Ls A ALAN a AA q, A MS WA TAO AS AN) IN ANACO SANA WN ' AS el 1 CARO EUA AMIA AECI AN ANALES Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA” *d 2 REVISTA CIENTÍFICA » ORGANO OFICIAL DE LA CORPORACIÓN DE SU NOMBRE DIRECTORES: Dz. Gustavo López. -- De: dose MP Céspedes AAA AA, ENTREGA NUMERO 417 : "Tomo XXXVI. - -= - Junio de 18909. sa % -. REDACCION: | CADIDE DE CUBA SECRETARIA DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS. (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN) ; $ | PEAD A imprenta LA PRUEBA, Manzana Central, por Monserrate. Í isso STICARIO ACADEMIA.—Sesión SOlemne........ococccoccocconos ones 35 Tozm meu —Discurso leido en la sesión sulemne de 19 de Mayo de 1899, por el señor Pre- sidente de la Corporación, Dr. ves Eos Santos Fernández... ... 0... 2o A da IDEM.—Resumen de las tareas de la Corpora- ción duravte el período bi-anual de 1897 á 1899, por el Secretario Coneral; doctor Manuel Delfín ..............:.... Moo MN SOX 000 Y, O Condiciomes Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO PLATA, por semestres adelantados. En esta publicación, aparecen, 4 más de los traba- jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral é intereses po his ando de diver- ses ramos, de. € Los “Anales” sostienen canje numeroso con publi- caciones análogas del mundo entero. — a 07 0 + PP € 0 A 0 APR Pe LAAVISO Pe dE Toda obra aa á la ródacción de los “Anales” será O tres veces. ANADTHES Academia de Ciencias, Médicas Físicas y Naturales DE LA HABANA ' m4 (0 pi No Ñ ME, EAT AAA ¿RE A A Jen de > AO 30 My » P. Í Y Al 5 Tú » ¡A eN de ES ra RI HER j e - LA m -», : E CA al pe a 4 o. J . A , 4 Ph , r » y " $4 ANALES DE LA Academia de Ciencias Médicas FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA” rs REVISTA CIENTÍFICA ORGANO OFICIAL DE LA CORPORACIÓN DE SU NOMBRE DIRECTORA S: y e ” < PA z De. Eustavo López. - De. Jose Mi? Céspedes U AAA ISA, ENTREGA NUMERO 417 Tomo XXXVI. -> > > Junio de 1599 REDACCION: CADLDDIDE DE CUBA SECRETARIA DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN) <— ITIABAIDA Imprenta LA PRUEBA, Manzana Central, por Monserrate. 1299 y : 144 a E Sra HAGAN MN 0 BAJAMOTAR 1! 0 EMAÑTIALO 1 E MER mera 04 REI MON AS Ad 14130 10 ' y EA eh pee . Yapa z 16 RAMONA. ANIRTAS LA y ¿Es ira A EPA - dde Ñ Se de-r> id e +/ 5 y) , AER h Ae oK 4 PD 4 AOLÍFACAR DTD TA E O Ear AN PA MN FO AIMRAO NA Na opa MA e E BATA AR de eo) oil DU daa y cartis AQIÓNA A ua Me Ea pa Poo ro yy ge ye DG pde E pe a Q 0 4 Y P SESION SOLEMNE El viérnes 19 en la noche verificó la docta Corporación su sesión de aniversario. Numerosa y escogida concurrencia llenaba el amplio salón de la Academia: presidía el acto el Sr. Gobernados Civil, Dr, Federico Mora. El Dr. Santos Fernández, digno Presidente, leyó un bellísi- mo trabajo en que trazó á grandes rasgos los altos mereci- mientos dle la Academia, enumeró los esfuerzos que en pro de la ciencia y el progreso ha hecho la institución fundadas por el inovidable Dr. Gutiérrez y consagró un merecido recuerdo á los doctores Madan y Sáenz. El Dr. Delfín, Secretario general, dió cuenta en la memoria reglamentaria de los trabajos que ha realizado la Corporación en el bienio que acaba de pasar. Exp'ico los motivos que tuvo la Academia para no celebrar en el año pasado su fiesta de aniversario de fundación, y ex- puso en brevísimos periodos, la síntesis de los principales trabajos científicos que se han leido y discutidos en las sesiones celebradas3 por los señores Académicos. El Dr. Tomás Coronado, deleitó á la concurrencia dándole á 6 ANALES DE LA REAL ACADEMÍA conocer la necesidad del estudio de las causas que producen diversas enfermedades infecciosas. —Todos tributaron justos aplausos á los trabujos leidos. El Sr. Gobernador Civil, hizo uso de la palabra para dar á la Corporación sus parabienes por los e-fuerzos que realiza en en bien de la ciencia y del progreso de la Isla de Cuba. Hizo una exhortación á todos para que contribuyan á la obra de reconstrucción de que tinto necesita el país. El patriótico discurso del Sr. Mora fué acogido con atrona- dores aplausos por el selecto concurso que le oía. Eran las nueve y media de la noche cuando terminó tan hermosa fiesta. =———_—_____ Y —_—____ DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 7 _—_— mm ————— a. —- -— —_—_——rre o Discurso leido en la sesión solemne de 1g de Mayo de 1899 por el Señor Presidente de la Corporacion | DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ. Señor Presidente: Sres.: Por primera vez, después de ocho lustros próxi- mamente de existencia, ha dejado de celebrar esta corporación la sesión solemne conmemorativa de su fundación el pasado año, y tal parece queal quebran- tar, por fuerza de las circunstancias, esta saludable costumbre, eutendia que cesarian para siempre con la guerra que la motivaba, las probabilidades de seme- jantes interrupciones, porque tras los días tristes de lágrimas y sangre, luciría el astro fulgente dela liber- ad á cuyos resplandores brotaría a justicia y se arraigarian para siempre los sacrosantos derechos de un pueblo que jamás se resignó á enajenarlos ni muchos ménos á renunciarlos. La Academia de Ciencias Médicas Físicas y Natu- rales de la Habana, cuya creación se debe al insigne varón Dr. D. Nicolás José Gutierrez, cuyo nombre no puede dejarse de pronunciar con respeto y muy espe- cialmente en el momento actual, es la corporación más genuinamente cubana de cuantas existen y han existido en la Isla de Cuba. Su historia, que no vá siendo breve, aquí donde to- do ha sido efímero lánguido y pasajero, honra al país y es timbre de honor para los que la crearón y sostuvierón en tiempos ominosos en que las ciencias personificaban la rebelión y no sin fundamento, por que aquellas jamás pueden negar ni oponerse á leyes 8 ANALES DE LA REAL ACADEMIA de la naturaleza, en que estan imbíhitos el recono- cimiento de la soberanía del pueblo y todo cuanto de ello se deriva. El ejemplo de los fundadores ha sido felizmente imi- tado por los que le han sucedido y esta Academía hoy como ayer, presta al país servicios valiosos, no solo como cuer pO consultivo del Estado, sino fomentando el amor al estudio y velando por su prestigio y mejo- ramiento. En este recinto se congregan también las sociedades científicas de diversa índole de la Habana á quienes la Academia ofrece generoso amparo y noble hosp1- talidad, porque de este modo se estimula el espíritu de asociación tan profundamente desdeñado por los latinos, cuando los anglosajones, como es de todos sabidos, cifran en él su indiscutible superioridad polí- tica. Ellos se asocian para todo, aun para lo más insignificante, y aun cuando resulten sus reuniones tanto ó más turbelentas que las nuestras, en defini- tiva acuerdan siempre algo útil y práctico: exac- tamente lo contrario de lo que á nosotros, por des- gracia, nos ocurre, pués si al reunirnos cuando logra- mos hacerlo, estábamos divididos, al separarnos puede asegurarse quelo estaremos mucho más y rara vez acordamos aquello que sea de utilidad pública y de exclusivo provecho general. La existencia y desenvolvimiento de este Instituto es sin embargo una honrosa escepción: en su seno se plantean constantemente variados problemas para cuya resolución se esgrimen opuestos argumentos, chocan las ideas y brota la luz que ilumina las con- ciencias y tras la discusión ardiente, surge el triunfo de la verdad que es el objetivo de sus deliberaciones. No hay adelanto ni manifestación científica de alguna trascendencia para esta Isla en que esta Aca- demia, agena á todo mercantilismo por embozado que se presente, no haya tenido intervención más ó menos directa. Desde la vacuna, introducida en Cu- ba por el inmortal Romay sostenida y cultivada de modo preferente en este local mientras no existían centro de vacunación animal, hasta las conquistas DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 9 más recientes tales como la reglamentación de la profilaxis del muermo, la implantación de la vacuna antirrábica descubierta por Pasteur, la preparación del suero antidiftérico, la maleina y su aplicación profiláctica, el estudio de los gérmenes de la malaría y su vulgarización y la fundación de los dispensarios de niños y de los sanatorios para las grandes ope- raciones quirúrgicas, en cada uno de-esos avances del saber humano vereis siempre resaltar el nombre de algún miembro de esta Academia, porque en su am- biente embalsamado por la más pura honradez, se advierte la expresión del sano patriotismo á cuyo impulso se han puesto á contribución siempre, las do- tes intelectuales, el trabajo propio y hasta la fortuna particular, con el in de enaltecer en las ciencias que representa esta Institución á la patria siempre vene- rada y á la que cada cual sirve de la manera que se lo permiten sus aptitudes y condiciones personales. Muy recientemente acaba de dar esta Corporación una nueva prueba de sus elevadas miras y de sus nobilísimas aspiraciones reuniendo en este salón á todo el cuerpo médico de la Habana para oir su opi- nión respecto del concepto práctico de la fiebre ama- rilla y ofrecérsela álos médicos del ejército americano de ocupación, que á su vez deponiendo todo necio alarde de conocer una enfermedad que no han tenido oportunidad de observar la solicitarón por el inter- medio de esta Corporación. Estamos pues autorizados para proclamar que la Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de la Habana ha sido uno de los factores más impor- tantes sino el principal en el desarrollo de la cultura que alcanzaba este país en el momento solemne de rodar á la profunda cima del no ser, una dominación de cuatro centurías, que aunque arrastraba las tra- diciones de una raza que es la nuestra, fuerzas es confesar que agena y refractaria al reconocimiento de la soberania de este pueblo, precipitó su ruina y creó el vacio que le había de llevar violentamente al abismo en que ha desaparecido su poder colonial y pudiéramos desaparecer nosotros también si las lec- 10 ANALES DE LA REAL ACADEMIA ciones que suministra la desgracia y el triste espec- táculo que ofrecen tantos pueblos liberticidas de la propia familia no se aprovechasen para regenerarnos ennobleciendo la ciencias y dándoles el puesto que les corresponde en las primordiales determinaciones de la República. Pero no he de cansaros más exponiendo á grandes rasgos las exelencias de esta Asociación por la que sentimos profundo respeto, á la que debemos sabía enseñanza y en la que militamos hace un cuarto de siglo próximamente sin sentirnos defallecidos y por el contrario cada día más dispuestos á obedecer sus ór- denes y á secundar sus designios. Las tareas del último bienío expuestas consobrada competencia por el Sr. Secretarío bastan para medir su importancia y fijar el nivel que le corresponde en la cultura general de este país, pero no podemos abandonar el uso de la palabra sin dedicar un re- cuerdo en el día de hoy á dos de nuestros queridos compañeros inesperadamente desaparecidos, cuando tanto esperábamos todavía de su cooperación inte- ' ligente: nos referimos á los Doctores Saénz y Mádan. El primero, D. Braulio Sáenz Yañez, hijo de un mé- dico de quien heredó las energías, descolló pronto en la prensa médica y después en la tribuna de las Soiceda- des Científicas. Alejado de la práctica profesional por exisgencias de los intereses de su familia, volvió á ella en época de tristísima recordación para su país, al que amaba como á la libertad, de modo delirante. Vióse obligado, por obeceder los mandatos de la amistad y el compañer ismo, á aceptar el desempeño de la alta cirugía ginecológica, y si la árdua tarea fué motivo para que se quebrantase su salud, ya de- bilitada hasta el punto de morir súbitamente después de una de esas operaciones que llevan al ánimo del cirujano indescriptible ansiedad, solo apreciada por los que la han sentido, contribuyó á coronar sus me- recimientos y á dejar demostrado que no le bastó ser un buen hijo, un esposo modelo un padre ejemplar, sino que también fué un sevidor fiel y perfecto, un DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 11 mártir pudiéramos decir, de la ciencia y de la humanidad. El Dr. Domingo Mádan, miembro corresponsal de esta Academia en Matánzas lugar de su residencia y teatro de virtudes cívicas, fué para la niñez desvali- da de su ciudad natal, lo que San Vicente de Paul y Howar en sus respectivos paises y en la época en que vivieron para los infelices galeotes y encarcelados. Representaos señores, un alma noble y generosa en un ser de mirada atrayente, de suave palabra y de manera delicadísimas y tendreis la pintura del que guardaba en su pecho un corazón tan grande, como perfecto era su cerebro y valiosas las producciones que de él brotaron. Sus trabajos hacen justicia á estas palabras que pudieran estimarse la expresión de cariño simplemen- te. El duelo eterno de sus conciudadanos asevera que la patria perdió un hijo ilustre, la medicina cu- naba su eseritor más fecundo, esta corporación uno de sus coloboradores más asiduos y meritorio. Las oraciones pronunciadas en 1 las dos sesiones ex- traordinarias celebradas para honrar la memoria de los Doctores Sáenz y Madán hablan más alto que las incorrectas palabras que acabamos de consagrarles. Ahora bien, para que se cumpliese esta vez como tanta otras la ley de las compensaciones, hemos vis- to con satisfacción ocupar de nuevos los escaños de este salón, á los miembros de esta Academia que su- frieron el ostracismo ó fueron como delicuentes vul- gares arrancados de sus hogares y conducidos á los presidios de las insalubres regiones africanas. Señores: esta sesión solemne es la primera que cele- bra esta Corporación después del cambio radical político experimentado en el país. Nadie se sorpren- derá menos del final de nuestras convulsiones sociales que los que en este recinto á diario porlasexisgencias de su ministerio, vitam impendere vero, luchan, lo más, sin cesar, con las alteraciones del organismo humano y esperan forzosamente la muerte cuando aquellas son absoluto incompatibles con el estado fisiológico. En efecto; las exisgencias de la Historia 12 ANALES DE LA REAL ACADEMÍA y la imposición de la Geografía se han cumplido, solo las ciencias prácticamente cultivadas, impedirán que la Antropología vea sus verdades étnicas confirmadas también. Recordemos que el transfornismo es innegable, lo mismo en las especies que en los pueblos Ó razas, y sus leyes se cumplen porque la naturaleza sigue una marcha siempre uniforme y que sólo el genio del hombre puede relativamente modificar. Es pues nuestro deber conseguir, por el cultivo de las ciencias bien dirigido, las condiciones para luchar á fin de empujar con el aria perseverante que llega del septemtrión, el carro del progreso, que de otro modo nos arrollará ó nos envolverá en sus flamantes ruedas para destruirnos. La ciencia representa el trabajo y la abnegación, ha de ser nuestra divisa y con ella mantedremos y reverdeceremos nuestros ensueños de raza, porque un pueblo ilustrado es siempre un pueblo libre y bien gobernado. He dicho. E —AáÁ A _ AAA DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 13 Resumen de las tareas de la Corporacion durante el periodo Bi-anual de 1897 á 1890. Por el Secretario General Dr. Manuel Delfin LrEíDOo EN LA SESIÓN SOLEMNE DEL 19 DE Mayo DE 1899. Sras. y.Dres.; Dos años han pasado sin que esta Secretaría haya dado pública cuenta de los trabajos realizados por la Corporación, pero no necesito estorzarme en expo- neros las razones que nos obligaron al silencio: esta- ba la ciudad envuelta en la mayor tristeza, no se sentía en las calles más que el gemido de un pueblo que moría entre los horrores del hambre; en los cam- pos se resolvía el más trascendental problema de nuestro porvenir y allá á lo lejos, entre las brumas del mar, la potente Escuadra Americana circuía nuestras costas. Estos salones estaban desiertos porque nuestros más ilustres compañeros, unos habían huido al ex- trarijero, otros habían sido arrebatados por la perfi- dia conduciéndolos á los presidios y al ostracismo, y no pocos se ocultaban en sus hogares evitando ser vistos para no ser sacrificados; los que aquí concu- rríamos apenas alzábamos la voz, porque sobre nuestras cabezas se cernía el peligro, y porque bajo este techo no nos creíamos seguros. Toda palabra se medía, todo gesto se calculaba, todo pensamiento se silenciaba ó se envolvía en los ropajes del más refinado disimulo. La Academia no interrumpió sus tareas por temor á cerrar para siempre sus puertas; pero aquellas ta- 14 AÑALES DE LA REAL ACADEMÍA reas no significaban el progreso reposado de la cien- cia, sino la comunión de los sentimientos ocultos que aquí nos reunía. Con el gesto, con la mirada nos trasmitíamos de uno en otro las tristezas de nuestro infortunado pue- blo, y ¡cuántas veces estaba aquí nuestro cuerpo y nuestra imaginación batía sus alas en lejanas tierras! Que no puede haber mayor desgracia para el hombre digno que respirar el ambiente donde sólo alientan los espíritus acomodaticios, las almas viles que sólo medran con los despojos de sus hermanos. En aquella triste época, que recuerdo como una horrible pesadilla, las discusiones de nuestra Corpo- ración languidecían, y á las veces pasaban sin obser- vaciones los trabajos más brillantes sin que lograra el amor á la ciencia darles aliento; porque cuando nuestro cerebro es solicitado por una fuerza tan te- rrible, como eran los acontecimientos que se desen- volvían en torno nuestro, no puede el pensamiento abrirse amplio y expontaneo, sino que corre tardo y restringido. Ante tantas desventuras que rodeaban á nuestros compatriotas en los campos y en las ciudades, en Cuba y en extrañas tierras, no cabía más ciencia que la del dolor, ni cabían más discusiones que las de la tristeza. Por aquella época cayó para siempre el Dr. Brau- lio Sáenz, cuyo alegre carácter no pudo sobreponerse á la angustiosa situación que le circuía; sucumbió el santo Domingo Madan, agotado por los sufrimien- tos de su pueblo cuyo espectáculo horrible le dió muerte silenciosa; también perecieron entonces Maxi- miliano Galán y Joaquín Ruíz. En ese ambiente de dolores y tristezas nuestros com- pañeros hicieron supremos esfuerzos para no consen- tir que se extinguiera el fuego sagrado de la ciencia en nuestra patria, cuando parecía había sonado la última hora para esta desventurada tierra de Cuba; v eran muchos de los trabajos aquí leídos la única protesta que se alzaba contra el exterminio de nues- tra población: las monografías de Madan y Eduardo DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 15 Díaz, que se referían á horribles y nuevas enfermeda- des indefinidas en nuestros pueblos y ciudades á causa de la reconcentración, á causa del hambre, da- ban en el rostro al bárbaro herodes de nuestro pueblo. Y esto en aquellos momentos en que era crimen anotar en el certificado médico que una persona ha- bía fallecido á consecuencia del hambre ó por inani- ción. Y tan cierto es esto, Señores, que sé de un médico á quien se amenazó duramente, porque en un atestado de esa clase consignó que el individuo había muerto de hambre. Abusaría de vuestra paciencia si me atreviera á acometer la obra de analizar, siquiera fuera en sínte- sis, cada uno de los 91 trabajos que se han leído en esta Corporación en los dos años en que ha funcio- nado la mesa actual; pero no he de silenciar aquellos que han tenido mayor trascendencia entre nosotros como los de la Hidrohemia, el de la marcha invasora del paludismo urbano y las estomatitis graves de la infancia, de los Doctores Madan y Díaz. El concien- sudo trabajo de experimentación de los Dres. Finlay v Dábalos, sobre la nueva tuberculina de Koch, y los no menosimportantes sobre suero-diagnóstico de Gar- cía Rijo, quien expuso en forma clara y concisa los pro- cedimientos que puede emplear el profesor para realizar el diagnóstico de la fiebre tifoidea, verdadera vulgarización del proceder de Widal. Los numerosos y meditados estudios del Dr. Tomás Coronado, sobre paludismo y grippe. El importantísimo del Dr. Ignacio Calvo, sobre el suero antidiftérico y la urticaria consecutiva, trabajo clínico de inmensa utilidad y de gradísima enseñanza; .las observaciones del Dr. Santos Fernández, sobre oftalmía purulenta de los recién nacidos y otras sobre diversos afectos de la especialidad que cultiva; la importante monografía de Gastón Alonso Cuadrado, sobre algunos errores en el examen clínico de la ori- na, y otras obras más que sería prolijo enumerar, en que nuestros compañeros: Gustavo López, Codeso Vianageras, Valdés Ragués, Morales, Saladrigas, Fortún, Sáenz Yañez, Tristá, Etchegoyhen, Edelmann, 16 ANALES DE LA REAL ACADEMIA Gordon de Acosta, Palacios, Gómez de la Maza, Be- tancourt, Ruíz Casabó, Torralbas (D. José y D. Fran- cisco,) Presno Bastiony, Diago (D. Joaquín, ) y otros; han demostrado sus conocimientos médicos y su la boriosidad incansable; siu olvidar los importantes informes que esta Corporación haemitido en asuntos médico-legales y de administración pública; en los cuales nuestros compañeros han resuelto de manera científica arduos problemas que sólo á la ciencia cumple resolver de modo indubitable: sobre divorcio, sobre heridas, sobre trastornos mentales; y no pocos de la competencia de la sección de Farmacia, en que se pusieron coto á los abusos del charlatanismo ga- noso, en esa época, de explotar la fácil credulidad de los enfermos ignorantes ó desesperados por el palu- dismo: informes sobre píldoras y otras pr eparaciones que, como la purga de Benito, prometían curar al palúdico desde la botica. Para realizar esta labor se han celebrado 27 sesiones públicas, ordinarias, etc. Fiel á su tradición no ha cesado la Academia de propagar el virus preservativo de la viruela, habien- do vacunado más de 200 individuos blancos y 28 de color en esos dos años transcurridos. Sin falsa modestia; porque sé hasta dónde pueden llegar mis fuerzas, aseguro que dejo aquí el para mí pesadísimo fardo de esta Secretaría, que, si acepté, fué para servir á las personas que me exigieron el sa- erificio, y en manera alguna porque me creyera capaz de desempeñarla como lo hicieron otros de mayores conocimientos y de mayores fuerzas intelectuales. Ha sido para mí, como creo que será para los dis- tinguidos amigos que ocupan por última vez la mesa de la Corporación, estos cargos tan poco halagiieños, hemos hallado tantas amarguras, que, lo confieso, quiero volverme á mi puesto y que no nos juzguels por nuestra obra, sino por nuestros buenos deseos, He dicho. / OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” / | Trabajos de la comisión de medicina legal é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del - Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- ga, Erpetología y Entomología Cubana, del Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patología y Antiguedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; - Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del ale- mán por el Dr. Finlay. CURACIÓN COMPLETA DE LA ANEMIA CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. e Entrandó el hierro en la composición de distintas partes del orgauismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon.los médico cos desde época inmemorial administrar el hierro en diferentes formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estrefiimien-- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, - - Mr. V. Deschiens, «tuvo la feliz ¡idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se eucuentra en la sangre de las vacas que se “benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE; proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar: la anemia, la clolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE. DESCHIENS, preparados en París por” la reputada casa de los Sres. Adrian y C%, fuerou acogidos en los hospitales de de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en. la, clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- nio y la depresión moral. “EL VINO y el JARABE: DE HEMOGLOBINA son 5 bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al. | tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado eh Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vendeen la Pihana' en las Boticas: del DR. CONZALEZ, Habana 112, del DR. JOHNSON, Obispo 53 y de JOSE SARRA, Teniente Rey 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas dela ia 4 Isla. ANALES DE LA Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA” —————_—> REVISTA CIENTÍFICA ORGANO OFICIAL DE LA CORPORACIÓN DE SU NOMBRE pe DIHXHZCL ODE S: - Dz. Gustavo Lopez, -¡ De. José DM Céspedes ENTREGA NUMERO 418 Fomo XXXVI. ---- Julio de 15899 REDACCION: CALDE DE CUBA SECRETARIA DE-LA- ACADEMIA 'DE CIENCIAS MEDICAS (EX-CONVENTO DE SAN AGUSTIN) “*Db HABANA 3 Imprenta LA PRUERA, Manzana Central, por Monserrate. 1899 S UT ia di b Co Págs Acapemia.—Acta del día 11 de Junio de 1899... .. 17 pS Acanema.—Acta del día 25 de Junio de 1899.... 22 AcanemIa.—Programa de los premios......omo..... 21 NES URINARIAS —Estrecheces tardías, por el doctor Joaquín Diago, (dela Habana)... -28 AcaDenta. —Nuestros poderosos enemigos los ah: nitamente pequeños, discurso de cien- cia. del doctor Tomás V. Coronado..... 39 COnNaIciones Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO PLATA, por di adelantados, En esta publicación, aparecen, á más de los tr abr jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral € intereses pr ofesionales de asuntos históricos de diver- “sos ramos, de. d. Los “Anales” sostienen canje numeroso con publi caciones análogas del mundo entero. | ——_—— O O + DA O O A AA - — LV ISO Se suplica el cange. Toda obra enviada á la redacción de los ¿LR será anunciada tres veces. x | * , | DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES E Sesión pública ordinaria del ll de Junio de 1899 Sres. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Tamayo, Presidente; Céspedes, Santos Fernández, Diago, José Torralbas, Acosta, Valdés Ragués, García, Rosado; Albertini, Lavín, la Guardia, Benasach, Plasencia, Dávalos, Tomás Coronado, Jacobsen y G. López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres. Wasdin, Le Roy, Edelmann, Finlay, (padre) Carvallo, Porto, Jiménez, Enrique Diago, Francisco Menocal, Ruiloba u Ruiz Casabó. Abierta 4 la hora reglamentaria, con la oportuna lectura del acta de la sesión anterior, que fué aprobada, y después de dar cuenta de la correspondencia oficial, el Dr. J. Diago ocupa la tribuna y da lectura á su trabajo “Estrecheces tardías”, que merece calurosa felicitación del Dr. Lavín. El' Dr. Wasdin, médico americano, que mos ha hon- rado enviándonos un trabajo en pliego cerrado, que obra en Secretaría, ocupa derpués la tribuna, y en escrito castellano muy cortés, explica como las leyes inflexitles de su Gobierno Je impiden exponer por el momento, las ideas que sobre la etiología de la fiebre amarilla tiene expuestas en el trabajo que en pliego cerrado se lleva citado, y que ofrecería gustosa- mente á cambio de las deferentes atenciones de nuestro Cuerpo Médico y de esta Corporación en especial, tan vivamente inte- resada en estas cuestiones. Eutre las líneas de su escrito, parece conocerse ha confirma. do en sus estudios, el descubrimiento del bacilo de Sanarelli, como causa del azote amarilo que ha robado á Cuba tantas vidas, dejando entrever además que este descubrimiento con- ducirá á otros tan importantes como él. Al concluir, propone el Dr. Diago, que sea nombrado socio corresponsal de esta Corporación, á lo que el Presidente con- testa explicando los requisitos que se exigen para estos casos. Son leídos los artículos del Reglamento que de ello se ocu- pan, y aclarado por el Dr. Torralbas, vicepresidente, 18 ANALES DE LA ACADEMIA Se conviene en que estos trámites deben cump+.limentarse, y que así se explique al Dr. Wasdin. Para ello la presideucia concede la palabra al Dr. F. E. Me- nocal, que nos visita, y al Dr. Diago, los que, en lengua ingle- sa, le dan á conocer lo acordado para estos casos. El Dr. Wasdin expresa su gratitud primero, y el deseo des- pués de que el escrito leído sirva como de solicitud. El Dr, Edelmann ocupa después la tribuna, y en su nombre y en el del Dr. Carvallo, da lectura á su trabajo intitulado “Pólipo fibromiomatoso del cuello del útero.” No puede dis- catirse, por no ser Académicos sus ilustrados autores, que nos han honrado variadas veces con sus producciones. Una vez concluída su lectura, el Dr. Ragués pide la palabra para proponer, á virtud del interés que debemos tener siempre por la tuberculosis, que determina tan crecidas defunciones, el nombramiento de una comisión, que en nuestro seno se ocu- pe del estudio de este mal en relación con su profilaxis. El Sr. Presidente apoya tal propósito y abre discusión sobre el particular. ; El Dr. Santos Fernández expone que antes de entrarse en la discusión propuesta porel Dr. Valdés Ragués, debiera la Academia conocer el resultado de la comisión que se nombró para ver al Jefe de Sanidad con motivo de los partes de los enfermos tuberculosos. El Dr. Jacobsen, aludido, pide permiso para en ausencia del Dr. Montalvo, presidente de dicha comisión, dar cuenta de las gestiones realizadas. Autorizado para ello, relata la serie de conferencias tenidas con Mr. Davis, quien mostraba siempre resistencia á acceder á lo formulado por el Dr. Montalvo; conviniendo sin embargo en que sólo se entendieran obligatarios los partes, en el tercer pe- ríodo de la tuberculosis. Se consiguió de él, además, algo muy importante: la orden de no permitirse escupir en los carros, guaguas etc. E La Comisión habló extensamente con el Sr. Davis, acerca de la higiene de los mataderos, el traslado de las vaquerías á las afueras de la población, sobre las crianderas, sobre el polvo de las fábricas ó reedificaciones de gasas, que debieran hacerse en espacio cerrado, etc, DE CIENCÍAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 19 A Mr. Davis le agradó mucho el asunto sobre las criande- ras y tumó de ello nota. Encauzada de nuevo la discusión acerca del punto propues- to por el Dr. Ragués, y expuesto por la Presidencia, que debie- ra ser permanente la citada Comisión, se hacen variados razo- namientos por los Dres. la Guardia, Torralbas, Santos Fernán- dez, Jacobsen, Ragués, Dávalos y Diago, todos, en verdad, apo- yando lo iniciado acerca de la profilaxis de la tuberculosis. Puesto este extremo á votación por la Presidencia, quedó acordado el nombramiento de la Comisión permanente, que babrá seguramente de ocuparse de los puntos prácticos relati- vos á la profilaxis del mal tuberculoso. Y con ello, por ser la hora reglamentaria, se dió por termi- nada la sesión. CORRESPONDENCIA. Abril 26.—Oficio al Sr. Juez de Jesús María remitiéndole el informe que solicita sobre causa de la muerte de Mr. A. Balk. Abril 26.—Oficio al Gobierno General, comunicándole que los Dres. Tamayo, José I. 'Torralbas, G. López, Hernando Seguí, San Martín, Vildósola, Céspedes y Poey han sido elegi- dos para constituir la Junta de Gobierno que ha de- regir la Corporación en el bienio que comienza el 19 de Mayo próximo. Abril 26.—Oficio al Gobierno Civil, comuvicándole el nom- bramiento de los Sres. Académicos que constituyen la Junta de Gobierno para el bienio de 1899 á 1901. Abril 26.—Oficio á los Dres. Tamayo, José Torralbas, Her- nando Soguí, López, San Martín, Vildósola, Céspedes y Poey, comunicándoles sus nombramientos como empleados de la Junta de Gobierno para regir á la Corporación durante el bie- nio que comienza el 19 de Mayo próximo. Abril 27.—Comunicación del Observatorio Metereológico Central de Méjico, participando á esta Corporación la muerte del sabio Director D. Mariano de la Bárcena. Abril 27.—Oficio al Sr. D. José Zendejas, dándole el pésame por la muerte del director del Observatorio Metereológico Central de Méjico, D. Mariano de la Bárcena, sabio ingeniero y naturalista. 20 ÁNALES DE LA ACADEMIA Abril 27.—Comunicación de la Secretaría de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas, solicitando informe so- bre la utilidad de plantaciones de Eucaliptus. Abril 28.—Oficio al Sr. Arturo Bosque, comunicándole que ha sido nombrado ponente de turno para que informe sobre la utilidad de plantaciones de Eucaliptus. Abril 28.—Oficio del Dr. Luis Bassave, (de New York) do- nando para el uso de esta Corporación una bandera cubana de 1?, de diez pies de largo por seis de ancho. Mayo 1?—Oficio al Dr. Luis Bassave, dándole las gracias por su valioso donativo. Mayo 24. —Comunicación de la Alcaldía Municipal de esta capital, solicitando se nombre á un miembro de esta Corpora- ción para que forme parte de la Junta de Instrucción Pública. Mayo 27.—Oficio al Sr. Alcalde Municipal de la Habana, comunicándole que el Dr. José I. Torralbas ha sido el elegido para representar á esta Academia en-la Junta Municipal de Instrucción Pública. Mayo 27.—Oficio al Dr. José I. Torralbas, comunicándole que ha sido elegido para representar á esta Academia en la Junta Municipal de Instrucción Pública. Junio 6.—Comunicación del Dr. Miguel Gordillo, (hijo) do- nando al Museo Antropológico de esta Academia una momia perteneciente á un Guanche. MOVIMIENTO DE LA BIBLIOTECA “Archives Neerlandaises des Sciences Exactes et Na urelles”, serie II, tomo II. “Sitzangsberichte dei Kaiserlichen Academie dei Wissens- chaften Abtheilung” I año, 1897.—3 N? del 1998. 2 N* Idem II b. 4 N? 1897. “Registrer zur den banden” 105 bis 105 dei Silzungsberichte. “Proces-verlaux des Sciences de la Societé Royale Malacolo- gique de Belgique” tome XXVI y tome XXVII. “Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires, tomo 12 núms. 1 y 2. “Procedings of the Academy of Natural Sciences of Phila- delphia” 1897 y 1898, 1?, 2? y 32 parte. DÉ CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 91 “Wisconsin Geological and Natural History Survey Bulle- tin.” NO 1, serie 12. Idem N? 2, serie 1? “Iowa Geological Survey”, vol. VIII Anual Report 1? 1897. “Transactions of the American Ortopedil Associations”, vo- lume XI. Idem “Wisconsin Academy”, vol. XI, 1893-1897. Idem “Association of American Physician”, vol. XIII, 1898. “Journal D'Higiene” (Paris) 71-73-76-77-78. “Crónica Médica Quirúrgica de la Habana” núms. 5 6-7-8. “Departament of Agriculture 4 Armee” Bulletin 68, Wash- ington. “Archivos de la Policlínica”, tomo VII, Marzo y Abril. “Boletín de Agricultura, Minería é Industria”, (Méjico) nú- mero 12 de Junio: Idem los números 1, 2, 3, 4 y 5. “Tribune Medicale”, (Paris) números 8-11-12-14-15. “Memorias y Revistas de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana”, tomo IX, entrega 12. “Bulletin Academie de Rochelle”, N? 7. “La Tuberculosis en la Habana”, por el Dr. Gordon; 1899. “El Instructor de México”, núms. 0 10-11. “Boletín Mensual del Observatorio Metereológico Central de Mexico”, Noviembre 1898. “Boletín del Consejo Supremo de Salubridad de Mexico”, números 8 y 9. “La Crónica Médica de Lima” (Perú) núms. 243 al 46. “Gaceta Médica de Mexico”, núms. 3-4-5-6-7 8-9. “Correo Nacional Odontológico”, (Madrid) N* 33. “Anales de Ingeniería”, (Colombia). Año XII, N*125 y 126. “Anales del Círculo Médico Argentino”, núms. 23 y 24. “Revista de Anatomía Patológica y Clínica de Mexico”, números 5 y 6. / “Revista Médica de Mexico”, núms. 16-17-18-20-21. “Gaceta Médica de Granada”, N? 5. “La Specificite Celulaire de Lyon”, N? 1. (Bpantiado “La Sexualite de Lyon”, N? 2. (Scientia). “Boletín de la Real Academia de Barcelona”, N* 18-19-20. “Sixtheenth Annual Report of the Board of Crustees Public Museum, 1898. “Report N? 59.—Cegar leaf tobacco. —1899. 92 ANALES DE LA ACADEMIA Sesión pública ordinaria del 25 de Junio de 1899 ——— SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTEs: Dres. Tamayo, presidente; García, V. B. Valdés, José Torralbas, Benasach, Montalvo, Francisco Torralbas, Tomás Coronado, La Guardia, Delfin, Betancourt, Dávalos, Acosta, Lavín, Bosque, Jacobsen, Sanios Fernández, San Martín, Sánchez Toledo, Palacio, Etchegoyhen, Calvo, Hernando Seguí, Valdés Ragués, Albertini y G!. López, Secretario general. SRES. VISITANTES: Dres. R. Coronado, Edelmann, E. Arango, Le Roy, Ruiz Casabó, E. Nuñez, Pérez Piquero, Jiménez, A. Agramonte, Bustamante, Fortún, Grande Rossi, Solís, E. Barnet, Ruiloba, J. Carrerá y J. Cisneros. A la hora reglamentaria y con la lectura y aprobación del acta de la anterior, comienza la sesión ordinaria, concediéndo- se la palabra al Dr. Montalvo, presidente de la Comisión nom- brada para hacer que se modificara lo relativo á los partes so- bre la tuberculosis pulmonar. Dá dicho Sr. cuenta detallada de los trabajos realizados, leyendo el escrito presentado al Jefe de Sanidad, donde se consigna el criterio de la Corporación. "Termina creyendo el punto suficientemente discutido, y á partir de la confusión que parece tener el Mayor Davis, acerca de los períodos de la tuberculosis, que lo hizo rectificar en e] sentido de que los partes de los médicos debían comprender á los enfermos de esta clase que existían en su segundo y tercer período; propone que la Academia se alce de la resolución de Davis. Entiende que ello no es cuestión de higiene, porque de este orden nada se puede hacer contra el segundo período de la tuberculosis; sino que es asunto de moral médica muy importante, tanto más, cuanto que ello no se practica en New York, donde la enfermedad nombrada no está incluída entre las infecciones que obligan los partes de los médicos. Lo apoya el Dr. Sánchez Toledo, que entiende el criterio ex- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 23 puesto ha sido suficientemente ventilado en los centros cientí- ficos de todo el mundo; y de ello disiente el Dr. Santos Fernández, que cree que eso puede dejarse á la Comisión per- manente que se acordó en la última sesión. El Dr. Jacobsen, expone que se ha conseguido bastante» y que debe insistirse ante el Mayor Davis, para obtener algo más. El Dr. San Martín, entiende que debe insistirse, pero no apelarse, porque el Mayor Davis, no tiene autoridad superior técnica, y no habría ante quien apelar. Cree que la Comisión debe insistir, seguir en sus trabajos» que la Academia con más,calma y reflexión determinará ulte- riormente lo que le convenga hacer. Se acepta por unanimidad este criterio. El Dr. Bosque, en nombre de la Sección de Farmacia, da entonces lectura á su informe sob re plantación de eucaliptus, demandado por la autoridad y el cual es aprobado, no sin an- tes merecer felicitaciones del Dr. Valdés Ragués, deja esclare” cido que el eucaliptus glóbulos aquí no se ha aclimatado, y que solo crece en nuestro país el resinífero. Ocupa entonces la tribuna el Dr. Acosta, para leer su traba- jo sobre “El carbunclo en la Habana,” hecho en colaboración del Dr. Dávalos. Comienza por la lectura de una carta del Sr. Etchegoyhen, inspector del Matadero, remitiéndole para su examen sangre de un novillo sospech»so de carbunclo muerto violentamente; describe luego los procederes de investigación lNevados á cabo, su inoculación Á conejos, etc., y como resulta” dos, la comprobación de la bacteridia de Davin, en la sangre enviada y también en la de los animales inoculados. Termina este trabajo proponiendo medidas serias relativa á la mejora de la inspección de carnes, aumento de profesores veterinarios, instalación de un gabinete completo d>., y que se nombre por la Academia una Comisión que solicite la creación de una Escue- la de Veterinaria. Como remate de este trabajo, se da cuenta de la existencia de dos casos de carbunclo en la especie huma- na, asistidos por el Dr. Candela, y comprobada la bacteridia en el Laboratorio de la Crónica. El Dr. San Martin, expone que ya desde Abril, tenía noti- cjas de la existencia del carbunclo en el ganado importado, 24 ANALES DE LA ACADEMIA sobre todo, en las provincias de Sta. Clara y Matanzas, pero no ha podido conseguir la realización de las medidas que se pro- ponía. Entiende que debe prohibirse la importación en los estados de Texas, etc., y concluye exponiendo las medidas que se lle- varán á cabo para impedir, no lo que es un cierto peligro para la raza humana, si que también lo que constituye una amena- za para el poco ganado que tiene hoy esta Isla. Pide la palabra el Sr. Etchegoyhen, y explica cómo realiza su misión inspectora en el Matadero, imitando á los profesores más notables de Veterinaria, y con lo cual cree que no es po- sible se sacrifique ninguna res enferma, ¿para qué alarmar el público? se pregunta.—Teme y dice, que eso solo es en desdo- ro del puesto que él desempeña.—Los Dres. San Martin y Montalvo, convienen en la competencia del Sr. Etchegoyhen, pero que se hará provto imposible continuar la inspección que realiza; además es solo inspector del Matadero de la Habana, y tampoco todo el ganado que se importa viene á ese matade- ro—su acción pues, con ser buena, es solo muy reducida, ante la misión profiláctica más amplia, general que precisa im- plantarse. En este sentido, pregunta el Dr. Montalvo, si no sería posi- ble la vacunación preventiva, pudiéndose pedir suero por ca- ble, mientras se prepara aquí en el Laboratorio de la Crónica Médica. El Dr. Coronado, apoya lo expuesto en el trabajo del Doctor Acosta, asegura que el carbunclo existe en Cuba y que sn pe- ligro mayor en los campos malditos, que lo hacen las reses allí donde mueren, donde expelen sus deyecciones, sus orinas ete.; que la res no ofrece síntomas visibles de infección; que vive solo unas 72 horas á lo sumo cuando padece el mal que nos ocupa, y que lo propuesto por los Dres. Acosta y Dávalos, de- be ampliarse, por lo menos á la inspección de los lugares don- de están y van las reses importadas, que son las que hacen los campos malditos. Usa de nuevo de la palabra el Sr. Etchegoyhen, extendién- dose sobre al valor cierto de la inoculación preventiva; que se ha pedido al Departamento de Washington el suero, pero que no basta el de allí para las demandas locales; vuelve á decir DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 25 algo sobre los síntomas del ganado víctima del charbod, etc. El Dr. Palacio, pregunta, que por qué no se hace saber al pueblo, qué medios deben usarse para precaverse de la infec- ción carbunclosa, pues lo práctico y urgente sería decir cómo se han de preparar esas carnes que se teme estén enfermas. Varios señores Académicos siguen demandando turno para tomar la palabra sobre este tema, y por ello, visto por el Pre- sidente que estaban para terminar las horas reglamentarias, propone que se deje el punto á la orden del día, para conti- nuarle en próxima sesión. Cree que debe darse á asunto tan importante, toda la amplitud necesaria á la discusión, y por ello lo propone. Por unanimidad se acuerda que se celebre una sesión ex- traordinaria el próximo Domingo, y se cumplimenta la orden del día, cediendo el uso de la palabra al Dr. Fortún, visitante, que nos ha honrado otras veces con el fruto de su laboriosidad. Ocupa la tribuna y nos expone la historia interesante de un joven, que ha visto en el mes de Abril, ingresado en el Hospi- tal Nuestra S:ñora de los Angeles, ofreciendo síntomas que permitieron diagnosticar una Peritonitis tuberculosa aguda por el Dr. V. de la Guardia. Aute el resultado ineficaz de su tratamiento le ofreció el enfermo, que operó.--La apendicitis fué la causa del mal, por perforación, realizándose el proceso en 4 días. Practica la laparotomía, encontrando adherencias intestinales numerosas, derrame de un líquido amarillento en unos 250 gramos, con abundantes copos fibrinosos; el intesti- no, color rojo encendido formaba hernia; sacado el ileon tuvo que limpiarse de numerosos copos fibrina.--Se hacen lava- torios con agua estirilizada y dobo plano se satura de la piel. Antes de terminar la operación, había cambiado el pulso del enfermo, que se volvió amplio desenvue'to, y fué lo que permitió concebir esperanzas. Siguió perfectamente cop nointerrumpida convalascencia.— Lo ha visto saludable hace ocho dias. Entiende el caso de bastante int-rés, por ser la lesión tuber- culosa y por haberse desenvuelto en 4 días. Además, es el primer caso que se publica entre nosotros. Con la felicitación de la Presidencia, termina la sesión, No hubo sesión de Gobierno, 26 ANALES DE LA ACADEMIA CORRESPONDENCIA Junio 13.—Oficio al Dr. Mignel Gordillo, (hijo) dándoles las gracias por la momia que ha donado para el museo antro- pológico de esta Academia. Junio 15. —Comunicación de la Alcaldía Municipal de esta. capital, aceptando la designación que para el cargo de voca” de la Junta Municipal de Instrucción Pública hizo esta Aca- demia á favor del Dr. J. I. Torralbas y cuyo nombramiento se adjunta para remitirlo al interesado. MOVIMIENTO DE LA BIBLIOTECA “Anales de Ingeniería,” Colombia n? 128. “Fl Agricultor,” Sancti Spíritus n? 4 5, 6. “El Instructor,” México, n2 5, 6, 7. “Revue Bibliographique,” París, n? 9. “Archives Neerlandaises des Sciences Exactes et Naturelles,”” Serie II, tomo n? 5. “Bulletin de la Societe Francaise de Mineralogie,” París» tomo XXIT, n? 1. “Revista Médica,” de México, n? 22, 23, 24. “La Crónica Médica,” Lima, Perú, 247 al 250. “Boletin ¡de Agricultara Minería Industrias,” tomo VIII n? 3 al 9 y el Indice. “The Proceeding and Transactions of Aoba Scotian Institute of Science Halifa Nova Scotia,” V. IX parte 4. “Memoirs of the National Academy of Sciences,” V. VIIL Washington. “United States Geological Survez,” 1, 2, 3, 4, 5, 1896 497. Cuentos traducidos por José A. Rodríguez García, “La Mos- ca,” de Agena Cosecha y Gramatiquerías. “North American Fauna.” “Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, Nómina del personal Académico de 1898 á 99.” “Journal de Higiene” (París) 1879 á 1889. “Abhandlungen Nalurwissenschaft lichen verein zu Bre- men”, 1898. “Crónica Médico -Quirúrgica de la Habana” N? 9-10-11-19, DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 27 “Tribune Medicale”, (París) núms. 18 al 21 y del 23 al 28. “Archivos de la Policlínica” Mayo, Junio y Julio 1899. “Boletín del Instituto Geológico de Mexico”, N? 11. , “Boletín Mensual del Observatorio Metereológico Central de Mexico”, Enero, Febrero y Marzo 1899. “Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Haba- na”, núms. 3, 4 y 6. “Boletín del Instituto Científico y Literario de Mexico, tomo 22, núm, 2. “E Merek Darmslad Annales de 1898.” N* 176. PROGRAMA DE LOS PREMIOS ———. Esta Academia, en sesión de Gobierno celebrada el día 23 del pasado mes de Abril, acordó anunciar para el Concurso d«l presente año académico de 1899 4 1900, los premios que á. continuación se expresan: PREMIO «PRESIDENTE GUTIÉRREZ” Bi-anual, se asigna la cantidad de $400 oro, al mejor estudio sobre “Investigación de los principios activos que puedan en- contrarse en las enforbiaceas medicinales cubanas.” (PREMIOS DEL DR. GORDON» 12 Se asigna la cantidad de $150 oro, al mejor estudio so- bre un asunto de Fisiología experimental. 22 Medalla de oro al mejor estudio sobre abcesos del hí- gado, 32 Medalla de plata como accésit al mismo tema. 4% Medalla de oro, al mejor estudio de Farmaco-fitología cubana. 5? Medalla de plata como accesit al mismo tema. 62 Medalla de oro al mejor estudio sobre un tema de libre elección, en ciencias Médicas, físicas y naturales. 7% Medalla de plata como accésit al mismo tama, 8% Medalla de oro y plata al mejor trabajo que se presente, bien de medicina ó cirugía, pudiendo aspirar á él los señores Académicos de número. 98 AÑALES DE LA ACADEMIA 92 Medalla de oro, plata ó accesit, para los alumnos de las Facultades de Medicina, Farmacia y Ciencias, sea cualquier año que cursen, siendo de elección libre el tema y entendién- dose que para cada una de las tres facultades queda instituida una medalla de oro y de plata. Habrá para uno de los dos primeros premios, una mención honorífica. En la Secretaría General de esta Corporación, se recibirán hasta las dos de la tarde del día 19 de Marzo de 1900, las me- morias que aspiren á los premios, las cuales han de ser inéditas, escritas en español ó francés, debiendo remitirse en la forma acostumbrada, bajo pliego cerrado y lacrado con una línea en su cubierta, y en otro pliego también cerrado y lacrado, e] nombre del autor, con el mismo tema por fuera. Podrán tomar parte en este concurso, todas las personas que lo deseen, sean ó no médicos; y en la sesión solemne del 19 de Mayo de 1900, se efectuará la adjudicación de los premios á los autores de las memorias que los hubiesen merecidos, des- truyéndose en ese acto los pliegos que contengan los nombres de aquellos no agraciados. > YA — SS S25r ESTRECHECES TARDIAS Por el Dr. Joaquín Diago (de la Habana) Sr. Presidente: Sres. Académicos: Señores: En el trabajo que tengo el honor de someter á vuestra ilustrada consideración, no pretendo dar cabida á todas las angustias uretrales que ocurren largos años después de la causa que la originó; en efecto el hecho de ser tardía no confiere necesariamen- te á las estrecheces particularidades que le sean pro- pias, alguna he visto que habiendo molestado por primera vez al paciente 23 años después de la uretri- HE CIENCIAS MÉDICAS, FísicAs Y NATURALES 29 tis, debutó, evolucionó y terminó como cualquier estenosis vulgar. Quiero llamaros la atención sobre una clase de es- trecheces que si bien, considerada anatómica y pato- lógicamente en nada difieren de las ordinarias, clínicamente ofrecen interesantísimo estudio y difíci- les problemas de diagnóstico y tratamiento, la marcha insidiosa y anómala de estos casos predispo- ne singularmente al error y seguramente muchos de nosotros si refrescamos nuestra memoria, podremos recordar alguna desagradable sorpresa producida por estas estenosis en los primeros años de nuestro ejercicio profesional. Los casos á que me refiero y los únicos que quiero comprender en esta descripción son aquellos que debutan con síntomas totalmente diferentes á los que habitualmente ofrecen al estudio las estrecheces ordinarias. Casos hay en que los pri- meros síntomas ni siquiera radican en el aparato urinario y que por lo tanto ni ocurren al especialista en demanda de alivio, ni por lo general se hallan dis- puestos á consentir un tratamiento local; si se tiene en cuenta además la repugnancia con que la mayor parte de los médicos generales proceden á un catete- rismo explorador, se comprenderá cuan fácilmente quedan estas angutias ignoradas y sometidos los enfermos á tratamientos médicos en extremo largos y desesperantes para el enfermo y para el quelo asiste. Digámoslo de una vez: lo que á mi entender carac- teriza estos casos es que debutan POR LAS COM- PLICACIONES, sin haber presentado un sólo ins- tante los síntomas habituales de la estrechez. Tres tipos principales he observado en mi práctica y los distingo por el órgano donde radican los primeros síntomas. Estos tipos son: (a) —El tipo uretral. (b)—El tipo vesical. (c)—El tipo digestivo. (a). TrPo URETRAL. El síntoma que generalmen- te abre la marcha es la supuración; exigua, serosa matinal y sin fenómenos inflamatorios, no por eso deja de alarmar considerablemente al paciente que 30 ANALES' DE LA ACADEMIA . por lo general es persona respetable, entrada en años y con el natural deseo de matener incólume su repu- tación y la paz y la tranquilidad en el seno de su fami- lia; en estas condiciones desconfía, por lo pronto, de la discreción de su médico y solamente por el temor de ver tomar su mal propociones alarmantes, se deci- de aunque tarde, á consultar á un profesor á quien sugestiona desde la primera visita y mediante la con- fesión de alguno que otro pecadillo, le lleva como de la mano el diagnóstico de una blenorragia, cuyo trata- miento acomete desde luego, poniendo en prácticalos más modernos y abortivos procederes. Irrigaciones, inyecciones, desinfectantes y balsámicos, todo se en- saya, se alterna, se modifica; el facultativo acaba por ensayar algunos procedimientos originales y se con- vierte en un escéptico que critica sin cesar á los auto- res de las obras de vías urinarias y álos especialistas. Esta confusión tiene un resultado invariable; la apa- rición de una cistitis y la adopción consecutiva de instilaciones. Este último recurso produce en estos casos un efecto maravillosamente detestable é inde- pendientemente de su efecto local, suele dar al trasto con la paciencia del enfermo y la autoridad del médico; en este estado las cosas, entra en escena el especialis- ta á quien se empieza por exigir una curación radical en ocho dias, pera,con la precisa condición de que no ha de hacer uso de la sonda pues los médicos que le han precedido y los amigos de experiencia á quienes ha consultado el paciente, han cuidado llevar á su ánimo una saludable prevención en contra de este instrumento. Lo que después sucede depende por completo de la competencia del médico y de la tole- rancia del enfermo. El tratamiento, aún bien llevado es largo y cansado y no entraré en su descripción pues en nada difiere del de las estrecheces ordinarias. (b) Tiro vesicaL. Si enelcaso anterior las con- fesiones del enfermo y los síntomas sugestionaban al médico en el sentido de una blenorragia, el tipo ve- sical simula admirablemente las primeras manifesta- ciones del prostatismo; por «lo general, la edad del enfermo favorece semejante confusión y aún el trata- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES yl miento ordinario de los prostáticos de primer grado suele producir en estos enfermos un alivio de bastan- te consideración. Cuando el caso debuta por cisti- tis, el errores más dificil pues la ausencia de causas encibles suele poner al médico, á poco que esté pre- venido, sobre la pista de la estrechez. Pero cuando el caso debuta por una retención incompleta, el diag- nóstico de puro dificil, raya en lo imposible. Sirva de ilustración el siguiente caso: D. R. M. de 61 años de edad, casado y payaso de profesión, recuerda ha- ber tenido en sus mocedades una blenor ragia que fué tratada en Londres por la refrigeración de la uretra llevada casi hasta la congelación; el efecto fué desastroso y el enfermo se curó al cabo de cinco meses habiendo recorrido la gama de las complica- ciones más comunes; casó á los dos años y nada le hizo recordar hasta hace poco su pasado uretral. Es padre de cinco fornidos acróbatas y hombre de her- culea constitución; hace tres años empezó á notar cierta frecuencia en la micción y poco después de una premura tal, que sino daba inmediata satisfacción á la advertencia vesical era acometido de un agudo dolor en la glande y la micción acababa por realizar- se en contra de su voluntad. Estos síntomas, com- prometían sus éxitos profesionales y lo obligaron á consultar bien pronto á un ilustrado cirujano cuya competencia nada deja que desear; el caso era para- dójico pues aunque los síntomas predisponían en fa- vor de una cistitis, el facultativo de asistencia analizó repetida veces la orina y buscó en vano en la albúmi- na, leucocitos ó microbios. Un examen físico en ex- tremo bien conducido, le hizo notar que después de la micción la vegiga quedaba en estado de repleción parcial. El enfermo fué sometido al tratamiento (higiénico) de los prostáticos y al yoduro de potasio obteniéndose un alivio apenas perceptible; cansado el enfermo de sufrir y esperar exigió de su médico que solicitara el concurso de un célebre operador el cual, llamado que fué, antes de examinar alenfermo, decla- ró que se trataba de un cálculo vulgar y de síntomas claros. Consecuente con su idea procedió al examen 32 ANALES DE LA ACADEMIA an con un litotritor que trató en vano de introducir du- rante un cuarto de hora, y solamente ante la imposi- bilidad absoluta de perpetrar este atentado se decidió por un explorador con el que buscó durante media hora su imaginario cáleulo; para compensar el mal efecto que produjo su error, hizo una detallada des- cripción de columnas vesicales y lóbulos prostáticos hipertrofiados que, si bien, no llevó el convecimiento al ánimo de su compañero, entusiasmó al paciente que se sometió á sus cuidados sin resultado por dos meses; el cirujano propuso entonces un ojal perimeal y el enfermo desconcertado volvió á su antiguo mé- dico, el cual deseando eludir aventuras lo dirigió á mi consulta. Enterado detallamente, por el enfermo, de su historia, me guardé muy mucho de aventurar un diagnóstico y propuse al paciente la cistoscopia; fué aceptada y exploré la uretra encontrando que aunque en rigor podía pasarse un 20, el calibre ver- dadero podía estimarse en un 18. Llevado del deseo de obtener un calibre suficiente para el cistoscopio, practiqué la dilatación que en tres semanas alcanzó el 50 Beniqué. A medida que aumentaba el diámetro uretral, disminuían los sufrimientos, y el número de micciones que en un principio era de 75 en las 24 ho- ras, descendió progresivamente hasta 12; en vista de este resultado. el paciente me propuso posponer el examen cistoscÓpico mientras durara la mejoría, cuya proposición acepté de buen grado. Más de dos años hace que esperamos; hoy el enfermo orina 8 ve- ces durante el día y por lo general pasa su noche sin orinar; cuando siente el deseo en momento inopor- tuno, puede diferir la micción por una Ó dos horas sin inconveniente alguno. Si su estrechez uo se recontrae, ó mucho me engaño ó esperemos indefini- damente la vuelta de sus síntomas. He escogido el caso anterior por ser su historia en extremo accidentada é instructiva, pero no por ser su diagnóstico de los más difíciles; en efecto, los dos facultativos que me precedieron descuidaron el tacto rectal, dimensiones de la próstata eram, poco más ó menos, normales y aunque este dato no excluye por DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 39 completo el pr ostatismo, por lo menos deja en el áni- mo la duda é induce al médico á proceder con reserva al establecer el diagnóstico.—La escuela americana que acepta las enseñanzas de Otis, corre menos peligro que la francesa de incurrir en este error. Los france- ses, en efecto, conceden poca importancia á las estre- checes “anchas” y en ocho meses que he concurrido diariamente á la clínica de Necker, sólo he visto prac- ticar, si mal no recuerdo, cuatro uretrotomías com- plementarias. Otis y su escuela, en cambio exploran sistemáticamente la uretra con bolas de gran diáme- tro y emplean como método de elección la uretroto- mía dilatadora. Por mi parte practico siempre la exploración, pero condeno el exclusivismo operatorio de la escuela americana. (c) Treo DIGESTIVO. Este tipo es el que ofrece las mayores dificultades diagnósticas y no creo aventu- rado afirmar que la mayor parte evolucionan y ter- minan sin haber sido diagnosticados. El aparato urinario no contribuye con sus manifestaciones á completar el cuadro sintomático sino en un período muy avanzado de la enfermedad y no es raro que, salvo algunas modificaciones de la orina, parezca completamente extraño á la producción de los desór- denes. Los síntomas son poco numerosos y á menu- do tan insidiosos que el paciente los tolera largo tiempo sin reclamar el auxilio de la ciencia. Rad1- can por lo general en el aparato digestivo (estómago Ó intestinos) pero excepcionalmente pueden debutar con manifestaciones de orden puramente nerviosas; de ordinario reproducen cón singular exactitud el cuadro sintomático de ciertas dispepsias ó ciertas enteritis crónicas, acompañado de una cefalalgia poco acentuada pero en extremo pertinaz y rebelde á los tratamientos médicos. A pesar de haber tenido ocasión de estudiar con el mayor detenimiento un sinnúmero de casos, sólo dos caracteres constantes é invariables he podido señalar: la existencia de una antigua uretritis y la disminución de los elementos normales de la orina. Esta disminución es total; comprende tanto los elementos orgánicos como los 34 ANALES DE LA ACADEMIA inorgánicos y puede ser de dos maneras: ó bien la densidad está disminuida eu proporción á la insufi- ciencia de elementos disueltos, alcanzando la can- tidad de orina emitida en 24 horas una cifra igual ó mayor que la normal, ó bien la densidad es normal, normales también las cantidades por litro y redu- cida la cantidad de orina á una cifra que puede ser la mitad de la normal. En este último caso la dis- minución puede pasar fácilmente desapercibida pues si se remite á un laboratorio para su análisis, siguiendo la costumbre consagrada, tan solo una pequeña porción de la orina emitida, el analista encontrará normales todas las cantidades y nada indicará la insuficiencia existente. Fácil es trazar la historia de estos casos: píldoras, papelillos y pociones sí es pobre; sies rico, curas de agua y de aire, viajes, baños: derroche, en fin, de dinero, tiempo y paciencia hasta que la albúmina hace su aparición; entonces, dieta lactea, yvoduros, antisépticos y cuanto Dios creó, hasta que el enfermo se resigna, se cansa Ó se muere, cosa que bien puede suceder si la estrechez no se apresura á disminuir lo bastante el calibre de la uretra, para llamar sobre ella la atención. No es necesario, para que las co- sas sucedan de este modo, que la estrechez haya sido ancha, tardía, ni que haya pasado desapercibida; cuanto llevamos dicho puede en efecto ser el resul- tado de estrecheces insuficientemente dilatadas en las cuales es suspendido el tratamiento, á menudo contra la voluntad del médico, tan pronto como desapa- recen los síntomas funcionales. Llegado este mo- mento y alcanzando este resultado, la vejiga, por largo tiempo obligada á una depleción incompleta, no percibe el obstáculo relativo que aun existe, pero el riñón se resiente y con él, el organismo entero, y el cuadro que hemos descrito se presenta con la agra- vante de que el que entonces invocara la estrechez correría grave peligro de no ser creido y aun de ver puesta en duda su competencia. No es otra la explicación de las afecciones renales que suelen citarse como accidente lejano de la dilata- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 39 ción. La causa verdadera de estos accidentes no es otro que la misma estrechez; es el obstáculo que aun subsiste al libre curso de la orina; es la evacuación incompleta de la vejiga; es el aumento de la presión intra-renal que menoscaba su función; es, en fin, la sangre que privada, en buena parte, de su emuncto- ri0 natural, derrama sus toxinas en el tubo diges- tivo. Sería ocioso discutir el tratamiento; uno solo exis- te: la dilatación. Mientras subsista el 'obstáculo, mientras el riñón no recobre por completo su acti- vidad funcional, todos los medios paliativos y todos los tratamientos sintomáticos fracasarán lasti- mosamente. NUESTROS PODEROSOS ENEMIGOS OS INPINITAMENTE PEQUEÑOS Discurso de Ciencia del Dr. Tomás Y. Coronado [1] Señor Presidente, Señores Académicos, Señores y Señoras: Designado por esa Presidencia para llenar un nú- mero en el programa de nuestra fiesta conmemo- rativa, he aceptado gustoso la misión que se me confiere; pero yo no debo hacer un discurso pura- mente científico para los compañeros de Academia. Durante dos años nuestras discusiones han versado sobre variados puntos de medicina, y tenéis el dere- cho de descansar hoy del árido teenicismo de nuestra ciencia. Por otra parte, el público que viene á dar esplendor á nuestra sesión solemne merece que se le atienda. Yo suplico á mis compañeros que me dispensen si no (1) Leido en la sesión solemne del día 19 de Mayo de 1899, 36 ANALES DE LA ACADEMÍA les traigo algo nuevo y si invierto mi tiempo en dedicar á ese público distinguido mi disertación, en la que procuraré trazar á grandes rasgos los peligros que extrañan esos séres infinitamente pequeños lla- mados microbios y que todos debemos conocer. Acepten mis excusas los Señores Académicos y el público, á quien me dirijo también por si no tengo la fortuna de agradarle en este trabajo de vulgariza- ción de bacteriología. Hace unos veinte años, uno de los queridos desa- parecidos, mi maestro el doctor Felipe F. Rodríguez, iniciaba entre nosotros de una manera práctica, los estudios microscópicos. El doctor Rodríguez, con su claro talento y con sus grandes conocimientos de medicina y de ciencias auxiliares, preveía en aquella época el papel que habían de desempeñar, en la medi- cina moderna, los séres infinitamente pequeños que él y sus discípulos estudiábamos en el Laboratorio de la calle de San Miguel. Hacer la historia de los séres microscópios en gene- ral sería una tarea demasiado larga para un acto de la naturaleza del que aquí nos reune hoy. Yo he de ocuparme del grupo de los séres pequeñísimos que conspiran contra la salud de los individuos y de la manera cómo, en el individuo atacado, aquellos séres invisibles se multiplican, y vencen las resistencias vi- tales del organismo, lo debilitan primero, lo aniqui- lan más tarde y se difunden en el medio ambiente para contagiar á otros y otros organismos, como si cada víctima humana, que para ellos representa. una victoria, les diera nuevos alientos para proseguir su obra destructora. Antes que los genios de Pasteur en Francia y Koch en Alemania formasen Escuela y divulgasen entre los hombres de ciencia, que hoy se cuenta por millares en los paises más adelantados, la idea de los séres mi- croscópicos, era ésta una idea fantástica. La com- pleta ignorancia que se tenía de su manera de ser, de sus condiciones vitales, de su modo de propagación, unido á las infinitamente pequeñas dimensiones que DE CÍENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 3 les caracterizan, eran motivos suficientes para que hombres serios, hombres estudiosos creyeran más cómodo y fácil negar la intervención de los microbios en las enfermedades y defendieran las añejas ideas de los virus, de los miasmas y de otra balumba de nom- bres que, sin decir nada cierto y verdadero, decían siempre el desconocimiento de las causas de aquellas enfermedades, tan pomposamente llamadas mias- máticas ó virulentas. Pasteur y Koch, partiendo de estudios delicadí- simos sobre las fermentaciones normales y las anor- males, llegaron por una serie de deducciones científi- cas indiscutibles al conocimiento de séres micros- cópicos, de filiación completa y perfecta, cuya vida y propagación en los líquidos y en los tejidos de la economía animal, determinaban fenómenos siempre iguales, siempre idénticos, ya en el sentido fisioló- gico, ya en el sentido patológico. Desde mediados de este siglo, los estudios realiza dos por Davaine para una enfermedad determinada, el carbúnculo, que arruinaba territorios y países, estudios que después fueron perfeccionados y com- pletados por Koch y por Pasteur, son los que voy á presentaros como ejemplo de lo que hoy se sabe para infinidad de enfermedades desconocidas hasta hace poco. Antes de los descubrimientos de Davaine y de los trabajos de Koch y Pasteur, los más reputados clí- nicos clasificaban esta enfermedad entre las viru- lentas, y hoy todavía hay quienes la clasifican de tal. ¡Pobres ciegos! porque teniendo ojos no quie- ren ver, Ó porque les hacen daño los vivísimos des- tellos de las verdades indiscutibles, que no se pres- tan á la antigua nigromancia, para embaucar fácil- mente á los pobres de espíritu ó de conocimientos. Para estudiar los infinitamente pequeños se nece- sita el auxilio del microscopio, que no es otra cosa que un amplificador de la vista del clínico, vista que por perspicaz que sea no puede ver aquello que por tan pequeño escapa á su poder visual. Empleando el microscopio se aumentará 500, 1000 ó 1500 veces 38 ANALES DE LÁ ACADEMIA el diámetro del elemento pequeñísimo, y de esa ma. nera sencilla observamos séres vivos que hubieran escapado siempre al examen con la simple vista. Con frecuencia se oye repetir á personas que pare- cen ilustradas, que con el microscopio se ve siempre lo que se quiere ver...... Efectivamente, el microscopio vo es un aparato maravilloso que “amplifica y al mismo tiempo enseña al queno sabe. Para mane- jarlo con éxito, no basta saberlo enfocar y distin- guir con el los contornos de cécula ó de un microbio; es necesario antes estudiar y conocer lo que es la célula, lo que es el microbio, y entonces el observador gozará contemplando materialmente lo que su inte- ligencia le hacía prever. Si un escritor chispeante recogiese anécdotas de los detractores del microscopio y de la bacteriología, habría material suficiente para llevarlos al más espantoso ridículo comentando sus mismas críticas, hijas siempre del más completo desconocimiento de la materia que aparentan desdeñar. Las ramas más modernas de la medicina, la micro- grafía y la hacteriología, puede decirse que consti- tuyen hoy la parte indiscutible de la ciencia de curar, y sobre todo, de saber precaver las enfermedades evitables. Pongamos un ejemplo que puede ser aplicado á todas las enfermedades cuyos gérmenes son conoci- dos y conocidas también las diversas maneras de su propagación, infección y mecanismo por el cual cau- san la muerte, sí el médico no acude á tiempo para detener su marcha invasora y contrarrestar sus efec- tos destructores. Ala altura á que hoy hemos llegados sobre el co- nocimiento de los infinitamente pequeños, sería un loco el que pretendiese desenterrar la teoría de la espontaneidad de las enfermedades. Toda enferme- dad infecciosa es el producto de la función de un ger- men patógeno conocido ya en muchos estados pato-' lógicos y desconocido todavía en algunos otros. Veamos el ejemplo: una distinguida dama que no sale á la calle por el temor natural. á las infecciones DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 99 vulgares y tan frecuentes aquí, donde la higiene, ru- borizada y temerosa, permaneció durante cuatro siglos escondida entre los solitarios bosques de nues- tras más altas montañas, porque allí ni hubo alcal- des conservadores, ni mutiladores de la salud, como en los pueblos y poblaciones. La dama citada, sin causa aparente, siente una comezón ligera en su cara, en su cuello ó en su brazo; á las veinte y cuatro horas se nota una ligera flictena rodeada por un círculo rojizo, que le produce malestar y que, llamán- dole la atención, le hace consultar á su médico. Si este médico es de la moderna escuela y sin per- der el tiempo en pruebas con variadas indicaciones, toma una gota de la serosidad de la flictena, y en un tiempo más corto que el que yo empleo en deseri- birlo, hace una preparación microscópica y encuen- tra en ella una ó más bacteridias de Davaine, ad- quiere el conocimiento de que su enferma tiene una pústula maligna—esa terrible enfermedad que tantas víctimas causaba cuando su germen era descono- cido.—S1 ha estudiado y conoce el germen y su modo de evolucionar, ni alarma á los familiares ni se alar- ma: el médico practica una pequeña cauterización, mediante productos farmacológicos ó con el termo- auterio, y se retira tranquilo, convencido de haber salvado una vida, porque destruído el germen en el lugar de su entrada, no queda el menor peligro. Pero las cosas no pasan de la manera descrita: el práctico solicitado es de los que no creen en microbios ni en microscopios, y como la pústula maligna estaba en su comienzo, no puede diagnosticarla clínicamente y se conforma con un simple:—Esto no es nada, pón- gase vaselina boricada—y se retira muy tranquilo. A las 24 64.8 horas el punto que rodea á la flictina está tumefacto y doloroso, la dama tiene fiebre; pero como su buen doctor le dijo que aquello no era nada y por mil motivos que pueden presentarse, espera el siguiente día, en el cual la fiebre ya esalta y el males- tar intolerable. Vuelve á ser llamado el médico, ve entonces clara- mente la pústula maligna, la alarma cunde, el terror 40 ANALES DE LA ACADEMIA se retrataen todas las caras, el médico solicita el con- curso de otros compañeros; la enferma es sometida á Operaciones cruentas, se le practican cauterizaciones, pero todo es en balde: la muerte llega después de erueles sufrimientos. ¿Y por qué? Porqueen la pústula maligna, como en otras muchas infecciones graves, mientras los gér- menes permanecen cincunseritos en su puerta de en- trada, y mientras los leucocitos, que son nuestros poderosos amigos los infinitamente pequeños, luchan por destruirla invasión, cada hora creciente, de nues- tros poderosos enemigos, que en el caso de referencia eran bacteridias de Davaine; mientrasesta lucha dura, la enfermedad es fácilmente curable; pero desde el mo- mento que los invasores vencen á los defensores y penetran en el torrente circulatorio y la infección se hace general, entonces todos los cauterios, todos los medios empleados son inútiles y el enfermo sucumbe agotado por millones de bacteridias que se han desa- rrollado y multiplicado en el organismo humano por- que le presta un terreno favorable para su pululación. ¿Cómo y por qué enfermó esta dama? Se conoce hoy tan bien esta enfermedad, que puede trazarse la historia de su contagio sin temorá equivocarnos. Todos los años, en los meses de Mayo, Junio y Julio, los casos de pústula maligna son frecuentes en Cuba. El microbio de pústula maligna—bacteridia de Da- vaine—existe diseminado en nuestros campos porque aquí no se queman los aminales muertos de cangrina (carbúnculo). Si estos gérmenes quedaran en la su- perficie de la tierra, el mismo calor solar sería sufi- ciente para destr unirlos; pero como las lluvias los arrastran al interior de la capa vegetal, allí viven y pululan, hasta que la lombriz de tierra se encarga, en la época lluviosa, de llevarlos á la superficie, don- de los carneros ó los bueyes se infectan por cualquie- ra erosión en la boca y mueren rápidamente. Regularmente la transmisión á las personas se efec- túa por medio de las moscas. Basta que una mosca se detenga sobre la sangre ó deyecciones de un ani- mal enfermo ó muerto de cangrina para que su trom- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 41 pa y patas se llenen de gérmenes y si esta mosca, to- ca una parte de nuestra piel, desprovista de epider- mis, la pústula maligna aparece. Este es el medio de contagio más común; puede haber otros indirectos, como el contacto de un cuero, aunque esté curtido, siempre que proceda de un animal carbunculoso. Si de la serosidad de la flictena de la dama sembra- mos en caldo esterilizado una pequeña parte de la gota, tendremos un cultivo puro del germen y con él se reproduce la enfermedad cuantas veces se quie- ra, inoculando animales. Estos curiosos experimentos han sido realizados, entre nosotros, en el Laboratorio de la Crónica mé- dico quirúrgica de la Habana. Me he detenido tal vez demasiado en la exposición de este ejemplo porque con él queda demostrado el mecanismo de la entrada, en el organismo humano, del germen. Lo que sucede con la bacteridia de Da- vaine, que sembrada por la mosca en un punto esco- riado de la piel, no tarda en generalizarse, sucede en las vías respiratorias, en la gastro- intestinal y en las heridas de la piel con el terrible bacilo de Koch, microbio de la tuberculosis; el de la difteria; el de la grippe; el de la tifoidea; el del muermo, el del tétanos que si no sale de la herida, mata por las toxinas que elimina; el de la fiebre de malta, el del paludismo y otros mil y mil gérmenes conocidos ya, cuyo mecanis- mo de invasión y propagación están ya estudiados ó en vías de estudio. Los resultados de esos estudios interesantísimos ya hemos empezado á palparlos. ¿Qué madre no bendice hoy al suero antidiftérico, obtenido por el conocimiento del microbio y de sus toxinas, y que cura siempre la difteria cuando ésta se ha sabido diagnosticar á tiempo? Todas las madres saben ya que en cualquier angi- na, por benigna que sea, deben ser reconocidos sus exudados en un laboratorio, para convencerse si es Ó no diftérica y evitar con ello terribles consecuencias. De los estudios realizados sobrelas fiebres tifoideas, las recurrentes, las de Malta y el paludismo, se ha 42 ANALES DE LA ACADEMIA llegado ya á la noción exacta de estas enfermedades y no se pierde un tiempo precioso en tanteos para llegar á diagnosticarlas. Basta tomar una insignificante gotica de sangre «del dedo del enfermo, y con la reacción de Widal en unas y con la presencia de los gérmenes en otras, el clínico dirigirá á ciencia cierta su tratamiento y ten- drá mayores probabilidades de-éxito. ¿Quién ignora que sólo examinándose el pus de los tumores puede asegurarse el diagnóstico del muermo? Cada día se hace más necesario el concurso del mi- eroscopio y de la bacteriología para tener la seguri- «dad de nuestras apreciaciones clínicas, y sólo con los datos que nos puedan suministrar podemos llegar á nociones verdaderas de ciertas enfermedades, cuyo -.dianóstico sería de otro modo imposible. Si se conocen nuestros poderosos enemigos los in- finitamente pequeños, estaremos en condiciones de podernos defender; si no lo conocemos, seremos indis- cutiblemente sus víctimas. Los rarísimos médicos de este fin de siglo que to- davía niegan las ventajas de la bacteriología, em- plean como argumento que, siendo tan virulentos y tan abundantes los microbios, cómo es que hay per- sonas que escapan á la muerte en ciudades como la Habana , donde la higiene ha sido siempre un mito hasta el primero de Enero del presente año. El organismo sano y robusto escapa á las infeccio- nes porque tiene sus infinitamente pequeños que hacen el papel de defensores y que tienen la misión de «destruir los gérmenes nocivos que entran en la eco- nomía; me refiero en general á los millones de leuco- citos que destruyen sin cesar los elementos que pueden ser pejudiciales al organismo; pero basta que por cualquiera causa la fusión de aquellos se debilite- -ó perturbe, para que los gérmenes venzan en la lucha y aniquilen al organismo más robusto. ¿Quién nose ha fijado en esos enormes esputos Anos de los tísicos ó de los griposos, que ensu- «cian el pavimento de nuestros tranvías ó coches de DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 43 plaza, ó las aceras Ó las paredes de nuestras calles? Pues bien; cada uno de esos esputos contienen milla- res de bacilos que una vez desecados se mezclan al polvo y son fácilmente llevados á nuestras vías res- piratorias. Y siesto sucede á diario y escapamos uno y otro año, al fin puede llegar una oportunidad morbosa por mil causas debilitantes y entonces la enfermedad se inicia y sigue su marcha destructora. Cuanto llevamos dicho se refiere á los microbios que determinan enfermedades especiales; mucho pu- diéramos decir de infinitos gérmenes conocidos ya y que pueden evitarse con las más rigurosas reglas de antisepsia y de asepsia respecto á las mucosas que están en contacto con el aire ó las heridas ó erosiones que sufra nuestra piel. El éxito de nuestros grandes cirujanos y las victo- rias de nuestros tocólogos y comadrones son debi- dos exclusivamente á la guerra que saben hacer á los gérmenes propios de las diversas infecciones. Es indispensable que se vulgarice el conocimiento de estos gérmenes infecciosos, y que el hombre, la mujer y el niño griten ¡IMPRUDENTE! al que con su mano ó un instrumento sucio pueda llevar el con- tagio de una enfermedad infecciosa, tocando una mucosa ó una herida. El día hermoso, y á mi juicio próximo ya, en que conociéndose las propiedades de todos los gérmenes patógenos—nuestros poderosos enemigos los infim- tamente pequeños—podamos evitar sus funestas consecuencias, ese día será el más grande para la humanidad y el mayor de júbilo para los discípulos «dle Pasteur.. Ye Aer I3d8 eb in 0% 9 Cogtib BEA A Dd alot ADA: (1 Coria wa Mbs ASA 49 ps l OBRAS DE VENTA da. EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” ¡$€RrI€f(ká= 2 . Trabajos E la comisión de can le 0 é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; —Mamalogía, -Ornitolo- ía, Erpetología y Entomolo( ga Cubana, del Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patología y Antiguedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de. los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; Patología Y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del: ales imán por el Dr. Finlay.. | | CURACIÓN COMPLETA DE LA ANEMIA CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. - Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sungre idearon los médi- cos desde época drmemorial administrar el hierro en diferentes formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estreñimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francézy Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz ¡idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se encuentra en la sangre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los méjicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la anemia, la €lolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE. DESCHIENS, preparados en París por la reputada casa de los Sres, Adrian y. C?, fueron dis en los hospitales de - aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particalar como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y quese cayacterizan por la palidez del rostro, la ivapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- - nio y la depresión moral. | EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA son bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende én la - Habana en las boticas del DR, GONZALEZ, Habana 112, del DR. JOHNSON, Obispo 8S y de JOSE SARRA, Teniente Rey 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas de la al». REVISTA CIENTÍFICA AN a ORGANO OFICIAL DE LA CORPORACIÓN DE SU NOMBRE: A a DIRECTORES: RE *. Gustavo López. - De, José IM? Céspedes ENTREGA NÚMERO 419 10 qe Tomo XXXVI. - =-- Agosto de 1899 REDACCION: ¿ CALLE DE CUBA SECRETARIA DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS: nó DE. SAN AGUSTIN) : a A RADANA Imprenta. LA PRUEBA, Manzana Central, por Monserrate. ¿ 1899 R | AGN Mitos PUBLICA, —El carbunclo en la bona. por. o los Dres. E. Acosta y J. N. Dávalos... ia -Borasuca. nforme sobre plantaciones de Buca- E -liptus, por el Dr. A. De BiBLIOGRAFÍA . o O O JUNTA DE GorterNo,— ciones comisiones. y | -tulos ACAÓMICOS.. sacaron snoot nd Condiciones hor “Anales” se poblicaól mensualmente, Sy es solamente, PESO Y MEDIO RATA, por € de | adelantados. y de En esta publicación, aparecen, a ed de ALS Jos, de la Corporación, artículos de actualidad 2.0 fíficas, de progresos obtenidos en las cienci: A di intereses profesionales, de asuntos históricc | a 7 808 rAHmos, de. de. | A ds os Los “Anales” sostienen canje numeroso con 2 p caciones análogas del mundo entero. | 4. + Se pies el cange. Toda obra enviada á la iii de los “ será anunciada tres. veces. O Ad a DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 45 Sesión Pública extraordinaria del 2 de Jullo de 1899 SrEs. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Tamayo (Presidente). Etchegoyhen, Acosta, T. Coronado, Delfin, Santos Fernández, Dávalos, San Martín, Casuso, Valdés Ragués, Albertini, Lavín, Cubas, Benasach, La Guardia y G. López, (Secretario.) SRES. VISITANTES: Dres. Anglada, Le Roy, Piquero, Lainé, Edel- mann, Ruiloba, Ferrán, Grande Rossi y A. Rego (veterinario); Da comienzo á la hora reglamentaria con la lectura del acta - de la sesión ordinaria anterior, que fué aprobada por unani- midad. Enseguida se entra en la orden del día, consumiendo el pri- mer turno el Dr. Etchegoyhen, que expone razonadamente, el por qué pudo aparecer, en la sesión anterior, opuesto á lo rela- tivo al nombramiento de Inspectores para el Rastro de la Ha- bana. Explica también cómo no se opuso tampoco á la creación del Laboratorio de Bacteriología, sino que pretende que ello debe ser de la iniciativa del Ayuntamiento. Acepta en ambos extremos lo propuesto por el Dr. Acosta, en su trabajo leído en la última sesión. Entiende, con relación 4 la Escuela Veterinaria, que se pre- sentarán obstáculos, dificultades mayores de las que pudieran creerse; pero sin obstar esto para su aceptación. La cree muy buena y útil, y termina exponiendo que si en Cuba existen elementos para ella, que debe venir pronto. El Dr. Coronado, expone, que había pedido la palabra para una alusión del Sr. Etchegoyhen, y mealegro infinito no haber hecho uso de ella en la próxima pasada sesión, porque enton- ces mis argumentos se basaban en hechos por mí observados lejos de esta capital y que el espíritu ligero de muchos podría gratuitamente poner en duda. El corto tiempo transcurrido desde la sesión anterior hasta la actual, ha servido para que la suerte me favoreciera con 46 ANALES DE LA ACADEMIA hechos de gran actualidad y que vienen á darme por comple-- to la razón en la cuestión discutida. Me preguntaba el Sr. Etchegoyhen, si yo ignoraba que toda infección general va acompañada de fiebre y que siendo el carbunclo bacteridiano una infección febril, cómo era posible que se escapase á la inspección una res atacada del mal. Todos los Sres. Académicos presentes en la sesión pasada recordarán la confesión del Sr. Etchegoyhen, que dado el nú- mero de reses que se han de sacrificar, y el número de inspec- tores, no era posible emplear el termómetro para apreciar la temperatura; pero que esto quedaba subsanado con la inspee- ción ocular ó manual para comprobar si el animal estaba sa- no ó enfermo. Yo, no sólo he visto siempre con marcada prevención las tendencias de las clínicas á fiarse de su ojo clínico, para diag- nosticar las enfermedades, sino que he ridiculizado esa preten- sión absurda hoy, que la ciencia pone á nuestro alcance me- dios eficaces para la comprobación ó negación del diagnóstico en muchas enfermedades. Si esto pienso respecto á la clínica en las enfermedades hu- manas, ya podrán figurarse los Sres. Académicos lo que pen- saré si el ser enfermo es un irracional que no puede quejarse del mal que sufre. El hecho práctico que voy 4 relatar demuestra mejor que todos los argumentios la razón de mi apreciación. Alfredo Nuñez Riera, de 16 años, empleado de un comer- ciante en cueros, se produce una erusión en el antebrazo dere- cho, el lunes próximo pasado, mientras pesaba y contaba cue- ros procedentes del matadero y de los animales sacrificados para el ejército americano de ocupación. El contacto de uno de esos cueros con su piel desnudada del antebrazo, le produce la infección carbunculosa. El viernes es llevado el joven enfermo al Laboratorio de la Crónica Médica de la Habana, por el Dr. Mascot, que me recomendó su asis- tencia. * La pústula maligna, era tan evidente, que ya se imponía su diagnóstico. Sin embargo, para tener la evidencia y porque po creo en los ojos clínicos, los Dres. Dávalos y Acosta hicieron DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 47 una preparación microscópica en la que se comprobó la bacte- ridia de Davain. ¿Qué prueba la infección de este joven por un cuero de res sacrificada para el ejército de ocupación? Pues sencillamente que la res fué sacrificada ya carbunculosa, y que el hecho hu- biera pasado desapercibido si no es la coincidencia del joven atacado de pústula maligna. Todos sabemos que las carnes carbunculosas bien cocidas, no hacen daño; pero todos sabemos los peligros que entraña su transporte y su exposición al aire quese plagaría de gér- menes y aumentará nuestros campos malditos, y los casos de pústula maligna. Qneda pues demostrado experimentalmente lo que yo sos- tenía en la sesión pasada, que en la Habana se comía y des- graciadamente se sigue comiendo carne de animales enfermos. Por eso apoyaba y seguiré apoyando con todas mis energías lo propuesto por los Dres. Dávalos y Acosta. Ningún interés personal me guía; yo no soy de los que as- piro á destinos, pues nunca los hs aceptado ni los aceptaré pa- ra conservar mi independencia de carácter y por lo tanto ten- go el derecho á censurar lo que merece censuras así como soy siempre el primero en hacer justicia en las pocas veces que se nos presenta ocasión en esta pobre colonia que no ha salido todavía de su menor edad. Vuelvo á proponer que una Comisión de la Academia se acercase á nuestros interventores y exponga la necesidad de la creación de un Laboratorio en furma y que se haga saber á nuestro Municipio que no basta un simple microscopio para realizar la inspección de nuestro rastro. Voy á poneros otro ejemplo, que comprueba la ineficacia del solo microscopio para las investigaciones. Días pasados recibí del ingenio “Maravilla” una muestra de sangre, porque allí morían las reses con todos los síntomas del carbunclo sintomático y llevada al Laboratorio de la Cró- nica, tanto los Dres. Acosta y Dávalos, cuya competencia en bacteriología es indiscutible, creímos encontrar el germen de dicha enfermedad; pero hechas siembras, á las 24 horas se com- probaba que la enfermedad era el carbunclo bacteridiano. La 48 ANALES DE LA ACADEMIA simple inspección microscópica nos hubiera llevado á un gra- ve error. Voy á terminar; pero antes quiero hacer constar, que yo no inculpo al Sr. Etchegoyhen, de las deficiencias de la inspección; todas nuestras críticas deben ir directamente al Ayuntamiento de esta capital, que escudándose con el gastado no hay dinero, del antiguo régimen, mira con desdén las cuestiones más se- rias de sanidad, sin acordarse que en los pueblos cultos la sa- lud de sus administrados es la suprema ley. Pido nuevamente la palabra para recordar á la Corporación que el peligro existe y seguirá latente mientras no se cambien los corrales que son hoy verdaderos campos malditos donde las reses se infectarán aunque lleguen del campo ó del extran- jero sanas. Los Almacenes de Regla, donde se depositan las traídas del exterior, deben ser sustituídos por otros préviamente desin- fectados. Mientras esto no se haga, seguiremos comiendo carnes de animales enfermos, y lo que es muy grave para nuestro por- venir, todos los sacrificios de nuestros hacendados resultarán estériles para la reconstrucción del país, puesto que el ganado de trabajo y el dinero en él gastado, se agotarán infructuosa- mente por el abandono ó la criminal incuria de nuestros legis- ladores sanitarios. No bastará que lleguemos á obtener el suero preventivo, es necesario—cueste lo que cueste—evitar la propagación y el contagio de esas enfermedades evitables. El Dr. San Martín, dice, que después de las aclaraciones he- chas por el Sr. Etchegoyhen, no tiene nada que impugnarle y se dirige al Dr. Coronado, lamentando que las cuestiones cien- tíficas tengan siempre más de un aspecto, siendo el científico de este caso irreprochable. Pero en su aspecto real, tiene que exponer, que la inspección de carnes se realiza sin laboratorios, en los paises más adelantados. En Chicago, lo verifican 150 señoritas, con un solo microscopio, y esta inspección resulta muy competente. Declara honradamente, que el Ayunta- miento de la Habana, ha hecho cuanto ha podido, y que no merece las duras frases del Dr. Coronado. Entiende que el mal está un poco más afuera de los rastros; DE CIENCIAS MÉDICAS FÍSICAS Y NATURALES 49 en los lugares donde se desembarcan las reses. Por eso no basta la inspección del Matadero; el veterinario, si en este lu- gar no puede hacerlo todo, se pone sobre la pista, y persigue la observación de la res. El Sr. Etchegoyhen, se dirige al Dr. Coronado, para exponer- le que en la Habana no se come carne mala; que no siga vien- do tal cosa y hace algunas concideraciones en este sentido, y sobre el laboratorio, coincidentes con el criterio expuesto por el Sr. San Martín. El Dr. Dávalos habla sobre el valor real de la inspección que se realiza en los rastros. Es simplemente clínica, dice, y no debe buscarse los cambios de temperatura de la piel del ganado, con la mano, sino con el termómetro. El Dr. Coronado usa otra vez de la palabra y precisa el ori- gen de la pústula maligna, del joven enfermo que ha citado, sostiene sus ideas expuestas sobre el diagnóstico y sobre el la- boratorio para el matadero de la Habana. Dirigiéndose á San Martín, sostiene sus frases, sobre la in- curia del Ayuntamiento, acerca de los corrales ó lugares de depósito de las reses desembarcadas. Úree que debe obligarse á los propietarios á higienizar, ha- cer cambios de corrales, etc. En Chicago, que sirvió de punto de comparación, se exami- na la sangre de la res, y aquí sólo se examina la res. Entien- de que debe insistirse en las aprecia ciones críticas que ha ex- puesto,¿é insiste en la petición sobre la Escuela Veterinaria. San Martín, de nuevo vuelve por los fueros del Ayunta- miento, pues éste no puede meterse en asunto de higiene. Es- to toca sólo al Jefe de Sanidad nombrado por el gobierno in- terventor. Pideá Coronado, reforme su crítica, pues que el Ayuntamiento ha realizado muchas cosas. Coronado, responde y dice, que en su crítica debe cambiarse _el nombre del Ayun'amiento, por el del representante del poder interventor ó el legislador de Sanidad de este Gobierno. Y sostiene y reitera todas sus apreciaciones críticas, porque es criminal lo que sucede. En este lugar San Martín, le dice que se encuentra en la ' avanzada, 50 ANALES DE LA ACADEMIA El Sr. Presidente intervino para encauzar la discusión. El Dr. Etchegoyhen pide la palabra para exponer al doctor Dávalos, que no es solo la temperatura, sino otros síntomas, an” siedad, sopor, etc., lo que revela que el ganado está enfermo: En caso de duda, dice, que el veterinario debe inclinarse al mal. Dávalos insiste en sus apreciaciones sobre investigación ó examen de las reses. La fiebre misma dice, no es obra cosa que un conjunto de síntomas. - El Dr. Casuso hace presente, que á pesar de la llamada pre- sidencial, no se encausa la discusión sobre el punto fundamen- tal Ó sea la creación de la Escuela veterinaria. Se extiende en consideraciones sobre su utilidad, su urgen- cia y sa complemento que es el laboratorio. Hace también consideraciones sobre las condiciones pésimas en que se coloca el ganado que se importa, sobre la falta de toda higiene en los corrales de depósito, etc. El Veterinario señor Lainé, expone que en informes oficiales ha expuesto lo que acaba de referir el Dr. Casuso. La falta de higiene es tan grande, que el ganado no tiene ni agua que beber. Entre las medidas prácticas para evitar el carbunclo, entien- de no suficiente la inspección en corrales, y sí únicamente la vacunación; las reses deben venir vacunadas ó serlo en el mo- mento de llegar. Expone que el Dr. Etchegoyhen, cumple bien la inspección que realiza en el Matadero, pero eso no evita lo que se necesita. San Martin, Dávalos, Santos Fernández y Coronado, entran en consideraciones y razonamientos acerca del valor de la va- cunación, sa modo de adquirirla y prepararla, en cuya vía se está ya en el Laboratorio de la Crónica Médica y lo que su uso significa para el porvenir de Cuba. El Dr. Acosta, toma parte en este estremo y expone también los trabajos que sobre vacuna están ¡haciéndose en el Labo- ratorio. Se conviene, á virtud de esclarecimiento de la Presidencia, que al trabajo de los Dres. Acosta y Dávalos, se fije como cri- terio científico la vacunación como único medio eficaz de evi- tar el carbunclo. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 51 - Así se acepta y por unanimidad se aprueban las conclusio- nes del trabajo que se acaba de citar, haciendo suya la Acade- mia, la propuesta formulada acerca del establecimiento entre nosotros de una Escuela de Veterinaria. Se dió por terminada la sesión. CORRESPONDENCIA Junio 27.—Oficio á la Secretaría de Agricultura, Industria. Comercio y Obras Públicas, remitiéndole el informe que solici- ta sobre utilidad de plantaciones de Eucaliptus. Sesión pública ordinaria del 9 de Julio de 1899. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Tamayo (Presidente) Santos Fernández, Palacio, Cubas, Delfin Etchegoyhen, T. Coronado, Acosta, la Guardia, Valdés Ragués, Dávalos, Vil- dósola y Hernando Seyuí, (Secretario). SEÑORES VISITANTES: Dres. Edelmam, Ortíz, Lainé, Cabrera, Mr. Davis, Amestoy y E. Nuñez. Abierta la sesión á la hora de costumbre, fué leida el acta de la anterior que, con ligeras modificaciones en su redacción pedidas por los Dres. Etchegoyhen y Dávalos, para mejor inte. ligencia de los conceptos por ellos emitidos, fué aprobada. Antes de entrar en la orden del día, pile la palabra el Dr. Palacio, para presentar una moción sobre un asunto que estima de capital importancia, el Decreto que se acaba de expe: dir regulando las incorporaciones de títulos extranjeros en nuestra Universidad. Pide á la Academia el nombramiento de una Comisión, á fin de recabar la modificación del Decreto : en el sentido de que los ejercicios en las Facultades de Medi- cina y Farmacia, se hagan precisamente en español, tal como se ha dispuesto para los de la Facultad de Derecho. El Dr. Hernando Seguí, manifestó que los (laustros de esas 52 ANALES DE LA ACADEMIA Facultades así lo habían pedido á la Secretaría de Instrucción Pública, en el informe que de ellas solicitó sobre ese asunto. El Dr. Vildósola, dice que el referido Decreto, le satisface en absoluto porque en él se exigen todos los conocimientos que son necesarios para ejercer la profesión y por lo que res- pecto al idioma cree que este es indiferente en Medicina pero no en Derecho, porque en unos Estrados podría darse el caso de que los Jueces no entendiensen al letrado; cree que nom- brar la Comisión es hacer obstruccionismo. El Dr. Valdés Ragués, expone: que la Ciencia es liberal y que no deben ponerse cortapisas á los que nos abrieron las puertas en su pais durante la emigración. El Dr. Palacio, contesta al Dr. Vildósola, que á pesar de las condiciones exigidas en el Decreto para la revalida y de la rectitud de los Tribunales, él teme que sufran los perjuicios los Médicos del País, si los exámenes no se hacen en español, y al Dr. V. Ragués, que él está por la liberalidad; pero no por abrir todas las puertas. El Dr. Dávalos, dice que la cuestión presenta dos aspectos: el científico y el industrial y que si desde el primer punto de vista, Cuba debe abrir todas las puertas, mo así desde el segundo; pregunta luego ¿cómo despachará un farmacéutico cubano una fórmula escrita en inglés? El Dr. Vildósola, cree ver en los temores del Dr. Palacio, una censura al Claustro de Medicina. El Presidente le ruega no toque ese punto por ser enojoso y ageno á la cuestión que se discute; el Dr. Vildósola, accede gustoso y continua diciendo que el único argumento de valor, á su juicio, es el expuesto por el Dr. Dávalos: pero que tam- poco tiene fuerza dicisiva porque casi todos los americanos recetan en latín y porque, aunque lo hicieran en inglés hoy todas las farmacias pueden despachar esas recetas. El Dr. Valdés Ragués, insiste en sus anteriores manifes- taciones y agrega que no es la Academia la llamada á entrar en ese asunto porque es un cuerpo consultivo y no adminis-. trativo. El Dr. Santos Fernández, manifiesta haber tratado ya esta cuestión en la Asociación Médico-Faurmacéulica y entiende DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 53 que debe explorarse la voluntad de todos los Médicos y pro- ceder la Academia de acuerdo con ella. El Presidente resume la discusión diciendo: que hay una disposición oficial que ha motivado la proposición del Doctor Palacio: que la práctica seguida en los Estados Unidos no puede ilustrar el punto debatido porque cada Estado hace lo que cree conveniente; en New York, se exige el examen en inglés y por escrito en tauto que en la Florida, se puede hacer en español; que como ha dicho muy bien el Dr. Santos Fer- nández, los Médicos y Farmacéuticos deben intervenir en este asunto, porque les interesa en sumo grado y estima como el medio mejor para conseguirlo el de ponerse al habla con la Sociedad de Estudios Clínicos y con la Asociación Médico-Far- macéutica, pues así se conocerá la opinión de todos los Médi- cos y Farmacéuticos en ejercicio civil. Propone en consecuencia, creyendo interpretrar así el pensa- miento del Dr. Palacio, y de la mayoría de la Academia, que se reunan el próximo Domingo, los Académicos con los miembros de las Asociaciones ya citadas y los profesores de ciencias y filosofía y letras, así como los demás profesionales que deseen concurrir para el referido objeto, previa invitación por la Prensa. El Dr. Santos Fernández, advierte que estando presente el Dr. Coronado, Secretario de la Asociación Médico-Farma- céutica, podía encargarse éste, de traer á la Academia el dic- tamen de la misma. El aludido contesta que eso no es posible porque la Asocia- ción Médico-Farmacéutica no ha tomado todavía acuerdo alguno sobre el asunto. El Presidente formula de nuevo su proposición que fué - aceptada por unanimidad. Entrando en la orden del día, el Dr. Palacio, lee una nota clínica sobre un caso de “hidrocele enquistado espermático, transformado en hematocele”, que mereció felicitaciones de la Presidencia. Inmediatamente después, sube á la 'Pribuna el Dr. Delfín para leer una cartilla popular titulada “Cuidado con la Hgis”, : 54 ANALES DE LA ACADEMIA Antes de hacerlo expone que su objeto es más bien que solicitar la sanción de la Academia el de oir las observaciones que su lectura pueda sugerir á los Sres. Académicos, pues está dispuesto á modificarla, si es necesario, para que resulte más adecuado al fin que persigue, que no es otro que el de po- ner en conocimiento del pueblo las nociones higiénicas más indispensables para evitar el contagio de la tisis: que repite en su trabajo tanto como lo considera necesario para que queden grabadas en la mente de las clases populares aquellas precau- ciones ó consejos que estima más importantes. Añade que considera de gran utilidad la vulgarización de la Higiene en esa forma y recuerda que publicó años pasados una cartilla para la propagación de la vacuna, cuyos resultados superaron á sus esperanzas, pues tuvo la inmensa satisfacción de vir de los profesores encargados de los centros de vacunación, que muchas habían acudido á solicitar el virus inmmunizante llevando en la mano la susodicha cartilla. Lee su trabajo y concedida la palabra por el Presidente, ha- ce uso de ella el Dr. Etchegoyhen, para felic:tar al Dr. Delfín y darle los siguientes datos: 1? Quees mucho el amor que tienen las familias á los animales pequeños y que eso es sumamente peligroso, pues él ha visto muchos perros pequeños y muchos loros tuberculosos. 22 Que él propuso hace tiempo á la Academia se nombrase una Comisión que solicitara del Alcalde Municipal el empleo de la tuberculina como medio de diagnóstico en las vaquerías; esa Autoridad que era entonces el Dr. Saaverio, nada quiso hacer. : El Dr. la Guardia, pide al Dr. Delfín, que suprima de su trabajo la frase de que el tuberculoso lleva consigo una atmós- fera infectante, porque resulta cruel para los pobres enfermos, sin ser necesaria, puesto que sólo el esputo es contagioso y que donde dice que la tuberculosis es la enfermedad más genera- lizada agregue que es también muy cnrable y esto último subrayado. Dice además que no es cierto que por la inyección de la tu- berculina mueran rápidamente las vacas tuberculosas. El Dr. Dávalos, expone que el individuo afectado de tuber- culosis sólo es'peligroso cuando existe comunicación entre el BE CIENCIAS MEDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 55 foco tuberculoso y los bronquios y que en este caso lo es siem- pre que habla aunque esté á un metro de distancia y hasta á metro y medio según algunos; siendo lógico admitir que en la saliva que pueda salpicar se halle el bacillus de Koch. | El Dr. Delfín, acepta para su trabajo los datos que le sumi: nistra el Dr. Etchegoyhen; está dispuesto á complacer al Doc- tor la Guardia, suprimiendo la frase que le indica y agrega que en lo referente á la tuberculina él no ha dicho que las vacas tuberculosas mueran por su acción sino que se agravan. Dice haber leido los trabajos á que se ha referido el Doctor Dávalos, y cree que hay algo de exageración en ellos; pero que tratándose de evitar un contagio es preferible extremar la nota alarmista para mayor seguridad. El Presidente dice, que el Dr. Delfín realiza una obra bue- na, útil y en extremo plausible, por la cual le felicita cordial. mente, congratulándose él á la vez por haberle pedido que tragera á la Academia esos trabajos de popularización de Higiene. Concluye estimulándolo para que continúe presentándolos en obsequio de este pueblo tan desgraciado. Terminado con esto la orden del día, el Dr. Coronado, pide la palabra y expone, que estando acostumbrado á que se enoja- sen las Autoridades cuando directa ó indirectamente se las criticaba Ó sensuraba, había tenido que ver con gusto, que el General Rego, concurriese 4 nuestra última sesión, no para excusar la inacción del Ayuntamiento de la Habana en lo referente á Corrales del Matadero, simo con el propósito de informarse minuciosamente de lo que ocurría en los corraleg citados, habiendo suplicado además á él y al Dr. Casuso, que le acompañasen á visitarlos. Relata el Dr. Coronado la visita referida, que se realizó aque- lla misma tarde, encontrándose los lugares referidos en las mismas desastrosas condiciones en que se hallaban durante el régimen español. Siguió la visita hasta el Luyanó, uniéndo- sele entonces el Dr. Davis, á quien suplicó viniese á esta Corpo- ración y quien hubo de prometer su visi'a y así también ofre- cer secundar la labor que aquí se realizaba. Una pequeña aclaración del Dr. Acosta, que entiende el Dr. Coronado, proponía adición á su trabajo ofrecido sobre el 56 ANALES DE LA ACADEMIA carbunclo, da lugar á aclaraciones por parte del Sr. Presiden- te, quien, al aceptar los ofrecimientos del mayor Davis, le da las gracias más expresivas, baciendo constar la satisfacción con que vé la Academia, la asistencia del citado Señor, 4 estos deba- tes que tienen por finalidad la salud pública. Eran las 4 de la tarde y con ello quedó cerrada la sesión. CORRESPONDENCIA Julio 6.—Comunicación al Sr. Alcalde Municipal de esta capital, indicándole las medidas que debe de tomar sobre el canbunclo en el Rastro y Corrales. MOVIMIENTO DE LA BIBLIOTECA “Crónica de los Niños pobres”, de Caracas, n? 123. “Gaceta Médica”, de México, n* 10, 11, 12 y 13. - “Boletín de la Real Academia de Ciencias y Artes”, de Bar- celona, n? 21. “Boletín del Consejo Superior de Salubridad”, México, n? 11. “Revista de Medicina Contemporánea”, Madrid, n* 261. “Carta Pastoral”, del Exmo. é Ilustrísimo Sr. Dr. D. Manuel Santander y Frutos. “El Economista”, Madrid, n? 647. “The Sanitarian”, New York, n? 356. “La Gestión Municipal en los Mataderos de la flabana”, por Tomás Mederos, 1899. “Anales del Museo Nacional de Montevideo”, tomo 22 1? 11. | MES Les Actions Moleculaires dans I'organisme”, n? 4, “Scientia La Coagulation du Sang”, n? 5. “Revista de Construcciones y Agrimensura”, n? 7. “Correo Internacional Odontológico y Clínica Dental”, n? 36. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 57 EL CARBUNCLO EN LA HABANA Por los Dres. Dávalos y Acosta — El día 6 de este mes recibimos del Sr. Etchegoyhen, profesor Veterinario del Rastro de la Habana, la siguiente carta: “El tipo fulminante que reviste la mortandad del ganado de importación, nos trae grandemente preo- cupados. “Hasta ahora ningún Veterinario ha recurrido al examen bacteriológico, para diagnosticar con fijeza la enfermedad que sufrieron, por lo que envío á Vdes., sangre de un novillo tejano, muerto repentinamente esta mañana, en el Matadero, para que me digan si en ella existe germen patógeno, al cual podamos imputar la causa mortífera. “Por mi parte he de hacer investigaciones con el mismo fin. “También por orden de Mr. Davis envío sangre de ese animal al Dr. Meachan, jefe de Sanidad del Hos- pital “Alfonso XIII.” Espero de su bondad me remitan cuanto antes su opinión.” Inmediatamente procedimos á las investigaciones necesarias y que vamos á someter á la ilustrada consideración de esta Academia. Abierto el tubo pipeta de cristal donde venía la sangre hicimos varias preparaciones para examinar- las al microscopio, las que coloreamos con carbol, fus- china y ptionina. En todas encontramos gérmenes p arecidos á la hbacteridia de Davaine que nos obligó á investigaciones de comprobación. Después de hacer siembras directamente de la san- ere á tubos de caldo v agar, éstos últimos en series nn” 58 AÑALES DE LÁ ACADEMIA —método de dilución —mezclamos con un gramo de caldo la sangre que quedaba—un gramo exactamen- te y el total—2 gramos— lo inoculamos á un curiel de mediana talla. El animal una hora después se ponía enfermo (11 de la mañana) respiración anhelosa, triste, quejum- broso y sin apetito, muriendo á las cinco de la tarde. Invitados los Sres. Etchegoyhen y Lainé, presencia- ron la autopsia que reveló edema en el sitio de la inyección, sangre estravasada en los tejidos, conges- tiones generalizadas, descomposición rápida del animal. Investigada la sangre del corazón, nada se encon- tró en ella, dándonos cuenta que el curiel había muer- to seis horas después de la inoculación por intoxica- ción, puesto que la cantidad de sangre inyectada fué exagerada y la muerte tenía que ocurrir antes que aquélla infectara al curiel y provocara la presencia del germen carbuncloso en su sangre. Hicimos, no obstante, siembras en medios sólidos y líquidos de cultivos. Al siguiente aña los tubos que habíamos sembrado con la sangre remitida por el Sr. Etchegoyhen habían germinado mostrando el germen carbuncloso en su forma filamentosa. De los tubos sembrados con la sangre del curiel se obtuvo en uno colonias del germen á pesar de no ha- berlos encontrado directamente en la sangre, en las preparaciones que hicimos. Uno de los tubos de agar sembrados el primer día, nos sirvió para la inyección de un segundo curiel, pe- ro también abusamos de la cantidad, pues disolvimos en un poco de caldo todas las colonias de aquél é inyectamos al animal un gramo. Estas vacilaciones en la cantidad tenían por causa el deseo de terminar pronto las experiencias para emitir informe, pero como no resultaba nuestro propósito procedimos con más calma. El día 10, por la mañana, tomamos un cultivo en caldo de 48 horas, obtenido deun tubo de agar sembra- do con sangre del novillo: 25 centígramos de este cal. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 59 do fué inoculado á un tercer curiel de buen tamaño, el cual murió dos días después, á las 48 horas de inyectado. En el sitio de la inoculación pudo comprobarse el edema gelatinoso característico, y en la autopsia las lesiones que produce la infección por carbunclo. Reco- gida del corazón sangre, pudo comprobrarse la bac- teridia de Davaine, así como su forma filamentosa al día siguiente en todos los cultivos que se hicieron en caldo y agar. Quedamos pues, seguros de que la sangre remitida por el Sr. Etchegoyhen pertenecía á un animal que había muerto en el Matadero á consecuencia del car bunclo y así se lo manifestamos por eserito. Haciendo un resumen tenemos: comprobación de la bacteridia en la sangre remitida. Comprobación de su forma filamentosa en los cul- tivos de agar y caldo. Muerte de dos animales por intoxicación sin gérme- nes extraños en la sangre. Inoculación con cultivos obtenidos de la sangre á un tercer curiel. Comprobación de la bacteridia en la sangre de este curiel y de su forma filamentosa en los cultivos de agar hechos con la sangre del curiel. * * * Pocos días después, el 13, recibimos otro tubo con sangre remitida también por el Sr. Etchegoyhen. Procedía de otro animal que había muerto en «el Matadero y no fué recogida inmediatamente después de la muerte, sino muchas horas más tarde. Venía in- fectada á tal grado, que no fué posible aislar el ger- men patógeno á pesar del empeño en lograrlo: todas las siembras que se hicieron por dilución fueron inútiles, pues los saprofitos se encargaban al germi- nar rápidamente de impedir la germinación de los que se buscaban. No quisimos inocular animales por la misma razón. Una sangre así infectada tenía que matar por septi- 60 ANALES DE LA ACADEMIA semia como sucedió al conejo que imoculó el señor Etchegoyhen. Según se desprende de lo expuesto anteriormente, el carbunclo existe actualmente en la Habana y aún cuando hay referencias de que en otras provincias también hace estragos, debemosno autorizarlo, toda vez que nuestras noticias se limitan al hecho de mo- rirse el ganado, pero sin comprobación experimental niguna, único medio de llegar al esclarecimiento de la verdad. “Ahora bien, el hecho de que en el Matadero de la Habana mueran reses de fiebre carbunclosa proceden- tes de ganado importado de Texas y otros territo- rios, hace suponer que parte de ese ganado que á diario entra por el puerto de la Habana ó por los del resto de la Isla, y que se traen con destino á la faenas agrícolas, puedan igualmente estar infectados, y por tanto morirse también de carbunclo. Así pues, lo que de verdad queda, es que la terrible epizootia nos ha invadido en los momentos más crí- ticos, pues el país necesita recontruirse, y por ella encontrará serias dificultades para lograrlo. Se impone el grito de alarma que damos con tanta más razón cuanto que el peligro se nos acerca y amenaza nuestras vidas. El carbunclo, enfermedad propia de algunos anima- les, es contagiosa para el hombre en alto grado, y todas las medidas que se tomen son pocas para evitar que dicha apizootia produzca víctimas hu- manas. -El hecho de haber muerto más de una res en el Ma- tadero de la Habana y que en una se haya compro- bado la enfermedad que nos ocupa, nos hace pensar que muchas de las reses sacrificadas para el consumo lo han sido, estando ya infectadas, y pensamos así, porque la que fué objeto de nuestra investigación, lo estaba y pronto iba á ser sacrificada. Después de estas consideraciones que envuelven una acusación, nosotros debemos justificar nuestros temores. El Matadero de la Habana ha sido, hasta hace po- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 61 co, uno de los muchos antros de podredumbre moral y material que avergonzados teníamos que ocultar á la higiene y al progreso científico. En poder de la ambición, del monopolio y de la ignorancia era máútil señalar los peligros que ofrecía. Teníamos que con- formarnos para que la costumbre nos sirviera de bue- na excusa. Y llegamos á lograrlo, contemplando, día tras día atan á ese monstruo de maldad y mi- sería humana que se llama Matadero. Pero hoy que podemos libremente emitir nuestra op1- nión, que abrigamos la esperanza de mejores tiempos, y que confiamos en que esta Corporación haga suyo el trabajo después de modificarlo á la altura de su pres- os vamos á señalar algunas medidas que se impo- nen respecto al Matadero, sugeridas por el peligro que ofrece la infección carbunclosa. Nada diremos respecto á las condiciones de aquel establecimiento, respecto á su emplazamiento, distri- bución de departamentos, condiciones samitarias, ete., etc., porque esto incumbe al Ayuntamiento de la ciudad y hay que esperar mucho de una Corpora- ción formada por personas prestigiosas éinteligentes, como las que hoy rigen nuestros destinos. Sólo nos ocuparemos de la inspección local del Ma- tadero. La realizan dos personas veterinarios, uno de ellos, miembro de esta Corporación. Dichos profeso- res tienen que inspeccionar de 150 á 200 reses que se sacrifican diariamente y hacerlo 'con exquisito cuidado en muy poco tiempo. Fácilmente se comprenderá lo imposible y defectuo- sa que ha de ser esta inspección, y la ninguna respon- sabilidad científica que cabe á los profesores encarga- dos de ella; pero, precisamente por esto es que creemos urgente se modifique cuanto «antes dicho sistema de inspección. Los profesores del Matadero, para poder comple- es la imspección necesitan un Labotatorio donde 'alizar los exámenes microscópicos é investigaciones oro itaitón Ahora bien, ¿pueden dos veterinarios solamente hacer este dolle: servicio? ' 62 ANALES DE LA ACADEMIA Desde luego que no: por eso es indispensable: lo Que el Ayuntamiento aumente el número de veterina- rios hasta cinco, por lo menos que puedan á concien- cia examinar el ganado y librarse algunos de ellos las investigaciones de Laboratorio. 