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CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

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e (REVISTA CIEN EN e AROS ; Ss DIRECTORES:

Edda ) ido Joss 1. . Torralbas y D. Marcos de 3. Melero.

A UNINEGA 33.

AO JUNIO 15. 20d AA CANJE Y CORRESPONDENCIA * ENEE PA po DIRIGIRSE y a a E A A g ñ Me rar cana me 2a19> TE RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias EN ne TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA 4 fl CAMPANARIO NUMERO 4 45. (EX- CONVENTO DE SAN AGIJSTIN.) pr p > . ( y AA HABANA. ds: EN Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. E RAN EN AC 1892

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ANALES

DE LA

REAL ACADEMIA

CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

DE LA HABANA.

REVISTA CIENTIFICA:

TOMO XXIX.

HABANA. TIPOGRAFIA DE A. ALVAREZ Y COMPAÑÍA,

Calle de Ricla número 40. 1892.

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REAL ACADEMIA.

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Sesión solemne del día 19 de Mayo de 1892.

Abierta la sesión á las ocho de la noche, bajo la Presi- dencia del Excmo. Sr. Gobernador General D. Camilo Po- lavieja, y con asistencia de los Sres. Académicos D'* Lastres, Machado, Lavin, Torralbas (D. F.) Gundlach (de mérito), D. Fernando Gonzalez del Valle (de mérito), Montané, Santos Fernández, Menocal, Delgado, Donoso, Beato, Cubas, Tama- yo, Bosque, Ramos, Valdés y La Guardia, y de los Sres. Don Nicolás Azcárate, D. Sebastián de Cubas, D. Cárlos Fonts y Sterling, D. José Gonzalez Lanuza, Rdos. Padres Escola- pios, D. Leopoldo Barrios, Dr. D. Eduardo Plá, Dr. D. An- tonio Gonzalez Curquejo, Dr. D. Juan Cisneros, Dr. D. Luis Hernandez Rubin, Dr. D. Victor Zugasti, Dr. D. Enrique Saladrigas, Sr. Muller, D. Francisco Quiñones, D. Cárlos Saladrigas, D. Miguel Martinez Campos, Sr. Cónsul del Bra- sil, D. Gabriel Forcade, D. Francisco A. Silva, Dr. Vidal Sotolongo y Linch, Dr. Masa Secretario de la Universidad, Dr. D. J. Diago, Dr. Arístides Mestre, Dr. D. Francisco Du- mas, D. José Gonzalez y Gutierrez, D. José García Montes, Dr. Enrique Remires, D. Rodrigo Ponce de Leon, D. Ar- turo Mora, Dr. José L. Villalonga, Dr. J. T. Reyes y otros señores que venian á constituir un público numeroso.

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El Presidente titular de la Corporación Dr. Lastres leyó un breve discurso acerca de la importancia del acto que te- nía lugar, haciendo merecidos elogios y muy justos del fun- dador de la Academia Dr. D. Nicolás J. Gutierrez, por últi- mo, dió las gracias en nombre de la Corporación á los Seño- res que honraban con su presencia la Sesión solemne que venía 4 conmemorar el 31* aniversario de su fundación.

Terminado que hubo su discurso el Sr. Presidente, el Secretario general dió cuenta en una reseña razonada de las tareas que ocuparon á la Academia durante el año.

Seguidamente el Dr. D. Luis Montané, á su vez, leyó un capitulo de su obra inedita acerca de los primeros poblado- res de Cuba.

Concluida la sesión con el trabajo de referencia, el Ex- celentisimo Sr. Gobernador General dió por terminado el acto. Eran las nueve y media de la noche.

*.—+ .—

DISCURSO

del Sr. Dr. D. Joaquín F. Lastres, Presidente de la Real Academia.

Kixcmo. Señor: Sres. Académicos: Señores:

Una vez más el reloj de los tiempos ha marcado otro año de existencia en la vida de esta Corporación.

El 19 de Mayo de 1861, será siempre memorable para todos los que se interesan por la cultura intelectual de estas apartadas provincias.

Es una fecha gloriosa, que simboliza el comienzo de una era de progreso y de resultados positivos para el adelanto de las ciencias de observación entre nosotros.

Pero faltaríiamos á un sagrado deber de conciencia, en estos solemnes momentos, si no consagrásemos un afectuoso recuerdo de gratitud á la memoria del preclaro fundador de esta Academia, el eximio Dr. D. Nicolás José Gutierrez.

A su patriotismo nunca desmentido, á su constante en- tusiasmo y á su fervor por el bien de la humanidad, débese la constitución de este Cuerpo académico, que ha llegado á alcanzar una reputación justificada en los centros facultati- vos, tanto nacionales como extranjeros.

Al recordar el medio en que vivió y pudo moverse aquel

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ilustre varón, podrá comprenderse su mérito indiscutible. El esclarecido profesor, olvidando los intereses materiales, cul- tivó con amor los intelectuales y morales, y salvó todos los obstáculos que se le oponían para dotar á este su pais natal, de una institución que tanto lo ha enaltecido.

No obstante las viscisitudes porque ha atravesado esta Academia, no olvidemos que aún existen en su seno, espirl- tus generosos, que confían en el porvenir á que está llama- da, contribuyendo con sus trabajos 4 aumentar la gloria na- cional en el continente americano.

La historia de este organismo cientifico puede estudiarse en los veinte y ocho volúmenes de sus ÁxaLes, que atestiguan el continuo empeño de sus socios en averiguar y propagar la verdad con el incesante cultivo de las ciencias experimen- tales.

La Real Academia de Ciencias Médicas, Fisica y Natu- rales de la Habana, ha seguido prestando al Gobierno una asidua cooperación; le ha consultado en trascendentales cuestiones relacionadas con la higiene púlica: ha procurado auxiliar á la recta administración de justicia con sus infor- mes médico-legales, y sería justo reintegrarle la exigua asig- nación de que disfrutaba en los presupuestos anteriores.

No quiero abusar, por más tiempo, de vuestra benévola atención, deseosos de oir la reseña de las tareas realizadas en el año transcurrido, y que por prescripción reglamentaria corresponde á nuestro entendido Secretario Dr. La Guardia.

También el Dr. Montané, con su competencia reconoci- da en asuntos antropológicos, disertará esta noche acerca de la raza aborigene de esta tierra.

¡Coincidencia notable! En el año conmemorativo del cen- tenario del descubrimiento de América, los olvidados restos de los primeros habitantes de esta Isla, dejan la tranquili- dad de sus escondidos sepulcros para servir de estudio á los descendientes de los conquistadores.

A los reiterados esfuerzos y pacientes observaciones de

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Rodriguez Ferrer, primero, y de los Sres. Académicos La Torre, y Montané después, se debe la descripción de los ca- ractéres distintivos de la raza existente aquí, antes que Cu- ba surgiera del seno de los mares por el genio de su descu- bridor.

Se nos ha considerado como buenos consumidores y poco productores; pero aparte de que somos un pueblo reciente, nacido ayer para la civilización, constan en nuestros archi- vos trabajos originales, y en estos instantes el del Dr. Mon- tané, respecto de nuestros aborigenes, constituye uno espe- cial, enteramente nuevo, que llamará una marcada atención entre otros que se presenten en la Exposición americana que se celebrará este año en la madre patria.

Antes de terminar, doy las más cumplidas y expresivas gracias á las distinguidas personas que nos han honrado con su asistencia, y también al Excmo. Sr. Gobernador general, que tanto interés demuestra en el cumplimiento de las ele- vadas atenciones que le están encomendadas.

T. xx1ix—2

RESUMEN

de las tareas en que se ha ocupado la Real Academia de Ciencias durante el año de 1891-92,

Por el Secretario General Dr. D. Vicente de la Guardia, Excmo. Señor:

Sres. Académicos: Sres.

No vengo á exhibir aquí mis aptitudes por acto volunta- rio, y sólo en virtud de una obligación de Reglamento me decido á ocupar esta tribuna para tener el alto honor de llevar la palabra, á nombre de la Academia, en sesion tan solemne, que viene á conmemorar el trigésimo primer año de su fundación.

Llamado á ocupar este puesto por una votación expon- tánea, me ha sido sumamente grato la confianza que me han demostrado mis distinguidos compañeros: y he llegado á es- ta Academia, alentado siempre, por el propósito firme de ayudarla en todo aquello que, el contingente escaso de mis fuerzas lo permita, sin otro anhelo que el de ser util á la Corporación, que verdaderamente amo, y cuyo prestigio es un compromiso para nosotros sostener; cumplo un deber ofreciendo mi concurso, débil, 4 esta Institución, patriótica bajo todos conceptos, nacida, gracias á las energías de un un hombre esclarecido y que honra, lo mismo á sus funda- dores, que á nosotros actuales proseguidores de su obra.

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La Academia, señores, tiene que corresponder á las ne- cesidades, á las aspiraciones del pais. No olvidemos que fué creada en medio de grandes luchas y dificultades, y no son menos que entonces las luchas y las dificultades del presente.

Es ardua, sobremanera, la tarea que tengo que desempe- ñar, porque, como decía muy bien uno de los hombre más cciebres de este país, nuestro sentido antecesor D. Antonio Mestre: “presentar en rápida y completa reseña los trabajos todos emprendidos ó realizados en el seno de esta Acade- mia, haciendo resaltar de paso su valor é importancia, sin complicar con la propia, las agenas opiniones, ni con un juicio controvertible la exposición de las ideas opuestas, y rindiendo un tributo justificado á todos aquellos que algo han hecho en beneficio de la Institución, sin duda es traba- bajo en que pudieran salir alrosos tantos como entre mis co-

llegas me aventajan en talento y en saber.”

Los trabajos emprendidos y llevados á término por los Sres. Académicos durante el año, no han sido tan numero- sos, si se quiere, como en los anteriores, pero debe tenerse muy en cuenta que 4 consecuencia del establecimiento del juicio oral en las Audiencias de este territorio, no se solicita con tanta frecuencia, como en épocas pasadas nuestro con- curso para resolver asuntos relacionados con la Medicina Legal. Mas no por eso los trabajos referidos han dejado de tener igual importancia é igual interés, que en los mejores tiempos de la Corporación.

Hemos de dar principio á nuestra reseña—que por único mérito habrá de contar la brevedad—con los estudios rela. tivos á la Higiene, señalando primero un trabajo del señor Paradela, acerca de las llamadas condiciones de insalubridad del puerto de la Habana, que á su juicio, esa insalubridad no existe, y no hay tampoco razones para considerarlo como lugar de origen, lo mismo de la fiebre amarilla que de las fiebres palúdicas. En la discusión del trabajo del Sr. Para- dela, tan cientifico como interesante y práctico al mismo

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tiempo, toman parte los Sres. Torralbas, Montalvo, Tamayo, Melero, La Torre, Finlay, Castellano y La Guardia, decla- rando casi todos los Académicos citados, por razones aduci- das, que no estaban de acuerdo con las opiniones sustenta- das por el Sr. Paradela.

La Academia, en cumplimiento de su deber, velando siempre por los intereses generales del país, y particular- mente en lo relativo á la salubridad pública, y alarmada con justicia la opinión, 4 causa de las malas condiciones de los depósitos de busuras situados en las mismas puertas de la ciudad, tuvo á bien en virtud de una moción presentada por el Dr. Casuso, después de haber nombrado á los Dres. Cubas, Nuñez de Villavicencio, Montané, Paradela, Saenz Yañez, y La Guardia que fueron á inspeccionar los lugares indicados en la estancia Las Torres, se reunió en sesión extraordina- ria, dando lectura el ponente de esa Comisión, Dr. Saenz Yañez, á un informe en el cual, con acopio de razones, fue- ron examinados todos los particulares relativos á este caso desgraciado para el vecindario de la Habana; y por unani- midad, terminado que fué el luminoso informe del Doctor Saenz Yañez, acordó protestar por la prensa y por cuantos más medios estuviesen á su alcance, de la creación de esos depósitos de basuras, puesto que lo que venía haciéndose constituía un verdadero y gravísimo atentado contra la salud pública.

La Dirección general de Administración Civil se ha ser- vido solicitar varias consultas referentes 4 análisis de vinos; lo que ha proporcionado á la Comisión de Farmacia y de (Química Legal, oportunidad para presentar informes al pro- pósito, encargados aquellos á los Dres. Zamora, Ulrici y Ro- vira. En estos trabajos, los Peritos han demostrado que has- ta ahora, todos los caldos enviados, si no son de una calidad muy inferior, pertenecen á la clase de los vinos adulterados ó artificiales.

1 Dr. D. Francisco Torralbas, el Dr. Rovira y el Doctor

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Donoso, dan cuenta respectivamente acerca de una mante- quilla que trataba de importarse, de unas vasijas de zinc para depósitos de leche, y de un jarabe pectoral, del cual se pre- tendía obtener una patente. |

Con la regularidad acostumbrada vienen publicándose en los Axarss, estadisticas demográficas relativas 4 la ciudad de la Habana, y plácenos hacer presente que los traba- jos de esta indole fueron iniciados en esta misma Academia, por el renombrado y muy inteligente higie nista Dr. D. Am- brosio (G. del Valle. Por la estadística, ha podido saberse que la mortalidad, durante el año de 1891, ascendió á una cifra igual 4 6,899. Isa mortalidad, que es excesiva, un promedio anual que llega á 34'4 por 1,000 habitantes. Por más que constituya hoy la higiene una ciencia cuyos adelantos son notables y de la más grande importancia, está muy lejos de ser conocida y apreciada como se debiera, no solamente del público, sino aún de muchas personas, ú las que su profesión parecia por tanto, im ponerles este estudio como una necesidad. En la higiene encuéntranse los medios más eficaces, preservadores de la salud, y no es posible que actualmente se diga que es una ciencia especulativa. Sábese, como se ha visto por la estadistica, que la mortalidad de es- ta ciudad es considerable, conócense las causas que la origi- nan, y sin embargo, no se les pone remedio.

En Inglaterra, toda ciudad que durante tres años segui- dos de un promedio de mortalidad de 21 por 1,000 es some- tida á una investigación llevada á efecto por personas com- petentisimas, obligando el Gobierno, 4 la Municipalidad que delinque, á efectuar todos los trabajos y mejoras que se con- sideren necesarios.

Inglaterra ha gastado en cincuenta años 800 millones de libras para sanear su territorio, y los resulta dos alcanzados se traducen por cifras que en su muda elocuencia superan á toda disertación académica. La mortalidad ha llegado á reducirse en algunos lugares, en Londres, por ejemplo, á un

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19 por 1,000. La vida media de los súbditos de su majestad británica revela un aumento de 10 años por individuo. Las enfermedades infecciosas acusan una disminución que as- ciende 4 un 50 por 100. El Londres de hoy, es la misma ciudad que en el siglo xvrr, que con un millon de habitantes, pagaba á la muerte un tributo anual de un 40 por 100, y ya se ha dicho que actualmente la mortalidad ha llegado á des- cender á un 19 por mil al año.

La Comisión de Vacuna, que viene ejerciendo sus fun- ciones desde los primeros tiempos de la fundación de este Instituto, lo mismo que en los anteriores años, ha cumplido dignamente su deber. Los académicos que á su cargo tienen la propagación de la linfa vaccinal, como podrá verse en el cuadro que se adjunta, la han inoculado 4 numerosos indi- viduos, y dos Centros particulares, el uno fundado por el Doctor D. Vicente Luis Ferrer, y el otro dirigido por los Dres. Albertini y Porto, suministran todo el virus que pueda necesitarse: esta Corporación hace presente á los señoresDirectores de ambos Institutos lo que agradece su ofrecimiento generoso, que con marcada da llevan á efecto.

Entre los trabajos de patología médica figura en primera linea, un estudio acerca de la hemato-quiluria, que su autor el Dr. D. José Torralbas se permite modestamente calificar de Notas. Es una memoria original que revela una intocli- gente observación, bastante extenso y detallado, en sus apre- ciaciones, perfectamente adaptadas á las ideas modernas. En su oportunidad discute su naturaleza y patogenia, señala las diversas teorias admitidas hasta hoy, decidiéndose, entre to- das, á aceptar la teoría del quilo. En cuanto al tratamiento, han sido hasta ahora tan variados y con resultados tan di- versos que no es posible recurrir 4 ninguno para considerar- lo como especifico. La hemato-quiluria para el Dr. Torralbas es enfermedad frecuente en ciertos paises de la zona tórrida,

wa en los climas templados; dependiente de un trastorno

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funcional de los órganos de la digestión y sus anexos, y en la que la existencia de algunos nematoides representados generalmente por la filiaria, sin ser un hecho constante se le observa con cierta frecuencia.

La Cirugía en general, lo mismo que la Ginecología y la Obstetricia no han sido de ningún modo olvidadas.

El Dr. D. Raimundo Menocal presentó su trabajo de in- greso que ha consistido en un estudio lleno de interés, conciso, acerca del tratamiento abreviado de las fracturas, basado sobre todo en observaciones tomadas de la sala de Cirujía, que visita en el Hospital Mercedes. Cita como com- probante á sus conclusiones 18 casos, empleando como tien- po máximo de curación, en las fracturas del brazo 20 días; del ante-brazo de 17 4 18; del fémur, incluido el cuello, 30; de la pierna 20: y si la práctica llega á sancionar las con- clusiones del Dr. Menocal, nunca habrá podido obtenerse un resultado más satisfactorio en la curación de esas lesio- nes. —-Emplea siempre aparatos muy sencillos, los más sim- ples, que permiten vigilar el estado del hueso é igualmente la aplicación del masaje y la electricidad sin grandes moles- tias para los pacientes.

El Dr. D. Ignacio Plasencia, tuvo el honor de responder al Dr. Menocal, y después de encomiar en justicia su inteli- gencia y laboriosidad constante, nos hace saber que el Doc- tor Menocal, se ha formado sólo, figurando hoy entre los Cirujanos más notables de la Isla de Cuba; por último juzga las observaciones presentadas acerca del asunto referido, y en definitiva de él se declara partidario.

El Dr. Casuso, ya ilustre profesor de la facultad de Medi- cina de nuestra Universidad, ha presentado varias comunli- caciones orales acerca de casos en extremo interesantes, y entre ésto pueden citarse dos ovariotomias de resultado sa- tisfactorios, doslaparotomías llevadas á efecto en condiciones excepcionales, un caso de gangrena del pié de un jóven que había sufrido una orquitis blenorrágica, el indivíduo en

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cuestión fué operado y posteriormente curado, de nuevo presentado la Academia.

El mismo Dr. Casuso, campeon energico, el más decidi- do de la asepsia puerperal suscitó una discusión en ese sen- tido, y además de otros señores fué honrada la controversia por el Académico de mérito D. Fernando Gonzalez del Va- lle, que, 4 pesar de sus años conserva todavía encendido el fuego sagrado de su amor á la Ciencia.

Debemos también al Dr. Casuso otra discusión de no menos importancia, se trata de la conducta que debe seguir el práctico en los casos de retención placentaria; y esta dis- cusión permite al Dr. Lavín presentar una disertación, bien nutrida bajo el punto de vista cientifico sobre cuestion tan interesante, por otra parte, intervienen en el debate los se- ñores Cubas, Tamayo, Benasach, Machado, Santos Fernán- dez y Beato.

El Dr. Santos Fernández en diversas sesiones ha presen- sentado interesantes comunicaciones, algunas de ellas rela- cionadas directamente á la especialidad á que con tanto acierto se dedica; en ese número pueden contarse un estu- dio sobre los accidentes oculares de la grippe, otro sobre accidentes oculares del cardón, además, otro sobre los pro- oresos de la anestesia local, y ultimamente unas notas acer- ca de los fermentos de la piña, trabajo experimental del Laboratorio Bacteriológico, que como es sabido ha fundado y aún dirige hoy, con general aceptación el esclarecido ocu- lista.

La Comisión de Medicina Legal prestando siempre su concurso á la Administración de Justicia, ha tenido el honor de someter á la consideración de la Academia varios infor- mes, algunos de marcadisima importancia. En orden crono. lógico cupo el primer lugar al Secretario que habla, que emitió dictamen acerca de las causas que motivaron el falle- cimiento de nuestro compañero el Dr. D. Agustin Wences- lao Reyes, Académico de conocimientos poco comunes que

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unía su inteligencia privilegiada á una laboriosidad exqui- sita. —Y por más que el trabajo de referencia ha sido lleva- do á efecto con escrupulosidad marcada, poco, muy poco pudo hacerse en obsequio del esclarecimiento del hecho que motivaba el informe. Compartió con el profesor citado el Dr. Zamora en la cuestión que se ventilaba, toda la investi- gación química, originándose de aquí animada discusión, que dió lugar á un contra-informe del Dr. Saenz Yañez. In- tervinieron además en el debate los Sres. Casuso, Oruz, Mon- talvo, Santos Fernández, Valdés, Torralbas (D. Francisco y D. José), Cubas, Benasach y Bosque.

El Dr. Casuso, suministra informe en consulta del Juz- gado de Sagua, acerca de si la herida que recibió un indiví- duo era mortal por necesidad, y en caso afirmativo, si ha

existido negligencia en los facultativos para la curación, y aquella sea la causa de la muerte del lesionado. Concluye el ponente nianifestando que la herida en cuestión, no era mot- tal por necesidad, no habiendo existido negligencia por par- te de los Médicos actuantes.

El Dr. Cubas informa sobre consulta del Juzsado de Santa Clara para saber si dos Señores Facultativos han co- metido el delito de falsedad prescrito en el artículo 319 del Código Penal, y estudiada la documentación que se acom: paña, la ponencia estima que los profesores aludidos no ha- bian cometido delito de ninguna especie.

El Dr. Valdés, nuestro erudito Presidente de la Comisión de Medicina Legal, de turno esta vez, contesta al Sr. Juez de Bayamo, en causa por muerte de la morena Caridad Sua- rez. Deseaba el Sr. Juez conocer el efecto de extrangulación por la fuerza muscular de una persona; y el Dr. Valdés, en vista de la deficiencia del documento pericial, y particular- mente dada la significación común de las lesiones, nada re- lacionadas con la especie de muerte que se indica en la con- sulta, entiende que en el testimonio remitido no está debi-

damente acreditado que la muerte de la morena Caridad TEXXDE9.

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Suarez fuera resultado de la extrangulación por la fuerza muscular de una persona.

Los Señores Académicos, también de la Comisión de Me- dicina Legal, Dres. Castellanos, Nuñez y Montané, tienen á su cargo la resolución de expedientes relativos á cuestiones judiciales, suscitadas por el cobro de honorarios, que son satisfactoriamente terminados con la justicia é imparcialidad que tiene acreditado, pudiérase decir mejor, que tiene vin- culada esta Real Academia.

La Historia Natural, la Anatomía comparada y la Antro- pología, han ocupado también nuestra atención.

Con sus trabajos especiales ha contribuido á las tareas del año que hoy termina, el Dr. Vilaró, reputado profesor de Historia Natural. Presentó, en una de las sesiones, un ejemplar vivo de un hibrido de gallinacea, espécimen, en su concepto, sumamente raro; además el mismo catedrático pu- blica en los Avares un estudio detallado acerca de los peces de la Isla de Cuba, que tiene por base las investigaciones del eminente naturalista cubano D. Felipe Poey, sabio maestro, muy querido de toda la generación presente cuya memoria, grata siempre, irá unida á la historia de esta Corporación.

El Sr. Dr. D. Sebastián Alfredo de Morales. nuestro miembro corresponsal, naturalista distinguidisimo, remitió ú esta Academia un extenso y detallado estudio acerca del ol- fato de las auras, que como es sabido, hasta ahora había si- do negado por otros hombres de Ciencia, también de mérito indiscutible. El trabajo viene provisto de numerosos hechos en su apoyo, sobre todo, bajo el punto de vista de la Anato- mia, asegurando en consecuencia el respetable Dr. Morales, que los referidos catártides poseen órganos olfatorios perfec- tamente desarrollados.

El sabio y respetable anciano Dr. D. Juan Gundlach, con una perseverancia excepcional continúa favoreciéndonos con sus trabajos acerca de la historia natural de la Isla de Cuba, y actualmente, los Avanes publican su obra de Ento-

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mología.—El Dr. Gundlackh es un naturalista de fama unl- versal: “hombre extraordinario” que ha dicho un poeta ilus- tre, nuestro pobre Zenea! “de alma buena, de corazón mag” nánimo, de agradables maneras, de profundos estudios, de infatigable constancia en el trabajo, de gran talento; este mortal privilegiado vive como quiera y donde quiera, entre- gado en cuerpo y en espiritu al dulce amor de la natura- leza.”

Los Dres. Vidal, profesor de la Universidad, y Ramos, de esta Academia, suministraron trabajos sobre un feldspato que ubunda en las rocas graniticas de Guanabacoa, y es la Diorita.

El Dr. Montané, nuestro antropólogo, el discípulo prefe- rido de Broca, entrega para el “Museo de la Academia” la vértebra de un cetáceo que, clasificada por el Dr. La Torre, resulta ser de la región lumbar.

El Dr. La Torre ofrece también al Museo, un cráneo de- formado, el cual asegura el ilustre profesor, de. Anatomia Comparada, que presenta muy pronunciada la deformación conocida en la ciencia con el nombre de Caribe,

El 31 de Diciembre del año próximo pasado, la Acade- mia respetando la última voluntad de su sabio fundador, y por acuerdo de la misma, celebró sesión extraordinaria para solemnizar el aniversario de la muerte del primer presidente de esta Corporación, el patriota ilustre Dr. D. Nicolás José Gutierrez, que á ella había consagrado toda su vida, y la Academia, Señores, es obra suya. Apóstol de la Ciencia, perdido para la sociedad cubana! —El Dr. D. José Torralbas tuvo á su cargo el elogio de aquel Maestro, llevando á efecto el difícil trabajo que se le había conferido, de un medo no- table, brillando en él á la par que la ciencia, una dialéctica correcta.

Al Dr. Santos Fernández, 4 más de su asidua cooperación se le debe el canje, obtenido en su último viaje á París, con el Boletín de la Academia de Medicina de aquella capital, y

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tanto más es de «gradecerse el servicio prestado por el Aca- démico aludido, cuanto que la Corporación de Paris no acep- ta el cambio sino únicamente en casos excepcionales.

En este año ha ingresado en la Academia, como miem- bro numerario nuestro muy distinguido compañero el Doctor D. Braulio Saenz Yañez, notable ya por los importantes tra- bajos profesionales que desde hace tiempo viene publicando, lo mismo en la Crónica Médico (Quirúrgica que en El Pro- greso Médico.

Como miembro corresponsal ha sido admitido el Sr. don Manuel Cano y de León, de Madrid, del Cuerpo de Ingenie- ros del Ejército, y es conocido perfectamente el nombre del Sr. Cano, no tan sólo como autor de varias obras profesiona- les sino sobre todo, como autor del proyecto y director de las obras del nuevo Hospital Militar de Madrid, en construc- ción.

Próximos á terminar, tenemos particular empeño en ha- cer constar—cumpliendo así gratisimo deber—toda la parte activa que ha tomado en el desempeño de nuestras tareas el Presidente, que ha sido hasta hace poco, de esta Corpora- ción, el distinguido Dr. D. Federico Horstmann, que con re- conocida imparcialidad y tacto especial, ha venido dirigien- do nuestras discusiones, 4 veces algo vehementes. Pertenece el Dr. Horstmann al número de aquellos profesores, que por sus cualidades personales, sus conocimientos, su inteligencia y estudio, honra á la clase médica cubana, que lo estima y considera en todo lo que vale, en todo lo que se merece.

La Comisión de Festejos para celebrar el 4? Centenario del descubrimiento de América, invitó 4 la Academia á que

prestase su cooperación al commemorarse en Madrid acon- tecimiento tan notable, y esta Corporación aceptando la in- vitación que se le dirigía, acordó que dos de sus miembros, los Dres. Montané y La Torre, redactasen cada uno por su parte, Memorias relativas al objeto, describiendo todo aque- llo que posee nuestro Museo, en lo que se refiere á los habi-

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tantes de Cuba, de la época precolombina; además de esas Memorias se enviara un Album de fotografías, moldes y fac: cimiles, todo lo cual ciertamente, contribuirá al mayor pres- tigio de la representación Regional Cubana en esa fiesta de la Nación, justo tributo 4 la memoria de un grande hombre, que no recibió otra recompensa durante los últimos años de su vida, como premio á su obra imperecedera, que la ingra- titud, el escarnio y la prisión, ¡terrible pago! de los hombres de su época.

No todo había de ser satisfacción para la Academia du- rante el año transcurrido, vése obligada á registrar en sus Anales una nota dolorosa. El Excmo. Sr. Ministro de Ultra- mar, en virtud de economías, que dice, se propone estable- cer, ha suprimido la corta subvención que el Gobierno tenía señalada ú esta Institución.

Ofrecemos, Señores, un espectáculo, á la verdad único, formamos un Cuerpo constituido, reconocido por el Estado; Cuerpo al cual se le piden, se le exigen trabajos, informes ó consultas sobre asuntos importantes de Higiene pública, de Medicina legal, de Administración.... y que sin embargo, el Estado no proteje, por el contrario, le suprime la pequeña asignación, de la cual venía disfrutando desde época remota, merced á un rasgo de generosa justicia de uno de los gobier. nos de S. M. D* Isabel II. Oportunamente la Academia ha acudido al Gobierno de la Metrópoli por conducto del Excmo. Sr. Gobernador General de la Isla de Cuba, pre. sentando una atenta exposición justificada, reclamando, lo que pudiérase llamar, la vulneración de sus derechos.

Y en este último año, la Academia, como se ha visto, no ha sido ni menos fecunda, ni menos activa, ni menos útil que en ninguna otra época de su ya dilatada carrera. Ha sido re- lativamente feliz, si se tiene en cuenta que de nosotros, no ha habido que lamentar la pérdida de ninguno, pero no por eso dejamos de sentir más, 4 nuestros compañeros, aquellos que ya no existen. Maestros, amigos, ilustres fundadores de

22 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

esta Academia, patriotas esclarecidos, ya os llameis Gutierrez, ya Mestre, ora Zambrana, ora Lebredo, que en cumplimiento de leyes fatales de la naturaleza, habeis traspasado el límite conocido de la vida, á esos varones, cuya memoria segura- mente habrá de conservar con marcada justicia la posteridad, á ellos, dirigida mi última palabra, y rindiendo decidido culto 4 la verdad, me permito expresaros aquí, 4 nombre de la Academia, el homenaje sincero de nuestro respeto, de nuestro amor hácia vosotros. : He dicho.

Z00LOGÍA,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

Punta Alegre. S. Juan de los Remedios. El criollo, dicho tam- bién lombricero y sanjuanero, por las razones señaladas en otras localidades, y el de altura ó de lo alto: éste, inmigrante, aquél se- dentario. Tamaño, de 35á 40 centímetros. Peso, de 6 kil. Huevas de 8 á 10 centímetros de largo. Crías sedentarias, hasta su mayor desarrollo en el canal. Comen peces y crustacios. Co- inciden la lombriz y el dedalillo. No se usan redes. Se confunden seguramente la corrida y las arribazones, pues en la cabecera de la provincia—Caibarién—se señala: á la corrida, de Mayo á Ju- lio, y á las arribazones, de Octubre á Diciembre. Proceden del canal y mar de afuera. No se indica desovadero.

La veda no rige, aunque se recomienda.

Sagua. Isabela. Criollo, sedentario, en fondos de seibadal, seis brazas; de lo alto, inmigrante, fondos de piedra, profundos: á éste se le dice lombricero, por su alimentación. Tamaño 50 centíme- tros. Peso, de 2 á 4 kilos. Huevas, 13 centímetros. Las crías re- siden en los esteros. Anzuelos, de 8 centímetros para el de lo alto, y 5 para el erjollo: nasas afuera de los veriles.

La corrida tiene efecto en las menguantes de Mayo, Junio y Julio. El desove, en Cayuelo de Boca de Sagua, Marillanes, Ju- tía, Gordas, Tocineras y Boca de Marcos. En malos tiempos, se aguantan en los veriles. La veda no rige. (1883). Consumo lo- cal, fresco: 250 kilos diarios. (1891).

24 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Nuevitas. Sólo el criollo, no bien determinado. Peso, de 3 4 4 kilos. Huevas de 120 gramos. No hay crías. Anzuelos de una pulgada; chinchorros de 60 brazas.

La corrida de los sedentarios en la bahía, en Junio. No hay arribazones. La veda tampoco. (1883). Ratificados los datos an- teriores, sólo puedo agregar que el consumo loca! fresco asciende 4 2,161 kilos (1891).

Tunas de ¡Sasa. Máximo, 3 kilos. Corrida en Marzo y Abril. Exportación, vivo: 1,500 kilos. Consumo local fresco: 500 kilos. (1891).

Puerto Padre. Peso de 4 kilos. Huevas, 10 centímetros. Crías emigrantes. Anzuelos de 4, y chinchorros. Se dice que no hay corrida ni arribazón. “Solo se pesca alguno en Junio.” (1883).

Gibara. Dos: criollo y de lo alto. “Este comprende tres varie- dades: el chipre, el orejinegro y el coral.” Las variedades del de lo alto antedichas, se distinguen así: “el chipre, de color rosado y vientre blanco; el orejinegro, del mismo color del criollo y man- chas negras en las aletas; el coral, un poco más encendido el co- lor que el clipre, sin manchas. Los tres tienen ojos amarillos, Existe la mancha lateral en el orejinegro y el criollo. Éste tiene los dientes más gruesos.” El criollo, en fondos de placer y ramo- jal, de ocho á diez brazas. Los de lo alto, en fondos de piedra, de 80 4100 brazas. Se llama lombricero también al de lo alto nombrado chipre, por encontrársele lombriz á veces en el estóma- go. Todos en todo tiempo, con más ó menos abundancia. Con- curren congéneres: Jají, Jocú y Ojanco. Tamaño, de 37 4 60 cen- tímetros. Peso, de 13 á 3 kilos. Huevas, de 120 4130 gramos. Crías sedentarias, en toda la costa. Comen cangrejos, principal- mente. Para los de lo alto, anzuelos; para el criollo, nasas.

Corrida, en Mayo, Junio y Julio. Puntos de desove: desde Punta Rasa á Punta Bejuquero, sotavento del puerto. Viene del Norte. La veda comprende aquellos puntos, desde 25 de Mayo á 5 de Agosto. (1883). Pesca anual: 3,098 kilos. (1891).

Reproduzco literalmente los conceptos susodichos, originales, por su valor técnico, aunque en rigor no sea de este lugar. Sólo indico de mi parte, que ese orejinegro me hace pensar en la es- pecie de Puerto Rico—pargus—que tiene una mancha negra en la región suprapectoral. Como al tiempo mismo se expresa, que

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 25

las tres variedades de lo alto tienen los ojos amarillos, y que sola- mente el citado orejinegro y el criollo poseen la piuta negra late- ral, hay que remitir también este caso á la observación de ejem- plares de las tres variedades del de lo alto preindicadas, y del criollo. Ocúrreseme, por otra parte, que pudiera tratarse del Sesí, el cual es rosado y tiene una mancha en el tronco de cada pec- toral. (1892) Véase lo relativo á Caibarién.

Santiago de Cuba. Dos: el criollo, verdoso, colmillos más pro- nunciados, de 25 á 40 brazas; el de lo alto, rojo, de 200 brazas en adelante. Aletas en relación con dichos colores respectivos. Ojos rojos. No siempre existe la mancha lateral (1). No se sabe del lombricero. De sus congéneres, se cita el Jocú y la Cubera. De 40 á 50 centímetros de largo, 1 4 2 kilos de peso máximo. Hue- vas, 6 milímetros. No quedan las crías. La lombriz no recala to- dos los años, y el dedalillo no coincide con los pargos. Anzuelos números 7 y 8. Ningún arte de malla. El recalo se señala de Agosto á Octubre, que “es cuando reinan malos tiempos.” Proce- de de los bancos de afuera y se halla en los veriles. El decirles de paso, el tamaño de las huevas y la época del recalo, parece in- dicar que lo consignado se refiere á las arribazones.

En punto á corrida, no se precisa el tiempo, ni el lugar, na- da. (1883). Concurre la. Rubia.

El informe último-1891-eleva el peso máximo á 5 kilos.

¿Será éste en realidad, ó la desconfianza hará que los pesca- dores—única fuente de información actual —minoren el desarro- llo maliciosamente? Se dán casos.

Manzanillo. Se indican los tres, pero no se precisa sino el gua- chinango, sin tal nombre y en estos términos: Cuerpo rojo, lomo rojo oscuro, vientre blanco, aletas rojas, ojos rojo encendido. Siem- pre existe la mancha. No se menciona el lombricero. 'Podos se dicen inmigrantes. Fondos de piedra de cuatro á seis brazas. Tres kilos de peso. Dícese que las crías del criollo (?) pesan de 500 á 600 gramos; y se agrega, que “es raro pescar crías de los sedentarios.” (?) No existe la lombriz ni el dedalillo. Anzuelos del núm. 9. No se usan nasas.

La corrida de Mayo á Junio, en los arrecifes de Cabo Cruz y Banco de Buena Esperanza. Vientos del S. E. coinciden con el desove. (1883). Concurre la Cherna.

(1) Acaso haya más de una especie de lo alto J. V. dde Saba

26 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Guantánamo. El criollo, con mancha en los costados, ojo rosa- do, fondo de diez á treinta brazas. El de lo alto, con mancha ne- gra en las aletas, ojo rosado, fondos de 150á 200 brazas. Concu- rren Cajíes, Jocúes, Cuberas y Ojancos. De 1 á 13 kilos. Huevas, 6 milímetros. A la cría, que abunda en la boca de los rios, se le el nombre de Tetó. Sólo al anzuelo. :

Corrida, en Julio: el desove es mayor en el plenilunio, en la costa. (1883).

Ahora se como peso máximo, 3 kilos. La corrida en Junio, por los veriles y boca del puerto (1891).

Véase lo dicho sobre el orejinegro y demás, de Gibara y Cal- barién.

Baracoa. Criollo y de lo alto Ó Sipre. (sic) Peso, desde 500 gramos 456 6 kilos. Huevas de 35 milímetros. Crías sedenta- rias. Pesca al cordel y con nasas.

Corrida en Marzo y Abril: desove en los veriles. Muy perse- guidos por Tiburones y Sierras numerosísimas, como acontece en Manzanillo y Puerto Padre. (1883).

Arribazón, en Noviembre. Consumo local, fresco: 2,000 ki- los (1891).

Pertenecen á la misma familia de los Pércidas, pero á géne- ros y especies distintas, el Pargo de Andalucía y el de Galicia.

25. Arnillo.—7Zropidinius Arnillo Poey. Color general, morado oscuro. Carne sana, muy estimada. Peso máximo, 4 kilos. d

Mariel. Peso máximo 2) kilos. Desova en primavera (1881.)

26. Rabirrubia.—Ocyurus chrysurus Bloch. Cuerpo alar- gado, comprimido. Cabeza aguzada. Mandíbula inferior pro- minente. Fondo común oliváceo. Dorso punteado de amari- llo. Algunas listas doradas brillantes longitudinales, en los flancos: una de ellas se extiende desde el ojo hasta la cola. Ésta es profundamente bifurcada, y amarilla como las ale- tas. Su nombre científico y vulgares expresan el color de la nadadera caudal. Carne buena, suave y estimada. Al- canza 8 kilos. Abundante.

Habana. Peso máx. 1 kilo. Cría en el puerto, en fondos duros y de poca profundidad. No se exporta ni se conserva. Consumo

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES Ll

local fresca. Pesca anual: 50,370 kilos. Artes: cordel y redes (1891). No soporta la vida en los tanques de los viveros.—Vive en el puerto.

Mantua.—Se dicen Rabirrubio y Colirrubio.

Corrida, en Abril y Mayo. Arribazones, en Diciembre y Ene- ro. Abunda todo el año. (1880).

Bahía Honda. Abundante siempre.

Corrida en Abril, Mayo y Junio. Es rara la que entonces no está enovada. Arribazones en otoño é invierno.

Mulata. Peso máximo 21 kilos. Abundante.

Corrida, de Abril á Junio. Arribazones, desde el primer nor- te: de Septiembre á Enero. Vienen á la costa, procedentes de po- zas y cuevas: de Vuelta Abajo, las mayores de Vuelta Arriba, más abundantes y menos desarrolladas. Van y vienen al desova- dero, hasta concluir.

San Cayetano. Máximo 13 kilos. No se conserva ni exporta. Consumo local fresca. Pesca anual: 19,000 kilos.

Corrida, en Abril y Mayo. Concurre la Biajaiba. (1880). Los informes últimos (1891) la fijan en Mayo á Junio. arribazones, de Octubre á Marzo.

Mariel. Abundante. No se conserva. Exportacion, vivo: 899 kilos. Consumo local, fresco: 225 kilos. Pesca anual: 1106 á 1142 kilos.

Corrida: de 1? de Febrero á 31 de Marzo. Arribazón, á la en- trada de los nortes (1891).

Matanzas. Corrida en Mayo, Junio y Julio, cuando llega la lombriz. (1887).

Cárdenas. Desova en las lunas de Junio y Julio. (1881).

Batabanó. Máx. 23 kilos. Muy común. Desova en el primer cuarto lunar de Mayo. (1883).

Ísla de Pinos. Nueva Gerona. Máx. 460 gramos. No se exporta : ni sála. Consumo local. (1891).

Sagua. Isabela. Peso máximo 2 kilos. No se exporta ni conset- va. Consumo local fresco: 25 kilos diarios. (1891).

Corrida, en Julio: por Boca de Sagua, Esquivel, Lanzanillo. (1891).

Cienfuegos. Peso máximo 1 kilo. Corrida, en Mayo y Junio. (1891).

Trinidad. Casilda. La dicen Rubia. Peso máx. 2 kilos. Muy

28 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

común. Exportación, vivo, 4,000 kilos. Se cúran: 200 kil. Consu- mo local fresco: 2,000 kil. Pesca anual: 6,200 kil. Artes: cordel, 15, Embarcaciones: viveros, 1. Tripulación, 2. Capacidad del tanque: 575 kilos.

Corrida: se dice “todo el año.” No puede ser. ¿Acaso desova. en donde vive? (1) Se consigna que recala con la Biajaiba.

Puntos de desove: Machos cayo Blanco, Guaurabo. (1891).

Santa Cruz del Sur. Peso máx.: 1200 gramos.

Corrida: de Mayo á Julio: veril S. de las Doce Leguas. (1891).

El Ayudante D. A. Carrasco dice, que “sólo la emplean los pescadores como carnada.” (1891).

Nuevitas. Máx. 2 kil. Consumo local fresco: 652 kilos.

Corrida: en Junio, por los veriles. (1891).

Gibara. Pesca anual: 2,254 kilos. (1891).

Guantánamo. La dicen Rubia. 250 gramos. Llega con la Cher- na. (1883) (2).

Manzanillo. Alcanza 30 centím. de largo. Llega con la Cher- na. (1883) (3).

Cuba. Santiago de. Peso máx.: 11 kilos Consumo local fresco.

Corrida: en Octubre. Costas del distrito (1891). Llega con la Cherna (4):

San Juan. Puerto Rico. Máx. 92 gram. Consumo local fresco: 1,840 kilos.

Corrida: de Mayo á Junio (1891).

Arroyo. Puerto-Rico. Pesca anual: 138 kilos (1891) (5).

Descrita por Jordan « Gilbert-Synops p. 548-con el nombre de Lutjanus melanwrus;, en sa Addenda, p. 921, la denominan Lut- janus chrysurus Bloch.

(1) A lo mejor, se contesta así; repitiendo lo que dicen los pescadores. Y menos mal, cuando respecto de lo demás se dan informes tan «completos, como se ve en el texto.

(2) Como la Cherna realiza su corrida de Diciembre á Enero, cabe inferir que se tiate de las arribazones de la Rubia 6 Rabirrubia; máxime si se atiende á que en los demás distritos—excepto también Manzanillo y Cuba—se determina entre Abril y Jnnio.

Desde el principio de estos trabajos, cifré mi mayor empeño en precisar la acep- ción de los términos arribazón y corrida, y es rara la vez en que se confunden.

(3) Véase la nota anterior.

(4) V. la nota antertor.

(5) Colirrubio llaman en Puerto Rico á un congenere, todavía no determinado específicamente.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 29

Hállase igualmente en Trinidad, Puerto Cabello, St. Thomas, Barbadas, etc.

27. Voraz.—Platyintus voraz Poey. Cuerpo rosado-ro- jizo con brillo dorado. Aletas ventrales y pectorales rosadas más claras que la caudal, que tira 4 carmín y es ahorqui- llada. Es pez de altura. Común. Carne muy estimada.

Matanzas. Le dicen Cardenal. (Poey).

Mariel. Peso máximo 1 kilo. Estimado. (1881).

28. Cachucho.—Ztelis oculatus Val. Peso máx. 10 kil. Carne sana, de sabor exquisito. “Hermoso pez, dice Poey, por la forma elegante del cuerpo y de la caudal; color rojo encendido, ojo grande, revelando las profundidades en que se encuentra.” Iris colorado.

Matanzas. Se dicen Salmonete de lo alto, sin fundamento razo- nable.

El Caehucho del litoral andaluz, el del Puerto de Santa María y el de Laredo, difieren genéricamente del de Cuba y entre sí, mas son de la misma familia.

29. Escolar chino.— Verilus sordidus Poey. Color api- zarrado. De lo alto. Alcanza 2% kilos.

“Un pescador muy experimentado me dijo que su verdadero nombre es Berregueyo.” Poey, Synops.

Lleva este mismo nombre otra especie, adscrita á la familia Amiidas, de que adelante me ocuparé.

Da.) NIRARO:

(Continuard.)

QUIMICA LEGAL.

INFORME SOBRE UNOS VINOS.

(SESION DEL 23 DE AGOSTO DE 1891.) Iltmo. Sr. Presidente; Señores Académicos:

Tenemos á la vista una comunicación del Gobierno Civil de la Provincia que á la letra dice:

Con la indicada comunicación se han recibido tres bote- llas que se corresponden con las denominaciones con que se designan por el Gobierno Civil, viniendo además lacradas, selladas v rotuladas con el sello de la Subdelegación de Far- macia del Distrito del Centro de esta capital.

Con objeto de contestar á la consulta hecha, y en vista del decreto marginal, se procedió 4 practicar las correspon- dientes operaciones que nos han de conducir á emitir una opinión, y que ésta sea la que se conteste al Excmo. señor Gobernador Civil, si así lo considera esta Real Academia.

Sólo nos ocupamos con alguna extensión de las operacio- nes practicadas con la botella marcada con el número 1, pues el de las demás, sólo serian repetición de ésta, y por consiguiente sólo se expresarán los resultados.

La botella número 1 es de capacidad de un litro: tiene además del .lacre y sello ya indicado, un rótulo en papel brillante, que dice: “Pureza,” y contiene en su interior un

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 31

liquido de color rojo-oscuro, de olor alcohólico, sabor acidu- lo y algo astringente, con una densidad igual 4 0,988 cuyos caractéres concuerdan con los que presentan muchos de los vinos que se encuentran en el mercado, y de aquí que se haya comenzado por averiguar si contieve los elementos que caracteriza este liquido, y su proporción.

Empezarémos por su riqueza alconólica: se tomaron 200 cc. de este líquido que se introdujeron en el alambique de Salleron, modelo grande, se procedió á su destilación y se obtuvieron 100 cc. de un liquido trasparente é incoloro, de reacción ácida, por la solución normal decima de potasa em- pleando como indicador la phaleina del fenol y necesitó 25 ec., que corresponden á 125 cc. por litro. Vuelto á destilar con agua de cal, se volvieron 4 obtener otros 100 cc. de al- cohol sin reacción ácida que acusó una riqueza alcohólica igual 4 24,9 que corresponde 4 124,50 por litro en volúmen, ó sea: —lExrracro desecado á 100%.

Para esta dosificación se han tomado 20 cc. de vino que colocados en una capsula de platino se ha mantenido en una estufa por espacio de seis horas cuidando que su temperatu- ra no haya excedido de 1009; al cabo de ese tiempo y en

vista de que no disminula de peso se anotó el que tenla re- presentado por 495 miligramos, que corresponde á 24 gra- mos 75 por litro.

Cenizas: El extracto anterior y en la misma capsula se sometió ú la incineración y dejó un residuo, cuyo peso era de 75 miligramos ó sea 375 gramos por litro.

Acrez toral: Diez cc. de vino han necesitado para su neutralización 8,5 cc. de la solución normal decima de po- tasa, ó lo que es lo mismo, 850 cc. por litro que equivale calculado en HSO*4 4 gramos 165 de este úccido.

Acro sunrurico: Veinte cc. de vino han sido acidulados por el ácido clorhídrico, y enseguida se ha tratado por la disolución de cloruro de bario: se ha formado un precipita- do blanco, que recogido, lavado y calcinado el filtro en que

32 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

se recogió dió un peso en sulfato bárico (se rebajó el peso de las cenizas del filtro) de O gramos 0,595 que corresponde en litro 4 2 gramos 975, lo cual representado en sulfato po: - tásico es igual 4 2 gramos 223, y que 4 su vez contiene 1 gramo 0,21 de anhidrido sulfúrico.

Tártaro: A 10 cc. de vino colocados en un balón, se le agregaron 80 cc. de una mezcla alcohólica-etérea y se aban- donó por espació de 24 horas; el precipitado que se formó se separó de la parte liquida, se lavó con nueva cantidad de la mezcla alcohólica-etérea, y después se disolvió en agua destilada; se agregó al liquido así obtenido la suficiente can - tidad de una solución normal decima de potasa hasta per- fecta neutralización, y se vió que había necesitado para neu- tralizarse 2 cc. de la mencionada solución alcalina, que re- presenta 1 gramo 88 de tártaro, más 0,2 gramos que se le deben agregar por lo que se ha calculado que se haya di- suelto durante las locciones nos da 2 gramos 0,8 de tártaro por litro de vino.

ÁCIDO TARTARICO LIBRE: A otros 20 cc. de vino se le han agregado seis gotas de una solución alcohólica de acetato de potasa y en seguida se procedió como en el caso anterior necesitándose la misma cantidad de solución alcalina para neutralizarse; luego no tiene ácido tartárico libre.

ALumixa: 50 cc. de vino acidulado por el acido acético se trató por acetato de plomo y se filtró; del líquido filtrado se precipita el exceso de plomo por el ácido sulfúrico, se volvió á filtrar y el líquido así obtenido se trató por el car- bonato sódico que determinó la formación de un precipitado de aspecto gelatinoso algo amarillento, el que se disolvió en la potasa, de cuya disolución volvió 4 precipitarse, y este precipitado era blanco gelatinoso el que recogido y calcina- do, dió un peso de O gramo 0,1375 que corresponden 40 gramos 275 por litro de alumina.

Actmo saLiciLico: Se tomaron 20 cc. de vino, á los que se agregaron algunas gotas de ácido clorhídrico, se agitó y lue-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 33

go se le mezcló con 10 cc. de cloroformo: se dejó en reposo y se separó el cloroformo, que evaporado en un vidrio de reloj se colocó en éste un poco de agua destilada con dos gotas de solución de percloruro de hierro: no hubo colora- ción, y por consiguiente no contiene ácido salicílico.

Marertas que reducen el licor cupro-potásico calentadas en glucosa: Para esta investigación se ha empleado el licor de Neubauer et Vogel, titulado, de tal modo que 1 cc. equi- vale 4 5 miligramos de glucosa. Se han tomado 50 cc. de vino y se ha decolorado por acetato de plomo y precipitado, el exceso de éste por el carbonato de sódico, y después se ha tratado por el licor cupro-potásico, del cual sólo se han invertido 1 cc. 25,Ó sea 25 cc. por litro, que representan 0, gramo 125 de glucosa por litro.

Coro: La investigación de este elemento tiene por obje- to averiguar si a] vino se le ha agregado cloruro de sodio- Se tomaron las cenizas resultantes de 20 cc. de vino, se di- solvieron en agua y á la disolución así obtenida se le agregé como indicador dos gotas de una solución de bicromato de potasa y se procedió enseguida á ver la cantidad que nece- sitaba para precipitarse todo el cloro por medio de una so- lución normal décima de nitrato argéntico, y sólo se invir- tieron 0, cc. 45 que corresponde en liiro á 22 cc. 50, que á su vez equivalen 4 0 gramo 131 de cloruro de sodio.

MarERIA COLORANTE: No vamos aquí á enumerar los dife rentes ensayos que se han practicado en averiguación de la materia colorante, sólo si nos fijaremos en aquellas que por ser más decisivas nos han de conducir á4 emitir opinión acer- ca de la que encierra el vino analizado. Cuando se precipi- el vino por medio del acetato de plomo y luego se trató por ácido sulfúrico para precipitar el exceso de plomo, se se observó que de incoloro que era el líquido antes de la adicción del áccido tomó en presencia de éste un mag- nifico color rosado; esta coloración no es propia de la mate-

ria colorante del vino. Este hecho nos sugirió la idea que Ti ¿XXIX—0:

34 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

podría contener algún derivado de la hulla, y como primer ensayo se empleó una mota de seda previamente humedeci- da con agua acidulada por ácido nítrico, que se introdujo en el vino por espacio de cinco minutos, se extrajo y se sumer- gió en el reactivo plúmbico, lo que le hizo cambar de color y un tinte ligeramente verdoso: éste excluye los derivados de la hulla, no obstante nueva cantidad de vino fué tratada por agua de barita hasta reacción alcalina, no hubo forma- ción del precipitado verde que caracteriza el vino puro: se le trató por alcohol amilico, que separado por medio de una pipeta y evaporado en un vidrio de reloj no dejó residuo, ni se formó coloración alguna con el ácido sulfúrico. En vista de esto, y para mayor seguridad se han tomado 10"cc. y se le han agregado 2 cc. de una disolución de potasa al 5%, y en vez de la coloración verde más ó menos oscura que debía tomar como corresponde al vino natural, tomó un color azulado oscuro; en este estado se le agregaron 2 ec, de una solución de acetato de mercurio al 20%, y enseguida se filtró, resultando un líquido incoloro, que tampoco tomó coloración alguna por la adición de ácido clorhídrico: au- sencia, pues, de derivados azoicos sulfo-conjugados y tam- bién de la fuschina y sus derivados: pero hasta ahora sabe- mos sólo que hay una materia colorante agena al vino, y que esa materia colorante es de orígen orgánico. Se toma- ron nuevamente 4 cc. de vino, á los que se agregaron 2 cc. de solución de carbonato de sosa al 10% y se formó una laca de color azul violado y el licor que resultó por filtración gris oscuro verdoso por la ebullición. Este caracter se co- rresponde con las reacciones que nos ofrece la materia colo- rante de las bayas de sauco. Todos estos ensayos se han practicado á la vez con los tres vinos, y salvo la mayor ó menor intensidad en la coloración, todos han ofrecido las mismas reacciones.

Como consecuencia de haberse practicado las mismas . operaciones con los vinos de “Huguet” y “Romagosa” se ha

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 35

encontrado en ellos los elementos que se expresan á conti- nuación referentes á un litro. Número 1, vino “Pureza.”

SAN AO A a 0,988 Alcohol 0/00 en volumen........ 124,50 EE AAA Y DAA SI 24,75 A E A SO Acidez total calculada en HSO*... 4,165 Ad ar da a bea E 1,021 Sulfato potósico correspondiente... 2,223 A SS IRAN POR 2,080 Acido tartarico bre. eimdoras 0,000 A e E aL a 0,275 Materias reductoras calculadas en

ACI A E E iv OSLAS Claro de Sodi. oo ass 0,131 Materia colorante...........-- Del vino y saucoo.

Número 2, “Huguet.” ds ale caia OA Alcohol 0/00 en volumen.... ... 137,500 O o 25,000 EA EN o AVE A 2,000 Acidez total calculada en HSO*... 4,067 COS Uco td o 0,274 Sulfato potásico correspondiente.. 0,597 A A A 2,470 A IN 0,075 Materias red* calcid* en glaucoma.. 0,125 Glorora dersodio. tala user 0,160 Matoria oolorante........ FAA De vino y sauco. Número 3, “Romagosa.”

A 0,942 Alcohol 0/00 en volumen........ 246,000 eto a 00 o cds a Do 00

MS E o 3,750

36 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Acidez total ¡en HSO->. 0 o os o O AE ICO O ato ii dee: 0,343 Sulfato de potasa correspondiente.. 0,747 TA A 1,704 Al es Sn A 0,120 Materias red” calcid* en glucosa.... 0,075 Cloro de sodio AO 0,363 Matera colorante cx qe II De vino y sauco.

Como consecuencia de estos análisis, resulta que estos vinos han sido modificados como lo demuestra la presencia de una materia colorante agena al vino natural, y si tenemos en cuenta que no está muy coloreado, hay que convenir en que á la coloración artificial ha seguido la adición de agua y alcohol en proporción conveniente para volverle á dar riqueza alcohólica que poseen que es la del vino natural: es evidente que modficados que sean los vinos tienen también que cambiar las proporciones de todos los demás elementos que contienen estos caldos, y cuando eso no sucede es una prueba de que también se le han agregado: así tenemos que el vino número 1 contiene todos los elementos dentro de los límites de los vinos naturales, límites que dicho sea de paso, son bastante extensos; pero á más de haber hallado una ma- teria colorante extraña nos encontramos que la proporción de la alumina es excesiva y la tantidad de materia reducto- ra calculada en glucosa es insignificante y no está en harmo- nia con la falta de ácido tartárico libre: luego queda demos- trado en ésto: 1% la coloración artificial y 2? el alumbrado, por esta última circunstancia lo calificarémos de nocivo.

El vino número 2, difiere mucho en la proporcionalidad de sus componentes: riqueza alcohólica normal, lo mismo la cantidad de extracto; muy pobre en cenizas, rico en tártaro; exceso de cloruro de sodio y materias colorantes extrañas: luego si bien no contiene sustancias nocivas queda demos- trado que es un vino adulterado.

El vino número 3 es rico en alcohol, pobre en glucosa,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 37

los demás elementos concuerdan á excepción de la alumina que excede del maximum de la que contienen los vinos ( y si consideramos que la cantidad hallada en exceso se ha de multiplicar por 9,23 para convertirla en alumbre, se verá que por pequeña que sea la alumina resulta un número con- siderable) y del cloruro de sodio que es excesivo; contiene además materia colorante extraña: por tanto, concluiremos que además de estar adulterado por su materia colorante es- salado y alumbrado y por esta última circunstancia es NOCIVO.

Practicadas las operaciones indicadas, se procedió á la investigación toxicológica, de cuyas manipulaciones haré ca- so omiso para no alargar demasiado este trabajo y las com- pendiaré diciendo: que se empleó el aparato de Mitcherlich en busca del fósforo y compuestos ciánicos; del aparato de March para la investigación del arsénico, de los disolventes para aislar alcaloides y el procedimiento de Otto para la investigación de los metales tóxicos sin resultado alguno.

Resulta de lo expuesto que puede contestarse al Excmo. Sr. Gobernador Civil:

1% Que los vinos analizados no contienen sustancias tó- XICas, y

22 Que bromatológicamente considerados deben califi- carse de malos y nocivos los marcados con los números 1 y 3, y de malo el designado con el número 2.

Dr. Juan L. Zamora.

MEDICINA LEGAL,

Informe en causa contra el asiático A... Ch... por asesinato de E... Y... y JT. de 0.52

Iltmo. Sr. Presidente, Sres. Académicos:

El Iltmo. Sr. Presidente de la Audiencia de la Habana dice al Iltmo. Sr. Presidente de esta Real Academia, lo si- guiente:

Tltmo. Sr.: A consecuencia de la causa instruida en el Juzgado de primera instancia del distrito del Prado, contra el asiático A... Ch... por asesinato de F... V... y J. del C... S...; la Sección segunda de. la Sala de lo criminal ha acordado se transcriba á V. $. el dictamen emitido por el Sr. Fiscal de S. M. á fin de que por esta Corporación de su digna presidencia se emita el informe que en el mismo se consigna.

El Fiscal de S. M. dice: que de esta causa resulta prue- ba plena de la perpretación de dos asesinatos y de que su autor es el procesado asiático A... Ch...

Hallábase en la sala de presos del Hospital Civil el ya mencionado A..., ocupando la cama número 26, en altas horas de la noche del veinte y nueve de Enero de mil ochocientos ochenta y cinco, cuando el moreno J... J...

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F..., que prestaba el servicio de imaginaria y se hallaba á un estremo de la sala, ocupado en asistir á un enfermo, oyó gritos, que daba el de la cama número 25, y acudiendo, ha- lló heridos á este último y al que ocupaba el número 273, pues 4 entrambos había herido, sucesivamente, con un cu- chillo el asiático, á quien, con el auxilio del escolta de Pre- sidio D. A... B..., de servicio aquella noche, lograron arrebatar un revólver con que amenazaba á los que se le acercasen. Ambos heridos, D. F... V... F... y pardo J... del C... S..., fallecieron, el primero en el acto y el segundo en breves momentos de haberse hecho la primera cura. Y las heridas de uno y otros situadas respectivamen- te, en la región epigástrica y en el vientre, fueron califica- das de mortales por necesidad. Que el asiático A... Ch... -es el autor de este doble asesinato, punto es que no ofrece duda.

Existen declaraciones de testigos que le vieron herir á sus dos victimas y existe su propia confesión. Pero no es tan claro, que el autor de tan graves delitos esté exento de responsabilidad. Como comprendido en el número 1? del articulo 8? del Código Penal.

Inducen creerlo asi la misma enormidad del delito y la absoluta carencia de hechos anteriores é inmediatos que lo expliquen, ya que no bastarán á excusarlo en persona dotada de cabal razón. Más al propio tiempo, los esfuerzos procesado para atenuar la gravedad del hecho, ora protes- tando de que fué insultado y apaleado por los enfermos á quienes hirió, ora diciendo que las heridas no fueron de im- portancia y suponiendo que halló casualmente en la cama el cuchillo y el revólver, por más que, por la misma invero- similitud de tales excusas, no alcancen el fin que el culpa- ble se propuso, demuestran que tenía la conciencia de sus actos y conociendo su gravedad y se esforzaba en atenuarla.

Esto, por una parte, y por otra la indeterminación y su conformidad en las opiniones de los facultativos, que decla-

40 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

ran acerca del estado de las facultades mentales del proce- sado, respecto de lo cual no puede afirmarse que resulte probada la locura ó demencia.

Lo único que consta es, que el asiático A... padece de mielitis dorso lumbar; á que se debe la paraplexia ó paráli- sis de sus estremidades inferiores; que dicha enfermedad puede ó no desarrollar la irascibilidad, en momentos de fuertes accesos puede producir completa perturbación de las facultades mentales. Asi lo afirma la Academia diluci- dando las cuestiones formuladas por el Juez del distrito del Prado.

Pero esas cuestiones no son las que debieron esclarecer- se para venir al punto concreto de la responsabilidad del procesado, si el asiático Ch... está ó no loco ó demente y en caso afirmativo, si delinquió en algún intervalo de razón, ó bajo la influencia de aquella enfermedad. No desconoce el Fiscal la dificultad que ofrece la respuesta á estas preguntas, sobre todo 4 la segunda; pero no puede prescindir de bus- carla recurriendo á quien pueda darlas ó sea á la Academia de Ciencias Médicas; y en su virtud estima que debe pedir- sele el oportuno informe sobre los extremos arriba indicados, remitiéndole, si lo reclama, la causa original. Habana, Se- tiembre 3 de 1887.

Lo que tengo la honra de comunicar á V. $. Iltmo. al objeto indicado.

Dios guarde á V. S. I. muchos años. Habana, Setiembre 30 de 1887.—Andrés Sttjar. |

Iltmo. Sr. Presidente de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana.

La Comisión de Medicina Legal de esta Real Academia en presencia de las dificultades que presentaba la consulta dirigida por el señor Fiscal de S. M. á esta respetable Cor- poración, creyó necesario para informar de una manera pre- cisa y concluyente, pedir y así pidió la causa original para estudiar detenidamente los documentos que pudieran en sí,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 41

encerrar los datos en que necesariamente deben de basarse las conclusiones pedidas en la consulta.

Examinemos dichos documentos: 1” Una declaración del Dr. D. Francisco Gutierrez, de fecha 31 de Enero de 1885 en la cual dice dicho facultativo que la última vez qne in- gresó el asiático A... Ch... en la sala de San Juan de Dios fué el dia diez y ocho de Agosto del año próximo pasado, que ha estado en el Hopital en diferentes épocas, el cual padece hace algunos años de una paraplegia dependiente de una afección medular rebelde, hasta el presente á todos los tratamientos á que ha estado sometido y que le ha privado siempre del uso de los miembros inferiores. Que en las di- ferentes ocasiones que ha permanecido en la Sala así como de la última de su ingreso, no le ha notado síntomas que -acusaran alteración alguna de sus facultades mentales y sólo un carácter irascible, no pudiendo precisar si en los momentos de hecho estuviesen alteradas sus facultades men- tales, pues no lo vió sino en la visita de la tarde de dicho dia á las tres que es cuando se verifica ésta y en dicha hora no revelaba sino sompleto uso de razón.

Una comunicación del Dr. D. Francisco Gutierrez de fecha 23 de Marzo de 1885, en que dice dicho profesor que ha reconocido en distintos días y horas al asiático A... C... que se encuentra en la sala de San Juan de Dios y no ha en- contrado en ese tiempo síntomas que indiquen tener alte- radas sus facultades mentales.

Un certificado del Dr. Menocal de 23 de Marzo de 1885, en el que manifiesta que ha reconocido en distintos días y horas al asiático A... Ch... que se encuentra en la sala de San Juan de Dios de este Hospital, el cual ha presentado du- rante este tiempo síntomas de alteración de sus facultades mentales; por lo que debe pasar al Asilo general de Demen- tes donde podrá ser observado en mejores condiciones.

Una declaración del Dr. D. Francisco Marill de 16 de

Mayo de 1885 en la que manifiesta dicho profesor que el da e a

49 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

asiático de referencia padece de esclerosis ascendente de la médila, en un estado bastante avanzado por lo que se han desarrollado placas escleróticas en el cerebro, cuyas lesiones son las causas de las alteraciones que presenta en sus facul- tades mentales, por lo que cree que dicho individuo, debe ser trasladado inmediatamente al Asilo general de Dementes.

El Dr. D. Raimundo Menocal en declaración de 17 de Mayo de 1885, expuso dicho profesor, que el asiático Ch... padece de una esclerosis ascendente de la médula, bastante desarrollada, por lo que se le han descubierto placas escle- róticas en el cerebro y son la causa de la alteración mental que se observa en sus facultades, razón por lo que cree deba ser trasladado con brevedad al Asilo general de Dementes, para que se continúe en dicho establecimiento con mejores condiciones la observación del mismo, toda vez que de la observación que ha practicado en unión de sus compañeros Marill y Gutierrez no puede asegurar categóricamente que es demente, toda vez que tiene algunos, aunque muy cortos ratos de lucidez.

Declaración del Dr. D. Francisco Gutierrez de 17 de Mayo de 1885 dijo: que el asiático A... Ch... según ha podido observar en unión de sus compañeros Marill y Menocal, pa- dece de una esclerosis ascendente de la médula, bastante desarrollada, habiéndosele descubierto placas escleróticas en el cerebro y son la causa de la demencia, que según su criterio padece, pero que no le es posible asegurarlo dada las malas condiciones en que se ha hecho la observación, sl es ó no demente, motivo por lo cual cree que para que la observación sea completa y eficaz, debe remitirsele al Asilo general de Enagenados, lugar que se presta mejor, para el objeto. También que alguna vez tiene momentos de lucidez, pero por breves instantes.

Los Sres. Facultativos de la Casa General de LEnagena- dos D. Tomás A. Recio y D. Gustavo Lopez, Médicos 1? y 2? de dicho Establecimiento dicen con fecha 15 de Diciembre

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 43

de 1885, que el asiático Ch... asilado en esa Casa desde el 7 de Julio del corriente año, padece desde su ingreso de una nielitis crónica dorso-lumbar. 2% que dicha afección es la causa única de la paraplegia ó parálisis de las extremida- des inferiores que este sujeto presenta y que le tiene redu- cido á la impotencia.

32 Que nada hay en la marcha presentada por dicha dolencia que nos faculte 4 afirmar provocase trastornos por parte del cerebro; y 4” Que dicho sugeto ha dado durante todo el tiempo que ha estado sometido á nuestra directa ob- servación, evidentes muestras de normal funcionalismo in- telectual, siendo por lo tanto un hombre cuerdo y como tal responsable de sus actos.

En su segundo informe los Médicos 1? y 2? de la Casa General de Enagenados D. Tomás A. Recio y D. Gustavo Lopez, encargados de la observación del asiático A... Ch... dicen como ampliación al informe emitido con fecha 13 de Diciembre del año de 1885: 1? que no tienen suficientes datos para poder precisar la fecha de la mielitis crónica dorso-lumbar que dicho sugeto padece. 2* Que el padeci- miento de dicha afección no trae consigo la irascibilidad de carácter. 32 que no hemos visto que durante nuestra obser- vación haya dado muestras de tener un carácter irascible, y 4% Que no hemos comprobado la existencia de placas es- cleróticas en el cerebro, toda vez que creemos que el sugeto de referencia padece de la afección de la médula conocida con el nombre de ““mielitis crónica dorso-lumbar,” y ya tam- bién hemos dicho que en la marcha de la citada dolencia no hay nada que nos haga suponer provocase algún trastorno intelectual.

HOJA CLINICA RECOGIDA EN LA CASA GENERAL DE ENAGENADOS.

Resumen de la historia clínica del asiático confinado A... Ch...—El Dr. Gustavo Lopez manifiesta que en 4 de Julio de 1885, al hacerse cargo del cuidado y observación de los

44 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

asilados en la 2* sección del departamento de varones en que se encontraba el asiático A... le manifestó el Dr. Mar- berty que durante el mes que lo había observado en unión del Dr. Recio, Médico 1%, no había presentado ningún sín- toma que le indicase sufría lesión morbosa del órgano de la inteligencia.

Desde este dia manifiesta el Dr. Lopez, que siguió la ob- servación en unión del Dr. Recio, lo siguiente:

Que dicho asiático es natural de Cantón, de 37 años de edad, soltero, de oficio cocinero, ingresó en este estableci- miento el 7 de Junio del actual año (1885) y procedente del Departamental de la Habana. Ingresó con el número 1,099 y en el expediente de idéntico número figura su hoja histó- rico-penal llevada en el presidio de la Habana.

Como la parte penal no hace al caso, pasemos á la parte puramente médica.

CONMEMORATIVO PATOLÓGICO.

Nada con respecto ú sus ascendientes.

Nada con respecto 4 su infancia ni edad adulta. Tampo- co se ha podido hacer constar el abuso de la Venus.

Dijo que hace muchos años contrajo un chancro, único, el cual porel presente motivo y según los caracteres que nos inclinan á creer sea duro.

Que no tuvo erapción ninguna de la piel.

Por sus datos subsiguientes nos parece padecer dolores osteóscopos y nos cita la alopecia que hoy parece existir.

Refiere haber padecido varias veces de dolores reumáti- cos limitados casi siempre á sus rodillas y muslos y los que diferencia de los que han tenido su asiento en el sistema óseo y que nosotros nombramos osteóscopos.

Dice el enfermo: “A veces nada me dolía ó me duele pero al llover ó ponerse el tiempo de agua siempre me han aumentado;” por este carácter los informantes creen que dichos dolores eran reumáticos. El paciente atribuye estos

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 45

dolores al haber trabajado en las obras de Vento por espa- cio de dos y medio meses con el agua hasta los hombros y así por espacio de varias horas. Que ya por esta ¿poca su progresión se hacía difícil, sus piernas habían perdido fuerza, no se contralan con la natural agilidad; acusaba calambres ú hormigueos más ó menos acentuados y cada vez las soste- nía con mayor torpeza.

Cada vez más torpe en el juego funcional de sus órganos pelvianos, vino una causa brusca, una caida de alguna ele- vada altura, á determinar la impotencia que hoy acusan los referidos miembros. Esta caida fué en Vento cuando las es- cavaciones y donde trabajaba, como miembro de una cua- drilla procedente del presidio.

Que 4 consecuencia de no poder dudar con motivo de la caida fué remitido al Hospital Civil. Allí dice que fué tra- tado y que fué diversas veces cauterizado con el cauterio actual en la región saero-lumbar de la médula cuyos puntos cicatriciales se observan hoy. No obtuvo allí mejoría.

Dijo que una vez tuvieron que pasarle una sonda ó alga- lia porque no podía evacuar su vejiga.

No ha tenido vértigos ni trastorno de la palabra. Tam- poco ha presentado contractura, ni síntoma alguno por parte de los miembros superiores ni del tubo digestivo. Nada más que debilitadas sus funciones genósicas.

ESTADO ACTUAL.

Que al examen exterior presenta los siguientes caracté- res. Parece de regular estatura y es de medianas carnes, su cabeza ligeramente achatada; en su diámetro antero-poste- rior no ofrece anomalía alguna y se halla cubierto de lácio cabello negro, no muy abundante, porque en la actualidad parece sufrir su bulbo piloso, pues aquél cae con alguna abundancia. Deja al descubierto una frente ancha y real- mente despejada, cuya piel es tersa; el conjunto de su fiso- nomía aparte de los atributos propios de la raza 4 que perte-

46 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

nece, efrece un aspecto algo animado, y un tanto franco, su mirada vivaracha y de natural ' expresión, contados vellos tiene por bozo y menos aún por barba; de color amarillo pajizo su piel, no difiere del general que presentan los hijos del Celeste Imperio.

El resto de su cuerpo no presenta anomalía alguna y parece bien propercionado.

Lo encontramos echado sobre el jergón ó colchoneta que le sirve de cama, su posición no es completamente supina, pues está más bien echado boca arriba y ligeramente encorvado y con las piernas en débil flexión las rodillas ven- se levantadas algún tanto. Ordenando se pusiese en pié nos manifiesta le es imposible llevar á cabo por hallarse sus pier- nas imposibilitadas para ello, no puede más que incorporar- se torpemente, lo que en efecto hace á nuestra presencia.

Contando con un apoyo (reja de la celda que ocupa) puede ponerse en pié de modo en verdad heróico, sus brazos no parecen tener la suficiente fuerza* que demanda el peso de su cuerpo. Al soltarse cae pesadamente. Los músculos de sus extremidades paralizadas parecen á primera vista ligeramente disminuidas de volumen, la piel que las cubre está como coarrugada, seca, áspera, demostrando sin duda la ausencia de las funciones que en ella deben verificarse.

La sensibilidad se halla disminuida en toda la porción del miembro inferior comprendido desde la región trocante- riana hasta el superior de la pierna. | En la porción restante la sensibilidad está abolida, lle-

gando al sumun de su abolición en la región plantar. En estas últimas porciones existe anestesia y analgesia, no per- cibe los pellizcos, pinchazos, etc., que le hacemos. Sabe tocamos un punto de los citados porque nos vé, prévia la oclusión de los ojos, no hay conciencia de nuestros ataques.

El reflejo plantar no existe, el rotuliano poco perceptible. Hay ligero dolor á la presión que hacemos sobre las apofisis trasversal y espinosas de las vértebras correspondientes á la

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 47

región dorso lumbar, menos acentuado en la sacra. El dolor es más notable cuando está sentado. Existe también (si bien ni agudo ni constantemente) dolor lumbar, 4 veces simula el dolor de barra ó la sensación de trancazo.

Inconstantes calambres, y variablemenre acusa la sensa- ción de hormigueo en diversas partes de sus miembros y con alguna frecuencia durante el sueño. No tiene conciencia de contracción mietras está entregado á él.

Acusa tan sólo, cuando existe humedad, dolor variable en su intensidad en la rodilla. La extensión de las piernas que no es completa la hace el enfermo lentísimamente y vése durante ella al miembro como trepidar, semejando una lucha que sostuviera con la contractura de los flexores. Vén- se luego éstos tensos y duros, impidiendo esta misma con- tracción, la completa extensión del miembro.

Actualmente no existe trastorno alguno por parte del aparato urinario: alguna menos cantidad de orina.

Por parte del tubo digestivo, tan sólo se acusa constl- pación, la que dura á veces 3, 466 días. La vida sedenta- ria pudiera por sola explicar ambas cosas.

Sus órganos genitales parecen aletargados, pues son con- tadisimas las veces que el pene entra en erección.

Nos dice, por último, que frecuentemente padece de la cabeza, principalmente por las mañanas. Á este dato no le damos gran valor, pues otras veces no ha manifestado que la padece más frecuentemente de noche.

(Continuard.)

CONVOCATORIA.

En virtud de hallarse vacante en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, una plaza de socio numerario correspondiente á la Sección de Medicina y Cirujía, y cumpliendo lo acordado por la Corpo- ración, se pone en conocimiento de los señores profesores de dicho ramo, que la vacante anunciada será provista por elección en persona domiciliada en esta ciudad, conforme el artículo 9? del reglamento vigente, admitiéndose á este fin por la Junta de gobierno, durante los quince días siguientes al anuncio oficial (en la Gaceta), las propuestas que para académicos se presenten por los miembros de la Corporación ó las solicitudes documentadas de los aspirantes, los que po- drán dirigirse al señor Secretario. -

INDICE

REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAs Y NATURALES DE LA HA- BANA.—Sesión solemne del día 18 de Mayo de l892ccoooonnncnoconicocornns Discurso del Sr. Dr. D. Joaquín Lastres, Presidente de la Real Academia....... Resúmen de las tareas en que se ha ocupado la Real Academia de Ciencias, “durante el año 1891-92, por el Secretario Dr. Vicente de la Gu rd'a... O. ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilaró..oooo.oomomoomosooo.o

- QUIMICA LEGAL.— Informe sobre unos vinos, por el Dr. Juan L. Zamora....... AS MEDICINA LEGAL.—Informe en causa seguida contra el asiático A... Ch... por

E A O O OLA O O CONVOCATORIA odisea dlls clado oi o ddL Ol acido dica UU Bass - eo QS ION Indice de las materias contenidas en el tomo XXVIII, 1891-92 (aparte)......... ENromoLoGIa.—Contribnción al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu= ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 7 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

—_—_ AAA ——_——

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. E HA, El precio de la suscrición es de $3-50 centavos por semestres «adelantados en la Habana, y $1-50 centavos en el resto de la Isla. o En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven. den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del - Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana y del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución Y estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del alemar por el Dr. Finlay. p!

DE LA

CADEMIA

GIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES O DELAS MADANa

4 a REVISTA CIENTIFICA

ce DIRECTORES: DD. José 1. Torralbas y D. MWiarcos de J. Melero.

- ENTREGA 334,

"TOMO XXIX. JULIO 15.

exe

PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA

ES DIRIGIRSE DIRIGIRSE CAL DR D. MIGUEL RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias - TESORERO DE LA REAL ACADEMIA y CALLE DE CUBA Y

CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AGUS TIN.) HABANA. iS Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40, Se

E 1892,

A

REAL ACADEMIA,

Sesión pública ordinaria del dia 14 de Febrero de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Lastres: Docto- res: Beato, Riva, Ulrici, Oastellanos, Santos Fernández, Tamayo, Cubas, Saenz (don Braulio), Lavín, Donoso, Machado, Oruz, Benasach, García, Cususo, La Torre y La Guardia Secretario.

La Sesión comenzó á las dos de la tarde bajo la Presi- dencia del Dr. Donoso que espuso: que en la Sesión de (o- bierno última había sido elegido Presidente de la Academia el Dr. D. Joaquín F. Lastres, en consecuencia, como Presi- dente interino daba posesión al Dr. Lastres de su nuevo cargo, dirigiéndole al mismo tiempo breves frases de congra- tulación.

Pasa á ocupar la Presidencia el Dr. Lastres, y se expresa en los términos siguientes: Doy las más expresivas gracias á mis respetables compañeros por haberme elevado al sitial que, con tanta gloria y provecho para el país honró durante tantos años el esclarecido varón Nicolás José Gutiérrez.

Bien comprendo que no son mis merecimientos los que han decidido mi elección porque solo puedo alegar en mi

favor el triste privilegio de la antigiiedad. Probablemente T. xx1ix—7.

50 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

los Profesores que me honraron con su voto habrán tenido en cuenta el hecho de ser yo, quizás, el único Académico so- breviviente aquí, entre aquellos hombres de buena voluntad que en 1861 constituyeron este Cuerpo Cientifico, de tanto crédito y de tanta resonancia en el país y fuera de él.

Más de treinta años de no interrumpidos servicios me au- torizan en cierto modo para dirigir 4 S. S. S. algunas bre- ves frases; porque no tengo la pretensión de pronunciar un discurso, ni eso me sería facil recordando los sinsabores que me ocasiona la dirección de nuestro primer establecimien- to docente, embargandome el ánimo de tal manera que me impiden harmonizar conceptos dignos de la ilustración y re- conocida competencia de las personas que me escuchan.

La Academia atraviesa en estos momentos una situación dificil. Tal parece que el genio de la desgracia azota con sus alas una institución representante del progreso y cultura cientifica de esta provincia. El precario estado del tesoro de esta Isla ha inducido al Gobierno de la Metrópoli 4 supri- mir la exígua asignación que existía en nuestro presupuesto para material de la Academia. Debemos reclamar esa canti- dad con perseverancia porque es muy poca la erogación del Estado para compensar el beneficio que proporciona esta Corporación á la recta administración de justicia. Yo confío que los poderes públicos atenderán nuestra fundada solicitud.

Como consecuencia lógica del modo de ser de nuestra raza hánse suscitado en nuestro seno vivas discusiones y candentes controversias que pueden poner en peligro la vida de esta Academia. Adoptemos en lo adelante una mat- cha tranquila y reposada, cual conviene á las instituciones que solo deben moverse en la serena órbita de los principios científicos dejando á un lado las luchas y los consejos de las pasiones. El único ideal que debe existir aquí es el cul- to de la verdad; y procediendo de esta suerte seremos dig- nos de la confianza en nosotros depositada y de los aplausos de aquellos que se interesan por nuestro porvenir.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 51

Los romanos cubrían en vida con la loza del sepulcro á4 las vestales que dejaban apagar el fuego del templo: nues- tros sucesores cubrirán nuestra memoria con la loza del ol- vido si no sabemos conservar el sagrado depósito que en su inmenso amor por la patria no legara nuestro primer Presi- dente.

Inspirémonos en la tradición de este Cuerpo, volvamos á la senda seguida en sus primitivos tiempos; sea nuestro constante propósito el adelantamiento de la ciencia en Cuba y cumpliremos con nuestro deber y siempre nos encontra- remos en el camino del honor y de la verdad.

Seguidamente el Secretario dió lectura al acta de la se- sión anterior, que fué aprobada, después dió cuenta de dos comunicaciones, ambas ofreciendo suministrar á la Acade- mia toda la cantidad de virus vaccinal que pueda necesitar para su uso, una de ellas, suscrita por los Dres. Díaz Alberti- ni y Porto, acusaba además la creación de un nuevo Institu- to de Vacunación Animal; la otra suscrita por el Dr. D. José Luis Ferrer acusaba á su vez que se había hecho cargo del Instituto de Vacunación fundado por su señor padre: la Aca- demia acordó que se diesen las más expresivas gracias á los señores directores de ambos institutos haciendoles presentes que se aceptaba su generoso ofrecimiento, además, acordó también, solicitado por el Dr. D. Braulio Saenz apoyado por el Dr. Castellanos que en virtud de la circunstancias que concurren en el Dr. Diaz Albertini como Académico que es, y persona competentisima en esos estudios, se con- cediese al Instituto en cuya direción toma parte, la prefe- rencia en lo relatiuo á ese particular, lo cual no implica que otros Institutos análogos no puedan facilitar 4 la Corpora- ción el virus vaccinal que necesite para su uso.

Se leyó una comunicación del Dr. Cubas en la que par- ticipaba que motivos de los cuales no había podido prescin- .

dir le habían impedido terminar el informe puesto á la orden del día.

52 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

- CorresPONDENCIA rEcIBIDa—Enero 24.—Oficio del Dr. don Vicente B. Valdés, renunciando la Vice-presidencia.—Co- municación del Dr. Cubas solicitando certificado de ser Académico de número.

CorrEsPONDENCIA REMITIDA.—Oficio al Dr. V. B. Valdés aceptando la renuncia que hace del cargo de Vice-presi- dente.—Oficio al Dr. Arango, Vice-secretario, preguntándole si se hace cargo de la Secretaría, por renuncia del propie- tario.

Informe al Juez de Belén, sobre honorarios reclamados por la que se dice comadrona doña Francisca Rodríguez contra don Ricardo Arechaga.—Informe al Juez del Oeste sobre honorarios reclamados por el Dr. Gutiérrez. Lee á la sucesión de D. Camisiro Enrique de Sabate.

Comunicaciones á los Dres. Lastres, Núñez y La Guar- dia, participándoles al primero su nombramiento de Presi- dente, al segundo, el de Vice-presidente, y al tercero, el de Secretario general.

Expediente 4 la Comisión de Medicina Legal, en causa por muerte de la morena Caridad Suarez, remitido por el Juez de Bayamo al de Instrucción del Oeste.

BimLioreca.—Se ha recibido: “El Mundo Médico”; año 2? números 295, 296, 297, 298, 299, 300, 301, 302, 303, 304, 305, y 306.

“Le Bulletin Medical”, año 5? núms. 3, 4, 8 y 9.

“La Tribune Medical”, 2* série núms. 4, y 5.

“Boletín de la Academia de Medicina” (Paris); números 2 y 3 tomo XVII.

“Jl Diario de la Sociedad Médica Americana;” volúmen xvi núm. 4.

“Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona” año 1% volúmen 1".

“Anales de la Real Academia de Medicina,” (Madrid;)

tomo xt cuaderno 4* “La Independencia Médica”, año xv núms. 13, 14, y 16.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 53

“Semanario Farmacéutico,” año xx núm. 14.

“Boletín de Medicina Naval; año xv núm. 1*

“Memorias de la Real Academia de Ciencias Médicas de Madrid,” tomo xv.

“Repertorio Médico Farmacéutico,” año 37 núms. l, y 2.

“Elogio del Dr. Gutiérrez, por el Dr. J. 1. Torralbas”, 1 cuaderno.

“El Progreso Médico,” año 4” núm. 2,

“¿Anales de la Sociedad Odontológica.” año xt núms. 1, y 2.

“Gaceta de Instrucción Pública,” año 4” núm. 99.

“El Profesorado”, año 1” núms. 1, y 2.

“Revista Cubana,” año $” núm. 1.

“Revista de Ciencias Médicas,” año 8? núms. 3 y 4.

““La Abeja Médica”, año 1” núm. 1.

“Revista del Foro”, año 2” núms. 43 y 44.

Terminados estos particulares, el Dr. Ulrici primer po- nente de turno leyó un informe acerca del análisis de unos vinos y después de estenderse en consideraciones sobre el asunto presenta la siguiente única conclusión: «(Jue el vino analizado resulta artificial» sometido á votación el informe fué aprobado por unanimidad.

El Dr. Machado hizo presente que en virtud de no en- contrarse el Dr. Casuso en la Academia en aquellos momen- tos suspendia su contestación al mismo referente á la reten- ción placentaria.

Continuada la orden del día leyó el Dr. Santos Fernán- dez un estudio sobre «Los progresos de la anestesia local.»

El Dr. Braulio Saenz felicita al Dr. Santos Fernández por su trabajo que califica de notable y le pregunta, cuando debe emplearse el cloroformo y cuando la cocaina y además como deben evitarse los efectos de la cocaina: —Contesta el Dr. Santos Fernandez que para las grandes operaciones no debe emplearse la cocaina, que esta localiza sus efectos sin necesidad de producirlos en todo el organismo. La gravedad

54 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

de los accidentes es la misma en el cloroformo que en la co- caina y hoy no se sabe de un modo cierto como muere el individuo por el cloroformo, existen varias teorias pero nin- guna perfectamente comprobada. Pueden hacerse hasta cier- to punto algunas grandes operaciones y el modo mejor de evitar los accidentes consiste en hacer inyecciones gradua- les de cocaina de medio en medio centigramo: de catorce auptosias que se han practicado por envenenamiento debido á Ja cocaina se comprobó siempre, que ésta, había sido mal empleada sobre todo en grandes cantidades.

El Sr. Presidente después de felicitar al Dr. Santos Fer- nández determinó suspender el acto no habiendo otro asunto de que tratar, constituyéndose la Academia en Sesión de Gobierno.

Z00LOGÍA,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

CENTROPOMÁTIDOS.

Representan esta familia en Cuba, unas 5 especies de Robalo. Como el nombre genérico indica Uentropomus: es- pina y opérculo —todos se distinguen por el preopérculo, ce- rrado y provisto en su ángulo de dos espinas grandes, fuer- tes, cortantes, que nuestros pescadores llaman navajas de las

agallas.

Me ocupo detalladamente de la que alcanza mayor de- sarrollo: las demás no suelen pasar de 500 gramos.

30. Robalo. Centropomus appendiculatus Poey. Su es- pecifico técnico alude á los dos apéndices anteriores de su vejiga natatoria. Carne sana, sabrosa, tanto fresca como sa- lada. Sus huevas, exquisitas son objeto de un pequeño co- mercio. Peso máximo, 113 kilos. Frecuenta el mar y la em- bocadura de los rios.

Habana.—Nace en los esteros; vive en el puerto, debajo de los muelles.

Batabanó.-— En esteros, busca más que la Lisa el agua salada. Peso máximo: 17 kilos. Abunda poco: al romper los nortes. Se

96 ANALES DE LA REAL ACADEMIA . Y

pesca con trasmallo de cinco puntas [1]. Ha de ser nuevo el arte, pues sinó lo corta con las navajas. Es de mucha fuerza. Carne blanda, muy buena. [1891].

Matanzas. —Abunda. Corrida en Marzo. Recala en Octubre 11880].

Mariel. —Corrida en Mayo y Junio [1887]. Informes posterio- res la extienden á Agosto. En la bahía. Exportación vivo: 322 kilos. Consumo local fresco: 813 kil. No se conserva. Pesca anual máx. 1.115 kilos. [1891].

Cienfuegos.—Máx. 8 kil. Abunda en la bahía de Jagua. Fre- cuenta mayormente esteros y ríos.

Corrida, de Mayo á Septiembre: boca del puerto y de los ríos.

Trinidad. —Casilda. Máx. 2 kil. Consumo local fresco: 600 ki- los.—Artes: redes, 2; chinchorro, 1. Embarcaciones: botes, 2; ca- yucos, 2; tripulación 10.

Corrida: Noviembre y Diciembre. [1891] [2].

Tunas de Sasa.—Máx. 5 kil. Export. vivo: 900 kil. Cons. loc. fresco: 100 kil.

Corrida, en Febrero y Marzo: costa.

Sagua.—Isabela. Máx. 5 kil. No se exporta ni conserva. Cons. loc. fresco: 86 kil. diarios.

Corrida, en Agosto, en el río. [1891].

Remedios. —Caibarién. Peso máx, 9200 kil. Cons. loc. fresco: 2.500 kil.; en conserva, 4.200.

Corrida, de Octubre á Diciembre, en lagunas [3].

Nuevitas. —Peso máx. 7 kil. Cons. loc. fresco: 2.136 kil.; sala- do, 1.392 kil. Se pesca con redes. Abunda en esteros y bahías. [1891].

Santa Cruz del Sur.—Máx. 5 kil. «Hay abundancia de esta es- pecie, y es poco apreciada.»

Jorrida, de Febrero á Abril: costa, esteros, lagunas. [1891].

Gibara.—Pesca anual: 511 kil. [1891].

[1] «Se compone de 3 redes de mallas diferentes, pero del mismo ancho y largo, que se unen por ambas orillas, á la manera que se coserían por ellas tres paños de tela uno sobre otro. (Dic. Mar. Esp.) También se le dice tresmallo y tresmallas.

Se entiende por punta, un trayés de dedo. No hay trasmayo de menos de 3 puntas. (J. Santos).

[2] Debe ser arribazón. J. V.

[3] Cabe la misma duda que en Trinidad.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 5

Manzanillo.—Máx. 1840 kil. Consumo local, salado y fresco. Vive en la costa.

Corrida: «en la Cuaresma.» [1891] [1].

Cuba.—Santiago de. Peso máx. 5 kil. Cons. loc. fresco. Abun- da todo el año. [1891].

San Juan.—Puerto-Rico. Peso máx. 11'50 kil. Cons. loc. fres- co: 1380 kil.

Corrida: de Mayo á Junio. [1891].

El Robalo de Andalucía, el Robaloa de Galicia, y el Llobarro de Cataluña, Valencia, Mallorca é Ibiza, pertenecen á géneros di- versos de la misma familia.

El Profesor Poey, en la Fauna Puerto-Riqueña [2] nombra Cen- tropomus undecimalis Bloch, al Robalo de aquella isla. «Lo he com- parado—dice—con mi €. appendiculatus de la isla de Cuba; difie- re por la escama más pequeña, setenta á setenta y cinco en la lí- nea longitudinal, individuos de un pié de largo, y en que la vejiga natatoria carece de lcs apéndices á manera de brazos que se cuelgan de su parte anterior.»

Caracteres exteriores: color general, plateado; dorso, grisáceo; línea lateral, negra, muy visible; dorsal y caudal, negruzcas; las demás aletas, amarillosas; ventrales sin área oscura. [J. « G.]. Gran pez alimenticio, según los mismos autores, que abunda en las Antillas, extendiéndose al Norte, á la Baja California, Flori- da y Tejas.

J. G. consignan que «según el Profesor Gill, el esqueleto de los Centropomus difiere tan considerablemente del de los demás Serranoides, que pudiera constituir una familia aparte;» no obstan- te, dejan á aquellos en su fam. Serranidae, de los Sea Bass.

MÚLIDOS.

J. G. dividen esta familia del modo siguiente: Dientes en la mandíbula inferior, en el vómer y los pa- latinos; ninguno en la mandíbula superior ........ Mullus.

[1] Lo reducido del peso máximo me hace consignar, que cuanto respecto al dis- trito de Manzanillo en 1891, aparece en esta obra, procede de uno de los oficiales más distinguidos de la Armada, el Sr. Teniente de Navío de 1? D. Manuel Triana.

[2] Anal. de la Soc. Esp. de Hist. Nat., tomo X. 1881.

T. xxix—S$.

58 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Dientes en ambas mandibulas; ninguno en el vómer ó en LOs palatinos cc de

Cuentan en ella las 3 especies de Salmonetes cubanos que siguen.

31. Salmonete amarillo, Mulloides favovittatus Poey. Fondo común morado. Vientre blancuzco. 5 fajas amarillas: longitudinal desde el ojo hasta la cola, infraorbitaria, maxi- lar, opercular y preopercular. Aletas: dorsales rojizas, Cau- dal anaranjada, ventrales blancas. Dos barbillas largas, pro- cedentes del mentón. Cola bifurcada. Iris colorado y amarillo. Carne buena. Alcanza 25 centimetros de largo.

Mariel.— Peso máx. 500 grm. Buena carne. [1881].

Batabanó.—Máx. 240 á 4 270 grm. Raro. Con chinchorro y na- sa. [1891].

También de St Kitts, Jamaica, etc.

32. Salmonete colorado, Mullhypeneus maculatus Bloch. Fondo común rojo. Vientre y aletas, rosadas. Listas azulosas longitudinales 4 los lados de la cabeza. Una pinta azul en la base de cada escama. Tres manchas negras á lo largo de la línea lateral. Ojo amarillo. Frecuenta fondos de piedra: á unas 30 brazas. Carne buena. Peso máximo, 500 gramos.

También de St Kitts, Jamaica y otras Antillas; alguna vez en las costas de los Estados Unidos.

Colocado por J. « G. en el género Upeneus, que comprende los Goat Fishes.

33. Salmonete. Upeneiodes parvus Poey. Dorso ber- mellón. Vientre blancuzco. Una faja amarilla longitudinal, del ojo al tronco caudal. Bandas negras transversas en las aletas dorsales y en la caudal. Anales y ventrales amarillas: las demás, blancas. Ojo colorado. Escamas muy caedizas. Carne buena. Tamaño máximo: 15 centímetros.

Poey le ha visto en Mayo hasta de 8, 13 y 15 centím. [Iem. I. 226].

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 59

Los datos que en la actualidad poseo, sin precisar la especie, son los siguientes:

Habana. -Máx. 300 grm. No se exporta ni conserva. Cons. loc. fresco. Pesca anual: 16.790 kil. Artes empleados: redes y nasas.

Corrida, en Mayo y Junio. Arribazón, de Octubre á Enero. [1891].

Matanzas.—Desove en Marzo. [1880].

Isla de Pinos.—Nueva Gerona. Peso máx., 460 gramos. [1891].

Sagua.—Isabela. Peso máx. 250 grm. Cons. loc. fresco: 5 kil. diarios.

Corrida: Enero. [1891].

Santa Cruz del Sur.— Máx. 150 gramos. Raro. [1891].

Trinidad.—Casilda. Máx. 80 grms. Cons. loc. fresco: 800 kilos, que se pescan anualmente. Artes: nasas, 50. Embarcaciones: bo- tes, 4. Tripulación, 8.

Corrida: Enero y Febrero, en los Machos de Guaurabo. Arri- bazón: Diciembre, Enero y Febrero. [1891].

San Juan.—Pto. Rico. Máx. 46 grm. Cons. loc. fresco: 460 kil.

Corrida: en Mayo y Junio. [1891].

Arroyo.—Pto. Rico. Pesca anual: 460 kil. [1891].

Fajardo.—Pto. Rico. Máx. 120 grm. Cons. loc. fresco: 100 kil.

Corrida: de Junio á Agosto. [1891].

El Salmonete del litoral andaluz pertenece ú otro género. Es el afamado antiguo, que llegó 4 costar en Roma 200 pe- sos y más, cada uno. “Esto se vió —dice el inspirado Poey —al fin de la República y principio del Imperio, cuando los goces del lujo llegaron á su último extremo, y prescribían que este animal antes de ser presentado al paladar de los gastrónomos, viniese á expirar ante sus ojos, recorriendo en su agonía toda la escala de intensidad que ofrecían sus rojos colores, con grande admiración de los encruelecidos convi-

dados.”

AMIIDAS.

De esta familia poeyana, solo cito la especie siguiente. Escolar chino, Scombrops oculatus Poey, Color vio-

60 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

lado. Vientre claro. Ojo blanco. Grandes profundidades. No es común. Carne buena. Llega 4 7 kilos.

Hay otra especie cubana, adscrita á la familia Percidae de Poey, que lleva el mismo nombre vulgar.

BERÍCIDOS.

Comprende esta familia, el Barbudo, la Catalufu de lo alto, varias especies de Matejuelo— Squirrel-fishes de los pes- cadores norte-americanos—y de Candil.

Los omito, por ser de poca cuenta, no solicitados para la mesa, y á la vez raros.

PRIACÁNTHIDOS.

Bajo mi punto de vista actual, poco habrán de ocupar- me las 3 especies que nuestros pescadores nombran Catalufa, puesto que mis datos solo asignan un valor mediano á sus carnes.

Una de ellas—- Priacanthus Catalufa Poey —que se distingue por su cosor rojo totalmente y por la ligera escotadura de su cola.

Otra, es la P. Cepedianus Desm., cuya caudal es truncada. A ésta le dicen en Puerto Rico, Ojudo; coincidiendo con el nombre Big Eye, que le dan los pescadores norte-americanos. J. « G. le mantienen el específico macrophthalmus Cuv.

La otra especie —— P. cruentatus—es también roja, pero con man- chas rosadas.

ESCORPÉNIDOS.

Familia representada en nuestra fauna por 3 especies de Rascacio y 2 de Rascacio de lo alto. Notables todos por sus colores vivos. Las espinas cefálicas así como los radios de sus aletas dorsales, robustos y aguzados, deben hallarse en conexión con algún órgano elaborador de sustancias veneno-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 61

sas, puesto que las heridas que producen son muy dolorosas, suelen enconarse, y aún tener graves resultados. A ello alude el nombre genérico de los Rascacios, y por extensión el de la familia, pues las lesiones que causan sus espinas dorsales —de 8 4 16—recuerdan la del Escorpión. También los nombres bres vulgares: Scorpene, Scorpion, etc. En las costas norte- americanas les dicen Rock Cods y Rock Fishes.—Las espe- cies coloradas, generalmente residen á mayores profundida- des que las grises ó verdes. Todos son carnívoros, voraces, dañinos. Ovoviviparos. Reproducción en primavera, por Mayo. Carne blanda, firme, cuenta entre las más aprecia- das. De antaño muy estimado por los gastrónomos, hace más de un siglo que el eminente Parra decía del Rascacio: “Este péscado es muy sabroso, especialmente para en la sopa, y no es común” (1).

35. Rascacio. Scorpena Rascacio Poey. Es la especie mayor, que se distingue á simple vista por las manchas axi- lares, blancas y negras. Carne muy estimada. Alcanza 1 ki- lo, y unos 45 centim. de largo. J. G. le nombran Se. plu- mier? Bloch.

Otra especie Sc. grandicornis Cuv. —es gris, sin man- chas axilares.

36. Rascacio de lo alto. Pontínus Castor Poey. Co- lor rojo carmineo, uniforme. Aletas listadas de rojo y ana- ranjado, alternadamente. Raro. Carne muy estimada. Lle- gan á 25 centim. de largo.

La otra especie—P. Pollux—difiere del anterior, por sus fajas verticales rosadas sobre el fondo rojo común del cuerpo. Aletas listadas de encarnado y rosado, alternos.

(1) ConeccioN DE HisTORIA NATURAL en setenta y cinco láminas, con una descrip- cion individual de cada una. Su autor don Antonio Parra; Naturalista Portugués, En la Havana. Año de 1787. En la Imprenta de la Capitanía General. El ejemplar que posée la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana, tie- ne muchos peces nombrados al margen por don Felipe Poey, que aumentó así su valor.

62 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

. En Puerto Rico los hay.

El que los pescadores andaluces nombran Rascacio, y en el Puerto de Santa María Rescacio; así como los que en Cataluña, Mallorca, Menorca é Ibiza denominan Rascassa, pertenecen todos al mismo género que los puertorriqueños y cubanos.

TRÍGLIDOS.

De las especies cubanas de esta familia, solo tienen nom- bre vulgar conocido las dos siguientes; siendo de advertir, que la segunda en rigor no corresponde d esta sección.

37. Murciélago. Dactylopterus volitans Lin. No falta en nuestras aguas este morador de otros mares, y que sale á relucir en todos los Diccionarios de Historia Natural. De- be su nombre al hecho de servirles sus pectorales prolonga- das, para el vuelo. Lo raro de su apariencia no empece á lo sano de su carne. Sin embargo, tiénesele por sospechoso en el Mariel. En Puerto Rico le dicen Mariposa.

Carne buena. Parra dice: Se come. Peso máximo, 500 gramos.

J. G. le nombran Cephalacanthus spinarella, con los vulgares Flying-robin, Bat-fish y Volador. Groode reproduce lo que Mr. J. Carson Brevoort consigna en elogio de las especies americanas á saber: «Entre los peces que pueden ser clasificados como comesti- bles, pero que están completamente desatendidos aquí, se halla el Sea-robin, Grunter Ó Gurnard. Esta curiosa mas tal vez repug- nante criatura, es en realidad, uno de los bocados más delicados que puedan presentarse á un epicúreo: su carne de un blanco de nieve, firme, y tan buena como la del King-fish ó el Whiting» (1).

38. Rubio volador. Prionotus punctatus Bloch. De pectorales menos desarrolladas. Cabeza espinosa. Persegui- do por los Dorados, deja el agua; lanzándose al aire, donde es presa del Rabihorcado y otras merodeadoras piscivoras. Nuestros trabajadores del mar aprovechan esta evolución de

(1) Nombre del Harvest-fish—Stromateus alepidotus, en las costas de Virginia.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 63

las Rapaces marinas, pues saben que cuando éstas se ex- playan acechando, andan por allí Dorados á caza de Vola- dores.

Carne mediana. Peso, 300 gramos.

De dos especies que frecuentan las costas atlánticas de los E. U.— P. palmipes y P. evolans—dice el Prof. Groode: «Alcanzan de 15 4 18 pulgadas de largo, y el peso de 13 á 2 libras. Tienen ex- celentes cualidades comestibles......... »: en Connecticut le dicen Wing-fish.

Según el mismo Profesor, los 2 ú 3 apéndices digitiformes de sus alas, les sirven para remover las algas y la arena, y descubrir los animalillos de que se alimentan.

A la misma familia, aunque á otro género, pertenece el que en Andalucía y Guipúzcoa llaman Rubio. En Puerto Rico dicen Volador al nuestro: quese encuentra también en Jamaica, Brasil, Patagonia, Carolina del Norte, etc. (J. G.)

PRISTIPOMÁTIDAS.

Ninguna de las especies del género radical de esta fami- lia poeyana—Pristipoma—tiene nombre vulgar entre nues- tros pescadores. Atendida, pues, la indole de este trabajo, me parece excusado el consignarlas. Solo diré que una de ellas—P. cultriferum—se nombra Viejo en Puerto Kico, y que no se ha observado en Cuba el P. Coro, que allá deno- minan francés.

Especies de los géneros Orthopristis y Brachygenys, se hallan en igual caso. Son de tan poca cuenta por su concep- to alimenticio, que, como las Cutalinelas—gén. Anisotre- mus—no valen su mención.

No acontece lo mismo con las especies del gén. Huemu- lon que voy á revistar, por la cantidad y aprovechamiento de sus carnes, mediocres” pero sanas. :

Designase á los más con el vulgar de Rtonco, porque al sacarlos del tanque con el salabre, salabar ó redeña, y echar-

64 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

los sobre cubierta ó en tierra, producen una especie de ron- quido grueso.

A mi propia observación en distintas localidades y ocasiones, únese lo consignado por el Profesor G. Brown Goode sobre la si- nonimia vulgar de las especies de Diabasis y de Pomodasys más conocidas. Así, lo rojo subido de la cavidad bucal y la garganta, les valió el nombre de Red Mouth 6 Flannel Mouth; la costumbre de emitir el sonido ronco citado, dió fundamento para llamarlos Grunt, Pig-fish y Squirrel-fish, etc.

Al Pomodasys fulvomaculatus, le llaman en el golfo de México Pig-fish y Grunt; en South Carolina y Bermudas, Sailors Choice; en North Carolina, de Georgia á Virginia, Hog-fish.

Fúndase por otra parte, el nombre genérico técnico que Poey les asigna, en una mancha roja que casi todos tienen en la mandibula inferior. Es también común una pinta de color azul vivo, situada verticalmente en la mejilla.

Por el tono y los labores dominantes en su coloración, nuestra gente de mar los agrupa en dos secciones: «Roncos prietos —que son listados —y Roncos blancos, de color uni- forme.

También los pescadores norte-americanos nombran Black Grunt al Diabasis Plumieri; y Stearns alude á tres especies que abundan mucho en Key-West y sus cercanías, y se apellidan res- pectivamente Black Grunt, White Grunt y Yellow Grunt.

Su carne es floja, poco gustosa, y por ello estos peces son de poca estimación en el mercado.

Dr. J. ViLaró. (Continuará).

REAL ACADEMIA.

Acta de la sesión pública ordinaria del 28 de Febrero de 1892.

Señores AcapÉmicos CONCURRENTES :—Presidente, Dr. Lastres, Dres.: González del Valle, Benasach, Santos Fernandez, Valdés, Torralbas (D. Francisco ), Torralbas (D. José), Montané, Lavín, Saenz, Cubas, Menocal, Vilaró, Macha- do, Plasencia, Pinlay y la fuardia, Secretario. .

Abierta la sesión 4 la una y media de la tarde, el Secre- tario leyó el acta de la sesión anterior, que después de una rectificación del Dr. B. Saenz, fué aprobada. Se recibieron los periódicos y obras siguientes:

BisLioreca—“El Mundo Médico; año 2” números 205, 296, 297, 298, 299, 300, 301, 302, 303, 304, 305 y 306.

“Le Bulletin Medical,” año 6” núms. 8 y 9.

“La Independencia Médica,” año xxvu núms. 17 y 18.

“Revista de Ciencias Médicas,” año 7? núm. 4.

“Repertorio Médico Farmacéutico”; año 3? núm. 2.

““Anales de la Sociedad Odontológica,” añio xr núm. 2.

“Revista del Foro,” año 4? núm. 44.

“Proyectos de reservas del ejército por D. Pedro Tomé y Vercruysse,” un cuaderno.

El Presidente hizo presente que el Sr. Dr. D. Fernando

T. xxIx—9.

66 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

González del Valle, Académico honorario, honraba con su presencia la sesión. En seguida el Dr. Valle tomó la palabra manifestando la sorpresa que le causa la renuncia del Presi- dente vel Secretario anteriores, deplorando mucho la determi- nación de tan distinguidos compañeros, pero en consideración á lo que arroja el acta que acaba de leerse, no quiere dejar de hacer constar lo acertado que estima la elección de los Sres. Lastres y la Guardia, pues ellos se encuentran anima- dos de los mismos deseos y sentimientos que la Academia sigue en su constante afán de llegar á4 la perfección cientifi- ca á que aspira toda corporación de esta clase, y agrega que cuando él era catedrático, el tema favorito de sus progra- mas era el siguiente, y así decia á sus alumnos y oyentes: “¿Los que estamos al frente de la enseñanza somos los guat- dadores más inmediatos y responsables de la ciencia, y la posteridad nos pedira estrecha cuenta del depósito que se nos confiara. Por él tenemos el sagrado deber de manifestar lealmente nuestras opiniones con calma y aplomo, comba- tiendo las ideas y respetando las personas, y cuando de la discusión resulte una convicción contraria, debemos apresu- rarnos 4 confesarlo ingénuamente,” y si mis queridos com- profesores no olvidan mis palabras cariñosas, siempre reina- en las discusiones que aqui se suciten, la paz y la harmonía más completa. El Presidente devolvió su saludo afectuoso al venerable Dr. Valle, dándole las gracias por su aten- ción, y haciendo notar por otra parte toda la importancia que tienen los servicios tan notables prestados á la causa de la instrucción pública por tan esclarecido profesor.

La Secretaría leyó una comunicación del Juzgado del Oeste, pidiendo un certificado, que justificase si en la Aca- demia se había informado algo relativo 4 la Zarzaparrilla y Polvos antihelmínticos de Hernández, y además, que de no haber llenado esos requisitos, los preparados indicados de- bían ser considerados entre los conocidos por especificos pa- tentes ó remedios secretos. La Academia acordó después de

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 67

una breve discusión, en la cual intervinieron el Presidente y los Sres. Torralbas (D. Francisco) y Santos Fernández, que fuese contestado directamente por la Secretaría.

El Dr. Cubas, uno de los ponentes de turno, leyó un informe acerca de una consulta que hace el Juez de Santa Clara, para investigar si se ha cometido d delito en el expediente sobre licencia del Secretario de la Audiencia de lo criminal de Santa Clara, prescrito en el artículo 319 del Código Penal. Puesto á discusión el informe y las conclu- siones fueron aprobados.

El Dr. Valdés, también ponente de turno, lee un informe solicitado por el señor Juez de Bayamo en causa seguida por muerte de la morena Caridad Suarez, para que emita dicta- men con el propósito de hacer constar de una manera precisa el efecto de la extrangulación por la fuerza muscular de una persona. El Dr. Valdés termina su informe en estos térml- nos: “En vista de la deficiencia tan manifiesta del documen- to pericial y particularmente por la significación común de las lesiones dadas relacionada con la especie de muerte que se indica en la consulta, la Comisión tiene el honor de pro- pouer á esta docta Academia que se conteste al señor Juez de Bayamo con la siguiente conclusión. ““En el testimonio venido no está debidamente acreditado que la muerte de la morena Caridad Suarez fué resultado de la extrangulación por la fuerza muscular de una persona.” Tomado en consi- deración el informe lo mismo que las conclusiones fueron aprobados.

El Presidente, en vista de lo avanzado de la hora, rogó al Dr. Santos Fernandez que suspendiera la lectura de su interesante trabajo acerca de los accidentes oculares del cardón para la sesión próxima, puesto que aún había par- ticulares de mucha importancia para tratar en la sesión de gobierno. Y habiendo accedido el Dr. Santos Fernández, se dió por terminado el acto, declarándose la Academia en Sesión de gobierno.

MEDICINA LEGAL,

Informe en causa contra el asiático A... Ch... por asesinato de Fo Vo yd. delle:

(CONCLUSIÓN. )

Dos grandes causas que obran en el conducto medular y de manera perturbadora, tenemos en el actual caso: el reu- matismo por una parte, cuya existencia creemos no puede ponerse en duda; la sífilis por la otra, con sobradas proba- bilidades de existencia, 0 también haber influido sobre su padecimiento medular la acción del agua fria sobre su cuer- po á la que estuvo sometido en las obras del acueducto de Vento durante dos y medio á tres meses, teniendo entonces una causa á frigore, produciendo la alteración del eje raqui- deo, pudiendo haber traido esta causa una aptitud y alguna de las dos anteriores haber provocado la lesión.

Esto sentado, encuentran el sintoma paraplegia. Este sintoma culminante acompañado de algunas contracturas de parte del miembro afectado, la disminución de la sensi- bilidad en algunos puntos y de anestesia completa de otros.

El paciente refiere que el comienzo data desde fines del año 1880. La existencia del proceso, es pues de más de cin- co años. ste dato reseña la cronicidad del mal. Hay una lesión crónica de la médula y que parte de este eje se halla

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 69

afectado: creen dichos facultativos que la lesión interesa los cordones antero-laterales de la médula, basándose en que las incitaciones motrices no se trasmiten á la periferia y di- chos cordones son los medios de trasmisión entre el cerebro y la periferia.

La sustancia gris está afectada, lo cual se comprueba por las alteraciones observadas en la sensibilidad. Queda demos- trado, por lo tanto, la existencia de una mielitis transversa que ocupa indudablemente todo el espesor de la médula.

¿A qué altura de la médula se halla situada esta lesión de que hacemos referencia? Hay que descartar la región cervi- cal, pues de lo contrario estarían afectados los miembros su- periores. Hay ausencia de fenómenos oculares, crisis gástri- cas, Uharcot, ete., ete.

Tampoco hay la menor alteración de la palabra, ni de la deglución, lo que haría suponer una lesión más alta aún.

La ausencia de los reflejos tendinosos les hace acentuar la creencia que la lesión está situada por debajo del ensan- chamiento lumbar, que se encuentra por encima de la déci- ma vértebra dorsal (Budge), de manera que la parte del órgano que se encuentra por debajo es la que sufre. Por lo cual diagnostican una mielitis transversa, circunscrita espe- cialmente en la región dorso lumbar.

La lesión medular, como limitado proceso, no ha debido. provocar de parte del encéfalo alteración alguna.

Caractéres de orden moral,

Atención, percepción, parecen existir intactas, su me- moria parece presentar iguales atributos, recuerda perfecta- mente hechos remotos y cercanos y todo ello abundante en detalles.

Sus facultades compresivas parecen guardar estrecha relación con su modo de ser, ilustración y género de vida.

Dice sabe escribir medianamente y leer algo mejor, 4 menudo le ven con libros ó recortes de periódicos, etc. La expontaneidad y cordura parecen ser los nortes de sus con-

70 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

testas, pues estos caracteres revisten 4 nuestras investigado- ras preguntas. Eso sí, ello se verifica con torpe y para noso- tros poco menos que inteligible lenguaje, (la Comisión de Medicina legal, hace constar y para hacerlo valer en su oportunidad, que la palabra ¿nteligible debe significar todo lo contrario, pues de otro modo resulta un contrasentido), toda vez que ello es una confusa amalgama de chino y cas- tellano. Confesamos nuestra poca habilidad para entender bien esta especial jerga: no apreciamos realmente muchos de sus detalles; de los rasgos culminantes de sus peroracio- nes no nos damos perfecta cuenta.

Su actitud es apropiada, respetuosa; apetito excelente, duerme trauquila y naturalmente. Los movimientos de los miembros superiores, expontáneos, ágiles, naturales. Su si- tuación es tranquila é indiferente. Por sus respuestas apa- renta no saber el motivo de su conducción á esta casa. Nada deja traslucir con respecto á la salida de ella. Parece que la libertad le es de todo punto indiferente. Toma 2 gramo de hidrioato de potasa, desde el 28 de Septiembre al 3 de Octubre de 1885.

El Celador de la Sección en que está, lo mismo que los demás empleados, nada han notado en él de anormal. Ha negado siempre el homicidio ó asesinato porque se le acusa. Niega el hecho mismo. Dice también el profesor que des- pués de sus constantes observaciones el chino le parece cuerdo y asaz astuto. En 8 de Diciembre de 1885, ya toma 2% gramos de ioduro de potasio y no ofrece variación.

En 9 de Diciembre de 1885, consigna dicho profesor lo siguiente: “Por fin, y lo que inutilmente hemos intentado á menudo lo conseguimos al terminar nuestra visita de la tar- de de hoy. Por fin, A..., vista la actitud violenta y nues- tros propósitos amenazadores que aparentemente mostramos, ha confesado su crimen.

Nos manifiesta que en el Hospital Civil de San Felipe y Santiago había herido 4 un pardo, cuyo nombre ignora, y

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 71

“con motivo de defensa personal. Nos relata, en efecto, que una noche estando sentado sobre su cama y en el orinal, evacuando, vió aparecer al pardo de referencia, que, cuchi- llo en mano, se dirigió á su persona en son amenazante.

Que en esto, cuando ya se acercaba, vió, sin saber cómo se apareció, el hombre blanco que ocupaba una de las camas vecinas y dando un golpe en la mano armada del pardo ci- tado dió lugar á que el cuchillo que éste portaba cayese en su cama. Esto le sugirió la idea de apoderarse de tal arma y con objeto de defender su persona, lo que á poco hizo hi- riendo al mulato. Que no sabe ó no recuerda qué se hizo del hombre blanco citado, ni que le haya herido. Solicitan- do los motivos ó las razones que pudiera aducir para darse cuenta de la actitud del pardo que se cita y con objeto de ver si de algún otro modo explicaba la suya, nos dice úni- camente: que él tomó la actitud señalada porque el sujeto herido, en unión á veces del blanco nombrado constante- mente, le insultaba y amenazaba desde su cama en que re- posaba. Este modo de ser, agrega, le tenía sumamente mor- tificado, pues él con nadie se metía. Termina su relato, poniendo de manifiesto que este hecho sucedió 4 una hora avanzada de la noche que él no puede citar y que fué en medio de la oscuridad, pues no había luz en la Sala del Hospital en que radicaba.

Consta también en la hoja clínica un informe dirigido al Sr. Juez del Prado, con fecha 15 de Diciembre de 1885, y evacuado por los Médicos 1? y 22 de la misma casa, que así dice: 1? Que el asiático A .. C...,asilado en esta casa desde el 7 de Julio del corriente año, padece desde su in- greso de una mielitis crónica dorso lumbar. 2? Que dicha afección es la causa única de la paraplegia ó parálisis de las extremidades inferlores que este sujeto presenta y que le tiene reducido á la impotencia. 32 Que nada hay en la mar- cha presentada por dicha dolencia que nos faculte á afirmar provocase trastornos por parte del cerebro, y 4? (Que dicho

72 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

sujeto ha dado, durante el tiempo que ha estado sometido 4 nuestra directa observacion, evidentes muestras de normal funcionalismo intelectual, siendo, por lo tanto, un hombre cuerdo, y, como tal, responsable de sus actos.

Otra ampliación al informe de 15 de Diciembre de 1885.

Dicen los Sres. Profesores de la Casa general de Enage- nados, lo que sigue: 1% Que no tienen suficientes datos para poder precisar la fecha de la mielitis crónica dorso lumbar que dicho sujeto padece. 2? (Jue el padecimiento de dicha afección no trae consigo la irascibilidad de carácter. 3? Que no hemos visto que durante nuestra observación haya dado muestras de tener un carácter irascible, y 4? Que no hemos comprobado la existencia de placas escleróticas en el cere- bro, toda vez que creemos que el sujeto de referencia, pade- ce de la afección de la medula conocida con el nombre de mielitis crónica dorso lumbar; y ya también hemos dicho que en la marcha de la citada dolencia no hay nada que nos haga suponer provocase algún trastorno intelectual.

Con respecto al diagnóstico del Hospital Civil, dicen: 1? Que la causa de la impotencia de las extremidades inferio- res no es principalmente la rigidez verdaderamente tetánica, que se señala en los periodos avanzados de la esclerosis de la médula espinal, y á la cual precede siempre, con mucha anterioridad, un estado parético especial.

2? Que este estado, no acompañado nunca de desór- denes marcados de la sensibilidad, pues ésta se conserva ca- sl siempre en todas sus formas en los miembros afectados.

3” Que la contractura propia del proceso esclerótico es del lado de los extensores, determinando la rigidez de que queda hecha mención, no tiene luger, como en el presente caso del lado de la flexión.

4? Que la escuela de la Salpetriére, que sacó á esta lesion del caos de las mielitis crónicas, le asigna un temblor ritmi- co especial, tanto más manifiesto cuanto mayor es la am- plitud de los movimientos voluntarios y que solo tiene lugar

. DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICASY NATURALES 713

con motivo de ellos. En el presente caso hay ausencia del presente sintoma.

52 Que como lo hemos hecho notar, hay ausencia de ese grupo de desórdenes cefálicos que tanto valer alcanza en la afección, polimorfa por excelencia, de que hacemos men- ción no ha presentado A... ni ambliopía ui nystagmus. Tampoco era particular de la palabra y menos ese vértigo, en general giratorio, por purte de la inteligencia no ve de- lirio de ninguna clase». Terminando la ampliación en la forma siguiente: «Que el asiático A... goza de completo fisiologismo cerebral y que como tal es apto para ser libre. Todo esto lo dijeron el 20 de Abril de 1886, los médicos 1? y 2? de la Casa general de Enagenados.

Informe del Dr. D. Francisco Gutierrez, de fecha 6 de Julio de 1886, dice así:

Ingresó el asiático A... Ch..., hace cinco años, en este Hospital Civil de San Felipe y Santiago, procedente del Presidio Departamental de esta plaza. Antecedentes: su na- turalidad es Asia, soltero, cocinero, de 35 de edad, no pudo manifestar antecedentes de familia, pues salió de su país bastante joven, gozó de buena salud hasta la época de su pubertad, estando siempre dedicado á su oficio de cocinero; más tarde contrajo una blenorragia, de la cual curó en muy poco tiempo, con los medicamentos que le suministró un compañero y paisano que se decía médico. A contar desde esta época, empezó 4 padecer de fuertes dolores en las extre- midades superiores é inferiores, acentuándose éstos sobre todo en las regiones articulares de las extremidades inferio- res y atribuyendo dichos dolores no 4su enfermedad pasada sino á los quehaceres de su oficio: no ocurrió 4 médico, con- tentándose con darse fricciones varias que le proporcionaban aleún alivio. Más tarde, recluso primeramente en la cárcel y después en el Presidio Departamental de esta Plaza, donde siempre se encontró en pésimas condiciones higiénicas y

formaudo parte de una de las cuadrillas destinadas á las M0

74 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

obras de Vento y teniendo que permanecer á veces más de cinco ó seis días con el agua hasta más arriba de la cintura, los dolores se hicieron entonces desesperantes, faltábale la sensibilidad en las extremidades inferiores haciéndose difi- cultoso no sólo el caminar sino aún estar de pié, acompa- ñando ésto de dolores 4 lo largo del raquis y en la cabeza. Estando en dichos trabajos, dice también haber sufrido una caida, desde una altura muy regular sufriendo con este mo- tivo fuertes contusiones en las regiones glúteas y por cuyo motivo fué trasladado al Hospital, de donde salió como á los veinte días curado de sus contusiones, pero con más torpeza que antes para caminar; y por último, que aún estando en este estado y habiendo sido destinado á los trabajos, sufrió malos tratamientos con bastante frecuencia, recibiendo gol- pes en las regiones glúteas, piernas y espalda.

