó el conferencista cuán altamente apreciaba el honor que le hacía la Academia al permitirle disertar en aquel templo de las ciencias, dijo, entre otras cosas, lo siguiente: Cómo se puede influir en la conducta de los hombres por medio de la educación de los sentimientos y la vo- luntad; he aquí el tema que me propongo desarrollar. La educación no es más que uno de los factores de la evolución, como también lo son la herencia, el medio cós- mico, las circunstancias, etc.; pero es el más poderoso, y aquél que, por estar en nuestra mano, constituye nuestro más sagrado deber. La educación es lo único que puede neutralizar y vencer la ley de la herencia, creando una herencia nueva y superior. Pero no es la mera educación intelectual la que puede realizar tal prodigio. Este error, por desgracia tan gene- ralizado, es el primero que debemos combatir. En ello están de acuerdo los más grandes pensadores del día, Spencer, Guyau, Fouillée, Angiulli Le Bon, Bergson y tantos otros. Cuando la mera inteligencia disputa al sen- timiento una determinación de la voluntad, está vencida de antemano, y hasta llega á ofrecer al sentimiento, por indigno que sea, excusas y justificación. El fin supremo de la Educación es la formación del ca- rácter. Llámase “carácter” al conjunto de todas aquellas cualidades—buenas ó malas—que presentan dos de las tres grandes facultades del alma: la sensibilidad y la vo- luntad. Pero es de la mayor importancia adquirir una idea justa de lo que realmente son las facultades. Graves errores se han cometido por creerlas cosas separables co- (1) Extracto de la conferencia pronunciada. 160 ANALES DE LA mo los órganos de un cuerpo. Son tres aspectos distintos, pero inseparables de una misma cosa que se llama la reali- dad psico-fisiológica. Aquí, como en todas partes, todo está tan relacionado: con todo, que todo es uno. No sólo no se puede desarrollar la voluntad sin atender al cultivo de las otras facultades, sino que ni siquiera es posible pre- tender que el robustecimiento dela voluntad en uno de sus aspectos implique su desenvolvimiento en otro. Por eso, cuando se trata de moralizar, debemos cultivar la vo- luntad en la esfera moral, es decir, hay que aumentar esa fuerza especial que nos capacita para posponer los apeti- tos € intereses personales á intereses generales y ú ideales cada día más altos y generosos, sometiendo la animalidad, que es por naturaldza- egoista, d los dictados de la razón y la conciencia. Si aspiramos, por ejemplo, á fomentar el | patriotismo, hay que despertar el amor ¿la Patria, que hará posible, y hasta fácil, el sacrificio que ella exige. La voluntad puede considerarse como un sentimiento. No es más que el aspecto activo de la vida psíquica. Pero no hay que olvidar que la acción en su más lato sentido, comprende la inhibición. Se despliega, por lo menos, tanta fuerza al abstenernos de hacer lo deseado que no es deseable, como al hacer lo deseable que no es deseado. Siendo esto así, no es de extrañar qne la educación de la voluntad tenga su raíz en la de los sentimientos. El sentimiento es lo más esencial y fundamental en la naturaleza humana, y, sin embargo su educación es la más descuidada. Sin detenernos á considerar el placer y el dolor, tan comprensivos y fecundos en la esfera del sentimiento, y que, como todos los aspectos de la actividad mental, son recursos de acomodación y habituación conscientes, baste decir que el más bello y sublime de los sentimientos, el Amor, es el más poderoso agente para el Bien en la vida humana. El amor de la verdad produce la Ciencia, el de lo bello el Arte, el de la familia la Patria y la Humanidad, la solidaridad social, y el del bien la Moral y la Religión. Dentro de este noble sentimiento, están compr endidas la simpatía humana, la compasión, la piedad y la ternura. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 161 No hay más medio de moralizar que hacer amar el Bien, porque sólo el que ama una cosa está dispuesto «4 sacrifi- carse por ella. Hacer amable el Bien—he aquí el secreto. El amor del Bien se diferencia de los otros amores, en que es el único que se presenta con carácter obligatorio que nos impulsa á sacrificarle cuanto nos es caro-—la vida misma—el único, en fin, cuyo desprecio trae aparejado el remordimiento. , '4 = . ¡Qué más, señores, el Amor es tan eminentemente mo- ral y religioso, que los Diez Mandamientos pueden ence- rrarse en esta sola palabra “¡Amad!” Sólo del Amor puede brotar el deseo que produce la re- solución, madre del esfuerzo moral, que por fin se encar- na en la acción meritoria. Tal es la serie: amor, senti- miento benévolo, deseo, resolución, esfuerzo, acto benéfico. El medio para educar la sensibilidad, fuente de la mo- ralidad, es el ejercicio. Así se cultivan todas las faculta- des. Pongámonos en contacto con el dolor humano, y aprenderemos d ser piadosos; asociémonos con los que padecen, y llegaremos 4 compadecer. , La imaginación, tan menospreciada generalmente, tan desmoralizadora cuando no la dirigen la razón y la buena voluntad, puede, bien dirigida, prestarnos gran ayuda en la obra de la educación del carácter. Una pintura vívida del cuadro de dolor y vergiienza que hemos de contem- plar si violamos la ley moral, que es la ley de nuestra propia naturaleza, es más eficáz para la mayoría de las personas que el mejor sermón. De la vida moral se asciende natural y espontáneamen- te á la vida espiritual y religiosa. Ll sentimiento religio- so no es el fundamento de la: Moral, sino su flor y corona- miento. La base y raíz del sentido moral está en el fondo de nuestro propio sér. Los deberes para con nuestros se- mejantes y para con Dios, son en último análisis, deberes que tenemos para con nosotros mismos. ¿No dijo Kant que la Religión era un deber que tenía el hOibrE para consigo MO? La Moral que no sube dá la Religión, no deja de ser Moral. pero es una Moral tris- te, fría, seca, d manera de cuerpo sin sangre ó planta sin 162 ANALES DE LA savia. Del eminente pensador Frank son las siguientes palabras: “Flaquearía la Moral si no se elevara hasta Dios, si no indagara los lazos que con El nos unen y los Deberes que nos imponen su naturaleza y la nuestra”. Compayré, autoridad reconocida en materias pedagógi- cas y filosóficas se expresa en estos términos en la página 305 de su bella obra “Cours de Morale”: “Quitad á la especie humana la esperanza en un mundo superior, y le quitais seguramente una parte de las fuer- zas necesarias para la práctica de la virtud”. Lo mismo dice Voltaire: “Nadamos todos en un mar del cual nunca hemos visto la orilla; llegará quien pueda; pero el que me grita: Na- das en vano, no hay puerto, me descorazona y me quita todas las fuerzas”. Si lo que más se necesita en toda educación, y muy es- pecialmente en la educación moral, es la fuerza, queda probada la necesidad de la cultura religiosa. En otra conferencia trataré de plantear y resolver el delicado problema de la educación religiosa en las escue las del Estado. Básteme ahora decir que lo que en ellas se debe dar es un Deísmo ámplio y esencialmente cris- tiano. Después de Ja Religión, lo que más fuerza dá, es la ac- ción. Para que el sentimiento benévolo sea meritorio y fecundo, es preciso que se exteriorice en acción benéfica. Sin este requisito, pa v ale, y puede hasta ser perjudi- cial. Esto es así por varias razones, entre otras, porque sólo la acción forma E] hábito, tan importante en la edu- cación moral, deposita sedimentos, produce acciones re- flejas, establece asociaciones, y sirviendo de ejemplo, da lugar á la imitación. Lo que más falta nos hace es el es- fuerzo, sobre todo, el esfuerzo perseverante. Los triunfos en todas las esferas de la vida, se deben mucho más « la voluntad que « la inteligencia. El carácter, más que el saber, determina el éxitu en todo. Las ideas y los pensamientos, como dice Fouillée, son erandes fuerzas; pero sólo cuando están fundidos con el sentimiento y la voluntad. Las máximas poseen esca- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 163 sa eficacia si no logran despertar un sentimiento favora- ble más intenso que el que se trata de combatir. Ya lo dijo el famoso poeta latino: “Video meliora proboque; Deteriora sequor”. Las tres teorías sobre la voluntad, bien explicadas por Jules Payot en su excelente libro “La educación de la voluntad”, son las que pueden llamarse: 1.* La de la inmutabilidad del carácter. 2.* La del libre albedrío exagerado, 0el fiat trans- formador. 3.* La de la conquista lenta del propio dominio. Esta última, que sostienen el autor citado y otros no me- nos competentes en la materia, es, indudablemente, la verdadera. El noble objeto de la educación afectiva y vo- litiva—el dominio de sí mismo—esto es, la subordinación de la animalidad á la conciencia ilustrada, se consigue con la cultura harmónica y el esfuerzo perseverante ayudados por un gran factor que se llama el tiempo. La libertad, como todas las grandes cosas en la vida humana, es, más que un hecho y un derecho, una conquista gradual. El factor so- cial 9 colectivo y el histórico entran también como gran- des factores en esta multiplicación. E Veamos la enorme dificultad de la empresa. Hay que conocer bien al enemigo para combatirlo con éxito. La ley de la herencia, el medio social, 4 menudo hostil 4 la empresa educadora, el mismo lenguaje, la literatura mal- sana, el arte dramático y el pictórico, cuando no son ver- dadero Arte, etc., suelen ser formidables enemigos Por otra parte, las ideas, que constituyen la única parte de nuestro bagaje sobre la cual tenemos influencia directa y gran dominio, son por sí solas, impotentes para luchar con los sentimientos. Estos, omnipotentes para deter- minar la voluntad, no obedecen á la inteligencia. Como dice Spencer en su último libro, “Facts and Comments,” los sentimientos son los señores, el intelecto es el criado. La situación parece desesperada, pero no lo es. El cultivo de los buenos sentimientos, ayudado por el esfuerzo repeti- do, por la acción y por una hábil estrategia basada en el co- nocimiento de las leyes psicológicas de nuestra naturaleza, contando con el tiempo, nos dará finalmente la victoria. Tomo xLir.—?21. 164 ANALES DE LA Gradualmente, por medio de la concepción y realización de pequeños ideales 4 nuestro alcance, adquiriremos las fuerzas necesarias para la realización de ideales cada vez más altos. Aquí, como en ioflo, el toque está en harmonizar dos ex- tremos al parecer antagónicos —el optimismo y el pesimis- mo. No debemos ser ni optimistas ni pesimistas, sino mejo- ristas. Cada esfuerzo hecho, cada acto realizado, aumenta nuestra energía y nos prepara así para mayores triunfos. El principal objeto del educador ha de ser dotar de fuer- za al educando, y ésta sólo se obtiene con el ejercicio. Pero para que la acción sea fructífera, hay que soldarla á la idea, soldadura que se hace con el calor del sentimien- to. Lo que nos lleva ¿4 la acción, no es tanto la inteligen- cia que alumbra y dirige, como laemoción que mueve. Es preciso que la acción esté iluminada por la razón y cal- deada por el sentimiento. Lo que la gimnasia para el cuerpo, es el esfuerzo moral para el espíritu y especial. mente para la voluntad, que es su esencia, su principio ) y el primer fenómeno de la vida psíquica. Y será moral to- do esfuerzo que tienda al perfeccionamiento de la natura: leza humana en el individuo y en la especie, como será inmoral todo lo que á ello se oponga: Nuestro determinismo no debe ser tan estrecho que nos impida ver que la eficacia de la educación penetra hasta el campo de la Biología y aun hasta el de la Anatomía, llegando á transformar la estructura orgánica y d produ- cir nuevos Órganos para más altas funciones y facultades que den lugar 4 una nueva herencia para beneficio de las futuras generaciones. Porque el objeto de la educación, es no sólo conservar, sino también aumentar y mejorar la cultura heredada de la raza. El factor más fecundo en el mejoramiento de la sociedad es la voluntad individual. El determinismo progresivo del ideal es un hecho al cual se ha prestado poca atención. Así como la función hace el órgano, la facultad hace la función, y el esfuerzo hace la facultad. Cuando lo consciente vuelve ¿4 lo inconscien- te donde tuvo su origen, la educación ha realizado su obra salvadora. Si sabio y fecundo fué el consejo del Oráculo de Delfos, “Conócete á tí mismo,” más aun lo es ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 165 el de la educación moral “Domínate ¿4 tí mismo.” La li- bertad es lo que eleva el espíritu sobre la materia. No niego que nuestras voliciones estén determinadas por motivos, pero esto no impide que podamos, gracias ú la disciplina, ser determinados por el noble motivo de es- coger los motivos. Gran fuerza tiene el hábito, pero ¿por qué no hemos de poder adquirir el hábito de no ceder á nuestros propios hábitos cuando la razón y la conciencia los declaran indignos de nosotros? En esto, dice el filóso- fo Lewes, está nuestro libre albedrío. Harmonizar la in- fluencia externa y la interna, que es por naturaleza, motriz adaptativa y transformadora—hé ahí el secreto. En la evolución espiritual entran el factor fisiológico, el psíquico, el colectivo ó social y el histórico progre- sivo. Por eso las facultades pueden considerarse como lo que llamamos gustos adquiridos. La facultad volitiva está más enlazada con la intelectiva y la afectiva que éstas con aquélla. Veamos en qué consiste esa táctica que ha de darnos el dominio propio, que es la verdadera libertad, puesto que entraña la conformidad con el yo que es racional y moral. I.—Como los sentimientos—buenos Y malos—nos vie- nen del foro interno ó del medio cósmico podemos, hasta cierto punto, evitar que surjan los desfavorables á nuestro propósito y hacer que aparezcan los deseables, buscando las condiciones psico- fisiológicas y los lugares propicios, sustrayéndonos á aquellos que pueden considerarse como criaderos de malos sertimientos y solicitando los que son todo lo contrario. TI.—5i á pesar de este cuidado naciere el sentimiento perjudicial, debemos recordar que en virtud de una ley psicológica muy conocida, los sentimientos, como las cria- turas, nacen débiles y no crecen ni se robustecen si no encuentran asociaciones que los refuercen y alimenten. Si no les prestamos atención y la ayuda de la fantasía, si no los acariciamos y nutrimos, no proliferan ni echan raíces. Mueren de inanición apenas nacidos. Entre estas asocia- ciones las más importantes son las de contigitidad y se- mejanza. TIL —Si por raro caso un sentimiento indigno brotare 166 ANALES DE LA tan vigoroso que se imponga «€ nuestra atención y nos obligue 4 pensar en él, todavía nos queda este último re- curso: pensar en él pero de una manera malévola, es decir, someterlo 4 un examen crítico cuyo objeto sea buscarle el lado flaco para ponerlo en ridículo y convencerlo de fealdad é indignidad. En cuanto esto se consiga, no será difícil lograr que surja un sentimiento contrario que dé al anterior el golpe de muerte. Apelando siempre al corazón del educando—individuo ¿9 pueblo—:luminando la inteligencia con la verdad y una concepción filosófica del mundo y de la vida, aguzando la conciencia y fortificando y dirigiendo al bien la voluntad, para que por medio de la acción se acrecienten las fuerzas de la personalidad, se puede lograr que la educación sea realmente el más poderoso de los factores de la evolución humana. A la inteligencia de los que me han honrado con su atención no se ocultará que mi principal empeño ha sido hacer ver la supremacía de la Ley de la verdadera Expe- riencia, que es la experiencia completa, no sólo en la esfe- ra de la educación, sino en todas las esferas, en las doc- trinas de la mente, del conocimiento, del ser, de la realidad cósmica; que la cultura 6 educación es una forma, y la más luminosa y fecunda de la Experiencia, y que el obje- to del Harmonismo experimental que propongo como doctrina á á la vez filosófica y práctica, es la fusión de la más amplia investigación crítica con la cultura omnilateral para la vida completa en la que se halla, no sólo la vida sencilla de Wagner y la extrema de Roosevelt, s sino éstas, y además, la vida fisiológica, la intelectual, la afectiva, la estética, la social, la moral y la religiosa—en una palabra la Vida Harmónica. OBRAS DE VENTA E lO | EN LA - a -REDA ACCION DE LOS “ANALES” a Iralajón de la Comisión de Medicina Le- 88 Ed. de Higiene Pública, 3 tomos; La Flora - Cubana, del Dr. Sauvalle, ER tomo; Mama- q logía, Ornitología, Erpetología Y Entomala yz gía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memoria : E sobre la Patología y Antigiedades de la Is- Aj la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. A Contribución al estudio de los Moluscos Cu banos, por el Sr, Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica del aparato Enticud del ojo, por el Dr. Becker, traducida del. > alemán por el Dr. Finlay. AMM NW y e A A 4 Gran Experlencia de Mas de 50 años El en el Ramo de E Solicitar Paten- tes de Invsir- : | | cion, Marcas de Comercio y Títulos an , de Propiedad Literaria en los Esta- Ha 'lEE dos-Unidos y Paises Extrangeros. =' 'ME Para mas informes véase la úitima página El [E delecturad cualquier ejemplar mensualde Z - im La América Cientifica A ME. e Industrial 0) mE edicion en español del mI! Il “SCIENTIFIC AMERICAN," 3 ME 6 escríbase directamente y en español, si se ' — quiere á los señores S M ME MUNN (2 COMPANY ME 361 Broadway, Nueva York. = — DE LA -— HABANA REVISTA CIENTIFICA - : DIRECTORES: e! Der. Jorge [Lje-Roy. = Dr. Gustavo Lrópez E AY E —_—_— TOMO XLIII _—_——— ENERO 1907 Sd HABANA IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40.. 1907 ? ro ANALES se publican lle Su pre-. É o es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. on En esta publicación aparecen, á más de los traba- E ON jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ñ ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de m0 EN ralé intereses profesionales, de asuntos históricos de —dive ersos ramos, Yc., Ue. | 2 NS Los ANALES sostienen numeroso cange con publi za caciones análogas del mundo entero. 200 Vd SS Toda obra enviada á la redacción de los ANALES e será anunciada tres veces. za Se suplica el cange. Please exchange. Exchange $. V. P. E 1 : | ANALES DE LA AGA Sírvase dirigir el cange: V. DeEMIA DE CrEN- | cras Mébpicas, Fí- | SICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchanges: DE LA Haraxa, Cuba 84A Habana Please addres exchange to: Dn, ps E? Q Ei Fez 5 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 167 LIBRARY NEW YORK BOTANICAI NOTAS CLINICAS - GARDEN ANGIO-COLECISTITIS CALCULOSA. — COLECISTECTOMÍA. — DRENAJE DEL CONDUCTO HEPÁTICO.—NEOPLASMA DEL PÍLORO.—GASTRO- YEYUNOSTOMÍA.—ANO CONTRA-NATURA DE LA REGIÓN HIPOGÁS- TRICA.—ENTERORRAFIA.—PRESENTACIÓN DE LOS OPERADOS. POR EL Dr. J. A. Presno y Bastiony (Sesión del 14 de Diciembre 1906.) Ya en 1902, tuve el honor de presentar 4 la Academia, los dos primeros casos de extirpación de la vesícula biliar por calculosis hepática en Cuba. La suerte me favorece, permitiéndome referiros también, la primera intervención sobre las vías biliares profundas que entre nosotros se realiza. Los más recientes trabajos sobre la cirugía de las vías biliares han establecido la necesidad de llevar aquí la ac- ción del drenaje en los accidentes bilio-sépticos, no ya so- bre las vías biliares accesorias, como se hacía hasta ahora, sino sobre las vías principales, profundas. Al cirujano alemán Kehr, corresponde el honor de ha- ber abierto ú4 la cirugía este nuevo campo de acción ideando su Drenaje del conducto hepático; operación va- liosa, que salva la vida de tantos enfermos de infecciones biliares profundas, como ha sucedido en nuestro caso, y para los que la simple colecistostomía todavía resulta in- suficiente. La Sra. A... H... de A... es una antigua litiásica biliar, que ha sufrido muchas crisis de cólicos hepáticos; algunas crisis fueron seguidas de accidentes serios de infección biliar canalicular, indicio de la participación de las vías - profundas en el proceso patológico. El día 14 de Agosto fuí llamado en consulta por su médico, mi ilustrado amigo y compañero el Dr. Grande Rossi, porque hacía algunos días presentaba el cuadro Tomo xLIii.—22, 168 | ANALES Di LA alarmante de la infección bilio-séptica, con tumefacción vesicular, íctero bronceado, decoloración de las heces, fiebre alta, con escalofríos repetidos, lengua seca. Como esta situación no se modificase á pesar de un tratamiento médico apropiado, muy acert tadamente el Dr. Grande Ros- si estimaba necesaria una intervención quirúrgica % al efecto me citó. Era urgente la indicación de intervención operatoria. Al día siguiente, 15 de Agosto, « las siete de la maña- na, operábamos la enferma, con el concurso del Dr. Souza; incisión de Kehr, en bayoneta; encontramos una vesícula biliar muy grande, distendida por 29 cálculos y un líqui- do moco purulento; muy gruesa en algunos sitios y muy friable, se rompió en las maniobras operator as. La extir- pé y tirando del conducto cístico hice una incisión en el colédoco é introduje por la herida hacia el conducto he- pático, una sonda de Nelaton del número 16. En el momento de la operación, la enferma, tenía 40" de temperatura y 120 pulsaciones. El curso post- operatorio desde los primeros días hizo concebir esperanzas de éxito. Por la herida y drenaje del conducto hepático se derramaba la enorme cantidad de bilis infectada que ingurgitaba el hígado, en tal abundan- cla que traspasaba el apósito y hasta las cubiertas de la cama. Llegamos 4 temer que aquella colerragia persistente aun después del 10.” día post-operatorio, agotase la enfer- ma. Pero lentamente fué desapareciendo, mejorando notablemente el estado general y saliendo la enferma completamente curada de su grave infección el 20 de Sep- tiembre próximo pasado, dle “a Sala de Pensionistas del Hospital Número Uno. El anciano que habéis visto: D. G... P..., de 69 años de edad, de Canarias, albañil, sentía desde hace tiem- po perturbaciones digestivas, cuya fecha de aparición no puede precisar bien y que fundadamente atribuyen él y sus familiares á las pol bidas alcohólicas que por entonces tomaba con frecuencia. Pero desde hace ocho meses es í ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 169 cuando estas molestias se egxacerbaron hasta el extremo de hacérsele intolerables; cuando yo le ví, su estado era muy precario. El enfermo se hallaba muy emaciado, des- nutrido, ofreciéndonos el trípode sintomático que pudié- ramos llamar síndrome pilórico funcional, constituído por los vómitos, la retención gástrica y, sobre todo, el dolor intenso y persistente; ésto, y la palpación no muy clara de una tumoración al nivel de la región pilórica, nos in- ducían al diagnóstico, que comprobamos en la interven- ción, de estenosis pilórica, probablemente neoplásica. La laparotomía nos hizo ver también que la induración del píloro se extendía hacia la región prepilórica. No nos detuvimos en hacer practicar antes de la operación el examen del quimismo gástrico, porque su importancia ere verdaderamente escasa ante una indicación quirúrgica ter- minante, impuesta por los signos clínicos mencionados, ya fuese hiper 4 hipo-ácido el contenido gástrico, ya fuese la acidez debida al ácido clorhídrico fisiológico ó ¿ácidos de fermentación. Cualquiera que fuese el substratum his- tológico de la lesión, la indicación operatoria era ya ur- gente; el enfermo se hallaba en vísperas de la inanición, vomitando todo lo que tomaba, y vomitando incesante- mente hacía varios días. Realizamos en este enfermo la gastro-yeyunostomía anterior, con tan bueno y rápido re- sultado, que inmediatamente después de la operación, el enfermo no volvió á vomitar; se alimenta bastante y bien, habiendo recuperado algo sus fuerzas y aliviándose extra- ordinariamente de los terribles síntomas de la estenosis pilórica por la nueva vía de derivación que le hemos prac- ticado con la gastro-yeyunostomía. Un ilustre clínico italiano que recientemente se ha ocu- pado de la gastro-enterostomía, expresaba en una Revista la necesidad de que esta operación se hiciese una opera- ción popular, en el sentido de que los prejuicios del pú- blico constituían el mayor obstáculo á su difusión. Con razón ha hecho notar Mattoli, en su Rapport al Primer Congreso Internacional de Cirugía celebrado en Bruselas á fines de 1905, que “sería más exacto afirmar que la ci- rugía gástrica, y particularmente la gastro-enterostomía, en sus numerosas indicaciones, ha sido contrariada por los 170 ANALES DE LA prejuicios de muchos médicos internistas; pues éstos, lle-. nos de exagerada confianza en sus prescripciones terapéu- ticas, se obstinan en considerar la intervención operatoria, como la ultíma ratio rerum y no la aconsejan sino cuando las condiciones vitales son desesperadas”. Operado el enfermo que os he presentado, el 25 de Sep- tiembre de este año en el Hospital Número Uno, con el concurso de los Dres. Torres é Infante, fué dado de alta el Y de Octubre; en la actualidad tiene ya dos meses (1). wm 0) w y El tercer caso que os presento, doña M... F..., de Es- paña, de 38 años de edad, fué 4 mí dirigida por mi querido compañero el Dr. Avellanal, de Tampa. En esta población le practicaron en el mes de Marzo de 1906, una laparotomía por pio-salpinx y desde el siguiente día de la operación se notó que por la abertura abdominal que da- ba paso á una pinza clamp que hubo necesidad de dejarla permanente, salían gases y materias fecales. Se estableció un ano contra-natura, que con el transcur- so del tiempo fué agrandándose hasta llegar á constituir una verdadera cloaca situada en el hipogastrio, en la que cabía holgadamente el puño y que la enferma atascaba constantemente con grandes torundas de algodón. Bañada siempre en sus heces, la vida era insoportable para esta enferma; además, su nutrición era muy deficien- te, perdiendo de peso por haberse establecido el ano en una asa yeyunal, funcionando el extremo inferior del in- testino cada vez menos. Administramos á la enferma antes de ser operada, pur- gantes repetidos y lavados intestinales para distender la extremidad inferior, pero las deposiciones se hacían casi completamente por el ano artificial. Del borde derecho de éste, partía además, hacia abajo, en el espesor de la pared abdominal un trayecto fistuloso que daba pus en (1) Después de su presentación á la Academia, el 23 de Diciembre próximo pasado tuvo este enfermo una hematemesis copiosa que puso en peligro inminente su vida. En la actualidad (Enero 25, 1907) no yo- mita, pero los dolores le obligan á recurrir casi diariamente á la morfina. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 171 regular cantidad y que persistía d pesar de minuciosos cuidados de limpieza. Como la enferma apremiaba para que se la operase cuanto antes, librándola de su triste dolencia, el día 1* de Octubre de 1906 la operamos en el Hospital Nume- ro Uno. El Dr. Souza, interno del servicio, cireunscribió con una incisión elíptica de la pared, hasta la serosa perito- neal, el contorno infectado de la cloaca, y al llegar á la serosa, intervinimos entonces nosotros, ayudados por el Dr. Torres. No sin trabajo, libramos las asas intestinales delgadas, aglutinadas sobre la matríz y adheridas á ésta. Pudimos entonces, una vez rotas todas las adherencias, suturar cuidadosamente con una sutura sero-muscular pri- mero y sero serosa después, la abertura intestinal, sin es- trechar el calibre del tubo intestinal, bastante dilatado. El resultado post-operatorio ha sido muy feliz, restable- ciéndose el curso normal de las heces fecales y curando la enferma por primera intención de su grave molestia. 1 ANALES DE LA Acta de la sesión literaria del día 11 de Enero de 1907 Presidencia del Dr. J. Santos Fernández. Secretario.—Dr. G. López. Académicos concurrentes.—De número.—Dres.: J. P. Alacán, I. Calvo, T. V. Coronado, D. Hernando Seguí, J. Jacobsen, F. Méndez Capote, M. Ruíz Casabó. Corresponsal. —Francisco M.* Héctor. Leída el acta de la sesión anterior (29 de Diciembre de 1906), fué aprobada. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De los Dres. Coronado, Le-Roy y Valdés Raguós, excusando su ausencia por motivos profesionales y de salud. Del Museo Nacional de Historia Natural de París, abriendo una suscripción para la estatua del naturalista Lamarck. De la Secretaría de Hacienda, remitiendo dos muestras de ladrillos que han sido protestados en una Aduana de la Repú- blica para practicar el análisis de esas muestras, por existir cer- tificaciones contradictorias respecto á los mismos. De la Facultad de Letras y Ciencias, invitando al Sr. Presi- dente de esta Academia para la conferencia que ha de celebrar- se en la misma el doce del actual. Del Dr. M. Ruíz Casabó, regalando un egagrófilo para el Museo. Salída.—Al Dr. J. P. Alacán, nombrándolo ponente para que informe acerca de unos ladrillos remitidos por la Secreta- ría de Hacienda. Al abrir la sesión, el Sr. Presidente concede la palabra al Dr. Ramón García Món, para dar cuenta de un trabajo acerca del TRATAMIENTO DEL TÉTANOS POR EL SUERO ANTITETÁNICO Á DOSIS MASIVAS, anunciado en la orden del día. El Dr. Jacobsen, felicita muy cordialmente al autor, por su ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE LA HABANA 173 importante labor, y, sobre todo, porque ha señalado el poder del suero, como curativo del tétanos. Hasta ahora se conocía su poder preventivo pero no el curativo, y el Dr. García Món, nos lo ofrece en estos dos aspectos. Recuerda con este motivo un caso de su práctica. El enfer- mo había reclamado sus cuidados al cuarto día de infectado, herido en una pierna. Propuso el tratamiento por el suero y se le puso la primera inyección. En el curso de 10 á 20 días, en que resistía mucho el estado del enfermo, se le inyectaron 14 cantidades dle suero de á 10 c. €. Cuando se le presentaron al enfermo los fenómenos de toxemia, malestar general, etc., se le suspendieron las inyecciones, pero entonces los síntomas tetánicos empezaron á ceder, y poco á poco se fué acentuando el bienestar hasta que quedó curado. El Dr. Hernando Seguí, usa después de la palabra para feli- citar también al Dr. García Món, y lo hace preguntando si el tra- bajo del Dr. García Rijo, traído aquí al Congreso Médico Cubano, de Mayo de 1905, no exponía la inutilidad del suero, como curati- vo para el tratamiento del tétanos. El Dr. G. López, felicita igualmente al Dr. García Món, por su trabajo, tanto más, cuanto él ha venido conociendo al deta- lle los trabajos y los enfermos del Dr. (García Món, en la Quin- ta de Dependientes, y ha podido seguir, por decir así, paso á paso, el camino que han recorrido todos los enfermos curados por su distinguido compañero. Está absolutamente de acuerdo en todo cuanto dice el Dr. García Món, no sólo en lo que al poder preventivo del suero se refiere, sino en lo que expone con relación al poder curativo. Poder curativo que ya lo hizo pa- tente, en un caso que tuvo, de tétanos, cuyo trabajo presentó á la Academia en Septiembre de 1904, y que fué completamente curado con dos inyecciones del suero antitetánico. Y expone y afirma que ese ha de ser el camino, que esa ha de ser la prácti- ca, que deberán seguir aquellos médicos que quieran curar á sus enfermos tetánicos. El Dr. Hernando Seguí, pregunta que si sólo los casos de tétanos crónico son tratables por el suero. El Dr. Jacobsen, vuelve á hacer uso de la palabra para enco- miar de nuevo, la labor del Dr. García Món y dice que de su trabajo, pudieran sacarse las siguientes conclusiones : 174 ANALES DE LA A a A a A 5 ri 1.7 Que como tratamiento preventivo del tétanos debe siempre usarse el suero antitetánico. 2. Que en los casos de tétanos, invariablemente, se debe usar el suero, sea cualquiera la condición del enfermo, y debe emplearse con cierta frecuencia. 3. (Que mientras más cercana á la herida sea la inyección del suero, como preventivo, más eficaz será su acción. 4, Que no se debe detener el médico en las inyecciones - hasta que se vean cesar los síntomas tetánicos, ó en su defecto, hasta que no se, presenten los síntomas anafiláxicos. El Dr. García Món, contesta dando las más expresivas gra- cias á los señores que le han arguido y le han felicitado. Espe- cialmente á los Dres. Jacobsen y +. López, que no han hecho más que aceptar y confirmar sus estimaciones. Al Dr. Hernan- do Segul, le hace algunas aclaraciones relativas al valor del suero como preventivo y como curativo, haciéndole ver que desde luego, en aquellos casos de forma crónica el éxito es más seguro, pero que tan eficaz le parece en una situación como en otra, con tal de que se emplee bastante cantidad, como lo re- quieren los casos agudos. Se concede después la palabra al Dr. Prancisco María Héctor, para la lectura de su trabajo ““ALGUNAS CONSIDERACIONES SO- BRE LA ALIMENTACIÓN Y TRATAMIENTO DE LOS TUBERCULOSOS HEMOPTOICOS”. Una vez concluido, el Pr. Hernando Seguí pide la palabra, para exponer que es muy digno de encomio el trabajo, tan lleno de buena exposición y buen método, como el que acaba de leer el Dr. Héctor, pero del cual disiente en lo “absoluto, por que no puede admitir como inconcuso el hecho de que el tuberculoso que no tiene hemorragia es porque no tiene hipertensión, y que todo hemoptóico, es seguro que tiene hipertensión; que él ha te- nido tuberculosos que son artríticos, cosas que de ningún modo se excluyen. Entiende que cualquier artrítico ó arterio escleró- sico, es capaz de volverse tuberculoso, y son capaces de tener su hemoptisis por cualquier motivo, sin ser la hipertensión la cau- sa. No acepta las cifras señaladas por el Dr. Héctor, como de la tensión arterial, pues las ofrecidas por él en un trabajo que pre- sentó al Congreso Médico Cubano, alcanzaron un promedio de 13 y más décimas. Y sus observaciones las hizo en Triscornia, ACADEMIA DÉ CIBNCÍAS DE LA HABANA 175 y en sujetos reción llegados, que si daban la cifra de 16 á 18, luego, á los pocos meses, bajaban hasta 13 y menos aun. El Dr. Jacobsen, felicita también al Dr. Héctor, y se alegra mucho de que á la Academia se traigan 4 discutir asuntos que tengan tanto interés como el actual. Cree, sin embargo, con el Dr. Hernando Seguí, que no siempre todo tuberculoso sufre de hipertensión arterial, siendo hemoptóico; y que por el contra- rio, él ha observado enfermos con hipotensión que eran hemop- tóicos. Entiende que multitud de causas obran en estos casos, entre los cuales entran la alimentación, el régimen de vida, la aereación, etc., y que es necesario estudiar más este asunto para poderse emitir un ¿juicio en relación con las causas de la hemoptisis en los tuberculosos. El Dr. Héctor dá las gracias á sus compañeros, por las ce- lebraciones hechas á su trabajo, el cual está basado en aprecia- ciones del Dr. Barbary, autor de quien ha tomado los datos, que él se promete comprobar Óó corroborar en sus casos, y los cuales traerá también á discutir 4 esta Academia. Estima en mucho, al Dr. Hernando Seguí, los datos que le dá acerca de sus investigaciones tomados en sujetos recién llegados y aquí permanentes, midiéndoles la tensión arterial y tomando nota detallalla de ellos. Que él no conocía estos hechos que arfojar pueden mucha luz, para el asunto que él ha puesto sobre el tapete. Se dió por terminada la sesión, por ser la hora reglamen- taria. TOMO xLII.—23, 176 ANALES DÉ LA TRATAMIENTO DEL TETANOS POR EL SUERO ANTITETANICO A DOSIS MASIVAS. METODO INTENSIVO Por el Dr. R. García Món (Sesión del 10 de Enero de 1907.) Desde el viejo Hipócrates, que describió magistralmen- te el tetanos, hasta 1885, que el bacteriólogo alemán, Nicolaier descubrió el bacilo que lleva su nombre, en el pus de las heridas de ratones, conejos y curieles, en los cuales había producido el tétanos, introduciéndoles tierra debajo de la piel, el tratamiento y profilaxis de esta enfer- medad permanecieron casi estacionarios. Al descubrimiento de Nicolaler siguió el de Rosembach, que encontró el mismo microbio en la herida de un hom- bre muerto de tétanos. ¿n 1889, el japonés Kitasato cultiva y aisla definitiva- mente el bacilo señalado por Nicolaíer, y, por último, un cubano, Sánchez Toledo, en unión del francés V eillon, en 1890, lo encuentran en la tierra de los campos, en el heno, en el polyo de las calles, etc., demostrando, no solamente que es un mierobio telúrico, sino que la vitalidad de sus espórulos es tal, que persiste con extremada virulencia por tiempo indefinido. De modo que, en un lapso de tiempo menor de cinco años, se descubrió el microbio, se le aisló y cultivó, se averiguó su habitual residencia, y hasta su larga vitalidad. Faltaba sólo producir un suero que prestase utilidad positiva en el tratamiento y profilaxis de la enfermedad y esto lo llevaron 4 eabo Behrino y Kitasato, también en 1890, inyectando a los animales. l toxina tetánica segre- eada por el microbio, asociada al tricloruro de iodo. Ne admitió desde Ec ila que la sangre de los animales así tratados es antitóxica, y y que su suero disfruta de propie- dades profiláctic: ss y “terapéntic 15 contra el tétanos; y el suero así obtenido 1 ingresó en la te En ntica, Mí empezó ¿ usarse aunque con relativa lentitud. Cábeles la eloria « es ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA UN los americanos del Norte, de haberlo difundido y vulgari- zado. Ellos con ese gran sentido práctico que los caracte- riza y los induce ¿ asimilarse todo lo que es útil y benefi- cioso, de donde quiera que venga, empezaron poco después de aquella fecha, $ producirlo en sus laboratorios en cantidades tan considerables y 4 precios tan relativamente económicos, que permiten usarlo, no sólo en la terapéutica humana, sino también en veterinaria. Con numerosas estadísticas y con casos aislados se pre- conizó el uso del suero. En el Congreso de Cirugía cele- brado en París en 1902, se expusteron los resultados obte- tenidos por la seroterapia en el tétanos, y se probó que mientras la mortalidad general sin la ser roterapia no baja de 75%, con el suero empleado por la vía subcutánea, en 374 casos, ha descendido á 39%, y en la estadística de Tizzoni la mortalidad bajó hasta el 30%. Aquí, en Cuba, el Dr. Enrique Yániz publicó en 1903 en la Revista Médica Cubana, una estadística de cinco casos, cuatro tratados por diferentes procedimientos, inclu- so el de Baccelli, y uno por el suero en inyecciones-intra raquídeas y subcutáneas, siendo éste el único salvado: de los cinco. En una sesión de la Academia de Ciencias, correspon- diente ¿4 Septiembre de 1904, el Dr. Gustavo López, dió cuenta de un caso de tétanos crónico curado también por el suero. Al primer Congreso Nacional Cubano celebrado en la Habana en Mayo de 1905, el Dr. R. García Rijo presentó un notable trabajo titulado: “El suero antitetánico como preventivo y como curativo”; en ese trabajo, el Dr. García Rijo daba cuenta de trece casos sospechosos inyectados preventivamente, todos con éxito, y tres de tétanos decla- rado, tratados por el suero, y curados los tres. Pero á pesar de todo lo expuesto, aun no se ha llegado, ni mucho menos, 4 conclusiones definitivas en la serotera- . , . . PRE pia del tétanos, tanto bajo el punto de vista profiláctico como curativo, y para probarlo, voy á reproducir lo que bajo el epígrafe de “El Tétanos en la Guerra Ruso-Japo- nesa” publica la Revista de Medicina y Cirugia de la Ha- 178 ANALES DE LA bana, reproducido de una revista de San Petesburgo en el número correspondiente al 10 de Noviembre último. “El Dr. Holbeck ha publicado un interesante estudio sobre la infección tetánica en los heridos del ejército ruso durante la última guerra. Según el autor..... en todos los casos en que una vez desarrollado el tétanos agudo se acudió con el tratamiento del suero antitetánico, resultó éste casi absolutamente inútil. “En cambio, siempre que en vista de las condiciones de la herida..... se empleó el suero como profiláctico en los primeros momentos, antes que se mostraran sintomas de la infección, el O fué verdaderamente maravil- lloso. Ni en un solo caso de éstos se pudo ubservar el desarrollo del tétanos. “Esta observación interesante de Holbeck en la guerra Ruso-Japonesa nos hace recordar que los médicos militares alemanes en la última expedición de sus tropas 4 China probaron del mismo modo que si bien el suero antitetánico empleado después de desarrollada la infección resulta ine- ficaz para atajar la intoxicación del sistema nervioso, en - cambio, empleado como profiláctico, puede evitar con se- guridad en los heridos el desarrollo del tétanos. Con la experiencia recogida..... hay bastante razón para que en adelante á todo herido, que por las condiciones de su le- sión se considere en peligro de contraer el tétanos se le inyecte, al prestarle los primeros auxilios una dosis pre- ventiva de suero antitetánico.” A esto que copio de la Revista de Medicina y Cirugia e puede añadir que en el último Congreso de la “Socie- dad Alemana de Cirugía” celebrado en Berón dá principios del pasado Abril, pr alcoi idéntico criterio. Mis observaciones personales, sin embargo, me permiten afirmar que ni las conclusiones del Dr. Holbecl y los mé- dicos militares alemanes de la última expedición á la Chi- na, nilas del Congreso de Cirugía de Berlín, son tan absolutas y concluyentes como ¿los declaran, tanto en lo relativo á la infalible virtud profiláctica del suero, como 4 su falta de poder curativo. En primer lugar haré constar que una dosis de suero antitetánico no evita con seguridad en los heridos el des- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 179 arrollo del tétanos, como se verá por lo que voy á re- latar. A la Quinta de Dependientes concurren numerosos he- ridos, unos á tomar cama, y otros, los más leves, á que se les practique la cura para volver ¿ sus ocupaciones, y siempre que por las condiciones especiales de la lesión se considera al herido en peligro de contraer el tétanos, se le inyecta, por los médicos de guardia; en el momento de practicarle la primera cura, una dosis (10 c. c.) de suero antitetánico de Parke, Davis € Co. Esto se viene haciendo, sistemáticamente, desde el prin- cipio de Enero de 1905, y desde entonces hasta hoy, han sido inyectados 825 heridos, sospechosos de infección te- tánica, y fuerza es confesar que de todos estos inyectados, tan sólo en dos se declaró el tétanos, y aun en uno de ellos la enfermedad revistió la forma subaguda y no la aguda; d la que corresponde el 95% de los allí asistidos. Pero, á pesar de eso, estos dos casos prueban que no esta- mos autorizados para afirmar de una manera absoluta, que una inyección de suero antitetánico aplicada á un herido antes de desarrollarse el tétanos es suficiente para prevenirle la enfermedad. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que sea inútil la inyección preventiva, por el contrario, con su uso se redujo en la Quinta un 80% la frecuencia del tétanos, Ú en otros términos, en 1904, que no se usó el suero preventivamente, hubo cinco casos, y en 1905, que se emplearon las inyecciones, sólo tuvimos uno, que no había sido inyectado. Creo firmemente, que la proporción se acercaría ¿ cero sí todos los heridos fuesen inyectados á tiempo, pero esto nunca será posible, porque muchas ve ces, un simple rasguño que pasa desapercibido al enfermo, puede ocasionar el tétanos, como sucedió en uno de nues- tros casos. En cuanto al tratamiento por el suero, el desacuerdo entre los que le niegan el menor efecto terapéutico, y los que lo preconizan, radica, á mi juicio, en la dosis inyecta- da. En una palabra, es cuestión de cantidad; no de calidad. Fundo mi opinión en los 23 casos habidos en la Quinta de Dependientes, durante los catorce años que llevo formando 180 ANALES DE LA di de su cuerpo. facultativo, ó sea desde 1893. Estos 23 casos pueden descomponerse en tres grupos. 1.2 Hasta Diciembre de 1903. tratados por los méto- dos clásicos más recomendados con exclusión del suero. CASOS CURADOS FALLECIDOS MORTALIDAD 13 1 12 92,30% 2. Desde Enero de 1904 hasta Junio de 1905, trata- dos por el cloral y los drásticos, unidos al suero ád peque- ñas dosis. CASOS CURADOS FALLECIDOS MORTALIDAD 5 0 5 100% 3.2 Desde Junio de 1905, hasta Enero de 1907, tratados por el suero á dosis masivas fraccionadas, con exclusión total de antiespasmódicos y sedantes. VASOS CURADOS FALLECIDOS MORTALIDAD 5 4 1] 20% Este tipo de mortalidad puede reducirse d cero, si se tiene en cuenta que uno delos enfermos ingresó en el Sa- natorio en estado preagónico y falleció pocas horas después. He aquí, ¿ grandes rasgos, las historias clínicas de los casos que ofrecen mayor interés. Delos 13 del primer erupo sólo se salvó uno de tétanos subagudo asistido por el Dr. Estrada, y tratado por el cloral. Los otros casos de este grupo, fatales todos, no merecen mención especial, fueron tratados por los métodos más usuales y asistidos por diferentes facultativos, entre los cuales me cuento yo. El primero del segundo grupo fué asistido por el doctor Enrique Yániz, y tratados por inyecciones intra raquídeas y subcutáneas, pero á dosis relativamente pequeñas y po- co fraccionadas. Falleció. Los otros cuatro, también fata- les, fueron tratados por inyecciones subcutáneas, sin pasar de tres al día, auxiliados por el cloral y los drásticos, y asistidos por distintos médicos. Los cinco casos que constituyen el último grupo, d sean los tratados por el suero á dosis masivas y frecuentes con exclusión total de los sedantes y antiespasmódicos, ame- ritan mencionarse separadamente. El primero, N, Y., que fué asistido por el Dr. Páez, in- ACADEMIA DE CIENCIAS DÉ LA HABANA 181 egresó en la Quinta el día 28 de Junio por la tarde, por indicación de los Dres. Cabrera y Jacobsen, que lo habían visto en su domicilo y habían diagnosticado tétanos trau- mático agudo á consecuencia de una herida en el dedo pulgar de la mano izquierda, producida por el cristal de una vidriera, siete días antes. Á su ingreso en el Sanato- rio presentaba todos los síntomas característicos del téta- nos agudo. Se le inyectó el primer día una dosis (10 e. e.) de suero antitetánico de Parke, Davis «€ Co., cada cuatro horas, una cada seis horas al segundo, y tres al día durante cinco días más, todas por vía subcutánea. Total, 24 inyecciones de á 10 gramos cada una, Ó sean 240 gramos de suero. A los quince días salió curado. : El segundo caso, J. A. V., que fué asistido por el doctor Ferrer, ingresó en la Quinta en estado preagónico, y aun- que el Dr. Ferrer empezó «¿ inyectarle el suero ¿4 dosis altas sucumbió á las pocas horas de haber ingresado en el Sanatorio. De manera que, rigurosamente, este caso no debiera incluirse en los tratados por el suero á dosis masi- vas, y menos considerarle como un fracaso de este trata- miento, que en la Quinta para abrevia" le llamamos método intensivo. El tercer caso presenta doble interés, porque 4 pesar de haber sido inyectado preventivamente, la enfermedad se declaró. T. F. F., se hincó en la planta del pie el día 19 de Ju- lio de 1906, y el 20 se presentó en la Quinta, donde los médicos de guardia Dres. García Valdés y Humara le cau- terizaron la herida con el termo y le inyectaron una dosis de suero antitetánico, y no queriendo tomar cama se le aplicó una cura antiséptica y regresó 4 su domicilio, El día 3 de Agosto volvió a presentarse manifestando que desde el día antes no podía abrir la boca y que sentía do- lores agudos por todo el cuerpo. Al examen se comproba- ron el trismus y la rigidez del cuello y del tórax con opistótonos bien manifiestos. Ingresó en mi servicio y nuevamente le cautericé la herida con el termo, é inmediatamente se le inyectó una dosis (10 c. c.) de suero antitetánico de Parke, Davis € Co., 182 ANALES DE LA cada tres horas, por vía subcutánea, por ser la más exenta de peligros y la más recomendada hoy. Como los síntomas no cedían se continuó durante tres días poméndole una cada tres horas (seis diarias). Durante otros tres días, una cada cuatro horas (cinco al día), y tres diarias, por tres días más. Total, 42 inyecciones (420 c. c.) en nueve días. Salió curado el día 28 de Agosto, ád los 25 días de su Ingreso. Dos hechos deben notarse en este caso. En primer lugar, aunque el tétanos se declaró, fué á los catorce días, fecha tardía, si se tiene en cuenta que en los otros 21 casos no inyectados preventivamente, la enfermedad estalló después de un período de incubación que fluctuó entre cuatro y nueve días, y segundo, que la enfermedad revistió la for- ma subaguda, muy diferente de los otros casos, que á excepcion de uno, todos corresponden á la forma aguda. De modo que el suero, aunque se le inyectó algo tarde; produjo indiscutible efecto profiláctico. Cuarto caso. B. F. D., se punzó con un clavo en la plan- ta del pie derecho el día 18 de Octubre de 1906, y sin dar importancia á su lesión continuó sus ocupaciones sin consultar 4 ningún medico, por lo cual no recibió inyección preventiva. El 26 de Octubre por la noche, esto es, ocho días después de su puntura plantar se iniciaran los prime- ros síntomas, y al otro día los familiares alarmados, lo lleva- ron á la Quinta. Como era por la mañana, á la hora de la visita, lo pudieron examinar detenidamente los Dres. Moas, Méndez Capote, Gustavo López, Páez, Fontanills, Pérez Miró, etc., todos los cuales estuvieron conformes en que se trataba de un caso de tétanos agudo, de pronóstico su- mamente grave. Ingresó en m: servicio é inmediatamente se le cauterizó la herida y se le sometió al método intensivo, en la misma forma del caso anterior. Este fué un caso su- mamente grave; las contracturas con grandes dolores, el trismus que apenas le permitía introducir los líquidos, la dificultad dela respiración, y la paresia intestinal y vesical fueron muy acentuadas. La temperatura osciló entre 38% y 38%. Peroal fin, después de una inyección cada tres horas durante cada cuatro días, una cada cuatro horas durante dos, y dos diarias durante otros dos, cedieron aquellos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 183 síntomas tan alarmantes, gracias á las 38Anyecciones (380 e. C.) que se le aplicaron en ocho días. El 30 de Noviem- bre salió curado. El quinto y último caso: N. E., también presenta marca- do interés. El día 27 de Noviembre se hincó con un clavo en la planta del pie izquierdo, y tres días después fué ¿ la Quin- ta, y sin cauterizarle la herida porque parecía cerrada, le inyectaron una dosis de suero y volvió á su casa sin que tuviese novedad hasta el día 23 de Diciembre que se sin- tió muy mal, y llamó al Dr. Pérez Miró. que en cuanto le vió, diagnosticó tétanos agudo de forma bulbar, y allí mismo le inyectó una dosis de suero después de rasparle y lavarle la herida con ácido fénico, y lo remitió á la Quinta. Este caso, no obstante, haber sido inyectado preventi- vamente, revestía una forma sumamente aguda. Cara sar- dónica, trismus, grandes dolores, disnea por la contractura de los escalenos, disfagia, y opistótonos, y todos estos síntomas tan acentuados, que parecían anunciar una muer- te próxima. En la Quinta se le cauterizó la herida con el termo al ingresar en mi sala, y se siguió el mismo método intensivo que con los anteriores, habiéndosele inyectado 24 dosis durante seis días. La temperatura de este enfer- mo fluctuó entre 37% y 38%, Actualmente se encuentra convaleciendo en la Quinta, completamente curado. Repito que en ninguno de estos casos se emplearon sedantes de ninguna clase, y en todos una poción laxante compuesta de Sulfato! de sosa... Testi. 20 ers. Magnesia de Erba........ 15 ers. 6 >, , 3 Ni IAS 2 grs. o ii: 200 ers. para tomar dos cucharadas cada dos horas. Dieta hídrica los primeros tres días, y leche después, hasta que desaparecen por completo las contracturas. De todo lo que antecede se pueden deducir las conclu- siones siguientes: 1.* Una inyección no es siempre suficiente para preve- TOMO xLIML.—24, 184 ANALES DE LA nir el tétanos, sobre todo, si no se aplica el día de la heri- da, puesto que su poder profiláctico parece estar en razón inversa del tiempo transcurrido entre la herida y la inyec- ción, por cuyo motivo ésta debe aplicarse dentro de las primeras doce horas, y cuando esto no sea posible parece indicada una segunda inyección dos Ó tres días después de la primera 2.* En el tétanos declarado las inyecciones repetidas de suero antitetánico, metodo intensivo, y los laxantes, deben constituír la base del tratamiento. Los resultados así obtenidos me indujeron ¿ daros d conocer las observaciones de los casos relatados, conven- cido, como ya dije antes, de que aun no se ha. dicho, ni mucho menos, la última palabra de la seroterapia del téta- nos, contribuy endo de este modo, con mi grano de arena, á la continuación de la erandiosa obra que cimentaron aquellos sabios que cité al principio. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL REGIMEN ALIMENTICIO Y TRATAMIENTO DE LOS TUBERCOLOSOS HEMOPTOICOS Por el Dr. Francisco M. Héctor (Sesión del 11 de Enero de 1907.) La lectura de recientes trabajos publicados tratando de dar una nueva interpretación al mecanismo de la hemop- tisis tuberculosa, nos ha sugerido la idea de exponer ante esta docta Corporación: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL REGIMEN ALIMENTICIO Y TRATAMIENTO DE LOS TUBERCULOSOS HEMOPTOICOS Asunto á nuestro juicio de notoria importancia, de ver- dadero interés clínico, tanto más, cuanto viene 4 imponer cierta restricción á la práctica universalmente aceptada de la sobre alimentación en el tuberculoso. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 185 Tan es así, que de las investigaciones hechas, confirma das en muchas ocasiones por la clínica, se ha llegado ¿ co- nocer que la sobre alimentación es tan favorable en unos casos, como perjudicial en otros; que noasíÍ, y de una ma- nera absoluta puede instituirse siempre en todo tubercu- loso: que el precepto de la doble ración de alimento, ha de ser condicional; y de no ser así, sería pernicioso. De igual manera y con la misma prudencia, 4 buen sen- tido práctico y oportunidad con que hemos de proceder respecto á la alimentación, lo hemos de hacer respecto ¿ la elección de los agentes medicamentosos llamados á con- jurar el síntoma hemoptisis; que antes escojíamos al capri- cho, ó por costumbre, dentro del inmenso grupo de los hemostáticos, sin preocuparnos para nada respecto á la influencia que dichos agentes terapéuticos pudierán ejer- cer sobre el torrente: circulatorio, ó con más propiedad, sobre la tensión sanguínea arterial. Nos proponemos presentar ante la ilustrada considera- ción de vosotros, estos dos conceptos que esbozados que- dan en lo que dejamos expuesto, contando como por se- guro que nos habréis de dispensar el favor de estuchar- nos, como es costumbre, en vuestra habitual delicadeza y cortesía. Ha dicho el Profesor Fernand Barbary que: La hemop- tisis es función de la hipertensión arterial. Y para denros- trar su aserto ha publicado una Tesis luminosa y sugesti- a en donde á los fundamentos de orden fisiológico, de fi- siología patológica, le da fin con doce observaciones clí- nicas de indiscutible interés. En el trabajo de referencia entra el autor en una serie de consideraciones sobre la hipertensión, que de una ma- nera sumarísima que sea hemos de ocuparnos de ellas, puesto que será el punto de partida, la base por decir así, de este trabajo. Como asunto de actualidad que cada día adquiere ma- yor importancia general, en lo relativo 4 la tensión arte- rial, debemos decir refiriéndonos 4 la tuberculosis, que la opinión no está aun perfectamente acorde. Quepara mu- 186 ANALES DE LA chos autores la hipotensión es un estado propio y casi obligado de la tuberculosis; encontrándose de tal manera ligado este signo á la lesión bacilar, que se ha considera- do como fenómeno de causa ¿efecto y se ha pensado aprovecharlo como medio de diaemóstico diferencial ante procesos que pueden ser det erminados por causas distin- tas € la infección de Koch; sirviendo también como medio para el diagnóstico precoz, antes de la aparición de todo signo físico cierto. Opínase de distinta manera por otros, reconociendo una tensión arterial propia de la tuberenlosis; puesto que á la citada hipotensión, se ha podido confirmar en contrario, la hipertensión, dándola de antemano como constante é invariable, en los tuberculosos conjuntamente artríticos, arterio-esclerósicos, s'otosos, etc., etc. Así también se ha observado que un mismo tuberculoso puede encontrarse hiper % hipotendido, bajo la influencia de causas distintas. “No hay propiamente habvlando—ha dicho el Profesor “Barbary —una tensión arterial de forma especial propia “de la tuberculosis. Lo que es necesario decir es, que “hay fases de hipotensión algunas veces largas, y fases “de hipertensión algunas veces cortas y, por lo tanto, des- “conocidas. Esta modificación de la tensión será en ge- “neral, el auto-correo de un brote congestivo con he- ““*moptisis”. “Nosotros hemos podido demostrar—agrega el mismo “autor—que una tensión radial habitualmente correspon- “diente d: 15-16-18 del esfimómetro de Bouloumié-Po- “tain, montaba á 20-25 durante el período, preparatorio ““de la hemoptisis, La tensión volvia en seguida al fin de “la hemoptisis á la cifra habitual en tal ó cual tuberculo- “so, es decir, d la normal para los unos, ¿la hipotensión “para un segundo, 4 un estado de hipertensión más débil “para un tercero, para el cual la hipertensión era un es- “tado permanente”. Discurriendo nosotros sobre el valor ó la influencia que el estado de tensión arterial puede ejercer en el tubercu- loso, sobre todo en la producción del síntoma hemorragia pulmonar; la frecuencia con que puede modificarse aqué- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 187 lla hasta por el régimen alimenticio tan sólo; sus distintas modalidades; los medios al alcance del práctico para evi- tar estos trastornos de hidráulica circulatoria, nos hace pensar en que es necesario tener siempre presente su coe- xistencia casl constante. Ya sea transitoria, la cual es muy frecuente en todos los tuberculosos desde el momento que reconoce como causa los trastornos gastro—intestinales tan frecuentes en todo baciloso, en el cual la hipoclorhidria es casi constan- te. Por esta razón hay que ser muy circunspecto en el régimen alimenticio; hay que evitar la sobrecarga alimen- ticia que determina en los estados hipopépticos la hiper- tensión toxi-alimenticia. La tuberculosa se encuentra hipertendida transitoria- mente, durante el período de preparación y durante el es- tado de molimen menstrual. Según lo han demostrado Huchard, Petrasu y Siredey. El régimen carneado intensivo 6 habitual que sea, ha dicho Huchard (1), crea ó entretiene la hipertensión vas- cular. De igual manera las emociones violentas, los excesos, la vida activa, los cambios de régimen también pueden in- culparse. No menos frecuente es la hipertensión medicamentosa, ó hipertensión inestable de Barbary; que como su nombre lo indica, reconoce como causa la ingestión de ciertos me- dicamentos, y entre una larga lista que pudiéramos citar, sólo consignaremos el arsénico y sus derivados, la creoso- ta y sus derivados también; siquiera sea por el uso inmo- derado, ó el abuso peligroso que de ambas substancias se hace en el tratamiento de la tuberculosis pulmonar, sien- do las más de las veces la causa determinante de graves hemoptisis. La hipertensión permanente es un estado casi obligado de la diátesis artrítica; el tuberculoso artrítico está por lo tanto más expuesto que cualquiera otro á la hemorragia pulmonar, y así se observa frecuentemente. — Las hemop- tisis del principio se ven casi exclusivamente en el artrí- (1) Bulletin General de Terapéutique, 23 de Septiembre de 1906. 188 Rol ANALES DE LA tico—ha dicho Barbary—y se explica según dl, “porque “la tensión arterial estando en ellos naturalmente por en- “cima de la normal, es suficiente el menor brote conges- “tivo del pulmón para que esta presión hecha brutalmen- “te muy elevada, provoque la hemorragia”. En el artistismo es también frecuente la perturbación digestiva y por ella la hipertensión. De la menopaustla—ha dicho el P. Huchard.—“En los casos en que la menopausia se establece de una maner: anormal y más ó menos penosa, las mujeres están en la si- tuación de las que van á tener sus reglas, es por lo tanto, porlo que durante años, la tensión puede permanecer casi constantemente sobre—elevada”. Algo análogo pasa en la pubertad. », SS 2 eS y a Como no es nuestro objeto hacer un estudio detallado y minucioso, sino más bien consignar un punto de higiene y de terapéntica clínica, en lo que referirse puede en par- ticular al síntoma hemoptisis, creemos haber expuesto lo suficiente aunque á grandes rasgos, todo lo pertinente á la hipertensión, como causa muchas veces de este sínto ma; y con la misma rapidez, hemos de decir cuatro pala- bras sobre su tratamiento; el cual puede ser como sabemos preventivo y curativo. En el primer caso actuaremos instituyendo un régimen ad-hoc; sobre todo, vigilando mucho la alimentación; que guarde ésta perfecta correlación con el poder digestivo de cada enfermo; precisando en cada caso la cantidad y calidad de alimento. | Tener siempre presente, tanto para el plan alimenticio como para la indicación farmacológica, que la infección tuberculosa, puede concomitar con otras diátesis, como la artrítica, la gotosa; los estados cardio-arterio-esclerosos y hasta pre-esclerosos solamente, que como hemos indicado anteriormente, influyen sin disputa, en la producción de la neumorragia y que imponen por esta razón un régimen dietético oportuno contra aquellos estados diatésicos. En presencia de un tuberculoso hemoptdico, y con ma- yor razón, si este síntoma no es la consecuencia de la ul- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 189 ceración de un vaso, debe procederse 4 conocer su estado de tensión arterial; cosa fácil como todos sabemos, bien por medio del esfizmo manómetro de Potín, ó por el es- tfiemómetro de Boubonmie y Verdin, que por ser de vos- otros conocidos no me detendré en describir. Como se sabe de antemano, toda presión en centímetros de mercu- rio, compr endida entre 16, 17 y 18, será normal; menos, acusará hipotensión; más de estas cifras, indicará hiper- tensión. Reconocida, pues, la hipertensión por este medio seguro y fiel, se impondrá el tratamiento; que como pun- to: general, sóne qua nom, prescribirá todo agente que de alguna manera, directa d indirectamente perturbe la di- gestión, ó actúe sobre el aparato circulatorio influyendo de una manera positiva en la intensidad de su tensión. Del tratamiento higiénico no nos hemos de ocupar más que de una manera sintética sobre la alimentación; y en la misma forma nos hemos de ocupar de la electro-terápi- ca, masoterapia y plan farmacológico. El tratamiento higiénico, de todos tan conocido, tan vasto como fecundo en buenos resultados, se ha de supe- ditar, en cuanto á la alimentación que ésta ha de estar siempre en relación con el coeficiente digestivo del enfer: mo; y respecto al régimen carneado, ni ha de ser intensi- vo ni muy constante, puesto que como hemos dicho, por sí sólo determina la hipertensión y con ella además, la in- suficiencia renal, con todos sus perjuicios. Con el mismo cuidado debe ser vigilada la función intestinal; la exone- ración intestinal ha de ser diaria y en cantidad bastante, por cuanto de lo contrario, la estercoremia será una inter- currencia segura y muy desfavorable. Entre los agentes físicos, podemos disponer para corre- oir la hipertensión de las corrientes de alta frecuencia, la auto-conducción: Montier y Challemel han demostrado que si en el tra- tamiento de la hipertensión por la Arsonvalización, se continúan las sesiones después que la presión ha vuelto á la normal, se puede ver esta presión bajar y descender hasta 11 centímetros de mercurio. Puede usarse también el “masaje abdominal” propues- to por el Profesor Cautrer, que ha de ser mucho más 190 ANALES DE LA eficaz en los hipertendidos permanentes por arterio-escle- rosis, Ó por razón de la menopausia. Los agentes farmacológicos propuestos en variedad hasta el infinito, nos creemos excusados de enumerarlos, por ser asunto tan conocido. Sólo si creemos pertinente dejar consignado que entre ellos existen algunos, como la ergotina, por ejemplo, que deben ser proscritos en la hemoptisis de los hipertendidos, por razón de su misma acción fisiológica hipertenisante, Habiendo ingresado por razón de la acción fisiológica contraria, nn gran número de medicamentos que han en- riquecido el arsenal terapéutico de la hemoptisis; pudien- do citar entre otros el nitrito de amilo en inhalaciones; la solución alcohólica de trinitina al centésimo, en gotas. “La misma tintura de hidrastis canadensis hoy está más reco- mendada por su acción hipotensiva. Con lo expuesto brevemente, sin pormenores que huel- san, dada la ilustración del auditorio, que generosamente nos ha favorecido con su atención; creemos haber funda- mentado lo bastante, el concepto clínico que: para el tra- tamiento de la hemoptisis tuberculosa, se necesita el co- nocimiento previo de la tensión arterial. Sea ó no este accidente de una manera casi constante una función de la hipertensión arterial como indica el Pro- fesor Barbary y que aceptamos hoy sin comentar, por falta de observación propia, no por eso dejaremos de consignar que influye en el ánimo lo fundamentado de la opinión y la elocuencia indiscutible de los casos prácticos que ¡lus tran su tesis. js e e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 191 Acta de la sesión pública ordinaria del 25 de Enero de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—De mérito.