el s ho. - Mar ip? N E " 6 4 eN 7 Hed? > nz Ro ÁM a y : ; a A JA ) ¿ e. =; a 9 e a E q .. os - E b A « MM pa at Ñ » ha > mn, 7 / - E " 3 A » . > < » a . » a , ss” » a >: Y , h , » me * « Po bl E 5 , “o * a Y n S pa >... LO OMAN ES e E : Lo AAN A —— o pN 8 de 0 Po pat de AA E lh= - e od ON il Ah ch 30 ANALES Academia de Crencras Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA ————_—_—_—_——, REVISTA CIENTIFICA DIRECIANO! ES: Dr. Jorge [re-[Roy.-[)r. Garlos de la "orre A TOMO LIV 1917 - 1918 HABANA IMP. LLOREDO Y Ca. MURALLA 24 1917 TACA E 5 A AREAS __ REGISTRADO EN EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE ANALES DE LA perdon le Ciencias Médicas. FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA A REVISTA CIENTIFICA INSCRIPTA EN LA ““ASOCIACION DE LA PRENSA MEDICA DE CUBA” E Al ; DTRECSTORESZ Dr. dora [se-Roy.-[)r. Garlos de la Torre TOMO LIV MAYO - JUNIO 1917 - Toda la correspondencia y cauge de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.—CUBA 84 A.- HABANA / HABANA IMP, LLOREDO Y Ca. $ | | MURALLA 24 | 1917 z i O A A NA AS E A o. E E E 3 l SUMARIO Págs. L—Acta de la sesión solemne conmemorativa del quineua- gésimo sexto aniversario de la fundación de la Aeca- demta (19 MAFO ALI E AOL oa Ds os ars e 5 1.—Las Academias. Discurso del Presidente de la Aca- demia Dr. Juan Santos Fernández, en la sesión solemne del, 19: (18 Mayor de AITANA do DeCs [He SS A: 6 ÍII.—Memoria de las tareas realizadas por la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, durante el año académico de 1916 a 1917, por el Secre- tario de la misma Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión solemne del '19'de mayo de LILA UE a 17 :.1Y.—La protección a la ganadería cubana, por el Dr. Ri- cardo Gómez Murillo. (Sesión solemne del 19 E mayo po Fort lo Bid DAA e II A O a a a E Ue A E e A 34 V.—Programa de los premios para 1918... 0-2. 50 VI.—Acta de la sesión pública ordinaria del 8 de junio de 1917 51 VIT.—Informe sobre un producto farmacéutico, por el Dr. Hernando Seguí. (Sesión del 8 de junio de 1917)... SON VII.—El Dr. Luis María Cowley, por el Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión (del 8 de junio" de 1917) 323000 54 IX.—Bibliografía del Dr. Luis María. Cowley, por el Dr. Ñ Jorge Le-Roy y Cassá. (En la Academia)... 0. . 59 (Fuera de la Academia). ... eE AGAN 66 Extracto del expediente Dated del Dé Luis María Cowley; títulos profesionales y antecedentes científi- cos y literarios; servicios médicos militares; otros VEO SL A O E a A ESE UN 91 XA cuerdoside-17 ACIENDO AT A 97 XI—Acta de la sesión pública ordinaria del 22 de ¿junio Po Veda Ue e O EU NS NO IEA RCD O OR SE O NE 98 XIL.—El sehistosomum mansoni en Venezuela, por el Dr. Juan Guiteras. (Sesión del 22 de junio de 1917)... 101 XIHI.—Los confines de la materia ponderable en el universo, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado. (Sesión del 22 le junio de OMT E E A AS o 107 XV COn VOCatorna A OA E EN NES A O O A 141 MAR Z - 1918 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 5 ACTA DE LA SESION SOLEMNE CONMEMORATIVA DEL QUINCUAGESIMO SEXTO ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DE LA ACADEMIA (19 de mayo de 1917) Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes de número.—Dres.: J, P. Alacán, J. G. Díaz, R. Gómez Murillo, F. Méndez Capote, R. Menocal, J. A. Presno, F. Torralbas. Honorarios.—Dres.: J, B. Landeta, A. Mestre. Bajo la presidencia del Sr. Secretario de Sanidad y Bene- ficencia, en representación del Honorable Sr. Presidente de la República, de los Secretarios de Estado y Agricultura, Dr. Des- vernine y General Emilio Núñez, respectivamente, del Sr. Pre- sidente de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, y con la asistencia de representantes del Cuerpo Diplomático y de un escogido auditorio y distinguidas damas, se celebró la sesión solemne conmemorativa del quincuagésimo sexto aniver- sario de la fundación de la Academia. El Dr. Juan Santos Fernández, como Presidente titular hizo su diseurso reglamentario, que versó sobre LAs ACADEMIAS. El Dr. Jorge Le-Roy, como Secretario dió lectura a la MEMORIA DE LAS TAREAS EN QUE SE HA OCUPADO LA CORPORACION DURANTE EL AÑO ACADEMICO DE 1916 A 1917. El Dr. Ricardo Gómez Murillo encargado de pronunciar el discurso científico, eligió cómo tema LA PROTECCION A LA GANADE- RIA CUBANA, haciendo resaltar las condiciones necesarias para aumentar la producción y evidenciando las circunstancias en que ésta se encuentra en la actualidad. El Secretario dió lectura al programa de los premios para el año de 1918 y no habiendo sido premiada ninguna de las memorias presentadas en el concurso de este año procedió a la incineración de los sobres que contenían los nombres de los autores de las que aspiraron al Premio Cañongo. Con lo que el Sr, Presidente dió por terminado el acto. 6 ANALES DE LA LAS ACADEMIAS Discurso del Presidente de la Academia de Ciencias Dr. Juan Santos Fernández en la sesión solemne del 19 de mayo de 1917 Honorable Sr. Presidente. Sres. Académicos. STASY Des: En los viajes obligados al estudio, únicos que he podido realizar, durante el largo período de tiempo de vida profesional, esclava del deber, en país nuevo, todavía no normalizado en sus propósitos, no he dejado de visitar nunca en New-York y en París, la Academia de Medici- na. De remoto origen la francesa tiene el sello de mayor rigorismo interior y la americana ofrece el carácter pecu- liar del país en que se desenvuelve y ambas llenan su mi- sión cumplidamente. Nuestra Academia de Ciencias Mé- - dicas, Físicas y Naturales, en que tengo el honor de ha- blar, a pesar de haber sido creada en una colonia de esca- sa población, apareció solo unos cuantos años más tarde que la de la imperial ciudad de New-York, pero, con el ritual francés. Esto delata el espíritu de progreso que, des- de temprano, germinó en los hombres consagrados a las ciencias entre nosotros, lo que constituye verdadero orgu- llo, y a cuya cabeza se encontraba el no olvidado, siempre venerado y nunca bastante enaltecido, fundador de la de la Habana Dr. Nicolás José Gutiérrez. Desde que en los jardines de Academus ideó Platon el primero, reunir los hombres para sostener o difundir doctrinas, hasta que esta idea llegó a su mayor perfeccio- namiento con la creación del Instituto de Francia, que encierra las cinco academias que han sido la admiración del saber humano, se ha encontrado en estos centros el medio más seguro de mantener vivo el fuego del pensa- miento y sus grandezas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA a 7 Las Academias, no son otra cosa que la selección de las personas que se consagran a un género de estudio y las que, valiéndose del podéroso elemento de la discusión, de la que brota siempre la luz para disipar tinieblas, han contribuido a resolver los diferentes problemas que les competen. Las Academias como obra de los hombres pueden no ser perfectas. Han merecido sus censuras las más capa- citadas, por constituirse alguna vez en Areópagos, a im- pulsos de los que, tan pronto han ocupado un puesto pro- minente en ellas, se convierten en fósiles, paralizando las facultades intelectuales con que subieron, para permanecer en la inercia. Esto ciertamente es difícil en los modernos tiempos desde el momento que está en pie la libre discu- sión o no cabe maniatar el pensamiento de todos, ni de cada uno. En otras ocasiones, ha sido el despecho, mal disimulado, de los que en la selección realizada para cons- tituir el número de elegidos, no han sido los favorecidos, por falta de condiciones o de simpatías, y pretendiente ha existido tan despechado, fuera de aquí, desde luego, que ha consumido el resto de su vida no corta en vomitar du- ros dicterios y agravios múltiples contra los que no le ha- bían concedido su voto, para ser de los privilegiados. Desde el punto de vista del influjo de las pasiones manejadas por los humanos designios, no ha escapado na- da en el mundo, y las Academias no habían de constituir una excepción; pero, es lo cierto que, como tienen por ba- se la asociación son desde luego, cuando se quieren apro- vechar sus ventajas, fuentes de conveniencias sociales, No corre por nuestras venas la sangre sajona, fecun- da en el espíritu de asociación, pero, desde nuestros pri- meros pasos en las luchas de la vida, nos sentimos atral- dos de modo intenso por esta gran influencia y los que nos hayan seguido de cerca en nuestro modesto desenvol- vimiento social, han podido evidenciar en nuestros actos 8 ANALES DE LA confirmado este aserto. Llegamos a discurrir acerca del particular de modo tal que, nuestro criterio parecerá un contrasentido, una paradoja al sostener que, hasta de la asociación de los malvados o criminales puede, en deter- minadas circunstancias, surgir el bien por efecto de algu- na idea noble y generosa emitida, y que descomponga el plan malévolo forjado al reunirse aquellos, y con tal moti- vo nazca en algún corazón desnaturalizado, un sentimien- to de justicia que cambie los instintos del mal, que en cada ser germina en mayor o menor cantidad. El hombre al verse frente a otro u otros hombres en amistoso con- curso, mitiga, de cierto modo, su agresividad innata, no por temor, que para esto se sentiría humillado, sino por el deseo de agradar que se agita dentro de cada cual y que explica la sencilla e inadvertida ética del saludo que ca- da persona dirige a otra conocida y hasta desconocida en determinados casos, al encontrarse. A quien no le ha ocu- - rrido ver un sjueto, ageno a los de su trato, en el que ape- nas, si se ha fijado y si lo hizo fué para experimentar ha- cia él un asomo de repulsión, de cierto modo indefinido, pero efectivo; más un suceso casual e inesperado le acerca a la persona en cuestión, cruzan un saludo, se establece después una conversación inopinada, y al punto le oimos al interlocutor que tenía indefinida prevención respecto al otro, decir: pero, ¿qué trato más exquisito tiene este hom- bre, no me lo hubiera imaginado nunca ? Tal es, señoras y señores, el poder del acercamiento social. Hay pueblos, que aunque parezca una exageración, en la carencia de aquel, que bien utilizado es un gran re- curso, encuentran obstáculos para su mejoramiento. La aproximación de las criaturas en general la impone, apar- te de otras razones, la lengua o idioma común, en primer lugar, porque éste es portador de nuestras ideas, de nues- tras intenciones y de nuestros principios. No basta decir que el idioma sirve para el disimulo, para el engaño; así ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 será; pero, es lo excepcional: el lenguaje es la expresión del alma y rara vez trasmite otra cosa, que las manifestacio- nes de ésta. Huir de la aproximación de los seres con pretexto de evitar los antagonismos, o las riñas, que diría el vulgo, envuelve una falta de sentido común manifiesto. Es una idea suicida el alejamiento de unos hombres de los otros, como lo practican en la actualidad los pueblos incultos, que disgregados vagan en la ignorancia, que es patrimo- nio de la especie humana en estas condiciones. Este es acha- que inveterado de no pocas naciones americanas que ado- lecen hoy de lo que adolecía hace más de diez centurias, la nación progenitora que puso término a su disociación con la unidad nacional, obtenida por los dos insignes so- beranos de entonces Isabel y Fernando. Los más grandes anhelos de nuestra «vida han sido, repito, las asociaciones y la prensa, esta última es un ele- mento indispensable de las primeras porque hoy no se pue- de concebir las unas sin la otra, sobre todo, para dar sa- zonados frutos el progreso social. Volviendo a ocuparme de lo que significan las Aca- demias, prescindiendo de la naturaleza intrínseca de és- tas, y circunscribiéndome por el momento, a la nuestra, a la de Ciencias, a la más antigua, a la que fundara el egre- gio patriota Dr. Nicolás José Gutiérrez, permitidme que evoque remembranzas de los albores de su existencia en- vueltos en las negruras de las luchas políticas de otros tiempos, en los que el cultivo de las ciencias, por sí solo, era el estigma más pronunciado de revolucionario impeni- tente. A pesar de esta tesitura que crearon los aconteci- mientos el Dr .Nicolás José Gutiérrez, obtuvo el permiso para crear la Academia de Ciencias, y la fundó en 1861. Estuvo a punto de desaparecer la Institución durante la primera guerra por la independencia; pero, el amor a su obra, del fundador, y la ecuanimidad del sabio Secreta- 10 ANALES DE LA rio, Dr. Antonio Mestre, le permitieron vivir en tan tor- mentoso período de su existencia. No pocas veces, el egregio fundador creyó ver desa- parecer su concepción, porque eran escasos los que con- currían a las sesiones y derramaba lágrimas de amargu- ra aquel nonagenario insigne, que todos debíamos tomar como ejemplo de patriotismo sano y elevado. No obstan- te su gran inteligencia, le cegaba un noble deseo e ima- ginaba que esa apatía para el fomento y cultivo de las ciencias; no concurriendo a las sesiones de la Academia sus miembros, con la asiduidad apetecida, era exclusiva nuestra, y como podía serlo en verdad, porque la elevada temperatura, castigándonos más tiempo que en los países templados pudiera enervarnos; de aquí partía su aprecia- ción equivocada. En esta Corporación me he ocupado un día de la in- fluencia del clima en otro sentido, al señalar los males del Asilo Correccional de menores de Guanajay y afirmé en- tonces con datos apropiados y consideraciones fisiológicas, que esta clase de establecimientos no podía prosperar en nuestro clima por el desarrollo prematuro de la niñez y de la adolescencia, que envuelve peligros magnos y exige la traslación de los niños afectados física y moralmente a cli- mas fríos o templados, aun cuando hubiese necesidad de enviarlos al extranjero, con lo cual ganaría el erario de la República y las buenas costumbres. Respecto a la negligencia en concurrir a las sesiones de las corporaciones sabias, que pudiera justificarse por el clima, no se observa sólo entre nosotros. En los viajes que he realizado, he podido comprobar que se adolecía del mismo mal en todas partes y aun en países que, como Fran- cia, han dado siempre la nota de exquisito refinamiento social. Una vez que visité, hace mucho tiempo, la Academia de Medicina de París, cuando estaba situada en la calle ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 11 de Bonaparte número 16, sólo encontré una docena de an- cianos académicos; uno de ellos no oía la campanilla del Presidente, que anunciaba el principio de la sesión, y con- tinuaba de espaldas hablando en alta voz. En otra ocasión que repetí la visita, cuando se había trasladado la Acade- mia al nuevo local, advertí tanta concurrencia, que esta- ban ocupados todos los sillones y las tribunas del público, asistiendo el célebre profesor Grancher que, por sus acha- ques, se le veía rara vez. Pronto me enteré que la concurren- cia la provocaba, las elecciones de académicos correspon- sales. El mal de no asistir a las sesiones, obedece a defec- tos peculiares de todos los hombres que dan «al egoismo, que cuando está bien dirigido es hasta una virtud, inter- pretación torcida o errónea, por lo general desviándose de los fines que persigue la Institución. Con-tal motivo se ha- ce difícil congregar los miembros de ésta o aquélla, creadas para dar impulso a los conocimientos humanos, y ser mo- delos de amor a las ciencias, a las letras, y a las artes. En una sesión todavía reciente del Segundo Congreso de la Prensa Médica Cubana, un joven colega, ardiendo en santa indignación, se quejaba amargamente de que fi- gurando muchos nombres en la portada de los periódicos científicos como redactores, pocos, muy pocos, ocupaban sus columnas con escritos. Lo que le argumenté en contra de la severidad de su criterio, valiéndome de que nadie me superaba en tiempo como servidor de la Prensa Médica y a virtud de los sacrificios realizados en su obsequio, puede decirse de la falta de asistencia a las sesiones con toda exactitud, mutatis mutandi. ¿Cómo queréis, le dije, que alguien sacrifique su tiempo y su reposo para algo que no le ha de dar remuneración o provecho alguno, y que, por el contrario, puede resultar hasta perjudicial de algún modo si con aparente fundamento extremamos el juicio? En efecto, ocurre que en los centros de gran cultura se supone 2 ANALES DE LA que el que escribe lleva al papel el resultado de su prác- tica y de su activa gestión, en lo que labora, que esta la- bor es buscada y recompensada a veces dadivosamente. En los países nuevos como el nuestro, que son casi aldeas to- davía sus grandes ciudades, desde este punto de vista, im- fiere el vulgo, y alguna vez quien no es vulgo, porque el límite de éste no está siempre bien determinado, que el hombre que escribe fantasea siempre, y que, por consi- guiente, no tiene el conocimiento práctico de la materia. Del que fué ilustre Secretario de esta Academia de Ciencias, Dr. Antonio Mestre, de la Facultad de Medicina de Paris, que visitaba una sala de niños en nuestra (Casa de Benefi- cencia y había hecho sus estudios ventajosamente en los Hospitales de la gran ciudad, me dijo un buen señor, al ver que asistía a mi hija de pocos meses: Mestre es un sabio; pero, no un médico, como si el conocimiento de la medici- na y la sabiduría, fuesen cosas opuestas, y, añadió senten- ciosamente: escribe muy bien. Entre nosotros y en otras partes, lo repito, el cultivo de las ciencias tiene que ser algo análogo a lo que obser- vamos en los deportes, así como dedicación impuesta por la afición, la elevación de miras, por el hábito o por un amor al progreso desinteresado y a veces costoso y no exento de peligros. Recuerdo siempre que un día al atardecer, encontré a un amigo que volvía de una cacería que había empren- dido de madrugada; llevaba la ropa calada por la lluvia, sin haber comido apenas en todo el día, y después de ha- ber soportado la mayor parte del tiempo el sol de julio. Su semblante, a pesar de todo, estaba sonriente y hablaba de la próxima salida entusiasmado. Aunque no he aban- donado nunca, a pesar de los años, el ejercicio corporal, personificado también en la esgrima, por creérlo indis- pensable, al hacerme cargo de la fatiga y de la exposición de la salud del amigo y cazador empedernido, de no ser ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 13 tolerante, como lo soy siempre, para los ajenos pareceres, porque la paradoja de ayer, como se ha dicho, es la verdad de hoy, le hubiera declarado vesánico y necesitado del ma- nicomio. ¿No merecerá un juicio más benévolo de los indife- rentes aquel que se pasa la vida viendo enfermos o toman- do notas de cualquier investigación, que consume la pacien- cia, roba el descanso al cuerpo fatigado por el ejercicio profesional o el atento observador de lo que investiga, sólo con el propósito de escribir después, una memoria O un libro en el que crea consignar la verdad, algo sino cons- tantemente tan útil a la humanidad, como la profilaxis de la fiebre amarilla, por lo menos siempre beneficioso, y des- pués de gastar su tiempo y no pocos de sus ahorros, y de ser combatido en el seno de las Academias, en que se discute como es ley su gestión científica, triunfa: pero, muere pobre y deja a su anciana viuda sin recursos, en medio de la indiferencia general, como Finlay y hasta hay quien dice, lo que yo he oído: ¿Y quién le obligó a esos sacrificios? ¡Se hubiera dado buena vida, y no le hu- biera sucedido eso! Inglaterra hace tiempo abandonó la vieja rutina de dejar morir de hambre los genios y sus descendientes. La patria está obligada a extender su protección al sabio y a los que de él dependan o le sucedan y a fe que no se gravará enormemente, porque descubrimientos de la talla de los Jenner y Finlay, no se realizan todos los días, sino al través de siglos. Después de lo expuesto, Sras. y Sres., os explicaréis que, aquí, como en todas partes, la negligencia que, a ve- ces se observa, está justificada. Para que no nos invada, es necesario enamorarse del culto de las ciencias, de las le- tras, o de las artes, a la manera que de cualquiera otro de los deportes. Estos los realizan los aficionados, aunque cueste la vida. Hay que amoldar la naturaleza a los sacri- 14 ANALES DE LA alelr - ficios que. voluntariamente se impone el que tal haga: de otro modo se palpan hechos como dos que voy a referir nada más, para no recargar el cuadro de mucha luz y som- bras Hasta fatigaros. Un colega de gran ilustración y com- petencia, aspiró un día a la par que dos o tres más a un sillón vacante de esta Academia. Fuera y dentro de la Cor- poración, los ánimos se apasionaron al grado, de que pudo surgir un duelo entre alugnos de los sostenedores del can- didato más capaz. Este triunfó y quedó satisfecho; pero, no procuró nunca ocupar su puesto y fué necesario darlo de baja algún tiempo después. Otro, hace ya tiempo, pro- curó ocupar un puesto en la Corporación y lo ocupó. Fuí designado como es costumbre, por el mismo interesado, para contestar su discurso de entrada y lo hice, con mucho gusto, porque su bagaje científico prometía ser provechoso para la compañía y así lo consigné honradamente, asegu- rándole días de gloria en su seno. En una de las primeras sesiones a que concurrió, presentó un trabajo que fué dis- cutido en general, en pro y en contra, y combatido, dentro de los límites correctos de una discusión y de modo más directo o especial por uno de los miembros que opinaba de distinta manera que el autor del trabajo. Este, con tal motivq, no volvió más por la Corporación como resentido, ni hizo fuera de ella ninguna manifestación científica, me- dró solamente, y fué indispensable, como en el caso ante- rior, darle de baja. ¿De qué manera explicar la psiquis de tal modo de discurrir? Sencillamente, a las profesiones, a los cargos públicos desde el más elevado del Estado hasta el más ín- fimo y a los diversos puestos o condiciones sociales y a todas las eventualidades de la vida, cada cual lleva su ma- nera de ser, su honradez sobre todo, su decoro, su modo es- pecial de interpretar los hechos y las cosas. Sólo así, se explican, tales excentricidades. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 15 Aquello de que por todos los caminos se llega a Roma, se pone en práctica por desgracia con más frecuencia de lo que conviniera a la moralidad pública, y hasta a la propia conveniencia personal, porque como la pasión ciega para el medro en cualquiera de sus formas, nunca se averigua si todos los viajeros llegaron a la ciudad santa y si los que lo verificaron lo alcanzaron en condiciones físicas y mora- les aceptables. He sido constante en proclamar, sin embargo, que son pocos los que no alcanzan la meta de sus aspiraciones le- gítimas si se sacrifican dignamente, para conseguirlo; pe- ro jamás recomendaré, imitando al sajón, el poco respeto a las instituciones en cualquiera esfera de la vida social, porque ésta es la gangrena de los pueblos atrasados y le- vantiscos y el mayor obstáculo para el progreso, y como la ciencia influye en todas las manifestaciones sociales, aunque no lo parezca a los descreídos o indiferentes, pre- side siempre los actos más insignificantes de la vida, y no puede menospreciársela en sus menores detalles, ni si- quiera en el cumplimiento de las reglas que marcan sus ins- tituciones, porque se comete un delito de lesa patria, pues ésta se apoya en sus principios, en su honradez, segura de que aquello que es ciencia es honrado. Tal parece que me he apartado del tema que me im- puse, al ocuparme de las Academias, y muy especialmente, de la nuestra, en la que me cabe el honor de hablaros; pero, en verdad, que me he mantenido en él y he procurado penetrar en su mecanismo y desenvolvimiento para reafir- marme en la utilidad de estas instituciones, basado en la asociación, como he dicho al principio, que es el fundamen- to del verdadero progreso. Un hombre aisladamente nada puede hacer o puede malograrse su obra. Asociándose la robustece, por la discusión que lejos de empequeñecerla la purifica y engrandece y surgen de este modo los grandes . 16 ANALES DE LA pensamientos, que son los timbres más hermosos de la humanidad. Los descubrimientos de Pasteur, los más grandes del mundo, fueron discutidos con pasión y hasta combatidos con dureza por la Academia de Ciencias de París, que aca- bó después de evidenciados por aceptarlos íntegros en prue- ba de imparcialidad. Lo mismo sucedió en nuestra Aca- demia con el inmortal Finlay. Las verdades son como las aguas; forman torrentes y a veces se las teme como a éstos; pero,al final, buscan el nivel del terreno, se convierten en lagos tranquilos y trans- parentes, en los que por ser verdades, se contempla exta- siada la humanidad que admira la grandeza de la inteli- gencia del hombre revelada en sus descubrimientos porten- tosos que le acercan al trono del Ser Supremo. He dicho. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 17 MEMORIA DE LAS TAREAS REALIZADAS POR LA ACADEMIA DE CIENCIAS MÉDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA, DURANTE EL AÑO ACADEMICO DE 1916 A 1917 POR EL SECRETARIO DE LA MISMA Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión solemne del 19 de mayo de 1917) Así como las biografías retratan las vidas de los hom- bres, las memorias anuales de las sociedades retratan la vida de los individuos que las integran y señalan a su vez los progresos cumplidos por las corporaciones, tanto en su vida interior como en sus relaciones con los otros factores de la vida colectiva. En el estudio histórico del desenvolvimiento social, di- chas memorias son una fuente informativa de inapreciable valor, pues facilitan los medios de exploración documental y ponen ante la vista del investigador la actuación indivi- dual y la de la comunidad. Los que estamos acostumbrados a interrogar a los do- cumentos cuidadosamente archivados en nuestras socieda- des, para conocer a fondo la historia de nuestro pueblo, nos damos exacta cuenta de la importancia y trascendencia de su cuidadosa redacción, y por eso, cada vez que cumpli- mos este reglamentario deber, temblamos ante el peligro de trasmitir a nuestros sucesores, no ya la relación de los su- cesos, sino las impresiones personales que éstos nos sugie- ran. Sin embargo, en la ya larga vida de nuestra Academia — TESTO e A y RA ES ETRE 10.032 Jamones Y Perales. 0 A 937.593 Manteca Du OOO IS OE IES 6.538.430 OAMI eros E AAA E, 4.219 Total $10.209.984 Derivados del ganado bovino Came desyaca Salada a $58.654 > O o A y A 3.040 5 cen latas: 0 5.316 TAsálOr is mutado coc ql ea il a e 2.861.048 TLeche-condensada io 2.797.538 Mantequilla A O 388.538 Queso mao. A E 524.907 Total. 0 0 ESOO ACADEMIA DE CIENCIAS NE LA HABANA 39 Productos de avicultura ES AAA MELO ads as $41.225 A y op 1.940.297 MO PROL 12 Ante la magnitud de estas cifras, surge una interroga- ción. ¿Puede Cuba llegar a sostener una ganadería capaz de llenar las necesidades de su consumo? Hubo una época en que la principal industria de Cu- ba era la ganadera y los criadores obtenían su utilidad so- lamente del cuero. La carne apenas tenía valor y las re- ses se sacrificaban con el exclusivo objeto de vender su piel, tan apreciada en el mercado, que, según la historia, el res- cate por los bayameses del Obispo Girón, apresado por los piratas, se obtuvo mediante la entrega de 400 cueros, que más tarde recuperaron los bayameses, atacando y derrotan- do a los piratas. En aquellos tiempos las explotaciones agrícolas eran muy limitadas, vastísimas extensiones de terreno virgen, se dedicaban a la cría de ganado y como la demanda de car- ne era casi nula, por la poca densidad de población y la dificultad del transporte y conservación, existía un enor- me sobrante de reses, que por fuerza habían de sacrificar- se en vista de su única utilización: la venta del cuero. Las guerras por la independencia dejaron los potreros exhaustos de reses y hubo necesidad de importar de otros paises el ganado necesario para el abasto público y la repo- blación de las fincas de crianza. Fué tan intenso el mo- vimiento inmigratorio y tan rápida la repoblación, que lle- gó un momento que el activo pecuario casi superaba a las necesidades del consumo. Pero el desarrollo de la indus- tria azucarera ha invadido las fincas de crianza y a medi- da que la famosa gramínea extiende los límites de su cam- po, disminuye sensiblemente el área de producción animal 40 ANALES DE LA y como por otra parte, el aumento de población eleva el consumo de carne, ésta adquiere un precio alto, en razón de la ley de la oferta y la demanda. Es indudable la adaptación de nuestro suelo para la cria de ganado, pues produce al aire libre y económicamen- te lo que en otras partes se obtiene a fuerza de gastos, de cuidados, de estabulación y de alimentación artificial; pe- ro yo no llego en mi optimismo a considerar nuestro país como eminentemente ganadero; sus condiciones climatoló- gicas y culturales, no son tan adecuadas a la hiperproduc- ción y perfeccionamiento de los animales domésticos, como las de los Estados Unidos, Argentina y Uruguay. En es- tas naciones se han llegado a conservar con la misma pu- reza de caracteres las razas especializadas de Inglaterra, Francia y Holanda, y aun diremos que mejorarlas sobre todo en la producción de carne, por eso, su activo pecuario superior a la demanda nacional, les permite exportar ani- males bajo todas sus formas; pero es indudable que bien estudiada la reconstrucción y mejora de nuestra ganadería; aumentando el servicio de reproductores mejorados que hoy posee el Gobierno; instruyendo prácticamente a los terra- tenientes y ganaderos de los factores que intervinen en la mejora de sus animales; dictando leyes que eviten la pro- pagación de las epizootias; organizando exposiciones, con- cursos y ferias; dirigiendo la producción según la demanda del mercado y asegurando la venta a precios lucrativos, en plazo relativamente breve, cubriríamos nuestras necesida- des, haciendo desaparecer casi completamente el capítulo de importación de animales y sus derivados. La perspectiva es pues muy halagileña si contribuimos todos en la medida de nuestras fuerzas a solucionar este problema nacional. La cria lucrativa del cerdo, del cual importamos $10.209.984 es probablemente la industria que encuentra en Cuba más ancho margen para su desarrollo. Todo le es ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 41 favorable; la única circunstancia que conducía a los desas- trosos fracasos de los criadores que veian morir en pocos días sus piaras destrozadas cruelmente por la pintadilla, ha desaparecido, mediante la serovacunación. Libre de ese azote, el prolífico ganado porcino, mejorado por cruzamien- tos acertados, dará un activo suficiente al consumo nacio- nal, probablemente un superavit para la exportación y siempre una gran utilidad a los que se dediquen a explotar- lo científicamente. | Al ganado porcino sigue en la cuantía de la importa- ción el ganado bovino, que por otra parte representa el ma- vor valor de la población pecuaria. Su aumento y mejora en el sentido de la especialización de sus aptitudes para producir carne, leche y trabajo, reclaman especial aten- ción. Ante todo, leyes que libren a los criadores de ruino- sas competencias con artículos extranjeros de peor calidad, y. medios de comunicación rápidos y económicos, que per- mitan a los ganaderos concurrir a los mercados con los productos de su industria. “Téngase en cuenta que en le- che condensada, mantequilla y queso importamos $3.710.983 y sin embargo en las fincas y potreros de Orien- te, Camaguey y las Villas, no se practica el ordeño total de las vacas, por la dificultad del transporte y quizá también por que las autoridades sanitarias extreman sus medidas, dificultando muchas veces el desarrollo de útiles iniciati- vas, por defectos en las prácticas higiénicas fácilmente evi- tables. Castíguese con todo rigor a' los comerciantes de mala fe que adulteran los alimentos; nunca parecerán du- ras las penas que se les impongan, pero facilítese por to- dos los medios hábiles a los grandes y pequeños ganaderos que venden sus productos tal como los obtienen, la concu- rrencia a los lugares de abasto, enséñeseles la manera más higiénica, rápida y barata de obtenerlos y transportarlos, y el consumo de leche condensada llegará al mínimum; las mantequillas y quesos más o menos puros que importamos 42 ANALES DE LA cederán su puesto al queso y a la exquisita mantequilla cubana, y las carnes frescas y saladas consumidas, serán to- talmente de origen nacional. En este orden de ideas. ¿No es absurdo que importe- mos $1.576.287 de huevos? ¿No hay medios de fomentar esta y otras llamadas pequeñas industrias rurales, peque- ñas en cuanto al capital necesario para su explotación, pe- ro grandes en cuanto al rendimiento? Las granjas avícolas científicamente dirigidas son un capítulo de aprovechamien- to agrario, de poco gasto y de buena utilidad, que, como la cria de pequeños rumiantes, casi nula actualmente, son sus- ceptibles de amplia explotación y cuyos productos tienen cada día más seguro y remunerador mercado . Antes de exponer las medidas protectoras más urgen- tes que reclama la única industria nacional que está exclu- sivamente en poder de cubanos, quiero abrir una parénte- sis en elogio de un patriota eminente, por la labor realizada en pró de la riqueza pecuaria, desde la Secretaría de Agri- cultura, que hoy deja, pero que no abandona, para ocupar el alto puesto de Vicepresidente de la República. La Secretaría de Agricultura que arrastraba una vida lánguida, debido principalmente a su exiguo presupuesto y a la inestabilidad de los Secretarios que no tenían tiempo de desarrollar sus planes, empezó a dar muestras de su existencia durante el Gobierno del General José Miguel Gómez. Los Dres. Rafael Martínez Ortiz y Emilio del Junco, Secretarios en aquella época, tuvieron el acierto de llevar a la Dirección de Agricultura al ilustre agrónomo Sr. José Comallonga, e iniciaron una serie de trabajos con- ducentes a la vulgarización de las prácticas agrícolas, creando granjas que si no dieron todos los beneficiosos re- sultados que podía esperarse, más que a un error de cálcu- lo, se debe a defectos de organización, ajenos en un todo al cerebro que las concibió. Sin embargo, la Granja-Es- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 43 cuela de Camagúey puede citarse como modelo. Verdad es que el General Emilio Núñez no le ha escatimado recur- sos, pero han sido tan bien aprovechados por el Director de aquel centro, Sr. Roberto Luaces, Ingeniero Agrónomo, enamorado de su profesión y apasionado de la agricultura, que en su aspecto general y en su funcionamiento difiere notablemente de sus congéneres... Debe anotarse también en el haber del Gobierno del General Gómez, la creación de la Comisión de Epizootias, organismo consultivo de la Secretaría de Agricultura, y la celebración de Exposiciones que despertaron en los agrarios el entusiasmo por obtener ejemplares mejorados. Al tomar posesión el General Mario G. Menocal de la más alta magistratura de la República y nombrar Se- cretario de Agricultura, Comercio y Trabajo al General Emilio Núñez, se imprimió creciente actividad que, tradu- ciendo en hechos positivos lievados hasta el bohío más apartado de la nación por personal idóneo, anunciaban al guajiro—acostumbrado a perder su pobre hacienda sin que le ayudaran a defenderse y aferrado a la rutina por que no llegaba hasta él la voz de la ciencia—que había una Se- cretaría de Agricultura encargada de velar por él, de evitar su ruina, de enseñarle los más modernos procedimientos de cultivo, de ayudarle a combatir las plagas que agotaban sus plantíos y colmenares, de proporcionarle semillas para au- mentar sus cosechas, de repartir gratis las vacunas. preven- tivas de las enfermedades carbuncosas que diezmaban sus ganados, de inyectar gratis también, el suero y el virus con- tra la pintadilla obtenidos por el Servicio de Veterinarios del Departamento. Para mover el sencillo mecanismo administrativo ad- mirablemente dispuesto de la Secretaría de Agricultura bas- taba una carta o un telegrama dando cuenta de la nece- sidad. Inmediatamente se cursaba, y si el asunto era de la competencia del Servicio de Veterinarios uno o más profe- 44 ANALES DE LA sionales ad hoc, partían, aprovechando los más rápidos medios de transporte a estudiar y combatir la enfermedad localizándola desde el primer momento y salvando así los intereses agrarios. ¡Cuántas veces la llegada del Veterinario ha asombra- do a los guaiiros por su rapidez! Este contacto contínuo y eficaz del productor perdido en las lejanías del monte y el Departamento encargado del fomento agrario, bastaría por sí solo para cimentar la fama—si ya no fuera sólida—del hombre que ha sabido organizar de tal manera una Secretaría, que, como la de Agricultura, cuenta para su desenvolvimiento con un mi- llón de pesos, en un país como éste, eminentemente agríÍ- cola y con unos presupuestos generales de más de cuarenta : millones. La creación de las paradas de sementales y las Esta- ciones Zootécnicas han realzado más aún la obra del Ge- neral Emilio Núñez en favor de la riqueza pecuaria na- cional. El ejército cubano desde su constitución, se remonta totalmente en los Estados Unidos y los criadores norteame- ricanos perciben por la venta de sus caballos y mulos el oro que debía quedarse en la nación, nutriendo las arcas harto vacías de nuestros campesinos. Quejosos éstos de una preterición que creían injusta se dirigieron al General Me- nocal solicitando se compraran en el país los caballos ne- cesarios a las Fuerzas Armadas. El Honorable Sr. Presi- dente de la República oyó sus quejas y una Comisión de compra recorrió toda la isla encontrando solamente pe- queños grupos de caballos que reunieran las cualidades exigidas en el pliego de condiciones. Tal fracaso, previsto ya por los conocedores de la actual población hípica cuba- na, fué la piedra de toque para que el General Núñez pu- siera en práctica el único modo hábil y rápido de producir en el país caballos adecuados a las necesidades militares. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 45 Con precipitación que hizo más visible y resonante el éxito, se organizó un Concurso Internacional de reproduc- tores y el Estado adquirió algunos ejemplares premiados de las especies equina y bovina que llevados a las Granjas y a la Estación Experimental Agronómica empezaron a di- fundir sus cualidades mejoradoras. Pero esto no bastaba: el campesino que residía lejos de esos centros le era difícil o imposible aprovecharse de la feliz iniciativa del Gobierno y para subsanar esta de- ficiencia fueron adquiridos en los Estados Unidos varios caballos y burros sementales de gran mérito, formándose con ellos paradas ambulantes, cuyo funcionamiento fué tan bien acogido entre los criadores, que para satisfacer sus peticiones se ha importado recientemente y ya presta servicio, otro nuevo lote de reproductores entre los que fi- guran dos hermosos ejemplares de la raza Morgan. Para darse cuenta del entusiasmo despertado en el país por la cría de animales selectos, basta hojear los libros de los Registros genealógicos, creados también por el General Núñez; más que eso, sentir en el campo las frases de agra- decimiento que las medidas de fomento pecuario, hacen surgir del alma campesina. Aun están frescas en mi me- moria las manifestaciones entusiastas del pueblo de Sa- gua la Grande al ser inauguradas por el General Núñez, hoy hace diez días, las obras de la primera Estación Zoo- técnica provincial. Puedo decir que jamás el entusiasmo de un pueblo por una obra que representa un paso de avan- ce en el camino de su prosperidad, ha sido tan efusivo y espontáneamente manifestado, y he de agradecer desde aquí al General Núñez en nombre de mi profesión, pues como Presidente de la Asociación Nacional Veterinaria fuí por él atentamente invitado al acto, la distinción que me hizo designándome un puesto en la comitiva. No olvide nunca el General Núñez el programa que se trazó en el banquete con que fué agasajado en Sagua la 46 ANALES DE LA Grande, en aquel banquete despojado de carácter político por que en él se hallaban los conservadores junto a los liberales que defienden los principios del liberalismo más puro; convierta sus palabras en hechos para no desmentir su actividad característica; no se desvíie de la ruta por él mismo trazada; continúe laborando desde la Vice-Presi- dencia de la República y desde el Senado con más fe aun que desde la Secretaría de Agricultura y habrá marcado una era de paz y de armonía, de prosperidad y de gran- deza para la hermosa tierra cubana y se habrá hecho acree- dor al calificativo de hombre-faro, de aquellos hombres- faros que según el pensamiento de Víctor Hugo, se elevan sobre las multitudes en los días borrascosos de la patria, para señalar la única orientación posible; el camino del engrandecimiento. He de decir por que el mismo General Núñez lo dice, que si su labor ha resultado tan fecunda se debe a haber sido eficazmente ayudado por el Subsecretario Dr. Lorenzo Arias, incansable en su actividad, rico en iniciativas, solí- cito en atenciones, y por el Dr. Bernardo J. Crespo, Jefe de los Servicios Veterinarios, cuya actuación al frente de su Departamento ha sido elogiada por los elementos cu- banos y extranjeros. * E El precio de la carne ha ido elevándose gradualmente en Cuba desde hace pocos años, llegando a convertir en artículo de lujo un alimento de primera necesidad. Pero esta crisis no se limita a nuestro país; es una crisis mun- dial. El stok ganadero ha disminuido en todas las nacio- nes consumidoras, trayendo aparejado como consecuencia lógica el aumento de su valor. Pasad revista a las cotiza- ciones de los principales mercados de carne del mundo y vereis que Cuba no paga los precios más altos, sobre todo, desde que la Comisión de subsistencias los ha regulado. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 47 Siento esta premisa para que en ella se fijen los que pretenden abrir los puertos a la importación de ganado libre de derechos con el fin de abaratar la carne. En este pro- blema hay que considerar las medidas inmediatas que los gobernantes deben tomar para asegurar la inalterabilidad del precio de los alimentos y las que afectan al desenvol- vimiento ulterior de las industrias nacionales, deficientes hoy para hacer frente a la crisis del momento, pero que bajo ningún concepto se pueden colocar en condiciones de infe- rioridad para que en un mañana próximo abastezcan el país y aun envíen productos al extranjero. La libre importación de ganado sería una medida de necesidad inmediata, siempre que se determinase clara- mente que los animales importados tenían como único des- tino el matadero, sin que por ninguna circunstancia pudie- ran ser llevados a los potreros y fincas de crianza. Consentir esto último; abrir los puertos sin fijar las condiciones de importación, es decir, llevar a nuestras fin- cas ganado empobrecido zootécnicamente, sería destruir una labor paciente de mejora que ya va dando óptimos frutos, sin que los beneficios actuales resarciesen los perjui- cios del porvenir. La importación sin restricciones aca- rrearía graves daños difíciles de remediar, facilitando el cruzamiento de nuestro ganado con tipos degenerados, pro- cedentes de países donde la cría se practica sin orden ni mé- todo, y, además, introduciendo como en otro tiempo, a pe- sar de la mayor vigilancia, enfermedades microbianas y parasitarias que constituirían nuevos azotes de la gana- dería cubana. x * * El último censo publicado por la Secretaría de Agri- cultura arroja un total de 3.394,934 cabezas de ganado bovino que representan aproximadamente un valor de $135.000,000. Esta cifra quizá no tenga la exactitud de- 48 ANALES DE LA seable, no por culpa del Departamento de Estadística, sino por el mal funcionamiento de los registros pecuarios y la apatía de los ganaderos que no inscriben las altas y las bajas ocurridas en su hacienda. Como base fundamental de la mejora ganadera hay que hacer una estadística de la población pecuaria, pero no una estadística exclusivamente numérica, sino étnica y des- criptiva, pues tanto más que el número interesa conocer los defectos y bellezas que poseen las especies animales de una de nustras regiones. Mas para que esta operación re- sulte útil y verdaderamente científica, debe ejecutarse con sujeción a instrucciones determinadas en consonancia con los conocimientos de la moderna Etnología zootécnica, per- mitiéndonos así conocer las semejanzas y caracteres dife- renciales que existen entre los tipos de unas y otras co- marcas. La reseña descriptiva de los animales debe 1r acompa- nada del estudio del clima en cada localidad, del grado térmico, hidrométrico y de luminosidad de la atmósfera, de la constitución física y mineralógica de los terrenos, de las condiciones culturales y de los recursos forrajeros, porque el ganado no es más que la imagen del suelo, y sin conocer éste, todo intento de mejora se traduce en pérdida de tiempo, trabajo y capital. Í Con los cargamentos de reses traidos después de la guerra de independencia, se importaron algunas enferme- dades contagiosas que tomaron carta de naturaleza y azo- tan la ganadería produciendo pérdidas sensibles que el Estado debe evitar a toda costa. Es verdad que, desde la creación de la Comisión de Epizootias y la organización del Servicio de Veterinarios de la Secretaría de Agricultura, algo se ha progresado, pero es innegable que los escasos recursos y la falta de una Ley de Epizootias son obstáculos insuperables en la lucha contra el contagio. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 49 La industria pecuaria con sus cinco millones de ca- bezas de ganado de todas las especies que representan un capital de doscientos millones de pesos, constituye una gran fuerza económica acreedora a que los Poderes Públicos de- diquen sus energías a su conservación y mejoramiento, abriéndole nuevos y más amplios horizontes, que aumen- tando su valor, contribuya a elevar la riqueza general de la patria. El Poder Ejecutivo y el Legislativo realizarían una obra meritoria estudiando á fondo y promulgando con ur- gencia una Ley de Epizootias y fomento de la ganadería, y regulando a la vez el aprovechamiento industrial del animal muerto para proteger la salud de los ciudadanos con una inspección rigurosa de las carnes, capítulo este sensiblemente abandonado hoy por los municipios. La Argentina y el Uruguay han podido ser naciones ganaderas abastecedoras del mundo merced a leyes am- plias de Policía Sanitaria Animal, formando los fondos de Epizootias y creando el Seguro obligatorio de las carnes para evitar la ocultación y asegurar la profilaxis de las enfermedades contagiosas desde el momento mismo de apa- NECcL. * * K Quiero terminar rogando nuevamente a los cubanos todos, como portavoz de la Academia en esta noche me- morable, que olviden las rencillas y se abracen como her- manos que son; y que no enturbie jamás el horizonte de la patria, para que Cuba,—orgullosa de sus hijos que sa- ben como nadie trabajar riendo y cantando; que poseen co- mo nadie un corazón grande, sano, noble y generoso, — pueda, realzada su hermosurá y su grandeza, presentarse ante el mundo nimbada de paz y digna de su gloriosa tra- dición. He dicho. TOMO LIV—4 % D0 ANALES DE LA PROGRAMA DE LOS PREMIOS PARA 1918 Premio Doctor Suárez Bruno.—Consistente en un diploma y la cantidad de trescientos pesos moneda oficial, que se otorgará al mejor trabajo que se presen- te sobre los [cteros epidémicos. Habrá además un accesil que consistirá en un diploma y la cantidad de cien pesos en igual moneda. Premio Cañongo.—Consistente en la cantidad de dos- cientos cincuenta pesos moneda oficial, que se otorgará al mejor trabajo que se presente sobre un tema libre. Las memorias de los que aspiren a los premios se reci- birán en la Secretaría de la Academia, calle de Cuba nú- mero 84 A, hasta la sseis de la tarde del 30 de marzo de 1918. Deben ser originales, inéditas, escritas en castellano, inglés o francés; remitirse en pliego cerrado y lacrado con un lema en su cubierta, y sin que por ningún indicio se pueda descubrir al autor. En otro pliego, también cerrado y lacrado, se enviará el nombre y domicilio del autor, con el mismo lema de la memoria en su cubierta. Tanto al Premio Doctor Suárez Bruno, como al Pre- mio Cañongo, podrán aspirar los señores académicos. En la sesión solemne del 19 de mayo de 1918, se efec- : tuará la adjudicación de los premios a los autores de las memorias que resultasen premiadas, destruyéndose en ese acto los pliegos que contengan los nombres de los no agra- ciados. Las memorias presentadas, premiadas o no, serán pro- piedad de la Academia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 51 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 8 DE JUNIO DE 1917 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número: Dres. A, Agramon- te, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, E. Delgado, D. Hernan. do Seguí, E. Moreno, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, F. I. de Vildósola. _ Leídas las actas de las sesiones, pública del 27 de abril y solemne del 19 de mayo, fueron aprobadas. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, acusando recibo, con gracias, de la comunicación en que “se le participa haber sido reelecto Tesorero de esta Academia, durante el bienio 1917-1919. De once señores académicos, solicitando una sesión extra- ordinaria de gobierno, con el objeto de que se nombre una co- misión para proponer las modificaciones que juzguen convenien- tes en el reglamento vigente. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, so- licitando informe sobre UN LIQUIDO O POMADA PARA CURAR LAS QUEMADURAS DE LA PIEL, que se pretende patentar. De la Secretaría de Justicia, remitiendo un ejemplar de la obra COMENTARIOS A LAS LeYyEs DE MARCAS Y PATENTES. De la Secretaría de Estado, remitiendo noticias referentes al Conereso Internacional de Historia de América, que se reu- nirá en Río de Janeiro el 7 de septiembre de 1922, Del Director de Sanidad, acusando recibo de 22 volúmenes de la Biblioteca del Dr. E. B. Barnet, que por tener el sello de la Biblioteca de Sanidad pertenecían a ella. De los Dres. Alacán, García Cañizares y Vildósola, remi- tiendo informe de aprobación de cuentas y documentos de Te- sorería, correspondientes al año académico de 1916 a 1917. Del general Emilio Núñez y Rodríguez, participando ha- ber tomado posesión, el 20 de mayo último, del cargo de Vice- presidente de la República. Salida.—Al Dr. Filomeno Rodríguez y Acosta, participán- dole su elección como académico corresponsal en Matanzas, 52 ANALES DE LA Al Dr. Manuel Menacho y Peirón, íd., íd., íd., en la mis- ma fecha, para igual cargo en Barcelona. Al Dr. José P. Alacán, nombrándolo para la comisión de elosa de las cuentas de la Tesorería de esta Academia, duran- te el año último. Al Dr. Felipe García Cañizares, íd., 1d., íd. Al Dr. Francisco I. de Vildósola, íd., 1d., 1d. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, dándole cuenta de los ante- riores nombramientos, para que ponga a disposición de la ex- presada comisión. los documentos a su cargo. Al mismo, participándole acuerdo de la sesión de gobierno del 27 de abril relativo a cuestiones de Tesorería. Al Director de Sanidad, devolviéndo.:e 22 volúmenes de obras de la Biblioteca del Dr. E. B. Barnet, que por llevar el sello de Sanidad, pertenecían a la Biblioteca de ese depar- tamento. Al Dr. Domingo Hernando Seguí, nombrándolo ponente para que informe sobre un líquido o pomada para curar que- maduras de la piel, que se pretende patentar, a petición de la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo. El Dr. Domingo Hernando Seguí da lectura al informe solicitado por la Secretaría de Agricultura, Comercio y Tra- bajo, relativo a un líquido o pomada para curar quemaduras y que se pretende patentar. Después de leer el ponente los do- eumentos remitidos y de breves consideraciones sobre los mis- mos, concluye manifestando que lo que se pretende patentar, no es nada nuevo. Es una modificación—más perjudicial que conveniente—de un medicamento que desde tiempo inmemo- rial se ha venido usando para el tratamiento de las quemadu- ras con el nombre de Linimento óleo-calcáreo.”* Sometido a votación fué aprobado por unanimidad este informe. Acto seguido el Dr. Juan Santos Fernández dió cuenta del sensible fallecimiento del académico honorario, Dr. Luis María Cowley, ocurrido el 28 de mayo último y le dedicó una nota necrológica en la que expuso a grandes rasgos los mere cimientos del difunto, suspendiendo inmediatamente la sesión pública en señal de duelo y declarando a la Academia cons- tituída en otra de gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 53 INFORME SOBRE UN PRODUCTO FARMACEUTICO POR EL Dr. Domingo Hernando Seguí (Sesión del 8 de junio de 1917) De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, se ha recibido una solicitud de Cédula de privilegio de invención por UN LIQUIDO O POMADA PARA CURAR LAS QUEMADURAS DE LA PIEL, con el fin de que la Academia le dé a conocer su opi- nión respecto a la novedad del preparado que se pretente pa- tentar. La Memoria descriptiva que acompaña a la solicitud, di- ce así, textualmente: ““A todos los que pueda interesar, sabed: Que yo, Vicen- ““te Vallejo, residente en la Habana, Cuba, he inventado un “Líquido o Pomada para curar las quemadas de la piel y te- “idos musculares, producidas por el fuego, por ácidos, agua “hirviendo o por el sol. Este líquido o pomada está compues- ““to de una mezela a partes iguales de enjundia o manteca de “aves y aceite de olivos, de algodón o de almendras, pues cual- ““quiera de los tres aceites puede emplearse indistintamente y “de un quince por ciento de agua de cal, agregándole unas ““gotas de cualquier esencia. ”” El objeto que se persigue con este invento, es curar las quemaduras e irritaciones de la piel, en breve timpo y sin que queden cicatrices o. manchas, como sucede con otros prepara- dos o compuestos análogos, que curan, pero siempre dejan la señal de la quemada. Descripto el invento, relivindico como de invención propia y deseo que la patente recaiga en: Rewindicación. En UN LIQUIDO O POMADA PARA CURAR LAS QUEMADAS DE LA PIEL, compuesta: de partes iguales de enjundia o manteca de aves y acelte de olivo, de almendra 6 de algodón, mezcla- dos indistintamente y agua de cal. Habana, enero 9 de 1917. (F.) Vicente Vallejo. 54 ANALES DE LA La lectura de estos párrafos ha parecido al ponente más eficaz para dar a los Sres. académicos una idea cabal de la clase de producto de que se trata y de la cultura científica de su autor, que cualquier consideración sobre el mismo. Y, prescindiendo de tratar este asunto desde el punto de vis- ta del peligro. que, indudablemente ofrece el poner en manos del vulgo y patentada por el Gobierno, una preparación que sin esterilización de ninguna clase, será aplicada muchas veces so- bre la piel desprovista de epidermis, por no ser este extremo sobre el que consulta la Secretaría. Tengo el honor de proponer a la Academia informe a la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo: Que EL LIQUIDO O POMADA PARA CURAR LAS QUEMADAS DE LA PIEL no es nada nuevo. Es una modificación—más perju- dicial que conveniente—de una medicamento que desde tiem- po inmemorial se ha venido usando para el tratamiento de las quemaduras con el nombre de Linimento óleo-caleáreo. EL DR. LUIS MARIA COWLEY POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 8 de junio de 1917) Señores académicos: - Tengo el triste deber de daros cuenta hoy, de un nuevo compañero desaparecido, el Dr. Luis María Cow- ' ley, miembro honorario de esta corporación desde el 28 de enero de 1894; y uno de los supernumerarios más anti- guos, puesto que ingresó en la Academia como tal el 23 de octubre de 1864, pasando a la categoría de académico de número el 25 de marzo de 1866, hace ya 51 años, para ocupar la vacante que dejara por su fallecimiento, el pri- mer secretario de la corporación, el insigne Dr. Ramón Zambrana. El Dr. Luis María Cowley dejó de existir el día 28 de mayo del corriente año, víctima de un ataque apoplético, según unos, o de una embolia cerebral, según otros, que lo mantuvo pocas horas en cama. Dr. Luis M* Cowley y Valdés Machado Habana: 23 septiembre 1833 — Habana: 28 mayo 1917. y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 55 Nació el Dr. Cowley en la Habana, el 23 de septiem- bre de 1833 y se extinguió, con relativa vitalidad todavía, a los ochenta y cuatro años de edad, siempre en sus fae- nas del profesorado hasta el último momento, pues solo dejó de concurrir dos días a la cátedra de Higiene que desempeñaba asiduamente, desde el 24 de marzo de 1883; que la obtuvo por oposición, ante un tribunal que me cu- po la honra de presidir, como miembro que era de la Junta Superior de Instrucción Pública de aquella época ya remota, hecho que con frecuencia me recordaba el fi- nado rememorando tiempos pasados. Antes había ocupado el Dr. Cowley diversos pues- tos transitorios en la Universidad, pues como su herma- no Dr. Rafael, desde adolescente, la frecuentaba. En ella obtuvo el grado de Bachiller en filosofía y ciencias en 1841 y de Licenciado en marzo de 1870. Fué suplente de la cátedra de Terapéutica en 1862, auxiliar de la Hi- giene Pública en 1865 y de Medicina Legal en la misma época. Vicesecretario de la Facultad de Medicina en julio de 1866 y Secretario de la misma en 1867, 1869 y 1881. Si no fuera por que nunca se encuentra justificada una separación tan tremenda, por lo inexorable, como la que produce la muerte, que corta para siempre los vínculos que nos permitían un día y otro el comercio de las ideas con el desaparecido y la pena forzosa que surge de un viaje inopinado para el que no se está nunca dis- puesto, sino que nos lo imponen, y no se acepta jamás de buen grado por los familiares y amigos, la desapari- ción, en verdad, sin el menor sufrimiento, del Dr. Luis María Cowley revistiriía cierto carácter de austeridad y de grandeza de ánimo después de una vida tan bien apro- vechada, y si las razones que dejamos expuestas, tal pa- rece que tenía el derecho de partir, cuando lo ha realizado con todos los honores, como el héroe que ha estado en mil combates y en el último de ellos, lleno de laureles su- 56 ANALES DE LA cumbe para que la patria le colme de honores y la pos- teridad fije en sus sienes para siempre la diadema de la gloria y el triunfo de la inmortalidad; pero ni así nos re- signamos a despedirle sin pena, aunque le agradezcamos en nombre de la Academia, en primera línea, lo que ha hecho en su obsequio, su labor inmensa que resulta una consecuencia de la ingente promesa que le hizo un día de propender a su engrandecimiento de enaltecerla con su talento y con sus peculiares méritos personales. El Dr. Luis María Cowley heredó de su honorable padre, el Dr. Angel Cowley y Albirde, su dedicación a las ciencias médicas y su devoción por las instituciones pa- trias, pues aunque bajó a la tumba en edad menos avan- zada que su augusto hijo, dejó un nombre orlado de fa- ma que legó a sus hijos, Rafael miembro de esta Acade- . mia, que despedimos también con dolor hace algún tiem- po, y Luis María, cuya desaparición nos acongoja en es- tos momentos. Es más señores: su ejemplo alcanzó a su jo- ven nieto Rafael, nacido de el hijo del mismo nombre que acabamos de mencionar, el que tomó parte en la gue- rra por la independencia-en 1895, como médico militar, y - pagó con su preciada vida, el noble servicio a la patria, que le ha colocado en el número de sus mártires. En su día fueron depositados los restos mortales del llorado patriota en los salones de esta Academia, rindién- dosele el homenaje merecido. El Dr. Luis María Cowley fué siempre un tra- bajador infatigable y me cupo la oportunidad de obsex- varle de cerca cuando formé parte de la Junta de Sanidad Provincial de la Habana, en que hacía prodigios, sin disponer de fondos la Institución, por defender los fue- ros de la Higiene, hollados por todas partes sin el me- nor respeto y sin la persuación por una mayoría, de que todas las medidas profilácticas para evitar la propagación de males remediables, como la viruela, el muermo y tan- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 57 tos otros, que asignaban a esta capital una mortalidad solamente superada por la que ofrecía el Cairo, antes de que los ingleses interviniesen en su administración, no eran más que intentos de perturbar el libre comercio, y fanta- sías de los médicos movidos por fimes ocultos de conve- niencia personal. Sobre todo en la campaña para evitar el muermo humano, que llegó a producir dos o tres defun- ciones mensuales, desplegó el Dr. Luis María Cowley su fervor por los asuntos de la Higiene y aprovechó en be- neficio de ésta los buenos propósitos del Gobernador de la Habana, nuestro paisano el Sr. Rodríguez Batista, que a pesar de haber estado desde niño alejado de Cuba no se extinguió jamás en su alma generosa el sentimiento del patriotismo e hizo cuanto le fué posible por la Higiene en la Habana, asesorado por Cowley y muy especialmen- te en la extinción del muermo, y aunque nada se obtuvo, se mostró de modo irrefutable que alguien sabía cumplir con sus deberes de médico y de cubano en todos los mo- mentos. El Dr. Luis María Cowley, según lo ha podido com- probar nuestro Secretario, el Dr. Le-Roy que en su opor- tunidad dará cuenta de ello, presenta un caudal de pro- ducciones que se eleva a más de trescientos trabajos, en su mayoría sobre Higiene. En los Anales de la Acade- mia y en la Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, se encuentran los más antiguos, los otros, más modernos, en los otros órganos de la prensa médica. Las pruebas de su postrer artículo las corregía el doc- tor José Antonio Presno, para la Revista de Medicina y Cirugía de la Habana en los momentos de su sepelio y en el mismo mes apareció en un nuevo colega Asclepios un interesante trabajo acerca de las medidas higiénicas que debían adoptarse para alcanzar una longevidad útil, y en verdad es que podríamos decir que predicaba con el ejemplo. 98 ANALES DE LA Se ha extinguido, Sres. académicos, un hombre útil, una naturaleza privilegiada para el cultivo de las ciencias. Como perteneciente a la antigua escuela, de otros tiem- pos, al aparecer la bacteriología, le puso sus reparos, la suponía una innovación caprichosa; pero como hombre inteligente pronto se hizo cargo de que era una de las transformaciones más grandiosas que surgian desde Hi- pócrates a la fecha y pronto reconoció sus ventajas y las aceptó con entusiasmo. Su fervor por el magisterio, como a su hermano Ra- fael, lo llevaron más de una vez a una severidad incom- patible con sus sentimientos elevados; de aquí sensibles acontecimientos en que tuvimos que intervenir de algún modo y deplorar. La rectitud del maestro se compagina bien con la piedad hacia el alumno, sin que por eso dess cienda el primero del alto pedestal en que está siempre co- locado. Su amor a la enseñanza que le provocaba, esos insignificantes deslices, servía al mismo tiempo que su inteligencia superior, para colocarle pronto en el camino de la ecuanimidad más completa. Como no habrá esca- pado a vuestra penetración no he pretendido hacer un es- tudio perfecto de la labor del Dr. Luis María Cowley, pa- ra ello necesitaría volver a leer y meditar en sus produc- ciones, muchas de las cuales me son conocidas. Esto de- manda, sin embargo, tiempo, y de el que he dispuesto me ha permitido solo, presentaros una silueta del anciano cate- drático de nuestra Universidad, que hasta el último día de su vida cumplió rectamente los elevados deberes del magisterio, pues del mismo modo que nuestro gran Luz y Caballero aseguraba que una carrera no era sólo un medio para vivir simplemente, sino que envolvía de- beres para con la patria y con la humanidad, así igual- mente, la enseñanza no ha de ser sólo la manera de pro- porcionarse un medio de subvenir a las necesidades de la vida, sino magna senda de compromisos, que sig- _ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA B9 nifica la necesidad de proporcionar esa enseñanza para que el Estado encuentre en los sacrificios que le imponga el magisterio, la compensación de los desembolsos hechos en obsequio de la educación, cualquier que ella sea. El finado tuvo siempre en cuenta esta consideración y al dejar este mundo se le despide con el afecto y la gra- titud al ver que perdemos un trabajador insuperable, un maestro que se desvivió hasta el último momento por trans- mitir a sus alumnos la más pura enseñanza y tiene el le- gítimo derecho de que pidamos con respeto, paz para sus restos inanimados y un consuelo para sus afligidos fa- miliares. He dicho. BIBLIOGRAFIA DEL DR. LUIS MARIA COWLEY POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá EN LA ACADEMIA 1864 1 Antagonismo entre aleunos medicamentos. Memoria pre- sentada en opción al título de Académico Supernumerario. 28 asosto 1864. Anales, €, t. LIT; p. 154-211: V. Anales, t. XLVIT, p. 545. Esta memoria fué informada por los Sres: Jorge Ledo, José F. Ruz y Fernando Valdés y Aguirre en 23 octubre 1864 y está fechada el 3 de dicho mes. Anales, t. LIT, p. 212-217. 1865 2 Informe sobre la Memoria presentada en opción al título de Supernumerario, por el Dr. Ambrosio González del Valle. [Informe sobre el proyecto de un lazareto en la isla]. 28 mayo 1865. Anales, t. XLIX, p. 410-425, Firmaron también este informe los Dres: Luis de la Ca- Me y Antonio Díaz Albertini. 60 2 ) O 10 11 ANALES DE LA Informe sobre el tratamiento de la disentería por el An- derjoa. 12 noviembre 1865. Anales, t. XLIX, p. 455- e La Emulación, t. YI, p. 309-312, Tratamiento del cólera. [Resumen de las publicaciones he- chas recientemente en Francia sobre el tratamiento del cólera morbo].4Anales, t. 1, p. 337-342, 364-374. Diciem- bre 1865. 1866 Informe sobre el tratamiento del cólera por la homeopatía, del profesor Omedes de Viela. 28 enero 1866, Anales, t. XLVIT, p. 806-807, acta. Informe acerca de la memoria presentada por el Dr. Ra- món Luis Miranda en opción al título de Supernumera- rio. [De la anestesia local]. 28 octubre 1866. Anales, t. XLIX, p. 527-538 1867 Informe sobre la memoria de Sauvalle, presentada con opción al título de académico. [Notas sobre algunas plan- tas venenosas o medicinales de la isla de Cuba. Anales t. IV, p. 217-224, 283-291, 331-337] 13 octubre 1867. Ana- les, t. LIT, p. 327-337. Informe en causa por sevicia al negro Bonifacio, para de- terminar si el bejueco curamagúey es o no venenoso, si puede en pequeñas dosis causar la muerte de un indivi- duo y si será venenoso en los perros y gatos. 16 agosto 1867. Trabajos de la Comisión de Higiene Pública y Me- dicina Legal, t. TL, p. 23-48. Estadística de la sala de coléricos del Hospital de San Fe- lipe y Santiago desde el 3 hasta el 24 de noviembre de 1867. 24 noviembre 1867. Anales, t. 1V, p. 340-341. Informe sobre el ungúento del P. Gregorio, de Málaga. (Colaboración con el Dr. M. Vareas Machuca). 24 noviem- bre 1867. Anales, t. LIV, p Discurso de contestación al de ingreso del Dr. José Eduar- do Ramos. [Importancia del estudio de la botánica. médica 13 14 15 16 hi —] — [e9) 19 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 61 y principalmente el de las plantas medicinales indígenas]. 23 febrero. 1868. Anales, t. XLVII, p. 1163. (El discurso del Dr. Ramos se publicó en la Anales, t. IV, p. 453-469). Informe de la comisión de remedios nuevos y secretos. [Es- pecífico de Lezama]. 27 septiembre 1868. Anales, t. VI, p. 200-203; y t. V, p. 272-273, acta. Contestación al discurso inaugural del Dr. Manuel S. Cas- tellanos. [Sobre tisis pulmonar.] 26 junio 1870. Anales, t. VII, p. 316-317, acta. Discurso acerca de la influencia que puedan tener en la salud pública las emanaciones de las materias fecales. 28 agosto 1870. Trabajos de la Comisión, 8, t. TL, p. 473-491. Véase el trabajo del Dr. A. González del Valle, **Lim- pieza de la ciudad a careo del Municipio. Expediente adoptable,*” Anales, t. VI, p. 96-100, que motivó este dis- curso, y la discusión sostenida a propósito del mismo en las ps. 319-323, 371-378, 382-387 y 398-406 del mismo ESO WEL Influencia en la salud general del depósito de basuras cons- tituído en el ingenio Toledo. Informe de la Comisión de Higiene Pública. Ponente el Dr. D. L. C. 13 noviembre 1870. Anales, t. VII, p. 440-458 y p. 418-424, acta. _ Este mismo informe aparece- publicado más tarde [1873] en los Trabajos de la Comisión, 8, t. 1, p. 31-49 con este otro título: **Informe sobre influencia en la salud general del depósito de basuras constituído en el ingenio Toledo””. 1871 Nuevo análisis de las aguas del Almendares. 12 febrero 1871. Anales, t. VIL, p. 603-606. Informe sobre el establecimiento de una tenería en Ma- - tanzas, caserío de la Jaiba. 13 agosto 1871. Anales, t. VIII, p. 164 acta y Trabajos d:, t. 1L, p. 109-114. Informe acerca del cundurango en el tratamiento del cán- cer. 12 noviembre 1871. Anales, t. VII, p. 342-347, acta. Martin-Magron, Anales, VIII, p. 302-304. Entrega de no- viembre de 1871. 62 25) Sd 09 os 28 29 y ANALES DE LA 1872 Discurso de contestación [al imaugural del Dr. Antonio de Górdon y Acosta: “Ensayos sobre el análisis químico e histológico de la sangre en la Beriberi”*] 10 noviem- bre 1872. Anales, t. 1YX, p. 272-279, 283-287. Informe sobre un depósito de petróleo. 8 diciembre 1872. Trabajos de, t: IL, p. 257 [corregida es 297]-301; y Ana- les t. IX, p. 387 acta. Influencia de la mala imstalación y construcción de los es- tablos y caballerizas en el desarrollo de la epizootia ca- ballar. 22 diciembre 1872. Anales, t. 1X, p. 394-395. 1874 Comunicación sobre el retrato del Obispo Espada [dona- do a la Academia por el Ledo. D. José M? de la Torre]. 12 abril 1874. Anales, t. X, p. 421. Cuestiones relativas a la putrefacción de los cadáveres y al reconocimiento de la raza y del sexo. 14 junio 1874. Trabajos €, t. TIL, p. 20-33; y Anales t. XI, p. 39-41, acta. Tributo al mérito [comunicación remitiendo el retrato del Dr. Fernando González del Valle] 11 octubre 1874. Ana- les, Co mp. 2192284) saeta: 1875 informe en un caso de .estupro. 14 febrero 1875. Traba- jos d£, t. UIT, p. 183-185; Anales, t. XI, p. 339-936 acta. Discurso de contestación al inaugural del Dr. José Beato y Dolz sobre **Hemorragias puerperales”” 9 mayo 1875. Anales, t. XII, p. 85 acta. Retrato de Romay. [Comunicación acompañando una car- ta del Ledo. D. Antonio J. Romay, en que éste recsala a la Academia el retrato al óleo de su tío el Dr. Tomás Ko- may]. 13 junio 1875. Anales, t. XIl, p. 87-89, acta. Informe sobre dos heridas de carácter leve complicadas de tétano. 25 julio 1875. Trabajos de, t. TI, p. 484-488; Anales t. XI!L, p. 125-126, acta. 30 31 32. 33 36 31 38 40 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 63 AAA Medidas preventivas contra la propagación del muermo en los caballos y en la especie humana. 12 septiembre 1875. Trabajos d£, t. III, p. 376-382 y Anales, t. XII, p. 159- 160 acta. El jaborandi y la atropina. 10 octubre 1875. Anales, t. XIL, p. 226-227 acta. Profilaxis del muermo. 28 noviembre. 1875. Anales, t. XII, p. 314-317, acta. 1876 Profilaxis del muermo (continúa la discusión del reelamen- to). 23 Enero 1876. Anales, t. XII, p .363-367 acta. Profilaxis del muermo (continúa la discusión del regla- mento) 28. mayo 1876. Anales t. XIII, p. 103-108 acta. Informe y Reglamento profiláctico del muermo (en cola- boración con el Dr. Luis Montané) 13 agosto 1876. Tra- bajos de, t. TI, p. 273-280. [desde la página 274 en ade- lante están erradas, pues la primera lleva el número 281]; Anales €, XIII, p. 213 acta. Cuestión de honorarios. 13 agosto 1876. Anales, t. XIII, [e] ? p. 228-229. Informe acerca del lugar en que deben practicarse las au- topsias judiciales. 14 enero 1877. Anales, t. XIII, p. 471- 474 acta. Informe acerca de una memoria relativa a “La lactan- cia materna, la mercenaria y la artificial”? [en colabora- ción con los Dres.: Tomás J. Plasencia y Agustín W. Re- yes] 13 mayo 1877. Anales, t. XIV, p. 66-78. Informe acerca de la causa de un fallecimiento, e“influjo que en éste tuvieron los remedios propinados por un eu- randero. 26 agosto y 28 octubre 1877. Anales, t. XIV, p. 333 y 449 actas. 1878 Informe relativo a las “Lecciones de Arquitectura” [en- viadas por el coronel Dr. Bernardo Portuondo y Barceló, solicitando ingresar como académico corresponsal] 10 no- viembre 1878. Anales, t. XV, p. 258-259 acta. 64 ANALES DE LA 41 42 44 48 49 20 1879 F. A. Sauvalle [Tributo a su memoria] 9 febrero 1879. Anales, t. XV, p. 366-372 y 411 acta. [Remite una carta del Sr. Miguel Melero, acompañando el retrato del Padre Félix Varela, que pintó para la Academia]. 9 marzo 1879. Anales, t. XV, p. 453, acta. Informe relativo a las condiciones higiénicas de una fá- brica de jabón. 24 agosto 1879. Trabajos d+, t. TIT, p. 320-324; y Anales, t. XVI, p. 176-180 acta. 1880 Sobre la importación de las carnes de cerdo procedentes del extranjero. 25 abril 1880. Trabajos de, t. ón p. 369- 376. Anales, t. XVI, p. 479-485 acta. 1881 Del tiempo que tardó en sanar la herida de J. M. T. 8 mayo 1881. Anales, t. XXIV, p.-232-236; y. t. XVIT, p. 918-519 acta. 1882 Informe acerca de los “Elementos de Higiene Naval”” del Dr. Angel Fernández-Caro [enviada a la Academia en opción al título de corresponsal]. 23 abril 1882. Anales, t, XIX, p. 239-246 y p. 60 acta. Los Cementerios ante la Higiene contemporánea. 14 ma- yo 1882. Anales, t. XIX, p. 61-74 y p. 78-83 discusión en el acta. Sobre la saturación de las tierras de los cementerios. 28 mayo 1882. Anales, t. XIX, p. 84-91; y 93-98 discusión en el acta. 1884 De la falsificación e infeeción de las ostras. Precauciones higiénicas. 10 febrero 1884. Anales, t. XX, p. 383-390; y 451-453 acta. Moción a favor de la Higiene. 10 febrero 1884. Anales, t. XX, p. 412-416; y p. 456-457 acta. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 65 51 Influencia de la Ostricultura en la salubridad de las po- blaciones. 9 marzo 1884. Anales, t. XX, p. 443-447; y p. 475-476 acta. 52 Informe sobre la contaminación de las aguas del río Za- za por los mostos del ingenio Zaza. 27 abril 1884. Anales, t. XX, p. 543-544 acta. 53 Informe respecto a la época en que puede sacarse a los recién nacidos de sus casas. 14 diciembre 1884. Anales, t. XXI, p. 330-332 acta y discusión: p. 332-338. 1886 54 Informe sobre regulación de honorarios. 11 julio 1886, (Inédito). 1887 55 Informe acerca de la extracción de enfermos del Hospi- tal S. Lázaro. 24 abril 1887. Anales, t. XXIV, p. 27-43; y t. XXITI, p. 641-642 acta. 1888 56 Informe sobre establecimiento del alumbrado eléctrico. 11 noviembre 1888. Anales, t. XXV, p. 503-507; y p. 581- 582 acta. 57 Informe sobre la compañía infantil. 25 noviembre 1888. Anales, t. XXV, p. 507-509; y 651-653 acta. RTS 58 Elogio del Dr. Gouzalo Jorrín y Bramosio. 22 enero 1915. Anales, t. LI, p. 594-618; y. 592, acta. [Este fué su últi- mo trabajo leído en la Academia]. 1917 59 Elogio del Dr. Antonio Oliva. (Inédito). TOMO LIV—5 66 ANALES DE LA —] 09) FUERA DE LA ACADEMIA Ciínica Médica. Hotel Dieu. M. Trousseau. Valor diagnós- tico y pronóstico de la expectoración sanguínea. El Eco de París, marzo 1858, p. 12-16; abril, p. 39-41. [Tomado de la Gazette des hopitaux |. Patología. Hematocele retro-uterino. El Eco de, junio 1858, p. 97-102. julio, p. 129-131. Terapéutica. Empleo del emético en alta dosis contra la corea. El Eco de, agosto 1858, p. 171-176. Boletín de Terapéutica. I. Inyecciones de ácido carbónico en el tratamiento de las afecciones del útero. II. Nuevo proceder para operar la ránula. III. Envenenamiento pro- ducido por el ácido arsenioso. IV. Uleeras varicosas: tra- tamiento por el agua clorurada, por M. Nélaton. El Eco d, septiembre 1858, p. 213-216. Clínica oftalmológica. Catarata petrificada, luxada en la cámara anterior del ojo: extracción y curación rápida. lObservado en la Clínica eel profesor Sichel]. El Eco €, octubre 1858, p. 235-237; Clínica quirúreica. Tumores sifilíticos de los músculos y sus anexos. El Eco de, noviembre 1858, p. 274-276; diciem- bre, p. 302-306. 1859 Medicina operatoria. De la traqueotomía. El Eco «e, ene- ro 1859, p. 340-344; febrero, p. 376-381. Antagonismo recíproco entre el opio y la belladona. Tra- bajo leido en la Sociedad de Emulación Médica, París, el 6 de septiembre 1859. La Emulación Médica, París, 25 septiembre 1859, p. 85-90. Este trabajo fué contestado en las sesiones del 5 octubre y 25 noviembre del mismo año, en la expresada Sociedad, según aparece del sieniente artículo: ““El antagonismo en- tre el opio y la belladona no existe”. Contestación al dis- curso del Sr. D. Luis M* Cowley, por A. Frontesa””. La Emulación Médica, p. 122-126; 143-148. 10 11 13 14 15 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 67 Antagonismo entre el opio y la belladona. Réplica al se- ñor Frontesa. Leída en la Sociedad de Emulación Médi- ea el día 30 noviembre 1859. La Emulación Médica, 25 diciembre 1859, p. 174-180; y enero 1860, p. 213-222, Acción fisiológica y terapéutica del curare. Trabajo leí- do en la Sociedad de Emulación Médica de París, los días > y 19 de octubre de 1859. La Emulación Médica, 25 oc- tubre 1859, p. 105-115. 1860 Revista de terapéutica: Propiedades fisiológicas y terapéu- ticas de la delfinina. Medio de prevenir el quinismo. Pro- piedades terapéuticas de la raiz de artemisa común. Tra- tado de la tos ferina por el óxido de zinc. La Emulación Médica, 25 febrero 1860, p. 247-249. Essai sur l'action physiologique et thérapeutique du cu- rare. Thése pour le doctorat en Médecine préséntee et soutenue a la Faculté de Médecine de Paris, par L. M. Cowley, né a la Havane (ile de Cuba). Paris, Rigoroux, imprimeur. 1861. En 4%, 75 ps. 1863 Facultad de Medicina de la Habana. ¿Qué influencia, tan- to favorable como adversa, ha ejercido la Escuela italiana. en el progreso de la Terapéutica y de la Toxicología? Dis- curso para el doctorado, leido y sostenido el lunes 21 de diciembre de 1863, por Luis M. Cowley, Dr. de la Facultad de París. Habana. Imprenta ““La Antilla””, calle de Cuba 5). 1863, en 4%, 32 ps. [En la cubierta lleva la fecha del año 1864]. 1878 Venció la higiene. [Con motivo de la clausura del cemen- terio de Espada y recuerdo de este inolvidable Obispo. | Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, diciembre 1878, t. IV, p. 574-575. Breves reflexiones acerca de las mejoras que reclama la Facultad de Medicina de la Habana. Crónica, noviembre 1878, t. IV, p. 509-518; diciembre, p. 558-565; enero 1879, 68 99 23 25 ANALES DE LA t. V, p. 30-33; febrero, p. 76-719; marzo, p. 134-136; abril p. 132-184. 1879 Nuestro hospital civil. Crónica, enero 1879, t. V, p. 4-6. ¡Paso a la higiene pública! Crónica, febrero 1879, t. V, p. 49-53. ] La nueva Escuela Práctica de París. Crónica, marzo 1879, t. V, p. 97-103. Médicos municipales. Crónica, abril 1879, t. V, p. 145-150. ¿La Viruela nos desola? Crónica, mayo 1819, t. V, p. 193- 199. Nombramiento del Dr. D. Nicolás J. Gutiérrez para el car- go de Rector. Discurso que pronunció al tomar posesión de tan honroso puesto. Felicitación a nombre del claustro, por el Dr. D. José María Carbonell. Manifestación pública hecha en obsequio del nuevo Rector, por los alumnos de la Universidad. Discurso del Dr. D. Antonio Mestre, en noxm- bre de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales y de la Sociedad Antropológica. Crónica, junio 1879, t. V, p. 255-262. Sesión solemne de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. [Reseña de la celebrada el 19 mayo 1879] Crónica, junio 1879, t. V, p. 289-292. Creación de una Clínica de Obstetricia y Ginecología [se refiere a la Clínica de Paula, en la Habana]. Nuestras par- teras. Organización del servicio oficial de vacuna en Lon- dres. Higiene de los hospitales. Crónica, julio 1879, t. V, p. 309-313. Enseñanza de la medicina legal. Instalación de una Mor- sa en esta Capital. Reformas en la de París. Crónica, agosto 1879, t. V, p. 344-351. Medidas dictadas en el Congreso de Richmond, en los Es- tados Unidos de América, para evitar la Fiebre Amari- lla. Crónica, septiembre 1889, t. V, p. 386-394. Enseñanza de la anatomía patológica en nuestra Facultad. Crónica, octubre 1879, t. V, p. 433-435. 27 99 30 31 33 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 69 Medidas y reglamentos adoptados contra la propagación de la viruela en las principales ciudades del mundo civi- lizado. Crónica, noviembre 1879, t. V, p. 481-487; di- ciembre, p. 529-539. 1880 Enseñanza de la Terapéutica general, Farmacología y Ar- te de Recetar. Crónica, enero 1880, t. VI, p. 10-183. Enseñanza de la Higiene pública y privada. Crónica, fe- brero 1880, t. VI, p. 57-61. La secuestración de los leprosos ante la Academia de Me- dicina. Crónica, abril 1880, t. VI, p. 193-195. Estadística mortuoria nosológica. Crónica, mayo 1880, t. VI, p. 265-268. Sesión solemne de la Academia de Ciencias Médicas, Fí- - sicas y Naturales de la Habana. Nueva Circular de la Junta Provincial de Sanidad sobre la Estadística mor- tuoria nosológica. Instalación de un Centro de Vacuna en el seno de la Diputación Provincial. Crónica, junio 1880, t. VI, p. 333-337. . Deereto sobre un nuevo Plan de Estudios. Centro de Va- cuna. Publicaciones destinadas a ilustrar al pueblo sobre las ventajas de la vacuna. Comisiones nombradas para ino- - ¿cular el virus vaeccinal en el seno de los Co egios. Crónica, 34 35 agosto 1880, t. VI, p. 453-455. Reformas universitarias. La vacunación obligatoria en Francia. Frecuentes apariciones del muermo en esta elu- dad. Una visita oficial al Cementerio de Colón. Crónica, septiembre 1880, t. VI, p. 501-507. Elogio del Profesor Andral. Reforma universitaria. Im- portaneia del aislamiento en los essos de viruela. Vacu- na. Medidas sanitarias para evitar la importación de la “viruela en los Estados Unidos. Comisión nombrada para la vacunación en Regla. Muerte por inanición. Oportuna comparación del Dr. Pentterkofer (sic). Crónica, octu- bre 1880, t. VI, p. 557-563. * . 3 Extensión del estudio de la Higiene. Tendencias actuales de su enseñanza. Manera de estudiar la Obstetricia en el / 70 31 39 40 41 43 44 ANALES DE LA extranjero. Inauguración del Congreso higiénico de Tu- rín. Centro de Vacuna. Crónica, noviembre 1880, t. VI, p. 605-611. Inauguración de la Clínica de Obstetricia [de Paula en la Habana] Crónica, diciembre 1880, t. VI, p. 661-664. 1881 donereso higiénico de Turín. Crónica, enero 1881, t. VII, p. 20-23. Higiene pública: La cremación en París. Inerustación de cadáveres en piedras artificiales. Nuevo proceder de inhu- mación según las reglas de la Hisiene. Crónica, febrero 1881, t. VII, p. 48-52. Higiene pública: Exhortación hecha a sus diocesanos y principalmente a las madres de familia, por el Ilmo. se- ñor D. Juan Díaz de Espada y Landa, reproducida por * el Centro de Vacuna, establecido en el seno de la Excma. Diputación Provincial. La Higiene en la retirada de los Diez Mil. Alumbrado eléctrico. Crónica, marzo 1881, t. vil, p. 105-110. s La Higiene marcha. Museo de Higiene de Parkes. Insti- tuto de Higiene de la Facultad de Medicina de Montpe- llier. El pesa niños. Crónica, abril 1881, t. VII, p. 153-161. Sesión solemne de la Academia |Reseña de la del 19 de mayo de 1881]. Crónica, junio 1881, t. VII, p. 253-255. Actualidades higiénicas: El Paludismo. Las tierras car- buncosas. Un nuevo parásito del puerco. La precocidad como, sieno de inferioridad biológica. Crónica, octubre 1881, t. VII, p. 445-448. 1882 Higiene pública. Congreso Internacional de Londres. Cró- nica, enero 1882, t. VIUL, p..11-16; febrero, p. 72-74. Bouillaud. [Artículo necrológico|. Crónica, marzo 1882, t. VII, p. 105-107. El cólera, de 1881 a 1882. Crónica, abril 1882, t. VIII, p. 164-167. 47 48 49 50 51 ACADEMIA DE. CIENCIAS DE LA HABANA 740 Sesión solemne de la Academia de Ciencias Médicas, Fí- sicas y Naturales de la Habana [Reseña de la del 19 de mayo de 1882]. Crónica, junio 1882, t. VIII, p. 257. 1885 Revista de Higiene. Sumario: Lazaretos de animales. Me- didas sanitarias en los casos de defunciones por enferme- dades zimóticas. Sarcófagos de vidrio. Naipes tóxicos. Pa- rásitos de la mosca. Hisiene de los cantantes. La Benefi- cencia y las perillas de tabaco. Comidas fuera de casa. Enseñanza de la Higiene en la Facultad de Medicina de París. Nuevo microbio en el puerco, descubierto por M. Pasteur. La trichina en Prusia. Crónica, febrero 1883, t. IX, p. 52-59. Modo de construir los algibes. Aleibes de Venecia. Por Luis Figuier y traducido por el Dr. Luis M. Cowley. Cró- mica, mayo 1883, t. IX, p. 216-221. Sesión solemne de la Academia |Reseña de la del 19 de mayo de 1883]. Crónica, junio 1883, t. IX, p. 263-264. Cloacas de la Roma antigua. Traducido del Journal d*Hy- giéne. Crónica, agosto 1883, t. IX, p. 397-401; octubre, p. 481-485. Higiene pública. Sumario: El cólera morbo de Egipto en 1883. Nuevas adquisiciones científicas, relativas a la etio- logía y profilaxia del cólera asiático. El cólera de Egipto ante la Academia de Medicina de París. Pronósticos acer- ca de la marcha del cólera recientemente aparecido. Con- egreso de Amsterdam. Inauguración del Congreso Inter- nacional para la protección de la infancia. Crónica, sep- tiembre 1883, t. IX, p. 426-437. Higiene pública. Instrucción popular sobre las precaucio- nes de higiene privada y pública que deberán observar- se en caso de epidemia de cólera, redactada por una Co- misión de la Sociedad de Medicina Pública de París. Me- didas dictadas por el Consejo de Higiene Pública y de Sa- lubridad de París, para el caso de que apareciese el có- lera epidémico. Instrucciones de M. Pasteur sobre el có- lera. «Las comisiones encargadas de estudiar el cólera en Egipto. Crónica, noviembre 1883, t. IX, p. 526-534. 72 QOI Qi 61 ANALES DE LA Revista de Hieiene: Los microbios de la fiebre amarilla. Génesis del parásito de la tuberculosis. Teoría acerca de la producción de la malaria por la picadura de insectos. La leche de los biberones. Influencia del polvo de las bi- bliotecas. Microbio del cólera morbo asiático. Crónica, diciembre 1883, t. IX, p. 589-596. 1884 Higiene: Escuela de Pitágoras. Secta de los Leguministas y Vegsetaristas. Fragmento de una de las lecciones de His- toria de la Higiene, explicadas por el Dr. D. Luis M. Cow- ley, Catedrático de dicha enseñanza en la Facultad de Medicina. Recogida por el Dr. Pedro A. Palma. Crónica, enero 1884, t. X, p. 23-21; febrero, p. 71-75. Revista de Higiene: Las doctrinas de Pasteur ante la Es- cuela de Medicina de París. Del cobre como preservativo del Cólera asiático. Incineración de los restos cadavéricos pertenecientes a los Anfiteatros de Disección. Nuevos es- eritos acerca de la Cremación. La Cremación en Lis- boa. Proyecto de un nuevo Congreso para reformar el régimen Sanitario de Egipto y consolidar el Con- sejo internacional de Alejandría. Informe acerca del Instituto Higiénico de Montpellier. Reapertura del Museo Higiénico de Parkes. Crónica, enero 1884, t. X, p. 28-33. Importancia de la higiene pública. Lección inaugural del Dr. Luis M. Cowley, recogida por el alumno D. Cándido de Hoyos. Crónica, abril 1884, t. X, p. 182-190. Aniversario de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales |Se refiera a la sesión solemne del 19 de mayo de 1884]. Crónica, mayo 1884, t. X, p. 211-914. Epidemiología. El cólera de 1884. Crónica, julio 1884, t. X, p. 339-340; septiembre, p. 406-417. Valor científico de las actuales promesas del cobre como preservativo del cólera. Crónica, agosto 1884, t. X, p. 355- 360. [Carta al “Sr. Dr. D. Braulio Sáenz”” con motivo de la discusión entablada entre los Dres. Arteaga y Casuso, a 64 65 66 67 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 73 propósito de-:la eclampsia puerpueral] Crónica, septiem- bre 1884, t. X, p. 437-439. (Véase la contestación del Dr. Sáenz en el mismo to- mo, p. 494-496). Higiene pública. Cólera de 1884. Los cordones sanitarios ante la Higiene contemporánea. Irresponsabilidad del Ba- cilo coma, como agente productor del cólera morbo asiá- tico. Crónica, octubre 1884, t. X, p. 451-461. Dr. D. José Gúeill y Renté [Con motivo de su muerte]. Crónica, diciembre 1884, t. X, p. 543-545, 1885 Higiene pública. Sumario: Reciente aparición del cólera en París. Conducta que debe observarse durante la exis- tencia de tan terrible mal. Irresponsabilidad del bacilo coma, como agente productor del cólera y su propagación. Crónica, enero 1885, t. XI, p. 22-31. Desaparición del cólera epidémico en París. Crónica, fe- brero 1885, t. XI, p. 55-57. Carnes de cerdo procedentes de los mercados americanos. Crónica, marzo 1885, t. XI, p. 103-108. Facultad de Medicina de París. Lección inaugural del Pro- fesor Bouchardat, acerca de la Higiene individual, tra- ducida por el Dr. Luis María Cowley. Crónica, mayo 1885, t. XI, p. 210-218. Sesión solemne de la Academia [Editorial del mes de ju- nio sobre la del 19 de mayo de 1885]. Crónica, junio 1885, t. XI, p. 241-245. Mordeduras de las serpientes. Crónica, junio 1885, t. XI, p. 262-266. Real Universidad de la Habana. Facultad de Medicina. Programa de las lecciones de Higiene privada explicadas durante el curso de 1884 a 1885, por el Dr. Luis M* Cow- ley. Habana, Imprenta de Howson y Heinen, 1885. En 40 25 páginas. Real Universidad de la Habana. Facultad de Medicina. Programa de las lecciones de Hisiene pública. Explicadas 1 185) -—] -—] 00 - —] 4 : ANALES DE LA durante el curso de 1854 a 1885, por el catedrático de la asignatura, doctor Luis M* Cowley, Habana. Imprenta La Correspondencia de Cuba. 1885. En 4%, 12 páginas. 1886 Desinfección de los anfiteatros anatómicos. Crónica, mar- zo 1886, t. XII, p. 104-110. Cementerio dentro de las poblaciones. Informe de la Jun- ta Provincial de Sanidad, con motivo de una solicitud de la Superiora del Monasterio del Buen Pastor, para esta- blecer un lugar, en el seno del Convento, destinado a in- humar las religiosas que fallezcan en la citada Congrega- ción. Crónica, enero 1887, t. XIII, p. 9-14. [Este informe lleva la fecha del 24 noviembre de 1886]. 1887 - La viruela nos desola. Revista de Ciencias Médicas, Ha-. bana, 5 diciembre 1887. ; Mahoma. Islamismo. El Alcorán. Higiene. Lección del Dr. Luis M* Cowley. Revista de Ciencias Médicas. 20 di- ciembre 1887; febrero, 5 marzo y 5 abril 1888. Higiene Pública. Su importancia. Lección del Dr. L. M. Cowley, recogida por D. Jorge Le-Roy y Cassá. La Se- mana Médica, Habana, 14, 21 y 28 enero 1888 y La Quin- cena Médica, Habana, 15 y 29 febrero 1888. Falso Cow-Poxr. Informe de la Comisión nombrada por la Presidencia del Centro de Vacunación de la Eexma.-Di- putación Provincial, para el reconocimiento de-una vaca que en la quinta la Fraternidad, en San José de las Lajas, se notició existir con Cow-pox expontáneo. Revista de Ciencias Médicas, 5 febrero 1888. . Este informe está fechado en la Habana en enero de 1888 y firmado por los Dres: Rafael Cowley, Pantaleón Machado, Santiago Lluria y Luis M* Cowley, ponente. Paralelo entre la Higiene del pasado y la del presente. Conferencia del Dr. D. Luis M. Cowley, por J. G. Came- ro. La Quincena Médica, Habana, 15 marzo 1888. lo) 33 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 75 1889 Vacunación. obligatoria. Revista de Ciencias Médicas. 20 agosto 1889, t. IV, p. 186-187. 1892 Paralelo entre la Higiene del pasado y la del presente. Leeción recogida por el alumno D. Juan Arnaldo. Revis- ta de Ciencias Médicas. 20 mayo, 5 junio 1892, t. VII, p. 110-111, 126-127. Higiene Municipal. Gaceta Médica Municipal. Habana, 15 junio 1892, p. 3-5. Higiene Municipal. Edificación y desaseo de nuestras ha- bitaciones. Gaceta Médica Municipal. Habana, 15 julio y 15 septiembre 1892, p. 13-15, 28-29. ¿El cólera puede trasmitirse por las mercancías? Gaceta Médica Municipal. Habana, 15 diciembre 1892. p. 665. 1893 Importancia del agua en las poblaciones. Gaceta Médi- : ca Municipal. Habana, 15 enero 1893, p. 75-76. Lazareto flotante. Informe aprobado por la Junta Pro- vincial de Sanidad. 15 febrero 1893. Gaceta Médica Mu- nicipal, marzo 1893. p. 101-103. Higiene escolar. Gaceta Médica Municipal, mayo 1893. p. 123-124. Participación Oficial de. las Enfermedades Infecciosas. Gaceta Médica Municipal, janio 1893, p. 135-136. Junta Provincial de Sanidad. Informe sobre el mal esta- do del arroyo Charco Hondo, a causa de un Alambique del Ingenio Central Cayajabos, leido y aprobado por di- cha Junta. Gaceta Médica Municipal, junio y julio 1893, p:137-188, 146-147. Este informe está fechado el 29 de marzo 1893 y fir- mado por Isidro S. Rivas y Dr. Luis M. Cowley. 89 90 91 93 94 - ANALES DE LA 1894 Higiene privada. Lección del. Dr. L. M. C. Influencia hi- viénica que ejercieron los escritos de los Santos Padres de la Telesia. La Abeja Médica, Habana, diciembre 1894, t. TI, p. 144-146. 1893 Lactancia paterna. Lección del Dr. D. L. M. C... Reco- gida en Cátedra por el alumno D. Eloy Padrón y Padrón. Rev. de Cien. Méd., 5 agosto 1895, t. X, p. 176-177. 1895-1896 Junta Provincial de Sanidad de la Habana. Estadística demográfica sanitaria de la Provincia. Habana. Imprenta La Comercial, 1895-1896, cuadernos en folio. |Cita de C. M. Trelles, Bibliografía Cubana del siglo XIX, t. VIII, SAN dE En la Gaceta Médica Municipal se publicaron los esta- dos correspondientes a los matrimonios, nacimientos y de- funeiones de varios meses. 1899 La muerte real y la muerte aparente. Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, 25 septiembre 1899, t. IV, p. 337-344. Este trabajo lo reprodujo la Independencia Médica, de Barcelona. Peste bubónica en Europa. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 y 25 nov. y 10 dic., 1899, t. IV, p. 427-432, 452-458, 1599-1900-1901 Legislación sanitaria comparada de los diversos países del mundo. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., desde 10 julio 1899 hasta 10 enero 1901, t. IV, p. 211-214, 233-237, 264- 267, 311-314; 4, V.: p. 10115; 122-125, 142-145. 237-238, 259-262, 273-278, 427-434, 492-496, 512-516, 532-536, 553- 557, 579-584; t. VI, p. 8-10, [aquí dice continuará, pero no hay ningún artículo más sobre esta materia]. 95 96 97 99 102 103 104 105 106 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA “7 1900 Seroterapia antivariólica. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 julio 1900, t. V, p. 345-548. Ensayos de Seroterapia antivariolosa publicados en el tra- tado de la vacunación moderna por Marcial Hublé, Tra- ducido por el Dr. L. M. C... Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre 1900, t. V, p. 456-459. 1901 El higienista [Dr. S. Baret, Journal d*Hygiene|. Tradu- cido por el Dr. L. M. C... Rev. de Med. y Cir. de la Hab., Enero IIA ATAN TE po O s2L, Vacuna. Pulpa vaccinal elicerinada envejecida. Organiza- ción de un Centro de Vacunación Municipal. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 septiembre 1901, t. VI, p. 429-431. Vacuna de cabra. Rev. de Med. y Cvr. de la Hab., 25 octubre 1901, t. VI, p. 496-497. 1902 Acerca del caldo común. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 febrero 1902, t. VII, p. 81,84, El higienista actual. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 ju- lio 1902, t. VIL.p. 317-320. Vacuna experimental. Identidad entre la viruela y la vacuna. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 agosto 1902, t. VIT, p. 340-344. Depuración del suelo bajo el punto de vista de la salud pública y de la agricultura. Rev. de Med. y Cir. de la Habs 25 agosto 1902, 4 VIL p.311-392. Vacunación en los países cálidos. Revista Médica Cubana, Habana, 1? septiembre 1902, t. I, p. 168-170. El azúcar como alimento. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 septiembre 1902, t. VII, p. 403-406. El huevo como alimento. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 octubre 1902, t. VIT, p. 455-461. 8 ANALES DE LA 109 110 049 4. 112 114 115 Este trabajo ha sido reproducido en la Independencia Médica, de Barcelona, y en la Escuela de Medicina, de - México. El Dr. Raimundo de Castro y Allo. Rev. Méd. Cubana, 15 noviembre 1902, t. I, p. 331-333. La fosa común. La eremación. Rev. Méd. Cubana, 15 di- ciembre 1902, t. I, p. 406-413. 1905 El pescado como alimento. Rev. Méd. Cubana, 15 enero 1903, t. II, p. 52-59. Necrología. D. Vicente Benito Valdés. Rev. Méd. Cubana, 12 Junio, 1908, 1. IE p+ 312-314. El Dr. Fernando González del Valle. [2% aniversario de su muerte]. Rev. Méd. Cubana, agosto 1903, t. TIT, p. 124-130. De la decadencia de la vacunación anti-variolosa con la vacuna animal. Por los Dres. Beniot y Roussel. Traducido por el Dr. L. M. C... Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 y 25 septiembre y 10 octubre 1903, t. VIII, p. 386-890, 412-415, 431-439. León Rostan. Rev. Méd. Cubana, octubre y noviembre 1903, t. III, p. 240-247, 313-316. 1904 Las ostras. Lección recopilada por el alumno Sr. J. M. Fortún. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1904, Xp 1208-215: Agua destilada en calidad de bebida. Lección del Dr. L. M. C..., recopilada por el alumno Sr. J. M. Fortún. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 mayo 1904, t. IX, p. 246-249. Las ranas como alimento. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1904, t. IX, p. 292-295. Asilos cunas. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 julio 1904, t. TX, p. 330-335. 118 119 120 121 123 124 126 127 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 79 1905 Queso. Cátedra de Higiene. Lección recogida por el alum- no Rafael Nogueira y Udaeta. Rev. de Med. y Chr. de la Hab., 10 abril 1905, t. X, p. 119-125. Cátedra de Hisiene. Mantequilla. Lección recogida por el alumno Daniel Saínz Bencomo. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 junio 1905, t. X, p. 265-274. Este trabajo fué reproducido en la Crónica Médica, de Lima, Perú. Trasmisión de la fiebre tifoidea por las moscas. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 agosto 1905, t. X, p. 366-370. Higiene del beso. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 octubre 1905, t. X, p. 541-543. 1906 Condimentos en general. Lección de la Cátedra de Hi- giene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 agosto 1906, t. XI, p. 298-305. Condimentos salinos. Cloruro de sodio (sal marina, sal gemma, sal de cocina). Lección de la Cátedra de Hi- viene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre 1906, t. XI, p. 343-351. Condimentos azucarados. El azúcar. Lección de la Cá- tedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 octubre 1906, t. XI, p. 385-396. Condimentos azucarados. Glucosa. Levulosa. Sacarina. Lección de la Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 noviembre 1906, t. XI, p. 425-429. Influencia del calor atmosférico bajo el punto de vista so- clal y moral. Conferencia del Dr. L. M. C..., recogida por el alumno Joaquín A. Tristá. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 diciembre 1906, t. XI, p. 479-484. 1907 El frío desde el punto de vista social. Lección recogida por el alumno D. Alberto Recio. Rev. Méd. Cubana, abril 1907, t. X, p. 186-189. 131 134 136 137 ANALES DE LA Diversas clases de leches. Leche: de mujer. Lección reco- eida por el alumno Alberto Recio. Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1907, t. XIL p. 254-258. Leche de burra y leche de yegua. Koumis. Lección reco- ida por el alumno Manuel A. Serra. Rev. Méd. Cubana, julio 1907 t. AGE; p. 19:25: Condimentos azucarados. La miel de abejas. Lección de la Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 agosto 1907, t. XII, p. 382-389. Higiene de las iglesias. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 noviembre 1907, t. XII, p. 517-521. 1908 Limpieza del polvo en las habitaciones. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 enero 1908, t. XIII, p. 26-27. Este trabajo se publicó también en la Semana Médica, de Buenos Aires. : La cryoscopia en la asfixia por sumersión. Cátedra de Medicina Legal. Lección recogida por el alumno Nicolás Vesa y Sansaric. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mar- 20 1908 Apis): Hipogalaxia. Galactógenos. Cátedra de Higiene. Lección recogida por el alumno Sr. Solano Ramos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1908, t, XIII, p. 140-145. - La trufa. Cátedra de Higiene. Lección del Dr. L. M. C... Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 septiembre 1908, t. XP 3 o7e3Bb: Frutos. Frutos ácidos. El limón. Cátedra de Higiene. Lección del Dr. L. M. C... Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 octubre 1908, t. XIII, p. 410-420. Cátedra de Higiene. Lección inaugural del curso de 1908 a 1909. Recogida por el alumno Bienvenido Benach. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 noviembre 1908, t. XITI, p. 202-509. ¿La Higiene es ciencia o arte? Conferencia en la Cátedra de Higiene, recogida por el alumno Arturo E. Moreno. Rev. Méd. Cubana, noviembre 1908, t. XIII, p. 271-2973. 139 140 143 144 145 146 147 148 149 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 81 1909 Mal de las montañas. Cátedra de Higiene. Lección reco- sida por el alumno Braulio Sáenz Ricart. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 enero 1909, t. XIV, p. 20-26. El arte culinario ante la higiene. Lección de la Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 febrero 1909. t. XIV, p. 107-112. Condimentos en general. Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 marzo 1909, t. XIV, p. 156-162. Condimentos extrínsecos de orden moral. Lección de la Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 abril.1909, t. XIV, p. 222-225, La cuaresma ante la higiene. Resumen del Dr. L. M. €... sobre la tesis que con este título redactó el alumno Cecilio Acosta en la Cátedra de Higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1909, t. XIV, p. 242-246. Conferencia acerca de la profilaxia de las enfermedades contagiosas. Recogida por el alumno Francisco S. Beltrán. Rev. Méd. Cubana, mayo 1909, t. XIV, p. 312-321. Consejos profesionales. Leceión del Dr. L. M. C... [Cá- tedra de Higiene y Medicina Legal| al terminar el curso de 1908 a 1909, recogida por el alumno Sr. Rafael de Ori- huela. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1909, t. XIV, p. 302-306. . Objecciones contra la higiene. Cátedra de Higiene. Lec- ción del Dr. L. M. C..., recogida por el alumno Carlos Roca y Casuso. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 julio 1909, t. XIV, p. 345-350. Ministerio de salud pública. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 octubre 1909, t. XIV, p. 581-590. Recogida de basuras en las calles. Depósitos destinados a contener esos residuos domésticos. Rev. de Med. y Car. de la Hab., 10 noviembre 1909, t. XIV, p. 631-659. Cátedra de Higiene. Lección inaugural, recogida por el alumno Octavio Coronado y Madan. Rev. de Med. y Car. de la Hab., 25 noviembre 1909, t. XIV, p. 665-678. TOMO LIV—6 02] (8) ANALES DE LA 150 151 152 153 154 159 Profilaxia de las enfermedades infecelosas de los países cálidos. Conferencia de la Cátedra de Higiene Pública de la Escuela de Medicina, recogida por el alumno Alberto M. Betancourt. Rev. Méd. Cubana, diciembre 1909, t. XV, p. 320-324, 1910 La muerte. Cátedra de Medicina Legal. Fraemento de una lección del Dr. L. M. C..., recogida por el alumno Ma- nuel A. Ramírez. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 enero 1910,.4. XV, p: 33-31. Combustión humana espontánea. Lección del Dr. L. M. Cowley, recogida por el alumno L. Mederos. Estudio His- tórico-crítico. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 marzo IA O A cal ojo lo Los pisos de los hospitales. Cátedra de Higiene. Lección recogida por el alumno A. Betancourt. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1910, t. XV, p. 221-226. Cátedra de Higiene y Medicina Legal. Lección del Dr. L. M. C...,.al terminar el curso de 1909 a 1910, recogida por el alumno Leopoido Figueroa. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 mayo 1910, t. XV, p. 308-313. Roberto Koch, [con motivo de su muerte]. Rev. de Med. y Cir: de la Hab., 10 ¡¿ulio. 1910, t. XV, p. 424-428, Lección inaueural de la Cátedra de Hieiene. Recogida por el alumno José María Madan. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 noviembre 1910, t. XV, p. 654-661. La moral ante la hieiene. Cátedra de Higiene. Lección recogida por el alumno Gustavo Varona. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 noviembre 1910, t. XV, p. 698-701. 1911 Conferencia sobre la definición de la Higiene. Lección re- cogida por el alumno José María Bernal. Rev. Méd. Cu- bana,, enero -1911 4: A VMIIL p. 23-29. Dr. Pablo Brouardel, [con motivo de su muerte]. ftev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1911, t. XVI, p. 182-188. | 4 | | ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 83 160 161 163 164 165 168 169 ¿El caldo es una bebida alimenticia? Conferencia cele- brada el día 20 de abril de 1911 por el alumno Sr. Fer- mín Figueroa Rivera, en la Cátedra de Higiene y Medi- cina Legal, bajo la moderantía del Dr. L. M. C... Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1911, t. XVI, p. 237-244. Al propósito de un fallo judicial. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 mayo 1911, t. XVI, p. 261-268. [Se refiere a la condena del cirujano del Hospital Beau- jon, de París, a pagar 5,000 francos por daños y perjuicios a una enferma en cuyo vientre se dijo había dejado ol- vidadas dos compresas de un metro de largo y treinta cen- tímetros de ancho]. Traslación de los cadáveres a las iglesias y exequias de cuerpo presente. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1911, t. XVI, p. 289-293. La nueva Morgue e Instituto Médico Legal de París. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 agosto 1911, t. XVI, p. 409-412, ' El cólera y las moscas. Rev. de Med. y Cw. de la Hab., 25 agosto 1911, t. XVI, p. 433-440. Informe sobre el proyecto de traslación del necrocomio a la Escuela de Medicina. Leído y aprobado por unanimi- dad en la Facultad de Medicina el día 23 de febrero de 1911. [Está fechado el 28 de febrero]. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 septiembre 1911, t. "XVI, p. 463-470. El perro sanitario. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre 1911, t. XVI, p. 491-499. Causas y profilaxia de la apendicitis. Rev. de Med. y Car. de la Hab., 25 octubre 1911, t. XVI, p. 557-563. Por montes y por valles. Intervención del Estado en el terreno de la higiene individual. La pluma bajo el punto de vista higiénico. Influencia nociva de la existencia de los animales domésticos en las casas. Archivos de Medi- cina Interna, Habana, octubre 1911, t. 1, p. 23-25. Cátedra de Higiene. Leceión inaugural por el Dr. L. M. C... Recogida por el alumno Angel Clarens. Rev. de S4 : ANALES DE LA Med. y Cir. de la Hab., 10 diciembre 1941, t. XVI, p. 658-665. 170 Museo de higiene de la ciudad de París. Archivos de Me- dicina Interna, diciembre 1911, t. 1, p. 56-57. 1912 171 Moderna Lutecia. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 enero, 1912.44 XVUL. pp. ALS. 172 ¿Cómo envejecemos? Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 febrero 1912; t. XVIL, p. 67-73. 173 La vacunación contra la fiebre tifoidea. [Ante la Acade- mia de Medicina de París]. Rev. de Med. y Cir. de la Hab: 25 febrero 1912, 4. XVIUL p. 99-103. 174 El cólera morbo asiático de Marsella en 1911. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 marzo 1912, t. XVIT, p. 131-141. 175 Guerra contra las moscas. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 abril 1912, t, XVHL, p. 228-238. : 176 Ruidos y gritos en las ciudades. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1912, t. XVII, p. 248-254. 177 Por montes y por valles. Perla de erudición sobre la Pa- > tología animada. Mierobio del bostezo. Vibriones colé- ricos. Patogenia del Raquitismo. Embarazo de mujeres jó- venes. Lavado de billetes de Banco. Leche de cabra. Con- taminación de la mosca por el virus de la poliomielitis. Archivos de Mediemna Interna, mayo 1912, t. Ll, p. 139-141. 178 Saneamiento de la muerte. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1912, t. XVIT, p. 301-312. 179 Un octogenario padre de dos gemelos. Rev. de Med. y Cir. de la: Hab., 25 jumo 1912, t. XVIL, p. 327-331. 180 ¿Barrido de las toxinas? Por el Dr. M. de Fleury. Tra- ducido por el Dr. L., M. C... Archivos de Medicina In- terna, junio. 1912, 4. T, 9 0155-157. 181 Casas infecciosas. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 ; julio 1912, t. XVITL -p. 368-376. J 1 182 Peligros higiénicos en las calles. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 julio 1912, t. XVII, p. 391-396. 183 184 185 189 190 1911: 192 193 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 85 Episodio sobre la peste, [recuerda el descrito por Des- ceennettes al inocularse el pus de un bubón de pestoso con- valeciente y trata sobre la inmunidad y la vacunación y de la seroterapia]. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 agosto 1912, t. XVII, p. 422-436. Teoría parasitaria en el siglo XVII. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre 1912, t. 517-524. Guerra contra las ratas. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 octubre 1912, t. XVII, p. 531-546. Lección inaugural de hisiene. Curso de 1912 a 1913. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 noviembre 1912, t. XVII, p. 635-6458. Sudor de los tuberculosos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 diciembre 1912, t. XVII, p. 672-674. Congreso internacional de educación física. [París, 7 marzo 1913|. Rev. de Med. y Cir. de: la Hab., 25 diciembre AAA VE pp: 092-699, LITO Nueva teoría de la patogenia del mal de las montañas. Investigación sobre la quinina. (Nota de higiene). Rev. de Med. y Cir. de la. Hab., 25. enero, 1913; 2. XVIULL, p. 33-99. Congreso internacional de higiene escolar en Buffalo. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 febrero 1913, t. XVIII, p. 62-67. Sociedad científica de higiene alimenticia. Rev. de Med. y Cor. de.la Hab., 10 marzo 1913, t. XVILL, p. 126-131. Las ostras. Su responsabilidad como propagadoras de la fiebre tifoidea. Procedimiento destinado a evitar tan grave mal. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1913, t. XVIII, p. 180-187. Escupideras para tuberculosos. Lección recogida por el alumno Sr. Fernando Plazaola [en la cátedra de higie- ne]. Rev. Méd. Cubana, abril 1913, t. XXIIL, p. 210-218. 86 194 195 196 199 200 201 202 203 204 205 206 ANALES DE LA Cátedra de higiene y medicina legal. Consejos profesio- nales. Publicados por el alumno Sr. Félix Hernández. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 mayo 1913, t. XVIII, p. 249-262. La prostitución entre nosotros. Ante la Junta Nacional de Sanidad. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1913, t. XVIII, p. 276-284. La chinche de cama como trasmisora de enfermedades in- fecciosas. Rev. de Med. y Cir de la Hab., 25 junio 1913, II 01-307 La fiebre tifoidea vencida. fiev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 julio 1913, t. XVIII, p. 338-342. Los animales domésticos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 julio 1913, t. XVIIL, p. 360-365. f- Inspección higiénica de las escuelas. Rev. de Med. y Car. de la Hab., 25 agosto 1913, t. XVIII, p. 407-416. | La fosa común. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 sep- tiembre 1913, t. XVITI, p. 446-459. : Higiene práctica y fisiológica del aviador y del aeronauta. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre, 10 octu- bre 1913, t. XVIII, p. 475-483, 489-498. Cátedra de Higiene. Lección inaugural del curso acadé- * mico de 1913 a 1914. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 29 octubre 1913, t. XVIII, p. 524-540. Proceso contra las moscas. Procedimientos para evitar sus peligros. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 diciembre 1913, t. XVIIL p. 612-621. La luz fría. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 diciembre * 1913, t. XVIII, p. 640-644. 1914 Helioterapia. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 enero 1914, t. XIX, p. 18-27. Elogio “póstumo del Dr. Ambrosio González del Valle y Cañizo. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 enero 1914, t. XIX, p. 41-57. 189) =>) -—] 210 213 | 550) Li —] ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 87 Centenario de Parmentier. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 febrero 1914, t. XIX, p. 97-103. La sangre en calidad de alimento. Rev. Med. Cubana, febrero 1914, t. XXIV, p. 81-89. El Kala Azar o peste de las Indias. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 marzo 1914, t. XIX, p. 134-138; Archivos de Medicina Interna, abril 1914, t. III, p. 37-88. Alimentación vegetal. Cátedra de Higiene. Lección reco- gida y publicada por el alumno Florencio Nadal. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 marzo 1914, t. XIX, p. 157-169. Régimen animal o azoado. Cátedra de Higiene. Lección tomada por Ernesto R. de Aragón y del Pozo. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25.abril 1914, t. XIX, p. 209-220. Higiene del pueblo. Propaganda por carteles fijados en las esquinas de las calles. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1914, t. XIX, p. 249-254. Cátedra de Higiene. Lección de despedida con motivo de la terminación del curso de 1913 a 1914. Recogida por el alumno D. Vicente Pardo Castelló. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1914, t. XIX, p. 300-322. Profilaxia de la peste. Cátedra de Higiene. Lección re- cogida por el alumno D. José Ramírez Olivella. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 junio 1914, t. XIX, p. 329-345. Protección contra la peste y las enfermedades trasmisi- bles por las ratas e insectos por medio del aparato Marot. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 agosto 1914, t. XIX, p. 417-425. Barrido de las vías públicas. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 agosto 1914, t. XIX, p. 444-448, Notas científicas diversas. Enfermedades trasmisibles por las moscas. Liga sanitaria contra la mosca y la rata, en Pa- rís. Eficacia del suero antitetánico. Inyeeciones hipodérmi- cas purgantes. El mierobio del reumatismo articular agu- do. Bosquejo de la higiene antieua y moderna. Rev. Méd. Cubana, agosto 1914, t. XXV, p. 61-72. Dr. José Atanasio Valdés y Arango. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 septiembre 1914, t. XIX, p. 468-476. 88 219 ANALES DE LA El Dr. Fernando González del Valle y Cañizo. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre 1914, t. XIX, p. 487-500. El automovilismo ante la higiene. Sus peligros e inconve- . nientes. Medio de aminorarlos. Rev. Méd. Cubana, septiem- bre 1914. 3, XXY, p: 107-115: E Los depurativos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 octu- bre 1914, t,; XIX, p. 513-522, Cátedra de Higiene. Lección inaugural del curso de 1914 a 1915. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 noviembre 1914, t. XIX, p. 562-569. a La higiene ante la actual guerra en Francia. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 diciembre 1914, t. XIX, p. 605-611. 1915 El aseo individual en los países intertropicales. Cátedra de Higiene. Lección del Dr. L. M. C... Recogida por el “alumno Sr. Octavio Montoro y Saladrigas. Archivos. de 229 226 229 230 Medicina Interna, enero 1915, t. IV, p. 34-37. El tétanos de los: heridos franceses. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 marzo 1915, t. XX, p. 108-113. Cátedra de Higiene. Lección de despedida a los alumnos del curso correspondiente al año académico de 1914 a 1915. Pronunciada por el Dr. L. M. C. y recogida por el alumno Gustavo García Montes. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 Junio 1915, t. XX, p. 231-237. Lección sobre '*El café””. Recogida por el alumno A. Frías. Rev. Méd. Cubana, junio 1915, t. XXVI, p. 182-189. El arroz. Lección recogida por el alumno Evelio Cañizares. Rev. de Med. y Cir. de la Hab, 10 julio 1915, t. XX, p. 291-298. Policías bromatológicos. Alteraciones y sofisticaciones de las sustancias alimenticias. Leche. Asclepios, Habana, 1? septiembre 1915, vol. I, p. 42-47. La higiene y la medicina ante la guerra actual. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 septiembre 1915, t. XX, p. 413-422. , 231 232 233 234 235 236 231 244 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 89 Baños públicos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 octu- bre 1915, t. XX, p. 438-443, La salud obtenida por la risa, por el Dr. Cabanés. Tra- ducida por el Dr. L. M. Cowley. Asclepios, Habana, 1' diciembre 1915, t. I, p. 130-136. Peligros que crean contra la salud los animales domés- ticos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 diciembre 1915, t. XX, p. 544-552. 1916 Influencia social de la cocina. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 enero 1916, t. XXI, p. 37-42. El Dr. Manuel Piedra. Asclepios, Habana, 1? mayo 1916, t. Il; p. 169-172. Sopa. Cátedra de Higiene. Lección del Dr. E. M. C..., recogida por el alumno Oscar Esparza. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1916, t. XXI, p. 196-201. La voluntad como recurso poderoso de la terapéutica y la higiene. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 julio 1916, t. XXI, p. 280-285. El Dr. José Pulido Pagés. Asclepios, julio 1916, t. II, p. 281-286. Antigúedad y profilaxia de la apendicitis. Rev. de Med. y Cir..de la Hab., 25 agosto 1916, t. XXI, p. 345-358. Cátedra de Higiene, Lección inaugural del Dr. L. M. C... Recogida por el alumno Misuel Alvarez Miari. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 octubre 1916, t. XXI, p. 458-467. Higiene del hígado. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 noviembre 1916, t. XXI, p. 479-496. Dr. Simón Vicente de Hevia. Asclepios, noviembre 1916, t. IT, p. 469-475. Régimen hídrico en las afecciones de las vías digestivas. Cátedra de Higiene. Lección recogida por el alumno Sr. V. M. Pérez Lerena. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 diciembre 1916, t. XXI. p. 573-578, Reino del frío. Rev. Méd. Cubana, diciembre 1916, t. XXVII, p. 504-507. ? 90 ANALES DE LA 245 246 247 248 249 250 1917 La erytropsia. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 enero LIVE AAA sal Mejoramiento de la raza. Por el Dr. Bosement. Traduci- do por el Dr. L. M. C... Asclepi0s, enero 1917, t. IE p. 13-15. Nihil novum sub sole. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 marzo 1917, t. XXII, p. 114-118. El sol y el mar. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 marzo 1917,.4. XXITIT + p. 138-143. Consejos para vivir viejo. Asclepios, marzo 1917, t. UI, p. 115-120. A La eutanasia. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1917, t. XXII, p. 160-164. Mierobios curativos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 abril 19 AX pp a9Z 108: Higiene de los que no duermen. Rev. Méd. Cubana, abril 1917, t. XXVULp. 176-18€ Régimen alimenticio de los estreñnidos. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 23 mayo 1917, t. XXII, p. 254-262. La cremación ante los Tribunales de Justicia. Rev. Méd. Cubana, mayo 1917, t. XXVIIL p. 238-242, El Fruitarismo. Rev. Méd. Cubana, junio 1917, t. XXVIII, p. 297-303. El mal de amor y sus remedios. Asclepios, junio 1917, t. TIT, p. 263-269. Estos dos últimos trabajos se publicaron después de la n muerte del Dr. Cowley, y aun quedan en poder del Dr. Le-Roy, aleunas otras contribuciones, entre ellas el Elogio del Dr. Antonio Oliva y Pinillos para la Academia de Ciencias. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 91 EXTRACTO DEL EXPEDIENTE PERSONAL DEL DR. LUIS M” COWLEY TITULOS PROFESIONALES Y ANTECEDENTES CIENTIFICOS Y LITERARIOS 10 agosto 1841.—Grado de Bachiller en Stienciis Philophiae, con nota de aprovechado. Firmado el título por el Rector, Dr” Manuel Gómez Marañón y el Secretario, Manuel San- jurjo. Jueces del grado: Manuel González del Valle, De- cano; Thomas Mathias, Canciller; Josephus Lolo, Maestro de ceremonias y Josephus Lago, Janitores. 19 abril 1861.— Diploma de Doctor en Medicina de la Facultad de Medicina de la Facultad de París. |[Thése: Essai sur l'action physiologique et thérapeutique du curare.] 8 julio 1861.—Bachiller en la Facultad de Medicina, Sobresa- liente. Diploma del Rector de la Universidad Central, ex- pedido en Madrid el 10 julio 1861. 11 julio 15861.—Licenciado en Medicina y Cirugía. Sobresalien- te. Título expedido por el Ministro de Fomento, en Madrid el 30 agosto 1861. 21 diciembre 1865.—Ejercicio del grado de Doctor eu Medici- na y Cirugía con nota de Sobresaliente, en la Universidad de la Habana [Tésis: ¿Qué influencia, tanto favorable co- mo adversa, ha ejercido la Escuela italiana en el progreso de la Terapéutica y de la Toxicología?|. Investidura de este grado el 24 enero 1864, y expedición del título el 19 enero 1881. 9 marzo 1870.—Ejercicios para el grado de Licenciado en Fi- losofía, Sección de Ciencias Naturales, de la Universidad de la Habana, Sobresaliente. 74 4 noviembre 1862.—A propuesta del Cláustro General se le nombra Suplente del catedrático de Terapéutica, de la Real Universidad de la Habana. 29 abril 1864.—Se le designa para desempeñar la cátedra de Terapéutica, por enfermedad del propietario, Dr. Antonio Oliva. 92 ANALES DE LA 4 junio 1864.—Juez Real Delegado para presenciar los exámenes 12 26 10 14 de las asignaturas de ampliación. abril 1865.—El Gobernador General le admite la oferta de servir gratis una de las cátedras de la Facultad de Medi ecina y le nombra Auxiliar. abril 1865.—Catedrático auxiliar de Higiene Pública y Pri- vada y suplente de Terapéutica e Historia de la Medicina. mayo 1865.—Catedrático auxiliar de Higiene Pública, co- menzando en el curso de 1865 a 1866. junio 1865.