Al ingreso en la Sala de su cargo dice el citado profesor que notó en el asiático de referencia que era de tempera: mento nervioso, uo mal constituido, en el completo estado fisiológico en lo que se refería á sus facultades mentales en lo que se refería á sus facultades mentalea, 4 excepción de dificultad suma no sólo en la emisión de la orina, sino tam- bién en el acto de la defecación, así como completa dificul- tad de moverse para verificar estos actos, por presentar ya en estado paraplégico completo. La cavidad toráxica no pre- sentaba ninguna alteración; su desarrollo muscular en las extremidades superiores era completo, no asi en las inferio- res en donde ya notamos una marcada atrofia de los múscu- los; la sensibilidad estaba completamente perdida en toda la extensión de dichas extremidades aún hasta en la región plantar, no presentando en su cuerpo ni señales de cicatrices que pudieran confirmar la caida que dice había sufrido ni aún los golpes que también nos dijo había recibido, pero ni aún muestras que pudieran hacernos ver que hubiese pade- cido de sífilis, confirmándonos esto último el examen de sus órganos genitales y la falta también de pléyades gangloniares.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 15

Diagnóstico: paraplegia consecutiva á una afección medu- lar crónica. Durante bastante tiempo ha estado sometido dicho asiático 4 todos los tratamientos médicos racionales que están indicados en esta clase de afecciones, sin excluir los cauterios actuales y potenciales, asi como la electricidad, sin que se haya podido conseguir nisu curación, pero ni tampoco ninguna mejoria; creyendo por lo tanto que puede considerarse como incurable y por cuyo motivo en los últi- mos tiempos no hemos procurado más que sostener las fuer- zas del enfermo con buena alimentación y una medicación tónica apropiada. Son todos los datos que hemos podido reunir, apesar de no poseer bien el castellano el enfermo, para que éstos pudieran ser más precisos.

Declaraciones de los Dres. D. Miguel Rivas y D. Julio Zúñiga, el primero médico del Presidio Departamental y el segundo, médico de las enfermerías de la Cárcel y el Pre- sidlo. e

Consignan dichos profesores las generales que se han hecho constar ya en los otros informes y reconocimientos relativos al asiático A... Ch..., así como también los an- tecedentes ya conocidos, la caida, la blenorragia que sufrió y por último que cuando el tiempo estaba lluvioso padecía de dolores reumáticos que le hacian sufrir mucho: manifies- tan dichos facultativos que han notado completa abolición de la sensibilidad en los miembros inferiores; el reflejo plantar no existe, como tampoco el rotuliano, hay sensibili- dad exagerada en las apofisis espinosas y tranversal de las últimas vértebras dorsales y todas las lumbares, cuyo dolor no es constante, pues muchas veces lo han examinado y no ha dado señales de dolor; su sueño es tranquilo, digestiones son buenas; en los miembros paralizados se notan contrac- turas que le hacen imposible la extensión, su memoria es completa, este individuo lo hemos encontrado en una locua- cidad exagerada, queriendo se le permita decir un discurso, lo cual al concedérsele lo verifica descubriendo trozos de

76 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

una obra que tiene en su cama y que se titula «El Presidia- rio político»; mezclando en su narración hechos completa- mente agenos 4 la obra mencionada, pasándose horas enteras hablando y cuando se le requería para que callase, ha des- obedecido poniéndose iracundo, á tal extremo, que ni la pre- sencia de los jefes del Departamental, ni las súplicas, ni las amenazas han podido conseguir que obedezca y se calle, cesando de hablar cuando ya casi no ha podido emitir la voz; en tal concepto los que declaran creen que el asiático A... Ch... padece de una mielitis dorso lumbar, causa de su paraplegia, que sus facultades intelectuales se hallan en completo estado de integridad, pero si que con frecuencia se pone irascible al extremo de perturbar sus facultades inte- lectuales de tal manera que ni las súplicas, ni las amenazas, ni nada le hace ceder en sus pretensiones; en tal concepto, si este individuo padece de una mielitis dorso lumbar pro- bablemente ascendente y hemos comprobado su irascibilidad por cualquier contrariedad y si Olivier y otros autores, creen que los enfermos de mielitis de la región cervical y del bul.- bo, presentan trastornos intelectuales, hasta el extremo de llegar al delirio furioso; pudiera ser que el desgraciado Ch... en los momentos de cometer su crimen, mortificado. por las privaciones propias del Presidio, por los dolores que pudieran habérsele presentado en esos momentos y por fe- nómenos congestivos medulares, que ascendiesen hasta la región cervical, pudieran determinar su irascibilidad. En tal concepto los que declaran dan por terminada la observación y formulan las conclusiones siguientes: Primero, que el asiático A... Ch... padece una mielitis dorso lumbar, pro- bablemente ascendente. Segundo: que en dicho individuo se encuentran sus facultades intelectuales en la actualidad en completo estado fisiológico. Tercero: que dicho asiático es irascible por haberlo comprobado en varias ocasiones. Cuarto: que la naturaleza de su mielitis no la han podido comprobar. Quinto: que en vista del padecimiento medular

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. WT

que sufre, de su irascibilidad, creen que pudo, cuando come- tió el delito, encontrarse en un acceso irascibilidad que le hiciese cometer actos independientes de su voluntad.

En vista de todos estos antecedentes, el señor Fiscal de S. M. pide á esta Real Corporación diga, si «el asiático Ch... está ó no loco ó demente, y en caso afirmativo, si delinquió en algún intervalo de razón, ó bajo la influencia de aquella enfermedad.»

Positivamente, señores académicos, la pregunta del señor Fiscal de S. M., constituye en una incógnita difícil de despejar; y aunque los términos definidos que hemos podido hallar, sólo se encuentran en uno solo de los documentos que acabo de transcribir, cree la Comisión de Medicina Legal que, unidos á los resultados negativos encontrados en otros, ha llegado al conocimiento del estado mental del asiá- bieo. Ch».

El primer documento que se ha ofrecido 4 nuestra con- sideración y siguiendo el orden en que se encuentran colo- cados en la causa, es una declaración del Dr. Gutierrez, que si en verdad consigna que el asiático Ch... en los momen- tos de la visita, que fué ú las tres de la tarde, estaba en com- pleto estado de razón; también dice que el citado asiático en las distintas ocasiones que ha permanecido en la Sala, presentaba un carácter irascible, no pudiendo precisar si en los momentos del hecho, estuvieran alteradas sus facultades mentales.

El Dr. Menocal comprueba por distintos reconocimien- tos y en diferentes días y horas sintomas de alteración en sus facultades mentales; no fija el carácter de la perturba- ción, pero consigna el hecho; y en su consecuencia, pide su traslación al Asilo de dementes.

El Dr. Marill, manifiesta que el referido asiático presen- ta alteraciones en sus facultades mentales, las que subordina á una esclerosis del cerebro; poco hace al caso la causa, ha- ciendo también palmario el desarreglo psíquico.

18 ; ANALES DE LA REAL ACADEMIA

- Más adelante el Dr. Menocal vuelve 4 consignar, por de- claración, las mismas perturbaciones mentales y las refiere á su vez á igual causa que sus compañeros los Dres. Marill y Gutierrez; no atreviéndose asegurar que sea demente, to- da vez que tiene algunos aunque muy cortos ratos de lu- cidez.

Bien se vé, señores académicos, que 4 los Dres. Menocal, Marill y Gutierrez les ha tocado la buena fortuna de haber observado al asiático Ch... en estado de casi completa per- turbación mental, pues no otra cosa se desprende de sus observaciones, y cuya respetabilidad es de todos recono- cida; conclusiones á que han llevado dichos profesores, ha- ciéndolas constar por declaración.

La hoja clínica de la Casa general de Enagenados cons- tituye en un precioso documento, en el cual se ven resal- tar profundos y vastos conocimientos de la patología medu- lar. Se ha hecho un estudio detenido de la causa que moti- vara la paraplegia que sufre el asiático Ch... se precisa el diagnóstico y se determina el sitio de la lesión; ostentándose en todo ello conocimientos poco comunes, referentes á esta región del sistema nervioso.

Pero, en lo que no estamos de acuerdo es, en las con- clusiones que se consignan con respecto al estado mental del procesado; y en apoyo de nuestras dudas se nos ocurre preguntar: ¿Cómo fué posible formar un juicio exacto acer- ca del estado psíquico del asiático Uh. .., puesto que este individuo, según dicen sus observadores, se expresaba con «torpe y poco menos que inteligible lenguaje, toda vez que ello es una confusa amalgama de chino y castellano?» (Aquí, señores académicos, volvemos ú4 recordar, que debe haberse olvidado la sílaba %n al escribirse el vocablo inteligible, pues de la otra manera, parecería un soberano contrasentido).

Los expertos confiesan su «poca habilidad para entender bien esta especial jerga»; no aprecian muchos de sus de- talles.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 19

Dicen que el procesado manifiesta que sabe leer y escri- bir: no haciendo constar tampoco, la comprobación de su dicho, y sólo se han dado perfecta cuenta del rasgo culmi1- nante de sus peroraciones.

Manifiestan que durante el tiempo que lo han observado, no ha dado muestras de irascibilidad.

Ha llamado mucho la atención de la Comisión que no se hayan consignado en el informe hoja clínica, si esta ob- servagión se hubo ajustado á la práctica establecida por los alienistas contemporáneos, con respecto al diagnóstico de los padecimientos mentales; pues siendo en el caso que nos ocupa, la irascibilidad el síntoma que llevado al colmo de su desarrollo, motivara la perturbación mental, no hemos visto consignado en ninguna de las partes del informe, el que se pusieran en juego los medios cientificos para provo- carla; y sin embargo, se ha negado el que pudiera presen- tarse, porque espontáneamente así no ha sucedido; consti- tuyendo esta deducción la base de sus conclusione.

Y después de todo esto, señores, y sin haberse entendido el lenguaje de asiático Ch... y sólo por el «rasgo culminan- te de sus peroraciones», concluyen con toda la severidad de una expresión algebráica, diciendo: «que el asiático Á... goza de completo fisiologismo cerebral y como tal apto para ser libre.»

Por último, señores académicos, una declaración de los Dres. Riva y Zúñiga.

Este documento es, sin duda la verdadera luz, que nos servirá de guía para fijar conclusiones sólidas en este difícil laberinto.

En él se consignan los hechos con la precisión y claridad que lo sabe hacer un: profundo conocedor de los difíciles problemas, que presenta la patología mental: se ha sabido hacer resaltar en todo su esplendor el síntoma delirante. Encontraron al asiático en una locuacidad exagerada, pide permiso para pronunciar un discurso, se le concede; y desde

SO ANALES DE LA REAL ACADEMIA

este momento se desencadena la tempestad: mezcla á trozos de un libro, hechos completamente agenos 4 la obra, pasan- do en este estado horas y si se le impone silencio desobede- ce, poniéndose iracundo; desconoce la autoridad de sus jefes y sólo cesa de hablar cuando ya el cansancio físico le impi- de emitir la voz.

Y para terminar diremos, que los Dres. Rivas y Zúñiga, despertando el furor en el cerebro del asiático, por el inter- medio de un procedimiento cientifico, han justificado las conclusiones de los Dres. Marill, Gutierrez y Menocal.

Por todo lo cual, la Comisión de Medicina Legal de esta Real Academia cree que debe contestarse al señor Fiscal de S. M. de la manera siguiente:

12 Que del estudio de los documentos que obran en la causa que se sigue al asiático A... Ch..., por homicidio, resulta: que dicho asiático sufre de un padecimiento de la médula espinal, que bajo determinadas condiciones puede producir la irascibilidad.

22 Que la irascibilidad, llevada al maximun de su desa- rrollo, puede producir trastornos transitorios en las faculta- des mentales.

37 (Que excepción hecha de los momentos en los cuales se ha despertado la irascibilidad, puede el asiático €... pa- recer un hombre cuerdo; siendo por la misma instabilidad de sus trastornos cerebrales, un individuo peligroso para la sociedad.

4? (Jue cualesquiera de las causas que motiven la irasci- bilidad, pudieron muy bien haber determinado en el cerebro del asiático, profundas perturbaciones en los momentos de

cometer el crimen, y encontrarse en dicho acto el procesado fuera de razón.

G. J. BeExasacH. Mayo 13, 1888.

QUIMICA LEGAL.

INFORME SOBRE UN BALSAMO.

(SESION DEL 11 DE DICIEMBRE DE 1887.)

Don Blas Gonzalez de la Peña y D. Eusebio Hernández Rivero, presumen haber hallado un valioso recurso para el tratamiento de las quemaduras con un Bálsamo de su in- vención, así llaman ellos 4 un alcoholaturo de zumo de tu- yas, de tomate y de romerillo.

Para aspirar al privilegio que solicitan han presentado una instancia, una Memoria expresiva de las materias de que se compone y una colección de cartas de amigos oficio- sos encomiando los servicios que han obtenido.

¿Merecerá la composición los honores de un profundo examen?—-—Creemos que no,—por lo que se limitará la Po- nencia 4 manifestar que la legislación especial —Ley de Sa- nidad del Reino,—indica la forma y documentación que debe presentarse para esta clase de concesiones y como no se ha cumplimentado, sólo procede informar en sentido ne- gativo, haciendo presente á la vez que no cabe otro procedi- miento por tratarse de un producto farmacéutico y no 1u- dustrial.

V. V. $. $. resolverán.

Dx. R. CowLkeY.

T. xxix—11.

EXPOSICIÓN,

Excmo. Sr. MixistrO DE ULTRAMAR.

Excmo. Sr.

La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales de la Habana, acude hoy á V. E. impetrando su valio- so auxilio, á fin de obtener que quede sin efecto la Soberana resolución que se ha servido dictar, disponiendo se suprima la corta subvención de mil pesos anuales que disfrutaba esta Academia en virtud de un Real Decreto del año 1863.

Al acudir á V. E. en demanda de auxilio tan poderoso tiene esta Corporación la seguridad de que ha de encontrar- lo tan eficaz y cumplido, cuanto lo reclama la gravedad del daño que experimenta, con la mencionada supresión.

Y abriga este convencimiento, Excmo. Sr., porque pene- trada esta Real Academia de la ilustración y espiritu justi- ciero del Gobierno Nacional, no duda, ni por un momento, que será atendida las razones en que funda su petición.

Porque, en efecto, hay que tener en cuenta que esa sub- vención no es un gasto supérfluo, puesto que la Academia desempeña servicios públicos como cualquiera otro centro de Administración de la Isla.

Hónrala el Gobierno General, consultándole en todas aquellas materias que por su indole está llamada á conocer

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 83

y le es dado informar, especialmente en cuanto atañe á la higiene y á la salubridad pública, asuntos que por su noto- ria importancia no pueden ser en manera alguna desatendi- das por el Gobierno. También dictamina sobre las solicitu- des de patentes de invención que se dirigen al mismo Go- bierno General, velando y estudiando cuidadosamente para que no se concedan privilegios inmerecidos ni se implanten en el país industrias nocivas, por las cuales pueda peligrar la seguridad individual.

Auxilía gratuita y constantemente á los Tribunales de Justicia, prestando directamenre su concurso en el examen, análisis é investigación de los hechos, cuva apreciación no está al alcance de los jueces y cuya prueba depende exclu- sivamente de las apreciaciones cientificas, como sucede en el reconocimiento y calificación del estado mental de presuntos criminales ó dementes irresponsables, y con esos servicios ahorra todos los años al Estado cantidades que exceden en mucho á la corta asiunación de que se le pretende privar.

Además de los servicios de que se acaba de hacer méri- tos, propaga infatizablemente con asiduidad y constancia no desmentida un solo dia, la administración del virus vaccinal, contribuyendo de esa manera eficazmente á librar al pais de los horrores de las epidemias variolosas.

Y por último, Excmo. Sr., eumpliendo esta Real Acade- mia los altos fines de su institución, estudia y discute en su seno, y propaga y difunde al exterior cuantos adelantos ad- quirimos y descubrimientos se realizan en las ciencias que el instituto cultiva. Por otra parte, sostiene un museo y fomenta una biblioteca pública, contribuyendo de este modo en cuantia no despreciable á la obra común de sostener y aumentar el prestigio de la Metrópoli como nación civiliza- dora en América, obra que no por su carácter inmaterial deja de ser tan necesaria á los fines politicos y administrati- vos de estas provincias, como el sostenimiento de una es- cuadra ó la conservación de un ejército.

84 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

- ¿Y ante tan valiosos servicios que tantos y tantos gastos ahorran al Estado, sería injustificada aspiración pretender que no se prive 4 esta Corporación de la insignificante sub- vención de mil pesos anuales con que se la dotó desde hace tanto tiempo?

Claro es que no, Excmo. Sr., tanto más cuanto que dada la pequeñez de la asignación que se reclama no es presumi- ble que queden indotados otros servicios de la administra- ción pública ni se desorganice su manera de ser.

Y téngase en cuenta, lxcmo. Sr., que si por la supresión de esa módica asignación de la Academia, viniera á hacerse imposible la vida de ésta, ya de suyo trabajosa y difícil, el desempeño de los servicios indispensables que actualmente presta la Institución como poderoso auxiliar de la Adminis- tración de Justicia y del Gobierno, sin duda que había de costar al Estado cien veces más que esos insignificantes mil pesos con que hoy se ayuda á su sostenimiento.

Por todas estas razones, Excmo. Sr., la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, ocurre 4 V. E. suplicando se sirva dejar sin efecto la disposición que suprime la subvención de mil pesos al año que para auxilio de sus gastos de material disfruta esta Real Acade- mia.—Gracia y Justicia que no duda obtener de la rectitud de miras en que se inspiran los actos del Gobierno de S. M.

Dr. Joaquín Lastres,

e --——_——

MEDICINA LEGAL. .

Informe en causa contra D. 6... F... por el Dr. Nuñez.

Iltmo. Sr. Presidente, Sres. Académicos:

El Sr. Juez de Primera Instancia de Cárdenas, ocurre á esta Real Corporación para que se le informe sobre cuatro particulares que se indica en auto dictado el dia trece de Octubre del año próximo pasado, en causa seguida contra D. G... F..., por muerte de D. J... M..., acaecida en el Altamisal del dia tres al cuatro del indicado mes de Oc- tubre; acompañándose para el efecto, copia de varios lugares de la causa que son:

A.-——Reconocimiento y autopsia practicada el dia cuatro de Octubre por el Ledo. D. J... S..., acompañado de dos testigos de asistencia.

B.—Exhumación y reconocimiento practicado el dia do- ce de Octubre por los profesores médicos D. J... C... de EM Des Dr EE,

C.—Auto dictado por el Juez actuante disponiendo se viga ú los profesores médicos D. A... N... y D.F... M... 4 fin de que contesten con vista de los documentos anterio- res, á las mismas preguntas que se le hacen á esta Corpora- ción y que más adelante indicaremos.

86 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

-D.—Informe emitido por lcs profesores A... N... y AS

E. —Nueva declaración del médico que practicó la autopsia.

I.—Nueva declaración de dos de los médicos que prac- ticaron la exhumación.

G.—Y por último el dictámen fiscal y auto del Juez disponiendo se consulte 4 esta Corporación para que emita juicio sobre los particulares que interesa en su auto del día trece y que son los mismos particulares sometidos á la con- sideración de los Dres. D?A... N... yD.F... M...

La Comisión de Medicina legal, entiende que solo debe tomar en cuenta las partes que en la exposición anterior ha señalado con las letras A. B. E. F. 6 sean los resultados de la autopsia, los de la exhumación y reconocimiento; y las declaraciones prestadas posteriormente por los profesores que actuaron en esos actos, puesto que el informe emitido por los Sres. A... N...yJ... M. . no suministra ningún dato nuevo sobre los hechos que se investigan. Este docu- mento es un trabajo análogo al que á realizar la Comisión informante, y aún cuando en él se hacen apreciaciones pet- fectamente cientificas, como quiera que no se busca un juicio crítico de los documentos periciales, sino el esclarecimiento de varios particulares que se deducen única y exclusivamen- te de la autopsia y la exhumación, 4 estas únicas fuentes habrá de ecurrirse para el objeto que nos proponemos. En cuanto al dictámen fiscal solamente puede servir para de- mostrar las dudas y perplejidades que con justa razón se deducen de los documentos periciales dando lugar á la ac- tual consulta.

Examinemos, pues, los documentos indicados: A.—Reco- nocimiento y autopsia. Dice, que el cadáver se hallaba boca abajo; que presentaba dos heridas en el brazo derecho de forma circular, como producidas por arma de fuego, y otra sobre el muslo dorsal derecho, del mismo lado, correspon-

.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 81 b

e

diendo con las dos del brazo, estando situada en el tercio medio por su parte externa, la una, y que fracturando el hueso tuvo su salida por la parte interna, penetrando entón- ces por el dorsal derecho, 4 implantarse el proyectil sobre la sexta costilla del mismo lado, la que fracturó sin penetrar en la cavidad. Que en el resto del cuerpo no había marca ni señal alguna de haber sufrido violencia. Que en la cavi- dad cefálica se encontraban las meninges y dura madre, sumamente inyectadas. Que en la cavidad toráxica, estaban los pulmones algo inyectados, en particular el derecho, que correspondía al lugar de la fractura de la costilla, donde se notó un pequeño co4gulo sanguíneo; pero sin estar lesiona- do el pulmón. Que había pequeña cantidad de sangre en las cavidades izquierdas del corazón, estando vacías las dere- chas. Que el estómago estaba lleno de alimentos y como medio litro de vino. Y que el hígado, bazo é intestinos esta- ban en estado normal; deduciendo que lo que produjo la muerte del individuo fué una congestión cerebral, ocasiona- da, sin duda, por la impresión fuerte que experimentaría al recibir el balazo en el brazo y costado derecho.

B.—Exhumación y segundo reconocimiento. Este acto se verifica ocho días después del sepelio. El cuerpo estaba completamente cubierto de barro, observándose á primera vista que las vísceras abdominales y toráxicas estaban al descubierto y varias de ellas descansando sobre la tierra, al lado derecho del cadáver, en el cual después de extraido y lavado convenientemente se encontró lo siguiente:

Cabeza. —La piel del cráneo desprendida del hueso en forma de colgajo circular, como se acostumbra practicar en las autopsias, pendiente de la parte posterior, cubierta de pelo en algunos puntos de la parte externa. Una solución de continuidad en los huesos, hecha al parecer por una sierra, la que partiendo de la sutura témporo-occipital derecha, se dirigía hacia adelante, pasando por los arcos zigomáticos y superciliares de ambos lados, para tomar en la sutura tém-

88 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

poro-occipital del lado izquierdo. Completada entónces la abertura del cráneo, se encontraron las meninges fuertemen- te inyectadas é incindiéndolas en forma de cruz, encontraron el cerebro reducido á una papilla rojiza. La cara estaba des- provista de sus partes plandas, conservándose los cartílagos que forman la nariz, pero no el tabique medio. Los globos oculares se hallaban en sus órbitas y se conservaban las ore- jas. En la boca faltaban varias piezas dentarias, no existía la lengua, el velo del paladar y todas las partes blandas de la cavidad faringea.

Cuello.—El colgajo anterior no existía; los cartílagos la- ríingeos desprovistos de sus inserciones naturales; los múscu- los, cordones vásculo-nerviosos y traque-arteria en su lugar. La parte posterior inteyra; cubierta de jabón cadavérico.

Torax.—La parte anterior desprovista del colgajo natu- ral de la autopsia que debió comprender el esternón y la parte anterior de las costillas. Las vísceras reducidas á frag- mentos y algunas ausentes. Del pulmón derecho solo existía el vértice, presentando algunas granulaciones tuberculosas; en el izquierdo había una incisión, que por su dirección pa- recía haber sido ocasionada en la autopsia. El corazón, las ramas arteriales que de él necen y el árbol bronquial falta- ban por completo. El diafragma desgarrado, dando paso al. bazo y parte del estómago, y el colon transverso repleto de materias fecales. Las costillas del lado izquierdo, unidas á la columna vertebral y cerradas por delante al nivel de las articulaciones diartrodiales, observándose en el borde supe- rior y hacia la parte media de la sexta costilla una escotadura de bordes rugosos, desprovista por completo exteriormente de las partes blandas, y al interior también desprovista de la pleura. Las seis costillas del lado derecho cerradas del mismo modo, pero en su mayor parte deprimidas de las ar- ticulaciones vertebrales y mezcladas con los restos de las visceras, y la sexta costilla de este lado, fracturada casi por su parte media, y desprovista por la cara externa de tejidos

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 89

blandos, hallándose la cara interna cubierta por la pleura fuertemente equimosada y desgarrada. ll plano posterior del torax no presentaba lesión de ningún género, hallándose cubierto por jabón cadavérico.

Abldómen.—La pared anterior desprendida por dos inci- siones en ángulo recto, estando el colgajo macerado y re- blandecido casi por completo. Las visceras de esta cavidad no conservaban sus relaciones naturales, estando algunas mezcladas con las toráxicas, mas sin presentar lesión alguna. Los órganos genitales casi destruidos por completo.

Extremidades superiores. —El brazo derecho presentaba las partes blandas desgarradas, rebladencidas sin poderse apreciar sus relaciones; algunos músculos faltaban por com. pleto y de otros sólo existian restos pendientes de sus inserciones. El húmero fracturado por su parte media; los fragmentos no podían adaptarse por faltarles algunas esquit- las al superior. El antebrazo y la mano de este lado asi como todo el miembro izquierdo presentaban las partes blandas en el mismo estado, pero sin lesión alguna de los huesos.

Bxtremidades inferiores.—Las partes blandas conserva- ban su forma y relaciones, en algunos puntos equimosis y desgarraduras con maceración notable de la piel y enfisema del tejido celular.

Los profesores concluyen exponiendo que es imposible determinar cuántas heridas recibió el individuo, por no per- mitirlo el estado en que encontraron el cadáver; que por esa misma razón no pueden determinar la causa de la muer- te: que la autopsia no se ha practicado por los métodos clá- sicos en lo que se refiere á la cavidad craneana, pero pa- rece serlo en las otras cavidades; que las partes del cuerpo que faltan y estado del cadáver pueden provenir de la pu- trefacción, de la autopsia verificada, de la inhumación sin caja en tierra mojada, y ú4 la poca destreza de los que inter-

vinieron en la exhumación, haciendo constar que en el ca- TT, xx1x=12

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dáver no encontraron bala ninguna, y por último, que no pudo examinarse lo suficiente el cerebro para diagnosticar que la muerte proviniese de una congestión cerebral, aun- que tal vez.se hiciese por los síntomas que presentó antes de la muerte; acregando uno de los profesores, que la autop- sia había sido imperfecta, por cuanto no fueron divididos por completo todos los huesos de la bóveda, pero que sin embargo, la separación de éstos permitía hacer constar si había ó no congestión de las meninges, pudiéndose deducir por analogía la congestión cerebral. Que el húmero estaba fracturado por su parte media con pérdida de sustancia; que también estaba fracturada la sexta costilla derecha; que en la sexta costilla izquierda existía una solución de continul- dad en forma de escotadura y que sin ser posible apreciar con seguridad la causa de esas lesiones es probable se debie- sen á un traumatismo externo.

E.—Declaración del profesor J... S... que practicó la autopsia. Este acto tiene lugar el dia 21 de Noviembre y contestando varias preguntas, dice: que ratifica el diagnós- tico de congestión cerebral que entonces formuló, fundado en el aspecto anterior de la cabeza y parte superior del tron- co, que se encontraba fuertemente hiperemiado-—que había congestión profunda de las membranas del ojo—turgencia de la pituitaria y de la cavidad buco-faringea—que al corte de sierra en los huesos del cráneo, fluía la sangre con relati- va abundancia y que después que el corte permitió entre- abrir los nuesos notó la excesiva turgencia de la sustancia diplóica y la salida espontánea de la sangre de las arterios meníngeas lesionadas por los dientes de la sierra.

(Que no habiendo notado por parte del corazón y del pulmón causa bastante para explicar la muerte del indiví- duo y sabiendo que sólo en los tres grandes centros circula- torio, respiratorio y cerebral puede existir, claro es que por exclusión podía asegurarse sin necesidad de llevar á cabo más adelante la autopsia, cuál había sido el origen de la

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muerte en este caso, por más que lo probaba suficientemen- te la hiperemia notable del diploe y las meninges, relacio- nando también el estado de plenitud del estómago y del alcohol que contenta; por lo que se vé, añadida la impresión moral consiguiente, cuál fué el mecanismo etiológico de la congestión cerebral que puso fin al indivíduo y que de nue- vo afirma de la manera más rotunda.— Agrega que el cadá- ver no presentaba más lesiones que la del brazo derecho y costilla del mismo lado; que no observó lesión alguna en la sexta costilla izquierda y que la autopsia fué practicada de la manera y forma prescrita por la ciencia, menos en el oc- cipital, que no separó por las mismas razones que tuvo para formar el diagnóstico de congestión cerebral y por últimio que las vísceras y los órganos quedaron en su lugar respec- tivo, después de haber practicado en ellos las operaciones que consideró necesarias.

F.—Declaración de dos de los médicos que practicaron la exbumación. El Ldo: D. J.... D... y H:..:, dice: Que no le es posible determinar si la lesión notada en la sexta costi- lla izquierda fué producida antes ó después de la muerte; que el cadáver fué sepultado sin caja y que la exhumación fué difícil y larga, habiéndose empleado guatacas y otras herramientas que pudieron dañar el cuerpo. El Ldo. don M... M..., dice que la lesión que en forma de escotadura presentaba una de las costillas izquierdas debió ser ocasio- náda, como su forma lo indica, por un proyectil de arma de fuego. Que respecto á si fué producida durante la vida ó después de la muerte, no puede asegurarse de un modo ter- minante: que Tardicu, Mata y otros médicos legistas dan los caractéres de las lesiones óseas producidas durante la vida, pero que para ello se necesita conocer también el es- tado de las partes blandas y que estando el hueso cvando hizo su examen desprovisto de éstas, no se atreye d afirmar si fué inferida antes ó después de la muerte.

Hasta aquí los datos periciales; fuera de ellos es de al.

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guna importancia tener en cuenta, que en el dictámen fiscal se hace observar, que el cadáver fué inhumado el día 4 de Octubre con las mismas ropas que vestía, y eran, pantalón de dril de color, camisa de cutré de color y botines de be- cerro; mientras que al efectuarse la exhumación el dia 12, se halló el cadáver, cubierto el tronco con un saco de heni- quén y las piernas con un pedazo de pantalón y botines de becerro, sin que hubiese más ropas en la fosa.

Con tales elementos, hemos de procurar satisfacer al Juzgado en las diversas cuestiones que somete á la constle- ración de esta Academia. Ya podeis ver cuán pobres son ellos y cuánta es la confusión que se nota en los principios más elementales de la ciencia: Veamos, sin embargo, el mejor modo de llenar nuestra misión.

Los particulares cuya solución interesa el señor Juez y están consignados en auto dictado el dia 13 de Octubre, son cuatro que señalaremos, haciendo en cada uno las observa- ciones que nos sugiere su estudio.

1 ¿Las fracturas del húmero y costillas que presentaba el cadáver y las otras señales del mismo, acusan una ó más lesiones inferidas al individuo? ¿Pudieron ellas producir la muerte ó cuál fué la causa de ésta?

Las heridas por armas de fuego suelen á veces producir lesiones múltiples y otras quedan reducidas á muy pequeñas proporciones. Hácese preciso tener en cuenta multitud de circunstancias á cual más importante, entre ellas el calibre del arma con que han sido ocasionadas, y distancia á que se ha hecho el disparo. En el caso que nos ocupa se trata de fractura del húmero y una costilla cuyas lesiones han podido ser ocasionadas por un mismo proyectil. Hoffman en su obra de Medicina legal, al tratar de las heridas por armas de fuego, dice: «haremos notar, por último, que una sola bala puede á veces dar lugar á más de dos orificios en la superfi- cie del cuerpo. Esto sucede, sobre todo, cuando el proyectil, después de haber atravesado una parte cualquiera del cuer-

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po, entra en otra, ó cuando la bala encontrando una arista de hueso muy aguda, se divide en dos partes de las que cada una es rechazada en dirección diferente.

De manera que en términos generales nada pueda opo- nerse á que una sola bala haya producido la herida del bra- zo con fractura del húmero y de una costilla, y también ha- ber seguido su marcha al través de las vísceras contenidas en la cavidad toráxica, ocasionando lesiones de mayor ó menor importancia, hasta salir por el lado opuesto, rompien- do otra costilla ó lesionándola por uno de sus bordes, y aún también salir al lado opuesto, rodeando la pared costal, sin lesión de los órganos internos. Mas para que estos principios puedan aplicarse á un caso concreto, es necesario que la re- lación entre las lesiones ocasionadas pueda establecerse de una manera indubitable.

Si en el caso que nos ocupa, la autopsia hubiera sido practicada con todos los requisitos que exigen las autopsias judiciales, habría que aceptar los hechos tales como se seña- lan; empero, no sucede asi; dicho reconocimiento es por de- más deficiente y la deficiencia en los documentos médicos legales, quita á sus conclusiones la única base que les apoya. Para mayor abundomiento, el cadáver quedó en una dispo- sición tal, que se ha imposibilitado por completo la ulterior comprobación. No basta que el profesor diga que las vísce- ras y los órganos quedaron en su lugar correspondiente, sino que es condición indispensable colocar puntos de sutura en los colgajos, y aún no dar en los órganos más cortes que los de imprescindible necesidad para la investigación que se procura, de manera que siempre quede expedito un nuevo reconocimiento, cuyos resultados vengan á garantizar las conclusiones que se hayan formulado. Nada de esto se prac- ticó. Nada ha podido averiguarse con la exhumación del cadáver de M..., encontrándose que algunas vísceras cuyo exámen era de grandísima importancia, como el pulmón de- recho y el corazón, no se hallaron en el cadáver, que las

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relaciones musculares del brazo derecho estaban por com- pleto perdidas, no encontrándose de algunos músculos más que pequeños fragmentos, pendientes de sus inserciones, de manera que no ha podido comprobarse, 'si los agujeros de entrada y salida de la bala estaban en perfecta relación con el que se señala en el músculo dorsal derecho y que produjo la fractura de la costilla, ni tampoco si la bala se detuvo después de fracturar la costilla, ó si penetró en la cavidad. Tanto más, cuanto que fijándose en las inserciones costales del gran dorsal, éstas no pasan del ángulo de las costillas que se encuentra en su cuarto posterior, miéntras que el brazo en su situación normal está sobre las partes medias de las costillas. Si el orificio de la bala se halla en el dorsal derecho, como dice el profesor S..., sus relaciones con los orificios del brazo resultan algo violentadas.

Son, pues, tantas las deficiencias que se notan en ese documento y que no han podido ser exclarecidas en el se- gundo reconocimiento, que no es posible resolver de una manera cierta si las lesiones inferidas 4 M... fueron por un sólo 6 más proyectil.

Esto, en cuanto se refiere al primer extremo de la pre- gunta: respecto del segundo, diremos, que si la bala solo produjo la fractura del húmero y de la costilla, no es esta lesión bastante para producir por sóla la muerte. ¿Cuál ha podido ser entonces el motivo de ésta? Por demás com- plejo es este problema, pues numerosos son los accidentes que han podido sobrevenir y que no han sido tomados en consideración por el profesor que hizo la autopsia. Ln pri- mer lugar, ¿esa bala que fracturó el húmero, hirió ó no la arteria humeral? La lesión de este grueso vaso es causa de muerte rápida, si nose pone en práctica inmediatamente los medios con que cuenta la ciencia. En-segundo término, al fracturarse la costilla, ha debido ocurrir forzosamente la desgarradura de la arteria intercostal que se aloja en el ca- nal que ocupa el borde inferior de esos huesos, siendo la hp:

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rida de esa arteria causa frecuente de hemorragias internas que por compresión ocasionan la muerte.

¿Ha podido la impresión recibida ser causa de la muer- te? Ya desde el tiempo de Claudio Bernard, había indicado este sabio fisiólogo; “que la detención del corazón ó síncope “puede suceder á cualquier acción perturbadora, violenta y “súbita de cualquiera naturaleza que sea;” y la opinión de todos los prácticos está de acuerdo con esos resultados, más también están de acuerdo en que ese fenómeno sobreviene en aquellos traumatismos, ejercidos en el epigastrio ó regio- nes próximas. Por otra parte, esos muertos por síncope ó— schok traumático-—dejan al corazón en estado de diástole y ensanchado ese óreano, y con sus cavidades, tanto 1zquier- das como derechas, llena de sangre liquida 4 muy fluida— mientras que en la autopsia se encontraron las cavidades derechas vacias y con pequeña cantidad de sangre las iz- quierdas.

El estómago estaba lleno de alimentos y medio litro de vino: ¿podía esta circunstancia haber sido causa de alguna complicación? Las únicas posibles en ese estado, á los pul- mones y al cerebro. Cierto que en el estado de embriaguez

suelen los traumatismos más sencillos ser seguidos de acci- dentes fatales, más para ello, es preciso que el individuo

esté embriagado, y no basta tener vino en el estómago para deducir ese estado, tanto más si la cantidad es tan solo de medio lítro, ignorándose además, si ese vino estaba ó no mezclado con agua.

Tardieu en sus magnificos estudios sobre las heridas, re- comienda averiguar en todos los casos, si el herido era per- sona entregada á la bebida, ó si se encontraba ébrio en el momento del accidente. Por otra parte, en las autopsias 1e- rificadas se demuestra que la acción mortal se verifica por una doble congestión á los pulmones y al cerebro. Los teji- dos de estos órganos se encuentran friables, el corazón poco voluminoso con el ventrículo izquierdo contraido y vacio;

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a

siendo muy frecuente en la intoxicación aguda que se per- ciba el olor alcohólico bastante pronunciado.

En el reconocimiento y autopsia, los pulmones y el co- razón no presentaban el estado antes indicado y en cuanto al cerebro, nada puede decirse, toda vez que no fué exa- minado.

Por lo expuesto se vé, que no puede ser la Comisión más feliz en este segundo extremo de la pregunta que en el pri- mero, 4 menos de no entrar en el resbaladizo é inseguro terrenos de las suposiciones, de todo punto imposible acep- tar en trabajos de esta naturaleza.

2? ¿El estado del cráneo cuando se exhiumó el cadáver, demuestra que esa región fué debidamente examinada al practicarse primeramente la autopsia, y en virtud de ese exámen ha podido determinarse que la causa de la muerte fuese una congestión cerebral?

(Concluirá).

INDICE REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- BANA.—Acta de la sesión pública ordinaria del día 14 de Febrero S 1892, por el Dr. Vicente de la Quardia, Secretario... .ocooooenooccoanccinnnos ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilar de REAL ÁCADEMIA.—Acta de la sesión pública ordinaria del 28 de Febrero de 1892, por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. ....... e O MEDICINA LEGAL.—Informe en causa seguida contra el asiático A... Ch... - por A TON AN Lorocins secar QUIMICA LEGAL.—Informe sobre un bálsamo, por a Dr Ri Coulégs ceder Exrosrción al Sr. Ministro de Ultramar ....... S OS e po MEDICINA LEGAL.—Informe en causa contra D. $... T.. dor a Dr. Mates 7

ExToMoLOGIA.—Contribución al estudio de los Cleanteras de la Isla de Cu- ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 2 eps

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

—_— a

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. ?

El precio de la suscrición es de $3-50 centavos por semestres adelantados - en pe Habana, y $1-50 centavos en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven den: los 26 yolúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de -

los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del

Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay.

TAL ACADEMIA ps MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

Eb DE LA HABANA.

—. _—

REVISTA CTEXN:ECPICA.

a A

DIRECTORES:

D. José YT. Torralbas y D. MWIarcos de J. Welero.

- ENTREGA 335. *

Es TOMO XXIX. AGOSTO 15.

PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA DIRIGIRSE DIRIGIRSE** £L DR. D. MISUEDL BIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias TESORERO DE LA REAL ACADEMIA e CALLE DE CUBA CAMPANARIO NUMERO as. (EX-CONVENTO DESAN AGUSTIN.) : : HABANA.

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 1892

5

sigue:

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del dia 27 de Marzo de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Melero: Docto-

res: Oastellanos, Valdés, Riva, Beato, Cubas, Saenz (don Braulio), Cususo, Lavín, Santos Fernández, Ra- mos, Montané, Nuñez, Benasach y La Guardia Secre- tario.

Se abrió la sesión á la una y media de la tarde con asis- tencia de los Sres. Académicos que anteceden. El Sr. Pre-

sidente Dr. Lastres excusó su asistencia. Leida el acta de: la sesión anterior, fué aprobada.

Se dió cuenta del movimiento de Secretaría que es como

CORRESPONDENCIA RECIBIDA.—Oficio del Sr. Capitán del Puerto reclamando el legajo referente 4 las ejecutorias se-

.guidas contra el enajenado M. F. P.

Comunicación del Director de la Casa de Dementes, ma- nifestando á la Academia haber puesto á su disposición al enajenado don M. F. P. para nuevas observaciones. CORRESPONDENCIA REMITIDA.—Comunicación al Dr. J. 1. To- rralbas participándole su nombramiento de Redactor de los

ANALES. Taxis.

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Remitido oficio con informe al Juez del Distrito Oeste, sobre delito prescrito en el articulo 319 del Código.

Brguroreca. —Seguidamente el Secretario de la correspon- dencia extranjera acusó los siguientes libros é impresos re- cibidos durante la última quincena:

“Diario de la Sociedad de Historia Natural de New-Jer- sey”, vol. 11., núm. 2.

“Trabajos de la Sociedad de Medicina Americana,” vol. vr.

“Décima Memoria anual del Director de la Sociedad Geológica de los Estados Unidos,” 1 tomo, pasta.

“Trabajos de la antedicha Sociedad,” 1 tomo.

Siete cuadernos de la “Academia de Ciencias de Viena”.

Cinco, idem iden.

“La Tribune Medical,” año xxv, núms. 7 y 8.

“El Hipnotismo y la sugestión,” 1 cuaderno.

“Discurso del Sr. Genove y contestación por el doctor 1. Bertran y Rubio,” 1 cuaderno.

“Revista Cientifico-Mercantil,” año 111, núm. 37.

“Revista del Foro,” año 11, núm. 45.

“La Abeja Médica” (Habana), año 1”, núm. 2.

“Revista de Ciencias Médicas,” año vir, núm. 5.

“Revista Cubana,” año vir, núm. 2.

““Aguas y Baños minero-medicinales de San Vicente de Pinar del Río,” por D. José Morales Moreno, 1 cuaderno.

“El Eco de las damas,” año 11, núms. 15, 16 y 17. “La Revista de Ciencias Médicas,” año vir, núm. 6. “El Profesorado,” año 1, núms. 5, 6 y 7.

“La Independencia Médica,” año xxvHn, núms. 21 y 22,

“Memoria del Presidio de la Habana,” 1890 á 91, 1 cua- derno.

Una lámina del Dr. A. Perez Vaudlafeln, sobre biología.

“Revista de Medicina dosimétrica,” año xtv, núm. 157.

“Revista dental,” año 11, núm. 5.

El Dr. Casuso pide la palabra para dirigir una comuni- cación oral á la Academia acerca de dos particulares impot-

A r , y DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 99

tantes. El 1% se ocupa de una ovariotomia llevada á efecto hace hoy once días, en esa operación hay que notar dos circunstancias muy notables: se trataba de un quiste multi- locular del ovario derecho, rodeado por el ligamento ancho y con grandes adherencias al peritoneo parietal y á las asas intestinales y de tal manera eran extensas esas adherencias, que la pared del quiste formaba una sola hoja con el perito- neo, y al desprenderlo se arrancó, lo que no fué posible evi- tar, una porción del peritoneo parietal. Estas adherencias hicieron necesarias muchas ligaduras y como no habla pe- diículo, fué preciso hacer una disección minuciosa dejando una extensa superficie cruenta. Igualmente se estirpó el ovario izquierdo por encontrarse quitico, ofreciendo un ta- maño como de una naranja, con cinco ó seis quistes en su superficie.

Los puntos sobre que llamó la atención el Dr. Casuso se referían el uno á la importancia del drenaje, tal como lo aplica Martín; y el otro al uso de las esponjas antisépticas de gaza. Las experiencias que ha hecho el Dr. Delgado con las esponjas comunes demostraron al Dr. Casuso que de ningún modo era posible hacerlas asepticas; desde entónces no emplea sino las mal llamadas esponjas, formadas por un pedazo de algodón bórico ó fénico envueltos en gasa anti- sépticas, empleándolas tan solo una vez y desechándolas en seguida.

Han sido empleadas por el Dr. Casuso tres veces, con éxito, en operaciones como la indicada, que tuvo de dura- ción dos horas y media. ll drenaje se hace indispensable en aquellos casos en los cuales quedan en el abdómen gran- des superficies cruentas; y el método de Martín consiste en colocar un tubo de goma forma de T en el saco de Douglass, teniendo cuidado que la rama horizontal descanse en el fon- do del saco, que es el punto más declive, y la rama vertical se hace salir por la vagina, practicando una perforación en su pared y después de desinfectar la vagina se rodea esta

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rama de gasa yodoformada, que absorbe la secreción y en consecuencia dificulta la infección por esa vía.

El otro particular anunciado por el Dr. Casuso, es refe- rente á los actuales depósitos y vertederos de basuras en un lugar muy cerca de la Ciudad; y como la Academia por su Reglamento se encuentra obligada á velar por la salud del pueblo, se hace necesario que haga oir su voz, protestando de ese hecho, y que demuestre así que no es una Corpora- ción muerta. En consecuencia de lo que acaba de exponer, pide que se tome en consideración todo lo que ha dicho.

El Dr. Montané cree oportuno sustituir el nombre de esponjas por el de tapón absorbente ú otra palabra que es- cluya el nombre de esponja para evitar errores. En cuanto al depósito de basuras, está particularmente interesado en ello, y pide á la Academia que nombre una comisión que visite el lugar para que después emita informe.

El Dr. Santos Fernandez opina con el Dr. Montané, que esos algodones no deben llamarse esponjas sino aleodones absorbentes, y en cuanto ád lo relativo 4 las basuras acepta lo dicho por el Dr. Casuso.

El Dr. Lavín dice que el drenaje de la cavidad de Dou- glas es excelente tratamiento, que todos los abcesos pelvia- nos se abren en la vejiga, en el intestino, en la pared abdo- minal ó en la vagina, estos últimos son los menos peligrosos y los que con más frecuencia se curan.

El Dr. Vaidés entiende que se discuten dos cuestiones diferentes, que cada una debe seguir su turno, pide á la Academia diga si acepta ó nó, lo propuesto por el Dr. Casu- so y que se continúe la orden del día.

El Dr. Casuso rectifica algunos particulares, diciendo que ya había pensado suprimir 4 esos algodones el nombre de esponjas, por primera vez fueron empleadas por Pozzy y el Dr. Delgado, que se ha ocupado especialmente de ellas, es al que le corresponde darles nombre.

El Dr. Santos Fernandez hace presente que desde hace

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 101

algunos años, solo usa algodones asépticos, en lugar de es- ponjas para las operaciones que su especialidad le exije prac- ticar.

Il Presidente comunica á la Academia que tomado en consideración lo propuesto por el Dr. Casuso, en su oportu- nidad será tratado, y que por el momento debe continuarse la orden del día.

El Dr. Santos Fernandez lee una comunicación sobre la acción del Cardón en los ojos (Euforbía antiquorum), el Car- dón es una planta de la familia de las Enforbiaceas, que se emplea en los alrededores de la Ciudad para hacer cercas. Está muy cargada de una savia irritante, y muchas veces ha pensado si debía prohibirse su uso en poblado. Ha observado más de treinta casos de enfermedades oculares, provocadas por el Cardón, y cita un caso del Dr. Ramos, de envenena- miento de una niña que tomó leche de una chiva que había comido el Cardón. El jugo ó savia produce en los ojos un fuerte dolor, fotofobia y lagriméo, puede dar lugar á ulce- raciones, leucomas, y también la pérdida completa de la vista por propagarse la inflamación al fris y á los procesos ciliares.

El Dr. Saenz habla acerca de los peligros que ofrece el humo de la yaba y cree que también debía prohibirse por los lamentables efectos 4 que lugar, y pregunta al doctor Santos Fernández que si en el caso citado por el Dr. Ramos de envenenamiento por la leche de chiva se debe atribuir á que si el animal comió la flor ó las hojas del Cardón.

El Dr. Santos Fernández dice que si la planta es vene- nosa en su savia, bien puede tener ese privilegio en todos sus órganos, pero que de todos modos trasmite la pregunta al Dr. Ramos.

El Dr. Ramos contesta, que en Europa y en los Estados Unidos se tiene especial cuidado en la siembra de plantas venenosas, lo que aquí se encuentra bastante descuidado. En el caso de envenenamiento por la leche de chiva, afirma

102 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

que ésta comió la corteza del tronco del Cardón, y que es lo único que por el momento puede contestar.

El Dr. Santos Fernández anuncia que en la actualidad el Dr. Diago está haciendo estudios químicos acerca del par- ticular, cuyo resultado comunicará á la Academia.

El Dr. Valdés cree que la observación carece de impot-

tancia, bajo el punto de vista clinico, porque no hay segu- ridad que el envenenamiento haya sido producido por la leche. Discutido suficientamente el punto y terminado, con- tinuando la orden del día, ocupó la Secretaria el Dr. Caste- llanos, pasando á la tribuna el Dr. La Guardia para dar lectura á un informe acerca de la obra “Nuevo Hospital de Madrid” remitida por el Sr. D. Manuel Cano y de León para obtener el título de Miembro Corresponsal. El informe fué tomado en consideración, dejando la votación, según previe- ne el Reglamento, para la sesión de gobierno.

Continuando la discusión acerca de la proposición del Dr. Casuso, dice el Dr. Castellanos que está de acuerdo que se apruebe la moción presentada por el referido profesor, para que se envie al gobierno un informe sobre los depósi- tos de basuras, y la cree tanto más razonable, cuanto que el Excmo. Sr. Gobernador Regional ha manifestado en la Jun- ta Provincial de Sanidad, que desearía oir todas las opinio- nes, para obrar con acierto en asunto tan importante, no solo de las Corporaciones, sino también de los particulares, y que podría llegar 4 establecer un premio destinado 4 aquel que mejor resolviera el problema.

El Dr. Saenz agrega que desconocía ese nuevo aspecto del asunto, y que si el Dr. Castellanos habla 4 nombre del Sr. Gobernador la cuestión reviste mayor importancia, y que lo lógico es que se nombre, de seguida, una comisión y que ésta informe.

El Dr. Nuñez se sorprende que el Gobierno Regional ignore que en la Habana hay una Academia, centro consul.

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tivo del Estado, 4 la cual pudo haber pedido informe, que

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 103

el Dr. Castellanos, Académico, debía haberlo comunicado á Su Excelencia y que es hasta cierto punto depresivo para la Academia adelantarse 4 emitir informe sobre un particu- lar de tanta importancia, habiéndose prescindido de ella.

ll Dr. Gubas disculpa al Gobernador, diciendo que éste había manifestado que consultaría á la Academia, después de haber oido el informe de la Junta Provincial de Sanidad y haciendo cargos al Sr. Secretario de esa Junta, que es á la vez Presidente de la Sección de Higiene de la Academia, dice que en él recae toda la culpa del conflicto que en la actualidad hay que resolver; termina agregando que alguna culpa debe corresponderle también al Dr. Castellanos por haber informado en contra de la protesta de la Sociedad de Higiene.

El Dr. Nuñez se congratula de oir lo que acaba de ex- poner el Dr. Cubas, tanto más, cuanto que siempre había considerado al Sr. Casá como una persona ilustrada que observaba marcada corrección en su trato con las Corpora- clones.

El Dr. Casuso está de acuerdo en parte con el Dr. Nu- ñez, porque la Academia debe" protestar de un modo enér- gico contra el atentado que se comete en perjuicio de la sa- lubridad pública y en este sentido debe dirigirse al Gobierno Regional puesto que así lo autoriza el Reglamento.

ll Dr. Castellanos eree que no son muy justos los cargos que le dirije el Dr. Cubas; que él se ha limitado á contestar á una protesta de la Sanidad de Higiene, la cual no se basa- ba en razones bastantes sólidas, que no podía defender ni censurar las condiciones del terreno que se había escogido para depósito de basuras, puesto que no lo conocía.

Replica el Dr. Cubas al Dr. Castellanos y le hace pre- sente que de ningún modo debía haber informado si no tenía conocimiento de lo que iba á tratar.

El Dr. Nuñez está de acuerdo también con el Dr. Casuso y cree que sería suficiente hacer constar que en esta sesión

104 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

se habia protestado del lugar escojido por el Ayuntamiento para depósito de basuras. En cuanto al Dr. Castellanos, no aprueba de ningún modo su conducta, puesto que ha obrado en este caso como Pilato; debió haber ilustrado á la autori- dad, cooperando al éxito de la instancia de la Sociedad de Higiene, poniendo por su parte los argumentos que dice le fataban para justificarla.

El Dr. Castellanos habla por última vez y dice que él se limitó en su contestación á la instancia de la Sociedad de Higiene, que estaba desprovista de razones suficientes para oponerse á la instalación de los nuevos basureros.

El Dr. Saenz elogia el elevado criterio de dignidad del Dr. Nuñez, pero cree que la Academia tiene un deber prác- tico que llevar á efecto y pide en consecuencia que se nom- bre una comisión que visite esos basureros y que emita informe haciendo constar todo lo malo que encierra ese lu- gar y las infracciones que se cometen en contra de la Hi. SIene

Puesta 4 votación la proposición iniciada por el Dr. Ca- suso acerca «dle las basuras, la Academia acordó que una comisión formada por los Sres. Académicos Dres. Nuñez, Montané, Cabas, Saenz, Paradela y el “Secretario visitase aquellos lugares, para que informasen acerca del particular, quedando citados para una sesión privada y extraordinaria que tendria lugar el 30 del actual á las 7 de la noche.

Quedando con ésto, terminada la sesión.

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CONTRIBUCIÓN A LA PROFILAXIA DE LAS FIEBRES REINANTES.

Iltmo. Sr. Presidente; Honorables Colegas: Señores:

No parece que debiera entretener vuestra ilustrada aten- ción para tratar de asuntos que constituyendo verdades re- conocidas por la ciencia dejen de contener ideas nuevas que merezcan ser traidas á un Cuerpo de tan altos conocimientos; donde Jos datos más recientes, los descubrimientos más insignificantes, así como los más importantes, son de todos conocidos, pero de cualquiera de esas verdades de la ciencia de hoy suelen deducirse nociones y hasta procedimientos prácticos que bajo el doble punto de vista del progreso cien- tifico y del bien de la humanidad, puede ser conveniente tratar.

El ambiente patológico que nos circunda, lo que hasta ahora hemos llamado Constitución Medica, queriendo con ello significar un modo de ser que imprime fisonomía pecu- liar á las enfermedades, merece á mi modo de ver, un aten- to exámen que por resultado la adopción de algunas me- didas capaces de modificar la situación; entre los deberes que la delicada y honrosa profesión de Médico impone á los que la ejercen, no es el menos importante el que le ordena dar á conocer cualquiera idea 6 procedimiento que imagine

LT. FxI=14,

106 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

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ó adquiera y que más ó menos directamente, pueda contri- buir á la curación Ó 4 la profilaxia de una enfermedad: ve- lar por la pública salud, vivir siempre alerta y dispuesto á dar la voz de alarma en el primer instante en que se vis- lumbre un peligro, señalar los medios de evitarlo ó comba- tirlo, he aquí señores uno de los lueludibles deberes de ese ser lleno de abnegación, que siempre abstraido de su pro-. pia personalidad pasa por enmedio de la bulliciosa sociedad, mostrando su cabeza prematuramente encanecida por el es- tudio y la meditación, siempre preocupado del bien de los demás.

Sentado, pués, como principio que es un deber del Médi- co hacer oir su voz cada vez que la salud pública lo requie- ra, no se extrañará que os pida algunos momentos para desde esta tribuna que la palabra de tantos distinguidos compañeros viene ilustrando hace tiempo, exponer ciertas ideas que quizás puedan coadyuvar á ese fin.

Hace más de dos meses se vienen observando en la ciu- dad numerosos casos de fiebres que por ser muy repetidos van ocasionando la consiguiente alarma: al principio, la prensa periódica llamó la atención sobre el hecho, más tar- de las estadisticas demográficas han ido presentando cierto número de casos que habrian bastado para justificar las me- didas que se debieron tomar y que por desgracia no se han tomado: desde los primeros días de la aparición de las cita- das fiebres los Médicos dedicados á práctica civil, al co- municarnos nuestras respectivas impresiones, nos llamába- mos mútuamente la atención sobre el número de casos que observábamos, y hasta en el público mismo, se hablaba y se habla de la fiebre reinante, pero las cosas no han pasado de ahi por más que de tiempo en tiempo, el nombre de alguna victima conocida haya aparecido impreso en los periódicos, precedido del clásico E. P. D. que lo señala como el de un ser extinguido. Ese nombre conocido, despierta por uno ó dos días la atención pública que pronto es solicitada por

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 107

cualquier otro suceso, el lúgubre aviso es olvidado y la fie- bre continúa silenciosa su marcha invasora.

Cierto es que el número de victimas no es tan grande gracias 4 la inteligencia, me complazco en decirlo, de nues- tros Médicos, pero si las víctimas no son numerosas, lo son en cambio las invasiones, que tienden más bien á aumentar que á disminuir, observándose que su gravedad decrece á veces durante algunos días para volver después á acen- tuarse.

La mayor parte de los colegas presentes habrán tenido ocasión de comprobar por mismos cuanto llevo dicho, y seguramente muchos de entre ellos tendrán anotadas entre las visitas de hoy, dos ó tres casos de individuos atacados de la citada fiebre.

Con lo que se prueba que la extensión que esta enfer- medad ha alcanzado entre nosotros la hace merecer los ho- nores de epidemia, pues sl bien la gran mayoría de los ca- sos no revisten el carácter de suma gravedad, en cambio es innegable que todos presentan signos que les son comunes como á continuación se verá.

Después de una invasión más ó menos lenta en que figuran la cefalalgia, el malestar general acompañado de ca- lofrios, generalmente poco intensos, y perturbaciones diges- tivas ya de las primeras, ya de las segundas vias que son más frecuentes y que las familias atribuyen á ingestas y ca- lifican de indigestiones, el enfermo se siente por intervalos febril: á estos prodomos más ó menos largos sucede la fie- bre contínua acompañada de estupor y que alcanza hasta 40” C. y á veces hasta 40 y décimos y en algunos casos, los menos por fortuna, hasta 41% €. Coinciden con estas temperaturas que llegan á su máxima durante las noches y decrecen por las mañanas, las deyecciones fétidas los borbo- rismos de la fosa iliaca derecha, acompañados de dolor á la presión, la timpanitis, dolor epigástrico, y lengua seca, subu- rrosa y de bordes rojos: la respiración suspirosa, á veces li-

108 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

gera tos y estertores sibilantes en la base de los pulmones; 4 los pocos días (después de cumplirse el primer septenario) he observado algunas manchas lenticulares rosaceas en la región epigástrica ó en los hipocondrios.

Esta fiebre que dura, quince ó veinte días poco más Ó menos, suele ir aumentando de gravedad hacia el octavo día y poco á poco 1r adquiriendo la fisonomía tífica obser- vándose en este casco que los sintomas adinámicos predomi- nan generalmente sobre los atáxicos.

No he querido cansar la ilustrada atención de S5..S5. describiendo detalladamente cuadros que diariamente esta- mos viendo; esto, sobre ser enojoso seria innecesario, básta- me para el objeto que me propongo y que no es otro que el de colocar las fiebres que nos ocupan en el grupo de las ti- foideas, dejar señalados los rasgos principales de su sindro- ma; los cuales, no pueden corresponder á ninguna otra es- pecie patológica como alguien ha pretendido, porque su intensidad sea mayor ó menor, ó porque no lleguen 4 ad- quirir su completo desarrollo.

Fiebres tifoideas han llamado nuestros Médicos á las fie- bres que hoy reinan en la Habana y en verdad que no se les puede dar otro nombre, porque sus sintomas, su marcha y hasta su terminación que de cuando en cuando es funesta como para identificar su naturaleza con ese dato' más, no permite que á otra especie nosológica se les agrnpe.

Ese golpe asestado á lo intimo del organismo, que va á interrumpir el funcionamiento de los nervios reguladores de los centros termógenos, no puede provenir más que ó del pa- ludismo, 6 del veneno tifico; en el primer caso presenta otro aspecto, otro modo de*ser que no necesito recordaros, y que si alguna vez llega 4 confundirse, existe una piedra de to- que que desvanece toda duda, la quinina, que cuando no lo cura, le imprime modificaciones inequivocas: pues bien, dé- se quinina á los enfermos de que venimos ocupándonos y se observará que ni la marcha de la fiebre, ni los fenómenos

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 109

térmicos en sí, sufren modificación apreciable; en una pala- bra, y para usar una frase corriente entre los prácticos, no son fiebres de guinina, y esto es un hecho comprobado hasta la saciedad.

Un estudio más lato, y en el cual se comprendieran los datos que arrojan la natomía patológica, la histología y la microbiología, dejarían demostrado de una manera palma- ria que de fiebres tifoideas y no de otras fiebres se trata, y en verdad que poco trabajo nos costaría recordaros las in- vestigaciones que desde 1880 han practicado y publicado varios de nuestros colegas y particularmente algunos miem- bros de esta Docta Corporación; más sería impertinente ve- nir á demostraros verdades que no lo necesitan y que están en vuestra intuición como están en la mia, por eso me limi- to á señalar someramente y á grandes rasgos los carácteres que bastan para recordar que no se trata de fiebres palúdeas, nide manifestaciones de otro género que tificas, pues la cuestión que me propongo tratar que es la profilaxia de la enfermedad, exige que antes de referirme ella de úna ma- nera concreta, deje establecida la naturaleza de la enferme- dad, y hasta donde sea posible, definidas las causas que la producen de las cuales voy 4 ocuparme.

Pasaron ya, y pasaron para siempre los tiempos del ge- nio epidérmico y de los agentes morbígenos distribuidos por localidades como si se tratara del area de distribución de especies vegetales ó animales: la doctrina de la intoxicación fruto de la observación y de la experiencia, ha invadido el campo de la patología y resolviendo una multitud de pro- blemas antes oscuros y dificultosos, ha venido á caracterl- zar un nuevo periodo en la historia de la etiología, periodo notable que se distinguirá en el porvenir por la solidez de sus concepciones que se asientan en la sólida base que le prestan los progresos adquiridos en estos últimos tiempos por las cien- cias físicas, químicas y naturales, los cuales nos permiten de- cir: agente patógeno de las fiebres tifoideas, bacilo de Eberth.

110 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

El estudio del microbio, de su forma, de su manera de reproducirse y del medio en que mejor se propaga, nos lle- va 4 un orden de deducciones que necesariamente condu- cen á la realización de un fin práctico, cual lo es la profila- xia de las fiebres reinantes.

Conocidos ya por nosotros estos que podemos llamar puntos de partida, veamos en qué sentido podríamos utili- zar ese conocimiento.

Al llegar aqui saltan del papel las condiciones higiénicas de la localidad, pues no necesito recordaros la deficiencia de policía sanitaria de que es nuestra Habana triste ejem- plo, para deciros que vivimos en un ambiente infeccioso, que todos ó casi todos los problemas de higiene urbana están en- tre nosotros por resolver; la manera de recoger las basuras, la elección de los vertederos, las malas condiciones del al- cantarillado, la falta de cumplimiento de las ordenanzas de construcción que dejando escapar de los sumideros y letri- nas filtraciones de líquidos inmundos, convierten el subsue- lo de la ciudad en un terreno especial que yo no sabría 4 que horizonte geológico referir, y que la Comisión America- na calificó de estercolar.

Desgraciadamente, por más que la ciencia no reconozca esa clase de formaciones, la Comisión estaba en la verdad y esto lo vienen 4 dejar demostrado dos coincidencias muy dignas de tomarse en consideración.

El año 1881 una nueva empresa de alumbrado de gas removió el pavimento de las calles de la ciudad é inmfrin- giendo las leyes de policía sanitaria estableció zanjas que mantuvieron decubierto el subsuelo un par de meses y en gran extensión, una epidemia de fiebres tifoideas, más gra- ve y más considerable que la actual invadió la población.

En 1892 otra empresa se hace cargo de la instalación del entubado del nuevo acueducto, rompe otra vez el pavi- mento de las calles, aunque en menor superficie, descubre otra vez el subsuelo y una nueva epidemia de fiebres tifol-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 15

deas nos invade, menos extensa, menos mortifera hasta aho- ra, que la de 1881, pero que tiende á propagarse.

Más, 4 qué insistir sobre este punto ya tan debatido, tan evidenciado que los mismos á quienes cabe la responsabili- dad de ese estado de cosas, aceptan silenciosos los cargos que la prensa periódica cotidianamente les dirige, 4 qué agregar uno más al cúmulo de cargos que constantemente se hacen á nuestro Municipio, ya bastante agobiado por los que á diario le hace la pública opinión? Quizás llegue el día en que de la misma manera que hoy nos pagamos de nues- tro peculio los vecinos de esta ciudad, la llamada Vigilancia nocturna particular, nos paguemos las prácticas higiénicas y las medidas sanitarias porque ya va siendo tiempo de des- pertar la iniciativa particular de un vecindario cuyos admi- nistradores no aciertan, óno pueden defenderlo de las enfer- medades infecciosas. Abandonemos la cuestión, limitemonos 4 decir que las emanaciones de nuestro suelo, nuestras aguas y nuestros aires están infestados, pululando en nuestro derre- dor los microbios gérmenes de las enfermedades y dispután- dose nuestro organismo el bacilus col: y el bacilo de Eberth que con frecuencia viven juntos.

La ciencia contemporánea nos enseña á destruir estos gérmenes, 4 sanear los focos de infección, pero impotentes nosotros para obligar 4 la Administración 4 colmar este va- cio, debemos propender á poner nuestros enfermos en las condiciones más apropiadas para resistir el mal é impedir que de ellos se propague á otros individuos que por estar en in- mediato contacto con ellos pueden encontrarse bajo la in- fluencia de los mismos agentes patógenos. Desde los prime- ros tiempos del ejercicio de mi práctica llamó mi atención un fenómeno, si no constante, muy frecuente; en la casa que se presentaba un caso de fiebre tifoidea generalmente se re- petía en dos ó más de los familiares, dentro de un lapso de tiempo relativamente corto.

Este fenómeno que antes del desarrollo alcanzado en es-

11 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

tos últimos tiempos por los estudios de microbiología que daba generalmente sin esplicación plausible, tratándonos de dar razón de él peor hipótesis más ó menos abstractas á veces absurdas, se explica hoy de una manera clara y terminante: los microrganismos se conservan por un tiempo más largo del que generalmente se cree, en estado latente, hasta que cualquiera modificación favorable del medio en que viven, los pone en condiciones de actuar sobre el organismo huma- no intoxicándolo ya por su sola presencia, ya por la de cier- tas sustancias que producen, cual sucede con el microbio de la difteria. De suerte que aún en las casas de familias más escrupulosas puede suceder, si el Médico no dirige la de- sinfección después de la terminación favorable ó adversa de un caso de fiebre tifoideu, que la enfermedad invada otros individuos.

Los lienzos, almohadas y ropas de cama usadas por el enfermo, las vestiduras del mismo, los vasos y cucharas de que se han servido, los vasos de noche que han contenido las deyececiones sobre todo, y las esponjas que han servido para friccionarlo así como las de aseo, son otros tantos objetos que pueden guardar los gérmenes propagadores de la infec- ción, que contribuyen á extender una epidemia y á sostenerla hasta que sus extragos alcancen proporciones superiores.

Se hace, pués, necesario que la dirección del Médico in- tervenga para enseñar á las familias la profilaxia de la fie- bre tifoidea y señalarle los medios de ponerla en práctica, haciéndoles comprender que las infracciones del Código de la que podríamos llamar higiene doméstica, se vuelven con- tra sus autores en primer término, contra la salud pública en segundo; que no es suficiente el tratamiento terapéutico para combatir las enfermedades infecciosas, sino se comple- ta con la asepsia posible, ya que no con la completa que se- ría el ideal; y por último, que es necesario combatir la en- fermedad del ya invadido y evitar la posible invasión de los demás.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 113

Las precauciones asépticas detalladamente espuestar no encontrarían sitio en estas reflexiones dirijidas á vosotros que las conoceis perfectamente, de suerte que en vez de ocuparme de ellas que podrían ser objeto del estudio de una Comisión que las redactara para trasmitirlas al público en un lenguaje al alcance de todos; me limitaré á llamar vues- tra ilustrada atención hacia tres puntos que estimo de capi- tal importancia.

ls el primero el olvido en que generalmente se deja la desinfección de los vasos de noche y de las ropas del enfer- mo, pues sabido se está y es preciso insistir mucho en re- cordarlo, que los referidos recipientes debe nser lavados con agua hirviendo y contener una solución de sulfato de cobre concentrada, sobre la cual deben recibir las deposiciones 6 los vómitos de los pacientes, para enseguida ser desocupados, lavados de nuevo y otra vez provistos de la solución euprica para cuando se vuelvan á usar.

ll segundo las precauciones que hay que tener con las esponjas, precauciones nunca suficientes y de las cuales la mejor consistiría en sustituirlas por estopas ó hilas salicila- das, ó boratadas, pues con dificultad se encuentra un objeto más difícil de desinfectar que las tales esponjas, cuyo uso en Cirujía va decayendo por esta causa, las que se destinen á un tifoideo que deben ser las menos posible, deben ser quemadas y renovarse con frecuencia.

El tercero y no el menos importante, es el agua, ele- mento que no solo por “el papel que desempeña en la vida del hombre sano, sino por el que está llamado 4 desempeñar en el tratamiento de las enfermedades y por la circunstan- ' cia de ser vehículo casi universal y por todas partes reparti- do, merece que en capítulo aparte y con alguna detención se le trate.

Las aguas potables con relación á la etiología de la fie- bre tifoidea han sido objeto de serios estudios por parte de

hombres muy distinguidos de la Europa cientifica, y si Ls 2x1 19

114 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

bien no es mi ánimo cansar la competente atención de SS. SS. repitiéndoles lo que ya les es conocido, no puedo menos que rocordar aquí los trabajos siguientes:

La memoria de Guenau de Musy sobre la etiología y profilaxia de la fiebre tifoidea, la célebre comunicación de Jacoud á la Academia de Medicina de París, la opinión de Bouchard expuesta en el Congreso internacional de Ginebra y laidea sostenida por un gran número de profesores cono- cidos. Desde que en 1885 Mórs demostró eu Multheim-sur Rhin, la presencia del bacilo tífico en las aguas de un pozo que recibía filtraciones de una letrina, otros muchos investi- gadores lo han encontrado en diversas aguas y han hecho notar que su existencia en ellas, ha coincidido con la de un número mayor 6 menor de casos de fiebre tifoidea en la lo- calidad, siendo treinta y dos las observaciones recogidas por varios profesores y reunidas en un luminoso artículo que publica el Dr. Vincent,

Las citas que preceden nos dan la medida de lo genera- lizada que está en el mundo científico la convicción del orí- gen hídrico de la fiebre tifoidea, debiendo además referirme á4 los trabajosde Vidal y Chantemesse que considerando co- mo hecho indiscutible la presencia de los bacilos de Eberth en las aguas potables y encontrando difícil aislarlos, propo- nen procederes especiales para ponerlos de manifiesto.

Las investigaciones 4 que acabo de referirme y los re- sultados en ellas obtenidos, nos conducen como por la mano á una deducción cientifica que nos afecta directamente, y es la que sigue: si en los pozos, rios y acueductos que contie- nen las aguas que se consumen en poblaciones europeas, donde se toman medidas higiénicas, constituyen un medio propicio 4 la existencia de los microbios, ¿cuáles serán las condiciones de nuestras aguas potables que antes de entrar en la ciudad corren descubiertas por los campos recibiendo de las vertientes tributarias de su cauce todo lo que nues- tras lluvias torrenciales recogen del suelo convertido 4 veces

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 115

en basureros? ¿cuáles las de nuestros pozos y algibes en una ciudad en que un gran número de letrinas v sumideros mal construidos llevar sus filtraciones á ellos.

Si en Europa las aguas potables deben ser miradas con cierto recelo, cuando se cuentan algunos casos de fiebre ti- foidea, entre nosotros la necesidad de recomendar al públi- co la mayor vigilancia, el más esquisito cuidado, se impone; y tudo Médico debe recomendar á los jefes de las familias que visife, que en tiempo normales procure filtrar las aguas potables de su casa, si posible le fuese por medio de filtros Pasteur que son los mejores y más seguros; sinó por una piedra de la que usamos aquí, con pequeños guijarros en el fondo y arena fina encima; y desde el momento en que se presente un caso de fiebre tifoidea en la casa observe la más estrecha vigilancia para que se cumplan las reglas de asepsia de que antes hablamos, y evite á todo trance que los fami: liares beban agua que no haya sido filtrada, y tapada en va- sijas bien limpias, esto respecto de los no invadidos, en cuanto al enfermo no debe beberla pura, ni usar como vehl- culo de otros bebidos, agua que, no haya sido hervida, ó destilada, y cuando tenga necesidad de tomarlas frías que la refrigeración se verifique en vasos tapados y con e lhielo por fuera.

Obedece la última de estas precauciones á dos razones científicas de distinto orden; refiérese la primera á la resis- tencia que puede presentar el bacilo de Eberth á las tempe- raturas bajas, esta resistencia parece ser grande, pués si bien es cierto que 4 42? €. es cuando mejor se reproduce en los cultivos (Chantemesse,) también lo es que en paises cuya temperatura media es muy inferior á la nuestra se le ha en- contrado en algunas aguas á veces en pleno invierno y en localidades cuya temperatura es muy inferior á la del hielo fundente que es la más baja que nosotros obtenemos gene- ralmente cuando enfriamos el agua ú otra bebida cualquiera.

Consiste la segunda de las razones que invoco en las

116 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

condiciones del agua con que se prepara el hielo artificial que es el que usamos, condiciones que de ninguna manera nos dán la seguridad de una perfecta asepsia, no por el he- cho de ser estas aguas más ó menos sucias que las llamadas de la Zanja, sino porque esas mismas de la Zanja no nos presentan ninguna garantía de limpieza, sino por el contra: rio deben ser consideradas como muy sospechosas bajo ese punto de vista, y para ello existen razones que no necesito recordaros.

Al tratar de las bebidas enfriadas viene á nuestra men- te la leche, líquido nutritivo que tanto usamos los Médicos en las tifoideas, y que gracias ú las exigencias del lucro, mezclan los expendedores con agua y ro con agua que pue- da prestar grandes garantías de limpieza, sino con la prime- ra que encuentran en cualquier fuente pública en tazones descubiertos permanentemente que reciben el polvo de las calles y quizás algo más, ó con la que les proporciona el bo- deguero de la esquina, que generalmente no es de la mejor.

Todo esto nos induce 4 recomendar el mayor cuidado con la leche que consuma el enfermo, la cual debe ser cul- dadosamente hervida y tapada con tapones de algodón y cuando se le haya de agregar agua, que ésta también haya sido hervida.

Para terminar, señores Académicos, cerraré estos párra- fos invocando la necesidad en que estamos de enseñar á nuestros clientes los medios de oponerse 4 la propagación de la fiebre tifoidea, para que su iniciativa individual venga á4 suplir en lo posible las medidas higiénicas que partiendo del Centro Municipal, debieran garantir la pública salud.

Dn. JosÉ I. TorraALBAS.

REAL ACADEMIA.

Sesión pública extraordinaria de 16 de Junio de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:— Presidente, Lastres: Docto- res Valdés, Nuñez, Ulrici, Torralbas (don J. 1.), Santos Fernández, Oubas, Melero, Castellanos, Zamora, La Guar- dia Secretario.

Abierta la sesión á las ocho de la noche se dió lectura al acta de la última sesión pública ordinaria, celebrada el 27 de Marzo, y después de una pequeña rectificación del Dr. Nuñez fué aprobada. Seguidamente se dió cuenta del movimiento de la Secretaría que es el siguiente:

CorrresPoNDENCIA RECIBIDA. —Oficio del Dr. Pedro Cartaya solicitando certificado de haber sido nombrado socio corres- ponsal, en sesión de 28 de Marzo de 1863.

Oficio del Juez del Centro, pidiendo los restos de los vi- nos que mandó para su análisis.

Oficio y testimonio en causa por lesiones á D. Antonio Villar, remitidos por el Juez del Distrito de la Audiencia pidiendo informe.

Oficio y testimonio remitidos por el Juez del Distrito Norte de Matánzas, pidiendo relación: del informe sobre unos vinos, dado por la Academia.

118 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Invitación del Gobernador General para el besamanos del 17 del actual, con motivo de ser los días de S. M. el Rey. Fueron nombrados los Dres. La Guardia y Machado.

Oficio pidiendo informe sobre honorarios médicos, por el Juzgado Municipal del Cerro.

Invitación al Sr. Presidente para la reunión que ha de celebrar el 30 del actual, la Comisión del Centenario.

CorRESPONDENCIa rEMITIDA.—Oficio 4 D. Manuel Cano y León, nombrándole socio corresponsal.

Oficio al Iltmo. Sr. Presidente de la Comisión Precolom- biana de la Isla de Cuba.

Idem al Excmo. Sr. D. Diego Mendez Casariego con mo- tivo de las festividades del Centenario del descubrimiento de América, de cuyo Centro es Presidente dicho señor.

Certificado expedido a D. Pedro Cartaya, donde consta su nombramiento de socio corresponsal.

Contestación al Juez del Centro referente á la petición de restos de vinos.

Exposición remitida al Ministerio de Ultramar, pidiendo se conceda á la Academia nuevamente la suprimida asigna- ción que el Gobierno le tenía señalada.

Remitido informe sobre análisis de unos vinos, al Juez del Distrito Norte de Matanzas.

Informe sobre honorarios, remitido al Juez del Cerro.

BipLroreca.--Se ha recibido: “El Mundo Médico,” año mr, núms. 487, 488, 489, 490, 491, 492, 493 y 494 al 501.

“La Tribune Medical,” núm. 10 y 12, 14, 17, 20 y 21.

“La Medicina Moderna,” año 3? núms. 10 y 14.

“gl Diario Médico de Praoklink vol. vr, núm. 456.

“El Sanitario,” vol. xxvrr núm. 269 y 271.

“Boletín de agricultura de Nebraska,” vol. v., núm. 21.

“Diario de Higiene,” año 811, vol. 17.

“Décimaquinta Memoria anual sobre experimentos en agricultura,” Nebresca, 1 cuaderno.

“La Independencia Médica,” año xxvH1, núms. 23, 24 y 25.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 119

“El Especialista Médico-farmacéutico,” año vr, núm. 11. “Gaceta Médica de Granada,” año x, núms. 209 y 210. “Boletín de Medicina Naval,” año xv, núms. 3 y 4. “Repertorio Médico Farmacéutico,” año 111, núms. 4, 5 y 6. “Il Ictiol,” por el Dr. M. Santamaría.

“Bustamante,” 1 cuaderno.

“Revista de Medicina docimétrica”, años xtv, núm. 159.

“Gaceta de los Subdelegados de Sanidad,” añor, núm. 3.

“Manual de Ginecología operatoria,” 1 tomo.

“Anales de la Real Academia de Medicina,” tomo xrt, núm. 12

“Trabajos del Dr. Albarrán.” 2 tomos rústico.

“Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona ,”” año 1, vol. 1%

“Revista docimétrica,” núm. 158.

““La Medicina Popular,” año v, núms. 10 al 13.

- “El Progreso Médico,” año 1v, núms. 4 y 5..

“Revista de Ciencias Médicas,” año vir, núms. 7, 8 y 9.

“La Abeja Médica,” año 1, núm. 3. |

“Revista Cubana,” año vr, núms. 3 y 4.

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año xr, núm. 3, 4 y 5. |

“El Profesorado,” año rt. núm. 9.

“Elogios del Sr. F. Poey,” por el Dr. A. Mestre, 1 cua- derno. |

“Revista del Foro,” año tr, núms. 46 y 47.

“El Eco de las Damas,” tomo 1., núms. 18, 19, 20, 21 y 27.

“Revista dental,” año 11, núms. 6 y 7.

“Discurso leido en la Universidad de Granada,” por D. José España Lledo, 1 cuaderno.

Pasando á la orden del día, el Dr. Ulrici ponente de tur- no, leyó un informe en consulta del Sr. Juez de Instrucción del distrito Sur de Matanzas, acerca de dos particulares re- lacionados directamente con otro informe sobre análisis de vinos debido al mismo Dr. Ulrici, del cual se había dado

- 120 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

cuenta á la Academia con fecha 15 de Febrero de este año: el Sr. Juez deseaba saber “si alguna de las materias de que se compone el vino analizado es nociva á la salud, y si di- cho liquido por su calidad de artificial está comprendido co- mo ampliado y determinado por los artículos 1? 2? y 3% del Real Decreto de 23 de Febrero 1860.”

El informe del Dr. Ulrici fué discutido extensamente en todos sus particulares, y después de un debate en el cual tomaros parte los Dres. Santos Fernández, Torralbas (don J. 1.), Valdés, Nuñez, Zamora y el Sr. Presidente, la Aca- demia acordó que se contestase al Sr. Juez de Matánzas en los términos siguientes: —á la primera pregunta.—fJue nin- guna de las sustancias componentes del vino examinado son nocivas á la salud, dadas las ¡roporciones en que se encuen- tran.—A la segunda pregunta: que por su calidad de arti- ficial no puede ser considerado como ampliado.

Estas conclusiones y el informe modificado fueron apro- bados por unanimidad.

En vista de lo avanzado de la hora (las 101) y no ha- biendo otro asunto de-que tratar por el momento, la Presi- dencia dió por terminado el acto.

AA

OBSERVACIONES GEOLOGICAS Y PALEONTOLOGICAS

EN LA REGIÓN CENTRAL DE LA ISLA.

Por el Dr. D. Carlos de la Torre.

Extracto de la comunicación oral en la sesión ordinaria del 24 de Julio de 1892,

Sres. Académicos, Señores:

Me propongo dar cuenta en la sesión de hoy, del resul- tado de mis excursiones geológicas por la región central de la Isla, en una zona comprendida desde Cruces hasta la En- crucijada, por la vecindad de Cienfuegos, Santa Clara y Sa- gua la Grande.

Si se comparan los caractéres geológicos de las regiones occidental, central y oriental de esta Isla, se observa en ellas la repetición de idénticos fenómenos, lo que demues- tra que se han formado simultáneamente, aunque por otra parte no faltan datos zoológicos que hayan hecho pensar en una separación primitiva de tres nucleos ó al menos dos, reunidos más tarde. Entre las rocas eruptivas antiguas, y alteradas después por el metamorfismo, ocupa el primer lu- gar la Serpentina, de la cual se encuentra una formación importante en Santa Clara, semejante por sus caractéres á la de Holguín, Santiago de Cuba y especialmente de Gua-

nabacoa, con cuya localidad tiene muchos puntos de contac- ¡MALO

122 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

to por la existencia de abundantes nódulos de cuarzo, y por la transición ú la caliza por intermedio de la Dolomía ód Ca- liza magnesiana. Se encuentran asimismo en aquella loca- lidad otros minerales interesantes como el Anfibol verde en su variedad Actinota, el Asbesto y el Talco, que reconocen igual orígen. En el suelo de la población misma, se encuen- tran numerosas variedades de la Serpentina, con y sin Dia. laga; siendo notable el tránsito brusco 4 la caliza que forma uno de los cerros próximos á la ciudad, llamado loma del Capiro; ésta caliza es bastante compacta y abundan en eila fósiles de Moluscos terciarios, apareciendo en otras partes teñida por dendritas de Peróxido de Manganeso, mineral que existe también en la provincia, según pude demostrarlo por un ligero análisis practicado en el bien montado Labo- ratorio de (Química del Instituto de Segunda Enseñanza de aquella localidad.

Mencionaré por último el Asfalto, que constituye hoy un objeto de explotación importante, y un hidro-carburo liqui- do, á que han llamado Sandalina.

Los demás minerales, que como los anteriores han sido recogidos por mi, ó debidos á la generosidad de los señores Lipa, Muxó y Payrol, consisten en muestras de las minas de cobre de Santa Rosa y San Fernando, (Malaquita, Azu- rita y Chalcopirita), Hierro magnético, Cuarzo cristalizado en prismas exagonales apuntados y una variedad muy nota- ble, que solo se encuentra en Cuba, la Calcedonia cúbica, considerada por Poey como una pseudo-mórfosis y descrita como una sub-especie del cuarzo, considerándola como un verdadero dimorfismo y denominada Guanabaquita ó Gua- nabacoita por el Dr. Vidal, catedrático de la Universidad. El ejemplar presente, procede de Sancti-Spiritus.

ln cuanto á las adquisiciones paleontológicas, figura en- tre ellas un gran número de fragmentos de huesos y dientes de Myomorphus Cubensis descubierto en los baños de Ciego Montero, cerca de Cienfuegos, cedido por el farmacéutico

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 123

Sr. Figueroa á Poey, presentado por éste y por el Sr. Fernán- dez de Castro á esta Academia, y á la de París por Mr. Po- mel quien le dió el nombre que lleva. Los restos de ese mamifero gigantesco, contemporáneo del Megalonyx y el Megaterium de Norte y Sud América, constituyen la mejor prueba de la unión de Cuba al Continente á fines de la época terciaria ó principios de la cuaternaria; por lo cual interesa reunir el mayor número de ejemplares, á fin de restaurar ó reconstituir el animal, del que hasta el presente solo se cono- ce la mandibula, estudiada por Poey, Fernández de Castro y Pomel, y algunos huesos de las extremidades, determina- dos por mi en esta Academia y procedentes de una caverna de Remedios, de donde los envió el Sr. Valiente. También se cita otro hallazgo de esta naturaleza en la vecindad de Cárdenas, y los presentes, recogidos por mi antiguo condis- cipulo y amigo el Sr. Lesasier en una cueva del ingenio Salvador, de Céspedes, entre Santo Domingo y Sagua. Acom- pañan á los restos del Myomorphus otros huesos fósiles de cocodrilos y tortugas, circunstancia que concurrió también en los anteriores hallazgos, lo cual nos alguna luz acerca de las costumbres del animal. La repetición de estos descu- brimientos es además de importancia, para evitar la suposi- ción de que hayan podido llegar accidentalmente á esta Isla, como aconteció cuando se anunció por primera vez por el mismo Sr. Fernández de Castro la existencia, ya comproba- da, de colmillos fósiles del Hipopótamo.

También he visto, en poder del Sr. Payrol, de Santa Cla- ta, una interesante mandibula de Crocodilido, dos raras Ostras y otros moluscos fósiles; he traido varios ejemplares de Echinidos ó Erizos fósiles, de la Familia Clypeasteride, procedentes de Banao en Sancti-Spíritus; pero la adquisición más importante en mi concepto es la de un hermoso Ammo- nites, recojido por una jóven profesora, discipula del entu- siasta Catedrático de Historia Natural del Instituto de Santa Clara, D. Luís de Lipa. Este ejemplar tiene señales de haber

194 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

rodado y dice la joven antes citada, haberlo encontrado en los baños de la Bija, cerca de Cruces y no lejos de las estri- baciones de las montañas de Trinidad. La existencia de Ammonites en esta Isla ha sido indicada incidentalmente por el Sr. Fernández de Castro, y puesta en duda general. mente; la confirmación del hecho por éste y otros casos en que pueda reconocerse el terreno del yacimiento sería de la mayor trascendencia, porque ellos demostrarían la existencia en esta Isla de terrenos secundarios. A reserva de ampliar estas ligeras noticias, doy por terminada mi comunicación, para no cansar más vuestra denévola atención.

MEDICINA LEGAL,

Informe en causa contra D. 6.... F.... por el Dr. Nuñez.

(CONCLUSIÓN. )

Todo comentario estaría de más, respecto á este particu- lar. La bóveda craneana no fué debidamente examinada y por lo tanto no ha podido determinarse que fué una conges- tión cerebral la causa de la muerte. Todos los razonamientos que se han empleado para justificar aquella aserción, huel- gan por completo en una autopsia judicial, en la que no hubiera bastado terminar el corte de los huesos y levantar la bóveda craneana, sino incindir las membranas y examinar la masa cefálica para encontrar en ella los signos de la con- gestión.

Aparte de que es bastante excepcional la muerte súbita por congestión cerebral, 4 menos que no existan ciertas con- diciones individuales que la favorezcan, y que no han sido investigadas en este caso, es lo cierto que para la comproba- ción de este accidente debió haberse examinado el cerebro. Ni la pequeñisima separación producida por el corte de la sierra en algunos de los huesos del cráneo, podía en mane- ra alguna permitir el exámen de las meningeas, ni tampoco es posible aceptar que afluyese sangre de sus arterias, puesto

126 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

que al completarse la separación de la bóveda en el segundo reconocimiento, se encontraron las meningeas integras é 1n- yectadas, de manera que hay que deducir que sus arterias no fueron heridas por los dientes de la sierra.

La analogía, las deducciones por hiperemias externas, y turgecencias de la mucosa pituitaria y buco faringea, no son signos bastantes para deducir de una manera forzosa la exis- tencia de una congestión cerebral,

37 ¿La falta del corazón y demás visceras que se observó en el cadáver, pueden explicarse tan solo porque las separa- ran de él y las sustrajeran intencionalmente, ú deben atri- bairse á las causas que han indicado los médicos anterior- mente?

El enterramiento sin caja, en terreno húmedo y propicio á la putrefacción, no puede en manera alguna á los ocho días haber determinado la total destrucción de los órganos, cuya falta se ha indicado én el cadáver; ni tampoco puede contribuir, sino de una manera restringida la condición de haber sido este autopsiado. Tanto es así, que señalándose la ausencia de una gran parte del pulmón derecho, se en- contró en su sitio el vértice de éste, y existía además el pul- món izquierdo, á pesar de haber estado ambas vísceras en las mismas condiciones, etc., etc.

Es verdad que la ciencia no está aún en disposición de señalar de una manera categórica el tiempo que resisten ú la putrefacción los diferentes órganos; asi es que al tratar de este particular, los autores no lo hacen sino en períodos lar- gos; más en todos ellos podrá verse que 4 los ocho días de verificado el enterramiento no es posible que por la putre- facción desaparezcan tótalmente ninguna viscera ni tejidos musculares y fibrosos y menos cartílagos y huesos.

Los médicos que procedieron á la exhumación, dicen: que las partes del cuerpo que faltan y el estado del cadáver puede ser debido en parte á la putrefacción, en parte á que el cadáver fué autopsiado, así como á la poca destreza de

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 127

los individuos que lo exhumaron y malas condiciones en que ésta se efectuó, bajo una fuerte lluvia y estando el ca- dáver sin caja. Ninguna de estas consideraciones es bastan- te 4 explicar el hecho de que se trata. Al descubrirse el estado en que se hallaba el cadáver en el fondo de la fosa se dice: “algunas vísceras estaban al descubierto y varias de ellas descansando sobre la tierra al lado derecho del ca- dáver”; pero no se indica qué vísceras eran esas que esta- ban en la tierra y en verdad que es bien sensible esa omi- sión; sin embargo no parece admisible que hubiesen quedado algunas de ellas en la fosa, mucho más cuanto que al notar- se su falta ha debido buscárselas.

Hay que ocurrir, por lo tanto, 4 uno de los dos extremos siguientes: ó esas vísceras, colgajos de piel y huesos que fal- tan no fueron inhumados junto con el cadáver, ó bien han sido extraidos posteriormente al sepelio y antes de la exhu- mación.

El primer extremo es dificil de aceptar, porque no cabe en el profesor médico. En cuanto al segundo, su esclareci- es del todo ageno á la acción de esta Academia.

42 ¿La fractura que presentó la sexta costilla derecha indica que la bala con que se causó, penetró en la cavidad toráxica ó pudo quedar implantada en la costilla después de haber atravesado el brazo derecho fracturando el hú- mero?

La mayor parte de las consideraciones consignadas al tratar de la primera pregunta tienen cabida ahora. La bala ha podido ó no penetrar en la cavidad toráxica, pero en tér- minos generales hácese difícil aceptar que una fractura de costilla, ocasionada por un proyectil de arma de fuego deje de lesionar la pleura, porque esas fracturas tienen que pro- ducir esquirlas, lesionando las partes blandas que se hallan en su inmediato contacto. Pero no se conoce el calibre del arma con que se ha realizado la agresión y no puede dedu- cirse, por tanto, la fuerza del proyectil. En cambio parece

128 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

natural preguntarse: ¿dónde quedo detenida esa bala, después que produjo la fractura? El médico mismo que practicó la autopsia, dice: “que los pulmones estaban inyectados y en el lugar de la fractura se encontró un coágulo sanguíneo sin estar lesionado el pulmón”. ¿Dónde, pues, se hallaba ese coágulo? En cuanto al segundo reconocimiento, dicen los médicos: “que la pleura estaba equimosada y desgarrada.” De manera que hay contradicción en este punto y agrégue- se á esto la escotadura señ alada en el borde superior y parte media de la sexta costilla izquierda y verán V . S. S. como es que todo concurre de la manera más lamentable á intro- ducir dudas y confusiones.

Según el Ldo. S..., la bala quedó implantada en la sexta costilla después de haberla fracturado: ahora bien la implantación supone la permanencia del proyectil en el lu- gar en que se ha implantado, ¿encontróse la bala en el ca” dáver? Nada se dice. ¿Dónde se implantó ese proyectil? No sería, seguramente, en el mismo hueso que fracturó y si de- tuvo su marcha en la misma pleura, ó en la viscera pulmo- nar, allí debió habérsela encontrado.

Los médicos que practicaron el reconocimiento después de la exhumación, señalan en el borde superior y hácia la parte media de la sexta costilla izquierda, una solución de continuidad en forma de escotadura que de haber sido exa- minada de una manera cuidadosa, arrojaría bastante luz en este asunto, porque esa costilla corresponde exactamente con la que fué fracturada en el lado derecho y tiene una forma que pudiera muy bien relacionarse con el paso de un proyectil. Sin embargo los profesores actuantes vacilan para manifestar si fué producida antes ó0 después de la muerte, mientras que la Comisión entiende que este es un punto bastante esclarecido en Medicina legal. En efecto en las fracturas producidas durante la vida, los fragmentos se en- cuentran infiltrados de sangre en una extensión variable, mientras que en las ocasionadas después de la muerte los

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 129

huesos permanecen pálidos y descoloridos. Los caractéres de las partes blandas adyacentes son factores importantes; pero á falta de elios bastarán los del hueso para conocer el momento en que se haya producido su rotura. Los peritos dicen tan sólo que la escotadura era de bordes rugosos, y que estaba desprovista de partes blandas por fuera y de la pleura por dentro. Más tarde uno de los profesores, el Li- cenciado M..., dice: “que era de color oscuro”, pero no se haya comprobado ese dato porla declaración de los otros profesores.

Con la exposición de hechos que acabamos de indicar y teniendo en cuenta las consideraciones cientificas que de ellos se desprenden se que es muy limitada la acción pe- ricial que le cabe á esta Corporación y por lo tanto puede informarse al Juzgado de la manera siguiente:

1% Que no es posible decir si fueron una ó más las lesio- nes inferidas 4 Muñiz.

2? (Que la fractura del húmero y de la costilla por so- las no son capaces de producir la muerte.

37 Que el estado del cadáver, cuando se hizo la exhuma- ción no permite decir cuál haya sido la causa de la muerte, ni tampoco puede deducirse del resultado de la autopsia.

4% Que por el reconocimiento y autopsia no ha podido decirse que la muerte haya sido ocasionada por una conges- tión cerebral.

52 Que la cavidad craneana no fué debidamente exami- nada.

57 Que la falta del corazón, pulmón y demás órganos indicados en el acto de la exhumación no puede explicarse por la putrefacción por más que sean favorables las condi- ciones en que se verificó la inhumación, sin que pueda dar- se explicación satisfactoria de este hecho,

72 Que la fractura de la sexta costilla derecha no basta para indicar que la bala con que se causó haya penetrado

en la cavidad. T, xxix—17.

Z00LOGIA.,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

Sin embargo, de mejor concepto gastronómico gozan algunos en el litoral de los Estados Unidos. En muchos lugares según Goode—los Grunts ó Pig-fishes disfrutan de gran aprecio como pescado alimenticio. Del Pig-fish común ó Grunt de la región Indian River, dice Mr. 8. C. Clarke que es muy estimado para comer: «el mejor pescado de mesa, rico y delicado.» De Kay le ci.- ta como un bocado muy sabroso; Holbrook, como tenido en gran estimación por los epicúreos, de Georgia á Virginia; y en concepto igual, Uhler Lugger.

Debo consignar que Jordan « Gilbert, Goode y otros autores norteamericanos, dan al género Diabasis de Desmarest la priori- dad sobre el género Hoemulon de Cuvier. Sustituyen al genérico Pristipoma de Cuvier, por el Pomodasys de Lacépede. Sirve de ti- po para el primero, el Diabasis Parra Desm.; para el segundo, el Sciena argentea Forsk.

Veamos las especies aprovechables que tienen nom- bre vulgar cubano.

39. Ronco amarillo, emulon luteum Poey. Fondo general amarillo. Fajas longitudinales aplomadas, de común en número de 8. Nadaderas anaranjadas: en la caudal, una mancha semilunar negra.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 131

Carne regular. Alcanza 30 centím. de largo. Peso máxi- mo 1 kilo. Muy abundante, en Batabanó particularmente.

Nuevitas. Máx. 1 kilo. En pedregales. Consumo local fresco, 497 kilos. (1891).

El que los norteamericanos llaman Striped Grunt, es otra especie de Ronco amarillo—H. elegans O. V., de Groode; Diabasis elegans C.€ V., de J. 4 G. Muy próximo al /uteum, del cual difiere «en que las dos líneas suborbitarias son rectas, no formando el anillo más ó menos cerrado que se nota en los individuos de Cuba, y por la carencia de Ja mancha negra semicircular caudal.»

(Poey).

40. Roneco carbonero. Hemulon carbonartum Poey. Fondo aplomado, color de acero. Listas amarillas, doradas. Caudal negra, ribeteala de amarillo su parte posterior. Muy común.

Carne regular. 25 centimetros.

41. Roneo arará.— Aemulon Arara Poey. Cabeza ama- rillo de oro con listas aplomadas. Carne inferior. Máx. 25 centimetros.

42. Jeníguana. Aemulon dorsale Poey. Aplomado luciente. 12 líneas doradas, longitudinales, de la cabeza á la cola. Una ancha faja negra á lo largo del dorso, funda su nombre especifico técnico. Tiene las pintas azul y roja de los Roncos.

Carne buena (Mariel). Peso, 500 gramos.

43. Condenado. Hemulon Afavolineatum Desmarest. Listas amarillas anchas y oblícuas en el tronco. Carne regular. Peso máximo, 1 kilo. (Mariel).

44. Jallao. Hemulon album Cuv. Color aplomado pá- lido. Aletas un tanto más oscuras. Fajas amarillosas, Se ha- ce notar por su lomo levantado y su línea frontal ligeramente cóncava o recta. Común. Abundante.

Carne buena. Alcanza 4 7 kilos.

132 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Debiera ir á la cabeza, por su mayor corpulencia y apro- vechamiento. Suelen decirle también Pargo blanco. Diabasis albus Cuv., de J. G. pa

45. Ronco. Unas 8 especies llevan en Cuba este nom- bre vulgar. A saber:

Hemulon subarcuatum Poey. Fondo color de acero. Ca- beza dorada, con 10 rayas azules. Aletas violadas. 32 cen- timetros de largo, el único ejemplar, de Sagua la Grande descrito por Poey.

H. acutum Poey. Blanco de plata. Parte superior de la cabeza, negruzca, ojo pardo. 34 centíim. Vulgo, Ronco blanco.

H. albidum Poey. Color general, blanco, inclusive la pat- te superior del rostro. Vulg. Ronco blanco.

H. serratum Poey. Blanco. Aletas negruscas, excepto las pectorales, que son amarillosas. 21 centím. Vule. Ronco hlanco.

Descrito por J. 4 G. con el nombre de Diabasis chromis Brous- sonet, M. S $.

H. notatum Poey. Nacarado, con rayas longitudinales negruzcas. Parte superior de la cabeza verduzca: sin pintas ni rayas. Tiene la mancha post-preopercular azul, pero no la roja del maxilar inferior. Ojo negro. 23 centíim. Vul. Ron- co blanco (1). .

H. contínuum Poey. «Color gris de acero, reflejos dora- dos sobre el hocico. Ki tronco es recorrido longitudinalmen- te por 14 fajas negras poco oblicuas. Las aletas son de un pardo ceniciento; pectorales amarillosas, iris pardo. No hay espacio rojo en la comisura bucal, y hay un rojo azuloso en la articulación del interopérculo.» (Enumeratio). Es común.

(1) El Profesor Poey, de cuyas Memorias tomo la mayor parte de los datos que anteceden, inclusive la nomenclatura vulgar, no reproduce esta última en su Lnume- ratio. Por mi parte, puedo asegurar que se usa bastante entre pescadores, Consigno el tamaño del indiyiduo descrito, en ocasiones único. :

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 133

Tamaño mayor observado, 186 milím. En Puerto Rico le dicen Arrayado y Rayado.

H. Parre Desmarest. 3 líneas oscuras longitudinales: una, dorsal; la segunda, media, á lo largo de la línea lateral; la tercera, parte del ojo. Una mancha negra, redondeada, en el tronco caudal. No pasa de 18 centím. (Synmopsts).

H. quadrilineatum Cuvier. 2 fajas doradas debajo de la costura, y otras más angostas en el lomo. Sin mancha en la cola. Cuerpo alargado. No llega 4 23 centim. (Synops.)

Diabasis trivittatus Bloch «€ Schneider, con el vulgar White Grunt, en J. G.

46. Jeníguano. Hlemulon Jeniguano Poey. Le cito, nada más que para que no se le confunda con la Jeniguana.

Ninguno menos digno de figurar en esta agrupación de Peces cubanos útiles. Dañinos á todo serlo, tienen cumpli- damente ganada la inquina de los pescadores á cordel. Reú- nense en partidas para devorar las carnadas, limpiando los anzuelos en un santiamén, 4 maravilla.

He podido observarlo varias veces, particularmente una tarde, cuatro millas mar afuera, pescando con Don Manuel Lesmes, hoy digno vocal de la Comisión de Pesca del Apos- tadero. Se distingue por sus listas longitudidales amarillo de oro, sobre el fondo oliváceo común: 1, la más ancha de todas, se extiende desde el extremo anterior del hocico, á través del ojo, hasta la cola; 1 en la línea lateral; 2 dorsales; 5 en los flancos, y 1 ventral. Vientre blancuzco. Ojo ama- rillo. Boca colorada. Sin mancha azul. Caudal bifurcada.

Se hallan también en las Barbadas, Santa Cruz, Santo Do- mingo.

Diabasis jeniguano, en Goode Bean y en J. « G.

Lo relativo 4 nuestros distritos marítimos se reduce al genérico vulgar Ronco, sin determinación de especies; es decir, por su concepto industrial. Hoy por hoy, no cabe otra cosa.

134 : ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Habana. Peso máx. 13 kil. Corrida, en Mayo y Junio. Arriba- zón, de Octubre á Enero. No se exporta. Consumo local, fresco. Pesca anual: 50,370 kilos. Artes: redes, nasas. (1891).

Mariel. Carne regular. De 500 gris. á 1 kil. Desova en Mar- zo. (1881). Es de las mismas condiciones en su cria y desove que el Guaguancho. (1887).

Ísla de Pinos. Máx. 460 grms. Consumo local. (1891). Abun- dante.

Mantua. Abunda todo el año. Corrida, en Abril y Mayo. Arribazón, en Diciembre y Enero. (1883).

Bahía Honda. Abunda todo el año. Tamaño útil, 18 centíme- tros. (1883).

Cárdenas. Todo el año. Vale poco. Máx. 12 kil. (1381). Datos posteriores—1891—reducen el peso máximo á 420 grms: sin du- da debido á la especie tomada por tipo.

Trinidad. Casilda. Máx. 500 grms. Consumo local, fresco: 2.000 kil. anuales. Artes: redes, 2; nasas, 50. Embarcaciones: cha- lanas, 2; tripulación 4. (1891).

Tunas de Sasa. Máx. 500 grms. Corrida, Marzo y Abril, en el Placer del S. de las Doce Leguas. Exportación, vivo: 500 kil. Consumo local, fresco: 500 kil. (1891).

Cienfuegos. Máx. 200 grms. Corrida, de Junio á Agosto, en | puertos y esteros. (1891).

Remedios. Caibarién. Máx. 2760 kil. Corrida, de Octubre á Diciembre, en canalizos y manglares. Cons. loc. fresco: 4,100 kil. (1891).

San Juan de Puerto Rico. Máx. 460 kil. Corrida, de Mayo á Junio. Cons. loc. fresco: 1840 kil. (1891).

Rayado. San Juan. P. R. Máx. 230 kil. Corrida, de Mayo á Junio. Cons. loc. fresco: 1840 kil. (1891).

Arrayado. Fajardo. Puerto Rico. Máx. 3 kil. Corrida, de Abril á Mayo, en ensenadas, Arribazón, de Octubre á Marzo. Es- te. Cons. loc. fresco: 800 kil. (1891).

El Pig-fish común, según Mr. S. ). Clarke, desova en Abril, en los grandes ríos, en Diciembre. Vuelven á la mar, tan pronto como han realizado las funciones de reproducción. ¿Son, pues, anadromos?

Un corresponsal de Hunger's Wharf, en Virginia —que Goo- de cita sin nombrarlo consigna que llega hacia el 12 de Julio,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 135

permaneciendo hasta Noviembre. Holbrook expresa que el Sailor's Choice aparece por Beaufort, en Carolina del Norte, hacia el mes de Abril, quedándose hasta Noviembre, época en que se pescan más grandes. Stearns dice también que desovan en Abril y Mayo.

Se me ocurre preguntar ¿será igualmente anadroma alguna de nuestras especies? La arribazón en ciertos distritos señalada en- tonces, respondería á una conveniencia genética, y no al mal tiempo afuera, según la regla en los peces que no son anadromos ni catadromos. Así también se explicaría satisfactoriamente el señalamiento de la corrida en Remedios (Caibarién) de Octubre á Diciembre.

Cuanto al desarrollo del Pomodasys fulvomaculatus, de que ven- go tratando, Clarke le asigna de peso máximo 17 libras; el infor- mante virginiano, 1 libra; Stearns, unas 10 pulgadas.

Me llama la atención el que todos digan que se pescan con anzuelo: será los más grandes, de 25 centím. en adelante, pues los menores no creo que valgan la pena.

SCIÉNIDAS.

De las especies de Verrugato, de Corvina y de Vaqueta que rezan en esta familia, no menciono más que las si- guientes:

47. Verrugato. Micropogon undulatus Linneo. Debe el nombre genérico técnico, á unas barbillas muy cortas que tiene en la mandíbula inferior. Color general, gris platea- do brillante. Lineas de puntuaciones oscuras estrechas, irre- gulares, undulantes, en el dorso y los flancos —como el es- pecifico técnico expresa. 3 líneas de pinticas en la base de las aletas dorsales. Ventral filamentosa. 1 pié de largo. Vul- garmenie Croaker. Desde New-York hasta las Antillas (J. G.) Por manera que es una de las contadas especies nues- tras que remontan el Gulf Stream.

Con los mismos nombres científico y vulgar lo describe Goo- de, extendiendo su habitat al N. de Delaware y S. del Brasil— inclusive las Antillas,

136 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

David $S. Jordan y Carl H. Eigenmann, en su muy estimable Review of the Scienide of America and Europe, dicen que «no se extiende á las Antillas» Además de esta incongruencia, dan el nombre vulgar de Verrugato al Micropogon Furnieri, cuyo especí- fico lleva Poey á la sinonimia de undulatus.

Goode refiere el vulgar Croaker al gruñido peculiar que des- pués de pescado emite; Orocus, por corrupción, en Chesapeake, y Ronco en Tejas.

Holbrook dice que aparece por Charleston en Mayo, se Lado más común en Junio y Julio; alcanzando la mayor dimensión y abundancia, en Octubre y Noviembre. Agrega, que no es muy estimado por Beaufort (Carolina del Norte) pero en Brunswick, Georgia: que asciende el rio Saint John's, hasta Jacksonville.

Stearns consigna, que el Croaker es muy común en el Golfo de México, todo el año; que cria en Noviembre y Diciembre, al; canzando los pequeños 2 ó 3 pulgadas de largo en la primavera, y los adultos 10 pulgadas—unos 25 centím.—término medio: en Diciembre de 1879 pescó dos enovados que medían 18 pulgadas— los de mayor longitud que había visto. (Goode).

Carne regular. Alcanza 500 gramos, en el Mariel.

Corbino, les dicen en Puerto Rico. San Juan. Peso máx. 3 k- Corrida, de Mayo á Junie. Cons. loc. fresco: 13,802 kil. (1891).

Encuéntrase también en Jamaica, Texas, Guatemala, Suri- nam y Montevideo.

Corbina. Bairdiella ronchus Cuv. Notable por sus dos espinas anales, su dorsal muy escotada, su caudal angu- losa y la carencia de barbillas.

Carne buena. Alcanza 25 centím. de largo. Peso máxi- mo 1% kilo.

La Corbina de Andalucía, Mallorca, Ibiza; la Corviña de Gali- cia y la Corbina de otros puntos del litoral español, corresponden á distintos géneros de esta familia.

Habana. Cria y reside en lugares fangosos de la bahía.

Mariel. Máx. 13 kil. Carne buena. Desove en Enero. (1881). Se pesca muy poca y de tamaño chico. La corrida era en Enero y Febrero, pero hace muchos años que no se conoce (1887). Corrida, de 1? de Enero á fin de Febrero, en la boca del puerto.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 137

Exportación vivo, 755 kil. Cons. Joc. fresco: 378 kil. Pesca anual, 1147 kil. (1891).

Los datos que anteceden, marcan los resultados plausibles que en aquel distrito se obtuvieron y habrán de obtenerse donde quiera que la Autoridad zela como puede y debe la regulariza- ción de la pesca, haciendo que las especies realicen, cuanto más en paz sea dable, sus actos de reproducción y cria.

Matanzas. Desova en Marzo. Abunda. (1880).

Mulata. Desova en Enero. (1880).

Cienfuegos. Máx. 250 grms. Corrida, de Mayo á Septiembre, en la boca de los ríos y lagunas. (1881).

Nuevitas. Máx. 240 grms. Todo el año, en bocas de río y este- ros. Cons. loc. fresco: 330 kil. (1891).

Gibara. Pesca anual, 340 kil. (1891).

Guantánamo. Peso máx. 1 kil. Abunda todo el año. Cons. loc. fresco. (1891).

Cuba. Santiago de. Max. 500 grms. Abunda todo el año. Con- sumo local fresco. (1891).

San Juan de Puerto Rico. Le nombran Macori ó Macurí, con

estos datos: Peso máx. 46 grms. Corrida, en Junio. Cons. loc. fres- co: 9200 kil. (1891).

En Suba se aplica también el nombre de Corbina, ¿ las especies que siguen:

Umbrina coroides Cuv.-—en Enumeratio: nombre que J. G. llevan á la sinonimia de U. broussoneti Cuv. « Val. * Además de las listas undulosas á lo largo de las hileras de escamas, unas 9 bandas obscuras atraviesan el cuerpo. Dor- sal espinosa, negruzca. Pectorales pequeñas. Cola truncada.

(EEE)

Johnius Batabanus Poey. Gris plateado con bandas pa- ralelas; unas 8 longitudinales en los flancos, cuyas 3 prime- ras pasan por arriba de la línea lateral; 2 ó 3 en el dorso, de tal suerte interrumpidas, que no se sabe si son longitudina- les ú oblicuas. Aletas de un gris más oscuro, salvo las pec- torales, que son amarillosas. (Memorias). Cola redondeada. (Sinopsis).

T. xxIx.—18.

138 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Jordan Eigenmann la nombran Corvula batabana. Jordan, Larimus batabanus. En Puerto Rico le dicen Sanjuanera.

Odontoscion dentex Cuv. Dientes desiguales, apartados. Mancha braquial negra. (Sinopsis). Caudal subtrunca, el lóbulo superior más desarrollado. Color plateado oscuro, sal- picado de pintas sombrías que forman listas débiles á lo lar- go de las filas de escamas. Hocico y parte anterior de la bar- ba, negros. Especie pequeña, común en las Antillas, de al- guna importancia alimenticia (Jordan Eigenmann).

49. Vaqueta. 3 especies del gén. Lques de Bloch, lle- van este nombre vulgar en Cuba. El genérico alude ú las espinas dorsales largas, comparadas á un ginete.

Eques lanceolatus Linneo.. Serrana de Parra, nee que mantienen Jordan Eigenmann. Fajas negras y obli- cuas bordadas de blanco. Aletas sin puntas blancas. (Sinop- sis). Color gris amarilloso, con 3 listas negruzcas anchas, con pinticas blanquecinas. Vientre plateado. Cabeza chica. (J. S G.)

Eques punctatus Bloch. Fajas negras longitudinales. Pri: mera aleta dorsal muy alta. No es común. 9 pulgadas (4%- nopsis). Serrana hispanis Parra.

Liques acuminatus Bloch. Todas las listas son longitudi- nales y estrechas. (Synopsis).

Para la especie que en Puerto Rico nombran Cabezón, creó Don Felipe Poey el género MoxosIra, y su única especie M. Stahli.

Jordan « Gilbert—Synops. of the F. of N. A—consignan que el género Monosira es idéntico al Larímus. Jordan Eigenmann— Rev. of the Scien—dicen: «El género nominal Monosira, que se su- pone distinguido por los dientes uniseriales, es estrictamente si- nónimo de Larimus», etc. Nombran, pues, la especie: Larimus Stahli Poey.

Las de Cataluña, Valencia y Andalucía, corresponden á géne- ros distintos.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 139

MÉNIDAS.

representada en nuestra fauna por la siguiente especie.

50. Boga. Erythrichthys vittatus Poey. Dorso verduzco. Vientre blanco azulado. Hocico amarillo. Aletas: dos dorsa- les amarillas, pectoral rosada, ventral y anal blancas, caudal violada. Listado de amarillo. Forma manchas ó% cardúme- nes. (Synopsis).

Carne regular y alcanza unos 250 grs. de peso. (Mariel).

La Boga de Andalucía, Valencia, Cataluña y Baleares, pertenecen al mismo género y especie; citase otra Boga va- lenciana, como especie diferente; la de Vizcaya y Guipúzcoa se coloca en diverso género y especie. Todas las españolas son genéricas y especificamente distintas de la cubana, mas de la misma familia.

GÉRRIDOS.

Familia notable, más que por el número de sus especies, por el sabor rico de sus carnes tan justamente estimadas, fritas, sobre todo al natural ó en salsa verde.

De las especies de Patao, de Mojarra, de Mojarra de cas- ta y Mojarra de ley adscritas 4 la familia, no todas han sido especificamente nombradas por el Profesor Poey, otras que- dan dudosas y alguna fué repudiada. Dije (An. xxvrr, 671.) y lo repito por última vez, que este ha de ser asunto impot- tante de trabajo especial, que realizará quién pueda llegar a tanto, sine ¿ra et studio.

J. G. elevan el número de los GFerroids á unas 30, “que difieren considerablemente en la forma y en el desa- rrollo de las espinas, pero probablemente todas pueden ser referidas á un solo género,”

140 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

51.. Patao.—Gerres Plumieri Cuv. Color general, platea- do brillante. Unas 12 listas negruzcas, que siguen á lo largo cada hilera de escamas. Aletas oscuras, excepto las pectora- les. Cuerpo comprimido, lomo muy elevado. Caudal bifur- cada. Pectorales angostas, puntiagudas. (J. £ G.)

En Puerto Rico, los de este género no tienen nombre vulgar. Al menos, Poey no los consigna en sus estimables Contribuciones á la auna Ictiológica Puerto-riqueña, pu- blicadas en los Anales de la Sociedad Española de Historia Natural de Madrid, t. X, 1881.

Carne buena. Longitud, unos 25 centimetros.

Habana. Nace en ríos de agua salada. Cria y vive donde halla abrigo de maderas y piedras, en el puerto.

Matanzas. Desova en Junio. (1880).

Mariel. Carne regular. Peso máx. 500 grms. (1881).

También se dice (1887) que su pesca disminuye de año en año. Traslado á los impugnadores y difamadores de las vedas en tiempos de reproducción y cria.

Con el técnico Diabasis Plumieri y el vulgar Black Grunt, de- signa Govude— The Fisheries and Fishery Industries of the U. 8., pá- gina 398 —una especie que «tiene el cuerpo pardo, más claro en los flancos, y los lados de la cabeza adornados con numerosas fa- jas horizontales de un azul brillante, en tanto que la mitad pos- terior del labio inferior es roja.» El mismo profesor Stearns menciona al Black Grunt como abundante entre los arrecifes de Key West, y visto con frecuencia en los mercados.

Dr. J. ViLaró. -(Continuard.)

MEDICINA LEGAL.

Informe en causa seguida contra D. J... Y... y B... por heridas.

Sr. Presidente y señores académicos:

La Sección 2* de la Sala de lo Criminal, se dirije con fecha 29 de Agosto último, por conducto del Iltmo. Sr. Re- gente de esta Audiencia, 4 la Academia, para que informe “sobre el estado mental de D. J... V... y B...,” 4 quien se le sigue causa, por lesiones á D. B... P..., en el Juzga- do de 1* Instancia del Distrito de Guadalupe.

Para ello remite, entre otros documentos, varios de los que iremos haciendo mención; siendo el primero una copia del auto de la referida Sala, fecha 11 de Junio del corrien- te, dirijido á los médicos de la Casa General de Enagena- dos, donde se halla el V... B... á fin de saber el estado actual del procesado, y si ú4 la vez entienden que pueda ofrecer inconveniente que dicho procesado quede en abso- luta libertad fuera de aquel establecimiento. Igualmente acompaña copia de la sentencia dada por los aludidos fa- cultativos, y es como sigue: que puede contagiarse si se prolonga su estancia en él; que puede haber peligro para los médicos, que le han asistido; y que es perjudicial para el Asilo donde no deben estar más que los locos.

Se ha enviado la Hoja Clínica, que se inició en 21 de Febrero de 1886, y en ella se encuentra consignado que

142 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

V... B... es natural de Oviedo, de cuarenta y cúatro años, soltero, jornalero, de buena constitución, cuyo padre murió de ataques á la cabeza y de accidentes, habiendo esta- do enfermo de la cabeza en la Peninsula cuando era niño. En dicha hoja se observa que bajo el membrete de “com- memorativo patológico” se halla otro que dice “enfermedad presente,” y suscrito el diagnóstico de “locura por perver- sión.” Bajo el epigrate “estado uctual” se encuentran “sig- nos diagnósticos” 4 un lado y la “clasificación de la enfer- medad” en otro, y es “locura alucinatoria,” y aquellos consisten en alucinaciones de la vista y oido, recelos, retrai- miento, alternativas de exaltación y ensimismamiento, 1n- somnio y movimientos desesperados etc. Se consigna en la observación que en el primer mes, esto es, hasta el 21 de Marzo no ha dado sintomas de enagenación; pero después de esta fecha se destacan bien claramente los elementos alucinatorios, la exaltación, perversión, el insomnio y la ajitación etc., en una palabra existe un acceso maniaco con predominante idea de persecución, el cual se prolonga con más ó menos regularidad y fisonomía hasta el 25 de Julio en que se inicia un periodo de calma, que bien puede ser una trégua ó bien la curación, ques está tranquilo el proce- sado—raciocina—tiene deseos ó vacilaciones, quiere traba- jar, come y duerme con regularidad, recuerda todo menos el hecho por el cual se le juzga, y á la imputación responde con la protesta de su inocencia, y afirma que es irresponsa- ble en el caso de ser el autor del hecho que se le atribuye, porque no tiene conciencia de haberle cometido, y asegura que siempre sus sentimientos han sido contrarios á hacer daño á nadie, que no ha tenido malos instintos, y termina diciendo que si tal cosa ha hecho habrá sido bajo el influjo de un ataque muy fuerte á la cabeza. lste estado se acen- túa cada vez más del lado de la curación hasta el 22 de Agosto, hasta que otro perito del mismo Asilo es llamado 4 emitir juicio del estado mental de D. J... V..., porque

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 143

asi lo pedía el juez de la causa, á fin de obtener una opinión más que le asesorase; y con fecha 8 de Setiembre emite su opinión que está en un todo conforme con la del anterior, ó mejor dicho, se pronuncia por creer que el tal V... está gozando de perfecta salud mental y física; y asi continúa el procesado hasta Diciembre de 1886 en un estado completo de salud. Ll 17 de Enero de este año el primer médico en- cargado de V... B..., á los cinco meses días más ó menos, tiene el gusto de ver asegurada la curación de aquella épo- ca, el 23 de Agosto, época en que no era posible afirmarse si con una tregua ó periodo lúcido ó era la convalecencia que ha terminado con la sanidad confirmada según opinan ambos médicos.

Y por último, consultándose la declaración que presen- taron estos mismos peritos en la Casa General de Enagena- dos en 10 de Julio de este año ante el juez municipal de Santiago de las Vegas por delegación del juez de Guadalu- pe, se puede ver que la sanidad está garantida por un tiem- po bastante prolongado. El instrumento aludido dice asl: “que V... B... goza de perfecta salud mental de sus fa- cultades intelectuales se viene iniciando patentemente des- de las fechas de 23 de Agosto y 8 de Setiembre del próximo pasado año en que distinta y separadamente emitimos in- forme razonado sobre el estado de su razón; que este bienes- tar mental obligó al profesor encargado directamente de su observación y asistencia á proponerlo de alta por estar com- pletamente curado en 17 de "Enero próximo pasado: que el estado de V... es de que continúa en el pleno disfrute de su razón, y que por tanto es apto para ser libre, y debe ser considerado con justo derecho para vivir la vida del ciuda- dano libre, que como don preciado, tiene por norte y guía de sus deliberaciones y actos un cerebro perfectamente or- ganizado y que funciona fisiológicamente.