20 Que monte un Laboratorio en forma, donde puedan aquéllos disponer de todos los aparatos necesarios é indispensables para los trabajos de bacteriología. De esta manera la inspección se hará de verdad, sepo- Sres separar todas las reses sospechosas, examinar- las detenidamente y utilizarse las que deban aprove- charse para el consumo. Se evitará el sacrificio: de reses enfermas, se tendrá la seguridad que el ganado destinado al consumo público « está libre de todo peli- gro y se podrá también, compr obado lo: con- trario, exigir responsabilidades á quien ó quienes corresponda. Ahora bien: hay que tener en cuenta que el nuevo personal que se escoja sea competente, pues no debe- mos olvidar las protestas de algunos veterinarios cuando nosotros en otros tiempos denunciábamos la existencia del muermo y otras epizootias, que dos por lo menos conozcan bien la bacteriología á fin de que puedan hacer á conciencia el diagnóstico de la en- fermedad que padezca el ganado. Que se ponga á disposición de ellos como hemos dicho un Laborato- rio de bacteriología completo, pues con un mierosco- pio solamente, como se ha hecho, es imposible que los profesores que hoy están al frente dela inspección, á pesar de sus conocimientos, puedan realizar ningu- na investigación pr ovechosa al diagnóstico de las enfermedades del ganado. De no ser así, nada se conseguirá: un examen clínico de la res poco evita, se necesita investigar la sangre, las secreciones, Ó los tejidos para que se pueda evitar el peligro. Y es indispensable saber cómo se hacen estas inves- tigaciones. En bacteriología es muy fácil el error si no se tienen verdaderos conocimientos. Todos los gérmenes se parecen dentro de sus grandes agrupa- 0] DE CIENCIAS MÉDICAS, PÍSICAS Y NATURALES 68 ciones y nada más fácil que confundirlos. El olvido de un detalle en la técnica, lleva muchas veces al in- vestigador inesperto al error ó lo aparta del verda- dero camino, demorando el resultado de la inves- tigación. En apoyo de esto, basta fijarse en las dos investi: gaciones que hemos realizado. En la primera sangre encontramos la bacteridia pura sin que la acompañaran otros gérmenes: las siembras en medios de cultivo, y las inoculacioñes á animales, completaron y autorizaron el diagnóstico. En la segunda sangre muy infectada, encontramos una variedad infinita de gérmenes que imposibilitaba hacer el diagnóstico rápido, é imponía otra vía de in- vestigación para llegar á la clasificación de los gér- menes inofensivos de los saprotitos y delos patógenos, aerobios ó no, á fin de seleccionar y encontrar el que había producido la muerte del animal. A pesar de todo lo que hicimos no fué posible aislar el germen. Se vé, pues, claramente cómo dos investigaciones encaminadas al mismo fin, exigen derroteros distin- tos, y cómo es necesario estar bien preparado para no cometer errores que pueden ser trascendentales, tra- tándose de esclarecer hechos que se rozan con la salud pública. A nuestro Ayuntamiento y á los Sres. veterinarios pues, corresponde ahora evitar los desastres que la infección carbunclosa puede ocasionar. Aquél, hacien- do las mejoras que hemos indicado, éstos poniendo á contribución sus conocimientos científicos, más como entendemos que la misión del veterinario ha de ser en lo adelante sumamente útil y necesaria á este país, que el número de éstos es reducido y que no todos si- guen la corriente del progreso científico, proponemos á esta Corporación, que tome la iniciativa para ges- tionar la creación de una Escuela de Veterinaria, nombrando una comisión de su seno que de ello se ocupe activamente. Hay que tener presente que la riqueza de este país, eminentemente agrícola, así lo exige, y que actual- mente, con honrosas excepciones, está en poder de 64 ANALES DE LA ACADEMIA e albéitares ó herradores con títulos, mal preparados para resolver científicamente los trascendentales problemas que ella demanda. Pero aparte de esta consideración, debemos pensar que si no se funda la Escuela de Veterinaria, los cuba- nos que quieran dedicarse á esta profesión, tienen que estudiarla fuera de su país, ó nos resignamos á que, veterinarios extr anjeros la ejerzan siempre entre nosotros, con grave perjuicio de nuestros intereses científicos. $ * % Aquí, debíamos teminar nuestro trabajo, pero la casualidad nos ha proporcionado nuevos datos y te- nemos que agregarle algunas líneas más para demos- trar que nuestros temores no eran infundados, que debemos temer á la epizootia que nos amenaza y que las medidas que se tomen han de ser con urgencia, inmediatamente. El jueves de esta semana, día 22, el Dr. Hilario Can- dela nos avisó por la noche, que estaba asistiendo á dos enfermos sospechosos de pústula maligna. Nos citamos para el siguiente día, y en unión de aquel compañero y del Dr. Vila, fuimos á verlos á la estancia Padre Valdés; situada en el Luyanó, donde reciden. Uno de ellos—José Pérez López—presenta la pústula en la mejilla derecha y el otro—Antonio Pérez. López —en el antebrazo izquierdo, cara anterior. El primero, por el edema que tiene, está considera- hblemente desfigurado, en el segundo la reacción es menor. De los datos que recogimos, "resulta, que Antonio hace siete días notó un pequeño punto rojizo con dos flictemas que fueron extendiéndose hasta llegar al grado que hoy presenta, y que José está enfermo des- de hace cuatro días. Este, sin embargo, está más seriamente amenazado que el anterior. Posterior- mente hemos sabido por el Dr. Candela, que éste sigue mejor que el otro. Nos refieren que hace doce días murió en la finca DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 65 una res con hemorragia uretral y rectal, y que ellos mismos la sacaron para botarla, y con seguridad, aunque ellos no lo confiesan, la despojaron del cuero, pero que por los alrededores hay varias fincas donde vienen muriéndose desde hace muchos días numero- sas reses. Al frente de esta estancia hay un gran co- rral donde se depositan reses, y según nos informaron, allí es donde los ganaderos y encomenderos compran las que necesitan para el Rastro de esta ciudad. Desde hace algún tiempo en ese eorral se muere también el ganado. De las flictemas que ambos enfermos—hermanos por cierto—tenían en laspústulas, hicimos preparacio- nes en cubre-objetos para examinarlas en el Laborato- rio, y además siembras en tubos de agar. Los Dres. Candela y Vila, cuidaron de cauterizar las pústulas después con el termo cauterio, operación que realizaron con toda la energía que el caso exige. Examinadas en el Labor atorio las preparaciones, después de coloreadas, demostraron la bacteridia de Davaine, cuyo germen también se ha encontrado en las siembras que se hicieron en los tubos de agar. Queda plenamente demostrado que el carbunclo existe en la Habana, y que su trasmisión á dos individuos nos advierte el peligro que corremos. < * Discutido ampliamente el anterior trabajo en la Academia, fué aprobado porunanimidad, acordándo- se que se pasara copia al Ayuntamiento de la. Haba- na de sus conclusiones, para que esta Corporación resuelva el problema como lo exigen la salud del pue- blo, la: riqueza del país y la cultura científica del mismo. He aquí las conclusiones: 1* Es indispensable que la inspección del Rastro de la Habana se haga por cinco veterinarios por lo me- nos, que puedan atender convenientemente el ganado destinado al consumo. 2% Queá este ganado que va á sacrificarse se le 08 ANALlis DÉ LA ACADEMIA examine la temperatura por medio del termómetro á fin de separar todas las reses que acusen la más lige- ra elevación de temperatura. ] 3% Que la práctica del termómetro garantizará el estado de salud del animal, permitiendo que los enfer- mos sean separados, para que en el Laboratorio se compruebe ó no la existencia de sion enfermedad contagiosa. 4 Que es de necesidad montar un Laboratorio á os de los veterinarios del Rastro á fin de que puedan en él realizar las investigaciones que dejamos indicadas. 5% Que procede realizar serias modificaciones en los corrales del matadero, en los de Luyanó y sobre to- do, en los del puerto, que destinados á recibir gran número de reses, no reunen condiciones higiénicas y son por el contrario verdaderos focos de infección. 6% Que se haga una amplia información para co- nocer los lugares infectados por reses carbunclosas y proceder á dictar las medidas de aislamiento, limita- ción de foco, ete., etc., para lo cual sería indispensable que las autoridades locales exigieran á los dueños de eanado la declaración obligatoria de todo caso de enfermedad ó muerte. + 7% Que se hagan hornos de cremación próximos al matadero para la incineración de las reses carbunclo- sas y obligar en el campo á que las reses muertas se entierren profundamente. 8* No olvidar que los barcos transportes de reses son campos malditos donde un ganado sano puede infectarse y exigir que aquéllos camplan los requisitos que imponga la policía sanitaria. 9*% Que la vacunación considerada hoy como el me- jor medio profiláctico de esta afección se practique á todo el ganado que se importa, á fin de extmguir la epizootia en poco tiempo, y no tener que recurrir á limitar la importación tan indispensable para la reconstrucción del país. . DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 67 A Informe sobre la utilidad de plantaciones de Eucaliptus POR EL DR. ARTURO BOSQUE Sr. Presidente, Sres. Académicos, Señores: La Secretaría de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas envió á esta Mustrada Corporación en 24. de Abril una comunicación acompañada deuna Memoria, solicitando en la primera se le informe res- pecto á la utilidad de plantaciones de Eucaliptus á que se refiere la segunda. En dicha Memoria, que el autor designa con elnom- bre de “El Encaliptus” y que consta de 42 cuartillas, se da á conocer primeramente su origen é€ historia; luego entra de lleno en la vida del vejetal, explicando su crecimiento, terreno y localidad, propagación y finalmente la utilidad que prestan sus maderas. El Eucaliptus, triple conquista de la Bolañiza, de la higiene y de la: agricultura, es escencialmente útil. Sus beneficios son tan grandes, sus ventajas son tan preciosas, queesta utilidad siempre estará manifiesta. Se conocen hasta 150 especies, la mayor parte aus- tralianas, pertenecen al género Mirtaseas, subtriten de las Eucalipteas. El Eucaliptus jigante de la Aus- tralia es á veces un coloso de una talla fantástica de más de 300 pies, que cubriría con sus ramas el Pan- teón. Muy rara hoy esta mágica especie. -Habla- remos solamente de los que alcanzan menor altura. La primera propiedad del Eucaliptus es la de ab- sorver los miasmas impuros con la humedad malsana del suelo. Asíes como en las puertas de Roma los trapenses, en las Tresfuentes, han saneado el campo romano de los miasmas pestilenciales plantando allí cien mil Eucaliptus, hoy magníficos. Muchas ciuda- des de la Argelia deben también su rápido saneamien- to á las plantaciones de Eucaliptus. Y se explica que así resulte, porque estos árboles de crecimiento rápido y gran elevación, poseen raices que penetran profun- damente en la tierra, absorven grandes cantidades de agua y contribuyen á la purificación y frescura de la 68 ANALES DE LA ACADEMIA atmósfera, saturándola del agua pura y embalsa- mada exhalada en estado de vapor por las hojas. Esta emanación aromática 'se percibe 'á gran distan cia de los bosquecillos de Eucaliptus, sobre todo, cuando el aire agita las hojas de estos árboles. Las primeras observaciones hechas en Europa so- bre las propiedades medicinales del Encaliptus glóbu- los datan del año 1865. Las experiencias de muchos terapéuticos han demostrado después, que sí bien es útil el Eucaliptus para combatir las fiebres intermi- tentes, su impor tancia no es tanta que pueda reem- plazar la quina como se creyó en un prineipio. Sus propiedades antisépticas, estimulantes y diaforéticas, así como su utilidad contra las afecciones crónicas de la mucosa respilaria, están mejor demostradas que sus propiedades febrífugas. Las hojas exhalan un olor aromático muy fuerte cuando se les frota y la sustancia de mayor impor- tancia contenida en ellas es un aceite volátil, que se separa por destilación, al que Cloez, que lo obtuvo:el primero, llamó Encaliptus. Su madera es muy buscada para construcciones navales, por ser al parecer la única no atacada por la carcoma, esos parásitos ínfimos y formidables, cala- midad de los barcos, de los cuales hacen ellas un encas je y una esponja. Como madera de empedrado el Eucaliptus es de una resistencia y de una duración incomparables. La abundancia y el perfume de sus flores propor- cionan á las abejas un alimento exquisito, que produ- ce uma miel más delicada quizás que la miel de las la- vandas y romeros. Teniendo en cuenta todo lo que acabamos de enu- merar, creemos se pueda contestar á la consulta hecha en la siguiente forma: Las plantaciones de Eucaliptus son muy útiles, pues la celeridad conque crecen y la gran cantidad de- agua, que absorven, explican, en parte, su fluencia en la” desecación de los pantanos, al mismo tiempo que sus emanaciones balsámicas ejercen acción saludable en las regiones en donde se cultivan, DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 69 BIBLIOGRAFIA Hemos recibido el Anuario de Agricultura corres- pondiente á 1898, que publica periódicamente el De- partamento de Agricultura de los Estados Unidos. Teníamos ya en nuestra Biblioteca el de 1896; y ahora hemos suplicado se nos remitan los anteriores y el de 1897. La publicación nos ha parecido interesantísima. En el libro que tenemos á la vista, bien impreso, con ilus- traciones y de 767 páginas se encuentran estudios y datos de gran valía, que pueden aprovecharse en nuestro país. Comienza por la relación sumaria y en estilo seve- ro, que hace el Ministro de Agricultura, en que da cuenta de los trabajos realizados en las distintas sec- ciones agrícolas. Por ella se vé que allí se han ocupado en observa- ciones meteorológicas, fisiología y patología vege- tal, mercados extranjeros, estudios biológicos, explo- raciones científicas, que han producido una colección de semillas y plantas de Rusia, paises del mediterrá- neo, mares de la China y Sud América, tabaco, pas- tos, química económica, estadística de las cosechas, caminos, estaciones experimentales, agricultura en las escuelas, industria animal, inspección de mercan- cías extranjeras, jardines, librería, exposiciones, ex- portación de quesos, etc., etc. El Ministro dice, entre otras cosas: “La reciente adquisición de territorio bajo el gobierno de los Esta- dos Unidos, hace que las islas de suelo excesivamente productivo y de vital importancia tengan un sistema propio de relación de sus cosechas.” Presenta luego el libro algunos tipos de colegios agrícolas en los Estados Unidos, en que se notan "los 70 ANALES. DE. LA. ACADEMIA —— a de Michigán, Kansas, Yowa, Pensilvania y Ala- bama. ' Hay un trabajo de Palmer, sobre el peligro de introducir animales nocivos á la agricultura, como ratas y ratones, monguso, (herpestes mungo), cone- jos, hurones, comadrejas, gorrión inglés, estornino, mina, etc. Otro trabajo de Schweinitz sobre la preparación y uso de la tuberculina. Otro de Howard, sobre los insectos que destruyen el tabaco y la manera de ex- tirparlos. Otro de Saunders, sobre la poda de árbo- les y el modo de trasplantarlos. Otro de Dewey, sobre yerbas nocivas. Se encuentran además importantes estudios sobre fisiología y patología vegetal, sobre bosques, sobre exploración de las capas superiores de la atmósfera por medios de papalotes especiales, sobre la manera de alimentar el ganado con los residuos del azúcar de remolacha, sobre pájaros que destruyen las yerbas nocivas, sobre insectos injuriosos al cultivo de gra- nos, etc. : Se lee también un escrito curioso de Dodge, sobre caminos de acero, cuyos ensayos han producido los mejores resultados. Los que acudan á esta Biblioteca podrán apreciar por sí mismos el valor indiscutible de la publicación de que damos cuenta en esta simple nota. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 7% JUNTA DE GOBIERNO, SaUGIONzS Y CONO PARA EL BIENIO DE 1899 A 1901 DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA FIN TA “DE COBLIERIO PRESIDENTE Dr. Diego Tamayo. VICE-PRESIDENTE Dr. José I. Torralbas. SECRETARIO GENERAL Dr. Gustavo López. SECRETARIO DB LA CORRESPONDENCIA Dr. Domingo Hernando Seguí. VICE-SECRETARIO Dr. Julio San Martín. TESORERO Dr. Francisco I. de Vildósola. BIBLIOTECARIO Dr. José María Céspedes. CONSERVADOR DEL MUSEO Dr. Enrique Poey. DIRECTORES DE LOS ANALES Dr. Gustavo López. Dr. José María Céspedes, , , De. ” Dr. )) ,) ,) 12 2 ANALES DE LA ACADEMIA ; CA EE Sección 1?--Medicina, Cirugía y Veterinaria Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. . Diego Tamayo. Secretario.—Dr. Joaquín Jacobsen. Enrique Saladrigas. Antonio de Gordon de Acosta. Antonio de Gordon y Bermúdez. Raimundo de Castro. Gustavo López. Antonio D. Albertini. Gabriel M* García, José I. Torralbas. lenacio Plasencia: José R. Montalvo. Joaquín Diago. ,, . Vicente de la Guardia. Domingo F. Cubas. Manuel Lavín. Gabriel Casuso. Alfonso Betancourt. Ignacio Calvo. Rafael Bueno. Tomás V. Coronado. Guillermo Benasach. Vicente Benito Valdés. Gonzalo Aróstegul. Miguel Sánchez Toledo Ramón Palacio. Julio San Martín. Francisco Etchegoyhen. Sección 2*--Farmacia Director.—Dr. Francisco Torralbas. Secretario—Dr. Arturo Bosque. Manuel Delfín. Gastón A. Cuadrado. 3:9 Dr. José J. Rovira. Miguel F. Garrido, Dr. Domingo Hernando Seguí. Sección 3*--Ciencias Físicas y Naturales Director.—Dr. Manuel Aguilera. Secretario.—Dr. Pedro Valdés Ragués. Enrique Acosta. Nicasio Silverio. Enrique Poey. José M* Céspedes. France? I. de Vildósola ,, )) 1 Juan Orús. José Rosado. Juan N. Dávalos. Manuel Solano. Arturo Amigó, DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURÁLES 73 COMISIONES VACUNA Presidente.—Dr. Gabriel M? García. Secretario.—Dr. Antonio Díaz Albertin1 Dr. Vicente dela Guardia. Dr. Gonzalo Aróstegui. ,, Enrique Saladrigas. ,, Antonio de Gordon y Tomás Y. Coronado. Bermúdez. ,», Domingo F. Cubas. y» Joaquín Diago. » José: Torralbas. , Joaquín Jacobsen. Dr. Raimundo de Castro. pS ANATOMIA Y FISIOLOGIA Presidente.—Dr. Antonio de Gordon de Acosta Secretario.—Dr. Guillermo Benasach. Dr. A. de Gordon y Ber- Dr. Joaquín Jacobsen. múdez. y, M. Agmilera. ,, Ignacio Plasencia. ,»» J. N. Dávalos. MM. harían. ., Tomás V. Coronado. Dr. Ramón Palacio. PATOLOGIA MÉDICA Presidente.—Dr. Raimundo de Castro. Secretario.—Dr. Vicente de la Guardia. Dr. V. B. Valdés. Br.,D:. E. (Cubas: ,, G. IrÓpez. ,, T. V. Coronado. ,, J. San Martín. ,, M. Sánchez Toledo. » Ji. SantosrRérnández. ,, Jj. l: Torralbas. ,» J. R. Montalvo. » J. Jacobsen. Dr. Diego Tamayo. 74 ANALES DE LA ACADEMÍA PATOLOGIA QUIRURGICA Presidente.—Dr. Gabriel Casuso. Secretario.—Dr. Joaquín Diago. Dr. J. Santos Fernández. Dr. I. Plasencia 2 ME. La via: :, A. Betancourt. ,, R. Palagjo; ,, A. D. Albertini. TERAPÉUTICA Y FARMACOLOGIA Presidente.—Dr. Manuel Lavín. . . F y Secretario.—Dr. Domingo Hernando Seguí. Dr. F. Torralbas. Dr. G. A. Cuadrado. ,, A.deGordondeAcosta ,, A. Bosque. ,, F. I. de Vildósola. pb 1. Rovia: ss NI. Delfín. 1). ME. Cóspeñes: Dr. M. EF. Garrido. MEDICINA OPERATORIA Presidentc.—Dr. Ignacio Plasencia. Secretario.—Dr. Ramón Palacio. Dr. G. Casuso. Dr. R. de Castro. » J. Santos Fernández. ,, J. Diago. ., A. Betancourt. » Ignacio Calvo. ANATOMIA PATOLOGICA Presidente.—Dr. José R. Montalvo. Secretario.—Dr. Tomás V. Coronado Dr. V. de la Guardia. Dr. V. B. Valdés: DE. «EGtibas: » M.dlayín. » J. Mako: ,, R. Palacio. , A. Betancourt. . “L.oGcalmo: Dr. M. Sánchez Toledo. y Om DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES PARTOS Presidente.—Dr. Gabriel Casuso. Secretario.—Dr. Alfonso Betancourt Dr. 1" Plasencia. Dr. Y. 1 Torralbas. ,, A. D. Albertini. GM. GArcla a E Y COPOA SAO: iy V. de la Guardia. HIGIENE PUBLICA, MEDICINA LEGAL Y POLICIA Presidente.—Dr. José I. Torralbas. Secretario.—Dr. Miguel Sánchez Toledo. Dr. Y. B. Valdés. Dr. M. Delfín. , G. Benasach. » Y: dela Guardia. ,», G. Casuso. ») G. Aróstegui. ,, A. Gordon de Acosta. ,, J. Diago. » J. Santos Fernández. ;, D. E. Cubas. GM. Garcia: mo N. Dávalos. REPAlacio: TES IMIBNtalvo: », G. López. y, J. Jacobsen. ,», TW: Coronado. ,, E. Saladrigas. », E. Acosta. ,», D. Tamayo. MEDICINA VETERINARIA Presidente.—Dr. Francisco Etchegoyhen. Secretario.— (por cubrir). FARMACIA Y QUIMICA LEGAL Presidente.—Dr. José J. Rovira. Secretario.—Dr. Manuel Delfín. Dr. F. Torralhas! Dr. J. M. Céspedes. ,, A. Bosque. ,», EF. I. de Vildósola. , G. A. Cuadrado. ,», D, Hernando Seguí. Dr. M. EF. Garrido. ANALES DE LA ACADEMÍA AGUAS Y -BAÑOS: MINERALES Presidente.—Dr. Manuel Delfín. Secretario.—Dr. Ignacio Calvo. . D. Hernando Seguí. Dr. P. Valdés Ragués. A. Bosque. » J. N. Dávalos. E. Acosta. ,», F. I. de Vildósola. E. Poey. 2... A. Cuadrada REMEDIOS NUEVOS Y SECRETOS Presidente.—Dr. Francisco Torralbas. Secretario.—Dr. Arturo Bosque. . V. de la Guardia. Dr.J. J. Boya. M. Delfín. , D. Hernando Seguí. G. A. Cuadrado. ») Eg ACOSTA. J. N. Dávalos. 1], Múautatvo: Dr, M. F. Garrido. FISICA Y QUIMICA Presidente.—Dr, Manuel Solano. Secretario.—Dr. Pedro Valdés Ragués. EJ. TORA Dr: FP, Porras l Ora: ., N. Silmerio. M. Delfín. wm iJ:¿M; Céspedes. A. Bosque. y» -J. Rosado. Bo ¡Poey: y, F. LI. de Vildósola. Dr. D. Hernando Seguí. ZOOLOGIA, BOTÁNICA Y GEOLOGIA Presidente.—Dr. Enrique Poey. Secretario.—Dr. J. N. Dávalos. . M. Aguilera. Dr. A. Bosque. J. I. Torralbas. y, J. Rosado. N. Silverio. » J. M. Céspedes: M. Solano. ,, P. Valdés Ragués. Dr. FE. I de Vildósola. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 0%: A RÓÁ A KA O — A —É> Académicos de Mérito, Honorarios, Corresponsales DE MÉRITO Dr. Ambrosio González Dr. Luis Montané. del Valle. y Carlos J. Finlay. y Joaquín Albarrán. ,, Federico Horstmann. ,» J. Santos Fernández. —,, Sebastián Alfredo de ,, Antonio de Gordon Morales. de Acosta. ,, Manuel Valdés Rodrí- y, Joaquín Lastres. guez. HONORARIOS Dr. Plácido Biosca. Dr. Carlos Donoso. ,, Manuels. Castellanos ,, José Beato Dolz. y Claudio Delgado. 1» Miguel Riva. ,, Adolfo Sáenz Yáñez. ,, Rafael Cowley. Dr. José P. Machado. CORRESPONSALES Dr. José Eduardo Díaz.—Matanzas. ,, Antonio Vesa Filtart.-—Habana. y Juan B. Jiménez.—Habana. Raimundo Menocal.—Habana. y José P. Alacán.—Habana. ,, Arturo Codezo Vinajeras.—Habana. ,, Francisco Paradela.—Cárdenas. » José A. Valdés.—Matanzas. », Pascual Egozcue.—Madrid. ,, Angel Fernández Caro.—Madrid. y» Luis Olivares Bonen,—Barcelona, 78 Dr. ye) ANALES DE LA ACADEMIA José A. Nin y Pulles.—Barcelona. Nicolás Rodríguez.—Barcelona. Adolfo Ernet.—Caracas. José Grancher.—París. Carlos Theges.—París. J. B. Fonsagrives.—París. Alfonso Anmsat.—París. Domingo Sánchez Toledo.—París. Francisco Domínguez.—París. A. Jacobí.—New York. B. St. Jhon Bousa.—New York. Ramón L. Miranda.—New York, N. Sternberg.—New York. OBRAS DE VENTA. da | REDACCIÓN. DE LOS “ANALES” md q : a a. Erpetología y Entomología Cubana, del - Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patología. o e Antigúedades de la Isla de Puerto Rico, por - el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cu banos, por el Sr. Arango y Molina; pia Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, ia del mo e: A Ihobajaa: de la comisión e a légal A de O lucieno pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del - Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- a m mán pa. el E cre y Ir y “ee ¿ AA ON, ps mirando el hierro en la composición de d . organismo y principalmente de la ; ea la. zada, principalmente entre el bello. sexu y que « se , lam Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon -cos desde época inmemorial administrar el hierro en dif formas y combinaciones que tienen el defecto casi to fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estr to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz idea de extraer el E, estado de hemoglobina, tal como se encuentra en la san “las vacas que se benefician en los mataderos de París y. verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los m Ea mejor remedio que hoy se conoce para curar r la Es la clolorosis, y todas sus consecuencias. -- EL VINO y el JARABE DE HEMOGI 'DESCHIENS, o en París por la repatada los Sres. Adrian y C?, fueron acogidos en los ho aquella capital por los cirujanos y prácticos más recomendados en la clientela particular como el . reconstituyente en las enfermedades que reconocen el empobrecimiento de la sangre y que se cara - palidez del rostro, la Ina potencia, la falta de. nio y la depresión moral. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOB N, bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos q m E reputación los recetan á diario; pero bueno es tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado 1 cia según fórmula del profesor Deschiens, de ps Habana en las boticas del DR. GONZALEZ, Ha 0 del DR. JOENSON, Obispo 53 y de JOSE SÉRR. Z E E 41, y en todas las boticas y droguerías acredit aero ISlA. y ; : (ORGANO OFICIAL DE LA CORPORACIÓN DE SU NOMBRE. e YE lala le Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA” -— REVISTA CIENTÍFICA DIHRECTORDS: Dz. Quotavo López. - De. José MM? Céspedes ENTREGA NUMERO 420 ! REDACCION: -- qe CALDE DE CUBA - SECRETARIA DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS: (EX-CONVENTO DE'SAN AGUSTIN) crili-Royale Malacologique),” de Belgique. “Boletín de' Agricultura, Minería é Industrias,” N? 6, México. DE CIENCIAS MÉOIDAS, FÍSICAS Y NATURALES 83 LOS LOCOS EN CUBA APUNTES HISTORICOS POR EL DR. GUSTAVO LOPEZ Destituido de todo mérito, el presente trabajito tendrá sólo el interés que actualmente despiertan los asuntos de esta hermosa tierra cubana, hoy bañada por brisas de libertad. Por él se verá cómo, la Beneficencia pública, ha venido estando en Cuba, casi tan abandonada como la Higiene. Exponer hoy las visicitudes pasadas por los desva- lidos enfermos del cerebro, es en cierto modo, no sólo ofrecer elementos de enseñanza que pueden ser apro- vechables, si que también cumplimentar el deber de ayudar á la obra de nuestra propia historia. II Allá, en los comienzos del siglo que está terminan- do, los pobres locos vagaban errantes por las calles y lugares públicos. Servían de mofa y entretenido juguete, no ya á chiquillos y gente del pueblo, sino á personas serias. Cuando por sus actos de violencia, extravagancias, turbulencia, etc., se hacían peligro- sos ó turbaban la pública tranquilidad, ó comprome- tían la moral, entonces, sólo entonces, se hacían ingresar en las Cárceles públicas, donde seconfundían con los más empedernidos criminales, á los cuales servían á menudo de vasallos; ó bien eran, los agita- 84 AÑALES DE LA ACADEMIA dos y turbulentos, encerrados en obscuros lugares, que parecían construidos ex-profeso en los hospitales de la ciudad. Por el 4 de Junio de 1824, y no tanto entonces, por espíritu de bondadosa compasión, como por conside- ración al peligro que resultaba del hecho de que los locos vagasen por las calles confundidos con las per- sonas sanas, se acordó por el Obispo diocesano, que lo era el generoso varón Espada y Landa, que fuesen también Tecogidos en el hospital de “San Lázaro” de la Habana, donde se dispondría por el Obispado, que parece tenía á su cargo la administración de este Hos- pital en esa fecha, la habilitación de lugares indepen- dientes de los ocupados porlos enfermos lazarinos. El compromiso expontáneo del Obispo, era atenderlo como lo permitieran sus muchas obligaciones. Todavía en Diciembre del propio año de 1824, de- bían existir bastantes locos en la Cárcel, puesto que en dicho mes, el Ayuntamiento de la Habana, acordó oficiar al Comisario de las fuentes, á fin de que se pongan expeditas las pajas de agua del Departamen- to de Dementes de la Cárcel. Los sentimientos compasivos, muy acreditados del Obispo de la Habana, parece tomaron cuerpo á raíz del beneficio que les hiciera á los pobres enajenados en “San Lázaro,” y por ello quiso, en el año 1825, Pee algo más práctico por aquellos desgraciados séres. Concibió entonces la idea de albergar á los lo- cos, en edificio ad hoc. Y es aquí, precisamente don- de se encuentra entre nosotros la simiente de la secuestración y del apropiado lugar de cuidados y tratamiento para los enfermos del cerebro. En honor nuestro, esto mismo ocurría en todas partes del mundo civilizado. No era sólo Cuba la atrasada, porque esta época considerada como la tercera en la medicina mental, ó época de Pinel, fué en la que hizo más serios progresos esta rama de la ciencia. Entonces fué cuando, el conocimiento de las enfermedades mentales, recibió perfecciones que con- sintieron dejar por impropias las estimaciones de endemoniados, hechiceros, etc., que se tenían para los DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 85 locos. Esá través de este criterio, que se tuvo para ellos el humano concepto de considerarles como per- sonas desvalidas. Es precisamente, á partir de estos tiempos, cuando caracterizando el progreso conquis- tado, se presenta la nueva faz social, á impulso de lo cual surje el Maniconio, institución filantrópica que no se inició tardiamente en nuestra tierra querida, y que ya sabemos alcanza en los modernos días la or- gullosa satisfacción de sus soberbias perfecciones. No muy lejos de esta época, todavía después del año 1815, en la Gran Bretaña “los alienados vivían empotrados en nichos, semejantes á jaulas de perros, Ó como leña en un fogón.” “Todos los días al oscure- cer, eran empaquetados y agarrotados, para luego meterlos en unas como artesas que les servían de ca- mas. Los domingos, como los guardianes se entre- gaban al descanso, los locos no salían de sus potros; los lunes, día de limpieza general, se les reunía á to- dos en un patio, y se les hacía una aspersión común por medio de una manguera.” Mejor que esto estaban los locos en Cuba. ¿Qué extraño pues, con los datos anteriores, que hasta el año 1825, en esta Isla, no hubiéramos tenido serio proyecto de hospitalización de enajenados? Movido por los sentimientos de caridad y filantro- pía, de que dió tantas muestras el Obispo Espada, y comprendiendo el valor real de su idea sobre el edifi- cio apropiado para la clase especial de enfermos que nos ocupa; gestionó la recolecta de una cantidad, cu- ya ascendencia cierta no sabemos, y la entregó para ese objeto al Ayuntamiento de esta Capital. La su- ma parece percebida por D. Francisco Filomeno Pon- ce de León en el tiempo que ejerció el cargo de Alcalde ordinario, toda vez, que en Cabildo celebrado el día 25 de Noviembre del citado año de 1825, manifestó este Señor, que con la suma facilitada por ¿1 Obispo diocesano, iba á emprender la construcción de la casa para recoger los locos. A dicho Ponce de León se le encomendó la realización de la obra; y cuando dejó el cargo de Alcalde, se le nombró comisionado especial. Hubo de proponer la construcción de la obra proyec- 86 ANALES DE LA ACADEMIA tada, mediante los presos, y con materiales de la Cantera, se acordó en Cabildo, facilitarle todos los auxilios necesarios. Como se vé, unanueva gratitud debe consignar el pueblo de la Habana, para el que fué su excelente Obispo, Sr. Espada y Landa, de inol. vidable memoria. Las locas, allá en época anterior á la que habla- mos, aparecen un tanto más afortunadas que los varones, pues los datos más lejanos que hemos podi- do adquirir, acreditan que disponían de albergue, algún tanto regular, en lo quese llamó Casa de Baños del Matadero. Confirman esto, un acuerdo del Ayun- tamiento, de 5 de Abril de 1824,, relativo á la compra de los muebles necesarios, según propuesta del Adm1- mistrador del Departamento de locas, y así mismo, que en lo sucesivo, se compre la manutención al con- tado para evitar largas cuentas. No se encuentra después, hasta Junio de 1826, dato alguno que explique mejor el local de las mujeres ena- jenadas. Enla casa llamada de Recogidas, de San Juan Nepomuceno, parecían albergarse. también /en esta fecha que se cita. No muy buen trato debían allí recibir, por cuanto el Obispo ofició al Ayuntamiento en 14 de Julio de 1826, acerca de la mala asistencia de las enfermas, á pesar de que por aquella Corporación se suministra- ba lo necesario para la subsistencia. Visto que el encargado de cuidarlas y atenderlas, no cumplía con su deber, dispuso entonces el Obispo que fuesen admi- tidas en el Hospital de Paula, bajo ciertas condicio- nes y sín que se perjudique álas demás enfermas. Desde entonces las locas vinieron compartiéndose, pues, entre este Hospital, la Casa de Recogidas ya cl- tada y la casa de Baños. En 30 de Junio de 1826 estaba en construcción el Departamento de Dementes, puesto que en Cabildo de ese día se trató sobre el mal alimento que se les daba á los operarios, á pesar de que los fondos desti- nados á la fábrica se invierten en repartirles por la tarde una galleta y un trago de aguardiente. En 22 de Septiembre del propio año de 1826 se DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 87 trató en el Ayuntamiento de lo “referente al aumen- to de un pedazo de terreno á la Casa de Locos, “acordándose que desde luego se procediese á forma- lizar la escritura correspondiente, con anotación del Mayordomo de Propios. En 7 de Diciembre del pro- pio año, se acordó el pago de lo gastado en la cante- ra para sacar piedra con destino á la “Casa de Locos.” En cabildo de 19 de Enero de 1827, se manifestó por D. Francisco FE. Ponce de León, Alcalde ordina- rio de primera nominación, que encargado desde 1824. de procurar arbitrios para plantear en esta capital, un hospicio en que se recojan los dementes, tenía sa- tisfacción de participar al Ayuntamiento estar reali- zados sus deseos, debido á la cooperación de Sr. Presidente Gobernador y Capitán General, del Obis- po, y á la generosidad y caridad de los vecinos que le habían facilitado dinero y materiales para cons- truir un edificio, sólido, grande y hermoso, en que se pongan los locos, el cual se halla á su conclusión, pe- ro que se hacía necesario poder contar con rentas fijas para su sostenimiento, conservación y entrete- nimiento, para lo cual proponía como limosna nece- saria el al p % de cada billete premiado de la Lotería; acordando la Corporación que el mismo Sr. Alcalde formara la representación oportuna. La solicitud referida no hubo de encontrar favora- ble resolución. Fué desestimada por el entonces lla- mado “Consejo Supremo de Indias;” y de ello se dió cuenta en el Cabildo Municipal de 8 de Febrero de 1828. El Rey de España, expresaba por boca de su Consejo citado, que el Ayuntamiento le propusiera otros arbitrios de expedita recaudación. ¿Cuál más fácil y seguro? podríamos nosotros preguntar. La Hana Casa de Baños, donde las enajenadas se albergaban, se reparó por medio de subasta anun- ciada en el “Diario de la Marina” en Mayo y Junio de 1827. El día 13 de Mayo de este año citado exponía don Francisco F. Ponce de León, en cabildo ordinario que á virtud del expediente promovido por el Pbro. don 88 ANALES DE LA ACADEMIA Mariano Arango, sobre el establecimiento de una Casa de Maternidad en el Hospicio “San Isidro,” se ampliase, impetrándolo del Gobierno Supremo, á constituir un proyecto unido para la casa menciona- da, la Casa Cuna que entonces existía, y la de De mentes que se estaba acabando de construir. A la suma de 130,000 pesos con que contaba el proyecto Arango, podrían unírseles las gracias que se espera- ban obtener del Gobierno de España. “La razón, la “Ley y la conveniencia pública, decía entonces Ponce ““de León, exigen una igualdad en el repartimiento de “aquellos fondos que deben aplicarse á las clases im- ““digentes y desvalidas de una población, no siendo “de. mejor derecho las unas que las otras.” La casa de locos, proyectada extramuros, resulta ó aparece concluida en los comienzos del año 1828. Así lo acredita la manifestación del Sr. Ponce de León, de 19 Enero que hace poco mencionamos, y más todavía, una moción, que al Ayuntamiento hubo de presentar D. Andrés de Zayas, en 18 Abril del mismo año. Concluida la casa de locos proyectada, no ha podido hacerse uso de ella por no haber fondo conque atender á los gastos que torzosamente ha- brían de hacerse, etc. Confirma también este expuesto criterio, el oficio, ó comuncación, que en 4 de Junio de dicho año, diri- gía el Sr. Ponce de León, al Ayuntamiento, partici- pando su conclusión, acompañando noticia detalla- da de lo recolectado y pagado, y proponiendo que, “como Establecimiento de Beneficencia, debiera con- “siderarse como un departamento de la llamada “Casa de Beneficencia, gobernándose por la misma “Junta, y que ésta sea lo que ahora y siempre, tenga “su dirección, establezca su gobierno económico, Ta “provea de los dependientes y sirvientes que necesite “y atienda á sus alimentos y demás necesidades.” Discutido este asunto, se determinó el nombra- miento de una comisión, para resolver su último ex- tremo. El Sr. Ponce de León formaba parte en ella. Y el concejal D. Juan Montalvo y Castillo hizo de ponente. Previa esta ponencia, el consistorio acordó DE CÍENCÍAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 89 en 11 de Julio del mismo año, favorablemente á lo propuesto, y además, queá la referida casa, para hacer grata la memoria del entonces Gobernador General D. Francisco Dionisio Vives, se pusiera bajo la protección de “San Dionisio”. También se acordó en esta fecha el destinar la suma de cien pesos men- suales, para que la Junta de Gobierno de la Benefi- cencia, atendiera al mantenimiento de los ena- jenados. En el mes de Julio de 1828 que es el año á que nos venimos refiriendo, se pasaron circulares á los Jueces locales, con el fin de efectuar cuanto antes, la secues- tración de los enajenados pertenecientes á sus respec- tivos distritos. A la par se dictaron á los Jueces las instrucciones relativas á las formalidades que debían llenarse para proceder á la expresada secuestración. La moción de D. Andrés de Zayas, de Abril del año 1828, que hemos citado hace poco, tenía por fin, el solicitar que se trasladasen al edificio que se había concluido para los enajenados, las locas que estaban en la Casa de Baños en el matadero, pues con lo mis: mo que se mantienen en aquel lugar estrecho y sin ninguna comodidad, podía sostenerlas en otro donde la mayor extensión proporcionara alivios que aquí no pueden esperarse, y que tal vez contribuirán al restablecimiento ó curación de algunas de esas des- graciadas. Razonaba aquí el Concejal Zayas, que mantenién- dose cerrado el edificio mencionado, el público que no es expectador de los auxilios que ese establecimiento otrece á aquellos desgraciados, no se presta á propor- cionar los socorros que necesita y que debemos pro- meternos de su generosidad. Se reservó el tratar de este asunto para el cabildo del 25 del propio mes de Abril, en cuyo día, á pesar de considerarse que se contr ariaba en algún modo el objeto de la construcción de aquella casa, se acordó en harmonía con la moción, toda vez que las locas no eran menos acreedoras á las consideraciones de la humanidad, en circunstancias de no poderse abrir dicho Establecimiento por falta de fondos. 90 AÑALES DE LÁ ACADEMÍA Se ofrecieron dificultades para el cumplimiento de este acuerdo, que fué ratificado por el Ayuntamiento en 2 de Mayo siguiente. No llegó á realizarse. Por fin, en 12 de Septiembre de 1828, se inaugura el llamado “Hospicio de San Dionisio”, trasladándo- se los enajenados que existían en la Cárcel, á este primer Asilo conque Cuba se engalanaba. Treinta y siete de estos desgraciados enfermos recibió en el mes mismo de su inauguración. Esta mansión de Caridad , primer lugar consagrado especialmente á los enajenados, hubo de emplazarse en terrenos del “Hospital de San Lázaro,” entre este Establecimiento y la antigua Necrópolis que perpe- tía el nombre del benemérito Obispo Espada. El antepórtico del edificio lo costeó el General Vives. Sobre la puerta principal se puso esta inscripción: “A la humanidad.—Al sano juicio.—Mens sana in corpore sano.—Francisco Dionisio Vives, Goberna- dor.—Juan José de Espada, Obispo.—Año 1827.” Ini- ciada la idea desu construcción por este señor, fueron sus gastos en gran parte cubiertos por suscripciones voluntarias delos habitantes de esta Capital. Con celo no igualado contribuyó grandemente á esta obra, el Auditor de Guerra y Marina D. Francisco Filomeno Ponce de León que tanto hemos citado. Asílo reconoció el Avuntamiento dela Habana, en sesión de 11 de Julio de 1828, congratulándose de la acertada elección que hizo en el Sr. Ponce de León, que en esta ocasión ha empleado felizmente el fervor que en otras muchas ha manitestado su espírita público, acordando asimis- mo, para instrucción y satistacción de los contribu- ventes á tan piadosa obra y demás habitantes de la Isla, se imprima en el “Diario de la Marina”, con esta acta, etc. El edificio en sí, presentaba la forma de un cuadri- longo, y se componía: 12 de dos salas, una dispues- ta para dormitorio, y otra que servía á la vez de re- fectorio y dormitorio; 22 de una sala de enfermería; 32 de más 18 ó 20 celdas dispuestas en un corredor, con puertas de hierro, y que recibían el aire y luz por pequeñas ventanas abiertas en el muro exterior del Dn DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 9 edificio. Algunas habitaciones para los empleados, cocina, lavadero, un patio central, y una gran pisci- na que servía de baño común á los enfer mos, comple- taban el conjunto. Era capaz, para recibir de 704 80 enajenados. Hubo época en que recibió más de cien enfermos. El pobre loco, como se vé, tenía tan solo un simple lugar de albergue, yno un hospital propio para su especial enfermedad. Allí no se veía libre de las tor- turas del cepo, ni del histórico látigo; allí no estaba tampoco sustraido á los trabajos torzados, que de antiguo se le imponían convirtiéndole en verdadera máquina humana. Y sin embargo de esto, aquel templo de misericordia, palpable demostración de los sentimientos filantrópicos de nuestros conciudada- nos, y evidente expresión del civismo de los Conce- jales de aquella época, constituía ciertamente, un progreso real, laudable, y entrañaba una positiva mejora en la suerte y cuidados de los pobres enfer- mos del órgano más valioso de nuestra especie. El tratamiento de la locura en sí, se comprende que no podía existir. Es de señalarse sin embargo, el uso que hacían de los baños frios y de las afusiones frías, que bien acreditan el antiguo uso de la hidrotera- pia cuyas exageraciones, aún continuan sin dique, á pesar del feliz correctivo de un médico ilustrado que dijo que la locura no se disuelve en el agua. “Los ejercicios corporales y los trabajos se usaban allí co- mo medios de tratamiento, ofreciendo la singular particularidad, de ser prescritos por los empleados subalternos encargados de la vigilancia inmediata de los locos. No había: médico propio para el esta- blecimiento; concurriendo á él un externo, sólo cuan- do había casos de alguna enfermedad accidental. Las pobres enajenadas, ya hemos dicho, no conta- ban con albergue apropiado. A partir del año 1829 fueron recibidas en la Casa de Beneficencia y á cuyo efecto se hizo construir una sección en el lugar más apartado. Se componía esta sección nos dice el Dr. Muñoz de tres salas: una de ellas aislada en me- dio del patio principal, sin corredor ni colgadizo, 92 AÑAÁLES DE LA ACADEMÍA dispuesta como para alojar las semitranquilas; otra se destinaba para dormitorio de las tranquilas, y otra. para enfermería. Una serie de diez á doce celdas muy pequeñas situadas en una misma línea, y á espalda de otras diez ó doce de igual tamaño, se destinaban á encerrar las agitadas, furiosas y peligrosas. Dos grandes calabozos dispuestos en el lugar más retira- do del departamento, servían para encerrar las re- voltosas y ruidosas. Un tanque situado en medio servía de baño común á las enajenadas. Habita- ciones para las encargadas de la vigilancia inme- diata, y dos grandes patios, separados entre sí por una erande reja de hierro, completaban este depar- tamento destinado al principio á las locas exclusi- vamente, pero que después estuvo durante varios años ocupado por las locas y las mendigas reunidas. Podrían contener de 60 á 70 enfermas. Simples enfermeras, sin la menor preparación ni idoneidad, eran las que cuidaban de las locas; que más tarde recibieron iguales atenciones por las Her- manas de la Caridad, pertenecientes á la Congrega- ción de San Vicente de Paúl. El Servicio médico y el administrativo, apenas se diferenciaban del establecido en la casa de “San Dionisio.” Así como consignamos que las mujeres tuvieron al- bergue ó lugar donde estar recojidas, primero que los enfermos varones, así nos toca ahora anotar, que ellas también tuvieron primero, un médico con cono- cimientos especiales, que las atendiera con alguna competencia. Y este facultativo es, por cierto, el primero queapa- ece en Cuba, con conocimientos sobre locura. Sella: io D. Tomás Pintado, quien con fecha 19 de Octubre de 1827 manifestó á la Corporación Munici- pal, que deseoso de practicar las teorías que ha ad- quirido sobre las diferentes clases de locura, y noti- cioso de carecer actualmente de Facultativo el Establecimiento titulado “San, Juan, Nepomuceno,” donde se hallan reclusas varias mujeres dementes, le sería ventajoso encargarse de su asistencia gratui- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 93 53 ta, y suplicaba se le concediese la asistencia y cuidado del expresado Establecimiento. Consintió y aprobó el Consistorio lo propuesto por el Dr. Pintado. Nos agrada consignar, que este primer médico que aparece en la especialidad, era también un filántropo. ¡00 , El asilo nombrado de “San Dionisio,” para reclusión de los enajenados, fué, á poco de su fundación, decla- rado Establecimiento General dependiente del Esta- do, de acuerdo con la Ley de Beneficencia de entonces. Se le a me Reglamento provisional, que comenzó á regir en 22 de Abril de 1830. La pramde epidemia de cólera el año 1833, y las de 1850 y 54, diezmaron hastante la población de este Asilo. Situado en terreno insaluble y también incapaz pa- ra permitir amplitud, orientación y ventilación apro- piadas, hubo de pensarse por el Marqués de la Habana, Gobernador y Capitán General, que era de esta Isla, en su traslación á un lugar de campo, que ofreciese amplitud sobrada, y mejores condiciones de salubridad. No podía ser más levantado y oportuno este pro- pósito. La idea en sí, era excelente; sinó resultó bue- na su realización, si mereció crítica muy oportuna del Dr. Joaquín Muñoz, culpa fué de la imperecia de las determinaciones eubernativas, como se verá después. En atención á este proyecto de traslación, se cons- tituyó por la Autoridad Superior, en 26 de Octubre del año 1854, una Junta con el fin exclusivo de la ad- quisición de una finca rural que estuviese cerca de la Capital. Esta Junta adquirió entonces el Potrero denominado “Ferro,” y un sitio anexo, propiedades ambas de D. José Mazorra acaudalado vecino de la Habana. La compra se estipuló, en un total de diez y siete mil pesos, y mitad de derechos, cantidad que se satisfizo del ramo de emancipados, según cons- 91 ANALES DE LA ACADEMIA - ta de la escritura que ante el Escribano de Gobierno, se otorgó en 20 de Noviembre del citado año. La finca adquirida, debía ser destinada á casa de Beneficencia para los emancipados y demás gentes de color, que por su edad ó achaques no pudiesen ganar el sustento; y también para trasladar los dementes de San Dionisio, ú otro cualquier departamento de la casa de Beneficencia; como así también para los de- más fines que el Gobierno tuviese á bien disponer. Esta compra fué aprobada por Real Orden de 3 de Septiembre de 1858. La elección de esta propiedad fué desacertada: no se tuvo en cuenta la bastante distancia que la sepa- ra de la Capital, cosa que hace la comunicación difí- cil, incómoda, no sólo para las familias de los enfer- mos, si que también para el Asilo mismo, sus cargas, víveres de alimentación, etc. Es otra condición ma- la, el terreno en general bajo, fácil á los pantanos, reimante siempre en él el paludismo. También es razón contraria la mala calidad de las tierras, que son de la peor clase; temiendo sólo una capa vegetal muy lijera; siendo por último, muy serio 1ncon- veniente el hecho de encontrarse la finca dividida en dos por el ferro-carril de Villanueva que lo atra- viesa precisamente en el Centro de su foco de población y que produce un ruido que hace gano a á los enfermos. A una distancia de 3 óÓ 4 kilómetros, á lo más, del casco de población de la Habana, era donde de- bió estar la elección. Todo sería más fácil; y más directa, constante y expedita la acción vigilante y protectora del Gobierno, Cuántas cosas han sucedi- do en “Mazorra,” cuántos abusos han tenido lugar, y cuánto dinero se ha despilfarrado ó distraido, na- da más que por no haber consentido la distancia, la inspección directa de la Autoridad. ¡De cuántas co- sas no tienen noticias, ni se han dado cuenta los gobernantes! Los desaciertos apuntados en general, se hicieron más serios cuando, en el plano “general de construc- ción, se hizo preciso señalar el lugar de los edificios y DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 95 habitaciones para los enfermos. Sus consecuencias han sido muy graves para la salud de nuestros en- fermos. Yalo creo. La obra fué de un arquitecto militar que parece sólo entendía de construcción de cuarteles. Todo se llevó á cabo, sin que la Ciencia Médica recibiera el honor de ser consultada ¡Así salió ello! Las aguas llovedizas, se detenían durante una gran parte del año, en los lugares que se escojieron para los edificios de albergue de los locos. “En un tiempo, se mataban los patos de la Florida, que ve- nían á apagar su sed en las lagunas que existían precisamente en los terrenos donde se levantaban las nuevas fábricas!” En estos lugares se edificaron en el espacio de 230 varas de largo sobre 71 de ancho, una hermosa casa para la Administración, una magnífica cocina de fo- gón de vapor, un espacioso baño, ocho salones de 24 varas de largo sotre 7 de ancho, y 28 celdas de 5 por 7 varas para los pensionistas y furiosos. Se le dió capacidad para 250 enfermos, porque se contaba en aquel entonces con unos 240 á que ascendía el to- tal de albergados en 10 de Junio de 1855, en que de- finittivamente quedaron alojados todos los enajena- dos varones que existían en la casa fundada por el General Vives. Los primeros enajenados fueron in- egresados en Diciembre de 1854. La Junta de Gobierno contó para la construcción de los edificios con el peonaje ofrecido por el corree- cional de vagos. Un gran barracón que se construyó primeramente por la referida Junta, y con el objeto de trasladar los enfermos, fué vendido al ramo de Presidio, que estableció en él el Correccional de Va- gos, por la suma de 5.650 pesos. Esa sección ó esta- blecimiento penal se trasladó á esta capital, accedien- do el Gobierno á justas y razonables peticiones de la Junta, en el año de 1864. Se cedió á favor del Asilo dicho barracón, que fué destruido para consentir el ensanche del departamento de mujeres que estaba en construcción. El 23 de Noviembre de 1864. vinieron las enajenadas á ocupar este departamento especial para ellas construido. 96 ANALES DE LA ACADEMIA El Asilo de Enajenados y la Casa de Beneficencia y Maternidad, eran mancomunadamente regidas y ad- ministradas por una sola Junta de Gobierno que fun- cionó hasta el 30 de Junio de 1856, á virtud de dispo- sición del Gobierno Superior Civil del día 28 del mismo mes. El día 12 de Julio del citado año empezaron pues á llevar administración y contabilidad por sepa- rado la Casa de Beneficencia y el Departamento de Dementes en que se albergaban las mujeres. Por consecuencia de esta disposición se formuló por primera vez la plantilla del personal del Asilo, representando un gasto anual de $9,720. También por primera vez en la historia del Asilo, con motivo de la determinación de su personal, ocu- rre un hecho, singularmente raro, y que el favoritis- mo del Gobierno español repitió en otras ocasiones. Se acordó, atendiéndose á los dictados de la razón, de la lógica y de la humanidad, la conveniencia, de que un Médico Director fuese el Jefe de ese Hospital especial. Y tan así se precisó, que se publicó, en 8 de Agosto del citado año de 1856, la convocatoria para su provisión, habiéndosele asignado la suma de $3,600 anuales para su dotación. Tuvo lugar el concurso; siete fueron los Sres. aspirantes que se pre- sentaron; pero..... aquí de la trampa gubernativa, aquí del favor oficial de todos los tiempos de la ad- ministración pasada, del compadrazgo, de la intri- guilla oficinesca, etc. Había uno, un compromiso de la Autoridad, uno que no era médico, á quien se te- nía necesidad ó conveniencia en complacer. El con- curso, ya era imposible suspenderlo. Se discurre entonces la jugada, se urde el modo de que la preben- da llegue al favorecido...... y encarga el Gobierno á la Sección de Hospitales, de una Junta General de Caridad, que entonces existía, la calificación de los documentos presentados por los aspirantes. Como la especialidad, todavía no existía en Cuba, como apenas existía tampoco en ninguna delas naciones eu- ropeas que iban á la cabeza de la civilización, resultó la cosa á pedir de boca: no había conocimientos espe- ciales en los pretendientes, y por tanto, fueron echados DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 97 á un lado los Sres. Médicos,... y el del compromiso de última hora, cargó con el bonito puesto, al que, por pudor sin duda, le pusieron entonces el nombre de Administrador-Jefe, con 2,400 pesos anuales. No ten- dría este elegido, tampoco, conocimientos especiales; pero bien pudo la Junta clasificadora y el sensato Gobierno pensar y considerar de él, que tendría más aptitudes para obtenerlos, que los que pudieran ha- ber mostrado los Facultativos exponiendo sus méri- tos en el anunciado concurso. Así siempre se hacían, y resultaban las cosas! Por supuesto, que como hacía falta un médico que atendiera aunque fuera á las enfermedades accidenta- les solamente, y como el Administrador nombrado ca- recía de esos conocimientos, —y eso, oígase bien, pudo ser motivo para desechar facultativos, pero no para repudiar legos de influencia oficial, —se hizo preciso nombrar médico, al de partido residente en Santiago de las Vegas, que visitaba diariamente el estableci- miento, sin entrar en su deber el cuidado y observa- ción de las enfermedades mentales que ofrecieran los infelices acojidos. Mala, desastrosa fué la marcha sucedida en el esta- blecimiento entonces, tanto en el orden económico como en el orden médico. Para probar lo primero basta exponer que no había reglamento ni orden, ni concierto alguno, pues las sumas que entraban se invertían á juicio y disposición del Administrador según las necesidades lo exigían, sin que precediese plan de obras ni cálculo de los costos que pudieran originar, etc. Y para probar lo segundo basta ex- poner, que los enfermos se hallaban más bien en un establecimiento correccional sometidos á un sistema y régimen militar, que en un manicomio donde la ciencia médica pudiera prestarles el alivio y procurar recuperasen su razón perdida, y donde tuviesen una asistencia esmerada sometiéndolos á un régimen ra- cional y humanitario. Asimismo se carecía de todas las condiciones necesarias de amplitud y buena dis- tribución para la separación debida de las diversas enfermedades mentales, de enfermerías y de otros 98 AÑALES DE LA ACADEMIA departamentos indispensables en los hospistales de alienados; que allí no había edificios suficientes para la población que el Asilo tenía, etc. Y esto sucedía con quien vino á reemplazar la plaza de Médico Di- reetor, porque para la tal dirección no pareció haber conocimientos especiales. No parecía el Gobierno darse buena cuenta de su misión en la Casa de Locos, cuando puso en manos de un hombre enteramente profano, la administra- ción general del Asilo. No hubo quien le advirtiera ó le hiciera tener en cuenta toda la acción que tiene la función directora en la marcha regular y próspera, de las instituciones cuyo objetivo fundamental, esen- cialísimo, es el de obtener el alivio y la curación de los enfermos privados de la razón. Los resultados, como ya se ha expuesto, no pudie- ron ser de ningún modo buenos. A los desastres eco- nómicos, cuyos detalles escapan al objetivo que nos entretiene, se unía la insalubridad, el mal trato, la impropiedad de las atenciones para los enfermos etc. En esta época cuando había aleuna disputa entre los locos un vigilante acudía ARMADO DE SU BASTÓN y los llamaba al orden, distribuyendo aquí y allí algunos cujazos á los más revoltosos. Este mal estado del Asilo determinó la creación de una Junta de Gobierno que comenzó á funcionar en Octubre de 1861, teniendo su disposición creadora, la fecha del 27 de Septiembre del propio año. Se creó bajo los auspicios del General Francisco Serrano, Go- bernador de la Isla en esa época, debiéndose la idea de esta reforma á nuestro venerado Dr. D. Nicolás José Gutiérrez, que así lo hubo de aconsejar á la refe- rida autoridad. La sección facultativa de dicha Jun- ta se componía del expresado Dr. Gutiérrez y del Dr. Antonio Díaz Albertini. En esa ocasión el Dr. Gutiérrez fué de parecer que si el Gobierno aprobaba el proyecto de reconstruc- ción del Asilo, que alcanzaba á cerca de 800,000 _pe- sos, éste debía edificarse en lugar más inmediato á la capital y de condiciones más apropiadas, enajenán. dose el potrero Ferro y sus dependencias, y adquí DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 99 riéndose otro situado á siete kilómetros de la Ha- bana. Muchas fueron las reformas, própositos y trabajos que se echó sobre sí la referida Junta. Ella fué la que comprendió que una de las principales necesidades era darle una dirección facultativa al establecimien- to, á fin de organizar el servicio médico y cuanto fue- se preciso para el provechoso impulso de la institu- ción. El Gobierno Superior acogió favorablemente estas ideas y aprobó con el carácter de interimo el nombramiento que hiciera en Enero de 1863, de Di- rector Facultativo á favor del Dr. D. José Joaquín Muñoz, recien llegado de París, de quien se tenía los mejores antecedentes, y quien había estudiado la es- pecialidad al lado del profesor Baillarger. Este mé- dico ilustrado que en el mismo año de 1863 hizo im- primir en la Habana las lecciones últimas que recibie- ra de su profesor ya nombrado, en el Hospicio de La Salpetriére de París, tuvo la elori ia de inaugurar en esta Isla un progreso científico de valía: el trata- miento médico de la locura. Al Dr. Muñoz le corresponde también el mérito de haber regulado el servicio interior del establecimiento; y su paso por el Asilo hubiera señalado progresos y mejoras más serias, más fundamentales en el sentido del cuidado, alojamiento 3 y atenciones del loco mis- mo, si no hubiera tenido necesidad de gastar su tiem- po y su actividad en las luchas por la reconstrucción del Asilo y por la coartación de facultades con que se encontró. Así y todo, á él se debe la creación de la Farmacia á cuyo frente se puso un farmacéutico titu- lar, también la instalación de una sala para baños tibios, la organización de talleres de sastrería y ciga- rrería, %a., y hubiera sin duda completado la orga- nización científica para el tratamiento de los enaje- nados, si hubiera tenido iniciativas y facultades en el cargo que desempeñaba. $us dificultades serias tenían que nacer primeramente de que á la creación de su función directora, técnica, no siguió modifica- ción en el personal de empleados del Asilo, naciendo de ello los resultados más desfavorables al estableci- 100 ANALES DE LA ACADEMIA miento. En efecto, ante el poder que el antiguo administrador conservaba, la autoridad del médico director tenía que estar disminuida. Estaba empe- queñecida la influencia de este funcionario; y su acción no podía resultar suficientemente provechosa sino á condición de una perfecta harmonía entre am- hos. Permanecían ejercitando funciones diferentes el Director y el Administrador; el primero en un campo de acción más reducido y que él mismo estaba orga- nizando. Cada cual conservando su acción y su poder, con la diferencia, —siempre en desdoro de la competencia médica, —de que el primero tenía siempre que supeditarse al asentimiento del segundo en todo aquello que no se estimaba del orden médico. Y no había reglamento nm disposición que prefijase un cr 1terio sobre las variadas apreciaciones que ocu- rrían. Tampoco se podría esto pretender, porque no era posible establecerse, ni lo será posible nunca, una separación entre el elemento administrativo y el ele- mento médico en la dirección de un establecimiento consagrado al tratamiento de los locos. Hay una conexión tan estrecha entre los medios que dependen de la acción administrativa y los que son pertinentes á la función médica, que se ha juzgado indispensable por los más autorizados alienistas la reunión de los dos poderes. Además la autoridad directiva es nece- sario que se ejerza de una manera permanente, para que ella pueda ser dividida. De este dualismo de poderes, es responsable con sus consecuencias aquella Junta de Gobierno que nun- ca quiso intervenir en tan grave asunto, aplazando siempre su resolución, tal vez, como dice el mismo Dr. Muñoz, por motivos de alguna consideración per- sonal. Alcanza á más que todo eso referido la res- ponsabilidad de la dicha Junta, pues sucesos poste- riores pusieron de relieve, cuanto se estorbó el positivo progreso de la Casa de Locos. Para probarlo basta sólo recordar dos hechos: el primero, la gran demora que sufrió la traslación de las locas al departamento que para ellas se constru- yó y que, como se hicieron venir de España Herma- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 101 nas de la Caridad, á ellas se les encargó de la direc- ción de todos los servicios generales y de la vigilancia inmediata del establecrmiento. La Superiora de ellas, resultaba un tercer jefe y tanto ella, como el Adminis- trador y como el Médico Director, no dependían sino de la Junta. Y ello siguió así, con esta trinidad di- rectriz determinando un desorden cierto y palpable en el gobierno interior del establecimiento, á pesar de informe del Dr. Muñoz, quien oportunamente limi- taba, en un trabajo elevado á la Superioridad, las atribuciones de las Hermanas de la Caridad, al ofi- cio de vigilantes y enfermeras, obedientes á la autoridad médica del Asilo. El segundo hecho que debe citarse. para la prueba anteriomente enunciada, es el que se refiere á haber tolerado que el Gobicrno Superior, no consintiese en el restablecimiento definitivo de la dirección faculta- tiva única, que propusiera al conocer uno y otro día los perjuicios traídos por la multiplicidad de poderes que ella había establecido. Uno solo entonces, el siempre digno y resuelto Dr. Nicolás José Gutiérrez, no sólo protestó formalmente de la tal resolución gu- bernativa, sino que renunció su puesto en la Junta. Sila Junta entera hubiera seguido el ejemplo de tan delicada aptitud, quién sabe, todo el bien que se hubiera hecho á la casa de locos! . ¿Cómo seguir aquí el Dr. Muñoz, que no podía im- pedir el uso del látigo, de los cepos, de las esposas para los infelices enajenados? ¡Hasta las Hermanas de la Caridad, en aquellos tiempos, manejaban el látigo! Fué en este momento cuando, abatido por tanta lucha estéril, torturado en sus condiciones de bondad y altruismo que le caracterizaban, pide licencia por seis meses, que obtiene en Marzo 1865. Renuncia dentro de este periodo y se marcha á París. El Dr. Manuel Francisco de Entralgo fué nombra- do en 15 de Julio 1865 Director facultativo interino, por el General Dulce. Este señor aparece el primer mé- dico interno con que contaran los locos de esta Isla. Fué nombrado en 1855 por el General Concha, para 102 ANALES DE LÁ ACADEMIA prestar sus servicios en la antigua casa de la Haba- na. En 26 de Abril de 1857 se aprobó su nombra- miento como médico segundo.” Desempeñó la direc- ción hasta el 16 ó el 20 de Febrero de 1867. Pasa el Asilo unos cuantos años por un periodo de lenta constitución y reorganización más ó menos in- cierta, sin recibir las atenciones de las autoridades hasta el año de 1877, en que, con la implantación de su primer reglamento para el gobierno, dirección, _servicio, intervención y contabilidad, y con el cese por tanto, de la Junta del Gobierno que la administraba, comienza su seria reorganización. En esta reorgani- zación, debida al nombramiento de una Comisión especial, se debe mencionar á su Presidente, Subins- pector de Sanidad Militar en esta Isla, D. Juan Ber- nad, quien razonó en bien redactado informe-memo- ria, las reformas que precisaban establecerse, redac- tando además, personalmente, el Reglamento arriba citado, que revela meditación, buen tino y espléndida concepción de los servicios y en el trato y régimen para los alienados. Sisu obra no resultó completa, culpa fué del Gobierno que no supo llevar á las reali- dades prácticas el intento, el estudio y los proyectos completos del referido señor Bernad. Este Reglamento rigió hasta Julio de 1880 en que fué reformado, á así rige desde entonces. Durante ese refer 8? periodo, anterior á estos he- chos, el Asilo se significa por sa marcha incierta y vacilante, hasta para el señalamiento de sus jefes, púes se suceden entremezclados, personas peritas y otra vez de nuevo con el título de Administradores personas completamente ajenas á pericia científica. Entre estos últimos figuró D. Bernardo Y. Domínguez porel año 65, D. Joaquín de Luque Romero y D. Víc- tor Landaluce (el dibujante ó caricaturista español) allá por 1867 y 68, y D. Gregor ¡0 Gago y Roperuelos en ISTS. Como Directores Médicos aparecen: Dr. D. José Espárrago y Cuellar, nombrado en Febrero de 1867 y desempeñando este cargo hasta Junio ó Julio del propio año. Si una nota triste existe con relación al DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 103 Dr. D. J. J. Muñoz, que á consecuencia de algunas disturbios cerebr ales, parece que se suicidó en París; otra nota más triste todavía, se entresaca de los da- tos recogidos acerca del Dr. Espárrago. Se volvió lo- co, y como tal ingresó en este Asilo procedente de Matanzas el día 14 de Marzo de 1874, falleciendo en él á consecuencia de fiebre perniciosa el 19 de Diciem- bre del mismo año. El Dr. D. Tomás Agustín Plasencia nombrado Di- rector interino el 22 de Julio de 1868; y el 14 de Oec- tubre del mismo año según unos datos, ó el 17 según otros, se le nombró por concurso propietario. Era entonces Presidente de la Junta de Gobierno D. Fran- cisco José A. Calderón y Kessel, y parece que á su iniciativa se tomó el acuerdo de proveerse por oposi- ción la' plaza de Director facultativo de la Casa de Enajenados. Se hizo la convocatoria, habiéndose acordado por el Gobierno, que visto el acierto, el celo é inteligencia del citado Dr. Plasencia, se hiciera pre- sente á éste que no había motivo alguno para el cumplimiento de aquel acuerdo de la Junta de Gobier- no, resolviendo que el citado focultativo continuase desempeñando la plaza que obtuvo en virtud de con- curso. Se hicieron en esta época porción de reformas científicas, habiéndose hecho entonces los primeros trabajos serios de estadística. Dicho señor hizo cons- truir un teatro donde trabajaban los locos; orga- nizó una orquesta con los mismos enfermos, que fun- cionó porción de meses; é hizo ensayos agrícolas. Por renuncia que hiciera de su cargo en 19 de Ma- yo de 1873, le sucede el Dr. José IUdefonso Cabrera, que fué nombrado interinamente. D. Gregorio Gago, era, como ya anteriormente se ha expresado, Admi- nistrador en aqnella fecha; y entre este señor y el mé- dico Cabrera existía un desacuerdo tal, que una vez anduvieron á tiros por frente al pórtico del estableci- miento. Por esta lucha, por este pugilato imposible, se declaró cesante al facultativo. Que viene de anti- guo, como se vé, que sea siempre la víctima, quien sig- nifique ciencia ó represente ilustración. Enesto, hemos tenido una verdadera corriente, de histórica r epetición. 104 ANALES DE LA ACADEMIA El lastimado ó lesionado Dr. Cabrera, supo enta- blar su correspondiente reclamación, y hubo de obte- ner la reposición de su destino, que volvió á ocupar en 27 de Enero de 1874. Termina aquí el cargo de Administrador, hasta nueva orden, como se verá más adelante. Se suceden los directores facultativos siguientes: de interino, el Dr. Antonio Ruiz, que era médico interino desde Marzo de 1874, hasta 13 de Abril del propio año, que parece entregó la jefatura al Licenciado D. Casi- miro Aced y Ar ana, aragonés él, nombrado tam- bién interinamente en S del citado mes y año. Este Sr. Médico había venido á Cuba, como escribiente, al Gobierno General, y muy recomendado al General Jovellar, que se transformó en su protector. En 31 de Julio del mismo año, por nombramiento que hicieran del Dr. Emiliano Núñez, actual director del “Hospital Mercedes””, deja Aced la dirección. El Dr. Núñez la ocupó hasta principios de 1875. El Licenciado D. Cándido Lasarri, que era médico interino, es nombrado con el carácter de interino en sustitución del precedente. Renunció en 15 de Junio del propio año. Le sucede en el puesto, también interinamente, el Dr. Emilio Villaverde. Desempeñó la dirección hasta el 6 de Abril de 1876, en que lo dejó por renuncia voluntaria. El Ldo. Facundo Ramos, que era médico interno desde el 8 de Enero 1876, ocupa la dirección, desem- peñándola tan sólo del 6 al 15 de Abril del mismo año citado. Vuelve de nuevo el protegido del general Jovellar, Ldo. D. Casimiro Aced, mediante un concurso muy bien amasadito, á ser nombrado Director propieta- rio en 11 de Abril del año referido de 18576. Fué este señor, el director de más duración y más favorecido, De eseribiente del Gobierno á director de “Mazorr a,” no era nada la ventaja. Desempeñó el cargo, sin in- terrupción en el percibo de sus haberes, hasta el mis- mo día en que falleció, 16 de Junio 1892. Disfrutó casi todo el tiempo, de $35.000 anuales; en su época, DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 105 prestó el gobierno español más atención, facilitando como nunca, mayor cantidad de dinero; se hicieron porción de obr as, una sola en el depart amento de Mujeres, ascendente á unos 30 mil pesos, siendo pre- cisamente este edificio el que debiera quemarse por sus fatales condiciones; disfrutó de gran fuero y pre- ponderancia oficial; obtuvo en gr acia á sus acertadas gestiones, los honores de Jefe Super ¡or de Administra- ción civil honorario; le dieron la categoría de Jefe de Administración civil de 22 clase, y una gran cruz se gestionaba en expediente en Madrid, para concedér- sela, cuando ocurrió su muerte. Técnicamente considerado, no tuvo sin embargo el Asilo, en todo ese tiempo tan largo, ninguna venta- ja seria, fundamental. Y no hay en el “Archivo,” un en ninguna parte, el menor trabajo que acuse su competencia técnica, su conocimiento y familiaridad siquiera, con los efectos mentales. Fué este tiempo, de dura prueba para los médicos internos de “Mazorra''—sistemáticamente, la direc- ción se oponía, ocultaba ó abandonaba todo pro- yecto, toda tentativa de estudio, todo propósito de reformas é innovaciones científicas. —La lucha fué ti tánica durante muchos años. Se mataron verda- daramente en esa época, los entusiasmo médicos. Los baños, inservibles de antiguo, como la dotación de aguas, —como está hoy todavía, —no pudo conseguir- se (que se proyectase seriamente su reforma. Por agitar con insistencia esta cuestión, uno de los médi- cos estuvo á punto de perder el destino, en época del General Salamanca. Pero se le amonestó severa- mente. Y así mismo otra vez, porque se dió por he- cho, que había escrito unos artículos en varios per iódicos, exponiendo la mala gestión directiva. Por esa última é época, allá por los comienzos del año 1892, ó final de 1891, se establecieron las Juntas de Patronos para los hospitales, en esta Isla. La experiencia de los años hasta hoy transcurridos, ha probado, de modo elocuente, que este organismo, —cuyo espíritu de creación es bueno—es una inútil, cuando no perjudicial, rueda administrativa 106 ANALES DE LA ACADEMÍA Desde el 15 de Junio de 1886, hasta el 30 de Abril de 1887, y con motivo de un viaje á España, con li- cencia, que hiciera el Sr. Aced, ocupó reglamentaria- mente, por sustitunión, la dirección del Asilo, el Doctor Tomás Recio, Médico 1 2 desde 1876. Enfermo este médico en 1892, cuando por falleei- miento del propietario, ocurre la vacante definitiva del cargo, es encomendada la jefatura, interinamente, al entonces Médico 22 Dr. José Malberti. Cesa en 30 de Junio del mismo año. Un ministro español de conocido desenfado, y de triste recordación por su odio á los cubanos, salta en esta oportunidad por encima de la ley establecida, y la viola y tuerce para complacer al diputado cunero por la provincia de Pinar del Rio, Rodríguez San Pe- dro, y poner en la que entonces se bautizó con el nombre de dirección-administrativa, al que era Con- tador, D. Federico Ordás, gobernador más tarde, en época de Weyler, de la provincia de Puerto Príncipe. Tal fué la obra de Romero Robledo, que quitaba así el porvenir á tres Médicos cubanos, y hacía faltar al Gobierno de Madrid, á compromisos contraidos en la celebración del concurso de esas plazas facul- tativas. Hasta el 29 de Julio de 1894 ocupa Ordás el puesto, y en esta misma fecha, es nombrado y toma posesión, el que había sido Jefe del Presidio de la Ha- bana, D. Antonio Calbetó. Valiente competencia para ocupar el puesto primero, de Jefe técnico, en un hospital de enajenados! El 6 de Abril de 1896, por cesantía del anterior, viene á la plaza, D. José López Roberts, hermano de aquel tristemente célebre D. Dionisio, de la época de los estudiantes fusilados, y Secretario que era por entonces, de la llamada Junta de la Deuda. El ministro Moret, quiso que este Sr. anciano y enfermo, libertado de iniciativas, con debilidad men- tal apreciable, con acentuado egoismo, no soltara la prebenda, y en comisión, lo llama 4 Madrid para consultarle sobre reformas. Embarca el 30 de Júnio del año citado, y muere en la travesía al peo. día. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 107 Estaba dispuesto, que durante el tiempo de esa co- misión de López Roberts, ocupara interinamente el cargo, el Contador Interventor D. Eduardo Martí- nez Cadrana, que se posesionó de él el 22 de Junio, desempeñándolo hasta el 10 de Noviembre del mismo año 1597. Ya se habrá visto, que no era el médico más anti- guo el que sucedía al director. Con verdadera astu- cia se había obtenido esta modificación, contraria, tanto á la razón, como á la lógica y á los preceptos estatuidos. Pero como la ley estaba violada, para que no precisase la condicional de Médico para el cargo de Jefe del Manicomio, claro es que á esa alte- ración hubieron de ajustarse determinaciones poste- riores. La competencia científica, forzada por el favoritismo gubernativo, cedió su puesto, al orden de mayor cantidad de sueldos, cuyo aumento mañosa- mente, se había cuidado de obtener antes. Merece por cierto citarse en esta ocasión una comel- dencia muy singular: el partido político que existía en esta Isla con el nombre de conserv ador, apoyaba, con el ministro Romero Robledo á la cabeza, el tra- bajo contra el ascenso reglamentario de los médicos. La razón política de fondo, no era otra que por ser cubanos, y porque en memorable ocasión de triunfo autonomista, el médico 12 que lo era, votó con sus compatr iotas que constituían la referida agrupa- ción política. Pues bien, un autonomista de talla, el Jefe de la representación parlamentaria, el Sr. Labra, resultaba auxiliando y apoyando aquellos trabajos en Madrid, porque con esa solución, hacía favor á su hermano político, el citado Sr. Cadrana. El caudillo último que al frente del Gobierno Gene- ral fracasó en Cuba, el General Blanco, saltando por encima de ciertos requisitos legales, nombra adminis- trador de “Mazorra” á D. Juan Kohly, señor que ha- bía sido acaudalado, y que pertenecía á la familia de O'Reilly, de la amistad particular del general. El 10 de Noviembre toma posesión del cargo. No había acabado todavía, la impericia, ni la pos- tergación del derecho del médico, aún en plena políti- 108 ANALES DE LA ACADEMÍA ca de igualdad, reparación y confraternidad, que se pregonó en la época de Blanco. No pudieron ofrecer resultado estas administracio- nes; y la última menos que ninguna, por alcanzar el periodo más cruel de la guerra cubana, de la guerra con los Estados Unidos; por ser los momentos y tiempos de las violencias y desazones á toda hora; por el imperio absoluto del sable; porque el gobierno atendiendo á su guerra nos retiró su acción y sus re- eursos; porque no había que comer, y los locos se mo- rían á montones de hambre y enfermedades infeccio- sas propagadas porlas mismas tropas; porque un Jefe sin pericia médica, que no vivió nunca en el Asilo, no podía conocer ni atender ciertas cosas, zanjar deter- minadas dificultades, suplir otras y dedicar cuidados directos, á los que, en medio de la sin razón y de las vivezas ó angustias delirantes, clamaban constante- mente por pan, y sólo á los médicos, únicos que veían, culpaban y adornaban de oprobios porque no le disponían alimentos! Y el médico, ejerciendo con esta triste amargura su noble sarcedocio, uno y otro día expuesto á naturales inculpaciones y violencias, era el poster gado, el que siempre recibía las persecu- ciones, las exigencias, el menor sueldo......... que no llegó á cobr ar! Fué este, á no dudarlo el periodo de la anarquía, del desastre, de la desesperación, de la cuasi despo- blación del Manicomio. Mil cincuenta y dos acoji- dos había en Diciembre de1896; Setecientos noventa y siete quedaban en igual mes del año siguiente, y tan sólo TRESCIENTOS UNO en fin de 1898. En el periodo de esta última administración, fué cuando se extremó, por la entonces Junta de Patro- nos del Asilo, la inquina contra los Médicos, pues hasta el dato más simple de celo en las funciones fa- cultativas, lo traducía á través de la preparación pa- sional que tenía, y lo estorbaba ó negaba sistemá- ticamente. Presentó su renuncia por Agosto Ó Sep- tiembre de 1898,—ó la reiteró entonces, —peto no sin antes, en el plano inclinado de su caida, proponer la suspensión del Médico Sr. Recio, por ebenorme delito DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 109 de haber estorbado que los locos comiesen un pan fabricado malísimamente, con la harina de maíz podrida, llena de gusanos, que quedaba como resto de aquel cacareado contrab ando llamado de /as harinas de Mr. Lee. Ya estaba entonces sostenida una lucha real entre los miembros del gabinete autonomista y el General Blanco, con motivo de la dirección de Mazorra. El gener al no quería dejar cesante á su favorecido; y los Sres. Secretarios abogaban porque terminase la bru- tal anomalía creada por aquel ministro que tanto odió todo lo que hacía bien á los cubanos. Siempre, naturalmente, el General vencía. Se acepta la renuncia á la Junta de Patronos, y el Secretario de Gracia y Justicia y Gobernación del Gobierno Autonomista, nombra á dignísimas perso- nas para constituir la nueva. Al tomar posesión de sus cargos, en el que elijen al Dr. M. Bango de Pres1- dente y al Dr. J. Santos Fernández de Vice Presiden- te, toman el primer acuerdo de aceptar sus puestos previo el restablecimiento del Reglamento, para que una persona, técnica, conocedora de la especialidad, el médico más antiguo según se disponía en esa ley orgánica, fuese removido á á la Dirección. Una comisión, nombrada por la Secretaría corres- pondiente, ya estaba actuando y averiguaba todo lo relacionado con la suspensión del Sr. Recio. Llenó su cometido en meditado y justiciero trabajo que ha- cía resplandecer la no culpabilidad para el médico suspenso; atribuyendo la mala administración y el desconcierto existente, á esas luchas eternas entre los que tenían el derecho y el saber, y los que se dis- putaban el favor oficial; y pr oponiendo la reafirma- ción de los mandatos reglamentari 10s, con la Direc- ción para el Médico 12, que á ella debió ser promo- vido desde Junio de 1892, Ante la pretensión condicional que imponía la Junta de Patronos, de nueva creación, y el resultado del expediente incoado, se vió el General Blanco 1m- pelido á ceder, y se declaró por fin, cesante al Señor Kohly, nombrándose director propietario á D, To- 110 ANALES DE LA ACADEMIA más Recio, médico 12 desde hacía más de 20 años, en Consejo de 21 de Noviembre de 1898. Los médicos, siempre en lucha desigual, donde mu- chas eran de pura defensa del destino que servían, á través de seis largos años, vinieron á ver salir para ellos el sol de la justicia equitativa, con los postri- meros destellos del período del gobierno autonomista! Angustioso mes, de pura transición el de Di- ciembre. En 12 de Enero de 1899, cámbiase por completo la faz de la Isla de Cuba. El poder extrangero que venció á España en la contienda, entra en posesión de su conquista, y toma las riendas del gobierno. Al conocer nuestra agónica situación, envía auxilios, apresta su acción y su poder, permitiendo desde en- tonces, que cada vez quede mejor completada y regu- lada la alimentación del pobre loco, que tantísimas angustias económicas pasó. Modificaciones y reformas, con motivo de estable- cer ciertas mejoras fundamentales, hacen tomar nue- vos derroteros al gobierno actual, determinando cambios en el personal alto, decretándose la cesantía del Sr. Recio, y nombrándose de director al Dr. Lu- cas Alvarez Cerice, distinguido Coronel de Sanidad Militar del Ejército Cubano. Se decreta también la cesantía de los: Dres. Jorge Le Roy y Carlos Kolhy, médicos 22 y 32, interinos, nombrándose para esos argos á los Drds! J. Vega Lamar y Antonio Espe- rón, ambos también procedentes de la Sanidad del glorioso Ejército Cubano. En 21 de Febrero del pre- sente año toman posesión de estos cargos los señores recién nombrados. Cambios radicales en el modo de ser de este Mani comio se proyectan. En estos mismos momentos un presupuesto extraordinario de más de 77 mil pesos, para obras que se realizarán enseguida, acaba de ser aprobado por la alta Autoridad que representa el poder Interventor. En breve plazo se solucionarán los problemas de los excretas, dotación abundante de aguas, del gabinete hidroterápico, un primer pabe- llón modelo para melancólicos, al que seguirán cinco DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 111 más, otro pabellón para enfermedades infecciosas, sala de disección y depósito de cadáveres, local para el lavado al vapor, teléfonos, timbres eléctricos, € é. La Autoridad Supericr promete expontáneamente, su decidido apoyo, para que este templo de caridad, que ha sufrido vicisitudes sin cuento, llegue, en no lejano día, á figurar al lado de los mejores de Amé- rica; para que alcance á ser, verdaderamente digno de la noble misión que entraña su existencia; y estar desde luego en harmonía con la cultura de este pue- blo y con la altura de los progresos científicos de nuestros días. No cabe dudar, que así sucederá. El loco en Cuba, ya está de plácemes! La Caridad senme ica IV Como epílogo complementario de este pobre tra- bajo, haremos constar en rápida nota, los nombres de los Sres. Médicos que han tenido los locos, y que han dejado de ser citados en el curso de nuestro relato. Corresponde primeramente mencionar á aquellos que sólo han sido nombrados y no llegaron á concu- rrir al Manicomio. El Dr. D. Cayetano Conforto, es el primero; nom- brado en 3 de Julio de 1868, época de epidemia de cólera en el establecimiento. El Dr. D. Zacarías Santander, que fué muchos años médico del Cementerio Cristóbal Colón, y el licencia- do D. Federico Kolhy, allá por el año 1876. Nombrados accidentalmente, con motivo de la epi- demia de cólera en 1868, aparecen: El Dr. Gabriel María García y el Dr. D. Domingo Fernández Cubas, ambos en los primeros días de Ju- lio del año citado. Los que han ocupado sus cargos regulares fueron los siguientes: El Dr. Enrique Valdés Valenzuela, como médico auxiliar en 1869.—Renunció en Junio. El Dr. Vicente B. Valdés, también auxiliar interino, 112 ANALES DE LA ACADEMIA nombrado en Junio 31.—En Diciembre del mismo año 1869 se le nombró interno.—Renunció en Fe- brero 1871. El Dr. Juan Valdés Valenzuela, auxiliar en 18 Fe- brero de 1871.—Cesó en Octubre del mismo año. El Ldo. D. Tomás Lazo de la Vega, interno en 18 de Noviembre de 1871.—Cesa en 14 de Abril de 1872. El Dr. Narciso Reig, interno, desde el 15 Abril de 1872 hasta 192 Junio. El Dr. Tomás de la Hoya, interno desde el 22 Agosto, al 7 Diciembre de 1873. El Ldo. Regino Fariña, interno desde Diciembre de 1873, hasta 11 Febrero 1874. ' El Ldo. D. Manuel López Laza, que fué sub-direc- tor con el nombre de jefe del detall, ó médico mayor— estilo militar—en 1877 época del primer Reglamento. El Ldo. D. Benito Serrate, que fué médico 2 2 hasta 1885 en que renunció. El Dr. Jorge Hortsmann y Varona, que fué Médico 32 desde Julio á principios de Octubre de 1896. El General Weyler pidió por cable al ministro la cesantía de este médico, á lo que parece porque era cubano é hijo de un médico cubano de su enemistad, y para nombrar al Ldo. D. Angel Suárez, madrileño, amigo del entonces Intendente Fagoaga. Nombrado en Oc- tubre del citado año 1896, lo dejaron cesante en 30 de Agosto de 1898. BIBLIOGRAFIA Tenemos á la vista una monografía sobre los '*Ma- trimonios de los sordo-mudos en América” por J. A- Fay, que ha sido remitida á nuestra Biblioteca. El libro consta de 527 páginas, ocupadas la mayor par- te de ellas con tablas estadísticas, para ilustrar las opiniones emitidas en el texto. Las cuestiones que el autor trata y dilucida están formuladas en los siguientes términos: 19 ¿Están más expuestos los matrimonios de los sordos á á procrear hijos sordos que los matrimonios ordinarios? DE CIENCIAS MÉDIDAS, FÍSICAS Y NATURALES 1183 22 ¿Están más expuestos los matrimonios en que ambos contrayentes son sordos á procrear hijos sor- dos que aquellos en que uno de ellos oiga? 3% ¿Existe determinada clase de sordos más pro- pensa á procrear hijos sordos que las otras? En la afirmativa, ¿qué clase es esa y cuáles son las condi- ciones que aumenta Ó disminuye su capacidad pro- lífica? 4.2 ¿Son más felices los matrimonios en que ambos contrayentes son sordos que aquellos en que uno lo sea y otro no? Esas preguntas, especialmente las dos primeras, dice el autor, han sido muy discutidas en Europa y América. Las respuestas, sin embargo, son entera- mente distintas. Algunos escritores sostienen que los matrimonios de los sordos son más propensos á producir sordos que los ordinarios, y que la propen- sión crece cuando se trata de sordos por ambas par- tes. Otros dicen que los tales matrimonios son muy poco más propensos á transmitir la sordera que los comunes. Y otros que no existe diferencia alguna en la capacidad de una y otra clase para procrear hijos sordos ó sanos. El total de matrimonios de sordos desde 1803 has- ta 1894, en los Estados Unidos y Canadá sube á 4.471. La sordera no es una anomalía fisica ni una enfer- medad; y son, por consiguiente, impropias las frases “sordera transmitida” y “sordera heredada”. Cuan- do la sordera de los padres reaparece en los hijos, lo que realmente se transmite ó hereda no es la sor- dera, sino alguna anomalía de los órganos auditivos ó del sistema nervioso, Ó la tendencia á determinada enfermedad de la cual resulta la sordera. Mr. Fay afirma que los matrimonios en que los dos son sordos produce más hijos sordos que cuando uno solo de los esposos es sordo. El Dr. Bell dice que según sus observaciones, en la mayor parte de los casos en que un sordo-mudo se casa con uno que oye, éste pertenece á una familia en que hay sordo-mudos; y en una gran proporción de 114 ANALES DE LA ACADEMIA casos en que los matrimonios produjeron hijos sor- dos ambos padres tenían parientes sordo-mudos. Respecto de la felicidad de los matrimonios entre sordos acontece que cuando los dos esposos tienen el mismo defecto son más felices que aquellos en que uno de los dos oye y el otro no. Los matrimonios de sordos son más comunes en América que en Europa. La proporción entre matrimonios en que los dos contrayentes son sordos es de 72,5 por ciento; y aquellos en que uno de los dos oye es de 20 por ciento. La monografía de que damos cuenta está en nues- tra Biblioteca á la disposición de todos los que quie- ran consultarla. Es un trabajo curioso, útil y hasta de amena lectura. El Dr. Fernando González del Valle Este respetable médico, creador de la Cirugía en Cuba, venerable maestro de varias generaciones mé- dicas, Rector que fué de nuestra Universidad Lite- raria, su Decano muchos años, y prestigioso miem- bro de esta '““Academia de Ciencias Médicas”, ha bajado al sepulcro el día 15 del actual. Nació en la Habana el 28 de Diciembre de 1803, y desde el año 26 viene siendo el maestro de la ju- ventud médica cubana. Fué hábil cirujano, de gran práctica y concepto, y siempre, en todos los actos de su vida, supo dar brillo y respeto á su patria y á su profesión. La Academia se cubre de luto y llora la desapa- rición del cubano esclarecido y prestigioso, de su So- cio de Mérito, que durante toda su larga vida no hizo otra cosa que contribuir grandemente al ade- lanto científico de este país. E PB | OBRAS DEVENTA. y ¿EN LA —REDA OCION DE LOS nan Trabajos de la comisión de medicina legal é : E * hágiene pública, 3 tomos; La Flora, Cubana, de s a veldooa Y malta Cubana, de Dr. Gundlach; la, Memoria sobre la lo E “Mohuscos Cu Denda , por el Sr. re: y Holinas id Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del ale mán ¿PO el Dr. laa E born e ei o vlosie tt a L. Tor ra 1 ny - E A 4 eL Pd Na p He: add en Pe com. SN | Ez a eee secos, ME MA dl NN á es LAS PE DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 123 que todos debiéramos saber, una alarma injustifica- da invade nuestro espíritu y el maldito fantasma del personalismo hácenos olvidar el fondo de lo que se nos pregunta, para perdernos en un intrincado labe- rinto de dudas y suposiciones que á nada práctico conducen. ¿Puede haber algo más natural, que siendo anó- malo lo que sucede en nuestras estadísticas demo: gráficas, los encargados de utilizarlas traten de darse cuenta del fenómeno? El defecto no es nuevo, nadie ignora su trascenden- cia y los conceptos erróneos que se formarán los ex- tranjeros sobre nuestro estado sanitario, al estudiar y comparar nuestras estadísticas. Ahí están los distinguidos demógrafos de este pais y entre ellos el Dr. Vicente de la Guardia, que nos diga el trabajo titánico que ha tenido que realizar durante muchos años para la publicación de sus cua- dros demográficos. El, mejor que nadie, puede decir- nos los dispar ates nosológicos que ha tenido que corregir y el número considerable de otros, que impo- sible de enmendar, han tenido queirá la casilla de- sigenadá con el indeterminado nombre “otras enfer- medades” El que conoce sus defectos trata de enmendarlos; desconociéndolos, no hace otra cosa que fomentar- los. Debemos confesarlo sin rubor, porque nuestra no ha sido la culpa simo del vetusto régimen pasado; ' estamos pobres, muy pobres en conocimientos, no ya de patología intertropical sino en los de la moderna patología y de ahí, señores, que arrostremos la pena de que un centro que sabe cumplir con su deber nos ponga de manifiesto nuestras deficiencias doctrina- rias, por un mal entendido respeto á los mayores, con sus ideas tradicionales. Pero no somos solos los médicos cubanos; los americanos y los mismos médi- cos de Europa sostienen hoy todavía grandes vacila- ciones diagnósticas al referirse á determinados pro- cesos febr ¡les. Ya lo hemos dicho en el seno de esta misma Corpo- ración con nuestro querido hermano el Dr. Domingo 124 ANALES DE LA ACADEMIA Madan. Para distinguir las infecciones febriles ob- servadas en este pais desde principios de este siglo, debemos tomar por guía su especificidad clínica y etiológica, como la noción principal que ha ido sepa- rando los antiguos tipos febriles. Las antiguas clasificaciones de M Mercado, Morton y Torti, que todavía quieren aUdOS conservar en- tre nosotros, designando las formas graves del palu- dismo con los nombres de perniciosas, sub-contínuas, proporcionadas y comitentes, deben desaparecer hoy que ya tenemos una noción completa y etiológica de las infecciones palúdicas febriles. Más de medio siglo duró en Europa la discusión para llegar á separar las enfermedades englobadas con el nombre genérico de Titus. Entonces era per- donable el error porque sólo impresionaba á los ob- servadores la influencia de los agentes atmosféricos y la de las estaciones, para explicarse la aparición de las fiebres. La confusión de los términos de los nosologistas y la revolución de la doctrina organicista de Bruassais, vino á dificultar más la separación de los diversos tipos de las pirexias intertropicales. Así no es ex- traño ver en las estadísticas de principios de este siglo las gastro-encefalitis alternando con las síno- cas, tifus, perniciosas, biliosas y malignas. Y así como es curioso ver en Europa la lucha entablada para separar el tifus exantemático de la tifoidea, durante medio siglo, es notable también ver que casi en la misma época y todavía con posterioridad, dis- cutirse la más grave de las incógnitas de la patolo- gía intertropical, que es la separación de las formas eraves del paludismo con la fiebre amarilla, la lla- mada fiebre remitente biliosa ó grau endemia de los paises cálidos y la fiebre tifoidea legítima, tal como se observa en los climas templados de Europa. La influencia preponderante del clima vino á sus- tituir á la influencia de los agentes meteóricos y su origen climático llegó á ser “considerado tan domi- nante por la mayoría de los observ adores de la Amé- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 125 rica mtertropical, como el orígen estacional era imvo- cado en las pirexias del viejo Continente. La piretología cubana tenía necesariamente que estar sometida á las ideas imperantes en el mundo científico y para desembarazarse de una tradición honrosa, pero llena de preocupaciones y prejuicios, ha debido pasar por iguales visicitudes que las doc- trinas etiológicas de las pirexias reinantes en otras regiones y que hoy reconocen por causa un agente patógeno cuya evolución en el organismo invadido, explica las determinaciones anátomo-clínicas con sus caracteres específicos. La especificidad de las pirexias intertropicales ha sido demostrada por la observación clínica, la com- . probación anatómica de las lesiones, la epidemiolo- gía y la investigación experimental. Si quisiéramos caracterizarlas, podríamos definirlas diciendo: cada fiebre, como entidad nosológica, es fanción de un agente patógeno, micro-organismo comprobado Ó no; y como entidad ES representa la reacción del organismo invadido por el micro-organismo es- pecífico. Ya hemos visto en anteriores consideraciones que desde siglos atrás el paludismo y la fiebre amarilla se disputaban la etiología de nuestro medio patoló- gico. Asílo venía demostrando la observación clí- nica, que ayudada después con el estudio anátomo- patológico en la losa anatómica, permitió compro- bar las lesiones de las placas .de Peyero y afirmar desde los principales trabajos de Félix Giralt y V. de la Guardia, la fiebre tifoidea entre las infecciones febriles que se observan en la isla de Cuba en la actualidad. En la primera mitad de este siglo otras dos pi- rexias específicas vienen á agregarse á las anteriores: la grippe y el dengue. Salidas de confines opuestos, la grippe encuentra en las temperaturas bajas la ocasión oportuna para extender sus invasiones, mientras el dengue busca las regiones intertropicales de Asia, Africa y América, donde aparece á inter- valos diferentes. 126 "ANALES DE LA ACADEMIA Más de una vez ambas infecciones han puesto á prueba la sagacidad de nuestros observadores. Las formas febriles y prolongadas de la grippe sin locali- zación predominante, han hecho vacilar el diagnós- tico entre la fiebre tifoidea ó una remitente paládica. Del mismo modo las formas gástricas del dengue han hecho creer se tratase de casos aislados de invasión amarilla ó de un exantema. Al lado de las pirexias específicas ó esenciales, como las llamaban nuestros antiguos maestros, las fiebres exantemáticas tienen un puesto entre las infecciones febriles agudas, cuyo origen microbiano nadie pone en duda; aunque no se haya comprobado todavía su agente patógeno. Tenemos una serie de infecciones febriles indetermi- nadas que la nosología tarda en darle un puesto fijo en sus clasificaciones, porque el estudio de sus lesio- nes propias ó de sus agentes específicos no ha podido avanzar gran cosa y solo la observación clínica y la etiología le asignan un puesto entre las infecciones febriles agudas “al lado de las grandes pirexias de nuestro país. Todas estas fiebres que engloban nuestras anti- guas gástricas, biliosas, inflamatorias; sinocas, ete- meras, herpéticas, de aclimatación, no pueden ocu- par en nuestra descripción un puesto especial, por estar convencidos que no son otra cosa que modali- dades clínicas atenuadas ó modificadas, de las pirexias específicas par la influencia del medio en que se desarrollan. Del mismo modo las formas graves v mortales de nuestras fiebres denominadas fiebres biliosas graves, íctero-hemorrágicas, fiebres de bo- rras, tito-malarias, subcontínuas, tifoideas, Se, de. No son otra cosa que formas especiales de nuestras grandes pirexias en que el diagnóstico clíninico ha tenido que fluctuar, en su interpretación patogené- sica, según la doctriaa etiológica admitida y los medios de comprobar su diagnóstico preciso. Tal es la conclusión á que “debemos llegar con los resultados de la investigación experimental de nues- tros días. Teniendo por guía la noción etiológica DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 127 representada por un agente patógeno que provoca la infección febril, las condiciones de clima, medio social, predisposiciones, constitución médica ó genio epidémico, entran como causas secundarias en la aparición y formas de todas las pirexias, y esa no- ción causal ha tenido por consecuencia inmediata, no solo la mayor exactitud del diagnóstico, sino también las mayores ventajas en el tratamiento cu- rativo y profiláctico de todas ellas. La importancia que se ha dado al clima en el desa- rrollo y evolución de las pirexias intertropicales, merece que nos detengamos un momento en este asunto. En este concepto nuestras tres infecciones principales, paludismo, dotinentería y la fiebre ama- rilla, ofrecen tres tipos de graduación sucesiva según la influencia del medio externo ó individual para constituir sus alternativas de frecuencia Ó rareza y sus caracteres de epidemia ó endemia. A medida que en Europa la separación clínica del tifus y de la tifoidea se apoyaba sobre bases firmes, los observadores de la patología intertropical seña- laban fiebres graves de tipo contínuo que se separa- ban de los casos comunes del paludismo. Pero bus- cando una etiología que las explicase se invocaba la influencia de las temperaturas elevadas. Así sucedió con las fiebres ardientes contínuas de los médicos ingleses de la India, con la remitente tifoidea de los franceses de Argel y con la contínua perniciosa de los brasileños. - En principio se negaba la presencia de la fiebre tifoidea, como sucedió entre nosotros y en las anti- llas francesas atribuyendo los casos observados al paludismo. Fué indispensable que las autopsias vinieran á demostrar las lesiones específicas de la dotinentería para que el convencimiento llegase al ánimo de los observadores imparciales. Mientras tanto en clínica se señalaba la ausencia ó rareza de las manchas lenticulares, de los accidentes hemorrágicos y de perforaciones intestinales y al lado de los casos graves y mortales, que no dejaban duda se crearon otros nombres que respondían á las 128 ANALES DE LA ACADEMIA formas benignas de las regiones donde se obser- vaban. Una de estas expresiones que hizo fortuna y sin embargo ha sido muy discutida, es la de tifo-malaria empleada por el Dr. Jamenson de Sangay, vulgari- zada después por los médicos americanos é italianos y que venía á sustituir el de remitente tifoidea de los franceses de Argel. Más clínica que patológica esta expresión ha venido usándose entre nosotros, sin que se hayan publicado en nuestro sentido observaciones confirmativas de las lesiones características de esas infecciones hasta estos tres últimos años en los cua- les el suero diagnóstico de Widal y el examen metó- dico de la sangre nos ha permitido observar y des- eribir casos de simbiosis que antes solo se presumian. La certeza que hoy tenemos de las asociaciones del paludismo y la dotinenteria, de aquel y la fiebre amarilla nos conduce á realizar diagnósticos más ciertos y que las estadísticas sean menos defectuosas. La cofusión de nuestras grandes pirexias con otros tipos febriles, benignos casi siempre, y que se condcen con los nombres genéricos de fiebres. simples ó inde- terminadas, ha sido causa de frecuente error. A estas fiebres se les han conservado los antiguos nombres de fiebres de tipo gástrico, con sus dos rariedades, la biliosa y la intestinal. Fiebre de tipo catarral y por último fiebre de tipo fluxionario 6 llegmásico. Como se ve, en estos tipos no se lleva más guía que la expresión clínica que ofrecen sus manifestaciones. Nuestros defectos persistirán mientras nos aferre- mos al vetusto sistema de hacer diagnósticos exclu- sivamente sintomatológicos y se mire con desdén el diagnóstico etiológico, único que puede clasificarse de rigurosamente científico. El síntoma en algunos casos y el conjunto sintomático en otros nos lleva á sospechar tal ó cual enfermedad y, si reali- zamos el diagnóstico etiológico, tendremos la segu- ridad completa de lo que antes era mera presunción. En los casos frecuentes de simbiosis ¿cuál sería el clínico capaz de afirmar la presencia de dos ó más in- DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES 129 fecciones febriles en un mismo sujeto sinó recurriese al diagnóstico etiológico? Afortunadamente los progresos sorprendentes de la biología y su interesante rama la bacteriología, brindan hoy al médico estudioso nuevos horizontes que facilitan de manera extraordinaria, metodizán- dolos, los medios diagnósticos. Nada más fácil hoy, para los que están versados en los adelantos de la moderna medicina, que esta- blecer diagnósticos rigurosos en la diferenciación de las pirexias endémicas Ó epidémicas de los países intertropicales. El paludismo, la fiebre tifoidea dot1- nentérica, la fiebre amarilla, el tifus exantomático y el recurrente pueden separarse en clínica, con el auxi- - lio del laboratorio, en un tiempo más corto del que se emplearía en describirlo, de igual manera el labo- ratorio clínico nos permite hoy sorprender la existen- cia de simbiosis que antes era imposible diagnos- ticar. La presencia de los parásitos de Laverán en la sangre de los palúdicos, el aglutinamiento é inmovi- lización del cultivo puro de los bacilos de Eberth en contacto con el suero de la sangre de los tifoideos dotinentéricos, la falta de elementos parasitarios y de la reacción de Widal y la presencia de los exan- temas en el tifus exantemático, la presencia de los espírilas de Obermeyer en la sangre de los atacados por el tifus recurrente, son elementos fáciles de com- probar antes de pronunciar un diagnóstico. La falta de los elementos señalados y el cuadro clínico tan característico de la fiebre amarilla, nos servirá para diferenciarla de aquellas pirexias mientras llegue el momento que todos anhelamos en que se encuentre también el germen productor de nuestra terrible endemia. Suplico á la presideucia y á los Señores Académicos que me dispensen si los he entretenido con estas consi- deraciones generales; pero que he creido indispen- sables recordar antes de proceder á la contestación del cuestionario. La carta del Sr. Jefe de Sanidad y dirigida á esta 130 ANALES DE LA ACADEMIA Corporación está redactada literalmente en los si- guientes términos: “Desea saber este Departamento la verdadera di- ferencia, si existe, entre la Fiebre Infecciosa, Fiebre Perniciosa, Fiebre amarilla y el Tifus, y la relación entre ellas, si la hay, pues del uso frecuente que de sus nombres se hace, parece indicarse que sí la hay.” “¿Tendría usted la bondad de informarme lo que eree de los diagnósticos diferenciales entre las fiebres ya mencionadas, y, también, qué relación existe en- tre el Tifus típico del pais con el de los otros paises?” “Según han manifestado algunos médicos, estas fiebres se relacionan de cerca con la Fiebre amarilla, tanto es así, que es imposible hacer diagnósticos diferenciales, por tanto, cualesquiera datos que usted se sirva suministrarme respecto de este particular, se lo agradeceré muy de veras.” Someto á vuestra aprobación la siguiente contes- tación: “Con el nombre de fiebres infecciosas se designan todos los procesos patológicos microbianos y febr1- les, desde el simple embarazo gástrico provocado por una perturbación digestiva con sus correspondientes fermentaciones anormales, hasta la más grave infec- ción microbiana que puede causar la muerte, como el muermo, la peste bubónica, la fiebre amarilla, €. dz. Certificar que un sujeto ha fallecido de fiebre infec- ciosa es lo mismo que hacerlo diciendo que ha falle- cido de enfermedad; tan lata é indeterminada es una expresión como la otra. No es posible en nosología médica, aceptar el nombre genérico de un grupo de enfermedades por la individualidad patológica, pues esto sería aceptar un error elemental. Los autores italianos, los franceses y los ingleses han llamado acceso pernicioso á las manifestaciones graves é insólitas que se presentan en el curso de una infección, febril ó no, del paludismo. Entre nosotros y por una interpretación errónea de los hechos, he- mos tolerado que se designe con el nombre de fiebre DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES ES perniciosa á las manifestaciones eravísimas del palu- dismo. Ha venido á emplearse la palabra perniciosa [que implica solamente idea de gravedad] como sinónimo de paludismo y además se ha querido, con una sola palabra, designar las múltiples formas y tipos febri- les ó no, en los que se puede observar el acceso per- NICIOSO. No hay fiebre perniciosa, sólo se admite hoy en buena clínica, la manifestación grave—perniciosa— de las variadas formas ó tipos de la infección palú- dica. | Con el nombre de fiebre amarilla conocemos una entidad patológica que podemos definir: Pirexia es- pecífica de proceso febril de ciclo definido, cuyas lesio- nes características radican en el conducto gastro- intestinal y en los dos grandes aparatos de la depu- ración ó desinfección orgánica, el hígado y el riñón. Sus lesiones principales | son de carácter congestivo hemorrágicas y degenerativas semejantes á Tas pro- ducidas por los envenenamientos sépticos. Con el nombre de tifus no conocemos ninguna en- fermedad endémica ó epidémica propia de este pais. Aquí en Cuba existe diseminada y en forma endémica en casi todas las poblaciones la fiebre tifoidea doti- nentérica de Bretoneau, cuyas lesiones intestinales y cuya marcha clínica es bien conocida entre nosotros. Con el suero diagnóstico de Widal hace ya algún tiempo que las diferenciamos de las otras pirextas, siempre que la investigación se realice pasados los primeros siete dias. Desechadas las clasificaciones impropias de fiebres infecciosas y perniciosas, nada hemos de decir de sus relaciones con la fiebre amarilla y con la tifoidea dotinentérica. Respecto á estas dos últimas, son entidades pato- lógicas bien distintas, y si alguna vez su filiación no es completa, podemos atribuirlo á su coincidencia con manifestaciones palúdicas del sujeto que las su- fre. Simbiosis paludeo-amarilla ó simbiosis paludeo- 132 ANALES DE LA ACADEMIA tifoidea, conocida esta última con el nombre de tifo-malaria. El uso frecuente que se hace, con bastante impro- piedad, de los nombres-de fiebre infecciosa, perniciosa y tifus no prueba de manera alguna que haya rela- ciones entre estos pretendidos estados patológicos y nuestras grandes pirexias, prueba sola mente que en- tre algunos médicos reina todavía la confusión en las clasificaciones dle nuestras fiebres, por querer sostener los diagnósticos sintomáticos de mediados de este siglo. El diagnóstico diferencial entre nuestra tifoidea dotinentérica con el tifus exantemático y el recurren- te observado en otros países, es de facilidad extraor- dinaria si repartimos el trabajo entre la clínica y el concurso del laboratorio, realizando el suero- diag- nóstico y el examen de la sangre. Hasta ahora todos los descubrimientos modernos tienden á demostrar que las distintas fiebres obser- vadas en este país no se relacionan por su etiología con la fiebre amarilla y que los medios diagnósticos con que cuenta la moderna medicina permiten esta- blecer de una manera concluyente el diagnóstico diferencial entre la fiebre amarilla, el paludismo, la tifoidea dotinentérica, la grippe y el dengue, que constituyen nuestras grandes infecciones febriles. Octubre 8 de 1899. DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS Y NATURALES AZ | ee | y DL Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de la Habana CONVOCATORIA Hallándose vacantes en esta Corporación, dos pla- zas de socios numerarios correspondientes á la Sec- ción de veterinaria, y debiendo ser éstas provistas por elección entre los Sres. Profesores veterinarios domiciliados en esta capital; se avisa por este medio á las personas interesadas, que la Junta de Gobierno de esta Academia admite, durante los quince días siguientes á la publicación de la presente convoca- toria, las propuestas que se presenten por los señores miembros de esta Institución, ó en su defecto, las solicitudes documentadas de los aspirantes, que de- berán dirigirse al Secretario que suscribe. Habana y Octubre 31 de 1899. El Secretario GFeneral DR. Gusrayo LóPEZ. » , ye ER m y A A E A, aida Pc “4 A FA? " A 1 mi os E, nas Eh de EN e ha 4 Le rá A" ES? 7) / f > Eo 3 TS | y dada e AA cuño 0l aso 0 ia 0 ad : pt » e Ll AS pur y pio ra 2 ? de Él" AOS LAMOV E DILTL O 48 »K TAS o . E Pe AR on AD ato de prados Ro sh De Pal ES TT ADO Jed1 TOS 2OPTÉa OA 2 é ENT O TO 2ni45 132 EL LA dei >> eormámiojarizaiaror Lane ent MINUS di! ue. 3129 bss BRE. 9 (bando 2h) or ec Aldo lim be 54 28 AIOYITOS IT 1IRDUO al 3h PLA ildug: AA ESTONIA ROL 10G, MOLDE] 98, op ATA PB. Ob 14 418 10 miro dd JO) PARES 2035 AR A GOYA $41 omita [a LE 2074 sb Pe alar) ¿e SO Ll a A RA Dágiene pública, 3 tomos; La Flora Oubana, de Br Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitol gia, Erpetología. Y Entomología Cubana, del - Dr. Gundlach; la Memoria sobre la. Patología e Antigiedades de la Isla de Puerto Rico, pi - el Dr. Dumont; Contribución al estudio de l Moluscos Cubamos, por el Sr. Arango y Molina; Patología Yy Terapéutica del aparato lenticular - del ojo, por el Dr. Becker, traducida del al e —mán eb el Dr. Finlay. 10 EN LA _REDA CCION. DE LOS a E PrabarOs de tad comisión He medicina legal: or de cipal la entre el bello sexo ques Para. reponer los glóbulos rojos de la sangre i cos desde é época inmemorial administrar el hierr ormas y combinaciones que tienen el defecto fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar. o y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero frar Mr. de Das tuvo la: feliz. dea de extraer Jas vacas que se Boledolnn! en os, matad: verlo en VINO y en JARABE, propo: el mejor remedio que hoy.se: conoce par: a clolorosis, y todas sus consecuencias... e E “EL VINO y el JARABE DE. HEMOG z DESCHIENS, preparados en París por. la repu Tos Sres. Adrian. y, C?, fueron acogidos en 1 los +. aquella capital por los cirujanos y- prácticos: más 'comendados en la clientela particular. como e constituyente en las enfermedades. que reco : el empobrecimiento. de la sangre y que. sec palidez del rostro, la. ivapetencía, la FaWa. de ' E mio y. la depresión moral. PANA TI "EL VINO y el JARABE DE HEMO! $ bien conocidos en la Laa de Cuba, pues todos los mé di tiempo. de com prarlos 5loz se des pedir al rojees lea - clasegún fórmula del profesor. Deschiens, que se vend E Habana en las boticas del DR: GONZALEZ, Haban 4 del DR. JOHNSON, Obispo 53 y de JOSE- SARRÁ pde 41, y en todas las boticas: y De adi acr Tomo 36. ¡Noviembre y Diciembre de 1899. —Entregas n*”- 422 y 423 DIRECTORES: Dres. J. M. Céspedes y Si López Redacción: Calle de Cuba Número 84A Nuevo y rápido orocedimtento de doble coloración de la sangre, ño por el Dr. R. EA Rijo. , Mes DE ALGUNOS ERRORES EN, EL EXAMEN CLINICO DE LA ORINA, por el Dr. ua Alonso Cuadrado. | | Un caso de fiebre puerperal tratado por el suero antidiftérico, por el Dr.“Juan N. Dávalos ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DE Il DE DICIEMBRE de 1898. | le la halenía e vlenciaS 1 y + il (e h wa A Y AE A ? > d AN HABANA Imprenta “La Prueba” Manzana Central E . A | 1300 t 1d | Je Ss AR Sr “Y lA Pa Y A e A 1 Número suelto: 30 cts.—Publicación mensual.—Año adelantado $3 oro CONAICiIOnes - Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO PLATA, por semestres adelantados, | En esta publicación, aparecen, á más de los traba- jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral éintereses profesionales, de asuntos históricos de diver- SOS TaMOS8, U. 4. | Los “Anales” sostienen canje numeroso con publi- caciones análogas del mundo entero. LAT ISO Se suplica el cange. AS Toda obra enviada á la redacción de los “Anales” será anunciada tres veces. ACADEMIA DE CIENCIAS 135 NUEVO Y RAPIDO PROCEDIMIENTO DE DOBLE COLORACION DE LA SANGRE POR EL DR. R. GARCIA RIJO Si grande es la importancia que en las funciones normales de la vida hay que reconocer á la sangre como elemento encargado de recorrer la totalidad del organismo á que pertenece, penetrando en la intimidad delos tejidos y atendiendo á las necesi- dades de la célula más pequeña y más recóndita, dis- tribuyendo y difundiendo por un regadío incesante, así el oxígeno que inspiran los pulmones como los materiales azodos é hidro carbonados que retira de los alimentos, á la vez que arrastrando hacia los di- versos emuntorios los resíduos de la nutrición y de la actividad general del organismo; no menos impor- tante es el papel que le está asignado en la evolución de muchas enfermedades, como de tiempo inmemo- rial lo venía afirmando por simple intuición la antigua medicina, y como viene confirmándolo de vez en:cuando la clínica moderna gracias á los méto- dos de observación más perfeccionados que han ido poniendo á sa disposición la histología, la bacterio- logía y la medicina experimental. Ya no es enel colormás ó menos pálido de la piel, ni en la desviación más ó menos acentuada de las prin- cipales funciones del organismo, (palpitaciones, dis- pepsia, menorragia, amenorrea......etc.) en lo que descansa el estudio científico de la anemia, de la clorosis, puesto que podemos penetrar en la const1- tución de la sangre apreciando su densidad, las pro- porciones relativas de sus diversos elemeatos figa- rados así como su calidad, su riqueza en hemoglo- bina..,etc. Yaá nadie causa extrañeza ver al médico 136 ANALES DE LA mandar al laboratorio la sangre de un enfermo para investigar en ella sea la presencia de la filaria, sea la existencia del hematazoario de Laverán, sea la reac- ción tifódica de Widal. Ya no nos sorprende ni que haya clínicos bastantes atrevidos para pensar en hacer de la hematología la base fundamental del diagnóstico en todos los procesos infecciosos, ni que haya terapéutas suficientemente osados para pensar en convertir la seroterapia en una especie de arsenal capaz de hacer frente á todas las exigencias de la práctica, por muy variadas y muy imperiosas que éstas sean. Pero, sin dejarnos seducir por esos ideales, cuyo exclusivismo basta para hacérnoslos rechazar como exageraciones impropias de una sana práctica, y manteniéndonos en el terreno positivo de la clínica verdad, ¡cuánta diferencia entre la hematología de nuestros antecesores y la de nuestras modernas gene- raciones! Antiguamente tal parecía como que la sangre era un estorbo para la curación de las enfer- medades agudas, imponiéndose por lo tanto como condición necesaria para curar á los enfermos ó bien para juzgar de la gravedad de su dolencia, la sangría más Ó menos copiosa, con el doble fin de disminuir el estorbo y de juzgar á la simple vista de las condicio- nes físicas de la sangre extraida; y por lo tanto se apelaba á la lanceta, á las saguijuelas ó á las ven- tosas escarificadas, con la misma facilidad con que vemos hoy recetar un purganteó aconsejar una medicación diurética.—La escuela moderna exage- rando algo la tendencia opuesta, ha llegado en oca- siones hasta á pretender suprimir en absoluto las sangrías así locales como generales, estimando la sangre como un tejido susceptible de ser invadido por la enfermedad, pero dotado como los demás tejidos de vitalidad propia y provista por lo tanto de me- dios de defensa, que auxiliados á tiempo y dirigidos convenientemente, no sólo bastarán á su depuración sino que así mismo podrán contribuir muy eficaz- mente al saneamiento general del organismo y á la reaparición de las lesiones locales. Basándose en ACADEMIA DE CIENCIAS 187 esas razones vemos á los modernos investigadores encaminar todos sus esfuerzos á economizar todo lo posible la sangre de los enfermos, ideando para ello nuevos procedimientos curativos tales como la transfusión, el lavado de la sangre, la seroterapia, é ideando además nuevos métodos de exploración que sin más sacrificio que el de una gota mínima de san- gre permitan darse cuenta de su calidad, de sus reac- ciones, sanas Ó morbosas y por ende, en ciertos casos, del verdadero diagnóstico y á veces hasta del pronóstico que deba formularse. | Sin pretender intercalar en este trabajo todo cuanto se ha publicado sobre la patología de la san- gre, revelaremos sin embargo algunos hechos obser- vados por diversos autores, hechos que tal vez en parte pueden haber sido objeto de interpretaciones prematuras, pero que sin embargo nos servirán á dar una idea de esa nueva senda que el estudio microscópico de la sangre ha abierto al diagnóstico de las enfermedades internas. Al idearse por Malasse Hayem y otros, los aparatos destinados al conteo de los glóbulos de la sangre dióse un paso impotr- tante en ese sentido, adoptándose como punto de partida las siguientes cifras como las proporciones normales de los dirversos elementos figurados con- tenidos en un milímetro cúbico de sangre á saber: el6balos rojos, ONAAIENEA A. 5.000.000 glóbulos blancoS.....ommcnincnn... 6.000 hematoblastes.. 20 L002a.I2ol 250.000 cifras éstas, sujetas sin embargo á importantes va- riaciones según la edad, el sexo, las horas de la digestión..... etc. Nuestro compatriota el Dr. Morado en un trabajo interesante presentado á nuestro primer Congreso Médico Regional, encontró un aumento notable de los hematíes en los quintos recién llegados de la Península, aumento que algu- nas veces llegó hasta alcanzar la cifra de 9.000.000 pero que generalmente acusaba un promedio de 6.435.000. Esta hiperglobulia ha sido igualmente observada en diversos otros países comprendidos como la Isla 138 : ANALES DE LA de Cuba en la zona cálida. La diarrea, el sudor copioso, en una palabra todo aquello que ocasiona una sustracción más ó menos importante de líquido á los tejidos del organismo, determina igualmente una hiperglobulia accidental transitoria como ocurre por ejemplo en el recién nacido después de su nacimiento. Mayor importancia tiene bajo el punto de vista pa- tológico la hipoglobulia, la cual se observa en todos aquellos casos en que la nutrición se encuentra entor- pecida por cualquiera causa que sea. También es susceptible de variaciones la cifra de los leucocitos en la sangre humana, variaciones fisiológicas unas como hemos visto que sucede con la cifra de los hematíes, mientras queen algunos casos entrañan dichas alteraciones una significación mórbida capaz de orientar al clínico en su diagnóstico y hasta en su pronóstico. El aumento de los leucocitos se observa de un modo transitorio (leucocitos) después de las hemorragias, é igualmente en la mayor parte de las enfermedades infecciosas, sobre todo cuando hay ten- dencia á la supuración. Según Winternitz, inmedia- tamente después de los baños fríos, el número de leucocitos se eleva aldoble ó triple de su cifra normal, leucocitosis que generalmente no subsiste más allá de un par de horas (Legram). Bajo los nombres de leucemia ó leucocitemia hanse agrupado otra serie de casos en los que el aumento numérico de los leuco- citos existe de un modo permanente. En cambio la disminución de los leucocitos ha sido señalada en el curso de las fiebres contínuas por Maurel, por Tehis- tovitch, los que la consideran como indicio de un pro- nóstico desfavorable, apreciación corroborada por Legrain, por nuestro paisano el Dr. Coronado y cuya exactitud hemos podido por nuestra parte apreciar : en más de una ocasión. Variable es también la proporción de los hemato- blastos en el curso de las fiebres, de las hemorragias, de los estados anémicos. Pero no siempre basta conocer la riqueza globular y las proporciones relativas de los diversos elementos figurados contenidos en una sangre: determinada, ACADEMIA DE CIENCAS 1,489 para deducir la línea de conducta que. deba adop- tarse con el enfermo. Nuevos datos hanse tratado de ir acopiando para penetrar más profundamente en la constitución de la sangre, en su biología, en sus alteraciones morbo- sas. Prescindiremos de la cromometría y de la espec- troscopia, métodos que requieren el empleo.de, apa- ratos especiales y apuntaremos solamente .aquí algunos detalles susceptibles de ser observados en los microscopios corrientes hasta sin objetivos de iumer- sión, algunas modificaciones de forma consideradas por diversos autores como indicio de un estado. mor- boso; deteniéndonos más especialmente en ciertas reacciones histo-químicas y sobre todo en el empleo de los reactivos colorantes, que tantos y tan impor- tantes progresos ha permitido alcanzar en las demás ramas de la histología así como en la bacteriología. 