—Se aprueba la permuta hecha con el Dr. Fe- lipe F. Rodríguez de explicar la cátedra de Higiene Pri- vada, en lugar de la de Higiene Pública. octubre 15865—Suplente durante la enfermedad del Dr. Ra- món Zambrana en las cátedras de Medicina Legal e His- toria de la Medicina. febrero 1866. —Catedrático auxiliar de la Universidad de la Habana, en la Facultad de Medicina, encargándolo del desempeño de las cátedras de Higiene Pública y Privada, por R. O., de 12 julio 1865. Tomó posesión el 21 febrero 1866. febrero 1866.—Vocal del Tribunal de incorporación de los años 3% 4? 52 y 6? de la Facultad de Medicina, del Dr. José Beato y Dolz, Doctor de la Universidad de París. abril 1866.—Que continúe sirviendo la cátedra de Medicina Legal y Toxicología, por fallecimiento del Dr. Ramón Zam- brana. julio 1866.—Vicesecretario de la Facultad de Medicina ae la Universidad de la Habana, nombrado por el Rector, a propuesta del Decano. 6 abra 1867.—Encargado de la Secretaría por enfermedad del 16 20 19 Dr. F. Horstmann. febrero 1869.—Catedrático de Clínica Médica. febrero 1869.—Secretario de la Facultad de Medicina, por licencia del Dr. F.. Horstmann. octubre 1869.— Aprobada por el Gobernadór Superior Polí- tico, la propuesta de Secretario” de la Facuitad de Medici- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 93 na, de cuyo cargo tomó posesión el 25 del mismo mes y cesó el 10 de octubre 18711. 30 diciembre 1880.—Profesor auxiliar para desempeñar ¡as ca- tedras de Disección, ler curso; Higiene Pública y Privada y Fisiología Humana, por concurso. Tomó posesión el 20 ene- ro 1881 y fué aprobado ese nombramiento por R. O. de 5 de febrero 1881, cesando el 4 de marzo del mismo año. 1* abril 1881.—R. O. nombrándolo profesor auxiliar de Higie- ne Pública y Privada, tomó posesión el 5 mayo 1881. 9 mayo 1881.—Secretario de la Facultad de Medicina. 28 junio 18582.—De un certificado expedido por la Universidad de la Habana, tomamos lo siguiente: Informe del Decano, fecha 27 junio 1882'*...el Catedrático auxiliar Dr. Luis M* Cowley, destinado a las asienaturas de Higiene pú- blica y privada, ha desempeñado con celo e inteligencia di- chas asienaturas, procurando siempre tener a sus alumnos al alcance de los más recientes progresos. Asimismo infor- mo a V. S. I. que en el desempeño de la Secretaría de la Facultad, no ha dejado nada que desear, por la eserupulosi- dad con que la ha servido y viene sirviendo””... Y por deere- to del I. S. Rector en que dispone se haga constar el prece- dente informe y que al mismo tiempo se exprese que el Dr. Cowley merece del Rectorado la calificación de inteli- sente, aplicado y apto para la enseñanza, en obsequio de la cual ha dado siempre muestras del más exquisito fervor y loable entusiasmo...?' expido la presente $. 18 abril 1885.—Traslado de la R. O. de 24 de marzo, en la que se le aprueban los ejercicios de oposición a la cátedra de Higiene Pública y Privada y se le confiere la propiedad de la mencionada cátedra. 7 agosto 1886.—Se le confirma en su cátedra y se le aumenta el sueldo a 900 pesos y a 600 el sobresueldo. 94 ANALE3 DE LA SERVICIOS MEDICOS MILITARES De un certificado expedido por D. Manuel Kicoy y Conde, 2 Jefe del Cuerpo de Sanidad Militar de esta Isla: 8 octubre 1861.—Nombrado médico provisional del Hospital Militar de la Habana, con Antonio Cairo; hasta el 12 di- ciembre 1861, en que cesó; 14 diciembre 1861.—Médico auxiliar del 2% batallón del regl- miento de infantería de la Reina, hasta el 2 junio 1864, en que es baja en ese servicio; 28 agosto 1862.—Se dispone que sirva igual plaza en el de Cuba; 28 mayo 1865.—Médico provisional del 2% batallón del regl- miento de infantería de la Habana. 16 junio 1864.—Vuelve a ser 2% ayudante médico del cuerpo de sanidad militar que desempeñó desde 3 de febrero 1862, destinándolo al depósito de transeuntes de la Caba- na; y en 20 junto 1865—El capitán general dispuso quedase separado del servicio “por no ser ya necesario”? En el certificado a que nos referimos, fec ha 14 cepto 1867 se hace constar ¡eualmente que “en el expediente de este intersado no aparece nota aleuna que le sea desfa- vorable”” OTROS TITULOS 17 enero 1864.—Soeclo facultativo de la sección de ciencias del Liceo Artístico y Literario de la Habana; y en 24 del mis- mo mes y año, diputado facultativo de la propia sección, por el transcurso de ese año. 26 junio 1866.—Socio facultativo de la sección de ciencias del Liceo Artístico-literario de Matanzas, para el que fué nom- brado como corresponsal desde el 26 de mayo de ese año. Durante el año 1866 fué nombrado con el catedrático de Análisis Químico de la Universidad de la Habana pa- ra efectuar diversos exámenes médico legales, pedidos por las autoridades judiciales. 19 marzo 1866.—Nombrado, en unión del Decano de la Fa- cultad de Farmacia de la Universidad para evacuar el in- forme pedido por el Corregimiento de esta ciudad sobre la conveniencia de dictar medidas que eviten los perniciosos Ol ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 efectos de arrojar los productos de la limpieza de letrinas en las inmediaciones del Castillo de Atarés. 29 agosto 1866.—Médico auxiliar del Hospital de Caridad de San Francisco de Paula, por muerte del Dr. Jorge Ledo. 5 septiembre 1867 —Certificado del Director Administrador del Hospital de San Felipe y Santiago (Habana) de “que el Dr. Luis M. Cowley, médico auxiliar de este Real Hospital entre otras especiales comisiones ha sido elegido por todos sus compañeros para la confección y redacción dol plan de alimentos que hoy rige en este Asilo””. Dicho plan fué aprobado unánimemente por la Junta Facultativa y por la Municipal de Caridad. 20 octubre 1867.—Nombrado en comisión con Joaquín de Za- yas y Ramón Luis Miranda para que, de acuerdo con la Junta local de Sanidad, estudien los siete casos de defun- ción ocurridos en Casa Blanca (Carenero de Samá). Cólera morbo asiático. 5 noviembre 1867 —Médico de la Junta de Sanidad del barrio de San Felipe. 8 mayo 18658.—El Ayuntamiento de la Habana acuerda las gra- cias por el celo e inteligencia desplegados por la comisión nombrada para proponer medidas de buena higiene en la Real Cárcel para evitar la propagación de los casos de cólera que han ocurrido en aquel local. | Formaba parte in- teerante de ella]. Se hace anotar como servicio extraordinario la visita de sanidad a la fragata Cervantes (con asiáticos) en el puerto del Mariel. De un certificado expedido por el Gobernador D. José. Gu- tiérrez de la Vega: que nombrado vocal médico de la Junta de Caridad de San Felipe, ha prestado señalados servicios, durante la invasión del có.era morbo asiático en esta clu- dad, desde el 5 de noviembre de 1867 en.que tomó posesión hasta el 21 de agosto de 1868 en que cesó. 24 marzo 1868. 28 diciembre 1868.—Diputado por la sección de ciencias a la Junta General de Secciones del Liceo de la Habana. 158 agosto 1871.—Socio de número de la Real Sociedad Econó- mica de Amigos del País de la Habana. 96 ANALES DE LA 12 abril 1879 —Secretario de la Junta Provincial de Sanidad de la Habana. 16 julio 1879—Vocal de la Junta local de Instrucción primaria del Ayuntamiento de la Habana. 27 agosto 1879:—Votal de la Junta de Gobierno de la Real Ca- sa de Beneficencia y Maternidad de la Habana. 15 enero 1880.—Certificado del R. P. Jerónimo Viladás, Rector del Real Colegio Seminario de San Carlos, de la Habana, haciendo constar que viene desempeñando el cargo de mé- dico de dicho colegio. 22 noviembre 1887 —Médico honorario del Colegio de niñas edu- candas de San Francisco de Sales, de la Habana. 21 agosto 1897 —Nombrado en comisión con el Dr. Juan San- tos Fernández, Dr. Gastón Alonso Cuadrado, Vicente de la Guardia y Herminio Leyva, para que bajo la presidencia del general Cesáreo Fernández Losada, redacten las bases a que se ha de sujetarse el servicio de Estadística y Demo- orafía de la Isla de Cuba. 31 julio 1901.—Al reformarse los servicios sanitarios bajo la adii- nistración del gobierno interventor, y suprimirse la Diputa- ción Provincial, el Dr. Diego Tamayo, Secretario de Estado y Gobernación, en 31 de julio de 1901, le participa haber sido nombrado por unanimidad, Presidenie honorario de la Comisión Permanente del Centro General de Vacuna y en el nombramiento hace constar que la Comisión: “...pe- netrada de un alto deber de gratitud hacia quien ha con- saerado los mejores días de su vida, a librar de la muerte a millares de infelices, para quienes era una amenaza cons- tante la viruela con todos sus estragos. La Comisión, al pro- ceder de esa manera ha interpretado fielmente los deseos de este Centro, los cuales no podían ser otros que premiar de la manera más adecuada posible los servicios de un hom- bre de ciencia que ha aceptado como dogmas de su pr sión los deberes del altruismo”' a ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 97 ACUERDOS DE LA ACADEMIA En la sesión extraordinaria de gobierno, celebrada el 8 de junio de 1917, se acordó: Aprobar el informe de la comisión de glosa, forma- da por los Dres. J. P. Alacán, F: García Cañizares y F. I. de Vildósola, y al propio tiempo conceder al Dr. M. Ruiz Casabó, el voto de gracias que propone la comisión por la labor realizada en la Tesorería. Nombrar a los Dres. F. Torralbas, J. A. Presno y. ” -J. Le-Roy, para que formen la comisión que estudie y proponga ló más conveniente en la reforma del reglamen- to, que solicitan varios académicos. Aprobar los nombramientos hechos por la Junta de Gobierno: del Dr. José A. Presno, para Director de la Sec- ción de Medicina, Cirugía y Veterinaria, en lugar del doc- tor Tomás V. Coronado; del Dr. José P. Alacán, para Director de la Sección de Farmacia, en lugar del doctor Gastón Alonso Cuadrado; y confirmar al Dr. Carlos de la Torre en sy cargo de Director de la Sección de Ciencias y a los Dres. Jorge Le-Roy y Carlos de la Torre, en sus cargos de Directores de los Anales. Publicar una nueva convocatoria para cubrir las dos vacantes existentes en la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria, en vista del resultado obtenido en las eleccio- nes verificadas para cubrir esos puestos. También se acordó nombrar a los Dres. José A. Pres- no, Carlos de la Torre, José Guillermo Díaz, José P. Ala- cán y Jorge Le-Roy, en comisión para que con amplios poderes lleven a cabo un solemne homenaje de toda la inte- lectualidad cubana, al Dr. Juan Santos Fernández, con motivo de su septuagésimo natalicio y al propio tiempo para que editen, por cuenta de la Academia, el libro que de sus memorias viene preparando nuestro Presidente, en la forma que les parezca más oportuna. , TOMO LIV—7_ 98 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE JUNIO DE 1917 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos Concurrentes: Dres A. Agramonte, J. P. Ala- cán, G. Alonso Cuadrado, J. G. Díaz, R. Gómez Murillo, A. de Górdon, J. Guiteras, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, J. A. Val- dés Anciano. ei Leída el acta de la sesión anterior, (8 de junio,) fué apro- bada. Se da cuenta de las sieuientes comunicaciones: Entrada.—Del Juzgado de Instrueción de la Sección Se- gunda de la Habana, solicitando el nombramiento de dos acadé- micos, como peritos del Juzeado en la causa número 513-917. Del Dr. Julio F. Arteaea, donando a la Biblioteca de es- ta Academia 226 volúmenes de obras de medicina. Del Juzeado de Instrucción de la Sección Segunda de la Habana, solicitando el nombramiento de un perito en susti- tución del Dr. José A. Presno, por haber figurado éste como testigo en la causa número 513-917. Salida. A la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, re- mitiéndole informe relativo a un líquido o pomada para curar las quemaduras de la piel. A la Gaceta Oficial, nueva convocatoria para las dos va- cantes de académicos de número de la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria. A los Dres. Jorge Le-Roy y Carlos de la Torre, partici- pándoles que continúan desempeñando la Dirección de los Anales. Al Dr. José A. Presno, participándole su nombramiento de Director de la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria. Al Dr. José P. Alacán, íd., íd., íd. de lasSección de Far- macia. Al Dr. Carlos de la Torre, íd., íd., íd. de continuar como Director de la Sección de Ciencias, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA y9 Al Sr. Tesorero de la Academia, trasladándole informe de la comisión de glosa y voto de gracias aprobado por la Aca- demia. A los Dres. José A. Presno, F. Torralbas y J. Le-Roy, nombrándolos en comisión para que propongan las modifica- ciones que estimen oportunas en el Reglamento. A' los Dres. J. P. Alacán, J. G. Díaz, J. Le-Roy, C. de- la Torre y J. A. Presno, nombrándolos con amplios poderes pa- ra disponer lo conducente a la fiesta homenaje que se celebra- rá el 22 de julio para solemnizar el septuagésimo aniversario del nacimiento del Dr. Juan Santos Fernández. A los 48 académicos de número existentes, participán- doles la existencia de dos vacantes en la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria. Al Dr. J. A. Presno, desienándolo como perito en la cau- sa número 513-917 del Juzeado de Instrucción de la Sección 2] Segunda de da Habana. Al Dr. Díaz Albertini, íd., íd., íd. s Al Juzgado de. Instrucción de la Sección Segunda, parti- pándole el norebramiento de los académicos antes mencionados. Al Dr. J.-F. Arteaga, manifestándole el agradecimiento de la Academia por su donativo de 226 volúmenes de obras de “medicina. Al Dr. José A. Clark íd., íd., íd. por el suyo de 89 volú- menes de obras científicas. El Dr. Juan Guiteras hace una comunicación SOBRE EL DESCUBRIMIENTO DEL HUESPED INTERMEDIARIO DEL SCHISTOSOMUM MANSONI, POR EL DR. JUAN ITURBE, DE Caracas, en la que da cuenta de tan importante descubrimiento, señalando los peligros que para Cuba presenta la inmieración de individuos de dis- tintas razas, sobre todo chinos, jamaiquinos y haitianos, ete., que por ser portadores de enfermedades infecciosas y paras tarias, no existentes aun en el territorio de nuestra Be ábles las pudieran transmitir y propagar entre nuestros coneluda- danos, y señala que esa inmigración es tanto más peligrosa cuanto que por constituir población flotante de nuestros can.- pos no pueden estar sometidos a una vieilancia sanitaria ef- ciente; y protesta una vez más contra la tal inmigración. 100 ANALES DE LA Sometida a discusión, el Dr. Agramonte hace constar la importancia de la comunicación del Dr, Guiteras; recuerda que en la noche anterior (1) él leyó en la Sociedad de Estudios Clí- nicos un trabajo de un médico extranjero sobre la trasmisión de otra enfermedad, a la que nosotros hemos dado poca impor- tancia y hay que llamar la atención de nuestros médicos pa- ra que examinen las heces y orinas de sus enfermos para bus- car los huevos de los parásitos. Dice que en Preston la U. $. Fruit Company se ha ocupado de llevar médicos adiestrados, a los que estimula con premios para garantizar la salud de sus empleados. Se une a la protesta de la inmigración de indivi- duos pelierosos por sus enfermedades, como son los chinos y negros que están invadiendo nuestro país. El Dr. Alonso Cuadrado dice que él ha presenciado la magnífica organización que tienen en el campo las compañías que se establecen para explotar nuestras tierras y la cuestión de asistencia médica está admirablemente dispuesta, sirviendo también de lección sociológica. . El Sr. Presidente dice que se hará llegar a conocimiento del Sr. Presidente de la República la protesta razonada de la Academia contra la inmieración que se viene consintiendo. No habiendo podido concurrir el Dr. F. García Camzares se concede la palabra al Dr. Gastón Alonso Cuadrado, quien da lectura a un. prolongado trabajo sobre los CONFINES DE LA MATERIA PONDERABLE, y siendo muy avanzada la hora en que lo terminó se acuerda dejar sobre la mesa los otros anunciados y declarar la Academia en receso hasta el mes de octubre, con lo que se dió por terminada la sesión. (1) La presencia del chlonorchis sinensis en Cuba oriental, por el Dr. Perey Lennard Querens. Revista de Medicina y Cirugía de la Ha- bana, 25 junio 1917, t. XXIT, p. 297-304. ACADEMIA DE- CIENCIAS DE LA HABANA 101 EL SCHISTOSOMUM MANSONI EN VENEZUELA POR EL Dr. Juan Guiteras (Sesión del 22 de junio de 1917) Señores académicos: - Noes mi intención entrar aquí en descripciones com- pletas de los esquitosomas, sino simplemente llamar la atención a algunos estudios recientes en lo que puedan re- lacionarse con los intereses de Cuba. Me mueve a esto el haber recibido recientemente un importante trabajo del Dr. Juan Iturbe, de Caracas, en que da cuenta del descubri- miento del huésped intermediario del Sechistosomum man- soni en aquella comarca. Los estudios preliminares del Dr. Iturbe, que tuve oca- sión de seguir durante mi reciente visita a Venezuela, la excelencia de los trabajos de este distinguido compañero y los detalles minuciosos que aparecen en la publicación mencionada no dejan ningúna duda con respecto al descu- brimiento del huésped intermediario en aquel país. Durante mi visita estaba el Dr. Iturbe estudiando par- ticularmente un género de Ampullaria en el cual parecía iniciarse, por lo menos, el período evolutivo del distoma. Subsecuentes estudios parecen haber demostrado que la evolución no:se completaba en el mencionado gastró- podo y emprendió entonces el Dr. Iturbe el estudio de una especie de Planorbis que abunda en las márgenes del Guai- ro. En esta especie, el Planorbis guadeloupensis, obtuvo el desarrollo completo del parásito y, con cercarias ob- tenidas del molusco, logró infectar tanto por las muco- sas como por la piel algunos animales. | Desde luego, que el problema interesante para mi an- te estas observaciones era investigar si existe .en Cuba el huésped intermediario que hiciese posible la propagación 102 ANALES DE LA de la enfermedad en nuestro país. Acudí, desde luego, al Dr. Carlos de la Torre, quien me informó que existen en Cuba varias especies de Planorbis, entre ellos el P. ha- banensís, que se encontraba abundantemente en los pan- tanos de las cercanías de Atarés, el P tumidus y otras; pero pudo asegurarme que el Planorbis guadeloupensis ne existe en nuestra Isla. Me informó, además, que el gastró- podo abunda en las Antillas menores extendiéndose hasta Puerto Rico. Esta declaración del Dr. la Torre coincide perfectamente con la distribución de la histosomiasis que se ha extendido considerablemente por dichas Antillas has- ta Puerto Rico, donde el mal empieza a tomar caracte- res verdaderamente alarmantes. .S Otra vez nos encontramos aquí con el singular fenó- meno a que he llamado varias veces la atención con respec- to a la inmunidad de que goza Cuba contra la invasión de varias enfermedades tropicales. Las filarias, por ejem- plo, exceptuando la bancrofti, no han logrado invadir nuestro territorio. También el beriberi y particularmente la pelagra hallan obstáculos para su generalización en el país. El paludismo mismo se encuentra aquí más restringido que en otras Antillas y Costa Firme. Lo mismo puede decirse de las espiroquetoses. En muchos de los casos y otros que no he mencionado, porque son enfermedades que tampoco han logrado invadir las Antillas, nuestra defensa estriba en la ausencia del huésped intermediario. Y esto sucede, como he dicho en otra ocasión, a pesar de que, Cuba man- tuvo una comunicación más intensiva y continuada con-el Africa, que algún otro país americano. Brevemente, ya que no se encuentra entre nosotros el Dr. Carlos de la Torre, daré cuenta de la evolución del parásito. Reside éste, en su forma adulta, en las grandes ramas de la vena porta, y los huevos desprendidos pasan a la mucosa ya del intestino, ya de la vejiga, según la especie de la Bilharzia, produciendo en muchas mucosas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA, HABANA 103 * fenómenos inflamatorios y proliferativos de gran importan- cia, llegando hasta la formación de tumores de carácter adenomatoso y a veces también epiteliomas. En la llama- da Bilharzia americana (Schistosomum mansoni) que es la que estudia Iturbe, Jos huevos infiltran siempre la mu- cosa intestinal produciendo fenómenos disentéricos y final- mente las alteraciones graves que acabo de mencionar. Mientras los huevos se mantienen en los líquidos or- gánicos, como la sangre, contenido intestinal, o la orina, no se rupturan, pero tan pronto como caen en agua se ras: ga el huevo y sale el embrión o miracidio. Semeja éste un infusorio cubierto de pestañas vibrátiles que imprimen gran : actividad a sus movimientos. Proceden los miracidos a ad- herirse inmediatamente a la superficie del cuerpo del gas- trópodo que hace las funciones de huésped intermediario en cuyo cuerpo penetran y se enquistan. No representa ca- da microbio un solo animáculo, sino que contiene cada uno globos de células germinativas que son el origen de una producción asexual en la fase siguiente. Estos quistes, son notablemente profilerativos, de ma- nera que de un solo miracidio pueden desarrollarse nú- meros considerables de redias. Son éstas como tubos ger- minativos de organización muy embrionaria. En el cuerpo del huésped intermedario las redias se convierten en cer- carias, las cuales abandonan el huésped que mueven li- bremente en el agua. La cercaria semeja considerablemente, vista al microscopio, un renacuajo, sólo que generalmen- te tiene la cola bífida. La cercaria penetra en la piel o por la mucosa en el cuerpo del huésped definitivo del Schis- tosomum que puede ser el hombre o alguno de los anima- les domésticos. En algunos géneros de distoma se hace ne- cesaria la intervención de otro huésped intermediario que es generalmente un pez, como era de suponerse dado lo efí- mero de la vida de las cercarias en el agua donde mueren dentro de cuarenta y ocho horas. Es"poco probable que pue- 104 ANALES DE LA dan resistir el jugo gástrico. De manera que la infección: cuando se ingieren alimentos contaminados, se produce por la mucosa de la boca no se produce por la piel. La cer- carla se adhiere rápidamente a la superficie y la penetra- ción se produce también con gran rapidez. Probablemente, al mismo tiempo que el Dr. Iturbe trabaja .en Caracas con la Planorbis guadeloupensis, es- tudiaba también el Dr. Lutz, en Río Janeiro, el mismo pro- ' blema, habiendo llegado a demostrar que la transmisión se hacía en aquel país por medio del Planmorbis olivaceus. Ya poco antes, el Profesor Leiper, de Londres, había de- mostrado la transmisión de la esquistosomiasis por medio del Planorbis boissyi en Egipto. Pero en Egipto había grandes discusiones con respecto a los caracteres de los hue- vos del parásito y la aceptación de la separación de las especies distintas, a saber, S. hematobium y S. manson. ?arece no existe hoy alguna con respecto a esta separa- ción. - Es la segunda de estas especies, la mansoni, la que ha recibido también el nombre de americana y es la que ha servido de base para los estudios parasitológicos del Dr. Iturbe y los interesantes estudios anatomatopato- lógicos del Dr. J. R. Rizquez, también de Caracas. Dada la selección específica que el Schistosomum man- sont ha mantenido con respecto al Planorbis guadelou- pensis en Venezuela y teniendo en cuenta que aquel pará- sito se ha extendido dentro del territorio geográfico de la especie guadeloupensis sin valerse de otros gastrópodos, podemos abrigar la esperanza. de que no sea ninguna de nuestras especies favorables a la evolución de la Bilhar- z1a. Ya se ha dado cuenta de la existencia de tres casos de esquistosomiasis en Cuba. Los tres fueron estudiados en el Hospital de la United Fruit Company, en Banes, por el Dr..S. B. Strong en un trabajo publicado en el “Bo- letín de Sanidád y Beneficencia (t. XIII, 1915). Pero ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 105 no se pudo seguir detalladamente la historia anterior de estos casos. Eran los tres extranjeros: dos de Jamaica, don- de existe la esquistosemiasis, y el otro era español, sin que se sepa los países que haya visitado. Casualmente, en el día de ayer, leía el Dr. Agra- monte una comunicación de P. Querens, del Hospital de la misma United Fruit Company, en Preston, ante la So- ciedad de Estudios Clínicos, dando cuenta de la presencia de huevos de Clonorchis sinensis en el caso de un chino fallecido en aquel hospital. Es de lamentarse que circuns- tancias ajenas a su voluntad hayan impedido al Dr. Que- rens el hacer una autopsia, pues es sabido que los huevos del Clonorchis y de otro distoma del género Heterophies se distinguen difícilmente entre sí, y en un chino hay tan- tas probabilidades de encontrar el uno como el otro. La infección del Heterophies es puramente intestinal y más benigna. Naturalmente, este caso también despertó en mí el mismo interés que el problema que antes he presentado, a saber: la posibilidad de la propagación del Clonorchis en Cuba. Es éste también un parásito digénico como el -Schis- tosomum, pero su evolución es más complicada que la de este distoma, pues requiere la presencia de dos huéspedes intermediarios para distintos perlodos evolutivos. No son solamente peces de agua dulce como dice el Dr. Querens los encargados de mantener este parasitismo, sino que es necesaria antes la intervención de un caracol del que ocu- rre la invasión mitacídica y la evolución de las redias y las cercarias. Invaden éstas al pez crudo o mal cocido, se completa la evolución en el hígado y otros órganos del hués- ped definitivo, que suele ser el hombre. El gastrópodo donde se produce la evolución de las cercarias es la melania libertina y los peces invadidos por aquellos y que comunican al hombre y a algunos anima- les domésticos el parásito en estado de incompleto desarro- 106 ANALES DE LA llo son principalmente el Pseudorasbora parva y el Leu- cogobia guntheri, con otros de menor importancia entre los que pueden contarse los peces dorados. Aquí, también, como es natural, acudí inmediatamen te al Dr. de la Torre para resolver el problema de primor- dial interés para nosotros; es decir, la posibilidad de la propagación en Cuba. El Dr. de la “Torre me informa que aunque existen melanias en Cuba, no se encuentra la es- pecie libertina. Con respecto a los peces, a menos que no sean designaciones nuevas, lo que investigará nuestro com- pañero, no existen los géneros mencionados. En el caso de Clonorchis, por consiguiente, las pro- babilidades de la: propagación son aún más remotas que en el de la esquistosomiasis. Siempre hay, sin embargo, algún peligro de adapta- ción de estos parásitos al nuevo medio ambiente, y esto me conduce al segundo punto de importancia vital que debe despertar el interés de todos nosotros en estos problemas. Me refiero a la importación de obreros procedentes de re- giones intensamente parasitadas. Con la negra esclavitud importamos probablemente la Filaria y con los chinos el Necator y el Beri-Beri. Termino, pues, renovando enérgi- camente mi protesta contra la libre introducción de brace- ros que de tan grave manera amenazan la salud pública en Cuba. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 107 LOS CONFINES DE LA MATERIA PONDERABLE EN EL UNIVERSO POR El Dr. Gastón Alonso Cuadrado (Sesión del 22 de junio de 1917). Sr. Presidente de la Academia de Ciencias, Sres. Académicos, Señores: Tal como se presenta el concepto de la existencia ob- jetiva al intelecto humano, la esencia de la materia es más sugestiva y más incomprensible que la esencia del espíritu. Porque en los fenómenos de conciencia, ya se trate de la psicología metafísica o de la psicología objetiva, y tomando como base la unidad percipiente, podemos explicarnos co- mo por medio de agregaciones sucesivas los estados cons- cientes se van acumulando en percepciones simultáneas, al _modo de los.sonidos que se perciben aislados mientras la aceleración de las ondas sonoras no pasen de 16 por se- egundo, en cuyo caso se convierten en sonidos musicales; como podemos observar todos los días oyendo los tambo- res de la banda de un regimiento. Después, ya sea admitiendo la hipótesis del alma in- mortal, o la más racional de la sustancia espírita, según se manifiesta en las funciones subjetivas del cerebro de los ani- males mamíferos superiores, es fácil concebir en qué con- siste la esencia del espíritu, porque son siempre manifesta- ciones de un mismo orden. Pero en los fenómenos de la sustancia material hasta ahora el hombre no ha podido encontrar una explicación de la base fundamental de sus manifestaciones. Es verdad que, partiendo de la conciencia de la resistencia, ha podido organizar la ciencia física, ha demostrado que las fuerzas físicas conocidas son parte integrante de la naturaleza de 108 42 - ANALES DE LA las formas materiales donde se manifiestan, o dependen de la naturaleza de esas mismas formas, y se hallan suge- tas a influencias que modifican su intensidad y efectos; pe- ro todos los esfuerzos que se han hecho desde Newton hasta hoy, todos los millones de números trazados y cálculos, y las mil teorías concebidas para explicar la fuerza primor- dial, o sea de la gravitación universal, han sido impo- tentes. : DE El peso de tea cuerpos no depende de ninguna otra fuerza ni estado de la materia conocidos, es intangible e inmutable; y como dice Lord Kelvyn, es siempre el mismo cualquiera sea la tranformación a que se le reduzca, cual- quiera sea el medio ambiente donde se encuentre, ya sea en el vacío, o ya en los astros que conocemos; y la atrac- ción mutua entre dos cuerpos no sufre alteración en lo más mínimo, aunque intervenga un tercer cuerpo (1) Hace ya tiempo, que los físicos han demostrado que las fuerzas eléctricas y magnéticas presentan una notable analogía con la fuerza de la gravitación. Las atracciones y repulsiones de los cuerpos electrizados y los polos mag- néticos obedecen a ley de Newton, y se aplican las mismas ecuaciones a esta clase de fenómenos, y así la potencial de la gravitación como la potencial electro-estática se definen de la misma manera, y a ambas se aplican las ecuaciones de Laplace y de Poisson. Y pregunta Lord Kelvyn: ¿Pue- de llevarse más lejos la analogía? (2). “En electricidad desempeña un papel muy importante el medio en el cual los efectos electromagnéticos se propagan con la velocidad de la luz”. ¿Se producirá la gravitación de igual manera? (1) Por esa razón uno de los experimentos que más cautivan la atención del que comienza a estudiar física, es cuando el profesor de- muestra en la máquina de Mr. Morin o en el tubo al vacío, que una bola de papel, otra de corcho y otra de plomo, caen con la misma velocidad. (2) Si no nos faltase espacio, nos ocuparíamos de un notable dis- curso del eminente químico ruso Mendeleeff, que pronunció en la Socie- dad Real de Londres, en 1899, aplicando los principios de filosofía natu- ral de Newton a los átomos de la química. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 109 De estos problemas de las leyes de la mecánica se ocu- pan las más altas inteligencias de hoy, y las nuevas teo- rías electro-magnéticas de la gravitación basadas en los nuevos descubrimientos de los electronos arrojan mucha luz en las concepciones que se producen respecto a la natura- leza de la sustancia material. Y a las preguntas: ¿Qué es la sustancia material? ¿Qué es la electricidad? ¿Qué es la fuerza de la gravitación? hoy estamos esperando la contestación, como cuando se iniciaron los conceptos. Las hipótesis se han sucedido al par que los descubrimientos y clasificaciones de la relación entre los fenómenos de la na- turaleza. El descubrimiento de las sustancias radio-activas ha aportado nuevas hipótesis sobre la constitución de la ma- teria, y ha resucitado las antiguas que dormían el sueño de los justos, pero en resumidas cuentas: ¿Serán otra Cosa que andamios, que puntos de reparo para clasificar el co- nocimiento de las nuevas relaciones halladas? De esta cuestión tan interesante vamos a hablar en este trabajo, pero antes hemos de hacer una aclaración, y es (ue mientras la física matemática va persiguiendo en esas hipótesis primordiales la metafísica de la materia: los químicos más eminentes van persiguiendo la química de la sustancia material: ¿Habrá necesidad de decir que en este camino también se desvanece a la inteligencia el con- cepto primordial de la materia? Es más, a medida que al- canza más progreso el conocimiento, a medida que descu- brimos a nuestra vista admirada innumerables propieda- des de la materia, a medida que los químicos sugetan la materia a nuevos métodos, a nuevas concepciones y nuevos aparatos, a medida que introducen las altas matemáticas en-la concepción de sus átomos, de su protvlo, de su origen: a medida decimos, tienen que inventar nuevas hipótesis, cada vez más artificiales, cada vez más idealizadas, cada vez más absurdas si las consideramos en sí mismas; pero 110 ANALES DE LA necesarias si queremos interpretar o comprender los fenó- menos de la naturaleza. Y en este sentido el Poema de Lucrecio es uno de los legados más preciosos que nos ha dejado la antigúedad, y la concepción de los átomos es la más racional del gran problema del origen del mundo material: legado que ya fué iniciado por los filósofos griegos Democrito y Leucipo co- mo 500 años antes. Alrededor del átomo de Lucrecio, y so- bre esta base colosal se ha desenvuelto la ciencia físico- química, se han construido los sistemas, se han descubier- to leyes importantísimas, se han desarrollado hipótesis y clasificaciones, y se ha construído, por decirlo así, la quí- mica moderna, y se han obtenido los progresos maravillo- sos que hoy son del dominio de toda la humanidad. ¿Queréis saber, decía el gran poeta romano Lucrecio, cómo los encuentros fortuitos de los átomos cayendo verti- calmente, pero con imperceptibles desviaciones, sin las cuales no hubiera producido nada la naturaleza: como es- tos encuentros han construído el fundamento del cielo y de la tierra, abierto los abismos del océano, y ordenado el curso del sol y de la luna? Esto es lo que os voy a*ex- plicar, pero lo repito, no es por efecto de su inteligencia, ni por reflexión que los elementos del mundo se han colo- cado en el orden que les vemos actualmente, ellos no han convenido entre sí los movimientos que quisieran comu- niCar, sino que infinitos en número, movidos por mil ma- neras diferentes, sometidos desde siglos innumerables a impulsos extraños, arrastrados por su propia pesantez des- pués de haberse reunido y aproximado en todas formas, después de haber experimentado todas las combinaciones posibles, a fuerza de tiempo, de reuniones y de movimien- tos; los átomos se han coordinado y formado grandes ma- sas que han resultado, por decirlo así, el primer bosquejo de la tierra, de los mares, del cielo y de los seres anima- dos”... Del mismo: modo la materia etérea ligera y flui- SN ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 111 da, después de ser condensada, forma una vasta envoltura, y repartida a lo lejos en todas direcciones abarca en su inmenso círculo el mundo entero”. De estos conceptos a la idea de los torbellinos de Des- cartes, -y últimamente a la teoría corpuscular de Lord Kelvyn, se ve bien como todos los pensadores de todos los tiempos coinciden en la explicación natural de los fenóme- nos del universo. ' Y la fecundidad de la concepción atómica formula- da en la antigiiedad por Lucrecio es tan imperecedera que en ella caben las distintas contradicciones que los quími- cos de la generación pasada establecieron respecto á la constitución de los átomos, como las que hoy discuten res- pecto a su origen y disgregación. Y aunque hasta el día han sido infructuosas todas las tentativas para demostrar la existencia real del átomo, tal como hoy se le figura al químico, el estudio de las últimas partículas accesibles a sus instrumentos tienden a hacer pensar como existen- tes esas partículas en la realidad, y que esas partículas constituyen como tales las masas de los cuerpos. Pero no debemos olvidar que la existencia de esas partículas fun- damentales son todavía inferencias, puesto que se conciben otras explicaciones para admitir la evidencia de los hechos observados. Ya desde el principio del siglo pasado cuando Davy descompuso los óxidos alcalinos por medio de la electri- cidad se previó la necesidad de concebir el átomo, no como la partícula o partículas más simples en las que se puede dividir. un cuerpo: sino como a lo que se añade o sustrae una carga eléctrica, y cualquiera que fuese lo que se enten- día por electricidad, en último caso era una cosa que en las combinaciones entraba como elemento de adición o de sustracción. Ya desde entonces se consideraban las molé- culas de los cuerpos como átomos cargados de electricidad 112 : ANALES DE LA neutra, de magnitud definida que se disocia el “ionios” positivos y “ionios” negativos. Aquí hemos de señalar un hecho que se presenta con frecuencia en el estudio de las ciencias físicas. Á veces se descubre un fenómeno, o se emite un concepto que da lugar a multitud de otros fenómenos fecundos en el des- arrollo del conocimiento, y de repente desaparece de la aten- ción de los observadores porque nuevas ideas o nuevos he- chos llevan la corriente del pensamiento en otras direc- ciones. Y así sucedió con la teoría atómica. La química de la mitad del siglo pasado se dedicaba principalmente al estudio de los metales, de los ácidos y de las sales, aun no se había iniciado la síntesis de los cuerpos orgánicos porque éstos se consideraban como de origen divino es- pecial y distinto de la materia inórganica: síntesis que pos- teriormente había de sorprender al mundo científico. En- tonces quedaba campo abierto a la investigación y a otras teorías químicas, y hasta en estos últimos años nadie ha- bía pensado en volver a la teoría electro-química de Ber- zelius, pero en la nueva concepción de los electronos se re- produce exactamente, sin más diferencia que la adapta- ción a los descubrimientos de la química orgánica, redu- cida en los tiempos de Berzelius a breves nociones. Hemos dicho que nadie pensaba en la teoría electro-química de Berzelius, pero en 1869, el Profesor Sáez Palacios, de la Universidad de Madrid, decía en su cátedra de Química Inorgánica: “El dualismo tan lógicamente establecido por Lavoi- sier sufre en la actualidad ataques, los más fuertes.aun en los puntos de más resistencias en que la teoría parece in- controvertible”. Trátase de reducir todos los fenómenos y todos los compuestos conocidos en la ciencia a la teoría uni- taria, en la cual la teoría electro-química no tiene cabida, y por lo:tanto, no hay necesidad en ella de dar explicaciones de ningún género de lo que rechaza en absoluto”. “Pero - ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 113 como hemos visto reaparecer teorías desechadas, como la atómica, no será extraño que andando el tiempo, los que han aceptado sin restricción algúna las ideas de Gerharld y de Laurent vuelvan algún día al dualismo, sobre todo en lo referente a la química inorgánica, y aun en todo aquello que sabemos en la orgánica; creemos deber trazar, siquie- ra sea a grandes rasgos, la teoría electroquímica”. Esta reprodución de hipótesis, casi olvidada, reve- la que la investigación gira sobre ciertos principios fun- damentales que radican en la naturaleza de las cosas, o de lo que llamamos sustancia material, y que nuestro espí- ritu es incapaz de conocer directamente, viéndose obligado a recurrir a artificios que nos den cuenta de los fenómenos. Por ejemplo, en tiempo de Berzelius se decía: “Existe una * polaridad eléctrica inherente a la materia, la cual es poco perceptible en condiciones ordinarias”. “La polaridad de la masa de un cuerpo es el resultado de la polaridad de los atomos que lo constituyen”. “Los átomos, tanto simples co- mo compuestos, pueden experimentar la polarización, y por el contacto de estos cuerpos la polarización aumenta, , bien sea por que reciben unos de otros la electricidad con- traria por las superficies que se tocan, o bien porque las electricidades opuestas se neutralizan, lo que viene a ser lo mismo”. Y desde este punto de vista las concepciones actuales no difieren mucho de las de aquel tiempo. El término po- laridad cayó en desuso cuando no se sintió la necesidad de aplicar la teoría dualística de Berzelius a la explica- ción de los fenómenos químicos. En 1901 en una tesis para el grado de Bachiller en Ciencias, A. C. Lens decía: “Si suponemos lo que es probable que todas las reac- ciones producidas en la descomposición de las moléculas son precedidas de una ionización de las partes de las mo- léculas, de aquí se sigue que las moléculas elementales se pueden también ionizar en parte positiva y en parte ne- TOMO LIV— 8 114 ANALES DE LA gativa. En general, todos los elementos y radicales mos- trarán, positividad (electricidad positiva) si causan ¡oni- zación hidroxilica, y negatividad (electricidad negativa) si producen la ionización del hidrógeno, y en resumidas cuentas da las siguientes definiciones: 1. Un elemento o radical posee positividad, cuando si es sustituido por un hidrógeno de agua aumenta la ioni- zación hidroxílica, y es por lo tanto positivo. 2. Un elemento o radical posee negatividad, si cuan- do es sustituido por un hidrógeno de agua aumenta la ¡oni- zación de hidrógeno y es por lo tanto negativo. Como no es nuestro objeto ocuparnos del desenvolvi- miento de estas teorías sino en cuanto nos sirven para dar- nos cuenta de las últimas manifestaciones de la sustancia material, sólo hemos de señalar la diferencia más impor- tante que existe entre la teoría electroquímica de Davy y Berzelius, y las nuevas teorías de los electronos. Tanto en aquellas como en estas se supone que en los fenómenos de afinidad química se hallan asociadas cargas eléctricas con los átomos, pero mientras Berzelius suponía que cada áto- mo de un elemento poseia una carga del mismo signo en, todos sus compuestos, en las teorías actuales de los elec- tronos se supone que cada átomo es un sistema de elec- tronos en movimiento rotatorio de mayor o menor estabi- lidad capaz de ganar o perder cierto número de electro- nos sin cambiar sensiblemente su configuración, usando el término “cuantivalencia positiva” para explicar la propie- dad que tiene un átomo para perder electronos (3); y el de “cuantivalencia negativa” para explicar la capacidad que tiene un átomo para ganar electronos. Esta teoría considera la combinación entre dos áto- mos como una transferencia permanente de uno o más elec- (3) Esto es, la propiedad o facultad que posee un átomo, de eam- biar cierto número de electronos con uno o más de otro átomo, de modo que los átomos, así unidos, forman un sistema completo o perfecto elee- trónico, que es eléctricamente neutro. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 115 tronos de un átomo a otro, resultando negativo el átomo que gana electronos, y positivo el que los pierde. Aunque por lo general se supone que la cuantivalencia es una pro- piedad de los átomos libres, diciendo, por ejemplo, que el átomo de hidrógeno es univalente, o el de aluminio tri- valente; sería más exacto admitir la cuantivalencia como una propiedad de los átomos en combinación, puesto que se sabe poco de los átomos libres, excepto en los casos de los átomos monoatómicos. Y en este caso, en lugar de ocu- parse los químicos en encontrar una explicación de la unión, por ejemplo, de los átomos de cloro con el hidró- geno, deben investigar la existencia y estabilidad de las mo- léculas de estos elementos, así como de las reacciones que se producen entre las moléculas. Y aquí vemos cómo a través del tiempo los químicos necesitan concebir en la existencia material un dualismo o la reacción entre dos o más fuerzas o entre dos o más existencias. Y en este caso consideran el átomo como la materia libre o inanimada, o como abstracción que no tie- ne existencia real de orden químico, o como la materia prima de donde se derivan por condensaciones sucesivas las formas que llamamos elementos o cuerpos simples de la química. A En un estudio muy reciente “A theory of valency and molecular structure”. The Journ. of the Am. Chem. Soc., august. 1914, Mr. William C. Arsen se expresa así: “Con- siderando las moléculas y átomos como sistemas de elec- tronos en movimiento trataré de la cuantivalencia como una consecuencia de la relativa estabilidad de esos sis- temas. Considerando el caso más sencillo de una molé- cula binaria en la cual los átomos son univalentes, la teo- ría supone que la molécula es un sistema estable compues- to a su vez de dos sistemas o subgrupos de electronos en movimiento que llamamos átomos, cuyo equilibrio diná- mico consiste en que un electrono oscila periódicamente de 116 ANALES DE LA un sistema a otro, y es común a ambos sistemas; ninguno de los cuales es completo en sí mismo”. “A este electrono oscilante le denomino electrono cuantivalente (valence elec- tron), puesto que es la palabra que hoy se usa; y, aunque hablo de electrono oscilante cuantivalente, este movimiento puede ser de otra suerte, tal como una revolución en su órbi- ta, o un movimiento en un periodo complejo curvilíneo. Pue- de considerarse también, formando un eslabón entre dos átomos, siendo a su vez el eslabón, parte integrante de ca- da átomo”. “La teoría se ha desarrollado como si cada es- labón correspondiese a un electrono cuantivalente simple, pero se concibe perfectamente que un grupo o sistema de electronos puede desempeñar las mismas funciones”. Como cualquier teoría es buena, con tal que sirva para explicar un gran número de hechos sin contradicción, esta de la cuantivalencia o de la fuerza que mantiene los átomos en la molécula, explica los siguientes: 1. La combinación de un elemento positivo y otro negativo para producir un compuesto estable. 2. La unión de dos átomos de un elemento positi- vo tal como dos de hidrógeno entre sí o la combinación de dos átomos de un elemento negativo, tal como dos de cloro. | Dn 3. La formación de dos sales dobles, y las sales con agua de cristalización. 4. La existencia de moléculas monoatómicas. 5. La ausencia de afinidad química en los gases del tipo del helio. 6. La ionización y conducción en los gases. 7. Los fenómenos de electrolisis y de disociación. A todas estas lucubraciones del pensamiento con- ducen los fenómenos de las leyes de la combinación quí- mica, y no podemos escapar a la suposición de la teoría corpuscular de la materia admitiendo: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 117 1. La existencia de últimas partículas de los cuerpos llámense moléculas, átomos o corpúsculos que constituyen la sustancia química material tal como la conocemos. 2. Centros de fuerza, de energía, electronos, esfera de influencia, o como quieran llamarse, que existen al ex- terior de cada partícula y que reaccionan entre sí produ- ciendo los fenómenos de atracción y los de repulsión que se manifiestan en un trabajo mecánico en forma de calor. 3. Propiedades intrínsecas de cada centro o partícu- la que constituyen la fuerza de afinidad que mantiene uni- dos los cuerpos compuestos a través de un espacio que no permite el contacto inmediato de cada partícula, como se demuestra en la propiedad que tienen todos los cuerpos en ser compresibles. Y aquí nos encontramos con un problema de la ma- yor importancia que puede clasificarse de orden físico. Considerada la sustancia material como compuesta de esas partículas o átomos, teniendo en cuenta que existe un vacio entre ellas, éste aumenta o disminuye, según la mayor o menor cantidad de calor, y por lo tanto se han de hallar en movimiento constante e irregular. De esa concepción resul- ta la hipótesis de la compresibilidad de los átomos, la que entre otros químicos desarrolla admirablemente Th. W. Richards: “En la teoría atómica actual, partiendo de la constitución de la materia al estado gaseoso, no existía me- dio de distinguir los sólidos y los líquidos. Tal concep- ción explica racionalmente el estado de un gas, pero no explica el volumen fijo de los líquidos, ni la rigidez e im- permeabilidad de los sólidos, y para explicar estas dificul- tades fué necesario admitir que además del átomo o par- tícula rígida e incompresibie existe una esfera de influen- cia que le rodea y que previene el contacto con los otros átomos. Y desde hace 15 años he venido a la conclusión que aun en la forma diluída de los gases, aunque estén muy separadas las partículas rígidas se hallan rodeadas 118 ANALES DE LA de esfera de influencia, pero no mucho mayor de la que nos imaginamos que existe en los líquidos”. Y esta conclu- sión suscita un serio problema respecto al límite real del espacio ocupado por el mismo átomo. Y puesto que esta esfera de influencia aparece siempre acompañando al áto- mo, esta partícula central no debiera tener una significa- ción real, y hasta pudiera aparecer como una suposición arbitraria”. “La llamada esfera de influencia actúa en to- das sus relaciones como si fuera la única realidad impor- tante que se ha de tener en cuenta. Y de aquí resulta este razonamiento: ¿Por qué no denominamos a esta supuesta esfera de influencia el átomo mismo? ¿Y por qué hemos de pretender conocer el cómo la materia se halla distri- buida dentro de sus límites?” “Y entonces, si consideramos este espacio que el átomo ocupa actualmente en los só- lidos y en los líquidos como la parte principal del átomo verdadero, debemos admitir que el átomo es compresible, puesto que este espacio disminuye a medida que aumenta la presión”. “Tales átomos compresibles y elásticos entre la sustancia de que se componen serán capaces de conser- var y trasmitir las vibraciones de calor, aunque se hallen muy apretados entre sí; y de aquí resulta que esta concep- - ción de los sólidos y líquidos, no se opone a la concepción mecánica del calor”. Y después de numerosas pruebas experimentales adu- cidas en apoyo de su tesis, el autor concluye: “La parte realmente esencial de toda esta discusión descansa en la gran evidencia de que donde las afinidades son grandes. los centros atómicos se unen entre sí cada vez más, y don- de las afinidades son ligeras, los centros se separan cada vez más. Esta propiedad es causa de que cada átomo ocu- pa un espacio irregular y torcido, cuya posición variable explica muchas propiedades de la materia”. De cualquiera consideración físico-quimica que se parta siempre se presenta a la inteligencia el mismo pro- ACADEMIA DE CIENCIAS DÉ LA HABANA . 119 blema de la naturaleza de los electronos, o sean las últi- mas partículas de que se supone constituida la sustancia material, y siempre, también, viene el concepto de que a estas últimas partículas acompañan indefectiblemente alguna otra cosa que las da forma, y que las sirve de 1n- termediaria en sus relaciones entre sí. En todas estas con- sideraciones siempre se presenta como indisoluble el dua- lismo químico siguiente: de un lado, las energías que con- tribuyen a reaccionar unos átomos con otros para dar lu- gar a la formación de los cuerpos compuestos, y de otro, las energías que contribuyen a mantener unidos los áto- mos entre sí. La primera aparece como una cosa externa al átomo, y la segunda como una cosa inherente a él, o lo que el Profesor Le Bon denomina energía inter-atómica Las primeras se nos presentan como cuerpos electromag- néticos, las segundas, como energías de afinidad, de cohe- sión, etc. Pero tanto las primeras como las segundas, dejan un espacio vacío que es el campo de actuación, el cual la inteligencia humana trata de ocuparle por medio del con- cepto de otra existencia que como el alma de Garibay se halla indecisa entre lo que nosotros concebimos como ma- teria o como energía. Esto es, los físicos se empeñan en crear el éter, y entre este éter se admite el movimiento vi- bratorio. Vemos, pues, por consiguiente, después de tanto batallar, de tanta acumulación de datos y de hechos, des- pués de tantas lucubraciones del espíritu para interpre- tar sólo algunas manifestaciones de la materia se ve obli- gado a inventar hipótesis absurdas. Todos los estudios de las ciencias físico-químicas tienden a demostrar la enorme inferioridad que en el orden de la realidad se encuentra la sustancia del espíritu con relación a la sustancia material. Volviendo ahora al tema de los átomos, los químicos del principio del siglo pasado reconocieron que después de emplear tedos los medios a su alcance para descompo- ner la materia en sus elementos más simples y hallar las 120 - ANALES DE LA últimas particulas; encontraron que cualquiera fuera el cuerpo de la naturaleza tratado, y cualquiera fueran las energías desplegadas como el calor, la luz, la electricidad, el magnetismo, la fuerza mecánica, etc., siempre quedaban sin descomponer unas cuantas formas atómicas que per- manecían idénticas a si mismas. A mediados del siglo pasado se conocieron como 65 de esas formas, y hoy se co- nocen como unas noventa mal contadas. A simple vista el razonamiento de los químicos les lleva a la conclusión de que no se pueden descubrir muchas más; y por el contra- rio, hay la creencia de que puedan disminuir, suponiendo que algunas de esas sustancias más simples son varieda- des de otras. El límite químico de esas diferentes formas es sin embargo, una suposición muy atrevida: porque así el globo que habitamos, como los astros sólo nos manl- fiestan su superficie, y aun en el caso de la tierra sólo hemos profundizado unas cuantas líneas en relación con su diámetro: idea que podemos hacer sensible como si a una naranja escarbásemos la superficie rugosa de la cor- _teza, y de aquí dedujésemos lo que contiene la parte inte- . rior del fruto. Y aun la materia escarbada de la superfi- cie sólo la conocemos en los límites de 4,000 grados de temperatura como máximum y 273 grados como minimum, y por intermedio de unos cuantos instrumentos (4). Es verdad que los estantes de nuestros laboratorios están pla- gados de libros, libretas, y números con millones de cálcu- los; pero si profundizamos en los resultados, vemos que la mayor parte de los números trazados son para explicar- nos los fenómenos más bien que para descubrirlos. Una vez conocida la naturaleza de aquellos 65 cuer- pos simples, y casi desde el principio se notaron más ana- logías entre algunos cuerpos que entre otros, del mismo (4) Según Lunn *““Tidal and other problems””, pp. 201-18, Carnegie Institution (1909) la presión en el centro de la tierra es de 2.800,000 atmósferas y una temperatura de 16,0000, si se calculan sobre la base de la ley de Roche p—po (1—CX2 ) ec rl hi dd A a AS A AAA AA A cs DA A iO: NS ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 121 modo que sucede con los cuerpos compuestos, y a su vez éstos presentan analogías con los simples, de donde proce- den. Y así como se descubrió la ley de las múltiples pro- porciones entre las que por adición se combinan los cuer- pos simples de la química, el paralelismo de estos hechos indujeron al químico Prout hace 100 años, a considerar dichos elementos como formados por una especie de con- densación del elemento más ligero conocido, esto es, del hidrógeno. De este modo, casi al mismo tiempo que se es- tableció la idea de las relaciones existentes entre los pe- sos atómicos de los cuerpos simples afirmando la ley de Dalton, se dibujó en el horizonte de la ciencia la idea de la unidad de la materia fundada en bases experimentales, y también se inició la idea de que el átomo de Dalton no es una sustancia simple sino compuesta y sumamente com- pleja. En aquel tiempo fué combatida la doctrina de Prout por que minaba en su existencia la teoría atómica y se ne- cesitaron otros 100 años para demostrar las profundas ver- dades concebidas por dicho químico. “Si este punto de vis- ta, decía Prout, es correcto, podemos considerar el protylo de los antiguos como realizado en el hidrógeno, cuya opi- nión no es enteramente nueva”. Si aceptamos este funda- mento, y, además, consideramos los pesos específicos de los cuerpos al estado gaseoso, representando el número de vo- lúmenes condensados en uno, o en otras palabras, el nú- mero del peso absoluto de un simple volumen de la materia prima que ellos contienen, lo cual es muy probable; los múltiplos en peso deben también indicar los múltiplos en volumen o viceversa, y entonces los pesos específicos o ab- solutos de todos los cuerpos al estado gaseoso deben ser múltiplos del peso específico o peso absoluto de la mate- ria prima, porque todos los cuerpos que se unen entre sí al estado gaseoso, se unen con referencia a su volumen. Para sostener la hipótesis de Prout fué preciso ad- 132 ANALES DE LA mitir, que tomando como unidad el peso atómico del hi- drógeno, los pesos atómicos de los otros elementos debían ser números enteros, y en su tiempo así se mostraba en 14 elementos, y aunque después de los eminentes trabajos de Berzelius la desviación de la ley de los números enteros ha sido notoria; nuevos hechos y nuevos descubrimientos han demostrado que la desviación es constante, y además, en casi la totalidad de los elementos el valor numérico de esa desviación es 0.21. Es curioso, sin embargo, observar que si en lugar de tomar la unidad para el hidrógeno se toma la de 16 para el oxígeno, entonces la mayor desvia- ción es de 0.05. Según E. D. Wilson, “The changes of mass and weight, involved in the formation of complex atoms”, 1915, si se toma como base de investigación una modificación de la hipótesis de Prout, según la cual los cuerpos simples es- tán compuestos de átomos de hidrógeno como unidades, entonces es muy importante conocer la causa de esta des- viación en el peso que resultaría de la formación de un átomo complejo compuesto de un número de unidades de atomos de hidrógeno. La regularidad de la desviación su- giere la idea que en general esta disminución en el peso es debida probablemente a una causa común; por más que en los casos de los pesos atómicos del magnesio, silicio y cloro, como casos excepcionales quizá exista algún otro factor diferente. En la actualidad estas dificultades se explican si se admite la teoría de la compresión de los átomos del Pro- fesor Richards. Después de las leyes fundamentales de la química mo- derna, como la ley de Mariotte y Gay-Lusac, relativas a las variaciones de los volúmenes de los gases, y de la hipó- tesis de Prout, no se había dado un paso más importante en las concepciones de los químicos, y de resultados tan trascendentales para el conocimiento, como la ley perió- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 128 dica, formulada por Mendeleef, Meyer y Carnelley, en 1870. Hasta esa fecha no existía una clasificación de los conocimientos químicos al modo como se clasifican en his- toria natural o en astronomía, pero las bases establecidas por la ley periódica abarca todos los elementos conocidos, no ha tenido excepción bien comprobada, y sirve para cla- sificar los elementos no descubiertos aun, y en este sentido ha predicho propiedades características. de los elementos partiendo del conocimiento de sus pesos atómicos. Es cosa muy singular que la ley periódica de Men- deleef, que hoy sirve a los químicos modernos para dedu- cir la ley de Prout y la unidad de la materia, es completa- mente independiente de esas tentativas, y por sí misma, no supone la unidad o la plúralidad de la materia. La mayo- ría de los investigadores de hoy asemejan las funciones atómicas a las variaciones de carácter periódico que de- penden del tiempo y del espacio, esto es, a las funciones en las que una de los variables varía continuamente, mien- tras que la otra varía hasta un limite, después comienza un período de descanso, el cual después de haber alcan- zado su límite, vuelve a aumentar. Pero en las funciones periódicas de los elementos, dice Mendeleef, las cosas pa- san de otro modo. Aquí, la masa de los elementos no au- menta continuamente, sino de un modo repentino, por sal- tos, como del magnesio al aluminio. Así también, la atomi- cidad o cuantivalencia salta directamente de uno a dos, a tres, etc., sin cantidades intermedias. En una palabra, Men- deleef, “The Periodic Law of the Chemical Elements 8, Faraday, lecture, feb. 4, 1889”, considera las masas atómicas como existencias separadas. De lo que llevamos expuesto, dice, “así como las muchas tentativas para en- contrar en el experimento como en la especulación una prueba del carácter compuesto de los elementos, ni de la existencia de una materia primordial, es evidente en mi opinión que esa teoría debe ser clasificada entre las uto- 124 ANALES DE LA pias concebidas por el espiritu del hombre... “Y ahora, entre las nuevas utopías que pueden ayudar en la lucha con las antiguas, no puedo menos de citar una fantasía de uno de mis discípulos, quien ha imaginado que el peso de los cuerpos no depende de sus masas, sino del carácter del mo- vimiento de sus átomos”. “Los átomos, según esta nue- va utopía, pueden ser homogéneos o heterogéneos, pero só- lo les conocemos en movimiento únicamente, y este movi- miento le mantienen con las misma persistencia que los astros mantienen el suyo (5). Otro suceso importantísimo en la historia de la quí- mica es el descubrimiento de las sustancias radio-activas por Ed. Becquerel, y que ha abierto un horizonte inmenso así a las lucubraciones de la filosofía natural, como a las investigaciones químicas; y aquí no podemos menos de ensalzar el mérito de tan ilustre apellido que ha dado por lo menos tres generaciones de sabios, apellido que en la ciencia física ocupa un puesto de primera magnitud, hon- rando a la nación francesa, porque el nombre de Becque- rel ocupa la historia de la física durante un siglo. En rea- lidad, ese descubrimiento es el primero que la química ha efectuado de una sustancia visible que directamente en- señe la estructura y energía de los átomos, y es la primera vez que el sueño de la filosofía, desde Pitágoras a la fecha, respecto a la unidad de la materia, se realice en forma os- tensible, y es la primera vez que la utopía de Mendeleef puede formularse en una hipótesis aceptable, aunque pro- visional; pues aun suponiendo que se confirmen las obser- vaciones de Soddy y Rutherford, etc., de transformar unos en otros los elementos que hoy conocemos, sólo habríamos obtenido la demostración del origen común de la materia que se halla dentro del dominio de la química, porque, se- (5) Como se ve por esta observación del sabio ruso, hace 25 años ya se sostenía por sus discípulos alguna de las teorías que privan en la actualidad. e MO ARA 7 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 125 gún lo que sabemos de las transformaciones radio-activas, éstas son irreversibles, y los. químicos ni las pueden pro- ducir ni retenerlas. * Y si estos cambios son propiedades generales de la materia, esto significaría que toda la materia se halla en un estado de, o en camino de destrucción lenta, y por lo tanto, los partidarios de las causas finales pueden suponer que el universo se halla construído por una sustancia pri- mordial, y por una especie de actividad creadora. Cuando en 1896 Henry Becquerel demostró la pro- piedad que tienen ciertos cuerpos de emitir rayos 1nvisi- bles y penetrantes, el que se dirige a vosotros en este mo- mento, se ocupaba entonces en redactar su discurso de in- greso en esta corporación, titulado “Introducción al estudio de la Espectroscopia”, y por aquel tiempo también se anun- ció el notable descubrimiento de los rayos X, de Roentgen, y aunque ambos descubrimientos fueron las bases del es- tudio de los cuerpos radio-activos, nosotros podemos afir- mar que durante todo el siglo pasado el estudio de las ra- diaciones luminosas fué preparando el terreno para las ac- tuales concepciones. En nuestro trabajo citábamos el caso de Wollaston, quien, en 1804 demostró que los rayos ul- travioleta del espectro solar impresionan el papel que con- tiene cloruro de plata. Citábamos también los trabajos de Niepce, y deciamos: “Pues asimismo, en la fotoquímica, en los fenómenos de fosforescencia se verifica como si una cosa se depositara o desprendiese de los cuerpos fosfores- centes. Citábamos el fosforoscopio de Ed. Becquerel, con cu- yo aparato se almacenan los rayos solares sobre los cuer- pos fosforescentes. Los fenómenos de fosforescencia, decía- mos, abren un extenso camino a la nueva fisica, del mismo modo que los métodos de fraccionamiento químico modi- fican la teoría atómica comprometiendo las manifestacio- nes de la materia y de la energía en funciones desconoci- das”. “De aquí resulta que en la observación de estos fe- 126 ANALES DE LA nómenos se nos presentan estas dificultades: 1% La quí- mica actual es icompetente para dar cuenta de esas mani- festaciones. 2” En las operaciones sucesivas que sutren las moléculas de los cuerpos para someterlas al estado fosfo- rescente se sustrae o se añade alguna cosa que los concep- tos de la químico-física no explican bien. 3” La luz fosfo- rescente es un estado completamente distinto de los otros manantiales de luz que han sido estudiados, como los cuer- pos celestes, la electricidad, o el calor”. El descubrimiento de los rayos cathódicos, de Renard, y los rayos, de Roentgen, vinieron a arrojar nueva luz so- bre el concepto de la constitución de la sustancia miate- rial, y el de las manifestaciones de la energía. Y la dife- rencia fundamental consistía en que, mientras los rayos ultravioleta que dan lugar a esos fenómenos se reflejan y se refractan, los rayos cathódicos y los rayos X, ni se re- flejan ni se refractan, ni se polarizan; esto es, atraviesan todos los medios transparentes para ellos, con la misma ve- locidad, pero mucho menos que los de la luz. Y aquí la ciencia llegó al límite donde se confunden o se compene- tran las manifestaciones de la sustancia material con los de la energía, y así los electronos, los ionios, y las partícu- las radio-activas se clasifican al lado del mundo material, mientras que las radiaciones luminosas pertenecen al mun- do de la energía. ] Las especulaciones a que dieron lugar los experimen- tos de Roentgen condujeron a los físicos a examinar cier- tos cuerpos para observar si alguno de ellos tenian el poder de emitir radiaciones invisibles análogas, y entre los cuer- pos fosforescentes estudiados, Henry Becquerel eligió las sales de urano, cuya constitución óptica es muy notable a causa de la serie armónica de su espectro de fosforescen- cia y absorción; y como el descubrimiento de las emana- ciones de este cuerpo, vino acompañado del lastre cienti- fico de que hemos hecho mención, observó, por ejemplo, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 127 que cuando esa emanación atraviesa la materia al estado ga- seoso, los gases se convierten en conductores eléctricos. Otra propiedad extraordinaria que se descubrió, fué cuando en lugar de una sal de urano se hicieron las experiencias con la pithblenda, o sea, un mineral de composición muy com- plicada y que contiene como el 50% de urano. Entonces se observó que la radiación del mineral es 4.5 veces más fuerte que el poder radiante del metal solo, y de aquí se dedujo que la emisión de estos rayos especiales o radio- activos es debida a la presencia de pequeñísimas cantida- des de elementos desconocidos hasta entoces, que manifies- tan propiedades sorprendentes y que dieron forma los ad- mirables trabajos de Mr. y Mad. Curie: fama que ha tras- pasado del mundo científico al del vulgo con el aislamien- to del radio. Esta conquista de orden experimental tiene la in- mensa ventaja de que el químico dispuso directamente viéndole con sus propios ojos de un estado de divisibili- dad de la materia del mismo orden del átomo que ha su- puesto en su imaginación. La ciencia del siglo pasado se enorgullecía de tener a su disposición un aparato como el espectroscopio, que nos permitía descubrir la presencia de una fracción de millonésima de un cuerpo, pero los mé- todos usados hoy en el estudio de los cuerpos radio-activos son muchos miles de veces más sensitivos que los métodos espectroscópicos. Los métodos de fraccionamiento químico son semejantes, pero la medida de la radio-actividad del producto obtenido en cada operación se efectúa por la ca- pa de aire que está expuesta a las radiaciones. Y si no hu- biese sido por esa enorme diferencia en sensitividad, hu- biera sido imposible descubrir la mayor parte de los cuer- pos radio-activos. Baste decir, que dos mil kilógramos, o sean, dos tonelas de residuos de la uraninita procedentes de Jouchinisthal, se han obtenido dos decígramos de clo- ruro de radio. 128 ANALES DE LA En nuestro trabajo que hemos citado de hace 19 años, decíamos que muchos fenómenos de fosforescencia y de fuorescencia se podían explicar si se hubiese vuelto a ad- mitir en óptica la teoría de la emisión de Newton, pero las experiencias sobre los cuerpos radio-activos, las velocida- des de la radiaciones son algo más lentas que las de los cuerpos luminosos ordinarios, tienen carácter propio, y se distinguen bien las tres clases de rayos que emiten, llama- dos Alpha, Beta y Gamma, los cuales, aunque tienen pro- piedades comunes, difieren en su poder penetrante, y en su modo de conducirse en el campo magnético. La seme- janza de los rayos beta con las radiaciones del cathodo, o sean los electronos, y la semejanza de los rayos garama con los X, de Roentgen, y la semejanza de las partículas de los rayos alpha con las partículas cargadas de electri- cidad positiva, y con una velocidad próxima a la vigésima parte de la luz permiten clasificar estas emanaciones como fenómenos electro-magnéticos. Todos los observadores suponen que las radiaciones de esos elementos raros constituyen una descomposición es- pontánea de los átomos, lo que se demuestra observando cómo esa descomposición del radio va acompañada de una evolución considerable de calor, de tal modo, que aun en- friando las sales de radio con hidrógeno líquido, o sea a una temperatura de (—243*%c), no se detiene la evolución de calor. Lo más sorprendente de estas radiaciones es que in- ducen a los cuerpos que las reciben a emitir aunque sea temporalmente la misma clase de rayos que emite el radio mismo, y se consideran como productos de transforma- ción de las emanaciones del radio. Todas estas consideraciones nos llevan a admitir que la utopia de Mendeleef se está resolviendo en una serie de posibilidades, y que la ciencia ha llegado a los límites donde la inteligencia humana comienza a confundir las acid PY ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 129 percepciones de la materia con las de la energía. Y todas las observaciones conducen a resultados semejantes. Calculando la evolución de calor que se produce en la descomposición de un gramo de radio los físicos la en- cuentran equivalente a unas 10% calorías gramos, mien- tras que la formación de un gramo de agua, partiendo de sus elementos oxígeno e hidrógeno, desenvuelve 4 X 107 esto es, la descomposición del radio produce más de 250,000 veces más calor que la formación del agua. Y cualquiera experimento que se haga con las emanaciones de estos cuerpos radio-activos dan por resultado cifras tan sorpren- dentes. De la desviación que los rayos beta experimentan en un campo eléctrico y uno magnético de intensidad cono- cida, se deduce que sumada del mismo modo que la de los rayos cathódicos es proximamente de! —de la del átomo 2000 de hidrógeno. Y al mismo tiempo, como para burlarse de las concepciones que nos habíamos formado de las combina- ciones químicas, el peso atómico del radio purificado, es de 226.5, codeándose con los pesos atómicos del bario, 137.37, del plomo, 207.10, del platino, 195.2, y “del ura- 10-299... A medida que se estudian las emanaciones de los cuerpos radio-activos se van descubriendo nuevas mani- festaciones de la sustancia material. Hasta ahora el radio es el mejor conocido pero siguen otros como el urano y el thorio, el polonium, el actinium, el ionium €. El polonium por ejemplo, que va acompañando al bismuto, emite ra- diaciones que son unas mil veces mayores que las del ra- dio, y así de 15 toneladas de pithblenda, Markmald sólo obtuvo tres miligramos de sal de polonium impura. Pero no sólo son sorprendentes las manifestaciones conocidas de estos elementos, sino las que pueden encontrarse en otros, y que hasta la fecha no se han determinado. La cir- cunstancia de hacerse visibles a causa de la conductividad de las capas de aire que atraviesan, nos han hecho conocer TOMO LIV —9 130 ANALES DE LA su existencia: ¿Por qué han de ser la radiaciones alpha, beta y gamma las únicas que emiten los cuerpos radio-ac- tivos? Y si el análisis del espectro nos ha hecho conocer las rayas obscuras de Fraunhofer, así como las radiacio- nes infra-rojas y ultravioletas de la luz, que en el orden de la existencia son más extensas que las de la luz pro- piamente dichas. ¿Por qué no han de existir otras emana- ciones que no hayan sido descubiertas mediante los ins- trumentos de física que hoy conocemos? Y así en la des- composición espontánea de las sustancias radio-activas se han descubierto nuevos fenómenos como en la radio-acti- vidad inducida y que Rutherford llama Emanación. Esta emanación que en alguno de sus aspectos se presenta como materia al estado gaseiforme, puesto que se difunde de un vaso a otro, sigue la ley de Boyle en su com- presión, puede ser condensada como aire líquido, y vola- tilizada otra vez si la temperatura se eleva: tiene otra pro- piedad notable como la de que ninguna fuerza física ni química, son capaces de alterar la emanación entre (--180") y (—500%c), y resiste la acción del óxido de cobre, a una temperatura elevada. Además este estado de la materia que se pesa y se mide, la química le considera como un es- tado intermedio en la desintegración completa del átomo de radio, y es el que da lugar a la formación de otros cuer- pos de la química que conocemos como el helium, el plo- mo «. Y estas emanaciones que se nos presentan como ma- nifestaciones de la sustancia material, como materia real y tangible son mucho más tenues, infinitameñte más su- blimes que las varias formas del espíritu que nos presen- tan los espiritistas. Ya es asombroso que en los distintos productos de la transformación del radio, la modificación alpha desaparece en tres minutos, la beta en 26.7, la trans- formación C en 12.5, la C* en 1.25; la transformación D que se parece al plomo en todas sus propiedades nece= AL ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 131 sita doce años, mientras que en los productos de la trans- formación del urano necesita 4.6 X ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 133 partícula alpha del núcleo, el elemento cambia dos pun- tos en la tabla periódica a la izquierda, y la disminución en el peso atómico de cuatro unidades se halla conforme con la teoría, si consideramos que la partícula alpha pro- cede del núcleo del átomo. De un modo semejante la expul- sión de una partícula beta, la cual no es otra cosa que un electrono negativo, obligaría al elemento a cambiar su po- sición un lugar a la derecha, sin cambio alguno en su ma- sa, y en este caso la carga positiva en el núcleo se aumen- ta en una unidad. Según Lindenmman, (Nature, March 1915), las fuer- zas de atracción y repulsión que existen entre los átomos tienen su origen en el núcleo, mientras que las propieda- des químicas y el radio del átomo son condicionados por los electronos externos. En esta teoría se supone que el núcleo es una constante fundamental de la materia, y la carga del núcleo determina el carácter del elemento. El pe- so atómico no es tan característico como el número atómi- - co o la carga del núcleo. El peso atómico es una función compleja del número y configuración de los electronos. Y en cuanto a las propiedades de la materia, tales como la gravitación y la radio-actividad que no se hallan al alcan- ce de los agentes físico-químicos, son funciones del núcleo. Por lo que llevamos expuesto se ve bien que los quí- micos han llevado a mostrar sino la existencia real del átomo material, "a lo menos masas o sustancias de las di- mensiones de lo que se considera como átomo químico. Con sus medios de inyestigación han encontrado que la mate- ria se resuelve en último resultado en unas 92 sustancias simples e idénticas a sí mismas, que no se han podido resol- ver hasta ahora en otras más simples: y en sus relaciones mutuas, en sus combinaciones, siempre aparecen partículas y energías eléctricas, llevándole a sospechar si esas partícu- las en una forma u otra, en una agrupación o en otra cons- tituyen los átomos mismos. Y de este modo, como una con- 134 ANALES DE LA secuencia de la concepción vienen a coincidir con la idea hace mucho tiempo concebida por el jesuita Boscovich, y que formuló de este modo: “Viendo que la materia no pue- de ser y según la concebía Leibnitz compuesta de monadas inextensas, puesto que la superposición de una infinidad de puntos que no tienen extensión, no pueden producir la extensión que posee la materia: y no siendo convin- cente la doctrina de Newton, ésto es, la de que la materia se halla compuesta de átomos sólidos, no en contacto, sino actuando entre sí por medio de fuerzas de atracción y re- pulsión, variando con la distancia: Boscovich propuso una teoría intermedia, abarcando las ventajas de ambas, y evi- tando las dificultades que ellas presentan. Esta teoría es que los constituyentes de la materia son centros de fuer- za, puntos sin dimensiones que se atraen o se repelen de tal modo, que mantienen aparte sus distancias. El eminente profesor de la Universidad de París, Mr. Perrin, en su Tratado de Química Física, estudiando la no- ción de fuerza dice: “Las masas eléctricas presentan ana- logías muy importantes con las masas propiamente dichas. Es verdad que difieren por su dualidad, y también porque en los límites actuales de la precisión de las experiencias no están determinadas por la cantidad de materia que las posee. Sin perder o sin ganar materia, a lo menos de una manera apreciable una varilla de vidrio puede llevar ma- sas eléctricas extremadamente diferentes. Pero se concibe que esta distinción siempre muy importante, perdería su interés teórico, si pensamos que dicha varilla al estado neutro contiene cantidades enormes de electricidad positi- va y negativa.” “Esto es lo que suponía la teoría antigua de los dos fluidos, y no puedo menos de hacer observar que mediante el impulso de experimentadores eminentes, entre los que se encuentran J. J. Thonson, Lorenzt, esta teoría más completa y definida ha tomado tal arraigo, que dentro de poco ha de imperar en todo el dominio de la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 135 química”. “Así es, que en lugar de considerar los dos fluidos eléctricos, como si estuvieran contenidos en la ma- teria, se admite que ellos son inseparables, que ellos cons- tituyen la materia misma.” “Y de este modo, el universo material estará constituído sólo de esas dos sustancias pri- mordiales.” “Todo cambio eléctrico aparente estaría formado por un exceso muy débil de una de esas dos sus- tancias”. (Según esto, un gramo de hidrógeno, contendrá cerca de 200 millones de coulombs, así positivos como ne- gativos. (J. J. Thonson y Kaufman). Mas no se crea que el concepto de estar constituidos los átomos de la materia por energías eléctricas, sea una hipótesis alambicada. Es consecuencia inmediata de: los experimentos sobre las sustancias radio-activas. Hasta fe- cha muy reciente aunque las partículas alpha que se des- prenden del radio, las consideraban los químicos de las mismas dimensiones de los átomos, no pensaban que fue- ran átomos a su vez. Pero los experimentos de Rutherford abrieron el camino para encontrar que esas partículas son átomos de helio, como lo demostraron Geiger, y A. R. Roids. (Philosophical Mag. 1909.) Y el helio es un gas presentando los caracteres de los otros gases monoatómicos que se pesan y se miden y solidifican en la química ordi- naria. Dewar ha demostrado por medio del electrómetro de Rutherford, que un gramo de radio produce un volumen de 0.00000532 de milímetro cúbico de helio por segundo. Y Rutherford a su vez, por su método de conteo ha pro- bado que un gramo de helio produce 136.000.000.000 de partículas alpha por segundo. Pero estas ciento treinta y seis mil millones de partículas alpha, constituyen colectiva- mente los 0.00000532 de milímetro de helio, y por lo tan- to, de aquí se sigue que por necesidad matemática, cada centímetro cúbico de helio, bajo condiciones determinadas contiene 25.600.000.000.000.000.000 de partículas alpha. 136 ANALES DE LA Y a estas mismas cifras conducen todos los métodos que se han empleado para representarnos las últimas partículas químicas en un centímetro cúbico de cualquier gas. Y co- mo éstas partículas son del mismo orden de las que son desprendidas de los rayos cathódicos: ¿No tiene razón el profesor Perrin para afirmar que los fluidos eléctricos constituyen la materia misma? Y ahora se nos presenta la cuestión final. El profesor Le Bon en su excelente libro “La evolución de la Materia,” emite la opinión de que la materia que se disocia se desma- terializa, pasando por fases sucesivas, que la obligan a per- der gradualmente sus propiedades materiales hasta que se disuelve por último, en el éter imponderable de donde pa- rece haber salido; y concluye su primera proposición di- ciendo”: “1*—La materia que antes se consideraba indes- tructible, se desvanece lentamente por la disociación contí- nua de los átomos que la constituyen.” e Por la importancia que encierra este gran problema de la filosofía materialista, nos vamos a permitir copiar los últimos párrafos de un artículo que publicamos en “La Discusión”, el 9 de septiembre de 1906, haciendo objecio- nes a otro que apareció en la Revista de Letras y Ciencias de nuestra Universidad en marzo del mismo año: “Y aho- ra, como conclusión podemos preguntar: Si el aparato de Ed. Becquerel, demuestra que los rayos solares depositan alguna cosa en las sustancias capaces de retenerla: ¿No serán los cuerpos radio-activos almacenes de rayos sola- res? Sabido es que la radio-actividad se manifiesta prin- cipalmente en los minerales, donde se encuentra el thorio. Todos estos se hallan en yacimientos, repartidos en lugares exporádicos de la corteza terrestre, formando, por decirlo así, grupos muy distintos de los que más abundan en la tierra. “¿No será que durante millares de millones de años, esos yacimientos en vías de formación hayan estado expuestos a la acción directa del sol y que por su propie- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 137 dad intrínseca, havan ido acumulando esas emanaciones que hoy admiramos y estudiamos con el nombre del radio? “Porque el que haya visto los tubos que contienen radio purificado y haya observado como se disparan en todas di- recciones esas emanaciones cortas, al modo de chispas di- minutas eléctricas que se mueven, agitan, brillan y des- aparecen sin cesar, y luego haya visto el fosforoscopio de Mr. Becquerel, funcionar con la luz solar; sospecha, sino se convence, de que son cosas semejantes, o que por lo me- nos, tienen un aire de familia muy marcado. Y en este or- den de ideas: ¿No es lícito imaginar que Madame Cure, Becquerel, Thonson, Rutherford, Le Bon €, se están ocu- pando, sin sospecharlo, de la química extra-terrestre? (6). Y entonces, si la propiedad radio-activa de estos ya- cimientos es extranjera en la tierra: ¿Será prudente fun- dar una concepción atómica nueva, ateniéndonos tan sólo a las notabilísimas propiedades 'que presentan estos cuer- pos al espectroscopio?” Por de pronto, nadie duda que el helio descubierto en el sol, por Mr. Norman Lokyer, como treinta años antes que Mr. Ransay le descubriese en la tierra, es realmente (6) Es evidente que en el trabajo de referencia no nos referíamos a lo que pudiéramos llamar la química ordinaria de los cuerpos celestes, puesto que a principios de siglo dimos cuenta en esta Academia de un análisis efectuado por el que se dirige a vosotros, en un meteorito en- contrado en la provincia de Camagúiey. La tierra se halla en contacto directo econ la materia de los espa- cios siderales, o a lo menos, eon los astros de nuestro sistema planetario, ya recibiendo partículas diminutas de hierro y otros cuerpos que se precipitan en la atmósfera como se observa sobre la superficie de las nie- ves perpetuas, o ya masas de todos tamaños hasta de 36 toneladas, que tie- ne el mayor meteorito que se conoce. Y recíprocamente, no sólo podemos inferir que de nuestra tierra se han de eseapar al espacio parte de los gases más ligeros de la atmósfera, sino que tenemos constaneia que han sido arrojadas al espacio interplanetario masas más o menos tenues como las desprendidas en el terrible terremoto de la Isla de Krakatoa y del último acaecido en el Japón. Y ya que hablamos de meteoritos, es cosa muy singular que la com- posición química de estos cuerpos_nos sirve para conocer mejor la evo- lución de las rocas de nuestro planeta, puesto que la extructura y com- posición de esos huéspedes llegados del cielo son menos diferenciadas que las rocas de la tierra, debido sin duda, a que en éstas la coordina- ción de las partes ha sido influenciada en el tiempo por la acción lenta de la hidroesfera y la atmósfera del globo que habitamos. 138 ANALES DE LA un emigrante de los espacios siderales que se ha aclimata- do poco entre nosotros.” Mas por lo que sabemos hoy de la radio-actividad de la materia, y por los estudios últimos de Nicholson, y Wolff of Heidelberg 8, respecto a los espectros de algu- nas nebulosas y estrellas, vemos que existen muchos ele- mentos químicos que no son conocidos, o no se hallan en la tierra y así el helio descubierto por Norman Lockyer en el sol, después de coronium, después el nebullium en el ar- co de Lira, y luego otra sustancia de constitución atómica como el descubierto en Nova Persee: dan fundamento bas- tante para suponer que en ciertas partes del espacio sideral se encuentran nebulosas, que son como los laboratorios donde se fraguan elementos iguales a los que existen en la tierra. La notable conformidad de las teorías de Nicholson con los hechos observados por el análisis espectral, indi- can que estamos en camino de encontrar un sistema que sirva de base para la construcción de los elementos de la química. Y uno de los más interesantes trabajos de Ni- cholson es el que tiene relación con el espectro de las es- trellas de Wolf Rayet, que las consideran los astrónomos como del tipo más simple conocido, o como un producto de la evolución de las nebulosas, donde los únicos elemen- tos que se hallan presentes son el hidrógeno y posiblemen- te el helio. De los cambios progresivos de los espectros es- telares, y otras evidencias que se refieren a la edad de los astros, parece que los elementos más comunes de la tierra son formados de materia más compleja que los sistemas cíclicos y el hidrógeno, y están construídos sobre ellos. En tales espectros los elementos aparecen.en el orden de sus pesos atómicos. Así es, que en conformidad con las ideas de Nichol- son, nuestros elementos terrestres, son productos de evolu- ción de los sistemas circulares simples, encontrados en las ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 139 nebulosas y en las estrellas, poseyendo núcleos complejos que contienen electronos positivos y negativos. Y entonces la materia radio-activa, que se encuentra en algunos lugares del planeta, y en algunos yacimientos de metales raros, no es materia en estado de destrucción y aniquilamiento, como dice Mr. Le Bon, no serán como de- ciíamos nosotros en 1906, almacenes de rayos solares: son los últimos emigrantes de muestro planeta, desechos de la elaboración de los átomos químicos, que no han encon- trado centro de atracción para constituir átomos complejos y mal definidos, y van a buscar sus semejantes atraídos a los espacios siderales, donde hoy se elabora la materia quí- mica. Pero en último resultado: ¿Serán éstos residuos de materia radio-activa, será la sustancia del polonium, o del actinium la verdadera materia prima de que se forman los mundos? Y la ciencia se encuentra hoy con la misma in- cógnita que hace tres mil años, respecto al origen de las cosas. Ya lo decía G. Johnston Stoney, en un artículo pu- blicado en “The Times” de Londres, en 1888: “Una de las lecciones que nos enseñan los astrónomos, es que el uni- verso de materia ponderable es limitado. Sabemos que las estrellas que componen la vía láctea, nuestro sol, y las es- trellas que vemos en una noche serena, forman un grupo destacado de las demás”. “Es ciertamente posible que los hechos conocidos de la nebulosa de Andromeda nos mues- tren que existen otros grupos estelares tan numerosos co- mo los que vemos en nuestra vía láctea; pero que no exis- te un número infinito de esos grupos también parece cier- to.” “Las estrellas no son de todos tamaños, y existe un límite más allá del cual no pueden crecer, y la variedad de sus dimensiones es semejante a la que encontramos entre los guijarros de una carretera, y no existe entre las estre- llas individualidades que en comparación puedan formar montañas ni siquiera bloques”. “Existe en la naturaleza 140 ANALES DE LA por lo tanto, alguna causa que ponga límite a su creci- miento.” Y por último, concluyendo esta larga y pesada diser- tación, decimos nosotros. Si existen espacios muy llenos de estrellas, y si no hay mucha diferencia en sus dimensiones, y si hay muchos grupos vacios entre los grupos: ¿Por qué no hemos de suponer que más allá de ese límite no exista ya materia ponderable? Y si las observaciones astronómicas nos ofrecen du- das, respecto a' la infinidad del espacio, hemos de poner también en duda el concepto de Kant, según el cual, la de espacio es una forma de la intuición, y nos hallamos más conformes con la doctrina de Herbert Spencer, de que la idea del espacio es una idea derivada de los conceptos de semejanza y diferencia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 141 CONVOCATORIA En cumplimiento del Reglamento de esta Academia, se hace pública nuevamente la existencia de dos vacantes de académicos de número, pertenecientes a la sección de medicina, cirugía y veterinaria, por fallecimiento de los doctores Enrique Núñez y Enrique B. Barnet. Estos puestos se proveerán por elección, conforme a lo prevenido en los artículos 5% y 9* del Reglamento, jus- tificando los solicitantes o los propuestos, sus méritos y condiciones, y admitiéndose al efecto, por la Junta de Gobierno, las solicitudes o propuestas documentadas, has- ta las seis de la tarde del décimo quinto día hábil, poste- rior al de la publicación de esta Convocatoria en la Gaceta Oficial de la República, en la Secretaría de la Academia, calle de Cuba número 84-A. Habana, 9 de junio de 1917. Dr. Jorge Le-Roy, Secretario. Artículo 5'—Para ser académico se requiere: Tener por lo menos treinta años de edad. Tener el grado de doctor o el título equivalente en las Escuelas que no confieran aquel. Tener por lo menos diez años de ejercicio profesional. 142 ANALES DE LA, Artículo 9'—Para ser académico de número se re- quiere: Ser ciudadano cubano y reunir las demás condicio- nes exigidas en el artículo 5%; solicitar el ingreso por es- crito, o ser propuesto por cuatro académicos de número: ateniéndose a los requisitos de la Convocatoria publicada en la Gaceta Oficial, cada vez que existan una o más va- cantes. De acuerdo con lo preceptuado en el inciso (a) del ar- tículo 14%, deberán, los que resulten elegidos para cubrir estas vacantes, presentar dentro de los seis meses siguien- tes al de su elección, los elogios de los doctores Enrique Núñez y Enrique B. Barnet respectivamente. Ae il CONDICIONES DE LA PUBLICACION Los ANALES se publican regularmente. Su precio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, á más de los trabajos de la Academia, artículos de actualidades científicas, de pro- egresos obtenidos en las ciencias, de moral é intereses pro- fesionales, de asuntos históricos, de diversos ramos, 81c, éc. Los ANALES sostienen numeroso cange con publica- ciones análogas del mundo entero. La Dirección de los ANALES no se hace solidaria de las doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. ae AVISO Toda obra enviada á la redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchánge S: Y, Es [ANALES DE LA ACA-> DEMIA DE CIEN- J cIas MÉpICAS, Fí- SICAS Y NATURA- Venillez adresser lesexchanges: LES DELA HABANA Cuba 84 A, Habana Sírvase dirigir el cange: Please addres exchange to: OBRAS DE VENTA EN LA: REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la. Comisión de Medicina Legal e Higiene Pública 3 tomos; La Plo- ra Oubana, del Dr. Sauvalle, I tomo; Ma- malogía, Ornitología, Erpetología y Ento- mologwa Cubanas, del Dr. Gundlach; MWemo- ría sobre la Patologia y Antiguedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont, Contribución al estudio de los Moluscos Cu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica del aparato Lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. ISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE ¿E e SA CANALES: > | VAcademia de Ciencias Médicas. FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA o E 12 e ASE EDO E PES e REVISTA CIENTIFICA y pe INSCRIPTO EN LA “ASOCIACION DE LA PRENSA MEDICA DE CUBA” E LATE AN Ys DERECTORES: : Dr. Jorge Le-Roy.-Dr. Garlos de la Torre SAS TOMO LIV JULIO-DICIEMBRE 1917 Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.—CUBA 84 A.-HABANA 27 po HABANA IMP. LLOREDO Y Ca. MURALLA 24 1918 UN E: PEA y e re 33 ps Po RG LEA! e ES SAR ta SUMARIO I.—Informe médico-legal en causa por lesiones, por los Dres.: A. Agramonte y G. Aróstegui, (12 de julio 1917) IIl.—Homenaje al Dr. Juan Santos Fernández. Anteceden- tes, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. . 11L.—Diseurso del Dr. Juan Santos Fernández, contestando a los que le dirigieron la palabra, con motivo de ha- ber cumplido sus siete décadas. IV.—Tasación de honorarios profesionales, por el doctor Jorge Le-Roy y Cassá, (22 agosto 1917)... . > V.—Acta de la sesión pública ordinaria del 25 de octu- bre er aO TE VI.—Informe sobre un producto farmacéutico (Bimagnexis), por el Dr. José P. Alacán, (Sesión del 26 octubre 1917 VIL—La muerte del Dr. Raimundo Menocal, por el Dr. Juan Santos Fernández. A E NR O UP VII.—Bibliografía del Dr. Raimundo Menocal y Menocal, por el o Jorge Le-Roy y Cassá. IX de Pesca, su historia, trabajos “reali- zados: en ella por el Dr. Felipe García Cañizares. 5 sión del 26 de octubre de 1917)... Proyecto de Reglamento interior. . TAS A a Proyecto de Ley de: Besca. cs E Proyecto de Reglamento general para la pesca en la República de Cuba. X.—Las pielonefritis gravídicas, por el Dr. Luis Felipe Ro- dríguez Molina. (Sesión del 26 de octubre de 1917). XI.—Acuerdos de la Academia. XII.—Informe sobre candidatos a dos “plazas de académi- cos de número. [Los Dres.: José A. López del Valle y Luis F. Rodríguez Molina] por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión de Gobierno del 26 de ocutbre de 1917) XIIL—Acta de la sesión extraordinaria del 1% de noviem- bre de 1917. ATA Se MON SE SEL Ed e XIV.—Elogio al Dr. Raimundo Menocal: y Menocal, por el Dr. Federico Torralbas. (Sesión extraordinaria del 12 de noviembre de 1917). ; XV.—El método general de Laplace para órbitas y su y aplica ción directa a órbitas parabólicas, por el ingeniero se- ñor Carlos Millás. XVII.—Acta de la sesión pública ordinaria. del 23 de noviem: bread 1017 XVIII.—Relación breve a la Academia de Ciencias de la Ha- bana de mi última excursión al extranjero por el Dr. Juan Santos E (Sesión del 23 de noviem- bre de 107 , ON XIX.—Doble operación cesárea por pelvia oblicua coxálgica, por. los Dres.: José A. Presno y Julio F. Arteaga. (Sesión del 23 de noviembre de 1917) XX.—Amigdalectomía y amigdalotomía, por. el Dr. Domin-' go Hernando Seguí. (Sesión de noviembre de 1917). XXI—Acta de la sesión pública extraordinaria del 10 de di- ciembre de 1917. XXIL—Colocación del retrato del Dr. Enrique. Núñez en la. Academia de Ciencias por el Dr, Juan Santos Fer- nández.. 143 - 147 1918 JUL 2 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 143 INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA POR LESIONES POR LOS Dres. A. Agramonte y G. Aróstegui (12 julio 1917) Al señor Juez de Instrucción de la Sección Segunda. Señor: Los abajo firmantes, designados peritos médi- cos por ese Juzgado, a indicación de la Academia de Cien- cias Médicas, Físicas y Naturales y de la Sociedad de Estu- dios Clínicos de la Habana, para informar: Primero: acer- ca de la dolencia que padecía el niño Antonio Manuel Lastra, vecino de la calle del Carmen número 22, altos; y segundo, si dicha dolencia podía ser consecuencia de actos deshonestos que se dice fueron realizados en la persona de dicho menor, tienen el honor de hacerlo como sigue: Primero: Que después de haber venido observando al paciente desde el día 28 de junio próximo pasado, de co- nocer los antecedentes del caso por las declaraciones pres- tadas ante ese Juzgado, por los compañeros doctores Mal- berty, Presno, García Mon, Cabrera Saavedra, Valdés An- ciano y Manuel Cabrera, además de los datos aportados por los familiares del niño, las pruebas del Laboratorio a que ha sido sometido el caso .y un estudio cuidadoso del curso de la enfermedad, habiéndolo visitado repetidas veces, conjuntamente y por separado, están de acuerdo en que el (1) Nombrados los Dres. Arístides Agramonte y Gonzalo Aróste- gui como peritos de la Academia en causa número 513, de 1917 en el Juzgado de Instrucción de la Sección Segunda de la Habana, emitieron con los peritos nombrados por la Sociedad de Estudios Clínicos, los informes que se insertan en los Anales para constancia. TOMO LIV—10 144 ANALES DE LA niño Lastra sufría un proceso degenerativo o esclerósico, primitivamente cerebral, que le invadía diferentes sitios del cerebro y médula, es decir, de carácter cerebro espinal, con fenómenos bulbares pronunciados, como se comprobó en la autopsia que presenciaron en el día 10 del corriente mes, y Segundo: Que las lesiones productoras de su enfer- medad, no podían haber sido consecuencia directa e indi- recta de los actos sexuales en los que el niño Lastra pueda haber tomado parte o que en él se hayan realizado. Y para constancia, firman el presente informe, en la ciudad de la Habana, el día 12 de julio de 1917. (f) Arístides Agramonte, R. Gutiérrez Lee, Agustín de Varona, Gonzalo Aróstegui. (Es copia). También los forenses, doctores Córdova y Benasach, rindieron al Juzgado el siguiente informe, en el que se com- prueba que la enfermedad que padecía el niño Lastra y que le ocasionó la muerte, no tenía relación alguna, directa ni indirectamente, con los actos que se decía. Acta.—En la ciudad de la Habana, a doce de julio de 1917, ante el Juzgado, estando presentes el doctor José Luis Vidaurreta, Abogado Fiscal, el doctor Felipe Gonzá- lez Sarraín, defensor del procesado, y el doctor Ernesto Ruiz Toledo, en representación de la acusación privada, comparecen los doctores Arístides Agramonte y Simoni, Ri- cardo Gutiérrez Lee, Gonzalo Aróstegui y del Castillo y Agustín de Varona y González “del Valle, cuyas generales constan, y los médicos forenses de este Juzgado, doctores Federico de Córdova y Guillermo José Benasach. Fueron instruidos de las penas con que se castiga el delito de perju- rio, prestaron juramento en forma legal ofreciendo decir verdad y proceder bien y fielmente en el desempeño de sus cargos de peritos. Leído integramente el informe de esta fecha que antecede, manifiestan los cuatro primeros docto- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 145 res que lo ratifican en todas sus partes, siendo suyas las firmas que lo autorizan. La representación de la acusación privada, con la ve- nia del señor juez, formula las siguientes preguntas que son declaradas pertinentes: Primera: ¿La debilidad es causa predisponente de una enfermedad y en ese sentido puede haber actuado sobre el sujeto o enfermo para que la adquiriese más rápidamente? Segunda: ¿La debilidad producida en el niño Lastra por los excesos sexuales a que fué sometido contribuyó a que adquiera la esclerosis y pudo esa misma debilidad acelerar su muerte? "a Tercera: ¿Se conoce la etiología de la esclerosis ce- rebro espinal, y esa enfermedad produce la muerte rápida- mente, o tarda el enfermo en morir varios años, por lo que es preciso atribuir que la rápida muerte del niño Lastra ha sido debida a otro agente morboso que pudiera ser su de- bilidad orgánica ? Los doctores Agramonte, Aróstegui, Ricardo Gutié- rrez Lee y Agustín de Varona y González del Valle contes- tan a esas preguntas en la forma siguiente: A la primera: Que la debilidad orgánica es causa pre- disponente para todas las edades. A la segunda: Que está contestada en el segundo ex- tremo del informe ratificado. A la tercera: Que no se conoce la etiología exacta de la esclerosis cerebro espinal; que la muerte puede ocurrir según el sitio de las lesiones en un período más o menos prolongado que puede ser de meses a años; la muerte del niño Lastra fué causada por el desarrollo de sus lesiones cerebro espinales. Los doctores Córdova y Benasach, médicos forenses del Juzgado, que concurrieron a la diligencia de autopsia 146 ANALES DE LA y el primero que inspeccionó la asistencia del menor Las- tra, enterado por el Juzgado del informe emitido por los doctores Agramonte, Varona, Gutiérrez Lee y Aróstegui, manifiestan que en vista del resultado de la autopsia, en que se ha podido comprobar que la enfermedad que de- terminó la muerte del niño Antonio Lastra, ha sido la es- clerosis cerebro espinal, con fenómenos bulbares, rectifican su primera manifestación consignada en el informe de fo- jas 42 de esta causa con respecto a la relación que pudieran haber tenido los abusos deshonestos con la afección cere- bro espinal con fenómenos bulbares, que sufría el citado menor y que las lesiones productoras de su enfermedad no podían haber sido consecuencia directa o indirecta de los actos sexuales comprobados en el menor Lastra, según 1n- dicaron en su citado informe. En cuanto a las preguntas formuladas por la acusación privada a los señores Agra- monte, Gutiérrez Lee, Varona y Aróstegui, de que son en- terados en este acto, expresan estar en un todo conforme con las contestaciones selladas. Leído lo escrito se ratifican los comparecientes y fir- man después el señor juez y demás presentes, de todo lo cual certifico, etc. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 147 HOMENAJE AL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ ANTECEDENTES POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá En memorable ocasión (1) nos encontrábamos reuni- dos tres académicos, los Dres. José Guillermo Díaz, José P. Alacán y el que narra estos hechos, contemplando la de- voción con que el Dr. Juan Santos Fernández cumplía uno de los múltiples deberes que lleva aparejado su cargo de Presidente de esta Academia; y en aquel instante propuso el primero de los citados la idea de manifestar de manera pública y ostensible nuestra admiración hacia el hombre que tan bien ha sabido sustituir al insigne fundador y Pre- sidente vitalicio, Dr. Nicolás José Gutiérrez, aprovechando para ello la oportunidad de una fecha señalada de su vida. Esta no podía presentarse mejor que con la conmemoración del septuagésimo aniversario de su nacimiento. Acogida con calor la idea por los otros dos compañe- ros, nos encargamos de sembrarla en el ánimo de algunos académicos, y de tal manera prosperó, que adquirimos el convencimiento pleno que el gérmen fecundo sólo necesi- taba del cultivo de otras inteligencias para producir los sa- zonados frutos que se han presentado después. Llevada a la Academia la idea de ofrecer un homenaje de cariñoso respeto y de presentar a la admiración de pro- pios y extraños el ejemplo de una vida consagrada por completo al culto de las ciencias y de los patrios progresos, como la de nuestro dignísimo y querido Presidente, encon- tró dicha idea tan favorable acogida, que por unanimidad se aprobó; acordándose en la sesión del 8 de junio de 1917 confiar a una comisión integrada por los Dres. J. G. Díaz, J. P. Alacán, J. Le-Roy, C. de la Torre, bajo la presiden- (1) El 30 de mayo de 1916, con motivo del entierro de la hija del fundador de esta Academia, Sra. Matilde Gutiérrez viuda de Carballo. 148 ANALES DE LA cia del Dr, José A. Presno, como Vicepresidente de la Aca- demia, el cuidado de darle forma al homenaje y de reali- zar todo lo que estimasen oportuno, para lo cual se le con- cedió un amplio voto de confianza. El 14 de junio se reunieron los comisionados de la Academia, y su primer acuerdo fué el invitar a los elemen- tos culturales del país a manifestar su adhesión al home- naje con que pretendíamos honrar al hombre integérrimo, que por el sufragio reiterado de los académicos ocupa nues- tra presidencia, sin interrupción, desde los comienzos de la actual centuria; que ya ostenta, desde 1897, el título más alto de nuestro corporación, el de académico de mérito; y. a quien se había rendido público y solemne homenaje en 15 de enero de 1910, al colocar su retrato en el salón de actos de esta Academia en la sesión extraordinaria de ese día, donde el Dr. Héctor hizo su panegírico. El homenaje consistiría en una sesión extraordinaria, en la que el Dr. Carlos de la Torre, como académico de mé- rito también, expusiera los rasgos fundamentales de la vida del Dr. Santos Fernández; en que los representantes de las distintas instituciones y sociedades adheridas le di- rigieran un breve mensaje de adhesión; y para perpetuar el recuerdo de la fiesta, que se grabara una medalla y un diploma conmemorativo, los que le serían entregados en dicho acto. Se acordó, por último, citar a los presidentes de las respectivas corporaciones para el 21 del propio mes de junio a una reunión preliminar. En dicho día concurrieron los señores invitados y por unanimidad se aprobó lo pro- puesto por la comisión de la Academia; que dicha comi- sión, ampliada por los presidentes de todas las adheridas, estaría presidida por el Dr. Presno; que la secretaría la des- empeñase el Secretario de la Academia y que el Dr. José Guillermo Díaz ocupase el cargo de Tesorero, pues entre todas y por partes iguales pagarían los gastos que originase dicha fiesta. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 149 En 5 de julio se volvieron a reunir los señores que com- ponían la comisión y por unanimidad aprobaron el modelo de medalla que presentó el Dr. Carlos de la Torre; acorda- ron la forma en que había de ser redactado el diploma, que deberá estar escrito en latín, y ya con conocimiento aproxi- mado del costo del homenaje acordaron también que ca- da una de las instituciones y sociedades adheridas al ho- menaje, contribuyera con la suma de veinte pesos moneda oficial; fijando, por último, la extensión que había de dár- sele a cada mensaje y que previamente fueran sometidos a la aprobación de la asamblea, con el fin de darle unidad; debiendo ser leídos según el orden de antigiedad de las ins- tituciones y sociedades. Las corporaciones adheridas son: Universidad de la Habana, fundada en 5 enero 1728, representada por su Rector Dr. Gabriel Casuso y Roque. Sociedad Económica de Amigos del País, de la Haba- na, fundada en 9 enero 1793, representada por su Vice- presidente Lic. Eligio Natalio Villavicencio, por ausencia del Presidente Sr. Raimundo Cabrera. Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales, de la Habana, fundada en 19 mayo 1861, representada por su Vicepresidente Dr. José A. Presno y Bastiony. Asociación Médica de Socorros Mutuos, fundada en marzo de 1879, representada por su Presidente Dr. Fran- cisco J. de Velazco. Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, funda- da en 11 de octubre de 1879, representada por su Presidente Dr. José A. Presno y Basiony. Colegio de Abogados de la Habana, fundado en 30 noviembre 1879, representado por el Dr. Antonio Gutiérrez Bueno, por ausencia del Decano Dr. Antonio Sánchez de Bustamante. 150 ANALES DE LA Congreso Médico, fundado en 15 enero 1890, repre- sentado por el Presidente del Comité Ejecutivo del IV Con- greso Médico Nacional Dr. Arístides Agramonte y Simon. Asociación Nacional de Veterinaria, fundada en 1897, representada por su Presidente Dr. Ricardo Gómez Mu- rillo. Sociedad Dental de la Habana, fundada en 1900, re- presentada por su Presidente Dr. Ramón Mendoza. Liga contra la tuberculosis en Cuba, fundada en 14 septiembre 1901, representada por su Presidente Dr. Fran- cisco J. de Velasco. Ateneo de la Habana, fundado en abril de 1902, re- presentado por su Presidente Dr. Evelio Rodríguez Len- dián. Asociación Farmacéutica Nacional, fundada en 10 octubre 1907, representada por su Presidente Dr. Gerardo Fernández Abreu. Sociedad Cubana de Ingenieros, fundada en 30 de oc- tubre de 1908, representada por su Presidente Sr. Luis Morales. Asociación Nacional de Estudiantes, fundada en oc- tubre de 1910, representada por su Presidente Sr. Manuel Martí del Moral. Academia Nacional de Artes y Letras, fundada en 22 diciembre 1910, representada por el Dr. Miguel Carrión, por ausencia del Presidente Dr. Antonio Sánchez de Bus- tamante. Academia Nacional de la Historia, fundada en di- ciembre 1910, representada por su Presidente Dr. Evelio Rodríguez Lendián. Colegio Médico de Cuba, fundado en 30 julio 1912 (aunque iniciado desde noviembre 1910), representado por su Presidente Dr. Fernando Méndez Capote. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 151 Asociación Cubana de Oftalmo-Oto-Rino-Laringolo- gía, fundada en 29 diciembre 1911, representada por su Presidente Dr. Carlos E. Finlay y Shine. Asociación de la Prensa Médica de Cuba, fundada en 18 octubre 1912, representada por su Presidente Dr. Jorge - Le-Roy y Cassá. Sociedad Cubana de Historia Natural “Felipe Poey”, fundada en 30 abril 1914, representada por su Presidente Dr. Carlos de la Torre y Huerta. Sociedad Teatro Cubano, fundada en 1915, represen- tada por el Dr. Salvador Salazar en ausencia de su Presi- dente Dr. Erasmo Reguelferos. Asociación de Pintores y Escultores, fundada en 1* junio 1916, representada por su Presidente Dr. Federico Edelmann. | A éstas se agregó después la Sociedad Benéfica de Instrucción y Recreo del Pilar, que había presidido el Dr. Santos Fernández desde 1885 hasta 1893. — Como complemento se presenta la cuenta de ingresos y gastos presentada por el Dr. José Guillermo Díaz, y en su ausencia por el Dr. José P. Alacán, para con ello dar por terminada la misión confiada a los señores que llevaron a cabo el homenaje al Dr. Santos Fernández, que a conti- nuación se describe. 152 ANALES DE LA CUENTA DE INGRESOS Y EGRESOS DEL HOMENAJE AL DR. SANTOS FERNANDEZ Dr. José Guillermo Díaz: RECAUDADO PAGADO Asociación Farmacéutica Nacional. 20.00 Congreso Médico . 20.00 Asociación de Socorros Mita de MOS 20.00 isa Antituberculosasi 4 e e 20.00 Sotiedadidel: Pilar SL 20.00 Sociedad BelipeDocymi e e 20.00 Colerio Médico PERA Al E A 20.00 Sociedad Económica de Amigos del País. . 20.00 Salon de Bellas ¿Ames e o o dE 20.00 Pagado a Ugarte, propaganda en los periódicos $ 30.00 arreglo del Salón. Ml 70.00 2 Y IICA CIO MESES harto e a de e EDU 35.00 propina a la servidumbre. . ... .-. 8.00 TOTAL. $180.00 $143.00 Dr. José P. Alacán. Entregado por el Dr. José G. Díaz. . . . . $37.00 Rector de la Universidad. . . . NA 20.00 Sociedad de Estudios Clínicos . . . . . . - 20.00 Sociedad Dental de la Habana . . ...... . 20.00 Ateneo de la Habana . : 20.00 Asociación Nacional de Ia 4 20.00 Sociedad Cubana de Ingenieros . . . . . . 20.00 Academia de Artes y Letras . . 20.00 Asociación de la Prensa Médica . . ..... . 20.00 Sociedad Teatro Cubano. . . . 20.00 Academia de Ciencias . 20.00 Sociedad de Oftalmo-oto-rino- ena ) 20.00 Colepiode Abogados. pc Rio le 20.00 Academia de la Historia . 20.00 Pagado a Cándido Montoro (medalla). . . . $150.00 ,», Nicolás Rodríguez (sillas). . . 40.00 E Peñas y ermano els Ne e 6.50 $ ., Pedro Gutiérrez (diploma). 76:93 se », Barcenas (cobros). , 12.00 Tora. . . . $297.00 $285.43 TotTAL GENERAL. . . . $440.00 $428.45 SOBRANTE. $ 11.59 Dr. Jorge Re:RON Secretario. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 153 INVITACION El Sr. Presidente de la República, la Arademia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales, la Uninersidad Nacional y laz Demás Corporaciones Científicas, Diterarias y Artísticas de la Habana, tienen el honor de invitar a Ud. para la sesión solemae que, con obieto De celebrar el sepinagésiao aniversario Del nacimiento del Dr. Iuan Santos Fernández, pe efectuará el Domingo urintidos del aríual. a las ocho y media De la norhe, en el Salón De Actos de la Academia, (Cuba Nn. E4, A.) fabana, 16 de ¡ulio de 1917. PROGRAMA 1*—Explicación del objeto de la fiesta, por el doctor Jorge Le-Roy. 2—Lectura de los mensajes de las distintas corpora- ciones que se han adherido al homenaje. 3“—Discurso del Dr. Carlos de la Torre. 4” —Entrega al Dr. Juan Santos Fernández de una medalla y un diploma conmemorativos. 5”“—Contestación del Dr. Juan Santos Fernández. €_—_— La Banda Municipal amenizará el acto con escogidas piezas de su repertorio. 154 ANALES DE LA DESCRIPCIÓN DEL HOMENAJE El homenaje que nuestras Corporaciones científicas y literarias han tributado al eminente Presidente de la Aca- demia de Ciencias, Dr. Santos Fernández, el día 22 de ju- lio próximo pasado, con motivo del septuagésimo aniversa- rio de su natalicio, ha sido un acontecimiento inolvidable por su extraordinaria solemnidad y por su elevada signi- ficación. Con este acto, la intelectualidad cubana ha queri- do premiar una vida de consagración absoluta al cultivo de las ciencias y a la exaltación y al renombre de la cul- tura patria. Una gran concurrencia de médicos, de académicos, de representantes de las instituciones científicas, literarias y artísticas, de distinguidas damas de nuestra sociedad, con el Gobierno, las Autoridades y el Cuerpo Diplomático, col- maba el amplio paraninfo de la Academia de Ciencias. La fiesta fué presidida por el Dr. José A. Presno, Vice- Presidente de la Academia, quien tenía a su derecha e iz- quierda, a los Dres. José A. del Cueto, Presidente del Tri- bunal Supremo; Leopoldo Cancio, Secretario de Hacienda; Julio de Cárdenas, Fiscal del Tribunal Supremo; Carlos de la Torre, Académico de Mérito; José R. Villalón, Se- cretario de Gobernación; Rafael Montoro, Secretario de la Presidencia; Gabriel Casuso, Rector de la Universidad Nacional y Jorge Le-Roy, Secretario de la Academia. En sitio de honor y presididos por el Decano del Cuer- po Diplomático y Ministro del Uruguay, Sr. Fosalba, los Sres. Ministros Plenipotenciarios de Francia, España, Chi- na, Méjico y Santo Domingo. A las 9 de la noche, después que el ilustre Dr. Santos Fernández, acompañado por una comisión de académicos ocupó una tribuna de honor, extinguidos los aplausos que en calurosa ovación le prodigó la concurrencia y las vi- >/euaWopY ep UQISILOO) *| 2p Á eiuapeoy Y] a2p OlelaJdas 'A0x-97 2B10p “q K PepisiaAUf) | AP JOJD3Y “OSMSED [AINQLO) “JQ “FIDUAPISAINY Y| PP OLBIANDIS “OJOJUO|J [2JRY “4 ¿SPOMQN] SPQO 2P OlJeiaJdas “UQ|E]|A UQUIEY 23SOP “J( “BIWIPeIY *| 2P eJUSPISIAIDA “OUSIJY “Y 2S0P “UQ :viomsnp ap oulaJdng ¡eunql | |9p 21Uapisag “019ND |3P “y 2SOP "JJ “epualdely ap OlIeiaJdas “o19ue7 opjodoa7 “UG “eionsnp ap owaJdng ¡eunqus | |2P |P9S14 “SRUSPIED 2P ODO UG “OMNIA 2P ODWIZPLIY “2JJO | *| AP SOLID UG :epasap e epaimbz1 aq ZIANVNAJHA SOLNVS N VO 4d 7134 VNOJIAL VI NA ZIOANVNAHA SOLNVS NVOf” 44d 1V ISVNAINOH “THA TVIONICISANA OA VALSA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 155 brantes notas de un himno patriótico ejecutado por la ban- da de Artillería, dió comienzo la solemne fiesta. El Dr. Presno excusó la ausencia del Sr. Presidente de la República, por su recientísimo duelo, haciendo cons- tar por encargo expreso del Primer Magistrado, su adhe- sión entusiasta al homenaje. Acto continuo, fueron desfilando por la tribuna, el Dr. Le-Roy, Secretario de la Academia, que expuso la signifi- cación del acto y los Presidentes o Delegados de las ins- tituciones científicas, literarias y artísticas que organizaron el homenaje, quienes leyeron los mensajes enviados al Dr. Santos Fernández, por las corporaciones respectivas. Habló después, en nombre de todos, el ilustre Profe- sor de la Facultad de Ciencias de nuestra Universidad y Doctor honoris causa de la Universidad de Harvard, Car- los de la Torre. Su cálido y admirable discurso, que po- drán saborear nuestros lectores, mantuvo en suspenso al auditorio durante casi dos horas. Al concluir su discurso el Dr. la Torre, el Presidente ofreció al Dr. Santos Fernández la medalla de oro artís- ticamente grabada y el diploma de honor firmado por los Presidentes de todas nuestras instituciones culturales que concibieron esta fiesta tan hermosa y ejemplar, con la que se ha premiado en su gloriosa ancianidad la actuación tan fecunda del benemérito Dr. Juan Santos Fernández. El discurso de gracias, tan sencillo como elocuente, del festejado, que a continuación publicamos, cerró con broche de oro la inolvidable y solemnísima fiesta (1). (1) Reproducido de la Revista de Medicina y Cirugía, de la Ha- bana, que correctamente ha dado cuenta del acto.—Dr. Le-Roy. 156 ANALES DE LA Explicación del objeto de la fiesta, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá, Secretario de la Comisión Organizadora. “La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales de la Habana, deseosa de ofrecer un homenaje de cariñoso respeto a su dignísimo y muy querido Presidente Dr. Juan Santos Fernández, con motivo del septuagésimo aniversario de su nacimiento, acordó solicitar el concurso de las demás instituciones y sociedades científicas, litera- rias y artísticas del país, para asociarse al acto cívico de presentar a la admiración de propios y extraños el ejem- plo de una larga existencia consagrada por completo al culto de las ciencias y al mejoramiento de las instituciones patrias. Presto respondieron los representantes de nuestra inte- lectualidad, tanto en el orden de la ciencia, cuanto en el de las letras y de las artes y por unánime acuerdo de los pre- sidentes de las respectivas corporaciones se ha llegado a la realización de este acto grandioso, en el que vibran al uní- sono la nota más patriótica, la más halagadora, la más sincera, para celebrar este público y solemne reconocimien- to de los méritos y de las virtudes del hombre integérrimo que por el sufragio reiterado de los académicos ocupa sin interrupción su presidencia desde los comienzos de la ac- tual centuria, por su constante dedicación al progreso y a cuanto en Cuba significa cultura y adelanto intelectual, moral y material, y como la patria es la condensación de todas las actividades de sus ciudadanos, el Gobierno de la República, se ha asociado a esta fiesta grandiosa testimo- niando con su presencia que sabe glorificar a los que se han hecho dignos de llevar con honor el nombre de cubano. Desde la más antigua y respetable institución docente, que tuvo su origen allá en los albores del siglo XVITI, nues- tra querida Universidad, hasta la más moderna sociedad, nacida bajo este mismo techo en el pasado año, el Salón de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 157 Bellas Artes, exponente con el colorido y con la forma del sentimiento de nuestros artistas, todas, sin distinción, se han apresurado a sumar sus esfuerzos para poner de re- lieve la vida ejemplar del hombre cuyos grandes mereci- mientos os expondrá dentro de breves instantes nuestro ilus- tre académico de mérito, el doctor Carlos de la Torre, y a dedicarle como imperecedero recuerdo una medalla de oro y un diploma en que se consignan los hechos fundamentales de su laboriosa y fructífera existencia. ¡Feliz el doctor Juan Santos Fernández, que en esta fiesta admirable de confraternidad y de cariño ve consagra- da la obra de toda su vida! Dignísimo y querido Presidente: el oro en que se ha cincelado artística medalla perpetuará la fecha de esta so- lemnidad, y el pergamino, firmado por los representantes de cada una de las instituciones y sociedades científicas, li- terarias y artísticas, os recordará los laureles que en hon- rosas lides habéis sabido conquistar y que reverdecidos en este acto son la mejor corona de gloria para vuestras canas venerables”. ] Mensaje de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana. Doctor Juan Santos Fernández: En nombre de la Aca- demia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, tengo el ho- nor de ofreceros el testimonio de respeto y de admiración que os envían por mi conducto todos sus miembros. La Academia de Ciencias y la Sociedad de Estudios Clínicos se adhieren con entusiasmo a este homenaje, sa- ludando en vos, al compañero insigne por sus beneméritos esfuerzos en pro de la cultura nacional, que ha conquistado sus galardones y sus triunfos en la paz serena de los la- boratorios y de las clínicas, de las bibliotecas y de las so- 158 ANALES DE LA ciedades científicas; al fundador del Laboratorio Histo- Bacteriológico, que fué el primero y durante muchos años el único centro de investigación científica que existió entre nosotros y al cual debemos los beneficios de la introducción y propagación en Cuba de la sueroterapia y de las inocu- laciones antirrábicas; al fundador de la Crónica Médico- Ouirúrgica, decano de nuestra prensa profesional; al re- presentante autorizado de la medicina cubana ante Con- gresos y Academias extranjeras; al eminente oftalmólogo cuya extensa bibliografía, franqueando nuestras fronteras, ha hecho su nombre conocido en la literatura médica con- temporánea; al continuador de la obra de D. Nicolás José Gutiérrez en esta Academia, que enaltecieron con su ilus- tre fundador los más grandes prestigios científicos de Cuba. Para recompensar esa labor extraordinaria, un senti- miento hermoso de gratitud y de solidaridad, nos ha reu- nido aquí en esta consagración solemne de vuestra vida vir- tuosa y ejemplar, tan fecunda en altos estímulos, tan lle- na de acción y de optimismo, de energía y de trabajo útil; en esta fiesta inolvidable, preludio del culto que la poste- ridad ha de tributaros, Dr. Santos Fernández, por haber merecido bien de la ciencia y de patria. José A. Presno y Bastiony, Vicepresidente de la Academia de Cieneias Médicas, Fisicas y Naturales y Presidente de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana Mensaje de la Universidad Nacional. La Universidad Nacional, al rendir hoy, con otras instituciones científicas y literarias, homenaje de admira- ción y simpatía al Dr. Juan Santos Fernández, cumple un grato deber y aun es más grato para mí representarla en este acto, pues unénme a ese gran obrero de la civilización, lazos de afecto que se anudaron en tiempos de mocedad estudiantil. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 159 La magnífica obra docente del Dr. Santos Fernández se describe por sí misma en toda su enorme importancia, al recordarse que en la época colonial, se adelantó con mucho a la enseñanza pública, fundando en Cuba lo que es ahora base de la enseñanza médica contemporánea: la bacterio- logía. Díscipulos del Instituto particular del Dr. Santos Fer- nández, fueron los primeros maestros que tuvimos en tan importante rama de la Medicina: San Martín, Acosta, Dá- valos, Grande Rossi, Ruiz Casabó y varios más. Sí; una gran obrero de la civilización: eso ha sido el Dr. Santos Fernández para honra y provecho de su patria. Dr. Gabriel Casuso, Rector de la Universidad Nacional Mensaje de la Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana. La Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana no podía permanecer alejada de esta fiesta home- naje que se tributa a uno de los cubanos más distinguidos por su actuación científica y sus sentimientos altruistas en bien de la humanidad, al Amigo del País que es querido y venerado por propios y extraños; pues sus relevantes mé- ritos han sido admirados en todo el mundo científico, y la gratitud que se le profesa por sus sacrificios en bien de sus semejantes, constituye el más preciado galardón de su vida. Luchador incansable en aras del progreso, constante y asíduo en su propaganda y estricto cumplidor de sus de- beres, tales son las dotes que han contribuido a elevarlo a tan envidiable altura. Quién no habrá de reconocer sus mé- ritos como: célebre oculista, como fundador de la Crónica Médico-Ouirúrgica y del primer gabinete bacteriológico de Cuba, como Presidente de la Academia de Ciencias Médi- cas, Físicas y Naturales y como asociado a otras corpora- ciones de distintas índoles, así como por sus luminosos dis- TOMO LIV—1l 160 ANALES DE LA cursos y su actuación como Delegado de Cuba en numero- sos congresos científicos en el extranjero. Como miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana, su prestigioso nombre figura desde hace muchos años en el número de sus socios más preclaros. Doctor Juan Santos Fernández: Recibid por mi conducto este mensaje de adhesión de los Amigos del País, los cuales hacen votos porque se pro- longue vuestra preciosa existencia, para bien de la ciencia y de la patria. Óligio Natalio Villavicencio, Presidente, p. s. Mensaje de la Academia de la Historia. Sr. Dr. Juan Santos Fernández. La Academia de la Historia se asocia cordialmente al homenaje que la intelectualidad cubana os rinde al cum- plirse los setenta años de vuestra laboriosa vida; vida con- sagrada, para honor de Cuba, a la ciencia, al trabajo y a la práctica de todas las virtudes públicas y privadas y que os han conquistado la admiración de todos vuestros con- ciudadanos y os han elevado al rango de uno de los más esclarecidos patricios. Vuestro nombre que se pronuncia aquí con simpatía y con respeto por todos vuestros compatriotas que conocen vuestro amor a la ciencia, vuestro desinterés y vuestro en- tusiasmo por cuanto signifique la dignificación del senti- miento patrio y el enaltecimiento de la cultura nacional, ha traspasado ya nuestras fronteras y recibido la consagración de países extranjeros que os han considerado como una de las glorias científicas más legítimas de la época presente y quedará inscripto, con letras de oro, en las páginas de la historia de nuestro país al lado del de los grandes bene- factores de la sociedad cubana. Guelio Rodríguez Kendián, Presidente. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 161 Mensaje de la Academia Nacional de Artes y Letras. Al Sr. Dr. Juan Santos Fernández. TNustre Doctor: La Academia Nacional de Artes y Letras, que me hon- ra con su representación en este acto, se asocia con verda- dero entusiasmo a esta hermosa fiesta en que la intelec- tualidad cubana, en concurso espontáneo y sin precedentes, se reúne para honrar a uno de sus miembros más preclaros. La Academia Nacional de Artes y Letras no podía dejar de concurrir a este justísimo homenaje. Hay hombres cuya obra no necesita encomiarse, porque ellos solos sin- tetizan una época o un ideal, y de cuyos esfuerzos se apro- vecha la sociedad entera, sin distinción de actividades ni de matices. Honrarlos es deber ineludible y goce sincerísimo para los que llevan a efecto el merecido homenaje. Recibid- lo de la más alta representación del arte y de las letras pa- trias y perdonad que su expresión llegue a vos por con- ducto de tan pobre intérprete. Dr. Miguel de Carrión Mensaje del Colegio de Abogados de la Habana. Señor Dr. Juan Santos Fernández. Dedicar la vida sin ánimo de lucro, al estudio y a la difusión de las ciencias, y, en la edad en que se tiene el derecho al reposo, tener alientos bastantes para represen- tar a la patria fuera de ella, como un alto exponente de su cultura científica, es una de las más hermosas maneras de servirla. Como manso río que ha corrido siempre fecun- dando tierras, dando vida a plantas y que llega a su tér- mino sin dejar de sembrar el bien para otros, ha sido vues- tra hermosa y larga vida. Alto ejemplo que ofrecer a nues- tra juventud estudiosa, tan necesitada de alientos de esa especie que la alejen de la estéril lucha política y la enca- 162 ANALES DE LA mine por la útil lucha por saber y por enseñar. Por eso el Colegio de Abogados de la Habana se honra concurriendo a este homenaje que se rinde a un grande de la patria que, en'su gabinete de sabio, en el libro y en la prensa, ha de- rramado generosamente la savia de su cerebro, como otros servidores han derramado con más gloria, pero no con más provecho para Cuba, su sangre por ella. Dios os conceda aún largos años de vida para que, continuando vuestra hermosa obra, seáis un ejemplo que ofrecer a nuestros jó- venes y un legítimo orgullo nacional. Antonio Gutierrez Bueno, Decano, p, s. r. Mensaje del Colegio Médico de Cuba. Al Doctor Juan Santos Fernández. El Colegio Médico de Cuba, institución consagrada al mantenimiento de los derechos, prestigios e intereses legí- timos de la clase médica cubana, se asocia al merecido tri- buto que las entidades científicas todas rinden al laborioso, al perseverante y nobilísimo campeón de cuanto significa cultura y progreso del país. a Fernando Méndez Capote Presidente. Mensaje de la Asociación Médica de Socorros Mutuos de la Isla de Cuba. Doctor Juan Santos Fernández: Cuando hace más de un cuarto de siglo un grupo de escogidos profesionales comenzaron a preocuparse de la situación y del porvenir de la clase médica y concibieron la idea de fundar la Asociación Médica de Socorros Mu- tuos de la Isla de Cuba, fuísteis uno de los primeros en adheriros al pensamiento. Desde el cargo de Tesorero que entonces se os confió hasta el de Vicepresidente que desem- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 163 peñásteis durante algunos años, fué vuestro auxilio factor decisivo para levantar esta Asociación a la altura en que se encuentra. Como socio fundador primero y vitalicio des- pués, habéis formado parte por elección de todas sus Di- rectivas. La Asociación Médica de Socorros Mutuos que os de- be, en gran parte, su prosperidad y su prestigio, concurre con este mensaje de adhesión y de simpatía a secundar las iniciativas de las corporaciones hermanas y a hacer votos por la prolongación de vuestra existencia. Dr. Hrancisco Y. de Velasco, Presidente Mensaje de la Asociación Nacional Veterinaria de Cuba. Doctor Juan Santos Fernnádez. Devoto de las doctrinas pasteurianas, fundásteis en Cuba el primer Laboratorio bacteriológico, hicísteis las pri- meras inoculaciones antirrábicas y librásteis enérgica cam- paña contra el muermo. Sólo esta labor científica—peque- ña, comparada con la magnitud de vuestra obra—bastaba para que la medicina veterinaria ligara a vuestro nombre una deuda sagrada jamás extinguida; una deuda de afecto y devoción al maestro que consagró en nuestro país la unión de las dos medicinas. La Asociación Nacional Veterinaria de Cuba al ren- diros en esta grandiosa fiesta el tributo de su admiración, pide al cielo prolongue una existencia como la vuestra, lle- na de tan fecundas energías y entusiasmo tan ardiente que la nieve de los años no ha podido enfriar. Dr. Ricardo Gómez Murillo, Presidente. 164 ANALES DE LA Mensaje del Comité Ejecutivo del Cuarto Congreso Médico Nacional. Doctor Juan Santos Fernández: Todo acto que tienda a enaltecer los reconocidos mé- ritos de un ciudadano, es honroso para los actuantes tam- bién; y así yo me siento satisfecho, a nombre del Comité Ejecutivo de nuestro próximo Congreso Médico, saludan- do, como lo hago efusivamente, al Dr. Juan Santos Fer- nández, en esta fiesta homenaje que se le hace por sus múl- tiples merecimientos como ciudadano ejemplar y hombre de ciencias, honra de nuestro cuerpo médico, y haciendo votos porque esta ocasión, que celebra un natalicio, sirva para señalar el principio de otrá larga serie de años de vida, tan pródigos como los años pasados, en beneficios pa- ra sus conciudadanos y en beneplácito y satisfacciones para él mismo. De. Aristides Agramonte, Presidente del IV Congreso Médico Nacional Mensaje de la Sociedad Dental de la Habana. Dr. Juan Santos Fernández: La Sociedad Dental de la Habana, con cuya presi- dencia me honro, encárgame, y gustoso cumplo, de hacer llegar a usted su mensaje más cordial y expresivo de sim- patía y admiración, en esta su fecha natal, asociándome gustoso a este homenaje merecido que la Academia de Cien- cias Médicas y demás Corporaciones científicas, literarias y artísticas de la Habana le rinden en. merecida pleitesía por su noble y desinteresada dedicación a la causa de la ciencia en nuestro país. No había de pasar desapercibida para esta Corpora- ción, en cuyo nombre hablo, vuestra incesante consagración al engrandecimiento de la medicina entre nosotros, a cuyo progreso va enlazado su glorioso nombre, como el de uno de los más entusiastas y activos, a quien tanto debemos, por ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 165 haber mantenido el pabellón de nuestra cultura médica a inconmensurable altura dentro y fuera de Cuba. La “Sociedad Dental de la Habana” tiene a gran ho- nor, ofreceros el título de Miembro de Honor de su colec- tividad, enorgulleciéndose ante el ingreso de personalidad tan eximia, entre sus miembros, segura de que ha de con- tribuir con sus excelsos méritos científicos a mantener in- cólume el prestigio de nuestra clase, de cuyo engrandeci- miento somos paladines entusiastas y sinceros. Acepte el insigne compañero este mensaje que me com- plazco en entregarle, que es nuestra sincera adhesión al ho- menaje que hoy se le ofrece. Dr. Ramón —A. Mendoza. Presidente, Mensaje de la Liga contra la Tuberculosis de Cuba. Al Doctor Juan Santos Fernández: La Liga contra la Tuberculosis de Cuba se siente honrada y satisfecha al expresar el testimonio de adhesión al homenaje que se rinde al Dr. Juan Santos Fernández, el cual fué designado en 6 de mayo de 1901 Vocal de la Comisión Permanente Internacional para la profilaxis de la tuberculosis, fundada en Chile, durante la celebración del Primer Congreso Latino Americano. Con dicho carác- ter de Delegado, convocó a diversos elementos políticos, científicos, económicos y sociales, y en el propio año de 1901 quedó constituida en la Habana la Liga contra la Tuberculosis de Cuba, la que, desde entonces, ha venido funcionando con regularidad y cumpliendo el programa que para su desenvolvimiento trazaron sus fundadores. En estos momentos la Liga dirige un saludo sincero y efusivo al Dr. Juan Santos Fernández, en el septuagé- simo aniversario de su natalicio, quien honra a nuestra institución al ostentar los títulos de Miembro de Honor y Presidente Nato de la Liga contra la Tuberculosis de Cuba. Dre. Francisco Y. de Velasco, Presidente. 166 ANALES DE LA Mensaje del Ateneo de la Habana. lustre Doctor Juan Santos Fernández: Setenta años de una vida ejemplar, dedicados, en su mayor parte, a escudriñar, con la fe de un evangelista, los arcanos de la Ciencia, os hacen Benemérito de la Patria. -Consagrásteis todas las energías de un espíritu lleno de serenas claridades, a desgarrar el tupido velo de esa Isis impenetrable que se llama el conocimiento y a la par que desplegásteis perseverante y sabia energía en busca de la Verdad, fuísteis ejemplo vivo de altas virtudes patrió- ticas, de inmaculada moral privada y de grandeza de co- razón. El Ateneo de la Habana, que se honra con teneros en puesto prominente de su Junta de Gobierno, que os debe, en parte, haber podido continuar su esfuerzo de cultura, no debe faltar en este homenaje en que toda la intelectua- lidad cubana os rinde gallarda pleitesía. Por vuestra triple aureola'de sabio, de honrado y de bueno, dejad que salude en vos la suprema consagración de la ciencia y la virtud en nuestra patria, cuya ciencia representásteis en cien Congresos y fué respetada y reco- nocida en la personalidad saliente de tan ilustre manda- tario. Evelio Rodríguez Kendián, Presidente. Mensaje de la Asociación Farmacéutica Nacional. Dr. Juan Santos Fernández: Los farmacéuticos cubanos, representados por la Aso- ciación que presido, no han querido permanecer indiferen- tes al homenaje que hoy se rinde al compatriota ilustre, que a más de su fecunda labor personal, supo traernos las conquistas científicas de otras tierras y estimular y prote- ger las de la patria a manera de perpetuo mantenedor de nuestras justas del saber. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 167 Por ello se adhieren con entusiasmo a este tributo y aquí me envían a transmitiros su mensaje de salutación y simpatía, de admiración y afecto, como flor que aportan para tejer la diadema que se ofrece a la venerable frente que la nieve de los años y la aureola del respeto circundan. Dr. GS. Fernández Abreu, Presidente. Mensaje de la Sociedad Cubana de Ingenteros. Dr. Juan Santos Fernández: “Las ciencias aplicadas, la Ingeniería, la Medicina, la Minería, la Química y la Arquitectura, se encuentran con- gregadas en Cuba bajo la Sociedad Cubana de Ingenieros, que me honro en presidir. Es la voluntad de todos mis compañeros, porque es ello para todos motivo de legítima satisfacción, concurrir aquí esta noche a rendir homenaje, en vos, a un explorador de la ciencia en Cuba; y es nuestro deseo: que la luz de vuestro cerebro continúe, por muchos años más de los que esta noche celebramos, siendo antorcha que ilumine el ca- mino a los hombres de ciencia en nuestra patria. Luis Morales, Presidente. Mensaje de la Asociación Cubana de Oftalmo-Oto-Rimo- Laringología. lustre Maestro: Grande es la satisfacción que me cabe, como Presi- dente de la única Asociación de Especialistas existente en- tre nosotros, en agregar mi pequeño óbolo a este gran ho- menaje que os tributa toda la intelectualidad cubana. Nosotros, como especialistas en el mismo ramo de la medicina, nos encontramos en situación excepcional para apreciar no sólo vuestra inmensa labor científica y clínica, sino también vuestro constante esfuerzo por mantener en 168 ANALES DE LA alto nuestra dignidad profesional y para impedir que nos invada el mercantilismo que cada vez se muestra más ame- nazador. A vos, os deseamos que sigáis aún muchos años con- tribuyendo al honor y al prestigio del país en el pleno goce de todas las satisfacciones de la vida. Para nosotros esperamos que fortificados por vuestro gran ejemplo, no nos apartemos de la senda que tan honro- samente nos habéis trazado. Dr. LC. E. Finlay, Presidente. Mensaje de la Asociación de la Prensa Médica de Cuba. Al Doctor Juan Santos Fernández: Dedicar la vida entera al culto de la ciencia; impo- nerse por la fuerzá del trabajo; brillar por la elevación del pensamiento; ser el apoyo más firme de todos los que en Cuba aspiran a penetrar en el universo por la luz de la inteligencia. He aquí los pergaminos que acreditan las ex- celsa nobleza de vuestra obra en bien de la humanidad y en honor de la patria. La Asociación de la Prensa Médica de Cuba, que os considera el más fecundo publicista científico, se muestra orgullosa al rendiros en esta fiesta memorable el tributo de su cariño. Dr. Jorge Le-Roy, Presidente. Mensaje de la Sociedad Cubana de Historia Natural “Fe- lipe Poey”. Doctor Santos Fernández: Vengo a traer a usted el saludo de la Sociedad Cubana de Historia Natural “Felipe Poey” a la que usted pertene- ce en calidad de Socio Honorario, el más alto título que pueda discernir a un cubano ilustre. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 169 Para justificar este nuevo testimonio de los sentimien- tos de estimación y afecto que tengo en encargo de exponer a usted, en su nombre, me bastaría recordar los títulos cien- tíficos de todos conocidos a que debe usted este merecido honor. El Dr. Santos Fernández, Presidente de nuestra Aca- demia de Ciencias, fundó en 1875 el periódico científico médico más antiguo de los que existen entre nosotros, en- riqueciendo notablemente nuestra literatura médica; ha trabajado sin descanso varias décadas; fué en 1877 uno de los fundadores de la extinta Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba; y a él se debe el primer Laboratorio Histo- Bacteriológico creado aquí; ha consagrado, en una palabra, su vida entera “al sostén y mejoramiento de las institucio- nes científicas cubanas” (1). Pero no quiero dejar de aprovechar la feliz ocasión que se ofrece en este momento de declarar y probar que no habíamos esperado a la fiesta de esta noche para reconocer públicamente las altas cualidades que realzan la personali- dad del Dr. Santos Fernández. Señores, con motivo del quincuagésimo aniversario de la fundación de la Sociedad Antropológica de París (1859- 1909), en la sesión solemne inaugural del 7 de julio de 1909 y en el Gran Anfiteatro de la Facultad de Medicina, en presencia de todos los delegados del mundo civilizado, me vi obligado a pronunciar, en calidad de representante de nuestra Universidad Nacional, una conferencia sobre “El estado actual de las ciencias antropológicas en Cuba”, tra- bajo impreso en el que se lee el párrafo siguiente: “Bajo los auspicios de la “Sociedad de Antropología de Madrid”, fundóse la “Sociedad Antropológica de Cuba”, creación que se debe en gran parte a la iniciativa fecunda de un hombre, que se encuentra siempre al frente de toda em- (1) Memorias de la Soc. Cubana Felipe Poey. Vol. II, p. 82, 1916. 170 ANALES DE LA presa científica entre nosotros, el doctor Juan Santos Fer- nández” (2). Dos puntos esenciales me parece, por tanto, que ca- racterizan su obra de usted, y definen su psicología: ha tenido usted el mérito de la continuidad en el esfuerzo e impulso intelectual, así como en la energía moral; y ha demostrado usted en todas las ocasiones el deso de ser útil y de practicar el bien. Y así lo hemos siempre conocido a usted, dirigiéndose sin descanso, sin violencia, serenamente hacia este período de la vida: “la edad de la medalla”. Es este el momento en que sus contemporáneos, anti- cipándose al juicio de la posteridad, vienen a demostrar a usted su entusiasmo y gratitud. Y no es eso todo. El 26 de abril de 1915—deseo fijar la fecha—, pocos meses des- pués del principio de la guerra, ocupó usted la tribuna del Ateneo para pronunciar una de sus más brillantes confe- rencias sobre “La actual guerra europea y las ciencias”. Pues bien, en esta hora trágica de la historia del mundo, en plena tormenta, la más formidable que ha atravesado la humanidad; en presencia de esta guerra dirigida contra las ideas más dignas y más elevadas que los hombres hayan concebido sobre la tierra, desde el punto en que han empe- zado a pensar y actuar en favor del bien público, usted so- lo entre los hombres de ciencia de este pais, manifestó su inclinación decidida por los intereses supremos de la Jus- ticia y de la Humanidad; usted dirigió frases de aliento moral, realizó una demostración de simpatía pública, ha- cia los que luchan por una causa justa; usted, leal y alta- mente se atrevió a reprobar los procedimientos crueles pues- tos en práctica por beligerantes que han hecho retroceder (2) Informe sobre el estado de las ciencias antropológicas en Cu- ba, por el Dr. L. Montané. Anales de la Academia de Ciencias de la Habana, t. XLVI, p. 372, 1909. Bull. et Mem. de la Societé d*Anthropologie de Paris, Ve. serie, t. X, p. 372, 1909. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 171 la guerra a la barbarie primitiva... y es que usted lo sa- bía, y nosotros todos lo sabemos hoy; nuestro planeta debía convertirse en un inmenso taller, bajo la alta dirección de ingenieros y profesores alemanes, y al mismo tiempo en una mazmorra sometida a la dura vigilancia del militarismo germánico. Tal era el objeto de la guerra actual: espan- tosa visión de bárbaros sabios, cuya realización constitui- ría un retroceso incalculable para el ideal de la civilización humana. Me es particularmente grato, recordar en este momen- to todo esto, y proclamar bien alto que su noble gesto, doc- tor Santos Fernández, se contará como el más bello—qui- zás—de toda su vida. Dr. Luis Montané, Delegado de la Sociedad Cubana de Historia Natural “Felipe Poey” Mensaje de la Sociedad “Teatro Cubano”. . Al sabio Dr. Juan Santos Fernández: Tlustre hombre de ciencia: Lleno de inmenso júbilo—el sano y ardiente regocijo que embriaga los corazones juveniles en estas amenas fes- tas de la ciencia, del amor y de la higiene y de la gloria, — y de profundo y legítimo orgullo, os dirijo esta salutación, en nombre de la Sociedad “Teatro Cubano”, la más joven de todas las agrupaciones de cultura que os rinden hoy ve- nia y pleitesía. Júbilo intenso, porque puede saludaros al arribo a la edad de los prudentes, lleno de fuerza y de vigor, sano de espíritu y de cuerpo; con el pensamiento abierto a todas las sugestiones luminosas del conocimiento; con la voluntad abierta a todas'las sugestiones de la perseverancia y la la- bor constante en todo lo que signifique progreso científico; con el sentimiento abierto a todas las sugestiones del amor y la misericordia... 172 ANALES DE LA Dejad al más joven de vuestros panegiristas la tarea de ponderar justamente vuestro noble, excelente, miserl- cordioso corazón. Aquí se ha enaltecido en esta noche me- morable toda vuestra suprema labor; dejadme hablar del más alto de vuestros méritos: la bondad. Salud, Dr. Santos Fernández!... Tras esta hermosa vida de consagración a la virtud y al saber, por vuestros al- tos méritos científicos, por vuestras virtudes ciudadanas, por vuestra hombría de bien, os espera el tiempo sin térmi- no de la inmortalidad. Dr. Salvador Salazar, Delegado de la Sociedad “Teatro Cubano” Mensaje de la Asociación de Pintores y Escultores.—Salón de Bellas Artes. Dr. Santos Fernández: La Asociación de Pintores y Escultores, movida por un sentimiento que es a la vez gratitud, afecto y admira-* ción, se complace en tributar su homenaje a usted como be- nemérito cubano y Presidente de la Academia de Ciencias, a cuya noble protección y generosa hospitalidad tanto de- bemos nosotros y otras corporaciones culturales. Su nombre de usted, Dr. Santos Fernández, vivirá eternamente en la memoria del pueblo cubano, porque entre sus muchos mé- ritos ha tenido siempre el muy raro y precioso de apoyar con entusiasmo todo movimiento altruista y cooperar des- interesadamente en toda obra benéfica o educadora. Quiera el cielo prolongar aún muchos años su pre- ciosa vida para el bien de la patria y de la ciencia. Federico Edelman, Presidente, —a -S ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 173 Mensaje de la Asociación de Estudiantes de Medicina de la Habana. Sr. Doctor Juan Santos Fernández. Maestro: Permitid que en nombre de la colectividad que repre- sento, exprese, en este vuestro homenaje, la adhesión de la estudiosa juventud cubana a la glorificación de vuestros méritos. No el análisis de vuestra fecunda labor, no la enu- meración de vuestros triunfos, que cuidadosa anota la his- toria científica de nuestra patria, para construir su intenso capítulo biológico; es algo muy interesante de vuestra per- sonalidad lo que he de señalar, tan sólo, en este acto, para norma de la juventud: es vuestro entusiasmo de optimista, vuestro amor a la ciencia por la ciencia. Sean el epílogo de estas mis palabras, venerable Maes- tro, las muy hermosas, cinceladas por el Profesor Richet, al expresar su agradecimiento por un homenaje como éste, de admiración y de cariño; nunca más atinadas que en vuestra coronación científica, ya que así, vibrantes y sin- ceras, las habéis repetido a los jóvenes que enpiezan, como ideal criterio normativo: ...“la investigación de la verdad no engaña nunca. Se encuentra o no se encuentra; después de todo, poco importa; se ha trabajado, se ha esperado, y este es el fin de la vida: trabajar con una esperanza que brilla ante nosotros como una estrella”. Tal es vuestra conducta, y esa estrella que irradia esperanza, tengo para mí que luce en la heráldica de vuestra bandera. Manuel Mart, Presidente, 174 ANALES DE LA Mensaje de la Sociedad Benéfica de Instrucción y Recreo del Pilar. Dr. Juan Santos Fernández: Tengo e: gusto de felicitar a usted en nombre de la Sociedad “Benéfica de Instrucción y Recreo del Pilar, que siempre recuerda con orgullo que fuisteis su Presidente desde 1885 hasta 1893, Y agradecidos a vuestras honradas gestiones, nos ad- herimos espontánea y sinceramente a la meritísima Aca- demia de Ciencias, en la sesión solemne que os tributa ce- lebrando el septuagésimo aniversario de vuestro nacimiento. Lucio Betancourt, Presidente. Mensaje de la Alcaldia Mumecipal de Alacranes. Hay un membrete que dice: “República de Cuba.— Alcaldía Municipal de Alacranes”.—Julio 21 de 1917.— Sr. Dr. Juan Santos Fernández, Habana. Distinguido e ilustre amigo: Atentamente invitado por el Honorable Señor Presi- dente de la República, Academia de Ciencias Médicas, FÍ- sicas y Naturales, Universidad Nacional y demás Carpo- raciones Científicas, para la sesión solemne que, en celebra- ción del septuagésimo aniversario de vuestro nacimiento, se efectuará mañana a las ocho y media de la noche, en el salón de actos de la Academia, no siéndome dable asistir personalmente al mismo, confío mi representación en los señores Manuel G. Quevedo y Fernández y Pedro Capote Carballo, que a la vez ostentan la de la Sociedad de Ins- trucción y Recreo de esta localidad “La Tertulia” Cooterráneo vuestro, siéntome satisfecho por este ho- menaje que se os ofrece, porque el mismo es el justo pre- mio que se otorga al ciudadano ejemplar que, desde que se graduó en la Escuela de Medicina ha dedicado su inteli- gencia y sus energías a laborar en pro de la humanidad y el perfeccionamiento de las ciencias médicas. Haciendo votos al Eterno porque prolongue vuestra preciosísima existencia queda de usted con toda conside- ración y respeto, : (f£) Francisco Díaz. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 175 Discurso del Dr. Carlos de la Torre. Honorable Señor Presidente; dignísimos Sres. Represen- tantes del Gobierno; Excmos. Sres. Miembros del Cuerpo Diplomático; Señoras y Señores: La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales de la Habana, con el valioso concurso de las demás Instituciones y Sociedades científicas y literarias de la República, ha querido tributar este público y solemne ho- menaje de consideración y respeto a su meritísimo e ¡ilustre Presidente el Dr. Juan Santos Fernández, con motivo de la celebración del septuagésimo aniversario de su naci- miento. En este hermoso acto de solidaridad, sin precedentes en la historia de nuestras instituciones, habéis visto des- filar por esta tribuna las más altas representaciones de la cultura nacional, para consignar en breves, pero elocuen- tes mensajes de confraternidad y adhesión, el reconoci- miento de las virtudes cívicas y de los grandes merecimien- tos del ciudadano ejemplar y del hombre de ciencias, que ha consagrado su vida y su fortuna al bien de la huma- nidad y al fomento y perfeccionamiento de las institucio- nes patrias. Habéis oído de voz autorizada de los dignísimos seño- res presidentes o delegados de cada uno de las asociacio- nes aquí congregadas, encomiar la participación del Dr. Juan Santos Fernández en la fundación o en el sostenimien- to de las mismas y su misión generosa y altruista en el seno de nuestra sociedad, hasta agotar en su obsequio el voca- bulario de los epítetos laudatorios de la rica lengua cas- tellana. No esperéis de mí, encargado de trazar, siquiera sea a grandes rasgos, los hechos más salientes de su vida laboriosa y fecunda, que torture por más tiempo su exce- siva modestia. TOMO LIV—12 176 ANALES DE LA Ya en ocasión solemne, con motivo de la colocación del retrato del Dr. Juan Santos Fernández en el Salón de sesio- nes de esta Academia de Ciencias junto a los de sus ilus- tres fundadores y benefactores, nuestro muy distinguido compañero el Dr. Francisco María Héctor, en magistral oración, hubo de enumerar por orden cronológico más de cien títulos honoríficos que desde el año de 1874 le ha- bían sido conferidos por otras tantas asociaciones, como la mejor prueba del altísimo concepto y la estimación de que goza el ilustre Presidente de nuestra Academia de Ciencias tanto en Cuba como en el extranjero (1). Asimis- mo hizo constar el Dr. Héctor la cifra de 419 trabajos pro- fesionales publicados hasta aquella fecha por el Dr. Juan Santos Fernández, y ese número ha aumentado tan consi- derablemente, que en su última “Bibliografía” recopilada por el Sr. Secretario de la Academia Dr. Jorge Le-Roy (2) asciende a 928 títulos, a los que ha agregado otros 50 el laborioso bibliófilo Sr. Carlos Trelles, lo cual forma un to- tal próximo a los 1,000 trabajos, cifra verdaderamente ex- traordinaria y nunca igualada en la bibliografía científica en lengua castellana. No es mi intención, ni cabría dentro de los límites de la misión que me está encomendada, hacer el análisis de la labor científica del Dr. Santos Fernández, ni mucho menos habré de intentar, en su presencia, hacer el elogio de sus grandes virtudes cívicas, tarea por otra parte innecesaria ante la magnitud del homenaje espontáneo que se le tri- buta. Bastará a mi propósito, recordar los hechos culmi- nantes de su vida fructífera, consignados en un hermoso libro “Memorias de la infancia, de la adolescencia y de la vida profesional” que, a petición de sus amigos, ha escri- (1) Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales de la Habana, t. XLVI, p. 384-395. (2) Bibliografía del Dr. Juan Santos Fernández, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. Habana, 1916. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 177 to el Dr. Juan Santos Fernández, y que la Academia de Ciencias, para ejemplo de la juventud estudiosa, ha acor- dado publicar. De ese árbol frondoso cultivado con tanto esmero por este infatigable obrero de la ciencia, vamos a desprender algunas hojas, que desearíamos ver convertidas en pétalos, para depositar al pie de la estatua viviente que habéis sa- bido erigir en este acto grandioso. x* A Nació Juan Santos Fernández en el “Ingenio Atrevi- do”, entre Bolondrón y Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas, cuando ambos poblados pertenecían a la pa- rroquia de Alacranes, en la que está inscripto su nacimiento el 22 de julio de de 1847, hace precisamente setenta años; y al evocar nuestro héroe, lleno de salud y de energía, los años venturosos de la infancia y de la adolescencia en que, arrullado por las palmeras y por el suave rumor de los cañaverales, aspiraba el ambiente puro y vivificador de los campos, se complace en recordar las travesuras de la primera edad, sus correrías por montes y sembrados y has- ta su experiencia en el manejo del arado, como castigo pa- ternal impuesto por destruir locamente los plantíos. A los beneficios de aquella vida, casi pastoril, de los primeros años, atribuye con razón el desarrollo físico que le ha per- mitido más tarde resistir con vigor los efectos de una vida profesional prolongada e intensa al lado del enfermo, en el periodismo médico y en la tribuna de las Academias, en cuyas tareas ha visto agotarse el mayor número de los que le han secundado en las luchas científicas de los cuales guarda recuerdos imperecederos (1). No es, pues, de extrañar que en su discurso anual de la Academia, el 19 de mayo de 1915, desarrollara el inte- (1) J. Santos Fernández. Visita a la villa de mi nacimiento. Dis- curso pronunciado en Alacranes, 1908. 178 ANALES DE LA resantisimo tema de la “Vida Rural”, y que en reciente visita a la comarca de su nacimiento, después de largos años de ausencia, se exaltaran en su espíritu estos nobles y puros sentimientos de gratitud y de amor al terruño, hasta afirmar, parodiando al poeta, “que Cuba es lo mejor del mundo, Matanzas lo más pintoresco de Cuba, y la comarca en que nació la más encantadora de Matanzas” (2). Y como nota simpática en esta fiesta memorable, se encentran aquí presentes dignísimos representantes del Ayuntamiento y del “Liceo” de Matanzas y de la socie- dad “La Tertulia” de la villa de Alacranes, para adherir- se -a este sincero homenaje al preclaro patriota e inmacula- do ciudadano que ha consagrado su vida al perfecciona- miento de la medicina en obsequio de la humanidad, y para sentirse orgullosos de este tributo de la ciencia al ilustre coterráneo y hacer votos porque se prolongue su preciosa existencia (1).- En la escuela rural del “Ingenio El Feliz”, con todas las deficiencias de la enseñanza en aquella época colonial, hizo sus primeros estudios Juan Santos Fernández, hasta la edad de 13 años, en que se trasladó a la Habana e ingre- só en el Colegio de Belén, donde cursó la segunda ense- ñanza bajo la dirección de los Padres de la Compañía de Jesús, de quienes conserva los más gratos recuerdos. Cuando en el memorable año de 1868 estalló la re- volución de Yara, había comenzado ya sus estudios de Medicina en la Universidad de la Habana; pero habiendo sufrido una prisión injusta por falsa denuncia el autor de sus días, en 1869 le envió en compañía de su hermano a continuar la carrera en España, medida previsora que vió (2) J. Santos Fernández. Mi insignificante gestión política. Dis- curso pronunciado en Bolondrón, ¡julio de 1908. (1) Mensaje del Sr. Manuel V. Montes de Oca, Presidente de la sociedad “La Tertulia”?, de Alacranes, representado por los Sres. Ledo. Manuel G. Quevedo y Pedro Capote. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 179 justificada con motivo de los luctuosos acontecimientos del 27 de noviembre de 1871. Terminados sus estudios en la Escuela de Medicina de San Carlos de Madrid, en donde fueron sus maestros, entre otros, los Dres Mata y Encinas, habiendo asistido a las interesantes lecciones del Dr. González de Velasco, fun- dador del gran Museo Antropológico, pasó el Dr. Juan San- tos Fernández a París, en 1872, con objeto de perfeccionar y ampliar sus estudios de oftalmología, a la que habría de consagrarse. En aquella capital del mundo civilizado fre- cuentó con gran aprovechamiento las clínicas de Desma- rres, De Wecker, Panas, Abadie, Landolt y particularmen- te la del famoso Profesor Xavier Galezowski, el especia- lista más notable de su época, de quien llegó a ser Primer Ayudante, y allí adquirió los conocimientos sólidos y la habilidad profesional que pronto hubieron de reportarle utilidad y justo renombre, hasta haber alcanzado el más alto concepto y la estimación de los más distinguidos es- pecialistas de Europa y América, como lo prueban las se- ñnaladas distinciones de que ha sido objeto en los Congresos Médicos Internacionales y por diversas Academias y So- ciedades de México, España, Francia y los Estados Unidos. Con motivo de una interesante encuesta del Diario de la Marina: “¿Cómo ganó Ud. su primera peseta ?”, refie- re el Dr. Santos Fernández que, a excepción de una enu- cleación, cedida por el Dr. Chibret, de Clermont-Feerrand, siendo médico militar en París y compañero suyo de es- tudio en la Clínica de enfermedades de los ojos del Dr. Galezowski, él no había operado más que en los cadáveres; hasta que, habiendo contraído unas fiebres periódicas, úni- cas enfermedades de que hace memoria desde la infancia, fué invitado por otro compañero de estudios, de quien se ha- bía separado en Madrid, a pasar una temporada en su pue- blo, Castillo de Bayuelas, cerca de Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo; decíale el buen amigo, que allí 180 ANALES DE LA soltaría las fiebres y, de paso, operaría a un asturiano que había ido a la siega, y quedó ciego. Avido de comenzar su práctica el novel oculista, aceptó la tentadora invitación, y a los tres días de emprendido su viaje operó de cataratas al asturiano, y fué éste el p: ver caso de su operación fa- vorita y la que tantos triuntos le había de proporcionar. En efecto, había en el pueblo otros seis casos de cataratas, y los operó también, y en los veintidós pueblos de aquel va- lle llegó a operar, en poco tiempo, más de doscientas cata- ratas, lo que le proporcionó seguridad operatoria, expe- riencia propia y material suficiente para escribir una Me- moria que le abrió las puertas de la Academia de Ciencias de la Habana como Socio Corresponsal en marzo de 1875. El estudio y la práctica de esta operación, la más be- lla de la cirugía oftalmológica, pone bien de manifiesto el espíritu progresista del Dr. Santos Fernández; pues, como observa su más competente biógrafo el Dr. José Ramos, profesor que fué de la Escuela de Medicina y presidente de la sección de Oftalmología de la Academia Nacional de Medicina de México, habiendo comenzado por practicar el procedimiento de De Graefe, en boga al dejar los cen- tros de Europa para establecerse en la Habana, señaló sus inconvenientes y sus ventajas, como observador imparcial, y al iniciarse cualquiera modificación en él, trató siempre de completar el perfeccionamiento de la operación de la ca- tarata; lejos de perseverar como muchos operadores en el método a que tenían habituada la mano, evolucionó cons- tantemente en el sentido más favorable, y aceptó las inno- vaciones y las practicó con gran maestría.” En el mismo año de 1875 regresó a su patria el Dr. Santos Fernández, y se estableció en la Habana como es- pecialista en las enfermedades de los ojos, siendo el primer médico que implantó en Cuba la práctica de una especia- lidad en la forma en que se ejercía en los países más ade- lantados; fundó el periódico profesional la Crónica Mé- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 181 dico-Quirúrgica, escribió una obra, Higiene de la Vista, que le fué premiada por la Academia de Ciencias, y el 12 de diciembre fué electo Académico de Número. Desde entonces no ha cesado de trabajar con el mayor entusiasmo en el ejercicio de su profesión, en la prensa médica, en el seno de esta Academia y de cuantas asocia- ciones tiendan al progreso y al mejoramiento de nuestra sociedad, de tal manera, que no sería posible seguirle en las múltiples manifestaciones de su prodigiosa actividad; por lo que, al llegar a este punto, creo interpretar fielmen- te sus deseos consignando su “Acción de gracias” a cuantos han contribuido a los éxitos alcanzados en su carrera cien- tífica. “Como fundamentos de su labor intelectual, conside- ra el Dr. Santos Fernández en primer lugar la prensa mé- dica y después la Academia de Ciencias y las demás socie- dades científicas y centros de cultura en los que ha colabo- rado, comprendiendo entre ellos el Laboratorio Histo-quí- mico-bacteriológico, que sirvió de núcleo o manera de in- troducir y difundir las conquistas de Pasteur en Cuba, en el momento mismo en que se dieron a conocer en Europa. “Como asunto previo, se complace en declarar, mo- destamente, que desde su juventud ha tenido la rara suer- te de rodearse de jóvenes o viejos que han irradiado sobre él la luz de sus inteligencias superiores y le han alumbra- do el sendero largo, pero aceptado con amor, que debía re- correr, habiéndole facilitado así el acceso del término, que sin su auxilio tal vez, no hubiera logrado alcanzar. Los que viven aún, tienen la constante expresión sincera de su afecto, los desaparecidos han dejado grabado en su sér un recuerdo imperecedero. “Hace más de cuarenta años, cuando fundó la Crónai- ca Médico-Quirúrgica, le secundaron eficazmente el doctor Vicente de la Guardia y Madan, su antiguo compañero de estudios en Europa, el Dr. José Rafael Argumosa, que 182 ANALES DE LA dejó pronto el país para ir a Santander y luego a Madrid, y el entonces estudiante don Eduardo Plá y Hernández, que dirigía un periódico, La Fe Científica, que en cierto modo se fundió en la Crónica Médico-Quirúrgica. El doc- tor Plá, por su inteligencia y su rectitud de principios, nun- ca desmentidas, reveló desde el primer momento sus buenas disposiciones para el periodismo, y en la actualidad dirige el Instituto de Segunda Enseñanza y es tenido por uno de nuestros médicos más ilustrados. Al pasar el Dr. Eduar- do F. Plá, a Secretario de redacción de la Crónica, ocupó la parte administrativa que entrañaba no pocas dificulta- des, el Dr. Andrés Valdespino, que fué el sostén de la vi- da material de la publicación y la sirvió hasta su muerte. ““Se asoció una tarde a la redacción de la Crónica Mé- dico-Quirúrgica el Dr. Diego Tamayo y Figueredo, que había sido su compañero de colegio y cuyas dotes intelec- tuales conocía el Dr. Santos Fernández. Llegaba entonces de Europa y pronto se destacó por su competencia en las páginas de la publicación. El Dr. Tamayo, al servicio del periódico, fué el presidente de una comisión enviada a Europa, por la Redacción de la Crónica, para importar en Cuba, en 1887,.1os notables descubrimientos de Pasteur, que habían asombrado al mundo, y de donde procede el sólido progreso moderno. El valor científico del Dr. Ta- mayo, ha crecido con los años, y profesor de la Universidad Nacional constituye una de nuestras autoridades médicas. “Creóse el Laboratorio histo-químico-bacteriológico de la Crónica, en el que desplegó gran actividad el Dr. Ta- mayo, hábilmente secundado por el Dr. San Martín en la rama histológica y por el Dr. Delfín en la parte química; y por su esfuerzo creador, se formaron después: Dávalos, Acosta, Diago, Coronado, Madan, García Rijo, los Pardi- ñas, Grande y Rossi, los Lainé, Calvo, Paz, Sotolongo, Ruiz Casabó, Félix Fernández, Braulio Sáenz, Vila, Pi- quero, Fors, Zamora, Francisco M. Fernández y otros que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 183 formaron legiones, y los más ya desaparecidos. Todos tu- vieron abiertas siempre las puertas del Laboratorio y a su disposición las columnas de la Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, en la que colaboraron asiduamente los más; constituyendo aquel periódico, algo así como el renacimien- to entre nosotros de la ciencia médica que, desde entonces, se ha perfeccionado cada vez más. “Le sorprende que a través de tantas vicisitudes y a pesar de la segunda guerra por la independencia, en que to- do quedó arrasado y hubo verdadera dispersión de perso- nas y cosas, sobreviva aún la Crónica Médico-Quirúrgica, gracias a las raíces que le permitieron echar sus primeros redactores, más o menos ilustrados; pero todos, hombres honrados, que al disgregarse, según el tiempo y las circuns- tancias lo han exigido, se han mantenido todos a la altura de su inteligencia y, sobre todo, dentro de un criterio que ha tenido por base el patriotismo y la moralidad más ab- solutas. “Para eso, cuando se deleita rememorando aquellos co- —mienzos, y ve cómo el tiempo marcha sin que nada lo de- tenga, dejando atrás el pasado con todas sus negruras, le alienta y le conforta el convencimiento de que ha hecho al- go bueno y desinteresado, y que el sol que le alumbró en su juventud fué vivificante y fecundó notablemente el sue- lo de la patria en aquellos días exhaustos de vida harmó- nica... Y cuando piensa que ese astro, siempre obediente a la órbita que ha de recorrer, y que se hunde ahora en el ocaso, como ley física inexorable, es el mismo que vió bri- llar un día en el oriente de su existencia, al alborear sus primeras faenas llenas de fe, se felicita de haber estado unido a hombres dignos que, no sólo le enseñaron con su saber y con su ejemplo, sino que le identificaron a ellos mismos, por la pureza de sentimientos que debe informar cualquiera doctrina para que merezca aceptarse y defen- 184 ANALES DE LA derse. Próximo ya el ocaso de su larga carrera, se siente satisfecho, sin ostentación vana de ello. “Tras de las múltiples labores que le han ocupado, envía a todos aquellos con quienes ha trabajado y so- breviven, pues los más han desaparecido, la expresión de su agradecimiento, y la excusa más sincera y solemne por no haber podido corresponder, cual merecían, a las defe- rencias de que ha sido objeto siempre, por exceso de bene- volencia de parte de los que le honraron con su compañía. “Otro tanto desea hacer con la Academia de Ciencias y con las demás corporaciones en cuyo seno ha luchado, unido a sus más esforzados paladines, por el triunfo de la verdad, que es el sostén de la civilización y el fundamen- to del progreso. “¿Cómo olvidar al Dr. Pantaleón Machado, que in- formó su solicitud de miembro corresponsal de la Acade- mia, dirigida, cuando joven, desde Europa? ¿Al Dr. Feli- pe Rodríguez, de talla tan diminuta como grande era su in- teligencia, que contestó con amor su discurso de ingreso y tanto realce dió, con su competencia, a su primera gestión académica? A los Dres. Joaquín G. Lebredo, Antonio Díaz Albertini y Antonio Mestre, tres de nuestras notabilidades médicas, que se dignaron informar acerca del premio que le discernió la Academia por su Higiene de la Vista, que fué su primer libro de oftalmología. Y al Dr. Francisco M. Héctor, que llevó la voz en el homenaje con que le dis- tinguió esta misma Academia de Ciencias, en 1909, a su regreso de los Estados Unidos de Norte América, a donde le llamó “The Academy of Ophtalmology and Oto-larin- gology”, para honrarle en New York?” “La labor que se impuso en su obsequio, recientemen- te, el Dr. Jorge Le-Roy, Secretario de la Academia de Cien- cias, de recopilar sus trabajos en el espacio de casi media centuria, para ofrecer a la corporación una Bibliografía insuperable, y tantas otras manifestaciones, como la que le ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 185 prodigó la Academia a su regreso de Europa, después de cumplir la misión que le había encomendado, en el XIII Congreso Médico Internacional de Madrid, las estima co- mo rasgos de aliento de parte de sus compañeros de tarea, que no tiene palabras con que expresar su gratitud. ““Pero no quiere omitir la última, la más reciente y ge- nerosa, con motivo de cumplir sus siete décadas”; y se re- fiere al acuerdo de la Academia de publicar este libro de sus Memorias, que es su autobiografía, y al que mira con cariño, dice el Dr. Santos Fernández, “no por lo que vale, sino porque revive en su sér los hechos más culminantes de su vida pasada...” Después de algunas consideraciones que, a nuestro pe- sar, nos vemos obligados a suprimir, termina su “Acción de Gracias” con estas hermosas declaraciones: “Como no ha sido perfecto, dice, y habia molestado más de una vez a sus colegas, promete, en compensación, conservar en sus recuerdos, solamente el bien que le han prodigado bondadosamente; porque los agravios, si los ha recibido, por suerte los ha olvidado por completo: que es más agradable vivir con la reminiscencia de lo' dulce, que con el escozor del resentimiento en el ánimo, cuando es tan corto el recorrido de este mundo, por largo que haya pare- cido alguna vez.” Son tantos y tan interesantes los capítulos de ese her- moso libro de Memorias del Dr. Santos Fernández, que di- fícilmente resistimos a los deseos de daros a conocer algu- nos episodios relacionados con la historia de las institucio- nes aquí representadas; en sus páginas se encuentra consig- nada, sin vanidad, su intervención eficaz y siempre desin- teresada en la fundación o en el sostenimiento y prestigio de casi todas ellas: de la Sociedad de Estudios Clínicos, de la Económica de Amigos del País, de la Asociación Médi- ca de Socorros Mutuos, de los Congresos Médicos Naciona- les e Internacionales, de la Liga contra la Tuberculosis, del 186 ANALES DE LA Ateneo de la Habana, el Colegio Médico, la Asociación de Oftalmo-oto-rino-laringología, la de la Prensa Médica, la Sociedad Antropológica, la de Historia Natural Felipe Poey etc.; así se explica la rara unanimidad con que han respon- dido todas éstas y algunas otras instituciones del país, a la invitación que les dirigiera la Academia de Ciencias, para tributar este merecido homenaje a su Socio de Mérito, e in- sustituible Presidente desde el año de 1901. Lamentábase el ilsutre fundador de esta Institución, Dr. Nicolás J. Gutiérrez, de la falta de entusiasmo de la clase médica, y expresaba sus temores de que pudiera pe- recer, por consunción, la obra de todos sus afanes. El doc- tor Santos Fernández, identificado como ninguno otro de los miembros de la Corporación con el pensamiento de aquel anciano venerable ha sabido, con su ejemplo, man- tener vivo el fuego sagrado en este templo de la ciencia, y ha abierto sus puertas a todas las manifestaciones del pro- greso, y en sus salones han encontrado albergue las más diversas asociaciones científicas, artísticas y literarias del país. En el capítulo de sus “Viajes”, hace un breve resu- men el Dr. Santos Fernández, de su participación en los Congresos Internacionales: en el Il Congreso Médico Pan- Americano celebrado en México, en 1897; en el que leyó entre otros, un discurso titulado “La fiebre amarilla es el obstáculo más grande que encuentra la civilización de la América Latina”; en los diferentes Congresos de la Expo- sición Universal de París, en 1900, en que presentó varios trabajos sobre “La prensa médica en Cuba”, “Los efectos del tabaco en la vista” y “Las enfermedades de los ojos en los negros y mulatos”; en el XIV Congreso Internacional de Medicina celebrado en Madrid, en 1903, en que dió a conocer, en compañía de los Dres. Claudio Delgado y Gus- tavo López, “La profilaxis de la fiebre amarilla”, como consecuencia del descubrimiento del Dr. Carlos Finlay; y -— ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 187 en el Segundo Congreso Científico Pan-americano celebra- do en Washington, del 27 de diciembre al 8 de enero de 1916; así como de otros viajes no menos importantes desde el punto de vista científico, a partir de los que en 1879 v 1886 diera a los Estados Unidos, relacionados con la pu- blicación de la Crónica Médico-Ouirúrgica y la fundación del “Laboratorio Histo-Bacteriológico”, otro viaje a New Vorw, París, Barcelona, Madrid y Valencia, en 1891, Vol- vía entonces a Europa después de diez y siete años de ha- ber dejado la clínica de Galezowski, no sin detenerse antes en la gran metrópoli americana, para admirar los grandes éxitos clínicos y operatorios del ilustre oftalmólogo Her- man Knapp, discípulo de Von Graefe. Las impresiones y enseñanzas que sacó de este viaje han quedado consig- nadas, como invariablemente lo ha hecho, en las páginas de la Crónica Médico-Quirúrgica (1); pero hay un episo- dio poco conocido y relacionado con uno de los méritos de que se hace mención en el Diploma que acompaña a la Me- “dalla conmemorativa de esta fiesta, y que revela el patrio- tismo y la generosidad del Dr. Santos Fernández, siempre dispuesto a introducir en su país toda conquista científica, en bien de la colectividad. He aquí el hecho a que nos refe- rimos: “Al desembarcar en el Havre, en 1891, visitó su Hospital de pabellones aislados y pudo apreciar sus mag- níficas instalaciones; pero lo que más le sorprendió fué la estufa de Geneste, de aire húmedo comprimido, para es- terilizar las ropas de los enfermos que ingresaban y todos los lienzos del Hospital. Las ropas, llenas de manchas, quedaban tan exentas de gérmenes como si hubieran sali- do de la fábrica. Un baño al enfermo antes de penetrar en el nosocomio, completaba su condición de aséptico al ocupar una cama. Concibió desde luego, el propósito de (1) Algunas consideraciones acerca de la labor científica del doc- tor J. Santos Fernández, por el Dr. José Ramos. La Escuela de Me- dicina, México, t. XXITI, núm. 9, mayo 15 de 1908. 183 ANALES DE LA que el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes, en la Ha- bana, tuviera una estufa análoga y con este objeto escribió a su Director, a fin de que la Diputación Provincial, o la entidad que corriese con los gastos del Hospital, abonase la mitad del costo y él la otra mitad. Al llegar a la Haba- na, se enteró de que para pagar la estufa se necesitaba dar funciones de teatro, etc., etc., en tal concepto renunció a ta- les procedimientos, envió la estufa al Hospital y abonó to- dos los gastos, que fueron de dos mil quinientos a tres mil pesos. Hace 26 años que el Hospital utiliza ese medio tan eficaz para evitar las infecciones que vienen de fuera; pe- ro ni en el local ni en ninguna parte se indica que fué do- nación de un ciudadano al Hospital. Verdad es que ese ciu- dadano jamás ha querido hacer ostentación de sus mé- ritos.” No menos interesantes que los anteriores, han sido los viajes más recientes del Dr. Santos Fernández: a New York, en 1901, invitado expresamente por “The Academy of Ophtalmology and Oto-laringology” (1) para conferir- le el título de Académico de Honor; a Filadelfia, en enero de 1916, donde fué aclamado Miembro de Honor de la So- ciedad de Oftalmología, siendo la primera vez que se con- cedía ese título (2); y por último, a España, para asistir a la X Asamblea de la “Sociedad de Oftalmología Hispa- no-Americana”, celebrada en Valencia del 20 al 23 de sep- tiembre de 1916, en la que se le confirió el doble honor de ocupar la Presidencia y de desarrollar el tema oficial de la Asamblea: ¿Cuál es la técnica actualmente preferible pa- (1) Viaje científico, Correspondencia a la Crónica Médico-Qui- rúrgica de la Habana, por su Director, Dr. Juan Santos Fernández. Ha- bana, 1891. Imprenta de A. Alvarez y Ca., 163 págs., en 40, con una introducción en inglés por el Dr. Domingo L. Madan. (1) Viaje a New York. Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana. t. XLEL p. 195. (2) Una visita a Filadelfia para conocer sus instituciones Oftal- mológicas, Habana, 1916. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 189 ra la extracción de la catarata? En este trabajo, que me- reció las felicitaciones y la aprobación de los asambleístas, se declara el Dr. Santos Fernández partidario del método que él llama americano, por haberlo visto practicar cons- tantemente a los cirujanos de New York, y consiste: “en hacer la queratotomía por fuera del limbo, por encima del diámetro transversal de la córnea hasta salir por debajo de la conjuntiva, para trazar en ella un colgajo circular; al punto: practicar la iridectomía y discisión, sin necesidad las más de las veces de usar el lavado de la cámara ante- rior.” Y después de algunas consideraciones, agrega: “Realmente la extracción de la catarata senil hasta el día, es la fusión del pensamiento del gran David, y el ideal del númen de Von Graefe, cimentado en los progresos realiza- dos por la bacteriología, la antisepsia, la anestesia local y cuantos auxilios han prestado a la oftalmología las otras ciencias.” (1) Al terminar las sesiones de la Asamblea, el Dr. Juan Santos Fernández fué nombrado por unanimidad Presidente Honorario del Comité directivo de la Sociedad, y a su paso por la antigua metrópoli fué obsequiado, ade- más de Valencia, en Santander, La Coruña, Barcelona y Madrid, habiendo dado una conferencia en el Ateneo en honor del benemérito Dr. Claudio Delgado, colaborador del genial Dr. Finlay, y leído un discurso en la Real Aca- demia de Medicina. Tales son los más recientes honores de que ha sido objeto en el extranjero nuestro insigne com- patriota, honores que si personalmente le enaltecen y son causa de legitima satisfacción y de júbilo, no menos deben de enorgullecernos a todos los cubanos, por cuanto sus triunfos contribuyen como ha dicho uno de sus ilustres bió- grafos, “al esplendor del nombre de la tierra nativa, no só- (1) Viaje a España, en representación de la Academia de Ciencias, para asistir a la X Asamblea de la Sociedad de Oftalmología Hispano- Americana, celebrada en Valencia del 20 al 23 de septiembre de 1916. Habana, 1917. 190 ANALES DE LA lo cuna de héroes legendarios, sino también de excelsas in- telectualidades y espléndidas virtudes.” (1). Permitidme ahora que os revele un secreto profesio- nal del precioso Archivo de la Clínica Oftálmica del doc- tor Santos Fernández: Sabido es que “en los libros que for- man ese monumento científico, el más grande quizás que dentro de esa especialidad puede registrarse, se encuentran anotadas e historiadas detalladamente las hojas clínicas desde el primero hasta el último de los enfermos de los ojos que ha asistido durante más de cuarenta años de práctica en España, Cuba y en otros países” (2). A cada enfermo corresponde una hoja clínica, en la que se anotan las ob- servaciones pertinentes, cada vez que vuelve a la consulta, y a cada hoja corresponde un número, que alcanza ya la res- petable cifra de 61,169. Este rico arsenal de experiencia propia le ha suministrado material abundante para sus in- teresantes comunicaciones a la Academia de Ciencias y a los Congresos Científicos; para sus numerosos artículos en la Crónica Médico-Ouirúrgica de la Habana, en los Archa- vos de Oftalmología Hispano-Americanos y en otras publi- caciones profesionales del extranjero. En él se encuentran anotadas las más ilustres personalidades que han brillado en Cuba en la política, en las ciencias, en las letras y en las artes, de las cuales ha recogido impresiones y conserva gra- tos recuerdos que ha querido dejar consignados en su libro de Memorias; pero hay una de esas hojas clínicas, la se- ñalada con el número 9,106, particularmente interesante y que constituye su mejor éxito, por lo que voy a cometer la indiscrección de publicar. (1) El Dr. Santos Fernández, Artículo del Sr. J. N. Aramburu, reproducido por la Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, noviem- bre de 1905. (2) Dr. Manuel Ruiz Casabó. Descripción del Archivo de la Cú- níca del Dr. Santos Fernández, en la Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, y Prólogo (inédito) a sus Memorias. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 191 “Llegó una mañana a su consulta un buen amigo y colega, con el. propósito de recomendarle a una enferma, perteneciente a una familia acomodada, que era lo mejor de su clientela, y a la que había dado su tarjeta de presen- tación. En efecto, a la mitad de la consulta apareció la enferma y, aun cuando estaba acostumbrado a ver jóvenes hermosas sin que le produjesen más efecto que la admira- ción de lo bello, ésta le produjo una impresión distinta, que parecía más honda, pero que procuró disipar. Por la tar- de, después de la consulta, se presentó de nuevo el doctor, para saber si había acudido la enferma y el juicio que ha- bía formado de sus sufrimientos oculares—La he exami- nado, le dijo; tiene astigmatismo y una neuralgia del quin- to par ligada a su temperamento nervioso, que le provocará muchos sufrimientos; pero no hay motivo de que la vista peligre. “Al marcharse, le dijo:—Mi querido compañero, no me envíe usted enfermas de esa naturaleza, pues ésta me ha dejado deslumbrado.—¿Cómo, respondió, le ha intere- sado a usted la joven? Pues tengo gran intimidad con su señora madre, la Condesa de San Ignacio, y estoy autori- zado para ofrecerle su casa, le replicó.—Buen cuidado ten- dré yo de no tratarla, sino como médico, porque de otro mo- do, dejaría de ser neutral. “Transcurrieron algunos días sin ver al colega ni te- ner noticias de la enferma; pero un día, después de la con- sulta, recibió una carta de su señora madre, rogándole pa sara a ver a la enferma, que estaba impedida de asistir a la consulta. Acudió a la casa, la asistió durante unos días de su neuralgia del quinto par, y al retirarse como médico, su señora madre le ofreció la casa, le hizo saber que recibía los viernes y que tendría gusto en que la honrase con su pre- sencia. Agradeció la atención; pero no se había atrevido a acceder a la cortés invitación. TOMO LIV—13 192 ANALES DE LA “Cierto día, en una ceremonia, se acercó a saludarle el Jefe de la Policia Municipal, que era íntimo amigo de la casa de su clienta, y le dijo con marcado interés: —No va- ya usted esta noche, día de recibo, a la Quinta de Toca, porque Teresita ha pasado el día con mi prima Mercedes y allí estará, en la fiesta que celebran, por ser su santo. Tendría mucho gusto en llevarle, y mi prima lo tendría también en recibirle... e insistió tanto, que se vió obliga- do a complacerle.” El dueño de la casa, resultó serle persona conocida desde hacía algunos años y por cierto de manera bien ori- ginal, cuando empezó a ejercer su profesión en la provin- cia de Toledo. “Después, pasó al salón. Mientras baila- ban los demás, dirigió por primera vez la palabra a su clienta, como un particular y... allí fué Troya”. | “Algunos meses más tarde, le advertía en el baño su criado, que ya se había enjabonado el pelo ocho veces. Era que había resuelto casarse, y estaba preocupado, reflexio- nando sobre tamaña resolución. “Se casó (y desapareció la neuralgia del quinto par), y él se convenció de que estaba equivocado en cuanto a sus ideas contrarias al matrimonio, por creer que constituiría un obstáculo para consagrarse a la ciencia. Comprendió que un hombre de sus condiciones, no podría permanecer soltero; se aburriría soberanamente, y casado, ha podido dedicarse con más libertad al estudio. Su esposa ha sido su mejor colaboradora. Su verdadera administradora, por- que él es descuidado, dice, en el manejo de los bienes, que ella gobierna por completo, siendo aquéllos exclusivamen- te de él: Le ha dado un hogar feliz, una hija, y ésta su es- poso, que es otro hijo, al que no puede querer más que a ella, porque los quiere a los dos por igual”. (1) (1) Mi matrimonio. Capítulo (inédito) del libro de Memorias del Dr. J. Santos Fernández. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 193 Dignísima señora y esposa del Dr. Santos Fernández, su mejor colaboradora y verdadera administradora: permi- tidme que en nombre de la Academia de Ciencias y de las Instituciones aquí congregadas os dirija un respetuoso sa- ludo, y os felicite por vuestra cooperación activa y genero- sa en los merecidos triunfos alcanzados por vuestro aman- tísimo esposo. A vos, nobilísima dama que, lejos de estar celosa de esta Academia de Ciencias y de todas estas Ins- tituciones, por haberos restado las horas que os pertenecían en absoluto, habéis venido a demostrar con vuestra presen- cia, que os sentís recompensada y satisfecha con este since- ro homenaje de consideración y afecto que tributamos al hombre privilegiado que tuvo la suerte de elegiros por com- pañera. : ¡Que Dios os conceda a ambos largos años de vida, para que podáis disfrutar unidos, en el hogar feliz que ha- béis sabido formar, el premio merecido de vuestros afanes! Al terminar su discurso el Dr. Carlos de la Torre, di- jo: que no quería abandonar la tribuna, sin someter a la aprobación de los dignísimos señores Presidentes y Dele- gados de las Instituciones y Sociedades allí presentes, una proposición que pudiera ser el complemento de aquella her- mosa fiesta y había de perpetuar el nombre y la obra me- ritísima del Dr. Santos Fernández. Leyó algunos pasajes de la historia brillante del “La- boratorio Histo-bacteriológico y de Vacunación antirrábi- ca de la Crónica Médico-Quirúrgica”, escritos por el Dr: Manuel Ruiz Casabó, y el siguiente hermoso párrafo del Dr. Grande y Rossi, otro de los hijos agradecidos de esa benemérita Institución, en donde se formaron la mayor par- te de los profesores y el personal de laboratorio que utilizó el Gobierno en su campaña sanitaria desde la Intervención. “Era el Laboratorio de la Crónica centro raro, único de aquella época. Un instituto europeo en medio de esta tie- 194 , ANALES DE LA rra de América colonial, en el que cada uno tenía amplia libertad para el estudio, copiosa colección de útiles, abun- dante provisión de lo que fuere necesario para las investi- gaciones, con la condición sola y precisa de ceder al perió- dico el fruto literario del estudio que emprendiese. Especie de alta escuela gratuita y afectuosa que pudieron aprove- char muchos de los graduados que salían de la Universi- dad de entonces, sin saber objetivamente, qué fuese una estructura, un gérmen, una enfermedad infecciosa, una reacción química, un fenómeno biológico” (1). Hoy, en cierto modo, las cosas han cambiado, agregó; es verdad que existen Laboratorios bien atendidos en las diversas Escuelas de la Universidad, en los Departamen- tos de Sanidad y también algunos particulares o privados; pero cada uno de ellos tiene una misión especial: los Labo- ratorios de la Universidad, son insuficientes para contener el número creciente de alumnos que acuden anualmente a iniciarse en los trabajos prácticos, y pronto tienen que ce- der el puesto a los que les suceden, para no volver a visi- tarlos nunca; los de Sanidad, tienen que realizar diaria- mente un número considerable, a veces extraordinario, de análisis y otros trabajos, en relación con las exigencias apremiantes de la salud pública y de los problemas sani- tarios; de suerte que, el graduado que sale de la Univer- sidad, mejor preparado que entonces, y necesita ampliar sus conocimientos prácticos, o el profesor que desea em- prender algunas investigaciones originales o comprobar los descubrimientos que a diario se realizan en otros países más adelantados que el nuestro, carecen de un centro apropiado y de los medios indispensables para ello. En apoyo de su tesis, cita algunos ejemplos: Habiéndosele consultado sobre la naturaleza de la ciguatera, enfermedad apenas conoci- (1) Discurso de recepción como Académico de Número del Dr. Fe- derico Grande y Rossi. Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Fí- sicas y Naturales de la Habana, t. L, p. 139, julio de 1913. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 195 da por los hombres de ciencia, propuso al peritísimo y en- tusiasta Director de Sanidad Dr. Juan Guiteras, empren- der una serie de estudios encaminados a ese fin, en algu- no de los Laboratorios a su cargo, y no obstante la eficacia reconocida del eminente funcionario y su conformidad acer- ca de la importancia del asunto, no le fué posible intentar- lo, porque las necesidades perentorias del Departamento le impedían distraer el personal y el material del mismo en esas investigaciones. Otro tanto ocurrió en otra ocasión a la comisión encargada de estudiar la enfermedad de los co- . coteros, que no pudo disponer de un Laboratorio para com- probar o rechazar las causas a que se atribuía el mal y los medios para combatirlo. Cree, pues, haber demostrado que hoy, más que hace treinta años, dados el carácter y las ten- dencias de la ciencia contemporánea, es útil y necesario un centro de investigación libre, sin las trabas de las institu- ciones docentes y de los centros oficiales, en que viejos y. jóvenes, maestros y discípulos encuentren la manera de per- feccionar sus conocimientos y consagrarse al estudio en bien de la patria y de la humanidad. Por otra parte, este homenaje que celebramos en ho- nor de nuestro ilustre compatriota, tiene un carácter pro- pio que le distingue de otras fiestas análogas. Por regla general, el jubileo de un hombre de ciencias, consagrado al estudio y al ejercicio de la profesión durante media cen- turia, supone un desgaste de fuerzas y una falta de ener- gías próximos al agotamiento. Cita el ejemplo bien co- nocido del jubileo de Mr. Pasteur. Existen, no obstante, honrosas excepciones. Dos astros de primera magnitud bri- llaron en las ciencias, en Cuba, en la pasada centufia: apenas necesita citar los nombres de su sabio maestro don Felipe Poey y del benemérito fundador de la Academia de Ciencias don Nicolás J. Gutiérrez; a los setenta años se encontraban ambos en el zenit de su gloria, y todavía ilu- 196 ANALES DE LA minaron durante muchos años el horizonte de la patria con los destellos de su inteligencia. El Dr. Santos Fernández, gracias a su naturaleza vi- gorosa, a su vida frugal, a los ejercicios físicos metódicos y al alejamiento de todas las causas destructoras de la eco- nomía, goza de una salud perfecta y se encuentra en con- diciones de prestar aún grandes servicios a la ciencia y a la patria. Desde su juventud él ha desempeñado cargos pú- - blicos, no retribuídos, en los ramos de Instrucción y de Hi- giene, y durante treinta años ha sostenido en Cuba el La- boratorio Histo-bacteriológico y de Vacunación antirrábica, sin haber recibido subvención ni auxilio alguno del Estado. En virtud de las razones expuestas, propone: que por todos los señores Presidentes o Delegados de las Institu- ciones y Sociedades que suscriben el diploma adjunto, a que va a dar lectura, se dirija una solicitud al Congreso de la Nación, que espera habrá de ser apoyada por los dignísi- mos señores Representantes del Gobierno, a fin de que, allí en la Quinta de Toca, nido de sus amores, cuna del Laboratorio y feliz albergue de la primera clínica oftal- mológica en Cuba, se cree un centro de investigaciones cien- tíficas que se denominará Instituto Santos Fernández. (Una salva de aplausos de la concurrencia, fué la señal más elocuente de la aprobación del proyecto). El Dr. San- tos Fernández será el Director vitalicio del Imstituto y será asesorado por un Consejo de profesores, nombrados por él. No podrá el Instituto Santos Fernández cobrar honorarios ni expender productos, como fruto de sus investigaciones. El Estado adquirirá la casa Quinta de Toca, con destino al Instituto Santos Fernández y lo dotará con la subven- ción necesaria, en atención a los altos fines a que está des- tinado. Terminó el Dr. la Torre, dando las gracias, en nom- bre de las Instituciones y Sociedades allí congregadas, al muy Honorable Señor Presidente de la República y a sus TAS 5% ¿ATURALIUM Saa, > PET Pe. ES (¿uboiquatio Fisulac Cubanas A >) SS e Xitterariio Socictatibus opitulantibus ¿DD Dani Santos Fernandez Aviduo ac tenac medicalium scentiaun culbou ac fpculsimo eplitalinico Aronicacs Medico Cheruer gee iutialou ac ndefesso sustenlalod Artimabrdo SOU O 7 Fast Colema nNICÍULOU y Flusto-SBacteruotogia Cuban fundalou Calfactoria: madhinac al infectione leberalucis introductor ConventuumSrentavum Medicaleum algue BrrodicorumSibellorum de re media e fomotort A SLritlci Concilio e Lentiem pro Ana Hai estate Valionale. APA ETT missimo Boaasido Srtegermino evlre pe Hindi quina immio de tota Tepublica meutirino ÁUREUM NUMISMA amplissimi honoris testimonium, recurrente LXX natalis ejus aniversario dicat et offert Araulbanac di VEGENMO scudo Harto arme ulbescind RORGEn Est AecemesoJulemmí Pla deceo Abre Love tala Habra OO Babriol. Po Nalronals Pharmecpelerum Consacalione lector Pro Osconemica Socretota * Regionia Amicorum ? Eta ARI L, ER AA ARA AS Praeses Pa ir At "ga. IO IIDITS Acodemia Praesidis vives gerens EAS a A E Aa. Valmrco Er Acodamio Artiom al Mimoniorum Lllezarum S . Pro Brudiorum Dinicorum Socretote loe e Ds Pro Acrtemvo Misterios Preenes Pra Jurzpertorum Collegro ces ca Pro Madicorum Colleg:o Decanus / Pro Mationalí Medicorum lonventu OAAD Fr Géeno Ootialmo-ote-rmo-lormpelegics Consovicnone Pro National; Medicnoe Velerimarias Consociotione 2 Bid Sera Pillo ro tibeocin Fanadcorum de re medica Consocialone Fro Hobonens Hocratate Dartal Pro Foedera ed Frthisim in Cubana Insula Vitender A A Pro Thazáo Caba! Conecta Pro Mabenerw MIMENaRO.......omocionici a Pro Pote Seu/plormgra Consocoliora AS APA, Diploma presentado al Dr. Juan Santos Fernández EE A oa e A 2 A RI FA Medalla ofrecida al Dr. Juan Santos Fernández ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 197 dignísimos señores Secretarios, por haber patrocinado aquella fiesta de la inteligencia; a los muy respetables miembros del Poder Legislativo y del Poder Judicial, así como a los excelentísimos señores Ministros de las nacio- nes amigas; al público selecto y especialmente a las damas, que habían contribuido a realzar con su presencia el es- plendor de aquel acto sublime. Acto continuo, dirigiéndose al Dr. Juan Santos Fer- nández, leyó el Dr. Carlos de la Torre el diploma adjunto, y el Dr. José A. Presno, que presidía, colocó sobre su pecho la medalla de oro, que lleva el sello mayor de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, y en el reverso un inscripción que dice: Scientificae ac Litterarie Societates Cubanae D. D. Joanm Santos Fernández. LXX x ANN Y E RSS AR BO ULT 1917 198 ANALES DE LA DISCURSO DEL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ, CONTESTANDO A LOS QUE LE DIRIGIERON LA PALABRA CON MOTIVO DE HABER CUMPLIDO SUS SIETE DECADAS. Señor Presidente: Señoras y señores: El honor ofrendado está en este caso a la altura de los que lo ofrecen. Pocas veces se halla el hombre, durante el curso de su vida, por larga que sea, en la difícil situación que experi- mento en estos solemnes y arrobadores instantes. Me sien- to abrumado por el inmenso homenaje que se me tributa, y por el convencimiento de que se me otorga, enormemente más de lo que corresponde a mis merecimientos,.con toda sinceridad interpretado. Me veo compelido, no obstante, a aceptarlo, pues si por el exceso de benevolencia, la generosidad ha traspasa- do los límites de lo imaginable, os disculpa tal vez el mó- vil elevado que a mi parecer os impulsa al realizar este ac- to, como espero demostrarlo. Señores: Os habéis reunido hoy aquí, en este templo de las ciencias médicas, físicas y naturales, que ha permaneci- do inmaculado e incólume a pesar de las vicisitudes del país, los representantes de las sociedades sabias y los je- fes de los centros del saber y de la cultura nacional, para discernirme un honor, rara vez dispensado, en forma tan augusta. Al meditar en serio, sobre este suceso de suyo insólito y magno, he creído poder explicarme, satisfactoriamente su psiquis, su génesis, de esta manera sencilla y clara. Vosotros representáis en esta actuación histórica de Cuba, la cultura de esta tierra privilegiada desde muchos puntos de vista y figuráis dignamente a la cabeza de los que cultivan las letras, las artes y las ciencias. Tomáis con facilidad, por tanto, el pulso del progreso y sabéis, des- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 199 de luego, penetrar los más recónditos secretos de la natu- raleza; podéis interpretar sus fenómenos atinadamente y descubrir las más abstrusas palpitaciones del sentimiento humano; no parece posible por tanto, que os equivoquéis al juzgar mis aptitudes, mi suficiencia e idoneidad, pues aun cuando pertenezco desde mi juventud a una de las corpora- ciones sabias del país, a esta Academia de Ciencias Médi- cas, Físicas y Naturales de la Habana, que con feliz opor- tunidad fundara un día el eximio doctor Nicolás José Gu- tiérrez, no habrá escapado a vuestra perfecta clarividencia que al acordar este homenaje, no íbais a honrar a un sabio, ni siquiera a un talento excepcional, porque mi inteligen- cia no es superior a la de los que me rodean, puesto que si, como se ha dicho, he logrado dominar la especialidad a que me he consagrado, y si queréis, la he perfeccionado algu- na vez, más allá de los límites corrientes u ordinarios, y si he sido llamado por el sajón una día, para mostrar mi com- petencia en su propio solar, a pesar del desdén con que mi- ran la ciencia latina, justificado por nuestra censurable apatía, también es verdad que cualquiera de los distingui- dos compañeros que han conquistado por su valer estos am- bicionados sillones de la Academia, hubiera hecho otro tan- to y seguramente mucho más. Bien conocida es la vivaci- dad de la inteligencia bajo nuestro ardiente sol; mas en cambio la abulia de un lado y la excitabilidad del otro nos matan, y eso que tenemos por mentor a la nación sin igual que, de un conglomerado de átomos diversos, creó un dia- mante, y de! conjunto de ideas venidas de todas partes, la moral más pura que pudo imaginarse nunca, y que esta- mos palpando en esta hora tremenda para el mundo civi- lizado. Quizás estáis en lo cierto, señores, si con motivo de mis siete décadas, presentáis mi humilde personalidad a la nue- va generación, como exponente de una laboriosidad excep- cional y dotada de una perseverancia sin límites. Sin du- 200 ANALES DE LA da habéis hecho bien en presentarme a la juventud actual como ejemplo de ciega devoción al trabajo que ennoblece y de estricto cumplimiento de los deberes para con la pa- tria, en el medio social en que me he desenvuelto constante- mente y en que he practicado a diario una democracia no estudiada, sino sincera y nacida de un amor invariable a la libertad y a las buenas costumbres. Habéis entendi- do sabiamente que hoy más que nunca necesita aquélla de buenos modelos, para seguir derroteros compatibles con la dignidad del hombre, que la conduzcan a los elevados fi- nes de una nación por pequeña que sea: Señores: discurriendo de este modo, después de poner a contribución vuestros más nobles sentimientos, entiendo que habéis procedido con un tino digno de vosotros mismos y de la misión que os habéis voluntariamente impuesto; porque, ofrecer a la juventud como ejemplo que deba: se- guir, al que estuviese orlado con la diadema del genio, u ofrecerles como modelo al sabio cuyo númen lo hubiera ele- vado sobre los demás, cual ocurrió con Finlay, sería cler- tamente amedrentarla, porque no puede esperar toda ella llegar a ser iluminada del cielo, como el genio, ni tampoco poseer la textura cerebral del sabio que domina de modo rá- pido las escabrosidades del saber; pero en cambio todos los jóvenes tienen derecho a realizar por sus propios alientos, lo que he hecho, y por lo que habéis querido enaltecerme de modo excepcional: trabajar tenazmente por la ciencia, por la profesión y por la patria, sin fiar en el apoyo extraño, y cuidando, y a esto que voy a expresar hay que darle más importancia de la que generalmente se le concede, cuidando repito, de las fuerzas corporales que, bien dirigidas, sopor- tan el peso que se le imponga, por grande que sea. No hay que invocar, si os place, ni la moral ni la religión, que tanto pesan en las decisiones de la vida, para asegurar que las pasiones y los placeres que esclavizan al hombre son dominados por el trabajo; éste los subyuga invariablemen- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 201 te cuando es noble y digno. La Higiene, la diosa que todo lo puede, oportunamente establecida, rara avis, en las pri- meras edades, es fuente de ventura en la vejez, y permite alcanzar una longevidad compatible con la salud, para laborar y disfrutar de este modo los beneficios de una ju- ventud postrera, a lo Berthelot, que murió casi nonagena- rio, enamorado de la ciencia y rodeado de encantos seduc- tores y adecuados, frutos éstos que no pueden obtenerse si la buena simiente no se ha echado en el surco desde tem- prano. A pesar de mis siete décadas, cumplidas hoy, desarro- llo todavía igual actividad profesional, si bien más orde- nada, que cuando tenía veintiocho años y me establecí en la Habana; y respecto de la labor intelectual, la he aumen- tado considerablemente por las facilidades que proporcio- na la gimnasia de la célula cerebral, que como la fibra del músculo gana con el ejercicio metódico y continuado. He alcanzado la madurez, sin llegar por fortuna al agota- miento. Señores miembros de las sociedades sabias y represen- tantes de los centros de enseñanza y de la cultura en gene- ral: me habéis tributado un homenaje, os repito, muy su- perior a mis merecimientos, y no encontraré palabras ni manera de expresaros mi gratitud por la benevolencia que significa vuestro afecto a mi persona; pero como era de esperarse, con este acto noble y generoso habéis hecho una obra meritoria y patriótica en otro sentido distinto del que os proponíais, tal vez. Como vivimos en un país joven, que ha surgido del fermento de media centuria de lucha armada, vuestra acti- tud puede ser providencial; porque se necesita imprimir a la nueva generación ávida de saber, otros giros distintos de los que suele tener a la vista diariamente. Habéis sin du- da aprovechado esta oportunidad para mostrar a su avi- dez, que hay otro medio de elevarse ante la consideración 202 ANALES DE LA de los suyos*y de subvenir a las exigencias de la vida, que no sea entregarse ciegamente a la letal política que padece- mos, que desmedra y aniquila, y borra, las más de las ve- ces, el sentimiento de la equidad y de la Justicia, pues fas- cina la codicia y la innoble concupiscencia de estos últimos tiempos, y son el evangelio del día. Como habéis sido testigos del afán de engrandecimien- to rápido y sin reparar en los medios, de la generación ac- tual, seriamente enferma y de mal epidémico, habréis pen- sado que lo hecho fuese uno de los remedios adecuados en la hora presente. No habéis querido glorificar hoy al hijo de Marte, que venció en mil combates y mereció digno aplauso de sus conciudadanos, ni al genio, ni al sabio, porque la juventud, como dejamos dicho, no se estimularía de este modo, tal vez por la dificultad que implica elevar el vuelo tan alto; sino habéis querido con un sentido práctico en extremo prove- choso y útil, llamar su atención hacia un hombre modesto, sencillo, de sobriedad reconocida, que un día, de niño, va- gó por los campos junto al labriego que hendía la tierra con el arado. Habéis querido mostrar en mi ser, templado en las ac- ciones y deseos, obedeciendo a los hábitos de la adolescen- cia pasada en el campo un temperamento reflexivo y aman- te de lo que más debiéramos querer en Cuba, de la agricul- tura, porque, después de todo, es un pais eminentemente agrícola. Habéis, por fin, señalado en mí, al amante de la ciencia; al ciudadano útil que ha consagrado su vida y su fortuna al fomento y propaganda en su país de toda idea nueva y fe- cunda, de todo descubrimiento provechoso en el campo de la medicina y de la higiene. Señores: no he de continuar por más tiempo ensalsan- do, cual corresponde, vuestra obra generosa en mi honor, ni he de referirme una vez más a mi reconocimiento sin lí- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 203 mites, ni tampoco al alcance de vuestra actuación eminen- temente cívica y dignificadora, porque daría proporciones exageradas a este mi discurso de gracias, pero, para termi- nar, a pique de fatigaros, se impone que os declare que he venid, palpando constantemente, por fortuna mía, que cuant:yss me han rodeado en el curso de mi existencia, me ha 1 colocado siempre a más alto nivel del que yo he creído merecer, porque siendo almas nobles, se han sugestionado fécilinente en mi favor y les he qedado por tanto reconoci- do; pero la actual manifestación de aprecio que me acabáis de tributar en el seno de esta Academia de Ciencias, que también se ha excedido más de una vez en distinguirme, ha pasado de los límites de toda ponderación, y me coloca, como empecé diciendo, en la difícil situación de no encon- tar manera ni término, capaz de evidenciar mi estado de ánimo. Habéis hecho lo que el Imperio del Japón un día triunfante, que quiso levantar a la mayor altura, al fun- cionario más humilde y hasta desdeñado en los pueblos in- “cultos, al maestro de escuela, dándole este título al jefe su- premo de su ejército vencedor; así vosotros habéis honra- do hoy a un humilde de la ciencia. Vosotros me habéis le- vantado a la categoría de prócer sin tener nada de alto ni de eminente. No arrastro las masas. No soy capaz de provocar en mi país, propicio a las revueltas, uno de esos estremecimientos que llamaría seísmicos, si me atuviese a la magnitud del daño que causan. Os habéis fijado en un ciudadano que, si hubiese podido elevar a la categoría de un dios a algún héroe, hubiera preferido a Cincina- to, por el culto al arado, en el honrado sentido de las cosas, y el apego a la tierra. Mas aun cuando como ciudadano me haya limitado al ejercicio de una profesión, he procurado hacerlo de la manera más perfecta que me ha sido posible, y he dedicado una gran parte de lo obtenido al fomento de las ciencias en mi país y fuera de él. Me hice cargo y medité desde tempra- 204 ANALES DE LA no, sobre el profundo concepto del gran educador cubano Luz y Caballero, cuando dijo en estos o análogos términos: una carrera no es solo el medio de buscar el sustento, impli- ca también deberes para con la sociedad y con la patria. Por eso en medio de mi insignificancia, he dedicado una quinta parte, por lo menos, del tiempo laborable, a la socie- dad en que me he desenvuelto, y a la patria, personificada en las numerosas corporaciones oficiales o no, a que he pertenecido sin remuneración alguna. Vuestras consideraciones ilimitadas, podéis estar se- guros de que no habrian de envanecerme porque siempre he tenido ante mis ojos el mosce te ipsum que ostentaba el templo de Delfos. No he hecho, os diré una vez más, nada extraordina- rio; sino lo que debieran o pudieran hacer todos. Lo que realizáis con mi modesta persona ahora, equivaldría a pre- miar a los padres que llevan sus hijos a las escuelas públi- cas, porque cumplen con su deber, sólo que intentárais y así parece ser, estimular a los muchos que entre nosotros no los llevan, mostrándoles como ejemplo a los primeros; y esto no me sorprende, pues como habéis visto, he creído penetrar desde el primer momento vuestros hondos y eleva- dos propósitos. . Señores: no es posible que continúe indefinidamente admirando vuestra conducta para conmigo, sin encontrar la frase que con exactitud la estereotipe. No he de rebus- car más nuevos vocablos o conceptos, que resultarían tam- bién tibios o pálidos. Apelaré, como supremo esfuerzo, a una sola palabra de nuestro rico idioma, que resume el estado del alma agradecida y que, no por ser muy usual, es menos precisa y compendiosa; reforzada ésta con los alien- tos de un corazón henchido de alborozo, exclamaré final- mente: ¡Gracias! He dicho. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 205 TASACION DE HONORARIOS PROFESIONALES POR El Dr, Jorge Le-Roy y Cassá (22 agosto 1917) Sr. Juez de Primera Instancia del Este de la Habana. Señor: En contestación a su atento escrito fecha 7 del presen- te, relativo al juicio de menor cuantía que sigue el doctor A (A A CI A a o Ia , ten- go el honor de manifestarle que ha sido aprobado el si- guiente informe, que le trasmito integro: —“Ei Sr. Juez de Primera Instancia del Oeste de la Habana pregunta: Primero “Si la asistencia profesional médica consistente en una consulta prestada en el gabinete del Dr. con apli- cación de medicamentos según tratamiento prescrito, bien por medio de inyecciones hipodérmicas o en otra forma, importa cinco pesos por consulta.—Segundo: Si la visita del profesional a la casa del enfermo para seguir aplicán- dole allí tratamientos prescritos, que normalmente se prac- tican en el gabinete profesional, importa cinco pesos.— Tercero: Si un período de asistencia profesional de dos años de duración consistente en el desarrollo de tratamientos efectuados en el gabinete del Dr. y en la casa del paciente indistintamente, durante el cual se realizaron en total 291 asistencias del facultativo, importa mil cuatrocientos cin- cuenticinco pesos de honorarios, siendo el cliente persona solvente”. Formuladas las preguntas de una manera cate- górica, trataremos de contestarlas en el mismo sentido, respondiendo a las dos primeras que: la cantidad de cinco pesos es la que habitual y corrientemente se acostumbra cobrar por las consultas, tanto en el gabinete del médico como en la casa del cliente, salvo circunstancias especiales 206 ANALES DE LA que no se mencionan aquí;- y respecto de la tercera pregun- ta, sentado el precedente de las dos anteriores, basta mul- tiplicar el número de asistencias prestadas en los dos años de tratamiento, doscientas noventa y una por la cantidad de cinco pesos, valor habitual de cada asistencia, para ob- tener el producto de un mil cuatrocientos cincuenta y Cin- co pesos, importe de los honorarios devengados por el pro- fesor reclamante”. | Lo que tengo el honor de participarle cumpliendo asi el plazo del término señalado para esta prueba, que vence- cerá el dia 24 del actual mes de agosto. Queda de Ud. muy atentamente, etc. ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 26 DE OCTUBRE DE 1917 Presidencia del Dr. José A. Presno, Vicepresidente. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes, De número.—Dres. A, Agramon- te, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, A. Betancourt, F. Etche- goyhen, J. A. Fernández Benítez, C. E. Finlay, F. García Ca- ñizares, L. Plasencia, M. Ruiz Casabó, J. A. Simpson, C. de la Torre, F. Torralbas. Leída el acta de la sesión anterior (22 de junio) fué apro- bada. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: ENTRADA Del Dr. Oscar Jaime, solicitando, como Secretario de la Comi- sión nombrada por el Dr. Eduardo Borrel, para conocer los resultados obtenidos del tratamiento de la lepra, por el plan del Sr. Angel García, el nombramiento de un académico pa- ra que se una a ella en el estudio y comprobación de dichos experimentos. Del Dr. Antonio Díaz Albertini, solicitando licencia para ausen- tarse de la Isla y rogando se le exima del peritage que se le encomendó en la causa núm. 513-917 del Juzgado de Ins- trucción de la Sección Segunda de la Habana. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 207 De los Dres. Le-Roy, Górdon, Guiteras, y Gómez Murillo, pro- poniendo, de acuerdo con lo prescripto en el artículo noveno del Reglamento, al Dr. José A. López del Valle, para ocu- par la vacante existente en la sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria, por fallecimiento del Dr. Enrique B. Barnet. Del Dr. Luis Felipe Rodríguez Molina, solicitud documentada para ocupar una de las vacantes de la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria. Del Dr. Adolfo R. Lecuona y Madan, Participando haber toma- do posesión el 27 de junio del cargo de Jefe Local de Sa- nidad de Matanzas. De la Secretaría de Aericultura, Comercio y Trabajo, solicitan- do informe acerca de la palabra Bimagnesix, para distin- gulr una marca industrial. Del Sr. Israel Castellanos, manifestando ser el autor de la me- moria intitulada “La Plasmogenia””, presentada al último concurso de la Academia, con el lema “Félix A. Mary””, y solicitando se le facilite dicho original+para reproducir los erabados y obtener la correspondiente copia del texto. (Nota. Le fué facilitado dicho original mediante el recibo corres- pondiente). De la Secretaría de Estado, remitiendo informe del Encargado de Negocios ad-interin de Cuba en Caracas (Venezuela) sobre aquilostomiásis. Del Dr. Juan Ramón del Cueto, participando haber tomado po- sesión del cargo de Director del Hospital Nacional *“*Ge- neral Calixto García”. De la Biblioteca del Senado, remitiendo un ejemplar del Ca- tálogo de obras existentes en la misma. De-la Junta Central de Higiene de la República de Colombia, solicitando datos acerca del método llamado Angel García para el tratamiento de la lepra. Del Dr. Alberto Stuchi, profesor de la Facultad de Medicina de Córdova (República Argentina), remitiendo el tomo pri- mero de su obra '*Manual de Medicina Legal””. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un juez para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 10% (Música, etc.) de la Escuela Normal de Santa Clara. TOMO LIY—14 208 ANALES DE LA De lasmisma, 1d., id., id., para la cátedra (de mujeres) del grupo 11%. (Trabajos manuales) de la Escuela Normal de Oriente. De la misma, id., id., id., para la cátedra del grupo 10? (Música, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. De la misma, id., id., id., para la cátedra del grupo 8* (Dibujo, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. De la misma, id., id., id., para la cátedra del grupo 4*. (Historia, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. Del Dr. Luis Ascárate y Fesser, participando haber tomado po- sesión del cargo de Secretario de Justicia. Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, aceptando su designación para el cargo de vocal de los Tribunales de oposiciones a las cá- . tedras de las Escuelas Normales de Santa Clara y Oriente. Del Juzgado de Primera Instancia del Oeste de la Habana, soli- citando informe sobre honorarios, reclamados por el doctor Felipe García Cañizares. - De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para los tribuna- les de oposiciones a la cátedra del grupo 2%. (Aritmética, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. De la id., id., id., para el grupo 3? (Física, ete.) de la Es- cuela Normal de la Habana. De la id., id., id., para igual cátedra de la Escuela Normal de Santa Clara. De la id., id., id., para la cátedra del grupo 4* (Historia, ete.) de la Escuela Normal de Santa Clara. De la misma, id., id., id., para la cátedra del grupo 8”. (Dibujo, ete.) de la Escuela Normal de Santa Clara. Del Dr. Antonio Ruiz Sendoya, deelinando el nombramiento hecho a su favor para miembro del Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 4? (Historia, ete.) de la Escuela Normal de Oriente, por causa que justifica. De la Comisión de Sanidad Vegetal de la Secretaría de Agricul- tura, Comercio y Trabajo, solicitando colección de los Ana- les y de las obras duplicadas del Dr. Gundlach para la bi- blioteca de dicha comisión. Del Dr. Benito Batallán, de Holguín, consultando sobre el diag- nóstico de la fiebre tifoidea. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 209 Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, acusando recibo de su nombra- miento, para miembro del Tribunal de oposiciones a la cá- tedra del grupo 2? de la Escuela Normal de Oriente. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 3* de la Escuela Nor- mal de Oriente. De la Secretaría de Justicia, trasladando decreto del Honorable Sr. Presidente de la República, fecha 8 de septiembre, rela- tivo a la consignación de la Academia. Del Sr. José S. Arlucea, dedicando varios folletos sobre los mo- tores ““Estato Dinámicos?” y deseando conocer el juicio de la Academia. Del Delegado en Cuba de la Unión Ibero Americana, partici- pando el nombramiento y acompañando un ejemplar de la carta de propaganda, exitando a la celebración solemne a la fiesta de la raza. Del Sr. Carlos Huguet, participando haber descubierto un pro- cedimiento para curar la tuberculosis y solicitando se sirva someter dicho procedimiento a las pruebas que se estimen convenientes. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, soli- citando el nombramiento de un miembro de esta Academia para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 92 (Anatomía, ete.) de la Escuela Normal para maestras de la Habana. De la misma, id., id., id., para al cátedra del grupo 1? de la > Escuela Normal de Oriente. De la Universidad de la Habana, invitando a la apertura del eurso académico de 1917-1918. De la Escuela Normal para Maestros de la Habana, invitando «a la apertura del curso de dicha Escuela. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro de esta Academia para el Tribunal de oposiciones a cátedra del grupo 9% (Anatomía, ete.) de la Escuela Normal para maestras de la Habana. Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, acusando recibo de su nombra- miento para el cargo arriba expresado. 210 ANALES DE LA De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para los tribunales de oposiciones a la cátedra del grupo 9? (Anatomía, etc.) de la Escuela Normal para maestras de Santa Clara. Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, acusando recibo del nombramien- to para el cargo arriba expresado. Del Juzzado de Instrucción de la Sección Cuarta de la Habana, solicitando antecedentes del Sr. Carlos Huguet en causa por usurpación de título profesional. Del IV Congreso Médico Nacional, solicitando el concurso de esta Academia para las tareas del mismo. De la Compañía “El Iris”, participando el fallecimiento del Sr. Juan Palacios y el nombramiento de Presidente de di- cha Compañía a favor del Dr. Antonio González Curquejo. SALIDA Al Dr. Gonzalo Aróstegui, nombrándolo perito en la causa nú- mero 513-917 del Juzeado de Instrucción de la Sección Se- eunda de la Habana. : Al Sr. Juez de Instrucción de la Sección Segunda de la Haba- na, participándole el anterior nombramiento. Al Dr. Arístides Agramonte, nombrándolo perito en la causa núm. 513-917 del Juzgado de Instrucción de la Sección Se- gunda de la Habana. Al Juzgado de Instrucción de la Sección Segunda de la Ha- bana, participándole el anterior nombramiento. Al Dr. Federico Torralbas, desienándolo para que represente á la Academia en la Comisión que ha de conocer de los resul- tados obtenidos del tratamiento de la lepra por el plan del Sr. Angel García. Al Dr. Oscar Jaime, participándole la anterior* designación. Al Honorable Sr. Presidente de la República, participándole acuerdo de esta Acacemia relativo a los peligros de la trans- misión de ciertas enfermedades por determinadas clases de inmigrantes. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, desigenándolo para que represente a la Academia en la comisión que ha de conocer de los re- sultados obtenidos del tratamiento de la lepra por el plan del Sr. Angel García. Al Dr. Oscar Jaime, participándole la anterior designación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 211 Al Dr. José P. Alacán, nombrándolo ponente para que infor- me sobre la palabra Bimagnesix, como marca industrial. A la Biblioteca del Senado, acusando recibo del ejemplar del Catálogo de las obras de la misma, que se sirvió donar a esta Academia. A la Junta Central de Higiene de la República de Colombia, contestando su eserito relativo al tratamiento de la lepra por el llamado método Angel García. A los periódicos “*Diario de la Marina”? y “El Mundo””, es- quela de invitación para el entierro del Dr. Raimundo Menocal. Al Dr. Alberto Stuchi, acusando recibo del ejemplar de su obra “Manual de Medicina Legal””, dedicado a esta Academia. Al Dr. Nicolás Pérez Reventós, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 8* (Dibujo, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. . A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 10% (Música, etc.) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 10% (Música, etc.) de la Escuela Normal de Santa Clara. A la Secretaría de Instrucción Pública, dándole cuenta del an- terior nombramiento. "Al Dr. Antonio Ruiz Sendoya, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 4 (Historia, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrución Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. Jorge Le-Roy, nombrándolo ponente en informe de hono- rarios solicitado por el Sr. Juez de Primera Instancia del Oeste de la Habana. A la Srta. Rosa de la Torre, nombrándola para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 11? (Trabajos manuales, mujeres) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrueción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. 212 ANALES DE LA Al Juzgado de Primera Instancia del Oeste de la Habana, re- mitiendo informe sobre honorarios reclamados por el Dr. Felipe García Cañizares. Al Dr. Antonio Ruiz Sendoya, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 4* (Historia, ete.) de la Escuela Normal de Santa Clara. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 2% (Aritmética, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. José A. Fernández Benítez, nombrándolo para el Tri- bunal de oposiciones a la cátedra del grupo 3% (Física, ete.) de la Escuela Normal para maestros de la Habana. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. José A. Fernández Benítez, nombrándolo para el Tri- bunal de oposiciones a la cátedra del grupo 3? (Física, ete.) de la Escuela Normal de Santa Clara. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. Nicolás Pérez Reventós, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 8 (Dibujo, ete.) de la Escuela Normal de Santa Clara. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Dr. Fernando Ortiz, nombrándolo para el Tribunal de opo- siciones a la cátedra del grupo 4? (Historia, ete.) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrucción Pública, dándole cuenta del anterior nombramiento en virtud de la renuncia presenta- da por el Dr. Antonio Ruiz Sendoya, nombrado con ante- rioridad para dicho puesto. A la Comisión de Sanidad Vegetal de la Secretaría de Agricul- tura, Comercio y Trabajo, remitiéndole los tomos existentes de la colección de los Anales y un ejemPlar de la obra de Mamalogía, del Dr. Gundlach. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 213 A la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, remitien- do informe sobre la palabra Bimagnesix, como titulación de un producto farmacéutico. Al Dr. José A. Simpson, nombrándolo para el Tribunal de opo- siciones a la cátedra del grupo 3 de la Escuela Normal de Oriente. A lá Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. A la Secretaría de Justicia, acusando recibo, con gracias, del decreto del Honorable Sr. Presidente de la República, fe- cha 8 de septiembre, relativo a la subvención de la Aca- demia. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, parti- cipándole que por ausencia temporal del Dr. Juan Santos Fernández ha asumido las funciones presidenciales el Dr. José A. Presno, a los efectos de la Orden núm. 266 de 30 de junio de 1900. Al Sr. José J. Arlucea, acusando recibo de sus folletos sobre los motores estato-dinámicos y manifestándole: que cuando la Academia reanude sus sesiones se presentará su escrito. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 9? (Anatomía, ete.) de la Escuela Normal para maestros de la Habana. A la Secretaría de Instrucción Pública, participándole el ante- rior nombramiento. Al Sr. Benito Batallán, de Holeuín, contestándole su escrito re- lativo al diagnóstico de la fiebre tifoidea. Al Dr. Nicolás Pérez Reventós, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 1? (Gramática, ete.) de la Escuela Normal para maestros de la Habana. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Sr. Carlos Huguet, participándole las condiciones necesa- rias para someter cualquier trabajo a la consideración de la Academia. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 9% (Aanatomía, etc.) de la Escuela Normal para maestros de la Habana. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. 214 ANALES DELA Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, igual nombramiento para la Es- cuela Normal para maestros de Santa Clara. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Director de la Biblioteca Nacional, acusándole recibo de un ejemplar del Donatiwvo Bustamante, Catálogo de Derecho Internacional. Al Sr. Juez de Instrucción de la Sección Cuarta de la Habana, trasladándole los escritos cursados entre el Sr. Carlos Hu- guet y esta Academia en causa que se le sigue al primero por usurpación de título profesional. A la Dirección de Justicia, acusando recibo de los cuatro ejem- plares del Anuario de Estadística Judicial y Penitenciaria. El Dr. José P. Alacán da cuenta del INFORME SOBRE UN PRODUCTO FARMACEUTICO (Bimagnexis) que se le encomendó, reclamado por la Secretaría de Agricultura, Comercio y Traba- jo, y en el que manifiesta que con ese nombre no se conoce nin- gún producto en el comercio, y que químicamente no puede darse a nineuno. Dicho informe fué aprobado. El Secretario da lectura a un trabajo que le dejó eserito el Dr. Juan Santos Fernández, dando cuenta del sensible falle- cimiento del Dr. Raimundo Menocal. Al terminar, el Sr. Presidente manifiesta que no se Ssus- * pende la sesión en señal de duelo, porque se ha de celebrar una extraordinaria, el día 1? del próximo mes, en honor a la memo- ria del ilustre desaparecido, y concede la palabra al Dr. Pelipe García Camzares, quien da lectura a su trabajo anunciado so- bre la JUNTA NACIONAL DE PESCA.—SU HISTORTA.—TRABAJOS REA- LIZADOS POR ELLA, en el que da a conocer la actuación que, como miembro de esta Academia, desempeñó en aquel organismo. Sometido a diseusión pide la palabra el Dr. Torralbas y manifiesta que ya que se hace un resumen histórico en el tra- bajo del Dr. García Cañizares, de lo relacionado con la pesca, incluya, si lo tiene a bien, un proyecto de reglamento, presentado por su padre el Dr. José I. Torralbas a la Sociedad Económica de Amigos del País y a la Comisión provincial de Agricultura, en la época que la presidía el Sr. Perfecto Lacoste. Pide, ade- más, se ratifiquen los poderes que tenía el Dr. García Cañi- zares y que continúe perteneciendo a la comisión de pesca. Aña- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 215 de, que ahora que está al frente de la Secretaría de Agricultura el Dr. Eugenio Sánchez y Agramonte, inspirado en los mejores deseos, se ofrece a llevarle el trabajo íntegro del Dr. García Ca- ñizares, que le servirá para seguir los derroteros tan bien seña- lados y que redundarían en beneficio de los intereses nacio- nales. El Dr. Etchegoyhen dice que: en el proyecto de reglamen- to, redactado por la Junta Nacional de Pesca, se sostienen las prohibiciones de las mismas especies que fueron admitidas por esta Academia, en época del Dr. Vilaró. Se deben emprender oficialmente los trabajos experimentales que desde entonces se aconsejaron para poder llegar a solucionar interesantes proble- mas científicos y económicos relacionados con la ciguatera. El Dr. García Cañizares contesta al Dr. Torralbas, que no ha citado el proyecto: de reglamento de su señor padre, como tampoco los proyectos de ley presentados por el Sr. Betancourt y por su hermano Santiago García Cañizares, en la Cámara de Representantes, porque no pasaron de ser meros proyectos y que éstos los cita como notas en su trabajo. Respecto del Dr. Sánchez Agramonte, cree que piensa que la Junta Nacional de Pesca to- davía existe y que ha de dedicarle la atención que merece. En cuanto al Dr. Etchegoyhen dice, que él no ha venido a presentar más que la nota de su actuación en la Junta Na- cional de Pesca, para la que fué nombrado por el Gobierno, que es quien hace los nombramientos en su calidad de académico. Si quiere que se diseuta un particular muy difícil (el de la cigua- tera) que ha sido publicado en los Anales de la Societé Zoolo- gique de France, casi me atrevería a proponer que por ahora no se tome en cuenta este asunto. . El Dr. Etchegoyhen insiste en llamar la atención para que se hagan estudios experimentales sobre esa enfermedad. El Dr. Torralbas dice, que no hubiese hecho la primera in- dicación si hubiera conocido las notas del trabajo del Dr. Gar- cía Cañizares; pero que insiste en la segunda cuestión por él planteada, de que siempre sea la Academia la que proponga al Gobierno los nombres de las personas que han de ostentar su representación. El Sr. Presidente dice que la Academia ha oído con vivo interés la brillante información hecha por el Dr. García Cañi- 216 ANALES DE LA zares en el tiempo que figuró en la Junta Nacional de Pesca y concede la palabra al Dr. Luis Pelipe Rodríguez Molina, quien da lectura a su trabajo sobre las PIELONEFRITIS GRAVÍDICAS, en el que expone interesantes casos clínicos. Al terminar el Sr. Presidente asradece en nombre de la Academia la colaboración científica del Dr. Rodríguez Molina y añade que lo felicita y reitera la enhorabuena por su brillante contribución. No habiendo concurrido el Dr. Hernando Seguí, por estar asistiendo un caso urgente, se da por terminada la sesión pú- blica y se declara constituída la Academia en otra de gobierno, INFORME SOBRE UN PRODUCTO FARMACÉUTICO (BIMAGNESIX) POR EL Dr. José P. Alacán (Sesión del 26 de octubre de 1917). Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Fisi- cas y Naturales de la Habana. Señor: Cumpliendo su decreto, tengo el honor de in- formarle que la palabra Bimagnesix, que se solicita ins- cribir, como medio de distinguir un producto farmacéutico, , no está comprendida en la excepción tercera del artículo 5” - de la Ley de Marcas, dado que, con ese nombre, no se co- noce ningún producto en el comercio y que químicamente no puede darse a ninguno. Es un nombre puramente de fantasía. Dr. Raimundo Menocal y Menocal Habana: 3 junio 1856 - Marianao: 1? agosto 1917 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 217 LA MUERTE DEL DR. RAIMUNDO MENOCAL POR EL Dr. Juan Santos Fernández Señores académicos: Por rara coincidencia, en corto período de tiempo, me ha tocado el triste encargo de co- municaros la desaparición de dos académicos que desem- peñaban la Secretaría de Sanidad de la República, y en cuyo puesto revelaron la capacidad de que estaban do- tados: el Dr. Enrique Núñez, el pasado año, y última- mente, el primero de agosto del corriente, el Dr. Raimun- do Menocal Casi joven todavía el Dr. Núñez, y no de avanzada edad el segundo, y ambos de una naturaleza que augu- raba mayores ofrendas a la ciencia y a la nación. Sólo me propongo en esta breve reseña que me ordena el cargo que ocupo, enumerar someramente los méritos del académico Dr. Raimundo Menocal, al haceros saber oficialmente su ausencia eterna de la corporación. Sólo a grandes rasgos, repito, me he de ocupar de sus merecimientos, pues está reservado para el académico que le corresponda, que será el que ocupe la vacante que surje con la desaparición del finado, ahondar en su valer, de todos conocido; pero que se expondrá en su oportunidad, con maestría y precisión por el académico que acometa la noble tarea de perpetuar el nombre del ilustre desaparecido. El Dr. Raimundo Ménocal pertenecía a un linaje que ha tenido notables representantes en el terreno del patrio- tismo y de la competencia en diversos sentidos. Desde niño reveló sus excepcionales cualidades en el extranjero, ayu- dando a su venerable madre, noble matrona, con cuya amistad me honré un día, en la ardua tarea de educar su prole y servir a la patria, consiguiendo que ésta le agra- deciese sus esfuerzos y que sus hijos brillasen en el cam- po de las ciencias y de las artes. 218 | ANALES DE LA Desde adolescente se destacaba el joven Menocal por su ingénita seriedad, no estudiada, sino propia de su ma- nera de ser. Al abordar los estudios de la carrera en que había de distinguirse después, ya dejó ver su recogimiento espontáneo, su dedicación al estudio que le colocaba por encima de la mayoría de los compañeros de estudios. Así que fué médico, en 1876, su competencia se evi- denció en Anatomía, su habilidad operatoria era manifies- ta, y su sangre fría en presencia de las más ariesgadas operaciones le colocaron a la altura de un gran cirujano. En 1899 ocupó la cátedra de Clínica Quirúrgica, que des- empeñó con brillantez hasta su muerte. Basta recorrer la lista del número de operaciones que ha practicado y que debo al afecto y al compañerismo del Dr. Vidal Sotolon- go, que lo veneraba y a cuyo lado trabajó largo tiempo, para hacerse cargo de su talla de cirujano experto. Aunque nacido el 3 de julio de 1856 (contaba al morir 61 años) hasta hace muy poco se conservaba per- fectamente y sólo en los meses de verano se le notó ago- biado, lo que se atribuía a la temperatura elevada de la estación, más elevada que otras veces. El 19 de mayo úl- timo, al presidir, por delegación del Honorable Sr. Pre- sidente de la República, la sesión solemne de la Academia de Ciencias, me habló de lo que le afectaba la alta tem- peratura; pero no imaginé tan tristes consecuencias. Cayó poco después para no levantarse y se luchó inútilmente por salvarlo. Fué una consternación el convencimiento de su pérdida, y en esos momentos tan dolorosos para los suyos se pudo apreciar la consideración y el afecto de que dis- frutaba en la clase médica y en el público en general. La Academia pierde uno de sus miembros más exi- mios y en el suntuoso sepelio que la nación le tributó, ésta se hizo representar y depositó en la tumba del bien llorado compañero abundantes flores, simbolizando lágrimas de dolor. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 219 BIBLIOGRAFIA DEL DR. RAIMUNDO MENOCAL Y MENOCAL PORMEEÉ Dr. Jorge Le-Roy y Cassá En la Academia 1—Observación de un caso curado de tumor blanco de la ro- dilla derecha. 13 septiembre 1885. Anales, t. XXII, p. 188-191; y p. 198-199, acta; La Enciclopedia, Habana, noviembre 18€b5, t. I, p. 560-562. 2—Quiste paraovárico derecho. Ovariotomía. Curación. 13 fe- brero 1887. Anales, t. XXIIT, p. 490-492 y 534, acta. 3—Contribución al tratamiento abreviado de las fracturas. 12 julio 1891. Anales, t. XXVITI, p. 343-350 y 274, acta; extracto en la Revista de Ciencias Médicas, Habana, 20 julio 1891, t. VI, p. 164-165; y también en la Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, julio 1891, t. XVII, p. 539-542. Este fué su discurso de ingreso como académico de nú- mero, el que le fué contestado por el Dr. Ignacio Plasencia. 4—Informe sobre un estudio del Dr. Torres Matos titulado “Consideraciones sobre el exclusivismo de las teorías de la inflamación””. 11 febrero 1894. Anales, t. XXX, p. 503; y 494, acta. 5—Informe médico legal por lesiones. 12 noviembre 1915. Anales, t. LIT, p. 445-446. 6—Contribución de la cirugía a los progresos de la medici- na. 19 mayo 1916. Anales, t. LITI, p. 39-51; Revista Mé- dica Cubana, Habana, mayo 1916, t. XXVII, p. 149-158. Este discurso leído en la sesión solemne del año 1916, fué su último trabajo en la Academia. Fuera de la Academia 1881 l—Teorías sobre la patogenia de la infección purulenta y verdadera utilidad práctica de las llamadas curas anti- sépticas. 220 ANALES DE LA Tesis para el ejercicio del grado de Doctor. Habana, Imprenta La Honradez, 1881, en 8?, m. 28 páginas. (Real Universidad de la Habana). Cita de Trelles. Bibliografía Cubana del siglo XIX, EVIL p.dl3; E 1883 2—Angioma cavernoso de la mejilla izquierda. Extirpación y curación. Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, septiembre 1883, t. IX, p. 420-426. 3—Estrechez anular cancerosa del esófago. Gastrotomía. Cró- mica, nov. 1883, t. IX, p. 522-526. 1884 4—Aneurisma de la arteria poplítea. Ligadura de la arteria femoral. Curación. Observación recogida por el alumno D. Gonzalo González. Crónica, junio 1884, t. X, p. 263-265. 5—Fibromioma subperitoneal pediculado del fondo del útero. Laparo-miomectomía. Histerectomía. Relación por el Dr. Braulio Sáenz Yáñez. Crómca, sept. 1884, t. X, p. 423-426. 1886 6—Fibroma naso-faríingeo. Extirpación. Curación. Crónica, sept. 1886, t. XII, p. 406-408. T—Cálculo vesical enorme. Talla hipogástrica. Sala de “San Ramón””. (Observaciones clínicas de la quincena. Hospital “Reina Mercedes””). Revista de Ciencias Médicas, Haba- na, 15 oct. 1886. 8—Epilepsia refleja producida por una neuritis del elático, mal perforante plantar y atrofia ligera de los músculos de la pantorrilla. Sala “San Ramón””. (Observaciones celí- nicas de la quincena. Hospital Mercedes). Rev. de Cien. - Méd., 30 oct. 1886. 9—Enfermedad de Ainhum. “Sala de San Ramón””. (Ob- servaciones clínicas de la quincena. Hospital Mercedes). Observación recogida por el alumno interno Sr. Me- nocal, F. Rev. de Cien. Méd., 15 nov. 1886. 10 Quiste para-ovárico derecho. Ovariotomía. (Curación). Rev. de Cien. Méd., 15 dic. 1886. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 221 1887 11—Dos operaciones de talla hipogástrica por el proceder de Pertersen. Crónica, febrero 1887, t. XUL, p. 52-54. 12—Fístula branquial tiro-hioidea. Tratamiento y curación por la electrolisis. Rev. de Cien. Méd. .15 junio 1887. 13—Fibroma intersticial del útero. Ovario quístico izquierdo. Operación de Lawson-Tait. Curación. Crónica, julio 1887, t. XIII, p. 351-353. 14—.Cinco casos de ulceraciones del recto. Rev. de Cien. Méd., 20 dic. 1887. 1888 15—Epiteliomas desarrollados sobre úlceras. Rev. de Cien. Méd., 5 enero 1888. 16—Cálculos del riñón derecho. Nefrolitotomía. Curación. Cró- nica, enero 1888, t. XIV, p. 7-9; con una lámina. 17—Quiste dermoideo del ovario izquierdo. Ovariotomía. Cura- ción. Crónica, feb. 1888, t. XIV, p. 69-71. 18—Pólipo fibroso naso-faríngeo. (Extirpación del maxilar su- perior izquierdo). Rev. de Cien. Méd., 5 marzo 1888. 19—Quiste dermoideo del cuello. Rev. de Cien. Méd., 20 mar- zo 1888. 20—Papiloma pediculado del fondo del útero. Hidropesía en- quistada del peritoneo. Laparo-histerectomía. Crónica, mayo 1888, t. XIV, p. 278-281. 21—Quiste paucilocular del ovario izquierdo. Rev. de Cien. Méd., 5 julio 1888. 22 Angioma de la frente. Tratamiento por la electrolisis. Cu- ración. Rev. de Cien. Méd. 20 agosto 1888. 23—Aseitis quilosa. Fibroma intersticial del útero. Rev. de Cien. Méd., 5 sept. 1888. 24—Cuerpo extraño de la pleura. (Lección del Dr. Menocal. Observación recogida por el interno D. Antonio Morejón.) Rev. de Cien. Méd., 20 sep. 1888. 205—Dos casos de hernias estranguladas. Rev. de Cien. Med., 20 oct. 1888. 222 ANALES DE LA 26—Sarcoma quístico de la región esternal. (Hospital Mer- cedes. Servicio del Dr. don R. M. Observación recogida por el interno Sr. don César Pérez Abreu). Rev. de Cien. Méd., 5 nov. 1888. 1889 27—Hospital “*Mercedes””. Etadística de las operaciones prac ticadas en los servicios de los Dres. I. Plasencia y R. Me- nocal. 1888. Rev. de Cien. Méd., 5 enero 1889, t. IV, p. 3-4. [Total de operaciones: 60 con:dos muertes: desarticu- lación coxo-femoral; artotomía por artritis supurada]. 28—Dos casos de ovariotomía. Curación. (1888). Rev. de Cien. Méd., 20 enero 1889, t. IV, p. 19-20. 29—Elefantiasis de la pierna izquierda. Decorticación de la piel. (Hospital Mercedes. Servicio del Dr. R. M. Obser- vación tomada por el alumno interno D. César Pérez Abreu. [Nuevo proceder quirúrgico]. Rev. de Cien. Méd., 20 marzo 1889, t. IV, p. 63-64. 30—Rotura de la uretra. Retención de orina e infiltración. Uretrotomía externa. (Hospital Civil Mercedes. Obser- vación recogida por el alumno interno D. César Pérez Abreu). Rev. de Cien. Méd., 5 junio 1889, t. IV, p. 125-126. 31—Imperforación del ano. Comunicación del recto con la ure- _tra. Operación. Curación. Rev. de Cien. Méd., 5 julio 1889, t. IV, p. 151-152. 32—Aneurisma arterio venoso del brazo derecho. Extirpación del saco. (Curación). Rev. de Cien. Méd., 20 julio 1889, tp 161-162: 33—Cálculo vesical. Talla hipogástrica. Curación. Rev. de Cienc. Méd., 20 sep. 1889, t. IV, p. 210. 34—Epitelioma de la lengua. Amputación total. Curación. Ob- servación recogida por el alumno Manuel F. Alfonso. Rev. de Cien. Méd., 20 nov. 1889, t. IV, p. 256. 35—Epitelioma del maxilar inferior. Resección de la. rama de- recha. Curación. Observación recogida y publicada por el alumno interno Sr. Vallhonrat. Rev. de Cienc. Méd., 20 dic. 1889, t. IV, p. 286. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 223 1890 36—Hospital Mercedes. Estadística de las operaciones practi- cadas en los servicios de los Dres. 1. Plasencia y R. Meno- cal. 1889. Rev. de Cien. Méd., 5 enero 1890, t. V, p. 1-2. [Total de operaciones del Dr. Menocal: 81 con tres muertes]. 37—Contribución al tratamiento de las úlceras disentéricas del recto. Trabajo presentado al Primer Congreso Médico Re- gional de la Isla de Cuba. Sesión del 20 enero 1890. Primer Congreso Médico Regional, Habana, 1890, p. 263-267. Ex- tracto en la Crónica, enero 1890, t. XVI, p. 45. 38—Nefrectomía transperitoneal. (Curación). Rev. de Cien. .. Méd., 5 junio 1890, t. V, p. 133-135. 39—Resección ortopédica de la rodilla derecha. Curación. Ob- servación recogida por el alumno Sr. Vallhonrat. Crónica, julio 1890, t. XVI, p. 362-363; con una lámina. ; 40 —Pío-salpinx. Laparotomía. Curación. Rev. de Cien. Méd., 20 agosto 1890, t. V, p. 193. 41—Ano contranatural de la región epigástrica. Laparotomía y enterorrafia. Curación. Crónica, oct. 1890, t. XVI, p.. 557-558. i 42 —Pío salpinx izquierdo. Histerectomía vaginal completa: curación. Observación recogida por el alumno Sr. Vall- honrat. Rev. de Cien. Méd., 5 oct. 1890, t. V, p. 229. 43—Dos casos de pio-salpinx izquierdo. Laparotomía. Curación. Rev. de Cien. Méd., 20 dic. 1890, t. V, p. 291. -44—Nefrectomía transperitoneal. Habana. La Propaganda Li- teraria, 1890, en 8” m., 10 páginas. (Cita de Trelles. Bibliografía, ete., t. VII, p. 199). 1891 45—Estadística de las operaciones practicadas en los servicios de los Dres. 1. Plasencia y R. Menocal. 1890. Rev. de Cien. Méd., 20 enero 1891, t. VI, p. 13-14. [Total de operaciones: 68 con dos muertes]. 46—Ectopia de ambos testículos. Hernia congénita derecha. Orquidopexia y cura de la hernia. (Observaciones por el alumno Sr. Vallhonrat). Rev. de Cien. Méd., 20 enero 1891, t. VÍ, p. 14. ; TOMO LIV—15 224 ANALES DE LA 47—Ano contranatural de la región inguinal izquierda. La- parotomía y enterorrafia: curación. Observación recogida y publicada por el alumno Sr. Vallhonrat. Rev. de Cien. MEd., 5 teb, ASIA 20526: 48—Quiste del ovario. Ovariotomía. Curación. Observación re- cogida por el alumno externo señor Sánchez Agramonte. Rev. de Cien. Méd., 5 marzo 1891, t. VI, p: 51-52. 