Como se echa de ver en lo que llevamos expuesto, hay un indivíduo con presunciones de haber estado enagenado

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144 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

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al cometer el acto agresivo ó sea al lesionar á P..., el cual al ingresar en el Asilo y durante todo el primer mes está bien; que después en este mismo lugar es preso de una ac- ción maniaca de la cual cura al cabo de algunos meses; que tiene una herencia mórbida más 0 menos bien declarada le- gltima; que en su infancia sufrió del cerebro según cuentan, y por último que este hombre es alcoholista.

Señores, ahi está un ser humano, un prójimo, que ha curado de una afección mental aguda, que se desenvolvió y desapareció ú la vista de los médicos del manicomio, lo cual es innegable, porque así lo certifica uno de ellos, el que ha llevado la observación; así es que es muy probable solamente que al agredir 4 otro estuviera fuera de su razón, no tuviera conciencia del acto, pero sin poderse afirmar si la causa fué la pasión, el alcohol ó la vesania.

Con tales datos puede decirse que D. J... V... es un campo abonado, para que se crea que ha estado loco, y que se puedan repetir en él esas perturbaciones mentales siem- pre y cuando se presenten circunstancias adecuadas, y por

tanto que la sociedad se vea amenazada una vez más, pues

esta curación, aunque real, puede ser transitoria, puesto que subsiste la disposición mórbida; y en virtud que la pregunta está hecha aunque determinadamente, en términos que abraza el presente y el porvenir, la comisión ha creido de su deber hacer esta aclaración antes de responder á ella, que es “sa. ber el estado mental del procesado.”

En vista de los atestados- facultativos consultados, la co- mision no puede menos que convebir en la sanidad dada por los médicos de la Casa General de Enagenados, y de proponer á V. S. que se conteste al juez de la causa, que D.J...V... B... es un hombre cuerdo actualmente— aunque expuesto á la recidiva. Habana y Octubre 9 de 1887.

Dx. Tomás I. PLasencia.

INDICE

NY A MebICcAs, FisIicAS Y NATURALES DE LA Ha- e o BANA= pública ordinaria del día 27 de Marzo de 1892, por el E Dr Vicente. de, la. Guardia SearetariO naa Widntribución á la profilaxia de las fiebres reinantes, por el Dr. J. 1. Torralbas... 105 AL ACADEMIA.—Sesión pública extraordinaria del 15 de Junio de 1892, el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. ......ovoccocoroononcancanncnonoooo 117 An Geológicas y Paleontológicas en la Región Central de la Isla, porel. .Dr.*Carlos dela LOPE Adan a cnn ca as idad aaa ASA «MM .MEDICINA LEGAL.—Informe en causa contra D. G... F..., por el Dr. Nuñez..... 125 ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Hiro e 130 MEDICINA LEGAL.—Informe en causa seguida contra D. JJ... V... y B.... por MN por heridas, por el Dr. Tomás L. Plasencia. .inooecootacnnniconocanosa nina DR ENTOMOLOGIA.—Contribnción al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número Y aparte).

Pags.

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

DI

Los ANALES DE LA ACADEMIA se puhlican el día 15 de cada mes. e

1:1 precio de la suscrición es de $3-50 centavos oro por semestres adelantados en la Habana, y $4-50 centavos oro en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del Sr. Suuvalle; la Mammaloyía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología, Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estadio de" los Moluscos Cubanos, porel Sr. Arango y Molina; y la Pe tología y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay. 3

DE LA

[REAL ACADEMIA

DE

CIENCIAS MEDICAS MSICAS Y NATURALES

DE LA HABANA.

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4

REVISTA CIENTIFICA

DIRECTORES:

D. José IX. Torralbas y D. WIarcos de J. WIelero.

- ENTREGA 336.

MS TOMO XXIX a . SETIEMBRE 15.

'

PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA DES - DIRIGIRSE DIRIGIRSE S AD DR- D. MIGUEL RIVA | pl Secretario general de la Real Academia de Ciencias, , TESORERO LE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA CAMPANARIO NUMERO as. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.)

HABANA.

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 49. 4 1892.

REAL ACADEMIA,

Sesión pública ordinaria del dia 1o de Julio de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES. Presidente, Dr. Lastres: Dres. Beato, Delgado, Nuñez, Plasencia (D. Tomás), Zamora, Torralbas ( D. Francisco ), Valdés, Saenz (D. Braulio), Cususo, Santos Fernández, Cubas, Melero, Bosque, Finlay, Pedroso y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión 4 la una y media de la tarde, se leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada.—Seguida- mente la Secretaría hizo presente que existía un acta co- rrespondiente ¿la sesión extraordinaria celebrada el 8 de Diciembre del año próximo pasado, época en la cual el Se- cretario que hablaba, no tenía el honor de desempeñar este puesto, que no había sido aprobada, y sometía 4 la conside- ración de la Academia, para no interrumpir la marcha de los hechos ocurridos y que deben constar en sus ÁNALES, sÍ, creía conveniente quese le diera lectura: la Academia acordó que así se hiciera, en consecuencia el acta citada fué leida y aprobada sin discusión.

Se dió cuenta de los libros é impresos recibidos y del novimiento de la Secretaría, que es como sigue:

CORRESPONDENCIA RECIBIDA. —Oficio y testimonio en causa T. xxix—19.

146 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

por imprudencia temeraria, seguida en el Juzgado de Ins- trucción del Centro, contra D. M... G... H..

Fué remitido á la Comisión de Medicina legal.

Oficio del Juez de Instrucción del Distrito de Marianao, con copia de las diligencias seguidas contra M... M. V..., por delito de atentado, amenazas y lesiones.

CorRESPONDENCIA REMITIDA.—KRemitido al Juez de Instruc- ción del Distrito Sur de Matanzas, informe sobre análisis de Unos vinos.

Bienroreca.—“La Tribune Médical;” 2? série, números 22 y 23.

“La Revista Dosimétrica”; año 14%, núm. 160.

“¿La Medicina Popular”; año v, núms. 14 y 15.

“La Independencia Médica”; año xxvrr, ns. 33, 36 y 37.

“Gaceta de Instrucción Pública”; n* 112, año 1v.

“El Progreso Médico”; año 1v, núms. 6 y 7.

“Repertorio Médico-Farmacéutico”; año 11, n? 7.

“Revista de Ciencias Médicas”; año vir, n? 12.

“Anales de la Sociedad Odontológica”; año xtt1, n? 6.

““*El Eco de las Damas”; año 1, núms. 29, 30 y 31.

“Revista del Foro”; año 32, n? 51.

“Gaceta Médica de México”; tomo xxvIr, núms. 10 y 11

“Gaceta Médica de Granada”; año x, núm. 214.

“Archivos de Ginecología y Pediatria”; año v, n? 16.

“Gaceta Médica Municipal”; año 1, n? 1.

“Revista Cubana”; año xvur, n? 6.

“Boletín de Medicina Naval, año xv, n? 5.

“La Abeja Médica”; año 1, n? 6.

“Anales del Ministerio de Fomento”; 1 t. á la rústica.

“Gaceta Médica Militar de México”; tomo 3? (Comunica- ción publicada en los AwaLes, Setiembre 1892). núms. 4, 5. 6 y 7,8, 9 y 10,

“Estado de la mortalidad en el Distrito federal de Mé- xico en Junio de 1890”; varios ejemplares.

“Zoología” (un cuaderno) “Cloristenia?.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 147

Un cuaderno sobre plantas (Bremen).

“La inmunnidad y las inoculaciones preventivas”; por Velazquez de Castro, un cuaderno.

“Observatorio meteorológico Central de México”; Bole- tin mensual, varios pliegos.

“Medical Journal Brookling”; vol. vi, n* 7

Pasando á la orden del día;—el Dr. Valdés, ponente de turno, leyó un informe en consulta del «Juzgado de la Au- diencia en causa seguida contra D. M... M..., por el delito de atentado, amenazas y lesiones, el Dr. Valdés, ter- mina su informe con las siguientes conclusiones: 1* La defi- ciencia del documento remitido no permite fijar ni pruden- cialmente el tiempo que tardaría en sanar el individuo herido á quien se contrae el informe. 2? se individuo ne- cesitó, forzosamente de asistencia médica, pero no es posible precisar cuanto tiempo debió durar esa asistencia á causa de la deficiencia que se deja indicada. 3 La lesión que mo- tiva la consulta impide al que la sufre, como Celador de Policia, dedicarse á sus ocupaciones habituales, mientras no sane. 4? La lesión de referencia pudo ser causada en las con- dicinoes señaladas en la consulta, pero los datos remitidos no autorizan para afirmar ni negar que aquella fué causada en esas condiciones. Sometido á discusión el informe fué aprobado.

Continuando la orden del día, toma la palabra el Dr. Ca- suso para tratar de la discusión ya iniciada en sesiones an- teriores acerca de la conducta que debe seguir el tocólogo en los casos de retención placentaria (comunicación publi- cada en los AwaLes, Setiembre 1892). Antes de pasar al es- tudio de tan interesante asunto, cuenta de dos nuevas operaciones de laparatomia llevadas á efecto últimamente en el Hospital de Higiene, lugar donde se observa, gracias á los inteligentes cuidados del Dr. D. Claudio Delegado, con precisión matemática, todos los preceptos que requiere la antisepsia más rigurosa. Felicitase el Dr. Casuso del éxito

148 DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES

obtenido en las otras dos operaciones anteriores á estas úl- timas, cuyo éxito dice no sido debido á otra cosa que á la verdadera antisepsia que como hace constar es de rigor en la Quinta de Higiene.

Termina, por último, súa comunicación haciendo un lla- mamiento de nuevo á los señores Académicos que figuran en la Comisión de Tocología para que se sirvan intervenir en la controversia sucitada, emitiendo cada uno como es su deber, la opinión que pueda tener, en completa li- bertad; suplica, á4 los Sres. Cubas, Machado y Torralbas, que han ofrecido contribuir con sus observaciones en esta discusión de Tocología, para que tengan la bondad de expo- nerlas en una de las próximas sesiones.

No habiendo otro particular de que tratar por el mio- mento, se dió por terminada la sesión.

-+

CONDUCTA DEL TOCOLOGO

En los casos de retención placentaria. (CONTINUACION.) Señores Académicos: Señores.

Antes de entrar en el estudio del tratamiento de las re- tenciones placentarias voy á dar cuenta de dos Operaciones practicadas en la Quinta de Higiene, guardando las riguro- sas prescripciones antisépticas que: alli observamos siempre, importantes en todos los casos, pero mucho más necesarias que en ningún otro caso, cuando se trata de la intervención quirúrgica en la cavidad abdominal. |

En la sesión anterior di cuenta de una laparotomia por preñez extrauterina, y hoy puedo afirmar que la mujer está completamente curada. se caso apesar de la gravedad que consigo llevaba, no fué seguido de ningún accidente, y esto, junto con la rapidez de la curación nos hizo perder todo temor en lo que á la huisterectomia se refiere.

Hace dos años dando cuenta del resultado obtenido en una histerectomia, manifesté que desistía de practicar his. terectomias mientras no estuviera en mejores condiciones para operar. En efecto, de 15 4 16 practicadas por fibroma uterino, el resultado no podía ser peor. Una, salvada mila- grosamente y las demás murieron en las 24 primeras horas por peritonitis séptica. Ultimamente he practicado dos; obteniendo en ambas un éxito brillante.

150 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

La primera fué por un tumor pequeño, —este que veis, que fué extirpado junto con las trompas y los ovarios; pre- sentando éstos algo muy curioso. Uno de los ovarios pre” senta un cuerpo amarillo de formación reciente y el otro una vesicula de Grasí próxima romperse (esta enferma fué operada cuatro días antes de la época que debía corres- ponder su periodo catamenial) lo que se comprueba por el desarrollo de la vesícula próxima á romperse. En el otro ovario había una vesícula rota recientemente pues contenía sangre y restos del disco proligero.

La trompa correspondiente al ovario que presentaba la vesicula próxima 4 desgarrarse, estaba quística en sus dos tercios externos, había una hidrosalpingitis y el ovario esta- ba más aumentado de volúmen á consecuencia de la hipere- mia del periodo catamenial.

La enferma operada el 25 del pasado está fuera de peli- ero y curada sin que nada haya interrumpido la marcha de la curación. Quedaba salvada la dificultad, había desapare- cido el terrible azote de la. peritonitis séptica, que siempre se debe al operador, no á la operada.

Ya desistí de practicar la histerectomia porque las con- diciones en que me encontraba colocado no eran rigurosa- meute antisépticas; pero hoy gracias al particular empeño del doctor Delgado por perfeccionar los medios operatorios, por rodear á la enferma de los mayores cuidado para salvar todo lo que pueda contribuir 4 la agravación de un pronós- tico grave ya de por sí, he podido obtener un nuevo éxito en una nueva segunda histerectomia. El 2 de Julio fué rea- lizada. Tratábase de un tumor más voluminoso, que fué ex- tirpado junto con las trompas y ovarios, seguida de igual éxito que la primera.

Tenemos pues dos histerectomias seguidas de curación. Lo digo no por colocarme encima de los que aquí operan, pues ya antes se me habían muerto cuatro ó cinco; sino que lo digo, para demostrar lo indispensable que es, proceder

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 151

con rigor en las precauciones antisépticas para obtener un feliz éxito.

El día 8 del mes que cursa, en la misma Quinta de Hi. giene, gracias al entusiasmo de su Director, hemos practi- ticado una nueva operación. Se me acusa de que siempre estoy censurando; es una acusación injusta y apasionada. Mas bien me corresponde el que se dijera que soy fanático por la justicia y la prueba la tenemos en el Dr. Delgado; nosotros hemos tenido discusiones ardientes, acaloradas y le hecho justicia cuando se lo merece, y como ahora por lo hecho para poner á gran altura la ginecología en Cuba.

La última operación es menos grave, una piosalpingitis con ovaritis derecha. Jl tumor ovárico no pediculado, esta- ba incluido en el ligamento ancho, era pues grave por lo difícil de su extirpación. Solo nos quedaban dos caminos, Su abertura y sutura en la pared abdominal (marsupializa- ción) lo que trala tras de sí, un tratamiento muy prolonga- do, ó bien descorticar el tumor, enuclearlo y suturar las dos hojas peritoneales que lo cubrían estableciendo el dre- naje vaginal, sobre cuya importancia llamo la atención de Su Señoría. |

En efecto, en algunas operadas, si no hubiéramos esta. blecido el drenaje, hubieran sobrevenido complicaciones sépticas por retención y absorción de productos infecciosos; pero por el drenaje de Simon todo lo que se segrega sale y no depositándose ni descomponiéndose, la curación es más segura, más probable.

Esta operación por el volúmen, variedad y sitio del tumor tenía gravedad. Los tumores pequeños no distendiendo la cavidad, no permiten maniobrar en ella porque los intesti- nos se ponen por delante del tumor. Como no teníamos una mesa para colocar á la mujer en la posición de Fredelem- burg, esto es, la pelvis más alta que el torax para que los intestinos desciendan hácia el diafragma, fué preciso colo- car á la majer en la posición común y por ello tuvimos que

152 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

luchar con los intestinos que ocupaban el espacio delante del tumor, pero entonces recurrimos á su extracción duran- te media hora, tiempo que tardamos en la enucleación y separación del tumor. Es la única parte grave que me hace desconfiar del éxito; sin embargo está en buenas condicio- nes, después de haber transcurrido 48 horas.

Terminada esta relación voy á entrar en la antiquísima orden del día, en el tratamiento de la placenta retenida, Está echada en olvido, cuestión tan seria éimportante y que realmente preocupa á todos enfrente de un caso; pero aquí parece un objeto risible, aunque yo siendo, exageradamente tenaz, he logrado que lleguemos á tratar del particular.

Han tomado parte fuera de la Academia los Dres. Pérez Miró, Weiss, Barrena, Fors, (de San Diego los Baños), An- oles y otros, y entre los académicos tenemos a los doctores Torralbas, Santos Fernández, Tamayo, Lavín, Machado y Cubas. Dejemos á un lado á los que no pertenecen á la Cor- poración y entre los que pertenecen, tenemos, que en una Comisión de partos en que figuraron 4 académico, doctores Plasencia, Machado, Beato y yo, tenemos solo la promesa del Dr. Machado y de los demás ni siquiera eso.

En una Corporación Cientifica como ésta por el concepto que goza, si no se le importancia ¿ este asunto, por los especialistas que en ella figuran, ¿qué se deja para los espe- cialistas de fuera? Si el especialista que aquí figura tiene conocimentos cientificos, es justo que fuera de aquí, se juz- gue también especialista y si se le pide su opinión en una junta no puede negarse á darla. Es, pues, más deber darla aquí, donde no hay interés que el bien y el prestigio de la Corporación, en tanto que fuera de aquí, hay el interés del metal. Yo propogo pues, un voto de censura para los seño- res de la Comisión que titulándose especialistas no vienen aquí á dar su opinión: no se puede ser académico partero sin demostrar que se es partero.

Entremos en la cuestión. No tenemos que ocupar el abor-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES

153

to distinguiéndolo del parto, es decir basamos sobre la via- bilidad y no viabilidad del feto para trazar nuestra conduc- ta. Enel aborto hemos de distinguir un período ovular, otro embrionario y otro fetal; distinción antigua aceptada por Gueuiol que tiene gran importancia para el tratamiento; no es pues, una división caprichosa.

ll aborto ovular se realiza en el primer mes; el embrio- nario hasta el tercer mes y el fetal hasta fines del sexto, hasta la viabilidad del feto.

El período ovular la mayor parte de las veces, el aborto pasa desapercibido, se verifica en un solo tiempo; las adhe- rencias son tan laxas, tan ligeras que muchas veces, se cree en un simple retardo de la menstruación, siendo expulsado el óvulos con los coágulos sin que la mujerse de cuenta y sin que sobrevengan complicaciones.

En el periodo embrionario, del primero al tercer mes, el aborto es más lento, pudiendo hacerse en un solo tiempo; pero otras veces se rompe la bolsa de las aguas; el embrión se pierde en los coágulos, quedando retenida no la placenta que aún no está organizada, pero el resto del huevo con las vellosidades coriales que se adhieren á la caduca ovular, no tiene adherencias suficientes para que ésta siga á la expul- sión del embrión. Casi nunca es necesaria la intervención y ésta se limita á las precauciones antisépticas, lavado, y al taponamiento en caso de hemorragia. Esta es la conducta general; no diremos nada de los casos especiales pues en ésto obrará el partero según el juicio que forme ante la par- turiente. En el juicio embrionario sentamos como princi- pio la espectación.

No sucede asi en el periodo fetal, del tercero al sexto mes, en que más se asemeja el aborto al parto á término. En esta época la placenta está organizada, las vellosidades co- riales atrofiadas y las caducas soldadas; las fibras uterinas más desarrolladas. La expulsión del embrión no se realiza

en un solo tiempo. Rotas las membranas, es expulsado el VIA 0:

154 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

óvulo, el cordón delgado se rompe, no debiendo ser nunca objeto de tracciones. Roto el cordón y retenida la placenta, importa saber la conducta que debe seguirse.

La placenta es más voluminosa que el feto, es decir, que éste no le abre paso á aquella. ll cuello no está borrado y existe junto con el sesmento inferior. Expulsado el embrión el cuello se estrecha, tiende á rehacerse rápidamente, por que solo está dilatado, no borrado, —formando un conducto de gran longitud.—De paso diré que en este periodo hay contraindicación absoluta al empleo del cornezuelo de cen- teno, siempre que el útero esté ocupado, pues cierra la puerta de salida sin que luego pueda vencerse la retractilidad del órgano uterino. J)e consiguiente es mala la costumbre de administrar el cornezuelo en las hemorragias uterinas, y debemos oponernos á ello. Hay medios más poderosos, más racionales, el lavado y el taponamiento que no dañan, que no dejan huellas cuando se hacen asépticamente; lo contrario sería emplear un tratamiento por el que se obtie- nen resultados opuestos al que se busca.

Expulsado el feto, retenida la placenta, y aquí voy á con- testar al Dr, Machado que está de temporada, aunque no para pasar visita en la (Quinta del Rey, diré que llamo pla- centa retenida á la que permanece en el interior del órgano uterino transcurrida una hora de la salida del feto á térmi- no; dos horas en el parto prematuro y cuatro ó cinto en el aborto.

Si la placenta está aún en el interior del órgano uterino y han pasado cuatro ó seis horas y apesar de las contraccio- nes uterinas el cuello se rehace y el conducto cérvico uterl- no se estrecha, debe procederse á la extracción manual, por que bien lavadadas las manos, aséptica la vagina y el útero la extracción manual es inocente, no puede tener más accl- dentes que la rotura del útero que no le sucede á uno que sepa andar con ¿l y la septicemia que puede evitarse.

La extracción manual es rápida, benigna y favorable;

pero si el canal cerrado no permite pasar dos dedos ¿qué hacer? Yo no procedería á la intervención operatoria; haria un lavado intrauterino antiséptico, y el taponamiento en caso de hemorragia, esperando algunas horas, que bastan para la dilatación del cuello y expulsión de la placenta.

Yo no fijo tiempo para la intervención instrumental, orl- gen de la lucha entre los tocólogos; no es cuestión de reloj, no es preciso ser absoluto, sino solo sentar los principios generales.

Doy por sentada la intervención manual á las 6 horas y solo en caso de accidente intervengo más rápidamente. Pero siempre parto del principio “más vale precaver que curar”, de ahí que siempre prefiero operaren mujeres no sépticas en que nada tengo que esperar, que no en las ya sépticas en las que hay que esperar á la mayor gravedad.

Del tercero al sexto mes doy preferencia á la intervención manual sobre la instrumental, porque el dedo tiene fuerzas suficientes para desprender la placenta y solo en casos de degeneración 0 esclorosis de la placenta intervengo instru- mentalmente.

Hoy día en que se puede deprimir el fondo del útero por el hipogastrio y fijarlo por el cuello por medio de pinzas de sanchos, dos dedos tienen longitud suficiente para recorrer toda la pared del órgano uterino, No hay instrumento que proceda con tanto tacto y la placenta es muy grande para ser extraida por la cureta por lo que requiere gran pacien- cia; la cucharilla cortante es perjudicial y la roma no vence la resistencia de la placenta.

Al término de la vestación las paredes del útero son más delgadas y la cureta puede perforarlas v es más grave dicha rotura si la rotura es de chorro, no por la rotura que hoy día sabido es no son mortales siempre, sino porque puede .verterse el líquido irrigado en la cavidad abdominal, sobre- viniendo accidentes graves. ls, pues, mejor, pasar de pru- dente que quererlo sacar todo, y sacar la pared del útero.

156 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Si hay accidentes, intervenir 4 cualquier precio. La dila- tación del canal cérvico uterino es suficiente para permitir el paso de la cureta y maniobrar; es: una operación fácil é inocente.

Si no es posible la intervención manual y sobrevienen accidentes, debemos recurrir á la intervención instrumental.

Pasemos ahora á la parte más importante, á los casos de parto á término. Ya he dicho que si permanece más de una hora después de la expulsión del feto, hay retención; pero tenemos que distinguir la retenida y la adherida.

La placenta retenida puede estar desprendida y cuer bien sobre el anillo de Baudl ó en la vagina. lu la placenta re- tenida sin adherencia, no debemos dudar, la expresión ute- rina solo 6 combinada con la tracción es muchas veces sufi- ciente. Son casos estos en que el médico obtiene reputación sin ningún trabajo; la placenta cae en el saco vaginal pos- terior y permanece alli 6 1 8 horas sin ningún accidente; llega el médico y basta la presión del fondo del útero y una ligera tracción sobre el cordón para que salga y se asombren los circunstantes.

Pero puede estar retenida por contracción parcial del ór- gano uterino, por encasquillamiento, del que existen mu- chas variedades aunque solo nos acuparán dos: adherida la placenta y desprendida pero habiendo el órgano, sufrido variaciones en su forma, constituyendo un anillo artificial se encuentra, una la ámpula superior y parte en la inferior. El mecanismo del encasquillamiento es siempre igual.

¿Qué hacer? El diagnóstico, excepto en las mujeres gruesas en que la pared no es lo suficiente delgada para apreciar la disposición de los órganos genitales internos es sumamente fácil. La conducta debe ser nunca esperar. Proceder inme- diatamente á su extracción.

Se me dirá es una contracción espasmódica y elia cederá será verdad en los músculos de fibras estriadas, no en los

de lisas. La administración de cornezuelo de centeno pro-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 157

duce una contracción tetánica sin intermitencia de ningún género, sino siempre tetánica. Y si á4 esto agregamos que la observación minuciosa de los casos clínicos nos dice que el anillo no se borra aunque transcurran varias horas entre la muerte y la necaopsia, de aquí que recomendemos el que la intervención debe ser rápida y activa.

Administrar el cloroformo, no para relajar el anillo for- mado, sino para relajar las paredes abdominales y vencer la resistencia fácilmente, se introduce la mano y se abarca con ella la placenta; la parte no desprendida se decola fácilmen- te, porque no es la adherencia la que produce la retención.

Mujer que se deje con la placenta dentro del útero por una contractura de éste, es mujer muerta porque no es po- sible que se retenga sin que se pudra é infecte á la mujer á pesar de algunos casos en que se ha expulsado á los 13 días sin accidentes. Pero esto no puede servirnos de guías. Lo raro del caso indica que esa conducta debe seguirse; pues porque en una mujer murió el feto después de haberse ini- clado el parto y roto la bolsa: sufrió la putrefacción, fué eliminándolo y curó, no debe creerse sea así siempre.

Siendo una operación benigna, no debe aguardarse; esto es más grave.

En casos de adherencia placentaria no aguardar; no fijaré tiempo para la intervención. Solo diré que no dejaré una mujer con su placenta en el útero marchándome de su lado; antes de salir de su casa, la extraeré. Examinaré á la mujer de tiempo en tiempo; si persiste la retención, si se retrae el conducto cérvico uterino, lo tendré en cuenta, pero no deja- a una mujer después del 6? mes con la placenta.

La intervención tiene menos peligro que el forceps y éste muchas veces se aplica sin necesidad. ¿No es mejor interve- nia cuando el órgano uterino posea aun sus propiedades contráctiles? ¿No es mejor aprovechar el momento que sigue al parto, que por su contractilidad el útero tiende á oblite- rar sus vasos, que aguardar á que sean menores las propie-

158 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

dades contráctiles? ¿No es mejor operar en una mujer que no haya tenido hemorragia que después de tenerla? ¿No prueba la estadistica que tras la hemorragia es mas segura cualquier complicación. ¿No sabemos que á mejor constitu- ción mayor resistencia? Pues, entonces ¿dá qué aguardar á que venga una hemorragia y sobrevenga la fiebre, para in- tervenir, para abrir un puerta á terribles accidentes? Voy á suspender por hoy mi tarea, no sin antes suplicar á los Dres. Torralbas, Machado y Cubas que en la próxima sesión den su opinión por palabra d por escrito. Se trata de sumar opiniones para dar valor 4 la conducta que se acon- seje deba seguirse. De la discusión habrá pues, de brotar la indicación. Dr. G. Casuso.

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 24 de Julio de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Presidente, Dr. Lastres: Dres. Riva, Plasencia (D. Tomás ), Farcía, Castellanos, Ramos, Plasencia (D. 1.), Montalvo, La Torre, Torral- bas (D. J. 1.), Saenz (D. Braulio), Cubas, Santos Fer- nández, Machado, Domínguez, corresponsal, Montané, Donoso, Delgado, Benasach, Lavín, La Guardia, Se- cretarlo.

Abierta la sesión á la una y media de la tarde y leída el acta de la sesión anterior fué aprobada.—Se dió cuenta del movimiento de la Secretaría, que es el siguiente:

CORRESPONDENCIA RECIBIDA. —KRecorderis del Juez del Cen- tro acerca del informe pedido en causa contra D, M... G..., por imprudencia temeraria.

Comunicación del Comandante General de Marina salien- te, participando á la Academia que cesaba en ese puesto.

Oficio del Sr. Comandante General de Marina entrante, participando la toma de posesión de dicho cargo. ¡Invitación del Gobierno General para el besamanos en Palacio, con motivo del cumpleaños de la Reina Regente, el 21 del mes actual. Comisión nombrada, Dres. Santos Fer- nández y La Guardia.

160 , ANALES DE LA REAL ACADEMIA

CorRESPONDENCIA REMITIDA.—Remitido al Gobierno Gene- ral informe sobre honorarios médicos reclamados por el Dr. D. A... 0... al Ayuntamiento del Cano.

Después se anotaron los libros é impresos siguientes:

BigLioreca.—-“International medical Magazine”; vol. 1, nú- meros 4, 5 y 6.

“Catálogo de Botánica”; un cuaderno.

“Memoria y Revista de Sociedad Cientifica “Antonio Alzate”; tomo v, cuadernos números 7 y 8.

““Anales de la Sociedad Española de Historia Natural”; tomo xx, cuaderno 3 y cuaderno adicional.

“La Independencia Médica”; año xxvH, núm. 39.

“Archivos de Ginecología y Pediatria”; año v, núm. 17.

“Revista de Ciencias Médicas”; año vn, núms. 13 y 14.

Intre los libros recibidos se hizo particular mención de la obra del Dr. Albarrán, Socio de Mérito de la Corporación, acordando la Academia que se le dieran las gracias y al mismo tiempo que la Secretaria lo felicite 4 nombre de la Corpora- ción porel brillante triunfo obtenido últimamente en las opo- siciones, que dieron por resultado su nombramiento de Pro- fesor agregado de la Escuela de Medicina de París; igual- mente acordó la Academia quese dieran las gracias al Dr. Diago, que había enviado su tésis acerca del “Empleo de los evacuadores permanentes de la vejiga por la vía hi- pogástrica.” |

Pasando á la órden del día, después de hacer constar el Sr. Presidente que asistía á la sesión el socio corresponsal, Sr. Domínguez, tomó la palabra el Dr. La Torre é hizo una comunicación oral sobre “Observaciones geológicas y paleon- tológicas en la Región Central de la Isla de Cuba” (comu- nicación publicada en los AxaLes, Agosto 1892). Termina- do el trabajo del Dr. La Torre, que dona á la Academia la colección geológica que acaba de pre-sentar, la Presiden- cia, dándole las gracias expresivas por lo que hacía, lo fe- licita por su notable conferencia considerándola bajo todos

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 161

conceptos digna de la reputación justificada de que goza el Dr. La Torre, como hombre de ciencia á la par que dotado de una esquisita laboriosidad.

El Dr. D. José L Torralbas lectura á su trabajo, ya anunciado. que titula: “Contribución á la profilaxia de las fiebres reinantes”; (publicado en los Awares, Agosto 1892). Estima el Dr. Torralbas que de dos meses á esta parte vie- nen notándose numerosos casos de fiebre que por ser muy repetidos, causan la consiguiente alarma en las familias y para él en su mayor parte constituyen formas variadas de fiebres tifoideas, y desde luego es de aceptarse que esta ciu- dad atraviesa una epidemia, aunque no muy extensa, que la mayoría de los casos no revisten suma gravedad; aunque todos ellos presentan signos que les son comunes, enumera detenidamente todos estos signos que vienen á corroborar lo que ha dicho, y por lo tanto hay que colocarlas en el grupo de las tifoideas. En particular, estudia las causas productoras de ese padecimiento, ya en lo que se refiere al agente patológico, tal como el bacilo de Eberth,. ya á las causas generales que como desgraciadamente se ha probado abundan en este pals, y entre estas últimas señala, sobre to- do, el contagio por el agua destinada al uso general de la po- blación, por último, se extiende en consideraciones ad-hoc, acerca de las medidas profilácticas que han de tomarse en esos casos y que nunca de ningún modo deben ser olvidadas por los profesores que tienen á su cargo la asistencia de en- fermos atacados de fiebre tifoidea.

Sometido á discusión el trabajo del Dr. Torralbas, pide la palabra el Dr. Montalvo, y expone: después de felicitar al Dr. Torralbas por su comunicación que estima de extra- ordinaria oportunidad, cree que ha cometido un lapsus que considera de importancia, y es que ha tratado indistintamen- te como productor de la fiebre tifoidea, lo mismo al bacilo de Eberth que al bacilo coli-comuni, en esto parece que no

está en lo justo, y desearía que el Dr. Torralbas concretara TAR 21:

162 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

su opinión acerca de este particular; además cree que debía haber distinguido la diarrea infecciosa de Sevestre, que causa grandes extragos en los niños y que algunos profeso- res confunden con la fiebre tifoidea.—Otra de las causas que no ha señalado, muy frecuente en las poblaciones, es sin duda, el contagio, ó mejor dicho, la infección por la leche. En esta ciudad, en época anterior se cometió la in- famia de hacer entrar el agua de la Zanja con objeto de servir de obstáculo á la construcción del canal de Vento, la obra de Albear: en esas aguas se lavan numerosas vasijas, no solamente de la población sino de sus cercanías, el bácilo se deposita en esas vasijas; además la leche para nuestro uso es bautizada con esa misma agua, causas que explican suficientemente la producción de la fiebre tifoideu por la leche. Hace algunos años pudo comprobarse en Londres, que por solo lavar las vasijas destinadas á conservar la leche en un riachuelo infectado, con esa leche se habian originado algunos casos de fiebre tifoidea y entre les cuales cayó co- mo victima uno de los hijos del Dr. Murchinsson. El Dr. To- rralbas se ha ocupado de los vestidos, de las esponjas, de las sábanas, bajo el punto de vista de la desinfección, pero no insiste, como debiera, acerca de la desinfección de las ma- terias fecales. Es preciso que el enfermo evacue sobre un recipiente que contenga un antiséptico enérgico y el mejor es el cloruro de cal; también se hace necesario que las letri- nas á su vez sean desinfectadas con esa misma sustancia.

ll Dr. Santos Fernández. En esta Academia y en época anterior se ha dudado de la existencia de la fiebre tifvidea, entre nosotros, basada esa duda únicamente en el cuadro clínico- Las preparaciones que el Dr. La Guardia presentó á la Academia comprobaron de un modo terminante que la fiebre tifoidea existía en la Isla de Cuba, después del descu- brimiento del bacilo de Eberth la duda sobre ese particular ya no es posible, el Dr. Dávalos lo ha encontrado en aguas procedentes de Matanzas. Hasta ahora en el agua de la Zan-

o

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 163

ja sólo se ha podido encontrar el bacilo coli-comuni, v en el Laboratorio de la Crónica se espera encontrar el de Eberth para lo cual se trabaja asiduamente. El Dr. Torralbas nos ha hablado de los filtros Chamberland, que por lo general han gozado de gran crédito; desgraciadamente ese crédito va disminuyendo, y en filtros de Chamberland traidos expresa- mente de Paris por el Dr. Madan para el Laboratorio de la Crónica, se ha comprobado siempre el paso de gérmenes d¿ travez E sus paredes, aún en aquellos que se usaban por primera vez.

Ll Dr. La Guardía manifiesta cue no va á discutir la existencia de la fiebre tifoidea en la Isla de Cuba, que ac- tualmente es un hecho comprobado, no solamente como ha dicho el Sr. Santos Fernández por las preparaciones qne tuvo el honor de presentar 4 la Academia en otra época, sino además y anteriores á él por los trabajos del Dr. Giralt y sus discípulos. Quiere llamar la atención acerca de otra clase de fiebres muy común en esta capital que no ha sido estudiada, que se caracteriza tan sólo por un estado febril con- tinuado en-el cual se notan” temperaturas á veces muv altas sin otra manifestación particular, que no ceden á la quinina, de muy larga duración y que únicamente desaparecen mer- ced al tiempo, pues llegan 4 durar treinta días, sesenta, y excepcionalmente, aún más.

El Dr. Montalvo. Hay en los niños, otras fiebres que son debidas al crecimiento, pero en estos casos junto á las alte- raciones de la temperatura aparece el dolor epifisiario que es característico. Otra clase de fiebre que también tenemos es la fiebre tifoidea lenta, nerviosa, que se lo mismo aqui que en Europa, sin fenómenos gástricos, ni pulmonares, de 30 4 40 días de duración, casi sin oscilaciones en la tempe- ratura, y que nunca ceden á la quinina. En lo que ha dicho se refiere únicamente á la cuestión clínica y desde luego lo hace con cierta reserva, pues no ha tenido oportunidad de efectuar autopsias ni tampoco investigaciones microscópicas.

164 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Considera en general que la clínica es de capital importan- cia, aunque desgraciadamente se halla algo abandonada, en su lugar predominan los estudios de Laboratorio. Recuerda haber visto en Paris 4 dos grandes clínicos, los Dres. Gran- cher y Damaschino llegar ú sus salas, presentar ligeramente la cabeza por la puerta, comunicar dos palabras al interno y retirarse enseguida al Laboratorio.

1 Dr. Torralbas: el Dr. Montalvo desea saber mi opi- nión acerca del bacilo de Eberth y el bacilo coli-comuni, y estima que he confundido al tratar de la etiología de la fiebre tifoidea ambos bacilos. El bacilo de Eberth es el que produce la fiebre tifoidea, y desde el momento que cito los trabajos de Widal y Chantemesse es de aceptarse que con ellos estime que el bacilo propio de la fiebre tifoidea, sea el de Eberth, y el coli es únicamente un acompañante, frecuentemente se hallan juutos. No se ha ocupado de hacer un diagnóstico diferencial con la diarrea infecciosa de los niños, pues el trabajo como lo indica perfectamente el membrete con que lo ha designado, no ha tenido en ningún modo ese objeto. Con relación .4 la infección por la leche, desde el momento que ésta se halla determinada por el agua que se le agrega, como se ha visto ya, ha tratado ese asunto. In lo que se refiere á la desinfección de los vasos del enfermo, cree que ya lo ha dicho, empleando para ello el sulfato de cobre prefiriéndolo al cloruro de cal, para esto se basa en que merced al sulfato de cobre ha podido preservar indefinidamente de toda clase de parásitos las colecciones de plantas que viene enviando hace tiempo á Alemania; por otra parte, dice, el olor del cloruro es en ex- tremo desagradable.

Al Dr. Santos Fernández puede decir que es el primero en reconocer las imperfecciones de los filtros Chamberland; pero que siendo en su materia lo mejor que se conoce, des- de luego se hace necesario aceptarlo con las citadas imper- fecciones, por último, y aqui se dirige al Dr. La Guardia, él

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 165

también ha observado esas fiebres continuas de larga dura- ción, que no son fiebres de crecimiento, pues lo mismo se ven en los niños que en el adulto, y que no consideran- do que reinen en la actualidad por eso no se ha ocupado de ellas.

El Dr. Saenz felicita al Dr. Torralbas por el estudio que acaba de leer, que considera de mucha oportunidad, pero en- tiende que no es posible hablar de tifoideas sin tratar de aque- llas otras fiebres que asemejándose por su marchu y sus con- secuencias, no tienen las mismas condiciones esenciales. Uree que en esas fiebres predomina una especie de hibridismo, que aún no se hu defivido: nadie niega la existencia de la fiebre tifoidea en Cuba, mucho más después de los trabajos del Dr. Giralt, del Dr. Valdés y de otros de sus discipulos, y ahora voy á citar un caso de fiebre que seguramente no €s fiebre tifoidea y que espero que el Dr. Torralbas tenga la bondad de esclarecer.

Un niño mio, de cinco años de edad, fué acometido de una fiebre intermitente al principio, después con irregula- ridad marcada sin someterse á tipo alguno, ofreciendo tan pronto exacerbaciones como remisiones, no obedeciendo á tratamiento de ninguna especie: todo lo que pueda creerse útil en caso tal, fué empleado siguiendo los consejos del Dr. San Martín, pero todo sin resultados. El vientre por intervalos elevado 6 deprimido, á veces con diarrea, otras, constipado cansado ya de toda clase de tratamiento fué trasladado al Vedado, desapareciendo allí todo su padeci- miento. ¿De qué se trataba? ¿Era una tifoidea? ¿Era una fiebre palúdea? No lo he podido saber. Igual á este caso se encuentran muchos en la Habana y es cuestión de impor- tancia clínica y capital que se hace necesario resolver.

El Dr. Plasencia (D. Ignacio): Hay en la Habana, dice, cierta clase de fiebres, como el caso observado por el Doc- tor Saenz: ha asistido próximamente unos treinta, durando la fiebre 50, 60 y más días, sin obtener con los tratamientos

166 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

empleados resultados de ninguna especie, en vista de lo cual, cansado ya de toda intervención ha aconsejado 4 las fami- lias, como único tratamiento el siguiente, alimento, vino y tranquilidad, con ese regimen todos estos enfermos han cu- rado; en estos casos la temperatura siempre ha sido eleva- da, fluctuando entre 393, 40 y 41 grado; ía fiebre se termi- naba siempre cuando en los pacientes se pronunciaba un estado de demacración.

El Dr. Lavín interviene para preguntar cuál era el estado del hígado y del bazo en los enfermos referidos, á lo que con- testó el Dr. Plasencia que no ofrecían dada de anormal.

El Dr. Torralbas, como ya lleva dicho, por ahora no se ha ocupado de otra clase de fiebres que de las tifvideas y afirma que los casos relatados por los Sres. Académicos que ]2 han precedido en el uso de la palabra, para él no cons- tituyen otra cosa que formas de fiebres tifoideas más d mé- nos leves.

El Dr. Montalvo: Que haya dudas respecto á la pireto- logía, se las esplica, pues es una de las partes más difíciles de la patología y así halla perfectamente justificadas las du- das manifestadas por los Sres. Saenz y Plasencia. Hace pre- sente que asistió 4 la epidemia notable del año de 1881. más extensa v de mayor gravedad que la actual, habiendo obser- vado casos perfectamente caracterizados.

Ha asistido 4 una niña, víctima de esas fiebres, cuya duración se extendió á 76 días, la cual fué vista en consulta alemás, por los Dres. Lundeta y Cabrera, que estuvieron «le acuerdo al asegurar que se trataba de una fiebre tifoidea; tuvo un caso de otro niño que llegó á 78 dias, en el periodo de convalecencia y descendiendo la temperatura ya 438 grados, se trasladó al Vedado y allícuró. Recuerda, por otra parte, que en los casos de fiebres tifoideas observados en la Isla de Cuba, no es común encontrar el bazo infartado sino más bien el higado y como tratamiento cree debe insistirse, sobre todo, en la desinfección intestinal y en la balneotera-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 167

pia; en definitiva cree que los casos señalados como anor- males son formas lentas, nerviosas, sin fenómenos abdomi- nales ni pulmonares de fiebres tifoideas.

El Dr. Santos Fernández expresa que el Dr. Montalvo se lamenta de que en absoluto se abandone la clínica por el Laboratorio; de ningún modo niega la importancia de la clínica, pero ese hecho señalado en los Dres. Grancher y Damaschino revela toda la importancia que tienen hoy los estudios del Laboratorio, por otra parte, le consta que el Dr. Montalvo concede gran importancia á los trabajos del Laboratorio, pero que, desgraciadamente entre nosotros, por lo general, se ven con alguna repugnancia.

El Dr. Montalvo deplora su incompetencia en los estu- dios del Laboratorio; pero cree que es á la cabecera del en- fermo donde debe formarse el médico y como ha señalado, hoy en Europa se nota alguna tendencia á abandonar la clínica por el Laboratorio: para que se vea toda la impor- tancia de la clínica y de los verdaderos maestros clínicos cita el hecho siguiente: “Hace poco tiempo tenía una de sus niñas atacada de flebre tifvidea, de repente se aco- metida de una disnea intensa sin que aparezca nada en el aparato respiratorio para justificar la disnea. Trata de en- contrar en los libros modernos la explicación de lo que ocu- rría; pero no halla nada, entonces recuerda á Murchisson y en una de las páginas de su interesante obra puede leer lo siguiente: “En el segundo período aparece la disnea inde- pendiente de lesiones pulmonares y renales.”

Terminado ese particular, se ocupa el Sr. Montalvo de otra enfermedad infecciosa que diezma á los niños, y dice: el Dr. Sevestre hace como cuatro años dió á conocer una bronco-neumonía unida á una enteritis infecciosa en aque- llos niños que un destete prematuro había colocado en pé- simas condiciones; los caractéres principales de esta infec- ción eran diarreas frecuentes de mal aspecto, de olor muy desagradable, altas temperaturas y fenómenos de bronco-

168 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

neumonia.—Lasegue en una de sus memorias sobre el cólera infantil al ocuparse del diagnóstico diferencial, dice: hay enteritis infecciosas que matan rápidamente al niño y que tan sólo se diferencian del cólera por la hipertemia que pre- domina en lugar de la hipotermia. -— El año pasado tuvo oportunidad de observar un niño de pocos meses, destetado al principio del verano, se recurrió á la alimentación artifi- cial, apareciendo muy prontu una diarrea frecuente de color oscuro, muy fétida, acompañada de una temperatura eleva- da, disnea muy marcada y que agravándose esos sintomas murió sin que bastare á detener la enfermedad el tratamiento empleado.

Más tarde ha visto otro niño del campo, al cual se le sus- pende el pecho, se recurre también á la leche de vaca, lo traen 4 la Habana en pleno verano, es acometido de diarreas frecuentes, fétidas, y además de una alta temperatura, apa- rece la disnea sin fenómenos bronco-pulmonarés de impor- tancia, sobreviene un colapso y el niño muere.-—El trata- miento seguido consiste en suprimir la alimentación artificial, dar al niño leche de mujer, la desinfección intestinal y los baños frecuentes, á pesar de ellos todos los niños han sucum- bido y á su juicio la enfermedad que ha indicado, no es otra que la diarrea infecciosa de Sevestre seguramente producida por el paso del bacilo coli al pulmón, de los intestinos, don- de puede permanecer 4 veces tranquilamente.

El Dr. Montané considera en extremo importante la co- municación del Dr. Montalvo, y en virtud de lo avanzado de la hora estima que es oportuno dejar la discusión iniciada para otra sesión, ofreciendo por otra parte traerá la Acade- mia un trabajo relativo á la diarrea infecciosa de los niños que tendrá el honar de presentar dentro de poco tiempo.

No habiendo otro particular de importancia de que tra- tar, se suspendió el acto, declarándose la Academia en sesión de Gobierno.

EL DR. D.JOSÉ E. RAMOS.

La Sección de Ciencias de esta Real Academia tiene que lamentar la desaparición de uno de sus distinguidos miembros.

Arrebatado repentinamente del seno de su amante fami: lia, el Dr. D. José E. Ramos ha dejado entre nosotros un vacio que no se llenará fácilmente: en edad, sino temprana, tampoco avanzada, cortó la muerte al herirlo una esperanza de la ciencia cubana; la Botánica, que entre nosotros no se cultiva aún tanto como sería de desearse, constituía para el Dr. Ramos el objeto principal de sus dedicaciones. Obser- vador paciente y estudioso se había dedicado desde los co- mienzos de su carrera al cultivo de esa ciencia en la que, ú fuerza de constancia y de inquebrantable empeño, logró distinguirse por sus extensos conocimientos.

Era el Académico, cuya muerte deploramos, uno de esos modelos de laboriosidad y constancia que con frecuen- cia vemos desarrollarse en estos tiempos, en que el trabajo abre las puertas del porvenir á todos ú casi todos los que con se dedican á él; huérfano de padre desde su infancia y sin poseer una herencia suficiente para cubrir con holgur: las necesidades de una familia, no muy corta, hubo de de- dicar los primeros años de su juventud al trabajo con que ayudaba á su respetable madre á continuar la educación de sus hermanos menores: de suerte que la juventud de nuestro colega fué absorbida por el trabajo y se pasó, escribiendo en

una oficina. 2

170 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Concluida ya la carrera de médico, que su hermano D. Antonio siguió con provecho, y terminada la educación de sus hermanos, comenzó nuestro amigo la suya también de miáédico, dedicándose desde que principió los estudios de filosofía á la Botánica, que más tarde había de constituir la principal de sus dedicaciones.

No nos permiten los estrechos límites de esta Necrolo- gía seguir paso á paso la historia de los conocimientos cien- tificos del apreciable colega, ni nos corresponde entrar en detalles, cuya enumeración compete al Académico que se encargue de su elogio; así es que nos limitaremos á consig- nar en estos renglones que fué Ramos un buen estudiante de Medicina, alcanzando en sus exámenes honrosisimas no- tas, que ejerció como médico aquí y en el extranjero, pues fué uno de los hombres que en los dias aciagos de la patria tuvo necesidad de gustar el pan amargo de la emigración, sin que nien esos días dejaran de ocupar su atenció 1 y quizás de endulzar su ostracismo, los estudios botánicos, que no abandonó ni un momento.

Académico desde 1868 sirvió siempre á esta Corporación aportando generalmente su contingente como botánico, lle- gando á ser Secretario de la Correspondencia extranjera durante un bienio, y presentando varios trabajos é informes de que en su día se dará cuenta; dedicose al servicio de la Academia con la mejor voluntad y dió siempre cumplimiento 4 toda comisión que se le encargó.

Por último, después de prolongada y constante labor, después de sin igual asiduidad y de venir desempeñando hacia ya años con el carácter de auxiliar, una cátedra de Botánica en nuestra Universidad, objeto de sus aspiraciones, logró obtererla en propiedad no hace un año por medio de recia oposición, y apénas había logrado su ideal, cuando la muerte le arrebató de entre nosotros.

Descanse en paz el amigo y compañero, y mientras el turno nos llegue, cuente que le guardamos un afectuoso recuerdo.

Z00LOGIA,

AEGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

Dos especies más describe Poey con el vulgar Patao, que son:

Qerres Brasilianus Cuv. Aletas ventral y anal, anaran- jadas. 1 pié de largo. (KRiep. £, ¡Synops.)

Gerres Patao Poey. Wentrales y anal negruzcas. Llega á 1 pié de largo. (Lbid, )

52. Mojarra. Moharra rhombea Cuv.

Descrita antes por Poey, con el nombre técnico Gerres rhom- beus Cuv. y el vulgar Patao. (Repert., Synops.)

Color oliváceo plateado. Aletas comunmente pálidas ó amarillosas: ventrales algo oscuras. Cuerpo romboidal, cor- to, rehecho, con el lomo elevado. Espinas dorsales altas y fuertes. Segunda espina anal muy fuerté. Lóbulos caudales largos y delgados. Pectoral larga. Longitud, 12 pulgadas. Antillas y Florida meridional.

Jordan di Gilbert de cuya Synopsis citada tomo los caracte- res que anteceden asignan á esta especie el técnico Gerres olis- thostoma Goode « Bean, con el vulgar frish Pompano.

53. Mojarra de casta, Zucinostomus .... (en Enume- ratio). Fajas verticales, pardas con reflejos variables, en nú-

JU —] Km

ANALES DE LA REAL ACADEMIA

mero de 6 á 8. Carne muy estimada. Abunda mucho. Al- canza 4 36 centímetros de largo.

J. G. nombran d esta especie Ferres cinereus Walbaum, con los caracteres que voy ¿4 extractar, al objeto de esta obra, como en la especie anterior.

Plateado. 6 4 8 barras azulosas verticales, en el lomo y los flancos. Lomo comprimido, elevado. Caudal profunda- mente ahorquillada. Es la especie más grande del género: alcanza 18 pulgadas unos 46 centímetros. p. 935.

54. Mojarra de ley. Zucinostomus pseudo-gula Poey. Cuerpo alargado. Sin fajas verticales. Dorsal escotada, ne- gra en su ápice. Común.

Carne exquisita. Alcanza 20 centímetros.

Habana. Vive en el puerto. Por lo amarilloso de sus nadade- ras, suelen decirla Mojarra de aletas amarillas.

En Puerto Rico llaman Muniama ó Moniama una especie que Poey nombra Eucinostomus aprion Cuv. Véase J. G., p. 583 sig. y 934 sig., sobre sinonimia de los Gérridos cubanos.

En San Juan de Puerto Rico señalan al Moniama un peso máx. de 92 grms.; la corrida, de Mayo á Junio; cons. loc. fresco,

2300 k. (1891).

Bajo el genérico vulgar de Mojarra, dispongo de los da- tos que siguen:

Habana. Máx. 1 kilo. Corrida, en Mayo y Junio. Arribazón, de Octubre á Enero. Nose exporta ni conserva. Cons. loc. fresco. Pesca anual: 16,790 k. Artes: cordel, redes, nasas. (1891).

Matánzas. Abunda. Desove, en Junio. Emigra después. (1881). Arribazón, de Octubre á Enero. (1891).

Mariel. De 500 grms. á 1 kil. Carne exquisita.

Cienfuegos. Máx. 400 grms. Arribazón, Diciembre y Enero: rios é interior del puerto. (1891).

Trinidad. Casilda. Máx. 500 grms. Corrida, Febrero y Marzo: todo el distrito. Arribazón, Diciembre y Enero: Calicito. Consu- mo local fresco: 400 kil. Pesca anual: 400 kil. Artes: redes, 2. Embarcaciones: chalanas, 2; tripulación, 4. (Vega, 1891).

Sagua. Isabela. Peso máx., 1 kil. (Dr. E. Cortés, 1892).

)

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 173

Tunas de Sasa. Máx. 1 kil. Acude todas las lunas (?) á la boca de los esteros. Exportación, vivo: 800 kil. Cons, loc. fresco, 200 k. (Escandón, 1891).

Remedios. Caibarién. Máx. 0'460 kil. Corrida, en Mayo, Junio y Julio, en los veriles. Arribazón, en costas de cayos y canalizos. Cons. loc. fresco: 5,200 kil. (Dueñas, 1891).

Santa Cruz del Sur. Máx. 360 grms. Es de poco consumo, y no se dedican á su pesca. Sedentaria (Carrasco, 1891).

Manzanillo. Máx. 0173 k. Vive en esteros y lagunas. Corrida, por la Cuaresma, en esteros y ríos. Cons. loc., fresco. [ Triana, 1891].

Cuba. Santiago de. Máx. 250 grms. Abunda todo el año. Con- sumo local, fresco. [ Elizalde, 1891].

San Juan. Puerto Rico. Máx. 138 k. Cons. loc., fresco, 13,802 kil. [J. Cortés, 1891].

Arroyo. Puerto Rico. Pesca anual, 46 kil. [Silva, 1891].

Cuentan en esta familia, en géneros diversos ó en distintas es- pecies del mismo género europeo, las que en Andalucía, Bilbao, Laredo, Vizcaya, Cataluña y Mallorca nombran Mojarra, con la pronunciación provincial correspondiente; las que en Guipúzcua llaman Mocharra y en vascuence Mujarrá.

ESPÁRIDOS. (Sparidi).

La denominación común de Peces de pluma que se did algunas especies de esta familia, se funda en que su primer interhemal primer interespinoso anal afecta la forma de una pluma, con el corte adecuado para recibir la vejiga na- tatoria. (Synops) En su mayoría se hallan en el gén. Cala- mus pluma en latín. Cuerpo comprimido, lomo elevado; cabeza gruesa, desnuda, anacarada, excepto los cachetes y opérculos, que son escamosos. Dorsal continua, caudal muy ahorquillada, pectoral de común muy larga. “Second inters- pinal bone of the anal enlarged, pen-shaped, cuya parte cónca- va recibe el extremo de la vejiga natatoria. (J. G. 927).

Además de las especies de Pez de pluma, cuentan 40 5 de Sargo, el Bajonado y la Cotonera. Carnivoros, se alimen-

174 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

tan de moluscos, cuyas conchas ó valvas rompen Ó trituran con sus poderosos caninos anteriores y sus dientes obtusos; y también de Erizos marinos, de cuyas púas suele hallárse- les trazas en los labios.

55. Bajonao, Culamus Bajonado Bloch « Schn. ls el preponderante. Cedo al deseo de seguir la descripción de Parra, muy notable para su tiempo, y más todavía en quien no frecuentó los grandes maestros, y sin embargo, detalla tan bien. Consigna sus cuatro dientes mayores en cada man- díbula, sobresalientes caninos y sus seis aletas: “una dorsal, que se coge todo el lomo, dos vugulares, dos pecto- rales y una del ano, con tres fuertes espinas en la parte an- terior.” Anota la cabeza morada v lo demás ceniciento. ln Puerto Rico nombran á esta especie Pez de pluma, y aquí también algunos.

Carne buena. Llega á 50 centimetros de largo, y 2% k1- los peso máximo.

Habana. Máx. 1% k. Corrida, Mayo y Junio. Arribazón, de Octubre á Enero. No se exporta. Cons. loc., fresco. Pesca anual: 33,580 k. Artes: redes, nasas. [1891].

Mantua. Abunda siempre. Corrida, en Abril y Mayo. Arriba- zón ó virazón, en Diciembre y Enero. [1880]. Datos posteriores, de conformidad.

San Cayetano. Máx. 2 k. Corrida, de Mayo á Junio, todo el distrito. Arribazón, de Octubre á Marzo. No se exporta ni con- serva. Cons. loc., fresco: 15.000 k. [ Milagros, 1891]. E

Mariel. De 500 gramos á 23 kilos. Carne buena. Abunda. [1881].

Cárdenas. Peso máx.1 k. [Morgado, 1891].

Remedios. Caibarién. Peso máx. 5750 kil. Corrida en Febre- ro, Marzo y Abril, por los veriles y lajiales. Cons. loc. fresco: 6,200 kilos. [1891].

Nuevitas. Máx. 3 kil. Cons. loc., fresco: 12,333 kil. [1891].

Todos, sin excepción, dicen Bajonao.

56. Pez de pluma. Calamus megacephalus Swainson. Cuerpo comprimido, lomo arqueado. Color aceitunado con

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 175

reflejos azulosos. Rasgos ondalosos azules en la frente y la región preorbital sobre el fondo común amarillento de esta parte de la cabeza. Aletas ventrales pálidas. Caudal bifur- cada, de lóbulo superior más ámplio. Desde las Antillas al N. de la Florida. (J. «%. G).

Carne buena. Lleva á 25 centim. de laroo y 2 kilos de e) (=p)

Nuestros pescadores llaman Pez de pluma á todo Calamus que la tiene, lo mismo que en Puerto Rico: en San Juan, Fajardo, Arroyo, le dicen Pluma simplemente.

Así, no fué dable evitar que en los datos se englobasen todos; si bien las especies de más cuenta están deslindadas.

Dos especies más de Calamus y dos de Grammateus nombra Poey, á saber:

C. orbitarius. Blancuzco con reflejos plomizos. Aletas pálidas: un borde verduzco « lo largo de la dorsal, pectorales amarillo- Sas, una pinta azul en el tronco pectoral. (Mem.)

C. macrops. Fondo común oliváceo, un tanto plateado. Flan- cos con listas aceitunadas oscuras. Una prominencia ósea agu- zada preorbitaria. Aletas ventrales pálidas. [J. G.]

G. humilis. Color de acero verduzco. Rasgo circular azul infraorbitario. Aletas verdosas: pectoral amarillenta, ventral mo- rada como la mandíbula inferior. Pequeño. (Synops.)

G. medius. Oliváceo algo oscuro: las fajas más sombrías del cuerpo y aletas, desaparecen en gran parte con la edad. Lis- tas azules delgadas en la reyión preorbital. Nadaderas pálidas: caudal poco bifurcada. 25 centim. de largo. [J. G.] Cuba y la Florida.

J. G. dejan esta especie con las demás en el gén. Calamus.

57. Ñargo. Llevan este nombre vulgar 4 especies del género Surgus y 1 del Lagodon.

Incorporadas todas por J. dí. G. al género diplodus de Rafines- que [p. 557], se expresa luego que el grupo Lagodon pudiera es- timarse como un género diferente del Diplodus. [p. 929].

No obstante de ser esta obra una mera revista de peces útiles por su concepto alimenticio, agrupación de datos aprovechables por quienes puedan y quieran formalmente; uo me parece extem-

176 : ANALES DE LA REAL ACADEMIA

poráneo— y puede que sea también conveniente el indicar al- go de lo mucho que hacer en punto á taxinomía, nomenclatura, etc., que espera á los capaces. Así se explica la ampliación suce- siva de este trabajo.

Sargus caribeerus Poey. Color de acero bruñido: 3 listas amari- llo de oro, longitudinales, sobre la línea lateral, y 56 6 debajo; una mancha negra en el hombro. Aleta dorsal, amarillosa; ven- trales, anaranjadas en la hembra, amarillentas y punteadas en el macho; pectorales verdosas, largas, puntiagudas; anal amariilosa, salpicada de negro, ahorquillada. [J. G., Poey in lit.] Común en Batabanó, de unos 20 centím. (Mem.)

Sargus tridens Poey. Incisivos 7 , fundamento del espe- cifico. 3 listas amarillas sobre la línea lateral, 5 debajo. Man- cha humeral negra. Ventral amarilla, las demás pálidas. 15 centim. (Lnum.)

Lagodon rhomboides Linn.

Nomb. vulg.: Salema 6 Sargo [F. P.]; Suilor's Choice [Goode]; Pin-fish, Bream [J. G.] Pocos peces tienen una sinonimia vul- gar tan recargada, en el litoral de los E. U.

Color aplomado, vientre blanco; listas azules y doradas horizontales, 4 los lados de la cabeza y en los flancos. Man- cha axilar oscura. Boca pequeña, con la mandíbula superior más protráctil que en las otras especies.

Abunda mucho en las costas norteamericanas, alcanzando de 10 á 12 pulgadas de largo. Tiéneseles allí en gran estima por su concepto alimenticio. Es el Sailor's Choice, según Goode, one of the most deliciously-flavored fishes of our coasts, etc.»

Stearns consigna que el desove tiene lugar á fines de invier- no ó principios de primavera. [Goode].

Del Mariel informan, que la carne del Sargo es regular y que pesa hasta 500 grms.

El Sargo andaluz pertenece al mismo género y distinta es-

pecie.

58. Cotonera, -— Sargus caudimacula Poey. Incisivos a

Blanco de plata. Una mancha negra abarca el borde supe- rior y los lados del tronco caudal, como expresa el especifi-

AAA

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 177

co técnico. Raro. Visto por Poey á mediados de Febrero, procedente de Cojímar. El individuo descrito medía 19 cen- timetros de largo. (_Mem.)

Spot-tailed Pin:fish. Desde Cuba hasta Carolina del Norte, abun- dando en Beaufort de este estado. Longitud, 5 pulgadas [J. «€ G]-

LOBÓTIDOS.

Unico representante de éstos en nuestra fauna ictiológi- ca es la

59. Biajaca de la mar. Zobotes surinamensis Bloch. Fondo común gris: negruzco en el dorso, plateado en los flancos: salpicado de negro. Esta semejanza del color con la Biajaca de río, funda el nombre vulgar.

Carne buena. Alcanza 7 kilos.

De todos los mares cálidos, Norte de las costas de los E. U: hasta Cabo Cod. Pez grande, ¿lega á 2 y 3 piés de largo. Se le llama Flasher. [J. «€ G-] |

Llámase también Triple-tail, porque su dorsal y su anal se pro- longan mucho hacia el tronco caudal; Black Triple-tail, Black Perch, porque el hermoso grís plateado que luce durante la vida se ennegrece después de muerto. Estimado en New-York, en Flo- rida, ete., tenido por uno de los de carne más fina. Sus grandes escamas plateadas alcanzan precio subido para hacer objetos de lujo y adornos. [Goode].

En Puerto Rico, le dicen Sama. Su área de dispersión es 1n- mensa.

QUETODÓNTIDOS. (Chetodontidi).

No cabe detenerse, por razón de utilidad, en las tres es- pecies de Ohirivita 6 Chirivica, en las 2 de Isabelita Angel fish de los americanos ni en las 7 ú $ de Parche, que es- ta familia comprende; notables todos por sus preciosos colo-

res, todos vegetÍvoros. T. xx1x.—23

178 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Muy cercana á ellos está la Puguala de Puerto Rico, que no tiene nombre vulgar cubano.

PIMELEPTÉRIDOS.

Las dos especies determinadas que siguen, representan esta familía en nuestro litoral.

60. Chopa blanca. Pimelepterus Boscii Lacép. Cuerpo ovalado. Herbívoro.

Fondo común aplomado. Unas 25 listas más claras, á lo largo de las hileras de escamas, más anchas en medio del cuerpo: una plateada, en el cachete. Caudal bifurcada con el lóbulo inferior más ancho. Herbívoro.

Carne regular. Hasta de 4 kil., según Poey.

Desova en primavera.

En Puerto Rico la llaman Chopa de altura.

J. % G. dan la prioridad al gén. Cyphosus de Lacépede, nom- brando la especie €. bosquí Lac. Desde Massachusetts hasta Pa- namá, común hacia el Sur.

Goode la nombra (. boscii, con el vulgar Bermuda Chub, y co- mo una de las especies más importantes de esa Antilla inglesa, Los pescadores del golfo de México la llaman Bream, según Stearns. Uno de los peces alimenticios más deliciosos. [Goode].

Sin distinción específica, solo cuento de la Chopa los pocos da- tos que siguen:

Mariel. Máx. 1 kil. Carne regular. lDesova en primavera: [1883].

Cienfuegos. Máx. 250 grms. Interior del puerto. [1891].

Nuevitas. Máx. 240 grms. Cons. loc., fresco. 1122 kil. [1891].

San Juan de Puerto Rico. Máx. 1150 k. [ ? ] Corrida en Ju- nio. Cons. loc., fresco: 1864 kil. [1591].

61. Chopa amarilla. Pimelepterus favolinealus Poey. ¿scamas en series longitudinales blancas y amarillas alter- nantes, visibles en el individuo fresco. (Synops.) Más largo que la anterior. “Además de la faja amarilla longitudinal

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 179

- que atraviesa el cachete y salta sobre la región superior axi- lar, tiene otra que corre por delante y por detrás del ojo, sin alcanzar á la mitad del opérculo. Una mancha de un pardo dorado se nota al pié del tronco braquial. El P. Bos- ci no tiene las fajas del cuerpo amarillas.... Caudal esco- tada.... El color del fondo es aplomado; la faja amarilla que pasa por las narices, tiene encima una piel desnuda ne- gra que le realce.” Aletas azulosas: escamitas doradas en la base de la pectoral. (Repert. 1.)

J. G. llevan el nombre poeyano á la sinonimia de Cyphosus bosqui. [561, 972]. Dr. J. ViLaro.

(Continuará).

MEDICINA LEGAL.

Informe médico-legal en causa seguida al cirujano-dentista

D. M... 6..., por imprudencia temeraria.

SESIÓN DEL DIa 24 pe JULIO DE 1892.

Excmo. Sr. Presidente, Sres. Académicos:

El Sr. Juez del distrito del Centro de esta Ciudad en oficio de fecha de 18 de Junio próximo pasado, dice al Excmo. Sr. Presidente de esta Real Academia lo siguiente:

Excmo. Sr.:-— En la causa que se instruye en este J)uz- gado contra el cirujano-dentista D. M... G... y H..., por imprudencia temeraria que le atribuye D. A... M..., ten-

go el honor de dirigir á V. E. el presente acompañaándole certificación de varios particulares de la referida causa para que en su vista se sirva esa Real Academia informar á este Juzgado respecto á si la fractura que sufrió el expresado M... pudo haberse producido por las causas que este de- nuncia ó por las razones esplicadas por el procesado y á cu- yo efecto acompaño también los fragmentos ó secuestros ex- traidos al' referido M..., rogándole asi mismo el acuse de recibo.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 181

De entre los varios particulares certificados por el señor Secretario del Juzgado de Instrucción del distrito del Centro, escojeremos «aquellos datos, que por su carácter cientifico, puedan servirnos para poder contestar categórl- camente á las preguntas dirigidas porel Sr. Juez antes mencionado.

En el primer documento certificado titulado denuncia, D. A... M ..., de sesenta y seis años de edad, casado, mú- sico de profesión y vecino de la calle de la IT... número treinta y ocho, dice el día treinta de Marzo del presente lo siguiente:

Que el día trece de Febrero próximo pasado, fué á casi del Dr. G..., cirujano-dentista, vecino de (Gr... número ochenta y ocho, con objeto de que le extrajera una muela y dicho dentista con violentas maniobras solo le quitó la co- rona del molar dejándole en un estado de desesperación que le impidió dedicarse á sus ocupaciones, produciéndole fie- bres, un flegmón que fué preciso dilatar y un trayecto fistu- loso en comunicación con el seno maxilar en supuración 1n- cesante.

Que el día seis del corriente el Dr. D. José Varela Ze- queira, que venia asistiéndole, le dijo que era necesario ope- rarle con objeto de separar con toda urgencia el fragmento fracturado, de cuya opinión fueron los Dres. D. Raimundo Menocal, D. Estéban Borrero, D. Germán F. González, D. Enrique Horstman y D. Ladislao Borjas. Que el día nue- ve del actual, prévia anestésia clorofórmica, fué operado por los Dres. Varela Zequeira, Menocal, González, Borrero, Borjas, Sarasua y Rodriguez, separándole toda la parte que ocupaba la fractura completa del maxilar superior, con- teniendo un incisivo, un canino y un molar y la raíz de otro molar. En la ratificación á la anterior denuncia el Sr. M... manifiesta que el Dr. G..., que sin embargo de la imposibilidad que le ofreció la extracción de la muela, la destrucción que en el primer momento hizo en ella, in-

182 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

sistió por .dos ocasiones más, empleando en la última la fuerza de las dos manos, con lo que le causó la fractura del maxilar superior, y que ha estado bajo la asistencia del Dr. Varela Zequeira, desde el diez y siete de Febrero hasta al presente, y si bien no ha guardado cama en todo este tiempo, no ha podido dedicarse á su profesión.

El Dr. Varela Zequeira en su declaración de ocho de Abril de mil ochocientos noventa y dos, dice lo que sigue:

(Que el día diez y siete de Febrero próximo pasado fué llamado para asistir á D. A... M.. de un abceso en la mandíbula inferior borde gingival izquierdo y una fiebre intensa y vivos dolores, interrogado sobre el origen de su enfermedad, manifestó al declarante que el día trece de Fe- brero último había sido operado por ei dentista D. M... G..., al cual acudió para que le extrajese un molar, y que después de violentas tracciones sin resultado alguno para la avulsión de la molar sintió como un crugido y dolor agudi. simo que lo obligó á levantarse del sillón, á resistirse 4 toda nueva intervención por parte del dentista, que dilatado por el que suscribe el abceso dió salida á4 un pus fétido y abun- dante y procediendo á un detenido reconocimiento descu- brió la existencia de una fractura del maxilar superior que interesaba todo el borde del alveolar al que se comunica el incisivo lateral izquierdo, canino, un molar y la raíz del molar que intentó extraer, todos correspondientes al lado izquierdo; que desde el momento de la operación dentaria el Sr. M... se vió obligado á guardar cama y á interrum- pir sus habituales ocupaciones, que el abceso dilatado con- tinúa supurando por hallarse en comunicación con el seno maxilar y que las inyecciones antisépticas que se pusieron comunicaron con las fosas nasales: que deseando confirmar su diagnóstico é imponer el tratamiento adecuado, pidió al Sr. M... que se dejara reconocér por otros médicos y den-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 183

tistas: que lo examinaron los Dres. D. Raimundo Menocal, D. Enrique Horstman y los dentistas D. Ladislao Borjas y Sres. Rodriguez y Sarasua, quienes confirmaron en todas sus partes el diagnóstico de fractura del maxilar y comuni- cación, es decir y convinieron con la opinión del declarante de proteder con toda urgencia á extirpar el fragmento frac- turado, que la operación se verificó el día nueve de Mayo próximo pasado en presencia y con ayuda de los doctores D. Raimundo Menocal, D. Estéban Borrero, D. Enrique Horstman, D. Tomás Gener González y el doctor dentista D. Ladislao Borjas, que prévia anestésia con el cloroformo se estirpó el fragmento fracturado en dos partes, en la una una raiz de un molar, en el otro un incisivo, un canino y un molar: que del exámen de las piezas anatómicas que conserva el declarante en su poder resulta en su opinión, primero: que la fractura se debió á violentas tracciones efectuadas por el dentista operador, seguro que dicho den- tista procedió ú la tracción de la raíz sin haberla luxado préviamente, esto es con desconocimiento inescusable de una de las más elementales reglas de la cirujía dental; ter- cero, que estando adherida dicha raiz al borde alveolar por una exostósis, no debió proceder á su avulsión, pues la con- secuencia necesaria tenía que ser la fractura del maxilar, que después de la operación ha seguido asistiendo 4 M.... quien no está curado todavía, por más que la necesidad le obligue 4 dedicarse á sus ocupaciones, pero que le es precisa la asistencia médica por existir supuración en el seno maxilar que quedó descubierto después de la ope- ración.

Declaración del Dr. D. Ladislao Borjas. En ocho de Abril, dice el Dr. Borjas, que por indicaciones del Dr. Va- rela Zequiera se le presentó á su consulta D. A... M..., el cual había sufrido una operación quirúrgica dentaria de resultas de la cual según el diagnóstico de dicho doctor, y que confirmó el declarante, le resultó la fractura del maxi-

184 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

lar superior izquierdo y que hacía necesaria una nueva ope- ración para la extracción de los fragmentos producidos por la fractura relatada, opinión que también sustentó el doctor D. Francisco P. Rodriguez 4 quien el declarante acudió, al indicarle la necesidad de ello al Sr. M..., que posterior- mente y acordada la extracción de los fragmentos llevó ésta á efecto por los Dres. Varela Zequeira, Raimundo Me- nocal, Fermín G. González, Horstman y otro señor, extra- yéndose el borde superior izquierdo de la mandíbula supe- rior izquierda con los dientes incisivos, lateral izquierdo, primera bicúspide, segunda idem, ésta fué la que el doctor G... intentó extraer, perliéndose al mismo tiempo el suelo de la cueva de Hugmoro.

El Dr. D. Enrique Hostman manifestó en catorce de Abril del presente año que asistió como compañero profe- sional del Dr. Varela Zequeira á la operación practicada en el Sr. M..., quien presentaba una fractura del maxilar su- perior en su borde alveolar izquierdo que tenía comunica- ción con el seno maxilar del mismo lado, el fragmento ex- traido presentaba el incisivo y canino correspondientes ú dos molares; que dicha fractura parece ser producida por un fuerte traumatismo, actuando directamente sobre dicha región, sin que tenga antecedentes de que proviniese dicho traumatismo.

El Dr. D. Estéban Borrero y Echevarría, en diez y seis de Abril de mil ochocientos noventa y dos, dice que fué llamado últimamente sin recordar el día por el Dr. Varela Zequeira para que le auxiliara en el acto de practicar aque- lla nueva operación en la boca y que supo en aquel momen- to que el Sr. M... sufría un abceso producido en el maxi- lar superior desde poco tiempo después de haber intentado cierto dentista, cuyo nombre no recuerda, la avulsión de un molar que al practicar la operación se echó de ver en con- firmación del diagnóstico del Dr. Varela Zequeira que tenía un secuestro del maxilar superior izquierdo, que compren-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 185

día todo el borde alveolar, desde los incisivos medios hasta la penúltima gruesa molar de ese lado, que el hueso maxilar superior en su porción piramidal y palatina cra asiento de un trabajo de supuración que había destruido hasta la pared inferior del seno de dicho hueco; que sino recuerda mal se comprobó la existencia de un exostosis correspondiente á la molar que habían tratado de extraer al paciente y por cuan- to halló vió en aquel acto entiende que bien pndiera haber habido cierto grado de imprudencia, es decir de impericia y precipitación por parte del operador, sise determinó á extraer la muela de referencia en cestas circunstancias, de una parte por la resistencia que debió oponer á la extrac- ción y de otra parte la edad del paciente.

El Dr. D. Raimundo Menocal en diez y ocho de Abril próximo pasado, dice lo siguiente: (¿ne el día nueve de Marzo último concurrió al domicilio de D. A... M. . para ayudar á una operación quirúrgica que le practicaba el Dr. Varela Zequeira, que dicho señor presentaba una frac- tura completa del borde alveolar del maxilar superior iz- quierdo, que dicha fractura no estaba consolidada: que el fragmento que enlazaba el canino y el primer molar estaba movible y necrosado, que dicha faactura fué provocada pro- bablemente por un traumatismo de cuya naturaleza no pue- de asegurar, que la operación practicada con éxito dió por resultado la curación de dicho individuo en un periodo de qnince días.

Declaración del Dr. D. Germán González: dice, en diez y nueve de Abril último, que por ser su suegro el Sr. M... asistió 4 una operación que le hizo el Dr. Varela Zequeira en unión de otros profesores, sobre el día nueve del mes próximo pasado, operación que obedeció á la fractura del maxilar superior, que por referencias de su suegro supo que se la había producido el dentista D. M... G... al extraer

Ó tratar de extraer una muela, que entiende que aún no es- T. xx1Ix—24

186 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

completamente curado, pues continúa bajo la asistencia

del Dr. Varela Zequeira.

Declaración del Dr. D. Francisco Rodriguez, el cual dice en veinte y dos de Abril lo siguiente: que en uno de los días del mes anterior, cuya fecha no puede precisar, se presentó en su gabinete su compañero de profesión acompañando á un Sr. D. A... M... para que le examinase, por presentar fracturado el maxilar superior del lado izquierdo, que exa- minado comprobó la existencia de una fractura que según esplicaciones de M... obedeció á la extracción de un molar que se le había hecho hacía unos veinte y dos días; que el declarante dado el estado de la fractura opinó que debía operarse por facultativos idóneos y como le manifestára que tenía un yerno médico, le aconsejó que se viera con éste, que hacía cuatro días Ó séase el domingo próximo pasado estuvo á verlo el citado M... y le manifestó que al fin se había operado, que en efecto lo examinó y lo encontró ya en estado de cicatrización la operación que se le practicó; que respecto al origen de la fractura nada puede declarar; puesto qúe nada presenció; y por ello se atiene ¿4 lo mani- festado por M...

Declaración del Dr. D. José M* Sarasua, cirujano-dentis- ta. En veinte y siete de Abril próximo pasado, dijo: que ha- llándose ausente el Dr. D. Ladislao Borjas, se presentó el Sr. M... en su busca para que se le reconociese, lo cual efectuó el declarante, encontrando que sufría una periostitis alveolo dentaria con sintomas de los tabiques alveolares in- ternos y externo, con su conseeutiva vacilación de las piezas comprendidas entre la segunda bicúspide y central derecho, siendo su orígen debido probablemente de algún traumatis- mo, bien de alguna tracción 0 recibido algún golpe, cuyas causas Ó consecuencias pueden aumentar ó disminuir la diatésis del individuo.

Indagatoria del Dr. D. M...'G... En tres de Mayo de

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 187

mil ochocientos noventa y dos, el Dr. G...., dice lo siguien- te: que el día trece de Febrero último, se presentó en su ga- binete el Sr. M... sufriendo ana odontalgia, que en los an- tecedentes que acostumbra á inquirir del paciente, resulta haberse iniciado el dolor en la segunda bicúspide superior del lado izquierdo, extendiéndose después hasta la región temporal, con sentimiento de llenura y pesadez en la fosa canina; al reconocer el diente enfermo lo encontró atacado de una carie profunda de tercer grado con ausencia com- pleta de la pulpa y ejerciendo presión sobre su corona hácia el fondo del aveolo acusaba dolor y una lijera cantidad de pus aparece en los bordes de la encía, que observó muy congestionada; que pasó a explorar el canal labio gingival 4 la altura del ápice de la raíz del molar de referencia y pudo apreciar un pequeño punto cicatricial que demostró la exis- -tencia anterior de un abceso que seguramente habrá eva- cuado por el abceso, que por lo general se mantienen des- pués en estado latente y que por una causa cualquiera de las muchas que puelen dar lugar á ello atraviesan un pe- riodo agudo para volver después á un estado crónico: que ante este cuadro de sintomas, se indicaba la extracción, pues en estos casos existe la necrósis más ó menos localiza- da del alveolo que envuelve la raiz necroasda, que según el estado del paciente puede invadir no solo parte del proceso alveolar y la fosa canina; sino todo el cuerpo del maxilar, que en vista de las consideraciones expuestas paso 4 practl- car la extracción, que por otra parte eran los deseos del Sr. M..., que desgraciadamente al iniciar el primer movi- miento de rotación propio á la extracción de estos molares, y que tiene por objeto desarticular el diente, para separarlo después; el paciente, bajo la impresión del dolor y sin darse cuenta, como sucede muy amenudo, retiró bruscamente la mano del declarante, dando lugar á la fractura del molar que intentaba extraer, que probó entónces extraer la raíz que había quedado en el alveolo, pero el paciente se opuso

188 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

á ello, por lo que le indicó colutorios emolientes y antisép- ticos, recomendándole que volviera al siguiente día para observar el curso del mal; que considera como es frecuente en estos casos el “desarrollo completo del abceso, que pro- bablemente sería necesario dilatar; que el Sr. M... quiso entónces abonar al declarante sus honorarios; haciéndole presente que la operación no estaba concluida, que el Sr. M... no volvió á su consulta, por lo que pensó que el abceso había desaparecido, para volver al estado crónico, que algún tiempo después supo que el Sr. M... iba a ser sometido á una operación en el maxilar superior, que más tarde fué el declarante citado 4 un juicio de conciliación por el Sr. M..

por daños y perjuicios que decía le había ocasionado al

., quien le reclamaba mil quinientos pesos fracturarle el maxilar superior por haber operado con im- prudencia temeraria, rechazando €sa acusación, asi como negando la demanda, porque la operación estaba necesaria- mente indicada, porque operó con todas las reglas estable- cidas para estos casos, porque antes de ser imprudente y temerario dejó sin concluir la operación en vista de la re- sistencia por parte del paciente, sin llegar 4 hacer uso del forceps alveolar designado para estos casos y que figura siempre como una necesidad en toda la instrumentación de todos los profesores dentistas; porque no ha sido el autor de la fractura, si tal ha habido, porque en esos casos la indica la movilidad del secuestro, y lo único que pudo comprobar al dejar de operar fué la raíz del molar firmemente implan- tado en su alveolo y sin que después haya vuelto á ver al Sr. M.... si bien ha sabido que el Sr. M... ha estado bajo la asistencia de varios cirujanos-dentistas y profesores mé:- dicos, ignorando el que dice el plan seguido por estos se- ñOres.

Declaración de los médicos forenses D. Francisco ltey- neri y D. Federico Córdova, en cinco de Mayo de mil ocho- cientos noventa y dos. Estos señores manifestaron que han

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 189

reconocido 4 D. A... M..., el cual acusa haber sufrido un traumatismo en el maxilar superior izquierdo, con pérdida de la porción alveolar Ó sea correspondiente al segundo in- cisivo canido, primera y segunda bicúspides ó los dos pri- meros molares del lado izquierdo, y que si bien falta tam- bién el tercer molar, este ha sido extraido en épocas anteriores, según su propia manifestación, y que parece ser reciente la operación practicada en el resto del maxilar an- tes dicho. Preguntados para que manifiesten si al llevarse ú cabo la extracción de un molar á4 D. A... M... debió ó no ejecutarse con la debida pericia, pudo originarse la fractura del maxilar; dijeron que la fractura del maxilar puede pro- ducirse cuando se opera con impericia, pero hay casos en los cuales aún practicándose' la extracción, cumpliéndose con los preceptos cientificos, puede producirse la fractura de una parte del maxilar, como son en aquellos casos en que existen soldaduras por padecimientos del hueso maxi- lar, Óó cuando existen anomalías en el modo de ser de las raices dentarias. Preguntados para que digan si dicho señor M..., de profesión flautista, ha podido quedar impedido de dedicarse á su profesión: Contestaron que la imperfección que ha traído consigo la operación sufrida en el maxilar ha podido dejar alguna dificultad, que se aprecie en el grado de perfección en el uso del instrumento que ejercite, pero no absolutamente, como así lo asegura el mismo lesionado; el cual dice que si bien continúa en su profesión no lo hace con el grado de perfección de antes de sufrir el trauma- tismo.

Empecemos por el examen de los fragmentos remitidos, toda vez que el Sr. Juez funda su consulta en la existencia de una fractura.

Estos fragmentos ó piezas de comprobación, son en nú- mero de dos; en uno de ellos hemos encontrado lo siguiente: primero; que se encuentra constituido por el incisivo supe- rior externo izquierdo, el canino y primer molar del mismo

190 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

lado, unidos entre solamente por la membrana mucosa gingibal, cuyos dientes aparentan estar sanos, sin fragmento óseo alguno adherido á ellos y perteneciente al hueso maxi- lar superior del lado correspondiente.

La otra pieza, muy importante sin duda, está constitui- da por una masa esférica, rugosa, dle color oscuro, del tama- ño de una «vellana, de aspecto esponjoso y que rodea com- pletamente la raíz de un diente.

Estudiada detenidamente esta última ¡»1eza hemos podido comprobar, que por los caracteres que presenta, debe de ser colocada entre los neoplasmas de origen exclusivamente dentarios, consistiendo en tumores sólidos que se desarro- llan en los dientes que han llegado á su completo desenvol- vimiento. lstos neoplasmas pueden tener su origen en la pulpa, en la membrana alveolo-dentaria ó en el cemento. El que nos ocupa debe de ser colocado entre los tumores del cemento, que son verdaderos exóstosis, resultando ya sea de una exageración de un procesus normal en los viejos, ó bien de una irritación causada por una periodontitis de forma crónica ó por débiles traumatismos pero repetidos; pueden estar ligados también á una anomalía dentaria.

Se distinguen tres clases de exóstosis del cemento: la exóstosis en esfera, consistente en una masa esférica que ocupa la raiz; dolor dientes la que se presenta en forma de capas que trae consigo la unión anormal de dichas ralces; y la exóstosis en masa que constituye un tumor hi- pertrófico.

Es evidente, señores Académicos, que el caso que nos ocupa por los caracteres que presenta, debe de ser colocado, entre los tumores del cemento que se distinguen con el nombre de exóstosis en esfera y que no tiene adherido en ningún punto de su superficie ninguna porción del hueso maxilar. "

Como se vé, Señores, después de haber hecho el estudio detenido de las piezas de referencia, y no habiendo encon-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 191

trado ni una sola porción del hueso maxilar adherida á ellas, es una eonsecuencia lógica que manifestemos que del estu- dio practicado en las piezas remitidas, resulta que no es po- sible admitir que haya habido fractura del maxilar superior izquiérdo, como se indica en todas las declaraciones antes leidas.

Ahora bien: ¿Es posible que por las condiciones que le son peculiares al fragmento que constituye el neoplasma dentario ó exóstosis esférica y que forma la segunda pieza que hemos descrito; unidos á las consecuencias de una pe- riostitis alveolo dentaria, que dió origen sin duda al abceso que delató el médico encargado de la asistencia del Sr. M. .. pudieran haber conducido á creer, erróneamente tanto 4 dicho profesor como á los demás que observaron al mencio- nado Sr. M... en la existencia de una fractura? Indudable- mente que sí, señores Académicos.

Bien se sabe en la Ciencia, que dada la naturaleza, su modo de formación y condición exclusivamente dentaria del tumor ó exóstosis descrito en la segunda pieza, y por las mismas condiciones de movilidad que pudieran acompañar- le en relación á su forma esférica y sin formar parte en na- da absolutamente del hueso maxilar; y por otra parte la vacilación de los dientes que es la consecuencia de esas pe- riostitis alveolo dentaria, cuyo caracter primordial es el fe- nómeno descrito y constituido por la salida del pus al nivel del cuello del molar que se trató de extraer; periostitis que dió lugar sin duda á la formación del abceso que dilató e] Dr. Varela Zequeira; y siendo consecuencia de la propaga- ción de la mencionada periostitis á las raices de los dientes

que se observan en la primera pieza descrita, la consiguien-

te vacilación en sus alveolos; no es raro que se haya inter- pretado la movilidad de estas partes, como si hubiera habi- do en realidad una fractura del hueso.

Por todo lo expuesto, la Comisión de Medieina Legal de esta Real Academia por medio de su ponente propone, se

197 ANALES DE LA REAL ACADEMIA conteste al Sr. Juez de Instrucción del distrito del Centro de

esta ciudad con la conclusión siguiente: Aún cuando en varios de los documentos remitidos se

enuncia la existencia de una fractura, el estudio de las pie- zas enviadas por el Juzgado no permite que la Academia pueda afirmar que hubo semejante fractura y menos admi:

tir el origen que se le atribuye. Dr. G. Bexasach.

¿ne FO

INDICE

REAL ACADEMIA DE CreNcias Menicas, Fisicas Y NATURALES DE LA HA-

BANA.—Sesión pública ordinaria del día 10 de Julio de 1892, por el

Dr. Vicente de la Guardia, Secretario........ ias IS Conducta del Tocólogo en los casos de retención placentaria, (Continuación),

porel Dr; E. CasusO «dr ta qeca sosa TOS Rear AcADEMIA.—Sesión pública extraordinaria del 24 de Julio de 1892,

por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. -....oosononouenensionocarcantorass 10D IA A DN eos: ME ' ZooLoGIA.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilaró...comorooococoocooomomo 171 e MEDICINA LEGAL.—Informe médico legal en causa seguida contra el cirujano- 0

dentista D. M .. G...., por imprudencia temeraria, por el Dr. G. Be-

MASUNOS ar USAS IS 180 - ENTOMOLOGIA.—Contr ación dl estadio de los Coleópteros de la Isla de Cu- e ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 10 aparte). As

Hed

CONDICIONES DE LA SUSCRICION. 3

A A A

: Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. A Es El precio de la suscrición es de $3-50 centavos billetes por semestres adelantados enla Habana, y $150 centavos billetes en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de e Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Plora Cubana del:

Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana dEl Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiedades de la Isla de > Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, É porel Sr. Arango y Molina; y la P utoloyía y Terapéutica ocular, traducida del aleman : por el Dr. Finlay.

DE LA

ZAL ACADEMIA GENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

oa -DELA HABANA.

A

o a tE EV ESTELA COLIN TIFICA q DIRECTORES: DD. José I. Torralbas y D. Marcos de J. Melero. Po | ENTREGA 337, A nda E Ú >” Ae ES o O OOTUBRE 15. “PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA DIRIGIRSE pes: DIRIGIRSE CAL DR. D. MIGUEL RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, ? TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA Sh0 pi - CAMPANARIO NUMERO as. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.) ) HABANA. R : AER Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 1892.

REAL ACADEMIA,

Sesión pública ordinaria del dia 14 de Agosto de 1892.

SrES. ACADÉMICOS CONCURRENTES. Presidente, Dr. Lastres: Dres. Cususo, Plasencia (D. T.), Menocal, Finlay, Ma- chado, Santos Fernández, Lavin, Benasach, Torralbas (D.J.), Custellanos y La Guardia, Secretario.

Se abrió la sesión á la una y media de la tarde con la asistencia de nueve señores Académicos, y en virtud de esta circunstancia, expuso la Presidencia, que por el momento, la sesión tendría únicamente caracter cientifico.

El Dr. D. Tomás Plasencia pide la palabra para una co- municación oral, y manifiesta que tiene el honor de presen- tar á la Academia el caso interesante, que acompaña, y que le ha sido facilitado por el Doctor D. Domingo Cabrera.

Se trata, como los señores Académicos pueden ver, de establecer de un modo definitivo el sexo de una persona, hasta ahora sumamente dudoso (la persona es examinada por los señores Académicos).

El niño ó niña quese acaba de examinar es hijo ó hija de matrimonio consangulneo—primos hermanos—tiene 22 años de edad, y nació en el pueblo del Calvario; tiene además

dos bermanos. Se bautizó en Marzo del año 1890. La fam1- T. xx1ix—25

194 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

lia lo consideró como hembra hasta que, á causa de un eri- tema que presentó en la ingle, fué asistido por un facul- tativo de la localidad, que calificó el caso como del sexo masculino, extendiendo un certificado en ese sentido, para que, lo mismo en la Parroquia que en el Registro civil, se rectificase el sexo que se le había supuesto. Por motivos particulares la nueva inscripción no pudo llevarse á efecto.

El niño en cuestión goza habitualmente de buena salud: de cabeza: pequeña su color es trigueño, docil y cariñoso.

lín sus órganos genitales aparece una hendidura central con dos bordes que simulan los grandes labios; los pequeños labios se ven en estado rudimentario en la parte media de los mayores, uniéndose superiormente 4 un órgano que pa- rece ser un clítoris de extraordinario desarrollo, y en cuya base é inferiormente hay un orificio que es el conducto ure- tral, casi recto, por el cual efectuado el cateterismo se ha extraido cierta cantidad de orina, por debajo del conduc- to uretral hay una hendidura que parece corresponder á la porción vulvo-vaginal. La falta de testículos, de escroto y de rafe perineal, la rectitud de la uretra y demás caracteres señalados hacen creer que pertenece al sexo femenino, aun- que á la verdad, el caso presenta grandes dudas, y en virtud de esas (ludas, tengo el honor de presentarlo 4 la Corpora- ción á nombre del Dr. Cabrera y de los familiares del sujeto que desean saber en definitiva 4 qué sexo pertenece.

El Dr. Casuso.—Trátase de un caso en extremo intere: sante y dificil al mismo tiempo, y merece un estudio dete- nido por parte de la Corporación, antes de evacuar la consul- ta que se solicita. Un niño ó niña cuyos órganos genitales externos ofrecen tal conformación, indudablemente hace dudar si se trata de un varón ó de una hembra. Los señores Académicos saben que hastu el tercer mes, próximamente, de vida intra-uterina, la conformación de los órganos genita- les en ambos sexos es análoga, y sólo después de esa ¿poca sufren la transformación que ha de decidir, y esa trans-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 195

formación sólo consiste en el predominio del desarrollo de una parte de los órganos. Sise trata de una hembra, son los conductos de Miiller los que adquieren ese desenvolvi- miento; en el varón son los cuerpos de Wolff. En el caso presentado por el Dr. Plasencia, se en el lugar correspon- diente á los órganos genitales en la parte central y superior un cuerpo recubierto por un pliegue de la piel, formando capuchon, que viene á representar el clítoris ó el pene, se- gún se trate de hembra ó de varón. En uno ó en otro sexo es el órgano que contiene los cuerpos cavernosos, de manera que por el desarrollo de ellos no es posible estable- cer la diferencia. En la línea media hay un rafe que es prolongación del rafe perineal y que llega basta la raíz del cuerpo central que se ha indicado. En la extremidad supe- rior de ese rafe, y por debajo de la base del clítoris ó pene, hay una abertura que forma el meato urinario. Hacia am- bos lados se hallan dos pliegues de la piel, algo gruesos que, más que á los labios se parecen al escroto dividido en su parte media, cono sucede en aquellos indivíduos que á con- secuencia de traumatismos diversos han perdido parte de la piel y los testículos se conservan en envoltura separada. En el interior de esos pliegues existe solamente tejido célulo- adiposo, lo que puede comprobarse por la palpación, allí no hay ni testículos ni ovarios.

Realmente por el exámen del aparato genital interno no es posible llegar á una clasificación, y existen casos tan difí- ciles, que sólo por el exámen post-mortem ha podido deci- dirse el sexo verdadero. Por otra parte, en este caso, falta saber si existe aparato genital interno. Desde este punto de vista, en unión del Dr. Lavin, he practicado el tacto rectal, empleando yo el dedo meñique, y dicho Doctor el índice: confieso que no he podido comprobar nada, lo que es muy difícil en virtud de la pequeñez de los órganos genitales á esa edad. Creo por último, que se hace necesario un nuevo examen minucioso y en consecuencia más completo, son'e-

196 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

tiendo el paciente á la influencia del cloroformo, á pesar de todo eso aún á veces se hace imposible de un modo abso- luto llegar 4 determinar el sexo de esos individuos.

El Dr. Lavin: Ha exáminado el curioso caso presen- tado por el Dr. Plasencia. Por el tacto rectal que efectué con el dedo indice, de la mano derecha comprimiendo con la otra mano la pared abdominal, he creido sentir un cuert- po duro que pudiera ser el órgano uterino, creo por último, con el Dr. Casuso, que sería plausible efectuar otro recono- cimiento en mejores condiciones, sometido el individuo á la acción del cloroformo.

El Dr. La Guardia: en su opinión, se trata de uno de esos casos de pseudo-hermafrodismo, lo ha examinado con toda la detención que merece, y allí no existe vulva de ninguna especie, el órgano que simula el clitoris, por sus dimensiones, es en realidad un pene imperforado, y en su base existe un pequeño orificio que comunica directamente con la vejiga, por el cual, el Dr. Plasencia ha extraido orina. En absoluto no hay vestigios de vagina, en cuanto á los plie- gues de ambos lados, se inclina á creer sean las bolsas tes- ticulares donde no hañ «descendido todavía los testes. 1l tacto rectal poca luz podrá dar sobre el particular, pues es difícil, sino imposible, percibir el útero 4 esa edad, en su concepto, se trata de un individuo del sexo masculino, y en virtud de las dudas que se abrigan, se permite aconsejar al padre de la criatura, que espere á la época de la puber- tad para fijar de un modo cierto el sexo, siguiendo en esto la legislación francesa, además, puede esperarse á que el individuo elija él mismo el sexo 4 que quiera perte- necer.

El Dr. Casuso: El Dr. La Guardia considera que el exámen rectal y bimanual puede esclarecer muy poco el particular, debo decirle que el útero infante tiene en esta edad tamaño suficiente para ser apreciado por esta explora- ción, y no es posible confundirlo con otro órgano, pudiera

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 197

suceder como indica el lr. La Guardia, que esa investiga- ción fuera inútil, pero entonces sería porque al mismo tienm- po que la anomalía exterior pudiera existir otra interjor, y en este caso habría que esperar á la pubertad para definir de un modo exacto el verdadero sexo. Por su aparato genl- tal, actualmente no es posible clasificarlo como hembra, puesto que no huav vagina. De todos modos la Academia no puede dar su opinión basada en inclinaciones ó suposiciones más ó menos fundadas.

Ll 1)r. Suntos Fernández pide que se nombre una comi- sión para que estudie el caso y emita informe. El Dr. To- rralbas (Y. 1.) apoya la proposición del Dr. Santos Fernán- dez. Aceptada aquella moción, el Presidente designó á los Dres. Plasencia (D. T.), Casuso y Lavin, para que, estudia- do convenientemente el caso emitan informe acerca del particular.

ln estos momentos, habiendo ingresado en el Salón al- gunos otros Sres. Académicos, número suficiente para cons- titulr sesión oficial, el Presidente la declaró abierta en este sentido, y en consecuencia, el Secretario leyó el acta de la anterior que fué aprobada. El movimiento de la secretaria es el siguiente:

CorREsPONDENCIA RECIBIDA.— Un oficio del Sr. Académico D. F. Paradela, solicitando copia certificada de las actas donde constan los trabajos leidos por él en esta Reul Aca- demia y referentes al saneamiento del puerto de la Habana.

CORRESPONDENCIA KEMITIDA.——Al Sr. Juez del Oeste, infor- me y documentos referentes á las diligencias seguidas contra el cirujano dentista Sr. G. por imprudencia temeraria.

Ta mbién se remitió á dicho Juzgado un pomo contenien- do varias piezas dentales.

Fué expedido certificado al Dr. Paradela, como solitaba.

BieLioreca.-—“La Tribune Medical,” 2* série, números 28,29 y 30.

El “The Medical Journal” de Brooklin, vol. 6. núm. $,

198 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

The “Sanitarian,” vol. XXIX, núm. 2783.

“Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes,” de Barcelona, año 1, número 1?

La “Independencia Médica,” año XXVIT, núms. 40, 41.

“Archivos de Ginecología y Pediatria,” año V. núm. 19.

“Gaceta Médica,” de Granada, año X. núm. 215.

“Repertorio Médico Farmacéutico” año TIL, nún. 8.

“La Odontología,” vol. I. núm. 3.

'“Anales de la Sociedad Odontológica,” año XIII, n. 7.

“Revista Cubana,” año VII, tomo XVI.

Ilogio fúnebre del Dr. Plans y Pujol, por el Dr. J. M- Salvaña y Coma, un cuaderno.

Necrología del Dr. Antonio Sanchez, por el Dr. Federi- co Tremols y Borrell, un cuaderno.

“Revista de Ciencias Médicas,” año VIT, núm. 15.

“La Estación Sanitaria,” año I, núm. 1.

“Revista del Foro,” año TIT, núms. 54 y 55.

“El Comercio,” vol. II.

“El Album,” año 1, núm. 1.

El Presidente manifestó que el Dr. La Torre había escu- sado por motivo justificado su asistencia, y así tenía la pala- bra el Dr. Finlay, puesto en segundo término en la orden del día. Pasa á la tribuna el Dr. Finlay, y lee su traba. jo, que titula: “Un nuevo recurso terapéutico en el trata- miento de la fiebre amarilla,”-—publicado en los AyaLes 15 de Octubre.——

El Dr. Santos Fernández después de felicitar al Dr. Fin- lay por el interesante trabajo que acaba de presentar, pre- gunta si no tendría mayor interés practicar las inoculaciones con el suero sanguineo de individuos que han adquirido la inmunidad por haber pasado la fiebre amarilla, y de los inmunes por haber nacido en el país.

El Dr. Finlay estima muy justas las observaciones del Dr. Santos Fernández, y reconoce que debe haber diferencia entre la inmunidad de raza, la inmunidad por nacimiento y

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 199

la inmunidad adquirida. Los naturales de Cuba tienen la inmunidad adquirida y no la hereditaria, puesto que los hi- jos nacidos fuera del país, de un cubano pueden contraer la fiebre amarilla. Seria sin duda más eficaz la inoculación con suero sanguíneo de un individuo que haya pasado reciente- mente la fiebre amarilla.

El Dr. Santos Fernández, pregunta de nuevo al Dr. Fin- lay, si no sería mejor tomar el suero de una sangría y de serosidad de un vejigatorio. Fácil es—agrega—-separar el suero de la sangre por los medios empleados en los labora- torios.

Contesta el Dr. Finlay y dice que cree daria el mismo resultado, pero que considera bastante dificil obtener la san- gre necesaria para practicar las inoculaciones. El mismo no tiene inconveniente en dejarse aplicar vejigatorios pero que de ningún modo haría otro tanto con la sangria.

El Dr. Casuso.—El Dr. Finlay, como siempre, acaba de demostrar con su trabajo, toda su honradez científica, por la severidad con que ha revestido toda su experiencia. Pero advierte, que la curva termométrica no prueba la eficacia del tratamiento. El día de la inoculación, que fué el quinto, la temperatura de la tarde era de 39 con 8, y al día siguien- te, el sexto, remitió la enfermedad, y es sabido que la fiebre amarilla tiene su remisión por lo general del quinto al sexto día, y en los casos que no ofrecen gravedad mayor, la remi- sión en ese día es definitiva, ahora, si la inyección hubiera tenido lugar al tercer día, y tras ella hubiese aparecido la remisión, era lógico suponer que ésta había sido debida á aquella. Cree además, que el tratamiento del Dr. Finlay tiene su base cientifica, pero que de ningún modo un: sólo caso basta para justificar su eficacia.

El Dr. Finlay no acepta toda la importancia que el Dr. Casuso á la curva térmica para apreciar la gravedad del caso. El enfermo desde el tercer día presentó sintomas de gravedad, y entre éstos hubo vómitos con alas de moscas.

200 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Después de la inyección, aunque estos síntomas cesaron, la albumina persistió hasta el día duodécimo, predominando una coloración ictérica, lo cual demostraba que el caso des- de luego, era grave. Advierte, sin embargo--y en esto está de acuerdo con el Dr. Casuso-—que con el sólo caso que ha presentado, no pretende establecer la eficacia de ese trata- mientos.

El Dr. Lavin reitera al Dr. Finlay los elogios qus le hu dirigido el Dr. Casuso, y estima que el Doctor Finlay sigue una buena vía, sabido es, —agrega—que hay enfermedades que confieren inmunidad, como la fiebre amarilla, en cam- bio otras, la tuberculosis por ejemplo, un ataque pone al organismo en condiciones más adecuadas para recibir otros.

Interviene el Dr. Machado y dice: que los enfermos de fiebre amarilla que presentan albumina en la orina, aunque sea en el segundo día, y además de ésta haya biliverdina, curan generalmente, y el único tratamiento que él emplea consiste en la administración del percloruro de hierro; tra- tamiento debido al Dr. Pardiñas. |

El Dr. Torralbas, (D. J. 1.) considera en extremo merl- toria la observación del Dr. Finlay, cuyos trabajos concreta- dos á la fiebre amarilla se reproducen en los primeros perió- dicos profesionales de Europa. En el trabajo actual ha crei- do hallar un error en la base de la experimentación. Las inmunidades etnicas, son superiores á las artificiales ó ad- quiridas. Aqui, las razas verdaderamente inmunes son la negra y la asiática, y en estos individuos debería haber to- mado el Dr. Finlay el suero necesario para las inoculaciones. Hay un trabajo de un antiguo Académico, —el Dr. Dumont, sobre la inmunidad de la raza africana en nuestro país.

El Dr. Finlay sostiene que los alemanes han probado ya que la inmunidad adquirida es superior á la de raza y esta última aún no está bien estudiada.

El Dr. La Guardia, adhiriéndose á todas las felicitacio- nes dirigidas al Dr. Finlav, se limita á hacer constar que no

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES.

201

acepta de ningún modo lo que ha dicho el Dr. Machado, »al considerar como signo de pronóstico favorable en la fiebre amarilla la presencia de la albumina y de la biliverdina en la orina: que en su práctica, que ya lleva algunos años, lo mismo mueren los desgraciados pacientes con, ó sin albumi- na y biliverdina. |

Il Presidente 4 su vez felicita al Dr. Finlav por su im- portante y muy original estudio. Y no habiendo por el mo- mento otro particular de que tratar, dió la sesión por ter- minada.

Mor —260-

COMUNICACION

acerca de un nuevo recurso terapéutico en el tratamiento de la fiebre amarilla.

La comunicación que tengo la honra de presentar á VV. SS. podría justamente tildarse de prematura, sl yo preten- diese estampar aquí deduciones firmes en vista de una sola observación cuyo resultado favorable no es posible afirmar con certeza que haya dependido directa Y exclusivamente del nuevo agente terapéutico sobre el cual deseo llamar la atención de mis compañeros. Mi objeto es mucho más mo- dlesto; reduciéndose esencialmente á señalar un medio practi- co que permite utilizar en la patologia humana y particular- mente en el tratamiento de la fiebre amarilla, los importantes descubrimientos de Behring, Kitasato, Dernicke, Buchner y otros, acerca de las propiedades inmunizantes del suero sangíneo de un animal inmune. Los escrupulosos experl- mentos llevados á cabo por esos competentes vbservadores, tienden en efecto 4 elevar á la categoría de un principio general, el hecho de que la inmunidad adquirida por un animal contra una infección tóxica determinada, puede transmitirse á otro animal susceptible, inyectando á éste una pequeña cantidad de suero sanguineo procedente del que se hallaba previamente inmunizado. La transmisión

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 203

de la inmunidad se verifica por este medio con tal pron- titud, que aún después de haberse manifestado ya los sintomas característicos de la infección en el animal sus- ceptible, se logra con el procedimiento indicado la cura- ción de la enfermedad, en casos de tétano y de difteria experimentales, cuya intensidad, de antemano compro- bada, había de causar fatalmente la muerte en el tér- mino de pocos días. Para obtener la inmunidad profilác- tica en animales susceptibles sanos, ha bastado una sola inyección con una cantidad de serosidad iumunizante equivalente á del peso del animal; más para lograr la acción curativa en animales ya invadidos fué preciso (en casos de tétano) aumentar la cantidad inyectada hasta dos- cientos tantos de la anterior. Hasta ahora ese procedimiento no se había aplicado al hombre; pero en animales su efica- cla ha sido comprobada en el tétano, la difteria, el coloradi- llo de los puercos, la septicemia de las ratas, la septicemia por neumococos, la infección por la bacteria de Friedlander y últimamente en la del bacilo tifico.

Verdad es que todas las enfermedades que acabo de enumerar tienen una etiología perfectamente dilucidada, conociéndose con certeza el micro-organismo que las produ- ce; mientras que respecto de la fiebre amarilla no puede decirse otro tanto. Existen, sin embargo, datos suficientes para afirmar que esta enfermedad es de naturaleza infeccio- sa, y los mismos resultados negativos señalados por el Doc- tor Sternberg y otros bacteriólogos competentes en sus esfuerzos por descubrir algún microbio específico en los productos cadavéricos de enfermos de fiebre amarilla, de- muestran que el agente productor no es un micro-organismo que se difunde por todo el cuerpo del paciente y más bien debe ser algún microbio que se localiza en algún tejido no determinado aún, elaborándose allí las toxinas que absorbi- das ocasionan los sintomas que caracterizan la invasión del mal. La inmunidad de que gozan los que han sufrido un

204 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

primer ataque de fiebre amarilla y también los que simple- mente han residido varios años consecutivos 0 han nacido y se han criado en los focos endémicos, presenta siempre los caractéres de una “inmunidad adquirida,” pues la experien- cia ha demostrado que la inmunidad contra la fiebre amari- lla no es hereditaria, toda vez que en una misma familia son susceptibles los niños que nacen en otros climas, mien- tras que sus hermanos nacidos y criados en el foco endémi- co resultan inmunes. Hay más: los habitantes de los focos endémicos es probable que recibimos una renovación de la inmunidad durante nuestra permanencia, pues solo así pue- de explicarse el que se pierda dicha inmunidad por efecto de una ausencia de algunos años.

ln vista de estos datos, he pensado que la fiebre amari- lla quizás sea entre todas las enfermedades de la ¡patología humana la que mejor se presta á la medicación por medio de inyecciones con la serosidad inmunizante de sujetos acli- matados, ya con el objeto de procurar una protección pro- filáctica á los recien-venidos, ya para combatir las manifes- taciones alarmantes en los casos graves de la enfermedad. Sujetos inmunizados contra nuestra endemia no faltan en la Habana, pero pocos se prestarían voluntariamente á una sangría que permitiese recojer su sangre con todas las pre- cauciones antisépticas y en cantidad suficiente para separar el suero, según la técnica usada con los animales. Pensé entóncés en la serosidad de vejigatorios aplicados con las precauciones cuya eficacia aséptica el Dr. Delgado y yo he- mos comprobado repetidas veces durante nuestras investi- gaciones de años anteriores. La analogía entre el suero san- guineo y la serosidad de vejigatorios es evidente: en ésta existen la sero-albumina y los leucocitos que parecen repre- sentar un papel principal en la inmunización por el suero sanguineo. El Dr. Sternberg ha comprobado la vitalidad de los leucocitos, con sus movimientos amibóideos, varias horas después de recogida la serosidad en balones esterilizados.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 205

La sustitucion de esta serosidad en vez del suero sanguineo, facilita notablemente el experimento, pues un pequeño ve- Jigatorio de tres ó cuatro centímetros de diámetro basta para procurar al cabo de 12 6 18 horas algunos centimetros cú- bicos de serosidad pura y aséptica, que se conserva fácil- mente en tubos esterilizados y herméticamente sellados. Las molestias que el vejigatorio puede ocasionar son insig- nificantes, si se procura evitar la supuración, facilitando la pronta reparación de la epidermis con apósitos antisépticos. Ya se ha dicho que la serosidad inmunizante tiene dos aplicaciones: la más sencilla consiste en la inyección sub- cutánea de pequeñas cantidades en sujetos sanos, como medio profiláctico contra futuros ataques. La otra aplica. ción, como medio curativo, si se tratase de una enfermedad tan aguda y apremiante, v. g. como el tétano ya declarado, que casi nunca tiende á curarse espontáneamente, exigiria, sin duda, la inyección de cantidades considerables de sero- sidad. Pero aún prescindiendo de que no está demostrado el que las dósis eficaces del suero inmunizante deben ser precisamente proporcionales al peso del animal, hay otra consideración, en el caso de la fiebre amarilla, que permite esperar resultados eficaces con dósis mucho más reducidas. En efecto, cuando esta enfermedad llega 4 presentar sínto- mas alarmantes, el paciente, por lo regular, se encuentra ya muy próximo al período en que la misma infección tiende á producir en su cuerpo las snstancias inmunizantes que, en el caso de curación, habrían de preservarle de futuros ataques; es muy factible, pues, que una corta inyección, aplicada en tales condiciones, fuese suficiente para inclinar la balanza en su favor, dando un nuevo sesgo al curso de la enfermedad, cuya crisis anticipada permitirá la curación en casos que amenazaban un éxito funesto.

Para comprobar la eficacia de inyecciones profilácticas que probablemente no ócasionarian ninguna manifestación morbosa que permitiese prejuzgar sus resaltados preservati-

ANALES DE LA REAL ACADEMIA

206

vos, sería necesario someter cada individuo á una prolonga- da observación, como nos viene sucediendo con nuestras inoculaciones por medio de mosquitos contaminados. Pare- cia, pues, lo más lógico experimentar antes la eficacia cura- tiva de la serosidad en enfermos graves de fiebre amarilla. Esto es lo que he hecho en el único caso que se me ha pre- sentado en condiciones, al parecer, idóneas para un ensayo del nuevo método, y con la circunstancia indispensable de poder seguir la observación en todas sus evoluciones.

aquí el caso á que me refiero:

D, P. C., de 22 años de edad, natural de Cataluña, vino de la Península hace quince meses; tuvo, el primer verano, una fiebre benigna que le:obligó á estar tres ó cuatro dias en cama. No había vuelto á enfermarse hasta el 18 de Julio último. El citado día fué invadido, á las siete de la mañana, con escalofrios, mareos, cefalalgia intensa y fiebre. Le á las diez de la mañana; tenía la cara encendida, ojos inyec- tados, cefalalgia frontal, dolores generales, sensibilidad en los elobos oculares. Temperatura 39%9. Medio gramo de antipirina alivió un tanto los dolores, pero solo redujo la temperatura á 39%8. Desde el primer día se manifestó una notable escasez de orina. Había tomado un pursante salino y después comenzó 4 tomar en horas determinadas naftol, bicarbonato y solución de hiposulfito de soda, cuya medica- ción se continuó hasta quedar establecida la convalescencia, salvo las adiciones que más adelante se dirán.

Ll segundo día, por la mañana, había bajado la tempe- ratura 4 379, con alivio notable de los dolores y bienestar del paciente. ln vista de la escasez de orina se le prescribió cafeina (0.25 cadu seis horas) durante ese día. Por la tarde subió la temperatura 397, y reconocida la orina á las siete de la noche (36 horas desde la invasión) presentó trazas evidentes de albúmina.

La manifestación precoz de la albuminuria me indujo á creer que el caso podría agravarse, y en tal previsión

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 207

apliqué sobre mi antebrazo izquierdo un vejigatorio de co- lodion-cantaridina con las debidas precauciones antisépticas, y al cabo de 18 horas extraje algunos centímetros cúbicos de serosidad, que conservé en pipetas esterilizadas, para usarla si el caso lo requiriese.

El tercer día por la mañana bajó la temperatura 4 3796; habiendo tomado el paciente un gramo de antipirina 4 me- dia noche, se sintió aliviado; la inteligencia despejada. La cantidad de albúmina no había aumentado notablemente. Juzgando que pudiera existir alguna complicación palúdea, debida á la constitución médica reinante, se administró un gramo de quinina, cuya dósis fué repetida los cuatro días siguientes.

A las dos de la tarde se agravó de repente el estado del enfermo, presentando un ataque histeriforme, seguido de cefalalgia; aumentó de fiebre hasta 3999, con gran agitación y ansiedad, náuseas continuas, pidiendo el enfermo á cada instante pedazos de hielo para no vomitar: Por la noche, sin embargo, hizo un vómito con sangre. La orina presenta- ba albúmina en corta cantidad. La temperatura subió du- rante la noche 4 40%2. Se suprime la cafeina y se aplica un vejigatorio sobre el epigastrio,

El cuarto día, por la mañana, bajó la temperatura á 3899, subiendo por la tarde y noche á 39%4, Desde la vispera no cesaban las núuseas, el insomnio y la agitación del paciente. Durante el día hubo alyunos vómitos con estrías y partículas pardas ó rojizas (alas de moscas) y algunos accesos de hipo. Las conjuntivas y la piel presentaban un tinte sub-ictérico. El quinto día por la mañana la mínima fué de 3971; la oriva contenía más albúmina; había vomitado una vez. El ictero más pronunciado, las náuseas incesantes, el insomnio y la agitación nerviosa, iguales que el día anterior.

A las diez y media de la mañana, habiendo ya subido la temperatura a 3995, le inyecté en la espalda medio centl- gramo cúbico de la serosidad recogida, dos dias antes, en mi

208 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

brazo. A las cuatro de la tarde llegó la temperatura á 39%8 mas por la noche fué bajando. Las náuseas y la agitación del paciente se calmaron durante la noche, sin que se hu- biese alterado la medicación de los días anteriores. La ma- ñana siguiente (al terminar el quinto día de la enfermedad) encontré al enfermó tranquilo y despejado; habían cesado las náuseas y se sentía bien. La cantidad de albúmina en la orina había aumentado y el ictero era más pronunciado.

El sexto día, por la mañana, la temperatura marcaba 3873; no volvieron á presentarse las náuseas ni vómitos, aunque arrojó de la farinje auleunas flemas ensangrentadas y las encías daban sangre al ser comprimidas. A las cuatro de la tarde bajó la temperatura 4 3778, pero hay que adver- tir que el enfermo, por equivocación, había tomado un gra- mo de antipirina, desde la una de la tarde.

El séptimo día, por la mañana, la temperatura era de 3798, y por la tarde 38"

El octavo día, 37%8 por la mañana y 371 por la tarde.

El noveno “día, 368 por la mañana y 37? por la tarde. No habiendo experimentado el paciente ningún retroceso, ni interrupción en la mejoría iniciada el quinto día, después de la inyección de serosidad, si bien la albuminuria no cesó hasta 12? día y las conjuntivas continuaron amarillas hasta el 15%. En el sitio de la inyección no se manifestó ninguna irritación, endurecimiento, ni sensación dolorosa. Durante la convalescencia ha tenido una erupción de furúnculos, principalmente en la cara.

En el adjunto cuadro he trazado las curvas de tempera- tura, pulso, respiración, etc.

Según de antemano he advertido, no es posible asegurar que la curación de este enfermo haya sido la consecuencia directa de la inyección de serosidad; pero no dejará de lla- mar la atención de los prácticos, la brusca cesación de los síntomas alarmantes pocas horas después de la inyección, y antes de haberse completado el quinto día, en un caso de cu-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 209

va gravedad no puede dudarse, en vista de las altas tempera- turas, con persistencia de la albuminuria y del ictero hasta el 122 y el 15% día. No fué mi propósito limitarme á una sola inyección de medio centigramo cúbico, mas la mejoría tan marcada hizo ya innecesaria su repetición al día si- guiente. De todos modos, creo haber demostrado la inocui- dad del procedimiento, siempre que se observen las precau- ciones comunes de la asepsia y que se tengan garantías de que el donante de la serosidad no padece ninguna infección especifica transmisible.

La importancia de este recurso terapéutico, si su eficacia en el tratamiento de la fiebre amarilla se confirmase, sería verdaderamente incalculable; pues no se trata de un medi- camento destinado simplemente á combatir tales ó cuáles sintomas y de una intervención especialísima, fundada en datos experimentales auténticos y llamada 4 producir en el cuerpo del paciente modificaciones idénticas 4 las que se verifican cuando la enfermedad procede espontaneamente hácia la curación. Pudiéndose además afirmar, á priori, que la misma serosidad con que se lograse curar la enfermedad, resultaría más eficaz aún para conferir inmunidad profilác- tica á los sujetos susceptibles. Estimo, pues, que el asunto merece la atención de mis distinguidos compañeros,

Dr. C. FinLay,

T, xx1x=27.

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 28 de Agosto de 1892.

SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Presidente, Dr. Lustres: Benasach, Aguilera, Beato, García, Bosque, Castellanos, Gordon, Ulrici, Plasencia” (D: 1.),* Plasencia (D.*“T.), Riva, Nuñez, Montalvo, Torralbas (D. J. 1.), Torralbas (D. F.) Zamora, Montané, Santos Fernández, Machado, Oruz, Melero, Ramos, Rovira, Pinlay, Lavín, Castro, Donoso, Valdés, Delgado, Paradela, 4. E. del Valle (de mérito) y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión á la una y media de la tarde, y leida el acta de la anterior fué aprobada. Se dió cuenta del mo- vimiento de la Secretaría, y se acusaron los libros é impre- sos recibidos, que son los siguientes:

BisLioreca.—“La Tribune Medicale” 2* série núms. 4, 5.

“International Medical Magazine; vol. IL. núm. 7.

“Revista de Medicina docimétrica” año XIV, núm. 162.

“Boletín del Consejo Superior de Salubridad” t. L n. 1.

“Código Sanitario de E. U. Mexicanos,” un cuaderno.

“La Independencia Médica,” año XXVII, núms. 43, 44.

“Archivos de Ginecología y Pedriatria” año V, n. 20, 21.

“Revista de Ciencias Médicas,” año VII, núm. 16.

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año XIII, n. 8.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 211

“Revista del Foro,” año HI, núm. 56.

““El Album,” año I, núms. 2 y 3.

“Aires d' a miña terra,” año Í. núm: 2.

Congreso pedagógico Hispano-portugués-americano, va- rios ejemplares (prospectos).

El Presidente enterado de que el Dr. La Torre, á la or- den del día había escusado su asistencia, y haciendo constar además, que honraba la sesión el Socio de mérito Doctor D. Fernándo Gonzalez del Valle, concedió la palabra al Doctor Montalvo, que descaba hacer «ulgunas consideracio- nes relativas á lo que había manifestado en la última sesión el Dr. Finlay, acerca de la inmunidad, para adquirir la fie- bre amarilla, de los criollos.

Dr. Montalvo. —Los individuos nacidos en Cuba y cria- dos en el extranjero, pueden perder la inmunidad desde el momento que vuelven á su pals, y en consecuencia, hállan- se en condiciones para contraer la fiebre amarilla. Cita el :aso de la señora H... y M .., que falleció de esa enferme- dad en el Cerro, había nacido en Cuba, muy niña marchó á Francia, y 4 su vuelta contrajo la fiebre amarilla, muriendo urémica. Cita algunas otras observaciones de igual natura- leza. Se han visto también casos en individuos nacidos y criados en Cuba, que han muerto de esa endemia, y un mé- dico distinguido asegura que en la Macagua se han visto casos de fiebre amarilla en individuos nacidos en esa locali- dad, y el Dr. Zambrana, publicó hace aleún tiempo, un tra- bajo acerca del vómito en los criollos. Además, recuerda otros dos casos asistidos por el Dr. Moreno de la Torre, de dos niños que, procedentes del campo vinieron á establecer- se en esta ciudad. Esto demuestra que el criollo, de un modo absoluto no es inmune.

El Dr. La Cuardia.-Comunica que hace próximamente dos años tuvo el honor de dar cuenta á la Academia, de un caso fiebre amarilla en un joven criollo procedente de Mantua, de 16 años de edad. El caso fué observado además por los

SAW ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Dres. Delgado y Tamayo, oportunamente se le hizo la au- topsia, que es la primera en su especie llevada á efecto en la Isla de Cuba, y por último, tiene en su poder las dos ob- servaciones del Dr. Moreno de la Torre, citadas por el Doc- tor Montalvo.

El Dr. D. Fernándo (7. del Valle.—Que en unión del Dr. Zambrana asistió en la calle del Consulado, en epoca remota, un caso de fiebre amarilla en una mujer que proce- día del campo. Cita otro de igual naturaleza en la calle de la Salud. Conoce otros casos—agrega—de personas que vi- vian en Gruanabacoa. En ese pueblo, el vómito no se cono- cla y alli se enviaba la tropa para aclimatarla, hoy después que las comunicaciones se han facilitado, la fiebre amarilla

existe lo mismo que en cualquier otro punto.