12 Hematíes.—Sabido es que sus dimensiones normales oscilan entre 6 4 9 y de diámetro. En las anemias de todo género suele observarse sea la. acu- mulación en gran número de glóbulos enanos, sea. la aparición de hematíes gigantes, pareciendo los. pri- meros corresponder sobretodo á las formas leves ó benignas mientras que los segundos se observan más habitualmente en las formas graves tales como, la anemia perniciosa, en la que se ha visto la propor- ción de los hematíes gigantes subir progresivamente hasta alcanzar la tercera parte del número: total. Además de esta variabilidad en las dimensiones, hanse señalado por Quincke y descríbense hoy por casi todos los autores con el nombre de poikilocitosis ciertas alteraciones de forma sumamente irregulares y caprichosas, comparable algunas de ellas á las deformaciones de las células amiboideas y acompa- ñadas á veces de wacuolas en el espesor de su proto- plasma; dichas modificaciones suelen observarse en la clorosis y en la anemia en general. —También se han descrito por algunos autores ciertas altera- ciones, de causa no bien determinada, en virtud de las cuales los hematíes pierden su coloración (cor- «¿púsculos incoloros de Norrisclorocitos y. acromato- 140 ANALES DE LA - citos de Hayem), ó bien presentan cierta movilidad de la que normalmente están en absoluto despo- seídos Ó bien adquieren cierta viscosidad y cierta difluencia que favorece la fusión de sus elementos en grandes masas, Ó bien muestran una fragilidad - extraordinaria......etc. Vistos al microscopio los hematíes presentan un color amarillo más ó menos intenso, debido á la pre- sencia de la hemoglobina, sustancia que desempeña - en el organismo animal, un papel comparable al que desempeña la clorofila en los vegetales. Dicha sustancia es sumamente sensible á la influen- cia de diversos reactivos. Basta mezclar un poco de “agua á la sangre para que los hematíes palidezcan por la pérdida que sufren de su hemoglobina, pérdida que pasa á ser total si en vez de agua sola se agrega una solución de ácido acético ó de algún otro ácido mineral. Dicha propiedad de dejarse decolorar es utilizada á veces en las investigaciones bacterioló- gicas para evitar que la capacidad de los hematíes impida descubrir la presencia de algún micro-orga- nismo. En otros casos por el contrario hav interés en observar los hematíes con su color normal ó bien conservarles su hemoglobina y á veces hasta su vita- lidad para poderlas caracterizar lo más completa- mente posible.—Con ese fin se han ideado diversos líquidos conservadores, más especialmente conocidos - con el nombre de sueros artificiales y cuyas fórmulas se encuentran en todos los tratados de histología. (Véase la técnica histológica de San Martín), sueros que son empleados como simples agentes de diluición en los procedimientos clásicos de conteos globulares. 22 Leucocitos.—Tres variedades de leucocitos han sido señaladas en la sangre normal. (a) pequeños, 6 á Td de diámetro, núcleo único “rodeado de una capa muy tenue de protoplasma finamente granuloso. (b) medianos, 7% á 101 de diámetro, uno ó varios núcleos, rodeados de una capa mayor de proto- plasma granuloso. (e) mayores, 8á 911 de diámetro; núcleo único ó ACADEMIA DE CIENCIAS 141 múltiple, másó menos contorneado figurando á veces una alforja y rodeado de una capa espesa de proto- plasma con gruesas granulaciones refringentes. Las proporciones respectivas en la sangre normal son las siguientes: Variedad (a) 23 1d. (b) 70 fpor 100. 1d. (c) 7) Descríbense además otras variedades patológicas - ássaber: (d) leucocitos enanos, diámetro inferior á 6 (e) id. gigantes, diámetro que puede alcanzar 207 (£) 1d. infiltrados de hemoglobina. (2) id. granulo grasosos. Algunos autores modernos han creido deber rela- cionar el predominio de tales ó cuales formas de leu- cocitos con un proceso linfadénico, manifiesto ó latente, localizado ora en los gánglios linfáticos (leu- cocitos pequeños), ora en el bazo, en la médula de los huesos (leucocitos medianos y grandes). Así mismo la proporcionalidad de las tres variedades de leuco- citos normales ha sido adoptada por algunos auto- res como base para establecer una distinción impor- tante entre la leucocitosis transitoria, en la que dicha proporcionalidad es respetada y la leucemia, nombre aplicado á un proceso generalmente estable Ó por mejor decir progresivo, en el que además del diámetro numérico de los leucocitos normales, apa- recen éstos invertidos en sus respectivas propor- ciones y mezclados á veces con otras variedades patológicas como las que hemos señalado hace poco. 32 Reactivos colorantes. —Para someter una muestra de sangre á la influencia de los reactivos colorantes hay que principiar por hacer una prepa- ración en seco de dicha sangre, extendiendo una pequeña parte de ella sobre una laminilla cubre-ob- jeto y fijándola, operaciones ambas harto delicadas, y sobre todo la última (fijación), demasiado larga y complicada si se quieren seguir los procedimientos generalmente aconsejados, de los que vamos á pre- sentar un somero bosquejo. 12 Prepárese la lamai- 142 ' ANALES DE LA nilla de cristal destinada á hacer la preparación, sumergiéndola previamente en un ácido fuerte laván-: dola en agua filtrada y esterilizada y por último: secándola cuidadosamente y conservándola al abri- go del polvo y de todo género de impurezas. 22 Deposítese la sangre sobre la laminilla y ense- guida pásese cuidadosamente sobre ella, sea otra laminilla, sea una varilla de cristal, de modo á no dejar de ese solo golpe sobre la laminilla en cuestión, más que una ténue capa de sangre. Esta parte de la Operación exige cierta destreza para evitar en primer lugar que la prepararación quede muy espesa y que los elementos de la sangre se encuentren muy aglo- merados y superpuestos, y en segundo lugar que los hematíes, cuya fragilidad es grande en algunas enfer- medades, se deformen y hasta se fragmenten. 39. Palta ahora fijar la preparación para hacer después de eso actuar sobre ella los reactivos colo- rantes. “Dicha fijación, dice Luzet (Manuel de Mede- cine de Debove. Achard. T. Il pág. 470) puede lo- grarse expontáneamente con solo abandonar la preparación á la influencia del aire seco; pero se nece- sitan para ello de uno á dos años. También se puede utilizar la influencia del calor, sea encerrando la pre- paración durante 2 6 3 días en una estufa á 607, sea colocándola sobre una platina fuertemente calentada en una extremidad, operación esta última que requie- re cierto tanteo. El procedimiento más sencillo con- siste en someter la prepar ación después de seca á los vapores de ácido ósmico (solución á 1%) durante 15 á 20 segundos. Una fi ijación más prolongada estorbaría después la colaración” Otro método de fijación más breve y más sencillo consiste en secar primero la preparación sometiendo la laminilla á rápidos movimientos de vaivén, sumer- giéndola después de eso en una mezcla de alcohol y éter, partes iguales, en la que se dejará dos ó más horas, transcurridas las cuales se venteará de nuevo la laminilla para facilitar la evaporación del éter y alcohol, antes de aplicar él ó los reactivos colo- rantes. ACADEMIA DE CIENCIAS 143 Veamos ahora algunos de los resultados á que han llegado diversos investigadores, entre los que ocupa el primer lugar Ehrlich, cuyos descubrimientos en la materia no han sido aún superados. “La mayor parte de los reactivos colorantes usa- dos en histología alteran los glóbulos sanguíneos y devuelven la hemoglobina. El agua 10do-iodurada es la única excepción; empleada en disolución de color moreno bastante obscuro, quedan teñidas todas las partes que contienen hemoglobina de un color de caoba muy subido. Este medio permite descubrir con seguridad los hematíes nucleados que la sangre contiene en algunos casos patológicos” (Gilbertan Tratado de Medicina de Charcot—Bouchard.—T. II. págma 446). Con respecto á los colores derivados del carbón de piedra, importa recordar que dichas sustancias de- ben su poder colorante unas veces á un principio áci- do (eosina, purpurina, safranina fluoresceina), otras veces á un principio básico (fucsina, azul de metilo, vesuvina) otras veces á las mezclas de un principio ácido y de otro principio básico. De allí la clasifi- cación adoptada por Ehrlich y los hematólogos mo- dernos, de colores ácidos, básicos y neutros. En el estado normal los hematíes se colorean bajo la acción de las sustancias ácidas, los núcleos de los leucocitos é igualmente los microbios con las sustan- cias básicas; y las granulaciones protoplasmáticas de los glóbulos blancos con los reactivos neutros. He allí explicado el orígen de las palabras eosinófilos, basófilos y neutrófilos tan frecuentemente usadas en hematología. “Es muy raro queen la sangre normal se encuen tren leucocitos cuyas granulaciones tomen á la vez los colores ácidos y los básicos, es decir, leucocitos eosinófilos y basófilos. No sucede así en el estado patológico. (Gilbert—loc. citada—pág. 447). “¿Al revés de lo que sucede con los hematíes sanos, cuyo protoplasma se tiñe con los colores ácidos, los hematíes de los anémicos se colorean en sus porcio- nes alteradas y con movimiento amiboideo orígen de 144 ANALES DE LA === su deformación, bajo la influencia de las sustancias colorantes básicas. Hay pues, dicho de otro modo, una verdadera inversión de las reacciones histo-quí- micas del protoplasma globular”. (Gilber—id. id. pág. 469). La misma inversión ha sido señalada por Bremer en varios casos de sangre diabética y por Lépine en algunos enfermos leucémicos, cuyos hema- tíes tomaban los colores básicos con preferencia á la eosina.—(Semana médica 1897—pág. 158). El doc- tor Thayer de (Baltimore) refiere dos casos de tri- quinosis en los que el examen de la sangre reveló la presencia de leucocitos eosinófilos en gran número, mezclados á otro buen número de leucocitos neutró- filos en las proporciones respectivas de 38 á 68% de los primeros y 30 450% de los segundos. (Rev. de Med. y Cirug. prácticas de Madrid, 1897. pág. 433). Nada agregaremos sobre la bacteriología de la sangre, porque parécenos que basta lo expuesto para dejar justificados los puntos esenciales que nos pro- poníamos hacer resaltar, á saber: 12 La conveniencia generalmente reconocida de la diluición de la sangre para facilitar en ciertos casos su examen, y la necesidad para ello de valerse de líquidos especiales. 22 La importancia clínica del estudio de la san- ere por los procedimientos seco y de múltiple colo- ración. 32 La conveniencia de simplificar la técnica de dichos procedimientos de modo á facilitar y extender su aplicación. Tiempo es ya de que pasemos á exponeros la téc- nica que hemos adoptado en varios casos, haciéndo- nos jueces de su utilidad, si alguna encontrais en la sencillez y la brevedad de nuestro procedimiento, de cuyos resultados fácilmente os formaréis una idea mediante el examen directo de las preparaciones ori- ginales que tenemos el honor de presentaros, circuns- tancia que nos permitirá ser sumamente breve, ha- ciendo innecesaria por nuestra parte una descripción, nunca bastante fiel, y ahorrándoos á la vez algún tiempo, siempre precioso para vosotros. + ACADEMIA DE CIENCIAS 145 Por otra parte, en nuestra anterior comunicación sobre “modificaciones de técnica del suero diagnós- tico”. (Véase Crónica Médica Quirúrgica. Habana 1897, pág. 318); ya os dí á conocer el resultado de nuestros primeros experimentos, consistentes unos en la diluición de la sangre en caldo eberthiano como medio de facilitar el examen de sus elementos figu- rados y el estudio de algunas de sus reacciones, con- sistentes los otros en la aplicación de los reactivos colorantes al suero-diagnóstico. Al mencionar dicho trabajo no lo hacemos tan solamente por haber sido los aludidos experimentos el punto de partida que nos ha conducido á los nuevos resultados que hoy os presentamos, sino además, porque entre las prepa- raciones que se encuentran semetidas á á vuestra consi- deración, las hay igualmente de aglutinación tifódica tratada por la doble coloración, en las que veréis los hematíes conservados y teñidos de rojo cobrizo por la acción de la eosina, al paso que los bacilos de Eberth así como los núcleos de los leucocitos los veréis en la misma preparación, teñidos de azul franco por razón de su afinidad para los colores básicos (azul de metilo). Técnica.—Sobre un cubre-objeto limpio deposito una pequeña gota de la sangre que se desea exa- minar y otra gota más ó menos gruesa de caldo este- rilizado; de que, como todos sabéis, existe siempre abundante provisión en todo laboratorio hacterio- lógico. Mezclo dichas gota de sangre y caldo, á la vez que las extiendo sobre la laminilla: cubre-objeto, operaciones ambas que realizo con el hilo de platimo clásico en bacteriología, hilo previamente esterilizado á la llama y dejado enfriar. Para secar y fijar dicha preparación de sangre diluida, me valgo de una pequeña lámpara de alco- hol y de una lámina de cristal, un porta objeto, sobre una de cuyas extremidades hago descansar la laminilla, cuidando de que los bordes de ésta no so- bresalgan en ningún punto del porta- objeto, cuya misión va á consistir en preservar de la acción direc- ta de la llama, la laminilla en donde está hecha la 146 ANALES DR LA preparación. Siendo el cristal un cuerpo mal con- ductor del calor puedo fácilmente agarrar entre dos dedos el porta-objeto por la extremidad opuesta á la que soporta la laminilla, sin que el calor aplicado á esta extremidad me moleste; sin embargo, para ma- yor seguridad, puede intercalarse un pedazo de lienzo ó de papel entre el cristal y los dedos que le sostienen. La aplicación del calor será más ó menos rápida, más ó menos pausada según el tiempo de que se dis- ponga; mientras más pausada, mejor; pero tan rápi- damente puede hacerse que no dure ni tan siquiera un minuto.—Bastará ejercitarse en tres ó cuatro ope- raciones procediendo por vía de tanteo, para adquirir la práctica necesaria. Réstanos colorear la preparación, para lo cual se echará mano de cualesquiera de los reactivos que se encuentran ampliamente reseñados en las obras correspondientes.—Por nuestra parte hemos proba: do la solución iodo-iodurada, el ácido pícrico, la he- matoxilina, la vesubina............ etc., habiéndonos fija- do más especialmente en los dos colores generalmente preferidos en hematología, á saber la eosina y el azul de metileno, los que hemos usado separada y conjun- tamente.—Bajo el punto de vista práctico, prefe- rimos servirnos de soluciones simples, ó sea de una solución de eosina y otra solución de azul de meti-. leno, las que hacemos actuar sucesivamente, lavando con agua simple después de cada impregnación, ope- raciones todas que pueden efectuarse con tal rapidez que en cinco minutos hemos logrado, siguiendo la marcha descrita, tener la preparación desecada, fija- da, coloreada y montada en bálsamo tal como lo veis en las muestras que tenemos el honor de presen- taros.—Alguno de los autores que hemos consultado, al recomendar el empleo sucesivo de diversas mate- rias colorantes, aconseja principiar, después de fijada la preparación, por hacer actuar sobre ella la hema- toxilina, el azul de metileno ó en general los coloran- tes nucleares, reservando el empleo de la eosina para una segunda impregnación.—Por nuestra parte, repetidas veces hemos fracasado al tratar de seguir ACADEMIA DE CIENCIAS 147 dicho consejo, habiendo al fin deducido de nuestros experimentos una conclusión diametralmente opues- ta, ó sea la conveniencia de principiar por la eosina para terminar con el azul de metileno.—Tal parece como que la eosina además de colorear la hemogjlo- bina, la fija de un modo más persistente, evitando su solubilidad en el agua y los demás líquidos que se emplean, al paso que, principiando por el azul, la hemoglobina desaparece y los hematíes pierden la facultad de tomar la eosma. Así, pues, la brevedad del procedimiento y la cir- cunstancia de no exigir estufas, ni útiles, ni reactivos especiales, costosos, abultados óde difícil manejo,nos han parecido razones suficientes para darlo á cono-: cer y recomendar su empleo á los médicos clínicos, 'á quienes recordaré las ventajas que en mi trabajo anterior os señalé de la aplicación de los reactivos colorantes á las investigaciones hemopatológicas, ventajas de todo género, claridad, precisión y simpli- cidad, puesto que ni un simple objetivo de inmersión se necesita para analizar los diversos detalles de las preparaciones que á la vista teneis. Fijaos smó en el microscopio con que estais observando dichas pre- paraciones: el objetivo es el objetivo seco F. de Zeiss, y sin embargo, gracias'á la doble coloración de los hematíes por la eosina y de los bacilos por el azul, destacan perfectamente los más mínimos detalles. No dudamos que pueda el caldo ser reemplazado por algún otro excipiente.—Con ese fin he ensayado el suero artificial de Hayem y otras soluciones sali- nas más sencillas aún, habiendo tenido que renunciar al uno y á las otras porque al secar y fijar la prepa-' ración se formaban cristales que afeaban y hacían confunsa la preparación; inconveniente que no se observa con el empleo del caldo. Para facilitar la conservación de este líquido pueden agregarse algu- nas gotas de formol, sin descuidar para sus envasa- miento y manejo, los demás requisitos asépticos, sobre los cuales no hemos de insistir aquí por tratarse de una condición elementalísima y aplicable de un modo general á toda esta clase de investigaciones. 148 ANALES DE LA Conclusiones.—12 El caldo simple usado en base- teriología puede aplicarse á las investigaciones hema- tológicas como uno de tantos sueros artificiales. Conviene formalizarlo para su mejor conservación. 22 Puede así mismo emplearse con ventajas para diluir la sangre y extenderla cuando se quiera. apelar á los procedimemtos seco y de coloración. 32 Para obtener la fijación rápida de las prepa- raciones destinadas á ser coloreadas, basta calen- tarlas á la llama de una lámpara de alcohol, median- te la interposición de una lámina de cristal. v. g.: de un porta-objeto, para evitar la acción directa de la llama. Cinco minutos bastan para tener hecha, coloreada y hasta montada la preparación, siguien- do la técnica que acabamos de describir. ———_—————á—- O A A XA DE ALGUNOS ERRORES EN EL EXAMEN CLINICO DE LA ORINA POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO El Profesor J. Mos de Londres, á quien el que esto escribe le debe en su mayor parte el juicio analítico que posee en química mineral, emplea un procedi miento de emulación en la enseñaza que proporciona excelentes resultados á los estudiates. Prepara una mezcla íntima dedos ó tres sales minerales de las. más comunes, la divide en porciones, y remite cada una á los estudiantes que se someten á su método. Les concede 15 días de término para que efectúen el análisis cualitativo de la mezcla, exigiendo que los resultados los escriban del modo más conciso y exac- to, dando cuenta de lo que hayan visto. El profesor en presencia de las comunicaciones hace un resumen general indicando las cantidades que.constituían la ACADEMIA DE CIENCIAS 149 mezcla, así como el mejor método que debiera ha- berse empleado para descubrir los elementos consti- tutivos; señalando los errores y' faltas cometidas por cada estudiante, y publica el resultado para el conocimiento de sus discípulos. A pesar de ser los análisis muy sencillos, siempre resulta que por lo menos las tres cuartas partes de los estudiantes dejan por descubrir algún cuerpo y en muchos casos solo cuatro estudiantes entre sesenta que forman parte en la competencia, efectúan el aná- lisis compieto. Si esto sucede en química mineral con cuerpos que de ordinario se encuentran en la industria, sabiendo además que solo se componen de dos ó tres sales bien conocidas, los errores que se cometan en el aná- lisis de química biológica han de ser forzosamente de más bulto, no obstante los procedimientos que se recomiendan como característicos de las sustancias. La orina es un producto de secreción asaz com- plejo, eliminado á la vez por filtración y difusión, contiene productos de transformación regresiva, su composición varía á cada instante dentro de ciertos límites, y con excepción de las sales minerales, el res- to de los principios inmediatos se han de demostrar comprometiendo bastante la composición molecular del líquido. Cierto es que en la mayoría de los casos así la orina normal como la patológica presenta ca- racteres genéricos muy semejantes, fáciles de dife- renciar y comparar, no ofreciendo inconveniente alguno el reconocimiento y hasta la determinación cuantitativa de los principales elementos constitu- yentes. Además, el clínico, por lo general, solo busca en el examen de la orina la comprobación del diag- nóstico que ya ha formulado por otros medios, y solo da un valor efectivo al análisis cuando espera hallar la incógnita entre los productos de secreción urinaria. Pero el clínico necesita que el dato que le propor- cione la orina sea evidente y se demuestre pronto, y si puede ser, á la cabecera del enfermo; así es que las publicaciones médico-farmacéuticas están cuajadas 150 ANALES DE LA de procedimientos breves de análisis. Disponiendo el que esto escribe, de tiempo, espacio, voluntad y re- cursos, ha efectuado como. unos ochocientos análisis de orina de los llamados completos, y ha tenido la curiosidad de ensayar cuantos procedimientos han llegado á su conocimiento y por lo. tanto se cree autorizado para afirmar que por lo general un méto- do es más imperfecto á medida que es más breve. En realidad la imperfección, muchas veces no depende de que el método sea malo en sí, sino que -para su ejecución se necesita un cuidado especial, así en la limpieza de los tubos, en la pureza y cantidad de los reactivos empleados, como en la filtración per- fecta del líquido urmario. Con raras excepciones el clínico no tiene tiempo para detenerse en la opera- ción, y ha de confiarlo á un ayudante casi siempre sin los conocimientos más rudimentarios de análisis. Las dificultades son aun mayores cuando se trata de orinas patológicas cuya composición es más alte- rada y particularmente en los líquidos que contienen proteidos en varios grados de transformación mo- lecular. Como esta es una materia bastente extensa, solo nos ocuparemos en esta nota de los errores que sue- len cometerse en la determinación de la presencia ó ausencia de las albúminas, de los azúcares y de los productos biliares, debiendo advertir que estas líneas no son escritas para los que se dedican especialmente á esta clase de análisis, sino para el médico prático que desee aprovecharse de las observaciones que apuntamos. Cuando en una orina ácida, límpida, de débil den sidad y de matiz amarillo se encuentra sero- albú- mina, no hay que cuidarse en la elección del reactivo, entre los innumerables que se registran cn los libros. El calor, los ácidos nítrico, pícrico, acético, el tungs- tato de sosa, la solución yodo-mercúrica, etc., todos estos reactivos la coagulan presentando un aspecto característico que no se olvida después de observado varias veces; pero en la mayor parte de los casos no sucede así, Con frecuencia la sero-alhúmina viene ACADEMIA DE CIENCIAS 151 acompañada de mucina, propeptona, globulina, sero-globulina, peptona y algunos otros proteidos mal determinados dando lugar á confusiones que conviene señalar. La dificultad se presenta sobre todo cuando existen solo indicios de albúmina, por- que en este caso es muy importante indicar su exis- tencia, y la presencia simultánea de mucina enmas- cara la reacción. La orina resulta nebulosa aun después de dos ó tres filtraciones, y por la tanto ni la aplicación del calor, ni la adición de dos ó tres gotas de ácido nítrico Ó acético, dan resultados aprecia- bles. Para descubrir la presencia de una ó de las dos substancias he empleado el método de contacto de Heller con muy buenos resultados siempre, pero usando en lugar del ácido nítrico el Reactivo nítrico- magnesiano del Dr. S. Roberts, que en resumidas cuentas se compone de una solución saturada de sul- fato magnésico á la que se añade la quinta parte en volumen de ácido nítrico puro. Con una pipeta bien limpia se vierte en un tubo de ensayo 6 ó 7 centí- metros cúbicos del líquido ácido, y después con mu- cho cuidado para que no se confundan los niveles, se vierte la misma cantidad de orina dejándolos caer muy lentamente, aplicando la punta de la pipeta sobre la pared del tubo inmediato á la superficie del líquido ácido. A los pocos minutos si existe albúmi- na aun en cantidad infinitesimal se observa en la superficie de contacto de ambos líquidos un anillo fino, blanco y opaco, de espesor relativamente varia- ble según la cantidad de albúmina en tanto que si existe también muema, lo que sucede con frecuencia, se ve invadir las capas superiores é inmediatas de una zona nebulosa, más ó menos extensa, que se dife- rencia perfectamente del anillo de la albúmina. En otros varios reactivos se recomiendan el ácido pícrico ó sea la solución de Esbach, pero me permi- tiría aconsejar á los médicos que lo usen en último término, porque conduce á error cuando hay poca cantidad de albúmina. En primer lugar, si la orina es del tipo del ejemplo anterior, la mucina no desa- parece del todo y pudiera creerse que había indicios 152 ANALES DE LA de albúmina y, en segundo lugar, el reactivo de Esbach precipita también los alcaloides que puede contener la orina, la esencia de trementina, el bál. samo de copaiba, ete. Se objetará que el médico ya tendrá presente si ha prescrito algún balsámico, y en cuanto á los alcaloides precipitados como desapa- recen por el calor no han de dar lugar á error. Pero inmagínese á un jefe de clínica con cien enfermos de fiebre amarilla, y con un par de docenas de tubos de ensayo con la preparación ya dispuesta por el prac- ticante encargado de la sala, y se verá que no es práctico el uso del reactivo de Esbach. Otro error puede resultar no teniendo en cuenta ciertos pormenores de manipulación. $Siá una orina ácida y límpida se añaden dos ó tres gotas de ácido nítrico Ó una cantidad exorbitante, como se han dado y se dan muchos casos, y después se aplica el calor hasta la ebullición, sucede con frecuencia que no aparece precipitado alguno á pesar de contener albúmina. Esto consiste en que la sero-albúmina se convierte en sintonina ó albúmina ácida bajo la in- fluencia del ácido mineral, cuya variedad no se coa- gula por la ebullición. Por esta razón lo mejor es calentar la orina hasta la ebullición, separar el tubo de llama y entonces verter las dos gotas de ácido nítrico Ó acético. Se dan otros casos más excepcionales. Analizá- bamos con frecuencia la orina de un nefrítico, y ob- servamos una vez queno eliminaba sero- albúmina, sino esos proteidos mal definidos que se asemejan más á la peptona. Repetimos en semanas sucesivas los reconocimientos con el mismo resultado, y como no había variado el estado del enfermo ni la compo- sición en general de los principios constitutivos de la orina, no “sabíamos á qué atribuir la causa de la va- riación. Al microscopio aparecían como siempre cilindros granulosos, coágulos mucosos, bacterias, leucocitos degenerados, y hongos de la fermentación, á pesar de manifestar el líquido reacción francamente alcalina. Como el producto examinado era el reco- gido durante las 24 horas, pedimos al paciente orina ACADEMIA DE CIENCIAS 153 e recién emitida y entonces era de reacción ácida y con- tenía sero-albúmina. Lo abandonamos durante 24 horas, en vasija imperfectamente tapada á la tempe- ratura ambiente, y en este caso ya no obteníamos coágulo por la ebullición, aun acidificado ligera- mente el líquido. Sin duda alguna la acción de las bacterias ayudada de la descomposición, primero ácida y después alcalina, contribuyeron aquí á la transformación de la sero-albúmina en peptona, cuya existencia se comprobó porlos reactivos quí- micos. A veces se presenta otro fenómeno que puede dar lugar á mala iuterpretación y que le citamos aquí porque se consigna en pocos tratados de análisis bio- lógico. Sucede con frecuencia que la orima transparente, tratada por el calor y el ácido nítrico como de ordi- nario, no manifiesta precipitado ni coágulo, pero después de fría y dejada en reposo manifiesta un de- pósito que se puede confundir con la albúmina. Este depósito puede ser de uratos, ácido úrico, nitrato de urea y hasta la misma albúmina. Los primeros son fácilmente reconocibles al microscopio, pero nos po- demos dispensar de él en este caso, porque hervida nuevamente la orina, las sales se disuelven en tanto que queda insoluble el depósito de albúmina. Que en los negocios de análisis, la práctica es el mejor libro, se revela en esta observación. Es bien sabido que el fosfato de cal bibásico, disuelto en la orina á beneficio del ácido carbónico, se precipita cuando se calienta, porque se desprende el ácido, pareciéndose mucho al coágulo de la albúmina. Es evidente que sise añaden unas gotas de ácido nítri- co, el precipitado se reedisuelve y no dará lugar á error, pero sucede algunas veces que el fosfato bibá- sico viene acompañado en las orinas del bicarbonato sódico, ingerido en el organismo previamente. En este caso, el clínico que no tiene obligación de saber mucha química, pero que sigue con eserupulosidad lo que consta en los libros, puede equivocarse creyendo que deduce bien. Se encuentra con una orima lím- 154 ANALES DE LA pida, de reacción ácida, vierte dos ó tres gotas de ácido nítrico Ó acético, ve que se produce un precipi- tado coaguloso, que no desaparece calentando el líquido y obtiene la evidencia de que es albúmina. Como este hecho puede presentarse, aunque raras veces, bueno es recordar quelas dosó tres gotas de áci- do añadido, sirven para desalojar el ácido carbónico de algún bicarbonato que puede existir en la orina, y por consiguiente la orina resulta neutra y el fosfato de cal se precipita. Unas gostas más de ácido, hasta que el líquido enrojezca el papel azul de tornasol, son suficientes para que el fosfato se disuelva y no haya lugar á duda. Respecto á la determinación cuantitativa de la albúmina, se hallan muy lejos de la exactitud todos los métodos breves que se han recomendado. Así el que se funda en el espesor y color de la zona que se forma en la superficie de contacto, como el método de Heller, como el del Dr. Oliver, precipitando. la albúmina de la orina por medio del papel mercúrico, y comparando la transparencia que resulta con otra solución de albúmina tipo, necesitan manos muy expertas y algún tiempo; pero aun estos métodos aproximados son preferibles al uso del albuminí- metro de Esbach. Alo más que se puede llegar con este casi inútil aparato es á averiguar la cantidad relativa de albúmina que existe en varias orinas, operando en las mismas condiciones. El volumen que ocupa el precipitado albuminoso después de 12 6 24. horas de reposo con una misma orina, varía según que el ensayo se haga en un piso bajo, ó en un alto, expuesto á la trepidación que en las paredes produce el tránsito de los carruajes por las calles. El único que da resultado exacto, siempre que se obser- ven todas las reglas que se recomiendan en los libros, es el método ponderal, con la albúmina lavada y de- secada á una temperatura de 1001 c., hasta que no pierda de su peso. He comparado en varias ocasio- nes el método ponderal con el volumétrico de Esbach, empleando el mismo ejemplar de orina, y el error ob- tenido con el albuminímetro ha llegado algunas ACADEMIA DE CIENCIAS 155 veces á la mitad de la cantidad real de albúmina contenida en aquélla. « Los: errores cuantitativos que se cometen en la determinación del ácido úrico, nos excusamos indi- carlos aquí porque ya hemos publicado un trabajo que trata de este asunto. (1). La determinación de la glucosa en la orina ha sido uno de los temas de la urología que más ha ocupado la atención de los investigadores, como lo prueba el número de métodos que se describen en los libros. En rigor de verdad, los nuevos procedimientos recomen - dados más bien han tenido por objeto comprobar la opinión del profesor Molisch, según lo cual la glu- cosa existe aunque en pequeña cantidad en la orina normal; pero la misma delicadeza de los métodos, fundados en su mayor parte en comparaciones colo- rimétricas, no recomienda su uso. Tampoco debe- mos esforzarnos mucho para buscar débiles canti- dades de glucosa, porque como la base de los proce- dimientos consiste en la acción reductora del azúcar sobre la substancias que se emplean como reactivo en la orina, tanto normal como patológica, se hallan muchos otros principios reductores que confunden el resultado, y aun cuando se recomiendan algunos medios de desecar el líquido urinario, con ellos no desaparecen todas las causas del error. En la investigación de la glucosa decimos lo mismo qne tratando de la albúmina. No existe inconve- niente alguno para descubrir su presencia y deter- minar la cantidad con cualquiera de los métodos recomendados, siempre que haya una buena propor- ción de glucosa, y con tal que en el proceso se llenen todas las condiciones recomendadas. Cuando existe débil cantidad y cuando la orima glucósica está acompañada de albúmina, ó de los otros proteicos, entonces es ocasión de proceder con esmero. Para descubrir la presencia de la glucosa no hemos encontrado dificultad alguna empleando el reactivo (1) Constitución química é Investigaciones del Acido Urico en la orina, por D. Gastón Alonso Cuadrado.—-Habana. —“La Propaganda Literaria”, 1898. 156 ANALES DE LA de Bóttger, modificado por Nylander, y le damos la dreferencia á cualquier otro, porque aun en las ori- nas de mucha densidad y de color oscuro no ha sido causa de error la presencia abundante del ácido úrico siempre que se tome la precaución de emplear las cantidades de orina y reactivo en sentido inverso al que recomiendan los libros. Se ponen en un tubo de ensayo de alguna capaci- dad como ocho ó diez centímetros cúbicos del reac- tivo bismútico, se eleva el líquido á la ebullición y se vierte centímetro y medio de orina. Cuando con- tiene glucosa el líquido hirviendo se ennegrece casi instantáneamente, mientras que si es una orina de bastante color y abundancia de ácido úrico, el líquido se enrojece sin llegar al color negro, aun des- pués de dos minutos de ebullición. Cierto es que después de algún tiempo en uno y otro caso se depo- sita un precipitado negro en el tubo, pero al princi- pio se distinguen bien las dos acciones. En las orinas nefríticas, donde además de la serina pueden encontrarse otras proteides y cuerpos reduc- tores mal definidos junto con la glucosa, en lugar del reactivo Nylander, se debe proceder primero coagu- lando la albúmina por medio del calor, y después defecándola con solución de acetato de plomo en pro- porción de uno de la solución por diez en volumen de orina. Se añaden después unos gramos de carbonato de sosa disuelto en una pequeña cantidad de agua, con objeto de eliminar el exceso de plomo, se filtra el líquido incoloro y se somete al reactivo de Fehling. Averiguada la presencia de glucosa, se siguen prin- cipalmente tres métodos, para la terminación cuan- titativa: por reducción de las sales de cobre, por fer- mentación y por medio de sacarímetro. Este último aparato, que es excelente, rápido y exacto siempre que se cumpla con todos los requisitos de defecación, tiene el inconveniente de ser caro y el defecto de que no descubre pequeñas cantidades de glucosa; así es que la determinación cuantitativa comienza á ser exacto cuando la orina tiene por lo menos uno por ciento de glucosa. : ACADEMIA DE CIENCIAS 157 El licor de Fehling ha ganado la preferencia en urología y su empleo es fácil, mientras se tomen las precauciones que requiere su uso. Uno de los incon- venientes que presenta el licor es que se descompone pronto y por esta razón algunos químicos han pro- puesto modificaciones en su preparación. Una de ellas consiste en añadir manita al licor con objeto de evitar los depósitos que se forman en el líquido pre- parado de algún tiempo, y otra es añadiendo glice- rina. Sino se toma esta precaución varía el percen- tage del sulfato de cobre y las determinaciones no son exactas. Para evitar el error que resulta de la mala preparación del licor de Fehling, he aquí un buen método: El sulfato de cobre del comercio, llamado puro, se disuelve y se cristaliza dos veces, se desecan perfec- tamente los cristales, y de los que no están esflores- cidos se pesa exactamente 33'6390 gramos se disuelven en suficiente cantidad de agua destilada hervida y enfriada hasta que tome la temperatura media ambiente del Laboratorio, y se completa el volumen á 500 centímetros cúbicos. Aparte, se disuel- ven 15 gramos de manita pura en 100 de agua des- tilada y á esta solución se añade suficiente cantidad de solución de sosa cáustica (D. 1145) hasta com- pletar 500 centímetros cúbicos. Cada una de las soluciones se reponen aparte en pomos de sesenta gramos de capacidad con tapa esmerilada y en un lugar donde no haya mucha va- riación de temperatura. Cada vez que haya de usar- se el licor de Fehling, con una pipeta se toman 5 cm. cúbicos de cada solución y se mezclan para constituir 10 em. de licor de Fehling. De este modo se obtienen dos ventajas: usar siem- pre recién preparado el reactivo y no tener necesidad de introducir el tartrato sódico potásico. La susti- tución de la manita por el tartrato ha sido ideada por Schmiedeburg. Evitando así el error que resultaría de la altera- ción del licor solo queda el que proviene de una man1- pulación defectuosa, Se debe operar siempre en las 158 ANALES DE LA mismas condiciones de dilución, tiempo de la expe- riencia, preparación de la orina glucósica y tempera- tura. Cuando se olvida alguna de esas condiciones, la determinación cuantitativa de la glucosa en la ori- na ya no se verifica exactamente, porque no se trata simplemente de una solución de glucosa, sino de un líquido de composición muy compleja, que la con- tiene mezclada á otras sustancias que con facilidad se convierten en cuerpos reductores de las sales de cobre. El licor de Fehling debe diluirse en cuatro veces su volumen, calentarse en un matraz pequeño é interpo- ner entre la llama de la lámpara y el fondo, una tela metálica, debe conservarse una temperatura de 96 4 100 grados c. y sobre todo no permitir al líquido la ebullición tumultuosa. La preparación de la orina consiste en defecarla de los productos reductores que la acompañan; y aun- que en algunos casos no se puede conseguir exacta- mente en particular en las orinas netríficas, es fácil llegar á una conclusión proseina. Á veces, proce- diendo con el ejemplar bien preparado sucede que en un momento de la operación, casi al terminarse la reducción de la glucosa, aparece un enturbiamiento amarillo verdoso sucio que invade todo el líquido, debido á la presencia de otros principios reductores mal conocidos. Diferentes procedimientos se han ideado para evitar el fenómeno; pero ninguno cumple con los requisitos exigidos. Para una buena determinación cuantitativa por medio del licor de Fehling, es menester que la orina contenga sólo de uno á uno y medio gramos de glu- cosa por ciento, y como en la mayor parte de los ca- sos excede de esta cantidad, se debe diluir el líquido para llegar á estas proporciones, lo que se consigue verificando un ensayo previo. Para las necesidades de la clínica por lo general se toman cinco centímetros cúbicos de orina de la que sele haya separado la albúmina en caso de que la contenga, y se defeca vertiendo un centímetro cúbico de sub-acetato de plomo fíquido. Se agita con una ACADEMIA DE CIENCIAS 159 varilla y se vierten veinte centímetros cúbicos de una solución saturada de carbonato sódico, con objeto de precipitar el exceso de sal de plomo; añadiendo después agua destilada hasta completar exactamen- te cincuenta centímetros cúbicos. Se deja reposar el precipitado, se filtra el líquido, se pone éste en una probeta graduada en décimos de centímetros cú- bicos y se vierte sobre el licor de Fehling cuando se - inicie la ebullición. La velocidad de las gotas que se viertan debe ser de unas ochenta por minuto y cada dos minutos se debe retirar la lámpara brevemente para que se deposite el óxido de cobre y no enmas- care la reacción. Todavía para que la reacción sea más franca á la solución del licor de Fehling se aña- den cinco centímetros cúbicos de legía de sosa, lo que determina la precipitación más rápida del óxido. En el momento de desaparecer por completo el color azul de la solución, se suspende la operación y se lee en la probeta el número de centímetros cúbicos del líquido urinario consumido. En estas condiciones de dilución sólo se necesita di- vidir el número cincuenta por el de centímetros cúbi- cos del líquido empleado en decolorar la solución y el cociente nos da sin más cálculos el número de gramos de glucosa que existen en cien centímetros cúbicos de orina. Después del método clásico de Fehling se ha reco- mendado como muy fácil y superior á él, el reactivo cupro amónico del Dr. Pavy. En teoría es recomen- dable porque el amoniaco tiene la propiedad de di- solver el óxido de cobre que se forma, y por consi- guiente el líquido permanece azul y transparente hasta el momento que se reduce toda la sal de cobre, en cuyo caso se decolora casi instantáneamente. Cualesquiera que sean las alabanzas que haya mere- cido este método [en cuya falta ha incurrido el que habla] tiene en la práctica un gran inconveniente; y es, queá causa de la oscilación de la llama, cuando se calienta el matraz, la temperatura no se puede mantener á cada momento entre 96 y 100 grados c. S1es un poco baja, la operación se prolonga; si se 160 ANALES DE LA eleva ligeramente, se descompone el reactivo; porque en ambos casos se desprende el amoniaco antes de que se haya reducido la glucosa. Este inconveniente nos ha obligado á abandonar por completo el proce- dimiento porque nos ha hecho cometer muchos erro- res en la determinación de la glucosa, hasta que un día nos ocurrió hacer cnatro ensayos en una misma orina, obteniendo grandes diferencias en cada uno. Es pertinente en este lugar ocuparnos de un gran - error que puede presentarse en la investigación de la elucosa, cuando se trata de orinas de análisis com- plicados y podemos evitarle determinando la glucosa por el reactivo Fehling y por el método de fermenta- ción, con objeto de comparar los resultados. Cite- mos un ejemplo: Hace algunos años analizábamos periódicamente la orina de un general que ejerció un importante mando en Cuba. Cuando los deberes de su cargo le imponían el ejercicio constante, el líquido urinario, aunque de bastante densidad, sólo contenía los principios normales; pero en las épocas de vida sedentaria además de ligera cantidad de albúmino- serina existió con mucha irregularidad glucosa [ó lo que nos pareció serlo] llegando muchas veces á de- mostrar por el reactivo de Fehling sesenta ó setenta gramos por litro; mientras que en otras ocasiones bajaba á diez ó doce. Diferentes ensayos se hicieron para averiguar si en el líquido existían algunas de las proteides que generalmente se señalan en las ori- nas patológicas y que también reducen el licor; pero no encontramos ninguno bien caracterizado. Por aquel tiempo recibimos el aparato sacaróme- tro del Dr. Einhorn para determinar la glucosa por fermentación y con el mismo ejemplar de orina hici- mos un ensayo paralelo por el método de Fehling y el de fermentación; pero con gran sorpresa observa- mos que la orina examinada no daba indicación algu- na en el aparato de Einhorn; esto es, el líquido no sufrió la fermentación alcohólica en contacto con la levadura. Desgraciadamente para nuestro estudio, la persona citada se ausentó de Cuba y no volvimos á hacer más observaciones; pero como una explica- ACADEMIA DE CIENCIAS BE. ción cualquiera es mejor queno tener ninguna, atri- buimos entonces la anomalía á que inadvertidamen- te habíamos mezclado algún cuerpo reductor con la solución alcalina preparado para componer el licor de Fehling. Y hubiéramos continuado en la misma creencia hasta que en el Journal de Pharmacie et de Chimie del 15 de Enero anterior, hemos leido un trabajo de M. G. Denigés acerca de un caso notable de alcapto- nuria y cuyas reacciones coinciden con las que obser- vamos en el caso citado, lo que es uno de tantos ejemplos como nos enseñan en análisis á no obtener conclusión definitiva alguna mientras no se apuren todos los medios de demostración. Es necesario por lo tanto emplear por lo menos estos dos métodos de determinar la glucosa en la orina, sobre todo, en las que se separan del tipo medio de caracteres que pre- sentan la glicosuria; porque se encuentran con más frecuencia de la que se supone otros principios reduc- tores que en la mayoría de los casos se interpretan como glucosa. . Podemos aducir otro ejemplo como el que acaba- mos de referir. Sabido es que entre los diferentes sín- tomas de la diabetes en el período agudo se presen- tan formas de pérdida del conocimiento, y esta condición comatosa puede provenir de diferentes causas, entre ellas, como resultado de una apoplegia cerebral, de una meningitis teberculosa ó bien de una intoxicación urémica. Pero además de estos casos hay otros cuyos resultados fatales son debidos á una forma de coma que presenta un grupo de síntomas característicos y constantes, y este es el coma diabé- tico descrito por Kussmaul en 1874. No es mi objeto tratar de ese asunto desde el punto de vista médico, pero entre las varias causas asignadas á estos sínto- mas se aduce la presencia en la sangre del ácido dia- cético del B-oxibutírico y de la acetona. De pasada diré que esta trinidad se puede convertir en una, quí- micamente, puesto que estas tres substancias se rela- cionan mucho entre sí como puede verse en sus fór- mulas y reacciones. El ácido di-acético se produce 162 ANALES DE LA directamente por oxidación del ácido B-oxibutírico, según expresa esta fórmula: Q.PBB TE C'HOH CO id a E e EA 1 AO) COOH oxígeno C'OOH - Agua, Acido B-oxibutírico. Acfdo di-acético. El ácido di-acético se descompone á su vez en aceto- na y ácido carbónico como sigue: ES CH, (0x0, CH: El; == O qn y CO C'OOH a Acido di-acético Acetona Acido carbónico. Veamos lo que estos hechos nos enseñan para nues- tro objeto. Supongamos que se presenta al análisis la orina de un diabético que entre los productos de secreción contenga el ácido B-oxibutírico; y sin ante- cedente alguno empleamos el excelente método Feh- ling para determinar la cantidad de glucosa que con- tiene la orina. En este caso el análisis químico nos indicará la presencia de una cantidad dada a. Supongamos ahora que otro analista emplee para la misma orina el método excelente del polariscopo, ó sacarómetro, y en este caso el análisis Óptico le in- dicará la existencia de una cantidad de glucosa dis- tinta, cEAz%49 A A absorción correspondiente y aquí debemos hacer una observación. Se dice por algunos que el pequeño es- pectroscopio que se recomienda en el comercio de aparatos para uso de la clínica, solo da las rayas que se quieren ver, pero como la misma historia se contaba hace algunos años por los que apenas cono- cían el microscopio á vista de pájaro, el dicho no tiene valor alguno. | Para hacer las observaciones al espectroscopio es menester acostumbrarse á manejarle como se descri- be en los libros, comenzando primero con espectros de emisión y de absorción característicos. Para el análisis de la orina ha de estar perfectamente filtra- da y la masa de líquido que han de atravesar los rayos luminosos ha de ser de bastante espesor, nece- sitándose algunas veces un tubo de diez centímetros; la dilución ha de ser la conveniente, se ha de evitar la luz difusa que pudiera provenir de otro manantial de luz y la abertura del espectroscopio ha de ser fina y perfectamente limpios los bordes, porque de lo con- trario, aparecen una serie de rayas transversales que son el estorbo que embarga á los principiantes. El mismo error que puede resultar en el diagnós- tico no teniendo presente estas observaciones, al des- cubrir la presencia de una ú otra de las sustancias colorantes citadas, resulta entre la hemoglobinuria y la hematuria. En la primera, bien caracterizadas, se observa el líquido urinario de reacción ácida, color rojo de sangre claro, trasparente en la mayor parte “delos casos. Calentado no precipita sero-albúmina pero si el líquido se eleva á la ebullición, la hemoglo- biña se descompone en dos principios albuminóides coagulables, la methemoglobina y la hematina fácil- mente distinguibles de la sero albuminuria. En este caso se ve bien que las substancias coloran- tes de la sangre pasan directamente á la orina sin arrastrar elementos histológicos. En los casos de hematuria se presenta más rojo- obscuro, turbio por lo general, dando un precipitado de sero-albúmina por la acción de los ácidos y del calor debido á los glóbulos rojos de la sangre. Tra- ACADEMIA DE CIENCIAS 167 tándose de orinas características es muy fácil distin- eguirlas pero en los análisis urológicos estos casos se presentan pocas veces, y ya es una orina hematúrica, conteniendo más hemoglobina de la que pertenece á los glóbulos rojos emitidos, ó bien es una hemoglobi- nuria que contiene muy débiles cantidades de sero-al- búmina. Existe una tercera dificultad que solo la práctica y el conocimiento de las transformaciones - que puede sutrir la orina nos pone en camino de resol- verla. En ocasiones el líquido urinario aparece como procedente de una hemoglobinuria porque se encuen- tran muy pocos glóbulos rojos en relación con la sus- tancia colorante, pero si se toma el líquido reciente- mente emitido y se observa con frecuencia durante un día, se ve que la orma es hematúrica. Comienza después de algún tiempo á descomponer- se la orina, se pone neutra, los fosfatos se precipitan lentamente arrastrando consigo los elementos histo- lógicos, luego se convierte en alcalina y entonces los elóbulos de la sangre se redisuelven' en su mayor parte. Es por lo tanto necesario tener muy en cuenta el grado de acidez Ó alcalinidad que tiene el líquido al hacer el análisis. A trueque de prolongar este trabajo y por la im- portancia que encierra el asunto, citaremos un caso práctico que recientemente nos ha ocurrido y que de- . muestran lo que engañan las apariencias analíticas. Se nos presentó una orina con todos los caracteres externos de hemoglobinuria. Se agitó todo el conte- nido de la botella y se tomó una pequeña parte para someterla á la fuerza centrífuga con objeto de exami- nar al microscopio los elementos histológicos. Mien- tras el ayudante examinaba la preparación micros- cópica en la que halló algunos glóbulos rojos, expuse á la acción del calor en un tubo de ensayo una parte de la orina filtrada y dió un precipitado abundante coaguloso. La presencia de los glóbulos en la prepa- ración microscópica y la coagulación por el calor ya no nos dejaba duda que era una orina hematúrica, y sin más averiguaciones, procedimos á determinar la cantidad de albúmina por el procedimiento ordinario; 168 ANALES DE LA pero contra nuestra creencia, cuando después de la acción del calor vertimos en la cápsula unas gotas de ácido acético, el precipitado coaguloso se disolvió por completo y la orina resultó roja y transparente. El error previo consistió en que el precipitado coagu- loso que tomamos por albúmina era en realidad de fosfato de cal disuelto en la orina á beneficio del ácido carbónico, el que se desprendió por el calor de- jando el precipitado de fosfato. Unas gotas de ácido acético disolvieron el precipitado restableciendo la verdad de los hechos, pues se trataba efectivamente de una hemoglobinuria con una muy pequeñísima cantidad de alóbulos de sangre. En estas orinas se encuentran también materias colorantes biliares y aún los ácidos de la bilis. La presencia de estas materias enmascaran algún tanto las observaciones espectroscópicas de las colorantes de la sangre y para la diferenciación completa se ne- cesita una prolongada manipulación que solo se ob- tiene en los gabinetes de urología. Como todos los métodos que se han dado para la investigación de la bilis en la orina, se fundan en la reacción tan conocida de G. Melin, poniendo en con- tacto el ácido nítrico-nitroso con la orina sospechosa y se dice que entre la superficie de contacto se forma una zona de modificación de colores que deben ser el verde, azul, rojo, violeta y amarillo verdoso. No siendo en las orinas donde haya abundancia de bilis [en cuyo caso una hebra de lana blanca ó el mis- mo papel donde se filtra el líquido se tiñe de amarillo y no se necesitan más ensayos] en las demás las zonas de colores no se presentan bien marcadas, á veces faltan algunas y hasta el color verde que es el característico, y se presenta desde el principio, sale muy desvanecido y solo se observa en ciertos ángu- los de la reflexión de la luz. Las orinas concentradas y oscuras no dan resultado tampoco, y hay ocasio- nes en que otras materias colorantes también presen- tan las mismas zonas. Para evitar los errores de la investigación, lo mejor es tratar una buena cantidad de orina con cloroformo. ACADEMIA DE CIENCIAS 169 Se agita la mezcla en el fondo del vaso se lavan con agua destilada y se vierte el cloroformo en una copa que contenga ácido clorhídrico. Se agita rápida- mente la mezcla; se vierte después ácido nítrico y se observa el cambio de coloración del cloroformo. Este es el método más conveniente para el examen clínico, pues en cuanto á los análisis más detenidos, se aprovecha la propiedad que poseen los pigmentos biliares de adherirse á los precipitados con más tena- cidad que los otros pigmentos. Además de las dificultades en la diferenciación de los pigmentos urinarios, recíprocamente éstas se fijan en los sedimentos que abandona la orina duran- te su enfriamiento, y revisten á los elementos anató- micos de granulaciones que dificultan el examen microscópico. Esto sucede principalmete en los casos que la orina se halla muy cargada de materias colo- rantes como la uroeritrina urato alcalinos, urobilina y pigmentos biliares propiamente dichos. El método excelente ideado por Mr. Mehu (*) para separar las materias colorantes de los sedimentos, evita muchas causas de error y facilita el análisis. Añade hasta saturación sulfato de amoniaco á la orima, y se depositan en seguida las materias coloran- tes patológicas, juntamente con otros sedimentos. Para separarla emplea una solución saturada en frío de fosfato sódico ordinario 2NaO0, HO, PO, 24. H.O el cual disuelve con facilidad la urobilina, uroeri- trina, los pigmentos biliares ordinarios etc. La can- tidad de la solución fosfática varía de una gota á algunos gramos según se emplee directamente sobre la preparación microscópica ó sobre el sedimento contenido en una copa cónica, debiendo advertir que un exceso de líquido no perjudica al resultado. Se vierte el todo sobre un pequeño filtro y se reco- ge el sedimento para observarle al miscroscopio, libre ya de las sustancias colorantes, mientras que si se quieren estudiar los pigmentos, no hay más que vol. (*) Repertoire de Pharmacié, Julio de 1878 página 307 y Octubre de 1883 página 448. 170 ANALES DE LA ver á saturar el líquido filtrado con el sulfato amó- nico y se precipitan nuevamente los pigmetos. En cuanto á las materias colorantes de proceden- cia vejetal que acompañan algunas veces á las ori- nas, á causa de la ingestión de medicamentos que las contienen como el ruibarbo, el ácido salicílico, la raiz de cúrcuma, etc., y que le dan coloración parecién- dose unas veces á las orinas biliosas, y otras á la hematúrica, son fáciles de diferenciar; pues basta emplear ácidos ó alcalis para que se revelen á los indicadores más comunmente usados como el torna- sol, la fenoptaleina, el nitrato de hierro, etc. Réstanos para concluir por hoy, hablar algo de la reacción de Pettenkofer para demostrar la presen- cia de los ácidos Biliares. En nuestras manos nunca ha producido resultados tal como se describen en todos los libros de química biológica y siempre hemos tenido que acudir á ais- lar los de la orina, á no ser que existan en gran can- tidad. Y viendo quees muy corriente hablar de la reacción de Pettenkofer como fácil de obtener en la orina, casi no nos atreveríamos á indicar esta falta de éxito si no fuera porque en el buen libro del doctor James Tyson de Filadelfia hemos visto lo siguiente que se haya conforme con nuestras observaciones. “Leyendo la casi totalidad de las obras de fisiolo- gía y los numerosos manuales de análisis de orina, el estudiante lleva el convencimiento que la investi- gación de los ácidos biliares, si están contenidos en la orina, es uno de los resultados más fáciles de obtener por medio de la reacción llamada de Pettenkofer.” Todo lo contrario es lo que sucede, y en realidad esta investigación, aplicando directamente en la orina los medios indicados por Pettenkofer ó cual. quiera otra clase de reactivos, es prácticamente imposible, á menos que los ácidos biliares se encuen- tren en gran cantidad. ACADEMIA DE CIENCIAS 171 UN CASO DE FIEBRE PUERPERAL TRATADO POR EL SUERO ANTIDIFTERICO por el Dr. Juan N. Dávalos. Señores: Seremos breves en la exposición de los detalles clí- nicos, suprimiendo aquellos que se encuentran con frecuencia repetidos en los casos comunes de infección puerperal. De la historia clínica sólo mencionaremos lo más preciso, lo indispensable para formar juicio del proceso que si unido á las investigaciones realiza- das en el Laboratorio (*) con los productos recojidos en la enferma encontrais algo útil, algo práctico que autorice á repetir nuestro proceder, en condiciones semejantes, quedaremos altamente satisfechos, por- que la estadística daría conclusiones que hoy de un caso aislado no podemos deducir. Se trata de una mujer blanca de 30 años de edad, de buena constitución, que sólo ha sufrido de fiebres palúdicas en distintas épocas, haciendo 10 meses las tuvo últimamente por espacio de un mes. En los17 años de casada ha tenido tres embarazos: dos terminaron por abortos en el primero y segundo mes respectivamente, y el tercero, llevado á término, es del que vamos á ocuparnos. El día 9 de Junio último á las 8 de la noche fuimos llamados por la comadrona de asistencia, la cual nos manifestó que desde la una de la mañana comenza- ron los dolores y queála seis deesa misma mañana se rompió la bolsa de las aguas. Durante todo el día las contracciones fueron regulares y fuertes; sin em- (*) “Laboratorio Bacteriológico de la Crowica MuEDICO-QUIRURGICA DE LA HABANA”. 172 ANALES DE LA bargo, la dilatación completa vino á hacerse tangi- ble por la tarde, á última hora. En efecto, cuando llegamos á las ocho de la noche existía completa dilatación, el feto venía en presen- tación de vértice, primera posición, y la intensidad de las contracciones uterinas, asícomo su regularidad nos hizo esperar á que se realizase el parto expontánea- mente, tanto más, cuanto que por la auscultación percibimos perfectamente la regularidad de los lati- dos cardiacos del feto. El parto avanzaba, aunque con lentitud; la cabeza había descendido al estrecho inferior, colocándose inmediatamente detrás del periné, al extremo de verse asomar entre los grandes labios en los momen- tos de las contracciones para retrocedercuando éstas cesaban. En tal situación de “vaivén” del feto, esperamos aún el parto expontáneo, hasta que á las 10 de la noche vimos que empezaron á flaquear las energías de la parturienta y creímos podía correr peligro la vida del nuevo ser. Sin vacilar intervinimos, previo lavado vaginal con una solución de bicloruro de hi- drargirio al 1 por 2000 y la correspondiente antisep- sia de nuestras manos y forceps, extrayendo un niño vivo, de pequeñas dimensiones, con dos vueltas de cordón en el cuello. La placenta la extragimos á los 5 minutos por simple tracción, la cual salió integra y sin dar lugar á hemorragias. Después del alumbramiento, siguiendo los consejos del profesor Pinard, en los casos de intervención, se practicó un lavado intrauterino con la solución de bicloruro en la proporción antes empleada, y en la ligera rasgadura que se produjo en la horquilla, apli- camos un algodón con vaselina salolada. Para los días siguientes recomendamos á la coma- drona hiciera dos lavados vaginales diarios con la solución antedicha, y en la herida practicase la misma cura con vaselina salolada. El día 13, al medio día, se nos avisó que la parida tenía fiebre. Nos manifestó que al día siguiente del parto, día 11, se sintió febril, que no tuvo escalofríos ACADEMIA DE CIENCIAS 178 pero sí mucho dolor de cabeza que aún persistía. En efecto, á las 3 de la tarde que fué cuando la vimos, tenía 38'2 de temperatura y 110 pulsaciones, la lengua saburral en el centro y algo seca. El vien- tre timpanizado y ligeramente adolorido á la presión, sobre todo, al nivel del útero y anexos. El flujo loquial era muy escaso, sin mal olor, y de color amarillo rojizo. La rasgadura de la horquilla, si bien no había cicatrizado por primera intención, no presentaba, sin embargo, mal aspecto. Por el tacto vaginal encontramos sensación dolorosa en el fondo de saco posterior, extendiéndose dicha sensa- ción hacia el lado derecho del útero; el volumen de este Órgano, en harmonía con los días de involución que llevaba, en tal circunstancia, era normal. Por medio del espéculum no descubrimos nada de parti- cular, pues la coloración y aspecto del hocico de tenca correspondían al período involutivo en que se hallaba. Practicamos un lavado intrauterino usando la sonda de Budin y pasamos tres 4 de una solu- ción de bicloruro de mercurio al 1 por 2.000 y para la herida de la horquilla, vaselina salolada. Ala vez ordenamos un purgante de sulfato de sosa, antipiri- na y bromuro para la cefalalgia. Alimentación láctea. Día 14.—Por la mañana 38'4”, pulso 114. El mis- mo lavado y cura que el día anterior. Por la noche 399, pulso 120. Lavado intrauterino y cura salolada. Suprimo la poción con antipirina por haber cesado la cefalalgia. Continuó la alimen- tación láctea. Día 15.—Por la mañana 38'8, lavado intraute- rino y cura. | Por la noche 39%6 de temperatura; tiene al medio día un fuerte escalofrío y después abundantes sudo- res que aún contmuaron. Con el espéculum descubrí en el hocico de tenca pequeñas placas blanquecinas de exudado fibrinoso esparcidas por toda la superfi- cie, desprendiéndose con facilidad al pasar una tó- rula de algodón. Repetimos el lavado intrauterino y 174 ANALES DE LA la cura de la herida que permanecía en el mismo es- tado. Ordenamos la poción Jaccoud. Día 16.—Por la mañana tenía 38'6”. El hocico de tenca casi cubierto del exudado blanquecino que se extendía algo al fondo de saco posterior; la herida cubierta por una delgada falsa membrana ó exhuda- do; por el orificio externo del útero apenas salía lí- quido loquial. Hago un lavado intrauterino y la cura de la horquilla. Ordeno otro purgante de sul- fato de sosa. Por la noche 40” de temperatura. El purgante operó bien; continúan los sudores copiosos, la lengua algo seca. Repetimos el lavado intrauterino, pasan- do 4 litros de la solución ya empleada. Día 17.—En la mañana 39. Lavado vaginal. Por la tarde 40'4”, siguen los sudores; se siente débil; el vientre suave y ligeramente timpanizado. Las falsas membranas, no solamente cubrían el ho- cico de tenca completamente, sino que se extienden á los lados y fondo de saco, presentándose islotes pe- queños en toda la pared vaginal, y la herida de la horquilla cubierta también. Después de hechas las siembras en dos tubos de suero solidificado con dicho exhudado ó falsas mem- branas, practicamos el lavado intrauterino. Día 18, —Temperatura de la mañana 39'2*. El es- tado general y local continúa en la misma gravedad. Las siembras hechas el día antes y que colocamos en la estufa á 37? durante 20 horas, dió por resulta- do la germinación de colonias aisladas del bacilo seudo-diftérico común, puro, sin mezcla de otros gér- menes. Tuvimos una junta con nuestro amigo el Dr. I. Calvo, y acordamos la aplicación del suero antidifté- rico en virtud de la cantidad de falsas membranas que cubrían gran parte de la mucosa genital; tanto más, cuanto que por la imperfecta investigación no habíamos encontrado ninguno de los gérmenes pató- genos propios de estas infecciones y no estar contra- indicado el suero en cualquiera clase de infección fra- ACADEMIA DE CIENCIAS 175 guada que una investigación completa más tarde pusiese de manifiesto. Después de la consulta, le hicimos un lavado vagi- nal que repetimos diariamente hasta darla de alta curada. Alas 8 de la noche, con 40'4 de temperatura, le pusimos una inyección de suero antidiftérico de 20 cc. como habíamos acordado. Día 18.—Por la mañana 37'5” de temperatura; se sentía bien, sólo se quejaba de dolor en la boca [hi- drargirismo]. Cambiamos la solución de bicloruro por la de fenosalil al 1 por 100 para los lavados va- ginales. Por la tarde tenía 37'6” de temperatura; continúa sintiéndose bien, aunque débil. Le ponemos otra in- yección de 20 cc. de suero antidiftérico pero antes de practicar el lavado y cura vaginal, con el exhudado hicimos siembras en 2 tubos de suero solidificado, 4 de agar inclinado y recogimos en una pipeta esterili- zada el flujo loquial que salía por la vagina y que in- mediatamente trasladamos al Laboratorio. Día 19.—Amanece con 37% de temperatura. Las falsas membranas habían desaparecido casi por com- pleto, sólo quedaban aisladamente algunos puntos en el hocico de tenca y una tenue película cubriendo la herida perineal. Alimento: sopa y leche. Por la noche 37'2* de temperatura. Le inyectamos otros 20 cc. de suero. Día 20.—Temperatura en la mañana 36'8". Por la tarde 37”. Ya habían desaparecido comple: tamente las falsas membranas de toda la mucosa ge- nital, así como la película que cubría antes la herida presentando una coloración rosada, en vía de cicatri- zación. Dispongo para el día siguiente alimentación de carne y huevos. Día 21 Temp. en la mañana 36'8*—Tarde 87” e por A 36'6— ,, 36'8" ” o») ” 36'"1"— »” 3677 ») 24 »” o, ») 36'6"— » 36'5* 176 ANALES DE LA La enferma se sintió bien. La herida completa- mente cicatrizada. La dimos de alta como cu- rada. Señores: El diagnóstico de fiebre puerperal formu- lado á la cabecera de esta enferma, como se compren- derá, no podía satisfacer nuestra misión de clínico. Hoy con esa denominación se agrupan en Patología distintas enfermedades que el médico necesita dife- renciar, porque con frecuencia tienen también distin- tos tratamientos y como ni por los síntomas, ni por la marcha, ni aún por el resultado del tratamiento puede precisarse tal diagnóstico, indispensable es el auxilio del Laboratorio para resolver punto tan im- portante, y á él acudimos. Con tal objeto vamos á transcribir nuestras inves- tigaciones de laboratorio, empezando por la primera, que como dijimos antes, simplemente consistió en sembrar en tubos de suero solidificado las falsas membranas recogidas en la vagina y en cuyos tubos colocados á 37” de temperatura constante, se desa-. rrollaron únicamente colonias de un bacilo, que por su forma y modo de germinar en los medios de cul. tivo, agar, papa, caldo, etc., nos demostró ser el seu- do diftérico común, que inoculado á un curiel de 500 gramos (2 cc. de cultivo en caldo de 36 horas) no le produjo la muerte ni edema local. Germen éste, no patógeno, que con frecuencia se encuentra sobre la piel, conjuntiva y vagina en estado normal; hecho que por otra parte hemos tenido ocasión de confirmar en el Laboratorio de la Crónica durante las investigaciones que para complementar el estudio sobre las conjuntivitis blenorrágicas, hacía nuestro digno Presidente el Dr. Santos Fernández. No solamente lo hemos encontrado en las conjun- tivas normales y conjuntivitis blenorrágicas asociado en este último caso al gonococcus sino en las vulvitis simples y blenorrágicas, así como también con fre- cuencia en las uretritis blenorrágicas del hombre uni- : do al gonococcus de Neisser. Este germen que vive impunemente sobre nues- tros tegumentos, no debe confundirse con el bacilo ACADEMIA DE CIENCIAS 177 seudo-diftérico verdadero, ó sea el seudo-diftérico de LoefMer, Roux y Yersin, que últimamente ha demos- trado L. Martín es el verdadero de la difteria, cuya virulencia extinguida hasta cierto punto, le permite vivir en nuestras mucosas sin producir la más leve lesión, hasta que por causas aún desconocidas, recu- pera su virulencia y se convierte en patógeno. El bacilo aislado en nuestra enferma, repetimos, no es el verdadero seudo-diftérico de LaefHer, es el seudo diftérico común considerado por todos como uno de tantos saprofitos inofensivos; pero sin embargo, para mayor convicción de que él no era la causa de la infección que teníamos delante, ni quien producía las falsas membranas que tapizaban gran parte de la mucosa vaginal de nuestra puerpera, hicimos en el curiel una inoculación hipodérmica de un cultivo en caldo, sin que el animal presentase la más leve per: turbación local ni general, El resultado negativo de la primera investigación nos obligó, como dijimos antes, á practicar una segunda, que recordareis consistió en sembrar dos tubos de suero solidificado, cuatro de agar y recoger la serocidad loquial en una pipeta esterilizada. Tras- ladado al Laboratorio, con el contenido de la pipeta, hicimos una preparación sobre un cubre-objeto, colo: reándola con nuestra solución carbol fuchsina; pre- paración que nos manifestó al microscopio muy poca cantidad de leucocitos y tal pobreza en gérme- nes, que sólo pudimos descubrir alguno que otro coccus aislado en toda la preparación. Los tubos sembrados y colocados en la estufa ger- - minaron en los días siguientes. Los de suero presen- taron colonias aisladas y en poco número del bacilo seudo-diftérico común solamente. En los tubos de agar se desarrollaron mayor nú- mero de colonias pequeñas y semejantes entre sí por sus dimensiones y aspectos, á las 48 horas de haber hecho la siembra. Colonias que tomándolas aislada- mente con la aguja de platino, por coloración descu- brimos eran unos del seudo diftéricos y otras de un estreptococco. 178 AÑALES DE LA El bacilo lo desechamos, era el ya clasificado antes; pero el estreptococco lo aislamos sembrándolo en nue- vos tubos de agar y en caldo subalcalinizado, cuya germinación en estos dos medios de cultivo, presentó losmismos caracteres quelos propios del estreptococco piógeno. Enel caldo se desarrollaron cadenas de 8, 10 y más elementos. Las inoculaciones en animales para conocer el grado de virulencia, no pudimos rea- lizarlas porque causas involuntarias hicieron perdiése- mos el cultivo que para tal objeto teníamos. Podía haber sido más ó menos virulento, pero que él era el germen de la infección de nuestra enferma, creemos no cabe duda. Fué el único piógeno aislado del contenido vaginal en la investigación repetida, y dada la exhuberante germinación de los otros capa- ces de producir estas infecciones, estafilococcus, colico- muni, etc., en el agar, debieran haberse presentado por lo menos algunas colonias si ellos hubiesen exis- tido allí. Por otra parte, el estreptococco piógeno con fre- cuencia es el agente de estas infecciones, solo ó aso- ciado á otros, él ocupa el primer puesto. en el orden de frecuencia; tales así que aún no ha muchos años se creyó era el germen específico de la fiebre puer- peral. Una objeción se nos podría hacer: ¿cómo siendo el estrepcocco piógeno el que produjo la infección, ésta cedió bajo la influencia del suero antidiftérico? No debe de sorprendernos; no es un hecho aislado en la ciencia. La clínica ha enseñado más de una vez que -no existe la especificidad que se creyó tenían los sueros. El mismo Roux y Martín en su comunicación al Congreso de Buda-Pesch en 1894, hacen notar que los niños atacados de anginas no diftéricas á quienes se les inyectaba el suero antidiftérico curaban en me- nos días que aquellos á quienes no se les ponía suero y se empleaba el tratamiento corriente. Hecho que nosotros hemos tenido ocasión de com- probar en todos los casos de anginas que por sospe- charse una difteria grave, inyectábamos el suero, y ACADEMIA DE CIENCIAS 179 después la investigación bacteriológica ponía en evi- dencia nuestro error de diagnóstico. De la misma opinión participan nuestros aprecia- bles compañeros los Dres. Calvo, Ruiz Casabó, Madan, Vera, etc., quienes lo han manifestado en distintos trabajos publicados en esta capital. Pero la influencia del suero antidiftérico no se limi- ta á las anginas en general. Todos conocemos hoy el resultado que en el extranjero se ha obtenido con él en ciertos ozenas y en el asma espasmódico Óó esen- cial, pudiendo citar entre nosotros dos casos inéditos de ozena y asma tratados con éxito por nuestros amigos los Dres. Chabau y Ruiz Casabó respectiva- mente. Y si tal resultado se obtiene con dicho suero en esos distintos procesos morbosos, creo estamos aún más autorizados á ensayarlo, por lo menos, en la infección puerperal de orígen estreptocóccico, tanto más, cuanto que todos sábemos es una sustancia inofensiva, que por otra parte no impide seguir el tratamiento local clásico de antisepsia, LO. Con tal motivo, expongo á la consideración de nuestros ilustrados compañeros el caso presente, sin la pretensión de sacar deducciones, pues sólo una estadística hecha con imparcialidad podrá resolver un problema que creemos de importancia bajo el punto de vista de la ciencia y de la humanidad. 180 ANALES DE LA Sesión pública ordinaria del Il de Diciembre de 1898 SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, (Presidente), Palacio, Dávalos, Cuadrado, Céspedes, Vildó- sola, Poey, Acosta, Calvo, Benasach, Lavin, Machado, García Y la Guardia, Secretario accidental. SRES. VISITANTES: Dres. Presno, Edelmann, Carvallo y Romaní. Leida el acta de la sesión anterior es aprobada por unani- midad. El Sr. Presidente, declara abierta la sesión y cumpliendo con la orden del día, pone en uso de la palabra al Dr. Cuadrado.— Pasa éste á la tribuna y lee un informe acerca de una obra intitulada “Ensayos sobre educación Teórica, Práctica y Expe- rimental”, del Dr. D. Manuel Valdés Rodríguez. — Y lerminado, - el Presidente, lo pone á discusión. “Pide la palabra el Dr. Dávalos, con objeto de felicitar antes á la Comisión nombrada para evacuar el encargo de la Aca- demia; pues, el trabajo de los Dres. Cuadrado y la Guardia, es una exposición clara, metódica y concienzuda del libro del Sr. Valdés Rodríguez. Agregó que lo dicho está en absoluta conformidad con lo que él pensaba, lo que podía afirmar por haberlo leido con detenida reflexión de todas sus partes. Cree que el Dr. Valdés Rodríguez, hace 4 su País, un servicio de importancia y pide á la Academia que, de algún modo, manifieste al autor su beneplácito y enhorabuena, otorgándole la distinción que estime oportuna. El Dr. Vildósola, manifiesta que tenía en la mejor opinión á la personalidad profesional del Dr. Valdés Rodríguez; pero que la lectura de su obra había sobrepujado á cuanto bueno pensaba de él. Asegura que el libro es originalísimo y de mérito extraordinario, y se asocia al Dr. Dávalos, en su deseo de que la Academia haga conocer al Dr. Valdés Rodríguez, el ACADEMIA DE CIENCIAS 181 título que con su obra ha obtenido, para el aprecio público y el de esta Corporación. Agrega que esta simple manifestación sería escasa recom- pensa; porque el autor de los Ensayos sobre educación, merece mucho más. Cree de su deber proponer que la Corporación declare al Dr. Valdés Rodríguez “Socio de mérito” de la Academia. Pide la lectura del artículo correspondiente del Reglamento y apoya su proposición, diciendo que el autor de la obra exa- minada ha hecho un servicio de señalada importancia á su: País. El Dr. Dávalos, se asocia á la proposición del Dr. Vildósola. El Dr. la Guardia, manifiesta que apoya resueltamente la proposición, por creerla un verdadero acto de justicia. y Si nuestra Academia, se titula y es una corporación de Ciencias, el Dr. Rodríguez, ha hecho un servicio á la ciencia; servicio que debe ser premiado, sin escatimar nada de lo que se debe al verdadero mérito. El Dr. Cuadrado, se asocia, con gusto, 4 todo cuanto han expresado sus compañeros de Academia; pero, ésta debe ade- más, apoyar el objeto y las tendencias de la obra del señor Valdés Rodríguez, á cuyo efecto, propone también que sea declarada como obra de utilidad pública. El Sr. Presidente, expone que á él le ha ocurrido algo pare- cido á lo que dijo el Dr. Vildósola: conocía al autor del libro y estaba penetrado de su competencia y brillante iniciativa en la propaganda pública de este País; pero no esperaba que su libro le produjera un vivo efecto. Entonces recibió—y se complacía en istrsifasgeló clio impresión muy distinta de lo que creía. Que en primer lugar, le interesó el libro porque, bueno ó malo, exponía observaciones propias; daba cuenta de lo que el autor había experimentado en su práctica, hasta el punto de constituir su libro una verdadera clínica de la instrucción y educación del niño; que, como médico, le atrajo la forma en que estudiaba el autor el problema de la Enseñanza. Parecióle nueva la forma entre nosotros y útil el método que seguía, y le cautivó, porque siempre había sido—y hoy más que nunca—entusiasta propagador de la educación primaria, 182 ANALES DE LA con predilección á la superior, por entender que, sin escuelas, bien atendidas, no puede obtenerse la felicidad de un pueblo, como es imposible el progreso material sin la higiene; creyendo que el descuido de las escuelas era para España mayor des- gracia que la pérdida misma de sus colonias; lo que debía servir de saludable ejemplo para nosotros, en este momento, en que el País, ha de constituirse en un Estado libre é diente. Hechas estas manifestaciones, el Sr. Presidente expuso que era hora de acordar lo que la Academia estimara justo en el tema que se había discutido. Como consecuencia de esta invitación acordó la Academia: 12 Aprobar el informe de los Dres. Cuadrado y la Guardia, manifestándole el aprecio con que la corporación veía la manera concienzuda y meritoria con que habían cumplido el encargo. 22 Recomendar como obra de “utilidad pública” los “Ensa- yos de Educación, Teórica, Práctica y Experimental” del Dr. D. Manuel Valdés Rodríguez. 32 Declarar que el Dr. D. Manuel Valdés Rodríguez, había hecho, con la publicación de su obra, un servicio de impor- tancia á la Academia, al movimiento científico y á la Educa- ción en este País. 4% Que, en premio de estos servicios, la Academia proponía como Socio de Mérito de la Corporación, al Dr. D. Manuel Valdés Rodríguez. El Dr. Edelmann, lee un trabajo intitulado “Frecuencia en Cuba de la tuberculosis ósea en la infancia”. El Dr. Presno Bastiony, da lectura 4 su trabajo: “Diagnós- tico de la permeabilidad renal por el azul de metileno”. El Dr. Vildósola, dice, que lo ha visto emplear mucho—en la Habana es muy frecuente la enfermedad de Bright, sin albuminuria—el microscopio comprueba la alteración: renal, invita al Dr. Presno, para que haga estudios sobre la permea- bilidad del riñón en la enfermedad de Bright, sin albúmina. Cumplimentada la orden del día, se dió por terminada. la sesión, indepen- 4 OBRS DEV VENTA EN LA — REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la comisión de medicina legal é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- ga, Erpetología y Entomología Cubana, del Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patología y Antigúedades de la Isla de Puerto Fico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cu banos, por el Sr. Arango y Molina; Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, ción del ale- mán por el Dr. Finlay. CURACION COMPLETA DE LA ANEMIA CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexu que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi- 214 ANALES DE LA INFORME SOBRE UN PRODUCTO FARMACEUTICO POR EL DR: MANUEL DELFIN La Sección de Agricultura, Industria y Comercio, solicita que esta Academia informe si procede la ins- cripción de una marca para un pr oducto farmacéu- tico denominado “Neuro-tónico Sarrá.? Si la Sección mencionada desea saber la opinión de esta Corporación, obedece á dos fines: Primero: A que esta Academia haga constar si la denominación empleada por el Sr. Sarrá es usual en Medicina, y segundo, —que es lo más importante—á que esta Corporación emita juicio científico sobre el preparado. Cuanto á lo primero, debemos hacer constar, que dicha denominación, sin ser usual en farmacología, no deja de ser adecuada al producto á que se contrae Ó refiere, y una vez usada no podrá prestarse á con- fusión, porque á más de ser un tónico nuevo y no usual, lleva adscrito el apellido de su autor, constitu- yendo ambas palabras una denominación peculiar y sólo aplicable á la fórmula que se examina. Como el Sr. Sarrá remitió á esta Corporación la fórmula y muestras de su preparación, hemos proce- dido á la comprobación de la fórmula, resultando de su análisis que contiene los elementos á que hace referencia, y son los siguientes: calcio, magnesio é hierro y materia orgánica, ésta, sin duda, constitu- yendo los otros elementos á que la fórmula se refiere. ACADEMIA DE CIENCIAS 215 Desde luego se vé que la fórmula reune los elemen- tos que han decidido al Sr. Sarrá á darle el nombre de “Neuro-tónico””; pues los tres elementos: hierro, calcio y magnesio bajo la forma de glícero-fosfatos, asociados á los otros cuerpos á que la fórmula se refiere, constituyen hoy el arsenal á que acuden to- dos los terapeutas cuando desean devolver á los organismos debilitados sus fuerzas, y muy particular- * mente á los de.las personas que sufren trastornos nerviosos, ocasionados por falta de tonicidad en el aparato cerebro-espinal. La fórmula es la siguiente: 100 partes contienen: Glícero-fosfato calcio.............. 45.402 a Magnesio... 15.106 merrodasdaz 20.106 Habas de San Ignacio uti. 4.540 Pepsina 1/3000 E DEIA boro 4.740 Etratareatemasiiaura 15.106 Por consiguiente, creo que esta Academia puede desde luego “contestar á. la. Sección de Agricultura, Industria y Comercio, que procede la inscripción de la marca “Neuro-tónico Sarrá”, porque con dicho nombre no existe otro preparado en el comercio y porque los elementos constitutivos del preparado responden perfectamente á las exigencias de la cien- cia. La Academia hace presente, por último, que su nombre no debe ni puede usarse para favorecer la bondad de este preparado. Esto es ley, de la que no podemos apartarnos. Habana, 10 de Diciembre de 1899. 216 ANALES DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 12 FEBRERO DE 1899 SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Presidente, Acosta, Ragués, Rosado, Hernando Seguí, Palacio, Montalvo, Calvo, Dávalos, Cubas, Poey, la Guardia, Coronado y Delfin, Secretario general. -Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. El Sr. Presidente cumpliendo con la orden del dia pone en uso de la palabra al Dr. Palacio. El Dr. Palacio, da lectura á un informe médico legal, sobre restos humanos, El Dr. Montalvo, después defelicitar al Dr. Palacio, le llama la atención sobre las medidas que debsn hacerse para poder apreciar á qué raza pertenecen los restos humanos que motiva el informe y de ello no se hace referencia. El Sr. Presidente, toma en consideración la observación del Dr. Montalvo, y se acuerda que dicho informe se rectifi- que y complete, de acuerdo con dicha observación y también con la pregunta del Sr. Juez. El Dr. Palacio, contesta estar conforme y promete termi- nar el informe para la próxima sesión. El Dr. Acosta, pasa á la tribuna y en nombre del Dr. Dá- valos, da lectura á un trabajo intitulado “La fiebre de Mal- ta en las Antillas”. Dicho trabajo fué aprobado sin discusión. Y se dió por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS 0217 SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 26 DE FEBRERO DE 1899 SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Presidente, Acosta, Ragués, Rosado, Hernando Seguí, Palacio, Calvo, Dávalos, Cubas, la Guardia y Coronado, Více-Secretario. SRES. VISITANTES: Dres. Kramner, y Echevarria, del Ejér. cito de los E. U. y los Dres. Grande Rossi, Edelmann y Carvallo. Leida el acta de la sesión anterior fuéaprobada por unani- midad. El Sr. Presidente, declara abierta la sesión y acto seguido pide la palabra el Dr. Valdés Ragués, y concedida que le fué propone á la mesa que se suspenda la sesión y que todos los señores presentes se dirijan en comisión á saludar al (Gre- neral en Jete Máximo G+rómaz, en nombre de la Academia. El Dr. Coronado, toma la palabra y apoya lo propuesto por el Dr. Valdés Ragués. El Dr. Echevarría, autorizado por la presidencia, hace uso de la palabra para expresar su conformidad á los demás compañeros. El Sr. Presidente, en vista de lo acordado unánimemente, da por terminada la sesión pública para constituirse en se= sión de Gobierno. 218 > ANALES DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 12 DE MARZO DE 1899 -SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Presidente; Calvo, Dávalos, Poey, Palacio, Acosta, Uu- bas, Hernando Seguí, Ragués, Albertini y Coronado, Vice-Secretario. SRES. VISITANTES: Dres. (rrande Rossi, Ruíz Casabó, Carva- Ho, Miller, Rogelio Palacio, Bellver, Vila, J. de Dios García y Chomat. Después de leida el acta de la sesión anterior que fué apro- bada. el Sr. Presidente, comunica á la Academia, que en cumplimiento de lo acordado en la última sesión, se realizó la visita, en comisión, al Sr. General en Jefe Máximo Gromez. Hace presente que dicho (Greneral, recibió con muestras de agrado á la representación de la Academia y se extendió en consideraciones referentes á las asociaciones científicas ter- minando su peroración haciendo presente que él quería á Cuba libre y feliz y sobre todo culta. Por ese motivo le complacía sobremanera la visita de la Academia de Ciencias, que ara para él la representación de nuestro adelanto y cultura. El Sr. Presidente procedió ála apertura de un pliego ce- rrado y lacrado que el Dr. Carlos J. Finlay, había deposita- do en la Secretaría de esta Academia el 28 de Abril de 1894- El Sr. Secretario dió lectura á dicha comunicación, quedan- do sobre la mesa por si aleún Académico quería hacer algu- na observación por tratarse en ella de un derecho de priori- dad en un procedimiento de inmunización que su autor con- sidera original en su aplicación y también en el principio científico de donde dimana. ACADEMIA DE CIENCIAS 219 2 El Dr. Palacio da lectura á su informe sobre restos hu- manos encontrados en el patio de la Estación de Villanueva, que fué aprobado. El Dr. Hernando Seguí, da lectura á otro informe 'sObre una planta desinfectante, que también fué aprobado. Terminadas las horas reglamentarias, se dió porterminada la sesión. GORRO ES SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 26 DE MARZO DE 1899 — A áKÉÁ SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Presidente; Montalvo, Palacio, Coronado, Betancourt, Cuadrado, Calvo, Jacobsen, Céspedes, San Martin y Del- fin, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres. Edelmann, Carvallo, Bellver, Pérez Piquero y Coronado ( Ricardo.) Leida que fué el acta de la anterior sesión, fué aprobada por unanimidad. El Sr. Presidente deciaró abierta la sesión. El Dr. Palacio, pasa á la tribuna y da lectura á un inte- resante trabajo titulado: “Consideraciones sobre el trata- miento de las fracturas del cuello del fémur.” El Sr. Presidente tributa merecidos elogios al trabajo del Dr. Palacio, que fué aprobado sin discusión. El Sr. Céspedes ocupa la presidencia y el Dr. Santos Fer- nández, pasa á la tribuna y da lectura á su trrbajo intitula- do “La hipermetropía senil.” El Dr. Montalvo pide la palabra, y concedida que le fué, felicita al Dr. Santos Fernández, por su interesante trabajo, haciendo atinadas observaciones sobre el asunto tratado. Se dió por terminada la sesión pública y no hubo sesión de Gobierno. : 220 ANALES DE LA xAAAAAAkAkAkAkAkAkAkAAAAAAMIMmm__— Sesión pública ordinaria del 9 de Abril de 1899 SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Presidente; Poey, F. Torralbas, Rosado, Acosta, Dáva- los, Montalvo, Ragués, Cuadrado, Tamayo, Betancourt, y G. López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres. (. Garcia, N. Alfonso, Castellanos, Carvallo y Le Roy. Abierta la sesión á la hora de costumbre tué leida el acta de la anterior que quedó aprobada unánimemente. Se entra enseguida en la orden del dia, ocupando la tribu- na el Dr. Francisco Torralbas, que da lectura á un informe químico legal sobre petróleos inflamables interesado por el Juzgado de Primera Instancia del distrito de Jesús María. El Dr. Alonso Cuadrado, amplía y confirma las ideas ex- presadas por el informante Dr. Torralbas, conviniendo en que la pregunta judicial, resulta heterogenea, y sus términos no pueden ser contestados por igual. Para ello propone modificaciones en las conclusiones del Dr. Torralbas, y que se diga simplemente “que pueden ser inflamables,” en atención álos preparados de petróleos re- finados del comercio, y á su colocación en lugares calientes etc. Así se conviene. El Dr. Santos Fernández, pasa ála tribuna, dejando la Presidencia al Dr. Manuel $. Castellanos. Lee el primero su trabajo anunciado sobre “Aleunas heri- das del ojo y sus accesorios en la última guerra de Cuba.” El Dr. Montalvo usa de la palabra para hacer algunas ob- servaciones al trabajo presentado. Al terminar la sesión, vuelto el Dr. Santos Fernández á ocupar su puesto de Presidente, lee un oficio del Dr. Alonso ACADEMIA DE CIENCIAS 221 Cuadrado, solicitando seis meses de licencia por tener que marchar á la Península. Agrega el Presidente, los altos méritos que tiene contraido el solicitante, quien habiendo nacido en España, quiere de modo muy alto á esta tierra y á sus hijos, habiendo viva- mente con nosotros trabajado por su cultura y también por -su bienestar en toda ocasión que se ha ofrecido. Todos los Académicos bien conocen estos singulares me- recimientos del Dr, Alonso Cuadrado, y por ello la Acade- mia debe convenir en concederle lo que se solicita, haciéndo- sele saber al interesado, en comunicación expresivamente afectuosa, el aprecio que se hace de sus méritos y condi. ciones. Así se acuerda y se da por terminada la sesión, INUDEBODARAA ACID EICARARO CATIA NAAA BIONE DADAS Sesión pública ordinaria del 23 de Abril de 1899 SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Presidente; Poey, Sánchez Toledo, (Grarrido, Montalvo, Cubas, Lavin, Torralbas (José), García, San Martin, Benasach, Céspedes, Vildósola, Hernando Seguí, Bosque, Calvo, Palacio, López, Coronado, Ragués, Torralbas (Francisco), Betancourt, Rosado, Tamayo, Albertini, Jacobsen, Dávalos y Delfin, Secretario. SRES. VISITANTES: Dres. Edelmann, Carvallo y Torralbas (Federico.) Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada por una- nimidad. Antes de entrar en la orden del dia, pide la palabra el Dr. Montalvo: Expone, que cree enterada ála Academia de la disposición del mayor Davis. exigiendo que los médicos den parte de los casos de tuberculosis pulmonar incipientes y que considerando esto atentatorio al secreto médico, suplica 222 ANALES DE LA á la Academia nombre una comisión que vea al Jefe de Sani- dad á fin de hacerle presente que esto es contrario al Secraia médico y que llevaría la perturbación á las familias. El Dr. Santos Fernández, se opone á la proposición del ' Dr. Montalvo, y éste insiste. El Dr. Valdés Ragués, y el Dr. Vildósola se oponen tam- bién. Tanto el Dr. Tamayo como el Dr. Coronado, desean que haya nn término medio para conciliar las dos tendencias que se ven en los Académicos y después de ampliamente discuti- do el punto se vota, resultando aprobada la proposición del Dr. Montalvo, por 14 votos contra 2. ha Pasando inmediatamente á la orden del dia, lee el doctor José I. Torralbas, un Informe médico-legal por consulta del Sr. Juez de primera Instancia de Jesús María á causa de la muerte de Mr. A. Balk. El Dr. Torralbas, termina su trabajo con las siguientes conclusiones: Primera: Dado el diagnóstico sífilis, disenteria Ó fiebre amarilla, no está aconsejada en ningún caso la tintura de iodo asociada al ácido fénico, por la via gástrica, sino en muy pequeñas dosis, muy diluida yen ocasiones muy especia- les: en cuanto á las cauterizaciones del recto por inyecciones de ácido nítrico ó sulfúrico puros, ni se usan ni deben usarse. Segunda: Las lesiones que describen los médicos que prac- ticaron la autopsia, parecen ser más bien consecuencia del tratamiento que se nos dice se- empleó, que de la sífilis Ó la disentería. Tercera: Las lesiones descritas por los médicos que prac- ticaron la autopsia, han podido producir la muerte. Después de un ligero debate en que intervienen los docto- res Montalvo y San Martín, es aprobado el informe. Dándose por terminada la sesión pública para constituir- se la Academia en sesión de Gobierno. OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” z < < SIA A a e y e Trabajos de la comisión de medicina legal é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- ga, Erpetología y Entomología Cubana, del Dr. Gundl«ch; la Memoria sobre la Patología y Antigúedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del ale- mán por el Dr. Finlay. A E A A TT A A o ER 5 NA o A DM A e A . HA E CURACIÓN COMPLETA DE LA ANEMIA CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. 4 Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sungre idearon los médi- cos desde época jumemorial adwivistrar el hierro en diferentes formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estrefñiimien- producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz ¡dea de extr..er el hierro en estado de hemcglobina, tal como se eucuentra en la sangre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionaudo á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la anemia, la ClolOrosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE DESCHIENS, epa en París por la reputada casa de los Sres. Adrian y C?, fueron acogidos en los hospitales de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por Calisa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la “palidez «el rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el ¡msom- nio y la depresión moral. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA son bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende en la Hibana en las boticas del DR. GINZALEZ, Habana 112, del DR. JOHNSON, Obispo 83 y de JOSE SARRA, Teniente Rey 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas de la Isla. DIRECTORES: Dres. J. M. Céspedes y G. López Redacción: Calle de Cuba número 84 A —| ¡smc A ANATES Úl Evolución de la Técnica Etiológica.—Trabajo de recepción leido en Ln demia de Ciencias por el Académico de número Dr. Joaquín Diag Contestación al discurso de recepción del Dr. Tomás Y. Coronado. Un caso de muermo, por el Dr. Gustavo López. , . . O 2 a id Consideraciones sobre la profiláxis del muermo por los Dres. E. Acost J. N. Dávalos. , Actas de las sesiones públicas ordinarias de S y 22 de Octubre, 12 de N viembre y 10 de Diciembre de 1899; 14 y 28 de Enero de 1900 E de la Academia de Ciencias — * HABANA _ Imprenta “La Prueba” Manzana Central 1900 n esta lado aparecen, á más de De traba- e la Corporación, artículos de actualidades cien- as, de progresos obtenidos en las ciencias, no ao | SOS ramos, de. $. de 08 “Anales” sostienen canje numeroso con e ) a AS Se suplica el cange. em: ACADEMIA DE CIENCIAS 223 EVOLUCIÓN DE LA TECNICA HISTOLOGICA Trabajo de recepción leido en la Academia de Ciencias por el Académico de número DR. “TOAQUID DIA GO (HABANA) Sr. Presidente, Sres. Académicos, Señores: S1 los observadores que escudriñaban la natura- leza en las primeras épocas de la era microscópica, encontraban tantos obstáculos á la realización de sus estudios por la imperfección de su técnica y eran víctimas de verdaderas alucinaciones cuando de la interpretación desus preparaciones se trataba, lle- gando á desacreditar de tal manera el maravilloso aparato, que el ilustre Bichat se creyó en el caso de prescindir de él y escribir sin su concurso su monu- mental obra de Anatomía General; los histólogos modernos se ven á menudo no menos perplejos por exceso de perfección en el instrumental y los proce- dimientos. Tal aseveración puede parecer á primera vista, por lo menos, paradógica, sinó equivocada, y á demostrar su exactitud y proponer algunas reglas producto de la cuotidiana labor, que faciliten el tra- bajo y las interpretaciones se encamina el modesto ensayo que tengo el honor de someter á vuestra con- sideración. El discutido industrial que á fines del siglo xv1I in- ventó el microscopio, realizó un manifiesto anacro- nismo, pues ni lo óptica ni la mecánica estaban bas- tante adelantadas para que el instrumento resultara práctico, ni los observadores de aquella época esta- ban preparados para acometer estudios que requie- a 224 ANALES DE LA ren métodos irreprochables y una reserva extraor- dinaria en la interpretación de los resultados. Lentes de fórmula arbitraria, viciados de todas aberracio- nes posibles, no podían producir sino imágenes pro- fundamente alteradas que eran luego interpretadas por investigadores que daban rienda suelta á su fantasía y hasta á su superstición y ponían más empeño en atraer la atención pública que en llegar al conocimiento de la verdad. Sólo así se explica que Joblot en 1787 haya publicado una descripción de los espermatozoides en la cual les atribuye cabeza humana, este autor adorna su obra con un grabado en el cual el lector, atónito, contempla al misterioso animáculo, no sólo con cabeza y cara de hombre, sino provisto de un bigote coposo y pera mili- tar. El ameno Leeuwenhoeck, que pasaba en su tiempo por ser el primero de los micrógrafos, nos cuenta en sus cartas, con ingenuidad infantil, cómo cada mañana al levantarse, sometíd al examen mi- eroscópico un objeto cualquiera de los que al azar encontraba á su paso; y así, sii método y sin perse- guir un fin determinado, acumulaba estériles obser- vaciones que luego publicaba sin orden ni concierto. Y no se crea que sus observaciones á cambio de ser incongruentes eran exactas; todo lo coutrario; era tan imperfecta la idea que tenía Leeuwenhoeck de los objetos que más familiares debian serle, que des- pués de estudiar por largo tiempo la esperma de los vertebrados, encontraba espermatozoides en el ex- cremento de los batracios, primero, y luego en los suyos propios y en general en los de toda persena atacada de diarrea. ] Lebegue (An pestis massiliensis a seminio vemin- oso?) y Goiffon (Observations faites sur la peste de Marseille et de Provence) creyeron descubrir simul- táneamente en el año 1721 el parásito que produce la peste bubónica y que se encontraba en la sangre, la saliva y en el fluido nervioso. El primero lo des- cribió como un gusano provisto de un sólido pico en forma de gancho; pero el segundo, más minucioso, estudia detenidamente las patas del animal y unas ACADEMÍA DE CIENCIAS 295 alas que probablemente le servirían para volar den- tro de la linfa. Después de todo esto, ¿qué tiene de extraño que un observador como Bichat, amante del método, sabio por amor á la verdad y enemigo declarado de todo prejuicio, desdeñara el microscopio? Cuando á mediados de este siglo los fabricantes de microscopios se dieron cuenta cabal de la considera- ble importancia del acromatismo y del ángulo de apertura de los objetivos, un nuevo horizonte se abrió para los estudios histológicos y florecieron ta- lentos Schwan, Henle y Wirchow, que crearon una técnica y establecieron reglas con cuyo auxilio hizo la nueva ciencia tan rápidos progresos, que en 1862 la escuela francesa creyó llegado el momento de fun- dar una cátedra y declarar su enseñanza obligatoria. Para desempeñar esta cátedra no había más que un hombre, Robin; fué nombrado sin discusión y pue- de considerarse que desde su aula y su laboratorio, enseñó la histología, no sólo á los franceses, sino á los estudiantes de casi todo el mundo. Robin fué un gran histólogo; pero un tanto refractario al pro- greso, no quiso modificar y empleó hasta su muerte (1885 ) la técnica primitiva y defectuosa de Schwann. Vivía aún Robin cuando uno de sus más aventajados discípulos, Ranvier, joven todavía, deseoso de sacu- dir el vugo de un exclusivismo clásico y rutinario, fundó una escuela en la cual encontraron cabida to- dos los perfeccionamientos y que puso en favor de la histología todos los adelantos de la óptica y la quí- mica modernas. Pocos hombres han hecho por una ciencia lo que Ranvier por la histología;:después de él podrán perfeccionarse los detalles, nuevos descu- brimientos enr iquecer án el caudal de nuestros conocl- mientos; pero, ó mucho me engaño, ó todo adelanto ha de tener su precedente en su obra imperecedera y monumental. La téznica histológica hasta Ranvier, se distinguió por su simplicidad. El examen en estado fresco era considerado como un buen recurso y, consecuentes con este modo de pensar, los micrógrafos concedían 226 AÑALES DE LA erande importancia á los sueros y á los reactivos llamados disociador es; nada se hacía para impedir la aparición de los fenómenos cadavéricos. Ranvier ha comprendido bien los inconvenientes de este modo de proceder y ha adoptado como regla general, la costumbre de emplear en sus estudios material fresco, obtenido de animales recién sacrificados; este proce- der constituye un progreso importante pero imsufi- ciente cuando no le acompañan los métodos moder- nos de fijación y corte. El sabio profesor de la Es- . cuela de París, como en su tiempo Robin, permanece fiel á su técnica, que tan brillantes resultados ha da- do en sus manos, y desdeñando los admirables pro- cederes modernos de la escuela alemana, continúa empleando sistemáticamente su alcohol al tercio, su licor de Miller y su picro-carmín. Las preparaciones que resultan de esta técnica, suministran imágenes esquemáticas y muy apropia- das para llevar al ánimo de los alumnos una idea clara del conjunto de los tejidos; el protoplasma uniformemente granuloso, el núcleo simplificado has- ta la anulación de todos sus detalles y la materia intercelular más ó menos disuelta, favorecen extraor- dinariamente la apariencia esquemática de las prepa- raciones; el alumno se hace cargo fácilmente de los conjuntos celulares y aún llega á distinguir sin gran esfuerzo la célula redonda de la prismática y de la poligonal; ningún cuerpo extraño estorba su visión, su histología se reduce la mayor parte del tiempo á es- tudiar grupos de células sostenidas por un estroma conjuntivo. Ni un nervio ni una vena cometen la imprudencia de atravesar el.campo microscópico, los leucocytes, que en todas partes se hallan, al igual de los tramoyistas de teatro, que durante la represen- tación se retiran de la escena, se abstienen de con- fundir al observador con sus formas irregulares y sus pseudopodos caprichosos y hasta la sangre pa- rece haber desertado de los vasos; y así, exento de enojosas complicaciones el histólogo estudia con gran comodidad un campo donde reina la quietud silenciosa de la muerte. ACADEMIA DE CIENCIAS 9297 Desgraciadamente, ese reposo cadavérico no con- cuerda, ni mucho menos, con la vertiginosa activi- dad que la fisiología nos describe en el seno de todos los tejidos y el observador atento no puede menos de preguntarse lo que se ha hecho de todos esos vasos y nervios, de esas células migratorias que á todas par- tes llevan los elementos de la nutrición y recogen los desechos y los despojos mortales de otras células y el por qué de esa desesperante uniformidad de proto- plasmas y núcleos que en absoluto presentan señales de haber realizado esas dos grandes funciones que son, sin embargo, sus atributos vitales: la nutrición yv la reproducción. La producción de preparaciones que ofrezcan al estudio estas imágenes artificiales y que no dan una idea completa ni siquiera del tegido muerto, encuen- tra su explicación en la técnica que bien pudiéramos llamar clásica; desde la obtención del material histo . lógico hasta el montado de los cortes, todo parece conspirar al mismo fin. En efecto, conozco algunos micrógrafos que no conceden valor alguno á las pre- paraciones que no estén hechas con material humano por no considerar aplicables al hombre las conclusio- nes qne de preparaciones hechas con material zooló- gico se deduzcan. Esta creencia les obliga á renun- ciar á todo estudio sobre material fresco á causa de los prudentes obstáculos que la ley opone á la prác- tica de autopsias prematuras. Así, al llegar á sus manos el elemento ha muerto; el protoplasma ha sufrido la coagulación de la rigidez, los leucocytes, faltos de oxígeno y calor, han caido en mortal reposo y la sangre se ha ido á coagular en los grandes vasos, quedando en los capilares tan solo pequeñísimas por- ciones que pronto quedan convertidas en coágulos fibrinosos retraidos y más ó menos reticulados, conte- miendo entre sus mallas, no ya glóbulos, sino detri- tus informes que no ofrecen al estudio particularidad alguna de interés. En este estado las piezas son su- mergidas en el licor de Miiller ó en alcohol de varia- ble concentración, en cuyos menstruos se permite permanecer á veces por muy largo tiempo. Yo re- 228 ANALES DE LA cuerdo que siendo estudiante, bajo la dirección de mi maestro, el malogrado Dr. Núñez Rossié, de venera- ble memoria para mí, miraba siempre con descon- fianza esos sedimentos abundantes que se forman en el fondo de los vasos que contienen las piezas histo- lógicas durante el proceso de induración por el licor de Miller y preguntaba á menudo su significación; invariablemente se me explicaba que eran partículas desprendidas de las piezas por maceración. Es evi dente que una pieza anatómica de cuva estructura se han desprendido bastantes partículas para formar un abundante sedimento, no puede quedar, ni mucho menos, completa; todo cuanto no se halle sólidamen- te adherido Ó aprisionado, es arrastrado por las co- rrientes osmóticas y separado de la pieza ó por lo menos de sus relaciones normales. Realizada esta induración se procedía al corte, bien á mano ó en aparatos de ninguna presición, que con- sistían casi siempre en tubos en los cueles se introdu- cían las piezas juntamente con varios trozos de mé- dula de sauco seca que eran luego inundados de agua ó alcohol; al contacto de estos líquidos la sustancia vegetal se dilataba enormemente, ejerciendo sobre los tejidos sometidos al examen una presión considera- ble que no podía menos de alterar profundamente su textura y contribuir á que los elementos que se en- contraban en libertad fueran expulsados por expre- sión de la trama del tejido. El defectuoso filo de las navajas que generalmente se empleaban, favorecía este resultado. Si observamos atentamente el tra- bajo de un micrógrafo que emplee la técnica clásica, echaremos de ver que á menudo pasa su navaja por la superficie de sección sin obtener corte alguno, y no es raro que con toda regularidad obtenga un corte por cada dos ó tres veces que lo intente; por lo —gene- ral los histólogos no conceden importancia á esta particularidad y explican la producción de estos cor- tes frustrados por la fragilidad del material. Recuer- do haber visto en el laboratorio de la Salpetriere (Paris) á un ilustrado interno que practicaba cortes en un trozo de médula incluido en celoidina y que á ACADEMIA DE CIENCIAS 229 pesar de valerse para ello de un espléndido micrótomo de Jung, sólo obtenía un corte por cada tres veces que pasaba su navaja por mas que ajustaba el tor- nillo para un grueso relativamente grande (diez mi- crones); le pedí respetuosamente la explicación de este hecho y me contestó lealmente que no podía darme una explicación deexactitud garantizada; pero que suponía que era debido á la fragilidad del mate- rial. Esta explicación era á todas luces equivocada; en efecto, estando la pieza incluida en celoidina, es evidente que no puede desmoronarse por grande que sea su fragilidad, así lo expuse á mi condescendiente interlocutor y le propuse que midiéramos el grueso de algunos cortes después de montados, á lo que consin- tió de buen grado; practicadas las mediciones, que como es sabido con los microscopios modernos es cosa fácil, obtuvimos un promedio de veinte y ocho micrones. De lo anteriormente expuesto puede dedu- cirse lógicamente la siguiente regla que creo ser el primero en formular: “Los espesores que debieran te- ner los cortes frustrados, se suman al espesor del pri- mer corte obtenido.” La verdadera razón de estas irregularidades en la producción de los cortes consiste en la imperfección de las operaciones preliminares, y tan cierto es esto, que puede asegurarse que el micrógrato que no ob- tiene series no interrumpidas de cortes, ó no sabe in- cluir, ó no sabe dar buen filo á su navaja; esto, bien entendido, si al intentar obtener cortes de un espesor determinado, se mantiene dentro de los límites posi- bles del proceder de inclusión que haya elegido. La inmensa mayoría de los cortes obtenidos por estos procedimientos tan poco precisos, era sometida á la acción de ese colorante tan impropiamente lla- mado picro-carminato, (y digo impropiamente, por- que no existiendo en la química un ácido piero-carmí- nico, no puede haber un picro-carminato) que si es verdad que muchas veces colorea los núcleos con alguna más intensidad que los demás elementos, en cambio reparte sobre el resto de la preparación una serie de tonos arbitrarios que producen una abiga- 230 ANALES DE LA rrada combinación del rojo, el rosado, el verde, el anaranjado y el amarillo, que podrán recrear la vista á la manera de un caleidoscopio, pero que no tienen la menor significación científica. Para ser justo debo reconocer que la escuela de Ranvier comprende las ventajas y emplea á veces la hematoxilima; pero á fuerza de formular soluciones frescas, maduras y semi-maduras, ha provocado tal confusión, que sus prosélitos no saben nunca á punto fijo el estado ni la concentración de sus reactivos y sus observaciones no concuerdan ni son comparables entre sí. k * El rápido examen que llevamos hecho de la técnica que en el curso de este trabajo he llamado clásica, nos da la explicación clara del aspecto esquemático. de las preparaciones; no quisiera haber llevado al ánimo de mi auditorio la idea de que en lo más mí- nimo censuro ó pretendo menospreciat el mérito de los eximios profesores que con Ranvier á la cabeza han fundado ó ilustrado su escuela, antes al contra- rio, no sólo admiro, sino envidio muy sinceramente sus clarísimos talentos y abrigo la seguridad de que con los medios que estaban á su alcance era absolu- tamente imposible avanzar con mejores resultados. Si no temiera dar á este trabajo una extensión mo- lesta, pudiera pobar con irrecusables datos biblio- eráficos que los histólogos de la escuela francesa se han dado muchas veces cuenta exacta de los incon- venientes de su técnica w han hecho esfuerzos por mejorarla, pero la falta de precisión de su instrumen- tal no lo ha permitido. La fabricación de microscó- pios no ha alcanzado en Francia la perfección que en Alemania é Inglaterra y la falta de verdaderos fun- damentos científicos en la primitiva técnica llevó al ánimo de los sabios que cultivaban otras ramas de la micrografía la idea de que la histología era algo así como una ciencia de menor cuantía. Esta aseve- ración puede parecer aventurada á primera vista, pero si ojeamos al azar las obras de diatomología, ACADEMIA DE CIENCIAS 231 petrografía y embriología, encontramos que al ha- blar de microscopios medianos se dice de ellos á me- nudo que son buenos cuando más para la histología. Yo poseo un antiguo catálogo de la casa de Zeiss, de Jena, enel cual se cotizan al lado de objetivos de grande apertura otros más baratos y de un ángulo relativamente pequeño; en la parte explicativa del catálogo se reseñan las ventajas de los mejores, pero se recomienda que para histología se adquieran los peores. El catálogo de este año de esta misma casa, al describir el más sencillo de sus microscopios lo califica de muy propio para cursos de histología, casi todos los fabricantes ingleses anuncian en sus catálogos al lado de esos grandes modelos tan admi- rables por su precisión como inaccesibles por su precio, algún modelo histológico que invariablemente se dis- tingue por su simplicidad é insuficiencia. Hasta los observadores que en estos últimos tiempos han enri- quecido la ciencia con toda esa serie de descubrimientos que hoy constituyen la técnica contemporánea, se han divorciado de la histología y pretendiendo concretar á la anatomía celular sus estudios, han proclamado la independencia de una nueva rama de la micro-- grafía con el nombre de citología. Cuando por los años de 1880 apareció en la arena científica la bacteriología, las deserciones se conta- ron por millares; pero á las crecientes exigencias de la nueva técnica, los fabricantes hubieron de perfec- cionar consider ablemente sus productos y los micros- copios alemanes venciendo los obstáculos que prejui- cios de índole no científica habían opuesto á su vul.