49—Dos casos de hernias congénitas y ectopia testicular. Cu- ra radical de las hernias y raquidopexias. Curación. Rev. de Cien. Méd., 5 junio 1891, t. VI, p. 121. 50—Dos casos de hernias extranguladas. Quelotomías y curas radicales. Curación. Observaciones recogidas por el alum- no J. Vallhonrat. Rev. de Cien. Méd., 5 nov. 1891, t. VI p. 245. 1892 51—Caries del fémur. Desarticulación coxo-femoral. Curación. Observación recogida por el Dr. Moas. La Abeja Médica, Habana, 29 enero 1892, t. I, p. 6. 52 Dos casos de laparatomías. Curación. (1% Pío salpinx y 2” Quiste multilocular del ovario. Ovariotomía). La Abe- ja Médica, 27 feb. 1892, t. 1, p. 17. 53—Hernia umbilical estrangulada. Quelotomía. Curación. La Abeja Méd., marzo 1892, t. 1, p. 29. v4—Un caso de peritonitis parcial supurada. Operado por el Dr. Menocal. Curación. Observación recogida por el Dr. Fontanills. Rev. de Cien. Méd., 20 marzo 1892, t. DEBE: p. 61. . 55—Abceeso (sic) del hígado. Curación. (Observación recogida por el alumno Sr Negra). Rev. de Cien Méd., 5 abrit SA EVI 56—Genu-Valeum doble: Osteotomía por el proceder de Mec. Erven. Curación. La Abeja Méd., mayo 1892, t. 1, p. 53. 57—Resección parcial de la vena yugular interna en un caso de recidiva ganglionar de un epitelioma de la lengua. La Abeja Méd., julio 1892, t. YT, p. 74. Reproducido en la Rev. de Med. y Cir. Práct., de Madrid, 7 sept. 1892. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 225 58—Exóstosis osteogénica bursata del fémur. (Observación re- cogida por el Dr. Fontanills). Rev. de Cien. Méd., 20 julio 892 bt VEL p. 107. 59—Pleuresía purulenta. Fístula pleural. Resección costal y pleural. Curación. Observación recogida por el alumno Sr. F. Loredo. La Abeja Méd., agosto 1892, t.' 1, p. 85. 60—Notas sobre cuatro casos de hernias curadas. La Abeja Medssoct. 1892 tp: OA TT: 61—Estadística de las operaciones practicadas en la Quinta del Centro de Depedientes desde el 1* de octubre de 1891 hasta la fecha. La Abeja Méd., nov. 1892, t. 1, p. 130. [Total de operaciones: 183 con un muerto]. 62—Resección de la rodilla derecha. Operación. Curación. Ob- servación recogida por el Dr. Fontanills. Rev. de Cien. Méd,. 5 nov. 1892, t. VII, p. 261-262, con una lámina. 1893 63—Fractura de la tibia derecha. Pseudo artrosis consecuti- va. Osteotomía y sutura de los fragmentos. Curación. Ob- servación recogida por el alumno Sr. Ruiloba. Rev. de Cien. Méd., 20 enero 1893, t. VIII, p. 13. 64—Bocio lateral izquierdo. Enucleación. Curación. La Abeja Méd., marzo 1893, t. II, p. 29. 65—Un caso de osteo- mielitis del carpo; resección. Observa- ción recogida por el Dr. Fontanills. Rev. de Cien. Méd., 20 abril 1893, t. VIII, p. 85. 66—Dos casos de histerectomías vaginales por pio salpinx. (Operación de Pean). Rev. de Cien Méd., 20 mayo 1893, CV p. 109: 67—Aneurisma de la arteria erural; ligadura de la arteria ilíaca externa. Observación recogida por el Dr. Fontanills. Rev. de Cien. Méd., 20 junio 1893, t. VIII, p. 133-134. 68—De la operación de Whitehead en el tratamiento de las hem[e]rroides. La Abeja Méd., junio 1893, t. II, p. 77-78. 69—Fractura no consolidada de la tibia derecha. Pseudo-ar- trosis consecutiva. Osteotomía y sutura de los fragmentos. Curación. La Abeja Méd., sept. 1893, t. II, p. 112. 226 ANALES DE LA 10—Macrodactilia y doble grueso artejo del pie izquierdo. Amputación metatarsiana. La Abeja Méd., oct. 1893, t. 11, p. 126-127, con una lámina. 11—Operaciones practicadas en la Quinta de Dependientes desde el 15 de noviembre del 1892 hasta noviembre de 1893. La Abeja Méd., nov. 1893, t. 1H, p. 136-137. [Total de operaciones: 236 con 4 muertes]. 12—Ectopia abdominal del testículo derecho. Laparatomía y Orquidopexia. Curación. Rev. de Cien. Méd., 5 dic. 1893, AV TIL Sp 200 1894 713—Operaciones quirúrgicas practicadas en el Hospital “Mer- cedes?” durante el año de 1893. Servicio del Dr. Menocal. Rev. de Cien. Méd., 5 enero 1894, t. IX, p. 1-2. [Total de operaciones: 109 con 5 muertes]. 14—Dos casos de neuralgias faciales. Resección de nervios: curación. La Abeja Méd., marzo 1894, t. TIL, p. 25-26. 15—Fibro mioma pediculado del fondo del útero. Laparoto- mía y miomotomía. Curación. Observación recogida por el Dr. García Mon. Rev. de Cien. Méd., 5 abril 1894, t. IX, Deia: 76—Oclusión intestinal. Laparotomía, (curación). Observación recogida por el Dr. Malberti [de Mazorra]. La Abeja Méd., mayo 1894, t, III, p. 51-52. 717—Herida contusa y hundimiento de la mitad derecha del frontal. Heridas de las meninges y del lóbulo cerebral de- recho. Curación. Observación recogida por el Dr. D. Váz- quez. Rev. de Cien. Méd., 20 mayo 1894, t. IX, p. 113. 78—Fractura de la tibia y peroné izquierdos en su tercio medio. Consolidación angular. Osteotomía y sutura de los fragmentos. Curación. Observación recogida por el Dr. García Mon. Rev. de Cien. Méd., 20 nov. 1894, t. IX, p. 257. 19—Herida de la cabeza por proyectil de arma de fuego. Abs- ceso cerebral. Trepanación. Observación recogida y publi- cada por el interno Sr. R. Palacio. Rev. de Cien. Méd., 20 dic. 1894, t. IX, p. 281. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 227 80—Aneurisma de la arteria poplítea izquierda, extirpación del saco. Curación. Observación recogida por el alumno in- terno Sr. R. Palacio. La Abeja Méd., dic. 1894, t. III, p. 146. 1895 81—Operaciones practicadas en el Hospital “Mercedes”? du- rante el año de 1894, Servicio del Dr. Menocal. Rev. de Cien. Méd., 5 enero 1895, t. X, p. 1. [Total de operaciones: 92 con 4 muertes]. 82—Operaciones practicadas en la Quinta de Dependientes del Comercio de la Habana ““La Purísima Concepción”? des- de noviembre de 1893 a noviembre de 1894. La Abeja Méd., enero 1895, t. X, p. 11-12. [Total de operaciones: 284]. 83—División congénita del velo del paladar, bóveda palatina y labio leporino con prominencia del hueso intermaxilar. Estafilorrafia. Uranoplastía. Labio leporino y hundimien- to del hueso intermaxilar. (Curación). Observación reco- gida por el Dr. García Mon, interno de la Quinta de De- pendientes. Rev. de Cien Méd., 5 mayo 1895, t. X, p. 97. 1900 84—Un caso de operación de Bottini por hipertrofia prostáti- ca. Curación. Archivos de la Policlínica, Habana, 21 ene- ro 1900, t. VIII, p. 57-59, 85—Notas sobre aleunos casos de intervención en el riñón. El Progreso Médico, Habana, marzo 1900, t. X, p. 107-113. 86—Sobre las adenopatías inguinales. Revista de Medicina Tropical, Habana, dic. 1900, t. 1, p. 83-85. 1901 87—Operaciones practicadas en la elínica quirúrgica. El Pro- greso Médico, enero 1901, t. XI, p. 25-29. 88—Agrupación etiológica de las enfermedades de la piel. (Del Tratado de Besnier). Traducido por el Dr. R. Menocal para los alumnos del curso de enfermedades de la piel. El Progreso Médico, feb. 1901, t. XI, p. 60-62. 228 ANALES DE LA 1902 89 —Epitelioma de la $ ilíaca. Resección del intestino. Curación. (Observación recogida por el alumno M. Roura). Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, 25 abril 1902, t. VIE p.. 13-175: 90—Invaginación del ciego y colon ascendente en el colon transverso. Exclusión del ciego. Observación recogida por el alumno Pedro Lamothe. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 junio 1902, t. VIT, p. 231-233. 91—Un caso de costilla cervical. Observación recogida por el alumno Andrés Vázquez y Acosta. Rev. de Med. y Char. de la Hab., 25 nov. 1902, t. VII, p. 525-526. 92—Del tratamiento quirúrgico de la hipertrofia prostática. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 dic. 1902, t. VII, p. 553-509. 1903 93—Trombo flebitis del cordón espermático en los países cá- lidos [en colaboración con el Dr. L. Plasencia]. Rev. de Med. Tropical, marzo 1903, t. IV, p. 33-35, con una lá- mina. 94—Contusión del riñón. Incisión lumbar. Sutura del riñón. Curación. Observación recogida por el alumno Emilio Mo- rán de la Torre. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 abril 1903, t. VIII, p. 183-184. 1904 95—Neumonía Pneumocócica. Doble vaginalitis y Trombo Fle- bitis de ambos cordones. Observación clínica del alumno L. F. Rodríguez y Molina. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 feb. 1904, t. IX, p. 92-93. 96—Del tratamiento de las uretritis crónicas. Conferencia pro- nunciada en el Hospital Número Uno, el día 23 de marzo de 1904. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 marzo 1904, t. IX, p. 125-131. 97—Colecistitis y Perieolecistitis caleulosa. Colecistectomía. Observación recogida por el alumno Sr. L. Rodríguez y Molina. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1904, t. 1X, p. 165-167. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 229 1905 98—Conferencia en el Hospital Número Uno sobre el trata- miento de las fracturas. Archivos de la Policlínica, feb. 1905, t. 1X, p. 57-64. [Está fechada el 25 enero 1905]. 99—Neumonías pneumo-cóccicas. Localización de la infección en el aparato genital. [En colaboración con el Dr. Luis F. Rodríguez Molina]. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 20 mayo 1905, t. X, p. 170-172. 100—Contribución a l'étude de la funiculite lympho-toxique dans les pays ehauds, par le Docteur R. Menocal, pro- fesseur de clinique chirurgicale á la Faculté de Medecine de la Havane. La Havane, M. Ruiz y Co. 1905. En 4”, 28 ps. et 7 planches. 1906 101—Quiste del páncreas. Laparotomía. Curación. Observación recogida por P. Pons y Zamora, interno del hospital Mer- cedes. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 mayo 1906, t. AENA A 102—Titiasis biliar. 99 eláculos en la vesícula. Colecistostomía. Curación. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 agosto 1906, xp. 291-298. 1907 103—Elefantiasis y estados elefantiásicos. Lección XLI, del Manual de Enfermedades de la Piel y Sífilis, en prensa, ete. Revista Médica Cubana, Habana, feb. 1907, t. X, p. 55-65. : 104—Tratado de Enfermedades de la Piel y Sífilis, por el Dr. Raimundo Menocal, Profesor de Clínica Quirúrgica de la Escuela de Medicina de la Habana. Habana. Imp. La Mo- derna Poesía, 1907. En 4*, 565 páginas. 1908 105—Epitelioma primitivo de la uretra. Emasculación. Cura- ción. (Nota clínica). Observación recogida por el alumno 230 ANALES DE LA Francisco S. Ramos y Delgado. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1908, t. XIII, p. 133-187, con dos láminas. 1909 106—Sarcoma de la próstata. Observación recogida por el alum- no E. A. Prieto. Rev. de Med. y Cir. de la Hab. 10 feb. 1909, t. XIV, p. 59-64, con dos láminas. 107—Aneurisma cirsoideo de la cabeza. Observación recogida por el alumno J. R. Antorcha. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 feb. 1909, t. XIV, p. 97-101, con dos láminas. 1910 108—Tumor mixto del testículo izquierdo. Castración. Curación. La Prensa Médica, Habana, 15 marzo 1910, t. 1, p. 7-8. 109—Un caso de piernas eruzadas en forma de tijeras. Opera- ción. Curación. Observación recogida por el alumno Car- los Lamar. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1910, t. XV, p. 209-214, eon dos láminas. 110—Estrechez cicatricial de la S ilíaca. Resección. Entero anas- tomosis. Curación. La Prensa Médica, 15 sept. 1910, t. IL p. 104. 1911 111—Manual de Enfermedades de la Piel y Sífilis, por el Dr. Raimundo Menocal. Segunda edición corregida y aumen- tada. Habana. Imp. La Moderna Poesía, 1911. En 8* m., 660 páginas. 112—Gigantismo e infantilismo. Genu-valeum. Operación. Cu- ración. Observación recogida por el alumno D. Antonio Santiestéban. Rev. Méd. Cub., julio 1911, t. XIX, p. 9-11, con una lámina. 113—Ulcera del duodeno. Tratamiento. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 oct. 1911, t. XVL, p. 555-557. 114—Tres casos de espototricosis. Rev. Méd. Cub., nov. 1911, t. XIX, p. 264-270, con dos láminas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 231 1912 115—Absceso pio pleural de la región torácica posterior. Ob- servación recogida por el alumno Enrique Fernández. Rev. Méd. Cub., marzo 1912, t. XX, p. 142-143. 1914 116—Hipertrofia prostática. Prostatectomía. Observación reco- gida por los alumnos Florencio Nadal y Germán Valdés. Rev. de Med. y Cwr. de la Hab., 10 feb. 1914, t. XVIII, p. 77-79. 117—Sobre un caso de dilatación de la uretra peneana. Obser- vación recogida por los alumnos Rómulo Ledesma y He- riberto Hernández. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 mayo 1914, t. XIX, p. 245-248. 118—Conferencia sobre Esporotricosis en la sesión de la Socie- dad de Estudios Clínicos, en honor de los congresistas del Tercer Congreso Médico Nacional, 4 die. 1914. [No llegó a publicarse. |] 1915 119—Meningo-mielitis blenorrágica. Exposición clínica hecha por el alumno Sr. Francisco Leza. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 25 marzo 1915, t. XX, p. 115-122. 1916 120—Enorme cáleulo renal. Asclepios. Habana, feb. 1916, vol. TIT, p. 62-64, con una lámina. 121—Dos easos de riñón poliquísticos. Asclepios, marzo 1916, vol. II, p. 93-96, en una lámina. Consúltense las biografías del Dr. Menocal en La Abeja Médica, 1892, t. I, p. 14, con un retrato; y en La Higiene (18 ju- nio 1893). 232 ANALES DE LA JUNTA NACIONAL DE PESCA SU HISTORIA. - TRABAJOS REALIZADOS EN ELLA POR EL Dr. Felipe García Cañizares (Sesión del 26 de octubre de 1917). I Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. Sres. Académicos: En pocos países ha pasado la industria de la pesca por las vicisitudes porque ha pasado en Cuba. Según se desprende de algunos trabajos del eximio naturalista y Vocal de la “Junta del Apostadero de la Ha- bana”, Dr. Juan Vilaró los tiempos del General Topete (1883) señalan una era esplendorosa y de verdadero pro- greso para la industria piscatoria cubana. (1) A aquella Junta se debieron la mayor parte de los Reglamentos vigen- tes sobre la materia; y a su vocal técnico, Dr. Vilaró, intere- santes informe referentes a Ostricultura, y a la pesca de Peces, de Mariscos, de Esponjas y de Quelonios cubanos. Por aquella misma fecha se realizaron oficialmente excursiones científicas a bordo del cañonero “Cazádor”, que sirvieron para proporcionar los fundamentos de gran número de acuerdos tomados después por la Junta. Terminada la época colonial, nuestro Gobierno In- terventor se limitó a publicar decretos que, no pocas veces, respondieron más que a medidas de buena y previsora ad- ministración, a conveniencias de empresas particulares há- (1) Dicha Junta del Apostadero estaba integrada por el Capitán General, como Presidente, y por los vocales siguientes: El Auditor del De- partamento Marítimo, el Comandante de Ingenieros Navales, el Coman- dante de Marina, el Jefe de Administración de la Armada, un Jefe de reconocida idoneidad con el cargo de Ponente, un individuo de la Jun- ta de Comercio, dos fomentadores (nombrados por el Capitán General, a propuesta del Comandante de Marina)—Era Secretario, con voz y vo- to, el Vocal Ponente. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 233 bilmente defendidas por circunstancias políticas o de otra índole. Una mención especial merece el informe que sobre la “Veda de la Pesca de las Esponjas” emitió en el seno de esta Academia el Dr. J. I. Torralbas, y que fué publicado en el núm. 426 (marzo de 1900) de sus Anales. En aquel estudio del académico Dr. Torralbas, con razones convin- centes, fué rechazada la “constante aspiración” de los in- dustriales de Batabanó: la supresión de la Veda para la pesca de esponjas (2). Siendo Subsecretario de Agricultura el Dr. Francisco Vildósola, fué nombrada una “Comisión Temporal de Pes- (3) para que resolviera cuantas dificultades ofreciese la explotación regular de dicha industria en nuestras aguas jurisdiccionales. En ella estaban representados los pescadores, los in- dustriales y los armadores, y, como vocales técnicos, figu- (2) Al Dr. Torralbas se debieron también por aquella fecha al- gunas indicaciones referentes a la Ley de Pesca. (3) En 31 de agosto de 1917.—Autorizados por el Hon. Gober- nador Provisional, fueron nombrados los siguientes miembros para cons- tituir la Comisión Temporal de Pesca. Presidente: El Jefe del Despacho de la Secretaría de Agricultura, In- dustria y Comerecio. Secretario, con voz y voto: El Jefe de la Sección Meteorológica. Vice-Secretario, con voz y voto: El Oficial del Negociado de Pesca. 19 VOCAL -El Naturalista Dr. Carlos de la Torre. 20 37 El Jefe del Negociado de Navegación. 3? sn Sr. Pablo Homs, dueño de embarcaciones de pesca. 40 5 » Raul Mediavilla, dueño de embarcaciones de pesca. 59 ES » Manuel Lesmes, pescador. 69 o » Manuel Blanco A 72 5% » Francisco Vilar, comerciante en pescado. 89 5 » Francisco Vázquez Domínguez, comerciante en aseado! Vocales Suplentes Del Dr. la Torre—El Dr. Felipe García Cañizares. . » Sr. Manuel Lesmes—Sr. Juan Gómez Benavides. » y Manuel Blanco—Sr. José Pazos Ríos. » y Francisco Vilar—Sr. Valeriano Fernández. » y Francisco Vázquez Domínguez—Sr. Fernando Quintero y Felipe. 234 ANALES DE LA raban mi distinguido maestro el Dr. C. de la Torre y el que esto escribe en calidad de suplente. La intransigencia que algunos industriales y arma- dores mostraron siempre en las juntas de esta Comisión, fué causa del fracaso de la misma, y de que al fin, como única solución posible, se acudiera por la Secretaría de Agricultura a los vocales técnicos para que emitiesen los informes necesarios. De hecho fuimos, desde entonces, los consultores oficiales del Gobierno; lo cual explica la se- rie de valiosísimos trabajos que aparecen en los Archivos del Negociado de Pesca, emitidos por el Dr. la Torre; y los que, sobre la Biajaiba, leí en esta Academia en la sesión del 15 “de abri de OTI: La explotación ilimitada de la pesca por un lado, y por otro, las constantes protestas de los industriales contra acuerdos bien tomados por nuestros gobernantes, y que siempre iban acompañadas de reclamos escandalosos en al- gunos periódicos de esta capital, llegaron a llamar la aten- ción de nuestros progresistas vecinos de la Unión America- na. Los naturalistas de los Estados Unidos, en su indiscuti- ble afán de salvar las especies zoológicas que, por su his- toria científica o por su valor industrial, lo merecían, se acordaron de dos especies cubanas: el Manatí y el Man- juarí; la primera de las cuales única que, en realidad re- clamaba tal honor, fué objeto de una recomendación espe- cial por parte del Hon. T. Roosevelt, entonces Presidente de la nación americana (4). A tan eficaz auxilio quedará reconocida la Historia Natural cubana, que, de otra suerte, habría visto ya des- aparecer de su fauna el Manatí, una de sus especies más preciadas. (4) He aquí la traducción del cablegrama recibido: —** Washington, D. C. 5 de enero de 1909.—Ch. Magoon, Gob. Provisional de Cuba.— Habana.—Cuba.—¿No puede Vd. expedir una orden prohibiendo toda matanza de Manatí en las aguas de Cuba? Es una gran lástima permi- rir que desaparezca esta extraña criatura.—Theodoro Roosevelt”?. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 235 El Gobierno del General J. M. Gómez inició una nueva era de progresos para la industria piscatoria cubana. Ac- cediendo a mis reiteradas insinuaciones, el Dr. R. Martí- nez Ortiz, Secretario de Agricultura, ofreció constituir una “Junta Nacional de Pesca”, pero no pudo cumplir su ofre- cimiento por haber renunciado poco después el cargo que desempeñaba. Mis proyectos fueron acogidos con gran en- tusiasmo por su sucesor, el Dr. E. del Junco; y, en mayo 22 de 1911, la Gaceta Oficial de la República publicó el decreto número 378, creando una “Junta Nacional de Pesca” (5). Eficazmente auxiliado en todo por el Secretario Dr. Junco, bien pronto' adquirió la importancia que merecía este nuevo organismo, cuyos miembros con marcado des- interés, y sin remuneración alguna, han venido trabajan- do hasta hoy en pró de la defensa de una de nuestras ri- quezas nacionales. La Ley de Pesca, —recuerdo de mi buen maestro Dr. Vilaró, —fué modificada convenientemente en el seno de la Junta, adaptándola a nuestras condiciones actuales. Se aprobó un Reglamento Interior; y se dictaron las órdenes conducentes al cumiplimiento de las leyes piscato- rias. En esta última tarea nos prestó valioso auxilio la Ma- rina Nacional, cuyo Primer Jefe, Coronel Morales Coello, supo demostrar en todas ocasiones verdadera competencia en asuntos piscatorios. Fué entonces nuestro principal empeño adquirir el histórico Castillo de la Chorrera, propiedad del Estado, para convertirlo, convenientemente preparado, en “Museo de Pesca y Laboratorio de Biología Marina.” Con dicho fin, el Gobierno autorizó, para Gastos de la Junta, la su- ma de $500 mensuales, con cargo al crédito de $200,000 presupuestados para el Fomento de la Inmigración. Pe- (5) Véase al final de este trabajo los Decretos núms. 378 y 456, p. 242 y 243. 236 ANALES DE LA noso es confesar que no fué preciso hacer uso de este cré- dito, pues nuestros reiterados esfuerzos por conseguir el mencionado Castillo, fracasaron entonces ante la tenaz opo- sición que, ocultos entre sombras, nos hicieron quienes de- fendían ese local para fines particulares (6). Con la caída del gobierno liberal, se inició una épo- ca “de olvido” para la Junta Nacional de Pesca. Por for- tuna, fué sólo un letargo que duró hasta mediados del año 1914, en cuya época, fué organizado convenientemente el Negociado de Pesca, y el nuevo Secretario de Agricultura, Gral. Emilio Núñez, inició de nuevo y con laudable ener- gía los trabajos suspendidos. Hizose .efectivo el cumpli- miento de las leyes vigentes sobre la Pesca; se revisó el Reglamento Interior de la Junta, de acuerdo con nuevos Decretos presidenciales (7); y se aprobó el Reglamento Ge- neral para la Pesca, aunque reservándose—para su apli- cación—un período de tres meses, a fin de que fueran es- tudiadas debidamente cuantas observaciones y protestas ra, en 8 de mayo de 1912, para establecer dicho Museo Nacional de Pesca.—Contestó la Secretaría de Instrucción Pública, que ““lo pondría a disposición de lá Junta de Pesca, pero reservándose siempre ella la ins- pección del mismo, por tratarse de un monumento histórico?”.—Al dar las gracias la Junta de Pesca en 1? de agosto del mismo año, hizo presente que estima que la inspección a que se refería la Secretaría de Instrucción Pública, se contraería exclusivamente a las obras que allí se llevaran a ca- bo.—Pero la Secretaría de Instrueción Pública, en 16 de octubre, mani- festó que *““encargada por la Hacienda provisionalmente de la custodia, euidado y conservación del Torreón, en su carácter de monumento histó- rico, a ella correspondía atender siempre a que ese cuidado y esa conser- vación fuesen efectivos,, misión a la cual no podía renunciar”?”.—Así las cosas, se recibió en 19 de nov. de 1916, un eserito del Sr. Alfredo Villoch, encargado gratuito (encargado por quién?) del cuidado del Castillo, por el que participaba que el día anterior había hecho entrega del mis- mo al Sr. Rector de la Universidad Nacional, Dr. G. Casuso, por haber- le éste mostrado un ejemplar de la Gaceta Oficial de 17 de noviembre, del mismo año, en el que se hallaba inserto un Decreto del Honorable Sr. Presidente de la República, disponiendo que fuese entregado a dicho Sr. Rector el Castillo de referencia, para destinarlo a ““Club Sport Náutico de la Universidad. ?” (7) Véase al final de este trabajo el Decreto núm. 159, p. 243. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 237 pudiese motivar (8). Además el Vocal pescador Sr. Les- mes y el Secretario de la Junta, Sr. Agiiero, recorrieron ca- si todas las regiones pesqueras de Cuba, emitiendo algunos informes que habrán de ser muy útiles a la Junta por la importancia de los datos que contienen. Por la enseñanza que pueda reportar para el porve- nir, debo hacer constar que me he opuesto siempre a la re- presentación “directa” que, en la Junta Nacional de Pes- ca, han querido tener “constantemente” diferentes locali- dades de esta Isla. Y me he opuesto a ello, porque entien- do que en esas Juntas Consultivas no son los que más lu- cran con el negocio los llamados a defender y a normali- zar nuestras industrias nacionales, y a servir honradamen- te de consultores a nuestros gobiernos. ¿Qué sería nues- tra Junta Nacional de Sanidad si en ella tuvieran voz y voto cuantas colectividades, más o menos influyentes, caen bajo su tutela... ? | Bueno es oir y atender a todos los que forman parte de tal o cual empresa piscatoria, y de ahí las representa- ciones que se señalan en el artículo 5% del Reglamento In- terior, a más de los representantes de la industria ya in- dicados en el decreto de fundación de la Junta; pero en ésta, aparte de los vocales “natos”, los industriales que fi- guren deben estar convencidos de que allí no van a defen- der intereses particulares de determinadas regiones o em- presas comerciales de la República, en detrimento de una riqueza nacional. Han de resultar, por su capacidad inte- lectual y moral, merecedores de la confianza del gobierno que los ha nombrado para que sean sus consultores; y, (8) Fué aprobado por unanimidad en la sesión del 5 de agosto de 1915. En vista de la protesta presentada por los industriales y pescado- res de Batabanó, se acordó en 21 de octubre de 1915, a propuesta del ponente mismo, conceder la mencionada prórroga de tres meses. Des- pués de esa fecha no ha vuelto a celebrar sesión alguna la Junta Na- cional de Pesca (octubre 26-1917). 238 ANALES DE LA por su número, no deben resultar jamás los árbitros de una Junta cuyo carácter técnico debe ocupar siempre un lugar preferente. El nombramiento especial, hecho por nuestro gobier- no a favor del distrito de Batabanó, ha venido a confirmar que no eran mal fundadas mis apreciaciones sobre este particular. Como una prueba de la honradez que le guiaba en las actuaciones de la Junta Nacional de Pesca, y para demostrar que no existía animadversión hacia ellos, el Go- bierno nombró dos nuevos vocales que, en la Junta, repre- sentasen a los industriales y pescadores del Surgidero. De esa suerte quedaron complacidos los Sres. peticionarios, y la Junta, comprendiendo el buen deseo de nuestros gober- nantes, acogió fraternalmente a sus nuevos compañeros. Ahora bien; ¿qué hicieron por la industria de la pesca los nuevos vocales del Surgidero de Batabanó? ¿Qué problema de utilidad general plantearon en el seno de la Junta? ¿Qué . luz aportaron a nuestras discusiones, ni qué solución tra- jeron en los diferentes conflictos presentados. ..? Unica- mente clamaron en ella por mantener indefinidamente los injustificados privilegios de que disfrutan en contra de las otras zonas pesqueras de Cuba y del porvenir de la indus- tria que explotan; habiendo dado lugar, con su conducta, a que algunos mal intencionados piensen que, por su des- graciada actuación sobre nuestras Cámaras Legislativas, la República cubana no tiene—como debiera tener—una Ley de Pesca y un Reglamento General que regule cuanto con ésta se relacione. Mostrando la lista de las multas impuestas, de ene- ro a abril de 1915, a los infractores de las disposiciones vigentes sobre la pesca, tuve necesidad de decir, en pre- sencia de todos mis compañeros, a uno de los Sres. represen- tantes de Batabanó, que “por decoro propio, y por respe- to al cargo que ocupaba”, renunciase éste o procurase se- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 239 guir cumpliendo las ordenanzas establecidas. ¡Resulta- ba, en calidad y en cantidad, el mayor infractor de los in- dustriales de la República un Vocal de la Junta Nacio- nal de Pesca! ! Es mi criterio que, en el Proyecto de Reglamento Ge- neral para la Pesca aprobado por la Junta, pueden y deben hacerse concesiones siempre que las circunstancias lo exi- jan, y sean justificadas debidamente. De igual suerte que los demás ciudadanos de Cuba, deben ser oidos en sus que- jas los. pescadores e industriales de Batabanó; pero sin conceder a sus protestas más importancia de la que en rea- lidad tengan. Atendiendo a sus intereses particulares, se ha modificado el tamaño de las mallas en los chinchorros; se ha conservado disminuido el tamaño mínimo para la pesca y venta de las esponjas; y se ha incluido en el Re- glamento, con carácter definitivo, y correspondiendo a las “de arrecife”, las esponjas llamadas “machitos del Calva- rio”, que—con carácter provisional—se especificaron para Caibarién en el Decreto del Gobierno Militar de 17 de agos- to de 1900. Se ha pedido que se modifique la época pa- ra la veda de la Cubera y el Caballerote; y se ha fijado la veda de la Biajaiba del 20 de abril al 30 de mayo. Final- mente, por complacerles, el gobierno actual —quizás por no conocerles bien—aceptó que estuviesen representados en la Junta con carácter permanente, cuando el espíritu del decreto de constitución de nuestra Junta Nacional de Pesca fué que todas las zonas pesqueras de la República turnasen en la representación oficial. Parece que aun no están satisfechos los pescadores e: industriales de Batabanó. Y es que, aisladamente, dichos Sres. son individuos excelentes y hasta de trato agradable y simpático; pero, colectivamente, resultan una verdade- ra “calamidad” para nuestros gobiernos. Cautivaron en- tre sus redes, lo mismo en tiempos coloniales que repu- blicanos, a las autoridades locales; con sus cantos de sire- TOMO LIV—16 240 ANALES DE LA na unas veces, y otras con augurios de miseria y de desas- tres locales, han conmovido a los hombres de ciencia; y hasta a mí mismo serían capaces, con sus exquisitas pren- das personales, de hacerme creer en sus lamentos y tribu- laciones, s1, más desconfiado e incrédulo que otros compa- ñeros míos, no hubiera comprendido que tales amenazas de suspensión del trabajo, anuncios de ruina y hasta de asesinatos frustrados son verdaderas exageraciones bien conocidas para mí por ser las mismas que vienen empleán- dose hace más de un cuarto de siglo. De la Junta Nacional de Pesca formé parte primera- mente en representación de esta Academia de Ciencias; y más tarde, (9) como Catedrático de Historia Natural del Instituto de Segunda Enseñanza de esta capital. Habiendo renunciado en mayo de 1915, a mi Cátedra del Instituto, para ocupar la de Botánica en nuestra Universidad Na- cional, dejé “ipso facto” de pertenecer a la Junta Nacio- nal de Pesca. Y, por esta razón, al tomar nuevas orienta- ciones científicas, vengo a dar cuenta a esta Academia de la labor que he realizado. Me es grato presentar hoy ante ustedes, como re- cuerdo del cargo con que me honraron, el “Proyecto de Reglamento Interior” el “Proyecto de Ley de Pesca” y el “Proyecto de Reglamento General para la Pesca en la Re- pública de Cuba”, que fueron aprobados en el seno de la Junta Nacional de Pesca:—+téllos representan el trípode so- bre que ha de descansar cuanto se relacione con la indus- tria piscatoria cubana. (9) A propuesta del Sr. Secretario de Agricultura, Industria y Trabajo y previo acuerdo de la Junta Nacional de Pesca, fuí designado en 31 de marzo de 1913, por Decreto Presidencial, Vocal de la Junta, como Catedrático titular de Historia Natural en el cargo vacante por fallecimiento del Dr. José N. Ferrer. _ —ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 241 Mi constante y decidido afán por defender en dicha Junta cuanto he creido conveniente para nuestro país, es cosa que han podido ver todos los que de élla han forma- do parte, y que consta en las:actas de las sesiones celebra- das; sin que en mis juicios, verdaderos o erróneos, me ha- ya guiado otra cosa que el respeto debido a mis compañe- ros y la consideración al honroso cargo de que estaba re- vestido y a las Instituciones cuya representación ostentaba. Hago votos fervientes por que los que en mi puesto me sucedan, puedan contar,—como yo he contado siem- pre,—con la benévola consideración de nuestros gobier- nos; y porque continúen venciendo las dificultades y obs- táculos que la ignorancia de unos y la insaciable explota- ción de otros presentan constantemente en el camino de estas Juntas llamadas a defender, con desinteresado amor patrio, nuestras riquezas nacionales, 242 ANALES DE LA (5) Decreto N* 378 POR CUANTO: es un deber de este Gobierno procurar la protec- ción científica y previsora de la industria de la pesca. POR CUANTO: es necesario que se recopilen, ordenen y hagan cum- plir, mientras se promulge una Ley sobre la pesca, las ordenanzas, re- glamentos y decretos existentes para regular esa industria y que que- den debidamente resueltas las consultas que sobre la materia se hagan a la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo. POR CUANTO: existe la necesidad de formar una estadística que marque el estado actual de la referida industria, y la conveniencia de velar por la conservación de nuestros criaderos naturales, y de favore- cer la creación de los artificiales que tantos beneficios han reportado en otros países. Resuelvo: PRIMERO: Crear, como dependencia de la Secretaría de Agricultu- ra, Comercio y Trabajo, una Junta Nacional de Pesca, que se compon- drá de los siguientes miembros: El Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, como Pfesidente. El Capitán del Puerto de la Habana. Dos Catedráticos titulares de Historia Natural o de Zoología. Un miembro de la Academia de Ciencias, de la Sección de Ciencias Naturales. Dos representantes de la industria piscatoria. - Un pescador de profesión. El Jefe del Negociado de Agricultura, de la Secretaría de Agrieul- tura, Comercio y Trabajo, quien actuará de Secretario. SEGUNDO: Dicha Junta será presidida por el Sr. Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, y en su ausencia por el Capitán del Puerto.—Si ambos faltaren, presidirá el Vocal Naturalista de más edad. TERCERO: A la expresada Junta que deberá renovarse parcialmen- te cada dos años, corresponderá todo lo referente a la inmediata ex- plotación de las aguas ¿jurisdiccionales de la República. CUARTO: También se ocupará de hacer un reglamento interior, de velar por el cumplimiento de las prescripciones vigentes sobre la pes- ca, recopilándolas, ordenándolas y publicándolas en debida forma, de organizar la estadística anual, de preparar un Museo Nacional de Pes- ca, en el cual estarán permanentemente expuestas nuestras especies, útiles y dañinas, y los diferentes utensilios y artes de pesea, y por úl- timo, de hacer cuanto convenga a la eonservación y aumento de nues- tra riqueza piscatoria. QUINTO: El Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, do- tará a la citada comisión del local y personal subalterno necesario pa- ra su funcionamiento. SEXTO: El Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, queda encargado del cumplimiento del presente decreto. Dado en el Palacio de la Presidencia, en la Habana, a diez y sie- te de mayo de mil novecientos once.— (f) José M. Gómez, Pre- sidente.—(f) Emilio del Junco, Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo. (Gaceta de 22 de mayo de 1911). A A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 243 Decreto N* 455 En uso de las facultades que me confiere el Art. 68 de la Consti- tución, y en eumplimiento del Deereto No. 378 de esta Presidencia, ereando una Junta Nacional de Pesca. Resuelvo: Designar a los Dres. Carlos de la Torre y Huerta, y José Nicolás Ferrer, Catedráticos Titulares, y al Dr. Felipe García Cañizares, miem- bro de la Academia de Ciencias, a los Sres. Raúl Mediavilla y Juan Torres Guash, Representantes de la Industria Piscatoria, y al Sr. Ma- nuel Lesmes, pescador de profesión, para que en unión del Sr. Capi- tán del Puerto de la Habana, y bajo la presidencia del Sr. Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, integren la referida Junta Nacio- nal de Pesca. Dado en el Palacio de la Presidencia, en la Habana, a nueve de “junio de mil novecientos once.—(f) José Miguel Gómez, Presidente. (f) Emilio del Junco, Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo. (Gaceta de 14 de junio 1911). (7) Decreto No. 159. RESULTANDO: Que por Decreto Presidencial No. 378 de fecha 17 de mayo de 1911, fué creada la Junta Nacional de Pesca, como orga- mismo adseripto a la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo. RESULTANDO: Que la mayor parte del pescado que se expende en los mercados de esta Capital, procede del Puerto de Batabanó. CONSIDERANDO: Que en la referida Junta Nacional de Pesca, no tiene representación el Término Municipal de Batabanó, no obstan- te ser donde más se dedican al ejercicio de la Industria Piscatoria. Haciendo uso de las facultades de que estoy investido, y a pro- puesta del Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, Presidente de la mencionada Junta. Resuelvo: PRIMERO: Ampliar la Junta Nacional de Pesca, con dos nuevos cargos de vocales. SEGUNDO: Designar para cubrir los referidos cargos de vocales, de la Junta Nacional de Pesca, en representación del Término Munici- pal de Batabanó, al Sr. Valeriano Fernández y Diego, en su carácter de armador, y al Sr. Angel Serra Plademunt, en su carácter de pescador. TERCERO: El Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo, que- da encargado del cumplimiento del presente Decreto. Dado en el Palacio de la Presidencia, en la Habana, a 18 de fe- brero de 1914.—(f) Mario G. Menocal, Presidente.—(f) Emilio Núñez. Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo. (Gaceta, 21 de febrero de 1914). 244 ANALES DE LA bl PROYECTO DE REGLAMENTO INTERIOR Presentado por el vocal Dr. Felipe García Camzares, y aproba- do por la Junta Nacional de Pesca en las sesiones de los días 6 y 13 de julio de 1911. (1) Artículo 1"—Este Reglamento tiene por objeto dar a los servicios prestados por la Junta Nacional de Pesca un carácter uniforme y aplicar debidamente en toda la Repú- blica las prescripciones vigentes sobre la pesca. Tiende además a facilitar el cumplimiento de lo preceptuado en el Decreto Presidencial N* 378 del 17 de mayo de 1911. Art. 2—A fin de que en los trabajos de esta Junta haya la continuidad debida, y de acuerdo con el inciso 3? del Decreto N* 378, serán renovados cada dos años el vocal de la Academia de Ciencias, los dos industriales, y el pescador. No pueden ser reelectos para el bienio inme- diato los vocales salientes (2). CAPITULO 1 De la Junta Artículo 3"?—La Junta Nacional de Pesca, estará ba- jo la supervisión de la Secretaría de Agricultura, Comer- cio y Trabajo. Se compondrá de los miembros siguientes: a) El Secretario de Agricultura, Comercio y Tra- bajo, como Presidente. b) El Capitán del Puerto de la Habana. c) Dos catedráticos titulares de Historia Natural o de Zoología. d) Un miembro de la Academia de Ciencias, Sec- ción de las Naturales. (1) En la sesión celebrada el 22 de ¡julio de 1915, fueron acepta- das algunas enmiendas que presenté a este Reglamento, de acuerdo con las reformas introducidas en la Junta Nacional de Pesca, y en el Ne- gociado correspondiente. (2) La parte final fué modificada por la Junta, aceptándose la reelección. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 245 e) Dos representantes de la Industria Piscatoria. f) Un pescador de profesión. g) El Jefe del Negociado de Agricultura de la Se- cretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, quien ac- tuará de Secretario. Art. 4'—Corresponde a esta Junta todo lo referente a la inmediata explotación de la pesca en las aguas juris- diccionales de la República. Dictará también las reglas que crea convenientes para dicho fin y cuantas más fue- sen necesarias, de acuerdo con lo preceptuado en el de- creto de su constitución. A la mayor brevedad posible, se recopilarán cuantas leyes y decretos rijan sobre la materia, a fin de darles la debida publicidad y repartirlos convenientemente. Art. 5'—Los miembros de la Junta Nacional de Pes- ca, no devengarán sueldo por tal concepto; pero sí perci- birán todos quince pesos en moneda oficial, por su asis- tencia a cada sesión. No pasará de sesenta pesos mensuales la cantidad percibida por cada miembro, cualquiera que sea el núme- ro de reuniones que se celebren (3). Art. 6ó'—La Junta celebrará sus sesiones en la Secreta- ría de Agricultura, Comercio y Trabajo, o en otro lugar designado al efecto. Art. 7'—Creará una Biblioteca y un Museo Nacional de Pesca, que estarán al cuidado de uno de los vocales natu- ralistas de la Junta. Art. 8'“—Podrá nombrar Inspectores y Delegados siempre que lo exijan las circunstancias, y haciendo cons- tar su justificación. > Art. 9%—Los gastos que ocasione esta Junta correrán desde luego, por cuenta de la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo que en los presupuestos incluirá siempre para ello, la asignación procedente. (3) Este artículo fué suprimido totalmente. 246 ANALES DE LA CAPITULO II Del Presidente Artículo 10 —Será Presidente de la Junta el Secre- tario de Agricultura, Comercio y Trabajo. En: su ausen- cia presidirá el Capitán del Puerto, y a falta de éste, el Vocal Naturalista presente de más edad. Art. 11*—En todos los casos el Presidente o el vocal en quien aquel delegue, podrá llevar la representación ofi- cial de la Junta y hasta adoptar resoluciones y tomar con carácter provisional los acuerdos que crea justificados en casos urgentes. De tales acuerdos se dará cuenta en la jun- ta inmediata para su resolución definitiva. CAPITULO III Del Secretario Artículo 12%—Será Secretario de la Junta Nacional de Pesca, mientras no exista un negociado especial, el Jefe del Negociado de Agricultura, y en ausencia de éste el que lo. sustituya en su cargo oficial. Tendrá bajo su custodia el sello y el archivo de la Junta, y de ambos será respon- sable. Art. 15'—Serán obligaciones del Secretario. a) Redactar las actas de las sesiones, leer en éstas las comunicaciones, consultas y cuantos documentos deban ser conocidos para resolución. b) Firmar con el Presidente, las actas de las sesio- nes aprobadas. c) Citar a los vocales individualmente y, por lo me- nos, con 24 horas de anticipación, indicando siempre en las citaciones la orden del día. d) Proporcionar, siempre que fuere posible, a los miembros de la Junta cuantos datos soliciten sobre asun- tos piscatorios. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 247 Art. 14'”—Además'del libro de actas llevará uno o más en que consten los datos siguientes: a) Individuos o Sociedades que en la República cemercian con la pesca, anotando sus habituales residen- cias y la clase de pesca a que se dedican. b) Estadística anual de la pesca, precisando las lo- calidades, artes que se emplean y precio promedio de las rentas. c) Infracciones cometidas y multas haciendo constar si han sido pagadas o condonadas. d) Registro de las comunicaciones recibidas y re- mitidas. e) Indice de los ejemplares del Museo Nacional de Pesca, indicando su procedencia y la fecha en que fueron adquiridos. f) Indice de los libros que vaya habiendo en la Bi- blioteca. ) Art. 15——Entregará al Inspector de la Junta, y re- mitirá a los Delegados hojas impresas, para que en ellas anoten los datos relativos a la estadística, la época de co- rrida, de arribazón, etc. Art. 16'—Remitirá a la Secretaría de Hacienda, a los Gobernadores Civiles, y a los Alcaldes, a la Jefatura de la Marina Nacional, y a los Delegados, una copia de los acuerdos de la Junta para su debido cumplimiento, y les recordará oportunamente las épocas de veda. Art. 17"—Para el mejor cumplimiento de los precep- tos anteriores, el Secretario de Agricultura, pondrá uno o más empleados de su Departamento, a las órdenes del Se- cretario de la Junta. 248 ANALES DE LA CAPITULO IV De los Vocales Artículo 18'—Para los vocales es obligatoria la asis- tencia a las sesiones. La falta a más de cuatro sesiones consecutivas, de los vocales de libre nombramiento, sin la debida justificación por escrito, será considerada como re- nuncia del cargo. En este caso, el Secretario de Agricultura procederá a. nuevo nombramiento. Art. 19 —Deberán encargarse de las comisiones y ponencias que se les asigne en la Junta, siempre que sean - en el cumplimiento de los deberes de su cargo; y deben cumplirlas debidamente. Mientras, en comisión oficial, estén fuera de la Ha- bana percibirán dieta de $5 Cy. Art 20'—Ningún vocal podrá sostener polémicas pú- blicas, ni escribir en la prensa sobre asuntos en que ha- yan recaído o puedan recaer acuerdos de la Junta, sin te- ner de ésta la debida autorización. CAPITULO V De las Delegaciones Art. 21*—La Junta Nacional de Pesca, podrá nom- brar delegados en los lugares en que lo crea procedente. a) Estos nombramientos durarán el tiempo que laé Junta estime conveniente, y no serán retribuídos. Cuando sean citados por la Presidencia asistirán, los delegados, a las sesiones y tendrán en ellas voz, pero no voto. b) Siempre que, previo acuerdo de la Junta, sean citados para informar respecto de particulares, relacionados con su cargo de delegados, percibirán dietas de asistencia de $3.00 Cy. y gastos de viajes. Art. 22"—Corresponde a los tae. a) Hacer cumplir este Reglamento. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 249 b) Participar a la Junta cualquier infracción im- portante de que tengan noticia. c) Remitirle mensualmente una nota estadística de acuerdo con los impresos que reciban del Secretario. d) Proporcionarle honradamente cuantos datos les pida sobre la pesca. e) Proponerle todas las modificaciones que puedan resultar beneficiosas para la industria piscatoria, sin per- juicio de la debida conservación de las especies. Artículo 23“—Los Comandantes de la Marina Nacio- nal y los Administradores de Aduana se considerarán co- mo delegados para los efectos de los artículos anteriores. CAPITULO VI De las Sesiones Artículo 24'”— Habrá sesiones ordinarias y extraor- dinarias. Las primeras serán semanales, escogiéndose pa- ra ellas el día y la hora que decida la Junta. Las extraor- dinarias se celebrarán siempre que el Presidente o tres vocales las crean justificadas. En unas y otras deberán re- gir las reglas siguientes: a) Debe citarse, individualmente a los miembros de la Junta, y por lo menos con 24 horas de anticipación. b) En las citaciones se precisará siempre la “Orden del Día”. Solamente en casos excepcionales, cuando el vo- to unánime de los miembros presentes lo considere con- veniente, se tratará de particulares no indicados en aquella. c) El quorum lo formará la mitad de los miembros, debiendo haber siempre, por lo menos, un vocal natura- lista. d) El orden en estas sesiones será el siguiente: Lec- tura del acta, observaciones y aprobación; orden del día, informes de ponencias, lecturas de consultas y comunica- ciones. 250 ANALES DE LA e) Cualquier asunto quedará sobre la mesa hasta la sesión próxima siempre que así lo solicite algún miem- bro o lo acuerde la Junta. f) Las votaciones serán nominales. En caso de em- pate, el que actúe de Presidente, tendrá doble voto. g) Las sesiones serán secretas. Pueden, sin embargo, asistir a ellas los delegados oficiales citados previamen- te, y cuantas personas entienda la Junta que puedan ser útiles para dilucidar cualquier punto que vaya a tratárse. Tanto los delegados como los extraños a la Junta se re- tirarán del local en el momento de la votación. CAPITULO VII De las Inspecciones y Multas Artículo 25'—La Junta Nacional de Pesca, podrá - nombrar por el tiempo que crea conveniente Inspectores especiales que deben ser pescadores de profesión y estarán a las órdenes inmediatas del Secretario de Agricultura. A ellos corresponderá inspeccionar los mercados y demás lugares en que se vendan productos relacionados con la pesca. Deben cumplir y hacer que se cumplan las prescrip- ciones de este Reglamento, así como los acuerdos de la Junta. A ésta darán cuenta mensualmente de los trabajos que hayan realizado. Art. 26"—Llevarán un índice de los expendedores am- bulantes de productos piscatorios, así como de los estable- cimientos que a la venta de éstos se dediquen, precisando respectivamente su residencia o la dirección de los úl- timos. | Art. 27*--En sus inspecciones oficiales irán provistos de una placa metálica que diga “Junta Nacional de Pesca”, “Inspector Especial” y de una tarjeta de identificación con su fotografía, y la firma del Secretario de esta Junta. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 251 Art. 28'—En las visitas de inspección que realicen se portarán correctamente, sin promover discusiones, ni hacer observaciones de ningún género. En caso de falta mani- festa, lo harán presente a la autoridad competente. - Art. 29—5S1 encuentran oposición o resistencia algu- na para sus visitas de inspección, harán valer sus derechos ante la autoridad que corresponda y lo comunicarán opor- tunamente por escrito a la Junta. Art. 30'—Informarán al Presidente de la Junta acer- ca de cuanto estimen conveniente sobre los locales que se dedican a la venta de productos piscatorios. Art. 31*—Harán retirar de la venta utilizando para ello si fuere necesario, los servicios de persona competente o de la policía, todos los efectos que no sean permitidos por las disposiciones vigentes o sean impropios del con- sumo. Siempre que fuesen aprovechables, serán remitidos a ios Asilos y Establecimientos de Beneficencia y en donde éstos no existan, repartirlos entre los pobres. Art. 32—No permitirán que se dediquen al comercio de la pesca los que no estén debidamente autorizados para ello. Art. 33"—Cuidarán que se cumplan las prescripcio- nes del Departamento de Sanidad y en casos de infracción, lo comunicarán por escrito al Inspector Sanitario corres- pondiente. Art. 34'—Los vendedores deberán estar inscriptos en la Junta Nacional de Pesca. Allí se les proveerá de un ejemplar de este Reglamento. Art. 35'—Los dueños o encargados de establecimien- tos de esta índole, así como los que lleven el gobierno de embarcaciones dedicadas a la pesca, están obligados a re- cibir la visita de los inspectores o delegados conveniente- - mente acreditados. 252 ANALES DE LA Art. 36'—La infracción de cualquiera de los precep- tos de este Reglamento, será participada a la autoridad competente, y si este aviso no resultase suficiente, se pon- drá el hecho en- conocimiento de la Junta. CAPITULO VIII Del Museo y de la Biblioteca Art. 3/"—Tan pronto como sea posible, comenzará a organizarse un Museo y una Biblioteca Nacional de Pes- ca. Ambos estarán a cargo inmediato de los vocales na- turalistas de la Junta. Art. 358'—La Junta procederá inmediatamente a ha- cer una recopilación de cuantos documentos, leyes y de- cretos sobre la Pesca resulten de verdadero interés. En folleto especial, publicará las leyes y decretos que rigen' actualmente, a fin de repartirlos entre aquellos que deban cumplirlos o hacer que se cumplan. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 253 TEL PROYECTO DE LEY DE PESCA Presentado por el vocal Dr. Felipe García Cañizares y aprobado por la Junta Nacional de Pesca en las sesiones de los días 21 y 28 de marzo y 18 de abril de 1912. (1) SECCION PRIMERA Objeto de la Ley Artículo 1'—La presente Ley tiene por objeto regula- rizar el ejercicio de la pesca en las aguas marítimas de la República de Cuba, sus puertos, ensenadas, rías, charcas, albuferas, esteros, cayos y marismas; así como en cual- quier otro lugar del litoral o de las aguas jurisdiccionales de la República. SECCION SEGUNDA Del derecho de la pesca Artículo 2:—El ejercicio de la pesca en general corres- ponde exclusiavmente a los domiciliados en Cuba. Cuando se realice con fines industriales será además indispensable el inscribirse en los Registros correspondientes. Art. 3"—La extensión de las aguas territoriales de Cu- ba, para los fines de la pesca, en cualquiera de sus formas y objetos, se entiende que alcanza a tres millas de la lí- nea de costas nacionales. Art. 4”—Por línea de costa se entiende, a los efectos de esta Ley y sus conexos, la de más baja marea a lo largo de las playas. En los puertos, rías, ensenadas y demás entradas de mar, lo será la línea recta que una las puntas que lo li- miten si no pasa de seis millas de distancia. (1) Los fundamentos de este ““Proyecto de Ley de Pesca”? se deben al doctor Juan Vilaró y Díaz, bajo cuya dirección redacté, el que en 13 de julio de 1902, presentó en la Cámara de Representantes mi hermano el Dr. Santiago García Cañizares. Por los cambios acaecidos en nuestra administración, ha sido preciso adaptarlo en esta forma. (TP, G. C.) 254 ANALES DE LA SECCION TERCERA Del ejercicio del derecho de pescar Artículo 5'—Dentro de la zona marítima señalada en el artículo 3” en lugares lícitos y durante la temporada há- bil, esto es, cuando y donde no haya desove o crianza, es libre la pesca, en los términos que prescribe el artículo 2* de esta Ley y especifique el Reglamento general, Art. 6 —No se puede otorgar a nadie privilegio o mo- nopolio individual ni colectivo, del derecho exclusivo de pesca en las aguas o abras de la nación en totalidad ni en parte. Art. 7—Queda prohibido el empleo de bote, serení o embarcación de cualquier clase que fuere, en la pesca, sin la debida autorización del Jefe de Marina del puerto, y sin que dicho bote, estuviere inscripto en la oficina del mismo. Art. 8"—Para los efectos piscatorios, las artes, instru- mentos y demás recursos empleados para pescar y mariscar se dividen en legales y prohibidos. Son artes legales el anzuelo aislado, o en palangre, la nasa, el chinchorro de volapié, la manteleta, la tarraya, el trasmallo o red volante sin copo; según se previene en esta Ley y como disponga y especifique el Reglamento general. Art. 9 —En los lugares señalados como refugios o querencias de adultos o como asilos de crías y dentro de: los puertos y las rías, se prohibe el empleo de artes de tiro con cabo a tierra y los flotantes de circunvalación. Art. 10'—Se prohibe, para la pesca, el empleo de pól- vora, dinamita u otra materia explosiva cualquiera. Así mismo el golpear las aguas y el embarbascarlas, o séase, al- terar su composición con substancias venenosas u otras, a fin de atontecer, coger, matar o destruir peces. Asimismo el verter o dejar correr hacia las aguas de provecho común los mostos, cachazas, heces y desechos de as industria, nocivos a la pesca y sus conexos. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 255 Art. 11'—En toda época y, lugar queda completamente prohibido emplear en las aguas territoriales, todo arte de arrastre remolcado por embarcaciones u otro motor cual- quiera. Entendiéndose por arte de arrastre, a los efectos de este artículo, el de tiro, que pesque rastriando, es decir, que esté armado de modo que su copo pueda dragar o sólo trastornar los fondos y sus yacimientos. Art. 12—Se prohibe establecer artes o aparatos fijos que atajen o enmallen peces en las pasas y los canales y parte salada de los rios; así como calar los movibles de- lante de la boca de los puertos, hasta la distancia de una milla más afuera, de modo que estorben el libre tránsito de los peces. Art. I3——Lo prevenido en el artículo anterior, es par- ticularmente aplicable a las especies anadromas y catadro- mas y a las que entran a dormir en el puerto y salen al amanecer. | Art. 14'—Queda absolutamente prohibido en toda época, en todo lugar y todas maneras, el uso del chinchorro dicho de boliche, ni en trabuquete, y el empleo del Bou o arte de pareja y sus análogos a que se contrae el artículo 10" de esta Ley. Art. 15'—Igualmente quedan prohibidos la pincha- rra, el garabato, y sus análogos, para la pesca de esponjas en fondo de más de seis brazas, máximum señalado, al empleo de vidrio o anteojo de agua. Art. 16'—No se permitirán la instalación ni el aprove- chamiento de palizadas, ni cercados, ni armazones perma- nentes, de ninguna forma o clase en las playas de las ba- hías y los puertos, las rías y los canales, en los cabezos, los mogotes, las restingas y los bajíos y en cuantos más lugares sirvan de abrigo o querencia a los animales que ampara esta Ley. TOMO LIV—17 256 ANALES DE LA Art. 17"—Para usar cualquier arte que no esté expre- samente mencionado por esta Ley es necesario el informe favorable de la Junta Nacional de Pesca. Art. 18"—El Reglamento general señalará la dimen- sión o el peso, según los casos, con que determinadas espe- cies habrán de ser capturadas, expendidas, y demás, para el consumo. Art. 19 —Queda prohibida la pesca en la epóca de veda. El Reglamento general y en su caso los particulares, especificarán las vedas y las restricciones normales, técni- cas y económicamente reconocidas como necesarias para proteger las corridas, los desoves y fecundación y la crian- za de las especies que se señalan. Art. 20'— Toda veda comprenderá siempre: pescar, comprar, vender con cualquier propósito, peces o mariscos, vivos o muertos, frescos o salados, escamados o no, ente- ros o en trozos. La mutilación, cambio de nombre, disfraz y todo otro medio de engaño o fraude servirá como prueba de la infracción sospechada. Las especies vedades se expresarán en el Reglamento general. Art. 21'— Además de las vedas y restricciones ante- dichas, la Junta Nacional de Pesca previo los estudios y las informaciones correspondientes, podrá ordenar el aco- tamiento y la veda absoluta de una zona dada, en puerto, rías, querencias, abrigos, desovaderos, pasas, canales y de- más sitios a que se refiere el artículo 1* de esta Ley y siempre que fuere menester, bien para conservar especies que pueden estar o estén, ya en vías de extinguirse, bien con el objeto de enriquecer o repoblar las aguas. Art, 22'—Sólo cuando y en los sitios que no se consi- dere perjudicial será permitido extraer plantas y mate- riales del fondo del mar, o de sus costas, pero siempre pre- vio permiso, fundado, de la autoridad local de Marina, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 257 quien habrá de dar inmediatamente cuenta a la Junta Na- cional de Pesca. Art. 23"—Todo lo relativo a la inmediata explotación de las aguas jurisdiccionales de la República estará bajo la supervisión de la Junta Nacional de Pesca, en la forma y con las atribuciones que el Reglamento señale, de acuerdo con el decreto de su fundación. Art. 244 —A la Junta Nacional de Pesca, corresponde disponer cuanto fuere necesario para el régimen y policía de la pesca, cumpliendo y haciendo cumplir por sus su- balternos y delegados cuanto prescribe esta Ley y lo que prevengan los reglamentos en su caso. También ha de asegurar a los pescadores o industria- les el libre ejercicio de sus derechos, a la vez que se les imponga el extricto cumplimiento de sus deberes. Art. 25—A los efectos del artículo anterior, la Junta Nacional de Pesca, podrá establecer las delegaciones, y or- denar las inspecciones que estime necesarias. Art. 26'—Los Capitanes de Puerto o Administradores de Aduanas, tendrán el carácter de Delegados de la Junta Nacional de Pesca con la cual se entenderán directamente en todo lo que a ella compete. Al efecto indicado se aseso- rarán con los demás delegados de esta Junta, o a: falta de éstos, con los particulares que estimen capaces y con los inscriptos de práctica acreditada y buena fama; consig- nando en todos los casos, las circunstancias y las gene- rales de cada informante, para valorar su competencia y " merecimiento. Art. 27'—Las plazas constitutivas de la Junta Nacio- nal de Pesca, serán provistas por el Ejecutivo en la forma prevista en el decreto de su constitución. Art. 25—La Junta Nacional de Pesca se ocupará es- pecialmente: 1*, de reglamentar todo lo concerniente a su denominación y los anexos; 2”, de velar por el cumpli- 258 ANALES DE LA miento de lo dispuesto; 3”, de promover y alentar cuanto por modo y en grado alguno contribuye a la conservación y al fomento de la riqueza nacional de pesca; 4”, de constituir un museo de pesca, que comprenda las artes e instrumentos manuales, en modelos reducidos los que no lo fuesen, así como colecciones zoológicas y cuanto más demuestre ac- tividad nacional, propendiendo al auge de nuestras in- dustrias. Art. 202 —A cada miembro de la Junta Nacional de Pesca, se le abonará por su asistencia a las sesiones la die- ta de $15.00, por cada una, entendiéndose que ningún miembro podrá recibir más de $90.00 en un solo mes, por este concepto, pudiendo percibirla todos sus miembros aun cuando desempeñen otras funciones retribuídas. También percibirán dietas, de acuerdo con el sueldo que disfruten los Capitanes de Puerto y los delegados por la Junta Na- cional de Pesca, siempre que la comisión que desempeñen, les obligue a salir del lugar de su residencia. Art. 30'—Las dietas de estos delegados, serán fijadas por la Junta Nacional de Pesca, dentro de los límites que señala la Ley del Poder Ejecutivo. Art. 31'—Intervendrán en la vigilancia y el cumpli- miento, en todos y por todos de las disposiciones vigentes, en cada lugar y caso, dando cuenta inmediatamente a la Junta Nacional de Pesca de toda infracción que se notare y supiere. 1"—Las Autoridades de Marina y demás dele- gados de la Junta Nacional de Pesca. 2"—El personal su- balterno de aquellas, y 3—El personal de los semáforos y faros, y de los guarda-costas. Art. 32'—Se prohibe terminantemente la pesca, circu- lación, venta y consumo, bajo cualquier forma que sea, en trozos o enteros, frescos o en conserva, de todo pescado y- marisco señalados nocivos por las Juntas Nacionales de Pesca y Sanidad. O ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 259 Art. 335—El Gobierno se reserva los parajes señala- dos como desoveros y criaderos naturales, así como los ar- tificiales que al efecto se creen con el carácter de vedado de pesca. Art. 34'—En todo tiempo se podrán obtener ejempla- res para estudios científicos y enseñanza, por personas pre- viamente autorizadas por la Junta Nacional de Pesca. SECCION CUARTA Penalidades y procedimientos Artículo 35'—-Corresponde a las autoridades de Mari- na el conocimiento de las faltas y delitos cometidos con ocasión del ejercicio de la pesca marítima, los que darán cuenta de las mismas ala Junta Nacional de Pesca. Art. 36'—Corregirán las faltas respectivamente las Autoridades de Marina inmediatas, con apelación a la Jun- ta Nacional de Pesca. Art. 37'—Para el castigo de un hecho el procedimiento será el determinado por la Ley de Enjuiciamiento Crimi- nal, para los juicios de faltas. Art. 358'—Entenderán igualmente en la averiguación de las faltas y delitos de que se trata, los Comandantes de los Guarda-Costas, quienes instruirán las primeras dili- gencias en el mar, entregando éstas y los reos al Jefe de la Provincia o Distrito a que corresponda para su ultima- ción. Darán, además, los Comandantes expresados, cuenta por separado a la Autoridad superior correspondiente, y a la Junta Nacional de Pesca. Art. 3—En la pesca marítima constituyen delito: 1"—El empleo de los explosivos y cualquier otro agente que pueda intoxicar, dañar o destruir los peces o los ma- riscos. 2 —El empleo del chinchorro al trabuquete, del bo- liche, del bou, y de cualquier otras artes de arrastre remo]l- cados por embarcaciones o que se tiendan o calen y se co- 260 ANALES DE LA bren o recojan a flote, dentro de las tres millas de costa nacional. 3"—La mutilación, el desuello, el hacer trozos o ruedas, el cambio de nombre y todo disfraz de pescados o de mariscos, cuya captura, circulación, compra, permuta, venta, reventa y consumo, por cualquier motivo, no sea per- mitido. Art. 40'—(a) Los delincuentes comprendidos en el caso primero del artículo anterior por infracción del artícu- lo 9* de esta Ley, incurrirán en una multa no menor de veinte y cinco pesos ($25) ni mayor de ciento ($100). (b) Los comprendidos en el caso segundo del artícu- lo anterior, por violación del artículo 13” y el 10* de esta Ley incurrirán por la primera infracción en una multa no menor de cincuenta pesos ($50) ni mayor de doscientos ($200). Se impondrá, además, el decomiso y la destrucción de los materiales que compongan dichas artes. La segunda infracción se castigará con la multa má- xima y el decomiso total de la embarcación y del ma- terial; anulándose además el permiso de pescar, expedido a favor de dicha embarcación y pescador. (c) A los que se hallen en el caso 3* del artículo 37" de esta Ley, se les aplicará, por la primera infracción, las penas señaladas en el caso primero del misme artículo y los transgresores, además, serán sometidos a los Tribunales como reos de daño a la salud pública. Art. 41'—Son faltas en la pesca marítima: 1"—El empleo de cualquier clase de embarcación en la pesca sin la debida autorización, violando el artículo 6” de esta Ley. (a) En la primera infracción, el coñtraventor será castigado con una multa que no sea mayor de veinte y cinco pesos ($25) ni mayor de cien ($100). (b) En la segunda y subsecuentes transgresiones, se impondrá la misma multa y las jarcias, redes y otras per- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 261 —_—_—_——_—_————— tenencias o aparejos empleados para la pesca, a bordo de la embarcación, serán decomisados y formarán parte del Museo Nacional de Pesca, indicando su procedencia. 2*—El uso de cualquier arte o aparato que ataje la pesca en el curso de la parte salada de los ríos y en las pasas y demás lugares a que se refiere el artículo 11”. 3"—El pescar con arte, aparejo o red prohibidos, tan- to por su forma y estructura como por sus dimensiones y la luz de sus mallas. - (a) Los que falten por primera vez en los tres casos anteriores, serán castigados con multa no menor de diez pesos ($10) ni mayor de cincuenta ($50) y con el deco- miso provisional del arte o aparato, que será en este caso desarmado por cuenta de los dueños. (b) Las reincidencias serán castigadas con el máxi- mum de la multa y decomiso del arte o aparato, que será destruído. 4*—El pescar con red u otro arte lícito de dimensiones o mallas permitidas, pero en sitios o en épocas en que esté prohibido. + (a) Por la primera infracción se impondrá una mul- ta de diez pesos ($10) al patrón y de dos pesos ($2) cada uno de los tripulantes. (b) En la segunda y subsecuentes transgresiones, as- cenderá la multa del patrón a veinte y cinco pesos ($25) y la de los tripulantes a cinco pesos ($5), deteniéndose además, la embarcación por un mes sin despacharla para la pesca, varándola o fondeándola en sitio de segunda vi- gilancia. 5"—El uso de artes lícitas en sitios y épocas permiti- das, pero empleados de un modo que se haya definido como perjudicial por las disposiciones vigentes. (a) La infracción y las dos primeras reincidencias de este caso, serán penadas lo mismo que en el artículo an- terior. 262 ANALES DE LA (b) Los reincidentes por tercera vez, serán, además de lo que corresponda, considerados como reos de daño, imponiéndoseles las penas señaladas en el Código Penal para estos delitos. Art. 42'—Los que salen, preparen o vendan pescados o mariscos, cuya captura, conservación, tráfico y consumo sean ilegales, por ser época de veda, o por falta de tamaño o de peso o que estén prohibidos por las disposiciones vi- gentes, serán castigados por las autoridades civiles, como contraventores a las Ordenanzas de la Policía Municipal. Art. 43'—Se prohibe la colecta, el transporte, la venta, la compra, la permuta, la reventa y el consumo de las hue- vas, las lechas masculinas, las crías; excepto, únicamente, cuando estén destinadas y en realidad se les aplique a en- riquecer y repoblar criaderos y yacimientos naturales o fundar empresas acuícolas o los casos excepcionales que expresará la Junta Nacional de Pesca en su Reglamento. Esta excepción alcanza asimismo a los sementales de ostiones y almejas y a los embriones de esponjas. Art. 44'—La pesca muerta aprehendida en poder de los contraventores a la Ley, y a las disposiciones vigentes será, si se halla en buen estado, entregada a la Autoridad Municipal con destino a la Beneficencia local. La pesca viva y la muerta averiada o prohibida será devuelta al mar en el acto. Art. 45"—El producto de las multas se ingresará en las Cajas de la Hacienda Pública. Art. 46'—Los insolventes en el pago de las multas que, por faltas y delitos se imponen en esta Ley o se impongan en reglamentos o disposiciones vigentes, sufrirán un día de arresto, por cada peso que dejaren de satisfacer. Art. 47'—La acción para denunciar las infracciones es pública. Los delitos y las faltas prescriben con arreglo a las disposiciones contenidas en el Código Penal vigente. + ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 263 Art. 48"—En las penas y las correcciones establecidas para las faltas y los delitos cometidos en la pesca, sean cuales fueren su forma, caso, y grado, estarán compren- didas siempre, mancomunadamente, los armadores, los pa- trones y compañías, los pescadores y en lo que corresponda, los comerciantes al por mayor, los detallistas y revende- dores. SECCION QUINTA Disposiciones generales Artículo 49—De las dudas, solicitudes, reclamaciones, y demás a que hubiere lugar, en o por la aplicación de esta Ley, o a consecuencia de disposiciones relativas, conocerá y resolverá la Junta Nacional de Pesca en única instancia. Todas las resoluciones, acuerdos y órdenes de la expresada Junta, en asuntos de su exclusiva competencia, causarán estado. Art. 50'—En los Presupuestos Nacionales, y en la par- te correspondiente a la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, se incluirán las cantidades que fueren necesa- rias para la protección, el mantenimiento y el desarrollo de la riqueza de la pesca, y demás atenciones de la Junta Na- cional de Pesca. Art. 51'—Mientras tanto se incluyan en los Presu- puestos esas cantidades, se autoriza expresamente al Ejecu- tivo Nacional, para que disponga de los sobrantes del Te- soro, con el fin de cubrir esas atenciones. Art. 52'*—Todos los decretos, órdenes, disposiciones y leyes anteriores, que en todo o en parte, contravengan las actuales, quedan por la presente Ley completamente de- rogadas. 264 ANALES DE LA IV PROYECTO DE REGLAMENTO GENERAL PARA LA PESCA EN LA REPUBLICA DE CUBA Presentado por el vocal Dr. Felipe García Caíizares, y aproba- do por la Junta Nacional de Pesca en la sesión del día 5 de agosto de 1915. (1) PREAMBULO Por exigirlo así la necesidad de defender la riqueza piscatoria de nuestra República, y de acuerdo con los fi- nes para que fué creada esta Junta Nacional de Pesca,— someto a la consideración de mis compañeros este Proyecto de Reglamento General en el que se señalan las épocas de veda de las especies más frecuentemente objeto de explo- tación industrial, así como el tamaño y peso mínimos por que debe regirse la captura y venta de las mismas. Al precisar estos particulares, indispensables para sal- var una de nuestras fuentes naturales de riqueza, he te- nido en cuenta los datos que—personalmente unas veces, y otras por referencias fidedignas,—he adquirido de las di- ferentes regiones pesqueras de esta Isla. Y en aquellos ca- sos en que la Corrida o Epoca del desove abarca un lap- so considerable, teniendo en cuenta los beneficios que la pesca reporta a quienes de ella viven, he aceptado para la veda solamente el tiempo que considero suficiente pa- ra evitar la desaparición de la especie. Siempre que ha si- do posible, he aprovechado las leyes y decretos vigentes sobre la materia. De igual suerte que acontece siempre que se estable- cen reformas de esta indole,—en las cuales se atiende más al bien general que a intereses de particulares, —vendrán (1) Aprovecho esta oportunidad para hacer público mi agradeci- , miento a los Dres. F. Torralbas y F. Taboada, representantes diplomá- ticos de Cuba en Washington y New York, por el gran número de da- tos que me proporcionaron sobre la Pesca en los E. Unidos. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 265 algunas protestas abogando por la supresión parcial o to- tal de las vedas, o de la fijación del tamaño mínimo legal para los productos de la pesca... Que vengan en. buen hora tales protestas: nuestro deber será tenerlas siempre en consideración, para rechazarlas cuando en ellas se de- fienda una explotación desenfrenada y perjudicial a la sociedad en que vivimos, o para defenderlas con igual en- tereza si realmente resultan beneficiosas E la riqueza piscatoria de nuestra República. Este Reglamento comprende los capítulos siguientes: 1.—Reglas generales sobre las Artes y la Industria de la Pesca. 2.—Reglas generales para la pesca de las Esponjas. 3.—Idem para la de Moluscos y Crustáceos. 4.—Idem para la de Peces. 5.—Idem para la de Quelonios y Mamíferos acuá- ticos. CAPITULO I Reglas generales sobre las Artes y la Industria de la Pesca. Artículo 1"—Dentro de la Zona Marítima (que al- canza a tres millas de la línea de costas nacionales), y con arreglo a los preceptos vigentes, es libre la pesca a los domiciliados en Cuba. Cuando se realice con fines in- dustriales, será además indispensable inscribirse en los re- gistros correspondientes. Art. 2*—Queda prohibido el empleo de bote, serení c embarcación de cualquier clase que fuere, dedicada a la pesca con fines industriales, sin la debida autorización de la autoridad competente. Art. 3"—Son artes legales: el anzuelo aislado o en palangre, la nasa, el chinchorro de volapié, la manteleta, la tarraya, el trasmallo o red volante sin copo. 266 ANALES DE LA Art. 4'—En ninguna época ni lugar se permitirá el uso del Boliche, Bou, u otro aparato análogo. La embarca- ción que fuere sorprendida haciendo uso de los mismos, incurrirá en una multa no menor de cincuenta ($50), ni mayor de doscientos ($200) por la primera infracción; y se impondrá el decomiso y destrucción de los materiales que compongan dichos aparatos. La segunda infracción se castigará con la multa má- xima y el decomiso total del material, anulándose además el “permiso de pesca” expedido a favor de dicha embar- cación. Art. 5'—Queda prohibido, para la pesca, el empleo de pólvora, dinamita u otro material explosivo. Art. 6"—Asimismo queda prohibido el golpear las aguas, o alterar su composición con sustancias venenosas, y verter o dejar correr hacia las aguas de provecho común los mostos, cachazas, heces y desechos de cualquier indus- tria, nocivos a la pesca y sus conexos. Art. 7“—Queda prohibido tender redes en los pasa- jes o canales, en las entradas de los puertos, o en otros lugares en que puedan estorbar la navegación. Tampoco se permitirá la instalación de palizadas, cercas O armazo- nes permanentes en las playas, ríos, canales o bahías. Art. 8'—Se permite, en cualquier época del año, el empleo del anzuelo en las condiciones arriba indicadas, y con un tamañó no menor del No. 50|0. En cuanto a las demás artes legales mencionadas en el art. 3, se permitirán siempre que reunan los requisitos debidos, y no sea en época de veda, ni en los criaderos naturales o artificiales, ni en los conductos a los mismos o a los canales. Art. 9—Las nasas tendrán mallas de dos pulgadas en cada uno de los lados del trasmallo que las forman. No podrán sostenerse con boyas flotantes, que puedan im- pedir o dificultar la navegación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 267 Art. 10'—Solamente será permitido el chinchorro lla- mado “de volapié”, el cual será arrojado siempre con la mano. No tendrá más de doce pies de peralto. Las ma- llas serán: de dos pulgadas en los claros; una y media en los batideros; una en el copo; y media pulgada en la co- rona. Art. 11"—Se permitirá el empleo de-la 'tarraya con cualquier clase de malla, para la pesca de sardinas, ma- juas y camarones. Art. 122—La red volante o trasmallo no tendrá más de tres brazas de peralto. Su malla será de dos pulgadas en cualquiera de los vientos que forman el cuadro. Art. 13*—Todas las medidas mencionadas con refe- rencia a las artes se entenderán después de preparadas és- tas debidamente para su uso. Serán pulgadas españolas y marcarán la malla en cuadro, debiendo tomarse la medi- da en cada lado, de nudo a nudo, por la parte interna de éstos.- Art. 14'—A los infractores de cualquiera de las ve- das señaladas en este Reglamento, además del decomiso de la pesca efectuada y de lo que preceptúen por cualquier otro concepto los artículos del capítulo correspondiente, se les impondrá “por cada infracción de veda”, una multa no menor de cinco pesos ($5), ni mayor de cien pesos ($100). Art. 15”—En todo caso, y cualquiera que sea el con- cepto de la falta cometida, la segunda infracción será cas- tigada con doble multa que la primera, y con el decomiso de la pesca y de las artes empleadas, si son ilegales. A los, reincidentes por más de una vez, se les juzgará por los tribunales ordinarios como reos de desobediencra. Art. 16'—Las mercancías decomisadas que sean co- mestibles, se enviarán a los establecimientos de Beneficen- cia; y, en caso contrario, serán destruídas. Las artes de- comisadas serán destruídas si resultan ilegales; y vendidas 268 ANALES DE LA en pública subasta, las que llenen los requisitos de la Ley. De todo ello se levantará siempre la correspondiente acta. Art. 17'—Las embarcaciones destinadas a la pesca o que se despachen con ese objeto darán, al rendir su via- je, parte escrito al Capitán del Puerto, o en su falta, al Jefe de la Aduana a donde arriben, a fin de que ellos o sus delegados presencien la descarga de la mercancía 1 los efectos de certificar si reunen en su totalidad los requi- sitos legales. S1 no los reunen procederán a ocuparlos. Art. 15"—En el parte escrito que deberán dar los pa- trones de los barcos con arreglo al artículo anterior, se determinará el número y clase de las especies que se hu- bieren pescado durante la expedición; y, cuando las ven- dieren, comunicarán también el precio que hubieren ob- tenido por cada clase. Art. 19% —Los datos referentes a número, clase y pre- cio de las especies, —a que se refieren los artículos pre- cedentes, —serán remitidos por los Capitanes de Puerto (o los Jefes de Aduana, si no hay aquellos) al Secretario de la Junta Nacional de Pesca, para los efectos de la es- tadística. Art. 20%—De la violación de los artículos comprendi- dos en este capítulo, serán responsables mancomunada- mente los armadores, los patrones y los pescadores. Art. 21*—El producto de las ventas hechas con arre- glo a lo dispuesto, así como el de las multas cobradas, se- rá depositado en el Tesoro de la, República, como “Rentas Varias”. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 269 CAPITULO II Reglas Generales para la Pesca de las Esponjas Art. 22%? — Para los efectos piscatorios mercantiles y legales, las esponjas se consideran divididas en tres cla- ses siguientes: a) “Comunes”, que comprende las llamadas “Afo- yradas”, las “de Ojo o Hembras”, y las llamadas “Machos de Cueva”. b) “Machos peludos o de Seda”. c) “Machos finos”. Art. 23—El tamaño minimo legal para la pesca, cir- culación y venta de las esponjas será de 46 centímetros de circunferencia para la esponja “comunes”, en todas sus “variedades; de 30 centímetros para los “machos de seda o peludos”; y de 25 centímetros, para los “machos finos”. La medida se entenderá siempre en su dimetro menor. Art. 24 —Es libre la recogida y aprovechamiento de las esponjas que los temporales arrojen a las playas, en cualquier época del año. Art. 25'—Queda absolutamente prohibida, en toda la Isla, la pesca de esponjas desde el 1% de marzo hasta el 31 de mayo, inclusive. Art. 26"—Se prohibe pescar esponjas con pincharra, garabato u otra clase de instrumentos de presión y arran- que desde a bordo, en fondos de más de seis brazas, má- ximun señalado para el empleo del vidrio o anteojo de agua. Art. 27“—Las infracciones al artículo 2* de este capí- tulo serán castigadas, —por la primera vez,—con .el deco- miso total de las esponjas ilegales, y una multa de diez pesos ($10) por cada docena de las que no alcancen la medida mínima legal correspondiente. 270 ANALES DE LA CAPITULO III Reglas generales para la Pesca de los Moluscos y : Crustáceos A) Molúsculos. Art. 25'—La veda de los ostiones comenzará el 1?* de mayo y terminará el 1* de agosto. ” Art. 220“—La veda de las almejas, longorones, cardios, calamares, pulpos y demás moluscos comestibles, comen- zará el 1* de enero y terminará el 30 de junio inclusive. Art. 30'"—Queda prohibida, como especie dañina, la sigua. B) Crustáceos. Art. 31*—Queda prohibida la pesca de la langos- ta, durante todo el año, en los lugares de desove y cría, señalados por la Junta Nacional de Pesca. Art. 32"—-Para los efectos del artículo anterior, se con- sidera actualmente toda la extensión de la Ensenada de la Broa. | Art. 33"—5Se prohibe, en todo tiempo, la pesca de lan- gostas que tengan menos de 15 centímetros desde el ojo hasta el arranque de las aletas de la cola. Art. 34'—La veda de la langosta comprenderá desde el 1* de marzo hasta el 31 de mayo, inclusive. Art. 35'—La veda de los camarones, langostinos, can- grejos y jaibas comprenderá desde el 1% de mayo al 31 de agosto, inclusive. Art. 36'—Para la pesca de los crustáceos se usarán las artes apropiadas legales, con tal que tengan—por lo menos—uno y medio centímetro cuadrado de luz o malla. Art. 37'—Quedan terminantemente prohibidos, como especies dañinas, el ajae terrestre y el cangrejo ajae, lla- imados “Cangrejos de los manglares”. Art. 382 —A los contraventores a cualquiera de los artículos de este capítulo se les impondrá, por primera vez, el decomiso de la pesca y una multa de 5 a 20 pesos. E ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 271 CAPITULO IV Reglas Generales para la Pesca de Peces Art. 39'—Las reglas señaladas para las artes de pes- ca en el capítulo primero se aplicarán debidamente a es- ta clase de pesca. Art. 40"—Para la captura, circulación y venta de los Peces, rigen actualmente los pesos mínimos siguiente: a) Biajaiba, ronco, guaguanche, mojarra y otras especies del mismo desarrollo: 120 gramos ó 4 onzas por lo menos. b) Pargo, cherna y especies del mismo desarrollo: 230 gramos o media libra. c) Para las especies que adquieren un desarrollo intermediario entre el de la cherna y el de la biajaiba: 175 gramos ó Ó onzas. d) Lisa: 230 gramos o media libra. e) Las sardinas y majuas deberán tener, por lo me- nos, 25 milímetros de largo desde el ojo al arranque de la cola. ; Art. 41*—Todo pescado que no alcance el peso o di- mensión marcados, deberá devolverse al mar. Los que así no lo efectuaren, sufrirán además de la pena en que in- curran si no lo han cogido con artes reglamentarias, en la pérdida de la pesca mal efectuada, y en la multa de cua- tro pesos en oro por cada once kilógramos o una arroba. Art. 42%—Este pescado decomisado, si está vivo se de- volverá al mar; y, si está muerto, se destinará a los esta- blecimientos de caridad. Art. 45"—Para las especies que a continuación se ex- presarán, quedan señaladas, como “épocas de veda”, las siguientes: a) Agujas.—Veda:—Del 15 de mayo al 15 de julio, —(Aunque la corrrida de las agujas es generalmente del 1* de marzo al 31 de agosto, propongo la veda únicamente TOMO LIV—18 272 ANALES DE LA durante el tiempo citado—15 de mayo a 15 de julio—aten- diendo a que son “especies de corso”, que—como decía nuestro gran Poey—-“*solo se encuentran en la pesca de lo alto, en determinadas estaciones del año”. Además la fuer- za del desove corresponde al mes de junio; y mayor tiempo de veda perjudicaría grandemente a nuestros pescadores. b) Cabrilla, cají, guatívere, ojanco, rabirrubia, ronco y robalo.—Veda:—Del 1? de marzo al 30 de sep- tiembre. c) Mojarra.—Veda:—Del 15 de marzo al 15 de julio. d) Atún, anguila, abadejo, bajonao, (o pez plu- ma), bonito, biajaca, corbina, guabina y sapo.—Veda:— Del 1* de abril al 31 de mayo. e) Biajaiba.—Veda:—Del 15 de abril al 30 de ju- lio. f) Guaganche, pez espada, salmonete, pez perro.— Veda:—Del 1” de mayo al 31 de agosto. g) Pargos.—Veda:—Del 1* de mayo al 31 de julio. h) Cubera.—Veda:—Del 1* de mayo al 30 de sep- tiembre. 1) Sierra y serrucho.—Veda:—1* de junio al 30 de septiembre. j) Caballerote, cubereta.—Veda:—1* de julio al 30 de septiembre. k) Dorado, joturo, lisa, majúa, sardinas.—Veda: Del 1* de octubre al 31 de diciembre. (Inclúyase la liseta). 1) Chernas, mero.—Veda:—Del 1* de diciembre al 31 de marzo. Art. 44'—Todas las fechas citadas deben entenderse “inclusives”. Art. 45—Hasta nueva orden, seguirán considerándose como especies dañinas, cuya captura, circulación y venta (1) Este inciso fué suprimido. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 273 quedan prohibidas, las indicadas por las Ordenanzas Sa- nitarias vigentes. Art. 46'—Queda prohibido pescar, capturar,- herir o matar en las aguas jurisdiccionales de la República de Cuba el pez conocido con el nombre vulgar de manjuarí. Y los que contravinieren esta disposición, serán llevados ante el juez correccional, que le impondrá un castigo no inferior a $10.00 de multa o diez días de prisión. CAPITULO V Reglas Generales para la Pesca de los Quelonios y Mamiferos acuáticos A.—Quelonios. Art. 47? —La pesca del carey, tortuga y caguama solamente podrá realizarse con artes de red cuyas mallas tengan en cuadro, como minimum de luz, veinte pulgadas. Art. 45'—Queda absolutamente prohibido en todo tiempo, la “vela”, o sea el acecho y captura de las hembras cuando vayan a tierra a desovar. Art. 49—Se prohibe asimismo, en todo tiempo, la cap- tura, circulación y venta de individuos cuyo carapacho tenga menos de veinte pulgadas en su mayor anchura. Art. 50*—Sigue vedada, hasta nueva orden, la captu- ra, circulación, expendio y consumo de huevos de los refe- ridos quelonios, en cualquier grado de desarrollo, al na- tural y en toda forma de conserva. Art. 51*—La veda para la pesca, circulación y venta de los citados quelonios será desde el 1? de mayo al 31 de agosto inclusive. Art. 52%—Las infracciones—por primera vez—a cual! quiera de los artículos precedentes se castigarán con el de- comiso total de la pesca realizada y de las artes emplea- das, si fuesen ilegales; y además, una multa de diez pe- sos ($10) por cada uno de los individuos que no alcanzase el tamaño mínimo legal. 274 ANALES DE LA Art. 53'—Los careyes, tortugas y caguamas caídos en decomiso, si están vivos, serán arrojados de nuevo al mar; y los huevos de los mismos que se decomisen serán destruí- dos inmediatamente. B.—Mamiferos acuáticos. De acuerdo con el decreto núm. 63 (Gaceta del 20 de enero de 1909), del Gobierno Provisional de Cuba, pro- pongo que continuen en vigor los dos artículos siguientes: Art. 54'—Queda prohibido perseguir, capturar o ma- tar el manatí en nuestras aguas jurisdiccionales o intro- ducir sus despojos en esta República. Art. 55'—Las autoridades perseguirán a los infracto- res de esta disposición y aquellos a quienes se les probare que han delinquido, se les impondrá una multa no menor de quinientos pesos ($500) por la primera vez, y mayor multa, que podrá llegar a mil pesos ($1,000) a los reinci- dentes. o a quienes hubieren procedido con especial mal- dad. En caso de no pagarse la multa, se procederá a la prisión subsidiaria. % xx Art. 56'—El pescado puesto a la venta ha de estar gordo, hallarse en buen estado y presentar aspecto salu- dable. Se prohibe la venta de pescado susceptible de oca- sionar ciguatera, como son las especies siguientes cuando llegan a su completo desarrollo o exceden de tres libras de peso: Picuda o Picúa (Sphyraena picuda), Jurel (Ca- ranx fallax); Jocú o Jucú (Mesoprion jocu); y Cibí ama- rillo (Caranx cibi). La venta de las especies siguientes queda completa- mente prohibida: Tiñosa prieta (Caranx lugubris) o Tiño- sa prieta (Caranx frontalis); Coronado (Seriola gigas; $. dubia; S. proxima; S. ligulata); Aguajíi (Seranus decima- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 275 lis); Bonasi-gato (Serranus camelopardales; S. felinus; S. rivulatus; S. repandus); Bonaci cardenal (Serranus car- denalis); Cubera (Mesorprion cynodon); Morena verse (Muraena infernalis, M. erebus); Erizos o Puerco espín (Diodon atinga, D. hystrix, D. orbicularis); Tambores (Tetraodon testudineus, T. laevigatus); Jabón (Rhypticus saponaceus); Diablo (Malthaea vespertilio); La Pintada y cualquier otro que se declare como dañino por la Junta Nacional de Sanidad y Beneficencia. Se entenderá prohibida la venta del Aguají (Blak) y los Bonasí (Blak) sólo cuando su peso exceda de diez li- bras, y de la Cubera, cuando exceda de quince libras.— (Ordenanzas Sanitarias para el régimen de los Municipios de la República, 1914). LA PIELO-NEFRITIS GRAVIDICAS POR EL Dr. Luis Felipe Rodríguez Molina (Sesión del 26 de octubre de 1917) He aquí una cuestión que parece a primera vista de la incumbencia del partero, y no lo es así ciertamente, es una afección tanto obstétrica como urológica, es al par- tero a quien toca diagnosticarla, pero es al urólogo a quien corresponde tratarla. Es por esto que nosotros, sin tras- pasar los límites de nuestras aficiones, nos hemos lanzado a su estudio y experimentación. No pretendo dar una nueva descripción de las pie- lo-nefritis gravídicas, ni pretendo haber visto las cosas de manera diferente a como la han visto otros. Como es sa- bido una sola verdad científica necesita mil experimenta- dores. Yo, en el presente trabajo, no hago más que agre- gar un número de casos a las anteriores experiencias. 276 ANALES DE LA La primera descripción de esta enfermedad se debe a Rayer, célebre médico de la Charité que en 1841 publicó un tratado sobre enfermedades de los riñones y en él dedi- caba un capítulo al estudio de las “Relaciones de la pie- litis con las afecciones de los órganos de la generación,” sin embargo, los alemanes creen que la primera descrip- ción de la enfermedad se debe a Kaltenback en 1871. En 1892 Reblau hizo al VII Congreso Francés de Ci- rugía una comunicación sobre “las afecciones del riñón y del bacinete, consecutivas a la compresión del uréter por el útero grávido” basado en 5 observaciones del servicio de Guyon. En 1893, Boneau hace un primer trabajo de conjun- to de esta materia en su tesis sobre la “Compresión de los uréteres por el útero grávido y las plonefrosis consecu- tivas.” | En 1897, la tesis de Navas, inspirada por Poncet Vi- nay, reune 12 observaciones de “pielo-nefritis gravídicas.” A partir de esta época la afección es perfectamente co- nocida y las discusiones giran alrededor de la mejor te- rapéutica; así vemos a Routier y Bazy discutir en la Socie- dad de Cirugía de Paris sobre nefrotomía o nefrectomía, Bar y Boullé en 1893 llaman la atención sobre la cesación brusca de los síntomas inmediatamente después del parto, Weis en 1898 discute las indicaciones de la interrupción del parto, Pasteau y d“Herbecourt demuestran que la sim- ple distensión vesical puede modificar los accidentes en proporciones considerables y es, en fin, Albarrán, quien en 1898 señala a la Asociación Francesa de Urología las ventajas que puede ofrecer el cateterismo ureteral seguido de lavado de la pelvis renal, cuando los accidentes no han cedido después del parto. Los trabajos se han multiplicado desde entonces, Le- gueu en 1904 hace un apor! al Congreso de Rouen sobre “la pielo-nefritis en sus relaciones con la puerperalidad.” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 277 Brodier, en su tesis de 1902 y Thebault en la suya de 1907, declaran formas ligeras de pielo-nefritis, frecuen- temente tomadas por simples albuminurias del embarazo. Cathala en su tesis de 1904 cita la face pre-supura- tiva, bacteriúrica de la enfermedad declarada por Bar. Por último, los trabajos de Widal y Achard en 1912 les han permitido demostrar el origen septicémico de la en- fermedad, aislando de la sangre de la paciente el mismo microbio encontrado en la orina. Que las pielo-nefritis del embarazo son más frecuen- tes de lo que parecen está demostrado por el hecho de que se encuentran en mayor número que las de cualquier otro origen, díganlo si mo los parteros, quienes nos pueden dar relación de una serie de casos a poco que solicitemos su cooperación. Los casos que presento los debo a la ama- bilidad del Dr. Alberto S. de Bustamante. Se ha dicho que en muchos casos se han tomado for- mas ligeras de pielo-nefritis como albuminurias banales; en efecto, investigando cuidadosamente hemos encontrado que en muchas mujeres padeciendo dolores renales, orinas ligeramente turbias, (verdaderas bacteriurias) con riño- nes algo aumentados de volúmen, había una historia de embarazos sucesivos, con formas ligeras de pielo-nefritis, que habían desaparecido con el parto, para reaparecer con el próximo embarazo. Desde entonces nunca descuidamos en nuestro interrogatorio dirigir nuestras miradas hacia esa posibilidad. Distintas teorías se han invocado para explicar las frecuencias de las pielo-nefritis en las embarazadas, aun- que también se presentan después del parto, por lo que podemos dividir en pielo-nefritis del embarazo y del puer- perio. El agente patógeno de estas infecciones es general- mente el coli-bacilo, y digo generalmente, porque se han dado casos en que el agente causal era el de la gripe, el estreptococo, el estafilococo. Achard y Saint-Girons han en- 278 ANALES DE LA contrado una pielo-nefritis a para coli-bacilos. No hay un acuerdo acerca de cómo se verifica esta infección; se ha- bla de una vía ascendente, en virtud de la cual, la infec- ción toma origen en la vagina pensando en que el coli-ba- cilo es un huésped normal de la vulva y del origen de la uretra y que con cualquier sondage el microbio puede ser llevado a la vejiga; pero esta teoría no puede ser admiti- da dado que en la inmensa mayoría de los casos las en- fermas no han sido sondadas nunca. La teoría descendente: la coli-bacilemia gravídica ha sido comprobada por los trabajos de Posner y Lewin de Kleecki, ellos han colocado una ligadura en el intestino y al cabo de un cierto tiempo, han encontrado el coli-baci- lo en la sangre y en todos los órganos y después de algu- nas horas han visto el coli-bacilo eliminarse por la orina. Según ellos, bajo la influencia del extasis intestinal, tan frecuente en las mujeres en cinta y que la compresión del útero es suficiente a explicar, la mucosa intestinal cesa de: ofrecer una barrera infranqueable y sus microbios dotados entonces de una virulencia anormal, emigran hasta los capilares intestinales y se vierten en la sangre. En lo que respecta a las pielo-nefritis del puerperio no se puede desde luego invocar esta teoría; habría que buscar la puerta de entrada en una herida y en un trau- matismo de los órganos genitales, dado que se presenta la infección en muchos casos en mujeres que no han teni- do trastorno alguno durante el embarazo. Siguiendo por este camino habría que pensar que las pielo-nefritis del puerperio no son en su inmensa mayoría de origen coli- bacilar y sí estreptococcicas o estafilococcicas; en este pun- to las investigaciones no han dicho la última palabra. Para Marion, es incontestable que el estado de em- barazo tiene una gran influencia sobre la afección que nos ocupa; según él, la congestión renal, la sobreactividad fun- cional, crean un estado de menor resistencia para el ri- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 279 ñón, pero en ningún momento cree que sea posible que el útero grávido constituya un obstáculo mecánico a la sali- da de la orina por compresión de los uréteres, se funda pa- ra ello en que muchas afecciones pelvianas como tumores, etc., debían provocar los mismos efectos, y en el que el uré- ter fácilmente se rueda y se pone fuera del radio del tu- mor como del útero grávido, no cree en el alargamiento ni en la compresión del uréter por tumores pelvianos a me- nos que éste englobe el uréter, ni por el útero grávido, a ello podíamos nosotros contestarle que en el caso núm. 1 que citamos al final de este trabajo y en el núm. 4, encontramos obstrucción del uréter, en el primero, por útero grávido y en el segundo por tumor maligno, sin que estuviese englo- bado por éste. Según Pinard el riñón que se deja tocar por una in- fección en el curso de un embarazo, es un riñón predis- puesto, riñón que no era normal cuando sobrevino el em- harazo! 00 Los casos que podemos presentar hoy a la conside- ración de ustedes son: Observación núm. 1: N. N., peninsular, de 28 años de edad, con embarazo de cuatro a cinco meses, ingresa en la sala del Dr. Bustamante, con fiebre alta, grandes dolores hacia la región lumbar derecha que se irradiaban hacia adelante, imposible realizar en ella palpación abdominal de ninguna clase por los intensos dolores que provocaba, tenía además, vómitos y gran demacración. El Dr. Busta- mante le hizo diagnóstico de pielo-nefritis del embarazo y me la entregó para su tratamiento. Yo el hice catete- rismo del uréter del lado derecho y logré hacer evacuar cierta cantidad de orina retenida en la pelvis renal, la en- ferma mejoró, la fiebre descendió casi a la normal, los vó- mitos desaparecieron y el dolor se modificó mucho, así transcurrió algún tiempo hasta que a los 15 o 20 días se presentó el mismo cuadro anterior, pero esta vez fué com- 280 ANALES DE LA pletamente imposible hacer el cateterismo ureteral dere- cho, había un obstáculo a poca distancia del meato ure- teral que impedía el ascenso de la sonda; dos o tres días después y espontáneamente, tuvo un aborto gemelar. Como se ve, en este caso había una obstrucción ma- nifiesta del uréter derecho y la terminación fué por una de las formas frecuentes que son, el aborto o el parto pre- maturo. | La observación núm. 2 es la de la Sra. J. G., entra en el Hospital el día 2 de abril de 1916, con todos los sín- tomas de una pielo-nefritis del embarazo o mejor dicho, del puerperio, pues había dado a luz hacía algunos días, y dice que a los dos o tres días del parto empezó a sen- tir dolor hacia la región lumbar derecha, fiebre alta, etc., y en esas condiciones ingresa. A la palpación se notaba gran tumoración de ese la- do y dolor. Se le hace un cateterismo ureteral del lado de- recho, se le evacuan unos sesenta gramos de un líquido turbio y se le deja la sonda ureteral fija durante 24 ho- ras, al cabo de las cuales todos los síntomas habían desapa- recido, se le retira la sonda, y al día siguiente se le da de alta completamente curada. El caso núm. 3 es de la señora N. N., que también ha- bía dado a luz hacía algunos días, entra con todos los sín- tomas de una pielo-nefritis, dice que desde hace algún tiempo antes de dar a luz ya se sentía en el mismo es- tado. Le hacemos un cateterismo ureteral del lado dere- cho y le dejamos la sonda colocada una hora, al cabo de la cual se la retiramos, dejando a la enferma completa- mente bien y pudiendo darla de alta tan pronto se res- tableció. El caso núm. 4 no es precisamente una pielo-nefritis del embarazo, pero es un caso muy interesante que viene a robustecer la teoría de la compresión ureteral. Se trata de la señora A. S., de 28 años de edad, blanca, ha tenido tres ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 281 partos, de los cuales, el primero fué prematuro por un ac- cidente, el segundo a término, y el tercero con feto muer- to por albuminuria. Actualmente cree tener siete meses de embarazo, ingresa el día 4 de febrero con 37 y medio de temperatura, pulso a 110, retención completa de orina al extremo de que no orinaba sin cateterismo. Dolor intenso en la región lumbar izquierda, en los días sucesivos la temperatura oscilaba entre 38” y 39”, el día 7 de febrero la temperatura llegó hasta 40 grados, nosotros creimos ha- ber dado con un caso de pielo-nefritis del embarazo del lado izquierdo. Nos decidimos a hacer un cateterismo ure- teral de ese lado, vemos salir una gran cantidad de orina turbia y negruzca, al salir de la mesa, la temperatura ha- bía descendido a 37” y medio, orinó a partir de aquel día espontáneamente, y su estado general mejoró notablemen- te Así transcurrieron algunos días al cabo de los cuales los síntomas se reprodujeron, nuevo cateterismo y nueva mejoría, en una tercera recaída el cateterismo se hizo im- posible. El Dr. Bustamante y el Dr. J. R. Olivella enten- dieron que no era un caso claro de embarazo, por cuanto el cuello del útero estaba endurecido, no se oían los ruidos fetales y los conmemorativos no venían de acuerdo con lo que la ciencia obstétrica tiene establecido. Se decide el doc- tor Bustamante auxiliado del Dr. J. R. Olivella a hacer una laparatomía y encuentra un tumor sarcomatoso im- plantado en el ligamento ancho y envolviendo el útero, los anejos y la $ ilíaca. Este caso nos da dos enseñanzas: una, que nos con- firma una vez más la predisposición del lado derecho en las pielo-nefritis gravídicas puesto que este caso que nos- otros creíamos de pielo-nefritis gravídica del lado izquier- do es de otro origen; y segundo, que un tumor de la ca- vidad pelviana puede producir una pielo-nefritis por com- presión del uréter sin englobarlo. Varias teorías se han invocado para explicar la fre- 282 ANALES DE LA cuencia de las pielo-nefritis gravídicas en el lado dere- cho. En los casos en que se le ha visto aparecer en el lado izquierdo es en aquellos en que la afección era bila- teral, pero a poco que uno investigue se convence de su comienzo por el lado derecho; a ese efecto tenemos que citar un caso interesante. La señora J. R. de D.: Ingre- sa en la Clínica Bustamante-Núñez traída por el compa- ñero Dr. Federico Escobar, que ejerce en Ranchuelo, él la traía con el propósito de hacerla ver por algunos compa- ñeros, la señora tenía en esos momentos casi siete meses de embarazo, desde hacía dos meses venía padeciendo de fiebres vespertinas de 38 y 39 grados y a veces más, do- lores en ambas regiones lumbares, vómitos, orina puru- lenta, malestar general, no encontrando reposo sino en la posición acostada, y una gran inapetencia e indiferencia por todo lo que le rodeaba; en estas condiciones yo la veo y hago el diagnóstico de pielo-nefritis del embarazo, pero no decido nada hasta que la viese el Dr. Bustamante, quien confirmó mi diagnóstico. Esta enferma parecía tener in- fectados sus dos riñones, pero ella se quejaba más del la- do izquierdo, se le hizo un cateterismo ureteral doble y se vió que la orina del lado derecho era más purulenta que la del izquierdo, lo que nos hizo pensar que la infección había comenzado como es corriente en el derecho, aquel día le hice un lavado de la pelvis renal del lado derecho con solución de nitrato de plata al 1 por 1000, esa tarde no tuvo fiebre, y al día siguiente se empezó a sentir me- jor, tres días después comenzó a sentirse mal otra vez, y ella misma, convencida de la mejoría que había experi- mentado con el primer lavado, me pidió el segundo, esta vez hice lavado de ambas pelvis renales con la solución de nitrato de plata al 1 por 1000, desde este momento to- dos los trastornos que padecía esta señora fueron paula- tinamente desapareciendo hasta sentirse completamente bien, sin fiebre, sin vómitos, con apetito y un magnífico ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 283 estado general, se le hicieron cuatro lavados de ambas pel- vis renales. La enferma salió de alta muy satisfecha y des- pués tuvimos noticias de que había dado a luz en las mejores condiciones. Realmente no hay hasta la fecha un acuerdo acer- ca de la determinación de las causas que predisponen al lado derecho a esta complicación del embarazo. Según al- gunos parteros es debida a que el útero hace su torsión hacia el lado derecho, otros como Desnos y Pousson en- tienden que la gran movilidad del riñón derecho en las mujeres, le crea un estado de menor resistencia que lo pre- dispone a todas las infecciones. Mayer cree que hay que atribuirlo a las relaciones linfáticas estrechas que unen el cólon a la pelvis renal derecha. Indudablemente que hay que tener en cuenta cierta dificultad del uréter derecho para emitir la orina, ya sea debido a compresión por el útero grávido, ya sea por alargamiento. El Dr. Kaltenschnee, de Marbourg, estu- diando la fisiología de los uréteres en 50 mujeres embara- zadas normales, del sexto al noveno mes de embarazo, ha llegado a las conclusiones siguientes: En 9 casos, o sea un 18 por ciento, las funciones ureterales 'eran las mismas en los dos lados; en estos 9 casos la aparición del azul de metileno se hacía por término medio al cabo de 17 minu- tos; los intervalos de las eyaculaciones eran de 29 segun- dos. En conjunto la duración media de la aparición del azul ha sido de 14,4 minutos. En 18 de los casos, o sea, 36 por ciento, el azul apareció al mismo tiempo en los dos lados. En 29 casos, o sea, 58 por ciento, el azul no apa- reció al mismo tiempo en los dos orificios; la diferencia varía entre 50 segundos y un minuto. Veintidos veces, o sea el 44 por ciento, apareció más pronto en el lado izquier- do y 7 veces, o sea el 14 por ciento, más pronto en el lado derecho. En tres casos, durante todo el tiempo de la ex- 284 ANALES DE LA periencia, el uréter derecho no dejó pasar el azul de me- tileno. El tratamiento de esta afección varía con las distin- tas etapas de la misma, ya hemos dicho que P. Bar ha descrito dos períodos, el presupurativo o bacteriúrico en que no hay una localización fija, es el período de los sín- tomas generales, se traduce clínicamente por el tiempo que toma el coli-bacilo para exaltar su virulencia y difundirse del intestino en la economía, hay sensación de laxitud, tem- peratura elevada durante la tarde de 38 y 40 grados con escalofríos y descensos matutinos, a veces por debajo de la normal; aceleración del pulso, cefalea, la lengua blan- ca, saburral, constipación tenaz, la orina es escasa y se altera fácilmente, no es francamente purulenta, pero tiene el aspecto turbio que caracteriza la bacteriuria, hay albú- mina, este período dura poco, tres o cuatro días. Pronto aparece el segundo período, el supurativo, en este momento, la afección ha tomado carta de residencia en el aparato urinario y es allí donde radican los sínto- mas que más llaman nuestra atención, las orinas se acor- tan, son turbias, y en reposo dejan un depósito franca- mente purulento, hay albúmina. La enferma acusa dolor espontáneo, y a la presión en la región lumbar derecha, raramente en la izquierda, a veces se nota aumento de vo- lúmen del riñón derecho. Los síntomas generales se ate- núan un poco, pero la temperatura sigue oscilando entre 38 y 40 grados. En algunos casos hemos notado una pará- lisis completa de la vejiga, al extremo de que la pacien- te por sí sola no podía realizar el acto de la micción, te niendo necesidad del cateterismo repetidas veces durante eldía: En el primer período el tratamiento a instituir es el médico, dieta láctea, bebidas diuréticas, urotropina como desinfectante urinario, en algunos casos se han ensayado con éxito las vacunaciones anti-colibacilares, es necesario SERA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 285 mantener la desinfección del tubo intestinal. Si con este tratamiento la enfermedad 'no cede y por el contrario lle- ga a su segundo período, es necesario ensayar el procedi- miento de Pasteau, que es eficaz en muchos casos, consis- te en llenar la vejiga del paciente hasta la distención, de una solución antiséptica y recomendarle la retenga duran- te un rato, esto es suficiente para provocar la contractili- dad del uréter y de la pelvis renal, que evacua su conte- nido. Si este tratamiento es ineficaz, se practicará el cate- terismo ureteral para evacuar la orina retenida en la pel- vis renal e inmediatamente se hará el lavado de dicha pelvis con la solución de nitrato de plata al 1 por 1000 tal como hemos dicho anteriormente. El cateterismo ureteral es en la mayoría de los casos decisivo, es suficiente a veces uno solo para hacer desapa- recer la afección. Marion, que no cree en la compresión del uréter por el útero, explica este fenómeno diciendo, que bajo la influencia de la inflamación, la musculatura del . bacinete se paraliza y no evacua más orina que por regur- gitamiento, dejándose así progresivamente dilatar. Por el cateterismo se hace desaparecer el líquido acumulado, se desinfecta y se drena la cavidad y la contractilidad re- aparece. Otra circunstancia que alega en favor de su teo- ría es que el líquido acumulado no se encuentra nunca en el uréter que se cree comprimido, puesto que es necesario llegar con la sonda hasta el bacinete para encontrarlo. En los casos, raros por cierto, en que todo tratamiento fracasa, será necesario intervenir, sobre el riñón o sobre el útero, según las circunstancias. Hemos dicho que la pielo-nefritis puede estallar des- pués del parto; en presencia del cuadro clínico de una in- fección indeterminada pudiera surgir la duda con la in- fección puerperal. El Dr. Cyrille Jeannin ha establecido el diagnóstico diferencial de esta afección en su fase pre- 286 ANALES DE LA supurativa y la infección puerperal en el siguiente cua- dro esquemático: Infección puerperal: Parto largo y laborioso; ruptu- ra prematura de las bolsas; tactos e intervenciones múlti- ples; aparece muy habitualmente del 3” al 5* día del par- to; habitualmente la temperatura sube en lisis, empleando 20 3 días en alcanzar su máximun. Temperatura, pulso y respiración: La primera sien- do bastante regularmente ascendente, la de la noche sien- do siempre más alta y la de la mañana elevándose día por día. A menos que haya piohemia, débiles oscilaciones en la fase de estado, la temperatura se mantiene entonces en plano. Caída progresiva en lisis descendente. El pulso, pa- ralelo a la temperatura; en los casos serios disociación, la curva térmica permanece elevada a pesar de las remi- siones de temperatura. En todos los casos serios el núme- ro de las respiraciones aumenta mucho en el momento de las elevaciones térmicas; bastante notablemente cuando la fiebre ha caido. El estado general es siempre atacado en la infección generalizada: cefalea, amodorramiento, pérdida del sueño regular. Lengua a veces seca. Frecuencia de sub-íctero. El tubo digestivo: Puede funcionar imperfectamente, pero esto no es más que un fenómeno accesorio e incons- tante. Aparato genital: Utero en sub-involución, sea muy blando, sea anormalmente duro; cuello abierto. Dolor al nivel de los cuernos. Vagina a menudo recubierta de fal- sas membranas. Vulva edematosa con escaras grisáceas. Herida perineal de feo aspecto: fracaso de la perineorafía inmediata. Loquios ausentes a veces, o muy abundantes, blanquecinos y fétidos, conteniendo a veces coágulos y de- tritus membranosos. Aparato urinario. Al examen: numerosos microbios. Nada de particular. Orinas a menudo abundantes; en los casos graves albuminaria. No hay dolor renal. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 287 La duración, es indeterminada. Pielo-nefritis: Comienzo: Constipación habitual. A veces crisis de pielo-nefritis durante el embarazo, o con mo- tivo de un parto anterior. El parto ha podido ser nor- mal. Aparece en cualquier momento: a veces desde el día del parto; a veces al fin de la primera semana. Nada hay preciso acerca del modo de aparición: a menudo una muy brusca ascensión de temperatura remontándose a 40 gra- dos con violentos escalofríos, cuando la enferma estaba en perfecto estado, Temperatura, pulso y respiración: Tipo remitente; grandes oscilaciones regulares, la temperatura varía va- rios grados en algunas horas. Remisiones matinales a me- nudo muy completas. Casi nunca lisis regular. A menu- do desaparición muy brusca con la aparición de la piu- ria. El pulso es casi siempre paralelo a la temperatura; a veces aún permanece inferior; caída a la normal desde que la temperatura baja. En ciertos casos permanece por debajo de la curva térmica. La respiración se acelera sim- plemente con los accesos de hipertermia; en los intervalos la ritmia es normal. El estado general: Permanece satisfactorio tan pron- to como la temperatura desciende, la enferma tiene sudores profusos y se siente bien. Sueño a menudo regular. Len- gua saburral. El tubo digestivo: está siempre en mal estado; balo- namiento muy pronunciado del intestino. Constipación te- naz, los lavados determinan deyecciones horriblemente fé- tidas. Aparato genital: Ningún signo genital: el útero en su grado normal de evolución. La vulva es normal; la he- rida perineal cuando ha sido suturada está en vías de ci- catrización. Los loquios son normales, como cantidad y como caracteres. TOMO LIV-19 288 ANALES DE LA Aparato urinario: Albuminuria constante. Bacteriu- ria que se declara por el examen microscópico, después de la centiifugación. A veces dolor en la región lumbar derecha. : La duración: es raramente de más de 4 o 6 días an- tes de la aparición del pus. ACUERDOS DE LA ACADEMIA En la sesión de gobierno celebrada el 26 de octubre de 1917, se acordó: 1? Aprobar las gestiones realizadas por la comisión que llevó a feliz término el homenaje ofrecido al Dr. Juan Santos Fernández, el 22 de julio último, con motivo del sep- tuagésimo aniversario de su natalicio. 2% Aprobar el informe redactado por el Dr. Jorge Le-Roy, relativo a los dos candidatos que aspiran a las plazas vacantes de la sección de medicina, cirugía y vete- rinaria, Dres. José A. López del Valle y Luis Felipe Ro- dríguez Molina. 32 Publicar la convocatoria para la provisión de la vacante producida por el fallecimiento del Dr. Raimundo Menocal y Menocal. A be, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 289 INFORME SOBRE CANDIDATOS A DOS PLAZAS DE ACADEMICOS DE NUMERO (LOS DRES. JOSE A. LOPEZ DEL VALLE Y LUIS F. RODRIGUEZ MOLINA) CORTES Dr. Jorge Le-Roy y Cassá Sesión de Gobierno del 26 de octubre de 1917 En 3 de julio último el Sr. Director de la sección de medicina, cirugía y veterinaria se sirvió remitirme la pro- puesta formulada por cuatro académicos de número, para que el Dr. José A. López del Vallé ocupe la plaza que que- dó vacante por el fallecimiento del Dr. Enrique B. Barnet, y la solicitud presentada por el Dr. Luis Felipe Rodríguez Molina, aspirando a una de las anunciadas en la convoca- toria que se publicó en la Gaceta Oficial del 11 de junio próximo pasado. En el primer documento dicen los proponentes, Dres. Juan Guiteras, Antonio de Górdon, Ricardo Gómez Muri- llo y el que suscribe, que: “Los merecimientos del Dr. Ló- pez del Valle fueron debidamente comprobados por el aná- lisis de su expediente personal presentado en la convocato- ria anterior, razón por la que nos abstenemos de reprodu- cirlos ahora; y por la circunstancia de haber obtenido veinticinco sufragios favorables de los veinteseis electores - que intervinieron en la elección anterior”. A la solicitud del Dr. Luis Felipe Rodríguez Molina se acompañan los siguientes documentos: 1*—Partida bautismal, por la que consta que es hijo legítimo de D. Luis Felipe y doña Dolores, de los propios apellidos; que nació en Paso Real de San Diego (Provin- cia de Pinar del Río) el 19 de mayo de 1879. 2*—Un certificado expedido por la Universidad de la Habana, donde constan sus estudios médicos, comenzados en el curso de 1898 a 1899 y terminados con el grado de doctor en medicina, cuyos ejercicios realizó los días 22 y 290 ANALES DE LA 23 de junio de 1904, obteninedo la nota de sobresaliente, la misma que obtuvo en casi todos los exámenes de las asignaturas de la carrera, y los premios ordinarios de Di- sección y Bacteriología. Presenta también su título expedi- do por el Rector de la Universidad de la Habana el 8 de noviembre de 1904. Dicho documento también hace constar que fué nom- brado, por decreto rectoral de 30 mayo 1904, ayudante inte- rino de trabajos anatómicos y de disección de la Escuela de Medicina, y confirmado el nombramiento en 30 de oc- tubre del propio año, reiterándolo en los sucesivos hasta el presente, en que sigue ocupando dicho puesto en la Universidad. 3“—Un certificado del Dr. Enrique Diago, Director del Hospital Municipal Núm. 1, de haber servido como alumno externo desde el 1% de septiembre hasta el 1* de noviembre de 1900. 4*—Otro certificado del Dr. Pedro Albarrán, fecha 10 marzo 1901, de haber servido como alumno externo, por dos meses, en la Sala 3, A, del propio Hospital. 5“—Otro certificado del Municipio de la Habana, en el que se hace constar que ha sido practicante de Casas de Socorros desde el año 1901 hasta el 1*? de junio de 1904, en que renunció. 6'—Otro del Dr. Diego Tamayo, Director del Dis- pensario Tamayo, de haber atendido en el año 1906 la consulta de vías urinarias, con el mayor celo y perseve-- rancia, y de manera gratuita. 7“—Otro de la Asociación Canaria, de haber desem- peñado el cargo de médico consultor honorario de esa Aso- ciación, como especialista en enfermedades venéreas des- de el año 1907 hasta febrero de 1916, en que renunció por exceso de ocupaciones. s8“—Otro del Secretario de la Junta de Patronos del Hospital Núm. 1, fecha 27 marzo 1913, de ser médico ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 291 de visita de dicho Hospital, en el servicio de vías urina- rias de la Sala Sáez, del mismo. 9"—Documentos en que consta que ha sido delegado en Cuba de la Asociación Internacional d'Urologie, de París, y miembro de los Congresos I, 11 y III de la misma especialidad. 10'—En la Sociedad de Estudios Clínicos de la Ha- bana ingresó como socio titular el 19 de julio de 1906; y ha sido Secretario desde el 7 octubre 1910 hasta el 28 septiembre 1912, en que fué reelecto y desde esta fecha hasta el 30 de septiembre de 1914. En 28 de septiembre de 1916 vuelve a ser rlegido para el bienio de 1916-1918. 11”—Certificado de haber sido Secretario de la Sec- ción de Cirugía del III Congreso Médico Nacional, cele- brado en la Habana del 1 al 6 diciembre 1914. 12*—Otro de ser Vocal Suplente de la Comisión Di- rectiva de la Asociación Médica de Socorros Mutuos de la Isla de Cuba, durante el año social de 1916. 13—Otro del New York Post-Graduate Medical School, Department of Cystoscopy and Endoscopy (Male) Adj. Professor Mc Carty, fecha 22 septiembre 1915. 14? — Nombramiento de Vicesecretario del Comité Ejecutivo del IV Congreso Médico Nacional, 22 de mar- zo de 1916. 15"—Certificado de haber sido elegido Tesorero de la Asociación de la Prensa Médica de Cuba para el bie- nio 1916-1918, fecha 25 septiembre 1916. 16—Otros dos del Colegio Médico de Cuba, de ha- ber sido elegido Vocal de la Junta de Gobierno del mismo en el bienio 1915-1917, y de 1917-1919. Además, el Dr. Rodríguez Molina presenta la siguien- te bibliografía : 1.—Pneumonía pneumocóccica. Doble Vaginalitis y Trombo-Flebitis de ambos cordones, por el Dr. R. Meno- cal. Observación clínica del alumno L. F. Rodríguez Mo- 292 ANALES DE LA lina. Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, febre- ro 1904, t. 1X, p. 92-93. 2.—Colecistitis y Pericolecistitis calculosa. Colecisc tectomía, por el Dr. R. Menocal. Observación recogida por el alumno señor L. F. Rodríguez y Molina. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 abril 1904, t. IX, p. 165-167. 3.—Un caso de enfermedad bronceada de Addison. Dr. Enrique Saladrigas. Observación clínica del alumno L. F. Rodríguez Molina. Revista Médica Cubana, Haba- na, abril 1904, t. IV, p. 200-203. 4 —Neumonías pneumocóccicas. Localización de la infección en el aparato genital. Trabajo presentado al Pri- mer Congreso Médico Nacional, Habana, mayo 1905, por los Dres. R. Menocal y L. F. Rodríguez Molina. Actas y Trabajos, p. 106-108; Rev. de Med. y Cir. de la Hab., tn. 1/0) 17,2: 5.—Colaborador con el Dr. Presno del trabajo pre- sentado por éste al Primer Congreso Médico Nacional “Investigaciones sobre la terminación de las arterias del riñón. Actas y Trabajos, p. 218-221, con numerosas ra- diografías. : 6.—Anomalía de la arteria humeral. Archivos de la Policlínica, Habana, abril 1906, t. X, p. 49, y una lámina. 7.—Músculo tibial anterior accesorio. Archivos de la Policúínica, Habana, febrero 1907, t. XII, p. 43-46. Esta pieza anatómica figura en el Museo de la Aca- demia de Ciencias. 8.—Anomalía de las arterias de la pierna. Archivos de la Policúmica, Habana, marzo 1908, t. XIV, p. 49; Archivos de la Sociedad de Estudios Clinicos de la Haba- ma, t. XV, p. 103-104. 9.—Evacuación de contenidos vesicales por la aspi- ración. Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, t. XV, p. 149-153; Archivos de la Policúmica, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 293 julio 1908, t. XV, p. 153-157. (Trabajo leído en la Soc. de Est. Clínicos en la sesión del 21 mayo 1908). 10.—Discurso del Dr. Luis F. Rodríguez Molina. Leído en la sesión solemne de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana el día 19 octubre 1908 para con- memorar el XXIX aniversario de su fundación. Arch. de la Soc. de Est. Clín., t. XVI, p. 22-49; y folleto en 4”, Habana. Imp. Avisador Comercial, 19 ps. 11.—Algunos casos de litiasis urinaria. Comunicación oral en la Sociedad de Estudios Clínicos; folleto. 12.—El Dr. Pedro Albarrán. Revista Médica Cuba- na, Habana, septiembre 1911, t. XIX, p. 131-136. 13.—Contribución al estudio de las relaciones recí- procas de la arteria, vena y pelvis renal. Arch. de la Soc. de Est. Clim., t. XX, p. 33-39; folleto en 4%, Habana. Imp. Militar, 9 ps. Trabajo leído en la sesión del 27 febrero iS Los Prensa Medica, marzo, 1913,.p.. 35-38. 14.—Interpretación del síntoma Hematuria. La Pren- sa Médica, Habana, septiembre, octubre y noviembre 1910 : y enero 1911, t. I, p: 100-123, 124-131, t. IL. p. 7-8: 15.—Conversación científica sobre vías urinarias. So- ciedad de Estudios Clínicos de la Habana, Arch. de la Soc. de Est. Clín., t. XXITI, p. 239-245; sesión del 23 noviem- bre 1916. Revista Médica Cubana, Habana, t. XXVII, pss ti... 16.—Un caso de nefritis hematúrica. Operación. Cu- ración. Presentado a la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, sesión del 22 diciembre 1916. Anales, és, t. LTIT, p. 536-542. Rev. de Med. y Cir. de la Hab., 10 febrero 1917, t. XXIT, p. 53-59. 17.—Las pielo nefritis gravídicas. Presentado a la Academia en la sesión del 22 de junio 1917 y no leído hasta la del 26 de octubre 1917, por falta de tiempo. Anales, E, t. LIV, p. 275-288. 294 ANALES DE LA 18.