El Dr. Montalvo.—Existe un particular bastante oscuro y que debe dilucidarse y es el contagio de la fiebre amarl- lla y la manera de efectuarse. ¿Tiene lugar éste por las ma- terias fecales como sucede en el cólera y en la fiebre tifoidea? Como ha dicho, es una cuestión que no está resuelta.

El Dr. Finlay.—El contagio es evidente, pero es dificil comprobar como tiene lugar, y cita en su apoyo una rela- ción de cuatro individuos que sucesivamente puestos en con- tacto unos con otros contrajeron la fiebre amarilla, falle- ciendo los cuatro.

Pasando á la orden del día el Dr. D. Tomás Plasencia dió lectura 4 un informe acerca del sexo de un individuo, caso presentado en la anterior sesión, y concluye aseguran- do que el sujeto en cuestión pertenece al sexo femenino.

Acto continuo se constituyó la Academia en sesión de Gobierno.

Z00LOGIA,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

ACANTÚRIDOS.

Ocho especies, adscritas á dos géneros Acanthurus y Acronurus y nombradas vulgarmente Barbero, compren- de esta familia. Una espina á modo de lanceta en el tronco caudal, funda el nombre vulgar de todos.

Carne regular. Hasta 1 kilo.

62. Barbero Acanihurus ceruleus Bloch. Azul. Líneas ondulantes longitudinales de azul más pálido que se hacen rectas, oblícuas en las aletas dorsal y anal. Lanceta caudal color de ámbar y aspecto vitreo.

Blue Surgeon, Barbero, en J. G.

Moviendo de lado y lado la espina caudal, hieren gravemente á otros peces y al hombre. Estimable como alimento. Congénere del Bone-fish de Cayo Hueso, en concepto de Stearns, abundando en los arrecifes de coral de la Florida meridional. (Goode).

Acanthurus chirurgus Bloch. Color pardo. Opérculo ri. beteado de negro. Listas oscuras transversales, en los flan-

214 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

cos. “Diliere del anterior, por carecer de fajas pa en eN a (Synops.)

Surgeon=fish, Doctor=fish. «Aletas verticales con rayas oscuras oblícuas, paralelas.» (J. Q G.)

Acanthurus phlebotomus Cuv. et Val.

Llevado por J. 4 G. á la sinonimia del 4. nigricans Lin. y Bloch.

Acanthurus tractus Poey. Caudal muy escotada: el lóbu- lo superior mucho más largo que el inferior, terminado por un filamento blanco. ltayas pálidas oblicuas en la dorsal. Tronco sin listas verticales. (Lnum. J. G.)

Acronurus carneus Poey. ls caracteristica genérica, la piel arrugada y sin escamas.

Se distingue esta especie, por el color rosado del cuerpo que es transparente; “pasando pronto á blanco y opaco, cuando lo echan en aguardiente, y se vuelve con el tiempo pardo rojizo; la faja plateada, toma en el licor un viso bron- crado.” (Enum.)

A. ceeruleatus Voey. Azuloso, inclusive la faja. Pectoral y caudal, pálidas: ésta sin mancha en el pedículo. (Lnum.)

A. nigriculus Poey. Pardo amarilloso, el cuerpo y las nadaderas: base de la pectoral, amarilla; caudal, sin man- cha pedicular. La faja brillante, gris de acero, resalta sobre el fondo común. (Lnum.)

J. G. incluyen los Acronurus Gtlir. en Acanthurus Bl. « Schn. No citan las 3 especies que anteceden.

JIFÍDIDOS. (Xiphiidi.)

Representada en nuestro litoral por especies de conside- rable estimación, cuanto á su corpulencia y cuanto á la bon- dad de sus carnes y de sus huevas. En todos estos peces, los huesos craneanos y faciales el vómer, el etmoides y los

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 215

premaxilares, consolidados —se prolongan en tal grado y suerte, que forman un arma muy dura, ya plana, lisa y pun- tiaguda; ya cónica, áspera, simulando una escofina, de pun- ta recta. En uno y otro caso, les sirve para agredir á los de- más colosos marinos, en especial ballenas y cachalotes, y aun al hombre mismo.

La edad determina en sus nadaderas modificaciones bien notables: en el joven, la dorsal, la anal y la caudal son in- divisas; en el adulto, por el contrario, las dos primeras se seccionan, y la cola se ahorquilla profundamente.

Sus 3 géneros están representados en nuestras aguas. A saber: Xiplias Linneo —sin dientes ni aletas ventrales. Tetrapturus Rafinesque radios ventrales coalescentes en uno, dorsal baja. Histiophorus Lacépede—3 radios ventrales, dorsal muy alta.

Por su abundancia constituirian, debidamente explota- dos, una fuente de riqueza considerable y de suma prospe- ridad industrial. Andan cada macho con su hembra, 4 100 brazas y más de fondo.

63. Pez de Espada. Emperador. Xiphias gyladius Linn. Es el famoso del Mediterráneo, que suele dejarse ver en nuestras aguas. No hay que confundirlo con el Pez ste- rra, de que luego trataremos. Ofrece la particularidad de carecer de aletas ventrales. Debe sus nombres técnicos y el primer vulgar, á su arma plana y aguzada, en forma de es- padón. Tengo un ejemplar procedente del Mariel, que mide 120 m. de largo. Pez de corso. Llega 4 nuestro litoral en Abril y se ausenta en Septiembre. Atlántico europeo, afri-

cano y americano, y también en el Pacífico. Carne excelente. Pesa de 150 á 200 kilos.

Common Sword-fis). De 300 á 400 libras de peso. Carne esti- mada como alimento. (J. G.)

El Profesor Goode— Natural History of Aquatic Animals es- tima probable que el Pez de Espada, cuando es harponado, res-

216 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

ponda al ataque con su ataque. Cita el caso de Mr. Blackford, veterano pescador de aquellos colosos, cuya embarcación fué agredida 20 veces. Owen compara el efecto de su golpe, al de un proyectil de artillería pesada. (Goode).

Es el Pez espada y Espadarte de Andalucía, Galicia y Canta- bria; el Emperador de Mallorca, Menorca y Valencia; Espasa de Valencia; el Peix-espasa de Cataluña, Ibiza y Menorca.

Matanzas. Corrida para e: desove, en Agosto. (1883).

Mariel. Peso, de 10 á 40 arrobas. Carne muy buena. Desove en Junio. (1881).

64. Aguja de paladar. Aguja blanca, Z+trapterurus albidus Poey. Dorso azulado. Vientre blancuzco. Arma en orma de escofina. Tengo ejemplares de 60 centímetros de largo. La talla longitudinal del individuo adulto, es 2 me- tros ó poco más. Abundan en Junio y Julio, llegando á ve- ces hasta Agosto. La fuerza de la corrida para el desove, en Junio. En este cuatrimestre andan apareadas.

Carne buena de comer y siem pre sana. Pesa en total, de 20 á 50 kilos. Las huevas alcanzan á 15 kilos.

Por lo que valga en trabajos ictiográficos de otra índole, indi- co que nuestros pescadores distinguen dos variedades y quién sabe si especies de Aguja blanca ú de paladar; asignando á la más corpulenta y de nuca más elevada, el apelativo de cabezona,

Habana. Peso máx. 300 kil. Su pesca, sólo á cordel, es peli- grosa: se realiza de Abril á Septiembre, con más abundancia de Mayo á Junio. Arribazón, de Octubre á Enero. No se exporta ni conserva. Cons. loc. fresco. Pesca anual: 16,790 kil. (1891).

Matanzas. Desove en Agosto. (1883).

Mariel. Máx. 460 kil. Carne buena. Pesca, en primavera y ve- rano. (1881).

San Juan de Puerto Rico. Máx. 57'50 kil. Corrida, de Mayo á Julio. Cons. loc. fresco: 466 kil. (1891).

Bill-fish, Spearfish, Aguja blanca. La bifurcación de la cola for- ma un ángulo de 70 á 80 grados. (J. « G.)

65. Aguja de casta. Zetrapterurus amplus Poey. Dor- so azul oscuro, vientre más claro. Línea lateral simple. Va-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 217

retas verticales, que Poey sospecha desaparezcan con la edad; si bien consigna haberlas observado en individuos que pesa- ban 250 kilos, dejando en pié la duda.

Robustecen ésta, la creencia generalizada entre los pescadores eubanos, en punto á existir dos especies de Aguja de casta: una vareteada, que ofrece el cuerpo veteado transversalmente de azul pálido que según el Maestro, se extingue con la vida— y dife- rente por ello de la que carece de tales listas. Distínguenlas ade- más nuestra gente de mar, en cuanto á sus bríos, en bomba, es decir, fácil de pescar; y trabajadora, que mucho quehacer para obtenerla. Pudiera referirse ésto al carácter del individuo: habrá quienes aguanten, y quienes nó; quienes se dejen inmolar sumi- sas, y quienes vendan su vida á costa de afanes y fatiga, y aun quienes hagan pagar su posesión con sangre: ésto se á diario en mamíferos— el hombre inclusive —en aves y hasta en insec- tos. De otra parte, se expresa que la vareteada ó trabajadora tie- ne la cabeza más pequeña; pero Poey como característica sexual femenina, la mayor magnitud cefálica. Lo es también la corpulencia del cuerpo.

El macho es más pequeño: mide de 23 á 3 metros, y pe- sa de 75 4 125 kilos. La hembra pesa de común 300 kilos. Hay individuos que alcanzan á 500 y 750 kilos, de peso to- tal. Los ovarios suman 15 kilos y más: lo que de 40 á 50 millones de huevos, cuya mitad puede ser fecundada. Dedúzcase ahora la riqueza prolífica de estos colosos, cuy: carne es siempre sana, cuyos huevos son exquisitos.

El desove tiene lugar de Abril á Junio y de Julio 4 Agos- to. Vienen entonces á nuestras aguas, cada macho con su hembra.

No se cogen sino adultos, purque solo vienen de corrida, á de- sovar, según asegura la gente de mar. Acaso también y esta discreta observación es de D. Felipe Poey por la magnitud del anzuelo empleado. Expresa también que los intrépidos pescado- res de Cojímar, Marianao, Bacuranao, traen todos los días al mer- cado esos corpulentos peces durante cuatro meses del año.

No llegan á Matanzas, en su concepto, porque, fuera de la T. xx1x.—28

218 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

bahía, los pescadores son de nasa; y por razón análoga entiende que no se pescan en la costa del Sur. /Synops.)

Por el distrito marítimo del Mariel, según mis datos A y particulares, la zona entre Jaimanita y la Ortigosa pasa por ser abundante en Agujas: de dos á seis millas mar afuera.

Indudablemente que son valentísimos, intrépidos en grado sumo nuestros héroes del mar, al ir, las más veces solos, en una cachucha ó análoga barquilla frágil, á buscar esos colosos, que an- dan por lo menos $100 brazas de profundidad. Para su pesca, sírvense de aparejos de curricán alambrados, y fuertes anzuelos con carnada de un pescado de á libra. Escalónanse á distancia de 20 á 25 brazas unos de otros, hasta tropezar con la mancha ó cardumen, en que si no todos, los más hacen su zafra. Mas cuen- ta, que cada presa es el gaje de un combate, y qué combate! Hay que trabajar mucho y bien: quizás como en ningún otro caso. Porque las Agujas emplean toda su pujanza colosal y luchan en su propio elemento, y el pescador apenas si puede afianzarse en su barquichuelo endeble, anegadizo, inseguro.

Jaando el animal ha tragado el anzuelo dice el Ictiólogo cubano, tantas veces citado sube á la superficie del mar, dando saltos prodigiosos; se agita en todos sentidos, se fatiga y se deja traer hacia la embarcación, en donde el pescador lo agarra con un garabato y lo remata antes de meterlo á bordo.» (Mem.)

Menos mal si siempre fuese así. No pocas veces es arrastrada la embarcación con rapidez vertiginosa, inmensurable, y el pescador tiene que arriar en banda el aparejo y aun cortarlo para salvarse. Tampoco son contadas las ocasiones en que esos valientes reciben crueles mordeduras de sus adversarios enfurecidos. Ay! ni son raros los casos en que la aguja se lanza fuera del agua, embiste al hombre, lo derriba y arrastra consigo, cuando no lo atraviesa con su tremenda escofina!

La bifurcación caudal forma un ángulo de 90 4100 gra- dos. Ocho piés de largo. «Quizás una forma de la precedente.» (J. £€ G.)

J. G. colocan ambas especies en el gén. Tetrapturus de Rafi-

mnesque. q 4

Poey conviene con Cuvier, en que debe prevalecer el genérico Tetrapturus, abreviado etimológico de Tetrapteru-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 219

rus == que alude á los cuatro apéndices á modo de aletas que hay en el arranque de la cola. (Mem. II, 242.)

Carne buena. Peso total máx. 750 kil. Huevas, 15 kilos término medio.

66. Aguja voladora. Aguja prieta. istiophorus ame- ricanus Cuv. Se distingue á simple vista de las anteriores, por la altura extremada de su primera aleta dorsal, en su parte media. Crece menos y es más rara. Se le dice tam- bién Aguja voladora, porque al acercarse á bordo, suele em- bestir la embarcación y también al pescador, que solo estando muy avisor puede salvarse, excusar el terrible peligro de ser herido gravemente, si muerto.

A esta familia corresponden: Abujeta, del Puerto de Santa Ma- ría; Aguja, de Andalucía; GFuya y Guya de paladá, de Mallorca, Menorca, Ibiza; Agulla y Ahulla, de Valencia y Cataluña.

J. G. la nombran 4. gladíus Brouss., con el vulgar Sail-fish, sin atender á que el específico gladius se halla empleado tan cerca, en la primera especie de la misma familia.

Jordan Gilbert en el texto de sus preciadas Contributions to N. A. Ichihyology, pág. 421, tratando del 7. amplus, expresan que ésta quizás sea una forma de 7. albidus. Pero en la extensa Ad- denda et Corrigenda de la obra citada, dicen: que en vez de 7. al- bidus, léase T. índicus C. V., y que la sinonimia del texto susti- túyase por la que á continuación expresan, en la cual se hallan inclusos los dos específicos de Poey.

«Se esta sinonimia —agregan de acuerdo con el parecer del Dr. Lútken, que no admite más que 5 especies de Xiphiidee. Es probable que esta opinión sea correcta, pero, como pertinente- mente se arguye por el Profesor Goode, la identidad de las espe- cies americanas nombradas Tetrapturus albidus é Histiophorus ame- rmcanus con sus representantes en el Viejo Mundo, todavía está por probar; y por muchos conceptos, es desear que se retengan los nombres americanos hasta tanto no se evidencie tal identidad.» Y concluyen con esta notable aserción del mismo Profesor Goode: «Unir especies de localidades separadas por grandes distancias, sin haberlas visto jamás, es muy desastroso para una apreciación

220 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

adecuada de los problemas de la distribución geográfica.» (Pro. O. S. Nat. Mus. 1881, 427. J. « G. loc. cit, p. 909.)

Si la identidad de las especies europeas con las americanas ex- presadas, como dice Goode, está por probar todavía; si conviene retener aquellos nombres americanos en tanto no sea evidente tal identidad, como corresponde entre naturalistas formales; si hay la circunstancia agravante de que se refunden especies que no se tuvieron á la vista; si por último, ese trasiego de nombres aumenta necesariamente las dificultades de saber á qué atenerse, en defini- tiva, tocante á nomenclatura, ¿4 qué llevar prematuramente á la sinonimia ambas especies poeyanas?

ESCÓMBRIDOS. (Scombridi).

De tanta cuenta como las precedentes, son las especies de esta familia, por la abundancia y calidad de sus carnes. Artículo de consumo en fresco, en salazón, en escabeche; alimento de industrias importantes, en otros palses. A que en el nuestro pudiera serlo como en pocos, favorecién- donos en tan alto grado la riqueza de especies y de indivi- duos, las condiciones climatológicas, en especial la tempe- ratura media de nuestras costas y cayerías, y sobre todo, ese Gulf Stream que nos auxilía tanto: barrera providente, que sólo deja paso para las costas norte-americanas 4 algunos de nuestros peces. Bueno es repetirlo.

67. Atún. Orcynus Thynnus Linn. Dorso azul oscuro. Vientre grisáceo con pintas plateadas. Ojos pequeños. Dor- sal y anal falciformes. Caudal ampliamente ahorquillada.

Frecuenta ambas costas del Atlántico septentrional. Lle- va á 10 piés y más de largo, y media tonelada de peso: el mayor de los Escómbridos. (J. «€ G.)

Suele pescárseles en nuestras aguas, de Mayo á Junio.

Carne buena. Longitud, 3 metros.

Atún de Andalucía, Toñina de Mallorca, Menorca, Ibiza; Ton- yina de Valencia y Cataluña.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 221

Horse Mackerel, Albicore; Tunny, de la gente que habla inglés, según la expresión de Goode.

Poey cita otras especies de Atún. (Enum.)

68. Bonito. Orcynus balteutus Cuv. Azuloso. Pínnu- las azules, blancas en su borde posterior. Una faja amarilla procede del ojo, desvaneciéndose más ó menos completa- mente hacia atrás. Llega al Brasil. Común en la Habana.

Carne buena. Longitud mayor, un metro.

Muy recomendado para la confección de escabeche.

Mantua. Tiene lugar la corrida en Abril y Mayo; las arribazones, en Diciembre y Enero. Abunda todo el año.

Mariel. Le señalan un peso máximo de 6 kilos.

69. Bonito de los navegantes Orcynus Pelamys Lin- neo. Bien conocido por su color general plateado, dorso azu- loso, 4 bandas pardas longitudinales 4 cada lado del vientre. Frecuenta los mares tropicales y costas atlánticas de los Ks- tados Unidos. Del Mediterráneo, del Pacífico y del Atlánti-

co, llega á nuestro litoral.

Es el de Andalucía, Galicia, Cantabria, etc.

Oceanic Bonito Euthynnus Pelamys L. (J. «€ G.)

«Por tener la carne sanguínea, este pez se ha de comer con al- guna precaución. Esto sucede á todos los del mismo género, y no quisiera que la noticia diera motivo para una prohibición. Es tan considerable el númaro de los peces sospechosos por motivos leves, que si no atendiéramos más que á la salud del público, sin consideración de ningún género en favor de la excelente indus- tria piscatoria, sería preciso prohibir la pesca.» (Poey: Repert. 1).

70. Albacora,. Orcynus Albacora Lowe. Dan este nom- bre en algunas localidades de nuestro litoral, á otra especie de Atún. |

Tal la nombra Poey. Color de acero brillante. Vientre azul plateado. Pectorales negruzcas. Desova en primavera, por Mariel.

Carne buena. 1 metro de largo.

71. Sierra, Oybium Caballa Cuv. Debe este nombre

222 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

vulgar, á las uleticas ventrales que preceden á la caudal. Cuando es joven le dicen Serrucho.

Cuerpo alargado, cabeza aguzada, relativamente corta. En el joven, manchas indistintas amarillosas oscuras á los lados del cuerpo. Dientes fuertes, triangulares, comprimi- dos: 30 —25.

“Peces de los altos mares dicen los Profesores Jordan

y Gilbert —- graciosos en la forma, bellos en el color: de Jos mejores peces comestibles: among the best of food-fishes.”

A la autorizada opinión de estos respetables Profesores, en fa- vor de este pez, injustamente proscripto, puede agregarse la de D. Pablo Lesmes, pescador de los más fidedignos y entendidos, amigo muy estimado del Profesor Poey; la de su hijo D. Manuel, que no le va en zaga, y la de cuantos más he oido, concordantes todos en favor de la Sierra. Inverosímil parecerá que fuera prohi- bida su venta únicamente porque fué nombrada en abono de la inconveniencia de basar la proscripción de un pescado en la más leve sospecha, máxime si se trata de uno de mucha cuenta para los pescadores y para el público consumidor. Es de tenerse pre- sente y no está de más el repetirlo —que á las veces paga un pescado bueno culpas de otro malo, por obra y gracia de la mali- cia y de la especulación bastarda; dándole al comprador ignoran- te, peor que gato por liebre: Picuda por Sierra.

Frecuenta el Atlántico intertropical. vunda mucho, sobre todo en las menguantes de Julio y Agosto. Desova en Junio. Carne buena. Peso máximo 50 kilos.

Habana. Los datos oficiales se refieren necesariamente al Serrucho, séase la Sierra joven; pues ésta todavía se halla pros- cripta de los mercados, por las Ordenanzas Municipales de esta capital.

Una errata tipográfica en dichas Ordenanzas -- Piena por Sierra, valió á ésta de escape, hasta que aquélla fué salvada. Ver- dad es que hoy tampoco puede el consumidor confiar en la efi-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 223

cacia de los preceptuado, y menos aún en su vigencia, puesto que por ignorancia ó quién sabe por qué—en las mesillas de nues- tros mercados nunca faltan los llamados Peces prohibidos, así los justos como los pecadores.

Peso máx. 5 kil. Corrida, en Mayo y Junio. Arribazón de Octubre á Enero. No se exporta. Se conserva salado. Cons. local fresco. Pesca anual: 16,790 kilos. Artes: cordel sólo. (1891).

Matanzas. Sierra. Máx. 15 kil. Corrida, en Mayo y Junio. Abunda más en Agosto y Septiembre por Punta de Maya. Arri- bazón, de Octubre á Enero. Exportación: vivo, ninguna; en hie- los, 3,500 kil. anuales. Consumo local, fresco: 10,000 kil. anuales. Se salan y curan. Pesca anual: 18,500 kil. Artes: cordel. Embar- caciones: botes, 20; tripulación, 40; tonelage, +. (1891).

Datos anteriores (1880) confirman los actuales, si bien elevan- do el peso máximo hasta 2 arrobas.

Las cifras expresivas de lo que se pesca, exporta y consume en este Distrito y en los que se hallan en igual caso dice bien á las claras que la Sierra es sana, como su consorte la Cu- bera.

Cárdenas. Sierra. Peso máx. 8 kilos. (1891).

San Cayetano. Serrucho. Máx. 12 kil. Corrida, en Abril y Mayo: todo el distrito. Arribazón Mayo y Junio. (?) Nose expor- ta ni conserva. Cons. loc, fresco: 11,000 kil. (1891).

Mariel. Sierra. Máx. 15 kil. Carne buena. Corrida, en Junio. Serrucho. Peso máx, 5 kil. Carne múy buena. Corrida, en Ju- nio. (1881).

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(Continuará).

MEDICINA LEGAL.

Informe acerca del sexo á que pertenece un individuo.

(Sesión del 28 de Agosto de 1892.)

Sr. Presidente y Sres. Académicos: En la sesión pasada se dió cuenta aquí de un caso de hemafrodismo, que, si bien raro en nuestros anales, implicaba una cuestión de medicina legal, pues se pedía á la Academia se sirviese emitir su voto respegto al sexo verdadero. Esta Corporación aceptó el encargo, y para resolver con mejor acierto, pues se necesitaba de un exámen con el cloroformo, nombró una Comisión, compuesta de Jos Dres. Casuso, Lavin y el que suscribe.

Esta, cumpliendo con su cometido, viene hoy á dar cuenta del resultado obtenido. Pues bien, como recordareis se trata de un individuo de dos años y medio, fruto del ma- irimomio de“DE/...B... y de DM... del €... 00 el cual nació en la estancia el '“Monterito,” barrio del Cal- vario, de esta jurisdición, el 19 de Marzo de 1890, y se bau- tizó á los ocho días con el nombre de Maria Josefa.

El Licenciado D. Domingo Cabrera, médico, ha propor- cionado los datos siguientes: los padres son primos herma- nos; han tenido tres hijos, de los cuales uno es mayor y otro

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 225

menor que ésta, que no presentan imperfección alguna; no obstante, ella ha tenido solamente coqueluche, pues goza de buena salud; está bastante desarrollada en comparación del hermano mayor, que le lleva veinte meses; es más cariñosa, dócil y humilde que éste; de color trigueño claro; su altura y grueso proporcionado; su carácter es alegre, muy vivara- cho, y, según el padre, por la agilidad y soltura de los mo- vimientos, característicos de las mujeres, ella debía ser hembra. |

Reunidos en casa del Licenciado Cabrera, Calzada del Cerro, número 463, donde se hallaba esperando Maria Jose- fa, para ser reconocida, se recogieron los datos correspon- dientes á la topografía de la región, y son: como órganos genitales externos, un monte de Venus bien desenvuelto, y una vulva incompleta, que presenta el clítoris muy desarro- llado, de dos centímetros de largo, cubierto por la piel, y debajo de éste y en su base el meato urinario oculto por aquél, tanto que es preciso levantarle para que se divise éste.

La vulva está formada de dos grandes labios, que des- aparecen en el tercio inferior, dejando ver una gran exten- sión sin cubrir, de cuatro centímetros de largo, que se ex- tiende desde el clitoris hasta el ano, no interrumpida dicha superficie más que por el meato, siendo en la parte superior mucosa, y el recto perteneciente al periné, el cual ofrece su safe liso, nada saliente. No existen las ninfas.

Levantando el clitoris se divisa el meato urinario, como se lleva dicho, y corresponde 4 una uretra corta y recta, que se dirije directamente atrás, pudiendo introducirse una sonda facilmente, y extraerse orina; mas dirigiendo un esti- lete explorador de arriba abajo y de delante atrás, hácia el recto, se halla un conducto de dos y medio centimetros, que termina en un fondo de saco, que puede ser una vagina rudimentaria ó poco desenvuelta.

Después se colocó sobre una mesa, se le dió el clorofor-

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226 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

mo, y durante el sueño se practicó el tacto bimanual, intro- duciéndole el dedo indice de la mano derecha por el ano, y la otra se colocó sobre el hipogastrio, resultando de la ex- ploración rectal, que existen hácia la línea media un cuerpo ovoideo, de la forma y dimensiones de una almendra, de poca resistencia, de dirección vertical, y situado por encima de la sínfisis pubiana, y otro colocado ú la izquierda de Ma- ría Josefa, á mayor altura, de más consistencia y volúmen que el anterior, movible, y que por la forma es la de un útero de párvula.

Con tales datos, y no encontrandose los órganos corres- pondientes al sexo masculino, la Comisión cree que no debe quedar duda respecto al sexo verdadero de la citada niña.

Señores académicos; esta niña fué denunciada como va- rón por un médico, que tuvo que asistirla por una lijera afección; expidió un certificado, y el padre, con este docu- mento recurrió 4 su Juzgado, para que se modificase el asiento del Registro Civil, y partida bautismal, lo cual no pudo realizarse por faltarle fondos al interesado para pagar los derechos. El repetido Cabrera sostenía que no debía ha- cerse nada sobre el particular, pues creía que era hembra María Josefa, y en tal virtud ha querido oir á la Academia.

(quien recuerde los diversos casos de hemafrodismo, como el de Justina Jumas, de Adelaida Preville, María Margarita, María Lefort, María Droctec Denier y Carlos Droge Huben Juan Pedro, María Josefina v Adelaida Her- culina ó Alexina, no podrá por menos que aceptar lo difícil que ha sido resolver tales casos con solo la apreciación de los órganos exteriores, necesitándose ya de la mano del tiempo, ya de la losa anatómica para discernir querellas, que se habían suscitado con motivo del hemafrodismo, y al mismo tiempo notar lo singular, que se venía haciendo esas celebridades como las que han servido para refrescar la memoria.

ls cierto que el verdadero hemafrodismo no existe en

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 227

la especie humana, ni en los animales mayores, así es que se bautiza con tal nombre el seudo-hemafrodismo, ó sea á la persona que, siendo de un sexo, aparece ser del opuesto, ó bien como en el caso actual, que tanto podía ser del uno ó del otro, en virtud de la disposición de los órganos exterio- res yv que la exploración interna ha puesto fuera de duda.

Por tanto, si se fuese 4 ser severo, tal término debiera desaparecer, porque encierra una idea falsa 6 errónea, pues no hay más que hombres ó mujeres con un organismo más ó menos bien conformado. Y, por último, extraña mucho que no se haya apelado al reconocimiento “rectal, que si se hizo, no se menciona; si bien hay que tener presente que algunos de dichos casos se refieren al año veinte y la admi- ración desaparecerá.

Por todo lo expuesto, la Comisión cree que puede infor- mar á la Academia, que el caso de que se trata, ó sea el de María Josefa R... C..., pertenece al sexo femenino.

Dr. Tomás PLAseENCIA.

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DEMOGRAFICO-SANITARÍA DE LA HABANA.

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INDICE

REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- BANA.—Sesión pública ordinaria del día 14 de Agosto de 1892, por el

Págs.

Dr. Vicente de la Guardia, Secretarlo.....oooannarosantca coco conadoncacaogonbiar 5193 Comunicación acerca de un nuevo recurso terapéutico en el tratamiento de la

fiebre amarilla, por el Dr. €. FinlaY. eoocccorococnnons AS O REAL ACADEMIA. A pública ordinaria del día 28 de Agosto de 1892,

por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretarió.....oomoremoommo. EAS A) ZooLoGIA.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vilaró..omooooioinn..... o MEDICINA LEGAL.—Informe acerca del sexo á que pertenece un individuo,

por el Dr. 1. Plasencia... SS A O e . 224 Estadística demográfico- De de la ciudad de Habana. Primer semes-

tre de 1892, por el Dr. Vicente de la Guardia. ..i.... E A AER

ENTOMOLOGIA.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 11 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

A ÁS A XA

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes.

El precio de la suscrición és de $3-50 centavos billetes por semestres iaa en la Habana, y $1-50 centavos billetes en. el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-conyento de San Agustín) se ven- den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana

del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la ES ee y Antigiiedades de la Isla de -

"Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Oubanos, por el Sr. Arango y Molina; y la Patolog gía y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay.

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a CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES.

DE LA HABANA.

REVISTA CIENTIFICA

DIRECTORES:

_D. José I. Torralbas y D. Marcos de J. WIelero.

RO Lc ENTREGA 338,

Mi TOMO XXIX. ] - [NOVIEMBRE 15.

PARATASUNTOS DE ADMINISTRACION - : CANJE Y CORRESPONDENCIA > DIRIGIRSE . DIRIGIRSE AL DR. D. MIGUEL RIVA Al Secretario general de la Real Academia de Cai, 1 TESORERO DE LA REAL ACADEMIA * CALLE DE CUBA CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AOPAEN: y

HABANA

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. E 1892,

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 11 de Setiembre de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Presidente, Dr. Lastres: Dres. Plasencia (D. T.), Mestre, Menocal, Riva, Zamora, Castellanos, Torralbas (D. J. 1.), Torralbas (D. F.) Saenz (D. da ), Oasuso, Santos Fernández, Melero, Lavin, F. E. del Valle (de mérito), Rovira, La Torre, Aguilera, Valdés, Tamayo, Delgado, Vaciiddo, Donoso, Benasach y La a, Secretario.

Abierta la sesión á las dos de la tarde y leida el acta de la anterior, fué aprobada.—Se dió cuenta del movimiento de la Secretaría y de los libros é impresos recibidos del mo- do siguiente:

CORRESPONDENCIA RECIBIDA.—Comunicación del Sr. Orde- nador general de Pagos, sobre nombramiento de habilitado. - Oficio participando al Sr. Presidente, el fallecimiento del Dr. José E. Ramos. —Se nombró una comisión en repre- sentación de la Academia para su entierro.

CORRESPONDENCIA REMITIDA.—Comunicación al Sr. Rodri- guez Suarez, nombrándolo habilitado.

Idem al Dr. A. Mestre, participándole su nombramiento

de Académico. T..xxix—a31l

242 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Oficio al Sr. Tesorero comunicándole la baja del Sr. Pe- droso y el ingreso del Dr. Mestre.

Oficio al Sr. Pedroso admitiéndole su renuncia.

BipLioreca.—“La Tribune Medicale;” 2* série núm. 34.

“The Brooklyn Medical Journal;” vol. 6?, núm. 9.

Memorias y Revista de la Sociedad Cientifica. “Antonio

Alzate;” tomo v, núms. 11 y 12.

“Jl Correo de Caracas;” año vit, núm. 705.

“Boletin de Medicina Naval,” año xv, núm. 8.

“La Independencia Médica;” año xxvr, núm. 45.

“El Centenario en la Habana;” tomo 1, núms. 1 y 2.

“Revista Cubana;” año vir, núm 2.

“Revista de Ciencias Médicas;” año vi, núm. 17.

“La Abeja Médica;” año 1, núm. 8.

“Empleo de los evacuadores permanentes en la vejiga por la vía hipogástrica;” por el Dr. J. Diago.

“Revista del Foro;” año 11, núm. 57.

“El Album;” año r, núms. 4 y 5.

El Presidente anunció á la Academia que asistía ú la se- sión el Académico de Mérito Sr. Dr. D. Fernando Gonzalez del Valle, y que al mismo tiempo tenía el doloroso deber de participar á la Corporación el fallecimiento del Académico de número Dr. D. José E. Ramos, que en su oportunidad se celebraría una sesión en su honor, según previene el Re- olamento.

Seguidamente se acusó una comunicación del Gobierno General acerca de eviar 4 Madrid los ejemplares duplicados que pudiesen existir en el Museo de la Academia.

Solicitada la palabra por el Dr. La Torre, como Acadé- mico encargado del Museo de Historia Natural, hizo presen- te que en su departamento, —contestando á la comunicación del Gobierno General --no existía ningún ejemplar dupli- cado y que lo mismo podía asegurar referente al de Antro- pología.

Entrando en la orden del día tomó la palabra el Dr. La

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 243

Torre é hizo una comunicación oral acerca de un objeto arqueológico de los indios de Puerto Rico, objeto que fué presentado á los Sres. Académicos.

Continuando la orden del día ocupa de nuevo la tribuna el Dr. La Torre y hace otra comunicación oral que titula “Observaciones malacológicas de la provincia de Santa Clara.”

El Presidente felicita al Dr. La Torre por sus dos comu- nicaciones que considera como verdaderas conferencias de un mérito indiscutible.

No habiendo otro particular de que tratar por el mo- mento, la Academia se declaró en sesión de gobierno.

REAL ACADEMIA.

Sesión Solemne en conmemoración del 4.9 Centenario del descubrimiento de América, celebrada en la noche del dia 26 de Octubre de 1892.

Abierta la sesión á las ocho y media de la noche bajo la Presidencia del Excmo. Sr. Gobernador Regional don Francisco Cassá, en delegación del Excmo. Sr. Gobernador General que en atenta Comunicación al igual que el señor Secretario del Gobierno General habían excusado su pre- sencia. Formaban la mesa, á más del Sr. Cassá, los seño- res D. José Silverio Jorrin, como Presidente de la Socie- dad Económica; el Sr. D. José Hernández Abreu, decano del Colegio de Abogados; el Rvdo. Padre Muntadas, Rector de las Escuelas Pías de Guanabacoa; el Sr. D. Joaquín F. Lastres, Presidente de la Corporación y el Secretario que suscribe. Señores concurrentes Dres. Montané, La Torre, Lavin, Mestre, Delgado, Finlay, Torralbas (D. Franeisco), Montalvo, Tamayo, Santos Fernández, Núñez de Villavicen- slo, Bosque y Donoso, académicos. Sra. Aurelia Castillo de González, Sra. de Aróstegui, Sra. y Srita. Tió, Sra. Rossell, Sra. vda. de Melero, Sritas. Martínez, Srita. Mestre, Srita. Bo- rrero, Sra. de Torralbas, Sr. D. José Garcia Montes, señor

DP>*GIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 245

Dr. D. José Varela Zequeira, Sr. Dr. D. Estéban Borrero Echevarria, Sr. D. Carlos Font, Sr. D. Francisco A. Silva, Sr. D. José María Céspedes, Sr. D. Gonzalo Aróstegui, Se- ñor D. José González del Hoyo, Sr. D. Leopoldo Cancio, Sr. D. Juan Gonsé, Sr. D. José López Trigo, Director de la Escuela Profesional, Sr. D. Jorge Vilar, Sr. D. Oscar Ortiz, Sr. Dr. D. Juan Dábalos, Sr. Dr. D. Antonio Díaz Albertini, Sr. D. Juan Gualberto Gómez, Sr. D. Miguel Melero, Señor D. Manuel Serafín Pichardo, Sr. D. Bonosio Tió, Sr. Rossell Sr. D. Vicente Hernández, Sr. Dr. D. Juan M. Dihigo, señor Dr. D. J. Alacan, Sr. Dr. Joaquín Diago, Sr. D. Arturo Aróstegui y otras personas no menos distinguidas que ocu- paban por completo todo el salón.

El Sr. Presidente de la Academia, Dr. Lastres, lectu- raá un breve discurso en el cual se extiende en considera- ciones atinadas acerca de la significación de esta fiesta. Seguidamente el Dr. D. Carlos de la Torre (1), llevando la representación directa de la Academia, hace una conferencia sobre “los productos naturales observados por Colón y los Conquistadores en las Antillas”; después de un corto exordio sobre el objeto de su Conferencia, hace la relación interesan- te de las especies animales que fueron encontrando los Con- quistadores del Nuevo Mundo al acercarse á tierra en aque- llos momentos en que la más grande zozobra se apoderaba de sus espiritus. Refiriéndose al Diario de Colón, á las cró- nicas de Oviedo, de Pedro Marty y Bonaldes, entre otros hizo el cotejo de los datos de aquellos historiadores y las opiniones de Humboldt, Cuvier, el inolvidable Poey y el malogrado autor de la Zoología de Colón Sr. D. Juan Ignacio de Armas. Después hizo una breve relación sobre los obje- tos arqueológicos y antropológicos expuestos á la vista del público en el Salón, explicando el valor de ellos y dando cuenta como había sido formada esa preciosa colección, gra-

(1) El discurso del Dr. La Torre se publicará en el número próximo,

246 ANALES DE LA REAL ACADEMIA **

cias á los esfuerzos del Dr. Montané y á los suyos, en las diversas excursiones efectuadas en la parte Oriental de la Isla de Cuba y en Puerto Rico.

El Dr. Montané toma la palabra á nombre de la Socie- dad Antropológica y antes de dar lectura á su discurso sobre los Mound Builders de la Isla de Cuba dice lo siguiente:

«Señoras y Señores: En medio del concierto de honro- sas fiestas —hablo de las fiestas de la inteligencia—que en todas partes se celebran con motivo del Cuarto Centenario del descubrimiento de América, la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba no podía permanecer en silencio. Y le era tanto más difícil hacerlo cuanto que fué de las primeras que recibieron la invitación de su hermana mayor, la Aca- demia de Ciencias, para celebrar esta reunión en la misma

casa y bajo el mismo techo.”

«Después de la animada y elocuente descripción que acabáis de oir, os parecerá mi voz muy débil, y sabiendo que así era me he resignado de antemano. Y, ¿no es este el papel que corresponde y conviene á la moderna Sociedad que represento? Hacemos muy poco ruido! Y eso mismo me hace contar con que habréis de dispensar vuestra bene- volencia á estas pocas páginas que voy á tener el honor de leer ante vosotros. Son, más bien que un estudio cientifico, una serie de impresiones recogidas durante una excursión antropológica, á través de la maravillosa región Oriental de la Isla, excursión que ha aumentado en mi el amor entra- ñable que tengo á esta tierra, y que debe profesarle el que haya podido apreciar las cualidades morales de sus hijos y admirar la belleza incomparable de su suelo.»

Después, el Dr. Montané describiendo á grandes rasgos la ruta que de Maisí pasa por Pueblo Nuevo y conduce á la gran tierra de Maya, hace una reseña explícita sobre las fa- mosas Murallas descritas primero por Rodriguez Ferrer (1847) y después por La Torre (1889) en esos lugares pudo recoger varios cráneos. ¿Quienes son, pues, se pregunta el

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 247

Dr. Montané, los mound-builders? ¿De dónde venian? ¿Cómo han desaparecido? Noes este el lugar de decirlo; pero, aque- llos á quienes puedan interesar estas cuestiones y que no ten- gan tiempo de leer las grandes obras que de ellos tratan, los remito á un estudio notable leido en este mismo lugar nue- ve años hace, por alguno que ha desaparecido para siempre de entre nosotros, cuyas facciones creo ver y cuya voz re- suena aún en mis oidos; que supo hacer amar la Sociedad Antropológica: 4 quien todos amaban, y á tal punto, que su muerte dejó un vacio aún no colmado; hombre de gran sa- ber y de gran corazón, y á quien con esto he nombrado: José Manuel Mestre».... El nos decía: «Debajo de nuestros piés tenemos un valiosísimo tesoro. Aqui vivió una raza que desapareció antes de la invasión de nuestros abuelos; y esa raza no fué probablemente la primera que pobló esta tierra, como tampoco fueron indios los primeros habitantes del Nor- te América.... Es menester que demandemos al suelo que pisamos su secreto! Secreto que no está, ciertamente, en la vispera de su descubrimiento!....» El Dr. Mentané conti- nuó el relato de su excursión, anotando lo que en su paso observaba y en la seguridad de que otras emociones más? profundas le esperaban en la Gran Tierra.

Concluida la lectura del trabajo del Dr. Montané, el Pre- sidente dió por terminada la sesión y momentos después, los señores que honraban el acto con su asistencia pasaron á examinar las colecciones de Antropología y Arqueología de que se ha hecho mención.

REAL ACADEMIA,

Sesión solemne celebrada el dia 26 de Octubre de 1892.

DISCURSO

LEIDO POR EL Dr. D. Joaquin F. Lasrrees, PresiDeNTE DE La % MISMA, CON MOTIVO DEL 4? CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA.

PBxcmo. Sr.: Señoras y Señores:

La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales de la Habana, no podía permanecer indiferente en la celebración del cuarto Centenario del Descubrimiento de América; y se apresura á seguir el laudable ejemplo de otras corporaciones.

Acordó este Cuerpo científico conmemorar ese hecho grandioso, que registran nuestras glorias nacionales, con una sesión solemne extraordinaria, en la cual había de tra- tarse exclusivamente de asuntos americanos. De esta mane- ra ha entendido la Academia, que podía rendirse el home-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 249

naje debido, al genio providencial que consagró toda su vida al triunfo de una idea, destruyendo las barreras que separa- ban dos mundos, estrechando los lazos de fraternidad entre los pueblos del universo, y abriendo dilatados horizontes á. la actividad humana en sus múltiples manifestaciones. Con razón dice Heefer, que la civilización ha seguido el camino aparente del sol; empezó en la India, siguió á Egipto, des- pués á Grecia, más tarde á Roma continuándose después en las naciones occidentales de Europa, y por último á la América, que está llamada por la ley ineludible del progre- so á resolver los más grandes problemas cientificos, soctales y políticos. Esto constituirá en el porvenir la inmarcesible oloria de Colón y de los nautas españoles que lo acompaña- ron en su heróica y legendaria empresa.

Se ha fijado la fecha de hoy para efectuar esta sesión, por ser la vispera del día en que, hace 400 años, el inmor- tal genovés descubrió en su primer viaje las costas de estu Isla, y según las eruditas afirmaciones de los notables ame- ricanistas D. José Silverio Jorrin y D. Herminio Leiva, fué Gibara el pedazo de esta tierra, donde por vez primera se fijaron los ojos del eximio Almirante, que murió con la ilusión de que Cuba era un continente donde debia encontrarse la población de Quinsay, residencia del gran Kan.

Dada la reducida esfera de acción en que nos movemos v la indole especial de nuestras tareas, bien podrá compren- derse que las sesiones nuestras no serán tan brillantes como las que tienen lugar en los Ateneos y Academias históricas y políticas; pero no tememos asegurar que son más útiles, por que, siguiendo las señales de los tiempos, se considera hoy más provechoso lo que convence á la razón que aquello que sólo halaga la fantasía, aunque revista la forma más be- lla y seductora.

Alguno de los señores Académicos podía disertar esta

noche sobre la “Influencia del descubrimiento de la Améri- T. xx1Ix—32

250 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

tema fecundo,

ca en el adelanto de las ciencias médicas; ciertamente, y quese presta á profundas y detenidas consi- deraciones, sin dejar por eso de ser de palpitante actualidad; pero- faltaría entonces el caracter local y eminentemente práctico que asumirán las disertaciones de los señores La Torre y Montané.

Tratará el Dr. D. Cárlos de La Torre de los productos naturales observados por Colón y los conquistadores en las Antillas, patentizando sin duda, en su esfuerzo intelectual, el acopio de conocimientos especiales, que en tan alto grado posee este joven y distinguido naturalista.

El tema del Dr. D. Luís Montané, es de una importan-

cia trascendental: se refiere á los Mound-builders que pue- den traducirse por los terrapleneros en Cuba, y es seguro que el disertante demostrará una vez más sus excepcionales condiciones por ese género de estudios. - Parece una ley fatal consignada en los fastos históricos de la humanidad, que las razas superiores acaban siempre por absorber los pueblos inferiores. Esto ha sucedido cons- tantemente en todas las épocas y en todos los paises; puede ser que asi lo exija la unidad de la especie humana. Tam- bién la América ha presenciado la lucha entre sus primiti- vos habitantes y los compañeros de los descubridores. A medida que la raza blanca se ha extendido, han ido desapa- reciendo los indios, porque no han podido asimilarse á otros hombres más civilizados.

Probablemente en la celebración del quinto centenario estará poblada la América por otras razas distintas de las que existían en la época del descubrimiento; y de aqui la reconocida utilidad de las investigaciones antropoló- gicas.

Excmo. Sr., voy 4 concluir; no quiero abusar por más tiempo de la benévola atención de las distinguidas per- sonas que nos han honrado con su asistencia, presumo que

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 251

estarán impacientes por oir á los Doctores La Torre y Montané.

Doy las gracias á V. E. dignísimo Gobernador de la Re- gión Occidental por haber aceptado nuestra invitación con- tribuyendo con su presencia y como delegado del Excmo. Sr, Gobernador General 4 solemnizar este acto.

————————— hh e

¿00LOGIA,

ALGO.SOBRE. PECES DE CUBA

(Continuación.)

Cienfuegos. Sierra. Máx. 16 kil. Recalo, de Junio á Septiem- bre, en costas y puertos. (1891).

Santa Cruz del Sur. Sierra. Máx. 5 kil. Corrida de Mayo á Julio: en bancos y veriles de afuera. De esta especie y del Se- rrucho que no es especie distinta, como allí dicen se consig- na que «abunda y es de poco consumo.» (Carrasco, 1891).

Trinidad. Casilda. Sierra. Máx. 10 kil. Se engloban la corri- da y la arribazón, consignándose que tienen lugar de Abril á Octubre: de cayo Blanco á Guaurabo. Cons. loc. fresco: 3,000 ki- los. Pesca anual: 3,000 kil. Artes: cordel, 26. Embarcaciones: bo- tes, 13; tripulación, 26. (1891). >

Manzanillo. Sierra. Peso máx. 3'680 kil. (Será el Serrucho) Corrida, en Abril y Mayo: á los canales de afuera. Arribazón, de Octubre en adelante: de afuera. Cons. loc., salada y fresca. (1891).

Cuba. Santiago. Sierra. Máx. 20 kil. También se reunen la corrida y la arribazón: de Abril á Octubre. Cons. loc. fresco. (1891).

Fajardo. Pto. Rico. Sierra, Máx. 7 kil. Corrida, de Junio á Agosto. Cons. loc. fresco: 650 kil. (1891).

Vieques. Pto. Rico. Sierra. Máx. 24 kil. Corrida, en Junio: entre Culebra y Vieques. Arribazón, en Enero y Febrero. Con- sumo local, fresco: 250 kil. (Morales, 1891).

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 253

J. G. llevan esta especie al gén. Scomberomorus de Lacépede, con el vulgar Sierra.

Con el mismo técnico, 5c. caballa, y vulg. Cero 6 King-Fish, la estima el Profesor G. Brown Goode, a magnificent fish, que comun- mente llega á pesar 25 libras, y según se dice, hasta 100 libras. Entiende que el vulgar norte-americano Cero es corrupción del español Sierra. Stearns consigna que el King-Fish abunda mucho en la parte sur del Golfo y es común en algunas del norte. (Goo- de, Nat. Hist. of Aq. Anim.)

El King-Fish es muy estimado en Saint Thomas (W. 1.) y se consume mucho, aun por las personas acomodadas, según mi pro- pia observación.

72. Pintada. Cybium regale Bloch. Fondo plateado. Fajas y pintas amarillas sobre el color común. Dientes triangulares. Porción anterior de la dorsal espinosa, negra.

Carne buena. Alcanza á 10 kilos.

Scomberomorus regalis, vulg. Cero. Boca grande. Dientes fuer- temente comprimidos, de 20-16. Desde cabo Cod al Brasil. Peso máx. 20 libras. Colocada con sus congéneres entre los mejores pe- ces comestibles. (J. G.)

King Cero ó Spotted Cero. En Florida Keys, llega 4 5 Ó 6 piés de largo, y 4 20630 libras de peso. Anda por cayo Cod en estío. (Goode).

Hállase también en Santo Domingo, Jamaica, Guadalupe. En Puerto Rico no tiene nombre vulgar expresado por Poey.

73. Peto. Acanthocybium Petus Poey. Dorso aploma- do, vientre blanco. lientes cortantes de ápice romo, en pro- oresión ascendente de delante atrás. Caudal reducida. Las fajas longitudinales anchas del joven desaparecen en el adulto. Corpulento. Desova en verano.

Carne buena. Visto de 150 metros de largo y 75 kilos de peso. En Mariel consignan 25.

San Juan. Puerto Rico. Máx. 36'S0 kil. Corrida en Junio. (1891).

74. Caballa. Scomber pneumatophorus De la Roche.

254 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Fondo común azul. Unas 20 listas oscuras, onduladas. Flan- cos y vientre plateados. Una mancha axilar negra. (J. €% G).

Carne regular. Hasta 35 centím. de largo.

Matanzas. Desova en Octubre. :

Mariel. De 500 gramos á 1 kilo de peso.

También en Santo Domingo, Jamaica, Martinica, Puerto Rico, Brasil.

La Caballa de Andalucía, Valencia, Galicia, pertenece al mis-

mo género. Tinker Mackerel, Chub Mackerel, Easter Mackerel.

75. Escolar, Ruvettus pretiosus Cocco. Prieto. Esca- mas óseas salteadas. Ventana nasal redondeada. Retronariz vertical. Huesos de la cabeza llenos de una grasa fina que se escurre á lo largo del aparato gastro intestinal sin digerir- se, y de la cual es prudente no abusar.

Carne superior á todas las marinas. Sin rival para los gastrónomos. Abunda en el estrecho de Messina, en las Ca- narias, en Cojimar y otros puntos de nuestro litoral, á gran- des profundidades. Corpulento.

Nuestros pescadores salen ¿4 escolarear en las noches bien oscuras de Septiembre y Octubre, en fondo de 300 bra- zas. Jácome, Duizaides, Lesmes y otros pescadores dignos de credito, afirman que llega á la superficie envuelto en fos- forescencia.

Carne exquisita. Pesa 85 kilos y más.

Mariel. Peso máx. 113 kil.

San Juan. Puerto Rico. Máx. 23 kil. Corrida en Junio. (1891).

CARÁNGIDOS.

Familia abundante en especies de grandes dimensiones y mala fama, por acriminadas unas, sospechosas otras, y susceptible alguna de ensiguatar.

76. Jiguagua, Carangus hippos Linn. Olivácea. Áma-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 255

rilla en la parte inferior. Una mancha negra en el opérculo y Otra en el ángulo inferior de la pectoral, la distinguen del Jurel. Anal amarilla. Caudal ahorquillada. Garganta sin escamas hasta la caudal. (Repert. 1.)

En la Habana se la tiene por sana.

Desova en la bahía y luego emigra.

Carne regular. Alcanza 122 kilos.

Mariel. Carne regular. Peso máx. 113 kil. Corrida, en prima- vera.

Matanzas. Desove en Mayo.

Cárdenas. Máx. 7 kil. .

Nuevitas. Máx. 113 kil. Cons. loc. fresca: 1,832 kil. (1891).

Caranx hippus L. Flancos y vientre plateado ó dorado. Pecto- ral falciforme. Lóbulos de la cola iguales. Desde cabo Cod hasta las Antillas: común al Sur. Vulg. Crevallé, Horse Crevallé. (J. 4 G.)

Cavally en Goode ob. cit. —con el técnico Caranz hippos. Aunque se escribe é imprime Crevallé dice —el técnico Cavally es el común entre los pescadores del Sur. Este último se aproxi- ma más al portugués Cavalha y al español Caballa, que expresan

Caballo. (Goode).

77. Cojinúa. Paratractus chrysos Mitchill. Oliváceo. Vientre amarillo de oro. Mancha negra en el opérculo. Car- ne regular. Peso 3 kilos.

Habana. Desova en la bahía y luego emigra.

Mantua. Abunda todo el año. Corrida, en Abril y Mayo. Virazón, en Diciembre y Enero. (1880).

Matanzas. Desove en Junio.

Cienfuegos. Máx. 2 kil. Arribazón, de Julio á Septiembre: in- terior del puerto. (1891). |

Remedios. Caibarién. Máx. 0'920 kil. Corrida, de Julio á Sep- tiembre, en los veriles. Cons. loc. fresco: 6,500 kil. (1891).

San Juan. Pto. Rico. Máx. 14 kil. Cons. loc. fresco: 2,307 ki- los. (1891).

Caranz, en J. G.

78. Pámpano. Blepharis crínitus Akerly. Comprimi. do, romboide. Azuloso por arriba, amarillo de oro por deba-

256 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

jo. Una mancha opercular y una pinta supraorbitaria negra. Ojos grandes. Boca oblicua en el joven, casi horizontal en el adulto. La considerable extensión de los 5 ó 6 primeros radios, filamentosos, de las aletas dorsal y anal se reduce en razón directa de la edad. Pectorales falciformes. Desde ca- bo Cod hasta Sur América. (J. «€ G.)

Muy apreciada en Veracruz por la Cuaresma, en que se hace un gran consumo.

Carne excelente. Llega á 3 kilos.

Cobbler fishes. [J. G-]

Goode asigna el mismo técnico al que nombra vulgarmente Thread—fish, y dice que se le llama asimismo Shoemaker fish; que no tiene importancia en las aguas del Atlántico norte-america- no, y es solo notable por los filamentos de sus aletas que flotan hacia atrás 56 6 tantos de su propio largo. (Vat. Hist. of Ag. Ánim.)

Pertenece á la familia, el Pámpano andaluz y el Pampena de Cataluña y Valencia.

79. Jorobado. Selene argentea Lacép. “De las tres es- pecies de «Jorobado de la Isla dice Poey esta es la ma- yor, bien que no llegue á un pié de largo. Todos son platea- dos y de cuerpo más comprimido; el perfil cae súbitamente desde la frente. La presente se distingue por la prolonga- ción de la punta de la segunda dorsal y de la anal.” (Sinops.)

Goode el mismo nombre técnico y el vulgar Silver Moon- fish y Look Down. Sin importancia comestible, porque son tan comprimidos, que se les puede secar simplemente al sol sin más preparación, conservando su forma y color. (N. H. of Aq. An.)

Carne regular.

Mariel. Máx. 1 kil. Carne buena. Arriba con la Biajaiba. (1881). Corrida, de 1? de Enero á 31 de Marzo, en la bahía. Ex- portación vivo, 506 kil. Cons. loc. fresco: 169 kil. Pesca anual máx. 1160 kil. (1891).

Cuba. Santiago de. Máx. 200 gramos. Abunda todo el año. Cons. loc. fresco. (1891).

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 257

San Juan. Pto. Rico. Le dicen Corcobado. Máx. 1'38 kil. Co- rrida en Junio. Cons. loc. fresco: 1,864 kil. (1891).

Fajardo. Pto. Rico. Corcobado. Máx. 4 kil. Corrida, de Febre- ro á Mayo. Cons. loc. fresco: 200 kil. [ Lanuza, 1891].

Argyreiosus vomer L. “La primera dorsal tiene filamen- tos muy prolongados; la ventral es larga; una faja oscura pasa oblícuamente por los ojos. Crece poco.” (¿Synops.)

Selene vomer L. Moonfish, Lool: Down, Horse head.

Azuloso: flancos y vientre plateados con reflejos de oro. Una ó dos espinas de la dorsal muy prolongadas y filamentosas en el joven: cortas en el adulto. Ventrales variadas en las distintas edades. Mares cálidos. (J. G.)

Vomer setipinnis Mitchill. “ls la especie más común. Todas sus aletas son de punta corta.” (¿Synops.)

Selene setipinnis. Conocido en algunos puntos de la costa, con el nombre de Horse-fish; em North Carolina le dicen Moon—fish 6 Sun=fisl. De Kay lo llama Blunt-nosed—-Shiner, variado á las veces por Pug=nosed Shiner. Vive en verano las costas de Massa- chusetts, donde lo nombran Hump-bacled Butter=fish. Alcanza de 10412 pulgadas de largo. Estimado como artículo alimenticio excelente. (Goode, N. H. 0f Aq. An.)

Selene setipinnis L. Horse—fish. Dorso verdusco: debajo dorado ó plateado Oblongo, rómbico. Perfil anterior, casi vertical. Boca oblícua. Pectorales falciformes. Radios ventraies diminutos. Amé- rica tropical, al cabo Cod. (J. «€ G.)

80. Medregal. Cuerpo comprimido. Color plomizo, más claro en el vientre. De las 7 especies que Poey consle- na con este nombre vulgar, en los gén. Seriola y Zomichthys, la mayor figura con 90 centimetros de largo. Carne regular.

Reunidos por J. G. en el gén. Seriola, vulg. Amber fishes, y las especies Vellow-tail, Rock Salmon, Rudder—=fish.

81. Salmón. Llagatis bipinnulatus Quoy et Gaimard. Nombre vulgar impropio. Fusiforme. Cola muy ahorquilla- da. Las ventrales se alojan en una cavidad. Dorso azuloso. Vientre blanco. Fajas longitudinales azules, verdosas y ama-

rillas. T. xxIx—388.

258 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Alcanza 5 kilos de peso, y 70 centím. de largo. J. £ G. lo nombran Elagatis pinnulatus Poey.

De las Antillas á Florida.

También de Polinesia y las Molucas.

82. Casabe. Chloroscombrus chrysurus Linn. Compri- mido. Dorso verde. Flancos y vientre, dorados. Boca obli- cua, negra por dentro. Una mancha negra en el arranque de la cola. 500 gramos de peso.

Cabo Cod á Baja California y la India. Común en las costas sur atlánticas de los E. U. [J. «€ Gr]

Cuba. Santiago de: Máx. 200 gramos. Abunda todo el año. piso

San Juan. P. R. Máx. 46 gramos. Corrida, en Junio. Consu- mo local fresco: 1864 kil, [1891].

Fajardo. P. R. Máx. 90 gramos. Corrida, de Kebrero á Mayo. Cons. loc. fresco: 10,000 kil. [1591].

83. Zapatero, Oligoplites occidentalis Linn. Oblongo. Plateado. Sin escamas. Quiebra Hacha de los contempord- neos de Parra. Dorso azul claro, el resto blanco, plateado. Aletas amarillas. Largo 28 centim.

J.€% G.— Contrib. to N. A. Ichth. Add. —deciden nombrarlo O. saurus Bl. Schn. Parece sin escamas, porque las tiene hun-

didas en la piel. Ambas costas de América Central, Antillas, Ba- ja California, New-York, etc. (J. 4 G.)

84. Palometa. Tres especies del gén. Zrachynotus de Lacépede llevan este nombre vulgar en Cuba.

T. glaucus Bloch. Oblonga. Fondo común azuloso: flan- cos dorados, 4 listas oscuras, verticales. Aleta dorsal segun- da y anal, falciformes; caudal ahorquillada de lóbulos alar- gados. Común. Carne buena. Peso 13 kil. 40 centímetros de largo.

La Sagra eleva su peso á 40 ó 50 libras, confundiéndola con la mayor, que es la carolinus. [Poey, Repert. [.]

Mares tropicales, norte de Carolina, Baja California. [J. « G.]

Banner Pompano. El nombre de Pompano aplicado en los Es-

“DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 299

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tados Unidos á todas estas especies, es, según Goode, un término español, entre cuyos significados cuenta el de grape—-leaf.

El mismo nombre se asigna en la Europa occidental, á un pez muy diferente. (Goode).

En Puerto Rico le dicen Palometa.

T. ovatus Linneo. Poey no ha visto nunca las fajas ne- oras verticales que le pone Bloch, ni tamaño mayor de 25 centímetros. (Synops.)

Azuloso. Flancos plateados. Dorsal y anal de lóbulos más ó menos negros. Mares cálidos, costas atlánticas de los Estados Uni- dos. [J.: de. Gr.]

Rivund Pompano. [Goode].

T. carolinus Linu. Menos oblonga. Sin fajas verticales. Los dientes varian con la edad: los mayores, son edentes. (Synops.)

Dorsu azuloso. Flancos plateados en el joven, dorados en el adulto. Aletas plateadas ó sombrías. Dorsal y anal, falciformes. Longitud, 18 pulgadas. Antillas, hasta cabo Cod.

Es el pez alimenticio más valioso de las aguas meridionales delos E.:U. [Ji G.]

Carolina Pampano. La especie más común y más importante. [Goode].

Por el tamaño que se expresa creo que á esta especie se refie- ren los datos que siguen:

Mariel. Máx. 6 kil. Carne buena. [1881].

Cienfuegos. Máx.10 kil. Arriba, de Junio á Septiembre, á las costas y puerto. [1891].

Nuevitas. Máx. 11 kil. Cons. loc. fresco: 1532 kil. [1591].

Matanzas. Deseve en Junio. [1880].

Da. J..Vinaro.

(Continuará).

MEDICINA LEGAL.

Informe acerca de las causas que produjeron la muerte del Dr. R.....

Por el Dr. V. de la Guardia. SESIÓN DEL 25 DE OCTUBRE DE 1891.

1:1 31 de Diciembre del año 1890, poco después de las 12 del dia moría de un modo rápido, casi brutal, el Doctor Don A... W..i KR... El hecho tenia lugar en la ¡utisdic: ción de Sagua la Grande. Como á las ocho de la mañana de ese día había salido el Dr. R.... en unión de su compañero el Dr. S.... de la ciudad de Sagua, á caballo, dirigiéndose hácia el poblado del Jumento, cuartón de la Ensenada, don- de debía tener una consulta en casa de D. J... L..., para ste señor, que se hallaba enfermo hacía aleún tiempo; llegaron 4 la casa citada entre diez y media v once menos cuarto, habiendo recorrido una distancia próxima de quince kilómetros.

Ya en la casa-—serian las once y media de la mañana— ' al Dr. R.... le ocurrió tomar, con objeto de abrirse el ape- tito, una copita de vino quinium Labarraque, de una bo- tella, que destinada al enfermo se hallaba colocada sobre una mesa en la misma habitación donde se encontraba el

(q)

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 261

señor L...., quejándose momentos después de haberlo to- mado “que en la boca le quedaba un sabor amargo, que le había hecho pasar momentos desagradables.” trasncurrida media hora, las doce próximamente, “extingulase la vida del Dr. R...., más bien coutraido y por un ataque que se mejaba una asfixia.”

Enterado de lo ocurrido el Sr. Juez de Sagua la Grande, por oficio del Dr.S...., en cumplimiento de su deber, inicia la causa justificada por ese fallecimiento, casi repentino, ordenando una investigación. Intervienen en esa investiga- ción diez facultativos, todos de la jurisdicción; unos consi- deran el caso como de muerte natural, otros que las lesiones encontradas no pueden justificar una muerte de causa natu. ral. Apoyado por tantos hechos, de conclusiones diversas y aun más, opuestas, el Sr. Juez, por conducto del Juzgado del Oeste de esta capital con fecha 12 de Agosto, enviando una série de lugares testimoniados de la causa, recurre á la Academia y le consulta en Jos términos siguientes: “para que se sirva emitir dictámen acerca de las causas que motl- raron;la muerte del. Dr. R.......*

Los lugares testimoniados son los siguientes: 1” Parte de inicio de Dr. S..

2" Primera declaración del Dr. $.

3- Relacion de la autopsia efectuada por los Dres. A... ASAS

4” Acta notarial relativa á la autopsia firmada por los A A A A A ATA » E

5" Declaración del Dr. P....

6” Declaración del Dr. E... R..

7 Declaración del Dr. M... I.

8” Declaración del Dr. P...

9” Declaración del Dr. B...

10? Segunda declaración del Dr. $...

11” Ampliación de los Dres. A..., B... y O..

12 Ampliación del Dr. $...

262 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

13% Análisis-químico de'los Dres. D'... y D...

14% Otra declaración del Dr. 5...

15% Otra declaración de los Dres. A..., B... y O...

16% Declaraciones del Sr. D. F... KR...

17% Oficio del Sr. Juez.

Con objeto de llegar, siquiera sea de un modo aproxi- mado, á obtener algunas conclusiones definidas que puedan ilustrar la consulta de referencia, la Comisión de Medicina Legal, al emprender el trabajo, ciertamente de grave res- ponsabilidad, ha procurado colocarse en un terreno de todo punto imparcial —en absoluto—va á investigar por medio de la discusión de hechos testimontados, teniendo en cuenta las opiniones ó mejor dicho, hipótesis emitidas más 6 menos fundadas, la verdadera causa del fallecimiento del Dr. R..., sI es posible, si la causa más probable.

No se tiene necesidad de hacerlo constar, exclusivamen- te habrémos de estar siempre dentro de los límites cienti- ficos en las cuestiones médico legales sugeridas, apartándo- nos de toda circunstancia exterior, de toda prevención que pueda influir de cualquier modo que sea en la exposición de los hechos ocurridos.

La cuestión que trata de resolverse es la siguiente: ¿la muerte del Dr. R... es el resultado de una causa natural ó bien no puede explicarse de otro modo que por una causa accidental?

La Comisión de Medicina Legal al examinar el proceso estima de necesidad hacer un estudio comparado de las diversas declaraciones que constan en autos y considerar, y en esto ha de descansar la base del informe, si guardan la relación debida los síntomas presentados por el Dr. R..., atestados en la declaración del Dr. S .., único facultativo que lo asistió durante el ataque que le ocasionó la muerte, y las alteraciones que se consignan relativas á la autopsia, en las declaraciones, ya facilitadas por los Médicos peritos, ya por los médicos que firmaron el acta notarial, ya por

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 263

otros facultativos que no firmaron el acta pero que presen- ciaron el exámen cadavérico, y por último examinar las con- clusiones suministradas por la investigación toxicológica llevada á efecto por dos peritos químicos de esta capital.

Habrá de hacerse caso omiso de algunas opiniones emi- tidas, y se prescinde de ellas porque nada las justifica: un profesor dice que era disnéico porque el día que se dirigían 4 caballo hácia el lugar del accidente tuvo varios accesos de tos y además que otro profesor, á él, le había manifestado que cuando iba á cazar se cansaba con frecuencia; que pa- decía una gastritis porque días antes, ea un momento dado había tenido eructos quejándose de ello.

Otro profesor agrega: que había hecho repetidas veces uso de la morfina según consta en la farmacia de San Agustín: muy discutible se hace este testimonio y por lo tanto no es de aceptarse, y continúa, que era dispéptico y que acababa de pasar la grippe, pero fáltale consignar el tiempo que ha- bía transcurrido después de esta enfermedad, y el Dr. 1%... no se encontraba tan delicado cuando en una mañana del mes de Diciembre, y en el campo, pudo recorrer tranquila- mente á caballo una distancia próximamente de 15 kilóme- tros y después quedar en ayunas hasta las 12 del dia; los argumentos citados, careciendo de fundamentos, no tienen importancia y en consecuencia no pueden ejercer influencia de ninguna especie en las decisiones.

Los sintomas acusados por el Dr, R... correspondían á una hemorrágia cerebral? ¿A una congestión cerebral? ¿A una congestión pulmonar? ¿A estas dos últimas á la vez? Tal es el punto de“partida que nos hemos trazado en esta investigación para llegar á poner en claro el asunto que se discute, y es confrontando con esquisita severidad los dife- rentes testimonios, que se podrá llegar á obtener si la certeza de un hecho, á lo memos la probabilidad de él.

Desde luego debe separarse por completo la hemorrágia cerebral, idea emitida por el Dr. S... en los primeros mo-

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mentos, pero que ni él, ni ninguno de los otros facultativos han pretendido comprobar á la autopsia.

Con detención manifiesta habremos de examinar, expo- niéndolos, los cuadros clínicos que pudieran corresponder á la congestión cerebral, forma apoplética, y 4 la congestión pulmonar, estados morbosos á los cuales atribuyen categóri- camente la muerte del Dr. R.. los Dres. A...,B..., 0...

yS... El Dr. B... hace constar las congestiones pero no puede determinar el orígen de ellas. Los Dres. M... M..., Loa Poo Poy Ri admiten estados hiperémicos y siu

lesiones patológicas de otra especie, pero producidas después del fallecimiento.

Tienen que figurar en primer término los atestados del Dr. S..., profesor que no solamente asistió al Dr. KR... sino que además presenció la autopsia como particular y solici- tado por el Juzvado extendió declaración exponiendo todo lo que había visto y todo lo que le había sugerido aquel acto. En virtud de estas circunstancias los testimonios del Dr. $... poseen extraordinario valor.

En su primera declaración nada hace sospechar en el Dr. R..., ni una congestión pulmonar, ni una congestión cerebral. Lo primero que ofreció el Dr. R...., á la media hora de haber tomado el vino de quina y hecho notar “que persistia el gusto amargo y que había tenido un momento desagradable con el dichoso gusto,” y al sentarse á la mesa fué “notar una sensación extraña acompañada de torpeza de todos sus movimientos” insistiendo en la dificultad de ellos, “que era cada vez mayor y que se encontraba tetanizado”, ““cubriéndose de notable palidez, acometiéndole mayor tem- blor, que se hizo general, esclamando que había tomado nuez vómica, pidió agua para vomitar, que bebió con ansie- dad, cayéndole el líquido por el pecho y que aun introdu- ciéndose el dedo en la boca y titilándose la uvula con una pluma no consigió vomitar”, debido quizás, agrega S..., 4 la poca cantidad de líquido tomado, que escasamente pudo lle-

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gar á una copa, tal era el estado de temblor general, semi- convulsivo en que se encontraba: en ese estado fué colocado en una cama; pedía cloral diciendo “más, más,” cuyas frases eran ya entrecortadas y casi afónicas, se presentó una convul- sión, no muy intensa, la cara se puso violácea extinguién- dose la vida por un ataque de asfixia; toda esta escena du- raría de cinco 4 ocho minutos, “fué tan rápido cual ocurre en una apoplegía” llamándole la atención que no se presen- taran las características convulsiones tetánicas quedando en la duda de si ingirió ó algún veneno asfixiante, ó sl el temor de creerse envenenado pudo influir para presentarse la muerte con todas las condiciones de una apoplegla, y dice, “dejando para cuando lleguen los familiares dar los certi- ficados, toda vez que igualmente crelamos (él y el Dr. G..., que parece se encontraba en la casa) que la muerte fuese natural,” manifestando por último, “que desconocía la causa de la muerte dejando como es consiguiente que la autopsia aclarase aquella.”

La congestión cerebral, considerada en otra época como frecuente, es hoy mucho más rara desde que son mejor co- nocidas y se diferencian bien aquellas enfermedades con las cuales se la confundía.

La muerte súbita por el cerebro puede ser ya el resulta- do de un aflujo rápido de sangre en los vasos del encéfalo ya por un brusco derrame de sangre en el parénquima de esa viscera; la primera de estas lesiones es la congestión ce- rebral que no es común desde el punto de vista de la muerte; la segunda, infinitamente más frecuente, es la hemorragia cerebral, ó como se dice vulgarmente apoplegía. La conges- tión activa, simple, es un fenómeno muy común, un temor, una inquietud cualquiera, una emoción moral puede provo- carla en un individuo saludable,'es pasajera, pero en un an- cilano ó en una persona debilitada, esa alteración puede ser suficiente para producir la muerte que tiene lugar por sín-

cope, y téngase presente que el Dr. S.... no hace constar T. xxIx—234.

256 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

en su primera declaración sincope de ninguna especie y si, como causa final del fallecimiento, un ataque de asfixia. Por otra parte, en el adulto, la congestión de forma grave no va acompañada de convulsiones generales, si sucede, es suma- mente raro, esta congestión apoplética es la enfermedad lla- mada por el vulgo golpe de sangre, está caracterizada por la pérdida súbita y total del conocimiento, la exitabilidad cerebral repentinamente se destruye. Ll individuo herido brutalmente, cae para no levantarse más, los miembros en resolución, desde los primeros momentos aparecen evacua- ciones involuntarias, conservándose la sensibilidad incons- ciente y los movimientos reflejos, quedan en un coma pro- fundo=.y en ese estado aparece definitivamente la muerte. Con relación al pronóstico, la congestión es un accidente de extraordinaria importancia, se citan casos de muerte, pero fuera de estos hechos que son excepcionales el peligro aun- que no es constantemente inmediato, es siempre real y esto en razón de las recidivas v sus consecuencias (Jaccoud). En el curso de ciertas afecciones cerebrales, como por ejemplo, las esclerosis en placas, la parálisis general, los tumores cere- brales, se ven producirse congestiones cuya naturaleza no es todavía hoy bien conocida.

Por lo que se refiere á los sintomas de la congestión pul. monar, trátase de la forma súbita y general que invade la totalidad de los pulmones, y esta forma, lo mismo que en el cerebro es un verdadero golpe de sangre, causa suficiente de muerte, debida casi siempre á una exageración máxima de la actividad cardiaca. La disnea aparece como signo doml- nante y en cortos momentos alcanza un grado extraordina- rio, los movimientos respiratorio anhelosos, apénas sl se pueden contar, un sentimiento de plenitud y de compresión del pecho, que llega hasta “lo que se llama angustias de la muerte, se produce, la sofocación es inminente, al primer acceso de tos, por débil que sea, la boca se llena de abun- dantes esputos sanguinolentos y espumosos, los latidos del

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 267

corazón se hacen visibles, las carótidas aumentan su volú- men denunciando así la plenitud de las arterias, la cara se colora de un rojo intenso y bien pronto el edema pulmonar que se agrega á esta hiperemia intensa, produce su efecto, los alveolos llenos de serosidad no reciben ya el aire, la san- gre se satura con rapidez de ácido carbónico, y desde este momento el cuadro cambia, hasta entonces agitados, los en- fermos se hacen tranquilos, cayendo en un estado de sopor, la cara palidec», los músculos de los bronquios, lo mismo que los de los otros órganos se paralizan y no tienen la fuerza necesaria para echar fuera la serosidad que se acumula en las ramificaciones bronquiales; prodúcense estertores gruesos, aun en la misma tráquea, anunciándose asi el fin próximo producido por una sofocación mortal.

Consignados aquí como se ha visto los sintomas predo- minantes que caracterizan las consestiones cerebro-pulmona- res, puede decirse ú posteriori, que los sintomas acusadós por el Dr. R.... en el ataque que le produjo la muerte, de ningún modo podían inducir al profesor ya referido para diagnosticar una ú otra congestión, ni como causa ocasional, ni como causa determinante del fallecimiento. El ataque no fué súbito, tomando esta palabra en su verdadera acepción, fué gradual en su intensidad, con diversas manifestaciones que se sucedieron regularmente una tras otra; no hubo coma ni pérdida de momento del conocimiento, tampoco espectora- ción de ninguna clase, la pérdida de los movimientos tuvo lugar en medio de un temblor general, pudiérase decir en medio de contracciones convulsivas, conservando su inte- ligencia hasta el último momento, llegando á perder por último, la voz, en un estadoafónico, que también fué gradual, “extinguiéndosele la vida con la cara violácea por un ataque asfíxico, presentándose en esos momentos una convulsión no muy intensa.”

El fallecimiento del Dr. R.... en consecuencia, según los sintomas expuestos por el Dr. S.... en su declaración

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del 31 de Diciembre de 1890 no fué ocasionado ni por una congestión pulmonar, ni por una congestión cerebral.

Terminado este primer punto, estudiemos la relación de autopsia de los médicos peritos, el acta notarial que firman los. ¿Dres o Mio Tos Voice cia AI dis lanas raciones de estos mismos en particular, la de D.J... B... yla D. A... S..., y al mismo tiempo la ampliación de los Médicos peritos y la ampliación de S.... Todos estos, luga- res de la causa que se refieren á la investigación cadavérica, y estudiados oportunamente, venir en conclusión si las le- siones patológicas encontradas en la necropsia guardaban relación con los síntomas ofrecidos porel Dr. R... y si esas arteraciones podían imputarse á una congestión cerebral y á una congestión pulmonar.

La autopsia verificada por los médicos peritos el 1? de Enero de este año en el cementerio de Ságua, después de las cuatro de la tarde, esto es, 28 horas próximamente de su falleeimiento en estracto arroja lo siguiente (1): constitución robusta y temperamento sanguíneo, como de 50 años, rigidez cadavérica poco acentuada, comunicándosele con facilidad movimientos á la cabeza y á las: manos, pálido en general, esceptuada la cara, algo lívida, y toda la parte comprendida de los pabellones de ámbas orejas y parte alta del pecho y todo el miembro superior izquierdo que ofrecía extensa man- cha lívido-oscura, crepitante á la presión.

Nada notable en las cubiertas exteriores, ni en los huesos del cráneo, levantada la bóveda, salió escasa cantidad de sangre oscura y líquida, la dura madre poco inyectada con algunas arborizaciones vasculares manifiestas, los vasos y particularmente los meningeos cargados de sangre, la arac- noides muy inyectada, con arborizaciones vasculares salien- tes. La masa encefálica (cerebro y cerebelo) más blanda que

(1) Nada se dice como fué llevado el cadáver de la casa de L.. .. á Sagua, proba- blemente en una carreta ó detrás de un carruaje, distancia 15 kilómetros.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 269

de ordinario ofreciendo á los cortes superficies punteadas de sangre, dejando escapar escasa serosidad sanguinolenta que se encontró en cantidad más considerable en los ventrículos laterales, particularmente en el izquierdo, bulbo normal, rasos del cuello, con poca sangre, laringe y traquea nor- males.

Los pulmones inyectados de sangre, particularmente en las partes declives, aspecto y consistencia hepáticos, incin- didos dejaron escapar escasa cantidad de sangre oscura de los gruesos vasos, crepitabun entre los dedos, sus segmentos tos sobrenadaban en el agua; cubrian bien el corazón.

Pleuras normales, pericardio normal, el corazón contenía escasisima cantidad de sangre fluida en el ventrículo derecho, el corazón izquierdo completamente vacio, nada notable en los grandes vasos, solamente contenían alguna cantidad de sangre oscura la arteria pulmonar y las venas de este nom- bre, aorta fisiológica, exangiie.

lstómago conteniendo poca cantidad de liquido, muy congestionado y con manchas equimóticas hácia la pared anterior de la curvatura menor; en el duodeno, mucosa con- gestionada, cólon transverso con equimosis y arborizaciones en la cara posterior, las paredes inyectadas ligeramente.

(El estómago y los intestinos no fueron abiertos, lo que observaron los peritos, lo mismo que los otros profesores fué exteriormente absteniéndose de abrirlos, pues determinaron dejarlos íntegros para el análisis químico).

No era inconveniente para el análisis químico que los profesores peritos hubieran abierto el estómago, al igual que los intestinos, echando antes su contenido en algún frasco destinado al efecto, de este modo se hubiera sabido con cer- teza cual era el estado de la mucosa gastro-intestinal, y en consecuencia si efectivamente existian las hiperemias, man- chas rosaceas, vascularizaciones Óó equimosis, que creyeron ver todos los facultativos que vienen interviniendo en este asunto.

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Hisado y demás órganos del abdómen, normales; ningu- na otra cosa notable en el resto del cadáver.

Se colocaron en un frasco las partes del cadáver que juzgaron útiles para el reconocimiento pericial (no se dice cuales son). Y como conclusión, exponen: que la causa ocasional de la muerte ha sido la extensa congestión pul- monar y sobre todo cerebral, bien en relación con la cons- titución y temperamento del individuo, sin que puedan ase- gurar ni establecer juicio referente á la causa determinante de esas congestiones.

Los profesores que firmaron el acta notarial dicen lo si- guiente: al cortar el cuero cabelludo en la parte posterior hubo algo de hemorrágia, que era cadavériea. las menigeas ligerament= hiperemiadas

s, en el cerebro y en el cerebelo no se observó ninguna lesión putológica, no encontrando ni derrame, ni congestión cerebral, tampoco en los ventrículos.

El corazón exangiie, sin lesiones patológicas, nada en la arteria aorta nien la pulmonar, nada en las pleuras, los pul- mones, en especial crepitando el derecho, de color oscuro en casi toda su extensión, echados fragmentos en el agua sobre- nadaban, y que la congestión que se observaba era cada- vérica.

La cavidad abdominal aumentada de volumen debido á los gases propios al estado cadavérico y de descomposición en que ya se hallaba, en el higado nada. Observaron exte- riormente en el estómago un aumento de coloración y arbo- rizaciones más marcadas en lu parte cóncava, algunos cre- yeron ver placas ó escoriaciones y de lo expuesto deducen que su muerte no se explica por lesiones patológicas de los órgavos que pueden producirlas, pues todas eran negativas siendo necesario que se hiciese el análisis del estómugo y su contenido y también de parte de las demás vísceras y de la bebida que había tomado para ver en éstos, si se hallaba la causa de la muerte repentina que el examen patológico no explicaba.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 271

Al ratificar el acta, el Dr. P... expone que los médicos peritos no examinaron ni la vejiga de la orina, ni el bazo, ni la columna vertebral, el Dr. E... KR... dijo que no en- contró nada notable sino todo lo propio de un individuo muerto repentinamente sin pérdida de sangre. El Dr. I..., además de lo expuesto, agregó que había algunos punteados de rojo en la masa encefálica. 11 Dr. D.F... M... M..., que las meninges estaban algo más vascularizadas que normal- mente y que en el seno longitudinal superior no había ningu- na cantidad de sangre, incindido el cerebro halló una ligera vascularización más pronunciada que en estado normal: ter- mina diciendo que no ha encontrado causa que explique la muerte repentina. El Dr. P..., último que firmó el acta, dice, que atribuye la muerte 4 una asfixia, pues vió que los pulmones estaban casi completamente negros y al cortarlos se vela sangre negra y coagulada en gran parte también de su extensión y que también estaba su sangre líquida, cuya asfixia y liquidez de la sangre pudo muy bien haber sido causada por envenenamiento de la nuez vómica ó bien por una afección espontánea, que en el cerebro no vió nada que le llamara la atención como causa de la muer- te repentina, pero si vió mucha congestión venosa de la du- ra madre. É

Il Dr. B... que presenció la autopsia, pero que no to- parte ninguna en el acta, dice: que observó una conges- tión de los pulmones y membranas del cerebro, como prin- cipales lesiones que pudieron ocasionar la muerte, no pu- diendo explicar el origen de esa congestión.

El Dr, DivArzs Da que, como ya se ha dicho, fué el facultativo que asistió al Dr. R..., manifiesta poco más ó menos lo que dicen los médicos peritos y hablando de las alteraciones que todos han encontrado en el estómago, agre- ga que no puede atribuirlas á determinada causa, pero que llama la atención acerca de que el Dr. R... era disnéico, tanto que sus aficiones á la caza le proporcionaban cansan-

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cio respiratorios según observación que le hizo un día el Dr. B..., que en el eamino los días 30 v 31 de Diciembre tuvo R... varios accesos de tos que estaba convalesciente de la erippe, que padecía catarro crónico del estómago, que no solamente se lo había iudicado k.... sino que al volver á esta villa el día 30, se quejó de no haber hecho la diges- tión revelándolo por bastantes eractos que tuvo, que no sa- be á qué atribuir la causa de la muerte como se desprende de su oficio, que ha observado un estado congestivo genera- lizado de causa desconocida y que á reserva de la investiga- ción necesaria micro-quimica, tiene fundamentos para creer cientificamente que ni ante-morten hubo el más pequeño in- dicio que pudiera hacer sospechar la ingestión de la nuez vómica, ni post-morten han quedado comprobados importan- tes slenos que son peculiares d la muerte tetánica, que el Dr. R... cuando murió fué más bien contraido por un es- fuerzo sobrenatural que convulso, que la cara se le puso vio- lácea y que insiste en los caractéres siguientes: temblor con- tinuado y creciente, ningún esbozo de sacudidas más ó menos fuertes ni asomo siquiera de rigidez, extendiéndose después en otras consideraciones que por el momento no son pertinentes.

+ ;

Acabamos de exponer, con la detención que requie- re la señalada importancia del caso, todos los particulares que constan en las declaraciones varias relativas 4 la autop- sia; las alteraciones que la anatomia patológica admite como producidas por estados hiperémicos ó congestivos sinónimos aquí, ya del pulmón, ya del cerebro son las mismas indica- das en los documentos periciales, y corresponden de un mo- do evidente á las congestiones que se dice pudieron haber sido la causa de la muerte del Dr. KR...?

Diez facultativos han tomado parte más ó menos activa en esta causa.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 273

Primero, los tres médicos peritos Dres. A..., B... y O... que encuentran congestiones, pulmonar y cerebral, como causa ocasional del fallecimiento, en sus primeras de- claraciones, en las otras como causa determinante; segun- do, los cinco médicos que firman el acta notarial, doctores NE A US a 1 que ne hallan lesios ne patológicas en los órganos para que puedan producir la muerte; tercero, el Dr. B..., como particular, asegura que las congestiones pudieron ocasionar la muerte, pero no de- termina el origen de esas congestiones y por último el doc- tor S... que encuentra también congestiones en el pulmón y en el corazón, pero que atribuye su muerte en último caso á la acción del cerebro y á la cesación de sus funciones; de modo que haciendo este asunto cuestión de números, tene- mos: cinco médicos que encuentran congestiones capaces de producir la muerte, hasta cierto punto como causa ocasilo- nal, en último caso como causa determinante, excepto uno,

+.)

el Dr. B..., cinco que por más que hayan encontrado ligeros estados hiperémicos así del cerebro y sus cubiertas como del pulmón, no aceptan de ningún modo que el fallecimien- to haya sido producido por esas congestiones ni aún como causas ocasionales, también excepto uno, el Dr. P...

¿Existieron esas congestiones y pudieron ser causa ocasional ó deverminante del fallecimiento del Dr. R...? parecenos que y no se encuentran justificadas de un mo- do concluyente ni por los médicos peritos ni por el Dr. $5. . y no se dice del Dr. B... porque este facultativo en su de- claración que fué muy corta se limitó 4 consignar que vió congestiones pulmonar y cerebral únicamente.

¿Cómo dicen los médico peritos extensa «congestión cere- bral» cuando al levantar la bóveda craneana sólo hubo salida de escasa cantidad de sangre oscura y líquida, «que la dura madre estaba poco inyectada con algunas arborizaciones», aunque después que los vasos en general y particularmente

los meningeos estaban cargados de sangre y la aracnoides AR, 99

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muy inyectada, como si la aracnoides tuviese otros vasos y lo mismo que los de la dura madre no fuesen vasos menin- geos? Si los vasos meningeos estaban inyectados ¿cómo la dura madre estaba poco inyectaba no teniendo otros vasos que los meníngeos á los cuales su nombre? toda la clase médica sabe que la dura madre, la pía madre y la aracnoides, son las membranas meninges. La masa encefá- lica estaba más blanda que de ordinario, ofreciendo á los cortes superficies punteadas de sangre y además, de los ven- trinculos laterales se escapaba abundante serosidad sangui- nolevta; no podrían corresponder las lesiones que señalan los médicos peritos á alteraciones, si no cadavéricas á lo me- nos del periodo agónico, puesto que se ha probado que du- rante la vida no hubo congestión?

¿La abundancia de líquido seroso en los ventriínculos no es un signo más bien cadavérico? por otra parte los médicos que firman el acta no la aceptan y si el Dr. M..., la vió fué en cantidad natural. La masa encefálica, más que blanda— á no ser este un signo cadavérico, de putrefacción —debió haberse encontrado de consistencia dura. El Dr. S... ha sido el que más ha visto, que al cortar los hemisferios vió un jaspeamiento sanguíneo, dando salida á un exudado amarillo-rosado. Un autor que cito, como se verá en las pá- ginas siguientes, dice que esa especie de hemorragia puntea- da (jaspeamiento que diría el Dr. S. ..) es más bien debido á la fluidez de la sangre que no al aumento de ella y se ven, no en abundancia, como indican estos profesores, sino muy diseminadas. Por las razones que de seguida exponemos, desde luego se verá, que las congestiones, en cierto modo es posible que hayan podido comprobarse á la autopsia, acep- tándolas como consecuencia y nunca como causa del falleci- miento.

Es frecuente difícil decidir en la autopsia, si durante la vida los vasos de las meninges cerebrales han contenido de- masiada cantidad de sangre, la dificultad se hace más grande

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES.

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todavia si se trata de una hiperemia de la sustancia cerebral. Muy amenudo dice Niemeyer, la relaciones necroscópicas dan datos erróneos en lo que se refiere 4 este particular. Los errores en cuanto 4 la cantidad de sangre encerrada en los vasos de las meninges provienen en parte de que los obser- vadores poco cxperimentados cuando encuentran los vasos ingurgitados de sangre en las partes declives de la superficie del cerebro creen distinguir una hiperemia aún en los casos aquellos en los cuales la sangre ha descendido sencillamente por su propio peso y aún cuando las partes situadas más arriba están enteramente vacias; una falta que se comete con frecuencia y por personas prácticas, es concluir inmediata- mente acusando un estado de ingurgitación uniforme de los vasos que siguen la convexidad cerebral como debido á una hiperemia de las meníngeas. No debe olvidarse que las ar- terias que llevan la sangre á las cubiertas del cerebro están situadas en la base de este órgano y que únicamente algunos ramitos sumamente finos llegan hasta la convexidad de los hemisferios. Todos los vasos voluminosos que aparecen á la superficie del cerebro cuando se acaba de abrir el cráneo y antes de haber separado el encéfalo, son venas. La turges- cencia de estas últimas es un estado normal, siempre que el individuo ha sucumbido á una enfermedad aguda que no ha tenido el tiempo de consumir su sangre, ó bien cuando ha muerto rápidamente de sofocación, de envenenamiento ayudo ó bien de algún otro accidente no acompañado de pérdida de sangre. Es por consecuencia muy irracional apoyarse en estos casos (inguryitación de las venas) para concluir que durante la vida haya existido una hiperemia de las mem- branas del cerebro y de querer hacer depender los síntomas observados de esta pretendida hiperemia. Muy amenudo se ve figurar en las relaciones necroscópicas una hiperemia igual. mente intensa del pulmón, del higado; de los riñones, etc., etc. Si en estos casos no se hubiese cometido error, si no estuvié- semos obligados 4 admitir que á menudo se ha considerado

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como patológica la cantidad contenida normalmente en los órganos de un individuo que no había sucumbido ni á una enfermedad de agotamiento ni á una perdida de sangre no podremos obtener de estas relaciones necroscópicas que la conclusión absurda que los envenenamientos, la asfixia etc., traen como efecto um aumento de la masa total de la san- gre que circula en el cuerpo. Es necesario imponer la regla dice Niemeyer de no creer en una hiperemia de las mem- branas del cerebro más que en aquellos casos en los cuales los vasos más pequeños aparecen inyectados y donde la tur- gescencia de los vasos que siguen las meninges cerebrales están fuera de la proporción de lo que se observa en los otros Órganos.

En cuanto á la misma sustancia cerebral la gran dificul- tad que se opone á la comprobación sobre el cadáver de una hiperemia que se ha reconocido durante la vida se basa so- bre todo en que la primera división —ramúsculos aislados de los vasos que proveen de sangre al cerebro se opera en la pía madre y que de aqui se dirigen casi exclusivamen- te al tegido del cerebro vasos de una capilaridad notable. Como no es posible reconocer estos vasos á simple vista se apoyan ordinariamente sobre el tamaño y el número de go- tas que aparece á la superficie de sección para juzgar la can- tidad de sangre encerrada en esos vasos. No trato de poner en duda el valor de este signo sobre todo cuando se trata de hiperemias pasivas, pero debo agregar que el tamaño y el número de estas gotas depende todavía más bien de la fluidez mayor ó menor de la sangre que de la llenura más ó menos considerable de los vasos. Siempre sucede en los ca- sos en que-la muerte ha sido indudablemente el resultado de un aflujo sanguineo muy exagerado en el interior del cráneo que se encuentra muy amenudo la superficie de sección de la sustancia ceredral notablemente pálida no apareciendo sino de trecho en trecho algunas gotas de sangre. Esta cir- cunstancias y los fenómenos de parálisis que se observan en

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las formas más graves de hiperemia cerebral, hace muy pro- Lable que las paredes internas ) venas del cerebro dejen fácilmente transudar líquido seroso en los espacios peri-vias- culares é intersticios de la sustancia cerebral.

1£l cerebro de los individuos que sucumben á una con- gestión cerebral es turgescente, distendida fuertemente la dura madre, las circunvoluciones aplanadas, las cisuras tien- den á desaparecer cuando se levantan las menínges, la su- perficie de las circunvoluciones se cubre de pequeñas goticas de sangre que salen por el orificio de las arteriolas cortica- les, este fenómeno no es más que la exageración de lo que sucede en el estado normal lo mismo que el punteado que se observa al corte. La posición en la cual ha sido colocado el cadáver tiene una gran influencia sobre el grado de vas- cularización de tal ó cual parte del encéfalo, si la cabeza está situada en posición declive, es allí donde se acumula la sangre y resulta que la parte posterior del cerebro es la más vascular.

Se encuentran en la autopsia, como se ha dicho, arborl- zaciones vasculares ya en el cerebro ya en las cubiertas, los ventriculos contienen frecuentemente serosidad y los senos están más ó menos distendidos. Son estas lesiones talmente excepcionales como causa de muerte, que cuando el ex- perto las encuentra no las acepta sino después de haber buscado vanamente otra causa más probable (Briand et Chaude).

La agonía por poco que dure y las diversas asfixias pro- ducen entre otros desórdenes una congestión cerebral pasi- va, es necesario, pues, no considerar esta lesión secundaria como el punto de partida de las alteraciones observadas durante la vida; las congestiones cadavéricas y las de la agonía están limitadas á las membranas y ¿ la superficie del encéfalo, la hiperemia patológica penetra en la profundidad de la ma- sa cerebral (Jaccoud). La consistencia en la congestión está generalmente aumentada en cuanto á la mayor cantidad de

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liquido en las cavidades dilatadas y en el espacio sub-arac- noideo son desórdenes extraños á la hiperemia aguda que pertenecen á la forma crónica ó frecuentemente reproduci- da (Jaccoud).

ES sx

Pasemos á confrontar la anatomia patológica de la con- gestión pulmonar.

Los médicos peritos encuentran la laringe y la tráquea normales, los pulmones inyectados de sangre, partieular- mente en las partes declives, de aspecto y eonsistencia he- pática, los segmentos echados al agua sobrenadaban, al cor- te se escapaba corta cantidad de sangre. Los médicos que firman el acta, dicen, que crepitaban al corte de un color oscuro en toda su extensión y que había congestión cada- vérica, no vital. El Dr. S..., que estaban oscuros en su par- te anterior y ennegrecidos en su parte posterior, dando á los cortes alguna sangre oscura. Se que por los signos comprobados por estos profesores, la congestión pulmonar no era muy grande, predominando el estado congestivo en las partes más declives, que desde luego trae la idea de un accidente que ha tenido lugar, como sucede casi siempre, después de fallecido el individuo: otra cosa, incindidos, de- jaban escapar poca cantidad de sangre y esto de los grandes vasos. Como, si tenian consistencia hepática al echarlos en una vasija con ugua sobrenadaban? si á lo menos hubiesen quedado los fragmentos, como se dice, entre dos aguas, esto es, sin llegar al fondo, si nose aceptaba una hepatización cierta podía creerse en algún foco congestivo intenso; nada de esto ha sucedido. Por otra parte en las congestiones pul- monares, que por lo general son debidas á afecciones del corazón, este órgano particularmente el ventriculo derecho contiene gran cantidad de sangre lo mismo que la arteria pulmonar y las venas cavas, en cambio las venas pulmonares, es común encontrarlas sin sangre lo mismo que la aorta; en

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el caso presente todos, poco más ó menos, hallaron el cora- zón exangiie y en una congestión pulmonar, sobre todo co- mo causa de muerte ocasional ó determinante, no es esto lo que sucede.

La muerte súbita por los pulmones puede ser el efecto de una congestion sanguínea instantánea, primero en el sis- tema capilar, luego en los gruesos vasos, de aquí una mul- titud de arborizaciones capilares dibujada sobre la superficie violácea de estos órganos, prolongándose sobre las mucosas de las ramificaciones bronquiales v de la tráquea, y aquí también el color rojo que presenta el parénquima pulmonar cuando se le incinde, color tanto más oscuro cuanto más se prolonga la incisión hácia la parte más profunda y declive, además hay salida abundante de sangre negra y espesa 4 medida que se cortan los vasos más interiores. Esta colora- ción y el estado de plenitud de los vasos son los dos carac- téres esenciales de la congestión pulmonar, por consecuen- cia de esa detención en la circulación de los pulmones, la arteria pulmonar, las cavidades derechas del corazón y las venas cavas están ingurgitadas de sangre negra y líquida en tanto qne las venas pulmonares las cavidades izquierdas del corazón y la aorta están vacias ó no contienen más que una pequeña cantidad de sangre espesa. Si el sitio primitivo de la congestión está limitado á los pulmones, las membranas y sustancia del cerebro no presentan más que débiles trazas de inyección, pero si como sucede á veces tiene lugar en los pulmones y en el cerebro, los vasos de este último órgano están ingurgitados y su superficie ofrece una especie de punteado correspondiente á las extremidades de los capila- res inyectados.

En la hiperemia pulmonar, en su forma más atenuada, el órgano está tumefacto, de un rojo oscuro, el tejido imbi- bido, flácido, poco crepitante, la superficie seccionada deja escapar gran cautidad de sangre y los bronquios y la tráquea contienen liquido sanguinolento y espumoso. S1 la hipere-

280 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

mia ha durado mucho tiempo el tejido intersticial está tal- mente abultado que el parénquima, aumentado en su espe- sor, apenas deja ver algunas trazas de su estructura y en- gruesado el pulmón, de este modo ofrece cierta semejanza con el tejido del higado y por esto se le llama hepatizado.

Congestionado el pulmón tiene más densidad y está más voluminoso que en el estado normal, se encuentra á veces en su superficie la impresión de las costillas, fragmentos del parénquima separados de los puntos congestionados y echa- dos en una vasija llena de agua no van al fondo de la vasija, pero tampoco sobrenadan completamente. Ll corte del pul. món es liso y sin granulaciones y suelen existir verdaderos infartos hemorrgáicos, la mucosa bronquial rojiza é inyecta. da, cubierta de mucosidades. Las pleuras suelen ser el sitio 4 veces de equimosis más ó menos estensas.

Y es consecuencia de todo lo expuesto que las le- siones indicadas por los médicos peritos, hasta ahora, no pueden ser caracteristicas nide una congestión cerebral, ni de una congestión pulmonar, lo mismo que los síntomas que presentó el Dr. R..., acusados por el Dr. S... en su declaración de 31 de Diciembre, no han correspondido tan- poco niá una congestión eerebral ni á una congestión pul- monar.

De los profesores que han intervenido en este debate, cuatro sostienen en definitiva, que el Dr. KR... falleció á consecuencia de congestiones, los Dres. 0...,A... y B... de congestiones cerebrales y pulmonar, el Dr. B... admite las congestiones únicamente como causa ocasional, y los cin- co médicos restantes, Dres: Mist ml... 1. E Es yR... H... admiten hasta cierto punto las congestiones como resultado de la muerte, pero nunca ni como causa ocasional, ni como causa determinante, escepción hecha en- tre estos últimos del Dr. P..., que 4 pesar de sostener esa opinión en el acta notarial, al ratificarla agregó: «que atri. buye la muerte 4 una asfixia, pues vió que los pulmones es-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 281

taban completamente negros en toda su extensión y al ser incindidos se vela sangre negra y coagulada, en gran parte también de su extensión, que la sangre estaba líquida, cuya asfixia y liquidez pudo muy bien haber sido causada por envenenamiento con la nuez vómica ó bien por una afección espontánea.»

Y es particular, la causa primera á que atribuyen esas congestiones los cuatro médicos, pudiéramos llamarlos con- gestionistas: dice el Dr. S... en su declaración del 13 de Enero: «que no sabe á que atribuir la causa de la muerte como se desprende de su oficio de inicio,» «que si ha obser- vado un estado congestivo generalizado de causa desconocl- da», agregando «que si la posesión intima de creerse envenenado pueda ocasionar un trastorno funcional, un rompimiento en lo que constituye el trípede de la vida.»

En su otra declaración del 23, agrega: «y los ligeros, cuan mortales síntomas que precedieron siendo los más ca- racterísticos la impresión de creerse envenenado.»

Los Dres. A..., B... y O..., gue han encontrado las congestiones indicadas como causas ocasionales, dicen que no les es dable formar criterio exacto sobre cual sea la causa determinante de esas congestiones en su declaración del 30 de Julio, después de otros particulares de los cuales ya nos habremos de ocupar, dicen: si el Dr. R... no hubiese es- clamado lleno de temor ante personas ¿gnorantes: «estoy en- venenado, he tomado tintura de nuez vómica,» á nadie hubiese causado sorpresa su muerte casi repentina y concu- rriendo las circunstancias que enumeran tales, que era de baja estatura, eomo de 50 años, de temperamento exagera- damente sanguíneo, grueso y de cuello corto, comía mucho, etc. etc., ¿qué de extraño tiene que bajo la impresión del terror que le causó la creencia de estar intoxicado por la nuez vómica, sobreviniesen las congestiones que le ocasio- naron la muerte, viniendo así 4 aumentar la lista de los casos

de esu indole que registra la ciencia? DIARIA 007

282 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Decididamente este es el primer caso de auto-sugestión, cuyo resultado final haya traido como consecuencia la muerte, la ciencia no registra nada, absolutamente nada, que pueda comprobar las aserciones de los cuatro médicos indicados, no basta la simple enumeración de un heeho pa- ra que este pueda ser cierto y es de sentirse que los aludi” dos profesores no hayan hecho constar los libros, los auto- res donde encontraron la lista de los casos de esa índole que registra la ciencia, y no se comprende como sosteniendo al principio que las congestiones eran ocasionales, en sus últi- mas declaraciones afirman que eran determinantes y no de- bió bastarles que el exámen químico, digere, que en las visceras no existían sustancias tóxicas, la toxicología desde este punto de vista y en lo que se refiere á los venenos orgá- nicos aún no ha dicho su última palabra, y todavía por algu- nos se sostiene que esas sustancias así que son absorbidas por el organismo no dejan huellas.

El Dr. S... dice, hablando de lo que constituye el tri- pode de Borden (que nosotros atribuimos á Bichat) y que está constituido por la circulación la respiración y la iner- vación, que uno no puede dejar de obrar sin que al instan- te los otras se suspendan, que supone la muerte ó á falta de acción, del pulmón, del corazón ó del cerebro, que no se atreve á creer sea lo primero porque faltan caraetéres que lo determinan, que pudiera haber sido del corazón, porque un síncope nervioso nacido del temor de la cólera ó de una alegría exesiva puede ocasionar la falta de acción cardiaca, pero que no del todo valor á la muerte del Dr. R... por esa segunda condición (corazón), teniendo en cuenta que la cara la puso amoratada al morir en vez de palidecer eomo sucede 4 los que mueren por la totalidad del corazón que se inclina á creer haya sido por falta de acción del cerebro, porque una congestión meníngea, una congestión violenta ó una fuerte compresión disminuye la acción del cerebro y la ce- sación de sus funciones. Por más que estas últimas deduccio-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 283

nes ofrezcan como línea dominante cierto estado difuso que presenta dificultad inusitada para poderse comprender, era de esperarse para admitir la muerte del Dr. R... como ori- ginada por una impresión nerviosa que la anatomía patoló- gica hubiese comprobado algunas alteraciones orgánicas á lo menos en el sistema circulatorio que no ofreció, según hacen constar los peritos, ninguna manifestación esclerósica, además no había tampoco razón para creer que el Dr. R...

se hubiese sugestionado así mismo un envenenamiento, fi-

jándose eun particular en la nuez vómica, nuestro ilustre compañero poseía envidiables condiciones intelectuales y no era posible que esa supuesta causa le hubiese producido como dice el Dr. S... en su última declaración «los ligeros

cuan mortales síntomas con que terminó su vida.»

Réstanos ahora, por último, examinar si la marcha y sintomas del padecimiento al cual ha sucumbido el Dr. KR... lo mismo que las alteraciones que ha ofrecido desde el punto de vista de la anatomía patológica pueden ser considerados como producidos y correspondientes 4 una enfermedad de causa natural —ó bien si ucreditan un envenenamiento po- sitivo ó si sólo justifica la probabilidad del mismo.—Para llegar 4 este resultado se hace necesario el exámen prolijo, 4 veces en conjunto de toda la documentación, en particu- lar la segunda declaración del Dr. S... y su ampliación en lo que se refiere á la enfermedad que sufría D. J... L..., las últimas declaraciones de los Dres. A...,B... y O..., las conclusiones de la investigación toxicológica y por último la declaración del S. D. F... R... que aunque ageno á la profesión suministra algunos detalles que como indicios, hay que reconocerles cierta importancia.

Como se ha visto, llevamos ya confirmado en párrafos anteriores que el fallecimiento del Dr. R... no fué produ- cido ni por una congestión cerebral, ni por una congestión pulmonar y que tampoco los signos obtenidos á la investiga-

,

ción anátomo-patológica estaban supeditados á las referidas

284 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

congestiones. Se hace imposible encontrar en la nomencla- tura médica enfermedades que puedan corresponder ú esos sintomas, lo mismo que 4 las alteraciones patológicas. Sepa- radas las congestiones nos queda en último caso la epilepsia y el tétanos. La epilepsia en primer lugar no es común á esa edad, tampoco existen antecedentes personales, luego, nun- ca tampoco aparece un sólo acceso y mucho menos que tral- ga como consecuencia la muerte, además el epiléptico pierde el conocimiento, nose cuenta de lo que le ocurre, y el Dr. R... conservó integra su inteligencia casi hasta que falleció. Las lesiones anatómicas propias de la epilepsia son las congestiones intensas y éstas no existieron.

Con relación al tétanos es poco lo que hay que decir para justificar su exclusión, no existen formas de esa enfermedad tan agudas ni de evolución repentina; por estas circunstan- clas nada más ya se hace suficiente no insistir acerca de un diagnóstico diferencial.

(Cóntinuard.)

ESTADISTILA DEMOGRAFICO SANITARIA. DE LA CIUDAD DE LA HABANA. EPIDEMIA DE VIRUELAS 1887-1888

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INDICE

Rea ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA- BANA,—Sesión pública ordinaria del día 11 de Setiembre de 1892, por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario .....orocoreracenccarnonan os PON 241 REAL ACADEMIA. —Sesión solemne en conmemoración del 4? Centenario del descubrimiento de América, por el Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. 245 Discurso leido por el Dr. D. Joaquín F. Lastres, presidente de la Real Acade-

Págs.

mia, en la sesión solemne de 26 de Octubre de 1892 ....0cccicccccno” A y . 249 ZooLoG1a.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. Vildró...oocoo..oomomooo.oooor”o 202 MEDICINA LEGAL.—Informe acerca las causas que produjeron la muerte del

Dr. E..:.: ¡por el.Dr.:Vicentesde la GUAM ardonarad cir on eraonoeien doo da os AU Estadística demográfico-sanitaria de la ciudad de la Habana.—Epidemia de

viruelas en 1887-1888, por el Dr. Vicente de la Cuardid.....prroorrrrmmoc. 285

ExromoLocra.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- ba, por el Dr, J. Gundlach, (pliego número 12 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

A

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes.

El precio de la suscrición es de $3-50 centavos billetes por semestres adelantados en la Habana, y $1-50 centavos billetes en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memovias» sobre la Patología y Antigúedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay.

-— QIENGIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES | a es DE LA HABANA. REVISTA CIENTIFICA

KO XA pi C q

DIRECTORES: =D. José 1. Torralbas y D. Marcos de J. Melero.

- ENTREGA 339,

2 ¿TOMO XXIX. _ DICIEMBRE 15.

PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION A CANJE Y CORRESPONDENCIA

4

: DIRIGIRSE | DIRIGIRSE Es ¿AL DR. D. MISUEL RIVA Ñ Secretario general de la Real Academía de Cicas,

00 TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA

CAMPANARIO NUMERO 45. | (EX-CONVENTODESAN AGUSTIN.)

HABANA

mp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. el ESO!

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 25 de Setiembre de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Presidente, Dr. Melero: Tamayo, Saenz (D. B.), Mestre, Montané, La Torre, San- tos Fernández, Torralbas (D. Francisco), Rovira, Ma- chado, Núñez y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión á las dos de la tarde y leida el acta de

la anterior, fué aprobada.—Se dió cuenta del movimiento de la Secretaria; se acusaron los libros é impresos recibidos, en

la forma siguiente.

CORRESPONDENCIA REGIBIDA.-—Oficio y documentos remiti- dos por el Sr. Capitán del Puerto, pidiendo informe á la Aca- demia sobre el estado mental de M. C. C.

Comunicación del Dr. Mestre acompañando su discurso de recepción.

Comunicación del Dr. Arosarena solicitando el nom bra- miento de socio corresponsal.

Oficio al Dr. Casuso remitiéndole los documentos que había pedido.

Oficio al Dr. Saenz remitiéndole los documentos que había pedido.

BisLioreca.—“La Tribune Medicale”; 2* serie, núm. 36. T. xx1x—-37

290 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

“La Independencia Médica”; año XXVII, núm. 47.

“Revista de Ciencias Médicas”; año VIT, núm. 18.

“El Progreso Médico”; año IV, núm. 9. |

“Repertorio Médico Farmacéutico”; año TÍ, núm. 9.

“Gaceta Médica Municipal”; año 1, núm. 4.

“El Album”; año IÍ, núms. 6 y 7.

El Presidente envió una carta escusando su asistencia. En seguida la Secretaría cumpliendo el acuerdo tomado en la última Sesión de gobierno, relativo al medicamento titu- lado “Tónico nervioso Cera”, hizo presente que se habia personado en la Farmacia del Sr. Sarrá, donde se le manifes- que lo ocurrido había sido una inadvertencia, que la Aca- demia que recomendaba ese medicamento era la de Ciencias de Barcelona y que así en esos términos se haria constar en

todos los anuncios. ,

Pide la palabra el Dr. La Torre para hablar de las fies- tas del Centenario, y que por el momento ya no tenía obje- to su proyectado viaje 4 España, puesto que la Academia había acordado que no saliesen de su Museo los ejemplares que él deseaba llevar á Madrid, tanto por mayor motivo cuanto que él había sido el donante de una parte de esos objetos; además la comisión destinada al efecto le había ma- nifestado que estuviese dispuesto para emprender viaje á la primera orden, pero que hasta el momento presente-no ha- bia recibido comunicación alguna relativa al particular, agregando que consideraba de la mayor importancia que la Academia celebrase por su cuenta una Sesión Conmemorati- va al Centenario del descubrimiento de América.

Ll Secretario hizo presente que, con motivo de los gas- tos que habría de originar el album que acordó la Acade- mia enviar ú las fiestas del Centenario en Madrid, se personó con el Secretario de la Comisión del mismo en la Habana y por indicaciones de éste dirigió atenta comunicación al Go- bierno General, en virtud del estado precario de los fondos de la Corporación, solicitando un suplemento de cién pesos

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 291

oro para los gastos anunciados, pero que hasta el presente no había obtenido respuesta de ninguna clase.

El Dr. Santos Fernández habla en igual sentido que el Dr. La Torre, proponier lo además que en esa Sesión lleve la palabra en nombre de la Academia el Dr. La Torre y á nombre de la Sociedad Antropológica el Dr. Montané.

La Academia acordó celebrar Sesión extraordinaria el día 27 de Octubre, día del desembarco de Colón en la isla de Cuba, para conmemorar ese aniversario llevando la palabra en la referida Sesión, á nombre de la Academia, el Dr. La Torre y á nombre de la Sociedad Antropológica el Dr. Mon- tané.

Pasando á la orden del día el Dr. Emiliano Núñez, po- nente de turno, lee un informe acerca del estado mental de

D. M... C... C..., cuyas conclusiones son las siguientes: 1* Por los datos suministrados no puede admitirse que D. M...C... C... sea un enajenado que sufría de delirio

de persecución, sino más bien un alcoholista en que han so- brevenido manifestaciones delirantes agudas. 2* Que res- pecto al estado en que se encontraba antes ó en la comisión del hecho no era el de un incapacitado aun cuando existen presunciones para creer que estaba ya bajo el dominio del delirio alcohólico agudo,

El informe y las conclusiones fueron aprobadas.

Continuando la orden del día, el Dr. Montané que debia tratar acerca de la “Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de origen orgánico”, presentó la nota siguien- te: “La casualidad me ha llevado á ensayar en tres enfermos la acción del líquida obtenido por la trituración de ciertas glándulas, no ya según el método directo y original de Brown Sequard, esto es, en inyecciones hipodérmicas, sino por la vía gástrica. Habiéndolas empezado en medio del ex- cepticismo más completo, estas tentativas han dado desde el principio resultados tan inesperados, que no he dudado ni un momento en traer á la tribuna de esta Academia, un es-

2992 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

tudio al cual vengo dedicado desde hace cuatro meses, y cuyas conclusiones basadas en más de treinta casos clínicos, constituyen un asunto de palpitante interés y de actualidad.

Este estudio acompañado de numerosas observaciones personales es el que tendré el honor de someter á la consi- deración de esta Academia en la próxima sesión.

No habiendo otro particular de que tratar por el mo- mento, se dió por terminada la sesión.

OFTALMOLOGÍA,

Conducta que debe observarse con las cataratas invadidas de glaucoma.

Por el Dr. J. Santos Fernández (de la Habana.)

Ante todo debemos de dejar sentado que no nos vamos á ocupar de las cataratas que aparecen en el curso de un glaucoma. Estas es sabido que por lo general se presentan en ojos amauróticos como consecuencia de un glaucoma agudo que no fué sometido al tratamiento quirúrgico opor- tunamente. La extracción en tal estado, cuando el enfermo no sufre ni la vista puede volver, es no solo inútil, sino perju- dicial.” ln efecto, casi siempre sobreviene abundante hemo- rragia que termina por la atrofia del bulto y no pocas veces reprodúcense sufrimientos que ya no tenía el enfermo.

Tampoco nos referimos á las cataratas que siguen la herida de la cristaloide anterior durante la iredoctomia. Se conducen siempre como simples cataratas traumáticas y pue- den extraerse como aquellas sobre todo en los glaucomas simples. El resultado respecto á la vista que se obtenga, es- tará en relación con los progresos de la atrofia de la papila en estos últimos y con el grado de perturbación funcional á que haya llegado el ojo en el glaucoma agudo. Si ha sido invadido ya de ausencia de percepción luminosa la vista de ordinario no se restablece más.

A ninguno de estos estados del cristalino en relación con

294 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

el glaucoma vamos á hacerlreferencia; nos limitaremos sim- plemente á la presentación del glaucoma en cataratas seni- les operables, que han permanecido largo tiempo sin inter- vención quirúrgica. La abstención de la operación suele obedecer al temor que inspira ésta 4 enfermos pusilánimes que se resignan á carecer de vista 0 á la no necesidad de su- frirla en un ojo cuando ya el otro ha sido operado felizmen- te y sirve para las exigencias de la vida. Los casos que hemos observado y que después relataremos, han sido de operados por nosotros y por otros profesores de un ojo per- maneciendo largo tiempo la catarata en el otro sin interven- ción quirúrgica y sobreviniendo el glaucoma.

La época en que se ha presentado el ataque glaucomato- so ha variado entre dos, cuatro y once años después de la operación. La edad de los pacientes no ha sido muy avan- zada puesto que el de menos, fué atacado de cataratas á los 48 años, sufrió la operación pocos meses después y fué in- vadido por el glaucoma á los 51; el más anciano tuvo cata- ratas d los 57, se operó á los 64 y fué atacado de glaucoma cuatro años después. En uno hemos practicado la irredomía y más tarde hemos hecho la extracción de la catarata con buenos resultados. En dos solo la iridectomía; fué seguida de alivio de los dolores aunque sin percepción luminosa. En uno, la irredomía proporcionó un alivio pasajero, pero los dolores en la rama del trigemino reaparecieron y á pesar de los calmantes, los sufrimientos se prolongaron muchos meses hasta que la catarata se luxó v desapareció en el vítreo.

Ahora bien, en vista de estos resultados: 1% Cuál es la conducta que debe seguirse cuando existe una catarata se- nil en un ojo, estando ya el otro operado?

2? Debe hacerse siempre la iridectonía cuando el ojo de la catarata está invadido de glaucoma?

3? Debe hacerse la extracción inmediata en el ojo glau- comatoso 4 después de algún tiempo de haberse practicado la iridectomia?

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 295

4% Puede ó debe hacerse la extracción?

Tales son los problemas que vamos á resolver en conso- nancia con el resultado de nuestra práctica consignada en las observaciones recogidas y algunas más que no hemos en- contrado, en nuestras notas y cuyos detalles no retenemos en la memoria.

Observación. 11—D* R. V. de B., nos consultó por pri- mera vez en 18 de Marzo de 1876 cuando empezaba la opa- cidad de ambos cristalinos. El 4 de Abril de 1878 habia progresado, pero no era total. A principios de 1883 le prac- ticó la extracción de la catarata, en el ojo izquierdo, con irredotomía seguida de éxito un distinguido colega de esta capital. En 9 de Diciembre de 1885 nos consultó por una conjuntivitis en ambos ojos que desapareció en pocos días. El ojo izquierdo operado sigue sin novedad. El derecho por- tador de la catarata completa desde poco tiempo después de operarse el ojo izquierdo no ofrece cambio alguno. En Ene- ro 1? de 1887 nos consulta nuevamente; esta vez sólo está enferma el ojo derecho, el no operado; sufre desde ayer do- lores que se irradian al lado correspondiente de la cabeza, la pupila está más dilatada é inmovil que en estado normal; en la conjutiva bulbar se advierte una inyección vascular périquerática y superícial; ausencia de percepción luminosa.

Diagnosticamos un ataque de glaucoma y recomendamos la iredectomía. En Enero 26 se intentó la operación, pero la timidez de la enferma y la extremada sensibilidad no per- miten otra cosa que la queratotomía. Se le somete á la ese- rina y cocaina en instilaciones pero solo alcanza alivios pasa- jeros. En Febrero 1” previa anestesia por el cloroformo, se le practica la iridectomia; pronto cesan los dolores y el ojo vuelve á su estado normal pero sin restablecerse la percep- ción luminosa.

Marzo 22, continúa igual. Julio 2, idem idem.

Observación 2? —F. $. ingresó en la clínica en 16 de Oc- tubre de 1879; nacido en Málaga (España), lleva 25 añosde

296 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

residencia en Matanzas, (Cuba) y tiene 56 de edad; refiere que hace un año el Dr. X. le diju tenia cataratas; pero aun- que sentía la vista turbada sólo después de ocho días sufría del ojo izquierdo; empezó por ponérsele colorado experi- mentando tan fuertes dolores en él que se le hacía imposible conciliar el sueño de noche. El examen que le practicamos con el fotalmoscopio pone de manifiesto la existencia com- pleto de una catarata en el ojo izquierdo é incipiente en el derecho. La tensión del ojo «umentada, la pupila dilatada más allá de lo fisiológico sin haber usado midriástico, había percepción luminosa.

Al día siguiente le practicamos la iridectomía. Los do- lores le repiten durante los tres ó cuatro días subsecuentes; á los siete dias cuando vuelve á visitarnos se encuentra ya perfectamente. La inyección conjuntival tiende 4 desapa- recer.

Marzo 19 de 1881.—Ha seguido sin novedad; le hace- mos la extracción de la catarata del mismo ojo que estaba algo luxada y alcanza la agudeza visual máxima de los ope- rados de catarata.

Octubre 17 de 1882.—A los tres años justos de haber sufrido el ataque glaucomatoso viene á operarse la catarata del ojo derecho y comprobamos que el izquierdo no ha ex- perimentado alteración.

Noviembre 15 de 1882.—Recibe el altu de la operación del ojo derecho.

Enero 15 de 1892.—Su esposa nos comunica hoy que murió hace dos años sin haber tenido novedad en sus ojos.

Observación 382—Don N. N., de 48 años de edad, bien constituido y disfrutando de buena salud, nos consulta por primera vez el 29 de Septiembre de 1876. Notaba cierta nebulosidad en la vista que le preocupaba extraordinaria- mente y que el examen oftalmológico permitió atribuir á una catarata incipiente de ambos ojo.

La opacidad del cristalino se generalizó rápida mente y

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 297

en Noviembre 18 del mismo le practicamos la extracción con iridectomía del ojo derecho; fué seguida de un resulta- do satisfactorio.

Marzo 16 de 1888.—A los 113 años próximamente de haber sido operado el ojo derecho y de llevar la catarata no operada en el izquierdo sufrió el primer ataque de glaucoma en éste. Habia estado el día antes en el Cementerio con ob- jeto de presenciar unos trabajos que se efectuaban en el panteón de su familia y después de permanecer varias horas al sol volvió á casa con dolor de cabeza y fotofobia. Duran- te la noche el ojo izquierdo no le permitía dormir, estaba sumamente sensible á la luz, inyectado y con lagrimeo. Al día siguiente cuando nos consultó comprobamos los sinto- mas dichos más un lijero aumento en la tensión del bulbo. La pupila permanecía normal. Se le ordenaron gotas de ese- rina y cocaina y además una pomada de morfina á la frente y sien.

El dolor del ojo cedió durante veinte y cuatro horas pe- ro volvió con la misma intensidad advirtiendo aumento de la presión interna. En vista de lo expuesto, resolvimos prac- ticar la iridectomía y la practicamos. El alivio no se hizo esperar, pero al mes próximamente volvieron los dolores en el ojo y los combatimos temporalmente con inyecciones sub- cutáneas de morfina. La repugnancia del enfermo á una nueva operación nos impidió intentar la esclerotomía ó la enucleación pues la percepción luminosa había desaparecido.

Al cabo de tres ó cuatro meses los dolores quedaron re- ducidos á una pena desde el momento que cerraba los pár- pados.

En Octubre 29 de 1889 observamos que el cristalino em- pieza 4 luxarse: con nada logramos aliviar el mal estar que le produce el cierre de los párpados.

En Noviembre 19 de 1890 ha desaparecido el cristalino de su sitio, sin duda que espontáneamente se ha ido al fon-

do del ojo pero como los medios están opacos, no lo hemos EEE 0

298 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

encontrado. Algunos días después el enfermo se siente per- fectamente; el ojo no le incomoda en absoluto.

En Enero 22 de 1892 continúa en el mismo estado.