- garización, se extendieron por todo el mundo y muy especialmente por la misma Francia que hasta esa época había surtido al mundo de aparatos de óptica. Los histólogos, estimulados por los rápidos progre- sos de los bacteriólogos y demás micrógrafos, adop- taron al fin los objetivos de gran apertura y dieron carta de naturaleza en su técnica á la mayor parte de las fórmulas y procederes de la citología. Armada de tan eficaces recursos la histología, con el concurso de la embriología, ha resuelto ya gran número de 2392 ANALES DE LA importantes problemas y cuenta con reglas fijas que permiten la investigación metódica y ajustada á principios estrictamente científicos. La índole de este trabajo no me permite reseñar, siquiera sea someramente, las operaciones que cons- tituyen la técnica moderna que por lo demás es per- fectamente conocida de la mayor parte de los que en este momento me prestan su benévola antención; ninguno de vosotros ignora que la micrografía con- temporánea se vale casi exclusivamente de material zoológico vivo; si las dimensiones del animal lo permiten, se procede á su sacrificio sumergiéndole vivo en un fijador instántaneo que sorprende por decirlo así las manifestaciones vitales en el seno de todos los tejidos; si esto no es posible, ó bien se hacen llegar al Órgano escogido cantidades del fija- dor en inyecciones ú otro medio análogo, ó bien se sumergen los fragmentos en el reactivo apenas sepa- rado del organismo que se estudia; la induración, como operación independiente apenas Se practica y el material pasa por todas las fases de la prepara- ción en un período de tiempo que á menudo no excede de venticuatro horas; todas las operaciones están calculadas para conservar en el tejido hasta las más insignificantes partículas y los procederes de inclu- sión no permiten el más ligero desmoronamiento ni la más mínima compresión de los elementos anató- micos y las imágenes que resultan reproducen fiel- mente, no solo la forma, sino la actitud que durante la vida adoptan los diversos componentes de la ma- teria animada; en vez del cadavérico reposo de las preparaciones maceradas, se observa en todas partes la más febril actividad; los capilares y pequeños vasos recorren el campo microscópico en todas direc- ciones, los cementos celulares, libres de infiltración y reducidos á sus dimensiones verdaderas, no dejan entre los protoplasmas de las células sino insters- ticios apenas perceptibles y las células migratorias alargan sus pseudopodos en todas direcciones; ante una preparación de esta clase el histólogo se ve á me- nudo perplejo y necesita de no poca paciencia y ACADEMIA DE CIENCIAS 233 hábito para reconocer los elementos que le son más familiares y no entregarse á interpretaciones inmagi- nativas á que tan singularmente predispone la super- posición y entrecruzamiento de multitud de silkhuetas que al confundirse dan lugar á imágenes de fantás- tica apariencia. El que acostumbrado al estudio de preparaciones obtenidas por los procederes clásicos examinara algún ejemplar que reuniera todas las condiciones que hoy exije la micrografía, sería vícti- ma de la más deplorable confusión y ó mucho me engaño, ó se vería en la imposibilidad de identificar hasta los nucleos de las células; en efecto, un histó- logo que siempre haya considerado los núcleos como manchas más ó menos redondeadas en cuyo interior se busca un pretexto cualquiera que bautizar con el nombre de nucleolo, cómo ha de reconocerlo en una preparación que exhiba las complicadas figuras de la kariokinesis? + XX + Señaladas las deficiencias de la técnica clásica y los errores de interpretación en que puede incurrir el micrógrafo que no se rodee de toda la serie de pre- cauciones que constituyen la técnica contemporánea, sería mi deseo terminar mi trabajo con una serie de reglas cuya extricta observación ofreciera al obser vador una garantía absoluta de exactitud en la eje- cución de sus preparaciones y en la interpretación de sus imágenes; desgraciadamente para alcanzar éste resultado sería necesario escribir nada menos que un tratado completo de técnica histológica, y como ni la ocasión lo permite ni me encuentro preparado para acometer esa difícil tarea, habré de conten- tarme con adelantar algunos consejos que, si bien incompletos, serán de alguna utilidad y servirán de orientación á los investigadores principiantes. Para proceder metódicamente quiero empezar por la elección del microscopio. No puedo dejar de protes- tar contra el consejo que poco menos que unánime- mente dan los autores y los fabricantes á los que se dedican al estudio de la histología recomendándoles 234 ANALES DE LA la adquisición de instrumentos incompletos y de objetivos de escasa apertura. Quiero sostener muy claramente que ningún modelo es demasiado bueno para histología ni ningún objetivo tiene demasiada apertura. Aconsejo pues á los principiantes que adquieran el mejor instrumento y los mejores lentes que sus recursos le permitan en la seguridad de que si consideraciones de otra índole no se oponen á ello, nada hay mejor que los apocromáticos de Zeiss. En los casos, en extremo, escepcionales en qué se crea exajerada la apertura de “estas lentes, puede fácil- mente disminuirse con pequeños diafragmas ' colo- cados sobre el objetivo, en cambio, cuando la aper- tura es insuficiente, no existe manera alguna de aumentarla. Cualquiera que sea el instrumento ele- gido, los accesorios micrométricos y de dibujo son indispensables. Debe siempre preferirse el material vivo, pero si las errcunstancias obligan á practicar exámenes de teji- dos que no reunan las condiciones .decesarias, se observará la mayor reserva en las conclusiones que de tales investigaciones se deduzcan. Una vez adqui- rido el hábito de hacer preparaciones correctas, no veo la utilidad de repetir incesantemente los experi- mentos de los autores clásicos y encaminar todos los esfuerzos á obtener una semejanza absoluta entre las preparaciones y las esquemáticas láminas de sus tratados. En completa posesión de lo que hasta el día se ha publicado sobre un órgano ó tejido, el histólogo debe perseguir con afán nuevos caracteres que á menudo se hacen patentes inesperadamente á poco que se maple los métodos de investi- gación. Para identificar con seguridad los cuerpos de dudo- sa naturaleza deben practicarse siempre los cortes en serie y de un grueso cuidadosamente ajustado á las dimensiones probables de los elementos que se van á estudiar; es bastante general la creencia de que mien- tras más delgados, más propios al estudio son los cortes y fundado en este error, los observadores noveles que poseen un buen equipo suelen practicar. ACADEMIA DE CIENCIAS 235 todos sus cortes de un espesor uniforme de dos micrones; si recordamos las dimensiones generales de los elementos anatómicos comprenderemos que en preparaciones hechas de este modo, ni siquiera los núcleos quedarán enteros y el estudio del histólogo se asemeja al de un naturalista que antes de exami- nar sus ejemplares, los dividiera en menudas porcio- nes ó en finísimas secciones. Aun cuando se dé á los cortes un grueso apropiado, muchos elementos apa- recen en la preparación seccionados é incompletos y de ahí el consejo. de cortar siempre en serie, procedi- miento que permite buscar en el corte inmediato, la continuación de: una imagen incompleta. Con el objeto de facilitar este recurso, acostumbro á montar en Cada lámina dos ó más cortes sucesivos según su extensión. | No puede recomendarse demasiada cireunspección cuando se trate de formular conclusiones sobre todo si se refieren á hechos nuevos. Deben evitarse cuida- dosamente las explicaciones imaginativas y fantás- ticas relatando los hechos tal como se ven y no tal como se quisieran ver. El investigador puede consi- derar que ha llenado su cometido cuando después de analizar detenidamente un elemento y de haberlo colocado en el lugar que las clasificaciones le señalan, explica en términos claros y concisos su significación, entendiéndose que en la histología moderna sign1h- cación es poco más ó menos sinónimo de genealogía. : Para trazar la genealogía de un tejido es necesario estudiarlo en varios animales que se encuentren á distinta altura en la escala zoológica y por último en embriones de distintas edades hasta determinar su origen blastodérmico y sus diversas modificaciones hasta alcanzar el tipo adulto. En histología patológica, el micrógrafo que redac- ta un informe sobre una pieza examinada, no debe en ningún caso formular un diagnóstico sino simple- mente relatar lo que ve y si el documento está desti- nado á personas poco versadas en histología, puede hacer un paralelo con lo que generalmente se observa en estado normal. De esta manera se evitará el 936 ANALES DE LA ridículo en que caen los que creen que es de rigor hacer en cada examen un diagnóstico no solo anátomo-patológico sino hasta clínico y con indica- ciones terapéuticas. Recuerdo haber visto no ha mucho un informe en el cual después de extensas con- sideraciones que no pude comprender, se formulaba con gran aplomo la siguiente conclusión: Esplenitis y peri-esplenitis intersticial melano-palúdica. “Otro informe he visto recientemente en que el firmante señalaba en las células, no ya degeneraciones, sino tendencias á determinadas degeneraciones y no contento con dar el más explícito diagnóstico, prede- cía las alteraciones que en lo futuro habían de ocu- rrir en el tejido objeto de su examen. No creo aven- turado asegurar que los que así proceden en nada se diferencian de Joblot cuando describía sus esper- matozoides homeo-morfos. No qniero abusar por más tiempo de vuestra bené- vola atención; si el análisis de la técnica histológica y los modestos consejos que llevo anotedos pueden ser de alguna utilidad á la causa del método y la lógica en el estudio de la micrografía, quedarán satisfechas mis aspiraciones más vehementes. He dicho. CONTESTACION AL DISCURSO DE RECEPCION del Dr. Joaquín Diago, por el DE. TOMAS Ve SOS OEICN ADO ÁA>-z- > Sr. Presidente, Sres. Académicos, Señores: Hace 20 años, un Académico distinguido, el Doc- tor Felipe F. Rodríguez, -mi Maestro querido, á quien debo lo que sé, porque aquel fué lo que yo en- tiendo por un verdadero profesor, exponía en esta ACADEMIA DE CIENCIAS 237 2 misma tribuna sus trabajos histológicos. El te- nía conocimientos vastísimos y sobre todo, Señores, sabía enseñar. Tenía el muy raro talento de trasmitir á sus oyen- tes el entusiasmo que despiertan las verdades cientí- ficas, cuando éstas son interpretadas por el Maestro y expuestas con claridad, con sencillez y con la preci- sión que se le puede dar la profunda convicción del que conoce una materia á fondo y sabe trasmitirla á sus discípulos. Por una rara coincidencia, al más entusiasta discí- pulo de aquelintroductor delos estudios histólogicos, de la escuela de Robin en nuestro pais, tócale hoy el honor de contestar al Doctor Juaquin Diago. Este compañero viene á deleitarnos hoy con un programa de la nueva técnica histológica, en el cual se nos pone de manifiesto los adelantos, las ven- tajas, los descubrimientos realizados y perfeccionados por la seria Escuela alemana, en esa moderna ra- ma que hoy destella luz vivísima sobre los'ignorados arcanos de la Biología; porque ha sabido llegar con perseverante labor á descubrir, no los fenómenos ca- davéricos—como dice muy bien el Dr. Diago—sino la vida fisiológica y los fenómenos patológicos, enla trama íntima de los tejidos y en la sencillísima célula, sorprendidos en su funcionalismo vital. Yo tengo el derecho de juzgar al Dr. Diago, hemos desempeñado juntos comisiones científicas por encar- go del Laboratorio de la Crónica médico-quirúrgica dela Habana y en ellas he podido apreciar lo que vale como observador. En el Dr. Diago, debo confesarlo con placer, he po- dido notar siempre las dotes de amor al estudio y sagacidad, que daban sello especial al talento indis- cutible de mi antiguo maestro, el Dr. Felipe Ro- dríguez. Cúpole la gloria á aquél de intreducir en Cuba los estudios de la histología, como hoy le toca al Doctor Diago, al trasmitirnos sus modernos perfecciona- mientos. Positivamente, la evolución dela técnica histológica 238 ANALES DE LA ha sufrido importantes modificaciones, que nos per- miten apreciar grandes diferencias en los conceptos que se tenían hace 20 años, de los elementos anató- micos y sus respectivas funciones. Ramas nuevas, que eran casi desconocidas entonces, han venido á ocupar puesto principalen los estudios micrográficos, y del encadenamiento de esas nuévas ramas surge la moderna histología con los brillantes caracteres que, de mano maestra, nos bosqueja el Dr. Diago en su in- teresante estudio. Estoy firmemente convencido queinterpreto lo sen- timientos de los señores académicos al deciros que recibimos con gusto vuestro trabajo de 1 in BreSó, tan lleno de halagadoras promesas. Que este sea el primero de una serie en la cual po- damos ilustrarnos con la A de los hechos nuevos de la actual histología, que tan diestramente cultiva el Dr. Joaquin Diago. La Academia se felicita al contar entre sus miem- bros al Dr, Diago, reciba en su nombre y en el mío, el querido compañero, un sincer O abrazo de bien- venida, | UN CASO DE MUERMO POR EL DR. GUSTAVO LOPEZ Ñ (MEDICO 1% DEL ASILO DE ENAJENADOS) Fuera del casco de esta capital, pero dentro de la' provincia de la Habana, en el término municipal de Santiago de las Vegas, donde está enclavado el Asilo General de Enagenados en que presto mis serviciós profesionales, he tenido, recientemente, oportunidad: de conocer de un caso de muermo agudo, que ofreció: ciertas particularidades interesantes de orden clínico, y así mismo también, determinados detalles, en su relación con la Higiene pública, que constituyen cier- ACADEMIA DE CIENCIAS 239 tamente, el móvil ó el por qué de molestar la aten- ción de ustedes con estas rápidas notas. El caso no me pertenece; lo asistía el Dr. Guerra, médico de la localidad municipal, que hace poco he nombrado. No habré, desde luego, de exponer aquí los detalles minuciosos del mal, su marcha, síntomas y trata- miento empleado, porque no son tampoco esos de- talles los que han dado interés al caso actual. Trátase de un joven, bien constituido, de unos 26 años de edad, sin antecedentes patológicos, animoso para el trabajo y que, gozando habitualmente de salud, se sorprende que le molesten algunos desvane- cimientos de cabeza, náuseas, dolores vagos en las piernas, cintura, etc., no se hace para ello trata- miento formal, y tras un pequeño periodo de bienes- tar es atacado de fiebre, fiebre alta, con raquialgia y cefalalgia molestas é intensas que le hacen guardar cama en la misma población de Santiago de las Ve- gas. Sintomas toráxicos, un tanto violentos, (tos pertinaz, sofocación, etc.) con el mantenimiento de alta temperatura obligan al profesor de asistencia á usar medicaciones enérgicas y dos extensos vegigato- rios al pulmón, con lo que parecen dominarse aque- llos síntomas; pero sólo se obtiene corto tiempo de apirexia, volviendo prontamente el termómetro á señalar cifras altas, por encima de 39 y 40 grados centígrados. A partir de aquí, se hace la fiebre con- tínua, anotándose breves y cortas remisiones. Los medios razonables empleados no procuran po- sitiva mejoría; el enfermo siempre con 407 y algunos décimos; por lo que, en el día 17 de su enfermedad, se celebra una Junta con otro profesor de la localidad. A este compañero que interviene, le hace el de cabe- cera la proposición del traslado del enfermo fuera de lalocalidad, acordándose se hiciera enseguida por reu- nir pésimas "condiciones la habitación en que estaba. Parece, entonces, se ratificóá la familia el diagnóstico de fiebre tifoidea, anunciándose que el ca ambio y el próximo 3” septenario de la afección, traerían pronto temperaturas menos altas y mejoría consiguiente. 240 ANALES DE LA A una finca de las inmediaciones, á un sitio del antiguo cafetal “Sierra” es llevado el pobre enfermo, y la familia espera en valde una mejoría que no llega. La fiebre, alrededor de 419, haciéndose visible la postración del enfermo, á quien se iniciaban puntos dolorosos y además articulares en ambas extremida- des, determinándose dos colecciones purulentas difu- sas en la pantorrilla izquierda y en la región supra- maleolar externa de la pierna derecha. “La nariz y pómulo del lado izquierdo se ponen algo tumefactos, con edema iniciado, pero duro y enrojeciéndose la piel de estas partes. Por el ala izquierda de la nariz, asoma francamente, serosidad viscosa. Cuatro flic- temas existían llenas de moco pus en la pierna iz- quierda. Así las cosas estaban en la tarde del día 21 de enfermedad, en que la familia, atribulada, propone al médico la celebración de una nueva Junta con noso- tros. Somos aceptados y citados, viendo esa tarde al enfermo que motiva estas líneas. Eso ocurría el 26 del pasado Octubre. Exigencias profesionales no hubieron de consentir la concurrencia á la cita, del médico de cábecera, que manda una carta, en que se nos disculpa y nos concede amplias facultades para indicar y modificar cuanto estimemos del caso, reite- rándonos el ruego que viéramos al joven enfermo. Examinando cuidadosamente, aun desprovistos de todo antecedente y de todo juicio médico, sacamos ante su presencia la convicción de habérnosla con un muermo agudo. Salimos del aposento dispuestos á mquirir de la familia lo que supiese del juicio del compañero que asistía el caso. Entonces conocimos solamente lo que hace breves instantes he relatado sobre la junta anterior, la estimación de proceso ti- foideo, etc. Muy difícil me pareció entonces mi situación. ¿Có- mo lanzar el alarmante diagnóstico de muermo, en ausencia del médico de cabecera? Me resolví á esperar, á. citarle para discutir, lle- nando sólo indicaciones racionales de urgencia. Pero como tenía que contestar su carta y sólo podía ha- ACADEMIA DE CÍENCIAS 241 cerlo en mi papel de receta, sin ser bajo sobre, hube de limitarme á rogarle la nueva reunión, pidiéndole que recogiera antecedentes, para discutir la dolencia de su enfermo. Esto me cuidé de subrayarlo. El día 28, es decir, dos días después, el aviso del compañero me hace concurrir por segunda vez, al lado del enfermo. El cuadro sintomático aparecía aún más claro. El rasch erisipelatoso de la cara, el edema duro abrazando toda la región nasal, la nariz defor- mada, las mejillas tumefactas, los párpados y los ojos hinchados lagrimosos, congestionados, el humor filamentoso que fluía de las fosas nasales, la dificul- tad para hablar y tragar, y por último la presencia de 5 pústulas en las regiones nasoparpebrales, con varias pápulas acuminadas, blanquecinas, en las ex- tremidades inferiores, no «permitían duda alguna. Los antecedentes especiales confirmaban el juicio. El enfermo había adquirido por compra un caballo mo- ro, que precisamente: por enfermo, lo dieron muy ba- rato. Oid la historia de ese animal: Las tropas españolas, últimas, queen el mes de Diciembre de 1898 estaban en Calabazar, vendieron por poco más de nada este caballo á un bodeguero de Santiago. Un herrador aseguró que era muermo simple, no contagioso lo que tenía. Estuvo como dos meses en el poblado de Rancho Boyeros, en po- der deun isleño, vendedor de leche, que constantemen- te traficaba en el mismo poblado de Santiago. No podía el bodeguero venderlo bien, porque, sin duda no se le veía bueno, y determinó castrarlo. Entonces sele hacía bañar á menudo en el río del Calabazar. De modo, que ya veis, cerca de un año, porción de meses, ha estado este animal, dentro del término de Santiago delas Vegas, brindando sobrada ocasión para hacer daño, para haber hecho varias víctimas. Hacía ya más de dos meses que estaba en poder de este enfermo, quelo cuidaba con marcado interés, andando siempre en él y haciéndole hasta cuidar por sus hermanitos, criaturas de 12, 146 15 años. Lo hicimos conducir á nuestra presencia y, aunque - aparentemente saludable, observamos en él un flujo 249 AÑALES DE LA nasal abundantísimo y espeso, que fluía por la nariz izquierda, dato poderoso en favor de la especificidad muermosa, y que aleja la idea de toda flegmasia ca- tarral, porsu unilateralidad. En esa ocasión, después de llevadas las precaucio- nes antisépticas, dilaté los abcesos que ya he citado anteriormente, los cuales dieron como 200 gramos de pus oscuro y denso. Aconsejé al compañero el inmediato parte á la Au- toridad Municipal, haciendo venir un mandadero á mi domicilio para que le entregase á la vuelta un par de baloncitos, modelo Coronado, en los que se me remitiría á esta capital, al día siguiente, pus reco- gido del enfermo, y que «serviría para comprobar el diagnóstico. Dificultades especiales inutilizaron los baloncitos que remití. Tuvo, pues, que diferirse la in- vestigación proyectada. El día 30 se me ruega, por haberse retirado el pro- fesor de asistencia, queme haga cargo del enfermo. Estaba aquí en la Habana y no pudo ser esto hasta la mañana del 31 del citado y pasado mez. Enton- “ces tomo un baloncito de pus de una de las pústulas de la cara, que remito enseguida al Dr. Dávalos, á quien había anunciado mi intento. El enfermo esta- ba en 40%8, con pulso irregular, respiración Chey- ne-Stokes, adinámico. Anuncio su muerte próxima. Fallece á la una y media de este mismo día. He aquí ahora el resultado de la investigación, rea- lizada porel hábil Dr. Dávalos, á quien tributo mi eratitud por su bondad, en este servicio. Tratado el pus, por el método de coloración, con- sintió distinguir una gran cantidad de bacilos seme- jantes, por su morfología, al del muermo. Las siem- bras en papas y agar glicerinado, procuraron la ger- minación del bacilo del muermo en colonias puras. Las inoculaciones realizadas en el peritoneo de un cu- riel, determinaron la vaginalitis característica, á las 24 horas de la inyección. Está, pues, comprobado el muermo. Este caso tiene interés clínico: Primero, por ser de incubación larga; lo que no es AUADEMÍA DE CIENCIAS 248 frecuente, sobre todo, en sujetos que directamente es- tán en contacto con las bestias enfermas. Segundo, porque, como en el caso de Colín, citado en el Tratado de Medicina de Charcot, hubo lesiones pulmonares iniciales, sín ningún otro síntoma por parte del tegumento, fosas nasales, etc., lo que con- sintió tener desconocida la enfermedad. Y Tercero, porque este caso parece rebustecer el criterio de Bollinger, que piensa y afirma, que la puerta de entrada de la infección farcinosa, es fre- cuentemente el aparato respiratorio, como elocuente- mente lo dice el cuadro sintomático y la marcha ob- servada en el desgraciado enfermo que nos ha hecho molestar vuestra atención. Pero algo, del orden de la Higiene pública, como anuncié, tengo ahora que decir. El caballo muermo- so fué conducido dos veces al pueblo de Santiago de las Vegas y otras dos veces fué devuelto á la finca. Todo esto por orden de la Autoridad. En una y otra ocasión, parece que el animal esperó un reconoci- miento, que no se pudo efectuar. Claro, porque no había Veterinario; y difícil resultaba que se pudiera dudar seriamente de la afirmación de médicos, por afirmaciones de sujetos sin título alguno. Después del fallecimiento del sujeto víctima del far- cino, se decretó la muerte del caballo enfermo. Estamos, pues, en verbo de muermo, lo mismo que veníamos estando desde tiempo inmemorial. El pue- blo, nuestros habitantes, están indefensos contra tan grave mal. Enla población de la Habana existe ahora un bien meditado Reglamento profiláctico del muermo, aprobado en el mes de Septiembre. Pero sino está en práctica todavía, no realiza el bien que debe, ni impide la importación de animales muermosos, de los variados puntos del campo, de la misma pro- vincia. El caballo muermoso que hizo víctima al enfermo que me ha ocupado, pudo ser vendido y traído para esta capital, para utilizarse en guaguas y carritos. Pu- do seguir haciendo daño. Puede haber dejado infec- tado el lugar ó lugares en que pastaba. ¿No pudo 244 ANALES DE LA también hacerlo en aquel par de paseos que hizo al pueblo de Santiago en los últimos días de Octubre? ¿El vecindario de Santiago, no tiene derecho á ser detendido de ese mal? Sisomos un pueblo culto, si queremos que la Hi- gienesea una verdad, no basta queen el casco dela Ha- bana, se tenga hecho un Reglamento bonito, que ha- brá de defendernos del muermo. Enhorabuena, que aquí, enla capital, todo esté más uniformemente regu- lado y perfilado. Pero la gente de las poblaciones, los meritísimos labradores, en su mavoría cubanos, que con su duro esfuerzo tanto contribuyen á hacer valer nuestros campos, y por tanto, al progreso del país, ¿deben ser acaso abandonados? Urge, pues, hacer algo. Es preciso, por lo menos, que á nuestras poblaciones y campos, se lleven los preceptos prácticos de ese Reglamento que tiene la sanción del Ayuntamiento de la Habana. Es preciso, por lo menos, que se exija el sacrificio inmediato de los animales muermosos. Es necesario que la Auto- ridad dicte á los Alcaldes de la Isla, circulares enérgl- cas en este sentido, Para este fin, impetro el auxilio y valer de esta Corporación. Propongo que la Academia acuerde dirigirse á la Autoridad correspondiente, en la forma que crea procedente, y para los fines que dejo apuntados. IBARRA IMAEPTE OC IAE CONAGUA RR UND N ACA NIANDADAA Consideraciones sobre la profilaxis del muermo por los Dres. E. Acosta y J. N. Dávalos. El caso de muermo que acaba de darnos á conocer el Dr. G. López y otro más que hemos tenido oportu- nidad de diagnosticar en estos días en el Laborato- rio Bacteriológico de la CRÓNICA MÉDICO-QUIRURGICA ACADEMIA DE CIENCIAS 245 nos obligan á someter á la ilustrada atención de es- ta Corporación algunas consideraciones respecto de esta enfermedad que desde el año 1888 viene preocu- pando nuestra atención. No haremos una historia de lo que ha pasado en la Habana con el muermo, porque seguramente propor- cionaríamos un mal rato á nuestro auditorio, pero sí consignaremos que empeñados en que esta enferme- dad desapareciera, luchamos con valor y fe durante muchos años en unión del Dr. Santos Fernández; for- mamos parte de comisiones oficiales ridículas, para su extinción; vimos caer víctima de su entusiasmo á uno de nuestros compañeros el señor Díaz, infectado de muermo en una investigación, sufrimos censuras acerbas, se dudó de nuestra competencia científica, presenciamos la muerte de numerosas personas y na- da conseguimos, porque nuestros esfuerzos eran im- potentes ante la conveniencia de los que repletos de oro, vencían las dificultades comprando la opinión del Veterinario, la disposición del Alcalde de barrio, el cámplase del señor Gobernador. Por este fácil procedimiento los dueños de caballe- ría ponían impunemente sus caballos muermosos al servicio en la vía pública y dos ó tres personas todos los meses morían de muermo. Si un caballo se denunciaba por muermoso ¡—com- probado por investigación bacterioló veterimario recién llegado 6 Ó sin a astuto, era llamado para dar su opinión, resultaban tres cosas. Primera: Que el caballo no tenía muermo. Segunda: Que se suplantaba por uno sano mandando aquél á potrero, y Tercera: Que el Veterinario conseguía ser nombrado empleado del establo á que pertenecía el caballo. Así han transcurrido los años hasta el primero de Enero del actual en que nuevos horizontes nos hicie- ron concebir grandes esperanzas. En efecto, señores académicos, á partir de esa fecha la intervención americana fijó su atención el la enfer- medad que nos ocupa y encomendó á un inteligente 246 ANALES DE LA profesor veterinario, el señor Rego, el cuidado de su propagación y extinción. Conocemos los esfuerzos realizados por el inspector señor Rego y merecen nuestro elogio, pero por eso mismo, al tener conocimiento de dos casos de muer- mo humano, queremos que el trabajo de este profesor no sufra en la opinión científica y que se busquen las causas verdaderas que aún sostienen el muermo entre nosotros. Cuando en esta corporación hace meses, leímos un trabajo acerca del carbunclo, no encontramos á quién endosar la responsabilidad de las deficiencias que de- nuanciamos. El Ayuntamiento se defendía alegando que la Sanidad americana coartaba sus atribuciones y ésta aseguraba que su misión no alcanzaba al ma- tadero, corrales, etc. etc. | Hoy al suscitarse la cuestión del muermo es proba- ble que tropecemos con iguales dificultades, pues por un lado vemos que la Inspección de Saneamiento tie- ne á su cargo el servicio higiénico de establos, lazare- tos, y por “otro que el Ay untamiento publica, orde- nanzas municipales, respecto á iguales servicios, por cierto dignas de celebración toda vez que ellas llenan las necesidades que la ciencia exige. De todos modos, nosotros cumpliremos con un deber científico, diciendo lo que pensamos respecto de la profilaxis que hoy rige contra el muermo y esta Academia deliberará lo que más convenga á su pres- tigio y representación científica. El muermo, como sabeis, es una enfermedad que ataca á determinada especieranimal y quese trasmite por contagio directo é indirecto á la especie humana. En todos los países cultos donde existe, las medidas sanitarias de profilaxis se extreman hasta conseguir su extinción y fácilmente llega á dominarse. Sólo en la Isla de Cuba se ha arraigado el muermo por mano poderosa, ocasionando 20 y 30 víctimas anuales y solo la Isla de Cuba goza de este triste privilegio. Estudiemos ahora la profilaxis que hoy nos defien- de contra el muermo y vereis que puede sintetizarse ACADEMIA DE CIENCIAS 247 fácilmente en 3 factores. Un Inspertor que reconoce los caballos, un llamado lazareto y un buen regla- mento municipal. El Inspertor, señores Académicos, y lo hacemos constar en honor de la verdad, hace más de lo que puede. Dotado de conocimientos, honradez y ener- gía, no se doblega ante las amenazas ni el soborno, y realiza una verdadera persecusión contra el muermo; ha desplegado su actividad de tal modo que conoce los lugares infectados y podemos asegurar que son muchos los caballos que ha hecho sacrificar. Pero en algunas circunstancias sus atribuciones no han sido absolutas y esto ha dado lugar á que sus propósitos no se hayan realizado de un “todo. Sabemos que no hace muchos días al encontrar gran número de caballos muermosos en dos .caballe- rizas, los mandó al Lazareto y ordenó el cierre de los establos hasta desinfectarlo convenientemente. Lo que pasó no lo sabemos, pero los establos no se ce- rraron ni se desinfectaron á pesar de su orden, que trataron por cierto de hacérsela retirar. Como este hecho han ocurrido algunos que nos re- cuerdan los pasados tiempos de que hablamos al principio, con la diferencia de que antes todos se de- jaban dominar por la amistad, la influencia ó el di- nero, y ahora el Inspertor Veterinario es el único que resiste á dichas tentaciones. Pasemos ahora á hablar del llamado Lazareto y cuando lo conozcais, comprendereis por qué lo titu- lamos así. Está emplazado en la Ciénega, en uno de los corra- les de la antigua Escuela de Agricultura, y compren- de una pequeña extensión de terreno. El edificio se compone de un techo de tejas incom- pleto sostenido por horcones. No hay más que una pared lateral formada de tablas viejas, y no en toda su extensión. Hay dos pequeñas habitaciones dentro del rectángulo del terreno citado, ocupadas por fami- hias y los pesebres no tienen vallas de separación pa- ra los caballos. El piso es de tierra ó fango que frabrican las pisa- 248 ANALES DE LA sadas de los caballos con el agua que cae del cielo cuando llueve y pasa por el techo. Este es el Lazareto á donde se llevan los caballos muermosos ó sospechosos. No se concibe nada más asqueroso ni favorable al mismo tiempo para la propagación del muermo, que el lugar destinado á la observación de los animales sospechosos. En efecto, allí, en aquel inmundo corral se reunen hasta 40 ó más caballos sospechosos ó muermosos; muchos se sacrifican, otros se devuelven infectados, los más se mueren cansados de vivir muermosos. ¿Que se hacen con los cadáveres? Los caballos que mueren en el Lazareto se entie- rran por los alrededores del mismo. Los que tienen fuerzas para hacer la última jornada hasta la Cho- rrera, allí se sacrifican para poder aprovechar sus despojos. El cuero se curte, la grasa se vende, los huesos se limpian todo con un fin industrial y nadie se opone á tan peligroso y criminal comercio. Cuando visitamos el llamado Lazareto y nos pusi- mos al habla con el señor Rego, nos aseguró que na- da podía hacer y que ya estaba cansado de formular quejas y protestas. He podido conseguir tan solo una vez, nos dijo, la ambulancia de desinfanial y francamente, considero al Lazareto como el foco más grande de infección muermosa. Hondamente impresionados salimos de allí, porque nuestras esperanzas concebidas en 1? de Enero se ha- bían desvanecido. El muermo de esta manera rega- do y sembrado por los campos y ciudades, pensa- mos, amparados por un oculto poder invencible se- guirá ocasionando víctimas humanas. El tercer factor que nos falta es el Reglamento Mu- nicipal y nada tenemos que censurar. “Está bien me- ditado y comprende todo lo necesario para la profi- laxis del muermo: Inspección de establos y caballeri- zas particulares; inspección de corrales y potreros, empleo de la maleina como medio de diagnóstico y por último creación de un Lazareto modelo. Pero ha de llamar la atención que habiéndose pues- ACADEMÍA DE CIÉNCIAS 249 to en vigor porsu aprobación y publicación en la Gaceta Oficial, resulten por ahora letra muerta, lo que componen sus brillantes articulados y por ende que volvamos á pensar en la horrible confusión de atribuciones que vemos por doquier y que tanto per- juúdican á nuestra higiene privada y pública. En efecto, señores “Académicos, la inspección de es- tablos, lazaretos, ete., está encomendada á la Sani- dad americana, cuando corresponde al Ayuntamien- to, que por lo menos en muy buenos reglamentos se compromete á extinguir el muermo para siempre. Si para este servicio, tal como hoy se hace, no en- contramos más que faltas y por tanto censuras que formular, tiempo es de que el Ayuntamiento se haga cargo de él, para que mejore nuestra situación actual. Si éste tampoco lo hace, protestaremos al compro- miso que por eserito en sus reglamentos ha contrai- do, y seguiremos combatiendo las causas que en to- dos tiempos han hecho del muermo una explotación moral y material. Por tanto: nosotros formulamos como conclusión única la siguiente: La profilaxis del muermo tal como se realiza en la actualidad, constituye un peligro para la salubridad pública y debe ser encomendada al Ayuntamiento de la Habana que promete mejores medios de realizarla. La Academia acordará lo que más convenga al bie- nestar de todos. Sesión pública ordinaria del $ de Octubre de 1899 PRESIDENCIA DEL Dr. TAMAYo. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Cubas, Montalvo, la Guardia, Santos Fernández, Coronado (Tomás), Lavín, Dávalos, iaa :ourt, Vildósola, Ragués, Diago, Alber- tini, Jacobsen, Rosado, y (7. López, Secretario. SEÑORES VISITANTES: Dres. Edelmann, Carvallo, Tariche, Agramonte, R. Coronado, Chabau, Le Roy, Ruiloba, Por to y Or tiz Cano. Como de ordinario, comienza la sesión con la lectura y aprobación del acta de la anterior, dándose cuenta después, 250 AÑALES DE LA á por la Secretaría, de la correspondencia oficial, y entrándose en la orden del día, con la lectura que hace el Dr. G. López, en nombre y ausencia del Dr. Montané, del informe sobre huesos humanos, pedido por el Juzgado de Jesús María de esta Capital. Es aprobado, pasando enseguida el Dr. P. Coronado, á la tribuna para la lectura del cuestionario sobre fiebres, plan- teado con motivo de una consulta formulada por el Depar- tamento de Sanidad. En extensas razones acerca de la etiología de las fiebres, entra el autor de esta memoria, para justificar la conclusión en que formula la contesta al cuestionario referido. Una vez concluida su lectura, usa de la palabra el Dr. Dá- valos, quien expresa su conformidad por el informe en gene- al, diserepando de la clasificación etiológica, en cuyo defec- to cree que cae el mismo autor. Habla además de las fiiebres que no son infecciosas, tales como las tóxicas, las debidas á toxinas microbianas, leucomainas, fiebres nerviosas, etc. El Dr. Montalvo, usa después de la palabra, felicitando cordialmente al autor, y haciendo consideraciones sobre el diagnóstico del Laboratorio y el clínico de las fiebres. Expresa que no es posible hacer diagnóstico etiológico. Con el suero—diagnóstico no siempre pueden hacerse diag- nósticos, y la aelutinación de Widal, aunque sea un magnífi- co medio, no siempre se realiza, y ella no niega nada, como la ausencia de los elementos de Laverán, no niegan tampoco- La Clínica entiende, que conserva su prestigioso papel en el diagnóstico. El Dr. Y. dela Guardia, celebra el trabajo, encontrándose conforme con la doctrina ó criterio sustentado; pero esti- mando que debe usarse mayor brevedad en la respuesta. Los Dres. Dávalos y Montalvo. mutuamente, se hacen al- eunas consideraciones sobre la etiología y sitomatología de las fiebres y la importancia desu comprobación bacteriológi- ca, y también sobre el motivo de la información, cuya solici- tud parece debida á indicaciones venidas de New York El Dr. Coronado, hace primero que nada, reflexiones sobre el por qué de la amplitud de su contesta, que primero que na- da es para justificar la respetabilidad de la Academia, por- que el informe irá 4 Washineton, y debe revelar que aquí se ACADEMIA DE CIENCIAS 951 conoce bien la materia; se extiende sobre el concepto fiebre, expresando sobre ella una definición y entendiendo estamos en el camino de la evolución, no pudiéndose todavía romper con la tradición en lo que al término fiebre se refiere. El Sr. Presidente expresa su complasencia porque la dis- cusión sea amplia, pudiéndose así diafanizar esta cuestión tan interesante. Muchos Médicos han contestado á las preguntas de la Je- fatura de Sanidad; pero esas contestaciones envuelven du- das, vacilaciones, por lo que se nos ha remitido la consulta, en nuestro concepto de Corporación, y por eso es, que nues- tra repuesta informe debe tener necesaria amplitud y exten- sión, procuradora de luz, y porque, quizás, sirva de pauta y se sepa bien de qué se muere. El Dr. Santos Fernández, opina del mismo modo, porque en realidad, tal como están formuladas las preguntas en sí, resultan un desatino. Por ello, propone la confección de una cartilla de enfermedades para la clase Médica, evitándose de este modo tantos erroneos diagnósticos que se ven expuestos en los atestados de defunción. El Dr. Jacobsen, entiende correcto y oportuno el informe del Dr. Coronado, para el que dedica frases de felicitación, y expone que debe ser aprobado y enviado. Quese envíe su conclusión, quedando el cuerpo del informe en esta Academia. Hace además algunas consideraciones sobre la palabra ti- fus que aquí se entiende como fiebre tifoidea yen Europa, esa frase significa fiebre exantemática. Extendiéndose en cosideraciones relativas á nuestra pire- tología, entiende llegada la hora de estudiar seriamente tal asunto, y propone ála Corporación quede nombrada una Comisión que reuna, critique, valorice y esclarezca todo lo pertinente á nuestras fiebres, dividiéndose esa Comisión en ramas distintas según la competencia, aficiones etc. obtenién- dose de este modo más práctico y fácil el resultado que se persigue. La Presidencia, oye con gusto la proposición del Dr. Ja- cobsen, exponiendo que la Academia la tomará en cuenta, pero que ahora debemos ver primero si se aprueba el informe del Dr. Coronado. Puesto á votación se aprueba por una- nimidad. El Dr. 6. López, ocupa enton:es la tribuna leyendo un bre- 252 ANALES DE LA Ve informe sobre el estado mental de un procesado, que fué también aprobado. El Sr. Presidente, pide que se oiga la lectura de una carta enviada por la pobre viuda del Dr. Ramón Zambrana, donde pinta su angustia y su absoluta carencia de recursos en mos mentos de estar postrada en el lecho. El Dr. V. de la Guardia, ofrece un luís para que sea soco- rrida. El Dr. López otro, y lo mismo hacen los Dres. Coro- nado, Tamayo, Dávalos, Santos Fernández, Vildósola, Al- bertini, Jacobsen y Diaxo. El Dr. Coronado, en nombre de los Sres. visitantes, Dres. Carvallo, R. Coronado, Ruiloba y Ortíz Cano, pide le sea admitido á cada uno un luís, para concurrir á tal obra bene- fica. Se acuerda su aceptación. El Dr. López, propone, acuerde la Corporación; dirigir atento oficio á la “Asociación Médica de Socorros Mutuos,” solicitando su concurso para el alivio de la Sra. enferma, viuda de un compañero de tanto mérito como lo fué el doctor Zambrana, que tanto hizo en obsequio de esta Academia. No se aprueba este estremo, por conocerse no puede la Aso- ciación destinar algo que tenga carácter de aleuna dura- ción. La Academia se encargará de la recolecta y la entre- ea á la Sra. viuda. : Cree la Academia oportuno, abrir discusión en este momen- to, sobre las proposiciones de los Dres. Santos Fernández y Jacobsen, con motivo de las fiebres. Usa de la palabra el primero para retirar la suya, insistien- do el Dr. Jacobsen, sobre el valor é importancia que para nosotros tiene su proposición. El Dr. Dávalos, quiere unir las dos, apoyándolas desde luego. Santos Fernández, Albertini y Jacobsen, seexpresan sobre el valor de ambas, conviniéndose en apoyar la última que es siempre de utilidad y provecho, y por entender que la otra no tendrá valor real práctico La Presidencia, se hace eco de la proposición aprobada y expresa la recoje, proponiéndose organizarla oportunamente para su mejor provecho y progreso en la ciencia Médica de este pais. El Dr. Vildósola, pidela palabra, para anunciar una proposi- ción de higiene pública, sobre el servicio de enterramientos, que entiende se llena incumplidamente ó deficiente, ACADEMIA DE CIENCIAS EL, Con este motivo hace consideraciones sobre la dificil dis- tinción entre la letargia y la muerte, lo que hace posible los enterramientos de seres vivos. Cree el asunto de suma importancia, que debe merecer un serio estudio y deliberarse reposadamente sobre su reorga- nización. : Deben precisarse aleunos Médicos, pagados con fondos del Cementerio; determinarse aparatos, como el ruso, de fácil adquisición, á fin de que los enterramientos tengan la garan- tía que deben ofrecer en los pueblos cultos. Promete pronto traer estudiados los detalles que consenti- rán apreciar la importancia del asunto, y permitir la ilustra- ción y apreciaciones de los Sres. Académicos. Se complace la Presidencia en reconocer el mérito de lo expresado por el Dr, Vildósola, á quien anima para que trai- ea organizado su trabajo. Se levanta entonces la sesión, porserla hora reglamentaria. No hubo sesión de Gobierno, Sesión pública ordinaria de 22 de Octubre de 1899 PRESIDENCIA DEL Dr. TAmMaAyYo. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Cubas, Santos Fernández, Ragués, V. de la Guardia, Delfín, Diago, Al bertini, Dávalos, Lavín, Coronado, Jacobsen, y G. López, Secretario. h SEÑORES VISITANTES: Dres. Carvallo y Edelmann. Con la lectura y aprobación del acta de la anterior, co- mienza la sesión, ásu hora reglamentaria, dándose por el Secretario, cuenta de la correspondencia oficial de la Corpo- ración. En honor del Académico Sr. Diago, que hace su recepción, se altera la orden del día anunciada, constituyéndose la Academia en sesión "extraordinaria, ocupando la tribuna el ya citado Dr. J. Diago, que da lectura á su trabajo sobre la, evolución de la técnica histológica, 254 ANALES DE LA d En nombre de la institución le contesta el Dr. T. Corona- do, que da cordial bienvenida al compañero distinguido. Termina con ello la sesión extraordinaria, ocupando la tribuna el Dr. M. Lavin, y con Dávalos, que da lectura á un trabajo clínico sobre infección stafilocóccica, detallando las peripecias y detalles ofrecidos por su enfermo causa de la ob- servación sobre que se extiende en consideraciones prácticas. El Dr. Jacobsen usa de la palabra después, para pedir á la Academia el nombramiento de la Comisión para el estudio de las fiebres, de acuerdo con su proposición presentada en sesión anterior, é idéntica á la que también presentó en la Sociedad de Estudios Clínicos y que fué aprobada. Expresa que el asunto es de por sí muy interesante, esti- mando ya muy bien razonada la necesidad de que se entre en el estudio rerio de las fiebres de nuestro país, quedando esta Corporación en harmonía con lo que en este sentido deberá hacer la Sociedad de Estudios Clínicos ya mencionada. El Dr. Santos Fernández, usa de la palabra para exponer entiende práctico que el Dr. Jacobsen, formule un programa; que sea como el derrotero que habrá de tomarse en ese estu- dio sobre piretología que se intenta. Entiende el Dr. Jacobsen, que la necesidad de lo expuesto por el Sr. Santos Fernández, no precisa para el caso actual, cuya conveniencia y necesidad le parece quedó evidenciada en la sesión última; y que él no podría hacer mas que repetir lo allí dicho, pidiendo el nombramiento de secciones distin- tas de la Comisión, tales como de Etiología, Anatomía pato- lógica, tratamiento ete. Lo práctico es ir al nombramiento de esa Comisión y que ella haga lo que entienda más útil y provechoso. La Presidencia expone que esa moción sobre piretología, la acogió con aplauso, y que la Academia la tiene en cartera, y está reuniendo antecedentes y material para hacer partir de ello la organización de los trabajos conducentes al inte- resante estudio que encierra la proposición ya aprobada, anunciando que el Dr. Jocobsen, autor de la moción reterida, por este motivo y por su competencia en el asunto, tomará parte en esos trabajos. A la realización de ello se ir%, y pronto se dará cuenta de lo que á este fin se realice. Concluido este punto, pide la palabra el Dr. Delfin, para ACADEMIA DE CIENCIAS AÑO exponer, por estimarlo muy interesante, quedebe ser incluida la enseñanza de la Higiene en los planes de estudios que se anuncian y publican, en los cuales no ha visto el nombre de la asignatura expresada. Pide que la Presidencia, en nombre de la Corporación, se acerque al Sr. Secretario de Instrucción pública, para expo- nerle la conveniencia y necesidad de incluir la Higiene entre el plazo que se proyecta. Asíse acuerda por unanimidad, acordándose autorizar ála Presidencia para que enmpli- mente brevemente este acuerdo. Y con ello, por serel tiempo reglamentario, se dió la sesión por terminada. Sesión pública ordinaria de 12 de Noviembre 1899 PRESIDENCIA DEL Dr. TAMAYO. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Cesuso, Dávalos, Lavín, Acosta, V. de la Guardia, Cubas, Céspedes, Rosa- do, Valdés Ragués, Santos Fernández, G. M. García, J. 1 Torralbas; Vesa y Paradela, Corresponsales, y (7. López, Secretario. SEÑORES VISITANTES: Dres. Agramonte, Ortiz Cano, Piquero, Edelmann, Carvallo, Le Roy, F. E. Menocal, Pérez Miró y Carrerá. Comienza á la hora de costumbre, con la lectura y apro- bación del acta de la anterior, entrándose enseguida en la orden del día, leyendo el Dr. Y. E. Menocal, en nombre y representación del Dr. E. Wasdin, delos Estados Unidos, el pliego cerrado que obraba en la Secretaría y que se refiere á comprobaciones experimentales del bacilo de Sanarelli, en las investigaciones de fiebre amarilla. Después, el Dr. Valdés Ragués, da lectura á su informe sobre los beneficios de las plantaciones de Eucaliptus en esta Isla, el cual fué aprobado. 256 ANALES DE LA A El Dr. 6. López, ocupa seguidamente la tribuna para leer su trabajo anunciado: “Un caso de muermo.” Terminada esta lectura la presidencia aplaza al doctor Santos Fernández, que había pedido la palabra, para des- pués de la lectura del trabajo de los Dres. Acosta y Dávalos, que también se refieren al muermo. El Dr. Acosta, en su nombre y en el del Dr. Dávalos, lee un trabajo intitulado “Consideraciones sobre el muermo”, el cual ocasiona una discusión interesante sobre la Inspección del Matadero, y el descuido de la higiene pública en todo lo que se relaciona con el muermo, y que hace pedir al doctor Casuso, que se haga saber al Grobierno lo mal que se cumple con estos deberes, así como que señalemos al Gobierno Civil ó Autoridades Judiciales, á los culpables directos de la pro- pagación de la enfermedad mencionada. Estos puntos son suficientemente aclarados por la Presi- dencia, el Sr. López, y los Sres. Acosta y Santos Fernández, todos los cuales insisten en las malas condiciones del Laza- reto establecido por el Ayuntamiento de la Habana. Concluída la discusión acerca de estos puntos, que convie- ne hacer siempre conocer del público y de las Autoridades, la presidencia dió cuenta de la petición de la Sociedad de Estu- dios Clínicos que demanda, para la constitución difinitiva de la Comisión organizadora del 20 Congreso Médico que dicha Sociedad ha acordado organizar, el nombramiento de una Comisión de cinco delegados por esta Corporación. Quedaron nombrados al efecto, los Dres. Tamayo, V. de la Guardia, Casuso, Acosta y Gr. López, dándose aquí por ter- minada la sesión. No QQ Jj ACADEMIA DE CIENCIAS Sesión pública ordinaria de 10 de Diciembre 1899 PRESIDENCIA DEL Dk. TAMAYO. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernán- dez, Paradela, Finla y, Cubas, J. [. Torralbas, Cuadrado, Hernando Seguí, la Guardia, Ragués, Lavín, Vildósola, Dávalos, Coronado, Rosado, Céspedes, y (. López, Se- eretario. SEÑORES VISITANTES: Dres. Sitjar, Martínez Mesa, Le Roy, Cuesta y Torralbas, Edelmann, Sarrá y Finlay (hijo). A la hora acostumbrada es abierta la sesión con la lectura y aprobación del acta de la anterior, y la reseña de la corres- pondencia oficial. El Sr. Presidente, cumplimentando el turno de la orden del día publicada, concede la palabra al Sr. Paradela, que da lectura á un extenso informe, solicitado por la Secretaría de Estado y Gobernación, acerca de los mostos que del Alam- bique el “Infierno” se arrojan al río Sagua. Una vez leído, fué unánimemente aprobado, no sin antes merecer algunas frases de enhorabuena por parte de los Dres. Alonso Cuadrado, Valdés Ragués y la Guardia, y tam- bién algunas observaciones ligeras de los Dres. Santos Fer- nández y Valdés Ragués, sobre la Ley de aguas y la quema de los residuos de desperdicio, puntos que fueron esclarecidos por el citado Sr. Paradela. El segundo turno lo ocupa un informe del Dr. M. Delfín, acerca de un producto nuevo de la casa Droguería del señor Sarrá, y cuyo informe es leído en ausencia de su autor, por el Dr. Gustavo López. Se trata de un preparado farmacéutico, compuesto de fos- fatos diversos y que la casa mencionada presenta á la clase Médica en forma de pastillas comprimidas. La muestra de los preparados dichos, en su análisis reali- zado, arroja los mismos compuestos expresados en la fór- mula remitida, por lo que se intorma favorablemente. Los Dres. Alonso Cuadrado, Santos Fernández y Hernando Seguí, interesan el cumplimiento de los requisitos precisos á los remedios nuevos. 358 ANALÉS DE LA El Dr. López, esclarece el punto consignando, que no se trata de remedios nuevos, sino simplemente, de una asocia: ción de sustancias, que precisamente son de uso muy corrien- te en la clase médica. Es entonces aprobado el informe, haciendo los Dres. la Guardia y José Torralbas, aleunas aclaraciones sobre el no poderse usar el nombre de esta Corporación y citar su informe favorable con el fin de cimentar su crédito indus: trial, y sobre cuyo estremo existe un acuerdo que es verda- dera Ley para la Academia en asunto de esta índole. En su conformidad se conviene unánimemente. Tócale entonces el turno al Dr. €. Finlay, que ocupa la tribuna y lee su trabajo anunciado sobre “Etiología de la infección hemogástrica en la fiebre amarilla,” que entiende se debe á un germen especial, diferente al propio de la infección amarilla común, y cita hechos en que se comunica la. misma torma. Dávalos, entiende la forma depende de idiosincrasia indi- vidual, más que de la especificidad de un germen. Coronado, no le llama la atención lo que dice Finlay, esos son los resultados de infecciones secundarias como resulta en el paludismo y en otras enfermedades infecciosas y á su juicio, lo que constituye la gravedad en esas formas hemato- oxástricas. h Es por último muy celebrado por la Presidencia, que ruega al autor persista en sus provechosas investigaciones, y hon- re á esta Corporación trayendo á su seno observaciones tan interesantes. Al terminar la sesión, se da cuenta de la sentida muerte del Dr. Domingo Freire, de Río Janeiro, incansable investi- eador acerca de la fiebre amarilla, á cuyo estudio tanto ha contribuido. Se acuerda unánimemente consienar en acta el senti- miento que ha producido la pérdida de un médico tan ilus- trado y laborioso, y que así se haga saber especialmente, á la Academia de Medicina de Río Janeir o, en atento oficio. Con ello se dió por terminada la sesión pública ordinaria, declarándose la Academia en sesión de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS 959 Sesión pública ordinaria del 14 de Enero de 1900 PRESIDENCIA DEL DRr. TAMAYO. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Garrido, Santos Fernández, Diago, Dávalos, J. 1. Torralbas, Coronado, Lavín, Betancourt, la Guardia, Paradela, y (7. López, Secretario. SEÑORES VISITANTES: Dres. Edelmann, Le Rov, Malberti, Núñez Brito, García Sánchez y Nin y Valiente. Como es costumbre, comienza la sesión con la lectura y aprobación del acta de la anterior. Le siguió la lectura de la correspondencia oficial de la Corporación. Inmediatamente después, se dió cuenta por el Dr. la Guar- dia, del cumplimiento del saludo oficial de cortesía, que se hiciera á los Sres. Secretarios y Subsecretarios recien nom- brados, por la Comisión compuesta de los Dres. José I. To- rralbas, F. Paradela, G. López y V. de la Guardia. El Sr. Vice-Presidente, dió cuenta de las gestiones que acer- ca del Gobierno Civil, viene realizando para el envío, franco de porte, de las obras publicadas por nuestra Academia, que solicita el Instituto Smisoniano de Washington. El Dr. la Guardia, expone que ha sentido no “conocer ese hecho, porque él lo hubiera solucionado, toda vez que él es representante del referido instituto y goza de la franquicia postal. El Sr. Presidente. entra en la orden del día, concediendo la palabra al Dr. Garrido, que lee un informe sobre la infracción del artículo 10 de las Ordenanzas de Farmacia, el cual susci- tó una animada discusión, en que tomaron parte los Dres. Diago, Santos Fernández, Coronado, Paradela, J. 1. Torral- bas, Gr. López y la Presidencia, todos en sentido aclaratorio no solo con relación ála infracción del artículo 10 que no existía, sino á su estimación amplia, y así mismo, á la no propiedad ni derecho al reclamo de unos honorarios por pat- te de la subdelegación de Farmacia. Se aprobó el informe por unanimidad, después de una lige- ra modificación en sus conclusiones. Ocupa después la tribuna el Dr. Santos Fernández, quien 260 ANALES DE LA: lee su trabajo anunciado sobre la “Oftalmía simpática,” á cuyo término, por estimarlo anticuallo, impropio y que no dice verdad, le objeta el Dr. 6. López, creyendo debía ser sustituido. Queda aclarado por el autor la conveniencia de conservarle siquiera sea convencionalmente, y en este punto expresa su mismo criterio la presidencia. Le sucede al Dr. Santos en la tribuna el Dr. Edelmann, visitante, que honra ála Academia con un trabajo sobre la “aparición de las peptonas en las orinas, en la caquexia escle- rósica.”? Por la presidencia se hace saber al autor la estima- ción en que se tiene la laborque nos otrecía el Dr. Edelmanmn. Jon lo quese dió por terminado el acto, por ser la hora reglamentaria. Sesión pública ordinaria del 28 de Enero de 1900 PRESIDENCIA DEL Dr. TAMAYO. SEÑORES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Vildósola, Coro- nado, Cubas, Ragués, Santos Fernández, Dávalos, Para- dela, J. [. Torralbas, la Guardia, Diago, y San Martín, Vice Secretario. Ñ SEÑORES VISITANTES: Dres. (ómez de la Maza, Malberty y Edelmann. : Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. Seda lectura á la correspondencia oficial. Se entra en la orden del día, dando lectura el Dr. J. L Po- rralbas á un informe pedido porla Secretaría de Agricultura, sobre solicitud de vecinos de Batabanó, que piden se derogue la veda en la pesca de esponjas actualmente en vigor. El Dr. Torralbas, en vista de todos los antecedentes lega- ]es y científicos sobre este asunto, y después de atinada crí- tica de las razones que exponen los postulantes, pide á la Academia acuerde contestar que lejos de haber el menor mo- tivo para derogar la orden de veda, son abundantes las razo- nes que abogan en favor de su mantenimiento, siendo la prin- cipal: que está demostrado que las esponjas se reproducen durante el periodo de Marzo á Mayo. El Dr. Santos Fernández, pregunta si realmente está ese ACADEMIA DE CIENCIAS 261 punto completamente resuelto en Cuba. Que cree más opor- tuno que se nombre una Comisión que se dedique asídua. mente al estudio de la cuestión y la resuelva. El Dr. Torralbas contesta que, fuera de Cuba, es indiscuti- ble que es asunto resuelto y queen Cuba, ha citado los tra- bajos de los Dres. Vilaró, Dávalos y San Martín, que tam. bién lo resuelven en ese sentido. El Dr. San Martín, dice que el Dr. Vilaró, llevó un ejemplar de esponjas al Laboratorio, en el cual el Dr. Dávalos encon- tró una torma embrionaria de la esponja; que entonces él, San Martín, convino con el Dr. Vilaró, en que éste le remi- tiese ejemplares de cada variedad de esponjas para hacer un estudio sistemático. Que asílo realizó el Dr. Vilaró, y que aunque el modo de fijación y conservación que se adoptó para conservar los ejemplares mientras llegaban al Labora- torio, no resultó ser el más apropiado, pudo él, sin embargo, comprobar en la casi totalidad de los ejemplares, formas embrionarias queno dejaban lugar á duda. Por ejemplo: no pudo comprabar el primer estado de la fecundación, pero sí abundantemente las formas ya fecundadas desde la seg- mentación ovular por ocho esteras en adelante, siendo comu- nes las mórulas completas y el comienzo de diferenciación, blastodérmicas en blástulas, etc. No queda, pues, duda de que esas esponjas (pescadas durante esos meses, según afir- mación del Dr. Vilaró, por él mismo) estaban en plena época de reproducción. Cree conveniente también que se nombre una Comisión, no para decidir este punto, sino para comple- tar el estudio en todos sus detalles, como mero trabajo científico. El Dr. Torralbas se expresa también en este sentido. El Presidente dice que hay dos cuestiones: primera: contestar el punto legal consultado, y segunda: tomar determinaciones en sentido meramente científico. El Dr. Santos Fernández cree que estando ambas cuestio- nes estrechamente ligadas, no puede resolverse una sin la otra. El Dr. San Martín aclara y afirma con toda fuerza, que no puede discutirse que el punto legal no esté resuelto; lo está de un modo concluyente y puede contestarse en ese sentido. El Dr. Torralbas insiste en su opinión, y propone se pidan al Secretario de Agricultura elementos para realizar un estu- 2692 ANALES DE LA dio completo, en todos los criaderos de la Isla, por la Comi- sión pedida por los Dres. Santos Fernández y Diago. Abunda en las mismas razones que el Dr. San Martín, y eree que una Comisión no haría gran cosa y que mejor sería tratar de obtener la creación de estaciones zoológicas, como las de todas los paises civilizados, que se dedicarían asidua y constantemente al estudio de todas las cuestiones estas, con un plan bien definido y todos los recursos necesarios, El Dr. Santos Fernández dice que no combate la veda, sino que tenía escrúpulos sobre si á una pregunta sobre cuya con- testación va á sentar el Gobierno una ley, podía contestarse con los datos existentes. Queen vista de las razones que se han expuesto, queda convencido. Suficientemente discutido el punto, la Academia aprueba el informe del Dr. Torralbas, aceptando sus conclusiones, que se trasmitirán, como contestación, al Secretario de Agri- cultura. Respecto á solicitarrecursos del Secretario de Agricultura para estudiar todos estos problemas, se acuerda exponerle la conveniencia de crear las estaciones zoológicas Ó una Co- misión especial, dotada de todos los elementos necesarios para realizar todas esas experiencias y estudios, que tan en beneficio de la riqueza pescatoria del pais han de redundar. El Dr. Edelmann, lee un interesante y bien razonado tra- bajo sobre la desinfección pública en la Habana, examinando lo que hasta ahora se ha hecho, probando que ha existido y existe una confusión erande en materia de procedimientos, que hacen que todo el esfuerzo realizado, no haya dado el resultado que debiera.—Que hasta que no se constituya un sistema científico de alcantarillado, la Habana no se saneará. El Presidente, da las gracias al Dr. Enelmann, por su cons- tante é inteligente dedicación al estudio de problemas de ciencia con los cuales favorece á menudo á la Academia. El Sr. Paradela, felicítalo también agregando que es de estimarse el civismo con que el Dr. Edelmann critica la obra de saneamiento que actualmente se hace en la Habana. No habiendo otro asunto de que tratar, el Presidente de- clara terminada la sesión pública ordinaria y se constituye la Academia en sesión de gobierno. OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” _-—_—_—_—. Trabajos de la comisión de medicina legal Iigiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, de Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo a, Erpetología y Entomología Cubana, del. Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patologí 30) Antigiiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de lo Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina Patología y Terapéutica del aparato lenticula; del ojo, por el Dr. Becker, traducida del mE mán pol el Dr. Finlay. CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enter medad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi- cos desde época inmemorial administrar el hierro en diferentes formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estóningo, manchar los dientes, ocasionar estreñiimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz ¡dea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se encuentra en la sangre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la ito: la Ciolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE - DESCHIENS, rada en París por la reputada casa de los Sres. Adrian y C?*, fueron acogidos en los hospitales de aquella capital porlos cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- nio y la depresión moral. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA son. bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende en la Habana en-las boticas. del DR. GONZALEZ, Habana 112, del DR. JOENSON, Obispo 858 y de JOSH SARRA, Teniente Rey 41, y eu todas las boticas y aro grecia acreditadas de la Isla. A —Tomo36.) MARZO DE 1900 ( Entrega N2 426 A a: DIRECTORES: Dres. J. M. Céspedes y G. López Je 52 15 A EAT a RRA dl E id A poa - HL = £ de. a ES A A TIAS 0 PE Redacción: Calle de Cuba número 84 A A Se A Ar y Informe sobre la veda de la pesca de esponjas por el Dr. José I: Torralbas Diseurso de recepción del Dr. Juan N. Dávalos: Discurso de contestación al de recepción del Dr. Juan N. Dávalos, por el: Dr. Juan Santos Fernández. E Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba, Notas del docto: p Juan Gundlach + 1896, compiladas y completadas por el Dr. J. L Torralbas. (Comienza). 3 Actas de las sesiones de 11 y 25 de Febrero de 1900. 8 de la Academia de Ciencias | ll 0 Mi e SY E Ea E 48 ; : Ni HABANA Imprenta “La Prueba” 1900 O AI E TA E | Número suelto: 30 cts. —Publicación mensual.—Año adelantado $3 oro Condiciones Los “Anales” epa mensualmente. St es solamente, PESO Y MEDIO PLATA, por s adelantados, En esta publicación, aparecen, á más de A id a A $ Pé TE ps 5% jos de la Corporación, artículos de actualidad - tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, ( BE. “é intereses profesionales, de asuntos históricos dedi sos ramos, d:. 4. , 3 - Los “Anales” sostienen canje numeroso con pu caciones análogas del mundo entero. RARA Se suplica el cánge. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 263 INFORME SOBRE LA VEDA DE LA PESCA DE ESPONJAS POR EL DR. J. |. TORRALBAS Sr. Presidente, Sres. Académicos: El Sr. Subsecretario del Departamento de Agricul- tura, Industria y Comercio dirije al Sr. Presidente de esta Academia con fecha 11 del corriente una atenta comunicación que acompaña con el expediente pro- movido á instancia de varios vecinos de Batabanó, comerciantes y pescadores de esponjas, que solicitan se derogue la orden número 102 del Gobierno Inter- ventor, en lo que se refiere al artículo X que prohibe el ejercicio de dicha pesca durante los meses de Mar- zO, Abril y Mayo En el referido expediente se encuentran además de las comunicaciones de remisión cruzadas entre el Go- bierno Militar y la Secretaría de Agricultura, Indus- tria y Comercio, la instancia ó exposición de los pes- cadores y comerciantes de esponjas que constituye el documento que en particular debe ocuparnos y que más adelante nos ocupará; viene después una serie de hojas con las firmas de los solicitantes entre los que se ven las de individuos pertenecientes á todos los centros de la localidad, ya admistrativos, ya políti- cos, ya de recreo: por último, una comunicación del Cuartel Gener al, en inglés, en la que se recomienda el despacho de este informe y seindica que tal vez (pet- haps) una investigación hecha por un experto sería necesaria al Secretario, é insinúa que el Dr. Vilaró es entendido en el ramo. Esto último, que para el que informa, constituye verdad indiscutible, que se complace en reconocer y repetir, no sólo por entender que es justo, sino porque esa merecida apreciación recae sobre un antiguo 264 ANALES DE LA miembro de esta Academia, nos llevó como por la mano á encargar este trabajo al Dr. Vilaró, cosa que habríamos hecho sin la indicación á que antes aludi- mos, pues los que de esto debíamos ocuparnos, no te- nemos referencias respecto de la competencia de nues- tro compatriota, sino que la conocemos directamen- te por sus trabajos. En ese concepto á él acudimos, pero la carta á que voy á dar lectura y en que el Dr. Vilaró se excusa por hallarse enfermo ó convaleciente, indica además que en algún tiempo le sería imposible complacernos por tener otra ocupación pendiente. Lee la carta. “Esta explicación la he creido necesaria para que conozca la Academia el por qué no despacha este expe- diente el que la mesa de que tengo el honor de formar parte y yo, creimos que debía hacerlo. Por fortuna no entraña á mi modo de ver, la cues- tión que se trata de dilucidar, problemas tan compli- cados que requieran para resolverse conocimientos tan especiales y profundos en la materia, que exijan determinada contracción para poderse resolver, ó en otros términos, que los conocimientos de cualquier profesor de Ciencias Naturales no pueden alcanzar. Hechas estas aclaraciones, pasaremos á ovuparnos de la instancia firmada por los apreciables vecinos de Batabanó, en la cual piden la suspensión del decre- to de veda. Las leyes y disposiciones conocidas con el nombre de vedas de caza y de pesca, tienden indisputablemen- te á protejer las especies para que no se extingan, pero esa protección que el estado acuerda en todo pais organizado, á las especies de mamiferos, aves, pe- ces etc. responde en segundo término á la protección, á la defensa del porvenir de las industrias que las ex- plotaciones cinegéticas 3 y las pesquerías de todas cla- ses sostienen: más ésta segunda parte de la ley, gene- ralmente es olvidada por los mismos á quienes debe aprovechar, fijando sus miradas sólo en la faz prohi- bitiva del presente, y olvidando la faz benefactora que tras de ella se oculta y que tiene por objeto perpetuar esas mismas riquezas naturales, para que otros que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 265 aun no han llegado, puedan continuar con provecho su explotación. Alármanse los industriales y comerciantes de hoy porque durante tres meses se interrumpan sus nego- cios, pero no fijan su atención en que una ley previ- sora que establece un receso, les prepara mejor cam- po para el desenvolvimiento de su industria, dando tiempo á que la especie objeto de sus especulaciones se multiplique y desarrolle, mejorando yaumentando entonces el producto llamado á producir ganancias que probablemente suplirán con ventaja los noventa días en apariencia perdidos. Recúrrese generalmente para impugnar las vedas á razones fundadas en la práctica, invócase la experiencia, pero señores Acadé- micos, no hay uno de nosotros queno sepa á qué ate- nerse respecto de esto: la experiencia es engañosa, nos ha dicho hace ya siglos el venerando anciano de Cos y á nadie se le ha ocurrido negarlo, y si alguno quisiera poner en duda esta parte del conocido aforis- mo, bastaría para convencerlo, mostrarle la instan- cia de queá continuación trataré, no sin antes darla á conocer á ustedes literalmente. GENERAL LEONARD Woob, HONORABLE GENERAL DE ESTA ÍSLA. Señor: Los que abajo firmamos, pescadores de esponjas, compradores de las mismas, comerciantes, miembros del Ayuntamiento, Partido Nacional Cub Jano, Casmo Español, Sociedad deRecreo y vecinos en general de esta localidad, ante V. respetuosamente exponemos: Que el Decreto del Sr. Gobernador General de Cuba, por el cual queda prohibida la pesca de esponjas en los meses de Marzo, Abril y Mayo, amenaza seria- mente la suerte de esta localidad y la de sus cinco mil habitantes, que viven y trabajan de la referida pesca. Esa industria esla arteria principal, quizás la única dela vida de este pueblo y sería altamente per judi- cial para la prosperidad del mismo pais, que á una de sus localidades más ricas y florecientes se le cortaran - 266 ANALES DE LA sus vuelos, privando á sus habitantes de comer durante ¡tres meses! Eso, para nosotros todos sería más oneroso y de consecuencias más desastrosas que la del mismo his- tórico bloqueo. Por otro lado, creemos que esa veda no resuelve nada beneficioso para la procreación de la esponja, fundando nuestra creencia en las siguientes razones, que la práctica nos ha demostrado. Primera: En queel punto donde se coje dicha es- ponja, él mismo se veda en distintos meses del año, pues sus fondos se revuelven y es imposible ejercitar en ellos la acción del vidrio de que hay que valerse para ver lo queen los mismos existe, siendo en los me- ses de Marzo, Abril y Mayo, cuando mayor y mejor clase de esponjas se recoje. Segunda: En que st por casualidad un año no acla- ran esos fondos y al año siguiente se va á ellos á tra- bajar se encuentra que esponja que resulta del año anterior está podrida, sin que por eso sea mayor la cantidad. Tercera: En que los demás criaderos y parte don- de se halla esponja tienen también sus meses en dis- tintas épocas del año en que sus fondos igualmente se revuelven, lo que comprueba que cada. fondo tie- ne su tiempo diferente para procrear. Cuarta: En que fondos que están claros todo el año y que este mes se trabajan dejándolos completa- mente limpios de esponjas, al mes siguiente se en- cuentran allí miles más que el mes anterior; porque la calandraca (gusano que produce la esponja) por ser muy codiciado de los peces se cria debajo de la tie- rra enel fondo donde hace swprocreación, y á medida que va creciendo sube á la superficie del fondo y es cuando se pone al alcance de la vista auxiliada del vidrio interojo. Y por último: En quesi nos fija- mos en datos estadísticos, cada año es mayor el nú- mero de pescadores que se dedican á esta industria, siendo también mucho mayor su producción sin que se haya notado el empobrecimiento de un solo fondo criadero; por lo que nos atrevemos á asegurar des- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 267 e pués de veinte años de experimentada práctica, que cuando más se trabajan los fondos del mar en la pes- ca de esponjas, mucho más beneficioso es para la pro- creación y esto último debe ser creencia ó experiencia universal, pues en Nassau, Key West, Grecia y otros puntos del mundo donde se pesca esponja no existe veda alguna en ningún tiempo del año. Por lo que á V. acudimos, para que con el recto es- píritu dejustica que le guía en el Gobierno de este pais, disponga la suspensión del decreto antedicho. Batabanó 1% de Enero de 1900. Respetuosamente Martín Casuso y otras firmas. Como habéis visto, la instancia que acabo de leeros después de expresar lo oneroso que sería para aquella población la suspención de la pesca de esponjas por los meses de Marzo, Abril y Mayo, industria de la enal viven sus cinco mil habitantes, que carecerían de recursos durante tres meses; establece cuatro razones para fundar su petición: Primera: El sitio donde se pesca la esponja él mis- mo se veda.en distintos meses, revolviéndose los fon- dos y no permitiendo el turbio usar del vidrio que se necesita, siendo los meses de la veda legal aquellos en que mayor y mejor clase de esponja se coje. Dos observaciones se pueden hacer á esta primera razón. Los meses en que esos turbios tienen lugar y que á veces suelen serlos de Marzo, Abril y Mayo, en cuyo curso se presentan nortes como lo prueba cierta relación del Dr. Vilaró referente al viaje del Nautilus; esto sentado, muy raro será el año en que en una parte considerable de esos meses no quede por sí mis- ma vedada la pesca de esponjas y esto compensaría el periodo de veda con otras interrupciones que la natu- “ raleza impone á la industria. La otra observación consiste en manifestar á los interesados que si en los meses de referencia cojen mayores y mejores esponjas es porque precisamente se encuentran en las condicio- 268 ANALES DE LA nes apropiadas para la reprodución; ó sea en el apo- geo de su desarrollo. Segunda: 5Si por casualidad un año no aclaran los. fondos, al año siguiente la esponja que se pesca está podrida. ' Todo esto que es muy posible suceda y que desde luego acepto como un fenómeno que se ha observado y que puede repetirse, no me parece relacionarse di- rectamente con la veda de tres meses, como no sea pa- ra que se consideren los perjuicios que esa prolonga- da veda natural de un año, puede irrogar á una po- blación que se asegura qneno puede soportar la de tres meses. Tercera: Los demás criaderos de esponjas tienen también sus meses en distintas épocas del año en que se revuelven, lo que comprueba que cada fondo tiene su tiempo diferente para procrear. | Edtiendo que estos señores no se explican de una manera exacta lo que han observado, y esto es hecho natural y frecuente que acontece lo mismo al sabio que al hombre que no cultive la ciencia. $51 tales ó cuales fondos se revuelven en época en que otros per- manecen claros, puede esto depender de la velocidad variable delas corrientes, dela orientación de determi- nados criaderos, de su situación relativa; de cualquie- ra otra causa en fin que no sea lo que se supone en la instancia, pues es un hecho respecto del cual no pue- de dudarse, que la época de la reproducción es una para todos los criaderos. Un solo punto controvertible podría presentar este aspecto de la cuestión y es el de las influencias loca- les y climatológicas, pero esta duda que en el pasado hubiera podido constituir una interrogación, no exis- te ya, pues los trabajos verificados en 1894 en el La- boratorio histo-bacteriológico de la Habana, por los Dres. Dávalos y San Martin, citados por el Dr. Vila- ró en su artículo VII de la serie que á fines del pasado año publicó en el periódico “Patria”; dejan demostra- do de una manera clara y evidente que las esponjas de Batabanó se reproducen en la misma época del año que las del Mediterráneo, las del Adriático, las ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 269 de las Bahamas y las del Golfo de México: es decir, en Marzo, Abril y Mayo La cuarta razón que se invoca por los interesados, viene á constituir la prueba más palmaria del afo- rismo de Hipócrates que al principio mencionamos. ¿Cómo es posible que fondos que están claros todo el año y que durante él hayan sido explotados hasta dejarlos limpios de esponjas, se encuentren al mes si- guiente repoblados por miles más de seres que el mes anterior? ¿Qué será lo que allí ha ocurrido que esos señores lo interpretan de esa manera? Y esta duda me ocurre porque no pasa por mimente que esas afir- maciones dejen de ser hechas con toda la buena fe del que ha visto ó creido ver, muy lejos de esto, creo y debo creer que cuanto sobre este particular y otros que expresa la instancia se afirma, es porque así lo entienden los firmantes y que por erroneas que sean las consecuencias que ellos saquen de sus observacio- nes y su experiencia, constituyen una opmión que yo puedo refutar, pero que no por eso merece menos res- peto y consideracion: así es que yo me limito á recor- dar á mis ilustrados colegas que ante las leyes natu- rales, ante la ciencia y ante la lógica, esta extinción de un criadero, esta rápida repoblación y este más rápido desarrollo y crecimiento de los individuos, re- sultarían otros tantos hechos insólitos, inexplicables y extraordinarios. En cuanto al otro extreno que comprende la cuarta razón, por el cual se trata de explicar el singular fe- nómeno que acabamos de transcribir, exige del que informa que no deje de hacer imprescindibles acla- raciones. No és posible señores que en el estado actual de la ciencia, ni mucho menos en este lugar á ella consagra- do, se pase desapercibido que la calandraca, gusano que produce la esponja según los solicitantes, sea el causante de tales ó cuales fenómenos. Sabido se está y demostrado hasta la evidencia ha sido, que un ser tan distinto de otro como lo es un helmiinto de un spongiario puedan producir el uno al otro. Ley in- yariable es de la naturaleza y los estudios zoológicos 270 ANALES DE LA de todos los tiempos lo vienen confirmando, que todo ser da origen á otro igualó muy semejante, sobretodo dentro del ciclo que los naturalistas llaman tipo y que se refiere á condiciones orgánicas fundamentales; conócense en la ciencia los hibridismos y tr ansformis- mos producidos por el cruzamiento de variedades de una misma especie, los de distintas especies ya mucho más raros, alguno entre dos géneros sí extremamos el punto, pero más allá nadie ha señalado un hibri- dismo: la familia, el orden, la clase, el tipo, siempre se han considerado invariables. Aparte de estos principios generales universalmente reconocidos, nos encontramos con que la ciencia tie- ne estudiado y conoce el proceso de reproducción de las esponjas, y respecto de este proceso no surgen du- das ni vacilaciones de ningún género, porque á ese co- nocimiento se ha llegado por observaciones directas, repetidas, variadas y extendidas. Los estudios que sobre la reproducción de las es- ponjas se han hecho, dan la idea más clara y precisa de cómo se verifica este fenómeno natural y ha podi- do dejarse establecido de una manera positiva que la generación delos spongiaros es dedos clases: asexxual que se verifica por medio de gémulas (generación fisípara de algunos autores), Ó sexual que por la con- currencia de gérmenes masculinos espermatozoides, y gérmenes femeninos óvulos se forma una larva que sale al exterior por los canales de irrigación, constitu- yendo un cuerpecillo de forma ovoidea cuya extremi- dad más gruesa está cubierta de vellosidades ó cilros vibrátiles, y que nadan hasta encontrar la piedraó fondo en que se fijan. He aquí expuestos á grandes rasgos y de una ma- nera general, los dos procesos de la generación segul- dos por los spongiarios; de estos dos procesos, el primero solo corresponde á limitado número de géne- ros, siendo por el contrario el segundo el más común. El Dr. Vilaró trata en uno de sus artículos esta cuestión con extensa erudición, allísepodrá ver cómo al esclarecimiento de esta verdad han contribuido los concienzudos trabajos de Hoekel, de Claus de Perriere ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA FAT de Wilson, de Smith y de otras respetables autorida- des que él cita y á los que me permito agregarlos nom- bres de EFredol, Ladmiral, y sobre todo, de Clark, de Boston. Lo que respecto de la reprodución de las exponjas llevo dicho, creo que basta para demostrar que no es posible suponer que sea la calandraca, helminto que todos conocemos, pues no es otro que la llamada lombriz de la tierra que nuestros pescadores usan pa- ra cebar sus anzuelos, la que no puede, no ya generar lo que sería absolutamente imposible, n1 confundirse con los gérmenes, niconlas larvas de los spongiarios. Réstanos ocuparnos de la última' parte de la ins- tancia en la que invocando datos estadísticos, se sos- tiene que á medida que aumenta el número de pesca- dores, aumenta la producción y nose empobrece nin- gún criadero, deduciendo de esto que cuando más se trabajen los criaderos mayor se hace la procreación, creencia que según ellos debe ser universal, pues en Nassau, Key West, Grecia y otros puntos del mundo no hay veda. No necesito, señores Académicos, cansar mucho vuestra atención para rectificar estos juicios, hijos más bien del buen deseo, que de maduras reflexiones. ¿Cómo explicar de una manera satisfactoria la sin- gular progresión de esa pesca milagrosa? ¿Qué ejemplo que á esto iguale, encontramos en la naturaleza? Principio incontrovertible es que las grandes explo- taciones cuando se multiplican ó se extienden dema- siado, aniquilan las fuentes naturales de producción; recuerden los que esta verdad hayan olvidado, la ex- tinción de la cacería en ciertas localidades de Europa observada desde hace algunos centenares de años: lo que estuvo próximo á suceder con ciertas especies de cinchonas (quina) hace algunos años y por último la alarma que hubo en Inglater ra por la extinción de algunas minas de carbón. En cuanto á que no existan vedas en los demás par- ses que explotan los criaderos de esponjas, por mas que yo comprendo queen algunos de ellos la hay y 22 ANALES DE LA que se hace cumplir con rigidez, esto solo querría de- 01 que sus respectivos gobiernos son algo impreviso- res, Ó que la industria esponjera en algunos de ellos no se ha desarrollado de una manera tal que merezca especial atención. Empero decualquier modo que esto sea, se trata de un ejemplo que no debemos seguir, pues á nadie se le oculta que si las especies s animales no se protejen en la época de su reproducción, tienen necesariamente que 1r reduciéndose y prodrían llegar á su total extinción. En consecuencia y tomando en consideración las ideas emitidas en contra de las razones que aducen los firmantes, apoyándome en los hechos positivos que establece la ciencia contemporánea y teniendo en cuenta los principios que informan las leyes de veda de la caza y de la pesca; entiendo que no es de acce- derse á la solicitud de los pescadores y comerciantes de esponjas de Batabanó que piden la suspensión del decreto que prohibe la pesca durante los meses de Marzo, Abril y Mayo; por mas quesea muy sensible el no poder evitar los males que temporalmente oca- sione á ese vecindario la paralización de su industria en esos meses. La Academia, teniendo en cuenta todo lo que en el precedente informe se manifiesta, y con objeto de propender al adelanto y regularización de esa clase de explotaciones; cree conveniente proponer al Sreñor Secretario de Agricultura, Industria y Comercio la creación de una Comisión permanente de Estudios Zoológicos, para investigar cuanto se relacione con la industria esponjera y otras similares, para cuyo objeto la Corporación pone á disposición deesa Secre- taría los elementos científicos con que cuenta. AN ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 273 DISCURSO DE RECEPCION DEL DR. D. JUAN N. DAVALOS. Sr. Presidente, Sres. Académicos, Señores: Ante todo, debo manifestaros mi gratitud por ha- berme permitido llegar á vosotros y ocupar un pues- to en esta Institución, donde ilustres compatriotas mantuvieron y aún mantienen vivo el más grande prestigio científico de Cuba. Pero permitidme también, respetables compañeros, que esa gratitud la pueda multiplicar hasta el infinito para así, aunque débilmente, expresar mi agredeci- miento á uno de vosotros, al Dr. D. Juan Santos Fer- nández, queá mi regreso de Europa me cedió un puesto en su Laboratorio, y con su ejemplo y útiles consejos supo despertar mi afición al estudio de las ciencias experimentales. A él en primer término y luego á vosotros, debo el honroso título de socio numerario que por unanim1- dad he obtenido en esta respetable Corporación. Al elegir el tema que debía desenvolver hoy, para dar cumplimiento al Reglamento de la Corporación, me he sentido atraido por el interés que tiene en el mundo científico actualmente la seroterapia, y como por otra parte ha sido también uno de los particula- res á que me he consagrado en el Laboratorio de la Crónica Médico-Quirúrgica dela Habana, en unión del Dr.: Acosta; de aquí que este trabajo tenga por objeto tratar aunque someramente el particular, y digo someramente, porque si intentara abarcarlo en toda su extensión serían exiguos los estrechos límites de una memoria. yA A La seroterapia ó tratamiento de las enfermedades microbianas por el suero sanguíneo de los animales 974 ANALES DB LA inmunizados contra la misma enfermedad tiene tal importancia en la Medicina que hoy constituye una de sus más grandes conquistas. Para exponeros de modo perfecto los adelantos que han precedido á la seroterapia, he de valerme de las mismas palabras de Armand Gautier, cuando dice: “La medicina moderna debe sus asombrosos progre- sos á dos descubrimientos capitales; al de la natura- leza viva de los virus y al de las toxinas, por las cua- les obran los microbios. A esas dos concepciones principales, se añade como una consecuencia casi ne- cesaria la noción fundamental de la intervención de los tejidos y de los órganos en los fenómenos genera- les de la vida, gracias á los venenos que allí se for- man y á las antitoxinas y fermentos que ellos segregan. Esas verdades nuevas, no han surgido del examen directo del enfermo; á los estudios clínicos y anatómi- cos debemos otras enseñanzas y otros servicios, no aquéllos. Desde Hipócrates hasta nuestros días, la medicina práctica ha quedado impotente enfrente de los grandes problemas de la naturaleza de los virus y de las miasmas, la génesis de la enfermedad, de la fiebre, el mecanismo del retorno de la salud. Durante millares de años esos grandes problemas han permanecido envueltos en velos impenetrables. Ellos han sido descorridos por lo menos en parte, en nuestros días, en los laboratorios delos químicos, de los fisiólogos, de los micrógrafos, que se llaman Pas- teur, Selmi, Brown Sequard, Behring, Metchnikoff y el mismo Gautier. Pues bien: de esos laboratorios nació la serotera- pia, la medicación más moderna y científica; ella no es hija ciertamente del azar, ni producto de la igno- rancia, es la resultante directa del estudio paciente, dela meditación profunda sobre los hechos que se suceden en las investigaciones de la naturaleza ínti- ma de la vida. Y vamos á demostrarlo trazando aunque á grandes rasgos su historia desde las experiencias de Maurice Raymond en 1877, cuando demostró que la sangre ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA b) de la ternera vacunada contra el cow-pox; poseía la propiedad de producir la inmunidad contra dicha en- fermedad á la ternera que se le inyectara una canti- dad determinada hasta el Congreso de Budapesth en que Roux con su comunicación, detodos conocida, disipó por completo las dudas que aún flotaban so- bre el nuevo método de tratar las enfermedades mi- crobianas; la seroterapia desde entonces queda san- cionada ante el mundo. Después de las experiencias de Raymond en 1877, quedó todo olvidado, nadie se volvió á ocupar hasta once años después, que Richet y Hiricout, inoculando el micrococcus pyosepticus á los perros y conejos, ob- servó que la sangre de éstos inoculada á otros, pro- ducía la inmunidad contra el germen virulento: de- duciendo del resultado obtenido que dicho fenómeno no era especial y que tal vez sería un proceder para obtener la inmunidad contra otros gérmenes. A la vez que en Francia, Richet y Hericourt inmuni- zaban contra el pyosepticus, en Alemania, Behring, con el objeto de demostrar que el suero sanguíneo no era un líquido inerte é indiferente á los agentes infec- ciosos como generalmente se aceptaba y lo sanciona- ba la nueva teoría fagocitaria de Metschnikoff, em- prendió una serie de investigaciones que al combatir la teoría de Metsemikoff, dejaba probado el poder bacterecida del suero sanguíneo del ratón blanco, respecto á la bacteridia de Davaine. Esto dió motivo á numerosos trabajos, principalmente en Alemania, sobre el papel que en la inmunidad juega el suero san- guíneo; de este modo quedó entablada la lucha entre los partidarios de la teoría humoral de Behring y la teoría fagocitaria de Metschnikoff que pretendía ex- plicarse exclusivamente dicho fenómeno. Charrin, en Francia, logró inmunizar los conejos contra el bacilo pyociánico, inyectando la sangre de otros conejos que sufrían dicha enfermedad. En ese mismo sentido se efectuaron las investiga- ciones de los profesores japoneses Jasuhara y Agata, los cuales inmunizaron ratones comunes contra el virus carbuncloso, inyectándoles algunas gotas de 276 ANALES DE LA sangre de rana, animal refractario al bacilo antracis ó suero sanguíneo del perro. Para obtener dicha 1n- munidad en los ratones les inyectaban la sangre 12 horas antes de inocularles el virus. Podemos afirmar una vez más que la seroterapia fué el resultado práctico de las grandes polémicas en- tre los defensores de la teoría fagocitaria de Metsch- nikoff y la humoral de Behring en la explicación de la inmunidad. Y si fuere necesario aportar nuevos argumentos para hacer más evidente nuestro juicio, los tendría- mos en las conclusiones del importante trabajo sobre el tétanos, que Behring y Kitasato publicaron en 1890 y son las siguientes: Primera: “La sangre de un conejo refractario al tétanos es capaz de destruir la toxina del tétanos. Segunda: “Esta propiedad puede demostrarse con la sangre extraída de los vasos y con el suero desem- barazado de toda célula de lo que previene. Tercera: “Esta propiedad estan durable que persis- te hasta después de la transfusión en el organismo de otros animales; permire así un tratamientg de la afección. Cuarta: “Esta propiedad falta en la sangre de animales no refractarios y el veneno tetánico puede encontrarse después de su muerte en la sangre y en los otros humores.” Ya como se ve, en 1890 Behring y Kitasato indi- can el tratamiento del tétanos porel suero de los animales inmunizados. A mediados del mismo año 1890, Buchard, comu- nicaba ála Sociedad de Biología, que la propiedad curativa dela sangre de los animales inmunizados residía en el suero. Más tarde vuelve Behring á ocuparse de modo in- directo de la inmunidad del tétanos en otra comun1- cación, insiste acerca del poder curativo de la sangre de los conejos vacunados contra el tétanos, y mant- fiesta que el ratón no solamente se hace refractario por la inyección de la sangre del conejo inmunizado, sino que también es susceptible de ser curado cuando ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 277 LS aún los síntomas de la enfermedad no estén muy acentuados. A los trabajos de Behring y Kitasato, siguieron los de Fizeóni y Caltani, Vaillar, Roux y Renan, confir- mándolos en parte y negando ciertos par ticulares de las experiencias de los primeros sobre el tétanos. En 1892, expone Kitasato, con más detalles, las reglas del empleo terapéutico del suero antitetánico, mani- festando que los animales inoculados con el suero antes ó inmediatamente después de inyectarle la toxi- na se preservaban de una manera evidente. Por el contrario, observa que el tétanos se declara- ba cuando el suero se inyectaba de 12 á 24 horas después de la toxina, siendo á veces en estas condicio- nes incurable, y deduce: que el suero es tanto más eficaz cuanto más activo sea, sí el tétanos es de mar- cha lenta y si el tratamiento ó su aplicación se esta- blece desde la aparición de los primeros sintomas, pero que en todos los casos la curación no es ins- tantánea y los síntomas persisten aún largo tiempo. Investigaciones posteriores han hecho decirá Roux que el suero antitetánico no era te “apéutico sino pro- filáctico, puesto que los fracasos en patogenia huma- na se debían á que cuando se manifestaban sus pri- meros síntomas, era cuando el organismo estaba to- talmente interesado por la toxina absorbida con más ó menos rapidez desde el sitio de la inoculación, y que de distinta manera ocurre en la difteria, en que las manifestaciones locales se presentan generalmente cuando el organismo apenas ha obsorbido toxinas dando lugar por tal motivo á que el suero antitóxico neutralice ó destruya los efectos del veneno que lenta- mente van segregando los gérmenes y pasando al torrente circulatorio. Sin embargo, Behring persiste en la creencia de que no solo es profiláctico sino terapéutico, y lo demues- tra en las nuevas investigaciones que dió á conocer el año próximo pasado, manifestando que ha logrado preparar una antitoxina ó suero antitetánico que solidificado se expende á dosis de cinco gramos para utilizarlos después disuelta en agua esterilizada, en 278 ANALES DE LA inyecciones hipodérmicas ó intra-venosas, según la gravedad del caso. Hoy se sabe que los efectos producidos en el indivi- duo por las infecciones no son generalmente resulta- do de la presencia de los gérmenes en sí, sino de las toxinas que ellos segregan, las cuales, pasando al to- rrente circulatorio se difunden por todo el organismo para atacar con másó menos predilección á tal ó cual órgano, víscera ó tejido, provocando en ellas lesiones orgánicas ó funcionales más ó menos profun- das, según la cantidad y calidad del veneno absorbi- do, constituyendo de este modo el cuadro sintomáti- co de la enfermedad; síntomas que por otra parte, podemos considerar como una manifestación viva del organismo que lucha por rechazar el veneno que lo mata. De esa especie de combate ó lucha que se fragua allá en la intimidad de nuestros tejidos, entre las cé- lulas y el veneno, resulta que si triunfan. aquéllas el individuo recobra la salud, quedando éste general. mente en condiciones por cierto tiempo de vencer con mayor energía las nuevas invasiones del mismo ger- men y ésto “constituye la inmunidad, que puede: ser trasmisible á otro individuo por medio de la transfu- sión sanguínea, ó mejor dicho del suero sanguíneo que es donde se encuentra el principio inmunizante. Para explicar este fenómeno, el de la inmunización, diremos aunque sea á la ligera, lo que son la toxinas microbianas y cómo se portan en el organismo infectado. Por las investigaciones realizadas en estos últimos años, dichas o parecen diferir de los venenos químicos por la doble propiedad de obrar á dosis cast imponderables y de necesitar cierto tiempo de incu- bación para producir sus efectos en el animal. Hoy se les colocan por sus propiedades entre los fermentos solubles. No hay veneno químico que su toxicidad pueda compararse á ciertos venenos microbianos; por ejem- plo, la toxina tetánica producida por el bacilo de N1 colaier en los caldos de cultivo puede matar en tres ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 279 días á un curiel tan sólo con una inyección de 0,0002 ec.c. de dicho caldo que contiene 0.000,005 de toxi- na pura. Tanto esas cantidades infinitesimales como canti- dades enormes de ellas no se manifiestan ni matan inmediatamente; necesitan para provocar las prime- ras manifestaciones sintomáticas que transcurra un tiempo determinado, siempre el mismo, ya sean gran- des ó pequeñas las dosis inoculadas al animal; ese tiempo transcurrido entre la inyección y las manifes- taciones sintomáticas no guarda relación con la do- sis empleada siempre que dicha dosis mínima sea la mortal. De las experiencias de Courmont y Dayan en este sentido, deducen que la toxina tetánica se comporta como una zimase; que no es venenoso directamente y por sí mismo, que el veneno no se forma en el cultivo sino en el agente virulento específico, la diastasa, que inyectadas en las venas en cantidades casi 1m- ponderables provoca enel animal la formación de principios estrignizantes ó tetanizantes, después de una incubación que dura próximamente 24 horas, y si una vez presentados los primeros síntomasse toma la sangre y se inyecta á un segundo animal, á éste se le presenta in mediatamente la enfermedad. Esto demuestra que la llamada toxina tetánica se- gregada por el bacilo de Nicolaier en los medios arti- ficiales de cultivo no es otra cosa que una diastasa que á expensas de ciertos elementos propios del orga- nismo animal se desdobla ó combina para constituir un tercer producto, la verdadera toxina tetanizante, substancia que una vez formada se encuentra en la sangre y que obra como los venenos químicos, sin 1n- cubación, inmediatamente que son absorbidos. Para explicarse el fenómeno de la inmunización se han sucedido en la ciencia varias teorías ó hipótesis, pero la que hoy parece aceptarse por la mayoría de los que se han ocupado de esta materia, es la quedes- cansa en la teoría fagocitaria. Todos sabemos que según la teoría fagocitaria en nuestro organismo existe un grupo de células que 280 ANALES DE LA obedeciendo á las leyes dela quimiotaxia se apoderan de los gérmenes que osan atravesar impunemente nuestros tegumentos. Ese grupo de células, defenso- ras perpetuas de nuestro organismo, y que Mestcehni- koff denomina fagocitos así como se apoderan de los gérmenes y los destruyen en su seno por una especie de digestión se cree que sean también las que nos de- fienden de los efectos nocivos de las toxinas mi- crobianas. Se considera que el veneno ó diastasa microbiana obra directamente sobre las células, produciendo en ellas una excitación que da por resultado la secreción de una nueva substancia, la antitoxina, cuyo exceso pasa á la sangre donde se va como acumulando pro- gresivamente, según aumenta paulatinamente la can- tidad de toxina que llega á ellas. Antitoxina que en la sangre se encuentra disuelta en el suero, y de ahí el mayor ó menor poder antitóxico del suero de los ani- males inmunizados, según la cantidad de toxina reci- bida y el tiempo empleado ó ó transcurrido en recibirla. Por las experiencias de Roux y Vaillard, se sabe que con una misma cantidad de toxina y en Cel mismo espacio de tiempo se pueden obtener sueros de distin- to poder “ antitóxico, es decir, antitoxinas más ó me- nos enérgicas según las dosis de toxinas empleadas en cada inyección para la inmunización del animal. Que la antitoxina no es producto del desdobla- miento de la toxina, lo demuestran también Roux y Vaillard en la siguiente experiencia: extraen á un conejo inmunizado contra el tétano, en poco tiempo y. por frecuentes sangrías toda su sangre que fué immu- nizada, el animal sigue viviendo á expensas del nuevo líquido sanguíneo formado, que no contiene toxina, y sin embargo, el poder antitóxico de su suero no dis- minuye e sensiblemente. La toxina provoca una irritación en la célula como ya dijimos, y hace segregar la antitoxina, después desaparece aquélla por los emuntorios naturales del organismo, sobre todo porel riñón, pero la excitación celular continúa y por cierto tiempo la secreción de la antitoxina continúa ver ificándose, aunque en pro- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 381 porción decreciente, á pesar de no existir en el orga- nismo el agente excitante, la toxina. Las antitoxinas por sus propiedades también se consideran hoy como fermentos solubles 6 Ó diastasas. Son precipitables por el alcohol de 95%, el calor las modifica al punto queá 70% pierden su propiedad añ- titóxica, se destruyen bajo la acción de la luz y del aire y son modificadas por la dilución en el agua, etc. Su propiedad antitóxica no es debida á que una cantidad determinada de ella destruya otra igual de toxina, no. La siguiente experiencia lo demuestra: una mezcla de suero antivenenoso procedente de un animal inmunizado contra el veneno de la serpiente y veneno, es inofensivo éste cuando dicha mezcla es he- cha en preparaciones convenientes; pero si se calienta á 70? la antitoxina se altera y la toxina resiste á esa temperatura haciéndose dicha mezcla entonces vene- nosa para el animal que se le inyecta. Se considera que la antitoxina obra directamente sobre la célula, es un excitante celular que pone en juego los medios aún desconocidos que tienen para defenderse de las agresiones de los gérmenes ó de sus toxinas. No entraremos en los detalles técnicos de la inmu- nización de animales para la obtención de los sueros antitoxicos, porque tendríamos que ocupar por más tiempo vuestra atención, sólo diremos en tesis gene- ral, que en los laboratorios, por dos procederes gene- rales se alcanza ese fin: ó inyectando el germen vivo más ó menos virulento en el animal ó cultivándolo en los caldos ó medios nutritivos artificiales y sepa- rándola después para obtener las toxinas disueltas, desprovistas de ellos, los que se empieza por inocular en cantidades infinitamente pequeñas hasta llegar en cierto tiempo á dosis considerables sin que el animal sufra trastornos sensibles, y así se obtienen sueros antitóxicos, cuyo poder inmunizante traspasa á ve- ces lo imaginable, como por ejemplo, el suero antite- tánico que la quinquillonésima parte de un gramo, por gramo de ratón es insuficiente para preservar de la muerte á dicho animal por una dosis mortal de la toxina del bacilo de Nicolaier. 289 ANALES DE LA Disenrso de contestación al de Recepción del Dr. Juan N. Dávalos POR EL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ. Sr. Presidente, Sres. Académicos, Señores: Si está preceptuado que el nuevo académico deba presentar un discurso de ingreso en el cual puede de- sarrollar la tesis que le plazca y aquél ha de ser con- testado por otro de los académicos, no se ha deter- minado aún de modo preciso, ni urge saberlo, el fun- damento de la contestación respecto al tema elegido. He aquí por qué sustentando el que tiene el honor de hablaros, exactamente las mismas ideas vertidas y sostenidas por él preopinante, si áellas hubiéramos de referirnos exclusivamente en la contestación, nues- tra tarea quedaría limitada á expresar en dos líneas la perfecta conformidad con el tema desenvuelto. Nosotros, sin embargo, entendemos de Deo ma- nera el proceder del que tiene á su cargo contestar un discurso de ingreso. Creemos que no está obligado á tratar exclusivamente de la materia objeto del dis- curso que contesta, porque no es de este modo sólo como logrará presentar á la consideración de la Aca- demia al recipiendario por todas sus faces desde el punto de vista científico. La simple audición del discurso bastará á la Cor- poración para juzgar una vez más la competencia del nuevo académico, competencia en virtud de la cual le abrió ya sus puertas, pero de sus cualidades íntimas, de sus virtudes, tanto más ocultas cuanto más va- liosas, no podrá tener noticias, sin que alguien, casi de un modo abusivo, lastimando sin duda ignata modestia, no ose descorrer el velo que las cubre, para exteriorizatlas. En ningún caso se ha hecho más necesaria esta me- dida exclarecedora que juzgar los méritos del preopi- nante, porque desde los primeros pasos en la vida escolar y en las aulas de la Universidad, reveló una ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 288 == marcada propensión á encubrir su inteligencia bajo el aspecto de modestísimo estudiante, del mismo mo- do que sus energías con la apariencia de la apacibili- dad más completa. Al final de sus estudios médicos, ambas cualidades ocultas se destacaron, merced á un incidente desagra- dable que no hemos de dejar de referir siquiera no sea más que para ejemplaridad, y sin que temamos pecar de indiscretos, dado el móvil elevado quenos impulsa. El joven estudiante había pr eparado sus exámenes, en la forma que siempre lo hacía y siempre ha hecho, todo, á conciencia; esperaba con derecho ser juzgado debidamente, pero por uno de esos hechos inconcebi- bles en quienes visten la toga del catedrático, no su- cedió así á su entender; aquella oveja herida en lo más sensible, se convirtió en león y agredió á á alguien, por lo que fué sometido el estudiante áun consejo de disci- plina y elevada la causa á la Junta Superior de Ins- trucción Pública nos tocó darle voto condenatorio. Creíamos y creemos que en los establecimientos de enseñanza como en el ejército, está por encima de to- do el principio de autoridad; puesto éste á salvo, pe- dimos gran severidad para los que no saben poseerse del elevado puesto del magisterio. La sentencia le obligó á visitar la Universidad Cen- tral de Madrid, terminar allí su carrera y perfeccio- nar sus estudios en el resto de Europa. Cuando volvió á la Habana trajo su espíritu im- pregnado del ambiente exhalado en el viejo mundo con motivo de los descubrimientos de Pasteur, y co- mo no podía menos de suceder, pidió un puesto en el Laboratorio Bacteriológico de la CRÓNICA MÉDICO QUIRURGICA que acababa de inaugurarse. Desde este momento empieza para nosotros el tra- to diario con el profesor del Laboratorio. Se entregó aquél con tal ahinco á la investigación, que para no perder tiempo y estando entonces el Laboratorio si- tuado en las afueras dela población, concurría á nuestra mesa mañana y tarde, del mismo modo que otro trabajador infatigable, temporalmente en la Habana, el Dr. Gibie, actual director del Instituto 284 ANALES DE LA Pasteur de Nueva York. Los días que después de los postres, al anochecer, podíamos permitirnos algún reposo, jugábamos á las cartas breves instantes, pa- ra entretener á mi hija, entonces de siete años, y no podemos nunca olvidar la placidez con que el investi- gador concienzudo de horas antes, departía con la inocente criatura hasta el punto de creerlo, ésta su igual y dolerse de su ausencia. Si no tuviéramos otros ejemplos, éste bastaría para demostrar que no están reñidas con el amor al estu- dio y á las prácticas de la investigación científica, la sensillez de carácter v la llaneza; que para ir en pos dela sabiduría no es fuerza renegar del hogar ni de sus placeres: pasaron ya los tiempos en que la cien- cia estaba en el traje y en el semblante adusto; en que el sabio tenía que hacer alarde de excepticismo ó de extremado radicalismo en los asuntos filosóficos y políticos ó por el contrario, jactarse de un ultramon- tanismo rabioso ó afectar cualquier otro extremo. La exageración fué siempre perniciosa, el justo me- dio tan afine de la naturalidad es fuente de perfección y por esoel nuevo académico ha sido siempre ingénuo y el más vivo ejemplo de imperturbabilidad y tran- quilidad de espíritu aún en situaciones difíciles. Voy á relataros una de ellas. Cuando las defunciones por el muermo humano al- canzaron la más alta cifra en la Habana y el Gober- nador civil Sr. Rodriguez Batista nombró una comi- sión de la Junta Provincial de Sanidad para su estu- dio, ocupó el que se honra en hablaros, la presidencia de dicha comisión y agregó á ella, entre otras perso- nas idóneas al Doctor D. Juan N. Dávalos. Con el decidido amor á la investigación que le es caracterís- tico, desde el primer momento dió principio á la ta- rea, recogiendo con los señores veterinarios la secre- ción nasal de los caballos. Debemos confesaros que el contagio del muermo inspiraba al que narra, serios temores y éstos no es- taban desposeidos defundamento, puesto que al final de los trabajos de la comisión, murió de muermo el secretario dela misma D. Pedro Fernández Diaz, cuyo ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 285 nombre podeis ver entre los mártires de la ciencia que ostenta la lápida colocada en este salón; pues bien, uno de los primeros caballos reconocidos en un esta- blo de la calzada de la Reima, esquina á Oquendo, bañó de mucocidades la cara, la cabeza y parte del cuerpo del Doctor Dávalos, quedó á á oscuras porque los cristales de los anteojos se mancharon y esto sin duda fué lo que le hizo abandonar el examen del ani- mal é ir á un estanque próximo á lavarlos. Atónitos quedamos antela sangre fría del entustas- ta colega, pero no permitimos continuara la faena sin volver al Laboratorio para desinfectarse conve- nientemente. El mismo estudio del farcino, sobre el cual ha pu- blicado el Doctor Dávalos diferentes trabajos, de- mostrando al mismo tiempo que el profesor Nocar de Alfort la atenuación del bacilo del muermo al pasar por el organismo humano, nos permite relatar una escena un tanto cómica, pero que patentiza una vez más la fe y el entusiasmo con que se ha dadoá la bacteriología el Doctor Dávalos. Nos encontrábamos una tarde en el Laboratorio y hacía más de una hora que nuestro compañero no se- paraba el ojo del ocular del microscopio, examinando una siembra de productos tomados de un enfermo muerto de farcino, nada menos queel Dr. D. José Francisco Arango, distinguido y querido miembro de esta Corporación. La especulación ó la mal entendi- da defensa de los intereses materiales, cuando éstos atacan la salud pública, daba el grito en algún órga- no de la Prensa diaria, alegando que la existencia del muermo en la Habana era dudosa ó falsa, y equivo- cados los diagnósticos de los profesores médicos. La bacteriología tenía menos raices que ahora y se de- seaba llevar el convencimiento honrado á todos los ánimos; estaban, pues, justificados más que nunca, los empeños del Dr. Dávalos encargado directamente de la investigación del particular en el Laboratorio. En esos instantes, llega un criado despavorido: á la señora del lado le había dado un ataque de nervios y solicitaba nuestro auxilio. Como dedicados á las 286 ANALES DE LA enfermedades de los ojos exclusivamente rogamos al Dr. Dávalos que la viera, pero él embebido en su in- vestigación, cree que le hablo de ésta y me oye como aturdido, contestando: “otro caso de muermo hu- mano” No, le respondimos, no es muermo......ni es huma- no......se trata de la suegra del vecino que tiene un EE de nervios. La hilaridad de los presentes sacó al Dr. Dávalos desu abstracción y le puso á cubierto de perder su tiempo en mitigar la exaltación de unos nervios, pot- que mientras ocurría este episodio pasaron algunos minutos, los suficientes para que llegase otro recado diciendo que ya estaba bien la enferma. A todos los actos de su vida ha llevado el Dr. Dá- valos el sello de seriedad y de una especie de abstrac- ción á los que deba tal vez el interés con que ha em- prendido la resolución de los más árduos problemas de la patología, vamos á hacer referencia á los meses que precedieron á su visita á la vicaría para investir- se del título de esposo, que dicho sea de paso, ostenta con el mismo honor que el de Licenciado y Doctor en Medicina. Durante sus constantes visitas al Laboratorio y al salir de su casa, tropezó su mirada al través de los cristales que constantemente lleva puesto, con otros ojos, que á pesar de su poderoso influjo, no pudieron alejar por completo del microscopio, al interpelado de manera tan viva. Pasaron meses en este cruce de rayos luminosos y si la que contenía el mayor foco luminoso, no hubiera estado emparentada con otro profesor del Laboratorio, lo que favoreció la aproxi- mación de los astros, juzgamos tan semejante el cen- tro de gravedad, la atracción ejercida por el micros- copio sobre el Dr. Dávalos que abrigamos, temores de que fuera aún célibe, porque no es dela madera de los galanteadores legendarios, ni mucho menos. "Y este hombre asiduo en la labor cotidiana es re- fractorio hasta lo infinito á escribir los hechos que á diario recoge sobre la mesa de trabajo y que sólo anota en su ¡ cabeza. Hace más de seis años publicó ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 287 una memoria sobre la fermentación del tabaco y los gérmenes que la determinan, asunto de interés un1- versal porque no es un secreto la ambición sentida en todas partes de cultivarlo; debido á esto de diversas regiones del globo: de Rusia, de la India, de los Esta- dos Unidos han escrito á la dirección del Laboratorio y al mismo Dr. Dávalos, reclamando continuación de lo observado; varias veces nos ha prometido escribit- la y aún no se ha decidido. ¿Será que su mala letra, mala entre las malas, le as- queé para poner en ella sus bellas concepciones cientí- ficas, fruto de sus vigilias? Todo puede ser, porque E nuestra faena de descifrar letras en la Redacción de la Cronica MÉDICO QUIRURGICA, mucho tendríamos que decir, de colaboradores deesta publicación, mien- bros muchos de ellos de esta Academia y cuya eseri- tura ininteligible es el martirio de los tipógrafos y de los que corregimos las pruebas de imprenta. Es de admirar por otra parte como á pesar de esa anotofobia nuestro colega no olvida nada; cómo ha podido en unión de su colaborador el Dr. Acosta, es- tablecer la seroterapia en el Laboratorio Bacterioló- gico, del mismo modo que este último ha mantenido la vacuna antirrábica sin discrepar de lo que se hace en el Instituto Pasteur de París. Ambos colegas han logrado la satisfacción, que consignamos con legít1- mo orgullo, de que el mismo Roux manifestaseun día ser innecesario llevar el suero antidiftérico á la isla de Cuba porque en la Habana y en Berlín le consta- ba que su preparación era idéntica á la que él a- doptaba. Tiempo atrás investigó el Dr. Dávalos con el Dr. Pardiñas, y para esto hicieron varias escursiones al campo, las enfermedades del puerco, denominadas pintadilla y neumonía infecciosa que diezmaban el ga- nado de cerda en la isla. Descubrió por la misma época el germen de la enfer- medad de las aves, conocida con el malbre vulgar de higadillo. En unión del Doctor D. Manuel Fors. y con los Dres. San Martín, García Rijo y el mismo Fors, en la circunscripción de Sancti Spíritus, la hasera, azo- o 288 ANALES DE LA -. = -- te del ganado vacuno, estableciendo en uno de los predios el laboratorio, “durante más de dos meses, y siendo allí -auxiliados por el profesor veterinario, miembro hoy de esta Academia D. León Moreno. Asociado al Dr. Acosta entregóse á fructíferas ex- periencias sobre el valor tóxico de la orina en la fie- bre amarilla, trabajo presentado al Segundo Congre- so Médico Panamericano de México y recibido allí como una verdadera novedad en la materia. Forma el Dr. Dávalos parte dela comisión nombra- da por el Jete de Sanidad de la isla de Cuba, nuestro socio de mérito el Dr. D. Cesáreo Fer nández de Loza- da, para el estudio de la fiebre amarilla, y no cesa de inquirir la verdad en tan interesante particular. En compañía del Dr. Acosta también y del veteri- nario D. Diego Larión, académico hoy, con licencia en en el extranjero, preparó la maleina en el Labora- torio Bacteriológico y la ensayó en caballos para de- mostrar sus ventajas en el diagnóstico del muermo equino y de ello dimos cuenta entonces á esta Cor- poración. yin | No he de continuar enumerando las investigaciones á que se ha consagrado el Dr. Dávalos en el Labora- torio Bacteriológico de la Cronica MEDICO QUIRUR- GICaA, sólo ó asociado con los Dres. Delfin, Calvo, Ruiz Casabó, Coronado, Cabello y otros, porque tendríamos que citar con la serotel rapia de la lepra y del cáncer innumerables particulares más; tendríamos que poner á contribución todo lo que se roza con la Clínica en general porque el Dr. Dávalos está siempre atento á los deseos de los colegas que los solicitan para esclarecer algún punto oscuro de diagnóstico con el auxilio del Laboratorio. Su manera de ser le ha constituído en el vínculo ó eslabón de la clínica y el laboratorio. Su conducta es el ejemplo más perfec- to que darse puede á los que pretenden la supremacía de la una sobre el otro ó de éste sobre aquélla, sin comprender como lo demostró el Dr. Acosta en su discurso de ingreso, queambos marchan de acuerdo y son indispensables, dado el progreso actual de las ciencias médicas. - ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 289 Reservamos de intento para el final presentar á vuestra consideración el rasgo más saliente del nuevo Académico, el que bastaría para juzgarlo tan épico como el del marimo quese hunde con su nave en el cumplimiento de su deber ó el del militar que desa- parece en la explosión del polvorín para satisfacer órdenes superiores, asíel Dr. Dávalos con la serenidad de héroe advierte un día que su naturaleza párece alterarse: pierde de peso y de carnes, su temperatura aumenta periódicamente; sospecha un brote de tuber- culosis en sus pulmones y con el mayor aplomo exa- mina sus esputos, del mismo modo que todos los que recibe en el Laboratorio, para informar; descubre el ba- cilo de Koch en ellos y lo muestra imperturbable á sus compañeros de trabajo, queabsortos contemplan tanta sangre fría. Mas esa serenidad no es la que arranca la ignoran- cia, no es un acto de jactancia loca, no es la nacida del desconocimiento del peligro, no, es el fruto del arraigado convencimiento del poder de la ciencia, de la perfecta interpretación de la anatonomía patoló- gica á la luz de los modernos descubrimientos, es el resultado de ejercer la Medicina con una honradez sin igual. En su propia persona practica la doctrina que sustenta y pone en ejecución en la asistencia de sus propios enfermos. Vedlo sinó: siempre ha creído que el tuberculoso no se le debe ocultar su enfermedad porque se causa con la ocultación un verdadero per- juicio; en efecto, si se le previene á tiempo puede uti- lizar los poderosos recursos con que cuenta hoy la "Ciencia para oponerse á la marcha de los gérmenes “que intentan aniquilar la existencia del individuo invadido. El germen de la tuberculosis, entiende fundadamen- te nuestro recipiendario, necesita un suelo apropiado “para su desarrollo, un sujeto que carezca de los ele- mentos de defensa, la miseria fisiológica, como dijo el profesor Grancher, en 1883 (1) desde esta misma (1) Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, tomo 9, pág. 221 290 ANALES DE LA tribuna, cuando nos honró con una conferencia memorable. El bacilo de Koch á semejanza del cobarde, sólo ataca á los indefensos, á los descuidados; busca las naturalezas debilitadas por la herencia, las diatesis ó por la fatiga que provoca el exceso de la labor coti- diana. Esta fué la que determinó en el Dr. Dávalos el punto débil por donde fué invadido; pero esta la- bor diaria que ha fortificado su iteligencia y sus fa- cultades al grado de abrirle sus puertas esta Corpo- ración, providencialmente ha servido para sor pren- der á tiempo el enemigo desu preciosa existencia y servirá para que empuñadas las armas de la Higiene modere el trabajo intelectual, preste mayor atención que la prestaba á la reparación de sus fuerzas físicas, se fije en obtener una nutrición esmerada ya que sus deberes profesionales y científicos y el estado del país, le impiden completar el plan trazado utilizando aires y alturas de que por suerte no carece esta Isla, como lo ha demostrado el Académico Dr. Jacobsen en su interesante trabajo de ingreso. Por último, señores; cuando el inmortal Koch re- nueva en estos últimos días sus esfuerzos para vencer la tuberculosis, cuando anuncia presentar la tubercu- lina (2) que le proporcionó la pasada derrota despo- jada de las cualidades que la hicieron peligrosa y hasta nocivo su empleo, el Dr. Dávalos asociado del Dr. Acosta se hace cargo enel acto del ritual de su fabricación y se apresta á prepararla en el Laborato- rio Bacteriológico dela Cronica MÉDICO QUIRURGICA. No importa que las manipulaciones de polvos 1 1111 palpables dotados de la más virulenta toxina ame- nace la salud y la vida de los preparadores, el Dr. Dá- valos no retrocede, aún teniendo su salud más ó me- nos alterada; soldado de la ciencia, con ella va á don- de quiera que el progreso reclame su intervención. No de otro modo se condujeron los profesores del Laboratorio Bacteriológico cuando se estudiaba la (1) Nuevos preparados de tuberculina por Roberto Koch. Deutsche Wochensehrift, núm. 17.—1897. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 291 difteria antes del descubrimiento Behrin-Roux, tenien- do familia en el mismo local la que estuvo á punto de pagar con la vida de alguna criatura el entusias- mo por los adelantos científicos. No ha sido nuestro propósito, señores Académicos, halagar el oido del recipiendario con algunas frases huecas de elogio sin fundamendo alguno; nadie como él, que nos conoce en la labor diaria duranteun largo periodo de tiempo, sabe, que por ningún género de consideraciones se me arrancaría un aplauso 1 inmere- cido, del mismo modo que no lo callaré jamás para el que lo merece, sea el que sea y venga de donde vi- niera. Tenemos derecho á expresarnos así porque nos abonan una larga carrera en el periodismo cien- tífico, no menos corta en las corporaciones de igual indole y ya prolongada en el ejercicio profesional, sin que hayamos visto en nuestros contendientes más que nobles campeones que cruzaban sus aceros por el triunfo de la verdad y merecían siempre nuestros respetos. Sea bien venido al seno de esta Corporación oficial el nuevo Académico, del que he intentado bosquejar sus méritos. Sulaboriosidad encontrará en las ta- reas de este Cuerpo científico ancho campo donde se- guir sirviendo como hasta aquí los intereses de la ciencia quees el lema que lleva en su bandera esta ilustre Academia. 