—Dr. Carlos Finlay. De número.—Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, E. B. Barnet, T. V. Coronado, C. Finlay, D. Hernando Seguí, J. Le-Roy, E. Pardiñas, M. Ruíz Casabó, C. de la Torre: Corresponsal. —Francisco M.* Héctor. Leída el acta de la sesión anterior (11 de Enero), fué aprobada con unas ligeras aclaraciones por parte de los Dres. Ruíz Casabó, Héctor y Hernando Seguí. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Gobierno Civil de Santa Clara, remitiendo expe- diente sobre infracciones de las Ordenanzas de Farmacia, cometi- das en Cruces. De la Secretaría de Instrucción Pública, solicitando se nombren los miembros de los Tribunales de Oposiciones ú las cátedras de Enfermedades de los ojos, Enfermedades de la piel y la sífilis y Enfermedades de la laringe, oidos y fosas nasales, correspondien- tes á la Escuela de Medicina de la Facultad de Medicina y Farma- cia de la Universidad de la Habana, todo ello en cumplimiento de la Ley de 12 de Julio de 1906. El Dr. Domingo Hernando Seguí, dá lectura á un INFORME SO- BRE UNAS GASEOSAS PURGANTES, interesado por la Secretaría de Gobernación. Sometido á discusión lo apoya el Dr. Alacán, pero hace presen- te que siendo el preparado de que se trata, un producto farmacéu- tico nacional, no está comprendido en el artículo 15 de las Orde- nanzas de Farmacia y por tanto no hay que evacuar el informe. El Dr. Barnet, se refiere al mismo artículo de las citadas Orde- nanzas, el cual exige el informe de la Academia solamente á los preparados farmacéuticos extranjeros. Tomo xLmr.—2). 192 ANALES DE LA El Dr. Pardiñas, recuerda que ya la Academia ha contestado en ese sentido anteriormente, con motivo de otros informes que se encontraban en idénticas circunstancias. El Dr. Hernando Seguí, hace referencias á la ley del 24 de Fe- brero de 1844, que es la que rige todavía en estas materias. El Dr. Alacán, insiste en que el solicitante no pide privilegios, ni patente de ninguna especie y recuerda el modo como contestó, no hace mucho tiempo, el asunto del “*Depurativo Padró”. El Dr. Santos Fernández, opina que no debe eludirse el informe pedido por la Secretaría de Gobernación y por tanto no debe con- testarse en la forma que propone el Dr. Alacán, sino como está redactado el informe. ] El Dr. Le- Roy, expresa su opinión en sentido de que si existe una ley, á ella debe sugetarse la contesta que se dé á la Secretaría de Gobernación, pues la Academia está obligada á conocer las le- yes que rigen las materias que le son consultadas. Sometido á votación si se aprobaba ó no el informe en la forma en que está redactado por el ponente que lo suscribe, fué apro- bado. Acto seguido se concede la palabra al Dr. José P. Alacán par: dar lectura á otro INFORME ACERCA DE UNOS LADRILLOS, solicita- do por la Secretaría de Hacienda. Después de algunas consideraciones acerca del trabajo, hechas por el Dr. Pardiñas, fué aprobado este informe por unanimidad. El Dr. Enrique B. Barnet, lee en nombre del Dr. Carlos Finlay, Académico de mérito, un trabajo cuyo título es: CASOS, AL PARE- CER, TÍPICOS DE ÍCTERO CATARRAL SIMPLE COMO SECUELA POST- BLE DE ATAQUES BENIGNOS É IGNORADOS DE FIEBRE AMARILLA. Concluída su leetura y antes de someterlo á discusión el doctor Finlay pide la palabra y dice: He pedido la palabra, antes que todo, para dar al Dr. Barnet las gracias por su amabilidad en dar lectura á mi trabajo y por el interés y la maestría con que lo ha hecho. Pero también para ma- nifestar en presencia de mis distinguidos co-académicos que he te- nido un verdadero placer, durante el año que acaba de cumplirse, en haber podido utilizar en Bolondrón y en Cruces donde ocurrieron los casos de fiebre amarilla citados en mi trabajo, los valiosos ser- vicios de nuestro querido amigo el casi-veterano miembro de esta corporación, el Dr. Claudio Delgado, cuyas especiales dotes de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 193 sagaz y escrupuloso observador tantas veces había tenido oportu- nidad de apreciar durante los veinte años en que generosamente me prestó su valioso concurso en mis estudios de la fiebre amaMilla, Su grata cooperación, como bien lo' sabéis, fué el mayor, por no decir el único aliciente que tuve para persistir en mi empeño de que fuese aceptada la doctrina de que el mosquito estegomia fasciata es el único agente transmisor indiscutible de la fiebre amarilla, acerca de euya verdad, desde el año 1881, jamás tuvimos, ni él ni yo, la menor duda. El Dr. Santos Fernández, manifiesta que la Academia se siente complacida con este nuevo trabajo de su Académico de mérito, pues, á parte de sualto interés científico demuestra de una manera palpable que el Dr. Finlay, á pesar de sus múltiples ocupaciones no desmaya en su labor científica desde hace tantos años continua- da—acto seguido somete á discusión el trabajo que se acaba de leer. Pide la palabra el Dr. Ruíz Casabó y concedida se expresa en estos términos: Suplico al Dr. Finlay acepte mi más cordial felicitación, por el trabajo tan interesante que acaba de leer nuestro compañero el Dr. E. B. Bamnet; felicitación que, aunque modesta es leal y sincera. El trabajo del Dr. Finlay, como todos los suyos, presenta dos aspectos principales de enseñanza, cuales son: el clínico y el hi- giénico. Su exposición me ha congratulado sobremanera, toda vez que me ha dado valor para sostener hoy, el juicio que sobre la fiebre amarilla tenía formulado tratándose de casos tan especiales como los que motivan su trabajo y que califica de formas anormales. Estoy tan identificado con la manera de justipreciar el valor de los casos de fiebre amarilla que relata, que me felicito una vez más de que una opinión de tanto peso como la del Dr. Finlay venga á apoyar otros que se han presentado á mi observación y tratamiento, de los cuales, abusando de vuestra bondad me voy á permitir daros cuenta de uno de ellos, muy reciente, y que por su originalidad merece ser conocido. El día 13 de Diciembre próximo pasado, fuí llamado para asistir á la señora C... V..., de 48 años de edad, natural de Asturias, casada y vecina de Correa letra A, la que hacía 14 meses que ha- bía llegado de su país natal, por primera vez. Examinada dicha enferma, aquejaba dolor de estómago (epigas- 194 ANALES DE LA tralgia), quebrantamiento general, cefalalgia intensa y vómitos que se producían á la ingestión de cualquier substancia, no hay fiebre, pulso á 80. Le indico un purgante, el cual arroja, sin que la indi- cación repetida pudiese surtir efecto á causa del trastorno gástrico también reproducido. Así continúan las cosas, hasta que al fin, el día 17, después de haberle indicado poción antiemética de Riverio, poción de mor- fina, etc., cesaron los vómitos gracias á una poción con cocaína. No obstante la calma, me llamaba la atención unas facies espe- cial, la persistencia del dolor lumbar (región renal derecha), la cefalalgia, la raquialgia, dolor al epigastrio, y un signo comproba- do por mí durante mi asistencia á los infectados de fiebre amarilla en los hospitales militares, hace algunos años, y es el dolor intenso á la presión, en el hipogastrio. Con tales datos y faltando el signo febril, no me atrevía á for- mular un diagnóstico que me satisfaciera. Apelando á los recursos que suministran las investigaciones del Laboratorio, ordené que se recogiese orina. Así se hizo, el día 18 procediendo á su examen en el departamento de Urología á mi cargo del Laboratorio de la Crónica Médico-Quirúrgica. Siguiendo la técnica habitual en todos los análisis, procedí á buscar la mucina como primer elemento anormal y cual fué mi sorpresa al ver el elemento que tantas veces había visto precipitar- se de idéntica manera y en igual cantidad en aquellos casos que me sirvieron de estudio para poder llegar á considerarlo como signo de tanto ó más valor que la albúmina en los casos de fiebre amarilla. No obstante la publicación del notable número de casos que sir- vieran de base á mis conclusiones, jamás ha sido tomado en consi- deración cual se merece el elemento mucina como signo diagnósti- co. Mientras no se me convenza con experiencias en contra, segul- ré dándole el preferido valor que he anunciado. Después de la mucina, procedí á la investigación de la albúmi- na cuya presencia pude comprobar en cantidad de 0'50 X 1.000. La densidad de la orina, era de 1018 y con reacción ácida. Al microscopio encontré lencitos, cólulas epiteliales y cilindros hialinos. Con estos datos experimentales y los signos clínicos, y á pesar de no presentar mi enferma ni una décima de reacción febril for- mulé sin temor el diagnóstico de fiebre amarilla de formaapirética. Con tal motivo reportú de fiebre amarilla «al Departamento de y ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 195 . Sanidad, según está prevenido; el caso de mi asistencia, sin que por parte de dicho Departamento se me notificase la aceptación ó nó de mi diagnóstico, por la Comisión de enfermedades infecciosas. Ahora sí, lo que puedo manifestar es que continué asistiendo dicha enferma durante seis días más, al cabo de los cuales pude comprobar el íctero conjuntival y ligero de la piel, dando de alta á mi enferma como curada á los doce días de iniciada su enfer- medad. Pues bien: si los casos relatados porel Dr. Finlay, tan origina- les é interesantes son considerados como de fiebre amarilla, ¿no te nía yo razones suficientes para considerar el que acabo de relatar como también de fiebre amarilla y que pudiera incluirse entre las formas anormales que así denomina? Como tal lo consideré y hoy con más motivos lo afirmo, á pesar de no haber sido favorable la opinión de la Comisión especial de enfermedades infecciosas. El aspecto higiénico del estudio que hace el Dr. Finlay es alta- mente importante, por cuanto que tomando en consideración es- tos casos, á mi juicio podrá quizás yugularse una epidemia en su comienzo. Sin embargo, circunscribiendo la pregunta al caso de mi ob- servación, puesto que la Sanidad no tomó medidas en él; ¿es- tará obligado un médico á denunciar otro caso que sin fiebre se presente á su asistencia, toda vez que no encuadra en el marco trazado por los autores clásicos al hacer el diagnóstico de fiebre amarilla? Yo creo que sí debe reportarlo, pues hay que tener en cuenta que las enfermedades no son iguales en todos los enfermos. He aquí de las anomalías citadas por el Dr. Finlay en los casos de fiebre amarilla. El Dr. Finlay dió las gracias al Dr. Ruíz Casabó por sus bené- volas frases y se alegra de que él haya citado un caso práctico que presenta algunos puntos interesantes. El enfermo del Dr. Ruíz apenas había presentado temperaturas febriles, según los datos suministrados, y cuando le vió la Comi- sión de enfermedades infecciosas sólo presentaba muy ligeros ves- tigios de albúmina y ningún íctero. Fundándose en estos datos el fallo de la Comisión fué negativo de fiebre amarilla. Mas hoy nos informa el Dr. Ruíz de que después se acentuó más el íctero y en tal caso me inclino á pensar que quizá pudo haberse tratado de un enfermo de fiebre amarilla benigna que ya había pasado el período febril de su ataque antes que le viera por primera vez el doctor y 196 ANALES DE LA sin darse cuenta de ello el mismo paciente. En apoyo de esa opi- nión cita el Dr. Finlay un caso de su clientela privada que se es- timó al principio haber sido un caso fulminante ó sobre-agudo de fiebre amarilla, por haber fallecido el paciente con mucha albú- mina é íctero desde el primer día á las 48 horas de su invasión. Mas luego se averiguó que durante los tres Ó cuatro días antes de declararse la enfermedad, si bien el paciente había seguido cum- pliendo con todas sus obligaciones, solía decir, como bromeando, que estaba pasando la fiebre amarilla porque se sentía dolores, malestar é inapetencia. Es probable, pues, que así había pasado el primer paroxismo y la remisión de su ataque y lo que se juzgara ser la invasión había sido en realidad el inicio del segundo paroxis- mo. Como quiera que no se había puesto el termómetro se ignora- ba si en aquellos días el paciente había tenido fiebre. Quizá en el enfermo del Dr. Ruíz haya sucedido otro tanto. Advierte el Dr. Finlay al Dr. Ruíz que él debió haber notificado nuevamente el caso por haberse presentado luego el íctero bien evidente. En tal caso la Comisión hubiera acudido seguidamente á examinar el caso, y si encontraba motivo para ello, no hubiera tenido inconveniente alguno en reconsiderar su fallo anterior, co- mo lo ha demostrado en otras ocasiones. Con lo que se dió por terminada la sesión pública, constituyén- se la Academia en otra de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 197 Informe acerca de un preparado farmacéutico POR EL Dr. Domingo Hernando Seguí (Sesión del 25 de Enero de 1907.) Por la Secretaría de Gobernación se ha remitido á esta Academia el expediente promovido por el Dr. Francisco Durruty, farmacéutico de Santiago de Cuba, en solicitud de autorización para poner á la venta unas gaseosas pur- gantes preparadas por él. Examinadas las muestras y la fórmula que remite en- cuentra el ponente, que suscribe, se trata de una prepa- ración agradable, que debe producir en la economía un efecto agradable análogo al de los papelillos que se usan con el nombre de soda purgante é inocente siempre que no lleven más de 8 días de preparadas como su autor lo advierte. de Procede por tanto contestar ¿ la Secretaría de Gober- nación que puede autorizarse la venta al público de la preparación que el Dr. Durruty presenta con el nombre de “Gaseosas purgantes”. 198 ANALES DE LA A - - » Informe acerca de unas muestras de ladrillos POR EL Dr. José P. Alacán (Sesión del 25 de Enero de 1907.) Se ha recibido en esta Academia una comunicación de la Secretaría de Hacienda que dice: “Habana, 3 de Enero “de 1907.—Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. — Elaibana. —Señor: De orden del Sr. Secretario interino y “por interesar al mejor servicio, tengo el honor de acom- “pañarle dos muestras de una importación de ladrillos “contra cuyo aforo se ha protestado en una de las Adua- “nas de la República, rogándole que á ser posible tenga “la bondad de disponer el análisis de dichas muestras en “el Laboratorio Químico dependiente de esa ilustrada “Corporación, por existir en esta Oficina dos certificados “contradictorios de análisis del mismo artículo, uno pro- “cedente del Laboratorio de la Aduana de la Habana que “dice que el ladrillo es refractario y otro expedido por el “Laboratorio Nacional que expresa que no loes. Le ruego “asimismo que tan pronto como sea posible se sirva dispo- “ner que sea enviada á esta Secretaría constancia autorizada “del resultado de la investigación que en el Laboratorio “de esa Corporación se practique. De V. atentamente, 4. “Ledón” Y se acompañan á la aludida comunicación dos mues- tras de un ladrillo rojo claro, que tienen adherido un pe- dazo de papel que dice: “protesta número 3.134, muestras número 1 y número 2” La comunicación y las muestras me han sido remitidos de orden del Sr. Presidente para informe y para cumplir lo ordenado por la Presidencia he procedido á estudiar el asunto y al efecto he utilizado el concurso del Dr. Hena- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 199 res, Profesor de Química industrial de nuestra Universi- dad y en el Laboratorio de dicha asignatura hemos prac- ticado el análisis de las muestras remitidas y de tres más, dos de ladrillos refractarios conseguidos en la casa de Pons y Compañía y otra de ladrillo rojo ordinario del que se está usando para fabricación en la Universidad, pero no refractario, con objeto de establecer comparación entre unos y otros, porque entiende el ponente que informa que es esta la única manera de poder hacer una afirmación cierta, ya que no era posible averiguar su infusibilidad por medios físicos, De las dos muestras de ladrillos refractarios analizados, uno era de color rojo negruzco y el otro blanquecino con puntos negros, y para distinguirlos durante la operación los marcamos con los números 1, 2, 3, 4, en esta forma el número 1 fué asignado al de la protesta, el 2 al refracta- rio de color rojo negruzco, el 3 al refractario blanquecino y el 4 al rojo ordinario no refractario. El resultado del análisis ha sido el siguiente: Núm. 1 Núm. 2 Núm. 3 Núm. 4 Humedad...... 0,630 0,315 0,070 0,235 Silice. itiic. ys 57,670 77,600 70,440 74,690 Alúmina. 0... 20,460 14940 24,500 12,000 Oxido férrico..... 6,400 5,120 4.080 1,120 Callas. 7,910 1,030 1,200 4.600 Con vista del resultado del análisis y teniendo en cuen- ta que dadas las proporciones en que la alúmina y la sílice se combinan para formar la arcilla, nos encontramos con un sobrante de sílice de 21,40 en el número 1; 51,12 en el número 2; 26,95 en el número 3 y 53,42 en el número 4, y como esta sílice se encuentra en parte combinada con el hierro, la cal y los álcalis, que sin duda existen y que no se han buscado por entenderlo inneces sario, formando silicatos fusibles, dada la proporción en que éstos existen en las muestras enviadas por la Secretaría de Hacienda, puede asegurarse de modo preciso que dicha muestra no es de un ladrillo refractario. Tomo xLim.—26. 200 ANALES DE LA e E En los términos que anteceden dejo emitido el informe que se solicita, el que someto ¿4 la consideración de la Academia. Casos, al parecer, típicos de íctero catarral simple como secuela posible de ataques benignos é ignorados de fiebre amarilla POR EL Dr. Carlos J. Finlay (Sesión del 25 de Enero de 1907.) Sr. Presidente, Sres. Académicos: Los dos brotes epidémicos de fiebre amarilla que he- mos tenido en Cuba en 1905 y 1906 han sido notables por el número relativamente crecido de casos ambulato- rios que pasaron sin asistencia médica el período infeccio- so del ataque y algunos también que no fueron vistos por médico alguno, sino después de la muerte. Como ejemplo de esta clase, citaré el de un jornalero español que salió de Cruces sintiéndose ya enfermo el 18 de Octubre últi- mo, yendo á pie á la colonia (Mercedes), Jova del Cen- tral “San Francisco”, distante cuatro kilómetros de éste en busca de trabajo, que efectivamente obtuvo: mas no hallándose ese día en disposición de trabajar, lo pasó, y también el siguiente, unas veces acostado y otras levan- tado, no tomando cama definitivamente hasta la mañana del 20, en una barraca donde estaba solo; y allí falleció á las ocho de la noche, sin nadie que pudiera dar cuenta de los síntomas 6 fenómenos que habían precedido á la muer- te. Habiendo el Juez ordenado la autopsia para averiguar la causa del fallecimiento ya por el aspecto del cádaver hubo de presumirse que se trataba de un caso de fiebre amarilla, lo cual fué confirmado por la autopsia sin dejar lugar 4 duda. Empero desde el punto de vista sanitario y de las dificultades que por tales casos se originan para ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 201 poder evitar la propagación de la enfermedad, no son los que resultan mortales, como el que acabo de referir, los más temibles; porque, una vez comprobado el diagnóstico por la autopsia, queda aun el recurso de reconstruir el itinerario recorrido por el paciente durante el período in- fectante de su ataque, lo cual permite realizar las medi- das necesarias para evitar que se desarrollen otros casos secundarios. Mucho más temibles son en efecto, los casos ambulantes, de carácter benigno, toda vez que el paciente vaga de un lugar á otro, sin darse cuenta de estar seria- mente enfermo, y toma alimentos inadecuados, creyendo así aliviarse del cansancio y la debilidad que experimen- ta; hasta que se restablece sin que lo haya visto ningún médico ni persona conocedora de la fiebre amarilla. En tales circunstancias, el caso transcurre completamente 1g- norado, y cuando al cabo de algunas semanas aparecen casos secundarios en los lugares visitados por el enfermo ambulante, por haberle picado allí alguna estegomia, se asombran los médicos al ver originarse ataques induda- bles de fiebre amarilla en lugares | previamente considera- dos indemnes, y llegan 4 veces á dudar de que allf” haya podido intervenir aleuna estegomia. No cabe en mi áni- mo duda alguna aleuna de que hemos tenido en Cuba ca- sos de esa índole que han permanecidos ignorados; y te- niendo en cuenta las graves consecuencias que por ellos se originan, fácilmente comprenderéis, señores, cuanto nos interesa investigar cualquier indicio que pueda enca- minarnos hacia el descubrimiento de alguno de ellos antes de que de origen á los casos secundarios. Tal es el objeto que me induce á someter á vuestra consideración la his- toria compendiada de ciertos casos de “íctero catarral simple” que, unos por sus consecuencias y otros por su fi- liación, parecen relacionarse con casos verdaderos de fie- bre amarilla. Todo me inclina, en efecto, 4 atribuir á dos enfermos diagnosticados de “íctero catarral simple”, cuya enferme- dad comenzó, respectivamente, el 24 de Marzo y el 19 de Abril del año pasado en la finca “Olano” (término municipal de Bolondrón), la renovación en el mes de Mayo, y en la misma finca “Olano”, del brote epi- 202 ANALES DE LA démico que parecía haberse extinguido .en la primera semana de Febrero en la finca “Magdalena” contigua á la de “Olano”. Habfanse invertido varios días en la fu- migación de los edificios de la finca “Magdalena”, en el mes de Febrero, con motivo del último caso positivo, que fué, registrado como tal, en el brote epidémico de 1905, en un sujeto cuya enfermedad se había desarrollado allí y que terminó por la muerte el 4 de dicho mes. Es facti- ble, pues, que alguna estegomia infectada, ahuyentada por el olor del azulre empleado en la famisación de aque lla finca, se hubiese pasado á la inmediata (“Olano”), y que allí, después de haber picado cierto número de per- sonas inmunes, verificara su última picada en un sujeto, M. Q., jornalero español, no inmune, causándole la enfer- medad que le acometió el 24 de Marzo. Este sujeto, no considerando sua mal de gravedad, no se vió con el médi- co hasta el 1? de Abril. En esta fecha, no encontrándole el médico ni fiebre ni albúmina, pero sí amarillez en las conjuntivas y en la piel, é informado de que sus deposi- ciones eran blanquecinas, diagnosticó el caso como de “Hetero catarral simple”. El 19 de Abril, en la misma fin- ca y en el mismo barracón, cayó enfermo otro jornalero no inmune, R. R., cuyo ataque hubo de ser más pronun- ciado que el del enfermo precedente, porque estuvo al- gunos días en cama tomando brevajes 0 limonadas que le propinaba un primo suyo que con él vivía; mas no fué” visto por médico alguno, hasta el 30 de Abril, en cuya fecha, viéndose amarillo y que tardaba en recobrar sus fuerzas, ingresó en el Hospital de Matanzas. Allí los mé- dicos, encontrándole sin fiebre y sin albúmina en la orina, pero amarillo y con deposiciones descoloradas, calificaron su enfermedad de “Íctero catarral”. Mas hallándose él toda- vía convaleciente fué admitido en el mismo hospital un primo suyo, que siguió viviendo en aquel barracón de la finca “Olano” donde había estado asistiendo á R. R. En- fermóse el Y de Mayo, presentando síntomas mucho más acentuados de fiebre amarilla, por lo cual lo transladarom el 13 de dicho mes 4 Matanzas donde falleció el 17, como caso típico de esa enfermedad, y el diaguóstico fué ple- namente confirmado por la autopsia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 203 El tercer caso de “Ictero catarral” que me propongo someter esta noche 4 vuestra consideración ocurrió en el pueblo de Cruces, ¿ fines de Diciembre, próximo pasado, habiéndose registrado allí en los primeros días del mismo mes, el último caso conocido de la epidemia de fiebre amarilla que comenzó en Octubre en aquella localidad. Por las múltiples relaciones que existieron entre los dos enfermos, me veo precisado á relatar brevemente la his- toria de ambos. Nuestro distinguido compañero, el Doc- tor Claudio Delgado, designado por la Junta Superior de Sanidad para organizar y dirigir el servicio especial de fiebre amarilla en aquella zona, ocupaba en la noche del 3 de Diciembre un cuarto en la planta baja del hotel “Pa- saje”, de Cruces, cuando sintió que alguien vomitaba en otro cuarto al lado del suyo. Al día siguiente pudo ave- riguar que su vecino era un italiano, vendedor ambulante de paños y no inmune, por lo cual le hizo una visita de inspección, la que dió por resultado el descubrir que se trataba de un caso positivo de fiebre amarilla, como lo demostró la observación ulterior del enfermo. Este se ha- bía enfermado en 30 de Noviembre; más considerándose sin fiebre el 1” y el 2 de Diciembre no hizo cama esos'dos días, y no fué visto por ningún médico hasta el 4 en que le vió el Dr. Delgado y ordenó su aislamiento en debida forma. El 25 de Diciembre, un hermano del mencionado paciente, que vivía con él, que trabajaba en el mismo ne- gocio ya frecuentaba los mismos lugares, se sintió indis- puesto é inapetente; pero no fué visto por médico alguno hasta el 2 de Enero en cuya fecha fué reconocido por el Dr. Camero, quien le encontró con temperatura subnor- mal, pulso 66, sin albúmina en la orina y sin vómitos; pe- ro con Íctero generalizado, infarto del hígado y deposi- ciones blancas, hasta que el 6 de Enero se autorizó al paciente para etlabatee á la Quinta “La Covadonga”, de esta ciudad, por ser suscriptor de la misma, ALÍ fué reconocido el enfermo por la Comisión de Enfermedades Infecciosas, la cual declaró el caso negativo de fiebre ama- rilla, corroborando el dictamen de los médicos de Cruces. Ahora bien, señores, d pesar de que los tres casos cita- dos presentaron un cuadro típico, al parecer, del “Íctero 204 ANALES DE LA catarral simple”, en vista de las cireunstancias tan espe- ciales que acompañaron 4 cada uno de ellos, se resiste el ánimo á desechar por completo la posibilidad de que en su etiología haya intervenido un ataque benigno, previo ¿ignorado de fiebre amarilla, siquiera sea tan sólo como causa predisponente del íctero catarral subsiguiente. Cierto es que la ictericia del fctero catarral simple se diferencia” principalmente del fetero de fiebre amarilla por la descoloración de las materias fecales que se obser- ra en los casos bien definidos del íctero catarral, lo que no ocurre en la fiebre amarilla común. Pero es factible que en los casos ambulantes de fiebre amarilla, pri- vados de asistencia médica, no habiendo observado el enfermo el reposo de la cama ni la dieta severa que cual- quier médico experimentado le hubiera prescripto, por ser notorio el daño que suele causar en la fiebre amarilla la alimentación intempestiva del paciente, se realicen las condiciones más esenciales para determinar un cuadro análogo al del íctero catarral simple. En efecto: la icteri- cia del fctero catarral simple proviene de una obstrucción de la parte intestinal estrecha del conducto colédoco, de- bido algunas veces á una inflamación catarral promovida por aleíún trastorno digestivo d infección banal en el duo- deno y que se extiende al orificio del colédoco y al inte- rior del conducto, cuya parte más estrecha suele encontrar- se obstruída por un tapón blanquecino (Virchow) (1) el cual impide que penetre ninguna cantidad de bilis en el intestino, resultando de ahí la descoloración del contenido intestinal, por ser el pigmento estercoral derivado de la bilis. En la fiebre amarilla, por el contrario, el conducto permanece permeable, debiéndose el íctero propio de esa enfermedad á las lesiones específicas que la infección ama- rilla determina en las células hepáticas y absorción de la bilis estancada en esas regiones de la glándula (2) sin que lleguen empero á generalizarse aquellas lesiones hasta el extremo de que deje de penetrar en el intestino alguna (1) Véase Ensreiw, Handb. d. Prakt. Med. 1905.—B. IT, p. 376. (2) Véase Orro € Neumany, Studien ii das Gelbe Fieber in Brasilien. 1906.—p. 110. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 205 bilis, la suficiente para colorear las materias fecales. Por las razones antes expuestas, estimo, pues, que en los casos ambulantes y sin asistencia médica, de fiebre amarilla, aparte del íctero que es propio de la enfermedad primi- tiva pueden á veces originarse en el duodeno condicio- nes que favorecen el desarrollo de un fetero catarral. Quizás con una observación minuciosa de los convale- cientes de fiebre amarilla, en los hospitales y en las Quin- tas de Salud, pudieran obtenerse datos confirmatorios de mi hipótesis ó que sugeriesen otra explicación. Mas entre tanto, considero que es un deber de todos los Jefes de Sanidad mirar con recelo todos los casos de íctero cata- rral que ocurran en sujetos no inmunes á la fiebre amari- lla en localidades donde pudiera presentarse esta enfer- medad, recoger todos los datos y antecedentes de ellos y mantener una vigilancia eficaz en todos los no inmunes que hayan tenido relaciones con cada enfermo. pd IAS conde dd a, da ir ara dd delia aL, ob oigo «pia | Vabribros omo borda ly orita vlor | eos O anal UN bloc torreon e, ad dd do HAM MARE: 140490 0 rieelá: sit rob: UE coli Lar IA det e , - occ Ata ado ad inabace el men TORN 201 car oidor MO A A Cb 2 old: el ONO : Si dd MI 0 biz cda fs paid dea pois OR009%. 000 MEVA ST erad: 4h, bed cel gd E Je INN AT ARAS din NA PR sing bal ORD : y eh E ES AO A 1h PEPA Y, pal: ido 094, CE Sá E AE a 2 Y de o nia. q DALE AT ES is y ¿Dome de iso ld Y ¡nia me cid y Y +0 Y pl C sy 0 | ia DE VENTA Br : SEN, ON A A -REDA CCION DE LOS CANALES" 5% e radajal de la Camisión de Mina E gal de Higiene Pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logía, Ornitología, Erpetología y ma a gía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memoria : sobre la Patología y Antigiiedades de la 18 E la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. - Contribución al estudio de los Moluscos Cu- 2 he banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del. alemán por el Dr. Finlay. LA A FR===2=22222222258531 Gran Experlencia de Mas de 50 años en el Ramo do Solicitar Paten- tes de Iinven- cioa, Marcas de Cornercio y Títulos de Proviedad Literaria en los Esta.- dos-Unidos y Paisos Extrangeros. Para mas informes véase la última página de lecturad cualquier ejemplar mensualde La América Científica e Industrial edicion en español del “ SCIENTIFIC AMERICAN,” ó escribase di ectamente y en español, si se quiere ú los señores MUNN (2 COMPANY 361 Broadway, Nueva York. ==... [ra Il == LA Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NAT URALES DE LA HABANA REVISTA CIENTIFICA DIERKITDCLEOEmzS: oe Dr. Jorge [re-Roy. z Dr. Sustove ones ED _—_—_— TOMO XLIII ———— FEBRERO 1907 Sd EE AGE A DEA IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40. 1907 CONDICIONES DE LA OA IE A | En esta bibaaón aparecen, á más de los aba y Jos de la Academia, ar tículos de actualidades cientí- | peas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- E ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de AS diversos ramos, dZC., ÓC. Los ANALES rostienen nun roso cange COn ole caciones análogas del mundo entero. : ce AVISO Toda obra enviada á la r.dacción de los ANALES E será anunciada tres veces. A Se suplica el cange. | Please exchange. Exchange S. V. P. | ANALES DE LA ACA- Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN- cias Mápicas, Fí- sICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchange=: [ DE LA Habana, , | Cuba 84A Habana z Please addres exchange to: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 207 CRIPTOFTALMOS CONSECUTIVO A LA ERISIPELA POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 10 de Junio de 1900.) (1) El caso de criptoftalmos doble artificial de que vamos á dar cuenta nos ha parecido interesante porque en más de 34.000 enfermos de los ojos que hemos asistido es el solo que hemos observado y porque los autores que ha- blan casi todos del criptoftalmos congénito no dicen nada del artificial ó provocado. Además en un reciente caso publicado por Wernicke (2), de Buenos Aires, vemos que en el tejido cicatricial que reemplazó los párpados se en- contraban las huellas de la situación de aquéllos, pues aun cuando no quedaron trazas de las pestañas ni de las ce- jas, que se habían soldado á la córnea, en la larga cicatriz que se extendía desde la frente á la mejilla y de la nariz á la sién, se advertía un pequeño punto azuloso corres- pondiente al antiguo prolapsus del iris, en tanto que en el nuestro la superficie cicatricial era igual en la frente que en la cara y sienes y sólo al tacto podía señalarse la re- gión periorbitraria y el globo del ojo. Cuando se recuerda el estado de la piel en una erisipe- la del cuero cabelludo que convierte en una criba la supu- ración, nos explicamos esa destrucción total del tegumento en el caso que nos ocupa y que no fué tan completa en el de Wernicke, atacado de úlceras sifilíticas de los párpados y de la cara con supuración, perforación de la córnea y prolapsus del cristalino, lesiones todas de marcha menos rápida que la de una erisipela maligna no atenuada, por ningún tratamiento racional. (1) Véase Awazes, r. xxxvir. P. 110. (2) Kryptophtalmus cicatriel Central bl. f. p. Angenh, Janvier 1897, pág. 13. ToM0 xLI.—97. y 208 ANALES DE LA OBSERVACION El mulato $..., de 38 años de edad, nos consultó el 12 de Mayo de 1878 y nos produjo tan extraña impresión que aquel mismo día lo presentamos á la Academia de Ciencias de la Habana (1) ¿reserva de inquirir después el origen de su enfermedad que en el primer momento lo atribuímos á la sífilis Ó 4 las escrófulas. Este individuo parecía un chino pero élse apresuraba siempre á desmen- tirlo asegurando que era mulato, y en efecto lo era. De estatura regular y bien proporcionado tenía total- mente deformada la cara. Desde la raiz del pelo al men- tón no se descubría ninguna eminencia, ni la de las órbitas, ni la de la nariz, ni la de las orejas. En toda esa superficie sólo se advertían dos orificios de dos centímetros de diáme- tro, el mayor en la línea media, el uno correspondía al lugar en que estuvo la nariz, el otro á la boca. No se descubría la menor señal de que hubiesen existido párpados. La voz fañosa, su palabra era casi ininteligible. Desde la comarca en que residía venía á pie a la capi- tal, solo, andando día y noche para vencer una distancia de 14 á 20 leguas. No pudimos obtener antecedentes precisos de este des- graciado hasta el año último que nos los facilitó un inteli- gente colega que vivió algún tiempo en la localidad en que él residía. El Dr. Coronado lo examinó muchas veces con el Dr. Madán y lo asistió de lijeras enfermedades hasta que en 1894, ¿ los 59 años de edad, lo vió morir de tuber- culosis. El dueño de la propiedad en que vivió este mestizo: un francés, el Sr. Labarrere, le refirió al Dr. Coronado que había nacido en uno de sus cafetales de las lomas del Cuzco, de una negra y de un vizcaino. Era esclavo, y casi niño cuando enfermó; su dueño al verlo atacado de eri- sipela legmosa del, cuero cabelludo que se le había co- rrido á la cara, según diagnóstico médico, lo mandó retirar del poblado á causa de la fetidez que despedía. Lo colo- caron en un rancho ó bohío de guano, alejado de las vivien- (2) Axares De La Acanemía. Tomo xv, páginas 75 y 81, ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA Criptoftalmos consecutivo á la erisipela. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 209 das de los demás y le pusieron un negro de guardia para que no volviese 4 la casa y muriese como esperaban de un momento á otro. Sin tratamiento y acosado por las moscas, que llevadas del mal olor se le pegaban, se deslizó hasta un arroyo pró- ximo y haciendo con la tierra húmeda una pasta se cubrió con ella todo el cuerpo y así se libraba del tormento que le producían los insectos. Los efectos de la erisipela de la cabeza alcanzaron á la nariz, boca, orejas y párpados que quedaron destruídos. Al través de la piel que ocupaba el lugar en que estuvie- ron estos últimos, se apreciaba al tacto los bulbos oculares probablemente incapaces para ver, pues es de suponer que las córneas hubiesen sido destruídas por las infeccio- nes múltiples á que estuvieron expuestas. Esta fué la razón porque no intentamos ninguna ope- ración, seguros de su inutilidad. Al través del estrecho orificio que reemplazó á la boca se descubría la lengua como atrofiada y algo pegada al alterado velo del paladar, y un diente único que poseía. Para alimentarse reducía las substancias á una especie de papilla y así se las introducía por la reducida boca que le quedó. El Dr. Coronado le vió tomar varias veces pur- gantes de aceite de ricino. Respecto ú los antecedentes específicos que sospechába- mos nos aseguró el Dr. Coronado que no existieron y él no le vió nunca estigmas de la sífilis, pues examinado del cuello para abajo su organismo funcionaba perfectamente no tenía la menor alteración. El dibujo que acompañamos completa la descripción que hemos hecho y justifica que se le tomase por chino. 210 ANALES DE LA ———————_—————_—————_——— INFORME SOBRE LA PESCA DE ESPONJAS EN CAIBARIEN POR EL Dr. José 1, Torralbas (Sesión del 14 de Octubre de 1900.) (1) Los pescadores de esponjas en Caibarién, por sí, por medio de sus representantes y de las autoridades locales acuden en súplica al Gobierno Interventor para que les permita expender y, por lo tanto, pescar ejemplares que no alcancen ciertas medidas que se les exige por recientes disposiciones que lastiman profundamente los intereses del gremio y los de la población que cuenta un gran nú- mero de hombres dedicados á esa industria. Fundan su petición en razones de orden económico y de orden físico, aduciendo todos los argumentos que en pro de su causa pueden aducirse, exponiéndolos y repi- tiéndolos en solicitudes, representaciones y hasta manifes- taciones, meetings, hojas ¡ impresas; de unos y de otras se nos remiten ejemplar es Ú copias en el expediente que re- cibimos el que se compone de 21 documentos incluyendo en esta cifra las comunicaciones oficiales que se han cru- zado las diversas autoridades que en el asunto han toma- do parte. Pero, como á esta Academia corresponde informar acerca de si las razones del orden científico que los pesca- dores invocan son ó no positivas y atendibles y estas ra- zones están repetidas en muchos de los documentos, me limitaré 4 discutirlas una por una excusando á los señores Académicos la pena de oir una lectura extensa en la que se exponen muchos aspectos de la cuestión que no res- ponden sino de una manera indirecta al resorte de la Corporación. Entienden los pescadores de esponjas de Caibarién, que Véase ANALES, Tr. xxxvu, P. 119, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 214 no deben someterse 4 una misma regulación de medidas los productos de distintas localidades cuyo suelo Ú cuyas aguas no son iguales, y refiriéndose á las de Batabanó que son superiores, toman como tipo de comparación la con- ducta seguida en las Aduanas y Administraciones para avaluar y aforar el tabaco, aliviando los derechos de aquellas clases que no procediendo de la Vuelta Abajo no pueden en los mercados alcanzar precios tan considera- bles. Las esponjas de la costa Norte de la Isla no son como las de la costa Sur; condiciones naturales de localidad, me- nos favorables para las primeras, contribuyen á que su desarrollo sea menos notable y causas accidentales que vienen á interponerse aumentando los inconvenientes para que los criaderos den productos sanos y escogidos, vienen 4 determinar diferencias en tamaño y ci alidad que hacen imposible la competencia entre las esponjas de am- bas costas. La menor profundidad de los fondos, en que están los criaderos de Caibarién, la mayor acción que ejercen los vientos sobre las costas del Norte removiendo-las aguas y revolviendo los fondos con más frecuencia que en los del Sur, la multitud de ríos que desembocan en aquel litoral y que vienen á mezclar sus aguas fluviales con las maríti- mas y, por último, la cantidad de mostos y resíduos indus- triales que varios ingenios, algunos alambiques y algún otro establecimiento análogo derraman en aquellas, playas descomponiendo las aguas que las bañan, son causas bas- tantes para alterar las funciones de nutrición de las es- ponjas y determinar modificaciones notables en su des- arrollo y conformación. Así lo manifiestan los pescadores en sus diversas repre- sentaciones é instancias y así debe suceder si nos atene- mos á los principios y leyes y generales que la ciencia es- tablece al estudiar las. relaciones que tienen que existir entre los seres y el medio en que nacen y se desarrollan, así el individuo como la especie: de estos principios gene- rales que señalan los sexos que unen cada especie con el ambiente en que vive, se deducen una multitud de he- chos, se observa una serie de fenómenos que constituyen 212 "ANALES DE LA lo que llamamos adaptación, la cual, cuando se verifica lo hace á expensas de algunos de los caracteres morfológi- cos y funcionales de las especies, y frecuentemente á costa de la desaparición de multitud de individuos que en esa lucha por la vida resultan vencidos y desaparecen por lo que la especie antes numerosa se transforma en exigua agru- pación de individuos transformados, es decir adaptados. El otro orden de razones invocado por los solicitantes y que se refiere á los inconvenientes que resultan á las clases trabajadoras en particular y á la población de Cai- barién en general, si las medidas restrictivas de la pesca de esponjas no se modifica en un sentido más amplio, son también muy atendibles y así lo comprueba la suspensión de la Orden núm. 102 que es la restrictiva y su substitu- ción por la que á propuesta de la Secretaría del Ramo la substituyó en 4 de Febrero del presente año. Pero como esta suspensión fué temporal y quedó pendiente del infor- me que debía emitir un científico, que fuese á estudiar de viso la cuestión, y como el tal científico no fué enviado y los términos señalados se vencieron, hoy se encuentra de nuevo aquella población en las mismas condiciones de mal- estar económico en que se encontraba antes de la suspen- sión mencionada y de nuevo acude á la autoridad en la forma y por los medios que al principio dijimos. Ahora bien, abandonando esta clase de consideraciones, ciñéndonos á las de carácter científico que son las que conocemos y las que nos corresponden y aceptadas como llevamos dicho y en tesis general los principios á que antes nos referimos universalmente aceptados en la cien- cia y confirmados en cuanto lo que á las esponjas en par- ticular se refiere por las experiencias de Edwuard Potts, de Philadelphia, en 1884 y las posteriores de Ridleley de Londres; réstale 4 la Academia para poder establecer lo que en todo esto haya de verdad y que de su dictamen se obtenga la luz que la administración solicita, estudiar los hechos de referencia, es decir, suplir hasta donde sea, posible el trabajo de ese científico que no llegó ¿4 ir y cuyo informe en último caso debió ser el verdadero motivo de este otro, dado el carácter y condiciones de existencia de este alto Cuerpo Consultivo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 213 Para llegar ¿ este fin me propuse obtener el plano de- tallado de la región con los pormenores que indiqué y varias muestras de esponjas de los diversos criaderos de Caibarién, unos tomados á granel en un depósito, otros comprados en el mercado, haciéndolos marcar con los nombres que les dan los pescadores. Ambas cosas tengo el honor de presentarlas á mis ilustrados colegas para que con vista de los datos que les presento puedan ayudarme á resolver el problema de que se trata, suplicándoles de paso se sirvan acordar queden catalogadas y colocadas en nuestro Museo indígena las muestras de las esponjas con sus nombres vulgares y guardado el croquis ó plano que debo al Alcalde Municipal de Caibarién á quien en nombre del interés público me dirigí pidiéndoselo y tan cortes- mente me lo proporcionó mostrando así un celo poco común en el desempeño de sus funciones. Estos objetos guardados por nosotros podrán quizás mañana servir para emitir algún nuevo informe sobre el particular. Del examen del plano que tenemos á la vista se deduce que los criaderos de Caibarién y sus inmediaciones ocupan un espacio limitado al E. por la boca del río Sagua la Chica; al O. por una línea norte sur que partiendo del cayo Guillermo, viene á terminar en los esteros de Morón y forma una larga zona comprendida entre la línea de cayos de todos tamaños que la cierra al N. y la costa de la Isla que la limita por el S. Esta zona ancha, de algu- nas millas (6 4 8) está sembrada de cayos, bajos, restin- gos, pasas, canalizos, esteros y cuantos accidentes puede presentar un litoral al estudio de la Geografía Física y para que su topografía resulte aun más cumplida el lími- te norte no va inclinándose gradualmente hacia alta mar sino que á poca distancia de su orilla, 4 veces á una milla, se sumerge su fondo en las profundidades del Gran Canal de Bahama, de suerte que cuando las olas del canal que no necesitan grandes vientos para agitarse, se precipitan por los canales y estrechos que separan los cayos entre sí, entran comprimidas para esparcirse de repente en una especie de lago cuyo fondo de tres ¿ diez pies de pro- fundidad, se revuelve y enturbia fácilmente. Necesario es convenir en que no son esas las mejores 214 ANALES DE LA condiciones para un banco de esponjas, los fondos que se revuelven con facilidad y que estan cubiertos por aguas intranquilas y corrientes accidentales, perjudican mucho las esponjas, sobre todo en la época de la reproducción, que con tanta facilidad pueden dispensarse los gérmenes y más adelante destruirse las delicadas larvas. Pero no es esto todo, la zona esponjera de Calbarién recibe por la orilla S. ó sea la costa, las corrientes cons- tantes de agua dulce que le envían ríos caudalosos: Hati- honico del Norte, el de los Perros, el de Morán y las de otros menos importantes en número de nueve entre los que se cuenta el Sagua la Chica: de suerte que la cantidad de agua dulce que se mezcla con la salada 6 marítima es muy considerable y como si este cambio de «condiciones ambientes no fuera como es, muy inconveniente y así lo prueban las experiencias de Clark y otros, viene á aumen- tar su perjudicial influencia la gran cantidad de lodo y detritus vegetales que sus corrientes arrastran en su paso á través de los campos y de los bosques: elementos 'orga- nicos que al ponerse en contacto con los sulfatos ale alinos del mar entran en una serie de fermentaciones perjudicia- les á cualquier organismo que esté en contacto 'con ellas. Con lo que llevo dicho creo dejar demostrado que las condiciones naturales de los criaderos de Caibarién no son nada ventajosos y por el contrario, «más bien podría decirse que resultan adversos; viniendo á aumentar las dificultades que para su desarrollo encuentran allí las es- ponjas y que dependen de la naturaleza, una agravante creada por los hombres la cual contribuye poder osamente á esterilizar toda clase de criaderos y enfermar y hasta matar las crías de seres más resistentes que lo que pueden ser los celentereados, puesto que bajo su influencia vemos morir los peces: quiero hablar de lés mostos y otros resí- duos industriales que arrojan de continuo en aquellas aguas cinco ingenios y algunos alambiques y además las poblaciones de 8 agua la Chica, Caibarién y Yaguajay que más d menos directamente contribuyen á enturbiar y des- componer aquellas aguas que por su situación especial, no se cambian fácilmente con las de alta mar. En consecuencia, del estudio del plano que indiqué y de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 215 los datos, he podido deducir que cuantas razones exponen los pescador es de que las esponjas son de un valor inferior en el Mercado á las de Batabanó porque se desarrollan en condiciones menos propicias, parecen fundadas y atendibles. Veamos ahora si resulta lo mismo del examen de los ejemplares que he podido reunir; de ellos he escogido los mejores de cada m vuestra y, sin embar go, por muy ligera- mente que se observen y por poco entendido que uno sea en asunto de esponjas, fícilmente se ve que su calidad es inferior á las de Nuevitas que con toda intención presento con las de Caibarién y, sobre todo, á esas esponjas proce- dentes de Batabanó que todos los días vemos vender por nuestras calles y plazas y que á veces las descoloran para hacerlas competir con las del Mediterráneo oriental y las del Adriático. No sólo presentan un tejido más grueso y unos conduc- tos irrigadores más gr: únide ss las de Caibarién, sino que nineuna alcanza la medida que marca la etiqueta, ni aun O como se debe, esto es, en su mayor diáme- tro, porque eso de fijar las medidas en el diámetro menor de un cuerpo no sólo es impropio, sino que se presta á dudas y confusiones. Así es, que el hecho citado por los esponjeros, referente ¿ las dimensiones de las esponjas de aquella localidad pa- rece d todas luces comprobarse, resultando de aquí, que las esponjas de Caibarién son inferiores en tamaño y cali- dad á las de la costa sur de la Isla; y como por otra parte las medidas exigidas dan lugar ¿4 que la industria en cuestión se arruine y arrastre en su caída multitud de tra- bajadores que no tienen otros medios de subsistencia, pa- rece justificada la petición de los interesados y por tanto la ponencia propone se conceda las medidas solicitadas por el gremio de pescadores de esponjas de Caibarién 6 sean las que expresa la relación siguiente: Hembras 'atorradas y de/0jO.........¿.. 30 centímetros. Maelias de cueva y medias esponjas...... 30 1d. IE”. Has uras Y SUAVES a arado 25 íd. A dae 20 id. Sin embargo, la Academia con mejor criterio resolverá. TOMO xLIIT.—28, 216 ANALES DE LA HOMENAJE AL DR. RAMON L. MIRANDA POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 13 de Enero de 1901.) (1) Sres. Académicos: docto Académico á quien habéis investido con el tí- tulo de Académico “De Mérito” es uno de los miembros más antiguos de la Corpor ación. Formó parte de una plé- yade, de. entonces jóvenes y activos Académicos, cuyos trabajos marcan época en esta Institución. El Dr. D. Ra- món L. Miranda que es la persona 4 quien me contralgo, hizo sus estudios con lucimiento en París, al mismo tiem- po que otros cubanos que después colaboraron con él en el seno de esta Corporación. Pormucho tiempo fué su tesorero, siendo presidente el insigne fundador, Dr. Don Nicolás José Gutiérrez y su activ idad y desprendimiento, eran notorios. cuando se contaban con muy pocos elemen- tos materiales para sostener el establecimiento. Decidido partidario de las libertades de Cuba tomó par- te en la obra de redención que obligó á tantos á expa- triarse; pero ni el extrañamiento de su país ni la desahogada posición que le permitía no contar exclusivamente con el ejercicio profesional, y dejar de ser médico, le hicieron ol- vidar este campo de las lides de la inteligencia, en que bri- 1ló la suya en primera línea; se mantuvo siempre atento d su desenvolvimiento y á él siguió contribuyendo del modo que se lo permitían las circunstancias. Libertada Cuba, ansió volver y volvió por corto tiempo d su patria; su primera visita fué á este centro, para de- partir cariñosamente con los que sobrevivían de su época y estrechar aun más los vínculos científicos, con los que (1) Véase Axnares, Tr. xxxvnmi, P. 129. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 217 le sucedieron, «¿ tal grado, que su cortesía, su agrado y su sonrisa siempre juve venil y alentadora no nos hacía mi- rar á un maestro de época anterior, sino 4 un buen cama- ada de nuestros días. La jovialidad unida á una inteligencia clara y viva han sido los distintivos del Académico á quien habemos confe- rido la más alta distinción que poseemos. No podía ha- cer otra cosa esta Corporación que reverencia el saber y rinde culto constante á los sentimientos generosos. Permitidme que en nombre de esta Academia haga llegar al Dr. Ramón L. Miranda, con el nombramiento de Académico de Mérito el testimonio del respeto que le euarda la Institución. Informe sobre el nombre científico y vulgar de un árbol cubano POR EL Dr. José 1. Torralbas (Sesión del 27 Enero 1901.) (1) El Departamento de Agricultura, Industria y Comercio, remite el expediente promovido por Mr. Herbert W. O. Meagary, con el objeto de que esta Academia informe de los nombres científicos y vulgares de un árbol cuya hoja acompaña y de cuyas propiedades hace ligeras refe- rencias. Vienen además con la comunicación del Centro Oficial ya mencionado. —Primero: La carta del señor Meagary respaldada por un Decreto en que se pide informe á la Junta Provineial del Ramo, de Puerto Príncipe, de donde proceden la consulta y la hoja del árbol que la motiva.— Segundo: El documento de remisión consecutivo.—Ter- (1) Véase AyaLEs, T. xxxvi1, P. 131, 218 ANALES DE LA cero: El informe del Secretario de la Junta Provincial de Puerto Príncipe, el cual, con muy buen sentido práctico, acompaña algunas hojas más porque comprende que con una sola que envía el interesado, no era posible llegar á ninguna deducción precisa. De suerte, señores Académicos, que para resolver la consulta en cuestión posee vuestro ponente tres hojas de una planta, un ranúnculo ó sumidad de la misma y al- eunas palabras sobre sus propiedades. Item más, un do- cumento en que se le asigna un nombre vulgar y una determinación científica que no parece ajustada, pues le corresponde á otro género de la misma familia. Con semejantes elementos podría contestarse que era poco menos que imposible resolver el problema por más que como prácticos pudiéramos decir que las hojas reci- bidas parecen corresponder á la planta que se supone, pero en primer lugar la notoria respetabilidad de la Academia y del Departamento que la consulta exigen que esto se trate científicamente; y en segundo lugar el hecho de presentarse obscuro, incompleto y falto de datos un pro- blema, no es materia que puede preocupar mucho á los hijos de un país acostumbrados 4 luchar siempre con to- do lo dificultoso y á veces contra lo imposible. Ley del cubano destino parece ser lo que nos obliga en todas las esferas de la vida á perseguir los fines sin poseer los me- dios. ¿Qué tiene de extraño que sin los elementos más precisos abordemos la materia que nos ocupa? Desea saber el señor Meagary el nombre vulgar y cien- títico, clase de árbol y si se ha usado alguna vez en me- dicina, ya como medicación interna ó ya como externa, Contestadas las primeras preguntas por el Secretario de la Junta camagieyana pudiera decirse: se trata en efecto de nuestra Bijáguara cuya filiación científica es la indica- da en el informe y respecto de sus usos medicinales que probablemente son del exclusivo conocimiento de nues- tros hombres de campo, no tenemos noticias ó las tenemos muy vagas. Con esto quedaría evacuada la consulta, pe- ro como antes. dijimos la clasificación que del árbol en cuestión se ha hecho no se ajusta á la que le asignó la Ciencia y esto podría ocasionar notable confusión, tanto ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 219 , , pl . más cuando se trata de géneros muy repartidos en toda la América y de una especie puramente cubana. Según el referido Secretario, la planta en cuestión cono- cida en Cuba con el nombre de Bijáguara es el Ceanothus Arborecens: este género que con otros treinta y seis cons- tituyen la familia de las Rhamneas ó Rhamnaceas no e tá representado en Cuba, si hemos de fundarnos en la opi- nión, para nosotros muy autorizada, de los botánicos más conocidos que se han ocupado de nuestra Flora: Wehit Grissebach, el estudioso y modesto colaborador de estos ilustres extranjeros nuestro Académico de Mérito Fran- cisco Sauvalle y el no menos distinguido compatriota se- ñor Blaine, nos presentan como propios de Cuba los gé- neros Sarcomphalus, Ramnidiun, Reynosia, Colubrina, Gonania, Zirytius, es decir seis de los treinta y seis géne- ros que esparciendo sus 490 especies en todos los países templados y cálidos como nos dice Van Tiegen, ocupan extensa drea de distribución en el planeta. Desde luego, vemos que entre los géneros mencionados como eubanos, no se encuentra el Ceanothins aunque in- dudablemente es uno de los que forman la familia de las Rhamneas. Jacques y Henricq señalan con el nombre de O. Arbo- recens un arbol corpulento (de 6 á 7 metros de alto) de hojas enteras un poco acuminadas, aquí podemos suspen- der la descripción, pues las hojas que tenemos 4 la vista, no son un poco sino muy acuminadas y no es posible que se cambiaran tan radicalmente los términos descriptivos de uua especie. Este árbol de las Bahamas descrito por Mi- ller y por él colocado en el género Ceanathus de L. pero antes llamado C. Colubrinus por Lamart y Colubrino fe- rruginosa por Brouguiard de aquí probablemente ha par- tido la confusión, pues el informante nos dice que la Ramnea en cuestión es del género Colubrina y al nom- brarla nos dice Ceanathus arborecente sin recordar que son dos géneros distintos y que el término Ceanathus fué tomado por Linneo de la palabra griega Keo que signifi- ca yo pincho porque las plantas de este género tienen fuertes espinas y el árbol de que se trata no las tiene, ó 220 ANALES DE LA lo que nos parece menos probable, olvidó mencionarlas el informante. Por último, es el Diccionario de Botánica de Baillon el que establece más clara distinción entre el género Ceana- tus y los que se le asemejan y es ese mismo Diccionario el que viene áú autorizar el nombre genérico de Colubrina dentro del cual se comprenden las especies reclinata, acu minata, cubensis y ferruginea; que son las que correspon- den á otros tantos árboles que en unas regiones de la Isla son llamados Yayajabicos y en otras Bijáguar as; siendo á nuestro entender la C. ferruginosa de Brong la planta que motiva esta consulta por tener en el reverso de las hojas y en los ranúnculos las vellosidades color de hierro que le da este nombre. Convenido, pues, que se trata de la C. ferruginea vul- go Bijáguara, réstanos decir para dejar contestada la con- sulta en todas sus partes, que respecto de sus propiedades medicinales nada puede decirse en concreto, no sólo por- que nada hay escrito sobre el particular como no sea un párrafo de la obra de Grossurdy El Médico Botánico Crio- llo que de manera bastante ligera y confusa recomienda varios géneros de esta familia como astringentes, sino que además he consultado cuantas personas se han ocupado de nuestra Flora bajo el aspecto médico y alguno que otro me ha dicho que no posee otra propiedad que la de ser astringente. Sin embargo, como nuestra terapéutica indígena no ha sido estudiada todo lo que se necesita, quizás tenga algu- na otra propiedad conocida solamente por nuestros hom: bres de campo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 221 e e EL TRACHOMA EN ORIENTE DE LA ISLA DE CUBA POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 14 de Abril de 1901.) (1) Desde que la prensa periódica empezó á ocuparse de la aparición de esta enfermedad ocular nos propusimos be- ber en buenas fuentes las noticias acerca del particular y á este propósito nos dirigimos al Dr. Vicente Gómez, pro- fesor médico de Holguín, cuya competencia nos era bien conocida. Antes de exponeros los informes del Dr. Gómez, que es lo único interesante de esta nota, debe indicarse algo de lo que se entiende por TRACHOMA, pues en todas las épocas los oftalmólogos han tenido divergencias respecto de su diagnóstico. a La conjuntivitis granulosa que para algunos autores so lo podía designarse con el nombre de trachoma, cuando revestía cierto carácter crónico, es conocida desde los tiem- pos de Hipócrates, y aunque descrita por Celso, no fué estudiada con detención hasta el primer tercio del siglo XIX en que la expedición de Napoleón 4 Egipto la re- partió por todos los ejércitos del continente europeo. La Histología y la Bacteriología en estos últimos tiem- pos han tratado de borrar las dudas que surgen todavía en la Clínica y aun cuando Semisch, Roehlmann, Moauro, Ivanow y otros con sus trabajos de Anatomía Patológica y Sattler, Michel, Koch, Poncet, Staderini y algunos más, han descripto microorganismos diversos (diplococos aná- logos á los de la blenorragia 4 pequeños bacilos) su etio- logía desde el punto de vista bacteriológico, no está su- ficientemente definida y quedan en pie hasta nueva orden, las dificultades que no existirían, si la presencia de un (1) Véase Axates, tr. xxxvu, P. 161. 