Observación 44—La Sra. R. T. de C. nos consultó en 15 de Diciembre de 1880 y fué diagnosticada de catarata incl- piente de ambos ojos, diagnóstico que según nos informó había sido ya hecho por otro profesor. La opacidad del cris- talino marchaba con lentitud y en el verano de 1888 fué operada de cataratas por extracción simple en New-York con toda felicidad, del ojo 1zquierdo.

El 13 de Marzo de 1890 fuimos llamados en consulta por el profesor que entonces la asistía, y convinimos en virtud de la neuralgia ciliar con irradiaciones á los otros ramos del trigemino, la dilatación de la pupila y el aumento de pre- sión intraocular, que se trataba de un ataque de glaucoma aguda en el ojo derecho.

Al día siguiente se le practicó la iridectomía y cesaron los sufrimientos aún cuando no ha reaparecido la percep- ción luminosa.

En el Congreso Médico de Cuba celebrado en Enero de 1890 trabajó incidentalmente el tema del glaucoma compli- cando las cataratas dejadas sin operar indefinidamente, pero lo hicimos desde el punto de vista de la deontología médica (1), es decir, respeto á si estábamos autorizados pa- ra ordenar al paciente la operación de ambos ojos; hoy el problema que planteamos es otro, atañe exclusivamente á la cirugía oftálmica.

Apoyados en el resultado de nuestra práctica 4 pesar de no ser numerosas las observaciones que presentamos nos permitimos contestar al cuestionario del principio en estos términos:

19 No estamos autorizados á aconsejar la iridectomía simplemente á un individuo operado de un ojo que quiera

(1) Actas del Primer Congreso Médico de la Isla de Cuba, 1890, pág. 220 y 225.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 299

guardar indefinidamente la catarata en el otro. Nos funda- mos en que aunque la iridectomía es una operaciónin ofen- siva desde cierto punto de vista, no lo es menos que la ex- tracción simple y valdria más practicar ésta. Además la presentación del glaucoma en estas cataratas no operadas deja de ser forzosa puesto que conocemos personas oOpera- das de un ojo solamente hace más de 30 años sin este accl- dente.

2% Debe practicarse siempre la iridectomía en los ojos portadores de cataratas é incidentalmente atacados de glau- coma.

82 La extracción no debe hacerse sino bastante tiempo después de la iridectomía y cuando se suponga que ésta ha dominado por completo al elemento glaucoma.

4? La extracción de la catarata después de la iridecto- mia puede suprimirse por inútil si falta la percepción lumi- nosa y como expuesta á accidentes, si la catarata está luxa- da y hay manifiesto trastorno funcional como en el enfermo de la tercera observación.

PATOLOGIA INTERTROPICAL,

Reproducción experimental del hematozoario de Laverán LAVERANEA LIMNHEMICA Por el Doctor Tomás V. Coronado. (Cabañas).

«La germinatión des plantes était impos- «sible dans un sol stirilisé completement «privé de micro-organismes. Les plantes ne «peuvent utiliser les substances organiques «qu' aprés qu' elles ont été modifiées psr les

«microbes.» Duclaux.

Sr. Presidente, Sres. Académicos:

Gracias á la benevolencia de esa meritisima Corporación y á merced de un trabajo de comprobación experimental confirmando en nuestro pals los hematozoarios de Laverán en la sangre de los palúdicos, se me concedió el honroso titulo de miembro corresponsal. Demostrar mi gratitud á la Academia simplemente con un trabajo de recopilación, hu. biera sido pagar con moneda de poco valer la distinción personal conferida; de ahí que haya proseguido sin descanso mis investigaciones con la esperanza de ofrecerle algún tra- bajo original sobre asunto de tanto interés como la debatida cuestión de etiología del paludismo.

Si la Academia acepta los hechos experimentales que

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 301

someto á su ilustrada consideración, y algunos de sus miem- bros caracterizados confirman la verdad cientifica, á esa docta Corporación corresponderá la gloria de haber esclare- cido un punto oscuro hasta el presente, sobre la evolución del parásito patógeno fuera del organismo. Yo, el último. de sus miembros, me reservaré la satisfacción de haber contribuido á la resolución de un problema de aplicaciones prácticas en la higiene de éste y otros países, en los que el paludismo constituye infranqueable barrera al engrandeci- miento de las sociedades nacientes.

Desde 1880 en cuya época descubrió Laverán los he-

matozoarios que el mundo cientifico acepta hoy como los verdaderos y únicos elementos patognomónicos de las ma- nifestaciones de la infección palúdica, se han multiplicado los ensayos para reproducir artificialmente los elementos parasitarios de la sangre. Hacer la historia detallada de las experiencias practica- das con dicho intento sería interminable, solo debo consignar que todas las tentativas para reproducir fuera del organismo humano los hematozoarios, han sido completamente infruc- tuosas, como también lo han sido en absoluto los esfuerzos para encontrar dichos elementos en lós terrenos, aguas y aires reconocidamente palustres.

En vista de los resultados negativos obtenidos por los numerosos invertigadores de todos los paises, é inspirado por las ideas de Duciaux, expresadas en el párrafo que sirve de epigrafe á esta nota, practiqué una serie de experimentos y en el mismo sentido, con seres animales que pululan en los terrenos y aguas pantanosas; los resultados fueron siem- pre idénticos. |

Los animales que viven y reproducen con una fecun- didad extraordinaria en las aguas y terrenos pantanosos, perecen sin reproduceión rápidamente con el solo hecho de ser transportados de sus medios naturales á estos mismos _préviamente esterilizados, por el método discontinuo sencillo

302 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

ó doble; hasta los más rudimentarios infusorios monocelula- res sometidos á la experiencia son destruidos en pocos días.

Comprobado experimentalmente lo expuesto, se imponía la idea de efectuar siembras de sangre palustre en los me- dios naturales, aguas y terrenos pantanosos, sin esterilización alguna. Si la investigación hubiera sido dirigida 4 reprodu- cir elementos pocos conocidos y de difícil observación, los resultados hubieran sido dudosos; pero gracias al profesor Laverán el parásito productor del paludismo es un elemento de muy fácil apreciación cuando nos hemos habituado á ob- servarlo en la sangre de los enfermos.

Existe en los linderos del ingenio “Bramales” un arroyo pantanoso cuyo fondo de tierras de aluvión se encuentra cargado de hierro, que en forma de arenillas abunda en los terrenos vecinos; las aguas dulces, claras y transparentes son beneficiadas desde hace dos años por colonias que se han establecido en su proximidad. Una de estas colonias situada en una pequeña elevación, al oeste del arroyo, recibe cons- tantemente las brisas cargadas de emanaciones pantanosas y sus moradores consumen el agua para todos los usos: antes del año fué abandonada por su fundador Sr. Silvera; éste, once familiares y cinco trabajadores fueron invadidos suce- sivamente por: fiebres de carácter francamente palúdico, confirmados todos los diagnósticos, con el exámen de la sangre y la presencia de los hematozoarios.

Recibe la colonia citada el Sr. Montesinos y antes del año él y sus familiares, en número de nueve, y la generali- dad de los trabajadores que se han sucedido desde entonces hasta la fecha, han sido atacados también por las mismas fie- bres palúdicas confirmadas siempre por la presencia de los hematozoarios de Laverán en la sangre de los enfermos.

En las demás colonias próximas y aún en las lejanas que consumen el agua del arroyo de Montesinos, se presentan constantemente manifestaciones de la infección palúdica.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 303

Los hechos citados me autorizaron á clasificar el arroyo de referencia como excesivamente palustre, y considerándo- le como el más apropiado para mis nuevas experiencias, su aguas y el cieno de su fondo me sirvieron para las siguien- tes observaciones:

En una serie de tubos de ensayos bien limpios tomé el agua pantanosa, teniendo cuidado de depositar en cada uno de ellos una tercera parte proximamente de sedimento ce- nagoso y dos terceras partes de agua; en estas condiciones fueron tapados los tubos con algodón esterilizado y coloca- dos en un soporte.

A las 24 horas el agua limpida y transparente permite ver á simple vista los infusorios mayores que cruzan veloz- mente la capa líquida en todos sentidos, y los mechones de lino, verdes y lozanos, que desde la superficie del cieno cre- cen hasta la superficie del agua, como si buscaran la benefi- ciosa influencia del aire para completar su efímera vi- talidad.

La porción de cieno pardo oscuro se ha depositado en el fondo del tubo y la línea que lo separa del agua queda ne- tamente marcada; si se observan con una lente simple de amplificación, los bordes que están en contacto con el agua, pueden verse multitud de surcos finos é irregulares forma- dos por las pequeñísimas anguilulas y filarias que se revuel- ven en la porción sedimentosa.

Del 3? al 4? día toda vegetación de color verde aprecia- ble á simple vista ha terminado; desde entonces pueden ob- servarse los tubos con el agua clara y transparente, en la capa líquida, cuya superficie es perfectamente paralela á la superficie bien delimitada del fondo cenagoso.

En estas condiciones tenemos en el laboratorio tantas charcas pantanosas artificiales, al alcance de la mano, como tubos hemos preparado en la forma indicada; el algodón sin dejar pasar elementos extraños que podrían contaminar las aguas, permite la penetración del aire para la respiración

304 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

de los infinitamente pequeños que pueblan nuestros panta- nos artificiales en miniatura.

Tomando con una fina pipeta, que debe esterilizarse ca- da vez que sea empleada, una gota de agua ó una pequeñi- sima porción del cieno superficial para hacer la preparación, observaremos en ésta el interesante espectáculo de una ver- dadera fauna microscópica, que como tropical es tan rica como poco estudiada; filarias, navículas, anguilulas, radiola- dos, espírilos y espirilitos, ciclomonas, infusorios ciliados, ami- bos, oscilarias, cimbelas, etc., etc.; el infinito en una palabra, de los más variados micro-organismos, dotados algunos de preciosísimos colores y cas1 todos de los más activos y verti- ginosos movimientos.

A pesar de esa actividad vital el agua conserva muchos días y muchas semanas su transparencia caracteristica, pres- tándose muy bien para toda clase de investigaciones y sobre todo para efectuar las siembras de sangre que he practicado.

El 29 de Julio del corriente año, 1891, y en tubos que tenían cinco dias de reposo, hice las primeras siembras de sangre rica en hematozoarios de Laverán y perteneciente á un enfermo atacado de fiebres de repetición con tipo tercia- no, que había sido tratado tanto en la primera invasión co- mo en la actualidad, con las sales de quinina.

Esterilizada la pipeta tomé una gota de sangre que fué depositada en la parte superior del agua pantanosa de uno de mis tubos, igual siembra practiqué en otro tubo v ambos fueron marcados con los números 1 y 2, dos tubos de la misma serie fueron marcados con los números 3 y 4 y colo- cados todos en un soporte cerrado interiormente por una ta- ¿pa de corredera, que permitía conservar la parte sembrada en semioscuridad y poderlos observar fácilmente sin que fuera necesario imprimirles movimiento alguno.

En el momento de sembrar la gota de sangre, en cada uno de los tubos números 1 y 2, se depositó prontamente en

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 305

forma de copos rojos hacia la superficie cenagosa; á las dos horas la sangre había formado en cada tubo, anillos rojizos de uno á dos milímetros de ancho en el punto de contacto del agua con el cieno; á las cuatro horas los anillos se hacen de un rojo más claro y aumentan en anchura, que se acen- túan hasta pasadas 12 ú 14 horas, en cuyo tiempo las dos terceras partes del agua toma un tinte rosado claro.

A las 24 horas el agua ha perdido su transparencia y sl observamos los tubos cuidadosamente sin imprimirles movi- mientos puede verse en cada uno de ellos una tenue nubécu- la de color blanquecino que sigue acentuándose para ocupar más tarde todo el espacio líquido, y tomando entonces el aspecto de un precipitado coposo ligeramente opalino.

Los tubos numerados 3 y 4, que sirven de testigos, colo- cados en el mismo soporte, no sufrieron la menor alteración, y sus aguas han conservado siempre la limpidez y transpa- rencia más completa.

Con la pipeta tomé una gota de agua del tubo número 1 procurando tomarla con algunos de los copos blanquecinos y con ella hice una preparación al natural, esto es sin pre- via coloración ni desecación observada con el ocular 3 y ob- jetivo 7 de Leitz, percibí una censiderable aglomeración de pequeñísimos elementos dotados de vivos movimientos de rotación y traslación; medidos con el ocular micromético del mismo autor, Leitz, presentan dos milésimas de milímetro de largo por una de ancho; estos elementos son completa- mente transparentes é incoloros y presentan una especie de estrangulación en su parte central. Examinándolos deteni- damente en los momentos que parmanecen inmóviles pare- cen aumentadas, en su interior pueden percibirse una ó dos granulaciones oscuras,

Llamada mi atención por las formas redondeadas ó esfé- ricas que han tomado algunos de aquellos elementos, en las múltiples preparaciones que hago durante el día, puedo con-

firmar la presencia de esféras completas que miden de 3 4 6 AS

306 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

milésimas de milímetro y cuyo interior se encuentra ocupa- do por numerosas granulaciones oscuras dotadas de vivos movimientos; su parecido con las esféras de Laverán es in- discutible.

Continuando la observación de estas esféras he podido comprobar en algunas horas, su notable crecimiento y no tardé en descubrir—con el ocular 3 y el objetivo 7 de Leitz —que algunas estaban provistas de una larga flagela idénti ca ád la que se observa en la sangre de los palúdicos. Su aspecto, modo de debatirse, transparencia, longitud y viva- cidad son tan características que no dudé encontrarme ob- servando verdaderas esféras flageladas de Laverán.

La duda natural que me asaltó, sobre la posibilidad de ser esféras llevadas de la sangre y que el agua pantanosa no hubiera modificado su vitalidad, se desvaneció por completo al siguiente día. Una nueva serie de preparaciones me pu- sieron de manifiesto que el número de esféras había aumen- tado de una manera notabilísima pudiéndose contar en algu- nos campos de la preparación hasta quince esferas provistas de sus flagelas,

Con posterioridad, en siembras que tienen de 84 12 días, he podido observar con frecuencia, campos visuales con 40 y 50 esféras provistas regularmente de flagelas; en esta época de la siembra las esféras pueden llegar á un diá- metro de 12 milésimas de milímetro, encontrándose tam- bién muchas con diámetros menores, la longitud de las fla- ' gelas varía de 15 á4 30 milésimas de milímetro y su anchura apenas alcanza una milésima.

La extremidad libre, de estas flagelas, se termina por un tenue engrosamiento piriforme y cuando se las observa des- prendidas de las esféras, nadando en el agua, puede notarse que ámbas extremidades están ligeramente engrosadas; son como las observadas en la sangre de los palúdicos, incoloras, completamente lisas, transparentes y dotadus de vivos mo- vimientos de serpenteo.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 307

Careciendo de láminas excavadas he fabricado celdillas especiales de cera blanca que pueden cerrarse perfectamen- te con la laminilla, evitando la evaporación del agua por un tiempo indefinido. Si se tiene el cuidado de encerrar junta- mente con la gota de agua cargada de parásitos, una gruesa burbuja de aire, podrán conservarse aquellos en excelentes condiciones de vitalidad por todo el tiempo necesario para estudiar su evolución.

Las esféras observadas por espacio de varios días culti- vadas en gotas, se destruyen después de aglomerarse las gra- nulaciones en cualquier punto de su superficie, para simular un núcleo, y después de haberse desprendido las flugelas. Ll may or número de esféras presentan una sola flagela; pero he podido observar algunas con dos, en puntos opuestos de la periferia, y otras con tres flagelas que salían del mismo punto.

Hecha la preparación en celdillas de cera con gotas que contentan casi exclusivamente esféras bien desarrolladas he observado que del 5% al 72 día los cuerpos esféricos dismi- nuyen notablemente y en cambio se ven puntos de la pre- paración plagados de los cuerpecillos dobles, que en los pri- meros dias eran rarÍisimos. |

He observado con el mayor detenimiento la evolución de las flagelas y puedo asegurar que éstas una vez inmóviles presentan 4 lo largo una serie de líneas transversales claras, refringentes, en número de ocho á quince, según la longitud variable de dicho elemento filiforme, para dar lugar, por verdadera segmentación, á ocho ó quince cuerpecillos do- bles enteramente iguales 4 los descritos anteriormente y que á su vez se desarrollan para seguir la misma evolución ya: indicada y llegar á formar, en 24 ó 28 horas, pequeñas esfé- ras y esféras completas con sus flagelas correspondientes.

Todas mis observaciones han sido repetidas un sin nú- mero de veces, siempre con análogos resultados, y emplean- do sangre de 18 individuos, de los cuales 12 eran palúdicos confirmados por el exámen hematológico, y 6 sanos cuya

308 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

sangre examinada minuciosamente no presentaba elementos sospechosos.

Ll resultado de las siembras con sangre de los 12 palú- dicos ha sido invariablemente positivo. En algunos casos han podido presenciar y confirmar mis experimentos los Dres. Domingo Mádan y Vila y Darvin; el primero de estos profesores está encargado de hacer la comprobación experi- mental de mis trabajos, en las aguas pantanosas de la pro- vincia de Matánzas, que serán sembradas con sangre palus- tre de aquella localidad en la que el paludismo abunda.

De las numerosas siembras practicadas con sangre de los 6 individuos sanos 5 han sido estériles á pesar de repe- tirlas en los mismos ó en distintos tubos. En uno de los ca. sos la siembra dió por resultado el enturbiamiento del agua y la presencia de una ligera nubécula opalina del 2? al 3* día; 4 la semana el tubo presentaba todos los caracteres de una siembra con sangre palustre. Examinando nuevamente la sanore del individuo en cuestión he podido apreciar algu- nos cuerpecillos movibles libres en el plasma, leucocitos amibiformes en corto número y un solo leucocito melanife- ro; la observación continuada de este sugeto es interesante por muchos conceptos.

Ahora bien, los hechos experimentales rigurosamente repetidos y comprobados que someto ú la ilustrada conside- ración de la Academia me hacen presumir que hemos en- contrado un nuevo derrotero para aclarar, tal vez, en breve plazo la verdadera etiología del paludismo, de la misma ma- nera que Mr. Laverán ha llevado á feliz término el estudio de la patogenia, con el descubrimiento de los hematozoarios que llevan su nombre.

El Dr. Mádan ha tenido la bondad de traerme aguas de las que se consumen en la Habana para hacer las mismas experiencias practicadas en las aguas pantanosas de esta Jo- calidad. He podido hacer ensayos de siembras con aguas de la “Zanja,” en el Cerro, tomadas con las mismas precaucio-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 309

nes que son tomadas las de aquí y además con aguas de las cañerías, recogidas en el Laboratorio de la Crónica; estas últimas las hizo pasar el Dr. Málan, durante varios días por un pomo bitubulado con el objeto de poder traerlas con al. guna cantidad de depósito sedimentoso.

De principios de Septiembre hasta la fecha le podido practicar algunas siembras en esas aguas de la Habana y aunque los resultados que se refieren á las aguas tomadas en el Cerro, no pueden considerarse negativos, me propongo multiplicar las experiencias antes de emitir un juicio más Ó menos definitivo. Respecto á las aguas y sedimentos recogi- dos en el Laboratorio, Calzada de la Reina, puedo asegurar que hasta ahora todas las siembras han quedado estériles.

Las aguas tomadas de la “Zanja,” en el Cerro, contienen numerosos infusorios vivos, algunos semejantes 4 los obser. vados en las aguas de esta localidad; las tomadas en el La. boratorio solo contienen carapachos de infusorios y cadáve. res de naviculas decoloradas.

Por ahora puedo adelantar que en una próxima nota que enviaré á esa ilustre Corporación pondré de manifiesto, cómo los estudios del cultivo de los hematozoarios de Lave- rán me han llevado á encontrar con suma facilidad, en el agua y cieno de varios pantanos productores de fiebres, ele. mentos idénticos á los citados,

Laverayega Limenémica (1) (de 4427, laguna y “11 sangre) Suplico 4 los Sres. Académicos acojan con benevolencia el nombre que propongo para los elementos encontrados ya en el agua Ó cieno pantanoso, cuyo nombre debe imponerse co- mo justo homenaje al profesor Laverán, descubridor de di- chos elementos en la sangre de los impaludados.

(1) A Boudin corresponde el mérito de haber clasificado oportunamente afecciones limuhémscas todas las maaifestaciones del paludismo, como si él adivinase ya en 1842 la verdadera naturaleza y etiología de la infección.—T. V. C.

- 200LO6lA.

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

85. Piloto. Vaucrates ductor Linné. Fondo común azuloso. 56 7 fajas transversas oscuras. Pelágico. Frecuen- ta los mares templados y tropicales. Raro en nuestras cos- tas y en las atlánticas de los I. U. Carne regular. 28 cen- timetros de largo.

También llamado Romero, Se le dice Piloto, porque sirve de guía á los tiburones. Se le ha visto acercarse ú re- conocer, y regresar á donde estaba el Escualo, que vino en seguida á tragar la carnada.

Poey lo oonsigna (Synopsis), mis informes concuerdan, y Gúnther (Study of Fishes) dice: «El Dr. Meyer, en su Reise und die Erde, consigna que «el Piloto náda constantemente delante del tiburón. Hemos visto en tres ocasiones al escualo guiado por el Piloto. Cuando aquél se acercaba al buque, nadaba el Piloto in- mediato á la nariz ó junto á una de las aletas del tiburón. A ve- ces se lanzaba veloz adelante ó á los lados como si buscase algo, y volviendo siempre á donde estaba el escualo. Cuando arroja- mos al mar un trozo de tocino sirviendo de carnada á un anzue- lo grande, el tiburón se hallaba á unos 20 pasos del barco. Con la rapidez del rayo, el Piloto lo alcanza, olfatea el regalo, al ins- tante retrocedió hacia el tiburón, nadando repetidamente en tor- no de su hocico y chapoteando como para darle noticia exacta

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 311

del tocino. Empezó entonces el tiburón á moverse tras el Piloto que le enseñaba el camino, y á poco quedó enganchado en el an- zuelo.» Otra vez según el mismo Meyer, dos pilotos acompaña- ban un tiburón. Éste, según todos los informes y observaciones, jamás daña á sus comensales. El caso no es único: en los colosos marinos, en aves, etc., se registran análogos.

La nombradía del Piloto data de lo más remoto: es el Pompi- lus de los antiguos.

Se está de acuerdo en aceptar que el pequeño busque el am- paro del grande, que ande á la que se te cayó, bien de las miga- jas de sus comilonas, bien de sus deyecciones. Mas ¿por qué el Piloto de preferencia entre tantos vividores?

Y aún prescindiendo de todo lo demás ¿á qué ese explorar, ese ir y venir, ese preceder al escualo, camino de su perdición?

El joven difiere tanto del adulto, que se formaron géneros distintos Nauclerus Cuvier, Naucrates Rafinesque refundidos en el vigente actual por Gill.

Pilot-fish, Romero. Boca oblícua, pequeña, terminal. Caudal grande, carnosa. Pectorales cortas, anchas. Ventrales algo gran- des. En todos los mares cálidos. (J. «e G.)

J. G. consignan el mismo trivial Pilot-fish en la sinonimia . vulgar del Coregonus quadrilateralis Richardson, fam. Salmonide.

ELEACAÁTIDOS:

Esta familia se halla representada en nuestra piscifauna por el

86. Bacalao. Llacate canada Linne. Mal llamado asi, como dije al tratar del Abadejo, primero de nuestros Pérci- das en la distribución poeyana. (Pág. 35).

Fondo común, oliváceo. Vientre plateado. 3 fajas late- rales: una central ancha, más oscura; una sobre ésta y otra debajo, menos visibles. Cabeza deprimida, sin disco adhesi- vo. Boca regular. Lóbulo superior de la caudal algo más largo que el inferior. Pectorales anchas, bifurcadas. En to- dos los mares cálidos. Pescado en la Habana, Batabanó, Matanzas, Mariel, etc. No es común.

312 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Carne buena, muy estimada. Peso máximo, 5 kilos.

Grab-eater, Cobia. Comprende esta familia un solo género y probablemente una sola especie. Pez grande, fuerte, voraz. Acci- dentalmente en las costas atlánticas de los E. U. 5 piés de largo. (J. $ G.) :

Cobia or Crab-eater. Cosmopolita. Solitario, según Holbrook, prefiere las aguas profundas, claras, y solo se pezca al cordel; es muy voraz consumiendo muchos pececillos, sin desdeñar los erustácios. Mitchill ha contado en el estómago de uno, hasta 20 cangrejos y varios peces chicos. De Kay cita el caso de haber un Crab-eater destruido cuantos pescados le acompañaban en cauti- verio. Goode le asigna un peso máximo de 15420 libras, y 5 piés de largo. Mitchill lo encomia como pescao alimenticio. Cría en Chesapeake Bay. Mr. R. E. Earl logró en 1880 fecundar artificialmente huevos de Cobia en aquel criadero. (Goode).

Sinonimia vulgar norte-americana. En Chesapeake Bay le dicen Bonito y Coal:fish; en la Florida occidental, Ling ó Snooks; en Bermudas, Oubby-yew; en la Florida meridional y oriental, Sergeant-fish, por las fajas laterales del cuerpo á modo de galones. En las Bermudas, le nombran Cubby-yew. (Goode.)

Mis datos sobre el litoral cubano se reducen actualmente á lo que sigue:

Habana. Máximo, 7% kilos. Arribazón, de Octubre á Enero, como en Matanzas. No se exporta. Se sála y se cúra. Artes: cor- del solo. Pesca anual: 48,180 kilos. (Paredes Chacón: 1891).

EQUENÉIDOS. (Echeneidi).

Cuentan en esta familia los peces á quienes las tradicio- nes de Plinio concedian la aptitud de detener embarcacio” nes en su curso. A esta fábula dió origen la Pega, por tener un disco con el que forma un vacio muy poderoso.

Este órgano sucsor, adhesivo, 4 modo de ventosa, proce- de de la primera aleta dorsal espinosa, transformada en una doble serie de láminas cartilaginosas, transversales, movil- bles, dentadas en su borde libre, posterior, y que ocupa la parte superior de la cabeza y el cuello. Sírvense de este

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 313

aparato para fijarse en otros animales y objetos—buqnes por ejemplo, como parásitos ó comensales; ó simples pasajeros en tren express, para salvar en breve tiempo grandes dis- tancias, sin más que aferrarse bien. Rémora de los antiguos. Reverso de los conquistadores, porqne cuando se fijan pare- cen al revés. El nombre Pegador es de Parra.

Seis especies de Pega, Rémora 6 Pegador, cita el Profe- sor Poey, distribuidas en 4 géneros.

Una de ellas suele hallarse en las branquias de las Picu- das sphyraenarum; otra en las Agujas tetrapturorum; otra en los Tiburones remora; otra se distingue por el brillo metálico de su color verde general metallica.

De la conquista data el relato de que los indios aplica- ban el Guaicán á la pesca de Tortugas, á cuyo fin llevában- le atado á sus piraguas, lanzándoles sobre dichos Quelonios.

En las costas orientales de Africa se aplican todavía á la pesca, particularmente de tortugas, según 1. Holmwood (Proc.of the Z. $. 0f London, 1884. La Zoología de Colón, por J. I. de Armas). Para comerlas hay que desollarlas. Poey di- ce que la carne es buena y jugosa, sin dejo desagradable.

Llega á un metro de largo.

87. Pega. £cheneis remora Linné. Fondo común, pat- )

do oscuro uniforme. Homodonta. Una faja negra, realzada

por otra blanca inferior, se extiende desde el extremo del

hocico á lo largo del tronco. El disco adhesivo entra en la

longitud total del cuerpo, más de cuatro veces, y cuenta de

21 á 24 pares de láminas óseas. Es la más común.

Se encuentra asímismo en el Mediterráneo, Indias Orientales, Japón. (Enum.)

Remora. De los mares cálidos, al N. hasta New-York y San Francisco. Se halla comunmente adherida á tiburones de gran talla. (J. 4. G.)

Suckers 6 Sucking-fishes. No se les come, é interesa conocerlos

como enemigos de muchos peces importantes. (Goode.) 1 AAA

314 : ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Las 5 especies siguientes llevan también el nombre de Pega.

Rhombochirus tetrapturorum Poey. Pega de las Agujas.

Disco amplio según la edad, con 18 4 23 pares de lámi- nas. Heterodonta: en ambas mandíbulas, el vómer, la len- gua. Parte inferior de la cabeza, linea ventral, una mancha en las pectorales y una parte de las ventrales, de color más claro que el resto del cuerpo.

«No he aceptado el nombre específico de Cuvier, porque indu- ce á creer que los radios pectorales no son articulados ni ramo- sos. Según A. Duméril no son blandos, sino óseos; si fuera así, mi especie sería diferente. He disecado y representado esta aleta en mis Memorias.» (Poey, Enum.)

En los Echeneis -— según Jordan y Gilbert -——son normales, es decir, blandos, flexibles, los radios de las aletas pectorales; en los Rhombochirus son rígidos, anchos, óseos. Estos últimos como la etimología genérica indica: rombo y mano tienen sus pectora- les de forma rombal, cortas, anchas, de radios planos, amplios, duros «aunque provistos de la articulación usual, parcialmente osificados.» (J. G.)

J. G. dan la primacía al específico de Cuvier: RR. osteochir.

Leptecheneis Naucrates L. Pega, Guaicán. Pegador. Pardo azu- loso, dorso y vientre oscuros. Una lista negruzca salpicada de blanco, ancha, se extiende del ojo al hocico. Caudal, pectorales y ventrales, negras, con bordes pálidos. Disco alargado. (J. «€ G.) Descrita por Poey Mem. 11 con el nombre de Echeneis Guai- can. A esta especie corresponde lo dicho sobre aplicación piscato- ria por los indios cubanos, calidad de sus carnes, etc.

J. G. prescinden del primer nombre poeyano, y mantienen el de Echeneis naucrates L., con el vulgar Pegador.

Phthirichthys lineatus Menzies. Disco dos veces tan largo co- mo ancho, entrando 41 veces en la longitud del cuerpo. Color . negruzco con dos fajas laterales blanquecinas. Mares tropicales hasta South Carolina. (J. G.)

En su sinonimia incluyen J. « G. la Phth. sphyrenarum (pá- gina 970.)

Como característica genérica señalan 10 láminas en el disco, dientes cortantes en el palatino. La etimología: piojo y pez.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. Sl

Leptecheneis metallica Poey. Verde con brillo metálico, atenua- do en la garganta. Una lista más subida, del opérculo al maxi- lar, por debajo del ojo. (Mem.)

CORIFÉNIDAS. (Coryphenide).

En esta familia figuran varias especies de corso, alguna de mucha cuenta. La más notable y común es el

88. Borado, Coryphena hippurus Linné. Eran Delfin. Oliváceo en la parte superior. Blanco ó dorado en la infe- rior, salpicado de azul luciente. Caudal amarilla. La bri- llantez de sus colores en vida, desaparece instantáneamente con la muerte.

Es el Dorado ó Delfin de los antiguos.

Ardiente perseguidor de los Peces voladores, cuyos saltos fuera del agua sirven de seña segura para conocer la presencia de los Dorados.

Es el mismo que recorre las alturas del Atlántico. En todos los mares cálidos. Común en el Golfo de México.

Jordan y Gilbert le asignan 6 piés de largo. Carne buena. En Mariel le señalan 10 kilos.

El Dorado de Andalucía y el Daurad ó Daurat de Mallorca, Menorca é Ibiza, pertenecen al mismo género.

BRÁMIDAS. (Bramide).

Representan esta familia en Cuba, 3 especies del género Brama, que llevan el nombre vulgar de la siguiente, que es la más notable.

89. Catalufa de lo alto. Brama Agassizi Poey.

Jordan y Gilbert, siguiendo á Cuvier, dan como característi- ca genérica la carencia de vejiga natatoria. Poey la ha visto, reventada por los gases que habían echado el estómago del pes- cado fuera de la boca; y yo también, en este último caso.

316 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Ello proviene de habitar las grandes profundidades, lo alto, como señala su específico vulgar, y en la Introducción quedó ex- plicado.

Fundan su nombre trivial, el color rojo y el tamaño graude de sus ojos que ocupan el centro de la cabeza.

Carne exquisita. Poey describe un individuo de 60 cen- timetros de largo.

LAMPRÍDIDOS.

Representada en nuestras aguas de vez en cuando por una de las especies más bellamente coloreadas, que se ha- llan en las regiones septentrionales del Atlántico, y que también se deja ver por el Mediterráneo.

Es la

90. Mariposa. Lamprts guttatus Briimnich. Color lila salpicado de plata. Vientre rosado. Dorso, cabeza y opércu- los, azul marino. Aletas, vermellón. Carne colorada. Cuer- po comprimido. Mide, según Lowe, de 3 4 4 piés.

Llega á pesar 44 kilos. (Poey, Ktepert. 1).

Alcanza 4 piés y más de largo, y «se dice que es excelente de comer.» (Goode.)

LEPTÚRIDOS.

Sus representantes cubanos no reclaman más que una simple mención, por lo extraño de sus formas. Son los dos siguentes:

91. Tirante, Avozymetopon teniatum Poey. Compri- mido. Ventrales rudimentarias. Dorsal extendida desde el occipucio al arranque de la cola, que es muy reducida y ahorquillada. Ano en la región media del cuerpo. Muy ra- ro, Largo como de metro y medio y 10 centím. de alto.

92. Sable. Zepturus lepturus Linn. Cuerpo acintado.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 317

Cabeza larga. Boca ancha. Dientes desiguales muy fuertes. La dorsal ocupa todo el dorso. Anal muy larga. Color pla- teado uniforme. De mares cálidos. | Peces de lo alto muy voraces, que alcanzan considerables dimensiones: según J. G., 39 +120 vértebras. En el Mariel le asignan 1 y medio kilos de peso, y esti- man regular su carne.

A la misma familia pertenecen el Pez sable de Andalucía, y el Sabre de Cataluña y Valencia.

Mariel. Máx. 13 kil. Carne regular. Corrida, de Enero á Mar- zo. Exportación, vivo, 445 kil. Cons. loc. fresco: 223 kil. Pesca anual, máx. 1,150 kil. (Veiga, 1891).

J. G. le colocan en el género Trichiurus de Linné, que vale por cola capilar. A esto responde también el vulgar norte-ame- ricano Hair-tail. En la costa de Texas le dicen Sabre-fish y Silver Eel.

Trichiurus lepturus. Vulgarmente Cutlass fish, en las Antillas inglesas. Mide regularmente de 25 á 30 pulgadas, mas alcauza hasta 5 piés de largo. Tiénesele por bueno de comer. (Goode).

Dr. J. ViLaro.

(Continuará).

MEDICINA LEGAL.

Informe acerca de las causas que produjeron la muerte del Dr. R.....

Por el Dr. V de la Guardia, SESIÓN DEL 2% DE OCTUBRE DE 1891. (Conclusión).

La serie de particulares que hen:os ido exponiendo, nos ha llevado como de la mano 4 admitir alguna forma de' envenenamiento. La naturaleza de los sintomas, así cmo los signos negativos hasta cierto punto justifican la idea enunciada, los primeros están bastante bien definidos y en el conjunto de todo lo ofrecido por el Dr. R... predomina como carácter esencial una excitación de los centros ner- viosos talinente violentas y de tanta rapidez que después de una serie de convulsiones generales, como último resultado, vino la muerte. Los primeros indicios en estos Casos, se Ca- racterizan particularmente por la invasión repeutina en me- dio de las apariencias de una salud perfecta, v casl siempre poco tiempo después de la ingestión de una bebida ó un

alimento cualquiera—la violencia es descomunal, las fun- ciones todas de la economía se detienen por completo y la terminación por lo general es funesta á pesar de los más enérgicos tratamientos—s! en este caso no hubiésemos tenl- do la relación bastante detallada de los síntomas que constan,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 319

en la declaración proporcionada porel Dr. S .. que no es ningún personaje vulgar sino hombre de ciencia, que posee título académico, pudiérase dudar de la veracidad del hecho, pero los sintomas que señala el Dr. S..., corresponden— mejor dicho—ofrecen una analogía manifiesta con los sinto- mas que produce la ingestión de uno de los venenos de la clase de los neurosténicos: además el Dr. KR... persona inteligente y de estudio y con seguridad nada impresionable tenia conciencia de lo que desgraciadamente le ocurría y no era sólo el interfecto el que así lo creía al mismo Dr. 5... le pasaba otro tanto, puesto que en su primera declaración y expone «que quedaba en la duda de si ingirió ó algún veneno asfixiante» y es de extrañarse que el Dr. $... ob- serve en su juicio final tanta seguridad, pues asevera ter- minantemente, de un modo categórico, «que ni ante morten ni post morten ofreció sieno alguno que pudiese hacer pre- sumir la ingestión de la nuez vómica ó de alguno de sus preparados» y para ello dice que tiene fundamentos cientí- ficos y que tampoco han sido comprobados en la autopsia importantes signos peculiares á la muerte tetánica. Ls de lamentarse que el Dr. S... no haya expuesto sus «funda- mentos cientificos» y esos signos peculiares á la muerte tetá- nica que no quedaron comprobados.

Los profesores A..., B... y O... aseguran á su vez también de un modo categórico y en su última declaración, que: «ni el cuadro de síntomas que presentó es análogo, ni recuerda el que presentan los venenos conocidos hasta el día»: con seguridad estos profesores al sostener una opinión tan concreta y definida debieron haber tenido en cuenta los mismos «fundamentos científicos» que el Dr. S..., los cua- les, como él ha dicho, no se conocen.

Uno de los síntomas, el más importante y el más cono- cido de los envenenamientos, es sin contradicción la brus- quedad y la brutalidad en el ataque (L. du 5.), gozando cualquier individuo de una salud perfecta, se ven apurecer,

320 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

de repente, los accidentes más graves que nada puede espli- car. Subre todo lo que más llama la atención es la imposibi. lidad en que se encuentra el médico de poder agrupar los sintomas, de modo que le permitan reconstituir el cuadro más ó menos conocido de alguna enfermedad.

Admitida la idea de una intoxicación, los hechos hasta ahora comprobados, nos autorizan con alenna lógica á en- contrar en la familia de los estrícneos la sustancia venenosa que ha podido originar al fallecimiento del Dr. KR...

En la muerte del Dr. R... tenemos sobre todo su propia declaración, que no es otra que la relatada por el Dr. S... el mismo día que ocurrió el hecho, y en ella ha- bría de verse con seguridad los puntos de contacto que guar- da, lo que va diciendo al Dr. KR... que siente y la relación que hacen los autores más distinguidos acerca de los sinto- mas que presentan los individuos victimas de una Intoxica- ción por los extrícueos: se experimenta primero un sabor amargo, muy amargo hacia la faringe, hacia la parte de atrás de la boca: después de un tiempo variable que, fluctúa entre diez minutos y una hora de ingerido el venemo sobreviene un malestar indefinible, inquietud, una angustia que va cre- ciendo, contracciones tónicas, una rigidez muscular más bien general que local, los maxilares se contraen involuntaria- mente, la cabeza se hecha hacia atrás, el cuerpo entero se apodera de una agitación, hay convulsiones que tienen lu- gar en todos los músculos de la vida animal, participan de esas convulsiones, los músculos de la faringe y del exófago lo mismo que el pene; la palabra es entrecortada, se hace afónica, la deglutición se dificulta, á pesar de todo esto la inteligencia se sostiene clara, la respiración es corta, breve y convulsiva, el enfermo no puede cambiar de lugar, que- dándose acostado sobre el dorso, aparecen sacudidas convul- sivas de los miembros que se contraen como el resto del cuerpo: la cara se colora y se pone vultuosa, en el momento en que la muerte parece inminente los músculos ceden, la

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 321

calma sigue á la rigidez espasmódica, vienen posteriormente accesos más fuertes que el primero, el cuerpo formando una sola pieza es levantado por sacudidas convulsivas que llegan al más alto grado, hay trismo, los miembros rígidos sufren convulsiones, la punta del pié se vuelve hacia dentro, la res- piración se suspende, la piel se pone azulosa ó violácea, ojos salientes, pupilas dilatadas, pueden presentarse otros accesos y en uno de ellos el fallecimiento tiene lugar. Tardieu agre- ga, la acción de los venenos neurosténicos es siempre muy rá- pida y la muerte que producen, algunas veces casi súbita, no es precedida más que de convulsiones seguidas bien pronto de coma. Tal es la analogía que ofrece la declaración de $... en ese particular que parece en parte extractada.

Efectivamente es de aceptarse que las contracciones te- tánicas que no vió5S..., desde luego no existieron. Pero ante la aseveración de Tardieu, opinión siempre indiscusti- ble, en cuestiones de esta naturaleza, el envenenamiento puede existir ó existe, «precedida únicamente la muerte por convulsiones.»

Orfila fija el término ordinario del envenenamiento á siete ú ocho minutos despues de la manifestación de los pri- meros accidentes. 'Paylor afirma que los sintomas nunca aparecen antes de media hora después de la ingestión de la sustancia y Tardieu expone «de un modo general es permiti- do decir que el intervalo de tiempo que separa la ingestión del veneno de la explosión de los accidentes está compren- dido entre cinco y veinte minutos, tres cuarto de hora ú una hora y raro es que tarde algo mas.» Según Nuwnely los ataques convulsivos son tan variables como posibles en sus formas y en sus grados y agrega: «no hay enfermedad es- pontánea de ninguna clase que yo sepa á la cual puedan relacionarse esos sintomas)».

¿Por qué no sobrevino el opistótomo? ¿Por qué no se presentaron convulsiones violentas, que le arrojaran de la

cama, como sucede en algunos casos? T. xxIx—41

822 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Porque—y en el caso presénte se puede sostener esta hipótesis—el Dr. KR... casualmente no ingirió sino estricta- mente la cantidad necesaria para morir en esas condiciones y nada más, Las formas clínicas, consideradas como tipos exactos, no suelen encontrarse en otra parte sino en los libros.

El Dr. R..., apenas si pudo beber el agua que pedía con ansiedad para vomitar (no tuvo náuseas ni vómitos). ¿Por qué no pudo beber el agua sino en escasa cantidad? El Dr. S... lo atribuye al temblor de los miembros que ha- clan derramar el agua al llegar 4 la boca pero del mismo modo, ¿no puede uno preguntarse si lo que había no era una dificultad para deglutir y si los músculos de la faringe no estaban contraidos, lo que puede ser lógico puesto que las convulsiones y las contracciones en estos casos son gene- rales?

Los signos suministrados por la investigación macroscó- pica, podian corresponder á los que acusa la intoxicación por los estricneos. Por otra parte no debe esperarse, dice Tardieu, encontrar en los órganos examinados después de la muerte, las trazas caracteristicas y en cierto modo especifi- cas del envenenamiento por la estricnina, lo mismo que, no se encuentran á consecuencia de la ingestión de cualquiera otro veneno no mineral; no es menos cierto que este género de muerte deja, si no constantemente á lo menos amenudo, lesiones múltiples algunas veces profundas y muy significa- tivas por su naturaleza y sitio y más adelante “los signos comprobados en las lesiones no tienen ni la especialidad ni la constancia que pudieran servir para formar una convic- ción absoluta acerca de la realidad del envenenamiento.”

Las relaciones de autópsias que constan en el proceso, odas admiten hiperemias más ó menos marcadas, así en el pulmón como en el cerebro y sus membranas; alteraciones son estas comunes 4 algunas formas de envenenamiento, sue-

le encontrarse también una congestión notable de la médu

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 323

la y sus cubiertas al mismo tiempo que extravasaciones san- guineas en ese lugar, y los médicos peritos no examinaron este órgano, según hace constar uno de los profesores que firmó el acta notarial, y es de sentirse, pues, esta alteración comprobada ó no constituía sieno de alguna importancia. Excepción hecha por el Dr. B..., todos los profesores al examinar el estómago y los intestinos exteriormente, y pu- dieron observar extensas vascularizaciones, manchas rosá- ceas y algunos hasta manchas equimóticas, y por más que estas alteraciones tampoco puedan ser características, cabe en lo posible que hayan sido producidas al contacto de la sustancia venenosa; no es de creerse que sea debido á la pu- trefacción no haciendo alución á ella, ningnno de los profe- sores indicados.

Nunnely y Fuller, de Londres, han encontrado Ingurgl- tados los vasos de la medula, extravasaciones sangineas y las membranas muy rojas. Enmert dice lo mismo, enorme hiperemia de la médula. En el mayor número de casos el corazón esta vacio y más ó menos fuertemente contraido, esta vacuidad coincide con la fluidez de la sangre. Devervie, en los animales que ha hecho morir por la estricnina, ha en- contrado tan solo estados congestivos muy irregulares y pat- ciales, ordinariamente poco considerables en razón de la ra- pidez de la muerte y fluidez constante de la sangre. Coze, citado por Rabuteau ha observado siempre rubieundez de la mucosa intestinal en los caballos envenevados con nuez vó- mica.

Aún hemos encontrado otro signo en la relación hecha por los peritos y S... (por más que los profesores que fir- nmuron el acta no la aceptan) y es en lo que se refiere al abundante derrame seroso en los ventrículos. Tanquerel de Planches, citado por Tardieu “ha notado el aflujo seroso de que puede ser sitio el aparato cerebro—espinal en los casos de envenenamiento por la estrienina.”

Los Médicos peritos hacen hincapié en un signo que ase-

324 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

guran no notaron, y que dan como característico en las in- toxicaciones indicadas y uos referimos á la rigidez cada vérica. Dice Legrand du Saulle: “la rigidez cadavérica persiste ó sobreviene en los primeros momentos que siguen á la cesación de la vida.” Rabuteau: “la rígidez persiste lar- go tiempo, sin embargo la he visto desaparecer á las 36 ho- ras” y siá las 36 horas en Europa y en un país frio ha cesa- do la rigidez, nada ofrece de extraño que en un pals tropi- cal como el nuestro, haya cesado á las 28, mucho más habiendo sido traido el cadáver en muy malas condi- ciones, recorriendo una distancia de 15 kilómetros. Cita Rabuteau otro caso (envenenamiento por cuatro centigra mos de estricnina) en el cual la rigidez cadavérica fué mo- derada. Dice Taylor: “los signos después de la muerte varian, en algunas circunstancias, la rigidez contínua.”

Un caso de Tardini Bonfanti, citado por Tardieu dice: “ios miembros torácicos muy flexibles, los miembros abdo-: minales un poco rigidos, los dedos de las manos en flexión pero no completamente apretados.”

Dice Hoffinann: “el resaltado de la autópsia no ofrece nada caracteristico; se ha señalado un desarrollo intenso y persistente en la rigidez cadavérica lo mismo que una torsión tetánica de los miembros; hemos observado en dos casos una curvatura muy pronunciada en la planta de los piés con ex- tensión considerable de los mismos, pero estos signos se ha- llan también muy amenudo en otras clases de muertes vio- lentas. Es todavía dudoso que la contractura debida al tétanos pueda persistir mucho tiempo después de la muerte. Lo mismo que no está probado que esta última se establez- ca al momento de la muerte en el envenenamiento por la estricnina ó cualquiera otra clase de muerte. Experiencias en animales nos han demostrado que aún si la muerte tiene lugar en el más violento acceso de tétanos los músculos es- tán sin embargo relajados después de la muerte, y no se en- durecen sino por la rigidez cadavérica consecutiva.”

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 325

Casi siempre la rigidez es más intensa y más persistente que en los casos de muerte ordinaria (Rabutean).

Nunnely y Fuller, de Londres, dicen: “otra particulari- dad importante es la rigidez más ó menos persistente de los músculos después de la muerte, es bastante dificil asignar á este carácter un valor cierto en razón de las variaciones na- turales ó accidentales que puede ofrecer el desarrollo de esa rigidez.” Todo lo que puede decirse (Tardieu) con relación á las lesiones producidas por envenenamientos, es que son muy variables rara vez especificas, algunas nulas ó á lo menos poco aparentes.

$ xk Conclusiones del informe de los peritos químicos.—1% Que en las visceras remitidas no existe ningún tóxico mineral ni vegetal; 22 que en la botella que dice “Quinium Labarra- que,” y enel pomito más pequeño entregado por el Sr. KR... existe un glucócide que por sus reacciones químicas y fisio- lógicas deducen que es digitalina; 32 que la digitalina es un elucócide tóxico á la dósis de más de 56 miligramos habien- do clases determinadas de este tóxico mucho más violentas en sus efectos; 42 que la digitalina no entra en la compo- sición normal del Quinium Labarraque; 52 y último, que este tóxico procedente de la planta Damada dieital purpúrea suele no hallarse en el cadáver de los envenenados con ella por difundirse y transformarse rapidamente en el organismo.

E E

Ll análisis químico en la parte que se refiere á la inves- tigación de las visceras, ha dado resultados negativos—cir- cunstancias particulares pueden haber influido en ello: —en primer lugar, consta por declaración de estos peritos, que no se les envió (por lo menos ellos no lo recibieron), ni parte del hígado ni del riñón, órganos de los más importantes des- de este punto de vista, donde acumulándose la sangre por lo

326 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

general, en ellos tiene lugar la mayor parte de las veces, la eliminación de la sustancia tóxica, constituvendo así sus principales emunctorios—no es disculpable ese olvido, si es que lo ha habido en los médicos, á los cuales encumendoó el en segundo lugar, el tubo digestivo

Juzvyado la necropsia al ser extraido, debió haberse colocado en un frasco con el líquido que contenía, separado de las otras visceras. Ls asunto capital, dice Tardieu, que nunca se cansará de repe- tirlo: es una condición esencial que facilita singularmente el trabajo del químico; lo mismo dice con no menos insis- tencia, de una regla que con frecuencia no se cumple y que la recomienda de un modo absoluto; es necesario cuidar de no agregar nada en las vasijas donde se han colocado los ór- ganos extraidos del cadáver, la adición de un líquido conser- rador cualquiera, la adición sobre todo de alcohol, no es so- lamente inútil sino perjudicial, la composición desconocida, y alguna vez la impureza de los líquidos así empleados, oca- siona para el análisis químico, complicaciones desagradables. En tercer lugar, el único frasco que contenía las visceras llegó en muy malas condiciones, los peritos así lo manifies- tan: “de la caja todavía cerrada, donde venían los efectos, se escapaba un líquido alchohólico y de muy mal olor.” Además parece que esos efectos fueron remitidos ya algún tiempo después de ocurrido el accidente, los peritos extien- den su declaración el 18 de Febrero, esto es, un mes y diez y ocho días pasado el hecho; no acusan fecha de recepción, y en un asunto de esa naturaleza, es seguro que no emplea- ron tiempo tan exagerado para evacuar su cometido.

El análisis químico que siempre resultados ciertos en las investigaciones de venenos minerales y de algunos vege- tales, no permite amenudo aislar el principio activo de cier- tos venenos extraidos de vegetales cuya energía es, 4 pesar de todo, extraordinariamente temible.

Hay ciertas sustancias venenosas que no pueden ser encontradas y aisladas convenientemente, no siendo posible

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 327

comprobar su presencia, y esto no siempre, más que por los efectos fisiolóvicos que las materias extraidas determinan “sobre los auimales sometidos á su acción.

Los venenos orgánicos están todos compuestos de los mismos elementos, que son: el carbono, el hidrógeno, el óxi- geno y el az0e, de estas cuatro sustancias niuguna es dañi- na, puesto que diariamente para su alimentación el hombre ingiere cantidades considerables de ellas en forma de carne, pan, agua, etc., es pues exclusivamente la proporción y su modo de combinación, asi como el arreglo intrínseco de los átomos, que determinan las propiedades venenosas. Ln las sustancias orgánicas capaces de producir con más rapidez la muerte, como el ácido prúsico, la extricnina, etc., no hay un elemento venenoso en particular: resulta de aquí que toda modificación, toda alteración Ó cambio elemental del veneno orgánico tendrá por efecto alterar ó destruir absolu- tamente su individualidad y su actividad intrínseca.

La consecuencia de estos hechos es por una parte que el experto está obligado ú aislar y extraer estas sustancias, ta- les como han sido administradas y por otra, que d conse- cuencia de su alterabiidad y de su movilidad, es dificil con frecuencia sustraerlas á las probabilidades de destrucción que ofrecen los mejores medios para su alslamiento.—( Zardieu. )

Separar del seno de una masa infecta de órganos una cantidad, casi imponderable de una de esas sustancias, es una operación, sino completamente dificil, 4 lo menos eri- zada de dificultades.

Aún entónces, esto es, cuando el veneno no dejando tras él ningún signo material de su paso, sin embargo, es impo- sible que la vida sea destruida de un modo tan brusco sin que el organismo se encuentre profundamente alterado, y es probable que esta alteración vaya á efectuarse sobre lus ele- mentos anatómicos de los tegidos y en particular sobre los

elementos vivientes de la sangre, sobre los glóbulos que al momento se alteran por el contacto del veneno cuando des-

328 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

pués de haber sido absorbido recorre todos los vasos: puede así darse cuenta de la rapidez con la cual generaliza su ac- ción un veneno, á causa de la velocidad de la circulación de los glóbulos en los vasos, explicándose de antemano el gra- do de acción tóxica por la influencia que los glóbulos ejer- cen sobre todos los fenómenos intimos de la recomposición y de descomposición de los tegidos elementales, fenómenos esenciales de la vida orgánica, que no pueden ser detenidos sino deteniendo á su vez con ellos, la misma vida. —( Berge- ron y Ollivier.) |

ln lo que se refiere á la extricnina en particular, dice Taylor, no parece sufrir ningúu cambio en el cadáver por la putrefacción (y se citan casos en los cuales se ha hallado la extricnina mucho tiempo después de fallecido el sujeto); pero puede desaparecer del estómago, y en una causa que cita-—de Pearson—en que la muerte cla ramente fué debida á la extricnina, el profesor Scattergood no encontró en el cuerpo más que 1116 de grano de extricnina, y es probable que si este individuo hubiese vivido algunas horas más no se hubiese encontrado nada. El Dr. Camerón dice que en el caso de un individuo envenenado por su suegra con ex- tricnina, ninguna traza del veneno se encontró en las visce- ras: esta cuestión, agrega, Taylor, 4 la hora presente está resuelta en gran parte—una persona puede morir envenena. da, aunque no se le pueda hallar el veneno en el cuerpo. Si la dósis de extricnina no ha pasado de cinco centigramos (Taylor) la investigación se hace muy difícil; pero si la dósis ingerida no escede de dos centigramos, sobre todo, si esta cantidad ha dado la muerte, habrá que perder toda esperan. za de encontrarla en ningún caso; en otros términos, la ex- tricnina absorbida no puede ser descubierta en la profundi- dad de los órganos. Taylor no concede á la extricnina la propiedad de matar mas que descomponiéndose y destru- yéndose en la sangre y sostenía que la investigación química no podría nunca llegar á encontrar más que las porciones

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 329

excedentes. Tardieu agrega, “por el contrario cualquiera que sea el estado en que Ja extrienina se encuentre en los órganos, absorbida, ó no, puede ser hallada, á ménos que no sea esa cantidad demasiado mínima, y esta dificultad existe lo mismo para este veneno que para los otros.”

Preguntado Taylor ¿suponieudo que se sepa la dósis mi- nima capaz de destruir la vida se encontrarían las trazas? contestó: —“Nó, esa cantidad es absorbida y no puede ser descubierta en el estómago; la más pequeña cantidad de extricnina por la cual he destruido la vida de un animal, es la mitad de un grano y no hay procedimiento conocido por el cual tal dósis pueda ser descubierta en los tegidos.”

Otro autor inglés, Christison asegura con la autoridad que le pertenece, que es sumamente dificil y aún imposible encontrar siempre la extricnina.

Y en un proceso célebre eu Inglaterra—el de Palmer, sin haber podido probar la investigación química la presen- cia de la extricnina, aquél fué condenado.

Por último, Hofmann agreya, “los resultados negativos (se refiere ¡ la investigación química) no prueban que no baya habido envenenamiento, existe una série de venenos que la química en el estado actual es impotente para encontrar por ejemplo en la mayor parte de los venenos animales y vegetales.”

Algunos autores de notabilidad reconocida sostienen que en toda clase de envenenamiento si la investigación química no es suficiente para acusar la presencia de la sustancia tó- xica, la experimentación fisiológica la comprueba, pero las ptomainas perfectamente estudiadas por Brouardel, que se encuentran en los individuos que no han muerto envenena- dos, no producen iguales efectos que las sustancias ó alca- loides que se extraen de los intoxicados? ls esta una de las cuestiones pendientes de estudio en la actualidad y que es posible pase algún tiempo todavía sin que llegue á resolverse.

T. xx1ix—-42.

330 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

En cuanto á la digitalina halláda por los peritos químicos en el Quintum-Labarraque y en el líquido suministrado por el Sr. R..., la comisión tiene poco que agregar á lo mani- festado por los Dres. A... B...,0... y S...:lossintomas ofrecidos por el Dr... R..., nada, absolutamente nada, ha- cian presumir una intoxicación por la divitalina.

Existen en los libros que tratan de toxicología, única- mente cuatro casos de envenenamientos comprobados por la digitalina, tres casuales, y el otro un suicidio; en ninguno de ellos sobrevino la muerte. En cuanto al caso de La Pomme- ray, cientificamente no pudo testificarse el hecho.

La relación de los sintomas señalados por Tardieu, es la siguiente: una hora ó dos después de la ingestión se ha- cen sentir los efectos del veneno, malestar general conside- rable, vértigos, sensación de calor que sube á la cabeza, náu- seas, cefalaluia, alguna vez frio, sudores frios, alternativas de calor y frio, perturbaciones de la vista. Después, ansied 1d precordial, dolor en el epigastrio, vómitos precedidos de es- fuerzos violentos muy penosos, repetidos y acompañados de evacuaciones líquidas, el menor movimiento trae el vértigo y el aturdimiento, respiración oprimida, pulso primero fre- cuente, disminuyendo luego hasta bajar en algunas horas á 30 y 20 por minuto, con frecuencia, vibrante é irregular, muy pronto caen en una Indiferencia extrema, imposibilita- dos para moverse y hablar, los ojos se salen casi de las órbi- tas, contracciones espasmódicas de los miembros, piel fría, pulso imposible de sentirse, orinas suprimidas, calambres y dolores agudos en los miembros que hacen arrancar gritos: según el Dr. Blachez, la muerte tiene lugar del mismo modo que sucede cuando existe una pérdida considerable de sangre.

¿Cómo llegó la digitalina á esos frascos? Es asunto que ignoramos y con particular empeño hacemos constar que de ningún modo habremos de hacer comentarios que puedan relacionarse, más Ó ménos, con esa circunstancia.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. Jl

Hasta ahora han sido examinados los ll clínicos, los signos anatómicos, los datos suministrados qor la investiga- ción química, faltan examinar ciertos particulares suministra- dos por aquello que pudiérase llamar circunstancias acceso- rias, que no por ser accesorias dejan de tener importancia y á veces marcadísimas. Nos referimos á la declaración del Prodi Sustalamformaroal Juzgado cuál: erasla enfermedad que sufría D. J... L... S..., que como se sabe, en su casa ocurrió la muerte del Dr, R.... dice el Dr. S... que cuando vió á L... la primera vez, lo encontró con unas contracciones intermitentes y sumamente dolorosas que invadían las dos extremidades inferiores, comunicándose cuando eran muy violentas á las superiores, encontrando algún alivio cuando oprimía con sus manos las de otra per- sona, que lo encontró con meteorismo y fiebre de 392, len- gua pastosa y saburral y eu un estado de exaltación nervlo- sa bastante manifiesta, que esas contracciones dolorosas le acomitian á la misma hora. las dos de la tarde, por cuya intermitencia tan periódica y tan fija, diagnosticó una fiebre larvada de forma nerviosa, le dió quinina; que cuando tuvo la recaida ob3ervó con el Dr. R-.. quela periodicidad no era tan franca, pero la iudole de las contracciones no perdió nada de su primer carácter, y que diagnosticaron tetunía de Corvisart, que desistieron de esa opinión por faltar algunos caractóres, que dadas las condiciones especiales de L... de ser fuertemente gástrico, escesivamente nervioso é impresio- nable, al ver esos ataques, verdaderamente nerviosos, pre- valeció que el enfermo estaba bajo la acción de un histerls- mo. Elestado de salud en la actualidad (17 de Febrero de 1891) es bueno, pero que sometido á una acción cual. quiera se perturba y excita de tal modo, que hasta la tem- peratura se eleva.—Con fecha 17 de Febrero, expone lo s¡omento eh Dr.D: do Ri .que Doda y de Ul..... «y Aste dijo que cada vez que L... tomaba las cucharaditas del vino de quina, le producían convulsiones y que la tarde

332 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

anterior la muerte del Dr. KR...) había tomado una cu- charadita y le había producido mayor convulsión. La Comi- sión de Medicina Legal se limita á hacer constar la mani- festación anterior. :

Lu forma irregular de ese padecimiento, el cual, los mis- mos médicos que asisten al Sr. L... no tienen donde clasi- ficar, como se vé, de una fiebre palúdea larvada, pasan á una tetania, y de ésta van á refugiarse en el histerismo, entidad patológica de ancha base; nótase primera vista que es una circunstancia que oscurece más bien que aclara el particular que ellos indican. Se vé, desde luego, que la en- fermedad es rara, rarísima, y como a fuerza de citas á veces” es como hay que llegar al esclarecimiento de un hecho, ha- brá de permitirse que haga la siguiente, posible que sea ya la última, es de Tardieu, y dice asi, (parece que se refería á un hecho análogo) “los sabios redactores de La Gaceta Heb. domadaria hán admitido la hipótesis de un envenenamiento sucesivo con el auxilio de pequeñas dósis de extricnina; ad- ministrada á dósis muy aproximada, pueden simular así el verdadero tétano.” La hipótesis de los redactores de la Ga- ceta ofrece bastante relación, aunque no fuese más que por el nombre con la Zetania de Corvisart, observada en L...

¿s mucha coincidencia que parece extenderse más allá de los límites de lo admisible, que el Dr. KR... haya pre: sentado durante el ataque que le ocasionó la muerte, sinto- mas idénticos á los que produce la ingestión de la nuez vó- mica ó de sus preparados, y en la nisma época, días antes, el Sr. L... ofreciese en periodo de tiempo que no se deter- mina, accidentes análogos á4 los que produce 1gualmente la ingestión de la nuez vómica ó sus preparados, pero á peque- ñas dósis. La Comisión de Medicina Legal se atreve á seña- lar á la Academia ese particular, la coincidencia.

La

Lua Medicina Legal en sus aplicaciones ha de proceder siempre con extrema circunspección y nunca olvidar que

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 339

sus conclusiones, exclusivamente prácticas, deben evitar en absoluto las teorías y jamás apoyarse en hipótesis, más ó menos probables; ha de llegar en las conclusiones de un modo preciso y directo al hecho único con el cual se relacionan.— No debe admitir más que dos categorías de hechos en lo que se refiere á la comprobación de los envenenamientos, aquellos en que la muerte puede ser atribuida á una lesión material, manifiesta y aquellos en que la causa de la muerte queda du- dosa; conviene sostenerse en estos términos para no separarse ni de la reserva á que obliga la naturaleza de los hechos judi- ciales, ni de la rigurosa exactitud que exige su aplicación.

En consecuencia, la Comisión de Medicina Legal fun- dándose en todo lo que lleva expuesto, tiene el honor de proponer á la Academia resuelva la consulta del Sr. Juez de Instrucción de Sagua, que á la letra dice: “Para que se sir- va emitir dictámen acerca de las causas que motivaron la muerte del Dr. R...”, en los términos siguientes:

Que en virtud de los síntomas presentados en el Dr. +... y teniendo en consideración que el resultado de la autopsia no comprobó nada imputable 4 enfermedades naturales— considerando además, circunstancias accesorias como lo ob- servado en D. J... L... $S..., podría inclinarse la Acade- mia á sostener que la muerte del Dr. R... fué producida por una intoxicación debida á la extricnina ó á alguno de sus preparados. —Más, como falta hasta cierto punto, la con- currencia de algunos particulares importantes para la com- probación del hecho, y sobre todo, dado que en el análisis químico practicado de las visceras, no se determina á su vez la presencia de dicho tóxico, no puede afirmarse nada en aquella conclusión.

Por tanto: la Comisión es de parecer que la Academia eva- cúe en definitiva la consulta dereferencia, diciendo al Sr. Juez de Sagua, que no es posible precisar si la muerte del Dr. KR... fué natural ó producida por algún envenenamiento.

Págs.

INDICE

REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAs Y NATURALES DE LA HA-

BANA.—Sesión pública ordinaria del día 25 de Setiembre de 1892, por

el Dr. Vicente de la GFuardia, Secretario........ Ln a Peste E 209 OFTALMOLOGIA.—Conducta que debe observarse con las cataratas Dedos

de glaucoma, por el Dr. Juan Santos Fernandez concconorieinicnanans Lesidir pik 299 PATOLOGIA INTERTROPICAL.—Reproducción experimental «del hematozoario

de Laverán (Layeranea Limnhemica), porel Dr. Tomás N. Coronado... 300 ZOOLOGIA.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. VilQró.veccoorcocionccccaroros. DIO MEDICINA LEGAL.—Informe acerca las causas que produjeron la buena del

Dr.Ri....:, porel Dr, Vicente: dela Guarda iioorres nens non danaana si ao e 318 El Centro aldo Biosca de Matanzas, por la, a 334 Congreso Médico Pan-Americano (aparte)...... A A ERA ENrtomoLoGrIa.—Contribución al estudio de los Calcopisas de la Isla de 0

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 13 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

_—_— AAA 2 Á

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes:

El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-conyento de San Agustín) se yen- den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología > y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay.

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ANALES

NEAL ACADEMIA CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES | DE LA HABANA. a

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REVISTA CIENTIFICA

DIRECTORES:

D. José Y. Torralbas y D. Marcos de J. Meiero,

ENTREGA 340.

TOMO XXIX. | nl ENERO 15. Sl

PABA ASUNTOS DE ADMINISTRACION | CANJE Y CORRESPONDENCIA DIRIGIRSE | DIRIGIRSE AL DR. D. MIGUEL BRIVA Secretario general de la Real Academia de Ciencias, TESORERO DE LA REAL ACADEMIA | CALLE DE CUBA CAMPANARIO NUMERO a45. ¡ (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN )

HABANA.

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número qo, 1893.

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ESPE,

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 3 de Noviembre de 1892.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Dr. D. F. Q. del Valle: Lavin, Torralbas (D. José [.), Montané, Agui- lera, Castellanos, Plasencia (D. 1.), Saenz Yanez, Mestre, Oubas, Casuso, Santos Fernández, Machado, Vilaró, Do- noso, La Torre y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión á la una y media de la tarde y escusa- da la asistencia de los Dres. Lastre y Núñez P. y V. P., los Sres. Académicos, en atención á los merecimientos del Doc- tor Valle acordaron que ocupase la Presidencia. El Dr. Va- lle toma la palabra y en términos expresivos da las gracias á los Sres. Académicos por el alto honor que dice, se le dis- pensa.

Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. Segul- damente se leyó una carta del Sr. Dr. D. Vicente Hernán- dez que á la letra dice: “Excmo. Sr. Presidente de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana.—Hubana 27 de Octubre de 1892,—Mi distinguido amigo: La relación adjunta comprende las obras de mi Bi- blioteca de Medicina que cedo 4 esa Real Academia, de la

que es Vd. su digno Presidente, rogándole lo haga así pre- T. xxIx—49.

338 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

sente como una prueba del alto aprecio en que la tiene su afectisimo amigo y S. S. Q. B.S. M.— Vicente Hernández.” He aqui la lista de los libros:

Relación de las obras de Medicina que cede 4 la Academia de Medicina de la Habana el Sr. D. Vicente Hernández.

Theses de Chirurgie, 10 volúmenes.

Theses de Chirureie et de Medicine, 1 volúmen.

Boudin.—J'levres des pays chands et preparations arsé- nicales, 1 idem.

Caizergues. —Mémoire sur la contagion de la fievre jau- ne, l idem.

Bally Francois Pariset.—Histoire Médicale de la fievre jaune, 1 idem. |

Baumes.—Fievres remittentes, 2 idem.

Campet.—Traité practique des Maladies graves, 2 idem.

Levacher.—Guide Medical des Antilles, 1 iden».

Puguet.—Maladies des pays chands, 1 idem.

Hernández. —Essal sur le Tiphus et sur les fievres dites malignes, putrides, bilieuses etc., 1 idem.

Cailliot.—Traité de la fieare jaune, 1 idem.

Valentin.—Traité de la fievre jaune, 1 idem.

Perardin. —Memoires sur la fievre jaune, 1 idem.

Rochoux.—Recherches sur la fiebre jaune, 1 idem.

Monfalcon.—Histoire Medicale des Marais, 1 idem.

Dalmas. —Fievre jaune, 1 idem.

Melange.—Observations sur le tetanos, 1 idem.

Dazille.—Observations sur le tetanos, 1 idem.

Taillefes. —Fievre jaune, 1 idem.

Manzini.—Inoculation. Fievre jaune, 1 idem.

Piannini.—Nature des fievres, 2 idem.

Bérard et Denonvilliers. —Chirurgie practique, 3 idem.

Le Riverend.—Observador habanero, 3 idem.

Longet.—Phisiologie, 2 idem.

Mueller. —Phisiologie, 2 iden».

Ds

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 3399

Michel Levy.—Traité d” Hygiene, 2 idem.

Richet.—Traité d' Anatomie, 1 idem.

Guerin.—Memoires, 1 idem.

Chailly Honoré.—Traité des accouchements, 1 idem.

Cazeaux.—Accouchements, 1 idem.

Samuel Cooper.—Pathologie chirurgicate, 1 iden.

Astley Cooper.—CEvres chirurgicales, 1 idem.

Cambray.—De la Dysenterie, 1 idem.

Lallemand.—Pértes seminales, 3 idem.

Burdach. —Phisiologie, 9 idem.

Racle.—Diagnostic Medical, 1 idem.

Beraud.—Manuel de phisiologie, 1 idem.

Civiale.—Lithotritie, 1 iden.

Mercier. —Recherches sur les valvules du col de la ves- sie, 1 idem.

Leroy D' Etiolles.—Lettres et memoires, 1 idem.

Leroy D' Etiolles.—Des Angusties, 1 idem.

Reibard.—Retrecissements du canal de l uretre, 1 1d.

Desperrieres. —Fievres de St. Domingue, 1 idem.

Bouneau et Sulpicv.—De la fievre jaune, 1 idem.

Dévéze.—De la fievre jaune, 1 idem,

Bonnet.—Des fievres intermittentes, 1 idem.

Jobert.—Des fistules, 1 idem.

Dubouchet.—Maladies des voies urinaires, 1 idem.

Becquerel. —Semeiotique des urines, 1 idem.

Vidal. —Maladies veneriennes, 1 idem.

Theses de Medecine, 2 idem.

Memoires de Medecine, 2 iden».

Melanges de Chirurgie, Medecine et Chimie, 1 idem.

Velpeau.—Maladies du sein, 1 idem.

Document sur la fievre jaune, 2 idem.

Memoires de chirurgie, 1 idem.

Boyer.—Maladies chirurgicales, 11 idem.

Dupuytreu. —Clinique chirurgicale, 6 idem.

Velpeau.—Clinique chirurgicale, 3 idem.

340 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Lisfranc.—Clinique chirurgicale, 3 idem.

Lisfranc.— Medicine opératoire, 3 idem. Bonnet.—Maladies du foie, 1 idem. Gendrin.—Medecine practique, 3 idem. Chomel.—Clinique Medicale, 3 idem. Rostan.—Medecine clinique, 3 idem.

Rostan.—De l' Organicisme, 1 idem. Gosselin.—Maladies du testicule, 1 idem. Barthez.—Maladies goutteuses, 1 idem. Dicffenbach.—La Chirurgie, 1 idem. Bland.—kRecherches sur la laryngo-trachette, 1 idem. Gendrind.—Maladies de l encephale, 1 idem. Chassainac.—Ecrasement lineaire, 1 idem.

Durand Fardel.—Ramollissement du cerveau, 1 idem. Rostan.—KRamollissement du cerveau, 1 idem. Chabert.—Reflexiones Médicas, 1 idem. Boivin.—Hemorrhagies de ' uterus, 1 idem.

Mme. Lachapelle.—Practique des accouchements, 3 1d. Dupierris.—Topografía Médica de la Habana, 1 idem. Bouillaud.—Maladies du coeur, 2 idem. Grosourdy.—El Médico botánico criollo, 2 idem. Celle.—Hygiene des pays chands, 1 idem. Laudouzy.—De I' Hysteire, 1 idem.

Rostan.—D” Hygiene, 2 idem.

Bernard.—Phisiologie, 1 1dem.

Sappey.—Traité d* Anatomie, 6 idem.

Sedillot. —Medecine operatoire, 2 idem. Malgaigne.—Medecine operatoire, 1 idem.

Skoda. —Percusion et auscultation, 1 idem.

Pouppé Desportés. —Maladies de S. Domingue, 3 idem. Bouchardat.—Annuaire de Therapeutique, 1 idem. Monlau.—Grado de certeza en medicina, 1 idem. Raciborski.—Puberté et age critique chez la femme, 1 1d. Bichat.—La vie et la mort, 1 idem.

Becquerel. —Hygiene, 1 idem.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 341

Bayard.—Medecine legale, 1 idem.

Vidal. —Pathologie externe, 5 idem. Giacomini.—Therapeutique, 1 idem. Scarpa.—Maladies de yeux, 1 idem. Robert.—Maladies veneriennes, 1 idem. Ricord.—Syphilis, 1 idem.

Mercier.—Maladies urinaires, 1 idem. Mackenzie.—Maladies des yeux, 1 idem. Valleix.— Pathologie interne, 5 idem. Grissolle.—Pneumonie, 1 idem. Follin.—PathoJogie externe, 2 idem. Marjolin.—Memoires de l' Academie de chirurgie, 3 id. Valleix.—Neuralgies, 1 idem.

Durand Fardel.—Maladies des vicillards, 1 idem. Briquet.—Quinquina, 1 iden. Sydenham.—Medecine practique, 2 idem. Louis.—De la Ptthisie, 1 idem. Trousseau.—Ptthisie laryngaee, 1 idem.

Louis. —Recherches anatómo-pathologiques, 1 idem. Bretonneau.—Diphtherie, lidem. Forster.—Anatomie pathologique, 1 iden. Becerd.—Anatomie generale, l idem. Civiale.—Maladies genito urinaires, 3 idem. Andral.—Pathologie interne, 3 idem. Andral.—Clinique Medicale, 5 idem. Bousquet.—De la vaccine, 1 idem. Baudelocque. —Peritonite puerperale, 1 idem. Cayot.—Ulinique Medicale, 1 idem.

Bonnet.— Maladies articulaires, 1 idem. Rochoux.—L apoplexie, 1 idem. Hunter.—Maladie venerienne, 1 idem. Bouchut.—Maladies des nouveaux nes, 1 idem. Roux.—Practique chirurgicale, 2 idem. Haspel.— Maladies de 1 Aluérie, 1 idem.

Total 221 volúmenes.

342 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Después, la Secretaría hizo presente que se habian recibi- do invitaciones para asistirá la colocación de la primera pie- dra del edificio que la Diputación Provincial destina 4 Es- cuela de Artes y Oficios, y otra invitación, lo mismo que la anterior, de la Diputación Provincial, para la Sesión de apertura y distribución de premios de la escuela de Artes y Oficios. El Secretario representó á la Corporación en am- bos actos.

El movimiento de Secretaría y los libros é impresos re- cibidos es el siguiente.

CorRESPONDENGIA RECIBIDA.- Oficio del Comandante de Ma- rina y Capitán del Puerto, pidiendo nuevo inferme sobre el estado mental de M. G. P., cuyos documentos acompaña.

BisLroreca.—““Los Tres reinos de la Naturaleza. —Botá- nica;” 1 tomo en pasta.

“The Sanitarian;” vol, XXIX, núm. 276.

“International Medical Magazine;” vol. I, núm. 9.

“Journal d* Hygiene;” vol. XVII, núm. 840.

“La Tribune Medicale;” 2* rerie, núms. 39, 40, 42 y 43.

“The Brooklyn Medical Journal;” vol. VI, núm. 11.

“Gaceta Médica de Granada;” año X, núm. 222.

“La Independencia Médica;” año XXVII, núms. 51, 52 y 59.

“¿Archivos de Ginecología y pediatria;” año V, núms. 25, 21 y 28.

“Revista de Medicina y Cirugía prácticas;” año XVI, núm. 390.

“Revista de Medicina Dosimétrica;” año XIV, n? 164.

“Boletín de la Real Academia de Ciencias;” año I, vl. L

“Carta sobre la historia primitiva de la fiebre amarilla, por el Dr. C. Carrillo y Ancona;”, un cuaderno.

“Repertorio Médico Farmacéutico;” año IM, n*% 10 y 11.

“Consideraciones sobre el cólera, por el Dr. G. Aróste- gul;” un cuaderno.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 343

“Revista de Ciencias Médicas;” año VII, núms. 20 y 21.

“Revista Cubana;” año VII, tomo 16.

“Progreso Médico;” año 1V, núm. 11.

“Anales de la Sociedad Odontológica;” año XIII, n? 10.

“Revista del Foro;” año IL, núms. 58, 59 y 60.

“El Album;” año I, núms. 11 y 12.

“Elementos de Botánica, por el Dr. Vilaróy un cuaderno.

)

1? parte,

Énterada la Corporación de la donación que hacía el Dr. D. Vicente Hernández, acordó que se les diesen las más expresivas gracias y al mismo tiempo se le manifestase que el ejemplo que había dado al remitir los libros indicados era acto de generosidad muy digno de encontrar imitadores.

Pasando á la orden del día ocupó la Tribuna el Dr. Mon- tané y levó la primera parte de su trabajo acerca de las Propiedades excitantes y reparadoras de ciertos liquidos de origen orgánico, prometiendo terminarlo en la sesión próxima.

Los Dres. Santos Fernández y Casuso, en turno, aten- diendo á las circunstancias que concurren en el Dr. Corona- do, Académico Corresponsal, por deferencia al mismo, con- vienen en que se lea primero el trabajo del referido Doctor Coronado el último anunciado en la sesión. Con este motivo lee el Dr. Santos Fernández el mencionado trabajo titulado “La reproducción experimental del hematozoario de Lave- rán.” (Véanse los Awvares de 15 de Diciembre de 1892).

Terminado el trabajo del Dr. Coronado toma la palabra el Dr. 'Torralbas y manifiesta que lo considera interesantisi- mo y que debe publicarse en los AwaLes cuanto antes. El Dr. Saenz se expresa en iguales términos que el Dr. Torral- bas y agrega que la Academia accediendo al ruego del Doc- tor Coronado debe nombrar alguno de sus miembros para que compruebe esas notabilísimas investigaciones y en con-

344 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

sonancia propone al Dr. Tamayo para que se ocupe de ese estudio, llevando á efecto las comprobaciones que se indi. can, recayendo acuerdo afirmativo acerca de este particular.

El Dr. Santos Fernández lee su trabajo anunciado sobre “La conducta que debe observarse en los casos de cataratas invadidas de glaucoma.” (Véanse Awanes de 15 de Diciem- bre de 1892).

El Dr. Casuso que debía hacer una comunicación oral acerca de la eclampsia y su tratamiento, ruega 4 la Acade- mia, en virtud de lo avanzado de la hora, que le permita posponer su comunicación que es algo extensa para la próxi- ma sesión: en cambio da cuenta—con objeto de hacer his- toria acerca de la Cirugía en Cuba— de tres grandes opera - ciones llevadas á efecto últimamente en la Quinta de Higiene, dos ovariotomlas dobles (una practicada por el Dr. Delga- do) y un caso de pelvi-celulitis izquierda, operado por la vagina; en él se hizo primero una laparotomia esploradora, pero eran tantas las adherencias del ligamento ancho y los intestinos que fué necesario desistir en esa vía, como se ha dicho posteriormente, se dió salida al pús por la vagina ob- teniéndose un resultado satisfactorio gracias sin duda á la r1- gurosa antisepsia empleada.

Las dos ovariotomias dobles, igualmente fueron corona- das del éxito más satisfactorio.

No tiene palabras con que elogiar la conducta del Doc- tor Delgado al establecer de un modo positivo y evidente y con el rigor exigido, la antisepsia en todo lo que se relacio- na con estas operaciones; en la Quinta de Higiene se han efectuado ya veinte operaciones de esa indole y ¿ la ver- dad todas de resultado satisfactorio, atendiendo á no haber presentado ninguna complicación después de operada.

Cuenta solamente un caso desgraciado y el fallecimiento tuvo lugar durante la operación; se trataba de un fibroma enorme que exigió un manual operatorio de tres horas de duración, los uretres se encontraban tan gruesos que se con-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 345

.

fundían en los intestinos, desde luego los riñones estaban enfermos.

Hay que creer en la antisepsia como en asuntos de reli- gión, los hechos así lo comprueban.

Concluida la breve comunicación del Dr. Casuso, el Pre- sidente dió por terminada la sesión.

A E

T. xx1x.—44

REAL ACADEMIA,

COMUNICACIÓN ORAL RESPECTO A UN REPTIL PROCEDENTE DE MÉJICO.

Por el Dr. D. Cárlos de la Torre. (SESION DEL DIA 11 DE OCTUBRE DE 1892.)

El Dr. La Torre: hace una comunicación oral en la que presenta á la Academia el curioso ejemplar de un reptil, procedente de Méjico, de ocho centimetros de largo, el que podrán apreciar nuestros lectores por el grabado que de él tenemos el gusto de ofrecerles, cuyo reptil le fué dado por D. Rafael Pazos, previa recomendación del Dr. Delfin. El ejemplar es interesante, dijo, por varios conceptos: ante to- do se cree que haya llegado con otros dos á4 Candelaria, en donde fué recogido después de una manga ó de las corrien- tes ciclónicas que tuvieron lugar en Vuelta-Abajo 4 media- dos de Octubre. Sin responder á la veracidad del hecho, admite la posibilidad de semejante medio de traslación. En efecto: Darvin y Heeckel en sus capítulos interesantes acer- ca de la Oorología ó Distribución geográfica de los organis- mos, «citan numerosos ejemplos de aparición de reptiles, batraceros, insectos, etc., en localidades muy distintas de su habitat, trasladados por las corrientes aereas ó por las trom-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 347

bas; asimismo es bien conocido el curioso fenómeno de las lluvias de ranas que reconocen una causa idéntica. Aquí en la Isla de Cuba contamos con una observación auténtica debida al eminente naturalista, socio de mérito de la Aca- demia, Dr. Juan Gundlach, quien recogió en los momentos mismos del ciclón de 1874, un pez (Ronco-MHemulon) pro- cedente de la costa del_ Sur, y que cayó en el batey del in- genio “La Fermina,” cerca de Jovellanos, en la época refe- rida. Con estos datos, y no perteneciendo este reptil á la fauna cubana sino á la mejicana, fácil es admitir el hecho de que haya salvado por el aire el brazo de mar que separa el cabo de San Antonio en esta Isla, del de Catoche, en Yu-

catán; pero tampoco se le oculta la posibilidad de que haya venido en la manga de algún viajero, por lo que no tiene datos suficientes para responder de la autenticidad del he-

348 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

cho. Pertenece este curioso animal á la clase de los Repti- les, orden de los Saureos, sub-orden Crassilinguios, familia de los Agamidos, sección de los Pleurodontes, género Phry- nosoma, especie Orbiculare, descrito por Wiegman en su Herpetología Mexicana 6 Descríptio Amphibiorum .Nove Hispania, 1828.

El nombre Phrynosoma—derivado del griego Phrynos, bufo y soma cuerpo—alude á semejanza general por la for- ma de un sapo. Su nombre vulgar según Brehm, es Zapa- ya, según Claus, Zapayaxin y García Cubas en su revista de México, escrito para la Exposición de París de 1889, llama impropiamente Camileon lo mismo que á las otras dos espe- cies Harlanii y Taurus del mismo género.

Los Phryrosomas son representantes de los Estelios en- tre los iguanidos; su cuerpo es ancho, deprimido y espino- so, la cola corta y gruesa; cabeza pequeña cuadrangular, la nuca armada de ocho púas, dos mayores, los costados con doble serie de espinas; el cuerpo cubierto de escamas con púas obtusas y desiguales en el dorso, y escamas pequeñas iguales y empizarradas en el abdomen. Color ocraceo con manchas irregulares negras y pardas bordeadas de amarillo,

Han estudiado sus hábitos, Hernández, Sumichrast y Wallace. Vive en las grietas y escabrosidades del terreno, confundiéndose con él 4 causa de su color apropiado al mi- metismo. Los movimientos son poco activos, se alimenta de unos coleópteros llamados escarabajos de arena que son tan apáticos como él; su sobriedad es tan proverbial, que los naturales del país dicen que se mantiene del aire.

En confirmación de este aserto afirma el disertante, que el ejemplar que presenta á la Academia ha permanecido cuatro semanas en su poder sin tomar absolutamente más que agua.

Es inofensivo, pero irritado lanza por los ojos y por la nariz según Hernández y Wallace un líquido rojo como sangre.

Z00LOGIA,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

MALACANTIDOS.

Sus representantes en Cuba son el Matejuelo real— Ma- - lacanthus Plumieri y el Tumba Caulolatilus cyanops ambos de poca cuenta.

J. G. describen dos especies de Caulolatilus, con los vulgares Whitefish y Yellow-tatl, una, y el de Blanquillo la otra.

ESFIRÉNIDAS (Sphyrenide).

Agrupación muy notable, porque sus individuos son de mucha cuenta en razón de su abundancia, de su magnitud y de su categoría gastronómica. Figura en ella la famosa Picuda 6 Barracuda, de que trataré en la sección de nues- tros Peces siguatos Ó susceptibles de ensiguatar. En ésta no caben más que las dos especies siguientes:

Primero en derecho culinario y por lo tanto en tiempo, es el

93. Cuaguanche. Sphyrena Guaguancho Cuv. Dicho

350 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

también Fuaguancho y Fuabancho. Cuerpo alargado, fusi- forme, cilindroide. Cabeza muy larga, aguzada. Dientes an- chos, agudos, desiguales, mandibulares y palatinos. 24 vér- tebras. Caudal ahorquillada. Una faja verdosa encima de la línea lateral. Pescado siempre sano. Carne de muy buen gusto, apreciada por los gastrónomos, particularmente frito.

En la Habana se pesca. por partidas, que abundan más á4 fin de año, cuando realizan arribazones. Inmigran en pri- mavera para desovar, permaneciendo en nuestra bahía con sus crias: á éstas se les da el nombre de Pelones.

El adulto alcanza 13 kilos.

Habana. Máx. 500 gramos. Corrida, en Mayo y Junio. Arri- bazón, de Octubre á Enero. Cons. loc. fresco. No se conserva ni exporta. Artes, de red. Pesca anual: 48,180 kilos. (Paredes 1891).

Mariel. «Se pesca en pequeñas cantidades, y se nota disminu- ción gradual de año en año. No se conoce corrida, y se cree que el que se pesca es criado en esta bahía, por haberse encontrado huevado en diversas épocas del año.» (1887). Datos posteriores arrojan lo que sigue:

Peso máximo, de 500 gramos á 1 kilo. Corrida, de Enero á Marzo, en la Bahía. Otro informante [1891] dice que en prima- vera. Exportación vivo: 519 kil. Cons. loc. fresco: 163 kil. No se conserva. Pesca anual, máx. 1,190 kil. [1891].

Mantua. Le dicen Guavancho. Abunda todo el año. Corrida, de Abril á Mayo. Arribazón en Diciembre y Enero. [1880].

Cienfuegos. Máx. 600 gramos. Arribazón, en Enero: bajos des puerto. (Aguirre, 1891).

Según dice D. Luís A. Ramos, vocal de aquella Comisión de Pesca, con la malla reglamentaria véase Lisa-- desaparecería la pesca del Guaguanche. Es de de atenderse á ésto dice «perque dada la abundancia de este pez en la corrida, su falta infiu."ía de una manera muy sensible en la balanza del mercado». Agregu que, «si la Junta tiene el deber de mirar por la procrea- ción de ¿os peces, cuidando de que no se mate su cría, no por eso debe desatender al pescador y al público consumidor por un ex- ceso de celo.» También se invoca en favor de la modificación de la malla reglamentaria, propuesta al tratar de la Lisa, «la situa-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 351

ción excepcional de 300 familias.» Propónese, igualmente, que esta red así modificada, «se use sólo en los litorales N., $S. y O. de la bahía; estándole vedada la parte oriental, desde la parte de Guanaroca hasta la punta de La Cueva, como principales criade- ros de una multitud de peces» Y por último, que en aquella «de- marcación sólo les sea permitida la red volante de 25 milímetros, arte que podrán emplear en cualquier pesquero de Jagua.»

Reducidas las mallas, 4 buen seguro que quedara ningún adulto para contarlo. Esto lo sabe tan bien como yo, cualquier chinchorrero. Antes que de las crías, se cura el legislador de pre- servar —en cuanto cabe las hembras enovadas y los machos fertilizadores de sus posturas. Destruidos los sementales, como de seguro se destruirían aceptada que fuese la modificación propues- ta, en todo pudiera pensarse menos en tener crías. Esto de sen- cillo se pasa. Es así como hay que atender al pescador y al pú- blico, así es como se debe considerar la situación excepcional de las familias.

Trinidad. Le dicen Guabancho. Máx. 1 kil. Corrida, en Marzo y Abril. Cons. loc. fresco. 800 kil. Artes: cordel 4, redes 2, chin- chorro 1. Embarcaciones: botes 2, cayucos 2, tripulación 10. (1891). 4

Nuevitas. Máx. 1 kil. Corrida en Junio: esteros y ensenadas Cons. loc. fresco: 952 kil. (1891).

Guantánamo. Máx. 0'50 kil. Corrida, en Mayo y Junio, al puerto. Arribazones, en Enero, á las bocas. Cons. loc. fresco. (Pe- rin, 1891)

Cuba. Santiago de. Máx. 1 kil. Abunda todo el año. Consu- mo local fresco. [1891].

Goode « Bean le asignan 18 pulgadas de largo. Desde cabo Cod hasta Florida y Cuba. (J. G.)

94. Pieudilla, Sphyrena Picudilla Poey. Adelgazada en ambos extremos. 2 listas pardo-doradas paralelas, á lo largo del cuerpo, en su parte media. Congénere del (ua- guanche y la Picuda, pero especie distinta. Vive en la bahía de la Habana en igualdad de caso y condición que el Gua- guanche, según Varela y Lesmes. Común. Desova en pri- mavera.

Carne buena. 60 centímetros de largo.

TZ ANALES DE LA REAL ACADEMIA

POLINEMÁTIDOS.

La genérica radical de esta familia muchos hilos -— alude á los apéndices procedentes de la pectoral, que funda también el nombre vulgar de sus dos especies cubanas. Solo cito la siguiente:

95. Barbudo. Zrichidion plumieri Lacép. Siete apén- dices pectorales. Plateado.

Mariel. Carne buena. Máx. 1 kil. [1883]. Corrida, de Enero á Marzo, en la bahía. Export. vivo, 982 kil. Cons. loc. fresco, 283 kil. Pesca anual máx. 1200 kil. [1591].

Matanzas. Desove en Marzo. [1880].

J. £ G. funden el género Trichidion en el Polynemaus.

MUGÍLIDOS.

Todas sus especies son importantes, por el grado de de- sarrollo que alcanzan algunas, cuanto por la buena calidad de sus carnes y huevas. A la cabeza de sus representantes cubanos se halla la

96. Lisa. Mugil Lebranchus Poey. Como características más notables exhibe: las mandibulas desdentadas, provistas de cilios cortos, flexibles, y la organización particular de su aparato digestivo.

Los notables trabajos anatómicos del Prof. Giúnther acerca de la Lisa que reproducen los Profesores G. B. Goode, Jordan « Gilbet y otros explican bien el proceso alimenticio de este importante Mugílido.

La ingestión de alimentos tiene lugar, tomando una cantidad de arena y cieno, que luego es sometida á la acción de los hue- sos faríngeos durante algún tiempo; expulsando por último las partículas más groseras é indigestas.

Para prevenir el paso de cuerpos mayores al estómago, así

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 358

como á través de las branquias abiertas, los órganos faríngeos se hallan modificados de suerte que constituyen un filtro.

Los huesos suprafaríngeos upper pharyngeals tienen una forma algo irregular: un tanto arqueados, con la convexidad ha- cia la cavidad faríngea, agusados por delante, anchos por detrás. Están, además, cubiertos por una membrana espesa, blanda, que alcanza más allá de la margen del hueso, y está sembrada super- ficialmente de cilios córneos diminutos.

Cada arco branquial dispone á cada lado en toda su exten- sión, de una serie de peines ó rastrillos branquiales estrechamen- te unidos, que pendeú lateralmente; quedando cada serie adap- tada por modo estrecho á la del arco inmediato. Constituyen, pues, en su conjunto, una criba ó tamiz, admirablemente ade- cuada para dar paso solo al agua, reteniendo al mismo tiempo toda otra sustancia en la cavidad faríngea.

El estómago es muscular á la manera de la molleja en las Aves.

El conducto intestinal ofrece también particularidades, como es consiguiente. Describe muchas circunvoluciones, al punto de medir dos metros de largo en un individuo de 31 centímetros. (Giinther, Study of Fishes; Goode, Nat. Hist. of Aq. Anim. J. « G., Contrib to N. A. Ichth.

Color aplomado en la parte superior, con reflejos verdo- sos en el lomo; plateado en la inferior. Boca reducida, man- díbula inferior atrasada. Primera dorsal alojada en una ca- vidad; pectorales azulosas; ventrales y anal blancas; las demás aletas verduscas, v la caudal profundamente escota- da. Llega 4 80 centímetros de largo.

Carne buena, abundante. Huevas muy apreciadas. Se consumen éstas y aquéllas frescas, saladas y curadas, como adelante veremos.

Al joven suelen decirle Galambote, al adulto Lebrancho. La que en Mariel y otros puntos nombran Laseta, debe ser el individuo de mediano desarrollo,

Su importarcia culinaria, industrial y comercial, impone el tratarla con tanta extensión como permiten los datos de que dis-

pongo, relativamente á cada distrito de nuestro litoral. Son los T. xxIx—45.

354 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

siguientes entre los que consigno algunos á beneficio de inven- tario como resultado del Interrogatorio oportuno (1).

(1) Comandancia General de Marina del Apostadero de la Habana.—Inscripción Marítima. —INTERROGATORIO que debe ser contestado por las Comandancias de las Provincias y Ayudantías de los distritos, sobre la Lisa.

Preguntas,

1% Establecido que por corrida se entiende la época del desove, y por arriba- zón el buscar refugio en las costas durante el mal tiempo, ¿Cuándo tiene lugar la corrida de la Lisa?

2 ¡Cuándo la arribazón?

32% En uno ú otro caso, ó en ambos ¿de dónde procede?

4% ¡En dónde lo verifica?

5% ¡Qué tiempo dura la corrida y cuánto la arribazón?

6% Durante dichos movimientos ¿qué vientos reinan?

7% $Silos de algún cuadrante tienen particular influencia en la corrida ó en la arribazón ¿cuáles son y de qué modo influyen?

8% ¿Las Lisas llegan juntas ó en determinado orden?

9% ¿Son precedidas, acompañadas ó seguidas por otros peces?

10? Caso afirmativo determinar:

19 Quienes son. 22 Con qué fijeza llegan. 32 En qué orden. 4? En qué cantidad. 11? ¿Cuál es el tamaño ó el peso de las lisas? i? Al realizar la corrida. 2? En su mayor desarrollo. 12? ¿Qué peso presentan las huevas de las hembras? 12 Antes de la época del desove. 22 Al realizar este acto.

13?* En tal ocasión ¿presentan alguna particularidad las glándulas seminales de los machos?

14? ¿Qué alimentos contiene entonces el estómago en uno y otro sexo?

15% Al realizar la corrida ¿presenta alguna novedad

1? En los colores. 2” En las aletas. 32 En el grado de robustez. 4% En la voracidad, etc.? 16% ¿Qué influencia tienen las fases de la luna en la arribazón? 17? ¿Cuál tienen en la corrida! 18% Dada la existencia de esteros ó de trozos de mar en que la Lisa verifica la funciones de reproducción, determinarlos con límites precisos.

19% Determinados que fueren ¿será conveniente prohibir la pesca en ellos de un modo absoluto durante todo el tiempo que en dichos actos se emplea?

20* Consecuente con las preguntas 1% y 2% ¿en qué época debe fijarse la veda?

21? ¿Cuánto tiempo ha de durar?

22% ¿Qué peso debe de fijarse á la Lisa para ser vendida legalmente?

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 355

Habana. Le dicen Liseta, cuando aún no se halla en estado de procrear; Galambote, después de haber desovado; Lebrancho, la de mayor tamaño; de 4 kilos en adelante. Lomo y aletas oscuras tirando á negro. Vientre blanco. Pesu: de 11 á 4 kilosí mínimo

> ¿Qué razones hay para la prohibición absoluta en tiempo de veda? * ¿Cuáles en contra?

Caso negativo, fundado en estas últimas ¿con qué artes pudiera permitirse la pesca fuera de los puntos de desove?

> En la Lisa que habita ó arriba á esa localidad ¿cuál es

1? El color general del cuerpo.

2? El del lomo y del vientre.

37 El de las aletas pectorales,

4? El de las ventrales y anal.

¿En esa localidad se designa la Lisa joven con el nombre de Galambote?

28? Cuando es adulta, ¿se le llama Lebrancho?

- Alguna particularidad además del tamaño ¿funda el nombre de Galanbote?

Sucede otro tanto para decirle Zebrancho?

+ El nombre de Liseta ¿radica en determinados caractéres, que haceen de ella

una especie distinta de la Lisa ó se basa solo en su menor tamaño? ¿Qué diferencia existe entre la Lisa y el Plateado?

37 ¿Cabe confusión de la Lisa con el Macabi, mal llamado Lisa francesa? - ¿Qué condiciores de braceaje y demás ofrece el fondo de las localidades que

la Lisa frecuenta?

* ¿Es sedentaria ó de paso?

367 ¿Las crías permanecen siempre ó sólo cierto tiempo en determinados espa- cios?

377 ¿Qué acontece respecto á los adultos?

38% ¿Qué artes se usan en la pesca de la Lisa en ese Distrito? O

39% ¿Qué tamaño tienen los anzuelos empleados? Es

43%

* ¿Qué dimensiones las mallas? * Aquéllos ó éstas ¿reclaman alguna modificación? - En cuanto á las huevas de Lisa ¿qué procederes se siguen en esa localidad,

1? Para su colecta.

2? Para su preparación y conserva.

32 Para su envío á los centros de consumo?

De estos procedimientos, que habrán de detallarse, ¿cuál merece la prefe- rencia?

44? ¿De qué manera pudiera perfeccionarse y ampliarse esta industria sin menoscabo de la conservación y abundancia de la especie.?

» Datos acerca del consumo y exportación de huevas en ese distrito, por lo

menos en el último quinquenio.

. ¿Se registran en esa localidad casos de siguatera producidos por la Lisa? > ¿Qué especies son sospechosas ó realmente productoras de aquella enferme-

dad?

» ¿Qué signos, fácil y generalmente, apreciables presentan los peces siguatos?

Habana, Mayo 20 de 1883.— Antonio Martínez.—.Dr. Juan Vilaró.

356 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

indicado para la venta, 500 gramos. Huevas: de 120 á 500 gra- mos de peso. Se informa que pudieran salarse como las de otras especies que abundan en la Isla. La escasez de sal, por falta de explotación de salinas, hace más caros esos artículos. Las sala» zones que vienen de los Estados Unidos y Europa se venden más baratos que los pescados salados aquí. Esta industria no existi- mientras no se adopten resoluciones favorables á la creación de salinas en nuestro litoral: cosa bién fácil. Régimen limívoro. Vive abundante y cría en la bahía.

La corrida tiene lugar en las dos lunas de Noviembre y Di- ciembre. Procede de las lagunas y esteros. Con viento Sur reca- la con mayor abundancia. Después del desove, los adultos se retiran á su residencia. No tiene punto fijo de desove: ordinaria- mente en los esteros, donde vive todo el año. Existe en la costa Sud un estero llamado Santa María, con siete y medio pies de agua á la entrada, muy abundante en Lisa; cuyo estero comuni- ca por varios canales con el fondeadero llamado de los Perros, del que dista dos leguas.

Cuanto á la veda, en razón de no ser fijos los puntos de deso- ve, se interesa que solo se prohiba en absoluto formar Corrales en las lagunas en que reside, ni en los esteros á donde sale á de- sovar. Debe prohibirse agregan los informantes solamente con redes de atajo ó de enmallar, como lo verifican ahora. Las crias se hallan en la bañía, al rededor de los buques, según Va- rela y Lesmes. (1583).

Los últimos datos oficiales bajan ul peso máximo á 6 libras. Corrida de Octubre á Enero como en Matanzas. Consumo local fresco, se sala y cúra. Pesca anual: 48,180 kilos. (Paredes, 1891).

Matanzas. A la joven le dicen Liseta, por pequeña. Lebrancho, al adulto. Color general, azul oscuro. Lomo azulado. Vientre blanco. Pectorales blancuscas. Ventrales y anal, blancas. Dor- sal y caudal, oscuras. Pesan en la corrida de 13 á 23 kilos. Ma- yor desarrollo, de 3 431 kilos. Para la venta, deben entrar por lo menos tres en libra. Las huevas, de 120 á 150 gramos. Come hierbas, cieno, mariscos, iodo lo que encuentra.

(Continuará).

Da. Ji: Virano:

MEDICINA LEGAL.

áiALAá

Informe en causa por parricidio y cinco asesinatos más, uno de éstos, consumado.

Por el Doctor Vicente B. Valdés. SESIÓN DEL 27 DE SEPTIEMBRE DE 1888.

Sr. Presidente:

Por segunda vez tiene está Academia que dictaminar acerca del estado mental de D. J... Gr... P.... del M... procesado en Santa Clara por parricidio y cinco asesinatos más, de éstos, uno consumado. En la primera manifestó el Sr. Juez consultante que para emitir opinión necesitaba te- ner á la vista el resultado de una observación perictal toda- vía no practicada convenientemente; y como cousecuencia de ese parecer, esta Corporación recibió oportunamente la historia clínica del caso, recogida con esmero en el asilo de alienados. Pero la Comisión de Medicina Legal advirtió he- chos contradictorios en la conducta del presunto alienado, desde la ejecución del crimen hasta el período inclusive de su permanencia en el asilo: la misma observación recogida en ese estalllecimiento contenta elementos de juicio que se prestaban 4 interpretaciones opuestas: las opiniones estable- cidas por los facultativos sobre el estado cerebral de G..., acusaban una divergencia no explicada en los documentos

358 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

testimoniados; y en tal situación, la Comisión llamada á in- formar, abrigaba algunas dudas que la impedían resolver la consulta. De aqui el acuerdo de esta Academia de solicitar la remisión del nombrado G... para que una comisión es- pecial se encargara de un examen directo. Efectuado éste, otra Comisión de Medicina Legal viene hoy ¿ proponeros una solución á los siguientes particulares que comprende la consulta.

Primero.—““Si dada la resultancia de los testimonios, se puede juzgar que G... P... padezca realmente de imbeci- lidad ó lipemania en desarrollo tal, que de una manera completa le privó de sus facultades intelectuales ó de la ra- zón al perpetrar el hecho criminal.”

Segundo.—“Si la lipemanía es una de las manifestacio- nes de la imbecilidad ó de la locura propiamente dicha, y cuáles son sus caracteres propios.”

Tercero, —“Ln el caso de se ser real la imbecilidad ó l1- pemanía y de importancia tal que le privara por completo de la razón, si la padecía con anterioridad al hecho ó sobre- vino después, y en su caso si puede sacar en consecuencia que al efectuar el delito, obrara ó en intervalo de razón.”

El hecho que origina esa consulta, puede resumirse en breves términos. El 18 de Noviembre de 1883, D. JJ... G... P... del M..., que residía distante de la casa de su padre, D, F..., fuéá visitar á éste, llevándole, á manera de regalo, una cuja de dulce de guavaba mezclado con estricni- na. De ese dulce comieron D. F..., su concubina y cuatro familiares más de los cuales dos eran niños, y parece, que también un perro, resultando un envenenamiento que 0ca- sionó la muerte del padre y de una hermana de G...

Si el conocimiento completo de todas las circunstancias que se relacionan con ese hecho es necesario para un juicio acabado que satisfiga todos los particulares de la consulta, esa necesidad se señala más al presente, vistas las dificulta- des que ofrece el examen directo del procesado, según vere-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 359

mos adelante. Desgraciadamente esta vez como siempre son tan limitados los elementos que para evacuar la consulta se han remitido, que una vez más tenemos que lamentar la de- ficiencia de ellos. Hemos dicho, como siempre, y justo es que hagamos excepción de las consultas solicitadas por la Real Sala de lo Criminal que se distinguen no solo por las fórmulas bien meditadas en que aquellas se expresan, sino por lo que al presente echamos de menos: el proceso origi- nal; viéndonos precisados á apreciar el hecho que ha de contener y reflejar el verdadero estado psíquico de G... al cometer el crimen, partiendo de su propia relación, relación dada por un presunto alienado.

Forman la pieza testimoniada:

19 El Auto del Juez instructor.

2? La instructiva del procesado.

37 Cuatro declaraciones y dos ampliaciones á las mismas ministradas por (-....

4% Diligencia del careo efectuado entre éste y su cuñado.

5? Escrito de defensa.

62 Trece deposiciones de testigos.

72 Dictamen fiscal.

42 Otro idem.

5? Cuatro declaraciones de facultativos Médicos.

Todos esos documentos son ya conocidos de S. S. por haberlos considerado en el primer informe. El documento pedulo entonces por esta Academia es

6? Observación clínica practicada en el Manicomio.

Las indicadas declaraciones del mismo procesado son los únicos documentos de más importancia, en lo que se refiere al estado mental de G... al cometer el crimen de que se le acusa, y, como vamos á ver, la contradicción es el rasgo sa- liente de ellas.

Con intervalos de días, de horas también, sucesivamente afirma que no son ciertos los hechos que ha relatado y las rectifi:a con nuevas relaciones. Asi: ya expone que yendo

360 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

AA

desde Santa Clara para la casa de su padre, encontró en un camino un vendedor de dulce al cual compró del de guay a- ba, comiendo una parte de éste y reservando otra para su pudre; ya que efectuó la compra en una tienda y que ha- biendo guardado el dulce en un bolsillo del pantalón, donde también llevaba un papel con estricnina para matar un pe- rro, rotas las cubiertas del papel del dulce y del tóxico por os movimientos del caballo que cabalsgaba, esos cuerpos se mezclaron; ya también que su cuñado, por animosidad cons- tante contra su padre-——hecho que está corroborado por va- rios testigos— insistía frecuentemente para que le auxiliase en su propósito de dar muerte al padre político, y que fué él quien le dió el dulce ya preparado con ese criminal in- tevto; ya en fin, que esta última relación es faisa y se reco- noce único autor del envenenamiento, pero que al ejecutar éste v atribuirlo á su cuñado obedeció á un tío suvo, que después de muerto se le apareció ordenándole que procedie- ra de ese modo; una vez, dice, que llegado á la casa, entre- el dulce á su padre; otra, que lo colocó sobre una mesa; ahora refiere que en el camino comió del dulce; después niega este hecho y declara que tomó la parte que el padre le dió, al hacer la distribución, agregando que no experi- mentó mal alguno; en su primera declaración aparece lgno- rando quién es el asiático que le expendió el dulce, y sin la menor sospecha de que éste contuviese un tóxico; mientras que en otras confiesa que tenía conocimiento de la existen- cia del tóxico, de su destino y que de acuerdo con el cuña- do él había comprado la estricnina para llevar á cubo el pa- rricidio; en tanto que hoy, da fútil explicación de su actitud pasiva á la vista del dulce accidentalmente mezclado con la estricnina; mañana, en nueva deposición, se exhibe preocu- pado de realizar su plan homicida y confiesa que, sin em- bargo de presenciar la distribución del dulce adulterado, no le ocurrió la extensión del daño que con él causaba. Y des- pués de esa serie de relaciones, restablece como cierta la

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 361

contenida en su primera declaración en que aparece movi- do por el deseo de visitar á su padre á quien lleva con el dulce una expresión de cariño; por último, hasta entre el abominable pensamiento homicida de (+... y su actitud, después de realizado, existe un antagonismo de no escasa importancia bajo e: punto de vista médic o-legal.

Pero no es todo contradicción en las deposiciones sumi- nistradas por ese sujeto: adviértese en ellas, é Importa con- signarlo para nuestra ulterior apreciación, la casl1 1nvariable actitud que afecta, después de dar el dulce á su pudre, y el plan de defensa que se destaca en todas esas declaraciones, según huremos notar en su oportunidad.

Otro de los documentos testimoniales es la diligencia del careo entre G... y su hermano político, acusado por aquél; pero limitaba á consignar que enterados ambos sujetos de sus respectivas declaraciones, discutieron sin ponerse de acuerdo, y que cuda cual ratificó la que respectivamente había suministrado; no conteniendo ninguno de los otros lugares de la causa, consignados en la pieza testimonial, he- cho alguno que nos ilustre, nos detendremos en los ducu- mentos periciales, los cuales tienen por exclusivo objeto de- terminar el estado mental de G...

Antes se hace preciso sentar que la presunción de un trastorno mental se establece en la causa por una declara- ción del Alcaide de la cárcel, quien refiere que desde que G... ingresó en el establecimiento “anda solo y lentamente “y tan silencioso que es preciso hablarle para que responda, “y ésto lo hace incoherentemente y sin casi darse cuenta “de lo que pasa por sí, por cuyo motivo el declarante siem- “pre ha creido que padece de idiotismo ú otra cualquiera “enfermedad del cerebro.

E e Gs y E, Et: Ge... que tartibien observaron 4 ese sujeto en la prisión, emiten juicios 1dén- ticos.

Pecos... On... Ys Eo. O MS:

T. xx1x—46

362 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

que conocian á G..., declaran que “desde antes del suceso “por el cual se le ha procesado, notaban en él tendencia á “la soledad y al silencio, y que á veces respondía con in- “coherencia, deduciendo de tales hechos que no tenía com- ““pleto uso de sus facultades intelectuales.”

De ahí el primer reconocimiento facultativo, que fué practicado poros Dres. DI DS C..., que observaron 4 G .. cerca de tres meses. Estos profesores, fundados en la depresión de ánimo y en el sub- delirio que descubrieron en ese individuo, deducen que su- fre de lipemanla. Para ellos la causa está en las impresiones que producen trastornos circulatorios vaso-motrices de que resulta la isquemia cerebral, que puede ser transitoria ó du- radera, y en este último caso determina lesiones incurables.

Opinan que esa afección se inició en época anterior al parricidio, y pronostican que si desaparece la locura de G..., será reemplazada por la imbecilidad.

Los profesores M... y L..., del Asilo de alienados, partiendo de hechos recogidos en la prolongada y minuciosa observación que practicaron en G..., consideran á éste co- mo un imbécil. aquí, en resúmen, los fundamentos de esa opinión.

D.J...G .. P... es de unos 18 años de edad, solte- ro, dedicado á trabajos de campo, de buena constitución, en lo general, bien que algo desproporcionada la cara con rela- ción á la cabeza: ésta presenta las reviones laterales algo prominentes; la misma cara es asimétrica: aunque con algu- nas alternativas predomina un estado anémico general; ca- rece de toda instrucción. Se desconocen sus antecedentes morbosos, pues sólo consta “que le daba un mal,” una espe- cie de tontera que le hacía caer, más este dato procede del mismo (+. ..; también se ignora si algnna condición heredi- taria ha podido ser trasmitida á ese sujeto.

El caracter de éste es dócil, sumiso, respetuoso; es indi- ferente á cuanto le rodea; insociable, con trabajo entabla

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 363

¿Una conversación; su mirada carece de expresión; si se 1n- siste en hacerle hablar, un movimiento de hombros ó aluu- nos monosilabos le sirven generalmente para contestar. Co- munmente está tendido sobre un saco, próximo á la reja de su celda, ó bien recostado sobre ésta lareo tiempo, en acti- tud de meditar, con semblante triste. ln ocasiones, presente el profesor que lo observa, parece emocionado y esquiva su mirada. Despreocupado de su persona, el desaseo predomi- na en él. Habitualmente al levantarse, por las mañanas, to- ma su café, que bebe con avidez y lo repite si encuentra ocasión para ello; después se pasea sin orden en su marcha, fuma uno ó más cigarros y agotados éstos se aproxiwa á los sirvientes para obtener de ellos, en cambio de alguna ocu- pación, cigarros Ó materiales de fumar y adquiridos, se reti- ra, aprovechando el -sol para desecar alguna hoja de tabaco y después convertirla en picadura. No dejan de ofrecer al- guna vez esos hábitos y actitud de G... interrupciones, aunque pasajeras, que contrastan notablemente con la vida tranquila y en apariencia regular que prictica: ha solido presentar asi de día como de noche, actitudes y gestos que hacen pensar en una excitación cerebral, también en las alucinaciones. Gr..., en efecto, pasecándose un día, lanza al aire el cigarro que fumaba, y otro tanto hace con su som- brero; sujeta éste con sus piés y tira de él haciéndole peda- zos: Otras veces gesticula, se agita y mueve sus brazos como si sostuviera un altercado con una persona; interrumpido en estos actos por el facultativo, fácilmente entra en calma y cuenta de ellos dando explicaciones que, como dej::mos dicho, hacen presumir una perversión sensorial. Come con apetito, duerme bien y demuestra en el cumplimiento de estas funciones, una completa adaptación al medio en que está colocado; á veces, sin embargo, presenta insomnio.

La palabra de G.... es un tanto torpe, tosca y tartamu- da. Los profesores que le han examinado, pensaron primero que ese carater sería debido á la turbación que le causará

364 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

la presencia de los mismos, pero concluyeron por conside- rarla natural é innata. El monosilabo es la forma predilecta de sus contestas, á las cuales une signos expresivos de dis-

gusto. Pocas veces, en el largo periodo de observación, ha da- do G... indicios de sufrir alucinaciones; pero en dos oca-

siones ha dado muestras de trastornos sensoriales; su alter- cado con un ente imaginario, los soliloquios que en tono muy bajo se le han sorprendido de noche, cuando parecía dormido, y finalmente, la manifestación hecha 4 los mismos profesores de que no le dejaba dormir la gente que le habian introducido en su celda, que lo atormentaban, y su petición de que lo trasladasen á otro local, fundamentos son, entre otros, para admitir la existencia de alucinaciones.

A veces, á la hora de recojerse los asilados, (+... se po- sesiona de una de las ventanas del dormitorio, se acomoda en ella y allí pasa largo rato fumando y cantando coplas campesinas: á veces también, por el contrario, parece: preocupado, y entonces se ensimisma y abstrae; en estas. condiciones ejecuta movimientos desordenados, un ligero. temblor extremece todo su cuerpo, agita las manos en son, de réplica, contrae las cejas y su semblante se demuda; to- do esto hasta que llega la hora de dormir en que se dirige: á4 la cama, se sienta en ella y así permanece largo rato, an- tes de acostarse.

Todos sus sentimientos, á pesar de aquellas manifesta- ciones expansivas, parecen embotados; sin embargo. echada en su rostro la muerte de su padre, contesta al profesor que le increpa: “Usted puede creer eso, señor Doctor? ¿Cree us- ted que yo haya podido envenenar á mi padre? No, señor; yo no he podido hacer tal cosa.”

G... posée muy vasa noción de Dios, á quien define: diciendo que “será un hombre que está allá arriba y que no. sabe más.” Á juzgar por sus propias afirmaciones, carece de: instrucción religiosa y no abriga creencia alguna.

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 365

La atención de G... no es sostenida y su memoria apa- rece muy limitada. Militan en favor de esta apreciación la firmeza con que niega haber presentado un escrito en de- manda de clemencia, el olvido del tiempo transcurrido des- de el fallecimiento de su padre y sus vacilaciones respecto á si el padre vive ó no.

Comprende dificilmente el sentido de las preguntas que se le dirigen, lo cual revela su escasa instrucción, el género de vida que ha observado y el medio en que su existencia se desenvolvia; su inteligencia, no ejercitada ni estimulada por los afectos, es embrionaria. Pero fuerza es reconocer que su capacidad intelectual es difícil de precisar, visto que casi siempre se limita á callar, hacer algún gesto de desa- grado ó expresarse por medio de monosilabos.

Su pasividad no puede ser más evidente; no revela de- seos de trabajar, no lo preocupa su encierro; está familiari- zado con el medio en que se encuentra y aparece satisfecho.

No obstante el restringido circulo en que parecen mo- verse sus fuicultades, raciocina: sabe que está en una cusa de locos é ignora por qué y por cuánto tiempo: recuerda que no sabe escribir y alega esta circunstancia para probar que no ha presentado instancia alguna al Juez.

De la apreciación de todos esos hechos, los profesores L... y M... deducen que la afección que sufre (+... P. no es otra que la variedad menos avanzada de la idiocia, que se conoce con el epíteto de Imbecilidad.

Juiciosas consideraciones de orden moral y severas y muy lógicas reflexiones sobre los móviles que pudieran ins- pirar á (+... los asesinatos de su familia, son expuestas por los citados facultativos para robustecer el juicio-diagnóstico expuesto, concluvendo por expresar categóricamente que G... es un imbécil; que reconociendo la imbecilidad un vicio de organización congénito, estaba imbécil cuando co- metió los asesinatos; que es irresponsable de sus actos, y, por último, que debe ser recluido en un manicomio.

366 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Consecuentes con su parecer amplian el informe de que hemos dado cuenta, haciendo constar, como contestación ú varios particulares establecidos por el señor Juez, que el grado de imbecilidad en que está (Gr... lo constituye un estado rudimentario de desarrollo cerebral, el grado menos avanzado del idiotismo; que el vicio de organización de que G... adolece consiste en una detención en el desarrollo de los órganos intelectuales; que estos órganos pueden funcio- nar dentro de límites restringidos, y que esto explica por qué

G... pudo declarar con coherencia á raiz del suceso; que los hechos observados en (+... no son ni pueden ser simu-

lados; que el crimen fué cometido estando imbécil y que el remordimiento, por lo mismo, no ha inspirado los hechos consignados en la observación recogida en el Asilo.

Como VV. $5. han notado, la Comisión sólo ha dispuesto de los dos expresados documentos periciales: uno, el de los profesores C. . y 8S...; y otro, el informe razonado de los médicos del Manicomio. Aquel es un extremo deficiente por carecer de fundamentos el juicio que en él se consigna, fundamentos extraviados 4 consecuencia del fallecimiento del Dr. S... Para ésa opinión, que presenta á G... P. sufriendo de liperamia y fatalmente condenado á la imbeci- lidad, si aquella vesania llegase á desaparecer, no se otra razón que la depresión de ánimo y el subdelirio, términos vagos que por solos nada precisan y cuya aplicación no está justificada en el documento examinado; como tampoco se demuestra por qué la lipemaniía de + . debia conducir á la imbecilidad. El documento de los profesores del Asilo no considera á (+... como un lipemaniaco, sino afectado de mbecilidad; son dos estados morbosos distintos compatibles, y existen entre sus manifestaciones clínicas tales rasgos de analogía que eminentes prácticos los han confundido.

Se vé, pues, la discordancia del diagnóstico entre los ob- servadores que han juzgado del estado mental de G... Aún más: bien que completamente apoyada por abundosas con-

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sideraciones de orden moral y por las no escasas que se ins- piran en el examen psíquico del sujeto; sin embargo, el pa- recer de los profesores del manicomio, presenta la relación de hechos observados, deja en el ánimo alguna duda sobre la legitimidad de las deducciones, porque algunos de esos hechos por su volubilidad, su escasa duración, la diferente sionificación de que son susceptibles y la poca relación que entre ellos se advierte, pueden reconocer por origen una perturbación mental, como también nacer de una voluntad resuelta, y modelados en un plan preformado de resistir y desorientar la exploración del perito. Asi, por ejemplo, el lenguaje reducido 4 monosilabos unos días, es reemplazado en otras ocasiones por contestaciones que no presentan tal brevedad; tampoco parece muy rudimentaria la inteligencia de (7..., ni tan embotados sus sentimientos, cuando, como admirado y hasta herido en su dignidad de hijo, pregunta al perito cómo es posible que él haya inferido la muerte á su padre; tampoco aparece á primera vista, de muy exigua memoria ni con penoso y embrionario ejercicio intelectual quien aprendió y recuerda y canta coplas algunas noches; quien á la vista de su atestado de cristiandad, no recuerda, es verdad, un detalle—su segundo apellido—pero asevera que por los datos que contiene ese documento, se refiere á él; quien, por último, como prueba de no haber pedido clemencia, la circunstancia de no saber escribir, y en cada declaración revela plan y en todas el propósito de declinar la responsabilidad del crimen. Tales consideraciones que, dicho sea desde luego, no desvirtuan el juicio de los peritos del Asilo, dejaban en el ánimo de la Comisión un vacio facil de llenar, teniendo en cuenta que la imbecilidad ofrece una inmensa variedad de matices, y que existen individualida- des que presentan los contrastes que hemos señ»lado, hasta el punto de hacer á veces imposible la investigación pericial y de señalarse por opiniones muy opuestas de un mismo y muy competente observador.

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Pero si la imbecilidad, considerada en general, puede ofrecer tantas graduaciones, haciase necesario en el caso par- ticular que nos ocupa, señalar por qué al lado de actos que acusan un grado avanzado de aquella degradación cerebral existen otros que ponen de manifiesto una inteligencia no tan obtusa como los primeros suponen. A resolver este pun- to para desvanecer sus dudas, ha tendido la Comisión de

esta Academia, solicitando el examen directo de (+... del que vamos 4 dar breve cuenta. El expresado GF... presenta una constitución física ex-

celente; su extremidad cefálica, bien que algo grande, por- que no guarda rigorosa relación con su estatura, que es me- diana, no nos ha revelado ningún caracter físico anormal; existe una anemia general muy acentuada; en una de nues- tras visitas hemos encontrado sus extremidades frias y no- tablemente hiperemiadas; su nutrición es bastante buena, pues apesar del agotamiento que se advierte, debido sin du- da al género de vida que lleva, conserva sin embargo alguna robustez; su semblante es el del estúpido. Indiferente á cuanto le rodea, pasa día y noche en decúbito lateral, con las extremidades en flexión y casi siempre con todo el cuer- po envuelto en una sabana. Tardio en todos sus movimien- tos, siempre obedece con desesperante lentitud 4 todo man- dato; si se le hace marchar, lo efectúa pausadamente, con las piernas en ligera flexión, arrastrando los pies; la mirada permanente hácia el suelo y los brazos en semiflexión sobre el vientre: en esa actitud, que nada altera, se dirige al lugar que se le indica y llegado á éste, siempre se aisla, se siente acurrucado y descansa su cabeza subre las rodillas, perma- neciendo indefinidamente en esa posición, ya sea á la som- bra, ya al sol más ardiente, hasta que se le ordena cambiar de sitio. Provisto siempre de cigarros los fuma, y después continúa en las actitudes señaladas, Todas sus funciones de la vida orgánica se realizan con bastante regularidad.