292 ANALES DE LA Contribución al Estudio de los Crustáceos de Cuba NOTAS DEL DR. JUAN GUNDLACH, + 1896 COMPITDADAS Y COMPLETADAS POB EL Dr. J. I. TORRALBAS y ad ES EE Ls O] EA E NA En los últimos dias de su vida y desde el lecho que ya le era imposible abandonar, me envió el sabio na- turalista Gundlach, un paquete que contenía las notas que hacía tiempo venía escribiendo sobre los crustáceos de Cuba y que tenía ya terminadas; al enviármelas, encargó me dijesen que yo las publicara, pero á E ar de haber cumplido con exactitud el portador la misión que sele confirió, no pudo por entonces satisfacer el que suscribe el deseo de aquel apreciado amigo. Los acontecimientos políticos que agitaban por entonces el país, asumieron la más alta gravedad, y en aquellos solemnes momentos en que los deberes patrióticos tenían que superponerse á toda otra consideración, cada uno pensó en situarse en el lugar en que creía poder prestar algún servicio. Razones tan poderosas como las que dejo señala- das, fueron causa de que, abandonados mis libros y papeles durante los años de mi permanencia en los Estados Unidos, casi incomunicado con ésta, se re- tardara hasta hoy el cumplimiento de un mandato para mí ineludible. Empero, no es esto todo: de retorno en la Habana, busco las notas inútilmente, y cuando ya había per- dido la esperanza de hallarlas, las encuentro entre una multitud de papeles que existían en el Instituto de Segunda Enseñanza, que se iban á arrojar como ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 293 inútiles y que registré adi se me dijo habían per- tenecido á D. Táan (Dr. Gundlach) y esto me hizo pensar que entre ellos a algo útil. Así sucedió, y no fueron las notas lo único que allí había, sino varias monografías y publicaciones de importancia científica. En aquel confuso montón de papeles estaba el para mí preciado manuscrito, des- elosado, incompleto, truncado, tanto en el texto como en las láminas; desde entonces me propuse re- construir la obra de mi ilustre amigo, y como creo haberlo conseguido, la doy á la estampa, mas no sin antes cumplir con el deber de manifestar, que todo error Óó deficiencia que en esta obrita se note, me corresponde exclusiva y personalmente, y de ninguna manera al conocido y sabio naturalista de quien por accidente resulto colaborador, y á cuya venerable memoria dedico la parte que en este tr “abajo me to- que, por lo mismo, que no habiendo sido este ramo y sí otro de las ciencias naturales, objeto de mis es- peciales dedicaciones, tiene que resultar más labo- riosa la tarea que para cumplir su encargo me 1m- pongo. de E CRUSTACEOS (*) De la gran rama de los Arthropodos dividida por. los naturalistas en dos grupos principales, Branquia- les y Traqueales, cada uno de estos grupos, caracte- rizados por sa manera de respirar, se subdivide en clases, comprendiendo el primero los Arthropodos, que respiran por branquias ó sean los Crustáceos, los Merostomaceos y los Trilobiteos; y el segundo los que lo hacen por medio de tráqueas: los Aracni- dos, los Myriapodos y los Insectos. De las subdivisiones que con el nombre de clases (*) Algunas cuartillas del manuscrito de mi amigo que llevan por título Crustáceos, demuestran que fué su intención ocuparse de los caracteres generales del grupo; respetando su volantad me ocuparé de esas generali- dades. 294 ANALES DE LA acabamos de enumerar, resultan otras que uombra- ríamos si fuéramos á seguir estudiando los Arthro- podos, pero como no se trata ahora de estudio tan extenso, sólo hemos querido establecer nuestro punto de partida, tomado de la clasificación más moder- na que conocemos, la aceptada por L. Roule (París 1898) y, al inscribir el término Crustáceos, que como epígrafe usamos, dejar manifestado cuáles son los animales de esta clase que nos van á ocupar, puesto que esos mismos crustáceos ó sean Tetráceos Ó Cua- driantenados, se subdividen á su vez en Entosmos- tráceos y Malacostráceos que serán objeto principal de esta monogrofía. Señalados por este medio los límites de la materia que debe ocuparnos, abandonaremos la clasificación que para esa limitación hemos preferido como más clara y precisa, y, terminadas que sean estas genera- lidades, presentaremos las descripciones siguiendo el orden que establece Milne Edwards que es el que siguió Gundlach en su manuscrito. Distínguense los Malacostráceos dela otra rama de los Crustáceos, ó sea de los Entomostráceos en que los primeros que tienen condiciones de superioridad orgánica respecto de los segundos, presentan un nú- mero constante de anillos y de pares de apéndices ó miembros: la cabeza y el tórax que por su forma pue- de en ellos con frecuencia distinguirse, $e confunde algo cuando por los miembros que en ambas partes se insertan, se les quiere deslindar, tal es la diver- sidad en número y forma de los pares de patas trans- formados en apéndices bucales que á los lados de las regiones cefálica y toráxica se insertan, pero los trece anillos que suman ambas, presentan siempre trece pares de apéndices entre transformados y no transformados. El abdomen generalmente distinto, lleva á los lados los otros seis pares que completan los diez y nueve con que cuenta el animal, y estos pares corresponden á otros tantos anillos. Por últi- timo, una placa anal nombrada telson, viene á com- pletar las piezas principales y que más constante- mente se Observan en este grupo de los Crustáceos, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 295 Formas más ó menos prolongadas, nadaderos en mayor ó menor número, ojos pedunculados, apéndi- ces caudales son otros tantos órganos que pueden ó no ser numerosos y algunos hasta no existir ó ser rudimentarios; pero los. anillos, los apendices y la placa anal, esas piezas mencionadas en el párrafo anterior y guardando entre ellas la relación indica- da, parecen constituir carácter distintivo del grupo que nos ocupa. Todas estas piezas, algunas soldadas entre sí, otras simplemente articuladas, constituyen una armazón exterior más Ó menos gruesa y tanto más dura cuanto más abundante en sales calcáreas: esta cubierta Ó dermato-esqueleto puede considerarse como la epidermis, pues cuando se rompe se encuen- tra bajo la capa pétrea una membrana dermoidea. Son los Crustáceos y por lo tanto los Malacros- tráceos, animales de sangre fría (hemacrymos), de circulación semivascular, y el líquido que irriga sus órganos tiene un color azulado y á veces ligeramente verdoso. La impulsión de coalescencia predominante en todos los Crustáceos se hace aun más notable en el grupo que nos ocupa, por lo que su crecimiento no puede verificarse sin mudar su esqueleto tegumental el cual cambian varias veces durante su vida: Para comprobar estas mudas basta recorrer la parte de nuestro litoral nombrada playa de San Lázaro y á cada paso se verán unos cangrejos de varios tama- ños enteramente vacios y secos que no son otra cosa que el dermato-esqueleto de los llamados Cangrejos de arrecife (Grapsus cruentatus Latr y G. Corruga- tus Sp. n.) En cuanto á su organización interna presentan los Malacostráceos caracteres peculiares que los distin- guen: Su cerebro bastante desarrollado está unido á los ganglios oculares laterales: una notable masa está formada por ganglios subesofágicos, compren- diendo algunas veces los ganglios de las patas maxi- lares y los de los siguientes pares. Las vesículas auditivas se ven bien determinadas. Los apéndices 296 ANALES DE LA hepáticos del canal digestivo son más considerables que en otros Crustáceos, encontrándose en el referido canal una bolsa ó dilatación estomacal cuyas pare- des internas tienen repliegues con eminencias quiti- nosas dentadas que desempeñan funciones semejan- tes á la masticación. El corazón de forma sacular y más ó menos prolon- gado, está situado en el tórax y á veces se prolonga hasta el abdomen; perforado por orificios venosos pareados con los de un sistema de vasos arteriales más ó menos complicado á pesar de cuyos vasos, existen ciertas lagunas de la cavidad visceral (senos sanguíneos) que toman parte en la circulación. La respiración siempre branquial, se verifica por apéndices branquiales en las patas toráxicas ó en las abdominales, por las placas maxilares y á veces por la laminilla que constituye el repliegue del carapacho. Los oviductos en las hembras se abren en el ante- penúltimo anillo toráxico y los conductos excretores de los machos, en el último, formándose á veces en los canales deferentes espermatóforos y apareciendo en las hembras sacos incubadores exterioves donde el huevo se transforma en embrión. La generación de los Malacostráceos es por lo ge- neral metamórfica, particularmente en ciertos grupos como los toracostráceos. Aliméntanse de substancias animales y poseen órga- nos prehensores, son generalmente acuáticos, la mayor parte marítimos y aunque algunos pasen una parte de su vida en tierra vuelven con frecuencia al agua. Sus medios de locomoción son la natación y la pro- gresión, poseyendo un gran número de ellos órganos para nadar y para marchar. LEPTOPODIA Y INACHUS. MAckroPobIa, LeacH.—LEPTOPODIA. Macropus Latr. Fab. Maia, Lamark. Bosc. Latreille sacó del género Maia de Lamark, ó más ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 297 bien del de Inachus de Fab. este género que nombró Marcropus; pero Leach modificó después la termina- ción llamándole Macropodia, nombre que también adoptó Latreille. Los macropodios son crustáceos decápodos de la tribu de los triangulares, familia de los brachiuros, fáciles de reconocer por su cuerpo triangular y tuber- culado, terminando hacia adelante á manera de pico, á veces muy largo, ya hendido, ya entero. Los pedícu- los oculares siempre sobresalen más allá de los bor- y ) S ) l N Ú y h Ñ , A SS : Ñ " 7 y sá e SS ex = — S A 7 S NS y 1 y, 7 E > % Y e p== OS 2 = A ñ ES 5 ALA N A h e N 1 4!) - ADD E N IN 66. MACROPODIA SAGITTARIA, LATR: Nr. 54.G. des laterales del carapacho y no se alojan en fosetas. Antenas cortas y bífidas. El segundo y tercer par de patas son largos, delgados y filiformes: las dos pri- meras son grandes, salientes, encorvadas en forma de garras ó terminan en mano con dos dedos como en casi todos los decápodos, unos y otras son vellu- dos. Cola compuesta de seis segmentos. Son de talla pequeña, distinguiéndose con el nom- bre de arañas de mar. Viven como los Inachus, entre las plantas marinas. Los Leptopodios de Leach sólo se diferencian de sus Macropodios, en que éstos tienen la punta del hocico hendida y aquéllos la tienen entera. 298 ANALES DE LA ARAÑA DE LA MAR. Carapacho triangular, liso, algo estrechado hacia la parte posterior, terminando hacia adelante en un pico muy agudo, espinoso por ambos lados y más largo que la porción post-frontal del carapacho. Ojos pediculados, muy aproximados, á cada lado de la base del pico, con un diente pequeño debajo de ca- da uno. Garras delgadas, largas, dirigidas hacia adelante, terminando en dedos poco encorvados, finamente dentados en la orilla interna. Patas larguísimas, fili- formes, con algunas espinas en la orilla anterior del segundo artículo: el primer par es el más largo. La base del cuarto y quinto par de patas está situado en ambos lados sobre el lomo. Long. incluyendo el pico: 0.050 mm. Son raros y viven en las plantas marinas. No. 66. LEPTOPODIA SAGITTARIA, LeacH. NR. 54 G. Cáncer sagittarius, Fab. Ent. Syst., 1 442, 13. Inachus sagittarius, Fab. Ent. Syst., Supl. 359, 2 Japo Mata sagittaris, Bosc, Hist. Naturg. d. Krabben u. Krebsi, m pl. tv. fig. 2. Ss IN LA INACHUS SAGITARIUS. Fabr, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 299 Cáncer seticornis, Herbt. Leptopodia sagittaria, Leach, Zoól. Misc., 1, pl.txvn, Latreille, Encye. “Mish. pl coxe, fig. 1. Des: marest, Consid. sur les Crust., pl. xvi, fig. 2. Guerin, Iconographie du Regne Anim., Crust. pl. xI, fig. 4. - Milne Edwards, Hist. Nat. des Crust., 1, 276; pl. xv, fig. 14. Tllust. Cuv. Regne Anim., Crust. pl. xxxvI. Gibbes, Proc. Am. Assoc., 1850, p: > 1: Martens, ¿Archiv: fur: Naturg;': xXxX' VIH; Stimpson, Crust. dredged in the Straits of Flo- rida. Cangrejo Araña, Parra 56, fig. 3, p. 162. Carapacho triangular, redondeado en los ángulos posteriores, con dos surcos que desde ambos lados anteriores se dirigen hacia el centro de la porción dorsal, y sin reunirse bajan por ambos lados de la región cordial hasta la orilla posterior. Cuatro espi- N? 30. IxacHus CARDENENSIS nas agudas sobre el céfalo-tórax, una en la parte pos- terior de la región estomacal, otra debajo de ésta en la intestinal y las dos restantes están una á cada lado en la región branquial, formando las cuatro los ángulos de un cuadrado. Hocico corto, surcado, terminando en dos dientes poco divergentes, y otros dos mayores algo más atrás, uno á cada lado, en la orilla anterior de cada una de las fosetas oculares. e 300 ANALES DÉ LA Ojos alojados en fosetas en la orilla anterior á ambos lados del hocico. El ángulo posterior de estas fosetas se prolonga en forma de diente agudo, y tiene una espina más atrás en la orilla externa del cara- pacho. Garras gruesas, granulosas, con el brazo y la mano más hinchados que los demás artículos, los dedos son alargados, estriados, algo corvos, con dientecilos en el borde interno. El par de patas siguiente es más grueso y más largo que los demás, velludos, con los tarsos tuberculosos. Los tres últimos pares de pa- tas van disminuyendo en tamaño. Color pardo rojizo. Longitud 0.015. mm. Ancho 0.013 mm. : Un sólo individuo observado; se encontró en la bahía de Cárdenas. GENERO LAMBRUS PARTHENOPIANOS, FAB. Larr. Linneo colocó estos crustáceos en su género Cáncer; Fabricio formó con ellos otro género al que dió el nombre de Parthenope, que también adoptó Lamark posteriormente, aunque antes los había reunido con el género Inachus, bajo la dominación de Maia: lo mismo hizo Bosc. Los Parthenopes pertenecen al orden de los decá- podos, familia de los brachiuros, tribu de los trian- gulares. Carap: icho triangular ó casi romboidal, estrechado más ó menos hacia adelante: ojos colocados en fose- tas orbiculares sostenidos por un pendúnculo corto y grueso. Garras muy grandes dirigidas horizontalmente, dobladas y replegadas luego en la misma dirección: las demás patas pequeñas. Antenas laterales muy cortas. La cola del macho se compone de cinco segmentos y la de la hembra de siete. Esta diferencia sexual m- dujo á á Fabricio á formar un género de esta especie y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 301 sus análogos con el nombre de Lambrus. El género Parthenope lo ha limitado á su especie llamada hó- rrida, enya cola tiene siete anillos en ambos sexos, porque las demás que cita parecen pertenecer á otros géneros. Los Inachus de Fabricio tienen el carapacho trian- gular ó casi ovóideo, siempre muy desigual, espinoso, estrechado hacia adelante: las dos patas anteriores no terminan en dedos encorvados en forma de pico de loro como las de los Parthenopes. Fabricio los divide en dos secciones: los macropodios, que tienen las patas muy largas, filiformes y el carapacho muy punteagudo hacia adelante, y los lithodes que se dis- tinguen por su carapacho, que se estrecha en punta anteriormente, ojos aproximados por su base; las cuatro antenas salientes, garras más cortas que las patas, el tercero y cuarto par más largas, las dos últimas muy pequeñas, inútiles para la locomoción; cola membranosa con placas crustáceas en los bordes. Los Inachus se diferencian de los Macropodios en que tienen fosetas para alojar los ojos y por las pro- porciones del intérvalo entre la cavidad bucal y las antenas intermediarias: es corto y transversal, mien- tras que en los macropodios se estrecha á expensas del ancho: estos tienen además el pico y las quijadas auxiliares exteriores proporcionalmente más largas. Estos crustáceos se fijan sobre las rocas submari- nas, y su color y las asperezas que lo cubren los ase- mejan á los objetos sobre que se agarran. Bosc, menciona las especies Maia spinipes Herbet de América y Maia sagittaris (Inachus sagittarius, Fab.) de las Antillas. Esta última pareceno ser nues- tro Leptopodia sagittaria Fab. La suscinta descrip- ción que da Bose de Maia spinipes Herbet conviene á la araña dibujada y descripta por Parra y clasificada por Milne Edwards. No. 33. LAMBRUS CRENULATUS, SANs. No. 20 G. Lambrus crenulatus, Saus., Crust. Nouv. du Mexa1- que et des Antilles, p. 13, pl. 1, fig. 4. Stimpson, 302 ANALES DE LA Notes on N. American Crust. p. 73. Deshbonne et Schramm, Crust. de la Guadaloupe, p. 21. Mar- tens, Archiv fur Naturg XXXVII. LAMBRUS CRENULATUS, SAUS. NR. 20 G. Carapacho sasi romboidal, terminando en punta hacia adelante; la frente forma un triángulo, y los ojos están colocados en los ángulos de la base, aloja- dos en fosetas orbiculares. Los bordes anteriores ar- queados hacia afuera, tienen una linea de tubérculos LAMBRUS PONSTALESI — STIMP. y terminan en una espina larga en los costados. El lomo presenta una elevación en el centro, que se ex- tiende desde la parte posterior hasta la base del triángulo que forma la frente, y aquí se divide en dos brazos que terminan en las fosetas oculares. A los lados de esta elevación central se notan otras dos menos visibles. Carapacho cubierto de tuberculitos apartados, los mayores colocados con alguna regu- laridad. Garras iguales, muy grandes, dirigidas horizontal- mente hasta el origen del carpo, dobladas luego y replegadas en la misma dirección, su cara inferior lisa. Mano en forma de prisma triangular, tan larga como el brazo, con las aristas superior y exterior armadas de dientes romos: dedos lisos, muy dentados ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA . 303 (33) p 16 — LAMBRUS CRENULATUS, SANS: en el borde interno y terminaado en punta aguda, con una cresta de pelos en el borde exterior del pul- gar. Carpo corto y triangular. Brazo largo, con tubérculos en las dos orillas superiores y otra hilera poco marcada en el centro. Patas delgadas y lisas, todas de un mismo largo, terminadas en uña larga y encorvada. Longitud: 0.018 mm. Ancho: 0.028 mm. LIBINIA DISTINCTA Guér. Cangrejo peludo, Parra, 50, 1. G. Libinia distincta, Martens. SOLDADO DE MARINA Carapacho ovóideo, estrechado hacia adelante, cu- bierto de pelo pardo amarilloso corto y espeso, ar- mado de cinco espinas formando un arco paralelo á cada borde látero-anterior, y tres en linea recta entre cada órbita y la espina posterior del arco menciona- do: otras dos á igual distancia delas últimas en cada región branquial. A lo largo del centro de la porción dorsal tiene seis en linea recta colocadas del modo siguiente: dos en la región estomacal, tres en la cor- dial, siendo doble la posterior, y una en la región in- testinal. A cada lado de la primera espina de la re- gión gástrica hay otras dos, formando juntas una 304 ANALES DE LA linea de cinco espinas en dirección transversal. El borde exterior de la región pterygostomal tiene dos grandes espinas aproximadas y una en cada extremi- dad de dicho borde. Rostro prolongado con una hendidura triangular en la base, terminando en dos cuernos muy diver- gentes y sobresaliendo al segundo artículo de las an- tenas externas. Ojos pedunculados, poco salientes, una espina grande de base ancha preorbital y otra más pequeña preorbital externa; una hendidura en el borde inferior de la órbita. . 10 LIBINIA DISTINCTA GUÉR. MEN. No. 1 G. Antenas externas velludas, los dos primeros artí- culos cilíndricos, el primero más largo queel segundo, el tercero flageliforme: en la unión basal un tubérculo y. una espina aguda externa. Las quijadas auxiliares cierran enteramente la bo- . ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 305 ca, el segundo artículo escotado en el ángulo interno superior para recibir el palpo. Cola con seis segmentos en ambos sexos. Garras iguales, dedos dentados blancos unidos des: de la medianía hasta la extremidad; mano verdosa, ancha, granulosa, tan larga como el brazo; carpo granuloso, brazo cilíndrico con una espina muy pro- nunciada en la parte superior, cerca de su base. Pa- tas cilíndricas, el primer par es el más largo; tarsos cónicos, encorvados, tan largos como el artículo pre- cedente, blancuzco con fajas azules: uña rojiza. Long., incluyendo el rostro, 0.105. Ancho 0.095. Garras 0.0175. Primer par de patas 0.180: su tarso 0.045 y Los jóvenes no tienen todas las espinas del carapa- cho, sólo una en la región cordial y otra en la intesti- nal; pero las de los bordes látero-anteriores y las de las regiones branquiales, están bien desarrolladas. Patas y garras lisas, todo muy velludo. Es marino y abunda en todas las costas. No sirve para alimento. Otras medidas: Macho: long. 0.068, anchura 0.062, pinzas (igua- les) 0.087, primer par de patas 0.116. Hembra: long. 0.063, anchura 0.050. MITHRAX SPINOSISIMUS Lam, Maia spinosissima, Lam. Anim. sans verteb., v., p. Dada: Mithrax spinosissimus, Edw. Mag. zool. vH, p. 2 Guer. Iconog. du Régne Anim. Martins, o fur Narturg. XXX vHt. | Cangrejo Santoya Parra, p. 122, pl. 44. No. Y. SANTOYA Carapacho casi tan largo como ancho, con lós sur- cos que separan las regiones muy marcadas, armado [ Continuará.| 306 ANALES DE LA Sesión pública ordinaria del ll de Febrero de 1900. PRESIDENCIA DEL Dr. D. Tamayo. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Cubas, Vildósola, Palacio, Lavin, San Martin, Montalvo, J. 1, Torralbas, Santos Fernández, Paradela, Ragués, Betancourt, Céspe- des, V. de la Guardia, Dávalos y Gustavo López, Secretario (¡eneral. SRES. VISITANTES: Dres. Edelmann, Carvallo, Gómez Planos, A. Agramonte, Porto y Malberty. Abierta la sesión á la hora acostumbrada, con la lectura y aprobación del acta de la anterior, y después de la reseña de las comunicaciones oficiales, el Secretario dió cuenta de la visita que tres días antes hiciera al Museo de la Corporación, el Sr. Director del Instituto Smisoniano de Washington, en cuya visita fué personalmente atendido por él y por el Dr. Carlos de la Torre. Muy eserupulosa fué la atención del Dr. visitante, sobre todo en la parte relativa á los objetos y cráneos caribes, que medía, dibujaba ó anotaba escrupulosamente. Pero lo más importante de esta visita realizada el día 8 del actual, fué el ofrecimiento que hiciera el Jete del Instituto Smisoniano, de enviarnos ejemplares variados, de que tienen números repetidos, para el crecimiento de nuestro Museo. En nombre de la Academia el Secretario aceptó la oferta, expresando que de ello tomaba oportuna nota y adelantan- do la cortés gratitud que es de ley en estos casos. Con este motivo el Dr. Montalvo, pregunta si esos cráneos de nuestro Museo, están ya estudiados y bien determinados, cosa que importa mucho, y mucho más en los momentos que, cumplimentándose acuerdos anteriores. pueden ser algu- nos enviados á la Exposición Universal. Expresa, que sin sermedidos, bien estudiados, comparados, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 307 ete, no deben concurrir al Certamen que tendrá lugar en la Capital de Francia. El Dr. Santos Fernández, que pide la palabra expone: que esos estudios entiende que estarán al concluirse, pues fueron encomendados al Dr. Montané, que los tiene en su obra que está á punto de publicar. Como el Dr. Montalvo, insistiera en sus preguntas sobre trabajos que se hubieran hecho con esos cráneos, le contesta el Dr. José Torralbas, que ocupa la presidencia, que tiene ra- zón en sus preguntas el Dr. Montalvo, y que no nos hace fa- vorel que esos trabajos no estén hoy realizados; que al Dr. Montané, se le comisionó para esos estudios y no para una obra, cosa que es completamente aparte. Cree debe requerirse al Dr. Montané, á fin de obtenerse pronto cumplimiento del objetivo que persigue la Academia. El Dr. San Martín, propone que una Comisión, se avistecon el referido Sr. Montané, á este propósito; cosa que es apoya- da por el Dr. Santos Fernández, Montalvo y Céspedes, con tanto mayor motivo cuanto que el Sr. Montané, desempeña actualmente la Cátedra de Antropología en nuestra Uni- versidad. Los Dres. J. Torralbas, Céspedes y Montalvo, entienden que el Sr. Montané, debe á este efecto, ser visitado por el Pre- sidente, y no por ninguna comisión. Así se acordó por mayoría. Se entra enseguida en la orden del día ocupando la tribuna el Académico Sr. Betancourt, que da lectura á su trabajo inti- tulado: “Epiteliomía primitiva de la vajina, estirpación del mismo é histerectomía total.” Al final de su trabajo dedica fraces galantes y laudatorias para la presidencia de la Academia. Hace concurrir así mismo á su clienta operada, cuyo buen estado general es visible. Sela hace salir después del salón para poder discutir el trabajo, usando dela palabra los Dres. San- tos Fernández, y Palacio, los cuales expresan que el buen estado de la operada, justifica la oportunidad de la inter- vención. : Este último Académico, piensa, ante el examen histológico de la pieza patológica, hecho por el Dr. Carvallo, y leido por el Dr. Betancourt, en el curso de su trabajo, que la enferma 308 AÑALES DE LA tiene ya en su Órgano uterino modificaciones que hacen pen- sar que quizás en un periodo no lejano será atacado del car- cinoma. El Dr. Carvallo, para quien el Dr. Betancourt, pidió la concesión especial de la palabra, usa de ella, ampliando los datos del examen histológico realizado por él y concluyendo también en apreciaciones idénticas sobre el peligro del carci- noma en el óreano uterino. Muéstrase de acuerdo con lo expresado el Dr. Betancourt, que expone también que aquí se realizó inversamente la in” fección del útero y susanexos, y quela intervención operatoria se encuentra justificada por el mismo examen histológico. No habiendo podido concurrir el Dr. Delfin, á ocupar su turno en la orden del día anunciada, pues avisó se encontra- ba enfermo, la Presidencia accidental, declara terminada la sesión, no habiendo sesión de Gobierno. Sesión pública ordinaria de 25 de Febrero de 1900. PRESIDENCIA DEL Dr. JosÉ I. TORRALBAS. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Cubas, Valdés Ra” egués, la Guardia, Santos Fernández, Coronado, Cuadrado, Vildósola, Lavin, F. Porralbas, Acosta, Dávalos y (7. Ló- pez, Secretario. SRES. VISITANTES: Dres. Edelmann, Le Roy y A. Agramonte. A la hora ordinaria dió comienzo, leyéndose y aprobándose' el acta de la sesión anterior, dándose después cuenta por la Secretaría, delas comunicaciones oficiales, entre las que fign- raban dos de los Dres. A. Bustamante y J. Jiménez Ansley, re- mitiendo á esta Corporación el regalo de dos fetos, ejempla- res teratológicos con que se enriquece nuestro Museo. Se acuerda expresarle nuestra gratitud para estos compañeros. Se entra en la orden del día, ocupando la tribuna el Dr. M. Lavin, que da lectura á su disertación anunciada: “Fiebre ti- foidea en el paludismo.” Mereció este trabajo, plácemes del Dr. Coronado, quien aporta algunos datos desu práctica que rebustecen el criterio ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 309 relativo á la observación de simbiosis tipo-malárica que fun- damenta el trabajo del Dr. Lavin. Pide la palabra después el Dr. V. de la Guardia, para expo- ner, que hace algún tiempo la clínica había demostrado estas asociaciones de procesos febriles en un mismo sujeto, antes que lo hubiese comprobado el Laboratorio. Así lo tiene ex- puesto en sus trabajos sobre fiebre tifoidea de ahora algunos años, donde expone la opinión de un Médico del Brazil, muy ilustrado, que las dividía en tres clases, distinguiendo pertee- tamente la evolución distinta de la tifoidea y el paludismo. El Dr. J. Torralbas, con motivo de trabajo tan interesante, propone que se nombre una Comisión para el estudio de estos hechos sobre las pirexias, estudiándose en una sección, espe- cialmente el asunto de estas asociaciones morbosas. El Dr. Santos Fernández, expone que ya está nombrada una Comisión para estudiar y recopilar todo lo relativo á nuestras fiebres. El Dr. Coronado, expone que á reserva de la discución formal que se hará oportunamente, debiera acordarse que se suprima el nombre de fiebre, pues esto solo expresa la exis- tencia de una infección. El Dr. Vildósola, felicita por su trabajo al Dr. Lavín, argu- mentando á Coronado, sobre lo propuesto acerca de la voz fiebre que expresa un verdadero proceso, consagrado por la tradición de los clásicos, entrando en aleunas considera- ciones sobre su significación como aumento de temperatura, como expresión de disturbios nerviosos etc., y estimando que no podremos llegar á un acuerdo serio. Replica á estas razones con otras bien extensas el doctor Coronado, quien entra en campo patogénito íntimo, expre-- sando al final que la voz fiebre, sustituída por las frases infección tebril, no rompe con la tradición de los clásicos, conserva su significación misma y expresa más la realidad. El Dr. G. López, da cuenta, de que la presidencia ha demo- rado el nombramiento de la Comisión que para el estudio de las fiebres se acordó, en espera de la publicación del trabajo de esa índole de los Dres. Madan y Diaz, que premió esta Corporación; cosa que acaba de hacerse teniendo la presi- dencia casi en su totalidad determinadas las personas que han de constituirla. 310 ANALES DE LA El Dr. Torralbas, entiende que al Sr. Presidente debe hacérsele saber la importancia de la discusión tenida para que con la brevedad que todos reconocemos, se llegue al nombramiento de esa Comisión acordada y se comiencen esos trabajos, que deben estar concluídos antes de la cele- bración del anunciado “Congreso Médico,” para Febrero del próximo año. Cuando este Congreso se abra, expresa el Dr. Torralbas, va la Academia debe tener realizado su trabajo sobre fiebres. Pide que los Dres. Lavín, Coronado y la Guardia, tan ver- sados en asunto de nuestra propia piretología, formen parte de esa Comisión. Se acordó dar cuenta de ello á la Presidencia. El Dr. Valdés Ragués, recuerda con este motivo el también nombramiento que pidiera en anteriores sesiones sobre una Comisión dedicada exclusivamente al estudio de la tubereu- losis, en todos sus aspectos y relaciones con la salud pública. Cree el Dr. Vildósola, muy oportuno el recuerdo y deseo del Dr. Ragués, toda vez que últimamente se-nan ratificado órdenes emanadas de la Inspección de Sanidad, acerca de la profilaxia de esta dolencia. Los Dres. Santos Fernández y Coronado, piensan que cada vez se comprueban más las ventajas de la orden de partes sobre enfermos tuberculosos, que exigen las oficinas de Sani- dad. Santos Fernández, expone que así también lo piensa el Dr. la Guardia, que acaba de marcharse. Se hacen aleunas consideraciones á este respecto por los Dres. Vildósola y Torralbas, mencionándose las prácticas establecidas en New-York y Londres, donde todo ciudadano tiene el derecho, si se siente malo del pecho, de acudir á las Oficinas de Sanidad y hacerse examinar, dándoles los señores Médicos examinadores, certificado del mal y con ello, reglas precisas de los cuidados, prevenciones etc., á que habrán. de estar sometidos, sobre todo en sus relaciones con la higiene. El Dr. A. Agramonte, ha pedido á la Junta de Sanidad, que tal cosa se haga extensiva á esta Isla. Se reconoce por todos la conveniencia y hasta urgencia, de la Comisión pro- puesta por el Dr. Valdés Ragués. Se dió por terminada la sesión, ¡ge hd "ee dd e 7 y A? CA E AS MALES A yes E TA PRO E OBRASDE VENTA EN LA REDACCIÓN DE LOS “ANALES” > Trabajos de la comisión de medicina legal é . higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- ga, Erpetología y Entomología Cubana, del' Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patologia y Antigúedades de la Isla de Puerto Rico, por e! Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Ci ubanos, por el Sr. Arango y Molina; Patología Y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del ale- mán por el Dr. Finlay. CURACIÓN COMPLETA DE LA ANEMIA: CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi- cos desde época inmemorial admivistrar el hierro en diferentes - formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de " fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estreñimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se encuentra en la sangre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la auemia, la Clolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE DESCHIENS, preparados en París por la reputada casa de los Sres. Adrian y C*, fueron acogidos en los hospitales de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particular como el más poderoso recoustituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la ivapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- nio y la depresión moral. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA son bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende en la Fobias en las boticas del DR, GONZALEZ, Habana 112, del DR. JOHNSON, Obispo 83 y de JOSH “SARRA, Teniente Rey 41, y en todua las boticas y droguerías acreditadas de la Isla. Tomo 36. ABRIL DE 1900 Entrega N? 427. : DIRECTORES: Dres. E M. A y EE López Ea ¡ ES za 3 Redacción: Calle de Cuba número 84A pool Pólipo fibro- dio del cuello del útero, por. los Dres. Ernesto Edema ad E Nicolás Carvallo. Hidrocele enquistado, casi transiormado en hematocele, ne el Dr. Ramón: OS E ACI : Ñ | | a pericial del Ron Carta blanda de Santiago de Cuba, por el doctor cp, Gastón Alonso Cuadrado.:. - | Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba, Notas del doctor Juan. Gundlach + 1896, compilada y completadas por el Dr. J.L : 'Torralbas. (Continúa). ES Actas de las sesiones Ss de 11 y 25 de Marzo. de 1900. a DB E o - HABANA A O : Imprenta “La Prueba” COANALTRCIONeS Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO PLATA, por semestres - adelantados, En esta publicación, aparecen, £ más de los traba- jos de la Corporación, artículos de actualidades cien-- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral ¿intereses profesionales, de asuntos históricos de diver- sos ramos, de. d. Los “Anales” sostienen canje nur¿eroso con publi caciones análogas del mundo entero. : LA LLO Ne suplica el cange. Toda obra enviada 4 la redacción de los Cae será anunciada tres veces, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA pd POLIPO FIBRO-MIOMATOSO DEL CUELLO DEL UTERO Por los Dres. Ernesto Edelmann y Nicolás Carvallo Señor Presidente, Señores: La enferma de que vamos á hablar, es una clienta del Dr. García Rijo, es una señora artrítica de 4.7 años. A principios de la guerra fué tratada con los astrin- gentes, intus et extra, habiendo dado buen resultado la aplicación del tanino puro sobre el hocico de tenca y sostenido con un tapón de algodón como se acostumbra en ginecología. Al cabo de algunos meses las metrorragias reapare- cieron haciéndose contínuas. Como yo me había ausentado de Sancti-Espíritus, otro compañero fué llamado á asistirla, estableciendo un plan médico. Las hemorragias continuaron más abundantes unos días que otros, pero sin que pasaran dos días seguidos sin tener algunas gotas de sangre en canti- dad más ó menos abundante que la obligaban á andar siempre con el paño puesto. Con tal motivo vino á la Habana á consultarse nuevamente con García Rijo. HEncontrándose un pólipo; parte del cual estaba ya fuera del orificio externo del cuello. Hace 3 años no tenía tumor fuera del orificio: pero la cavidad del cuello era difícilmente permeable, estan- do obstruído especialmente hacia el lado derecho. La extirpación la hizo García Rijo mediante unas pinzas fuertes é imprimiéndole movimiento de rotación, hasta su total desprendimiento. Acto contínuo la cavidad se encontró francamente distendida, se hizo el curetage precedido y seguido de inyecciones antisép- ticas y de una cauterización creosotada, terminando con el taponamiento intra-u terino. A las 48 horas se suprimió el tapón intra-uterino, sustituyéndolo con lápices iodoformados, 312 ANALES DE LA A las 48 horas nueva cura. Como el cateterismo uterino provocaba una ligera exudación sanguino- lenta, se aplicó un algodón impregnado de o seguido de otro lápiz 10doformado. A las 48 horas siguientes, nueva cura con lápiz 1odoformado solamente. No había ya sangre después, curas simples. Las reglas bajaron á los 31 días de operada, durán- dole éstas unos 6 días, como era en ella la costumbre. No ha habido más novedad. y Dicho tumor ha sido estudiado en el Laboratorio de la Crónica Médico Quirúrgica, bajo el punto de vista histológico por el Dr. Carvallo y el que esto escribe. He aquí nuestro informe: La pieza que vamos á estudiar, pertenece á un tumor operado por el Dr. García Rijo; presentaba ' un volumen poco más ó menos igual á un limón común, y con su pedículo: al corte erepitaba y mostraba en haa ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 313 su interior un tejido duro y un color blanco de nácar, envolviéndolo una especie de cápsula delgada á manera de película. Hemos tomado un fragmento que ha sido indurado en el líquido de Miiller durante 20 días, pero á causa de su acción lenta y para com- pletar el endurecimiento, nos hemos visto obligadosá ponerlo en una solución siruposa de goma arábiga, pasándola después altalcohol absoluto en donde ha permanecido, cuatro días. Los cortes se han colorea- do por doble coloración (piero carmín y hema- toxilina.) Con las ampliaciones de 140 á 590 diámetros se observa el tejido propio del útero, constituído por haces de fibras lisas cortadas en diversas direcciones y mostrando las capas musculares de este órgano. En medio de estos haces y entre los mismos elemen- tos se observan anchas fajas de tejido conjuntivo denso y fibroso, que en algunas regiones borra todos los demás elementos, y en otras, se observa cómo las fibras musculares eE se estiran y alargan transfor- mándose también en tejido adulto; en una palabra, la tendencia en el tumor á su transformación en fibroma. El tejido conjuntivo presenta una infiltración embrionaria con núcleos pequeños y redondos que nos indica la irritación hiperplásica inflamatoria. Se ven también vasos adultos con paredes espesas y participando del carácter fibromatoso de la lesión. Por los caracteres que acabamos de enumerar hemos diagnosticado, pólipo fibro-miomatoso del cuello del útero. A primera vista pudiera confundirse con un fibro sarcoma fasciculado, pero la cantidad de tejido con- juntivo que lo invade por una parte y por otra la presencia de vasos adultos y no embrionarios, así como también el sitio en que se ha desarrollado, afirma nuestro diagnóstico; ahora bien, creemos que se trata de un pólipo joven, pues no está constituído enteramente por tejido fibroso, se ven muchas células fusiformes Ó fibras musculares lisas y es de consisten- cia dura y está pediculado, lo que indica que sostenía 314 ANALES DE LA ZÉ con las paredes del Órgano conexiones láxeas; esto mismo nos explica por qué en el acto dela extirpación dió poca hemorragia, pues esa poca vascularización es una propiedad que presentan todos estos tumores duros que se transforman en fibromatosos y que se desarrollan en el cuello del útero. Se trata, por consiguiente, de un tumor benigno, pero, cuya extirpación era imprescindible, pues por el momento libró á la enferma del peligro de una expo- liación sanguínea constante; y para el porvenir ha impedido como ya en la ciencia se registran algunos casos, el que estos tumores poliposos uterinos se transformen en sarcomatosos. MA Bidrocele enguistado espermático, casi transformado en hematocele POR EL DR. RAMON PALACIO Señor Presidente, Señores Académicos: Voy á molestaros por breves instantes con el obje- to de daros á conocer una curiosa nota clínica referente á un caso de hidrocele enquistado espermá- tico en el que se notaba una transformación bastante acentuada en hematocele. No se os ocultará lo poco frecuente que es esta afección y que son muy pocas las veces que puede el práctico observarla. Aquí no se trata de una transformación vulgar, frecuente, como pasa en el hidrocele de la vaginal al cambiar en hematocele; sino que precisamente no es ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 lo corriente, no es lo normal por decirlo así, en esta clase de afección, y buena prueba de ello puede tenerla el que haya operado algo en este sentido, del aspecto lechoso del líquido estraído y que dicho sea de paso constrastaba notablemente en este caso por tener una coloración rojiza y de la que más ade- lante nos ocupamos. D. J. G. de 24 años de edad, dedicado-al ejercicio de la medicina, no recuerda haber padecido nunca de nada que pudiera estar relacionado con el principio de su afección. Hará próximamente 3 años empezó á notar que la bolsa esecrotal hacia el lado izquierdo aumentaba de volumen y que le parecía que esto era debido al testículo, como lo podía apreciar por el tacto, y el que le indicaba que tenía mayores proporciones que el del lado derecho. No obstante estos síntomas, no tenía dolores mayores y no dejaba de dedicarse á sus ocupaciones habituales. Mas tarde, por el año 96 en que tenía que asistir á sus clases, pues aún en esa época no había tomado el grado, tenía que estar cerca de 4 horas todas las mañanas de pie y luego sin descansar recorrer el tra- yecto que todos conocemos que existe desde el Hospital Mercedesá la línea del Ferro-Carril Urbano. Esto hizo que su afección fuera en aumento de un modo progresivo y que notase aleunos dolores y pesadez hacia la región ya señalada. Debo advertir que la permanencia de pie durante 4 horas diarias, aparte de múltiples horas en que nues- tro enfermo estaba en parecidas condiciones por diversas necesidades, tales como ir á la Universidad etc., duró algo más de un año. Las molestias que en estos últimos tiempos experi- mentaba eran algo mayores, principalmente en sentido del peso en esta parte. Ultimamente usaba un suspensorio que en algo le aliviaba. Cuando fuí consultado por tan distinguido compa- ñero pude notar los siguientes caracteres: tumor del 316 ANALES DE LA escroto, esférico, liso, regular, resistente, fluctuante, sin transparencia y que al parecer envolvía al testículo y al epididimo. Como sabemos, estos caracteres podían hacernos caer en un error de diagnóstico, que por lo demás no tendría consecuencias funestas para nuestro enfermo, toda vez que el tratamiento que había que seguir era el mismo que si fuera un hidrocele simple de la vaginal. Dado que la bolsa era voluminosa y estaba disten- dida, el testículo se encontraba adosado á su super- ficie y al primer golpe de vista no se le podía distin- guir, ni por el aspecto exterior ni por el tacto. Explorando con cuidado la cara inferior del tumor, encontramos un ligero relieve; comprimiendo sobre esta eminencia le pudimos imprimir pequeños movi- mientos de locomoción sobre el resto del tumor, lo que me parecía era debido al deslizamiento del testículo dentro de la vaginal que lo encerraba como de costumbre. En estas condiciones yo formulé un diagnóstico de hidrocele enquistado y propuse al compañero la operación, la que desde luego fué aceptada. Entre el borde superior del testículo y la cabeza del epididimo existe como sabemos un espacio ocupado por una capa celular muy laxa, atravesada por los conductos eferentes, en los cuales desembocan los conductos seminíferos. Precisamente en este punto es donde se desarrolla el quiste de que nos estamos ocupando. Aunque muy aproximado al testículo y en cierto modo contiguo con este órgano, este quiste es completamente independiente de él y así mismo es independiente de la túnica vaginal. A medida que el hidrocele enquistado se desarrolla, el testículo es repelido hacia abajo. Lo mismo si el quiste tiene su origen en los restos del cuerpo de Wolf ó en los conductos eferentes del mismo, ó bien en la capa celulosa que los envuelve, el hecho es que está en comunicación con las vías esper- máticas, es decir, con uno Ó muchos de los conos eferentes; así es que el líquido contiene siempre una ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 317 cantidad más Ó menos grande de espermatozoides, de donde el epíteto muy justificado que se da á este hidrocele. Volviendo á nuestro compañero, os diré que el día 20 de Junio fué operado por mí, tal como si se tratara de un simple hidrocele vaginal. Lavada convenientemente la región con agua y jabón primero y éter y Licor de “Van Swieten des pués, procedimos á practicar la punción con un trócar de medianas proporciones. El líquido extraído era algo espeso, en cantidad de unos 200 gramos y de un color blanco rojizo. En efecto se conocía que en aquel líquido debían existir espermatozoides, la coloración blanquecina que podía notarse así lo indicaba. Pero el color que verdade- ramente predominaba era el rojo, allí había verda- dera mezcla con sangre. Esto nos llamó la atención y no pudimos por menos que pensar que se trataba de uno de esos rarísimos casos en que un hidrocele enquistado espermático se había casi transformado en un hematocele. Puesto en reposo el líquido pudimos apreciar que en el fondo del recipiente había un sedimento del aspecto con relación al color, igual á cuando extra- gimos el líquido por la punción. El resto del líquido tenía un color bastante rojizo. Yo no me explico con entera seguridad el origen ó causa de esta transformación, puesto que no se podía atribuir á ningún golpe sobre esta parte, y sólo con- sidero como la causa quizás principal del cambio, la permanencia diaria, en pie durante tanto número de días consecutivos, tiempo en el cual no pensó nuestro compañero en usar un suspensorio. Quizás las condiciones en que estaban los dios vasos de las paredes quísticas, que no necesitaban de la excitación de un traumatismo mayor y solo contentaron para una transformación de esta índole con la causa que acabo de señalar. Para terminar, debo decir que inyecté licor de Van Swieten, el que produjo poca reacción en los días 318 ANALES DE LA siguientes al acto operatorio, pero en cambio un grandísimo dolor en el momento de la 1 inyección y que yo atribuí, no á la naturaleza del preparado, sino al sitio de la afección. Veamos ahora lo que dice mi querido amigo el competente Dr. Carvallo respecto al examen micros- cópico y químico del líquido extraído. “El liquido que nos fuéentregado por el Dr. Palacio para su examen microscópico y el que por causas ajenas á nuestra voluntad no ha podido ser estu- diado hasta las cuarenta y ocho horas, ha presen- tado los siguientes caracteres con una amplificación de 590 diámetros.” “Sus caracteres físicos eran estos: color rojizo oscuro, olor muy fétido, y de consistencia siruposa. Presentaba glóbulos rojos en abundancia, fibrina en coágulos y en filamentos, con células epiteliales que tomaban muy bien el colorante nuclear por la acción del picro-carmín. Mucha cantidad de granulaciones grasosas, con cristales bastante frecuentes de coles- terina en forma de tabletas exagonales.” “No hemos encontrado espermatozoides en dicho líquido, así como tampoco la presencia de la filaria sanguinis hominis.” “El examen químico del líquido ha arrojado lo siguiente: cloruros de sodio y potasio, fosfatos alca- lino-terreos, benzoatos, hidrógeno fosforado, gas sulfhídrico, semiglutina, mucina, albúmina, sales de magnesio, vestigios de sulfatos, hierro, azufre, coles- terina y ácido fórmico; por los métodos analíticos: de Ralfe, Wurtz y los especiales de Jungeisfleish en sus manipulaciones químicas. Después de leer esta nota comprendereis que no estaba el líquido en las mejores condiciones para el examen, pues es indudable que ya estaba en descom- posición; el olor fétido de que nos habla el doctor Carvallo así lo indica. Creo que á esta circunstancia sea debido el no haber encontrado espermatozoides ó restos de ellos, que nos darían la comprobación exacta de la causa productora del color blanquecino que podía apre- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 319 ciarse en el conjunto del líquido, suponiendo que nuestro compañero no fuera un filariósico, como podíamos pensarlo con algún fudamento. De todos modos, reuniendo los síntomas con el aspecto, consistencia, etc., el líquido en el momento de extraerlo y con el resultado del examen microscó- pico y químico, queda á mi juicio claramente demos- trado que se trata de un caso poco frecuente en que un hidrocele enquistado espermático esté ya casi trasformado en hematocele. ANALISIS PERICIAL DEL RON CARTA BLANCA DE SANTIAGO DE CUBA POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO Análisis pericial del Ron superior Carta Blanca de la Fábrica de los Sres. Rovira y Guillaume, de San- tiago de Cuba, que el Sr.. Gobernador General se ha dignado remitir á esta Academia: Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. Señores Académicos: designado por el Sr. Presi- dente para hacer el análisis del Ron Carta Blanca contenido en una botella que he recibido lacrada convenientemente, tengo el honor de exponer ante vosotros el resultado de las investigaciones efec- tuadas. Gozan hoy los alcoholes industriales de influencia tan capital en todos los pueblos del mundo, así en los civilizados como en los salvajes del Continente negro, que no es extraño hayan llamado la atención más cuidadosa por parte de los Gobiernos y de los hombres de ciencia; no solo desde el punto de vista de la medicina y de la economía política, sino tam- bién de la moral que tanto importa en la vida de las Sociedades. Desde el punto de vista de la medicina ha sido tan 320 ANALES DE LA minucioso el estudio del alcoholismo hasta en sus más pequeños detalles, que ya se ha excedido de los límites de la refinación más exquisita. Los fisiólogos han empleado más tiempo del que debieran en averi- guar la acción que el alcohol ejerce sobre el orga- nismo animal, desde el del artista ó el sabio que se inspire para sus mejores producciones en el sabor de las bebidas espirituosas, hasta en el organismo de la inocente cobaya ó la estúpida rana, que por mal de su suerte han encontrado sus más encarnizados ene- migos entrelos biólogos. Los moralistas han agotado su repertorio de consejos para evitar el uso cada vez más creciente de un producto industrial que en resumidas cuentas tonifica la actividad de la Socie- dad neurótica en que vivimos. Los químicos han pasado luengos años estudiando el modo de obtener alcohol no solo de todas las sustancias orgánicas, sino hasta de las piedras. Los industriales dedican su actividad á obtener el mayor rendimiento de pro- ducto al menor costo suyo y al mayor del consu- midor; y por último los Gobiernos, por no ser menos, han promulgado un fárrago de leyes, no solo para evitar que los gobernados sufran las consecuencias del abuso, simo para obtener la mayor fuente de imgresos en sus presupuestos. Así es que en síntesis, á este siglo se le puede conceder el título del siglo del alcohol á los que ya había adquirido honradamente del siglo de las luces, del vapor y de la electricidad. No es extraño, pues, que la casa de Rovira y Guillaume, de Santiago de Cuba, haya conseguido someter á informe de esta docta corporación una muestra de sus productos; y aunque creo firmemente que sus únicos propósitos hayan sido el asegurarse que el líquido ofrecido al público es una bebida deliciosa que cumple con todos los preceptos de la química, de la higiene y de la moral; esto no empece para que la “maledicencia así del que os habla como de los que escuchan, crean también que uno de los móviles de los productores haya sido adornar el rótulo de sus elegantes botellas con el nombre de esta Academia. (9) ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 321 Por estas razones y respetando la opinión del resto de los mortales creo que es poco pertinente ocupar la atención de esta institución con trabajos que no son de utilidad general, puesto que con informe ó sin informe de esta Academia el Ron Carta Blanca ganará el puesto que le corresponde en el mundo consumidor, si le gusta y lo obtiene á precios módi- cos. Pero es mandato superior y es costumbre; y tanto la obediencia á la orden de la Autoridad como á la orden de la costumbre es requisito indispensable para que vivan felices las Sociedades. Entrando en materia, empiezo por afirmar que el análisis completo de una bebida alcohólica industrial es de los más difíciles que existen, porque á las dificul- tades de discernir los distintos principios inmediatos que contienen los cuerpos orgánicos volátiles que se someten á la destilación fraccionada, hay que añadir el refinamiento de los químicos franceses y alemanes que se dedican á preparar tinturas de mezclas artifi- ciales que en los análisis se confunden con los princi- pios que da la Naturaleza. En este asunto de los productos industriales los únicos informes que tienen autoridad real son los que se hacen al pie de los aparatos en las Fábricas, examinando cada una de las operaciones que sufre la materia prima desde que comienza la fermentación hasta que se embotella el líquido. La substancia que con el nombre de Ron he some- tido al análisis viene perfectamente embotellada, es de color amarillo de ámbar, muy transparente, fluída, su olor es el del alcohol refinado sin empiren- mas y su sabor por un lado recuerda el de las dife- rentes bebidas artificiales que en el comercio llevan el título de Ron, y por otro indica su individualidad que pudiéramos llamar su marca de fábrica, dejando un retrogusto ligeramente picante que recuerda el de una solución muy débil de éter fórmico. El líquido es casi neutro al papel de tornasol. En ninguna de las obras de química industrial que hemos examinado se indica el análisis inmediato del Ron, pero todas ellas dicen que el Ron natural se 399 ANALES DE LA caracteriza por una cantidad relativamente elevada de ácidos libres, 2% y por un peso de extracto que llega algunas veces al 12% y en los informes del Laboratorio Municipal de París se dice que el Ron “contiene de 50 á 65% de alcohol en volumen y de 6 á 12 gramos de extracto dejando hasta 6 decígramos de cenizas. Si se toman como caracteres del Ron natural estos datos, entonces el Ron Carta Blanca debe tomar carta de naturaleza entre los Rones artificiales, porque de las operaciones efectuadas he obtenido los resultados siguientes: Densidad As 0955 Acidez emáicido sulfúrico 4 do 0078 grs. por litro Peso delextracto al bañomaría:. 3200531500 Alcohol absoluto á 25”c. en voltimen.!. cos ll OS 645'00 c. e. litro Glucosa y demás principios reduc- LOFESÍNOS IS dee 200 grs. en litro. Cenas unica adoS Dd 005 ui AA Cantidades que como se ve difieren extraordina- riamente de las que asignan los libros al Ron natural, excepto en la cantidad de alcohol. Determinado este punto, queda por señalar el gra- do de pureza del Ron Carta Blanca en relación con los alcoholes industriales que llevan ese nombre genérico. Atendiendo tan solo á su sabor y olor ya nos indican los caracteres organolépticos que esta bebida se halla preparada con alcohol refinado, pues ni al principio de su ingestión en la boca ni en el retrogusto que deja se percibe nada que se parezca al alcohol obtenido de cereales. Se tomó una cantidad del líquido, se evaporó al baño maría hasta reducir el volumen á la mitad, se reemplazó el volumen reducido por el agua destilada y se sometió el líquido á la acción del hidrógeno sul- furado, y luego á la del súlfuro amónico; y como no dió coloración alguna este tratamiento se demues- tra bien que el Ron Carta Blanca no contiene plomo, ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 393 ni zinc, ni cobre, cuyas sales pudieran venir al estado de acetatos por defectos de fabricación. Podemos afirmar por lo tanto que la destilación del alcohol que ha servido para preparar el Ron se ha llevado con esmero. El residuo que resulta evaporando el líquido al baño maría es de olor aromático que recuerda el del caramelo, y rociado con unas gotas de ácido sulfú- rico concentrado se oscurece y quema al modo de la substancia citada, y además queda el mismo aroma que cuando se vierte ácido sulfúrico sobre la glucosa. Estos caracteres relacionados con la reducción del licor de Fehling por la solución acuosa del extracto indican que la mayor parte del residuo es caramelo. Se mezclaron volúmenes iguales del Ron, agua des- tilada y éter puro, se agitó la mezcla y se separó el éter por decantación evaporándolo expontáneamen- te. Dejó solo una mancha muy ligera sobre el vidrio del reloj, sin despedir olor alguno. Vertida luego una gota de ácido sulfúrico y dos ó tres de solución de acetato de zinc no dió el olor propio del alcohol amíúlico. Y casi estaría tentado á decir que no contiene can- tidades apreciables de alcohol amílico sino fuera porque como última ratio he apelado al ensayo del Ron Carta Blanca por el aparato y procedimiento de Rosse modificado por Stutzer, cuyo método ha sido adoptado oficialmente en otras naciones, para el análisis de los alcoholes industriales. Quizá no sean mis manos tan minuciosas como las de los que tra- bajan química en otras naciones, pero yo por lo pronto no he obtenido resultados concordantes en dos ensayos que he hecho con alcohol puro y otros dos con el Ron Carta Blanca después de haberle tra- tado éste por la legía de sosa, haberle destilado al baño maría y haber diluído el producto para obte- nerle exactamente de 30% Gay-Lusac como con el alcohol puro en las mismas condiciones de tempera- tura. No he olvidado ningún detalle de los que recomiendan los libros. Lavado perfecto del aparato, empleo del cloroformo químicamente puro de la Casa 394 ANALES DE LA Dumonthiers, temperatura fija de 15% densidad del alcohol corregida á cada momento, y el ensayo con- parable hecho al mismo tiempo en el baño de agua á 15%c con el alcohol puro y el obtenido del Ron. He aquí los resultados: Aumento de volumen Aumento de volumen del cloroformo del cloroformo ler. Ensayo 2 Ensayo Con el alcohol puro, 1"S e. e. | Con el alcohol puro, 1%5 c. e. Ea ,, del Ron, 22 ee: As ,, delRon, 20 e. e. Quedándonos con los resultados del segundo ensa- yo puede admitirse que el Ron ensayado contiene 0'3 de alcohol amílico por ciento; cantidad insignificante que no tiene nada de extraño que no sea apreciable por los otros procedimientos. Una mezcla de 15 cent. cúb. del Ron con otra de igual volumen de solución de potasa al 20% se sometió á la ebullición dando al liquido un color amarillo que después pasó á rojo turbio. Se evaporó á concentración y tomando una parte del líquido concentrado se trató por ácido sulfúrico, y no desa- pareció el olor por completo recordando siempre el de azúcar quemada débil. Otra parte del líquido se trató por el cloruro bárico y no dió precipitado después de acidular el líquido con ácido nítrico Esta experiencia prueba que en el Ron examinado no existe ácido sulfúrico que se pudiera haber aña- dido para la producción de algún éter. Como por otros experimentos me habrá asegurado que el Ron no contiene substancias tánicas el trata- miento de la potasa dió lugar á sospechar la existen- cia de aldehides. Procedí luego á hacer una mezcla de solución acuosa de sulfanilato de sosa, otra de nítrito de la misma base y otra de ácido clorhídrico diluído, alcalinicé la mezcla con una solución de potasa, y vertí con precaución unos centímetros cúbicos del Ron obteniendo inmediatamente una ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 325 coloración rojo carmín intensa, cuyo carácter revela la existencia de aldehides ya sospechada por el trata- miento anterior, y sobre todo por el olor, sabor y acción fisiológica del líquido sometido al análisis. CONCLUSIONES El Ron Carta Blanca de los Sres. Rovira y Gui- llaume, como la casi totalidad de los que se venden en los Establecimientos de bebidas de esta Capital, tiene todos los caracteres de un producto artificial preparado con el alcohol refinado y una esencia volátil que contiene aldehides. La mayor parte del residuo fijo obtenido al baño maría está constituído por la glucosa. La proporción del alcohol absoluto en volumen 645% en volumen es el máximun del que se asigna al Ron natural, y sí bien el análisis efectua- do no revela en cantidad apreciable la existencia de impuridades procedentes de los alcoholes superiores al etílico, acusa la presencia de aldehido que es perju- dicial á la salud tomando el Ron en proporción excesiva. Y como este cuerpo lo contienen también la mayor parte simo todos los productos industriales de este género que se suministran en esta Capital, y su consumo es enorme, cree el que suscribe que el Ron Carta Blanca de los Sres. Rovira y Guillaume no ha de ser dañoso tomado en proporciones módicas. He dicho. 326 ANALES DE LA Contribución al Estudio de los Crustáceos de Cuba Notas del Dr, dd Gundlach, * 18, compiladas y completadas por el Dr. J, |, Torralbas CONTINUA de fuertes espinas en los bordes látero-anteriores, po- cos tubérculos en la región gástrica, pero éstos van siendo más numerosos y pr onunciados hacia las ori- llas exteriores, donde son verdaderas espinas. Cinco en cada borde látero- anterior, las dos primeras bifur- MITHRAX SPINOSISSIMUS LaM. Nr. 44. G. cadas; el borde de las fosetas oculares tiene ocho, de las cuales las dos internas son las mayores. Ojos grandes sobre pedículos g STUESos. Rostro formado de las espinas apartadas dirigidas hacia adelante. Antenas externas compuestas de tres artículos, siendo el mayor el de la base. Garras muy grandes, dedos lisos, encorvados, apar- tados, con un diente fuerte, cúade ado en la orilla in- terna del pulgar, el dedo fijo excavado en su extremi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 327 dad, con algunos dientes en el borde interno: mano ancha, tuberculada en el borde superior, carpo y bra- zo eubiertos de tubérculos gruesos que parecen espi- nas gastadas: patas ambulatorias, cilíndricas, con algunos pequeños tubérculos; tarso y artículo que le precede cubierto de pelos recios; el tarso de color ne- gro, termina en punta aguda. La hembra tiene el escudo dorsal en un todo seme- jante al del macho, las pinzas pequeñas, sin diente erande en el pulgar, y tanto el brazo como el carpo cubiertos de lar gas espinas encorvadas y agudas. Las patas también están todas armadas de espinas, y las dos últimas articulaciones con pelos espesos. Color rojo oscuro en la cara superior, blancuzco en la inferior. No es raro, vive en el mar en lugares de fondo pe- dregoso, entra con frecuencia en las nasas, viéndose luego en los mercados, aunque no parece que sean muy solicitados como alimento. En Febrero se en- cuentra la hembra cargada de huevos, éstos son re- dondos, de un color rojizo. Este es el mavor de los crustáceos brachiuros cuba- nos: tres machos y una hembra que figuran en mi co- lección tienen las dimensiones siguientes: (Long. 0.155, ancho 0.180, pinza mayor 0.335, ancho de la mano 0.060, Long. 0.160, ancho 0.178, pinza mayor 0.298, ancho de la mano 0.075, Long. 0.155, ancho 0.155, pinza mayor 0.310, ancho de la mano 0.065, fLong. 0.107, ancho 0.117, pinza mayor 0.160, ancho de la mano 0.020, En la mayor parte de los crustáceos se observa que las espinas y los dientes de las márgenes del céfalo- tórax y las de las garras y patas están poco desarro- lladas en los jóvenes, más pronunciada en los de me- diana edad y en los muy crecidos se nota gran dife- rencia en su tamaño; pero en esta especie los jó venes y los de edad mediana las tienen largas, agudas y encorvadas y en los muy crecidos parecen gastadas y se reducen á tubérculos, ya cónicos, ya globulosos y Machos. 1 Hembra. 328 ANALES DE LA lisos; sin embargo, el cuerpo conserva siempre su for- ma típica y no presenta en las diferentes edades dife- rencias que basten á borrar los caracteres específicos, aunque éstos no conservan siempre una identidad matemática. A veces suele observarse alguna diferencia en el ta- maño relativo de las patas ambulatorias, pues en uno de los machos citados y en la hembra, el primer par esel más largo y las demás van disminuyendo hasta el último par: en los otros dos el segundo par es más largo que el primero, lo que puede ser una va- riación accidental, porque teniendo presente la facili- dad con queen los crustáceos se reproducen las partes lastimadas ó perdidas, no llegando luego ésta al ta- maño de las primitivas, es de suponer que las prime- ras hayan sido renovadas, confirmándome en esta suposición el notar que uno de los individuos:mencio- nados tiene la segunda pata derecha más corta que la segunda del lado izquierdo. Guerin Meneville en su sinonimia de esta especie equivocó el nombre que le dió Parra, Santoya, po- niendo en su lugar cangrejo dentón, que es el de M. verrucosus. Martens, siguiendo á Guerin, ha incurri- do en la misma falta. MITHRAX ACULEATUS, Herbst. Gangrejo dentón, Parrá, 51,1. Mithrax verrucosus, Milne Edw. Crust. p. 321, Mithrax aculeatus, Martens, Archiv. fur Naturg. XXXVII. No. 8. CANGREJO DENTON. Carapacho casi tan largo como ancho, todo cubier- to de granulaciones circulares, aplanadas: algunos tu- bérculos esparcidos por la región gástrica y por las branquiales, pero estos tubérculos están más pronun- ciados y son más numerosos hacia los lados, donde son ya espiniformes, y en las orillas verdaderas espi- nas encorvadas en su extremidad. Rostro prolonga- do, terminando en dos grandes espinas dirigidas ha- cia adelante. Antenas externas compuestas de tres artículos; el de la base tiene en su articulación dos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 329 espinas, la interior pequeña y la exterior gruesa y casi tan larga como las del rostro. Márgenes de la órbita armadas de seis dientes espiniformes, sin 1n- cluir los de la base de las antenas. Pinzas del macho robustas, dedos lisos, arqueados, apartados entre sí, ambos escavados en su extremo: el pulgar tiene un diente grande, romo, en su orilla interna: mano lisa con algunos tubérculos redondos en el borde superior cerca de la hase: carpo y brazo cubiertos de tubérculos y grandes espinas; patas am- bulatorias también espinosas; tarso corto, cónico, robusto. Las pinzas de la hembra son semejantes á las del macho, pero muy pequeñas; con los dedos un1- dos y no dentados. Las patas son también seme- jantes á las del macho: en ambos sexos el primer par es el más largo. Color parduzco rojizo claro, con numerosas man- chas circulares de un rojo vivo, tanto en el carapacho como en las patas y garras. Vive en el mar en lugares profundos de fondo pe- dregoso y es bastante raro. Macho: Long. 0.100, ancho 0.112. a ejempl: Long. 0.065, ancho 0.065, pinza 0.07 Ge a: Eje 0.090, ancho 0. 095. Stimpson describe en su “Relación de los crustáceos colectados en el estrecho de Florida,” con el nombre de Mithrax osculicornis un crustáceo muy semejan- te al M. verrucosus, pero parece que debe ser un indi- viduo joven de esta especie. MICHRAX HISPIDUS M. Edw. Cáncer hispidus, Herbst, Naturg. d. Krabben u. Kreb- se; pl var, big. LO0% 051, Maia spinicincta, Lamark, Anim. sans Vert., v. 241. Mithrax spinicinctus, Desmarest, Consid. sur les Crust. p. 150, pl. xxmr, figs. 1,2. de ANALES DE LA N* 96. MaNnIiLaTuSs PoeYi—FonNkrs 55 Mithrax hispidus, M. Edw. Hist. Nat. des Crust., L, 322. Gibbes, Proc. Am. Assoc. Adv. Sei, 1850, p. 172. Stimpson, Notes on N. American Crust., p. 60. Smith, Fans. Connecticut Acad. of Arts and Scien- ces, H, 2, 32. Mantens,: ALC Er Pe Saus- sure, Crust. Nouv. du Mex. et des Ant. , p. 7, (Guas deloupe). No. 102. MITHRAX SCULPTUS M, Edw, Nr. 152 G. Maia sculpta, Lam., Anim. sans Verteb., v, 24.2. Mithrax, sculptus, Milne Edw. Hist. Nat. des Crust., 1, 322. Gibbis, Proc. Am. Assoc. Adv. Sei, 1850 p. 172. Desbonne et Schramm, Crust. de la Guadalou- pe, p. 9, Guér. Men. Martens num. 7. Mithrax miínutus Saus. Crust. Nouv. du Mex et des ' Ant. 0, pkab hora Mithraculus sculptus, Stimp. Notes on N. Am. Crust. P:09. Cáncer coronatus, White, Brit. Mus. Cat. Crust. p. 7. Smith. Frans. Conn. Acad. of Arts and Sciences, 1, 2. Stimpson, Rep. on the Crust. in the St. of Flo- rida, Pb” Este pequeño crustáceo se encuentra en abundan- cia en las restingas y en las rocas donde alcanzan las mareas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 59 El carapacho es más ancho que largo, profunda- mente surcado, de cubierto de protuberancias de forma alargada que se diri ¡gen hacia el centro de la porción dor Al las de la región gástrica pequeñas y lisas: cuatro dientes redondeados en cada borde látero-an- terior incluso el post-orbital, frente con dos dienteci- tos en su medianía y otros dos mayores á cada lado, uno en cada borde interno de las fosetas oculares. Las antenas externas figuran un manojo de pelos recios. Quijadas auxiliares, cubriendo enteremente la boca. Pinzas más largas que las patas, brazo tubercula- do, carpo y mano lisas, dedos finamente dentados en la orilla interna, unidos en su mitad posterior: patas ambulatorias cubiertas de espinas y pelos recios que á veces las cubren enteramente menos los tarsos que son arqueados, blancos, con una faja roja. Cola con seis segmentos en ambos sexos, la del ma- MITHRAX SCULPTUS cho estrecha, la de la hembra ancha, redondeada, cu- briendo toda la parte inferior. Otras la tienen mucho más estrecha y triangular y probablemente serán estériles, confirmando esta suposición el observar que los apéndices ovíferos no tienen los largos fila- mentos que en las hembras fértiles, de modo que parece que el dimorfismo existe también en esta especie. Color pardo verdoso sobre fondo amarillo claro, pinzas punteadas de pardo, dedos blancos: parte in- ferior blancuzca y sin pelo. Martens en su reciente opúsculo sobre los crustá- ceos cubanos reune el M. Sculptus M. Edw. al cáncer 332 AÑALES DE LA coronatus Herbst, mientras que Stimpson en su “Re- port of the Crustacea dredged in the Straits of Flo- rida” las separa como dos especies distintas. Ambos autores hacen referencia en sus citas á las mismas obras, láminas y figuras, pero no nos dan la razón que han tenido, el uno para separar las especies y el otro para reunirlas. Stimpson pone en duda que su Mithraculus coronatus sea el cáncer coronatus Herbst. Saussure describe esta especie nombrándola Mi- thrax minutus y dice: “Creo que esta .es una nueva especie y no eljoven de otra, porque la escultura de su carapacho está menos marcada que en el de M. sculptuas, y como en los Milthrax, se observa que las protuberancias y tubérculos desaparecen con la edad en lugar de agrandar, si este crustáceo fuera el joven de dicha especie, debía tener la escultura del carapa- cho más pronunciado que el M. sculptus adulto.” Dimensiones: Un macho: Long. 0.013, ancho 0.017] Una hembra: is OBRA 00019 FProp. AS Una id. estéril: 0 OE OO] (Continuará). MT CO GOL ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 339 Sesión pública ordinaria del li de Marzo de 1990 PRESIDENCIA DEL Dr. JosÉ I. TORRALBAS. SrES ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Delfín, Santos Fer- nández, Plasencia, San Martín, Montalvo, Cubas, Betan- court, Etchegoyhen, Gordon y Bermúdez, Acosta, R. de Castro, Ragués, Benasach, Garrido, Vesa y (Gustavo López, Secretario Greneral. SRES VISITANTES: Dres. Carvallo, Edelmann, A. Agramonte, S. de Castro, Le Roy, Ruiloba y Náñez Brito. Da comienzo á la hora ordinaria con la lectura y aproba- ción del acta de la sesión anterior, dándose por la Secretaría cuenta de las comunicaciones oficiales de la Corporación. El Dr. Montalvo, usa el primero de la palabra para apor- tar aleunos datos aclarativos acerca de la Simbiosis ama- rillo-palúdica, sobre la cual se leyó un trabajo del doctor Lavín, en la sesión precedente. Así mismo, con motivo de la proposición del Dr. Valdés Ragués, acerca de la tuberculosis, hace consideraciones prácticas sobre el modo de evitar su contagio, exclamando que la guerra debe hacerse al esputo, lamentando que el bando sobre el escupir en los estableci- mientos públicos, en los carritos, guaguas, ete., de iniciativa de la Alcaldía Municipal, no se haga e como se ha ordenado, y exponiendo que esta Academia debe hacerse oír por la Autoridad Municipal pidiéndosele ratifique ésta su disposición. Los Dres. Santos Fernández y José Torralbas, hacen algu- nas aclaraciones con este motivo, expresando este último la conveniencia de aplazar la precisión de estos puntos, que deberá solucionarlos la comisión nombrada al efecto. Se entra en la orden del día, ocupando la tribuna el doctor M. Delfín, que lee un trabajo acerca de la “Laringitis catarral en los niños.” Dicho trabajo es celebrado por el Dr. Mon- talvo, quien de acuerdo con los razonamientos y la práctica del autor, en los casos graves y dudosos del diagnóstico diferencial de esta afección con ]a difteria, inyecta el suero antidiftérico; tanto más, expone, cuanto que, disponemos en 334 ANALES DE LA esta Isla, de un suero que nada tiene que envidiar á los pre- parados en Europa. Relata el caso de una niña enferma del Dr. Landeta, sumamente grave, y que la vió en consulta, la cual puso á prueba la bondad del suero referido. Conviene en las dificultades á veces insuperables, del diagnóstico de estas laringitis agudas con el crup, y que obsérvanse en la práctica. En las dudas, el suero es el remedio salvador, y debe emplearse, por más que no existan infartos ganglionares, que también suele faltar en los cásoYciaros de crup. El Dr. Deffín, expresa su gratitud por lasfraseslaudatorias del Dr. Montalvo, y relata verbalmente otro caso de una niña muy tierna en la que le fué imposible hacer diagnóstico. Dudó mycho y no:pudo determinar juicio alguno; pero la situación grave de la enfermita lo decidió á poner el suero y la criatura se salvó. Por eso expone, que procede de la manera referida en su trabajo, y que su conducta ha sido en estos casos, aprobada por comprofesores ilustrados, como los Dres. Gutiérrez Lee y Dávalos, que vieron el caso de la enfermita que relata. N El Dr. Betancourt, usa de la palabra para felicitar con calor al Dr. Delfín, por su trabajo y su conducta en esos casos de diagnóstico difícil. Así ha tenido que proceder él en dos casos que relata con muchos detalles, siendo uno de ellos hijo del Dr. Sánchez Agramonte, á quien puso una inyección de 20 c. e. de suero. Hizo examinar la saliva del niño y presentaba el bacilo largo. de la difteria. En un estado asfítico, sumamente grave, puso una segunda inyección y el niño curó. Refiere el segundo caso, en un morenito llevado á su consul- ta, á quien una sola inyección de suero, hizo desaparecer los síntomas alarmantes presentados, encontrándose también el bacilo en el exudado que hizo examinar. Hace por último, referencia á un caso del Dr. Anglés, de Marianao, que tam- bién curó rapidamente con la inyección de suero. El Dr. San Martín, expone aleunas consideraciones acerca de las dificultades del diagnóstico en estos estados y para evidenciarlo cita la observación de un adulto, en quien rápidamente se presentaron síntomas asfíticos, muy alar. mantes y sostenidos, y en que no se pudo hacer diagnóstico, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3359 No había nada en el aparato bronquial, nada en las cuerdas vocales, ni edema glótico. El Dr. Montalvo, hace algunas consideraciones sobre la, acción de los sueros, que llega á llamarla misteriosa por su admirable acción beneficiosa, que presta fuerza dinamagénica al organismo, permitiéndole vencer en la lucha fagocitócica contra los aventes infecciosos. Ocupa después la tribuna el Dr. A. Agramonte, que honra á la Corporación, con un interesante y conceptuoso trabajo sobre “Profilaxis de la tuberculosis,””—que mereció fraces de estimación por parte de la Presidencia. El Dr. San Martín, con este motivo de la profilaxis de las tuberculosis, se extiende en consideraciones relativas á las medidas de higiene en este país no todavía suficientemente ilustrado para recibirlas y sobre todo, para comprender su alcance, lamentando mucho esto que revela la falta de cos- tumbres públicas en nuestro pueblo. Relata los esfuerzos que en este sentido hace y viene realizando el Ayuntamiento de esta Capital, así como se refiere también á mejoras en el ser- vicio Sanitario, la inspección Médica de las Escuelas, para concluir, que es preciso ir ilustrando y educando á nuestro pueblo enseñándole día tras día, la utilidad de las disposi- ciones sanitarias, para que él pueda obtener su cumplimiento y sus ventajas prácticas. El Dr. Montalvo, le refuta que en ese camino se ha perdido ya un año, que en la higiene del pueblo, no se ha hecho nada, más práctico que barrer las calles; que hay que insistir en la guerra al esputo y á la leche para defendernos de los tubercu- losos; que Mr. Davis no hizo caso á los juicios y consejos de la Academia; y que nada práctico ni verdad puede hacerse si las Autoridades no saben hacer cumplir sus disposiciones higiénicas. Habla después de la guerra contra la leche, que tanto disemina la tuberculosis. Nada se ha hecho, y las vaquerías siguen inmundas, siendo focos de infección, en el medio de nuestra misma población. Propone que la Academia se dirija en serio á la Alcaldía Municipal. El Dr. Delfín, habla extensamente de la inspección reali- zada por él y el Dr. Dávalos, en las fábricas de tabacos, expo- 336 ANALES DE LA niendo que es horrible lo que pasa en las tabaquerías, que no hay en nineuna aire bastante para respirar y donde los esputos constantemente se mezclan con el tabaco y en con- tacto directo con los palitos, cabos, etc., que se utilizan luego para picaduras y confeccionar cigarros. El Dr. Santos Fernández, habla de la moralidad dudosa de las inspecciones, que sólo sirven para exigir á los de buena fe, pero que permiten el soborno para los que están habitua- dos á eludir las disposiciones sanitarias. Se acuerda por último, que la Comisión que habrá de nom- brarse contra la ios recojerá estos criterios y estas dificiencias, y trabajará por que sea una verdad la defensa que necesitamos contra tan esparcido mal. SESION EXTRAORDINARIA El Dr. Francisco Etchegoyhen, da lectura á su discurso de recepción y le es contestado por el Dr. Antonio de Gordon y Bermúdez, elegido para dar la bienvenida al nuevo y labo- rioso Académico. La Presidencia en nombre de la Academia, felicita al doe- tor Etchegoyhen, y le hace presente el haber tomado pose- sión de su puesto de Académico numerario para honor de esta Corporación. Se dieron por terminadas ambas sesiones y no hubo sesión de Gobierno. Sesión pública ordinaria del 25 de Marzo de 1900 PRESIDENCIA DEL Dr. DIEGO TAmMAYo. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. J. I. Torralbas, (ror- don y Bermúdez, Lavín, Jacobsen, V. Ragués, Cubas, Santos Fernández, Coronado, Paradela, Hernando Seguí, Céspedes y (7. López, Secretario Greneral. SRES. VISITANTES: Dres. Torralbas y Montes, Edelmann y (. Aguiar. Comienza á la hora acostumbrada, con la ordinaria lec- tura y aprobación del acta de la sesión anterior, leyéndose ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 337 después la nota de la correspondencia oficial de la Cor- poración. Se invita por la Presidencia al Dr. Gordon y Bermúdez, para la lectura de su trabajo anunciado en la orden del día, intitulado “Un caso de albuminuria palúdica.” El citado compañero reseña la historia de una señora joven, objeto de su observación, y cuya enferma de excelentes condiciones de salud y también económicas, contrajo por contagio una infección palúdica ordinaria, habiendo ofrecido 12 ataques clásicos, en los cuales también se usó de los medi- camentos clásicamente aconsejados. La enferma, embarazada, sin ningún disturbio en su gesta- ción, es sorprendida por un intenso escalofrío, brusco, y para combatir estos estados febriles, se le disponen duchas y pociones arsenicales. La orina en esa Ocasión del acceso, no solamente ofrece el aspecto quiloso, si que también acusa la presencia de una apreciable cantidad de albúmina que perfec- tamente pudo comprobarse. Viene el estado apiréctico y las orinas se hacen normales, de aspecto transparente. Se pregunta si la albúmina es obediente á la gestación, 6 á la infección palúdica. Un nuevo acceso febril, va también acompañado de orinas idénticamente quilosas, y con abundante albúmina. 30 y 4o ataque palúdico ofrece los mismos síntomas del orden de la escreción renal. Con su tratamiento apropiado cura la enferma, cesan su accesiones palúdicas, y con ello las orinas quedan normales. Seis meses después, un nuevo ataque lebril determina nueva albuminuria. Hace ya nueve meses que la enferma está curada, estimando los síntomas renales como imputables al paludismo. Usa de la palabra después de este relato, el Dr. Coronado, quien llama la atención sobre el carácter quiloso de las -orinas de esta enferma, estimando que aquí habrá una lesión glomerural que habrá que perseguirse;, y que el paludismo ha jugado solo aquí un papel coincidencial. Como síntoma de paludismo resulta insólito; y muy á menudo por virtud de ruptura glomerural, se extravasa sangre y sus elemen- tos globulares, quedan ante los reactivos reacción análoga á la albúmina. Aclara el Dr. Gordon, los procedimientos seguidos para la apreciación de la albúmina. 338 ; ANALES DE LA El Dr. Jacobsen, entiende que no debe estimarse como» albuminuria palúdica el caso relatado. El paludismo no ama al riñón. Las orinas quilosas en cada acceso evidencian una hemato- quiluria intermitente. Hace consideraciones sobre las nefritis: agudas por infección. Refiere la observación de dos señoritas que ofrecían orinas albuminosas solo en una casa determinada, y de otra señora que evidenció síntomas de nefritis agudas, hasta ser urémica, y que las sales de quinina curaron completamente. Vuelve el Dr. Coronado, á usar de la palabra para ratificar su concepto negativo sobre la albuminuria, palúdica de que se trata. Expone sus investigaciones en muchos casos, en los que las orinas acusaban la presencia de la albúmina y refiere por último, después de razonamientos precisos, la opinión perfec- tamente esclarecida por Bordie, sobre la hiperfunción de todos los órganos en la ocasión en que el organismo es prisio- nero de las infecciones. Hay hiperfunción renal, congestión verdadera del riñón: de ahí, las modificaciones de presión etc., que dan cuenta de esos casos de albuminurias transitorias. Después de algunas consideraciones aclaratorias, el doctor Gordon, expresa su gratitud por el interés que la discusión ha procurado al modesto caso clínico de que ha dado cuenta. Se concede la palabra después al Dr. Torralbas y Montes, distinguido Médico que nos visita y que nos ofrece un trabajo de actualidad, sobre la “Peste bubónica y su profilaxia,'” que tuvo la bondad de leernos. Fué por la Presidencia, significada la estimación que por ello sentía esta Academia. Y con ello se dió por terminada la sesión ordinaria quedan- do la Corporación constituída en sesión de Gobierno. A A OBRAS DE VENT A e a E EN LA 5 _REDA CcION DE LOS. “ANALES” | ba a de la a de medicina legal é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del - Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- a gía, Erpetología y Entomología Cubana, del - Dr. Gundlach; la Memoria sobre la. Patología 2 Antigiedades. de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; e Patología Y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, a del ale- | más eo el Dr. e as y ae " 5 G > S y e - E _ > Le Le $ ss Se y > AS $e: > A Lo ,, Y ee ed . e. E E : e y ae k a e S x, 1 E cp Te z a A E - A 5 y: - A eS , - > A ON E « - sa e . a as ERA z E 27 ES B) a 2 em Ñ ¿0 ES F mo e z ” á 7 SA Ne Para reponer los glóbulos rojos de eS sangre daa cos desde época inmemorial administrar el hierro en formas y combinaciones que tienen el defecto: de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar. to y producir dolores de cabeza. Un enbio ingeni Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz ¡idea de extraer el estado de hemoglobina, tal como se enenentra en la San, las vacas que se benefician en los mataderos de París Yo verlo en: yA y en a o Sos nér “ DESCHIENS, preparados: en e por E Oca : los Sres. Adrian y C%, fueron acogidos en los hospiti ea capital pe los Sua A pas más afama Hi nio y de e Enedión pe E E EL VINO y. el JARABE DE HE ¡MOGLOB as C bien conocidos en la e de Cuba, pues todos los ooo los recetan las bueno « es re cia según na del profésor Descltidns: que se v ende en | Habana. en las boticas del DR, GONZALEZ, y ma 11 del DR. JOHNSON, Obispo 53 y de JOSE. SARRA, T ot Bey 41, y en todas las boticas E O acr tadas. Ala. E AS s E EN l Entrega N? 428 TA di , DIRECTORES: ES Dres. J. M. Céspedes y G. López Redacción: Calle de Cuba número 84 A A ÑN A T1H5S Desinfección urbana, por el Dr. Ernesto Edelmann. La Peste bubónica y su profilaxia, por el Dr. Federico Torralbas y Montes: . ás El Poder desinfectante del electrozono por el Dr. Juan N. Dávalos. ON Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba, Notas del doctor. Juan Gundlach + 1896, compiladas y completadas por el Dr. J. L Torralbas. (Continúa). qe Actas de las sesiones de 8 y 22 de Abril de 1900. Convocatoria. Indice del tomo XXXVI. 1 11 de la Academia de Ciencias *k A - li ad : 4 HABANA Imprenta “La Prueka” E 1900 e - Número suelto: 30 cts.—Publicación mensual.—Año adelantaco $3 oro. á (CONALOioOmes lante | En esta lación. aparecen, á más de los. ix Ls _jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- -— tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral - intereses profesionales, de asuntos históricos de diver- A 08 ramos, de. d. - caciones análogas del mundo entero. ! La Y LISO Se suplica el e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 339 DESINFECCION URBANA Por el Dr. Ernesto Edelmann Sr. Presidente, Señores: Hace un año que, previa citación del Gobierno In- terventor, nos reuníamos algunos médicos, en este mismo local. Aquello tuvo para mí, dos móviles: era el primero, el natural deseo, el justo y lógico empeño de ver desterrar de Cuba los gérmenes de afecciones evitables, haciendo así de nuestra patria un país en- vidiable bajo el punto de vista higiénico: y era el se- egundo la honrada ganancia de un módico sueldo del que estábamos doblemente necesitados, después de angustiosos meses de emigración en la anti-higiénica ciudad de Tampa, donde los más elementales precep- tos de salud yacen en el más completo olvido. Nuestro trabajo de Inspector no duró un mes, el informe por mí dado, consta en las oficinas del De- partamento de Sanidad de la ciudad de la Habana, y como yo consideraba y considero la obra de sanidad como eminentemente patriótica, hice un resumen de mi trabajo el cual puse en manos de mi estimado condiscípulo de colegio, el presidente del comité patriótico de aquel barrio señor Ursulo Doval. Hace ya un año que aquellos trabajos comenzaron, y la ciudad sigue tan infectada como antes de sus comienzos. Y ello que era natural y lógico, ha reci- bido plena confirmación con el último trabajo de demografía de nuestro apreciable y apreciado com- pañero doctor Laguardia. La base de toda higienización urbana radica en el 340 ANALES DE LA alcantarillado. Las ciudades, como *los indivíduos, son infectadas tan pronto como las vías de excreción están inter rumpidas, tan pronto como sean envene- nados á consecuencia de la retensión en sus sistemas de desagiies de los productos excrementicios. Todos los actos de la labor humana necesitan de reglamentación, que los conduzcan al objeto ó fin de- seado, tal lo comprendió el ayuntamiento de la Ha- bana, cuando publicó sus ordenanzas de policía ur- bana en 23 de diciembre de 1879. En él se hacen ver á los habitantes de esta capital, cuáles son sus debe- res y cuáles son sus derechos, ese reglamento ha sido de hecho derogado. No existe aún uno nuevo que nos sirva de guía, en esta nueva era de reformas, que nos explique, por qué unas veces se mandan á limpiar y cegar los pozos negros y otras veces se mandan á haceréstos, por qué se mandan á poner en unas ca- sas fosas de ladrillo cementadas para depósito, y en otras se mandan á quitar y entroncar directamente el inodoro á la cloaca, y que nos explique la ventaja de esa inmensa cantidad de tubos prolongados á más de dos metros de altura, de la casa más alta de las inmediaciones, dando salida á todas las miasmas, cual si no fueran bastantes las innumerables rejas de las cloacas de nuestras calles, que infectan nuestra atmósfera y nuestro suelo, según sean las oscilacio- nes de ascenso y descenso de la capa de aire que nos rodea. En esta cuestión higiénica yo no conozco más que dos extremos. O todo á la alcantarilla, ó nada á la alcantarilla. Lo mismo es, bajo el punto de vista hi- giénico, que vayan á ella los excrementos antes, que después de disolverse. 51 las excretas no van á las cloacas, hay que suprimir los inodoros, Óó no crear más fosas negras absorventes que infecten más nues- tras casas. Conocemos que nuestras cloacas son pequeñas canales subalternas, que permiten la infección del subsuelo por filtración, y que fueron construidas ma- lamente, bajo la inspección facultativa del ayunta- miento, que las admitió, como buenas, y pagadas ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 341 alzadamente por los propietarios á razón de 20 pesos oro el metro, para tener el derecho de verter en ellas el agua que rebosaba en las fosas cementadas del ser- vicio doméstico. En 26 de marzo de 1894, el alcalde de la Habana publicó un bando obligando á los pro- pietarios á construir mouras, después fué esto dese- chado por otras fosas, pero eso y aquello creó debe- res y derechos entre los propietarios y el Ayuntamien- to. Deberes y derechos que no han sido, que no pue- den ser derogados por un nuevo reglamento, y que silo fueran, por reconocer lo inútil de lo hecho, á ello quedarían obligados ambas partes, aunque príncipal- mente el Ayuntamiento, toda vez que obligó á sus administradores á gastar inútilmente el producto de su trabajo. Pronto va á hacerse un nuevo alcantarillado, y cuando este trabajo perfecto, tomando por modelo á Londres ó á Paris, esté terminado, empezará á ser higiénico este país, al cual la Naturaleza ha favoreci- do con un gran desinfectador: con el sol. El solo nos ha defendido hasta ahora, atenuando y matando gérmenes patógenos, que la incuria humana, sembró abundante en nuestro suelo. Desgraciadamente aún quizás esté lejano el día en que las materias excrementicias y las basuras y des- perdicios de comidas, sean las unas conducidas por tubos de cierre hermético desde las casas á los tan- ques depósitos, donde van á hacer filtradas, para después incinerrar los sólidos; y las basuras vengan conducidas por carros á estos mismos hornos. Que nuestras calles tengan piso liso y sólido que permita hacer su real desinfección, que empezara como es ló- gico por la calle para terminar por la casa. Las antiguas ordenanzas municipales de policía ur- bana, nos obligaban á dar parte de los casos de afec- ciones contagiosas que tuviéramos que asistir. Este deber nos fué también recordado por el actual jefe de sanidad. Cumplimos religiosamente con lo ordenado, y en casos de difteria diagnosticados por la clínica y bacteriología y así participados é igual en casos de defunción por tuberculosis, no hemos visto llevarse 342 ANALES DE LA la ropa de cama para desinfectarla, y esto es tanto más de lamentar, cuanto que ha ocurrido en perso- nas pobres á las cuales no les es posible desprenderse de esos objetos tan contaminados y tan á propósito para seguir contaminando. En cambio se ve practicar la desinfección calle por calle y casa por casa, en las que por el momento no ha habido afección infececiosa, se ve lavar pisos con el pegajoso electrozono á las 4 de la tarde, obligando á dormir á sus moradores, sobre un suelo humedeci- do, y hacerles aspirar ácido sulfuroso, procedentes de fumigaciones abiertas con flores de azufre. Todos los que aquí nos hallamos sabemos que no se consigue así el saneamiento de la ciudad, que no se consigue así la muerte de los gérmenes patógenos. Yo, por lo que á mí toca, prefiero seguir la práctica de desinfección tal como se practicaba en Berlin en 1886, y la cual puede verse en Fligge. Las últimas experiencias practicadas en el hospital de Charlottemburg en Berlin, han demostrado que el formaldehydo, actuando por espacio de 30 horas en cuartos cerrados herméticamente en razón de 2 gra- mos de gas por metro cúbico de aire, mata los gér- menes y esporos del carbunclo, difteria, tifoidea, sta- philococos y streptococos, siempre que los objetos que los contengan sean ropas ó muebles estén cerca y de fácil acceso al gas; pero si hay una capa de género que los cubra ó éstos estén en el suelo ó en las esqui- nas del cuarto, mezclado con el polvo, el gas fromal- dehydo será incapaz de actuar sobre los esporos de estos gérmenes patógenos, los cuales conservan su virulencia, aún cuando se eleve la cantidad del gas. Nosotros hemos aplaudido la buena higiene del ejér- cito americano, que en virtud de esto ha suministra- do poco contingente en el pasado verano á la fiebre amarilla. Viendo elevarse las cifras de invasión en este invierno al llegar á nuestras playas emigrantes no aclimatados, y pocos cuidadosos de la higiene, lo cual demuestra que aún vive entre nosotros el germen amarillo. Nosotros vemos esto, con tristeza, al finalizar el AGADEMTA DE CIENCIAS DÉ La HABANA 343 siglo de Pasteur, como vemos también, epidemias en- démicas de fiebres tifoideas, palúdicas y otras por determinar. Vemos también que van á la matanza reses con carbunclo y pintadilla, que se vende carne, vísceras y leche procedente de animales manifiestamente tu- berculosos, y que aún tenemos casos humanos de muermo. LA PESTE BUBONICA Y SU PROFILAXIA Por el Dr. Federico Torralbas y Montes Sr. Presidente, Señores: Antes de dar á conocer las ideas que presento en el curso deestetrabajo, tengo un deber que cumplir, tan ineludible como grato, cual es el expresar mi más pro- funda gratitud al grupo de profesores que me concede el honor de hacer oir mi voz en este recinto, para mí por más de un concepto sagrado, y por el cual han desfilado una serie de sabios é ilustres maestros como el fundador de esta docta Corporación, el doctor Nicolás J. Gutiérrez, y otras no menos ilustres perso- nalidades que representan lo que más vale y ha vali- do de la medicina en nuestra patria; al mismo tiempo suplico benevolencia por tratarse de un modesto la- borante que apenas se imicia en los principios y prác tica de la ciencia de Hipócrates y Galeno. Ya hechas estas digresiones me permito entrar en materia y presentar á vuestra distinguida considera- ción algunas notas sobre la peste bubónica, así como también las medidas que deben ponerse en práctica para evitar su propagación y entrada en nuestras comarcas. La plaga, peste bubónica, oriental, muerte negra, 344 AÑALiS bie LA peste de Levante, etc.,es una entidad morbosa causa- da por un microorganismo específico descrito por Yersin y Kitasato; cuya característica es la produc- ción de una serie de bubones en la axila, cuello é ingle y á la cual se debe su nombre; conociéndose dos varie- dades principales: la plaga propiamente dicha y la pneumónica, en la cual los síntomas que presiden la escena son exclusivamente pulmonares. Aunque la plaga ha sido conocida desde tiempo in- memorial, poco ó nada hemos encontrado escrito que pueda tener algún valor científico, pues el historia- dor egipcio Manetho solamente, hace mención de ella así como también Rufus de Ephesus y la Biblia, pu- diéndose deducir por los datos que nos suministran esos historiadores, que la peste existió por lo menos, desde el siglo tercero A. C.; habiendo hecho su apari- ción en distintas épocas hasta nuestros días, en Ly- via, Egipto, Inglaterra, Italia, Asia menor, Armenia y no dejaré de mencionar la epidemia del siglo XV en Europa en que según Hecker, murieron más de 25 millones de personas, ó séase un cuarto de la pobla- ción total de todo el continente; pero hasta este siglo no vemos que se haya tomado ninguua medida para evitar su propagación, ni tampoco que se haya des- erito con más ó menos acierto, en efecto, en Venecia, donde se formó un cuerpo de guardia cuyo único ob: jeto era evitar la entrada de la terrible enfermedad en la bella ciudad de las góndolas. Con el fin de que podamos darnos cuenta exacta de la intensidad conque ha reinado durante estos últi- mos siglos, señalaremos las epidemias que han tenido lugar en dicho período de tiempo, á saber: en 1656 que ocasionó más de 300,000 víctimas en menos de cinco meses; la de Londres en 1664-65 produjo 75,000 muertes en una población de 400,000 habitantes. En el siglo XVIII prevaleció con mucha intensidad en Europa, presentándose en Marsella, Tolón, pa- sando desbués á Provenza y causando 40,000 defun- ciones; también visitó á Sicilia, Mesina y Moscow. En el siglo que termina parece haberse retirado ha- cia Occidente, sin embargo, la hemos visto aparecer ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 345 recientemente en Grecia (1878) y últimamente en Oporto, Paraguay, Brazil, Filipinas éIslas Hawaa. Etiología.—Al estudiar la patogenia lo haremos presentando primero el microbio en sí, valiéndonos para ello de las descripciones que del bacilo han hecho simultáneamente Yersin y Kitasato, á quienes en nues- tro concepto, se les debe el conocimiento de sus carac- teres biológicos, no siendo yo el llamado á dilucidar cuestiones “de personalismo esclusivo en cuanto á quién fué el primero á tener esa gloria, sólo señalo aquí el acontecimiento científico al mismo tiempo que saludo con respeto á tan ilustres bacteriologistas. Yersin dice que es un coco-bacilo de dimensiones ca- si simétricas, alcanzando su mayor diámetro 2 mm. (Estas demostraciones han sido confirmadas por Roux.|] Se tiñe rápidamente por la anilina pero la pierde con facilidad, puede hacerse más fija con una solución de tienina al1 /100, y se decoloriza completa- mente por el método de Gram, se cultiva perfectamen- te en los medios ordinarios como el agar-peptona, gelatina y caldo; no licua la gelatina y las colonias que forma sobre el agarson muy pequeñas y disemi- nadas. En el caldo á la temperatura ordinaria se pre- cipita al fondo del tubo de ensayo en forma de arbo- rescencias dejando el líquido de la parte superior completamente claro. Kitasato difiere en cuanto á la forma del bacilo diciendo que es un pequeño bastoncillo de estremos redondeados parecido al del cólera de las gallinas y que se caracteriza por su rápida multiplicación y la facilidad con que ingresa en el organismo; se encuen- tra en número considerable en el pus quecontienen los bubones, raras veces en el interior de los órganos y sola maite en los casos más fatales en la sangre y he- ces fecales; también se le encuentra en el polvo y suelo de las casas infestadas y á pesar de su virulencia, re- siste muy débilmente á los desinfestantes de que dis- ponemos, sucumbiendo rápidamente á la acción de las soluciones fenicadas al 1/100; muere en cuatro días si se le sostiene á una temperatura de 60%. media hora si á S0%c., y en pocos minutos si á 100%c., como 346 ANALES DE LA se ha podido comprobar en el Laboratorio Bacterio- lógico del U. S. Marine-Hospital Service en Washing- ton. D. C. En culturas de agar y caldo cuando pasan de cierto tiempo el organismo adquiere las formas más varia- das y curiosas, entre ellas la de ser largo, delgado, segmentado, y presentando forma vacuolada, en este estado se tiñen con facilidad y pierden notablemente su acción nociva. La diferencia en las formas ya indi- cadas creo, como el Dr. Wyman, Surgeon General U. S. Marine-Hospital Service, sean debidas al mul- tiformismo del bacilo. | El OLgAMISMO : muere á los 10 minutos con una tem- peratura de 55%c., las soluciones de bicloruro de mercurio al 1/1000 lo destruyen inmediatamente, el ácido fénico, lizol y los ácidos minerales tienen una acción muy enérgica sobre ellos, sobre todo, el ácido clorhídrico y sulfúrico. Pudiéramos citar como dato de alguna importan- cia la duración de la vida de este organismo en los distintos materiales y obietos que pudier an transpor- tar el bacilo, en el hilo de seda puede vivir hasta 15 dias á una temperatura de 30*c., y en las hebras de lana solamente cinco días. Los esputos desecados de los enfermos atacados por la forma pneumónica retie- nen su virulencia por un período de 16 días, enel agua ordinaria muere á los tres días, bajo la acción directa del sol fallecen en tres ó cuatro horas. ¿En cuanto á los otros medios que favorecen el de- sarrollo de la plaga, se puede decir que son muy pare- cidos á los del Tifus maligno: mala ventilación, servi- cios inperfectos de alcantarillado en las ciudades populosas, miseria fisiológica, descuido en el cumpli miento de los preceptos higiénicos y en mi concepto la que tiene más marcada influencia, sobre todo en la India, la alimentación defectuosa y la verdadera ham- bre; podrí ía muy fácilmente suceder como acontece en esos países que á fuerza de su prolongada existencia en determinadas regiones se llegue á infestar el sub- suelo y que llegase á producir la endemia. Trasmisibilidad del hacilo.—El bacilo de Yersin ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 347 puede ingresar en nuestro organismo por moculación directa en cualquier solución de continuidad, por los pulmones, ó ingerido con los alimentos; según algu- nos observadores la trasmisión directa, esto es, por me- dio de la piel sana, no es posible, necesitándose como dejamos indicado, alguna entrada franca al torrente circulatorio, la peste también puede ser contraida por la prolongación de vecindad con individuos atacados porella. El papel que juegan los animales de escala inferior en la trasmisión y propagación de la enfermedad, re- viste importancia excepcional y por consiguiente mere- ce nos detengamos en ella aunque sea por breves mo- mentos. Está demostrado casi hasta la evidencia que la rata y el ratoncillo, pero especialmente el primero, son los factores más importantes para la trasmisión del estado morboso que nos ocupa; hay las mayores probabilidades para creer que la reciente epidemia de Oporto fué importada por medio de ellas y en la de Honolulu se ha comprobado que ni por los alimentos ni ninguna otra clase de objetos fué llevada, sino que por las ratas, habiéndose encontrado multitud de ca- dáveres de ratas, cuya autopsia demostró haber sido víctimas de la plaga. Mueren generalmente en gran número y siempre esta mortalidad precede á las grandes epidemias; la causa de su infección aún es asunto de debate y es creencia general en la India que ellas adquieren tan pronto la infección por su contacto directo con el suelo y sub- suelo. El Dr. Bruno Galli-Valerio de Lausana ha escri- to recientemente un artículo sobre la importancia de las ratas en la trasmisión de la peste bubónica (V. Centralblatt fur Bakteriologie. Enero 6. 1900.) ase- eurando que dichos animales son los únicos responsa- bles de tan terrible»azote, pero nosotros hemos de de- jar establecido que hay otro elemento tan importan- tísimo como ese y que aunque por su acción indirecta es el que origina mayores peligros por estar en con- tacto más estrecho con el hombre: esa es la pulga. Pulex irritans. El Dr. Simond ha comprobado (Anales del Instituto 348 ANALES DE LA Pasteur, 1898) en cierto número de casos que los en- fermos en el período de invasión presentan, unas pe- queñas vesículas que contienen pus y alojan el bacilo que se supone ser de la plaga, w cree que estas vesí- culas son causadas por la mordida de la pulga, las cuales de acuerdo con su descripción son las que se en- cuentran en los cadáveres de las ratas infestadas que á su vez difiere algo de la del hombre. Examinado el contenido intestinal de estas pulgas el Dr. Simond, ha podido revelar la presencia de un bacilo semejante morfológicamente al de la plaga; inoculó tres ratoncillos con pulgas que trituraba y disolvía en agua, procedentes de ratas muertas, obte- niendo como resultado una que sucumbió á las pocas horas y las otras á los nueve y doce días respectiva- mente, pero sin presentar el bacilo en ningún órgano; segun él, estas pulgas inocularían al hombre ya por medio de la sangre que se adhiere al practicar la suc- ción Óó lo que es más probable por la escretas deposi- tadas en la punción. Pero, todas estas deducciones podrán ser admitidas? La duda nos cabe puesto que él mismo no dice que sea la pulga doméstica la que él encuentra sobrelas ratas - y nosotros pudiéramos también imaginarnos que es propiedad esclusiva de esa variedad cuando sabemos que contamos con otrastres distintas especies no solo por su forma y aptitudes biológicas sino también por sus hábitos, tales son: la Pulex irritans, la Ty "pholopsy- lla musculis. P. fasciatus it serraticeps, y sugestio- naríamos hacer una investigación sobre ello evitando de ese modo lamentables confusiones, por consiguiente, nada podemos dejar establecido en este sentido hasta que no contemos con datos suficientes para creer sea una verdad sin que por esto podamos dudar por un momento de su importancia y recordar siempre con interés esas propiedades, cada vez que tengamos que luchar con esa terrible entidad norbosa que hoy pare- ce acechar el mundo americano, hasta ahora, libre de su presencia. Podríamos antes de pasar á otro capítulo, estudiar la trasmisión de la peste de rata á rata; pero es tal la ACADEMÍA DR CIENCIAS DE LA HABANA 349 confusión que existe hoy respecto á este punto, que solo me limito á indicar aquí los trabajos de Roux y Batzaroff en los cuales se encuentran datos curiosí- simos pero sin ninguna aplicación práctica, evitando de este modo el cansar vuestra atención. Período de incubación —Demanda mucha atención por cuanto él ha de ser el que nos ha de suministrar datos preciosos cuando tratemos de la trasmisión y los medios profilácticos de que nos hemos de ocupar más adelante. La opinión de la mayoría de los auto- res hace oscilar la duración de este período entre dos y doce días, pero el Dr. Haffkine asegura es de doce á setenta horas; ahora bien: en vista de las estadísticas publicadas por el mismo observador y el de las úl timas epidemias de la India, creemos que nunca debe- mos de admitir sea menor de tres días ni mayor de nueve. Sintomatología.—Para su mejor comprensión debe- mos considerar los síntomas en las distintas formas que reviste la peste: la bubónica ó ganglionar, la sep- ticémica y la pneumónica. En la primera el enfermo se siente atacado, después de gozar de una aparente salud, por un escalofrío in- tenso que es inmediatamente seguido por un aumen- to de temperatura de variable intensidad y que puede llegar á 41%. 6 42%c., el malestar se acentúa y el en- fermo en decúbito supino se encuentra indiferente á todo lo que le rodea, una verdadera postración, las náuseas y vómitos pronto se presentan y la fisono- mía del enfermo adquiere un sello parecido al que pu- diéramos llamar de la cara abdominal, característica en las lesiones de los órganos encerrados en dicha ca- vidad, tras esta escena viene la rápida formación de los infartos ganglionares quecomo sabemos primero aparecen en la axila, pliegueimguinal y cuello, llegan- do á formar el verdadero bubón, éste puede ó no su- purar; sí no supura la forma septicémica se presenta sin ningún cambio ó línea de demarcación apreciable. El estupor, delirio y la pérdida completa del conoci- miento así como trastornos agudísimos del sistema A ll ts A ARAS A nervioso nos demuestran la profunda intoxicación causada por la infección bubónica. Esos infartos ganglionares son estremadamente do- lorosos, sinó sapuran como ya hemos dicho anterior- mente, la acción cardiaca decae y los trastornos constitucionales se hacen cada vez más graves y la muerte sobreviene, causada por la entrada del bacilo en el torrente circulatorio y por consiguiente dando orígen á la forma septicémica. En los casos benignos el proceso inflamatorio es más limitadoy la supura- ción sobreviene inmediatamente iniciándose de este modo el mejoramiento de los síntomas y el pronós- tico desde este momento se hace más favorable; sin embargo, puede suceder que los abeesos sean origen de infecciones secundarias y prolongadas supuracio- nes, ocasionando ellos á su vez la caquexia. A los bu- bones puede preceder la formación de pústulas y colo- raciones violáceas de la piel ulcerándose más tarde. Algunos individuos presentan los infartos ganglio- nares supurados en la forma del bubón venéreo, sin acusar ningún trastorno constitucional y sin embar- go están atacados por la plaga, esta es la forma que los escritores ingleses denominan ambulante y á la cual debemos dedicarle preferente atención por ser un medio fácil de transmisibilidad escapando á la más exquisita vigilancia, en estos casos, siempre recoge- remos los axudados y pus contenidos en los bubones para ser examinados en el microscopio que nos dará la seguridad de la existencia del bacilo de Yersin. En la forma septicémica tal parece que el tubo digestivo ha sido el radio de acción elegido por el bacilo pues el cuadro clínico es casi exclusivamente presidido por los trastornos intestinales, que se tra- ducen ya por la constipación ó lo que es más común, la diarrea profusa y de aspecto parecido al de las desposiciones de los tíficos. (Se describe una varie- dad conocida con el nombre de intestinal pero noso- tros nos inclinamos á creer que no es sino de la que en estos momentos nos ocupamos.) Puede no haber ningún infarto ganglionar pero el delirio fiebre y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 351 trastornos graves de la plaga se encuentran y el indi- viduo sucumbe en pocas horas. Tipo ó variedad pneumónica. El Dr. Batzaroff en su artículo publicado en los Anales del Instituto Pasteur después de describir el manual operatorio al inocular monos, curieles, etc., con culturas obtenidas de individuos atacados por la variedad pneumónica, hace las siguietes observaciones: “Durante las primeras horas después de la inocula- ción encontramos una disminución de temperatura que siempre es mucho menor de 37%c. siendo esto problamente, un efecto de la irritación de los nervios que irradian las menbranas mucosas; más tarde la temperatura asciende gradualmente, manteniéndose dentro de los límites normales hasta cumplir las treinta primeras horas después de la inoculación; durante este período el animal come bien y aparente- mente su aspecto general es bueno sin demostrar la gravedad que le amenaza. El examen bacteriológico es el único que permite hacer un diagnóstico, toman- do un corte de su mucosa nasal y vista al micros- copio revelará una cantidad del bacilo en rápida proliferación.” Pero el cuadro pronto cambia, la temperatura pronto sube á 40.5 ó 41%. y en algunos casos á 42%. manteniéndose á esa altura, el animal ya enfermo, deja de comer, el pelo se le eriza y la respi- ración se le acelera, haciéndose cada vez más dolo- rosa, el animal comienza á toser arrojando pequeñas cantidades de un líquido espumoso y rojizo. La secreción nasal aumenta y el líquido de que se forma se seca bajo la forma de pequeñas incrustaciones amarillas alrededor de las ventanillas de la nariz. La inflamación se extiende á la conjuntiva al través del conducto naso-lacrimal y la conjuntivitis que resulta ataca primero al lado correspondiente á la inoculación. El estado febril dura generalmente de veinte y cuatro á treinta y seis horas; después la temperatura comienza á descender y el curiel muere á la terminación del tecer día ó principios del cuarto día, después de haber presentado una tremenda 59 AÑALRES br LA dispnea é hipotermia. Si la enfermedad se prolonga se produce una parálisis muscular del estómago é intestino; el abdomen se distiende é inflama y el desplazamiento del diafragma hacia la cavidad toráxica, consecuente á la inmensa dilatación del estómago, también contribuye á la sofocación.”” “En la autopsia encontramos los ganglios linfáticos aumentados de volumen, formando bubones secun- darios.” Cuando abrimos la cavidad toráxica notamos que los pulmones que están grandemente dilatados no se retraen. En cierto número de casos están muy congestionados en otros la congestión es menos marcada y aquí es donde podemos ver mejor las lesiones. Ellas son primero, pequeñas hemorragias miliares de la pleura visceral; infartos pulmonares más ó menos generalizados, áreas de infiltración que pueden ser locales ó difundidas Ó separadas por tejido pulmonar sano, algunas veces por el contrario, las áreas contiguas se unen llegando á ocupar un lóbulo completo; en casos más avanzados podemos ver áreas de verdadera hepatización. Todas estas lesiones pulmonares son más marcadas en el lado de la inoculación que en el opuesto cuando ejercitamos la punción unilateral.” Ambos pulmones están edematosos. Cuando cortamos las partes enfermas se derrama un lí quido sanguinolento que contiene el bacilo aso- ciado algunas veces á otros microorganismos. En la cavidad pleural y en el pericardio á menudo encontramos una pequeña cantidad de exudado claro, pajizo, en el cual también vemos el bacilo. El corazón está considerablemente dilatado, especial- mente el derecho. El epigastrio contiene pequeñas y múltiples hemorragias que pueden ser fácilmente reconocidas en la superficie peritonial. La cavidad abdominal contiene algún exudado. El baso aumen- tado de volumen, con un intenso color rojo, de regular consistencia y superficie granular, está cubier- ta por un gran número de pequeños puntos blancos. Este vaso punteado que es característico contiene ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 353 innumerables bacilos. El estómago como hemos dicho anteriormente está dilatado, en los casos en que la capa muscular se ha paralizado presenta numerosas hemorragias, notablemente en la curva- tura mayor. Estas “hemort ragias que envuelven la mucosa gástrica aparecen por la cara serosa como puntos redondeados, regulares, negruzcos y rodeados de una área más pálida. La parálisis se extiende al duodeno y partes abyacentes del intestino delgado. El hígado crecido y granular, el conducto cístico a y la vesícula biliar dilatada. El riñón y ápsulas supra-renales están congestionados.” pCoñta resultado final del curso clínico de la enfer- medad podemos decir que la pneumonía que sigue á la introducción del virus de la plaga en la mucosa nasal del animal, es una bronco-pneumonía pero que el viras pasa los límites pulmonares para genera- lizarse y el animal muere de una septicemia “acom- pañada de un edema alveolar de los pulmones.” Se ha descrito la plaga pneumónica secundaria que puede ocurrir en el curso de la propiamente dicha bubónica y cuya característica es la presencia en los pulmones de los pseudo-tubérculos cuyo aspecto es casi igual al del tubérculo de la tisis pulmonar. Diagnostico diferencial. La plaga pneumónica se puede distinguir de la pneumonía lobar por la falta de harmonía que existe entre los trastornos constitu- cionales y la condición de los pulmones, pero el único medio preciso de diagnóstico es el examen bacterioló- gico del esputo que, como sabemos, contiene el bacilo de Yersin en los casos de plaga, debiéndose recordar que el bacilo no se encuentra solo en el esputo sino - que está asociado con estafilococos, estreptococos y diptococos, no debemos olvidar tampoco que el bacilo de la plaga se descoloriza fácilmente por el medio de Gram, mientras que los otros son indiferen- tes á dicha acción. Profilaxia.—No es posible abordar esta importantí- sima parte sin que desde su comienzo nos ocupemos de esa rama de la terapéutica que tan hermosos resulta- dos nos está proporcionando y que parece nos prepa- 34 ANALES DE LA ra el futuro lleno de halagiieñas esperanzas al comba- tirlasenfermedades como ésta de origen bacteriano y que hasta ahora han venido diezmando la huma- nidad, nos referimos á la Seroterapia, en cuyo rico campo han hecho tan hermosas adquisiciones Pasteur v Roux, legando á la posteridad el suero anti-rábico y el antidiftérico. -Las numerosas experiencias que se han venido llevando á cabo en estos días con los diversos sueros que se proponen como medios con que combatir la peste bubónica y sobre todo, la interesante conferen- cia dada por el Dr. Roux en el Instituto Pasteur, nos hacen colocar en primera fila el suero anti-péstico de Yersin cuya estadística arroja solamente un 15% de defunciones. El modus operandi empleado por él para obtenerlo es el siguiente: inocula á los caballos con dosis unifor- memente progresiva del bacilus Yersin y las prepara sometiendo las culturas de caldo á una temperatura suficiente para destruir el micro-organismo, estas inyecciones tienen un efecto marcadísimo en el caballo que se va atenuando á medida que inoculamos hasta la quinta ó sexta que le da la inmunidad, general- mente la operación no termina aquí sino hay que 1r más adelante pues cuando la reacción no responde tenemos que usar las mismas culturas pero por vía intraperitoneal ó intravenosa. La dosis empleada como medio profiláctico es de diez gramos y el organismo responde después de la inyección por un aumento de temperatura que puede llegar á 394e., cefalalgia, náuseas é inflamación y dolor en el punto inyectado, desapareciendo todos esos síntomas gradualmente y en pocos días. La duración de esta inmunidad aún no se sabe con certeza, pero podemos decir que es suficiente para la duración media de cualquier epidemia, esto es, de ocho meses á un año. En cuanto al tratamiento, tenemos que seguir el puramente sintomático. La inyección se debe usar en el costado, espalda 6 abdomen, pero prefiriendo el primero y observando las más estrictas prescripciones antisépticas para cu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA San yo efecto lavaremos la región escogida con una solu- ción fenicada al 5/100 ó con el licor de Van Swieten. Como instrumento usaremos la geringa de Roux y Berhing teniendo el cuidado antes de usarla dellenar- la completamente de agua fría para sumergirla des- pués en agua á 100%c., y mantenerla allí por espacio de quince mmutos dejándola enfriar antes de tomar el suero. En caso de no contar con dicho instrumento podemos utilizar una geringilla hipodérmica ordina- ria pero siempre llenando las prescripciones que deja- mos anotadas. Uso.—Cuando nos encontremos en presencia de un caso de peste debemos inducir á todo el que rodee el enfermo á someterse al empleo del suero cuya indica- ción deberá ser repetida cada diez días para prolon. gar la inmunidad y en caso de que la epidemia sea muy generalizada la usaremos repetidas veces. La acción curativa del suero es tanto más eficiente cuanto más temprano se le utilice, las dosis deben ser 30 450 c. e. mejor que fraccionados, bajo su influen- cia la fiebre baja y los bubones tienden á desaparecer rápidamente; si la mejoría no se inicia pronto, una se- gunda y aún una tercera inyección se administrará hasta que disminuya la fiebre y los síntomas locales de- saparezcan, ésto es de gran interés puesto que sabe- mos que mientras el bubón persista el enfermo está sujeto á adquirir una nueva infección. Profiláctico Hatfkine.