222 ANALES DE LA germen determinado, sirviera para plantear el diagnóstico en todas las cir maca Autores tan competentes como Noyes, de Nueva York, y Wecker, de París, dividen el trachoma en simple, mixto, difuso y cicatricial, el primero: en papilar ó bleno- rrea-crónica, en agudo y en linfodideo ó folicular, el se- egundo. El Dr. Gómez como se verá en la relación que copia- mos 4 continuación se inspira en las doctrinas de su ilustre maestro el Dr. Noyes. “El trachona que aquí se observa, dice el Dr. Gómez refiriéndose 4 Holguín, se presenta bajo diferentes fases. Los casos del lhasdo ROMA agudo sor pocos. La for- ma que abunda más es la folicular, tanto que he operado (con las pinzas de Noyes) más del doscientos de un total de más de 2.000 casos. Las complicaciones corneanas se observan aquí en muy pocos casos y en ellos la enferme- * dad solamente ataca la capa epitelial. El 95% de los ata- cados son niños de 2 4 15 años. Sin embargo, de vez en cuando vemos algún adulto con trachoma. En los casos agudos existe mucha secreción muco-purulenta pero esta secreción es más espesa € hilachosa que en las conjuntivi- tis agudas catarrales producidas por el bacilo de Wecks. Esta última enfermedad se observa aquí con bastante fre- cuencia; yo he examinado las secreciones en muchos casos y siempre he podido encontrar el bacilo de Wecks. Los casos de trachoma ceden perfectamente. Hace dos meses que estoy luchando con la epidemia, pero hoy ha- brá doscientos casos d lo más. Yo estoy escribiendo un trabajo sobre el trachoma que pienso terminar dentro de pocos días y voy d tener el gusto de enviárselo para que usted tenga la bondad de pu indios Aleunas de las epidemias que el vulgo ha designado con el nombre de CEGUERA es muy pro bable que pudierán ser consideradas como trachoma si se les hubiese atendi- do con el cuidado y la inteligencia que ha desplegado el Dr. Gómez. En tiempos ya remotos, puesto que nos referimos á la mitad del siglo pasado (1847-18: 34) se han padecido en Cuba lodos importadas de Africa que aunque designa- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 223 das con ese nombre genérico de las enfermedades exter- nas del ojo, siendo originaria del continente africano, pue- de asegurarse que pertenecían 4 una de las formas del trachoma. En nuestro discurso de ingreso á esta digna Corpora- ción (1) hemos hecho alusión al barco negrero de que ha- bla el célebre escritor Carron du V illard (2) quien vió entrar en Matanzas, después de haber navegado sin rum- bo, un buque negrero “Le cul du Singe” con todo el car- gamento de 300 negros y 19 de tripulación incluso el Ca- pitán y el Sobrecargo, ciegos todos. Refiere Carron da Villard que los esclavos en ese estado fueron vendidos y esparcidos por las fincas en que se propagó el mal y recuerda que un médico compró un buen número de ellos y contagiado él mismo pagó con la pérdida de un ojo la peor de las codicias (3). Para los que nos sucedan, con los datos suministrados por el Dr. Gómez y con los que añada en el trabajo que prepara, la epidemia de trachoma de Holguín ¿quedará bien descrita en los anales de la ciencia, gracias á la inte- ligencia y actividad del excelente colega « que nos ha pro- porcionado el honor de ocupar vuestra atención por bre- ves momentos. (1) Consideraciones sobre las enfermedades de los ojos observadas en la Isla de Cuba durante el año de 1875. Memoria leída en la sesión pública de 14 de Mayo de 1876 en la Academia de Ciencias Médicas Físi- cas y Naturales de la Habana. Crónica Medico-Quirúrgica de la Habana, Tomo II, Pág. 581. AxwaLes DE La ACADEMIA DE Ciencias Ménicas, Físicas y NATURALES DE LA HABANA, r. xt, páGs. 46 y 100. (2) Annales d' Oculistique, Tomo xxxtr, Pág. 201. (3) Id. id. 1889, Tome CI,—14e,—Serie T. I, 1.2 et 2, livraisons, Pág. 11. Tomo xLim.—29. 224 ANALES DE LA AGTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 8 DE FEBRERO DE 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. — De número. —Dres.: E. Acosta, E. B. Barnet, T. V. Coronado, C. Finlay, J. Jacobsen, J. Le- Roy, C. Moya, E. Pardiñas, M. Ruíz Casabó y C. de la Torre. Honorario.—Dr. €, Delgado. Leída el acta de la sesión anterior (25 de Enero), fué aprobada, con unas aclaraciones por parte del Dr. Ruíz Casabó, relativas á la discusión del trabajo del Dr. Finlay. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Gobernación, escrito número 579, relativo á la Farmacopea americana. Del Dr. Fernando Méndez Capote, solicitando seis meses de licencia por trasladarse temporalmente á la república mexicana. De la Secretaría de Instrucción Pública, solicitando el nombra- miento de dos Académicos en sustitución de los Dres. T. V. Co- ronado y D. Hernando Seguí, para los tribunales de oposiciones á las cátedras de ““Enfermedades de la piel y sífilis” y “Enferme- dades de la laringe, oídos y fosas nasales”, por ser aquellas perso- nas competentísimas y de gran prestigio social, al propio tiempo Catedráticos de la Facultad de Medicina y Farmacia. Salida.—A la Secretaría de Hacienda, remitiendo informe apro- bado en 25 de Enero, relativo á unos ladrillos. A la Secretaría de Gobernación, ídem ídem ídem sobre la venta de unas gaseosas purgantes. El Dr. Emilio Pardiñas, dá lectura á un INFORME ACERCA DE INFRACCIONES DE LAS ORDENANZAS DE FARMACIA EN EL PUEBLO DE CRUCES, provincia de Santa Clara, y en el que se demuestra que no se cometieron las infracciones que seimputan. Este informe fué aprobado por unanimidad. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 220 El Dr. Juan Santos Fernández, lee después su trabajo sobre OFTALMÍA SIMPÁTICA POR DEPÓSITO CALCAREO EN EL 0JO HERIDO, habiendo pasado el Dr. Coronado á ocupar la presidencia. Una vez que terminó su lectura, el Dr. Carlos E. Finlay, pide la palabra y concedida que le fué, recuerda al Dr. Santos Fernán- dez, el caso de una señora que él había visto en su compañía, ha- ce unos nueve años en que él le aconsejó la enucleación del ojo y después de ello sobrevino la oftalmía simpática. Está de acuerdo también con el Dr. Santos Fernández en la relación del caso de oftalmía simpática á que se refiere. El Dr. Santos Fernández, expone que la referida señora sufrió en efecto de la oftalmía simpática, tal como él lo tenía predicho, y dá las gracias al Dr. Carlos E. Finlay, por el recuerdo del caso. Con lo que se dió por terminada la sesión pública, quedando la Academia constituída en otra de gobierno. INFORME SOBRE INFRACCIÓN DE LAS ORDENANZAS DE FARMACIA EN CRUCES POR EL Dr, Emilio Pardiñas (Sesión del 8 de Febrero de 1907.) Designado para informar en el expediente instruído por denuncia del Dr. A... C..., Jefe local de Sanidad del pueblo de Cruces de que por la Farmacia “La Purísima” se venían infringiendo las Ordenanzas del ramo, tengo el honor de someter á su consideración lo siguiente: Que siendo la base de dicho expediente la denuncia del Dr. C..., inserta á folios N% 3 y 4 en la que se manifies- ta que la Farmacia “La Purísima” es públicamente conoci- da como del Dr. C... y siendo este señor Médico, no se comprende que los habitantes del pueblo de Cruces, con- sideren de lá propiedad del citado doctor una Farmacia sino existiera una notoria participación de dicho señor en ella, alegando en confirmación ¿ lo expuesto los cargos 226 ANALES DE LA 10 siguio entes: Que el coche y los caballos del doctor en Medicina señor €... están en el local que ocupa la cita- da Farmacia. 2.” Que la comida para los empleados de la Farmacia es llevada en una cantina desde la casa par- ticular del doctor €... 3.2 Que los medicamentos para me consumo de la casa vienen á nombre del doctor €... “ Que la documentación del establecimiento es llevada de el citado doctor y 5.2 Que el recibo del alquiler de la casa que ocupa “La Purísima” se extiende 4 nombre del Dr. €... A virtud de dicha denuncia y para investi- gación de los cargos fué designado por el señor Groberna- dor Provisional de Santa Clara el Dr. Enrique J. Cotera Subdelegado de Farmacia de Cienfuegos el que después de ratificada la denuncia por el doctor A... C... cita para declarar ¿ los señores J... L..., M.. L..., Ji. doy P... P..., los que según declaraciones á fojas 6 y TY manl- fiestan lo siguiente: el 1.7 Que siempre ha oído decir que la Farmacia “La Purísima” es propiedad, aunque no ha visto los comprobantes, del doctor G... C...; el 2” Quese di- ce de público es del doctor €... y F..., quedando luego se- gún se dice, sólo el doctor C...; el 3." Que según ha oído de- cir es dueño de la Farmacia “La Purísima” el doctor €. _ y el 4.” Que conoce al doctor €... como Médico residente en el pueblo y como sólo dueño de la botica “La Purísi- ma” donde siempre ve á dicho doctor; también existe en el expediente una declaración á fojas 8, del señor J... Ll... en que manifiesta que ha oído decir que la botica fué pues- ta; porel señor F... Ñ C... y que sólo ahora se dice, del referido doctor C...; d fojas 8 vuelta, existe la declaración del señor D... A... que manifiesta que el doctor G... €... abona los alquileres de la casa que ocupa la botica y 4 fo- jas 9 existe la declaración del señor P... €... que expone ser el dueño de la referida Farmacia por compra al far- macéutico señor J... A... P..., según escritura pública de primero de Febrero de 1905 y ante el Notario Público Domingo Valdés Losada, un recibo de contribución á su nombre y una remisión, á su nombre, de alcohol. Estudiado por su orden en su parte esencial el expe- diente en su origen, tenemos que la base principal de la denuncia no puede adolescer de mayor fragilidad, puesto ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 227 que la comprobación de la notoria participación se basa en cuatro declaraciones, de las cuales tres son tan dubita- tivas cuanto que no han salido de un se dice, y la del se- ñor P...P..., que esla única que pudiera considerarse co- mo afirmativa, no presenta en su apoyo ningún documen- to legal para comprobación; por el contrario el Dr. P... C..., según expone en su declaración, es poseedor de la botica por escritura pública, presenta el recibo de la con- tribución y una remisión de alcohol, documentos oficiales, que son los que los preceptos legales obligan 4 reconocer como títulos de legítima posesión. Con respecto 4 los hechos consignados y que constitn- yen los cargos denunciados, la Academia debe tener en cuenta lo siguiente: 1.2? Que no existe ningún precepto legal, que impida el que por amistad ó alquiler se guarden en un local anexo á una Farmacia los caballos y coches de un doctor en Me- dicina, estando 4 mayor abundamiento la entrada del lo- cal, fuera de la botica, según consigna el doctor €... en su declaración á fojas 11. 2 Que tampoco existe precepto legal que prohiba la remisión de cantina ó comida de la casa de un Médico á la de un Farmacéutico, 3.” Que en el expediente incoado, no se prueba por ninguna de las declaraciones ni por documento alguno, que las remisiones de medicamentos vengan á nombre del doctor C... 4.” Que en el expediente que se informa no se prueba ni por declaratoria ni por documento, que el doctor C... sea encargado de llevar la documentación de la Farmacia “La Purísima”, pues ni aun teniendo en cuenta la declara- ción del señor N... O..., puede deducirse el empleo del doctor €... en dichas tareas. Y 5.” Que dadas las manifestaciones del doctor €... co- mo fiador principal pagador sin que pueda aducirse prue- ba plena en contrario.. No probados en el expediente nin- guno de los cargos á que se hace referencia en la denun- cia, no es posible admitir por simples deducciones, el que los señores Licenciados P... €... y doctor C... hayan infrin- gido los artículos 2, 13, 69, 70; 79 y 84 como manifiesta el 228 ANALES DE LA doctor Cotera, 4 fojas 13, ya que la Farmacia según es- critura pública es del licenciado en Farmacia señor P... C..., que dicha Farmacia por la causa antedicha no puede ser propiedad del doctor C... Que no se ha denunciado ni se ha probado la infracción del artículo 69. Que según arroja el expediente el licenciado P... C... está autorizado y tiene título legal para el ejercicio de su profesión. Que no se ha probado en el expediente ni se ha pretendido probar que la venta sea simulada y, por último. Que tam- poco se prueba ni se trata de probar la infracción del az- tículo 84. Siendo de parecer por las razones expuestas que no se existen hechos probados para estimar como infrac- tores de las Ordenanzas de Farmacia á los señores licencia- dos P... C... y doctor C... No obstante la Academia con su mejor criterio resol- , verá. OFTALMIA SIMPATICA POR DEPOSITO CALCAREO EN EL 0JO HERIDO POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 8 de Febrero de 1907.) Si bien hemos advertido alguna vez demasiada prisa en practicar la enucleación de uno de las ojos, herido ó no, por estar perdido sin tener la menor duda, juzgamos pre- ferible esta precipitación, nunca perjudicial, puesto que se trata de separar un órgano inútil, 4 descuidar su ex- tracción ó proceder á ella tan tarde que ya es casi inútil practicarla, debido á que la oftalmía simpática ha hecho ya sus tremendos estragos. La oftalmía simpática, sólo excepcionalmente puede ob- servarse, sin que haya un traumatismo en uno de los ojos; existiendo éste, es todavía afección relativamente rara, pues se calcula un caso en quinientos heridos. No obstan- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 229 te el clínico debe estar siempre alerta, porque la enferme- dad no presenta realmente un cuadro de síntomas típico ó sui génerís. Hay que atenerse al conjunto de aquéllos ó á alguno aisladamente, como el lagrimeo, la fotofobia ó la ambliopía y casi nunca aparecen de repente. Sise pre- sentan juntos los síntomas, lo que ocurre rara vez, el diag- nóstico se impone fácilmente. Observado que sea uno sólo de estos síntomas, en un ojo que tiene su congénere herido ú perdido, no sabemos có- mo, aun cuando se asegure que no hubo traumatismo, ur- ge proceder á la enucleación de éste, si no queremos lle- gar tarde á practicarla, como en el cas» que sigue, de nuestra clínica y en otro publicado recientemente : por un colega del extranjero. OBSERVACIÓN NUESTRA.—R. $. F., de 53 años de edad, nos consultó el 22 de Enero de 1906, por atrofia del bulbo ocular izquierdo, consecutivaá un traumatismo y falta con- siderable de la vista del derecho, pues con dificultad con- taba los dedos y no podía marchar solo. Refirió que hacía 14 años, de edad de 39, perdió el ojo izquierdo trabajando en una máquina. Después de la he- rida, que fué de consideración, el ojo fué poco á poco re- duciendo su volumen, hasta llegar al que tenía en el mo- mento que le examinamos, poco menos que la tercera par- te del normal; pero aplastado ó deformado. Dos ó tres años después del accidente notó, dice, nece- sidad de cristales para ver; pero hace doce d catorce meses que no le sirven para nada. Como se ha dicho, con el ojo derecho sólo cuenta los dedos, la tensión está disminuída Tn. 0.50; la córnea pre- senta en un quinto externo é inferior una opacidad asté- nica que se parece á la que se advierte en algunos viejos tracomatosos y se ha llegado á atribuir equivocadamente al roce de las g eranulaciones palpebrales sobre el epitelio de la córnea, sin embargo, vuelto el párpado superior, no existía conjuntivitis algu una. La pupila algo elíptica, ha- ciendo sospechar sinequias posteriores, inmóvil, no ce- dió á los midriásicos, de diámetro casi normal. No se logra iluminar el fondo del ojo con el reflector del oftalmosco- pio y no obstante con la luz oblicua artificial no se descu- 230 ANALES DE LA S bre, como esperamos, depósito exudativo sobre la crista- loide anterior. Asegura que no ha tenido nunca dolores fuertes en el .ojo derecho y, sin embargo, se trata de una irido-coroiditis simpática. Aunque sin esperanzas de éxito, por lo avanzado del mal, pero para hacer lo único que estaba indicado, proce- dimos á la enucleación del ojo atrofiado. Pocos días después, se le hizo una iridectomía en el otro, sin resultados. El ojo enucleado presentaba en su interior una substancia calcárea que se adaptaba «¿ la dispo- sición que tenía la esclerótica y parecía el fondo de un pequeño vaso de cristal opaco. Durante el tiempo que permaneció después en la Clí- nica se le sometió al ioduro de potasio; pero al marchar- se estaba, como lo esperábamos, en el mismo estado que cuando le vimos por primera vez. OBSERVACIÓN DE M. DE Larón Y VILLEMONDE, de Bor- deaux (1). Albañil, de 40 años; á la edad de 3 perdió el ojo izquierdo por una herida perforante. Dos años más tarde enfermó del ojo derecho, curó pero le quedó falta de vista. A pesar de la obscuridad del relato se le diag- nosticó de oftalmía simpática. Más tarde sin fenómenos inflamatorios notó que perdía aún más vista y entró en el Hospital, en Rochelle. Por el tratamiento instituído pa- rece que no se pensó en una oftalmía simpática y salió del establecimiento casi ciego. Cuando se le examina en Bur- deos apenas cuenta los dedos. Examinado á esta altura del mal, se encuentra: Ojo izquierdo, muñón atrofiado, cuadrado, ligeramente doloroso 4 la presión. Ojo derecho, conjuntiva normal, córnea completamente transparente, con apariencia de inflamación, antiguas sinequias poste- riores circulares, casi totales; una falsa membrana recubre la cristaloide anterior. No se ilumina el fondo del ojo. Tn. 1. No ha sufrido nunca de él y apenas cuenta los de- dos á cincuenta centímetros. El Dr. Badal, Jefe del Hos- pital diagnosticó: oftalmía simpática. Se hace la enuclea- (1) Journal de Medecine de Bordeaux. Pág. 670, 1906. Observación leída en la Sociedad de Anatomía y Fisiología normales y patológicas de Bordeaux. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA pto Al ción del muñón y en el interior se descubre un depósito calcáreo ú óseo. Poco después se le practica una iridec- tomía en el derecho, pero la vista no mejoró. Estas dos observaciones revelan una vez más la necesi- dad ya reconocida de estar muy prevenidos, siempre que veamos un ojo enfermo, estando el otro herido. ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE FEBRERO DE 1907 Presidente.—Dr. J. Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. — De número. —Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, I. Calvo, T. V. Coronado, J. N. Dávalos, M. F. Ga- rrido, D. Hernando Seguí, J. Le-Roy, E. Pardiñas, M. Ruíz Casabó, C. de la Torre. Leída el acta de la sesión anterior (8 de Febrero), fué apro- bada. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comer- cio, solicitando informe acerca de si la palabra Sidesina, se usa para distinguir un producto farmacéutico, como quinina, fenace- tina, ete., Ó es una titulación creada por un farmacéutico para distingyir un preparado de su invención. De la Junta local de Sanidad de la Habana, ordenando cubrir el tanque de la azotea de la Academia, 4 prueba de mosquitos. Del Rector del Colegio de Belén, aceptando la invitación hecha á los profesores del Observatorio, brindándoles la tribuna de la Academia para conferencias seísmicas. Del Director de la Estación Central Agronómica de Santiago de las Vegas, invitando á la Academia á una conferencia sobre cultura del tabaco. Tomo xLImr.—30. 232 ANALES DE LA Del Gobernador Provisional, sobre propiedad de los terrenos en que está edificada la Academia. ¡ De la Delegación Apostólica, concediendo una Audiencia á la representación de la Academia, para tratar sobre la propiedad de los terrenos en que está edificada. Saliída.—A lá Secretaría de Instrucción pública, participándole acuerdo de la Academia en que se designaron á los Dres. Enrique B. Barnet y Gustavo G. Duplessis, para sustituir á los doctores T. V. Coronado y D. Hernando Seguí, en los tribunales de oposi- ciones á las cátedras de :*Enfermedades de la piel y sífilis” y “Enfermedades de la laringe, oídos y fosas nasales”, respectiva- mente. A los Dres. E. B. Barnet y G. G. Duplessis, participándoles sus nombramientos para vocales de los Tribunales á que se refiere el anterior escrito. Al Dr. J. P. Alacán, nombrándolo ponente para que informe acerca de la Sidesina. Al Gobernador de Santa Clara, remitiéndole informe aprobado en la sesión del 8 del actual, sobre infracciones de las ordenanzas de Farmacia en el pueblo de Cruces. Al Rector del Colegio de Belén, invitándolo para que los pro- fesores del Observatorio ilustren la tribuna de la Academia con algunas conferencias sobre estudios seísmicos. Al Iustrísimo Sr. Delegado Apostólico, solicitando una audien- cia para tratar sobre el terreno en que está edificada la Academia. El Sr. Presidente concede la palabra al Dr. José P. Alacán, quien dió lectura á su anunciado INFORME SOBRE UN MEDICA- MENTO; el cual fué aprobado por unanimidad. Acto seguido la Presidencia dá lectura á una NOTA NECROLÓ- uIica del Académico de mérito Dr. Manuel Santander y Frutos, Obispo que fué de esta Diócesis y que acaba de fallecer en Madrid. En ella se hacen resaltar los méritos que le enaltecían y las ra- zones que tuvo esta Academia, para conferirle su más alto honor. La Presidencia al terminar, propone se suspenda la sesión en señal de duelo por tan sensible pérdida. Así se acordó por unanimidad, dejando para la subsiguiente los demás trabajos científicos anunciados en la orden del día. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 233 INFORME ACERCA DE LA SIDESINA POR kL Doctor José P. Alacán (Sesión del 22 de Febrero de 1907.) La Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, por comunicación del día 12 del presente mes se ha ser- vido consultar 4 esta Academia si la palabra Sídesina se usa para distinguir un producto farmacéutico Ó es una titulación creada por un farmacéutico para distinguir un producto de su invención. Y como contestación á tal pregunta propongo se diga al expresado Centro, que no existe ningún medicamento que se llame Sidesina, y sí un producto que se anuncia por todas partes y se encuentra de venta en las Drogue- rías, preparado por el Dr, Pérez García. Y dado lo concreto de la pregunta entiendo que no hay otra cosa que decir. Nota necrológica del Académico de Mérito Dr. Manuel Santander y Frutos POR EL Dr, Juan Santos Fernández ( Sesión del 22 de Febrero de 1907.) Señores Académicos: También esta noche me toca comunicaros la pérdida de uno de los que nos ayudó con su esfuerzo, en la tarea que nos hemos impuesto, de propagar las ciencias y de hacer sentir sus beneficiosos resultados, en el seno de la sociedad en que vivimos. Esta vez le ha correspondido 20% és ANALES DE LA dl pagar su tributo ineludible « la tierra, al que fué un día Obispo de la Diócesis de la Habana, el Reverendo sacer- dote Dr. D. Manuel Santander y Frutos. No hemos de considerarlo aquí como prelado insigne, ni hemos de contraernos 4 su caridad y á su piedad cris- tiana porque sus fieles feligreses reconocidos, bien seguro 'stamos, le rendirán oportunamente justicia y elevarán sus preces al Altísimo en su obsequio. Nuestra misión se ha de limitar á exponeros los fundamentos que tuvo esta Corporación para investirlo del título de Académico de Mérito reservado como lo indica el Reglamento para los que hacen servicios extraordinarios « la ciencia y á la hu- manidad. ; El Obispo D. Manuel Santander y Frutos fundó en el edificio que ocupa el Obispado de la Habana un Dispen- sario para niños ád cuyo frente figuraron y daban consul- tas diarias los más caracterizados médicos de la Habana. Aparte del acto generoso de sufragar los gastos del esta- hlecimiento, remediando la miseria que reinaba en aquella época de guerra, la Academia vió en la obra del Obispo Santander un esfuerzo loable para el avance de la pedia- tría, de que tan necesitados estábamos por no existir, en- tonces ni ahora, un hospital especial para niños enfermos. No es que dejemos de valorar su altraismo y de reco- nocer que, como prelado, edificó con su ejemplo y mostró por todas partes con su bondad y modestia, cuan digno era de ocupar el alto puesto en que su talento y su virtud le colocaron, no, muy lejos de nosotros el no estimar en lo que vale un noble corazón, porque entendemos que cuando la ciencia descansa en la virtud, agena á la ambi- ción terrenal y al dolo, sus frutos son más valiosos y si se quisiera buscar un ejemplo lo tenemos todavía reciente, en Pasteur, genio científico que llenó todo el siglo diez y nueve y que por su piedad cristiana, la Francia libre pen- sadora, guarda sus restos en uña capilla instalada en el Ins- tituto que él. creara y lleva su nombre y en la que todas las mañanas eleva sus preces al Ser Supremo la digna compañera del hombre que más beneficios prodigó á la ciencia y 4 su patria. Mas el Obispo D, Manuel Santander y Frutos no fue ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Manuel Santander y Frutos ACADÉMICO DE MÉRITO Ñ 14 de Febrero de 1907. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 235 designado Académico de Mérito, por sus virtudes cristia- nas, reconocidas y premiadas fuera de este recinto, se le invistió del título de título de Académico de Mérito, 're- petimos, por el servicio que prestó 4 la ciencia estable- ciendo el Dispensario de niños del Obispado y otros en barrios distintos de la Habana y fuera de ella, contribuyen- do como hemos dicho al perfeccionamiento del estudio de las enfermedades de los niños, tan perentorio en un país que necesita más que ninguno del aumento de su población. El Obispo D. Manuel Santander y Frutos identificado con el país en que vino á ejercer su apostolado, siguió la tradición de otros obispos de la Habana, que no limitaron su labor, al fomento de la religión, sino que prestaron su apoyo á la ciencia, convencidos de que ésta nunca puede ser opuesta á la moral sino su más firme sostén. A D. Diego Evelino de Compostela, Obispo de la Ha- bana en 1687, se debe la iniciación de la obra de la Casa Cuna y el Hospital de Convalecientes de Belén, en 1704, edificado á su costo. Fué el primer prelado en Cuba que abrió las puertas de la Instrucción pública en un pais en que sólo existían algunas malas escuelas con pésimos maestros. : : Le sucedió D. Gerónimo Valdés, Obispo de la Habana en 1706. que trasladó la Casa Cuna del Convento de San- ta Teresa, á la calle que se conoce hoy por la de la Cuna, antes de pasar á la Maternidad y le dió su nombre á los niños en ella recogidos (1). Levantó el Hospital de San Isidro en 1710 y el Seminario de San Basilio el Magno en Santiago de Cuba, primero dedicado á los ecle- siásticos y después á las otras carreras. En su época (1724) se establecieron los jesuitas que tanto han contribuído al progreso de la enseñanza entre nosotros. Pero el que más ha llamado la atención en Cuba por su decidida protección a las ciencias y á las letras fué don Juan José Díaz de Espada y Landa elevado á la mitra de la Habana en 1* de Enero de 1800. Sacó los enterramientos (1) Alguien ha creído que este nombre se debía al teniente general D. Gerónimo Valdés y Sierra, sucesor de O'Donnell y Gobernador de la Isla en 1841, 236 ANALES DE LA del interior de las Iglesias, no sin resistencia del clero pa- rroquial que veía mermado su lucro; fomentó con Romay la vacuna; fué activo presidente de la Sociedad Económi- ca en cuyo seno secundó los proyectos de los varones más ilustres de la época, al grado de que le tacharon de demasia- do adicto 4 los cubanos. Con razón ha dicho un historiador que Compostela, Valdés y Espada, han sido los tres jefes de la Iglesia en Cuba que más han hecho en favor de ella y del país; pero los que escriban en lo sucesivo agregarán á los anteriores el de Santander y Frutos, como lo de- mostrará en su oportunidad el Académico encargado de su elogio póstumo. OBRAS DE VENTA e EN LA REDACCION DE LOS “ANALES S Irabáljos de % Comisión de Medicina Le- - gal de Higiene Pública, 3 tomos; La Flora - Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- gía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memoria sobre la Patologia y Antigiiedades de la Ís- : 3 la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. Contribución al estudio de los Moluscos Cu- - banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del - alemán por el Dr. Finlay. | RRA Gran Experiencia de Mas de 50 años en el Ramo do Solicitar Paten- tes de inven- cion, Marcas de Comercio y Titulos de Propiedad Literaria en los Esta- dos-Unidos y Países Extrangeros. Para mas informes véase la última página de lecturad cuulquier ejemplar mensualde La América Científica e Industrial edicion en español del SCIENTIFIC AMERICAN,” ó escríbase directamente y en español, si se quiere ú los señores MUNN (Q COMPANY 361 Broadway, Nueva York. = de a sue Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA. | : REVISTA CIENTIFICA . DIBRBECTORHxSs: ; S; Dr. Jorge [re-Roy. z= Pr. Gustavo López “NN — TOMO XLIII —_—_—— MARZO 1907 (53) h e HL A B.A NA ' y EM PREDNTDA:. MIZITA= É E MURALLA NUM. 40... pr ¿1907 ia CONDICIONES DE LA PUBLICACION A O Y A XA Los ANALES se publican regularmente. Su pre- cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, 4 más de los traba- Jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, dc., de. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero. E E = 468) Toda obra enviada á la redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange A A te ANALES DE LA AÁCA- Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CrenN- cias Mebnicas, Fí- Please addres exchange to: sICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchanges: DE LA Habana, Cuba 84A Habana ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 231 INFORME SOBRE LEY DE MARCAS DOCTOR JOSE J. ROVIRA (Sesión del 24 de Junio de 1900.) (1) La Secretaría de Agricultura, Comercio € Industria, co- munica á esta Academia lo siguiente: El artículo 6% del Decreto de 21 de Agosto de 1884, dispone: “que las marcas de fábrica son obligatorias, únicamente, para los objetos de oro y plata, productos químicos y farmacéuticos y demás que preceptúan los reglamentos especiales”. | El artículo 1.2 del Decreto Ley de marcas de 21 de Agosto de 1884, dice: “que son marcas de fábrica, de co- mercio, de agricultura, y de cualquier otra industria, los nombres de los fabricantes, comerciantes, agricultores, in- * dustriales de todas clases ó compañías formadas por los mismos, las denominaciones, emblemas, escudos, grabados, viñetas, marcas, timbres, sellos, relieves, letras, cifras, so- bres, envolturas ó signos, cualquiera que sea su forma, que sirvan para que el fabricante, comerciante, agricultor 4 industrial de cualquier clase, ó compañía por ellos formada, pueda señalar sus productos ó mercancías con objeto de que el público las conozca y distinga sin confundirlas con otras”. ll artículo 7.2 de las Ordenanzas de Farmacia y comer- cio de drogas y plantas medicinales —hechas extensivas á Cuba, por R. O. de 4 de Enero de 1883—dispone que las boticas tendrán un sello de mano con la inscripción del nombre de la farmacia y el apellido del farmacéutico, que estará obligado 4 imprimir ó poner en todas las rece- tas que despache, así como en los rótulos de- los botes ó 'asijas de la botica y delas vasijas, cajas, papeles, ete. Véase Awvarnes T. xxxvrr, pág. 112. romo xutr.—31l. 238 ANALES DE LA que contengan los medicamentos y demás artículos que despache. ¡ En vista de estas disposiciones, el Sr. Secretario de este Departamento, en su deseo de armonizar los intereses pú- blicos con las exigencias de las leves, se ha servido dis- poner se ruegue « usted como tengo el gusto de hacerlo, que por la Corporación de su merecida Presidencia se ilustre d esta Secretaría sobre los carácteres distintivos que puedan servir de norma para apreciar las diferencias que deban tenerse en cuenta para que los productos quí- micos no se confundan con los farmacéuticos, ya que, en cuanto á la obligación en que están los señores farmacén- ticos de inscribir el sello de garantía 4 que hace referen- cia el artículo 7.” delas Ordenanzas de Farmacia, en rela- ción con lo preceptuado en los artículos 1.” y 45 del De- ereto de 21 de Agosto de 1884, ya citado, no cabe duda alguna. Y nosotros en completo desacuerdo con lo sustentado por la referida Secretaría, creemos que, al contrario, los farmacéuticos no necesitan inscribir el sello que el ar- tículo 7.” de las Ordenanzas de Farmacia les exijen tener en su oficina puesto que esta obligación de sellar todo lo que salga de ella, drogas ó medicamentos, envasados 6 envueltos en papel, no tiene lugar “con objeto de que el público las conozca y distinga sin confundirlos con otros”, sino simplemente para que se sepa quien es el responsable en caso de error, mistificación, descuido, etc. del despacho de la droga 6 ála preparación de los medicamentos, y: sean oficinales 6 magistrales. La garantía de este sello no es la comercial que debe autorizar la Secretaría de Agricultura, Comercio é Indus- tria, sino la profesional qne no necesita pedir á ninguna corporación, porque el título de Licenciado 6 Doctor, se la presta cumplida y legalmente. Pero la Academia entiende que los farmacéuticos, apat- te del sello profesional, 4 que se refieren las Ordenanzas de Farmacia, el cual no se adquiere 4 voluntad del profe- sor sino que es obligatorio y está al enidado exclusivo del subdelegado de Farmacia respectivo, los farmacéu- ticos, decimos, pueden solicitar el sello de garantía comer- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 239 cial 4 que se refieren los artículos 6.” y 7.” del Decreto de 21 de Agosto de 1884, que se limita única y exclusiva- mente 4 garantizar los envases, envolturas etc, á fin de que nadie pueda usar otras iguales, pero sin hacer men- ción del contenido que nunca puede quedar garantizado por el simple y muy fácil medio empleado en estos casos. para la concesión del sello de garantía comercial. - Para garantizar el contenido, en cuanto ¿ los medica- mentos se refiere, no hay más medio que el estatuído en el Decreto de 21 de Agosto de 1884, en su capítulo 22 y lo dispuesto en el Reglamento de nuestra Academia de Ciencias. : En cuanto á las “diferencias que deben tenerse en cuen- ta para que los productos químicos no se confundan con los farmacéuticos”, debemos sentar que los productos químicos son siempre el resultado de una combinación química y pueden ser Ú no medicamentos, mientras que los farmacéuticos, siempre son productos medicamentosos, es decir, propios para la curación ó alivio de las enferme- dades, ya resulten de una combinación química ya de una simple mezcla. Fa Ahora bien: como consecuencia de todo lo anteriormen- te expuesto se deduce: 1.” Que los farmacéuticos no están obligados «a inseri- bir el sello que el artícnlo 7.” de las Ordenanzas de Far- macia les obliga usar en sus oficinas. 2.” Que los farmacéuticos están obligados á inscribir el sello de garantía comercial que les convenga usar, además del preseripto en las Ordenanzas de Farmacia. 5." Que las marcas de fábricas correspondientes 4 los productos químicos considerados como tales, deben ser inscriptos con arreglo 4 lo dispuesto en el Decreto de 21 de Agosto de 1884. 4.” Que las solicitudes de inscripción de los medica- mentos no pueden verificarse sino con el concurso de la Academia, según los reglamentos vigentes y en la forma en ellos dispuesta. Esta Corporación según se acordó en la sesión del 24 de Junio corriente, desea aprovechar la ocasión, para llamar la ilustrada atención de la Secretaría de Agricul- 24M) ANALES DE LA tura, Industria y Comercio, sobre la errada interpret a ción de la Ley, motivo de la consulta, pues la Inseripe 1Ón de fábricas debe ser asunto potestativo y no obligatorio, al punto de que si este criterio fuere el segundo, no habría sido materia de informe la pretensión de imponer ¿ las Farmacias la obligación de inscribir sus sellos. Informe sobre unas aguas dichas minero-medicinales en Mayajigua Por el Dr. Manuel Delfin (Sesión del 8 de Julio de 1900.) Correspondiendo á la atenta Invitación que se hace por la Secretaría de esta Academia para que emita infor- me acerca de la construcción de una casa que ha de ser- vir para la explotación de unos baños minero-medicmales que se dice existen en la finca rústica “Il Baño” ubicada en May ajigua, término municipal de Yaguajay, Provincia de Santa Clara, cúmpleme informar en los siguientes tér- minos: Los documentos recibidos por esta Corporación son: 12 el análisis de las mencionadas aguas y 2.” una Memo- ria en que se exponen sus virtudes medicinales ó ter rapéu- ticas. Suscribe ambos documentos el Sr. Facundo Ramos. El análisis habría de ser el documento más importante para que esta Academia resolviera de plano si las aguas de que se trata son Ó no minero- medicinales; resulta nulo por completo, pues no se describen los procedimientos científicos empleados y se nota una impericia not: able en lo que se afirma: dice el autor del análisis que las aguas son tibias, pero no nos dice la temperatura que tienen, cuando tan fácil se hacía averiguarlo por medio del ter- ly (1) Véase Axares T. xxxvu, pág. 113. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 241 mómetro; afirma que la densidad es casi igual a la del agua común y no nos da la cifra ni el método empleado en esta investigación. Asegura bajo su firma que el agua es ligeramente al- calina y que dejada en reposo deja un lésamo especial formado de detritus vegeto- ea y algunas sales prin- cipalmente sulfato de cacio y el iodo. Esto afirmado así es en mi concepto increíble, y por no haber hecho el au- tor mención de los procedimientos empleados para llegar á tan rotunda afirmación, queda la duda de si eso era po- s1ble. Cuando el analista entra á describir su análisis, es cuan- do se notan verdaderos disparates y se observan afirma- ciones incomprensibles; pues hierve el agua para buscar el amoníaco y el ácido sulfihidrídico que son cuerpos volá- tiles, y sin pruebas y sin procedimientos afirma que el iodo y el sulfato de caleío son los mineralizadores de di- cha agua. Y hay una contradicción que importa consignar, las aguas son, según afirma el perito químico, ioduradas al- calinas y, sin embargo, dice que cuecen las legumbres y da en el jabón; esta es una contradicción, pues si la alcalinidad es tan insignificante que permite al agua co- cer las legumbres y disolver el jabón, es evidente que no merece dicha agua ser considerada como terapéutica, y si sólo como agua potable. En la Memoria adjunta al análisis se descubre que el ln- gar es por si sólo capaz de producir notable mejoría en los enfermos crónicos por la posición que ocupa y por las condiciones climáticas que lo rodean. La base sobre que se ha de fundar una estación bal. nearia es la virtud medicinal de sus aguas, y éstas no pueden considerarse con propiedades terapéuticas si no son sometidas á un análisis completo y por persona dedi- cada ád esos estudios. Pero en Cuba hay muchos lugares en la provincia de Santa Clara, en la de Santiago de Cuba, en el Camagiey y en Pinar del Río que bien merecen considerarse como estaciones naturales de aereoterapia, donde por la tempe- ratura suave, la riqueza de la vegetación y la pureza del 242 ANALES DE LA aire pueden recobrar la salud los vencidos de las ciudades. los sarmenés de todas clases que suelen buscar en Sara- toga, Vichy y otras estaciones la salud perdida. Es, pues, mi opinión que se conteste á la Secretaría de Obras Públicas que “Esta Academia en lo único que pue- de emitir sua informe, que es en lo que respecta a la com- posición química de las aguas de la finca “El Baño” de Mayajigua, se ve obligada ¿4 pedir que se haga un and- lisis químico de dichas aguas por ser sumamente deficien- te el que se ha remitido 4 fin de juzgar si dichas aguas pueden considerarse como minero-medicinales”. Informe sobre una patente de invención para la curación y prevención del muermo en los animales Por El Dr. Enrique Acosta (Sesión del 25 de Noviembre de 1900.) (1) Designado por la Secretaría de esta Corporación para emitir informe en el expediente promovido por el señor Alfredo Veranes que solicita patente de invención por “an procedimiento para la curación y prevención del muermo en los animales”, hemos estudiado con deteni- miento dicho expediente, encontrando en él—exclusión hecha de las comunicaciones oficiales—una Memoria du- plicada del autor, un Informe de la Sociedad Económica de Amigos del País y otra nueva Memoria ampliación parece, de la primera. Veamos ahora los fundamentos científicos que ha tenido el señor Veranes—autor del procedimiento—para solici- tar dicha autorización de patente. Dice el señor Veranes en la primera Memoria: “De todo el mundo es conocida “la terrible enfermedad que ataca dla raza caballar y (1) Véase Ayares T. xxxvrr, pág. 126. ACADEMIA DE CIENCIAS DÉ LA HABANA 243 “mular que se denomina muermo, así como sus desastrosos “efectos que difícilmente han podido ser combatidos con “éxito. De ahí, que siempre haya dedicado nú más cuida- “dosa atención al estudio y examen de esta enfermedad y “como resultado de mis observaciones he descubierto las “dos fórmulas siouientes: la 1.*, como eficaz preservativo; “y la 2.*, como fórmula de curación radical al animal ya “atacado y que empleadas en la práctica me han dado re- “sultados maravillosos no teniendo hasta el presente y des- “pués de lareo tiempo de observación, caso deseraciado “aleuno”. En su segunda Memoria dice: “Estas substancias senci- “llamente emple: adas como indica el tratamiento son bien “conocidas lo mismo que sus efectos, y por la mucha ex- “periencl a puedo asegurar que toda segregación que se “deribe de ulceración de la membrana mucosa es curable, “segím puedo comprobar, que he conseguido en todos les “casos su completa curación sin que esto niegue que exis- “ten diversos casos morbosos, lhimitándome solamente al “resultado obtenido con mi preparación” Por último, al hablar de las fórmulas, dice: y “Inyección número 1.—Se compone de hojas de Sauto Domingo en alcohol de 42 erados, rebajandose ¿4 los 8 “días d 30 erados y se le añade cochinilla. Esta fórmula . My ectada 4 30 gramos en cada conducto auricular obra “en el cerebro del “animal haciendo bajar la fiebre con gran “rapidez”. | “He observado en mi establo y en unos del Gobierno “que han estado á mi cargo, que el ganado con este tra- “tamiento de inyección preservativa cada 15 6 20 días se “mantiene con per fecta salud, libre de afecciones que son “Frecuentes en los mismos” “Inyección número 2—Lávense las fosas nasales con “agua del mar, inyéetese luego una solución de Nitrato de plata... ..... 4 centigramos. Alumbre en polvo.... 5 gramos, AU a es 3 litros. “y la curación será un hecho” La verdad es que después de meditar mucho la compo- 244 ANALES DE LA sicion química de las dos inyecciones, la acción terapén- tica y la apreciación curativa y preservativa que le reco- noce el señor Veranes, no hemos podido formar opinión alguna de la eficacia del invento. Esperábamos un estudio del muermo con observaciones clínicas, investigaciones bacteriológicas y datos estadísticos bien expuestos, de la eficacia del tratamiento, como se puede hacer cuando se trata de enfermedades que reconocen por causas gérmenes bien conocidos, pero desgraciadamente nada de eso he- mos encontrado en la Memoria del señor Veranes: se limi- ta d asegurar que sus inyecciones son buenas, y esto así, resulta empírico y sin garantías científicas. Además, si nos fijamos en los efectos que le atribuye á las substancias que emplea cuando dice que toda seyrega- ción que deribe de uleeración de la membrana mucosa es envable y que la ¿inyección por el odo obra en el cerebro del animal haciendo bajar la fiebre con gran rapidez, compren- deremos que el señor Veranes ha descuidado mucho el estudio fisiológico y terapéutico de las substancias que em- plea en las inyecciones número l y número 2. No dudamos que el señor Veranes haya creído curar animales muermosos con sus inyecciones y eso con la nú- mero 2, que con la número 1, inyectada por el oído, difí- cilmente. Y con el número 2 no lo creemos, porque si se le han curado caballos muermosos habrán sido de esos que afectan la forma crónica del muermo y que con repo- so, higiene y buena alimentación desaparecen sus sintomas vene males y locales y parecen curados. Y en estos casos re- sultaría pe lierosa la concesión de pi atente que se solicita, porque el uso de la inyección alejaría el temor «€ la forma más grave del muermo, que es esa crónica en que el ani- mal parece estar sano. Estas y muchas consideraciones más que pudiéramos exponer nos alejan de conclusiones favorables y por el contrario nos obligan 4 proponer « esta Corporación las siguentes: 1.*—La Memoria presentada por el señor Veranes para od la importancia científica de su invento carece de datos para A formar opinión. 2.—(Que las dos fórmulas químicas inventadas por él ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 945 para prevenir y curar el muermo en animales, no pueden aceptarse con dichas propiedades por no AO la Dei ie ni la estadística. 3.—Que por tanto no hay razones cl lentíficas que ame- en la concesión de una patente de invención. Informe sobre aguas de Cienfuegos POR EL Dr. Gastón Alonso Cuadrado (Sesión del 9 de Diciembre de 1900.) (1) Sr. Presidente. He tenido el honor de ser designado por usted para efectuar el análisis de un ejemplar de las aguas de los manantiales de Bouflartigue contenido en un galón de vi- drio, tapado y laci “ado, aunque en condiciones no comple- tamente herméticas. Es natural que el resultado ha de va- riar ligeramente del que se hubiese obtenido, si el agua se hubiese recogido en las condiciones estrictamente cien- tíficas; pero prácticamente esta diferencia no afecta en modo alguno al fin que se persigue de conocer la compo- sición y sus cualidades potables. El agua analizada se presenta con todos los carác- teres oreanolépticos del agua natural considerada como potable y cuya descripción es bien sabida para no te- ner necesidad de repetirla aquí. Creo oportuno sin em- bargo extenderme en la descripción de los procedimientos seguidos en el análisis para que en todo tiempo se pueda comprobar, corregir, ó criticar el método elegido, ya que mi modesto laboratorio no me permite en cada caso ele- oir el mejor, sino el compatible con los aparatos y reac- tivos de que dispongo. (1) Véase Axanes T. xxxvi, pág. 127. TOMO XLIII. —32, 246 ANALES DE LA Coneeptuando que en las condiciones en que ha llegado el agua al laboratorio no podía contener todos los gases que encierra al estado natural, no he empleado un método cveneral para la determinación cuantitativa de los mismos, limitándome á hacer aleunas investigaciones previas que expondré en el orden que se han efectuado. Primero.— A cido carbónico. He elegido el método de Pettenkofer. Determiné de antemano el título del agua de barita que había de emplear y dió por resultado que 8,4 cc. nentralizaban 10 cc. de la solución decinormal de ácido oxálico. Tomé 100 cc. del agua en el momento que se destapó el galón por primera vez, se vertió en un matraz de tapón esmerilizado añadiendo 3 ce. de solución con- centrada de eloruro bárico, 2 cc. de solución saturada de cloruro amónico, y 25 cc. del agua de barita titulada, tapando inmediatamente el frasco quese agitó dejando reposar el líquido por doce horas. Se tomó luego 50 cc. del líquido claro, se vertieron dos votas de fenolphtaleina como indicador, y rápidamente se vertieron gotas de la solución de ácido oxálico hasta obtener la desaparición del color rojo; empleando en esta operación S'8 ec. Esta determinación previa sirvió para efectuar más rápidamente la segunda que había de ser la definitiva. Se tomaron 40 ce. del líquido primitivo y se necesitaron 6'9 cc. de solución y para la desaparición del color rojo del indicador. Como en los 130 cc. del líquido primitivo había 25 ec. de agua de barita, en los 40 ce. habría 7769 ec. Ahora bien, como S'4 ce. necesitaban 10 ce. de la solución a de ¿cido oxálico para su neutralidad, los 7769 ce. necesitarían 9,154 cc. pero como sólo se emplea- ron 6'9 cc., el resto 9154—6'9=2'254 cc. es el equiva- lente del ácido carbónico del agua correspondiente á los 40 ce. del líquido primitivo que se combinó con el agua de barita titulada. En estos 40 cc. había 30,76 cc. del agua analizada porque: 130: 100 :: 40: X=30'76 cuyo - ácido carbónico ha ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 247 necesitado para su neutralización 2254 ec. del agua de barita titulada. Y si para 30'76 cc. del agua analizada se necesitaron 22254 cc., para un litro, se necesitarán 7327 porque 3076: 2254 :: 1000: X="73"27 cc. del ácido carbó- nico es el equivalente de igual cantidad de solución > de ¿cido oxálico y en ésta ado 0'46 eramos de ácido oxá- lico eristalizado que equivale 4 su vez á 0'101 de ácido carbónico porque 125650: 44: :0'46: X—0"161. De donde resulta que el agua analizada contiene 0'161 eramos por litro de «cido. carbónico libre y semicom- binado. Matería orgánica. Para investigar su existencia empleé el método Schulze- Trommsdorf ligeramente modificado. Se tomo 100 cc. del agua. se vertió 5 cc. de ácido sul- fírico diluído al tercio, añadiendo además una solución == de permanganato potásico hasta obtener una colora- ción rosa permanente empleándose 1%6 cc. para producir el resultado. El líquido se elevó á la ebullición, mante niéndola siete minutos, se retiró del fuego y se vertió en el matraz 10 cc. de una solución 0 de ¿cido oxálico. En el líquido decolorado y 4 una temperatura de 609 se ver- tió una solución +55 de permanganato potásico hasta obte- ner nuevamente la coloración rosea empleando en esta operación 11 cc. Resultaría por lo tanto que sólo se han necesitado 26 ec. de esta solución para reducir la mate- ria orgánica contenida en 100 ec. de agua analizada; y como un centímetro cúbico de la solución S de perman- ganato, sólo pone 0'00008 gramos de oxígeno disponible para reducir la materia orgánica, y además el método no es rigurosamente exacto, se ve bien que prácticamente el agua “analizada sólo contiene materia orgánica en cantidad insienificante. TERCERO.—A cidos nitrico y nttroso. Se investiga el primero por la reacción de la difenila- 248 ANALES DE LA mina y el segundo por la del pana diamina; sin obtener coloración aleuna, lo que prueba que el agua analizada carece de nitratos y nitritos, CUARTO. — A montiaco. Se empleó el método de Schlaesme, destilando 500 cc. del agua «¿ la que se había añadido un gramo de magnesia recién calcinada, recogiendo los 150 cc. primeros en un recipiente que contiene 10 ec. de una solución 3 deácido sulfúrico. Se vertieron como indicador unas gotas de tin- tura de cochinilla y se añadió solución — de amontaco hasta neutralización necesitándose próximamente 10 cc. de la solución amoniacal titulada, lo que prueba que el agua analizada no contiene amoníaco. Quinro.—Metales tóxicos. Se evaporó en baño de agua 200 ce. del agua analizada hasta reducir el volumen 4 una cuarta parte. Se añadie- ron unas gotas de ¿cido clorhídrico y todavía caliente se hizo pasar por el resto una corriente de HS sin que diera el líquido coloración ni precipitado alguno. El agua analizada no contiene metales.tóxicos. SEXTO.— Residuo sólido. Se tomaron 200 cc. de agua y Ese vaporó hasta seque- dad en baño de agua y en cápsula de platino. Después dle evaporada se trasladó la cápsula á la estufa exponién- dola ¿4 la temperatura de 100” durante cinco horas. Se dejó enfriar en el desecador y se pesó. ' Peso de la cápsula con el residuo.......... 18065 SOÑE AE 17940 estada día Aalcció A Por consiguiente, el agua analizada contiene 9 X0'125= (0625 de residuo sólido en un litro. SEPTIMA. —A cido súlfurico. Se toman 250 cc. del agua y en cápsula de porcelana se evapora al baño de agua hasta la mitad de su volumen, se añaden unas gotas de ácido clorhídrico y solución de ” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 241) cloruro bárico hasta qua cesa la precipitación. Se hirvió el todo por unos minutos, se dejó reposar y se recogió el precipitado en filtro de papel. Se lavó el precipitado pri- mero con agua caliente acidulada con H Cl y después con agua destilada sola hasta que por medio del nitrato de plata se vió qué el agua de los lavados no contenía cloruros. Se desecó el precipitado en la estufa y después se incineró en crisol de platino « la llama de Bunsen. Peso del erisol con el sulfato bárico.... 6582 gramos y SOMO AI EIA 60527 MESA 2. UA 0055 COnIZaS deL IO A e A O 0004 PO ara e DAL Multiplicando por 4 para hallar la cantidad de un litro, tenemos 0204 y multiplicando á4 su vez esta cantidad por el multiplicador del anhídrido sulfúrico, SO*, 03433 te- nemos que en el agua analizada existe 0007003 de SO? en un litro. Ocravo.— Cloro. En 100 ec. de agua se vertieron unas gotas de acido ni- trico y 39 cc. de una solución + de AgNO?. Se calentó el líquido para precipitar el As CL formado, se añadió agua destilada hasta componer 110 ce. se filtró el líquido y en 55 cc. del Jíquido filtrado se añadieron dos gotas de ni trato de hierro como indicador, se vertió á gotas y agi- tando, una solución de sulfacianuro de potasio equivalen- te á la y de nitrato de plata, hasta la aparición del color rojo empleándose para obtener este resultado 14 ec. Para los 100 de agua analizada se emplearon 28 ec. del sulfo- clanuro que restados de los 3'9 ec. del nitrato de plata equivalente, dan 1'1 ec. empleado en precipitar el cloro contenido en 100 cc. del agua. Ahora multiplicando esta cantidad 1'1 ce. por el multiplicador del Cl óÓ sea 0000355 da 0003905 del Cl en 100 ec. 4 003905 en un litro del agna analizada. 250 ANALES DE LA Novexo.—Si/íe8, | Se toma un litro del agua, se vertió un poco de ácido clorhídrico y se evoporó hasta sequedad en c: ápsula de platino ; Y al baño de agua. El residuo se sometió por al- on tiempo á la temperatura de 130% para hacer la sí- lice insoluble. Se dejó enfriar y se diluyó el residuo en agua acidulada con H Cl, se hirvió el líquido, se dejó re- posar, se recogió la parte insoluble en el mismo filtro lavándolo completamente. El líquido filtrado y las aguas del lavado se pusieron aparte mientras que el residuo se desecó en la estufa y después se incineró en crisol de pla- tino al calor rojo de la llama de Bunsen. se dejó enfriar en el desecador y se pesó. Peso del crisol con la sílice. ..... 6560 eramos po pS O E: o MIA | Spa ds AE 0033 GCenizasidel tro. EEES E AO Sihicesen mn lr Te r0S 0031 Décimo. —A lámina y óxido de hierro. La solución y las aguas de lavado de la Oper: ación ante- rior se redujeron de volumen por evaporación hasta que- dar unos 50 cc., se añadió luego amoníaco en exceso y cloruro amónico para mantener en solución la sal de magnesia. Se obtuvo un pre cipitado, se elevó el líquido á la ebullición para evaporar el amoníaco en exceso y hacer más coherente el precipitado de alúmina d hierro. Se dejó enfriar el líquido y se filtró recogiendo el precipitado en el mismo filtro, el cual se lavó complet tamente. El líquido y las aguas de lavado se recogieron aparte mientras que el precipiti ado se desecó en la estufa y des- pués se incineró al calor rojo de la llama de Bunsen y se pesó. Peso del erisol con la substancia. ...... 6535 Solo TRRD de on [a 6527 Peso de la alúmina y hierro en un litro. 0008 ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 251 OxcenNo.— Cal. El líquido y las aguas de lavado de la operación unte- rior se redujeron por ex vaporación á un volumen de unos 55 ce., se añadió después amoníaco en ligero exceso y dá continuación oxalato de amontaco hasta cesar de producirse precipitado. Se elevó el todo 4 la ebullición por unos minutos, se dejó reposar y se decantó el líquido claro sobre un filtro. El sedimento se trató por un poco de agua destilada y unas gotas de H Cl hasta que se disolvió. Se volvió « tra- tar por el amoníaco en lijero exceso y por unas gotas de oxalato de amoníaco efectuando la misma operación que anteriormente. Se dejó pasar el líquido claro por el mismo filtro y á continuación se vertió también el sedimento lavándole después completamente. El líquido y las aguas de lavado se recogieron aparte, mientras que el sedimento se desecó en la estufa y después se incineró en crisol de platino y al calor rojo de la llama de Bunsen, hasta que no perdió más de su peso, ó sea hasta que todo el oxalato se convirtió en óxido cálcico. Peso del erisol con lasubstancia...... 0722 gramos * O ATA 6597 PTS E AAN 0195 A E a OA IA 0002 Peso del óxido cáleico en un litro.... 00193 Drov£cimo. —Magyuesta. El líquido y las aguas de lavado de la operación ante- rior se ev aporaron hasta obtener un volumen de unos 50 cc. se vertió bastante amonfaco en exceso y luego fos- fato ácido de sosa hasta cesar de dar preci ipitado. Se agitó muy bien el todo, se añadió más amoníaco concentrado, se tapó el matraz para no dejar escapar amonfaco y se dejó reposar el precipitado ANA el día siguiente. Ne re- cogió después en un filtro, se lavó completamente con agua amoniacal, se desecó luego en la estufa y se incineró 252 ANALES DE LA al calor de la llama de Bunsen hasta reducir el precipi- tado de piro fosfato de magnesia, y se pesó. Peso del crisol con la substancia....... 605812 2 NO 0 Ve ROI ela A e Bl dE 65270 NES E 00542 Peso de las cenizas del filtro.......... 00020 Peso del pirofosfato de magnesia...... 00522 Multiplicando esta cantidad por el multiplicador óxido magnésico Ó sea por 0'3602 resulta que existe en un litro del agua analizada, 0'0188 de óxido magnésico. DecimorercIio.—A lcalis. El líquido que se filtró procedente del ensayo 7.” des- pués de separar el sulfato bárico y las aguas de lavado se reunieron disolviendo en el mismo líquido el residuo só- lido de los 200 ce. del agua tomada para la determinación 6.* formando el todo un líquido procedente de 450 cc. del agua analizada. Se e un poco de HCl y el lí quido se evaporó á4 sequedad, se reedisolvió el residuo en unos:50 cc. de agua destilada añadiendo luego agua de harita hasta cesar la precipitación y dejar un ligero exce- so de hidrato bárico, se elevó el líquido ¿4 la ebullición, y después se filtró en caliente; se lavó el depósito completa- mente en el mismo filtro se reunió el agua de lavado al primer líquido, se redujo de volumen y se vertió amo- níaco y carbonato de amoníaco para precipitar la cal y el agua de barita en exceso; se calentó en el baño de agua pi 1 media hora, y se filtró el líquido. Se evaporó éste y las aguas de lav ado hasta la se quedad, elevando luego la temperatura sin llegar al rojo, en cápsula de platino, para volatilizar las sales amontacales. Se dejó enfriar el residuo, se disolvió en un poco de agua, y como quedara un pe- queño residuo sin disolver, se volvió añadir unas gotas de amoníaco y carbonato amónico, se calentó el líquido, se dejó reposar, se filtró, recogiendo éste y el agua de lava- do en una cápsula de platino. Se evaporó el líquido d se. quedad y se elevó luego la temperatura hasta iniciarse el calor rojo y se pesó el residuo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 253 Peso de la cápsula con los cloruros alcalinos 15'898 eramos. Peso de la capsula sola OPM e, o, 15'817 Pesolderlos/ cloturos. nina d ces eb 0'0S1I Y como se emplearon 450 cc. del agua analizada, para un litro, tendremos 0'18 gramos de cloruros; cuya cantidad calculada en potasa J EOlves jonal 4 0018063192 01137. RESUMEN En virtud de los datos anteriores el análisis químico ha dado los resultados sieuientes: Gramos. U n litro de agua contiene: a MRE OTEBICA TAQÍGIOS..<.% 40.0 tado sn A ALO A AAA SN ts dde 000 A EOS. dos ii bas a 000 WE TENE y caga, DDT 294 dr red Nic 000 Anhídrido carbónico, libre y semi combinado... 016100 SICO A a AL DT e RA A NÓ Md CI AE li 003905 EA O A Cd o OS DO ac UnOna y añ de a Al O*Fe? 03. e 000800 CS a o O 0'19300 Mid ls El O e slo roda De teta aji o 0'01880 AE ol BO TALA? 063456 Residuo sólido (5 horas á la estufa 4 100%)...... 062500 Tal es el resultado bruto obtenido en las diversas ope- raciones efectuadas en el análisis, sin intentar hacer consi- deraciones teóricas del modo como estén combinadas las diferentes substancias entre sí. Esta era una práctica que se seguía hace algunos años, porque los químicos sólo tenían en cuenta cantidades y afinidades de los diferentes ¿cidos y bases que demostraba el análisis; pero desde hace algún tiempo que se estudia con detenimiento el carácter de las soluciones se descubren nuevos hechos que complican el problema, y le hacen más difícil de lo que á primera vista TOMO XLIII. —33, 19 — Alcalis (calculados en 254 ANALES DE LA a OPA UE AS parece. Los últimos estudios sobre la disociación de las combinaciones, en las soluciones y dela investigación electrolítica indican que los ácidos y hases tienen una existencia separada en las soluciones. obedeciendo ú leyes que aun no son bien conocidas. De estos hechos se dedu- ce la discrepancia que se observa en los cálculos de los análisis efectuados sobre un mismo ejemplar por diferentes quÍmicos, así como las discusiones 4 que da lugar en la ciencia de la hioiene la potabilidad de las aguas naturales teniendo en cuenta la composición que revela el análisis químico. En el caso particular del agua analizada la cuestión es más sencilla porque gravita sobre el ácido carbónico, y como se precipita carbonato de cal segúm se evapora el disolvente, ; se ve bien que existe e arbonatóo de cal disuel- tod octal del ácido carbónico libre y semic ombinado. En resumen, el agua de los manantiales de Boufk wtigue es neutr: a al papel tornasol. per fectamente diáfana, incolo- ra é inodora, libre de substancias or giánicas y amoniac: ales, que impurifican más ó menos otras ALU is pot: ables. Carece de substancias orgánicas y miner: ales en Suspensión. El residuo solida es un poco elevado dominando el car- honato de cal y los metales alcalinos, pero la cantidad no es excesiva y además contiene úcido ear bónico semicom- hinado que mantiene perfectamente en solución la sal al- 'alino terrea. Los cardeteres oreganolé dl os y químicos demuestran que es una agua potal e de buena calidad. Habana, 5 de Diciembre de 1900. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 255 Informe sobre vacunación y revacunación POR EL Dr. Manuel Delfin (Sesión del 10 de Marzo de 1901.) (1) Señores Académicos: La Comisión de Vacuna nombrada por el Gobernador (General desea saber de un modo con- ereto la opinión de esta Academia de Ciencias de la Ha- bana, acerca de si deben declararse la vacunación y reva cunación obligatorias para todos los habitantes de la Isla. No es este país uno de los más reacios «€ aceptar las erandes conquistas de la ciencia: en las grandes epidemias de viruelas se ha visto que un número considerable de sus habitantes acudió solícito 4 obtener la inmunidad vac- cinal; y en todo tiempo se ve que la generalidad de los moradores de las poblaciones han procurado vacunarse sin las exigencias de una ley obligatoria: y si muchos po- bladores de nuestros campos ha sido víctimas de la vi- ruela, débese más « la falta de vacuna que á la resistencia de las gentes. Las preocupaciones populares, hijas de añejas teorías difundidas por personas ¡enorantes, han hecho muchas veces que elertas personas se hayan negado ¿4 la vacuna- ción, pero como no es posible que en una población haya quien se niegue ¿d la vacunación sin grave peligro para los demás, es de necesidad obligar á todos á recibir el preservativo. No es de libre voluntad la vacunación, cuando se sabe que la viruela sólo acaba con los pueblos donde dominan los no vacunados; y es una ley establecida por la expe- riencia (Alemania sobre todo) que aquellas naciones don- de la vacunación se realiza en todos, la viruela no llega nunca 4 tomar carácter epidémico. Se acaba de ver en la Habana, que ¿d pesar de que (1) Véase Ananes T. xxxvir, pág. 132. 256 ANALES. DE LA _____ A ¡€PI_-Ó A A — — ——_eeee Bm > los vapores correos españoles y franceses, han traído casos de viruelas, esta enfermedad se ha cireunscrito 4 uno ó dos casos, porque se ha tenido la precaución de vacunar y revacunar ád las personas próximas y expuestas al conta- vio y d la vez se ha realizado una buena desinfección de los locales contaminados. Nadie tiene derecho de amenazar d su vecino con nin- guna causa de muerte y los no vacunados son una constan- te amenaza de muerte para aquellos que aunque estén vacu- nados, pueden haber perdido de aleún modo la inmu nidad. Y la inmunidad se pierde con el tiempo y ¿ú las veces en un período muy corto, sobre todo, cuando la vacuna no resultó completamente satisfactoria; hecho que no está al alcance de las personas agenas á la ciencia y aun de los hombres á ella consagrados. Siendo como es, la vacunación una operación tan sen- cilla é inofensiva, no exigirla 4 todo el pueblo como me- dio seguro de precaverlo contra la viruela, sería una de- bilidad de los Gobiernos y una falta de cordura de los encargados de administrarlo. Por tanto, coneluyo diciendo: Que la vacunación y re- vacunación debe ser obligatoria para todos los habitantes de la. Isla. SOBRE ELECCION DE ACADEMICOS MOCIÓN PRESENTADA POR EL DOCTOR CLAUDIO DELGADO Y (27 de Septiembre de 1885.) Señores Académicos: Las Corporaciones que, como esta Real Academia, as- piran 4 la respetabilidad, la consideración y el prestigio que sólo se conquistan tras largos años de una existencia inmaculada, y se conservan únicamente con el ejercicio constante y jamás interrampido de la moralidad más rí- —] ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA vida, deben inspirarse siempre en los más altos principios de rectitud; es preciso que brille en todas sus decisiones la equidad más severa é intachable; necesitan indispen- sablemente que todos sus acuerdos, todas sus determina! ciones lleven impreso el sello de la imparcialidad y justi- cia más acrisoladas. Pero esto es muy difícil, es punto menos que imposible conseguirlo, dada la fragilidad inhe- rente á la humana condición, dada la diversidad de eri- terios que hay y la forzosa divergencia de pareceres que surge en toda colectividad, sea cual fuere su naturaleza, cuando, como sucede ahora, entre nosotros, se deja entre- vada al arbitrio de cada cual y ála inspiración del mo- mento la resolución de una de las más graves materias, de la cuestión más transcendental y ligada con más estrechos vínculos d la vida, desenvolvimiento y esplendor de la Ins- titución, cual es, la designación 6 elección de los que ha- yan de ocupar los puestos vacantes en la misma. Esto sentado, salta ¿4 la vista la necesidad de estatuir severos principios, de establecer reglas claras y precisas, de dictar preceptos generales bien deter minados, de fijar con atento examen y madura reflexión algo definido que servir pueda de norte y guía á nuestros juicios y aprecia- ciones, algo, en suma, que forme la base de nuestro c€ri- terio á fin de encaminarlo rectamente por la senda de la justicia, sin vacilaciones ni desvíos, en la tarea delicada de escoger los elementos integrantes de este Cuerpo Cien- tífico. De esta suerte la Academia inspirándose en la rec- titud de su conciencia y mirando ante todo á la conve- niencia general, podrá combatir con éxito las sugestiones del interés personal, desatendiendo los influjos con que trate de imponerse por elevados que sean: podrá obrar con la mayor imparcialidad y con la más absoluta inde- pendencia dentro de aquellas reglas y de aquellos prin- cipios de antemano erigidos, rindiendo el debido home- naje al mérito y al saber , y cerrando el paso ¿ toda injus- ta ó prematura pretensión, sin temor de suscitar por ello la más leve queja de los pretendientes no afortunados en sus aspiraciones, ni dar Jamás pábulo á la murmuración y maledicencia con que la opinión pública castiga siempre los excesos de favor. 208 ANALES DE LA Estas breves reflexiones, que son susceptibles de mayor ampliación, me han sido sugeridas ante la consideración de las verdaderas dificultades con que ha luchado hoy esta Academia para discernir, entre tantos y tan dienos comprofesores, con la equidad que de consuno lo exigen el honor de la Corporación y el interés de los candidatos, á los puestos vacantes de Académicos numerarios que, en concurso, vimieron ellos 4 reclamar, confiados en nuestra. imparcialidad y rectitud, y apoyados en el legítimo dere- cho que les concedieron para ingresar en nuestras filas sus respectivos méritos y antecedentes científicos. Cuando es uno sólo el candidato que toca 4 nuestras puertas, trátase simplemente de estimar si es d no digno de ocupar un lugar en esta asamblea, y entonces nos es permitido usar un criterio más ó menos laxo; porque ho señalando los Estatutos para ser Académico otras condi- ciones que las puramente profesionales, estamos seguros de que la aceptación del solicitante 4 del propuesto, no hiere susceptibilidades, no ofende intereses, no lastima derechos ni despierta rivalidades. Aquí el cometido que meumbe «d la Sección es por demás sencillo y exento de inconvenientes, no siendo menos fácil la resolución del caso en lo que atañe individualmente ¿4 los Académicos que hayan de prestar su voto, Empero ¡cuán diverso as- pecto ofrece la cuestión cuando para un solo puesto son dos 6 más los candidatos! ¡Cuántas dificultades no se abren ante la vista, cuántas vacilaciones y temores no asaltan el ánimo de los que quieren pesar en la balanza de la justi- cia los merecimientos que legitimen las aspiraciones de los pretendientes! ¡Ah! entonces no basta decidir que los candidatos son dignos del honor que solicitan, no basta el concepto abstracto y general que de ese modo se forme, se necesita algo más concreto, se necesita juzgar compa- rando, descubriendo analogías, buscando diferencias, aqui- latando méritos, interpretando y valorando actos profeslo- nales, tarea tanto más erizada de escollos cuando menor sea la disparidad existente entre los títulos favorables « los candidatos así en significación como en número. En tales circunstancias, por mucho que las cosas se examinen con juicio desapasionado ¿ independencia de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 259 espíritu, aun cuando intervenga un discer nimiento claro y un tacto especial en esa delicada confronta ó investigación comparativa; puede afirmarse, sin incurrir en liver eza que mientras la resolución del arduo problema á que alu- do descanse en el inseguro y movedizo criterio particular formulado bajo las impresiones de actualidad, no se ob- tendrá nunca una decisión que parezca absolutamente jus- ta y satisfaga plenamente k is miras de la Academia. Y es- to ¿por qué? Por la razón simplísima y muy obvia de que no estando adoptados previamente por la Cor poración Le principios generales y las reglas fijas que deben guiar : todas las Secciones en el trabajo de clasificar los USAS respectivos de los Aspirantes: teniendo que marchar á cie- vas, digámoslo así, sin algo que sirva como de brújula, por esa ¿ laberíntica senda de la apreciación, será imposible la uniformidad del criterio, resultando así que casos aná- logos se juzguen bajo puntos de vista diferentes, no tan sólo por las distintas Secciones que han de formar en cada promoción la lista de los aspirantes, sino quizás por la misma Sección que admitiendo ahora como bueno tal eri- terio, se le antoja desecharlo mañana como inaceptable, pues dá esas inconsecuencias y conflictos expone la caren- cia de leyes reguladoras. Semejantes obstáculos no se eluden de otro modo que estableciendo bases generales de clasificación ide méritos después de un concienzudo estudio de la materia, después de un prudente examen de los puntos más cualminantes y adecuados para formar el cuerpo de doctrina, después, en fin, que la viva luz de una discusión amplia, reposada y serena disipe todos las dudas que puedan ocurrirse para fijar de la manera más aproximada el valor de esos 1mé- ritos científicos, su significación relativa y el orden de pre- lación que les corresponde o la preferene la que ellos den para ingresar en el seno de esta Academia. Empero, lo dicho no es todo: existe dentro del Regla- mento de la Institución un vicio radical que, en situacio- nes dadas, es susceptible de hacer ineficaces en gran par- te, 6 de anular por entero las ventajas que se obtengan con la adopción de la medida propuesta, y, por lo mismo, conviene extirpar ese vicio, reformando el precepto regla- 260 ANALES DE LA mentario 4 que hago alusión. Con efecto: desde el punto y hora en que la admisión de los candidatos queda incon- dicionalmente sometida al sufragio secreto de la asamblea ceneral, ¿pso facto se halla todo abandonado nuevamente á la versatilidad, incertidumbre y desvíos del criterio in- dividual: desde ese instante la clasificación que la respec- tiva Sección haga de los aspirantes, aun cuando fuese la más acabada y perfecta obra, se encuentra reducida á una mera fórmula sin ningún carácter preceptivo; nadie sería capaz de impugnarlo en sus fundamentos; pero lle- vado el momento de votar es posible que los términos de aquella clasificación, de aquel orden impuesto por la ra- zón y la justicia, aparezcan en las urnas tan cambiados, que ganen puestos los últimos en merecimientos, y que- den desairados los que figuraban como los más dignos. A combatir, pues, en a quepa, esa funesta posibi- lidad, susceptible de engendrarse al calor de condescen- dencias indebidas, de imposiciones de la amistad, de apa- sionamientos injustos y de otras mil debilidades que pade- cemos todos, se encaminan las subsecuentes observaciones, A mi entender debe reputarse injusta y perjudicial la costumbre de votar la admisión Ú no admisión de los as- pirantes individidualizandolos, pues con semejante sistema es demasiado fácil desentenderse de la comparación de méritos y de cualquier otro género de consideraciones, sin que haya defensa posible contra un acto de parciali- dad, por manifiesto que sea, en pro ó en contra de deter- minado candidato. En buen hora que los trabajos de clasificación que las Secciones presenten; sean oportunamente discutidos para saber sl se aplic: won en cada caso bien ó mal los princi- pios que la Corporación tuviere establecidos, en cuyo concepto, sino hubiera entera conformidad de pareceres, cabe que aquellas clasificaciones sean aprobadas ó no en votación nominal de la asamblea toda; pero votar separa- damente la aceptación 6 no aceptación, de los candidatos cuando ya se tiene re conocida para cada uno su preferen- cia en la escala de méritos, sería falsear el concurso que debe considerarse un certamen solemne sin otro principio que la justicia, para convertirlo en un acto arbitrario que ACADEMIA DE CIENCI*S DE LA HABANA 261 no tiene más término que el favor. A la elección per con- curso acude cada profesor con las pruebas de su aptitud legal, de su ciencia y de los méritos adquiridos en su ca- rrera para que se le juzgue: ¿4 la elección arbitraria va con empeños para que se le prefiera. En ésta, no tiene el que juzga otros límites que el de su voluntad libérrima, mientras que en aquél la conciencia le impone el deber de respetar el lugar que cada aspirante alcance en la clasi- ficación. He aquí, expuestos sintéticamente, los principales ar- eumentos demostrativos de los serios obstáculos que ofre- ce, el procedimiento de elección de Académicos usado entre nosotros, y la imperiosa necesidad en que estamos de reformar las disposiciones del Reglamento ¿4 cuya sombra pudiera un día prevalecer aquí el favor con lamen- table detrimento de la justicia. Paso ahora 4 explanar, dá erandes rasgos. la forma de las elecciones que, en mi concepto, salva mejor que otra aleuna la mavor parte de los inconvenientes que tengo señalados. Todos los aspirantes á las plazas de miembros numera- rios de la Corporación, ora sean presentados por un aca- démico, ora acudan por sí mismos en solicitud del puesto, deberán acompañar su respectivo expediente, dentro del término que fije la convocatoria, « fin de que la corres- pondiente Sección, con vista de aquellos documentos, y ajustándose « las bases de clasificación de méritos que es- tuviesen adoptadas, haga la clasificación de los candidatos en el espacio de tiempo que hoy marca el Reglamento. Dicha clasificación será remitida al Presidente de la Academia acompañada de los expedientes que hubieran presentado los candidatos, y además de una hoja en que aparezcan ordenada y sep: aradamente extractados los mé- ritos de cada uno de ellos, para que la Junta de Gobierno, después de estudiar debidamente la materia con todos los antecedentes «€ la vista, presente d la Academia, en un término que no pase de quince días, el trabajo verificado por la Sección, expresando su conformidad d inconfor- midad con lo actuado por ésta, en cuyo último caso ex- pondrá la Junta de Gobierno los motivos ó fundamentos TOMO XLIII, —94. 262 ANALES DE LA de su disidencia para que los resuelva la asamblea gene- ral, Una vez decidido ese punto, lo mismo que cuando la Junta de Gobierno se halle de cabal acuerdo con la See- ción clasificadora, se dará á conocer la hoja de méritos de cada aspirante; sometiéndose luego al juicio y aprobación de la Academia la clasificación presentada, por si enten- diese alguno que se hubiese incurrido en radicales defec- tos, ya debidos á una errónea interpretación de los prin- cipios gener ales establecidos para justificar los mereci- mientos de los candidatos, ó ya dá una desacertada aplica: ción de los mismos. Finalmente, después de una discusión todo lo amplia que se requier “a, pero que sólo podrá g orar acerca de la interpretación de los principios y reglas que estuvieren admitidos y su recta aplicación, á fin de que exista siempre la debida conformidad y armonía entre las bases generales adoptadas 0 la clasificación de los aspiran- tes; se “aprobará ó rechazará en conjunto dicha clasificación de méritos. en votación nominal de toda la asamblea. Ahora, concretando en dos proposiciones las ideas ver- tidas en el curso de esta moción, concluyo encareciendo á la Academia que se digne acordar: 1. Que se nombre una Comisión para redactar las hase de clasificación de méritos que Ud en adelante la elección de miembros numerarios, 2.2 Que se acceda € la reforma que exige el artículo 9. del Reglamento, en los términos que se juzguen más adecuados para evitar los males señalados en la parte ex- positiva de la presente moción. -— Habana, 27 de Septiembre de 1885. Craiuovio DELGADO. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 263 Informe sobre la eleccion de un académico en la Seccion de Ciencias POR EL DOCTOR CLAUDIO DELGADO (Sesión de Gobierno de 11 de Febrero de 1889.) Sres. Académicos: ln el concurso abierto por nuestra lustre Corporación para ocupar el puesto de académico numerario que dejó vacante en esta Sección de Ciencias el fallecimiento de nuestro malogrado compañero el Sr. Montejo, tres son los candidatos que se disputan el honor de conquistar el si- tial apetecido. Todos tres profesores distineuidos de la facultad de Ciencias de la Universidad, de bien ganada reputación y 4 cual más dignos, por sus antecedentes y altos merecimientos, de cubrir la vacante plaza de acadé- mico. Pero no pudiendo otorgar el único puesto dispo- nible d los tres señores solicitantes, forzoso es que la Comisión informante, cumpliendo un estrecho deber re- vlamentario y atemperándose á lo preceptuado en el reglamento, formule una clasificación de los aspirantes con arreglo á los méritos que acreditan sus expedientes respectivos, valorando comparativamente todos y cada uno de los abundosos elementos que vienen á constituir los títulos que legitiman la pretensión de los candidatos. Para dar cima de la manera más equitativa d ese no siempre fácil trabajo de clasificación, y con el fin de pre- sentar claramente agrupados los positivos merecimientos de que encontramos nutridos los aludidos expedientes, hemos dispuesto en ordenada sinopsis el copioso conteni- do de cada uno de ellos, distribuyendo en cinco clases el conjunto de antecedentes cientificos de diferente índole que encierran, á saber: 1.* Estudios, títulos y diplomas universitarios. 2.* Honores. 3.* Cargos oficiales. 4.* Ser- vicios y comisiones especiales. 5" Publicaciones cientí- ficas. 264 ANALES DE' LA E Ahora vamos d examinar y comparar separada 9 analf ticamente cada grupo de la indicada clasificación, y de aquí surgirá en síntesis luminosa y perceptible 4 primera vista, el lugar que, en rigurosa justicia, haya de ocupar cada aspirante, en la clasificación definitiva que esta Nec- ción tiene el ineludible deber de presentar d la Academia. * Estudios, titulos y diplomas universitarios. Bajo el Eos de vista de los estudios que acreditan la capacidad cientifica, resulta: que tanto el Dr. La Porre como el doe- tor Biosca han estudiado con brillantez Ciencias, Farma- cia y Medicina en toda su amplitud, como también el doc- tor Mestre, excepto la Farmacia; aventajando el Dr. Biosca d los otros dos en los estudios especiales de Perito quími- co y Perito mecánico. En cuanto dd títulos que confieren aptitud leyal el Sr. Biosca supera d los otros concurrentes, pues, en tanto que el Sr. La Torre sólo posee el de Licen- ciado en Ciencias y el señor Mestre los de Doctor en Cien- clas y Licenciado en Medicina, el expresado Sr. Biosca ostenta los de Doctor en Ciencias. y Licenciado en Far macia y en Medicina, juntamente con los de Perito quí mico y mecánico. Otro tanto podemos decir respecto de diplomas, pues el Sr. Biosca tiene ganados en Ciencias cuatro premios extraordinarios y nueve ordinarios, en Far- macia uno extraordinario y en Medicina ocho ordinarios; aproximandosele por ese concepto el Dr. Mestre que acre- dita en Ciencias un premio éxtraordinario y trece ordina- rios, y en Medicina seis ordinarios; cuando el doctor La- Torre sólo exhibe en Ciencias un premio extraordinario y sels ordinarios. De suerte que, en antecedentes escolares, no cabe du- da de que el Dr. Biosca tiene alguna superioridad. 2.* Honores. Bajo este aspecto el Dr. Biosca que es únicamente miembro de la Sociedad química de París, creemos que no supera 4 sus competidores que pertene- cen d la Antropológica de la Isla y Económica de esta ciudad, siendo además el Dr. Mestre miembro de la 5So- ciedad de Estudios Clínicos de esta capital, y Secretario de la Antropológica, como igualmente de la Sección de Ciencias de la Caridad del Cerro. Es diplo c01 > IN E. SNA . Dr. en Ciencias naturales. . Seis premios ordinarios en Medicina. . Deformaciones artificiales del cráneo. . La política moderna y la ciencia antropológica. . Los colores considerados en la serie geológica. . Tendencias á que obedece la Higiene actual. . Tuberculosis pulmonar. . Biografía, revistas, artículos críticos, discursos de | A Dr. Mestre. Ldo. en Ciencias naturales con premio extraordi- nario. : Certificación de ejercicios para licenciatura en Ciencias físico-químicas. Ldo. en Medicina y Cirugía. Oxck premios ordinarios en Ciencias naturales y físico-químicas. Miembro numerario Sociedad Antropológica de Cuba y Strio. gral. de la misma en 1888 y 89. Miembro numerario Sociedad Económica, Habana Miembro Sociedad Estudios Clínicos, Habana. Secretario de la Sección de Ciencias de la Cari- dad del Cerro. Catedrático auxiliar de Ciencias de la Universi- dad de la Habana. Secretario deredacción de la Revista Enciclopédica El atavismo en el hombre. ¿Deben los anfibios constituir un orden entre los reptiles ó bien una clase intermediaria entre los reptiles y los peces? Un dato más sobre deformaciones craneanas. El problema de la colonización. Hipnotismo. Irresponsabilidad de los actos que se sugieren y realizan durante ese estado. Herida no penetrante de pecho. presentación y de gracias, etce., ete. Estudios, títulos y diplomas universitarios, HE RRA 2 AR2ZRÁáÁ 2 1 Honores. Cargos oficiales 4 3. 2 Servicios y comisiones especiales. 9) qu 4 Publicaciones cientificas. . Edo. en Ciencias naturales con premio extraor- . Certificación de ejercicios para doctorado . Sxis premios ordinarios en Ciencias, , - Miembro numerario Sociedad Antropológica isla - Miembro numerario Sociedad Económica de la . Catedrático en comisión de Zoogr . Catedrático Historia natural y Fisiología del Ins- . Comisión del Instituto de Puerto-Rico para levar . Comisionado por la Academia de Ciencias de la . Conferencia enla Academia de Ciencias de la . Fundador y Director de las Revistas científicas; La DrntaiDorre, dinario. en Ciencias naturales (sobresaliente). Estudios completos de Farmacia. Idem id. de Medicina y Cirugía. de Cuba y conservador del Museo de la misma. Habana. Ayudante preparador propietario de gabinetes del Instituto de la Habana por oposición. E Catedrático Anatomía comparada de la Universi- dad de la Habana, por oposición. de Molus- cos y Zoófitos de la Universidad de la Habana. tituto de Puerto-Rico, por oposición Profesor-propietario de Historia Natural y Fisic logía de la Escuela Preparatoria de Artes y Ofi- cios de la Diputación Provincial de la Habana | | | | de la Habana colección cedida gratuitamente por él al Museo de dicho Instituto Comisionado por el Instituto de Puerto-Rico para adquisición y clasificación del Museo Stahl. Habana para auxiliaren la organización y clasifi-| cación de su Museo. Habana sobre un cetáceo (Foceena grimpus). Enciclopedia y Revista Enciclopédica, con ya- rios trabajos originales. Bosquejo histórico de los progresos realizados por la Filosofía natural en el presente siglo, Distribución geográfica de la fauna malacológica terrestre de la Isla de Cuba. Un caso notable de catalepsia. Dr. Biosca. Dr. Mestre E - Ldo. en Ciencias físico-químicas con premio ex- . Dr. en Ciencias físico-químicas con premio ex- . Ldo. en Farmacia con premio extraordinario. . Certificación de ejercicios para Doctorado en Me- . Perito mecánico con S. Nu . Deno . Ayudante preparador interino de gabinetes del traordinario. traordinario. Ldo. en Medicina y Cirugía (sobresaliente). dicina y Cirugía (sobresaliente) Perito químico con premio extraordinario. íd. id. 'É premios ordinarios en Ciencias id. id. en Medici Miembro de la Societé Chimíque de París. Instituto de la Habana. Ayudante preparador propietario de gabinetes del Instituto por oposición. Catedrático auxiliar interino de Ciencias Universidad de la Habana. de la Preparador de la clase de Agricultura. Id. id. íd. de Mecánica Industrial y Química aplicada. Representó al Instituto de la Habana en la Expo- sición Universal y Congreso Pedagógico de Bar- celona. Auxilios prestados á ingenieros de minas en aná- lisis, ensayos, ete., como también á profesores de Medicina Legal de la Universidad y á la admi- nistración de justicia en asuntos periciales. 1. Ldo. en Ciencias naturales con premio extraordi- nario. : - Dr. en Ciencias naturales. Certificación de ejercicios para licenciatura en Ciencias físico-químicas. + Ldo. en Medicina y Cirugía. a] 3 9. Usek premios ordinarios en Ciencias naturales y físico-químicas. 6. Sxis premios ordinarios en Medicina. 1, Miembro numerario Sociedad Antropológica de Cuba y Strio. gral. de la misma en 1888 y 89. 2. Miembro numerario Sociedad Económica, Habana 3. Miembro Sociedad Estudios Clínicos, Habana. 4, Secretario de la Sección de Ciencias de la Cs dad del Cerro l. Catedrático auxiliar de Ciencias de la Universi- dad de la Haband. 1. Secretario deredacción de la Revista Enciclopédica El atavismo en el hombre. 5 3. Deformaciones artificiales del cráneo. 4 . ¿Deben los anfibios constituir un orden entre los reptiles ó bien una clase intermediaria entre los reptiles y los peces? 5. Un dato más sobre deformaciones craneanas. 6. La política moderna y la ciencia antropológica. El problema de la colonización. 7. Los colores considerados en la serie geológica. 8, Tendencias á que obedece la Higiene actual. 1) Hipnotismo. Irresponsabilidad de los actos que se sugieren y realizan durante ese estado. 10. Tuberculosis pulmonar. Herida no penetrante de pecho. Biografía, revistas, artículos críticos, discursos de presentación y de gracias, ete., ete. . ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 265 En tal concepto no se le puede negar cierta preponde- rancia aquí al Dr. Mestre. 3.* Cargos oficiales. El Dr. Mestre en su calidad de Catedrático auxiliar de Ciencias de nuestra Universidad, no alcanza el nivel del Dr. Biosca que, sobre pa igual nombramiento es Ayudante preparador propiet ario . por oposición del Instituto de esta ciudad, después de haber servido interinamente dicho puesto durante algún tiempo. Empero los citados profesores encuentranse 4 una inmen- sa distancia del Dr. La Torre en cuanto á los méritos con- traídos en el profesorado, porque éste después de haber sido, también por oposición, Ayudante preparador propie- tario del Instituto de la Habana y Catedrático por opost- ción del de Puerto Rico, es en la actualidad Catedrático por oposición de esta Universidad, y en Comisión de asig- naturas especiales de zoología de la misma, y Profesor propietario de la Escuela Preparatoria de Artes y Oficios de la Diputación Provincial de la Habana. Aquí vemos al Dr. La Torre colocado en un punto ele- vadísimo con relación 4 cualquiera de los otros des con- currentes. , 4.* Servicios y comistones especiales. En esta clase de méritos justifica el Dr. Biosca haber 1 'epresentado al Ims- tituto de la Habana en la Exposición universal y Congre- so pedagógico de Barceloná y haber auxiliado en análisis y ensayos, etc. 4 ingenieros de minas, profesores de Medi- cina legal y á la administración de justicia. En cambio el Dr. La Torre ha desempeñado dos importantes comisiones del Instituto de Puerto Rico, una de ellas para llevar de esta ciudad una colección cedida gratuitamente por el Museo de aquel establecimiento de enseñanza, y la otra para la adquisición y clasificación del Museo Stahl. Tam- bién aparece haber sido comisionado por nuestra Real Academia para auxiliar en la organización y Clasificación de su Museo, contrayendo un mérito especialísimo para la Corporación con la notable conferencia dada por él en esta misma Academia de Ciencias respecto 4 un cetáceo (Foc- cena a con presentación del esqueleto. La importancia, pues, de los servicios y comisiones es- peciales que ha desempeñado el Dr. La Torre, y entre ellos 266 ANALES DE LA los que hizo impulsado por su amor á la Ciencia y en pat- ticular 4 nuestra institución, es indisputable, y hay que estimarlos de valor tan superior á los que acredita el doc- tor Biosca, que, aun considerando 4 éstos muy apreciables, ni siquiera admiten parangón con aquéllos. Publicaciones cientificas. En esta categoría de mé- ritos, por lo que arrojan los expedientes presentados, compiten solamente los Dres. La Torre y Mestre; habiendo sido el primero fundador y director de dos publicaciones científicas y autor de trabajos varios entre los cuales figu- rauno de Ciencias Naturales completamente original. Por su parte el Dr. Mestre aparece que fué secretario yde redac- ción de la Revista Enciclopédica; sumando la lista de sus trabajos hasta el número de diez, todos ellos muy estima- bles é interesantes, y dedicados en su mayor parte á dilu- cidar cuestiones de antropología y medicina, sin contar otras producciones de menor alcance como biografías, re- vistas, artículos críticos, discursos de presentación y de gracias, etc. Aquí no sabemos de fijo si la calidad de los méritos del Dr. La Torre, compensa la cantidad de los que ofrece el Dr. Mestre, los cuales pesan bastante en la báscula de nuestra apreciación. Resumen. El imparcial cotejo que acabamos de realizar de los merecimientos que, bajo todo los aspectos científi- cos, concurren en los señores profesores que solicitan cu: brir el puesto vacante en la Sección de Ciencias de la Real Academia, nos permite ahora llegar á la clasificación ape- tecida, mediante una razonada síntesis, Demuestra la sucinta exposición que antecede, que en el prímer concepto, ó sea en el de los estudios escolares, gana cierta preponderancia el Dr. Biosca; así como en el segundo ó sea en honores profesionales, existe una peque- ña diferencia en favor del Dr. Mestre; siendo evidente por otro lado, que tocante á los conceptos tercero y cuarto, que sin disputa son los más importantes al objeto que nos proponemos, se halla el Dr. La Porre colocado á una altura muy superior 4 cualquiera de los otros dos; pudiendo, en cuanto al yuinto; considerársele poco más ó menos al ni- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 261 vel del Dr. Mestre, único entre los otros dos que exhibe en abono suyo publicaciones científicas. Ahora bien: la superioridad que adquiere el Dr. Bios- ca en primer término y luego el Dr. Mestre sobre el doe- tor LaTorre, estriba principalmente en el número de diplo- mas escolares y en la posesión de los títulos que confieren aptitud legal, pero en manera alguna en los estudios uni- versitarios que dan capacidad cientifica, así que, contem- plando las cosas desde el punto de vista en que debemos examinarlas aquí, puede afirmarse que esa superioridad del Dr. Biosca desciende casi 4 cero en la balanza de nuestro juicio, desde el punto y hora que se atienda á las circunstancias de que para ingresar en la Sección de Cien- cias de nuestra Corporación no exige el Reglamento la posesión de esos títulos que invisten de aptitud legal, bastándonos la positiva capacidad científica del candidato, aun cuando careciese del título que al Dr. La Torre le auto- riza para brillar en el profesorado. Así reducida á sus verdaderos límites la anunciada di- ferencia y borrada por insignificante la exigua ventaja del Dr. Mestre en punto al concepto de honores, no cabe dis- cusión en que los cargos oficiales, é igualmente los servi- cios y comisiones que > ha tenido y todavía desempeña el Dr. La Torre, le conducen 4 ocupar de derecho el PRIMER usar en el orden de nuestra clasificación. Pertenece con justicia el SEGUNDO LUGAR al Dr. Biosca; porque en los conceptos prímero, tercero y cuarto que se relacionan con el profesorado y son por lo mismo los de más sólido valor, le elevan sensiblemente sobre el doctor Mestre que, d pesar de sus muchos y bien conquistados méritos, debe ocupar en la ocasión presente el TERCER LUGAR. Tal es, señores académicos, lo que 4 nombre de la Co- misión propone 4 Vds. el ponente que suscribe, como re- sultado final del estudio concienzado de los expedientes que le han sido sometidos para su clasificación en armo- nía con las disposiciones del Reglamento. Habana, 10 de Febrero de 1889. 268 ANALES DE LA INFORMES ACERCA DE NOMBRAMIENTOS DE ACADEMICOS POR EE Dr. Francisco 1. de Vildósola (Sesión de Gobierno del 13 de Julio de 1906.) A.—Dr. ENrIQUE NÚÑez Y PALOMINO Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. Sres. Académicos: Tengo el honor de devolver los documentos que con fecha 16 de Abril, me fueron remitidos para informar, acerca de la instancia del Dr. Enrique Núñez y Palomino, quien aspira á la plaza vacante de Académico de número en la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria. Aeredita el recurrente haber prestado d las ciencias médicas el concurso de la práctica personal en la chentela civil y en el desempeño de import: wutes e areos oflelales, obtenidos con frecuencia mediante oposición. y otras ve- ces por designación expresa y nominal de agrupaciones de médicos distineuid s, Ó por aleuna autoridad profe- sional. Desde 1894 hasta 1906, puede considerarse al doctor Enrique Núñez como uno de los más fecundos y trascen- dentales publicistas de la prensa médica cubana. Es bien reciente el premio con que fué laureado por nuestra Corporación. Por todo lo go y por el testimonio que espontá- neamente tengo el gusto de dar, de que 4 mi juicio el Dr. Enrique Núñez tiene una eran a nela, muy cul. tivada en el campo de las ciencias médicas, creo que ocu- pará con gloria para la Academia el sillón vacante, para el que lo propongo con la esperanza de que será acepta- do y de que este estímulo fomentará aun más en £l la de- dicación científica. Los Sres. Académicos empero con su más O erl- terio resolverán. » o o. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 269 ¿RELACION DE DOCUMENTOS DEL Dr. ExrtqQueE Núñez Y PaLomiNo Nombramiento de Alumno Externo en el Hospital “Mercedes”. Junio 27 de 1889 4 Junio 30 de 1893 Idem Auxiliar del Laboratorio en el mismo Estable- cimiento. Mayo 2 de 1891. Idem Médico honorario del Hospital “Mercedes”. Ju- nio 6 de 1894 4 Octubre 1895. Idem Jefe de Clínica Auxiliar de la Sala de San Feli. pe y Santiago. Junio 12 de 1894 4 Junio 7 de 1895. [d=m Médico especial para la sala de Ginecología. Ju- lio 1899: Idem Ayudante facultativo de la Clínica de Obstetricia y Ginecología. Junio 18 de 1894 á4 Enero 9 de 1896. Idem Moofebal Auxiliar de Obstetricia y Ginecología de la Escuela Preparatoria de Medicina. e Médico honorario del Hospital de Paula. Mayo 25 de 1895. ñ iba Vocal electo de la Asociación Médico-Farma- eéutica. Agosto 10 de 1899. Idem Vicesecretario de la Sociedad de Estudios CIL nicos. 1509, Idem Vocal de la Junta de Salubridad de la Haba- na. 1900. Idem Vocal de la Asociación Médico-Farmacénutica. 1900. Idem Secretario de la Sección de Ginecología y Ci- rueía abdominal del 3er. Congreso Médico Pan Áme- ricano. 1901. Idem Médico del Cuerpo de Policía. 1899. Idem Secretario electo del Congreso Médico Cuba- no. 1899. : Idem Médico de la Sección de Higiene y Certificado de haber sustituído al Director y auxiliado en las operaciones quirúrgicas. 1900. Idem de Catedrático de Patología Quirúrgica acom- pañado del programa explicado en el curso de 1899 4 1900. TOMO XLIM.— 3D). 270 ANALES DE LA 18. Certificados de trabajos en la Junta Municipal de Sa- lubridad. 1900. 19.” Idem de las Conferencias de Ginecología en la Es- cuela de Enfermeras. ñ 20." Título de Académico Corresponsal en Nueva York. Abril 1894. 21." Diploma de Coronel de Sanidad Militar en el Ejér cito Libertador. 22.” Diploma del Premio Extraordinario del Grado de Li- cenciado en Medicina. 1893. 23.” Diploma del Premio Extraordinario del (Grado de Doctor en Medicina. | 24.” Libro contemiendo 19 diplomas de Premios de honor obtenidos durante los estudios universitarios. 25.” Certificado de ejercer el careo de Presidente de la Comisión de Higiene Especi ial y Vocal de la Junta Superior de 5 Sanidad por razón de dicho cargo. 26.* Certificado de ser Profesor de la Escuela de Medici. na y de haber tenido á su cargo el Curso de Patolo- oía Quirúrgica de 1901 a 1902. de 1902 4 1903, de 1903 4 1904, de 19044 1905 y el de Ginecología con =u Clínica de 1905 4 1906. Orden Militar Núm. 391 por la que se me nombra adscrito 4 la Cátedra 6 de la Escuela de Medicina. 28.” Nombramiento del Decano de la Escuela de Medici na para una Comisión. 29." Idem de idem para representar d la Escuela de Me- dicina en una Comisión que ha de resolver asuntos de la Escuela de Enfermeras. 30.” Varios documentos de Servicios Municipales. IO =T PUBLICACIONES CIENTIFICAS Le Non: 1893. Correspondencia desde Nueva York sobre la cirugfa en los hospitales. 4/ Progreso Médico. AA A 1893. Idem sobre las operaciones de her- nias en los hospitales de Nueva York. El Progreso Médico. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 2711 ed e 12. 15. ) Enero Febrero 1894, Marzo Marzo Abril Mavo Mayo Julio Sepbre. Novbre. Abril Junio Junio Abril 1894. 1594. 1394. 1894. 1594. 1594. 1594. 1894. 1894. 1895. 1895. 1895. 1895. Correspondencias sobre las operacio- nes de apendicitis en Nueva York. El Proyreso Médico. Idem sobre la operación de Alexan- der y la histeropexia en los hospita- les de Nueva York. E] Progreso Mé- dico. Idem sobre la electroterapia en Gine- cología. El Progreso Médico. ¿Septicemia ó Paludismo? 4/7 Progreso Médico. La electricidad en el tratamiento de algunos desórdenes menstruales. En opción al título de Académico Corres ponsal en Nueva York. Z'/ Progreso Médico y ANALES DE. La REaL AcaDE- Mia DE CienNcras Mépicas Físicas Y NATURALES DE La HABANa. El Sloane Maternity Hospital de Nue- va York. El Progreso Médico. Paludismo y no Septicemia. Ef Pro- greso Médico. El ictiol en el tratamiento del psoria- ss, Tesis de Doctorado “Contribución al estudio del paludismo en el puer- perio”. La mortalidad producida por el téta- nos infantil en la Habana. La Escuela de Medicina. Consideraciones sobre la seroterapla en la difteria. De ingreso en la Socie- dad de Estudios Clínicos. El Pr OYreso Médico. Cálculos vexicales. Cistotomía supra- pubiana. La Abeja Médica. Estrechez pelviana; basiotripsia. La Abeja Médica. Fractura.de la rama 1isquio-pubiana: resección. La Abeja Médica. . 28. 90 o 10) 10) mero. 1896. Junio 1896. Mayo 1899. Avosto 1890. Enero 1900. Mayo 1900. Mayo 1900. Junio 1900. Octubre 1900. Dbre. 1900. Mayo 1901. Enero 1901. ANALES DE LA Primera sinfisiotomíta practicada en Cuba (en colaboración con el doctor Casariego). El Progreso Médico. Tres histerectomías. Revista de Cien- cias Médicas. Consideraciones sobre la Intervención quirúrgica en las heridas producidas por armas de fuego. Sociedad de Es- tudios Olinacos. Fibroma uterino. Doble piosalpinx. Laparo-histerectomía. La Habana Mé- dica. Cisto sarcoma del ovario izquierdo. Ovariotomía. £l Progreso Médico. Tres esplenectomías. (Sociedad de Estudios Clínicos). £/ Progreso Meé- dico. Un caso médico legal en la Sociedad de Estudios Clínicos. Archivos de la Polieclinica. Dos casos de laparatomía durante el embarazo. El Progreso Médico. Valor de la colpotomía posterior y el drenaje en las inflamaciones pelvia nas. El Progreso Médico. Tratamiento operatorio de las infec- ciones peri uterinas. Discurso en la sesión solemne de la Sociedad de Es- tudios Clínicos. Un proceder de acortamiento intra abdominal de los ligamentos redon- dos con suspensión del útero. £l Pro- greso Médico. Un caso de ano colo vaginal. Lapa- rotomía, sutura, curación. 41 Progreso Médico. Resultados analgésicos de las Inyec- ciones intra-raquideas de cocaína. So- niíedad de Estudios Clinicos. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2d 30. Febrero 1901. 0) 3) 41,0 Enero Feb. Junio Julio Nov. ¿nero Mayo Agosto Sepbre. Nov. 1902. 1901. 190:k: 1901. 1901. 1901. 1902. 1902. 1902. 1902. Notas sobre dos traumatismos óseos observados en la campaña de Cuba. Revista de la Asociación Médico-Far- macéutica. Nociones de Ginecología. Conferen- cias de la Escuela de Enfermeras del Hospital Mercedes. Operaciones practicadas durante el año de 1900. El Progreso Médico. Manera de aplicar la compresión elás- tica para obtener la hemostasis pro- visional en las intervenciones sobre el hombro. 41 Progreso Médico. Cáncer de la matríz extendido á la ragma. Laparo-histerectomía con re- sección de las paredes vaginales. Curación. £l Progreso Médico. Un caso de ligadura del tronco bra- quio-cefálico por aneurisma de la ca- rótida primitiva. 41 Progreso Médico. Un proceder de sutura para la lapa- rotomía mediana. 41 Progreso Médico. Un caso de doble pio-salpinx con irrupción de pus en el peritoneo La- paro-histerectomía total, curación. Observaciones personales sobre el tratamiento de las supuraciones para y perituterinas. 1! Progreso Médico. Contribución al tratamiento de la pe- ritonitis supurada difusa. Revista de Medicina y Otrugia.. Un caso de tumor fibroso intersticial del útero. Revista de Medicina y 0t- rupia. Un caso de bocio¿exoftálmico tratado por la resección bilateral del ganglio superior del simpatico cervical. Pra- bajo leído en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Ha- bana. Revista de Medicina y Cirugia. 274 ANALES DE LA «€. ___ »>———— [o 40 DO. 10) 10) o Enero Abril ) ulio nero Agosto Abril Mayo Enero Ag ISO Sepbre. 19053. LJYOD. 1903. 1904. 1904. 1904. 1904. 1904. 1904. 1900. 1904. Un folleto de 45 páginas “Refleccio- nes sobre 97 laparotomías practicadas durante el año de 1902. Un folleto “Tratamiento quirúrgico del cáncer uterino”. Conferencia en el Hospital Número Uno, La elección de un proceder quirúrgi- co en las supuraciones pelvianas de la mujer (218 observaciones). Socie- dad. de Estudios Clínicos. Revista Médica Onbana. Fistula urétero-vaginal. Urétero-cisto- neostomía por la vía abdominal. Cu- ración. Sociedad de Estudios Clínicos. Revista Médica Oubana. Prostatectomía transvexical. Cura- ción. Revista Médica Cubana. Cálculo vexical en una niña de once años determinado por la introducción de un gancho en la vejiga. Sociedad de Estudios Clínicos. Revista Médica Oubana. Un caso de extirpación total de la vejiga. Sociedad de Estudios Clíni- cos. Revista Médica Cubana. Ciento cuarenta laparatomías practi- 'adas durante el año 1903. Revista de Medicina y Cirugia. Influencia de la histeropexia sobre la evolución y terminación de los em- barazos consecutivos. Revista de Me- dicina y Cirugia. De las intervenciones conservadoras en las supuraciones pelvianas. Mes Médico. Traducción y anotación del “Manual de Ginecología” del Dr. A. Bonosier, publicado por la casa de Esposa y C.*, Barcelona. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Abril M ayo Ú Je pa [2] Mayo 36.2 Junio Dbre. 59,9 Dbre. 60. Junio 610 Agosto Abril Sepbre. 905. 1905. 1905. 1905. 1905. 1905. 1905 1903. 1903 1904. 210: Un caso. de exclusión Mes Médico. La prostatectomía transvexical. Pre- sentado al Congreso Médico Cubano y publicado por los Archivos de la Palielínica. Memoria “La Cirugía de las manifes- taciones filariósicas” premiada por la del intestino. Academia de Ciencias Médicas, Físi- cas y Naturales de la Habana. (97 páginas y 50 grabados, ) | La indicación quirúrgica en la apen- dicitis. Congreso Médico Cubano. Publicado en la Revista Médica On- bana. La evolución de la Cirugía en Cuba. Revista de Medicina y Cirugia. Sobre un caso de embarazo extra-ute- rino de 4 meses. Rerista de Medicina y Cirugia. N La para-uretritis blenorrágica en la mujer. Su tratamiento quirúrgico. Mes Médico. Un caso de inversión uterina. Redue- ción por laparotomía y sección poste- rior del anillo de inversión. Rerista de Medicina y Cirugia. Inversión completa del útero, lapara- tomía, hemisección posterior, redue- ción y sutura. Curación. Revista de Medicina y Cirugia. Embarazo extra uterino. Ruptura tu- baria é inundación peritonial. Lapara- tomía de urgencia. Curacion. Revista de Medicina y Cirugia. 276 ANALES DE LA O IN 3.-—Dr. Exrrque B. Barxer y Roque Habana, 21 de Junio de 1906. Presidente de la Academia de Ciencias. Sres. Académicos: El Dr. Enrique B. Barnet Académico de número en la Sección de Ciencias desea ineresar en la Sección de Me- dicina en la que existe una plaza vacante; y lo pide me- diante instancia en la forma reglamentaria. Se me ha designado para informar este Caso: y como cualquiera que sea la letra de la Lev, no puede caber en su espiritu que el Académico que para Ingresar en cual- quiera de sus Secciones haya justificado méritos bastantes, y que además esté en posesión del título universitario que lo capacite para ingresar en otra de las Secciones, le sea negado este inereso, máxime cuando como en el caso ae- tual y por el fallecimiento del Académico Dr. Domingo Fernández Cubas, 4 quien lamentamos, existe una vacan- te adecuada. Por lo expuesto el parecer del que suscribe es que se conceda al Sr. Dr. Enrique B. Barnet el inoereso que solicita. Los Sres. Académicos empero con su más elevado eri- terio resolverán. C.—Dr. CARLOS DE La Torre Y HuerTaA Habana. 12 de Julio de 1906. Presidente de la Academia de Ciencias. Sres. Académicos: El Dr. Carlos de la Torre y Huerta, catedrático de la Universidad de la Habana. Académico de número que ha sido de nuestra Corporación y el más re putado entre los naturalistas cubanos que hoy viven, solicita reineresar ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 21 Y en la plaza vacante de Académico de número de la Sec- ción de Ciencias. La ponencia que suscribe opina: que el reingreso del Dr. Carlos de la Torre en la Academia es uno de los acon- tecimientos más venturosos que puedan ocurrirle 4 nues- tra Sociedad, y por lo tanto experimenta una eran satis- facción en recomendarlo. Los Sres. Académicos empero con su más elevado eri- terio resolverán. Acta de la sesión literaria celebrada el 8 de Marzo de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. — De número. — Dres.: E. Acosta, T. V. Coronado, D. Hernando Seguí, J. Le-Roy, E. Núñez, M. Ruíz Casabó, C. de la Torre y P. Valdés Ragués. Como no hay el quorum que exige el Reglamento no se cele- bra más que sesión literaria. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. Enrique B. Barnet, acusando recibo de su nombramiento de Vocal del Tribunal de oposiciones á la Cátedra de “Enfermedades de la piel y sífilis” y dando las gracias por el honor conferido. De la Secretaría de Estado, invitando á la recepción del señor A. C. Grant Duff, como ministro residente de S. M. Británica en Cuba. Salida.—A la Secretaria de Agricultura, Industria y Comercio, remitiéndole informe aprobado el 22 de Febrero último sobre la Sidesina. El Secretario dá lectura á una carta del Dr. Alonso Cuadrado, en la que excusa su falta de asistencia á la sesión y le remite los Tomo xLur.—36. 278 ANALES DE LA trabajos anunciados en la orden del día, suplicándole los dé á conocer: El primero de ellos se refiere al ANÁLISIS DE LOS PRINCIPIOS NUTRITIVOS DE LAS HOJAS DEL PLÁTANO y el segundo á INVESTI- GACIONES SOBRE LA CONSTITUCIÓN QUÍMICA DE La PIÑA, ambos llenos de abundantes notas prácticas, reveladoras de la competen- cia de su autor. Noestando éste presente no fueron sometidos Áá discusión. Se concede la palabra al Dr. Pedro Valdés Ragués, quien dá lectura á su trabajo que lleva por título NUESTROS MUSEOS. —MU- SEO INDÍGENA. —PASSERES Y COLUMBINAS, continuación de otros sobre esta materia leídos en sesiones anteriores. El Dr. La Torre usa de la palabra felicitando al Dr. Valdés Ragués por sus trabajos de clasificación de las colecciones del Museo; pero se le ocurre preguntar si sería posible encontrar esos mismos ejemplares á que él se refiere, en el orden en que nos los presenta. ¿No sería posible separar completamente las colecciones exóticas de las indígenas? Bien conocidos son los inconvenientes que presenta esa mezcla de objetos de historia natural procedentes de diversas localidades; porque al cabo de cierto tiempo, perdida Ó cambiada la etiqueta de un ejemplar, puede darse como indígena una especie exótica. Por esa razón el fundador de la Academia, que tanto empeño mostró en dotarla de un museo indígena, recomendó siempre que no se aceptaran colecciones ú objetos que no fueran de Cuba. Por otra parte ¿no sería posible distribuir las valiosas coleccio- nes existentes conforme á un orden metódico ó científico? Fuerza es reconocer que en la actualidad el museo es más bien nn alma- cén de objetos que un verdadero museo. Y no se estimen mis pa- labras, dice, como una censura, pues me consta que el actual con- servador, Dr. Valdés Ragués, ha solicitado de la Academia que se le permitiera disponer de uno de los salones de la biblioteca par: colocar el museo, ó6 por lo menos una parte de las colecciones. Pregunta al Dr. Valdés Ragués en qué estado se encuentra ese proyecto, y termina haciendo votos porque se puedan colocar nuestros museos en un lugar «ad hoc, y perfectamente ordenadas y clasificadas sus colecciones, algunas de las cuales son las primeras en su género. El Dr. Coronado, usa después de la palabra para felicitar tam- bién al Dr. Valdés Ragués por su trabajo; y se permite hacerle ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2719 estas dos preguntas: 1.*, si el zorzal real es un pájaro emigrante ó sl anida y vive en Cuba constantemente; y 2.*, si, así mismo, la pedorrera es un ave de paso ó sedentaria. El entiende que ambas especies son sedentarias, es decir, que anidan y no se van de Cuba en todo el año. Respecto á la paloma migratoria dice que hu po- dido observarlas en más de una ocasión, y que tiene motivos para creer que anidan aquí, retirándose después, y volviendo á apa- recer más tarde. De los colibries expone que todos los años vienen las cinco variedades conocidas en el país: el verde, el de corbata roja, el de cuello dorado, y otras de vientre blanco ó plateados. Que todos ellos aparecen por Cojimar y otros lugares de la costa y que anualmente le remiten ejemplares que promete traer á la Academia. El Dr. Valdés Ragués manifiesta que es cierto que ha indicado varias veces la necesidad de colocar el museo en un lugar apropia- do, sin que hasta el presente haya podido resolverse nada en este asunto por falta de local; y que procura, hasta donde le es posible agrupar los ejemplares por familias y órdenes, como puede obser- varse que ha hecho con los carpinteros, las rapaces, etc. En cuan- to á las preguntas que hace el Dr. Coronado, debe manifestar que los datos por él expuestos son tomados de la Ornitología Cubana, del Dr. Gundlach. El Dr. Santos Fernández, invita á los Dres. Valdés Ragués y La Torre á que formulen un proyecto de reformas del museo, indi-. cando el local que estimen más conveniente, la reforma del mobi- liario, y el plan que deba adoptarse para exponer las colecciones. El Dr. Coronado pregunta al Dr. La Torre si el anobium, que tanto abunda en la Biblioteca no sería perjudicial á los ejempla- res de aves, etc., en el caso de utilizarse para museo uno de los salones que actualmente ocupa la Biblioteca. El Dr. La Torre contesta que no hay peligro en ello puesto que el anobiuwm no ataca sino el papel y los libros, y solamente las ca- jas de cartón y las etiquetas pudieran sufrir los ataques de: las polillas; pero ese mismo inconveniente existe ahora, porque el anobinm, en su estado definitivo ó de insecto perfecto, es un co- leoptero, provisto de alas, y por tanto, capaz de trasladarse de un punto á otro. Se extiende después en consideraciones «cerca de las manifestaciones hechas por el Dr. Coronado sobre las costum- bres de algunas de nuestras aves, que él tiene motivo para cono- cer prácticamente por sus aficiones de naturalista y de cazador, y 280 ANALES DE- da por las circunstancias de haber ejercido bastante tiempo en el cam- po. Dice que en efecto el zorzal real ( Mimociehla rubripes) es un ave propia de Cuba y el zorzal gato ((Galeoreoptes carolinensis) es de paso. Que la pedorrera, se supuso idéntica á la de Santo Do- mingo y Puerto Rico; pero que está demostrado que cada Isla tie- ne su especie propia Zodus multicolor, la de Cuba; 7. hipocon- driacus, la de Puerto Rico; y de Santo Domingo fué nombrada erronétamente 7. Portorricensis. Que las cinco variedades de zunzunes á que hace referencia el Dr. Coronado, son solamente tres especies, pues las otras dos son simples diferencias de pluma- jes debidas á la edad ó al sexo: que el zunzun verde, es una espe- cie sedentaria ó propia de Cuba; el colibrí, de cuello con cambian- tes metálicos, pero sin corbata roja es de paso, y probablemente debe ser el que se encuentra todos los años en Cojimar; y que la especie más pequeña, Calypte Helene aunque hasta el presente sólo se ha encontrado en Cuba, parece que se retira anualmente de la Isla para anidar en los cayos, como supone el Dr. Gundlach, ó quizás en las Bahamas. Pudiera por tanto ser posible que se en- contrara esta linda especie en Cojimar, aunque desde que se esta- bleció el ferrocarril, se ha auyentado de esta región de la Isla, y sólo se ha encontrado en la vecindad de Santiago de Cuba. Tam- bién es interesante la observación relativa á la paloma viajera, pues el Sr. Gundlach, en cincuenta años sólo tuyo noticia de dos ejemplares, uno matado en Triscornia, y otro comprado por don Ramon Fons en el mercado de la Habana. El Dr. Santos Fernández, pasa á la Tribuna á leer su trabajo: LA PROFILAXIS DE LA OFTALMÍA NEONATORUM, ocupando la pre- sidencia, el Dr. T. Y. Coronado. Una vez terminada la lectura, y abierta discusión, pide la pala- bra el Dr. £. Núñez y expone entender, que en la investigación actual que se hace acerca de este asunto, se falta al secreto médi- co. Que se viola á su juicio, aquél, y nosotros debemos sustentar que el secreto médico debe ser respetado. Con relación al nombra- miento de determinados inspectores, él no entiende que ellos da- rían resultado. Todo lo más, funcionarían bien al principio, pero al poco tiempo, se echarían á perder y funcionarían muy mal. El Dr. Santos Fernández, agradece las observaciones con que le ha ilustrado el Dr. Núñez. Dudaba realmente de la eficacia de os inspectores, de las ventajas que con ellos se pudieran obtener, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 281 Es necesario ilustrar al pueblo, con el ejemplo, porque así es como aprende y no se le olyida la enseñanza que recibe. El Dr. Núñez, cree que sería muy beneficioso para la ilustración del pueblo, la publicación de unas cartillas instructivas. Porque los parteros y los oculistas oficiales no podrían evitar, por mucha que fuese su acción, esas especiales infecciones. El Dr. Coronado, participa de las mismas ideas con relación á los resultados prácticos que deban esperarse. Cree en la eficacia de la publicación de las cartillas. Y después de ligeras considera- ciones que hace sobre la oftalmía neonatorum, expone que en la India no hay un solo caso de sordo-mudez, por tener la costumbre sistemática de cerrar la boca. No hay infecciones del oído medio. Con lo que se dió por terminada esta sesión literaria. INVESTIGACIONES SOBRE LA CONSTITUCION QUIMICA DE LA PIÑA POR EL Dr. Gastón A. Cuadrado (Sesión del 8 de Marzo de 1907.) El fruto analizado corresponde úd la especie ANANAS SATIVUS SCHIDT variedad piña cimarrona, piña de la tierra, piña roja española (spanish red piñe aple), cultivada en el campo alrededor de Santiago de las Vegas. Los frutos analizados se tomaron del mercado de la ciudad, y tales como se venden para el consumo inmediato, siendo nues- tro objeto principal averiguar la composición médica pa- ra sentar las bases de un análisis más profundo, y deter- minar la naturaleza efectiva, separando en substancia cada uno de los principios inmediatos orgánicos que constitu- yen el jugo. El método seguido es el provisional para el análisis de alimentos adoptado por el Departamento de Agricultura de Washington D. €. Bulletin núm. 65-1902. Hemos elegido esta variedad de piña 4 pesar de ser menos estimada en el mercado y no ser tan agradable al 282 ANALES DE. LA eusto como la llamada piña blanca, piña de Cuba, porque la primel “a se dedica más d la exportación y permanece más tiempo sin descomponerse. Hemos partido del aná- lisis del frato en total después de separada la cáscara co- mo se acostumbra usar de ordinario, en vez de proceder con el jugo extraído por procedimientos mecánicos, con objeto de ponernos en armonía con los métodos indus: triales que puedan seguirse en la explotación de los prin- cipios inmediatos del fruto. Se tomaron dos piñas que después de lavadas y separa- das las hojas del tallo y del pedúnculo pesaron la WA 925 gramos y la yd 845 .. Mondada la primera con el cuchillo dió de peso 542 eramos, dejando por consiguiente 383 eramos de corteza Ó Ci Íscar a. Mondada la segunda dió 525 eramos, dejando por con- siguiente 320 gramos de cáscaras. Al reducir 1 frutos á pulpa por medio del rallo, la se- gunda piña dejó un residuo leñoso del pedúnculo que pe- netraba casi hasta el medio de la masa del fruto y pesó 15 gramos el que unido á los 320 gramos de la corteza dá de peso 335 gramos. Englobando estos resultados tenemos: Peso de las piñas, libres de tallos y pedúnculos 1.770 gr. » ,, la corteza y el residuo leñoso 718 gr. o 5 las piñas mondadas y reducidas á pulpa 1.052 gr. Por lo tanto en condiciones ordinarias resulta un des- perdicio de 40'56 p S. pudiéndose e 'alcular que aun Ope- rando con cuidado en la separación de la cáscara resultan de 35 á4 40 pS. de pérdida, 1.* Densidad del jugo extraído por presión y colado por tamiz 1.05276 á O. 2.* Total de sólidos: se tomó 25 eramos de la pulpa, se mezcló con amianto incinerado y se sometió al calor del baño de María durante 24 horas dejando una pasta dura y adherente á la cápsula. Peso del residuo sólido en 25 gramos de pulpa 3.5990 OTAmos. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 283 3." Residuo sólido insoluble. En conformidad con el método oficial alemán, se tomó 50 gramos de pulpa; se trituró completamente en un motr- tero con agua añadiendo el líquido en pequeñas porciones hasta completar exactamente 500 cent. cúbicos. De este líquido filtrado se tomó 25 cent. cúb. y se eva- poró el líquido en baño de María hasta que el residuo no perdió de su peso. Peso de la cápsula con el residuo 16.3130 gramos. e sola 15.9875 Diferencia 05 255 de materia soluble. En los 25 cent. cúb. había las substancias solubles de 2.5 gramos de pulpa y como en el ensayo 2.” se encuentra el residuo sólido total en 2.5 gramos 0,35990; resulta que hay 0,3599—0,3255—0,0344 de residuo sólido insoluble. Peso del residuo sólido insoluble en 2.5 gramos de pul- pa 0,0344 gramos. 4.* Cenizas. Se toman 25 gramos de pulpa, se desecan y queman en cápsula de platino, siguiendo la operación como se pres- cribe en el Bull. núm. 65. l Peso de la ceniza en 25 gramos de pulpa 1.0785 era- mos. 5.* Alcalinidad de las cenizas. Se diluyeron en agua y se vertió sobre la solución 10 cent. cúb. de una solución decinormal de ácido nítrico= NO*H 7 y para neutralizar el exceso de ácido se emplea- ron 1, ¿7 cent. cúb. de solución decinormal de potasa “KOH a y por lo tanto el ácido neutralizó una cantidad equivalente á 8,5 cent. cúb. de K?CO*? =. Alcalinidad de las cenizas de 25 gramos de pulpa en Eo 0,0583 gramos. OS. y sulfatos. ra: líquidos del ensayo 5 después de filtrados se divi- dieron en 2 partes. En la primera se investigaron los clo- ruros volumétricamente y no dió pr ecipitado con el nitra- to de plata. Las cenizas no contienen cloruros. En la: se- eunda se precipitaron los sulfatos con el cloruro bárico. 284 ANALES DE LA Peso del Ba. 504, obtenido 0,0046 que multiplicado por el factor 0,3433 dá 0,0015792 de SO,. Doblando esta cifra resulta: Peso del anhídrido sulfúrico en 25 gramos de pulpa 0,00515836 gramos. 7.* Determinación de la acidez total. Se tomó 10 gramos de pulpa, se diluyó la masa con agua en un mortero y en pequeñas porciones hasta com- pletar exactamente 250 cent. cúb. de líquido. Se tomó 125 cent. cúb. del líquido filtrado y se determinó la aci- dez necesitándose 4 cent. cúb. de solución de potasa SS Se necesitaron por la tanto 8 c.c. de KOH + para los 10 gramos de pulpa, que calculados en ácido sulfúrico SO,HP resultó acidez total en 10 gramos de pulpa 0,03894 gra- mos. ] 8.* Acidos volátiles. Se tomó 25 gramos de la pulpa, se diluyó á 50 c.c. y se destiló en corriente de vapor de agua hasta obtener 200 cent. cúb. de líquido destilado necesitándose 0,25 cent. cúb. de KOH $ para la neutralización, calculando esta acidez en ácido acético resultó: ácidos volátiles en 25 eramos de pulpa 0,00150 gramos. 9.* Nitrógeno. Se tomó 10 gramos de pulpa, se desecó y.se determinó el nitrógeno por el método de Gumning. Peso del nitrógeno en 10 gramos de pulpa 0,0123 gra- mos. 10.* Azúcar. Teniendo en cuenta que en esta clase de frutos hallán- dose al estado natural, el método de polarización no ense- ña mucho respecto á la cantidad de cáscara presente. en tanto que es útil la demostración de la diferoncia entre los azúcares reductores y no reductores; hemos procedido por cálculo atribuyendo á sacarosa el aumento de los azú- cares reductores después de la inversión. Azúcares reductores.—Se toman 50c.c. de la solución fil- trada procedente del ensayo núm. 3. Se defeca por el sali- cilato de plomo y el sulfato de sosa y se diluye en 100 c.c. Se filtra y se determina el azúcar por medio del lícor cú- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 285 prico de Viollete cuidadosamente preparado y titulado. Se emplearon 659 c.c. del líquido defecado para reducir completamente el licor cúprico. En los 50 c.c. de la solu- ción tomada había 007587 oeramos de azúcares reducto- res, y como en los 50 c.c. cúbicos de la solución había la parte soluble de 5 gramos de pulpa resultó: Peso de azúcares reductores en 5 eramos de pulpa 0007587 eramos. Azúcar después de la inverstón.—Se toman 50 cen. cú- bicos de la solución filtrada procedente del ensayo núme- ro 3, se invierte en frío por medio del 11C1, se neutraliza luego el ácido por el álcali, se diluye el líquido hasta 100 c.c. cúbicos, se filtra y se determina el azúcar inverti- do por medio del licor cúprico Viollete necesitándose 17 c.c. para la reducción completa del licor. En los 50 e.e. cúbicos de la solución tomada había 02941 de azúcares invertidos, y como en esos 50 c.c. cúbicos había la parte soluble de 5 eramos de pulpa, resulta: Peso de los azúcares invertidos en 5 gramos de pulpa 0'2941 eramos. Ahora bien, restando de esta cifra los 0007587 de los azúcares reductores existentes 0 sea 0'2941—0'07587 =0'21823 eramos de azúcar invertido que corre sponde á la sacarosa; pero como la proporción molecular de la sa- 'arosa en relación con el azúcar invertido es de.1 : 095 resulta que la última cifra hallada por diferencia, se ha de multiplicar por 095 para determinar la sacarosa real que existe en la pulpa ó sea 0'21823X0"95—0'2073185. Peso de sacarosa en 5 eramos de pulpa 02073185 Oramos. 11.2 Determinación del precipitado por el alcohol.— Aunque no tiene importancia este ensayo tratándose de jugos puros de frutas, se ha investigado porque el líquido sirve para otros ensayos. Se tomó 200 ec.e. cúbicos del líquido filtrado proceden- te del ensayo núm. 3. y se evaporó el líquido al baño de agua hasta reducirlo ¿4 20 c.c. Durante la operación se separó una materia coagulosa ligera que se dividió en copos pequeños flotando en el líquido transparente. Se re- cogió en un filtro, se lavó, desecó y pesó, dando las reae- ciones de la albúmina. Cuando por fin el líquido se TOMO XLII.—9/. 