En cuanto á las demás funciones de relación, tan escasas

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“son sus manifestaciones, particularmente las psíquicas, que para la Comisión han estado cerradas estas vías de explora- ción directa: la pasividad, la indiferencia, el mutismo, han sido el caracter distintivo y exclusivo de Gr... en el periodo que ha sido examinado; pero no se entienda por esto que la actividad de (+... es tan restringida como aparece, según demostraremos oportunamente.

El sueño es normal; ni el insomnio, ni las alucinaciones la han interrumpido.

Mudo ante todo estimulo directo, no nos ha sido posible sondar sus facultades. Siempre que lo hemos intentado, un quejido frecuente, en tono bajo, lastimero é infantil ha sido la única expresión que hemos despertado. Su pasividad ante todas las provocaciones, su indiferencia ante todas las oca” siones de espontanearse han sido inalterables. Sometido á corrientes farádicas, su naturaleza ha permanecido impasible á la excitación de ese reactivo, y hasta el mismo músculo ha estado en los primeros momentos lo mismo que algunos planos musculares, durante toda las sesiones, completamen- te inertes, 4 esa provocación. Tal embotamiento general se ha hecho igualmente visible 4 las detonaciones de un arma de fuego descargada á la cabecera de su cama, cuando en apariencia dormía: un ligero temblor general ha sido el único resultado obtenido con la primera detonación, una inmovilidad absoluta con la siguiente; después de un rato de silencio de nuestra parte, en espectativa de algún signo de curiosidad, ya al retirarnos, (+..., sin abandonar su po- sición en la cama, desde la cual no nos podía observar, des- lizó su mano pausadamente por la cara y con los dedos se- parados, la llevó á la altura de los ojos, en actitud de mirar por entre aquéllos.

En vano hemos tratado de poner á prueba el amor á la libertad y al natural instinto de conservación: hemos favo-

recido la fuga de G... y no ha utilizado en manera alguna ninguno de los medios generosamente puestos en práctica. Me A

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Privado de alimento y de los cigarros que nunca abandona, el mismo día que se le quitaron éstos, sin que él se aperci- biera de la operación, preguntó por ellos: 4 las 48 horas de no comer, dirigiéndose á un sirviente, dijo: ¿aquí no dan de comer?

No satisfecho con estos resultados, la Comisión acordó eterizar 4 (+... y simular una operación quirúrgica cruenta: todas las condiciones fueron cumplidas para hacer verosímil la ficción, para estremecer el ánimo de (G..., de cualquiera también, para modificar sus movimientos, cambiar su acti- tud, alterar su pulso; pero el éxito fué absolutamente nega- tivo: alaridos, no quejidos, fué la única expresión nueva alcanzada como consecuencia de la excitación producida por el éter, ebteniéndose después la semi anestesia. Terminada la prueba, 6... marchó siempre el mismo, desde el salón de operaciones hasta su departamento.

Por último, después de satisfacer todas las apariencias de una baja formal, se franqueó á G... la salida del hospi- tal: su indiferencia hizo que se le iudicara el camino que debía seguir en busca de esta población y salió con la mar- cha lenta, que nos es conocida; ya ¿larga distancia, con un movimiento cauteloso, volvió hácia atras la cara, como reco- nociendo si se le observaba.

Ante esta historia clínica por tanto tiempo recogida, constituida por hechos contradictorios, apreciados por distin- tos profesores y con tal aparente antagonismo apreciados, fuerza es declarar que la reflexión se impone tanto más se- vera cuanto mayor embarazo encuentra el raciocinio para hacerse luz en el caos que crean la volubilidad de actos que caracterizan 4(G... P..., y tanto más necesaria y exigente cuanto que la administración de Justicia está pendiente del juicio médico que sin ambajes espera. Con aquellos antece- dentes y estas dificultades, la Comisión crée, sin embargo, qué puede juzgarse: 4... P...

Desde luego importa esclarecer un punto que gravita

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con el peso de una opinión autorizada, fundada sobre he- chos ciertos; pero, á nuestro entender, no bien interpreta- dos. Nos referimos al diagnóstico de lipemanla, que los Dres. C... y S... formaron del estado mental de (-.. P..

La lipemanía, vesania á la cual se asemeja el estado que G... presenta, porque el decaimiento físico y moral, el seudo-estupor que en él se observa, sus Mismas manifes- taciones de excitación nerviosa descubiertas en el asilo, disculpan una confusión en que competentes prácticos han incurrido, no es admisible en ese sujeto: el carácter depre- sivo que se advierte en todas sus funciones, es un elemento común que puede dar tono á todas las afecciones cerebrales, sin que por esto constituya la entidad morbosa que lleva aquel nombre; como también es una verdad que esta mis- ma vesania puede inmiscuirse en algunos estados mentales, incluso la imbecilidad, complicándolas.

Pero G... no padece de lipemania: la permanencia continua en un lugar, el aislamiento, la tendencia a dormir, sus actitudes, su indiferencia á cuanto le rodea; rasgos son de la melancolía con estupor que es la que, de primera im- presión, se sospecha en (+... ., al verle por primera vez; pues cuando existe esa forma: de locura, ésta no se establece des- de luego con estos sintomas avanzados de depresión psiqui- ca; y cuando ha llegado á ese grado, la emaciación, la ab- soluta indiferencia al alimento, tal que se hace indispensa- ble apelar á la alimentación forzada convencidos de que el paciente perecerá autes que solicitar alimento; el color sú- cio de la piel; la costra amarillenta y súcia de la lengua; la languidez del semblante; todo acusa la melancolia; y como hemos visto, si 7... presenta algunos fenómenos que cons- tituyen el sindroma del estupor melancólico, también se descubren actos que contrastan con el verdadero estupor y que bastan para alejar toda duda respecto á la significación real que les corresponde. (+ .. presenta simplemente la depresión melancólica.

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Sentado esto, ¿G... padece de alguna afección cerebral? En la afirmativa ¿cuál es ésta? Ya hemos visto que no exis- ten antecedentes hereditarios ni morbosos conocidos de don- de partir; solo constan en los lugares testimoniados los jul- clos de personas que conoclan á ese sujeto desde antes del suceso porque se le ha procesado, las cuales le habían obser- vado taciturno y con tendencia al aislamiento, circunstan- cias que también notaron después, ya en la prisión, algunos empleados de la Cárcel; pero como esos juicios, emanan de personas incompetentes, nos limitamos á recordarlos, to- mando nota de ellos.

Encerrado G... en un silencio voluntario que 4 nosotros no nos ha sido posible interrumpir para juzgar de su estado mental, debemos partir del estudio de sus actos y de la ob- servación practicada en el manicomio.

Entre los actos de ese sujeto merecen nuestra principal atención el envenenamiento de sus familiares y sus deposl- ciones ante el Juez, referentes á ese hecho, en lo que tienen de común: el plan que ha presidido á la ejecución del uno y á la exposición de los otros, poniéndose muy de relieve el pensamiento de sustraerse al castigo.

Sabido es que los alienados, en general, en cuyo número incluimos bajo este punto de vista 4 los imbéciles, combinan planes que, dado el estado cerebral que llevan, admiran por la coordinación de los medios y la relación que muchas ve- ces guardan éstos con los fines que se proponen; de modo que establecido este principio hemos de reconocer que el plan urdido por G..., tanto para llevar á efecto la muerte de su padre como para eludir la responsabilidad que justa- mente tenía, llaman la atención: porque existía el pensa- miento y se eligieron medios para realizarlo. Pero también está acreditado por la experiencia, y en G... se encuentra una demostración más de esta verdad, que por meditados que estén los proyectos de tales sujetos, en la ejecución se descubren vacios muy notables, soluciones de continuidad

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en el encadenamiento necesario entre los medios y el fin propuesto, que ponen de relieve las aberraciones del senti- miento, la falta de lógica en condiciones sustancisles del plan y la inconsecuencia consiguiente; de tal modo que el análisis más superficial descubre una sintesis monstruosa, reflejo fiel del desórden psíquico que ha presidido á la con- cepción; y después de la combinación en apariencia más acabada, queda siempre visible el autor, de quien puede de- cirse, como Billod de la imbécil María Luisa, cuya astucia analizada, que procedía á la manera del avestruz que para librarse de los tiros del cazador, oculta su cabeza bajo las alas.

Ln el crimen de (..., éste elige la estricnina, sustancia cuyo amargor no disfraza ningún dulce, en términos que no se concibe cómo D, F... P... y sus familiares no advirtie- ron la presencia del tóxico: comido el dulce, no se compren- de en crimiual alguno tal perversión moral, que olvide la extensión de los estragos que sobrevendrian, incluso la muerte de dos niños: y admitida esta degradación, llevada hasta el extremo de que G... volviese á la casa, como para adquirir la seguridad del éxito, no se alcanza cómo abrigaba un sentimiento generoso y que, á la vista de la escena de dolor y de muerte, por él mismo creada, saliese en seguida en busca de un médico, y para dar aviso del suceso á los deudos ausentes: tampoco se explica eu persona que tenga plena conciencia de sus actos y una libertad no cohibida, que, como (..., después de su obra desvastadora, y cuando es cierto que en su pensamiento existía el propósito de es- capar á la responsabilidad, permanezca con pasmosa tran- quilidad en el lugar del suceso; que confiese sencillamente que él fué el portador del tóxico y detalles sobre el mo- do como fué administrado; que su padre era la única vícti- ma elegida; que creyese suficiente disculpa la sugestión, real ó supuesta, de un hermano político y que la mezcla del tóxico y del dulce fué casual y advertida en el momento de

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entregar el dulce, pero que guardó silencio por temor de ser descubierto.

Esa actitud de G... P..., contemplando impasible su obra de muerte, la ausencia de todo esfuerzo de su parte para escapar á la acción de la justicia, es tan caracteristica de los alienados y tan común en los imbéciles, que por «solas denuncian la existencia de un estado mental morboso. Y como para corroborar una anormalidad psíquica, es un hijo el autor de tanta catástrofe, sin que haya un motivo, no ya para que disculpe semejante acto, sino, á lo menos, para que lo explique. Sólo el imbécil, que encuentra satisfacción infantil, recreativa, en inferir daño á las personas y arrancar sufrimiento á las animales, puede concebir y llevar á4 cubo actos le esa naturaleza. G..., que no es un alienado, en el sentido que este término lleva en la Patologia mental, por- que no presenta sintomas que corresponden á ninguna for- ma de alieniación, es positivamente un imbécil en el concep- to cientifico; el acto ejecutado lleva el sello de esa degrada ción cerebral.

Y si fijamos la atención en sus medios de defensa, uno solo de ellos, la mezcla casual del dulce con la estricnina, se presta á consideraciones que conducen á reconocer una debilidad de inteligencia en el autor de tan inverosímil ex- plicación. G... declara que llevaba en el bolsillo unos dos ó tres granos de aquella sustancia; una vez dice que llevó un cajón del dulce, otras que dos, supongamos lo primero, como más favorable á la explicación; el cajón ¡ba envuelto en dos papeles, sus dimensiones eran de nueve pulgadas de largo por seis de ancho; pues bien, ¿qué bolsillo de pantalón tiene dimensiones que permitan depositar en él un cuerpo de aquellas proporciones? y á caballo, dada la posición del ginete y la consistencia del dulce que se indica, ¿cómo pu- do conservarse depositado en el bolsillo, cómo sin molestar al que lo llevaba? Y en la hipótesis muy generosa, de que así pasaran las cosas, ¿cómo la estricnina, cuerpo pulveru-

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lento, no se quedó adherida á la superficie ó mezclada á una sola parte de la pasta del dulce, á aquella que estaba en contacto con el tóxico? Tal defensa, por inverosímil, no la hubiera dado quien wmeditara un poco.

G... P... es positivamense imbécil; y siendo condición orgánica de la imbecilidad una detención del desarrollo ce- rebral, irremediable y definitiva, que sobreviene antes del nacimiento ó en los primeros días de la vida, todos los actos de ese sujeto llevan el sello de una deficiencia orgánica.

No existe un caracter anatómico ni funcional que per- mita apreciar el más ó el menos de esa deficiencia en cada individuo; esto es, los grados de su imbecilidad, y con ellos los de su capacidad intelectual. Aquella detención no en- traña el anonadamiento, la: negación de las facultades inte- lectuales: aunque sorprendidos los órganos cerebrales en su evolución, conservan aptitudes para la vida psiquica propot- cionadas al desarrollo que alcanzaron y en relación con el rango que ocupan en la federación cerebral; y como por la influencia de una dirección inteligente y esmerada esas ap- titudes son susceptibles de aleuna expasión, del mismo mo- do que el abandono restringe sus fuerzas respectivas; com- préndese que á la variedad que en la especie crea el proce- so nutritivo, únese la mutabilidad en cada individuo por la ausencia de una educación que fecunde esas aptitudes. Pero en cuanto á los resultados de esta educación, si bien son positivos y de gran alcance, como lo demuestran los pro- gresos que obtienen algunos imbéciles en la música, la pin- tura, la mecánica y áun en el cálculo, no es dificil advertir que son limitados: apenas si se refleja su acción en las fa- cultades superiores que no se elevan ú la concepción de los principios abstractos. Aún en los conocimientos adquiridos, la ausencia de todo rasgo original, que acusa la expontanel- dad, denuncia una subordinación á la dirección pedagógica. Hay, pues, que considerar, en cada caso, el estado actual de las facultades intelectuales con relación 4 los principios que

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regulan la conducta en el común de los hombres en la vida social; hay que apreciar las influencias morbosas que han podido provocar la degradación del centro de inervación y las del medio que han podido modificarlo.

Bajo el punto de vista de esas nociones, queda consig- nado el vacío que se advierte en la historia de G... P.... respecto á antecedentes hereditarios; pero si se tiene en cuenta que la experiencia acredita la existencia de causas de ese orden en individuos de cerebro imperfectamente de- sarrollado, puédese asegurar esa existencia en los progenito- res de G7..., por más que no consten en el testimonio. En cambio, en la esfera de las facultades, todo «testigua la apa- tía, la debilidad, la inercia de esas facultades: no sabe leer, escribir ni contar; su único conocimiento, las décimas que cantaba en el Asilo de alienados, comprueba su escasez 1n- telectual: ha aprendido únicamente coplas cuya frecuente repetición entre la gente de campo, durante sus ocupaciones y jornales, ha sido la impresión que más ha recibido desde la niñez.

G...., por consiguiente, es un ser que procede movido por las inclinaciones de un cerebro probablemente viciado por agentes hereditarios que han ocasionado su ruina fisio- lógica, sin que se hayan puesto en juego recursos para de- tenerlo en su decadencia. De aquí la ausencia de voliciones reflexivas, el decaimiento intelectual, la imperfecta aprecia- ción de sus acciones y, como corolario inevitable, el predo- minio de manifestaciones instintivas: astucia, engaño, mle- do, que se revelan en las diferentes actitudes que llevamos señaladas.

Por otra parte, G...., según se desprende de los luga- res testimoniados y del exámen fisio-psicológico en él prac- ticado por los profesores del Manicomio, ha existido en un medio no sólo impropio para el ejercicio de las aptitudes subsistentes en la ruina de su cerebro, sino eficaz para favo- recer la degradación de ese órgano: no existe el menor in-

bm (

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dicio de que se haya intentado desenvolver sus escasas fa- cultades, y los hay vehementes de que el medio que ha res- pirado no carecía de impurezas. Su misma humilde ocupa- ción corrobora su escasa aspiración.

Pero G...., por lo que hemos expuesto, no es un hon- bre privado absolutamente de sus facultades intelectuales; las ejercita, como todos los imbéciles en los cuales predomi- na el espiritu de destrucción, haciéndolas servir á veces para dañar, pero también para defenderse, sin que el empleo más ó menos regular y metódico que de ellas hace autorice á4 excluirlo de la catevoría de un sér degenerado, en el sen- tido de la Patología mental. En tales individuos la inteli- gencia es igual al instinto ó no representa más que un per- feccionamiento en el desarrollo de este; lUbjo este punto de vista, muchos de sus actos, que lleva el colorido de la inte- ligencia, en nada les separan de los animales así para el ataque como para la defensa.

De ese grado de inteligencia que es evidente en (... P... nacen sus visibles esfuerzos para esquivar la mirada del que le observa, su mutismo voluntario, el estupor exagerado que ofrece y su empeño mal disimulado por eludir toda-respon- sabilidad. Por esto, 4 nuestro entender, ese sujeto es un imbécil simulador.

Estos términos no son antagónicos: la ciencia registra numerosos hechos que obligan ú reconocer la ficción que inspiran la sagacidad, la astucia, efectos del miedo en indi- viduos de esa clase. Como demostración de esta verdad, aún con el disgusto de cansar por más tiempo vuestra atención, séaros permitido recordar aquí el caso sometido ú la obser- vación del Prof. Leunier, cuyo informe pericial, en extracto, tomamos de la obra de Laurent: |

“Soudé, cuya madre, un hermano y una hermana han estado alienados, lo será también; y según informes, siempre ha presentado un estado habitual de debilidad intelectual,

T. xxix—48.

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de idiocia incompleta, caracterizada particularmente por los sintomas siguientes:

“Jamás ha podido conocer ni comparar dos objetos ni aún distinguir el bien del mal. De un día á otro olvidaba aquellas nociones que 4 fuerza de paciencia se conseguía inculcarle; sin embargo, no carecía de cierto grado de astu- cia y sagacidad. De caracter taciturno, caprichoso, brusco, extravagante, triste ó alegre sin motivos, holgazán, tenáz por movimientos, pero sin energía, Soudé se entregaba con frecuencia 4 la bebida.

“Tal es el retrato que de ese individuo hacen los que le conocian desde antes de su actual prisión.

“Motivada ésta por haber pegado fuego, confiesa su crl- men y declara qué lo hizo por venganza, pero sin premedi- tación. Parece haber procedido bajo la impulsión del mo- mento y sin darse cuenta clara de las desgracias que podian sobrevenir. Detenido casi inmediatamente, presiente el cas- tigo; tiene miedo y se arroja á un rio, escapando de la muer- te por circunstancias agenas á su voluntad.

“Ya en la prisión, niega el hecho y se considera inocen- te; parece haber olvidado que declaró francamente, y casl en público, que era el autor del incendio.

“El Dr. Dufay, médico de la carcel, no ha observado en Soudé signos de alienación mental; lo ha encontrado sola- mente como persona de inteligencia muy limitada. Mi im- presión, dice el Dr. Lunier, fué la misma cuando hace tres meses visité 4 Soulé en la prisión, asociado del Presidente del Tribunal. Descubri, además, aleunos sintomas de tal naturaleza que despertaron mi atención, y no siéndome po- sible pronunciarme sobre el estado mental de este hombre, pedi su traslación al asilo de alienados.

“A su ingreso en este establecimiento, presentaba de- macración general, palidez de la cara, ojos abatidos, mirada recelosa y de reojo; su progresión es lenta y en apariencia penosa; el cuerpo está doblado sobre las piernas; los brazos,

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pendientes ó cruzados sobre el pecho; las extremidades frias y cianosadas, pulso pequeño y lento; signos todos de postra- ción y de abatimiento. s

“Parece que en Soulé existe ausencia casi completa de actividad intelectual y de manifestaciones exteriores del pensamiento. lste se traduce en él únicamente por un ge- mido sordo y angustioso, especie de gruñido lastimero. Con dificultad se obtienen aleunas palabras que expresan el mie- do: Bien comprendo que se me quiere hacer daño...... , 0 el deseo de pasar por enfermo: Estoy enfermo; mi madre, mi hermano y mi hermana también lo están... . Estoy como ellos, ó bien: yo no he dado fuego; sufro de la cabeza, de las piernas y del estómago; haced de lo que querais, todo esto dicho en voz baja interrumpida por gemidos.

“Desde su admisión, Soudé presenta el mismo estado. Istá sombrío, taciturno; dirige la pulabra á los vigilantes sólo para pedirles bebida ó alimento; todo el día lo pasa acostado en el patio; al principio no hacía caso á las imper- tinencias de sus compañeros de infortunio, pero no ha tar- dado en irritarse, y un día hasta riñó con otro enfermo: entonces movía admirablemente brazos y piernas. Por lo demás, Soudé, al siguiente día, nos ha referido con lucidez, aunque siempre en voz baja, todos los incidentes de su dis- puta y se justifica perfectamente haciendo ver que él no fué el agresor.

“Desde que Soudé nos percibe, continúa el Dr. Sumier, todo su cuerpo se pone á temblar, se dobla más sobre las piernas y deja olr su quejido lastimero. En una palabra, todos los sintomas de melancolía y de postración física é in- telectual se agravan casi instantáneamente. Miéntras per- manecemos en el departamento, Soulé nos sigue con su vis- ta, mirándonos de reojo. Cuando entro solo y voy directa- mente al patio, mira para la puerta con ansiedad, como sl temiera que se le fuese á buscar.”

Para el Dr. Sumier es evidente que Soudé teme al cas-

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tigo y que la voluntad tiene su parte en esa agravación de sintomas de una postración melaucólica “que existe indu- dablemente y parece lhiaber sido determinada por él por el temor de ser castiyado.

Para él ese sujeto es un débil de espiritu, está bajo la pre- sión de una postración melancólica ingertada en su estado habitual, y originada por el miedo al castigo, conocedor de su caracter pericial, exagera su mal, pero con tan poca ma- ña, que esto mismo confirma la debilidad de su inteligencia; Soudé no es del todo irresponsable, pero tampoco disfruta completamente de su libre albedrio; no debe dejarse en li- bertad, si encerrársele en un asilo-prisión (1).

Ese caso, citado por Laurent para demostrar la simula- ción en los imbéciles, tiene para nosotros una importancia positiva en el que es objeto de nuestro estudio, perque con- firma el diagnóstico del estado cerebral de 6... y también nuestro parecer de que este sujeto finje en muchos de sus actos: las declaraciones contradictorias de un día á otro, la actitud en la proeresión, el tono de voz v los quejidos, los trastornos en la circulación periférica, la depresión melancó- lica y el propósito de sustraerse al castigo, identifican 4 am- bos sujetos.

Ahora bien: en posesión va de los elementos que para informar necesitaba la Comisión de Medicina legal, que ha llegado al mismo resultado obtenido por los profesores del Asilo, en cuanto al diagnóstico del estado mental de (.... P...; preciso se hace antes de concluir, detenernos un ins- tante para esclarecer algunos puntos que contiene la consul- ta, interesantes para la más exacta aplicación de la ley, y que también nos importa. Para dejar bien definido el juicio que se solicita por el Juzgado que consulta,

Por la segunda de las cuestiones comprendidas en dicha consulta, el Sr. Juez desea saber si la lipemania es una de

(1) Etude médico-legale sur 1n simulatión de la folie. par le Dr. A. Laurent.-- Paris. 1886, Chap. IX. Folie simulé par des imbéciles, Pag. 335.

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las manifestaciones de la imbecilidad ó de la locura propia- mente dicha Una breve explicación es indispensable antes de resolver este particular, que así formulado, es de pura nosología.

El término locura es genérico, como muy bien saben Sus Srias. y más ó menos comprensivo, según la significación con que se acepta: en una época y para algunos alienistas com- prendía todos los estados cerebrales en que la persona no disfruta de la integridad de sus facultades intelectuales, mo- rales y afectivas, de manera que en él se incluían la insbeci- lidad y la iodicia en que no hay prevención de facultades, porque esa prevención supone un desarrollo previo de las mismas, que no ha existido; se comprendían también la li- pemanía, la manía y todas las vesanias caracterizadas por aquella perturbación ocurrida después de la evolución fisio- lógico de las facultades, y se comprendían, por último, todos los estados que como la senilidad y demencia representan una etapa uvanzada de la vida ó el término de afecciones cerebrales distintas. Esa acepción ha perdido terreno, y hoy, para muchos autores modernos, la locura, siempre término genérico, lleva una significación más restringida: abraza so- lamente un grupo de afecciones mentales en las cuales la perturbación acaece en un periodo de la vida en que ya el individuo ha alcauzado el desarrollo natural de sus faculta- des. Se vé, pues, que en una como en otra acepción la li- pemanía no es ni puede ser manifestación de la imbecili- dad; son dos estados mentales diferentes: y en la acepción moderna la lipemanía es una especie de locura; la imbecili- dad, nó.

Otro particular de no escaso interés existe en el segun- do extremo de la tercera y última cuestión que abraza la consulta. En el supuesto de que (+... sufre de imbecilidad ó lipemanla, el Sr. Juez pregunta si el procesado al ejecutar el crimen, obró d no en intervalo de razón. Este intervalo, intervalo lúcido en el concepto médico-legal, consiste, como

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O A A

SS. SS. saben, en “la suspensión absoluta, pero temporal, de las manifestaciones y de los caracteres del delirio;” y co- mo esas remisiones en el desórden mental no son posibles en el imbécil, toda vez que su defectuosa organización cere- bral es permanente y por lo mismo incompatible con el re- torno á la integridad funcional; en otros términos: no siendo G... un loco, para él no existen intervalos de razón; en él sus funciones psiquicas se encuentran continuamente en el mismo é invariable débil grado de potencia; para el imbécil la luz de la razón es siempre crepuscular.

Pero si la imbecilidad y la lipemanía son dos estados ce- rebrales distintos, si ésta es una forma de locura y aquélla no, ambas sin embargo puede concurrir en el mismo 1ndivi- duo: esto es, la lipemanta puede presentarse en un imbécil, con tal que el grado de imbecilidad no sea tan avanzado que toque en el limite de la idiocia. En tal eventualidad los imbéciles lipemaniacos están sujetos también ¿4 remisiones en su delirio, durante las cuales vuelven á disfrutar de sus limitadas facultades y se encuentran en periodos de lucidez relativa, que, si bien con impropiedad, serán denominados intervalos de razón. Esto sentado, ocurre preguntar: ¿G..., además de su imbecilidad, padecía de lipemanta, antes del crimen? In los lugares testimoniados no existe dato alguno que autorize siquiera la presunción en favor de ese padeci- miento; la observación practicada por la Comisión de esta Academia tampoco ha encontrado esa vesania. De modo que existen fuertes probabilidades de que +... P... noera lipemaniaco antes del crimen y, por consiguiente, que al ejecutar éste no se encontraba en aquellos intervalos, sino co. la natural limitada lucidez de su imbecilidad, en su ha- bitual incompleto estado de razón.

Esclarecidos esos particulares y descubierto por el exa- men directo que la astucia y el temor, de donde se derivan las ficciones de ese sujeto, son la fuente de las contradiccio- nes que á la Comisión de Medicina Legal obligaron á pedir

INDICE

id Acantack DE CIENCIAS Moda, ola 24 NE DE LA Ha BANA.—Sesión pública ordinaria del día 3 de Noviembre de 1892, por el Dr. Vicente de la Guardia, Sectelario ao rc 387: Comunicación oral respecto á un reptil o de unen por el Doctor D. Carlos de la ¿TOrPE....ocnocosicinnnoionipon enero nbnda rota rp ón casada rin PROA Ian 346 'ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. J. RS E 340 MEDICINA LEGAL.—Segundo informe en causa por parricidio y cinco asesi- natos más, uno de éstos consuinado, por el Dr. Vicente B. Valdés ........ 458 - Relación del movimiento de la tesorería de esta Real e EdORiAS: ae el Doctor Miguel Riva y Urrechaga........... a OS Pe NE AE - ENTOMOLOGIA. —Contribución al estudio ds los Colebpteros de la Isla de Cu- ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 14 A

- CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

a a o

£: DU ;

Los ANALES DE LA ACADEMIA se puhlican el día 15 de cada mes. y

El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por SeLOEStrES “delantados

en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. 3 En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San: Agustlo) se ven- 5

den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del INS Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiúedades de la Ísla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, porel Sr. Arango y Molina; y la Ea y Terapéutica ocular, traducida del aleman AS por el Dr. Finlay. : NES

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- CIENCIAS MEDICAS, FISICAS NATU RALES

DE LA HABANA. ; PA EE,

REVISTA CIENTIFICA. ES | al a eee | p | D. José I. Torralbas y D. Marcos de J. Meleros,

ENTREGA 34

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AN y CN * , hi » A AS 3 Los Y PUN UE FEBRERO 15. 0 i » - PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION 1 CANJE Y CORRESPONDENCIA . DIRIGIRSE ] DIRIGIRSE al DR. D: ESA A ELN el Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, TESORERO DE LA REAL ACADEMIA . CALLE DE CUBA CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN, , A AS HABANA.

dun Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. | Ae > - 1893,

REAL ACADEMIA,

Sesión pública ordinaria del 11 de Diciembre de 1892.

Sres. AcapÉmICOS coNcurreENTES:—Presidente, Dr. Nuñez, La Torre, García, Castellanos, Melero, Finlay, Delgado, Mestre, Beato, Montalvo, Montané, Cubas, Zamora, San- tos Fernández, Machado, Rovira, Torralbas (D. José 1.),

Benasach v La Guardia, Secretario. y y)

Abierta la sesión á las dos de la tarde, leida el acta de la anterior fué aprobada. Se hizo presente que el Dr. Lastres había escusado su asistencia. Se dió cuenta del movimiento de Secretaría y de los libros é impresos' recibidos, que es como sigue:

CorresPoNDExcta: Oficio del Dr. R. Cowley pidiendo cer- tificado de los servicios prestados 4 la Corporación.

Invitación para la sesión inaugural del Centro Médico Farmacéutico de Matanzas.

Idem del Sr. Jefe del Presidio departamental, invitando para la fiesta del 8 de Diciembre en honor de su Patrona.

Idem para la Sesión solemne y repartición de premios en la Real Sociedad Económica.

Oficio al Dr. Hernández dándole gracias por los libros que había donado.

Oficio al Dr. R. Cowley acompañado del certificado que

solicita. T. xx1Ix—49

386 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Comunicación al Dr. Tamayo, nombrándole para que es- tudie y compruebe el trabajo del Dr. Coronado. |

Oficio al mismo, nombrándole para que haga el discurso destinado á la próxima sesión solemne, Mayo 1893.

Fueron comisionados para representar 4la Academia los Dres. Torralbas (D. José) y Santos Fernández en la Sesión Inaugural del Centro Médico Farmacéutico de Matánzas.

Bisnroreca: “Journal de Médécine et de Chirurgie prac- tiques,” tome LXITI annés 63%,

“La Tribune Medicale,” 2% série núms. 44 y 46.

“Bulletin de la Societé Academique Indo-chinoise,” t. Í.

“International Medical Magazine,” vol. 1. núm. 10.

“El Especialista Médico-Farmacéutico,” año VI, n? XIL

“Revista de Medicina y Cirugía prácticas,” año XVI, nú- mero 392 y 93.

“La Independencia Médica,” año XXVIII, ns. 2, 3, y 5.

“Archivos de Ginecología y Pediarria,” año V. números 29, 30 y 31.

“Révista de Medicina docimétrica,” año XIV, núm. 165.

“Revista Médico-Quirúrgica,” vol. I. núm. 19

“Revista de Ciencias Médicas,” año VII, núms. 22 y 28.

“Il Progreso Médico,” año 1V, núm. 11.

“Gaceta Médica Municipal,” año Í, núm. 6.

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año XIII, n? 11.

“Revista del Foro,” año MI, núm. 61.

Osequio de los alumnos del Real Colegio de Belén, 1 t.

“The Brooklin Medical Journal,” vol. VI, núm. 12.

“Boletín de Medicina Naval,” año XV, núm. 11.

Seguidamente el Dr. Montalvo pide la palabra y ruega á la Mesa se sirva decirle por qué no hubo sesión el 27 de Noviembre próximo pasado, interpelada la Secretaría mani- festó que había sido á causa de que los Sres. Académicos, en su mayoria no concurrieron « la sesión, no habiendo núme- ro suficiente, en consecuencia justa, aquella no tuvo lugar.

El Dr. Montalvo agradece la contestación, y pide á la

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 387

Mesa que en el acta, se haga constar que en ese día memo- rable, los Sres. Académicos, respetando tal recuerdo no con- currieron á la sesión.

1 Dr. Montané á4 la orden-del día lee la continuación de su trabajo acerca de la Influencia excitant: y reparadora de ciertos líquidos de origen orgánico (publicado en Enero), y ter- minada esa lectura, el Dr. Montalvo, abundando en las ideas expresadas por el Dr. Montané, cita el caso de una señora que sufría una queratitis sostenida por un estado general de anemia manifiesta, que mejoró notablemente merced « la ingestión por la vía gástrica del liquido testicular 4 que hace referencia el Dr. Montane.

Interviene el Dr. Santos Fernández y expone, que hace dos ó tres años, en el Laboratorio histo-bacteriológico se em- plearon las inyecciones hipodérmicas del jugo testicular, en un caso de hemeralopia y en otro caso de bocio, pero que no pudo apreciarse el resultado, pues los pacientes no volvie- ron á la consulta.

El Dr. Delgado considera interesante en extremo la co- municación del Dr. Montané y desea conocer las formas far- macológicas de los diversos liquidos testiculares.

El Dr. Montané, no puede contestar categóricamente la pregunta que se le dirige, pero dice que el liquido que ha usado es un preparado que circula ya en el comercio y com- puesto con el jugo testicular de mamiferos; respecto á la fór- mula verdaderamente no la conoce, que 4 causa de este pat- ticular al principio comenzó sus ensayos con desaliento, que después ¡pudiendo apreciar sus efectos ventajosos se animó á continuar su empleo en mayor escala, y viendo el resulta- do satisfactorio que siempre obtenía es que se permite pre- sentar a la Academia el trabajo que acaba de leer.

il Dr. Mestre dice: —Que cuando supo que la vía gástri- ca era el procedimiento empleado por el Dr. Montané, en la série de observaciones comprendidas en la interesante comunicación que con gusto se ha escuchado, temía que ese

388 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

tratamiento no fuera seguido de éxito. En efecto, uno de los clínicos más eminentes de la Escuela francesa ha dicho, hace menos de un mes, en una lección sobre las inyecciones subcutáneas del licor testicular, que los principios activos que contiene dicho liquido, son destruidos por los jugos di- gestivos; agregando el profesor Peter, que si por el recto resultó útil en algunos casos, fué preciso administrar dosis enormes.

Ienora los detalles de la preparación que emplea el Doc- tor Montané, pero ha visto desvanecidos sus temores con los hechos referidos en la comunicación aludida. También re- sulta favorable al uso de la vía gástrica el caso del Dr. Mon- talvo. Il profesor del Hospital Necker, dice en su conferen- cia, que el elemento activo del jugo testicular parece ser la espermina, producto encontrado en el liquido tiroideo y en el de las capsulas supra-renales; y la relación de Hector Ma- ckenzie, que hizo referencia el Dr. Montané, sobre un en- fermo de mixedema tratado por la ingestión del jugo tirol- deo frescamente preparado y de las glándulas tiroides, asi como el caso del Dr. Fox (British Medical Journal), seguido de éxito, hablan todos en «poyo de las observaciones oidas. Es un hecho, pues, el buen resultado que se ha obtenido empleando el licor testicular por la vía gástrica, por más que la acción sea más lenta.

El Dr. Montané las gracias á los señores que se han servido presentar algunas objeciones 4 su trabajo, y como se ha visto, él ha procurado prescindir de la teoría limitándose presentar un estudio práctico y de aplicación, y todo lo que él ha manifestado, perfectamente los Sres. Académicos pueden comprobarlo. |

El Dr. Montalvo dice: cuando Brown Sequard presentó á la Academia de París sus estudios acerca de las inyecciones del líquido testicular, fué recibido con marcadas muestras de desdén por sus respetables compañeros, hoy esa medica-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 389

ción resultado por lo general, y justo es en consecuencia, que se ensaye á su vez entre nosotros.

El Presidente Dr. Nueñez las gracias al Dr. Montané por la comunicación que acaba de leer, que considera de mucho interés y que estima, como pide el Dr. Montané que los Sres. Académicos la ensayen y así podrán comprobar si efectivamente produce resultados satisfactorios.

Continuando la orden del día, y ausente el Dr. Casuso, toma la palabra el Dr. La Torre y hace una comunicación oral, en la cual presenta á la Academia el curioso ejemplar de un reptil, procedente de Méjico. Orden de los Saureos, Sub-orden Crassilinguios, familia de los Agamidos, sección de las Pleurodontes, géneros Phrynosoma, especie Orbicu- lare, descrito por Wiegman en su Arpetología Mexicana.— (Véase la pág. 347 de la entrega anterior).

Terminada la comunicación del Dr. La Torre, y no ha- biendo por el momento otro particular de que tratar, el Pre- sidente dió por concluida la sesión.

.-t-.

¿00LOGIA,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA

(Continuación.)

La corrida, las tres lunas de Noviembre, Diciembre y Enero. Vienen de los cayos de afuera, en grandes manchas. Los Nortes las traen á la costa, desovan, y con viento del Sur se marchan. En los cuartos crecientes, corren más, y en la llena desovan. Las crias y los adultos son sedentarios. Puntos de desove, la boca de los rios y bajos fangosos, particularmente, y en fondos de las ba- hías y puertos. Se recomienda el trasmallo. (1883).

Ísla de Pinos. Color general aplomado. Vientre blanco, como las demás nadaderas. En la corrida, alcanza unos 50 centíme- tros de largo, y hasta 4 kilos de peso: como mínimo para la ven- ta, se indica 500 gramos. Su poca voracidad entonces, se refiere á que solo vienen á desovar. Las huevas, de 250 á 500 gramos Alimentación pececillos, camaroncitos, hierba.

Empieza la corrida en la menguante de Noviembre, luego se retira á los rios ó esteros de esta isla; vuelve en la menguante de Diciembre, se retira otra vez después de desovar; vuelve en la de Enero, y al concluir su desove, se marcha para no volver has- ta el año siguiente. Algunas veces suele venir por efecto de un Norte recio; pero las más veces lo efectúa con el Sur, que es mu- cho más fuerte y reina con mayor frecuencia por estas costas, refugiándose en los rios y esteros de la isla. Cuando la arribazón es por efecto de un Norte, dura dos ó tres días; si del Sur, seis ú ocho. Llegan todas juntas, formando un ancho campo que se fácilmente, por venir casi á la superficie del agua. Como punto

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 391

de desove se señalan las orillas de las playas y la boca de los rios; con la especialidad de que el desove se hace casi en seco. Reali- za las funciones de reproducción en la parte Oeste de esta isla, desde el cabo Francés, á punta de Buena Vista; en la parte orien- tal, por punto del Este; y en la parte del Sur, en el punto deno- minado Playa Larga.

Cuanto á veda, se expresa que debe dejarse pescar la Lisa to- do el año, aún en el punto de desove, pues solamente se coge por las huevas; y como pasado el tiempo de desove se vuelve al gol- fo, no se tendría ningún producto de esos individuos.

Por discurrir así y proceder en consecuencia, estamos como estamos: dando al extranjero cientos de miles de pesos anuales por concepto de salazones y conservas, que pudiéramos ahorrar- nos facilísimamente con solo quererlo.

Mariel. A la pequeña se dice Liseta. Color general plateado. Lomo y aletas más oscuros que el vientre. Peso, de 500 gramos á 1 kilo. Las huevas, 90 gramos. Come cieno y arena. Sedentaria. El desove, en Diciembre y Enero. Llegan formando manchas, acompañadas de Cazones, Coronados, Jiguaguas, Picudas. En todas las fases lunares; en la boca de los puertos y partes abriga- das de las costas. Se recomienda la veda en tiempo de desove, por razón de no perderse la cria. Fuera de los puntos en que se realizan las funciones de reproducción, puede consentirse todo arte, excepto trasmallos volantes. (1885).

Corrida de 1? de Diciembre á 31 de Enero: tiempo de veda. En la bahía. Exportación vivo: 490 kilos Cons. loc. fresco: 163 kil. No se conserva. Pesca anual máx.: 1136 k. (da Veiga, 1891).

Coloma. No tiene más nombre que Liseta la joven, Lisa la adulta. No se conocen el de Galambote ni el de Lebrancho. Lo- mo y aletas, azules. Vientre blanco. Llega á 3 kilos. Las huevas pesan hasta 500 gramos. Herbívora.

La corrida, en Noviembre de cada año. Se ignora de donde procede. Reinan Norte y Este. Por lo regular en el menguante. No se conoce punto determinado de desove, ni lugar de criadero en el distrito. Como arte, se emplea la red volante sin copo, de 46 milím. ó 2 pulgadas. (1883).

Bahía Honda. Cuando es adulta ó muy grande, le dicen Le- brancho. Lomo negro, vientre blanco. Llega a pesar 500 gramos y algo más. Peso míuimo legal, 250 gramos. Huevas: de 120 4

392 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

150 gramos. Por su corta cantidad no se exportan. Tampoco se benefician, se comen frescas. :

Desova en Diciembre, Enero y Febrero. En las menguantes se esparrama por las ensenadas y puertos, recogiéndose en las demás fases de la luna. Forman grandes manchas. Sedentaria. Los adultos pasan de unos puntos á otros en el puerto iy ensena- das. No se aleja de las costas. Abunda. Como punto de desove principal se tiene la ensenada de San Diego; notándose mayor abundancia, sin duda por lo abrigado de dicha eusenada. Se pesca con el trasmallo, cercándose el punto donde se encuentran, y se cogen así enmalladas. [1883].

Mantua. Morado en la parte superior, blanco en la inferior. Ventrales y anal moradas: las demás aletas, amarillas. Mide de 24 á 46 centímetros. Las huevas, en punto de desuve, 57 centíme- tros y 115 gramos.

Respecto de la corrida, se dice por unos que en Abril y Mayo; por otros, que en Mayo y Junio. Otro tanto acontece con la arri- bazón: unos dicen que en Septiembre y Octubre; otros que en Di- ciembre y Enero (1).

Se determina bién los puntos de desove, que son: Estero de la ensenada de San Francisco, el de Piobaño, Prado, Granadillo, Arroyos, ensenada de Santa Rosa, estero de cayo Diego, ensena- da de Baja, estero de Rio del Medio, cayo de Eslabón y cayo Ju- tías.

Se recomienda la veda absoluta en los puntos de desove. En- tiendo que aquí, como en todos los casos y lugares, cuadra más el procedimiento yankee: receso en ciertos días.

Corrales. Existen cuatro, situados en Arroyos, Santa María, Dimas y Cayo Jutías. En la construcción de la red empleada, se usa hilo meslin fino, corcho y plomo. Dimensiones: 20 á 25 bra- zas de largo y 1 de ancho. Son permanentes todo el año. Em- pléase para las llamadas Lebrancho, francesa y blanca.

Esto último requiere explicación. La pregunta 31% de mi /n-

(1) Extraña que aquí se rompa la generalidad de ser el desove entre el otoño y el invierno. Acaso se truequen los términos, por más que al redactar el interroga - torio circulado por la Autoridad Superior de Marina, en Mayo de 1883, tuviese yo el cuidado de precisar la acepción propia de los términes arribazón y corrida. No me hace fuerza que en 1880 se informara otro tanto. Puede que no se hiciera más que copiar lo dicho anteriormente, sin curarse de su trascendencia. Se dan casos.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 393

terrogatorio sobre la Lisa Mayo de 1883— dice: “El nombre de Liseta ¿radica en determinados caracteres, que hacen de ella una especie distinta de la Lisa, Ó se basa sólo en su menor tama- ño?” Se contestó: que “las Lisetassson pequeñas, blancas, y no se mezclan con las otras que parece no ser de su especie.”

Preguntado (33%) “¿Cabe confusión de la Lisa con el Macabí mal llamado Lisa francesa?” Se respondió que “no cabe confu- sión alguna.” Por manera que en la absolución de la pregunta 7% y sus conexas se distingue la Lisa adulta Ó Lebrancho, de la Liseta ó blanca y del Macabí ó Lisa francesa.

Batabanó. Se le dice Galambote en los primeros días del de- sove. Lebrancho cuando aún no es adulta. Tiénese á la Liseta por distinta especie, en razón de que su mayor desarrollo es de unos 18 centímetros y el peso máximo de 25 gramos. Huevando ésta, tiene 16 centímetros de largo y 100 gramos de peso. Se da por particularidad el criarse en nuestras costas. Colores superio- res azulosos, amarillentos y aun negruzcos, por efecto de los pun- tos más Óó menos oscuros ó de la profundidad en que se crían. Vientre blanco. Pectorales blancas, con el extremo amarilloso. Ventrales y anal como el cuerpo, según los criaderos, y lo mismo la cola. Cuenta de 40 á 60 centímetros de longitnd, y de24 4 kilos. Las huevas, al principio de la luna de Noviembre no pa- san de 200 á 250 gramos: al desovar llegan á 500 gramos. Comen fango, orillas del mar.

La corrida tiene lugar en las lunas de Noviembre y Diciem- bre. No se conoce arribazón. Proceden del rio Jatibonico y del estero de Sabanalamar. Desaparecen de estas costas, desde el lle- no de la luna de Noviembre, dirigiéndose á la Isla de Pinos, Jardines y Jardinillos, en donde permanecen hasta fines de la luna de Diciembre; volviendo en dicha época á reaparecer en nuestras aguas desovadas las hembras, y descargados de sus lechazas los machos: por ello muy flacos. Verifican las funciones de reproducción, en los muchos arenales que existen desde el Oeste de la Isla de Pinos, por el Sur de la misma, extendiéndose hasta el banco de los Jardines y Jardinillos. Llegan en los reca- los señalados, seguidas por tiburones que las acosan. Desde Ene- ro á Octubre es sedentaria. Los adultos se encuentran juntos con las crías.

Caso de fijarse veda, habría de ser desde mediados de No-

T. xxIx—-50.

394 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

viembre á 15 de Enero, y no absoluta. Como mínimum de mena en la malla, se indica seis centímetros en cuadro. (18885.)

Preparación y conserva. Abierta la Lisa, se le extraen las hue- vas con cuidado para no cortarles la tela que les sirve de cubier- ta. Se lavan muy bien, cuidando de que no les quede ninguna sangre. Se polvorean con sal molida ó de espuma; colocándolas luego en una vasija, con cierto orden, por espacio de 12 ó 14 ho- ras. Transcurridas éstas, se vuelve á lavar las huevas con agua del mar, se comprimen suavemente con los dedos, hasta no per- cibir ninguna dureza interior. Colócanse después en tablas pre- paradas al efecto, cuidando de dar á las huevas cuatro vueltas al día, para que tomen el sol por todos lados. Esta operación dura cuatro ó cinco días, tiempo necesario para que alcancen aquellas la dureza y punto de conservación necesarios. Desde el segundo día de colocadas á secar, han de cubrirse á puestas del sol con otra tabla, sobre la cual se echan pesos que vayan pren- sando las huevas, y los cuales se aumentan gradualmente hasta completar los cinco días susodichos. Las huevas confeccionadas, escasamente alcanzan para el consumo local. Se consignan sólo unas 200 anuales. (1883.)

Posteriormente se señala el peso máx. de 3 kilos, y la corrida en Noviembre y Diciembre, en el Banco de los Jardines y Jardi- nillos. [1891.]

San Cayetano. Nada se expresa relativamente á nombres ni á colores. Como peso en la corrida, se señala de 500 gramosá 3 kilos. Las huevas, unos 150 gramos. Nadie se dedica á su prepa- ración. Niconsumo ni exportación. Comen cieno.

Siempre se encuentra Lisas en la boca de los ríos y en pun- tos de poca agua con fondos de fango. Todo lo demás se ignora.

(1883.)

Caibarién. Después de desovar la Lisa, le dicen Galambote. Vuelve entonces 4 las lagunas, esteros ó rios hasta la época de verificar otra vez las funciones de reproducción. No se conoce el Lebrancho. La Liseta no es una especie diferente de la Lisa. Cuerpo y lomo azul marino oscuro. Vientre blanco sucio. Aletas del color de la parte que ocupan. Al realizar la corrida, mide del ojo al arranque de la cola, 40 centímetros de largo, término me- dio. Peso en igual concepto, 2 kilos. En su mayor desarrollo, 50 centím. de largo, con 33 kilos de peso. El mínimo para la ven-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 395

ta, 1 kilo. Las huevas tardan en constituirse 29 días, al cabo de los cuales está la hembra en condiciones para desovar. A la mi- tad de este tiempo, la hueva movida pesa 60 gramos. En los 9 últimos días expresados, el desarrollo de los óvulos es más rápi- do. En el desove, las huevas pesan 250 gramos. Se consigna un total de 40 á 50,000 huevas anuales exportadas para la isla. El Sr. Comandante Paredes Chacón no estima el dato exacto. Fre- cuenta fondos de cieno. La corrida tiene lugar de la menguante de Octubre al final de la de Diciembre. Es opinión general que en este tiempo desova tres veces. Sale en grandes masas de las lagunas, esteros y rios en donde habita, formando bolas inmen- sas, engrosadas de más en más. Este movimiento colectivo dura dos meses, cinco días. El viento Norte influye considerablemen- te en la corrida. Se entonces á la Lisa cualquiera que sea la fase de la luna —abandonar su residencia. No se conocen arriba- zones. En la corrida es cuando mejor está la robustez. Es se- dentaria. En cuanto desova, vuelve á las lagunas y esteros. En pasando la última menguante, dice Vazquez, que se esconden de manera que no se una, ni en las lagunas que se sabe bién las hay. El desove se realiza en los bancos de arena más próximos á la costa. No es posible determinar el punto con límites preci- sos, toda vez que verifica las funciones de reproducción en los antedichos depósitos y corrientes de agua que comunican con el mar.

El Macabí corre al mismo tiempo y en los mismos puntos según informa el perito D. Felipe Vazquez. “Mucha veces agre- ga se engañan los pescadores á primera vista, figurándose ser una bola de Lisa, y resulta ser de Macabí.” Cuanto á la veda, ha- bría de comprender, siendo absoluta, “desde 1% de Octubre, en que comienzan las funciones de reproducción, hasta 31 de Di- ciembre, que acaban de desovar.” En este tiempo, cuanta Lisa se mata, tienen las huevas movidas ó hechas.” En concepto del Sr. Paredes, hay que considerar, que: “siendo el expresado pe- ríodo el único del año en que el pescador se resarce de todos sus afanes y desvelos, no es posible prohibir la pesca de la Lisa; má.- xime cuando antes ni después de dicho período se las mata, y sl sucede, es una rareza.” Pero al estimable informante no le ocu- rrió el recurso que en casos análogos se emblea en los Estados Unidos con éxito completo: señalar días de receso, en que abso-

96 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

(99)

lutamente se pesque. Así se atiende al interés particular del pes- cador, y al general de la comunidad impidiendo la extinción de la especie. (1) Es de creerse que las crías sean sedentarias. Res- pecto de las artes, no se emplean anzuelos: sólo red de tiro. (2). Corrales. No los hay en esta provincia marítima (1883] por estar prohibido y muy vigilado por la Comandancia el cons- truirlos [53].

Los últimos datos son: Peso máx. 4140 kilos. Corrida: Octu- bre, Noviembre y Diciembre: Alfaque. Cons. loc. fresco: 1,000 kilos. Conserva: 10,000 kilos. (Dueñas, 1891).

Punta Alegre. Morón. San Juan de los Remedios. Al joven le nombran Galambote; á la Lisa pequeña, Liseia. No se conoce el Lebrancho. Lomo negro, vientre bianco. Pectorales blancas, como las ventrales y anal: las otras más oscuras. Peso de 3 kilos. Las huevas, antes del tiempo de desove, insignificantes; al deso- var, de 115 á175 milígramos. La regla general es salarlas y secarlas. No se exporta. Come limo, fango, arena.

La corrida, en Setiembre, Octubre y Noviembre. Proceden de las lagunas y esteros del interior. Las acompañan Robalos, y las persiguen peces de corso. Son sedentarias. Como puntos de deso- ve, se indican las costas de afuera y el canal; en todo el distrito, sin trozo señalado.

Se recomienda la veda de Setiembre á Noviembre, por la ra- zón muy atendible de la procreación de la especie. Señálase red de cinco puntos de malla.

Sagua la Grande. Isabela. Nombran al joven, Galambote; á los machos viejos, Lebrancho; Liseta á la Lisa chica, que luego crece. Color oscuro en la parte superior. Parte media y vientre blan- cos. Pectorales y demás, amarillosas. Pesan de 3 á 4 kilos. Las huevas, antes del desove, de 240 4 300 gramos; en punto de la puesta, de 360 á 420 gramos. Comen limo y fango.

La corrida, en Octubre, Noviembre y Diciembre: las tres men-

(1) Por acuerdo de Junta Central de Pesca Marzo de 1883.— está prohibi- da la pesca de la Lisa en sus criaderos naturales durante la época de la veda.

(2) En la red volante sin copo, que es la reglamentaria para la Lisa, ha de te- ner la malla en cuadro 46 milímetros 6 2 pulgadas.

(3) Llevan el nombre común de Corrales las rebalsas, remansos, acotamientos y cercos, hechos de diversos materiales, con el objeto de encerrar ó cortar el paso á la pesca y cogerla. También se aplica á los depósitos ó viveros. Trato ahora de los aplicados á la Lisa en su primera acepción. Luego me ocuparé de los de Pto. Rico.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 397

guantes. Proceden de los rios y lagunas, en manchas. Desovan en las costas de afuera.

Se recomienda la veda en los rios y lagunas, porque ponen corrales y calan nasas, en donde no escapan ni grandes ni chicas.

Corrales. En su construcción se emplea madera real, guano de Palma y gúines de Caña. Miden 5 metros de largo y 3 de bo- Ca. No son permanentes. Se arman precisamente en la época de la corrida. Octubre, Noviembre y Diciembre á unas 10 leguas rio arriba, á contar desde la Boca. Se usan para toda clase de Li- sa, inclusas las crías.

Causan naturalmente el mayor daño posible: 1% porque al avanzar en tropel las masas -—séase bolas las más quedan en- malladas y son muertas; 2? porque las supervivientes, azoradas, ' retroceden á los criaderos ó lugares propicios; viéndose, asi, im- pedidas las hembras de desovar, los machos de descargar sus le- chas, lo cual es causa de que mueran también, como se dijo. [Pág. 15.]

Las mallas de las redes empleadas tienen 2,.3 y 4 pulgadas de luz. Con harta razón, pues, se recomienda la prohibición ab- soluta de los corrales.

Cienfuegos. En el interior de la bahía existen Lisa, Liseta y Plateado. A la cria nueva, pequeña, dicen Liseta. Colores: azu- lado oscuro el lomo, más blanco el vientre; aletas y cola, oscuras. Las de los rios Salado, Caunao y Damují, tienen las aletas más oscuras; las del rio Arimao, de agua dulce, las tienen amarillen- tas. Se distinguen tres variedades, con los nombres de coliazul, colinegra y coliamarilla. Peso, al empezar la corrida, 1% kilos; en su mayor desarrollo, hasta 3 kilos. De 250 gramos en adelante puede permitirse la venta, si bien los chinchorros no las cogen menores. Las huevas, de 250 á 500 gramos. Son escasas.las Li- sas, mucho más después del temporal de Septiembre (1882) en que huyeron del puerto. Las huevas se venden saladas y pren- sadas en la población. Se hacen envíos á Manzanillo y Cayos de las Doce Leguas, provincia de Trinidad.

Tal es su abundancia, que se queman en los cayos muchas veces, por la dificultad de salarlas.

Comen limo y cieno del rio mezclados. Frecuentan el cañón del puerto, con 20-ú 30 brazas de fondo fangoso, y los veriles de

398 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

la costa, arenosos y de piedras, en muy poca agua, pues van ori- llando los seborucos pegados á las costas.

La corrida ó desove se verifica en Noviembre, Diciembre y Enero. En los rios y lagunas de la bahía obsérvase que desde Octubre va engordando y enovando la Lisa. Salen de dichos ríos hacia el cañón de la boca y fuera del puerto en los veriles de la costa. La arribazón se verifica en Agosto y Septiembre, so- lo cuando se desbordan los ríos, y hay temporales que echan de ellos y de las lagunas y charcas á las Lisas. Reinan en la corrida N. y NE,; en las arribazones SE, y S. Los vientos de afuerza, $. y SE., si soplan durante la corrida las hacen volverse al puerto. Llegan en gran número, siempre perseguidas las bolas por los peces mayores: particularmente tiburones, cornudas. Tanto en la corrida como en la arribazón, si los vientos de tierra son fres- cos, se cogen Lisas desde el plenilunio hasta la muerte de la luna; y si son flojos, solo en el último cuarto menguante. Disminuye su voracidad en época de desove. Son sedentarias en las lagunas y rios, pues solo salen de éstos al desove en los meses marcados, Óó“con grandes riadas ó crecientes. Cuando son adultas, duermen en los ríos, pero siempre acuden á las lagunas, á comer limo y fango. Puntos de desove, los veriles de la costa E. hasta el rio San Juan, y en la del O. hasta la Ensenada de Cochinos. Playa de Arimao.

Se considera innecesaria la veda, puesto que en la época de corrida ó arribazón solo se coge alguna en el cañón de entrada ó playa de Arimao con los chinchorros, cuando oportunamente se las venir en pelotones; pues en los demás puntos de la cos- ta, es imposible hacer uso del chinchorro ni de otro arte para ello. Se crée que al desovar la Lisa, recoge los granos Ó hue- vos entre sus escamas y agallas (?), viniendo á los rios y lagu- nas donde crían, pues allí se las muy pequeñitas y no fuéra de estos sitios. Mientras se crían, no salen de las lagunas y na- cimientos de los ríos. Se usa chinchorros, red volante de 55 mm. para la Lisa, y de 35 mm. para la Liseta y Plateado.

Se recomienda prohibir y vigilar que por nadie se empleen corrales ó cercas en los ríos, porque ¿indudablemente concluirán en corto plazo con las Lisas y Lisetas. [1883.;

Bien será recordar que todas las manifestaciones favorables á la conservación de la especie se hacen en todos los casos por ins-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 399

criptos y pescadures profesionales, ante los Comandantes de pro- vincia y los Ayudantes de distritos marítimos, respectivamente.

Trinidad. Casilda. Cuando chica, se la nombra Liseta; cuando es mediana, Lisa; cuando grande, Lebrancho. No se conoce el término Galambote. Color general blanco y negro. Ventrales y anal blancas; las demás, negras. Peso, del 453 kil. Mínimum pa- ra la venta, 250 gramos. Las huevas, antes de la corrida, 15 gra- mos; en punto de desove, de 120 4 150 gramos. Se consumen frescas. Frecuenta fondos de 9 á 10 brazas, de fango.

La corrida en Noviembre Diciembre y Enero. Arribazones en Diciembre y Enero. Procede para el desove de los ríos, esteros y lagunas. Vienen acompañadas de picudas, sábalos, jureles, en gran cantidad. Desovan en el rio Manatí, estero del Ciego y las Tojosas. Para conservar la especie, debe prohibirse los Corrales. No se estima conveniente la veda absoluta, pues causaría gran perjuicio. Veda en todo Noviembre, fijando luego la dimensión de la malla para no coger la cría. Esta reside en las lagunas. No se emplea anzuelos: sólo chinchorros. [1883].

Consumo loc. fresco: 3,000 kilos. Curado 2,000 kilos. Pesca anual 5,000 kilos. Artes: redes, 2; pitillas 2. Embarcaciones: cha- lanas 6 con 12 tripulantes. [Vega, 1891.].

Júcaro. Los informes de este distrito de Trinidad son negati- vos en las respuestas al Interrogatorio general [1893]; pero to- cante á Corrales, se expresa: que en la localidad no los hay, por- que el terreno no se presta, por ser las playas muy anegadizas; que en la pesca se emplea la red de 53 puntas, séase 9 centím.

Santa Cruz del Sur. Lo mismo acontece con este otro distrito de Trinidad.

Respecto á. Corrales, solo los tiene un individuo; que causa daño por cerrar los esteros donde generalmente pernoctan las lisas. Las mallas son de 73 centím. en cuadro. Se recomienda prohibir la pesca en Diciembre y Enero, en los criaderos y lugar de corrida. [1883].

Peso máx. 3 kilos. Corrida, en Noviembre y Diciembre, á los esteros y manglares de la costa. Muy abundante en la época del desove. De la Liseta también se dice que es muy abundante y solo se emplea como cebo. (A. Carrasco, 1891). Entiendo que ésto se refiere á la Lisa joven.

Tunas de Sasa. La corrida en Octubre, Noviembre y Diciem-

400 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

bre. Arribazones en los mismos meses. Vienen en puntas, á los esteros y lagunas. Se marchan en las vaciantes, á son de corriente.

Pesca. Se hace generalmente con redes de tiro, cuyas mallas tienen de 55 á 60 milímetros en cuadro. Cuando se con una bola, se trata de acercarse á ella lo más posible. Se bota la red al agua. Dos pescadores, cogen la mitad cada uno en el brazo, y avanzan con mucho silencio, hasta que calculan que la red al- canza para rodear la bola ó punta de Lisas. Entonces, adelanta ino por un lado otro por el otro, hasta unir los dos calones séa- se el palo con que se mantienen extendidos ambos extremos colaterales de la red. Así se forma un círculo que encierra las Li- sas. Embisten éstas la red, y quedan las que no pueden atrave- sarla, enmalladas por la parte anterior. En tal situación, les pes- adores les dan golpes en la cabeza con un toletico, de media vara de largo y poco más de una pulgada de grueso. Este toletito debe ser de una madera que flote, á fin de que al soltarle de la mano no se vaya á fondo. No todas las encerradas se cogen: mu- chas saltan por encima de la red, otras atraviesan la malla. Las muertas, se desenmallan y echan en la embarcación, lleván- dolas luego á la ranchería para beneficiarlas. [18883.]

Peso máx. 2:500 kilos. Corrida en Noviembre y Diciembre: costa Norte de los cayos de las Doce Leguas. Exportación vivo: 3,000 kilos: Consumo local: fresco, 2,000 kilos; salado, 5,000. Pes- ca anual: 10,000 kil. (A. Escandón, 1891).

(Continuará).

Dad. Viranó:

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ESTADISTILA DEMOGRAFICO SANITARIA DE LA CIUDAD DE LA HABANA,

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412 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

POBLACION.

La ciudad de la Habana, según el censo de 1887, tiene una pobla- ción que asciende 4 200,448 babitantes. Fl censo de 1877 arroja 198,721; comparados uno y otro, durante un período de 10 años la población obtiene un pobre aumento que llega modestamente á la cifra de 1,727.

La población se divide del siguiente modo: Blancos, 146,192;— (87,804 varones, 58,388 hembras).—Negros y meztizos, 49,619;— (19,553 varones, 30,066 hembras).—Quedan, por último, 4,637 asiá- ticos; de ellos, 24 pertenecen al sexo femenino.—Sumados los sexos, se cuentan 111,870 varones y 88,478 hembras, lo que da un aumento con respecto al sexo masculino sobre el femenino, que asciende á 23,492.—Españoles, existen 194,106; Extranjeros, 6,942.

En la raza blanca saben leer y escribir, 99,273;—que un tanto por ciento igual á 67'89.—Saben leer solamente, 4,017:—que de un 275,—carecen de instrucción 42,902 igual 4 un 2936.

En los individuos de color,—(negros, mestizos y asiáticos) —saben leer y escribir 12,410 igual á un 2287. —Sólo saben leer 2,940 igual á un 5'41.—Carecen de instrucción 38,906 que corresponde á4 un 71772.

La ciudad tiene 43 escuelas del Municipio que cuestan 76,618 pe- sos 80 centavos oro, anualmente, cantidad que viene á corresponderá 38 centavos por habitante y una escuela por cada grupo compuesto de 4,662 personas.

RESUMEN.

El número de fallecidos durante el año de 1892 llega á 6,882, cifra que acusa un promedio anual, por mil habitantes, de 343, igual proximamente, al año anterior, 34'4.—FYl promedio de los blancos es 32'4, de los individuos de color 36'1, y de los asiáticos 77'4.—La mor- talidad mayor ha correspondido á Junio y Agosto, la menor á Fe- brero y Diciembre; mueren próximamente al día, 19 personas.

Del total, eran blancos 4,732; asiáticos 369; negros 1,108, y mesti- zos 683.—Nacidos en Cuba 4,475; en España 1693; en Africa (negros) 235, y en otros países 479.

De enfermedades que pudieron evitarse murió un 40 por 100, en este número, el 22 por 100 correspondió á la tuberculosis, y el 18 por 100 á enfermedades infecciosas; incluyendo aquí el Muermo con vein- te víctimas.

La criminalidad registra: 48 suicidios y 22 homicidios. El mayor número de los primeros, ocurrió en Enero, Febrero y Octubre, 7 para

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 413

cada mes; en Agosto ninguno, y en Junio, Julio y Septiembre 2 para cada mes.

Niños menores de cinco años 1,774, el 26 por 100, (más de la cuarta parte del total). :

Por estado civil.—Blancos: varones, menores de 17 años, 844; sol: teros 1,788; casados 558; viudos 161;—hembras, menores de 17 años> 672; solteras 447; casadas 280; viudas 341.—Negros: varones, menores de 17 años, 125; solteros 300; casados 30; viudos 11;—hembras: me- nores de 17 años, 125; solteras 476; casadas 23; viudas 25.—Mestizos: varones, menores de 17 años, 157; solteros 119; casados 9; viudos 4; —hembras, menores de 17 años, 167; solteras 202; casadas 11; viu- das 12,

Los nacimientos inscriptos suman 4,216; de éstos, 3,494 blancos, (1,754 varones, 1,740 hembras);—269 negros, (129 varones, 140 hem. bras);—y 453 mestizos, (215 varones, 238 hembras).—Varones, 2,642 y hembras 2,118.—Legítimos 2,652 é ilegítimos 1,564.

La natalidad anual, por mil, ha sido de 21'0: en los blancos de 24'0, en los individuos de color de 133; el número mayor de naci- mientos inscriptos corresponde á Octubre y el menor á Junio.

Comparados el total de defunciones y los nacimientos, se com- prueba una diferencia en contra de la población que asciende á 2,666; comparados los elementos del país cubano, se advierte; diferencia á favor, en los blancos que llega 4 575, y en contra de 604 y 230 negros y mestizos respectivamente.

Los matrimonios acusan una cifra igual á 924 (864 de blancos, 14 de blancos y mestizos, 21 de mestizos, 9 de mestizos y negros, y 16 de negros). De los cónyuges, varones, 506 nacieron en Cuba; 401 en Es- paña; y 17 en otros países; hembras, 734 en Cuba; 176 en España, y 14 en otros países.

La ciudad de la Habana está situada á 17 metros sobre el nivel del mar.—Longitud: 5 horas, 4 minutos, 3445 segundos, Oeste de San Fernando.—Latitud: Norte, 239, S, 33”.

La temperatura media en los meses de Verano, fluctúa entre 25 y 27% en los meses de Invierno entre 21% y 23.—La tempe- ratura mínima correspondió á Enero con 125.

La temperatura máxima, á la sombra, correspondió á Agosto y á Septiembre con 335 y 33'8.

La altura barométrica media corregida de todo error es de 763%,

La máxima 769'03.—La mínima 7538.

La humedad media, durante el año, ha sido 78%,

La tensión media del vapor de agua es de 1778,

La lluvia media, en los 12 meses, asciende, en milímetros, 4 1461.

414 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

—El mes, en el cual cayó mayor cantidad de lluvia, fué Junio, 391 milímetros; el de menos, Abril con 1%.

Los vientos que más han predominado son los comprendidos en- tre el N., el E. y sus variantes.

El movimiento de pasajeros en el puerto de la Habana, es como sigue: Nacionales: 26,790 entrados y 16,906 salidos; difereneia á favor, 9,884, Extranjeros: 7,092 entrados y 7,459 salidos; diferencia en contra 367. Militares: 3,842 entrados y 4,596 salidos; diferencia en contra 754. En el total se comprueba una diferencia á favor de la población as- cendente á 8,763.—Por último, entre los nacionales llegados, saben

leer y escribir 18,578. NOTAS.

19% Jl «Boletín Meteorológico» que se publica, ha sido suminis- trado por el Sr. D. Luís García Carbonell, Director del Servicio Me- teorológico de Marina en las Antillas.

22% El movimiento de pasajeros ha sido tomado de los cuadros que mensualmente publica, en varios periódicos de la ciudad, el señor Inspector de buques D. Aquiles Solano.

32% Los datos relativos á la criminalidad, (suicidios y homicidios), se deben al Sr. Dominicis, Secretario de la Jefatura de!Policía Guber-

nativa.

» 4.

OBSTETRICIA,

La Eclampsia y su tratamiento.

Comunlcacion oral, por el Dr. D. Gabriel Casuso,

(sesTON DEL 22 DE ENERO DE 1893).

Dejando á un lado su patogenia y sintomatologia, conocl- das de todos ustedes, hasta donde se conoce hoy día, pues las teorías nerviosa v renal han quedado desechadas y solo se acepta la teoría sanguinea; discutiéndose hoy día, si es una intoxicación, una toxemia ó si es una infección; si es pro- ducida por la no eliminación de los productos tóxicos ela- borados en la economía, por una falta de equilibrio entre la producción v la eliminación, ó si es debida á la penetración de un microorganismo, la mayoría de los profesores, aceptan la intoxicación como la responsalle de la patogenia del mal.

Los que creen ver en la eclampsia una infección son muy numerosos y cuentan en su apoyo, experiencias favora- bles practicadas en animales; pero aún no han podido aislar y cultivar el microbio, ni reproducir por la inoculación la enfermedad.

416 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Por su invasión, por su marcha y por su rápida termina ción, parece más bien una infección que una intoxicación.

El tratamiento de la eclampsia es la parte importante de nuestra comunicación. Sabido es que el tratamiento pa- togénico de las enfermedades es el más racional y eficaz; pero pocas son las afecciones en que puede aplicarse, pues si se conoce la patogenia, no se conoce el agente, y si se conoce el agente no puede emplearse; v otras veces, la ma- yor parte de ellas, no se conoce la patogenia.

El tratamiento sintomático á que nos vemos reducidos, hace que echemos mano á medios diversos, según los sinto- mas que predominen; pero hay uno sobre todo que se viene discutiendo desde hace tiempo; la intervención, la inte- rrup:ión de la gestación.

S. S. recordarán que en diversas discusiones que sobre esta cuestión han tenido lugar en el Congreso Médico y en la Sociedad de Estudios Clínicos, me he manifestado en contra de la intervención, como medida preventiva de la eclampsia, y como medida curativa de ésta.

Mis creencias, hijas de la escuela francesa en que me eduqué, estuvieron 4 pique de ser vencidas en el caso que voy ¿4 referir, y digo casi, porque otra observación vino á probarme que la intervención puede ser favorable en deter- minados casos, muy dificiles de separar de los otros.

El caso era de los que se prestaban á un brillante triun- fo. La observación me ha sido facilitada por el Dr. Weiss.

Maria Villao de Pons, de 20 años de edad.

A principios del séptimo mes la por primera vez; edema de la cara, manos y piés, cefalalgia occipital, vómi- tos, trastornos visuales etc. v albúmina en la orina. (50 cen- tigramos por litro).

Al día siguiente de 1mi visita, el 19 de Octubre por la mañana, se presentó la eclampsia, tres ataques en media hora.

Reunidos en junta los Dres. Lamar, Casuso, Almirall y

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 417

yo, acordamos administrar un purgante enérgico, dieta de leche, cloral, cloroformo etc. El cuarto ataque se presentó á las 12 del mismo día y el quinto á las 4 de la tarde. La en- ferma continuó sometida al plan convenido los días 19, 20 21.7 22,

El domingo 23 nos reunimos nuevamente Parra, Almirall, Casuso y yo, pues la albumina había subi- do á l gramo y 30 centígramos por litro y los síntomas ge- nerales empeoraban.

Se insistió con más energía en el tratamiento anterior, administrándosele una sangría 4 la enferma la noche del 26, pues no mejoraba con el tratamiento establecido.

Apesar de esto la albumina aumentaba (1.75 por litro). Il exámen u.ieroscópico de la orina (Dr. Vildósola) no de- mostraba la existencia de una nefritis. -

La enferma empeoró apesar de la sangría y la albúmina subió á 9 eramos por litro, orina escasa y fenómenos urémi- cos. En estas condiciones decidimos la interrupción de la cestación, la que se practicó por la sonda saco de Barnes, ro- tura de la bolsa y dilatación digital; el útero no reacciona- ba bien á los estinmulos; se emplearon 16 heras en la opera- ción. La enferma estaba absolutamente ciega y febril. El Dr. López examinó el fondo del ojo y encontró edema pro- nunciado de ambas papilas, nineuna otra lesión.

A las 52 horas lel alumbramiento la albúmina desapare- ció completamente de la orina, habiéndose establecido una poliuria notable, 3 litros y medio de orina en las 24 horas.

La visión y la inteligencia eran nulas después de la ope- ración.

A las 30 horas del alumbramiento tuvo un acceso de

manía agudo que duró 10 horas,

dejando detrás alucinacio- nes é ilusiones que persistieron 48 horas, debido á una is- quemia cerebral probablemente. El puerperio fué normal por lo demás, apirético y el restablecimiento de su salud y de todas sus funciones, rápido y favorable. Hoy que hace ic 0:

418 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

50 días de este suceso, la enferma está cambiada en absoln- to, nutre con vigor y no parece que haya estado tan cerea de la muerte.

Cuando llegué á ver la enferma, el Dr. Weiss, estaba dispuesto 4 intervenir, á evacuar el útero, creyendo podia ser favorable. Combati su opinión, considerando que las maniobras necesarias para provocar el parto, y que el tiem- po necesario para que éste se realizara, era suficiente para que se decidiera la terminación de la enfermedad, pues el minimum es de 15 á 18 horas y el máximum de 3 á 4 días. Considerando que la enfermedad tiene generalmente una rápida solución, que no se había instituido ningún trata- miento y que no se sabia de cierto si la mujer estaba en el séptimo mes, quedó suspendida la intervención.

En la nueva junta del día 23, propuso el Dr. Weiss otra vez la intervención; pero la auscultación del día 19 no ha- bía permitido percibir los ruidos del corazón fetal, aunque el día 20 me pareció oirlos, no muy claros, no los peroibi * más. En los días sucesivos, los Dres. Almirall, Parra y Weiss, nada percibieron.

Yo no habia visto la enferma desde el día 20; en la jun- ta del 23, manifesté que no crela que el tratamiento se ha- bía instituido enérgicamente. Es un hecho común en la eclampsia que cuando muere el feto, el resultado es tan fa- vorable como si se evacuara el útero. Cesan las condiciones de la gestación; las funciones fetales desaparecen; y me ex- trañaba que estando el feto muerto la mujer se agravara, aumentando cada día la albúmina.

El interés del feto, va no nos guiaba para intervenir, pues á nuestro juicio estaba muerto; por esas razones yo de- sechaba la intervención.

En la noche del 26 la gran opresión, la disnea, la cefa- laloia intensa, y una considerable intranquilidad, nos hicie- ron practicarle una sangría de unos 500 gramos, que según Bouchard sustrae más elementos tóxicos del organismo por

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 419

cada 30 gramos que 300 gramos de orina, y 3 kilos de su- dor. Aunque disminuyó la disnea y la cefalalgia, el estado general no mejoró; la albúmina se hizo más abundante, gramos por litro. Es de advertir que un exámen minucioso de la orina nos habia revelado que la albúmina no depen- día de ninguna lesión renal independiente del embarazo

Ese hecho, de la muerte del feto y la agravación del es- tado de la enferma, originó un gran desconcierto porque nos faltaba la explicación.

El Dr. Weiss, que se había retirado desde el 23 por no hab«rse aceptado la intervención, fué solicitado por mi pa- 'a una nueva junta, en la que se acordo intervenir. Creí de mi deber que la intervención la practicara el Dr. Weiss, por haberla él propuesto, presenciandola yo, y asumiendo la responsabilidad que me cupiera. No quería que se dijera que cedía al Dr. Weiss la intervención para no asumir las consecuencias del estado de la enferma, que me-deshucía del caso malo, cuaudo no lo había hecho en mejores condi- ciones.

Con las reglas de antisepsia que son de riyor, no inten- viniendo nadie más que el Dr. Werss, se procedió á la in- troducción de la sonda, método de Krause, que es bueno, el taumatismo que determina es ligero, no produciendo ac- cidentes infecciosos. Pero es muy lento comparado con los dilatadores de Burnes y Tarnier y con el culpeurinter de Braunn.

Empezamos con una «anestesia ligera, pero fué preciso apelar al saco de Baurmes, luego á la dilatación manual y por último al parto forzado.

Il feto estaba vivo, lo que explicaba la marcha progre- siva de la enfermedad y el desconcierto que entre nosotros reinaba era debido al diagnóstico erróneo de la muerte del feto.

Extrájose la placenta y á las 32 horas había desapureci- do la albúmina, establecidose una notable poliuria, pues de

420 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

100 gramos que era el día de la intervención habiase ele- vado á 3 litros. El puerpuerio fué fisivlógico y la mujer curó rápidamente. j

El cuadro había cambiado en pocas horas, lo cual me hizo dudar en mi opinión; pero un nuevo caso hizo nacer las dudas antiguas y comprender la dificultad y peligros de la intervención.

Trátase de una señora joven con embarazó gemelar. La albúmina se había presentado tres días antes del parto. Después de la vacuidad natural del feto, sobrevino una po- liuria excesiva, de 6 litros. Sin medicación alguna desapa- recieron las convulsiones eclámpticas. A las 24 horas dismi- nuyó la orina y presentóse la eclampsia con todo su cortejo sintomático grave; después de 24 horas de peligro recobra la salud.

Tenemos, pues, un caso favorable para la intervención, y otro en que con el mismo resultado que una intervención, la evacuación del útero, y con mayor poliuria, se presentó de nuevo la eclampsia con todos sus caracteres.

La primera observación aislada me hubiera hecho ex- presar á favor de la intervención. Ruego á los que hayan tenido casos de eclampsia, que nos den su opinió».

MEDICINA LEGAL.

Segundo Informe sobre influencia del paludismo en el traumatismo.

Por el Doctor J. 1. Torralbas. SESIÓN DEL 9 DE SEPTIEMBRE DE 1888, Sr. Presidente, Sres. Académicos:

El Sr. Juez de 1% Instancia del Distrito Sur de Matan- zas, con motivo de la causa seguida covtra el moreno R..... G.... por homicidio del de ¡gual clase, S. DAL cor sulta á esta Real Academia sobre los “particulares que se expresan á continuación:

Pregunta, pues, S. Sría. 1% “Si dados los datos que se le facilitan, creen posible que el arma ocupada pudo causar la herida, tal como la describen los facultativos de Gu: ¡macaro, ó como lo hacen los de Matanzas.”

92 “Si dada la marcha dela enfermedad pudo vivir el herido tantos días, á ser ciertos los extragos que causó el arma, relacionados en los informes de los facultativos de Matanzas.”

32 “Si en caso afirmativo, pudo presentar la herida, el carácter exterior de cicatrización ó necesariamente el estado de supuración.'

4% “Si pudiendo en vida del herido, presentar la herida

422 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

el carácter de aparente cicatrización que dió á los facultati- vos de Guamacaro lugar á4 equivocación en su diagnóstico, se produjese despues de la. muerte, la salida de sangre y pus de que hablan los facultativos de Matanzas.”

5% “Si los sienos que la fiebre perniciosa deja en el ca- dáver pueden constatarse en el estado de descomposición Ó putrefacción del cadáver, ó si pcr el contrario, desaparecen ó se confunden con los que produce la descomposición del cadáver, así que ésta se haya iniciado.”

6? “Si de la resolución de los extremos anteriores pue- de deducirse que la herida fuese de las calificadas de mor- tal por necesidad.” |

Los testimonios que á esta Real Academia han sido re- mitidos por el señor Juez que interpela son: Una decla- ración del .facultativo que asistió 4 D.... en la que D. M.... L.... A.... que así se nombra, dice que: enla no- che del nueve al diez de Abril del corriente, curó al citado moreno D...., el cual, presentaba una herida por instru- mento cortante en la región frontal hácia su lado derecho, la que interesaba la piel, y de pronóstico leve, salvo accidente, habiendo pronosticado esta lesión con dicho carácter, debido á que el lesionado, no presentaba ningún fenómeno cerebral, ni general tampoco y que el aspecto de la herida asi lo re- velaba: que como á los dos ó tres días fué llamado por la familia del herido y que éste le manifestó: “que tenia esca- lofrios y demás sintomas, que diagnosticó una fiebre inter- mitente y que veinticuatro horas, poco más ó ménos, antes de su fallecimiento fué solicitado por la familia para verle de nuevo, que le dijo el paciente que habia tenido un gran- disimo escalofrío, encontrándolo, en el acto de examinarlo, con sudores copiosísimos y una temperatura elevadísima, habiendo formado el juicio que se trataba de un acceso de

fiebre perniciosa...., que más tarde llamó á los Dres. D. N , Pin DE. A para quee «presihranol

cooperación y que éstos profesores convinieron en que se trataba de un acceso de fiebre perniciosa.”

El segundo documento lo constituye la declaración del . profesor D. FP. ... A...., quien asegura que cuando vió en eonsulta con los dos comprofesores, ya nombrados, al more- no D...., lo encontraron con todos los caractéres clínicos de una fiebre perniciosa, y en estado grave”.... A conti-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 423

nuación se lee la declaración de D. F.... T...., otro de los médicos de la consulta, quien dice que encontró al D... “con fiebre muy alta de cuarentiun grados termométricos, pulso frecuente y duro, pérdida total del conocimiento, con inyección considerable en la conjuntiva,” deduciendo que existía una “congestión cerebral” que habiéndosele dicho que el paciente había sufrido una herida en la cabeza “ha- cia ocho días,” la examinó, pareciéndole “de naturaleza sim- ple;” desecha el declarante, como poco probable, la idea de una fractura del cráneo por contragolpe que hubiera produ- cido la implantación de esquirlas en las meningeas “porque habían transcurrido ocho días de sufrida la lesión y los accidentes producidos por la causa manifestada, se presentan más breves. También se le manifestó “que el individuo de referencia había tenido accesos de fiebres durante cinco días, por cuya razón creyó que la congestión que sufría dicho moreno pudiera ser el resultado de una fiebre perniciosa de forma cerebral.”

kteguntados» suyo Da seo. .)oacerca, del carácter contuso é inciso de la herida, contestó el primero que no podía asegurar lo uno ó lo otro, “pues como sólo vió una herida sencilla que no ofrecía ningún carácter alarmante, no la examinó con detenimiento”; y el segundo, “que la he- rida era incisa con instrumento cortante.”

A este documento sigue el que describe la exhumación y autopsia practicada por los médicos forenses de Matanzas, DiditacB Bss DM sb Oir] añeh exponen los aludidos profesores, despues de la relación correspon- diente á situación, estado del cadáver y aspecto general de él, la descripción, primero de la herida externa y despues la de las lesiones internas en los términos que á continua- ción reproducimos. —“Desprovisto dicho cadáver de sus vestidos en la parte necesaria, se vió que presentaba más de 48 horas de muerto, dejando ver sobre la abolladura frontal derecha una herida incisa, como de cinco centimetros de extensión, que se dirigía oblícuamente de arriba á abajo y de dentro á fuera, inferida con instrumento cortante, dirigido con gran violencia, la cual (¿) penetraba todos los tejidos blandos hasta interesar el hueso frontal.” Que no encontraron otra lesión exterior, por lo que procedieron á la autopsia. “Abierta la cavidad encefálica, notaron que la herida de

494 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

que se ha hecho mención sobre la abolladura frontal derecha, interesaba completamente el hueso hasta penetrar las me- -ningeas y el hemisferio cerebral correspondiente, produ- ciendo porción de esquirlas que se implantaban en dichas membranas y masa cerebral, dando luvar 4 un derrame sanguineo con violenta inflamación de la porción correspon- diente á la herida, inflamación que se propagaba 4 los demás órgános intracranianos (¿): siendo estos signos anatomo-pa- tológicos más que suficientes para explicar la causa de la muerte de dicho individuo, la cual debió tener lugar por una meningo encefalitis consecutiva á la lesión; y encontrándose ya muy adelantada la putrefacción y no siendo hiviénico proceder ¿ la abertura de las demás cavidades (?) que nin- guna luz vendrían á derramar sobre las causas de la muerte, creyeron prudente suspender la autopsia, siendo así que los datos recogidos en la cavidad encefálica, son más que sufi- cientes para poder asegurar que dicho individuo falleció de una meningo encefalitis de orígen traumático, consecutiva á la lesión.”

Aparece a continuación la declaración de M. DE hermano del lesionado; en ella consta que al dia. siguiente del hecho, S..: (el herido) estuvo sentado en la orilla de la cama, hablando con su hermano y sólo acusaba un poco de dolor de cabeza: que al siguiente día, como á las nueve de la mañana, el paciente tuvo un ataque consistente en ponerse “engurruñido” con la boca torcida y gran escalofrio, por lo que volvió á llamar el médico y como de su indica- ción resultase la mejoría del herido, se volvió á su trabajo: que en la noche del mismo día, fué solicftado de nuevo por el estado de su hermano, avisó al médico, cuya preseripción llenó, marchando de nuevo á su trabajo el miércoles, en cuya noche volvió, encontrando más malo al herido, quien ya no se levantaba, y le dijo le dolía más la cabeza; que el juéves volvió el interpelado á su trabajo, regresando el viér- nes por la noche, y encontrando al hermano, que ya no ha- blaba le vió continuar así hasta el O que murió. Cons-

ta además en el mismo documento que D.... (M....) oyó decir á uno de los facultativos que asistiaá su hermano, que éste tenía «una calentura muy fuerte de esas perniciosas» repitiéndole eso mismo en la junta los otros dosde la consul- ta: que hasta la noche del viernes en que perdió el habla lo

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 425

encontró acorde y en su juicio natural aungue se quejaba de dolores de cabeza.

Sigue, á la anterior declaración un certificado del médi- co de Limonar D.... M.... L..:. A.... enque describe la herida de D.... como hecha por instrumento cortante, de tres á cuatro centímetros de longitud, situada en la región frontal lado derecho que interesa la piel; siendo el pronós- tico leve sulvo accidente.

Sigue un parte del mismo facultativo (fecha 14 de Abril cinco días después) diciendo que la herida está casi cicatri- zada y el enfermo con un acceso de fiebre perniciosa, siendo su estado sumamente grave.

El 15 de Abril (día siguiente) declara el mismo facultati- vo que cree completamente independiente el acceso perni-

cioso de la lesión que venta sufriendo D

Los últimos documentos testimoniados son: las declara- a O SD O E A edo médicos de Matanzas, á quienes poniendo de manifiesto la cuchilla con que se dice fué inferida la lesión que nos ocu- pa, dijeron que teniendo en cuenta los caracteres de la he- rida, la resistencia de la región interesada, las dimensiones, temple v corte del arma, así como la dirección descrita, siempre que dicha arma fuera dirigida por un individuo de gran esfuerzo muscular y de una estatura conveniente pudo muy bien ser la cuchilla el instrumento que ocasionara la lesión.

ln una segunda declaración de los mismos emitida en 7 de Agosto dijeron: que en vista de las diferencias que al parecer se notan en la apreciación hecha en el informe pe- ricial de la Real Academia, creen de su deber llamar la atención al Sr. Juez, sobre la cireunstancia de estar com- pletamente equivocada la referida Corporación suponiendo simple la herida, ó por lo menos que lenoraba completamen- te su gravedad; siendo así que la lesión que recibió D.... es de lo más grave que existe entrando de lleno en el rango de las clasificadas mortal por necesidad.

He aquí, Señores Académicos, los datos que poseemos pa- ra contestar la consulta propuesta por el Sr. Juez del distri- to Sur de Matanzas y que vuestra Comisión de Medicina Legal va á tratar de satisfacer.

Debemos eun primer término ocuparnos de si el arma di-

POSTA A

426 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

señada en los testimonios ha podido inferir la lesión descri- ta por los médicos de Matanzas, ó más bien la que indican los médicos de Guamacaro.

El arma en cuestión es como se una cuchilla de bolsi- illo de dos hojas, de las cuales la mayor tiene una longitud de siete y medio centimetros por una anchura de un centi- metro y tres milimetros, esto en el concepto de que el dibu- jo tenga las mismas dimensiones que el arma; su grueso aunque no está representado, debemos suponer, porque esta cuchilla no debe diferir de las de su clase; que no pasará de milímetro v medio en su parte más gruesa (hacia la base) su aspecto es el de tipos corrientes de las cuchillas de bolsi- llo ordinarias, pues los dibujos y forma del cubo no la ha- cen parecerse 4 esas cuchillas finas de Rodgers, por ejemplo cuyo mango siempre liso y sencillo guarda una bien tem- plada hoja de acero, por el contrario más bien parece una de esas cuchillas de clase inferior.

La herida descrita por los Médicos de Matanzas tenía cinco centimetros de longitud de figura oblicua (suponemos que quisieron decir dirección)era incisa se dirigía de arriba á bajo y de dentro á fuera, inferida con instrumento cortan- te, penetrando todos los tejidos blandos hasta interesar el hueso frontal en sus dos láminas, las meningeas y el cerebro produciendo esquirlas que se implantaron en la masa cere- bral y sus cubiertas.

Pues bien, para poder producir semejantes estragos se ne- cesitan hacer concurrir una multitud de circunstancias ex- traordinarias como son la resistencia poco común de una hoja tan chica, no el temple como erróneamente se preten- de porque entonces se habría partido, sino una rigidez espe- cial que solo tienen las hojas de tres caras; la fuerza hercú- lea del agresor para poder perforar de un golpe la bóveda craneana en la región indicada, la dirección perfectamente perpendicular del eje de la cuchilla respecto del sitio enque chocó su punta, pues de no ser asi, ó el resorte cierra, ó el filo corre por la convexidad de la abolladura frontal y no penetra; por otra parte si la hoja del arma penetró á mane- ra de puñalada como dicen los facultativos de Matanzas, ¿cómo pudo dejar una huella de cinco centímetros de lon- gitud teniendo la hoja vulnerante solo un centímetro me- nos de medio de ancho?

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 497

Por el contrario la herida incisa que describen los médi- cos de Guamacaro, que interesa la ¡1el, el tejido celular y el hueso parece más probable que sea producida por la cu- chilla en cuestión, pero ¿qué debemos entender por 2nteresa el hueso? ¿acaso que lo divide? Intendemos que no.

Pudo la herida no ser hecha con el instrumento en cues- tión y esto parece más probable, pero no quiere decir que sea imposible que con él se haya inferido.

La segunda cuestión que se relaciona con la marcha de la ada y las lesiones descritas en la autopsla, resol- viéndose á nuestro modo de ver sin vacilar; la ciencia y la experiencia nos enseñan que muchas lesiones del cráneo, in- cluso las frac turas, permanecen varios días en estado latente sin presentar más que ligeros vértigos á4 algunos dolores de cabeza (Follin) (Stokes) É,, esta marcha insidiosa de las he- ridas de la cabeza, es la que hace su pronóstico siempre re- servado.

De suerte que no debe extrañarse que 1).... viviera varios dias apesar de sus lesiones.

Las heridas pueden presentar durante la vida del lesio- nado un aspecto tal que los haga considerar por los médicos en vía de cicatrización; esto no es lo común en las fracturas del cráneo, pero téngase presente que en la que nos ocupa los mayores estragos parecen haber sido internos y si ú4 esto se agrega que quizás la de la lámina externa era lineal, en ese caso no solo no se observa la salida del líquido céfalo- raquidiano sino que la supuración al exterior se hace escasa excusando los errores de diagnóstico que puedan cometerse (Delamotte) (Van Srueten) (Quesnay: el pus puede quedar oculto en la cavidad craneana husta que la ruptura de la ci- catriz le salida.

En cuanto al quinto particular que pide se indique en qué periodo de la putrefacción de un cadáver podrían com- probarse los signos que deja la fiebre perniciosa, y cuándo dejaría de ser posible esta comprobación.

Los fenómenos de la fermentación putrida, según el pe- riodo en quí se encuentren, pueden borrar las huellas de cualquiera afección que haya ocasionado la muerta y respec- to de la fiebre perniciosa, cuyos caracteres no son de la más fácil percepción, no sería necesario que estuviese muy avan- zada para que se hiciera difícil encontrarlos y hasta para

428 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

que se borrasen de un todo, pero cuando esos mismos fenó- menos solo están Inclados como en el bazo que nos ocupa, la melanemía, el estado del corazón, el del vaso, han podi- do probablemente hacerse constar si existían; pero estas 1n- vestigaciones no se hicieron, las cavidades toráxica y abdo- minal nose abrieron primero, dicen los facultativos que actuaron porquk no es higiénico; segundo porque era inne- cesario dada la clase de herida mortal por necesidad que pre- sentaba el cráneo.

sta omisión es tanto más lamentable, cuanto que, de la abertura de esas otras cavidades quizás habría resultado la comprobación de una pyoemia por la presencia de accesos múltiples ya en el pulmón, ya en el higado etc. Pyoemia que se puede sospechar por los escalofrios que acusaba el enfermo, y que hicieron pensar á los médicos de Guamaca- ro en accesos de fiebre perniciosa pyoemlta; en fin, que al ha- cer sucumbirá D.... hubiera constituido un accidente y quizás cambiado la clasificación que de la herida hacen los peritos de Matanzas.

Il último extremo de la consulta se refiere á la califica- ción de la herida y respecto de esto debemos decir que el calificativo de mortal por necesidad que cada día va restrin- giéndose más, se reserva para aquellas lesiones que, no so- lo afectan órganos principales sin cuyas funciones la vida es imposible, sino que las afectan de una manera tal, que sus funciones sean interrumpidas; de aqui la costumbre de no considerar necesariamente mortales las lesiones que siquiera alvuna vez, se havan podido curar. lxcusado me parece enumerar á Su Señorías los casos de fracturas del cráneo con herida del cerebro curados con y sin la trepanación, las heridas de la cabeza por armas de fuego nos demuestran la verdad de esta aserción.

Además, la herida objeto de estas líneas, ¿produjo la me- ningo encefalitis traumática como dicen los facultativos de Matanzas? Entonces fué mortal por accidente y no por ne- cesidad. -

Es innegable que la herida en cuestión presenta un Ca-

racter de alta gravedad, pero de esto 4 ser necesaria, inde- fectiblemente Mortal como lo pretenden los profesores de Matanzas, hay una distancia que el médico leyista debe mi-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 429

rar con respeto porque si la salva impremeditadamente, pue- - de ocasionar graves daños.

Si se nos dijese que clasificáramos.la herida que descri- ben los aludidos peritos, diríamos que es generalmente mor- tal, pero de ningún modo, mortal por necesidad.

Con esto podriamos formar las conclusiones que conden- sando este proyecto de informe, dejarían contestadas las preguntas del Sr. Juez, pero algunos conceptos emitidos por los inédicos de Matanzas en su última declaración, puenan cor la lógica de una manera tal, que necesitan ser rectifica- dos, no porque dichos profesores se hayan permitido decir que este Cuerpo Consultivo se había equivocado lo cual ha- bría podido suceder, pero no ha sucedido, sino porque tra- tándose del esclarecimiento de la verdad no debe quedar sombra de duda siempre que sea posible desvanecerla; tam- poco porque desee la comisión tomar nota de las frases más ó menos pertinentes en asunto de tal entidad, como son las de grave error, etc., pues por los escritos de dichos peritos se deja ver que no les preocupa mucho la manera de expresar sus ideas vénse sinó, la de los zapatos de becerro y en estado de descom- posición y presentando una herida en la frente sobre la ceja derecha de figura oblicua etc., etc. Pero prescindiendo de es- tos puntos insignificantes, es innegable que al juzvar el in- forme de la Academia, han estado ligeros, y para probar lo que decimos recordaremos á Sus Señorias lo que sin más datos que las preguntas se consultó á la Academia en Abril del presente año.

Pregunta 1% ¿Cuáles son los caracteres con que se pre- sentan los accesos de fiebre pernicio a?

Á esta pregunta contestó la comisión con la descripción que de los accesos de fiebre perniciosa nos dán los autores contemporáneos, adoptando la clasificación de Nielly por considerarla más clara y sencilla.

Pregunta 2* ¿Puede, por consecuencia de una herida de la cabez eza, situada en la abolladura frontal, hecha con instrumento cortante y que interesa todos los tejidos blan- dos y el hueso, presentarse la fiebre perniciosa y ocaslonar la muerte?

Contestóse que evidentemente las fiebres perniciosas son de origen palúdico y por tanto no pueden ser la consecuen- cia de un traumatismo y que aqui terminaria esta parte de la

430 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

consulta, si se tomase la palabra consecuencia pe su sentido estricto, pero que atendiendo á la última parte de la pregun- ta la rela ción que guarda con las que le siguen, nos vela- mos obligados á esplicar la conexión que ha “podido existir entre la PSB A traumática y la mamfestación palúdica.

Pregunta 3? ¿En el caso contrario puede fullecer de la lesión v no de la fiebre?

La Comisión se abstiene de contestar porque para hacer- lo necesita la descripción detallada de la herida, la hoja cli- nica y las lesiones encontradas en la autopsia.

Presunta 4% ¿Puede presentarse dicha enfermedad (la perniciosa) independientemente de la lesión sin tener rela- ción la una con la otra.

Se contestó que sl:

Pregunta 5% ¿Deja la fiebre perniciosa señales por las cuales pueda conocerse cuando ha sido ella la causa de la muerte?

Hecha la salvedad de que «ón no está constituida la ana- tomía patológica de las fiebres pernictosas, se continuó des- cribiendo las lesiones que los autores y particularmente Bard señalan como caracteristicas.

Prevunta 6% ¿Cuando la fiebre perniciosa unida á la le- sión traumática ocasiona la muerte, puede conocerse en el cadaver, cuando ha sobrevenido por la fiebre, cuando por la lesión y cuando por ambas causas?

Se contestó que estando determinadas en la ciencia las lesiones cadavéricas de la fiebre perniciosa, y correspon- diéndose los traumatismos graves casi siempre cou altera- ciones locales caracteristicas, puede en algunos casos estable- cerse las distinciones que se piden.

Tales son las preguntas contestadas en el cuerpo del in- forme, previa la necesaria expoñición y discusión de cada cuestión, exposición y discusión que hemos condesado en los párrafos que ue ubamos de leer que como se concibe, tie- nen mucha más extensión y están reasumidas en las siquien- tes conclusiones.

1% Los accesos de fiebre perniciosa se caracterizan por la presencia anormal, iusólita y generalmente súbita, de un sintoma grave superpuesto al tipo morbido en el cual sobre- viene, y que subordinado al impaludismo en cuyo curso se presenta, amenaza la vida.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 431

2% Los traumatismos predisponen á la invasión y desa- rrollo de todas las manifestaciones del impaludismo, incluso las fiebres perniciosas, sin que el carácter leve ó grave de la lesión, aumente ni disminuya esa predisposición que puede determinar la muerte.

3% No puede contestar la Academia por necesitar para compararlos entre sí, los datos que le señalen la importan- cia de la lesión y la gravedad de la fiebre; fenómeno que por si solo basta para explicar la muerte.

4% La fiebre perniciosa puede presentarse por sola, es decir, sin que el factor traumatismo la preceda, ni la acom- pañe, ni tenga ninenna relación con ella.

5% La fiebre perniciosa generalmente deja en el cadáver lesiones que dan á conocer cuando ella ha sido la causa de la poa

Teniendo las lesiones traumáticas caracteres anátomo o: que le son propios y que determinan su grave- dad, y las fiebres perniciosas los suyos, se podrían en mu- chos casos conocer, cuándo la muerte se debe á las unas ó á las otras, y hasta en algunas circunstancias cuándo se de- be á las dos.

Sentados estos precedentes se nos querrá decir, ¿en qué se equivocó la Academia que informándose en los conoci- mientos de la ciencia conteimporánea contestó con respues- tas abstractas y condicionales las preguntas del mismo or- den y caracter que se le hacian? Hubo más, Señores Acadé- micos; la tercera pregunta que se encert raba en límites más concretos que las otras no fué contestada por falta de datos y asl se expresó en el informe, señalando además los datos en cuestión.

La Academia, pués, no se equivocó, no cometió ningún error porque quien contesta condicionalmente, quien no afir- ma, bi niega nada, no se equivoca ni acierta, sino responde 4 lo que se le pregunta y en la forma que se le interroga.

Pudo la Academia no haberse ajustado á los principios de la ciencia, pero tampoco sucedió asi, el testimonio de los mismos profesores de Matanzas lo comprueba. (Véase la úl- tima declaración.)

Establecido lo que precede, la Comisión entiende que después de hacer presente al Sr. Juez actuante que la Aca- demia mantiene y ratifica cuanto entonces dijo, y contestar

4392 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

-

á las preguntas de su actual consulta con las conclusiones siguientes:

1% Las descripciones que de las lesiones de D.... ha- cen respectivamente los facultivos de Guamacaro y de Ma- tanzas, no se contradicen, pues la de los segundos comple- mentan las deficiencias que se observan en las de los primeros. Esto sentado, el arma ocupada pudo aunque en condiciones especiales, ocasionar la herida en cuestión.

27 Los datos respecto á la marcha del proceso patólogi- co, son escasos y oscuros; pero las lesiones encontradas en la «autopsia son compatibles con la prolonvación de la vida tantos días como los que se dicen transcurrieron desde que le fué inferida la herida hasta que ocurrió la muerte del le- sionado.

3% La herida pudo ó no durante algunos días presentar aspecto exterior de cicatrización, más si en el cadáver esta- ba abierta y por ella salían pus y sangre, su reapertura ex- pontánea, debió tener lugar durante la vida aunque fuese en las últimas horas.

Establecido lo que precede no es admisible que la ci- catriz de la herida que nos ocupa, ya fuese sólida y verda- dera, ya falsa y débil, se rompiese para dejar salir el pus y la sangre, después de la muerte.

e Aunque las lesiones anátomo-patológicas de la fie- bre pernic losa, no sean tan constantes que solo por su pre- sencia en el cadáver se pueda asegurar que ella ha sido la causa de la muerte, cuando con estos signos concurren los datos clínicos, su existencia puede aseverarse. En el presen- te caso el dato clínico es deficiente y por lo mismo se hracía más necesaria la investigación anatomo-patológica que el es- pecioso pretexto de hallarse el cadáver en estado inicial de descomposición no basta á impedir.

6% La herida de D.... tal como la describen los peritos de Matanzas, no corresponde á la clase de las mortales por necesidad, sino á las generalmente mortales.

..-

INDICE

REAL ACADEMIA DE CreENCIAS MEDICAS, Fisicas Y NATURALES DE LA Ha-

BANA.—Sesión pública ordinaria del día 11 de Diciembre de 1892, por

el Dr.- Vicente de la Guardia, Secretario... ceoocmaoreraonnncoaaonccecacrennaos ODO. ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. Juan Vilaró..cuonccccnan.o 890 ESTADISTICA DEMOGRAFICO-SANITARIA DE LA CIUDAD DE LA HABANA.

Año de 1892, por el Dr: Vicente dela, Guardi iriomaroaocncniciconde ante nanao MDL OBSTETRICIA.—La eclampsia y su tratamiento, comunicación oral por el Doc-

tor Gabriel CUsuSO voonconnooporonos cesanannncnnnió nn an cronanson ocnnccncnnrcanion nano SO MEDICINA LEGAL.—Segundo informe sobre influencia del paludismo en el ra

traumatismo, por el Dr. J. 1. Torralbas ..... Ra AR ARES CL de ds TAN JE 10 ENTOMOLOGIA. —Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu-

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 15 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

» : 0 £ 5

IATA ' 7

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes.

Je Kl precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados enla Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. A En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven-= den: los:26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales: los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del. ' Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de

Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Oubanos, porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman. Mp porel Dr. Finlay. : E DANA

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DE LA

REAL ACADEMIA

DE

CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

DE LA HABANA.

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EENVIESTA CLEBNTIBIOA

2 A Ye ENE ELE O A y FA Ps A , O, A

DIRECTORES:

D. José I. Torralbas y D. Marcos de J. Melero.

ENTREGA 342.

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EONMO EXT.

FEBRERO 7728. PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA DIRIGIRSE DIRIGIRSE 2 DER. D. MIGUEL RIVA Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA ¡CAMPANARIO NUMERO as. | (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN )

HABANA.

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 1893.

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As ZA .

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REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 22 de Enero de 1893.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:— Presidente, Doctor Lastres, Plasencia (D. Tomás), GFarcía, Mestre, Aguilera, Finlay, beato, Castellanos, Rovira, Torralbas (D. José 1.), Ta- mayo, Cubas, Casuso, Saenz (D. B.), Santos Fernández, Montané, Riva, Lavín, Benasach, Donoso, Machado, Bosque, La Torre y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión y leida el acta de la anterior, fué apro- bada.

Después se dió cuenta de una comunicación del Dr. Lo- pez Villalonga remitiendo ejemplares destinados á los seño- res Académicos de un trabajo que acaba de publicar, y que dedica 4 esta Corporación titulado “Apuntes de terapéntic: hipnótica”; se acordó dar las gracias al autor. Ásí mismo se acusó una comunicación enviada por el Centro Médico Far- macéutico de Matánzas, dando gracias por la atención que había tenido la Academia enviando á su sesión inaugural 4 los Dres. Torralbas y Santos Fernández.

"Seguidamente se dió cuenta del movimicnto de la Secreta- ría y de los libros é impresos recibidos, del modo siguiente:

CorrEsPONDENCIa RECIBIDA. —Oficio y testimonio de lugares de la causa contra Zacarías Pedroso, por golpes é lelipa

García remitidos por la Sala de lo criminal. TAI

434 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Oficio y testimonio de la causa seguida por suicidio de D? Clotilde Ramos, remitidos por el Juez de la Catedral, acompañado de un cuchillo.

Oficio del Sr. Secretario del Gobierno Greneral, comuni- cando haber tomado posesión de dicho cargo.

Otro del Sr. Comandante General de Marina, transcri- biendo oficio del Ayudante de Zaza, pidiendo informe y análisis químico, por muerte del patrón del balandro “San- doval.?

Invitación del Círculo de Abogados para la sesión conme- morativa de su fundación. Comisión: Dres. La Guardia y Torralbas.

Otra del Gobierno (Greneral invitando para el besamanos del dia 23.—Comisión: Dres. Machado y Delgado.

BieLroreca.—“International Medical Magazine;” vol. 1? uúmero 11 y 12.

“The Sanitarian;” vol. xx1x, núm. 277.

“La Tribune Medicale;” 2* série, números 48, 49, 50, OZ:

“Journal de Medicine et de Chirurgie;” tomo 63, nútme- no 22,

“La Revista Médico-Quirúgica;” vol. 1%, núm. 2.

“The Medical fortinehty;” vol. 1, núm. 11.

“Revista de Medicina docimétrica;” año xtv, núm. 166.

“Revista de Medicina y Cirugía prácticas de Madrid;” año xv1, números 394, 395 y 396.

“Gaceta Médica de Granada;” año x, núm. 225.

“Boletin de Medicina Naval;” año xv, núm. 12

“La Independencia Médica;” año xxvtr, números 6, 7, 8, 9, 10 y 11.

“Archivos de Ginecologia v Pediatria;” año v, números 32, 33 y 34.

“Revista de Ciencias Médicas;” año vir, número 24, año vir, números 1 y 2.

(19 D]

repertorio Médico-Farmacéutico;” año TL num 12;

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 435

The Brooklyn Medical Journal;” vol. 6” núm. 1. “Journal d' Hygiéne;” año 18* vol. 17"

“Catálogo de libros antiguos y curiosos;” 1 cuaderno. “El Curioso Americano;” núm. 2, año 11

“Revista Cubana,” año vr, núm. 6.

“La Higiene;” año 1, núm. 2.

“La Abeja Mélica;” año 1, núm. 12.

“Gaceta Médica Municipal;” año 1, núm. 7.

“Anales de la Sociedad Odontológica,” año xn, núm 12. “Memoria acerca de la inundación de Murcia, Alicante y Almería;” 1 tomo Rústica.

“Consideraciones sobre las garantías de loco, por el Dr. G. López; 1 cuaderno.

“La Contaminación de las aguas de Vento;” 1 cuaderno.

“Tratado elemental Médico-Quirúrgico de la infancia;” tomo 1, cuaderno 1?

“Revista del Foro;” año 1, núm. 64.

“*l£l Progreso Médico;” año v, núm. 1”

Pasando á la orden del día el Dr. D. J. IL Torralbas, po- nente de turno, lee el informe en la causa seguida por muerte de la morena Felipa Garciarena y despues de entrar en con- sideraciones pertinentes al caso presenta las conclusiones siguientes:

1? Los datos extraidos de los documentos periciales, aunque escasos, bastan para estimar la importancia de la le- sión; y ajustándola á la clasificación del Código penal vi- gente, colocarla en el grupo de las heridas graves.

22 No fué la muerte de Felipa consecuencia inmediata, inevitable, ni necesaria de su lesión; pero la complicación tetanos y dicha herida son dos fenómenos intimamente re- lacionados entre y no permiten suponer que puedan ser agenos el uno al otro.

3- No se puede «asegurar que Felipa quedára expuesta á la intemperie, sólo se sabe que no tuvo asistencia médica, si la hubiese tenido en su oportunidad es muy posible que

436 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

hubiera curado, pero en menos de add días, sino en veinte dias Ó más.

4” y último. No existiendo en los documentos remitidos ningún dato 4 padecimientos anteriores ó coexistentes con la lesión que produjo el tétanos, causa de la muerte de Fe- lipa; no encontramos motivo por que suponer con funda- mento que otra lesión y no la herida resultara la causante de aquella complicación que determinó la muerte.

El informe y las conclusiones fueron aprobadas, excep- ción hecha del Dr. Tomás Plasencia que salvó su opinión diciendo que no cree que los datos remitidos son suficientes para definir el verdadero carácter de la herida que sufrió en la cabeza la morena Felipa. Intervino en esta discusión á más de los Dres. Torralbas y Plasencia, y defendiendo la argumentación del primero, el Dr. Casuso.

Continuando la orden del día ocupa la tribuna el Doctor Casuso y hace una comunicación oral acerca de la eclampsia y su tratamiento (Véase “Anales” Febrero 15 de 1895) antes de entrar de lleno en la cuestión cuenta de una nueva ovariotomia que se ha hecho en la Quinta de Higiene, que podía reasumirse diciendo, un nuevo éxito. Una mujer en pésimas tondiciones con un tumor ovárico desarrollado rápi- damente en cuatro meses. Uno de esos tumores ováricos que producen tales trastornos en el estado general, que pueden considerarse como tumores malignos en su grado máximo,

Parecia un embarazo de ocho meses; los fernómenos pe- ritoneales habían sido manifiestos, la emaciación de la en- ferma era considerable.

Algunos compañeros, crelan que se trataba de un sarco- ma ó carcinoma del cuerpo del útero y consideraban con- traindicada la operación. Dudó entre la existencia de una peritonitis quística, que acompaña al cáncer del epiplon 6 mesenterio y un quiste del ovario; pero en el primer caso nada perdia la enferma con una laparotomía exploradora y en el segundo, sería ella el preludio de la operación.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 431

De aquí que optara por la laparotomía; encontrando un tumor del ovario sin adherencias de ningún género. La ope- ración fué rápida, no duró más de cuarenta minutos.

La mujer no ha tenido accidentes de ningún género, sal. vo trastornos digestivos, que existiendo desde antes de la operación se pronunciaron en los primeros días subsecuentes á la operación; y ligeros dolores producidos por el pedículo, que se irradiaban al vientre y iiembros inferiores. Todo desapareció y se halla completamente curada.

Y después de unas breves consideraciones del Dr. Lavín felicitando al Dr. Casaso por su comunicación acerca de la eclampsia que estimaba de extraordinario interés se ex- tendió el mismo Dr. Lavín á tratar sobre las ptomainas pro- ductoras de la eclampsia, y la oscuridad que reina todavía en la ciencia con relación á esos particulares, promete por último, traer á la Academia en una de sas próximas sesio- nes un trabajo acerca de ese asunto.

Y no habiendo por el momento otro particular de que tratar, la Academia se declaró en sesión de gobierno.

DISCURSO DE RECEPCIÓN,

De las relaciones entre los diversos estados patológicos, consideradas en el individuo y en la série ancestral y hereditaria. (SESION EXTRAORDINARIA DEL DIA 12 DE FEBRERO DE 1893.)

iS J' ai la conviction qu'il n' y a pas de pratique médicale sans doctrine. Ct. Bouchard. Sr. Presidente:

Sres. Académicos:-— Señores:

Es mi deber, ante todo, dar las más expresivas gracias 4 los distinguidos miembros de esta ilustre Academia por la elección de que he sido objeto para ocupar la plaza vacante en la Sección de Medicina y Cirugía con motivo de la au- sencia temporal del reputado laringólogo Dr. Desvernine; y, esta manifestación mía tiene más razón de ser, cuando pienso que mis pocos antecedentes cientificos no eran me- recedores de tan alta distinción. Creo, no tenga necesidad de insistir en la significación grande que alcanza para mi este acto tan solemne, lleno de vivisimos recuerdos; en efecto, siento arralgado fuertemente mi espiritu á la his- toria de esta Corporación, la más docta del pais; he gozado con el brillo de sus victorias intelectuales, y he sufrido con las tristezas de sus desencantos. ¿Cómo ha de serme indife- rente este día que siempre ha sido una de mis más ardientes aspiraciones?

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 439

No es tan fácil, por otra parte, salir airoso del requisito á que me obligan los vigentes Estatutos de la Real Acade- mia. ¿Qué cuestión tratar que sea digna de la atención de SS. SS.? La norma realmente no existe, y los trabajos pre- sentados en casos idénticos al mio, obedecen á los más va- riados motivos; lo mismo se diserta sobre un asunto de higiene, que se ha tratado del éxito obtenido en un buen número de operaciones quirúrgicas oportunamente indica- das. Pero, cualquiera que fuesen las dedicaciones del reci- piendiario, yo entiendo que el carácter del acto de ingreso le un sello particular al discurso que ha de leerse, le ofrece indiscutiblemente una especie de molde y le traza la dirección á los propósitos que abrigue. Siempre se oye con interés el desarrollo de uno de esos problemas que aún pal- pitan en la, candente arena de las discusiones contemporá- neas; siempre atraen la sabia mirada de un selecto auditorio aquellas cuestiones que encierran importantes doctrinas, sintiéndose cierta expontánea curiosidad por conocer la 1n- elinación mental, las tendencias cientificas del nuevo com- pañero.

Deslumbradoras son las conquistas que á cada momento realiza el hombre con su espiritu jnvestigador; incesante es su afan por ahondar con redoblados esfuerzos el surco del saber, por penetrarse cada vez más de los profundos é innu- merables misterios que nos envuelven.... “¿Hasta donde alcanzará su dominio? No es posible decirlo; pero los hori- zontes son indefinidos y el método empleado, el que más proporciona los triunfos de la ciencia: —la observación exac- ta de los hechos y fenómenos, y la promulgación de las le- yes que los rigen; la razón práctica precediendo á la razón teórica, y la razón teórica presidiendo á la razón práctica: sucediendo la sintesis al análisis;...... y las ciencias desa- rrollándose paulatinamente sobre esos tan diversos, y al pa- recer tan contrarios elementos, facilitando con sus divisio- la comprensión y la didáctica.” Y, en lo que á la medicina se

440 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

refiere, no debe olvidarse que por esa constante lucha enta- blada con motivo de la resolución de los más trascendenta- les probiemas clinicos, se han ido dejando muy atrás, como gtrones que el tiempo destruye, muchas de las doctrinas que ocuparon la atención de nuestros predecesores. Si, por me- dio de la observación y de la rigurosa experimentación se ha logrado felizmente, con respecto á ciertas ideas, “sacudir, como elegantemente se ha escrito, el yugo que con su pro- longado ejemplo nos ha forjado la antiguedad.”

“La medicina de otros tiempos, dice el erudito Chauffard (1), se entregaba sin reservas al espiritu de sistema, y des- conocía el freno saludable de la observación paciente y mi- nuciosa; formaba sus doctrinas, cualesquiera que fuesen, inspirándose en un sentimiento instintivo de lo verdadero, sin basarlas en el terreno firme de los hechos positivos, nu- merosos, considerados bajo sus aspectos diversos, analiza- dos en todas sus condiciones y relaciones. Esta medicina, que ha concluido con Morgagni y con Laénnec se inclinaba á las generalizaciones prematuras y no apreciaba en su justo valor el estudio práctico de las lesiones orgánicas y de los sintomas locales; testimonio de la parte activa que toman

en la enfermedad los elementos de los tejidos, de los órga- nos, de los humores.”

Dentro de la dirección positiva que le han impreso á la clínica Morgagni y Laénnec, Bretonneau, Rostan y Trous- seau, entre otros, están comprendidos los hechos que sir- ven de base á las relaciones que existen entre las diversas enfermedades consideradas en el individuo, en la serie ances- tral y en los descendientes; conexiones que constituirán el objeto de este trabajo. Y, al señalar de un modo sintético el resultado de las observaciones escrupulosamente recogi- das por competentes profesores, se verán los puntos de con- tacto en cuanto á la causa y á4 la complicada evolución sin-

(1) De la spontaneité et de la specificité des maladies. 1867.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 441

tomática. Me fijaré en la significación que envuelven esas mismas relaciones, en las cuales se indican algunos de los particulares vislumbrados en medio de la oscura morfología patológica; y, al bosquejar—porque otra cosa no me es po- sible hacer en este acto con la tésis elegida—las explicacio- nes dadas á muchos de esos fenómenos, haré resaltar la importancia de las hipótesis que dominan las ciencias bioló- gicas; dirigiendo—esta es mi final aspiración —todo este her- moso conjunto de nociones fundadas, al conocimiento—para que resulte indudablemente más completo-—del diagnóstico y pronóstico de los enfermos. Esa es la aplicación que real- mente me propongo; con ella se verá confirmado una vez más el pensamiento de Bouchard: “Tengo la convicción, dice en una de sus mejores obras, de que no hay práctica médica sin doctrina.”

Existe un grupo de afecciones, y por ellas empezaré, que tienen como punto de partida el hecho de la infección, sien- do un organismo patógeno el término inicial de la serie de fenómenos más ó menos complejos que han de presentarse. ¿Habrá relación entre estos micro-organismos? No es tan fácil definir el parentesco (1). Las investigaciones efectuadas no conducen ¿una conclusión satisfactoria, por más que puedan señalarse ciertas semejanzas en las fructificaciones y en las reacciones orgánicas. Obsérvase evidente correspon- dencia entre ciertas enfermedades y determinadas familias de microbios: las afecciones virulentas encuentran en el gru-

(1) Los estudios especiales hechos sobre la historia natural de los miero-organis- mos demuestran palpablemente la dificultad para clasificarlos y establecer entre ellos sus puntos de contacto y de diferencia, atendiendo á las propiedades físicas, químicas y biológicas, á su morfología, bien compleja aunque no lo parezca. (Ana- tomie Comparée. por T. H. Huxley; Biologie. por Uh. Letourneau; Morfologie gene- ral de los organismos, por E. Hxckel; Les bacteries, por Cornil et Babés; Dict. de med. el chirurgie, por Jaccoud, art? Microbes, tom. 40%, por J. Schimitt )

TEX 007

449 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

po de los bacilos sus micro-organismos patógenos; algunos de estos pequeños seres invaden las uperficie de los organis- mos donde encuentran el medio apropiado (en la bronco- neumonía y el cólera) y otros atacan tan pronto queda des- truida la barrera epitelial.

Un estudio concienzudo ha llevado á los autores á señalar conexiones entre enfermedades de origen orgánico al pare- cer diferentes: la filariosis es una de ellas; recuérdese, con este motivo, la elefantiasis de los árabes y las linforragias cutáneas. Los trabajos experimentales del profesor Arloing han ratificado las analogías observadas por Landouzy entre las infecciones puerperales y la erisipela. El Dr. Rodet (1) señala el parentesco entre la osteo-mielitis y algunos abce- sos del pecho, como consecuencias de la acción de un mismo microbio patógeno. ln el grupo de las piohemias resulta cierta relación entre las formas clínicas originadas por el estreptococo y el estafilococo en cuanto á la existencia de la purulencia. Unas veces en la septicemia se localizan los :ui- crobios en focos y otras se generalizan, invadiendo todos los órganos. Los hechos experimentales y clínicos prueban co- mo un mismo micro-organismo, modificado ligeramente ó bien sin cambio alguno, produce afecciones consideradas como diferentes.

La dermatología especial de los paises cálidos conduce ú aproximar, por el conjunto sintomatológico y la unidad etio- lógica, algunas enfermedades, como el botón de Biskra, de Alep y las úlceras fagedénicas; relacionándose tambien, con respecto á ciertas condiciones alimenticias, la pelagra y el beriberi. ln este problema de los micro-organismos patóge- nos, Señores, todo se reduce, en cierto modo, al microbio y al terreno, que le es ó no favorable á su desarrollo; unos or- ganismos infecciosos le abren el camino á otros, y el hecho interesante de la hibridez morbosa resulta indiscutiblemente

(1) Revue de Chirurgie. 1885.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 443

de la asociación coetánea en el mismo individuo de distin- tas cuusas de infección. ¿No sucede asi con el sarampión y la escarlatina, con la fiebre tifoidea y la disentería, con el cólera y el paludismo? Además, también se verifica un ver- dadero antagonismo, producto de la acción combinada de factores diversos.

En cuanto al hecho curioso de la aparición y desapari- cjón de ciertas infecciones en épocas distintas de la historia de la humanidad, hay que manifestar cómo los estudios de los ilustres profesores Tholozan y Laboulbéne, con respecto al tifus exantemático, la peste bubónica y el cólera de la india, prueban que fueron en aquellos tien)pos, en el fondo, los nismos cuadros sindrómicos que se observan en las ac- tuales epidemias. Sobre el cólera, el Dr. Tholozan dice «que no hay en Europa más que un sólo cólera desde el punto de vista de la patología pura; que el cólera nostras desde el pun- to de vista de la epidemiología general, no es más que una variedad del cólera grave; que en los paises de Europa, sin importación de la India, se observa algunas veces cóleras tan graves como el«de la India, pero por pequeñas epide- mias ó en casos alslados”.... liste cólera de la India “es susceptible de presentarse de una manera epidémica, endé- mica, esporádica, con mil variaciones de forma y de inten- sidad, según los años, las estaciones y los lugares.”

OS

- Las relaciones entre las enfermedades del sistema ner- vioso, son numerosisimas. Los eminentes clínicos Baillarger, Jaccoud y Luys, las han señalado, y con frecuencia, entre la parálisis general, la ataxia locomotriz y las neurosis. La ataxia se acompaña á veces del delirio de persecución y de la depresión psiquica, siendo también evidente las «“onexio- nes entre las parálisis general y la esclerósis en placas. La ataxia se combina con la forma convulsiva de la histeria y

444 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

con la parálisis pseudo-hipertrófica. Los lazos de unión en- tre la epilepsia y la histeria so indiscutibles (1).