—Este suero se usa con un fin puramente profiláctico, pues si la infección es proba- ble ó el indivíduo ha estado espuesto, su uso se res- tringe. Se emplea á las dosis de 1c.c., y cuando la reacción constitucional ha pasado puede repetirse con más ventajas aún, la duración de su poder es desco- nocida y por consiguiente debe repetirse cada treinta Ó cuarenta días. Para terminar, debemos dar una relación de todas las medidas que se deben llevar á cabo para evitar la propagación de este terrible azote, tales son el obser- var rigurosamente las prácticas higiénicas y sobre to- do aquellas que se han seguido en todos los paises amenazados por su pr oximidad, estasson las destruc- (do) al Ó> ANALES DK LA ción de todos los animales que pudieran transportar- los y que ya hemos mencionado anteriormente. Evi- tar la acumulación de personas en lugares pocos ven- tilados, limpieza de calles y mercados, remover regu- larmente toda la escretas de la población. Limpieza y desinfección diaria de las letrinas tanto públicas como privadas y ála aparición del primercaso debemos ais- larlo inmediatamente y el lugar donde se aloje lavar- lo exteriormente con soluciones de bicloruro de mer- curio al 1/1000. Los asistentes se lavarán constantemente la cara y las manos con la misma solución de corrosivo, las he- ces fecales del enfermo así como los vómitos deben ser inmediatamente desinfestados por medio del sulfato del cobre; los algodones y otros elementos de curación de los bubones, se quemarán después de usarse, y la ropa tanto de cama como la del indivíduo, se enviará á la estufa por espacio de media hora y á una tempe- ratura de 100%c. Tal es en breve resumen, señores académicos, las medidas que se deben ponerse en práctica para evitar la propagación de ese terrible enemigo, que tiende á terminar con la población de la India y otros pueblos orientales. Antes de terminar, quiero espresar una vez más mi agradecimiento por la atención que me habéis presta- do y la benévola acogida que me habéis dispensado, á la cual seguramente, nunca he sido acreedor. ANIIONDA RARO RAMO P RARA IRA ARPA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3857 EL PODER DESINFECTANTE DEL ELECTROZONO POR EL DR. JUAN N. DAVALOS Con objeto de conocer el poder desinfectante del electrozono que para la desinfección pública se viene preparando en esta ciudad, el jefe del Departamento de Ingenieros dispuso por conducto del jefe de Sani- dad, que en el Laboratorio Municipal se llevasen á efecto las investigaciones conducentes á dicho fin. A virtud de esta disposición emprendimos las experiencias que vamos á tener el gusto de dar á conocer á esta ilustre Academia, porque creemos que en ella despiertan siempre interés todas las cuestio- nes referentes á la salud pública, y más la presente, que directamente se relaciona con la profilaxia de las enfermedades infecciosas. Aunque todos vosotros sabeis que el electrozono no es otra cosa que agua de mar, en la que una corriente eléctrica descompone los cloruros en hipo- cloritos y deja cloro libre disuelto, debo hacer cons- tar que según los análisis practicados por el doctor Pardiñas, en el Laboratorio Municipal, el electro- ZOno preparado en la Habana no tiene siempre la misma composición. En efecto, según muestras tomadas en distintos días de los depósitos generales por el Dr. E. Pardiñas, para esta investigación, le han dado por litro el siguiente promedio: CIOPATO ELA E.) CINTA RSIABTTO 20-85 Mio A A E A A 4-05 VA ns 16-80 Idem correspondiente á los hipocloritos.... 0-35 Hipoclorito de cal (aproximadamente)..... 0-71 3598 ANALES DE LA Las investigaciones que hemos hecho para averi- guar el poder desinfectante del electrozono han tenido por base la acción del líquido sobre los gérmenes del agua de una de las cloacas centrales de la ciudad (la que corresponde á á Galiano y San Lázaro) y sobre los gérmenes patógenos que conservamos en el Labora- torio Bacteriológico de la Crónica MÉpico QUIRUR- GICA. Para que nuestras conclusiones tuvieran más valor, repetimos las investigaciones con varias mues- tras de electrozono recogidas en distintos días, de los erandes depósitos que sirven para surtir á los carros de la desinfección. Experiencias sobre los gémenes del agua de la cloaca.—En un balón de 500 c. c. de capacidad cubierto con tapa de algodón y esterilizado, reco- gimos agua y fango de la cloaca mencionada, —á unos 10 metros antes de su desembocadura al litoral de San Lázaro, —que llevamos al Laboratorio. Toma- mos de esta agua 1 c.c. y la mezclamos con 10 c.c. de electrozono. De esta mezcla después de agitada bien, hicimos siembras sucesivas de tres gotas en balones Miquel conteniendo caldo de carne de vaca peptonizado y subalcalino. Empleamos varios balones, haciendo la primera siembra al minuto de estar el agua en contacto con el electrozono; la segunda á los dos minutos, la tercera á los tres y así sucesivamente hasta llegar á 60, 75, 90, 120 y 180 minutos. Estos balones fueron colocados á la estufa á 37” de temperatura constante. Durante los seis días siguien - tes, sólo germinaron las siembras hechas con el agua en contacto del electrozono durante 20 minutos, os demás balones permanecieron transparentes. De los balones que germinaron aislamos por culti- vos en placa en tubos inclinados de agar, tres espe- cies bacterianas pertenecientes al grupo de los saprógenos y que provisionalmente denominamos ABC En el diagrama adjunto puede verse que la flecha terminal de cada línea gruesa indica el tiempo en ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 359 minutos que ha necesitado el germen estar en contac- to con el desinfectante para peder su vitalidad. Tenemos, pues, que de los innumerables gérmenes contenidos en 1 c. c. del agua analizada, sólo tres especies saprógenas han resistido más de un minuto el poder desinfectante del electrozono, y de ellos la especie C. fué la que más resistió, 20 minutos. Experiencias sobre los gérmenes patógenos.—Elegi- mos los siguientes: bacilo del muermo, de la difteria, de la fiebre tifoidea, el de la neumo enteritis 1nfec- ciosa del puerco (Pintadilla), el vírgula de Koch, el bacilo anthracis, estado vegetativo y estado esporu- lar y el estafilococcus piogenus aureus. Las experiencias que hicimos fueron con cultivos jóvenes de 24 ó 48 horas de germinación en tubos in- clinados de agar y ála T. de 37%, menos la forma esporular del bacilo anthracis que obtuvimos des- pués de seis días á la T. de 37”. Disolvimos separadamente todas las colonias desa- rrolladas en cada uno de estos tubos en 2 c. c. de caldo esterilizado y 1 c. c. de este caldo lo mezclamos á 10 c. c. de electrozono: obtenida la mezcla, segui- mos el mismo proceder para las siembras que el que empleamos con el agua de la cloaca, es decir, introdu- ciendo tres gotas de la mezcla en 40 c. c. de caldo á distintos tiempos y progresivamente. El resultado puede verse en el diagrama, que demuestra el poder microbicida rápido del electro- zono solamente con los bacilos del muermo, de la tifoidea, el del cólera morbo asiático, pero en cambio su acción poco enérgica con los demás, sobre todo, el estafilococeus piogenus aureus y esporo del bacilo anthracis. Para asegurarnos que la cantidad de electrozono que llevaban las tres gotas de la mezcla sembrada no impedía ó influía en la germinación, hicimos en cada una de las experiencias realizadas, tanto con el agua de la cloaca como con los diferentes gérmenes pató- genos, siembras en balones con igual cantidad de caldo (40 e. c.) al que añadimos cinco gotas de electrozono. El resultado de estas pruebas fué que la 360 ANALES DR LA germinación se efectuó en todos los balones, sin que influyese para nada el líquido desinfectante. Del estudio que hemos hecho del electrozono como desifectante, podemos pues, deducir las siguientes conclusiones: 192 El electrozo se obtiene descomponiendo por medio de una corriente eléctrica los cloruros del agua del mar. 22 El que se prepara en la Habana para el servi- cio de desinfección, no siempre tiene la misma propor- ción en sus componentes. 32 Su acción desinfectante la tiem compro- bado con los gérmenes contenidos en el agua fangosa de una cloaca central y con varios gérmenes pató- genos en cultivos de 24 á 48 horas. 4.2 El resultado de estas investigaciones nos demuestra que es un desinfectante, pero de un poder microbicida débil. 52 Por esta razón sólo debe emplearse en deter- minadas infecciones. 361 LA HABANA E ACADEMIa DE CIENCIAS DI | 23813 os onb 9p uatulaS 19 111011 u9S *?p183 anb 0] eopurl eyo9y e] op ejund e] (,) E A A A A A A A $n91n8 snus.3o Xd snodod0Ttude7g ] : a == > TBRRAASR PARA O SI0BIYUE *Q T9p 1e]nIOUSI BULIO H ES | (OAIYBIADIA OPBISI) SIDBAYYUB SOQJIOBE | 3 Z A lonacanocen o Opos o OS UROnAOs. ab RI9OYO unppade 8 El y A O A CA SIQLIOyuO- ouImn9u e] ap eg a E errar rr rr rr snasoyd Ay WL9p pr | eS e ÉÍÍ( ( <_————————————————>=—| ...o..o.o.o.o.» .orooooooo.o.o.. 211934 d1p tIapI 1| E uN O 19[[B UL SOIIOeg ] _ _ __—_ a —_——________—_ A rr 0 wap] ) ! | eovojo e] ap en3e- J- KáAKAAA——oooo a AO A wueapI J2p S9UIUIJIL) A KK rre V snipe q) MN 000 ora do veros Ss ml os or ses dan . ; 9 IS 1v l NE E es = 2 A SOLANIJN (s) le] ONOASZLASATE TESTO A YOSEANNISEC TUECOT 362 ANALES DE LA Contribución al Estudio de los Crustáceos de Cuba Notas del Dr. Juan Gundlach, F-1896, compiladas y completadas por el Dr. J. 1. Forralbas CONTINUA PERICERA CORNUTA, Milne Edwards, Nr. 629. G. Cancer cornuta, Herbst, Naturg. d. Krabben u. Kirebse, pl.:99,Hp:6: Maia taurus, Lamark, Animaux sans Vert. V.: 242. Pericera cornuta, M. Edwards, Hist. Nat. des Crust. 1 335; pl. XIV bis fig. 5. lllust, Cuv. Regne Animi pl. XXX fig. 1. Gibbes, Proc. Am. Assoc. Adv. Sei. 1850 p. 172. Stimpson, Notes on N. American Crust., p. 55.—Martens, Archiv. pur Naturg. Cangrejo cornudo, Parra, p. 136, pl. 50, fig. 3. Me Ml pS UE === Ez > = ASA , é 5 ra Y PERICERA CORNUTA—HERBST. No. 62-G, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 363 CANGREJO CORNUDO Toda la parte superior cubierta de vello espeso de un color pardo amarilloso. Carapacho triangular, muy convexo, cubierto de protuberancias, bordes latero anteriores y el _poste- rior convexos, una hilera de cinco espinas á cada lado incluyendo las dobles que cubren las partes ocu- lares, y otra encorvada hacia arriba en la parte pos- terior de la región intestinal. Rostro armado de dos grandes cuernos agudos, algo divergentes, tan largos como el ancho de la porción frontal entre las órbitas; una espina pequeña en el artículo basilar de las antenas externas. Orb1- tas muy salientes proyectando más allá de los bordes latero anteriores con una espina grande doble cu- briendo su borde superior. Garras cilíndricas casi del mismo largo y grueso que el primer par de patas, brazo espinoso, carpo con algunos pequeños tubérculos, mano finamente granu- lada, dedos lisos, pequeños y cónicos. Patas “dismi- nuyendo desde el primer par. Long. incluyendo los cuernos frontales.......... 0.117 Cine .añózs aoluviadisd. al. ¿Ante Y JIS0S. 0.088 Ancho sin incluir las espinas ...ccoocccnoccncccnniccno 0.065 Bbra basolas ¿2vaabiaL zo: dira ol doo 0.043 En los jóvenes los cuernos son más divergentes y la primera espina branquial más pequeña; las partes tienen algunos pelos largos gruesos que no se ven en los adultos. Viven en aguas profundas, aunque á veces se en- cuentran en las bahías y ensenadas de fondo cena- goso. PERICERA BICORNUTA Latr. Nr. 154 G. Pisa bicornuta Latr., Encyc., Meth., X, 141. Pericera bicorna Milne Edw., Hist. Nat. des Crust., y SA Pisa bicorna Gibbes, Proc. Am. Assoc., Adv. Sci. 1850, p. 170, 364 ANALES DE LA Pericera bicornis Sañs., Crust. Nouv. des Mexique et des Antilles, p. 12, pl. 1, fig. 3. E > Milmia bicornata Stimp. Notes on N. 'Am. Crust. p. 52. Smith, Trans. Conu, Acad. Of Arts “añd Ser Pt | pEUE AL Pericera bicornuta Guer. Mon. Martens. : La ; " PERICERA BICORNUTA—LATR: 154 G. Carapacho pubescente cubierto de tubérculos re- dondeados unos, y otros espiniformes; todas las re- giones muy marcadas; los tubérculos están más ó menos desarrollados según la edad: los de la región estomacal forman una cruz, los demás colocados con alguna irregularidad. Una sola espina transversal en cada región branquial: el borde posterior liso,'re- dondeado y algo saliente, las orillas latero anterio- res casi rectas y cortadas verticalmente. Frente entre las orbitas tan ancha como la mitad de la por- ción postfrontal del carapacho. Rostro con dos cuét- nos agudos poco divergentes separados en la base por un surco: el rostro y la frente formau un plano inclinado hacia adelante. Antenas externás muy ve- lludas, sus tres artículos enteramente descubiertos con una espina grande entre su base y el ángulo 1n- terno de cada órbita ocular. Pinzas, un sexto más largas que el carapacho, con el brazo prismático tuberculado en la parte superior, carpo y mano lisas, dedos arqueados con un diente ACADEMÍA DE CIENCÍAS DE LA HABANA 365 muy pronunciado en el pulgar y el dedo fijo escavado en su estremidad. Patas ambulatorias disminuyen- do desde el primer par; muy velludas y algo tubercu- losas: el primer par un tercio más largas que las si- guientes. Cola estrecha. y triangular en el macho, ancha y redonda en la hembra, con cinco segmentos en ambos sexos. PFRICERA TRISPINOSA M. Edw, Nr. 121 G. Pisa trispinosa Ltr., Ecyc. Meth. X, 142. Pericera trispinosa Milne Edw. Hist. Nat. des Crust., 1,336. Guér. Iconog. des Régne Anim., Crust. pl, VIII, fig. 3. Gibbes Proc. Am Assoc. Adv. Sci. 1850 PALTZ, “Sans. - Martens ENS pur Naturg. XXXVII p. 10 tab. Vf. 4 ad Y 4b.0: PERICERA o —MUBO 121 G. Car apacho trial prolongándose hacia la parte posterior, como en las demás especies del mis- mo género, todo cubierto de pelos rubios, parte dor- sal elevada en la región gástrica y desde allí formando un plano inclinado hacia adelante y otros dos hacia ambos lados: dos ¡espinas grandes en cada región branquial, las externas dirigidas hacia afuera, y otra en la región cordial en la misma línea: detrás de esta última hay otra en la región intestinal. Bordes lá- tero anteriores rectos sin espinas. Espacio interor- bital igual á la mitad de la longitud del carapacho 306 ANALES Dk LA =- - a sin incluir los cuernos. Orbitas oculares salientes con una escotadura en el borde superior. Frente ancha, cuernos muy separados, divergentes, triangu- lares inclinados hacia abajo. Garras casi tan largas como el carapacho, brazo con algunos tubérculos espiniformes en la parte su- perior y una espina grande en la articulación con el carpo: este y la mano finamente granuladas con pocos tuberculitos, dedos unidos, el pulgar encor- vado: patas más cortas que las garras con algunos tubérculos en la orilla superior, tarsos encorvados. PERICERA SEPTEMPSPINOSA Stimpson Carapacho prolongado, muy convexo, pubescente, granulado, orillas antero-laterales y postero laterales convexas, su mayor anchura á través de las regiones branquiales. Porción dorsal armada de siete espinas muy pronunciadas, una en la región gástrica, otra en la cordial, una en la intestinal y dos en cada región branquial; las cuatro branquiales y la de la región cordial forman una línea transversal. PERICERA SEPTEMSPINOSA.--STIMP Rostro prolongado terminando en dos cuernos subtriangulares, agudos, corvos, divergentes. Orbi- tas salientes con una espina preocular y Otra post- ocular. Tres espinas en la región suborbital y sub- hepática siendo más larga la posterior. Una espinita delgada en la articulación basal de las antenas. ACADEMIA DE CIÉNCÍAS DÉ LA HABANA 367 Garras más cortas que las patas, su extremidad apenas alcanza á la punta de los cuernos, son delga- das, lisas, los dedos unidos y poco encorvados. Patas largas, granulosas, sin espinas, las del primer par tan largas como el carapacho, inclusos los cuer- nos: tarsos largos, agudos. Long. 0.026. Ancho 0.016 sin espinas Color pardo rojizo. CARPILIUS CORALILINUOS. Latr. No 4 (a. Cancer corallinus Fab. Ent. syst. supl. 337, 14. Herbst, 33, 41, tab. 5, fig. 40. seba, Mns. HI tab. 19, fig. 2, 3. Rumph. Mns. tab. 8, fig. 5. Bose, Hist. Nat. des Crust. A CARPILIUS CORALLINUS.—LATR.—NO. 4 G. Carpilius corallinus Latr. Régne anim. IV, p. 37. Edw. Crust. I p. 380. Guer. Men. Martens. Cangrejo moro colorado Parra 45, 2. CANGREJO MORO COLORADO Esta preciosa especie, notable por sus brillantes colores y por la regularidad de sus formas, tiene el carapacho liso, dos quintos más ancho que largo, 368 A ANALES DE LA semicircular en la parte anterior, terminando por ambos lados en un tubérculo prolongado: desde | aquí se dirige hacia atrás en línea recta estrechándose ] por ambos lados. Frente saliente en forma de cresta in- clinada hacia abajo, débilmente surcada en su media- nía formando dos lóbulos: un gran tubérculo redon- deado á cada lado, separados de la frente por una ancha hendidura, y formando el borde interior de las fosetas oculares. Ojos grandes, pedunculados, ence- rrados en órbitas circulares con. los bordes.lisos y un tubérculo en cada ángulo externo. Garras muy grue- sas, desiguales, un tercio más largas que el carapa- cho; brazo corto, carpo tan grande y grueso como la mano; dedos muy gruesos, encorvados, los de la garra mayor armados interiormente de grandes tubérculos, dos en el pulgar y uno mucho mayor en el dedo fijo; los de la pinza menor tienen un filo cor- tante en la orilla interna. Patas cilíndricas, lisas, tarsos encorvados, más largos que el artículo que les precede, terminando en uña negra, el segundo par es el más largo. Antenas color rojo' claro. amarilloso con una gran mancha roja de coral brillante en:todo el carapacho cubierta de numerosas manchitas amarillas, dedos negros, parte inferior blanca. Viven en el mar en lugares profundos de fóndo' pe: dregoso: con frecuencia se encuentran en los merca- dos, donde llaman la atención por su brillante colo- rido y son muy solicitados por ciertos gastrónomos. D. Antonio Parra lo describe con mucha exactitud nombrándolo “Cangrejo moro colorado.” Long. 0.100. Ancho 0.140: prop: 1: 1.4.0, MENIPE OCELLATA No5 G. Menipe ocellata Martens. Cangrejo moro Parra, 45, 1, CANGREJO MORO Carapacho algo más ancho que largo sin granulas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 369 ción ni espinas, con algunas elevaciones poco marca- das, borde anterior redondeado, saliente, con cuatro incisiones á cada lado. Frente algo inclinada sobre- saliendo en sa medianía y dividida por una hendidu- ra profunda en dós lóbulos, cada uno de éstos con un ligero surco en su mitad: entre estos lóbulos y las órbitas se ven Otros dos que forman el límite interno de dichas órbitas. Ojos pedunculados, alojados en fose- tas orbiculares con una hendidura en la orilla inferior interna. Antenas externas compuestas de tres ar- tículos, siendo muy ancho el de la base, las internas plegadas horizontalmente en una hendidura bajo la MENIPE OCELLATA.—NO 5 G. frente. Las quijadas auxiliares exteriores cierran en- teramente la boca. Garras enormes desiguales, la mayor casi tres veces más larga que el carapacho, brazo y carpo lisos, mano grande, dedos separados, robustos, tan largos córito la mano, el pulgar arqueado y ambos con grue- sos tubérculos en la orilla interna: segundo y tercer par de patas más largos que el primero, todas lisas, prismáticas, tarsos tan largos como el artículo pre- 310 AÑALES DK LA cedente, eon pelos recios y espesos, uña cónica y ne- gra: el artículo que precede al tarso tiene algunos tufos de pelos en la orilla inferior. Color verdoso en toda la parte superior con nume- rosas manchitas negruzcas en todo el carapacho, lo inferior blanco amarilloso, dedos negros. Vive en los mismos lugares que la especie anterior (Carpilius corallinus) y es muy estimado como man-: jar apetitoso. D. Antonio Parra también lo menciona. Long. 0.100. Ancho 0.141. Pinza mayor 0.280. Ancho dela mano 0.077. Pulgar0.095. Prop:1:1.141. PANOPEUS HERBSTOUÚ. No. 115. M. G. Borde anterior del carapacho formando una cresta saliente con cuatro dientes, el primero doble en la orilla externa de las fosetas oculares, los tres poste- PANOPEUS.—H ERBSTÚ —115 G. riores agudos: frente lisa, bilobada, también saliente. Parte superior del carapacho poco granulosa en la parte anterior, con algunas líneas bien marcadas que lo dividen en varios espacios algo elevados. ÁCADEMÍa DK CIENCIAS DE LA HABANA Dl Ojos encerrados en fosetas en el borde anterior: an- tenas externas filiformes. Garras robustas, la iz. quierda mayor en ambos sexos, dedos lisos dentados interiormente, el pulgar algo encorvado, mano ma- yor que el brazo carpo con un dienteenla extremidad anterior externa del borde superior, estos dos artícu- los finamente granulados en la cara externa; brazo corto. | Patas deprimidas velludas en ambas orillas, tarsos también velludos terminando en uña aguda; segundo y tercer par más largas. Se encuentran con frecuencia recorriendo los made- ros bajo los muelles á poca distancia de la superficie del agua pero nunca lejos de ella. Son de pequeña talla y de un color pardo rojizo oscuro, garras rojo más claro, los dedos negros, blancos en la extremidad. gd Long. 0.034. Ancho 0.046 prop: 1: 1.35. E) 1116/15 0026: $20.085 907714) 184. ES DHTB) «0,081 IO OBOt o brida E OU 0.024, 200 (009 Oli go roda dB) CHLORODIUS AMERICANUS, Sans: Nr. 215 du, Ss UL Carapacho ovalado transversalmente, muy ancho convexo, con muchas elevaciones en la región esto CHLORIDIUS AMERICANUS.—SANS 218 G. macal y parte anterior de las branquiales, liso en la intestinal y genital. Margen lateroanterior armada 2 ANALES DE LA de cuatro dientes romos dirigidos hacia adelante, el que limita la foseta ocular doble, los tubérculos in- mediatos á estos dientes toman á veces la forma de espinas. La frente se adelanta en forma de cresta ondulada, cortada en su medianía y con dos surcos á ambos lados entre el central y las fosetas oculares. Garras grandes, casi iguales con todos los artícu- los rugosos en la cara externa, lisos en la interna, carpo con un diente agudo en la orilla interna: dedo fijo escavado en su extremidad, con un diente grande en su medianía, el pulgar cónico y arqueado: patas ambulatorias deprimidas con 1 en ambas orillas, el primer par es el mayor, todas terminan en uñas agudas. Antenas filiformes. Cola con seis segmentos en el macho y cinco en la hembra. Color claro, punteado de pardo oscuro en unos, y en otros de verde claro sobre fondo amarillento: dedos negros con la extremidad blanca. Cara infe- rior de un amarillo claro, presentando algunos, man- chas pardas, otros fajas transversales más ó menos OSCUTAas. Vive bajo las piedras, en lugares cubiertos durante las grandes mareas, se ocultan frecuentemente bajo la arena. co” Long. 0.020. Ancho ircluyendo las espinas la- terales 0.032. Y Long. 0.019. Ancho incluyendo las espinas la- terales 0.030. | ERIPHIA GONAGRA Milne.—Edw. No. 17 «. Cancer gonagra Fab., Ent., syst. supl. 337, 10 Bosc, Hist. Nat. des Crúst. 1/p. 172,,tab. 2, fig. 3 Eriphia Gonagra M. Edw. Hist. Nat. des Crust. 1 426, pl. XIV fig. 16, 17. Gibbes/Proc. Am. Assoc. Adv. Sci. 1850 p. e Dana, U.S. y xpl: uea Crust. I, 250. Stimpson, Notes on N. Am. Crust. p. 89. Smith, Trans. Conn, Acad. Arts and Scien- ces II, 7. Martens. | ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 373 Carapacho finamente granulado, redondeado por ambos lados, con algunas elevaciones bien marcadas en la parte anterior, la posterior lisa; bordes latero- anteriores armados de seis dientes espiniformes diri- gidos hacia adelante sin incluir los postorbitales: á ambos lados de la región estomacal tiene varios tu- hérculos formando líneas que corren paralelas á los bordes anteriores, y sobre dicha región otros en for- ma de escamas rodeando la orilla superior de las ele- vaciones mayores de la parte anterior del céfalo- cora xXx. Frente ancha, algo saliente, con orilla granulosa y un surco en su línea media. Antenas externas si- ERIPHIA GONAGRA.--M E. 17 G. tuadas en la misma línea de la frente: órbitas con el borde elevado; un diente agudo en su ángulo externo y otro en el interno. Garras desiguales, la mayor, dos veces más larga que la porción post-frontal del carapacho, tiene el brazo prismático, el carpo con varios tubérculos for- mando líneas transversales en la cara externa; mano erande, gruesa, cubierta de grandes tubérculos re- dondeados colocados con mucha regularidad, dedos encorvados, un diente grande y otros menores en cada uno: la pinza menor con los mismos tubérculos que la mayor pero sin los dientes grandes de los dedos. Patas prismáticas con el penúltimo artículo á veces 874 ANALES DE LA cubierto de granulaciones y pelos recios, el tarso también velludo con cuatro aristas, uña encorvada. Color amarillo pálido con manchas negras á cada lado del carapacho, las patas con fajas .parduzcas, parte inferior blanca, excepto la mano que es ama- rilla: los tubérculos de las pinzas muy negros. En otros las manchas, fajas y tubérculos son rojos. Ambos sexos son iguales excepto la ccla de la hem- bra que es ancha, redonda, con el borde externo guarnecido de pelos largos y espesos. Long. 0.025. Ancho. 0.033 prop. de lcd. Abunda bajo las piedras, en lugares cubiertos de rocas que alcanzan las mareas, escondiéndose á veces en la arena que se deposita en los huecos de los arre- cifres. (Continuará) ACADEMIA DE CIENCIAS DE Ly HABANA 375 SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 8 DE ABRL DE 1900 PRESIDENCIA del Dr. José 1. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Pres: Santos Fernández, Palacio, Cubas, Valdés Ragués, Calvo, Paradela, Rosado, Céspedes, Vildósola, Betancourt, Acosta, Dávalos y (7. López, Secretario. SRES. VISITANTES: Dres: Edelmann, Carvallo, Fortun y Fernández Ibarra (de los U. 5. A.) A las dos de la tarde, ocupando la presidencia el doctor José I. Torralbas, Vice-Presidente de la Corporación, declara, por falta del número determinado de Académicos, abierta una sesión científico-literaria, á tenor de lo preceptuado en el artículo 60—de nuestra Ley. Concede la palabra al Dr. R. Palacio, quien ocupa la tribuna y lee una observación de una enferma en quien realizó una Laparotomía por cisto-fibroma del ligamento ancho derecho. Presenta el tumor objeto de su intervención. Con este motivo, al terminar su lectura, le recuerda el Sr. Vice-Presidente, su oferta de que tiene tomada nota la Secretaría, relativa al regalo de una colección de tumores por él operados. El Dr. Palacio, ratifica su oferta mencionada y reítera sus condiciones y número, cosa que asegura cumplirá en tiempo oportuno. Le sucede en la tribuna el Dr. E. Fortun, que visita á la Academia y la honra dedicándole un trabajo interesante, acerca de Un caso de embarazo extra-uterino, en una señora joven, con signos de metritis, á quien se presentaron los síntomas vacinales de un embarazo, á la altura de 4 meses, cuando fueron solicitados sus servicios, por síncopes, repen- 376 ANALES DE LA tinos dolores en el bajo vientre, tumor apreciable en el fondo de saco de Duglas, contínuo con el cuello uterino, dificultad para la defecación etc., y en quien en esta investigación diagnostica embarazo con retro-flexión uterina. Comprueba más tarde la independencia del órgano uterino, no aumen- tado de volumen, con el tumor citado y hace por tanto, firme el diagnóstico de gestación extra-uterina. Impuesta la operación, tratándose de los casos más peligrosos, que caen antes del 59 mes, como el que relata, se decide á ello, y elige la vía vaginal, y no la abdominal, que la considera menos beniena. La operación se realiza sin obstáculo, la mujer tiene una convalecencia regular y pronta- mente queda curada. Al terminar su relación, cita á grandes rasgos, el caso de una turca, joven también por él operada, que ofrecía conjuntamente, un quiste demoideo y un emba- razo extra-uterino. Visto lo interesante de la observación, y en consideración á que estábamos en sesión científico-literaria como ya se lleva expresado, la presidencia, después de felicitar oportu- namente al Dr. Fortun, autoriza la discusión, por si algún señor lo desea. Usa entónces de la palabra el Dr. Santos Fernández, para extrañarse por la condena que se hace de la vía abdominal para la intervención quirúrgica en el caso de observación relatada, vía que le parecía tomaban como de preferencia los cirujanos modernos. Explica el Dr. Fortun, como la experiencia ha sancionado la bondad pronóstica en favor de las intervenciones por vía vaginal. El Académico Dr. Palacio, usa de la palabra, iotiettaldo al Dr. Fortun, por su caso ¿otorteldO de éxito y lleno de interés práctico, hacióndole después aleunas consideraciones rela. tivas á las intervenciones operatorias por la vía abdominal, que entiende preferible multitud de veces, y que resulta de verdadera inocuidad pronóstica si se llenan los requisitos de asepsia etc., como lo demandan los progresos modernos de ja cirugía. Aleunas consideraciones en contesta, expresadas por el Dr. Fortun, cierran este punto interesante de discusión, en el que, interviene también la Presidencia: expresando ideas favorables, bajo un punto de vista general, á las expresadas por el Dr. Fortun en su relato. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 311 Habiéndose completado el número de Sres. Académicos para poderse celebrar sesión oficial ordinaria, entiende la Presidencia y así lo expone, que como tal debiéramos consti- tuírnos, acordándose así y dándose entonces lectura por el Sr. Secretario, al acta de la sesión pública ordinaria anterior, que fué aprobada, leyéndose también las notas relativas á la correspondencia oficial de la Corporación. Se terminó la sesión á las 4 de la tarde. DOLO DOLO) SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE ABRIL DE 1900 PRESIDENCIA del Dr. José 1. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres: Plasencia, Santos Fernández, Dávalos, Ragués, Vildósola, Rosado, Céspedes, Cubas, Betancourt, Acosta, Gexrcía, Castellanos y (- López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres: Carvallo, Edelmann v A. Agramonte. Después de leída el acta de la sesión anterior, que fué aprobada, dió la Secretaría, lectura á una comunicación del Dr. J. IL. Torralbas, pidiendo para el Museo de Historia Natural de la Universidad de esta Capital, ejemplares repetidos ó exáticos que tenemos en nuestro Museo á fin de que sean útiles á la enseñanza. Por unanimidad se adoptó el acuerdo de conceder lo pedido por la Universidad y que se cumplimentase el obsequio mediante oficio. Así se hizo. Se entra en la orden del día, ocupando la tribuna el Dr. Juan N. Dávalos, quien lee un trabajo intitu- lado: El poder desintectante del Electrozono, en el cual demuestra su autor, que esta sustancia, que se obtiene del agua de mar descomponiéndose por las corrientes eléctricas, representa un poder desinfectante muy variable en su inten- sidad, y que guarda relación con la cantidad de cloro libre que contiene. Asegura que es una sustancia excelente como desodorante, útil propiamente para la desinfección superficial, pero 318 ANALES DK LA perfectamente incapaz para la desinfección de nuestras cloacas, que por lo que precisamente se emplea en esta Capital, habiéndose montado á este fin por el Gobierno Americano—edificio y aparatos cuyo costo ha sido de unes 80 mil pesos, empleándose diariamente en su entretenimiento cuarenta pesos. Se autoriza especialmente para que pueda hacer uso de la, palabra si lo desea, al Dr. Arístides Agramonte, Médico al Servicio del Gobierno Americano y compatriota nuestro, el cual corrobora en un todo, las estimaciones expuestas por nuestro compañero Dávalos, y quien se extiende en conside- raciones sobre lo variable que resulta el cloro libre, agente que representa el poder desinfectante. En la misma planta eléctrica, es variable el cloro, en los diversos tanques. Concluye también, que es un deodorante, que es bueno para la desinfección superficial, pero inútil en nuestras cloacas. El Dr. Santos Fernández, usa de la palabra, como el Dr. Torralbas, para hecer consideraciones sobre el costo enorme del aparato en relación con su cierta utilidad; y lamentarse ambos de que los americanos, no hubieran tenido en cuenta el poder real del electrozono como agente desintec- tante, antes de la realización de la obra, construída con este motivo de la utilización del electrozono. La Presidencia concede la palabra al Dr. Edelmann, visitante que nos honra con el fruto de su laboriosidad, y que nos lee un trabajo en esta forma interrogatoria. ¿Basta la aparición de la melanina para diagnosticar paludismo? Lo desenvuelve en sentido afirmativo, siendo muy celebrada esta disertación. Con ello se dió por terminada la sesión ordinaria consti- tuyéndose la Academia en sesión de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 379 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA COTINO ELA En virtud de hallarse vacantes en esta Academia de Ciencias, dos plazas de socios numerarios, una correspondiente á la Sección Meade Vetermarta] Y la otra á la Sección 32, de Ciencias Físicas y Natu- rales; campliendo lo acordado por la Coporación y de acuerdo con el artículo 992 del Reglamento, se pone en conocimiento de los Sres. Veterinarios, Doctores ó Licenciados, Ó de los individuos de notorios conocimientos en las Ciencias Físicas y Naturales, que las vacantes anunciadas serán provis- tas por elección en personas domiciliadas en esta Capital, admitiéndose á este fin por la Junta de Gobierno, durante los quince días siguientes á la convocatoria oficial en la Gaceta, las propuestas que para Académicos se presenten por los miembros de la Corporación ó las solicitudes documentadas de los aspirantes, las que podrán dirigirse desde esta fecha al Secretario que suscribe. Habana y Agosto 12 de 1900. El Secretario General, Dr. Gustavo LÓPEZ, Y Á ' IR ) An e d f - A . z 0 a A YN dh As tatabr y. O La A 000 Mé e s es EA A PRA O ; ' A ; ) ' y A ee / ps! lr NR ps e sl Ae A - Ae E AN - Li el Me AMABAN Al 30 casona Alma A: ES MAS JAS É Pre coa pe ¿AVES “e e, 4) Ye A Mel B » yaya ARO IGN sie 7d £rta seri AA cial 4d le Aia uk ¿Ue y ICON eE AA OTE «Ei ALEZTO L ea ot 2d all A bit Y nara obli olor es o ERA AR TOA prtao OS e ri OA a o adi RNA OTI. YA e A sr DRA Ae aN CAS a AA RIAS ARA GIRA Aida DIRÍA O 295! th co Y ec 401) Eds ml dira dardo 18 RO O aia a púa pet as amorr MINAS foca A E O bssartas pp O Des del ps h AXAÍOS 5d 10 RE a, 2 NV MIA Mish agertetrh bierbiuahabpárbeas PH AAA :4 y cd 9 fipd cdo q Y á y » PES" y E ON E Md Mi a EAS PARO (ps 4 e JA NL e > Des nn ¿BE Mo ti PA a AOS ralla pe pa . A ' Mi . q A ¡ . y Pes ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA TABANA INDICE 381 DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO 333 VI ACADEMIA.—Seslón Solemne... oooooocororcccrconcconocnnnccoos Discurso del Presidente en la sesión A DS Resumen de las tareas durante el bienio de ES9/ ad SIA . caucrocos conan Acta de la sesión del 11 Junio 1899 ... é 7 5 20 ' Probrama'de Premios p.s. pe secaisadiacnss. Discurso científico leído en la sesión solemne ....... dE ADA Acta de la sesión extraordinaria del Haile lo de AA a dao Acta de la sesión del 9 de Julio de 1899. Acta de la sesión del 23 de Julio deis... 21110 Lord IO JI00 Acta de la sesión del 13 de Agosto de MSILos. ce occonaoccnd Acta de la sesión del 11 de Diciema- hrelds oi OBlicos eel.cne co cianó Acta de la sesión del 12 de Febrero o LA A PÁGS. =] 382 ANALES DK LA AcapreMIa.—Acta de la sesión del 26 de Febrero de 10. cl ak ON Es e Acta de la sesión del 12 de Marzo de de 1 copa ci aloe ¿x Acta de la s+esión del 26 de Marzo A A 3 Acta de la sesión del 9 Abril 1899....... A e es o DA Mi se o Es 8 Qebuibre, 03 00% ze O dE PIN CN S ES ps si 12. Novbre:s, , US s 10 Dbra mM 24: > des 0d , 14 Unero 1900 . 1 y ” ” 28 ” ») E te . 11 Tebrero a A E a 25 y Md £, e o 0% 11 Marzo SOS 5 IN 5 25 A z E e » 3522 04Abrilia 11 A Caonvocatordl. Lab. oasis APUNTES HISTÓRICOS. -- Los locos en Cuba por el doctor UStarO LOPEZ: dobra cade ANTrOoPOLOGÍA.-——Recepción del Dr. José María Céspedes. , Contestación por el Dr. Gustavo E reed si AO BIBLIOGRAFÍA.— ++... .rooo..oorss»?poropporsocro nar. aorpooooo...or.. ooo y) 1024? PTE eaoteolrlaaio bdo so colo ..oo.... .eor...o.o... Tons oo o.o.o»o.o.on.o BorÁánica.—Informe sobre plantaciones de Eucaliptus, Dr. A: Bosque ases A e BacrerIioLoGía.— Discurso de recepción del Dr. Juan N. Dávalos............ OD. E Contestación por el Dr. J. Santos Fermándews-8l.cdb dat is 5 Nuevo y rápido procedimiento de doble coloración de la sangre por el doctor R.. García AJOIA E INE. 67 273 282 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Cirucía.—Pólipo fibro-miomatoso del cuello del útero por los Dres. E. Edelmann y N. en hematocele.— Dr. Ramón Palacio CLínica Mépica.—Un caso de muermo, por el doctor Gusiayo Lopera Mal ciación ica il Consideraciones sobre la profilaxis del muermo.—Dres. E. Acosta y J. N. Dáisalos:t...comvatiomliil. ALA E Etiología de la infección hemogástrica en la fiebre amarilla.—Dr. C. J. INE A E EN CrieENCIaS NATURALES.— Informe sobre la veda de la pesca de esponjas.—Dr. J. 1. To- nalbas 2.00 AS Farmacta.—Informe sobre un producto farmacéutico por el Dr. Manuel Delfín e Aválisis pericial del Ron Carta Blanca de Santiago de Cuba, por el doctor Gastón Alonso Cuadrado HisroLocía.—Recepción del Dr. Joaquín Diago......... 4 Contestación por el Dr. T, V. Coronado. HrGreNE PubLica.——Consideraciones sobre la profilaxis del muermo, por los Dres. E. Acosta y TEN. Diva ita, eins E La tuberculosis y la leche por el doctor Jasa Coral do PA Desinfección urbana por el doctor A A A a La peste bubónica y su profilaxia, por el Dr. F. Torralbas Montes ........ S El poder desinfectante del Electrozono, Pare rD TEN Divas oi canos S El carbunclo en la Habara, por los Dres. E. Acosta y J. N. Dávalos.. ... 311 914 183 384 ANALES DE LA Hisroría Naturarn.—Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba........ 292,326 y JUNTA DE GOBIERNO.- -Secciones, comisiones y títulos Acadétaicos 1p0abnrsiril le celia PrrreroLoGía.—--Nuestras fiebres.--Dr. T. V. Coronado... SEROTERAPIA.--Un caso de fiebre puerperal tratado por el suero antidiftérico por el doctor J. N. «DA vados. O TRIAS. com son UrorLocía.-—Algunos errores en el examen clínico de la orina.—Dr. Gastón A. Cuadrado.... Vías URINARIAS.——lstrecheces tardías por el doctor Joaquín Diago....... A A e 148 OBRASDE VENTA EN TEA AS e ai DE LOS “ANAL LES! Trabajos de la comisión de medicina le Ja ligiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitol gía, Erpetologia y Entomología Cubana, de - Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Pat Y Antigúedades de la Isla de Puerto Ric el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los, Moluscos Cu banos, por el Sr. Arango y Molina;; Patología y Terapéutica del aparato lenticu del ojo, por el Dr. Becker, traducida dela mán por el Dr. Finlay. | GON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. Entrando el hierro en la composición de distintas partes del rganismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- ida, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. ara reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi-- ss desde época inmemorial administrar el hierro en diferentes rmas y combinaciónes que tienen el defecto casi todas de tigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estreñimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Ir. V. Deschiens, tuvo la feliz ¡idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se eucuentra en la sangre de s vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la anemia, a Clolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE - DESCHIENS, preparados en París por la reputada casa de - s Sres. Adrian y C?, fueron acogidos en los hospitales de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa - «el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- nio y la depresión moral. | EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA s0n .. 1 conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de... mutación los recetan á diario; pero bueno es recordar al... tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Frau- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vendeen la abana en las boticas del DR. GONZALEZ, Habana 112' del DR. JOHNSON, Obispo US y de JOSE SARRA, Teniente z 1 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas de la A Tomo 37. JUNIO Y JULIO DE 1900 ¿Entregas Ny400y 430 -_ DIRECTORES: : Dres. J. M. Céspedes y G: López Redacción: Calle de Cuba número 84 A Tama ANATES Discurso del Sr. Vice Poldónta de e Cor raión Dr. José I. Tonalbas 1 Resumen de las tareas de la Corporación durante el año académico de 1899 á 1900, por el Sr. Secretario General, Dr. Gustavo López. Discurso científico leido por el académico de número, Dr. Mig uel Sánchez Toledo. Programa de los premios, Tercer Congreso Médico Pan—Americaño. Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba, Notas del doctor Juan Gundlach + 1896, compiladas y completadas por el Dr. J. L. Torralbas. (Continúa). Acta de la sesión solemne de 19 de Mayo de 1900. A | Ñ ea Academia de Ciencias A... ON HABANA ' Imprenta “La Prueba” 1900 ! AS e] Alimess suelto: 30 cts. Publicación >nsual. =3 tn adelantado $3 oro Condiciones Los “Anales” sepublican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO, por semestres ade- | lantados, En esta publicación, aparecen, á más de los traba- jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral ¿intereses profesionales, de asuntos históricos de diver- sos ramos, d. d. Los “Anales” sostienen canje numeroso con publi- caciones análogas del mundo entero. : AVISO se suplica ON cange. Toda obra enviada á la redacción de los n será anunciada tres veces. ANALES DE LA Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana | BH, TADA AS nd ¿os iwicA y aasield essibóM esionoid 9Í $ sad Le ¿ * + e «e ANALES. DE LA Academia de Clencias Médicas FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA Ú_—_— A ——____— REVISTA CIENTIFICA ORGANO OFICIAL DE LA CORPORACIÓN DE SU NOMBRE Da Deco. José O" Céspedes 14 Gustavo López TOMO XXXVII HABANA Imprenta “La Prueba,'? Manzana de Gómez 1900 23JARUTAM Y ZADIeIA Al 4d BIATIAILO. ATL .. AU MOM: YE HA AOIAMO FOO A HA TUDO Mol de to > de q DE e 90 MAN ANA A NA A IV ÓMOT e A EA k to li . EE 14 Ps net AMAHAD A FBIICO cy an ada ta 10d e Ñ ; % CL le >. y ÓL1 NA. Ae TO Es a e 00% 0 IO! p ¿6 nq 097 0%: ¿cal ces ES SESION SOLEMNE DEL 19 DE MAYO DE 1900 Discurso del Sr. Vice-Presidente de fa Corporación Dr. José !. Torralbas. Sr. Secretario de Estado y Gobernación, Sres. Académicos, Señores: Una de las fiestas de la inteligencia de más signif- cación en nuestra patria, nos congrega esta no- che aquí: la Academia de Ciencias de la Habana celebra su trigésimo nono aniversario y el más modes- to de los Académicos que tiene el honor de presidir por ahora esta docta Corporación, no puede menos, al contemplar el espectáculo edificante de tan selecta reunión, que evocar el recuerdo de los muertos 1lus- tres que fundaron esta institución, que la llevaron á la prosperidad y que nos la legaron como sagrada herencia que debemos conservar para legarla á nues- tra vez á las venideras generaciones. En las paredes de este salón se ostentanlos retratos de aquellos sabios varones y desde los dorados marcos que los limitan parecen sonreir al contem- plar la ruta invariable que esta nave sigue en los mares de la ciencia y que no es otra que la que ellos le marcaron. Las sombras queridas de los Gutiérrez, los Zambrana, los Mestre, los Poey, los Luz Caballero y otras si no tan grandes no menos queridas, se 6 ANALES DE LA ciernen sobre nosotros y concurren también á esta solemnidad que viene á demostrar que su obra resul- tó fecunda y duradera. Una suma considerable de trabajo intelectual se ha realizado desde que ellos se fueron de entre nosotros; de ella dan cuenta irreprochable nuestros Anales que fieles archivos de nuestra labor científica, se han encargado de darla á conocer fuera de Cuba; y todo esto se ha realizado hasta ayer en un ambiente que no era el apropiado para esta clase de sociedades, en medio de instituciones que le eran poco propicias y quizás hasta hostiles; así es que el que tiene el honor dé dirigiros la palabra espera que en lo sucesivo la Academia adquiera más vida y mayor desarrollo. Hoy, en el seno feliz de la Libertad yen la aurora de la independencia patria, debe esta sabia Corpora- ción marchar serena á los fines de elevada cultura que le estánencomendados. Este, señores, es misentir. En esta ocasión como en otras muchas semejantes vine contento á celebrar un año más conquistado por nuestra querida Academia en el curso de las edades, y como si alguna señal de los tiempos quisie- ra robustecer las esperanzas halagiieñas de que estoy animado, una grata sorpresa me “esperaba, sorpresa cuyo misterio no quiero por el momento revelaros y que da la medida del concepto que esos Anales de que antes os hablé, han contribuido á formar entre los sabios de otro país, respecto de los médicos y demás hombres de ciencia en Cuba. Nuestro querido é ilustrado Secretario con su acos- tumbrada erudición dará á conocer nuestra labor, del año, y después hará saber la comunicación que ocasionó mi sorpresa. A él y al ilustrado Académico Dr. Sánchez Toledo les corresponde la palabra esta noche y, no quiero malgastar el tiempo que ellos sabrán emplear con el mayor provecho. INAU BANNED LOIRA CUA IA CIA UA RADA DAENADA ACADEMIA DE CIENCIAS DE. LA HABANA Y Resumen de las tareas de la Corporación, durante el año académico de 1899 4 1900, por el Secretario General Dr. Gustavo López Un año más, y una nueva fiesta. Nos vestimos hoy con nuestras mejores galas, y venimos con el alma henchida de satisfacción, para celebrar la fecha conmemorativa de nuestro nacimiento. Treinta y nueve años de vida contamos esta noche; y nuestro orgullo está, en que ese mismo tiempo lo cumplimos también, de labor no interrumpida, de esfuerzo siem- pre grande, perennemente sostenido, en obsequio de las Ciencias, del progreso y cultura de este hermoso país; del mejoramiento y de la salud de nuestros semejantes. Cuántos trabajos realizados, y cuánta actividad desplegada en este periodo de existencia, de que verdaderamente nos ufanamos. En este mismo solemnísimo día, como en todos los años anteriores, tenemos el deber de reunirnos para tributar venerando y público respeto á nuestra pro- pia constitución; entonar justas alabanzas á aquellos varones ilustres y meritisimos que fundaron esta íitil institución, y asimismo realizar el sumando anual de nuestros trabajos, que en razonado expo- nente debe presentar la Secretaría. Solo que, si en años anteriores, compañeros doctos y varones nota. bles por muchos títulos, supieron bien bordar estos escritos, de contínuo áridos, con las galas de su cul- tura y embellecerlos con sus vastas ilustraciones, no otra cosa que unas mal hilvanadas frases, podrá ofrecer quien, sin más valor que una buena voluntad, ocupa por primera vez este honroso puesto. Cuánta diferencia entre nosotros y los Secretarios que en tiempo distinto nos han precedido! Destáca- se entre los más salientes, la figura hermosa de Antonio Mestre, aquella alma tan grande como llena de evangélica caridad, cerebro de primer orden, nota 8 ANALES DE LA ble médico y literato, hombre de vastísima cultura, mezcla de oportuna energía y de ilimitada bondad, saturado de civismo, que durante tan largos 2ños en este puesto, supo con celo no ignorado, luchar por nuestra vida, nuestro progreso y prestigio. Cuánto derroche de amor para esta Casa ofreció en toda ocasión patricio tan prestigioso. Con cuánto eutusiasmo preparaba estas fiestas y con cuánta escrupulosa verdad, inagotable elocuencia y belleza de lenguaje, realzaba las tareas de la Academia.—Bas- tante niño aun yo concurría á estos aniversarios, y jamás puede olvidárseme aquel acento especial, aquella entonación tan agradable, aquellas esplén- didas oraciones, no se sabe si de Ciencia ó de dicción mejor recabadas, que tanto llenaban este amplio salón, cautivándonos á todos, porque sus frases parecían frecuentemente remedar las harmonías más dulces del arte musical. Necesítase buen ánimo para continuar esta tarea, ante un tributo tan justo; pero ante un recuerdo que tanto enseña nuestra insuficiencia. Quizás encontre- mos los alientos necesarios, al evocar la veneranda personalidad del Dr. Nicolás José Gutiérrez, ejemplo vivo de firme voluntad, médico también de excepcio- nales aptitudes, alma llena de adorables atributos, que concibió para bien de la Ciencia y orgullo de este suelo, la idea de nuestra creación. A su esfuerzo, á su perseverante afán, elaborado y trabajado en un periodo de varios años, en medio de obstáculos tre- mendos, debemos la vida. Fué nuestro respetable presidente mientrastuvo vida, y ejerciendo este cargo -—en que tanto se dió á estimar, como supo enseñar sus altas dotes de inteligencia y de energiía—pagó su tributo á la muerte. Desde entonces estamos en perpétuo luto; porque ha dejado entre nosotros una estela tan luminosa, tan saturada de ejemplaridad y de amor hacia la Ciencia y hacia esta Institución, que aun los académicos de todos los tiempos poste- riores á su muerte, le evocamos siempre como el émulo de los perfeccionamientos que apetecemos, eloriándonos de poderle remedar, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 Perpetuamente está entre nosotros el hermoso ejemplo que nos legara; y nunca podremos sustraer- nos á la compañía de su espiritu, que flota siempre, con propios y brillantes esplendores, sobre nuestras cabezas, tomando parte, tan pronto en las profundas meditaciones de los asuntos que nos entretienen, como también en las investigaciones que realizamos, en las glorias que encontramos, en las modestas fies- tas que preparanios. Tan grande y bien probado tenemos el mérito de varón tan prestigioso; y tan grande como bien merecida fué la altura á que supo colocarse el que brillantes páginas de gloria labró para la medicina patria. Gutiérrez y Mestre! Dos nombres tan sencillos, y dos hombres tan valiosos, que significan para noso- tros todo un poema inacabable de gratitud y veneración.. De ellos puede decirse, parodiando al ilustre repre- sentante del Consejo Municipal de París, ante la tras- lación de los restos del gran Pasteur—que ellos siem- pre serán los jefes de esta ilustre casa; que aquí con nosotros vive el genio de ambos maestros; y que nuestra mayor gloria y prestigio, servirá para aumentar la que á ellos legítimamente corresponde. Somos nosotros los guardianes naturales de sus recuerdos; constantemente palpamos sus acciones, el bien que nos hicieron. Que ellos sean los espíritus tutelares y benéficos que velen cuidadosos por la prosperidad y esplendor de este recinto tan querido! La actividad de esta Corporación, se ha desen vuel- to en el último año, mediante veinte reuniones públicas, —3 de ellas extraordinarias, —en que temas interesantes, asuntos de viva actualidad, motivos edificantes de progresos reales, han sabido revelar como siempre, que el modesto grupo de obreros que aquí formamos, marcha por innato mérito á la ca- beza delos perfeccionamientos humanos, atizvando de contínuo los mejoramientos de todas clases que 10 ANALES DK La A ad _ se suceden, los descubrimientos que son útiles á la humanidad, los recursos que abrevian las enferme- dades, aseguran la salud, previenen los males que nos azotan, ó simplifican y mejoran procedimientos de las artes ó de las industrias. Nuestra comisión de Medicina Legal, abrumada de contínuo por una labor amplísima que le imponía la multiplicidad de consultas de los diferentes centros oficiales, y principalmente las originarias de la admi- mistración de Justicia, ha tenido este año un poco de descanso, pues bastante menor ha sido el número de los asuntos sometidos á su probidad y á su acredita- da competencia. Este punto, que ha venido siempre consumiendo, digámoslo así, la preferente actividad de esta Corporación—porque ella es un Centro oficial consultivo, —permite quizás su consignación placen- tera en esta oportunidad, por guar dar harmonía con el decrecimiento del número y dela altura de los hechos delictuosos que se vienen sucediendo. No por eso, han sido de ningún modo cortos los imformes oficiales que se nos han demandado. Sólo que pertenecientes á más variados asuntos, se han repartido entre las diversas comisiones que constitu- yen la organización interior de esta casa. Testigo de ello, pueden serlo los informes que respectivamente han despachado, los Dres. A. Bosque y P. Valdés Ragués, ambos sobre plantaciones de Eucaliptus en di- ferentes localidades de esta Isla; asunto interesante de higiene pública, de importancia mayor en dcter- mimadas estaciones del año, y que fueron desenvueltos en consonancia á sus provechos prácticos. El del Dr. M. Delfin acerca de un nuevo producto farmacéutico, demandado por una acreditada Dro- guería de esta capital, y que con tanta certeza como brevedad fué desenvuelto. El del Dr. G. López, acerca dela situación mental de un procesado por homicidio, hecho de cierta resonan- cia en esta capital, cometido en lug gar muy concurrido, en el que, ningún disturbio de la mente, que no exis- tía, pudo ser el motivo ocasionador del delito. El del Dr. J. 1. Torralbas, sobre la época de la veda ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LÁ HABANA 11 en la pesca de las esponjas, asunto de importancia para el porvenir deesta industria, que constituye una fuente de recursos para determinados litorales de nuestra Isla, y que con verdadera maestría, abun- doso en razones de sólido fundamento, fué contestado. El del Dr. L. Montané, miembro de mérito de esta Academia, sobre restos humanos, y á quien serecurrió por su singular competencia en estos asuntos antro- pológicos, dejándonos como se comprende, altamen- te complacidos en su trabajo. El del Dr. T. V. Coronado sobre fiebres, cuestiona- rio propuesto por el que era mayor de sanidad de la Habana Dr. Davis, que encerraba para el cuerpo mé- dico tanta importancia práctica, ofreciendo ocasión para fijar acuerdo sobre punto que venía permitiendo notable variabilidad de criterio entre los prácticos; entre los que aceptaban el modernismo médico, por decir así, con los sólidos fundamentos consentidos á través de los admirables descubrimientos de esa gloria del mundo entero que se nombró Pasteur, y entre los aferrados á las doctrinas antiguas en que el humorismo y las reacciones vitales eran la base de toda concepción. Asunto tan trascendental, fué pues- to en las doctas manos del Sr. Coronado, verdadero maestro en todo lo que dice relación con nuestra propia piretología, cuya solidez de criterio, bien ensanchada con una larga práctica, bien robustecida por numerosos hechos experimenta ales, y bien puesta á prueba con la compañía y colaboración de aquel espíritu analítico, de aquel poco común observador, hábil é ilustradísimo clínico, que se nombró Domingo Madan, ha sido reconocida en más de una ocasión por esta Academia, que ha premiado más de uno de sus trabajos sobre estos asuntos. Como no podía menos de suceder, el Dr. Coronado desempeñó su co- metido de modo tan hábilcomo práctico—unificando, puede decirse, la base diagnóstica, —y con tanta pre- cisión como concluyente brillantez. Este asunto, sobradamente importante de nuestra patología intertropical, ocasionó como era natural, —y como lo determinó también en la prestigiosa 12 EAN ANALES Df LA “Sociedad de Estudios Clínicos” á donde asimismo fué el cuestionario del mayor Davis,—un animadísimo debate, que en líneas generales unitivas, puede ase- gurarse, puso de relieve la ilustración y el espí itu de sagaz observación que poseen nuestros médicos. Ellos, que tanto brillo proporcionan á esta tierra querida; ellos, que tanto han sabido anhelar, luchar y sacrificarse por nuestra libertad; ellos, son del mismo modo, los que frecuentemente exponen la alta enseña de la ilustración de este país, y dan de contí- nuo la saliente nota del vigor de sus inteligencias. Así lo demostró el debate á que me refiero, pues nues- tros prácticos, dispersos aun por la guerra, las con- mociones económicas que ellas traen, la variada suerte y las aficiones de cada cual, supieron bien probar, cómo no descuidan sus estudios, ni pierden las enseñanzas de la Clínica, ni dejan de preocuparse con problemas científicos que afectan á la conserva- ción de la salud en este rico suelo. De ningún modo extraño puede parecer, que tema de desonancia tanta, pasase silenciosamente por esta casa. La voz del ilustrado Dr. Jacobsen, fué el expo- nente de los deseos de todos; que pronto veremos en activa función, á los doctos compañeros, que consti- tuyendo un grupo especialmente para ello determina- do, se cuidarán de hacernos un estudio acabado de las pirexias que se sufren en Cuba. El del Dr. F. Paradela, que encerraba un asunto de no menor interés en relación con la higiene pública y el fomento de una industria que procura vida á numerosos habitantes de determinada comarca de la Isla. Se trataba de las sustancias, procedentes del alambique “El Infierno” que son arrojadas al Río Sagua, y cuyo hecho afectando á cuantiosos intereses, entrañaba un pleito, una lucha antigua, una alzada gubernativa establecida, quelas autorida- des superiores quisieron resolver, previo estudio desapasionado y técnico de la cuestión. ElDr. Para- dela supo todo hermanarlo, tenerlo en cuenta; y su criterio y solución, que la Academia aprobó unáni- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 18 imemente, constituye un trabajo espléndido, muy bien meditado, razonado y AO Y por último, el del Sr. farmacéutico, Dr. Miguel Garrido desenvolviendo brillantemente una consulta que la Autoridad hiciera sobre la interpretación del artículo décimo de las Ordenanzas de farmacia, rela- cionados con las ausencias del regente ó farmacéutico titular de las Boticas abiertas al servicio público. Asuntos variados, á más de estos informes, tam- bién muy llenos de mérito, interés y oportunidad, han sido tratados, discutidos y estudiados en este recinto. Entre ellos, las dos comunicaciones que acerca de la Patología y de la Etiología de la fiebre amarilla, nos fueron remitidas por el Dr. E. Wasdin, ilustrado y laborioso médico de la Marina Americana; una de las cuales sirvió á su autor para aspirar al título de Socio Corresponsal. Otro tema, sobre la misma fiebre amarilla, degran- dísimo interés práctico, ha procurado el socio de mérito Dr. Cárlos Finlay, autoridad tan reconocida en estos asuntos, que no necesita nuestro pobre enco- mio. Su trabajo titulado ¿Será contagioso el estado hemato-gástrico de la fiebre amar lla? es resuel: to afirmativamente por su autor, que procuró anima- do debate entre nuestros prácticos. “Evolución de la técnica histológica”, esun trabajo de exepcional mérito debido á la pluma del Dr. Joa- quín Diago, habiéndole servido para su recepción oficial; y habiéndonos traido también otro de su es- pecialidad, “Estrecheces tardías,”. muy recomenda- bles por su valer práctico. “El Carbunclo en la Habana,” y “Consideraciones sobre el Muermo,'” son dos acc de los incansa- bles profesores del Laboratorio de la Crónica, Dres. E. Acosta .y Juan N. Dávalos, hechos en mútua co- laboración, los cuales, al igual del traido porel Dr. G. López con el nombre de “Un caso de muermo,” tuvieron viva oportunidad despertando útil y reso- nante discusión. Un reciente y nuevo trabajo del citado Dr. Dávalos, sobre ““El poder desinfectante del electrozono,” nos 14 ANALES DR LA ha procurado animada contienda, haciéndonos saber su ilustrado autor, cómo esta sustancia, quese ob- tiene del agua de mar, descomponiéndose por las corrientes eléctricas, representa un poder desinfectan- te muy discutible en su intensidad. Primeramente resulta variable, por ser variable la cantidad de cloro libre que contiene siendo sí, un buen desodorante, útil propiamente para la desinfección superficial, pero perfectamente incapaz para la desinfección de nuestras cloacas, que es para lo que precisamente se emplea en esta capital, habiéndose montado á este fin, ¡or el Gobierno interventor, edificio y aparatos, cuyo costo alcanza la alta cifra de unos ochenta mil pesos oro americano, elevándose la cantidad de su entretenimiento á cuarenta pesos diarios en igual moneda. Con mucho menos dinero, nos ha probado el Dr. Dá- valos, que se puede obtener otra substancia de mayor y más positivo poder desinfectante. El Dr. Ramón Palacio, joven y distinguido ciruja- no, el más joven de nuestros académicos, nos ha ofrecido tres trabajos, tres operaciones, que son tam- bién tres éxitos. La 1* es un “Hidrocele enquistado espermático transformado en hematocele,” y las otras, son dos Laparatomías, una por fibroma sub- peritoneal, y otra por cisto-fibroma del ligamento ancho derecho. El Dr. M. Delfin, incansable propagandista de la higiene, tan versado en estas materias, ha dado á nuestros debates, dos asuntos, cada cual con su lejí- timo mérito y valer. El uno, la cartilla popular epi grafiada “Cuidado conla tisis,'” qu. encierra consejos muy útiles para evitar la enfermedad que procura más estragos en el mundo entero, que se ceba en las fuentes vivas de las poblaciones, y que hace tiem- po tiene conquistada la preferente atención del cuerpo médico. El otro trabajo, que versaba sobre “La la- ringitis catarral en los niños,” ocasionó luminoso debate en el que se sucedían las citas de casos de niños gravísimos, salvados con el nunca bien ponderado suero andiftérico. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 15 No olvida nuestro ilustrado, vice presidente, Dr. J. IL. Torralbas, la importancia seria de la propagación de la tuberculosis, y en consonancia con las fraces que acerca de ello hace un momento pronunciamos, nos presenta un bonito trabajo sobre “La tubercu- losis y la leche” dando preceptos por supuesto, para evitar que esta substancia alimenticia de tan general consumo, pueda ser medio de propagación de la do- lencia nombrada. Discusión provechosa sucedió á la lectura de esta muy útil disertación, no olvidándose punto alguno relacionado con él, y quedando acor- dado entonces, el nombramie 2mto de una comisión encargada de estudiar y proponer todos los medios que impidan la difusión del azote tuberculoso. Dos cuestiones de piretología, á cual de mayorinte- rés, pone sobre el tapete el competente compañero y sagazclínico Dr. M. Lavin, con sus escritos “Infección estafilocóccica generalizada,” hecho en colaboración con el Dr. Dávalos; y un caso práctico también, de “Fiebre tifoidea en el paludismo” donde todos pudi- mos apreciar como fueron muy bien apreciados y conocidos los síntomas correspondientes á esta doble infección. Uno de nuestros oftalmólogos mejor conceptuado, que disfruta de renombre en el extranjero, el Dr. San- tos Fernández, y que entre nosotros no hay quien le aventaje en perseverante actividad y entusiasmo científico, nos ha dedicado un precioso trabajo, muy bien basado en datos estadísticos, intitulado “Consi- deraciones sobre la oftalmía simpática.” '- Fué muy celebrado. El Dr. Alfonso Betancourt, tan modesto como estu- dioso, ha conducido á una de nuestras sesiones, una cliente su va, operada de un cáncer primitivo de la vagina, en que hizo su es tirpación, y después una histerectomía total. Nos enseñó el tumor y el análi- sis histológico de la pieza. Si obtuvo un éxito opera- torio y por ello mereció plácemes, muy justas felici- taciones conquistó también por la buena exposición de su trabajo. Una discusión tan alta, como interesantemente ANALES DE LA 16 provechosa, determinó una observación de Albuminu- ria palúdica, de que nos dió cuenta el estudioso Dr. Gordon y Bermudez. No son sólo, Sres. los miembros que constituímos esta casa, los que únicamente traemos á nuestras provechosas polémicas, el fruto de nuestras elucubra- ciones intelectuales ó de nuestras ventajas prácticas. Tenemos unos cuantos comprofesores, á quienes debe- mos honor y gratitud, porque nos ofrecen, con los trabajos que nos dedican, motivo de estudio y ocasión de ilustrarnos. En este año fué el primer trabajo de este grupo, el que nos leyera el tan estudioso Dr. Ni- colás Carvallo y Gutiérrez, nieto ilustre de nuestro viejo Dr. Nicolás, de quien sin duda recibiera la predilección simpática quenos tributaba. Hecho este buen trabajo en cooperación con el Dr. E. Edelmann, procuró brillo positivo á una de nuestras reuniones. El Dr. Edelmann ya citado, médico muy laborioso, desenvuelve en nuestra tribuna tres temas, llenos de fundamentos oportunos, de nutrida meditación y observación, relativosá la presencia de las peptonas en las orinas de los esclerósicos, á la aparición de la melanína en la sangre de los sujetos palúdicos,—lo que le basta para fijar el diagnóstico,— y á la “Des- : infección Urbana.” Este último es muy celebrado, muy nutrido de verdades, muy bien razonado, y en la cual el autor tiene el valor de criticar sin ambajes, la defectuosa desinfección pública que se nos hace por el Gobierno interventor. Dos casos prácticos de cirujía, uno de peritonitis tuberculosa aguda, curada por la Laparotomía, y el otro de embarazo extra—uterino, nos ha dedicado el joven y muy acreditado cirujano, Dr. Enrique Fortán. Los dos se disputaron interés práctico y bella exposición. Otro precioso tema acerca de la Profilaxis de la tuberculosis, nos brindó el Dr. A. Agramonte, com- patriota nuestro, médico, de aptitudes no comunes, hoy en la Sanidad del ejército de los Estados Unidos. Cierra con broche de oro, el turno galante de los profesores que nos visitan y pisan nuestra tribuna, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 10 el joven Dr. Federico Torralbas y Montes, que nos ha probado sus buenas disposiciones, su erudición vw amor al trabajo, con su eserito tan de actualidad, acerca de la “Peste bubónica y su profilaxia.” En esferas distintas de actividad y acción, este Cuerpo Científico, —que tanto labora por el progre- so. positivo de las Ciencias,— realiza también su benéfica influencia en órdenes variadas. Desde hace tantos eds como los que de vida tiene, se preocupa mucho de la propagación del virus ve accinal, preser- vativo de la terrible y deformante viruela. Nuestra historia en este punto, nos envanece erandemente y somos deudores eternos á los que fueron y son nuestros compañeros Govantes, Cowley, Beato, Machado, García, Torralbas, la Guardia, etc. que tantísima atención como entusias- mo dedicaron durante consecutivos años á esta propaganda, y nos dedican aún con ejemplar cons- tancia. Todavía señores nuestras masas populares no están suficientemente ilustradas, para dejarles de insistir en tan beneficiosa acción del virus de Jenner. Todavía hay que repetirles y batallarles en este punto, y no debemos cansarnos de exponer á todos, que la inmu- nidad según las observaciones de Renoy y Flagowsk1 no dura más allá de 5 años, teniéndose necesidad de aproximar á este tiempo el periodo de las revacuna- CIONES. A ciento sesenta y uno alcanza el número de los que hemos vacunado este año, hasta 30 de Abril último. Debemos significar aquí la gratitud que merecen los Dres. Porto y Albertini que nos facilita- ban desinteresadamente todo el vírus que necesi- tamos. Hacemos constantes esfuerzos por mantener una . viva actividad en las relaciones externas de esta Cor- poración. Numerosas son las comunicaciones varia- das que recibimos y contestamos desde luego. A numerosos puntos del mundo remitimos nuestro 1S ANALES DE LA periódico oficial, que con trece meses de atrazo en su publicación, por los disturbios naturales del periodo de la guerra, hoy se encuentra al día, ostentando estos últimos números la obra sobre Crustáceos de de Cuba, debida á la pluma del sabio naturalista, de de universal renombre, D. Juan Gunlach. Cultivando el cange de nuestro órgano oficial, tenemos actualmente unas ochenta publicaciones, que enriquecen nuestra Biblioteca. Cuarenta y dos de estos periódicos, son de ciencias médicas. De las repúblicas americanas nos llegan 25; de España 16: de Alemania, Italia y N. York 19; de Francia 10; y sS de esta Isla. Nuestra Biblioteca ha recibido, además, variados donativos; sobre unos 50 volúme- nes de materias distintas. El museo que tenemos, también ha recibido varios regalos: la momia que nos dedicó el Dr. Gordillo, hijo; 1 ejemplar grande de cagiiama y porción de escogidos cangrejos, enviados por el Dr. Santos Fernández; y dos fetos remitidos por los Dres. Alber- to Bustamante, y Jiménez Anusley. También los Dres. Vildósola y G. López han regalado unos hermosos vidrios cuajados con iniciales, para una manpara de Secretaría, y el Sr. Secretario ha regalado el nuevo sello que usamos. Pero no aquí acabamos todavía: que hemos sabido también regalar al Museo de Historia Natural de nuestra Universidad, variados ejemplares, útiles para la enseñanza, y que este Centro prestigioso ha sabido agradecernos muy amablemente. Asimismo hemos sabido, á oportuna propuesta presidencial, enviar más de una vez, nuestro óvolo caritativo, á dama ilustre, matrona ejemplar, viuda de un hom- bre que mucho valió, y que figuró con propia bri- llantez entre nosotros. Tócale el turno á los desaparecidos. Por suerte nuestra, tenemos que relatar un corto número este año. A dos se reducen. Pero si es corto su número, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 19 grande, muy grande, es el valimiento de las dos per- sonas, ambos académicos de mérito, que abandona- ron esta vida. Lo es el uno, el Dr. Fernando González del Valle, personalidad saliente en nuestro mundo intelectual, venerable patriarca; de los que ayudaron á nuestro querido fundador en la obra de constituirnos; maes- tro de toda la actual generación médica, que falleció el 15 de Agosto del pasado año, álos 96 de edad. Hombre de grandes virtudes, modestia suma, háb1- tos sencillos, y excepcional ejemplaridad, consagró su vida entera á la enseñanza. El inaugurador de la Cirujía en Cuba; colmado siempre de honores y Consi- deraciones; que perteneció á todas las Sociedades científicas de este país, retirándose de la vida activa, después de ser muchos años Decano de la Facultad de Medicina y Rector de la Universidad. Es el otro desaparecido, el Dr. Sebastián Alfredo de Morales, cubano notable, naturalista de alto relieve, trabajador ilustre por las Ciencias y las letras, que desapareció el 28de Abril próximo pasado, aún no hace un mes. Ha muerto pobre, muy pobre; y su estimada compañera, une al dolor de su desaparición, la amarga horfandad de la miseria. Hondo dolor ha producido en todas partes la muerte de este sabio, especialmente en Matanzas, como nos comu- nica en atento oficio, nuestro socio corresponsal, compañero Dr. Manuel Zambrana. Por enfermedad que sufre, y que mucho sentimos, nuestro socio el Dr. Juan Orús, ha pasado á ser honorario de esta Corporación. De corresponsal que era, de nuevo es numerario, acompañándonos en nuestra actividad, el doctor F, Paradela. Y también ha vuelto reingresar entre nosotros, como numerario, en la Sección 1% el Dr. Honoré Lainé, profesor de Veterinaria. 20 ANALES DK LA He aquí nuestra vida. Ya tenéis, señores, referido lo que hemos hecho en el año que terminamos. Nunca hacemos menos. Y nos sentimos con alientos bastantes para hacer mucho más. Bastante más en verdad, tendremos que laborar en el año venidero, en cuyo mes de Diciembre de este año solar, deberá en estos salones celebrarse el Congreso Médico Pan- Americano, que se acordó hubiera de reunirse en Caracas, hoy presa de alteraciones políticas. La Academia tendrá en ese Certamen, muy digna repre- sentación; y como siempre, allí estará nuestro esfuerzo, nuestra acción, nuestro entusiasmo. Para entonces, debemos probablemente estar en mejores condiciones de hogar. Esta casa será,—s1 la digna Autoridad Superior nos brinda su apoyo, — como lo esperamos, —completamente reparada y ampliada. Entonces, —como ahora que vivimos tan modesta- mente, —estaremos orgullosos y satisfechos. Satis- fechos. y orgullosos, de ser un Centro de progreso y cultura; satisfechos y hasta envanecidos, de vivir; si de vivir, de conservarnos con alientos; de haber sobrevivido á tantos variados disturbios de que ha sido víctima este país. Las obras buenas, las que representan como ésta, latente esfuerzo de tanta ilustración y de tanta decidida voluntad, como la que ofrecen los hombres que forman este núcleo, — dentro del cual, tan grandemenee honrado yo me siento, — no deben, no puenden perecer nunca. Para asegurarlo, basta sólo nuestra unión, nuestra identidad de miras. Que siempre estemos estrecha- mente apretados en la aspiración de conservarnos, de vivir para Cuba, de labrar su progreso y adelanto en todos los órdenes. Que no olvidemos los ejemplos de Gutiérrez y de Mestre, que jamás tuvieron desa- lientos, que nunca sus propias desventuras, como así los halagos de bienestar, riquezas y poder, entiviaron sus predilecciones por esta casa. Hay que colocar el culto hacia este hogar; por encima de todos esos pasajeros y mundanales provechos; por encima también de esos vanidosos halagos del mundo, cuyo »* + ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 51 aturdido vértigo nos origina algunos desdenes, algunas injusticias...... ; pero por sobre los cuales el justo valer se sobrepone, el bien permanente se abre paso; y esta Academia, sigue viviendo, y con su vigor enseñando, la magna y meritoria obra que su existencia Significa! He dicho. IBRASCORREROBDAL IRA PAGUE DC AGO SAL ARA LND L CA Dans Discurso leído por el Dr. Miguel Sánchez Joledo en la sesión solemne conmemorativa de la Academia de “Giencias el 19 de Mayo de 1900 CONCEPTO PATOGENÉSICO DE LA ENFERMEDAD El concepto de la enfermedad se funda en el análisis del sugeto que sufre, en relación con las causas que modifican el proceso biológico; como organismo que se adapta á su medio, y que necesita renovar cons- tantemente sus elementos de constitución, asegurán- doles una subsistencia y una energía proporcionales á sus fines biológicos. La vida se rige por reacciones á funciones más ó menos complexas, concurrentes á la acomodación y adaptación del individuo y á su medio. Cuando el organismo se acomoda sin esfuerzos ni luchas, cuan- do encuentra las condiciones y los elementos que son necesarios para su subsistencia y reproducción, podemos decir que realiza la vida y prospera, con beneplácito para sí y para sus semejantes que concu- rren. con el mismo fin á la determinación de su animalidad. . La armonía funcional, la sinergia fisiológica han menester de tales condiciones de adaptación entre el medio interior ú orgánico y el exterior Ó ambiente. La célula única, que vive á pesar de su aparente sencilla estructura, funciona gracias á la misma ley 99 | ANALES DE LA biológica y en su existencia efímera, se determina y distingue como organismo. La fisiología celular y los trabajos recientes de Patología y Bacteriología experimentales, en rela- ción con la Química, han arrojado gran luz para la interpretación del proceso patológico, que podemos considerar como reacciones bio-químicas de los “tejidos, en conflicto con elementos perturbadores del medio. Estudiando las funciones á propiedades vitales de los gérmenes patógenos en relación con diversos medios, modificando las condiciones de adaptación, se les ha visto prosperar ó desaparecer. La experimentación bacteriológica en distintos animales con cultivos diferentes, ha explicado la. condición patógena para algunos solamente, y al mismo tiempo las diferencias de virulencia en condi- ciones dadas. Ya en esta vía y con conocimientos positivos de la historia natural de tales gérmenes, los higienistas | y los cirujanos han procurado la defensa orgánica, de donde nació la antisepsia, primero y después la admirable asepsia, que tantos triunfos ha proporcionado al cirujano y tantos conceptos erróneos ha debido modificar con la pieza anatómica á su vista y el auxilio del laboratorio á su alcance. La interpretación clínica con factores nuevos para su análisis y métodos de estudio de un rigor y esactitud científica, ha logrado determinar la natu- raleza de ciertas enfermedades, de procesos que como ha dicho mi querido maestro Landouzy hablando de la tuberculosis, no son otra cosa que funciones de microbios: y podríamos agregar reacciones de nues tros elementos, de nuestros tejidos á las efracciones y perturbaciones de su medio orgánico. Así se com- prenden la toxidez y la virulencia como procesos en conflicto con el organismo, y las reacciones de defenza para desalojar Ó anular el concurrente nocivo. No es nuestra intención trazar la historia de cada una de los gérmenes clasificados como patógenos, ACADEMIA DE CIENCIAS DOE LA HABANA 20 pero debemos sí establecer ó señalar el método de que se ha servido la Ciencia para distinguirlos y en algunos casos anular sus funciones, allí donde se realizaban las condiciones de adaptación, donde se les ha visto prosperar. Los diversos medios de cultivo y la experimentación en los animales, ha permitido estudiar y precisar las reacciones especiales á determinados tejidos, á individuos de la misma ó distinta especie, realizándose á voluntad del experi- mentador la enfermedad, el proceso experimental. Así se evidenció la especificidad morbosa, y también las formas ó modalidades clínicas de ciertas infec- ciones, que el observador atento cuando más sospe- chaba; pudieron relacionarse y reproducirse con el determinismo de la experiencia: Jersin y Roux han logrado en sus múltiples experiencias, producir las lesiones de la toxina diftérica, distinguiendo las difterias locales apenas tóxicas, de las hipertóxicas, muchas sin focos ó falsas imembranas manifiestas en los sitios de elección (faringe- amígdolas laringe.) Así se aplica un hecho de observación clínica que parecía paradógico, y es que la extensión del proceso membraniforme no implica gravedad del mal, y sobre todo no está en relación con su toxidez, con su grado de infecciosidad: Las formas bacilosas de la infección tuberculosa, como han sido descritas en la infancia, las meningo- cerebrales, las pleuro y pneumo bronquiales, las peritoncales y entéricas, sin focos tuberculosos accesi- bles como lesión á la exploración clínica, y sí perfec- tamente bacilosos por sus tejidos reaccionando contra el microbio y como lo habían observado Meisels y otros observadores examinando la sangre de los granúlicos agudos también bacilosos por su sangre. Entre los fenómenos observados después de la inyección de la tuberculina existe el curioso de la presencia del bacilo de Koch en la sangre; y es uno de los reproches que se le hace al empleo de la tubercu- lina, como reactivo revelador de la tuberculosis que se oculta. Lo que observamos con el bacillus de Koch y de 24 ANALES DE LA Loefíler, lo vemos también con el Streptococus en la Erisipela y en la Fiebre Puerperal, la Antracocis y otras infecciones, que se inician por un proceso local y en un momento dado exaltan su virulencia y mani- fiestan su toxidez, por s signos reaccionales de infec- ción general sanguínea: hiper termia y trastornos tuncionales nerviosos y circulatorios, sobre todo, renales. La linfangitis se detiene en la barrera ganglionar y el adeno- flegmón termina el proceso streptocócico. La barrera de defensa ha sido eficaz: la función del microbio. queda anulada; como suele lograrlo - el cirujano cuando llega á tiempo con sus armas de combate contra el microbi0. La antisepsia y destruc- ción del foco de inoculación libran del enemigo evando trata de penetrar en el medio orgánico. No nos detendremos á considerar cuál es la función de los leucocitos en este proceso de defenza local. Sí sabemos que juegan un papel importante, redo- blando su actividad y constituyéndose como. obstáculo á la penetración de los micro-organismos. Este proceso de reacción se determina por la destruc- ción Ó por la: organización. En el primer caso la necrobiosis, en el segundo la esclerosis después de la hiperplacia. La degeneración grasosa y la amiloi- dea, la pigmentaria, parecen reacciones nutritivas que se operan en los tejidos, al constituirse en un medio intersticial ó blastema viciado, adulterado: y nuestros conocimientos de fisiología experimental y química biológica no son suficientes para explicar satisfactoriamente estas reacciones de degenaración en determinados procesos morbosos. Cuando más, tenemos el derecho de pensar con los fisiólogos, que en circunstancias determinadas, el proceso nutritivo hace mal su obra de constitución, resultando acumu- laciones embarazosas de grasa y de cal. Es indudable que existe una reacción de defensa, y que la esclerosis resulta de este proceso que es. su expresión anatómica. El método esclerógeno se fun da justamente en estos conocimientos. Lannelongue, el sabio maestro de París, ha preconizado sus inyec- "ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 25 ciones de cloruro de Zine en los abcesos osifluentes de osteo-myelitis tuberculosa, y en las artritis ó tumo- res blancos;con la pretensión de destruir dichos focos microbianos. La Anatomía Patológica desde larga fecha señala la esclerosis como reliquia del proceso tuberculoso; los tísicos fibrosos sabemos que son los menos bacilosos, así se explica que vivan años y años. Es el caso de decir que la reacción del terreno arruina la semilla; no le permite prosperar. Los diversos procedimientos empleados para lograr la atenuación virulenta; el de Pasteur por la desecación de las médulas de los conejos rabiosos. Chauveaux v Arloinmg sirviéndose del calor; Behring del suero antitóxico del caballo; Koch de la tubercu- lina ó substancia segregada porel bacillus tuberculoso, etc., etc., son pruebas que demuestran que la viru- lencia se exalta ó modera en determinadas circuns- tancias, por modificaciones del medio en relación con el germen patógeno. El estudio de ciertos cultivos en contacto con sustancias tóxicas y llamadas por esa razón bacteri- cidas. Los resultados obtenidos de la inoculación serial en animales de la misma especie/ó sujetos de especie distinta, ciertas manipulaciones físico-químicas empleadas con el fin de contrariar la función microbiana. La vacuna de la rabia tanto más virulenta según proceda de médulas más ó menos viejas, y cuya dosificación se ha logrado gracias á la inoculación serial y á los sugetós testigos para establercer la comparación. Los diversos sueros anti-tóxicos y á la cabeza por sus efectos admirables, el suero de Behring ó antidif- térico, son el resultado de reacciones bio-químicas; imposibles de definir como prineipio tóxico, pero apreciables en sus efectos bactericidas, como anti- tóxico. Los trabajos recientes de la escuela Alemana sobre los cultivos microbianos y las albúminas tóxicas; (de Klempperery Wassermann) acreditan la opinión de los que consideran la acción bactericida antitóxica de los sueros, como antídotos de las 26 ANALES DE LA toxinas segregadas. Así se les ha llamado anti- tóxinas del tétanos, de la difteria etc. La Anatomía Patológica ó alteraciones de tejido en las enfermedades ha debido considerarse como el resultado de un proceso bio-químico, y no como se ha creído á lesiones nutritivas ó degenerativas de los elementos histológicos por perturbaciones funcio- nales de los mismos. Los Andral, Trousseau y Graves, destribierdb admirablemente los signos y síntomas, las pertuba- ciones funcionales de sus enfermos. Los Leyden, Virchow Charcot y antes que todos el maestro Cruvelhier, describieron las lesiones histológicas constituídas, relacionándolas con el proceso histo- genésico y nutritivo, que consideraban como el exponente de la reacción morbosa. Con la nueva escuela biológica: los Pasteur, Chauveau, Koch, Eberth, LoefMer, etc:, han podido definir de una manera precisa, á fuer de naturalistas, las especies microbianas patógenas de determinados procesos, sus funciones y especialmente sus secre- ciones. Las toxinas Ó principios elaborados han podido aislarse del microbio y experimentarse, apreciando sus efectos tóxicos específicos sobre los elementos celulares, epitelio, célula nerviosa etc. La experimen- tación ha revelado los efectos específicos del veneno y también su grado de exaltación. Hemos podido equiparar estos efectosálos delos alcaloides, morfina, estricnina, etc., y se les ha clasificado en el grupo de los (vaso dilatadores) tetanizantes, etc., como se han comparado las toxinas ó ptomainas de Brieger y leucomainas orgánicas á las alcaloides, por sus efectos reaccionales en nuestros tejidos. Penetrando el proceso reaccional se las ha visto aumentar ciertas secreciones glandulares ó restringirlas y hasta anu- larlas ó suprimirlas. Ya en esta vía el experimentador ha podido orientar sus investigaciones y gracias á sus conocl- mientos fisiológicos; hacer deducciones legítimas y formular prescripciones que en el terreno experi. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA PA mental han sido justipreciadas y en la clínica confirmadas. Estudiando los procesos orgánicos en los epitelios glandulares ha debido apreciar trastornos en su función secretoria óÓ de absorpción (albuminurias tóxicas transitorias). Examinando la constitución de la sangre como medio nutritivo vector, ha recono- cido variaciones en su porción sólida y plasmática; y estas modificaciones han podido atribuirse á insufi- ciencias de depuración por parte del epitelio secretor, á insuficiencia de elaboración nutritiva, por viacia- ción del acto digestivo, deficiencias de la hematosis, trastornos de presión circulatoria, etc. La concepción patogénica de las diátesis ha cedido á la consideración del organismo viciado en su nutrición, vulnerable por sus tejidos, como terreno apropiado á determinados procésos, que pudiéramos considerar como la expresión reaccional de su indivi- dualidad orgánica, como temperamento morboso. El profesor Bouchard ha podido estudiar los pro- cesos nutritivos, distinguirlos, y relacionarlos con estados patológicos que resultan de las desviaciones del proceso fisiológico. Así ha descrito los procesos aceleradores y los retardadores; las causas que pro- ducen estos desequilibrios de la función bio-química, que asegura el doble movimiento de asimilación y desasimilación, reimtegrando y constituyendo el organismo en comercio constante con su medio habitable. Vemos efectivamente que en ciertos individuos, la función asimiladora retarda en los diversos actos nutritivos, la digestión es lenta perezoza por vicia- ción del medio digestivo, por insuficiencia de los jugos, por fermentaciones perturbadoras y produc- ción de sustancias nocivas para el órgano y para el organismo que las utilizaría sino fueran tóxicas; que lejos de reimtegrarlas para su constitución, necesita eliminarlas ó anularlas, haciendo un esfuerzo funcio- nal con sus órganos de defensa y depuración, acti- vando sus secreciones glandulares y redoblando la energía de sus emunctorios de eliminación. 28 ANALES DE LA La intoxicación, vemos que no siempre depende del veneno absorbido en sustancia; puede ser fabricado por nuestros tejidos, depender de sus reacciones químicas y biológicas en conflicto con su medio intersticial. El metabolismo delas sustancias alíbiles no se hace en el tiempo y lugar en que debiera, y resultan acumulaciones viciosas que los tejidos, depositan como reservas; Ó no pudiendo reintegrarlas las soporta como prineipios extraños, nocivos á su blastema de constitución. Las células hepáticas no cumplen con su función glicogénica, Óó como lo quiere Lepine el sabio profesor de Lyon, el fermento glico- líthico no transforma en glicógena la glicosa en circulación. Las auto-intoxicaciones son envenamientos origi- nados por sustancias residuales no eliminadas y sustancias extrañas al quimismo orgánico; que no solo dejan de servir para la constitución de los teji- dos, sino que modifican su medio nutritivo intersti- cial, adulteran el licuor de la sangre en conflicto con sus elementos organizados, y según sus afinidades, provoca trastornos funcionales en el epitelio de las elándulas secretorias Ó excretorias; en- los centros nerviosos, determinando acciones directas ó reflejas. La enfermedad entonces es efecto del veneno fabri- cado y en circulación, las reacciones del principio tóxico sobre los elementos celulares determinan la modalidad tóxica. Gauthier lo ha dicho: que fabri- camos venenos y necesitamos desembarazarnos. De las reacciones bacterianas ó tóxicas, resultan lesionados los tejidos. La inflamación, los exudados, la hiper plación y la esclerosis definitiva, obra son de esa reacción morbosa. Las degenariones caseosa, grasosa, amploidea, parecen ser procesos derivados de la viciación nutri- tiva y constitucional de los elementos celulares; consecuencia de la infección é intoxicación. No es posible que al ocuparnos de los procesos patológicos dejemos sin mención las producciones neoplásicas cuya clasificación ha merecido tantas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 29 controvercias entre histólogos y clínicos. El estudio morfológico de estas neoformaciones ha determinado la clase de tumor y su diagnóstico ha debido con- fiarse al examen del histólogo que revelaba modifi- caciones de textura en relación con la evolución y síntomas del mal. Así se describieron las formas distintas de cáncer y aun las variedades de una misma especie morfológica, reconociendo el obser- rador las transiciones de unos y otros elementos, su asociación y en ciertos casos su confusión con el tejido normal. Las decepciones del clínico y del histólogo han sido frecuentes, pues no siempre el diagnóstico histológico ha sido corroborado por la evolución del tumor. Importa sobre todo al práctico la distinción precoz del proceso, pues la experiencia ha demostrado que en determinadas regiones, en ciertos Órganos, la inter- vención ha procurado una verdadera curación radical. El cáncer de la mama, el del útero, el epitelioma de la piel ete., han sido extirpados sin que la residiva se haya presentado. La cirugía viene persiguiendo con sus procedimientos radicales estas producciones neoplásicas y podemos aseverar desde luego que el mal empieza por localizarse, generalizándose más tarde, especialmente por la vía linfática como lo hacen otros procesos de naturaleza bacilar. La observación clínica señala casos de trasmi- sión que no pueden considerarse como coincidencias. Los especialistas hablan del cáncer matrimonial. No hablaremos del cáncer hereditario, pues todos los autores que se han ocupado de la patogenia de esta enfermedad, reconocen que hay familias de cancerosos. Que se hereda el terreno, como se ha dicho, abonado, es decir, ciertas condiciones de teji- do que como diría el bacteriólogo ofrecen un medio de cultivo apto favorable á su germinación y de- sarrollo. Experimentadores y bacteriólogos trabajan sin tregua persiguiendo al enemigo implacable, y de dicha investigación resultan conocimientos que 30 ANALES DE LA apoyan la opinión de los que consideran el proceso canceroso, como función microbiana parasitaria. La Patología experimental comparada señala el cáncer de los perros y en estos animales se han logra- do imoculaciones y verdaderos ingertos de glóbulos cancerosos. (Chatin Duplay.) Los trabajos interesantes de Jiirgens sobre los protozoarios del cáncer del estómago: que describe un parásito de la clase de las gregarinas, cuyos espo- ros penetran hasta el núcleo celular epitelial. Com- parando estos corpúsculos á los utrículos de Meis- sels que se observan en el buey, la cabra, el puerco y la rata. Los trabajos de Darier sobre una variedad de psoriasis de la mama que considera de naturaleza clio y compara dichos ess á los de cier- tas plantas. Se han hecho ensayos con el suero del carnero imoculado por cultivos del erisipelacocus. (Hericourt y Coley.) La terapéutica no ha podido asignarle un valor específico á esta medicación. Como no lo hahecho con otras medicaciones recomendables por su éxito relativo, su facilidad de aplicación y sobre todo por su inocuidad. En este caso se encuentran los epiteliomas trata- dos por el violeta de metileno, método de (Von Masetig) por la pioctanina «. De lo que llevamos dicho resulta que el proceso canceroso debe ser de naturaleza microbiana y su tratamiento más racional es el que se funda en la medicación microbicida. La obra del cirujano debe ser activa, en ningún concepto espectante. La residiva si se presenta en breve plazo, nunca desacreditará la intervención, que como está demostrada, es la única medicación racional, que cuando no cura, permite la prolonga- ción dela vida y suprime los sufrimientos del enfermo; sin riesgos debidos al acto operatorio. La cirugía cuenta con éxitos brillantes y hoy se opera el cáncer del útero, del recto, del estómago, del riñón con la esperanza fundada de que podemos procurar ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 31 gran ondaa á los enfermos: y esta conducta ha proporcionado gratas sorpresas al cirujano, cuando después de una laparotomía con el órgano á la vista, en la mano, ha debido rectificar su diagnóstico en el sentido de la benignidad de la lesión. También hemos observado el. caso contrario, es decir la reve- lación de un tumor maligno donde el operador pretendía encontrar una lesión de otra naturaleza. Gracias á estas intervenciones se han hecho gastro- enterostomías salvadoras, en los casos de gastritis llamadas falsos cánceres del estómago. El argu- mento invocado por los abstencionistas, de que Tos tumores malignos deben abandonarse, porque el traumatismo operatorio los agrava, no tiene razón de ser sino en aquellos casos en que la infección gene- ralacusa la vulnerabilidad del sugeto. Nuestras infecciones estudiadas á la cabecera del enfermo son problemas que necesita resolver el labo- ratorio. Nuestras observaciones son incompletas y adolecen de la información que debieran recibir del laboratorio. Esperemos que en breve plazo poda- mos completar á satisfacción nuestras observaciones clínicas. Sabemos que nuestros especialistas se aprestan á trabajar seriamente, y no dudamos que su labor sea fructuosa para el esclarecimiento de nuestra Patología local. ¿Qué podemos decir de la infección amarilla? El problema capital, el de su patogenia es todavía un misterio, pero podemos razonar con fundamentos serios, apovados en la ciencia adquirida, que esta infección ofrece los caracteres de un proceso micro- biano, que como el cólera y la fiebre tifoidea se inicia en el tubo digestivo (es posible en la mucosa gás- trica.) Le Dantec en el laboratorio de Cornill ha hecho un tr rabajo que resume en las siguientes conclu- siones: nigún micro-organismo existe en la sangre, el riñón, el hígado, el bazo y el cerebro. Cultivando la materia negra del vómito ha encontrado abundantes colonias de un bacillus que se colora por el método de Gram. Gibier, quefué nuestro huésped, describe también un 32 ANALES DE LA microbio que considera como el productor de la materia negra. Le Dantec ha demostrado que esta borra ofrece la reacción al espectro de la hematina y que procede del estómago, Richardson, de Filadelfia, en 1878, describió la Bae- teria Sanguinis Febris Flava. Capitán y Charrin encontraron en muestras desan- ere traídas del Zenegal un micrococus. Domingo Freire ha incriminado al Criptococus Xantogénicus, sus trabajos, no han sido confirma- dos en el laboratorio de París porel malogrado maes- tro Strauss. Sanarelli, Profesor de Montevideo y discípulo de Mewchnikoff, ha descrito un miecro-organismo en la sangre y aislado tres toxinas, que producen experi- mentalmente el ícterus, el vómito de la sangre y la anuria. Sus trabajos necesitan confirmación. Su sue- ro no ha dado los resultados anunciados. Carmona, de México, señaló el peronospora lútea. Los compañeros Finlay y Delgado, el tetragenus. Consideran el mosquito como un medio de transmi- sión como lo ha demostrado Koch en el paludismo. Diremos pues que el germen patógeno de la fiebre amarilla aun se nos oculta, esto se deduce de las co- municaciones del reputado bacteriólogo que con más autoridad ha estudiado en sus focos endémicos la inspección amarilla, me refiero al doctor Stemberg, y á la comisión que le auxiliaba. Considerando la evolución de la enfermedad, el sindrome que le da modalidades clínicas: y la inter- pretación que podemos fundar en los conocimientos adquiridos respecto á su patogenia y la de otras in- fecciones bacterianas como el cólera y la difteria, que ofrecen también formas siderantes hiper-tóxicas, con lesiones poco evidentes, no apreciables al examen clí- nico, y manifestaciones reaccionales violentas, side- rantes como se las ha llamado para las células del epitelio renal, las células cerebrales, los cerebros bul- vares. El vómito negro y el ícterus suelen faltar, en cambio la hipertermia se sostiene, el delirio se inicia temprano, el pulso acusa diferencias de tensión y su ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 39 frecuencia no es proporcional á la temperatura. En fin la hipostema cardiaca, la anuria anuncian la agonía. La patogenia de la infección amarilla como mejor se explica es aceptando un microbio; que penetra por las vías digestiva, y no como lo cree Proust por la respiratoria; que se cultiva en la mucosa gástrica, y cuyas toxinas absorbidas y en cir culación, según su grado de toxidez, determina reacciones en los tejidos que permiten ó no la suficiencia orgánica. Cuando las toxinas no logran inutilizar los emunctorios anulando su función epitelial, ó degene- rando sus células (degeneración grasosa del hígado etc.,) el proceso de defensa ha sido eficaz, la lesión tóxica microbiana no se ha constituído; el organismo reintegra sus funciones, el proceso patológico cesa. Los procesos de patogenia conocida, esos que dependen de un organismo en función, que la ciencia ha podido determinar y el experimentador repro- ducir; no sólo han impuesto al clínico la especificidad sino que han modificado por completo el juicio ó concepto de la enfermedad, que se consideraba como trastornos y lesiones del órgano. La Bacteriología ha estudiado los exudados de las supuestas inflamaciones, parenquimatosas Ó serosas y revelada la presencia del microbio especial (Pneu- mococus, Streptococus etc.,) y lo que el clínico consi- deraba como complicaciones orgánicas resultan localizaciones para el cultivo del organismo (germen patógeno), focos de infección del mismo proceso y así el Pneumococus se ha encontrado no solo en «el pulmón, sino en la pleura y las serosas peritoneal y meningo-encefálicas. Con el streptococus han suce- dido iguales determinaciones del proceso y la exper1- mentación en los animales explica esta selección del microbio por ciertos tejidos. Estas modalidades de la infección Pneumococus han podido producirse en los animales en experiencia. La meningitis tuberculosa y la streptocócica y pneumocócica se diagnostican gracias á la función de Kinke que permite descubrir en el exudado, 34 ANALES DE LA bacillus Ó el cocus, en cadeneta Óó encapsulado. Nuestras clasificaciones nosológicas han necesitado modificarse en lo fundamental, pues la limitación de la enfermedad al órgano enfermo y sus lesiones, han resultado erróneas y funestas para el diagnóstico clínico y la terapéutica racional. La angina blanca sin reactivo patógeno .puede procurar crueles decepciones porque no se aplique el suero antitóxico á tiempo. Los lavados antisépticos de una matriz infestada hacen obra bactericida eficaz, impidiendo la septice- mia. Los parteros han triunfado del microbio gra- cias á sus inyecciones esterilizadoras del medio. Ya no discutimos la diferencia entre la fiebre traumá- tica y la séptica puerperal. Nuestra conducta está trazada y las indicaciones que se imponen son la antisepsia útero-vaginal y la intestinal. A medida que hemos penetrado el misterio de las infecciones con las luces que nos han procurado la Patología Experimental y la Bacteriología, hemos rectificado conceptos que resultaban erróneos y puramente teóricos, y nuestros tipos febriles, nues- tras modalidades clínicas tan confusamente estudia- das y clasificadas según caracteres que resultan de puro artificio. La infección palúdica cuya patogenia nos es perfec- tamente conocida gracias á los trabajos de Laverán, confirmados por la escuela Alemana é Italiana; nos ofrece el tipo del proceso hemático, nociva sobre todo para su porción organizada ó glóbulo rojo, efectivamente el plasmodia en sus diversas formas de evolución, se le observa en conflicto con el hematía, que aparece penetrado, dividido y fragmen- tado. En su lucha encarnizada se los ve confinados á ciertos Órganos como el bazo, pero amenazando siempre, bien vivos y prestos á entrar en función. Cuando nuestros exámenes sucesivos de la sangre son negativos, lo que prueba su asencia en la sangre circulante, solemos descubrirles en la sangre que extraemos del bazo por una punción. Los diversos tipos de fiebre malaria han podido ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 35 referirse á distintas variedades morfológicas, y de las recientes investigaciones de Manemberg y Koch, en el Africa, resulta mejor apreciada la significación patogenésica del plasmodia corpuscular flagelado ó en medias lunas. El proceso palúdico se caracteriza esencialmente por fenómenos reaccionales vasculares, vaso dilata- dores, congestivos y exudativos. Los órganos más vasculares son también los más vulnerables, el pul- món, el cerebro, el riñón. Las determinaciones del proceso en su forma aguda son congestiones seguidas ó no de exudación, con ó sin ruptura vascular. La Pneumonía palúdica y la bronco-pneumonía con focos de repetición, que ceden á la medicación específica y ofrecen al examen variaciones en los signos físicos acusadores de la lesión pulmonar. La pequeña Pneumonía de Potain, y la Espleno-Pneu- monía de Grancher, son procesos congestivos, que hemos observado como determinaciones del palu- dismo. Las mismas modalidades podemos observar en la infección gripal que también radica en la sangre. El endotelio sufre la efracción Ó irritación micro- biana. La avetitis palúdica ha sido determinada por Lancereau. La fisiología: del proceso no nos ha sido revelada por laexperimentación, no hemos aislado una toxina, con la cual se hayan hecho experiencias sobre deter- minados animales; suponemos por analogía y por ciertas particularidades especiales á estos “enfermos que la función microbiana en ocasiones se exalta y á veces se modera y hasta se paraliza. La toxidez podría depender de la penetración de gran cantidad de gérmenes en la sangre de la infección intensiva, como lo observamos en los individuos que visitan los focos maláricos, que pernoctan en terrenos inundados, en nuestros desmontes en las costas. Los accesos son violentos, las determinaciones con- gestivas frecuentes. El agua que beben está conta- minada, el aire que respiran es aire saturado, de pantanos. La observación nos dice que la gravedad del mal, su perniciosidad no parece relacionarsecon la 36 ANALES DE LA fácil revelación del plasmodia en las muestras de sangre examinadas. Las formas irregulares atípicas como se las ha llamado, y las larvadas, no suelen observarse como manifestaciones iniciales de la infec- ción palúdica. Con frecuencia se-las ve en individuos que vienen sufriendo de accesos de fiebres Ó manifes- taciones neurálgicas, que por su irregularidad y poca intensidad, ó por la ignorancia de su especificidad como ¡ntc bións se descuidan Ó se tratan como tras-- tornos de otra índole. No sabemos cómo ni por qué se exalta la toxidez; suponemos que el plasmodia que permanecía meses y años sin revelar su función pató- gena, encuentra en un momento dado las condiciones favorables á su pululación y cultivo. Sabemos que lejos de inmunizarse el palúdico está cada día más expuesto y por consiguiente no podemos pensar en la producción de anti-toxinas neutralizantes, ó en una vacuna esterilizadora. Hemos observado fiebres típicas tercianas, y cuar- tanas en soldados que habían sido repatriados del Tonkin en los hospitales de París, y fenómeno curioso, no habían sufrido de fiebres en la localidad malárica. Han sido tratados con quinina y curados. El examen de su sangre hecho en el laboratorio del malogrado Strauss no acusó el micro-organismo en sus formas evolutivas, [corpuscular flagelado], sí una cantidad de pigmento incluso en el elemento glo- bular, y muy raras semi-lunas ó croissants. Hemos visto consignado el mismo hecho por otros observa- dores. Debemos manifestar la importancia que merece para el clínico de nuestros climas el examen de la sangre en sus febricitantes indeterminados. No debe fiarse del síndrome reaccional, ni del tipo variabilí- simo de la fiebre, ya sabemos lo que significa la inter- mitencia en Cuba. Debe tocar la piedra sirviéndose de la medicación específica, asegurarse de la suficien- cia de los emunctorios y verá si es un síndrome, si es una fiebre de quinina. Esta conducta nos ha procu- rado siempre satisfacciones, sobre todo en los niños, que parecen predispuestos á las formas ó modalida- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 87 des, cerebrales, pulmonares é intestinales. No debe- mos olvidar tampoco que la quinina á esta edad necesita inyectarse, como lo han demostrado los Alemanes, la intolerancia gástrica nunca debe hacer- nos desechar un medicamento específico. El examen de la sangre no revela en estos casos el plasmodia ó si se descubre es después de repetidos exámenes. No confiemos nuestros diagnóstico al reactivo hemático, y podemos concluir de nuestra propia experiencia y de la de maestros eminentes, que nunca hemos visto morir de intoxicación quínica, en cambio recordamos algunas víctimas de la infección malárica que sucum- bieron por no tomar quinina, después de sufrir la influencia perturbadora de los antitérmicos en serie. Conocemos la toxidez dela quinina sobre el glóbulo sanguíneo, su acción hemoglobinúrica, seamos pru- dentes en las dosis y el mismo examen de la sangre dirá si hacemos mal, antes nos lo habrá dicho la reac- ción terapéutica en multitud de casos. Mucho necesita trabajar el clínico de nuestro País para clasificar tanta fiebre anómala que su observa- ción incompleta no le ha permitido distinguir. Son muy loables los esfuerzos realizados á la cabecera del enfermo, pero cada día nos convencemos de su insufi- ciencia. Cada día necesitamos discutir nuestros diag- nósticos y las dudas persisten, las interpretaciones surgen. Nuestro caudal de observaciones es conside- rable pero ¿dónde está el conocimiento que impone la especie nosológica? Ignoramossila fiebre de borras es una modalidad palúdica, amarilla ú otra. Sabe- mos que nuestros campesinos que se exponen al con- tagio amarillo, son atacados de una infección que se exalta y con frecuencia los mata. Existen procesos que parecen tóxicos, febriles unos y con trastornos intestinales, otros fugaces y localizados á la mucosa bucal y gutural que no podemos referir al paludismo niá la influenza que como aparecen con un síndrome que recuerda el de las fiebres eruptivas, nos hacen pensar en dichas modalidades patológicas. * La duda surge para el clínico, si la anamnesis de su enfermo le informa de que ha sufrido de dicha erupción, que no 38 ANALES DE LA se ha expuesto al contagio por no existir epidemia de escarlatina: y cuando ve formarse la erupción sin que remitan los síntomas reaccionales y que aparecen trastornos intestininales, ó linfangíticos, de astenia cardiaca á insuficiencia renal. Cuadro séptico que podría compararse al que observamos en la puerpera infestada por su mucosa uterina, en el ANgINOSO streptocócico, en el pustuloso antracócico, ó el erisi- pelatoso traumatizado. Del estudio de cada uno de estos procesos como organismo patógeno resulta la concepción justa de la infección y el hecho evidente de la parte que se debe á cada uno de los gérmenes ya solos ya asociados en función patógena. Los procesos piógenos no se deben siempre al strep- tococus y estaphylococus como se creía al prinei- pio. Sabemos que las pyogénesis puede ser función de otros micro-organismos como el de Peiffer que pro- duce abcesos perfectamente específicos. Otro tanto observamos en la infección colli-bacilar. Procuremos distinguir la infección cuando se complica ó asocia y recordemos lo que significa para el pronóstico dicha asociación, en la difteria, en la fiebre tifoidea, en las enterosepsias etc. Los procesos cerebrales han sido estudiados en es- tos últimos tiempos en sus relaciones de causalidad y los mentalistas han distinguido las formas de delirio tóxico y las manías de origen infeccioso. Los alienistas han relacionado ciertos estados mentales con las auto-intoxicaciones y del aná- lisis de los escretas en relación con el proceso nutritivo, han resultado nociones preciosas para la patogenia del histerismo, de la epilepsia de la tetánia y neuras- tenia. Con una dieta apropiada y una disciplina sugestiva se han logrado resultados que no habían podido obtenerse con los bromuros y demás ner- EAS Estos desequilibrios nerviosos quetanto perjudican al individuo, desviándole de su obra útil como orga- nismo animal y como ser social: se deben á las rela- ciones con el medio y á la ley que debe ajustar la economía humana, según sus impresiones y reaccio- , ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 39 nes á sus fines biológicos. La aspiración del organis- mo es lograr su fácil adaptación y en sus funciones de relación garantir su existencia. Por esta razón el mejor precepto que podemos ob- servar, es la temperancia, la moderación de nuestros actos en el cambio que asegura la integridad del organismo, y la solidaridad de sus diversos órganos en actividad sinérgica. El ser racional perfecciona cada día su vida, y en su legítima aspiración á veces se excede de la justa medida. El esfuerzo reiterado usa el órgano que se fatiga gastando sus energías. La sinergia funcio- nal se rompe y la enfermedad se instala. La reacción de defensa responde al ataque, los tejidos redoblan su actividad en conflicto con el tóxico ó germen que según su toxidez ó virulencia anula Ó destruye sus propiedades vitales. Cuando triunfa el microbio el organismo sucumbe por adulteración y viciación del medio. ACADEMIA DE CIENCIAS PROGRAMA DE LOs PREMIOS Esta Corporación, en sesión de Gobierno de 22 de Abril, acordó anunciar para el Concurso del presente año acádemico de 1900 á 1901, los premios que á continuación se expresan: 19 “Premio Presidente Gutiérrez” Bianual. Se le asigna la cantidad de $400 oro español, para el mejor estudio sobre “Investigación de los principios activos que puedan encontrarse en las euforbiáceas medicinales cubanas.” 22 “Premio Vice-Presidente Torralbas”. Insti tuido por dos años. Consistente en una medalla de “bronce con adecuada inscripción, para el mejor estu- 40 ANALES DE LA dio botínico y terapéutico sobrelas “Eritroccilias cu- banas.” : 32 “Premios del Dr. Gordon:” A. Se asigna la cantidad de $150 oro español, al mejor estudio sobre un asunto de Fisiología experi- mental. B. Medalla de oro, al mejor estudio sobre “Abcesos del hígado” C. “Medalla de plata, como accesit al mismo tema. D. Medalla deoro, al mejor estudio sobre “Farma- co-fitología cubana.” E. Medalla de plata, como accesit al mismo tema. -F. Medalla de oro, al mejorestudio sobre un tema, de libre elección, en Ciencias médicas, físicas y na- turales. G. Medalla de plata, como accesit al mismo tema. H. Medalla de oro y plata, al mejor trabajo que se presente, bien de Medicina ó Cirugía, pudiendo as- pirar á él los Sres. Académicos de número. Y. Medalla de oro, plata ó accesit, para los alum- nos de las facultades de Medicina, Farmacia y Cien- cias, sea cualquier año que cursen, siendo de elección libre el tema. Se da un premio por cada facultad. Cada uno de estos premios del Dr. Gordon, tendrá una mención honorífica. 4% “Premio Gustavo López.” Instituido por dos años. Consistente en una medalla de bronce, que se concederá al mejor trabajo sobre “Lasformas clínicas, y los tratamientos más eficaces, de los delirios intelectuales.” CONDICIONES: Las memorias que aspiren á los premios, se recibirán en la Secretaría Generaldela Academia, Cuba 84 A has- ta las 2 de la tarde del día 19 de Marzo de 1901. Deberán ser inéditas, escritas en español ó francés, y remitirse en pliego cerrado y lacrado con una línea en su cubierta. En otro pliego, también cerrado y lacrado, se enviará el nombre del autor, con el mismo tema por fuera, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 41 En la sesión solemne del 19 de Mayo de 1901, se efectuará la adjudicación de premios á los autores de las memorias que los hubieren merecido, destruyén- dose en ese acto los pliegos que contengan los nom- bres de aquellos no agraciados. TERCER CONGRESO MEDICO PAN-AMERICANO Habana Cuba, Junio de 1900. Sr. Director de los ANALES DELA ACADEMIA DE CIENCIAS MéÉnicas, Físicas Y NATURALES DE LA» HABANA. Distinguido compañero: En nombre de la Comisión Ejecutiva y como Secre- tario General de la misma, tengo el honor de dirigir- me á usted suplicándole se sirva contribuir con su va- lioso concurso, 21 buen éxito del Tercer Congreso Mé- dico Pan-Americano. Contando con su amor y dedicación á las cuestio- nes profesionales le agradeceré sinceramente tenga la bondad de contribuir personalmente y dirigiéndose á las Sociedades Médicas, á las Universidades ó Escue- las de Medicina, así como á los comprofesores promi- nentes que cultivan las ciencias médicas, para que se sirvan concurrir al expresado Congreso, que tendrá lugar en la Habana los días 26, 27, 28 y 29 de Di- ciembre próximo, enviando Delegaciones cuyos miem- bros deben remitir sus trabajos con la oportunidad que marca el Reglamenno que le remito. El impulso extraordinario que ha impreso á la mo- derna medicina la experimentación y esa multitud de ciencias auxiliares cuyos progresos nos maraviilan, brindan á la joven América elementos numerosos pa- ra los estudios, para las investigaciones en la solución de tantos y tan variados problemas quese relacionan 49 ANALES DE LA con la patología y patogenia de multitud de enferme- dades. Nuestro clima, nuestro suelo y el mismo grado de civilización á que hemos llegado, imprimen modifica- ciones apreciables en los estados morbosos que se de- sarrollan en un ambiente tan distinto al de Europa, y enfermedades propias de estas latitudes cuyos estu- dios se perfeccionan cada día, son motivos suficientes para autorizar las investigaciones científicas en nues- tros Congresos. En estos certámenes los esfuerzos colectivos no re- presentan la suma de las unidades que los componen, representan la multiplicación de ellos. El trabajo si- multáneo de todos los investigadores de las Améri- ricas, expuesto y discutido en un momento dado, ha de producir seguramente resultados sorprendentes en cuanto se refiere á la utilidad, á la aplicación prác- tica de las lucubraciones científicas de los hombres que cultivan provechosamente las ciencias médicas, en el Continente Americano. Cada Congreso Médico nos permite progresar de una manera efectiva en los estudios concernientes á las leyes de la epidemiología, las indicaciones preven- tivas, las modificaciones que imprimenel tiempo ó los trastornos sociales á la topografía médica de cada territorio, las cuarentenas, los cordones sanitarios etc. ctc. Todo lo que se relaciona, en una palabra con los íltimos progresos de los trabajos médicos realizados. Espero confiadamente que esa nación hermana, cu- va ilustración médica es notoria cooperará al éxito del Tercer Congreso Médico Pan-Americano remitién- donos su mayor contingente posible ya personal ya de trabajos científicos. Le ruego encarecidamente me indique en.contesta- ción, las personas que han de concurrir y en su opor- tunidad enviarme sus trabajos. De usted muy respetuosamente: Dr. Tomás V. CORONADO. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 43 Tercer Congreso Médico Pan-Americano Habana Agosto 24 de 1900. Sr. Director de los ÁNALES DE LA ACADEMIA DE CreENCcIas MéÉpnicas, Físicas Y NATURALES DE LA HABANA. Muy Sr. mio: Tengo el gusto de remitir á Ud. la invitación y los reglamentos del Tercer Congreso Médico Pan Ameri- cano que se ha de celebrar en esta Ciudad el próximo mes de Diciembre y que se están distribuyendo á to- dos los señores médicos de esta Isla y de las nacio- nes invitadas. Ruego á Ud. la públicación de ellos en su ilustrado Periódico ó diga lo que crea conveniente en favor de un Certamen que ha de redundar en beneficio de nues- tra cultura científica. Anticipándole las gracias es de Ud. atentamente: Dr. Tomás V. CORONADO. Secretario. Tercer Congreso Médico Pan-Americano Habana Agosto de 1900. Sr. Director de los ANALES DE LA ACADEMIA DE Ciencias MéÉnicas, Físicas Y NATURALES DE LA HABANA. Distinguido compañero: Las recientes conmociones políticas de nuestra her- mana República de los Estados Unidos de Venezuela, han determinado á la Comisión Ejecutiva Internacio- nal á celebrar el Tercer Congreso Médico Pan-Ame- 44 : ANALES DÉ LA ricano en la ciudad de la Habana, y no en la de Cara- cas como estaba decidido. Con tal motivo, se le proporciona ála Islade Cuba, á raiz de su asoladora guerra de Independencia, una oportunidad más para ofrecer á propios y extraños otra prueba propicia de su pasmosa vitalidad, de su derecho á ser libre y soberana y de su amor á la cien- cia en todas sus manifectaciones. La simple acepta- ción de Cuba por el Gobiernó de los Estados Unidos como teatro del Tercer Congreso es un reconocimien- to explícito de nuestra independencia, y á. ese acto es- tamos obligados á corresponder debidamente. - En tal concepto, tengo el honor de dirigirme á usted en nombre de la Comisión Ejecutiva, y como Secreta- rio General de la misma, en súplica de que se sirva contribuir con su concurso valioso al éxito satisfac- torio de este Congreso, en el que se pondrán de ma- nifiesto las excelencias de nuestra patria, apenas sa- lida de su titánica lucha, en medio de las turbulencias de su actual periodo histórico, agitada por una polí- tica de transición, adormecidos ó aletargados para la ciencia los espíritus superiores, conmovida hasta los cimientos la enseñanza pública, y preocupadas hondamente todas las inteligencias con las próximas elecciones constituyentes de su nacionalidad y su so- beranía. Pero al modo que ha hecho Cuba un esfuerzo supre- mo para acudir con brillo y gloria al Gran Certamen de París y al no menos grande con sus maestros á Cambridge, lo hará también para testificar en el próxi- mo Congreso médico una vez más su capacidad cien- tífica, —puesta en duda solamente por algunos de sus hijos, cuando tantas pruebas de ella ha dado al mundo entero—y lo hará además para brindar en su seno acogida fraternal y hospitalaria, con innata costumbre, á los compañeros todos que desde Cana- dá á la Patagonia han de acudir á participar de las tareas del Congreso y traernos nuevos caudales de ciencia y experiencia. Dos aspectos presenta, pues, la labor encomendada ála Comisión Ejecutiva que solicita el auxilio de ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 45 usted: el patriótico y el científico. Conociendo su amor entrañable á Cuba, su dedicación constante á los asuntos profesionales y su interés decidido por el progreso científico, no ha vacilado la Comisión en co- locar el nomhre estimadísimo de usted en la lista de sus más eficaces favorecedores, en la seguridad de que habrá hecho acertada designación. -Por los ejemplares de los dos Reglamentos que ten- go el placer de remitirle adjuntos se enterará usted de las bases generales y especiales del Congreso; pero si algún otro imforme deseara usted Ó le ocurriesen dudas acerca de algún punto determinado, esta Se- cretaría tendría satisfacción particular en servirle en el acto si se dirige usted á ella. - No se ocultará á su claro criterio que las materias de patología tropical, han de ser para los congresis- tas, y especialmente para los cubanos, asunto de in- terés primordial. Las enfermedades de los paises cá- lidos son hoy objeto de universal atención, bien por las nuevas conquistas realizadas en el campo de la microbiología, bien por las recientes guerras colonia- les en que han estado y están aún comprometidas las naciones más civilizadas. Y Cuba, que ha procura- do ir siempre á la vanguardia en las campañas de in- vestigación científica relativas á enfermedades de su clima, no ha de quedarse ahora rezagada en el ins- tante preciso en quese pone en evidencia su vigor ó su pujanza. Por consiguiente, la Comisión Ejecutiva llama la atención de Vd. sobre la importancia ó la necesidad actual, para nosotros, de esostrabajos; sin que por ello pretenda coartar ó impedir en manera al- guna cualquiera otra iniciativa para estudios ó in- vestigaciones de Medicina ó Cirugía general ó especial. Oportuno es también manifestar á Vd. que la suma de diez pesos oro americano fijada como cuota de inscripción para miembro del Congreso, pudiera pa- recer'elevada si se tiene sólo en cuenta la crítica situa- ción porque atraviesa el país; pero no así si se piensa en el número relativamente escaso de nuestros com- profesores y el muy crecido, en cambio, de las obliga- ciones, y más quetodas el costo de la impresión delos 46 ANALES DE LA libros de sus actas y trabajos presentados y queserán distribuidos gratis á todos los miembros. Por lo tanto, si causas especiales, que serían sensibles, le im- pidiesen á usted coadyuvar con algún trabajo para el brillo del Congreso, será siempre muy bien acogida su contribución monetaria y su inscripción como miembro. Por todo lo expuesto comprenderá usted que es grande la carga y grande la responsabilidad que pesan sobre la Comisión Ejecutiva del Tercer Congreso Mé- dico Pan-Americano; más ha considerado como un deber de patriotismo el no rechazar la primera ni re- huir la segunda. Fija está hoy en la suerte de Cuba la atención universal. Por el Gobierno del gran pue- blo que nos rige en la actualidad, por las demás na- ciones, y hasta por muchos hijos de la misma Cuba, se desea someter á prueba su capacidad no sólo polí- tica sino científica, y es preciso acudir al reto con el valor de los triunfadores. Obligación es, pues, melu- dible para todo cubano que profesa nuestra ciencia y sienta de veras el amor á la patria, el no permanecer indiferente Ó postrado al llamamiento que se dirige al país para este Congreso de las naciones de América en que el mundo ha de apreciar nuestros esfuerzos científicos y nuestras aptitudes para la vida de la li- bertad á que nacemos. Ruego á usted encarecidamente se digne enviarme lo antes posible su adhesión y en su oportunidad sus: trabajos, así como indicarme los nombres de aque- llos compañeros que deseen concurrir y no hayan re- cibido invitación por cualquier causa agena á mi deseo De usted atentamente, Dr. Tomás V. CORONADO. ¡DARA DA NA ANEMIA ADAN URCARGARAREADEDAR ADA ALDEAS ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4, Tercer Congreso Médico Pan-Americano REGLAMENTO GENERAL TITULO Art. 12 Esta Asociación será conocida con el nom- bre de “Congreso Médico Pan-Americano” y se reuni- ys ta cada años. MIEMBROS Art. 22 Serán considerados miembros del Con- greso, todos los médicos del Hemisferio Occidental incluyendo las Antillas y Hawaii, que acepten los Reglamentos especiales de inscripción ó presten al mismo Congreso sus serviciosen calidad de miembros extrangeros. FUNCIONARIOS Art. 32 La Junta Directiva se formará de perso- nas residentes en el país en el cual se verifique la reunión, y se compondrá de un Presidente, tantos Vice-presidentes cuantos determinen los reglamentos especiales, un Tesorero, un Secretario General, y para cada Sección del Congreso un Presidente y los Secre- tarios que fueren necesarios, quienes serán electos por la Comisión de Organización. Habrálos Vice-pre- sidentes extranjeros, Secretarios y Comisiones Auxi- liares que después se designen. COMISIÓN ORGANIZADORA Art. 42 Esta Comisión será nombrada por la Asociación Médica representativa del país en que se reuna el Congreso. Elegirá funcionarios y también Vice-presidentes y Vocales de Comisiones Auxiliares en países extranjeros, independientemente denombra- 48 ANALES DE LA — mientos hechos por los miembros de la Comisión Eje- cutiva Internacional. Confirmará á su discreción los que esa misma Comisión haga, y en el caso de que algún miembro de ella dejare de hacer los que le correspondan dentro del tiempo señalado por los Reglamentos especiales, la Comisión Organizadora los hará para el país respectivo. Formará Comisio- nes Auxiliares en su país, preparará la reunión del Congreso y formará Reglamento especial para ella. En la Sesión de apertura dará cuenta de sus actos al Congreso. COMISIÓN EJECUTIVA INTERNACIONAL Art. 52 Esta Comisión será nombrada por la Organizadora, y se formará de un Vocal por cada país de los constituyentes del Congreso. Serán per- manentes sus funciones y los miembros tendrán el ca- rácter de vitalicios, excepto cuando alguno de ellos faltare á una reunión del Congreso, en cuyo caso el cargo será declarado vacante y secubrirá por elección hecha entre los miembros registrados del país corres- pondiente. En el caso de que no haya absolutamente representación de ese país, los miembros presentes de la Comisión Ejecutiva Internacional, determinarán la resolución que deba tomarse. INCORPORACIÓN Art. 62 La Comisión Organizadora está autori- zada para hacer, si lo creyere conveniente, que el Con- greso sea incorporado legalmente; pero esto se hará cuando hayan terminado los gastos erogados hasta la conclusión del Congreso en el país en donde éste se verifique. Enel caso de efectuarse la incorporación se elegirá como lo requieran las leyes, el número de funcionarios que fuere necesario. PAISES CONSTITUYENTES Art. 79 Los que á continuación se expresan, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 49 serán considerados como paises constituyentes del Congreso Médico Pan-Americano: Antillas Danesas, Francesas, Holandesas é Ingle- sas, Cuba, Puerto Rico, República Argentina, Bolivia, Brasil, Dominio del Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos de América, Guatemala, Haití, Hawaii, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Salvador, Uruguay y Venezuela. SECCIONES Art. 82 ' Las secciones del Congreso serán las siguientes: 1% Medicina. 2) Cirugla.en General. 3% Medicina y Cirugía Militares.: 42 Obstetricia. 5% Ginecología y Cirugía abdominal. 6% Terapéutica. 7% Anatomía. 82 Fisiología. 92 Enfermedades de los niños. 10. Patología. 11. Oftalmología. 12. Larimgología y Rinología. 13. Otología. 14. Dermatología y Sifiliografía. 15. Higiene en general y Demografía. 16. Higiene marítima y cuarentenas, 17. Cirugía ortopédica. 18. Enfermedades mentales y del sistema nervioso. 19. Cirugía dental y bucal. 20. Pedagogía médica. 21. Medicina legal. 22. Cirugía en los ferrocarriles. IDIOMAS ATEOS.” emreconsideran eb. el ¡Congreso! como idiomas oficiales, para tratar los asuntos: el Español, el Francés, el Inglés y el Portugués. 50 ANALES DE LA COMISIONES AUXILIARES ' Art. 10. Las Comisiones Auxiliares, se compon- drán de un Vocal por cada Sociedad médica ó por cada centro considerable de población en cada uno de los países constituyentes del Congreso. Los. nombramientos de esas comisiones serán remitidos á la Comisión Organizadora por los miembros de la Comisión Ejecutiva Internacional que los hayan hecho, cada una en su país; pero en el que se reuna el Congreso quedarán á cargo de la Comisión Organi- zadora. Esas comisiones funcionarán solamente en la reunión del Congreso para la que fueron nombradas. Los miembros de ellas serán representantes oficiales del Congreso en sus respectivas localidades y será de su Obligación: 12 Transmitir á los Médicos de sus. respectivos Distritos, todos los informes relativos al Congreso, que se les comuniquen por los funcionarios generales. 22 Cooperar con los representantes de las seccio- nes á fin de enviar al Congreso el mayor número de Memorias y Delegaciones, para su mejor éxito. 32 Suministrar álos funcionarios generales todos los informes que se les pidan. 42 Promover la mayor publicidad de todo lo relativo al desarrollo y organización del Congreso, como lo requieren los intereses profesionales, promo- ver la asistencia á las sesiones y atender á todo lo que asegure el buen resultado del Congreso. REFORMAS Art. 11. No se podrán hacer reformas en este Reglamento, sino por la Comisión Ejecutiva Interna- cional y por mayoría de votos. Diez miembros cons- tituirán quorum para cualquiera sesión del Congreso. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 51 Contribución el Estudio de los Crustáceos de Cuba Notas del Dr. Juan Gundlach, y 1896, compiladas y completadas por el Dr. J. L Torralbas (CONTINUA) PORTUNIANMOS. Portúnus, Jab: Lam: Bosc. Latr: Leach. Saus: Rumph Rowd: Cáncer, Lin: Deg: Oliv: Herbst. Lupa, Leach, Saus. Guér. Men. JAIVAS. Estos crustáceos, bien conocidosentodoslos mares, pertenecen al orden de los decápodos, familia de los brachiuros tribu de los nadadores. Tienen mucha se- mejanza con los cangrejos pero se distinguen por caracteres bien marcados y costumbres diferentes. Conformados para la natación tienen el cuerpo ancho y adelgazado hacia adelante para poder cortar las aguas con facilidad, y sus patas posteriores termina- das en anchas láminas hacen oficios de nadaderas. Carapacho más ancho que largo, dilatado hacia adelante, estrechado hacia atrás, el borde anterior más ó menos semicircular y siempre dentado, termi- nando por ambos lados en punta aguda á veces muy larga en forma de espina. Ojos encerrados en fosetas, situados en el borde anterior. Antenas articuladas, colocadas entre los ojos y en la misma línea, las ex- teriores más largas y terminadas en un hilo sedoso. Cavidad bucal, cerrada enteramente por las piezas exteriores; segundo artículo delas quijadas auxiliares exteriores casi cuadrado conlos ángulos redondeados, escotado cerca de la extremidad del borde interno. Cola compuesta de cinco anillos en los machos y siete en las hembras. Garras casi siempre iguales, son largas en unas especies, cortas en otras, el tercer ar- tículo es el más largo, y tanto éste como el cuarto, 59 ANALES DE LA dentado en el borde interno. Las patas ordinaria- mente más cortas que las garras, aplanadas, vellosas en ambas orillas terminando en uña larga, las de las últimas es ancha, ovalada rodeada de, pelos y forma la nadadera. Leach hizo un nuevo género, Lupa, de algunos de éstos crustáceos que tienen el carapacho mucho más ancho proporcionalmente que largo, con nueve dien- tesá cada lado lateral terminando en espina larga por ambos lados: garras del mismo tamaño, teniendo el macho el penúltimo artículo de la cola muy largo y estrecho. Con frecuencia se encuentran hembras de este género (Lupa) con la cola angosta triangular distinguiéndo- se de las comunes que las tienen grande y redondea- da. Los pescadores la conocen con el nombre de machorras. Agassiz ha probado por el examen ana- tómico que estas hembras son estériles y que carecen de receptacalum seminis, aunque no debe darse mucha importancia á esta última particularidad porque Mil- ne Edwards asegura haber descubierto speremató- feros en la abertura de la hembra de Carcinas que tampoco tiene receptaculum seminis, pero sí debe tenerse en cuenta la esterilidad bien conocida de aquellas hembras para probar que hay dimorfismo en estos crustáceos, siendo probable que también exista en otros brachiuros cuya cola es triangular. Saussure hablando de la Lupa dicantha dice: “Lo “más notable que se encuentra en las variedades de ““esta especie consiste en la diversidad de formas que “suele presentar el abdomen del macho. Naturalmente “tiene este Órgano la figura de una T invertida, pero “oran número o delos que he colectado lo tienen perfec- tamente triangular. Esta forma parece constante “en los jóvenes pero parece conservarse en algunos “adultos.” Esto le hizo suponer que tal vez existía otra espina. Probablemente no tendría idea de la existencia de dos formas en estos crustáceos, una siempre estéril, pero no puede perdonársele el haber equivocado el sexo, lo que prueba que examinó con poco cuidado los crustáceos de que se ocupaba. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 58 Los individuos del género Lupa viven en gran nú- mero en las bahías y ensenadas, á veces suben los ríos hasta una distancia considerable de su emboca- dura. Los portunus son raros y prefieren las aguas profundas de fondo arenoso sembrado de rocas. Ninguna importancia debe darse á los colores por- que los pierden con la vida, de suerte que valen poco para la descripción. Aparato masticatorio. No hay clase alguna en la naturaleza que tenga tan complicados los órganos de la manducación como los crustáceos, cuya boca está siempre acompañada de un formidable aparato de instrumentos propios para sujetar y destrozar la presa. El número de partes quela componen varía en cada género. La observación de la forma y pro- porción de las quijadas auxiliares exteriores propor- ciona buenos caracteres para el establecimiento de los géneros: Fabricio fundó sobre éstos los suyos, y Latreille también los aprovechó para coordinar los que describió. Las quijadas auxiliares exteriores, (maxila quarta, Jab:) que en algunos géneros cierran completamente la boca se componen de dos partes colocadas sobre un artículo común que les sirve de base, la externa estrecha alargada, con un palpo ciliado articulado en su extremidad: la interna, que tiene alguna semejanza con las patas ambulatorias tiene seis artículos, el primero muy corto; el segundo ancho; aplanado, con- vexo y ciliado en su borde interno, con un surco lon- geitudinal en su cara externa; el tronco más ancho y ciliado en el borde superior; los dos siguientes cilindri- cos, el primero corto, y largo el segundo y el último ó el de la extremidad termina en punta en forma de uña. Estos tres últimos artículos están encorvados ó replegados hacia adentro, sobre todo cuando las quijadas auxiliares exteriores son cortas, como sucede particularmente en los decápodos brachiuros. Todas estas partes así como las siguientes son dobles, es decir, que existen á ambos lados de la boca pero colocadas en sentido contrario. Las segundas quijadas auxiliaresson también bíf- 54 ANALKS DE LA das, más pequeñas, más membranosas ó menos crustá- ceas, la porción externa se asemeja á la misma parte en las quijadas auxiliares exteriores y como ella termina en un palpo ciliado y articulado: la interna, unida por su base á la externa, tiene cuatro artículos: el primero tan largo como la parte externa y como ésta aplanado, los tres últimos cortos, redondeados y ciliados. A esta parte da Fabricio el nombre de palpos intermaxilares. Estasdos quijadas auxiliares componen juntas el labio superior. Las terceras quijadas auxiliares tienen tres artículos, uno externo semejante á los que ocupan el mismo lugar en las primeras y segundas quijadas auxiliares terminando como aquéllos en un palpo flageliforme, y dos internos el primero va anchándose desde su medianía, es muy delgado, trasparente y membranoso ciliado en el borde interno, y el segundo, surcado en su medianía es más grueso y redondeado en su extre- midad: ambos artículos tienen una base común, y en la porción siguiente que se compone de tres piezas muy delgadas cubriendo las mandíbulas, forman el labio inferior. Todas estas quijadas auxiliares se mueven lateralmente. Las mandíbulas son muy fuertes, huesosas, alarga- das en forma de cono prolongado hacia los lados, más ó menos dentadas y cortantes en su extremidad interna: están fijas no por la base sino por un punto de la cara posterior que les permite solo moverse lateralmente sin apartarse mucho una de otra. En su cara superior está fijo un apéndice dividido en tres artículos ya mencionados y que se consideran como parte del labio inferior. No. 9. LUPA DICANTHA Latr. Nr. 26 G. Lupa (Neptunus) dicantha, Latr., Bigne, anim 2* ed Iv p. 23 Edw. Hist. des Crust. 1 p. 456. Martens, Archiv fur Naturg. XXXVII. Portunus hastatus, Bose, Hist, Nat des Crust. I p. 219 Fab., Ent. syst. II, 448, 33. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 55 Cáncer hastatus, Sinn, Syst. Nat. II, 1046, 39. Lupa hastata, Say. Cangrejo jaiva, Parra, 49, 1. LUPA DICANTHA. LATR M. Á. DE C. JAIva COMUN. Esta es la especie más conocida de los crustáceos marinos cubanos: se pescan en gran número en las redes que tienden los pescadores en las bahías y ensenadas, cuidándose muy poco de recogerlas. En los mercados abundan todo el año siendo poco esti- madas como alimento. Con frecuencia seencuentran las que acaban de mudar su cúbierta, llamándolas entonces jaivas blandas y las solicitan los pescadores con preferencia á toda otra carnada. Las hembras ponen muchas veces, cogiéndose á menudo cargadas de huevas particularmente en los días inmediatos á los plenilunios. Ambos sexos son muy semejantes diferenciándose solo en el tamaño de las garras que son algo mayores en el macho. La 56 ANALES DE LA cola de éste tiene el penúltimo artículo muy largo, y todo este miembro presenta la apariencia de una ] invertida. La cola de la hembra es grande y redonda, el penúltimo segmento es el mayor y el último es de figura triangular, Las hembras estériles tienen la cola perfectamente triangular, pero en los demás caracteres no se diferencian de las fértiles. La cola del macho con 4 segmentos, las hembras tienen 6, tanto las fértiles como las estériles, ciliada en la orilla externa. Carapacho semicircular, estrechado en la parte pos- terior, con algunas arrugas granulosas, transversas en la parte superior: frente poco avanzada con seis dientes, los dos del centro pequeños, los dos siguientes mayores, y losdos últimos, que forman el límite inter- no de las fosetas oculares, grandes y obtusos. Nueve dientes á cada lado del carapacho, el último muy lar- go y arqueado hacia arriba. Ojos pedunculados, alojados en fosetas en el borde del carapacho, ante- nas externas largas, delgadas y multiarticuladas. Garras iguales, dedos estirados, arqueados en su ex- tremidad, con dientes grandes alternando con otros pequeños, engranando los superiores en los inferiores al cerrar la pinza, los dedos se cruzan en su extremi- dad. Brazo con tres dientes grandes en su borde interno, dos espinas en su articulación con el carpo, una interna y la otra externa: carpo robusto termi- nando también en dos dientes agudos. Patas más cortas que las garras, aplanadas, dismi- nuyendo en tamaño desde el primer par, velludas en toda la parte inferior hasta la extremidad del tarso, nadaderas ciliadas en ambos lados. Esta especie parece haber servido de tipo á Leach para formar su género Lupa. Esta especie varía mucho en sus colores: unas son verdosas con manchas azules en las patas y garras, espinas de éstas blancas con punta roja: otras. tienen las patas azules y los tarsos rojizos, espinas de las garras azules con puntas blancas; las hay con toda la parte superior de un verde amarilloso con man- chas rojizas en las articulaciones de las patas, dedos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 5 y tarsos rojizos; algunas tienen patas azules y ban- das del mismo color en las garras, dedos rojizos sólo del lado interno. Todas tienen siempre la parte infe- rior enteramente blanca. En los manglares que rodean las bahías y ensena- das se encuentran á veces muchas que quedan en seco medio sumergidas en el lodo cuando baja la marea: éstas son siempre de gran tamaño y se distinguen por su color verdoso parduzco con manchas rojas sobre el carapacho y las garras; las patas con gran- des listas del mismo color. Los pescadores las llaman mangleras. El estado de inercia en que permanecen en esos lugares, y el encontrarse con frecuencia entre ellos indivíduos que acaban de despojarse de su cu- bierta, induce á suponer que sólo vayan allí en la época de la muda: ¿pero cómo es que sólo los gran- des indivíduos escojan esos lugares? ¿necesitarán és- tos acaso el calor de los rayos solares para verificar su muda? Milne Edwards cita en su sinonimia á L. dicantha como la misma especie descrita por Bose con el nombre de Portunus pelagicus, pero este es un error, porque el que menciona Bose vive sobre las plantas que flotan á merced de las olas en alta mar, es muy pe- queña y en nada se asemeja á L. dicantha, será más bien el Portunus hastatus de este naturalista. Tam- poco puede ser el P. hastatus de Fab: como también supone, porque la descripción de éste es la de una especie totalmente diferente aunque vive en los mares de las Antillas. Un macho Long. 0.0771 rop 1:185 Ancho0.143(P "9D: 2799: No. 78. LUPA BIOCELLATA Foras m. 55. Carapacho algo velludo, redondeado en la parte anterior como en el género Portumus, pero la última espina es larga semejante ála del género Lupa así como también la parte posterior que tiene la forma de este último. La frente tiene cuatro dientes muy 58 ANALES DE LA pronunciados, y otro doble en el lado interno de las fosetas oculares cubriendo el nacimiento de las ante- nas externas. Nueve dientes á cada lado del carapa- cho. Antenas externas largas, delgadas, colocadas sobre un pedículo grueso. Ojos grandes alojados en fosetas cuya orilla inferior es muy saliente. Garras iguales, brazo más largo quela mano con seis espinas 78 LuPA BIOCELLATA. FORNS. en el borde interno, una en la orilla externa cerca de la extremidad. Carpo con dos espinas largas en la articulación con la mano y otra esterna en su me- dianía. Mano aplaenada en su lado interno con dos espt- nas en la orilla superior una de ellas muy pequeña en la articulación del dedo movible. Dedos estirados, dentados con la punta encorvada. Patas delgadas, disminuyendo en tamaño desde el primer par: nada- deras semejantes á las de los Portunus. Color rojo claro; espinas rojas con una faja blanca en el centro: dedos rojos, blancos en su extremidad. Una mancha grande, circular, muy marcada, de color pardo rojizo obscuro rodeada de una lista ancha blancuzca á cada lado del carapacho hacia la parte posterior. Cola con forma característica del género. La anterior descripción se ha tomado de una hem- bra de 055X036. ACADEMIA DE CIÉNCIAS DE LA HABANA 59 mas formas y los mismos caracteres aunque las espi- nas interiores del brazo son cuatro en lugar de seis, tal vez por no haberse desarrollado aun las dos pr1- meras que son las más pequeñas. En este macho las manchas eran blancas. LUPA FORCEPS. M. Edw No, 60 G. Cáncer forceps Jab: Eut. syst. supl. 368, 21. ! Portunus torceps, Bosc, Hist. Nat. descrust: 1 p. 220. 43 LuPA FORCEPSs. Enw. No. 60 GS. Lupa forceps, Edw., Hist. des Crust. 1 p. 456. Mar- tens, Arch fur Nat. Jaiva de horquilla, Parra 51, 3. Notable por la forma delgada y alargada de las garras cuyos dedos son muy largos y filiformes. Carapacho cubierto de algunos surcos irregulares, muy estrechado posteriormente, nueve dientes en cada borde anterior, el posterior muy largo, cuatro en la frente, los dos medianos más pequeños. Ojos gran- des en fosetas. Antenas externas filiformes. Brazo delgado, dos veces más largo que la mano, con cinco espinas en el borde interno y una en la ex- tremidad. El carpo con dos espinas una dorsal y la otra interna: la mano tiene dos una en la base y la otra cerca de la articulación del pulgar. Dedos lar- 60 y ANALES DE LA guísimos, delgados, finamente dentados. Patas cada vez menores hasta el último par que termina en las nadaderas características del género. Son poco comunes. No. 52. PORTUNUS RUBER, Edw. Lupa rubra Lam: Martens 13. Gr. Borde anterior con nueve dientes á cada lado inclu- so el exterior de la foseta ocular, cinco grandesencor- JAIVA MORA. vados hacia adelante y cuatro pequeños, uno entre cada dos grandes. La frente con ocho dientes gran- des distribuidos dedos en dos, incluyendo los internos de las fosetas. Carapacho cubierto de un vello rojizo amarilloso entrecortado por arrugas rojizas interrumpidas. Las pinzas son casi iguales y robustas: las cuatro espinas del borde interno del brazo son grandes y agudas, teniendo además este artículo en la parte ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 61 superior y exterior una ancha lista de tuberculitos negros. El borde superior del carpo tiene dos espinas grandes, una interior y otra exterior: hacia el medio de este artículo, y en la parte exterior tiene otras tres espinas, dos de ellas terminando en aristas de tu- bérculos que corren todo el largo del artículo, y la tercera en medio de ambos. La mano tiene varias aristas tuberculosas muy marcadas: tres en el costado interior, la primera que recorre el borde inferior has- ta el nacimiento del dedo inmóvil, siguiendo hasta la punta, pero lisa en todo el largo de dicho dedo: la segunda hacia el centro, corre paralela á la primera y como ésta se prolonga á lo largo del dedo: la terce- ra, algo más arriba de la segunda, menos marcada que las otras dos, principia hacia la parte media de la mano y termina en un tubérculo grueso hacia el nacimiento del pulgar. La parte superior de la mano tiene dos aristas más elevadas que las anteriores, la anterior principia en la articulación del carpo, se compone de dos líneas paralelas de tuberculitos, terminando en una espina grande en el centro de la mano; bajo esta espina se prolonga la arista hacia adelante, y termina en otra espina en el nacimiento del pulgar: la arista exterior está también formada por dos líneas paralelas de tubérculos y termina en espina en el nacimiento del pulgar. Elladoexterior tiene tres aristas paralelas á lo largo de toda la mano, una enel centro, otra arriba y la tercera abajo. Las aristas de los dedos son to- das lisas y van adelgazándose hasta confundirse to- das en la punta. Todas las grandes espinas mencio- nadas son negras en ¡su extremidad: del mismo color son todos los tubérculos de la parte superior de la mano. Los dedos son alargados, estirados, arquea- dos y dentados interiormente. La hembra tiene las mismas espinas pero las aristas están menos marca- das. En ambos sexos las espinas son casi iguales. Los tres primeros pares de patas tienen listas rojas en toda su longitud, son vellosos hasta la punta en su parte inferior y con dos ó tres espinas en cada ar- tículo confundidas entre el vello. Los tarsos son 159 -_AÑALES Dio LA estirados. Las láminas en que terminan las nadade- ras (que también tienen listas rojas) son lisas y cilia- das así como los cuatro artículos precedentes. El tercero termina en dos espinas y un tubérculo grueso en la parte superior. La cola se compone de cinco artículos en el macho y seis en la hembra. Habita en lugares de fondo pedregoso ó arenoso y es rara en las bahías y ensenadas. El carapacho es de un color rojo vivo de coral, garras con algunas manchas negras: parte inferior blanca. Antenas rojas con fajas blancas. Long. 0.038: ancho incluyendo espinas laterales 0.058 prop: 1:1.52. No. 42,14. PORTUNUS SPINIMANUS, Latr: Nr. 11 G. Lupa spinimanus, Leach, Desmarest, Considerat sur les Crust. p. 98 4 Milne-Edw, Hist Nat. des Crust, 1, 452. Martens éz. Achelotíis spinimanus, De Haan, Janna Japonica, Crust., p: 8. A Milne-Edw, Arch du Musiumd” Hist. Nat. X,341 pl. xxx. Smith, Trans. Conn. Acad. of Arts and Sciences, I1, 9. Portunus spinimanas, Latr., Encyc Méth., X, 188 Parra, 49,3. Jarva Mora. Carapacho con varias arrugas transversas inte- rrumpidas, cubierto de vello amarilloso, nueve dientes á cada lado en el borde anterior dirigidos hacia ade- lante siendo el posterior el mayor, en el medio de la frente hay otros cuatro iguales, y otro escotado en el borde interno de cada foseta ocular. Antenas ex- ternas largas, articuladas, terminando en una hebra sedosa, las intermediarias replegadas en fosetastrans- versales. Ojos grandes sobre pedículos cortos. Garras iguales cubiertas de vello, brazo con cinco: espinas grandes en el lado interno; el carpo tiene dos espinas en su articulación con la mano, una interna ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 63 y la otra externa: mano tan larga como el brazo, con una espina grande en la base, una arista tuber- culosa en el borde superior que termina en espina antes de llegar á la articulación del pulgar: dos líneas tuberculosas en el lado externo y una en el medio del interno: dedos largos encorvados en su extremidad, dentados con varias estrias, las del pulgar son tuber- culosas. Patas comprimidas, estiradas en toda su longitud, borde inferior velloso, el tarso tiene vello en ambos. bordes. Las nadaderas son lisas, ciliadas, con listas rojizas. Cola compuesta de seis segmentos en el macho y siete en la hembra, en ambos el penúltimo es el ma- yor pero en el macho tiene la forma de un triángulo truncado en su cima, y en la hembra es más ancho que largo. Habita en los mismos lugares que los demás portu- nus, y es bastanteraro. Tengo en mi colección dos machos cuyas patas y garras son proporcionalmente mucho más largas que las del individuo descrito, sin que se note otra dife- rencia: tal vez sea una variedad ó acaso individuos muy viejos. Tienen el número 14 en la colección. Posteriormente he encontrado varias hembras que solo se diferencian de los machos por el menortamaño de las garras y patas, siendo las dimensiones de am- bos sexos las siguientes: Un macho. ' Otro. Una hembra. OM eo cara 0.00 Lurit 2254 de 0.058 0.055 ACA I DI 0.096 0.092 AGAPEAS, coca, ira Ea dle 0.186 OLÍST Segundo par de patas............. 0.145 0.102 Cuarto! 1d. id TZ 0.083 No. PORTUNUS AURIMANUS, Forms. Carapacho poco convexo, semicircular en la orilal anterior, costados látero-posteriores cóncavos, como en las demás espinas del mismo género. Porción dorsal granulosa particularmente las orillas de las 64 ANALES DE LA arrugas que la cubren, ojos y antenas como en los demás portunus. Rostro armado de cuatro dientes largos triangulares, separados por un surco ancho de los que forman el límite interior de las fosetas ocu- lares. Los nueve dientes de cada borde látero ante- rior arqueados hacia adelante, el posterior es el mayor. Garras largas, brazo con cinco dientes agu- dos en el borde interno, ocultos entrela faja de largos pelos que adornan este borde. Carpo corto con dos espinas largas, una externa y la otra interna en la articulación con la mano. Esta es tan larga como el brazo, con la orilla superior muy elevada con una es- pina larga cerca de la articulación del pulgar: esta orilla está guarnecida como el brazo de una faja de pelos largos que se prolonga hasta cerca de la extre- midad del pulgar: la cara entre esta orilla superior y la arista externa está cubierta de una placa dorada brillante con algunos tuberculitos parduzcos. Dedos estirados arqueados, dentados como en P. spinimanas: patas con los tres últimos artículos estirados, una faja de pelos en toda la orilla inferior del primer par, nadaderas ciliadas. Cola la característica del género. Son raros y habitan los mismos lugares que los demás portunus. Long. 0.024. “Ancho incluyendo espinas laterales 0.050: prop. 1:2. Garras 0.075. LUPA CRIBARIA lam. (Portunns). Tiene esta Jarva, no muy común pero existente en Cuba, el carapacho, poco convexo, más bien aplana- do, de una forma semejante á la de la L. rubra: poco más largo que ancho, presentando en su parte ante- rior un arco de círculo casi regular: frente deprimida y sin sobresalir en ningún sentido: espina inter-ante- niana poco saliente: fisuras orbitarias profundas: dientes laterales como la L. dicantha: abdomen de forma corriente. Largos3 pulgadas (7 centímetros): ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 65 color pardo más bien claro salpicado de manchas blanquecinas en toda la extensión del carapacho. LuPA CRIBARIa.—Lam. Parece que habita el tipo de la especie cuyo carapa- cho resulta más ancho, en las costas del continente del Sur (Brasil): la de Cuba es igual á lámina. (Gun dlach). Sesión solemne del 19 de Mayo de 1900 í PRESIDENCIA del Dr. Diego Tamayo. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Cubas, V. Ragués, Coronado, Beato, (7. (García, Santos Fernández, V. de la Guardia, Acosta, M. Sánchez, J. I. Torralbas, Calvo, Betancourt y Gustavo López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Sra. Matilde Gutiérrez viuda de Carvallo, Sra. del Dr. J. 1. Torralbas, Sra. é hija del Dr. Tamayo, Sras. Comadronas y varias damas distinguidas. Señores Padres de los Escolapios de Guanabacoa y de Belén. Sres. Dres. Berriel, Le Roy, Miller, Edelmann, Torralbas y Montes, E, Núñez, García Cañizares, Capó, N. Carvallo, 66 ANALES DE LA J. Guerra, Barnet, A. Agramonte, Dueñas, Presno, Ortiz Cano, Sr. padre del Dr. G. López y Cecilio Aguiar, repa- rador del Museo de Botánica de esta Corporación. Abierta la sesión á las 8% de la noche bajo la Presidencia del Dr. D. Tamayo, en su carácter de Secretario de Estado y Gobernación, y como delegado especial del Gobernador Militar, General Wood, en cuyo nombre declara abierta la sesión solemne, haciendo vutos en nombre de la Autoridad por la prosperidad de la Corporación y el buen auge de las Ciencias en Cuba. A su izquierda está el vice-presidente de la Academia, á quien concede la palabra, y quien de pie, pro- nuncia frases congratulatorias acerca de nuestra labor y constancia para llenar los fines levantados que perseguimos, dedicando algunas oportunas palabras á nuestros presti- eiosos fundadores. Termina con votos ardientes por la pros- peridad de las Ciencias, nuestra institución y nuestro país. Después, el Secretario General Dr. G. López da lectura á la memoria reglamentaria, en la que en síntesis razonada se expone la labor realizada por la institución en el curso del último año. Asu final, lee dos telegramas y una comunica- ción oficial del delegado y de la comisión directiva cen- tral de los Congresos Médicos Pan-Americanos, anuncián- dose definitivamente la celebración del 30 en esta capital, en los días de Pascuas. Concluida esta lectura, se concede la palabra al Dr. Miguel Sánchez, que lee un trabajo titulado: La salud y la enfer- medad. De nuevo se concedela palabra al Secretario general que da lectura al programa de los premios que ofrece la Corporación para el nuevo año. Se da entonces por terminada lá sesión, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 67 TERCER CONGRESO MEDICO PAN-AMERICANO REGLAMENTO ESPECIAL INSCRIPCIONES Art. 1? Cada miembro del Congreso, para hacer efectiva su inscripción, entregará en la ciudad de la Habana al Tesorero del Congreso la cantidad de diez pesos oro americano. SESIONES GENERALES Art. 2? Habrá una sesión de apertura, una inter- mediaria y una de clausura, de carácter puramente científico. Art.3” A la sesión de apertura, que será solemne y presidida porla Autoridad Suprema de la Nación, concurrirán, además de los Congresistas, los miem- bros de las Sociedades Científicas y personas distin- guidas que sean invitadas. Comenzará la sesión con el informe del Secretario General. ; Seguirá un discurso de bienvenida, pronunciado por el Presidente del Congreso. A continuación dos discursos de carácter científico y una alocución de la Autoridad que presida. Se re- comienda la corta duración de los discursos cien- tíficos. 68 ANALES DE LA Art. 4% En la sesión intermediaria se leerán cuatro discursos sobre asuntos generales, por personas muy distinguidas en las ciencias médicas, que invitadas oportunamente hayan aceptado este encargo, y uno de esos discursos por un médico cubano, invitado por la Comisión Organizadora. Art. 5% En la sesión de clausura el Tesorero dará cuenta al Congreso de la inversión de los fondos que se le han confiado. Art.6% Se pronunciará un discurso de carácter científico, y una pequeña alocución por un represen- tante de cada una de las naciones que concurran al Congreso. Art. 1? El Secretario General dará á conocer el lu- gar que el Congreso señale para verificar su cuarta reunión. Art. 8” Enlas sesiones generales no habrá discusión. SESIONES DE LAS SECCIONES Art. 9% Estas sesiones serán de 8 á 11 a. m. y de 3ás5p.m. en los docales que designará la Comi- sión Organizadora. Las presidirá el Presidente efec- tivo de ellas, alternándose con los Vice-Presidentes de cada una de las naciones que esté representadá en cada Sección. Art. 10. Será Secretario nato de cada Sección el que nombre la Comisión Organizadora y alternará en sus funciones con los Secretarios de las naciones que estén representadas en la Sección; pero si éstos no están presentes, serán suplidos por el que nombre el Presidente efectivo. Art. 11. El Presidente dirigirá las discusiones conforme al programa del día, y resolverá las cues tiones que puedan suscitarse, y que no estén previs- tas en este Reglamento. Art. 12. El Secretario nato formará las actas y recogerá para ello, además de sus propias notas, las de los Secretarios que hayan fungido en la Sección. Recogerá también de los oradores que hayan hecho ACADEMIA DR CIENCIAS DE LA HABANA 69 uso de la palabra, los extractos escritos de que habla el artículo 19. Art.13. Los casos relativos al debate que no es- tuvieren previstos en este Reglamento, se resolverán conforme á las prácticas parlamentarias generales. Art. 14. Las votaciones serán nominales. MEMORIAS, SUS EXTRACTOS Y DISCUSIONES EN LAS SESIONES DE LAS SECCIONES Art. 15. Las memorias se presentarán por escrito. Art. 16. Cada autor enviará al Secretario de la Comisión Organizadora á la ciudad de la Habana, antes del día 15 de Noviembre del presente año, un extracto de su memoria, el cual no excederá de 300 palabras. Estos extractos se imprimirán en inglés, en francés y en español, w se distribuirán á los Con- eresistas, antes de las sesiones en que deban leerse. Art. 17. No se anuciará ninguna memoria á la cual no se haya acompañado su extracto; losautores que cumplan esta condición, tendrán derecho á que se publiquen íntegras en las memorias del Congreso. Art. 18. En las sesiones, la lectura delas memorias no durará más de 20 minutos. Cuando éstas sean tan largas que no puedan leerse en ese tiempo, los autores las extractarán ya sea por escrito ó de pala- bra; pero se publicarán íntegras en las actas del Con- egreso, en el idioma en que se hayan escrito. Art. 19. Los extractos á que se refiere el artículo anterior, se entregarán, en unión de las memorias, al Secretario de la sección á que correspondan. Art. 20. Los miembros del Congreso que tomaren parte en las discusiones de cada Sección, presentarán sus discursos escritos, al terminar la sesión, al Secre- tario respectivo, y sepublicarán también en las actas. Art. 21. Las memorias anunciadas para su lectu- ra en el programa diario de cada Sección, servirán de tema á las discusiones. En éstas cada orador no podrá usar de la palabra más que una sola vez y dn- rante cinco minutos; pero al autor de la memoria 70 ANALES DE LA que origine la discusión, se le permitirá replicar, si lo cree necesario, por una sola vez y solo durante diez minutos. COMISIONES AUXILIARES EN LA ISLA DE CUBA Art. 22. Estas comisiones serán nombradas por la Organizadora y se compondrán de un Vocal por cada Sociedad médica local, y á falta de ella, de un médico por cada centro de población, y cooperarán con la Comisión Organizadora á promover el mejor éxito del Congreso. Dichas Comisiones serán nom- bradas en los primeros días del entrante mes. COMISIÓN EJECUTIVA Art. 23. La Comisión Ejecutiva queda formada por tres señores Vocales, incluyendo al Presidente, al Vice-presidente, al Secretario, al Tesorero y al Vocal representante de Cuba en la Comisión Ejecutiva In- ternacional, los cuales entenderán en todo lo relativo á los asuntos del Congreso. —— A Y AAA OBRASDE VENTA EN LA REDACCIÓN DE LOS “ANALES” - Trabajos de la comisión de medicina legal é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- gía, Erpetología y Entomología Cubana, del Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patología y Antiguedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del ale- mán por el Dr. Finlay. CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. " _. +, ” a PA ESA : Gi RA CURACION COMPLETA DE LA ANEMIA - Entrando el hierro en la composición de distintas partes dal A erganismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexu que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi- eos desde época inmemorial administrar el hierro en diferentes formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estrefiimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se eucuentra en la sangre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la anemia, - la Clolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE DESCHIENS, preparados en París por Ja reputada casa de los Sres. Adrian y C*, fueron acogidos en los hospitales de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- nio y la depresión moral. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA són - bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de Ed reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran-. cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende en la Habana en las boticas del DR. GONZALEZ, Habana 112, del DR, JOHNSON, Obispo 53 y de JOSE SARRA, Teniente” - Rey 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas de la Bla. Tomo 37. ; AGOSTO A DICIEMBRE DE 1900. DIRECTORES: Dres. J. M. Céspedes y G. López Redacción: Calle de Cuba número 84 A Prehistoria de la Isla de Cuba, E Dr. Enrique Gómez Planos. Acta de la sesión pública ordinaria del 10 de Junio de 1900. - 3) 33 2 2) , ,) 3 24 >” po] > ,) E p 3) os 3) 3 CINCA ” 5 s9 Julio A 5% | le la Academia de Ciencias | A o = * HABANA Imprenta “La Prueba” 1901 Número suelto: 30 cts.—Publicación mensual.—Año adelantado $3 oro Condiciones -Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO, por semestres. ade- lantados, : En esta publicación, aparecen, á más de los iba jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diver- sos ramos, de. d. Los “Anales” sostienen canje numeroso con publi- caciones análogas del mundo entero. / LN SR Se suplica el cange. Toda obra enviada á la redacción de los “Anales” será anunciada tres veces. STAN E m O LLALO 22. e.enon a ALA AAA O AC GOOD O TU LO UL AAA AAA AS PREHISTORIA DE LA ISLA DE CUBA POR. ENRIQUE GOMEZ Y PLANOS PROLEGOMENOS Muy pocos años hace que la Prehistoria tiene cabida en el organismo de la ciencia, y más corto todavía su estudio en los establecrmientos docentes del mundo. A Francia, en 1541, se debe. la ercación ¡de esta ciencia, siéndo su apóstol M. Boucher de Perthés, que luchando con valentía contra las preocupaciones de su época, establece, los principios fundamentales de esa nueva ciencia, de que hoy se enorgullece nues- tro siglo. El combate fué tenaz, ruda la empresa, pero imfati- gable su autor, el cual venciendo todas las dificulta- des que el désto de oponerse á todo progreso realizan algunos hombres para sepultar un conocimiento que como ese derriba falsedades, esparce luz en el pasado de la vida humana y no sólo hace aparecer la verdad en todo su esplendor sino aniquilando los errores que el mal sentir de ciertas entidades sociales ha creado, y para quienes la humanidad no debe progresar ni jamás darse cuenta de su misión; solo con el fin de ocultar la verdad y sostener á toda costa los errores de otros tiempos: incompatibles hoy con el progreso de la ciencia. El etror es notorio al considerar que esta es la cien- cia que estudia la vida de la humanidad en los tiem- pos anteriores de la historia, es la: ínica que nos 712 ANALES DE LA .- A enseña el comienzo de la vida social de un pueblo; + donde surgen sus ideales para fijar basado en sus hechos si son ó no provechosos y qué influencia ha tenido su conducta: y la manera como luego lo recoge la Historia Universal para dictar sus provechosas enseñanzas. La cuestión que en este folleto se va á desenvolver y que forma su título no tiene otro objeto, y ese es el que me propongo, que dar á conocer al público los conocimientos de prehistoria de este pueblo, rectificar errores muy corrientes y no permitir que continúe la ¡enorancia de desconocersegeneralmente entre noso- tros nuestra prehistoria. Creo cumplir un deber el propagar esos conocl- mientos no sólo por el interés que debe movernos á eeneralizar cierta clase de estudios sino que es de justicia que se reclame el puesto que le pertenece á nuestra prehistoria; es bueno que se sepa que los hombres del pasado de nosotros poseían conocimien- tos tales, que la equidad y justicia de la ciencia histó- rica reclama su mérito entre sus coetáneos, aspirando á darles su valor; y condena con razón el estigma de salvajes conque hasta hoy se les ha calificado! sola- mente alimentada esa opinión por la ignorancia de los hechos, y la mala intención de ocultar la ver dad, como desgraciadamente ha prevalecido siempre en esos estudios. Ahora bien: ¿de qué medios nos debemos servir para estudiar la psa es Bien lo. sabemos, no hay que olvidar la unidad de la ciencia, su armonía y variedad; lo cual es cierto; así, sí esto es la realidad, no debemos asustarnos, la ciencia histórica tiene hoy su plan perfecto, su método de exposición y su orga- nismo constitutivo; no por la arbitraridad de Tos hombres sino regido y formulado por los principios eternos de las ley es lógicas. Y como que la Prehistoria de Cuba es un capítulo de ta Prehistoria Universal, ésta como pacto y forma de aquélla, es, y así la entiendo, un estudio local particular que no reconoce otros principios que los generales de la ciencia de que forma su doctrima; ni ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HAb ANA 13 otros fines, objeto y modo de ser, que el asignado á esa clase de estudios. Formulados los fundamentos de nuestro libro, pro- cede exponer el plan de desenvolvimiento de los cono- cimientos; en primer lugar trataremos del medio, por- que ya es una verdad inconcusa que no existe vida sin medio, y estudiando nosotros la vida de un pue- blo justifica el valor de conocerlo; una vez ya expues- to, paso á tratar de exponer la formación de la Isla, para asignar su procedencia y apreciar los funda- mentos en que descansa la prehistoria de todo pueblo que son el medio y teatro de los hechos. Sentadas estas premisas entramos de lleno en el estudio de los fósiles cubanos, que á no dudar llenan aquí la misión delicada de pruebas Ó testimonios; para que más tarde con algunos de la América se establezcan principios fijos y se rectifican errores; después entraremos de lleno en el estudio de la raza, reconstruyéndola con los datos recogidos: de ese modo llegamos á formular su yalorentre sus contem- poráneos, á la vez con el estudio del lenguaje y su filiación, nos prepara el terreno para reclamar en honor á la justicia el puesto que le pertenece ya de hecho; y una vez concluído, ofrecer á los lectores mi gratitud hecha patente en esta ocasión. EL'* MEDIO GEOGRAFÍA Y GEOLOGÍA El concepto que formamos en el estudio que hace- mos de su definición, obedece á que ha sido conside- rado por todos los autores como el conjunto de agentes que nos rodean durante la vida, en los cuales libramos nuestra subsistencia, de tal modo llega á ser su influencia que crea caracteres especiales en el o del hombre, como se observa al contemplar la diferencia entre el hombre de ayer y el de hoy, y aún más sí penetramos en las faces primitivas de las sociedades antiguas. Cuba tiene geográficamente una posición ventajosa 74 ANALES DE LA. en la América, continente donde está situada, de tal modo, que ocupa el metacentro de ella, sin estar uni- da por la tierra, y sí separada y rodeada de un mar libre, un golfo inmenso Yi el oceano segundo en nues- tro elobo por la extensión de su, superficie. La exposición del medio requiere en primer lugar que digamos cómo surge Cuba en el seno. de los mares, y cuál es la A física de su suelo, quizás el más privilegiado del mundo. Debemos, pues, interrogar el teatro de los. hechos capa por capa para investig ar la verdad y sentar las premisas de los fósiles. que presenta nuestro suelo como testimonio de las investigaciones hechas; luego interpretarlos, asignándoles su valor; y más tarde exhumar los restos humanos de los lugares de, habi- tación y sepultura para que en unión de los datos que poseemos reconstruir el tipo étnico y apr eciar su cultura¡con la de sus contemporáneos en igualdad de circunstancias. | Ahora hien: siendo este libro, de prehistoria: y refi- riéndose ésta á Cuba. ¿de qué medios nos debemos servir para hacer la, crítica de su estudio? Bien lo sabemos y ya conocemos cuáles son sus fundamentos expuestos en ¡otro lugar. Así. podemos. contestar á la pregunta anterior que hubiera sugerido en esta clase de labor como una dificultad; pero con tener en cuenta lo expuesto, se resuelve el problema. La forma irregular que presenta, ha hecho que al- eunas imaginaciones crean ver un arado, pero lo cierto es que es de mavor á menor, siendo la parte oriental la que presenta mayor territorio, Las estaciones no son rigurosas, puesto” que aquí los extremos de frío y calor no ocasionan á nadie la muerte, no habitan fieras en nuestras selvas; no ha- biendo, especies zoológicas que atenten contra la vida del hombre aquí en Cuba. Si por un momento fijamos nuestra atención en: un mapa de la Isla, veremos que muestras montañas afectan una disposición singular, no forman núcleos, sino que se distribuyen en grupos hacia las costas en direcciones diferentes, hecho que Orbigny atribuye á ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 75 ser nosotros bajo el punto de vista orográfico, una desviación de los Andes nuestra matriz fundamental, Los hechos en que se funda lo anterior obedece á la analogía observada en la composición geológica de ambas; colocando este autor el núcleo de origen en las “Cuchillas de la Sierra Maestra” en Baracoa. La altura de nuestras montañas con relación á la long1- tud geométrica de la Isla es muy poco. pr oporciónal,; y los ríos se distribuyen en dos zonas, alto nivel ó del Norte, y Sur ó bajo nivel; son mucho más en la se- gunda que en la primera, más caudalosos y más sinuosas sus cauces. ; No es propio en tesis descender á nombrar montes, ríos, etc., eso. está bueno para el instituto, aqui sólo la doctrina es lo que debemos apreciar; y de ahí que no debemos pasar por alto que D'Asier no se ocupa de ello y sí de lo otro expuesto. Nuestra fauna tiene 26 especies de mamíferos, 261 de aves, más de 700 de peces, 6 quelonios, 35 saurios, 17 ofidios, 3 ranas, 2819 '“astropodos y 1288 moluscos. Debo á la amabilidad de mi maestro en Zoología, Dr, Vilaró, los anteriores datos. La flora indígena posee hoy conocidas 3417 especies, cultiva- das 4123, habiendo típicas 3649. Como tesis general podemos decir que somos ricos en especies propias, que la flora guarda analogía y relaciones con la de Jamaica, Puerto Rico y América del Sur, que se asemeja á las de las regiones ecuato- riales de Africa y cálidas de Asia; de tal modo que Yucatán y Cuba parecen idénticas. Nuestra atmósfera siempre azul no se turba más que cuando un huésped de los llamados ciclones se forma en las otras Antillas y viene aquíá molestar- nos y á veces á causarnos daño; no nieva entre noso- tros y sólo nos asustan algunos temblores de tierra que revelan nuestra filia geológica allá por nuestro célebre Oriente. Pero si curioso es lo anterior, no deja de tener valor como así lo posee la geología de nosotros, puesto que ahora le pertenece aquí su puesto. Lo primero que llama la atención es la identidad y dis- 76 ANALES DÉ LA tribución de los terrenos, y lá riqueza de materias minerales que tienen ocultas aún por explorar. Estos hechos llamaron tan pr ofundamente la aten. ción que se trató de saber á qué ley obedecían y como es natural cómo se formó la isla. Obigny se fija en este asunto y dice que en la época terciaria en virtud de levantamientos y hundimientos sucesivos, época de formación del terreno plióceno ó sub-apénico; fué la fractura del continente y la elevación gradual del fondo de los mares lo que la causó acompañada delá sumersión de parte deS. á E. debido'á un nuevo hún- dimiento ó quizás á algún cataclismo de 198 que en: tonces agitaban la tierra. | Lapparant admite que al terminar la época cuater- naria hubo nuevos hundimientos y levantamientos sobre las aguas; sedimentándose “cuando hubieron cesado los anteriores movimientos Cuba en la forma que hoy está. Ab Snider dice que toda la América ha formado parte dé un continente único en Europa y Africa; pero 10 admite los estudios de Obigny y otros en ese sentido: Pero imponiéndose los hechos yo entiendo, que la isla si bien tiene analogías con la América también la posee con Asia y que la formación de los: continen- tes, hoy gracias á los trabajos de Zittel, Ibóernes :y. Eridel, con los ecuadores de fractura, nos autoriza á sostener que los: levantamientos y hundimientos no son la razón de ser de la formación de la isla, aunque se admita la aglutmación: de centros aislados por presiones distintas; hecho que aquí entre nosotros está sin valor, porque los ejes de las montañas no tienen la. dirección de, los. centros aglutinantes del gloho; aquí en América, los Andes, y. aún más, nues- tros montes, tienen sus ejes en direcciones diferentes, no cumpliéndose aquí las leyes de Mr. Elie Beaumont. También apoya lo expuesto la existencia de Toofi- tos (Clenterados de hoy) corales en nuestras costas, que toda la costa de la Habana sobre todo la del Norte es de constitución volcánica, de rocas primiti- vas, que aquí tenemos además que debido á lógicas resultas el Geological Skeches coloca á Cuba entre los ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA WS terrenos primitivos en su Capítulo 1% y por. eso dijo Agossiz “América es físicamente un mundo viejo” Ahora bien: resumiendo los hechos dueños como pensó nuestro Dr. la Torre en 24 de Julio de 1892 en la Academia de Ciencias (Anales de ella) que Cuba se ha formado de tres núcleos en tres regiones, simultá- neamente con separación de dos reunidos más tarde, hecho que así se explica por la distribución de los te- rrenos de los cuales paso. á ocuparme. La distribución de los terrenos la expongo en vista de las observaciones del geólogo señor Solterain; si por un momento fija uno su atención en sumapa, ob- seryaremos que la isla presenta el aspecto. de una mas sa mineral variada y comprimida en una dirección constante al parecer; pero distribuidos los terrenos de tal modo que hay aglutinación, abundan los coce- OS, MNOCENOS y pliocenos más que los secundarios y cuaternarios, lo que obliga á sostener el origen pri mjitivo de Cuba, dada la inmensa cantidad de terje” nos ígneos que aquí se encuentran. | y Los terrenos ígneos ocupan casi toda, la Habana y Santiago de Cuba, y aparecieron como dice Delafiose al ocuparse de Francia, bajo la forma de una erupelón que por enfriamiento más tarde hubo de solidificarse. De estos cambios tenemos en la Gran Piedra testimo- vios valiosos: allí la serpentida y.diocita, rocas, Íg- neas, están metamorfoseadas en caliza metamoórfica: de cuyos hechos tiene ya cuenta la Academia de Cien- cias. aa Los cuarzos, eramitos, sienitas y pórfidos se extien- den en zonas por Holguín al Cobre, y forman núcleos en la Sierra Maestra; “la diosita y iS basaltos abun- dan mucho en Guanabacoa formando una extensa los, SuEsos ránea quese extiende hasta Campo Elo- rido Pero la mayor conocida la tenemos desde Colón á Puerto Príncipe, estando el centro del núcleo hacia el triángulo geogénico que forman Tunas, Bayamo, y el mismo Puerto:Príncipe, La serpentma y dionita que según Lapparant es una mezcla de gronitoide de plagiolosa y homblenda, | JT S ANALES DE LA de color blanco y verde, forma contraste y la tenemos revelando su origen, muy cerca de aquí en los terre- nos cretáceos de Guanabacoa, formando lomas; y la población está asentada parte sobre dichas rocas. Los demás terrenos primarios los vemos en una extensa superficie aquí en la Habana teniendo por lí- mites de Marianao á Cojímar por el Norte y hacia al Sur forman aquí una zona, primero á la superficie como está en el Vedado y San Lázaro, haciéndose subterránea y extendiéndose en dirección de Aguila hasta San Rafael donde está el centro ó núcleo de es- tas rocas llamadas en lenguaje vulgar seborucos; en los terrenos estos tenemos minas como las de la Ca- ridad en Nuevitas. De los secundarios diremos que el triásico es escaso, y solo se ha encontrado en Pinar del Río, el jurásico está por allí y el cretáceo es muy abundante, encon- trándose en ocasiones en el Serpentina. Los terrenos terciarios son los que más constituyen la masa de la isla. Matanzas es casi solo terreno ter- crario; el eoceno torma muchas de nuestras montañas con el mioceno; y su riqueza es grande en Cojímar, el Vedado y la calle 6 calzada del Cementerio de Colón. El Plioceno tiene sus dominios por Mariánao, Puentes Grandes, Puerto Príncipe, Pinar del Río y otros lugares; está asociado á los terrenos primitivos y secuhdariós y forma diluviones diferentes; es aquí como en todas partes del globo, rico en fóciles y vetas minerales. Pero lo que más nos explica la formación de núcleos como pensó el Dr. la Torre v en lo cual estoy confot- me, es la disposición de los minerales en los terrenos ya de suyo notable, no formando capas por or den de antigiiedad, sino en desordenada agrupación y de lo cual me permito llamar la atención y lo cual paso á exponer. En efecto las rocas antiguas eruptivas, los terrenos alterados, cosa singular, por el metaformismo como lo tenemos en la Serpentina del cual poseemos ejem- plar es de formación en Santa Clara, Holguín y San- tiago de Cuba. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 79 En Guanabacoa existen muchos nódulos de cuarzo, muy abundantes y la transición que se observa á la caliza por intermedio de la dolomía ó caliza magne- siana nos autoriza á apoyar la verdad del hecho. A esto hay que añadir que allí mismo tenemos en esa localidad minerales interesantes de los cuales pienso tienen para mí el mismo origen, como es estar allí el anfibol verde en su variedad actinota, el asbes- to y el talco del cual aquí tenemos ejemplares. Si esto no fuera suficiente, con recordar para hacer- nos prueba, que el suelo mismo de Guanabacoa tiene numerosas variedades de serpentina con y sin diala- ja; siendo notable, el tránsito brusco á la caliza y que forma uno de los cerros próximos á la ciudad llama- do del Capiro. Esta caliza es compacta, rica en fósiles y en algunas partes tenida por dentritas de peróxido de manganeso, mineral cuyos miños tiene Santiago de Cuba. Respecto á las esferas minerales tenemos yacimien- to de asfalto en Cárdenas y Motembo; un hidrocar- buro líquido la Sandalina, manantiales minerales en Madruga, Santa María-del Rosario y San Diego de los Baños, Isla de Pinos y aun en San Vicente y Gua- nabacoa en las cercanías de Pinar del Río, el pri- mero. Tenemos hierro purísimo en Santiago de Cuba, y nó- dulos aislados en Santa Clara y Pinar del Río; minas de asfalto en varios lugares, oro en la Sierra del Escam- bray, cuarzo cristalizado en prismas exagonales apuntada, especie rara, pues solo Cuba lo cuenta en su seno. La forma de cristalización obedece á las leyes de Haiiy. Además tenemos la calcedonia, variedad de cuarzo que aquí ha sido llamada por Seidel gua. nabaquita: esta especie es de Sancti Spíritus. Los terrenos secundarios que constituyen casi toda la falda de la Sierra conocida por La Gira, conti- nuación de la de los Organos en Pinar del Río, río arriba se encuentran con frecuencia mesetas de már- mol jaspeado, pizarra serpertina, cuarzo, talco y to- da la sierra está cuajada decavernas con estalactitas y estalacmitas muchas de ellas. 80 ANALES. DE: LA Toda la margen izquierda del río está sembrada de manantiales sulfurosos termales y fríos; en los abruptos cerros de la Hacienda El Caímito hay un manantial de nafta del cual se surten en aquel lugar como luz. En Los Azufres hasta San Pedro á dos kilómetros. del Pueblo de San Diego, me han dicho existe un ma: nantial muy rico en azufre y otro en hierro. Con lo acabado de exponer, y teniendo en cuenta los hechos anteriores, damos por terminada la geolo- gía cubana, si bien autorizados á sostener que Cuba vista la composición de suelo y la calidad de los ma- teriales de estudios, es de origen primitivo, su forma ción se debe á núcleos aglomerados y conglutinados, por fuerzas que obraron en diferentes sentidos, y que la superficie de las llanuras cubanas revela en sus des-.. niveles y hundimientos, los cambios que tuvieron lu- gar para esa formación, para lo cual una vez hecha, estar sustituida como la encontramos; hecho que ve- remos más adelante ratificado cuando en el próximo, capítulo estudiemos la paleontología dela cual AGR á ocuparme. PALEONTOLOGIA La ciencia que estudia los fósiles así se llama, y, fósil todo resto de algún ser que ha existido en remo- tos tiempos ocultos bajo tierra. d Hacer luz.en la oscuridad de los tiempos es la soble, misión de esta ciencia: arranca del pasado los restos delos desaparecidos y los estudia, asignándoles su valor; de lamentar es que muy poco. se ha inv estiga- do en esta. Isla, y que las adquisiciones ¿ aunque valio- sas seán escasas por esa razón. Al sabio profesor Dr. la Torre, se deben algunas! observaciones de las cuales dió cuenta en la Acade:. mia de Ciencias, sobre el hallazgo de un gran número de fragmentos de huesos y dientes de. un animal llamado el Miomorfs Cubensis, descubierto en los baños de Ciego Montero, cerca de Cienfuegos; presen- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA sl tados en Paris á Mr. Pomel, éste le dió: el nombre que lleva. A Los restos de este mamífero gigantesco, contembpo- ráneo del Megalonix y el M egateril m-del Norte y Sur de América; constituye á mi modo de ser una prueba indiscutible de haber sido en otra época la Isla una parte de la América del Sur, pues allí existen y se han encontrado sus fósiles; lástima que no se posean los ¿huesos que faltan, pues de ser así, se hubiera recóns- truído su esqueleto. Sólo se posee la mandíbula y algunos huesos de las extremidades, hallados en unas cuevas de Remedios y Cárdenas. El Sr. Lesalier en- contró en una cueva del ingenio “San Salvador” allá por Sto. Domingo y Sagua, unos restos de ese animal. Importancia gr eta tiene el hallazgo para la:cien- cia. ¡Es un hecho indiscutible que el tener la Isla! ese fósil causa prueba en la debatida cuestión de la geo- genia cubana, los restos del Miomorfis están acom- 'pañados en las cavernas en que la hemos encontrado, por huesos de cocodrilos; á su vez este dato no sólo nos hace ver que se alimentaba de ellos, sino «que aquí entonces los había homólogos á los estudiados por Cuvier del territorio americano, y en la misma América por Humboldt. Por Santa Clara, en los terrenos pliócenos, en unas escavaciones allí hechas, fueron encontrados unos caninos fósiles, bien conservados de hipopótamo. Se ha comprobado su presencia varias veces en otros lugares de la Isla. En aquel lugar un señor de apellido Payrol, poseía un maxilar de cocodrilo, dos raras ostreas y varios otros moluscos fósiles; ade- más el Dr. la Torre trajo de Sancti-Spíritus varios Echiniclos fósiles de la familia de los Cly peasteridae encontrados en Banao. Vale mucho también el encuentro de un Ammonites “con señales de haber rodado; fué adquirido en los baños de Bija, cerca de Cruces, y presentado''á la Academia de Ciencias por el Dr. la Torre. Las consideraciones científicas, consecuencia que la lógica señala, al tener presente esos testimonios nos 82 ANALES DE LA obliga á sostener, sin que haya lugar á discusión, toda vez que los hechos anteriores así lo justifican, que Cuba aunque hoy confirma la ley de Adam y de Audobón, en su fauna así como en su flora, hoy tiene carácter y personalidad propia, cuando esa una por- ción americana tenía, y aún se ven numerosas prue- bas, identidad perfecta, del mismo modo que geológi- camente acabamos de ver. En efecto, hacia las Sierras de Bayamo existe una especie de mamífero llamado Ayre, por Oviedo, y Sole- nodon por Peters: es típico de Cuba; aquí hoy sólo se encuentra, y en épocas remotas, y en la terciana en esos terrenos en cuevas han sido encontrados sus restos y á no dudar es especie americana. Se alimenta de insectos, hocico en punta, mamas isquiáticas, noc- turno y muy vivaracho. Es también de la época terciana, y como el ante- rior es viviente hoy, un pez llamado Manjuarí; com- pañeros suyos fueron el Ictrosaurio y Megalosarcro; pertenenece el Manjnarí á la subclase de los Ganoi- deos, orden de los Halosteos, según nuestro inolvida- ble Poey; contrasta conlo limitado de su distribución la abundancia y variedad de sus formas fósiles dise- minadas en áreas inmensas en la época de la forma- ción de los terrenos paleozoicos y en la creta y sedi- mentos terciarios. Habita en aguas poco profundas, cerca de los ríos, vive aquí y en la América del Sur, actualmente; su cuerpo está cubierto de escudetes oseos, con superficie esmaltada; las vértebras son con cuerpo terminado posteriormente con cavidad glenoidea, que aloja la extremidad anterior convexa de la vértebra siguiente; la cabeza terminada en hocico alargado, provista de dientes cónicos, largos y acerados; el color es verdoso en la parte superior y blanquecino debajo del vientre. Como se ve, el hecho es indiscutible. Muchas de nuestras aves se han encontrado en el Brasil y otros lugares en estado fósil, otra gran can- tidad hoy vive en sus bosques; á eso se añade la ob- servación de Audublón, que aquí no hacemos porque no se trata de un trabajo de Anatomía Comparada, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 83 pero sí diremos que el medio justifica también la variación nutrida observada en fósiles antillanos, su riqueza y distribución americana, ya de aves é insec- tos y los representantes que á millares se encuentran vivientes y á la vez fósiles. En el Instituto de 2* Enseñanza, en el Museo de Historia Natural, hay disecados el Manjuarí y el Al- miquí; en la Sección de fósiles hay más de 200 muy bien conservados, y la Academia de Ciencias posee una buena colección; además existen los ejemplares en ambos museos de los minerales que tiene la Isla. Interesante es á no dudar, como dice Rafines, que los fósiles americanos en los depósitos de Kansas y Kentucky ha sido en donde Boule ha encontrado nu- merosos fósiles humanos y de animales. Como el objeto de esta tésis no es la Paleontología Americana sino la Cubana, sólo he hecho mencióñ por su premisa científica dada la identidad y homo- logía anatómica, pero no nos ocuparemos de descri- birlos, y sí haremos mención de los nuestros, que son á no dudar, los que más nos interesan, por tra- tarse de una cosa local. Los fósiles humanos cubanos, se encuentran, por lo general, en los terraplenes (Caneyes) en 1844 (Ba- chiller, Cuba Primitiva, pág. 149) publicaba la Sociedad Económica sus Memorias, cuando los periódicos de Puerto Príncipe dieron la noticia de la existencia de esqueletos fósiles. Las Memorias la reprodujeron, (pág. 457, número 102, año 1844) dicen así: “el punto en que existen está al Sur, en la costa, inmediato á la batería de Santa Casimba, allí existen esteros y sepulcros cóni- cos bastantes achatados y la abertura de sus ángu- los es obtusa; el rumbo del lugar es el O. $. O. (Puerto Príncipe) más para el Oeste á 16 leguas cubanas (de 5000 varas) en línea recta; después añade cuando la marea está baja, descúbrense en el fondo incrustrados varios esqueletos de varios sexos.” Ahora bien: hoy sería imposible su adquisición, pero á no dudar es científica la cuestión, haciendo pruebas, toda vez que Hitchcok (Elementary Geo- 84 ANALES DE LA logy, pág. 100, 1841) dice que Zimerman en la Gua- dalupe encontró esqueletos en la cabeza de aquella isla como los anteriores. | Los esqueletos de Guadalupe eran dos, se remitieron á los museos de Europa, y no deja de hacernos pensar al referirnos á los nuestros, que alguna práctica bár- bara explica el orden y forma de estos enterramien- tos (1844.). Pero esos restos (B. Cuba P. pág. 152) y otros recuerdos aparecen no sólo en Caneyes sino en las cuevas. D. Andrés Stanislass así lo hace constar.» En Puerto Rico y otras Antillas, se han encontrado huellas de fósiles; y aquí, entre nosotros, el sabio naturalista D. Felipe Poey, con unas muestras cogl- das por D. Miguel Rodríguez Téner, ha probado la existencia del hombre fósil, y que Cuba es una parte del mundo primitivo; lo cual en la geología los hechos lo han confirmado. Ahora no debemos olvidar que la mayoría de los fósiles cubanos han sido poco estudiados, algunos de ellos fueron hallados en la cueva de Cotilla y Chepa López; el piso de las cavernas cubanas, lugar que ha servido de habitación y sepultura, están cubiertos de guano de murciélago, y se hallan allí verdaderos .osa- rios, que por la arqueología, que á su debido tiempo veremos, y el terreno de yacimiento, á no dudar, como dice Palmer, son del hombre de la edad de piedra.” En el Repertorio Físico Natural de Cuba, (tomo 1”, pág. 150) D. Felipe Poey califica de caribe el cráneo fósil que le presenta Rodríguez Tener; pero-eso no le quita el carácter de fósil y de pertenecer á la época de la piedra toda vez que en él se cumplen de una mane- ra satisfactoria las leyes de Prehistoria de Boucher des Posthes, y las Paleontológicas del gran Lyell. El maxilar fósil más hermoso, D. Felipe Poey, en 1850, lo regaló al Museo de Madrid, y la comisión com- puesta de Lund, Graells y Pérez y Villanueva, convi- nieron con reconocer en la pieza huesosa su valor como fósil, el mismo que formuló Poey. Ahora bien: en vista de lo expuesto yo creo ya ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 85 llegada la hora de poseer esos datos incontroverti bles, y lo que en su lugar ya trataré más adelante, que vivió en Cuba el hombre prehistórico y que pre- dominó el tipo dolicocéfalo. En la Universidad de Harvard el profesor Witney ha manifestado que los cráneos sometidos Á su exa- men (obra citada, pág. 163) son indudablemente de la edad pliócena. El análisis químico ha demostrado que son verdaderos fósiles; habiendo perdido por completo las sustancias orgánicas y el fosfato de cal reemplaza al bicabornato, que es prueba concluyente. La convicción es mayor cuando nuevos hechos y más recientes; hablo y á ello me contraigo de los modernos trabajos del Dr. la Torre, en su viaje cientí- fico á Santiago de Cuba. Allí las enseñanzas son valiosas; pero no debemos hacer congeturas, en la Academia de Ciencias, en su Museo los tenemos; ya no cabe la duda, sí la certeza. Con motivo del Centenario del Descubrimiento de América y de la Exposición Colombina así como de otros hechos, en Julio de ese año, la Academia de Ciencias de esta capital, acordó se llevaran á cabo las investigaciones arqueológicas y etnológicas de los Cangres, así como la información de la plaga que asolaba los cocoteros. Con ese motivo se hizo el viaje ya dicho y se recogieron datos. La colección osteológica, resultado del viaje, ofrece particularidades notables: consta de once cráneos mm: teresantes y numerosos huesos sueltos; todos hu- manos. Figura en primer lugar, el notable esqueleto recogi- do en la cueva de Maisí, próximo á la Cuesta del Chivo, llama la atención ante todo el estado de con-: servación de gran parte de sus huesos, y especial. mente del cráneo, que conserva casitodos los dientes, estando los incisivos desgastados hasta más de la mitad de la corona. La depresión del frontal es no, table, aunque conserva sus elevaciones en el lamda ofrece una superficie aplanada que parece indicar ¡el asiento de una contra presión occipital. El índice cefálico que excede de 90, le coloca en la braquicefalia 86 ANALES DE LA más exagerada; los huesos están en perfecto estado de conservación, teniendo él esternón la particulari- dad de ofrecer una perforación notable cerca de la punta, ocasionada sin duda por un proceso osifica- torio. En otra cueva de la localidad se hallaron cuatro cráneos, dos concuerdan admirablemente con el ante- rior en sus diámetros anteroposterior y el transverso (160-150) y por tanto, en su indice cefálico de 93-75; pero el diámetro vertical es algo menor y en uno de- ellos, el más notable de toda la serie, el prognatismo : es exageradísimo y la depresión frontal tan pronun- ciada que se han borrado las elevaciones oseas y en algunos puntos ha sustituído una concavidad normal. La disposición de este cráneo es idéntica en un todo á los caribes de la isla S. Vicente y que se ve aún persiste el tipo étnico en las Antillas; este cráneo sumamente frágil porque sólo conserva la lámina ex- tensa de sus huesos, tiene borradas en gran parte las suturas y conserva sólamente un diente, lo que indica ser á su vez de un anciano. El segundo de estos cráneos, cuyos caracteres con- cuerdan craneométricamente con el anterior, de nues-. tros estudios anatomo-comparados, deducimos que ha pertenecido á un viejo, como lo revela el estado de las suturas, y del borde alveolar, así como la forma característica que ha adquirido el maxilar inferior; presenta como notable una escavación que ocupa la porción anterior del borde alveolar del maxilar supe- rior derecho, huella de un proceso patológico. El tercero de los cráneos del grupo que ocupa aho- ra nuestra atención, es notable por su pequeñez y la medición da 160:140, tiene un índice braquicefálico exagerado, la depresión frontal no es pronunciada, y en su conjunto tiene analogías y semejanzas con uno incompleto, único de la colección Rodríguez Tener que se conserva en esta capital y del cual se puede decir que por su pequeñez y otros rasgos parece de mujer. El cuarto y último, se aparta mucho del tipo, pues aunque braquicéfalo y de frente fugitiva, es más alto ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 87 y redondeado, de superficie convexa, y no presenta á la observación ocular deformidad artificial alguna. En la cueva de Quemado de Limones, fueron encon- trados varios cráneos; son típicos, muy bien conser- vados, con notable depresión frontal, y sólo difieren por la longitud 'algo mayor que el diámetro antero posterior, en 'uno de ellos, que es el que más conviene con el tipo de San Vicente, con el molde que se posee de la colección Rodríguez Tener y que como en otro lugar tengo dicho fué estudiado por Poey y: Mon- tané. El segundo de estos eráneos resulta mucho más braquicéfalo por su índice cefálico que le eleva: á 93, pero esto depende de su aplastamiento occipital, con- servando por lo: demás una. gran analogía con el otro En la costas Sur de Henadada, en la cueva de Jagua, y en la hacienda de Junco, se encontraron algunos cráneos muy. interesantes y con particularidades no- tables; están alterados por la humedad, uno de ellos se ajusta: bien al tipo deformado, que como. vamos viendo predomina en las series; otro tiene ¡4vla' obser- vación su mayor longitud y altura lo que le separa bastante del tipo general. Está muy incompleto,' cir- cunstancia que dificulta bastante la comparación; ofrece irregularidades en la región infra-oceipital que pueden incluirse enel grupo de las deformaciones pós- tumas debidas á:la humedad y naturaleza del suelo. Quiero llamar la atención sobre todo por el grado que alcanza y carácter especial: me refiero á la sustitución de toda la escama del ocerpital por un hueso que ya no es wormiano, sino el hueso que Ramque y Debiene llaman Epactal ó Inca; se desarrolla á expensas del punto medio superior, y queda separado del resto del hueso por una sutura transversal paralela al ¿inión; tiene la figura de nn triángulo de base inferior y sé ex- tiende hacia la escama superior; esta disposición es muy frecuente 62X100 en los incas del Perú, y que Gegembaur describe en los vertebrados con el nombre de hueso inter parietal de los mamiferos. Aquí el deber impone sostener que la presencia de 88 ANALES DE LA este documento óseo, es la mayor prueba de haber sido habitada la isla por el tipo homólogo hoy vi- viente en la América del Sur; y que aquí estuvo en remotos tiempos. En la cueva de Ovando se encontró un cráneo ultra-braquicéfalo, su índice es más de 93, el diámetro transversal es igual ó mayor que el anteroposterior (160) y llama la atención su redondez y la amplitud de la región occipito parietal, Varios huesos del esqueleto, maxilares, cráneos, etc. se encontraron en la tierra de Maya; pero el haberse encontrado cinco húmeros que poseen la perfora- ción inter-condilea, es un hecho de capital importan- cia como se puede ver en los ejemplares de la Acade- mia de Ciencias. Este carácter es típico en las razas inferiores, y en Europa Boucher des Pesttres, y luego Boule le asignan ese carárter á todo resto prehistó- rico cuaternario—y de ahí que los restos de Crog- magnon y Truchere estudiados por Biveci y Hamey pepcal ese carácter que tienen los húmeros- nuestros á lo que hay que añadir aun más que también se as encontrado varias tibias platinémicas; y de las cuales el deber me obliga á hacer constar. que el sa- bio profesor de Anatomía Kuhtff en 1881 dijo que las tibias triangulares y prismáticas de la actualidad eran una modificación de la platinencia primitiva, á lo que hay que añadir que es muy rara la encontrada en Europa, perteneciente á la epoca cuaternaria que no posea ese caráctar manifiesto. De la inspección y comparación úe hechos para fin- quitar hay que admitir la existencia en Cuba, del hombre cuaternario, de la presencia de una colonia caribe en la punta oriental, hecho más que compro- bado en Puerto Rico y otras antillas; que la falta de semejanza se nota debido á ser raza guerrera, que lle- vaba prisioneros $. que el tipo Aragua—Lucayo— Siboney es uno, que este es mientras no haya hechos en contrario el verdadero tipo físico del hombre prehistórico cubano, y que hay que admitir así su procedencia americana del continente sur ó América de Sur.— La lógica se impone y ella nos obliga á des- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 89 eribir los fitofósiles cubanos. Los que poseemos son valiosos: en Puerto Príncipe pudo el P. Pio Gal- tes cerca de esa ciudad, en el bhonillo, ha encontrado fósiles las siguientes plantas: miraguano , palma cacia, palma real, arrojo, yagruma, fustete, y tres más thy: | incita cuatro malváceas, dos dillemaceas, y ade: más numerosos ejemplares de enforbiaceas, samy- deos, caparideas, linaceas, rutaceas, meliaceas, anarcaidiaceas, sapendáceas leguminosas, sapota- ceas, ebenaceas, bonagineas, apoyneas, rubiáceas. Como deje en otro lugar expuesto, las arcalogeas americanas, son inmensas y comoenotra ocasión de- jamos expuesto, forma con la geología ya dicha, la verdad casi demostrada y que las autoridades cientí- ficas del mundo estuvieron de acuerdo en admitir, que Cuba esformada de un pedazo de la América del Sur. Solamente nos faltaba no silenciar que tiene Cuba en su seno cavernas quenos indican la presencia de hechos geológicos. Se hallan diseminadas por toda la isla; en la sierra de Cuevitas las hay numerosas, de grande extensión y muy interesantes; allí han sido hallados restos primitivos; y que á no dudar fue- ron entre nosotros, lo mismo que en Europalos luga- res de habitación y sepultura del hombre cuaternario cubano; como después se vé, inventa las casas (bohios) aun con autoridad á sus contemporáneos. Ahora bien, como ya se ha dicho no ser ésto un trabajo de historia natural, nos impide dar detalles de esas interesantes manifestaciones de índole geo- lógica. El conocimiento de las cosas que el hombre ha he- cho para la vida, así como su cultura, é industria en épocas remotas, es el objeto de la Arqueología, | que de paso diremos es ciencia moderna. Desde hace mucho tiempo los clásicos vienen ocu- pandose de la arqueología americana; pero del resul. tado de esos estudios, se ha sacado una consecuencia que á no dudar ofrece sabrosas enseñanzas; en efecto se ha visto y demostrado que la: América ha sido po- blada por el hombre prehistórico; por restos halla- dos en los E. Unidos, Méjico, República Argentina, 90 AÑALES DE LA Cuba y otras antillas. Que hay analogías entre esos restos y los que la Eu- ropa tiene en sus museos; que también antropoló- gicamente se nota el tipo asiático ariano, en ciertos pueblos, el esquimal por ejemplo, que. sus físicos y morales se confunden con los. Anamitas; son hechos que han llamado la atención. Ahora bien: debemos estudiar la arqueología de nosotros, que unido al relato de los compañeros del viaje de Colón, nos dan la medida de la cultura de las dos razas indias protohistóricas y las [analogías europeas y. americanas, asícomo las asiáticas, que según otros tienen la nuestra. ) Ñ Los primeros datos arqueológicos los debemos á los que relatan los compañeros de Colón, y sobre todo de aquella época los de Ovando y Las Casas. '- Refieren éstos que á su llegada á tierra, en la extre- midad oriental vieron una casa en la cual había col- gados caracoles; que según se vé por los encontrados por Maisí, pertenecen al genero Casis; estaban perfo- rados en el ápice, éste servía de trompa guerrera (bo- tuto) y dos cucharas hechas con la'espica interna del molusco Shtombus gigas; y que vulgarmente 'le llaman Cobos; en otra casa dice Colón había muchas estátuas en figura de mujeres y muchas cabezas óÓ cacatonas ó mejor dicho carátulas Óó máscaras de piedra; en efecto en las colecciones de Latimer Stahl y otras en Puerto Rico y Santo Domingo se conser- van; aquí en la parte oriental se encontró, hace poco tiempo dos estátuas de aquellas de piedra. Refiere el Almirante que vió cántaras de barro; es un hecho que poseían esos conocimientos de cerá- mica toda vez que algunos figuran” en las colecciones arqueológicas. A | Entre los objetos de la industria primitiva existen los cintos de piedra, muy bien labrados y de forma elipsoidea, tallados en piedra y adornados con una carátula. Refieren también que el Almirante en la recepción con Guananagasi se sentaron en unos duhos ó ban- cos de madera dura, con las patas muy cortas, é ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 91 imitando figuras de animales; el Dr. la Torre ha visto uno.en Santo Domingo. También refieren y algunos ejemplares se poseen, los objetos siguientes: hachas: de serpentina. y diosita, molinos ó: piloñes de piedra, cemíes ó:ídolos colgán- tes y fijos; las muestras observadas, guardan perfec- ta semejanza con las prehistóricas hembras de la Edad de Piedra de Europa v sobretodo la: pulimen- tada, y en,mi concepto fijan la época de segregación del continente y hombre americano. | Pero aumenta el. conocimiento con la adudisición de nuevos restos arqueológicos; en el asinadero por Stgo. de Cuba el Dr.- la Torre adquirió 'una cazuela en la cueva de Guimera, de forma elíptica, y una maza de forma cónica de piedra encontrada en Songo. Estos objetos son de valor precioso en la ciencia: En la cueva de Poncio donde se ha encontrado una costilla, se adquirieron varios fragmentos de ollas de barro con huesos de jutías; en la Sabana el doctor Manduley proporcionó dos objetos de barro en extre-» mo interesantes en alto grado. Esel primero, una figu- ra .Ó:faz humana hábilmente moldeada: sobre: una base cónica llamando. la. atención lo 'aguzado. de la nariz y su forda que no corresponde á Los caracteres generales orgánicos. Fué. el anterior objeto en el Esmas: de un terre» no en la parte alta de la Cuesta del Palo. El segundo objeto procedente de Pueblo Viejo. ¡parece el. pico de: una vasija de barro con dibujos imperfectos. . En Palo Viejo se encontraron varios objetos de barro, ídolos, una peineta ete., y fragmentos de ollas; en la ¡cueva del Indio se ha: hallado un guamú ó cara- col perforado, en su ápice era un instrumento músico de guerra, del cual nos hablan los historiadores. y que es distinto al hbotuto hecho con el Strombus mientras ' el guamú se hacía con el Casís Madasgacanensis. Es raro aquí y habitual en las Lucayas. | En la Cueva de Ovando: se han hallado esuchós pedazos de ollas y cazuelas y una hacha de piedra de 20. centímetros de largo y de forma distinta álas observadas en Stgo. de Cuba; su forma es enmanga- 92 ANALES DE LA da, de piedra disca y de una pieza. En Jamo se encontró un ídolo de barro, una hacha de Serpentina noble muy bien pulimentada, otra de diorita de forma amidgalodea y construída con esa piedra que vulgarmente le llaman **piedra derayo.” Otra hacha de “piedra de rayo' muv interesante no sólo por el material de que está hecha, sino por su forma alargada y sus extremos aguzados á modo de buril; y quizás destinada á verificar dibujos enla cerá- mica. En Baracoa se adquirió un buril como el ante- rior, y dos hachas de piedra de rayo. Todos estos objetos y otros más que adquiriría- mos si nuevas investigaciones se llevaran á cabo, cimentando luz en nuestros antepasados; pero si la duda surge en el ánimo del lector, viene la certeza con el descubrimiento que hizo la Torre y Montané en la época de su expedición á Stgo. de Cuba. Enefecto, ciertoes á no dudar que solo faltaban en- contrar ejemplares vivos deindiós, pero he aquí que al llegar el Dr. la Torre y sus compañeros á las cuevas situadas 'al pie de grandes moles de piedra de contor- nos irregulares, por Maisí entre ellas, en una anfrac- tuosidad, tuvo la gloria y sorpresa á la vez de encon- trará un hombre y tres niños; que al verlos tan estaban en estado primitivo, que no solo huveron despavoridos al monte, donde asombrados, escuálidos se les logró dar alcance, al hablarles no se pudo obte- ner respuesta á las preguntas quese le hicieron, debido sin duda á que no conocían al castellano. Sus caras revelaban estupidez y asombro. Pero de nuevo le acontece como acabamos de exponer cuando al llegar á la Cuesta del Palo bajo un paredón que descendía oblícuamente, vieron una habitación primitiva, formada por estacas como la lacustres, y cubierta por yaguas, algunas jícaras de coco y otros objetos, donde también una persona habitaba aislada de la sociedad y enestado primitivo Aun más: á estos datos valiosos podemos añadir que en el viaje citado pudo comprobar el Dr. la Torre la existencia en Pueblo Viejo llamado así en la Gran tierra de Maya, un rectángulo de 200 metros de lar- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 93 go por 100 de ancho; formado por cuatro líneas te- rreas que se elevan sobre el nivel del suelo á manera de anchos camellones. Rodríguez Ferrer dice: que re- presentan en la isla los mound de los Estados Unidos. El estar tan rectas esas líneas, y tan perfectos los ángulos, á no dudarson obra humana; ahora bien vo opino que no debe sorprendernos la idea de esos te- rraplenes, toda vez que como hemos por esos lugares vistos restos cuaternarios, á no dudarhay que admi- tir esas construcciones como sus homólogas de Europa y Asia, y que el profesor Boule halló en Algelia. Mu- chos en los E. U. y Bancrotf en el Perú; y de ahí que para mí valen como lugares de habitación. En Jiguaní y Barajagua existían allá por el tiempo del viaje citado, si hoy no han muerto, los tipos más marcados en la familia de Aranda y Torres; pero donde hay datos étnicos aún de mayor calibre es en Yara y Majayaca donde el Dr.la Torrelos observó en abundancia. Están esos pueblos en la jurisdicción de Baracoa; viven como sus antepasados diseminados, sin formar pueblos, en un estado primitivo, en ran- chos, y en uno de ellos de apellido Gaurza, llevaba en las orejas aun argollas de oro; el color de estos individuos es tostado, el cabello lacio y negro intenso, barba muy poco poblada, baja estatura; «su tipo aunque degenerado concuerda con los Yucatecos que hemos visto aquí en la Habana muy frecuente, En una sesión celebrada en la Academia de Ciencias de esta Capital, allá por esos mismos tiempos, el Dr. Montané da cuenta de un hecho que si no basta- ran los anteriores, ése soto haría prueba. Dice el gran profesor que cerca del Caney hay un pueblo de unas 20 familias, cuyos individuos son á no dudar verdaderos indios; estaban organizados patriarcal. mente, muchos revelan la pureza del tipo étnico, y otros algo alterada; son indolentes, dedicados á la pesca, ajenos á toda instrucción aún á la rudimenta- ria, amantes de la vida independiente, aislados de todos, pacíficos, hospitalarios yen untodo conformes sus caracteres con lo relatado por Oviedo de los indios; además no hay que olvidar con los datos fó- 94 ANALES DE LA siles por allí hallados que son los Araguas, Siboneyes ó. Lucayos que encontró Colón, y modificados porlas influencias del tiempo. Forma conclusión en: estos trabajos realizados, el haber Peschel [The Races of Man] ante de ellos en 1876. admitir con: Martius que las Antillas fueron habitadas antes de 1492 por un pueblo que era pací- fico, que le llama Tainos y este, mismo profesor :sos- tiene con Breett que aunque,los. restos de: su len- gua són escasos, se han. visto guardan estrechas relaciones cón los Araguas del Sur de América y que hoy habitan las Guayanas, hecho que no pasó desa. percibido hace un siglo porel abate Heivás. En tanto para finiquitar la debatida cuestión de los primeros pobladores de la isla, en vista de los da- tos expuestos, diremos que la isla; de Cuba fué una parte de la América del Sur, que esto se sabe por la geología, antropología y fauma y flora. Que artes de,1492 vivía aquí. un pueblo pacas “Los Lucayos”. y que no:solo en la ¡isla se han halla- do sus vestigios sino que como henios visto ejempla- res vivos, y.en la América del Sur sus homólogos; que la lengua es idéntica así como no. cabe dudas que los Caribes que aun hoy viven en las Antillas, tienen. aquí sus representantes, loprueban los restos de ellos encontrados, no sólo aquí sino.en. Pto..Rico y Santo Domingo; eran guerreros, y $0n los que llamó Colón “flecheros é denodados:” Que no sólo había esas razas, sino que aquí vivió Sel hombre cuaternario, del mismo modo que en Europa; y, de ahí los trabajos del Dr. Poey á que hemos. hecho referencia; como también no se debe silenciar el hecho ya muy reciente de tener la América restos abundan- tes de fósiles humanos, tercianos [| pliocenos] así.como de su industria, en California-Tall-River Boston, y otros lugares del Brasil y R. Argentina. Algunos han sostenido lo contrario, entre ellos. el Baron de Tefle que dice que el hombre protohistórico americano era asiático, Emilio Petitot y Custoza; el primero asiático del Zan, el sesundo con Rafines que en 1838 le asigna una filiación pelasgica. Rodier que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA . 95 son escitas, Kenedy del Africa, Lafiteau, Dutestre, Rochefort Bustock, Braseur y otros muchos, á la verdad sino fuera por los serios estudios hechos en la América por Dabuy de Epiersant, Boule y Marchs; no sólo en los Estados Unidos, Méjico y Perú sino en la Patagonia. Sentado esto, hayque hacer constar quelos fósiles hu- manos son típicos, los de los animales son de tal va- lor que allí se han encontrado, para apoyar el trans- formismo dos eslabones de parentesco entre aves y rep- tiles, de modo queel nuevo mundo según Boule, es un mundo, en que las aves tienen dientes, reptiles sin ellos, peces con dientes [Icthyorniz] y aun más: Ameg- hino ha descubierto más de 144 especies de mamífe- ros fósiles y entre los cuales hay restos de monos, clasificados como especies típicas antropozoica, ele- fantes, roedores, didelfos, tapires, caballos, moluscos etc. Además en 1891 se descubrieron "nuevos restos, de monos en terrenos secundarios, mientras que la Europa solo los ofrece en el Mioceno que es terciario; de manera que el nuevo mundo ante la Paleontología Estatigráfica y la Anatomía Comparada me hace sostener, apoy ado en las leyes físico-matemáticas aplicadas á la Geología, de Lapparant Zittel, que ante la esencia hoy es imposible sostener la errónea creencia de que la Europa, zoológicamente hablando; y en las especies de los demás naturales fué que pobló la América y aún más las erróneas creencias de los compañeros de Colón que se figuraban no habitaba la América el caballo y sí otros animales. Esto es debido á que no basta ser lengiiista ni historiador; hay que ir á la fuente, á las ciencias que de seguro como acabamos de ver se desvanecerán errores debi- do á no poseer los fundamentos secundales de la His- toria y Prehistoria: y de ahí las extravagantes ideas ocurridas á tantos historiadores sobre prehistoria americana Si á estos datos de por sí valiosos sumamos que partiendo del principio de biología que la presencia del hombre prehistórico á la vez en el Antiguo y por autonomasia Nuevo Mundo, supone como ) dice Carl 96 ANALES DE LA Vogt, apoyado en datos sacados del reino vegetal, resulta efectivamente cierta la comunicación entre Europa y América, y evidente si recordamos la geo- gencia terrestre; y si nos fijamos en los trabajos es- tratigráficos y disposición que ofrece la tierra hacia los ecuadores de fractura de W. Beaumunt, y las zo- nas sismicas de Velain en los Andes. Pero el dato mayor, es la analogía que presenta el esquimal con el asiático, y el tener la América como sabemos, un tipo rojo análogo al rojo de Egipto, un tipo aceitunado en la América del Sur, y uno en la meseta del Zan, y otro muy parecido al guanche en la República Argentina hacia el cabo Hornos, á esto hay que añadir, las tres corrientes constantes del océa- no, la proximidad de ambos continentes por el estrecho de Behring, las numerosas islas hacia ese lugar, la poca profundidad del mar allí, la presencia de flora idéntica y fauna, la facilidad en invierno cuando el mar está helado de pasarlo en trineos; y aún más, el encuentro de una estátua de piedra, por el Barón Teffé en el Amazonas (Brasil), de granito, en unas sepulturas cerámica fenicia y perlas de vidrio. Dato que apoya el que en el Popol Vuch libro sagrado. en Guatemala, sedescribe á un jefe blanco con barbas y cabellos negros, túnicas negras GQ, como su ho- mólogo en Palenque donde hay dibujado un fenicio. Como vemos los datos son elocuentes, y se imponen. A esto podemos añadir el haberse encontrado en América las teogonías relativas en fondo como sus hermanas de Asia; á la trinidad asiática, vemos la mejicana, los colegios sacerdotales y vestales de los incas en el Perú, que no son más que una forma ario- ariana religiosa. Aquícomo allá hubo sacrificios huma- nos, existe entre sus tradiciones, y muy particular, el hecho del Diluvio como teogonía, en América como en Europa; y por último las ruinas de Palenque, éz. tienen geroglíficos, inscripciones, arquitectura, gra- bado é8z que según La Key los asigna como escitas ó egipcios; y la Academia de Anticuarios de Copenha- gue por su miembro Carlos Rafia, así con sus estudios sobre los sagos lo ha probado. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 97 Ahora no debemos culpar á los que se equivocaron y afirmaron que los primitivos habitantes eran ya asiáticos, africanos ó europeos. El hombre protohis- tórico es un hecho que ha tenido relaciones comerciales; y por lo anterior, antes de 1492 ya los normandos y fenicios hacían sus correrías; pero eso no autoriza á creerlo, toda vez queá la Paleontología le cabe la gloria de haber dicho la verdad. En conclusión, los errores debidos á sostener y con- fundir la prehistoria americana, y en su consecuen- cia la cubana, se debe á que las opiniones emitidas nunca se ajustaron á las ciencias naturales. ETNOLOGIA El estudio que acabamos de hacer, los datos que nos suministra la colección osteológica, y las razo- nes que acabamos de exponer, nos autorizan á sos- tener que la Isla de Cuba en épocas remotas estuvo habitada por dos pueblos; el aragiia y el caribe. Ahora bien, pudiera tal vez quizás alguien como argumento sostener, que la ley de semejanza craneal no se cumple con el tipo común. Pero si se tiene en cuenta que la raza caribe era guerrera y conquista- dora, que procedían de las Antillas y América del Sur, llevando como es natural en rehenes á los prisio- neros, á no dudar que recordando la costumbre también de deformar los cráneos, como aún en la Guadalupe y Brasil hacen, y que también por ser sus enterramientos en el suelo, dificulte la adquisición de ejemplares; pero con los encontrados, los relatos de los descubridores y los que hoy ya vemos existen, nos hace sostener la presencia de un pueblo caribe én la parte oriental, y que como en Santo Domingo y otros lugares, ocupa el puesto de raza invasora cón caracteres físicos culminantes. Es conveniente sobre todo salvar un error que se viene repitiendo desde Fray Iñigo, al ocuparse de es- tos asuntos de Pto. Rico, en lo que se refiere al indio de Borinquen y que tomo del libro 3% Cap. V de la obra de Oviedo, que aquel autor no se refiere á los in- 98 ANALES DE LA indígenas de Pto. Rico, sino á los caribes que cons- tantemente la invadían y que á fuerza.de luchar ha- bían logrado establecerse en ella; así pues no hay que olvidar que el mismo Colón ya los diferenció al: decir que eran semejantes á los de Cuba, Sto. Domin- go y Guadalupe. Antropológicamente considerados eran los indíge-: nas llamados Lucayos-Tairios-Araguas y Siboneyes que es lo mismo, como los señaló Colón desde el pri- mer momento con la frente y cabeza ancha; es decir ul- trabraquicéfalos por deformación artificial; hecho que después de Oviedo relatarlo, hoy está por procederes: científicos suficientemente comprobado. Dice así este autor “comprimidos en el colodrillo y frente.” Esta variedad craneana en las Lucayas es un he- cho indiscutible y que no admite duda, porque en la Esposición Colombiana de hace poco, Mr. F. Ober llevó de Nassau cuatro cráneos deformados idénticos á los nuestros; y que según parece y hoy ya así se ad- mite, proceden de los Galibis y Guacanis de la Améri- rica del Sud. € Ya ahora en lo adelante comienza el estudio antro- pológico de los lucayos ó cubanos, de sus caracteres étnicos. Eran de moderada estatura, airosos, ágiles, de ojos negros, grandes y oscuros, nariz aucha, fren. te aplastada, cabellos abundantes, cortos en la frente, tez de color cobrizo, el pelo era lacio y. negro; su ca. rácter era pacífico, dulces, inteligentes y caritativos. Se pintaban el cuerpo de vivos s colores, adornaban su cabeza con plumas, conocían el pudor. de tal modo que con tejidos groseros de algodón guardaban de la vista aquellas regiones; este traje lo tenían los casa: dos á veces hecho con hojas. Eran los cubanos reve- rentes con los mayores en edad, graves en sus. com- promisos, hablaban lo necesario, su subsistencia con su trabajo personal la procuraban, y muy apegados á sus instituciones. Se les llamó Tairios por los conquistadores por ser tranquilos y pacíficos. | La religión de los cubanos merece citarse, poseían principios verdaderos, aunque viciados porlas supers- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 99 ticiones que no son de extrañar en pueblos todos de los cuales dijo Condillac, atribuían todas las cosas 4 causas sobrenaturales. Creían en la inmortalidad del alma, en la vida eterna donde se premia á los buenos y se castiga á los malos, confesaban la existencia de un Creador, “causa de las causas”, según lo prueba una exhortación que hizo á Colón un anciano cacique que asistió á la primera misa que se dijo en la isla. Poseían también suteogonía, que debe hacerse cons- tar; tenían reminiscencias del Diluvio, de lo que hizo Noé y de la conducta de sus hijos; noticias todas con- firmadas por el P. García, en lo expuesto porun indio anciano á: quién llamó perro Gabriel de Cabrera. Al oir la injuria, le reconvino en esta forma: ¿por qué me riñes y llamas así, cuando todossomos hermanos; vosotros no procedeis de un hijo de aquél que hizo la nao grande para salvarse del agua, y nosotros del otro? Rafines refiere, que creían los cubanos, como to- dos los pueblos primitivos, en un origen divino, en tres personajes, llamados Bohito 1”, maestro legisla- dor y sacerdote; vino al mundo y dividió al pueblo en tres clases: anabarios ó trabajadores, tainos ó nobles y bohitos ó sacerdotes; les enseñó á hacer el casabe, estableció el culto y señaló las fiestas sagradas. Bu- chu-itihú (viejo eminente) llamado también Bo- hito 2%; mejoró el país y explicó las propiedades de la hierba sagrada, el uso del algodón y los encantos. Bohito 3% ó Baio-habao (mar lisa), que les enseñó la música inventando el instrumento de cuerda llamado jabao. Los sacerdotes se llamaban tahinos, hacían sus cul- tos de modo original; enseñaban el temor á los muer- tos, dirigían sus palabras y gestos á los árboles. Creían los cubanos que de noche salían los muertos, y de ahí su horror á la obscuridad; pensaban que se aparecía al que llamaban opra. En el culto debemos decir que era particular y sen- cillo; habían varias ceremonias, entre ellas la más usual era la cojoba ó culto que hacía el creyente du- rante el año para complacer y adorar al Semi ó di0s 100 ANALES DE LA de su devoción; los semis eran ídolos hechos de piedra, barro ó hueso; cada habitante poseía varios y en las casas los colgaban de las paredes. Llamaban á Dios (el Eterno) ataber roca huma. Respecto al culto, consistíaencantos y bailes que ter- minaban casi siempre en juegos, danzas, etc., en pre- sencia del cacique que presidía la fiesta. Tenían los cubanos el cuerpo pintado con vivos co- lores sacajados de la bixa Ó achiote; cazaban y pes- caban; eran agricultores, teniendo sembrados: sus campos de maiz, yuca, boniato, etc., de lo cual se ali- mentaban. | - Conocían y tenían nociones de música, y de ahí que hubiera cantos llamados arectos profanos y sagrados, según sus usos; los instrumentos músicos eran el ja- bao, la maraca, el tambor y los botutos; la maraca era un gúiro hueco con piedras pequeñas dentro, so- naba al agitarlo; el tambor era un tronco de árbol hueco con una piel tirante; el calabozo á qué descri- birlo, el actual en el campo existe. Usaban los caciques trenzados el pelo con plumas de colores; prendían de noche, como carácter de dis- tinción, cocuyos en su pelo y lo llevaban, á veces, he- chos collares; las mujeres usaban flores pintadas y las del cacique llevaban adornos, así como carácter de paa Las labranzas se llamaban conucos y cuidaban que hubiera siempre frutas; hacían el casabe como hoy se hace, casiigual; con un instrumento de piedra, que hoy se llama guayo, del maiz confeccionaban unas tortas llamadas arepas. Había además en su alimen- tación la jutía, que comían asada, los cangrejos y pe- ces que en los ríos pescaban, y sobre todo, el plato nacional siboney era el ajiaco á base de ají, hutía, ñame, etc., de todos conocido. Existían tres categorías de construcciones: los ba- jareques, los bohíos y y los caneyes; los bajarequeseran chozas aisladas sobre postes, á orillas de los ríos; los bohíos eran casas de hojas de palma, yaguas y bejucos torcidos; ese es el tipo clásico de sus construc- ciones, de forma cónica; los caneyes lo formaban al ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 101 principio construcciones subterráneas, cavernas, pero luego se llamaron así á los pueblos formados de bo- híos en una llanura llamada batey; á la casa del ca- cique llamaban por distinción caney. La industria, era, tejidos de algodón, redes para la pescas y hamaca, chinchorros de heniquén, cabuyas, cuerdas hechas de majagua, heniquén y corojo; jabas ó cestos tejidos de palma ó tiras de yagua ó yarey; de barro hacían ídolos, platos, cazuelas y ollas; las coas eran palos endurecidos al fuego, para usos análogos al arado y el asador. Construían sus armas de piedra; eran las flechas, la macana ó maza, cuchillos y espadones de piedra y madera endurecida al fuego; tenían unos asientos con figura de animales llamados duhos, en los cuales el cacique daba audiencia. Conocían el tabaco, lo aspiraban quemándolo en un tubo hueco de madera, cachimba, y ese era el in- cienso de sus dioses y el que el cacique prodigabaálos guerreros después de tomar la chicha, que era un lí- quido que resultaba de la fermentación del agua con maiz y piña; de naturaleza alcohólica, cuando había guerra. Las camas eran hamacas de cuerda; sus embarca- ciones eran las canoas y piraguas, troncos de árboles ahuecados por el fuego y movida á remos.T enían tam- bién los cubanos una arma terrible: la lanza; hecha de madera dura, generalmente bambú, y terminaba en punta dura, ya de pedernal ó hueso de pescado Ó simplemente endurecida al fuego. Un utensilio hecho de yagua, eran los catauros, donde se llevaban las ofrendas ó tributos; eran como ahora, cajones hechos de una pieza. En derecho, existía la patria potestad, la idea de los testamentos, los contratos ante el cacique, la he: rencia, los matrimonios de hombre : mujer, indisolu- bles; repuenaban la poligamia; jamás usaron la an. tropología; practicaban sin entenderlo el sufragio Ó elección del cacique por reunión del pueblo en el caney, y allí era elegido y consagrado; para ser cacique ha- 102 ANALES DE LA bía de ser anciano, ó joven que se hubiera acreditado de valiente guerrero en el puéblo. Poscían tolerada la poligamia en raros casos en los caciques; enterraban á sus muertos colocándoles útiles de caza y pesca, alimentos y amuletos; á los caciques los enterraban en sepulturas hechas en la tierra revestidas de palos, cubierto su cuerpo de al. godón, allí se ponían sus armas; se cubría la tumba con tierra y árboles y ya se le ponían los epítetos de guanaca lugar retirado. Como se ve, nunca enterra- ban á sus muertos en sus pueblos, luego tenían la noción de los cementerios; usaron la cremación cuan- do querían inquirir si el médico era Ó no responsable de la muerte. El servicio militar era obligatorio, y los jóvenes al toque del hbotuto debían, y así lo hacían cuando ata- caban al virrey, coger sus armas y ponerse á las órdenes del cacique; usaron de parlamentarios en sus guerras y á los prisioneros nunca les daban mal trato. En derecho administrativo diremos que reconocían dos poderes: el judicial guerrero, que lo tenía el cacr que, repartía las tierras, autorizaba la guerra; repar- tía los tributos y administraba justicia; y el religioso, poder que residía en los ídolos y sacerdotes. En derecho penal castigaban con la pena de muerte al traidor, la adúltera, al médico que no cumplía con su deber y al que maltrataba á otro; había las penas de multas ó entrega de ofrendas, la castración al adúltero y la extracción de los ojos á los caciques prisioneros; la pena de muerte era por golpes de ma- cana ó flecha, en ocasiones de hacha; el sentimiento de vengauza y el rencor pocas veces germinó entre ellos. Sabemos que poseían conocimientos médicos 1m- portantes, disecaban los cadáveres para formar momias; sabían la importancia de los baños y de ahí que lo hacían frecuentemente, á las paridas antes y después del parto; creían que era nocivo el coito durante la menstruación y lactancia; amamanta- ACADEMIA DK CIENCIAS DE La HABANA 1083 ban largo tiempo á sus hijos y usaban el régimen mixto en la alimentación. La natación y la esgrima eran sus juegos, de ahí su robustez física; aislaban los enfermos para evitar el contagio; conocían la fiebre con el nombre de secón. La anemia la conocían con el ababre de hiplar; tenían ideas de las neuralgias; el reuma, los 'vermes, la diarrea, el asma y dismenorrea; en las enfermeda- des de la piel conocían las úlceras, curaban las'heri- das como hoy se hace, con lavados de agua frecuente así como las contusiones. Poseían y aplicaban los tratamientos hidroterápi- cos, sugestivos y evacuantes, usaban mucho de los purgantes (tamarindo gueyo) usaban la dieta en muchos casos; sabían los usos del sicisio, guayaco, verbena, sasafrás, guayaba, tabaco, piña, hobo, vija, cebadilla y otras; usaron las sangrías y los cáusticos (suao). Ahora bien, se debe hacer constar, que un pueblo que poseía esos conocimientos, merece antelos hechos que dejamos expuestos, un lugar entre las civilizacio- nes prehistóricas. Y si no ESPIRE á la altura de los in- dios, ocupa si comparamos, un puesto superior, como ya veremos cuando estudiemos la lengua, á muchos del antiguo Oriente y otros hoy actuales del mundo, LA LENGUA, La palabra dando vida al pensamiento caracteriza al hombre y le eleva á la altura en que está colocado en las esferas de la creación y le erige en el primero de los seres vivientes. El producto más íntimo y libre del espíritu humano es el idioma, que por su naturaleza caracteriza de un modo fiel el nivel intelectual de un pueblo. El sentimiento estético moviendo al hombre, fué lo que hizo que tratara de perpetuar sus ideas por medio de dibujos; la escritura no se encuentra en el pueblo siboney porque la extensión de sus relaciones sociales era escasa; que las ideas no surgen en la 104 ANALES DE LA mente de hombres, sino cuando hay actividad psíqui- ca, y los lucayos no podían tenerla en la forma que la poseían otros pueblos, debido á que los actos hu- manos solo encuentran desarrollo, y el sentimiento de lo bello, cuando la lucha por la vida, que no tenían que hacer los cubanos por el medio tan propicio en que estaban colocados; hace traducir las ideas por signos ó dibujos. La lengua de los lucayos ó araguas que va á ocu- par nuestra atención, para poder de una manera científica estudiarla, toda vez que no poseemos escri- tura de ella, valernos de los nombres antillanos, y hacer un estudio: de las lenguas hermanas de las de Cuba, emparentadas con la nuestra, sirviendome de fuente en esta materia, los trabajos de Carochi, La- rouse Deuponce, Brasseur de Bombourg, Moke y Rafines que clasifica las lenguas de América en 12 series: 1% símbolos ó glifos (tottecas); 2? símbolos abreviados; 3? Ouipos (pemanos); 4” Wampús de conchas; 5% caracteres mímicos semejantes á los cel. tas, 6* etc., y coloca la lengua lucaya con su homólo- ga la Otomi del Brasil. La lengua lucaya era sonora; los diptongos tenían ocho combinaciones ai-ao-ei-1a-10-1-09-ua; como se ve abundan las vocales; el plural lo formaban en i-casa. be-1. Desconocían los sonidos de la C y de la E, la letra M antepuesta al verbo le da sentido negativo; confundían la L y la R; tenian varios plurales en enouti, auti, como la caribe. Con los datos valiosos anteriores y en presencia de la colección Filológica de Rafines pasamos á des- cribir la Gramática taina-alfabeto: , A, letra y par- tícula que denota posesión; la B, la confundían con la V y con la U; existía la G. El otomí presenta poca analogía con los idiomas de la América Central. Su sistema fonético carece de las articulaciones f, 1, r, s, mas en cambio posee gran cantidad de aspiraciones fuertes tanto guturales co- mo nasales. La emisión de las consonantes del orden de las mudas p, t, es seca. Las vocales tienen mati- ces imposibles de representar en el alfabeto castellano; ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 105 mas tiene analogía con la variedad de tono de pro- nunciación del chino. Los términos homótonos se distinguen por el acen- to; su carácter casi monosilábico lo presenta con grandes analogías con el chino. Las palabras son de una ó dos sílabas, rara las de tres ó cuatro. Los sustantivosno tienen géneros gra- maticales ni flexión; se distingue el adjetivo del sus- tantivo, merced á la regla que exige el término que califica antes que el calificado. Un término puede ser segúm el sentido de los que acompañen, sustantivo y verbo: si precede la partícula Na, es sustantivo; sl es Sa, adjetivo. Son muchos los nombres de árboles, ríos y luga- res que nos han quedado de los indios; hay en ellos combinaciones fijas que indican claramente un signi- ficado característico. La sílaba Gua se encuentra al principio, medio y fin de algunas palabras, y se usa- ba para indicar la idea de río ó hacienda, tenía el va- lor de artículo demostrativo. Entre las terminaciones de los nombres es frecuente observar a Coa; en el sentido de fuente; aunque aisla- da significaba un instrumento consistente en un palo endurecido al fuego en una de sus puntas; se usaba como arado; en significación de fuente es sinónima de maca y mini. La terminación abo se usó para indicar abundan- cia; las combinaciones fonéticas castellanas be bi, se pronunciaban como en el italiano bhe bhi. La voz ca, significaba tierra, suelo seco; bo, elevado, alto; bal lo flotanse, At, ata, atú, primero único, An indi- caba lo masculino, Ama el agua; Aben, tres, tercero; la partícula a se usaba para denotar posesión; Nacán significaba Centro; Co, suelo fértil. cosa comestible; cuando se duplicaba era entonces un aumentativo. Muchas de las palabras escritas con j han sido pro- nunciadas pal a como si fueran H principal mente ante la e y la El monosílabo Ma para indicar la idea de grande, ancho; Ní era el artículo el, la, castellano; Ob signifi- caba cobre. 106 ANALES DE LA La p era usada por la bh y la w por b, así vemos nombres; las formas Sí significaban ese. él ésto; como se ve, de igual modo que pr onombres demostrativos. «La forma To seusó para significar nobleza, pero la llamada toa se empleó para indicar un hecho mitoló- gico taino. La Y era una planta verde parecida á las enredade- ras. Yac, Yacán, sigenificaban Santo y otros más. Como acabamos de ver, el idioma cubano era rico en monosílabos. Aunque el otomi1 ó cubano es semejante en su foné- tica al chino en muchos casos, las lenguas americanas poseen pocos verbos y choca observar que no existe el verbo Ser; es decir, que no hay palabra que exprese el Ser abstracto, como ha demostrado Duponceau en el otomí ó lengua lucaya. Otro carácter de la lengua otomí, además de la au- sencia de la f y e, y la confusión de la r y l, como ya hemos dicho, es el formarse los sustantivos con afijos pronominales sujetos á una declinación rudimentaria, cuyos casos principales son el dativo y el hablativo, que terminan en oumiín y ouria. El plaral se forma con las terminaciones nouti, enouti Ó auti. Se diferencia el otomí del Maya, en que el Maya ca- rece de los sonidos de las letras aspiradas d, f, £, r;s, v; en cambio, tieneseis consonantes guturales fuertes. Los sustantivos y los adjetivos indeclimables; los nombres de las cosas no tienen género; el sexo se in- dica por un prefijo pronombre de tercera persona. Usaban la elisión y la sincopa. Estas son las diferencias principales del Maya y del Otowmí; pero á pesar de eso no deja de haber entre esos dos idiomas, en el carácter monosilábico de am- bas lenguas, en los matices de la pronunciación de las vocales y la diferencia de significación de los mismos términos, distinguido por esos matices, algunas ana- logías gramaticales. Otra cosa que no se debe silen- ciar, es que la lengua caribe que aquí también se ha- bló, por ser el otro: pueblo que aquí habitó, tenía á diferencia del otomí, un dialecto llamado Everide Bo- rinquén, como observó Rochefort. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 107 En resumen en el catálogo ó diccionario del gran Bachiller, hay más de mil. palabras otomíes; lo “cual prueba que no es lengua tan pobre, como sin duda era la de sus contemporáneos prehistóricos de Euro- pa; y como acabamos de ver, ya quisieran muchos pueblos antiguos y modernos poseer una lengua y cultura tan superior como la Aragna-Otomí-Lucaya. ' RESUMEN La verdad por sí sola persuade, dijo con razón Ca- talina de Suecia, y tal parece que á la ciencia forma sus más elevadas galas, como realmente es; así no de- bemos titubear al formular la pregunta que sirve de epílogo á este trabajo: ¿Qué valor tiene la prehisto- ria Cubana con relación á la Europea? y que al pun- to vamos á satisfacer. Presenta la Europa en su formación geológica te- rrenos variados, flora y fauna en su seno. Cuba tam- poco carece de esos elementos, como en la primera parte de este libro hemos hecho referencia. A los hue- sos de mamuth de que carecemos, presentamos los de Myomorfis que Europa no posee. Nuestros fósiles son típicos. La Europa todavía no puede presentar una colección completa; así nos pasa á nosotros por las mismas razones que allí pesan; pe- ro comparando nuestros ejemplares animales y veje- tales, al punto observaremos que los nuestros son tan característicos de su yacimiento y autenticidad como los Europeos. Los restos humanos hallados son valiosos para de- cir con orgullo, que si la Europa tuvo un pueblo bra- quicéfalo prehistórico, y otro docicocéfalo, de tibias platinémicas, húmeros en torsion perforados y hue- so epactal; nosotros, no sólo aquí los hemos tenido en época remota, sino quellamamos la atención porel hecho de existir aún, en 1892, tipos perfectos de hom- bres con esos caracteres en la provincia de Santiago de Cuba, y que la Europa hoy no puede presenttr. Vi- vientes como los hallados por Montané y La Torre. Y 108 ANALES DE LA aquí, en el anfiteatro de Anatomía, sehan recogido ob- servaciones. La arqueología cubana es tan notable como la de sus contemporáneas de la edad de piedra en Europa. Aquí como allí, tuvieron los hombres hachas de piedra, sepulturas, amuletos, instrumentos de caza y pesca, morteros, adornos, cerámica de barro, ídolos de pie- dra y otros colgantes; el hombre cubano, cuaternario, no vivió en cavernas mucho tiempo como allí, sino que lo vemos que aventaja al de Cromagnon y Four- fooz en que construye sus casas (bohíos) y aparece en éstos con mueble exclusivo de América, la hamaca pa- ra dormir, y aún otros muebles. El viejo Continente tiene en su seno que el homhre de Candstad no hace sus vestidos, iban desnudos; mientras que en América hacen de pieles y lino, de ho- jas de árboles ó lana sus trajes; nosotros en los nues- e tenemos que los construyen de plumas y algo- dón, que es aquí su equivalente. Pescan en los ríos con una embarcación de madera hecha de un tronco de árbol ahuecado por el fuego, la canoa. Lo mismo que el hombre de Fourfooz, tiene como armas la maza ómacana, el hacha, las lanzas de madera aguzada y aderezada de espinas de pescado ó trozos de sílice seme- jantes á los de aquél. Se asocia y forma pueblos el cubano á diferencia del europeo, que vivía habitualmente solitario; tiene co- nocimientos médicos muy superiores á éste; la orga- nización social en clases, edades, sexos y pr ofesiones; administrativa, judicial y religiosa de los Otomíes es, si recordamos la de Eur opa en esa época, muy infe- rior á la de los Otomíes ó Lucayos. Tenían los Lucayos su teogonía y creencia en Dios, si no superior á los contemporáneos suyos, porlo me- nos, igual en el fondo. Usaban la música, cantos, bailes, según la solemni- dad á que se dedicaban; usaban el tabaco aspirando el humo; tenían con las. yaguas multitud de vasijas; poseían la idea de la patria potestad, los testamen- tos, la herencia, el usufructo y rudimentos de sufragio, porque los caciques eran elegidos, cuando el difunto ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 109 no tenía sucesión. Lo que acabamos de decir es un hecho llegado hasta nosotros por Oviedo y el Padre Las Casas. En Europa, el hombre de Cansdtad y Cro- magnon no poseía esos superiores elementos de cul- tura Ahora bien, si esto no bastara para que los aborí- genes de esta isla ocupasen en la prehistoria el puesto que ya de hecho les pertenece, basta recordar que las investigaciones hechas en Europa son mayores á las que aquí hemos efectuado, y que á pesar de ser pocas las nuestras, al compararlas como acabamos de ha- cer, superan á las de allí estudiadas en equidad. Además, el viejo Continente, desde la época tercia- na, estuvo constantemente invadido por muchos pue- blos de Asia, aún en la edad antigua; así es que no debe sorprendernos la mayor cantidad variada de hechos recogidos; mientras que la América, y con ella Cuba, no sufrió modificaciones en su primitiva cultu- ra por estar aislada hasta la llegada de Colón y sus compañeros, aunque las invasiones remotas de ten1- cios y otros pueblos, nada aparece; á no ser sus vesti- gios, modifican los restos ar queológicos encontrados de nuestro pueblo primitivo Respecto de la lengua, acabamos de ver quesólo tie- ne analogía con el chino; así es que el lenguaje, aun- que semejante á éste, no deja de ser sonoro y superior entodo, al de los hombres cuaternarios europeos, to- da vez que sólo poseían una lengua que sería una ofensa á la justicia compararla con la Otomí. Si no poseían ellos la escritura, tampoco la tuvimos noso- tros; así es que eso no hay queecharlo en cara. En fin, como en otro lugar hemos visto, los restos prehistó- ricos, pueblos y razas de otros lugares de América, no sólo aventajan en igualdad decirecunstanciasá los de Europa, como son los de Cuzco y Palenque, sino que aún, con estar América en la Edad de Piedra en el siglo XV, si la comparamos con algunos pueblos de Europa, Rusia, por ejemplo, resulta en la balanza de la ciencia, que no reconoce más que justicia é impar- cialidad, no sólo típica, sino muy superior á su época y circunstancias. 