286 ANALES DE LA redujo 4 20 c.c. y enfrió, se añadió 200 c.c. de alcohol de 950 agitando contínuamente. Se dejó reposar durante la noche el precipitado coaguloso ES se recogió en un filtro y se lavó con alcohol de 8690. Se separó des- pués del papel con un chorro de agua hirviendo, se reco- oó en cápsula de platino, y se evaporó en sequedad Al 100% hasta que no perdió dle peso. Se tomó nota del peso, se incineró la materia orgánica y se pesó nuevamen- te. La diferencia entre la primera pesada y la segunda fué de 000263 gramos. Como en los 200 c.ec. del líquido se hallaba contenida la parte soluble de 20 eramos de pulpa, resulta: Peso del precipitado por el alcohol en 20 eramos de pulpa 00263 gramos. ¿ste precipitado del alcohol se ha presentado coagulo- so de aspecto análogo ¿4 las albumosas. 12.* Determinación del ácido tártrico por el método de Halenke y Moslinger.— AÁnmtes de proceder á la obtención de los diferentes ácidos partiendo de un mismo líquido se empezó aisladamente con la investigación directa. Se to- mó 100 c.c. del jugo de la pulpa obtenida por presión y filtración, se trató por 2 c.c. de ácido acético glacial y 4 cotas de una solución al 20% de acetato potásico, más 15 eramos de cloruro potásico reducido á polvo fino, se disolvió el polvo por agitación, se añadió 20 c.c. de alco- hol de 96%C. y se agitó vigorosamente durante un minuto frotando las pare ES del vaso no observándose adherencia á las paredes y se dejó el líquido abandonado durante la noche á la temperatura ordinaria. Se observó un precipi- tado coaguloso que se recogió en un embudo preparado con amianto lavándole ¿ la trompa con una solución de 15 gramos de cloruro potásico, 20 e.c. de alcohol y el resto de agua hasta 100 ec. Nose observaron cristales niaun microscópicos, El precipitado con el amianto se puso en el frasco, se hirvió y permaneció el precipitado coaguloso, manifestan- do el líquido una reacción neutra á la tintura de tornasol v la fenoltaleina dando coloración roja ésta, ¿ la primer vota de solución KOH 3 vertida. Este ensayo dió un re- sultado negativo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 281 Por si el precipitado coaguloso que presenta el jugo hubiera impedido la precipitación del bitartrato potásico se procedió á una segunda operación en la misma forma, separando prev iamente por filtración el coágulo que se forma al calentar el jueo. Tampoco se obtiene resultado alguno. Esta operación nos indicó que la piña no contiene ácido tártrico. 13.2 Determinación directa del ácido citrico por el méto- do de Moslinger.—Se tomó 10 c.c. del jugo de la piña obtenido por presión de la pulpa y filtración. Se evaporó el jugo en baño de agua hasta consistencia siruposa. Á este resto siruposo se añadieron en frío y lentamente agl- tando vigorosamente alcohol de 95%. como unos 85 c.c hasta que no dió más precipitado. Este precipitado es de consistencia como de solución gomosa muy espesa Ó me- jor como de miel de abejas y en los lavados con alcohol de 95% se frotó la masa sobre las paredes para separar bien la parte soluble. En este precipitado se manifestó bien la existencia de los azúcares. Los líquidos alcohólicos filtrados se evapcraron al-baño- María y al residuo se añadió agua hasta componer 20 *c.c. porque con 10 c.c.. la solución acuosa era demasiado espesa y no se podía separar bien del vaso para verterla en el cilin- dro graduado. Se tomó 10 c.c. de esta solución, se añadió medio centímetro cúbico de ácido acético elacial y gota á gota una solución saturada de acetato de plomo ne eutro hasta dejar de formarse precipitado, el cual se disolvió al 'alor y se volvió 4 depositar por enfriamiento en parte. Se calentó la mezcla hasta ebullición y se filtró el líquido dejando un residuo plúmbico abundante. El líquido fil trado y el agua de lavado se evaporó un poco para re- ducirle de volumen y se dejó enfriar reapar eciendo el citrato de plomo. Este precipitado se recogió sobre un filtro, se lavó con alcohol diluído, se secó á la estufa y se pesó. Con los otros 10 e.c. se hizo la misma operación, pero añadiendo un centímetro cúbico de ¿cido acético glacial en lugar de medio, por si el volumen de 10 c.c. en lugar de 5 e,e, que aconseja fomar el autor, influve algo en el 288 ANALES DE LA resultado. Iíste segundo ensayo dió más cantidad de el- trato de plomo que el primero, y a este segundo aplica- mos la cifra definitiva. _Peso del citrato de plomo Pb (C¿H;0;)» en 10 C.C.... . . . 00359 grs. y en Si correspondiente á 100 c.c. -dej Jugo. OSOTASIIA Peso del ácido CAICOS S RT EA A SD 14. Determinación de los ácidos tártrico, málico y ct trico; por el método modificado de Sehmidt € Hiepe.—Del líquido filtrado a o 11? del precipitado de alcohol se separó el alcohol por evaporación, se diluyó el residuo en agua y se añadió solución del sub-acetato de plomo hasta que dió reacción alcalina. 11 precipitado re- sultante se recogió en un filtro y se lavó hasta no dar se- nales de plomo el agua de lavado. El precipitado se separó del filtro con agua caliente y se descompuso la sal plúmbica por medio del hidrógeno sulfurado. Se separó el sulfuro formado por medio de un filtro, lavándole con agua caliente. Se separó el líquido filtrado con las aguas de lavado, se redujo de volumen hasta 50 c.c. y se neu- tralizó exactamente con solución KOH y se añadió una solución concentrada de acetato cálcico en exceso agitan- do sin intermisión y luego se dejó reposar durante la no- che, resultando un muy ligero sedimento que se recogió sobre papel de filtro, se lavó con agua hasta componer con el líquido resultante 100 c.c. Se desecó el filtro y se quemó sin dejar residuo apre- ciable; lo que demuestra en esta operación la ausencia del ácido tártrico. El líquido resultante se evaporó hasta 15 6 20 c.c. y no dió precipitado en caliente ni en frío, no demostrando por este hecho la presencia del ácido cítrico d lo menos en cantidad apreciable. Al líquido se añadió tres volúmenes de alcohol 4 96%. y dió un precipitado abundante. Se ie se lavó con una mezcla de un vo- lumen de agua y tres de alcohol de 96". se desecó d la estufa hasta que no hubo perdido de peso y se pesó defi nitivamente. Peso del precipitado seco 0'07770 gramos. Considerando el resultado se ve que no conteniendo ácido tártrico, el precipitado ha de contener los citratos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 289 malatos y succinatos de cal; puesto que el citrato de cal no se precipitó en la evaporación del líquido. Y teniendo en cuenta que para el cálculo no se considera el ácido suecí- nico por su insienificación cuantitativa (1) de la cifra ha- llada sólo se han de considerar el malato de cal, sustra- yendo el peso del ácido cítrico ya determinado directa-: mente. Efectuando las operaciones resulta que tomando la fórmula del citrato de cal como Cay (05 Ho 0,)=500:64. Y la del malato como Ca (C, H, 0,)=173.20. y sabiendo ya la cantidad de ácido cítrico por el análisis del núm. 13 contenido en el jugo, es fácil venir en cono- cimiento de la cantidad de ácido málico que contiene la pulpa. Los 200 c.c. cúbicos provenientes de la precipita- ción por el alcohol contenían la parte soluble de 20 gra- mos de pulpa y dieron 000777 gramos de precipitado conteniendo el citrato y malato de cal. El peso del ácido cítrico contenido en 100 e.c. de jugo es 0'013808 gramos, cuyo jugo lo podemos tomar como la parte soluble de 100 gramos de pulpa, y por lo tanto en este caso en el precipitado de cal existirá la quinta parte ósean 0'002761 gramos de ácido cítrico. Con esta cantidad debe obtener- se 0003623 gramos de citrato de cal porque si 381'24 de ácido cítrico 2(C¿H,0,)se obtienen 500'64 de citrato de cal, con 00002761 gramos se obtendrán 0003623 de citra- to de cal. Restando ahora esta cifra de los 0'07770 gramos del precipitado ó sea 000777—0'003623=0'"074077 de malato de cal. Este malato contendrá 0057054 gramos de ácido málico porque el equivalente del malato de cal es al del ácido málico como la cantidad obtenida de malato es 4 X ast: 17320 : 13340 :: 00074077 : X=0'057054. Peso del ácido málico obtenido en 20 gramos de pulpa 0057054, 15.2 Determinación de la fibra cruda.—El residuo que (1) Y porsu semejanza con el málico puesto que pertenece al género ácido Hidro-suceínico, 290 ANALES DE La resultó del agotamiento de 50 gramos de pulpa en el en- sayo núm. 3, se trata en el aparato de Soxlet por agua, alcohol y dter hasta agotamiento, y después con una solu- ción hirviendo de ácido sulfúrico. la 1.25% y después de lavado, por otra también hirviendo de hidrato de sosa al 1.25% durante 30 minutos lavándose también luego con alcohol y éter. Después se recogió en un filtro de amian- to de Sehleicher € Schil y se desecó hasta peso constante. Peso de la. fibra cruda procedente de-50 gramos de pulpa 06092. Nora.—Se pesó la fibra seca por curiosidad, antes del tratamiento por el ácido y la sosa dando 10297 gramos. RESUMEN DE LOS RESULTADOS ANALÍTICOS COMPOSICIÓN DE LA PIÑA EN 100 PARTES Cáscara ó. corteza depa. ......o.o.. 4056 PIÑA MONDADA Densidad del jugo extraído por presión...1052764 30%. A O AS 856040 Total de sólidos: AMAS IAS PALTA 143960 vesiduo "solido “msolublerl E EA ada 123760 Cenas PIO RECAE URI 00 43140 Alcealinidad de la ceniza de K,CO,.... 023320 Anhídrido sulfúrico SO, en las cenizas. 00126: Cloruros A Nerdez total en “SOHO UNT: 03894 Meidos roles ue a UI 00060 Materias proteicas NX 6501010 0. 076875 Azúcares reductores calculado en dex- o lie e A o 1151740 Sacarosa (por diferenca de la inversión). 414637 Materia proteica coagulable por el “alor 011500 Materia precipitada por el alcohol.... 0'13150 Nado tartuacoo nte 2d E ULA, LOSA 014 UA Oe ECO OR IIA Ol 0013808 y malicos ACI DE o pa 0285270 Mbraeradars 7 INUEVE USDA Seo ro yl 2218400 (1) La incineración se hizo á la temperatura más baja posible y con cuidado. -así es que en este caso no pudo haber pérdidas por volatiliza- ción. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 291 A tn e A Nr ed IA Y COMPOSICIÓN EN 100 PARTES DE MATERIA SÓLIDA Residuo sólido insoluble............ 9558 AS o > a TER MOS rd > 29966 Alcalinidad de las cenizas en K,C0,.. 1619 Albáítlrido salfaricorenddi e od. 00091 Ade total o ERARIO EIA lt 2704 Neldos 'velatilesa ¿1 0) Ha LEÍ e 0004 Acido tártcoy hi pra aña HARO. n ELUPICOML RO A AO. 0095 y malcoy a. ada da id ¿sl a 1981 Materias protéicas NX625.......... 340 protéicas coagulables por el AA O A 00799 7 precipitada por el alcohol... 0913 ARCILES MELUBLOTOS. «odo oo a 10540 O a a a aa 28802 A EE AN A O A > 8463 Análisis de los principios nutritivos de las hojas del plátano POR EL Dr. Gastón A. Cuadrado (Sesión del S de Marzo de I907.) Con el fin de determinar el valor nutritivo de algunas partes del reino vegetal que no han sido analizadas, em- prendemos una serie de trabajos comenzando por las ho- jas de plátano, que son preferidas por aleunos herbívoros, - 1."—Se tomó gran cantidad de hojas cortadas en la adherencia al tallo, en el momento de comenzar el andáli- sis; se cortaron en pequeños trozos y después se contun- dieron mezclando muy bien el todo. La gran diferencia de consistencia y volumen entre la parte central de la ho- ja y las expansiones, hacen algo difícil la mezcla homo- eénea, y no nos pareció oportuno pasarlas por el molino del Laboratorio para evitar pérdidas, evaporación de la 292 ANALES DE LA pS humedad, etc., al mismo tiempo que tampoco se resolve- ría el problema de la mezcla íntima de las diferentes partes. De la mezcla íntima, lo mejor posible, se tomaron 400 eramos de la pulpa, y se dejó secar al aire y al sol por aleunos días á la temperatura del ambiente, hasta peso constante. La pesada última nos dió 142 gramos. Por lo tanto las hojas de plátano desec ad as al aire (25 a 20m pierden de peso 64.5 Ss = a 2."—50 gramos de la hoja así seca se expusieron « la temperatura de 100% 4 102% en la estufa hasta peso. constante. Peso resultante en estas condiciones 42,8 gramos. Los 142 gramos del experimento anterior, perdieron 20.444 de agua, esto es, el peso de las hojas verdes quedó reducido dá 121,56 OTamos. Por lo tanto la hoja desecada á 100%C., pierde de agua 69,61 pS. ANÁLISIS INMEDIATO —Grasa y clorofila.—15 gramos de hojas desecadas al ei ó sean 12.84 de anhidras 4 4225 de hojas verdes, se dispusieron en un aparato extractor de Soxhlet hasta agotamiento por el éter. Se recogió el líquido por destilación, y el residuo etéreo se trató nuevamente por el éter, quedando un residuo insoluble en éste y en el alcohol; pero soluble en agua; cuyo residuo había de pro- ceder de la parte soluble en el agua que aun contenían las hojas y que fué arrastrada en la extracción etérea. La segunda solución etérea se evaporó en cápsula de platino y después en la estufa d peso constante. Peso de la materia extractiva etérea 0.4675 eramos. Este producto es de consistencia blanda; de un bello color verde muy pronunciado, y de un olor aromático sul ceéneris. Para se parar la grasa de la clorofila se redisolvió el extracto en el éter y se trató por carbón animal. Se filtró el éter y se lavó el carbón sobre el filtro con el éter. Los líquidos reunidos se evaporaron y el residuo se dese- có en la estufa € peso constante. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 293 Peso de la grasa separada de la clorofila 0.0705 ora- mos. Esta grasa es de color amarillo verdoso y de consisten- cia de aceite espeso. Restando las dos cantidades, tenemos: Materia extractiva etérea..........:.. 0.4675 Grasa ella: ARAS e. e les y A AOTOS Olorofilalbrita. uan rate. ao 0.3970 qe —Sólidos solubles. -—5U gramos de hoja desecada al ambiente ó sea 42,8 de hoja anhídra 9 140.845 de hojas verdes se pusieron « la ebullición con sucesivas porciones de agua hasta componer seis litros. De los líquidos reuni- dos se tomaron 600 c. c. para evaporar hasta sequedad, v luego en la estufa hasta peso constante. Sólidos solubles en 600 e. e. de líquido 0.872 eramos. 5 Prod sacarificable.—-5 gramos de hoja desecada 4 100* C., ó sea 16,452 de hoja verde, se trató por una solución acuosa á 2 p 2. de ácido sulfúrico á una tem- peratura de 110% C. durante una hora y media, se dejó enfriar, se neutralizó con sosa el líquido, y se dilúyó hasta 150 c. c., se tomaron 50 de este líquido y se trató por el licor eúprico-potásico para obtener el óxido cúpri- co. siguiendo el método de Pellet y calculando en glucosa. Peso del azácar de la celulosa en 50 e. e, de líquido 0.0123488 gramos y en los 150 c. c. 0.0123488 por 3= 0.037 eramos. 6."—Carbohídratos.—Dos litros de los seis obtenidos en el experimento 47, ó sea la parte soluble de 14.26 eramos de hoja seca a Lodo. C,ó 46.92 de hoja verde, se eva- poraron hasta 150 c. c., y se dividió el líquido en tres partes. En la primera se investiga directamente los azú- cares reductores y no se obtiene resultado. Por consiguiente, las hojas de plátano no contienen azúcares reductores. En la segunda parte se hace la inver- sión por el HCl, se neutraliza y se trata por la solución eupro-potásica, siguiendo en la determinación el método de Pellet. TOMO XLIM.—-38. 294 ANALES DE LA Peso del óxido cúprico obtenido de los 50 c. e. de lí- quido 0.1063 gramos. Azúcares reductores equivalentes 0,454 por 0. 05 0.048351 gramos. Peso de los azúcares reductores por inversión de los 150 e. ec. 0.145053 sramos. “Nitrógeno total.—3 eramos del polvo de la hoja abra ó sea 9.871 de hoja verde, se tratan por el méto- lo de Gunning para la determinación del nitrógeno. Peso del amontfaco obtenido 0.085564=0.0707 por 55 de nitrógeno. Equivalente de substancias protéicas 0.070705 por 6.250.442218. 8."— Celulosa.—Ne toman 3 eramos del polvo de la ho- pa seca. Se hierve primero con una solución de HCl al > pS., se lava bien y se trata en la misma forma, por una solución equivalente de NaOH, se lava bien, y se, de- seca el residuo hasta peso constante. Pesowde laura: Dra. a id 0.7833 La fibra obtenida se trata de en aparato de Sexlet, primero con alcohol, después con éter, se deseca y pesa. Peso dela fibra así tratada: rios 0.7821 Como vemos por la pequeña diferencia de ambas pesa- das, no se necesita el agotamiento alcohólico etéreo cuan- do se emple a el método de Rohfaser , Pues la ligera dis- minución en el peso, debemos atribuirla á pérdida en la manipulación. 92—Pectosas.—20 gramos de hojas secas al ambiente se hierven con suficientes porciones de agua hasta componer ITTO e. e. de solución. De ésta se toma un litro filtrado que se evapora á sequedad casi. El residuo se trata por el alcohol de 85% y se hierve al baño de María, se 'de- canta y vuelve á hervir con nuevas cantidades hasta que el alcohol resulta claro. El residuo del tratamiento aleo- hólico se deseca ¿4 100% hasta peso constante. Como los 20 gramos de las hojas se hirvieron en 1770 e. e. de agua, el litro tomado corresponde á 11.30 gramos, Ó sea á 9.67 de hoja seca 4 100% C. y á 31.83 de hoja verde. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 299 Peso del residuo aleohólico........... 0.5536 (el residuo se incinera) Per0 de 12 COMA. PRUSIA ID E 0.2685 DUOPrEnCa 7 AA MUI de iio 0.2851 Por lo tanto corresponden á pectosa.... 0.2851 10.—Cenizas de los sólidos solubles.—La materia sólida del experimento 49, se incinera. Peso de la ceniza de la materia soluble 0.372 Esto procede de 5 gramos de hojas desecadas al am- hiente, equivalentes 4, 4.28 de hojas secas 4 100 C. 6 á 14.08 de hoja verde. 11.—Composición de las cenizas de la materia soluble. — Se trata la ceniza por el HCl, se hierve para separar la sílice por evaporación d sequedad y nueva disolución ¿ci- da seguida de ebullición. Se recoge la sílice sobre un filtro; se calcina y se pesa. Pol OO a 0.0125 (Alúmina).-—El líquido del tratamiento anterior se nen- tralizó con el amoníaco y se precipitó la alúmina (no con- tiene hierro). Se lava, se deseca, incinera y pesa. Peso de,la almiana: y. LONE. ad 0.0209" (Acido fosfórico).—En la mitad del líquido del trata- mieuto anterior se determina el anhídrido fosfórico por el método del molibdato. Peso del anhídrido fosfórico en la mitad de la ceniza 0.002. + (Alcalis). —La otra mitad del líquido se dedica á la in- vestigación de los ¿lcalis. Peso de los ¿lcalis calculado en KCl... 0.1266 12.— Ceniza total. —ÍDos gramos del polvo de hoja: seca equivalentes a 6.581 de hoja verde se incineraron. Peso de la ceniza total en 2 gramos.... 0.2590 (Cloro ).—YEn esta ceniza se investigó el cloro. La ce- niza se hierve con agua, se reduce á Dre, y se toman 10 e. c. del líquido claro y se determira el cloro por el método de Velhard, empleándose 0.4 e. c. de la solución de KSCN equivalente á 0.4 de la solución == de AgNO., Cloro en 10 e, c. de la solución......0.0014072 296 ANALES DE LA RESUMEN ANALITICO Las hojas recién cortadas contienen la proporción si- guiente en 100 partes: Agua ... . . 69.610 | Idem por inversión calcu- Materia sólida á 100%... 30.390 lados en glucosa. . + . . 0.309 Cra 0.166 | Materia oO: N. por Clorofila, materia soluble IA a Ye o E 4.479 E A 0.939 | Pectosas, goma, “ete. e RS 0.895 Sólidos solubles. . ... . 619r (Belulosa: CE aria TITO Celulosa sacarificable . . 0224 1 Genizas total 3.949 Carbohidratos reductores. no Id. de los sólidos solubles, 2.641 Composición de las cenizas solubles de los 5 gramos de la hoja seca al ambiente. Silice . . ; A ONO | Anhídrido sulfúrico. . . 0.08004 Anhídrido ostórico NODOS Alúmina . . OZ 090 | =- = Alcalis como KC. o 02033 | Doral A STE Las hojas desecadas á la temperatura de 25% a 27" C. tienen en 100 partes: E A . . 14390 | Carbohidratos calculados Matera iaa á 100». - 85.610 | co cuicos. a 0.570 O 0.470 | Materia protéica. . ... . 12.634 Clorofila bruta !. 5.005, 2.646 | a ER es 3 Celulosa ue A e EI Sólidos solubles... ... . 17.440 | Cenvatotari JU D4L UNS 10.697 Celulosa sacarificable. . . 0.647 | Id. de sólidos solubles . . 7.440 Composición de las hojas desecadas 4 100% €. tienen en 100 partes: (Asa ic A 0.549 | Pectosas, goma, etc... . . 2.940 Clorofila to AO do GA NOM Celulosa ON Sotidosisolublesi: 0. 20317 | iCenizasttotalí o 12.990 Celulosa sacarificable . . 0.740 | Cenizas de los sólidos so- Carbohidratos 1.017 lubles ee a AA 3.691 Materia protéica.. . ... . 14,740 Diferencia... .. 3.299 Si en el percentaje de las hojas desecadas «a 100% €. tomamos en la sama como insolubles la grasa y clorofi- la, la materia protéica, la celulosa y la diferencia del peso de las cenizas, añadiendo luego el peso de los sólidos SO- lubles, tenemos 68.163 gramos los que restados de 100 resulta la cifra de 31.837 gramos; cantidad que no pode- mos atribuir sólo al agua que puede quedar en combina- ción, á la temperatura de 100? €. De hecho ha de haber en las hojas otros principios 1n- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 297 mediatos que no se pueden averiguar por los métodos analí- ticos hoy recomendados. Por otra parte en las operacio- nes no se procede con un mismo material en igualdad de condiciones, pues han de tomarse diferentes porelones de una masa que no puede hacerse completamente homogé- nea, y en diferente estado de agregación. Porque en al- eunas determinaciones se parte del polvo de la hoja dese- cada á 100 C., y en otras, de las desecadas al ambien- Además, en la determinación de los sólidos solubles, aun empleando mucha cantidad proporcional de agua, co- mo se hizo en el experimento 4%, siempre ha de quedar algo sin disolver, porque lo impide la textura del pa- rénquima de la hoja, no obstante la contusión repetida. Nos proponemos resolver esta dificultad de procedimien- to en el análisis de otras plantas que se presten 4 mayor homogeneidad en la manipulación. 298 ANALES DE LA MUSEO INDIGENA CATALOGO DE AVES 2? PARTE Por el Dr. Valdés Ragués. Sr. Presidente. Sres. Académicos: En sesión anterior 4 ésta tuve el honor de exponer 4 la aprobación de los Sres. Académicos el catálogo de aves de nuestro Museo Indígena, colección correspondiente al orden de las Rapaces; hoy, os presento otros grupos im- portantes, que pertenecen á los órdenes de las Passeres, Seansores, Colombinas, ete., de la misma clase, aves todas de Cuba, aunque en realidad, pocas especies son consl- deradas propiamente cubanas y comprendemos como de nuestra Isla otras muchas especies que anidan en ella, ó son de tránsito durante algunos meses del año, en su ma- yoría procedentes de 2 Norte América y muy pocas de la América Meridional 0 de ambos continentes americanos, siendo de notar que especies verdaderamente cubanas van e no sólo entre las aves como el Gmua- camayo y el Carpintero real, sino entre los mamíferos, como el Almiquí. D'Orbieny, en la obra de La Sagra, página 43, dice, al tratar de los pájaros que en Cuba se observan: De las 50 especies de ellas, tan sólo dos proceden de la América Meridional y aun, una de esas dos especies, la Pringilla dominicana, es de dudosa procedencia y agre- wa el citado autor: Si tan difícilmente podemos hallar vestigios de las emigraciones del Mediodía, no sucede lo mismo con las que indudablemente producen los invier nos del Continente Septentrional; puesto que hallamos, el considerable número de 33 sobre 50 ó casi dos tercios de la totalidad, lo que evidentemente demuestra que, con ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 299 respecto á los pájaros, las leyes de la distribución geo- eráfica proporcionan á la Isla de Cuba especies pertene- cientes á la América del Norte más bien que « la del Sur, cuyo hecho corresponde muy bien con el de la posición de Cuba relativamente al Continente Americano. De las 50 especies citadas en Sagra tan sólo 13 son propias de esta Isla y otras Antillas; 33 proceden de Nor- te América; 2 de la Meridional y otras 2 de ambas Américas; pero Gundlach en su Ornitología Cubana es- cribe lo siguiente: La circunstancia de no haber Mr. D'Orbiegny hecho sus observaciones en la misma Isla de Cuba, sino que se refiere ¿las que hizo en la América Meridional en especies cubanas, ha sido sin duda, causa de varios errores tamto en el tiempo de la propagación como en el de las emigraciones anuales, Gundlach cita en el Orden Passeres 103 especies, las que están comprendidas en las familias y géneros que po- nemos « continuación, indicando las que se consideran propias de Cuba y las que son de paso en nuestra Isla y colocando después el catálogo conforme á los que ante- riormente hemos expuesto, es decir, las familias, géneros, especies, nombre vulgar (si lo tienen), número de ejem. plares existentes en nuestro Museo Indígena y:número que corresponde al de clasificación y or den de los Passe- res de Cuba. FAMILIA LANIIDAE Esta familia presenta los géneros: Phylomanes, con la especie conocida vulgarmente con los nombres de Bien te veo, Predicador y Chinchiguao y otra muy rara, ambas de paso en Cuba. Género Víreo, con la especie cubana llamada por Gun- dlach Lembey? y conocida por Juan Chiri, HIM ELLA ¿LU RDLDAR Con el género Turdus, sus especies son de tránsito, siendo cubano el Zorzal real, del que dice Gundlach: Su patria es exclusivamente la Isla de Cuba. 300 ANALES DE LA cl Género GFaleoscoptes, con una especie, el Zorzal gato, que llega en Octubre y se retira en Mayo.. Género Mímus, con una especie, notable por su canto, polyglottus, valgo Sinsonte, que anida en Cuba y la Gun- dlachi, Sinsontillo. Sólo. pues, son cubanas en esta familia el ./uan Ohivi, Zorzal real y Sinsonte. FAMILTA" SY LYVTITDAE Con el género Polioptila, nombre vulgar Rabuita, de paso en esta Isla y el Sínsontillo, que anida en ella. FAMILIA SYLVIICOLIDAE Muchas especies de esta familia son conocidas vulgar- mente con el nombre de e y pertenecen á géneros y y especi es diferentes, de las que tan sólo son cubanas, se- eún Gundlach, la Dendroica pityophila, Teretistris Fer- nandinae (vuleo Ohillina) y la Fornsíi (vulgo Pechero). Las demás especies son de paso en nuestra Isla y la más común la palmarum, primera que llega á nuestro vals y la última que se retira, la rutilla, vulgo Candelita. De la familia Zanagridae, sólo nos presenta el Dr. Gun- dlach las espe cies vulgarmente llamadas Cabrero, propia de Cuba y Oardenal, de paso anual doble, pues se le ve en los meses de Octubre y Abril. De la familia Zyranninae pueden citarse varias especies nombradas por el vulgo Pitirres y entre ellas el Real, se- dentarias; Abejero de la que dice el citado Doctor es la ímica á la que conviene el nombre Pitírre, porque «¿ esta palabra se asemeja su grito, cuando no está irritado; es de paso anual. La especie piptrí, es de paso y muy rara en Cuba y la llamada en Oriente Guativere, sedentaria. Otras especies también muy conocidas son las llamadas Bobítos entre las que se encuentran: Contopus vírens, de paso, muy rara, AL Sagyrae, citada por primera vez por D Orbigny. en la obra de La Sagra; crinttus, de la que dice Gundlach, una sola se mató por mi amigo Ra- món Torres. SR] II A A A A 0 mA Y 0 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 301 Blaiciens carcetbens, sedentaria Empidonax acadicas, muy rara y Anulanax Lembelli, de paso accidental en nuestra Isla. De la familia Musicapidae es digna de mencionar la es- pecie llamada Ruiseñor que en la época de sus amores deja oir un precioso canto y que según Gundlach, se co- noce esta especie en la Isla de Cuba. El Ampelis cedrorum, amado en otros países Charla dor, observado por dicho autor en Cuba aunque no citada por Lembelle ni La Sagra y sí por el Duque de Wuttem- berg. De la familia Atrundínidae, existen varias especies co- nocidas con el nombre vulgar de Golondrinas de las que: la Progne ertptoleuca se considera cubana; la MHiruudw horreorum, que se retira en el invierno; Petrochelidon ful- va que d veces pasa esta estación en nuestra Isla; Zachy- cineta bicolor, que llega del Norte más tarde que la ante- rior, pero pasa el invierno en este país y la Cotyle riparía, 'que pocas veces ha sido observada en Cuba y que tam- hién es especie europea. De la familia Oypselídae. se conocen algunas especies llamadas también Golondrinas y en España y otros países se les conoce por Vencejos, tales son la Nephocaetes colla- rís, que según el Dr. Gundlach, es sedentaria y rara al Oeste de € Tuba; el niger, sesún el mismo autor sólo vive en la Sierra Maestra: Tachornis Tradúi que vive en toda la Isla, sobre las palmas. De la familia Oaprímulgidae, existen especies conoci- das con el nombre vulgar de Crequeté 6 Oaracatey, tales como la Ohordeiles popetue, de paso y muy rara y la m+- nor, también de paso, pero más común en Cuba. Así mismo son de esta familia los GFuabatros, el Antros- tomus cubanensis, del que d pesar desu nombre, dice Gundlach que ni puede asegurar si realmente es cubano y el carolinensis, que es de paso. De la. familia. Fringyillidae, algunas especies de paso, poco conocidas y sin nombre vulear y otras llamadas 7o- meguán de la Tierra, Chinchillita y en Oriente Viudita y Pechíto, sedentaria es la Luethia lepida y el Tomeguin del Tomo xLur.—39, o] A y ss Y Rd AS 302 ANALES DE LA Pinar, que parece propio de Cuba yes la Luethía canora, en Oriente se le conoce por Senserico. A la misma familia pertenecen las especies de paso co- necidas con los nombres de Azulejo, ( Azulito en Oriente): Mariposa, Negrito, Azulejo real. y Degollado, estas dos úl. timas más raras que las anteriormente citadas. De las especies correspondientes ¿la familia /cteridae dice Gundlach en su Ornitología, página 95: No tienen nombre vulgar en esta Isla, porque son muy raras y 4 penas conocidas por el vulgo, Llegan en los primeros días de Abril y permanecen muy corto tiempo, en cuanto « las del género /eterus se refiere, pues en el Xanthornus tenemos hypomelas, vulgo Solibio, propia- mente cubano; el Chambergo, de paso en Septiembre; Mayito, propia también de Cuba; lo mismo que el Mayito de Ciénaga, el Sabanero, que sólo habita en Cuba, éigual- mente el 70, muy abundante en nuestra Isla; el Chi chinguaco, amado en Oriente Chonchot, Hachuela y Quiebra Hacha perjudicial «4 los arrozales, que anida en Cuba. De la familia Corvidae, hay dos especies bien conocidas, ambas cubanas, dá saber: Oao 6 Cao montero en Vuelta Abajo, Corvus nasicus; y el Cao pinalero 6 Onerro, que es el Corvus minutus. De la familia Daenídídae sólo cita Gundlach el impro- piamente llamado Aparecido de San Diego, pues según dicho autor es común en toda la Isla. De la familia Zrochilídae se cuentan: Zunzuncito, espe- cie verdaderamente cubana, descubierta por Gundlach en terrenos cercanos á Cárdenas. en meses del invierno. Las otras dos especies, conocidas con el nombre de Zumzún 6 Colibri, una es cubana y se llamó por los indí- venas Cuan ( Ohlorestes Ricordii) y la otra es de paso, se observa en Abril y proviene de los Estados Unidos. De la familia Alcedinidae tenemos el Martin Pescador Es de paso y sele ve en Septiembre y la Pedorrera 6 Cartaeuba, que anida en Cuba, en el mes de Mayo. Del orden Seansores, cítanse las sjementes especies cu- banas: Carpintero real, verde, jabado y escapulario, todos obser- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 303 vados en Cuba (según Gundlach), ehrrroso, propio también de esta Isla y Sphyrapicus varíns, de paso en otoño. De la familia. Cuenlidae, las especies conocidas por el vulgo con los nombres de Arriero Chico 0 Primavera anida en Cuba, Arriero ó Guacaica, propia de esta Isla v udio, que anida en los meses de Abril Octubre. De la familia Psittacidae, son citadas las especies (U)hry- sotis lencocephalus, vulgo Cotorra de la que dice que al principio la consideró propia de Cuba, aunque puede ase- —gurar que esta ave anida en nuestra República; el Macro- cercus tricolor, Guacamayo, muy rara hoy en Cuba y que está llamada ¿d desaparecer, Oonurus evops, Períquito y en Oriente, Catey, propia de esta Isla y cada vez más rara. De la familia 7rogomidae, sólo cita Gundlach como es- pecie propia de Cuba el Zocororo (Guatini de los indios) es el Priotelus temnurus, del que dice el citado autor que exhala un fuerte olor de almizcle en el tiempo de sus AMOTes. ORDEN GYRATORES De la familia Columbidae. conocidas vulgarmente * sus especies con el nombre de palomas, son citadas por Gund- lach la Zorcaza salvaje, boba ¿0 cenicienta ( Chloroenas inornata y: la Torcaza cabeci-blanca ( Patagyioneas lencoce- phala) y la Torcaza morada (Patagivenas cor ensis) que anidan en Cuba, la Perdiz ixpropiamente así llamada (Starmoenas eyanocephala), sedentaria, se encuentra tam- bién en Jamaica y Estados Unidos; así como las especies Mortínica, conocida en la provincia Oriental por Torito y al Oeste de Cuba por Barbequejo y Boyero; y la Montana. conocida también por Torito, en Oriente, y Camao, en Occidente; aunque este nombre se dá también á la espe- cie Caniceps, más conocida en Santiago de Cuba por E La Tojosa es sedentaria en ambas Américas y s la Brajaní de los indígenas; la paloma conocida por Ali blanca, sólo la ha e encontrado Gundlach en el Este de nuestra Isla y la Sanjuanera, GCuanana Se Oriente es la Zenaida amabrlis, sedentaria en Cuba y N. América y la Rabiche 6 Guamica, en Cuba: es la Perissura carolinensis, 304 ANALES DE LA sedentaria en la isla Puerto Rico y Norte y Sur de Amé- rica y, por último, la Ketopistes migratoria, sin nombre vulgar, de paso y tan rara entre nosotros que sólo se han conseguido dos ejemplares por Gundlach; una hembra 'azada en Tiscornia y un macho encontrado en el mercado de esta ciudad y vendido entre las aves de caza, después de muerto. Nos parece oportuno consignar, que algunas especies va citadas como de paso, según el Dr. Gundlach, han sido después admitidas como sedentarias Ó cubanas, por ejem- plo, la Pedorrera y otras, como la paloma migratoria, que el ya nombrado (Gundlach, considera en su Ornitología como muy rara, al extremo de no haberse podido adqui- rir más que dos ejemplares, es hoy muy abundante en Cu- ba y especies muy abundantes, comunes en ciertos luga- res, escasean ó han desaparecido en ellos para aparecer en otros, así el Zunzún, citado por Gundlach como existente en los alrededores de Cárdenas, han desapareci- do casi de allí y se nota hoy sn presencia cerca de Gua- nabacoa. ORDEN RASORES Sólo se encuentra en la Ornitología de (+undlach la fa: milia Tetraonidae, género Ortíxr, especie enbanensis, vuls varmente conocida por Codorniz, la que supone dicho autor sea indígena; aunque según la tradición, esta ave fué introducida en Cuba, en su parte Occidental por el Sr. José Cramer, Comandante de Ingenieros en esta ciu- dad, al principio del pasado siglo. Hállanse comprendidos en este Catálogo 152 ejempla- res del orden de los Passeres 4 Pájaros; 50 correspondien tes al de las Seansores; 19 del de las GFyratores y 4 del de las Rasores. Todos estos ejemplares se encuentran en buen estado de conservación y están clasificados por el Dr. Gundlach, de conformidad con su obra de Ornitología Cubana pu- blicada en pliego aparte, en los AvaLes de esta Academia y sigo en el Catálogo que someto ¿4 vuestra aprobación, aunque debo de hacer presente que- faltan algunos ejem- ads Ñ ARI ARAS ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 305 plares de especies difíciles de encontrar, tal como el Gua. camayo, vulgarmente así conocido, cada vez más raro y llamado á desaparecer; en cambio, en otras especies hay ejemplares repetidos y algunas otras, muy pocas no des- critas en la citada obra de Gundlach; también ejemplares de especies exóticas que como ya sabemos, no podemos incluir en este Catálogo del Museo Indígena y las que serán objeto de otro Catálogo. e A A continuación expongo el cuadro que corresponde 4 los siguientes órdenes, con indicación de las familias, gé- neros y especies de Cuba, con el número de ejemplares y clasificación que les pertenece. E ¿A DE LA ANALES se Lé 96 CE +3 ez 66 le “49 p IO 4 NA) ¿0QUIApIO — — P. "soJerd SUCIO topudady eya P ; “ , z epa 'OT[PUOSUTs "BIMBA "'IDDIR() ojotad 9JUOsUuIg "9JUOSUIS :oJes 182107, "[u9d TBZ1OY, Code , “9091e) JATOUB Of: 149 se - *9D91e() . £ "ODADJUOLE UVITAA HAAMNON -— "BLIBA "GUBITIQUIL - "BOIYO + HÁ9Q UIT “BOIB O "STUTIS “pe ]pung) “sn3go¡SAjod '"SISUQUI]OIBO "BODBISIYOS "sodraqna "SOLILOJRAS TU ¿SUTETV, "IUOSSUIBAS “SU9ISOISNJ - '"SNUT[9SNUL Hyot—puny) '"SISU9IBIOQ9AOU 'SUOIJIABTI '"SNLIBIIOS "SN9IBAITO "SD ]NIBQABO TIO TASA "8)1OTU AL — B]NIBI "B11BJ0UO0JOA] 4 (q de "ey dor1o. "BT[BIS 9 "SUL "soy d09s09]81) 93 “ELO OWEN "SNDTISQUB]] Ads he ys -SYPANL, 199 199 he “ODITA 1 "SY9UBUIOTAY A OUEN 3 coepriooHarás > 199 . | 1 | “9BpuAjÁds se | - “e 'OBPTUB/] VITINVA | l | | | | | | 1 “u9ro al » AAA ON o | DMA A A O E! J9pur) epulig "019499 ] RunTuo 199 “eprulig ¿S9THO. -PI 'OLL [9P APUBIS “BIS '9JUOUL [Op “eI8 “eyruroY e “epulig “IB[SUBUL 9P OLIBUB/) o “e .. ta ... AVDTAA HUTMNON r a "“9BUIPUBULO “ero "SIB IgTuL “ISTLIO Y “SBy ora “sNSOULLOJ "SISUDIBIOIAOU “SNUBIDTIAO PO] "sn pdesone 'oBpIeIopy 1O[09SIP "BOTUTULOP “errydo4yrd “unaeued "eso [no Bu oe pun) "BJBLIIS "B9TUIOB O “BB UoIoOS "SU9OSO[NIOB O "“SUDITA "BULISI "UOSUTBMOS "SN.IO ATULIDA "guriSatod “e1o7dosÁdgo AIDAASA "SOJDOTPOLÁNN -eSeydojog : A | "“SI19S199.19 J, "sidATyy09L) "STULOIOA() e 179 "SNANTIS 19 £ “ he 0 Es 3 09 "BOTOLPUY "BSSO[SOSSTAO 149 "SQISYILWITO H . ce o "ese yd oquruto H OMANAD be .. ho Le “98 pHOQHAráS he OBPI[ODILAJAS VITITIV El q k z ANALES DE LA MLETTALO) 'U91o BOYISTIO | E8 | Se 199 99 O Da "BULIPUO[O1) '9D9IB() 'AJUOSUIS Ñ "IOU9SINH 199 NH QN 95 N HH -OMADE DIDABNLE) O OLLA .JODIL() "OLO9l9QT ILLIA ai! NAH NN + a [Bu9pare) (| H "OL9IQBO) eS id "saxerd AVOTAA HALAMNON -uuolg “WUNIB[[ Ue “ertedía "IO]O9TA| "eAInJ “UIA.LODA.LO Y "eon 909 dto "INIOIPI "sayo ps Ajod “JOQBSTTH "TA9q ur] "SNOTPLOr "SODQIBABO "SOQYLULIO "'IBIBBS "SUQITA "SOJBIOSPJIPOLO “tudid "SOOSLLÓ "sNISOMUIBU "v1QqNI "BATISIB "19199 ATIOHdIdSsa "BULIOIS 91430) "eJQUIDÁ YOR “Uu0pT[9UIO0.1J9 ] *OoPpua.o E *9USOLA srodur y "SOUUTÍA" "SOJS9PeIÁ IN "XBUB ny "xBuo pid ug “SNITIBIE 93 | "SUYOIBIÁA TA "sndoyuor), he "SQUURLÁ [, | he SO UDABIATO Y 199 "BOUBIA | "syepurdg he 1 “SBUMUIPUNITH Ss 09 199 “e “SBpIdBITISO IN 19 9 99 49 eS “9BUTUUBLÁ y, '9BPLISBUE Y, VITLIANV 4 6 En TSE cn ps E a Y 3 ES > te e Pa >. A e E a PR Y e .. > $ E xs Pe, E s as E e 25 a. y 5 * > E > sE, Z 3 q e SS o ==—- o a o e o : A | : B HIT '0D19Q UB) "SQIOAIZÁL() "XAO UOC A 16 E ) 7 “OTAUTOS | "seyourod Ay "SQUIOJUB N | 4 4 | pq A 2H "SO38[[non> E | Es A | ' MD pd. Y “9D9IB) "9IOTULTE() | "suLo19] “9BPLI9J5] | 06 LT T “OPpre[[O39(1 "BUBIDIAOPO | "BO0YÁBTUOA) de ES I "¡eo.r' olo]pozy | - —"B9]NIOBO 'BOBIUNL) | Ke | pe | 1 ) T “OMIBON | va "eya ddo]oJx | ee l 81 RELE] esodrie y | a. S | S 98 | er 1 'ofopnzy | 'BQUBT) "ezIdSOUBÁ, ) | sd | 9 631 Go | “eud jsp “PI E "BIOUB) PA 3 se ES | 021 | TO | tamen e] 9p UMÍ9mo y, "epido] "e1Ug9n41 | E O EA PAR | 'SHEIDOS | e[rezidg + 1d] ¡Eolo O ] "SNUTIOSST "SA[N9TUMYO, ) ds E “9091V; ) "BUUBABS "SQ[ND19SSP] OBP [TOSULI] 3 OL 1 Es | "SISUQUIJOABO ajo : se 28 | TIE m6” “OMBQun,) "SISUQUBQUO ? "SNUUOISOMJU Y ñ SS 0 | E "JOTA TUU A e ¡Leda Edi 80 MEE 'oyanbox;) | 'angodod "SOJLOPAOY) 'oepiópnuaride, ) | pS | “UPpeI1 "STULOUYIE J, E L: LOT 1 es | -1981u « ! Ti E s' “BuLdoy "SONIDO L, ae ' "BULIPUOJOL) "STIBT[OS "sayoroor don | “oeprfosda,) | loo | A A AE ERE E EAN IO > FA | pio |, ¿moro [seul | YOTAA THLHON ITDAASUS | OMAN | FTTIMNVA | | Ud OXHWAN | yomo xLir.— 40), MA Pm lo. XK A a a A o Sot 96T 6 | "BALIOPI “LO [ODA NL LOT qt ) q '10peosodl UL LB IA "UOÁD[Y '“geT A : d -901 3 “OY UNZUNY, 'IBUITO E] col € ed “TIPIOD1Y OT | 961 G 'Unzung . "suQqu]oo BUE ROT TT "oy nzy 'BOQUBÁ) GOT ME 'oxopeurd "py “sngnurur TOT AR: "O19JUOQUILOB() "“SNOISUN 00T | IGR| G "098 nguruora;) "yo punt) 66 ER] 6 "10 L "SUBOBTOTAOIJL 86 qa J ES "sidoxvooddry : "DODAR() "sn—eydo90.199015 26 se | E | CUSBUDLO Op OYÁBI -SI[IWUISSE 06 | cue TE $ OMÁBIN : "SHLIOUUOY OM | cut | apo | sant] A YHTAA HASTINON ATOMASA 11 OYIKAN ' ES . O = ds E A MS Es y . ES ya Ms he e E AE: fi s EE b is dut nt ; L = pas a SIR 2 A id OYTANAD "Sapo y “oJÁxo;) “98 pLUIpe y “ade | 0 "SIISQLOTUL) | :% "SAMOA, | "9BPITYDOAL J, “BUTYAOTOQUY | 'IBPIPTUORB(] “s 09 "SNALO() | “OBPIALO() "sou y doo]eq;) | 5 “sn8rydooo]008 | se *e[[9UM9IS [ - "SQTey dodo que e , (7 ' | rs "SOIB [03 y | Ba VIT Y 4 o 5 as ná A de 7 cid A 5 pe A a E A E AMS pa 4 e rd 0 TAN A A Se e ; q NEÓN O. : > ” A E A A Sel | TET | dy E | "0401000 L, | "STANLO] :"sn199013 |. ¿9epruoSor], E | - OÁRUILIBNE) "10[0919 | "SNOLODOLOBIA E Val E 6 o3mbri9 ] “SdOAH] "SBANUO() cd 191 1 E 611! 991 e "YALOJOL) | '"sn]eydono9191 "SOSA "“IBPIOBYNS A del | | < | 8TT | | va 'orpnf | "uy ¡ "eSeydojo1;) e A LIE | 4g9T va “OLOLIIY "TUTO "NT9JOINES '9MPIIN() : - 911 £CT | Z e “JO UTUL : ; «“ “ gq | TOr 1 "O9TYO OJ9LLIY "snureuyydorgqy41o a AS 3 PTI T "BIDABUILI '“SNUBILIQUIB > "snZÁ000() “9eprnon?) A “TT Y) € 'ORPIAAMA PI "9BUIPUBULO | ds á a CLT E , | . 8] ct] Fi 9 'onepndeoso *p] SHSOJOBIOSÁNYO “soydejor) ss | Z ZT = | 8L1 | ) | 4 4 c 'opeqef "p] sue rododns "SDANJU9) Hs ap: ' Gp ' a -O8T | ? . OD! GET Z, '9pI9A *p] 'sh8enodod "SOSQUOLO YO A a | | PI N | A | E j E o19yurd1x() | "SOTABA smorderdydg : E eS 6011-8073 | 2 [ea oxoquidar) pare “snpudodurey) ORPIOIS O lona, opa AVOTAA AMAHON ATOMASA OYANAD | VITINVA e OHAWAON HE 7 SAHOSNVOS NHwíitTIO == | | T "BIOÍBLA | “BLLOJBIS TUU i "s93s1d0J9H | AS . E “9YIIBY "sISUQUI[OIBO "BINSSTIO J | A El Z 'v1iguenfues | "SI[LQB UB | "epIBuoz Fs a 1 "B9UBIA IVY "e19¿do9no] | '"eredotey 5 | a a .«esofo J, “vuLtessed | "e1odoeuuer;) ES | 42 T "OBUE() "sdoorueo Ed E | 5 a "OI9L0J | “BUBJUOUL y | z E 'olonbaqueg | “BI TUTJIBUL | “UOBLIJO9L) | - Z1Ipa9 ag | "e—eydovoueL» ¡ 'BUDOUIVIS Í Ds "BPpe1our “pj "“SISUQIOD | 3 el a 4 “BZROIO J, "e¡eydoso0na] | "BUYOLIBIL J | E | ra "OÍBATES BZRBILO ], “BIBUIOUT "SBU9OJOUS) | oBpIqUInTo o) | NA A 1 RT al | O E! ota | UVOTAA HHEMON | ATODHASA | OUANTD | VITLNVA | | Hd OJUMNAN | N E J — = == A € === e e) FÍSALOLVAIO NACHO ACADEMIA DE/CIENCIAS: DE: LA HABANA 18313 ' Acta de la sesión pública ordinaria del 22 de Marzo de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. — De número. —Dres.: E. Acosta, G. Benasach, T. V. Coronado, M. F. Garrido, F. García Cañizares, D. Hernando Seguí, J. Le-Roy, E. Núñez, F. Paradela, I. Pla- sencia, J. A. Presno, M. Ruíz Casabó, J. A. Valdés Anciano, P. Valdés Ragués y A. de Varona. Corresponsal. —Dr. Francisco M. Héctor. Honorario.—Dr. Claudio Delgado. Leídas las actas de las sesiones pública ordinaria del 22 de Fe- brero, que no se pudo leer en la sesión del 8 de Marzo, por no haberse celebrado más que sesión literaria por falta del quorum reglamentario y la de esta última fecha, fueron aprobadas. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Sr. A. Manero, solicitando establecer un gim- nasio en el patio de la Academia y detallando las bases de la con- cesión que solicita. De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, solici- tando se le informe si la palabra K'resol es un nombre genérico que sirve para distinguir una clase de mercancía. Salida.—Al Dr. A. Bosque, nombrándolo ponente para que informe sobre lo anterior y otros preparados farmacéuticos. Antes de entrar en la orden del día se resuelve contestar ¿ú la instancia del Sr. Manero en el sentido de no poderse acceder á su petición por no entrar en la índole de los fines que persigue esta Academia. | Se concede la palabra al Dr. Manuel V. Bangyo, que nos honra con su visita; ocupa la tribuna, y después de un oportuno estudio relativo á las bondades que se le habían. dispensado en anterior sesión, brindándole la oportunidad de dar cuenta de su últim, : 314 ANALES DE LA viaje á Europa, expone que se va á ocupar del proceder del pro- fesor Bier, aportando ya algunos casos de su propia práctica. Lu hiperhemia expone ser el elemento aprovechable por Bier, en el tratamiento de las enfermedades, ya sean específicas ó no, del tra- tamiento de los miembros principalmente. Y después de algunas veneralidades ensalza sus buenos efectos, sobre todo, en el trata- miento de las afecciones tuberculosas de la piel, de las articula- ciones y de los huesos, permitiéndose en seguida enumerar varios casos clínicos. Cita el de un niño, acabado de llegar de España, claudicando, por padecer de una sinoyitis fungosa de la rodilla, y que se curó prontamente. Cita después otro caso, suscriptor de la Quinta, con lesiones en el cuello, francamente estrumosas, y el cual en 6 6% sesiones se modificó extraordinariamente, al punto de cicatrizarse completamente. Dos enfermos similares á los anteriores son cita- dos luego, y después otro más, que ofrece lesiones óseas, con focos de supuración en las costillas. Está en la 4.* 6 5.* sesión y ya aparece completamente modificado, no sólo en el estado local sino también en el general. Entra después en la descripción de la técnica empleada por ol profesor Bier, en la que dá detalles que se podrán leer en la pu- blicación de su conferencia. | Al terminar, la presidencia le dá expresivamente gracias por su interesante trabajo. Después, siguiendo la orden del día, se concede la palabra «ul Dr. Jorge Le-Roy, quien dá lectura á un INFORME, interesado por el Sr. Manuel Sanguily y que titula ¿SUICIDIO Ó ASESINATO? en el que estudia cuidadosamente los documentos remitidos y del análisis de ellos concluye: “LS es posible que alguien pueda suicidarse de la manera que se afirma que lo hizo J. E”. “2,81 es probable, ó siguiera verosémal, de conformidad con el “texto que aparece de los facultativos, que J. E. fuera asesinado”. “Con la manifestación de los médicos delante y juzgando por su “conteato y redacción”. : “1.—£s posible que alyuien pueda suicidarse de le manera que se “afirma que lo hizo J. E. conlas salvedades apuntadas al tratar de la luxación de las vértebras cervicales”. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 “20—No es probable ni siquiera verosémál, de conformidad. con el teato que aparece de los faenltativos, que J. E. fuera asesinado”. Este informe fué aprobado por unanimidad. Ocupa después la tribuna el Dr. Manuel Ruíz Casabó, quien dá lectura á su trabajo FIEBRE AMARILLA APIRÉTICA. Se termina este trabajo, interesando su autor sea requerido ó solicitado, el médico de asistencia, por la Comisión de enfermedades infecciosas, en los casos en que visite al enfermo, con objeto de que con los ya- liosos datos que pueda suministrar, haga más factible, la seguri- dad del juicio diagnóstico. Así entiende trabajamos en pro de nuestro prestigio profesional, de la moral médica y del bien pro- comunal que á todos aleanza, evando la honradez preside nues- tros actos. El Sr. Presidente, al no ser discutido el trabajo del Dr. Ruíz Casabó, expone las esperanzas que abriga porque sean tomadas en consideración, por quien corresponda, las palabras finales del an- tor del trabajo. Así lo espera la Academia. El Dr. Domingo Hernando Seguí, ocupa por último la tribuna. y lee su trabajo anunciado: EPISTASIS, FOCOS HEMORRÁGICOS, SU TRATAMIENTO. Al terminar, pregunta el presidente, si ha hecho uso del levantamiento de los brazos en los casos de hemorragia nasales, pues recuerda el caso de un niño en que se empleó este recurso con buen resultado. El Dr. £. Plaseneia, llama la atención de los médicos sobre la asepsia que debe emplearse en el taponamiento que aconseja el Dr. Hernando Seguí. Cita un caso en que vió emplear una espon- ja sucia, sobreviniendo síntomas infecciosos. El Dr. Hernando Seguí, responde al Dr. Santos Fernández no haber empleado el recurso del alzamiento de los brazos en ningún caso, y dá las gracias al Dr. Plasencia por su cita. Con lo que se dió por terminada la sesión. 316 ANALES DE LA (al A A 5 A ——. EL TRATAMIENTO DE BIER POR EL El doctor Manuel V, Bango ¡Sesión de 22 de marzo de 1902) Señor Presidente, Señores Académicos, Señores: Jamás deuda alguna fué contraída tan espontáneamen- te ni pagada con mayor satisfacción que la que yo expe: rimento en estos momentos al saldar la que contraje: con vosotros el día que tuve el honor de dirigiros la palabra en esta misma tribuna, honrada por tan ilustres compañe- ros como los que antes que yo la ocuparon, Invitado entonces por mi querido amigo de la infancia el doctor Santos Fernández, Presidente de esta docta Cor- poración, diferí con gusto á sus deseos de que os hablara de las impresiones por mí recibidas durante mi último viaje 4 Europa. En aquella para mí agradable noche, en que os dí cuen- ta someramente de mis impresiones de viaje, os prometí ocuparme con más detención de aquéllas que más honda- mente me llamaron la atención y que por su utilidad prác- tica y por el interés que ellas despiertan habían de man. tener más viva vuestra curiosidad científica. | Entre ellas figura en primer término el Tratamiento de Bier, contra las enfermedades. E ; Y lo hago con mayor satisfacción porque veo entre los escaños numerosos compañeros, que fueron ayer mis dis- cípulos; algunos amigos de época muy remota que estu- diaron conmigo, allá, en las fronteras de la juventud, como el doctor Tenacio Plasencia, de cuya amistad he re- cibido siempre pruebas grandes y para quien conservo el cariño que se conserva cuando este cariño ha nacido en los días más felices de la juventud. Y me alegro que mis antiguos discípulos, hoy mis compañeros, me escuchen. Mi satisfacción es mayor porque traigo ante vosotros una ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 347 cosa que ya conocéis por relaciones, por publicaciones y por memorias confusas, porque en todas ellas no se da más que un tinte muy ligero de lo que es el Tratamiento de Bier, de las enfer medades en que tiene aplicación y de la técnica de ese tratamiento; tratamiento del cual digo aquí, y he dicho en todas partes, que desde que soy médico no conozco ningún otro que pueda asumir la responsabilidad tan hermosa, como este tratamiento, de curar todos los casos é él sometidos, Y son tantos y tan sorprendentes estos Casos que yo voy á tener el gusto de relataros, que después que yo hice mi apr endizaje en Bonn, al lado del doctor Bier, del inventor de este tratamiento y su preconizador, estoy cada día más enamorado de su pr ocedimiento y lo he aplicado en la Casa de Salud Covadonga, de la cual sabéis soy Di- rector, y con tan satisfactorio resultado, que me congra- tulo mucho de tener la satisfacción de publicarlos en este Centro, donde se rinde y se ha rendido siempre religioso culto 4 la verdad. Durante los días venturosos ó tristes que invertí en mi viaje por Europa, motivos muy diversos solicitaron mi atención, todos ellos con mayor 4 menor interés científico se distribuyeron el tiempo 4 aquella fruetuosa labor de- dicado. Llámoles venturosos ó tristes, porque los viajes propor- cionan al observador inefables satisfacciones, al mismo tiempo que despier tan otras veces intensas nostalgias, Si la atención pudiera estar permanente aprisionada por la solicitud con que las cosas nuevas nos atraen, indiscu- tiblemente un viaje merece casi exclusivamente el adjeti- vo de venturoso; pero hay días y momentos en que la ausencia de la patria amada se hace sentir con fuerza abru- madora, samiendo nuestro espíritu en tristes reflexiones que nos separan de la contemplación de las cosas nuevas que pudieran llamar muestra atención. En esas condiciones es cuando viene ¿4 la memoria el hogar, el dulce hosar, aun cuando haya quedado solitario. le) a ) é inhabitado; entonces es cuando se recuerda el cielo her- moso, la verde campiña, el clima dulce de la amada Cuba. Y la consideración de pensar que allí, en tierra lejana, sin romo xr —4l. 318 . ANALES DE LA otras amistades y cariños que el que engendran relaciones “asi mercantiles, se echa de menos también el recuerdo de los escasos amigos, de los parientes cercanos, de aquellos que por alguno í otro motivo sostienen en la patria rela- ciones más ó menos estrechas con nosotros. Y estas melancolías, y estos recuerdos y estos tristes pensamientos. con más intensidad se apoderan de nosotros cuando se piensa que la patria abandonada es Cuba, de cuyas bellezas físicas el poeta puso en labios de Colón las siguientes frases: que nunca ojos humanos vieron tales. En la ¿poca de mi partida, apenas si alguna publicación científica del extranjero empezaba d hacer ligeras indica- ciones sobre el tratamiento 4 que me refiero. Terminada mi exploración en Bélgica. llesó su turno á Alemania. : La primera ciudad de este imperio por mí visitada, fué Colonia. De allí pasé 4 Bonn. Iba 4 cumplirse la parte del programa de que dejo hecha mención. Debía estu- diar el Tratamiento de Bier y conocer al ilustre benefactor de la humanidad, preconizador y maestro de su trata- miento. Modesto, sencillo, persuasivo. enseñando con hechos más que con palabras, mostróme en pocos días las exce- lencias de su procedimiento, que en Bélgica y en Colonia va yo había visto practicar en los hospitales, En la clínica de Bier, vestí la bata de sus discípulos, reconocí los diversos casos que 4 su nutrida consulta con- currían; fuí d las salas del hospital donde se encontraban los enfermos sometidos 4 su tratamiento; me familiaricé con su práctica y adquirí allí profunda convicción de la eficacia del maravilloso tratamiento de que vengo á habla- ros, eficacia corroborada después por práctica no corta en la Quinta Covadonga. que dirijo. Conmigo traje los aparatos necesarios para poner en planta inmediatamente este tratamiento y si he demorado el cumplimiento de la promesa que os hice, fué tan sólo porque yo deseaba traer ante vosotros, unida 4 aquellas sabias enseñanzas, la práctica personal en numerosos en- fermos 4 mi cuidado sometidos y con cuvas maravillosas historias voy á distraeros. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANXA O En primer lugar, ha de sorprenderos la coincidencia es- pecialísima de que Bier aprovecha un elemento para cu- rar las enfermedades que nosotros, y al decir nosotros me refiero á los de la. época pasada, y vosotros, y al decir vo- sotros me refiero 4 los modernos, tratamos de esquivar con sumo cuidado: la haiperhemía. Este es el elemento que Bier emplea para curar las enfermedades y ¿ nosotros todos se nos ocurre que allí, en una región donde empieza la hiperhemia 4 presentarse, debemos bajo todos puntos de vista quitar de allí un proceso que empieza como hi- perhemia y puede acabar con todos los tiempos - clínicos de la inflamación, con la exudación, que es el resultado de este proceso clínico, función patológica que se mezcla con una porción de enfermedades, función patológica de or- den hiperhémico; y más que la hiperhemia la congestión v'eneral, después s la exudación y los múltiples términos que ya conocéis. Bier emplea la hiperhemia en el tratamiento de las en- fermedades; no importa que las enfermedades sean agudas ó crónicas, específicas ó no específicas; en todas ellas es tan palmario el resultado, tanto más pronto: adquirido cuanto que la enfermedad que motiva este tratamiento sea más ó menos crónica. | A la cabeza de las enfermedades contra las pan se usa el tratamiento de Bier, están todas las afecciones agu- das, crónicas, específicas y no específicas de las extremi- dades, y no sólo de las extremidades, sino en el cuello, en el pecho, en el abdomen puede emplearse y se emplea este tratamiento con resultados admirables. En primer lugar, vamos é relatar los casos de tuberen- losis en la piel, en las articulaciones, en los huesos, cura- das en pocas sesiones por el Tratamiento de Bier; y he aquí una conquista adquirida por este tratamiento en con- tra de la cirugía sangrienta, de la que casi siempre había que echar mano para evitar esos procesos. Todas las tu- berculosis de la piel, de las articulaciones, de los huesos, de las extremidades, son curadas y curadas pronto, y con todos los caracteres de una cura completa por el Trata- miento de Bier. A este respecto y para corroborar con hechos clínicos este aserto voy 4 recordar algunos casos y 1 | 320 ANALES DE LA de enfermos que en Covadonga hemos tenido, curados con rapidez extraordinaria en unos casos, con más lentitud en otros, pero curados todos por el método de Bier. Uno de los primeros casos que fué sometido 4 este bra- tamiento fué un niño presentado cabalmente 4 mf por un caballero que se encuentra en este salón y que no es mé- dico, y que viene 4 honrar con su presencia esta conferen- cia mía. El miño acababa de llegar de España; salió de su tierra con una imperfección en la progresión, lo que habitualnrente se llama claudicación; tenía una de las ro- dillas mucho más voluminosa que la otra, no le dolía gran cosa al tacto, daba la sensación de un cuerpo blandujo de- bajo de la piel; pero cuando caminaba le dolía siempre y la articulación se inflamaba un poco. Llamé á mis com- pañeros y convinimos todos que era un proceso que pu- diéramos llamar una sinovitis fungosa en la articulación de la rodilla. Pusimos en planta el tratamiento y d las diez sesiones el muchacho no cojeaba, tenía sus dos rodillas ¡ouales y salió curado de su dolencia. Claro es que este tratamiento tratándose de la tubercu- losis requiere, además, los auxilios de los otros medios que contra la tuberculosis se emplea en los niños: el aceite de bacalao, jarabe de hierro, ioduro, tintura de iodo, ete, ete., que todos conocemos perfectamente. Ese fué uno de los casos, otro, y éste es más curioso to- davía, es el de un individuo que vino del campo con una lesión ósea, dependiente de una osteomielitis; después de sometido «d este tratamiento, sin que la cirugía sangrienta tuviese nada que hacer, obtuve en pocos días la cicatriza- ción completa de las fosas en donde en tiempo pasado ha- bía existido el secuestro óseo, que esa enfermedad pro- duce. Y respecto de este asunto debo recordar que en el hospital de Bier, en Bonn, ví un caso de osteomielitis aguda, modificada de una manera marcada en seis Ó siete días que estuve allí. De modo que este caso clínico que os he referido es otra prueba más de la eficacia de este tratamiento en los casos de osteomielitis aguda óÓ crónica. Un enfermo de los muchos con que distraeré vuestra atención, es un caso muy curioso; un enfermo suscriptor de nuestra Casa de Salud, que hace año y medio se apa- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 321 reció por primera vez con lesiones (estrumosas) escrofulo- sas en el cuello, había sido objeto de seis Ó siete opera: raciones cruentas con el finde extirpar los ganglios y abrir focos de supuración y hacer el raclage Ú raspado de otros focos grandes. A pesar de estas operaciones prac- ticadas con exquisito cuidado; 4 pesar de otros tratamien- tos interiores que se le habían dado con objeto de auxi- liar los recursos de la cirugía cruenta, que se había inver- tido, estaba cuando yo vine de Europa, como cuando yo me fuí, en las mismas condiciones; por lo demás, es un muchacho hermoso, sano, en sus pulmcnes no hay nada, el cuello estaba todo bordado de cicatrices de las inter- venciones pasadas y el abultamiento de nuevos ganglios surgidos durante esa época. Ño intervine con más tratamiento que el de Bier; en sels Ó siete sesiones, aquel cuello no parecía el que yo dejé cuando me fuí ni al que encontré cuando de Europa vine. De modo que la modificación fué extraordinaria, y sin que el enfermo cn la actualidad esté enteramente cu- rado, se encuentra casi en convalecencia y cicatrizados todos los trayectos que estaban abiertos, disipados todos los ganglios afectados y en vías de una próxima curación. Dos enfermos más de esta misma categoría, aunque en el primer período, están allí todavía, siendo objeto del tratamiento; pero habiendo sucedido modificaciones tan ventajosas, que uno de ellos está próximo á salir de la Quinta, curado enteramente. Este muchacho 4 que me refiero pueden verlo en su casa—Obispo 17—y aquí cui- dado que no lastimo el secreto médico, porque no es una enfermedad bochornosa ni debe ocultarse. El enfermo tenía un enorme tumor ganglionar en el cuello y al cabo de los ocho días el tumor desapareció, no quedando de él más que ligerísimos vestigios. Antes de emplear el tratamiento de Bier se habían usa- do en este enfermo diversos tratamientos con el objeto de ver si se disolvía aquel inmenso plastrón 0, empleando una palabra que está dentro de nuestro lenguaje vulgar, ese-inmenso bulto; en este caso desapareció sin que se hu- biera conseguido antes con el aceite de hígado de baca- lao, jarabe de hierro, ioduro de potasio, ni tintura de 10do, 322 ANALES DE LA hasta el punto que el tumor tenía el aspecto de un Linto- adenoma del cuello, ¿4 no ser que en este enfermo no ha- bía ganglios infartados en la base del cuello. Al enfermo no se le veía más que un paquete ganglionar, todo en una sola masa voluminosa y enorme, dificultad en la deglución y presentando una fiebrecilla ligera todas las tardes. Otro. más reciente que éste de la misma afección, este en la cuarta ó quinta sesión del tratamiento de Bier, y se ha modificado extraordinariamente, Lesiones crónicas de los huesos modificadas todas ven- tajosamente con la aplicación del Tratamiento de Bier; le- siones como las de un individuo que acaba de llegar del campo hace unos ocho ó diez días; hace un año cayó de un caballo, se produjo contusiones violentas en el pomo del esternón, en las costillas, parte derecha é izquierda: apareció en la Quinta con tres focos tuberculosos, con cua- tro caries en las costillas de un lado y dos en la del otro, y caries en el esternón, con focos en supuración. No parecía muy claro su derecho como suscriptor, pero ví el caso tan interesante para probar 4 mis compañeros la con- veniencia de este tratamiento y su milagrosa acción, que lo dejamos en la Casa; lleva cuatro ó cinco sesiones del tratamiento. El hombre está modificado enteramente, no sólo en las lesiones todas, sino en su estado general. Además de estas lesiones tuberculosas en los huesos, como este caso que acabo de relatar; de las lesiones de los huesos aunque no sean tuberculosas, como el caso que os he indicado en el secuestro osteomielítico; de todas las afecciones agudas articulares ó no articulares, el aspecto del enfermo, después de la segunda ó tercera sesión cam- bia completamente. El doctor Presno asistió en la salad su cargo uu enfer- mo que por una lesión traumática de la articulación tibio- tarsiana del pie izquierdo llegó á realizar ¿ pesar de ex- quisitos cuidados antisépticos una de esas lifangitis ascen- dente que revisten siempre extrema gravedad. Este enfermo tenía fiebre alta, aumento considerable de la articulación y abscesos múltiples encima de ella, y en la extremidad inferior de la pierna, tumores que tuvimos que dilatar, dando salida á gran cantidad de pus. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 325 La fiebre vespertina y los demás fenómenos que os he relatado, demostraban bien á las claras, unidos ¿ la lengua seca y la emaciación rápida experimentada por este en- fermo, la infección local y general de que era presa. A las tres ó cuatro aplicaciones de la venda de Bier, el pie cambió, la fiebre descendió y, en la actualidad, se en- cuentran en vías de cicatrización los diversos trayectos de la articulación tibio-tarsiana y el enfermo mejorado en su estado general. Fáltame experiencia propia para hablaros de la influen- cia decisiva que el Tratamiento de Bier ha de ejercitar para evitar en la mayor parte de los casos ó en todos la terrible complicación que todos conocéis y que se llama gangrena bronceada, más de una vez originada por el afán con que los cirujanos noveles, en el deseo de reducir las fracturas, sumerjen dentro de los tejidos del lesionado una parte de un hueso que hiriendo los tegumentos externos, ha salido al exterior en los momentos de la fractura, in- feccionándose con el contacto de la tierra, vestidos etc.. ete., y yendo á plantar, por la intempestiva reducción, en el interior de nuestros tejidos traumatizados microbios bajo cuyo imperio se encuentra la terrible enfermedad «mencionada. - De modo que tenemos ya infecciones agudas, infeccio- nes tuberculosas de las extremidades, infecciones tuber- enlosas de los huesos, de las costillas, del esternón: infee- - ciones estrumosas del cuello en sus comienzos y habiendo realizado ya todas las lesiones que la tuberculosis ganglio- nar del cuello realiza, y todas ellas modificadas ventajosa- mente. Pudiera distraeros por más tiempo relatando casos que ahora, en estos momentos, han huído de mi memoria; pero que servirían nada más que para corrobar los asertos ro- tundos que he emitido al empezar mi conferencia, dicien- do que ningún tratamiento de los que yo conozco, desde que soy médico, puede jactarse de hacer las maravillosas curas que hace el Tratamiento de Bier y de no verse des- airado jamás en los casos en que se puede emplear; y en todos los casos en que yo lo he empleado, por difícil que parezca. en todos ha triunfado; pero ustedes verán al re- 324 ANALES DE LA A lerirme ¿ la técnica, que no siempre es tan fácil hacer las cosas como el decirla aquí delante de vosotros. He dicho antes, y ustedes lo saben, pero lo repetiré para que me sirva de base en lo que voy á decir respecto - á la técnica de este tratamiento, que la hiperhemia es el elemento con que cuenta Bier para curar las enfermeda- des. Si nosotros tuviéramos medios mecánicos, bastante poderosos para determinar la hiperhemia en los órganos interiores, yo me atrevería d asegurar que no habría en- fermedad alguna que no se curase, pero, allí, dentro de los pulmones, en la cavidad abdominal y en las otras re- giones en donde no puede efectuarse á nuestra voluntad la hiperhemia, no es posible que tengamos confianza en la eficacia de un tratamiento que no se pueda poner en plan- ta sino imperfectamente. Y ahora que hablamos de esto, permitidme que traiga un caso d colación que es una afec- ción tuberculosa de los testículos, modificada ventajosa- mente con aplicación del método de Bier. Ustedes recuerdan y lo saben todos, que la tuberculosis testicular es una afección que casi siempre motiva la mu- tilación, la separación de un órgano. cuando no de. los dos, y casi siempre, 4 pesar de este recurso poderosísimo de la cirugía sangrienta, no se consigue curación. Pues bien, en este caso se modificó perfectamente; se modifica- ron los trayectos fistulosos, el enfermo mejoró y me per- mito esperar que hasta las durezas que le quedaron des: aparecerán. Téenica del tratamiento de Bier.—La hiperhemia es lo que él reclama para curar las enfermedades, hiperhemia que ha de ser llevada sobre el punto donde la lesión se encuentra, ya sea inflamación ya no lo sea, como pasa en las afecciones tuberculosas; pero la hiperhemia hay que determinarla allí en los sitios donde se encuentra la lesión aguda ó crónica, específica 4 no específica. La técnica es bien sencilla cuando se trata de las extre- midades: venda compresiva de goma elástica, puesta por encima del sitio en que la lesión se encuentra, y sl es en el ante-brazo, por ejemplo, en la parte inferior del brazo se pone una venda que comprima; pero que comprima con una regla muy sencilla de observar: que no vaya hasta la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 325 compresión de las arterias, que se detenga y que haga sólo la compresión del plano venoso superficial, y tiene el que haga la compresión que tener cuidado de poner la mano en la radial, al mismo tiempo que se hace la compresión, para conservar el pulso radial. Permítase una compara- ción, se hace, por ejemplo, en el brazo lo que todos, de muchachos, hemos experimentado al cojer una goma elás- tica: y apretar nuestro dedo para ver como se pone rojo: pues esto cabalmente, que inconscientemente hemos hecho todos los niños, y aun de grandes, es lo que ha hecho Bier para curar las enfermedades. Y eso que nosotros, los mé- dicos, hemos temido tanto, la hiperhemia y que hemos procurado evitar con las sanguijuelas, con las cataplasmas y otros medios, eso es lo que ha buscado reproducir el doctor Bier para curar las enfermedades. Si nosotros reflexionamos un momento hemos de ver una cosa que tiene su explicación; que la Naturaleza es quien ha enseñado ese milagro; que la observación cons- tante de los enfermos dicta, á veces, estos maravillosos descubrimientos que dan á la humanidad días de salud y que la evitan ir por los senderos de la cirugía cruenta, y yo, que tengo que remorderme, como todos vosotros, . «dle haber intervenido piadosamente, con la mejor intención, para curación de miembros en cortar extremidades, con- fieso que el Tratamiento de Bier me ha separado de ese sendero poco halagiieño, poco agradable y, si se quiere, poco científico; porque después de hacerle perder dá un individuo un miembro se le dice queda usted bien á lo cual él agrega, fastidiado doctor. No tengo mano con que es- eríbir, ni pie con que caminar y sí usted me hubiera pro- porcionado otro medio yo hubiera conservado mi mano 6 mi pie: usted sería más médico y yo sería más hombre de lo que soy en la actualidad. Si todas las cosas pasasen en las extremidades superio- res ó inferiores, este tratamiento no tendría nada de par- ticular y lo podría invertir cualquiera y no hay riesgo de emplearlo con sólo tener al tanto la circulación arterial: para no ofenderla, comprímase la circulación venosa para evitar el retorno á la región superior; pero no se toque la cirenlación arterial, porque desde el momento en que ésta romo xLur,—4l, 326 ANALES DE LA se pone en compromiso ya las cosas son más que hiperhé- micas: dificultad circulatoria, que asume un peligro serio. Pero vamos d ver esto en el cuello, hasta en una mama, y ahora se me ocurre, porque una de las cosas que más me llamó la atención en Bonn, fué que concurrieran á la con- enlta del doctor Bier, diariamente, seis ó siete mujeres con inflamación en los tejidos celulares de las glándulas ma- marias, unas tal vez por las condiciones de aquel clima, otras por fenómenos de descuidos infecciosos de algún gé- nero; porque muchas de ellas iban en la época puerperal, que es cuando con mayor frecuencia se notan esas infec- ciones en las olándulas mamarias. En todas ellas, en tres ó cuatro sesiones se modificó la inflamación del tejido ce- lalar de las elándulas mamarias sin que viniese supura- ción y sin que se viese 4 la enferma sometida 4 ningún otro tratamiento quirúrgico ó médico. Vamos á ver para el cuello; porque para las mamas es bien fácil porque hay ventosas más ó menos grandes que se aplican y se hace el vacío por medio de un aparato de soma elástica especial y cuando la hiperhemia surge allí, en la comarca donde está la inflamación, y surge á través de la ventosa transparente que tenemos bajo nuestros 0]0S, ya un poco violada, entonces se suspende la absorción y el vacto que se hace con el aparato aspirador se mantiene durante media hora, tres cuartos de hora y cuando más una hora. Y ú propósito, debo indicaros ahora algo res- pecto del tiempo que debe estar sometido el enfermo á la compresión, es decir, 4 buscar la hiperhemia. El tiempo varía: en las enfermedades inflamatorias agu- das, el enfermo no soporta el término más pequeño, que es generalmente de media hora para estas curaciones. Antes de media hora nos vemos obligados á suspender el tratamiento porque tampoco debemos aplicarlo con tanta rudeza, cuando se vá haciendo insoportable el dolor que la compresión proporciona, entonces se suspende, se quita la venda, y si lo obliga el estado del enfermo, se le señala la tarde de aquel mismo día para volver 4 hacer otra com- presión. En los casos de infecciones crónicas, como todas las tu- berculosis, úlceras Crónicas, y he aquí otro lugar que me ACADEMIA DE CIENCIAS DE IA HABANA e había olvidado: las úlceras crónicas, las atónicas que de- penden de la dificultad de la circulación de retorno, no tan comunes aquí como en Europa, son modificadas ven- tajosamente por el Tratamiento de Bier, provocando la hi- perhemia donde la úlcera se presenta, y cuando su princi- pal carácter es la dificultad de la circulación de retorno por la modificación de los vasitos. De modo que úlceras crónicas, atónicas, callosas, que todas son de la misma familia, las tenemos modificadas ventajosamente por el método de Bier. ¿Qué se hace en el cuello cuando existe uno 0 dos tra- yectos tuberculosos? En el cuello no es posible poner al enfermo enorme ventosa; hay que aplicarle ventosas pe- queñas que van aislando las individualidades tuberculosas que. en el cuello se encuentran, para producir la hiperhe- mia en aquella región durante tres cuartos de hora y una hora bajo la presión de pequeñas ventosas que recogen las individualidades patológicas, permítaseme esta frase, provocando la isquemia sobre ella, de esta manera hici- mos con el enfermo que os pinté al principio; de esta ma- nera se puede determinar la hiperhemia en cualquier sitio en la espalda, pecho ó vientre. Para curar ciertas enfer- medades no he echado mano aun del método de Bier, pero una enfermedad que todos conocéis y que aquí es poco común, el bocio, que es una enfermedad que no tiene otro carácter de tal que la mala vista, se modifica con el méto- do de Bier; la hiperhemia producida sobre las glándulas modifica y cambia la disposición. Tengo dos enfermos en tratamiento, y aunque no curados todaví la, sin que me haga ilusiones, han mejorado sensiblemente. De manera que la hiperhemia sobre los sitios en que el mal se encuentra, ya tuberculoso, ya infeccioso, ya cróni- co, 6 de cualquier clase dependiente del ¿árbol venoso es modificado, como en las úlceras crónicas por el método de Bier. Para llenar todas estas indicaciones hay ventosas pe- queñas que no son mayores que una nuez, y ventosas grandes donde cabe una mano, de goma elástica, que se fija 4 una parte del miembro para hacer el vacío después, ventosas grandes donde cabe un pie, con un tubo por la PAE d ed ARE 4 » LIA" E A POS NS e A e e E 328 ANALES DE LA parte inferior para hacer el vacío como se hace con la bo- tella de Potain. El mecanismo no puede ser más sencillo ni menos costoso, no puede ser más seguro ni menos dolo- roso. Y os lo aseguro yo, desvestido ya de las grandes ilusiones que allá en mi juventud me conmovieron. A: medida que los años pasan y con ellos los desengaños, los diserustos y las tristezas de la vida, compañeros, las ilusio- nes todas se van disipando como se disipan las sombras de la noche ¿4 la aparición del astro del día. No quiero molestaros más por hoy; si alguna de las co- sas que yo tenía empeño en tratar se han quedado olvida- das en los pliegues de mi memoria, perdonadme y no ol. vidéis que estoy siempre dispuesto á los que están presen- tes y:á los que no están aquí, á darles en mi gabinete todas las explicaciones, tanto prácticas como teóricas. Perdonadme, por último, si os he molestado todo este tiempo y suplicando que me tengáis en el cariño que siem- pre me habéis tenido y del cual me reconozco deudor. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 329 ¿SUICIDIO O ASESINATO? CONSULTA MEDICO LEGAL POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 22 de Marzo de 1907.) El Sr. Manuel Sanguily ha solicitado de la Academia se le consulte sobre un caso obscuro de la historia de Cu- ba y en el que se trata de saber sí E muerte de un o —con la do por su contexto y redacción ¿fué asesinado, hiéndo. sele aparecer suicida? ó por el contrario ¿se suicidó real- mente? Los documentos que envía para que la O pue- da emitir su dictamen son: 1.—Una CARTA en la que hace la solicitud y en la que entre otras Cosas dice: -«Me he engolfado en un estudio obscuro de historia cu- «bana, en que necesito resolver, apoyado en opiniones «autorizadas de personas competentes, un incidente que es «á mi juicio la clave de toda explicación que se intente «dar en la materia que me preocupa, y confío en que con «tan poderoso auxilio podré orientarme con fijeza. «Como usted verá suprimo “nombres dejando sólo las «iniciales, á fin de que haya mayor independencia en los «señores que examinen el caso y he ido poniendo con ab- «soluta exactitud (y entre comillas) los particulares decla- «rados oficialmente, y, sobre los cuales hay que establecer «los juicios ó conjeturas. Creo que la copia adjunta está «lo suficientemente clara para que se distingan los mo- «mentos, las posiciones del cadáver, lo que vieron los tes- «tigos presenciales, y lo que los “facultativos” se permi- «tieron manifestar». a EDS te bs AE 330 ANALES DE LA 2."-Los extremos de la consulta formulados como siguen: CONSULTA. —1."—-—PRIMER PARTE OFICIAL «El C. de la F. participa que encontró á 4. E. al pare- «cer ahorcado, pues hiene un pañuelo y un braguero al «enello». 2.”—ASPECTO Y POSICIÓN DEL CADÁVER «Tres individuos y tres médicos entraron en el lugar del «caso y se encontró (4 J. E.) tendido boca abajo en un «catre con aquélla (la cabeza) descansando en la almohada, «dos brazos encogidos y de modo que descubriéndose todos «ellos por los costados del cuerpo, hasta la mitad del ante- «brazo, quedaban las manos ocultas debajo del pecho». 5."—3E LE CAMBIA DE POSICIÓN (0JO) «El 5. de la G. volvió boca-arriba el cuerpo y entonces «se desprendió del cuello de Y. E. el aro de un braguero «que apoyaba sobre la nuez de la garganta por medio de «cun pañuelo torcído que pasando por el pescuezo cruzaban «sus cabos por delante dicha nuez sujetando sobre ella el ar- «co de acero del referido braguero, el cual dejó en el sitio «expresado señales de la opresión que había causado; apa- «reciendo Y. E. cadáver según la tírantez de su cuello, la «boca entreabierta, los ojos cerrados, los brazos tiesos, es «decir, desde el codo, la parte de la muñeca, sin palpitación, «en los pulmones, ni pulsación en la muñeca, ni notársele «resuello alguno, ni aspiración, pues que los referidos co- «dlocaron la palma de la mano extendida delante de la boca «y NAriz». 4.“—NO HUBO AUTOPSIA: MERA INSPECCIÓN OCULAR «Don A. E., Don F. F. y Don B. F., médicos cirujanos, examinaron (pero no hicieron autopsia) el cadáver de J. E. 5."—MANIFESTACIÓN DEL MÉDICO D. A, E. «El médico don A. E., dijo, entre otras cosas de mera «forma: que por la disposición que se encontraba el cuerpo «y por las señales de extrangulación que se notaron alre- «dedor del cuello, y el braguero que se hallaba enlazado «con él, infiere que este individuo se sirvió de la barrilla ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 331 «de fierro de que están formados para formar una especie «de toltol 6 palanca, que dando vueltas sucesivamente sobre «da lazada que formaba dicho pañuelo colocado alrededor «del cuello para comprimirlo con la violencia y fuerza que «eran necesarios para luxar las vértebras cervicales, que en «efecto se hallaban Iuxadas, y poder comprimir la tráquea- «arteria y las venas yugulares lo bastante para poder pro- «lucir la asfixia y la apoplegía, que son las consecuencias «de dicha extrangulación, como efectivamente lo consiguió, «obteniendo por resultado la muerte, sín que se notase en «todo su cuerpo señal ni signo alguno que hubiera podido «producir su muerte». 6.—LOS OTROS MÉDICOS. «Los ¡otros dos médicos contestaron lo mismo, y—-res- «pecto á la hernia de J. E—dijeron los tres que: (La her- «nia ) en efecto encontrábase en el cuerpo muerto señal de «na antigua compresión por quebradura en la ingle izquier- «da». Y 3% otro documento con el título adrertencia que co- piado á la letra dice: ADVERTENCIA «Se trata de un asunto muy antiguo, un caso público, «histórico. Yo sospecho que, en cuanto 4 Y. £. hubo un «asesinato; es decir, que lo mataron y luego hicieron de «modo que apareciera suicidado». SOSPECHAS «Lo que he puesto entre comillas es oficial, y lo único «constante. Sobre esos datos únicos hay que formar opi- «nión. Sospecho también que el extraño informe de que «se entresacan los párrafos capitales, ó es obra de médi- «cos muy complacientes ó muy estúpidos, 0 acaso de mé- «dicos de pega. Quizás el tal informe sea una falsedad, «concebida y redactada por soldados. Noto con singular «sospecha la frase última del informe facultativo (?): «Sin «que se notase en todo el cuerpo señal ni signo alguno «que hubiera podido producir su muerte». «El individuo /. E., aparece delatando una conspiración 332 ANALES DE LA «de negros, la famosa de 1844. Aparece también comen- «zando á declarar, y —sin razón y contra ley—aparece así- «mismo que el fiscal instructor ¿nterrumpe—ya al obscure- * «cer—el interrogatorio. Al volver al día siguiente, para «continuarlo, lo reciben participándole que el ren —que «estaba en rigurosa incomunicación -se había suicidado». «De las declaraciones—efectivas Ó supuestas--de J. LE. «truncas y sin ratificación, se hizo caudal para incoar un «Proceso ruidoso». «Creo que bien pudo ser que € /. E. le mataran—acaso «á látigo—(que de éste se abusó entonces); acaso de otra «manera cualquiera, y luego se hiciera la farsa del bra- »guero y el pañuelo, ó—sin necesidad de hacerla—se es- «cribiera lo que consta en autos d ese respecto y he co- «piado». «Me llama la atención, sobremanera, la circunstancia «que se asienta por los médicos (0 que se le atribuye á la «manifestación de los médicos) de que no se notaba en to- «do el cuerpo de J. E. «señal ni signo alguno que hubiera - podido producir su muerte». Dados estos antecedentes, deseo saber: «1.287 es posible que alguien pueda suicidarse de la «manera que se afirma que lo hizo /. £.». (2.2—$S1 es probable, ó siquiera verosimil, de conformi- «dad con el texto que aparece de los facultativ os, que J. E. fuera asesinado. EXTREMOS DE LA CONSULTA «Es decir, y en resumen,-—con la manifestación de los «médicos, delante, —y juzgando por su contexto y redac- fué asesinado, haciéndole aparecer suícida? —6—por lo contrario—¿se suscudló realmente? ». y e Ye y 0 En todo peritaje médico legal con objeto de averiguar si la muerte de un sujeto determinado ha sido producida por su propia voluntad (suicidio), por mano airada (ho- micidio, asesinato, etc.) ó de una manera accidental, hay que tener en cuenta, sobre todo, las cireunstancias que ro- dean el hecho y el resultado de la autopsia médico legal, f ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 333 en la que se compruebe la'causa determinante de la muer- te. Las huellas que dejan en el cadáver y en los objetos que le rodean, una lucha, por ejemplo, sostenida por la víctima contra sus victimarios, no escaparán á la investiga- ción de un perito que sepa cumplir su deber de tal; la ma- nera en que se encuentre colocado el cadáver con relación á lo que le rodee; la presencia ó ausencia de armas ú objetos determinados; las condiciones físicas y psíquicas del sujeto, sobre todo su historia personal y hereditaria podrán ser- vir de importantes guías en la investigación, pero cuando como en el caso presente, el perito no puede desplegar sus conocimientos en la investigación de los hechos ante- cedentes y concurrentes á la comisión del delito, sino que tiene que encerrarse en un círculo de hierro, en el que sobran las deficiencias y se advierten palpables contradic- ciones, entonces su situación es verdaderamente crítica. Sin embargo, se demanda la opinión de la Academia y ésta debe poner 4 contribución todos sus recursos para hacer la luz en tan intrincado problema. Para proceder con método y no extraviarnos en un dé- dalo de congeturas más ó menos aventuradas dividamos los hechos sometidos á nuestra consideración en dos cate- sorías: 1.” hechos reales; 2% hechos supuestos. Pero antes de entrar en el desarrollo de estas cuestio- nes y como aclaración de una vez para todas en el curso de esta consulta debemos advertir que nos referimos úni- ca y exclusivamente á lo que consta en los documentos remitidos. 1.—Hrecnos REALES. —La muerte de un sujeto que te- nía al cuello un pañuelo y la barrilla de fierro de un bra- guero; que en el cadáver se encontraba la señal de una antigua comprensión por quebradura en la imgle izquierda; y que la posición del muerto era «boca abajo en un catre «con la cabeza descansando en la almohada y los brazos «encogidos de modo que descubriéndose todos ellos por «los costados del cuerpo hasta la mitad del antebrazo, que- «daban las manos ocultas debajo del pecho». Esta es la descripción completa de un suicidio por es- trangulación, confirmada por las declaraciones del (O. de la F. que participó el hallazeo del cadáver y por la rela- Tomo xr. .— 43. SS O de a o A RA A a SS Pr nÓ 7 SS DE tia E 334 ANALES DE LA ción del cambio de posición que hizo el $. de la (+. y por una parte de la declaración del médico don A. E. con- firmada por sus dos compañeros. En efecto, la muerte por estrangulación puede ocurrir por suspensión ó sin ella y por asfixia, por congestión 6 por herida medular por Inxación de la segunda vértebra cervical (axis). En el caso presente no ha habido suspensión, ni com- pleta ni incompleta, así que podemos descartarla en lo absoluto. En cambio existe un aparato apropiado á pro- ducir la asfixia y la congestión cerebral, cual es el pañue- lo enrollado alrededor del cuello cuyos cabos cruzaban por delante de la nuez (laringe) sujetando sobre ella el aro de acero del braguero que usaba el interfecto. Nada se nos dice de los caracteres del surco, su direc- ción, y demás circunstancias apreciables en la muerte por estrangulación, pues el silencio de las declaraciones é in- formes médicos es absoluto, pero esto no nos extraña en un documento redactado en el año 1844, cuando cons- tantemente estamos viendo en nuestros días, no ya sólo la ausencia de datos en los documentos médicos-legales que nos remiten las autoridades judiciales para que las ilustre- mos, sino la estulticia de muchos de los autores de dichos documentos que comprometen con ella no sólo la serie- dad de la ciencia, sino lo que es más triste, inducen ú la justicia en falsas vías, por falta de datos razonables, para ejercer su elevada misión. _ Siguiendo la declaración del médico don A. L., único dato sobre el que tenemos que fundamentar nuestros Jui- cios, encontramos: un pañuelo colocado alrededor del cue- llo para comprimirlo con la violencia y fuerza que eran ne- cesarías para luxar las vértebras cervicales, que en efecto se hallaban luxadas;-—que es otra de las maneras como se realiza la muerte por estrangulación—con esta parte de la declaración facultativa no podemos estar conformes como veremos más adelante. Por último, termina la declaración con estas frases: «sí «que se notase en todo su cuerpo señal nt signo alguno que «hubiera podido producir su muerte». Igualmente analiza- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA EST TÍ remos y discutiremos esta parte del documento médico legal más tarde. “Discutamos ahora cada uno de los particulares antes enunciados. Pero advirtamos antes de comenzar esta dis- cusión que parece que exprofeso se han puesto todas las dificultades periciales posibles en el camino de la investi- vación de los hechos; que se han reunido, de propósito de- liberado, todas las circunstancias capaces de hacer el diagnóstico diferencial entre el suicidio y el asesinato lo más difícil que se pueda, para que algunas de las incóg- nitas de esta equación queden sin despejar, y queden en esta situación por la circunstancia impuesta de tener que atenernos única y exclusivamente á los datos consignados por una parte y por otra á la ausencia de otros antecedon- tes de que ya hicimos mérito. Tenemos ante todo la posición del cadáver. Este se en- contraba. tendido boca abajo en un catre con la cabeza descansando en la almohada y los brazos encogidos (en fle- xión) ocultando las manos debajo del pecho. . Analicemos la actitud del individuo antes de morir pa- ra ver si es posible la descripta después de muerto. - Una de dos, ó el preso, puesto que se trataba de un prisionero incomunicado, estaba de pie fuera del catre, en cuyo caso hubiera caído ó en dirección perpendicular ó en dirección oblicua á su eje longitudinal, % estaba de rodillas en el catre y de cara para la almohada pues de otro modo no es posible que su cabeza descansara en ella. En este último caso al aplicarse el lazo constrictor al cuello y servirse dela barrilla de fierro del bragueroá mo- do de palanca que obrase constriñendo las “vueltas del pañuelo que rodeaba su cuello, lo primero que le pasaría al sujeto sería perder el conocimiento y Caer hacia ade- lante boca abajo, en cúbito abdominal, y entonces el pro- pio peso de su cabeza sujetando la palanca de acero del braguero no le permitiría desenroscar sus vueltas y suce- dería que á la congestión cerebral inicial producida por la compresión de las yugulares externas y anteriores y de- más venas del cuello que: impedían la salida de la san-: gre del cerebro, que si bien estaba disminuída en su lle- vada por las carótidas se conservaba integra por las arterias ANA es is ERE o de sd A O A las 330 ANALES DE LA vertebrales, se unía la asfixia producida por la compresión de la laringe por el lazo y la sofocación realizada por la oclusión de las narices y de la boca por la misma cabe- za descansando sobre la almohada. Perdido el conocimien- to y, por. tanto, incapaz el sujeto de reaccionar contra los distintos géneros: de muerte que le mataban ¿qué de particular tiene que ocurriera aquélla máxime cuando los mismos movimientos convulsivos de la agonía podían hun- dir más y más su cabeza en la almohada” Pero si el sujeto estaba de pie fuera del catre ¿cómo explicar que su cabeza muerta descansase sobre la “almo- hada? suponiendo «¿ ésta en uno de los extremos como ge- neralmente se coloca. Para resolver afirmativamente esta pregunta tendría- mos que saber la posición exacta de la almohada, y este dato no consta. Hemos abordado de frente este particu- lav precisamente porque es el punto más difícil de la cues- tión y porque de su resolución depende en gran parte la solución del problema. Si no se dijese más que el cadá- ver estaba boca abajo en el catre sin decir que su cabeza descansaba en la. almohada, no hubiéramos discutido la posición del sujeto vivo sino que hubiéramos afirmado d'emblée el suicidio, pero con la circunstancia apuntada, de descansar la cabeza en la almohada, surgen grandes dudas que inclinan el ánimo 4 pensar en un asesinato. Sin embargo, la posición de los brazos encogidos, con las manos ocultas debajo del cuerpo hacen suponer que al caer el individuo en cuestión, sin sentido, pero sujetan- do todavía el tortor de su cuello fueron cogidos los bra- zos debajo del tórax y por la misma razón del peso del cuerpo retenidos en la posición que se describe y por las convulsiones de la agonía y por la propia contractilidad muscular, al caer hacia adelante :el cuerpo, se extendieron las piernas, para quedar tendido boca abajo. Visto ya que era posible la muerte por asfixia, por con- gestión cerebral y por sofocación conjuntamente, veamos Si era posible la luxación de las vértebras cervicales que se describe. Estudiada la disposición anatómica de las ar- ticulaciones occípito atloidea y: atloido axoidea se com- prende que la luxación de estas articulaciones no es posible ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 331 que tenga lugar por la simple presión de un pañuelo, por mucha que sea su resistencia y por mucha que sea tam- bién la fuerza constritora ejercida por el propio sujeto. La luxación en cuestión sólo puede producirse cuando se lanza violentamente el cuerpo al espacio, pendiente de una cuerda y cuando á la acción del peso se suma la ac- ción combinada de una fuerza exterior mayor, que au- mentando la cantidad de peso y la violencia de la caída dirija bruscamente la cabeza hacia adelante como sucede en las ejecuciones capitales por la horca, ó cuando se ejer: cen tracciones enérgicas sobre los miembros inferior es Ó se vuelve bruscamente la cabeza. En el caso presente nos hace pensar que se tomase por una luxación de las vérte- bras cervicales lo que sólo era un fenómeno puramente físico de gravedad, pues de lo contrario sería un grave indicio de una muerte violenta por manos agenas. Y tanto más confirma nuestra manera de pensar cuanto que. renglón seguido se dice «sín que se notasen en todo su cuerpo señal ni signo alguno que hubiera podido produ- cir la muerte» y pocas líneas antes se expresa que por las señales de estrangulación que se notaron alrededor del cue- llo, etc. Esta palpable contradicción sólo revela la estulticia de los que redactaron el documento médico-legal, pues nada de particular tiene que recordasen que los suicidas, sobre todo los que se cuelgan ó estrangulan, se infieren heridas ó se producen otras lesiones corporales antes de colgarse Ó estrangularse con el objeto de asegurar más positiva- mente la muerte y no encontrando mas lesiones que las descritas como señales de estrangulación que se notaron alrededor del cuello, añadiesen lo demás. 2."—HeEcHos suPUEsSTOS.—Veamos ahora si hay motivos fundados para suponer un asesinato como parece despren- derse del documento que con el título ADVERTENCIA remi- te el Sr. Sanguily. | Empieza por manifestar que lo puesto entre comillas es oficial y lo único constante. Si,ello es así y sobre esto: so- lamente puede formularse juicio, ¿cómo es posible decir 338 - ANALES DE LA (ue se tratase de un asesinato cuando nada revela allí es. te delito? | Respecto «d que el reo comenzase ¿4 declarar y que se suspendiese la declaración y que se lo encontrasen muer- to, no esla Academia la que puede esclarecer nada, pues ho pertenecen «ú la índole de sus estudios esas investiga- ciones; en cuanto que matasen al reo á látigo no es posi- ble aceptarlo, puesto que este agente por sí sólo no es bastante á producir por sí mismo la muerte de un sujeto sino en condiciones excepcionales y dejando siempre hue- llas de los múltiples traumatismos necesarios ¿ producir la muerte y precisamente se afirma de una manera cate- górica en la declaración facultativa que no se notaban en todo el cuerpo del interfecto señal m4 signo alguno, ete. Los médicos que declararon eran indiscutiblemente muy poco médico-legistas, según demuestran las contradicciones y errores que antes hemos señalado, pero por eso mismo no hubieran dejado de consignar las señales que sin duda tendrían que advertirse en el cuerpo de un sujeto cuya muerte hubiera sido producida á fuerza de latigazos, pues precisamente si la percepción de los ignorantes no es lo suficientemente delicada para percibir detalles de impor- tancia. cuando son poco aparentes, en cambiosus sentidos son fuertemente impresionados por las grandes manifesta- ciones externas que dejan impresas los traumatismos de esta naturaleza. Hechas las aclaraciones que anteceden, deducidas del análisis de los hechos relatados tratemos de responder á las preguntas concretamente formuladas. 1."—«St es posible que alguien pueda suicidarse de la nenera que se afirma que lo hizo J. E.». 251 es probable, ó siquiera verosímil, de conformi- «dad con el texto que aparece de los facultativos, que «J. E. fuera asesinado». | Con la manifestación de los médicos delante y juzgan- do por su contexto y redacción. 1.*—«£Es posible que alguien pueda suicidarse de la mu: «nera, que se afirma que lo hizo J. E., con las salvedades STA al tratar E ll Iusación de las Perobiós cervi) «cales». AN —«No es probable ni siquiera verosímil, de e IS Pan con el texto que aparece de los facultativos, que «J. E. fuera asesinado». - 38 E REN dd es IO a RS ( , . 4 An 1 des NE a. 340 ANALES DE LA e 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 1 5 a FIEBRE AMARILLA APIRETICA POR EL Dr. Manuel Ruíz Casabó. (Sesión del 22 de Marzo de 1907.) La afección amarilla descrita por los elásicos, es una en- fermedad perfectamente conocida por todos los médicos: que han ejercido en los países tropicales. En este país don- de por espacio de muchos años ha reinado como endémica, raro es el profesional que hasta hace seis Ó siete años no ha tenido la oportunidad de tratar ú observar por lo me nos un atacado de fiebre amarilla como hasta hoy se le ha llamado. Dicha infección reviste un aspecto tan especial, presen- ta un cuadro sintomático tan constante y sigue una mat- cha tan regular y ordenada en los casos regulares, que difícilmente podrá un profesional confundir á un atacado de esa enfermedad después de observar un primer caso. Así se explica, pués, que los que tienen veinte y más años de ejercicio, casi desde los primeros momentos pue- den formular á priori el diagnóstico que á posteriori es confirmado por la clínica, el laboratorio y la mesa ana- tómica. Esta experiencia la dió el brutal número de atacados que se presentaban á la vista de los que ejercían la medi- cina, durante el tiempo en que el Gobierno de esta Isla lo representaba la Nación del pabellón oriflama. Durante ese tiempo hubo profesores que haciendo estu- dios especiales de patogenia y formas diversas de dicha ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ' 341 afección, denunciaron «por da prensa casos originales que escapaban al estudio de los demás profesores que no que- rían admitir ni comprobar los hechos perfectamente de- terminados por aquellos que se tomaban el trabajo: de poner á contribución de la cultura científica del país el resultado de su observación clínica y experimental. Así se explica que por mucho tiempo, fuese escaso el número de los que ¡aceptasen la fiebre amarilla sin albú- mina, sin vómitos ó sin fiebre. ; Nosotros fieles á nuestra opinión, hija del estudio eficaz óno, no podemos decirle; y aunque como los anteriores, seamos por algún tiempo, el blanco de las picarescas y sig- nificativas miradas que envuelvan el símbolo de la burla, al no ser combatidos, queremos dejar consignado un he- cho de reciente observación que. aunque, no á su debido tiempo, ha sido aceptado en sesión pública de Académi- cos en esta Capital. La siguiente obsérvación pondrá en conocimiento del público. "profesional el caso original que motiva estas líneas y que tuvimos la suerte de poder anotar en nuestro libro de enfermos. . El día 13 de Diciembre próximo pasado fuimos llama- dos para asistir d la señora €... V.. de 48 años de edad, casada y vecina de Correa letra! A, Tests del Monte. quien hacía 14 meses que residía en esta ciudad procedente de su tierra natal Asturias. Es la primera vez que está en Cuba. Examinada' dicha enferma aquejaba, epigastralgla in tensa, lumbago, raquialgia, cefalaloia bastante acentuada, quebrantamiento 4 ceneral y vómitos producidos 4 la mues tión de cualquier substancia: Temper atura axilar 37% pulso 4 So. Sin que honradamente: pudiéramos formular juicio diag: nóstico. y sospechando que «fuese una invasión dle la infec- ción catarral reinante en aquellos «días: le indicamós un purgante que fué expulsado inmediatamente: Repetida la imdicación-dió el mismo resultado acentuándose el síntoma á la ingestión de cualquier substancia medicinal Ó alimen- ticia (leche). Ante la persistencia de los vómitos nos limitamos á. com: Tomo xLmr.—44 342 ANALES DE LA hatirlos por medio de la poción Riverio y morfina, sin obte- ner resultado, hasta que la cocaína vino á calmar la pro- testa gástrica, que nos hizo pensar variadas cosas durante tres días (día 17 de Diciembre). Ya en calma y sin que el termómetro acusase otra tem- peratara que la de 37? y el pulso de 80 á 75, buscando la relación de los demás fenómenos generales que aun per- sistían, con abotagamiento de la facies, dolor intenso en el epigastrio, 4 la presión y también en la región renal izquierda, sin seguridad de encontrar nada más que nos iluminase el diagnóstico, procedimos á practicar el análi- sis de la orina, examen hecho en el departamento de Uro- logía del Laboratorio de la Crónica Médico- Quirúrgica, con el resultado siguiente: Cantidad recogida 105 gramos; reacción ácida, color amarillo anaranjado. Densidad 1018, Urea 19.50<1000. Elementos anormales. Mucina y Albú- mina (0'50<1000). Examen microscópico. Leucocitos es- casos, células epiteliales de la vejiga. Cilindros hialinos en abundancia. Debemos mencionar que cuando procedimos á investi- var los elementos anormales, recibimos verdadera sorpre- sa al ver precipitarse la mucina con el color no blanque- cino como generalmente se nota en otras afecciones, sino con aquel “tinte amarillento tan característico que por cientos de veces habíamos tenido oportunidad de obser- var en los atacados de fiebre amarilla de los hospitales mi- litares y que tanto nos sirvieron para la confirmación de su valor diagnóstico publicado por nosotros. Con tan Lio datos adquiridos el día 18; sexto día de su enfermedad, qué juicio podíamos formar? No pocos temores nos embargaba el ánimo, al denun- ciar dicho enfermo como infestado del veneno amarillo, pero acordándonos de otro caso parecido publicado por el Dr. Finlay en época anterior y la seguridad de que los hechos observados por nosotros eran completamente evi- dentes, nos dió valor para suponer con fundamento que nos encontrábamos frente á un caso de infección amarilla de forma apirética. Un solo síntoma faltaba para evidenciar más nuestro ca AA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 343 so y era el íctero conjuntival y epidérmico; que no tardó en mostrársenos en los días subsiguientes. El día 23 dábamos de alta ¿4 nuestra enferma por creer- la curada de infección amarilla de forma apirética. Como complemento a esta historia clínica es de nues- tro deber dar á conocer algunos datos que forman parte de la observación de nuestra enferma. El día 18 del propio mes reportamos nuestro caso á la Junta de Sanidad quien consiguientemente ordenó la ins- pección de nuestra enferma por la Comisión Oficial de enfermedades infecciosas y nuestra sorpresa fué erande cuando vimos que por el Departamento de Sanidad no se tomaban las medidas que son de rigor en casos análogos. Sin duda que habíamos sufrido un error de diagnóstico. Conforme aunque no convencidos dejamos consignado en nuestro libro de apuntes la observación detallada del CaB0- El día 25 de Enero en sesión pública ordinaria celebra- da en esta Academia de Ciencias Médicas de la Habana, el Dr. Barnet dió lectura 4 un trabajo del Dr. Finlay (Car- los J.) titulado “Casos, al parecer típicos de íctero cata- rral simple como secuela posible de ataques benignos de fiebre amarilla”, La lectura de dicho trabajo nos trajo á la memoria nues- tro caso, y confesamos que nos dió valor para anunciarlo por cuanto que, apoyaba de una manera firme las opinio- nes del Dr. Finlay respecto á las diversas formas que pue- de afectar la infección, y ser entre las formas anormales descritas por el Dr. Finlay una de las más cercanas al ti- po clásico, toda vez que sólo faltaba para completar el cuadro la curva térmica febril. La exposición de nuestra historia clínica dió lugar á que por el Dr. Finlay Jefe Superior de Sanidad, y los demás Académicos allí presentes, fuese aceptado como de Fiebre Amarilla; y lo comprueba las frases emitidas por el doctor o 30 como contestación 4 nuestro relato; después, la fal- ta de discusión y, por último, el que el siguiente día 26 de Enero se procedió por la Junta de Sanidad á la de- sinfección de la casa que habitaba nuestra enferma de Co- rrea, Á, 344 CANALES DE TA Después de lo expuesto queremos concluir diciendo. Que el. caso objeto de nuestra historia, fué de fiebre amarilla y puede considerarse entre las formas “anormales de esta infección. Que entre las anormalidades que se pueden presentar enla fiebre amarilla: descritas por nuestro distinguido y respetable compañero el "Dr Carlos! JFthilay; hay que considerar también la forma aptrética. Que nosotros, ni procedimos l¡eeramente 11] estuvinios equivocados, al diagnosticar como infectada de fiebre amarilla. d la enferma motivo de esta historia; que creímos cumplir con lo preceptuado en la Ley y con nuestro deber profesional dando cuenta de un caso que ofrecía peligros. d la higiene pública. Que una vez más la mucina en la orina ha venido á ro- bustecer nuestra opinión respecto al valor diagnóstico en los atacados de fiebre 'amarilla, según hemos publicado anteriormente. Y, por último, que: cada vez se hace más notar la ex- clusión de una práctica que probablemente reportaría ma- - yor utilidad al enfermo, al profesor médico que le asiste y á la higiene pública, si se llevase 4 cabo por los distingni- dos profesores médicos que forman la: Comisión de enfer- medades infecciosas, Y esla siguiente: Ln caso de fiebre amarilla especial- mente, ya que no.en todos los casos de enfermedades in- fecciosas, interesar la presencia del médico de asistencia con objeto de que técnicamente pueda suministrar á di- cha comisión los datos que ha tenido la oportunidad de observar durante varios días y queno es posible que di- cha comisión pueda adquirir durante una visita y con an- tecedentes suministrados la mayor parte de las veces, por personas que no tienen el hábito de observar en detalles comio lo hace el profesor médico, dando lugar «4 errores. Nosotros no atreveríamos d garantizar que así, después de quedar satisfecho el enfermo, la familia y la Sanidad, el profesor médico de cabecera no pasaría por el vergon- zoso trance de ver un solo momento destruída su opinión hija de la observación y el estudio de circunstancias y de- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 345 talles concurrentes al conocimiento de la afección que es- tá tratando. Además se evitaría la burla ó por lo menos la duda que, con autorización de una nutrida comisión científica, de- mostraría al público profano, al médico que reportó un caso equivocadamente. Lanzada la piedra nada salvaría 4 médico en su presti- gio, aunque en la mesa anatómica se le diese la razón. Desgraciadamente la humanidad es afecta 4 esta clase de diversiones proporcionadas por los antagonismos profe- sionales; sin importarles quien tenga la razón perdida. “Nosotros aprovechamos esta oportunidad para suplicar 4 quien corresponda la protección necesaria en pro de nuestro prestigio profesional, de la moral médica y del bien procomunal que á todos nos alcanza, cuando la hon- radez preside todos y cada uno de los actos de la vida humana. ““EPISTAXIS.—FOCOS HEMORRAGICOS.—SU TRATAMIENTO” POR EL Doctor D. Hernando Segui (Sesión del 22 de Marzo de 1907.) La epístaxis es un accidente que, por su extraordinaria frecuencia y por la alarma que infunde en el paciente y en sus familiares, cuando se prolonga, entra de lleno en el ejercicio de la: Medicina en general, siendo raros los casos en que interviene de primera intención el especia- lista para su tratamiento. De aquí que hayamos considerado pudiera ser intere- sante presentar, condensadas en breves líneas, las nocio- nes más importantes sobre este asunto, especialmente las relacionadas con el tratamiento. 346 ANALES DE LA Las epístaxis son originadas por causas tab numerosas como variadas; pero pueden ser reducidas 4 dos grupos: 1." aquéllas cuya causa se encuentra dentro de la nariz 2." las que dependen de enfermedades ó estados constitu cionales. Podrían agregarse. constituyendo un tercer erupo, las sustitutivas, es decir, las que se han atribuído ¿4 supresión del flujo menstrual 4 hemorroidal, Entre las correspondientes al primer grupo, deben co- locarse las provocadas por traumatismos, siendo de éstos las más frecuentes, el que resulta, algunas veces, de so- narse fuertemente la nariz y las caídas sobre órgano. Las hemorragias de este origen son generalmente ligeras, pero pueden revestir gravedad en determinados casos. La rinitis aguda y algunas veces la hipertrófica, dan su contingente, aunque escaso, ú la epístaxis, Pocas veces y siempre ligeras, se han observado en la rinitis atrófica al desprenderse las costras propias de esta enfermedad. Las ulceraciones de la nariz, cualquiera que sea su causa: cuerpo extraño, sífilis, tuberculosis, tumores malig- nos, frecuentemente dan lugar á hemorragias. | Los tumores benignos, con excepción de los angiomas, no suelen provocar epístaxis. Los angiomas determinan casi siempre profusas hemorragias, Las epístaxis consecutivas d operaciones sobre el tabi- que son ordinariamente muy abundantes y persistentes, De esto dará una prueba la observación de un caso re- cientemente operado en la Clínica que relataremos al final. En el segundo grupo: epístaxis bajo la dependencia de enfermedades d estados constitucionales, se encuentran las que se observan en gran número de enfermedades in- feceiosas: fiebre tifoidea, neumonía, gripe, sarampión, fiebre amarilla, escarlatina, tos ferina, erisipela, Íctero gra- ve y la difteria, aun en los casos en que no se encuentre en la mucosa nasal el exudado diftérico. La hemorragia nasal es un síntoma frecuente en la cr rrosis del hígado y en la enfermedad de Bright, y se ha observado en el período inicial de la tuberculosis pul- monar. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 347 Acompaña con frecuencia á la insuficiencia valvular del corazón derecho. Las enfermedades que alteran la composición de la san- ere, como la anemia, clorosis, leucocitemia y anemia per- niciosa, presentan entre sus síntomas la epístaxis. En las personas de edad madura puede indicar un es- tado de debilidad en los vasos y ser la precursora de una hemorragia cerebral. Puede también ser determinada por la compresión ejer- cida sobre las venas del cuello por un aneurisma Ó un broncocele ú otro tumor cualquiera. Por último, la epístaxis es la manifestación más precoz y más frecuente de la diátesis hemorrágica, la hemofilia. Más importante que las nociones etiológicas apuntadas es, para el médico obligado 4 proceder al tratamiento in- mediato de un derrame sanguíneo abundante, el conoci- miento de los focos hemorrágicos más frecuentes. Las arterias que se distribuyen por la pituitaria proce- den, principalmente, de la maxilar interna y de la oftál- mica. De todas ellas, la única que interesa para nuestro estudio, es la esfenopalatina interna, ó sea la rama de la esfenopalatina que va é distribuirse por la mucosa del ta- bique, dándole un considerable número de ramas. Es tal la importancia de esta arteria desde el punto de vista de las hemorragias nasales, que Lermovez la ha denominado la arteria de la epístaxis. Se divide, desde su origen, la esfenopalatina interna en tres ramas: una superior que se anastomosa con las etmoi- dales, una media y otra inferior que se introduce en el canal palatino anterior para anastomosarse con la arteria palatina superior. Cada una de estas tres ramas puede constituir un foco de hemorragia: pero el más importante corresponde « la rama inferior. Este foco está situado por eS del agujero palatino anterior, detrás de la espina nasal, exactamente en el punto en que la rama inferior de la esfenopalatina inter- na se anastomosa con la arteria palatina superior. Es ne- cesario Hexionar la cabeza del enfermo y mirar hacia aba- 3o para descubrirlo. 348 ANALES ¡DE LA Las hemorragias procedentes de estos tres focos son las más serias; pero no las más frecuentes. La epístaxis que se presenta con más frecuencia tiene un: doble origen: 1. La arteria del subtabique, que es un vaso delgado, pro- cedente de la coronaria labial superior y que lo recorre en toda su extensión. 2.” Un pequeño. grupo de venas de paredes muy finas, situado en la parte cartilaginosa del tabique, inmediatamente por dentro: del vestíbulo de la nariz y á medio centímetro, próximamente, sobre el suelo nasal. A consecuencia: de esfuerzos continuados para sonarse la nariz, de hurgarse con las uñas para des- prender costras ó sin que pueda precisarse la causa algu: nas veces, estas venas se rompen y dan lugar 4 un abun- dante flujo de sangre. | Los focos hemorrágicos que hemos citado, son los prin- cipales; existen otros secundarios, anormales, de los cua les no nos ocuparemos porque, situados bastante más pro- fundamente que los precedentes, son muy. difícilmente accesibles, y por tanto su. conocimiento no. tiene interés desde el punto de vista del tratamiento: Diremos sola- mente, que siempre están situados enel trayecto del tron; co Ó las ramas de la esfenopalatina interna, 0 Advertiremos, por último, que las desviaciones y espe- samientos tan frecuentes en el tabique, así como los espo- lones, crestas, hipercondrosis, etc., etc, han de originar desviaciones de los vasos y, por lo tanto, - cambios en los focos. TRATAMIENTO La reciente introducción de la adrenalina en Terapén- tica ha modificado radicalmente el tratamiento de la epÍs- taxis. Hasta ayer, puede decirse, que el taponamiento anterior de las fosas nasales y el posterior si el primero no daba resultado, constituían el procedimiento de elec- .ción en los casos que revestían alguna importancia por la intensidad ó6 duración de la hemorragia. Entre los rinólogos, hoy, predomina, la tendencia ú su- primir ese engorroso tratamiento en el mayor número de epístaxis, reservándolo para los casos muy. especiales y, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 349 empleando, en su lugar, el cauterio aplicado directamente sobre el punto que sangra. La mayor dificultad consiste en poner al descubierto el vaso que dá la sangre. El primer paso, por consiguiente, debe ser la adopción de medidas que permitan descubrir el punto por el cual se escapa la sangre. Si la hemorragia lleva ya algún tiempo, lo que ocurre casi siempre, porque el médico es llamado cuando se han agotado : ya por la familia los medios que ella conoce ó es- tán á su alcance, la fosa nasal estará llena de coágulos. En este caso, lejos de pensar en mantenerlos allí con la esperanza de que puedan contribuir á detener la hemo- rragia, sirviendo de tapón, como algunos autores aconse- jan, es necesario removerlos hasta dejar la fosa nasal com- pletamente limpia. La limpieza debe hacerse inyectando, con una geringa bastante potente para arrastrar los coágulos, agua calien- te, cuya temperatura se vaya elevando gradualmente des- de 40% 4 50” y hasta 557 centigrados, á fin de aprovechar, á la vez que se limpia la fosa nasal, la :acción hemostática que posee el agua á esa temperatura. Se desprenden luego, las mucosidades que puedan. en- contrarse adheridas ú las paredes, pasando por ellas, sua- vemente, un algodón ó gasa con un estilete ó pinza. Una vez libre de coágulos la cavidad y de costras sus paredes, se empapa un algodón en la solución de adrena- lina al uno por mil y se aplica sobre el área de-la hemo- rragia. Ccomprimiendo firmemente durante dos minutos. Entendemos por área de la hemorragia el espacio de dos centímetros, aproximadamente, que ocupan sobre el tabi- que los focos que hemos señalado y el subtabique en toda su extensión. Esta aplicación de adrenalina detiene la hemorragia lo bastante para poder descubrir, mirando atentamente, cuál es el punto que sangra al presentarse la vaso dilatación consecutiva y con relativa facilidad porque isquemia la mucosa hasta dejarla casi blanca. Co- nocido el foco de la hemorragia se aplica sobre él, com- primiéndolo una compresa de algodón 0 de gasa que se encarga de sostener cualquier persona. Inmediatamente se funde al calor de una llama un cris- FoMO xL11.—45. 390 ANALES DE LA tal de ácido crómico en la punta de un estilete, pudiendo servir al efecto un alambre cualquiera 6 una hor quilla de señora. La perla formada por el ¿cido crómico fundido se aplica sobre el punto de donde brota la sangre, reti- rando, desde luego, previamente el algodón. Cuando no se ha podido descubrir el foco de la hemo: rragia, debe canterizarse toda la región de la epístaxis. Hace ya aleún tiempo que Baugarten aconsejó la cauteri- zación con ácido crómico de toda la superficie del tabique en casos de hemorragias abundantes. No estará de más advertir que la «adrenalina, medica- mento vaso constrictor por excelencia, debe manejarse con gran precaución cuando se trate de individuos arte- rio esclerosos. Las afusiones frías en la cara y parte posterior del cuello pueden influir sobre la hemorragia nasal actuando por intermedio de los nervios vasos motores; también la ligadura de un miembro porque sustrae momentáneamen- te de la circulación cierta cantidad de sangre y disminuye la presión; pero sobre estos recursos, excelentes para ser aconsejados ¿4 las familias, no debe insistir el médico por que solamente dán resultado en los casos muy ligeros. Tonalmente consideramos inútil y aun peligroso en oca- siones por el tiempo que se. pierde, experimentar con aplicaciones de peróxido de hidrógeno, antipirina, per- cloruro de hierro, ferripirina, salipirma, agua de Pageliari, ó con imsuflaciones de alumbre ó0 ¿cido tánico. Si la epístaxis proviene de angiomas ó neoplasmas de naturaleza maligna, implantados en la mucosa nasal, su ex- tirpación, seg vida de la cauterización ó curetaje de la base de la implantación, según los casos, será el mejor medio de cohibirla. Las hemorragias que dependen de enfermedades fuera de la nariz exigen además de la cauterización un trata- miento causal adecuado para prevenir su repetición. A los hemofílicos conviene administrarles al interior veinticinco centieramos de polvos de glándula suprarre- val 9 siete de-adrenalina inmediatamente después de da cauterización. Si hemos encontrado en el subtabique una descamación ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA BABANA 301 epitelial Y erosión más ó menos extensa, indicándonos que la hemorragia se ha debido á. hallarse al descubierto las delgadas paredes de los vasos de que antes hemos hablado, debemos prevenir al paciente contra el hábito de hurgar esa parte con las uñas ó de frotarla con el pañuelo y de- bemos también adoptar medidas que apresuren la restau- ración del epitelio, como son: JOHNS cada pocos días con solución de nitrato de plata al 5 por 100 y recomendarle se aplique á la hora de acostarse una pomada de óxido amarillo de mercurio ó vaselina fenicada 10,00. Es indudable que existen casos, aunque raros, en los que hay necesidad de recurrir al taponamiento. Relatare- mos uno. E A > E A! me fué enviada por el doctor Emilio Martínez, á la Clínica del Hospital “Mercedes” pa- ra ser operada de un espolón del tabique que imposibili- taba el cateterismo de la trompa de Eustaquio. Hice la resección con la sierra y cobibida la hemorragia que no fué muy abundante, se marchó ásu casa á las diez de la mañana. A las dos de la tarde se presentó con una copiosa hemorragia en el Gabinete del Dr. Martínez quien le cauterizó fuertemente con ácido crómico, recomendán- dole, porque él se ausentaba de la Habana me viese si continuaba perdiendo sangre. Una hora más tarde así lo hizo y me ví obligado ¿4 taponar después de haber agotado todos los recursos incluso aplicarle el termocauterio en la herida del tabique. La hemorragia consecutiva ¿ú la caída de la escara, algunos días después, se cohibió fteil- mente. Sobre el taponamiento no tenemos más que decir que debe hacerse con gasa aséptica y que debe sustituirse la sonda de Bellocg por una sonda uretral flexible número 8 9 9 de la escala francesa que se adapta perfectamente á to- das las sinuosidades propias de la fosa nasal y las determi- nadas por los espesamientos ó desviaciones «del tabique llegando sin provocar dolor á la faringe. Podemos resumir lo expuesto sobre el tratamiento di- ciendo: Que en presencia de una epístaxis el médico debe tratar de descubrir el punto que sangra. Siempre que no salte á la vista una lesión de los corne- JAN Pl h WAS » , . e Í e BA IIA AS A E ESTAS, tes, meatos ó suelo nasal, á que atribuirla debe buscar s causa en el tabique ó subtabique. - Conviene tener presente que en el 98 por 100 de las epíxtasis su causa radica en el tabique ó subtabique. Una vez desenbierto el punto que sangra debe cauteri- zarse, prefiriendo para ello el ácido icrómicoO 1014/81 ROUCO. ppal: taponamiento anterior ó posterior. debe reserva para casos muy excepcionales en los que haya fracasado cauterización. 0234 al DO ' ARTIC CUL de SHpudaBs se y o REDA OCIO. | DE LOS “ANALES” e ds gal de Higiene Pública, 3 tomos; La Flora ln Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo: Mama- logía, Ornitología, Erpetología Y Hatómalds 7 sobre la Patología y A ilados de la 1s- AR e . ES . . ; . E a qa Contribución al estudio de los Moluscos Cu cios Se Danos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica. del aparato lenticalai 8 del ojo, por el Dr. Becker, traducida del | alemán por el dE Finlay. 0 E Trabajos e la elos de Medicina Le- | la, Cubanas, del Dr. Gundlach; Memoria la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. no | Gran E ¡encia de Mas: /0 años en el Ramo do Solicitar Paten- , tes do inven- cio2, Marcas de Comercio y T tulos e Propiadad Literaria en los Esta- dos-Unidos y Pa ses Extranser:s. Para masinformes véesseJa última página delecturad cuaiquier«¿emplar mensual ce La América Científica e Industrial edicion en español del * SCIENTIFIC AMERICAN,” ó escribase di ertamente y.en español, si se quiere ú los señores MUNN QA COMPANY 361 Broadway, Nueva York. lO Ciencias Médicas, | a DE LA HABANA l APA A , 22 REVISTA CIENTIFICA + tra ARS AAA ” DIRECTORES: | Dr. Jorge [:e-Roy. e Dr. Gustavo [rópez | y ANT —_—— - TOMO XLIII — Abril y Mayo 1907 Sd HABANA : IMPRENTA MILITAXS MURALLA NUM. 40. 1907 CONDICIONES DE La PUBLICACIÓN —___ ao Los ANALES se publican reeularmente. Su pre- cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. | En esta publicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, 4c., de. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero. 1 E e, Toda obra enviada á la redacción de los ANALES - será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange S. V. P. ANALES DE LA ACA- Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN- cias Múpicas, Fí- sICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchange»: DE LA HABANA, Cuba 84 A Habana Please addres exchange to: NOV 221909 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA: HABANA 393 LIBRARY NEW YOR! BOTANICA! Acta de la sesión pública ordinaria del día 12 de Abril de 1907 —o.2oen Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. —De número.—Dres.: E. Acosta.— A. Amigó.—G. Aróstegui.—E. B. Barnet.—(G. Benasach.--A. Be- tancourt.—G. Casuso.—I. Calvo.—F. Carrera Jústiz.--T. V. Coro- nado.—J. N. Dávalos.—J. Diago.—G. Duplessís. —F. Etchegoy- hen.—C. E. Finlay.—M. Fernández Garrido.—F.García Cañiza- res. —A. Gordón y Bermúdez.—D. Hernando Seguí.—H. J. Lai- né.—J. Le-Roy.—C. Moya.—E. Núñez.—E. Pardiñas.--F. Pa- radela.—I. Plasencia.—J. A. Presno.—M. Ruíz Casabó.— M. Sánchez Toledo.—E. Saladrigas.—C. de la Torre.—P. Valdés Ragués.—R. Weiss. Al abrirse la sesión el Dr. E. B. Barnet, pide á la mesa que en vez de comenzarse por la sesión ordinaria se comience por la de Gobierno. La presidencia pregunta á la Academia si quiere alte- rar la orden del día y el Dr. Carlos de la Torre, expone que, las sesiones deben celebrarse en el mismo orden en que están anuncia- das, primero la sesión ordinaria y á su terminación la de Gobierno. No habiendo por parte de todos sino señales de asentimiento, la presidencia ordena la celebración de la sesión ordinaria y concede la palabra al Sr. Secretario para la lectura del acta de la anterior (22 de Marzo), la que fué aprobada. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Gobernación, solicitando nuevo informe en el preparado del Sr. E. Palú, denominado jarabe de brea, codeína y tolú. De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, remi- tiendo á informe solicitud de varios pescadores, comerciantes é industriales, á fin de que se deroguen varios artículos de la Orden número 352, año de 1900, sobre pesca de quelonios. Un pliego y un sobre cerrados y lacrados que dicen: Premio Gutiérrez. Estudio químico, micrográfico y bacteriológico de las romo xLi.—A46. 1 304 : ANALES DE LA aguas minero-medicinales más importantes de Cuba. Lrrare huma- numest. Otro pliego y otro sobre también cerrados y lacrados que dicen: Premio (B) del Dr. Antonio de (rórdon, trabajo de medicina legal, relativo á cuestiones propias de Cuba. —Tema libre. —(Ju0 tendi- mus? De la Secretaría de Hacienda, remitiendo dos certificados de análisis practicados en el Laboratorio de la Aduana y en el Labo- ratorio Nacional respectivamente, acerca de un artículo industrial. De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, pidiendo informe acerca del Rhum Colonia. De diez Sres. Académicos, instancia proponiendo modificaciones en el reglamento de la Corporación. Saliída.