Entre afecciones de otro orden también la observación: clínica señala los mayores puntos de contacto. ¿No sucede así con la obesidad y los que padecen de diubetes, de gota. y de afección calculosa? “Guando haya citado, expresa el profesor Bouchard (2), la obesidad, el reumatismo, la gota, el asma, la litiasis, la diabetes, las neuralgias, la juqueca, el eczema, la dispepsia, tal vez se habrá completado la enume- ración de todos los miembros de esta familia patológica, el artritismo.” En cuanto á la diabetes, en los antecedentes personales de cien casos, el mismo médico últimamente cl- tado indica las relaciones siguientes: el reumatismo articu- lar agudo, 16; la litiasis biliar, 10; la gota 2; la obesidad, 45; el reumatismo muscular, 22; la jaqueca 18; el eczema, 16. Escribe Lecorché (3) que con respecto á las relacio- nes de la gota con la diabetes, preciso es distinguir cuatro órdenes de hechos: 1% la gota domina la situación y la dia- betes queda relegada al segundo rango; 2% la diabetes su- cede á la gota, y tiende á ocupar su lugar; 3? la diabetes constituye la enfermedad principal, y los accidentes gotosos aparecen de una manera secundaria, bajo una forma atenua- da; 4? la gota y la diabetes se presentan en la misma fami- lia y en diferentes individuos.

Desde hace algún tiempo se señala la existencia de la piedra vexical en los gotosos. ln cien casos de gota, se ha visto en los antecedentes personales: la obesidad 31 veces, la dispepsia 31, la jaqueca 12, las neuralgias 12, la piedra 28, el eczema 19, el reumatismo articular agudo 9, el asma 9, el reumatismo muscular 9, el reumatismo articular cróni- co 6, las hemorragias 6, y la diabetes en tres ocasiones. 1l Dr. Cornillon ha indicado la frecuente relación entre la li-

(1) Ltudes cliniques sur l' hystero-épilepsie, par le Dr. Paul Richer, 1881. (2) Maladies par ralentissement de la nutrition, par Ch. Bouchard, 1882, (13) LEtudes médicales, par M. Lecorché etc., 1881.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 445

tiasis biliar y la diabetes sacarina. En cien casos de litiasis biliar el profesor Bouchard refiere las coincidencias morbo- sas siguientes: obesidad 72, eczema 41, reumatismo muscu- lar 38, piedra 34, reumatismo articular agudo 28, reuma- tismo articular crónico 28, hemorroides 28, diabetes 21, asma 7 y neuraleias 17. “El asma, en resúmen escribe Durand-Fardel puede ser una de las formas en que mejor se observe la relación con la gota, sea precediendo á las manifestaciones articulares, bien alternando con ellas ó y: desarrollándose á medida que aquella desaparece, ó presen- tándose como un estado exclusivo, predominante, en los su- jetos cuya constitución propia parece profetizar la gota.” Puede el asia alternar con la dispepsia, con la litiasis biliar; Trousseau y Murchison nos dicen que suele ser el asma la única manifestación artrítica en los individuos de origen gotoso. Las conexiones de la jaqueca con las afecciones at- tríticas, como modificación más ó ménos pasajera del siste- ma nervioso, se observan en estas proporciones. En cien casos de litiasis biliar 38 veces; en la obesidad 42, en la dia- betes 18, en la gota 19. La coetaneidad entre la gota y la neuralgia ciática ba sido indicada por Lecorché. Y, las afec- ciones de las mucosas lo mismo que las de la piel, tienen su fuerte lazo de unión con el artritismo: las epistaxis, las he- worroides, la dismenorrea, las anginas tonsilares, las granu- laciones conjuntivas y faríngeas. En sesenta y seis enfermos artriticos, según observación de un distinguido clínico, se presentó el eczema 10 veces; en igual número de pacientes se han visto 20 ocasiones la litiasis biliar y 16 las epistaxis; y es un hecho las relaciones con la urticaria, el eritema nudoso y otros estados patológicos.

“El reumatismo y la gota-—consigna el eminente Trous- seau (1) —son dos entidades morbosas diferentes á juzgar por ciertos caracteres de su forma y de su marcha; pero, tan

(1) Clinique Médicale de l Hotel Dieu de París, tomo 32, 1865, par A. Trousseau-

446 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

cercanas, que vienen de un origen común. Lu solidaridad es tan grande en ocasiones que toda linea de distinción se pierde, confundiéndose la una y la otra por una especie de penetración reciproca.” Existe indiscutiblemente en de- terminados casos una juxtaposición de las dos afecciones, hasta el punto de crear los clínicos un término que expresa mejor esa intima relación, el de reuwmatismo nudoso, cuya naturaleza se va conociendo en parte gracias á los progre- sos anátomo-patológicos. “Se encuentran algunas veces, á juicio de Charcot y Cornil, reunidas en una u:isma articu- lación las lesiones de la gota y las alteraciones del cartílago. propias del reumatismo agudo.”

El reumatismo, de acuerdo con los datos que suministra la observación clínica, se balla con frecuencia livado á la histeria; estas dos enfermedades pueden influenciarse reci- procamente y desenvolverse juntas. Los profesores Leudet y Durant (1) han legado á las conclusiones siguientes: 1* lxiste entre el reumatismo y ciertas formas de la histeria lazos de parentesco muy estrechos, 2? Las relaciones entre estas dos enfermedades quedan establecidas por el estudio. de las condiciones en las cuales ellas se desarrollan, por la analovía de sus síntomas, por las alternativas, y también por la coincidencia de las dos afecciones en el mismo individuo. La predisposición nerviosa juega eu el reumatismo el papel de excitante activo: la encefalopatía reumática se manifiesta en los sujetos neurópatas.

La bisteria, la epilepsia, la parálisis avitante, la enajena- ción mental, están asociadas á la existencia de la diabetes; yv lo mismo sucede con la gota y la epilepsia, la manía, las neuralgias, la hipocondría y la corea. “Se encuentran tam- bién en los atáxicos, escribe Mer., Grasset, un artritismo. hereditario y personal que primeramente ha preparado el terreno y, después, bajo la influencia de los excesos ú de:

(1) Contribution ú U etude des relations entre l' hysterie et le rhuumatisme, 1580.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 447

cualquiera otra herencia neuropática se localiza en el eje espinal y se desarrolla en los cordones posteriores la escle- rosis que en otros casos se observa también en los demás órganos.” El sabio Potain ha señalado la relación de la gota con la atrofia muscular progresiva, y el profesor Todd con la esclerosis en placas. Hace hincapié Landouzy en la presen- cla de los accesos de angina de pecho en los histéricos; Ver- gely los ha observado en los diabéticos. El herpetismo (1) sintetiza una serie de trastornos morbosos, resultado de la frecuente asociación de muchas de las manifestaciones artri- ticas y nerviosas.

Las estrechas relaciones entre las formas del artritismo y la compleja evolución de los neoplasmas es una verdad demostrada por la observación cientifica. El Dr. Ricard ha resumido la opinión del eminente cirujano Verneuil en es- tas cuatro palabras: todo neoplásico es artrítico. Mr. Lelievre da cuenta de las conexiones entre el cáncer y el eczema. Según MM. Bazin y Vallet, en los gotosos el cáncer es fre- cuente. “Los cánceres del hígado, del útero; sobrevienen á menudo como períodos últimos del artritismo.” Los lazos de parentesco entre la diabetes y el cáncer, favoreciendo el de- sarrollo de éste como enfermedad infecciosa --- cuestión que trató magistralmente nuestro insigne compatriota Albarrán, en una inolvidable conferencia (2) dada en este mismo sa- lón de la Academia á causa de las manifestaciones artri- ticas generales existentes, quedan aquellos lazos de unión establecidos por las observaciones clínicas del Dr. Teis- sier.

La tuberculosis según Lebert está asociada al cáncer en el ocho por ciento de los casos; y bueno es consignar que el desarrollo del cáncer en los tuberculosos ha sido apreciado

(1) Traité de l' herpetisme, par le E. Lanceraux, 1883. (2) Micro-organismos del cáncer. Conferenera per el Dr. J. Albarrán. Revista de Ciencias Médicas. 1890.

448 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

de modo diferente. “En el organismo todo se encadena, con frecuencia las enfermedades no están completamente aisla- das; los diversos sistemas reaccionan los unos subre los otros, y estas modificaciones nutritivas sirven de lazo de unión en- tre estas diferentes fanilias morbosas. Nosotros hemos visto, agrega el Dr. Boinet (1), las relaciones de familia del artri- tismo con el nervosisno: esta deyeneración nerviosa puede traer la decadencia orgánica más tarde, y entonces la eseró- fula y la tuberculosis desenvolverse... Locos, idiotas -— escribe en una sólida obra el profesor Moreau (2) escrofu- losos, raquiticos, en virtud de su común origen, de sus ca- racteres físicos y morales, deben ser cunsiderados como hi-

TINE

jos de una misina familia, como ramas diversas de un mismo tronco.” Jn estos últimos años han entrado á formar parte del capítulo de la tuberculosis, muchas adenopatlas, carles, sinovitis fungosas y alcesos fríos, salidos del extenso cua- dro de la escrófula. No hay, expresa Landouzy, transforma- ción de escrófula en tuberculosis sino superposición de la primera con respecto á la segunda; justificando estos hechos los puntos de contacto entre el factor nutritivo y el micro- biótico.

No piensan del mismo modo los autores al estudiar las relaciones morbosas del raquitismo. El profesor Parrot acep- ta la influencia hereditaria de la sífilis, y la ha observado en el ochenta por ciento de los casos de raquitismo; pero, como conclusión de los trabajos y discusiones habidas entre varios clínicos (Lannelongue, Gueniot, Galliard, Gibert), si bien es cierto que la sífilis hereditaria no engendra el raquitis- mo, también no hay duda sea “uno de sus más poderosos afluentes.”

(1) Les parentés morbides, por el Dr. Boinet. Este interesante estudio nos ha su- ministrado un buen número de hechos clínicos é indicado algunas de las fuentes científicas, para discutir y ratificar nuestras apreciaciones en apoyo de la tesis 80s- tenida.

(2) La Psychologie morbide, par J, Moreau (de Tours). 1859.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 449

¿Cómo es posible negar la influencia recíproca y las co- nexiones entre las afecciones infecciosas y los procesos ner- viosos? Es un hecho indiscutible la acción que sobre la corea tienen la escarlatina, la difteria, la viruela, la disenter!a, ei sarampión y la fiebre tifoidea; como también es otro hecho del todo averiguado en la ciencia el de la relación entre las fiebres eruptivas y la parálisis infantil.

Cuando se observan, señores, las enfermedades en los as- cendientes y descendientes de una misma familia de indivi- duos, es cuando mejor se nota la solidaridad de esas relacio- nes: al estudiar la evolución morbosa á través de varias generaciones. “Si se quiere apreciar clinicamente, expresa Bouchard, la importancia de estos trastornos generales de la nutrición, no basta ver al enfermo en un sólo día ó en un sólo periodo de su existencia; es preciso, por medio de los conmemorativos que amplian la observación, referir las cosas pasadas á las cosas presentes; seguir todas las fluctuaciones de la salud y tratar de ver, comparando á los sujetos atfecta- dos de la misma enfermedad, si en esos enfermos no coincl- den con una frecuencia singular, ó se suceden en las dife- rentes edades de la existencia otras afecciones determinadas, que son como el acompañamiento necesario de la enferme- dad principal. Si quereis recorrer asi la historia patológica de estos enfermos, reconocereis frecuentemente, en los pri- meros años de la vida, ciertas manifestaciones agudas, paro- xisticas, que no son en realidad los signos precursores de la litiasis biliar, de la obesidad, de la diabetes, de la piedra, de la gota, pero que anuncian una disposición constitu- cional para todas las enfermedades del mismo orden.” Y | en apoyo de estas importantes afirmaciones hechas por el mencionado profesor Bouchard, he de referir un grupo de

T. xx1x.—57

450 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

observaciones recogidas, aunque en sus puntos más notables, ias cuales dejan ver claramente su conexión genealógica (1).

Leontina X.., de 42 años de edad, se casó con L....; tenía epístaxis frecuentes, jaqueca, hemorroides, camptodac- tilia auricular dergcha. Tuvieron varios hijos, y entre ellos, una padecía de leucorrea abundante, jaqueca y dispepsia, después de palpitaciones nerviosas y de camptodactilia au- ricular simétrica: otro hijo con faringitis granulosa, gruesas amigdalas, micción de la orina en la cama de noche hasta los siete años; otro, con eczema simétrico, recidivando en las

(1) Después de entregado en la Secretaría de la Rex1 Academia este discurso, he visto que la Revue de Medecine de los ¡ilustres médicos MM. Bouchard, Charcot y Chauveau en sus últimos números del año próximo pasado, trae dos trabajos donde se encuentran hechos y apreciaciones á favor de la tésis:—un artículo de los doctores M. Klipper y $. Durante titulado Contribution úl etude des afections nerveuses fu- miliales et hereditaires, y otro por los Dres. F. Raymond y P. Serieux sobre Guitre exophtalmique et degonerescence mentole. Este estudio contiene el siguiente cuadro

genealógico de María D.... ... P Tia abuela Abuela Abuelo Abuelo desequilibrada. impresionable, emigrado. un liberlino. A enfermedad de AS EA Es Basedow. ; É ¡Hi ARI | | | mm . EN AA AA A A O Hija Hijo Padre Madre Tía contrahecha, oficial supe- ingeniero, gotosa, emo- muerta vida rior, quebró enfermedad de Basedow. cionable, de irregular. A A A A AA muchos acce- pesar.

licos, muere demente. |

| sos melancó- AS |

| LS AA A —= ABARRX

María D Hermana Prima her- degeneración mental, enfermedad desequilibra- mana de Basedow, obsesiones ción hábitos ex- impulsiones, abulia, internada mental com- travagantes, tres veces por: pleta. tres accesos 1% Acceso melancólico. ua, - melancóli- 2% Acceso maniático. , Cos, 32 Acceso ambicioso. AE | E HZ A a E ' V Hija Hijo Hijo Hijo raquítica, poco inteligente. sordo irrita dese-

mu- ble, quili- do. exal- bra- tado. do.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 451

orejas, con pitiriasis y micción de la orina en la cama de noche hasta los seis años. a

Dos esposos, el marido con arenillas en las orinas, reu- mático, camptodactílico, y la mujer con jaqueca, dispepsia, hemorroides, arterio-esclerosis; el padre del primero padeció de eólicos nefríticos, arterio-esclerosis, y soplo sistólico aór- tico; y la madre, arterio-esclerosis, asmática, reumatismo -«deformante en las pequeñas articulaciones é insuficiencia mitral. Aquellos esposos tuvieron una hija nerviosa, con jaqueca, reumática, con dismenorrea, eczematosa, litiasis biliar, arenillas rojas en la orina, camptodactilia.

Un individuo reumático y artrítico tuvo un hijo con cán- cer de la cara, á los 45 años, que le duró diez; el hijo de éste, nieto del primero, artrítico, cou psoriasis y dolores articula- res, asmático; el hermavo del último citado tuvo una hija artrítica y obesa, que pesó más de 200 libras cuando aún no contaba escasamente 23 años.

Juan ÑN... muere de un cáncer en el estómago; su lujo Luis, que padece de gastralgia se casa con una mujer bien. constituida, y tienen cuatro hijos: Augusto, muere de me- ningitis tuberculosa; Pedro de tuberculosis pulmonar; Eu- genta perece con lo mismo, y Matilde sufrió de bocio exof- tálmico.

Il Dr. Bidon hau recogido otra observación. Pedro X.., alcoholista, y María X...., de buena constitación, fueron padres de cinco hijos: María con réumatismo é histeria, mue- re los cincuenta años de pulmonía; Mario con temblor congénito muere también de pulmonía á los ochenta y cua- tro años, y Fuan sin antecedentes personales; Francisco con eclampsia, atrofia del miembro posterior derecho, muere ac- cidentalmente á los cincuenta y dos años; Magdalena con reumatismo y gota, muere á los ochenta años de pulmonía, Un hijo de Magdalena sufrió de eclampsia y hemicontractura facial; otra reumática y con estrabismo, y otra histérica; es ta última hija de Mario con tres hijos: Fernando sano, Maria

452 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

clorótica, y Juan idiota, epiléptico. Mario tuvo nietos con epilepsia y convulsiones.

Alfonsina, de clara inteligencia, muere tisica; de su ma- trimonio con Emilio, que era robusto y sin antecedentes personales, dió 4 luz varios hijos: Magdalena con el mal de Pott; Luisa casada con un herpético, muere tísica á los trein- ta y dos años y deja dos hijos: una tuberculosa y otra her- pética. Otra.hija de Alfonsina y Emilio, Marta, linfática, se casa con un hombre robusto y tiene dos hijos: uno escrofu- loso y otro gastrálgico; en la cuarta generación hubo indi- viduos bien conformados. |

En el hospital Tenon (1884) los clínicos Landouzy y Boileau siguieron con atención la historia familiar de una enfermedad de Basedow, cuya sintesis es la que os daré á conocer inmediatamente: padre nervioso; cinco tios pa- ternos nervicsos, una tía paterna nerviosa, un abuelo mater- no alcohólico; madre cardiaca y nerviosa; cuatro tías mater - nas nerviosas, una prima hermana materna con histero epilpesia.

Otras observaciones más pudieran citarse; pero, ni me es posible reseñarlas dentro de la indole y límites de este trabajo, ni son indispensables después de las expuestas pa- ra el objeto que me propongo al referirlas. La notable obra, por más de un concepto, de Dejérine (1) diré. para ter- minar este punto -— contiene un número considerable de hechos de valor indiscutible; más, la historia nos presenta, dentro de nuestra raza, un buen ejemplo de esta relación patológica que couduce ú establecer la filiación morbosa en sus conexiones artriticas y neuropáticas. Con el trabajo de Mr. Ireland, (2) ha construido el ilustre médico francés un cuadro de la neuropatiía hereditaria seguida en una familia

(1) La heredité dans les maladies du systeme nerveauzx, 1886. y (2) The Blot upon the Brain, Studies in History and Psychology, por W.'W. Ire and, Edimburgh. 1885.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 458

Real de Espuña desde 1449 á 1700, manifestándose “bajo forma variable de epilepsia, hipocondria, manla, melancolía, imbecilidad, siendo reforzada la tendencia hereditaria por los matrimonios consanguineos.”

Y ES

OS

Véase ahora la significación que alcanzan los hechos ha poco narrados. “La preocupación de la génesis de las enfer- medades, escribe Bouchard, es lo que caracteriza nuestra época medica”; pero, antes de llegar 4 este evidente progre- so, fijó su escrupulosa atención en otros problemas del mis- mo vasto campo de la patología. Hubo un tiempo, señores, en que la medicina exclusivamente se dedicaba á la investi- gación del caracter sintomático, y luego fueron objeto de sus elucubraciones el análisis de las alteraciones anatómicas y de los trastornos funcionales ligados estrechamente á ellas. ¿Qué indica el hecho, satisfactoriamente comprobado, de que ciertas enfermedades se asocien y reemplacen en los descendientes y colaterales, después de relacionarse y sustl- tuirse en un mismo individuo? Esta verdad nos lleva como de la mano á la constitución real de las familias naturales morbosas, del mismo 'modo que existen las otras familias biológicas. La comunidad del origen es, d todas luces, el punto de partida, la fuente de esas numerosas relaciones in- dicadas. En este sentido, todos vosotros sabeis bien el ade- lanto efectuado al formularse de una munera científica (1) los grandes procesos patogénicos: la infección, los trastornos de la nutrición, las reacciones nerviosas, las distrofias ele- mentales primitivas, sin olvidar elpapel importante de las diversas intoxicaciones, sirviendo de lazos de unión entre erupos morbosos.

Y ¿de qué manera se van constituyendo y definiendo estos parentescos patológicos? “La corcanguinidad, afirma

(1) Legons sur les auto-intorications dans les maladies, por Ch. Bouchard, 1887.

454 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Boinet, la descendencia de un antepasado común, la comu-- nidad de origen crean sólo los verdaderos parentescos; al contrario, las asociaciones, las complicaciones, no pueden dar lugar más que á parentescos por afinidad.” Y estas co- nexiones la producen el factor etiológico, los procesos pató- senos conocidos; pero, en otros problemas una inmensa os- curidad cubre el horizonte. Sin embargo, este desconoci- miento «actual de muchas de las cuestiones relativas á la morfología patológica, ¿justifica el que se renuncie á los es- fuerzos para la investigación de esos complicados fenómenos? De ninguna manera; para eso la ciencia tiene sus medios adecuados. La medicina entra en el extenso dominio de los

6

estudios biológicos; y “el carácter de la biología es tal ha escrito el profundo filósofo Bain (1) que necesita de todo el auxilio que pueden suministrarle las hipótesis severamen- te comprobadas y lógicamente construidas.” Y, ya en esas relaciones morbosas que ligan una generación con otra, se han visto los más patentes ejemplos de todas las leyes de herencia, formuladas por el inmortal naturalista Cárlos Dar- win: la herencia directa, inmediata, la preponderancia en la trasmisión de ciertos caractéres, el hecho atávico de gran valor, y la aparición de los fenómenos patológicos en deter- minadas ¿pocas de la vida, es decir, la forma de herencia conocida por homócrona.

El punto de donde partían los antiguos biólogos para agrupar las distintas familias de sóres organizados, era el carácter exterior; más tarde el carácter anatómico, y luego, como resultado de nuevos adelantos, el carácter embriológi- co. Crearon los naturalistas la ontogenia, desarrollo del indi- viduo desde las primeras fases de la vida hasta la muerte, y la filogenia, evolución de la serie, para buscar el origen común y establecer sus legítimas relaciones. Al fin el emi- nente Miiller, dió al mundo cientifico su ley biogenética fun-

(1) Logique deductive et inductive, por Alexander Bain. 1881.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 455

damental, concebida en estos ó parecidos términos: “La se- rie de formas por las cuales pasa el organismo individual 4 partir de la célula primordial hasta su completo desenvolvi- miento, no es más que una repetición en miniatura de larga serie de transformaciones sufridas por los antepasados del mismo individuo, desde los tiempos más remotos hasta nues- tros días.” (1) Lo diré con menos palabras: la ontogenia no es más que una filogenia abreviada.

Pero, estas ideas ¿pueden llevarse al campo de la pato logía? En absoluto, no seré yo quien conteste afirmativa- mente. Ln los fenómenos de la vida tienen su aplicación las leyes físico-químicas generales de la materia, mas no se olvide también que hay leyes biológicas, más ó ménos con1- plejas, algunas conocidas y las más por estudiar. Recuérde- se, señores, que el médico se fijó primero en los síntomas para definir las relaciones morbosas, después en las lesiones anatómicas y en el verdadero valor de los trastornos funcio- nales, y que en estos tiempos le preocupa hondamente la sénesis de las enfermedades; además ¿cómo desconocerlo ? los patólogos aspiran también á constituir la filogenia. ¿Qué otra cosa es el estudio de los procesos morbosos seguidos en la serie ancestral y en los descendientes? ¿acaso este análi- sis no conduce ¿ la determinación de un tipo ancestral co- mún, fuente inagotable de numerosas formas derivadas?

lón la difícil patología nerviosa se ha planteado, por eru- dito neurólogo, la hipótesis: “La tendencia actual. dice el Dr. Dejérine, es ver en la más común de las neurosis, en la más banal de ellas, la neurostenía, el punto de partida de todas las afecciones del sistema nervioso, el origen de la gran familia neuropática.” Pero, hay que confesar no ser es- to hoy sino simplemente una suposición; muy complejos son los factores de este problema y los estudios emprendidos todavía se encuentran al principio de esa jornada cientifica,

(1) Anthropogenie, por E. Hackel. 1,877.

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para poder ya, bajo ese nuevo aspecto, establecer una clasi- ficación natural de las enfermedades nerviosas, recordan- do con esos cuadros genealógicos formulados por los clínicos Landouzy, Bridon y otros, ú los árboles filogenéticos cons- truidos en biología por los Haeckel y los Gegenbaur, natura- listas que son el orgullo justo de la Alemania contemporánea.

Aún se encuentra la ciencia médica en la imposibilidad de explicar la transformación de los procesos morbosos, de vrecisar el por qué de esas distintas metamoórfosis. ¿Por qué, pués, tratándose de una misma familia de individuos, en una generación se presenta la camptodactilia, en otra el reuma- tismo nudoso y en la tercera la arterio-esclerosis? ¿por qué se alternan la epilepsia, la imbecilidad y el bocio exoftál- mico? Todo esto se lgnora; por más que el transporte de la hipótesis transformista al campo ilimitado de la patología se impone en esta época científica. ¿Cómo es posible no ver en muchos hechos y fenómenos morbosos la selección y la pro- ducción de las variedades, resultado forzoso de la ley de la “concurrencia? Los notables trabajos de Pasteur y de sus entusiastas colaboradores sobre las inoculaciones preventivas y las atenuaciones virulentas, ¿no son ejemplos terminantes de la selección artificial de Darwin? Tampoco pueden desconocerse los cambios que han sufrido, en cuan- to á la forma de sus manifestaciones, la sífilis, la viruela, la fiebre amarilla, por una verdadera selección natural lenta en sus resultados, que contrasta con la lucha abierta que con la higiene sostienen las enfermedades infecto-contagiosas) obligadas á disminuir y desaparecer. Y, á menudo se obser- va la transformación de un tipo morboso en otro al parecer distinto, aunque unido al primero por el común origen, lo cual no es más que un fenómeno atávico: el proceso modifi- cador se nos escapa, pero el tipo ancestral morboso se perpe- túa á la par que los nuevos tipos, dándose científica explica- ción á parentescos patológicos que no se sospechaban.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 457

Lo más grande de estas doctrinas y de los razonamientos 4 que ellas me han conducido nose aprecia en realidad cuando se las considera en abstracto: su importancia se acre- cienta de modo notable si el clínico las lleva al dificil te- rreno de la práctica profesional. Sus aplicaciones constitu- yen las mejores pruebas de su valor. De esa trabazón de fenómenos observados, de ese parentesco y estrecha conexión genealógica entrs los más variados procesos morbosos, resul- tan indiscutiblemente las más saludables enseñanzas para el ejero 20 del médico. Pensad, señores, conmigo un mo- meno, en las ventajas de hacer á la cabecera de nuestros enfermos un diagnóstico que tenga por sólida base esas con- cepciones científicas. El médico, en efecto, tiene á su cargo el restablecimiento de la salud individual, pero también de- be aspirar 4 mantener las buenas condiciones de la familia y de la especie; y, esas doctrinas le darán indiscutiblemente mayor fundamento á un pronóstico sobre el presente y el porvenir de nuestros clientes, y llevarán su bienhechor in- flujo á los severos preceptos de la terapéutica y de la higiene, propagando en el seno de las familias los brillantes resulta- dos de una selección hábilmente dirigida.

“Hay —dice el profesor Landouzy en su importante es- tudio sobre el Artritismo y la camptodactilia (1) —en el aná- lisis de las biografías completas de cada uno de nuestros enfermos, así como en la investigación de sus historias fami- liares, algo más que una cuestión de doctrina ó de un pro- blema de filosofia médica.”....'“En este trabajo de sintesis, que descansa en un extenso y escrupuloso análisis, no sola- mente se han agrupado los he“hos más ó ménos curiosos, marcado su lóyico encadenamiento y afirmado su estrecha filiación: Determinando en ún mismo individuo ó en los miembros de una misma familia el parentesco de estados

(1) Arthritisme et camptodactylie. Journal de Médecine et de Chirurgie pratique, 1885. T. xx1ix—58.

458 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

morbosos, en apariencia confundidos y dispersos, se hu rea- lizado también una obra de práctica médica. Nosotros, ayre- ga el profesor citado, hemos reconocido como se ha necho por el Estado civil, la personalidad de nuestros clientes; con esos documentos auténticos (camptodactilia precedente, acompañando ó siguiendo toda una serie de trastornos fun- cionales ú orgánicos similares), hemos establecido su tempe- ramento morboso y asegurado su cualidad de artritico.” Se reconstruye de esa manera el pasado patológico y se preveen

las etapas que probablemente recorrerán ó están expuestos á recorrer durante la vida.

?

No quiero —5Sr. Presidente y Sres. Académicos—termi- nar, sin manifestaros una vez más la profunda satisfacción «ue experimento al considerarme en el número de yosotros, así como al pensar que he de compartir desde ahora las ta- reas intelectuales á que os dedicais. Estoy bien penetrado de que pesa sobre mis hombros, aquí en la Academia, la ley de herencia; por eso solo he visto, en la prueba la bondad que me habeis dado con tan inmerecido nombramiento, una demos- tración evidente de todo lo que significa el recuerdo. Si, se- ñores, aún están aquí los fueron vuestros compañeros de ayer!, exclamaba desde esta tribuna uno de nuestros hom- bres más ilustres, cuando apénas hacía un año que bajó al sepulcro una existencia por mi alma idolatrada. “ste es su hogar, consagrado por nuestro cariño y nuestro respeto; aquí resuena á cada instante su voz; con blando imperio nos mandan que los imitemos, con blando imperio nos dicen que hay para nosotros dos consagraciones superiores á que esta- mos obligados, si queremos realmente venerarlos: la pesqui- sa de la verdad sin temor, sin preocupación ni dogmatismo, por lo que ella vale en sí, como el objeto más noble de nues- tra actividad, como propia y necesaria atmósfera de nuestra

459

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. inteligencia; y el cultivo de los sentimientos afectuosos, de la simpatía, del amor, que fecunda las obras cole:tivas, que les precio, como el primer elemento de civilización y por

s

tonto de concordia en la vida social...” De. Aristipes Mestre.

-o-h -.

JISCURSO-BE-CONTESTACIÓN,

Querido colega:

Vuestra presencia entre nosotros, despierta á pesar mio, en mi memoria, toda una legión de recuerdos caros á m1 co- razón.

Me transporta, en efecto, 4 aquella época ya distante, en que después de una ausencia bastante larga para hacerme olvidar casi del todo mi lengua materna, desconocido, aisla- do en mi propio pals, sin un amigo todavía, sin protector que me saliera al paso, ful por suerte presentado á un hom- bre que desde el primer momento me acogió afectuosamen- te, me ayudó son sanos consejos y, tomándome de la mano, abrió para las puertas de esta Academia, 4 la cual he per- tenecido siempre con orgullo.

Muy joven érais entónces, como que frecuentabais aún la escuela; y lejos estaba yo de preveer en aquellos días que sería llamado á recibir en el dintel de este recinto al hijo de aquél 4 quien debí tan cariñosa acogida. Ah! ¿Por qué no se encuentra el Dr. Antonio Mestre aquí para gozar de este espectáculo. .?

Su recuerdo, sin embargo, más poderoso que la muerte, le ha sobrevivido, y aún palpita 4 nuestro lado. Paréceme que le veo en el lugar del Secretario general, con su fisono-

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mía llena de benevolencia, que animaba una sonrisa siempre fina: aquella mirada plácida y recta que transparentaba la serenidad del alma hecha á las nobles contemplaciones del espíritu; aquella sencillez no rebuscada, aquella exquisita cortesía; y lo que no se hubiera podido sospechar á primera vista, aquella energía de carácter bajo la apariencia de la ecuanimidad y de la dulzura más perfectas.

Médico! Lo fué en la más bella acepción de la palabra, ya que en él se hermanaban en perfecta harmonía el saber y la sensibilidad, las prendas de la inteligencia y las del co- razón. :

Como colega, nos legó ejemplos de las más altas cualida des: el respeto de mismo, la sinceridad de sus opiniones, el amor al trabajo, la perfecta devoción científica. Y, aunque no hubiera poseído dotes tan elevadas de carácter, una tenía que por sola bastaba 4 hacerle particularmente estimable á nuestros ojos: todos sabemos cuánto amaba á esta Acade- mia, como lo probó durante su vida toda, y cuánto precio dió siempre al buen nombre de la Institución.

Consultad, como testimonio de lo que digo, los primeros veintitres tomos de nuestros AwaLes: allí están las huellas de una colaboración constante ilustrada; allí están impre- sos y admirablemente resumidos los trabajos del año, escri- tos en estilo claro y ligero trabajos que han podido ser imitados después, no mejorados; y en donde, para servir- me de un concepto de Pascal, “el espíritu de geometria se compenetra fácilmente con la perspicacia intelectual más delicada.”

El perfecto equilibrio de su espiritu no nos dejaba por cierto presumir que se hallaba tan próximo su fin; y cuando todo nos inducia á contar con que una larga carrera se abría aún á aquel hombre de talento, vino la muerte á sorpren- derlo en toda la plenitud de su actividad intelectual.

¡Se ha dicho tantas veces de la muerte que troncha el árbol cargado de más bellos frutos! Tan cierto es, como do-

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loroso; pero, es consolador decirse como pudo hacerlo nues- tro colega, en aquel momento supremo en que nuestra con- ciencia abarca el ciclo todo de nuestra vida. “Parto, pero dejo en lugar mio, y para que colme mi propio hueco, el continuador de mi obra...”

Y grandé y dulce es para mi, querido y joven colega, la satisfacción, que aquí comparten todos sin duda, de declarar públicamente que continuais del modo más digno un nom- bre tan honroso y que á tanto os obliga en lo porvenir. |

No habré de herir aquí vuestra modestia recordando la serie ya larga de éxitos obtenidos en los Colegios y en el Instituto, en la Facultad de Medicina y en la de Ciencias, en las diversas Sociedades de este país. ll eco de esos triunfos había llevado hasta nosotros desde mucho antes de que os decidieseis á obtener nuestros sufragios; podeis estar tanto más orgulloso de aquellos triunfos cuanto que os han conducido 4 la Academia.

Cuando Gamos los primeros pasos en la vida profesional, nos sorprende á todos cierta indecisión, y nos encontramos en aptitud moral idéntica á la de las aves viajeras cuya jau- la se acaba de abrir, v que gtran largo tiempo en el espacio, orientándose, como buscando en el horizonte la visión de su único camino. No ha debido ser larga la vacilación de vues- tro espíritu, que se ha dejado arrastrar en las corriente de determinadas inclinaciones, que podría llamar en el caso presente hereditarias: Ciencias naturales, Medicina propia- mente dicha, Antropología, Medicina legal, Higiene, Critica cientifica; de todo habeis dicho algo va, y con tan buena suerte algunas veces, que habeis visto reproducidas en pu- blicaciones extranjeras vuestras producciones.

Y si todo esto no fuese bustante, nos quedará per citar el trabajo completo interesante que acabais de leernos: Lus relaciones entre los diversos estados patológicos, conside- radas en el individuo y en la serie, es decir, la aplicación de las hipótesis biológicas y travsformistas á la patología, “en

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donde encuentran numerosos comprobantes, por más que sea el estudio más complejo y difícil.” En la elección de tema semejante, se descubre claramente vuestra marcada propensión por los estudios biológicos.

Renace bajo vuestra pluma la gran teoria de Darwin, cuya acción en todos los dominios de la ciencia ha modifi- cado desde un principio y radicalmente nuestro concepto de las cosas y de los seres. Y no hubiérais podido dejar de ci- tar á Pasteur, cuya doctrina, desconocida de nuestros padres, ha renovado la ciencia, operando en el terreno de la medi- cina revolución más profunda que la de Lavoisier en órden á la química, y la de Darwin en biología.

Pasteur! Cómo pronunciar este nombre sin evocar la memoria de sus trabajos: —su método, sus tanteos y sus an- siedades; su paciencia sólo igualada por su amor á la verdad; su perseveraucia, á veces fatigada pero renaciente siempre en esa lucha de medio siglo, sostenida siempre con ardor, para arrancar á la naturaleza sus secretos más trascendenta- les de órden biológico y ofrecer á la humanidad el fecundo tesoro de sus admirables descubrimientos!

Y nosotros también sobrecogidos le respetuosa admira- ción, hemos asistido en espiritu á la inolvidable ceremonia en que toda la Europa científica representada en sus más notables individualidades, ha desfilado en imponente proce- sión ante ese hombre grande por su propio esfuerzo, y que debe todo á su propio mérito, al cual se tributa ese homena- je de universal simpatia para comprobar una vez más la so- lidaridad de los intereses humanos en el acto de ese jubileo, que puede ser considerado, desde luego, como una fecha me- morable en la historia de la ciencia y en los anales del es- PO 100

No espereis de mi, querido colega, que os siga en el te- rreno cientifico en que os habeis colocado. Si reprodujese ú analizase los conceptos de vuestro trabajo correría el riesgo de destruir todo el interés que en encierra. Bástame en

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este momento con haber indicado todo su alcance, aprecian- do al mismo tiempo el espiritu que lo informa.

(Quiero que sea vuestro todo el mérito y que se os deba todo el encanto de habernos transportado por espacio de al. gunos instantes, á las serenas, elevadas regiones de la cien- cia— Edita doctrina sapientum templa serena, lejos de la vida vulgar y de las tristezas de la hora presente....... Ah! por qué no dura esto siempre, y por qué es necesario descender de aquella altura?

Sed, pues, bienvenido 4 nuestro lado.

Dr. Luis MonTaANÉ.

REAL ACADEMIA,

Sesión pública ordinaria de 12 de Febrero de 1893.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES. Presidente, Dr. Lastres: Dres. Valdés, Plasencia (D. T.), Plasencia (D. 1), Castellanos, Benasach, Beato, Mestre, Montané, Cubas, Seidel, Torralbas (D. J.), Torralbas (D. Francisco), Zamora, Santos Fernández, Melero, Lavin, Menocal, Far- cía, Horstmann, Montalvo, Delgado, Finlay, Tamayo, Pa- radela, Oruz, Donoso, 1". Q. del Valle (de mérito), Domáin- guez (eorresponsal), y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión á las dos en punto de la tarde y leida el acta de la anterior, fué aprobada.—Se dió cuenta del mo- vimiento de la Secretaría v de los libros é impresos recibidos .del modo siguiente:

CORRESPONDENCIA RECIBIDA.—Comunicación del Presidente de la Sala de lo criminal de la Audiencia de esta ciudad pi- diendo el informe sobre análisis de unos vinos de la casa de Pons Orta y Compañía.

Recibida carta de los Dres. L. y R. Cowley manifestan- do que queda restablecido el*premio fundado en honor de su señor padre.

Carta del Dr. Gordon contestando que queda restable- cido el premio fundado por él.

Oficio y Certificación de los lugares de la causa seguida T. xxIx—59.

466 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

contra don A.... M.... y P... por asesinato y lesiones,

Y

los cuales fueron remitidos por la Secretaria de la Sala de

lo Criminal de la Real Audiencia.

CorRESPONDENCIA REMITIDA.—Contestación al Presidente de de la Sala de lo Criminal Sr. D. Ricardo Maya, exponiéndo- le, que el informe solicitado fué remitido en 15 de Febrero de 1892 á la Dirección General de Administración civil.

Comunicación al Tesorero de la Corporación manifestán- dole el ingreso como académicos numerarios de los Dres. Bio- sca y Seldel.

Remitido informe al Presidente de la Sala de lo Crim1- nal de la Real Audiencia, sobre las causas que ocasionaron la muerte de la morena Felicia Garciarena.

BreLroreca.—““The Brooklyn Medical Journal;” núm. 2.

“La Tribune Medical;” 2” série, números 2 y 3.

“Journal d' Hygiene;” vol. 18, números 851 y 853.

“Journal de Medecine et de Chirurgie;” tomo Lx1v, nú- mero 1*

“Memorias y Revista de la Sociedad Cientifica “Antonio Alzate;” tomo 6? números 3 y 4.

“Gaceta Médica de Granada;” año núm. 227.

“Revista de Cirugla y Medicina prácticas de Madrid;” año XvIr, número 397.

“Anales de la Real Academia de Medicina de Madrid;” temo xt, número 4.

“Seidel. Minerología;” 1 tomo pasta.

“Seidel. Monografía del género Zea;” 1 tomo pasta.

“Gaceta Médico-Militar;” tomos In y 1v, entregas 10, 11 y 12 del primero, y 1* y '2* del segundo.

“Microbiología. ¿Existe el hematozoario de Laberán? etc.;” por el Dr. Antonio Matienzo, 1 cuaderno.

“Cuadros de la mortalidad habida en la ciudad de Méji- co durante el período de 24 años 6 meses;” varias hojas.

“Revista de Ciencias Médicas;” año vir, núm. 8.

“Gaceta Médica Municipal;” año 11, núm. 8.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 467

“Archivos de la Policlínica; tomo 1, núm. 4.

La Secretaría dió cuenta de que se había recibido atenta comunicación del nuevo Académico señor Seidel, enviando 4 más de su discurso de ingreso sobre las minas de cobre en la Isla de Cuba, el compendio que ha publicado de Minera- logía en general y una monografía sobre el género “Zea.” Una comunicación del Tesorero participando que los Docto- res Biosca y Seidel habían satisfecho sus cuotas de ingresos. Además que se habian recibido invitaciones oficiales para la inauguración del Canal de Albear y para la celebración del Centenario de la Sociedad Económica.

De seguida la misma Secretaría expuso que, tratando de que volviese á ser un hecho los premios anuales fundados por algunos Académicos, había dirijido atentas cartas á algunos de estos respetables señores y como contestación á ellas se habían recibido hasta ahora las dos que aquí se copian.

“Sr. Secretario general de la Academia: —Estimado ami: go nuestro: lgnoramos la causa porque ha dejado de figurar el premio “Cowley” en la Academia; como no ha sido por nuestra orden no tenemos inconveniente en que continúe.

Fundado para asuntos de terapéutica señalamos para el concurso de 1893 á 1894 la siguiente cuestión “Estudio ex- perimental de los efectos fisiológicos de la Luphorbia piluli- feru L. Malcasada, Yerba de la niña ¿Golondrina?” De us- ted etc”, etc., Dr. R. Oowley, Dr. Luis M. Cowley.—Enero 26 de 1993.”

“Sr. Secretario general: Causas que desconozco han sido motivos seguramente para que no aparezca en los Anales de la Real Academia el premio 4 que se refiere; y como mis intenciones de hoy son las de siempre, tratando de estimular el estudio de la fisiología práctica, ruego á usted haga porque el referido premio subsista en la forma y modo en que lo establecí. De usted, etc., etc., Dr. A. de (Gor- don.—Enero 26 de 1893.”

y)

468 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Igual manifestación hizo á la Secretaria el Académico Sr. D. Francisco Paradela, con relación al accesit, por una sola vez, que tenia ofrecido al premio Cañongo.

Pasando á la orden del día, el Dr. Donoso dió lectura á una moción acerca del Canal de Albear; y terminada que fué, los Dres. Cubas y Santos Fernandez pidieron la palabra, expusieron algunas observaciones sobre el mismo particular, y el Presidente en vista de que iba á tener lugar en seguida una sesión extraordinaria, y la discusión podría prolongarse mucho tiempo, y teniendo en consideración que al acto con- currian un número de personas respetable, con objeto de oir los discursos anunciados, suplicaba ¿los Dres. Santos Fernandez y Cubas desistieran por el momento de sus ob- servaciones, quedando el trabajo del Dr. Donoso sobre la mesa para ser discutido en la próxima sesión.

Momento después se constituyó la Academia en sesión extraordinaria.

SESIÓN EXTRAORDINARIA.

Comenzó el acto asistiendo los mismos señores Acadé- micos ya indicados y un público numeroso formado de per- sonas escogidas, dando lectura el Dr. Arístides Mestre á su discurso de ingreso que trata “de las relaciones entre los diversos estados patológicos consideradas en el individuo y la série ancestral y hereditarias.” Después el Dr. Montané leyó el discurso de contestación al trabajo del Dr. Mestre y aquí terminó á su vez la sesión ya referida.

Z00LOGÍA,

—_———

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Continuación.)

Nuevitas. El joven se llama Galambotc. Fuera de corrida, que no tiene huevas, se nombra Lebrancho, La Liseta es otra es- pecie, que abunda todo el año en bahía. Lomo oscuro. Blanco debajo. Aletas blancas. Peso, de 750 gramos á 34 kilos, cuando realizan la corrida. Las huevas, de 500 á 709 gramos. Se salan y conservan para el consumo en la provincia. Las pocas que se exportan, es en fardos de 25 kilos. En el último quinquenio el dato es de Mayo de 1883 unos 2,500 kilos ó 50 quintales, con- sumidos principalmente en la localidad. Comen fango.

La corrida en las menguantes de Noviembre y Diciembre. No existe arribazón. Proceden de los ríos y lagunas interiores. No influye viento alguno, pues la corrida obedece á la necesidad del desove y de la emisión prolífica. Llegan en grandes grupos. Vie- nen en su persecución los Peces malos: Picudas, Tiburones, Cube. ras. Les salen al encuentro haciendo gran estrago; por lo que, tan pronto como desovan, se refugian en los ríos y lagunas de donde proceden, y en donde son sedentarias. Como punto de de- sove, se señalan los cañones de Nuevitas, Carabela y Guajabá, en demanda de las corrientes para la puesta y correspondiente im- pregnación. También en el rio Saramaguacán y los Gúises, y la- gunas de Boca Grande, dentro de la bahía.

Se repudia la veda, porque de establecerse, ninguna Lisa se pescaría, y nadie se aprovecharía de ellas, pues en el resto del año no se encuentran en ninguna parte.

Menos se encontrarán después, á'poco que persista este matar

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desaforado de hembras enovadas; que 13 siquiera se aprovechan todas en cada estación, pues hay que destruir muchas por el fuego, Á CAUSA DE NO HABER SAL BASTANTE PARA CONSERVARLAS: según me consta, oficialmente, de esta localidad y otras.

Cuanto á Artes, sólo puede emplearse con provecho una red especial, de 547 puntos, donde queda la Lisa presa, enmallada; porque con los chinchorros, salta y escapa. Tiene el arte antedi- cho, 4 brazas de alto y 60 de largo: ajústanse 4 las veces dos de éstos [18853].

Datos últimos: Peso máx. 3 kilos. Corrida, en Noviembre y Di- ciembre. Cons. loc. f. 2,423 k.; en salazón, 1,445 kil. [Albacete, 1891]. De las crías se dice, que regresan con los padres á las la- gunas y ríos.

Jibara. No tengo datos.

Puerto del Padre. Lo mismo.

Manzanallo. Desarrollo máximo, 4 kilos. Las huevas, en su mayor desarrollo, alcanzan hasta 1 kilo. Se emplean en la pesca seis canoas de seis á ocho hombres y un trasmallo. Después de cogida la Lisa, se abre, escama y sacan las huevas. Estas se sa- lan y prensan al sol, haciendo lo mismo con el pescado. Se cal- culan en el quinquenio 100,000 pares de huevas. Comen fango.

La corrida en Noviembre y Diciembre. La arribazón en Diciem- bre. (?) Permanecen en los ríos y esteros hasta el desoye en que salen. Las hay siempre. Desovan en la ensenada de Morón, en el banco de Buena Esperanza y cabo Crin: Agallas, hasta dentro de los esteros y lagunas, desde cabo Crin hasta Junco. [1883].

Peso máx. 1'840 kil. Corrida, de 15 de Noviembre á 31 de Diciembre: boca de ríos, esteros. Vive en ríos y lagunas. Consu- mo local 1,500 Lisas saladas anuales. Exportación saladas: 7,500 an. No se curan.

Huevas. Máx. 0'460. Mín. 0'195. Consumo local: 500 pares sa- saladas anuales, y se exportan en la misma forma 1,000 pares.

Lebrancho. Máx. 0'920. Liseta. Máx. 0086. [Triana, 1891.] (1)

(1) El nombre que en este caso y en todos sus análogos preceda á la fecha, co- rresponde á la autoridad de Marina que simplemente garantiza los datos en su tiem- po ministrados por orden Superior. No hay que decir, pues á la vista está, que se- fñialo lon conceptos agenos con los signos tipográficos correspondientes, como cumple entre gentes de bién.

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DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 471

Guantánamo. No se conoce Galambote. Se llama Lebrancho cuando pesa 3 kilos, su máximum. Liseta, por su menor tamaño. Lomo negro. Vientre blanco. Pectorales amarillosas. Peso 180 gramos á 3 kilos. Debe venderse de 250 gramos en adelante. Las huevas pesan hasta 180 gramos. Se pesca poca Lisa y se vende fresca. No se exportan huevas. Come arenitas y fango. Frecuen- ta distintos braceajes y clase-de fondos. No se conoce corrida ni arribazón. Siempre es muy poca. Solo se ha observado que en Mayo y Abril está huevada. (Como en Mántua y San Cayetano.) No se sabe de puntos de desove. Como en Marzo y Abril se en- cuentran huevadas, será suficiente la veda de Abril á Mayo. La razón es favorecer la mayor propagación de la especie. Se crée que las crías son sedentarias. Se emplea solo trasmallo. (1883).

Abunda todo el año. No desova en este punto. (Periu, 1891).

Santiago de Cuba. Nose conoce el Galambote. El Lebrancho es más oscuro y crecido. El nombre Liseta se basz en el tamaño menor. Cuerpo blanco. Lomo y vientre cenizos, como las aletas. Desarrollo máximo, 500 gramos. Las huevas sólo 60 gramos. Co- me fango. Fondos cenagosos de 2 á 23 brazas. La corrida del Le- brancho, de Noviembre á Diciembre; de la Lisa, de Abril á Ma- yo (?). No se conoce arribazón. La poca que hay es sedentaria; Se crée que el desove tiene lugar por Cabañas y Aguadores, den- tro del puerto. Las crías son sedentarias. Se emplean trasmallos, con cuyo arte sólo se cogen enmalladas; es decir, las que por su desarrollo no pueden atravesar la red y quedan trabadas en las mallas. (1883).

Los últimos datos asignan al Lebrancho: Peso máx. 2 kilos, corrida en Enero y Febrero, en las costas, y residencia en la bo- ca de los ríos. A la Lisa: Peso máx. 1 kilo; corrida en Diciem- bre. Consumo local, frescos ambos. (Elizalde, 1891).

Baracoa. No se conoce el Galambote. Suelen nombrarla Le- brancho. La pequeña, Liseta. Gris oscuro todo el cuerpo. Vien- tre blanquecino. Peso, de 1413 kilos. Las huevas de 60 á 120 gramos. Solo se emplean las Lisas para carnada. Arenívora. Frecuenta poco braceaje, veriles de los cayos. La corrida, en Ene- ro, Febrero y parte de Marzo. No se sabe de arribazones. Siem- pre se encuentran. Las persiguen peces grandes: picudas y otros. Desova en placeres y cayos.

Se recomienda la veda en tiempo de desove. Se ven familias.

472 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Empléase trasmallo, tarraya, chinchorro, todo arte, menos anzue- lo, por ser escasa y aplicarse nada más que para carnada. (1883). San Juan. (Pto. Rico) Máx. 11'50 k. Corrida en Diciembre. Arribazón, de Septiembre á Marzo. Cons. local fresco: 4,600 kilos. (J. Cortés, 1891). Para completar los datos relativos á la Lisa, condenso

los que poseo de su pesca y demás enunciados— 1884—en

PUERTO RICO.

Cabo Rojo. Existe un corral. Se halla en la ensenada del Bo- querón, al E. da la Punta de Melones, meridional de dicha ense- nada. En su construcción se emplea estacas, varas y bejucos. Forma una empalizada, que se afirma con las estacas clavadas en el fondo, y mide 33 metros de longitud y 1* 57 m. de alto, so- bre la superficie del mar. No es permanente: solo se arma en época determinada. Julio Ó Agosto casi en el mismo lugar. Sitúase en uno de los parajes, más estrechos del caño, á distan- cia de 6 á 7 metros de su boca. Quedan instalados hasta Enero ó Febrero, en que son desarmados. Con la Lisa se suele coger Robalos y Corvinas. No se estiman dañinos los corrales, porque los pequeños pasan á través de los claros de la empalizada. (1) Las mallas miden 2 pulgadas ó 5 centímetros, dato que se confir- ma al absolver la pregunta 11%, diciendo que se usa la nasa en Noviembre, Diciembre y Enero, y la tarraya en Julio, Agosto y Septiembre; siendo la malla de una y otra, de dos pulgadas.

Ponce. Hay en el distrito dos corrales: umo nombrado Caño Hondo, y el otro Las Majaguas, inmediatos. Se componen de Pa- lo bobo y de mangles. Forma circular, con 5 varas de N. á $. y de E.4 O. No son permanentes. Se arman á principios de Ene- ro y se desarman á fines de Febrero; no volviéndose á armar has- ta la misma época del siguiente año. No se usan redes para esta pesca, y los claros del tejido de bejuco son de media pulgada (2).

Manati. Los corrales pesqueras de este distrito, son tres: Mero, Gomez y Hénica, en el rio Manatí. Constituyen una empalizada de palos y cañas, formando unos chiqueros para el encierro de los

(1) Importa conservar la cría, seguramente; pero más, mucho más, no destruir todas las hembras enovadas, exterminando así los gérmenes por millones de millones.

(2) Como si se dijera, de malla ciega, tan justamente prohibida por dafiina. Qué puede escapar, á través de una malla cuya luz apenas mide 3 centím. cuadrados?

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 478

peces. Atraviesan el rio de un lado á otro, hasta su margen; y en el medio hay una puerta, que se abre para el paso de embar- caciones. Son permanentes por el tiempo de su arriendo, y se arman solamente en los puntos que están marcados, pero tan luego se aprueba por la Superioridad el remate correspondiente. Se emplea el corral para toda clase de pescado. Cuanto al daño que pueda causar sólo se manifiesta que “impide algún tanto las corrientes del rio por la estacada que se tiene formada desde una margen á otra.” La malla, de 1 á 2 pulgadas en cuadro; séase de 41 á 9 centímetros (1).

Guayama. Arroyo. Solo un corral, “en el barrio de Jobos, lu- gar de las Maricas, á la parte N. O., canal único de comunicación entre el puerto de Jobos y la laguna á donde acude la Lisa.” Es- te canal, único y angosto, comprende dos pesqueros: uno llamado Gerardo, y á cierta distancia el otro que se nombra Jaime. Pare- ce que este último resulta supérfluo, pues “considerando que es un mismo canal y que después de haber entrado el pez en la la- guna (2), se ponen entonces las redes á la entrada, se compren- derá fácilmente que, bien hechas estas redes, ninguna Lisa las puede atravesar, para entrar en otras que se pusieran atrás,” etc. En la construcción del corral, “se usan varejones que clavados en el suelo y entrelazados forman la red.” Cuanto á detalles, se consigna que “el corral está hecho en forma de círculo, con una entrada por la barbilla, que tiene una puerta con un tenate Ó nazo de malla. Se pesca la Lisa grande sin perjudicar las crías. El punto donde queda acorralada la Lisa, dentro del corral, se lla- ma chiquero; y los estribos, para atajar el pez y hacerlo entrar, se llaman calada. (3) Las caladas ocupan ocho varas castellanas, y

(1) No es correcta la reducción, pues á una pulgada cuadrada corresponden 5'95 centímetros cuadrados.

No se anda con reparos: los corrales son prmanentes, se les aplica á toda clase de pesca; y aunque se extienden desde una margen hasta la otra, cerrando comple- tamente el paso á todo bicho viviente, no causan más daño que impedir algún tanto la corriente del rio. Dígase luego que ya no se hacen milagros! A ser justos, la cul- pa no es de los pescadores, en este caso ni en sus análogos, seguramente.

(2) ¿Al terminar la época de reproducción anterior? —J. V. *

(3) Proceden de ambas márgenes, formando un embudo, cuya parte estrecha co- rresponde á la barbilla: por donde entran los peces en el chiquero que los acorrala— según el dibujo que se acompaña. Como las mallas para el atajo y encierre estén bien hechas y de seguro que lo estarán ninguna Lasa las puede atravesar. Mas, por si acaso, las espera el segundo corral: nulla est redemptio.

T.. 1:50

474 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

los chiqueros una y media varas cada uno. Por donde entra la Lisa, sin poder salir, se llama barbilla.” El corral no es perma- nente: solo se arma durante la pesca de la Lisa, desde fines de Octubre á Marzo. No se emplean redes: solo “varejones clavados en el suelo y entrelazados.” Se manifiesta, por último, que “se cree conveniente no permitir otro sistema que el aquí establecido; así como se debe prohibir aude nadie por la laguna, porque de- positando la Lisa sus ovarios en el lodo, pueden pisarse, y destruitr- se las crías, que contiene miles cada hueval.” (1).

Guánica. Aunque al principio se niega la existencia de co- rrales pesqueros, dícese después: que en su construcción se em- plea chinchorros de ahorco (2) de dos pulgadas en cuadro, y que también se pesca con tarraya; que las dimensiones de aquel arte son, dos brazas de ancho y ciento de largo; que se arman por cierto tiempo, sin que se sepa con seguridad por cuánto ni en donde; que se emplea para toda clase de pesca, sin causar daño ninguno; y que, según los peritos, no se puede modificar. (3)

Puerto Rico. San Juan. Los corrales del distrito son ocho, si- tuados en los rios de Palo Seco, Dorado, Loiza y Puerto Nuevo, en los caños de Piñones, Martín Peña, Boca de Cangrejos, y en la Laguna de San José. Construídos con cañas cimarronas y be- juco blanco. Ocupan todo el ancho del rio ó caño donde se ha- llan colocados. Los mayores, que son el de Loiza y Boca de Can- grejos, tienen de 125 á 130 metros; y el menor, que es el de Puer- to Nuevo, unos 40; variando la profundidad, de 1 á 2 metros. Son

(1) Por ventura ¿la Lisa verifica las funciones de reproducción en la laguna de referencia? O, lo que es aún menos admisible ¿se trata de capturarla al regreso del mar, después de satisfecha la necesidad genética? Sólo puede pensarlo, quien ignore qué flacos se hallan, qué grado de lasitud exhiben todos los peces, -4 seguidas de aquellos actos.

Si causa legítimo asombro que aún haya peces donde tal sistema privara, toda- vía mayor debe producirlo su encomio. En ésto que no cabe duda alguna. Así nos luce el pelo en industrias piscícolas. Somos tributarios del extranjero por millones de pesos anuales en este solo concepto, cuando tan holgadamente pudiéramos volver la oración por pasiva.

(2) Debe ser el trasmallo de horca y de tres paños. Arte muy usado en rios y en el mar. Consta de tres redes, pero de igual ancho y largo, unidas por ambas orillas. Le hay de dos paños.

(3) Este informe, entre tantos, muestra cómo y en cuánto la desconfianza - por no decir mala inspira los datos facilitados á la Autoridad local, que en tales ca- sos es simple transmisora, desgraciadamente para todos.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 475

permanentes: siempre están colocados. Se aplican á la pesca de Lisas, Robalos, Pargos y Mojarras. No causan daño ninguno. Para la Lisa se emplean mallas de 70 m¿m., como mínimum; y para la Jarea, de 40 m¿m. Además del corral, se usa para pescar la Lisa, las tarrayas y los trasmallos. Se pesca las lisas, de Noviem- bre á Febrero; las jareas, durante todo el año. (1)

(1) Se llama Jarea, á la Lisa joven, pequeña. Cuanto queda consignado, es ex- tracto del informe ministrado en Mayo de 1884, por la Comandancia Principal de Marina de Puerto Rico, relativamente al distrito de la capital. Atiéndase á que los corrales están construídos con cuñas y bejuco; que las mallas tienen de 4 á 7 centi- metros de luz; que los corrales son permanentes; que además de la Lisa —- desde No- viembre hasta Febrero se aplican en esta parte del año y en el resto, puesto que “siempre están colocados,” á los robalos, á los pargos, y a las mojarras; sin que por consiguiente se observe la veda prescripta, en la época de reproducción de tan im- portantes especies. Y sin embargo, en todos los informes se dice que los corrales no

. causan dafio ninguno.

Seguirán así las cosas todavía? k

HIGIENE PÚBLICA.

Moción apropósito del Canal Albear

por el Dr, C. Donoso.

Sesión DEL 12 pe Febrero DE 1898.

El canal de Albear, abriendo su cauce en la ciudad de la Habana, proporciona un elemento de salud y riqueza para esta población, si se saben aprovechar los beneficios que este pueda proporcionar.

La conducción al abrigo de la multitud de productos perniciosos que vician generalmente las aguas, que al des- cubierto abastecen á las poblaciones como sucedía con el Almendares, garantizan su pureza; y las aberturas practica- das á distancia, resguardadas por construcciones adecuadas al objeto, comunican estas aguas con la atmósfera y perml- ten que se aereen y purifiquen, quemando las materias or- gánicas que pudieran contener y dando lugar á la evapora- ción del ácido carbónico que facilita la solución de los car- bonatos calisos dejándolos precipitar por su insolubilidad y mejorando la potabilidad de estas aguas.

El aseo de las poblaciones y el cuidado de la salubridad pública son deberes inherentes 4 los Municipios; una de sus principales atenciones debe ser abastecer á4 los pueblos confiados á su cuidado, de las aguas más puras y en la ma-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 477

yor cantidad posible para sus necesidades y el de la Habana ha llenado su deber con la construcción del canal Albear; pero hasta el presente resulta incompleto este servicio.

Ya que en tan grande proporción obtenemos ese fluido, porque no se reparten en las calles ramales que provistos de surtidores á distancias convenientes, 4 manera de grifos rieguen su pavimento tan necesario de él, para refrescar el ardiente calor de nuestro clima y apagar las nubes de polvo que con tanta frecuencia se eleva en nuestra atmósfera, con perjuicio de la salud pública en el aparato respiratorio, oca- sionando las afecciones de garganta y quizás croup y otras afecciones no menos perniciosas.

Y no es esto solo; ese caudal de aguas que llega á nues- tras casas, que se hace de él después de utilizarlo en las necesidades á que se destina? No habiendo depósitos de sustancias en descomposición que vicien más nuestra atmós- fera, resultando inútil su abundancia, y por otra parte, ese esceso de aguas que se desperdicia (pues como decía el se- ñor Albear cuyo recuerdo debe ser imperecedero entre nosotros, habría agua para abastecer 4 cuatro Habanas), ese caudal decimos, porque no se utiliza en lavar nuestras cloa- cas tan llenas de inmundicias y de gérmenes perturbadores de nuestra salud.

Un servicio de cloacas d alcantarillas bien dirijido, basa- do sobre un plano de nivel de alturas de esta población y que partiendo de los puntos más elevados y ramificadas convenientemente para facilitar por todas ellas y con los de- clives necesarios el curso de las aguas permitiría que no solo el desperdicio de las plumas fuesen á ellas, sino que durante la noche en que no se hace necesaria el agua del acueducto, se derramase este en los puntos más elevados y corriendo por todas ellas mantendría en constante limpieza estos canales que hoy son la amenaza perpétua de nuestra salud.

Este sistema de cloacas tan necesario para el aseo de las

478 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

poblaciones existe en algunas de las principales ciudades y el Sr. de Albear reconocía esta necesidad cuando nos decía que se iba á ocupar del alcantarillado de la Habana y quizá lo hubiera realizado si la muerte no nos lo hubiera arrebata- do antes de completar su obra.

No se nos arguya el excesivo costo que esta obra ha de ocasionar como un obstáculo para intentar su construcción. Realizada por subasta pública y con la mayor economía po- sible no faltarian contratistas que en vista de la extensión y número de cloacas que se han de construir pudiera ofre- cerla á poco precio el metro de longitud que repartido entre el vecindario que recibe el beneficio, en proporción al nú- mero de metros del frente de sus edificios, ocasionando una erogación poco costosa pues correspondería 4 cada vecino por metro de frente la mitad de lo que el contratista cobra- ra por el metro, que pagarían gustosos en cambio del bene- ficio que habrían de reportar.

Estas observaciones que me ha sugerido la traida de las aguas del canal Albear, en condiciones de las” constantes quejas de la insalubridad y falta de limpieza de esta capital las someto á la respetable consideración de esta Corporación encargada de velar por la higiene pública para que si lo estima conveniente fije su atención sobre el particular y con más ilustración les de publicidad en sus acreditados ÁwaLes ó si lo juzga oportuno lo haga llegar á conocimiento de la Autoridad Superior ó al Excmo. Ayuntamiento de esta Ca- pital por si se dignan tomarlo en consideración.

—_———- Y e

MEDICINA LEGAL.

Informe en causa contra el moreno J. P. P., por homicidio. LEIDO EN SESIÓN DE 28 DE OCTUBRE DE 1888.

El Juzgado de Primera.Instancia del Distrito de la Ca- tedral á consecuencia de un exhorto del Juzgado de San Cristóbal, consulta 4 la R. A. en la causa seguida contra el moreno J...J... P... por asesinato, para que esta Cor- poración informe “si la herida que recibió el moreno P. .. era Óó no mortal por necesidad, é inmediatamente des- pués de inferida, y también acerca de las declaraciones y conclusiones médicas del Licenciado en Medicina D. KR... Mases

La Comisión de Medicina Legal ha recibido, en debida forma, copia testimoniada de varios lugares de la causa, en la que constan: 1% La diligencia del reconocimiento judicial que dice: “que en el Potrero Juan Pastor y en uno de los cuartos destinados para vivir la dotación, hallaron un catre y en él 4 un hombre de color negro, como de treinta y cin- co años de edad, con la cara al cielo en posición natural, con el brazo derecho en posición vertical 4 la cama y el 1z- quierdo la mano apoyada sobre la ingle del mismo lado* ambas piernas algo recogidas é inclinada la izquierda sobre la derecha, el cual presentaba una herida sobre la tetilla

480 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

izquierda, inferida al parecer por instrumento punzante y cortante, y de carácter mortal, hallándose el catre teñido en sangre, sin que en la habitación ni en ninguna otra parte de su cuerpo se notase señal ó indicio de lucha ó violencia, ni rastro de sangre en ninguna dirección. 2% Reconoci- nwiento facultativo y autopsia—que reconocido en su hábito exterior el cadáver del moreno P... P..., sólo le encontró una herida penetrante de pecho, situada sobre la región precordial, un centímetro hácia arriba de la tetilla izquier- da, como de pulgada y media de extensión, de bordes re-

gulares, hecha al parecer con instrumento punzante y cor- tante; en el resto del cuerpo no le encontró señales ni vestigios de violencia de ningún género; en la autopsia se encontró, que la herida de que se deja hecha mención, 1n- teresó desde la piel hasta ambos ventrículos del corazón: en las demás cavidades nada digno de llamar la atención. Supone que la muerte fué producida por necesidad por la herida descrita. 32 Ampliación de la anterior declaración. Preguntado si por la situación y condiciones que presentaba la herida del moreno P... P... pudo éste encontrarse de pié y de frente al agresor al serle inferida aquella, ó si cree que estuviera acostado y dormido cuando la recibió y si la muerte debió ó no ser instantánea, dijo: que supone que es- taba acostado y dormido, pues la herida fué mortal, instan- tánea, al extremo que cree que al sacarle el instrumento, junto con él salió la vida; no era posible que estando para- do y de frente pudiera haberse acostado después de la heri- da. Preguntado si fué imposible el moreno P... acostarse después de herido 6 si fué en consecuencia muerto en la cama, dijo: que cree que el referido moreno haya recibido la herida que le produjo la muerte, acostado, no pudiendo precisar si estaba dormido ód despierto, pero supone que estaba dormido, porque si hubiese estado parado, hubiera caido en el punto donde recibió la herida y no hubiera guar- dado la posición en que se encontró, puesto que hubiera

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 431

habido huellas de sangre en más puntos que en los encon- traron, que fué en la cama, y eso solamente hácia el lado izquierdo del pecho y en el lugar correspondiente de la ca- ma al lado herido; esto en cuanto á las manifestaciones ex- teriores del pecho, y en cuanto á la apreciación cientifica puede precisar el exponente que cualquier individuo que hubiese recibido la lesión que hizo sucumbir á P... P..., que fué mortal por necesidad, instantáneamente, por haber- le dividido el corazón en sus cavidades ventriculares en dos partes no podía éste apenas seguir cumpliendo sus funcio- nes fisiológicas y siendo estas tan Importantes para la vida que interrumpidas por un instante, en ese mismo instante queda el hombre privado de la vida, es por lo que el expo- nente no tiene inconveniente en afirmar que en el momen- to en que P.... recibió la herida esta le causó la muerte instantaneamente y es de presumir que la recibiera dur- miendo ó al menos acostado porque el no tener esta posl- ción al recibirla, parece imposible que tan perfectamente hubiera guardado la posición que conservaba al ser exami- nado sin huellas de sangre en otro lugar que en el indicado. Llámase herida mortal por necesidad aquellas que ma- tan por solas y sin la ayuda de otras circunstancias que vayan á darles más gravedad, lo que acontece con las lesio- nes que afectan órganos encargados de funciones esenciales á la vida. La herida que recibió el moreno P.... P.. ocupaba la región precordial, con una etxensión de pulgada y media, de bordes regulares, interesando desde la piel has- ta los ventrículos que estaban divididos, por consiguiente esta lesión afectaba á un órgano importante para la vida, que cuando deja de funcionar también deja de vivir el suje- to, y que en la herida que había recibido había perdido to- das sus condiciones fisiológicas, y dado esa herida es de necesidad que el sujeto muera, porque la lesión es incompa- tible con las leyes fisiológicas, y por lo tanto la herida era mortal por necesidad. La muerte en los casos de herida en

482 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

el corazón, y de la extensión ya señalada, es casi instarntá- nea y en que el herido apenas pudo ejecutar movimiento alguno, cayendo muerto en el mismo lugar donde son heri- dos, así es que la posición que tenia el moreno P..... en la cama, y la sangre que únicamente había en su lado izquier- do del pecho, dada la herida que había recibido, eran datos suficientes para asegurar que en esa posición fué herido, por lo que el ponente de la €. de M. L. somete á la considera- ción de U. $. lo siguiente:

12 Que la herida que recibió el moreno P.... P.... era mortal por necesidad, y

2" (Que las deducciones que incluimos médicas del Ldo. D.R.... M.... se hallan ajustadas á la ciencia,

Dr. MicuEL Riva.

INDICE O

Págs.

REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAs Y NATURALES DE LA HA- BANA. Sesión pública ordinaria del día 22 de Enero de 1893, por el ps Dr. Vicente de la Quardia........... A A O A ESA Discurso DE RecErCcIÓN —De las relaciones entre q diversos estáid EA e gicos, consideradas en el individuo y en la série ancestral y hereditaria. (Sesión extraordinaria del día 12 de Febrero de 20 por el Dr. Arís- ANETO En ARRE AOS Ne U LS PERA Puro e DISCURSO DE CONTESTACIÓN, por el Dr, Luis Montamé o.occononcninnornnos RS 0) REAL AcaDEMIA. Sesión pública ordinaria del día 12 de Febrero de 1893,

porel Dri Vicente dela Guarda: coaooorh door ata casio cena as la iva dar davioa sos, RO > Sesión extradrdinarid.mocnone corncnnonaracopcannne rencor TON RE o “ZooLoGra.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. Juan Villró.ocrooiocicnncnc. . 169

HIGIENE PUBLICA. Moción á propósito del Canal Ea por el Dr, C. Do-

MOB ad Id ri ira Tareas daa e o caca O en MEDICINA LEGAL.—Informe en causa contra el moreno J. P. P., por homici- qa

dio, :por, el Der Miquel Jlav0 Baranda coso oa do Usd vo Noa ely Ade dy e sor ion e : ENToMOLOGIA.—Contribnción al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu- :

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 16 aparte).

CONDICIONES aj so SUSCRICION. do Los ANALES DE LA ACADEMIA se poRicah el día 15 de cada mes. Y El precio de la suscrición es “UteHL-75 centavos plata por semestres adelantados j

en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla. ; En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se yen-

den: los 26 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de

los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal Higiene Pública: la Flora Cubana del

Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana

del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patolo ogta y Antigiiedades de la Isla de h

Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de di Moluscos Cubanos,

porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman.

por el Dr. Finlay.

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DE LA

“REAL ACADEMIA

DE

CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

DE LA HABANA.

REVISTA CIENTIFICA

DIRECTORES:

D. José 1. Torralbas y D. Marcos de J. Melero.

ENTREGA 343.

TOMO XxIX. ABRIL 15.

PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION . “CANJE Y CORRESPONDENCIA

ds É DIRIGIRSE DIRIGIRSE

o A ORD. MISTEL RIVA | Al Secretario general de la Real Academia de Ciencias, TESORERO DE LA REAL ACADEMIA E CALLE DE CUBA

CAMPANARIO NUMERO ag5. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.)

HABANA.

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 1893.

REAL ACADEMIA,

Sesión pública (cientifica) del 12 de Marzo de 1893.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES. Presidente, Dr. Lastres: Doctores F. (E. del Valle (socio de mérito), Santos Fer- nández, Torralbas ( D. J.), Casuso, Lavin, Mestre, Pla- sencia (D. To), y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión 4 las dos de la tarde y no habiendo número suficiente de Académicos para celebrar sesión ofi- cial, según previene el Reglamento, se determinó que tuvie- se efecto únicamente tomando carácter cientifico, mucho más, encontrándose un trabajo 4 la orden del día del doctor Casuso, relativo á varias observaciones clínicas.

Toma la palabra, seguidamente, el Socio de Mérito Doc- tor D. Fernando G. del Valle y manifiesta, en sentidas fra- ses, toda la satisfacción que experimentó en la última sesión extraordinaria con motivo de la recepción del Dr. Mestre, despues de haber oido la lectura del discurso del Dr. Mon- tané, que le hizo evocar el recuerdo de los Doctores Gutie- rrez, Zambrana, Lebredo, Mestre y otros, que tanto bien hi- cieron, no solamente á la Academia, sino á las Ciencias to- das y al país; el sentimiento de reconocimiento hácia ellos debe ser eterno, la conducta de estos varones debe ser iml-

tada, y, en este sentido, confía que todos los Académicos T. xx1ix—61

484 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

pospongan al interes general los pequeños rozanamientos tan comunes en Instituciones de la naturaleza de esta, por más respetable que puedan ser consideradas; y es seguro que to- das esas pequeñas disidencias, pudiérase decir, sean cual li- geras nubecillas que con facilidad desaparecen, por último, agrega, siente con el corazón no poder tomar una parte activa en las discusiones Académicas, por los achaques pro- pios á su edad, causa igual que le imposibilita asistir 4 las sesiones con la frecuencia que quisiera; ya al final dice, que la manifestación que hace ahora trató de efectuarla en la úl- tima sesión terminado que fué el discurso del Dr. Montané, pero parece que no se le oyó al solicitar la palabra, motivo por el cual vióse obligado á desistir de su empeño.

Contesta el Presidente al Dr. Valle haciéndole presente la satisfección que experimenta al oirle; que ha sido el sa- bio Valle, maestro de todos, causa por la cual su personali- dad nunca podrá pasar desapercibida, y que si en la sesión anterior no habló fué ciertamente porque con motivo de ha- ber abandonado sus asientos los Señores Académicos tan pron- to como concluyó el Dr. Montané, no se oyó al Dr. Valle cuando se sirvió dirigirse á la Presidencia para pedir la pa- labra, lo cual una vez más deplora.

Despues de dar las gracias el Dr. Valle á la Presidencia por las manifestaciones que acaba de hacer, habla el Doctor Mestre y 4 su vez da las gracias al Dr. Valle por las pala- bras de afecto dirigidas 4 la memoria de su señor padre.

El Dr. Casuso, á la orden del día, antes de entrar de lle- no en el asunto de que va á tratar, dice, que espera que el Dr. Valle continuará como hasta aquí, á pesar de sus años, asistiendo á las sesiones de la Academia, que es de aquellos pocos hombres de ciencia que jamás ban sido refractarios al progreso, y por lo mismo ve siempre su presencia con agra- do en la Corporación; y en lo que se refiere á las nubecillas de que ha hablado, hace constar que no son tales nubeci- lus: en este país, como en todos, se lucha con más ó menos

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 485

pasión por el adelanto de la ciencia; todos los quesiguen la marcha del movimiento cientifico, saben que en la Acade- mia de Medicina de París, por ejemplo, tienen lugar polémi- cas ardientes, apasionadas hasta cierto punto, y sin embargo, esas discusiones no influyen absolutamente nada en la mar- cha segura de la Corporación.

Y terminado este pequeño incidente pasa á dar cuenta de los casos clínicos de que se h:* hecho mención, en la for- ma siguiente:

L.— Laparotomía por embarazo extra-uterino.—Felipa Sa- bistion, de raza negra, natural de Guanajay, de 34 años de edad, fué enviada á nuestra consulta por el Dr. Dueñas.

A los 14 años tuvo su primera menstruación, que siguió presentándose con regularidad, de tres á cuatro días de du- ración y una sola vez al mes; ha tenido tres partos á térmi- no, normales á los 15, 16 y 19 años, ningun aborto; buena salud habitual, es mujer de fuerte constitución, aunque de algunos meses á esta fecha ha adelsazado bastante. En Mayo de 1892 faltó el periodo menstrual que no ha vuelto á tener desde entonces; dicha suspensión fué seguida de los trastor- nos que acompañan el embarazo y de algunos dolores de vientre que le hicieron consultar al Dr. Dueñas, el cual la elvisitó varias veces, teniendo con razón algunas dudas sobre diagnóstico. Esta mujer se quejaba de dolores en la cavidad abdominal y gran sensibilidad 4 la: más ligera exploración de dicha cavidad, todo esto acompañado de náuseas, inape- tencia, insomnio, etc. Auscultada por el Dr. Dueñas le pare- ció percibir los ruidos del corazón fetal, pero solo una vez y de un modo bastante obscuro para suponer, al no apreciar- los en exámenes sucesivos, que había cometido un error de auscultación; otra vez notó el levantamiento rápido y par- cial de la pared abdominal como el producido por el feto en sus movimientos activos; al tratar de apreciarlos por la pal- pación nada pudo sentir. En esas dudas se llegó al fin del noveno mes, época en que observaron fenómenos análogos á

486 - -* ANALES DE LA REAL ACADEMIA

los que acompañan al parto, dolores, pérdida sanguínea y serosa en bastante cantidad, mucosidades, fluxión mamaria y á las cuarenta y ocho horas secreción láctea abundante y escalofríos, permaneciendo cuatro días en cama; los dolores se calman sin desaparecer la sensibilidad á la exploración ni la inapetencia. Ella nos asegura haber percibido los mo- vimientos del feto antes de los trastornos del noveno mes y que de entonces á la fecha no ha vuelto á sentirlos; la secre- ción láctea ha disminuido, asi el volúmen del vientre. Acompañado del Dr. Dueñas, procedo al exámen de esta mujer en mi consulta, el día 5 de Marzo del corriente año; acostada en decúbito dorsal y doblados muslos y piernas, descubro el vientre aumentado de «volúmen, simulando un embarazo de siete meses próximamente, la línea blanca os- cura, no hay requebrajaduras ó;estrias en la pared abdomi- nal, á la palpación se nota fácilmente la presencia de un tu- mor inclinado de izquierda á.derecha que ocupa el hipogas- trio, las fosas iliacas, pasa por el ombligo, se dirige al hipo- condrio derecho y flanco del mismo lado. El tumor fluctuan- te, liso, regular, movible en sentido transversal, poco movi- ble en sentido vertical, no pudiendo apreciarse movimientos fetales ni parte alguna fetal, porque la distensión de las pa- redes del tumor impidieron el exámen completo de su con- tenido, y muerto el feto, la maceración de éste trae su falta de resistencia, su blandura y de ahi la dificultad en el diag- nóstico. Nada.á la auscultación. Al tacto vaginal encontra- mos los fondos de saco libres, el cuello uterino duro, de ta- maño casi natural, el segmento inferior del útero y toda la porción accesible del cuerpo que se encuentran en retrover- sión, dura y movible; comprimiendo. el tumor á través de la pared abdominal se alcanzaba por el tacto vaginal, pero de un modo confuso, sin aclarar nada; el tacto rectal fué de gran utilidad, rechazado el órgano hácia abajo y atrás por la presión del tumor á través de la pared abdominal pudimos alcanzar el fondo del útero al través de la pared rectal,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 487

arrastrarlo hácia abajo con el dedo y apreciarlo en su forma, volúmen y consistencia, asegurándonos de ese modo, que el tumor, cualquiera que fuese su naturaleza, se encontraba fuera del útero; el tacto rectal nos permitió apreciar la con- sistencia blanda del tumor, pero ninguna parte fetal; la ex- presión de las mamas daba salida 4 una pequeña cantidad de leche; la areola oscura y la hipertrofia de los tubérculos de Monteomery completaban el estado de los pechos, bas- tante flacidos por otra parte.

Los antecedentes de esta mujer, los datos suministrados por el Dr. Dueñas y el resultado del exámen son datos sufi- cientes para establecer el diagnóstico de embarazo extra- uterino y aconsejar la operación que fué desde luego acep- tada.

El 7 de Marzo entra en la Quinta de Higiene, toma un baño general, al día siguiente un purgante y un gramo de salol en las veinte y cuatro horas, su enema bórico é inyec- ciones vaginales de bicloruro, al uno por tres mil.

El 10 de Marzo procedo á la operación auxiliado por los Doctores €. Delgado, Millán, Dueñas, Saladrigas, Casariego, Galindo, el alumno E. Nuñez y en presencia de algunos comprofesores y alumnos. *

Incisión de diez y nueve centímetros en la línea de elec- ción, del ombligo al púbis, la pared abdominal bastante del- gada permite la fácil llegada al peritoneo, que incindo en toda la extensión de la herida, destruyo algunas adherencias epiploicas y secciono otras entre dos ligaduras, protejo la cavidad abdominal con paños de vasa fenicada colocados entre los bordes de la herida y el tumor, abro éste con el bisturí, saliendo cerca de un litro de líquido amniótico ver- doso oscuro, debido á su mezcla con meconio; el feto muer- to, macerado en presentación de nalgas, fué fácilmente ex- traido, corto el cordón umbilical y procedo á la enucleación de la bolsa quística con los anejos fetales, que fué fácil.

La trompa izquierda al nivel del pabellón daba inser-

ASS ANALES DE LA REAL ACADEMIA

ción á la placenta; el ovario alargado por la tirantez de la trompa; el desarrollo del feto tuvo lugar al nivel del pabe- llón, sirviéndole de cubierta externa el ligamento ancho, grueso y resistente, análogo por su espesor y dureza á la cu- bierta de los quistes dermoideos; la variedad subperitoneal de este embarazo y la protección suministrada por el liga- mento ancho explican la ausencia de los fenómenos perito- neales marcados; el pediculo formado por tres ligaduras de seda fenicada y cauterizado con el termo quedó abandonado en el vientre, cubiertas las asas intestinales con el epiploon, cerré el vientre con tres planos de sutura y cubrí la herida con lodoformo, gaza, algodón y un vendaje de franela, siendo trasportada á su cama en magníficas condiciones.

Solo puede sentirse en este caso que las dudas en el diagnóstico antes del noveno mes no hubieran podido ser aclaradas á tiempo, el éxito completo para la madre hubiera alcanzado hijo.

Este caso como todos los de embarazo ectópico á término, destruye las teorías que quieren explicar la pro- ducción del parto á los nueve meses por la distensión del útero, la tililación del orificio externo ó el acúmulo de ácido carbónico en los senos uterinos, pues á los nueve meses en los embarazos ectópicos, sin concurrir esas circuntancias se presentan los fenómenos que caracterizan el trabajo del par- to, se observa la secreción láctea y muere el feto, lo que prueba de una manera evidente que la causa del parto no es otra más que el perfecto desarrollo á que han llegado los órganos del feto, á quien no basta para su vida las condicio- nes del claustro materno y trata de buscar su salida, y si ésta no se obtiene el feto sucumbe.

La convalescencia de esta mujer no ha sido interrumpi- da por la más pequeña elevación de temperatura y su cura- ción es completa; este caso, el segundo que tengo ocasión de operar, presenta algunas diferencias notables sobre el primero; aquí la extirpación de los anejos encerrados en el

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 489

ligamento ancho izquierdo fué fácil, el sitio en que tuvo lu- gar el embarazo no deja lugar 4 duda alguna, en la primera operada, el embarazo era francamente abdominal, la placen- ta se hallaba ingerta desde la trompa derecha y fondo del útero hasta la parte posterior de la pélvis sobre las asas in- testinales, primitivamente tubaria quizás, se hizo luego ab- dominal y la necesidad de dejar algunas vellosidades adhe- ridas á los intestinos por temor de lesionarlos, nos obligaron al empleo del drenaje, siendo larga la convalescencia; pero una y otra están curadas, ambas pertenecen á la raza negra, en las dos, el feto estaba perfectamente desarrollado, el de esta íiltima pesó seis y media libras, la primera fué operada á los trece meses de embarazo, ésta á los once meses.

IL Quiste del ovario izquierdo.—Ovariotomía.—Dofía N...., natural de la Habana, de 31 años de edad, nulipara de buena constitución, me fué presentada en la consulta por el Dr. Lopez Saul. Esta señora nos dice que hará poco más de un año empezó á sentir dolores vagos, poco intensos del bajo vientre, unas veces con menorragias, otras con metro- rragias ligeras, siendo asistida por el Dr. Lozano (de Caya- jabos; al principio creyó la familia que se trataba de un em- barazo; pero examinada despues por el Dr. Lozano, éste hizo el diagnóstico de quiste del ovario, envió la señora á un es- pecialista de aquí, el cual despues de un detenido exámen en unión de otro comprofesor, creyó se trataba de un fibro- ma uterino. Colocada la enferma en decúbito dorsal y des- cubierto el vientre, se nota desde luego el aumento de vo- lumen de la región hipogástrica, á la palpación se aprecia fácilmente la existencia de un tumor liso, regular, blando, movible en todas direcciones, del tamaño de la cabeza de un adulto; 4 la exploración bimanual, los fondos de saco va- ginales libres, el útero encerrado entre ambas manos puede ser apreciado en su volúmen, forma y consistencia que son normales, el pedículo del tumor se distingue con toda clari- dad á la izquierda, el diagnóstico es de aquellos que no de-

490 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

jan lugar á la más pequeña duda, se puede asegurar que se trata de un quiste del ovario izquierdo pediculado y de lar- go pediculo; trabajo nos costó, sin embargo, convencer al esposo de que aquello no era un fibroma y que la operación era necesaria, el diagnóstico erróneo de fibroma puede tener su explicación quizás por el enclavamiento del tumor en el momento en que fué examinada la enferma; la operación, aceptada al fin, se llevó á efecto en la Quinta de Higiene el día 11 de Marzo con el auxilio de los Doctores Cl. Delgado, Millán, Galindo, Casariego, Lozano, Lopez Saul, alumno E. Nuñez, y en presencia de los Doctores Bueno, Gonzalez y varios alumnos; con las prescripciones antisépticas más ml- nuciosas y cubierto el vientre con gaza 1odoformada, así co- mo la vulva, practico una incisión de ocho centímetros al nivel de la línea media, entre el ombligo y púbis, abierto el peritoneo en la misma extensión, exploro el tumor con dos dedos, no existen adherencias y se confirma el diagnóstico hecho, protejo los bordes de la herida incluso el peritoneo con paños de gasa biclorurada, punzo el quiste con el tro- car grueso del aspirador de Potain, extrayendo litro y medio de líquido, cojida la bolsa con una pinza de Nelaton sale fá- cilmente. el pedículo formado por la trompa y ovario, se secciona entre dos ligaduras, se cauteriza y despues de re- conocer la trompa y ovario derecho sanos, cierro el vientre con tres planos de suturas, peritoneal de catgut, aponeuróti- co de seda y profundo, comprendiendo los tres planos con hilo de plata; la duración total de la operación fué cuarenta minutos; la herida curada con iodoformo, gaza y algudón, todo cubierto con un vendaje de franela; trasportada la en- ferma á su cama, pasa las primeras veinte y cuatro horas sin más molestia que una tos frecuente; por los antecedentes que nos da, está sujeta con alguna frecuencia á catarros algo rebeldes.

La enferma, después de un corto número de dias, aban- dona la Quinta de Higiene completamente curada.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 491

III. Hematocele pelviano.— Refiere despues el Dr. Casu- so la historia de una enferma afectada de hematocele pelvia- no supurado; la paciente ofrecía un tumor en el foudo del Douglas y á cuatro centímetros de la horquilla; el cuello del útero se encontraba detrás de la sinfisis del púbis; se dudó al principio entre una pelvi-peritonitis ó una pio-salpingitis. Se practicó una incisión por la que se conoció se trataba de un hematocele supurado ocasionado por la inflamación que á su vez determinó un embarazo extra-uterino. Se practicó una incisión y se estableció un drenaje dando salida 4 una considerable cantidad de pus; la temperatura despues de la operación siempre ha sido la normal y en pocos días la ope- rada obtiene su curación.

Habiendo transcurrido las horas de reglamento, se dió por terminada la sesión.

T. xxix—62.

REAL ACADEMIA.

Sesión pública ordinaria del 26 de Febrero de 1893.

Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES:—Presidente, Doctor Lastres: Doctores Donoso, García, Mestre, Seidel, Cubas, Casuso, Santos Fernández, Lavin, Plasencia (D. Tomás) y La Guardia, Secretario.

Abierta la sesión á las dos de la tarde y leida el acta de la anterior, fué aprobada.

Se dió cuenta del movimiento de Secretaría, que es co- mo sigue:

CorrEsPONDENCIa.—Oficio al Dr. Villalonga dándole las gracias por su Memoria sobre Terapéutica hipnótica.

Oficio é informe remitido al Presidente de la Sala de lo Criminal de esta Audiencia, en causa contra D. José Marti- nez Osorio.

BisLioreca.—““La Tribune Médicale”, 2* série, número 5.

“Journal d” Hygiéne”, año XIX, número 18.

“International Médical Magazine”, VIT, número 1.

“Revista de Medicina Dosimétrica”, año XV, núm. 168.

“La Independencia Médica”, año XXVIII, números 15 yib7.

“Archivos de Ginecología y Pediatria”, año VI, núme- ros 1, 2, 3.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 493 .

“Revista de Cirujía y Medicina Prácticas”, año XVII, números 398 y 399.

“Gaceta Médica de Granada”, año XI, números 229 y 230.

““Anales de la Sociedad Española de Hidrología Médica”, tomo IX, número 1.

“Boletín de Medicina Naval”, año XVI, número 1.

“Repertorio Médico-Farmacéutico”, año IV, número 2.

“Revista de Ciencias Médicas”, año VIII, número 4.

“El Album”, año IT, número 3.

Seguidamente el Presidente solicitó del Dr. Donoso que volviese á leer su moción á propósito de la inauguración del Canal de Albear, puesto que, como se había acordado en la sesión anterior, se iba á tomar consideración procuran- do así, que los Señores Académicos se enterasen perfecta- mente de todo lo que en ella se hacía constar. El Dr. Dono- so da lectura á su moción.

Terminada que fué, hizo uso de la palabra el Dr. Cubas exponiendo que, á la verdad la moción del Dr. Donoso ca- recía de base, pues antes debió haber demostrado la potabi- lidad de las aguas del Canal de Albear, y según se había enterado por un periódico, estas aguas, para el consumo de la ciudad, eran las peores de América; que el trabajo te- nía algo de imaginativo, careciendo de valor práctico, y por último, que los análisis de esas aguas llevados 4 efecto por químicos de otras épocas, eran incompletos por no tener los referidos químicos la competencia necesaria para esa clase de estudios.

El Dr. Donoso, responde, que su proposición no tenía otro objeto que utilizar el exceso de aguas del Canal de Albear para la limpieza en general de la población, y que en este particular la potabilidad del agua no habia para qué discutirla, es sabido que para las cloacas no se hace necesa- rio aguas puras de ninguna especie. Cree que el asunto que ha venido á tratar es de extremada importancia para la Hi-

494 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

giene Pública, y corresponde á los Ingenieros llevar á efec- to la resolución del problema que ha planteado. :

El Dr. Cubas replica que insiste acerca de lo que dijo anteriormente.

En el uso de la palabra el Dr. Santos Fernandez, dice: La moción del Dr. Donoso reviste gran importancia, y asi lo entendió la Sociedad de Higiene cuando sometió á discu- sión el tema de utilizar las aguas del Canal de Albear en bien de la población, despues que esas aguas hubiesen sido empleadas para las necesidades particulares é industriales. Se indicó en el seno de la sociedad los temores de que las cañerias no resistieran la cantidad de agua por no ser todas nuevas, y se inundase la población, esto quedó demostrado que no era posible. Señalóse la conveniencia de dar salida 4 las aguas que sobrasen del consumo de las casas y no des- bordasen los escusados en las calles. Se habló del imperfecto alcantarillado de la Habana, tratándose de estudiar éste, nombrándose una Comisión para que visitase al Ayunta- miento: el resultado de esa visita fué conocer que el Muni- cipio carecía de un plano del alcantarillado y que este ser- vicio no estaba sometido 4 ningún trazado científico, las alcantarillas se hacian al capricho de los vecinos sin estudios de los declives ni ocuparse de la forma que había de darse- les, todas son cuadradas. De estas manifestaciones surgió el convencimiento de que en la Habana era imposible estable. cer el sistema de los grandes colectores como en Lóndres, París, Madrid y otras poblaciones. Se demostró también que tampoco estos se necesitaban, y dado el progreso de los estudios bacteriológicos era un hecho comprobado que los colectores no sirven á otra cosa que para llevar por toda la población los gérmenes que en ellos circulan, debido á su comunicación fácil con el exterior. Las poblaciones pueden dar salida á sus excretas por tubos de tierra cota, sin comu- nicaciones al exterior, y esto es fácil de hacer en la Haban; se trata de ensayarlos en la calle de la Muralla, al mismo tiem-

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 495

po que el adoquinado de madera. Para el drenage de la po- blación por medio de tubos, como tal vez usaron los Roma- nos (pues los que se encuentran en las escavaciones de la Roma antigua pudieron tener este destino) conviene estu- diar el sistema de los pozos Mouras. Merced á estos pozos todas las sustancias excrementicias se disuelven, y todo el contenido de una letrina ó de un sumidero, sale convertido en un líquido inodoro que pucde ser conducido á donde se quiera por tubos de escasas dimensiones. En el Laboratorio de la Orónica Médico-(Juirúrgica existe un modelo en pe- queño del pozo Mouras, para con él hacer los estudios mi- crobiológicos, no realizados que se sepa aún y de su re- sultado habrá de darse cuenta oportuna á la Academia. En una palabra. La Sociedad de Higiene ha tratado esten- samente cuantos particulares se relacionan con la moción del Dr. Donoso y 4 los Ingenieros Militares Amigó y Gonza- lez, así como al Dr. Wilson corresponde el honor de haber iniciado trabajos tan interesantes relacionados con la salud pública, por lo tanto propone que la Academia estudie la manera de levar 4 efecto los particulares á que se alude en la proposición del Dr. Donoso: yen lo que se refiere á las condiciones de potabilidad de las Aguas de Vento, dijo que esas aguas llenan de un-modo evidente esas condiciones, lo mismo por lo que arroja el análisis químico, que, por su pro- piedades biológicas, 4 su juicio las. más importantes; como lo prueban los exámenes bacteriológicos hechos en el Labo- torio de la Crónica Médico-Quirúrgica en diversas cCircuns- tancias dando siempre un resultado verdaderamente satis- factorio.

Interviene en el debate el Dr. La Guardia y expone que le ha sido en extremo sensible oir al Dr. Cubas sostener opiniones, en cierto modo desprovistas de fundamentos, ne- gando de una manera absoluta la potabilidad de las aguas de Vento, así como negando también la competencia de los quimicos que han intervenido en el análisis de las referidas

496 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

aguas; se propone al dirigirse á los Señores Académicos de- mostrar con hechos, no solamente que las aguas de Vento son potables, sino que, además son tan buenas como las que abastecen otras ciudades. Nada quiere decir que estas aguas dejen incrustaciones, lo mismo en las cañerías de distribu- ción que en los recipientes destinados á contenerlas, este es uno de los argumentos de más peso que emplea el vulgo en descrédito de los manantiales, y tal parece que al igual que en las tuberías tienen lugar en la economía las referidas in- crustaciones; estas no tienen nada de particular, sabido es que están formadas en su mayor parte por precipitados de carbonato de cal. Un hecho enteramente igual sucede en Roma con el acueducto Marcia, que surte de agua, para be- ber, la población, y de tiempo remoto abastece á Roma. Sin embargo, nadie en absoluto ha acusado como no potables esas aguas; otro de los argumentos de que hace uso el pú- blico consiste en lo que toca al grado hidrotimétrico, que lo encuentran muy elevado. En París. las aguas de la Dhuys, según Collin en su Topografía de Paris, ha marcado 24 gra- dos, y sin embargo, los parisienses la beben sin protesta. Algo más sucede con las aguas del Kent, que surte en parte á Lóndres, marcan 27 y 28 grados, y sin embargo, los habi- tantes de Lóndres tampoco han protestado. Refiere Fonssa- grives, en su notable obra de Higiene de la Ciudades, el he- cho siguiente: En Bezieres, ciudad cerca de Montpellier ocu- rrió un conflicto á causa de que el Municipio quería jnutili- zar el servicio de aguas de la población señalada. Fonssagri- ves, en union de otros profesores competentes, examinaron. aquellas aguas encontrando que tenian 38 grados hidroti- métricos, y apesar de esa cifra elevada las aguas fueron con- sideradas como perfectamente potables. En cuanto á las condiciones biológicas de las aguas de Vento, son excelentes como acaba de decir el Dr. Santos Fernandez, y del exámen bacteriológico practicado por los Señores Dávalos y Delfin resulta que está comprendida en la categoría de las puras,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 497

conteniendo una pequeñísima cantidad de organismos. Con relación 4 residuos orgánicos, únicamente contiene de diez á quince miligramos por litro. Los análisis efectuados en esas aguas por químicos todos notables, están acordes en los ele- mentos esenciales. Como se ha visto basado desde luego en las razones expuestas, las aguas de Vento poseen condicio- nes exquisitas para ser consideradas de un modo absoluto como potables, y en consecuencia tan buenas, que ya se ha dicho, como las mejores de otras ciudades.

Sigue el Dr. Casuso en el uso de la palabra y á su vez manifiesta que considera muy oportuna la moción del doc- tor Donoso; 4 su juicio nada tiene que ver la potabilidad de las aguas para destinarla 4 la limpieza de la ciudad, cuestión de marcadísima importancia. Dos clases de aguas, la de la Zanja, reconocidas malas en todos conceptos y las de Vento, surten la ciudad, no es posible establecer compa- ración entre unas y otras, y por lo tanto, la elección no es dudosa. Desde luego es lógico que se aproveche el exceso de agua de.que se dispone, para regar las calles; ha sabido, contestando así 4 unos de los particulares indicado por el Dr. Donoso, que los grifos que han de colocarse en las calles destinados al riego público han sido encargados. Las venta- jas de la Higiene bien aplicada son realmente conocidas; á la vista salta el ejemplo que suministra la extensa barriada de Cayo Hueso, antes muladar inmundo inhabitable, y hoy atravesado por buenas calles que facilitan la circulación, además de ver sus antiguos solares yermos, provistos de ca- sas nuevas y relativamente buenas. Califica el Dr. Casuso de detestable el servicio de las cloacas, lo mismo que muchas calles unas adoquinadas y otras no; desde luego para mejo- rar estas imperfecciones tan lamentables en una ciudad que se precia de culta, sería conveniente que se siguiesen los pre- ceptos que da la Ingeniería en estos casos, algunos señala- dos en la. moción del Dr. Donoso: en su opinión la Acade- mia debía estimular al Municipio para que cuanto antes y

498 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

en tiempo oportuno, se ocupe de la limpieza general de la ciudad que tanto lo necesita empleando para ello las abun- dantes aguas, que en exceso quedan, de las que vienen por el Canal Albear.

El Dr. Mestre piensa, que dado el caracter de la Acade- mia y lo que ha hecho cuando ha tomado espontáneamente participación en los asuntos de Hisiene Pública, sería más conveniente nombrar una Comisión compuesta en su mayor parte de Ingenieros que pertenecen á la Academia, para que informasen detalladamente sobre las particularidades á que se contrae el Dr. Donoso. Despues de ese informe, que re- presentaría la opinión de este Cuerpo en tan trascendental asunto, podría darse á4 conocer al Municipio y aconsejar sus indicaciones á los encargados de nuestra salud pública. De esta manera se acepta lo propuesto por los doctores Santos Fernandez y Casuso y realiza la Corporación sus intenciones, estudiando al mismo tiempo la parte práctica del problema: indica para formar esa Comisión al Dr. Santos Fernandez, y á los Ingenieros Oruz y Paradela. Hace suyas las palabras de los doctores La Guardia y Santos Fernandez, acerca de las condiciones de potabilidad de las aguas de Vento en contra de la opinión, desprovista de fundamentos, emitida por el Dr. Cubas. Por último, recuerda á la Academia que ésta no ha cumplido con unos de sus deberes: el elogio del inolvidable Albear, socio de mérito que ha sido lo mismo, que Vice-Presidente de la Academia y Presidente de su Sección de las Ciencias.

Terminada la discusión y en consideración á lo propuesto por el Dr. Santos Fernandez, Casuso y Mestre, la Academia acordó nombrar una Comisión compuesta de los señores San- tos Fernandez, Oruz y Paradela para que informasen deta- lladamente sobre los particulares á que hace referencia la moción del Dr. Donoso.

Y despues de unas breves palabras del Presidente, ha- ciendo constar las relevantes condiciones científicas de los

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 499

químicos fan notables que ha habido en el país, como fue- ron los señores Casaseca y Aenlle y teniendo en considera- ción por otra parte lo avanzado de la hora, se dió por termi-

nada la sesión.

T. xxIx—-63.

Z00LOGIA,

ALGO SOBRE PECES DE CUBA.

(Conclusión.) 97. Plateado. Mugil brasiliensis A loso, flancos plateados, mancha obscura en la base de la

sassiz. Dorso azu- pectoral; extremos de la caudal y de la dorsal blanda, ne- gruzcos. (J. G.)

Carne buena. Tamaño menor que la Lisa.

Pooy asigna á otras dos especies Gaimardinus y trichodon el mismo nombre vulgar cubano.

J. G. lo nombran White Mullet y Lisa.

Habana. Se este nombre á la Lisa, cuando no pesa más de 14 á 2 libras. (A. Salgado, 1883).

Matanzas. Más pintas amarillas en la cabeza, más ancho y más corto que la Lisa. (O. Aguado, 1883),

Cárdenas. Desova en Abril y Mayo. Es más amarilloso por las aletas y la cola, y mucho más chico. (KR. Reguera, 1883).

Coloma. No se conoce (M. Cobada, 1883).

Bahía Honda. Una lista plateada á lo largo. (J. M. Mallo, 1883.)

Batabanó. Ys más blanco, más ancho y más corto. (J. Gar- cía, 1883).

San Cayetano. Mantua, Isla de Pinos. -- no se conoce (1883),

Mariel. Llega á 500 gramos.

Sagua. Es más chico y más ancho (M, Dueñas, 1891).

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 501

Cienfuegos. Colores iguales á la Lisa, excepto la cola que es negra. FHuevan todas las lunas, desovando en el cañón de la ba- hía y fuera del puerto. Viene después á criarse á las lagunas y rios como la Lisa. Rara vez pasa de 500 gramos.

Es otra especie distinta de la Lisa. Su desarrollo varía de 200 4 500 gramos. Se pesca todo el año. Es extraordinaria su mul- tiplicación. “No se estaciona en ningún lugar de la bahía: anda en manchas errantes. Sus criaderos son los mismos de la Lisa.” (L. A. Ramos, 1883).

Trinidad. Cabeza más corta y el ojo más cerca de la naríz. No cabe confusión con su congénere. (1585).

Cuibarien. Más blanco, más ancho y más corto que la Lisa. Abunda poco. (1883).

Nuevitas. No crece tanto como la Lisa.

Santa Cruz del Sur. Máximo, 230 gramos. Es de poco con- sumo, como las lisetas. (Carrasco, 1891).

Manzanillo. Máx. 0086 grm. Corrida, Enero á Febrero: ha- cia cabo Cruz, en busca de mayor aguaje. Arribazón de Abril en adelante, de los rios y lagunas. Consumo local, salado y fresco, (Triana, 1891).

Baracoa. Es más corto, aplastado y anchoque la Lisa. (1885).

98. Joturo. Joturus Pichardi Poey. También se le dice Foturo. Color aplomado verdoso, más oscuro en el lo- mo. Una escotadura profunda separa el frontal principal del posterior (Mem. 1). Hocico desnudo de escamas, obtu- so. Dientes breves, cortantes, denticulados. Labio superior adelantado. Asciende las cascadas de los rios con facilidad suma como el Salmón europeo. Alcanza pié y medio de largo, según Poey.

ln el Calabazar (Oeste) no se recuerda de peso superior 4 13 kilos, y eso solamente del punto llamado Almendares abajo.

Su pesca al cordel es muy difícil, porque teniendo la bo- ca muy pequeña —como la Chopa—requieren un anzuelo pequeñito, que rompen fácilmente al dar tirones hacia aba- jo, y no en sentido horizontal como suelen los demás peces. Desova en igual época que el Dajao—de Abril á Junio, en

502 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

el Calabazar y Almendares requiriendo también como ce- bo Aguacate y Palmiche maduro. (Pestana y Fonte).

Carne muy estimada.

Cienfuegos. En el rio Arimao. Grandes manchas en la bahía, época de la corrida de la Lisa—de Octubre á Enero. Alcanza el peso del Plateado y el Dajao: de 200 á 500 gramos (L. A. Ra- mos).

Según el mismo, dadas las mallas reglamentarias del chin- chorro, no es posible la pesca del Dajao y del Joturo. Resulta de ello “un déficit considerable en el pescador y la correspondiente carestía en perjuicio de éste y del público en general.”

Esto se comenta por mismo.

99. Dajao. Ayonostomus monticola Bancroft. De agua dulce como el anterior y también sube caidas de agua.

Se pesca con cebo de Aguacate en aparejo de alambre que deja sólo visible la tentación. Está enovado de Abril á Junio, generalmente: 4 las veces hasta Agosto, según afir- man los pescadores amigos más antiguos en todo el rio Ca- labazar.

Precisamente es esa, la época en que con más decisión y abin- co se le pesca, determinando así la extinción de tan estimable especie, á poco que se prolongue tan destructor procedimiento. escasean los famosos aquéllos, hasta de 13 kilos, de carne es- quisita y abundante.

No se arguya que la fructificación del Aguacate coincide con el desove, porque también se pesca con Palmiche granado, ma- duro, miyajón de pan, [Zayas], como el Foturo y otros de agua dulce (1893).

Cienfuegos. En el rio Arimao. Preséntase con las grandes avenidas, que le obligan á dejar su residencia. Nada se dice de desove; aunque de la malla, como cuando la Lisa, el Foturo, etc., pues á lo que parece, convendría MáS.....o.oo...o si fuese más dañina. Por fortuna, no todos piensan de la misma manera.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 503

CRÓMIDAS (Chromide).

Esta familia está representada en nuestras aguas dulces,

con mucha abundancia, por la 100. Biajaca. Acara fuscomaculata Guichenot.

Gran recurso alimenticio, estimada de gastrónomos, por su carne sabrosa, asada, frita, guisada.

Desova de Abril 4 Junio, en sitio poco profundo, cavan- do al efecto un hoyo apropiado. Presenta entonces listas y manchas negras. Acompáñala el macho para la impregna- ción correspondiente. La hembra no se separa de su nidada, y salida á luz la prole, la acompaña siempre y defiende de sus enemigos. Los Guajacones particularmente, se encarnl zan con las reciennacidas, sin dejarlas á sol ni á sombra; saliéndose no pocas veces con la suya, aunque las más pagan con la vida su intento. Es de ver en el trance á la Biajaca, cómo hiergue y desplega sus radios dorsales, abiertas las branquias, avisora, fosca, valerosa, lo mismo que una galli- na sacada.

En las sequias prolongadas, resisten mucho tiempo sin sucumbir. Forman los chicuelos grandes cardumes que, co- mo Poey dice, parece que en sus movimientos reciben un solo impulso.

Alcanza 40 centim. de largo, y poco más de 1 kilo.

Suele fomentarse su propagación, que si se ciñera á los preceptos técnicos, determinaría el enriquecimiento de los criaderos naturales. Pocas explotaciones piscicolas serían tan hacederas y fructuosas como la de nuestra Biajaca, por lo sencillo de su alimentación, carnivora á la vez que frugl- vora, gustando particularmente del Palmiche que abunda en ciertas localidades.

Otro tanto diré de la Guabina.

504 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

LABRIDOS.

Familia representada en nuestras costas por peces de bastante cuenta, que se hallan proscriptos del mercado legal sin razón que lo abone.

Me atengo á la fidelidad de los datos de cosecha agena ó propia que poseo actualmente, sin curarme poco ni mucho de corruptelas baldías.

Hállanse hoy por hoy en este caso como otros que dejo consignadas en cada lugar— las dos especies que siguen.

101. Perro colorado. PBodíanus rufus Lin. Mitad ánterosuperior del cuerpo y la cabeza, color rojo violado vivo; el resto, amarillo anaranjado, de oro. Nuca eminente en el adulto, por acúmulo de tejido adiposo. Cuatro caninos anteriores en cada mandibula, cónicos, gruesos: en el maxi- lar superior los colmillos posteriores se dirigen hacia delante.

El nombre vulgar es de Parra, quién no tilda de dañina la especie.

Prohibido hace mucho tiempo, sin que Poey, Lesmes, padre é hijo, y otros pescadores entendidos y honrados conozcan fun- damente para ello. Todos le creen sano. Los datos que obtuve bordo del cañonero “Cazador” 1883 —en comisión del ser- “vicio de Pesca, en el litoral de Batabanó, concuerdan todos al “tener por buena la carne de este pescado,

J.£ G. la nombran técnicamente Harpe rufa L., con la des- «cripción de Goode, los vulgares Lady.fish y Doncella, y residencia .en West Indies y N. de Florida Keys.

102. Perro. Pez Perro, Peje Perro. Lachnolemus suil- lus Cuv.

Hocico aguzado. Boca horizontal muy hendida. Labios desprendidos. Dientes delanteros grandes, caniniformes, uniseriados. Tres filamentos largos, bifurcados, en la aleta dorsal. Caudal bifurcada. Ventrales obscuras. Una mancha

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 505

negra en la base de la dorsal blanda. Color general pardo rojizo.

Carne muy blanca, excelente.

Alcanza 36 centimetros.

“Me complazco en describir este bello animal, porque además de sus cualidades externas, tiene la de ofrecer al gastrónomo una carne blanca, ligera, sana y de un gusto exquisito. Erradas preo- cupaciones añade Poey —lo tienen alejado de nuestros mercados; pero en las costas se solicita con empeño y se come sin sospecha preparado en mojo crudo.” (Synops) “A me consta dice también que en el potrero llamado Carbonera 6 Palmasola, de la propiedad de los Sres. García y Chavez, entre Punta de Maya y Camarioca, se come todos los años un número considerable de individuos de esta especie, pescados por aquellos mismos ó por su orden, sin la menor sospecha, y que nunca han hecho daño. Es allí el pescado de más estimación.” (Rep. 11).

En el Mariel se le tiene por de carne regular, y un peso má- ximo de 9 libras.

En Batabanó le he visto del doble, cuando menos.

En Puerto Rico le dicen Capitán.

Án exeellent food-fish, según Jordan « Gilbert, que le nombran L. falcatus Lin., siguiendo á Gúnther, con los vulgares Hog-fish, Aigrette, Capitaine. (Syn. of the F. of N. A.)

G. B. Goode refiere el vulgar Hog-fish, al aspecto de la cabe- za, mandíbulas y dientes. Mr. Stearns lo tiene por muy abun- dante en Key-West y entre los arrecifes coralianos de la Florida: Alcanza 4 12 y 15 libras de peso. Raro es el día que deja de lla- mar la atención por sus brillantes colores en el mercado de Key- West, donde es much esteemed for food. Agrega el mismo Profesor, que es “uno de los pescados favoritos en Cuba, aunque su venta está prohibida á causa de la supuesta calidad dañina de su car- ne.” En las Bermudas cuenta también entre los más importan- tes comestibles, llegando á pesar 20 libras (Vat. H. Ag. 4.)

San Juan. Puerto. Rico. Máx. 7'36 k. Corrida, Mayo á Julio. Cons. loc. fresco, 233 k. (J. Cortés, 1891).

Vieques. Puerto Rico. Máx. 10 k. Corrida, Junio: entre ca- yos. Cons. loc. fresco: 1,250 kilos. (J. Morales, 1891).

506 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

ESCOMBEROSOCIDOS (Scomberosocidi).

Varias de sus especies alcanzan un desarrollo notable. Esqueleto de común verde.

Uno de sus géneros Zenarchopterus es viviparo, según J. % G. Todos carnivoros. Poey escribe Escombresócidos.

De los nuestros alcanza mayor tamaño el

103. Agujón. Belone maculata Poey. Cuerpo compri- mido, prolongado caracter común de todos los congéneres y que funda su denominación trivial. Las dos mandíbulas se prolongan considerablemente, formando como un pico agusado. Dientecitos maxilares cónicos, afilados; sin vome- rianos ni palatinos. Escamas caedizas. Azul. Siete manchas

ólistas más obscuras en el tercio posterior del tronco. Es de golfo.

Mide un metro. Pesa 2 kilos, (Mariel.) Poey le ha visto medir 4 piés.

Abunda. Carne buena.

Llevan también el nombre de Agujón, entre otras:

Belone crassa Poey, que alcanza 3 piés de largo. Por su pecto- ral se distingue de la anterior: aquélla la tiene larga, escotada; ésta, corta y ancha.

B. altipinna Poey, azul verdoso. Pasa poco de 1 pié.

B. melanochira Poey, cuyo específico alude al color negro de las pectorales en su mitad posterior.

Gar-fishes de J. G., que dan la prioridad al género Tylosurus da Cocco. (Syn. F. N. A.)

ELEÓTRIDOS.

Abunda más y alcanza mayor desarrollo en nuestras

aguas dulces, la 104. Guabina. G. de ley. Philypnus dormitator Bloch.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 507

Cuerpo alargado, aplastado posteriormente. Cabeza aguza. da. Boca amplia. Dientes cardiformes maxilares y vome-

rianos: éstos en série semilunar. Mandibula inferior más larga. Dorsales y ventrales separadas: este último carácter señalado por Parra.

Fondo aceitunado con marmorados obscuros. Dos listas pardas en los cachetes, y dos manchas de igual color en la base de las pectorales. 1 ¿4 2 piés de largo. (J. G.)

Alcanza 3 kilos en el Calabazar del Oeste, donde está enova- da de Abril á Junio.

El Profesor Poey, que estaba en todas, la recomienda á los piscicultores en 1865, cuando tan en mantillas se hallaban las labores acuícolas, no digamos en esta pobre tierra nuestra, sino- en las que hoy están al frente de tales especulaciones.

J. G. dan la prioridad al género Gobiomorus de Lacépede.

BATRÁQUIDOS. (Batrachidi).

De los miembros de esta familia, dos constituyen espe- cies acaso distintas, buenas, del género radical - Batrachus; constituyendo otro, precisamente el de crecimiento mayor hasta 15 pulgadas especie del género Porichthys de Girard. Cito este último, porque J. G. le dan, con el vulgar Mid- shipman, por muy abundante en las costas del Pacífico, des- de Baja California, llegando á las Antillas y el Brasil.

El nuestro, más conocido y aprovechado, es el

105. Sapo, Batrachus tau Linné.

Rechoncho, cabezón, desnudo, resbaloso. Boca enorme, de labios gruesos, y dientes robustos, maxilares, palatinos, vomerianos. Dorsal espinosa con tres gruesas y cortas espi- nas, la segunda más larga. Oliváceo oscuro, salpicado de pintas negras que confluyen en los flancos, formando fajas irregulares. Vientre más claro. Nadaderas listadas de negro:

oblícuamente en la dorsal y anal. Muy abundante en Norte T. xx1x.—64

508 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

América con los nombres de Zoad-fish, Oyster:fish y Sapo desde Massachusetts hasta West Indies. (J. G.)

Especie de mérito, estimado especialmente para sopas. Nace y crece en la Habana, hasta pesar 250 gramos, en lu- gares de piedra y hierba.

¿s púber desde pequeño. (Varela) Desova en primavera.

Mariel. Carne buena. De 120 4 180 gramos.

Nombrado Oyster-fish en el litoral de New Jersey y parte de los Estados del Sur. También se le llama Sea-robin y Sarpo, co- rrupción éste del nombre español: es la que, según Silas Stearns, alcanza de común 18 pulgadas. (Goode).

La aptitud de adaptar el tono de sn coloración al de la loca- lidad habitada que he consignado respecto de tantas especies más, y que como es harto sabido constituye valiosa arma defensi- va en la pelea por la vida alcanza en el Sapo un alto grado. Le vale también de mucho para capturar sus presas, á fuer de caza- dor diligente y entendido, que disimula á maravilla su asechan- za, “disparándose con rapidez asombrosa, atendida su indolencia habitual,” como Stearns dice, sobre pececillos, cangrejitos, etc. (Goode) Por cuestión de pitanza, áun de simple trepa ¡cuántos no podrán tirarle la primera piedra al pobre Sapo!

Se está de acuerdo en que realizan las funciones de reproduc- ción, de Abril á Junio. Los mayores atienden y educan á los pe- queñuelos, con la sagacidad y paciencia que la gallina sus pollos. (Stearns).

Los sapitos quedan asidos á las piedras ú otros objetos de su residencia, por medio de un disco adhesivo que forma la bolsa vitelina propia de los alevinos - séase larvas de los peces ovípa- ros, en general. La succión es tan enérgica que, según Storer, cuesta trabajo desprender el animalito de su asidero (Goode). “Por su gran abundancia y su pertinacia en morder el anzuelo cebado para más digna pesca, se hace mirar como una de sus peores plagas,” por los pescadores norteamerioanos. (Goode).

Cuanto á la calidad de su carne, el Prof. Baird la estima very sweet and palatable; el Dr. Storer, delicate and good: Stearns, highly esteemed, por los pescadores del Golfo. (Goode).

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 909

MURÉNIDAS.

Familia representada en Cuba por la 106. Anguila, Murena cubana Kaup. “Pez de agua dulce, bien conocido. Este género y los 13 que siguen, pertenecen al orden de los Peces Apodes, los cuales llevan el nombre general de Morenas. El contor- no de la boca es formado superiormente por los dientes na- sales y palatinos.” (Synops).

“No me encuentro en disposición de poder determinar con confianza esta especie que el Dr. Gúnther, Catal. VIII, pág. 31, pone en la sinonimia del Anguilla bostoniensis de Lessueur, y que ha recibido allí mismo ocho nombres específicos, correspondien- tes á los Estados Unidos, menos uno que corresponde á la China y al Japón. He aceptado el nombre indicado de Kaup, porque su ejemplar es de Cuba. Las Anguilas, según el Dr. Gúnther, va. rían considerablemente en la forma del hocico, el tamaño de los ojos y la magnitud de los espacios dentarios; por lo que no es de extrañar que la Anguila común de Linneo haya recibido veinte nombres específicos distintos.”

“Los individuos de la isla de Cuba varian grandemente en la forma de la cabeza, magnitud de los ojos, colores etc. Son generalmente de hocico agudo, ojo regular, contenido 11-13 veces en la longitud de la cabeza, dos diámetros dis- tante de la punta del hocico, comisura bucal debajo del cen- tro de la pupila.”

“Lo que el vulgo llama hoy Anguilas debe inscribirse, confor- me á Bloch, Lacépede y el Dr. Bleeker, en el género Murena de Artedi, cuya primera especie es la Anguila común. Linneo pos- teriormente tomó por primera especie la morena de los romanos, que carece de aleta pectoral (Morenas del vulgo) y pertenece al género Gymnothorarz de Bloch: se han conformado con esta indicación, Thunberg, Cuvier, Kaup, Richardson, Gúnther y Gill. La primera opinión me parece mejor fundada.” (Enume- ratio.)

510 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

En el Calabazar del Oeste alcanza 3 kilos. Desova de Abril 4 Junio.

APENDICE A LA CUBERA.

Caibarién. San Juan de los Remedios. Máx. 34 kil. Corrida, de Mayo á Julio, en veriles y lajiales. Arribazón á manglares y ca- nalizos. Consumo loc. fresco: 20,400 k.; en conserva, 9,000 k. (Dueñas, 1891). He sumado lo relativo á la Cubera con lo que se asigna á la Cubereta, porque este nombre lleva aquélla cuando es joven.

Santa Cruz del Sur. Max. 11'500 k. Corrida, Junio á Septiem- bre: veril S. de las Duce Leguas. Abundante. (Carrasco, 1891).

Tunas de Sasa. Máx. 45 k. Corrida, Agosto y Septiembre. Exportación vivo, 300 k. Cons. loc. f. 200 k. (A. Escandon, 1891).

Cienfuegos. Max. 25 k. Corrida, Junio á Septiembre: veriles. (P. Aguirre, 1891).

Nuevitas. Máx. 11 k. Corrida, en Agosto: veriles. Cons. loc. f. 2,343 k. (E. Albacete, 1891).

Manzanillo. Máx. 1840 k. Corrida, en Junio: costa. Arriba- zón á esteros y costa. Consumo local fresco. (Triana, 1891).

Gibara. Los datos se reducen á la Cubereta, asignándola de pesca anual 896 k. (1891).

Cuba. Máx. 19 k. Corrida, en Junio: costa. Cons. loc. fresco. )Elizalde, 1891.)

ADVERTENCIAS.

Las Clupéidas —que la generalidad designa con el nom- bre común de Sardinas han debido quedar para un Apén- dice. Cierto es que en la actualidad poseo datos que en otra ocasión serían suficientes; pero ya que puedo, he creido de- ber ampliarlos cuanto más y mejor sea dable.

Los datos oficiales han sido obtenidos verbalmente en las distintas comisiones, ó 4 resultas de cuestionarios é inte- rrogatorios individuales ó colectivos; ministrados siempre,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 11

después de oir 4 los inscriptos, pescadores y demás entendi-

dos en la materia, por uno ú otro concepto. Entre paréntesis consta la fecha del dato y últimamente

pude expresar la Autoridad que lo garantía; excusando el repetirlo después de conocido.

Redújeme, pues, 4 las obras del Profesor Poey que en cada caso y lugar consigno.

DET JISVITARO:

Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de origen

orgánico.

SESIONES DEL 3 DE NOVIEMBRE Y 11 DE DICIEMBRE DE 1892,

Sr. Presidente. Sres. Académicos:

¿Quién de S. S, no recuerda el eco que tuvo la primera comunicación de Brown-Sequard en la Sociedad de Biología de París, (en Junio 1? de 1889), al tratar de la influencia de las glándulas sobre el sistema nervioso?

Fué la primera impresión de asombro mezclado de tris- teza, al pensar que el eminente profesor del Colegio de Francia, venía. sin advertirlo, á dar una prueba irrefutable de decadencia intelectual. Añadid á eso, los ensayos inútiles ó desaraciados realizados al principio por prácticos poco versados en las manipulaciones delicadas del laboratorio, y se comprenderá hasta cierto punto, que el nuevo método, tan original, no haya conquistado desde el primer momento todos los sufragios del mundo cientifico.

Pero el ilustre fisiólogo lejos de desalentarse oyendo el desdén y los sarcasmos que su método hacia nacer, ha mul- tiplicado las investigaciones;-—y gracias á él y á algunos co- laboradores de talento que le hau secundado, el método ha adquirido nueva fuerza, y entrado definitivamente en el do- minio de los estudios serios.

No pueden contarse hoy las numerosas aplicaciones que diariamente ensayan los prácticos de todos los paises.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 513

Las casualidades de la clínica, me han llevado á estudiar el asunto más de cerca, y me creo autorizado por gran número de observaciones personales á exponer ante esta Academia los resultados de mi práctica sobre este punto.