110 ANALES DB LA En fin, llegamos al fin de la jornada, no ya orgullo: sos de ceñir laureles como el triunfante vate corona- do, pero sí tranquilos, que si no posee este libro por materia y aspecto literario bellezas, en cambio, sere- na la frente y sosegado el espíritu de su autor, cree haber cumplido un deber al dar á la publicidad nues- tro pasado; y aún más, con la satisfacción aprendida de Goldoni “que la sinceridad de una confesión engen- dra la indulgencia.” La que espero me dispenseis en defensa de mi labor; creyendo con Cicerón haber cum- plido, primero, por no escribir mentiras, y segundo, no haber ocultado la verdad. DU DUDO SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 10 DE JUNIO DE 1900 PRESIDENCIA del Dr. José 1. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres.: Saladrigas, Cubas, Coronado, García, Ragués, Jacobsen, Cuadrado, Céspe- des, Dávalos, Acosta y G. López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres.: Carvallo, Edelmann y Le-Roy. Abierta ála hora de costumbre, previa lectura y aproba- ción del acta de la sesión solemne y de la ordinaria anterior, y dada cuenta por la Secretaría de la correspondencia oficial, se procedió á cumplimentar la orden del día, ocupando la tri- bun 1 el Dr. Tomás V. Coronado, quien en nombre del doctor J. Santos Fernández. da lectura al trabajo intitulado Crip- toftalmos consecutivo á la erisipela. No pudo ser discutido por la ausencia de su autor, que se embarcó la víspera para París, á cuyos Congresos Científicos asistirá, llevando la re- presentación de esta Academia. Le sucede en la tribuna el Dr. 6. López, que da lecturaá un trabajo sobre un caso de mucho interés de miopatía primiti- va, cuyo “enfermo, niño de 11 años hace concurrir al salón, siendo examinado por los Sres. concurrentes. Se trata de un niño de buenos antecedentes, y buena cons- ACADEMIA DE CIENCIAS DE L3 HABANA 114 titución, desarrollo normal, y que una afección aguda, segu- ramente infecciosa, parece procuró trastornos tan profundos, que terminaron por ir insidiosamente presentando los sínto- mas propios, de una variedad de miopatía, la conocida con el nombre de parálisis pseudo-inpertrófica, Ó mio-esclerosis de Ducheune. El mal ha evolucionado en unos 5 años, habiendo durado pocos meses la faz de la lordosis lumbrar y del exagerado de- sarrollo de los gemelos, que tanto caracterizan á estos en en- fermos. Fué también poco pronunciado el equinismo. Ineficaces todos los medios empleados, el enfermito no ca- mina, le es imposible hasta tenerse en pie, desde el 17 de Fe- brero del año actual. Ofrece una acentuada iperplasia del tejido conjuntivo intersticial, al punto de hacerlo aparente- mente un niño de excelente salud, precisamente cuando su mal es más acentuado, más generalizado. La lesión íntima de la fibra muscular todo lo invade estan- do el proceso muy avanzado, al punto de no encontrarse apenas, á la inspección posible de nuestros sentidos, los ór- canos musculares, los músculos de las diversas regiones. La piel y el tejido celular abundante y flojo, es todo lo que cubre el esqueleto de este muchacho. Los Dres. Saladrigas, Coronado y Torralbas, hicieron ob- servaciones sobre este caso, el uno en su patogenia y diag- nóstico, el otro en su tratamiento, y así mismo el 3* en su tra- tamiento y patogenia. Todos conformes en la seriedad pronóstica, todos estimulando al autor para la prueba y empleo de ciertos enérgicos recursos, y todos amablemente felicitándole por el interés del caso y por lo completo de su exposición. Siendo la hora reglamentaria, se dió por terminada la se- sión y la Academia se constituyó en sesión de Gobierno. 112 ANALEB. DE LÁ” Sesión pública ordinaria del 24 de Junio de 1900. PRESIDEECIA del Dr. José 1. Torralbas. SBES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres.:. Rovira, Hernaudo Seguí, Cubas, Ragués, Cuadrado, Vildósola, Garrido, Sa- ladrigas, Acosta, Garcia y 7. López, Secretario (Greneral.. SRES. VISITANTES: Dres.: M. (rómez de la Maza, Carvallo, Idluate y A. Agramonte. Comienza á la hora reglamentaria, con la lectura y apro- bación del acta de la sesión anterior, previa aclaración al' doctor Alonso Cuadrado, acerca del nombramiento y forma de designación de las personas que constituyen la Comisión directiva y ejecutiva del tercer Congreso Médico Pan Ame- ricano. Se da cuenta de la correspondencia oficial. Se entra seguidamente en la orden del día, ocupando la tribuna el Dr. José J. Rovira, que da lectura á un informe sobre la Ley de Marcas, interesado por la Secretaría de Agri. cultura, Comercio é Industria. Es celebrado este informe por el Dr. Vildósola, quien opina, que á más de lo expresado tan oportunamente en el reterido trabajo, debe agregarse algo, al ser trasladado, con objeto de llamar la atención de las autoridades, á fin de que el dere- cho que tienen los ciudadanos al inscribir sus marcas, no se convierta en una exigencia, en un deber, que reclame la auto- ridad, pues eso es potestativo del industrial ó comerciante. Es apoyado este extremo por el Dr. Hernando seguí, que también encuentra acabado el informe del Dr. Rovira. Del mismo sentir es el Dr. Alonso Cuadrado. - Se conviene pues, en que se exprese al comunicarse el infor- me al Centro oficial que consulta,lo propuesto por el doctor Vildósola, que también mereció apoyo por parte «e la pre- sidencia. Por enfermedad no pudo concurrir á leer su informe sobre traslación de restos humanos el Dr. Gordon de Acosta. Ocupa entonces el turno el Dr. M. Gómez de la Maza, que pone en manos de la Presidencia su trabajo sobre (+éneros de ACADEMIA DE: CIENCIAS: LA HABANA 113 plantas: dedicados á personas de Cuba, excusándose de su lectura, que resulta larga y pesada, por cuanto el trabajo constituye en cierto modo, un índice bibliográfico lleno de frases latinas, alemanas etc., hecho más que nada, para con- sulta y comprobación, cual sucede con todos los trabajos de idéntica índole. Expresa frases laudatorias para nuestra Corporación, y ella por boca del Dr. J. [. Torralbas, supo hacerle conocer la estima que sentía por la ofrenda dedicada. Expone entonces el referido Dr. Torralbas, que actúa de presidente, un proyecto de contestación al Ayuntamiento de Saguáa la Grande, que interesa relación de: los peces tenidos por ciguatos y cuya venta debe estar prohibida. Se aprobó haciéndose la contesta acompañar de un número de los Axa- LES, en que este asunto está tratado en el sentido mismo de la pregunta interesada. Con esto se dió por terminada la sesión ordinaria, quedan- do la Academia constituída en sesión de Gobierno. Sesión pública ordinaria del 8 de Julio de 1g00 PRESIDENCIA del Dr. José [. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres.: Cubas, Delfin, Cua- drado, Coronado, Dávalos, Ragués, García, Calvo, Acosta y Gustavo López, Secretario General. | SRES. VISITANTES: Dres.: M. Carvallo y M. Núñez. Abierta á la hora reglamentaria, con la lectura y aproba- ción del acta de la sesión anterior, leyéndose seguidamente la relación de las comunicaciones oficiales de la Corporación. En vista de la ausencia del Dr. Gordon de Acosta, á quien sus quehaceres impedían concurrir, remitiendo su informe de turno sobre traslación de restos humanos, se ordena por la presidencia que ocupe primeramente la tribuna el Dr. Delfin. Este Sr. da lectura á su informe sobre las aguas minero- medicinales de Mayajigua, en Yaguajay. 114 ANATES DE LA En dicho trabajo, oportunamente razonado, se ponen de relieve las deficiencias de los análisis de esas aguas, sobre que se pide informe, y el cual no puede de ningún modo emi- tirse por falta de esa buena base científica á permitir estima- ciones serias. Se aprueba en todas sus partes, y es celebrado y ampliado, con 'aleunos datos históricos expuestos por el Sr. Alonso Cuadrado. El Sr. 6. López, da lectura después al informe del Dr. Gor- don, sobre traslación de restos humanos del Cementerio de Espada al nuevo de Cristóbal Colón. Es aceptado en todas sus partes el referido trabajo, y des- pués de consideraciones extensas sobre el peligro de las exhu- maciones que se intentan, de la manera y época de llevarlas á cabo, etc., expuestas por los Dres. Dávalos, Delfín, Ragués, Alonso Cuadrado y G. López, se conviene por unanimidad, visto el peligro cierto que las exhumaciones en conjunto producen siempre, y teniendo en cuenta la historia y las tristes consecuencias de ello derivadas, en épocas y lugares variados del mundo, que se aconseje á la Autoridad, que pide la consulta, no se consienta el traslado de los numerosos restos humanos que se solicita. Concluído este punto, el Sr. José 1. Torralbas, da cuenta de la muerte del Sr. José Rosado y Cabriles, Académico de número, que hace muy poco marchó á España, con licencia, y quien, en largos años que vivió entre nosotros, acreditó siempre la bondad y moralidad de su carácter, y su devoción por la enseñanza á la que siempre estuvo dedicado. Unánime sentimiento de condolencia unió á todos los Académicos presentes, por tan triste noticia. Y se dió por terminada la sesión porque era hora regla- mentaria, quedándose la Academia constituída en sesión de Gobierno. OBRAS DE VENT A EN ,) ,) yo C 3) MZ , > 33 0 Y) TÍ 3 9) ” 3) .) 9) Diciembre e) > EE. e) PR ” 9) ” 3) 13 5) Enero de 1901. er , e 5 33 53 >) 3 21 > > 33 ) P PO ” ” ”» 5) ” 10 »” Marzo ” py) Eo ) 7 33 35 ,) 13 ,) 24 ,) > > ” . .: MEN A de la Academia de Ciencias * HABANA Imprenta “La Prueba” 1901 Número suelto: 30 cts.—Publicación mensual.—Año adelantado $3 oro. Condiciones Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO, por semestres ade- lantados, En esta publicación, aparecen, á más de los traba- jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diver- sos ramos, de. 4. Los “Anales” sostienen canje numeroso con pue caciones análogas del mundo entero. LN Se suplica el cange. Toda obra enviada á la redacción de los “Anales” será anunciada tres veces. FRPFPFC RRE RAR FR FF FT “MATRIMONIOS ENTRE LAZARINOS ” POR EL DOCTOR ENRIQUE SALADRIGAS. Sr. Presidente: : Sres. Académicos: Esta Corporación ha sido consultada porla Admi- nistración acerca de lo que crea deba resolverse res- Pecto á los matrimonios entre leprosos; y designado para abrir opinión el que tiene el honor de informar, entiende que la materia abarca varios puntos de vis- ta que deben ser tratados separadamente. En este orden de ideas habremos de ocuparnos: 1”el concepto legal del tema, 2? el concepto médico. Concepto legal: El Código Civil vigente en sus ar- tículos 45 y 50, que son los que especifican á quiénes está prohibido el matrimonio, nada dicesobre el caso que nos ocupa, y la legislación sobre la materia, solo declaran nulo por causa médica, art. 83 del Código, Los que no estuvieren en el pleno ejercicio de su razón al tiempo de contraer el matrimonio y los impotentes (art. 102). Sinos atenemos al concepto legal, es 1n- negable que los lázaros pueden contraer matrimonio. Concepto médico: Dos partes tienen que ser consi: deradas lo referente á los cónyuges y la prole. Los cónyuges: El matrimonio es un contrato si- nalagmático y auténtico, constituyente de la familia y por el cual los cónyuges, además del fin de la procrea- ción; aseguran la comunidad de vida, de intereses, de esfuerzos y de socorros materiales y morales. El matrimonio de lazarinos puede ser entre dos lá- zaros, Ó entre un lázaro y un individuo sano. Sel matrimonio es entre dos lázaros, y si tenemos pre- 116 ANALES DE LA sente que lo relativo á la prole será tratado en capí- tulo aparte, vemos que todos los otros fines del ma- trimonio se pueden cumplir y y por lo tanto, con la reserva de lo relativo á la prole, no hay ninguna ra- zón para oponerse á esta clase de matrimonios. Si el matrimonio es entre un lázaro y un individuo sano, y si tenemos presente que todo lo relativo á la prole será tratado en capítulo aparte; queda reducido todo el problema al concepto de contagiosidad. La contagiosidad de la lepra, aceptada como axio- mática en la medicina antigua, y reconocida como indudable por la opinión pública. de la masa social; ha sido en la segunda mitad del sigio último muy combatida, y hasta negada oficialmente por notables médicos especialistas, y hasta por corporaciones cien- tíficas. La opinión de los médicos directores del Hos- pital de San Lázaro de la Habana, y la de esta Cor- poración, fué hasta hace poco tiempo contraria á la contagiosidad. Hoy los trabajos de Hansen, el célebre caso del padre Damián, los cultivos hechos por Ducrey, por Kitasa- to, por el Laboratorio de San Lázaro, etc., demues: tran, de un modo indiscutible la posibilidad del con- tagio. El importante trabajo sostenido con tanto éxito en el último Congreso Médico Pan Americano porel doctor Manuel F. Alfonso, tiende á evidenciar: 1* Que la lepra es contagiosa. 2% Que el contagio es difícil y poco frecuente. 3? Que el desarrollo de la enferme- dad es precedido de una incubación muy lenta, á ve- ces de años. 4” Que para que el contagio se realice es necesario el contacto muy íntimo y 5 Que la causa más frecuente del contagio es el uso de ropas que ha.- yan estado en íntimo contacto con un lazarino. Dados estos antecedentes, resulta que en el matri- monio de un lázaro con una persona sana, ésta corre el riesgo de contagiarse; y como la libertad tiene sus límites, pues no debe extenderse hasta el suicidio, pa- rece humano y justo repuenar los matrimonios entre un lázaro y una persona sana. La prole: Sila contagiosidad de la lepra ha sido ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 117 firmemente negada, con más firmeza se ha negado y se niega la herencia; en un gran número de matrimo- nios con ó entre leprosos, que constan en las buenas estadísticas del malogrado doctor Arango, no se re- eistra ni un solo caso de niños nacidos leprosos de esos matrimonios y en la memoria de 1890 del doc- tor Arango, consta el caso de dos niños nacidos en el Hospital, de padres leprosos, y que permanecieron ambos más de 12 años en el Hospital, entrelazarinos, sin contraer la lepra ninguno de los dos. El eminente leprologista yucateco doctor Patron, afirma en la tesis que sostuvo en París, que no cono- ce casos de recién nacidos leprosos ni contagiados por la lactancia materna. Contra estas afirmaciones se presentan otros he- chos: En China donde los matrimonios entre. lazari- nos son frecuentes, también son frecuentes los. casos de herencia en la primera generación, sumamente ra- ros en la segunda y totalmente inmunes los de la tercera. Este agotamiento de la enfermedad por ge- neraciones sucesivas está admirablemente tratado en el Diccionario de Dechambre, artículo Cangots. En el importantísimo trabajo del doctor Manuel F. Alfonso, antes citado, corista el siguiente caso po- sitivo: “En un barrio de esta ciudad, el Cerro, hace “algunos años existía una familia, en la cual la ma- “dre que era leprosa, dió á luz un niño con todos los “Síntomas característicos de la Lepra, el que después “de muerta la madre, teniendo el niño diez años de “edad, ingresó en el Hospital el 23 de Abril de 1887, “falleciendo el 30 de Marzo del 97. Esta misma se- “Fora dió á luz una niña sin manifestaciones de lepra, “pero á los 15 años se le presentaron todos los sínto- “mas característicos de la afección, falleciendo en el “Asilo el 15 de Enero de 1899. Ambos hermanos ““permanecieron—de su ingreso á su muerte—un pe- “ríodo de 10 años en el Hospital.” Este heeho del doctor Alfonso demuestra, sin lugar á la menor duda, la posibilidad de la herencia en la lepra. Si nos fijamos ahora en que el genio epidémico, ó la 118 ANALES DE LA virulencia, como ahora se dice, de la lepra, que pa- recía adormecido y en vías de extinción; reverdece ahora, como reverdece el de la peste bubónica, deter- minando una y otra justas alarmas en los grandes centros científicos de Europa y América; todo obliga á las corporaciones tan serias como ésta, á ser muy reflexivas al emitir informe sobre tan grave materia; y después de bien considerado todo, me atrevo á pro- poner la aceptación de las siguientes Conclusiones: 1% La Ley actual no prohibe el matrimonio de le- prosos. 22 El matrimonio entre un leproso y una persona Sana debe ser prohibido. 3? El matrimonio entre dos leprosos debe ser evi- tado, mientras la mujer no haya pasado el período crítico, ó no haya sufrido la ovariotomía; y cuando por excepción se consienta, deben ser colocados los cónyuges en una colonia sanitaria anexa á la le- prosería. 42 El matrimonio entre dos leprosos puede ser con- sentido siempre que la mujer haya pasado el período crítico, ó en los casos en que la mujer haya sufrido la ovariotomía. | Aclaro el punto de que “no debe entenderse que la leprosa joven ha de ser castrada, como requisito pre- vio para el matrimonio, sino que aquéllas que por enfermedades anteriores hubiere sido castrada, no se le debe impedir el matrimonio con leproso.” Tal es, mi opinión, que desde luego someto á la más ilustrada de los señores académicos. He dicho, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 119 Sesión pública ordinaria del 14 de Octubre de 1900. PRESIDENCIA del Dr. José I. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONOURRENTES: Dres.: Coronado, Ragués, Diago, Cubas, Cuadrado, Santos Fernández, Plasencia, Garrido, Jacobsen, García, Céspedes, EF. Torralbas, Betan- court y G. López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres.: Barnet, Carvallo, Le-Roy, Olivera, Alvarez y F.. Soloné. Después de leída y aprobada el acta de la sesión anterior, y de darse cuenta por la Secretaría, de la correspondencia ofi- cial de la Corporación, el Dr. Santos Fernández, pide la pala- bra para hacer saber, que el día 10 del pasado mes de Sep- tiembre; se eumplió el centenario del nunca olvidado Doctor Nicolás José Gntiérrez, Presidente durante largos años de esta casa; debiendo por tanto no pasar desapercibida para nosotros dicha fecha, y conmemorándola siquiera en nuestra acta como así mismo haciéndole saber á la familia del citado médico (Gutiérrez, como para nosotros no puede pasar inad- « yertido tan grato recuerdo y tan importante fecha. Se acor- dó de conformidad con las expresiones del Doctor Santos Fernández. Entrándose en la orden del día, se cede la palabra al Doctor Alonso Cuadrado, [quien lee un breve informe sobre unas píl- doras denominadas de Hivon, y cuya pretensión de marca carece de toda base científica de orden expositivo, ete., ajus- tándose en sus conclusiones á las que con igual índole expre- só la Sociedad Económica de esta capital. Se aprobó por unanimidad el referido intorme. Ocupa enseguida la presidencia el Dr. Santos Fernández, por pasar el Dr. J. Torralbas, á la tribuna, leyendo un razo- nado informe sobre los esponjeros de Caibarién, solicitado por la Secretaría de Agricultura, Comercio é Industria. El Sr. Torralbas, hace acompañar su trabajo bien rico en datos, de un plano de la provincia marítima de Caibarién. Este informe y sus conclusiones todas, fué unanimemente aprobado por la Corporación. Retorna á la Presidencia, el Dr. Torralbas, que concede la palabra al Dr. T. Coronado, quien pronuncia una interesan- be conferencia de tres cuartos de hora, acerca de la etiología contagio del paludismo, y cuya materia hace años viene siéndole tan familiar al conferencista. 120 ANALES DE LA Concluída la exposición del Dr. Coronado, usa de la pala- bra el Dr. J. Diago, quien felicitando al Dr. Coronado, hace algunas consideraciones acerca de la historia natural del mosquito y evolución de los seres parasitarios, modos diver- sos de generación, formas distintas de estos elementos nue- vos, etc., cuyos puntos no podrían ser objeto de extensos conceptos descriptivos, en la conferencia eminentemente clí- nica del Dr. Coronado, ELO maamean dl En términos laudatorios para el Sr. Coronado, también se expresó el Sr: Tarralbas, que extiende su felicitación “al mis- mo Dr. Diago, por la pericia y oportunidad de sus con- ceptos. 2 Con ello se dió por terminada la sesión. RUBRO ALAN ORINOCO RU RAINCAAAAOA Sesión pública ordinaria del 28 de Octubre de 1900. PRESIDDNCIA del Dr. José I. Torralbas. pa SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres.: (7. M. García, G. A. Cuadrado, J. Santos Fernández, I. Plasencia, V, dela. Guardia, F. Torralbas, A. Bosque, J. Jacobsen, E. Sala- drigas. M. F. Grarrido, D. Hernando Seguí, J. M. Céspedes, F. IL. Vildósola y (7. López, Secretario. =$ SRES. : VISITANTES: Dres.: J. Le-Roy, E. B. Barnet y E. Edelmann. O ob Después de la lectura y aprobación del acta de la sesión anterior, el Secretario dió cuenta de la correspondencia ofi- cial de la Corporación, y acto seguido, el Sr. Presidente en- trando en la orden del día, concede la palabra al Dr. Miguel Garrido, ponente de la Comisión de farmacia, á que corres- 'ponde el informe solicitado por la Autoridad Civil, acerca del Reglamento de Farmacia y comercio de Droguería. * El Sr. Garrido, da lectura á su informe ampliamente razo- nado, haciendo relación á su final, del diverso criterio, que acerca de cuatro artículos solamente—los números 32, 83, 34 y 41—habían sustentado y sostenido aleunos compañe- ros'de la citada Comisión. Sri Cede entonces la palabra al Dr. Alonso Cuadrado, que en nombre de los Sres. citados, da lectura á lo que se relaciona con los artículos ya mencionados. La Corporación aprobó el informe del Dr. Garrido, con las ACADEMIA DE CIENCIAS LA HABANA 121 modificaciones mencionadas, y con las cuales se dará cuenta. Concluído este extremo, entiende el Dr. García, que puede ser oportuno exponer algunas consideraciones, que estima pertinentes, contra la confección definitiva, que en el Regla- mento de farmacia citado, se ha dado al artículo 1* Hace á. este propósito, razonamientos tendentes á que las viudas y los huérfanos de los señores Farmacéuticos, puedan conservar para sí, indefinidamente el establecimiento que les dejase el profesional. Con este motivo se hacen aclaraciones por parte de los doctores J. Torralbas, F. Torralbas, Garrido, Santos Fer- nández y por último el Dr. Céspedes, que en su concepto de letrado, explica ampliamente el caso ante la interpretación de las leyes vigentes y en relación con los derechos que asis- ten á las viudas y á los huérfanos, que cual en el caso venti- lado, heredan por excepción tal como las leyes mismas de- terminan. Jamás se podrá heredar la pericia profesional, el ejercicio mismo y perpétuo de la farmacia, que'es á lo que tendería la extensión del criterio, de fondo ampliamente bondadoso, ex- puesto por el Dr. García. Enseguida ocupa la tribuna el Dr. E. Edelmann, que hat* saber tiene depositado en la Secretaría, desde hace do* meses, un sobre cerrado y lacrado, acerca de las sustancias anormales que se encuentran, y que él en sus investigacio- nes ha hallado en la orina de los sujetos de fiebre amarilla. Expone que las referidas investigaciones no han podido realizarse á pesar de asociación á los químicos Gómez Pla- nos y Alonso Cuadrado, que encuentran serios obstáculos en los dificientes medios de investigación actuales, y en su de- fecto, imposibilitados de esclarecer sus persecuciones, queda su sobre sin objetivo, suplicando solo á. la Academia, que haga constar en el acta de la sesión como él ha sido el prime- ro que deja indicada la vía de las investigaciones 'del líquido urinario como quizás la más segura para el esclarecimiento patogénico de la endemia amarilla. Así se acuerda. Ocupa después la tribuna el Dr. (+. López, que en rápido preámbulo, recuerda los méritos, servicios prestados á la Corporación y valer del miembro Corresponsal Dr. R. L. Mi- randa, antiguo tesorero de esta casa, y que habiendo repre- sentado á Cuba, con el Dr. Santos Fernández, en el último Congreso internacional de Medicina Francesa, nos hace dos extensas comunicaciones descriptivas, una de los adela ntos que en relación con la Ciencia Médica, ha observado enla Hix- posición y el otro, una reseña de los trabajos leídos y discu - tidos en el mencionado Congreso. . Terminada, esta lectura, el Sr. Presidente amplía un tanto lo expuesto por “el Sr. López, en orden á los méritos del doc- 192 ANALES DK LA tor Miranda, y á sus trabajos y afecto que siempre ha guar- dado para la Corporación, y concluye pidiendo se haga constar en el acta, el verdadero gusto que todos sentimos al recordarle, al palpar las pruebas de que no nos tiene olvida- dos, y expresarle 'nuestra gratitud por sus dos comuni- caciones. Con señaladas muestras de unanimidad se conviene en este acuerdo. Después de ello, se termina la sesión ordinaria y la Academia queda constituída en sesión de Gobierno. : Sesión pública ordinaria del 11 de Noviembre de 1g00 PRESIDENCIA del Dr. José 1, Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres.: J. Santos Fernán- dez, F. Paradela, A. Bosque, T. V. Coronado, D. Cubas, J. Diago, G. A. Cuadrado, P. V. Ragués, E. Saladrigas, J. San Martín, F. L de Vildósola, y (+. López, Secretario General. SRES. VISITANTES: Dres.: Alvarez, Fortún, Le-Roy, (¿Óómez Planos y las Comadronas Sras.: Amalia Cruz de Prieto y Josefa (. de Viñales. Da comienzo á la hora reglamentaria, con la clásica lectu- ra y aprobación del acta de la sesión anterior, leyéndose en- seguida la correspondencia oficial de la Corporación. Entre las comunicaciones están las invitaciones oficiales de la Co- misión ejecutiva del tercer Congreso Médico Pan-Americano, tomando con este motivo la palabra la Presidencia, para proponer el nombramiento de una Comisión especial, que represente ála Academia en todos los actos del Congreso. Se acuerda unanimemente lo propuesto y se conviene en de- sigenar para que la constituyan á los Sres. Académicos V. de la Guardia, E. Saladrigas y J. San Martín. Pide la palabra inmediatamente el Dr. Saladrigas, que rue- ga á la presidencia le permita hacer nna breve comunicación oral acerca de un caso interesantísimo en que intervino re- cientemente. Concedida que le fué, refiere el expresado doctor su observación relativa á un joven que recibió un tiro casual sobre el antebrazo ¿izquierdo que le ocasionó gran destrozo. Hubo considerable hemorragia—se hizo la ligadura de la humeral—señala como hechos notables la poca fiebre, la con- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 123 tractura permanente de los flexones y sobre todo una exage- rada taquicardia—al cabo de 8 dias, trísmo ligero—se diag- nóstica tétanos al 9* día. Muerte rápida del sujeto, solo ex- plicable por las lesiones del pneumogastrio, determinadoras seguramente de la taquicardia señalada. Hace algunas consideraciones sobre este hecho y la con- tractura de la mano del lado lesionado; que no sabe cómo explicarse, y que se da cuenta de ella por el ataque de algún neurono correspondiente á las regiones centrales de loca- lización. No eree poderse explicar estos hechos por la metamería medular. El Dr. San Martín, aludido por el Dr. Saladrigas, usa de la palabra, exponiendo algunas consideraciones acerca de la duda que tuviera para aceptar el diagnóstico de tétano para el caso de referencia. Expone que él se inclina—para expli- carse los trastornos descritos en el enfermo citado por el doc- tor Saladrigas, á la patogenia de la inhibición primero, y de la infección, neuritis infecciosa después. Il Dr. Coronado, hace referencia á un caso que tuvo muy análogo, donde la herida fué ¡infectada por miles de partícu- las de las ropas del paciente. También tuvo el enfermo contractura del miembro lesiona- do y taquicadia, falleciendo así mismo repentinamente, y con el ofrecimiento de síntomas que permitieron establecer el diagnóstico de tétanos. Previamente autorizado el Dr. Fortún, hace presente que el solo hecho de la hemorragia copiosa sufrida por el enfermo, _le explica la taquicardia señalada, como ha tenido oportu- nidad de observar en varios enfermos. Se entra enseguida en la orden del día, ocupando la tribu- na el Dr. Bosque, que da lectura á un informe acerca de. un producto farmacéutico. Fué aprobado por unanimidad. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado, por lo avanzado de la hora, cede su turno al visitante Dr. Fortún, que hace una in- teresante comunicación oral acerca de la distocia por breve- dad del cordón, refiriendo con este motivo cinco casos prác- ticos en los que ha intervenido. El Dr. Le-Roy, pide se le autorice por la presidencia, y con- cedida la palabra, hace la reseña de 2 casos de su práctica en que la brevedad accidental del cordón, por motivo de re- petidas circulares cual ha acontecido en los relatados por el Doetor Fortún, constituyeron la causa de las dificultades del parto. Uno desus casos tenía 4 circulares al cuello, el 2* también con 4 circulares, un cordón de 175, en una mujer con hidroamnios y presentación de nalgas. El Dr. San Martín, expone que estas dificultades ofrecidas en la marcha regular del parto, ¡él las llama, por brevedad accidental, absoluta del cordón , y refiere entre otras la ob- 124 ANALES DE LA servación de una Sra. en que en cinco partos, las repetidas circulares del cordón, impedían siempre el encaje de la pre- sentación. Terminada la orden del día, el visitante Dr. Grómez Planos, pide turno y autorización á la Presidencia para leer un tra- bajo que titulará Datos sobre la prehistoria de Cuba, y que versa sobre el estudio que ha hecho acerca de un cráneo pre- histórico, notable ejemplar que han enviado al Sr. Manduley, acerca de cuya adquisición aconseja á la Academia lo gestio- ne para aumentar su colección. La Presidencia toma en consideración lo expuesto, y auto- riza al Sr. Gómez Planos, para la lectura de su trabajo en la próxima sesión. Con ello se dió por terminado el acto. Sesión pública ordinaria del 25 de Noviembre de 1900. ' PRESIDENCIA del Dr. José I Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. A. Betancourt, D. Cubas, P. V. Ragués, E. Acosta, G. A. Cuadrado, J. San- tos Fernández, T. V. Coronado, E. Saladrígas, J. Diago, F. Paradela, J. Jacobsen, J. M. Céspedes, M. F. Garrido y G. López, Secretario General. Con la lectura y aprobación del acta de la sesión anterior, y á su hora acostumbrada, comienza la correspondiente al cuarto domingo del presente mes. Inmediatamente después de darse por la Secretaría, cuenta de las comunicaciones ofi- ciales de la Corporación, pide la palabra el doctor Alonso Cuadrado—aludido en el acta por haber cedido bondadosa- mente su turno para la discusión que allí se sostenía, —y pi- de á la presidencia que no se guarde más el turno de su refe- rido trabajo sobre laindustria azucarera, sino quese publique solamente en el periódico oficial. La presidencia, ocupada por el doctor Torralbas le hace saber, que la Academia no debe privarse del gusto de oir asunto tan interesante siempre, y que le hará poner en turno en primera oportunidad, rogan- do entonces su lectura á su autor. Pide seguidamente la palabra el doctor Coronado, quien antes de entrar en la orden del día desea preguntar, con mo- tivo de las experiencias acerca de las inoculaciones de fiebre amarilla que se están haciendo en esta capital, si los profe- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 125 sores médicos reunidos en Corporación, Hospitales, etc., pue- den celebrar contratos con personas que han de recibir las inoculaciones ante dichas, que pueden hacer peligrar su exis- tencia. Recuerdo queen Francia esto solamente, se permite con loscondenados á muerte; y que en Alemania é Inglaterra sólo se hacen experimentos en animales. Entiende que no se debe estar nunca autorizado para hacer inoculalaciones que pue- dan costar la vida, y que además mantienen la endemia ama- rilla. Pregunta sise han explicado á los contratados, los serios peligros que pueden amenazarlos. Concluye exponien- do que tiene criterio cerrado con motivo de estas experien- cias, que jamás deben hacerse en personas vivas. En sus es- tudios y variadas experiencias acerca del paludismo, nunca se ha servido de personas vivas. La Academia no debe to- mar estos hechos como cosa baladí. Por eso la interroga. La presidencia inquiere si debe prestar atención á lo ex- puesto por el señor Coronado. Se contesta afirmativamente pidiendo la palabra el primero, el señor Céspedes, para hacer saber que esos contratos á que alude el señor Coronado no pueden hacerse, no tienen valor legal, son nulos ante el dere- cho. No se pueden permitir. Hasta las vivisecciones en ani- males no son consentidas unanimemente. Entiende que la Academia debe protestar de esos hechos, á fin de evitarse el atentado moral que resulta. : El señor Ragués pide el nombramiento de una Comisión para que exprese concretamente su criterio ante la Corpo- ración. El doctor Alonso Cuadrado, disiente de este criterio, enten- diendo que deben ser permitidas estas experiencias en loor de la Ciencia. Lamenta que uno delos más estudiosos miem- bros de esta Casa haya presentado un criterio opuesto á ello. Agrega que se han hecho análogas tentativas de inoculacio- nes por los mosquitos otras veces, por el doctor Roure, y nadie ha dicho nada por eso. Dice, también, que se han he- cho con el cólera en Hamburgo y en otros países, y termina pidiendo que la Academia no haga nada, ni exprese protesta alguna. El doctor Coronado refuta lo expuesto anteriormente, en breves palabras y la razón de ser más fuerte para su criterio la encuentra en el desconocimiento que se encuentra de la pa- togenia de la fiebre amarilla. Antes se hacían experiencias para prevenir el mal, —dice,—y ahora se hacen para produ- cirlo. Y todo esto sin saber lo que es la fiebre amarilla, sin producirse ninguna luz, por las víctimas que procuren las ex- periencias; pues su patogenia quedará del mismo modo ocul.- ta á través de estos empeños ideales ¿á qué entonces los ex- perimentos y el sacrificio de las víctimas? El doctor Jacobsen expresa ser muy oportuno cuanto hace saber Coronado; pero entiende que el asunto es vasto; que no 126 ANALES DE LA debe ser tratado en una sola sesión é incidentalmente. Las noticias de esas experiencias realizadas, las dan los periódicos todavía, contradictoriamente; por lo que, apoya lo propues- to por el doctor Ragués, acerca del nombramiento de una comisión que se penetre de la verdad de todo y con acopio cierto de elementos, nos traiga aquí su juicio y aquí discuti- remos con más completo conocimiento de todo. : El doctor Saladrigas cree muy prudente lo expresado por Jacobsen y lo apoya. Lo mismo hace el doctor Diago. ' El doctor Santos Fernández también expone su apoyo al estu- dio y dilucidación á este punto, pues la Academia no puede ver con indiferencia, ni aceptar el hecho de que se comprome- ta la vida de nadie por experimentos, quizás ni medianamen- te justificados. - El doctor Torralbas, está también porque la Corporació realice un estudio reposado de esta cuestión, y sean bien de- finidos sus aspectos científico, legal, administrativo, etc., y apoyo por tanto lo propuesto acerca de una Comisión. Se procede entonces á ello, y por votación secreta, después de receso de cinco minutos, resultan nombrados los señores José 1. Torralbas, Gastón Cuadrado, Coronado, Ragués y Céspedes. Se entra entonces en la Orden del día, usando de la palabra el doctor Betancourt, quien da cuenta de su informe sobre aborto, que mereció unánime aprobación. Después, por ausencia del doctor Calvo, lee su informe so- bre un preparado para baños artificiales el señor López. Suscitada lijera discusión acerca de los componentes quími- cos del agua enviada, y de la solubilidad resultante de su asociación, se convino en que emitiese también su parecer la sección de farmacia. Tócale después el turno al doctor Acosta, quelee su informe sobre una patente solicitada para curar el muermo. Conde- na el expositor, cuanto allí se dice, que carece totalmente de fundamento científico y de experiencia clínica, haciéndolo así saber, en correcta y mesurada forma, á la autoridad que consulta. Con este motivo, el doctor Diago, dice que debiera protes- tarse de esos hechos, pues la Academia no debe informar so- bre nada que sea anticientífico ó disparatado, pidiendo con este motivo, que la Mesa quede facultada para rechazar asuntos que estén á la altura del que ha ocupado la atención de los oyentes. Después de algunas observaciones hechas principalmente por los señores Santos Fernández, Jacobsen y Torralbas, so- bre nuestros preceptos reglamentarios, la voz informativa que representamos para el Gobierno, la necesidad de cumplir bien esta misión, viéndolo y estudiándolo todo, se acuerda la unánime aprobación del informe del doctor Acosta á quien ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 127 se felicita por la forma culta y delicada que ha dado á un asunto que sólo revela la más crasa ignorancia. Después de lo cual, se terminó la sesión. Vit IBAI NOO GALA ABARO NOD UAUIBA IMA dnO Sesion pública ordinaria del y de Diciembre de 1goo PRESIDENCIA del Dr. José 1. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, Cuadrado, Hernando Seguí, Diago, Ragués, Céspedes, Co- ronado, F. Torralbas, Vildósola, Saladrigas y Gustavo López, Secretario Greneral. SRES. VISITANTES: Dres. Grómez Planas, Barnet, Edelmann y Ruiloba. Cual. es costumbre, comienza la sesión por la lectura y aprobación del acta de la anterior y la reseña de la corres- pondencia oficial. Se entra inmediatamente en la Orden del día, leyéndose el informe sobre aguas de Cienfuegos, y como ponente de la sec- ción respectiva lo es el doctor Gastón A. Cuadrado De este trabajo bien amplio y detallado, se concluye, que son potables las aguas del manantial Boulfartigue, que es el nombre que tiene el lugar de su origen. A su conclusión pide la palabra el doctor Diago, que celebra el trabajo hecho con eran cuidado y perfección, por el método de las pesadas, y para el cual expone que la Academia debe consignar su aplau- so. Así se acuerda, siendo su autor felicitado por todos y por unanimidad desde luego aprobado el informe referido. Ocupa después la tribuna el doctor Hernando Seguí, que dá lectura á su informe oficial sobre un producto formacéutico, que mereció también unánime aprobación. No habiendo concurrido el doctor Miguel farrido, para dar cuenta del asunto sobre aguas gaseosas y minerales que se le tiene encomendado, la Presidencia concede la palabra al doctor Gómez Planos, que nos visita y queen anterior sesión había demandado de la Mesa, autorización para dedi- carnos un trabajo sobre Prehistoria Cubana, Con este nombre, nos hace una interesante conferencia pro- batoria de que tiene Cuba prehistoria, que éramos un pueblo de civilización adelantada, superior á sus contemporáneos de Europa, pues aun tiene la América, su representante en el 128 ANALES DE LA Brasil, de lengua completa, basándose para ello en pruebas geológicas, estudios de cráneos encontrados, regalando á esta Academia, una memoria donde constan recopilados por él estos razonamientos probatorios de sus asertos, y también obsequiándonos con un ejemplar de un cráneo, encontrado en ñuestro Cementerio, que desbribe detalladamente, hacién- donos ver sus caracteres atávico que le hacen muy semejante á los de los tiempos de Cuba prehistórica ó primitiva. Con motivo del examen de este cráneo, toman la palabra los doctores Coronado y Santos Fernández, que exponen algunas dudas sobre ciertos puntos de sus caracteres, y cuyo extremo es satistactoriamente esclarecido por el conferen- cista. Después de ello la Academia, por boca de su Psesidente, fe- licita calurosamente al doctor Grómez Planos, por su trabajo, expresándole la estimación por sus valiosos presentes, pro- metiéndole en breve plazo publicar la memoria citada que en- cierra tantos datos de interés. j El doctor Coronado pregunta al señor Presidente, por qué no ha hecho todavía nada concreto la Comisión nombrada, acerca del estudio de las experiencias que sobre la inocula.. ción de la fiebre amarilla por los mosquitos, se venía hacien- do en esta capital. Se contesta al doctor Coronado que se están recogiendo los datos más indispensables, y que tanto él, como el doctor Ragués, persiguen una copia del contrato que se realiza con las personas que se prestan á la experimentación mencio- nada. Se hacen con este motivo algunas consideraciones sobre la variedad de mosquitos anofles, el propagador del paludismo que nuestros naturalistas, Poey, Gundlach y Vilaró, no han considerado como habitantes de nuestro suelo. Y con ello se termina la sesión por ser la hora regla- nentaria. Sesión pública ordinaria de Enero 13 de 1go1 PRESIDENCIA del Dr. Domingo F. Cubas. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres. Santos Fernández, - Calvo, Cubas, Coronado, F. Torralbas, Le-Roy, Ragés, R. L. Miranda y G. López, Secretario. SRES. VISITANTES. Dres. (rómez Planos, Sabatés, León, Grar- cía, Echarte y Marichal. Comienza la sesión con la lectura y aprobación del acta de la sesión anterior. anunciándose la concurrencia del nuevo Académico Dr, Le-Roy. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 129 No habiendo número para la sesión oficial, se celebra una, científica literaria, leyendo el Dr. Santos Fernández, un dis- curso en homenaje al Dr. Ramón L. Miranda, prodigándole en él las celebraciones á que, por sus méritos científicos y su amor á la Corporación, ha demostrado en todo tiempo. Este discurso termina con la proposición que hace su autor para nombrar socio de mérito al Dr. Miranda. El Dr. López, recoje la propuesta mencionada, exponiendo que debe ser acojida con regocijo y satisfacción, pues pocas veces como en el caso presente, existirán tantos títulos co- mo posee el Dr. Miranda, para merecer la estimación de es- ta Academia. Pero que este asunto, al igual de lo pasado con la propuesta del Dr. Gabriel María (rarcía, no puede sino ser sancionado por número crecido de Académicos, como determina el Reglamento. Así se aprobó por unanimidad, concediendo después la, Pre- sidencia, la palabra al Dr. Gómez Planos, visitante que nos obsequia con un interesante trabajo sobre la provincia de Pi- nar del Río. Con ello, después de atentas gracias expresadas en nombre de la Corporación por el Presidente accidental Dr. Cubas, se termina la sesión. No hubo sesión de Gobierno. IIGUUIBIUUR EII EL AIN IB IIA D III AGA TRICICLO Sesión pública ordinaria del 27 de Enero de 1go1 PRESIDENCIA del Dr. Diego Tamayo. SRES. ACADÉMICOS CORCURRENTES: Dres.: Diago, García, Ra- gués, Dávalos, J. 1. Torralbas, F. Torralbas, Céspedes, Santos Fernández, Cubas, Delfín y Calvo, Secretario accidental. Se lee el acta de la sesión anterior la que fué aprobada. Abierta la sesión, el Sr. Presidente, presenta á la Corpora- ción al visitante Dr. Macía, representante de Méjico al próximo Congreso Médico. Concedida la palabra al Dr. IL. Calvo, quien lee un informe para averiguar la muerte de un menor, causa seguida en el Juzgado de Marianao, el que fué aprobado. Le toca su turno al Dr. Francisco Torralbas, el que lee un informe sobre una sal conservadora de carnes, habla de los componentes que entran en su composición. Pide la palabra el Dr. Dávalos, para significar no estar conforme con el infor- 130 ANALES DE LA me del Dr. Torralbas, pues en él habla de sustancias anti- sépticas que componen dicho preparado y manifiesta que Ó bien esas sustancias se usan en cantidades capaces de produ- cir efectos tóxicos ó bien que para evitar dicha acción tóxica se emplearían en cantidades tan insignificantes que dejarían de ser antisépticas. | El Sr. Presidente, llama la atención á los Sres. Académicos sobre el fin que se propone el industrial cual es de adqniririn- forme de la Academia para en ello basar las bondades de su preparado, así es, que de la Academia dependerá que dicha sustancia se acepte ó no en el comercio OY Om El Dr. Santos Fernández, pide la palabra y manifiesta que la Academia debe informar de una manera clara, es decir si es buena ó mala la preparación, pero que no debe negarse á dar su opinión toda vez que el informe en cuestión devenga “honorarios que quedarán en favor de la misma. El Dr. Dávalos, dice que entrando en dicha preparación el ácido salicílico, que multándose en el Laboratorio Municipal á los vinos y cervezas que lo contienen no vé por qué no será, multado dicho preparado llevando entre sus componentes el ácido salicílico el cual es reconocido como nocivo á la salud. El Dr. Torralbas, dice, que el ácido salicílico no es tóxico en las proporciones que entra en la mezcla salina á que se re- fiere y que dará á conocer á los Sres. Académicos un folleto en el cual se demuestra que las cantidades en que entran estas sales no pueden ser tóxicas. El Dr. Diago, no cree que el folleto prometido por el doctor Torralbas, sea suficiente para demostrar que dicho prepara- do reuna condiciones de garantía, toda vez que es de presu- mir que dicho folleto sea hecho por el mismo industrial; opi- na que debe someterse dicho preparado á un análisis com- pleto, tanto bajo el punto de vista químico como bacterioló- gico, señala como imposible la pretendida acción antiséptica ó conservativa del preparado toda vez. quela acción de dicha sustancia solo ejerce su influencia en la superficie de las carnes y para apoyar su opinión señala el hecho de que las preparaciones histológicas de algún espesor no escapan á la fermentación aún sometidas á la acción de los más enérgicos antisépticos. El Dr. Torralbas, cree que la Academia no debe: sancionar ninguna medicación que lleve un fin especulativo, su presti- gio se lo impide. El Dr. Diago, propone se nombre al Dr. Dávalos, para que como bacteriólogo, estudie dicha sustancia, quien á su vez propone se nombre al Dr. Delfín, para que sea hecho el aná- lisis de dicha sustancia bajo el punto de vista químico. Se acuerda nombrar á los doctores Dávalos y Delfín, para que lleven á cabo dicho análisis. El Dr. Diago, dice que el único medio de conservar las car- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 131 nes es el calor, respecto al ácido salicílico lo acusa de perju- dicial en general y sobre todo en aquellos individuos que sufren de alteraciones renales, en los cuales bastarían canti- dades insignificantes para producirles daños considerables. El Dr. Diago, insiste en que la Academia no debe permitir que su informe sirva á los fines del industrial. £l Dr. Tamayo, cree que debiendo la Academia informar, es de parecer que el Sr. Torralbas, aporte á la Academia mayor riqueza de datos á fin de que se discuta en la próxima sesión. El Dr. Torralbas, opina que debe unirse á su opinión las “de otros compañeros. Quedan designados los doctores Dávalos y Delfín, para que unidos al Dr. Torralbas, informen en la próxima sesión. Concedida la palabra al Dr. José I. Torralbas, lee un in- forme sobre el nombre técnico y vulgar de un árbol cuba- no, que fué aprobado El Dr. Gómez Planos, entrega á la mesa, un trabajo de histoquimia, para que se le dé lectura si la Academia lo cree Oportuno. El señor Presidente da por terminada la sesión pública ordinaria para constituirse la Academia en sesión de (o- bierno. Sesión pública ordinaria del 1o de Marzo de 1got PRESIDENCIA del Dr. José 1. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS [CONCURRENTES: Dres.: Corouado, Delfin, Santos Fernández, Calvo, Paradela, Le-Roy, Saladrigas, Dávalos, la Guardia, Céspedes, Vildósola, Jacobsen y (G. López, Secretario Greneral. A las 2 en punto de la tarde, da comienzo la sesión ordina- ria ocupando la presidencia el Dr. JoséI. Torralbas, y hacien- do de Secretario accidental el Dr. Ignacio Calvo, que lee el acta de la Sesión precedente en que por enfermedad del Secre- tario tuvo que sustituirlo. Es aprobada el acta por unauimidad, después de lo cual se da cuenta de la correspondencia oficial de la Corporación. La presidencia comunica la.triste nueva del fallecimiento del Académico titular Dr. Manuel Solano y Molina, á cuyo sepelio no pudo concurrir ninguna Comisión de esta Acade- mia por las condiciones anormales en que estamos con moti- vo de la reedificación de nuestro local. Una comisión sí, acudió á dar el pésame á los familiares; y se acuerda hacer constar en esta acta el sentimiento que la corporación sientepor la pérdida de miembro tan ilustrado. El Dr. G. López ocupa su puesto de Secretario. La orden del día comienza á cumplirse con el Dr. Delfin, que 132 ANALES DE LA usa de la palabra y da lectura á un informe acerca de un pre- parado para baños sulfurosos. Este informe es aprobado en todas sus partes. El mismo Dr. Delfin, inmediatamente después, ¡lee otro in- forme sobre vacunación y revacunación, interesado por el Je- te de Sanidad. | En dicho trabajo, con buenas consideraciones, se contesta que la vacunación y revacunación deben ser obligatorias para todos los habitantes de esta Isla. Así se aprueba por unanimidad. Con este motivo, el Dr. Vicente de la (ruardia, hace la: histo- ria de cómo nació la consulta que ocasionó el presente infor- me, partido de una petición suya á la Junta de Vacuna de que forma parte. Expresa que como el informe tardara en ser sancionado por la Academia, él particularmente se há venido acesorando de los Médicos de esta Capital, y puede expresar con gusto, que todos se han pronunciado por la declaratoria de que la vacunación, sea cual lo dice el informe del Dr. Delfin, declara- da obligatoria. El Sr. Presidente, hace alennas consideraciones expositivas sobre el por qué los Gobiernos no hacen por lo común una ley obligatoria para la vacunación, sino que lo hacen así por me- dios indirectos. El Dr. la Guardia, expone, que el ánimo del Gobierno inter- ventor, es declararla obligatoria. El Dr. López, usa de la palabra para leer un informe en causa número 96 procedente del Juzeado de San Antonio de los Baños, con motivo de una herida contusa en el cráneo. — Sus conclusiones están formuladas en el sentido afirmativo de ser esta lesión traumática violenta, la causa de los acci- dentes que se desenvolvieron y determinaron la muerte. El Dr. Vildósola que celebra lo bien ordenado y razonado del informe, impuena lo concluyente de estas sus afirmacio- nes, pidiendo se quite á ellos su afirmación terminante. El Dr. Coronado, usa de la palabra, precisamente para a- poyar las precisiones del informe, ante los fundamentos ex- puestos, y la elocuencia de las lesiones observadas ene crá- neo que se ha examinado. Ese cráneo habla, y habla solo, son las palabras; citando con este motivo algunos casos prácticos. El Dr. Saladrigas, que emite frases laudatorias acerca del informe, expresa su conformidad con lo expuesto por el Dr. Vildósola. Los Sres. la Guardia, Jacobsen, J. Torralbas y Céspedes, hacen variadas consideraciones y piden algunas aclaraciones sobre ciertos extremos del informe, cuyos puntos son satiste- chos por el señor ponente. 'El br. Dávalos y el Dr. Santos Fernández, piden con el ACADEMIA DE: CIENCIAS DE LA HABANA 133 Dr. Coronado, que se apruebe el informe del Dr. López, tal como está redactado. El Dr. la Guardia, propone que se sustituya la palabra seguramente colocada en la primera cláusula del intorme, por la de probablemente. Después de una ligera discusión, y puesto este asunto ávota- ción resulta que la palabra seguramente debe ser suprimida. El Dr. Le-Roy, en nombre del Sr. Paradela, y por ausencia de éste, dá lectura á un informe solicitado por el Grobierno Ci- vil acerca de las-condiciones sanitarias de los Almacenes de San José de esta capital. El Dr. Le-Roy, manifiesta: que como ampliación del infor- me leido y por lo que pueda convenir va á hacer algunas ob- servaciones. 1* Queen 18 años que lleva en el Hospital de Paula, cuya situación puede considerarse idéntica á la de los Almace- nes (pues están contiguos) nunca ha observado la infección amarilla producida por.ese lugar de la Bahía. 2* Que desde 1896 basta el presente, no ha habido ningún caso de fiebre amarilla en el Hospital, según expuso en el trabajo que sobre este asunto presentó en el Tercer Congreso Médico Pan Americano. 3" Que según las estadísticas oficiales del Departamento de Sanidad de la Habana, en todo el año pasado de 1900 no ha habido un solo caso de dicha enfermedad en esa parte de la ciudad. 4* Queadmitiéndose quelos mosquitos seanlos propagado- res del veneno amarillo, y el petróleo su agente destructor, en las aguas que bañan los Almacenes citados, existe una capa de esta substancia, procedente de los desperdicios de la próxi- ma fábrica de gas, que será bastante á destruir las larvas de Hoscule, y por tanto á. disminuir las probabilidades de infección. Considerando por lo tanto que los Almacenes y muelles de San José, están en tan buenas condiciones para el atraque de buques y desembarque de pasaje y carga como los demás de la población. Después de algunas aclaraciones expuestas por el Dr. San- tos Fernández, en consonancia con lo expresado. por el Doc- tor Le-Roy, se aprueba por unanimidad el informe del señor Paradela, y se termina la sesión. Sesión pública ordinaria del 24 de Marzo de 1905 PRESIDENCIA del Dr. Diego Tamayo. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES. Dres.: Lavín, Etchegoy- hen, Ragués, J. I. Torralbas, Santos Fernández, Le-Roy, Diago, Cubas, F. Torralbas y (. López, Secretario. 134 ANALES DE LA A la hora de costumbre, en el aula magna de la Univer- sidad de la Habana—como viene sucediendo mientras se reedifica nuestra casa,—comienza la sesión ordinaria del 24 de Marzo próximo pasado. Se concede aprobación unáni- me al acta de la sesión anterior que fué leída por el señor Secretario. Este mismo Sr. da después cuenta de las comuni- caciones oficiales dela Corporación. Así mismo de que no se ha desatendido el servicio de vacuna que prestábamos, ha- biéndose instalado éste en el local de la Secretaría provi- sional, Salud número 20, donde se administra el precioso preservativo todos los jueves de 12 á 3 de la tarde, y don- de concurren á ayudar al Secretario los Dres. Coronado y Le-Roy. Da por último cuenta el Secretario de las memo- rias llegadas, aspirando á los premios que oficialmente se anunciaron. Tres son las presentadas en tiempo oportuno, las tres aspirando á los premios fundados por el Doctor Gordon. Una al anunciado sobre Abcesos del hígado, y los dos restantes, á temas libres. Se nombró enseguida para cada una de ellas, la correspon- diente Comisión informante: Para la citada de Abcesos del hígado, á los Dres.: M. Lavín y A. Díaz Albertini; para la del estudio sobre Anenrisma, á los Dres.: J. Diago y J. Le-Roy, y para la última intitulada Ladrería, 4 los Dres.: M. Sánchez y J. Jacobsen. A cada uno sele ha pasado su correspondiente comunica- ción, así como otra al Dr. Gordon fundador de los premios, notificándole la existencia de los aspirantes. Se concede enseguida la palabra al Dr. F. Etchegoyhen su primer turno de la orden ofieial de trabajos, quien lee un ra- zonado informe sobre la matanza de vacas en estado de pre- ñez, asunto interesado por el Ayuntamiento de Puerto Prín- cipe. El informante acepta como buenas las carnes reteri- das, sobre todo añtes del quinto mes, por la excelencia de las condiciones nutritivas de las reses careadas tienen en esta época; si bien lamenta que la matanza de vacas preñadas perjudique la industria pecuaria en este país, cosa que de- biera evitarse. El Sr. López, en nombre del Dr. Alonso Cuadrado, por ausencia de este compañero, da lectura ásu trabajo anun- ciado sobre Necesidades de la Industria azucarera en Cuba. Dado elinterés de actualidad queen este país tienen siempre los asuntos de la naturaleza del mencionado, se acordó des- pués de razonamientos expositivos sobre su importancia y conveniencia, que se publicase enseguida en un número de nuestros ANALES, constituyendo éste el único trabajo del re- ferido número, para así hacer más fácil su reparto y vulgari- zación en esta capital. Con este acuerdo se dió por terminada la sesión. O vs OBRASDE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la comisión de medicina legal é higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del . Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogía, Ornitolo- gía, Erpetologia y Entomología Cubana, del Dr. Gundlach; la Memoria sobre la Patología y Antiguedades de la Isla de Puerto K1co, por el Dr. Dumont; Contribución al estudio de los Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molina; Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del ale- mán por el Dr. Finlay. A hu + iede) Y HA so" ds CURACION COMPLETA DE LA ANEMIA CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexo que se llama anemia. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi- cos desde época inmemorial administrar el hierro en diferentes formas y combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estreñiimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se encuentra en la saugre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la anemia, la Clolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE -DESCHIENS, preparados en París por la reputada casa de: los Sres. Adrian y C?, faeron acogidos en los hospitales de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y “recomendados en la clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el imsom- nio y la depresión moral. e EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA son bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recstan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende en la Habana en las boticas del DR. GONZALEZ, Habana 112, del DR. JOHNSON, Obispo 53 y de JOSE SARRA, Teniente Rey 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas de la I3la. a es amo 37. Aa ABRIL Y MAYO DE 1901. DIRECTORES: Dres] IM, Céspedes y” GE. Lopez Redacción: Calle de Cuba número 84 A GAIN A 5 ES CANA Presentación de un caso de Miopatía primitiva protopática, por el. Dr. Gustavo López. Acta de la sesión pública ordinaria de 14 de Abril de 1901. »” NI , » , ,” 28 , , ,) ,” Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba, Notas del doctor. Juan Gundlach y 1896, compiladas y completadas por el Dr. J. 1. To- rralbas. (Continúa). * l HABANA ' : y . Imprenta “La Prueba” 1901 de la Academia de Ciencias Número suelto: 30 cts.—Publicación mensual.—Año adelantado $3 oro A A ER A 2 > Y . > prod CGOLAALICIOnes Los “Anales” se publican mensualmente. Su precio es solamente, PESO Y MEDIO, por semestres ade- lantados, | En esta publicación, aparecen, 4 más de los traba- jos de la Corporación, artículos de actualidades cien- tíficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de moral é intereses profesionales, deasuntos históricos de diver- sos ramos, de. 4. Los “Anales” sostienen canje numeroso con publi- caciones análogas del mundo entero. LA A Se suplica el cange. Toda obra enviada á la redacción de los “Anales” será anunciada tres veces. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 135 (1) — Presentación de nn caso de mionatía primitiva protopática POR EL DR. GUSTAVO LOPEZ Señor Presidente: Señores Académicos: Hace algún tiempo, cuatro años precisamente en este mismo mes de Junio, que tuve el gusto de presen- taros un niño enfermo, de 11 años de edad, vecino de Marianao; caso de interés, que me fué cedido por el Doctor Echarte. Aquí mismo leí la observación de dicho niño, que, como los Sres. académicos pudieron comprobar ampliamente, ofrecía una afección amio- trófica, dentro del grupo perfectamente estudiado é individualizado para siempre, por el profesor Charcot, en una memorable lección destinada á la revisión nosográfica de las atrofias musculares. El niño sufría de una miopa tía primitiva protopática en su forma más común, ó variedad pseudo-hipertrófica, propiamente conocida en la ciencia con el nombre de Parálisis pseudo-hipertrófica, ó mio-esclerosis de Du- chene. Esla misma variedad que Jaccoud llama con propiedad,—cual lo expuse entonces—esclerosís mus- cular progresiva. Heller la nombra lipomatosis mus- cular progresiva, en atención al volumen considerable delos músculos de determinadas regiones. Esta forma de mal, está completamente desligada de toda lesión medular, y así mismo, de toda alteración, de los ele- mentos nerviosos de otro orden, cual lo han eviden- ciado Eulemburg y Cohnhein en 1866 y Charcot en 1871. No tiene nada de mielopático este proceso. Sencillamente se trata de una miopatía, esto es, de una lesión primitiva y exclusivamente fraguada sobre el músculo, sobre la fibra muscular misma, absolu- tamente independiente de toda otra alteración. No cae dentro especialidad del sistema nervioso. (1) Leído en sesión pública ordinaria del 10 de Junio, 1901, 136 ANALES DE LA Tal es también, la forma clínica pseudo- hipertrófica, la que acusa nuestro niño de hoy, que así mismo, por singular coincidencia, cuenta once años de edad. Os dije entonces, que esta es una enfermedad rara, sumamente rara entre nosotros, pues solo conocía- mos el relato de una observación publicada en la “Crónica Médica,” constituyendo el caso que aquí traímos en 1896, el primero que se mostraba en las sociedades médicas de esta Capital. Es este pues, —el muchacho que pronto podreis examinar—el segundo caso que concurre á esta Corporación, y que perso- nalmente conocemos. Por cierto, que me ocurrió con este niño una cosa muy singular, cuyo relato no pasaré en silencio. En los primeros meses, —sin poder precisar cuál—del año 1897, hube de visitar á uno delos médicos más dis. tinguidos de esta Capital, en los momentos que daba su consulta. Este mismo día que la casualidad de terminaba, el mencionado y amable compañero me rogó demorase un poco mi visita, para que esperase á un enfermito que había de ser allí conducido. “Es un caso de tu especialidad, nos dice: ya verás cómo he podido hacer un diagnóstico fino; se trata de una parálisis espinal infantil.” Aguardé, y pude poco tiempo más tarde, examinar al pequeño enfermo que se nos ofrecía. Luego vereis los síntomas que me hicieron discutir con mi compañero su expresado diagnóstico. Le aseguré que aquello no era mielopá- tico, y que estábamos frente á una miopatía proto- pática, cuya variedad clínica le determiné, expresán- dole los tintes sombríos del pronóstico. No volví á saber nada del niño aquel; ni tampoco se pusieron los casos de modo que volviese á hablar con mi citado compañero sobre aquel caso. Pues bien, aquel em- fermo, es el mismo que hoy viene á este salón. Yo contaba cuando le ví por primera vez, que este era el tercer caso de parálisis pseudo- hiper trófica de que conocía; pero en mi segunda visita, cuando completa- ba con su Sr. padre, los datos y antecedentes de esta observación, con sorpresa me pude convencer que uno y Otro eran una misma persona. Pronto le vereis, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 137 pues le haré subir y desnudar para que lo podáis exa- minar á satisfacción. Me pemitiréis os lea su observación: Niño Ramón, de once años, de temperamento un tanto linfático, bien constituído y con excelente de- senvolvimiento orgánico. Nació de padres jóvenes, fuertes, saludables; después de una gestación regular, la tercera del matrimonio progenitor, y viniendo á la vida en condiciones propias de una buena salud. Pesaba 11 libras. Era pues, un hermoso infante. Hermoso, y casi puede decirse, espléndido, siguió du- rante porción de meses, acreditando su sanidad á los once "eses de nacido que ya caminaba solo. Lacta- do por su señora madre, que le cuidaba con ese cari- ñoso afecto de las madres de esta tierra, constante- mente atendiéndole, pudo evitar las afecciones propias de los primeros meses de la vida. Las primeras piezas dentarias no ocasionaron accidentes. AlMá á los 12 meses, cuando se preparaba la labor un poco más seria, de los colmillos, sufre el niño fiebre alta con diarreas abundantes y síntomas meningíti- cos, al decir del Dr. Ulmo, de Matanzas; que entonces augurara al padre, que sí su hijo curaba, habría de tardar mucho en poder caminar. No tuvo el enfermo ni convulsiones, ni contracturas; y no sabemos qué fundamentaba esta apreciación. Se salvó el muchacho al cabo, pero entonces quedó enflaquecido, raquítico, sin crecer porción de tiempo, variados años; sin caminar, porción de tiempo tam. poco, como 20 meses. Trabajosamente venía salien- do de esta situación, de orgánico empobrecimiento, dentro de la cual se iniciaran los primeros síntomas de la dolencia que sufre. Fueron estos síntomas, caídas frecuentes, flojera de sus piernas; se le dobla- ban las rodillas y con ellas contundía el suelo. Más tarde, cuando para evitar sus caídas ensanchaba su base de sustentación abriendo las piernas; cuando en esa ocasión, este mismo hecho y la lordósis lumbar que se evidenciaba, obligaban al enfermo en la mar- cha, no sólo á la abertura mayor de las piernas, sino á la acentuada inclinación hacia atrás, de la parte 138 ANALES DE-LA superior del tórax, entonces sucedía que el niño caía para atrás, r ompiéndose diversas veces—como los epilépticos—las regiones occipitales externas, porque antes, había roto y rompía con más frecuencia, las leyes que regulan el mecanismo que rige la estación normal ó la bipedestación, y que tan bien han sido estudiadas por Richet. En estas épocas acusaba pa- restesias, hormigueos y calambres variados y frecuen- tes en los miembros inferiores. Insidiosamente, —como ocurre siempre en esta enfermedad,—se sucedían estos casos. El muchacho perdía agilidad; cada vez estaba más torpe para el salto, la marcha y la carrera; cada -vez conocíasele mejor la facilidad para las caídas y la singular torpeza para levantarse y ganar la estación bípeda. Tenía que encontrar para ello, un punto de apoyo; y solo ganando por segmentos las porciones de su cuerpo, llegaba á alcanzar la bípeda estación. Por entonces, con el crecimiento aparente del tejido muscular de los miembros inferiores, con ese trabajo hiperplásico que sabeis se realiza en la fibra muscular, aumentando á veces de modo considerable el volumen de los músculos, —hecho ya señalado por Duchenne y que más tarde ha permitido expresar á Marie y á Guinon, que en las miopatías primitivas, el volumen de los músculos no es nada: la debilidad es el todo, — se engañaba la familia del enfermo, que lo veía de este modo, salir del estado de empobrecimiento ante- ri0r, Cuyo hecho, llenando á los padres deesperanzas, les hacía confiar en la salud que obtendría, precisa- mente, por el camino del desenvolvimiento orgánico, cual varios médicos les habían profetizado. La pro- ducción hiperplásica ganaba á más de los miembros inferiores, los músculos de las regiones abdominales. El muchacho estaba barrigón, y á menudo en sus luchas por levantarse, su barriga en el borde de una silla ó sillón, era un punto de apoyo excelente, con que concluía de enderezarse. auxiliando así sus miem- bros superiores, ya rendidos por el esfuerzo que habían hecho, ganando la ascensión en los segmentos infe- riores de su cuerpo. Sin grande alarma por parte de la familia, se suce- ACADEMIA DE CIENCIAS DR LA HABANA 13 dían estas cosas, porque bien sabéis que esta afección adopta una marcha sigilosa, discreta, sin alardes. El tiempo amplio, se extendía por entre estos hechos que relato. El hábito exterior del niño, no daba nota saliente para angustiar á nadie, que desconocie- se los hechos relativos al engañoso marchar de la mio-esclerosis de Duchenne. Ahora mismo, en otro período muy diverso del mal, bien veréis el aspecto de bonanza, de reluciente salud, que ofrece mi simpático enfermito. Por aquellas ocasiones, en que todo esto no estaba tan acentuado, vi yo al enfermo en la consulta de un compañero ilustrado, cual hace poco he referido. Desde entonces, se ha venido repitiendo variadas veces, el diagnóstico de parálisis espinal de la infancia. De ahí planes de tratamiento adecuados á ese juicio, que no dan resultado; aplicaciones eléctricas capri- chosamente propinadas, sin ser reguladas ni escojita- da la clase de las corrientes aconsejadas; de aquí los fracasos consecutivos. Y los padres siempre confia- dos; esperando,—¿quién no confía? ¿quién no espera? — que tras aquel desarrollo vendría la salud del querido Ramoncito, vinculada para ellos, exclusivamente, en la desaparición de la torpeza funcional de aquellas piernas, tan aparentemente buenas siempre. Después de este estado descrito, en que á los pro- gresos de la alteración de los gemelos y demás mús- culos de las extremidades inferiores, debía claramen- te sucederse el estado contractural del tendón de Aquiles, y con ello ganarse el equinismo, que es la ex- presión más alta de la dificultad del equilibrio en los miopáticos, se tiene en este caso la suerte, de resultar esta situación en límites muy visiblemente mesura- dos. Mi enfermito, como bien podéis conocer por sus zapatos, que he traído para mostraros más gráfica- mente el hecho, ha sufrido un equinismo doble, muy ciertamente moderado. Ha sido poco también el tiempo de ese equinismo. En estos zapatos están bien marcados ambos talones, que aparecen una pulgada por encima de su natural plano horizontal 140 ANALES DE LA A A con la planta del pie. Sólo se apoyaba en el suelo, la punta de los pies. Tócale entonces el turno, ante este síndrome dificul- tador de la marcha, á las indicaciones de la ortope- dia, y se aconseja el uso de un aparato completo, con músculos artificiales, para las extremidades inferio- res. El enfermo con él, encuentra empeorada su si- tuación. Sisus apuros venían siendo grandes, con el aparato resultan tan monstruosos, que se rinde, se entrega á discreción, anulándose la voluntad de su propio esfuerzo. Y se comprende: el niño además de luchar con la impotencia funcional de sus miembros pelvianos, que cada vez parece más persistentemente ansiosa de ganar terreno, tiene también que enta- blar combate, con el peso representado por el apara- to. Combatir, quien consigo mismo no puede! Se rinde totalmente la criatura, y ya desde el 17 de Febrero del año actual, un sólo paso, no puede dar. Es más peor todavía: no es posible que se mantenga ya de pie, ni instantáneamente; ni siquiera con dos ó más apoyos. Su cuerpo, de hermosa apariencia, como ya he diclro, es un saco pesado, brutalmente solicitado por la gravedad. Cae pesadamente, como masa inerte; caen sus músculos todos; como cae también su cabeza apenas se aparta de la vertical. Aún se confía en las excelentes aguas de San Diego, y á aquella estación balnearia es llevado. Un médi- to de la localidad, hace también el juicio de Parálisis espinal infantil, y cosa rara, como sucedía en todas las veces en que se formulaba, se expresaban esperan- zas curativas, benignidad pronóstica para este infor- tunado muchachito. Llegamos al pasado mes de Mayo. En uno de los primeros dias somos citados para verle en junta con el Dr. Coronado. Dímai juicio al compañero, expo- niéndole nuestras sombrías estimaciones pronósticas. Volveré inmediatamente sobre este punto, para, en obsequio del orden regular, decir dos palabras acerca de los antecedentes y de su estado actual, tal como lo vereis dentro de un momento. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 141 Antecedentes: Es el hijo tercero, como llevo dicho, deun matrimonio joven y saludable, queha tenido seis hijos, de los cua- les cinco viven actualmente. El fallecido fué un niño hermoso, que sucumbió á los 9 meses, de aguda en- fermedad. Estado febril infeccioso, que determinó fiebre alta, con complicación cerebral al segundo día. Los hermanos que viven, gozan de buena salud. No hay afección constitucional en los padres. Au- sencia de alcoholismo y afecciones nerviosas; nada de sífilis; no hay tara vesánica. Los ascendientes en dos ó tres generaciones, carecen también de antece- dentes miopático ó mielopático. Todos mueren vie- jos y saludables. Bien escudriñando y averiguando, sólo hay una cosa: la noche ó la tarde anterior al nacimiento de Ramón, su Sra. madre recibió una impresión desagra- dable, un digusto que la tuvo muy angustiada y llo: rosa. En estas condiciones se realizó .el trabajo del parto. Estado actual: Impresiona á primera vista agradablemente este niño. Esun muchachón aparentemente hermoso, y así lijeramente visto, hasta rebosante de salud. Pero teniendo en cuenta tan sólo, los datos principales de su mal; dirigido uno al examen de su invalidez, pronto se penetra de lo ¡avanzado y lo generalizado del pro- ceso mio-esclerósico. Yahan pasado para él las pre- terencias—digámoslo así—de las localizaciones de su dolencia que se vienen ofreciendo en el curso del mal, pues la diseminación y la extensión de las lesiones están sobradamente acreditadas y comprobadas. Esta es la nota más caracterizadora del caso. No hay aquí alteraciones acentuadas de la dinámica muscu- lar por parte de los flexores como se ha venido rep1- tiendo; ni hay tampoco, como lo quiere Mme. Saca- ra-Tulbure—interna de Bucaret, en Rumanie rencias sobre los músculos extensores. Pocas veces se puede contemplar una impotencia muscular más acabada. El pobre niño, permanece pasivo, donde le colocan, sin poder hacer nada en favor de su trasla- 142 ANALES DE LA ción. Solo acusa cierta reducida libertad, en los mo- vimientos de las manos y los pies; en el juego de su cabeza cuando está en posición vertical. Acostado, echado sobre el pavimento, no puede levantar su ca- beza, no puede despegarla del punto en que reposa; y sus manos, piernas y pies, caen inertes, pesadamente, cuando son levantados por otra persona. No puede el niño conservarlos en la posición que se le imprima. No puede levantar sus manos á la altu- ra de su cabeza. Se vale el niño de un artificio singu- lar para lograrlo: columpia, valancéa la estremidad toda, y una vez que cree tener impulso bastante, aproxima entonces su tórax y su cabeza. A menudo la velocidad comunicada noes bastante; la mano gol- pea entonces la cara, y sube después á la cabeza por movimientos fragmentados. Sus piernas y muslos, de buen aparente volumen no llaman tanto la atención, á la vista. Pero sí lo llama la delgadez, la pobreza de volumen de sus. miembros toráxicos, cuyo asiento más atrofiado, está precisa- mente en la raiz. Es ley en esta dolencia que la atrofia esté más acentuada en la raiz de los miembros. No hay del- tóides y el muñón del hombro solo acredita los con- tornos de la cabeza del húmero. El biceps parece perdido en el espesor de la piel. Los pectorales, los serratos, el trapecio, los sufra é infraespinosos, no pueden percibirse. Está consti- tuído el cinturón escapular, modus singular, un tan- to más visible, del proceso atrófico, sobre el que han llamado la atención Dejerine y Landouzy. El antebrazo aparece con atrofia menos acentuada; pero es pobre esta diferencia. Yano hay eminencia ténar é hipotenar. Y así pasa con todos los múscu- los de este niño. No se diga nada de los miembros inferiores. Nos cansaríamos de enumerarlos todos. No puede extrañar que estén los reflejos abolidos; que no exista el clónas del pie; que la exploración dina- mométrica sea absolutamente negativa; porque el niño no puede ni con una, nicon las dos manos jun- tas, mover lo más mínimo la aguja del aparato, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 143 Sin embargo de todo esto, como ya he expresado, no hay alteración en el volumen de los músculos. Es más: hay aumento de este volumen, en relación se en- tiende, con el desarrollo proporcional y la edad del sujeto. Su muslo mide 40 centímetros, su pantorri- lla, al nivel de los gemelos, tiene 271 centímetros.— Su brazo, 18% y su antebrazo 19 centímetros. Es muy acentuada en este caso, como diría Raymond, la producción exhuberante de grasa y de tejido conjuntivo, que gana los intersticios de las fi- bras musculares. Y tanto, que llama la atención. Las condiciones de inamovilidad del muchacho, su sobre alimentación, el exceso casi de cuidados que le pueden prestar sus acomodados progenitores, hacen que no consuma grasa; circunstancia que quizás con- tribuyó á aumentar la propia de esta variedad de miopatía. Sus carnes no sólo están fofas, blandas, sino que hasta su piel, evidencia infiltración grasosa. Sériamente no ofrece alteraciones de la sensibilidad. Ella, ante la exploración estesiométrica resulta, tan sólo, un tanto menos fina ó delicada. Necesítase á menudo, más de 12615 milímetros de abertura de las ramas del estesiómetro, para que sean bien distin- guidas las sensaciones La extremidad cefálica del muchacho nada dice de particular. Enla configuración de su arcada denta- ria superior, sí hay algo « que citar. En primer lugar, tiene una encía de notable anchura, más de un centí- metro, y en ella se hallan irregularmente implanta- dos sus dientes en dos planos. Los dos incisivos medios, ligeramente separados en el anterior; y los dos laterales están en el plano posterior, viniendo su borde interno á caer frente al centro de los dos cita. dos del plano anterior. Los colmillos muy separa- dos, ocupan el plano de los incisivos centrales. Los molares no tienen nada de particular. Por su estado mental, á este muchacho no puede de ningún modo colocársele entre los niños atrasados Ó degenerados. Ofrece natural despejo intelectual; es bomddrosb, dócil, afectuoso, de buena memoria; sin visible anomalía, muy sociable y tolerante. Tiene 144 ANALES DE LA expontáneo deseo de ilustrarse, y acude á las clases que se dan á sus hermanas, gustando también de aprender á escribir. No desconoce de ningún modo su situación, y anhela el poder caminar y valerse por sí propio. No hemos llevado á cabo exploración eléctrica en este caso. ¿Cómo podrán responder á la excitabilidad, músculos ya en avanzada lesión atrófica? La aboli- ción de los reflejos, nos dice claramente qué la fibra muscular, en general, tiene mucho de adelantado en el sentido de la pérdida de su propio dinamismo. No es posible ni soñar en la busca de la reacción de dege- neración, mediante la exploración galvánica, porque ella no puede obtenerse sin la existencia del másculo, naturalmente. Y eso es precisamente, lo que no tiene, lo que no puede encontrarse en el caso actual. El Diagnóstico, tiene elementos tan propios, tan TE que se impone persistentemente en el nimo del observador. El comienzo insidioso del al su desarrollo en la infancia, su principio por los miembros inferiores, la pronta exteriorización de la debilidad motriz de los músculos, que es por sí sola la nota más característica, contrastando con el apa- rente y hasta más hermoso volumen de estas mismas partes debilitadas; la lordósis lumbar, el equinismo más tarde, coexistente con la hipermegalia de los miembros inferiores; las visibles expresiones atrofian- tes en la raiz de los miembros superiores y en los músculos constituyentes del cinturón escapular; la ausencia de trastornos sensitivos, la muerte de los reflejos; el larguísimo período de tiempo recorrido para la presentación más ó menos ordenada de estos casos; la generalización del estado hiperplásico, la infiltración de grasa y de tejido conjuntivo que cada vez más va sustituyendo la fibra muscular misma y cada ocasión mejor va dejando demostrada la dise- minación de las lesiones, cosa que también prueba se trata de una afección general del sistema muscular; son factores tan propios, tan significativos, que no permiten la duda, que lo conducen á uno al seguro puerto de la parálisis pseudo-hipertrófica. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 145 ¿Qué importa que para el caso no haya herencia Ó congeneidad? ¿Qué importa que no sea una enfer- medad familiar como afirman los clásicos? El hecho de aseverar los autores, Raymond y la escuela de la Salpetriere la primera, que la herencia neuropática domina toda entera, la etiología de la parálisis pseu- do-hipertrófica, ¿puede bastar para hacer sucumbir los síntomas positivos, tan reales y significativos, como valiosos por su encadenamiento y agrupación, que se observan en el caso que nos ocupa? Nosotros creemos que no. Y he aquí, que esta par- ticularidad tan sólo le procura un sello de interés especial á nuestra observación. Todos los días los hechos prácticos que se observan en Medicina, son los que van imponiendo las reformas y las modifica- ciones á los preceptos, leyes Ó conclusiones preceden- temente formuladas. ¿Qué es lo que se opone, á que la distrofia muscular progresiva que estudiamos, pueda determinar algo parecido? En este terreno del diagnóstico, no podemos perdo- narnos el silenciar el poco esfuerzo que nos cuesta, el hacer el juicio diferencial entre la parálisis pseudo-hi- pertrófica y la parálisis espinal de la infancia. Y quiero llamar la atención, porque más de una vez, por más de un profesor, se ha pronunciado este último diagnóstico para el enfermito que nos entretiene. Cuando uno lo piensa, parece que cuesta trabajo, señores que estos dos procesos se confundan. Ya habéis oido los síntomas del proceso miopático que revela mi enfermo. Pues oid un momento, rápida- mente enumerados, los propios de la afección mielo- pática, nombrada parálisis espinal infantil: 1? Principio febril, brusco, acompañado gratuita- mente deconvulsiones, contracturas, coma, delirio etc. 2% Aparición pronta, en tiempo breve, del síndrome parálisis. 3 La variable localización de las parálisis; que á menudo son segmentadas, cruzada, hemiplégica, unilateral etc. 4 La prontitud que en orden á tiempo, sobrevie- ne la faz atrófica de las parálisis presentadas. 146 ANALES DE LA e 5% Las deformaciones que consecutivamente traen estas citadas parálisis, el pie zambo, la mano zamba etc. 6% La presencia de los tenómenos tróficos, tales como la detención del crecimiento de los miembros, la adiposis subcutánea, las variantes de temperatura en los lugares paralizados etc., etc. y 7% El fenómeno clínico llamado “aparición tardía de la amiotróñia.” Comparad estos síntomas y los otros de la pseudo- hipertrófica. No tienen puntos de contacto, paren- tesco ninguno. No se conoce caso alguno, de curación de este mal pseudo- hipertrófico, una vez comprobado el proceso. Esto nos dispensa de extendernos sobre el pronóstico. Una triste desventura espera al pobre niño que aquí veréis. Sucumbirá álos progresos naturales de su lesión, ya bien avanzada, y que alcanzar pueden las fibras musculares de la vida orgánica. Puede la lesión hacer presa en sus Órganos más importantes; puede ganar al corazón mismo. Probablemente sucumbirá el enfermo—creemos que en no lejana fecha—á una intercurrencia cualquiera; bien sea indeterminada ó de naturaleza infecciosa, Ó bien por parte del aparato bronco-pulmonar. Como tratamiento, vuelvo á pediros cual hice con el enfermo que os traje en Junio de 1896,—y que su- cumbió _poco tiempo después de esa fecha—que me aconscjéls algo, que me señaléis la bondad de algún agente ó de aleuna acción, para discutir aquí la uti- lidad y la oportunidad de su ejercitación. Dos palabras y concluyo: ¿Cuál es la etiología y la patogenia del caso actual? Sería un poco pueril, yo lo entiendo, si aceptaria- mos como causa de dolencia actual, aquel estado moral de disgusto, sobrevenido á la madre en la vís- pera misma “del nacimiento de Ramón. Por muy acentuadamente grande y deprimente y angustiosa que hubiere sido aquella situación, en momentos en que los nueve meses de la gestación ; ya estaban cum- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 147 plidos, esto es, en ocasión en que el infante ya tenía completado, digámoslo así, su desarrollo, ¿qué in- fluencia sobre él podría entonces ejercitarse? No se me olvidan quelas anormalias de la arcada den. taria de este niño, constituyen un estigma somático de degeneración mental; no se me puede obscurecer como ha expresado Roth, en el cuarto Congreso de Médicos rusos, en 1891, que siendo la herencia el único factor etiológico bien demostrado, debe buscar- se la causa primera de la afección en las modificacio- nes de la célula fecundada que sirve para la forma- ción del sistema muscular; no puedo dejar de pensar, en un disturbio funcional de la muelox1s, en que la alteración de los aparatos tróficos centrales, puede perfectamente determinar cambiantes anatómicos en los aparatos tróficos periféricos, como pisnsa Erb, que hace. de la distrófia muscular progresiva, una trofonéuris muscular. No puedo tampoco dejar de sentir el peso de las estimaciones expuestas por Lépine, Florand etc., acerca de las dudas sobre la in- tegridad del sistema nervioso central en estos desdi- chados enfermos. Pero... los estigmas somáticos de degeneración, no tienen valor sino por su conjunto, por su ordena- da fuerza de agrupación. Aislados tienen dudosa influencia, y no hay que ser apasionados, porque ellos no siempre tampoco representan degeneración mental. Los estigmas á veces sólo dicen en favor de cierta desviación orgánica general, de cierta no bien perfilada ó delicada conformación. Aquí no dicen más queeso; y no poco menos, algo perfectamente semilar, en orden de conformación y evolución denta- ria, como signos aislados, se observan en varios de los hermanos de este niño que nos ocupa. ¿Pudiérase encontrar para la enfermedad actual, en aquel estado grave meningítico, probablemente in- feccioso, que le asistiera el Dr. Ulmo en Matanzas, la intima determinación originaria, quizás por localiza- ción nerviosa en algún punto del sistema que actúa como verdadero centro geométrico delos actos de nuestra vida? 148 ANALES DE LA - 2 a, Quizá, estas alteraciones del dinamismo cerebral nervioso, que se encuentran amparados en su conside- ración, por los hechos similares de las atrofias histé- “¡cas y de las hemiplégicas—que escapan desde luego á la presición y hasta la explicación—por virtud de muestras aún imperfectas investigaciones, nos aproximen al medio íntimo determinativo del caso actual. ARAS MANN LO NA LANDA NEU A Contribución al Estudio de los Crustáceos de Cuba Notas del Dr. Juan Gundlach, + 1896, compiladas y completadas por el Dr. J. 1 Torralbas (CONTINUA) GECARCINUS LATR, Cuatro antenas cortas, las exteriores colocadas cerca del canthus interno de las fosetas oculares, ter- minando en una espinita cónica, las intermedias re- plegadas transversalmente. Ojos grandes, pediculados, alojados en fosetas en el borde anterior sin llegar á las extremidades laterales. Cuerpo grueso redondeado en los ángulos anterio- res, más ancho hacia adelante. Quijadas auxiliares exteriores- muy comprimidas, anchas y como foliá- ceas: el tercer artículo colocado en el borde superior del segundo en su lado interno. Garras á veces desiguales en tamaño: las demás patas tienen los tarsos espinosos, colocadas las espi- nas en series sobre varias aristas. El tercer pares el más largo. Cola triangular en los machos, y en las ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 149 hembras mucho más ancha y redondeada, en siete tabletas bien marcadas en ambos sexos. Son terrestres, abundan en ciertos lugares y no se usan como alimento por creerse que son venosos. GECARCINUS RURICOLA Edw. No. 51. ús. Cáncer ruricola, Linn. Syst. Nat. II, 2040, 11. Fab. Ent. syst. supl. 339, 21. Slvan, Sam. I tab. 2. Degeer Instale 20 tp? Henbstiane: pa Ses o oteE tab:d Ae: 37. Catesby, Carol. Il tab. 3 Ocypoda ruricola, Box, Hist. Nat. des Cn ast. p. 196; Cáncer terrestris, Seba, Mus. Il tab. 20 fig. 5. Gecarcinus ruricola, Latr, Regn. antm., IV p.50. Edw. Crust. II p. 26. Martens, La Cangrejo ajaes terrestre, Parra pl. 58. CANGREJO TERRESTRE.—AJAES TERRESTRE. Cuerpo bastante grueso, redondeado en los ángu- los anteriores con la impresión dorsal muy pronun- ciada y prolongándose hasta el borde anterior cerca de los ojos. Ojos grandes alargados en fosetas cuya orilla su- perior es algo elevada y la inferior con algunos dien- tes pequeños y una escotadura en su medianía. Ga- rras desiguales, manos lisas con algunos dientes grandes en las pinzas, carpo sentado en su orilla interna. Todos los tarsos con seis aristas espiñosas y el artículo que le precede con cuatro también espino- sas. Las patas del tercer par son las más largas. Color rojo fuerte de sangre, más claro en las extre- midades, pinzas amarillas en su parte inferior. Común en terrenos bajos y húmedos, donde hacen cuevas muy profundas. Escrito lo que precede he visto otros gecareinos de diferentes colores, unos del todo rosados, otros blan- cos y verdes, ó blancos y rosados y algunos en tres colores, rosado, amarillo y verde. 150 ANALES DI LA 64.—GECARCINUS LATERALIS Frem. No. 954. Ann. des sciences naturelles, 2* serie, III p. 224. Guer. Iconog. du Regne anim. Crust. pl. 5. fig. 1. Edw. Crist ap: 21 CANGREJO Muy semejante á G. ruricola con la impresión dorsal como en esa especie, pero además tiene un surco transversal que termina en la frente. Fosetas oculares más redondeadas que en la especie mencio- nada. Brazo, carpo y manos lisas, pinzas iguales, dedos terminados en punta aguda con dientes 1rregu- lares. Tarsos y penúltimo artículo de las patas con cuatro aristas espinosas: el tercer par de patas es el más largo. Color rojo obscuro en el carapacho, más claro en la parte posterior y en las garras. (Común á orillas de los arroyos en los que se su- mergen al menor asomo de peligro.) Sospecho que esta no es una nueva especie sino el joven de Gecarcinus ruricola. CARDISOMA LATR. Carapacho convexo, liso, redondeado por ambos lados, garras desiguales, el tercer par de patas es el más largo, lo que los distingue de los Ucas, en los que el segundo par es el mayor. Ojos £ erandes y sus fosetas anchas, extendiéndose por el borde superior del carapacho sin llegar á las extremidades laterales. Las antenas son cortas, las intermediarias se reple- gan transversalmente en una ranura bajo la frente; las esteriores colocadas cerca del canthus interno de las fosetas oculares, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 151 Quijadas auxiliares esteriores con los dos primeros artículos muy comprimidos y como foliáceos, el ter- cero, que con los dos últimos forma la pieza delgada y curva que se considera como un palpo, está coloca- da horizontalmente sobre el borde superior del se- gundo artículo. Cola triangular en el macho, redonda en la hembra. Son terrestres y abundan en los terrenos húmedos, particularmente en las cercanías de arroyos y lagu- nas, donde construyen cuevas muy profundas. Nunca se encuentran en las playas rocallosas ó arenosas. So 1.—-CARDISOMA GUANHUMAIS Mareg: No. 59 G. Cardisoma guanhumi, Latr. Encycl. mesh. X p. 685. Edw. Crust. II p. 24. Guer. Men. Martens. Arch. pur Nat. Cancer guanhumi, Pison. Cangrejo terrestre, Parra, pl. 57. CANGREJO TERRESTRE Carapacho liso poco abovedado, redondeado y prolongado por ambos lados hasta más allá de la línea que señala el borde lateral, muy estrechado hacia atrás con la impresión dorsal poco marcada. Frente ancha, inclinándose hacia adelante. Antenas y quijadas auxiliares esteriores las características del género, con una faja ancha de pelos cortos, muy es- pesas á ambos lados de dichas quijadas. Ojos grandes, cilíndricos, sobre un pedículo grueso, y alojados en anchas fosetas que tienen todo alrede- dor un borde liso, saliente, que se prolonga por la frente y termina en punta hacia las orillas exteriores. Garras desiguales particularmente en el macho, que tiene una de ellas unas veces la derecha y otras la 1z- quierda, de tamaño enorme. Esta garra mayor tie- ne el brazo largo, liso, casi cilíndrico, el carpo ancho, convexo en ambas caras, mano grande, los dedos ar- queados, particularmente el pulgar, y muy aparta- 159 ANALES DE LA dos entre sí, uniéndose solo en la punta. Mano y dedos egranulosos en la cara interna, y orilla supe- rior. Ambos dedos con dos ó tres dientes. . La ga- rra menor tiene el brazo prismático con las aristas granulosas, el carpo de la misma figura que el de la garra mayor, la mano granulosa del lado interno así como también los dedos que son poco arqueados y con algunos dientes chicos. La hembra tiene también las garras desiguales, pe- ro ambas semejantes á la menor del macho: los dedos dentados particularmente los de la pinza mayor. En ambos sexos las patas del segundo par son las más largas: todas tienen cuatro aristas espinosas en los tres últimos artículos, siendo las espinas mayores y más pronunciadas en los tarsos. Cola triangular en el macho, redondeada en la hembra. Esta especie es muy común en los terrenos húme- dos pero parece preferir los que siendo secos en la su- perficie tienen agua á poca profundidad y en estos hacen sus cuevas. Abunda casi todo el año en los mercados particularmente al principio de la estación de las aguas, y se hace de ellos un gran consumo. Muy semejante á Cardisoma guanhumi, pero el ca- rapacho, menos saliente hacia los lados, es algo con- vexo, granuloso, y la línea que señala el borde late- ral muy marcada. Frente inclinada hacia adelante con una cresta ó borde que recorre toda la orilla ex- terna de las fosetas oculares; éstas tienen en la es- tremidad externa una espina y detrás de ésta otra más pequeña. Ojo, antenas y quijadas auxiliares exteriores las características del género. Garras desiguales, brazo prismático con las dos aristas inferiores guarnecidas de tubérculos particu- larmente en la garra menor: carpo y mano granulo- sas en la cara externa, dedos poco encorvados, algo acanalados en la cara interna, granulosos y en algu- nos dientes muy inrregulares. Patas guarnecidas de líneas de tufos de pelos negros en los dos penúltimos artículos, tarsos espinosos, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 153 Color rojizo por encima, patas y toda la parte in- ferior amarillosa. Vive en los mismos lugares y tiene las mismas cos- tumbres que el Cancer guanhumi. Parra confundió estas dos especies en una sola No. 179 CARDISOMA quadrata, Saus: No. 1079, Ocypoda quadrata, Sab. Ent. syst. supl. 347, 2 Bosc. Hist. Nat. des. Crust. I p. 194. Cancer quadratum; Fab. Ent. syst. Il, 439. Martens Archiv. per. Naturg. Cardisoma quadrata, Saus., p. 22, pl. 2 fig. 13. GALASIMUS, Berf Carapacho liso en forma de trapecio transversal más ancho en el borde anterior, algo deprimido en su mitad: ojos en la estremidad de pedículos largos, del- gados, cilíndricos, alojados en fosetas que se prolon- gan hasta los ángulos anteriores del carapacho. Lo que más llama la atención en este género es la desproporción extraordinaria de sus garras. Una de ellas, ya la derecha, ya la izquierda es enorme, mien- tras que la otra es tan pequeña y tan unida al cuerpo que queda oculta mientras comen por los lugares donde habitan. ? Las patas son deprimidas terminadas en tarso cl- líndrico: el tercer par es más largo. No. 26. GELASSIMUS VOCANS, Deg. No. 199 G. Cancer vocans, Fab, Ent. syst. supl. 340, 24. Degeer, Ins. 7 tab. 26 fig. 12. Rumph, Mus, tab. 10 fig. 1. Herbst Canc. tab. 1. fig. 12. M. Ed. Hist. Nat. des Crust. Gelassimus vocator Herbst. Ocypoda vocans, Bosc. Hist. Nat. des Crust. I p 198. CANGREJITO Carapacho liso con el borde anterior algo sinuoso ter- 154 AÑALES DE LA minando por ambos lados en punta aguda: pedículos oculares largos, más gruesos hacia la extremidad for- mando una especie de masa prolongada, las fosetas, GELASIMUS VOCATOR CHR. 199 M. G. 26. GELASIMUS VOCATOR, CHR. No. 199 G. que alcanzan hasta el ángulo externo, tienen el borde inferior finamente dentado, el superior con una espe- cie dereborde liso bien marcado. Una de las garras del macho muy grande, á veces mayor que el cuerpo, con una estria en la base del pulgar que se prolonga por la orilla superior de la mano, y otra en la inferior. Los dedos son largos, lisos, estrechos, muy aparta- dos entre sí, teniendo cada uno dos series paralelas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 155 de dientecitos en el borde interno, el pulgar es más largo, arqueado hasta su estremidad. La otra ga- rra es muy pequeña, semejante á las de la hembra, que tiene las dos iguales. Las demás patas en am- bos sexos son deprimidas, con algunos pelos en la orilla superior é inferior, y los tarsos que son cilíndri- cos terminan en uña aguda: el tercer par es más largo. Cola con siete segmentos, el último redondeado, es estrecha y triangular en el macho, más ancha y re- dondeada en la hembra. Se encuentran en gran número en las orillas del mar y de los rios cerca de su embocadura en terrenos cenagosos cubiertos por las grandes mareas. Sus cuevas son tan numerosas que casi se tocan, son ci- líndricas y por lo regular oblicuas y profundas. Ra- ra vez entran varios individuos en la misma cueva á no ser que le amenace algún peligro. No temen al agua que muchas veces los cubre, pero parece que nunca procuran entrar en ella, tal vez solo lo hagan para poner sus huevos. Las jóvenes deben mante- nerse ocultos hasta su cumplido crecimiento, porque entre millares de individuos que se encuentran en al- gunos lugares no se ve uno solo pequeño. Latrille al describir esta especie dice quelas hembras son más pequeñas que los machos y que las pinzas no presentan diferencia sexual, y Gronovius asegura que el macho tiene grande la pinza izquierda, pero el exa. men de multitud de individuos ha demostrado que la pinza grande es peculiar al macho sea la derecha ó la izquierda, y que la hembra tiene las dos pequeñas é iguales sin que presente diferencia notable esta últi- ma en su tamaño. Es extraño que D. Antonio Parra no haya hecho mención de este crustáceo que se encuentra en tanta abundancia en los arrededores de la Habana, parece que solo se ocupó de grandes especies. GRAPSUS, LAMARK - Carapacho casi cuadrado, aplanado, los ojos, con pedículos cortos en los ángulos anteriores; borde an- 156 ANALES DE LA terior inclinado hacia adelante. Las cuatro antenas cortas, articuladas, ocultas bajo la frente. Ouijadas auxiliares exteriores apartadas, dejando descubier- ta parte de la boca, el tercer artículo nace cerca de la extremidad exterior y Superior dell precedente Bue zas ordinariamente más cortas que las patas, estas últimas muy comprimidas y onguiculadas, con varios pelos apartados ambas orillas de los últimos artícu- los, tarsos espinosos. Los grapsus abundan en las cercanías del mar tan- to en las costas pedregosas como en los manglares que rodean las bahías y ensenadas. No se usan como alimento. No. 18 GRAPSUS PICTUS Latr: No. 16 Cancer Grapsus, Linn: Syst. Nat. II, 1048, 53. Fab., Ent. syst..supl.-342, 29. Amoen. Ace. 4 tabs», 1d. ALO; Herbst, Canc. tab. 3, fig. 33. 34. Catesb., Carol. II tab. 36, fig. 1. Seba, Mus. 3, tab. 18, fig 5, 6. Grapsus pictus Bosc, Hist. Nat. des Crust. I p. 202. Edw., Crust. Il p. 86. Latr. Hist. Nat. des Crust. VI p. 69. Martens, Archiv fur Naturg XXXVIII n* 35. Cangrejo de arrecife, Parra, pl 48, fig. 3 CANGREJO DE ARRECIFE reriaahr poco convexo, desnudo y arqueado por ambos lados; porción dorsal anterior con varias Íí- neas irregulares transversas de tubérculos que hacia la región estomacal van redondeándose á manera de escamas: frente vertical, granulosa, cóncava, orilla inferior arqueada y tuberculosa. Región fronto orbi- tal ocupando toda la parte anterior del céfalo-tórax dividida por tres incisiones en cuatro lóbulos aplana- dos, dentados. Bordes laterales terminando en un diente detrás de la espina post-ocular. Regiones bran- quiales con pliegues aplanados, transversales, obli- cuos: región cordial lisa, la intestinal entre dos sur- cos poco marcados. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 157 Ojos grandes, pediculados, alojados en anchas fo- setas arqueadas y lisas en la orilla superior. Ante- nas plegadas horizontalmente bajo la frente. Garras medianas, iguales en ambos sexos; brazo prismático, su cara externa plegada, orilla interna dentada lo mismo que la inferior. Carpo con algunos tubérculos y una espina ancha aplanada en su borde interno: mano con líneas granulosas en la cara exter- na que se extienden hasta la extremidad del dedo fijo, 116 GRAPSUS CRUENTATUS LaTR. No. 144 M. G. y una espina grande junto á la articulación del pul. gar. Dedos escavados en forma de cuchara con al. gunos dientes irregulares y pelos en ambos. Patas ambulatorias largas, deprimidas, aquilladas en la orilla anterior del muslo, con una espina muy pro- nunciada en su extremidad y dos ó tres en la orilla posterior de los tres primeros pares: tarso con cuatro aristas espinosas, el artículo que le precede tiene también algunas espinas y pelos en ambas orillas, el artículo femoral tiene pliegues irregulares transver- sales, 158 ANALKS DE LA Cola con siete segmentos en ambos sexos, el prime- ro muy estrecho. Color verde con numerosas manchas amarillo ver- dosas, pinzas y extremidades de las patas rojas, punta de los dedos blanca, lo inferior amarilloso. Se encuentran siempre á orillas del mar en las cos- tas cubiertas de rocas por las que corren con extraot- dinaria rapidez, ocultándose en las hendiduras de las peñas Ó bajo las piedras y maderos quese encuentran en las playas á veces á bastante distancia del mar, de donde no salen sino de noche en busca de alimento. Estos crustáceos, aunque no son nadadores, se sostienen por algún tiempo sobre el agua á causa de la anchura de su cuerpo y de las patas, saltando largo trecho sobre la superficie antes de sumergirse: este movimiento lo hacen siempre de costado. g Long. 0.058 ancho 0.065 prop. 1: 1.12 e A E TES A ODO OO A 1 E OLAS ODA AA PLAGUSIA LATI: Este género con los Grapsus y Pinotheres forman la cuarta división de los cangrejos (Cancer) de Fa- bricio ó aquellos cuyo cuerpo es plano y deprimido, sin embargo, tiene un carácter que lo distingue no sólo de los grapsus sino también de todos los demás géneros: éste consiste en dos cortes casi triangulares en la frente entre ambos ojos en cada uno de los cua- les se replega una de las antenas internas; el segundo artículo de las quijadas auxiliares exteriores no tiene forma triangular como en los grapsus, sino que es casi cuadrado con el borde superior algo dilatado y separadas en la parte inferior. Las antenas externas nacen en la base de los pe- dículos oculares. Carapacho redondeado, su mayor ancho á través de las regiones branquiales; algo estrechado hacia las dos extremidades, ojos situados en los ángulos anteriores, cuerpo aplanado, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 159 Garras medianas, á veces desiguales, más cortas que las patas, éstas son largas y más Ó menos espi- nosas en la orilla anterior del muslo; tarso terminan- do en uña aguda: los pares intermedios son los más largos. Cola con cinco segmentos en ambos sexos. La única especie de Fabricio que puede referirse á este género es su Cáncer depressus. No 18. —-PRLAGUSIA SQUAMOSA, Herbst. No. 219 G. Cáncer depressus, Fab, Ent. syst. supl. 343. 32. Grapsus squamusus, Bosc, Hist. Nat. des Crust. 1, 205 Herbst tab: 22 119. 113. Plagusta squamosa, Latr. Martens, núm. 42. Carapacho redondeado con las regiones bien mar- cadas, cada borde latero anterior armado de cuatro GRAPSUS (LEPTOGRAPSUS) CORRUGATUS (7?) espinas agudas dirigidas hacia adelante incluyendo la exterior de la órbita ocular; las tres divisiones frontales poco prolongadas hacia adelante, las dos laterales bidentadas, la del medio acanalada con el borde tuberculoso: borde inferior úe la frente algo más saliente formando una cresta que se prolonga por ambos lados hasta la espina postocular externa, con un diente plano y redondeado en su medianía y dos agudos á cada lado cerca de la extremidad. Ojos alojados en fosetas con pedículos muy grue sos, amarillos punteados de rojo. Parte superior del céfalo-tórax con numerosos tu- bérculos redondeados en forma de escamas, más pro- 160 ANALES DE LA nunciados en la región estomacal, algunos de ellos se elevan á manera de espinas. Garras iguales y pequeñas en la hembra, á veces desiguales en los machos, brazo prismático, granulo- so, su orilla interna dentada, cuatro tubérculos espi- niformes en la articulación, el carpo y una espina en el borde superior: Carpo con una prolongación ema orilla interna y algunas aristas granulosas en la cara superior; mano cilíndrica, tuberculosa en el lado inter- no, con cuatro aristas espinosas en la cara superior, de las cuales tres se prolongan por el pulgar hasta su medianía, dedos robustos, escavados en la parte in- terna. Patas ambulatorias máslargas quelas garras, el tercer par es el mayor, muslos aplanados, con dos aristas en la cara superior; ambas orillas aquilladas, la superior con un diente agudo cerca de su extremi- dad y dos menores en la articulación: los dos ar- tículos siguientes tienen en la parte posterior una línea de pelos espesos que se prolonga hasta el tarso. Cola del macho con los segmentos estrechos, el cuarto largo, el de la extremidad muy pequeño, la de la hembra es ancha, redondeada cubriendo toda la cara inferior. Color pardo oscuro verdoso con manchas rojas y amarillosas en las patas y garras todas punteadas de rojo. Viven en cuevas en los arrecifres á poca profundi- dad, abundan en las costas rocallosas y no salen del agua como otras especies. Ningún crustáceo se desprende con tanta facilidad de sus miembros como esta plagusia, basta tomar un individuo y suspenderlo por las garras para que inmediatamente se deje caer huyeudo con rapidez después de haber dejado ambas pinzas en mano del incauto que creía tenerla aprisionada. Bosc al citar su Grapsus squamosus dice que igno- ra su país natal. Y Long. 0.0461 Ancho 0.050f Frente 0.020 3% par de patas 0.095. props 1: 1.08. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 161 Sesión públca ordinaria del 14 de Abril de Igor. PRESIDENCIA del Dr. Diego Tamayo. SRES. ACADÉMICOS CONCURRENTES: Dres.: Santos Fernández, Acosta, Diago, Coronado, Ragués, Albertini, Vildósola, Calvo, Betancourt, Cubas, Le-Roy, Jacobsen, Dávalos, y G. López, Secretario General. Comienza la sesión á la hora acostumbrada con la lectura del acta de la anterior que fuéaprobada, dando después cuen- ta la Secretaría de las comunicaciones oficiales y así mismo de la llegada á nuestra Biblioteca del nuevo periódico que se publica en esta Capital, Revista de Ciencias Fisicas, (Juímicas y Biológicas, y además de un tomo del nuevo diccionario de Ciencias Médicas publicado por la casa Wood de New York, que envía como obsequio especial á esta Academia. Se entra en la orden del día leyendo el Dr. Diago, su infor- me anunciado sobre la obra de Histoquimia del Dr. Gómez Planos, la cual en síntesis merece la apreciación de represen- tar un esfuerzo laudable que esta Academia debe estimar. Fué aprobado. Se concede después la palabra al Dr. Santos Fernández, quien lee un trabajo también anunciado y de su especialidad titulado el Trachoma en Oriente. Después de su lectura y aprobación, la Academia se cons- tituye en sesión de Gobierno. bLA ARDc adoran an aca OU AURA LI RDOMAnÓO Sesión pública ordinaria del 28 de Abril de 1901. PRESIDENCIA del Dr. José I. Torralbas. SRES. ACADÉMICOS CONCUBRENTES: Dres.: I. Plasencia, Alon- so Cuadrado, Santos Fernández, J. Diago, J. Jacobsen, M. Sánchez, T. Coronado, E. Saladrigas, Díaz Albertini, A. Amigó, Hernando Seguí, D. Cubas, M. Lavín, 7. Arós- tesui, F. Torralbas, E. Acosta, I. Calvo. F. Vildósola, A. Betancourt, J. Le-Roy y G. López, Secretario General. 162 ANALES DE LA A la hora acostumbrada, en el Aula Magna de la Universi- dad, comienza la sesión, con la lectura del acta dela anterior, que fué aprobada sin discusión. Se dió enseguida cuenta por la Secretaría de las comunicaciones oficiales. Se comienza la orden anunciada, ocupando la tribuna el Doctor E. Saladrigas, quien lee su informe, cuya ponencia desempeña, acerca de una consulta que nos hiciera la Junta Administrativa del Hospital de San Lázaro, acerca de la pre- tención de unos enfermos lazarinos, que entre sí pretenden contraer matrimonio. El Sr. Saladrigas, estudia con méto- dos, los diversos aspectos de este problema, para concluir en síntesis con el siguiente resumen numerado: 1* La Ley actual no prohibe el matrimonio de leprosos. 2" El matrimonio entre un leproso y una persona sana debe ser prohibido. 3" El matrimonio entre dos leprosos debe ser evitado, mientras la mujer no haya pasado el período crítico ó no haya sufrido la ovariotomia; y cuando por excepción se con- sienta, deben ser colocados los cónyuges en una colonia sani- taria anexa á la leprosería. 4* El matrimonio entre dos leprosos puede ser consentido siempre que la mujer haya pasado el período crítico, ó en los casos en que la mujer haya sufrido la ovariotomía. Aclaro el punto de que “no debe entenderse que la leprosa joven ha de ser castrada, como requisito previo para el ma- trimonio, sino que aquellas que por enfermedades anteriores hubiere sido castrada, no se le debe impedir el matrimonio con leproso.” Fué por unanimidad aprobado dicho trabajo. Informa después el Dr. G.. López, acerca de la inscripción, que por la ley de Marcas, preténdese para dos productos farmacéuticos Veurofilina, se llama el uno y Neurosine se nombra el otro. Asíá secas los dos, sin explicar nada, sin nada describirse ni exponerse acerca de ellos. Como la con- sulta, que de ambas se hace por la Secretaria de Agricultura, Comercio é Industria, es sobre el conocimiento, que dentro de ¡9 Ciencia, se tenga de esos así nombrados productos, se in- forma por la ponencia, que con esos términos nada se conoce, ni se dice ni se concreta en campo científico. Hace algunas aclaraciones con este motivo el Dr. Hernan- do Seguí, que se lamenta de la protección que resulta sobre ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 163 los productos farmacéuticos extranjeros, cosa que perjudica á los que se fabrican en este país. Entiende que ese asunto debe cuidadosamente estudiarse y resolverse á tenor de los preceptos de las ordenanzas de farmacia. Hace el Dr. López algunas aclaraciones, de las concretas preguntas que para el asunto informado, se demandan por la Secretaría de Comercio é Industria, estando á ellas ajusta- das las respuestas que propone. Se concede aprobación unánime al trabajo informativo. Pide entonces la palabra el Dr. T. Coronado y expone: que un asunto de suma importancia relativo á un problema de Medicina Legal, le hace tomar la palabra, para tener la sa- tisfacción de dar cuenta de la comprobación entre nosotros, recientemente, de un trabajo ha poco realizado en el Institu- to de Berlín por dos profesores alemanes y un francés; asun- to que entraña la resolución relativa á la diferenciación de la sangre del hombre y de los animales, para el punto de vista delasinvestigaciones periciales. La reacción procurada con el Suero-diagnóstico, es lo que da la clave de esta distinción tan precisa, y él ha comprobado ante sus alumnos en el La- boratorio de la Facultad de Medicina desde hace 15 dias, la verdad de las afirmaciones de los profesores del Instituto extrangero que ha mencionado. La presidencia felicita al Dr. Coronado por su éxito; se complace mucho de esta demostración de interés con que aquí se siguen los progresos científicos que se suceden en todas partes del mundo civilizado; y se envanece de que una cuestión tan interesante, como útil é importante, sea consig- nada en nuestra acta, mezclada con el nombre del laborioso profesor que hace la comparación verbal que se acaba de oir. Con este asunto se dió por terminada la sesión, para cons- tituirse enseguida la Academia en sesión de gobierno. OBAMA DARME ODA AO ICALI CAIDA 2 037 e ooo bromo MO do arios DA qua e Í 10 da > AED a) ABLA sad ADA ae a cabo] SUITE cornada TN . tires ses os p abba ala qrelaoa a soidid ds ota ies salas e scsi das Jr ssiverial ob asslicuobro al ab: Ro q aeronos ml us carro arios avs sq UA "La oi e rss cl ODO mola) añ: la SB spy 40) ty uyanió ralla de alada rirteabaló ve rio0 9h abrira $ 940qo 1 mp A ¡Ovidaarrotel ojodrsd 43 eine adios dvr1ga Doo NOMAS TE O nora) Pad la frdales al ee du dE or pi alot siogrtiogoñ apar ole eg al srmokcsond: el oro oder dada A AS 6l: ab rinoeo sb ab; ss ditanl la 19 obariinse090q) ná ojadetd amb AA debo pbsdéerb ar eonsimalo as reo fort ao 109 sito ca "y ¿Feb notsspbunotio bd e els adi dor ARAS to ñ ” idéir sb otusq ls sie: pulsas sol sb dino dias Ss ¿betmmoOr pomor Dra tod A ¿nai al ¡diovidaib ani29 «ab: ovalo: Sbab stop olas OBRA E gs coreo ape ao Ohadotaiuos su ly ¿2 y cl cahitr Stadt sbeoh Antibalsbi betise Acotar oO ontiteal yb zertorslorg robaly ao ron AA ER, o Smba poo dp 1H 0idx0 co O pd nio ah citar DÍ 119 bo RO0RN ala al "54 pa o rabi adi ts CORA. A l cobesiibrio ob tt 15h prod ui dh ontos ATA eco tiri nal 10 di OA A LORUERITOS set na a TOC > sssrmodol eb adios dy 109 RDAÍÉs9 par yl dolor TÍAS o Hb Es | 1EOE SOLD (ida JU] 161 AO Fl [095 In pial a e PIDO AE ndjevs al bind) ag Ot 2 0 Anreda pd dognab HOJEyA 19 sind: vi nbias DIAS AE] ' A LINEA de las materias contenidas en el Tomo XXXVII. PÁGS. ACADEMIA.—Discurso del Sr. Vice-Presidente de la Cor- poración, Dr. José I. Torralbas, en la sesión solemne del 19 de Mayo de 1900.... 5 == Resumen de las tareas de la Corporación durante el año académico de 1899á 1900 por el Secretario (General Dr. Gustavo == Discurso científico leído por el académico de número Dr. Miguel Sánchez Toledo en la sesión solemne del 19 de Mayo de 1900 21 = Programa de los premios para el concurso de LONO'A MOL edites ducati sb Too RAEE] 39 = Sesión solemne del 19 de Mayo de 1900 ....... 65 = Sesión pública ordinaria del 10 de Junio de Y A A coc 110 — Sesión pública ordinaria del 24 de Junio de O ao cena 112 == Sesión pública ordinaría del 8 de Julio de E di 113 = Sesión pública ordinaria del 14 de Octubre A re Mo 119 a Sesión pública ordinaria del 28 de Octubre A RO 120 - Sesión pública ordinaria del 11 de Noviem- O e O 122 —= Sesión pública ordinaria del 25 de Noviem- Pr ADO ido e 124 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 166 TIO o DN 1 ii ÓN E A A LA e A dd ecos sore VOL a e a et ESOS A O AwtroPoLoGía.—Prehistoria de la Isla de Cuba por el Dr. Enrique Gómez Planos............... Coxcreso MÉbicCO Pan-AMERICANO 3"—Invitación y re- SN HIGIENE PUBLICA.—Matrimonios entre lazarinos por el Dr. Enrique'Saladrigas:.. acia PATOLOGÍA NERVIOSA.—Presentación de un caso de mio- patia primitiva protopática por el Dr. Gustavo López........ ZooLoGía.—Contribución al estudio de los Crustáceos de Cuba. Notas del Dr. J. Gudlach y 1896, compiladas y completadas por el Dr. José [. TorralbaBio. series 15 y 1ES 135 148 OBRAS DE VENTAS EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la comisión de medicina lega é 3 higiene pública, 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mamalogia, Ornitolo- ga, Erpetología y Entomología Cubana, q Dr. Gundlath; la Memoria sobre la Patologú y Antigúedades de la Isla de Puerto Rico, po el Dr. Dumont; Contribución al estudio de l Moluscos Cubanos, por el Sr. Arango y Molin Patología y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, po el Dr. Becker, traducida del ale- mán por el Dr. dra ay. 8 CURACIÓN COMPLETA DE LA ANEMIA CON LOS PREPARADOS DE HEMOGLOBINA DEL PROFESOR Vor. DESCHIENS. Entrando el hierro en la composición de distintas partes del organismo y principalmente de la sangre, la disminución de tan precioso elemento produce una enfermedad muy generali- zada, principalmente entre el bello sexu que se llama amemia.. Para reponer los glóbulos rojos de la sangre idearon los médi- cos desde época inmemorial administrar el hierro en diferentes formas y. combinaciones que tienen el defecto casi todas de fatigar el estómago, manchar los dientes, ocasionar estreñiimien- to y producir dolores de cabeza. Un sabio ingeniero francés, Mr. V. Deschiens, tuvo la feliz idea de extraer el hierro en estado de hemoglobina, tal como se eucuentra en la sangre de las vacas que se benefician en los mataderos de París y disol- verlo en VINO y en JARABE, proporcionando á los médicos el mejor remedio que hoy se conoce para curar la anemia, la Clolorosis, y todas sus consecuencias. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA DE DESCHIENS, preparados en París por la reputada casa de los Sres. Adrian y C?, fueron acogidos en los hospitales de aquella capital por los cirujanos y prácticos más afamados y recomendados en la clientela particular como el más poderoso reconstituyente en las enfermedades que reconocen por causa el empobrecimiento de la sangre y que se caracterizan por la palidez del rostro, la inapetencia, la falta de fuerzas, el i¡msom- nio y la depresión moral. EL VINO y el JARABE DE HEMOGLOBINA son bien conocidos en la Isla de Cuba, pues todos los médicos de reputación los recetan á diario; pero bueno es recordar al tiempo de comprarlos que se debe pedir el preparado en Fran- cia según fórmula del profesor Deschiens, que se vende en la Habana en las boticas del DR. GONZALEZ, Habana 112, Ide DR. JOHNSON, Obispo 83 y de JOSE SARRA, Teniente Rey 41, y en todas las boticas y droguerías acreditadas de la Isla. 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