—Al Dr. C. de la Torre, nombrándolo ponente para que informe en el asunto de la pesca de quelonios, solicitado por la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio. Al Dr. M. EF. Garrido, íd. íd. íd. en el del Rhum Colonia, soli- citado por la misma Secretaría. Al Dr. J. P. Alacán, íd. íd. íd. en el asunto del producto in- dustrial, solicitado por la Secretaría de Hacienda. Dió también cuenta del regalo de 153 volúmenes de obras de medicina que, para la Biblioteca, remitió la Sra. viuda del doctor M. Franca, miembro que fué de esta Corporación. La Academia acordó expresar su gratitud á la referida Sra. por su valioso do- nativo. Se concede la palabra al Dr. Arturo Bosque y no estando éste presente por impedirselo asunto de familia, el Dr. Gustavo López, Secretario, que tiene en su poder el informe, le dá lectura. Es el relativo al KRESSOL nombre con que no se designa ningún medi- camento actualmente. En este sentido fué aprobado. El Dr. Jorge Le-Roy dá lectura al otro informe del Dr. Arturo Bosque, relativo al jarabe de brea, codeína y tolú del Dr. Eduardo Palú. Una vez leído este informe los Dres. E. B. Barnet y E. Par- diñas exponen la deficiencia de datos que contiene respecto á la acción dela codeína y sus usos, y como quiera que es este el punto que se trata de dilucidar, por criterio también expuesto por la Junta Superior de Sanidad, se acuerda que se amplié dicho infor- me en este sentido volviendo para ello al mismo Sr. Ponente. El Dr. Luis Montané, se escusó de leer su trabajo anunciado ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 30) por sentirse indispuesto y por tanto se aplazó su conferencia para la próxima sesión. Se dió cuenta de la comunicación enviada por el Director de la Estación Agronómica de Santiago de las Vegas, en que relata las EXPERIENCIAS ACERCA DEL CULTIVO DEL TABACO realizadas en aquella Estación. Con lo cual la Presidencia dió por terminada la sesión pública, quedando la Academia constituída en otra de Gobierno. INFORME ACERCA DEL KRESSOL POR EL Doctor Arturo Bosque ¡Sesión del 12 de Abril de 1907.) La palabra “Kressol” no es un nombre que sirve para una clase de producto. Existen si el Cresol (eserito con € y con una sola s y no con / y con dos s como es el del objeto de la consulta), el cual figura como producto.quí- mico en los catálogos de las casas de Becker y Franck, de Hamburgo; y Poulene Freres, de París; y el Creosol (Ta- nato de creosota) que figura en los catálogos también de Poulenc Freres y el formulario de H. Boequillon Limon- sin. Como la Secretaría de Agricultura, Industria y Co- mercio pregunta si la palabra Kressol (con / y dos s) pue- de ser estimada como de las comprendidas entre las que señala el inciso 3.” del artículo 5.” el cual dice que los co- merciantes, fabricantes é industriales no podrán adoptar para sus productos los distintivos que expresen “Las de- nominaciones usadas generalmente en el comercio para determinar una clase de mercancía”, someto á la conside- ración de la Academia la siguiente contestación: “La pa- labra “Kressol” tal como está escrita no es un nombre que sirve para distinguir una clase de producto, aunque sí existen el “Cresol” y el “Creosol”, ambos productos quími- COS. 396 ANALES DE LA PP re EXPERIENCIAS ACERCA DEL CULTIVO DEL TABACO POR EL SR. J. T. CRAWLEY Director de la Estación Central Agronómica de Santiago de las Vegas. (Sesión del 12 de Abril de 1907.) No me hubiera atrevido á enviar á esta digna Corpo- ración la relación de los ensayos sobre el cultivo del tabaco emprendidos en la Estación Agronómica de San- tiago de las Vegas, bajo mi dirección, si la mesa de esta Academia y muy especialmente su activo Presidente, no me hubiera invitado y comprometido ¿ ello cuando en representación de la Institución que preside, asistía á la reunión de cultivadores de tabaco que se verificó en la misma Estación Agronómica de Santiago de las Vegas en el mes de Febrero último pasado. Vuestro entusiasta Presidente no sólo me invitó de modo insistente 4 dar cuenta de mis ensayos, sino que también obvió la dificultad de expresarme ó escribir en español, encargándose él mismo de poner en este idioma, lo que en este momento digo y que á mí no me hubiera sido posible hacerlo; esta inmerecida deferencia le quedo altamente reconocido, así como « esta Academia por el honor que me dispensa al ofrecerme su tribuna para presen- tar á los ilustres miembros de este cuerpo científico mis ies as experiencias en la Estación Agronómica de Santiago de las Vegas, acerca del cultivo dal tabaco. Estas son, en extracto y para no fatigar vuestra atención las que expondré á continuación en forma de notas breves Los lotes de terreno destinados «4 las experiencias, están divididos en 9 parcelas rectangulares de 16 metros de lareo por 5 de ancho, y 9 pequeños como la mitad de los anteriores. El objeto de los experimentos era, saber cuál de las substancias: ácido fosfórico, nitrógeno y potasa, tenía mayor influencia en el desarrollo de la planta del tabaco en la tierra colorada de Santiago de las Vegas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 397 Las posturas del tabaco de todas las parcelas fueron trasplantadas al mismo tiempo, se les ha regado y cultiva- do por igual; en resumen se las cuidaba á todas del mismo modo, excepto en la aplicación de los abonos. Las parcelas fueron abonadas según la tabla que da- mos más abajo. En todos los casos, el ácido fosfórico se derivaba del fosfato de cal, el nitrózeno del sulfato de amoníaco, y la potasa del sulfato de potasa. Los números 60, 120, etc., representan kilogramos de cada uno de los elementos de abono, para hectárea de terreno. Abono. Lita 60 Acido fosfórico. Dido ... Testigo sin abonar. d í 60 Acido fosfórico. ROS 1 60 Nitrógeno. ñ í 60 Acido fosfórico. ER 1 60 Potasa. z y 60 Nitrógeno. O OS 1 60 Potasa. - 6 e Lest20. [60 Acido fosfórico. ¡NETA 2 60 Nitrógeno. 60 Potasa. [ 120 Acido fosfórico. A | 120 Nitrógeno. (120 Potasa. (30 Acido fosfórico. .....3 30 Nitrógeno. L-30 Potasa. Las parcelas más pequeñas se abonaron de distinto modo, pero estas 9 parcelas representan el plan de los experimentos. Jo) Se ve que los experimentos están planteados, para mostrar el efecto del ¿eido fosfórico sólo, en combinación con el nitrógeno y con la potasa, y en combinación con los dos al mismo tiempo. Finalmente tenemos los tres elemen- tos de 30á 120 kilogramos por hectárea. 308 ANALES DE LA Resultados: PARCELAS 2 y 6. “Testigos”. Pequeñas plantas mez- quinas, pequeñas Led plantas con apariencia mortecina. Suelo demasiado pobre. Imposible que el tabaco crezca en este suelo, según su condición natural, PARCELA 1. Plantas grandes y saludables, hojas anchas y verdes, todo en ellas es de nna apariencia vigo- rosa. PARCELA 3. Igual que la número uno; plantas gran- des y saludables, hojas anchas y verdes, todo es lozanía. Lo cual demuestra que el nitrógeno, añadido al ácido fosfórico no agrega resultado más que el que se asegura con este último solo. PARCELA 4. Igual que las 1 y 3. Mostrando que la potasa no añade más en resultado que el ácido fosfórico. PARCELA 7. Mejor que cualquiera de las precedentes, mostrando, tal vez, que los tres elementos combinados. producen mejores resultados que el ácido fosfórico solo. PARCELA 8. Mejorque la número 7, mostrando que un aumento en la cantidad de abono usado, hace aumentar la cosecha. “n otros terrenos se han experimentado cambiando el abono químico, por el estiércol, el abono tan costoso que se usa en Cuba. El terreno estaba en buenas condiciones mecánicas, teniendo originalmente una cantidad conside- rable de materias orgánicas. Los resultados fueron del todo satisfactorios, mostrando que, el tabaco de hoja fina puede crecer, cuando las condiciones le son favorables, sustituyendo el abono químico tan barato en parte por el más costoso y escaso del estiércol, En todas estas pruebas, la superioridad del elemento fosfórico sobre todos los otros elementos, fué evidente, así es que, queda probado sin dejar lugar € duda. Importante economía de los resultados. Esperamos añadir todas las materias orgánicas que se necesitan y que ahora se sacan del A tiércol. sembrando durante el verano plantas leguminosas. Los experimentos demuestran que el nitrógeno se nece- sita poco para la siembra del tabaco en tierra colorada, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 399 pero se usa en grandes cantidades por los comerciantes que venden fertilizantes y es el elemento más costoso que se emplea. Los resultados nos enseñan que extensamente puede desecharse en las composiciones. Los experimentos son fundamentales, y se repetirán con tierras en buenas condiciones mecánicas. El tabaco después de la siega, se examinará química- mente para comprobar su composición y calidad. Acta de la sesión pública ordinaria del día 26 de Abril de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. — De número.—Dres. E. Acosta.— E. B. Barnet.—T. Y. Coronado.—G. G. Duplessís.—J. Diago.— C. E. Finlay.—F. García Cañizares.—M. Fernández Garri- do.—D. Hernando Seguí.—J. Le-Roy.—C. Moya. — E. Núñez.— F, Paradela.—J. A. Valdés Anciano.—M. Ruíz Casabó.—M. Sán- chez Toledo.—-+E. Saladrigas.—C. dela Torre.—F. Carrera y Jústiz. Corresponsal.—Dr. F. María Héctor. Leída el acta de la sesión anterior (12 de Abril) fué aprobada. ¡ La Secretaría dá cuenta del movimiento de la Biblioteca y de las siguientes comunicaciones. Entrada.—Del Dr. E. Núñez, participando tener terminado su trabajo de ingreso intitulado: “La cirugía conservadora de los ovarios” y solicitando se designe el Académico que deba contes- tarle. De la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, rectifi- cando la palabra Kretol y no la de Kressol que usó anteriormente. Del Ateneo y Círculo de la Habana participando que la velada en honor del Sr. Zambrana se verificará el día 22 y reiterando la invitación á los Sres. Académicos. 360 ANALES DE LA Del Dr. John Wise Thomas, donando un insecto para el Museo de la Academia. De la Secretaría de Gobernación, remitiendo, en calidad devo- lutiva, instancia del Dr. Enrique Núñez solicitando sean anula- das las elecciones verificadas en la Academia el día 12 del actual. De la Secretaría de Estado y Justicia, remitiendo los tres pri- meros volúmenes de la Sección de Legislación le la Colección Legislativa á cargo de ese Departamento. Del Dr. Leopoldo Berriel, participando su nueva reelección pa- ra el cargo de Rector de la Universidad de la Habana. Del Gobierno Provisional, participando haber trasladado al De- partamento de Hacienda el escrito de esta Academia, fecha 9 de los corrientes. Del Juzgado de Instrucción del Oeste, trasladando exhorto del de Camagúey acerca del estado mental del procesado J. S. R. De la Secretaría de Hacienda, remitiendo para informe, certifi- cados de análisis practicados en los Laboratorios Nacional y Pro- vincial de Santiago de Cuba. Del Jefe del Departamento de Botánica de la Estación Agronó- mica, sobre enfermedades de las pulgas. De la Secretaría de Instrucción Pública, enviando medalla y diploma otorgado á la Academia en la Exposición Universal de San Luis de 1904. Del Dr. J. A. Presno, excusando su falta de asistencia á la se- sión pública por tener que concurrir á la misma hora á la Junta de Profesores de la Escuela de Medicina. De varios Sres. Académicos, dando las gracias por su elección para los cargos de la Junta de Gobierno. Salida.—Al Dr. Juan Santos Fernández, participándole que en las elecciones verificadas el día 12 de los corrientes fué reelegido Presidente de la Academia para el bienio de 1907 á 1909. A los Dres. G. López, J. Le-Roy, J. P. Alacán, F. Paradela, M. Ruíz Casabó y C. de la Torre, participándoles su elección pa- ra los cargos de Vicepresidente, Secretario, Vicesecretario, Teso- rero, Bibliotecario y Conservador de los Museos respectivamente, durante el bienio de 1907 á 1909. Al Dr. Arturo Bosque, devolviéndole el informe sobre el Jarabe de brea, codeína y tolúá preparado porel Dr. E. Palú, para su ampliación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 361 A la Secretaría de Agricultura, Industria y Comercio, remi- tiéndole el informe aprobado el 12 del actual sobre el Kressol. Al Dr. Enrique Núñez, participándole que la presidencia ha designado al Dr. G. G. Duplessís para contestar su discurso de ingreso como Académico. Al Dr. G. G. Duplessís, nombrándolo para contestar el diseur- so de ingreso del Dr. Enrique Núñez. A los Dres. T. V. Coronado, (+. Benasach é I. Calvo, designán- dolos para constituir el tribunal que ha de juzgar la Memoria pre- sentada en opción al premio B del Dr. Górdon cuyo lema es: ¿(2u0 tendimus? l A los Dres. E. Acosta, E. Pardiñas y F. Paradela, designándo- los para constituir el tribunal que ha de juzgar la Memoria pre- sentada en opción al Premio del Presidente Gutiérrez, cuyo lema es: Prrare humanum esí. A la Sra. Cecilia Alvarez de la Campa, viuda de Franca, dán- dole las más expresivas gracias por su donativo de obras de medicina de la biblioteca de su esposo, para la de la Academia. A la Secretaría de Estado y Justicia, acusando recibo de los tres primeros volúmenes de la Sección de Legislación de ese De- partamento. y Al Dr. Gustavo López, nombrándolo ponente para informar en causa sobre el estado mental de un procesado. La Presidencia concede la palabra al Dr. Tomás Vicente Coro- nado, quien hace una comunicación oral acerca de los COLIBRÍES, de los cuales trae á la Academia 8 ejemplares vivos en un par de jaulas. El Dr. Carlos de la Torre aludido por el Dr. Coronado dijo: que los ejemplares presentados por éste á la Academia pertenecen á las especies Sporadinus Ricordis, que es el zanzún ó zumbador, muy común en toda la Isla y sedentario, pues anida en nuestros campos y jardines; y los más pequeños son colibries Trochilus colubrís, que pasa por Cuba en el mes de Abril, viniendo del Sur, y luego la abandona para seguir su viaje á Norte América lle- gando hasta Canadá. Esta última especie no anida en Cuba, sino en Norte América, y es poco probable que pueda vivir mucho tiempo en jaula, porque respondiendo ásu instinto migratorio, hará grandes esfuerzos por seguir su viaje ó morirá de tristeza, como otras aves de paso. Noes así el zanzún verde ó zumbador, tomo xLur.—47. 362 ANALES DE LA que siendo especie sedentaria, podrá anidar en. grandes jaulas apropiadas, pues el Dr. Gundlach ha observado una hembra de esta especie que hizo su nido en la lira del alumbrado de su pro- pio cuarto, entrando y saliendo por la ventana, y tomando á veces el algodón y la estopa de su mesa de trabajo; pero aunque esta hembra sacó cuatro veces en aquel mismo nido, el Dr. Gundlach nunca vió que el macho entrara en la habitación, sino que por el contrario cree que la hembra anida siempre en parajes poco fre- cuentados por los machos, quizás para no ser molestada por ellos, y agrega que nunca ha visto un zunzún macho acariciar una hem- bra: por lo cual considera interesante lo que refiere el Dr. Coro- nado con respecto á los hábitos de estas «aves durante la época del celo. Se concede después la palabra al Dr. Zuis Montané que hace una comunicación anunciada en la orden del día acerca de la GRUTA DEL PURIAL y que no pudo realizar en la sesión anterior. El Dr. Carlos de la Torre dijo que había oído con sumo interés la relación que acaba de hacer el Dr. Montané del resultado de sus estudios y las de su maestro el Dr. Hamí y su condiscípulo el Dr. Verneau, después de haber comparado los restos humanos encontrados en la “Gruta del Purial”, con las ricas colecciones del museo de antropología y etnología de París; y que se felicita al mismo tiempo por haber visto confirmadas sus sospechas de que aquellos restos eran prehistóricos, en la verdadera acepción de la palabra y que no tenían relación alguna con los otros restos humanos de épocas mucho más recientes, encontrados en las cue- vas de Maisí y otras localidades de Baracoa; pero queno había vis- to igualmente claras las razones en que pudieran fundarse el Dr. Montané y sus colegas de París para, poder asignar á la época neolítica la antigúedad de los restos extraidos de la “Gruta del Purial”. El Dr. Montané da las gracias al Dr. la Torre y le pide le per- mita diferir la contestación á su pregunta, para cuando se celebre la primera sesión de la Academia. Entonces lo hará con amplitud. La Presidencia da por terminada la sesión pública por no haber podido concurrir á ella el Dr. J. A. Presno, según manifestó oportunamente y declara á la Academia constituída en otra de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 363 LOS: COMEEBRIES POR EL Dr. Tomás V. Coronado (Sesión del 26 de Abril de 1906.) Con motivo de un trabajo presentado por el Dr. Valdés Ragués hube de hablar de unas variedades de zunzunes por mí observados en la cercana playa de Cojímar. Ofre- cí entonces traer ejemplares de esas diminutas avecillas; cuando la época de su inmigración d nuestro país comen- zase. Desde mediados del actual mes de Abril han llega- do y se preparan d construir sus nidos, hacer sus crías y allá para fines de Julio abandonar nuevamente « Cuba en busca de otros climas ó más probablemente, tierras más ricas en exuberante vejetación que les brinde flores abun- dantes, de cuya miel se alimentan en gran parte. Las dos parejas vivas y la piel que hoy os presento no son precisamente los diminutos tipos por mí observados en años anteriores. Pertenecen éstas 4 unas de las varie- dades descritas por Gundlach. Nada he de deciros de los caracteres que en ellos po- dréis observar y cuya enumeración me parece pertinente dejar al cuidado de los Dres. Valdes Ragués, Carlos de la Torre y García Cañizares cuya competencia comu natura- listas es de todos conocida. A dichos compañeros debe en- comendar la Academia un estudio completo de éstas y otras variedades que me permito facilitar, durante este ve- rano con los datos por mí recogidos de su vida en liber- tad y en cautiverio. Dicho trabajo confirmará el ya reali zado por Gundlach. á En toda la zona de los climas cálidos viven estos dimi- nutos pajaritos. Pasan de 400 las variedades que se han ido estudiando y que hoy se agrupan en unos 70 géneros según puede comprobarse estudiándolos en la excelente obra de Reinchembach. Las variedades de zunzunes, colibríes 0 zumbones pre- 364 ANALES DE LA sentan un carácter muy curioso que las aproximan á una numerosa familia de aves que por su fuerza y poderío son los tipos antitéticos, me refiero al orden de los Pieidos (carpinteros). La lengua de los carpinteros se prolapsa merced 4 una disposición especial de los cuernos del hioídes y dos pro: longaciones cartilaginosas que dan vuelta alrededor de la cabeza y vienen á parar d la base del pico en su por- ción superior y posterior. Sírvele esta disposición al car- pintero para introducir su lengua en forma de arpón en las hendiduras de los árboles y aprisionar los insectos que le sirven de alimento. El adjunto dibujo tomado del natural de un craneo de zunzun muestra idéntica disposición para un fin distinto. Necesita el zunzun también prolapsar su lengua para tomar allá en el fondo del cáliz de la flor, la miel que le ali- menta. La manera de aprisionar estos colibríes es bien senci- lla: una varilla de eítin y en su extremidad un lazo de erin blanca de caballo, un poco de paciencia y seguridad en el pulso para enlazarlos por el cuello; muchas veces tratan de picar el lazo que pronto les aprisionara. El tamaño de estos pájaros llamados por sus dimensio- nes moscas, está en razon inversa de su extremada agili- dad y de la rapidez de su vuelo y sus movimientos y la naturaleza les ha dotado de un plumaje tan brillante que nada tienen que envidiar al de los colores de las flores tropicales. El rubí, la esmeralda y el topacio resultan pálidos, y deslumbrados si se comparan sus cambiantes colores con los de las plumas del colibrí. Os recomiendo que fijéis vuestra vista en la negra corbata de terciopelo que distineue al macho de la variedad que os presento: al menor movimiento se torna en rojo rubi brillantísimo y le veréis cambiar rápidamente en el más vivo dorado, bron- ceado y, á luz del sol, en todos los colores del iris. “sta variedad y la que he observado en años anteriores se domestican prontamente y viven bien en jaulas donde se alimentan y engordan con agua azucarada siempre que tengamos el cuidado de lavar el depósito y renovar dia- riamente el agua con azúcar. Como es frecuente que acu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 365 dan pequeñas moscas ó guasasas al olor de la miel, los zun- zunes las pescan al vuelo y las comen con marcado placer. Suelen. picar y comer la pasta de papa y yema de huevo duro. Resultan muy mansos si viven en la proximidad de las casas y en sus jardines. En la calle de Contreras en Matanzas, casa con jardín, venían á libar las flores; concluidas éstas, se aproximaron los zanzunes al inquilino hasta que éste les brindó almíbar en una taza de colores, se acercaron y pocos días después ya estaban acostumbrados á venir d tomar el agua con azúcar en los dedos del protector de los animalitos. Una mañana, al llegar de misa, con ropa negra, quiso dar de comer á los zunzunes y éstos no se acercaron de ninguna manera y volaban como asustados. Momentos después y vestido con su ropa blanca habitual penetraron los zunzu- nes por la ventana y vinieron d tocar su cara con las alas hasta que les sirvió el alimento. No dudo que las variedades que he tenido aprisionadas en pequeñas jaulas pudieran llegar á realizar sus crías si se colocaran en amplias habitaciones y se le facilitaran los medios de construir sus nidos con algodón y algas finas. ¿n cautividad los machos no son sordos á las caricias de las hembras, en la época del celo. Si termina el verano y los conservamos enjaulados en la época de su salida del país, mueren como las vijiritas, en iguales condiciones. LA GRUTA DEL PURIAL (1) POR EL Dr. Luis Montané (Sesión del 26 de Abril de 1907.) (1) Por no haber podido obtener de su autor dicho tabajo no aparece en este lugar. 366 ANALES DE LA Acta de la sesión pública extraordinaria del 1” de Mayo de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.— De mérito.— Dres.: C. Finlay y M. Valdés Rodríguez. De número.—Dres.: E. Acosta.—E. B. Barnet.—T. V. Corona- do.—E. Pardiñas.— F. García Cañizares.— I. - Plasencia. — J. A. Presno.—M. Ruíz Casabó y C. de la Torre. Honorarios.—Dres.: C. Theye y A. Mestre. Corresponsal.—Dr. F. M. Héctor. Con la asistencia de los Sres. Académicos arriba expresados y representaciones de la Universidad, Instituto de 2.* enseñanza, Sociedad Económica de Amigos del País, Observatorio del Cole- gio de Belén, distinguidas damas y personas de nuestro mundo intelectual se celebró la sesión extraordinaria oportunamente anunciada. La presidencia concede la palabra al Dr. Carlos de la Torre quien desarrolla brillantemente su conferencia sobre EL CACHA- LOTE( Cutodon macrocephalus). Describe el cetáceo encontrado en las costas de Cuba, muestra varias piezas de su esqueleto y entretiene al auditorio con la des- eripción del ejemplar y consideraciones de alto interés científico. A la terminación fué calurosamente aplaudido. Se concede después la palabra al R. P. M. Gutiérrez Lanza, Subdirector del Observatorio magnético y meteorológico del Co- legio de Belén, quien diserta sobre FENÓMENOS SEÍSMICOS. La conferencia del P. M. Gutiérrez Lanza, tuvo carácter de introducción á la serie que piensa pronunciar en esta Academia, trazando á grandes rasgos las líneas generales de los fenómenos seísmicos á la luz de las modernas ideas científicas. Empezó dedicando un recuerdo de admiración al ilustre jesuita, P. Viñes, Socio de Mérito de la Academia de Ciencias, ensalzan- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 367 do su obra -como sabio y como bienhechor insiene de la huma- nidad. He aquí algunas de las ideas fundamentales del discurso: Las recientes catástrofes, con su inmenso balance de ruinas y muertes, han hecho el problema seísmico de eminente actualidad. De ahí el despertar del mundo sabio y la conjuración universal para estudiar el fenómeno devastador y buscar los medios de evi- tar sus estragos. Los esfuerzos aunados han hecho hermosas con- quistas y prometen mucho más; pero el soñado ideal de la pre- dicción está aun por realizar. Las causas están muy hondas y no podemos llegar á ellas. ¿Qué es y qué significa un terremoto? El orador responde que es un fenómeno de formación geológica, producido por el rompimiento de un estado de equilibrio violento entre fuerzas geofísicas colosales residentes en capas más Óó menos profun- das de rocas subyacentes. En este punto una digresión científica condujo al conferen- cista á las regiones del espacio. Dijo que la historia de nues- tro planeta es idéntica á la de todos los astros, aunque de di- ferente duración; pero los pasos, por donde irán pasando todos los cuerpos celestes, serán los mismos en épocas más ó menos remotas, toda vez que constan de los mismos elementós do- tados de las mismas fuerzas. Los astros irradian incesantemente luz y calor á los espacios y esas pérdidas no se reparan: luego llegará un día en que se agoten, se apaguen primero y se enfríen después, hasta llegar al cero absoluto. Llegado ese momento, que tardará millones de años, silencio de muerte y obscuridad tenebrosa reinará en toda la creación. Volviendo á la tierra, expuso el conferenciante que los te- rremotos actuales no son más que ecos débiles de gigantescos trastornos telúricos de pasadas edades, los cuales se infieren de casi todas las cadenas de montañas actuales, Luego trazó el padre M. Gutiérrez Lanza, en breves líneas la historia del nacimiento de esa ciencia de la Seismología, á la que llamó “la más niña de todas las ciencias”, poniendo como centros principales de organización de esos estudios, el Japón, Italia é Inglaterra. Ultimamente tuvo lugar la creación de la Sociedad Internacional de Seismología con su centro en Strasburgo. También dió cuenta, en la conferencia, de la esta- 368 ANALES DE LA ción seísmica que el Observatorio del Colegio de Belén ha insta- lado recientemente en la finca que posee el colegio en Luyanó, con el doble fin, de tomar parte en el movimiento internacional por esos estudios, y de averiguar las condiciones seísmicas de nuestro suelo, lo que de tan poderoso enemigo podemos temer, y en caso. de peligro, los medios que se habrían de tomar para conjurarlo. Prolongados «aplausos premiaron la conferencia pronunciada por el P. Gutiérrez Lanza á quien la presidencia felicitó en nombre de la Academia y se felicitó á su vez de que personas tan ilustradas diesen brillo y contribuyesen á enaltecer la tribuna de la Corporación dando con esto por terminado el acto. EL CACHALOTE. —CATODON MACROCEPHALUS Olasificación y desertpeión del esqueleto deun enorme Cetá- ceo, encallado en las costas de Cuba, cerca de Nuevitas, en mayo de 1906.— Presentación de algunos hmesos de dicho esqueleto. Por el Dr. Carlos de la Torre (Sesión extraordinaria del 1. de Mayo de 1907.) Hace veinte años, en diciembre de 1886, tuve el honor de presentar ante esta docta Corporación el esqueleto de un Cetáceo, armado por el Sr. Leonel Plasencia, y lo clasi- fiqué como perteneciente á la especie Phocoena yrampus, de la familia de los Delfinidos. Aquel ejemplar, que se 2. Y 21d, 4 , encontró encallado en la costa de Cojímar, llamó mu cho la atención en la Habana, por sus dimensiones; y, sin embargo, el esqueleto entero de aquel Cetáceo, es más pequeño que la mandíbula del que tengo hoy el gusto de presentaros. ia , 3 A ETS a a E Si se exceptúan los Delfinesó Toninas, que suelen verse ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 369 alrededor de las embarcaciones en nuestras aguas, y el Manatí, Manatus amertcanus que frecuenta los esteros salobres y penetra en los erandes ríos de la Isla, es rara la presencia de cetáceos en las costas de Cuba. En el año de 1839, cuando llegó 4 Cuba, para bien de la Ciencia, el Doctor Juan Gundlach, en compañía del Doctor Luis Pfeiffer, malacólogo eminente, y del notable botánico Doctor Eduardo Otto, encontró en Punta de Ma- ra, en Matanzas, los restos del esqueleto de un Ballenato. En 1865, el señor Francisco Jimeno, mi iniciador en los estudios zoológicos, hizo enterrar detrás del castillo de San Severino, en Matanzas, un ejemplar de Phocena, en- contrado en aquella bahía. Y en fecha más reciente, hace unos diez años, se cogló un pequeño Cachalote, de unos quince pies de largo, en la misma bahía de Matanzas, y se conserva en el Instituto de aquella ciudad. Pero ninguno de esos ejemplares, que son los que han llegado ¿ nuestro conocimiento, tienen las dimensiones ni la importancia del que nos ocupa en este momento, y el cual fué encontrado hace un año en el pesquero Aguas del Inglés, entre Cayo Confite y Cayo Romano, á la. en- trada de la parte más estrecha del Canal Viejo de Ba- hama. Este hallazgo se debió á4 D. Rafael Roque, vecino de Cayo Romano, quien en compañía de sus tres hijos, de los Sres. Manuel Agustín Nápoles, José Hernández Ar- dieta y de algunos pescadores, aprovechando la resaca, lograron remolcar aquella mole enorme hasta la playa, en donde le extrajeron más de 100 envases de la grasa co- nocida con el nombre de espermacetí, los cuales fueron vendidos en Nuevitas 4 la fábrica de jabón de Pijuán y al Sr. Bernabé Sánchez, para el Ingenio Senado; y hu- bieran podido obtener también algunos kilogramos de ámbar gris, de haber tenido conocimiento de su existen- cia y aplicaciones. Larga y difícil fué la tarea de desollar aquel cuerpo gigantesco, para conservar, bastante completo, el esque- leto, que no se ha perdido para la ciencia, gracias «¿ los esfuerzos de los citados señores, que lograron trasladarlo TOMO xLIir.—A48. A ANALES DE LA primero 4 Nuevitas, luego á Camagliey y actualmente d la Habana. Cuando vi por primera vez este esqueleto, pude notar que se habían cometido algunos errores en la colocación de ciertos huesos, y procuré enmendarlos; como sucedió también en el esqueleto del Phocena armado por el señor Plasencia. La cabeza, enorme, está formada en sa mayor parte por los maxilares, los interma.rilares y el vómer, que uni dos forman un hocico puntiagudo de unos cinco metros de largo y dos y medio metros en su parte más ancha; por detrás de esta superficie horizontal se eleva perpen- dicularmente un muro semicircular, de unos dos metros de altura, formado ad nte por los ¿ntermaxtlares que debén descansar sobre los huesos del cráneo, de los cuales ahora están separados. El cráneo propiamente di- cho es pequeño relativamente, lo mismo que la masa ce- rebral; pues la eran concavidad situada encima de la mandibula superior y por delante del cráneo está llena, en estado fresco, por la grasa nombrada espermacett. La mandibula infertor está formada por dos ramas de cerca de cinco metros de largo, unidas entre sí por una sinfisis de tres metros, y armadas de más de cuarenta dientes puntiagudos y ligeramente recurvados hacia adentro. La mandibula superior carece de dientes, y este es un carácter import: wte para la clasificación. La disposici ión de las narices y de las órbitas no podrá apreciarse bien, en tanto que los huesos no ocupen su verdadera posición. El atlas tiene un metro de ancho. La pieza que le si- vue es sumamente interesante desde el punto de vista de la Anatomía Comparada; pues aunque 4 primera vista pa- rece una sola vértebra, 4 poco que se la examine se ve que es el resultado de la soldadura de las otras sels verte- bras del cuello; así lo demuestra la presencia de los tabi- ques incompletos que separan los agujeros de conjunción de dichas vértebras, destinados á dar paso 4 los nervios cer- vicales. Esta disposición admirable constituye uno de los ejemplos más notables de la adaptación de las formas ot- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ml gánicas á las condiciones del medio y en relación con las necesidades del animal. Con las mismas siete vértebras que tiene el cuello del hombre, están constituídos el cue- llo corto de los cetáceos y el largo cuello de la Frrafa. Las vértebras dorsales se distimguen por sus caras arti- culares para recibir las costíllas en la extremidad de las apófisis transversas. Hay una vértebra dorsal. probable- mente la novena, que presenta como carácter distintivo dos agujeros para dar paso á las arterias vertebrales. Siendo rudimentarios los huesos de la pelvís en los ce- táceos y no uniéndose á la columna vertebral, no es posi- ble distinguir la región lumbar de la caudal; pero son muy notables en esta última los huesos en úpsilon 6 huesos en Y. Estos huesos (que no saben nunca colocar en su verda- dera situación las personas que arman por primera vez el esqueleto del retáreo) se articulan siempre entre dos vér- tebras, en la parte inferior de los cuerpos de las mismas, de manera que forman un canal opuesto al medular; y están destinados 4 protejer la porción caudal de la aorta por lo que reciben el nombre de arcos hemades. Las últimas vértebras, de forma cilíndrica ó discoidea, están reducidas ¿ los enerpos de las mismas. El primer par de costillas es mucho más corto que los siguientes y su forma es aplanada. E esternón está formado de tres piezas: las dos prime- s, pares, se unen en la línea media formando un gran agujero centr: ad; y la tercera pieza, impar, forma la por- ción xifoides Ó punta del esternón. El omóplato es cóncavo por su cara exterior, y presen- ta un acromion muy saliente y una apófisis coracoides ter- minada en punta. El húmero es muy corto y grueso, y está soldado al cúbito y el radio. Hay un hueso aplanado, con otros dos laterales, anchos y redondeados, que forman el aparato hiordeo. Faltan los huesos de la pelvis, que son rudimentarios; y los de las nadaderas, que suelen permanecer en estado cartilaginoso. Del estudio del esqueleto. de este cetáceo, y particular- mente por la forma de la cabeza, por la ausencia de las 312 ANALES DE LA láminas córneas llamadas ballenas y por la presencia de dientes en la mandíbula inferior solamente, puede asegu- rarse que este esqueleto no es de Ballena, como se ha dicho erróneamente, sino de un Cachalote, que por sus dimensiones, la forma de los ¿ntermaxilares etc., debe ser el Catodon macrocephalus de Lacepede, perteneciente á la familia de los Catodóntidos 6 Ficetéridos, orden de los Cetáceos. Por las dimensiones de la cabeza, que mide seis metros, puede calcularse la longitud total del esqueleto en veinte ó veintiún metros; y si se agregan las partes blandas (ho- cico y nadadera caudal) pudo haber medido veinticinco metros. Estas dimensiones superan á las del ejemplar que se conserva en el Museo de París y que fué descrito por el sabio Cuvier. Si á esto se agrega la circunstancia de ser éste el único cetáceo de grandes dimensiones que se ha: cogido en las costas de ( Tuba, se comprenderá el interés que ha de te- ner para nosotros el poderlo conservar: por lo que sería de desear fuese adquirido por el Gobierno y depositado en aleuno de nuestros museos, siendo hoy el de la Uni- versidad el que posee un local adecuado. ACADEMIA DE CIENCIAS DE IA HABANA 313 Acta de la sesión pública extraordinaria del 10 de Mayo de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Academicos concurrentes.—De número.—Dres.: E. Acosta.— J. P. Alacán.—E. Alamilla.—E. B. Barnet.—I. Calvo.—T. V. Co- ronado.—F. García Cañizares.—C. de la Torre.—J. A. Valdés Anciano.—P. Valdés Ragués. Honorario.—Dr. A. Mestre. Corresponsal.—Dr. E. Díaz. Con la asistencia de los señores académicos expresados y repre- sentaciones de la Universidad, Instituto de 2.* enseñanza, Escue- la de Ciencias, Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana y otras distinguidas personalidades, se celebró la sesión extraordinaria convocada al efecto de la solemne recepción como Académico de número del Dr. Felipe García Cañizares. - Como el sillón vacante que ocupa este académico, era el del doc- tor Juan Vilaró y Díaz, cumpliendo un precepto del reglamento, hizo el recipiendiario el ELoGI0 de su distinguido antecesor. El Dr. Tomás V. Coronado encargado de contestar el discurso del Dr. García Cañizares, hizo á su vez resaltar los máritos de éste y le dió la bienvenida en nombre de la Academia. Con lo que se dió por terminada la sesión extraordinaria que- dando la Academia constituída en otra ordinaria. 314 ANALES DE LA ELOGIO DEL DR. JUAN VILARO Y DIAZ (1838-1904) Dr. Felipe García Canizares DISCURSO DE RECEPCIÓN COMO ACADÉMICO DE NÚMERO (Sesión extraordinaria del 10 de Mayo de 1907.) Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. Sres. Académicos. Señores: Cumpliendo un requisito que nuestro Reglamento se- ñala, me veo precisado á dirigiros la p: IAS en esta se- sión extraordinaria. y á h ablaros del Académico que antes que yo, y con más merecimientos, ocupaba este lugar. La Academia me exige, como trabajo de ingreso, el Elogio del Dr. Juan Vilaró y Díaz, socio eminente que con envi- diable prestigio pudo llevar siempre sus insignias de Aca- démico, y cuyos conocimientos y oda estuvieron siempre al servicio de esta Cor por ación. —Discípulo del Dr. Vilaró en las aulas universitarias, su amigo siempre, y hasta médico de él en los últimos años de su vida, ha de serme relativamente fácil llenar mi cometido, ya que en estos momentos mis palabras van «d ser simple narración de las cualidades que le sirvieron para llegar al alto pues- to que ocupó en la clase intelectual de nuestro país. Ha- bríase realizado antes este acto reglamentario, si no hubiera esperado que la Universidad Nacional. cuya Cátedra Ocu- pó durante más de treinta años el Dr. Y ilaró, y en donde oyeron sus lecciones 0 se honraron con su amistad los más valiosos de sus elementos actuales, fuese tambiá POS así era su deber-—la primera en rendirle su tributo de c: ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr: Juan Vilaro y Diaz Nació el 3 de Diciembre de 1838.-—+ el 4 de Octubre de 1904. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 riño; y pues que aquella Escuela de Ciencias, por medio de uno de sus más competentes profesores, ha pagado ya tan sagrada deuda, es hora de que nos reunamos aquí pa- ra narrar los méritos del que tanto supo honrar á los sa- bios que le precedieron: de esta suerte no podrá decirse jamás que en este gran Centro de nuestra cultura no se supo ó no se quiso venerar la memoria de uno de sus hi- jos predilectos. I Bajo diferentes aspectos se presenta 4 nuestra conside- ración el Dr. Vilaró: Como Catedrático de la Universidad de la Habana, como Académico y como Miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País, como Publicis- ta y como Consultor del Gobierno Colonial y de nuestros Gobiernos; pero es bien sabido de quienes le conocieron, que valían en él, mucho más que estas muestras de verda- dero mérito, su amor inmenso hacia este país en que nació y su constante deseo de ver flotar, sin manchas y sin som- bras, la hermosa bandera de nuestra Patria. No es posible, Sres. Académicos, pasar por alto en- este Elogio la nota más culminante de cuantas resaltan enla vida del Dr. Vilaró. Aquel que fué siempre amante de los que llamaba “buenos españoles” porque querían 4 esta tierra como á tierra de sus hijos, y que no tenía reparo en admirar al General Topete y dedicarle cariñosa dedicato- ria por el empeño que demostraba en proteger nuestras especies marinas, en la Cátedra, en los periódicos locales, en la emigración fué siempre el más constante adversario político de nuestros pasados gobernantes, de aquéllos que hicieron odioso el (Gobierno Colonial, y precipitaron nuestra separación de la. Metrópoli Española. Basta para reconocer al patriota, echar una ojeada so- bre la Revista de Cayo—Hueso, ese monumento levantado en tierra extranjera por nuestro Académico predecesor para llenar, como él decía, una necesidad de las-emigracio- nes cubanas. La publicación tuvo por lema “Todo y to- dos con Cuba y por Cuba”, y por fin, revelar la cultura de las emigraciones de la Florida, y combatir la dominación española en Cuba y Puerto Rico sin más tasa que el respe- 376 ANALES DE LA to debido á sus lectores, ni más límites que la alta cultu- ra del pueblo cubano y su propio decoro. Fué la Revista de Cayo—Hueso la más valiosa quizás de cuantas publicaciones hubo entre los emigrados cubanos, y entodo tiempo enaltecerá d su ilustre fundador. Bien justificadas estuvieron las siguientes frases escritas en ella por Vilaró el día 10 de Octubre de 1898 “Terminamos hoy nuestra labor para Cuba—cubana en esta tierra. En nuestro aniversario nos sentimos satisfe- chos. Hoy, también. Nada más que de Cuba fuimos. ¿n sua templo nada más ardió nuestro incienso, humilde enuanto puro. Como de ella sólo fueron las ofrendas de nuestro culto único. Si menester fuere, ahí están nuestras columnas desde la primera á la última. A buen segu- ro —agregaba—que de ello hagamos alarde. En ello no vimos ni veremos merecimiento ninguno. Cumplimos simplemente nuestro deber dando á Ciba: cubana cuanto más pudimos y lo mejor que tenfamos. La decisión, la constancia, los sacrificios con que se ha hecho..... Si se sa- be ó llega á saberse no habrá sido niserá por nosotros...” Con esta encantadora sencillez hablaba el Dr. Vilaró en el último número de su Revista. Rebosaban de amor pa- trio sus palabras, y reflejábase en ellas el júbilo que sen- tía viendo aproximarse E más bello ideal de su vida: la vuelta á la patria libre. Y, como en Cubaibaá continuar su labor de “hacer patria”; de ahí aquella cariñosa despe- dida que firmaron también sus infatigables compañeros de br: úbajo Sotero Figueroa y Angel Peláez, y en la cual dijo Eo dá sus col: bres de 5 Revista y a los obreros del Cayo, después de aquella asídua y tan fructífera labor lle- vada á cabo en tierra floridana, con provecho de nuestra independencia y del renombre de nuestra cultura. HI El 26 de Julio de 1868, el mismo día que ingresaban en esta Academia el Conde de Pozos Dulces, José Fernán- dez de Castro y Enrique de Arantave, ocupaba esta hon- rosa tribuna el Dr. Juan Vilaró y Díaz. El tiempo probó después, según tendremos ocasión de ver, que muestro elo- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA del viado merecía estar en compañía de aquellos hombres ¡Ilustres que supieron engrandecer la cultura de Cuba. Desde 1869 sirvió en gran manera ád esta Academia cel Dr. Vilaró como miembro de la Comisión de Medicina Le- val. Basta citar, entre otros, aquel célebre informe sobre heridas presentado por él en 11 de Junio de 1869, en la causa seguida contra Paulino Sánchez por el Juzgado de Bejucal. La clara exposición y análisis de los datos trai- dos á esta Academia para emitir juicio, la maestría y de- cisión con que Vilaró como Ponente, defendió las dos con- clusiones presentadas por él á esta Corporación fueron bastante para que, d pesar de la tenaz oposición de algu- nos compañeros fuesen aceptadas por la Academia y en- viadas las dos, variando sólo un detalle de poca importan- cia en la segunda conclusión. Aunque fueron muchos sus informes de esta índole, nun- ca tuvieron la importancia de sus trabajos Zoológicos. En Noviembre de aquel mismo año comenzaron á publi- car los Anales de la Academia, sus “Notas sobre la clase de los Batracios”. Aquel trabajo de Vilaró fué un análisis minucioso, de las causas principales en que algunos naturalistas de su tiempo se basaban para oponerse € la constitución de los batracios en clase aparte. En él reveló un er reia profundo de la Anatomía y Fisiología de los animales, y demostró palpablemente lo bien justificada que estaba ha separación de dicho grupo Zoológico del de los reptiles, con el cual se hallaban reunidos los actuales anfibios. La situación política de Cuba obligó al Dr. Vilaró 4 marcharse para el extranjero durante la guerra de los diez años; pero, terminada ésta, solicitó y volvió á ocupar su puesto de Académico numerario. Con verdadero júbilo, como decía el entonces NSecreta- rio de esta Corporación Dr. A. Mestre, la Academia reci- bió de nuevo á quien “volvía á auxiliarla con su saber y experiencia”. En 1879, presentó una Nota sobre el insecto á que se atribuían los estragos ocasionados en los platanales de Ma- tanzas. — En ella supo demostrar la inocencia de aquel es- carabeido adulto, el Strategus anacorela, de Dejean. TOMO xLIir,—49, 318 ANALES DE LA En 1880, contestando á una rectificación, pedida por el Ayuntamiento de la Habana sobre la lista de los peces ci- gnatos, leyó en esta Academia un informe notabilísimo. Su estudio sobre la cignatera, el examen que allí hace del artículo 103 de las Ordenanzas Municipales que regían en aquella fecha, y del análisis detallado de cada una de las especies que debían proscribirse, fué bastante para que el mencionado artículo quedara modificado en la forma pro- cedente. Merecen también citarse las célebroas discusiones enta- bladas sobre la “Epidemia de los Cocoteros de esta Isla”. Planteado aquel difícil problema en 12 de Septiembre de 1880 por el Académico Dr. Ramos, figuró el Dr. Vilaró como Secretario de la comisión nombrada por esta Acade- mia para el estudio de aquel importantísimo asunto, y compuesta de Poey, Gundlach, S. A. de Morales y el mis- mo Ramos. No es este el momento oportuno para hacer la historia de aquellas controversias en que no fueron muy afortunados por cierto los miembros de la Comisión y en que otro Académico naturalista, el Dr. La Torre, echando por tierra las teorías de Ramos sobre el Uredo coccivoro, descubrió el principal agente destructor de nuestros coco- teros. Baste recordar que tanto Vilaró como sus compa- ñeros de tarea, por su extraordinaria labor y asiduidad, merecieron sinceros plácemes de esta Academia. En 13 de Enero de 1884, presentó d esta Corporación una nota sobre “La cría de ostras en los Estados Unidos”, y en 24 de Febrero del mismo año un estudio sobre “Cla- sificación de las Aves”; y aquí, en salones no tan hermo- sos como éste, pero sí en colecciones mejor dispuestas que las de hoy, dió por aquella fecha 4 sus discípulos valiosas lecciones prácticas de Zoografía. La más notable de sus producciones de aquel año fué indudablemente el trabajo que sobre “Ostricultura” leyó en la sesión pública del 14 de Septiembre. Deseando nuestra Academia contribuir al establecimiento de la in- dustria ostrícola en nuestras costas, comisionó al Dr. Vi- laró para que estudiase dicho asunto. Sus esperanzas no quedaron defraudadas porque poco tiempo después, en la sesión mencionada, lefa un informe que mereció ser ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 310 “prohijado con amor por esta ilustre Corporación, 'on- siderándolo de utilidad general—=ser publicado en volu- men separado de sus Anales, sin omitir las láminas que al mismo acompañaban”. De esta suerte, como decía el en- tonces ponente Dr. Deleado en su luminoso informe sobre la obra del Dr. Vilaró, la Sección de Ciencias Físicas y Naturales de esta Academia pedía que se otorgase “al trabajo y á la constaneta de su benemérito miembro doc- tor Vilaró el justo galardón, la merecida recompensa de sus afanes”. Y no es de extrañar que el inolvidable Presidente de esta Academia Dr. Nicolás Gutiérrez y sus compañeros facilitasen pecuntariamente dicha publicación, pues hoy— 23 años después de aquella fecha—resulta todavía obra de mérito que debe figurar en nuestras mejores bibliote- “as, y que ha servido y sirve de consulta 4 nuestros hom- bres 36 Gobierno. El día 11 de Abril de 1886, presentó un interesante es- tudio sobre “Dos curiosas anomalías en las Aves”, y otro en la sesión del 13 de Enero de 1889 sobre “Hibridismo en las Gallináceas”, tema que, en época anterior, había, me- recido ya ser publicado por “El Boletín del Museo de H. N. de los Estados Unidos”. Los trabajos indicados bastan para formar juicio del Dr. Vilaró como Académico; pero, aunque dejemos de ci- tar otros muchos cuya enumeración llevaría demasiado tiempo, no es posible prescindir del que en 13 de Diciem- bre de 1891 presentó aquí bajo el modesto título “Algo sobre Peces de Cuba”, pues constituye un estudio de gran valor por los datos propios que contiene sobre la residen- cia, costumbres, aprovechamiento y riqueza de nuestra piscifauna. De esta suerte, año tras año, el infatigable Dr. Vilaró traía d la Academia el fruto de su constante observación sobre las especies animales de Cuba, y de sus estudios so- bre la Fauna del Universo. Ahí quedan, en fin, los Anales de la Academia como testigo irrefutable de tanta laboriosidad y de los muchos servicios que Vilaró prestó como Académico á esta Cor- 380 ANALES DE LA o 7 5 a = A poración: ellos justifican que se le recuerde con orgullo y se venere siempre entre nosotros su memoria. M1 No es menos interesante el estudio del Dr. Vilaró como Publicista, como Consultor de nuestros Centros Oficiales v como Profesor de nuestra Universidad. Sus artículos en los periódicos matanceros “El Anuario E Ciencias del Liceo”, “El Album Cubano” y “La Auro- a del Yumurf”; los de “La Abeja” y “El Progreso” de Ia de las Vegas, los que aparecieron en “El Ari O de San O de los Baños, bastarían para acreditarlo como buen escritor. Además en la Prensa dia- ria y en todas las Revistas científicas y " literarias de esta capital fieuró nuestro elogiado como uno de los más acti- vos redactores 4 colaboradores. Son dignos de especial mención su notable artículo “Gallina- Gallo” y sus traba- jos sobre los “Híbridos”, su “Sinonimia vulgar leo sobre Aves” y los * “Apuntes biográficos de D. Felipe Poe y D. Juan Gundlach” " en donde Vilaró dió 4 conocer ú la poster idad el mérito e xcepcional de aquellos dos sabios que fueron sus maestros, y que más de una vez resultaron ser sus compañeros de trabajo. También merecen citarse sus escritos sobre “Palomas correos”. los diferentes artículos a en 1887 y 1888 bajo los e e 'Por la Agricultura” y “Pec es Cu- banos útiles” los que publicó sobre IEA ranes, Nidos de Aves, ON Origen de las Especies, Quelonios Cu- banos y reglamentación de su pesca:, y sobre el gato mi- mado “Chicho”. En este último trabajo —como dice el erudito Dr. González Curquejo—“se ven unidos en una misma pieza el literato y el naturalista (1). Párrafo especial merece, Sres. Académicos, el luminoso informe que el Dr. Vilaró presentó sobre el “Museo Zooló- gico Cubano de Gundlach”. Es obra de indiscutible mé- rito científico que puso en evidencia la alta estimación (1) Apuntes biográficos del Dr. Juan Vilaró y Díaz por el Dr. A. Gron- zález Curquejo. 1890. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 381 que él mereció siempre 4 nuestro antiguo Gobierno Colo- nial, y que—por la gran importancia que las colecciones de Gundlach tienen para el estudio de la Zoología Cuba- na—basta por sí sola para que Cuba deba eterna gratitud á nuestro Académico pr edecesor. A ese informe, valioso como pocos, en que hablaban á la par el naturalista que sabía el valor de aquel tesoro, y el hijo de Cuba empe- ñado en evitar que en tierra extraña se guardase la más hermosa muestra de nuestra rica Fauna, se debió que el Gobierno, accediendo á los deseos del entusiasta Dr. Reino- So, adquiriera dicho Museo para nuestro Instituto de Segun- da Enseñanza, que hoy lo guarda con especial esmero como á su más preciada joya, para honor nuestro y admi- ración de los naturalistas extranjeros. Los “Apuntes biográficos de Gundlach” y el “Informe sobre 21 Museo” recolectado y preparado por el mismo na- turalista alemán son de una realidad tal, que esos dos tra- bajos de Vilaró bastan para hacer la apología del zoólogo de Marburgo, y nos obligan ¿reconocer á Gundlach como digno compañero de nuestro gran Poey, y á Cuba á ins- cribirle en puesto preferente en la. lista de sus hijos más preclaros. | No fueron éstas, con ser buenas, las mejores AA nes del Dr. Vilaró. Ahí están su “Resumen de Geogra- fía”, su folleto sobre “La Fauna de Cuba” y el notable trabajo que sobre este mismo asunto publicó en la impotr- tante revista habanera Cuba y América (1); obras como “¿Las Aves”, “Los Peces de Cuba”, “La Ostricultura en Cuba”, “La Zoografía de Vertebrados”, sus “Apuntes de Zoología y de Anatomía y Fisiología Vegetal”, las “Le- yes de Apr y Caza” que rigen todavía, “La Espongicul- tura”, sus “Conferencias sobre Historia Natural”, y tantos ne que sobre Pesca y Caza publicó en nuestros pe- riódicos diarios, probando de esta suerte su constante afán de enseñar y su profundo conocimiento de la Zoolo- oía Cubana. Sólo así se explica el alto concepto que del Dr. Vilaró (2) Cuba y America. Número extraordinario del 20 de Mayo de 1903. 382 ANALES DE. LA tuvo la Sociedad de Amigos del País, esta misma Acade- mia—que sre mpre contó con su elicaz auxilio, a hasta el Gobierno de España, que lo OETBAS Vocal de la Comi- sión Permanente de la Junta Central de Pesca del Aposta- dero de la Habana. Los trabajos realizados por Vilaró en las Juntas Provincial y Central de Pesca fueron de tanta importancia que hoy, con más razón que d su ingreso en ellas, podrían repetirse las palabras de Poey: “su entrada allí marcó una era de progreso en la pesquería de la Isla de Cuba”. En efecto, su moción sobre la Pesea de la Lan- vosta, sobre las Chernas, los Pargos, la Lisa y la Biajaiba, dl Reglamento de Pesqueros de 1d 'oncha; su informe sobre la Pesca con artes de malla etega, las consultas que con fre- cuencia le hacían oficialmente los pescadores de Batabanó, Cienfuegos, Caibarién y Matanzas; sus trabajos en pro de la defensa de nuestros criaderos de Moluscos comestibles, el luminoso informe presentado el 25 de Septiembre de 1886 referente ¿4 la Propagación y Aprovechamiento de los Mariscos, y otros muchos más que no es posible enu- merar aquí, prueban evidentemente la justicia con que hablaba, el 14 de Enero de 1881, el entonces Presidente de la Comisión de Pesca del Apostadero de la Habana. cuando decía: “En todo el tiempo que el Dr. Vilaró lleva en la Junta Provincial de Pesca, como Vocal Naturalista, ha sido precioso su concurso y estimable y valiosa la eoo- peración de sus notables conocimientos en las materias so- metidas al estudio de aquella Comisión, la cual, sin su au- xilio, no hubiera podido llenar debidamente el objeto para que fué instituida” La historia de Vilaró en la Universidad de la Habana es el mejor timbre de gloria de su vida. Hijo de esta Ca- pital, en donde nació dl 3 de Diciembre de 1838, se gra- duó de Bachiller en Ciencias el año de 1862, Sicndat va profesor particular de otros jóvenes estudiantes menos aprovechados. Ll y Presas fueron discípulos de Poey, y al lado de éste cobraron afición por las Ciencias Naturales. ayudaándole más 5 de una vez como colaboradores en la pu- blicación del repertorio Físico-Natural de la Isla de Cuba” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 393 En 1867, obtuvo el título de Licenciado en Ciencias Naturales, y en 1868 el de Licenciado en Medicina y Ci rugía—profesión esta última que ejerció como Médico del Cementerio, hoy llamado de Colón y mientras fué emigra- do en St. Thomas durante la guerra de los diez años. siendo digna de recordarse, por su importancia, una Me- moria que publicó sobre la Fiebre Tifoidea y que fué premiada por la Academia de Medicina y Cirugía de Bar- celona, enviándole el título de Socio € 'orresponsal, Laborioso como pocos, pretendió > v inmé nombrado Ofi- cial 2.2 de la Secretaría de la Universidad, y, desempe- ñando este puesto, tuvo do su Cargo, como suple nte, entre otras, las Cátedras de Física Experimental. Geografía, A Latina € Historia Natural. En 1875, fué nomñ- rado Catedrático Auxiliar de Geografía, y del 78 al SO for- mó parte del notable cuadro de pese res que dirigieron el histórico Colegio que se llamó “Educación en E amilia” En 1879, fué oido profesor Auxiliar de la Escuela Preparatoria de Maestros, y en 1880 se graduó de Doctor en Ciencias Naturales, obteniendo —por concurso —aquel mismo año, el nombramiento de Catedrático Auxiliar de la Facultad de Ciencias de la Universidad. Como tal.Au- xiliar, tuvo interinamente 4 su cargo diferentes Cátedras de la Facultad, en las cuales puso de relieve sus excepcio- nales condiciones para el Magisterio, mereciendo por ello las siguientes frases que se ven en el informe remitido por el Decano de Ciencias en 16 de Mayo de 1882, “En el desempeño de sus diferentes cargos-—dice el aludido in- forme—se ha mostrado puntual en la asistencia, ha dado pruebas de sus conocimientos científicos, y ha conservado el buen orden en sus clases: todo, con gran provecho de sus alumnos”. El 4 de Julio de 1882, se gradud de Far- macéutico, y á fines del mismo año obtuvo—por oposi- ción—la Cátedra de Historia Natural, cousagrándose des- de entonces á la Zoología y ú la Organografía y Fisiología Vegetal, pues las otras ramas correspondientes A aquella Cátedra estuvieron siempre «d cargo de Profesores Áuxi- liares. Hoy hace, Sres. Académicos, unos 18 años que por vez primera víal Dr. Vilaró en nuestra antigua clase de “Am- 394 ANALES DE LA pliación de la Historia Natural”, y aun me parece ver su rostro de faz tersa en que los años no habían dejado la menor huella, sus ojos rasgados de mirar profundo y es- cudriñador, la cabellera que en abundante melena caía sobre sus hombros, y aquella frente ancha y despejada que sólo en los últimos días de la vida surcaron las arru- vas dlel desengaño... Qué discípulo del Dr. Vilaró no re- cuerda con placer al Maestro asíduo y laborioso que cur- so tras curso iba enseñando, como el decía, “doctrina de buena ley”, sin que el mal ejemplo de algunos de sus com- pañeros de Claustro le hiciera mirar con abandono sus de- heres profesionales; de aquel Profesor, que tanto estimula- ha éd los buenos estudiantes y siempre estaba dispuesto á defenderlos y á darles ánimo en los trances difíciles. Maes- tro, y más que Maestro, Mentor cariñoso Ss sus alumnos, con ellos compartía sus tareas científicas y les brindaba siempre con paternal afecto sus conoce ¡mientos y hasta su biblioteca Siempre estuvo honrando aquella prestigiosa Cátedra adquirida en brillante oposición, y sólo cuando las desera- cias de Cuba obligaron al criollo 4 hacer profesión de fe política, entonces—en una y otra de nuestras dos grandes enerras por la Independenci a—el doctor Vilaró. esclavo de sus convicciones y de su decoro, llevó su amor 4 Cuba hasta el sacrificio, y y optó por abándonar su puesto y vivir la vida de emigrado con toda sus privaciones y miserias antes que aparecer un solo momento como enemigo de la Revolución Cubana. Terminada la última guerra con España, volvieron á ocupar sus puestos aquellos Profesores 4 quienes la Polfti- ca había hecho emigrar. Entonces estaban reservadas al Dr. Vilaró las más erandes amarguras de su vida. No queremos saber lo que ocurrió en las demás Facul- tades Universitarias; pero, en honor de la verdad, sí debe decirse que los encargados de encauzar nuestra Enseñan- za Superior no procedieron honradamente al reorganizar nuestra Facultad de Ciencias Naturales. No fué muy alto el criterio que reinó en aquella temporada en que quince días bastaban para adquirir, sin preparación alguna, el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 385 o título de Doctor en Ciencias, y en que Cátedra de ense- ñanza tan difícil y de tanto alcanbe científico como la Ana- tomía Comparada se confió 4 un hombre de reconocida in- competencia en la materia y que, sin título de Ciencias que alegar siquiera, apenas había pisado los umbrales de la Zoología y sólo contaba con los ligerísimos conocimientos de Anatomía Humana que veinte años atrás había adqui- rido en las aulas de nuestra antigua y pobre Escuela de Medicina. Por aquella fecha en que se vieron tautos Catedráticos improvisados, se llamó para ocupar la Cátedra de Botáni- ca á un distinguido Profesor de Farmacia, el Dr. Hernando Seguí, hombre erudito, laborioso como pocos y de indis- les condiciones para la enseñanza. Sus excelentes prendas personales, su amor al estudio y al progreso, y sus relevantes dotes de gobierno habrían, 4 no dudarlo, iniciado una nueva era en la enseñanza de la Botánica Cubana, si no hubiese aparecido el “Plan Varona”, bueno en el fondo, pero de una aplicación altamente indecorosa en la provisión el profesorado universitario. Sin causa alguna que lo justificara, sin consultar siquiera al Profesor pr opiet ario, único autorizado para juzgar su mejor compe- tencia en las ramas de la Historia Natural, la Secretaría de Instrucción Pública, con un úkase que no le hizo honor, nom- bró entonces profesor de Botánica al Dr. Juan Vilaró y Díaz, por haberse suprimido una de las dos Cátedras de Zoología existentes. Lo lógico, Sres. Académicos, lo que la justicia exigla y demandaba la enseñanza era que uno de los dos profesores quedase de excedente, y que la Bo- tánica se entregase 4 quien pudiera desempeñarla con ma- yores facilidades y mejor competencia científica, y todos nuestros hombres de ciencia sabían que aquel profesor á quien se privaba de un puesto que le pertenecía por sus trabajos en pro de la Enseñanza Universitaria, por su anti- viiedad en el profesorado, y hasta por su patriotismo ja- más desmentido; que aquel sexagenario que en las mismas esferas oficiales y en la prensa de todos los matices de la Isla y hasta del Extranjero se había distinguido por su consagración á la Zoología, no sabía Botánica Descriptiva. y, noO ¡sbiénd les mal podía enseñarla 4 sus discípulos. TOMO xL111.