Es tan interesante este estudio, que no temo emprender su historia ab 010.

Hacia mucho tiempo que Brown-Sequard, trataba de es- tudiar la ¿influencia de las glándulas sobre el sistema nervioso. “Posible es, dice en su primera comunicación (1) que todo el papel de las glándulas no se limite á separar de la sangre los productos que deben ser expelidos por las excreciones y que segregan al nismo tienpo, ciertas substancias que devueltas á la circulación general por las venas, tengan marcada influencia sobre el sistema nervioso.

A priori, esta manera de pensar parecía probada por la acción segura que ejerce sobre el sistema nervioso, en sus

diferentes funciones, la supresión de los testículos, en los eunucos, por ejemplo.

En estos últimos meses, añadía, he inyectado en el teji- do conjuntivo, á algunos animales, ya sangre procedente de la vena testicular, ya otro liquido obtenido por la tritura- ción del testículo y hasta de las vesículas seminales.

Estas inyecciones no se complican de accidente alguno, por lo cual creo poder concluir de esta primera serie de ¡n- vestigaciones, que dichas inyecciones son inofensivas.

En presencia de estos resultados me he inyectado liqui- dos preparados con la mezcla de la trituración de los tes- ticulos de curieles y sangre de la vena testicular..... Los resultados fisiológicos hun sido muy notables: pues ha aumentado la actividad nerviosa en todos sentidos: la fuer- za muscular es también más considerable que antes: las contracciones vesicales é intestinales han adquirido de nue- vo el vigor que habían perdido, y que no tenían hacía mu-

(1) Sesión del 1? de Junio de 1889,

514 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

cho tiempo; el trabajo intelectual ha recobrado considera- bles brios....

Debo repetir, concluye él, que la actividad nerviosa ha aumentado considerablemente en todos sentidos, y que ne recobrado á consecuencia de esas inyecciones, una nueva juventud.”

El Dr. Dumontpallier aprovechó esta notable Comunica- ción para recordar cuán grande es la influencia de las excl- taciones periféricas sobre los fenómenos vitales. En un caso vió que la picadura de la vena para una transfusión que no pudo efectuarse, provocó una sobre-actividad nutritiva con- siderable, actuando como la misma transfusión. En otro ca- so, una Irritación periférica enérgica, en un enfermo cuya muerte parecia inminente, fué seguida de una resurreción de muchos días. Esta influencia á distancia, es pues, un factor que hay que tener siempre en cuenta.

Pero, señores, por el estudio que tengo la honra de so- meteros, fácilmente os podréis dar cuenta, de que los fenó- menos descritos por Dumontpallier no tienen ninguna ana- logía con los hechos que nos son personales.

Volvamos á la historia, dejando todavía la palabra al mismo Brown-Sequard:

He hablado anteriormente de la influencia reparadora y excitante del líquido testicular inyectado debajo de la piel, y he dicho que he notado en mi propia persona la influen- cia verdaderamente extraordinaria de semejante líquido: sl insisto hoy (1) en este tema, es porque quiero dejar sen- tados ciertos detalles de mi precedente comunicación, y dar á conocer algunos puntos que, en ellos habían pasado en sl- lencio.

Deseo mucho hacer constar que la fuerza muscular se ha aumentado en proporciones enormes y que he podido, yo que antes no me hubiera tenido de pié, media hora, trabajar

(1) Sesión del 15 de Junio de 1889.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 515

sin sentarme durante tres horas seguidas, y más;—que des- pués de esta prueba, estaba algo fatigado, es verdad, pero mucho menos que de costumbre: y el hecho más evidente para mi, es que, cosa que hacía doce años que no me acon- tecia, he trabajado durante hora y media después de la co- mida. En resúmen, aumento de la fuerza muscular, y del poder cerebral de los más notables.

Si quisiera caracterizar con una sola palabra el conjunto de los resultados alcanzados, repetiría lo que dije en una se- sión anterior: ¡me he rejuvenecido cuarenta años!

No quiero insistir sobre los buenos efectos que las inyec- ciones han producido en el funcionalismo del intestino, que puede hoy expulsar las materias fecales sin extraño auxilio. —ni1, sobre el poder contráctil de la vejiga, capaz de expul- sar un chorro de orina más abundante que hace tiempo, to- do lo cual está comprendido implícitamente en la expresión de nueva juventud de que me sirvo intencionalmente.

Pero lo que me parece más notable es que todos esos cambios se han producido en tejidos de un hombre viejo; que esos músculos que soportan la fatiga, ese cerebro y esa médula espinal que pueden funcionar con tanta actividad pertenecen á un hombre de 72 años, cansado hace mucho, tiempo. Sin embargo, no se trata aquí más que de efectos dinámicos sin medificación alguna anatómica de los tejidos;

Efectivamente, se sabe que la constitución anatómica no puede ser modificada en breve tiempo, y que he sentido sus efectos saludables después de la primera inyección: lo repito pues, no se trata aqní más que de modificaciones dinámicas.

Desde el 1? de Junio, no me he hecho más que una sola inyección el día 4, para ver si los efectos saludables se pro- longaban sin renovar las dosis.

Ahora bien: puedo afirmar que hace diez días, no he ex- perimentado disminución de la fuerza muscular, ni de la potencia nerviosa, y que las visceras de la vida orgánica han

conservado todo el vigor que habían adquirido nuevamente. T. xxIx.—65.

516 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Parece pues, que el efecto se prolonga sin renovar la dosis, por lo ménos durante algún tiempo.

¿Pero cuánto dura ese efecto?

No quiero investigar esto ahora: y voy á comenzar otra vez la serie de inyecciones para analizar más completamen- te sua modo de acción. Veamos cómo puede actuar el liqui- do testicular.

ls sabido que los hombres, lo mismo que los animales, sufren después de la castración una disminución en todo el organismo: —y también que si en el segundo periodo de la vida sexual, de 30 4 40 años, se abusa de las funciones ge- nitales, resulta una fatiga y un agotamiento considerables. Es preciso, pues, para que el hombre goce de todas sus fuer- zas, que el testículo funcione, y que funcione sin exceso.

Insistiendo en nuestros experimentos actuales me he ser- vido del jugo de la glándula obtenido por trituración, y creo que el liquido en vía de elaboración y no el esperma, es el que actúa, y hasta ahora no puedo dar más que un argu- mento en favor de esta hipótesis.

Helo aquí: cuando inyecto 4 algún animal el líquido tes- ticular triturado, se observan efectos comparables 4 los que he obtenido en mi persona, y sl por el contrario, la inyec- ción se practica con esperma no se observa nada parecido...”

Después de estas comunicaciones, Variot, médico distin- guido de los hospitales de Paris, inyectó 4 algunos enfermos el liquido de trituración de testículos frescos de conejo y cu- rieles según el método del maestro, y los resultados obteni- dos fueron los mismos que los señalados antes por Brown

Sequard (1). ES

Ahora bien, séame permitido antes de abordar el estudio personal, y á titulo de curiosidad científica, decir que hace

(1) Sesión del 29 de Junio da 1889.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 917

algunos días apenas, han descubierto un precursor de Brown Sequard.

Ojeando las memorias antiguas que contiene la bibliote- ca nacional de París, el Sr. George Dubor, (1) hizo el ha- llazgo. “Como no hay nada nuevo bajo el sol, nh novum sub sole, dijo, he aquí que una frase sencilla de un autor des- conocido nos revela que el principio del método de Brown Sequard era ya conocido en el siglo xvr; el principio; pues en su aplicación ha hecho evidentemente notables progresos, consecuencia del caracter cientifico de la época actual. Pero es curioso saber, que hace más de tres siglos se enaltecian las virtudes de los órganos preciosos, de que Brown Sequard y sus adeptos se sirven hoy, en provecho de la humanidad doliente.”

Ese precursor se llama Mizault curiosísima figura de hombre, á la vez médico, astrólogo, matemático, astrónomo. Nacido en Montlucon en 1520 Mízault murió en Paris en 1578. Gozó en vida de una gran celebridad... Alounas de sus Obras prueban por lo demás que su reputación era me- recida. Leyendo por ejemplo su opusculito aparecido en 1562, con este titulo: Secretos y remedios contra la Peste, nos asombramos de la sabiduría de sus consejos, y creemos leer las instrucciones de vuestros modernos bacteriólogos con respecto al cólera. La peste, por el terror que inspiraba entonces, era, para esas buenas gentes, lo que el cólera asiático, para nosotros, hoy.

Escuchud sus sablos consejos:

«Tener valor y mucho ánimo, y desechar todo temor: encender mañana y tarde hogueras de maderos y plantas odoríferas.—Cambiar amenudo de ropa blanca;—no alojar- se cerca de cloucas y otros lugures infectos y húmedos; usar ropas muv limpias—no beber aguas sucias.

¿No están comprendidas en estas líneas, todos los pre-

(1) Sr. Dubor. La Nouvelle Revue, Sep. 1892,

518 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

ceptos modernos de la higiene? ¿Diría algo más Dujardin- Beaumetz? |

Muchos de los trabajos de Mizault están en latin: y en uno de estos últimos, se encuentra el curioso pasaje, en que se descubre el precursor de Brown Sequard. Este libro tie- ne por titulo: Memorabilium, utiliam ac jucundorum contu- en novem, in aphorismos arcanum omnis generis locupletes, perpulchre digeste. Autor: Ant. Mizault médico Lutetic, 1566.

Como revela dicho titulo, hay de todo un poco, y otras muchas cosas más, en esas centurias. Pero esa colección cu- riosa contiene la frase siguiente, cuyo texto damos Integra- mente:

«Si tauri omnino rufi, aridum genitale in pulverem con- vertitur et ex eo pondus aurels unus mulieri, in vino vel jusculo quopiam propinetur, fastidium coetus illi adferet, sicuti scripsit Rasis. Idem pulvis idoneis medicamentis «commixtus languidam ac sopitam venerem in viris excitat».

Todo lo cual significa en romance que las partes genita- les de un toro bermejo, trituradas en mortero, y tomadas por la mujer en vino ó caldo, la disgusta del amor, mientras que por el contrario el mismo brevaje tomado por un hom- bre debilitado despierta en él, apetitos sexuales.»

Lo expuesto no puede ser más terminante. «Al hacer, dice Dubor, las observaciones precedentes en el texto de Mízault, no tenemos la pretensión de darle gran alcance científico. Hemos querido sencillamente dar 4 César lo que

es de César, es decir restituir, en favor de Mizault, cierto derecho de prioridad en este asunto en adelante célebre, convencidos por otra parte, de que no perjudicamos en lo más mínimo, el mérito de Brown Sequard.»

ES ES Volviendo á mi estudio, debo declarar ante todo, que si en la aplicación del método soy el primero entre nosotros

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 519

en haber utilizado la vía gástrica, reconozco sin embargo que desde el año de 1889, el Dr. San Martín se ocupaba se. riamente de ese descubrimiento, y practicaba el método según las reglas de Brown Sequard, v que lo ha empleado desde entonces gran númeto de veces con un éxito constante.

A la boudad de ese distinguido compañero, 4 quien doy las gracias, debo las notas que os comunico, y que vienen á. corroborar el resultado de nuestra observación personal, y dar á nuestro trabajo un apoyo precioso.

He aquí el resúmen de la comunicación del Dr. San Martín.

INYECCIONES DE JUGO TESTICULAR.

En 1886 he tenido ocasión de ensayar el procedimiento preconizado por el Prof. Brown Sequard, en distintos en- fermos con brillante resultado.

He empleado dos veces testiculo de conejo, una de cu-- riel, una de perro, seis de carnero y cuatro de toro.

Preparaba el líquido, con testículos que habían sido sec- cionados durante la vida del animal ó en los momentos en que el matador los sangraba, con objeto de garantizarme contra una infección accidental, posible en otras condicio- nes. Exceptuando los de perro en que bastante comúnmen- te, si no siempre, se encuentran microbios en el epididimo, . me ha parecido haber obtenido un efecto sensiblemente igual, con los de los demás animales.

El procedimiento que empleaba para la preparación del* líquido, era largo y muy laborioso, por cuanto era preciso- tener la absoluta seguridad de que aquel estaba completa- mente estéril; y estamos seguros de que así ha sido, puesto - que en 138 inyecciones practicadas en 14 enfermos, jamás: hemos tenido ni el menor efecto desagradable, ni general ni local. En un solo caso (testículo de perro) se presentó un edema con placas rojas eritematosas: en toda la longitud del brazo inyectado, que algo nos impuso al principio, pero que cedió rápidamente en 24 horas, 4 medios suaves.

920 ANALES DE LA REAL ACADEMIA |

Al principio inyectábamos un centimetro cúbico del lí- quido filtrado: repetíamos la inyección desde el tercer día. En un caso llegamos á aumentar las dosis hasta 19 centi- metros cúbicos diarios y «aunque por ruego del enfermo, siempre practicamos las inyección en la misma región (del- toideas izquierda) no hubo el menor accidente, siendo sólo preciso practicar el masaje de la bola de edema producida por la inyección.

Ninguno de los procedimientos de conservación que en- sayamos nos dió resultado práctico, y sólo la adición de sustancias antisépticas, pero hos pareció que, esta adición adolecia de inconvenientes, por lo cual, preparábamos el lí- quido diariamente.

Usábamos no sólo el extracto de glándula, sino que por ligadura previa, haciamos se acumulase la sangre venosa, con objeto de aprovechar los productos solubles de que esa

sangre va cargada, al salir de las glándulas. Nuestro líquido resultaba rosado y transparente, después de filtrado por tri- ple papel de Berzelius.

El efecto no se hacía esperar, como se verá por el si- guiente cuadro:

A

¡

> E 5 3 3 e SS IS Ea ES Es 83 | = DIAGNOSTICO. | E E S OBSERVACIONES. AN purastenia.otencnatccas 10 3 | Exíto 2 COTOS A doo cono ddal 12 2 Id. Pd IO O EE 8 2 Id. ES dE ”, - ar i 49 BE (Ca 26 9 Id. Se llegó hasta 10 ems. cúbs. 50 |Neurastenia.......oomemmo.. 12 4 Td. 15 LE CACAO ddr as dl 2 Id > l a MaS e E 1d Grandes dolores impotencia 79 Reumatismo crónico..... 5 1 d. a alas ISI cnc 12 4 Td. n : ieestoy convencido de que han t90 Cardiaco artrítico......... 3 il Id procurado al enfermo una su- pervivencia muy apreciable 10|Neurastenia.......o.ooooooo. 9 2 Id , . Viejo de 72 años. No había lesión apreciable si no 161 Impotencia mus- ) 5 1 Id. era el estado de las arterias. cular geueral..... (Seuil.) 12|Anemia cerebral......... 6 2 Id. 13[CloroslS..hoccosónoosodorsono 6 2 Td. | [ Edema con eritema.—Se domi- ¡ rápidamente un insomnio 14|Melancólico........omooooo. 12 4 Td. ] que resistía 4 la medicación: L Mejoramiento suficiente.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 521

Como se en todos los casos se ha obtenido un éxito satisfactorio.

Las clorosis fueron rápidamente curadas, con un trata- miento ferruginoso, que comenzó al terminar las inyecciones y que antes era inútil.

La recuperación de las fuerzas, la vuelta del apetito y la sensación de energía, venían prontamente.

En un solo enfermo (caso 4) fué necesario forzar las do- sis para obtener el resultado.

Estamos perfectamente convencidos de que hay en este tratamiento un recurso poderoso, para multitud de casos en que el cansancio é impotencia del enfermo sólo puede com- pararse con la del médico que asiste y que no sabe ya á qué medio acudir, para curar, pero siquiera para aliviar su enfermo.”

M. Brown Sequard, ha preconizado además otro modo diferente de absorción: nos referimos á las inyecciones del jugo testicular por el recto.

Podría ese nuevo modo de administración adoptarse en la práctica á pesar del menor efecto dinamogénico que se obtiene, en razón de la facilidad relativa de preparación pa- ra la inyección intrarectal, comparada con la inyección sub- cutánea.

Sin embargo, dice Egasse que ese nuevo modo de admi- nistración no deja de ser extraño, á tal punto que fué co- mentado de un modo descortés para su autor. Por lo demás el intestino absorbe poco: tanto que la vía subcutánea es la que se emplea más hoy, habiendo sido el líquido testicular inyectado sub-cutáneamente á cerca de mil doscientos enfer- mos, que en conjunto no han recibido menos de doscientas mil inyecciones.

Pero, hay que decirlo; aunque existe hoy un procedi- miento más sencillo y al alcance de todos, no es por esto menos cierto que el método de las inyecciones necesita apa- ratos especiales y no pueden usarlos, más que algunos médi-

022 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

cos que tienen á su disposición un laboratorio bien montado. Pero, si los experimentos no se realizan con la prudencia científica requerida, sobrevienen accidentes ( y el caso ha sido señalado entre nosotros ) debido á4 que las personas in- expertas no se rodean de todas las precauciones necesarias para evitar los fenómenos formidables de la septicemia.

Y para obviar todos estos inconvenientes he aceptado ya desde el principio la administración del jugo testicular por la vía gástrica (1).

He dicho que esos ensayos comenzaron hace cerca de ocho meses con un excepticismo tanto más notable, cuanto que no ignoraba el ostracismo pronunciado por Brown Sequard contra las preparaciones que encerraban líquido testicular y que habían de ingerirse por la boca. “No pueden tener ac- ción ninguna, dice, pues el jugo gástrico digiere el liquido extraido de los órganos espermáticos quitándole su poder dinamogénico...?

Ahora bien, señores, 33 observaciones rigurosamente conducidas, me permiten dar un mentis formal al fallo pro- nunciado por el eminente profesor del Colegio de Francia.

Dr. L. MontAsNfE.

(Finalizard.)

(1) Leemos en el diario profesional La Medicina Moderna, número 47, 19 de No- viembre de 1892, la nota siguiente: «Otro profesor terapéutico ...... El Dr. Hector Mackenzie acaba de demostrar, que las inyecciones sub-cutáneas del jugo tíroideo son inútiles; y que se obtienen los mismos resultados empleando el jugo de la glándula por la boca...»

MEDICINA LEGAL.

Informe sobre osamentas humanas.

(Leido en sesión de 11 de Marzo de 1881.) Señores:

Con fecha 13 de Junio próximo pasado, el Sr. Juez de Primera Instancia del Distrito de Guadalupe, por exhorto de igual clase de Morón, consultó á esta Academia sobre varios particulares en la causa criminal contra D. P.. C.. yS...6D.P...S... V... porasesinato de un individuo desconocido, á4 cuyo efecto remite una caja conteniendo osa- mentas humanas con una nota expresiva de los mismos.

Los particulares sobre los cuales versa dicha consulta son los siguientes:

I?— La raza del individuo, ó individuos 4 quien per- tenecieron.

1201 ¡El sexo:

3” Si entre dichos restos hay huesos que corresponden a dos Ó más individuos.

4? La edad.

57 S1es posible determinar la talla.

6 El tiempo que hace ha ó han fallecido.

72 Si hay señales de violencia, y con qué arma; ó en-

venenamiento. T. xxIx—66.

524 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Con las demás que crea oportuno informar. La caja que nos ha sido remitida contiene los huesos siguientes: Cráneo y maxilar inferior. 2 omóplatos, derecho é izquierdo, completos. 2 clavículas derecha é izquierda, una completa y otra incompleta. 2 humeros, derecho é izquierdo, completos. 2 radios derecho é izquierdo, incompletos. 1 cubito izquierdo, incompleto. 10 costillas derechas, 9 incompletas.

[A o

costillas izquierdas, 9 incompletas.

¡$9

femures incompletos.

tibia derecha incompleta.

peroné izquierdo incompleto.

fragmento de peroné derecho.

vértebras cervicales.

sacras.

lumbares.

sacro.

huesos iliacos incompletos. Digamos de una vez para no tener que ocuparnos más,

Roo qye pa

Km

que estos huesos pertenecen á un solo y mismo individuo y que no presentan señal alguna de violencia.

—¿Kl tiempo que ha fallecido?

La determinación de la época de la muerte cuando ésta es más ¿ menos antigua, y según Tardieu, por lo común

Un problema difícil de resolver, porque los signos que se presentan á la vista, no son más que las fases diversas de la putrefacción, fenómeno esencialmente variable en la ra- pidez de su marcha.

En la tierra, ella da lugar á fenómenos complexos muy variables sobre los cuales Orfila ha realizado un excelente estudio,

Pero, es preciso tener en cuenta muchas condiciones que

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 925

pueden modificar los fenómenos sucesivos de la descompo- sición. Así, la putrefacción es bien rápida en los jóvenes, especialmente en las personas gruesas, en los que han su- cumbido á afecciones que presentan un carácter de putridez ó que hayan sido iuhumados á poca profundidad (Tardieu).

También hay que tener en cuenta la naturaleza del 1ERTenOo, etc ebo,

Debe, sin embargo, saberse que al aire libre, cargado de humedad, y con una temperatura de 18 4209, la putrefac- ción llega muy rápidamente á su término, es decir, á la de- secación del esqueleto.

Según Orfila, se necesita de 3 4 6 años para que se verl- fique la destrucción de las partes blandas.

En Cuba, las condiciones del clima, son bajo este punto de vista, favorables en grado máximo; creemos por lo tanto, que se pueda admitir, que la muerte del individuo que nos ocupa, data aproximadamente de 2 años.

¿Sexo?

En cuanto al sexo, es fácil determinarlo: los huesos que estudiamos pertenecen al sexo femenino.

Enumerar en el esqueleto que tenemos á la vista los carácteres en que se apoya nuestro diagnóstico, será recor- dar los que deben servir de guía al médico legista en seme- jJantes casos. Comencemos por el cráneo.

La distinción entre el cráneo del hombre y de la mujer no descansa en caractéres absolutos. Sin embargo, hay cierto número de ellos cuya reunión permite amenudo dis- tinguir los los dos sexos 4 primera vista.

17 La glabela (abolladura nasal de los anatómicos) es casi nula: carácter femenino.

27 Las abolladuras frontales son salientes: lo que hace que la parte inferior de la cara frontal sea más recta, y la garte superior por el contrario, más incliaada, de manera, que en el perfil la salida de la frente se presenta bajo la for- ma de ángulo obtuso: caráter femenino.

526 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

32 La mitad externa de su borde orbitario superior es

delgada, y cortante: carácter esencialmente femenino.

4% La protuberancia occipital externa; poco desarro- llada y aplastada; las líneas occipitales poco salientes.

52 Los apósfisis mastoideos poco voluminosos.

6 Los apófisis estiloideos que toman su importancia en sus conexiones intimas con el aparato larinjeo, son en este caso, extrechos en su base, y delgados: caracter femenino de gran valor.

Ps

Para no extendernos en esta descripción algo árida, omi- timos otros caractéres que son de valor secundario. como el la poca eleva-

La pequeña capacidal craniana.

pepueño volúmen de los condilos occipitales ción de la cresta supra-mastoidea, etc., etc.

Si pasamos al resto del esqueleto, vemos á primera vista huesos lijeros, delgados, con eminencias poco pronunciadas.

—La cara interna de los omóplatos presenta salidas poco visibles;

—las crestas iliacas dirigidas hácia fuera, ensanchadas;

—el agujero sub-pubiano de forma triangular;

—la sinfisis pubiana corta;

—el arco sub-yacente en forma de ojiva aplastada;

—el cuello del fémur más oblicuo.

Todos caractéres sencialmente femeninos.

—¿Edad?

Por el simple exámen del cráneo, podemos eliminar desde luego, los tres primeros periodos ó edades craniológi- cas; primera y segunda infancia, juventud.

A partir del tercer periodo la distinción de edades es “bastante dudosa, y descansa en la observación de dos fenó- menos graduales y muy irregulares en su sucesión (Broca) la soldadora de las suturas y el desgaste de los dientes.

En el caso que nos ocupa, el estudio atento del estado de las suturas y de los dientes nos conduce á dar á este cráneo una edad comprendida entre 40 y 50 años.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 527

—¿Su talla?

Recordaremos brevemente que para reconstituir la talla aproximado en los casos análogos al que nos ocupa, se toma el primero de los huesos largos que se tenga á mano, se le mide, y se busca en la lista redactada con ese objeto por Orfila y otros, la talla correspondiente «¿ las cifras encon- tradas.

Para Orfila, el esqueleto tiene 73 centímetros ménos que el cuerpo. Pero, para Topinard que ha repetido estas inves- tigaciones y les ha dado una base más científica, esa dife- rencia no será más que de 33 centimetros.

Ya hemos dicho que la mayor parte de los huesos lar- gos que tenemos á la vista son incompletos.

Solamente el humero está entero y mide 31 centimetros. Encontramos:en el cuadro de Topinard que esta cifra co- rresponde á una talla de 1,54, y sl se agregan los 33 centl- metros, tendremos 1,57 aproximadamente.

Hemos llegado á la cuestión capital, la más delicada y más dificil de resolver; la determinación de la raza.

¿sto sería ciertamente fácil si tuviésemos en presencia de un museo antropológico, en que las diferentes razas fue- sen representadas por una colección de cráneos escojidos con el mayor cuidado.

Pero, esperando que este vacio pueda llenarse, los tér- minos de comparación faltan absolutamente al médico le- gista, para resolver las cuestiones análogas 4 la que nos ocu- pa en este momento.

Sin embargo, del estudio largo y minucioso del cráneo, examinado con ayuda de los métodos antropológicos, des- pués del exámen de numerosos detalles que sería ocioso reproducir, puede deducirse sin vacilaciones que el cráneo que estudiamos no pertenece á la raza bladca; ni tampoco á la raza negra. Réstanos, pues, probar que él se aproxima al tercer tipo fundamental: á la raza mongólica.

Este tipo está representado entre nosotros, todo el mundo

528 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

lo sabe, por los asiáticos (chinos) y sus derivados. -Pero lo que no debe olvidarse es que con ese tipo mongólico se re- laciona un grupo originario también del Asia, que tiende á multiplicarse, á implantarse entre nosotros; compuesto de hombres activos, ávidos de ganancia como el chino, quere- mos hablar de esos armenios y sirios, cuyas mujeres y niños, recorren nuestras calles en demanda de limosna, y que el vulgo designa con los nombres de «Turcos» y «Jerusalén».

ll cráneo de que se trata, representa de una manera notable este último tipo: opinión que se impone aún más, con motivo de las mediciones obtenidas directamente por nosotros en tres mujeres armenias, pertenecientes al grupo que acabamos de citar. (1)

Su vértice aplastado, termina bruscamente en el occipis tal deprimido en toda su altura, comparable en todos lo- puntos al occipucio vertical que no sobresale de la línea del cuello en nuestros armenios.

La capacidad craneana, ya lo hemos anotado, es bastante

pequeña. En los blancos. ..... e ade ba E OS A A O A NS O O A O A LL Mujeres onsbegs de Turkestan........ 1280 *

El cráneo que estudiamos, es efectivamente globuloso, corto y ancho, esencialmente braguicéfalo. Su indice cefálico es de 84.70.

He aquí el lugar que ocupa en el cuadro comparativo siguiente:

(1) Para hacer resaltar así las analogías y las diferencias, daremos comparati- vamente por cada índice; siempre que nos sea posible, las cifras tomadas en la raza blanca, negra y mongólica, según los cuadros redactados por Hamy Broea.

Topinard.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 529

Sirios de Jebelo. 80

Braquicéfalos..... 4 Mortros armenios...... 85.00 il. cráneo..... 84.70

Sbraquictalo o LL ECOS a SOS Si dolicocetalo 0 ODIOS 7 dao at AGO ahcoretalo.. o.) ANegros, de Africa. ¿0.to., 19.40

En el cráneo que estudiamos no es más que de 1250 pero muy aproximada sin embargo á la de los cráneos feme- ninos de los Onsbegs de Turkestan 1280 “-

La cara en su conjunto es aplastada, más ancha 4 la al- tura de los pómulos.

El pragnotismo moderado, tal como está representado en los mongólicos occidentales.

La nariz ancha, el índice nasal siguiente:

A o O PE 46.07 A A A A OOO A a AR AO O pap ds 49.08 Anamita..... A NO Mb A 50.01 EN RS eS y eto 0 QUE 52.00 Negros da Africa. E A OLEA EA el DAA

La bóveda paulatina A El arco al rededor superior con circulos, desprovisto en gran parte de sus dientes.

La mandíbula inferior de forma elíptica, prolongada, de rama horizontal extrecha, y los montantes altos, anchos y casl verticales, sin el ángulo de la mandíbula siguiente

(Renord). AA A NES de A E di CO es PARE ROSS AA Ls El cráneo..... o A IA E AS 124.

He aquí el cuadro en resúmen de las principales medidas craneológicas tomadas en el sujeto que estudiamos:

580 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

CRANTHO. CARBRA- Capacidad crantaNa cromo... 1250 c.c. | Diámetro bi-orbitario ext..... 107 m. m. Diámetro ant. port........oo.... 170 m.m. caen. eo

BEAM Y Era Ola tes Distancia de los pómulos... 112 BIOL VÍCUÍAr: acoso do ncore nados 120 Diámetro bi-zygomático max. 133 Bimastoldeo. accion: uttaartas 100 Orbita ico Areso nana 3 PROA da 118 TOA ZO ———MentoW ..mcmorso raororaroncas 98 NARIZ Ao to 'AMCNO aeabsero 26 Vertical basilo-brequi ........ 140 LEO os e 50 Curva ant. pol resvamoorncnicanos 261 Altura total de la cara........ 96 A ads eto ct 460 Bóveda palatina, ancho...... 42

Horizontal tota lrnmaceos 540 Maxilar InteriOb..deuso cese canoa

: Distancia inter-supil .ococccoo.. 87 Inter-condylian .....'enresranoso 120 MA are: OL)

De todo lo expuesto, cree la Comisión de medicina legal, que puede informarse al Sr. Juez:

1% Que los huesos examinados pertenecen á un solo individuo.

22 Que dicho individvo era del sexo femenino.

32 Que aproximadamente podía tener de 40 á 50 años.

4? (Que su talla era aproximadamente 1 met. 57 cents:

5% Que pertenece, probablemente, 4 alguno de los de- rivados de la raza mongólica.

6% Queen esos huesos no hay signos de violencia.

72 Que respecto á señales de envenenamiento, nada puede decir esta Comisión por no ser las investigaciones de

esta naturaleza del resorte de la Academia.

Dx. L. MoxtaNÉ.

INDICE

REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HA-

Págs.

BANA.— Sesión pública (cieutífica) del día 12 de Marzo de 1893, por el

Dr. Vicente de la Guardia, Secretario. ....cmooosicoones NP LoS . 483. REAL AcADEMIA. Sesión pública ordinaria del día 26 de Febrero de 1893,

por el Dr. Vicente de la, Guardia, SecretariO:...mensonnciono renoorecoonanacoora ADE ZooLoGIa.—Algo sobre peces de Cuba, por el Dr. Juan Vilarómocooooccnccninanocs. 50) Iufluencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de orígeu orgánico, por el

Dr. Luis Montané... .commoubuso: A E, dos AI eN MEDICINA LEGAL.—Informe sobre ogamentas humanas, por el Dr. Luis Mon-

CAC PUNA o PE CU A ENToMOLOGIA.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu-

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 17 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

————_—__ AL AA —___—_—_———

Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes. El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven-

den: los 28 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3-primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del Sr. Sauvalle; la Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, porel Sr. Arango y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay.

y DE LA

REAL ACADEMIA

DE

CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES

DE LA HABANA.

REVISTA CIENTIFICA

DIRECTORES:

D. José I. Torralbas y D. Narcos de J. Melero.

ENTREGA 344,

TOMO XXIX. MAYO 15.

PARA ASUNTOS DE ADMINISTRACION CANJE Y CORRESPONDENCIA DIRIGIRSE DIRIGIRSE AL DR. DD. MIGUEL RIVA | A] Secretario general de la Real Academia de Ciencias, TESORERO DE LA REAL ACADEMIA CALLE DE CUBA CAMPANARIO NUMERO 45. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN.)

HABANA.

Imp. de A. Alvarez y Comp., Ricla número 40. 1893.

REAL ACADEMIA,

Sesión pública extraordinaria del 27 de Marzo de 1893.

SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES. Dr. Lastres, Presidente: Doctores Nuñez, Valdés, Aguilera, Cubas, Donoso, Beato, Finlay, Ulrica, oda Menocal, asia (D. Tomás) Plasencia (D. 1.), Tamayo, Mestre, Lavin, Santos Fer- núndez, Melero, Séidel, Rovira, Torralbas y La Guardia. Secretario. :

Abierta la sesión á las ocho de la noche y leida el acta de la anterior fué aprobada, se dió cuenta de la correspon- dencia y libros recibidos y comunicaciones expedidas en es- ta forma:

Un oficio y certificación de lugares de la causa instruida por homicidio de doña Camila Valdés, pidiendo informe; del Juzgado de Catedral.

Comunicaciones á los Dres. Santos Fernández, Orús y Paradela para que informen acerca de la moción del Doctor Donoso.

BrsLroreca.—Penna. Report of the State Board of * health. 1888, 89 y 90.

osicnian of the American orthopedie Aoc vol. IV. |

Transactions of the Association of american physician,

Ok Y, |

T. xxix—07.

[Se (Wu) 159)

ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Education of the deaf. notes and observations with revi- sed index; Gordon. 1 tomo pasta. A

New York State Museum. Report 44. 1891.

Transactions of the College of Physicians, vol. XI11.1891.

Index-catalogue of the library of the Surgeon General's Office U. E. Army, vol. XIII |

Memoirs of the National Academy of Sciences, vol. V.

Sitzungsberichte der kaiserlichen Akademie der wissens- chaflten, 1891 y 92.

Bulletin of the Minnesota Academy of Natural Sciences, vol. [IT núm. 2.

Le Muséum National de Rio Janeiro et son influence sur les sciences naturelles au Brésil, 1 cuaderno.

Methods of precision in the investigations of digestion, by J. H. Kellogg, M. D., un cuaderno.

Obras adquiridas nos la Corporación durante ds últimos meses:

Debove et Achard Mannuel de Médecine, vol. 1 et 2.

Charcot et Bouchard. Traité de médecine, 4 vol..

Congrés pour Petude de la tuberculose chez l' homme et chez les animaux.

ler. Session. 1888. 2me. Session 1891.

Bernheim Tuberculose pulmonaire.

Kar]. Lóbker, Traité de médecine operatoire.

Le Dentu. Clinique chirurgicale.

A. Villiers Précis d” analyse quantitative. 1. vol.

A. Richet. Clinique chirurgicale.

De Siebold. Essai de une histoire de l Obstétricie.

Seguidamente el Dr. Plasencia, (D. Tomás) ponente de turno leyó un informe relativo 4 una consulta hecha por la Comandancia de Marina, con motivo de un homicidio y de lesiones 4 otro, perpetrados en alta mar, 4 bordo de un va- por, por D. Manuel Fernández Jerez, cuyo estado mental ha dado lugar 4 que se sospeche alguna forma de enagenación,

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 533

y las conclusiones del ponente son: 1* que Jerez padece de una manía sintomática de un proceso morboso grave, la de- mencia paralitica; 2? la manía, de cualquier clase que sea es una verdadera locura para los efectos de excención criminal y 3.2 que la enfermedad mental de Jerez es anterior á su atentado, que no obró en un momento lúcido sino en el pa- .roxismo de su mal.

Tomado en consideración el informe y sus conclusiones, fueron aprobados.

El Dr. Tamayo, también ponente de turno, leyó informe solicitado por el Juzaado de primera instancia de la Cate- dral, procedente del municipal de Managua, en causa for- mada por el fallecimiento de doña Clotilde Ramos: las conclusiones del ponente son: 1? que en los lugares de la causa que se han remitido, no hay términos cientificos ni razonables para confirmar el diagnóstico de la enferme= dad mental que se dice padeció doña Clotilde Ramos, y por último, que no es posible afirmar ni negar que la señora Ramos se infiriese, con el cuchillo que se acompaña, la he- rida que produjo su muerte.

Tomado en consideración el informe fué aprobado, lo mismo que las conclusiones.

Terminados estos particulares la Academia se declaró en sesión de gobierno.

DISCURSO DE RECEPCIÓN,

o

Sr. PrESIDENTE,

Sres. Académicos. Señores:

e

Voy á llenar en este acto solemne, el requisito exigido por el Reglamento, dando lectura á un modesto trabajo, pa- ra el cual solicito respetuosamente vuestra benevolencia, pe- ro antes de hacerlo, cumplo con el más satisfactorio de los deberes, al daros las gracias por la señalada honra que me habeis dispensado.

Ni mis habituales ocupaciones, que por su indole espe- cial, no son las más favorables á los estudios é investigacio- nes cientificas; ni la manera aislada como hasta ahora he tratado de satisfacer mis aficiones en tal sentido: ni el cor- to número de años que hace vengo empleando en esos estu- dios, el tiempo que al descanso y al soláz dedicara en otra época: ni en fin, la deficiencia de mis aptitudes, podían ins- pirarme confianza en el éxito de mi pretensión, de tomar asiento entre vosotros. Solo me animó á solicitar tamaña honra, el deseo de cooperar en tan esclarecida compañía, y

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 535

como el último de todos, 4 los altos y meritorios fines que la Academia persigue, y poner mi grano de arena en la grandiosa obra por vosotros levantada, con vuestros nota- bles trabajos, expresivos de la importancia que ha alcanza- do en esta Isla, el cultivo de las ciencias en sus múltiples y variadas manifestaciones.

Es principio comunmente aceptado, que los esfuerzos conducentes á promover el progreso intelectual de la socie- dad á que pertenecemos, constituyen de por sí, una obra patriótica en alto grado: porque el adelanto que en este sen- tido se obtenga, decide casi siempre del conocimiento más perfecto de los derechos y de la más justa apreciación de los deberes que nos corresponden, pudiendo llegar por la pacifica conquista de los unos, y el prudente ejercicio de los otros, á constituir una sociedad selecta y respetable.

No cabe duda de que la sociedad moderna debe á los hombres de ciencia, no solo las ventajas materiales que sus descubrimientos é investigaciones le han proporcionado, sino lo que es más valioso, el efecto moral que sus descu- brimientos han producido en la organización de las colecti- vidades y en el modo de ser, de los pueblos entre sí.

En las Academias cientificas, en centros como este, es donde se han manifestado gloriosas iniciativas, que teniendo por objetivo inmediato, la Ciencia, han producido los más felices resultados en el mejoramiento de la condición de los pueblos.

Vosotros me habeis admitido 4 colaborar en tan grata y noble empresa, y por ello os debo sincera gratitud. Para mostrarla por obras tangibles, procuraré ser útil á la Acade- mia en cuanto se relacione con la Mineralogía y la Geolo- gía, ciencias de suyo importantísimas, procurando “desde luego aumentar en lo que de mi dependa, la importancia que ya ofrecen estas secciones en el Museo de la Academia. Mis aficiones me han impulsado en dirección de estos estu- dios, que como indicaré después, considero relacionados con

536 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

el brillante porvenir que las riquezas de nuestro sub-suelo nos reservan, y en cuya direceción tan solo se han dado los primeros pasos. —Con tan importante materia se relacio- na este trabajo, habiéndome inclinado 4 preferirla sobre toda otra, el conocimiento que -tengo, de la predilección de la Academia por cuanto es de interés local: por cuanto tien- da á hacer progresar el estudio de la Historia Natural Cu- bana, en cualquiera de sus capítulos más importantes, sobre todo si'es asunto de aplicación y explotación. Por eso voy á exponeros durante breve tiempo, algunas consideraciones que me sugieren las minas de cobre de esta Isla, que es un asunto, no solo de interés local, sino también, de aspecto y de tendencias prácticas.

Pero antes de entrar en materia, séame lícito consagrar ú la memoria de mi maestro y amigo el Dr. D. José E. Ra-

mos, cuyo puesto vengo á ocupar en la Academia, un alec-

) tuoso recuerdo que, sin duda encontrará simpática acogida entre cuantos tuvieron la satisfacción de conocerle, y por lo tanto de contarle en el número de sus amigos; pues una y otra cosa eran simultáneas, tratándose de tan apreciable per- sona. No necesito hacer su elogio, ante los que fueron tes- tigos de sus investigaciones y repetidos trabajos científicos, pues para hacerle justicia, basta solo con evocar la memoria de sus sacrificios y ansiedades, ante el cumplimiento de los deberes, que expontáneamente se había impuesto en favor de esta Academia y de nuestra Universidad, de la que era dignisimo bijo y benemérito Catedrático: sacrificios y ansie- dades, no por poco conocidos, dignos de olvido, sino antes bien merecedores del más alto precio, aquilatados como es- taban, por el silencio y la modestia. Del Dr. Ramos, puede decirse en pocas palabras, que á sus cualidades de hombre de ciencia, reunía un gran corazón, lleno de amor para su país, para su familia y para las corporaciones que tenian. la satisfacción de contarle en su seno.

DE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 537

¡ __-_ _ _

La fertilidad asombrosa del suelo de Cuba, ha sido obje- to en todo tiempo, de las más encomiásticas alabanzas por parte de cuantos le han visitado, y. nada aparece más natu- ral que ese favorable concepto, á poco que se detenga cual- quiera en contemplar la expléndida vegetación de nuestros campos, y las famosas plantas tropicales que en ellos se de- sarrollan constituyendo elementos de valiosos productos, al mismo tiempo que conjuntos de belleza en que la vista se deleita. Esas hermosas perspectivas que ofrecen nuestros bos- ques, vestidos de perpetua verdura: esas pintorescas sabanas que semejan llanuras de esmeralda, limitadas por graciosos grupos de interminables Palmas Reales: esas costas cubiertas de puertos tan numerosos, como seguros y agradables, en que la frondosidad llega hasta la orilla que bañan las ondas sa- ladas: esos, y otros muchos atractivos que adornan á esta privilegiada tierra, forman un conjunto tan poéticamente bello, que se comprende sin trabajo la entusiasta califica- ción del inmortal genovés, que la llamaba la más fermosa tierra que jamás ojos vieron: se comprende muy bien, que al descubrirla el 28 de Octubre de 1492, escribiera en su diario. estas palabras: “En ninguna parte he visto cosas tan magníficas como en Cuba: las orillas del río, son un paraiso que no me puedo resolver 4 abandonar.”

Pero si tantos y tales son los atractivos que ofrece el sue- lo de esta Perla de las Antillas, no son menos importantes y dignos de fijar nuestra atención, las riquezas portentosas que el sub-suelo encierra, los tesoros de inmenso valor que la madre tierra guarda en sus entrañas, como elementos de re- serva, destinados 4 aumentar con bienes cuantiosos, los abundantes con que hoy ya nos vemos favorecidos. La ri- queza minera de la Isla de Cuba, puede sostener muy ven- tajosa comparación con su riqueza agrícola, 4 pesar de ser esta tan considerable é importante: y podemos augurar los más felices resultados, para el día en que las investigacio- nes científicas nos den á conocer en toda su extensión, el

538 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

valor de esos yacimientos, en que hasta hoy apenas se ha dado inportancia más que á lo que se encuentra á flor de tierra.

Desde los primeros dias del descubrimiento, se observa- ron por los conquistadores los indicios de nuestra riqueza ml1- nera, pero como el metal casi exclusivamente buscado era el oro, y en su defecto la plata-——en esta Isla muy escasos—no dieron importancia á los afloramientos de hierro y cobre que se encuentran en muchos puntos, aunque les fueran co- nocidos, como se desprende de las relaciones de Gomara y otros historiadores de aquel tiempo. En época posterior, ab- sorbian la atención de cuantos se dedicaban á investigacio- nes mineras, la importancia de los descubrimientos hechos en Méjico, el Perú y Nueva Granada: y hacia allí se dirigía la corriente de cuantos iban en busca de la riqueza—-iluso- ria la más de las veces—con que les brindaban los metales preciosos.

Separados de la Madre Patria y constituidos en naciones independientes, los antiguos virreinatos y capitanias gene- rales, se fijó más la atención en esta Isla, y se hicieron ex- ploraciones que dieron por resultado el conocimiento de lo mucho que podía esperarse para el porvenir, si se empren- día en debida forma, la explotación de sus yacimientos: asi es, que en el primer tercio de este siglo, empezaron á tra- bajarse con abundantes recursos nuestras principales minas de cobre, según se verá al hacer mención de ellas, y hasta el año de 1868 se prosiguieron los trabajos, con éxito favo- rable para los capitales empleados.

De ocho ó diez años á esta parte, se han organizado em- presas extrangeras en Santiago de Cuba para la explotación del hierro y del manganeso, siendo de sentir que se hayan restringido algo las franquicias que nuestra ley de minas les concedía, aunque no por ello se haya debilitado el espiritu de empresa, que iniciado en ese extremo de la Isla, puede ex- tenderse á toda ella, con beneficio de la riqueza pública.

39

QQ

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES

No siendo el objeto de este trabajo, disertar sobre los yacimientos minerales de la Isla en general, sino referirnos particularmente á los de Cobre, nos limitaremos 4 hacer presente, que estos en unión con los de hierro, asfalto y manganeso, son los más abundantes de cuantos se han estu- diado hasta la fecha, según las someras investigaciones prac- ticadas. Entre todos, parece ser el cobre el más abundante, pues raras son las localidades metalíiferas de la Isla, donde no se encuentren sus minerales, apareciendo con frecuencia á flor de tierra y á veces en- grandes masas, que se extien- den sin interrupción por el espacio de varios kilómetros. Esta abundancia, realmente extraordinaria, ha hecho decir á un escritor, que la Isla de Cuba parecia estar asentada so- bre un banco de cobre y hierro: toda vez que los yacimien- tos de la pirita de ambos metales existen en cantidades abundantisimas.

Nuestros yacimientos cupriferos, responden en cuanto á su formación, á las mismas causas que los han determinado en otras partes del mundo. Sabemos por las observaciones geológicas de Michel Levy, que las rocas de origen interno forman en la historia del globo dos grandes series, cuya im- portancia es muy desigual: la primera ha señalado los tiem- pos primarios y el principio de la era secundaria, habiendo sobrevenido después un periodo como de descanso, en el que asi las erupciones, como los demás fenómenos geogénicos no han dejado huellas sensibles, deslizándose los periodos Ju- rasico y Cretáceo en la mayor tranquilidad y sin que la apa- rición de rocas eruptivas, viniera á perturbar la sucesión de sus sedimientos: la segunda, principa con la era terciaria, en que la actividad interna parece renovarse, habiendo conti- nuada 4 mas ó menos intervalos, sus distintas manifestacio- nes, desde esa fecha hasta nuestros días. Hay pues en cada grupo de rocas, una serie antigua d antejurásica, y. otra mo-

derna, ó postcretacea. T. xx1x—$68.

540 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

Los yacimientos de cobre se presentan por lo general, en masas, y la riqueza metálica después de haber sido trai- da hacia la superficie con una roca eruptiva, se concentró en lentejuelas muy diminutas, cerca del contacto de dicha ro- ca con el terreno que la rodea. Estos yacimientos, según ob- servan los geólogos; son el reverso de los estaníferos, porque todos se hallan en relación con rocas básicas y son de color oscuro: mientras que á los del estaño. acompañan las rocas ácidas y son de color claro. Las dioritas, los gabros, serpen- tinas, melafiras, trapps y otros análogos parecen haber sido y así se comprueba en nuestros yacimientos—los ve- hículos habituales del mineral de cobre.

Por el mero hecho de ser acompañado el mineral por una roca básica, se puede preveer que no debe existir en. forma de óxido: y con efecto, es en el estado de sulfuro, como se le «encuentra por lo general, porque los óxidos y carbo- natos que también suelen presentarse con los sulfuros, son de formación posterior, y por decirlo asi, local, por cuanto la parte superior de los yacimientos expuesta como lo está, á la acción oxidante de las aguas de infiltración, ha sufrido las consecuencias naturales de ella, cuyo resultado es la in- mediata formación de los óxidos; sin que esto quiera decir, que no pudieron también formarse, por la presencia de va- pores acuosos, al tiempo de la erupción. Las aguas determi- . nan asimismo, la formación de los carbonatos, si contienen en disolución ácido carbónico en cantidad suficiente, ó siá su paso al través de rocas calizas, estas las han provisto de los elementos adecuados. Así se esplica que los óxidos y car- bonatos, se encuentren mas á menudo á flor de tierra ó en su inmediación, y rara vez en las profundidades, mientras que en estas es donde abundan los sulfuros.

Debemos mencionar siquiera sea de pasada, que los ya- cimientos del lago Superior, en los Estados Unidos, consti- tuyen una escepción á lo expuesto, toda vez que se encuen- tran en terrenos del periodo Cambrico y por lo tanto, las

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 541

rocas que los contienen, son cristalinas, y el metal se en- cuentra casi siempre en estado nativo, y con frecuencia en grandes masas, puesto que Rivot menciona una cuvas di- mensiones excedian de 30 metros de altura, por 8 á 12 en dirección. Los cobres de Chile, Bolivia, Norueva, é Inglate- rra, así como los de otros paises en que existen yacimien- tos, siguen la ley general antes enunciada, y sus asociacio- nes constantes, son las rocas básicas pertenecientes á los periodos Pérmico y del Eoceno superior.

Refiriéndonos ahora particularmente á nuestros yaci- mientos, diremos que los consideramos comprendidos en la segunda de las series mencionadas, en tésis general; no so- lo porque 4 ello nos incline la consideración de los terrenos de esta Isla, en su generalidad de origen terciario, sino por- que en los estudios que se han hecho, ha habido ocasión de observar, que la serpentina se encuentra casi siempre aso- ciada á los minerales de cobre, y como esa roca es de erup- ción terciaria, parece lógico admitir que en dicha era fue- ron arrastrados o traidos á la superficie por la roca asociada, los minerales que con ella se encuentran reunidos. Y consi- deramos á4 la serpentina como de origen terciario, basados en la autoridad de Lapparent, de Leymerie.y otros autores que sin tratar de resolver en definitiva la cuestión de las ofitas, se inclinan á considerarlas de origen terciario. Ade- más hay que tener en cuenta, que la hipótesis de Dieulafait y Magnan que querían colocarlas entre el Devónico superior y el Lías, ha sido victoriosamente refutada por Fouqué y Levy, con los resultados obtenidos en sus observaciones mi- crográficas de los caracteres francamente eruptivos de las rocas, y sobre todo, de su reproducción por medio de la fu- sión ¡gnea.

No entramos en la determinación de la edad aproxima- da de nuestros principales yacimientos, por carecer de los datos y antecedentes necesarios respecto á tan delicado asun- to, limitándonos 4 manifestar nuestra creencia de que los de

542 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

San Fernando y Santa Rosa, en Santa Clara, pudieron tener origen inmediatamente después del periodo Cretaceo,-con- curriendo con las primeras sedimentaciones terciarias de lu

Isla.

Hemos «mencionado la extraordinaria abundancia del mineral de cobre, y á ella debe atribuirse el que los investi- gadores de minas en este país, las hayan denunciado en con- siderable número, en las distintas provincias, aunque la ca- si totalidad de ellas, nunca han sido objeto de explotación. Lo superficial de los trabajos que se han realizado para es- tas investigaciones, no han permitido apreciar de un modo exacto, la riqueza ¿ importancia de los-yacimientos, pe- ro la abundancia de estos, la facilidad y frecuencia con que se han observado crestones extensos á flor de tierra, y el ele- vado temor de los ejemplares recogidos, constituyen indi- cios muy fundados, para inclinarnos en favor de la opinión general, que reconoce la existencia de importantes y valio- sas masas cupriferas en toda la extensión de la Isla.

Para confirmar esta opinión, bastará mencionar algunos de los yacimientos mas conocidos en las distintas provincias en que se haya dividida, y empezando por la de la Habana, recordaremos las antiguas minas de Bacuranao, situadas á tres leguas al Este de la ciudad y en las que se encontraron abundantes minerales, en forma de óxido rojo, y verde, así como carbonato verde y azul, acompañados de sulfuros. Es- tas minas fueron estudiadas por el Sr. Zancajo, en el pri- mer tercio del presente siglo, habiendo dejado una descrip- ción geológica del terreno en que se encuentran.

Existen también minerales de cobre en las inmediacio- nes de Guanabacoa, así como en Jaruco y otros puntos de la provincia: pero estos yacimientos no han sido objeto de estudios detenidos, por lo que no se conoce bien su riqueza y extensión.

En las provincias de Matanzas y Pinar del Río, abunda

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 543

también el mineral de cobre: en la primera, existen denun- ciadas más de setenta minas, que se encuentran en las in- mediaciones de Canasl, San Miguel de Matanzas, Santa Ana, Camarioca, Limonar y otros puntos: en la segunda, podría- mos citar entre otras muchas, las de Buenas Aguas, Recom- pensa, y Unión, explotadas en otra época en las cercanías de Bahía Honda y Mantua, así como también, la mina Cari- dad, y desde luego, varios yacimientos que no han sido ex- plotados en ningún tiempo. -

En la provincia de Puerto Príncipe, mencionarémos las antiguas minas de Bayatabo, en el camino real de Nuevitas 4 dicha ciudad, que fueron explotadas de una manera irre- gular é incompleta, primero por la Compañia Real y después por D, Carlos Mola, en el siglo pasado; sin que se empren- dieran trabajos de alguna importancia, hasta 1841 en que el americano Mr. Ditson trabajó la denominada Marion, y los Sres. Barreto y Silva, la de San Antonio del Cerro. También se constituyó una compañía para la explotación de varias minas en las Cuabillas, en el fundo del Caunao. En todas ellas predominaba el carbonato de cobre, que consentía una extracción fácil y económica, á causa de su presencia 4 muy poca profundidad. :

El mineral de Bayatabo se exportaba para Liverpool y Boston, habiéndose establecido en esta última ciudad una undición, con el exclusivo objeto de beneficiarlo: pero ha- biéndose presentado más tarde dificultades para su embar- que, 4 causa de ciertas disposiciones entonces vigentes, se trató de remediar el mal, estableciendo en punto céntrico de las minas, hornos adecuados para el beneficio de los mi- nerales, lo que -no dió resultado, sin duda á causa de la es- casez y carestía del combustible, quedando abandonados to- dos los trabajos después del año de 1852.

Los resultados obtenidos en esa explotación, no debie- Ton ser de gran importancia, pues según los datos y noticias existentes, la exportación por Nuevitas fué decreciendo des-

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de el año de 1841 en que se exportaron 2,293 toneladas de mineral, hasta el de 1852 en que sólo se embarcaron 51 to- neladas. Las otras minas de cobre de esta provincia, como la muy antigua del Jagiiey y las muy- conocidas de Biaya,: representaron aún menos importancia que las de Bayatabo.

Pero las dos provincias más notables por la explotación de sus minas de cobre, son las de Santiago de Cuba y de Santa Clara. En la primera nombrada, los yacimientos son numerosos é importantes, y fué una de las localidades de la Isla doude primero empezaron á trabajarse, hallándose esta- blecida la Villa del Cobre, sobre ricas y extensas capas de minerales, que han sido objeto de larga explotación. Ade- más existen yacimientos en Bayamo, en las inmediaciones de la Sierra Maestra, en las Tunas, donde se explotó una mina en Dumañuecos, embarcándose el mineral por Manatl; en Holguín, Manzanillo y por último, en Jiguani.

Los yacimientos del Cobre, fueron descubiertos á media- dos del siglo xvrt por Fernando Nuñez Lobo, quedando su explotación reservada á la Corona, que las trabajó con poco éxito hasta el año de 1718 en que fué transferida á empre- sas particulares, estipulando como precio del arrendamiento la entrega anuul de cierto número de piezas de artillería fundidas con el cobre de las minas y destinadas ú la defen- sa de estas costas. El poco rendimiento obtenido bajo la ad- ministración oficial, se puede apreciar, considerando que hasta el año de 1677 se habían remitido 4 la Casa de Con- tratación, de Sevilla, unos cinco mil quintales de cobre y se habían fundido tan sólo cuatro cañones, empleándose en aquella fecha en los trabajos, doscientos setenta y cinco es- clavos, recibidos por cuenta de la Real Hacienda. :

Ll cobre de estas minas, se empleó en distintas ocasiones en la fabricación ó acuñación de monedas, que circularon desde 1613 hasta 1662 en que se extinguió su uso y después en el año de 1741, se hicieron tambien monedas de cobre por el gobernador Cagigal, cuando el almirante Vernon se

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 545

estableció en Guantánamo. Se les dió un valor puramente convencional, pues algunas piezas se tomaban por ócho rea- les de plata, pero su duración fué meramente provisional, recogiéndose la moneda por completo, cue llegó ens SsOoco- rro de la Habana.

Quedaron las minas abandonadas por largo tiempo, has- ta que en 1830—época en que estuvo en boga en Inglaterra el emprender especulaciones mineras en América—se reu- nieron varios capitalistas nacionales y extranjeros, para fun- dar, como lo hicieron, una compañía, que con el nombre de “Consolidada,” reunió un capital de dos y medio millones de pesos.

Animados por los prósperos comienzos de esta compañía, no tardaron nuevos tapitalistas en constituir otras, entre las cuales citarémos la de Santiago, formada también en Ingla- terra, con un capital de trescientos cincuenta mil pesos. En años posteriores, se constituyeron nuevas compañías, no tan importantes como las nombradas.

Las Directivas de la “Consolidada”:. y “Santiago,” res]- dían en Londres, y tenian delegada la cado local y su representación legal, en individuos del vecindario cu- bano. El mineral explotado en esas minas, era la pirita ferro- cobriza, ó sea el sulfuro doble de cobre y hierro, pero tam- bién existían el cobre nativo, el óxido rojo, los carbonatos y otros, que no representaban la misma importancia. Se ex- portaban los minerales para Swansea—Inglaterra-donde eran estimados y obtenían buenos precios.

Los resultados pecuniarios de la explotación fueron fa- vorables, puesto que en 1845 las publicaciones locales ma- nifestaban que en seis meses había ganado la compañía in- galesa la respetable suma de $ 83,774; agregando ser cierto ““que esta sociedad de origen extranjero y con capital del mismo género, pudiera dejar mayores beneficios al país, sl no careciese de fundiciones para el metal explotado: pero

546 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

no por eso, deja de proporcionar ventajas incalculables.” Y hablando del mismo asunto en fecha posterior, se decia re- firiéndose 4 mayores utilidades: “Los dos millones de pesos que se designan como beneficios líquidos de esta compañía, permanecerían todavía escondidos en las entrañas de la tie-. rra, si esos extranjeros, más adelantados en la industria mi- nera, no hubiesen dedicado á ella su inteligencia, sus traba- jos y sus capitales.”

El número de obreros empleados en los minas “Consoli- dada,” “San José,” “Santiago” y “Economía,” llegó á ser de más de novecientos hombres libres y esclavos, habiendo lle- gado á pagar la “Consolidada” hasta mil jornales diarios.

Las minas estaban provistas de las máquinas más perfec- tas y completas, por entonces conocidas, las que eran movi- das por el vapor en número suficiente: habiéndose estableci- do además una compañia americana con el nombre de “New York Dressing Ore Company,” 4 tres cuartos de milla de la villa del Cobre, y junto al ferrocarril, con objeto de aprove- char los minerales que anualmente iban desechándose, por carecer del tenor necesario para la exportación. Según da- tos relacionados con ésta, aparece que la cantidad que se mandaba 4 Inglaterra era por término medio, de unas trein- ta mil toneladas anuales, de mineral rico, que obtenía pre- cios ventajosós en aquel tiempo,

En 1851 se estableció un horno de reverbero para la concentración de los minerales, con objeto de exportarlos con el más alto tenor posible, obteniendo así considerables economías en el flete, embarcándolos reducidos á cobre ne- gro, de setenta por ciento de metal fino.

La mayor parte de las pertenencias mineras se encuen- tran al rededor del Santuario de Ntra. Sra. de la Caridad, al Sur de la villa del Cobre, habiéndose llegado 4 dar un desarrollo considerable á las galerías de las minas y alcan- zando grandes profundidades, que no bajan de 800 á 900 piés. stos trabajos se hallan hoy en completo estado de

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 947

abandono, inundados de agua sus pozos y galerias, y des- truidos sus edificios y máquinas, sin que se realizáran las esperanzas de verlos reanudados, á pesar de haber compra- do las minas, la compañía del ferrocarril del Cobre, que pa- recia dispuesta 4 emprenderlos, y áun se dice que hizo al. gunos preparativos para ello, reparando la vía ferrea: pero no sabemos que se haya adelantado más, en este particular. Lo único que se ha hecho en estos últimos años, ha sido aprovechar las aguas cupriferas, para obtener por medio de la cementación algunas pocas toneladas de cobre que en 1890 no pasaron de cuarenta.

En la provincia de Santa Clara, se encuentran asimismo, valiosos yacimientos, pudiendo citar la mina “La Victoria” y otras en los términos municipales de Cienfuegos y Santa Clara: pero las más importantes por sa riqueza y por haber sido objeto de explotación durante cierto número de años, son las denominadas de “San Fernando” y “Santa kosa.”

Fueron descubiertas por Don Antonio Escalante, en los años de 1822 á 26, en cuya época este señor se dedicaba á4 investigaciones mineras en la sierra del Escambray, habien- do fijado su atención definitivamente en las minas nombra- das, cuyo registro solicitó el año de 1827, y asociándose con capitalistas de Boston y de la Habana, constituyó una socie- dad para emprender su explotación. Duró ésta por espacio de algunos años, y debió ser con buen éxito, puesto que se- gún refieren personas que aún viven en Cienfuegos, el mo- vimiento producido por la explotación de las minas era bas- tante activo, teniendo los concesionarios empleados constan- temente unos quinientos mulos, 4 cuyo lomo se transportaba el mineral 4 Cienfuegos. También hay memoria en la ciudad, de haberse construido una piña de plata, con la que se ex- traía del cobre argentifero, la cual piña fué regalada al rey Don Fernando VII, cuyo nombre llevan las minas.

Desconocemos to motivos por qué cesó la explotación

de Escalante y sus consocios, pues en 1846 aparece formada T. xx1x.—69.

548 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

una nueva sociedad, con capitales procedentes de Londres, que continuó los trabajos emprendidos, no sin que ocurrie- ya una nueva transformación social hácia 1851, en que con motivo de los sucesos políticos de entonces, se retiraron al- gunos de los que figuraban en primer término en la socie- dad. Formóse otra para continuar los trabajos, y por fin se hizo cargo de las minas una compañía extranjera, que las explotaba con regularidad, embarcando anualmente de tres 4 cuatro mil toneladas de mineral para Swansea, aparecien- do sus precios cotizados en 1/he Miner Record á tipos más al- tos que los de Chile y Rio Tinto. Así continuaron hasta 1868, en que los acontecimientos políticos que en esa fecha tuvie- ron lugar, obligaron á dispersarse á los 300 mineros alli em- pleados.

Los restos de aquellos trabajos, consisten en unas doce casas destruidas, y que en parte ha sido reparadas; en tres pozos maestros de extracción, en parte derrumbados, de una profundidad mal conocida, pues están llenos de agua, pero que se cree sea de unos ciento cincuenta plés; en slete po- zos de servicio en comunicación con galerías de extracción é investigación; en diez y ocho pozos calicatas, algunos abier- tos sobre afloramiento mineral con una profundidad de vein- te 4 treinta piés, y por último, doce galerías, unas abiertas en la masa mineral de los filones y las otras de servicio de exploración. La mayor parte de las galerias están á un ni- vel de quince 4 veinte piés más altas que el cauce del arro- yo San Fernando, con entradas por la vertiente norte de las lomas donde radican los filones, y en una dirección general- mente perpendicular á éstos. Se calcula que la extensión de las galerias puede ser de unos ochocientos metros.

Las concesiones mineras que constituyen estas minas, son en número de diez, ó sean, dos conocidas con el nombre de “San Fernando,” otras dos con el de “Santa Rosa,” una con el de “Santa Isabel,” otra con el de “San José,” y cua- tro con el de “San Claudio.” Todas las concesiones se hallan

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 549

situadas en la provincia de Santa Clara, distante de la ciu- dad de este nombre unas nueve leguas al S. E. y como once al N. E. del puerto de Cienfuegos, el más importante de la costa Sur. Se encuentran en una cadena de montañas que forma la cabezada norte del rio Arimao, que desemboca al E. de Cienfuegos, y estas mismas montañas determinan uno de los confines del valle de Manicaragua, cuya fertilidad y terrenos adecuados para el cultivo'del tabaco, son bien co- nocidos.

De las cuatro concesiones mineras, primero nombradas, ó sean las dos de San Fernando, y las otras dos de Sta Rosa, fueron objeto de explotación las de “San Fernando,” antes de 1868, habiéndose realizado tan solo ligeras exploraciones en las otras. Los depósitos minerales se encuentran en las rocas metamórficas magnesianas que cubren la mayor parte del terreno accidentado á que nos hemos referido, siendo dificil determinar con exactitud la época de su formación; aunque como ya hemos dicho, nos inclinamos á considerarla contemporánea de las primeras sedimentaciones terciarias de la Isla. El considerable desprendimiento de rocas serpen- tínicas y sieníticas eruptivas que forman las cadenas de montañas de esta provincia—y también de otras de la Isla— se ha observado que rompen por medio de las rocas calizas y pizarras del cretáceo, y según opinan algunos geólogos, en una época posterior ¿ú esta primera erupción terciaria, ha debido efectuarse en muchos lugares de la Isla, otra de me- nos magnitud é importancia, en la cual las masas de roca magnesiana fueron á su vez dislocadas y elevadas, por la in- trusión de largos diques ó masas de pórfido que reventaron por entre las rocas serpentínicas, en una dirección noroeste y sudeste, y hallándose la serpentina en condiciones más ó menos plástica debió ceder paulatinamente á esta intrusión, doblándose y plegándose en forma, que le dan cierta apa- riencia de estratificación regular.

Los minerales que constituyen los yacimientos, consisten

5D0- * ANALES DE LA REAL ACADEMIA

«principalmente en sulfuros de hierro, cobre y zinc, presen-

tándose por lo general, en el contacto de los diques con las rocas magnesianas, pero también hay otra serie de minera- les, que se presentan en los diques mismos. Estos depósitos están constituidos generalmente, por minerales oxidados, tales como carbonatos, silicatos y óxidos de cobre, que se suponen producidos por la accion del agua al atravesar las grietas que contienen los minerales sulfurados y después de descomponerlos, parcialmente, se filtra por los diques, al no hallar fácil salida 4 través de las capas de serpentina. Como en la composición de los diques, entra el carbonato de cal y de magnesia, éstos. compuestos han podido ser atacados por las aguas filtradas siendo arrastrada la cal como sulfato soluble y depositándose al mismo tiempo los óxidos mine- rales que dichas aguas habían arrastrado al filtrarse, y con- tenían en solución. . Podría presentarse como ejemplo, en confirmación de esta teoría, lo que se observa en la mina San Fernando, en la que habiendo el porfido atravesado la superficie, permite la fácil salida de las aguas á lo largo de las líneas de contacto, dando lugar á la formación de ma- nantiales, que contienen en solución sulfatos de cobre y hierro, de que hablaremos más adelante.

En cuanto ¿4 los minerales «primeramente nombrados, diremos que se encuentran en forma de venas de contacto entre dos rocas de erupción, y por lo tanto podrían consi- derarse más bien como grietas ó hendiduras, no ofreciendo duda de su constitución hácia la profundidad. Con respecto á su extensión superficial, las investigaciones hechas las han puesto de manifiesto.

Los otros depósitos, ú sea los de los diques, no son de tanta importancia, puesto que su presencia, debida á la des. composición por las aguas, de grandes masas de carbonato de cal y de magnesia, no obedece sino á causas de poca im- portancia y puramente accidentales.

Los ingenieros que han visitado estas minas, se inclinan

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 591

á creer que su riqueza se na de manifestar mejor, 4 medida que se adelante en dirección de la profundidad. Califican de ricos sus filones, y calculan como resultado de sus análi- sis que el tenor promedio de los minerales representa una riqueza de 15 4 18 por ciento. :

El Sr. Maigrot en el estudio que hizo de dichos minera- les, considera los filones divididos en cinco clases y cuatro tipos minerálogicos.

La primera clase que observa, son dos filones normales, el uno de blenda pura, que constituye el primer tipo mine- ralógico.

La segunda clase está representada por el otro filón de blenda cobriza, con un tenor de cobre que varía desde el uno hasta el veinte por ciento, constituyendo este tipo, un mineral de sulfuro de cobre zincifero.

La tercera clase corresponde á filones ó veticas interca- ladas en la sección de fracturas de la diorita.

La cuarta clase la forman bolsones más ó menos volu- minosos, donde se encuentran casi todos los tipos de mine- rales cobrizos diseminados en la masa diorítica que consti- tuye su ganga, siendo estos minerales los óxidos de cobre amorfo y cristalizado, carbonatos, sulfuros dobles de cobre y hierro y sulfuro de zinc, representando estos y la clase anterior, el tercer tipo minerálógico.

La quinta clase está formada por una zona diorítica al- terada, paralela 4 la solución de contacto con la sienita, estando la pasta diorítica impregnada de todos los tipos mineralógicos que se encuentran en los filones normales, cuya zona de roca mineralizada, es muy pobre, pues el aná- lisis no acusa más que uno por ciento de cobre y zinc, re- presentando esta clase el cuarto tipo minerálogico.

El referido ingeniero añade que cree estar en presencia de un valioso yacimiento cuprifero, expresando que sus afloramientos son reconocidos en una longitud de más de seis kilómetros de E. á O. sin solución de continuidad, pues

552 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

en uno de los extremos se encuentra la mina San Fernando y en el otro extremo, la mina Santa Rosa. |

Los minerales de ambos yacimientos contienen además en ciertos puntos, alguna cantidad de oro y plata, como puede verse en los siguientes análisis practicados por el la- boratorio oficial “United States Assay Office.”

Análisis núm. 308.— Mina Santa Rosa.

Oro 0.30 onz. por ton. que vale.. $ 6.20.

Plata 32 onz. 1d. o Cobre 20% en qq. 0 400 lb en PS e A OREA ,, 40.00. $ 82.82. la ton.

Andlisis núm. 812.— Mina: Santa Rosa.

Oro 0.10 onz. por ton. que vale.. $ 2.06.

Plata 10 onz. 1d. lA MT O Cobre 7.7% en qq. 6 154 1b. en A A A 15.40. p 28:68. 10.

Análisis núm. 801.— Mina San Fernando. Oro 0.30 onz. por ton. que vale.. $ 6.20.

Plata 9 onz. 1d. ito o TO:08: Cobre 14.3% en qq. 0 286 lb en ALO A , 111.80. $128.08. id.

Análisis núm. 811.-— Mina San Fernando.

Oro 0.30 onz. por ton. que vale.. $ 2.06.

Plata 10 onz.. 1d. A EN E E 0 Cobre 143% en qq. ó 286 1h en o A O ISO 28.60. $41.86. 1d.

Esto en cuanto hace referencia 4 los minerales: ahora respecto 4 las aguas cobrizas de que antes hemos hablado, diremos que existen cuatro manantiales que salen de la mina San Fernando, acerca de los cuales el ingeniero inglés Mr. Spilbury, que los estudió, se expresa en los siguientes

EOS

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 953

términos: “Aquí se encuentran manantiales que contienen una gran cantidad de sulfato de cobre y hierro en disolución y efluyen del lado de la montaña. Estos manantiales corren 4 razón de setenta galones por minuto, todo el año, teniendo en solución de 2 4 3 libras de cobre metálico por cada cien galones de agua. Mientras se deslizan estas, sobre las rocas serpentínicas, se forma poca cementación, mas un cuarto de milla cañada abajo, la atraviesa una dolomíitica, é inme- diatamente la precipitación de cobre se hace notable, por- que en el mismo lugar, entra del otro lado otra cañada de agua, que contiene gran porción de cal en disolución, y al instante se efectúa la precipitación del hierro y cobre, con gran rapidez: y es tan marcada y tan rápida, que unos cuantos centenares de yardas más abajo, la superficie queda entera- mente libre de hierro y cobre y el agua es de buen sabor.”

Los calculos y apreciaciones de este ingeniero, basados en sus análisis del agua de los manantiales de San Fernan- do, nos dan, pues, tomando el tipo más bajo, la cantidad de 2016 libras de cobre que podrian extraerse al año de las aguas, admitiendo que estas lo contengan en la proporción de dos libras por cada cien galones, cantidad verdadera- mente importante y significativa de la riqueza de los yaci- mientos, sl se tiene en cuenta, que esa cantidad tan aprecia- ble de cobre es extraida constantemente por las aguas de infiltración 4 su paso por las masas de sulfuro y que ese procedimiento tiene que ser relativamente débil, en su mo- do de actuar, cuando el agente que lo determina es el agua.

Suponiendo que cada día pudiera extraerse una sola to- nelada de cobre, de estas aguas, pasma y asombra el consi- derar el número de miles de toneladas que en el transcurso de los años, á razón de trescientas sesenta y cinco por cada uno, han dejado de aprovecharse; y menospreciadas por el hombre, han ido 4 perderse en el río Arimao, donde desa- gua el arroyo San Fernando, y á través de este rio, en el mar del sur de la Isla.

554 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

¡Cuántos y cuan valiosos productos perdidos, con refe- rencia á un solo detalle, que no es por cierto de los de ma- yor importancia en nuestra riqueza minera!

Estas minas, después de varios é infructuosos esfuerzos realizados por distintas personas, se encuentran completa- mente abandonadas, llenos de agua sus pozos, y descuidadas las fábricas y laberintos para la cementación del cobre, el que se ha solido extraer por ese procedimiento, en pequeñas cantidades y por cortas temporadas.

Después de esta ligera reseña, parece natural desear co- nocer las causas porque permanegen abandonados esos ya- cimientos, si la abundancia y riqueza del mineral es la que se dice, y por qué el capital siempre á4vido de ventajosa co- locación, no afluye á buscar las legítimas y seguras ganan- cias, con que le brinda la explotación de las minas de la Isla de Cuba.

En primer lugar, debemos atribuir la suspensión de los trabajos en las minas de Santa Clara y Santiago de Cuba, ú la imposibilidad de continuarlos durante los disturbios po- líticos porque atravesó el pais, desde el año de 1868 hasta el de 1878, en que terminaron definitivamente. Nada tiene de particular que en seguida de hecha la paz, no se resta- blecieran los trabajos, porque en tales casos es siempre na- tural dar tiempo al periodo de reconstrucción que lógica- mente se inicia después de la conmoción, quebrantos y trastornos financieros, que se experimentan á continuación de las discordias civiles, y el capital, de suyo medroso, no se presenta sino cuando cimentada la paz, garantida la pro- piedad y la seguridad personal. Pero habiendo transcurrido tiempo bastante para realizar todas estas aspiraciones, hay que convenir en que la causa apuntada, ni es la única, ni la más importante de las que han detenido el desarrollo de esá riqueza minera: hace ocho años que empezaron los tra- bajos de las minas de Juraguá, y en ellas se han empleado

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 9595

cuantiosos capitales con satisfactoria remuneración, y lo mismo habría sucedido con las minas de cobre, si se halla- ran en idéntico caso. Hay, pues, que buscar otras concausas, en la competencia temible que á todos los cobres han hecho las ricas minas del lago Superior, en los Estados Unidos, donde abunda mucho el cobre nativo: á los progresos reali- zados en la explotación de los minerales chilenos y los de Río Tinto, en manos de inteligentes y poderosas compañías, coincidiendo esto al mismo tiempo con la baja del precio del metal en los mercados ingleses, y 4 la disminución de sus aplicaciones, si se compara, sobre todo, con aquella época: en que el uso de cañones de bronce le aseguraba una salida fácil é importante. La especulación ha influido también en la baja de los precios, y los desastres del famoso sindicato que en años recientes trató de acaparar todo el cobre del mundo, han tenido su parte no pequeña en las fluctuaciones de los precios. Es indudable que no solo en Cuba, sino tam- bién en los Estados Unidos, Francia y otros paises, han de- jado de explotarse muchas minas de cobre, por no cubrir sus productos, á los precios corrientes, los gastos de explo- tación. | |

Existe además otro obstáculo de la mayor importancia para la piosperidad de nuestra industria minera, en cuanto se relaciona con el cobre, y es la carestia del combustible, que en tan gran cantidad se consume en el beneficio de sus minerales, pues se necesitan nada menos que de seis á ocho operaciones sucesivas de tostados y fusiones, para llegar á convertir el mineral en cobre bruto. En realidad, no hay operación metalúrgica que consuma mayor cantidad de com- bustible, en relación al metal que se obtiene, y como quiera que el carbón de piedra ó la leña, resultan aquí excesiva- mente caros, sobre todo en los puntos del interior á donde habría que conducirlos, y que generalmente se hallan en terrenos accidentados y desprovistos de vías fáciles de co-

municación, se comprende que no se haya practicado con Y. xxIx.—(0

(Si GQ O)

ANALES DE LA REAL ACADEMIA

éxito el beneficio del mineral al pié de la mina. Por esto se imponía la exportación de minerales más 4 menos concen- trados, más ó menos ticos, para que su tenor permitiera sos- tener el recargo de los fletes, sobre un peso mayor que el del metal obtenido en definitiva. Esta exportación que era fácil y lucrativa en años pasados, cuando el precio del cobre se sostenia bastante elevado, cesó de serlo desde que la baja antes mencionada limitó considerablemente el margen de utilidad.

Entre estos inconvenientes, es el más grave en nuestro concepto, el que ofrece la carestía del combustible, unido ú la gran cantidad que de él se necesita para la extracción del metal, pues lo más ventajoso sería el beneficio del mineral al pié de la mina. Los Sres. Percy, Le Play y Rivot, opinan que con el método seguido en Swansea y en Liverpool, que son los centros á donde afluyen los minerales de cobre de todo el mundo, se emplean por término medio de 16 4 18 toneladas de hulla por cada tonelada de cobre producido. Como el carbón es sumamente barato en Inglaterra, puede hacerse alli el beneficio del mineral, pero resulta sencilla- mente imposible, en los países menos favorecidos con ese combustible orgánico.

Ahora bien, el deseo natural del perfeccionamiento y simplificación de una metalurgia complicada costosa, ha he- cho emprender diferentes ensayos para reducir considera- biemente el combustible, y después de esfuerzos infructuosos parece haberse obtenido el resultado apetecido por medio del procedimiento Manhes, en virtud del cual sólo se necesitan dos toneladas de hulla por cada tonelada de cobre, reducién- dose también la mano de obra considerablemente. Las seis ú ocho operaciones que requería el método inglés, según la naturaleza de los minerales, quedan reducidas á dos que son las siguientes:

1% Fundición cruda del mineral, para producir una ma- ta cruposa.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 55

2% Fusión de esta mata en el convertidor Manhes donde bajo la influencia de una oxidación enérgica, se transforma rápidamente en cobre bruto de 98 por 100.

El hierro, el azufre y otras materias que acompañan el mineral, pueden servir de combustible y sostienen la eleva- da temperatura que se requiere, durando tan sólo de 30 á 40 minutos, la operación del convertidor y siendo su ejecución sobremanera fácil. y

Este procedimiento ha sido adoptado por la Parrot Cop- per Company, de Butte City, en el Estado de Montana-— Estados Unidos:—por las fábricas de Vivian, en Swansea, y por la casa Cousino, en Lota—Chile.—Además, funciona en Francia con éxito satiofactorio, en las fábricas de Eguilles de la Societé Anonime de la Metallurgie du Cuivre.

Creemos, pues, que adoptado este procedimiento. ú otro más económico que pudiera idearse, quedaria resuelta la grave dificultad del combustible, ó por lo menos, atenuada en sumo grado.

Las que ofrecen la falta de vias de comunicación y la competencia de los minerales americanos y chilenos, no son difíciles de resolver, si las compañías que se formen cuentan con amplios recursos para construir sus propias vías, y si la dirección de los trabajos es inteligente, para que resulte, al mismo tiempo que acertada, económica, en cuanto sea po-

sible.

Relatada con la brevedad que este trabajo requiere, la explotación de nuestras principales minas, las causas de su abandono y remedios posibles del mismo, vamos á terminar, expresando nuestra opinión—por no decir, esperanzas-—res- pecto al porvenir posible que les aguarda.

Por más de un concepto, nos inclinamos á considerarlo como alhagiieño, pues contando con los progresos que la ciencia hace en todas partes, y desde luego entre nosotros, tenemos mucho que esperar de los adelantos relacionados

508 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

con la electricidad, y es probable que el procedimiento elec- trolítico, satisfactoriamente usado en Francia, Inolaterra y Alemania, para la refinación del cobre, llegue á ser emplea- do con el tiempo en' extraer el metal de sus minerales ex- plotables. Poco falta para que esto se realice de un modo económico bajo el punto de vista industrial, pues en el labo- ratorio ya se ha hecho, y hay que convenir en que esto por si solo, representaria notabilísimas ventajas y adelanto.

Por otra parte, no serla difícil que los capitales europeos retraidos en gran parte de la América del Sur, en que tan ampliamente se han invertido para el desarrollo de su ri- queza, y faltos de estimulo por la crisis financiera porque atraviesan las naciones más ricas de esa parte del nuevo mundo, se fijasen más en la isla de Cuba, y en particular en sus minerales de cobre, tan conocidos en Inglaterra, donde encontraron capitales y mercados seguros en años pasados. En cuanto al capital norte-americano, ya hemos visto que ha empezado 4 emplearse en abundancia en las minas de hie- tro y manganeso, que se explotan en la provincia de Santia- go de Cuba, hasta ahora con reconocido éxito.

Desde luego podemos señalar como estimulo para la atrac- ción de esos capitales, la abundancia de nuestros minerales de cobre, lo elevado de su tenor, si se les compara con los de Rio Tinto y otros wenos ricos, que sin embargo, son ob- jeto de lucrativa explotación: las crecientes aplicaciones del cobre en las artes, en la industria, y en general en cuantos aparatos se relacionan con el alumbrado eléctrico y otras aplicaciones de ese fluido importantísimo, de tanto porvenir en tiempos cercanos: las nuevas aleaciones que con el cobre se realizan, obteniendo metales de propiedades y condicio- nes tan especiales, que permiten, como en el bronce Ucha- tius, su empleo en la fundición de cañones de retrocarga, y en el bronce fosforado que tanto se va generalizando en los Estados Unidos para su empleo en diferentes piezas de ma- quinaria, en reemplazo del acero, con manifiestas ventajas;

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 559

y en fin, Ja mejora que sensiblemente se ha ido notando en el precio del cobre, no hace mucho tiempo tan decaido en el mercado de metales. |

Confiamos también, en que las investigaciones de nues- tros geólogos y mineralogistas lleguen 4 dirigirse con empe- ño en el sentido de descubrir yacimientos abundantes de hulla, lo que resolvería en definitiva y del modo más satis- factorio la cuestión del combustible. Se ha discutido bastan- te sobre la posibilidad de encontrar tales yacimientos en esta Isla á causa de su formación terciaria, y ser primaria la de la hulla y la antracita: pero el hallazgo de hermosos ejemplares de lignito—de formación secundaria—en Jaruco, analizados á principios de este siglo por Regnault y en fecha reciente porel distinguido ingeniero de minas D. Pedro Salterain, así como la obtención de algunos ejemplares de hulla en la inmediaciones del Mariel y Bahía Honda, nos dan esperanzas, no sin fundamento, para el porvenir. El simple descubrimiento de una abundante mina de hulla en este país, multiplicaría inmediatamente nuestra riqueza en todas sus manifestaciones, puesto que no solo utilizaría 4 la industria metalúrgica, sino que también la azucarera, obten- dría los mayores beneficios.

El día en que esto se realice—ojalá no esté lejano—ve- ríanos acrecentarse por modo extraordinario las denuncias y explotación de nuestros ricos y abundantes yacimien- tos cupriferos y se formarían como por encanto, numerosos centros mineros que atrayendo la emigración, aumentarian considerabiemente la población de la Isla. Por medio de la exportación de nuestros metales, lograríamos recibir en ma- yor cantidad el dro extranjero que hoy nos llega con abun- dancia, en cambio de nuestros azúcares y tabacos; veríamos improvisarse pueblos y ciudades en la soledad de nuestros campos, pues nada fomenta su creación con tanta rapidez, como las explotaciones, mineras; tomarían el más animado aspecto, muchos de nuestros puertos, que dotados de las me-

560 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

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jores condiciones de seguridad y fondo, no son hoy visitados por nave alguna; lograriase la distribución de nuestra rique- za en un factor más, alcanzaudo así mayor estabilidad y so- lidez; y por último, aumentada la población y el tráfico en todas sus manifestaciones, y acrecidos consiguientemente la industria y el comercio, llegaríamos á una era de prosperi- dad y bienandanza, plenamente demostrativa del concepto de un ilustre orador contemporáneo, el cual llegó á afirmar en ocasión solemne, que “* la posesión de la Isla de Cuba, equivale á la de un reino!.” Dr. SrrpaL.

Contestación al discurso del Doctor Seidel.

Sr. Presidente: Sres. Académicos:

Por segunda vez me cabe el honor en esta Academia de contestar, en nombre de la misma, al discurso de toma de posesión de un académico electo; y por segunda vez cumplo de buena gana este encargo, porque es muy grato dar la bienvenida á un nuevo compañero de tareas científicas que llega, como el Dr. Seidel, dotado de pericia en los ramos que cultiva su inteligencia, animado de entusiasmo por el progreso de las ciencias en el país, y deseoso de cooperar en nuestra compañía á los fines que la Academia enumera en sus Estatutos, particularmente en lo relativo 4 la Mineralo- ela y á la Geología, manifestando al propio tiempo que pro- curará desde luego aumentar en lo que de él dependa la importancia que ofrecen esas secciones en el museo de la Corporación: pericia, entusiasmo y deseo revelados en el in- teresante discurso acabado de leer y que han sido demostra- dos de antemano con la publicación de un tratado de Mine- ralogia y de un estudio de Botánica, impresos ambos á costa del autor, y todo lo cual es justificante de la elección que motiva la fiesta académica que celebramos en este día.

La Mineralogía y la Geología son los estudios predilectos del Dr. Seidel; y el tema elegido para su discurso se refiere

562 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

á las minas de cobre de la isla de Cuba, por ser asunto,dice con razón, no solo de interés local, sino también de tenden- cias prácticas.

Y, en efecto; si es de suma importancia la Mineralogía por ser la ciencia que trata de la descripción y de la clasifi- cación de los cuerpos inorgánicos esparcidos en la superficie de la tierra y en sus entrañas, es inseparable de la Geología, que se ocupa de la tierra en sentido más extenso, porque estudia la estructura, la situación respectiva y la naturaleza de los materiales que la componen, describiendo el estado del globo terráqueo, su creación y causas que han presidido á la disposición y estructura de esos materiales y las leyes que rigen los cambios que se han operado y se operan en la superficie terrestre: estudios que han dado origen á otra cien- cia, la Paleontología, que trata de los fósiles, 0 sean restos de cuerpos organizados enterrados durante mucho tiempo, pertenecientes á dos de las grandes divisiones de la natura- leza, á los reinos animal y vegetal. |

La Geología, como ciencia fecunda en aplicaciones ofre- ce un campo peculiar á la minería; y por eso esta industria es la que más esencialmente necesita de dicha ciencia, por ser su gula en todos sus trabajos, porque le la solución de los problemas más importantes para el laboreo y beneficio de los minerales. >

En un país como el nuestro, considerado como rico en minas, debiera ser objeto de estudios científicos y técnicos la mineria, estableciendo al efecto, ya que no una escuela, siquiera un ramo.de enseñanza en alguno de los institutos profesionales. Por eso conviene que entre los estudios favo- ritos del Dr. Seidel figuren la Mineralogía y la Geología, por ser de utilidad práctica para esta Isla esos estudios.

Después de la Agricultura ninguna industria de las que dependen inmediatamente de la tierra, ofrece productos más valiosos que Ja minería en paises favorecidos por la natura- leza con minerales de útil explotación.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 563

La riqueza mineral de esta Isla, cuyo beneficio se inició en busca de oro y plata en las épocas de la conquista y co- lonización, alcanzó siglos después progresivo desarrollo, con ventaja respecto del cobre desde el año de 1829 hasta el de 1845, señalándose luego la diminución de los productos en cantidad y precio hasta el año de 1868, maurcándose en los posteriores más notablemente el decaimiento de la explota- ción del referido mineral.

Como cuestión de tal interés no es dable dilucidarla de una manera positiva sin el auxilio de la estadistica, es for- zoso apelar á la aplicación de esta ciencia para poner de ma- nifiesto los resultados de la explotación minera del cobre en la Isla de Cuba, ósea su riqueza representada en números por medio de su exportación, puesto que en el país no se aplica en nuestras artes é industrias el producto de esa procedencia.

En el quinquenio de 1829 4 1833, ambos años inclusive, la exportación fué de 113,654 toneladas, que representaban un valor de 16.735,863 pesos, el precio máximo de la tone- lada llegó á 156 pesos y el minimo bajó 4 140.

En el quinquenio de 1834 4 1838, la exportación sumó 142,352 toneladas, cuyo total valor ascendió 4 19.418,290 pesos; el precio máximo de la tonelada se fijó en 138 pesos y el mínimo en 13

En el quinquenio de 1839 a 1843, la exportación se hizo de 176,763 toneladas, ofreciendo un valor total de 19 millo- nes 916,004 pesos; siendo el precio máximo de la tonelada de 132 pesos y el mínimo de 52..

En el quinquenio de 1844 á 1848, se verificó una expor- tación de 176,451 toneladas; valoradas en 8.867,151 pesos; con un precio máximo la tonelada de 51 pesos y uno mini- mo de 50.

En el quinquenio de 1849 á 1853, se realizó una expor- tación de 114,752 toneladas, cuyo valor en conjunto se es- timó en 5.798,173 pesos, alcanzando un precio máximo la

tonelada de 53 pesos y uno minimo de 50. DAN

564 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

En el quinquenio de 1854 á 1858, la exportación no pa- de 90,568 toneladas, que dieron una suma total de 4 mi- llones 262,731 pesos; fijándose el precio máximo de la tone- lada en 52 pesos y el mínimo en 50.

En el quinquenio de 1859 4 18683, subió la exportación 4 92,543 toneladas; rindiendo la cantidad total de 4.626,364 pesos; con un precio menor de 50 pesos la tonelada.

En el quinquenio de 1864 ¿ 1868, la exportación des- cendió 4 62,684 toneladas; produciendo un total de 3 millo- nes 144,093 pesos, sin alcanzar la tonelada un valor de $ 50.

Demuéstrase con este resúmen estadistico que abraza cuarenta años, que la mayor exportación de mineral de co- bre se efectuó en los quinquenios tercero y cuarto; que los precios máximos de la tonelada se señalaron en los quinque- nios primero, segundo y tercero y los precios minimos en los quinquenios siguientes; que el más alto valor total de la exportación se alcanzó en los quinquenios segundo y tercero y el más bajo en los quinquenios sexto y octavo. En los cua- renta años transcurridos de 1829 4 1868, ambos inclusive, la exportación de mineral de cobre dió la cifra de 969,767 toneladas representantes: de un valor total en pesos de 83 millones 58,674.

Esta suma de millones de pesos rendida solamente por la exportación del mineral de cobre, no la ha producido en el expresado período, excepción hecha de la caña de azúcar y del tabaco, ninguna de las industrias agricolas del país. Y esto prueba evidentemente, que si á la par de las de cobre se explotasen nuestras abundantes minas de asfalto, petró- leo, hulla, hierro y manganeso, y también las que dan oro y plata, aunque no con tanta riqueza, la industria minera en general proporcionaria anualmente millones de pesos.

Como esa exposición estadistica señala no solamente los periodos del apogeo de la explotación minera del cobre en la isla de Cuba, con sus valiosos rendimientos, si no también

DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES 565

su decadencia por demás palpable, se hace preciso decir al- go concerniente ú este último extremo.

Además de las causas expuestas por el Dr. Seidel en su interesante discurso, y entre cuyas causas no figura por for- tuna el agotamiento de los criaderos de cobre, hay otras no menos atendibles, que son de tenerse en cuenta para expli- car la expresada decadencia.

De los centenares de minas denunciadas, un escaso nú- mero ha sido beneficiado con inteligencia, rindiendo buenas ganancias 4 sus explotadores, extranjeros principalmente. De las restantes por hallarse poco normalizadas las opera- ciones de tan vasta industria, á causa de ser acometidas las empresas unas veces con cortos capitales que no podían re- sistir los grandes dispendios de la explotación en sus prin- ciplos; otras veces por serlos empresarios personas imperitas que sin estudio alguno de metalúrgia, cuya práctica exige extensos conocimientos de geología, mineralogía, mecánica, física y química y arrastradas sólo por un desordenado ape- tito de lucro, comprometian en las empresas á ilusos que creían que explotar minas era dar de súbito con fuentes perennes de riquezas; es el caso, que ya por falta de recursos pecuniarios ó por impericia, sobrevenían las quiebras y el consiguiente abandono de la explotación: resultando así que tan rica industria haya sido después objeto de poca conside- ración y que hoy se encuentre reducida á escasa importan- cia respecto al cobre.

Entre las causas de la decadencia de la industria minera del cobre en esto Isla, se ha mencionado como una de las más poderosas la carestía del combustible, que en gran can- tidad se consume en el beneficio de sus minerales.

En su meritoria obra de Mineralegía presenta el Doctor Seidel una breve reseña de la minería cubana, y allí se en- cuentran marcados entre sus productos notables el asfalto y lss aceites bituminosos; y á este respecto son de consignarse algunos hechos encaminados á ilustrar la materia de que se

566 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

trata. Sabido es que la aplicación del asfalto, conocido en este “pais con el nombre de chapapote, y de los aceites minerales como combustibles, valiéndose de hogares de hierro y ladri- llo refractario, es un problema resuelto hace muchos años en la ciencia y en la industria, sobre todo bajo el punto de vis- ta económico, tanto en Europa como en América; y lo sor- prendente es que teniendo la isla de Cuba de un extremo al otro, en su superficie y en sus entrañas, una inmensa cantl- dad de asfalto, no se ha echado mano sino en muy contados casos, de este producto natural para acudir en remedio de la escasez siempre creciente de combustible, ocasionada en- tre otros males, por la destrucción 'en gran escala de nues- tros bosques, y no se ha generalizado el uso de ese combus- tible tan económico.

Y no se crea que la causa de tal abandono consiste en que los hombres ilustrados residentes en este pals han care- cido de nociones referentes 4 los resultados heneficiosos que pudieran obtenerse con la explotación y aplicaciones del chapapote á las artes, á la industria y á la economia rural y urbana; porque ya desde principios del presente siglo algu- nos hombres previsores que no velan lejanos los tiempos en que la escasez de combustible para satisfacer nuestras nece- sidades particularmente en lo tocante ¿la primera de nues-

«tras industrias habria de hacerse sentir, trataron de estimu- lar con sus escritos 4 las buenas inteligencias capaces de contribuir á que se pusiese de manifiesto la urgencia de acometer la explotación y usos de ese producto que se ofre- ce 4 nuestras miradas en abundancia.

Hace sesenta y cuatro años que en el Diario de la Haba- na, periódico oficial del Gobierno y de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, correspondiente al diez de Abril de 1829, publicó esa benemérita Corporación un pro- grama ofreciendo premios 4 los autores de los mejores traba- jos cientifico-literarios que se presentasen acerca de diversos asuntos, entre los cuales el sexto se refería 4 la Memoria que

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 967

mejor explicase las utilidades que mejor se conseguirian con el uso del chapapote como combustible, como alumbrado y para otras muchas aplicaciones industriales y económicas.

Dos fueron las Memorias presentadas al concurso relati- vas al expresado tema, escrita una por D. Alejandro Olivan y premiada con una medalla de honor y patente de socio de número; y la otra debida á la pluma de D. Jaoquín José Na- varro, la cual mereció el accésit de una medalla de honor. La impresión de ambas memorias fué costeada por dicha Real Sociedad; y los amigos del progreso de esíe pais tuvie- ron ocasión de celebrar la oportunidad con que procediera la ilustre Corporación que en buen hora fundó á fines del siglo último el inolvidable General D. Luis de las Casas, al señalar premios para recompensar á los que consagraban su inteligencia y su tiempo «d estudios de uilidad tan recono- cida.

Conducentes al mismo fin, han visto la luz después de apuella fecha, diversos escritos sobre los productos bitumino- sos de la isla de Cuba, y especialmente del chapapote como combustible del alumbrado y otros usos, y entre cuyos escri- tos son de mencionarse la Memoria publicada por un inge- niero civil extranjero, el Sr. Ch. Moisant y la de un distin- guido miembro de esta Academia, el señor Fernández de Castro, relativa al petróleo y al chapapote como combustible, publicada en los Awazes de la Corporación, cuyas menrorias merecen ser consultadas por todas aquellas personas que no teniendo conocimiento de los estudios hechos fuera de este pais respecto de ese punto, se alegrarian de que llegasen á sus manos trabajos como los referidos, por estar cuajados de datos científicos y de nociones sumamente importantes.

Por lo que antecede se verá que no ha consistido en fal- ta de enseñanza oportuna y útil, la indiferencia con que se ha mirado la aplicación industrial de unos productos como los mencionados que pueden proporcionar inmensos benefi- cios á la isla de Cuba.

568 ANALES DE LA REAL ACADEMIA '

Con decir que el chapapote se exporta para los Estados Unidos desde el año de 1844; que según lo expresa el Doc- toa Seidel en su obra de Mineralogía, en el año de 1884 sa- lieron por el puerto de la Habana unos 17,890 quintales mótricos y que la cantidad exportada por la Habana y Cár- denas en el segundo trimestre de 1891 fué de 784 toneladas, lo que inclina á presumir, dice, una exportación durante el año, de unas 3,000 toneladas, y que el mineral de gran pu- reza es muy apreciado en el mercado de Nueva York, donde se vende á los precios desde 80 hasta 120 pesos la tonelada; “se comprenderá sin duda que son otros los origenes del atra- so de la industria minera en la isla de Cuba.

Aquí tenemos numerosas minas de asfalto, de petróleo, de hulla, de cobre, de hierro y de manganeso y algunas de oro y de plata sin beneficiar; la misma industria agrícola tan la caña de azúcar y

rica en sus dos principales productos el tabaco—solo marca hasta ahora, un progreso lento.

Esto no es de extrañarse cuando se nos ha dado el es- pectáculo singular de pensionar jóvenes por corporaciones patrióticas v por particulares deseosos del adelanto de Cuba para el estudio de la agricultura científica en las escuelas más acreditadas del extranjero; y cuando esos aventajados alumnos volvieron á su pais provistos de sus titulos y pre- cedidos de la mejor fama de competencia profesional, no encontraron colocación en los ingenios de azúcar ni en nin- gún otro ramo de la agricultura; y tuvieron que dedicarse á otras tareas agenas á su profesión.

Los terrenos de Cuba abundan en tesoros naturales, es verdad; su agricultura es la fuente principal de su prosperi- . dad; la minería, le sigue en importancia. Sin embargo, la industria agrícola no progresa como debiera, y en la indus- tria minera es de poco valor su explotación comparado con el de la agricultura.

Y esto consiste en que las causas de semejante situación apuntadas generalmente 'no lo son en realidad, sino efecto

we

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 569

de causas de orden superior, de causas primordiales emana- das de nuestras condiciones étnicas y de nuestro estado so- ciológico; cuya exposición, exámen y consideraciones son de omitirse en este recinto, por ser materia más propia de Aca- mias de estudios morales y políticos que de nuestra cienti-. fica Corporación.

Mientras los hombres de saber, de buena voluntad y amantes del pais trabajan en otras esferas removiendo obs- táculos para facilitar la llegada de los venturosos días en que el progreso moral é intelectual de Cuba lógre un esplén- dido desarrollo, el industrial corresponda á su opulenta na- turaleza, aprovechando las grandísimas ventajas de su situa- ción geográfica, y para que esta tierra alcance, en fin, el puesto que le pertenece en la vida de los pueblos cultos; debemos congratularnos los que aquí nos reunimos, por el concurso de auxiliares como el Dr. Seidel.

Su tratado de Mineralogía, que ha sido objeto de un aná- lisis concienzado y de un merecido elogio publicados por un profesor de la asignatura en la Universidad de esta Capi- tal, el Dr. Aristides Mestre; y el discurso cuya lectura he- mos oido con placer, patentizan el acierto que ha guiado á la Academia designando por medio del sufragio al Dr. Seidel para que ocupe un asiento en ella como miembro de número.

Felicitaciones cordiales, pues, para el nuevo Académico; parabienes no menos ardientes para la Institución que lo cuenta en su seno.

Marcos DE J. Merero.

Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de origen

orgánico.

SESIONES DEL 3 DE NOVIEMBRE Y 11 DE DICIEMBRE DE 1892.

(FINALIZA.)

I GRUPO.

En un primer grupo, que es el más interesante, figuran 11 mujeres atacadas de cloro-anemia neurasténica.

“Se sabe, dice C. Paul, cuán rebeldes son esos enfermos, á la terapéutica; y todos los médicos recordarán haber usa- do sin éxito las preparaciones ferruginosas, el arsénico y hasta la hidroterapia!”

Ahora bien, en todos nuestros enfermos hemos observado modificaciones notables, o de la absorción del jugo testicular por la vía gástrica.”

Como el Dr. San Martín, hemos visto algunos casos, en los cuales los preparados ferruginosos impotentes á curar la afección antes de la administración, eran eficaces después de su empleo; y nosotros hemos comprobado después de muchos autores que esta misma sustancia, capaz de levantar las fuerzas, de despertar el apetito, de aumentar el peso, y hacer desaparecer todos los trastornos nerviosos, dejaba sin embargo persistente la palidez del rostro.

Citaremos rápidamente, las 4 principales US

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 971

que en sus diversas modalidades clínicas, pueden servir de modelo en la especie.

Observación 1.—C. A. mujer de 27 años, ha sido siem- pre muy pálida y de una delgadez extrema. La menstrua- ción se estableció dificilmente: casó ú los 17 años, y ha te- nido 7 hijos, que todos han muerto en edad temprana. Una hija de 7 años que le quedaba ha muerto de difteria, en Mayo de este año.

Estaba en cinta, en ese momento, y abortó, —y como consecuencia, se declaró una hemorrágia larga y difícil de detener que dejó 4 esta pobre señora en un estado de pro- funda anemia.

Ha perdido casi las fuerzas: el apetito ha desaparecido; el sueño muy ligero. El menor movimiento determina un eran cansancio.

En este estado la vieron los Sres. Dres. V. de la Guardia y S. Castellanos; y en ese momento, con la autorización de esos distinguidos colegas, administrósele por la vía gástrica, el jugo testicular.

En este caso, y no se crea que hay exajeración en lo que decimos, hemos asistido á una verdadera resurrección. Pues, pasados menos de treinta días ha recobrado el apetito y las fuerzas, á tal punto que la enferma podía al cabo de este tiempo ocuparse de los quehaceres de su casa; y actualmente —fenómeno desconocido hasta hoy en esa enferma, —ha en- gordado de 15 4 20 libras.

Sin embargo, 4 pesar de la curación, conserva dicha se- ñora los colores pálidos de antes.

Observación 2.—D? J. de 35 años de edad, ú partir del 3% parto, ha sufrido una dispepsia que á la larga, ha pro- ducido trastornos intestinales, con pérdida del apetito, ina- nición, anemia extrema, y como consecuencia la neurastenia con su cortejo habitual; sufre de palpitaciones, cefalalgia, pérdida del sueño, debilidad marcada en las piernas.

Se queja amenudo de calambres estomacales y presenta e A

IU =—I [59%

ANALES DE LA REAL ACADEMIA

muy marcado, un soplo anémico en los vasos del cuello.

El agotamiento nervioso había llegado á tal término, que la enferma no podía salir de su cama: y padecía de una me- lancolía irresistible.

Entonces, disgustado con los fracasos repetidos en los preparados ferruginosos y arsenicales, administré por la boca el jugo glandular.

Y en esta ocasión, como en la observación precedente la mejoría ha sido rápida. Al cabo de 10 días recuperó las fuerzas y á los 15 la enferma dormía bien, y la diarrea desa- parecía, para no volver más.

Al mismo tiempo que recobraba las fuerzas y el apetito, comenzaba la enferma á engordar, puesto que de 100 libras que pesaba antes del tratamiento llegó á alcanzar en 40 días la cifra de 110.

El tratamiento hidroterápico impotente hasta entonces, terminó esta vez la curación.

Observación 3.—Mujer de 24 años: muy delicada desde su infancia: ha tenido tres partos seguidos, con muy poco intervalo, que han determinado un estado de debilidad extrema.

Ha perdido la fuerza hasta el punto que á penas puede llevar en brazos á su último niño de seis meses. Padecía de dolores de cabeza, con vértigos, trastornos de la vista, zum- bido de oidos, y frecuentes palpitaciones que son muy pe- nosas: la enferma vomita los alimentos que toma, y tiene bien pronto que guardar cama. En vano hube empleado to- dos los medios terapéuticos é higiénicos indicados para com- batir el agotamiento nervioso, cuando me decidí á adminis: trar el jugo testicular.

A los 20 días, la enferma pudo ocuparse sin fatigas en los quehaceres propios de su sexo. Vuelve el apetito, y con él, el sueño, y cierto aumento de peso. Le administré des- pués las preparaciones ferruginosas cuyos efectos me parecen entonces muy marcados.

DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. YE

== Me

Observación 4.—E. M. mujer de 36 años. Ha llegado de New York, hace dos años, después de haber pasado en aque- lla ciudad por grandes miserias. físicas y morales. Al llegar á esta Isla, entró a servir en casa de una señora opulenta, no pudiendo, 4 pesar de todos los cuidados que se le prodi- saban, recobrar las fuerzas perdidas. Es muy delgada. En estos últimos tiempos, á4 pesar de haber conservado el ape- tito, la debilidad aumenta, y una ligera fiebre catarral de 38 que ha durado apénas dos días ha traido consigo un agotamiento nervioso tan marcado, que durante una semana ha tenido que permanecer en cama. Ningún medio terapéu- tico ha podido levantar sus fuerzas, n1 la alimentación más rica, ni el forzado reposo á que se encontraba condenada.

Administré entónces el jugo testicular, y después de un mes de ese tratamiento único, la enferma ha recobrado las fuerzas que había perdido hacía mucho tiemp.

—En la observación 7, se trata de una constipación re- belde que cede al empleo del jugo testicular.

—lEn la observación 9, los fenómenos parecen estacio- narios; y sin embargo, desaparece una gastralgia de larga fecha, rebelde á todos los calmantes empleados hasta en- tonces.

—En la observación 10, la preparación ha fracasado, á consecuencia de una intolerancia gástrica incoercible.

—En la observación 11, la enferma neurasténica en toda la fuerza de la palabra, recobra el sueño que había perdido hacía ya algún tiempo.

Al lado de esas 11 mujeres figuran 3 hombres también neurasténicos. En este caso debemos confesar que los resul- tados no son tan completos como en el grupo anterior: y sín embargo, son notables cuando se comparan con los efectos obte- nidos por las preparaciones de quina, hierro y arsénico.

Il GRUPO.

Figuran en el 2? grupo, 9 casos de anemia, resultando

974 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

de pérdidas abundantes después del parto. Aqui el líquido testicular tomado por la boca, produce excelentes -resul- tados.

III GRUPO.

Figuran en él, 2 enfermos de impotencia genital: el primero es un joven de 18 años impotente hacía tres meses, por excesos genitales; el segundo, un hombre de 38 años tenedor de libros, en una casa de comercio, impotente hacía cinco meses, como resultado del agotamiento nervioso, y de trabajos intelectuales excesivos. Recobró el primero su función genital al cabo de 20 días y el segúndo al mes y medio.

IV GRUPO.

Aquí figuran 3 individuos, dos hombres y una mujer, en un estado de debilidad muscular excesiva, por distintos mo- tivos (fatigas, miserias, disgustos morales, etc.) Los tres se aliviaron rápidamente con el uso del jugo testicular admi- nistrado por la boca.

V GRUPO.

El único caso es de un señor anciano (75 años) debilitado por la edad, y por algunas contrariedades morales indepen- dientes de su voluntad: aunque muy lentamente, su estado ha mejorado hasta el punto que puede salir hoy de su casa, lo que le era imposible antes del tratamiento, pudiendo efec- tuar todos los dias un paseo de 2 horas.

VI GRUPO.

En este grupo se encuentran dos casos de tuberculosis, uno muy adelantado ya y en el que el jugo testicular ha hecho que la enferma recobrara el apetito” perdido hacia tiempo, y con el apetito, un ligero aumento de fuerzas.

El otro, una tuberculosis incipiente, y en el cual hemos podido obtener un aumento notable de las fuerzas y la cesa-

DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES 515

ción de la tos. ¿Durará mucho esa notable mejoría? Lo 1g- noranios. E

Estaba yo tanto más autorizado en ensayar el método en esos enfermos cuanto que conocía los resultados obtenidos en algunos de ellos por Cornil (hospital de la Caridad, 4 en- fermos.) |

Dumontpallier y Variot (hótel-Dieu. Paris 9 enfermos.

Lemoinne (a Lille. 9 enfermos) que han empleado las inyecciones sub-cutaneas.

VIT GRUPO.

Por último, he tenido ocasión de administrar el jugo tes- ticular á4 2 niños de 5 á4 6 años, debilitados el uno por una diarrea crónica; el otro por una dispepsia bastante curiosa á su edad. El primero recobró el apetito en un estado en que no podía satisfacerlo por las perturbaciones intestinales, alimentadas por las condiciones higiénicas deplorables en que se encontraba.

En el segundo los calambres estomacales, rebeldes al uso de todos los calmantes, desaparecieron completamente.

Me atrevo 4 recomendar á todos mis colegas el uso, en los niños, del jugo glandular administrado por la boca, mé- todo que declaro inofensivo. Y puedo hacerlo asi, tanto más cuanto que el Dr. Fleury, en el hospital San Salvador (Lille) ha obtenido buenos efectos del jugo testicular, administrán- dolo sub-cutáneamente á niños debilitados, caquécticos y febricitantes;—pues los enfermitos recobraban el apetito; en tres ó cuatro días cambiaban el carácter, la fiebre cesaba y la temperatura volvía á su tipo normal...

Como conclusión de esa primera serie de hechos clínicos, vemos:

1? que el liquido testicular administrado por la boca cura los neurosténicos en general, con mucha más seguridad y rapidez que con los medios que se emplean con este fin en la materia médica.

16 ANALES DE LA REAL ACADEMIA

- 2? que los efectos tónicos del jugo testicular, tomado por la boca, son incontestables, —que produce una excitación nerviosa general, —aumento de la fuerza muscular;-—regula- riza todas las funciones viscerales (sobre todo His del tubo digestivo.)

Añadiremos, sin embargo, que todos esos efectos se ob- tienen, al parecer, en un tiempo más largo que el indicado por el método de las inyecciones sub-cutáneas.

La clínica y las observaciones seguidas, serán los únicos que permitan juzgar en definitiva.

Dr.: L. MontaNEÉ.

a.

DE CIENCIAS MÉDICAS,

FÍSICAS Y NATURALES

(57

RELACION del movimiento de Tesorería de la Real Academia de Ciencias, Médicas, Físicas y Natarales de la Habana desde el mes de Junio de 1891 al 30 de Abril de 1893.

INGRESOS.

Efeetivo entregado por el anterior Tesorero..... Cobrado por censos según comprobantes.......... Subvención de la R1. Hacienda según compro- A A A EPT DA Por cuotas mensuales de los Sres Académicos. Bor tuotis de MSresoScddenninsio tido dasdccacido vos Honorarios devengados por la Academia......... Venta cuatro entregas de los ANALES...dic.o.ccoo..s.

EGRESOS.

Sueldos sec un+teCciDOS coto aan ame accion A A. Alvarez y C* por impresión de los AÁxa- LES, Memorias y material de Secretaría se- Ue cOn ccoo a alot e rata eden . Gastos extraordinarios según TeciboS.....mo.m.o..... Consumo de gas según resibos e rd PU o A ACTA We Comisión 5 0/0 al Cobrador de censos s. recibos. Saldo á cuenta nueva

Habana, 30 de Abril de 1893.

-5408-943

Oro. Billetes.

A 3-30 3961-66 5

899-124 56587

319-42 930—,,

168-04 101-52 29-50 E 1-20 5

1602-74

201-23

Oro. Billetes. 1804-72 6935-32 2214-88 137-592 404-403 16990 30-62 pe 192-12 ó 76220 .. E -5408-943 1602-74

95 33-041

355-10)

El Tesorero,

Dr. Miguel Riva y Urréchaga.

Nora.—En los gastos de imprenta están incluidos $ 1,714 >. ne billetes que

se han satisfecho á D. A. G. Cacho- Negrete á cuenta de los $ 2

2 40 cts. bille-

tes que se deben por la impresión de los ANALES y otros bl en el ejercicio anterior y $ 55 billetes que se han pagado á los Sres. Alvarez y C* por saldo de

su recibo de Abril de 1891.

A

INDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN ESTE TOMO.

A ACTAS De la sesión solemne conmemorativa del 19 de Mayo de 1862............ » la id. pública ordinaria del 14 de Febrero de 1892..................o.o Nalaudiniands del 251 de” Febrero deme vasco odo ascos an O Ss » la id. id.:id. del 28 de Marzo de id... Pd » la id. id. extraordinaria del 15 de a de AE A POS AR » la id. id. ordinaria del 10 de Julio de id... a » la id. id. extraordinaria de 24 de Julio de dd E DE » la 1d. id. ordinaria de 14 de. Agosto de id.......comooocsanroiannaccaicónones » la id. id. id. de 28 de Agosto de id...... A E o EIA » E id. id. id. de 11 de Setiembre A A a E A » la 1d. id solemne conmemorativa del 4% Centenario del descubri- miento de América... A AE » la id. pública ide de 25. de Setiembia de 5% E A YN ; yla na mati desde Noblembre de 1d. O US e » la id. 1d rdeiiide Dicienbrodd O OE add 1d decide Enero dol A CE UIIO da A Nlandsid Tar de 12 de Bebrero de Tdi tcs. o Anclas » la id. id. extraordinaria de 12 deid............. AE RO E landrid: ordinaria de 12 de. Marzo de 1d coootascionsn anaconda and der de? Pebrero dedicadas « la id. id. extraordinaria de 27 de Marzo de id..cococcccoocancnnncncorono PA A O A A AO Idem id. id. de id... a Idem id. id. de a O a A E A AA MA SO odos A E Pc Mead ta oO o Ni EA Morena Y Eo A E A o A A AA A E a TO. NA Josi Aro e lo A A e O Mende ria NR Id O a lnecgo coro a aaa UdE, AL Ra done TA A LO ARS e

Páginas.

580 . ANALES DE LA REAL ACADEMIA

e

Paginds.

Comunicación acerca de un nuevo recurso terapéutico en la fiebre ama-

AA A E o it Ars Conducta del tocólogo en los casos s de retención de la placenta o EE 2... Contribución á la profilaxia de las fiebres reinantes...... conmransocinonnannes CONVOCA ene e le a Na daa e o

Conducta que debe observarse con las cataratas invadidas de glaucoma. Congreso Médico Pan-Americano á p.

Centro Médico-Farmacéutico de MatanzaS.....ocooomencccncnn.. orcas Comunicación respecto á un reptil procedente de Méjico.......... a Comunicación. —La eclampsia y su tratamiento.....ooocoococonccnancnnnonancss

Comunicación sobre la influencia excitante y reparadora de ciertos lí- quidos de origen Orgánico .......e vocroconoooorcano oroncno tnteneponsco one

15) Discurso del Presidente en la sesión solemne anual de 1892............... > en la sesión conmemorativa del 4” centenario del descubrimiento de América ....-...... a sebo Discurso de recepción del Dr. Arístides Mesta AS Idem de contestación por el Dr. L. Montané ...occoooneoonnnnenonanenna coconoos Idem de recepción del Dr. Seydel........ rta Pote o Idem de contestación por el Dr. Melero. ...occoooo... A Ml RA E E El Doctor José E. Ramo08....... oe So SE E PR AD Exposición al Sr. Ministro de ÚUltramar...oooom: PAN acosa E AS E Estadística demográfico-sanitaria de la Habana........... ATT E AOS Idem idem idem 1déM.....ooooconconaconenn ronemcaness EpTnosS Sa SS , Idem idem idem idem.........- RE OA Os A ; Entomología (impreso aparte). E Informe sobre unos VinOS+........ RN AA O

Idem en causa contra el asiático A. Ch. O A A Indice del tomo XXVIII (aparte)

O Idera: en causa contra D..8. Dostreszo: ¿phopndon dond rob dai tre

Idem en causa contra D. €. F..ccccoccococonccnoronacnnna rocnacano rmaneos ds z Tdem en idem idem D. 7. V. y Bennonnnoocorenononconccnnnonenenennacna conan conan Tdem en idem idem un cirujano dentista...occooocomoen. Mo Ad Tdem acerca del sexo de un individuo.....oocoosroccoo.. E Y EA Idem idem de las causas de la muerte del Dr. Ro..occcoococamoor.» E e Idem sobre osamentas HUMANAS. ...cocooconocrcocoancnononaanccrnnns aro nen bacerenes Idem en causa contra el moreno E Ap Pe A E e 2 Tdem (2%) sobre influencia del paludismo en el braumatismO... +0... 0.0... Idem (2%) en causa por parricidio y Cinco asesinatos....oommoooo coosoncronos IM Moción sobre aguas del Canal AMD oo cen az asa TAE A O

Observaciones geológicas y paleontológicas de la región eentral de la A A A o O das noees consi Pavo

249 460

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DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES. 581 E Páginas. Resúmen de las tareas académicas de 18914 92.........ooomooconcoancononcns 10 Relación del movimiento de Tesorería.. E Ho 381 Reproducción experimental del microbio de raras q AN Es 300 a ATIORHES. : B Benasach (Dr. Guillermo). Informe rmédico legal en causa contra un cirujano dentista............ A Up RE PAGA AA a 180 : Cc Vasuso (Dr. Gabriel). A, del tocólogo en los easos de retención placentaria... : ed Szae eb 149 Idem (id. id.) La eclampsia y E O NI 415 Coronado. (Dr. Tomás V.) io ie del hematozoa- rio de LayeráO.......... ido. EE e 300 Cowley (Dr. Rafael). Informe sobre un o DANS, S1 D Donoso (Dr. Cárlos). Moción sobre el canal Albear+....cmo.o..... IPC ae 47 p Fernández (Dr. Juan Santos). Conducta que debe observarse en las ca- taratas invadidas de glaucoma sacando e dance p oca ica 293 Finlay (D. Cárlos). Comunicación acerca de un nuevo recurso terapéun- tico en el tratamiento de la fiebre amarilla ..........oonooceocerorerconeno. 242 G

Guardia (Dr. Vicente de la). Sesiones de la Academia (actas)...........

97, 117, 145, 159, 193, 210, 241, 245, 289, 385, 387, 433, 465, 483, Idem (id. ¡d.). Estadística demográfica Ns E AO Idem (id. id.) Informe sobre causas de la muerte del Dr. K..

L

Lastres (Dr. Joaquín). Discurso de la sesión solemne conmemorativa de o O A O AS Idern (id. id.). Discurso de la sesión conmemorativa del 4% centenario del descubrimiento de AmÉéTICA>.....ccooiococacsonocoocnocnvodas tano sinnonada

Mestre (Dr. Arístides). Discurso de VOCOpClÓ O moncococnna neon corn once ereceros

Montané (Dr. Luis). Contestación á Mestr6......ooocoocococconnonnnccnnnccrns

Idem (id. 1d.). Informe sobre osamentas humanas...

Idem (id, id.) Influencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de A A o A O Po

Melero (D. Marcos J.) Contestación al Dr: Seydel.....coooomooconm. oosmoconos

. 5,10, 49, 65

492, 531. 229, 285, 401 260, 318

582 y ANALES DE LA REAL ACADEMIA:

N Páginas. Nuñez (Dr. Emiliano). Informe en causa contra D. $8. T...cccoc... dura 87. Idem (id. id.). Informe en causa contra D.G, F.......comivens »oozon oso go nano 125 1 ' Plasencia (Dr. Tomás). Informe en causa contra D. J. P. y B......coo.. 141 Idem (Dr. Ignacio). Informe sobre el sexo de un individuo.......o........ 224: R 21va Urrechaga (Dr. id Relación del E de Tesorería de la Academia... ....... 384, 577 Idem id. (Dr. Miguel). “Informe « en causa , contra. el moreno o P P. por E A A A ds Lo 479 S Seydel (Doctor ...... ).. Discurso.d6 rebepolón eo... so cqhesssnonaaos ensacosoapo 534 HL Torralbas (Dr. José 1.) Contribución á la profilaxia de las fiebres rei- nantes.... 105 Idem (id. id. id. y Segundo informe “sobre infiuencia del paludismo : en el traumatismo.+........ ar 421 Torre (Dr. Carlos de la). Observaciones “geológicas y “paleontológicas... 121 Idem (id. id). Comunicación respecto de un reptil procedente de Méjico. 346. v Vilaró (Dr. Juan). Algo sobre peces de Cuba... .. 23, 55. 130,

171, 213, "252, 310, "349, 390, 469, 500. Valdes (Dr. Vicente B.) Segundo informe en causa Di 'parricidio y

cinco asesinatos más, uno de éstos consumado........ommoomono eomoocrso 458 VA Zamora. Informe sobre UNOS VINOS o .nscroaosoninocneonconoo ae: anos aaa 30 AA OAOÁAÁKÁXA A A £

INDICE

REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FisicAS Y NATURALES DE LA HA-

Págs.

BANA,—Sesión pública extraordinaria del día 27 de Marzo de 1893, por

elDry Vicente dela Guardia, Secretallo.oueiscanocrccoodncon o cope oa decian as 531 Discurso de recepción, por el Dr. Seydel......... A a e dae 534 Discurso de contestación, por el Sr. D. J. de Marcos MelerO..oocoororinocmmmes. 000 Él Iufluencia excitante y reparadora de ciertos líquidos de orígen orgánico, por el

VB E ENDURO 00 Y ARE A E A A A AR 570 Relación del movimiento de Tesorería de Junio de 1891430 de Abril de 1893.. 577 LS A A A O O IE 579 AS O E A A A E O "oo REN 581

ENTOMOLOGIA.—Contribución al estudio de los Coleópteros de la Isla de Cu-

ba, por el Dr. J. Gundlach, (pliego número 18 aparte).

CONDICIONES DE LA SUSCRICION.

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Los ANALES DE LA ACADEMIA se publican el día 15 de cada mes.

El precio de la suscrición es de $1-75 centavos plata por semestres adelantados en la Habana, y $2-25 centavos plata en el resto de la Isla.

En el local de la Academia, calle de Cuba (ex-convento de San Agustín) se ven- den: los 28 volúmenes hasta hoy publicados de los Anales; los 3 primeros tomos de los Trabajos de la Comisión de Medicina Legal é Higiene Pública: la Flora Cubana del Sr. Sauvalle; la: Mammalogía, la Ornitología, la Erpetología y la Entomología Cubana del Sr. Gundlach; las «Memorias» sobre la Patología y Antigiiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; la Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, porel Sr. Arang» y Molina; y la Patología y Terapéutica ocular, traducida del aleman por el Dr. Finlay.

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