—La enseñanza de la medicina en Cuba a través del tiempo. El plan Varona. Modificaciones necesarias, por el Dr. Quibus. Vida Nueva, 11 noviembre 1916, t. VIII, p. 253-260, folleto en 4*”, Habana. Imp. y Pap. de Ram- bla y Bouza, 10 ps., 1916. * IS d Respecto del Dr. López del Valle, reproduce cuanto dijo en su informe aprobado por la Academia en sesión de gobierno del 27 abril 1917; y la mejor prueba de la estimación que se merece el candidato y de sus aptitudes para ocupar el sillón que dejara vacante el Dr. E. B. Bar- net por su fallecimiento es el número de sufragios positl- vos que obtuvo en aquella elección y de que se hace mérito en su propuesta. Si no fueran suficientes las razones ex- puestas en el expresado informe, este sólo hecho bastaría - para justificar dicha propuesta. También debe anotarse en favor de este candidato su constante dedicación a los asuntos sanitarios en que brilló con luz vivísima su ilus- tre antecesor. En cuanto al Dr. Rodríguez Molina, los documentos presentados revelan su capacidad legal para ocupar un lu- gar entre nosotros; pero, además, su historia científica, que puede condensarse en su dedicación constante al pro- tesorado universitario y a su formación desde temprano como especialista en vías urinarias, donde es conceptuado como uno de nuestros mejores clínicos; las publicaciones científicas que se han dado a conocer antes; su actuación en las distintas sociedades de que forma parte, y muy es- pecialmente en la Secretaría de la Sociedad de Estudios Clínicos, en difíciles momentos para tan importante So- ciedad, así como sus condiciones morales y sociales, indu- cen a proponerlo para ocupar el sillón que quedara vacan- te por al muerte del Dr. Enrique Núñez. Por el estudio realizado en los expedientes respectivos, el ponente que suscribe, entiende que la sección de medicina, cirugía y veterinaria debe proponer a la Academia la acep- tación de los dos candidatos y su nombramiento respectivo como académicos de número de dicha sección. e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 295 ACTA DE LA SESION EXTRAORDINARIA DEL 1* DE NOVIEMBRE DE 1917 Presidente —Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académico de mérito —R. P. Mariano Gutiérrez Lanza. Académicos de número —Doctores: A. Agramonte, J. P. Alacán, A. Betancourt, F. Domínguez Roldán, F. Etehe- coyhen, J. A. Fernández Benítez, €. Finlay, R. Gómez, A. Gór- don, F. M. Héctor, F. Méndez Capote, L. Plasencia, M. Ruiz Casabó, J. A. Simpson, F. Torralbas, F. I. de Vildósola. Honorarios:—J. B. Landeta, A. Mestre. Bajo la presidencia del Honorable Sr. Presidente de la Re- pública, con la asistencia de los Sres. Secretario de Sanidad y Beneficencia, Dr. Fernando Méndez Capote; de Agricultura, Comercio y Trabajo, Dr. Eugenio Sánehez y Agramonte; de la Presidencia, Dr. Rafael Montoro; del Decano de la Facultad de Medicina y Farmacia, Dr. Francisco Domínguez Roldán; del Dr. Rafael Menocal, en representación de la familia; del Pre- sidente y Secretario de esta Academia; y de numerosas repre- sentaciones de las sociedades científicas y literarias, así como de distinguidas damas, se celebró la sesión extraordinaria de- dicada a elogiar la memoria del Dr. Raimundo Menocal y Me- nocal, fallecido el día 1? de agosto último. El Dr. Federico Torralbas, encargado de pronunciar la oración fúnebre, leyó su discurso, en el que hizo consideracio- nes tendientes a poner de relieve la figura de nuestro desapas recido compañero, considerándolo en sus aspectos científico, patriótico y social. Al terminar, el Dr. Juan Santos Fernández, como Presi- dente de la Academia, dió las gracias a los concurrentes, por el tributo rendido a la memoria del ilustre académico fallecido y dió por terminado el acto. 296 ANALES DE LA ELOGIO AL DR. RAIMUNDO MENOCAL Y MENOCAL POR EL Dr. Federico Torralbas (Sesión extraordinaria del lo de noviembre de 1917) Honorable Sr. Presidente de la República; Sr. Presidente de la Academia; Señores Académicos; Señoras y Señores: Ai posteri, 1? ardua sentenza?” Con el pecho oprimido por el dolor; con el alma en- tristecida al peso de una desgracia y bajo el esfuerzo rea- lizado por contener el brote de una lágrima indiscreta, pe- ro también en plena conciencia de cumplir con un acto de justicia, nos reunimos en este recinto consagrado a la cien- cia, suprema reguladora de la humanidad, a rendir home- naje, tan sentido como pensado y en armónica relación con el fin perseguido, al gran corazón y al gran cerebro que presidieron conjuntamente hasta extinguirse la vida pura, altruista, amorosa, sapiente, modesta del académico Ral- mundo Menocal y Menocal. Y esta Academia cuya ejecutoria en más de medio si- glo no es oportuno, ni necesario, dar a conocer, ha querido celebrar esta sesión solemne exclusivamente a él dedica- da por reclamarlo así la protéica personalidad de quien la inspira y sin olvidar por ello los preceptos reglamentarios, siempre estrechos e inadecuados en casos como el presente, cuya excepcionalidad, por lo que ella significa, reviste ca- racteres de incuestionable justificación. Ahora bien; por exigencias de belleza, de verdad, to- dos los actos de nuestras manifestaciones individuales o colectivas, tanto en el orden sentimental como en el del en- tendimiento, reclaman un paralelismo más o menos aproxl- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 297 mado con el plano donde nos proponemos desarrollar ta- les iniciativas, con la obra buena que intentemos llevar a su feliz término, mucho más exigentes y concordantes cuan- do al comenzarla nos encontramos ante la tumba reciente- mente abierta de un hombre que siempre fué útil a sus semejantes. La cultura refinada, la erudición extensa, la severi- dad del juez, que sólo emplea la balanza de la justicia como medio de apreciación, el conocimiento de los recur- sos reveladores de la psicología humana y sus medios de desarrollo, constituyen condiciones fundamentales para el que, afortunado, intente iluminar con destellos de sol es- - plendoroso las características del hecho u hombre cuyo paso por este mundo se presenta a la consideración de sus coetáneos, a la veneración respetuosa y agradecida de sus sucesores. La carencia de esas facultades; el “nosce te ipsum”; que trato de practicar, la realidad de mis insu- ficientes fuerzas, no me habrian permitido elevar mi voz en tal homenaje, ni comparecer ante audiencia tan escogl- da, ostentando además la honrosa representación de la Academia, si al propio tiempo y en completa concepción de mí mismo, no me hubiera dado cuenta de que esas mis escasas facultades y el fondo gris de mi modesta personali- dad, no me pudieran servir, en contraste, para hacer brillar aún más con su luz suave y diáfana, los hechos que sim- bolizan y forman el mejor monumento erigido a la me- moria de uno de nuestros elegidos. ——Emmerson, el gran americano, en su capítulo sobre el carácter, comienza de esta manera: “He leído que aque- llos que oyeron a Lord Chathan sintieron en este hombre algo más superior a lo que él había dicho”. Y a mí me parece, señoras y señores, que la misma impresión deben haber experimentado todos los que en el paso desigual de la vida tuvieron la feliz oportunidad de tratar aquel hom- bre de continente respetable, rememorando la exquisitez 298 ANALES DE LA del clásico gentleman londinense; de contextura física ro- busta; de suaves y serenos movimientos; de parca palabra y en cuya vestidura corporal se albergaba un alma descri- bible únicamente con palabras como las empleadas por Na- varro y Ledesma, al hablar de Angel Ganivet y que dicen así: “Consagrada al recto pensar y honrado sentir, cuaja- da de bondad pura y compacta como tabla de mármol blan- co sin veta de egoísmo ni de bajeza.” Para hablaros de él, para darnos cuenta de las ense- ñanzas que de un hombre de tales condiciones pudieran ob- tenerse, es indispensable unir la relación de hechos, mani- festación tangible de una vida, un estudio siquiera sea so- mero de los factores del medio en que se desenvolvió, o es producto, el elemento que deseamos presentar a la consi- deración de los que generosamente acuden a nuestras ins- tancias para estimarle, utilizarle o mostrarle como resul- tante de las prácticas esencialmente típicas en el perfeccio- ramiento del hombre, puesto que es evidente que el tipo de la sociedad, (Spencer), tiende constantemente a fijar- se y que cada adición sumada a su estructura, ya sea por su intrínsica naturaleza, ya procedente de épocas anteriores o de elementos heterogéneos, pero que al fin se confunden, es un paso en el sentido de la fijación que representa la per- fección de la colectividad. Un aumento de actividad atrae sangre con mayor abundancia, mientras que por algún tiempo se forman nue- vos tejidos a más de los que són necesarios para reparar las pérdidas. Son constructivas, no reintegradoras. Estu- diémoslas. De esa época fecunda de nuestra historia, en que actuaron nuestras dos generaciones más gloriosas, en que brillaron y trasmitieron sus poderosos gérmenes Car- los Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte, Calixto Gar- cía, José de la Luz Caballero, Padre Varela y Saco; Fe- lipe Poey, Nicolás Gutiérrez, Zambrana y Antonio Mes- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 299 tre, es fruto, riquísimo en mies, Raimundo Menocal y Me- nocal,. Para valorar su actuación, mostrándolo en dos de sus primordiales aspectos, entiendo deben hacerse algunas con- sideraciones históricas en el concepto de patria y ciencia, íntimamente ligadas en todo tiempo, y con especial signi- ficado en este caso que me permite comparecer ante vos- otros. No puedo yo, por falta de años y por insuficiente personalidad, trazaros aquí en ligero bosquejo, las caracte- rísticas de ese período de nuestra historia, cuyas fronteras convencionales pudiéramos fijar, de una parte, en los años que marcan los primeros esbozos de regeneración social cubana, y de la otra, aquella que se limita con la fecha tristemente célebre del Pacto del Zanjón. A tal objeto, subsanaremos nuestra falta dejando hablar a dos de nues- tros más autorizados hombres, aun vivos para satisfacción y bien de la patria: Rafael Montoro y Enrique José Va- rona. Montoro en el elogio de otro insigne cubano, Bachiller y Morales, se expresa en esta forma: “¿Qué fué sin embar- go, la vida pública en Cuba a partir de 18397? Una va- na y triste sombra. Pero aun así era posible, y era de ley, servir la causa pública, utilizando los escasos medios que se ofrecían, ya que para hombres serenos y de buena vo- luntad, libres de inútiles arrogancias y de desesperaciones infecundas, nunca falta ocasión en que cumplir concienzu- damente el alto deber de contribuir al triunfo de la justi- cia y del derecho, aunque la arbitrariedad y la calumnia, por caminos diversos, pero que al cabo se cruzan, pugnen por esterilizar sus generosos esfuerzos”. ¿Qué nos dice el austero Varona? Oigámosle: “Los frutos por donde puede conocerse el estado de una sociedad, saber si vive lozana o se depaupera por algún vicio interno, son sus sentimientos dominantes. ¿Cuál es el que da color y tono a la vida del cubano en ese período 300 ANALES DE LA de nuestra historia? Uno solo: el miedo. El esclavo teme al amo y el amo al esclavo; el criollo teme al español y el español al criollo; el pueblo teme al Gobierno y el Gobier- no al pueblo. Los instrumentos de tortura están en todas partes, en la plaza pública y en el hogar de la familia; la: vida del cubano era una prolongada pesadilla; dentro el enemigo doméstico, el negro; fuera el enemigo exterior, el corsario; así castigado, y como poseído de terrores constan- tes, tuvo miedo hasta de la libertad... El saber toma ca- rácter exclusivo, no hay sociedades de propaganda, sino senáculo de iniciados; pero con el impreso que entró de con. trabando han penetrado las ideas; han caído en uno, en dos, en diez cerebros y fructificarán tarde o temprano”. Las dos descripciones no pueden ser más gráficas y precisas. En las comunidades como en las naciones, presi- de de manera inmutable, siempre actúan de esa manera las leyes biológicas, el principio fundamental que rige toda, asociación en que por la sabia división del trabajo, a los fines del armónico desenvolvimiento del conjunto, asumen respectivamente el papel de constructores y defensores del organismo que integran y que conocemos o aceptamos bajo la denominación de defensas naturales; al igual que se estudian las relaciones del estado fisiológico y patológico del hombre, para deducir y aprender de ellas las hermosas prácticas admitidas por el mundo médico, beneficiándose por ello de las inmunidades naturales y artificiales, así también las sociedades enfermas, por la naturaleza mis- ma de su existencia, producen anti-cuerpos y antígenos que por la virtualidad de sus cimientos han de llevar en su intima estructura las cualidades para neutralizar el mal, las bases de profilaxia a las desintegraciones y desventu- ras del porvenir; de ese tipo, dotado de tales cualidades, es la figura respetada y respetable, pródiga en enseñanzas, a cuya memoria ofrecemos nuestros recuerdos en este ins- tante. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 301 De estirpe pródiga en grandes ciudadanos, cruzó los siempre felices días de la niñez y adolescencia, llevando en sí el gérmen vigoroso que a su madurez habría de actuar en lo que constituye la base inconmovible de toda sociedad: el hogar donde el hombre pone sus facultades mentales en relación con la vida nacional e individual, mostrándose co- mo hijo en la prolongación del pasado, respetándolo y re-. verenciándolo; como esposo auroleando a la dulce compañe- ra con el santo nombre de madre; y como padre, preparan- do el futuro aplicando las sabias enseñanzas de amor, la- boriosidad y honor, que en hermosa trilogía significan y forman los cimientos de la especie humana, que en su mar- cha secular hacia lo infinito, persigue el mejoramiento y perfección de la vida organizada al servicio de los supre- mos designios que rigen el universo. Y para ello llevaba siempre como norma y fin de todos sus actos la aplicación del deber; no concebido dentro de los estrechos límites de la casuistica a cuyo auxilio acuden los pobres de espíritu, y que anula el razonamiento, convirtiendo la inteligencia. en inútil facultad y los sentimientos en despreciables meca- nismos, sino como el resultado de la ley no escrita, tan des- preciada y tan bien temida por algunos, que se aplica al conjuro mágico de la conciencia en cooperación con el aná- lisis, el estudio y desarrollo de los hechos que no siempre pueden caer dentro de la previsión humana, ni tampoco es- tar sujetos a índices, claves o catálogos tan deprimentes pa- ra los hombres superiores. | : Y ese deber, entendido de la manera que acabo de se- ñalar lo puso a contribución con su pensamiento, ya nu- trido en el estudio que prepara la acción, para desenvolver su vida ciudadana desde el doble punto de vista que in- tento presentaros: el de ciencia y el de patria, ambos com- penetrados e identificados en la misma relación existente entre órgano y función, para hacer surgir, como en otros elementos no menos ilustres de nuestra nacionalidad, una 302 ANALES DE LA serie de juicios y actuaciones primordiales a las que es difícil sustraerse, y determinantes de una acción política, desde luego muy distinta a la interpretación que hoy se le concede, y que ejercita el carácter, demuestra la expe- riencia, revela la memoria, expone el frío razonamiento y sintetiza aquel galardón que los antiguos llamaban filo- sofía y que yo me permito calificar de sabiduría. Tal equilibrio, acépteseme la frase, entre la idea y sus medios de mostrarse; entre la predicación y la práctica; entre el catedrático y el discípulo, y entre el pensamiento y la ejecutoria, teniendo como base las enseñanzas de su inmediato pasado, fué el mandato de “íntimo yo” que con fidelidad inimitable quiso y supo imprimir a su vida, cuan- do ya formado y en posesión del título que tantos laureles había de conquistarle, regresó a Cuba procedente de la entonces Metrópoli, y comenzó a ejercer el ingrato aposto- lado de la medicina; esperando, al propio tiempo, tranqui- lo, con la fe de los convencidos y la certeza de la evolu- ción biológica, el momento afortunado para actuar de mo- do directo mostrando el camino en que como patriota sa- crificara los ingresos considerables que recibiera en retri- bución de sus servicios, y abrazó con todos sus peligros, incertidumbres e inconvenientes, la causa de la independen- cia patria; empleando en ella, con la fe derivada y ad- quirida por herencia, tradición y hombría de bien, todas las energías que en tan hermosa manifestación de la vida del hombre sólo pueden utilizar los de su temple y con- textura moral. En efecto, señoras y señores, llegó el momento en que el genio inmortal de nuestro sublime sacrificado, de Martí, hizo vibrar por su verbo luminoso, por su alma pene- trante, las fibras sajonas de un Charles Dana; el brioso entendimiento latino de.Calcaño, el Pelletan venezolano; al Continente Americano con sus valles y volcanes, con sus Bolívares y Washingtons, con sus Céspedes y Agramontes, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 303 e hizo que la Isla de Cuba, en virtud del trabajo general y respetuoso que inició el Partido Revolucionario Cubano, se levantara de su libre voluntad, y después de largo y previo acuerdo con el apoyo ordenado del exterior, para conquistar, con una guerra enemiga de la devastación inne- cesaria y de la violencia inútil, su independencia absoluta de la dominación española. Raimundo Menocal, ya pre- parado, conspirando primero, emigrando después, no sola- mente aportó el fruto pecuniario de su trabajo, sino tam- bién raudales de ciencia y caridad en la dulce hermandad por él mantenida en el sacerdocio de la profesión, en su más alto y amplio concepto. Su gran amistad con el general Calixto García, aquel hombre que en sublime rasgo de patriotismo supo unir el cerebro elaborador del pensamiento con la mano que es- grime la heroica espada del guerrero y la pluma severa del intelectual, escribiendo en su propia frente el símbolo del honor, se me antoja, por la serie recíproca de corrientes man- tenidas entre tan preclaros cubanos, como dos riachuelos que surgiendo de la espesura se derraman en un gran océa- no para reunir allí las ondulantes y apacibles aguas nacl- das en la ciencia y las encrespadas olas que los grandes ideales provocan en las epopeyas por alcanzar el engrande- cimiento de la patria. Sí; la guerra final, la de 1895, lla- mada por algunos la revolución de los médicos, (tal fué el número de ellos que aportaron su concurso) sirvió a Me- nocal para desenvolver sus ansias de triunfo para el se- paratismo, figurando como miembro prominente de la Junta Revolucionaria en esta capital; como conspirador perpe- tuo después, en el seno del inolvidable “Club Oscar Prime- lles”” y en la Delegación en New York, prestando con su ha- bitual constancia e inteligencia cuantos servicios fueran ne- cesarios a la causa en que todos estábamos comprometidos. Ya redimida la tierra que le vió nacer, perseveró, sin que nunca existiera solución de continuidad, su condición de TOMO LIV—20 304 ANALES DE LA maestro dentro de los campos jamás exhaustos de la ciencia, y que en cuanto a mí respecta, os lo puedo asegurar des- pertó más de una vez esa felicidad que provoca la admi- ración al observar cualquier acto de la naturaleza del hom- bre en sus más acabadas manifestaciones. Tiempo es ya de abandonar este aspecto de la vida de Menocal, que, como todos los suyos, se presta a exten- sas e interesantes consideraciones; debiendo, por lo tanto, dirigir nuestra mirada hacia ese escenario donde fructifi- có en copiosa cosecha su vigoroso entendimiento y donde pudo alcanzar, sancionado y aplaudido por discípulos y compañeros, el enaltecedor título de maestro. Y así como al comenzar nos ocupamos en esbozar las características del medio de donde surgieron los materiales de su forma- ción, para llegar a definirlo como un verdadero carácter, de igual modo, ahora, nos vemos impelidos a fijar la fi- sonomía que su origen le diera en el terreno científico, uti- lizable para mostrar las condiciones que le fueron pecu- liares, cultivadas en el estudio, en la observación metodi- zada y libre de prejuicios que atraía su devoción a la cien- cla bajo la egida de esa cualidad tan poco frecuente en nuestros días, la modestia, y que el talento del insigne Trousseau describiera en su nacimiento, en relación con el ejercicio de la medicina, en ese instante en que el recién graduado, lejos ya de la tutela del catedrático, quiere sa- cudir la impuesta en el libro de texto no siempre apropia- do, y se enfrenta con la práctica en la .familia, sin más recursos que los prestados por las enseñanzas recibidas y el juicio de sus inmediatos maestros, sometiéndolo a la in- teligencia que recoge los hechos, los clasifica, los compara y sujeta a la deducción, para recibir después, y en plazos indeterminados, la aprobación del éxito y la justificación de sus presunciones, cuando el genio de uno de los grandes hombres que han engrandecido a la medicina ha evidencia- do de modo elocuente sus primitivas ideas. a ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3805 : En la Universidad Central Española, el año de 1876, terminó Raimundo Menocal los estudios que le autoriza- ban para ejercer libremente la profesión, recibiendo el incomprensible título de Licenciado. ¿En qué período de evolución se encontraba la medicina? ¿Qué ideas predomi- naban? ¿Cuáles eran las orientaciones de esa ciencia di- vinizada por los antiguos y que nació con el primer do- lor? La medicina, como todas las ciencias, como to- das las tendencias humanas, tenía que someterse a las le- yes producidas por el medio; tenía, como actualmente tiene, que ser influida por las corrientes dominantes, serenas, apacibles y con rumbo bien definido, unas veces; so- metidas otras al torbellino de las ideas antagónicas puestas al servicio de los problemas fundamentales y que se in- tensifican al encontrarse, cruzándose, entorpeciéndose en derroteros tortuosos y llenos de tinieblas, pero que a la postre resultan como dispuestas para una preparación que en un instante señalado, por mano desconocida, se unan y confundan para precipitarse en un solo esfuerzo y rom- per con el ímpetu de la tormenta el obstáculo, él valladar formado por las falsas concepciones y los egoismos siem- pre latentes y que detienen el triunfo, la adquisición de la verdad. En efecto: cuando aquellos años corrían, el origen de las enfermedades, la interpretación del signo, síntoma, del síndrome, se subordinaban indistintamente a los siste- mas preconizados por las variadas escuelas existentes; los sostenedores y discípulos de cada una se encerraban en fortalezás construídas sin la sólida base que hoy nos ofre- ce la experimentación, y, sin embargo, en ese flujo y reflujo, entre esas violentas y opuestas tendencias, empezaron a de- linearse las siluetas del verdadero organismo de la ciencia de Hipócrates; el célebre aforismo de nuestro Luz Caba- llero: “todos los sistemas y ningún sistema; ese es el siste- ma” se hizo visible como veréis más adelante. El eminente clínico Peter nos auxiliará abriéndonos el camino: Dos 306 - ANALES DE LA hombres dotados del genio de la observación, así los ca- lificaba, descubrieron cada uno por su lado las lesiones; pero Rokintansky, el hombre de la naturaleza muerta, se dió por satisfecho con conocer el cadáver de la enfermedad, no vió al enfermo; Cruveilhier, por el contrario, el hom- bre de la naturaleza viva y paciente, vió al enfermo, par- tió del sintoma en busca de la lesión; y, agrego yo, fueron ambos grandes hombres victimas del mismo error, aun- que en campo muy distinto, en que han caído otros colo- sos de la ciencia; Metnikhoff, quien fué un prteclaro bió- logo, insigne hombre de laboratorio y dotado de indiscutible mérito, pero que no era médico. Esas tendencias como otras muchas que por no can- saros omito su exposición, no eran sin embargo las llama- das a trazar programas ni solidez a las investigaciones y estudios patológicos; pero unidas a otro factor, ya robusto y simbolizado en la figura de Bichat, contribuyeron por el cul- tivo de la histología y anatomía normales y patológicas a formar la escala regia para llegar al pórtico de la nueva ciencia formada por Claudio Bernard en sus trabajos de fisiología, y llamada también introducción a la me- dicina experimental, verdadero sostén de la medicina, puesto que ella igualmente, y sobre toda consideración, es una ciencia esencialmente biológica. Por otra parte, la anatomía, ya perfeccionada en sus aplicaciones por Mal- galene y Petrequín, vigorizada y ampliada en sus aplica- ciones por la mano de Velpeau, fijó la primera faz de la especialización, otorgándole, no obstante, un exagerado individualismo que aun persiste y que Menocal supo apre- ciar, alumbrando el porvenir, en la forma que hemos de ver más adelante. Conocíanse en tales tiempos los procedimientos operato- rios guiados por la anatomía topográfica y el llamado diag- nóstico eliminatorio; la anestesia y el perfeccionamiento de instrumentos y aparatos, permitieron que la cirugía aban- . | | | | / e tt de A A e ¿as e A A e A y EIA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 307 donara el lento paso en que avanzaba, para constituir rá- pidamente una gran rama de la medicina a la cual se entregó Menoca], de cuerpo entero, con los entusiasmos pro- vocados cuando se ha concebido una forma del arte, una fórmula científica que viene a despejar y solucionar pro- blemas seculares, una noción que representa el ideal y que incuestionablemente fué el que dió fuerza y forma al “es- píritu quirúrgico de la época”, como lo calificara el emi- nente profesor Varela Zequeira, en momentos de grata re- cordación, refiriéndose al cirujano que inspira nuestras palabras. En 1881, tres años después de terminar sus estudios, en contacto con el roce ingrato con el público, le vemos en- trar de lleno, con sus peculiares clarividencias, perseveran- cia y sangre fría, en la nueva era, que al esplendor de las ad- quisiciones ofrecidas por el benemérito de la humanidad, Pasteur, cambió total y definitivamente todo el edificio científico, y cuya inmediata aplicación por Lister fué aco- gida por Menocal en su tésis para el Doctorado en Medici- na ante nuestra Universidad, bajo el título Teoría sobre la patogenia de la imfección purulenta y verdadera utili- dad práctica de las llamadas curas antisépticas. No es posible mencionar esa época sin dedicar algunos instantes al desenvolvimiento médico-cubano llevado a cabo en tan memorables días: Nicolás Gutiérrez, modificando la enseñanza universitaria en todos sus órdenes, y muy espe- cialmente en el sentido quirúrgico; González del Valle, preconizando las prácticas de la patología externa; Ro- saín, mostrando su amor a las intervenciones; Federico Gálvez, con su talento superior, y tantos otros cuyos re- cuerdos han evocado, reclamando para ellos la gratitud de los cubanos Enrique Núñez y Jorge Le-Roy, sembraron y prepararon el futuro en una labor perfectamente concebi- da, llevándola a su evolución progresiva, y “como el trabajo silencioso y no interrumpido de miriadas de ge- 308 ANALES DE LA neraciones de pólipos coralarios formó en las vastas so- ledades del Océano Pacífico el asiento de las Islas Co- rales, así también la constante labor mental de ellos, por la agregación de conocimientos, trabajando constante- mente para conseguir el progreso de los diversos ramos del saber, formó nuestro mundo científico; mas, para que ese adelantamiento no se interrumpa, para que el esfuerzo hecho con tan laudable objeto no se olvide o dé resultados negativos, se necesita establecer comunicaciones directas, eslabones fuertes que unan, al través de los tiempos y de los cambios de medio, el trabajo de ayer con el de hoy y éste con el mañana”; y para cumplir tan honrosa misión, por medio de la práctica, de la cátedra, de los centros cien- tíficos y publicaciones de la misma clase, surgió un grupo de tres cirujanos: Menocal, Plasencia y Casuso, que en unión de otro gran clínico, Cabrera Saavedra, iniciaron en Cuba las reglas de la antisepsia y anunciaban como la buena nueva los beneficios que mucho más tarde, y en su último discurso en esta Academia, ofreció como com- probación de aquellas ideas el académico Menocal, bajo el título de “contribución de la cirugía a los progresos de la medicina” y leído en la sesión solemne del 19 de mayo del año próximo pasado. | Entre uno y otro trabajo, presentados, como habéis vis- to, a nuestros dos centros más elevados de cultura, la Uni- versidad y esta Academia, y que marcan el principio y el fin de su bibliografía, su personalidad de cirujano se mantuvo con la misma solidez, con el mismo relieve ya bien desta- cado en 1891, cuando con motivo de su ingreso como aca- démico, y en contestación a su discurso titulado Contribu ción al tratamiento abreviado de las fracturas, el Dr. Igna- cio Plasencia, su compañero en lides científicas, se expresa- ba en estos términos: “Se ha aquilatado su sabiduría y el profundo espíritu de observación que le distingue en todos sus actos, y que tan joven como es, puesto que nació en el año ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 309 de 1856, llena ya con sus hechos, como cirujano, una pá- gina brillante en la historia de la cirugía de la Isla de Cu- ba”. Si a tal grado habíase elevado Menocal en aquellos días, sin haber alcanzado las seis mil intervenciones gra- ves que su estadística sumaba cuando nos abandonó, fácil, muy fácilmente, se comprenderá la seguridad en sus juicios diagósticos, en la indicación terapéutica en sus variadas aplicaciones, y la decisión para dar a conocer con su habi- tual parquedad, con sus frases breves, concretas y elocuen- tes, el resultado de su observación, tan bien utilizada, para describir su carácter, por el Dr. Grande Rossi en su recien- te artículo El viejo maestro desaparecido. Realmente, es admirable la cohesión que se observa en todos sus trabajos, manteniendo una línea recta a la cual hacía converger todos sus vastos conocimientos, todas las adquisiciones nuevas utilizables en el cultivo de la cirugía, en su enseñanza, en su engrandecimiento, abordando con iguales éxitos los problemas de la ginecología, como los del aparato génito-urinario; los de la cirugía abdominal como los de las vías respiratorias, y sin descuidar jamás aquellas prácticas del gran Trousseau, quien al inmortalizar los pro- cedimientos estrictamente clínicos, por su sagacidad y sa- biduría, quiso al propio tiempo preveer el provenir dicien- do que la facilidad y el encanto del estudio del hospital pudieran convertirse en peligro, o en el sentido de ofrecer una seducción demasiado grande por hacerla exclusiva y alejando estudios tan serios y necesarios como ella. Eran los esbozos del actual entrecruzamiento de la clínica y del laboratorio, para alcanzar el fin apetecido. Entre sus tra- bajos publicados, que comprueban esa manera de juzgar tan importante asunto, pudiera referirme al que en co- laboración con el Dr. Leonel Plasencia hizo sobre Trom- bo flebitis del cordón espermático en los países cálidos, así como al que escribió en francés, titulado Contribución al estudio de la fumiculitis linfo-tóxica de los países cálidos; 310 ANALES DE LA en ambos se ve la perfecta orientación hacia el diagnóstico utilizando esas ideas, y que su condición de médico, en la más completa acepción de la palabra, sabía emplear, ya que por unidades, o asociadas, son elementos primordia- les para el médico, puesto que el reconocimiento y acción simultánea, paralelos y recíprocos en toda manifestación biológica cuyo estudio perseguimos, alumbra la vía ascen- dente hacia la meta representada por el diagnóstico,, fuen- te de las mayores satisfacciones ofrecidas al médico, y que Menocal obtenía por esa metódica y disciplinada labor que entre sus innumerables casos nos hace fijar en uno de epi- lepsía refleja por una neuritis del ciático, publicado por la Revista de Ciencias Médicas en su instructiva sección dedi- cada a recoger observaciones clínicas en ese Hospital Mer- cedes, tan pródigo y tan querido por todos los que contamos en nuestra historia el paso por sus limpias salas. No se amolda a las necesidades del momento la pre- sentación de una relación detallada de los trabajos publi- cados por Menocal, comprobadotes de su ciencia, laborio- sidad y entusiasmo, y en cuyas páginas sobresale siempre el cirujano; pero, no puedo sustraerme, sino, por el contra- rio, hacer especial mención de ella, al deseo de citar una obra, que alcanzó dos ediciones con el título de Ma- nual de enfermedades de la piel y sífilis. En esta obra se destaca su figura de profesor, a que he de referirme más adelante. De su prólogo, sencillo co- mo hijo legítimo de su autor, copio estas palabras: “Este manual ha sido publicado sin pretensiones de ninguna cla- se”. ¡Cuánta modestia! ¡Qué facildad se ve en sus pá- ginas para la determinación del diagnóstico! ¡Qué forma más apropiada empleó para llevar al discípulo, sin gran- des sacudidas, a la investigación y metódica observación del enfermo y qué hermosa coordinación entre todos sus co- - nocimientos para llegar a obtener la identificación de la personalidad por la especialización enciclopédica, si se me ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 311 permite la calificación, al demostrar la necesidad en que se halla el especialista de ser, ante todo, médico capaz de utilizar el valiosísimo concurso de todas las ciencias que en un solo cuerpo cubren a la medicina, por Menocal co menzada a cultivar muy desde el principio. A este extremo me referí al ocuparme de su origen científico, y ese libro es una condensación para sus discípulos del momento y sus compañeros del mañana. Cualquiera de sus lecciones, la de la anatomía de la piel, con su histología y evolución; la dedicada a la ele- fantiasis, con sus interesantes problemas; aquella inspira- da en el amenazante epitelioma; su exposición sobre las afecciones parasitarias; la avariosis, en fin, son prueba inequívoca de la autoridad en él reconocida por los médi- cos cubanos en esa escabrosa especialidad y medio, además, de revelarse como un verdadero profesor. | Profesor he dicho, sí, señoras y señores, tenía el cor- te de los grandes maestros; enamorado de su ciencia, co- nocedor de sus encantos y sin ninguna clase de egoismos, se sentía feliz en todos los momentos que se le presentaban para trasmitir a los demás, fueran o no alumnos, sus cono- cimientos, las impresiones nuevas que recibiera en su per- manente lectura de libros y revistas profesionales y los jui- cios o descubrimientos que su diaria labor le proporcionaba. ¿Cuándo se inició esa brillante faz de su fecunda vida? Pues apenas de vuelta a Cuba, en 1878, al ser nombrado ciruja- no del Hospital “Nuestra Señora de las Mercedes”; allí como ocurre siempre con el mérito verdadero, muy pronto se fueron conociendo sus especialísimas aptitudes; su opi- nión se solicitaba frecuentemente en los problemas más di- fíciles; y entonces, como en los últimos días de su vida, los jóvenes asiduos al Hospital, acudían a él en cada momen- to de duda, en busca de determinaciones que pudieran re- vestir grandes responsabilidades, que él nunca eludía, y movidos no por la bastarda intención de hacerle fracasar, 312 ANALES DE LA sino por el entusiasmo de presenciar el triunfo del Maes- tro, llamado a decir la última palabra, y, si no había quien realizara la intervención, llevarla a cabo él con la impa- videz, serenidad y sangre fría que le eran peculiares. No obstante ello, la enseñanza universitaria no contó con tan preclaro profesor hasta después de haber terminado la evacuación española en 1899, año en que fué nombrado catedrático de Clínica-Quirúrgica, agregándosele la ense- ñanza de la materia que inspira el libro citado anteriormen- te. Tanto amaba esa cátedra, que en los momentos de ocupar el alto cargo de Secretario de Sanidad y Benefi- cencia, y al ser interrogado respecto a ella, le arrancó es- ta exclamación: ¿Abandonar la cátedra? Jamás. Se con- sagró así, de modo perdurable, su calidad de verdadero maestro. No fué él conferencista de párrafos extensos al ex- poner su concepto acerca del tema escogido, no; era el maestro, que a la cabecera del enfermo explicaba y hacía trabajar al alumno, obligándole a aprovechar cuantos ele- mentos le fueran útiles, entre los cuales figura como pre- cioso legado el museo de enfermedades de la piel, por él formado con la cooperación de sus alumnos, y que se en- cuentra en el Hospital Mercedes. En tal empeño pudo apor- tar también sus condiciones de investigador al auxilio del microscopio para precisar las lesiones anátomo-patológicas y depurar, afinándolo, algunos trabajos de laboratorio, de- mostrando también su preparación en tan bella observación como sus célebres trabajos sobre las micosis en las cuales - llegó a diagnosticar numerosas especies nuevas que al ofre- cérselas a sus alunmos y a la ciencia, proclamaban la importancia fundamental de la medicina experimental que reconoce como centro de su espléndido desenvolvimiento el laboratorio. . En relación con tales estudios, en momentos imborra- bles para mí y en ocasión de entregarle un trabajo que mi padre no pudo terminar por habérselo impedido su desapa- NP ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 313 _rición de este mundo, me dijo con síntesis admirable: “Torralbas: cultive las ciencias naturales, cultive la bio- logía”. No es posible extenderme en las consideraciones que en mí se despertaron, y que seguramente no han de escapar a vuestra cultura y refinamiento, habida cuenta de la inconmensurable perspectiva abierta hoy a los co- nocimientos médicos al estudiar el papel que los insectos y otros elementos de la vida organizada representan en la trasmisión de las enfermedades, en su diagnóstico y profi- laxia, y comprobantes de ese enciclopedismo a que ya he hecho mención, y que revelan en Menocal esa permanencia, jamás desviada, de un sentimiento sin altas ni bajas, sin crisis de aumento o disminución, (el arco-iris nunca rompe su perfecto ajuste matemático) e inspirador en todos los momentos de su ideal, personificado en la ciencia de sus amores al servicio del engrandecimiento patrio. La sociedad, tal como nos la muestra Emerson, es una ilusión para el joven ciudadano, se le presenta en rígido reposo, con cosas, hombres e instituciones unidas en sus raíces como robusta encina bajo cuya sobra se cobijan to- dos y cada uno de la manera más apropiada a sus nece- sidades; pero el hombre de estado, formado con los ele- mentos que le son propios y con el estudio, sabe de su na- turaleza fluída, en uno de cuyos puntos radica el centro integrado por una fuerte y firme voluntad que aplica los diversos conocimientos a la consolidación del conjunto, al perfeccionamiento de la colectividad de que forma parte por su origen y desarrollo, y tendientes a destruir la erró- nea y generalizada creencia de que las leyes hacen las na- ciones, en lugar de darse cuenta que ellas son hijas de las ideas dominantes y extendidas por aquellos de sus hijos que analizando las condiciones del medio, las prácticas cí- vicas de sus conciudadanos cuya ejemplaridad en tales ordenes, cuyas manifestaciones al guardar severa con- secuencia a los principios, son siempre modelos a seguir 3814 ANALES DE LA en la labor, a que todos nos debemos, de ser útiles a los demás, y que fué, unida al sentimiento de la equidad y de la justicia, la norma seguida por Menocal en todos los car- gos públicos que ocupó. Terminada la dominación española en Cuba, proce- dióse a la organización de los Ayuntamientos, donde des- cansan las nacionalidades inspiradas en los principios que rigen a la nuestra; constituyóse el primer Concejo Munici- pal habanero por muy prestigiosos elementos de nuestra sociedad, y allí ocupó su sitio Raimundo Menocal, hacién- dose cargo de los Servicios Sanitarios Municipales; su pre- sencia allí fué suficiente a renovar, casi creándolas de nue- vo, las Casas de Socorros, aquellos centros que por la in- curia oficial eran focos sépticos con todas sus terribles con- secuencias; se les dotó de materiales suficientes y fueron sometidas a las prescripciones de la ciencia contemporánea. Fué también entonces cuando Menocal lanzó la idea, para llevarla a la práctica, de utilizar el concurso de la mujer cu- bana, siempre estoica y amante de las buenas causas, en un campo propio a su condición y manera de ser utilizable como medio de subsistencia: el Cuerpo de Enfermeras, bien conocido de todos por los bellos servicios que presta desde que empezó a desenvolverse. En fecha ya muy próxima, por desgracia, al día en que había de separarse de nosotros, fué designado para ocupar la importante Secretaría de Sanidad y Beneficencia en sustitución de aquel espíritu fuerte y patriótico, cientí- fico y emprendedor, que encarnaba en Enrique Núñez; ra- zones bien conocidas (fuí objeto de sus generosas distincio- nes) me imposibilitan para señalar aquí su actuación. So- lamente puedo repetir las palabras que por mi buena for- tuna tuve el honor de oir de labios de nuestro gran Varona, dirigidas a Raimundo Menocal con motivo de esa designa- ción, en la cual tenía que emplear sus dos aspectos científico ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 y patriótico: “Doctor—, le dijo el ilustre pensador—; por su patriotismo, es usted una garantía en ese puesto”. Señoras y señores: este acto, que por no molestaros más debe acercarse a su término, y que la Academia ha querido celebrar en sesión extraordinaria, debía responder, según entiendo no sé si erróneamente, a rendir homenaje al aca- démico esclarecido que honró a la ciencia y a Cuba, provo- cando una reunión en que por comunidad de sentimiento, por el deber de consagrar un recuerdo a los que nos aban- donan, por las exigencias presentes reclamando la exposi- ción de hechos que nos eleven y por el humano egoismo de consolarnos mutuamente de nuestras desdichas, sin deman- dar la crítica y enumeración prolija encomendada a los «que con más tiempo disponible, y de acuerdo con las exi- gencias de la historia, ofrezcan en forma de libro todas y cada una de las manifestaciones en vida del ciudadano íntegro, del padre amante, del patriota inviolable, del in- signe cirujano, del médico completo, del investigador pa- ciente, del maestro esclarecido, del amigo leal, del hombre público que se llamó Raimundo Menocal y Menocal. Si mi cápacidad ha sido insuficiente para lograr tal fin, si mi pensamiento ha estado pobre en su exposición, de- jando sólo que mi palabra se posara ligera y sin perfume en el bello jardín plantado en la vida de Menocal, encon- trará como recompensa la generosa atención que me habéis dispensado, permitiéndome asociar mis débiles ideas con las superiores vuestras y que siquiera sea en carácter de molécula me proporciona la satisfacción de verme incluído en aquella grandeza descrita por el ilustre francés dicién- donos: No hay nada que nos haga más grande que un gran dolor. Dolor que participó la nación cubana al conocer que el día 1? de agosto del corriente año expiró Raimundo Menocal; dolor demostrado en todos los elementos de la so- ciedad, y dolor que también tuvo un instante de suspensión cuando ya en la última morada, terminándose los honores 316 ANALES DE LA debidos a su posición en el Ejecutivo Nacional, y cuando la madre tierra abrió sus brazos para recibir el cuerpo de su ilustre hijo, el cañón rugió participando de la tristeza de la enseña cubana que envolvía el cadáver, cesaron las descargas y el clarín militar, con su imponente acento, de- jó escapar sus notas hasta perderse en el azul purísimo de nuestro cielo que pudo responder: Sí, silencio, no interrum- páis, el maestro habla con la posteridad. He dicho. ACTA DE LA SESION CIENTIFICA DEL 9 DE NOVIEMBRE DE 1917 Presidente —Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —Dres.: J. A. Presno, R. Gó- mez Murillo, A. de Górdon, L. Plasencia. Por no haber concurrido el número de académicos nece- sario para integrar el quórum, sólo se celebra esta sesión con el carácter de científica. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada—De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solicitando el nombramiento de un miembro de esta Aca- demia para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 102 (Música, etc.,) de la Escuela Normal de Oriente. De la Dirección de Justicia, remitiendo cuatro ejemplares del Anuario de Estadística Judicial y Penitenciaria. De la Alcaldía Municipal de la Habana, solicitando el nom- bramiento de un médico en ejercicio para el Consejo Munici- pal de Defensa de este Término. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solicitando el nombramiento de un miembro de esta Academia, para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 1* (Gra- mática, etc.,) de la Escuela Normal para maestras de la Ha- bana. 3 E 5 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 317 De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solicitando el nombramiento de un miembro de esta Academia, para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 8* (Di- bujo, ete.), de la Escuela Normal para maestras de la Habana. Salida.—Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 10% (Música, ete.,) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dán- dole cuenta del anterior nombramiento. A la Gaceta Oficial, convocatoria para la plaza vacante de académico de número, por fallecimiento del Dr. Raimundo Me- nocal. A la Alcaldía Municipal, contestando su escrito relativo al Consejo Municipal de Defensa de este Término y designando al Dr. Juan Santos Fernández. Al Dr. Gonzalo Aróstegui, nombrándolo para el Tribunal de oposiciciones a la cátedra del grupo 1? (Gramática, ete.) de la Escuela Normal para Maestras de la Habana. Al Dr. Tomás M. Cañas Anay, nombrándolo para el Tri- bunal de oposiciones a la cátedra del erupo 8% (Dibujo, ete.,) de la Escuela Normal de la Habana. A la Secretaría de Instrueción Pública y Bellas Artes, dán- dole cuenta del anterior nombramiento. Se concede la palabra al ingeniero Sr. Carlos Millás, pa- ra dar lectura a su trabajo anunciado en la orden del día, so- bre El método general de Laplace para órbitas y su aplicación directa a órbitas parabólicas, en el que desarrolló con verdade- ra competencia el tema que se propuso, comparando los cáleu- los hechos en distintos observatorios, tanto de Europa como de América y comparándolos a su vez con los suyos propios pa- ra la determinación de la órbita del cometa de Schaumasse. Al terminar el Sr. Presidente manifestó que, en nombre de la Academia lo felicitaba y no podía menos de admirar que un hombre tan joven se haya dedicado a estudios tan serios y profundos, alentándolo a seguir por la senda emprendida, y siendo muy avanzada la hora suspendió la sesión, dejando para la próxima la continuación de la orden del día anunciada, 318 ANALES DE LA EL METODO GENERAL DE LAPLACE PARA ORBITAS Y SU APLICACION DIRECTA A ORBITAS PARABOLICAS Cálculos completos de la órbita preliminar del cometa Schauwmasse, b 1917 POR EL Ingeniero Sr. Carlos Millás Resumen del estudio presentado (1) Al comenzar el presente trabajo, se plantea simbóli- camente el problema de órbitas en su caso más general, haciendo depender, como es lógico, a las coorderiadas de los elementos orbitales. Introdúcense luego los elementos intermedios de Gauss, aunque estudiados ya por Lagran- ge desde el 1778; y los de Laplace, que constituyen la base del trabajo. Se aboga por el empleo de procedimien- tos especiales para el caso de cometas, no sin ciertas res- tricciones, que se demuestra en el caso del cometa Daniel, en 1909, en el que cuatro órbitas, dos de ellas calculadas por Ebell, una por Russell y otra par Krassowski, asu- miendo parábolas, son mucho menos exactas que dos cal- culadas por el autor, valiéndose de los métodos generales de Gauss y Laplace. Más adelante se bosqueja el proce- dimiento de Leuschner, que ha de aplicarse luego al co- meta Schaumasse, b 1917, exponiendo todos los cálculos necesarios para llegar a los elementos y constantes referi- dos al ecuador. Se señala depués la concepción que del procedimien- to laplaciano vislumbrara el célebre matemático Poincaré (1) Sentimos no poder publicar el estudio completo del señor Mi- llás, pero dada su extensión y el simbolismo que envuelve se hace di- fícil la adecuada impresión. Insertamos, sin embargo, un resumen del estudio presentado y las fórmulas finales dadas por él, aplicables a cual- quier órbita parabólica.—(N. de la D.) : 4 ; E E a dd > A + ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 319 y se propone el autor aplicarla al caso de órbitas parabó- licas; lo cual realiza teórica y prácticamente, esto último valiéndose del mismo cometa Schaumasse. Una comparación de órbitas calculadas para este co- meta, demuestra que, el nuevo procedimiento arroja ele- mentos que se aproximan mucho a los calculados más tar- de con arcos mayores. Incidentalmente, se expone un nuevo desarrollo de- bido al autor, de la determinante de tercer orden, que ha encontrado más adaptable al cálculo logarítmico; se ex- plica el método de Leuschner y Bernstein para la reso- lución de una ecuación de sexto grado que se encuentra en el problema, así como el eriterio del propio Leuschner para determinar si la mencionada ecuación tiene tres raí- ces positivas o una sola raiz, y finalmente, se trata de una corrección a los valores de las primeras y segundas de- rivadas de los cosenos directores de Poincaré, 'que per- mite obtener una órbita más aproximada. Algunas indicaciones sobre las fórmulas que siguen: Estas fórmulas son aplicables solamente a órbitas pa- rabólicas. Si se desea obtener una órbita provisional que per- mita la concepción del camino que lleva el astro, se pue- de usar la serie de fórmulas insertadas en las secciones A (coordenadas del Sol y sus primeras derivadas nada más), E DE G HERE y L, Si se quiere alguna exactitud, se tiene que pasar forzo- samente por E, que es la condición. Llamando error de primer orden al lugar de las dé- cimas; de segundo orden al lugar de las centésimas, de tercer orden al de las milésmas, etc., tendremos, que no debemos permitir una diferencia o error en la condicional de primer o segundo orden; que si seguimos adelante con un error de tercer orden, podremos hallar elementos aceptables; TOMO LIV—21 320 ANALES DE LA con un error de cuarto orden encontraremos una órbita suficientemente exacta para efemérides de busca; finalmen- te, con un error de quinto orden, hallaremos elementos que se aproximarán mucho a los que, más tarde, con arcos ma- yores se calculen. Se suponen dadas tres observaciones; los tiempos a cuatro decimales de día; las ascenciones rectas a décimas de segundo de tiempo; las declinaciones a segundos. El tiempo fundamental es el de la segunda observa- ción; todo símbolo con sub-índice cero, se refiere a esta segunda observación. Sección A.—Se corrigen las observacines de precesión, nutación y aberración anual; se calculan las coordenadas del Sol por fórmulas de interpolación; se calculan asimis- mo sus primeras y terceras derivadas. Sección B.—Se calculan la distancia heliocéntrica de la Tierra y la velocidad y los intervalos de tiempo. Sección C.—Se calculan los cosenos directores Corres- pondientes a las tres observaciones y las derivadas en el segundo tiempo. Sección D.—Se calculan el ángulo en la Tierra en- 're Sol y Cometa, y cantidades que de él dependen. Sección E.—Condición. Sección F.—Determinantes y fórmula para hallar la relación entre la derivada de la distancia geocéntrica del astro y la distancia misma. Sección G.—Cálculo de auxiliares para la resolución de la ecuación de la distancia geocéntrica. Sección H.— Aplicación del Criterio de Leuschner pa- ra determinar si la ecuación de la distancia geocéntrica, que es de sexto grado, tiene tres raíces positivas o una sola. En la casi totalidad de los casos tiene una sola raíz po- sitiva. 4 , ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 321 Sección I.—Resolución de la ecuación de “sexto gra- do, queda la distancia geocéntrica por el procedimiento gráfico de Leuschner y Bernstein. Sección J.—Se corrige a la segunda observación de aberración planetaria y paralaje. Sección K.—Se hallan las coordenadas heliocéntricas, sus velocidades y cantidades anexas. Sección L.—FElementos. Sección N.—Se calculan las segundas derivadas oO aceleraciones de los cosenos directores en el segundo tiem- po; tres determinantes de tercer orden, dos de ellas nece- sarias para hallar la relación entre la derivada de la dis- tancia geocéntrica del astro y la distancia misma. Sección P.—Se calculan la relación entre la segunda derivada de la distancia geocéntrica y la distancia misma, de donde se desprende la segunda derivada. Se hallan las terceras derivadas de las coordenadas heliocéntricas y can- tidades auxiliares que conducen a determinar a las terce- ras derivadas de los cosenos directores en el segundo tiem- po. Se calculan las debidas correcciones a las derivadas, primeras y segundas de los cosenos directores. Inmediata- mente se hallan nuevos valores de estas dos derivadas. ORBITOP POr9DO LICOR -LLOGÍH AS CIFROS. IÉ Calcular a X, ; Po y, , Aa -(¡5foguen(q1 0) hon d+ Escaso) derivadas de cosenos direcTores, S n5S po To, a £ormulas dls A: - [ed +30s(G+s) 4h cos(H+9)0en8] |, e 7» ALO 2] o“ (1 T,T, A q- m3 Calcular las coordenadas del Sol, ( SN 3 e LOT) tiempo E, , cualro funciones: logs. y anfilogs. , p b+ ED, + ¿EF-)2,) logs. Y antilogs - de Xx z AL Por la misma formula de lec Anota d ar; 1095 = =004, suV ; tam- | DA Cz cos Ys ACA o +Zo Ye AX AY dle Ent nces bien antilog --Hallar a S”; ¡antilog; AO AA En E Ixe La% Y q ZE a CONDICIO NN | ANT N=O logs. portae log 2= 176442 - 3 A 3Z, Si llena los requisitos palculay pa Uy té : X IAN AZ exijidos ,confinyad en. E dp? ra 4? ES ; ? y Y s EL Y. ay, rá 1 437, Si A los requisi- e R 4P e R A ar [tos exijidos, conlinugd en ..... NA ola nénje artilogs. — F ll039 725 =5.29326. ; 29% Az2,4 4, ¡A= q, A, *X, Ti Po Y, Po Y A ¡R? aña » [ose AA y, a ¡Hallar a Ro y Ri en 2095, e Gs 5152095; 2092=0.30103 (2). el (6-0, +(f¡-£,) As Hallar a log (t; $) , Log (€,-T,) a k ESA, +d- -t,) A, [0 ñ K(t; lo T=k(t, Eto) en logs. log! a 76442 logs. NEnitade, 203K- 3 2.23558 G. E O O | Pal + GH (Er rr a = co3 4 con e; / le. (Loly sy”: en dogs. Fara cadaona | '/* ¿ a pe ad de las tres ob- la”: a+ AL en 2ogs. y” S (servaciones. Há TA 5 pra Ne em $: En logs. ú TN 2 | ba «Xi Yis a Ze logs. | o a eta, E Hal llese oo pb” ¡2 e e 9 a en antilog ar / b [p. 2 —— , en anfilog ar" a. 0 2 A log log2 = 0.30103 ESE = p".antilog % en anlilog; En CRITERIO DELEUVACHNER, Existen Tres vqíces posifivas si: dE ('< O, en donde, fa 90 0x0, q0< p< 125" 16 JUPLO CO, Xp SA / Sipoc es negativa apt vese 0) Solamente enel caso de es- ar y comprendidg erre los limites indicados parq.la exis- [tencia de fres vqices posifivas. Unicamente calculese a + Isi Les negativa. Tara que E sea bposiliva es necesavr io gue: ales +39) 7? sea posifiva ; y en este caso ha y una sola ra iz osifiva. En el caso de Tres raices po- sifivas, ¡identifíquese la ver- dadera con la que arroje el método general, que Tiene que aplizaYse para la ¡identi¡- hiea ción .Eslo es mvy varo, pero ha ocurrido. [Tar q el metodo general de Laplace, véase "Moulfon, "Introduction To Celestial Mechanics” [Resolucion de la ecuacion a, de sexto grado que da la dislancia geocenfrica. Adopfa mos el procedimientó | grafico debidoa Leuschner BernsTein. Se hallan las ¡nlersecciones ela parábola y=(=-p)' con la curva , za de [=-<)+ sli 4 Flaga mo. Z'= z-p Í= 2-C D=y q ' las ecuaciones se conviev-Y | Ten en ¡2 SS 1 Pes / (8% si) En la practica se Íraza prime- yamenle la para bola yz 2": Siusamos papel cuadricula- do al milímetro, podemos to- mar como unidad un decímetyo. | El eje de la para bola es pa- ralelo al eje de las ». Hecho esto se fija el oví- gen de coordenadas, par- tiendo del vertice dela para bola como orígen provisional, recordando que debemos mil tiplicar Todos los valores por ¡OO para reducirlos A mi- 2ímetTro.s: Fijado yq o a E M, un circulo de radio HH con | , z - a VE cenlvo en ese origen á P pu Pl Zz = z, - A 5, ¡Repitase el procedimiento has- Ta que M sea ¡iguala cevo(en cinco decimales). Entonces, 3 p=R,z (Er : y). Correcciones a la segunda observación. Aberración planetaria . ¿=p E log A - 3 TO] | Trace se 2a recta y=s . Rirala je. Trazando un vectoy cualquie- | 5, va desde elorigen, enel dibujo de oM éstecovrlara ata CciYcun- Tan p” E serencia en el punTo M); por el (/Am Y = a PIE EUA ve setvaza una paralela al lap punpemfd), TE lese de las £,0). Si por el A ae ¡pun o QU de inferseccion de la recta 9.S y el vector, levantamos una paralela al eye de las Y, entonces Me par ec. hor. del Sol. ' | Modi fi" AS | bunTo eu donde corte odifi IUEANSE Go e ye ¡esta recta NN a la ya Tra. | j zada M0 ,-sera un pun- ? X= an To de 2a curva, P. 5 ps X,) en oa ¡Determinese 2o mas exac- | lo =Rpo- Y me cid A ambien cuando ¡Tame nte posible el punto de |% =p o oJes final: ¡Inferseccion Je SUM YI a ol ¡pava bola; su abscisa | h= Vx, +Yo +2. ¡ logs. ate em milímetros dividida [Si mo es Sima? halay a logs. Yo 9% Ipoy 100, nos da el valor | e e4,+ px -Xo Aa= Arcor Pret. 2 7 log TT =09 HE P= radio levreslre Pz lar geo. AE angulo horario e =disf. geo. A Ide Lo Entonces lo= pri Hay” e dogs | + a A Aproximación de la valz, | Cw).. Ta sar a E si mo es final Y =(2,-0) + s 1 á A doYo)= XX + pajar, Zo, 2095, e a tido Le Elementos. 24 2%, -(hvo), p= 54 rió s Vp: cen Luas qe E) Apliquense ahora sucesivamente a G,H,I , K (asta co mada más ), 9 pasar a P ú Xy ¡A q b, iéo Y = b, logs, a ASE ¿Xy AE, = o, ; E a 7% le) en dogs. ae Ax HE 1 =b cos < — h sen € NA e AN A 3 S s 9D, a E la" 332 _ Zo. dog 3=0 477/12 [A EH ¡cuidad| > AA L= 3 (d+ pez 2) E IR (AAN Y TN) Ll X rl X)prkto3) A a TTM eu dogs. A TN Pla) An LASA [43 hsemz + b, co E Melqecllp- o alcomienzo del año. ] lam EA , hallese dog sen db. | a | $ apo... ¿< E Tam e $ T dl 2 Si axo...-L> el / UN GA eo, fa via Jade lan E= a vp as 0 DIANA - Ya, MM Y, Tan U= Má de ne) Minos 0 ded' RO Pr ui ap: + 20 75 anf; logs. e: = 78 ¿E DR os 2= 1.22/8 (4 Z,-1.YeZ,)- (yo Yoo e) a e AY= + 7 Yo T, t.- [14939 (la egin). log += ¿MEN Al e 0 Ap,= - hp. (1,+8) a anfilogs. " N. u 7 log e 152268 | lHallay ad, ya Y por formulas del tipo: Yueva dele + AL, [hueva a = pe + AE 2 My E AA (4,904, ¡mueva! AS + Dd as 1, (1, -13) : ES 5 4, (171) E úl AR a $ ro =P + Ay. [20gs y amfilogs. log2=0.30103 e Ye AY ¿yr Ad 1 0 UFa say a logs. en yn 1 S- [D, = —|4o 4, Xo y D,=- d, X, A Obser vese da diia AOS P> y. Y, re Y, ve Calcvlese a Dd, ga D, porlas Y Ye Zo Y Zo» $ormvlas dadas en on. : Calev? pl D:- e ole e En logs Todas. CAOS y rs Entonces: AM es / ZA y, Ye (E): De P par quen se ahova sucesivamente | a G, T (aproximación dela raiz nada | máas)3, K y L. 2D, 2052=0.30/103 326 ANALES DE LA . ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 23 DE NOVIEMBRE DE 1917 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número —Dres.: A. Agramon- te, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, G. Aróstegui, G. J. Be- nasach, A. Betancourt, G. Casuso, T. V. Coronado, G. E. Du- plessis, F. Etchegoyhen, J. A. Fernández Benítez, C. E. Fin- lay, F. García Cañizares, R. Gómez, A. Gordón, F. M. Héctor, L. Plasencia, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, J. A. Simpson, F. Torralbas, C. de la Torre, J. A. Valdés Anciano, F. 1. de Vil- dósola. Leídas las actas de las sesiones del 26 octubre, 1% de no- viembre (extraordinaria) y del 9 de noviembre, fueron apro- badas. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Estado, remitiendo nota del Ministro del Brasil, relativa al Congreso Internacional de His- toria de América, que se reunirá en Río de Janeiro en 1922, con la recomendación de que se organice la Comisión para la Historia de Cuba. ] Del Dr. Angel A. Aballí, solicitud documentada aspiran- do a la vacante de académico de número de la sección de me- dicina, cirugía y veterinaria, por fallecimiento del Dr. Rai- mundo Menocal. Del Dr. Tomás M. Cañas, agradeciendo su nombramiento para el tribunal de óposiciones a la cátedra de Dibujo de la Escuela Normal de Maestras, y participando que el tribunal de- elaró desierta la oposición por no haberse presentado ningún aspirante. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, so- licitando el nombramiento de un miembro para el tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 11* (Trabajos manuales, «, para hombres) de la Escuela Normal de Santa Clara. Del Colegio Médico de Cuba, solicitando la designación del representante de la Academia para la comisión que habrá de redactar las bases que se presenten al Congreso, para obtener la colegiación de los médicos. Salida.—A la Sta. Rosa de la Torre, nombrándola para el tribunal de oposiciones a la cátedra del grupo 11* (Trabajos Manuales, €, para hombres) de la Escuela Normal de Santa Clara. re ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 327 A la Secretaría de Instrucción Pública, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Director de la sección de-medicina, cirugía y veteri- naria, remitiéndole solicitud documentada del Dr. Angel A. Aballí, en cumplimiento del artículo 9* del Reglamento. El Dr. Juan Santos Fernández, da por leído su trabajo Breve relación de mi última excursión al extranjero y después de acordar su publicación en los Anales, concede la palabra al Dr. José A. Presno, para que en su nombre y en el del Dr. Ju- ho F. Arteaga, diera lectura a su trabajo sobre Doble operación cesárea, por pelvis oblicua coxrálgica, en cuyo trabajo relata la historia clínica de la enferma, la intervención a que hubo de recurrirse, las consecuencias operatorias, favorables para madre e hijo, y cita en apoyo de su manera de proceder las autorida- des más importantes en tocología. Sometido a discusión los Dres.: Betancourt y Aróstegui felicitan a los autores por lo completa y bien redactada obser- vación y señalan la necesidad de esterilizar a la mujer para evitar una tercera intervención. El Dr. Presno contesta que la primera vez en que se prae- ticó la cesárea en esta mujer, se hizo la ligadura de las trom- pas, pero parece que éstas quedaron permeables cuando pudo ser de nuevo fecundada. Ahora ha hecho una resección par- cial de las trompas, que asegura la esterilización, y no prae- ticó la histerectomía, por el estado precario en que se encon- traba la mujer. Por no haber podido concurrir el Dr. Hernando Seguí, el Secretario dió lectura a su trabajo sobre amigdalectomía y amigdalotomía, señalando las indicaciones de cada una de ellas y declarándose partidario de la última, por ser una operación “sencilla, de fácil ejecución en el gabienete de consultas y que responde cumplidamente al objeto que se propone. Los Drs.: Santos Fernández, Aróstegui y Betancourt, re- cuerdan el primero el caso de muestro desaparecido Secretario Dr. Gustavo López, que por poco fallece a consecuencia de una Lemorragia consecutiva a la tonsilectomía que le practicó el Dr. Ramón Luis Miranda, hace muchos años, y los otros hacen consideraciones referentes a dichos métodos quirúrgicos. Terminada la orden del día quedó constituída la Acade- mia en sesión de gobierno. ] , 328 ANALES DE LA RELACION BREVE A LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA DE MI ULTIMA EXCURSIÓN AL EXTRANJERO POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 23 de noviembre de 1917) Señor Presidente: Señores Académicos: Voy a daros cuenta, como otras veces, de lo que he visto y observado en mi XIII viaje fuera del país, llevan- do para honra mía la representación valiosa que me habéis otorgado siempre, y que agradezco en lo que vale. En esta jornada dirigí mis primeros pasos al Institu- to Rockefeller, fundado en 1901 e indefinidamente soste- nido, con un altruismo a nada comparable, por ez multi* millonario del que lleva su nombre. Se había anticipado a mi idea desde 1911, nuestro digno vice-presidente el Dr. José Antonio Presno y Bas- tiony (1) y aun cuando yo-no he de añadir un ápice a la comunicación que entonces dirigió a la Academia con mo- tivo de su visita, no me he desalentado al imitarle, porque la obra de Rockefeller merece cuantas visitas se le hagan. Me facilitó el recorrer sus dependencias varias veces y darme cuenta de lo inmenso que representa el Instituto Rockefeller, la circunstancia de encontrar en él dos pen- sionados (2) del gobierno español, que se dedicaban a investigaciones biológicas aunque por distinto camino. El Dr. Barnus y el Dr. López Suárez: el primero es naturalis- (1) La obra del Instituto Rockefeller de investigación médica, (con un grabado), por el Dr. José A. Presno y Bastiony. Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, t. XI, p. 522. Oct. 10 de 1911. (2) Por acuerdo de la Junta para ampliación de estudios e 1n- vestigaciones científicas, en virtud de lo que dispone el Real Decre- to de 11 de enero de 1907, modificado por el del 22 de enero de 1910, se nombraron estos y otros pensionados para estudios de diferentes géneros. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 329 ta, el segundo antes de venir al Instituto, hace más de dos años, se dedicaba a la práctica de las enfermedades del tubo digestivo y en la actualidad estudia el ácido condro- sulfúrico en la córnea, esclerótica, en el cordón umbilical y en algunas articulaciones. Para la investigación en el ojo, le ha facilitado el Instituto más de mil ojos de buey oportunamente. Acerca del Instituto Rockefeller dirigiré a la Academia una comunicación especial determinada. Además de los pensionados de España que investigan en el Rockefeller con verdadero amor a la ciencia se añade el joven ofltalmólogo doctor Francisco Poyales que lo es también. Al Dr. Poyales lo conocí el año pasado en Es- paña, cuando asistí al Congreso de Oftalmología de Valen- cia. Entonces le dí cartas de introducción para las nota- bilidades de New York, y ahora ha sido mi asiduo compa- ñero como lo fué en Europa en todas mis excursiones para estudiar algo, porque es de los jóvenes predestinados a ir lejos por su amor a las ciencias. El por su parte con gran inteligencia y actividad se ha hecho cargo del idioma pron- to y ha continuado sus investigaciones anatomo-patológicas acerca (3) Del estrabismo convergente en los recién na- cidos, trabajo que presentó en el Congreso Oftalmológico * de Valencia y fué discutido. Ahora lo ha continuado y lo ha reproducido con muy buenas láminas en “The Anato- mical Record of Philadelphia”. En sus láminas se ven cla- ros los cortes que en los músculos de los fetos de distinto tiempo ha realizado para demostrar que el estrabismo de los recién nacidos obedece a la hipermetropía y al predo- minio del recto interno, cuyo desarrollo se pone en eviden- cia en los diversos cortes histológicos que aparecen en las diferentes láminas. (3) Sobre el estrabismo convergente en los recién nacidos, por el Dr. Francisco Poyales. Archivos de Oftalmología Hispano Americanos, t. XVIL p. 193, 1917. The Anatomical Record of Philadelphia. Oct. 1917: 330 ANALES DE LA Se ocupa igualmente Poyales en sus investigaciones de el colecterol en la sangre completa, es decir, en el suero y los glóbulos, para ver si produce la catarata, entendien- do que ésta es una alteración de la manera de nutrirse el cristalino. En este punto hemos, de cierto modo, coincidi- do; pues yo estudio las perturbaciones post-operatorias de la catarata, investigando la patogenia de ésta, como se ve- rá más adelante, por entender que si este estudio carece de importancia en lo que hace a destruir la catarata por vía terapéutica, lo tiene y grande para impedir la forma- ción de la catarata secundaria, porque una vez ultimadas las investigaciones es tarea menos ardua. El día 2 de octubre de 1917, fuí a Filadelfia, desde New York, en un tren de la mañana, invitado por el doc- tor W. Campbell Posey, que me obsequió con un lunch, a que concurrió con otros colegas el Presidente de la Willis Eye Hospital Ophtalmic Society, institución que el año pasado visité al ir al Congreso de Washington y me nom- bró su socio de honor (4). Después pasamos al Hospital Willis en el que hizo el Dr. Posey varias operaciones, no sin antes invitarme a que operase yo; pero me excusé cortesmente, manifestán- dole que estaba allí para admirarle. Volví a verle hacer la ablación del saco, operación engorrosa que realizó con la limpieza que acostumbra, y otras operaciones más que no relato para no dar desusada extensión a esta nota. El Dr. Schwenk me hizo concurrir a la sesión de la Sociedad Oftálmica a la que me había invitado dos días antes, y galantemente me dijo que los miembros presentes tendrían gusto en oir mi palabra. Desde luego correspon- dí a la atención inmerecida, y expuse con brevedad, para que lo fuese vertiendo al inglés mi amigo el Dr. T. Sey- del Vaca, distinguido colega nicaragiúense, que reside des- (4) Una visita a Filadelfia para conocer sus instituciones. Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, t. XLII, p. 73, marzo 1916. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Sal de hace tiempo en Filadelfia, que la operación de la ca- tarata había llegado a su máximo de perfección en el mo- mento actual; pero que no se podía evitar, tanto como se quisiera, la producción de la catarata secundaria en sus variadas formas, y esto se podría evitar si se persistiese en el estudio de la génesis (5) y de la etiología del crista- lino opaco, para establecer una terapéutica profiláctica oportuna como se viene haciendo ya. El Dr. Posey me interrogó en el sentido de que, si yo había obtenido resultados del tratamiento médico de la catarata. : Le contesté que lo había ensayado sin resultado plau- sible y que aunque había partidarios de él, creía que la extracción no debe ni puede abandonarse en la catarata senil, y que mi recomendación se reducía e evitar la cata- rata secundaria, tan frecuente, y de ello me venía ocu- pando. El Presidente Dr. Schwenk, a su vez, me interrogó acerca del niño de menos edad al que le hubiese recetado anteojos. Respondí que de seis a ocho años, y entonces añadió: Voy a mostrarle, y lo mostró, un niño de nueve meses, ope- rado de catarata congénita y que lleva sus anteojos tran- quilamente como si se tratase de un adulto. La discusión se entabló acerca de los detalles de la operación que se le hizo y cuando terminó aquella, mani- festé al Sr. Presidente que deseaba, a mi vez, hacer una pregunta a los colegas presentes y fué la siguiente: ¿Cuál ha sido el enfermo de mayor edad que mis compañeros han operado de catarata? pues yo acabo de operarla con éxi- (5) Resultados post-operatorios de la catarata y manera de pre- venirlos por el estudio de la génesis y patogenia del eristalino. Traba- jo presentado por el Dr. Juan Santos Fernández, al IV Congreso Na- cional de Medicina, que se celebrará en la Habana el 14 de diciembre de 1917. J3IZ ANALES DE LA to, en un sujeto de 96 años (6). El Sr. Presidente y al- gunos otros dijeron que los habian operado de 80 y de 90 años; pero que de esa edad no. | Alterné con el Dr. Poyales de Madrid que me acom- pañaba desde New York, en el examen de varios enfer- mos presentados y después de responder al interrogatorio que nos dirigiera a ambos un activo redactor de “The Evening Bulletin of Philadelphia”, nos dirigimos en unión del bondadoso Dr. Luis, Cónsul de Cuba en la ciudad, al Hotel “Delphia y de allí a la estación del ferrocarril para volver a New York, llevandó el grato recuerdo de los co- legas que conocía: el Dr. W. M. Zentamayer, el Dr. $. D. Risley y de otros más que nos colmaron de atenciones; dejando en nosotros un recuerdo grato de Filadelfia, que ha sido casi la cuna de la oftalmología americana, como lo demostraré cuando publique la Historia de la Oftalmo- logía Americana e Hispano-Americana que tengo inicia- das. No me fué posible saludar a los notables oftalmólo- gos Dres.: Wester Fox y G. De Schwenitz, bien conocidos por sus valiosas producciones. Visité más de una vez en New York con el Dr. Po- yales de Madrid, que ha obtenido su título de competen- cia en el Post Graduate, el Instituto Oftálmico que funda- ra mi gran amigo el Dr. Herman Knapp y que con nota- ble idoneidad, continúa su hijo el Dr. Arnold Knapp. En- tre las operaciones que presencié, la primera dió oportuni- dad al Dr Knapp, para demostrar su sangre fría y prácti- ca profunda. Era una catarata: hizo la punción, contra- punción y terminación de corte con el cuchillo de De Graefe, por fuera del limbo córneo esclerotical, sobre la conjunti- va bulbar, dejando un colgajo de ésta de medio centímetro (6) ¿Cuál es la edad más avanzada a que se puede operar la ca- tarata? Trabajo presentado por el Dr. Juan Santos Fernández, al IV Congreso Médico Nacional que se celebrará en la Habana el 14 de diciembre de 1917. y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 333 en toda la extensión del corte, como acostumbran la ma- yoría de los cirujanos oftálmicos de New York, según de- jé consignado en mis memorias acerca del particular (7) y en la relación de mi viaje a New York en 1915 (8). An- tes que el Dr. A. Knapp retirase el cuchillo de la incisión ví escapar algo que me pareció el humor vítreo licuado; pero no estaba seguro de ello, mas el operador se hizo car- go en seguida de lo que ocurría y dijo: ha habido prolapsus del vítreo. Se trata de un ojo miope. El cristalino se luxó y no salía a pesar de las suaves presiones con que se le invi- taba a ello. No se descubría dónde estaba, no obstante la iluminación artificial que se interrumpió y hubo que espe- rar cierto tiempo para que se reparase. Durante esta es- pera no alcanzó el ojo más tensión interna ni se descubría bien la catarata, porque como se vió después, era negra. La cápsula del cristalino no se dejaba agarrar por las pin- zas ad hoc y ya se temía fuesen inútiles todos los esfuerzos, cuando el Dr. Knapp introdujo la cucharilla no sólida, agarró el cristalino en la especie de red que esta forma y la puso fuera. Terminada la operación me dijo el hábil operador. ¿Qué piensa Vd. de este caso? Que ha servl- do para mostrar lo que puede hacer un maestro. Algunos días más tarde cuando hice otra visita al Hospital volví a ver a la operada a la que se le daba el alta, solo con ligera opacidad del vítreo. El Dr. Poyales que sigue los cursos del Instituto me mostró un enfermo operado de tenotomía del oblícuo ma- yor, que es rara, y aun se veía la cicatriz para buscar la in- serción del músculo. Indudablemente que el Instituto de Knapp es un centro rico en elementos de estudio. En él se formó nuestro actual profesor de oftalmología en la (7) The American Method of cataraect extraction. Ophtalmology, t. XIL, p. 667, july, 1916. (8) Viaje a New York. Algo somero y muy cireunseripto de su vi- da científica. Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, t. XLI, p. 175- 195 y t. XLIT, p. 4-43. . 334 ANALES DE LA Universidad de la Habana, nuestro compañero de Acade- mia, el Dr. Finlay. Los diagnósticos se hacen con gran presición recurriendo a todos los medios de que se dispo- ne hoy. La insuficiencia muscular la corrigen allí gene- ralmente por la descentración de la lente esférica para buscar el efecto prismático, que maneja a maravilla el doc- tor White, profesor del Instituto. El Dr. J. Mark Schoen- berg, autor de un interesante trabajo sobre sífilis ocular, (9) investiga acerca de la profilaxis y terapéutica de la atrofia del nervio óptico de origen sifilítico. Su tratamien- to consiste en la inyección intra-raquidea primero y des- pués intra-cerebral del salvarsán. Lo emplea en aquellos casos en que hay probabilidad de atrofia óptica de natu- raleza sifilítica, en tabes y parálisis después de agotar to- dos los recursos para precisar el diagnóstico y pronóstico, cuidando de que el proceso atrófico no esté ya consumado. k + Tuve que asistir al Vew York Eye and Ear Enfermary que es el más antiguo de los establecimientos de enfermeda- des de los ojos en los Estados Unidos. Fué fundado en 1820 y constantemente ha sido mejorado, desde que yo lo visité por primera vez en 1879; a la fecha se ha perfeccionado notablemente, y sin embargo, está en proyecto mejorarlo por considerarlo insuficiente. Asisten actualmente 48.000 enfermos al año y en los 92 años de existencia se han tratado 1.483,604. No hay ca- pacidad para todos lo que solicitan ingreso, y sobre todo, el local destinado a enfermedades de la garganta es redu- cido. En la reforma que se intentará, porque en este país nada detiene el movimiento hacia adelante, se convertirán sus siete pisos actuales, en catorce, y entonces no escaseará el local. (9) Intraceranial Treatment of Syphilitic and Parasyphilitic op- tique nerve affection. Journal of the American Medical Association, jul. 24, 1916. e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 335 A ri e de E M Fijándonos en la operación de la lente cristalina que en el Hospital se practicaron en el último año de 1915 a 1916 veo confirmado lo que sustenté (10), que la mayoría de los cirujanos oftálmicos operaban la catarata en New Vork con iridectomía previa o en el acto de la extracción. En efecto, un total de 752 intervenciones en la lente cris- talina, de todo género, 383 fueron operados con iridecto- mía inmediata o previa, sólo la catarata secundaria da el número mayor que éste, el de 120, y la traumática, el de 59. El número de cataratas secundarias confirman tam- bién lo que venimos sosteniendo respecto de la necesidad de buscarles a éstos un remedio ajeno a la cirugía, (11) pues ni el operar solo la catarata bien madura, ni los la- vados de la cámara anterior, ni la iridectomía previa, las evita por completo. Esta vez concurrí con asiduidad a las tareas en este hospital del Dr. R. G. Reese, catedrático de la Universidad de New York y notable cirujano oftalmólogo cuyo retrato y labor quirúrgica di a conocer en la memoria que pu- bliqué en 1916 (12) y de la que he hecho mención más de una vez en este relato. Reese es un cirujano oftálmico que ha llegado a la cúspide de lo que es capaz una inte- ligencia bien dirigida. Está dotado de una dulzura de carác- ter admirable y a su vez desposeído del mercantilismo que suele invadir a algunos hombres de ciencia en un país co- mo los Estados Unidos, en que el negocio bien dirigido es la base de una prosperidad incomparable. k SS (10 The American Method of ceataract extraction. Oftalmology, t. XUL p.-667, July, 1916: (11) Resultados post-operatorios de la catarata y manera de pre- venirlos por el estudio de la génesis y patogenia del cristalino. Tra- bajo presentado al IV Congreso Nacional de Medicina, de die. de 1917. (12) Viaje a New York. Algo somero y muy circunscripto de su vida científica. Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, t. XUI, p. 175-195 y t. XLIT, p. 4-43. TOMO LIV—22 336 ANALES DE LA , Entre nosotros continúa sin resolver el problema de las cárceles y prisiones, a pesar de que nuestra activa So- ciedad de Ingenieros, frecuentemente se ha ocupado de él. Lo he creído de antiguo de tanta importancia para la mo- ral y para la higiene, que siempre marchan unidas, que en 1891 visité la Cárcel Modelo de Madrid y en la memoria que publiqué entonces (13) di cuenta de ello. El año pa- sado visité con el Dr. Poyales, de Madrid, que desde es- tudiante daba conferencias en ella, la prisión correccional de Ocaña, una de las instituciones públicas que honran a España y de que no di cuenta como acostumbro en la me- moria que presenté a la Academia, por dicha época, y lo hago ahora. Como nos volvimos a encontrar en los Estados Uni- dos, el Dr. Poyales y yo estábamos dispuestos, y para ello di los pasos, con el fin de visitar las prisiones de Sing Sing, en el Estado de New York, y también las de Mine- sota y Jacksonville, que pueden competir con la de Ma- nila, que es la más interesante por las colonias agrícolas; pero la guerra, que todo lo absorbe, nos lo impidió y me li- mitaré a reproducir hoy la nota que guardaba de la pri- sión de Ocaña. El edificio es un modelo de construcción con arreglo a todas las más modernas exigencias de higiene y seguri- dad, pero lo más interesante es el régimen penitenciario que gobierna esta institución, y el cual está fundado en los profundos conceptos del coronel Montesinos y de la fa- mosa escritora gallega Concepción Arenal, sobre reclusión del delincuente. (13) Correspondencia a la Crónica Médico Quirúrgica de la Ha- bana, por su director el Dr. Juan Santos Fernández, t. XVII, p. 419- 776. Folleto en 40, mayor de 163 págs. Imprenta de Alvarez y Ca., Muralla, Habana, 1892. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 337 Cuando yo visité la prisión, el número de individuos eran unos 800, pero caben hasta mil. Casi todos por delitos de sangre y con una pena mínima a cumplir, de doce años. Al preso sólo se le da un traje de reglamento y el ran- cho como comida, dos veces al día, de clase muy inferior. La primera semana está separado del resto de la población para observar su conducta, en celda separada, y durante este tiempo puede elegir el oficio en que más aptitudes ten- ga o en que haya trabajado y es examinado de las cosas que sabe de importancia para la vida social, tales como leer, escribir, matemáticas elementales; una vez decidido por un camino, se le destina a la sección donde ha de traba- jar: sastrería, alpargatería, cocina, música, trabajos en la huerta, carpintería, albañilería, enfermería, etc.; en estas secciones tienen su jornal diario, que cobran al final de la semana en bonos, con los cuales pueden mejorar su comi- da, pues existe una cantina para este objeto, comprar ro- pa, papel, cigarros, etc.; además, pueden capitalizar su di- nero y reunir de esta forma un pequeño capital para em- pezar a vivir después de su libertad, pueden mandar di- nero a las personas que de ellos dependían antes de su prisión, como son sus padres, hijos y mujer. En esta forma se cumple el principio de los autores antes citados de con- seguir que el preso no sea lo única inútil de la sociedad siendo al mismo tiempo el que más lo ultraja, y su pri- sión le sirva de reeducación para cuando viva libre después de pagar su deuda. La perfecta conducta, tiene como premio unos bonos especiales, que son apreciadísimos por ellos, con los cuales redimen parte de su pena, pudiendo algunos reducirla has- ta su tercera parte. Las faltas, cuando son leves, se les quitan bonos y cuando son graves tienen celdas de castigo. Por las faltas de rebelión son expulsados del establecimien- to a los presidios antiguos, con mazmorras y trabajos for- zados. 338 ANALES DE LA La sociedad culta, ayuda al Estado en su labor, y to- dos los domingos tienen varias conferencias dadas por los estudiantes de la Universidad, médicos, sacerdotes, aboga- dos, que todos ellos hacen con esto una gran obra de ca- ridad y de cultura. Los que consiguen su libertad por su excelente con- ducta en la prisión, salen; pero fuera de ella son vigila- dos por la policía y si no cumplen bien, son reintegrados al presidio a cumplir la pena que no redimieron. En la prisión hay escuela para estudios elementales y superiores. Es un procedimento admirable y sólo viéndolo, parece mentira, que la educación domine a hombres, algu- nos amorales, en relación a los delitos cometidos. Existirá siempre un obstáculo para completar tan buena labor y está en que, es necesario educar también a la sociedad para que admita otra vez en ella sin prevención manifiesta al reeducado. + BE Como acostumbro ver y estudiar en el extranjero to- do aquello, de que carecemos o aun cuando lo tengamos, necesita perfeccionarse, visité la exhibición ilustrada de la “Historia del servicio de aguas” en la ciudad de New York, desde 1639, que ocupaban la Isla de Manhattan los holandeses, en el piso bajo de la gran biblioteca pública si- tuada en la 5* Avenida (14). Esta exhibición se realizó con motivo de la inauguración del último aprovisionamien- to de agua que ha llevado a cabo la ciudad, y que demo- mina Castskill Aqueducto. Porque viene el agua ae la mon- taña que le dan el nombre, situada a 25 millas al norte de New York, en que hay un depósito que contiene 38 bl- llones de galones de agua. Tuve el gusto de conocer al in- geniero Mr. J. B. Yoldesborugh, a cuyo cargo está el ser- (14) An exhibition illustrating the History of the Water Suply of the State of New York, from 1639, to 1917. The New York Public Li- brary 1917. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 339 vicio actual de agua de New York y estuve junto a los ma- nantiales de Croton, de donde nació el primer acueducto de New York, por 1833. Cuando yo visité la ciudad en 1879, todavía existía el depósito para distribución local en la calle 13 esquina a Broadway y hasta 1890 no se pasó al Central Park, que es donde está todavía. Era curioso ver en la exposición hecha en la Bibliote- ca Pública los mapas, desde la rudimentaria manera de obtener el agua en New York, de pozos, distribuyéndola en barriles por las calles, que es lo primero que hacían y hacen las poblaciones al nacer, y no escapó de ello la gran ciudad que disputa a Londres su preponderancia. Fué per- feccionando cada día, su servicio de aguas, al tenor de sus necesidades por el aumento de habitantes y ha conseguido que no falte a sus siete millones de habitantes este gran - elemento de vida en la moderna higiene. Y lo que es más, para prevenir lo que pudiera suceder del aumento constan- te de su población, que con la ciudad y pueblos que están al otro lado del Hudson, suman nueve millones, acaba de establecer un nuevo acueducto que suministra como de- jamos dicho la fabulosa cifra de treinta y ocho billones de galones de agua, lo que proporciona un respiro de me- dia centuria por lo menos, aun cuando la población con- * tinúe creciendo como hasta el día. Vemos, pues, que en New York, se presta más interés al servicio de aguas que en la Habana, donde parece está por completo huérfano de la protección indispensable, porque ningún problema de higiene supera al del suministro de agua. Finalmente, tenía el propósito de dar una conferencia en la Escuela de Medicina Tropical de la Universidad de Harvard y desistí de ello, porque su director, el profesor Richard P. Strong. y la mayor parte de sus compañeros, es- tán en el ejército, en Francia. | El profesor Dr. William E. Wheeler, ha recogido la conferencia escrita para publicarla. 340 ANALES DE LA DOBLE OPERACION CESAREA POR PELVIS OBLICUA COXALGICA POR LOS Dres. José A. Presno y Julio F. Arteaga (Sesión del 23 de noviembre de :1917) El 16 de octubre de 1916 ingresó en la Clínica “Co- vadonga”, como caso de emergencia, la señora M. F. de B., blanca, cubana, de veinte y seis años de edad, secundí- para, motivando su ingreso la rotura espontánea de la bol- sa de las aguas ocho horas antes, habiéndose inciado el parto hacía unas doce horas. Dos meses habían transcurrido desde que la exami- namos, recomendándole por temor a una distocia su ingreso en una clínica. En ese primer examen se reconoció que la gestante tenía una pelvis coxálgica y además de los antecedentes suministrados de haber padecido desde la edad de dos años de coxo-tuberculosis, del lado izquierdo, que ha determi- nado la anquilosis articular y el acortamiento extraordina- rio del miembro, se nos informó que en el primer parto, año y medio antes, se había recurrido, con brillante éxito, por el Dr. Alberto S. de Bustamante, a una cesárea conser- vadora y que para impedir otro embarazo se le habían li- gado ambas trompas (1). Este último extremo de los antecedentes no lo hemos podido comprobar y nos recuerda el caso que ante el Ter- cer Congreso Médico Nacional describió el Dr. Gómez de Rosas (2) y que parece ser en Cuba el primer caso de césarea repetida en una misma mujer, después de haberse (1) A propósito de esto leemos en el Buffalo Medical Journal, t. 73, n. 5, que el Dr. G. B. Kent, de Indianápolis, ha deserito un embarazo en una operada de cesárea anteriormente, y en quien se ligaron los oviductos. El Dr. Jas., C. Wood también observó un caso igual. Véase Surgery, Ginecology and Obstetrics, de agosto 1916 y marzo 1917. (2) Actas y Trabajos del III Congreso Médico Nacional, t. 1, p. 446. e3eapiy "y [ 4 ousa1g “y "[ sa1q so| tod *eo1B[yxo9 eno1[qo siapad 10d es1es29 uomelado a/q0(] A A 5 LJ ed Eo . A É al o NN "l e e ' E via ELA. mr jr MAS d Ñ M5 4 a e . e. Ea no Ñ EA a - E UN Ln e A 2 ! Ml E ' AX E] 1 Ñ 4 +? pea ' S Me 17 e % q ' IA e " Ne: ( el pe o s z p S TA e ue Y AS E p A. > 210 E Y K ñ «b) . $ ' ES , A e A Cde i o - pr peE y 4% x ¡$ é € A j qa . y sá e) pa A 57 E Ñ / - Es : ' 4» = A Es > A 4) o = CA E 3 pez = . . de o 5 a " a " á Ae! DS == a, E A Ñ a a sv Ñ En ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 341 practicado la ligadura de las trompas, al efectuarse la pri- mera intervención. Dice el autor: “no obstante haber li- gado las trompas (con seda número 3), la trompa derecha quedó, o se hizo permeable, dando lugar un año después a otro embarazo y a una nueva intervención”. | La pelvimetría dió los siguientes diámetros externos: el biespinoso=22 centímetros; el bicrestílico=21 centíme- tros; el bitrocantéreo=25 centímetros; el oblicuo derecho =15 centímetros; el oblicuo izquierdo—21 centímetros. Rombo de Michaelis: horizontal=9 centímetros; vertical =10 centímetros. Mensuración interna: diámetro promonto subpubiano—= 10% centímetros; que reduciendo por espesor de la sínfi- sis (2 centímetros), daba una pelvis moderadamente es- trecha en su diámetro anteroposterior. El examen ante- partum también reveló una elefantiasis exagerada de am- bos miembros inferiores que databa desde los diez y seis años de edad; ligera escoliosis y claudicación marcada. En la actualidad, la parturienta, tenía una bronquitis ca- tarral aguda. Su estado general de penuria fisiológica, era bastante acentuado. y La orina, en el único análisis practicado, no acusó nada anormal. Aun cuando se hicieron todas las advertencias perti- nentes, entre otras la conveniencia de ingresar en una clí- nica u hospital con anterioridad a la fecha del parto, la gestante y su esposo no siguieron los consejos facultativos y esperaron hasta seis u ocho horas después de la rotura de la bolsa para avisar al médico, y fué entonces por exigencia de éste, que se decidieron a permitir la interven- ción en una clínica. Se diagnosticó por la palpación y auscultación ab dominal, una presentación de vértice (O. D. A.) Nos abs- tuvimos del examen vaginal, pero no había necesidad de él, pues el grado de dilatación del cuello y el de las contrac- 342 ANALES DE LA ciones, pudo precisarse sin recurrir a esa vía, que tan sólo nos hubiera confirmado la rotura de la bolsa y en cambio, de haber ocurrido una infección, nos hubiera hecho dudar de nuestra participación en ella. La cesárea en este caso tenía indicaciones relativas más bien que absolutas, pues además de que la estrechez no era muy notable, la cabeza fetal hacía tentativas de en- cajamiento y como no era grande, pudiera haberse logra- do; pero el estado general de la parturiente y sobre todo el temor a una ruptura uterina, especialmente en el tejido cicatrical de la antigua incisión del útero, nos hizo decidir por una segunda cesárea abdominal, a pesar de la rotura de la bolsa durante varias horas. Es punto muy debatido todavía, si el hecho de ha- ber sufrido la cesárea una vez tiene por necesidad que con- vertir a la operada en embarazos sucesivos, en víctima ae repetida intervención. Se ha dicho por autoridades como Asa B. Davis, Pal- mer Findley, Norvall Bell, Rongy, Brodhead, Breitenstein, Couvelaire, Marioton y otros, que la cesárea abdominal obli- ga a su repetición en partos subsiguientes, porque no existe seguridad respecto a la eficacia de la cicatriz en el tejido uterino. Pero en cambio, hay otra serie de tocólogos no menos notables, como J. T. Williams (3), N. R. Mason y : Carstens, que sostienen que la cicatriz uterina no implica peligro. Krukemberg (4) calcula que en el 50 por ciento de los partos subsiguientes a una cesárea, hay ruptura; pero Kuster en 100, Leopold en 232 y Saenger en 500, no han tenido ni un solo caso de ruptura. Conviene recordar que se han observado rupturas ute- rinas lejos de la cicatriz y respetando a ésta. Y que fre- cuentemente (calculado en un 75 por ciento) como es na- (3) The Am. Jr. of Obstetrics, t. LXXIII, p. 425. (4) Arch. f. Gyn. Bd. XXVIII, p. 408. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 343 tural, la pared uterina en el sitio cicatrizado se adelgaza y debilita, debido, sin duda, al hecho señalado por Ziegler, que de en órganos de tejido muscular liso la unión de una herida se logra no tan sólo a expensas del tejido conjún- tivo, sino que también hay una verdadera proliferación de células musculares. Sobre asunto tan importante como lo es éste de la posibilidad de la ruptura uterina en las operadas de cesá- rea, nos permitimos reproducir algunas opiniones de ope- radores americanos. Las numerosas estadísticas de éstos dan valor a las ideas emitidás. Para Rongy (5) la ruptura espontánea se presenta en un 3 por ciento de los casos y confiesa, al igual que otros, que no hay medios para advertir el peligro. Asa B. Davis (6), cuya competencia como cesarista es reconocida, a pesar de ser partidario de la intervención sucesiva una vez que se ha tenido que recurrir a ella, re- conoce que el peligro de una ruptura uterina en el tejido cicatrical de la primera incisión, es un peligro positivo. Palmer Findley (7) atribuye la ruptura uterina en la cicatriz de una cesárea, a las infecciones gonocóccicas latentes y reconoce que esto será siempre un factor de in- certidumbre. La inserción placentaria en la cara interna de la ci- catriz es, según Norval Bell (8), otro factor que debilita esa parte del útero en las ya operadas y al presentárseles partos sucesivos. Carstens, (9) de Detroit, hace responsable al catgut crómico, de las rupturas en algunos casos, y en otros, a que los puntos se han apretado demasiado, produciendo en ambos unión defectuosa y hasta infecciones. (5) The Am. Jr. of Obstetrics, t. LXXIV, p. 961. (6) The Am. Jr. of Obstetrics, t. LXVITI, p. 1024. (7) The Am. Jr. of Obstetrics, t. LXXIV, p. 427. (8) The Am. Jr. of Obstetrics, t. LXXIV, p. 952. (9) The Am. Jr. of Obstetrics, t. LXXIV, p. 966. 344 ANALES DE LA Sobre este último punto, la defección espontánea par- cial de la sutura uterina en operadas de cesáreas, recorda- remos la interesante observación del Dr. Augusto Turenne, (10) del Uruguay, además de citar los bien conocidos de Jeannin, Lepage, Pottet y otros. En el caso de Turenne, en la incisión uterina que había practicado, estaba insertada la placenta, pero prac- ticó la cesárea por eclampsia y oclusión del cuello. Ha- biendo fallecido la operada a las pocas horas, se hizo la autopsia y se descubrió que los bordes de la herida ute- rina no se habían coaptado, viéndose una hebra de catgut perforante. El catgut empleado era al cumol número 3, y los puntos sero-musculares, a intervalos de 12 a 15 mi- límetros. De Cuba conocemos el caso del Dr. Sergio García Marruz (11) que al noveno día de la operación vió ex- pulsar por la vagina un fragmento de músculo uterino, en el cual se podían ver dos puntos de sutura al catgut yodado y no reabsorbidos. El riesgo de la ruptura uterina tardía se ha compro- bado, tanto en la cesárea por el proceder de incisión longi- tudinal de Saenger (Brinnings, Voyer, Targett, Everke y Henket), como por el de la incisión transversal de Fritsh (Meyer, Eckstein, Jardine, Schinck) (12). Couvelaire (13) hace notar, hablando de los resulta- dos lejanos de las cesáreas, que los embarazos iterativos son posibles, pero las operaciones iterativas son mucho más difíciles y al fin conducen a la histerectomía o a la esterilización de la mujer, y en conclusión, que la cesárea conservadora “no puede salvar indefinidamente la función (10) Rev. Méd. del Uruguay, año 1916, p. 56. (11) Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos, año 1916, p. 3. (12) Coca et Massey. *““Contribution a l'etude de 1”etiologie et de la prophylaxie des ruptures uterines tardives post césariennes”??. (13) Considerations sur la technique de 1*operation cesarienne con- servatrice. Annales de Gynecologie et d'”Obstétrique, t. VI, novembre 1909, p. 657-689. E TT ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 345 que quiere conservar y que en plazo más o menos breve tiene por corolario obligado la esterilización”. Teniendo presente todas esas opiniones autorizadas y las circunstancias de nuestra cliente, nos resolvimos a prac- ticar una laparotomía mediana y examinar el útero para dar con la cicatriz uterina y proceder entonces con conoci- miento de causa. | La operación fué realizada por el Dr. Presno, auxi- liado por los Dres. Arteaga (a cargo de la criatura), To- ñarely y Romero (del campo operatorio), y Prieto (de la anestesia). Previa minuciosa antisepsia preoperatoria vulvar y vaginal, se desinfectó la piel del abdomen con tintura de yodo. Posición moderadamente inclinada. Una vez practi- cada la incisión abdominal, se inyecta un centímetro cú- bico de ergotina en el momento de incindir el útero, des- pués de haberlo exteriorizado y de desprenderle algunas adherencias laxas del epiploon. La antigua incisión del útero es longitudinal y media; a su nivel la pared muscular parece un poco adelgazada. Extraído el feto y practicado el alumbramiento, nos' decidimos por practicar solamente una cesárea conserva- dora, a pesar de los inconvenientes de la ruptura de la bol- sa, porque el precario estado general de la operada nos imponía una intervención rápida, poco traumatizante, Se suturó el útero con dos planos de catgut crómico, sero-mus- cular y sero-seroso y por haberlo exigido imperativamente la parturiente se resecaron las trompas entre dos ligaduras. Drenaje útero-vaginal. Sutura de la pared del abdomen. La operación, muy sencilla y muy rápida, duró en conjunto doce minutos. El curso post-operatorio fué alarmante en los prim.-- ros días, porque la bronquitis que tenía la enferma se exa- cerbó hasta constituirse una bronconeumonía. Se colocó la operada en posición de Fowler, se le inyectó aceite alcan- 346 ANALES DE LA forado, electrargol, se le aplicaron ventosas, etc.; ya des- de el cuarto día mejoró notablemente y con mucha rapidez se repuso, para poder marcharse de la clínica a los trece días de su operación, completamente curada. El feto (varón) de 8 libras de peso, fué extraido por las nalgas, pues estaba en presentación cefálica, pero sin haber encajado. Tardó unos diez minutos en establecerse la respiración fisiológica. Al quinto día pudo ponérsele al pecho de la madre, habiendo recurrido mientras tanto a la alimentación ar- tificial. Otros detalles dignos de mencionarse son, que tuvo ictero neonatorum muy pronunciado y que la cicatrización umbilical fué algo tardía, al noveno día. En la actualidad, madre e hijo, se encuentran per- fectamente bien. Hace ahora un año de la intervención. AMIGDALECTOMIA Y AMIGDALOTOMIA POR EL Dr. Domingo Hernando Seguí (Sesión del 23 de noviembre de 1917) Nuestra prensa médica viene ocupándose, desde hace algún tiempo, en la amigdalectomía como operación que debe sustituir a la amigdalotomía. Por tratarse de un asun- to importante para los médicos, a quienes los cuidados de su clientela no les dejan tiempo para estudiar en detalle estas cuestiones y tienen que dar sus consejos a los clientes que les consultan, me parece oportuno exponer ante la Academia mi opinión sobre él, siquiera para dar ocasión a que se emitan otras, hasta dejar bien dilucidado el punto. Seré breve. 1? ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 347 La amigdalectomía y la amigdalotomía son dos ope- raciones que no pueden sustituirse la una a la otra, porque cada una tiene sus indicaciones precisas, lo mismo que ocu- rre con la laringectomía y la laringotomía. Las dos deben vivir una al lado de la otra, y no ponerse enfrente. Cuando un niño tiene las amigdalas hipertrofiadas, con sus criptas sanas, sin que le produzcan otros trastor- nos que los consecutivos a su aumento de volumen (difi- cultad respiratoria y catarro naso-faríngeo) debe, a mi juicio, hacerse una amigdalotomía. La clínica—con milla- res de casos operados en los hospitales, dispensarios y ga- binetes particulares, aquí, en la Habana misma, que no han tenido, ni inmediatamente, ni años después, anginas, ni otra afección faríngea alguna—nos enseña que era esa la intervención indicada. La amigdalectomía debe reservarse para aquellos ca- sos en que la amígdala está determinando la formación re- petida de flegmones peri-amigdalinos, en que sus criptas están infectadas o es asiento la glándula de una neoplasia que empieza a invadirla, sin haberse tomado todavía los gánglios, pues en este caso habría que practicar una fa- ringotomía, operación más propia de un cirujano que de un especialista en garganta. ] En- cuanto al argumento que se invoca de que la ton- silectomía ha sustituído a la tonsilotomía en los Estados Unidos, es una afirmación demasiado absoluta. Muchos especialistas de New York practican diariamente tonsilo- tomías (yo los he visto hace poco tiempo); pero aun ad- mitiendo que fuese exacta la apreciación, no tiene el ar- gumento valor alguno, porque frente a ésa práctica podría ponerse la de las principales clínicas de Europa, en las que se reserva la tonsilectomía para los casos que dejo se- alados. En 1914, durante el Congreso que se celebró en Londres, asistí a los dos hospitales principales de gargan- ta, donde operaban los mejores especialistas ingleses, para 348 ANALES DE LA poner de manifiesto a los congresistas norteamericanos, pre- cisamente, pues para ellos era el Congreso, sus procedi- mientos de elección; allí ví practicar más de cincuenta ton- silotomías y solamente dos tonsilectomías. Así lo hice pre- sente a esta Academia en el informe que rendí a mi regreso. El peligro de hemorragia no es mayor en la extirpación parcial que en la total. Es indudable que una amigdaloto- mía practicada con instrumental adecuado a la edad del paciente y condiciones de la glándula y en frío, que es co- mo debe realizarse siempre, no ofrece otro riesgo que el que pudiera derivarse de una anomalía arterial o de una hemofilia. Harán bien, por lo tanto, los médicos recomendando a sus pacientes la amigdalotomía siempre que la consideren indicada. Es una operación sencilla, de fácil ejecución en el gabinete y que responde, cumplidamente, al objeto que se propone. ACTA DE LA SESION PUBLICA EXTRAORDINARIA DEL 10 DE DICIEMBRE DE 1917 Presidente —Dr Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes, de mérito—Dr. Rafael J. Fosal- ba, R. P. Mariano Gutiérrez Lanza. De número.—Dres. A. Agramonte, J. P. Alacán, G. Arós- tegui, T. V. Coronado, R. Gómez, A. Górdon, F. M. Héctor, F. Méndez Capote, M. Ruiz Casabó, J. A. Simpson. Bajo la presidencia del Dr. Fernando Méndez Capote, Se- cretario de Sanidad y Beneficencia, en representación del Ho norable Sr. Presidente de la República, que delegó personal- mente en él; con la asistencia de representantes de la Secretaría de Estado, del Alcalde Municipal, de las distintas Corporaciones científicas, de los familiares del Dr. Enrique Núñez y Palomino, así como de otras personalidades y distinguidas damas, se ce- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 349 lebró la sesión extraordinaria convocada para colocar en el sa- ión de actos de la Academia, el retrato del laureado compañero desaparecido. El Dr. Juan Santos Fernández tuvo a su cargo el discurso relativo al acto, rindiendo justo tributo a los merecimientos del Dr. Núñez, que ocupara también la Secretaría de Sanidad y Beneficencia de la República, al comenzar su gobierno el Ge- neral Menocal. Al concluir su discurso el Dr. Santos Fernández se dió por terminada la sesión. COLOCACION DEL RETRATO DEL DR. ENRIQUE NUÑEZ EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS POR EL Dr. Juan Santos Fernández “En el peligro extremo, la osadía extrema es cordura”. Honorable Sr. Presidente de la República, Señores Académicos, Señoras y señores: Hace poco más de un año que dejó de existir el doc- tor Enrique Núñez y Palomino, casi a la mitad del camino de la vida, como dijo el poeta, y aun no he salido del asom- bro y de la pena que me-produjo recibir, en Europa, tan infausta como inesperada noticia. Le había despedido a bordo, cuando partió para los Estados Unidos, antes de que yo embarcara para España, v no imaginé, cuando nuestra cordial despedida, tan fatal desenlace. Aunque su natural por lo airoso, y sus maneras por lo apuestas y gallardas denotaban vigor, él mismo sabía que le minaba traidora dolencia, que podía respetarle, si moderaba su labor; pero esto era completamente imposible a su actividad incesante, por que su ánimo providencial- 350 ANALES DE LA mente inquieto y en extremo vivaz, se mantenía en cons- tante y noble acometida en pro del bien público. Despre- ciaba el peligro ante el cumplimiento del deber; pero, «no podía, sin embargo, sospecharse que la palmera gigante, su verdadera personificación, por que desafiaba enhiesta las nubes y al huracán bravío, plegase rápidamente sus ra- mas como herida del rayo de lo alto, que no respeta atre- vido, aquello más preciado de la naturaleza: la vida. Encontrábame en Barcelona cuando ocurrió el luc- tuoso suceso de la desaparición del que fué nuestro Se- cretario de Sanidad y Beneficencia, y al punto se congre- garon en la redacción de Cuba y Europa los compatriotas allí residentes y ante un retrato de perfecto parecido que desde su visita, tres años antes próximamente, a la Ciu-' dad Condal, ostentaba el salón, hice una conferencia en. su honor (1) como ténue desahogo a la pena que a todos nos embargaba en aquellos momentos aciagos. : Fué una verdadera consternación su muerte para los que en sus condiciones físicas y morales fiábamos el triun- fo de la ciencia y le mirábamos como el soldado ardoroso, el adalid vencedor en todos los torneos, contra los enemigos del saber. Su espada la esgrimía en su defensa cuantas veces se la solicitaba, y ésta había quedado forzosamente inactiva. Huérfana aparecía después la medicina en nues- tro suelo sin su apoyo, cual virgen expuesta a todas las acechanzas. La pureza de la clase médica tuvo en él un verdadero Bayardo, y a su conjuro, un día surgió el Co- legio Médico de Cuba, en el que fué impugnador tenaz de todas las concupiscencias y de todos los vicios que preten-' dían amordazar la moral. La desaparición para la clase médica, abatida por los golpes de la insensatez y de las malas pasiones, en una sociedad conturbada por la evo- (1) Viaje a España en representación de la Academia de Ciencias de la Hbana, para asistir al Congreso Oftalmológico de Valencia. Visita a Santander, Barcelona, Madrid, Coruña, por el Dr. J. Santos Fer- nández. Folleto en 4%, mayor, de 109 p. Habana. Imp. y Lib. de Lloredo y Cía., año 1917. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 351 lución, sin brújula para orientarse hacia la verdad y la Justicia. La patria solícita le honró y se honró, tributándole soberbios funerales, los que merecía el que desde la ado- lescencia la sirvió afanoso en el estudio como discípulo, ya joven como maestro atrayente, de enseñanza provecho- sa, y más tarde le ofrendó la juventud entera, en los cam- pos del honor y combatiendo en las filas como médico ex- perto, para otorgarle por último la libertad y el lauro del triunfo por la independencia. Al volver de la lucha incruenta comunicó a la Socie- dad de Estudios Clínicos su actuación de profesor de sa- nidad militar. Nos informó minuciosamente de la cirugía en aquella campaña inopinada. El que haya meditado en el aislamiento con que se luchaba, en la penuria que se padecía y en la falta de elementos en que se desenvolvía tan especial contienda, podrá medir lo que significaba el ejer- cicio de la medicina en tales condiciones. Oid sus propias palabras en una noche memorable; son éstas: “Tres años han transcurrido desde que la lu- “cha política dispersó a la familia cubana encaminando ““a cada uno de sus hijos por los rumbos a que le condu- “Sera su temperamento, y por una feliz coincidencia, al “reanudar las relaciones que nos ligaban con esta Socie- “dad de Estudios Clínicos que logró mantenerse constituí- “da en medio de las borrascas que enlutaron la existencia “de este pueblo, encuentro de nuevo en el sitial a los mis- “mos amigos que en otros tiempos nos alentaron con su be- “nevolencia. Señores académicos: para que os hagáis cargo una vez más de los nobles sentimientos del Dr. Núñez, siempre que se trataba de honrar a los suyos, oid también, le que dijo de los médicos cubanos muertos en campaña: ““Al sentarme, dice, de nuevo entre vosotros, al pre- ““sentaros mi primer trabajo científico en la paz, permitid- TOMO LIV—23 352 ANALES DE LA ““me dedicarlo a la memoria de los que alejados para siem- ““pre de nuestra compañía reposan en sus tumbas disemi- “nadas por los campos de la patria, a la que ofrecieron el “sacrificio de su bienestar y de su vida”. ¿Qué menos podemos hacer, señores, los que hemos sobrevivido a este hombre excepcional, que imitar sus mag- nánimos sentimientos y enaltecerlo, pues si no cayó en la jornada en que los otros sucumbieron, quedó su naturaleza, sin duda alguna lastimada, para caer después como los demás. | En presencia de la fe con que el joven médico Nú- ñez aceptó la guerra para mejorar los destinos de la pa- tria, he meditado más de una vez sobre este flágelo de la humanidad, que en los momentos actuales domina al mun- do, a pesar de haber llegado éste al máximum- de su civi- lización y las ciencias al apogeo de su desenvolvimiento. La conducta del compatriota denodado cuya pérdida hoy lamentamos, nos enseña que si como entiende el Sr. Don Carlos Martínez Vigil, notable jurisconsulto, de Uruguay, la guerra produce males infinitos y deja muchos resabios en los pueblos, por que relaja la fibra cívica de los ciuda- danos que se acostumbran a esperarlo todo de la fuerza... admito, sin embargo, que de dos males el menor, desde luego, es el más aceptable. Asi, respecto de la guerra, que es una de las grandes desventuras, hay que resignarse a su- frirla como se resigna a una operación el paciente, por que sin ésta perdería la vida. En Cuba, la guerra, a pesar de los males señalados por el Sr. Martínez y muchos otros, la ha puesto en camino, si es su voluntad, de ser un pue- blo libre digno de engrandecerse. Del mismo modo, digá- moslo de paso, necesitamos conformarnos con la guerra mundial, por que en estos momentos no es posible respirar, sin apercibirse de que el orbe entero está sobre las armas. No hay que divagar, señores, sobre el origen de la guerra; la provocó el despotismo y éste tiene que ser arro- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 353 llado por la libertad, más tarde o más temprano, pues la libertad no es la licencia. Se dará el caso de que sea res- _taurada Jerusalem, la sagrada Ciudad del Gólgota en que Jesús Nazareno derramó su sangre por redimirnos y que yacía en poder de los bárbaros musulmanes desde hace muchos siglos. Será restaurada, repito, Jerusalem, la cu- na de la religión de nuestros mayores, y católicos y pro- testantes que son cristianos, tendrán un motivo de aproxi- mación. Pudiera suceder igualmente, que la Santa Sede ccupase Jerusalem y de este modo el Asia, cuatro veces mayor que Europa, y a la que dió su civilización en tiem- pos remotos, la reciba ahora de ella depurada de modo pro- digioso. Lo que no pudieron realizar, desde 1095 a 1270, del siglo XI y XIII, es decir, en ciento setenta y cinco años, cerca de dos centurias, las ocho cruzadas, lo hará la liber- tad, y si esto fuera solamente lo que han de conseguir las naciones que, en nombre de ella luchan, sería suficiente para justificar el cúmulo de sacrificios impuestos por ob- tener el triunfo definitivo de la moral y de la justicia. La parte más notable de esta epopeya corresponde a la nación norteamericana, hasta ahora, pero que en lo adelante será grande y heróica como ninguna. Á ese pue- blo idólatra de la industria y del comercio, se le creyó tal vez incapaz de pedir reparación a las dos férreas poten- cias que desde lejos amenazaban destruirla de un zarpa- zo, por que marchaba con estudiada parsimonia. No obs- tante, cuando el honor le ha impuesto tomar las armas lo ha hecho serenamente, sin los alardes de otros pueblos bé- licos que sueñan siempre con la guerra. Y esta nación colosal que es republicana desde que se emancipó, ha declarado más de una vez que no pre- tende aconsejar después de la victoria la desmembración de los imperios centrales, sino hacer que intervengan de modo directo los ciudadanos en la formación de su gobier- 854 ANALES DE LA no. No le preocupan que estén a la cabeza de las naciones reyes como en Inglaterra, en Bélgica o en Italia, si esa es ta voluntad nacional. Esta es la que se impone en los pue- blos modernos, ya sean repúblicas o monarquías, sin ella es difícil obtener el acuerdo casi unánime de los Estados Unidos, que en las naciones latinas, desde España hasta la más pequeña, que de ella se derivan, no se consigue, y al final se verá el mal resultado de la falta de unidad de acción. Sin quererlo, por fuerza de la magnitud del pro- blema social que nos agita, lo he abordado, muy a mi pe- sar, tal vez con demasiada extensión. Pueden lamentar los que se encuentren en el ocaso de la vida, no poder contribuir a pagar una deuda sagrarla, secundando los propósitos de la nación a la que debemos la libertad en estos momentos solemnes en que defiende el interés de todos los pueblos libres. Si viviera el Dr. Enrique Núñez, consecuente con su manera de ser, hubiera ofrecido, desde luego, la juventud aue le restaba, a los que en días difíciles le prestaron apo- yo a su patria empeñada en el árduo problema de su in- dependencia. á Ahora bien, deteniéndome en consideraciones acerca de nuestra Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Natu- rales, es necesario hacerse cargo de las trabas que impone la ley, por otra parte indispensable en el funcionamiento de los organismos sociales, para explicarse que haya transcurrido más tiempo del que se deseaba, sin que esta corporación rindiese el justo tributo de admiración y patriotismo, que demandaban los méritos y valía del extinto, relatando su historia llena de sacrificios y de manifestaciones del sa- ber; pero mientras esto suceda y se verifique con la solem- nidad exigida, séanos permitido que su efigie, como el más rico ornamento, figure en sus salones y quede perma- nente en sus muros, al lado de los de Romay, Nicolás J. Gutiérrez, Finlay, Saco, José de la Luz Caballero y tan- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 355 tos otros que han conquistado la inmortalidad por derecho propio. Señores: contemplad esa imagen del hombre que hoy lloramos, y cuya vida se extinguió como la luz del relám- pago vívida y rápida. Fijaos en su fisonomía, que nos in- vita a ir adelante, a andar, a vencer los obstáculos, a mar- char cara al sol sin contraer las facciones. Contemplad la sonrisa de esos labios con que siempre desafió sereno el peligro y no volvió la espalda jamás. Sonrisa del que sien- te la alegría de realizar lo bueno y cumplir el deber, so- segado, por encima de todas las emergencias posibles. Ella revela estar seguro de que navegaba en aguas del ventu- roso bien e iba en pos de un oriente lleno de luz, como el de la dicha que Jesús ofreció a los hombres cuando predicó el amor al Ser Supremo. Su rostro como veis, convidaba a seguirle, y con razón dijo Saavedra Fajardo: Son los áni- mos de los hombres tan variados como su rostro. El arte de Apeles tomó un día, señores, de su energía los más explícitos o manifiestos caracteres. Arrancó el pin- cel a la verdadera combinación de sus facciones tonos su- blimes. En éstos se delata su moral, sus hábitos, hasta la marcha estando quedo. Los colores de la paleta han pro- clamado, por decirlo así, en determinados momentos sus emociones y las ha transcripto sin esfuerzo alguno. No sin fundamento se ha llegado a asegurar que la cara es el espejo del alma y hay quien ha creído, con razones jus- tificadas también, que la dignidad del rostro humano es tal, que reune en sí todos los sentimientos, y yo me atrevo a afirmar, a mi vez, después de haber encanecido obser- vando uno solo de éstos, día tras día, que los ojos, cuando padecen sobre todo, son la síntesis del sufrimiento humano. En efecto, la proximidad de aquéllos al cerebro les da ner- vios mucho más numerosos y desarrollados que en nin- guna otra parte del cuerpo. En la efigie que tenemos delante, despierta aliento la 356 ANALES DE LA mirada firme y escrutadora del miope, del ojo de no corto eje engendrado por la civilización (2). Fijaos en su frente despejada y os lastimará que la parca audaz haya osado poner su mano trémula sobre ella y anonadar el resplandor que ostentaba en vida. No hay, desde luego, un solo rasgo en su fisonomía que no obedez- ca a un sentimiento magnánimo. Cuando el crítico perspicaz, aguzando su ingenio con- templa el rostro de este hombre que todavía joven subió tanto. Que se elevó legítimamente a las alturas en que re- cojen laureles nada más que los que han vivido mucho y la nieve de los años se ha depositado en la cúspide en que se aloja el cerebro, le basta a aquel, un ligero perfil de su cara para formar juicio, como al clínico avezado, un solo síntoma para diagnosticar la enfermedad. Señores: en la escala zoológica, el hombre exclusiva- mente revela por su fisonomía con más o menos claridad sus sentimientos habituales, por eso en el retrato que nos ocupa se destaca el alma excelsa que el inspirado pincel del artista ha evidenciado en el lienzo con feliz oportunidad. Los animales que no establecen entre sí ninguna so- ciedad moral, si no la natural de agruparse por sexo, ca- recen, de fisonomía como están desprovistos del lenguaje articulado. Hay más aun, aquellas personas que rehuyen el trato contínuo y disciplinado con sus semejantes, y has- ta aquellas naciones que son esquivas con las otras, que viven en el aislamiento y desprecian unas y otras el co- mercio grandioso de las ideas, les faltan ciertas líneas sa- lientes de la fisonomía y no trascienden éstas, como en el hombre ilustre cuya efigie tenemos a la vista. En él pare- ce saltar el pensamiento de su mirada, hay rasgos que in- (2) Rev. de Cien. Méd., Habana, año 1, n. 15, oct. 1886; Crónica Médico Quirúrgica, t. XII, p. 532. Antropología. ¿La miopía es un pro- ducto de la civilización? Por el Dr. J. Santos Fernández, de la Soc. An- tropológica de Cuba. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 357 dican la grandeza de su alma y el conjunto de su rostro esterioriza lo que bulle en su cerebro. La fisionomía, aunque incierta las más de las veces por muchos' conceptos, no carece otras, de bases fijas y principios seguros, fundados en la fisiología, principalmen- te cuando se trata de determinar tal o cual temperamento, tal o cual constitución o idiosincracia, que sirve tal vez pa- ra demostrar hasta lo que puede ocurrir mucho tiempo después. Cada uno de los detalles de la fisonomía recogidos en un lienzo, explican lo que fué el sujeto, si como en el caso actual desgraciadamente no existe ya. Mirad sus labios ostentando siempre cierta sonrisa entre irónica, escéptica y alentadora, a lo Rabelais, que parece denuciar un vivo amor a la humanidad, la pasión de la justicia y el culto de la verdadera ciencia, que refleja la seguridad en lo em- prendido, el escaso temor a la censura que surje del cum- plimiento del deber, aun cuando lastime casi siempre, in- tereses bastardos que, causan estado, no obstante consti- tuir determinada transgresión de las leyes, en una socie- dad corrompida o descuidada. Los labios son para el anatómico simplemente dos re- pliegues musculares membranosos que cierran la cavidad bucal' por delante; pero para el poeta: un nido de amores, para el músico, para el dilettante, un manatial de armo- nías y para el pensador, la puerta de salida del espíritu, cuando no cabe dentro del cuerpo y se desborda y se extiende en el espacio, donde ha quedado flotando durante siglos, después que brotó de Demostenes y Cicerón en los tiempos pasados, de Mirabeau y Castelar más tarde, de Cor- tina, Figueroa, Martí ayer, y hoy entre nosotros de Mon- toro, Sanguily, Bustamante y muchos más, que han enal- tecido la oratoria en nuestro suelo. Los labios que nos recuerda este retrato, vibraron en la cátedra, en la Academia, en la Sociedad de Estudios Clí- 358 ANALES DE LA nicos y otras corporaciones sabias, así como también en los Congresos Médicos con santa y enérgica entonación, con- denando los vicios y ensalzando virtudes. No se paraliza- ron ni se atacaron de mutismo por ninguna amenaza; la verdad los movió siempre hasta el último momento de su existencia. Desde adolescente su palabra, repito, estuvo al servicio de la ciencia y de la libertad. En los Congresos Medicos a que me he referido, elevó también la voz con el Dr. Núñez, otro mártir de la medi- cina, el Dr. García Rijo, asesinado villanamente en Sancti Spíritus por unos bandidos que han quedado impunes. Menos mal que la ciudad de su nacimiento le ha hecho 3us- ticia y le levantará un monumento, a punto de erigirse. Rara avis, señores, por que el espíritu cívico de la vieja Grecia, honrando sus hombres ilustres, no ha conti- nuado proporcionalmente después. Francia solamente, la nación más espiritual de cuantas han existido, creó su pan- teón nacional y escribió en su frontispicio estas sentidas palabras: “A sus grandes hombres, la patria reconocida”. Y en este nuestro suelo, auhque minísculo pero herói- co y ardiente, el Marqués de Santa Lucía, prototipo del pa- triotismo sano y noble, intentó un panteón nacional cuba- nc, que no llegó a realizarse, y yo en mi modestia fuí el primer Vicepresidente de la Sociedad y heredé el encargo, a su muerte, de continuar la gestión; pero, al punto, decli- né la honra, por que no me consideré suficiente para reem- plazar en tan noble empeño al héroe de nuestras dos gue- rras por la independencia, a nuestro Guzmán el Bueno, que hubiera sacrificado por la patria cien hijos, si los hu- biera tenido, por que la raza no cambia por la circunstan- cia ni la latitud sus condiciones étnicas, y si no, ¿qué otra cosa hicieron los Horacios contra los Curiáceos, allá en los albores del mundo, que no hicieran los tres Agieros, vícti- mas del feroz Romaní? pintado de mano maestra por Ma- nuel de la Cruz. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 359 A pesar de todo, el pensamiento de crear un panteón racional no debió extinguirse. Lo menos que puede hacer un pueblo es honrar a sus grandes servidores. Si existiera el panteón, cual fué mi humilde deseo al secundar la idea del insigne prócer camagúeyano, nadie tendría más dere- cho a ocuparlo que el Dr. Enrique Núñez y Palomino por sus dobles laureles de sabio y de servidor de la indepen- dencia de la. patria. Señores: las páginas en que han quedado consignados las memorias y los libros del Dr. Enrique Núñez me exi- men de nuevos elogios, los indispensables que he vertido, con motivo de colocar su retrato en estos salones, me los imponía el patriotismo y el agradecimiento, por que el des- aparecido que hoy lloramos, no procede de noble estirpe ni de potentados, ni podrá ya repartir credenciales, y es fá- cil el olvido. El conocía bien estos achaques de la huma- nidad a humedecerse en el leteo, pues supo enaltecer con esos labios a que el artista ha dado vida, el mérito de nuestro Finlay que, no obstante su gloria mundial no tiene, triste y doloroso es decirlo, en verdad, otro monumento que el que le levantara el Dr. Enrique Núñez en el local de la Secretaría de Sanidad y Beneficencia. Reflexionad acerca de este otro ejemplo que nos ha legado, de hacer justicia a nuestros hombres de valer y meditad respecto de lo que le debemos y a lo que con él estamos obligados. Señores: De intento me he abstenido de ocuparme de modo especial, de la labor del doctor Enrique Núñez en lo que hace a la medicina, a la cirugía y a la higiene, en cuyas materias sobresalió de modo imponderable. Esa ta- rea está reservada por el reglamento de la Academia, a aquel que ocupe el sillón vacante por el fallecimiento del ilustre compañero, cuya memoria no se extinguirá jamás. Me he limitado tan sólo, como habéis visto, sencillamente a ocuparme de la colocación de su retrato en este templo de la ciencia, y de lo que se deriva de este acto de patrio- 360 ANALES DE LA tismo y de justicia que, no podía faltar sin un desconoci- miento completo de sus merecimientos. Esto no era, desde luego, posible que aconteciese, tratándose de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. En efecto, el breve recorrido por el mundo de este hombre infatigable no fué como el de uno de tantos meteoros lu. minosos que atraviesan el espacio, durante las tinieblas de la noche, sin dejar rastro alguno después. Por el contrario, de él ha quedado una estela resplandeciente de su corta ruta por el piélago de las ciencias, que no se borrará como ocurre siempre al perderse de vista la avanzadora nave. Sus obras, sus gestiones constantes en nuestro suelo, serán permanentes, y nos guiaran como faro brillante en las cos- tas brumosas, para tomar el puerto con la seguridad del pauta que no abandona el timón ni aparta al vista del de- rrotero que se debe seguir. ¡ lustre desaparecido, compañero un día de faenas! ¡Contricante ardiente y caballeroso en las discusiones, en las lides académicas en que fuiste laureado un día. Ya por mi mal y para desdicha de la ciencia, tu voz no resonará más en este recinto! ¡Qué realidad más lóbrega y enterne- cedora! “Tu vigorosa juventud, como acontecía, no prestará alientos al viejo luchador de casi media centuria, que te admiraba y que contaba defendieras mucho tiempo toda - vía, como lo hiciste siempre, a esta Academia, a esta obra de nuestros mayores, en que se ha mantenido constante- mente el fuego sagrado en sus altares sin desfallecimientos. Te hemos perdido, sí; pero aquí queda tu imagen, para venerarla y ofrecerla a las nuevas generaciones como ejen- plo de buena voluntad y patriotismo. E Ñ ES DE LA ip a rol Su precio es Toda obra enviada á la. redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. ) Please exchange. Exchange $. V. P 7 [ ANALES DE LA ACA- E DEMIA DE CrEN- Please addres exchange to: , cias MÉDICAS, FÍ- de | : | SICAS Y NATURA; Sírvase dirigir el cange: LES DELA HABANA - Veuillez adresser lesexchanges: % Cuba 844, Habana. 3 OBRAS DE VENT A EN La. REDACCION DE LOS“ anar e Trabajos. de la Comisión de Medicina Legale Higiene Pública 3 tomos; La Flo- ra Qubana, del Dr. Sauvalle, ana Ma- 3 - maloga, Ornitología, Erpetología y Ento- E mólogía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memo- ria sobre la Patada Y Antigiedades de la Isla de Puerto Rico, por el Dr. Dumont, Contribución al da de los Moluscos Cu bamos, por el Sr. Arango y Molina: Pato- logía y Terapéutica del aparato Lenticular del ojo, por el Dr. Becker, tr aducida del alemán, por el Dr. Finlay. de pnl eta DE SEGUNDA CLASE S a (ANALES. AS DE LA deadenia le Ciencias Médicas, | FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA REVISTA CIENTIFICA INSCRIPTO EN LA. “ASOCIACIÓN: DE LA PRENSA MEDICA DE “CUBA”. PS DIRECTORES: Dr. Jorge Lse- Roy. -Dr. Garlos de la one ” A : í Ñ ENERO- MAYO 191 8 Teta la rioallenca y cange de do: ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.—CUBA 84 A.-HABANA o 1d — RHABANA IMP, LLOREDO Y Ca. MURALLA 24 a A BD1S o -S Ly MAR 1 a. a met Ana UA ri dadas y ¡oK a e A a he pal La pp A A A e e pr te ES No | j 2 1 I.—Acta de la sesión “pública: iadao de 11 de enero de 1918. T1I.—Informe sobre un preparado industrial, por el Dr. José P. Alacán. (Sesión del 11 de enero de 1918) .......... 368. TIL. — Informe sobre privilegio de invención de un aparato, por 1 AÑ ¿ye ¡Dr. Jorge BR y Qasst site del. 0d de E ! ñ ; ; ro de 1918)"; o A PARIS LO dae o IV.—El muermo es enfermedad curable, por el Dr. Francisco : z o (Sesión del 11 de enero de 1918) 371- ÍÑ poe 7: mio rl acuerdos de la AA A E a de A RES La PONS y) VI.—Informe sobre el Dr. Angel Arturo Aballi, por el Dr. José : A. Presno. (Sesión 'de gobierno del 11 de enero de 1918). 377. VII.—Acta de la sepiósy púltlica jor diparia gel 25 de enero de 1918. on VII.—La profilaxis del muermo, por el Dr. Ricardo Gómez Mu- rillo:; (Sesion del" 25.de. enero de 1918) 389 IX —Nota preliminar sobre el tratamiento del estrabismo por la operación de Ja por el Dr: Fraxéjsco Me Ferhández. (Sesión del 25 de enero de 1918) . : ; 396 X.—Acta de la 'sésión pública 'extraordinária del “8” de febre: TOLAE AOL A O NN 402: XI—Elogio del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión.del 8 de febrero de 1918). 403 xO —Informe y tasación de honorarios, por el Dr. Manuel a A $ 5Casabó. (Sesión: de gobiejno del: 8 AR febréro de"1918). . 25 B21, XIII.—Informe médico legal en causa por disparo de arma de ¿ fuego y lesiones gravés,tpor el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. ; (Sesión del 8 de febrero de 1918) .-. 446 | XIV.—Acta de la sesión ¡pública prdinaria del 22 de febrero de 1918. 454, XV.—Mirada retrospectiva 'acerca del muermo en la Habana, por | el Dr. Juan Santos Fernández. ras del :22 de ¿cbEcTO o de 1948) y Pr E ATA A TS E AE 465 ' Métodos bless dea a aedóli del" muermo . 471 E XVI. La curabilidad, del muermo, por el Dr, Julio. a Martín. : dle tha (Sesión del 22 de debrero de 101830 PEL ML VIE Neiitis óptica, y exoftalmía 'por* hior! Tetro-orbitario, por el Dr. Francisco M2 Fernández. (Sesión del 22 de febre- : ro de 1918) 1; E RR SO 2 2 20007 XVIII.—Acta de la sesión Pública ordinaria del 8 de marzo de 1918, 510, XIX —Informe presentado a, la Academia sobre el resultado de los i ; "casos de lepra, por el De Manuel Ruiz - -Casabó. (Sesión del S 513 és 8 de marzo de TI Te AS a a A NO a es PAGS. / 361 AA AS A A A AAA AAA A A A A A A AA e A a e AA 7 A A E SS ol A A A TAM 4 NEFR ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 361 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 11 DE ENERO DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número: A. Agramonte, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, G. Aróstegui, G. J. Benasach, A. Be- tancourt, G. Casuso, T. V. Coronado, E. Delgado, J. Diago, J. G. Díaz, G. G. Duplessis, F. Etchegoyhen, J. A. Fernández Benítez, C. E. Finlay, F. García Cañizares, A. Górdon, F. Grande Rossi, F. M. Héctor, D. Hernando Seguí, L. Plasencia, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, M. Sánchez Toledo, J. A. Simpson, F. Torralbas, C. de la Torre, J. A. Valdés Anciano, F. 1. de Vildósola. Leídas las actas de las sesiones ordinaria de 23 de noviembre y extraordinaria del 10 de diciembre, fueron aprobadas. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 3” (Física, ) de la Escuela Nor- mal de Oriente. Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, acusando recibo de su nombra- miento para el Tribunal antes expresado. Del Dr. Juan Santos Fernández, dando cuenta de su visita a la Sociedad Cubana de Historia Natural “Felipe Poey” y de los adelantos de la misma. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, solicitan- do informe, si es posible preparar polvos de arroz para el tocador con hiel de vaca. De la Presidencia de la República, delegando en el Dr. Fer- nando Méndez Capote, Secretario de Sanidad y Beneficencia, para que la represente en la sesión extraordinaria en honor del Dr. Núñez. Del Dr. Manuel Varona Suárez, Alcalde Municipal de la Ha- bana, participando haber dispuesto que la Banda Municipal de la Habana asista a la sesión en honor del Dr. Enrique Núñez. Del Jefe de la Policía, participando haber dado las órdenes oportunas para que los tranvías que crucen frente a la Academia, durante la sesión en honor del Dr. Enrique Núñez, moderen su marcha. TOMO LIV—25 362 ANALES DE LA De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, remi- tiendo copia de la memoria descriptiva de un pene adicional presen- tado por el Sr. Salvador Beyris en solicitud de privilegio de in- verción. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, soli- citando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de oposi- ciones a la Cátedra del grupo 7” (Inglés, 8) de la Escuela Normal de Pinar del Río. Del mismo, id. id. id., para la Cátedra del Snupe 11% (Traba- jos manuales, hombres) de da propia Escuela. De la misma, id. id. id., para la misma Cátedra (mujeres), de la propia Escuela. De la misma, id. id. id., para la Cátedra del grupo 10% (Mú- sica), de la propia Escuela. Del Dr. Manuel Ruiz Casabó, acusando recibo de su nom- bramiento para el Tribunal arriba señalado. Del Dr. Joaquín Diago, excusándose de formar parte del Tri- - bunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 7% (Inglés), para que fué nombrado. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 1% (Gramática, €) de la Escuela Normal de Pinar del Río. De la misma, id. id. id., para la del grupo 2* (Aritmética, €) de la propia Escuela. De la misma, id. id. id., para la del grupo 39 (Física, 8) de la propia Escuela. De la misma, id. id. id., para la del grupo 4% (Historia, € ) de la propia Escuela. De la misma, id. id. id., para la del grupo 5% (Estudios a gógicos) de la propia a De la misma, id. id. id., para el grupo 8% (Dibujo, 8) de la propia Escuela. De la misma, id. id. id., para el grupo 9% (Anatomía, $) (hom- bres) de la propia Escuela. De la misma, id. id. id., para el grupo 9* (Anatomía, 8 ) (mu- jeres) de la propia Escuela. Del Sr. Manuel Lavín Barrios, de Santiago de Cuba, consul. tando sobre el anuncio de un producto en contra de la tisis, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 363 Del IV Congreso Médico Nacional, trasladando acuerdo del mismo por el que se le dan las gracias a la Academia por el valioso apoyo que ha prestado al Congreso. y Del Dr. Francisco 1. de Vildósola, remitiendo en nombre del Dr. José Manuel Martín, de Santa Isabel de las Lajas, una caja con- teniendo mariposas de la República de Colombia, con destino al Museo de esta Academia. - Del Dr. Ernesto Pérez, dando cuenta del resultado de las opo- siciones a las Cátedras de los dos grupos 11% (hombres y mujeres) de la Escuela Normal de Pinar del Río, para cuyos Tribunales fué nombrado. De la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, solicitando el salón de actos de esta Academia para las sesiones de la segunda reunión anual de esa Sociedad. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de opo- siciones a la cátedra de profesora adjunta del grupo 9% (Anato- mía, €) de la Escuela Normal para maestras de la Habana. De la misma, id. id. id., para la cátedra del grupo 8% (Dibu- jos, €) de la Escuela Normal para maestros de la Habana. Salida. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 3% (Física, 82) de la Escuela Normal de Oriente. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. José P. Alacán, nombrándolo ponente para que informe si es posible elaborar polvos de arroz para el tocador con hiel de vaca. Al Dr. Jorge Le-Roy, nombrándolo para informar sobre pa- tente de invención solicitada por el Sr. Salvador Beyris. Al Dr. Joaquín Diago, nombrándolo para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 7” (Inglés) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dán- dole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribuna] de oposiciones a la Cátedra del grupo 10* (Música) de la Escuela Nor- mal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento, 364 ANALES DE LA Al Dr. Ernesto Pérez Reventós, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 11? (Trabajos manuales, €) (hombres y mujeres) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. Carlos E. Finlay, nombrándolo para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 7” (Inglés) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, partici- pándole que, por renuncia del Dr. Joaquín Diago, se ha realizado el anterior nombramiento. Al Dr. Juan Fonseca, nombrándolo para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 1* (Gramática, €) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. E Al Dr. Ernesto Pérez Reventós, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 2% (Aritmética, €) de la Es- cuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. Tomás Cañas Anay, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 8% (Dibujo, €) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 9? (Anatomía, €) (para hom- bres) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. Ricardo Gómez Murillo, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 9? (Anatomía, €) (para mu- jeres) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Dr. José A. Simpson, nombrándolo para el Tribunal de opo- siciones a la Cátedra del grupo 3* (Física, €) de la Escuela Nor- mal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 365 Al Dr. Federico Torralbas, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 4% (Historia, €) de la Escuela Normal de Pinar del Río. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento, Al Dr. Juan Fonseca, nombrándolo para el Tribunal de oposi- ciones a la Cátedra del grupo 5% (Estudios Pedagógicos) de la Es- cuela Normal de Pinar del Río. Al Sr. Manuel Lavín Barrios, de Santiago de Cuba, contestan- do su carta sobre un remedio para curar la tisis. Al Sr. Manuel Martín, de Santa Isabel de las Lajas, acusando recibo, con gracias, de una caja conteniendo mariposas de la Repú- blica de Colombia, que ha dedicado al museo de esta Academia. Al Sr. Presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Interna- cional, concediéndole el salón de actos de esta Academia para ce- lebrar las sesiones anuales de esa Sociedad. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 9* (Anatomía, €) de la Escuela Normal para maestras de la Habana. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Sr. Francisco de Paula Moreno, nombrándolo para el Tri- bunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 8% (Dibujo, €) de la Escuela Normal para maestros de la Habana. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, dándole cuenta del anterior nombramiento. El Dr. José P. Alacán da lectura al informe que solicitó la Se- cretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, relativo a si es posi- ble preparar polvos de arroz para el tocador con hiel de vaca, en el sentido de que no es posible prepararlo, para el uso a que se desti- na, con la expresada hiel de vaca. ¡Sometido a discusión fué apro- bado este informe. . El Dr. Jorge Le-Roy informa igualmente acerca de otra solici- tud de la misma Secretaría, que remitió un escrito del Sr. Beyris solicitando privilegio de invención para un pene artificial. Des- pués de transcribir la parte fundamental de la Memoria presentada y de hacer consideraciones tendientes a demostrar la falta de rela' ción entre lo que se propone el inventor y el aparato ideado por el mismo, concluye proponiendo NO SE ACCEDA al privilegio solicitado. Sometido a discusión fué aprobado por unanimidad. 366 ANALES DE LA El Dr. Francisco Etchegoyhen da lectura a un trabajo que lleva por título EL MUERMO ES ENFERMEDAD CURABLE y en el que des- pués de citar las opiniones de Nicolle, de Chenot y Pic, de Nabes, €, manifiesta que su norma de conducta es aconsejar el sacrificio in- mediato de los animales si la forma de la enfermedad no recláma la necesidad del examen experimental; pero en cambio no acepta que los animales declarados como suspechosos de muermo por la maleina, en cualquiera de sus aplicaciones, o por la desviación del complemento que revela el toque por el sistema hemolítico, en cuan- tas reacciones sucesivas se obtengan, deban ser recluidos forzosa- mente en el Establo de Observación Sanitaria, y menos sacrificados. Las medidas sanitarias han de actuar con estricto espíritu cientí- fico. Si pecan de descuido, o por exceso de aplicación, dejan de llenar los altos fines sociales que persiguen. El Dr. Juan Santos Fernández pregunta al Dr. Etchegoyhen si él sostiene que los caballos que reaccionan a la maleina no deben ser sacrificados. : El Dr. Etchegoyhen contesta que dadas las condiciones de nues- tro país, entiende que sería peligroso establecer las medidas que se - toman en otros. Cada vez qué un animal reaccione a la prueba experimental debe sacrificarse. En este país—repite—debe sacrifi- carse todo animal muermoso; pero en cambio entiende que no debe hacerse esto cuando no presente sintomas evidentes de la enferme- dad, aun cuando esté en contacto con otros animales. El Dr. Santos Fernández. dice que es una verdadera crueldad que un caballo que reaccione con la maleina no sea sacrificado; que hace treinta años ya que la Academia se ocupó de este asunto y de- cidió el sacrificio de todo animal que presentase síntomas o signos de muermo; que él formó parte de la comisión que se ocupaba de estes asuntos y que el Secretario de la misma, Sr. Pedro Fernández - Díaz, cuyo nombre figura en la lápida que la Academia ha consa- grado a las VICTIMAS DEL DEBER, murió inoculado por los caballos que se investigaban como muermosos. Recuerda el caso.de un her- moso caballo de un Jefe militar francés, que los veterinarios no qui- sieron sacrificar, por tratarse del caballo del Jefe, pero éste, con me- jor juicio que aquellos, al reaccionar a la maleina, por primera vez, ordenó su muerte, la que no se le dió sino a la tercera ocasión en que reaccionó. Le espanta que haya veterinarios que hoy sostengan que no debe sacrificarse un animal que reaccione de cualquier ma- nera a la maleina. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3867 El Dr. Górdon dice que las ciencias progresan y no porque la Academia opinase de una manera hace treinta años, debe ahora opi- nar lo mismo; cuando en esta misma Academia el Dr. Coronado hablaba sobre el contagio del paludismo, todo el mundo se burlaba de ello. Entiende que si los animales no presentan peligro de con- tagio deben aislarse, someterse a tratamiento, pero no deben ser sa- crificados. El Dr. Agramonte manifiesta que el Dr. Etchegoyhen ha defen- dido una cuestión puramente científica. Hace treinta años no se conocía ni la maleina ni las reacciones biológicas. Estima que se discute un particular puramente científico: un animal que reaccio- ne a una toxina no es peligroso para los demás por no propagar los bacilos muermosos, como no lo es el hombre pre tuberculoso para sus semejantes; pero si presenta síntomas de la enfermedad entónces sí es lógico el sacrificarlo. El Dr. Etchegoyhen no creyó que el Dr. Santos Fernández pu- diera perturbarse de esa manera. El Dr. Santos Fernández se su- bleva ante el peligro del muermo y ante el recuerdo de los horrores que presenció aquí mismo en la Habana. Ha traido a esta sesión un trabajo puramente científico y dice que las manifestaciones que en él hace no se podían hacer en aquella época por la lucha entre el laboratorio y los intereses creados. En aquella época se negaba has- ta la existencia del muermo, porque no convenía que se sacrificasen los muchos caballos muermosos que existían, y el Dr. Santos Fer- nández recordará que él luchó a su lado para combatir tan funestas doctrinas; pero ahora que trae un trabajo científico, apoyado en la opinión de autoridades en la materia, entiende que no hay .motivos para alarmarse porque sostenga que no deben ser sacrificados los animales que no sean peligrosos para los demás. El Dr. Santos Fernández cede la presidencia al Dr. Presno y añade que no se conforma con la opinión del Dr. Etchegoyhen, pi- diendo que se diga a la Sanidad que todo caballo muermoso debe ser sacrificado. El Dr. Etchegoyhen dice que en eso está conforme con el Dr. Santos Fernández, siempre que el caballo sea peligroso para los de- más por.las lesiones de su muermo. El Dr. Vildósola interviene en el debate y dice que el Dr. Etchegoyhen ha traido a la consideración de la Academia un tri- bajc puramente científico en el que manifiesta que un animal que no presenta síntomas de muermo, aunque reaccione a las investigacio- nes biológicas, debe ser observado y atendido cuidadosamente, como 368 ANALES DE LA sospechoso; pero que si después de realizadas esas investigaciones reacciona, entonces debe sacrificarse. Que le ha parecido cir una disertación científica y no un informe a la Sanidad, que no lo ha pedido, y por consiguiente no ha de tomarse ningún acuerdo, sino darle las gracias al Dr. Etchegoyhen por su hermoso trabajo y al Dr. Santos Fernández por el interés que, como siempre, ha demos- trado por la salud pública. Esta es una cuestión científica y no ha de llevarse a la Sanidad. El Dr. Santos Fernández pide que conste en acta su opinión de que todo caballo que reaccione, una, dos o tres veces a la malei- na deba ser sacrificado. El Dr. Grande Rossi recuerda el caso del caballo mandado ma- tar por el militar, en el que se encontraron las lesiones muermosas en la autopsia y entiende que no es suficiente una reacción biológica para ordenar el sacrificio, pues existen otras manifestaciones de comprobación. El Sr. Presidente entiende que no es posible que la Academia vote sobre cada trabajo científico que se traiga a su seno y siendo muy avanzada la hora y necesitando constituirse en sesión de go- bierno da por terminada esta discusión. INFORME SOBRE UN PREPARADO INDUSTRIAL por el Dr. José P. Alacán (Sesión del 11 de enero de 1918) La Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, por comunicación de 28 de noviembre del año último, marcada con el número de salida 52915, pide que la Aca- demia le informe “si es posible que se elabore polvos de arroz para el tocador con hiel de vaca”. Desde luego que no se trata de averiguar si de la hiel de vaca puede obtenerse polvos de arroz, cosa que segura- mente no hubiera consultado la expresada Secretaría; el objeto de la consulta es conocer si a los polvos de arroz pa- ra el tocador se les puede adicionar hiel de vaca, y en este sentido voy a evacuar la consulta. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 369 Se prepara en farmacia, y es oficial en la Farmaco- pea, el “Extracto de hiel de buey”, la última revisión lo prescribe en polvo, por cuya razón no habría inconve- niente en mezclarlo a otro polvo cualquiera; pero dado el color obscuro de dicho extracto y el uso a que va a desti- narse el polvo de arroz obtenido, haría éste impropio para emplearlo como polvo para el tocador, pues a no ser que la cantidad de hiel de vaca fuera infinitamente pequeña, perdería el polvo obtenido su color blanco, indispensable en esta clase de polvos. Por consiguiente: si el polvo para el tocador ha de ser blanco o color de carne, no puede llevar hiel de vaca, por- que sería muy distinto el color que ésta habría de comuni- carle y basta para comprenderlo recordar el color verde obscuro que tiene dicho extracto. En tal virtud propongo que se conteste a la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo: que no es posible preparar polvos de arroz para el tocador con hiel de vaca. INFORME SOBRE PRIVILEGIO DE INVENCION DE UN APARATO por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 11 de enero de 1918) El Sr. Subsecretario de Agricultura, Comercio y Tra- bajo, en escrito fecha 6 de diciembre último, se dirige a es- ta Academia, para que “se sirva emitir su parecer” respec- to de una Memoria presentada por el Sr. Salvador Beyris y Durade, en solicitud de Privilegio de invención por “Un órgano o miembro adicional al pene humano atrofiado o incompleto”; y acompaña la Memoria descriptiva, escrita en seis páginas de papel rayado español, y en la que se dice que el nombre del invento es “Pene Complementario Beyris”. 370 : ANALES DE LA _— - Los primeros párrafos de la Memoria dicen texttal- mente asi: “2? Es de naturaleza anatómica y el objeto de la invención es: completar en calibre y longitud, entre los límites que la ley de matrimonio vigente considera ceo- mo normales, los penes o miembros viriles que por cual- quier causa conocida o desconocida no tuvieran la longitud - calibre por defecto necesarios, así como formas norma- les.—Tiene el instrumento ideado por mi alguna analo- - gla, remota por su forma, pero próxima por su fin con las orejas, nariz, manos y piernas postizas.—Se diferencia del conocido Pene Consolador, en que es más anatómico y en que exige para su uso la intervención de ambos sexos en ayuntamiento carnal”. Entra después en la descripción mecánica del apara- to y en su modo de fijación, pasando enseguida a la ma- nera de usarlo que describe como sigue: . “Antes he dicho que se ajustará al escroto, pene y región pubiana en la mis- ma forma que un revólver a su funda, mas; ahora agrego que debe de usarse solamente momentos antes del coito ha- biendo previamente lubrificado sus paredes con algo fres- co e inofensivo para la vida de los espermatozoides una ' ' sinovia o un albuminoide: como la clara del huevo de ga- llina.—Una vez el pene en erección y después de haberlo fijado se procederá a elevar su temperatura poniendo un paño mojado y caliente en su derredor hasta que haya to- mado la temperatura del cuerpo humano o algo más ele- vada según aconseje el momento y se introduce luego en la vagina en la forma usual. —Funcionamiento.—Una vez en la vagina, comenzarán los movimientos de émbolo y las titilaciones laterales y circulares, cada porción del instru- mento desempeñará fielmente su papel físico dentro de la. vagina hasta que por la acción psíquica del amor sensual o simpatía que se provoquen con halagos los amantes en la cópula sobrevenga la eyaculación u orgasmo venéreo”. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 371 De la lectura de los párrafos transcriptos y de los de- más que forman la memoria sometida a juicio de esta Aca- demia se colige que su autor, un estudiante de medicina, se ha propuesto fabricar un aparato más de los muchos que ya inundan el mercado pornográfico, revistiéndolo de aspecto y formas científicas; pero sin tener en cuenta que el objeto que se propone la cópula es llevar los esperma- tozoos hasta ponerlos en contacto con el óvulo femenino para cumplir la gran función de la reproducción de la especie y que para ello cuenta la ciencia con medios sufi- cientes y apropiados a la fecundación artificial; no siendo por tanto necesario recurrir a un aparato complicado, de fácil infección y que no llena el fin que se propone su inventor. Por lo antes expuesto entiende el ponente que suscri- be que la Academia debe recomendar no se conceda el Pri- vilegio de invención solicitado por el Sr. Salvador Beyris para “Un órgano o miembro adicional al pene humano atrofiado o incompleto”. EL MUERMO ES ENFERMEDAD CURABLE - por el Dr. Francisco Etchegoyhen (Sesión del 11 de enero de 1918) Sr. Presidente y Sres. Académicos: Cuando creía yo que la constancia en el estudio de las enfermedades todas, y particularmente el de las infecto- contagiosas, que padecen los animales domésticos de nues- tro país, así como larga experiencias sobre éstas materias, servirían para asesorar, e inspirar confianza a nuestras autoridades sanitarias, me encuentro conque criterios erró- neos, sustentados caprichosamente, me obligan a traeros un tema que ya tuve la oportunidad de desarrollar ante la 372 ANALES DE LA Asociación Nacional de Medicina Veterinaria, notando co- mo la adquiescencia de mis distinguidos compañeros era prueba de elevado concepto médico. No es como veis tema nuevo, ni es obra mía tal afir- mación; aunque me es grato manifestaros: que mi actua- ción sobre este interesante asunto ha podido confirmar los trabajos realizados por sabios investigadores extranjeros. Desde luego sentaré: que la curabilidad de esta en- fermedad no se refiere a los casos en que los síntomas son de tal magnitud que indican desintegraciones orgánicas imposibles de reparar. Entonces el sacrificio es de rigor. Todas las enfermedades contagiosas: el tifus y la fie- bre amarilla, por no citar más que dos en la especie hu- mana; la bacteridiosis de Davaine y el tétanos, para no mencionar también más que dos en las especies de anima- les domésticos, transmisibles al hombre, y las pongo como ejemplo, no siempre producen muerte, pues existen formas benignas que regresan fácilmente, y hasta casos graves que reaccionan bajo los efectos de la natura-medicatriz. Todos conocemos las marchas atípicas que se presentan con frecuencia en las enfermedades infectivas específicas o no, con favorables resoluciones. Por ésto: cuando se contagiaba el hombre de muermo, no se abandonaba, y creo que si desgraciadamente se con- tamina hoy, no se le entrega a su infortunio. Sentando antecedentes: os voy a comunicar el extrac- to de un trabajo publicado, hace años, por el Dr. C. Nico- le, Director del Instituto Pasteur de Túnez, y que copia- do a la letra dice: “Nuestra observación, confirmada por el diagnóstico experimental, permite sentar algunas con- clusiones”. “La primera es; que la infección muermosa en el hombre, por muy excepcionales que sean los casos indis- tibles de curación, no es absolutamente fatal”. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 37 “Segundo; es de tenerse en cuenta este hecho para es- tablecer el pronóstico y el tratamiento”. “Tercero; el tratamiento consistirá: en la vida al aire libre, en la sobrealimentación, en la administración de los arsenicales y mercuriales, agregando a éstos modos curati- vos las inyecciones de suero normal bovino; y sobre todo se intervendrá rápidamente en la extirpación total del te- jido muermoso, sin dejar la menor huella”. “Bien es verdad, añade el Dr. Nicolle, que hasta el presente el farcino puede ser curado; el muermo interno parece ser mortal”. Termina el autor su observación manifestando: “que la enfermedad es casi fatal; pero que siendo los medios para combatirla simples e inofensivos, deben siempre in- tentarse”. Podría aducir los relatos de otros eminentes profeso- res médicos, de envidiable reputación clínica, más lo estimo obvio porque en las obras que sirven de texto para el es- tudio de la patología humana, se enseña: es el muermo agudo casi desfavorable, admitiendo también la posibili- dad de poder dominarlo; y que en las formas crónicas cu- ran el cincuenta por ciento. En medicina veterinaria: Chenot y Picq, relatan cu- raciones del muermo equino con las inyecciones de san- gre de buey; Bonome con el filtrado de suero de esa san- gre en la cual, por espacio de quince días, había sembra- do el bacilo muermoso; Babes ha curado algunos casos de muermo con su específico morbina; en Alemania estuvo muy en uso la Maleasa por sus buenos resultados. Podría seguir enumerando productos y autores; pero con lo expuesto basta para afianzar la posibilidad de cu- rar el muermo equino. Sin embargo mi norma de conducta clínica, ante los casos de esta enfermedad, dada la inconstante eficacia de los remedios preconizados, es la de aconsejar el sacrificio 374 ANALES DE LA inmediato si la forma de la enfermedad no reclama la necesidad del examen experimental, o cuando por lo poco preciso de la sintomatología a él se recurre y revela la exis- tencia de la infección muermosa. Pero en cambio lo que no se puede permitir es que haya quien opine actualmente que los animales declara- dos sospechosos por la maleina en cualquiera de sus apli- caciones, o por la desviación del complemento, que revela el toque por el sistema hemolítico, en cuantas reacciones sucesivas se obtengan, deban ser recluidos forzosamente en el Establo de Observación Sanitaria, y menos sacrificados. Cuando no hay deyección narítica, ni infartos gan- glionares, ni úlceras sintomáticas, ni variaciones térmicas, ¿qué peligro ofrece para la especie humana, y para los su- yos, el sospechoso? | Si las vacas reveladas sospechosas de padecer tuber- culosis, mediante la tuberculina, al no presentar bacilos de Koch en la leche, pueden ser impunemente ordeñadas, y hasta sus carnes son consumidas en los paises más cultos, ¿qué motivos hay para que el equino reputado sospechoso por los reactivos biológicos, sin tener síntomas de la en- fermedad deje de trabajar? Lógico es pensar que las manifestaciones cerradas implican idénticas medidas en uno y otro caso. Apesar de esto, mi criterio va más lejos, y por ello he aconsejado, y sigo sosteniendo, que toda precaución es po- ca, que los sospechosos de padecer enfermedad transmisi- ble no deben ser utilizados porque toda substancia alible de orígen animal ha de estar absolutamente sana, y el mo- tor animal, como el inanimado, debe encerrar la absoluta garantía reclamada por los servicios públicos. Parecerán inconsecuentes mis radicalismos; pero los creo oportunos donde todo se tergiversa y sigue la profe- sión en manos de practicones. | t ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 375 Ello no significa imposición absoluta, pues habida cuenta de que el muermo puede ser curado en sus formas «abiertas, que frecuentemente regresan las manifestaciones “incipientes, proclamo y sostengo: será constante la curabi- lidad cuando no existen síntomas clínicos, y solamente reac- cionan los sometidos a los efectos del examen experimental. Si el pretuberculoso es inofensivo, el premuermoso lo es también. En medicina veterinaria, al igual de lo que ocurre en medicina humana, el mejor tratamiento para atender a los enfermos de tuberculosis, en condiciones de -curabilidad, estriba en colocarlos al aire libre, dándoles sobrada alimentación. Mi experiencia, fruto del ejercicio profesional duran- te veinte años, me permite declarar: curan rápidamente los sospechosos de padecer muermo, sin presentar síntomas clínicos, en el apotreramiento donde abunda la comida y el descanso reparador. ] Por esto me parece de una actuación impropia el sis- tema sostenido por nuestro Departamento de Sanidad al permitir queden recluídos en el Establo de Observación Sanitaria durante un mes, y en algunos casos por espacio de muchos meses, los sospechosos, conjuntamente con los enfermos, dentro del mayor abandono, sin darles medica- ción, y permitiendo sean mal alimentados, pues al correr el sustento por cuenta del dueño ¿qué abundancia pueden recibir cuando han de quedar por tiempo indefinido sin producir utilidad y hasta amenazados de sacrificio? Es natural que aun en esas condiciones algunos SOS- pechosos sean devueltos al no reaccionar por segunda vez, lo que indica curación; y que otros vuelvan a reaccionar, o se agraven antes, Elío los efectos de los brotes agudos evitables. A fin de encausar tanta inadvertencia, lógico. y equi- tativo resulta no coarte el Departamento de Sanidad la acción terapéutica del profesional, ni los derechos inalie- 376 ANALES DE LA nables de los dueños de animales enfermos, al no existir peligro de contaminación. Grande es, señores académicos, la elevada y sagrada mi- sión de nuestro Departamento de Sanidad al procurar no se propaguen las enfermedades porque de ello dimana la riqueza nacional; pero pertenece también a la crematísti- ca facilitar los medios para salvar los atacados cuyo valor es estimativo. Las medidas sanitarias han de actuar con estricto espíritu científico. Si pecan por descuido, o por exceso de aplicación, dejan de llenar los altos fines sociales que persiguen. ACUERDOS DE LA ACADEMIA En la sesión de gobierno celebrada el 11 de enero de 1918, se acordó: 1”—Aprobar el informe ministrado por el Dr. José A. Presno, director de la sección de medicina, cirugía y veterinaria, relativo al expediente presentado por el Dr. Angel A. Aballí, aspirando a la vacante producida por el fallecimiento del Dr. Raimundo Menocal. 2*—5Se procedió a la elección de los candidatos apro- bados, para las vacantes producidas por el fallecimiento de los Dres. Enrique Núñez, Enrique B. Barnet y Rai- mundo Menocal y fueron aprobados los siguientes: Dr. José A. López del Valle, que ocupará la vacante del Dr. Barnet; Dr. Luis Felipe Rodríguez Molina, que ocupará la del Dr. Núñez y Angel Arturo Aballí y Arellano, que ocupará la vacante del Dr Menocal. Terminada la elec- ción fueron proclamados por el Sr. Presidente académicos de número de la sección de medicina, cirugía y veteri- narla. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA El [INFORME SOBRE EL-DR. ANGEL ARTURO ABALLI por “el' Dr. José A. Presno . (Sesión de gobierno del 11 de enero de 1918) El Sr. Presidente de la Academia de Ciencias con fe- cha del 19 de noviembre de 1917, me ha remitido la soli- citud del Dr. Angel A. Aballí y Arellano y los documentos que la acompañan, aspirando a la plaza de Académico Numerario vacante por fallecimiento del Dr. Raimundo Menocal; la publicación de esta vacante se hizo en la Ga- ceta Oficial de 1? de noviembre de 1917, cerrándose el con- curso el 17 del mismo mes. a El único aspirante a esta vacante ha sido el Dr. Aba- 111; 'cuya solicitud tiene fecha de 10 de noviembre de 1917. Los documentos que en apoyo de su solicitud presen- ta el candidato son: La partida bautismal, por la que se comprueba que el Dr. Angel Arturo Aballí y Arellano, nació en Matanzas, ' el día treinta de septiembre de 1880, siendo hijo legítimo del Sr. José Manuel Aballí y de la Sra. María de los An- geles Arellano. Según las adjuntas certificaciones, ha obtenido el as- pirante la nota de Sobresaliente en todas las asignaturas - que constituían los Estudios de Enseñanza Superior y Uni- versitaria, obteniendo catorce premios correspondientes 'a las asignaturas cursadas en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana. Concurrió a las oposiciones de Ayudante del disector” anatómico de la: Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana en 23 de abril de 1898 habiendo obtenido dicha plaza; la que desempeñó hasta el primero de mar- ' zo de 1900 en que por acuerdo del Claustro de la Facul- TOMO LIV—26 378 ANALES DE LA tad de Medicina fué designado para la plaza de Ayudante preparador de medicina legal y toxicología. Por acuerdo del propio Claustro de la Facultad de Medicina pasó a ocupar la plaza de Ayudante de bacterio- logía siendo trasladado a la plaza de Ayudante de fistolo- gía, física y química médica en 1901, la que desempeñó hasta la terminación de sus estudios universitarios. Desde diciembre de 1900 desempeñaba. igualmente la plaza de alumno del Hospital Mercedes. En noviembre 15 de 1901 es declarado Alumno ema- nente de la Universidad de la Habana por el Claustro de profesores de la Facultad de Medicina que en la misma sesión le adjudicó la primer Beca de viaje como premio extraordinario bianual que establecía la nueva reorgani- zación universitaria. Durante su permanencia en el extranjero el aspirante remite a la Escuela de Medicina los siguientes trabajos que fueron declarados aceptables y merecedores de publi- cación por el Sr. Decano de la Facultad de Medicina a propuesta del catedrático Dr. Juan Guiteras, nombrado ponente para informar sobre los mismos, y que se titu- laban: “Contribución al estudio de las hemoconiae”. “Método Golhorn”. “Médula osea en anemia experimental”. Que en el año 1903 remitió a la Escuela de Medicina los trabajos titulados: “Notas experimentales sobre la decapsulación del riñón”; y, “Contribución al estudio de la atrofia infantil”. Que fueron aceptados por la Facultad acordando su publicación. Durante su permanencia en el extranjero cursó en la _New York University and Bellevue Hospital Medical College, en la Universidad de Berlín y en los cursos pri- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 379 vados del profesor Adolfo Baginsky llegando a ser nom- brado ayudante privado de dicho profesor. En el año 1904 desde el mes de mayo es nombrado ayudante de Histología y Anatomía Patológica de esta Universidad de la Habana en cuyas funciones desempeñó el cargo de auxiliar Jefe de Laboratorio por sustitución reglamentaria durante el mes de diciembre de 1904 y durante el mes de diciembre de 1905. En los ejercicios de oposición a la cátedra de auxiliar Jefe de Laboratorio de Histología Normal y Anatomía e Histología Patológicas celebrados el 23 de mayo de 1905 le fueron aprobados sus ejercicios proponiéndolo para el tercer lugar en la clasificación de los aspirantes aptos. En julio 21 de 1906 es nombrado interinamente pa- ra la plaza de Jefe de Clínica Infantil de la cátedra nú- mero seis de la Escuela de Medicina. ! En noviembre 16 de 1906 es nombrado catedrático auxiliar Jefe de la Clínica Infantil de la Escuela de Me- dicina en virtud de los ejercicios de oposición realizados para cubrir la expresada cátedra. Que desde esa época viene explicando dicha cátedra por cesión hecha por el pro- fesor Dr. Enrique Saladrigas, Jefe de la cátedra número seis de la Escuela de Medicina a la que que está adscrita la enseñanza de la asignatura de Patología y Clínica In- fantil. En el año 1901 desempeña un servicio de niños del Dispensario Tamayo hasta noviembre del propio año. Desde diciembre de 1903 hasta el año 1906 vuelve a desempeñar el mismo servicio en el Dispensario Ta- mayo que tuviera que renunciar por haberse trasladado al extranjero. Además ha publicado los siguientes trabajos: “Sobre el Esclerema de la gastro-enteritis infantil. — Revista Médica Cubana”, 380 ANALES DE LA “Colaboración en la parte de Anatomía Patológica: de la fiebre amarilla en el artículo “Yellow Fever” del Dr. Juan Guiteras en el Reference Handbook of the Medical Sciencies”. “En la edición española del Tratado Enciclopédico de Pediatria, t. Il, los artículos: “Fiebre amarilla” en la página 409 y el artículo “Lepra” en la página 623”. “Sobre un caso de Anemia perniciosa progresiva pro- topática tratado por el Suero Hemopoyético”” que fué pre- sentado a la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana y publicado por la Revista de Medicina Interna”. “Sobre un caso de Sinfisis pericárdica con sindrome de asistolia a repetición”.—Publicado en la Revista de Pediatria. enero «ES, HLOM6, “En colaboración con el Dr. Clemente Inclán funda la Revista de Pediatria, que comenzó a publicarse en ene- ro de 1916”. ; “Sobre una distrofia familiar de orígen desconocido. (Presentación de casos a la Sociedad de Estudios Clínicos. Noviembre de 1917)”. Desempeña en la actualidad la plaza de Vocal del Colegio Médico de Cuba. . Es miembro de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana. Es vocal del IV Congreso Médco Nacional, siendo de- signado ponente para uno de sus temas oficiales titulado “Tratamiento de los trastornos gastro-intestinales de la pe- queña infancia”. Por la exposición de estos hechos y por el análisis de la documentación presentada por el candidato, el ponente que suscribe, propone al Dr. Angel A. Aballí y Arellano para ocupar la vacante de Académico Numerario por fa- llecimiento del Dr. Raimundo Menocal. Habana, noviembre 25 de 1917. _ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA “881 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 23 DE ENERO DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número: Dres. G. Alonso Cua- drado, F. Etchegoyhen, R. Gómez Murillo, F. M. Héctor, J. Jacob- sen, J. A. López del Valle, J. A. Presno, L. F. Rodríguez Molina, M. Ruiz Casabó. Leída el acta de la sesión anterior (11 de enero) fué aprobada. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones : Entrada.—De la Secretaría de la Presidencia de la República, remitiendo un ejemplar del Libro de Oro Hispano Americano, pu- blicado por el Dr. Gerardo Pardo. De la Secretaría de Estado, remitiendo nota del Ministro del Brasil, relativa al Congreso de la Historia de América, que se cele- brará en Río Janeiro en 1922. De la Secretaría de Gobernación, acusando recibo del escrito de esta Academia en que se participaba el nombramiento de los Dres. : “José A. López: del Valle, Luis F. Rodríguez Molina y Angel A. Aballí. De la Audiencia de la Habana, solicitando informe en causa núm. 51-916 del Juzgado de Instrucción de Ciego de Avila, por disparo de arma de fuego y lesiones graves. Del Juzgado de Primera Instancia del Este de la Habana, so- licitando tasación de honorarios reclamados por el Dr. Luis de la Torre a la sucesión de María Bouly. + Del Dr. Julio San Martín, solicitando autorización para leer en esta Academia un trabajo sobre la curabilidad del muermo.— Concedida. Del Dr. José A. López del Valle, acusando recibo de su nom- bramiento de académico de número, y dando las más expresivas gra- cias por su elección. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, dando cuenta del nombramiento del Dr. Felipe García Cañizares para for- mar parte de la Comisión de Pesca. Del Dr. Julio San Martín, acompañando una carta del Dr. Etchegoyhen y suplicando se le excuse de leer su trabajo anunciado pera esta noche (25 de enero) y además se le reserve un turno para la próxima sesión.—Concedido. 382 ANALES DE LA Respecto de esta última comunicación, el Dr. Etchegoyhen dice que no había necesidad de haber dado lectura a la carta del Dr. San Martín, y menos a la carta particular que le había acompañado. El Sr. Presidente dice que el Secretario tiene el deber de dar cuenta de todos los documentos que entran y salen en la Academia, y que cumpliendo su deber había dado cuenta de la comunicación dirigida oficialmente por el Dr. Julio San Martín y a la carta a que se refería en la misma. Salida.—A la Secretaría de la Presidencia de la República, acu- sando recibo, con gracias, del Libro de Oro Hispano Americano, pu- blicado por el Dr. Gerardo Pardo. A la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, remitien- do informe relativo a la elaboración de polvos de arroz para el to- cador con hiel de vaca. A la misma, id. id. id., respecto a la solicitud de privilegio de irvención del Sr. Salvador Beyris y Durades, con devolución de los documentos enviados. Al Dr. José A. López del Valle, participándole su elección co- mc académico de número en la vacante del Dr. Barnet. Al Dr. Luis Felipe Rodríguez Molina, id. id. id., en la del Dr. Enrique Núñez. Al Dr. Angel A. Aballí, id. id. id., en la vacante del Dr. Me- nocal. A la Secretaría de Gobernación dándole cuenta de los anterio- res nombramientos. Al Sr. Tesorero de la Academia, Dr. Manuel Ruiz Casabo, dándole cuenta de los anteriores nombramientos. A la Sala de lo Criminal de la Audiencia de la Habana, parti- pándole que por falta material de tiempo, la Academia no podrá despachar el informe que se solicita en la causa por disparo de arma de fuego y lesiones graves, marcada con el núm. 51-916 del Juz- gado de Ciego de Avila. Al Juzgado de Primera Instancia del Este de la Habana, ma- nifestándole que la Academia no podrá despachar hasta el 8 de fe- brero próximo la tasación de honorarios que solicita. El Sr. Presidente en cumplimiento de lo prescrito en el artículo 12 del reglamento hace la proclamación pública de los tres acadé- micos elegidos en la sesión anterior, Dres. José A. López del Valle, Luis F. Rodríguez Molina y Angel A. Aballí y Arellano, congratu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 383 lándose de la presencia de los dos primeros académicos nombrados, a los que da la bienvenida al seno de la corporación. El Dr. José A. López del Valle, en su nombre y en el del Dr. Rodríguez Molina, dice que han venido expresamente a dar las gra- cias con las frases sinceras que salen del corazón, por el alto honor que se les ha dispensado. Entrando en la orden del día el Dr. Santos Fernández cede su turno al Dr. Ricardo Gómez Murillo quien da lectura a su trabajo anunciado sobre LA PROFILAXIS DEL MUERMO en el que después de estudiar las medidas sanitarias dictadas para evitar la propagación de tan terrible enfermedad y la ineficacia y falta de cumplimiento de la mayoría de ellas, propone las siguientes conclusiones : 1% Los solípedos existentes en la Habana y los de otros tér- minos municipales que se dediquen al tráfico con esta ciudad, se- rán sometidos cada tres meses a la prueba oftálmica de la maleina, que se llevará a cabo por los veterinarios a cargo del establo, previa comunicación a Sanidad quien facilitará la maleina y podrá man- dar un delegado que presencie las reacciones. 22 La compra-venta de animales de la especie caballar, mu- lar y asnal no podrá realizarse sin que el vendedor se provea de un certificado expedido por un veterinario y visado por Sanidad, en el que conste la reseña gráfica del animal y el resultado de la reacción a la maleina. Para ser inscriptos en los Registros Pecuarios será indispensable la presentación de dicho documento. 32 Queda prohibida la circulación por el término municipal de la Habana, de todos los équidos procedentes de otras localidades que no hayan cumplido con lo dispuesto en el artículo primero. 49 Para poder mandar los caballos, mulos y asnos a potrero, será necesario solicitarlo de Sanidad, quien otorgará la autorización correspondiente previa maleinización, salvo en los casos que la prue- ba se practique por el veterinario a cargo del establo cumpliendo lo dispuesto en el artículo primero. El mismo requisito será indispen- sable cuando terminado el apotreramiento, vuelva otra vez al establo. 5% Las Jefaturas de Sanidad formarán a medida que se vaya cumpliendo el artículo 1% un censo integrado exclusivamente por ani- males sanos, reseñando al mismo tiempo gráficamente por duplica- do, cada animal, dejando una tarjeta al propietario y otra que con- servará sanidad. 6% Los dueños de animales comunicarán a Sanidad las altas y bajas que ocurran en sus establos y las causas que las originen, 384 ANALES DE LA acompañando en caso de baja la tarjeta gráfica correspondiente. En caso de baja por muerte presentarán un certificado del veterinario de asistencia cuyos impresos se obtendrán en la Jefatura de Sanidad procurando adaptar a la medicina veterinaria la Escala de Bertillon. Estos se harán por duplicado entregándose uno a Sanidad y otro al encargado de recoger los animales muertos, sin cuyo requisito no po- drán ser recogidos. 79 Los animales que acusen reacción positiva o dudosa a la maleina oftálmica, serán remitidos al Lazareto para ser sometidos a la prueba subcutánea de la maleina y a la desviación del comple- mento y si resultaren positivos, serán sacrificados, previa tasación, tengan o no síntomas clínicos. 8% La alimentación de los animales remitidos al Lazareto y las indemnizaciones por sacrificio se harán de acuerdo con lo estable- cido en la Orden núm. 66 de 1901. 92 Los veterinarios a cargo de los establos remitirán mensual- mente a Sanidad un certificado del estado sanitario de los animales. 10% Los que traten de ocultar los casos de muermo serán cas- tigados con multa según lo dispuesto en la Circular 200. Sometido a discusión, pide la palabra el Dr. Etchegoyhen, quien manifiesta que las medidas propuestas por el Dr. Gómez Murillo son análogas a las especificadas en la Orden núm. 66 del Gobierno Interventor; que por la Secretaría de Sanidad no se cumple,—sin que esto sea una censura, —lo legislado en la materia, en lo que res- pecta a las indemnizaciones, las que de hecho pueden considerarse como suprimidas; que se da el caso que ya nadie reclama ese justo pago; que entiende que las indemnizaciones deben abonarse en los casos de animales que sin presentar síntomas de muermo reaccionen a la maleina y se sacrifican. Que a su juicio el Dr. Gómez suprime una medida esencial, que es el certificado. Cree que no deben sacri- ficarse animales que reaccionen a la maleina, sin presentar síntomas clínicos, pues conoce de varios casos que a la segunda prueba no han reaccionado y fueron devueltos a sus dueños. Conoce el caso de un caballo que no reaccionó en la primera prueba y que a los quince días, fué de nuevo remitido al Establo de Observación y que enton- ces presentó una reacción característica; conoce de otros, observados en su Clínica particular, que solo han reaccionado a la maleina.una vez y que más tarde no han vuelto a presentar síntomas de muermo. Estima que la Secretaría de Sanidad al disponer el sacrificio de un caballo que no presenta síntomas clínicos de muermo no se ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA :385 inspira en un criterio científico; que la indemnización debe ser por todo el valor del animal y manifiesta que en la actualidad no se exigen ya los certificados sanitarios. Pide que las conclusiones del trabajo del Dr. Gómez queden sobre la mesa. El Dr. Gómez Murillo pregunta a la Presidencia- si los Sres. veterinarios presentes, que no son académicos pueden tomar parte en la discusión. La Presidencia contesta afirmativamente. El Dr. J. San Martín, en vista de esa pregunta, pide la pala- bra y manifiesta que la indemnización es una de las medidas más eficaces de la campaña contra el muermo. Que en todos los países se indemniza parcialmente, si el animal resulta muermoso y por su valor total si se sacrifica sin serlo. Otro particular es que no deben sacrificarse cuando no presenten síntomas clínicos de 1muermo, aun ¿cuando reaccionen a la maleina. No existe ni un solo autor que no acepte que los animales que no presenten dichos síntomas son los que propagan el muermo; que puede penetrar ya por la vía cutánea, ya por la mucosa sea ¿sta del aparato digestivo o del respiratorio. Los caballos muermosos depo- sitan sus secreciones en los abrevaderos, en los pesebres y sobre todo en el heno o en la hierba que les sirve de cama; y si el bacilo del muermo muere con el sol, se conserva mucho tiempo en la oscuridad, condición esta última en que están generalmente las cuadras. Lo mismo que pasa con el bacilo de Koch, el bacilo muermoso atravie- sa los ganglios tributarios del intestino, pasa por la vía linfática a la. sangre de la vena cava, al corazón derecho y luego al pulmón de donde sale por la tos, la expectoración, al relinchar o al toser e infecta a los demás. Recuerda los experimentos de Fludge en que el hombre puede contaminar medios de cultivo colocados a doce me- tros y si el hombre es capaz de esto ¿cuál no será el poder contami- nador del caballo? El caballo que lleva en su pulmón los bacilos del muermo es como la manzana podrida colocada entre las bue- nas, que a todas las perderá. ¿Es o no un síntoma clínico el que sirve para diagnosticar una enfermedad? Si el caballo reacciona a la maleina ¿no es por que lleva en su organismo el germen de la enfermedad? ¿Vamos a negar que- una adenopatía mediastínica o traqueo-brónquica descubierta en la autopsia de uno de esos animales no sean signos evidentes de su muermo? El tema de los síntomas clínicos debe desecharse. - Los métodos de investigación biológica son bastantes. El caballo muer- moso es el que lleva en su organismo el bacilo productor de la en- 386 ANALES DE LA fermedad. No hay pretuberculosos ni premuermosos, sino tubercu- losos y muermosos y todo animal muermoso debe ser sacrificado. El Dr. López del Valle, hace uso de la palabra, exponiendo que directamente aludido en el curso de este debate, toma parte en el mis- mo, para aclarar y fijar ciertos particulares. Aquí, a mi juicio, dice el exponente, se han planteado dos asuntos: uno de carácter cientí- fico y otro administrativo. El primero, por las disertacines de los Dres. Etchegoyhen y San Martín. El segundo, en el trabajo que acaba de leer el Dr. Gómez Murillo. Estudia ambos aspectos del asunto, analizando a la luz de hechos prácticos, lo relativo a las in- demnizaciones, certificados, exámenes del ganado, dificultades pre- sentadas en la expedición de esos documentos y demás particulares de orden administrativo. Estima oportuno el que se restablezcan las indemnizaciones, aunque limitadas, ya que el estado actual, en lo que respecta a la inspección de los establos, no es el mismo que cuando se promulgó la Orden 66. En aquella fecha la inspección del ganado estaba, por no existir número suficiente de veterinarios, en manos profanas, que para denunciar los casos de muermo necesi- taban el aliciente del alto precio fijado en esa Ley para las indemni- zaciones. Ahora no estamos en esas condiciones. Creada la Escue- la de Veterinaria, la inspección del ganado está bajo la dirección facultativa. Los Sres. veterinarios deben comunicar los casos de muermo, en cumplimiento de sagradas obligaciones profesionales. La indemnización debe quedar solo como un estímulo para los due- ños de los animales enfermos. En lo que respecta a la parte científica del asunto debatido, es- tá de acuerdo con los Dres. Gómez Murillo y San Martín. Cree que todo caballo muermoso, debe ser sacrificado, en bien de la salud pú- blica. Estima los casos de muermo llamados “cerrados”, en relación con los “portadores de bacilos”. Cree que es necesario, en los casos que no existan síntomas clí- nicos aparentes, apreciables a simple vista, el recurrir al Laborato- rio, a las pruebas biológicas, a experiencias que confirmen el estudio inócuo o infectante de las secreciones del animal. Hay que precisar bien, con pruebas experimentales, que es lo que debe considerarse como casos de ““muermo cerrado” y cuando deja de ser infectante el animal atacado y tiempo que dura la curación y si ésta es real, com- pleta, permanente o tan sólo aparente, para manifestarse con ma- yor virulencia, a poco que por el trabajo y la fatiga, se quiebren las líneas de defensa y vuelva a brotar una infección que tan sólo esta- ba detenida por los cuidados higiénicos. Entiende que en ese terre- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 387 no, hay todavía mucho que andar, pero que la más elemental pru- dencia, aconseja mantener las medidas sanitarias actuales, colocán- donos a la defensiva hasta que el Laboratorio diga la última palabra en el asunto. El Dr. López del Valle, se refiere a la tuberculosis en el ganado vacuno, que durante largo tiempo se negó en las vacas criollas y que sin embargo, se ha podido comprobar recientemente, al procederse a la prueba de la tuberculina en los Establos de la Habana. Más de treinta vacas se han sacrificado por esa causa, y en vir- tud de la reacción a la tuberculina. La gran mayoría de esas vacas, estaban gordas, grasientas, en aparente buen estado. Y sin embar- go, no sólo reaccionaron a la tuberculina, sino que más tarde en la autopsia, se comprobaron lesiones tuberculosas bien características. Y esas vacas, que no presentaban signos clínicos de tuberculosis, se explotaban como lecheras, en los Establos de la ciudad. Precisamente el adelanto positivo de la Higiene moderna, ha sido el establecer de manera precisa en gran número de.casos, los vehículos y mecanismo de las infecciones y establecer el “diagnós- tico sanitario” de infecciones, antes de que éstas se manifiesten en sus síntomas clínicos, con objeto de evitar la existencia de focos am- bulantes de contagio. El diagnóstico precoz, es, sin duda alguna, una de las bases de la medicina profiláctica, ya que gracias al oportuno conocimien- to de la infección, se evitan los estragos de ésta. Y si en una enfer- medad tan mortal para el hombre como el muermo, tenemos elemen- tos para el diagnóstico sanitario de la misma, debemos utilizarlo y actuar en consecuencia, antes de que se presenten los signos clínicos de la enfermedad, ya que entonces es cuando comienza el mayor pe- ligro de propagación. Se refiere, y compara a las distintas enfermedades transmisi- bles de la especie humana y hace mención de la lepra, en la que pre- cisa adoptar medidas generales de aislamiento y reclusión en tanto no se llegue a determinar cuál es el medio exacto de propagación de la enfermedad. Hace resaltar la poca efectividad de los certificados que hasta el presente han venido expidiendo algunos de los Sres. veterinarios particulares, toda vez que esos documentos se despachan sin la pre- via y necesaria inspección de los animales. Refiere que para corre- gir esa falta, hubo de celebrar una entrevista con distinguidos pro- fesionales veterinarios, los que conocieron la necesidad de actuar en ese sentido. 388 ANALES DE LA El Dr. Etchegoyhen manifiesta que acepta la contagiosidad y que si el animal es un portador de bacilos reacciona a la prueba biológica. Con lo que no está de acuerdo es con que se sacrifiquen los caballos que no presenten síntomas clínicos de muermo, por tra- tarse de una enfermedad curable. 7 Contesta al Dr. López del Valle, manifestando que desde hace veinte años trajo a Cuba la tuberculina, procediendo a practicar pruebas en vacas, no habiendo podido encontrar la tuberculosis en “la vaca criolla con la frecuencia que se dice. Que desde esa fecha él viene llevando a cabo esos trabajos de una manera científica y ha tratado de investigar el caso aun en las vacas de los potreros sin po- der comprobar la existencia de la tuberculosis en las vacas cubanas. Refiere las observaciones llevadas a cabo en los mataderos en unión del Dr. Ruiz Casabó, quien examinaba cuidadosamente las vísceras sin encontrar lesiones tuberculosas. El Dr. Gómez Murillo dice que en su trabajo suprime los cer- tificados en su forma actual, por entender, como el Dr. López del Valle, que no son efectivos. En cambio propone el que se lleve a cabo por el veterinario del establo una prueba científica que en la práctica ha de dar mejores resultados que la certificación que hoy día se emplea. Estima que las indemnizaciones deben ser comple- tas, sin excluir a nadie. El Dr. del Río manifiesta que en vista de que ninguno de los Sres. veterinarios presentes ha recogido, para contestar, las censuras hechas por el Dr. López del Valle sobre la forma en que son expe- didos los certificados por los veterinarios, él se cree en el deber de hacerlo y manifestar que iguales deficiencias se observa en lo que respecta a los certificados médicos y a las fórmulas en las farmacias, dándose el caso de que farmacéuticos que residen en la Habana, apa- recen autorizando fórmulas que se despachan en Santiago de Cuba, Que también y desde hace largo tiempo ha venido practicando estu- dios sobre la tube1culosis en general habiendo podido comprobar esa enfermedad en reses vacunas. Refiere como muchos atacados de le- pra aprovechan las horas de la noche para burlar la vigilancia sani- taria, lo que pudiera también ocurrir con el muermo si no se toman medidas eficaces. : El Dr. López del Valle contesta al Dr. del Río diciéndole que lo que él expuso con respecto a la forma en que la gran mayoría de los Sres. veterinarios expiden los certificados, es sencillamente la verdad y que ésta debe exponerse sin ambajes en las Academias, Sociedades Científicas y Congresos Profesionales, con objeto de que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 389 conocido el mal se le ponga remedio. * Hace mención de las leyes y disposiciones sobre la lepra y el alcance de las mismas. El Dr. Francisco M? Fernández da lectura a una Nota prelimi- nar sobre el tratamiento del estrabismo por la operación de Reese, en la que expuso el resultado de ocho observaciones clínicas de enfer- mos operados por él de estrabismo. Siendo muy avanzada la hora se da' por terminada la sesión pública y queda constituida la Academia en otra de gobierno. LA PROFILAXIS DEL MUERMO | por el Dr. Ricardo Gómez Murillo (Sesión del 25 de enero de 1918) “El muermo es curable”, trabajo leído por mi distin- guido compañero Dr. Etchegoyhen en la sesión anterior, ha dado actualidad palpitante a un asunto tantas veces discutido en esta Academia que libró batallas memorables por extinguir la afección muermosa en aquellos tiempos, ya viejos por fortuna, en que aun había profesionales afe- rrados a las antiguas empíricas teorías, que negaban su contagiosidad y que según frase gráfica “se comían el muermo con pan”. | | Permitidme, pues, que felicite al Dr. Etchegoyhen, no por las viejas ideas sustentadas por “él en su comunica- ción, desechadas en la actualidad por las investigaciones científicas modernas, como tendreis muy pronto el gusto de escuchar de labios del Dr. San Martín, sino por haber da- do lugar a que la Academia vuelva otra vez a discutir la profilaxis del muermo y eleve a la Secretaría de Sanidad ' las conclusiones aprobadas, con el fin de encauzar la cam- paña profiláctica, desviada hoy del camino mas corto, se- guro y practicable, 390 ANALES DE LA. De aquí la poca efectividad de las disposiciones sa- nitarias y el asombro que causa el descubrimiento de gran- des focos muermosos, cuando no se creía posible su exis- tencia. Y es que el muermo, enfermedad polimorfa, casi siem- pre crónica y muchas veces localizada en órganos internos sin manifestaciones sintomáticas aparentes, no puede ex- tinguirse en una localidad cuando las medidas profilácti- cas no son sistemáticas, enérgicas y basadas en un amplio espíritu de justicia. Cada animal muermoso, con síntomas clínicos exter- nos o no, estabulado o dedicado a sus ordinarias faenas, es un propagador de la enfermedad, y por lo tanto, una constante amenaza para sus semejantes y para el hombre. La accón sanitaria se dirige a suprimir esta fuente de con-. tagio. ¿Lo consigue? No. Actualmente la profilaxis del muermo es puramente pasiva. Los inspectores veterinarios de la Jefatura local, escasos en número y muchas veces utilizados en otros servi- cios, realizan sus visitas a los establos y denuncian y orde- nan remitir al Lazareto los animales que presentan algún síntoma sospechoso. Si las pruebas diagnósticas confirman la sospecha, se sacrifica y se procede a practicar la oftalmo-reacción en to- dos los animales de aquel establo. Otro tanto sucede, cuando el propietario por indica- ción de un veterinario, remite espontáneamente al Lazare- to un animal sospechoso. Es decir, que en una enfermedad como el muermo, diagnosticable prematuramente en ausencia de todo signo exterior, se aguarda con paciencia de monje la denuncia espontánea de un caso, o el hallazgo por un inspector, de los animales que por sus síntomas, sean sospechosos. ¿No sería más efectivo y rápido someter periódica- mente a las pruebas reveladoras a todos los solípedos exis- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3891 tentes en la Habana y a los de otros pueblos cercanos que sostienen con la ciudad un tráfico contínuo ? Estimo esta medida como la más lógica, porque sacri- ficando todos los animales que reaccionen positivamente, presenten o no, síntomas clínicos, lograríamos en poco tiem- po, en muy poco tiempo, ver a la Habana libre de ese te- rrible flagelo, que pone en constante peligro la vida de los ciudadanos. La oftalmo-reacción debe hacerse, por ahora, cada tres meses, por los veterinarios particulares y controlada por Sanidad, para lo cual, el veterinario comunicará a la Jefa- tura local de Sanidad, con anticipación suficiente, la fecha, hora, nombre del propietario y número de animales que han de someterse a la prueba, para que aquella pueda en- viar, si lo estima oportuno, un inspector que presencie las reacciones, siendo remitidos al Lazareto para someterlos a las pruebas clásicas los que hayan dado una reacción franca o dudosa y en caso de confirmarse el diagnóstico, se procederá a su sacrificio, tengan o no síntoma clínicos. De este procedimiento radical se derivan otras medi- das encaminadas a evitar la posible ocultación de anima- les muermosos. La Secretaría de Sanidad formará un censo integrado exclusivamente por équidos declarados sanos por la reuc- ción oftálmica, y prohibirá en lo absoluto la compra-venta de animales sin estar provisto el propietario de un certifi- cado que acredite la previa reacción negativa a la malei- na; certificado que se considerará indispensable presentar en los registros pecuarios para la inscripción de los ani- males adquiridos. El censo exacto de animales sanos, pondría a la Se- cretaría de Sanidad en magníficas condiciones para ejercer una verdadera vigilancia, obligando a los propietarios a comunicar las altas y bajas ocurridas en su establo y las causas que las originan. Si las bajas son debidas a la 392 ANALES DE LA muerte, la comunicación debe ir acompañada de un certi- ficado expedido por el veterinario de asistencia, adaptan- do dicho certificado al sistema de Bertillon, para llegar lo mismo que en medicina humana, a poseer una estadística demográfica de los animales domésticos. La remisión de animales a potrero debe ser objeto de una vigilancia especial, pues esta es la puerta abierta .de la ocultación. Los propietarios de mala fé o los que te- men, no sin razón, los procedimientos sanitarios, cuando notan algún síntoma sospechoso, no consultan con el vete- rinario que los obligaría a denunciar el caso, sino que lo mandan a potrero, y así algunas fincas cercanas a la Ha- bana se han convertido en focos perennnes de muermo. - Es necesario, pues, que se obligue a los dueños de ani- males que por cualquier causa quieran apotrerarlos, soli- citen de Sanidad el permiso correspondiente que será otor- gado, previa maleinización, realizándose dicha prueba tam- bién al regreso, antes de ser declarado alta en el establo. Al hablar de las ocultaciones, señalaba los ocultadores de mala fé y los que temen, no sin razón, los procedimien-. tos sanitarios actuales, y quiero aclarar este punto que con- sidero importantísimo. El propietario de buena fé que por indicación de su veterinario denuncia y remite al Lazareto un caso sospe- choso de muermo, sufre grandes perjuicios de los que ja- más se resarce. Se le obliga a seguir alimentando por su cuenta el animal aislado en el Establo de Observación y s1 las reacciones diagnósticas lo declaran positivo se saerl- fica sin indemnizarle parte del valor intrínseco que pierde. Además, se maleinizan todos los animales de su propiedad, los que resultan sospechosos se llevan al Lazareto pagan- do siempre la alimentación de su peculio y por fin se sacri- fican los muermosos confirmados sin percibir la menor -*u=- ma que contribuya a aliviar su pérdida. ACADEMIA DE CIENCIAS [DE LA HABANA 393 Ante estos procedimientos no deben extrafiarse las ocultaciones del muermo por individuos de buena fé que en otras circunstancias y con otros métodos, serían espon- táneos denunciadores. En todos los países civilizados, las reglas de Policía Sanitaria se aplican con gran espíritu de justicia y en vaso de sacrificio de animales por enfermedades transmisibles, como si hay necesidad de destruir los arneses, forrajes, éz, el propietario recibe la indemnización correspondiente, en relación siempre con el valor del animal, o los efectos des- truidos o inutilizados. En Cuba la Orden No. 66 de 1901, vigente aun, dis- pone que la alimentación de los animales remitidos al Es- tablo de Observación será por cuenta del Estado, y en caso de sacrificio, siempre que hayan sido denunciados por sus dueños, éstos serán indemnizados con la mitad del valor en que se haya justipreciado, siendo el maximun de $200, por cada caballo o mula. Las actuales Ordenanzas Sanitarias, no sé por qué motivo, suprimen la alimentación de los animales aislados y echan esa carga indebidamente sobre los propietarios y esto produce un efecto idéntico al que produciría si a los familiares de un enfermo sospechoso de fiebre amarilla o peste bubónica aislados en el Hospital Las Animas, se les obligara a llevar diariamente la dieta del enfermo o se les pasara cada quince días la cuenta de los gastos ocasiona- dos por la alimentación. Respecto a las indemnizaciones por sacrificio, aunque las Ordenanzas Sanitarias en su artículo 237, consignan la mezquina cantidad máxima de $40, realmente, han sido suprimidas, pues hace algunos años que los dueños de ani- males no perciben un solo centavo por este concepto. Si la Secretaría de Sanidad modifica su criterio en esta cuestión vital, los propietarios de animales en lugar de burladores de la ley, serán sus más decididos colabora- TOMO LIV —27 394 ANALES DE LA dores y el problema del muermo habrá dejado de serlo en la Habana. Uno de los afluentes del muermo lo constituyen los solípedos de los pueblos vecinos que tienen un tráfico con- tínuo con la Habana. Siempre que los veterinarios sani- tarios han podido dedicarse a la inspección de esos ani- males en las calzadas que conducen a la población ha sido grande el número de muermosos encontrados. Es necesario pues que la acción sanitaria no se limite a la Habana, sino que alcance con el mismo grado de ener- gía a todos los pueblos, que por la índole de sus industrias sostienen con la población intercambio de productos reali- zado por tracción animal. Será condición indispensable para poder circular por la capital los équidos procedentes de otros términos municipales, hallarse provistos de un cer- tificado sanitario, donde conste la fecha de la última reac- ción negativa y un certificado mensual expedido por un ve- terinario donde conste no tener síntomas clínicos de muermo. A primera vista parece que este plan de campaña pro- filactica había de costar mucho trabajo implantarlo y sin embargo puedo asegurar que sería aceptado con agrado por los dueños de animales. Por otra parte los gastos que trae aparejada la manutención e indemnizaciones no sería tan grande que puestos en la balanza pesaran tanto como la muerte por muermo de un solo individuo de la especie hu- mana y se verían compensados con largueza al ver des- aparecer el muermo de la Habana como desapareció la fie- bre amarilla de la República de Cuba. Conclusiones : 1? Los solípedos existentes en la Habana y los de otros términos municipales que se dediquen al tráfico con esta ciudad, serán sometidos cada tres meses a la prueba oftálmica de la maleina, que se llevará a cabo por los vete- rinarios a cargo del establo, previa comunicación a Sani- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 395 dad quien facilitará la maleina y podrá mandar un dele- gado que presencie las reacciones. 2? La compra-venta de animales de la especie caba- llar, mular y asnal no podrá realizarse sin que el vende- dor se provea de un certificado expedido por un veterina- rio y visado por Sanidad, en el que conste la reseña gráfica del animal y el resultado de la reacción a la maleina. Para ser inscriptos en los Registros pecuarios será indispensable la presentación de dicho documento. 3* Queda prohibida la circulación por el término mu- nicipal de la Habana, de todos los équidos procedentes de otras localidades que no hayan cumplido con lo dispuesto en el artículo primero. 4% Para mandar los caballos, mulos y asnos a potre- ro, será necesario solicitarlo de Sanidad, quien otorgará la autorización correspondiente previa maleinización, salvo en los casos que la prueba se practique por el veterinario a cargo del establo cumpliendo lo dispuesto en el artículo primero. El mismo requisito será indispensable cuando terminado el apotreramiento, vuelva otra vez al establo. 5% Las Jefaturas de Sanidad formarán a medida que se vaya cumpliendo el artículo 1? un censo integrado ex- clusivamente por animales sanos, reseñando al mismo tiem- po gráficamente por duplicado, cada animal, dejando una tarjeta al propietario y otra que conservará sanidad. 6? Los dueños de animales comunicarán a Sanidad las altas y bajas que ocurran en sus establos y las causas que las originen, acompañando en caso de baja la tarjeta gráfica correspondiente. En caso de baja por muerte pre- sentarán un certificado del veterinario de asistencia cuyos impresos se obtendrán en la Jefatura de Sanidad procu- rando adaptar a medicina veterinaria la Escala de Berti- llon. Estos se harán por duplicado entregándose uno a Sanidad y otro al encargado de recoger los animales muer- tos, sin cuyo requisito no podrán ser recogidos. 396 ANALES DE LA 7% Los animales que acusen reacción positiva o du- dosa a la maleina oftálmica, serán remitidos al Lazareto para ser sometidos a la prueba subcutánea de maleina y a la desviación del complemento y si resultaren positivos, serán sacrificados, previa tasación, tengan o no síntomas clínicos. 8? La alimentación de los animales remitidos al La- - zareto y las indemnizaciones por sacrificio se harán de acuerdo con lo establecido en la Orden núm. 66 de 1901. 9% Los veterinarios a cargo de los establos remitirán mensualmente a Sanidad un certificado del estado sanita- rio de los animales. 10” Los que traten de ocultar los casos de muermo serán castigados con multa según lo dispuesto en la Cir- cular No. 200. NOTA PRELIMINAR SOBRE EL TRATAMIENTO DEL ESTRABISMO POR LA OPERACION DE REESE por el Dr. Francisco María Fernández (Sesión del 25 de enero de 1918) Cuando hace poco menos de dos años, leíamos una valiosa contribución del Dr. Roberto G. Reese, sobre un nuevo método en la operación del estrabismo, no pudimos dejar de sentirnos escépticos, pues tanto se ha hecho y es- crito sobre este tema, desde Dieffenbach hasta nuestros dias, que a no ser por la autoridad del autor, y por haber- nos manifestado nuestro sabio maestro, el ilustre anciano que preside esta corporación, que había podido comprobar los buenos resultados de dicho procedimiento operatorio, no nos hubiéramos sentido autorizados para emprender por nuestra cuenta la comprobación del mismo. Consiste la operación de Reese, de la cual tuvimos oportunidad de dar cuenta al cuerpo médico cubano no ha ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 397 mucho (1), y que es una modificación de la hecha por No- yes en 1874, en un acortamiento muscular, seccionando el tendón del músculo casi al surgir la porción tendinosa, y sus objetivos principales se encaminan a obtener un des- bridamiento perfecto del músculo de sus aponeurosis la- terales o invaginaciones de la fascia o aponeurosis de Te- non, así como a respetar las inserciones naturales del mús- culo en la esclerótica. El Dr. Reese ha hecho mas de 250 operaciones de esta clase, para el avanzamiento del recto externo principal- mente, y su operación es algo realmente radical, en cuanto al seccionamiento de la aponeurosis de Tenon, la cual di- seca completamente del músculo; pero es eminentemente conservadora en cuanto a que deja en la esclerótica la im- serción original del tendón, en una corta extensión; pero lo suficiente para evitar un desplazamiento. Reese hace la disección completa del músculo hasta la comisura palpe- bral, para evitar contracciones mas tarde. Nosotros podemos ofrecer datos acerca de ocho casos operados por este procedimiento, en un período de veinte meses, con el resultado que sigue: OBSERVACION Il. M. R., natural de España, de 35 años de edad, pade- cía de estrabismo convergente del ojo izquierdo desde ha- cía más de 30 años. Se trató de hacer la corrección de cualquier error de refracción existente, y se le recomendó la operación, ya que de otro modo no se corregiría su estra- bismo. Le operamos en nuestro servicio de enfermedades de los ojos de la casa de salud “La Benéfica”, del Centro Gallego, el día 16 de abril de 1916, realizando la opera- ción del modo siguiente: (1) Sobre una operación del estrabismo, por el Dr. Robert G. Reese. Traducción del Dr. F. M. Fernández. Crónica Médico-Quirúrgica de la Ha- bana, vol. 42, p. 76. Año 1916. 398 ANALES DE LA Hecha la preparación del campo operatorio, se anes- tesió el enfermo con anestesia general, y practicamos una incisión en la conjuntiva bulbar a unos seis milímetros de distancia del borde de la córnea, y de unos doce milíme- tros de extensión; aislamos el recto externo, mediante el gancho de estrabismo, procediendo a desbridar las inva- ginaciones tendinosas, aunque no tan completamente como aconseja Reese, por temor a dar demasiada libertad o falta de dominio al ojo en sus movimientos que aunque no en grado sumo, en parte están controlados por ellas. Hacien- do luego uso de la pinza especial de Reese, sujetamos con ella el músculo, procurando que entre sus ramas solo que- dasen fibras musculares, y que el centro del músculo, que- dase aproximadamente en el centro de la rama superior de la pinza, en cuya línea media hay una ranura. Secciona- mos el músculo en el comienzo de su porción tendinosa, a unos tres milímetros de la esclerótica y, desde luego, hici- mos el corte de modo que la extremidad distante del mis- mo fuese la que quedase aprisionada en la pinza, sobresa- liendo de las ramas de ésta el músculo en unos tres milí- metros de extensión. Más tarde, denudamos lo mejor po- sible la parte inferior, de modo que las invaginaciones ten- dinosas no constituyesen mas tarde un obstáculo para la corrección del estrabismo, aunque no hicimos esto de mo- do radical. Pasamos un punto de sutura, o ligadura, con dos agu- jas, por el músculo de dentro hacia afuera, es decir de la superficie esclerotical a la conjuntival, a unos cinco milí- metros de distancia de la pinza de Reese, e hicimos un lazo con ambas agujas, quedando hecha la primera parte de la ligadura. Pasamos después dos nuevos hilos, con seda número 5, (la anterior fué con seda número 3), al través de los bor- des del músculo, por detrás de la primera sutura, y los ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 399 llevamos más tarde al tejido conjuntival y epiesclerotical, sin interesar la esclerótica. Cuando estos hilos estuvieron en su lugar, procedi- mos al acortamiento del músculo, seccionándolo por la parte posterior a la pinza de manera de dejar entre sus ra- mas un pedazo seccionado de tres milímetros. Después de esto, llevamos las dos agujas centrales al muñón escleroti- cal del músculo y terminamos sobre él, sin interesar la es- clerótica, el lazo de la ligadura principal. Terminamos entonces las otras dos ligaduras sobre la conjuntiva y pro- cedimos a colocar el apósito sobre el ojo operado. El enfermo se mantuvo en cama durante tres días, pe- ro diariamente se le hacía una irrigación del ojo operado, y al cuarto día las suturas accesorias cayeron por sí solas, y al décimo cuarto día retiramos la ligadura principal, observando que el estrabismo continuaba corregido como desde los primeros momentos de la operación. A los dos meses le volvimos a ver y lo vimos nueva- mente a los 18 meses de la operación, persistiendo la co- rrección completa de la desviación. OBSERVACIONES ll, III, IV, V y VI Estos casos ocurridos también en nuestro servicio de “La Benéfica”, fueron tratados del mismo modo, con re- sultado semejante en todos ellos. En ningún caso ha ha- bido recidiva y en todos ellos la operación se llevó a cabo de acuerdo con el procedimiento anteriormente descrito. Todos estos casos fueron operados durante el año 1916. OBSERVACION VII. También en un enfermo del servicio de “La Benéfi- ca”. Se le practicó la operación por el método de Reese en el mes de febrero de 1917; al cabo de dos meses le vimos nuevamente y el estrabismo no había sido corregido ente- ramente, no pudiéndose precisar si el defecto subsistente 400 ANALES DE LA se debía a no haber realizado un absoluto desbridamiento de las invaginaciones laterales, o al acortamiento poco ex- tenso del músculo; pero sin recurrir a una nueva operación de Reese como en algunos casos aconseja el autor cuando no ha hecho una completa corrección, procedimos con anes- tesia local a realizar una tenotomía del recto interno, con la cual completamos el efecto deseado. OBSERVACION VIII. Esta operación la realizamos en un joven de 19 años, al cual vimos hace unos siete meses, en el mes de junio de 1917, y operamos al mes siguiente. La operación que en él realizamos fué desde el primer momento una operación combinada, esto es: tenotomía del recto interno y avanza- miento del recto externo, obteniendo excelente resultado. Conclusiones : Aunque no podemos presentar una estadística sufi- ciente a dar orientaciones, es evidente que se pueden obte- ner algunas consideraciones del resultado de las operacio- nes mencionadas. En primer lugar, la operación de Reese, dejando un muñón esclerotical bastante grande, evita que se tenga que interesar el tejido esclerotical, que, aun cuando puede ser herido impunemente en muchos casos, en gran parte de su extensión, no deja de provocar reacciones más o menos in- tensas, sobre todo cuando la zona atacada es la del limbo córneo-esclerotical. Este hecho de no interesar la escle- rótica hace que el enfermo pueda abandonar la Clínica con más anticipación que en otros casos, y evita además la perforación de la esclerótica que puede ocurrir a manos expertas. La operación es indudable que resulta algo más eno- josa que si se tratase de una simple tenotomía o de un avan- zamiento capsular, o capsulo-muscular; pero en la teno- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 401 tomía no hay la seguridad casi constante de un resultado uniforme. El seccionamiento completo de las invaginaciones que la aponeurosis de Tenon lanza sobre el músculo al reple- garse sobre él, no está muy de acuerdo con el procedimien- to clásico, pero es indudable que con ciertas limitaciones, evita la reincidencia, aumentando en todos los casos la amplitud de los movimientos oculares. La ligadura del muñón distante con el muñón escle- rotical, en vez de hacerlo con la esclerótica, hace que se mantengan las inserciones primitivas y que la unión entre ambas extremidades del músculo seccionado sea más per- fecta y más estética que si se hubiera hecho la implanta- ción sobre la esclerótica. La operación de Reese es bastante parecida a la que llevaba a cabo Lagleyze, en cuanto a que se hacía un acor- tamiento, pero es bastante más radical que aquella. (2) Hay que tener presente que no se debe incurrir en excesos, como el citado por el Dr. Santos Fernández (3) con motivo de un avanzamiento realizado, para corregir una doble tenotomía que había sido hecha con anteriori- dad en los Estados Unidos. Aquí es verdad que el exceso de corrección sería más fácilmente enmendado que en los de tenotomía; pero de todos modos, se deben evitar estos excesos. (2) Análisis de la obra del Dr. Lagleyeze, sobre el estrabismo, por el Dr. Juan Santos Fernández. Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, vol. 37, pág. 433. Año 1911. (3) Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, vol. 12, .pág. 247. Año 1886. h 402 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA EXTRAORDINARIA DEL 8 DE FEBRERO DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número: Dres. J. P. Alacán, A. Betancourt, E. Delgado, F. Etchegoyhen, J. A. Fernández Benitez, R. Gómez Murillo, A. Górdon, F. M. Hector, J. Jacobsen, J. A. Ló- pez del Valle, L. F. Rodríguez Molina, M. Ruiz Casabó, F. Torral- bas, C. de la Torre, F. I. de Vildósola. Bajo la presidencia del Dr. Juan Santos Fernández y con asis- tencia de numerosa representación de distintas corporaciones, fami- liares y distinguidas damas, se celebró la sesión extraordinaria con- vocada para honrar la memoria del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, académico de mérito y presidente que fué de esta Academia. El Dr. Jorge Le-Roy encargado del elogio del desaparecido, lo consideró en su triple aspecto de profesor, de académico y de publi- cista, rindiendo el merecido tributo de respetuoso cariño a su me- moria. Al terminar este discurso, el Sr. Presidente dirigió breves pala- bras de gracias a la concurrencia y dió por terminado el acto. ANTONIO DE GORDON Y DE ACOSTA Habana; 19 septiembre 1848.—Habana: 8 febrero 1917 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 408 ELOGIO DEL DR. ANTONIO DE GORDON Y DE ACOSTA por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 8 de febrero de 1918) Desde la más remota antigúedad el culto de los muer- tos ha sido una de las características de los pueblos que habitan la tierra. Culto que varía con los principios reli- glosos que cada país profesa y que se traduce por ritos y ceremonias diversas. En los templos de la ciencia también se rinde tributo de admiración a los hombres que han sa- bido conquistar el derecho de pasar a la posteridad, reme- morando las obras y acciones que los han hecho dignos de transmitir a las generaciones venideras el ejemplo de sus vidas. Esta Academia, desde su fundación, ha tenido cui- dadoso empeño en perpetuar el recuerdo de los hombres que la han integrado, consignando sus presidentes y secre- tarios en cada sesión solemne los nombres de los que han caído en el transcurso del año; y presentando últimamente cada nuevo académico, el elogio de su antecesor al recibir las palmas académicas, para que no falte nunca la reseña de la vida de los que nos precedieron en el camino que to- dos hemos de recorrer; pero cuando el que deja vacío su lugar es un académico de mérito, como éstos no tienen sus- tituto reglamentario, entonces se elige a un compañero pa- ra que trace los caracteres distintivos del finado y someta al juicio de la historia la actuación que lo caracterizara. Este es el caso del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta y he aquí el por qué se celebra esta sesión en honor a su me- moria. y ¿Por qué ocupo ahora esta tribuna desde la cual de- jara oir su autorizada voz en pasados días? ¿Por qué se me ha designado para llevar la representación de la Aca- 404 ANALES DE LA demia en estos solemnes momentos? Porque siempre he ofrecido el homenaje de respetuosa consideración a los hombres que lo han merecido y porque si he sido el más modesto de sus discípulos, también he sido uno de los más fervientes admiradores del maestro al que me ligaron en vida los lazos de un sincero afecto y después de su muerte con sus hijos y otros familiares los de una verdadera amis- tad. Tuve la suerte de ser su alumno al comenzar mi ca- rrera, explicándome la cátedra de fisiología en el curso de 1883 a 1884; fué él uno de los jueces de mi tribunal de doctorado al terminar mis estudios universitarios; el pri- mer trabajo que presenté en esta Academia en 1895, mu- cho antes de ingresar en la docta Corporación, fué duran- te su periodo presidencial (1); y finalmente tuve la dicha de que su último trabajo leído aquí (2) fuera para entre- garme el Premio de Medicina Legal que lleva su nombre, con el que laurearon mi memoria sobre “El suicidio en Cuba”, la primera vez que se concedía ese premio. To- das estas circunstancias me indujeron a no medir mis fuer- zas, escasas para la labor que debía realizar, pero grandes para abrir el corazón al sentimiento y echar sobre mis hom- bros, que cargaron su cadáver, el peso de sus grandes me- recimientos y conducir tan preciosa carga a este recinto, que en pasados tiempos, animara con su presencia y con la exposición de sus múltiples conocimientos. En un libro que frecuentemente leo, escrito por un mé- dico escocés, he hallado estos hermosos pensamientos: “De todas las cosas que existen, la más interesante para el hom- bre es el hombre mismo. Nada tiene para él tanto atracti- (1) Notas clínicas sobre septicemia puerperal. Leídas en la Real Aca- dermia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana el 13 de octu- bre de 1895. Anales Ex, t. XXXII, p. 389; Revista de Medicina y Cirugía, Ha- bana, t. I, p. 107-111; Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, t. XXVILI, p. 345-348. (2) Sobre el suicidio, por el Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, 8 ma- yo 1908, Anales é, t. XLIV, p. 825-829. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 405 vo como todo aquello que se relaciona con la vida huma- na, sus pruebas, sus goces, sus sufrimientos y sus obras...” “ ..El interés que se tienen los hombres como indivi- duos se manifiesta de mil maneras; en los retratos que pintan, en los bustos que esculpen, en los relatos que ha- cen los unos de los otros...” (3) Consecuente con estas ideas y recordando que el Dr. Gáórdon me enseñó a conocer al hombre físico en su dina- mismo funcional, trataré de presentaros, no su fisonomía, que ha sido trazada por los pinceles del artista en el retra- to que desde ahora ocupará su lugar en la galería de nues- tros dignos predecesores, glorias de la ciencia, de Cuba y de esta ilustre corporación, sino su retrato intelectual y moral, haciendo aparecer ante vosotros algunas de sus pruebas, de sus goces, de sus sufrimientos y de sus obras, justamente en este día en que se cumple el primer aniver- sario de su muerte. No he de remontarme a la época de su nacimiento, ocurrido en la Habana el 19 de septiembre de 1848; tam- poco seguiré paso a paso su vida de escolar, pues esto me llevaría muy lejos y ya en otro lugar he consignado esos detalles (4); pero no puedo silenciar que en aquel gran plantel que dirigió “el maestro que enseñaba todas las cien- cias”, en aquel célebre colegio El Salvador, pedestal de la gloria de nuestro Luz y Caballero, de nuestro gran Don Pepe, se forjó el carácter del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta. Las doctrinas del ilustre pensador infiltradas en el juvenil cerebro de nuestro biografiado lo prepararon des- de bien temprano para el magisterio, como lo demuestra el certificado que literalmente ha reproducido otro de sus discípulos, el Dr. Huguet, en un trabajo dedicado a su memoria (5) y en el que se hace constar que fué alumno astrrdórmibs: El Carácter, Paris, sexta edición, p. 252. (4) Anales €r, t. LIT, p. 397-399, (5) Breves apuntes sobre el Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, por el Dr. Luis Huguet y López, Habana, 1917, Imp. El Siglo XX, p. 4. 406 ANALES DE LA sobresaliente de ese Colegio, donde desempeñó por “espa- cio de cuatro años diversas clases de las ramas de quími- ca, física e historia natural con notable buen éxito, así por s1s conocimientos como por su buen método” y además que era “de intachable conducta y entusiasta aplicación al es- tudio”. Estalla la guerra de los diez años y el apellido Ber- múdez, de su primera consorte, de triste recuerdo en los -luctuosos sucesos del 27 de noviembre, es causa de que abandone el país, y pasa el joven Górdon a los Estados Unidos de Colombia, donde el Presidente del Estado lo nombra “Catedrático ad honorem del Colegio del Estado para la enseñanza de la clase de Química General”, fecha- do este nombramiento en Cartagena, el 8 de julio de 1869. En aquella ciudad había recibido pocos días antes (27 de junio) el grado de Doctor en Medicina y Cirugía. Poco tiempo permaneció allí pues en 2 de octubre de 1870, ya figura en la Habana, donde “Se le acordaron las gracias por el Excmo. señor Gobernador Superior Político por el donativo hecho a la Universidad de un laboratorio de química para el uso de la facultad de medicina y ciru- gía y aprobando aquél al mismo tiempo el nombramiento a su favor para servir gratuitamente la plaza de conser- vador director micrógrafo del propio laboratorio”. Tres días después (5 de octubre de 1870) recibía su título de bachiller en la facultad de medicina y cirugía, con la nota de sobresaliente; y un año más tarde (6 de oc- tubre 1871) el de licenciado en la propia facultad, reali- zando los ejercicios para el grado de doctor, y con la mis- ma nota de sobresaliente, en 2 de febrero de 1876, versan- do su tesis doctoral sobre el siguiente tema: “En el estado actual de la ciencia no puede preferirse la vacuna de ter- nera a la de brazo a brazo”. En ella defendía las doctri- nas de la época, contrarias a la vacuna animal, combatien- do las objecciones de Lanoik y de Depaul sobre la trans- misión de la sífilis por la vacuna humana. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 407 NS A A -__— _ _——— El joven profesor en el colegio El Salvador y en el del Estado de Cartagena de la República de Colombia, había de ingresar bien pronto en el claustro de nuestra Universidad, donde comenzó por desempeñar gratuita- mente la plaza de conservador director micrógrafo a que antes aludí (28 septiembre 1870) y más tarde (9 junio 1875) fué nombrado catedrático supernumerario interino de la propia facultad de medicina. Desempeñó luego (18 diciembre 1876), a propuesta del Rectorado, la cátedra de Ejercicios de Osteología y Disección, primero y segundo curso, y por fallecimiento del Dr. Estéban González del Valle fué nombrado catedrático numerario interino para el desempeño de las asignaturas de fisiología e higiene pri- vada y pública; cátedras donde había de demostrar sus dotes de maestro durante muchos años, hasta que, sucesos de que luego hablaremos, lo despojaron de su puesto y lo lanzaron a las tristezas que más tarde produjeron su muerte. Además de su cátedra de fisiología desempeñó el Dr. Górdon en 1878 y 1882 la de historia de la medicina; en 1875-76 la de obstetricia; en 1876 la de anatomía descrip- tiva primero y segundo curso; en ese mismo año y en 1899 la de medicina legal; en 1877 y 1880 la de terapéutica y en 1899 la de química biológica. En la asignatura objeto de sus constantes estudios: la fisiología humana, fué donde comencé a tratarlo parti- cularmente con motivo de las lecciones de fisiología celu- lar, que de manera elocuente explicaba a sus alumnos, —y que no se encontraban en los textos que nos servían de es- tudio, —pues hube de importunarlo con mis exigencias pa- ra conocerlas a fondo y llenar las proposiciones del pro- grama oficial, temiendo me tocasen en el examen de fin de curso, como efectivamente ocurrió, pues de las tres saca- das a la suerte, dos versaban sobre dicha materia. Su bondadosa amabilidad entonces, me abrió las puertas de 408 ANALES DE LA su casa y más tarde hubo de intervenir en distintos actos de mi vida universitaria, sirviendo su rectitud y ecuanimi- dad para salvarnos de un fracaso seguro en aquellos inol- vidables exámenes de obstetricia y ginecología, en que la enemistad personal entre dos profesores se traducía en per- juicio de los alumnos de uno de ellos. En aquella memo- rable ocasión, en que fué necesaria la presencia del Rector de la Universidad en el Tribunal de exámenes, su actua- ción como presidente del mismo, lo colocó a envidiable al- tura, por el tacto exquisito que reveló para hacer que la justicia se cumpliera y no fuéramos víctimas los alumnos de las enconadas pasiones de los otros dos profesores. Sus explicaciones de la ciencia que cultivaron Lon- get y Beclard, Kuss y Magendie, Virchow y Koliker, Clau- de Bernard y Fracois Frank, €, estaban llenas de citas que tomaba de los autores, fijando sus nombres, títulos de las obras, fechas de las ediciones y hasta el tomo y la pá- gina en que se encontraban, con tal precisión, que dudan- do de su certeza otro de mis compañeros y yo, nos dedica- mos un día a tomar nota, nada más que de las referencias que hacía. Aun recuerdo que se trataba de explicarnos el hambre y la sed, y anotamos entre los dos, próximamen- te un centenar de citas; terminada la clase, entramos en la biblioteca de la Universidad y allí y luego en la de nues- tros respectivos padres, que también eran médicos, eva- cuamos la consulta de todas aquellas referencias sin ha- berle podido hallar un sólo error, ni siquiera de las pági- nas citadas. Su prodigiosa memoria me recuerda otro episodio de que fuí testigo, en aquella covachuela donde estaba insta- lado el Decanato de medicina cuando comencé mis estu- dios. Algún profesor trajo la lista de la lotería que aca- baba de jugarse, y el Decano, Dr. Felipe F. Rodríguez (Felipillo como cariñosamente lo llamábamos) le propu- so al Dr. Pulido Pagés, ver cuál de los dos la repetía de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 409 memoria después de una lectura. El Dr. Górdon, con sólo una audición, la repitió acto seguido al derecho, al revés, y luego cantando los números y los premios correspon- dientes. Tan extraordinaria facultad retentiva le perjudicaba en la claridad de sus escritos, pues no podía sustraerse a la cita de hechos, nombres y fechas, que a veces obscure- cian sus trabajos y difundían la atención en múltiples di- recciones. En cambio favorecía su vastísima erudición y le permitía abordar cualquier materia, bastándole para ello una simple lectura. No contento el Dr. Górdon con los laureles que ya cubrían sus sienes, quiso agregarle nuevas ramas a su co- rona, y en 15 de junio de 1880 sostuvo su tesis de doctor en la facultad de farmacia, que versó sobre “El método general adoptado hoy en la investigación de los alcaloides en los envenenamientos ¿llena las exigencias de la cien- cia?” Dicha tesis la terminó asegurando “que el proceder de Stass variado por los Dres. Yáñez, Schroeder y Otto para la investigación de los alcaloides en los envenena- mientos que constituye el método más generalmente acep- tado, aunque deja que desear, es preferible a los demás, llenando las exigencias de la ciencia contemporánea por lo menos de un modo relativo”. Más tarde (en 20 septiembre 1880) leyó su tesis de doctor en la facultad de ciencias exactas, físicas y natura- les (sección de las físicas) eligiendo como tema de ella los ““Procederes que deben seguirse en la análisis cuantitativa de las aguas minerales naturales, tanto en el manantial como en el laboratorio”. En esta tesis, después de expli- car cada uno de los procederes, advierte “la necesidad ca- da vez más y más apremiante de consagrarse a esos tra- bajos [el estudio químico de dichas aguas] sobre todo aquí en donde nuestras aguas son, la mayor parte desconocidas en su constitución elemental, pues solo algunas han sido TOMO LIV—28 410 ANALES DE LA examinadas en ese concepto por los Aenlle, Estévez, Sán- chez, Rodríguez, Pons y Codinach, Mialhe, Beltrán y Cel- sís, Ramírez, Caro, Casaseca, Clerch y García, Hita, Rei- noso, Vargas Machuca y Donoso, a los cuales por tales trabajos el país les vive y vivirá agradecido, como a todo aquel que contribuya con su óbolo ampliando científica- mente la hidrología médica cubana...” No satisfecho con ostentar en su píleo doctoral, entre- mezclados a los áureos flecos simbólicos de la medicina, los violados de la farmacia y los azules de las' ciencias, quiso añadirles los rojos del derecho y los celestes de.la facultad de filosofía y letras, lo que dió lugar, en más de una ocasión, a frases epigramáticas más o menos cáusti- cas para el que supo cursar todas las carreras que se ense- ñaban en esos tiempos en nuestra vieja y querida Univer- sidad de la Habana. Si de ella obtuvo títulos y honores, por ella trabajó constantemente por espacio de un cuarto de siglo, sirvién- dola ya como secretario de la facultad de medicina; ya. donándola en 1870 un laboratorio para la cátedra de ana- tomía general, que como premio y estímulo se le mandó llamar por el Gobierno “Laboratorio Górdon”; ya en 1879 donándola igualmente otro laboratorio de fisiología, que se instaló en el edificio de San Isidro, donde estuvo la Es- cuela de Medicina durante mi época de escolar; ya en 1880 regalándole una colección de productos farmacológicos pa- ra la cátedra de terapéutica; ya contribuyendo con su di- rección técnica y con su propio peculio a la creación de aquella inolvidable clínica de obstetricia de Paula, donde aprendí con Arteaga, con Valencia, con Núñez Rossié y con Casuso la especialidad que en un tiempo cultivé con entusiasmo, y en la cual recorrí toda la escala que media entre el alumno y el profesor clínico. ¡Cuántos recuerdos evoca en mi memoria aquella humilde, pero instructiva clí- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 411 nica, a cuya creación contribuyó mi querido maestro Górdon! La dedicación constante a la enseñanza, los méritos adquiridos, los derechos conquistados, los donativos cien- tíficos realizados durante aquel cuarto de centuria, se des- plomaron ante una Orden Militar, dictada no por el go- bernante extranjero sino por un cubano que, en su afán de demoler el secular edificio de nuestra cultura, de tras- tornar hasta los cimientos nuestra alma mater, ocupando la Secretaría de Instrucción Pública, redactó aquel funes- to Plan de enseñanza, conocido con el nombre de su au- tor, y desterró de aquellas aulas, que quizás casualmente pisara alguna vez, a hombres encanecidos en la enseñanza y a los que acompañaron siempre el respeto, la conside- ración y el cariño de sus compañeros y discípulos. Los nombres de Hernández Barreiro, de Berriel, de Céspedes, de Campos, de Carbonell, de Rovira, de Vildósola, de Cu- bas—el defensor de los estudiantes de medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871—de Górdon y de otros más, son pruebas evidentes de la actuación de aquel Secretario de Instrucción Pública de la primera intervención ame- ricana, que no quiero calificar por no hacer estremecer en sus tumbas a muchos de los que acabo de nombrar. Dejemos tan tristes recuerdos para los que de veras amamos a nuestras instituciones, para los que estamos li- gados con el afecto más tierno con aquel Centro donde re- cibimos la savia fecundante de nuestra vida intelectual, para los que recorrimos sus aulas desde el principio hasta el fin de nuestras carreras y en las que supimos a nuestra vez enseñar las doctrinas que habíamos recibido de nues- tros maestros, y las que el desempeño de nuestras cátedras nos imponía; dejemos, decía, tan tristes recuerdos,, para considerar otro de los aspectos de la vida del Dr. Antonio de Górdon y Acosta, su vida académica. * DS 412 ANALES DE LA Si en el centro docente supo enseñar, en el centro con- sultivo supo ejercer la noble misión a los académicos con- fiada. Si en el primero perfundet omnia luce como decía el lema de nuestras medallas profesorales; en el segundo difundió, también, por todas partes las luces de su inteli- gencia y contribuyó con la nobleza de su corazón a salvar a la Academia en momentos en que las pasiones desbor- dadas hicieron peligrar su existencia. El 14 de julio de 1872 ingresó el Dr. Górdon como académico de número de la sección de medicina, cirugía y veterinaria. Tuvo por compañeros de promoción al in- mortal Finlay, a Rafael Cerero, a José de Rocamora y a Manuel Aguilera y Márques, todos ya fallecidos. Poco tiempo después, el 10 de noviembre de ese mis- mo año presentó su discurso inaugural, que versó acerca de “Ensayos sobre el análisis químico e histológico de la sangre en la (sic) Beriberi” (6) hechos en la “de los asiá- ticos beribéricos que en últimos del año 70 ocuparon va- rias camas en las salas a cargo de los Dres. Díaz, Reguei- ra, Cowley y Reynés, en el hospital de S. Felipe y Santia- go, donde fueron remitidos por orden del Excmo. Sr. Go- bernador Político, al comunicarle el profesor encargado de la asistencia médica de los trabajadores de Vento, que se trataba de una afección nueva, o muy poco conocida”. ““Era la forma crónica del Beriberi observada por Aitken y Scott, la que presentaban los enfermos en cuestión”. Este discurso fué contestado por mi también querido maestro, recientemente fallecido, el Dr. Luis M* Cowley, y del cual transcribo estas líneas: “El trabajo de nues- tro nuevo compañero, a pesar del modesto título de ensayo con que lo califica, será siempre una ofrenda digna de es- te cuerpo científico, representará el timbre más legítimo a vuestra estimación y al voto que habeis emitido a su favor. Agregad el mérito propio de estas investigaciones, sus an- (6) Amales €, t. IX, p. 260-272, diciembre 1872. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 413 tecedentes científicos, y aceptareis con nosotros, que al abrirle las puertas de este ilustrado recinto, y facilitarle paso franco para llegar hasta el escabel de vuestras ambi- cionadas sillas habeis hecho la más cumplida justicia al mérito probado. Nuestro recipiendario pertenece a esa en- vidiable pléyade de jóvenes Asclepiades, que ostentan fres- cos aun los laureles escolares con que nuestra Universidad premia anualmente, entre los aplausos de la multitud y el regocijo de los maestros, a las capacidades sobresalien- tes, a la aplicación constante. Aunque joven aun, bien podeis concederle el alto honor de sentarlo a vuestro lado, pues los hombres de su clase son árboles de los cuales bro- tan, a la vez, las flores de la juventud y los frutos de la vejez; más si estos relevantes méritos no fuesen suficientes para hacerlo pasar adelante de los dinteles de oro, que en el templo de la ciencia separan los curules de los sacerdo- tes del vestíbulo en que se postran los profanos, bien po- deis confiados en su desvelo por el estudio, en su incesan- te entusiasmo por el lustre y honra de esta ilustrada Cor- poración, y más que todo, por la laudable y meritoria em- presa con que ha iniciado sus trabajos entre nosotros, ofre- cerle el puesto de honor a que aspira, como en las antiguas basílicas se ofrecía un puesto de honor en las graderías de sus coros, o en los escaños de sus presbiterios, a aque- llos caballeros que en rudos combates, o en difíciles pere- grinaciones habían acometido una grande empresa”. “Recibid pues, amigo Górdon, los sinceros parabie- nes, que os doy con toda la efusión de mi alma en nombre de esta respetable Corporación que todos amamos, y a mi propio nombre, pues siempre fué satisfactorio para el que aceptó el magisterio como una carrera de abnegación y pa- triotismo, el celebrar en público las bellas cualidades y los méritos que enaltecen a sus más aventajados discí- pulos”. (7) (7) Anales €r, t. IX, p. 278-279. 414 ANALES DE LA En la bibliografía que dí a conocer a raiz de su muer- te (8) puede apreciarse su labor intelectual en esta Corpo- ración, informando y evacuando consultas médico-legales de verdadera importancia, muchas de las cuales permane- cieron inéditas—hasta el año pasado en que las publi- qué—a causa de las materias tratadas que, en aquellos desgraciados tiempos de la esclavitud, de haber visto la luz pública, siquiera fuese en las columnas de nuestros Ana- les, hubiéranle producido graves perjuicios a esta Acade-. mia, por cuya vida y prosperidad tanto se desveló el in- signe Secretario que me ha servido de modelo en el cum- plimiento de los deberes del cargo que desempeño, del inol-. vidable Dr. Antonio Mestre. No contento con cumplir sus deberes de académico, desde el año 1881 creó una serie de premios, ya en metá- lico, ya en medallas conmemorativas, dedicados a su asig- natura predilecta, como se advierte en el escrito que pre- sentó en 29 de mayo del citado año, en el que manifestaba que “deseando por todos los medios posibles que la fisio- logía experimental progrese entre nosotros, ofrece un pre- mio de cincuenta pesos en oro al mejor trabajo sobre la “Influencia del plexo solar y gran esplénico en los quilí- feros y linfáticos”. : En 1883 eleva la cuantía del premio, que desde en- tonces llevó su nombre, a doscientos cincuenta pesos, y de- ja el tema a la “libre elección de los aspirantes, a fin de despertar el estímulo por los estudios prácticos en ramo: tan importante”. Durante su etapa presidencial creó otros varios pre- mios, a los que podían aspirar los académicos; no olvi- dando tampoco a los alumnos de la facultades de medici- na, farmacia y ciencias, con temas de libre elección, para facilitar las investigaciones y estimular las aptitudes de los que a ellos aspirasen. (9) (8) Anales €, t. LITI, p. 650-669. * (9) Amales €, t. LIII, p. 655-669. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 415 No se redujeron a esos sus donativos a la Academia, pues consta que en la sesión del 22 de abril de 1894, re- galó dos pedazos de madera pertenecientes a los almendros que existieron a la entrada del antiguo Cementerio de Es- pada; uno de ellos plantado por el Dr. “Tomás Romay y el otro por el Obispo Espada, los que fueron sembrados en 1806 y derribados en 1892. Igualmente donó una rica colección de maderas del país y otra de frutos de nuestros vegetales. Pero donde su actuación se destaca con más vivos co- lores fué cuando los desagradables sucesos que comprome- tieron la vida de nuestra Academia en 1894, y que lo lle- varon, bien a su pesar, a la presidencia de la misma, en los momentos en que cuestiones personales, ocultas bajo el velo de la política, trajeron la renuncia de todos los miembros que formaban la Junta de Gobierno y dejaron por un momento acéfala la Corporación. En esos tristes instantes, los académicos reunidos para solucionar el con- flicto recurrieron al Dr. Górdon como a una tabla salva- dora en aquel naufragio, y lo eligieron interinamente el 28 de noviembre de 1894, confirmando más tarde su elección presidencial para el bienio de 1895-1897 en las elecciones generales del 28 de abril del primero de estos años. Tocóle en suerte uno de los momentos más críticos de nuestra historia, pues fué el período de la guerra por la in- dependencia, con todos los horrores que la acompañaron y con todas las dificultades que trae consigo la renovación del personal que abandonó sus filas para ingresar en las de la revolución o para marchar al extranjero. Su amor a la institución, su respeto por la obra de nuestros mayores, su flexibilidad para sortear los proble- mas que surgían a cada paso en tan difíciles momentos, permitiéronle salvar del naufragio la nave cuyo timón le obligaron a empuñar sus compañeros en la memorable no- che del 28 de noviembre de 1894 y entregarla, sana y sal- 416 ANALES DE LA va, en 28 de abril de 1897 en manos del otro piloto que entonces la dirigió por primera vez y que desde 1901 la gobierna sin interrupción hasta estos instantes. * K xXx La múltiple actuación del Dr. Górdon en las diversas corporaciones de que formó parte, no es posible que la va- loricemos aquí, pues nos llevaría muy lejos. El estudio de - sus trabajos y de sus escritos en ellas, evidencia su activi- dad inagotable, los elevados pensamientos que ocupaban su mente y los hermosos sentimientos que anidaban en su corazón, por eso no me ocuparé ahora sino de una de las obras en que intervino como Presidente Facultativo: me refiero a los Dispensarios para niños pobres de la Habana. En la Sociedad de Higiene de la Provincia de este nombre, de la que formó parte y en la que activamente colaboró, tuvo su origen la idea de establecer entre nosotros los Dispensarios que tan buenos resultados venían ofre- ciendo en Europa. El Dr. Manuel Delfín fué el campeón de la idea, allí en el seno de la Sociedad, en su periódico de vulgarización “La Higiene”, en la prensa profesional y en la prensa periódica; pero circunstancias diversas im- pidieron por el momento la instalación en esta capital de esos centros en que se acude a remediar “las grandes des- gracias que afligen a la infancia, al niño pobre que no tiene siquiera un modesto hospital donde curar sus enfer- medades, que carece de los alimentos precisos y que falle- ce de hambre”. Sin embargo, la simiente germinó, primero en la bella ciudad de los dos ríos, donde el 2 de septiembre de 1894 se inauguró el primero de los Dispensarios de Cuba, de- bido al Cuerpo de Bomberos de Matanzas y sobre todo a aquel varón de imperecedera memoria que se llamó el Dr. Domingo Madan. A los pocos meses, el 1* de marzo de 1895, se inau- guraba el segundo de estos Dispensarios en la ciudad de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 417 Santa Clara, debido a la caridad inagotable de la bene- factora cubana Sra. Marta Abreu de Estévez y a los es- fuerzos del Dr. Rafael Tristá, que supo interesar el cuer- po médico farmacéutico de Santa Clara en la creación de obra tan hermosa. Estalla en esos momentos la revolución que había de traernos la independencia, y se paraliza la obra de fun- dar el de la Habana; pero a los horrores de la guerra se unen los mayores aun de la reconcentración decretada por el funesto Weyler, y entonces surge frente a aquel genio del mal un espíritu dotado de verdadera caridad y de celo evangélico, el que fué nuestro Prelado, y también acadé- mico de mérito Dr. Manuel Santander y Frutos. Con motivo de las conferencias que celebraba con el Dr. Górdon para convenir acerca de las raciones que de- bían repartirse en las Cocinas Económicas, a que tanto contribuyeron el Obispo Santander y el Gobernador Civil Dr. Rafael Fernández de Castro, hubo de exponerle el Prelado al Dr. Górdon la idea de establecer también Dis- pensarios para asistir a los niños pobres que morían por millares, terminando su conferencia con estas elocuentes palabras: “El hambre y las enfermedades traen el crímen, y debemos evitarlo”. Pedida al Gobierno General la casa, propiedad del Obispado, calle de la Obrapía entre Aguiar y Habana, donde estuvo el Cuartel de Bomberos Municipales, y ne- gada la entrega de esta propiedad, el Sr. Obispo cedió los bajos del palacio episcopal, y en 29 de noviembre de 1596 se inauguró el Dispensario de la Caridad, poniendo en su dirección al Dr. Delfín y prestando los más prestigiosos médicos habaneros sus desinteresados y caritativos auxi- lios a los niños, y también a las madres que los conducían, salvando así de una muerte cierta a innumerables vícti- mas del nuevo Herodes que gobernaba a la sazón nuestro infortunado país. 418 ANALES DE LA Los recursos eran numerosos, pero las necesidades eran mayores, y en 1* de enero de 1897 se inauguraba el segundo de los Dispensarios, con el nombre de Nuestra Señora del Pilar, en los bajos de la morada del Dr. Fran- cisco Penichet y Ramos, calzada del Príncipe Alfonso 304, cedidos por aquel médico benefactor, así como todo lo que fuera necesario al sostenimiento del mismo, a lo . que contribuyeron además el Párroco Sr. Francisco Re- vuelta y la decana de las sociedades de beneficencia, ins- trucción: y. recreo ¿El Pilar”; | Seis meses después (6 junio 1897) fué necesario au- mentar el número de estos Dispensarios, inaugurando el tercero que se erigió en el Cuartel de Bomberos de la Ha- na, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Desám- parados y con el concurso de los auxilios profesionales prestados por los Dres. Manuel Antonio Aguilera y Cán- dido de Hoyos, médicos del citado cuerpo. De todos estos Dispensarios fué presidente faculta- tivo el Dr. Górdon y colaboró con el Prelado Dr. Santan- der, con la Junta de Señoras, presidida por Doña Agueda Malpica viuda de Rosell, y con la pléyade de médicos que prestaban sus gratuitos servicios a fin de que la obra de exterminio del pueblo cubano, en su fuente principal, la niñez, no se cumpliera en su totalidad, arrancando sus víctimas a la muerte y curando o aliviando las enferme- dades de aquellos desgraciados cuya gran culpa era la de haber nacido en la tierra enrojecida por la sangre de los cubanos. y Otro de los aspectos de la vida que a grandes rasgos vengo bosquejando es la de publicista. En 1872 la co- menzó en esta Academia y cuatro años después en la Uni- versidad, colaborando en los periódicos profesionales de las distintas fechas de sus producciones: en los Anales de la Academia de Ciencias, en la Crónica Médico-Quirúr- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 419 gica de la Habana, en la Propaganda Científica, en la Re- vista de Medicina y Cirugía de la Habana, en la Revista del Foro, en Cuba y América, en el Boletín de la Asocia- ción de Maestros de Azúcar y Destiladores de la Isla de Cuba, en la Revista de la Sociedad Filatélica Cubana, en la Revista de la Asociación Eléctrica y de Electricistas de Cuba, en la Gaceta Musical de la Habana, y en casi todos los órganos de la prensa diaria, en los que escribía traba- jos de vulgarización científica. Además publicó numerosos folletos con algunos de los trabajos que vieran la luz en los periódicos citados y con otros que presentó en la Universidad, donde pronun- ció la oración inaugural del curso académico de 1882 a 1883; en la Escuela de Agricultura de la Isla de Cuba, que dirigía, y en donde pronunció también la oración inau- gural del curso de 1883 a 1884; en la Sociedad de Higie- ne de la Habana; en el Colegio de Farmacéuticos de la Habana; en los Dispensarios para niños pobres, etc., etc. - En todos ellos reveló su vasta erudición y gran cultu- ra, aportando datos históricos de inapreciable valor para los que deseen conocer la historia científica de nuestro pueblo. % IN ox Aquel hombre de pequeña estatura, de rápido andar, de mirada penetrante, suavizada por el azul de sus ojos, de cabeza coronada por rubios y recortados cabellos, siem- pre vestido de negro, con pulcritud y sencillez, que jamás se le veía sin llevar en las manos varios libros, periódicos y papeles donde absorbía las ideas que más tarde propa- gaba en su cátedra, en las tribunas de las diversas socie- dades a que pertenecía, o en los órganos de publicación con que contaba, que como decía el Dr. Santos Fernández al dar cuenta de su muerte fué “un hombre muy discutido respecto de su múltiple actuación, porque se ha separado del común sentir y ha constituído una entidad propia”; aquel hombre cuyo físico acabo de trazar, sufrió el 5 de 420 ANALES DE LA julio de 1900 la más ruda prueba a que puede someterse al que dedicara los mejores años de su vida a la enseñan- za. La Orden Militar núm. 266, al privarlo de su cáte- dra en la Universidad, le hirió de lleno en el corazón, en aquella viscera cuyos latidos llegó a dominar voluntaria- mente en sus experimentos fisiológicos, y desde entonces se recluyó entre las paredes de su hogar, que sólo abando- naba para dedicarse a la administración de sus bienes de fortuna. Un sello de tristeza, consecuencia de las amargas de- cepciones sufridas, veló aquella penetrante mirada; su marcha ya no era rápida y si su salud aparentemente no se resentía, sorda dolencia preparaba el súbito ataque de angina de pecho que cortó su existencia en la mañana del 8 de febrero de 1917. Fué dicho ataque el primero y el último y solo le dió tiempo para formular el diagnóstico de su enfermedad y decirle a su esposa que se moría. Momentos después, al acompañar su cadáver, tendi- do en medio de sus libros, rodeado de sus hijos y de los amigos que le permanecimos fieles, meditaba yo acerca de la inestabilidad de la vida humana y de las injusticias de los hombres, y cuando a la tarde siguiente llevábamos sus inanimados restos sus muchos amigos, sus viejos discípu- los y sus compañeros de Universidad y de esta Academia, no pudimos menos que extrañar la ausencia de la juven- tud escolar que, en tan breve período de tiempo, olvidara al profesor que tanto nos enseñara. ¡Duerme en paz querido maestro! ¡Tu cuerpo atra- vesó el pórtico en cuyo frontispicio esculpido está Janua sum pacis, pero tu espíritu vive con nosotros; tu esfigie pende ya de estos muros, testigos de tus pasadas glorias; tus enseñanzas las recordaremos mientras vivamos; y tu ejemplo será trasmitido a la posteridad con el cariño que te captaste por tu noble corazón! ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 421 INFORME Y TASACIÓN DE HONORARIOS por el Dr. Manuel Ruiz Casabó (Sesión de gobierno del 8 de febrero de 1918) Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. Sres. Académicos: Confieso con verdadera ingenuidad que durante los quince años que hace tengo el honor y la fortuna de ocupar un sitial a vuestro lado en esta benemérita corporación, no recuerdo que se haya presentado un proceso informativo de la calidad y en abundante cantidad, del que se muestra en los documentos que sirven de antecedentes a esta po- nencia y de los que he dado lectura detallada en todo su contenido. Debo también exponeros, que es muy probable, casi seguro, que reconociendo mi incompetencia para poder qui- zás formar juicio exacto o por lo menos lo más aproxl- mado al justo medio que se requiere en este para mí la- borioso trabajo de tasación de honorarios, tendreis que la- mentaros de la equivocada elección hecha por el Sr. Pre- sidente de esta Academia, designándome para evacuar el monumental informe que en juicio de mayor cuantía se- ado por el doctor LL... de la T... e I..., y por con= ducto del Juzgado de primera instancia del Este de la ca- pital, dirige a esta Academia el Sr. Juez de primera ins- tancia de Guantánamo, con fecha 23 de enero del año en Curso. No obstante: cumpliendo con el deber que me impo- ne el cargo de miembro numerario de esta Acaderuia, la deferencia de nuestro digno Presidente y contando con la indulgencia de mis amigos y compañeros; inspirado en los dos principios que para mí son fundamentales: la de- fensa de la clase profesional y los prestigios de esta seria 4922 ANALES DE LA y científica corporación, que a la vez que labora en pro de las clases profesionales y especialmente de la clase médi- ca, no puede respaldar los procedimientos abusivos que a nombre y a título de compañeros puedan ejecutarse como Incro de los que, colocándose fuera de la equidad, preten- den sacar extraordinario partido de sus servicios, trataré de reducir en el menor número de párrafos que sea posi- ble, lo que me ha sugerido el estudio de los antecedentes que ya conoceis. He aquí los documentos presentados: DOCUMENTOS CUESTIONARIO que el procurador público, M... A. S... A... en nombre y representación del Sr. L... E. S... y M..., Adminis- trador judicial del abintestato de la Sra. M... B... y L.... viuda de B..., presenta al Juzgado de primera instancia de Guantánamo, en el juicio declarativo de mayor cuantía, interpuesto por el Dr. L... de la T... e 1... y ante el Juzgado y previa su pertinencia, será sometido a informe de la honorable Academia de ciencias mé- dicas, físicas y naturales de la Habana, en relación con la minuta detallada de los servicios, que se dicen prestados por el citado: Dr. L.:s. de la. T... e-I..:., durante su asistencia personal a la. Sra. M.. Bos. y 4... vuda deb... en la cruudad de santiagolde Cuba, durante el espacio de tiempo comprendido desde el 18 de ju- lio de 1916 al veinte y cuatro de octubre del propio año 1916. No. 1.—Por anamnesia personal y hereditaria . . $ 150.00 No. 2.—Por visitas, consejos y prescripciones mé- dicas en horas ordinarias, repetidas veces al día durante los*mes€s INdICAdOS 00 ao e es od ie ara EI NO No. 3.—Por visitas, consejos y prescripciones mé- dicas, en horas extraordinarias durante ese tiempo . . . $ 1.200.00 No. 4.—Por exploraciones del sistema cardio- vascular, con inspecciones, palpaciones, percusiones, auscultaciones, ortodiagramas, esfigmografía y esfigma- “nómetría, en vigilancia del estado del miocardio... . $ 300.00 ACADEMIA DE' CIENCIAS DE LA HABANA No. 5.—Por exploraciones completas de la caja to- rácica, desde el punto de vista aéreo, con palpación, per- cusión, auscultación, inspección citometría, estetogra- fía, espirometría, pneumotometría, fotometría, auscul- tación de la voz, Y, € No. 6.—Por dinamotetrías repetidas, en averi- guación del proceso evolutivo de las parecias muscula- res por degeneraciones progresivas de las neuronas . No. 7.—Por estudio de los reflejos, empleando los métodos de percusión y Jendraszik comprobando el sig- amdenWesiphall,. MIES. anno tad ar No. 8.—Por exploración buscando el clonus del maxilar, según Bevor y Walleville, aponeuróticos y ten- QÍNOSOS, . 4. POLA No. 9.—Por exámenes de los fondos conjuntiva- les, glóbulos oculares, pupila, su estado y modo de reac- cionar a los agentes físicos y exteriores (prueba de la reacción a la luz, reflejo, medios miósicos y midriásicos). No. 10.—Por delimitaciones y trazados gráficos in situ de cada una de las vísceras tóraco-abdomina- les; con el objeto de seguir en sus diversas faces el proceso degenerativo de las mismas .. +... ..... +... No. 11.—Por estudio de los signos de Argyll Ro- bertson y Rombell; para poder apreciar el estado de sinergia del motor ocular común y gran simpático No. 12.—Por comprobación de la iscuria para- dorsal . No. 13.—Por examenes comprobatorios de las dis- tintas faces del miodema, que el sistema muscular de la enferma presentó durante la asistencia . No. 14.—Por estudios, exámenes y comprobacio- nes de la excitabilidad eléctrica de los músculos sospe- chosos de paresia con determinación y localización de los puntos de Duchenne de Bolonia y según Ziemsen . No. 15.—Por los mismos estudios, exámenes y comprobaciones con objeto de obtener los diversos gra- dos progresivos de la afección; por medio de la resis- SE 423 200.00 100.00 25.00 50.00 25.09 350.00 100.00 50.00 100.09 29.00 424 ANALES DE LA tencia eléctrica de la piel, por zonas simétricas, si- guiendo el proceso de Erb con el auxilio de corriente constante y galvanometro absoluto . . .......... No. 16.—Por comprobación de la Ley de contrac- ciones según el mismo profesor Erb y desviaciones ocu- rridas por constatación a dicha ley, Ka S Z 0.25 2m.a.; AnOZyAnsSZ 1,5-4, O0m.a.; Ka S Te 4-10 ma. . No. 17.—Por estudio y comparación del estado pa- tológico con vista de las escalas de Aubert Kamnller; así asi como las de Dohrm y Lannis, realizando la Ba- raestesiometría y Estesiometría . No. 18.—Por estudios Termoestesiométricos aten- diendo a la escala de Nothnegal, en lo:que se refiere a las distintas zonas termógenas señaladas por el mismo . No. 19.—Por comprobación de los distintos gra- dos de hiperestecia, vispetecia, anestesia y localización de zonas histerógenas . No. 20.—Por determinar la relación de la sen- sibilidad electro cutánea en zonas simétricas con arreglo a los sistemas de los profesores Erb Yschirieu y Watter- ville... . : le :po0el pios No. 21.—Por determinación de los distintos pe- ríodos del proceso morboso, atendiendo a las variacio- nes observadas en el sentido muscular y siguiendo las reglas de Newmann en la agustia, hipogustia, hiper- gustia y paragustia; así como en la anosmia, hiposmia, hiperosmia y parosnia . No. 22.—Por exámenes y análisis de sangre desde el punto de vista avarioso (Wassermann) fiebre tífica (seroreacción Widal) palúdico (Laverán Plasencia) leucositócico (Conteo globular) Clorósico (escala com- parativa) tuberculoso (dermo reacción y oculo reacción de Calmett) realizados personalmente . No. 23.—Por los análisis parciales de orina, cua- litativos y cuantitativos, sedimentación de las mismas; exámenes microscópicos, reacción de Gmelin y de Sal- kowski, con las determinaciones de indicán, urobilina O $ 50.00 150.00 55.00 30.00 70.00 35.00 55.00 140.00 100,09 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA No. 24.—Por exámenes macros y microscópicos de las heces fecales y esputos, a fin de determinar la exis- tencia de sustancias propias del organismo que pudie- ran en ella encontrarse amormalmente en cantidad o naturaleza, ocasionando pérdidas y complicaciones; así comio de otras extrañas a él, incluso siembra y estudio de colonias bacterianas . . . . . ad taédioo en «pata No. 25.—Por inyecciones hipodérmicas intramus- AuÍBreSs e antravenosas (240) . - - - . uu. < "re ent No. 26.—Por quince infiltraciones de los troncos nerviosos (ciáticos, cubitales, mediano y plexolumbar) a fin de obtener la cesación de los dolores que aquejaba a la enferma . . No. 27.—Por elongaciones de los ciáticos, con el mesmo obJcrota e CROMBERIDDIO SIDOR Aaa 10 1 No. 28.—Por cuatro punciones lumbares y una raquiestovainización . . . No. 29.—Por sesiones diarias de masajes manua- les y vibratorios, empleando los medios y aparatos apro- EOS ASE ARAN No. 30.—Por aplicaciones aeroterápicas frías y ca- Mentes o liado e ae A a ra No. 31.—Por dirección personal técnica de trata- miento hidroterápico . No. 32.—Por cuarenta aplicaciones alternas de co- rrientes eléctricas (farádicas y galvánicas) . No. 33.—Por treinta cateterismos vesicales eva- cuadores . No. 34.—Por seis idem uretrales, vesicales y ure- terales exploradores y con el fin de obtener las orinas de cada riñón por separado para llegar al conocimiento por medio de su análisis del estado de cada uno. . . No. 35.—Por uretro y cistocopías . No. 36.—Por faringo y laringoscopía con aneste- A A A A TOMO LIV—29 425 $ 420.00 $ 1.200.00 $ 500.00 $ 200.00 $ 350.00 $ 1.500.00 $ 400.00 $ 150.00 $ 700.00 $ 300.00 $ 300.00 $ 125.00 $ 45.00 426 ANALES DE LA No. 37.—Por disección y aislamiento de la vena mediana, con anestesia local para poder obtener sufi- ciente cantidad de sangre para los análisis practicados en tres Ocasiones . a Jo: fare Ha (1er a No. 38.—Por una flebotomía, con anestesia local auxiliada por el Dr. $.. No. 39.—Por tacto vaginal y exploración bima- nual de los órganos genitales pelvianos, realizados en union dedos Dres 14 ye de No. 40.—Por tactos rectales y exploraciones de la ampolla de las mismas circunstancias . No. 41.—Por termocauterizaciones y aplicaciones de revulsivas locus dolente . No. 42.—Por manipulaciones encaminadas a la desocupación del intestino, para la extracción de ma- terias fecales que, por paresia del mismo, provocaban el atascamiento en cuatro ocasiones diferentes . No. 43.—Por junta en consulta con los Dres. G... ROT ID A TEO SR CT OS SO LO OO No. 44.—Por consulta y asistencia conjuntamen- te con el Dr. R... una semana . No. 45.—Por dos consultas con el Dr. S.... No. 46.—Por embalsamamiento y momificación previo los trámites legales; efectuada en el domicilio de la asitida, con extracción completa de todas las vísce- ras, relleno de las cavidades y aplicación de sustancias oleosas balsámicas y conservadoras en toda la superficie de la piel y vendaje protector colocando la momia en recipiente adecuado”. ea to de Ns REIS No. 47.—Por preparación para su conservación y facilidad de traslado de las vísceras siendo a su vez en- cerradas en recipiente ad-hoc . . Suma total . . S. ¿175.00 $ 150.00 $ 20.00 $ 120.00 $ 60.00 $ 1.300.00 $ 200.00 $ 500.09 $ 200.00 $ 3.500.00 $ 1.500.00 . . $18.000.00 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 497 MATERIA SOBRE LAS QUE SE REQUIERE REMITA LA HONORA- BLE ACADEMIA DE CIENCIAS MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA SU AUTORIZADO INFORME. ñ A.—Siendo la anamnesia personal y hereditaria que figura bajo el No. 1 de la minuta de honorarios que se relaciona y por la que se cobran ciento cincuenta pesos, las preguntas que a todo en- fermo se hace cuando este acude al médico en reclamación o de- manda de sus servicios profesionales, ¿debe ser cobrado ese inte- rrogatorio aisladamente de la visita o consulta con tanto más, cuan- to en los apartados números 2 y 3 de la relacionada minuta se co- bra por visitas, consejos y prescripciones médicas en horas ordina- rias y extraordinarias, la suma de mil novecientos veinte pesos? B.—Siendo las manipulaciones especificadas en los capítulos números 4, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 13, 14, 15, 16 y 21 de la minuta rela- cionada y el uso de los aparatos diarios que en alguno de los mis- mos se relacionan; inherentes al trabajo que ha de realizar el mé- dico en sus visitas para el diagnóstico y tratamiento; esas manipu- laciones y el uso de esos aparatos ¿requieren especial remuneración, independientemente del emolumnto cobrado por las vsitas, conse- jos y prescripciones ? C.—La sitometría (medir células) mencionada en el capítulo No. 5 ¿se puede hacer examinando el tórax y es posible medir luz del tórax? D.—¿Es posible delimitar o trazar in situs cada una de las vísceras tóraco-abdominales a que se contrae el artículo No. 10 de la minuta detallada que se relaciona? E.—¿Es posible comprobar la iscuria paradorsal; cuando el término iscuria significa retención de orines a que se refiere el ca- pítulo No. 12 de la minuta detallada que se relaciona ? F.—Lo relacionado en los capítulos números 17, 18, 19 y 20 de la minuta detallada ¿no está incluído en los capítulos núme- ros 14, 15 y 16 y pueden por ellos cobrarse? G.—Tratándose de una sexagenaria con la que se han emplea- do los métodos de investigación de los capítulos anteriores ¿era ne- cesario científicamente los análisis de sangre que relaciona el ca- pítulo número 22, para determinar las enfermedades que en el mis- mo se especifican, apareciendo como causa directa del fallecimiento de la enferma una nefritis crónica ? H.—¿Cuál es el precio habitual de un análisis parcial de ori- na en la forma especificada en el capítulo número 23. de dicha minuta ? 428 ANALES DE LA I.—¿Cuál es el precio habitual de cada uno de los exámenes relacionados en el capítulo número 24 de dicha minuta o séase de heces fecales y esputos ? J.—¿Es posible que una paciente que fallece de nefritis cró- nica y cuya asistencia ha sido de noventa y siete días necesite y sea posible aplicarle las doscientas cuarenta inyecciones y las quince infiltraciones determinadas de los capítulos números 25 y 26 de la minuta relacionada ? En caso de ser posible ¿qué debe cobrarse por esos servicios especificados ? K.—¿Es necesario científicamente hacer lo especificado en los capítulos números 27 y 28 de la minuta detallada que se relaciona, así como lo determinado en los capítulos números 33, 34 y 35 a una mujer sexagenaria que fallece del mal de Bright? L.—¿Cuál es el precio usual de cada una de las sesiones de masajes especificados en el capítulo número 29 y el de las aplica- ciones aereoterápicas a que se contrae el capítulo número 30 de la minuta relacionada y el precio usual de las corrientes especificadas en el capítulo 32? M.—Lo incluído en el capítulo número 36 de la minuta rela- cionada ¿debe cobrarse aparte del examen hecho al enfermo para su diagnóstico o está incluído en el reconocimiento a que se refieren los capítulos números 2 y 3 de la relacionada minuta? N.—¿Debe cobrarse aisladamente en un examen de sangre el procedimiento empleado para extraerla, como se especifica en el capítulo número 37 de la minuta relacionada? O.—¿Debe cobrarse por dos conceptos distintos un examen y consulta, como lo relacionado en los apartados números 39 y 40, siendo en un acto único? P.—¿Las manipulaciones a que se refiere el capítulo número 42. son de tan complicada índole y requieren tan especiales facultades, para que se haga ascender el importe de ellas, en cuatro ocasiones, a la suma de mil trescientos pesos? O.—¿Cuál es el precio usual de una visita? R.—¿Cobrándose en los capítulos números 2 y 3 de la minuta detallada que se relaciona, por visitas, consultas y prescripciones, debe además, cobrarse por consultas especiales, tenidas con otros profesionales y, además, la asistencia a que se refiere el capitulo 44 de la minuta relacionada? S.—¿Si lo especificado en el capítulo número 47 no es parte integrante del embalsamamiento, cuál el precio habitual de un embal- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 429 samamiento en horas ordinarias, muriendo la enferma de mal de Brigth? T.—Apreciando en conjunto la honorable Academia de Cien- cias la minuta que se ha relacionado, ¿cree necesario someter a un enfermo que fallece de mal de Brigth, a tan diversas manipulacio- nes, como se especifica en dicha minuta relacionada, en averigua- ción de tantas enfermedades distintas, asistiendo a ese enfermo per- sonalmente, durante un espacio de tiempo, menor de tres meses y medio? * AE CUESTIONARIO ADICIONAL que la representación del Dr. L... de la T... e I... presenta al Juzgado, como ampliación al for- mulado por el Sr. administrador judicial del intestato de doña M... B... y L..., viuda de B..., en el juicio declarativo de mayor cuantía seguido por dicho Dr. la T'... contra la sucesión de la ex- presada señora, en cobro de sus honorarios como médico cirujano en asistencia durante los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre del año mil novecientos diez y seis; y que, previa su decla- ración de pertinencia por el Juzgado, será sometido a informe de la honorable Academia de ciencias médicas, físicas y naturales de la Habana. A la relación numerada del 1 al 47, que se expresa ser hecha en relación con la minuta detallada de los servicios prestados por el Derda. 02 Al No. 8; que falta una línea que dice “el clonus pedis” ,com- prendida entre “buscando” y “clonus de maxilar”. Al No. 17; que donde dice “Lannis” debe decir “Landois”. Al No. 19; que donde dice ““vispetecia” debe decir “hipoestecia”. Al No. 35; que donde dice “cistocopias” debe decir “cistoco- pias”. Al No. 5; que donde dice “citometría” debe decir “cirtometría”, y donde dice “fotometría”” debe decir “fonometría”. Las anteriores correcciones de errores materiales de copia 6 erratas, que son los más salientes observados en la copia al papel carbón daba a esta parte, es conveniente hacerla a fin de que desde luego consten, tanto al Juzgado cuanto a la honorable Institución científica que habrá de informar; y con objeto de evitar posibles - confusiones y buscando la justificación de la verdad pura. A la relación marcadas con las letras de la A a la T, que se expresan como materia sobre las que se requiere emita su informe la honorable Academia de Ciencias: 430 ANALES DE LA Al apartado A: que se sirva informar si en todos los casos de enfermos que se le presenten a un profesor médico, la anamnesia persobal (sic) y la hereditaria del paciente son sencillas; y por consi- guiente los honorarios que por hacerla devengue, han de ser inclui- dos en los precios ordinarios de visitas o consultas; o si por el con- trario, el profesor tiene el derecho a expresar, en su cuenta, capíi- tulo distinto por dicho estudio de anamnesia, máxime en un caso en que se trata de una enferma sexagenaria, de orígen extranjero, de clima diferente, de antecedentes físicos, que tuvo repetidos abor- tos, cuyas causas hubo necesidad de investigar. : Al B: Si es necesario que un profesor médico cirujano, al presentar su cuenta por una asistencia cumplida, incluya en el ca- pítulo de visitas los trabajos que realice en la enferma, cuando esos trabajos son los contenidos en los capítulos 4, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 13, 14, 15, 16 y 21 de la minuta relacionada que se adiciona;-o si, por lo contrario, tiene derecho a hacer, y es mejor que haga, una divi- sión ordenada, en la que a cada uno de dichos trabajos se ponga su precio aparte; siendo como son, todos ellos cobrables. Al C: ¿En qué consisten la cirtometría y la fonometría? ¿Se pueden y se deben hacer ambas cosas, al realizar un examen reco- nocimiento, a conciencia y completo del tórax? Al E: Si en casos de iscuria puede y debe investigar, el cl1- nico, su orígen, máxime si la enferma presenta trastornos medulares. Al F: Si son o nó distintos entre sí los trabajos y estudios relacionados en los capítulos 17, 18, 19 y 20 de la minuta detallada distintas también de los contenidos en los números 14, 15 y 16 de la misma minuta; y si resultan o no excesivos los precios que a ca- da uno de ellos se ponen, teniendo en cuenta que hubo necesidad de hacerlos en Santiago de Cuba, en la casa que no era el local en donde el profesor médico que los hizo tiene su laboratorio y consulta. Al G: Si tratándose de una enferma sexagenaria, que tuvo por causa final y directa de su muerte una nefritis; que en el co- mienzo y durante el proceso de su última enfermedad presentó, en- tre otras cosas, altas temperaturas, degeneraciones viscerales y mus- culares, fuertes neuritis, parálisis parciales, teniendo en su historia personal antecedentes palúdicos, reumáticos y repetidos abortos, y habiendo acusado su anammesia hereditaria, entre otros, anteceden- tes físicos, están o no indicados científicamente los análisis a que se contrae el apartado 227—-Si esos análisis son tan concluyentes en todas las ocasiones en que se practican bien, que no deben repetirse; o por lo contrario, si la indicación científica es que se practiquen repetidas veces. —Y en qué casos está indicada esa repetición. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 431 A las apartados H, I, L y OQ: Si para valorar los trabajos de un profesor médico cirujano por análisis parciales de orina cuali- tativos y cuantitativos, sedimentación, exámenes microscópicos, reac- ción de Gmelin y de Salkowski, con la determinación de indicán, urobilina y grasas; por exámenes macro y microscópicos de heces fecales y esputos, incluso siembra y estudio de colonias bacterianas; por sesiones de masajes manuales y vibratorios, empleando los apa- ratos apropiados; por aplicaciones aereoterápicas frías y calientes, también con aparatos; por aplicaciones farádicas y galvánicas; y por las visitas, es necesario o no tener en cuenta a más de los tra- bajos en sí y que ellos se practicaron por el facultativo personal- mente no en laboratorios que especialmente se dedican a tales tra- bajos; las condiciones de solvencia de la enferma; la necesidad de dedicarle gran tiempo, además del corriente en visitas ordinarias y extraordinarias, habiendo tenido necesidad de adquirir aparatos y materiales, algunos de ellos fuera de la localidad de su residencia; y en fin requiriendo el abandono casi total de una clientela pro- ductiva. Al K: Teniendo por objeto las elongaciones de los ciáticos, las cuatro punciones lumbares y la raquiestovainización a que se re- fieren los apartados 27 y 28, la cedación de dolores, lo cual se con- siguió; ¿puede o nó cobrarse por ello? Al L: Siendo el síntoma dolor el predominante en la paciente ¿estaba científica y humanitariamente autorizado el profesor que la asistía, para acudir a los medios relacionados en los capítulos 27 y 28, o sea, las elongaciones de los ciáticos, las punciones lumbares y una raquiestovainización? Un profesor que asista a una enferma, ¿es- tá autorizado para utilizar en ella esos procedimientos, cuando a su juicio no sean contraproducentes, teniendo en cuenta el estado de la enferma, no olvidando el aforismo “curar un enfermo es obra hu- mana, aliviar sus dolores es obra divina”? Al M: Cuando se practica un faringo y laringoscopía con anestesia local, ¿puede cobrarse aparte, o bien, ha de estimarse co- mo parte de un examen general ? Al N: ¿Son dos actos distintos o no, el tomar la sangre y el realizar sus análisis, y por consiguiente son o no cobrables aparte; máxime cuando esas extracciones se practicaron en una mujer, a la cual hubo que hacer la disección y aislamiento de la vena mediana con anestesia local? Al O: Cuando, con ocasión de una junta se consulta con otros profesores, el médico realiza reconocimiento de un órgano en una 432 ANALES DE LA enferma ya casi extenuada, le hace desocupar el intestino y vuelve a practicar reconocimiento en otros órganos adyacentes, ¿puede o no al hacer su minuta de honorarios, dividir ambos reconocimien- tos y cobrar por ellos separadamente ? Al S: Cuando es un médico que asiste al público el que rea- liza un embalsamamiento completo, con exvisceración y momifica- ción, con las condiciones especificadas en el número 47, ¿debe co- brarse lo mismo que cuando se realiza por un establecimiento de- dicado a esa clase de trabajos, máxime cuando ese médico tiene la experiencia de haber practicado esa operación, entre otros casos, al cadáver del que fué primer Presidente de la República libre? * E: Comenzaré considerando este informe en tres par- tes principales. Primera.—Relación detallada de los servicios pres- tados por el doctor L... de la T... e I... a la señora ME B... y L... viuda de B..., en la ciudades Santiago de Cuba, desde el 18 de julio al 24 de octubre de 1916, es decir, durante 97 días. Segunda.—Cuestionario de preguntas a resolver que por la representación de los herederos de la Sra. M... B... y L... viuda de B..., presenta al Juzgado de primera instancia de Guantánamo, el Sr. Administrador judicial del intestado; y, Tercero.—Cuestionario adicional de preguntas a re- solver, que por la representación del Dr. L... de la T... e I..., presenta al Juzgado, el procurador público M... As MAN 1*—La relación de servicios, que comprende 47 ca- pítulos expone: que durante los 97 días de asistencia a una enferma que sufría de mal de Bright se le han prac- ticado visitas a dicha pacienta, sin especificar número, ni determinar número y clase de las extraordianrias; se le han dado consejos y hecho prescripciones sin clasificarlos. Suplico me excusen los Sres. académicos el reprodu- cir el montante de los honorarios por haberlos oído ya en la relación a que he dado lectura anteriormente. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 433 La meticulosidad de observación ha sido hasta exa- gerada, puesto que, para el examen de cada aparato, de cada órgano y de los productos excretorios de casi todas las partes anatómicas que componen el cuerpo humano, se han puesto en práctica todos los procedimientos (muy va- riados) y aparatos que complementan la investigación del funcionamiento normal o anormal en persecución de un estado patológico especial de cada uno de ellos, cual si no fuese bastante causa del padecimiento la opinión formu- lada de una lesión crónica del riñón como es el mal de Bright. Cada síntoma o signo, consecutivo a la lesión descri- ta, ha constiuído un motivo de especial investigación pa- ra la aplicación de medios diagnósticos, cual si se tratara de una lesión patológica distinta de la principal. En este orden, vemos que tratándose de la sangre, se practican extracciones de ese tejido para investigar sífilis, paludismo, tifoidea, tuberculosis, complementado esto por los análisis clínico microscópicos de los esputos; conteo globular y diferencial de leucocitos, medios estos que son complementarios cuando existe un juicio diagnóstico du- doso y que necesita la confirmación experimental, pero que pueden suprimirse tratándose de un diagnóstico he- cho de mal de Bright. Igual acontece al tratarse del aparato respiratorio y del cardio vascular en donde el refinamiento de métodos de investigación alcanza límites bastante abundosos, como son la cirtometría, estetografía, espirometría, pneumome- tría, fonometría, aeronometría, ortodiagramas, esfigmo- grafías, esfigmanometrías. No quedan perdonados de minuciosa investigación, el ojo, los músculos, los nervios, el recto, la vagina, la ve- Jiga, los uréteres y las demás vísceras tóraco abdominales, persiguiendo la especial investigación del proceso degene- rativo de las mismas, como de una manera general lo ex- 434 ANALES DE LA pone la relación mencionada en su capítulo número diez. En el orden de las sensibilidades y electrometría, hay un variado surtido de procedimientos y escalas que quizás un especialista no pondría a contribución, tratándose de enfermos de su circunscrita competencia. Pasando una rápida ojeada en lo que se refiere a la terapia empleada, hay que anotar que la variedad de me- dios y procedimientos han estado en número, a la altura de los métodos de exploración. Así lo justifican 240 in- yecciones hipodérmicas intramusculares e intravenosas; 15 infiltraciones de los troncos nerviosos, (ciáticos, cubi- tales, mediano y plexo lumbar). Elongaciones de los ciá- ticos. Cuatro punciones lumbares y una raquiestovainiza- ción. Masajes manuales y vibratorios. Aeroterapia fría y caliente. Hidroterapia. Cuarenta aplicaciones alter- nas de corrientes eléctricas (farádica y galvánica). Trein- ta cateterismos vesicales y ureterales, uretroscópias y cistos- cópias. Faringoscópias y laringoscópias con anestesia lo- cal. Flebotomías. Termocauterizaciones y aplicaciones de revulsivos. Manipulaciones encaminadas a la desccupa- ción del intestino para la extracción de materias fecales. Y por último: embalsamamiento y en capítulo apar- te y con precio especial, la preparación y conservación de las vísceras de la difunta para facilitar su traslado. Todo lo expuesto y no es un detalle minucioso de to- do lo que encierra la relación de referencia, constituye una labor que el interesado valora en la cantidad de 18.000 pesos. Sorprende verdaderamente y es maravilloso conside- rar que un enfermo durante el período de 97 días que ha estado bajo la dirección facultativa, haya podido resistir sin protestas, tanto procedimiento de investigación y tan variados medios terapéuticos a que ha sido sometido. | Al pensar con juicio mesurado el número y el tiempo, casi pudiera decirse que ha superado el primero al segun- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 435 do; sin que el descanso haya podido conciliarse como me- dio terapéutico o de observación necesaria para conside- rar si los medios curativos puestos en práctica han resul- tado tan beneficiosos como eran de esperarse. El caso presente pudiera calificarse de la siguiente manera: Una revista bibliográfica de patología general y te- rapéutica, aplicada a un tratado de patología interna, con dosis masivas de medicamento monetario; aunque parez- ca atrevida la frase. No estimo prudente abusar de vuestra paciencia, ni necesario tampoco continuar haciendo crítica de los hechos realizados, porque estimo que con lo expuesto os habeis dado cuenta de lo que constituye el principal problema; por lo cual omito entrar en otra serie de consideraciones que juzgo inoportunas. Por tanto: creyendo suficientemente explicada la ba- se de nuestra información paso a la segunda y tercera par- te dando contestación escueta a las innumerables pregun- tas que hace el Sr. Juez de primera instancia de Guantá- namo y que creo debe ser solo lo que necesita saber la au- toridad de referencia, sin comentarios; pues que éstos solo pertenecen al conocimiento de esta corporación, por cuan- to con la moral profesional se relacionan. Contestación de los Cuestionarios: A. Anamnesia de ava (de nuevo) y yvnois (memoria). Informes suministrados por el mismo enfermo o por sus deudos, sobre el principio de la enfermedad hasta el momento en que se halla sometido a la observación del médico. Este interrogatorio no debe ser cobrado aisladamente de la visita puesto que lo primero es consecuencia de la segunda. 436 ANALES DE LA B. Las manipulaciones y procedimientos puestos en prác- tica por el profesor, especificadas en los capítulos 4, 5, 6, 7,8,9, 11, 13, 14, 15, 16 y 21 de la minuta relacionada, con objeto de llegar al conocimiento exacto o por lo me- nos aproximado del estado patológico de un paciente a quien se le va a instituir un tratamiento, no solamente son los medios que usa un profesional, si no que está obliga- do como tal, para el mejor juicio diagnóstico. Unicamen- te: cuando para el esclarecimiento de un signo o dato ne- cesario para el complemento del exacto y minucioso juicio diagnóstico, se usan aparatos, como el esfigmógrafo o es- figmomanómetro, etc., es cuando el profesor, estimando el proceder como medio especial necesario para la aprecia- ción de un signo de valor diagnóstico, puede estipularlo como servicio especial, independiente de la visita ordi- narla. C; La cirtometría y no sitometría como dice el Cuestio- nario en su capítulo 5 y así lo aclara el Cuestionario adi- cional aclaratorio del Dr. la T..., se ejecuta por medio del cirtómetro xwpros (jaula) perpov (medida) Instrumento destinado a medir y trazar en el papel el perímetro torá- cico, ideado por Woillez. Es por lo tanto una investiga- ción que se practica examinando el tórax, haciendo posi- ble medir la luz del tórax, entendiéndose esto en sentido figurado. y E Si; es posible delimitar o trazar im situ algunas vís- ceras tóraco abdominales aunque con valor relativo, como el corazón, derrames pleurales, el hígado, bazo, riñón, ve- jiga, tumores abdominales, enclavados en el mesenterio, o torácicos en el mediastino. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 437 E. Por el término iscuria se entiende retención de ori- na; de etimología griega y puede ser uretérica, vesical, prostática y uretral. La comprobación de la iscuria pa- radorsal, es un término ambiguo que sin más explicación aclaratoria, no es posible juzgar el alcance que estima su observador, o comprobador. F. Las investigaciones relacionadas en los capítulos 17, 18, 19 y 20, así como los señalados con los números 14, 15 y 16, corresponden a los medios de investigación co- rrientes para comprobación de signos que el médico nece- sita para el conocimiento diagnóstico de enfermedades de los centros nerviosos, de orígen sensitivos o motrices, no de- _ biendo cobrarse como procedimientos especiales de inves- tigación para aclarar un juicio diagnóstico y mucho menos tratándose de un paciente que sufre una nefritis crónica. G. Científicamente no es necesario el análisis de sangre desde el punto de vista de la avariosis, fiebre tifoidea, pa- ludismo, clorosis, leucocitosis y tuberculosis, aceptado de hecho que la-enferma sufría una nefritis crónica, de la cual falleció, puesto que esta afección estaba lo suficiente- mente adelantada en su marcha para tomar en considera- ción la causa que la produjo y que aun cuando hubiese sido alguna de las mencionadas anteriormente, poco o na- da podría influir en la marcha progresiva fatal y que no pudo detenerse a pesar de la meticulosa, abundante y de- tallada investigación a que fué sometida por los tan va- riados y distintos medios de investigación llevados a cabo, según se hace ver por el Cuestionario que tenemos a la vista. 438 ANALES DE LA H. En los laboratorios de esta capital, que se encuentran dotados de todos los aparatos necesarios para toda clase de investigaciones clínicas y químico-microscópicas, como maximum se cobra por un análisis completo «de ori- na cuatro pesos moneda oficial. Análisis parcial dos pesos. de El precio que como maximum rige en los laboratorios de esta capital de las condiciones enunciadas anteriormente es el siguiente: Análisis de esputos, dos pesos, cada uno. Análisis de heces fecales: investigación de parásitos, cua- tro pesos; análisis completo, veinte pesos, cada uno, y es- tos son poco frecuentes y de especial investigación expe- rimental. F. Esta Academia no se atreve a manifestar si en 97 : días de asistencia a un paciente de nefritis crónica, han podido ser necesarias 240 inyecciones hipodérmicas y 15 infiltraciones que son también inyecciones y dan un total de 255, número que parece superfluo a su consideración. No obstante, como posible el practicarlas, puede serlo, pues que da un promedio diario de 2 inyecciones, 6288 diez mi- lésimas de inyección. De aceptar la posibilidad manifestada y dado el cre- cido número de aplicaciones u operaciones menores, pue- den tasarse a razón de cuatro pesos por cada inyección contando la visita. * LE, Siendo la elongación de los nervios una operación consistente en ejercer tracción más o menos enérgicamente sobre un nervio puesto al descubierto con el objeto de cu- rar una neuralgia; tratándose de una sexagenaria que su- fre de mal de Bright y que ha sido sometida a un exage- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 439 rado número de inyecciones para calmar el síntoma dolor y a los más variados procedimientos terapéuticos, no pa- recen necesarios científicamente puesto que someten al en- fermo a procedimientos cruentos, a la vez que inútiles en su finalidad y de efectos deprimentes en su estado moral. Igualmente se estima respecto a las cuatro punciones lum- bares practicadas no se sabe con qué objeto, puesto que también se practicó una raquiestovainización y ésta sí está justificada por cuanto su indicación seguramente fué pro- ducir la calma del dolor por la anestesia directa en el ca- nal medular. Respecto a los cateterismos, bien pudieran estar indi- cados si el reservorio vesical contuviera orina retenida, que en ese caso sería iscuria; pues que si la vejiga per- manecía vacía constituyendo la anuria por falta de se- reción del riñón, así lo denunciarían los fenómenos de uremia o sea la intoxicación de los materiales sólidos de la orina, suficientemente visibles para no intentar prácti- cas operativas sin resultado. Caso muy frecuente en los enfermos de mal de Bright próximos a perder la vida, sin remedio. E! Tomando como tipo la tarifa establecida en los esta- blecimientos dedicados a la práctica kinesiterápica, los cua- les están dotados de los modernos aparatos y personal, si no competentes todos, por lo menos con alguna práctica para ir perfeccionándose en el procedimiento con la fre- cuente y constante dedicación; citaremos los precios que se encuentran en los prospectos y anuncios de alguno de ellos y son: Masages generales.—Una aplicación $2.50. Diez apli- caciones $20.00. Veinte aplicaciones $38.00. Masages vibratorios.—Una aplicación $1.50. Diez aplicaciones $12.00. Veinte aplicaciones $20.00. 440 ANALES DE LA Aeroterapia.—Una aplicación $1.50. Diez aplicacio- nes $12.00. Veinte aplicaciones $20.00. Corrientes eléctricas galvánicas.—Una aplicación $2.50. Diez aplicaciones $20.00. Veinte aplicaciones $35.00. Corrientes eléctricas farádicas.—Una aplicación $2.00. Diez aplicaciones $18.00. Veinte aplicaciones $30.00. M. Lo especificado en el capítulo 36 debe cobrarse como un reconocimiento con aparato para fines diagnósticos, y no como método operatorio especial cuando se trata de en- fermedades de los órganos, laringe y faringe determina- damente. NE Es práctica corriente en esta capital de la república, y aceptada por los especialistas que se dedican a trabajos de laboratorio con establecimiento abierto al público, in- cluir en un solo cobro, ascendente a cuatro pesos; la prác- tica efectuada de extracción de sangre y la investigación experimental clínica microscópica de la misma que se in- teresa. No debe por tanto cobrarse el procedimiento de extracción aparte de la investigación de laboratorio cuan- do ello se hace por el mismo profesor. Pues sería origi- nal que el investigador de laboratorio cobrase por el uso que hiciera de los distintos aparatos e instrumentos que necesitase para las operaciones. O: No debe cobrarse por dos conceptos distintos un exa- men y consulta, según lo relacionado en los apartados 39 y 40, siendo en un acto único. Pues estas son manipula- ciones encaminadas a determinado fin, como debió suceder ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 441 en este caso, en persecución de un obstáculo mecánico al funcionamiento normal del intestino o de la vejiga uri- narla. E Como que no se determinan cuales fueron las mani- pulaciones encaminadas a la desocupación del intestino, no es posible llegar a una conclusión como se interesa. No obstante puede manifestarse que el sumun de procedi- miento en materia de “complicada índole y especiales fa- cultades” no traspasan los límites de una introducción de los dedos en el recto y por muy escrupuloso que sea un profesional, parece exagerada la cifra de 1.300 pesos co- mo precio de su exagerada limpieza, y tanto más cuanto que el paciente sufre una afección (mal de Bright) que no es infecciosa, ni contagiosa por tanto. O. En esta capital, los profesionales médicos respondien- do a las categorías que por distintas condiciones, (que no son del caso enumerar), se encuentran ejerciendo, y sin que respondan a tarifa impuesta, es habitual cobrar $5, $3, $2, por cada visita respectivamente. Me refiero a los médicos que se dedican a la asistencia domiciliaria. R. Las visitas que diariamente practica un profesional médico a un enfermo, se cobran a menos precio que las que se practicar conjuntamente con otro profesor en asisten- cia. Un precio más elevado que estas últimas son cobra- das por los actos de las Juntas y no consultas, como dice el cuestionario, que se realizan con otro profesor. En este último caso el médico de cabecera no debe cobrar por la visita, la Junta con el otro profesor solicitado y la consul- ta o cambio de ideas que hayan realizado sobre el caso, TOMO L1yY —30 442 ANALES DE LA puesto que las tres cosas reunidas constituyen un solo ac- to, un solo fin, el único objeto para que fué reclamado el concurso de ambos profesionales. S. Lo especificado en el capítulo 47 es parte inherente, es una consecuencia, es un complemento de la operación de embalsamamiento practicado, sin cuyo requisito no que- daría terminado. Esto no podía ser abandonado, tratán- dose del procedimiento usado, que aunque anticuado, era necesariamente indispensable. Respecto al segundo extremo de esta pregunta, estima esta ponencia, que apesar de los medios, procedimiento usado, personal necesario, instrumentos y demás conside- raciones que hace sugerir la práctica del embalsamamien- to aludido, es exagerado el precio consignado en el cues- tionario. Es un hecho que el procedimiento usado hoy por la inyección de formol, ha disminuido notablemente el pre- cio de tal operación, que hoy se practica por compañías especiales para dichos casos, sin extracción de vísceras. ¿he Esta ponencia estima que ha sido exagerado el proce- dimiento de investigación realizado desde tantos puntos de vista, inconexos muchos de ellos; así como los métodos te- rapéuticos variados y excesivamente puntualizados, inúti- les algunos, tratándose de un enfermo que durante los 97 días de su asistencia claramente pudo llevar al ánimo, el juicio diagnóstico de mal de Brigth, enfermedad crónica de no muy difícil revelación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 443 Cuestionario adicional Al A. La anamnesia personal y no persobal como indica el Cuestionario y la hereditaria, no son sencillas para un profano pero si para un experto perito. Constituyendo el comienzo del trabajo para que fué solicitado y debe ser incluído en los honorarios que devengue el profesor por su visita. Al B. Los trabajos que se realicen en un enfermo, como los contenidos en los capítulos 4, 5, 6, 7, 8, 9, 11, 13, 14, 15, 16 y 21, deben ser incluídos entre las visitas con recono- cimientos especiales, estipulando un recargo en el precio de la visita en que se practiquen. Al C. Siendo la Cirtometría, el procedimiento para medir el perímetro del tórax y la Sonometría (de ovy voz; perpov medida; el procedimiento para medir la voz; así como el Acúmetro (de axowiw Oir; uerpov medida; para medir la agudeza auditiva; pueden esas opera- ciones practicarse simultáneamente en una visita con re- conocimiento. Al E. En casos de iscuria, puede y debe el clínico investigar su orígen. Al F. Son distintos entre sí los trabajos relacionados en los capítulos 17, 18, 19 y 20, así como los contenidos en los números 14, 15 y 16; pero no obstante resultan excesivos los precios que a cada uno de ellos se consignan, conside- rando que cada uno de los trabajos constituyen reconoci- 444 ANALES DE LA mientos especiales adjuntos a la visita ordinaria—y son la Baraestesiometría—medir la sensibilidad del peso a la presión de los tejidos bapos peso; awbns sensibilidad— perpov medida. Estesiometría, medida de la sensibi- lidad. Termoestesiometria, medida de la sensibilidad del calor. Hiperestesia, exageración de las distin- tas clases de sensibilidad, etc., etc., aunque corresponden a un mismo orden de investigación dirigido a la sensibi- lidad. Al G. Que tratándose de una mujer sexagenarla y que tuvo por causa final y directa de su muerte una nefritis: en los 97 días últimos de su enfermedad, que la llevó a la tumba, científicamente pudieron omitirse las investigaciones de- sangre desde los puntos de vista de la avariosis, de la fiebr tifoidea, del paludismo, leucocitario y tuberculoso, si clí- nicamente no acusó síntomas, ni se apreciaron signos que pudieran hacer sospechar la intercurrencia de esos estados patológicos. AMOS de ASA Que para valorar los trabajos de un profesor médi- co, es necesario tener en cuenta a más de los trabajos en sí; que ellos se practican por el facultativo personalmen- te; las condiciones de solvencia del paciente, y el abando- no de su clientela, cuando se presta el servicio fuera de la localidad donde se ejerce y está domiciliado el profesional. Al K. Las operaciones menores practicadas según quedan enunciadas en los apartados 27 y 28 deben ser cobradas sin traspasar los equitativos límites que tales procedimien- tos ameriten. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 445 Al M. La faringoscopía y la laringoscopía con anestesia lo- cal debe estimarse como parte de un examen general incluí- do en el clasificado hecho, de visita con reconocimiento. Al N. El tomar la sangre y el realizar su análisis, son dos actos distintos cuando se practican por distintos profeso- res, pero cuando se practican ambas operaciones por el mismo perito, constituyen a los efectos del cobro una sola operación y puede ser estimativo el recargo en los hono- rarios, pues son operaciones complementarias. Al O. Si los reconocimientos se realizan en dos tiempos con intervalo de días u horas, puede el médico formular su cuenta separando los servicios, con mayor motivo por cuan- to que la causa de la interrupción la origina el estado del paciente. Al S. No es racional ni lógico pensar que puedan ser equi- parados los honorarios que devenga la práctica de un em- balsamamiento hecha por un profesional, a los que co- bran los establecimientos dedicados a esa clase de traba- jos, puesto que, en su apreciación concurre, la necesidad, el medio, la solvencia, pericia, reputación, elección, con- fianza, lugar, procedimiento y otras causas que favorecen al profesor que practica la operación. No obstante, la Academia con mejor juicio re- solverá. 446 ANALES DE LA INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA POR DISPARO DE ARMA DE FUEGO Y LESIONES GRAVES por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 8 de febrero de 1918) En la tarde del 23 de enero último se recibió en esta Academia un escrito de la Audiencia de la Habana, que copiado a la letra dice as: “Audiencia de la Habana. Sala de lo Criminal. Se- “cretaría. Habana, 22 de enero de 1918.—-Sr. Presiden- ““te de la Academia de Ciencias: En la causa número 51- “916 del Juzgado de Instrucción de Ciego de Avila con- “tra EIN EPA poradisparo de “arma: de Hueso ““y lesiones graves, la Sala Tercera de lo Criminal ha dis- “puesto se libre a Ud. la presente a virtud de exhorto de “la Audiencia de Camagúey remitiéndole adjunto un tes- “timonio de particulares deducidos de la expresada causa ““y hoja clínica con carácter devolutivo a fin de que esa “Corporación manifieste si peligra la vida del lesionado ““O si por el contrario sanará con las condiciones que ex- ““presan los particulares del testimonio; debiendo ser prac- “ticada esa prueba antes del día 29 del actual mes por ser “necesario devolverla a dicha Audiencia de Oriente (sic) “antes del juicio oral señalado para el día 1* de febrero. “Se ruega acuse recibo.—AÁtte. €”. Como no había tiempo material para incluirlo en la orden del día de la sesión del 25 de dicho mes, pues los informes médicos legales necesitan estudio y no pueden ni deben ser despachados sin seria meditación, pues eso sería comprometer la respetabilidad de esta Academia y mucho más aun los sacrosantos fueros de la justicia, se le contestó con fecha 26 lo que sigue: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 447 “Habana, 26 de enero de 1918.—Sr. Secretario de la “Sala de lo Criminal de la Audiencia de la Habana.—-Se- “for: En contestación a su atento escrito fecha 22 del “actual, recibido en esta Academia en la tarde del 23, so- “licitando informe en la causa número 51-916 del Juzga- “do de Ciego de Avila contra J... N... F..., por “disparo de arma de fuego y lesiones graves, y cuya prue- “ba ha de ser practicada antes del 29 del actual; tengo el “honor de manifestarle que para esa fecha no hay tiempo ““material de despachar el informe solicitado y que la Aca- ““demia no se reunirá hasta el viernes 8 del próximo mes ““de febrero,.en cuyo día se evacuará dicho informe.—Que- Maa de Ud. ale. qu”- Pasado a informe del que suscribe ha extractado la parte pertinente de los documentos remitidos, que son co- : mo sigue: Certiticado del Dr54B 255 Crosi 11 Bio o —Clego: de “Ayila 10 de febrero 1916.—Reconocido y curado a “JT... B... de una herida producida por arma de fue- “go, localizada entre el tercio superior y medio en la parte “interna del brazo derecho con fractura del húmero, he- ““rida de entrada del proyectil y sin puerta o herida de sa- “lida, siendo esta de carácter grave”. “Hospital General Número Uno. —Historia Clí- “nica. Cama núm. 25, Sala Echeverría. Nombre J... “B..., blanco, 27 años. Historia familiar: sin importan- “cia para sus lesiones. Historia personal (con anteriori- “dad a la enfermedad actual): Refiere este lesionado: ““que la lesión que presenta se la produjo el 8 de febrero “de 1916, como a las cuatro y media de la tarde en Ciego “de Avila, otro individuo. “Enfermedad actual: con intención de hacerle daño. “La lesión le fué producida por un proyectil de arma de “fuego, habiéndole sido extraido dicho proyectil por el “Dr. F... C..., y conociendo el Juzgado de Cie- 448 ANALES DE LA No] “so de “quirúrgicas, dos de ellas con necesidad de asistencia (sic) “[ anestesia] clorofórmica, dichas operaciones le fueron “practicadas antes de su ingreso en este hospital, que lo “hizo el 28 de octubre a las 2 y 25 p. m. Diagnóstico: He- “rida por proyectil de arma de fuego en el tercio medio del “húmero (derecho). Hoja clínica—octubre 29-1916. He- ““rida por proyectil de arma de fuego en el tercio medio del “húmero. Octubre 30. Presenta un trayecto en el tercio me- ““dio del húmero, teniendo supuración abundante. Octubre “31. Tiene eritema en el brazo y dolor y alguna supura- “ción. Noviembre 1”. Tiene supuración y alguna inflama- “ción. Día 2. Menos supuración y la inflamación ha ba- “Sado un poco. Día 8. Sigue muy mejor, no ha tenido su- ““puración. Día 12. Abundante supuración. Día 22. Tiene ““menos supuración. Día 23. Supuración abundante y los “trayectos no cicatrizan casi nada. Diciembre 8. Está me- “jor, se prepara para ser operado. Día 9. Igual nota. Día “10. Siente algún dolor y ha tenido un poco de sangre. “Día 11. Pasó la noche regular, durmió algo pero tuvo “dolor. Día 13. Tiene mucha supuración y un poco de “edema en el brazo. Día 14. Sigue lo mismo, se siente mal- “estar general y no quiere tomar alimento. Día 15. Pasó “la noche algo mal, durmió poco y se quejó de dolor de “garganta, tuvo temperatura alta, continúa con mucha ““Inapetencia. Día 16. Pasó la noche muy mejorado, no “quiso que le pusieran la inyección, se niega a tomar ali- “mentos. Día 17. Sigue muy majadero y se niega a que se “cumplan las indicaciones médicas. Día 18. Sigue con “mucha supuración y ya toma mejor los alimentos y no “está intranquilo. Día 19. Continúa mejorando algo y la “supuración del brazo no es tan abundante. Día 22. Sigue “la mejoría aunque tiene alguna supuración, su tempera- “tura es normal. Día 24. Ha pasado el día mal con dolor “en el brazo y también se siente mal del estómago, el pur- Avila del caso. Se han hecho varias operaciones ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 449 ““gante no le operó sino con un enema. Día 25. Se siente “algo mejor. Día 28. Se encuentra lo mismo, se siente ma- “lestar general. Día 29. Hoy ha pasado el día algo mejo- “rado. Día 30. Se siente muy aliviado y ha desaparecido “la linfangitis que tenía en el brazo. Enero 10-1917. Es- ““te enfermo es pasado de la Sala Echeverría. Día 15. Si- “gue muy aliviado pero aun la herida le drena y su estado ““es debil. Febrero 11. Se encuentra mejorado, tiene menos ““Supuración en las úlceras. Día 14. Tiene los trayectos “casi cicatrizados. Día 21. Muy mejorado. Marzo 1* Hoy “se queja de dolor en el brazo. Día 7. Tiene supuración “aunque escasa y cicatriza con lentitud. Día 22. Se encuen- “tra muy mejorado, los orificios van cicatrizando. Abril 1* “Tiene menos supuración pero si inflamación. Día 3. Tie- “ne supuración, inflamación y mucho dolor. Día 4. Sigue “Con mucha supuración”. “Informe pericial, 9 de mayo en Ciego de Avila. “Dres: E. so Exc. y J..:0 T... Que «por “los da- “tos que el Juzgado ha puesto a su disposición sobre la destómquesel. 1Osteb:! 19d 60sutriód JR .201B 109 EU E Del examen de estos documentos se deduce que un in- dividuo fué herido por proyectil de arma de fuego en el tercio medio del brazo derecho, con fractura del húmero, y orificio de entrada pero no de salida, en Ciego de Avila el 10 de febrero de 1916, siendo su pronóstico grave. Que después ingresó en el Hospital Número Uno el 28 de octubre del mismo año, y allí se hizo constar que el lesionado había sufrido varias intervenciones quirúrgicas, dos de ellas con anestesia clorofórmica, antes de su ingre- so en el Hospital. Que en dicho nosocomio y en 30 de oc- 452 ANALES DE LA tubre presenta un trayecto (sin decir de qué clase) en el tercio medio del húmero, teniendo supuración abundante y los demás detalles que hemos extractado de la historia clínica remitida; pero en la que no se consigna ninguna de las intervenciones que probablemente le harían, según se desprende de la lectura del diario de observación, así como tampoco se fija la fecha de salida de dicho Hospital Na- cional, pudiéndose colegir fuera la del 4 de abril por ser el último día de observación y por haber ingresado en esa misma fecha en la clínica Bustamante-Núñez, donde apa- rece un historial quirúrgico que ilumina este, hasta aho- ra, oscuro proceso patológico, pues en él aparece un diag- nóstico claramente formulado y un razonamiento de la intervención operatoria que se proponía al lesionado y que fué aceptado y cumplido en todas sus partes, saliendo de la mencionada Clínica el 6 de junio de 1917, es decir, a los tres meses y dos días de su ingreso. De todos los documentos examinados el único que arroja luz completa sobre el asunto es el informe emitido por los forenses Dres. Rayneri y Porto, en la Habana, el 14 de mayo de 1917, pues por la lectura que he hecho an- tes de él se conocen las distintas peripecias que ha atra- vesado dicho sujeto desde el momento de su herida el 10 de febrero de 1916, hasta el momento del informe el 14 de mayo de 1917. Formulando además un pronóstico exac- to en cuanto al defecto físico y deformidad permanente por la lesión del nervio radial y la resección del húmero que hubo de practicársele a consecuencia de la osteomie- litis que padecía. No creían los peritos, —en ese momento del informe,—que hubiera peligro para la vida del lesio- nado en el porvenir. Otros dos documentos encontramos expedidos con fe- cha posteriores en 10 septiembre y 24 octubre de 1917, por los peritos de Ciego de Avila, que manifiestan que no pue- den informar nada de lo que se les pide, pues por los da- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4583 tos suministrados “no pueden calcular el tiempo que tar- dará en sanar dicho lesionado, pues las lesiones que él pre- senta y que no se hallaban curadas cuando dejó de prestár- sele asistencia médica lo mismo pueden haber mejorado que agravado, incluso pueden ser causa de la muerte de dicho individuo...” lo que demuestra que no vieron al lesiona- do y sólo tuvieron a su disposición la historia clínica que se les suministró. Si eso dicen los documentos médico legales expedidos por los que últimamente intervinieron en ese proceso ¿có- mo es posible pedirle ahora a la Academia, con sólo esos datos, que ella informe como se merece la respetabilidad de su nombre y los fueros de la justicia ? Si algo hay difícil en medicina legal de juzgar, son las lesiones producidas por los proyectiles de arma de fue- go, pues las circunstancias del individuo herido, la clase de arma y de pólvora empleada, de medios en los que se ha producido la lesión, de momento, lugar y condiciones en que ha sido asistido—circunstancias todas que desconoce esta Academia—hacen variar al infinito el curso, la mar- cha, las complicaciones y por consiguiente el pronóstico de la lesión y “no debemos olvidar que el perito no debe- rá emitir sus opiniones sino con gran reserva”. Como quiera que faltan todos los antecedentes nece- sarios para informar como se debe, como los documentos remitidos no dicen más que una parte, importante en ver- dad, pero insuficiente a su vez para contestar a la pregun- ta que de manera categórica se hace a la Academia de si peligra la vida del lesionado, como se desconoce cuál ha sido su salud después de su salida de la Clínica Bustaman- te-Núñez en 6 de junio del pasado año, y como el lesiona- do había sufrido una resección del húmero por osteomie- litis, sin precisar tampoco la causa de ella, esta ponencia se limita a proponer la siguiente conclusión : 454 ANALES DE LA Que los datos aportados son insuficientes y que por la falta de examen actual del sujeto no le es posible a esta Academia manifestar si peligra la vida del lesionado, ni si sanará con las condiciones que se expresan en los par- ticulares del testimonio; pero sí puede afirmar que que- dará con defecto físico y deformidad, por las lesiones su- fridas, tanto en el hueso húmero como en el nervio radial. ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE FEBRERO DE 1918 | Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes: Dres. F. Etchegoyhen, R. Gómez Murillo, L. F. Rodríguez Molina, M. Ruiz Casabó. Por no existir el quorum reglamentario solo se celebra esta se- sión con el carácter de científica. Se dió lectura al acta de la sesión del 8 de febrero, pero se pospuso su aprobación para cuando con- curra el número necesario de académicos. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones : Entrada. De la Sociedad Cubana de Derecho Internacional, testimonian-- do su más sincero agradecimiento por haberle concedido el salón de actos de la Academia para celebrar sus sesiones. De la Asociación Cultural Universitaria, solicitando utilizar el mismo los lunes 11, 18 y 25 del presente mes de febrero. De la Secretaría de Estado, remitiendo copia de un decreto del Presidente provisional de Venezuela, sobre el Congreso Internacio- nal de Historia de América. ] De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de oposi- ciones a la Cátedra de enfermedades de la piel y sífilis, de la Es- cuela de Medicina de la Universidad. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, contes- tando oficio del Presidente de esta Academia relativo a conferen- cias de agricultura por el personal técnico de dicha Secretaría. De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, solici- tando el nombramiento de un miembro para el Tribunal de oposi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 455 ciones a la Cátedra del grupo 2? (Aritmética, €) de la Escuela Nor- mal de Oriente. Del Juzgado de primera instancia de Santa Cruz del Sur, soli- citando informe en causa sobre nulidad de matrimonio. Del Alcalde Municipal de la Habana, invitando a la inaugu- ración, el 24 de febrero, del busto erigido a la memoria del Sr. Gon- zalo de Quesada. Salida. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo ponente en tasación de honorarios reclamada por el Juzgado de primera instancia del Este de la Habana. Al Dr. Jorge Le-Roy, id. id., en causa por disparo de arma de fuego y lesiones graves, núm. 51-916, del Juzgado de Ciego de Avila. Al Dr. Felipe García Cañizares, trasladándole escrito de la Se- cretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, relativo a su nombra- miento de Vocal naturalista de la Junta Nacional de Pesca. A la Asociación Cultural Universitaria, accediendo a su solici- tud de utilizar el salón de actos de esta Academia los lunes 11, 18 y 25 del presente mes de febrero. A la Audiencia de la Habana, remitiendo informe aprobado en causa por disparo de arma de fuego y lesiones graves. Al Juzgado de 1* instancia del Este de la Habana, remitien- do tasación de honorarios reclamados por el Dr. Luis de la Torre. Al leerse el acta los Dres. Etchegoyhen y Gómez hicieron al- gunas rectificaciones, que fueron inmediatamente anotadas por el Secretario en la misma acta, antes de su aprobación. El Dr. Juan Santos Fernández dió por leído su trabajo MIRADA RETROSPECTIVA DEL MUERMO EN LA HABANA y concede la palabra al Dr. Julio San Martín que la tenía pedida desde la sesión ante- rior, y da lectura a su trabajo sobre LA CURABILIDAD DEL MUERMO, aduciendo pruebas científicas y bibliográficas demostrativas de su criterio de sacrificar todo caballo muermoso. Sometido a discusión pide la palabra el Dr. Etchegoyhen y ma- nifiesta que: como lo cortés no quita lo valiente, al contender con el Dr, San Martín le es grato felicitarlo al verle ocupando la atención de la Academia, y hará no quede desmentida toda corrección al re- batir los fundamentos de su trabajo, pues, fuera de los argumentos científicos, cualquier reparo que le haga estará siempre inspirado en la consideración que le tiene. 456 ANALES DE LA Estima que el trabajo de su contrincante es profuso alegato en defensa de la anticuada actuación del Departamento de Sanidad en materia de persecución al muermo, y para sacarla adelante no tiene inconveniente en contradecir los textos más modernos, en recurrir a subterfugios, y en sostenerse en el terreno de las formas abiertas de las lesiones muermosas, de las cuales se ha dicho: imponen el sa- crificio. A fin de impresionar al auditorio nótase alarde de erudición, trayendo a colación conocimientos, al alcance de todos, sobre el diag- nóstico clínico y experimental de la enfermedad, que no vienen al caso, pero adornan rebuscadamente al disertante; y queda termina- da la labor al ocuparse del tratamiento, conminando para que se cite un producto específico contra la enfermedad muermosa. La exposición de este plan de ataque resulta habilidoso, y el talento del Dr. San Martín, al trasponer, cuando él lo considera opor- tuno, lo convierte en abogado de talla y si fuera togado en esa fa- cultad le llenaría de quietud al entregarle cualquier arriesgado pleito. Referente a lo que dicen los textos le recuerda que el muermo es enfermedad específica de los animales equinos, contagiosa, de evo- lución aguda en el asno, más aguda que crónica en los híbridos, y más crónica que aguda en los caballos; que la forma aguda es ge- neralmente incurable, y que no obstante se dan casos de curación excepcionales, que el Dr. San Martín admite, perdiendo su defensa todo absolutismo con esta confesión, lo que le lleva a agregarle: que lo que la naturaleza es capaz de reponer, se activa y facilita cuan- do el hombre la ayuda con su sapiencia. Olvidándose mi contrincante, agrega el Dr. Etchegoyhen, que estamos tratando asunto científico, que ha dejado desde hace mucho tiempo los linderos de la hipótesis, para entrar de lleno en lo incon- trovertible de la experimentación, quiere demostrar no he dicho ver- dad poniéndole reparos a las citaciones que he hecho en testimonio de la curabilidad del muermo. Supongo que lo que ha querido decir, en su refutación ofusca- da, es que duda, y hasta que niega, el que esos autores tengan ra- zón; porque esos asertos los he tomado textualmente de la obra En- fermedades Infecciosas de los Animales Domésticos del profesor Pietro Oreste, edición española de 1912, página 103. Es más, en esa obra se dice: que Senmer sostiene que así como hay una sifílis fácilmente curable, hay también un muermo y una tuberculosis curable. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 457 Que Johese, Schindelka, Hutyra y Marek, también admiten la posibilidad de curación. Que Nocard ha encontrado los nódulos muermosos de los caba. llos, metódicamente tratados por la maleina, completamente estériles. Que Levy, Blunmenthal y Marker, han logrado inmunizar los curieles y los caballos contra el muermo. Podría seguir citando autores que fueran llevando al ánimo del refutante el convencimiento de esa curabilidad; pero no lo hago por- que hemos visto ha hecho el propósito de rodearse de todo juicio opuesto, al extremo de que después de asegurarnos que ha recurrido en consulta a la obra de Patología y Terapéutica especial de los Ani- males Domésticos de los doctores Hutyra y Marek, no le conmueve, no le interesa, lo que en ella ha leído. En la págna 666, de la edición española de 1914, se dice: des- de que se usa la maleina se sabe que la enfermedad se difunde por los grandes efectivos de ganado, infectando en grado mucho mayor de lo que se creía antes, cuando solo se diagnosticaban los casos de muermo manifiesto; al propio tiempo se ha sabido también que con gran frecuencia la enfermedad se localiza sólo en los órganos inter- nos, y que, no rara vez, en esta forma cura. En la página 687 se consigna: en algunos casos la enfermedad cura. La curación local de las úlceras lo demuestran las cicatrices que no es raro ver en las mucosas y en la piel; además en los órga- nos internos existen focos caseosos, secos, a veces parcialmente cal- cificados, de irrefutable naturaleza muermosa. En los países meri- dionales tales como el sur de Rusia (Noviewicz, Semer), Rumania (Babes) y Africa (Bonrom y Decroit), el muermo evoluciona con frecuencia benignamente, y a veces hasta curan caballos con mani- festaciones ostensibles de la enfermedad. En Cuba y Puerto Rico, Colodrón, citado por Tellez, vió curar espontáneamente muchos ca- ballos muermosos dejándolos libres en potrero. La posibilidad de una curación definitiva de este proceso mor- boso lo demuestran las inyecciones de maleina, pues caballos sospe- chosos de estar infectados y que una, o varias veces, reaccionaron a ella de modo característico, al dejar de reaccionar permanecen defi- nitivamente sanos; y la necropsia demuestra la existencia de nó- dulos y focos enquistados en algunos de sus órganos internos. Estos hechos prueban directamente que'la enfermedad regresa, cuando se han desarrollado pocos nódulos en los órganos; tampoco es raro que se detenga, y aun cure del todo, incluso en los países del norte y del centro de Europa. TOMO LIV—31 458 ANALES DE LA En la página 668, se cita a Nocard, que encontró reacciones cicatriciales indicadoras de curación, nada menos que en 338 ani- males que revelados muermosos por la maleina no reaccionaron mas, muriendo después por otras causas. También se mencionan los criterios en el sentido de la curación del muermo emitidos por los profesores Pfeyler y Schurer, de Berlín. Hutyra y Marek, deducen de todo lo expuesto: que solo hay que contar con la posbilidad de curar el proceso cuando la enferme- dad se revela simplemente por la reacción maleínica, o por el suero diagnóstico, en los animales que no presentan síntomas muermosos algunos en cambio, cuando existen ya síntomas clínicos ostensibles de la enfermedad, la curación completa debe considerarse imposible, al menos desde el punto de vista práctico. Entonces pueden curar algunas alteraciones locales, pero el mal suele progresar en otros puntos. Vea el Dr. San Martín como no he pretendido sorprender, sino propalar verdades por otros demostradas. Todos nos hemos dado cuenta de que para no fallar por este lado el disertante siempre se refiere a lesiones intensas, a fin de que no se le quite una razón que aquí nadie ha discutido y es: que en esta, como en cualquiera otra enfermedad, las formas avanzadas de las lesiones establecen la incurabilidad. Más como en el curso de su labor no nos habla de la manera de producirse las reacciones anatómicas tisulares, y establece el tipo de salto, que nunca da la naturaleza, desde el contacto del agente patógeno hasta las lesiones nodulares, de adenopatías, y ulcerativas, le recordaremos lo que sobre esto se menciona en el Manual de Pa- tología General, de Paul Courmont, de la colección Testut, edición española de 1913, tomo primero: la génesis de las inflamaciones no- dulares, pseudo-tuberculosis, sífilis, lepra, muermo, micósicas, pa- rasitarias y minerales, tienen su más genuina representación en la patogenia del tubérculo de Koch, ya que poseen el carácter común de provocar lesiones inflamatorias o en las cuales las células jóvenes s agrupan en nódulos. En esas inflamaciones nodulares, ajenas al bacilo de Koch, se encuentran también, tubérculos con folículos típicos y células gi- gantes, con evolución caseosa; y cuando las masas caseosas se des- integran y se eliminan producen úlceras y cavernas, por pérdidas de substancia; pero cuando predomina la forma fibrosa, o se con- densa la caseosa, para dejarse infiltrar y dar lugar al secuestro por calcificación, entonces hay curación. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 459 Es decir: que existe una marcha gradual en las lesiones muer- mosas que establecen distintos estados, los cuales forzosamente han de inspirar otros tantos juicios pronósticos. Ante el deseo de alarmarnos nada de esto se tiene en cuenta; y cuando se llega a establecer de que no es posible el poder asegu- rar clínicamente, ni por reacciones biológicas, de la magnitud de las lesiones, para que la refutación que se le ocurra a cualquiera me- dianamente clínico no surta efecto, se recurre a la argucia, entonces surge el subterfugio, y no tiene reparos el Dr. San Martín al hacer- nos saber: que si en lo tocante a tuberculosis puede un enfermo con su perspiración impresionar un medio de cultivo a doce metros, la respiración, el resoplido, la tos, del caballo muermoso necesariamen- te han de infundir pavor. Y sin embargo oid lo que se dice en el Hutyra y Mark, esa obra tan consultada para hacerme acerbos reproches científicos: “el aire espirado suavemente por los équidos muermosos no es infec- cioso”. Así resulta, por lo menos, de los experimentos de Renault, Ca- deac y Malet, los cuales ponían las cabezas de caballos muermosos con las de otros sanos rodeándolos con un lienzo, sin conseguir es- tablecer contaminación; tampoco consiguieron producirla mediante inyecciones subcutáneas del agua de condensación del aire espirado por caballos enfermos. Hutyra también halló inactiva para el caballo la insuflación del flujo nasal, antes virulento, desecado a la luz del día, o en la obscuridad. Escuchad, también, la réplica que quería evitar ese manifiesto exabrupto: todos los clínicos sabemos que las grandes lesiones lo- calizadas, o las extensas generalizaciones, se deben a un exceso de virulencia, quizás a debilidad orgánica; y que por ende, superfi- ciales, o profundas, y en estos casos según la importancia vital del órgano, o de los órganos, muermosos, o no, siempre se revelan por al- gún síntoma, son incapaces de quedar mudas; y que en lo que se relaciona con los reactivos biológicos el toque de estos tienen una intensidad regularmente proporcionada a la de le lesión, menos en los casos de infección intensa porque acusa la sintomatología apro- piada. Esto lo establece el Dr. San Martín en la lectura que nos ha hecho de los distintos métodos de diagnósticos experimentales del muermo; y ha dejado de mencionar, o no lo he oído yo, a la inyec- ción subcutánea de la maleina que, por tener tres reacciones simul- 460 ANALES DE LA táneas, debe escogerse como medio preferente de diagnóstico clínico, pues cuando las tres reacciones coinciden, aunque no haya síntoma de muermo, ello es indicio de lo extenso de las lesiones, no mudas, sino ocultas por su situación profunda. Los textos establecen diferencias de pronósticos, según vayan dejando de coincidir estas reacciones en los animales testigos. Es natural que para poder interpretar estas distintas varia- ciones, a veces delicadas, hay que tener práctica, y no está por con- siguiente al alcance de cualquier profesional. Por último, el Dr. San Martín me reta para que le dé el trata- miento específico de esa enfermedad, y esto me resulta tan peregri- no como el reclamárselo yo para la tuberculosis, é tutti cuanti pro- cesos que desgraciadamente aun mo lo tienen, pero que a pesar de ello poseen una terapíutica al alcance de todos los profesionales. Además para los casos de curabilidad excepcional de las for- mas abiertas del muermo, y aun para aquellas en los que el síntoma clínico se acompaña de la reacción biológica, ya nos ha dicho en su incredulidad cuales son, sí bien no le fué posible enumerarlos todos, pues resultan más numerosos, según los autores. En lo tocante a lo que yo pretendo, y he expuesto ante esta Aca- demia, dejémonos de quisquillas, y convengamos en que la mayoría de los autores, el Departamento de Sanidad, el Dr. San Martín, y yo, estamos conformes en la seguridad de esas curaciones. ¿Qué otra cosa ha hecho el Departamento de Sanidad sino pro- clamar la curabilidad de los casos cuando ha devuelto animales re- cluídos que por segunda, o más veces, han dejado de reaccionar? ¿Qué sino excelente caso de curación fué el ocurrido en el ca- ballo de una autoridad que declarado muermoso, y dispuesto su sa- crificio, fué salvado por tesón, falleciendo de otra muerte muchos años después ? Yo tengo al Dr. San Martín, sobre todo, por muy honorable profesional, y él no me dejará mentir al decir: que cuando su ges- tión frente al Establo de Observación Sanitaria él notó muchas reac- ciones débiles, dudosas, motivando el que diagnosticara esos casos de mudos, de sospechosos, y a que los tuviera en observación para volverlos a examinar. ¿Qué hizo de ellos? Simplemente lo que compete a toda con- ciencia profesional bien formada y dirigida: devolverlos como sanos cuando dejaron de reaccionar a la maleina, y sacrificarlos al ocurrir la coincidencia de un síntoma de la enfermedad. Ae A A A a ds A a Pb ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 461 Vuelva a leer con detenimiento mi comunicación a la Academia, y verá el distinguido compañero como coincidimos en los extremos de la curabilidad excepcional de los estados avanzados, y con ma- yor motivo, en los de las formas incipientes. Nuestra divergencia estriba en que él apoya a los autores que sostienen la incurabilidad sin poderlos respaldar con su experien- cia personal; y yo, en cambio declaro: que he visto con asombro, ca- sos de muermo abiertos curados, que he curado casos incipientes, y que sostengo curan todos los que sean atendidos tan pronto se haga el diagnóstico precoz de la enfermedad por intervención de los reac- tivos biológicos. Si a pesar de estas certezas mi distinguido compañero sostiene su tesis añadiré, como último argumento: que en todo orden de ideas y de conocimientos, tanto religiosos como políticos, en literatura co- mo en las bellas artes, y aun en las ciencias médicas, fuera de lo fijado por la experimentación, la humanidad se divide siempre en bandos opuestos aferrados a doctrinas proclamadas incontroverti- bles; pero que referente al asunto debatido no puede existir más que un criterio. , Rehuyamos, por lo tanto, las prolijas discusiones, y pida- mos, al Sr. Secretario de Sanidad, conspícuo miembro de esta Aca- demia, que nos autorice para someter a tratamiento animales reve- lados muermosos por la maleina, sin tener síntoma alguno de la en- fermedad, a fin de poder demostrar no ha pasado por tan ilustrada corporación la falacia, sino el deseo de que resplandezca la verdad. El Dr. San Martín agradece la felicitación del Dr. Etchegoyhen y estima que las frases que ha dedicado a su trabajo son hijas del afecto del maestro hacia el discípulo. No viene a defender a la Sanidad, con la cual no tiene más co- nexiones que las que el Dr. Etchegoyhen lo ha obligado a tener, al pedirle que sirviera de árbitro entre los veterinarios de Sanidad y él. En cuanto a que contradice los textos modernos, es un alegato falso del Dr. Etchegoyhen. Dice que no ha inspirado sus argumentos en trabajos leídos el año 92 ni ha falseado, como el Dr. Etchegoyhen, la redacción de los mismos para hacerlos venir de acuerdo con las teorías que sustenta. Ahí están los textos para el que quiera exami- narlos, e invita al Dr. Etchegoyhen a que ponga de manifiesto los que a él han servido. No trata de impresionar al auditorio, sino de hacer resaltar la verdad, tal cual es y como debe ser, desnuda y sin apasionamientos 462 ANALES DE LA inspirados en intereses particulares. En cuanto a la curación del muermo, repite que no existe una substancia capaz de curarlo ni un medio absolutamente seguro de poner de manifiesto esa curación en el animal vivo. Estima que el Dr. Etchegoyhen carece de argumentos sólidos con que rebatir los suyos, y que a ello se debe el que tenga que acu- dir a llamarlo habilidoso y “saltarín” abogado y otras cosas que no tienen nada que ver con la discusión científica, para poder decir al- go en apoyo de su teoría de la curación del muermo y del debér de tratarlo en todos los casos que no presenten síntomas clínicos. Cree que el Dr. Etchegoyhen lleva las cosas a un terreno personal y no puede ni debe tolerarse que así se haga. El argumento del Dr. Etchegoyhen basado en Hutyra y Marek es falso. El habla de “los casos que curan” y calla una opinión ca- tegórica del traductor del texto que dice: “El Dr. Farreras, que ha tratado de curar miles de casos, nunca ha podido lograr una sola curación”. Con respecto a la citación “de que como hay una sífilis fácil- mente curable, hay también un muermo fácilmente curable” puedo asegurar que ese argumento, como otros del Dr. Etchegoyhen es com- pletamente falaz. La sífilis tiene varias substancias específicas en- tre los agentes terapéuticos, como el salvarsán, el neosalvarsán, el diarsenol, el arsénico, el mercurio y el yoduro, que se sabe positiva- mente que la curan. El muermo no tiene ningún agente que haya demostrado ser capaz de curarlo. El hecho real, positivo, incontrovertible, es que el Dr. Etche- goyhen falta al principio de consistencia al referirse a la actividad como propagadores de los animales muermosos que no presentan sintomas clínicos de la enfermedad. Si él admite que son los pro- pagadores, porque quiere imponer la teoría absurda de que no se sacrifiquen, sino de que se traten, cuando no tiene con qué tratar- los. La curación de que él habla tan entusiásticamente, efectuada por el mero pase a potrero de los caballos infectados, es un hecho re- ñido con la verdad. Esos caballos, como he dicho, mejoran, pero no curan, como lo prueba el hecho de que al poco tiempo de estar de nuevo trabajando, comienzan a dar pruebas palpables de enfer- medad. Y como hecho evidente, palpable, tangible, que está a la vista: el establo de los Sres. Loustau y Hermano, por quienes en este mo- mento rompe lanzas, falseando la verdad el Dr. Etchegoyhen, y en interés de los cuales ha inspirado únicamente su trabajo, es un fo- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 463 co de muermo permanente. Si la teoría del Dr. Etchegoyhen fuera cierta, si los caballos curaran en el potrero; si los caballos sin sín- tomas clíncos no fueran los propagadores de la enfermedad; y si el Dr. Etchegoyhen fuera capaz de curar el muermo, no sucedería así. Estamos ante una alternatva que yo quiero que el Dr. Etchegoyhen concrete: O el Dr. Etchegoyhen es un ocultador de muermo, o todo cuanto ha dicho aquí de la curabilidad del muermo es falso. Si él lo curara, no habría muermo en ese establo que él dirige y del cual es responsable ante el Departamento de Sanidad, ante su concien- cia y ante su país; porque los casos habrían curado y dejado de ser contagiosos. Si los casos mudos no fueran contagiosos tampoco ha- bría muermo, ya que éste solo se propagaría por casos abiertos que no hubieran pasado desapercibidos para un clínico de su talla. Y si todo eso no fuera cierto, y solo los casos abiertos propagaran lu enfermedad, el Dr. Etchegoyhen tendrían que confesar que es na ocultador de muermo, acreedor a las censuras y al desprecio de las gentes. No quiero referirme a cada uno de los puntos tocados por el Dr. Etchegoyhen. Son castillos de baraja que no sería necesario sino soplar para que cayeran. Y él también es un hábil desfigura- dor de hechos; donde yo me refiero al aire expirado en una quinta de tos, él me habla de aire suavemente expirado. Donde yo no men- ciono la palabra perspiración él la hace surgir, quizás con la mala intención de hacerme aparecer como un ignorante, El tratamiento del muermo, lo repito, mientras no tengamos un agente que lo cure segura y rápidamente, no debe practicarse. No vale exponer la vida de un hombre para salvar la de cien caballos. Y el valor de uno de estos équidos es demasiado pequeño, por lo me- nos para las personas que no anteponen el dinero a toda otra cosa, para exponer la vida de miles de personas por salvar la de él. Y aquí termino esta discusión, a la que no me ha movido más interés que el de contrarrestar el efecto malo y- nocivo del trabajo dado a la prensa diaria por el Dr. Etchegoyhen, en defensa exclu- siva de los intereses de sus clientes los Sres. Loustau, y que él ha pretendido escudar tras el nombre serio de esta Academia, fundada por gentes amantes de la ciencia y del progreso, con fines más ele- vados que para los que ha pretendido utilizarlos el Dr. Etchegoyhen. El Dr. Gómez pide la palabra para felicitar al Dr. San Mar- tín por su brillante trabajo, que es la última expresión de experien- cias sobre muermo, pues los datos aportados han sido publicados en 464 ANALES DE LA 1917 y se refieren a los grandes efectivos militares de los ejércitos «que intervienen en la guerra del mundo. Está de completo acuerdo con lo sustentado por el Dr. San Martín y cree, que aunque no lo exteriorice también el Dr. Etchegoyhen se halla identificado con elios. En realidad el Dr. Etchegoyhen no puede aportar experien- cias propias, puesto que según nuestra legislación sanitaria deben ser denunciados todos los casos sospechosos de muermo y es precise- mente el Dr. Etchegoyhen el veterinario que tiene el record de de- nuncias de animales muermosos, y su honradez profesional se halla reñida con las ocultaciones, aunque sean éstas hechas con fines ex- perimentales. Entiende que el Dr. Etchegoyhen se aferra a su cri- terio de curabilidad del muermo, solamente para dilatar la discusión y llevarla al terreno experimental, del que es un apasionado, pero quizás se dificulte lo que él propone, dado el criterio sanitario en lo que a muermo se refiere, El Dr. Valdés Ruiz explica que durante el tiempo que lleva de Director en el Establo de Observación Sanitaria no ha tenido un solo caso de muermo que haya curado. Recuerda el caso sucedido con el caballo de un cliente del Dr. Etchegoyhen, que ingresó sin presentar síntomas clínicos de muermo y que sometido a varias imo- culaciones de maleina subcutánea, siempre dió una reacción positi- va, aumentando cada vez más la curva térmica. Sacrificado el re- ferido animal, se encontraron los pulmones y ganglios brónquicos cubiertos de grandes nódulos muermosos, habiéndole remitido parte de dichas piezas al Dr. Etchegoyhen para que se convenciera per- sonalmente de la certeza del diagnóstico formulado. El .Sr. Presidente dice que, antes de que el Dr. Etchegoyhen diese la voz de alarma ya él la había dado y buena prueba de ello es que retiró su trabajo en la primera sesión que se anunció para que se pudiera discutir ampliamente el tema. Que la misión de la Academia es ilustrar al Gobierno. La Academia ha cumplido su deber: y por ahora queda terminado este asunto. El Dr. Francsco María Fernández en vista de lo avanzado de la hora pide se dé por leído su trabajo sobre NEURITIS OPTICA Y EXOFTALMIA POR TUMOR RETRO BULBAR, y concedido, el Sr. Presi- dente da por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 465 MIRADA RETROSPECTIVA ACERCA DEL MUERMO EN LA HABANA por el Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 22 de febrero de 1918) Sres. académicos: Sería más cómodo para el que tiene el honor de diri- giros la palabra no poner sobre el tapete, el estudio del muermo en la Habana, que guarda tantas páginas luc- tuosas y tantas vergúenzas para los administradores de una ciudad civilizada; pero la misma reflexión me bice hace más de 25 años y no me convencí a mí mismo, de que no debía combatir para evitarme molestias y trabajos, una enfermedad que hacía víctimas numerosas en el hom- bre, por descuido de la higiene; y no miré desde luego con indiferencia este particular para atender solo a mis intere- ses profesionales, que me han permitido mantenerme des- de el primer día, en el mismo nivel social, durante 42 años. - Nose me ocultaba, Sres. académicos, que ponerme a! frente, como me puse, de una comisión para extinguir el muermo en la Habana, me perjudicaba, me creaba la ani- madversión de aquellos que forzosamente habían de ser lastimados en su hacienda, aunque de exíguo modo, pues atendiendo a la tan ponderada crematística o sea la cien- cia de adquirir y conservar la riqueza, que suele ser el exclusivo culto de muchos, propuse desde el primer mo- mento que los dueños de las caballerías muermosas sacri- ficadas, fuesen indemnizados. Si cuando era todavía joven, y tenía ancho campo por delante, entendía que no constituía negocio para mí, exponer mi vida sin retribución alguna, como la expuso el Secretario de la Comisión, don Pedro Fernández Díaz, que murió de la enfermedad que contrajo en el desempeño del 466 ANALES DE LA O AA E A E por gratuito cargo y por lo que figura su nombre en la lápida con que la Academia honra a los mártires de la ciencia, hoy que he llegado a una edad, en que la mayoría de los hombres están afectados de un desencanto profundo, por- que la realidad de las cosas les ha lacerado más de una vez, y se convencen que en la lucha del espíritu contra la materia no pocas veces triunfa ésta, no debiera preocupar- me y menos de manera vehemente, como por mi tempera- mento lo hice, en la última sesión, en que por interpreta- ciones equivocadas se reproducían las tendencias, que un día provocaron aquí la hecatombe de las víctimas del muer- mo sufrido tiempo atrás y que alguno de los académicos supervivientes puede todavía recordar. Además confieso que fué hasta innecesaria mi preocupación, pues si un día el profundo abandono en que se encontraba la higiene pú- blica, hizo necesaria la gestión de los particulares y la in- tervención directa de la Academia, que jamás un día y otro dejó de aconsejar al Gobierno las medidas necesarias Ppa- ra evitar el mal, hoy no corremos ese peligro, desde el mo- mento que para nuestra honra esta República, muy lejos de ser perfecta desde otros puntos de vista, lo es, podemos decirlo con orgullo, en lo que a la conservación de la sa- lud pública se refiere, y hay numerosas manifestaciones extranjeras que lo atestiguan. Desde que se estableció en Cuba el orden sanitario de la primera intervención ame- ricana cesaron como por ensalmo las defunciones por el muermo que ocurrían en la Habana. En esto soy del to- do imparcial, pues ni me eduqué en los Estados Unidos sino en España y en Francia y ni siquiera hablo inglés; pero a la cooperación americana debemos la extinción del muermo, primero, y después de la fiebre amarilla para siempre aquí y en todas partes del mundo. Puedo hablar sin embozo y sin que tema ser tachado de vanidoso, porque mi persona no ha tenido la menor in- tervención en estos triunfos de la Sanidad de mi patria, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 467 ni en lo que hace a la extinción total del muermo y de la fiebre amarilla, porque mientras esto se verificaba yo aten- día al cultivo de la oftalmología que es lo que me ha in- teresado siempre directamente. Las conquistas de todos los hombres de ciencia de mi país, no me pueden ser indiferentes, y por eso siento una verdadera satisfacción al recordar que no ha mucho, nuestra poderosa vecina la república norteamericana, por conducto de sus agentes sanitarios, hizo responsables a los nuestros, de determinadas infracciones, y oportunamente el Dr. Juan Guiteras hizo rectificar el concepto, probando que por nuestra parte había una perfecta vigilancia, para que no se introdujeran en los Estados Unidos elementos perturbadores de la salud pública, y que últimamente el descuido había estado de parte de ellos, al enviarnos al- gunos casos de viruela, que a tiempo se detuvieron. Justo es confesar que el Gobierno americano reconoció el dere- cho que asistía a la Sanidad de Cuba, y a su turno, recti- ficó el error cometido. Fué mi intención reproducir todo lo que esta Acade- mia ha hecho con el fin de extinguir el muermo en la !Ha- bana, tiempo atrás; pero eso me llevaría muy lejos y pu- diera fatigar vuestra atención por la poca amenidad de la materia, y me limitaré solamente a copiar la bibliogra- fía, al final de estas líneas, por si se desea revisarla, y aho- ra solo me referiré a determinados puntos relacionados con la maleina, y a la indemnización de los caballos sacrifi- cados, para que no se me tome como enemigo del capital, porque yo lo tengo también, aunque modestísimo, no he- redado, sino ganado con mi honrada labor, y debo sentir desde luego, como los demás, el deseo de conservar la pro- piedad; pero ésta debe ser sacrificada, siquiera sea en exí- gua cantidad, cuando de la vida de los seres humanos se trata, dando muerte a los animales atacados de un mai contagioso, y no consagrándose a su curación, cual si fue- 468 ANALES DE LA ran personas, como se pretende. Podría añadir que desde hace muchos años, formo parte de una sociedad protec- tora de los animales, y la atiendo, no obstante la sonrisa burlona que provoca a los crematísticos el principio por la Sociedad sustentado: de que el animal se ha creado para nuestra utilidad; pero no para dañarlo impunemente por hábito de crueldad. Lo que se sabe hoy de la maleina, como medio de diagnóstico del muermo del caballo, antes de sacrificar és- te, no ha variado apenas de cuando yo me ocupé de este particular a la fecha. Así me lo han asegurado los profe- sores dedicados a los estudios de Laboratorio, a quienes he consultado, y no dicen otra cosa las obras modernas sobre el particular. Un caballo que por tercera vez sea someti- do a las inyecciones de maleina, en la forma novísima de empezar por la prueba conjuntival, si acusa la presencia del muermo, debe ser sacrificado, indemnizando al due- ño, por el valor total del animal, si después de sacrificado - resulta sano, y solo por una cuarta parte, si está afectado y había de morir más o menos tarde. Más lo que es un verdadero absurdo, y lo será siem- pre, es que se pretenda poner en cura un caballo muermo- so, so pretexto de que alguna vez puede curarse, como al- guna vez también, se cura el muermo en el hombre ataca- do de él o se convierte el mal en crónico. Aparte de que no cabe la paridad o comparación entre una bestia afec- tada de muermo y un ser humano por alguna de éstas con- tagiado, porque el animal se puede sacrificar y abonar des- pués lo que valga, y en una persona jamás es posible dis- poner de su vida. Ocurre, por suerte, que el muermo del hombre rara vez se trasmite a otra persona, porque el ger- men del animal se atenúa al pasar por el hombre. Recuerdo como si fuera hoy, que el Dr. José Francis- co Arango, mi digno amigo y compañero, tío del actual director del Laboratorio de Investigaciones Dr. Lebredo y EA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 469 padre del coronel Raul Arango, oficial de la última gue rra por la independencia, falleció de una infección muer- mosa, por la época en que esto ocurría con frecuencia en la Habana. La enfermedad fué diagnosticada por el sa- bio clínico, veterano en la medicina, Dr. Juan Bautista Landeta, y como se negase el diagnóstico por los interesa- dos en que no se delatase la existencia del muermo, ni se diesen a conocer las personas víctimas del mal, solo pudi- mos evidenciarlo en el conejo, cuyos testículos se hincha- ron, después de hacer más virulento el germen procedente del cuerpo humano, merced a colocarlo en determinada temperatura, en el auto clave. Y como todavía se dudase, enviamos a Alemania los elementos extraídos de la vícti- ma, y nos contestaron de acuerdo con lo que habían com- probado aquí, en el laboratorio, los Dres. Dávalos, Acos- ta, San Martín y otros más, a los que debe tanto la bacte- riología en Cuba, al iniciarse su estudio en la misma Ku- ropa, cuando la creó el gran Pasteur. He distraído vuestra atención más de lo que hubiera deseado, pero he querido dejar consignado por escrito, lo que estimo de interés capital para la salud pública, y es que de ninguna manera debe pretenderse someter a un tra- tamiento un caballo muermoso, sino que después de com- probarse por los medios de que dispone la ciencia, que pa- dece el muermo, debe sacrificarse indemnizando al propie- tario. Por la época en que tratamos de la forma en que debían hacerse las indemnizaciones, dejamos probado que el Estado se reembolsaría, desde luego, a su vez, los gas- tos que devengaban aquellos, con la utilidad que reportaba ciertamente, el ganado sano en circulación. Sres.: les reitero mis excusas a la Academia por el exce- so de vehemencia con que me expresé en la sesión última, ante el temor de que se volviera a ver la Habana como se vió un día, en medio de un gran peligro. No puedo resis- tir a referiros lo que me ocurrió una vez en la Junta de Ins- 470 ANALES DE LA pectores de la Universidad, discutiendo con el insigne re- público don Manuel Sanguily; hube de hacerlo con gran calor y como en el asunto disentíamos, el Sr. Sanguily, en extremo bondadoso con mi persona, dijo: el Dr. Santos Fernández a quien le veis hablar de modo vehemente, es una persona de un trato exquisito y con cuya amistad me honro. Cuando me tocó volver a hablar le expuse mis ex- cusas y le dije que me expresaba a veces con vehemencia, pero que siempre me arrepentía de emplearla, porque tal pa- rece que se usa a falta de argumentos para convencer. Jl Sr. Sanguily, a su turno, me dijo: yo soy vehemente como el Dr. Santos Fernández, pero difiero de él en que no me arrepiento de serlo. * eS eS BIBLIOGRAFIA 1 Memoria sobre el muermo por el profesor veterinario Dr. Joa- quín Ramírez. Sesión pública del 8 de agosto de 1869. Ad- mite que el muermo es incurable. Anales de la Academia, t. VIT, p. 118-122, 164-170. 2 Importancia del estudio de la Medicina veterinaria, por el Dr. Juan Moreno Delgado. Anales é€x, t. VIII, p. 559-568. 3 Epizootia caballar por el Dr. Ambrosio González del Valle. Anales é>, t. IX, p. 393-401. 4 Influencia de la mala instalación y construcción de los esta- blos y caballerizas, por el Dr. Luis María Cowley. Anales és, t. IX, p. 394-401. 5 Discusión sobre el Reglamento profiláctico del muermo, por los Dres. L. Cowley, Montané, Montalvo, A. G. del Valle, R. Cowley, Beato y Dolz, Gutiérrez, Beauville y Mestre. Ana- les Er, t. XIII, p. 103-108. 6 Consejos preventivos del muermo, por el Dr. Montané. Ana- les: 5 to X1U, p: 117: 7 Observaciones sobre el mismo asunto, por los Dres. A. G. del Valle y Núñez de Villavicencio. Anales €, t. XII, p. 117. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 471 8 Necesidad de cumplir las disposiciones profilácticas contra el muermo en vista de un caso reciente de muerte humana, por el Dr. R. Montalvo. Anales ér, t. XIV, p. 99. 9 El muermo en la Habana, por el Dr. Honorato F. Lainé. Se- sión de 28 de abril de 1889. Anales é,t. XXV, p. 865-871. 10 Comunicación sobre el muermo, por el Dr. Juan Santos Fer- nández. Anales É, t. XXVI, p. 168-192. 11 Comisión del muermo. Informe sobre tres caballos enfermos de la «propiedad de don Pedro Antonio Estanillo, por el Dr. Ta- mayo. Anales €, t. XXXVI, p. 201-214. 12 Consideraciones a propósito de la extinción del muermo, por el Dr. Juan Santos Fernández. Anales €, t. XXVI, p. 252-256. 13 Medidas profilácticas contra la trasmisión del muermo de los animales al hombre, por el Dr. Juan Santos Fernández, Ana- les Er, t. XXVII, p. 143-157. % k x METODOS EMPLEADOS PARA EL DIAGNOSTICO DEL MUERMO por el Dr. Juan Santos Fernández MALEINA Preparación La maleina que se usa en el Departamento le Agri- cultura de Washington, se prepara de la manera siguiente: Un cultivo de B. Mallei, en caldo, sometido a la tem- peratura de 37* C. y dejado germinar en la incubadora por espacio de dos o más meses, se le esteriliza en el Arnold durante una hora a la temperatura de 100* C. Este culti- vo esterilizado se guarda en un cuarto oscuro por espacio de dos semanas o más, a fin de que precipiten los cuerpos bacilares al fondo de la vasija y entonces se decanta el lí- quido claro, que se mide, desechando el precipitado. El líquido se reduce a una tercera parte de su volu- men al baño de María, se filtra en caliente por papel, des- 472 - ANALES DE LA pués por una bujía y se sigue reduciendo por el anterior procedimiento al décimo de su cantidad primitiva. Se es- teriliza a 100? C. en el Arnold por espacio de 20 minutos, repitiéndose esta operación tres días consecutivos. Esto es lo que constituye la maleima bruta. Por dos vías se emplea la maleina para el diagnóstico del muermo equino, la vía oftálmica y la vía hipodérmica. La maleinización oftálmica consiste en colocar una 9 dos gotas de maleina bruta en el saco conjuntival de uno de los ojos del animal que se va a comprobar, teniendo cuidado previamente de asesorarse del buen estado de este órgano, no tocando el otro para que sirva de comparación con el que se someta a la prueba. Esta reacción se pre- senta a las 5 o 6 horas y dura 24 o 36 horas. La reacción positiva se manifiesta por una secreción purulenta del ojo que ha sido tratado por la maleina; es- ta puede ser muy fuerte o débil, algunas veces asociada con fuerte conjuntivitis y edema de los párpados, otras ve- ces no tiene estos síntomas inflamatorios. A veces sola- mente una pequeña cantidad de pus se presenta en el án- gulo del ojo y en otras ocasiones la reacción puede mani- festarse por una verdadera plorrea. La maleinización subcutánea consiste en inyectar dilu- ción de una parte de maleina bruta por nueve de agua esté- ril, una fenicada al medio por cien. De esta dilución se le inyecta a cada animal 2.5 c.c. hipodérmicamente, con pre- ferencia en la región del cuello. En caso de reacción positiva con este procedimiento podemos observar dos clases de manifestaciones, una local y otra general. La primera consiste en una inflamación en el punto de la inyección que puede alcanzar hasta el ta- maño de la palma de la mano e indurados los cordones linfáticos más próximos. Las manifestaciones generales son: tristeza, el animal no come, está con la cabeza baja, la tem- peratura aumenta uno y medio o dos grados de la normal, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 473 comienza a ascender algunas horas después de la inyección, llegando a su máximum a las 20 o 24 horas, y no baja- rá a la normal hasta las 30 o 44 horas. Aglutinación Para la aglutinación se deseca el bacilo muermoso, moliéndolo muy fino y después se emulsiona en solución salina fisiológica, de manera de obtener un líquido de opa- cidad homogénea que se dejará reposar muchos días y cuando el sedimento se deposite, se decantará el líquido' agregándole fenol. Así se obtendrá una emulsión de finas partículas bacterianas con la cual se estudiará la reacción aglutinante del suero. Conviene señalar que como en la tuberculosis el fe- nómeno que se va a estudiar no es una aglutinación pro- piamente dicha, más bien una especie de precipitación, la aglutinación es en efecto observada con bacterias enteras y no con sus partículas. Véase ahora el dispositivo de experiencia: Se coloca- rá en una serie de tubos de ensayo 5 c.c. de la emulsión anterior diluída en solución salina en la proporción de 17, se echa el suero que se va a estudiar en proporciones decrecientes y se lleva a la incubadora procediéndose a su examen a las 24 horas. Para dar una reacción como po- sitiva se tiene que ver el líquido del tubo completamente claro. Hay que advertir que el suero nuevo del caballo puede producir una aglutinación, o mejor dicho, una pre- cipitación, a una dilución de 1 por 250; por consiguiente no podrá darse una reacción como positiva si no es produ- cida por una dilución al 1 por 500. Por otra parte el po- der aglutinante del suero del caballo muermoso es mucho más elevado, alcanza al 1 por 1000, 1 por 2000, y más 1 por 5000 y 1 por 10.000. La investigación de la aglu- tinación completa a la de la maleina. TOMO L1y —32 474 ANALES DE LA Desviación del complemento Para conocer la técnica de la desviación del comple- mento, se necesita saber primero los principios de la he- molisis y el fenómeno de Bordet Gengou. El suero de unas especies de animales tiene la pro- piedad de disolver los glóbulos rojos de otras. Así por ejemplo: si se coloca suero fresco de un conejo en un tubo de ensayo agregándosele después glóbulos rojos del car- nero, se verá al cabo de cierto tiempo al suero disolver en parte los glóbulos de referencia. Si al mismo conejo se le inyectan diferentes veces glóbulos rojos del carnero, san- grándolo al cabo de cierto tiempo y separando su suero, que se colocará en un tubo de ensayo, al que se agregarán los glóbulos del carnero, entonces se verá al suero disol- ver completamente a los glóbulos rojos. Cuando se veri- fique esta reacción se podrá decir que el conejo está in- munizado contra los corpúsculos del carnero; en el suero del primero, esto es, el conejo, se ha formado artificial- mente una sustancia la cual recibe el nombre de ambocep- tor hemolítico, o cuerpo inmune, o anticuerpo, que resiste a la calefacción a 56 C. por media hora sin destruirse v por esto se dice que es termostábile. La hemolisis no depende solamente de este ambocep- tor hemolítico, sino también de otra sustancia llamada complemento, la cual existe en todo suero normal fresco y se destruye a 56” C. durante media hora, por cuyo motivo es termolabile. Las tres sustancias, glóbulos rojos del carnero (antígeno) + amboceptor o anticuerpo hemolítico + el complemento, es lo que se llama sistema hemolítico. Estrecha analogía tiene el que se llama “sistema bac- teriolítico”” que consiste: 1? el antígeno, una bacierta, 2 el amboceptor o anticuerpo bacteriolítico y 3* el com- mento, similar para ambos sistemas. El antígeno es toda sus- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 475 tancia (bacterias, glóbulos rojos del carnero, cuerpos ce- lulares, €, 8), que introducidas en el organismo de un animal sea capaz de formar anticuerpos. No todos los cuerpos que se introduzcan en el orga- nismo pueden formar anticuerpos, por ejemplo: los alca- loides, no los producen. S1 tomamos una emulsión de bacilos del muermo co- mo antígeno + suero de un caballo muermoso, previamen- te calentado media hora a 56% C., como anticuerpo o am- boceptor muermoso + suero fresco de un curlel como com- plemento y todo lo colocamos en un tubo de ensayo ten- dremos formado el “sistema bacteriolítico muermoso”, v el suero del caballo bacteriolisará al antígeno. Como esta reacción no es visible a simple vista tendremos que agre- garle el sistema hemolítico apreciable por este medio, así tendremos que: El sistema bacteriolítico El sistema hemolítico con- consiste: siste: 1” Bacteria (antigeno). 1% Glóbulos rojos del carne- ro (antígeno). 2? Amboceptor o anticuerpo 2% Amboceptor o anticuerpo bacteriolítico. hemolítico. : 3? Complemento. 3? Complemento. Tanto para que se verifique la bacteriolisis como la hemolisis se necesita de los tres elementos. Si ponemos en un tubo de ensayo antígeno, B. Mallei + amboceptor bacte- riolítico, suero del caballo sospechoso de muermo + antíge- no, glóbulos rojos del carnero + suero del conejo, ambocep- tor hemolítico + suero del curiel, complemento para los dos sistemas. Si el caballo está muermoso, el complemento se uni- rá al sistema bacteriolítico y se verificará la bacteriolisis, entonces no se realizará la hemolisis, (reacción positiva) al contrario, si el caballo está sano, su suero no tendrá los anticuerpos del muermo, entonces el complemento se fijará 476 ANALES DE LA o completará el sistema hemolítico, dando lugar a la he- molisis (reacción negativa). Se comprueba a simple vista la hemolisis, porque el líquido contenido en el tubo de ensayo cambia su color opalino por un tinte general rojo o rosado. El amboceptor se somete a la temperatura de 56” C. durante media hora para destruir el complemento que na- turalmente contiene todo suero, el cual se sustituye por el complemento del curiel. Elección de métodos De todos estos métodos el Departamento de Agricul- tura de Washington aconseja en su Boletín No. 166 la maleinización oftálmica, combinada con la aglutinación y fijación del complemento. Rechaza el método hipodér- mico, porque dice dar muchas veces motivos de error, pero yo creo que estos errores sean debidos a malas interpreta- ciones o a inexperiencia de quien maneje este método. El método oftálmico fué empleado primero en Aus- tria, después en Alemania, Estados Unidos y Canadá. También lo emplean los veterinarios de nuestra Dirección de Sanidad, al que hacen seguir la desviación del comple- mento y después de extraida la sangre para este objeto in- yectan la maleina hipodérmicamente, de manera que antes de dar un animal por muermoso se le ha sometido a tres diferentes comprobaciones. Habana, enero 20 de 1918. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 477 LA CURABILIDAD DEL MUERMO por el Dr. Julio San Martín (Sesión del 22 de febrero de 1918) Sr. Presidente y Sres. académicos: Hace ocho años, con motivo de cierto acuerdo tomado en esta Academia de Ciencias, que a mi juicio afectaba grandemente a los prestigios de la profesión a que me hon- ro en pertenecer, formé el propósito firme de no concurrir jamás a ella, ni intervenir de modo alguno en sus debates, aun cuando para ello se me ofreciera la oportunidad. Pe- ro como el hombre propone y las circunstancias disponen me veo obligado hoy, en cumplimiento de mi deber como profesional y como cubano, a romper la línea de conducta que me había trazado y a solicitar de la Academia el con- "sentimiento para ocupar su tribuna y elevar desde ella mi voz para combatir las conclusiones de un trabajo leído por mi maestro y querido compañero el Dr. Francisco Etche- goyhen, en la última sesión de este organismo, establecien- do, como cosa juzgada en última instancia, la curabilidad del muermo y la inocuidad para el hombre y los animales, de los casos que no presentan síntomas clínicos de la en- fermedad. He dicho mi deber como profesional, porque todo el que ostente un título académico que lo capacite en una ra- ma determinada de la ciencia, está en el deber de contri- buir por todos los medios a su alcance a evitar que pros- peren teorías que a su juicio fueren erróneas y mal funda- das, aun cuando sus sostenedores sean hombres consagra- dos por una práctica profesional larga, honorable y seria. Y he dicho mi deber como cubano, porque un trabajo co- mo el leído en esta Academia por el Dr. Etchegoyhen y publicado íntegro en una prensa que está al alcance de to- 478 ANALES DE LA dos los ignorantes y los profanos, hace a la plausible labor que el Departamento de Sanidad viene desarrollando en su campaña contra el muermo, más daño y más perjuicios, que el que experimentarían todos los establistas de la Ha- bana si sus caballos fueran sacrificados injustamente en holócausto a la pública salud. El trabajo a que me refiero será esgrimido por los establistas, como una prueba evi- dente de que son verdaderas víctimas de un afán desenfre- nado de causarles perjuicios innecesarios, y la mala fe de que la mayor parte de ellos son culpables, vendrá a refor- zarse, con el apoyo que parece prestarles y que indudable- mente les presta el trabajo del Dr. Etchegoyhen. Yo lamento profundamente no poder comenzar mi trabajo con una calurosa felicitación al amigo y al maes- tro, como parece que lo impone la etiqueta de la discusión cientifica; pero hacerlo así, cuando pensamos de un modo radicalmente opuesto, y sentimos puntos de vista comple- tamente distintos, constituiría un acto de hipocresía, que ni la costumbre ni la ética deliberativa bastarían para jus- tificar. Estimo que el trabajo del Dr. Etchegoyhen está muy lejos de ser expresión de la verdad científica del momento, y que los puntos en que sus conclusiones toman apoyo, sus premisas, son falsas, porque tienden a generalizar el resul- tado de observaciones que no pueden considerarse sino co- mo hechos aislados; a dar como fundamento de una ley lo que únicamente cabe estimar como excepciones de la misma. Un principio de lógica nos enseña que de premisas Tal- sas no pueden nunca derivarse conclusiones verdaderas; y a demostrar que son falsas las premisas de que deriva sus conclusiones el Dr. Etchegoyhen, está dedicado el tra- bajo que ante vosotros tengo el honor de leer esta noche. Para poder mejor poner de manifiesto lo que yo con- sidero puntos falsos o por lo menos no totalmente ciertos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 479 de las conclusiones del Dr. Etchegoyhen voy a estudiarlas separadamente, uno por uno. 1'*—Un caballo que racciona a la maleina, si no tiene sintomas clínicos de muermo, no debe considerarse “muer- moso” y sí solamente sospechoso de padecer muermo. Los síntomas clínicos del muermo, aquellós que nos permiten asegurar sin la intervención del laboratorio ni de la inoculación revelatriz, la existencia de la enfermedad en un animal sometido a nuestra observación, se reducen a los siguientes: 1*—Existencia de lesiones típicamente muermosas en la piel o porciones más bajas de la membrana de Schneider y en los órganos genitales del macho. Los que nos permiten sospecharlo: la existencia de cicatrices radiadas en la mucosa de la nariz; de jetage uni o bilateral estriado de sangre y que adhiere a los hollares; las adenopatias no supurativas, permanentes, duras, ma- melonadas y adheridas de la región de las fauces; las lin- fangitis tronco reticulares a repetición; las soluciones de continuidad que no manifiesten tendencias cicatriciales y van acompañadas de linfangitis y adenopatia; el síndro- me del asma, sin signo físico que lo justifique; y por últi- mo, señores, la existencia de una ligera hipertermia sin causa, y repitiendo diariamente, en animales que han es- tado expuestos al contagio. Es un hecho probado, que un caballo puede tener ex- tensas lesiones de muermo en los parénquimas profundos, sin presentar el más leve síntoma, no ya de la enfermedad, sino ni siquiera de una alteración de la salud. Al hablar de los medios. de contagio y diseminación del muermo, Nocard y Leclainche dicen lo siguiente en su admirable “Tratado: “Les maladies microbiennes des ani- maux”. El muermo es mantenido y diseminado por ani- males enfermos que se introducen entre los sanos de un es- tablo. Las formas “mudas” de la enfermedad, y particu- 480: ANALES DE LA * larmente las localizaciones pulmonares, son peligrosísimas a este respecto. Desde la época de Viborg se cuentan por docenas las observaciones de contagio de grandes efectivos de animales, por caballos muermosos que no presentaban absolutamente ningún signo de la enfermedad, y en el que solamente mucho tiempo después se pudo comprobar la existencia del muermo”. Hutyra y Marek expresan la misma conclusión del modo que sigue: “La enfermedad se trasmite por medio de los productos de secreción y excreción de los animales en- fermos y es introducida en los establos y potreros por me- dio de un animal atacado. En muchos casos el caballo que ha servido de vector del contagio, permanece en esta- do aparentemente normal durante meses, y continúa infec- tando a los demás por medio de su expectoración y de sus heces contaminadas”. Y añaden: “Si esos casos pasan desapercibidos dan lugar a la infección del establo y a la contaminación de la mayor parte del efectivo del misnio, asegurando a la enfermedad el modo de hacerse endémica y de permanecerlo durante muchos años”. Galtier, en su “Manual de Police Sanitaire, París, 1903”, dice lo que sigue: La afección farcino-muermosa, mantenida por el contagio, se propaga muy a menudo gra- cias a la tardanza en reconocer su existencia. Es, pues, necesario diagnosticar la enfermedad lo más precozmente posible en todas las circunstancias, sobre todo cuando se trata de animales que forman parte de efectivos numero- sos. Desgraciadamente el diagnóstico del muermo es a ve- ces muy difícil de establecer, porque los animales no pre- sentan a menudo “síntomas” visibles de la enfermedad, y muchos de ellos permanecen sin exhibir síntomas durante mucho tiempo”. Menetrier en el tomo “Les maladies comunes a 1” hom- me et aux animaux”, de la colección Brouardel € Gilbert, dice: El muermo es transmisible en todas sus formas: el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 481 agudo parece serlo mucho más que el crónico, pero estas formas aun las más tórpidas son siempre imfectantes. M. Drouin (Comptes rendues du Dixieme Congress Inter- national de Medicine Veterinaire, Londres 1914) dice: “No creo que en el momento actual se encuentre.un solo partidario convencido de la espontaneidad del muermo, y me doy cuenta exacta de la causa que dió orígen a esa ne- fasta teoria. El muermo estaba tan diseminado, que un gran número de caballos llevaban en su organismo lesio- nes morbosas discretas, pero sin embargo peligrosas para sus vecinos. Desempeñaban el papel, aun desconocido en aquella época de “portadores de bacilos” (baciloentrae- ger) y sembraban en su derredor el contagio de una en- fermedad de que sin embargo nadie los suponía atacados. Despreciando el factor contagio, los veterinarios antíguos tendían a incriminar las malas condiciones higiénicas de la diseminación del muermo”. Y añade las frases siguien- tes que no he querido traducir por no robarles ni una pe- queña parte siquiera a la significación que ellas encierran contra lo sustentado aquí por el Dr. Etchegoyhen apova- do por el Dr. Arístides Agramonte: “Ils n'avaient pas a leur disposition les moyens de exploration dont nous dis- posons”. Drouin cita además, en favor de la diseminación alre- dedor del caballo muermoso, una serie de observaciones, con anotación de cifras, de las que voy a haceros gracia. Y agrega: “Al citar esos ejemplos he querido demostrar so- lamente que el peligro principal del muermo reside en la enfermedad misma. La transmisión a distancia puede evitarse fácilmente con tal de que no incurramos en el error grosero de tolerar la presencia entre los sanos de los gran- des sembradores del muermo “de los caballos portadores de síntomas clínicos indiscutibles”. Podría citar aquí una lista interminable de au- tores que robustecen con sus observaciones de muchos años 482 ANALES DE LA lo que nosotros venimos a sostener aquí en contra de la opi- nión del Dr. Etchegoyhen: “que un caballo portador de bacilos de Loeffler y Schultz, es un muermoso aun cuando sus manifestaciones se limiten a lesiones ocultas en un pa- rénquima, profundo”. -Quiero llamar la atención de los señores académicos hacia una frase de Drouin que podría pasar desapercibida sino insistiéramos sobre ella. Nos referimos a la frase “grandes sembradores de muermo”, con ella designa a los animales con sintomas ostensibles de la enfermedad. Si existen “grandes sembradores” es porque existen también “pequeños sembradores del contagio”. No habría sino necesidad de aumentar la connotación de la palabra, agregándole la palabra grande. Bastaría decir “los sembradores de muermo”., Drouin ha querido reservar la calificación de “pequeños sembradores” para esos animales que Nocard y Leclainche, Hutyra y Marek, Leibolt y Niesner, Galtier y Menetier, consideran respon- sables. que se cuentan por docenas, de caballos que sin te- ner síntomas de muermo, eran portadores de lesiones ma- leicas. Su clasificación se me ocurre que da lugar a lo que llaman los ingleses un “misnomer”, esto es, a un nombre inadecuado de una cosa, porque tiende a crear confusiones acerca de su verdadera significación. Yo estimo que no es el animal clínicamente muermoso, y portador de exten- sas y ostensibles lesiones, el que merece el nombre de gran sembrador. Su papel como tal es de duración corta por- que con rapidez se le pone en condiciones de no continuar difundiendo el contagio. Es un criminal convicto y con- feso que se sustrae pronto del medio de sus hazañas por medio del sacrificio. El verdadero gran sembrador es el caballo con lesio- nes que no pueden apreciarse y que pasa desapercibido du- rante mucho tiempo, sembrando de modo constante el con- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 483 tagio entre los que le rodean; llevándolo consigo a donde quiera que vaya, y pasando hipócritamente, (permítaseme la frase), como animal sano, exento de enfermedades. La lentitud con que viene el contagio a su alrededor, está con- trapesada por la constancia con que lo hace. Es el caso del criminal astuto que borra con tanta astucia las huellas de su crímen, que solo una casualidad puede hacerlo caer en las garras de la justicia. Si estudiamos con detenimiento la patogenia del muer- mo, llegamos a la conclusión de que un caballo, fuerte- mente atacado de muermo puede, como la observación ha demostrado, ser portador de lesiones profundas sin exhi- bir manifestaciones de ellas. De todos los autores que he- mos consultado en tratados y trabajos especiales de cola- boración en la prensa veterinaria, solo uno Niesfner, esti- ma que las lesiones de la mucosa nasal preceden a las de las vísceras. Todos admiten que el modo más frecuente de penetración del virus lo ofrece la vía digestiva; que basta un pequeño número de bacilos para producir el contag;o; y que los gérmenes así deglutidos atraviesan los gánglios linfáticos que reciben la linfa de la red intestinal sin de- jar en ella señales de su paso. El sistema linfático los lle- va por intermedio de la vena de ese nombre, a la circula- ción de la cava superior y después de salvar la aurícula y el ventrículo derecho a la red pulmonar, donde se fijan y localizan para comenzar su trabajo de destrucción orgánica. No quiero decir que siempre sea esta la manera de producir- se el contagio, pero puedo asegurar que es la más frecuente. Las lesiones del pulmón preceden por lo general a las que aparecen en las porciones más superficiales del apa- rato respiratorio, como lo prueba el hecho de que caballos sacrificados por haber dado reacción positiva con la ma- leina, hayan ofrecido en la autopsia una mucosa nasal, fa- ríngea y laringo-traqueal indemne, coexistiendo con focos neta y extensamente muermosos a nivel del pulmón, del hí- 484 ANALES DE LA gado y del bazo. Recordemos las palabras de Nocard y Leclainche reproducidas anteriormente con respecto a lo peligrosas que resultaban las formas “mudas” y particu- larmente las localizaciones pulmonares, en la difusión del muermo. Recordemos también la experiencia de Pflugge acerca de la distancia que pueden recorrer las partículas líquidas que lanza un hombre hablando en tono natural, y que alcanza a 12 metros, que en esas partículas van los mi- crobios que existen en la boca, y que salvan la distancia conservando toda su vitalidad y virulencia, y apliquemos la observación al caballo muermoso con lesiones pulmona- res. Si un hombre es capaz de lanzar los microbios a 12 metros de distancia, de qué no será capaz el caballo dado el volúmen de la columna de aire que expele bajo la acción de músculos expiradores potentes, en una quinta de tos, un estornudo o un relincho. Creemos haber demostrado por el testimonio de inves- tigadores serios, honrados y consagrados universalmente como autoridades en la materia, que es el caballo muermo- so el que resulta vector del contagio, y no solamente el ca- ballo con síntomas de muermo. Y siendo así, resultando el caballo muermoso un pe- ligro inminente para el hombre y para los animales de su misma especie, no cabe más que una solución: suprimir el caballo muermoso, sacrificándolo tan pronto lleguemos al establecimiento de un diagnóstico cierto. Debiendo ser el diagnóstico de muermo pronunciado en un caballo, equi- valente a una sentencia: de muerte pronunciada contra él, es justo y es equitativo que los medios empleados en llegar a esa conclusión sean suficientes para eliminar toda duda y evitar todo error. Diagnóstico del muermo.