—90, 386 ANALES DE LA MMf, en la Cátedra de Botánica Descriptiva, trabajando á los sesenta años de edad como uno de sus discípulos hu- biera podido hacerlo, luchaba el Dr. Juan Vilaró por ga- nar decorosamente su modo de vivir. Algunos de los que aquí me escuchan, amigos desinter Ea del Dr. Vilaró, fueron testigos presenciales de aquella laboriosidad y apli- cación que hacían honor al viejo Maestro, pero que ago- taron sus fuerzas y lo llevaron al sepulcro. El corazón se siente acongojado al recordar las horas tristes del patriota, del hombre de ciencia abandonado ¡Cuán pocos de los que se llamaban sus amigos se acorda- sia de él en aquellas horas de horrible soledad! Cuáles no serían los sufrimientos morales de aquel hombre noble y sin pasiones que tanto había amado y amabadá la Univer- sidad, y que sie 'mpre había considerado como su mayor honor perte necer 4 su Claustro docente, qué dolor tan in- tenso el de aquella alma pura cuyos labios jamás habían proferido la menor queja que hubiese resultado en desdo- ro del Claustro 4 que pertenecía... cuando, antes de morir el discípulo querido y amigo de don Felipe Poey, aquél á quien el más grande de nuestros naturalistas presentó en nuestra Universidad como “varón firme en el sendero de la virtud”, el profesor de tantos años y hasta Decano en los últimos meses de su vida, pidió, exigió d sus familiares que no se le enterrase en el Panteón Universitario, pues no quería que sus restos descausaran allí ya que la Uni versidad, 4 quien tanto amaba, había sido para él madrasta desnaturalizada y olvidadiza. Esta es la causa porque debiendo ocupar merecido pues- to en la bóveda universitaria, descansan sus restos en un pedazo de terreno que adquirió el cariño de los suyos y que limita sencilla verja de hierro. Aquellos fueron los deseos del Dr. Vilaró, y, como si quisie ra probar lo ¡ustific ado de su determinación, la víspera de su muerte--ac aecida el día 4 de Octubre de 1904—en el delirio precursor de su corta agonía, expli- caba de una manera admirable 4 sus discípulos la familia de las gallináceas: de esta suerte en los últimos momentos de su vida, despedíase de su ciencia favorita, y daba su ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3987 postrer adiós 4 las aves, que siempre fueron sus amigas predilectas. Hechos como éste, conviene citarlos para que que- den consignados en la historia de los hombres de cien- cla que ha habido en este país. Que se sepa, sí, que de nada valieron esta vez los servicios prestados ¿ la En- señanza y ád la Patria, pues, con soberano desdén fueron entonces tratados Maestros intachables, que habían en- señado á la generación actuál, y que por sus conoci- mientos y amor patrio, merecían haber sido más respetados y quer idos, Que se sepa, al menos, que quienes no debieron hacerlo, firmaron unos y aprobaron otros con su silencio tantas arbitrariedades. No vengan hoy, después de tales sucesos, «€ llorar deseos las tristezas de nuestra Re pública y, con lalseado patriotismo, pintar con negras sombras nuestra situación actual, sin arrepentirse de pasados yerros, ni ver en su olímpica soberbia que, no es guard: ando silen- cio en los desmanes realizados causantes de nuestros ma- les, y buscando amparo en bandera extraña que salve la vida con deshonor y libre los intereses particulares como se hace patria; pues únicamente con el amor á Cuba de hombres que, como Vilaró, no ofrendaron incienso sino en los altares cubanos y prefirieron el sacrificio de su personalidad profesional y hasta de su vida antes que pedir 4 intervención extraña la defensa de sus derechos individuales: es sólo con ese venerable concepto de la Patria como pueden sostenerse los pueblos libres. IV. No habré de terminar este elogio sin decir algunas fra- ses sobre el lugar que ¿ nuestro antecesor en este sillón de Academia correspondió entre los Naturalistas cubanos. La Historia Natural quedó á la muerte de Poey y de Grundlach, representada en Cuba, entre otros, por dos hombres, Vilaró y La Torre; discípulos ambos de aquel egregio maestro y deseando los dos llamarse sus hijos predilectos. Durante la vida de aquel gran Naturalista 338 ANALES DE LA parece que fueron rivales dominados por su sombra pa- ternal, pero 4 su muerte despertáronse antiguas rivalida- des científicas y fué bien curioso observar la lucha soste- nida entre los dos: uno, viejo ya, incansable luchador, de palabra difícil, y con un estilo entrecortado y más difícil aun, repartiendo sus conocimientos en la Cátedra, en nuestra Academia de Ciencias, en nuestras Sociedades, en periódicos diarios y en Revistas Científicas de esta Isla y del Extranjero; y el otro, joven sagaz, menos laborioso que su contrincante, pero de gran potencia intelectual; de envidiable facilidad de expresión y de fácil exposición en sus narraciones, no consagrado exclusivamente d la Zoología, pero siempre apto por sus excepcionales con- diciones para intervenir con oportunidad y hasta con lu- cimiento en las contiendas científicas, Aun deben recordar algunos de los que hoy me escu- chan aquellas interesantísimas discusiones llevadas á cabo en el seno de esta Academia y en las cuales ambos se mostraron dignos adalides de la más pura Ciencia Zooló- gica y con conocimientos bastantes para el honroso pues- to que se disputaban. Los dos, por rumbos diferentes, aspiraban 4 un mismo fin que sin darse cuenta habían conseguido ya: ser llamados sustitutos de Poey—aspira- ción justificada, y que habría merecido las más grandes alabanzas de los hijos de esta tierra, si aquella rivalidad. científica no hubiese invadido alguna vez el terreno per- sonal, manteniendo en verdadero estado caótico nuestra Escuela de Ciencias Naturales y siendo, d no dudarlo, una rémora para su engrandecimiento intelectual. Nada tan fácil, señores Académicos, como darse cuenta del valor científico de aquel Naturalista cuyo Elogio nos ha sido encomendado. Su consagración exclusiva 4 la Zoología, su asídua labor y la experiencia personal ad- quirida en las excursiones por mar y tierra que realizaba en nuestra Isla, le dieron conocimientos teóricos-prácticos sobre nuestra Fauna bastantes para ser el Consultor de nuestra Academia, de la Sociedad Económica de Amigos del País y hasta del Gobierno Colonial, pues como Vocal de la benemérita Junta del Apostadero de la Habana sal- ACADEMIA DE “CIENCIAS DE LA HABANA 389 : vó más de una vez graudes peligros que hubiesen ocasio- nado la ruina de nuestras mejores industrias coster: Si ser digno sucesor de Poey implicaba todo esto y además ser el maestro estudioso y afable que sostenía correspondencia científica con los más notables zoólogos de su tiempo y y cuya valiosa biblioteca le permitía seguir paso á paso los más recientes trabajos sobre la Fauna del Universo; no es posible dudar, señores Académicos, que aquel anciano que desde el lecho del dolor contestaba las consultas del Senado de Cuba y enviaba 4 nuestra Cáma- ra de Representantes hermosa Ley de Pesca que debiera haberse promulgado ya, había ganado puesto de honor en primera fila entre “Los pocos Naturalistas que en esta tierra quedaron á la desaparición del Gran Sabio Cubano. Que al menos después de muerto, se le conceda ese honor tan merecido que algunos pretendieron arrebatarle en vida y que hoy nos complacemos en proclamar. Há- gase, siquiera por mi parte, este acto de justicia ante el recuerdo de aquel hombre laborioso que tanto trabajó por la defensa y mejoramiento de las especies animales que representan fuentes de riqueza en este país, y ¿quien sus conciudadanos trataron tan cruelmente en los últimos años de su vida 4 pesar de haberse sacrificado siempre por esta patria d quien tanto amó, y de haber abandona- do más de una vez las comodidades de su hogar y despre- ciado los honores del (Grobierno Colonial que tan alta consideración le dispensaba, sólo por servir 4 Cuba y en holocausto de nuestras libertades. Simple narrador de acontecimientos que pasaron, no ha sido mi idea hacer un juicio crítico de la corta y des- graciada etapa por que pasaron en Cuba las Ciencias Na- turales ¿la muerte de Poey y Gundlach, de aquellos hombres eminentes que supieron ser la admiración de propios y extraños y que, honrándose ásí mismos, hoi- raron á esta tierra que hoy los recuerda como a hijos predilectos. Que al fin, Poey y Gundlach cubanos fueron los dos: une por su origen y otro por su amor á esta Isla cuyas bellezas naturales le hicieron abandonar el lugar en que naciera y le convirtieron en verdadero Apóstol de la 390 ANALES DE LA Ciencia y admirador ferviente de las riquezas de nuestra Fauna y hasta de nuestra privilegiada Flora. Es preciso, sin embargo, convenir en que aquel momen- to histórico porque pasaron las Ciencias Naturales en este país nos ha proporcionado grandes enseñanzas. La rivali- dad que acabo de señalar entre dos maestros de la gene- ración actual no sólo fué infecunda porque dejaron á- sus discípulos sin todas las enseñanzas que ambos hubieran podido proporcionarles, sino porque empequeñecieron nuestra Facultad de Ciencias Naturales que hoy, por for- tuna, comienza 4 dar señales de vida y ¿4 hacer pensar en una nueva era como aquella que preconizaron Poey y Gundlach. Unidos Vilaró y La Torre, como lo estuvieron siempre sus dos ilustres predecesores, cuánto no hubiera mejora- do nuestra Facultad de Ciencias Naturales. Verdaderos continuadores de aquéllos, cuánto no hubieran hecho adelantar nuestra hermosa Ciencia, de haberse estrecha- do en fraternal abrazo « la muerte de sus dos ilastres maestros! Quiera el cielo que, al comenzar en Cuba esta nueva era de engrandecimiento intelectual, no vuelvan 4 obscu- recer nuestro horizonte sombras tan negras y tan densas como aquéllas, y que, si surgen nuevos naturalistas, sean rivales solamente por su afán de adelantar la Ciencia de Gundlach v Poey y continuar la interrumpida labor de aquellos hombres de modestia incomparable y que tan brillante estela han sabido dejar en los anales de la Histo- ria Natural Cubana. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 391 CONTESTACIÓN AL DISCURSO DEL DR, FELIPE GARCIA CAÑIZARES EN SU RECEPCION SOLEMNE COMO ACADÉMICO DE NUMERO POR EL DR. TOMAS V. CORONADO (Sesión extraordinaria del 10 de Mayo de 1907.) Presidente de la Academia: Sres. Académicos: Señores: Difícil tarea ha de ser para el Académico que suscribe, cumplir el precepto reglamentario de contestar el discur- so dle ingreso del Dr. Felipe García Cañizares, por cuanto no es un punto determinado de las ciencias médicas ni de las físicas, ni naturales. El nuevo Académico, nos presenta el elogio de TEL! compañero desaparecido que se llamó Dr. Vilaró y trae d la consideración de la Academia su historia científica y parte de la social. En relación de hechos municiosamente detallados narra la labor del hombre que sin contar con los recursos, que brindan otros países, lucha, trabaja y 4 pesar de las pie- dras que entorpecen su camino, lega 4 formarse un nom- bre y aunque secundario, ocupa lugar preferente entre sus COferráneos. Todo esto que en síntesis dejo expuesto lo relata el Dr. García Cañizares con el método y la prec IsIÓN que compete á un naturalista acostumbrado 4 estudiar celulas. tejidos, órganos y aparatos para formar especies yv géne- ros, ya en la flora. ya en la fauna de nuestra tierra cuba- na, tan her mosa, tan llena de encantos, que es ideal en to- dos sentidos, mal que les pese « los eternos descontentos, por que su pesar estriba precisamente en el natural ata 392 ANALES DE LA vismo de sus imperfecciones autóctonas, que pretenden disimular censurando todo lo que por ellos no haya sido realizado. Perdonen los Sres. Académicos las orientaciones á que mi espíritu se inclina cuando veo resplandecer la justicia y los destellos brillantes del mérito se prodigan al modes- to obrero que supo conquistarlos; pero yo no puedo ocul- tar la amargura que me produce su aplicación póstuma Tal parece que entre nosotros es ley de raza ó mala manifestación de sub-raza, esperar que el soplo helado de la muerte cubra nuestros despoj os para que todos los de- fectos se borren y sobresalgan entonces, y sólo entonces, las virtudes que no sapimos ó quisimos reconocerle al que ya no podra ser en lo adelante, temible competidor en la lucha por la vida. Si una nube de tristeza se vislumbra ante las ideas que me sugiere el trabajo de exposición realizado por el doctor esto Cañizares al relatar con toda claridad la vida y las miserias pasadas por cl Dr. Vilaró, cúlpese al que con sin- ceridad no acostumbrada dice da lo que decir debe al consignar hechos relacionados con la vida de un intelec- tual contemporáne O. Precisando, de] 'Jemos consignado que Y 1 dá sus mérl- tos positivos agregó, va en el ocaso de su vida. el marti- rio que le aplicarón sus paisanos y que él soportó con erjstiana resignación, hasta su anticipada muerte. ¿sto encierra también, de manera sintética, lo que el Dr. García Cañizares toca valientemente, al referirse al período de revolución sufrido por el magisterio super Lor, en la época precursora de la constitución de la primera República. Los primeros pasos en Instrucción Pública no fueron muy fructuosos; pero tampoco perjudicaron grandemen- te los estudios, hasta que alguien, en sueños irrealizables de profundo pensador, toma las riendas de la enseñanza y en su afán de llegir á4 la meta de la perfección subvierte todo lo creado y a caos reina por algún tiempo en todo lo que a estudios superiores se refiere, hasta que el buen jui- cio de los interventores va lentamente modificando el plan ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA | 393 dá que se refiere el Dr. García Cañizares y alcanzamos algo mejor. Ni el espíritu del Dr. García Cañizares, ni el mío" se sienten impregnados de sentimientos de odiosa censura, ante los errores de aquel desdichado ensayo de plan de estudios superiores. Es de humanos vacilar cuando rápi- damente se escalan las alturas y el vértigo sustituye á la madura reflexión de los pocos, muy POCOS, que para cnes- tiones tan transcendentales se encuentran preparados. De ahí resultó que el Dr. Vilaró competentísimo en zoología se le encasillara en botánica y d otros y otros en itedras para las que no tenían ni un átomo de competen- cia y € las que acudían sólo «4 satisfacer intereses persona- les. Yo necesito dar la bienvenida al nuevo Académico; pe- ro antes necesito que mis compañeros se enteren de los fundamentos que le inspiran y no tomen mis frases como mera galantería dictada por falsos convencionalismos so- ciales, tan en boga en nuestros días. - El Dr. García Cañizares, oriundo de Sancti Spíritus, al terminar sus estudios primarios ingresó en el Seminario de la Habana, tal vez, con el empeño , de algún familiar para seguir la carrera eclesiástica. Aloún tiempo después era señalado por sus profesores como el más adelantado dis cípulo. Un día se presenta al Sr. Rector confesándole que no se sentía con inclinaciones de seguir la carrera eclesiástica. ¡Qué concepto no merecería al Rector el joven García Cañizares cuando algunos años después fué nombrado pro- fesor del mismo Seminario para la enseñanza de Historia Natural! En la Universidad el nombre de Felipe García Cañiza- res ha dejado un recuerdo gratísimo, entre compañeros y profesores. Sus notas y premios le dieron siempre lugar preferente en la época de estudiante de medicina, de ciencias naturales y otras ramas del saber humano. Al. canzó por oposición el premio extraordinario del grado de Ledo. en Ciencias Naturales y obtuvo además los títu- TOMO xLii.—ol. 394 ANALES DE LA los de Perito Mercantil, Perito Mecánico y Perito Químico. Fué Interno del Hospital de Paula; Interno, por concurso de la Clínica de partos de Profesor Weiss y Ayudante di- sector, por oposición. Sus ideales separatistas le hicieron salir de Cuba antes de la terminación de su carrera de médico y fué á Madrid 4 examinar su último año y recibir el grado. Cuéntase del joven estudiante cubano que «€ pesar de las condicio- nes excepcionales que le daban en la Capital de la Mo- narquía sus ideas políticas, hizo gala de civismo soste- niendo controversias doctrinales con sus profesores, que si bien le valieron disminución en las notas, le fueron aprobados por unanimidad sus exámenes. Ya con su deseado título de médico y en vez de dedi- carse al tranquilo ejercicio profesional, por sugestiones del Dr. Betances, parte al Archipiélago Pilipino. A su llega- da fué hecho prisionero y devuelto á la Metrópoli, da eracias 4 su amistad con Salmerón sólo sufrió prisión du- rante un mes y pudo pasar € París con el fin de ampliar sus conocimientos. De Francia se traslada 4 Venezuela y allí ejerce frue- tuosamente la medicina, cre: ándose una excelente cliente- la que abandonó para volver 4 su querida patria, una vez terminada favorablemente la guerra de independencia. Llegó á la Habana el Dr. García Cañizares durante la primera Intervención Americana y vino, no 4 patentizar sus méritos contraídos para adquirir una credencial de cómodo destino burocrático y sí «4 luchar valientemente para ocupar un puesto en la enseñanza superior. para la enal estaba perfectamente preparado. Después de vicisitudes sin cuento, que no son del caso enumerar, alcanzó interinamente y luego por brillante oposición la Cátedra de Historia Natural de nuestro Insti- tuto de seennda enseñanza. Yo conocí al Dr. García Cabizares en casa de uno de sus familiares el Dr. Manuel Cañizares, mi antiguo y querido profesor de Botánica en la Universidad y ida como el Dr. Vilaró. víctima, en su ancianidad, de lós cambios dé injusticias de sus contemporáneos! En una de las conferencias públicas del Instituto juz- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 395 cué al joven profesor de Historia Natural: deploro que aquel trabajo no se halla publicado. Yo no sé que elo- viar más en aquella disertación cuyo método, fondo cien- tífico, galanura de estilo en la vulgarización de concep- tos, expresados :í la manera de un viejo profesor, traía d mi memoria el lenguaje ideal é interesante del gran Buffon! : El Sr. Manuel Sanguily, Director del Instituto, me de- cía pocos momentos después de terminada la conferencia: “he pasado una hora deliciosa”. Este elogio en boca de nuestro más atildado hablador, me releva de todo comen- tarlo. La Cátedra de Historia Natural, trae aparejada la di- rección del Jardín Botánico del Instituto. Allá en la Quinta de los Molinos existían unos terrenos casi yernmos en funciones del citado jardín. Es necesario ser un amante decidido de las plantas y de las flores, como yo, para poder apreciar las transfor- maciones sufridas allí bajo la acertada dirección del doe- tor García Cañizares. El Jardín del Instituto hace hoy honor al país y es un verdadero timbre de gloria para su reformador entusiasta y perseverante. Las inclinaciones del Dr. García Cañizares hacia las ciencias naturales y el desempeño de su Cátedra, no han mermado su amor á las ciencias médicas como lo com- prueba su creciente clientela y su puesto de médico de visita del Hospital de Paula. Si á los 35 años de edad se llega ¿d la Academia con tal bagaje científico, que me permite clasificar al joven doctor entre los “característicos de Ribot” me siento au- torizado á presentarle á vuestra consideración Sres. Áca- démicos: como un «carácter». Sea el Dr. Felipe García Cañizares bienvenido entre nosotros y con un abrazo apretado reciba la felicitación más sincera de sus compañeros de la Academia de Cien- cias Médicas, Físicas y Naturales. 396 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 10 DE MAYO DE 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes. — De número. — Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, E. Alamilla, E. B. Barnet, I. Calvo, T. V. Corona- do, F. García Cañizares, C. de La Torre, J. A. Valdés Anciano, P. Valdés Ragués. Honorariv.—Dr. A. Mestre. Corresponsal.—Dr. E. Díaz. Leída el acta de la sesión anterior (26 de Abril), fué aprobada. La Secretaría dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Recordatorios del Juzgado del Oeste, del exhorto del de Camagúey, en causa sobre el estado mental de un procesado. De la Secretaría de Gobernación, solicitando copla certificada del acta de la sesión de Gobierno del 12 de Abril y demás docu- mentos necesarios para resolver en la alzada interpuesta por el doctor Enrique Núñez, pidiendo la anulación de las elecciones ve- rificadas por la Academia en la sesión expresada. De la Secretaría de Hacienda, remitiendo un objeto y certifica- do de análisis del mismo, para su dictamen. Del Dr. Jorge Le-Roy, diseulpando su ausencia por motivo de enfermedad. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo, como contestación al escrito del 17 del pasado mes de Abril, los docu- mentos siguientes: Instancia original del doctor Enrique Núñez; citación para la sesión del 12 de Abril de 1907; copia certificada del acta de esa sesión, aprobada en la del 26 del mismo mes; copia certificada de la citación para la sesión del 28 de Abril de 1905; datos históricos acerca de los academicos concurrentes á las elec- ciones durante los últimos veinte años. A la misma, dándole cuenta de los nombramientos de la nueva Junta de Gobierno, elegida por la Academia, para el bienio de. 1907 á 1909, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3971 Al Juzgado de Instrucción del Oeste, acusando recibo de sus recordatorios. El Dr. José P. Alacán, encargado del informe pedido por la Secretaría de Hacienda, acerca de la composición de unas pajillas para sombreros, manifiesta no poder emitir aquél, por no haber” enviado dicho centro el objeto cuya composición se desea conocer. En tal virtud la Academia acuerda pedir á la Secretaria de Ha- ciendas unas muestras de las expresadas pajillas para poder proce- der á su análisis. Se concede la palabra al Dr. Gustavo López, ponente nombrado para informar acerca de la causa que se sigue en el Juzgado del Camagúey, al procesado J. S. R. y en la que se desea conocer su estado mental para poder apreciar su grado de responsabilidad. Siendo insuficientes los datos remitidos para poderse dar cuenta de lo que se solicita, también se acuerda pedir al Juzgado que en- vía la causa, amplíe aquéllos, á fin de poder evacuar el informe pedido. Con lo que se dió por terminada la sesión. 398 ANALES DE LA DIcrTAMEN DE LA COMISIÓN NOMBRADA PARA JUZGAR DE LA MEMORIA PRESENTADA EN OPCIÓN AL “PREMIO DEL PRE- SIDENTE GUTIÉRREZ” CUYO LEMA Es ERRARE HUMA.- NUM EST. POR LOS DOCTORES E. ACOSTA, E. PARDIÑAS y F. PARADELA. (Sesión de Gobierno del 14 de Mayo de 1907.) En la ciudad de la Habana ¿€ los nueve días del mes de Mayo de mil novecientos siete, los que suscriben nombra- dos por el Sr. Presidente, reunidos en el local de la Academia de Ciencias para deliberar acerca de la Memoria presentada aspirando al “Premio del Presidente Gutiérrez”, por acuerdo unánime estiman, quela Memoria presentada hajo el lema “Errare Humanum est” en opción al “Pre- mio del Presidente Gutiérrez”, es acreedor á éste, porque al trabajo experimental muy recomendable desde los puntos de vista bacteriológico y micrográfico, nuevos en este- orden de investigaciones en las aguas minero-medi- cinales de Cuba, se une el de comprobación química no- table no desde el punto de vista analítico solamente por la cantidad.de labor que significa, sino porque destruye por completo las antiguas clasificaciones de nuestras más reputadas aguas, abriendo por esta causa un nuevo cam- po á las indicaciones terapéuticas y permitiendo rectificar las faltas de éxito en los casos en que por error de clasifi- car las indicaciones han sido hechas contando con los es- tudios anteriores. Dr. E. Acosta. Dr. Emilio Pardiñas. Francisco Paradela. A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2399 ÍNFORME EMFTIDO POR LA COMISIÓN NOMBRADA PARA JUZGAR La MEMORIA PRESENTADA EN OPCIÓN AL PREMIO DE MEDI CINA LEGAL, FUNDADO POR EL. DR. ÁNTONIO DE GÓRDON. CUYO LEMA Es ¿UO TENDIMUS? POR LOS DOCTORES T. V. CORONADO, G. BENASACH é 1. CALVO. (Sesión de (Grobierno del 14 de Mayo de 1907). Sr. Presidente. Sres. Académicos. Designado con los Dres. Calvo y Benasach para juzgar un trabajo presentado «€ esta Corporación optando al premio “Dr. Antonio de Górdon y Acosta”, y en atención al honor dispensado por mis compañeros ene omendándome la ponencia, paso 4 cumplir mi cometido. Las condiciones impuestas por el creador de la recom- pensa son las siguientes: Una medalla de oro al autor del trabajo de Medicina Legal que se relacione con cuestiones puramente cubanas y que la Academia juzgue de mérito y originalidad para obtenerlo. Abierto el paquete sellado y lacrado que ha sido remi- tido 4 la Secretaría de la Corporación en tiempo oportuno, encontramos una Memoria explicativa de cuadros numéri- cos y gráficas relativas á la estadística de suicidios en la zepública de Cuba durante el último quinquenio del 1902 a 1906. El trabajo, lleno de datos estadísticos necesarios, es sobrio y hace resaltar por razas, edades, sexos y estados, la frecuencia, entre nosotros, de esa manera anormal de lejar la vida por infelices dignos de la mayor lástima, á quienes resulta carga intolerable el mísero movimiento de composición y descomposición temporal á que sin contar con su voluntad les sometieron 4 sus progenitores. Estudiada la Memoria resulta admirable la gráfica que nos permite comprender y comparar el conjunto de un 400 ANALES DE LA sólo golpe de vista y abarcar á la manera que lo hacemos en el lienzo de hábil pintor, el exacto paisaje de perfecto parecido de las cosas ó personas dibujadas. Las diversas maneras de quitarse la vida están clasifi- cadas, así como su mayor ó menor frecuencia en cada una de nuestras provincias y en los distritos urbanos y rurales; demostrándose el número erecido que aparecen en los mal llamados centros de civilización. Despréndese de este estudio que ¿ la sociedad cubana le cabe el triste privilegio de una maneta horrible de sul- cidarse: el acto voluntario de morir quemado es un refina- miento de crueldad, que dibuja de alguna manera á que erado de perturbación psíquica hemos legado y por otra parte el pernicioso poder de las sugestiones realizadas por el afán informativo á la moderna. No hace mucho tiempo leí en un periódico de informa- ción y escrito por un decadente y alcoholista por añadidu- ra, la descripción detallada de una señorita que se suicidó quemándose; 39 adjetivos encomiásticos se contaban en los dos primeros párrafos de la descripción del hecho y luego se hacía aparecer á la protagonista divinizada, com- par: ándola á una Virgen de Murillo, con sus brazos cruza- dos sobre el pecho y los orandes ojos vueltos al Cielo entre nubes de incienso y una aureola de dulce y encan- tador martirio... Efectivamente, la infeliz suicida era una escuálida mu- jercita llena de desengaños y de hambre, sin educación y sin creencias de ninguna clase, aburrida de la vida y que despedía enel acto de su tremenda determinación olor 4 aceite de carbón mezclado al de pelo y cuero que- mado y su aspecto horripilante era el de una furia del Averno. Esta, al parecer digresión, y estas ideas me las sugiere el trabajo que analizo y que desde luego plantea un pro- hlema social de alta importance la y que la Academia debe abordar ya que no hemos tenido ni tenemos legisladores que de ello se hayan preocupado. A reserva de pedir un turno sobre estos particulares interesantísimos y para no cansar vuestra atención he de manifestar, en resumen, que el trabajo presentado optando ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 401 al premio Dr. Górdon, es un trabajo original del suicidio en Cuba y que la ponencia, salvo parecer distinto de la Corporación, lo estima ajustado a la convocatoria y tan interesante, que no duda recomendar se le adjudique el premio. Dr. Tomás V. Coronado. Mayo 101907. De conformidad con todo lo manifestado en este infor- me: Dr. Guillermo José Benasach, Dr. Ignacio Calvo. Acta de la sesión extraordinaria del 14 de Mayo de 1907 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. $ Secretario. —Dr. Gustavo López. Académicos concurrentes.—Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, A. Betancourt, 1. Calvo, T. V.Coronado, J. N. Dávalos, M. F. Ga- rrido, E. Núñez, E. Pardiñas y C. de la Torre. Leída el acta de la sesión anterior (26 Abril) fué aprobada. La presidencia manifiesta que antes de tratarse sobre el *“Pre- mio del Presidente Gutiérrez” objeto de la convocatoria, altera la orden del día para dar cumplimiento al artículo 51 del Reglamen- to, que.entre otras cosas dispone que: “La Academia propondrá todos los años un premio para estimular los trabajos científicos. Su cuantía será determinada por la Junta de Gobierno”. Se manifiesta que la Junta de Gobierno había acordado asignar la cantidad de cien pesos oro al premio del año próximo venidero, y el Dr. Coronado propone que el tema que se anuncie sea “Fi- siologismo normal en Cuba”. : El Dr. €. de la Torre pregunta si el término fisiologismo normal, que le parece pleonástico, ha sido empleado en alguna obra clásica. TOMO XLIM.—D2. 402 ANALES DE LA El Dr. Coronado en vista de esta duda, retira el tema y propo- ne un tema libre de fisiología. El Dr. Núñez observa que ya existe otro tema idéntico entre los instituídos por el Dr. Górdon, y propone que se concrete á alguna de las funciones, como la orina, por ejemplo. El Dr. Pardiñas hace referencia á que ya la Asociación Meédi- co-Farmacéntica premió un trabajo sobre orinas. El Dr. Coronado indica que sería preferible un estudio acerca del pulso y la respiración normal en Cuba. En vista de la diversidad de opiniones se propone que sea un tema libre, acerca de un asunto de medicina.—Así se acuerda. Se discutió después si los Sres. Académicos tendrían ó no dere- cho á optar á este premio. Habiéndose acordado que no debían tomar parte en él, por cuanto se trataba de un premio concedido por la misma Academia. La Presidencia manifiesta que debe ser nombrada la. comisión de glosa para que examine las cuentas del año que termina el 31 de Mayo, por exigirlo así la contabilidad oficial, y propone para la misma á los Dres. Benasach, Garrido y Presno. Fué aprobada esta propuesta. Se concede la palabra al Dr. Coronado, como miembro de la comisión que, con los Dres. 1. Calvo y G. Benasach, fué nombrada para informar acerca de la Memoria presentada en opción al pre- mio (B) de Medicina Legal, instituído por el Dr. Antonio de Górdon y de Acosta. Después de dar lectura á dicho informe, en el que propone: que ““el trabajo presentado optando al premio “Dr. Górdon es un trabajo original de estadística del suicidio en “Cuba y que la ponencia, salvo parecer distinto de la Corporación, “lo estima ajustado á la convocatoria y tan interesante que no “duda recomendar se le adjudique el premio”, fué aprobado el in- forme por unanimidad y acordada la adjudicación del premio (1) de Medicina Legal instituído por el doctor Antonio de Górdon al autor de la Memoria presentada bajo el lema (Quo tendimus? El Dr. E. Pardiñas, que en unión de los Dres. Acosta y Para- dela forman la comisión que debe informar acerca de la Memoria que se ha presentado aspirando al “Premio del Presidente Gutié- rrez”, dió lectura al informe de dicha Comisión, en el que: ““esti- ““man, que la Memoria presentada bajo el lema Lrrare humanum “est en opción al Premio del Presidente Gutiérrez es acreedora á ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 403 “éste, porque al trabajo experimental muy recomendable desde “los puntos de vista bacteriológico y micrográfico, nuevos en ““este orden de investigaciones et las aguas minero-medicinales de ““Cuba, se une el de comprobación química, notable no desde el “punto de vista analítico solamente por la cantidad de labor que “significa, sino porque destruye por completo las antiguas clasifi- “caciones de nuestras más reputadas aguas, abriendo por esta “causa un nuevo campo á las indicaciones terapéuticas y permi- “tiendo rectificar las faltas de éxito en los casos en que por error ““de clasificación las indicaciones han sido hechas contando con “los estudios anteriores”. El Dr. €. de la Torre, manifestó que habiéndole parecido dema- siado absolutas las conclusiones de la Memoria sobre Aguas minero- medicinales de Cuba á que se refiere el anterior informe, y siendo los resultados de los análisis que en ellas aparecen completamente distintos de los practicados por los Sres. Aenlle y otros químicos, algunos de ellos publicados en los AyaLEs de esta Academia de Ciencias, cree que esta Corporación no debe hacerse solidaria de dichas conclusiones, en tanto no sean comprobadas; con tanta más razón, cuanto que dichas conclusiones perjudican notablemente el crédito de dichas aguas; hasta el punto que, de ser ciertas, que- darán relegadas á la última categoría de las aguas sulfurosas, las afamadas aguas de San Diego, Madruga, Santa María del Rosario, etcétera. El Dr. E. Pardiñas, dice que no ve en qué puedan fundarse los temores del Dr. La Torre con respecto á la responsabilidad que pudiera caber á la Academia al aceptar esas conclusiones, que él no cree sean tan perjudiciales, como se dice, para el buen crédito de que gozan las mencionadas aguas. El Dr. €. de la Torre, replica que no era su intención entrar á discutir un informe presentado por una comisión especial formada de personas muy competentes en aquellas materias, bien distintas de las que constituyen la especialidad de sus estudios; pero que no estando conforme con las conclusiones de aquella Memoria—á las cuales dá lectura—quiso conocer los datos en que se fundaban, y á instancia de otros compañeros, había hecho un ligero estudio de aquel trabajo, lo que le permitía, sin embargo, afirmar que: admi- tiendo la exactitud de los datos consignados en esa Memoria, Sus conclusiones son demasiado absolutas y no están en relación con el cuerpo de la misma. 404 ANALES DE LA La Presidencia invitó al Dr. La Torre á que expusiera todos los reparos y observaciones que le hubiera sugerido la lectura de aque- lla Memoria, á fin de que fueran discutidos con toda la amplitud necesaria, antes de someter á votación el informe. El Dr. C. de la Torre, comenzó diciendo, que la Memoria pre- sentada para optar al “Premio del Presidente Gutiérrez” se ajusta en su forma á los preceptos de la ciencia, y en cuanto á los resul- tados obtenidos, nada nos autoriza 4 dudar de ellos, aunque no han sido ni debían ser comprobados por la Comisión; no obstante, llama la atención el desacuerdo constante en que se encuentran dichos resultados con los consignados en análisis anteriores, prac- ticados algunos de ellos por químicos tan competentes como los Dres. Aenlle, Casaseca, Argumosa, Vargas Machuca, y otros. Así, v. g., en las aguas de San Diego, en que los Sres. Aenlle se- ñalan 0.838 de sulfuro de calcio y 0.136 de sulfato de cal, por litro, el autor de esta Memoria consigna 0.808 de sulfato de cal y ausen- cia completa de sulfuros. Diferencia tan notable en el dato más importante para la clasificación de esas aguas, exige una compro- bación antes de pronunciarse en uno ú otro sentido. Otro tanto resulta con respecto á las aguas de la “Paila” de Madruga, etc. Fundado en esos resultados, se afirma en la primera de las con- clusiones de la Memoria: (Que no existen en Cuba (actualmente es- gudiadas) aguas sulfurosas naturales; y como aclaración á este con- cepto agrega más abajo: que nuestras ayuas sulfurosas son todas accidentales. Es cierto que algunos autores han llamado naturales á las aguas sulfurosas que contienen sulfuros y no ácido sulfhídrico; pero esa denominación es impropia, porque tan naturales son las aguas sul- furosas sulfhídricas como las sulfuradas (por sulfuros). Mejor hubiera sido decir: que en Cuba no existen ayuas sulfu- rosas propiamente dichas, sino accidentales 6 sulfurosas sulfatadas (A. Gautier); pero siguiendo la clasificación del Dr. Rioz y Pe- draja, adoptada por el autor de la Memoria, ha debido decir: “(Que en Cuba no existen aguas sulfurosas sulfuradas, sino sulfu- rosas sulfhídricas. Así hubiera sido consecuente con la clasifica- ción que él mismo ha escogido, ““como la más clara y completa”. En cuanto á los fundamentos para la clasificación de nuestras aguas sulfurosas entre las accidentales, que constituye la parte más importante y transcendental del trabajo, depende en primer lugar ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 405 de la exactitud de los resultados consignados en los análisis; pues de ser cierto que en dichas aguas no existen sulfuros sino sulfatos, lo cual es posible—dada la constitución geológica más frecuente de nuestros terrenos, generalmente terciarios—será la primera vez que se haya consignado un hecho de tanta importancia. Si desgraciadamente se confirmara la opinión sustentada en esa Memoria, lejos de ““abrirse un nuevo campo á las indicaciones te- rapéuticas”—como dice la comisión en su informe—caerían nues- tras más reputadas aguas en el mayor descrédito; porque las ayueas sulfurosas accidentales son las menos recomendables entre todas las aguas sulfurosas, puesto que no lo son primitivamente, sino se vuel- ven sulfurosas como se explica con mucha claridad en esa Memoria— ““por los microbios de la putrefacción; los cuales, haciendo fermen- tar la celulosa, producen gas de los pantanos, que en presencia de los sulfatos de que el agua se encuentra cargada, da lugar á la pro- ducción del gas sulfhidrico”. Por fortuna, nuestras ayuas sulfurosas son termales, y este ca- rácter no corresponde á las ayuas sulfurosas accidentales (las. cua- les son siempre frías, según A. Gautier), sino á las sulfurosas pro- piamente dichas, á las sulfhídricas (con ácido sulfhídrico libre ó débilmente combinado, como las de Aix, en Saboya, y las de los Pirineos orientales) y á las sulfhídricas cloro-sulfatadas (como, las de Uriaje, Aix-la-Chapelle, etc.), todas las cuales gozan de exce- lente reputación. Así, pues, aun en el caso de comprobarse que nuestras ayudas sulfurosas (San Diego, San Vicente, Madruga, etc.) carecen de sulfuros, habría que llevarlas al grupo de las sulfhídricas 6 al de las sulfhídricas cloro-sulfatadas, pero no á las accidentales, porque nuestras aguas sulfurosas son casi todas termales. La segunda de las conclusiones es menos aceptable que la pri- mera. Dice así: ““Que la mayor parte de las clasificaciones con que están señaladas nuestras aguas, son empíricas, es decir clasi- ficaciones adoptadas por la inventiva de los dueños de los manuntia- les, con objeto de dar valor á sus aguas”. Basta recorrer las páginas de este mismo trabajo, para conven- cerse de lo contrario: las aguas de ““San Diego”, fueron clasificadas, entre otros, por el Doctor Aenlle como aguas sulfurosas cáler- cas, siguiendo la clasificación de Durand Fardel; las de “San Vi- cente”, lo fueron por los doctores Argumosa y Morales Moreno; las de “Santa Rita”, por el doctor J. L, Casaseca; las de la “Fuen- 406 ANALES DE LA A o NE E A e rc br te del Obispo”, por el doctor A. Gironés; las de Santa María del Rosario, por los doctores Hortsmann, Vargas Machuca, y Donoso; las de Madruga, por el coronel Ramírez, y por los doctores Aenlle y Caro; las de “San Miguel de Guamacaro”, por los doctores Alon- so Cuadrado y Manuel Delfín, y las de “Las Delicias de San An- tonio”, por los doctores Padró y Ravelo en Santiago de Cuba y el doctor Emilio Pardiñas en el Laboratorio Nacional. Ahora bien, sabido es que ninguno de los señores mencionados fueron due- ños de esos manantiales ni intesesados en dar valor á esas aguas: sus clasificaciones podrán ser más ó menos acertadas y en re- lación con los autores y con los métodos que siguieron en sus análisis; pero de todos modos la segunda conclusión es inexac- ta y por tanto inadmisible. La tercera y última de las conclusiones es la única verdadera- mente aceptable, es decir: “la necesidad de formar una comisión especial de Hidrología, que se dedique al estudio de las aguas de nuestro país” Después expuso el Dr. La Torre algunas dudas acerca de la cla- sificación de la flora especial de nuestros manantiales sulfurosos, no sólo por las dificultades que ofrece la determinación de las Oriptógamas, sino porque, si es muy posible que existan en nues- tras aguas sulfurosas Conférveas 6 Algas parecidas á las Beygiatoa, Cladotrhix, ete., de las aguas de Francia, no es probable que sean las mismas especies; porque no son nunca idénticas las especies propias de dos Continentes separados por la inmensidad de un Océano como el Atlántico. Por lo demás esa cireunstancia no disminuye el mérito de haber señalado la presencia en nuestras aguas sulfurosas de una fora termal semejante á la de Baréges y otros manantiales su/furosos propiamente dichos y de los más afa- mados; lo cual, por otra parte, viene á ser un argumento más, en contra de la clasificación de nuestras aguas entre las accidentales. Terminó el Dr. La Torre diciendo: que á pesar de las objeciones que acababa de hacer, las cuales se referían principalmente á las conclusiones, y no á los hechos consignados (los cuales sólo po- drían ser confirmados ó rechazados por trabajos ulteriores), estima que la Memoria presentada bajo el lema Lrrare humanum est es acreedora á que se le conceda el “Premio del Presidente Gutiérrez” á condición de que la Academia salve su responsabilidad con res- pecto á las conclusiones consignadas en dicha Memoria. El Pr. Pardiñas dijo que se felicitaba de que se hubiera pro- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 407 movido aquella discusión, que venía á poner de manifiesto la razón que tuvo la comisión al proponer que se concediera el premio á la Memoria presentada, porque á pesar de las objeciones hechas por el Dr. La Torre no podía menos que reconocer el mérito de aquel trabajo y estaba conforme en que se le otorgara el premio. Que en cuanto á los resultados consignados en los análisis, la comisión se había limitado á estudiar si se habían seguido los mé- todos científicos más recomendables; pero no á comprobarlos, por- que no era esa su misión, como dijo el Dr. La Torre. Que además de las razones expuestas, es decir, el tratarse de un trabajo muy recomendable desde los puntos de vista analítico, bac- teriológico y micrográfico, había que agregar el mérito de haber reunido la bibliografía más completa de las aguas minero-medi- cinales de Cuba. Que en cuanto á las conclusiones, combatidas por el Dr. La To- rre, reconocía que eran demasiado absolutas, porque la Memoria no comprende todas las principales aguas de Cuba, sino algunas de ellas; pero que, en general, había que convenir en que se han cometido muchos errores en la clasificación de nuestras aguas. Que aunque él (el Dr. Pardiñas) no ha hecho el análisis de las aguas de San Diego, acaba de practicar en compañía del Dr. Car- taya el análisis de las aguas de Ciego Montero, y puede confirmar lo que se dice en la Memoria acerca de la no existencia en nuestras aguas de sulfuros, sino de sulfato de cal y ácido sulfhídrico; y que en cuanto á la segunda de las conclusiones, el autor de la Memo- ria se refería á algunas aguas como las de “La Palmita” y “El Pocito” en Santa María del Rosario, las cuales se consideraban co- mo ferruginosas y magnesianas, sin haber sido analizadas, y de al- guna de ellas dijo el Ledo. Vidal Reinosa, que contenían chapapote, cobre, hierro y cardenillo; lo que dió lugar á que el Dr. Aenlle di- jera: “que de ser cierto, procedía la inmediata clausura del bal- neario por ser sus aguas perjudiciales á la salud”. El Dr. €. de la Torre, pregunta al Dr. Pardiñas si la comisión se hace solidaria de las conclusiones y de los datos consignados en la Memoria. El Dr. E. Pardiñas contesta que no; porque la comisión no ha comprobado esos datos, aunque él por su parte se inclina á acep- tarlos por ser semejantes á los obtenidos por él y por el Dr. Car- taya en las aguas de “Ciego Montero”, y que considera que el ma- 408 ANALES DE LA yor mérito del trabajo está en la valentía con que se destruyen las clasificaciones antiguas, pues sería muy duro que un extranjero viniera á analizarlas y se encontrara con que habíamos vivido en- gañados con nuestras aguas y desconocíamos su clasificación. El Dr. €. de la Torre dijo que no debía tomarse como preceden- te la constitución de las aguas de Ciego Montero para hacerla ex- tensiva á las demás aguas sulfurosas de Cuba; porque en una mis- ma localidad, como en los Pirineos, por ejemplo, pueden existir aguas sulfurosas de muy distinta composición, según la naturaleza yantigúedad de los terrenos de que proceden; y los baños de Ciego Montero se encuentran precisamente en la misma localidad en que se descubrieron los restos fósiles del Myomorphus cubensts, mamífero gigantesco del orden de los Desdentados y contemporá- neo del Meyaterio y de los Mylodontes del Continente americano, es decir del período cuaternario; en tanto que los baños de *““San Diego”, por ejemplo, se encuentran situados en terrenos mucho más antiguos, probablemente del período secundario; pero no de origen volcánico, como se dice en este trabajo. La Presidencia hace notar que después de las objeciones hechas á la Memoria, no cree que deba concedérsele el **Premio del Pre- sidente Gutiérrez” sino una mención honorífica por el esfuerzo rea- lizado. El Dr. €. de la Torre manifestó que sentiría mucho quesus ob- servaciones, tendentes sólo á salvar la responsabilidad de la Aca- demia, pudieran dar lugar á que no se concediera el premio á la citada Memoria, la que cree digna de esa recompensa por muchos conceptos, pues además de ser un trabajo original que señala nue- vos derroteros en el análisis de nuestras aguas, supone una labor seria y asidua que debe ser premiada. No de otra suerte podrían afrontarse estudios de esta naturaleza, que imponen gastos consi- derables y consumen una cantidad de tiempo y trabajos muy supe- riores á la recompensa material que se concede. Lo único que pro- pone el Dr. La Torre es que se haga constar de algún modo, que: no habiendo sido comprobados los datos que se consignan en la Me- moria, la Seademia no se hace solidaria de sus conclusiones. El Dr. Z. Núñez, dijo que esa misma práctica se seguía en la Universidad al imprimirse las Tesis de grado. El Dr. 7. Y. Coronado es de opinión que debe concederse el premio, sin que sea un inconveniente para ello, el que los resulta- dos de los análisis sean completamente distintos de los realizados ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 409 — _—_ _ Q___ hasta el día; y recordó al efecto, que á él se le había negado un premio, hace algunos años, porque aceptaba el contagio del palu- dismo; que su trabajo fué reproducidoen el extranjero, y pocos años más tarde nadie ponía en duda las ideas por él sustentadas. El Dr. C. de la Torre, dijo que él no tenía motivos para dudar de los resultados de los análisis, sino de las conclusiones de aque- lla Memoria, por no estar en relación con las premisas. El Dr. £. Pardiñas manifestó que la comisión estaba conforme en aceptar la fórmula propuesta por el Dr. La Torre, la que pues- . ta á votación fué aprobada por unanimidad. En tal virtud, se concede el “Premio del Presidente (rutiérrez” al autor de la Memoria presentada bajo el tema “Lrrare huma- num est” hacióndose constar al publicarla, que /a Academia nu se hace solidaria de sus conclusiones. l Y no habiendo más asuntos de que tratar, se levantó la sesión. TOMO XLMT.—D3, 410 ANALES DE LA INDICE ALFABETICO DE AUTORES ACADEMIA Actas de las Sesiones sesión de la quinto Acta mo 19 Frustrada del S dle dle Pública ordinaria del de 22 de TS 28 de 26 de 9 de 23 de 14 de EXUTO. 14 de EXA: 29 de 29 de on : literaria Bale SS SN le S de 22 de Ss S de 22 de 12 de . 26 de extra: 1.9 de (A 10 de > 10 de ERAN: Mi ae solemne aniversario de conmemorativa la fundación Mayo Junio Junio Junio Julio Sbre. Octubre Nbre. Nbre. Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Enero Enero Febrero Febrero Marzo Marzo Abril Abril Mayo Mayo Mayo Mayo Proerama de los premios para el año Acuerdos de lu Academia . PÁGS. del cuadragési- de la Academia dle 1906 . 3 dle 1906 . 46 le 1906 . +5 le 1906 . 63 le 1906 . Te: le 1906 . 76 dle 1906 . 101 dle 1906 . 111 dle 1906 . JUN dle 1906 . 123 le 1906 . 125 dle 1906 . 147 de 1906 . 158 dle NOA 17 de 1907, € 191 de 1907; 224 dle 1907 231 dle 1907. 27 de 1907 313 dle 1907 . 393 di 1907. 0) dle 1907. 356 de 1907. O) de 1907. 396 dle 1907. 401 di 1907 -. +40) de Académicos de uno numerario Se refieren á nombramientos licencia (13 de Fallecimiento de un academico . CORA ASNIQUE o ad a Alacín, José P. y Ruíz Casabó, Ma- YESA MATI NAO OS Alacán, José P. y C. de la Torre... UD UTE VAS RIA SATA Alonso Cuadrado, Gastón... . ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Julio 1906 y 28 Septiembre PANA A El Sr. Juan Bautista Jiménez, Corresponsales Informe sobre una patente de invención para la curación y prevención del muermo en los animales (25 No- viembre 1900). (Véase Tomo AE ES LA sr e Véase Pardiñas (14 Mayo 1907) Informe sobre el trabajo del Dr. Manuel Delfín acerca de las Ordenanzas Sanita- rias (26 Octubre 1906). Consulta acerca de peritaje químico (23 Nbre. 1906)... Informe acerca de un produc- to industrial y alimenticio intitulado “Depurativo Pa- dró” (23 Noviembre 1906) . Informe acerca de unas mues- tras de ladrillos (25 Enero A Informe acerca de la sidesina (22 Febrero 1907)... . Informe acerca de si la phillo- xera vestatriz y San José Scale existen en Cuba (28 Septiembre 1906)... ... Informe acerca de un produc- to alimenticio y medica- mentoso titulado Kephir índico (26 Octubre 1906) . Informe sobre aguas de Cien- fuegos (9 Diciembre 1900). [Véase T. xxxvIb... 120.2, Investigaciones sobre la cons- titución química de la piña (SAM ID Análisis de los principios nu- tritivos de las hojas del plátano (8 Marzo 1907)... 100 242 308 109 115 120 105 245 281 291 412 Bango, Manuel Y . ¡DOTa ls TAS A al a a Benasach. Guillermo . E SE Calvo, Córdova, Armando de... . E Ad Coronado. Tomás V... . . con los Dres. G. J. Be- nasach é I. Calvo . Crawley, J. E... Delfín. Manuel . ANALES DE LA K—— A A e _ z--—— El tratamiento de Bier (22 MAZO UI Educación de los sentimien- [Ex- conferencia (29 Diciem- tos y de la voluntad. tracto la pronunciada] bre 1906)... Informe médico legal en cau- de sa por homicidio frustrado 22 Junio 1906) . . e Véase Coronado (14 Mayo LI A Informe de un producto de- nominado Hemorroidina(26 Detubre 1906). a 27120 Informe acerca del Kressol ... OA Dr ADA) NE Véase Coronado (14 Mayo 1907) Lipomatosis generalizada si- métrica (22 Junio 1906) . Los colibries (26 Abril 1907). Contestación al discurso del Dr. Felipe García Cañizares en su recepción como Académico de Núme- ro (10 Mayo 1907)... solemne Informe emitido por la «omi- sión nombrada para juzgar la Memoria presentada en opción al premio de Medi- cina Legal, fundado por el Dr. Antonio de Górdon, cu- yo lema es Quo tendímus? (14 Mayo 1907) A Experiencias acerca del culti- vo del tabaco(12 Abril 1907) Informe sobre unas aguas di- chas minero-medicinales en Mayajigua (8 Julio 1900). [Véase t. xxxvu, p. 132] . Informe sobre vacunación y re- vacunación (10 Marzo 1901). [Véase r. xxxvum, P. 113]... 159 391 399 396 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 413 Delgado, Claudio ... «<<... Finlay, Carlos J. Finlay, Carlos E. (hijo)... . .. García Cañizares, Felipe... García Mon, Ramón . ..... .. Hector. Francisco Ma... .... Hernando Seguí, Domingo . . . La-Roy y Cassá, Jorge . ... . .. Sobre elección de Académicos, moción presentada por el Dr... (27 Septiembre 1885). Informe sobre la elección de un Académico en la Sección de Ciencias. [Se refiere al Dr. C. de la Torre.] (11 Fe- brero 1889). . Ye Casos, al parecer, típicos de íctero catarral simple como secuela posible de ataques benignos éignorados de fie- bre amarilla (25 Enero 1907) Elogio fúnebre del Dr. Manuel G. Lavín (29 Diciembre O el sobás Elogio del Dr. Juan Vilaró y Díaz (1838-1904). Discurso de recepción como Acadé- mico de Número (10 Mayo E Tratamiento del tétanos, por el suero antitetánico á dosis, masivas. Método intensivo (11 Enero 190) . . . Algunas consideraciones so- bre el régimen alimenticio y tratamiento de los tuber- culosos hemoptóicos (11 Enero 1907). Informe acerca de un prepa- rado farmacéutico (25 Ene- O O ON Epistaxis.—Focos hemorrági- cos. Su tratamiento (22 Mar- REO a Violación durante el hipnotis- mo. Informe médico-legal (12 Junio 1906). . : Informe acerca de la solicitud del Dr. Carlos E. Finlay pa- ra ocupar una plaza de Aca- démico de Número en la Sec- PÁGS, 256 263 200 314 176 154 +49 414 Le-Roy y € ASSURTO PGE E A López y García. GUStaro ARO ZE MPA A AAA AS Montané, TF ARCISCON e AS TOTO ALEA E Paradela. Pardiñas, y conlos Dres. Acosta y Paradela. Presno y Bastiony, Jose A . . . . ROVIAaJOSse ll e E Ruíz Casabo, Manuel... ..... ANALES — A íK_ A KK OQ DE LA ción de Medicina (28 Sep- tiembre 1906) . . . : ¿Suicidio ó asesinato? Consul- ta médico-legal (22 Marzo LIO UE AAA Memoria de las tareas que han ocupado á la Academia du- rante el año de 1905 á 1906 (19 Mayo 1906)... 345 La gruta del purial (26 Abi CIO ITA AS Veáse Pardiñas (14 May "0 1907) ] Informe sobre las Ordenanzas de Farmacia (S Febrero 1907). Dictamen de la comisión nom- infracción de en Cruces brada para juzgar de la Me- moria presentada en opción al “Premio del Presidente Gutiérrez”, cuyo lema es Errare humanium est (14 Ma- yo TOO) SIA ETE La disposición plexiforme ve- anos de pre- hensión y sustentación. [Ex- tracto del trabajo]. (19 Mayo LO) E Notas clínicas. = nosa en los órg Angio-cole- cistitis tectomiía.——Drenaje del con- ducto hepático. =Neoplasma del píloro. Grastro yeyunos- contra-natura de la región hipogástrica. Enterorrafía. —Presentación de los operados (14 Diciem- POD a Informe sobre ley de marcas (24 Junio 1900). [Vé Ad 2 E Joc Informe acerca de la selicitud del Dr. Francisco Carrera Jústiz, para ocupar una plaza de Número tomía.=Ano ase A. T de Académico caleulosa. --Colecis- PÁGS. Om 329 26 365 398 225 398 +] 167 ly pa a en la Sección de Ciencias (28 Septiembre 1906)... .. 07 Ruíz Casabó, Manuel . . ... . . Wéase Alacán (26 de Octubre ELIO O Muerte súbita en un caso de difteria. [Discurso de recep- ción como Académico de Nú- mero.] (14 Diciembre 1906). 126 ee os Fiebre amarilla apirética (22 Marzo AA O Santos Fernández, Juan . . . . . Lainmigración (Discurso del Dr... . . Presidente de la Academia en la sesión so- lemne del 19 de Mayo de LODO A O e 4 5 > La alipina en oftalmología. (28 Septiembre 1906). ... Sí EA Contestación al discurso de ingreso del Dr. Manuel Ruiz Casabó en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. (14 Diciembre 1906): .... 12. 189 > . Contestación al discurso de ingreso del doctor Carlos E. Finlay en la Academia de Ciencias (29 Diciembre A A E 152 SS S Criptoftalmos consecutivo á la erisipela, (10 Junio 1900). [Messe a reos, ELO 207 Homenaje al Dr. Ramón L. Mi- randa (15 Enero 1901). [Véa- Se, AT. xuxa, 20129)... Tb 2 E El tracoma en Oriente de la isla de Cuba (14 Abril 1901). [Véase A. T. xxxvum, P. 161]... 221 an ca : Oftalmía simpática por depó- sito calcáreo en el ojo heri- do (e Eebrero 1. ZO Nota necrológica del Acadé- mico de Mérito Dr. Manuel Santander y Frutos (22 Fe- DTO MIO a LOS 416 Torralbas. José 1... . Valdés Ragués, Pedro... Vildósola, Francisco 1. de. . ANALES DE LA Véase Alaeán (23 Noviembre A O El cachalote. (Catodon macro- cephalus). Clasificación y descripción del esqueleto de un enorme cetáceo, encalla- do en las costas de Cuba, cerca de Nuevitas, en Mayo de 1906. Presentación de algunos huesos de dicho es- queleto (1. Mayo 1907) . Informe sobre la pesca de es- ponjas en Caibarién (14 Oe- tubre 1900). [Véase a. r. ey e dd O]. Eo Informe sobre el nombre cien- tífico y vulgar de un árbol enbano (27 Enero 1901). [Véase a. r. xxxvxu, P. 131]... Informe sobre la pesca de es- ponjas (28 Septiembre 1906). Museo indigena. Catálogo de aves, 2.* parte (8 Marzo 1907). Informes acerca de nombra- mientos de Académicos. A.—Dr. Enrique Núñez y Palomino. B.—Dr. Enrique B. Barnet y Roque. C.—Doe- tor Carlos de la Torre y Huerta (13 Julio 1906). . 368 210 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 417 INDICE DE MATERIAS ETA Actas de las sesiones PAGS Solemne del 19 de Mayo INE is e 5 Sesión frustrada del S de Junio A A ed 46 Pública ordinaria 12 de Junio HS EA E 46 22 de Junio E O Oe 63 13 de Julio TERA IDR AS o 28, de: Septiembre, . de. 1906... < 2 . 16 > 26 de Octubre des “A ra NE dude Novembre des AMO a El 23: de Nowmiembre" de LODO." == do. oy. 1 A > 14 de Diciembre E A O 12: Man Mide Digciembres ¿de 19005 220%. 125 , extra... 29 de Diciembre ES A EE ONÍLA -. 29 de Diciembre AA a O literaria 11 de Enero a a UCA by ordinaria 25 de Enero rr 1! 5 S de Febrero ES a a Os e EEE e 22 de Febrero O IT a IA Sl literaria S de Marzo AS ce ordinaria 22 de Marzo de 1907. 313 12 de Abril TA ds 65 Ñ 26 de Abril ERES A JOStra; >. 1» de Mayo de 1907. 366 HEXÍTA: >, 10 de Mayo de 1907. 7) , E 10 de Mayo EVE RI MIA , extra ,, 14 de Mayo EA o 0. La Inmrieracrón. Discurso del Dr. Juan Santos Fernández, Presiden- te de la Academia, en la sesión solemne (19 Mayo 1906)... .. 4 Menoxta de las tareas que han ocupado ála Academia durante el año 1905 á 1906, por el Dr. Gustavo López y García, Secretario (19 Mayo 1906 . . Ar o SOSA IAS 20 La DISPOSICIÓN PLEXIFORME VENOSA EN LOS ÓRGANOS DE PREHENSTÓN Y SUSTEN- TACIÓN, por el Dr. Jose A. Presno (19 Mayo 1906) . ..... . . ... 4l TOMO xLur.— 4, 418 ANALES DE LA PkroGrAMA DE LOS PREMIOS PARA EL Año 1907... . ARA A ACUERDOS DE La Acapemta relativos á personal (13 Falio y 28 Septiem- bre 19060): ME AT ; A IN Isrorme acerca de la solicitud del Dr. Catós E. Finlay para ocupar una plaza de Académico de Número en la Sección de Medicina. por el Dr. Jorge Le Roy(28 Septiembre 1906) . . . .'....... Y Ixrormk acerca de la solicitud del Dr. Francisco Carrera dia para ocupar una plaza de Académico de Número en la Sección de Cien- cias, por el Dr. Manuel Ruíz Casabó (28 Septiembre 1906)... .. 97 FarnLecimrento de un Académico [el Sr. Juan Bautista Jiménez, Co- responsa a a RES O Cowrestación al discurso de ingreso del Dr. Manuel Ruíz Casabó, en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Ha- bana, por el Dr. Juan Santos Fernández (14 Diciembre 1906). .. 139 Eroc1o fúnebre del Dr. Manuel G. Lavín, porel Dr. Carlos E. Finlay IA Dicrembre IQUD)] E cie e dl E a OS Cowyresración al discurso de ingreso del Dr. Carlos E. Finlay, en la Academia de Ciencias, por el Dr. Juan Santos Fernández (29 Di- ciembre 1906)... . . A A O ISR Homexase al Dr. Ramón L. Mirna por el Dr, Tuan Santos Fernán- des (3 Amero TÍ): tai da AAA A Di, O Nora xecronócGica del Académico de MéRido, Dr. sua Santander y Frutos, por el Dr. Juan Santos Fernández (22 Febrero 1900)... .. 233 SOBRE ELECCIÓN DE Acabémicos, moción presentada por el Dr. Claudio Delgado (27 Septiembre 1889)... ......... .. ..«. 206 Ixrorme sobre la elección de un Académico de la Sección de Cien- cias [se refiere al Dr. C. de la “Porre] por el Dr- Claudio Delgado ebrero MOM a ta 263 Ixrormes acerca de nombramientos de Académicos. — sh Dr. Enrique Núñez y Palomino.—6B. Dr. Enrique B. Barnet y Roque.—C «Doctor Carlos de la Torre y Huerta, porel Dr. Francisco 1. de Vildósola (ds Tio AI A de A E E e E Enoc1o del Dr. Juan Vilaró y Díaz 18 38. 1904) Discurso de recep- ción como Académico de Número, por el Dr. Felipe García Ca- ñizares. (10 de Mayo de 100). sed ER Cowrestación al discurso del Dr. Felipe ( García Cañizares en su recep- ción solemne como Académico de Número, porel Dr. 'P., V, Corona- do (10 de Mayo de 002. a a a ON ANATOMIA La disposición plexiforme venosa en los órganos de prehensión y sustentación. por el Dr. José A. Presno (19 de Mayo de 1907.) 41 ANTROPOLOGIA La eruta del purial, por el Dr. Luis Montané (26 de Abril de 1907.)... 365 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 419 BOTANICA Informe sobre el nombre científico y vulgar de un árbol cubano, por el Dr. José [. Torralbas (27 de Enero de 1901.) . . CIRUGIA Notas clínicas. —Angio-colecistitis calculosa.—Colecistectomía.— Drenaje del conducto hepático. =Neoplasma del píloro-Gastro-ye- yunostomía.=Ano contra natura de la región hipogástrica. Entero- rrafia porel Dr. José A. Presno (14 de Diciembre de 1906.) Tratamiento del tétanos por el suero antitetánico á dosis masivas, porel Dr. R. García Mon (11 de Enero de 1907.) . El tratamiento de Bier, por el Dr. M.V. Bango (22 de dit 1907) CLINICA MEDICA Lipomatosis generalizada simétrica, por el Dr. Armando de Cór- dova (22 de Junio de 1906.). EE a Muerte súbita en un caso de difteria. (Dist urso de recepción como Académico de Número) por el Dr. Manuel Ruíz Casabó (14 de Di- ciembre de 1907.) .. EE EA si lt o Algunas consideraciones sobre 7 régimen alimenticio y tratamien- to de los tuberculosos hemoptóicos. por el Dr. Francisco María Hector (11 de Enero de 1907.). EA lcd y a tol Casos, al parecer, típicos de íctero catarral simple como secuela po- sible de ataques benignos é ienorados de fiebre amarilla, por el Dr. Carlos J. Finlay (25 de Enero de 1907.).. Fiebre amarilla apirética, por el Dr. Manuel Ruíz € sido (29 de Mae zo de 1907.). . AS A AA AR o Epistaxis.—Focos rn EOS —Su and: por el piano Hernando Seguí (22 de Marzo de 1907.) .. FARMACIA Informe acerca de un producto alimenticio y medicamentoso titu- lado «Kephir índico» por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (26 de Oc- o e E A A Informe acerca de un producto ictóminado «Hemorroidina», por el Dr. Arturo Bosque (26 de Octubre de 1906.). ..... . .. Consulta acerca de peritaje químico, por los Dres. .J. P. Alacán y C. de la Torre (23 de Noviembre de 1906). . . : Informe acerca de un producto industrial y alo afmibds «Depurativo Padró», porel Dr. J. P. Alacán (23 Noviembre 1906.) Informe acerca de un preparado farmacéutico, por el Dr. Domingo Hernando Seguí (25 Enero 1907)... . . A, TS LT Informe sobre infracción de las Ordenanzas de E armacia, en Cruces, por el Dr. Emilio Pardiñas (S de Febrero de 1907). .... 217 167 176 316 70 126 184 200 340 345 420 ANALES DE LA Informe acerca de la Sidesina, por el Dr. Jose P. Alacán (22 de Fe- Dro de AMI A o er e a le pe Informe acerca del «Kressol», por el Dr. Arturo Bosque (12 de Dl PU e ES E RS OR HIDROLOGIA Informe sobre unas aguas dichas minero-medicinales en Mayaji- gua, por el Dr. Manuel Delfín (8 Julio 1900)... . ..... +... Informe sobre aguas de Cienfuegos, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (9 Diciembre 1900). . at a das Os de Dictamen de la Comisión nombrada para juzgar la Memoria pre- sentada en opción al «Premio del Presidente Gutiérrez», cuyo lema es ErrRARE HUMANUM Esr, por los Dres. E. Acosta. E. Par- dinasy E. “Puradela (VAMO ERA IA a HIGIENE La inmigración, por el Dr. Juan Santos Fernández (19 Mayo 1906). Informe sobre el trabaj> del Dr. Manuel Delfín, acerca de las Orde- nanzas Sanitarias, por los Dres. J. P. Alacán y M. Ruíz Casabó (26 Octubre 1906) 5 ear O a Informe sobre vacunación y revacunación, por E Dr MecoDe fín, UE AN A A TN E E E INDUSTRIA Informe acerca de unas muestras de ladrillo, por el Dr. José P. Ala- cán(25 Enero 1907). . E , Pd Informe sobre la pesca de esponjas, por el Dr. “Pelli Valdés Ragues (28 Septiembre 1906)... Informe sobre la pesca de esponjas en Caibarién, por el Dr. José I. Torralbas (14 Octubre 1900) . a ba Informe sobre ley de marcas, por el Dr. José de). Rovira (24 Ju- nio 1900). o ts a Tino MEIRdS Informe sobre una patente de invención para la curación y preven- ción del muermo en los animales, por el Dr». pS Acosta (25 Noyieraibre AUD ee de lie o MAA Experiencias acerca del cultivo del tabaco, por el Sr. 5 r. ( vete: (12 Abril 1907) . MEDICINA LEGAL Violación durante el hipnotismo. Informe médico legal, por el Dr. Jorge LeRog (12 Tuna LIO) A DAA INIA Informe médico legal en causa por homicidio frustrado, por el Dr. Guillermo Benasach (22 Junio 1906)... . . 5 : ¿Suicidio ó asesinato? Consulta médico legal, por a Dr. Jorge Le- Roy (22 Marzo 190, , r 1 1 ' 1 ' t ! 1 L JE t t 1 t > 1 398 AY ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4 Informe emitido por la Comisión nombrada para juzgar la Memoria presentada en opción al premio de Medicina Legal, fundado por el Dr. Antonio de Górdon, cuyo lema es: Quo rexbrmus?, por los T. V. Coronado, G. Benasach é 1. Calvo (14 Mayo 1907)... ... OFTALMOLOGIA La alipina en ME porel Dr. Juan Santos Fernández (28 Sepiiembre-LIO mira. it a TT E A Criptoftalmos consec liv á la crlsipolas por E Dr Juan Santos Fer- Mes UR ARO) IO A a a El tracoma en Oriente de la isla de Cuba, por el Dr. Juan Santos Fernándes (Meat 90D). SS Ello states o Loose Oftalmía simpática por depósito “alcáreo en el ojo herido, por el Dr. Juan Santos Fernández (8 Febrero 190)... . QUIMICA Investigaciones sobre la constitución química de la piña, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (S Marzo 1907) : E Análisis de los principios nutritivos de las hojas del platino. por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (S Marzo 1900... VARIOS Educación de los sentimientos y de la voluntad, por el Dr. Luis A. Baralt (29 Diciembre 1906)... ..... ZOOLOGIA Informe acerca de si la PHILOXERA VESTATRIZ y Sax JosÉ ScaLe exis- ten en Cuba, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado (28 Septiembre 1906). A A Museo indígena. Catálogo de aves, 2.* parte, por el Dr. Pedro Val- des Ragues (8 Marzo 1907)... . : Los colibríes, por el Dr. Tomás V. Dcdo 26 Abril 1907». El cachalote-carODON MACROCEPHALUS, Clasificación y descripción del esqueleto de un enorme cetáceo, encallado en las costas de Cuba, cerca de Nuevitas, en Mayo de 1906. Presentación de algunos huesos de dicho esqueleto, por el Dr. Cárlos de la Torre (1. Ma- A a E Indice alfabético de QUÍOres. 0. es 399 281 291 159 298 3653 255 410 492 ANALES DE LA ERRATAS IMPORTANTES PAGINA LINEA DONDE DICE LEASE 70 21 Febrero Junio 10 1 Acta de la sesión Sesión 176 4 del 10 de Enero del 11 de Enero 3653 + 1906 1907 399 4 ¿UO QUO a : 4 a . qe. en DRÉE $4 si 4 + > ES pa 5 E ps ex 13 => edo? . mes” ñ es, Ñ e E , - É Ya y ds Ú ' X A ' A , . 2) E l e de 4 , la ' ñ 7 d ] . , , N ¡ y nj Se -REDA OCION DE LOS “ANALES Ta: de Puerto Ric por el Dr. Duo Contribución al estutlvo de los Moluscos C - Danos, vor el a Arango A Molina; ao del ojo, por el Dr. Borker pidicida di GIAN por el Dr. Finlay. | Gran Experiencia de Mas de 50 años en el Ramo do Solicitar Paten- tes de Inven- cion, Marcas de Comercio y Títulos de Propiedad Literaria en los Esta- dos-Unidos y Países Extrangeros. Para mas informes véase la última página de lecturad cualquier ejemplar mensualde La América Científica e Industrial edicion en español del SCIENTIFIC. AMERICAN,” ó escribase directamente y en español, si se quiere á los señores MUNN (QA COMPANY — +- EA 361 Broadway, Nueva York. YM ld [a 4 | 1 fl ME ME ME ME ME ME ME [E NE == ASS se UNC te SALTA O BID a A. 0 — 5 AD