—Puede establecerse por el examen clínico, por método de laboratorio, consistente en la investigación del germen y en las reacciones serológicas de inmunidad y de anafilaxia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 485 El diagnóstico clínico rara vez puede establecerse con absoluta certeza, y únicamente en caso muy típico estamos autorizados para apoyar en un examen físico nuestro jul- cio diagnóstico. Aun existiendo lesiones ostensibles en las mucosas explorables y la piel, es necesario establecer el diagnóstico diferencial con enfermedades que puedan si- mularlo. No voy aquí a hacer un estudio clínico de la en- fermedad, por considerarlo innecesario. Mi principal ob jeto es el de evidenciar la bondad de los métodos experi- mentales y su superioridad sobre los clínicos como medio de establecer un diagnóstico de muermo. Como métodos experimentales tenemos: 1”—La investigación del germen específico en las le- siones por el examen microscópico, el cultivo y la inocu- lación en animales de laboratorio. 2*—Las relaciones de inmunidad representadas por los productos elaborados por el organismo bajo el estímu- lo del antígeno muermoso, tales como los amboceptores es- pecíficos y los anticuerpos de segundo orden y aglutinoi- des, precipitinas y precipitoides; opsinas. 3“—Le reacción de alergia; maleinización oftálmica, cutánea y subcutánea. 4“—La reacción de conglutinación. La investigación del germen por examen directo de los productos patológicos (jetage, botones, gánglios intar- tados, etc.), es un método poco práctico por la inconstan- cia de sus resultados y la necesidad de dispositivos ditíci- les de improvisar. La exigúidad del número de gérmenes - es casi una característica de las materias eliminadas por los muermosos, hace fracasar el examen directo de un 90% de los casos. No debe emplearse sino como método de úl- timo recurso. El cultivo.—Es de resultados más constantes, pero necesita de varios días para producir sus resultados. 486 ANALES DE LA La inoculación de animales de laboratorio.—Resulta engorrosa en extremo cuando se trata de examinar un efec- tivo muermoso de animales. El hecho de ser necesario por lo menos seis curieles para cada investigación, y de que, apesar de ello no ser constantes sus resultados por las in- fecciones secundarias que siempre contaminan los produc- tos a investigar, autoriza a considerarlo como método de excepción y reservarlo para casos particularmente espe- ciales. Relaciones de inmunidad.—Método de Bordet y Gen- gou.—Se funda en la fijación del complemento sobre un extracto de bacterias muermosas o sobre las bacterias mis- mas previamente muertas (antígeno) por intermedio «lel amboceptor específico (sensibilizatriz). Esta desviación se evidencia por medio de un sistema hemolítico formado por glóbulos rojos lavados de carnero y sensibilizados por suero de conejo anticarnero que se aña- de a la mezcla previamente hecha e incubada de antígeno, más suero inactivo del animal sospechoso, más comple- mento fresco de curiel. Si la hemolisis se produce, lo cual es fácil de comprobar por la mera inspección del tubo, te- nemos una prueba evidente de que el suero que investiga- mos no contiene anticuerpos o amboceptores muermosos, pues el complemento de curiel, en vez de fijarse al antí- geno, lo ha hecho sobre el sistema hemolítico, disolviendo los glóbulos y poniendo en libertad la hemoglobina. La reacción es negativa y puede asegurarse que no se trata de un animal muermoso en el 98% de los casos. La hemolisis no se produce, y los glóbulos enteros van a depositarse al cabo de cierto tiempo, en el fondo del tubo, dejándolo claro, incoloro y transparente la solución de sue- ro artificial en que se encontraban en suspensión. La ale- xina se ha fijado al antígeno por medio del amboceptor es- pecífico. La presencia de un producto de inmunidad con- tra el muermo, que no puede existir ni producirse sino ba- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 487 jo la acción del bacilo del muermo o sus toxinas sobre las células y los humores del organismo, queda evidenciada. La reacción es positiva y el animal es muermoso en el 98% de los casos. Shutz y Schubert fueron los primeros en utilizar este método en el diagnóstico del muermo y tanto ellos como los demás investigadores (Dres. Beltrán y Menéndez en Cuba) han demostrado que constituye un excelente méto- do para establecer el diagnóstico del muermo. Actualmen- te se le considera el mejor y más aceptable método. Per- mite dosificar exactamente la cantidad de amboceptores contenidos en el suero, utilizando diversas cantidades de este y observando con qué cantidad mínima se puede evi- tar la hemolisis. Reacción de las aglutininas.—Las aglutininas son an- ticuerpos que tienen la propiedad de concretar en copos las bacterias, hematíes y hasta algunos protozoarios como los trepanosomas. Cuando la reacción se produce, los elemen- tos anteriormente suspendidos en un suero o vehículo de otra naturaleza, se reunen en masas más o menos volumi- nosas y caen al fondo del tubo dejando sobrenadar un lí- quido claro y transparente. Las investigaciones de mu- chos autores han demostrado que las substancias agluti- nantes pertenecen al grupo designado por Ehrlich con el nombre de anticuerpos o receptores de segundo orden o haptonas. Se comportan en parte como los anticuerpos o receptores de primer orden (antitoxinas) porque como ellos poseen un grupo haptóforo que les permite fijarse al antí- geno; pero difieren de ellos por tener además un grupo zimóforo o aglutinóforo, que les permite producir la aglu- tinación del antígeno al cual se han unido por intermedio de su grupo haptóforo. Las aglutininas pueden con el tiempo y con artificios de laboratorio, perder su poder aglu- tinante por anulación de su grupo zimóforo, conservando sin embargo íntegro su grupo haptóforo que les permite 488 ANALES DE LA aun fijar el antígeno. Estas aglutininas así modificadas constituyen los aglutinoides, que como veremos más ade- lante juegan un importante papel en la reacción agluti- nante de muchos sueros. Todos los sueros tienen normalmente aglutininas, no sabemos si idénticas o distintas de las que aparecen en los procesos específicos, pero capaces de aglutinar ciertas bac- terias. Pero estos haptonas normales son incapaces en la generalidad de los casos de provocar la aglutinación de cul- tivos bacterianos, cuando se les hace reaccionar en solu- ciones muy amplias. Si el proceso específico se limita a aumentar la canti- dad de aglutininas normales; o si ejerce sobre ellas una influencia que las transforma en específicas, es un hecho que, desde el punto de vista práctico tiene poca importan- cia. El hecho práctico, incontestable, es que el suero de animales atacados de ciertas enfermedades, posee sobre el agente causal de ella, un poder aglutinante que ningún otro suero posee en idénticas condiciones de dilución. Dedjulin fué el autor del método aglutinante como reacción diagnóstica del muermo, utilizando suero de hom- bre atacado de muermo. Mac Tayden fué el primero en comprobarla con suero de caballo muermoso. Sin embar- go Schnitz fué el que verdaderamente estableció la espect- ficidad de la reacción, determinando el grado de dilución que permitía comprobar la existencia de haptinas muer- mosas, diferenciándolas de las mormales. Puede decirse que el suero de un caballo que en dilución mayor de 1X1000 aglutina un cultivo de bacilos mallei, procede de un caballo muermoso. El poder aglutinante puede llegar a ejercerse en diluciones hasta de 1X4000. Las aglutini- nas normales de todos los sueros, solo excepcionalmente logran reaccionar a diluciones superiores de 1X3800. La aglutinación permite establecer el diagnóstico de muermo pocos días después de la infección del animal. ACADEMIA DE. CIENCIAS DE LA HABANA 489 q €qxb[_"”"II[AAS-:[S = Un caballo normal con suero aglutinante al 1X300 6 1X400 se infecta de muermo, natural o experimentalmente. Al cabo de cuatro a siete días el poder aglutinante se mani- fiesta ya en diluciones al 1X300 o al 1X1000 y continúa aumentando rápidamente hasta ejercerse con diluciones muy amplias que llegan a sobrepujar al 1X2000, 3000 ó 4000. La cantidad de aglutininas rara vez aumenta 0 disminuye después del 10* día de la infección hasta los tres o cuatro meses subsiguientes, durante cuyo período vemos al suero conservar su poder aglutinante dentro de límites más o menos amplios, pero característico siempre de la in- fección muermosa. Pasados los noventa o cien días de la enfermedad, el poder aglutinante decrece o sufre vacila- ciones muy extensas, incapaces muchas veces de permitir el establecimiento de un diagnóstico, pues tan pronto es de 1X2000 como desciende a 1X400, cifra que debe consi- derarse normal. La facultad aglutinante del suero descri- be pues una parábola cuya porción inicial ascendente es muy corta, de cuatro a diez días; con una meseta de unos cien días de duración y una porción descendente que dura hasta nueve o diez meses. Pasada esta época el poder aglutinante cae de los sueros normales. ¿A qué es debida esta pérdida del poder aglutinante de un animal biológica y clínicamente muermoso? Para la mayor parte de los autores a una desaparición de las aglutininas en cantidad que podamos considerar expresi- va de especificidad. A mi modo especial de ver, y permi- taseme Ja inmodestia de opinar contrariamente a los maes- tros, se debe a la acción inhibitoria que ejercen sobre la reacción, las aglutininas modificadas por el tiempo, y trans- formadas en “aglutinoides”. Sabemos que la edad anula y destruye el grupo zimóforo de las aglutininas respetando sin embargo íntegramente el grupo haptóforo. Cuando los aglutinoides existen en la sangre en fuerte concentra- ción, un gran número de ellos que parece que por la TOMO LIV—33 490 ANALES DE LA desaparición de su grupo zimóforo exaltan el poder fija- dor de su grupo haptóforo, se fija sobre el antígeno sin aglutinarlo, quitando a los aglutinoides, antígeno sobre que fijarse e inhibiendo la reacción. No quiere ello decir que no existen aglutininas, sino simplemente que la con- centración de los aglutinoides es tal, que son ellos y no los haptóforos los que se apoderan del antígeno. Muchas veces hemos fracasado al tratar de obtener reacción aglutinante con un suero de caballo de muermo crónico, acabado de recoger en las condiciones en que aun los sueros normales aglutinan el antígeno. Hemos diluído el suero, y la reacción se ha producido en condiciones muy bajas de concentración. Esto mos da una prueba clara y evidente de que las aglutininas no faltan y que si son inca- paces de producir la aglutinación débese a la acción 1inhi- bitiva de los aglutinoides presentes en gran cantidad. El hecho nos permite deducir que llegue un momento en que la concentración de los aglutinoides sea tan enor- me que nos encontremos con sueros que en ninguna propor- ción sean capaces de aglutinar los cultivos. El valor práctico de esta reacción es pues, poco con- siderable, porque son muchas y muy variadas las causas capaces de alterar su resultado. Jamás debe inferirse que un caballo sea muermoso porque su suero aglutine los cul- tivos del bacilo específico, una vez; debemos sospecharlo cuando la reacción persista con fuertes diluciones y duran- te un período de tiempo de algunas semanas durante el cual no se haya recurido a la maleina en ninguna forma. Debe ser utilizada como medio de diagnóstico siempre en combinación con otro método, como el de la maleiniza- ción y el de la desviación del complemento. La reacción de las aglutininas es oficial en Prusia y particularmente en el ejército prusiano, que la utiliza como medio expedi- tivo de eliminar rápidamente de sus efectivos los animales que puedan ser muermosos. Así lo consignaron Musiner ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 491 y Leibred, en el libro que acaban de publicar a fines del pasado año y que lleva por título “Control of epizootias during the war”. Reacción de las precipitinas.—Como existen en los sueros aglutininas, existen también otros productos del mismo género que en vez de actuar sobre elementos figu- rados en suspensión, ejercen su acción precipitando las al- búminas disueltas en un medio. Si ponemos en presencia un cultivo de bacilos muermosos y un suero de caballo ata- cado de muermo, en dilución conveniente, se produciría el fenómeno de aglutinación; si ese mismo suero lo pone- mos en presencia de un cultivo filtrado y libre de cuerpos bacilares, obtendremos el fenómeno de precipitación de los productos del metabolismo microbiano cedido al caldo de cultivo. Cuanto hemos dicho acerca de las aglutininas puede decirse de sus hermanas gemelas las precipitinas y las precipitoides. De gran utilidad práctica cuando se trata de investigar una albúmina determinada, carece de valor práctico como elemento de diagnóstico de una enfer- medad. No vamos, pues, a perder el tiempo con ellas. Reacción de conglutinación.—El suero sanguineo de buey privado de complemento por una temperatura de 56” C. tiene el poder de aglutinar los glóbulos rojos de car- nero en presencia de suero activo o de caballo. Pero ni el suero de buey, ni el de caballo gozan aisladamente de po- der aglutinante sobre esos hematíes. La mezcla, suero de buey inactivado (amboceptor) más suero activo de caba- llo (alexina) más glóbulos rojos de carnero (antígeno) da lugar a la reunión de estos últimos en masas fibrosas que caen al fondo del tubo. La reacción es positiva. El fundamento biológico de este método es análogo al método de Bordet y Gengou, ya que descansa en la des- viación del complemento. La conglutinación como la he- molisis solo sirve de índice que indique-la desviación o no desviación de la alexina por el antígeno. 492 ANALES DE LA Tomemos un tubo y mezclemos: Suero de caballo muermoso inactivado más extracto de B. mallei más suero de caballo activo. Tendremos así en presencia: Antígeno muermoso, am- boceptor muermoso, más alexina. Al cabo de una hora agreguemos hematíes de carnero (antígeno) más suero inactivo de buey (conglutinación o amboceptor anti-carnero en este caso particular). El fenómeno de conglutinación no se produce y la reacción conglutinante es negativa, porque el complemento se ha fijado sobre el bacilo muermoso sensibilizado por el amboceptor muermoso, y la alexina no puede actuar sobre la mezcla conglutinina más hematies. Reacción positiva de muermo. La conglutinación se produce.—El suero de caballo inactivado no contiene amboceptores de muermo, y el com- plemento va a actuar sobre el sistema conglutinante. La reacción conglutinante se produce: el animal no es muer- moso. Este procedimiento es mucho más expeditivo que el de la desviación del complemento como indicador hemo- lítico, y sus resultados son tan seguros como los de aquel. Actualmente se utiliza de preferencia en el diagnóstico del muermo crónico aceptándose que la ausencia de congluti- nación, es índice seguro de muermo. Es una reacción muy sensible y constante en sus resultados, según se ha compro- bado por la autopsia. Reacciones de Allergia. (Anaphilaxia).—El muermo produce en el caballo una sensibilización especial, análoga a la que produce en el hombre y en la res la infección tu- berculosa. No vamos a estudiar aquí lo que se conoce por anaphilaxia de Richet y Allergia de Von Pirquet. Es una cosa de todos conocida en sus más mínimos detalles. Consignemos solo que la maleina en el muermoso y la tuberculina en el tuberculoso, constituyen el material des- "ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 493 encadenante, que pone en evidencia la sensibilización del organismo por los antígenos respectivos. Tenemos tantas maleinas como individuos han estu- diado experimentalmente el muermo, y desde Von HFlel- man y Kalnig, primeros preparadores de maleina, hasta la “morvina” de Batés, son innumerables los productos in- termediarios que se han utilizado con fines diagnósticos o curativos. Pero todos ellos son buenos y sirven al propó- sito que se busca cuando contienen tanto las endo como las exotoxinas del bacilus mallei. No vamos a estudiarlos, nos limitaremos a exponer sus efectos y los resultados a que ellos nos permiten llegar en el establecimiento de un diag- nóstico. Es un hecho que no admite refutación, que un animal sensibilizado de muermo, exhibe el cuadro de Allergia tí- pico unas veces, atípico o confuso otras cuando se le exci- ta por medio de la maleina. De la interpretación del modo de reaccionar, llegamos con absoluta seguridad o por lo menos, dentro de límites muy estrechos a la seguridad de la presencia o ausencia de la substancia anaplactógena o allergena en el organismo del animal con que experimen- tamos. Y siendo la anafilotoxina específica del alergeno que la produce, no cabe interpretar erróneamente sus re- sultados, cuando se observa una técnica intachable y no se incurre en errores graves al apreciar la reacción. En los momentos actuales los caracteres de esas reacciones están tan precisamente determinados por la observación de mu- chos años, que puede decirse que cuando un caballo reac- ciona positiva y típicamente a la maleina en sus diversos modos de aplicación, es un animal muermoso. Maleimización sistemática.—Se obtiene inoculando la maleina por vía subcutánea diluyéndola previamente en la proporción de una parte de maleina bruta en nueve de vehículo. mie 494 ANALES DE LA Tres son las reacciones que esta inoculación provoca en los animales infectados de muermo: Una térmica, caracterizada por una elevación de la temperatura al cabo de cierto tiempo. Una local, representada por un amplio edema intla- matorio de la región inoculada, y, Una orgánica, de la que constituyen los caracteres enunciados, la adinamia, la anorexia, la astenia y a veces la exacerbación de un síntoma previamente existente « la aparición de uno ausente hasta entonces. Maleimización subcutánea.—Voy a ceder la palabra a Hutyra y Marek, en este punto, traduciendo lo que a este respecto dicen en la edición de 1916 en su admirable obra “Pathologie un therapic der Fraukeilin der Hausthen” consecutivamente a la inoculación de maleina en dósis comparativamente pequeña, los animales muermosos exhi- ben un movimiento febril que comienza generalmente cua- tro u ocho horas después de la prueba; que va en ascenso desde la octava a las catorce horas, excepcionalmente des- de la 16 a las 30 hasta llegar a un máximo del que luego descienden gradualmente hacia la normal. A veces aun- que excepcionalmente ocurre una nueva elevación térmica. La reacción del organismo se manifiesta, además, por otros síntomas que pueden observarse en la gran mayoría de los casos. Aceleración del pulso y la respiración, no correspondiéndose con el aumento de la temperatura; tem- blores musculares particularmente al iniciarse el ascenso térmico; depresión general, estupor y pérdida del apetito, y un edema inflamatorio más o menos extenso, constituyen la forma más comunmente observada de reacción orgá- nica y local. En algunos casos la temperatura permanece elevada, y la enfermedad, crónica hasta este momento asu- me una marcha aguda que mata al enfermo en pocas se- manas. Los animales sanos no reaccionan a la maleina ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 495 y solo rara vez puede observarse un proceso reaccional en caballos atacados de otras enfermedades. Al interpretarse una reacción de maleina, deben ob- servarse los requisitos siguientes: 1*—La reacción es positiva (típica) si la temperatura se eleva después de la inyección dos grados centígrado o más sobre la inicial. La reacción es también positiva y típica si el aumento de temperatura es solo de 1%5 o 1%9 siempre que vaya acompañada de marcada reacción or- gánica. 2?—La reacción es dudosa si la elevación térmica al- canza solo un grado o 1%”9 y no va acompañada de reac- ción Orgánica. SS La reacción es típica si la temperatura asciende no importa hasta qué punto, de un modo brusco, y remite con idéntica brusquedad, esto si el movimiento febril solo dura cuatro o seis horas como máximo. 4—La reacción es negativa, si la elevación térmica no excede de un grado. Una reacción típica permite asegurar que el animal objeto de la experiencia es muermoso. Una reacción dudosa o una reacción atípica, nos au- toriza solo a sospechar el muermo, debiendo repetirse la experiencia al cabo de cuatro semanas. Una reacción negativa nos autoriza a desechar el diag- nóstico de muermo en animales no muy viejos o en anima- les jóvenes no caquécticos. En estos casos la reacción pue- de faltar siendo el animal clínicamente muermoso. Los caballos no muermosos, afectos de otras enferme- dades, (Gourme), sarcomatosis, flegmasías diversas, in- fuenza pectoral, púrpura hemorrágica y botriomicosis) no han reaccionado a la maleina en manos de Hutyra y Preiz. Shindelka no ha obtenido éxitos en casos de gourme, ca- tarro nasal y enfisema del centro de Higmoro. Los ani- 496 ANALES DE LA . males no muermosos no reaccionan jamás típicamente a la maleima. El valor diagnóstico de la maleina ha sido confirma- do plenamente por la experimentación en la última déca- da. Los resultados variables que antes se obtenían eran debidos a que en la interpretación que se daba a la reac- ción térmica, no se tenían en cuenta el estado general del animal ni su edad avanzada en muchos casos. Hutyra y Marek citan multitud de estadísticas que confirman el valor práctico de la reacción tanto positiva como negativa, comprobados por la autopsia. No voy a citarlos, pero los pongo a disposición de los que deseen examinarlos. Me limitaré a consignar que en miles de ca- sos el 91.8% de los que reaccionaron eran muermosos; que: el 95.4% de los que dieron reacción negativa no lo eran y que el 64% de los que la dieron dudosa, eran muermosos. Reacción conjuntival.—Se obtiene depositando ma- leina bruta, con un pincel en la conjuntiva parpebral de los animales. La reacción es principalmente local aun cuando suela ir acompañada de movimiento febril discre- to y se manifiesta por una conjuntivitis de intensidad va- riable acompañada de secreción que puede ser mucosa u purulenta según los casos. Doce horas después de la maleinización del ojo se pue- de observar en los animales muermosos el efecto de la misma. La reacción débil-positivo II se caracteriza por enro- jecimiento de la conjuntiva con hipersecreción serosa que humedece las pestañas y ocasionalmente por la presencia de una gota de pus en el fondo de saco cerca del ángulo interno. La reacción mediana-positivo III, se observa cuando la congestión es intensa y va acompañada de secreción fran- camente purulenta y de blefaritis. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 497 La reacción es intensa-positivo IV, cuando ocurre ble- faritis doble con fotofobia además de los fenómenos que caracterizan la positiva III. La reacción muy intensa-positivo V, se manifiesta por aglutinación de los párpados y algo de reacción orgánica. El caballo no muermoso no reacciona a la maleini- zación conjuntival, aunque a veces puede observarse una ligera reacción mucosa que humedece las pestañas. Estos casos se consideran como positivo 1 y solo se considera ne- gativo el que deja de reaccionar completamente. Las causas de error pueden achacarse a lo siguiente: 1*—Conjuntivitis previa. 2*—Cuerpos extraños. 3"—Oftalmia periódica. 4*-—Gourme y afecciones que simulan la influenza. 5“—Acción irritante de las moscas. Su modo de obrar no necesita explicación. Se considera como muermoso el que dé reacción po- sitivo II, III, IV y V, como sospechoso el positivo 1. La reacción conjuntival cuando es positiva tiene un va- lor análogo al de una reacción general típica. Cuando es ne- gativa carece de valor, porque los animales recién infec- tados o con enfermedad ya de mucho tiempo pueden ne reaccionar. Como vemos por lo expuesto considerar que un ani- mal que reacciona típicamente a la inoculación de malei- na o que desvía el complemento, no es muermoso, sino sos- pechoso de padecer muermo, porque no presenta síntomas clínicos de la enfermedad; es un hecho que no puede sos- tenerse en los momentos actuales. 498 ANALES DE LA Tratamiento del muermo No voy a entrar en discusiones sobre este punto por- que no existe un solo autor moderno que considere el muer- mo entre las enfermedades que se reputan curables. El hecho de que curen algunos animales, nada dice a este res- pecto, y sería muy fácil establecer una polémica intermi- nable si yo solicitra de los Dres. Etchegoyhen y Agramon- te el fundamento de sus aseveraciones y la demostración práctica de que un animal muermoso ha dejado de estar- lo. En efecto, asegurar que animales que sabemos positi- vamente que pueden estar enfermos de muermo y no pre- sentar síntoma alguno de la enfermedad ni siquiera de al- teración del estado de salud, están curados, sería una ta- rea íimproba en la que estoy seguro habrían de fracasar los que la intentaran. ¿Basta que un caballo que antes reaccionaba a la maleina, deje de hacerlo, o lo haga con menos intensidad para demostrar que está libre por com- pleto y curado, por tanto, de su enfermedad ? Incuestionablemente que no! La reacción maleínica, ya lo hemos dicho antes, no es una reacción de inmunidad, sino por el contrario de hipersensibilidad, alergia o anafila- xia. Y todos sabemos las modificaciones que el estado de anafilaxia de un individuo experimenta, cuando se le somete a la inyección repetida a intervalos cortos, del alérgeno que le sensibilizara. Si se recuerda la técnica empleada por Besredka para evitar la aparición del accidente anafilác- tico en los individuos que tienen que someterse a inyeccio- nes de suero heterólogo, como tratamiento de algunas en- fermedades, se comprenderá fácilmente, como un caballo que ha reaccionado antes a la maleina, puede dejar de ha- cerlo tras tres o cuatro inoculaciones del antígeno, sin que por ello esté curado, ni en vías de curación de su muermo. No doy, pues, valor de ninguna clase a estas faltas de reac- ción, cuando no se ha duplicado la cantidad de maleina a cada inyección, y los intervalos a que se han practicado ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 499 son inferiores a cuatro o seis semanas. Esa falta de reac- ción puede estar oculta tras un estado de anti-anafilaxis que no tenemos medios de evidenciar. No considero, pues, como prueba de que un animal está curado, el que deje de reaccionar a la maleina en cualquiera de sus formas. Desde el punto de vista clínico, admito la curación que pudiéramos llamar social del muermo, esto es, la desaparición de síntomas, como ocurre en la lepra, sin que que por ello dejen de ser leprosos los que así parecen cu- rados. Buscad uno de esos leprosos curados de sus mani- festaciones ulcerosas o tuberculosas o detenidos en un pro- ceso tenebrante que parecía imposible detener, o que ba visto desaparecer sus placas de anestesia u otro cualquie- ra de los signos que hacen la lepra ostensible, y examinad- lo cuidadosamente, 90 veces de cada cien, podreis conven- ceros de que su cubital continúa tan nudoso como antes, y de que su curación es puramente exterior; que el proceso sigue su curso, que continúa siendo un leproso. Un caba- llo muermoso puede cicatrizar sus úlceras, puede hacer desaparecer sus modificaciones ostensibles; pero sigue sien- do tan muermoso como antes en ese mismo 90% de los ca- sos. La vida higiénica, tranquila, descansada, que un ani- mal lleve durante algún tiempo puede hacer este milagro; el aire puro, la buena alimentación, el reposo, puede efec- tuar esta curación social. Pero traedle de nuevo a la brega diaria, al trabajo, al establo mal ventilado, sometedle otra vez a las mismas fatigas de antes, y vereis aparecer de nue- vo el chancro de la pituitaria, el botón de la piel y el in- farto de los gánglios submaxilares. Sus manifestaciones habian desaparecido, sus lesiones se habían cerrado, pero el bacilus mallei continuaba, con menos intensidad es ver- dad, pero continuaba al fin su obra, en espera de que nue- vas modificaciones del estado general del caballo le permi- tieran otra vez asaltarlo con violencia. 500 ANALES DE LA En el problema de la curabilidad del muermo son muchos los factores que hay que tener presentes, y muchas las ecuaciones que es necesario resolver antes de llegar a una solución irreprachable. Son los factores de orden eco- nómico, son los factores de orden terapéutico, y son los fac- tores de orden social. En el orden económico, fácil es demostrar que no exis- te interés alguno en tratar un animal atacado de muermo grave o benigno. El caballo es un capital que debe produ- cir un interés a su dueño y que de lo contrario es preferible que se suprima. Nadie puede asegurar que tres, cuatro ni cinco meses de campo bastan para curar un caso de muer- mo. Y esos cuatro o más meses que debe permanecer el ca- ballo en perfecta holganza, son ciento veinte días que deja de producir y durante los cuales come y necesita cuidados. Y son cuatro meses durante los cuales necesita estar en un aislamiento efectivo si se quiere evitar que ocurra con el potrero lo que con los establos de la Habana; que no debe beber sino en un cubo, donde él solo beba, que no dehe co- mer sino en un pesebre donde él solo coma; que no debe pastar en un cuartón donde otros animales pasten. De otro modo es imposible conseguirlo y yo quiero que los doctores Agramonte y Etchegoyhen me digan si ellos lo conciben. Con respecto al tratamento sea farmacológico, bioló- gico o climatológico vuelvo a ceder la palabra a Hutyra y Marek, insistiendo en el hecho de que esta opinión que voy a transcribir, fué impresa hace apenas un año, en 1916. “Principios generalmente aceptados de policía sani- taria, establecen que los caballos muermosos deben ser sa- crificados inmediatamente y por tanto no es posible poner en práctica medidas terapéuticas con ellos. Pero aun cuan- do no fuera así, dejando a un lado la prohibición de tratar animales muermosos; todos los tratamientos hasta ahora puestos en práctica para curar el muermo han culminado en fracasos ruidosos. La administración interna de me- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 501 dicamentos ha fracasado y aun el último procedimiento re- comendado por Delamothe y Trinchera de inyección tra- queal de solución yodo-yodurada de Lugol ha sido abando- nado por ineficaz. Aun en el hombre solo de vez en cuando se han obtenido resultados favorables con la aplicación re- petida de ungijento mercurial”. Benevolensky pretende que el salvarsán destruye el bacilo del muermo, aun en solución muy extendida y que ejerce una acción muy marcada sobre las lesiones muer- mosas del curiel. Las experiencias realizadas en caballos atacados, han fracasado totalmente. Gorgaeff y Blago- detelen solo lograron mejorar el estado general de los en- fermos, pero nunca lograron curarlos. Niessner asegura que el salvarsán no influencia para nada el proceso muet- moso y en su obra ya citada, en 1917, dice lo siguiente: “Yo he realizado numerosos experimentos con el fin de cu- rar a caballos atacados de muermo, por medio del salvar- sán. He fracasado siempre. Idéntico resultado he abte- nido con el neo-salvarsán. Los trabajos de los “veterina- rios rusos prueban que el arsenobenzol es impotente para curar ni para evitar la propagación del muermo; aun con dósis repetidas de cinco gramos no se ha podido evitar la formación de nuevas lesiones”. Y añade: los caballos muermosos clínicamente o aquellos en que los métodos bio- lógicos den una reacción positiva, deben ser sacrificados inmediatamente. En cuanto al papel curativo del suero de buey sobre los caballos muermosos, que el Dr. Etchegoyhen cita en apoyo de su tesis asegurando que Chenot y Peq habían ' logrado curaciones con su empleo, debo manifestar aquí que ese trabajo data de 1892 y que nada aseguran sus au- tores limitándose a decir que creían haber obtenido la cu- ' ración de curieles inoculados experimentalmente; una ex- periencia de laboratorio que nada dice y con respecto a las curaciones obtenidas Bonome con suero bovino sometido 502 ANALES DE LA a un contacto prolongado con bacilos muermosos virulen- tos he aquí lo que únicamente ha dicho el sabio investiga- dor (palabras textuales). El suero de buey filtrado des- pués de haber sufrido un contacto prolongado con bacilos muermosos adquiere un mayor poder destructor sobre «el virus, y tiene propiedades curativas sobre el muermo de ciertos animales como el curiel. Nocard y Leclanché condensan en una frase el pro- blema de la seroterapia bovina del muermo: “Todas las tentativas que hemos hecho en ese sentido han fracasado. El suero de buey y el de cabra nos han parecido despro- vistos de acción. La “morvina” Babes, solo en un caso pareció demostrar propiedades curativas”. En resúmen, en el momento actual no existen subs- tancias medicinales capaces de curar el muermo ni conta- mos con productos biológicos capaces de lograrlo. No pretendo negar que existan casos de muermo que curen por las solas fuerzas de la naturaleza. Yo he sido testigo de alguno de estos casos de curación o por lo menos de curación parcial. Lo que no estoy conforme es con que no deban suprimirse los enfermos de muermo porque al- gunos entre ellos curen. El carbunco cura algunas veces y sin embargo jamás intentamos su tratamiento. Favorecen la curación en los casos favorables como muy bien ha dicho el Dr. Etchegoyhen, la vida al aire Me bre, la sobrealimentación y el descanso. Pero, y aquí se me ocurre un argumento que se me antoja de gran fuerza, ¿cómo vamos a establecer cuales son los casos favorables y cuales los desfavorables? No tenemos en el momento actual un medio seguro de determi- narlo. Por la existencia de síntomas conspicuos, que pue- dan ser muy tenues y benignos debemos condenar un Ca- ballo; o considerarlo un caso desfavorable y estimar en : cambio que un muermoso con lesiones pulmonares exten- sas, reaccionando a la maleina sin tener lesiones externas, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 503 constituya un caso que pueda curar? No.es la situación de las lesiones lo que puede influir en una curación y por lo tanto el animal con síntomas ostensibles, tiene tanta pro- babilidad de curarse como el que las lleva ocultas en la pro- fundidad de un parénquima, aunque en realidad ambos tengan bien pocas. La práctica me ha demostrado que lo que se logra con el traslado a los potreros de un caballo muermoso, es solo un mejoramiento del estado general, que solo dura el tiem- po que el animal permanece sometido al régimen al aire libre. Tan pronto ese animal vuelve a la vida del trabajo, los síntomas clínicos no tardan en presentarse. No conoz- co un solo caso, y conste que mi observación comprende un número considerable de casos en que la reacción de la ma- leina haya desaparecido, ni siquiera haya disminuido en intensidad, por una permanencia prolongada en el campo. En la curabilidad del muermo el punto esencial no re- side en el hecho mismo de que el muermo cure o deje de cu- rar. Lo importante en este caso es el peligro que supone un caballo muermoso, sea un grande o un pequeño disemi- nador, durante el tiempo en que está sometido a un tra- tamiento, y ello sin seguridades de obtener un éxito que más bien parece remoto que tangible. Si fuéramos a po- nerlo en condiciones de no infectar a sus semejantes ni al hombre sería tan costosa la prueba que desde el punto de vista económico, resultaría un fracaso aun cuando se ob- tuviera la curación. Y es difícil que teniendo que ser cui- dado y alimentado por un hombre, la mayor parte de las veces ignorante y despreocupado en materia de higiene, se suprima el peligro de contaminación del hombre, mucho más de temer y de lamentar que la muerte de mil caballos. Recordemos que la vida humana no puede ser tasada v que en cambio la de un caballo puede avaluarse en pesos y centavos. B04 ANALES DE LA Vivimos en un país donde, por desgracia, no es el res- peto a la ley, y la obediencia a las órdenes lo que forma la característica del pueblo. Tratar de emplear aquí, en Cu- ba, los mismos medios que se emplean en países donde las disposiciones se obedecen ciegamente y las leyes se cum- plen, más que por imposición de los encargados de hacer- las cumplir, por la noción que de su deber de ciudadanos tienen los que han de acatarla, sería sencillamente lo que vulgarmente se considera un acto de lirismo. Porque en este país, señores académicos, donde hay médicos que am- paran con sus nombres a los curanderos y los brujos por unas cuantas pesetas, donde hay farmacéuticos que enve- nenan a sus semejantes por lograr un aumento en sus en- tradas, hay también veterinarios que son capaces, por ra- zones de orden económico de realizar uno de esos actos que en otro país, significaría la muerte moral del individuo. La mayor parte de los dueños y explotadores de la industria rodada, con muy honrosas excepciones que soy el primero en consignar, son elementos de mala fe, que han llegado, por consejos de algunos de esos veterinarios unas veces, por impulsos propios otras, a poner en juego medios nada limpios para enmascarar reacciones positivas en sus animales. No hace mucho tiempo, en un establo de la Ha- bana, se ha empleado el conocidísimo recurso de hacer la- vados intestinales copiosos a los animales que cinco o diez minutos más tarde iban a ser examinados por el veterina- rio de Sanidad. ¿Puede, pues, no ya el veterinario de Sa- nidad, sino el veterinario particular, que tiene interés en que el ganado de sus clientes sea sano y esté libre de conta - glos, fiarse de sus propios clientes para el aislamiento de animales muermosos? Nunca, señores académicos. Por- que el profesor que dirige sanitariamente un establo, que es un consejero a quien se oye y se atiende en otros países, se convierte aquí en enemigo del dueño de los animales tan pronto como le indica alguna medida que haya de significar- le un gasto o una exacción por insignificante que ella fuere. 0 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 505 Conclusiones 1”——Un caballo que reacciona a uno de los métodos reveladores de muermo debe ser considerado un vector de contagio aun cuando no presente síntomas clínicos de la enfermedad. 2*—-Todo caballo muermoso confirmado, debe ser sa- crificado inmediatamente. 3“—No existiendo un agente terapéutico que tenga acción sobre el muermo, no es posible intentar el tratamien- to de los casos. 44—No debe permitirse que caballos muermosos, sean enviados a los potreros a contaminar a los que alií se en- cuentren, aun cuando de ello pudiera derivarse un mejc- ramiento transitorio de su estado general. 5%—Los métodos que actualmente se utilizan por el Departamente de Sanidad para establecer el diagnóstico del muermo, son más que suficientes para proteger a los dueños de animales contra un error de diagnóstico y debe considerarse que un animal diagnosticado de muermo con el empleo de ellos, lo está seguramente. TOMO LIV—34 506 ANALES DE LA NEURITIS OPTICA Y EXOFTALMIA POR TUMOR RETRO-ORBITARIO por el Dr. Francisco María Fernández (Sesión del 22 de febrero de 1918) Son tan diversas las causas de la exoftalmía, que este síntoma, por sí solo, no puede aportar datos de importan- cia en lo referente al diagnóstico de las enfermedades ocu- lares. Sin embargo, un examen minucioso y el interroga- torio detenido del paciente, arrojan casi siempre gran luz sobre el caso. Entre las afecciones que pueden provocar la exoftal- mía, descontando desde luego la enfermedad de Basedow, tenemos en primer lugar los tumores orbitarios y retro- orbitarios; la osteo-periostitis específica; la celulitis orbi- taria y la exoftalmía pulsátil; y en esas cuatro entidades morbosas pensamos cuando se nos presentó en nuestro ser- vicio de “La Benéfica”, un joven español, de 28 años de edad, de aspecto robusto, que se quejaba de diplopia y dolores intensos en el ojo izquierdo, y presentaba marca- da exoftalmía en dicho ojo. El sujeto en cuestión no podía continuar desempeñan- do su oficio de chauffer, pues la diplopia no solo lo desorientaba, si no que ponía en peligro la vida de los transeuntes y la suya propia. El sujeto, Lorenzo Castiñeira, natural de Galicia, y con ocho años de residencia en Cuba, asegura que hasta un año antes de venir a consultarnos, no había padecido de ninguna enfermedad; hacía un año próximamente, ha- bía tenido un flegmón de la boca, con rotura espontánea y gran inflamación del lado de la cara, y siete meses después volvió a tener una inflamación en el mismo lado de la ca- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 507 ra, por las raíces de una muela que le quedaron después de unas extracciones hechas en esa época. La enfermedad de que padecía en el momento de ve- nir a consultarnos databa de dos meses antes de su prime- ra visita a nosotros, y entonces comenzó a sentir dolores en el ojo izquierdo presentándose la exoftalmía un mes después de empezar los dolores. La agudeza visual a distancia del ojo afectado era de 3 grados de la escala de Sulzer y el campo visual estaba concéntricamente reducido. Nos refirió el paciente que la exoftalmía se había acentuado cada vez más en los últimos diez días. Hicimos el ingreso del sujeto en la sala a nuestro cargo y observamos que aumentaba de modo notable la exoftalmía, y los dolores se irradiaban desde el globo ocu- lar a la región frontal y temporal, no presentándose en los treinta días que permaneció en la sala, ni edema ni infil- tración palpebral. Sospechamos, como dejamos dicho anteriormente, al- guna de las cuatro afecciones que hemos citado y nos dis- pusimos a hacer un diagnóstico por exclusión. La ausen- cia de dolor a la presión en el reborde orbitario, así como de inflamación palpebral y de otros síntomas generales, nos hicieron descartar, por el momento al menos, la sos- pecha de celulitis orbitaria. Igualmente excluímos la posibilidad de una exoftal- mía pulsátil por no haber pulsación sobre el ojo, ni ruídos sobre la órbita, y porque la piel del párpado no acusaba el color rojizo vívido y lívido que es tan característico a esta afección. Además, no había antecedentes de 'traumatis- mos y aunque había cierta limitación en los movimientos oculares, esta se presenta también en otras afecciones, co- mo en los tumores orbitarios. Nos quedaban, pues, dos posibles causas: la sífilis y tumor orbitario o retro-orbitario; pero con la certeza ab- 508 - ANALES DE- LA soluta del paciente de que no había padecido de sífilis, y con tres reacciones de Wassermann, las tres negativas, así como la indiferencia del caso ante el tratamiento anti- específico instituido, nos pareció posible la exclusión de una osteo-perlostitis de carácter específico, o de un goma de la órbita, quedándonos por tanto la posibilidad de un tumor retro-ocular. La visión era nula, se presentaron síntomas de ligera compresión cerebral y los dolores continuaban sin ser do- minados, casi, por los calmantes. La dilatación máxima de la pupila, lograda median- te la instilación de un midriásico, nos permitió ver que los medios estaban transparentes y que la papila presentaba un aspecto de ligera extasia, sin llegar al choked disc. Este sin embargo, sobrevino en poco tiempo, así como la neuritis óptica que sopechábamos habría de sobrevenir. Celebramos al mismo tiempo diversos cambios de im- presiones con compañeros dedicados a otras especialida- des; el Dr. Landa, ilustre rinólogo, nos aseguró que el pa. ciente no tenía lesión alguna en los senos accesorios y el Dr. Yarini, competente profesor de odontología, comprobó la ausencia de lesiones dentarias al través de las cuales pu- diese haber ocurrido la trasmisión de alguna afección. El culto radiólogo, Dr. Alamilla, en un primer examen ra- dioscópico no advirtió nada anormal; pero insistió en una segunda radioscopía, en la que creyó descubrir en la parte posterior e inferior de la órbita una sombra del tamaño de una pieza de veinte centavos, la cual podría ser la causa de la enfermedad. El examen de la sangre demostró la existencia de una ligera hiperleucocitosis. Con estos antecedentes parecía indudable la presencia de un tumor probablemente retro-orbitario. Los tumores de la órbita pueden ocurrir en cualquiera de sus tejidos: en la vaina del nervio óptico, o en las pa- ACADEMIA DE CIENCIAS *DE LA HABANA 509 redes óseas, teniendo orígen algunos en las cavidades óseas adyacentes; pero en este caso el sitio del tumor había que localizarlo más arriba, bien en el quiasma óptico, o bien en algún lugar cercano a este. Los acontecimientos posterio- res confirmaron de modo evidente esto último. El enfermo fué sometido a altas dosis de yoduro de potasio, mientras se fijaba el diagnóstico, pero una vez es- tablecido éste, se le aconsejó una intervención exploradora, para luego seguir la línea de conducta adecuada a lo que se encontrase; pero no estuvo conforme con la operación y pidió y obtuvo el alta de la sala. Lo habíamos visto por primera vez en el mes de octu- bre de 1915, abandonando nuestro servicio en noviembre del mismo año; pero en mayo de 1916 nos visitó nuevamente asegurándonos, lo que desde luego pudimos confirmar, que había sufrido la enucleación del ojo izquierdo, por haber- se intensificado los dolores y que se le habían presentado vómitos muy frecuentes. Los vómitos habían cesado des- pués de la enucleación; no así los dolores que continua- ban siendo intensos y frecuentes. El enfermo presentaba señales de anemia, así como edema de los párpados en el lado operado; pero lo alar- mante del caso fué que empezaba a perder la agudeza vi- sual del ojo restante. Ingresó nuevamente en la sala de ojos de “La Benéfica”, y con frecuencia le veíamos en con- sulta con nuestro sabio maestro Dr. Juan Santos Fer- nández. Los vómitos comenzaron de nuevo a los seis o siete días de su ingreso en la Casa de Salud. El examen oftal- moscópico reveló estrechez de la papila, la cual carecía de vasos propios, aunque la atrofia no era típica. El campo visual era como sigue: Temp.: 30; Infer.: 30; Sup.: 15; Nasal: 15. La visión reducida a 5 grados de la escala de Sulzer para distancia, y a 7 grados de la escala de Pari- naud, para cerca. 510 : ANALES DE LA El enfermo deseaba marcharse a su país, convencido de la desgracia inmensa que le aquejaba y no opusimos re- paro a ello, marchándose al mes siguiente y enterándonos poco después de que había perdido la vista por completo y que los dolores no lo habían abandonado. Observaciones: De la lectura de estas notas, se pue- de hacer la conclusión de que en este caso eran las pertur- baciones debidas a un tumor retro-orbitario. El examen radioscópico que se hizo por segunda vez, pudo habernos hecho pensar en la existencia de un tumor orbitario, pero al hacerse la enucleación, es indudable que el cirujano que la realizó no pudo haber removido la causa de la enfer- medad, ya que poco tiempo después se presentaron los sín- tomas en el otro ojo, demostrando la existencia de un tu- mor cerebral. ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 8 DE MARZO DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número: Dres. A. Agramonte, J. P. Alacán, T. V. Coronado, F. Etchegoyhen, R. Gómez, F. M. Héctor, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, F. Torralbas. Honorario: Dr. Juan B. Landeta. Asisten además a esta sesión el Sr. Fiscal del Tribunal Supre- mo de Justicia, varios miembros del Poder Judicial y otras distin- guidas personas. Leida el acta de la sesión anterior (22 de febrero) fué aproba- da, así como las de las sesiones ordinaria del 25 de enero y extraor- dinaria del 8 de febrero, que no lo habían sido antes, por no exis- tir el quorum reglamentario en la última. : El Dr. Etchegoyhen hizo algunas observaciones al acta del 22 de febrero a las que contestaron el Secretario y el Sr. Presidente. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 311 Entrada.—Del Dr. Pedro Yodú Hernández, abogado de San- tiago de Cuba, remitiendo escrito del Juez de primera instancia de Santa Cruz del Sur, solicitando informe en causa sobre nulidad de matrimonio (véase No. 108 del mismo mes a que se refiere este asunto). Del Juzgado de instrucción de la Sección Primera de la Ha- bana, solicitando informe en causa No. 171-918 incoada por in- toxicación. Salida.-—A la Secretaria de Instrucción Pública y Bellas A:- tes, participándole la designación del Dr. Luis F. Rodríguez Moli- na para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra “16” Enfermeda- des de la piel y sífilis, de la Escuela de Medicina de la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universidad de la Habana. Al Dr. Luis F. Rodríguez Molina, trasladándole el anterior nombramiento. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, partici- pándole haber sido designado el Dr. Manuel Ruiz Casabó para formar parte del Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 2? (Aritmética, Nociones de Algebra, Geometría, €) de la Escuela Normal de Oriente. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, trasladándole el anterior nora- bramiento. Antes de comenzar la sesión el Dr. Manuel Ruiz Casabó soli- citó del Sr. Presidente hacer una comunicación oral sobre un asun- to que la Academia le había confiado en junio del año último. Obtenido el permiso en virtud de los artículos 28 (inciso 3%; y 47 de esta Academia, el Dr. Ruiz Casabó dió cuenta del infarme que presenta sobre los casos de lepra tratados por el Dr. Eduardo Borrell con el plan del Sr. Angel García. Hace una ligera reseña del asunto sobre que informa; de los miembros que integraban la comisión nombrada por el Dr. Borrell; de los trabajos por ella realizados, y da cuenta de las actas firma- das por todos sus componentes, entre los que figuraban las represen- taciones de la Academia y de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana. Señala el estado de los cinco sujetos cometidos a dicho tratamiento; el resultado obtenido bacteriológica y clínicamente y los acuerdos tomados por unanimidad por la comisión, cuyas con clusiones son las siguientes: 512 ANALES DE LA Primera.—Todos los casos presentan en su linfa y mucosidades el bacilo de Hansen, por cuyo motivo no pueden darse por curados. Segunda.—La mejoría observada en algunos de estos enfermos, opina la Comisión, que se puede obtener por los tratamientos usuales. Tercera.—La Comisión no puede declarar como curativo el tra- tamiento a que han estado sometidos los casos. Sometido a discusión el informe presentado por el Dr. Ruiz Casabó pide la palabra el Dr. Coronado y dice que: como profesor de higiene de la Universidad, como médico y como ciudadano, teli- cita cordialmente al Dr. Ruiz Casabó y a la Comisión de que for- maba parte, por el brillante informe que ha suministrado. Si los periódicos siguen expresándose en el sentido que lo vienen haciendo respecto de este asunto, será un verdadro escándalo contra la morai y la dignidad profesional, por las que todos estamos obligados a velar. Hace la súplica de que la Academia haga suya las conclusiones vo- tadas por la Comisión y que se les dé la mayor publicidad posible, para de esa manera hacer luz sobre cuestión de tan vital interés. El Dr. Torralbas dice que él no llegó sino después que el Dr. Ruiz Casabó leyó su informe, pero por las manifestaciones hechas por el Dr. Coronado se entera de lo ocurrido. Que él sabía que la Academia estaba representada por uno de nuestros más honrados compañeros, si fuera posible que aquí hubiera alguno más honrado que los otros. Que hace suyas las manifestaciones del Dr. Coro- nado y pide que se dé esa publicidad enseguida en todos los perió- dicos de la Habana, ya que la prensa habanera ha proclamado que la ciencia ha fracasado. El Dr. Agramonte confirmó lo dicho por el Dr. Ruiz Casabó y reitera los acuerdos tomados en la sesión de este día, mostrando la firma de todos los miembros en el acta levantada. La Academia acuerda por unanimidad: hacer suyas las conclu- siones del informe emitido por la Comisión y que se publiquen ín- tegras en todos los periódicos de esta capital. Entrando en la orden del día el Dr. Jorge Le-Roy da lectura al informe solicitado por el Juzgado de primera instancia de Santa Cruz del Sur, en causa sobre nulidad de matrimonio, y sobre el cual ya la Academia había informado en 1916. Sometido a discusión fué aprobado por unanimidad. El Francisco M. Héctor también da lectura a otro informe mé- dico legal sobre intoxicación, solicitado por el Juez de instrucción de la Sección Primera de esta Capital. Se trata de un caso de in- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 513 toxicación por el fósforo, ingerido de una vez y que causó la muerte de la interfecta. Sometido a votación fué igualmente aprobado por unanimidad. El Dr. Raimundo de Castro y Bachiller, hijo de nuestro anti- guo académico de los mismos nombre y apellido dió lectura a un interesante trabajo acerca de LA CRIMINOLOGIA ANTE LA MEDICINA LEGAL, en el que demostró sus extensos conocimientos como profesor de esta asignatura en nuestra Universidad y trató de importantes asuntos relacionados con la materia. Al terminarlo, el Sr. Presidente dió las gracias en nombre de _la Academia y siendo muy avanzada la hora se dejó para la siguien- te el trabajo anunciado por el Dr. Francisco M. Fernández y dió por terminada la sesión. INFORME PRESENTADO A LA ACADEMIA SOBRE EL RESULTADO DE LOS CASOS DE LEPRA por el Dr. Manuel Ruiz Casabó (Sesión del 8 de marzo de 1918) Sr. Presidente: Sres. académicos: Cumpliendo con el deber que me impone el cargo que por esta Academia me fué otorgado en junio próximo pa- sado, para representarla en el seno de la Comisión que se formó para el estudio y dictámen de los casos de lepra tra- tados con el plan del Sr. Angel García, vengo a molestar vuestra atención para daros cuenta del resultado y acuer- dos definitivos tomados en la reunión celebrada a las cin- co de la tarde del día de hoy, en el local que ocupa la Es- cuela de Medicina. Permitidme que haga una ligera reseña, sobre algu- nos particulares que debe conocer esta Academia, antes de dar lectura a la copia del acta de la sesión final de la Co- misión y a la ponencia del Secretario de la misma. 514 ANALES DE LA A instancias del Dr. Eduardo Borrell y con carácter particular, fueron convocados sus amigos los Dres. Arís- tides Agramonte, Alfredo Domínguez Roldán, Antonio M. Valdés Dapena, Federico Grande Rossi, Arturo Aballí y Oscar Jaime, con objeto de estudiar los resultados que se obtienen con el tratamiento de la lepra, según el plan del Sr. Angel García, establecido y dirigido por el referido Dr. Borrell. Reunidos los Dres. mencionados el 18 de junio pró- ximo pasado, fué elegido el Dr. Arístides Agramonte, pre- sidente de dicha Comisión y el Dr. Oscar Jaime, Se- cretario. Nuestro distinguido, ilustrado y muy digno compa- ñero el Dr. Agramonte, estimando que el asunto de que se | trataba, revestía un capital interés para las ciencias y la humanidad, propuso que fueran invitadas la Academia de Ciencias y la Sociedad de Estudios Clínicos, para que nombrasen un miembro que las representasen respectiva- mente y cooperaran en la labor. Es esta la razón, por la que tuve el honor de formar parte de dicha Comisión en nombre de esta Academia y para cuya delegación fué nombrado primero nuestro digno compañero el Dr. Federico Torralbas que renunció el Cargo. El día 28 de junio de 1917, bajo la presidencia del Dr. Agramonte, reunidos en junta, fueron presentados cin- co enfermos que habían de ser sometidos al plan curativo ya mencionado, El Dr. Recio y el que suscribe procedimos a compro- bar microscópicamente la presencia del B. de Hansen, tomando linfa y secreción nasal de cada uno de los cinco enfermos escogidos por el Dr. Borrell; operación que se practicó a presencia de los miembros designados y otras varias personas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 515 El Dr. Borrell, cambiando impresiones con la Comi- sión manifestó que como término para la curación de los casos con dicho plan, consideraba suficiente el período de tres meses, a lo que el Dr. Agramonte, considerando, así como los demás miembros, que tratándose de una enferme- dad crónica y de tan grave naturaleza, era corto el período para obtener éxito favorable, propuso y fué aceptado por unanimidad, que fuese prolongado a seis meses, teniendo de tal modo un margen suficiente para la comprobación curativa de los casos. No obstante, inspirados todos en los mejores deseos y los más optimistas resultados, se prorrogó el plazo hasta ocho meses próximamente que se cumplen en fecha apro- ximada. Conocidos de vosotros estos particulares, paso a dar lectura al acta de la última sesión celebrada a la hora, en el lugar y la fecha consignada anteriormente, así como del informe de la ponencia y es como sigue: ““Acta de la sesión del 6 de marzo de 1918. En la Habana y el día seis de marzo de mil nove- cientos diez y ocho, se reunieron los Dres. Alberto Recio, Manuel Ruiz Casabó y Alfredo Domínguez Roldán, bajo la presidencia del Dr. Arístides Agramonte, actuando de Secretario el Dr. Oscar Jaime. El objeto de esta reunión era proceder a examinar los enfermos de la lepra sometidos al tratamiento por el plan del Sr. Angel García, dirigido por el Dr. Eduardo Borrell, para dictaminar acerca de sus efectos y establecer sus con- clusiones definitivas. Los Dres. Alberto Recio y Manuel Ruiz Casabó re- cogieron y examinaron de cada enfermo una muestra de mucosidades y linfa obteniendo los siguientes resultados: 516 ANALES DE LA Josefa García: tiene numerosos B. de Hansen. Nieves Marlotica: 1d. 1d. ¡de a CS a Rafael Muñoz: id. 1d. 11d + 1d: Felipe Ali: id. id. 1d. ¿1d... 4 Ud: Pedro Pablo Mena: id. 1d. La le el Va els - Acto seguido se procedió al examen clínico que arroja lo que pasamos a exponer: Josefa García: no ha tenido mejoría. Infiltración de la cara y orejas en el mismo estado. Nieves Marlotica: notable mejoría. Cicatrización de las úlceras de las piernas, desaparición de las máculas del pecho, detención de la atrofia de las manos y disminución de las tuberosidades de la cara. : Rafael Muñoz: modificación en el estado de la cara y coloración de las máculas. Felipe Alí: aplanamiento de los lepromas de la cara y orejas, mejoría en su estado general, aun cuando en el curso del tratamiento ha sufrido un brote reciente. Pedro Pablo Mena: cicatrizaciones de las ulceracio- nes de las piernas con aplanamiento completo de los lepro- mas de la cara y brazos. Se acordó por unanimidad que el tratamiento a que han estado sometidos esos enfermos, no los ha curado en el transcurso de ocho meses y que la mejoría observada en algunos de los casos es igual a la que pudiera obtenerse después de ese tiempo por los tratamientos usuales. Para la redacción de una ponencia basada en este acuerdo se comisionó al Dr. Oscar Jaime. Firmado: Dr. Oscar Jaime, Secretario; Dr. Arístides Agramonte, Presidente; Vocales: Dres. A. Domínguez, Manuel Ruiz Casabó, Antonio M. Valdés Dapena, Fede- rico Grande Rossi, Gutiérrez Lee, Alberto Recio. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 517 PONENCIA Señores de la Comisión: En mi carácter de ponente, presento a esta junta las conclusiones que me ha parecido interpretar más fácilmente nuestra opinión después del último examen de los enfermos de lepra sometidos al plan del Sr. Angel García. 1*—Todos los casos presentan en su linfa y mucosi- dades el bacilo de Hansen, por cuyo motivo no pueden dar- se por curados. 24—La mejoría observada en algunos de estos enfer- mos, opina la Comisión que se puede obtener por los tra- tamientos usuales. 3“—La Comisión no puede declarar como curativo el tratamiento a que han estado sometidos los casos. Esta ponencia fué aceptada por unanimidad. Dr. Arístides Agramonte, Presidente; Dr. Oscar Jai- me, Secretario”. Y es cuanto tengo que exponer a la consideración de esta ilustre Corporación para su conocimiento y resolu- ción.—Dr. Manuel Ruiz Casabó. 518 ANALES DE LA INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA SOBRE NULIDAD DE MATRIMONIO por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 8 de marzo de 1918) Con fecha 21 del pasado febrero se recibió en esta Academia un escrito del Juzgado de primera instancia, instrucción y correccional de Santa Cruz del Sur, fechado en dicha localidad el 9 del propio mes que copiado a la letra dice: “En el cuaderno de prueba de la parte actora en el juicio de mayor cuantía, sobre nulidad de matrimonio, se- guido par To ES. Poy E. contra la: Sa NN... E.. y B..., en providencia de esta techa e acor= dado dirigir a Vd. el presente a. fin de que por esa Acade- mia se digne emitir dictámen, a este Juzgado, sobre los particulares que a continuación se expresan. “A.—En qué consiste la operación de la salpingo ova- riectomía izquierda. “B.—Qué se entiende en medicina por extirpación de la trompa del lado derecho. “C.—Si la ablación de la trompa de Falopio de am- bos lados determina la esterilidad de la mujer que la ha sufrido. “D.—Si la operación cesárea es la incisión practica- da en las paredes del abdomen y en las del útero para ex- traer el producto de la concepción, teniendo como campo operatorio el útero y si esta operación es la misma que la salpingo ovariectomía expresando en qué interviene esta operación. “Dígnese devolver este oficio con sus resultas por el mismo conducto que lo ha recibido.—De Vd. atentamen- te, (£) JJ... M... R..., juez de primera instancias. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 519 Con fecha 28 de abril de 1916 esta Academia infor- mó sobre este mismo asunto, remitido por el Juzgado de primera instancia del Este de la Habana en esta forma: “El Sr. Juez de primera instancia del Este de la Ha- bana, en escrito fecha 12 del presente mes, dice a esta Aca- demia lo que sigue: “En este Juzgado cursa en el trámite de prueba, cuyo trámite es de treinta días, y principió a correr y contarse desde ayer inclusive, el juicio declarativo de mayor cuan- tíal promovido! por T +. PP... y T..” contra su esposa MI OSENIS.5 AclriBs.yiBecas sobrernulidad de: matri- monio, en el cual se propuso por el demandante como me- dio de prueba y le fué admitido que se pida informe a esa Academia sobre los siguientes particulares: “A.—-En qué consiste la operación de Salpingo ova- riectomía izquierda. “B.—Qué se entiende en medicina por extirpación de la trompa del lado derecho. “C.—S1 la operación llamada cesárea es la misma que la “Salpingo ovariectomía” o si por lo contrario es distinta, constituyendo la primera una intervención en el útero y la segunda en los ovarios de la mujer. “Por lo tanto tengo el honor de dirigir a Ud. el pre- sente a fin de que esa Academia se sirva emitir y remitir dentro del término de prueba el informe de que se trata”. “Como no se trata de dar un curso de alta cirugía ab- dominal que estaría fuera de lugar en estas circunstancias, nos limitamos a contestar categóricamente cada una de las preguntas formuladas por el Sr. Juez consultante. “A.—La salpingo ovariectomía izquierda es la ope- ración que consiste en la ablación de la trompa de Falopio y del ovario de ese lado. “B.—En medicina se entiende por extirpación de la trompa del lado derecho, la salpingectomía d2 ese lado, o 520 E ANALES DE LA lo que es lo mismo, la ablación de la trompa de Falopio . derecha. “C.—La operación cesárea o sea la incisión practi- cada en las paredes del abdomen y en las del útero para extraer el producto de la concepción, no es la misma que la salpingo ovariectomía, pues la primera tiene como camn- po operatorio el útero y la segunda interviene sobre los anejos (trompas y ovarios). No obstante, en la operación de Porro se hace la sección uterina, supra vaginal v la ex- tirpación de los anejos”. * E x Tres de las preguntas que hace ahora el Sr. Juez de Santa Cruz del Sur, las marcadas con las letras A, B y D, quedan contestadas en el informe emitido por la Academia en 1916; pero se hace una nueva, marcada con la letra C, que dice: “Si la ablación de la trompa de Falopio de am- bos lados determina la esterilidad de la mujer que la ha sufrido”. A esta pregunta puede contestarse de una manera ge- neral por la afirmativa, pero hay que distinguir algunas posibilidades, tales como: ] 1*—51 la mujer ha sido fecundada antes de la ope- ración. 2*—51 ha quedado un trayecto permeable que esta- blezca la comunicación entre el ovario, órgano productor del huevo, y el útero, órgano de recepción de dicho huevo fecundado, en los embarazos normales; porque si se ha extirpado la trompa, conducto vector del espermatozoario y del óvulo, y por circunstancias especiales se ponen en contacto estas dos células, ocurriría un embarazo ectópico. La explicación que antecede sirve también para deter- minar las circunstancias de la esterilidad absoluta y rela- tiva, que no se expresan en la pregunta formulada de ma- nera general. * * *% ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 521 Hasta aquí habíamos llegado en la resolución de este asunto, en el que desde luego llama la atención que sea presentado por dos Juzgados distintos de la República, en el transcurso de poco menos de dos años, cuando en 27 de febrero se recibió un pliego certificado, procedente de San- tiago de Cuba, conteniendo los escritos que a continuación se copian: 1*—Hay un membrete que dice: “Dr. Pedro Yodú Hernández.—Abogado.—Santiago de Cuba”. Febrero 25 de 1918.—Sr. Decano de la Academia de ciencias médi- cas, físicas y naturales.—Habana.—Hon. Sr.—Tengo el honor de acompañar a Ud. una comunicación del Sr. Juez de primera instancia de Santa Cruz del Sur, interesando de la Repetable (sic) Academia de que es Ud. Decano, de- terminados informes propuestos como prueba, en juicio seguido al efecto.—Ruégole una vez informado, se sirva devolvérmelo al domicilio abajo indicado.—Queda de Ud. muy respetuosamente, Pedro Yodú.—Rubricado.—A guile- ra 61, altos”. 2*—“República de Cuba.—Juzgado de 1* instancia, instrucción y correccional de Santa Cruz del Sur.—Febre- ro 9 de 1918.—Al Decano de la Academia de ciencias mé- dicas, físicas y naturales.—Habana.—Señor:—En el cua- derno de prueba de la parte demandada en el juicio de mayor cuantía, sobre nulidad de matrimonio, seguido por To. Esos. soy >. ebntra; la, señora. Mos ¡ÑN 33% P... y B...; he acordado librar a Ud. el presente a fin de que por esa Facultad se digne emitir dictámen, a este Juzgado sobre los particulares que a continuación se ex- presan. ““Si una mujer que solamente se le ha impedido, el punto en que se le ligó la trompa para levantar el hidro- salpin (sic), si es que expontáneamente no se ha hecho permeable como muchas veces ocurre; y quitado un pedazo del pabellón que era el que cubría la hidrosalpin (sic), y TOMO LIV—35 522 ANALES DE LA el ovario derecho conservando una gran cantidad de quis- tes; si es posible que una mujer en dichas condiciones ten- ga probabilidades para la procreación, o si la extirpación parcial de la trompa y ovarios en la forma indicada, pro- duce necesariamente en la mujer la impotencia perpetua, absoluta e incurable. “Dígnese devolver este oficio con sus resultas por el mismo conducto que lo reciba.—De Vd. atentamente.— (5) PIRUSM. SR. ¿OJues de” astancial:: x x Xx No va esta ponencia a ocuparse de señalar lo raro de los conductos de remisión de los dos oficios del Juzgado de Santa Cruz del Sur, fechados ambos el 9 de febrero, por- medio de un funcionario de una de las Secretarías del Des- pacho entregado en manos del Sr. Presidente de esta Aca- demia, aquí en la Habana, el primero, y por intermedio de un abogado de Santiago de Cuba, el segundo; ni del pá- rrafo final de los dos escritos de la misma autoridad, in- sistiendo en que se le devuelva “este oficio con sus resultas por el mismo conducto que lo reciba”; ni tampoco de la di- ección al “Decano de la Academia”; ni de “que por esa Facultad se digne emitir dictámen”, por no ser estas cues- tiones de la incumbencia de esta Academia; pero si las se- ñala para constancia, y pasa a resolver la cuestión cientí- fica planteada en el último de los citados escritos. La redacción gramatical del párrafo en que se desea conocer la impotencia perpetua, absoluta e incurable de la mujer en cuestión, además de ser sumamente obscura y prestarse por lo mismo a graves errores de interpretación, revela el desconocimiento de lo que en medicina legal se entiende por impotencia y por esterilidad. La impotencia es la dificultad o la imposibilidad pa- ra el cumplimiento de la cópula; de ahí su división en tran- sitoria y permanente. La esterilidad es la imposibilidad ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 523 de engendrar hijos, que también puede ser transitoria o permanente. Si la mujer ha sido privada de sus ovarios por medio de una operación quirúrgica, quedará estéril, puesto que falta el órgano productor del huevo femenino, como queda estéril el hombre privado de sus dos testículos; pero si la operación realizada sobre el tejido ovárico no lo ha com- prendido en su totalidad la esterilidad no será absoluta, perpetua e incurable. - Ahora bien, en el caso presente, y por los documentos remitidos parece ser que a esta mujer se le han practicado una salpingo ovariectomía izquierda, la que suprime el órgano productor y el vector de ese lado y una extracción de la trompa derecha, según el primer escrito, y una resec- ción parcial del pabellón de la trompa de dicho lado y re- sección parcial del propio ovario derecho, que estaba quís- tico. En estas circunstancias lo más probable es que la persona en cuestión quede estéril; pero como se descono- cen las circunstancias y detalles de las operaciones practi- cadas, las personales y las de tiempo, no debe esta Acade- mia hacer ninguna afirmación ni negación absolutas, por carecer para ello de los datos necesarios. 524 ANALES DE LA INFORME MEDICO LEGAL POR INTOXICACIÓN por el Dr. Francisco M. Héctor (Sesión del 8 de marzo de 1918) - Cumplimentando el decreto del Sr. Presidente de esta Academia, tengo el honor de evacuar el informe solicitado por el Sr. Juez de instrucción de la Sección Primera de es- ta capital, en el que se interesa diga: “Si uma persona de cuarenta años de edad, de raza mestiza, casado, que ingtrió cierta cantidad de fósforo 1n- dustrial (una vez de dicha sustancia en un jarro de agua) puede adquirir una enfermedad que le produzca la muer- te; y si es posible que tomara ese líquido sin darse cuenta de su olor y sabor, o si existe alguna otra sustancia que al. paladar y al olfato, pueda producir la impresión de que se trata de fósforo industrial sim serlo”. Para mejor llenar nuestro cometido hemos de contes- tar, expresamente, los tres puntos que abarca la consulta en cuestión. Primero: Una persona adulta puede experimentar alteraciones tan graves en su salud (y este es el concepto de la enfermedad) que le determina la muerte, con la in- gestión, por una sola vez, de cierta cantidad de fósforo in- dustrial. Interesa consignar que la cantidad de diez cen- tígramos ha determinado la muerte, acompañado del cor- tejo sintomático variado, del cuadro clínico en que se ob- servaron signos nerviosos, circulatorios, hepáticos, urina- rios, , tales como parálisis, neuritis, somñolencias, sub- delirio y convulsiones; endocarditis y miocarditis, muerte repentina, gangrena simétrica; ictericia con hígado au- mentado, orinas escasas, albuminosas, con aumento o dis- minución de urea. Congestiones viscerales; aumentos con- siderables de los glóbulos rojos, (polycythoemia rubra tran- sitoria) de 8.500,000 glóbulos rojos, por milímetro cúbico. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 525 Segundo: Si como se ha observado y consignado en obras clásicas, (Thoinot, Tratado de Medicina Legal), es suficiente la insignificante dósis de diez centígramos, para producir la muerte, no es imposible que pudiera tomarse esa cantidad disuelta en agua, sin apenas notarse con ella, puesto que había de transmitirle muy poco o ningún olor ni sabor. Por otra parte, si cada cabeza de cerilla de las preparadas por la industria, para uso corriente, contiene según lo consignan los profesores Hirtz y Simom, cinco milígramos de fósforo blanco, no parece difícil suponer, que solo veinte cabezas de fósforos, no fueran bastantes pa- ra determinar acentuado sabor y olor, a la cantidad de agua contenida en el jarro referido por la interfecta. Merece citarse lo expuesto por el Dr. Tardieu refirién- dose a la frecuencia del envenenamiento criminal por el fósforo, reproducido por el profesor Thoinot (Tratado de Medicina Legal, p. 432) en que dice: “Debíase el hecho a la facilidad de procurarse el fósforo, por parte de los cri- minales, mediante las cerillas, que, disueltas en agua, ca- fé, aguardiente, vinagre, formaban una bebida tóxica. También rascaban la pasta del encendedor y la echaban en la sopa, la salsa o la desleían con manteca sobre el pan. Aunque parece que el sabor y el olor aliáceos debían po- ner sobre aviso a las víctimas, lo cierto es que éstas nada percibían. Tardieu que poseía gran experiencia acerca del particular, sostenía que el olor y el sabor de aquellos bre- vajes, no eran tan repugnantes como se pensaba. Respecto al último extremo, pudiera informarse que el ajo tiene algún parecido con el olor del fósforo; y tan- ta es la semejanza, que a este se le descubre muchas veces por su característico olor aliáceo. La ponencia que tiene el honor de informar, somete a esta ilustrada corporación, las conclusiones siguientes: Primero.—S1; es posible que una persona de cuaren- ta años de edad, de raza meztiza, casada, que ingirió cier- 526 ANALES DE LA ta cantidad de fósforo industrial (una vez de dicha sus- tancia en un jarro de agua) pueda adquirir una enferme- dad que le produzca la muerte. Segundo.—Pudiera ser posible que tomara ese líqui- do sin darse cuenta de su olor y sabor. Tercero.—El ajo, condimento en nuestra alimenta- ción usual, es la sustancia que al olfato, puede producir la sensación parecida al fósforo industrial. LA CRIMINOLOGIA ANTE LA MEDICINA LEGAL por el Dr. Raimundo de Castro y Bachiller (Sesión del 8 de marzo de 1918) Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana: Sres. académicos: señores: Podeis estar seguros que pocas satisfacciones más grandes he sentido en mi vida que la que experimento en estos momentos al invitarme Vds., señores miembros de la corporación cientifica más alta de mi país, a que concurra aquí aportando un trabajo, que si me atrevo a leerlo ten- gan la seguridad que es debido al afecto personal que mu- chos de los aquí presentes me profesan y por lo tanto me servirá para que me excusen, bien sea el fondo, la forma o la extensión que he dado a este trabajo por ser la prime- ra vez que comparezco ante Vds. La criminología ante la medicina legal Hoy que tanto se habla en nuestro país de reformar el código civil así como el penal vigente entre nosotros, que no pueden ser más arcaicos, y que aun en nuestra na- ción progenitora han sufrido ya grandes modificaciones ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 527 desde que nos separamos, y sin embargo nosotros, una re- pública americana del siglo XX, que giramos por nuestra situación geográfica en un ámbito de civilización y de ade- lanto verdaderamente sorprendente en algunos ramos, es incomprensible que nos rijan todavía códigos cuya base y estructura están calcados en conceptos y teorías absoluta- mente erróneas a la vista de nuestros conocimientos cientí- ficos actuales y que en muchos casos es culpa del número inmenso de indultos, por una parte, en otras faltas del cas- tigo apropiado y alguna vez de extralimitaciones de los poderes por la falta de elasticidad y adaptabilidad de estos códigos a nuestro tiempo. Nos ha parecido interesante el traer aquí estas notas que no tienen otra pretensión que la de despertar el estímulo de hombres más aptos y más com- petentes que el que os habla, en esta materia como indis- cutiblemente son los miembros de esta docta asamblea, que tienen la benevolencia de escucharme, y ver si de este mo- do se oye también a los médicos cuando se decidan nues- tros legisladores a poner la mano sobre esta reforma, y en- tiéndase a los médicos como a tales hombres de ciencia de- dicados a estos estudios. La legislación hoy vigente en la materia que tratamos se divide en dos grandes capitulos: Responsabilidad legal, cuando se relaciona con cuestiones de derecho criminal, y Capacidad civil, cuando se relaciona con el derecho civil. Responsabilidad legal El principio de la responsabilidad legal, supone que el individuo normal, goza de la facultad del libre albedrío, esto es, que es libre, o no, de ejecutar un acto cualquiera, calificado por el código como crímen o delito, o como con- travención a la ley. á Todos los códigos señalan una época de la vida, que se considera como la edad del discernimiento. El código penal español, vigente entre nosotros, exi- me de responsabilidad al que, cometiendo un crímen, en 528 ANALES DE LA el acto de realizarlo, no se hallase en plena integridad psíquica y en completa posesión de su inteligencia y solo hace un distingo o salvedad, que es el de encontrarse en un periodo de razón, o sea de lucidez. Código penal.—Título 1.—Capítulo 2. - Artículo 8.—No delinquen y por consiguiente están exentos de responsabilidad criminal: Primero. El imbécil y el loco, a no ser que éste ha- ya obrado en un intervalo lúcido. Segundo. El menor de diez años. Tercero. El mayor de diez años y menor de dieci- seis, a no ser que haya obrado con discernimiento. Título I.—Capítulo 3. Artículo 9.—Son circunstancias atenuantes: Primero. La de ser el culpable menor de dieciocho años. | Segundo. La de ejecutar el hecho en estado de em- briaguez, cuando ésta no fuere habitual o posterior al pro- yecto de cometer el delito. Capacidad civil La capacidad es la facultad que tiene todo individuo, mayor de edad, de disponer de su persona y de sus bienes, de cumplir los actos de la vida civil ajustándolos a su cri- terio, pero siempre dentro de los límites y restricciones señalados por los códigos. Para poder gozar de la capacidad civil,.es condición indispensable estar en el pleno goce de las facultades inte- lectuales. Los alienados por el hecho del estado normal de sus facultades mentales, se encuentran fuera de la ley, y por lo tanto, los principales actos de la vida civil: matri- monio, derecho marital y paterno, donaciones, testamen- to, £, Y, causan interdicción. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 529 El médico por supuesto es el llamado a determinar en muchos casos la responsabilidad criminal y la capacidad civil, por lo tanto, se verá cuán grande es la importancia y el papel social del médico, en todos los asuntos que a la medicina legal psiquiátrica se refieren y cuán necesario le es al práctico el poseer conocimientos sobre esta importan- te materia, para resolver los innumerables problemas con que a diario ha de encontrarse frente a frente; problemas para cuya resolución no bastan, como creen algunos, la buena fe y el sentido común, sino que son indispensables estudios especiales que lo capaciten para poder discernir y emitir un juicio apropiado y en harmonía con los conoci- mientos científicos; y ¿qué no diremos de los llamados a mo- dificar las leyes en este mismo sentido? Pues debe recor- darse que una de las misiones del médico legista es la de ayudar a la confección de ciertas leyes, desgraciadamente olvidadas por los legisladores de muchos países. Ahora bien, desde que la ciencia psiquiátrica ha hecho su pro- greso actual la criminología ha venido a ser objeto de in- terés psicológico y ha asumido. un curso más o menos cien- tífico. Cuando volvemos la vista hacia la historia de la civilización, vemos que en un tiempo la ciencia psiquiá- trica y la criminología estaban identificadas, pues por lar- go espacio de tiempo el demente era considerado como me- dio hermano del criminal, así los desgraciados que su- frían de enfermedades mentales eran considerados como seres perniciosos y como tales se les castigaba con prisión, flagelaciones, latigazos, etc., y aun hoy en día, (bien es verdad que excepcionalmente) hay quienes miran a los dementes como criminales, y más aun, en algunos estados de la Unión Americana según el Dr. Morris J. Karpas de New York la detención temporal de un demente y el proce- dimiento del auto de prisión están basados bajo los mis- mos métodos de los criminales. 530 ANALES DE LA Sin embargo por un hecho curioso que algunos han llamado del círculo vicioso, en medicina solemos volver después de cierto tiempo a las mismas ideas que se susten- taron en épocas remotas, bien es verdad que con otra con- cepción científica, y así vemos que de la separación abso- luta que vino después entre el criminal y el loco volvemos hoy a la hermandad del demente y del criminal aunque desde otro punto de vista puesto que con el adelanto de la psicopatología y al entender mejor la dinámica humana la psiquiatría se está saliendo gradualmente de la crimino- logía y esta se está estudiando bajo las líneas de la psico- logía, y por lo tanto si antes creíamos al demente criminal hoy nos inclinamos a ver en el criminal, sino un demente, al menos un individuo defectuoso por no ajustarse al me- dio Y como dice el citado profesor Karpas del Instituto Neurológico de New York: “No sería mucho decir hoy que el crimen es la expresión de un ajuste defectuoso y en una gran mayoría de casos, el agente que determina, es la vida instintiva o inconsciente”. Sobre este ajuste defectuoso podemos repetir aquí lo que decíamos en recientes Oposiciones en la Universidad al desarrollar el tema de la Higiene Mental, citando al pro- fesor Rosenau de la Universidad de Harvard, que los co- nocimientos recientes e Importantes que se tienen hoy so- bre la psicología de las enfermedades mentales han traído un cambio radical de la opinión sobre el papel que juegan las causas mentales sobre las enfermedades mentales. Co- mo factores etiológicos siempre se han-tenido la tristeza, la muerte de un pariente, el temor, el remordimiento, los desengaños amorosos, los deseos de venganza, la envidia, etc., sin comprender la manera en que ellos obraban. Co- mo se veía que a unos le ocurría y a otros no, deducíamos que se necesitaba para su aparición una disposición neu- ropática hereditaria. Ahora bien, los estudios recientes que han seguido a los importantes descubrimientos de Se- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 531 gismundo Freud nos han demostrado el verdadero signi- ficado de estos factores. Las psicosis y las neurosis cla- ramente se ven a menudo el ser un intento de adaptación al medio, .desastroso en la mayoría de los casos, es cierto, pero algunas veces la única tentativa posible dadas las cir- cunstancias. Representa muchas veces un salto fuera de la realidad como resultado de una situación intolerable en la vida de aquel individuo. Biológicamente considerado suele no ser tan desastroso pues prolonga la vida. Ahora como la sociedad considera el éxito es un fracaso de adap- tación. No cabe en los límites de este trabajo explicar el mecanismo de la operación mental que conduce a un in- dividuo en una situación intolerable a aislarse, negarse a comer, hacerse inaccesible y por lo tanto es llevado a una casa de locos, mientras este otro en la misma situación comete un acto violento para la sociedad en que vive in- dividual o colectivo y es llevado a la cárcel, y todavía aquel otro bajo las mismas circunstancias se dedica a trabajos altruistas que no solo sirven para curar su herida, sino que se eleva a sí mismo y beneficia a sus conciudadanos. Para tener una idea de esto y poderlo aplicar al ob- jeto de que tratamos, debemos mirar la existencia como una continuada serie de adaptaciones algunas muy senci- llas y otras muy complejas entre el instinto fundamental e imperante de una parte y los requerimientos de la socie- dad de otro. En los niños, por ejemplo, que otros lo cui- dan se hacen innecesarias estas adaptaciones. Si estos procesos no se desarrollan paulatinamente por la educa- ción y la experiencia el individuo perece; parte también se hereda para estas adaptaciones, pero sobre lo que más podemos influir es sobre la educación y la experiencia. El instinto sexual juega un gran papel en casi todos estos conflictos ya directa, ya indirectamente. Mas las costum- bres en sociedad sin darse cuenta de su objeto impiden muchos de estos conflictos.- Pero que a medida que la so- 532 ANALES DE LA- ciedad avanza en civilización se van presentando nuevos y más variados conflictos. El hecho por otra parte de que un acto antisocial es generalmente de orígen instintivo, fué ya concebido por el gran filósofo griego Sócrates. Al definir la concepción de la virtud, Sócrates sostuvo que esta debe depender de la inteligencia; de.aquí que esta, el poder más fuerte del hom- bre no pueda ser dominada por la pasión. Para abreviar, la inteligencia es la raíz de la acción moral y por otro lado la falta de esta es la causa del vicio. En otras palabras, ningún hombre puede ir en pos del peligro voluntariamen- te y preferir el mal por el bien, sería contrario a la natura- leza humana. Por lo tanto según Sócrates, en la falta de conocimientos, está la raiz de los actos antisociales. Y de. esto así como del orígen instintivo podemos tener una con- firmación en lo que el profesor Lombroso ha llamado equivalentes del delito en las plantas, animales, salvajes y niños, y encontramos que los actos que nosotros considera- mos como criminosos son completamente naturales, su- puesto que están muy difundidos y son muy frecuentes en las especies animales y aun entre las plantas, resultando como dijo Renán que la naturaleza nos daba el ejemplo de la más implacable insensibilidad (y de la más grande inmoralidad). Vemos las plantas insectívoras como la drosera que no solo matan a determinados insectos sino que los atraen por los olores de ciertas seefeciones de la hoja. En los animales en lo que a muerte se refiere tene- mos según Ferri las determinadas por la busca del ali- mento, por el mando del rebaño, por el goce de la hembra, por el afecto materno, por la defensa, por la utilidad común y hasta por la punición y encontramos algunos casos de ver- dadera perversidad individual, es decir, dependiente de una anomalía orgánica «individual y cometen verdaderos infanticidios y parricidios. Y con respecto a otros delitos tenemos el hurto, delitos sexuales, etc. Para completar la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 533 analogía encontramos en los animales también un equi- valente de la pena, puñetazos y bofetadas de los simios a sus hijos y en los animales domésticos el miedo al castigo. Parece que en estos hechos y otros semejantes del mundo botánico y zoológico se dejan entreveer ciertas manifesta- ciones que llamaríamos criminales, sino conociésemos su absoluta dependencia de las condiciones histológicas y bio- lógicas de los organismos y fácil sería reconocer en estos hechos la alevosía, la muerte por codicia y hasta cierta li- bertad de elección (como en las plantas, rechazo de insec- tos demasiado pequeños, de sustancias no azoadas) en que atribuyéndosela al hombre se ha imaginado poner el fun- damento de la responsabilidad individual. Verdaderamente no sería serio afirmar como con- clusión de todas estas analogías que en las plantas y ani- males encontramos verdaderos delitos; porque las diferen- tes acciones antes enumeradas son todas ellas un efecto ne- cesario de la herencia, de la estructura orgánica, ya de la especie ya del individuo y de las particulares condiciones de la existencia, de suerte que sin caer en un absurdo an- tropomorfismo no nos es posible asociar con ellas vida al- guna de responsabilidad y de culpa. Y sin embargo en la edad media se han formado procesos a los animales en- carcelándolos y ajusticiándolos cuando cometían algún de- lito; se incoaban procedimientos civiles contra la langosta o el gorgojo que invadía algún campo previa petición del propietario de éste con citación de los animales, con de- fensores, con discusiones basadas sobre las Pandectas, con sentencias, con intimacicnes; en suma todo el armamento jurídico se sacaba y se dirigía contra la langosta, las ma- - riposas, etc., y vemos en las Siete Partidas en el libro V, título XX, ley 2 que dice: “El hombre o mujer que co- mete este delito (de sodomia) con bestia tienen la misma pena (de muerte) y además deben matar la bestia”, admi- tiendo pues en estos animales aquella libertad y voluntad 534 ANALES DE LA de delinquir que constituyen hoy la base de nuestros siste- mas penales. Por consiguiente el delito no es una mani- festación exclusiva de los hombres, sino que es un fenó- meno natural que se produce también en el mundo orgá- nico inferior, ya vegetal ya animal, relacionado desde sus primeras manifestaciones con las condiciones del organis- mo de las cuales es un efecto directo. Cuando inauguró Lombroso el estudio de los caracteres antropológicos en los delincuentes, en los comienzos de su vida científica, creó el tipo atávico salvaje del hombre delincuente. Aunque no faltaron las críticas y aun muy recientemente ha objetado Ellwood que el salvaje no es tan feroz como el delincuen- te; como dice muy bien el distinguido profesor Lecha- Marzo, el atavismo no debe interpretarse en el sentido de que los salvajes sean tan feroces como los delincuentes y vice-versa sino en el de que los hombres primitivos realiza- ban como normales acciones que nosotros llamamos delic- tuosas, y que por esto los delincuentes son atávicos porque dan a estas acciones, la misma escasa importancia que les atribuían los hombres primitivos y estos hechos los vemos confirmados en el trabajo de Klaatsch ante el Congreso de Antropología criminal de Colonia (1911) acerca de la “Morfología y psicología de las razas humanas primi- tivas” En el niño encontramos también, lo mismd que en los animales y en los salvajes, una multitud de actos y de sen- timientos que serían anormales y verdaderamente crimina- les en los adultos, porque son en él normales porque co- rresponden al estado de suspensión de desarrollo psíquico en que el niño se encuentra, es decir porque obra como un hombre privado de sentido moral y así nadie hace un jui- cio moral desfavorable de las maldades del niño puesto que sabemos que desaparecerán con la edad. Es interesante notar que mientras más completa es la organización social mayor es el número de crímenes. De- o _ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 535 bemos recordar que en la vida animal funcionan dos ins- tintos importantes uno el resguardo de sí mismo y el otro la perpetuación tomando ambos una parte importante en la adaptación. En efecto, Mercier habla de tres clases de deseos, instintivos que lo impulsan a buscar tres términos diferentes o mejor dicho a buscar un fin principal, la per- petuación de la raza en parte directamente y en parte por conducto de la mediación de dos, más la conservación del individuo y la conservación de la sociedad. La vida ins- tintiva es una influencia potente en la producción de este fenómeno anormal, el crimen en todas sus fases. Cierta- mente que la condición fundamental es una personalidad enferma que puede resultar de la desorganización perma- nente, temporal o constitucional de la mente lo que es fre- cuentemente un asunto de intensidad y duración. De aquí viene la cuestión de responsabilidad mental, esto es, el co- nocimiento del paciente, de la naturaleza y calidad del ac- to. Pero esto puede desecharse diciendo que mientras se interprete la responsabilidad mental en los términos de las leyes antíguas hasta entonces existirá este error para de- trimento de la sociedad. Desde el momento que en el sentido general el crimi- nal es un demente, la actitud de Osborne (el reformador de la prisión norteamericana) es lógica y es humana y su relación a la criminología es la misma de Pinel para con la psiquiátrica. Estos dos reformistas tienen a estos seres desgraciados por enfermos y tratan de curarlos como a ta- les. Pero Osborne se equivoca al mirar esta masa hetero- génea de criminales como una clase homogénea y al no di- ferenciarla en sus caracteres descuida la base importante de que tiene que partir el tratamiento. Habiéndonos extendido todo lo que ha sido posible en esta clase de trabajo sobre nuestras ideas en esta mate- ria bosquejaremos aquí algo de lo que se podría hacer en términos generales para la actualidad presente y princi- 536 ANALES DE LA palmente para el porvenir, pues es esta obra lenta y pau- latina. Podríamos con el profesor Karpas dividir (entién- dase bien que todo esto son líneas generales, no detalles) los criminales en tres grupos: 1. Casual por el ambiente social; 2. Constitucional o habitual; y 3. Sintomático. Al primero pertenecen los que cometen crímenes como resultado de las condiciones que lo rodean, ejemplo: el que tratando de evitar una situación angustiosa, recurre a un acto criminal, el desocupado que roba para atender a su familia. Estos no son criminales en el verdadero sentido de la palabra, sino que solo demuestran tendencias anti- sociales transitorias que pueden dominarse o evitarse ba- jo otras condiciones o circunstancias de la sociedad en que viven. 2.—En la segunda clase de criminales entra de lleno la penología. En todos estos hay un defecto constitucio- nal definido que varía según la intensidad y el carácter. En unos casos se nota un defecto intelectual notable; otras veces se encuentra en el fondo un trastorno volitivo muy pronunciado. Suele darse mucha importancia en la psico- logía del criminal al lado intelectual, y poca o ninguna a la esfera emocional o volitiva que es precisamente la de mayor significación. Y estos individuos de inferioridad psíquica especialmente de carácter volitivo constituyen la gran mayoría de la población de las prisiones. Su rasgo característico es la reducción de la fuerza de voluntad, se sugestionan fácilmente y de un modo pasajero, adoran a Venus y a Baco, muchos son de buen linaje, son general- mente inteligentes y educados, constituyen con frecuencia el “hijo malo” de las familias. Es lamentable que tales individuos se encuentren según nuestra ley al cuidado de los tribunales de justicia y no bajo la dirección médica, pues como esta clase no está atrasada intelectualmente se O E ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 537 tienen como responsables ante los ojos de esta ley; pero en realidad la palabra responsabilidad es enteramente des- conocida para ellos y si se conocieran en el principio de su desarrollo se les retendría donde menos expuestos están a tentaciones. : 3.—El criminal del tercer grupo sufre de enfermeda- des mentales o nerviosas bien definidas, en otras palabras, el crímen es un síntoma de psicosis o neurosis. En su es- tado incipiente suelen pasar desconocidos estos casos da- dos nuestros sistemas actuales y son encerrados en las pri- siones. Aquí tenemos los suicidas, regicidas, al paralíti- co general que quiere hacerse rico y extiende cheques fal- sos, los epilépticos, los exhibicionistas, los invertidos se- xuales, etc., etc.; en el futuro pues los códigos deberán fun- darse en la profilaxia y tratamiento de la criminalidad co- mo enfermedad admitiendo al crímen como un fenómeno anormal y al criminal como a un enfermo. - Por supuesto que los ofensores constitucionales son los que más deben llamarnos la atención pues forman la mayoría de los delincuentes. Ellos se endurecen en cierto ambiente y llegan a hacerse incurables y para po- der hacer algo por ellos debemos tener un completo conoci- miento del fondo psicológico de la criminología y mirar al criminal desde el punto de vista hereditario, carácter constitucional y capacidad para la adaptación a un medio ambiente dado. El crímen es en primer lugar un fenó- meno social; todas las épocas tienen los crímenes que es- tas produzcan; un individuo o como lo llama Sommer, una disposición endogénica es necesaria para esto. La historia de estos criminales es casi invariablemente una historia de delitos por etapas graduales desde los más sim- ples a los más complejos. El problema es pues muy difí- cil de resolver y esto se debe en parte al prejuicio inheren- te contra toda clase de criminales y en parte al hecho de que no se ve la verdadera seriedad de la situación. En TOMO LIV—36 538 ANALES DE LA términos generales una persona sujeta a un número de ata- ques repetidos de crímen se le debe considerar irresponsa- ble, y debe ponérsele en un medio ambiente artificial ade- cuado a su mecdo de ser, donde su energía pueda asumir una tendencia constructiva y no someterlo a la dependen- cia y la humillación como en nuestros presidios actuales. El juez no debe ocuparse solamente de la forma ma- terial, en un robo, en un asesinato, y propinar a su autor una dósis dada de meses o de años de prisión como pres- criben los códigos actuales, a manera de recetario empíri- co, debe por el contrario extender también sus observacio- nes y sus medios de tratamiento al autor del delito y adap- tar la pena (internamiento, condena condicionál, etc.) a las tendencias particulares del individuo. Pero por for- . tuna las nuevas ideas comienzan ya a influir en las legis- laciones, por ejemplo, la condena condicional está ya adop- tada en Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Bélgica, Ita- lia, Argentina, España, Noruega, etc. En los proyectos de código penal alemán, austriaco y suizo de 1908 y 1909 se codifican algunos de los'más importantes hechos apor- tados al derecho por la antropología criminal. La sanción penal está no solo en relación exclusiva con el delito, sino también y principalmente con la personalidad criminosa del reo, y se le concede al juez libertad para imponer una pena en tres límites muy extensos aun tratándose de delitos graves: en el homicidio, por ejemplo, del anteproyecto aus- triaco, permite variar la pena de cinco a veinte años y hasta cadena perpetua. Por supuesto que con nuestras actuales cárceles y pre- sidios no podemos contar para estas reformas, y para men- cionar solo líneas generales que es lo que aquí hacemos podemos indicar con Saporito (de Aversa), que para acom- pañar estas modificaciones y para una buena defensa so- cial deben tenerse las siguientes instituciones: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 539 1.—Cárceles judiciales (verdaderas clínicas crimino- lógicas). 2.—Asilo para alienados comunes (función hos- pitalaria y curativa). 3.—Penitenciarias (educación y corrección de los corregibles). 4.—Manicomio criminal (curación y seguridad para los peligrosos). 5.— Asilo de seguridad (anormales constitucionales incorregibles); y 6.—Reformatorios (para menores). Para la buena fina- lidad protectiva y defensiva de la sociedad debe haber cambios recíprocos entre los inquilinos respectivos de es- tas instituciones a medida de las necesidades. Y como se ve que esta es una obra de conjunto armó- nico de la sociedad toda, nos esforzaremos para que el ri- co y el potentado no se libren de su correspondiente san- ción penal, mal de todos los tiempos, sino recordemos que ya Shakespeare lo señalaba cuando decía en El rey Lear, acto IV, escena IV: Viste de oro el delito y sin ofensa de nadie Se romperá en él el asta poderosa De la justicia; vístelo de harapos, Y una débil pajilla en manos de un pigmeo Lo herirá. La nueva ciencia pues, preocupándose más del delin- cuente que del delito, asegura la defensa social objetiva del derecho penal moderno y al estudiar esta personalidad delincuente es más justa y más piadosa. Aparta al inco- rregible y para el resto de los delincuentes varía el casti- go según el individuo. No dice solo a los hombres que conozcan la justicia sino que obliga a ésta al conocimiento del hombre haciéndola más eficaz y más humana y preo- cupándose del desarrollo de una higiene social para pre- caverse de las enfermedades morales y del delito; como hay una higiene de los individuos y de las colectividades para evitar las enfermedades y las epidemias. El día que obtengamos la implantación completa de todo esto, ha- 540 ANALES DE LA bremos establecido la base fundamental para la estructura de la seguridad legal como dice Aschaffenburg. Y para terminar, señores, diremos con el profesor Lecha-Marzo: “esta nueva ciencia penal puede escribir en su bandera con más razón que ninguna otra este lema: “Justicia para la sociedad y piedad para el caído”, ACTA DE LA SESION CIENTIFICA DEL 22 DE MARZO DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes: Dres. A. Agramonte, F. Etchegoyhen, J. A. Fernández Benítez, R. Gómez, J. A. Presno, F. Torralbas. Con la asistencia de los académicos arriba mencionados, del Sr. Fiscal del Tribunal Supremo de Justicia y de otras distingui- das persoanlidades, entre las que figuraban numerosos ingenieros, se celebró esta sesión con sólo el carácter de científica, por la falta del quorum reglamentario, Se concede la palabra al Sr. Presidente de la Sociedad Cubana de Ingenieros, Sr. Luis Morales y Pedroso, quien pronuncia una interesante conferencia sobre LA LIMPIEZA DE UNA CIUDAD. Estudia los desperdicios de las urbes en dos grandes capítulos: líquidos y sólidos. Se ocupa entre los primeros de: las aguas pluviales, de las de albañal, de los resíduos industriales y de las letrinas. En- tre los segundos estudia: las cenizas, las sobras y las basuras pro- piamente dichas de las residencias; del polvo, del estiercol y de la basura del barrido de las calles; de los materiales de obras, de los resíduos de establos, mercados y mataderos y de otros resíduos de las industrias; de los animales muertos y por fin de la nieve; cosa de que felizmente no tenemos que preocuparnos en Cuba. Al concluir su conferencia el Sr. Presidente lo felicitó cordial- mente en nombre de la Academia, y siendo muy avanzada la hora dió por terminada la sesión para que pudieran asistir los concu- rrentes a la que se celebraba en el salón de actos en honor de la viu- da del Secretario fundador, Dr. Ramón Zambrana. Pp == ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 541 LA LIMPIEZA DE UNA CIUDAD por el Ingeniero Sr. Luis Morales y Pedroso (Sesión del 22 de marzo de 1918) Sr. Presidente; Sres. académicos; Sres.: El Presidente y el Secretario de esta Academia aten- tos siempre a todo lo que pueda redundar en auge de la misma, repetidas veces han ofrecido a la Sociedad Cuba- na de Ingenieros, los salones de esta Academia, oferta que hemos utilizado en más de un caso, para que se pronun- ciaran en ellos conferencias sobre temas de ingeniería, a fin de contribuir esta Academia, de esa manera, a la di- vulgación científica. Los ingenieros son por regla general muy malos ora- dores, nuestra profesión no nos lleva por ese camino. Ello por una parte, por otra el serles cómodo el tratar sus asun- tos en el ambiente de sus compañeros, que formamos ac- tualmente la sociedad profesional más fuerte de Cuba, y principalmente: el convencimiento que abrigamos de lo latosas que deben resultar nuestras conferencias puramen- te sobre asuntos de ingeniería a quienes no tengan razón para tener en ellas interés, hace que ante este temor se re- traigan nuestros compañeros de hablar en público de sus asuntos, y es ella la causa de que no comparezcan con la frecuencia que debieran ante esta Academia. Quiero romper el hielo y corresponder de esta mane- ra, en parte, a las múltiples atenciones que como Presi- dente de la Sociedad Cubana de Ingenieros he recibido de esta Academia, si ello fuera posible, y me propongo aquí esta noche quitarles a Vds. el miedo a una conferencia de ingeniería, para así tenerlos preparados, y en próxima ocasión, en que espero se presente un asunto de interés es- 542 ANALES DE LA pecial local, poder darles una dósis ya fuerte, si fuera pre- ciso, como hacen los doctores en medicina que aquí me es- cuchan, cuando tratan a sus pacientes. Un distinguido miembro de esta Academia recordan- do una conferencia pronunciada en la misma por un inge- niero, me decía: “que había llenado repetidas veces la pi- zarra de números y signos, que borraba para escribir otros nuevos”. Es lamentable, señores, que esta sea la impresión que exista en Cuba, de lo que es la ingeniería, impresión justi- ficada por las conferencias de los ingenieros de la genera- ción anterior educados de manera especial; impresión que nos ha sido fatal, pues ha hecho se nos considere como co- nocedores de ciencias abstractas, inútiles en la práctica, cerrándosenos de esta manera el amplio campo que en Cuba existe para ser útiles a la sociedad ten que vivimos, al par que para ganarnos la vida. No se han dado cuen- ta los ingenieros, que se empeñan en hacer gala puramen- te de sus conocimientos en la ciencia abstracta de las ma- temáticas, del inmenso daño que a,sus compañeros y a sí mismo se hacen. Entiendo por el contrario, como perteneciente a la es- cuela práctica americana: “que el ingeniero empieza allí donde termina el matemático”; como sabe manejar un au- tomóvil aquel que mecánicamente realiza los movimien- tos necesarios con los pies y con las manos, sin necesidad de razonar sobre los mismos; o como sabe hablar un idio- ma el que puede expresarse en el mismo sin necesidad de ningún proceso de traducción mental. Siendo, pues, de esta escuela, no hay fórmulas mate- máticas en mi conferencia de esta noche sobre “La limptie- 24 de una ciudad”. En los tiempos actuales el médico es al individuo lo que el ingeniero es a la comunidad; y voy a tratar de de- mostrarlo: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 543 El médico vela por el debido funcionamiento de las vísceras del organismo humano, a fin de que éstas realicen la necesaria eliminación de las toxinas y desperdicios ge- nerales en el proceso vital del individuo. El ingeniero, en las comunidades modernas vela por la debida eliminación de los desperdicios que en las mis- mas se producen como resultado de su vida, en forma que no resulte ofensiva ni perjudicial para las mismas. Cómo se realiza esta eliminación, es el objeto de esta conferencia. Desperdicios Los desperdicios de una ciudad pueden dividirse co- mo sigue: í. I. Aguas pluviales. Li :dos II. Aguas de albañal. Le ¡TIL Resíduos industriales. ¡ IV. Letrinas. [1 —Cenizas. 2.—Sobras. 3.—Basura propia- ( mente dicha. A. De las residencias. 4 1.—Polvo. B. Barrido de las calles. 12.—Estiercol. ¡3.—Basura. 0, 1.—Materiales de obras. Sólidos ie de establos, C. De las industrias. — < mercados y mataderos 3.—Otros residuos indus- triales. D. Animales muertos. ¡E. Nieve. Los resíduos precedidos del número 1 forman un gru- po de naturaleza inorgánica e inofensiva desde un punto de vista sanitario. 544 ANALES DE LA Los desperdicios precedidos del número 2 son de na- turaleza orgánica a cuya destrucción hay que proceder por razones sanitarias. Los precedidos del número 3 aunque de naturaleza orgánica, no son tan ofensivos como los anteriores y su eliminación puede realizarse en forma distinta y más eco- nómica que la de los resíduos del grupo 2. Desperdicios líquidos Los desperdicios líquidos, por su forma, son más con- venientemente conducidos fuera de las poblaciones por tu- berías, utilizando el agua y la gravedad. Las alcantari- llas que para ello se construyen forman una de las obras más necesarias, costosas e importantes de toda población moderna, constituyendo estas obras frecuentemente gran- des problemas, que la ingeniería resuelve según las condi- ciones de cada caso, como da el médico la medicina ade- cuada, según la naturaleza de cada paciente. Sistemas de alcantarillado Según las condiciones especiales «le cada población se empleará : 1.—El sistema combinado de alcantarillado: que es aquel en que las aguas pluviales y las de albañal son to- das conducidas por una sola red de tuberías. 2.—El sistema separado de alcantarillado: que es aquel en que las aguas pluviales son conducidas por tube- rías especiales al punto de descarga más inmediato y con- veniente, en tanto que las aguas de albañal por otros tu- bos, exclusivamente para este objeto, son conducidas al lu- gar adecuado. 3.—El sistema semi-combinado, en que unas mismas tuberías conducen las aguas pluviales y las de albañal, y en las cuales compuertas y aliviaderos impiden que el ex- ceso de aguas pluviales durante un fuerte aguacero pase a las plantas de bombeo o filtración, construidas exclusiva- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 545 mente para las aguas de albañal, cuya cantidad, más o me- nos uniforme, es muy inferior en un corto período de tiem- po, a la cantidad de aguas pluviales que provienen de un aguacero, y que exceden la capacidad de toda planta cons- truida para aguas de albañal solamente. El sistema combinado de alcantarillado se empleará en las poblaciones que por su situación inmediata a vías pluviales o al mar, en relación con otras poblaciones, y por sus condiciones topográficas, puedan descargar libre- mente las aguas de albañal combinadas con las pluviales sin necesidad de tratamiento previo alguno. El sistema separado de alcantarillado por razones de economía se empleará en las poblaciones en que por sus condiciones topográficas o situación especial, haya nece- sidad de bombear las aguas de albañal, conducirlas larga distancia a un punto determinado o tratarlas previamente antes de su descarga. El sistema semi-separado se empleará cuando sea con- veniente por razones económicas o topográficas, en todo o en parte de una población. Debido a la intención de conducir las aguas de alba- ñal lejos de nuestro litoral, lo que ha requerido la cons- trucción de grandes y largas cloacas marginales, de un tú- nel bajo la bahía, de una estación de bombeo y un túnel bajo la Cabaña, para descargarlas en la Playa del Chivo, el sistema de alcantarillado de la ciudad de la Habana, es un sistema separado. Los detalles de coristrucción de un sistema de alcan- tarillado son tan extensos, que su estudio constituye actual- mente una especialidad importante de la ingeniería y no es posible sean consideradas en una conferencia de esta naturaleza. Para los que deseen conocer los elementos que pueden tomarse como base para proyectar un sistema de alcan- tarillado en Cuba, así como para detalles acerca de la for- 546 ANALES DE LA ma conveniente de construcción en nuesto país de obras de esta naturaleza, los remito a la obra que recientemente pu- bliqué sobre el “Alcantarillado y pavimentación de la ciu- dad de la Habana”. Un ejemplar de la cual puede encon- trarse en la biblioteca de esta Academia. No obstante, como voy a dar la cantidad de cada clase de desperdicios que produce una comunidad y la forma de deshacerse de los mismos trataré aquí, aunque solo sea generalmente, de estos extremos en cuanto a alcantarillado se refiere, a fin de completar debidamente esta disertación. Cantidad de aguas pluviales La cantidad de aguas pluviales que hay que conducir fuera de una población y para la cual hay que proveer tu- bos de la capacidad necesaria, depende de varios facto- Fes, a Saber: A=Area servida por la alcantarilla (dren ) en cuestión. S—Pendiente general del área servida. r=Intensidad de la lluvia que es de esperar. c=Un coeficiente que depende de la cantidad de pa- vimentación impermeable en el área considerada. La relación entre la descarga y estos factores se ha expresado por distintos ingenieros, por varias fórmulas, siendo las más conocidas y generalmente usadas las si- guientes: LO TO Burkli-Ziegler == y NS » 5 FO AAA Mc. Math O, =4 y AS En cuyas fórmulas Q es la descarga. El coeficiente C tiene un valor de 0.75 para áreas pavimentadas total- mente y disminuye gradualmente hasta 0.31 para distritos rurales o suburbios. Para el diseño de un sistema de alcantarillas (dre- nes) no interesa la cantidad de lluvia que pueda caer, sino ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 547 su intensidad, es decir: la cantidad que puede esperarse en un espacio de tiempo determinado, 30 o 40 minutos, y para llevarse la cual hay que proveer drenes capaces, que impidan inundaciones con los perjuicios consiguientes. La intensidad de lluvia depende de las condiciones climato- lógicas y topográficas de cada población, siendo el valor . apropiado que estimo debe usarse para el factor r para la ciudad de la Habana, de unas 314 pulgadas, que es la in- tensidad de lluvia por hora, que puede esperarse durante un período de 20 minutos, una vez al año, y hasta de 30 minutos, una vez cada cuatro años, según las observacio- nes del Observatorio de Belén y del Observatorio Na- cional, Sustituyendo los valores adecuados en las fórmulas anteriormente indicadas, se obtienen las descargas corres- pondientes a distintas áreas de la población, o al total de la misma, si así se desea. Cantidad de aguas de albañal La cantidad de aguas de albañal es una función del consumo de agua de la población y este consumo sirve de base para el cálculo del tamaño adecuado de las cloacas. Para ello en cada sección de la población hay que tener en cuenta el consumo per cápita, y la densidad de población a esperar en aquel distrito, dejando un margen de seguri- dad adecuado para cambios probales en el futuro. Así vemos que para las cloacas de la ciudad de la Ha- bana en la parte al Este de Infanta, se consideraron 200 personas por acre y un consumo de agua por cabeza de 150 galones en 24 horas, más un 50% adicional como des- carga máxima a esperarse en las cloacas, o sean 225 galo- nes por cabeza en 24 horas. 548 ANALES DE LA Resíduos industriales Los resíduos industriales de naturaleza líquida, no son generalmente de gran importancia y son conducidos conjuntamente con las aguas de albañal. En los casos excepcionales en que estos resíduos en una población por su gran cantidad o por su naturaleza es imposible, ya conducirlos por las tuberías de las cloa- cas, o descargarlos sin tratamiento especial, solo en estos casos será necesario construir para los mismos obras espe- ciales, cuya naturaleza es imposible detallar aquí. Letrinas Las letrinas, que solo existirán en una población mo- derna, en los suburbios, donde no alcanza el sistema de - alcantarilado, son conducidas en carros tanques especiales para su descarga a lugares apartados donde sirven de fer- tilizante. Disposición de las aguas de albañal ? En tanto que las aguas pluviales pueden ser des- cargadas sin perjuicio alguno en el lugar:que sea más acce- sible y conveniente a los ríos o al mar, las aguas de alba- ñal por su naturaleza requieren generalmente ser condu- cidas a lugares especiales lejos de la población, y aun ser tratadas previamente antes de ser descargadas. Ello hace necesario - frecuentemente la construcción de plantas de bombeo y de costosas obras especiales, según las condicio- nes de cada caso. Pocas poblaciones pueden descargar sus aguas de al- bañal directamente al litoral del mar o a ríos sin trata- miento previo. Poblaciones que se encuentran situadas sobre el litoral del mar, como la Habana, a fin de mante- ner su litoral libre de impurezas por razones sanitarias, tienen que bombear sus aguas de albañal elevándolas a la altura suficiente a descargarlas libremente a distancia de la población y a sotavento de la misma, o en lugar donde ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 549 sean llevadas por la corriente alejándolas de la población. En estos casos favorables, no se emplea generalmente nin- gún otro tratamiento, confiando exclusivamente en la di- lución y oxidación de la materia orgánica. Las poblaciones situadas en el interior, por regla ge- neral se verán precisadas a someter sus aguas de albañal a un tratamiento previo a su descarga en los cursos natu- rales de aguas, a fin de que esta descarga no resulte ofen- siva a la comunidad. Este tratamiento puede ser: 1.—Separación de los sólidos gruesos en suspensión por medio de jibes finos o por sedimentación ayudada por precipitantes químicos, como la cal, el sulfato de alumina, el sulfato de hierro, €, o por ambos métodos combinados, seguidos por la desinfección o esterilización del líquido clarificado, por medio del cloro, €. 2.—Oxidación lenta de la materia orgánica por mi- cro-organismos naturales en el terreno o en filtros. 3.—Descomposición u oxidación microbiana de la materia orgánica en aparatos adecuados activada por pro- cedimientos especiales. Composición de las aguas de albañal Aproximada 70 l5Materias ens suspensión 105 1 0.043 a —Orgamicaboio Dry) 50 Es 0.029 Ms te ATA A 0.014 AA terra” e SOCIO 0.100 AO ran 91D GIIA EA, 0.029 Bx-Hnorgáamicdis. ob 25335 251 2b .od 0.071 AAA RITA ACTO. 99.857 100.000 Las bacterias en las aguas de albañal se han estima- do hasta en 30.000.000 por c. c. 550 ANALES DE LA Separación y desinfección El primer procedimiento indicado, se lleva a cabo en forma tan sencilla que no es necesario entrar en detalles. Los jibes filtros se encuentran a la entrada de la plan- ta y son jibes de diferentes tamaños sucesivos, de mayor a menor, a fin de impedir las obstrucciones de manera adecuada. Estos jibes pueden ser extraídos y limpiados con la frecuencia necesaria. : En el propio canal de entrada y a continuación de los Jibes, se adiciona el precipitante en la dósis que experl- mentalmente se haya determinado es la conveniente. El líquido dosificado pasa a tanques de sedimenta- ción, que una vez llenos se dejan reposar el tiempo ne- ' cesario (generalmente 2 o 3 horas) y entonces son de- cantados. El líquido clarificado es desinfectado previamente a su descarga en los cauces naturates de agua, y el sedimen- to que queda en los tanques es bombeado, y juntamente con el residuo obtenido en los jibes, es prensado, desin- fectándose el líquido que se obtiene conjuntamente con el líquido de la decantación de los tanques. Los bloques só- lidos de materia orgánica e inorgánica que se producen en las prensas son vendidos para la fabricación de abonos. Oxidación lenta de la materia orgámica Granjas de albañales. (Sewage farms).—Para el es- tablecimiento de una granja de esta naturaleza se necesi- ta un terreno poroso. El procedimiento que en ellas se si- gue para el tratamiento de las aguas de albañal es el si- guiente: Las aguas de albañal son sometidas primero a un pro- ceso de sedimentación en canales de ancha sección y poca velocidad; el líquido que sale de los mismos ha perdido la mayor parte de las materias en suspensión que original- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 5D1 A AA mente contenía. Este líquido es aplicado intermitente- mente al suelo por medio de zanjas de regadío de poca pro- fundidad, entre las cuales se llevan a cabo los cultivos, en los bancos entre ellas formados. Los líquidos son descar- gados en un área determinada durante un día y esta área se deja después descansar durante el resto de la semana, para lo cual el área de la granja se encuentra dividida en tantas secciones como días de la semana; cada una de las cuales recibe la descarga del día correspondiente. De esta manera los organismos nitrificantes tienen el aire necesa- rio y la oportunidad de desarrollarse. Los cultivos que generalmente se siguen son las coles, viandas y mimbres. Si el terreno está debidamente dre- nado, el líquido resultante cargado de nitratos se emplea en el regadío de terrenos para pastos y ganado. Este tratamiento para las aguas de albañal se emplea en numerosas poblaciones, siendo más de notar en París (granja de 4,000 acres), y en Berlín (granja de 25,000 acres) y especialmente en esta última ciudad, donde se obtiene el funcionamiento más económico por una mejor organización, y por emplearse los presidiarios en todos los trabajos de la granja. De esta última planta son los si- guientes datos: Acres por mi-| Acres tratados | Personas por [Personas por | Galones de llón de gals. | por millón de | acre tratado |acre de granja | aguas de al- de aguas de | gals. de aguas bañal por albañal. de albañal. acre de granja 312 268 156 112 2,687 Esta granja de Berlín, que tiene 25,00 acres de terre- no, es capaz para 30.000.000 de galones de agua de alba- ñal al día. El terreno tiene una pendiente general de 1 en 33; está dividido en parcelas de 5 a 6 acres, separadas por 552 ANALES DE LA caminos de 20 pies de ancho, plantadas de árboles fruta- les y pastos para ganados. Filtros intermitentes Los filtros de agua de albañal se operan generalmen- te por el procedimiento siguiente, que da orígen al nombre de intermitentes con que se les designa: Las aguas de albañal, después de sometidas en tan- ques adecuados a un proceso de sedimentación de las ma- terias en suspensión, pasan a tanques de filtración de are- na. Se permite la contínua descarga a estos tanques du- rante 6 u 8 horas manteniendo la razón filtrante muy baja durante este tiempo, por medio de las compuertas de des- carga del filtro, a fin de que esta filtración lenta y unifor- me en todo el filtro, dé una oportunidad a todas las par- tículas de materia orgánica en las aguas de venir en con- tacto íntimo con el medio filtrante. Después de esta aplicación de 6 u 8 horas se descar- ga el filtro, abriendo las compuertas y cerrando la admi- sión, y el nivel del líquido al bajar en la arena filtrante, produce la succión de aire entre las partículas de dicha are- na, aire que suple el oxígeno necesario a los organismos nitrificantes que se encuentran cubriendo dichas partículas. Frecuentemente este proceso se lleva a cabo en forma automática y contínua en ciclos de media hora de dura- ción. Un reboso en la descarga permite que el filtro se descargue lentamente durante 1/4 hora hasta solo una pro- fundidad de unas 3” bajo la superficie de la arena, en cu- ya capa superficial es que tiene objeto la nitrificación, dán- dole de esta manera a los micro-organismos oxidantes una oportunidad casi contínua de tomar del aire, en cantidad amplia, el oxígeno necesario para su desarrollo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 553 Otros procedimientos sépticos La misma descomposición bioquímica de la materia orgánica que tiene lugar en las granjas de albañales y en los distintos filtros por los procedimientos indicados, se lleva a cabo en forma más rápida, en menor espacio y de manera más efectiva por numerosos procedimientos en tan- ques, ya cerrados y sin aire haciendo uso de los micro- organismos que se designan con el nombre de anaeróbicos, que atacan y descomponen la materia orgánica y de cuyos procedimientos, casi todos patentados, es el que más auge tiene en estos momentos el de los tanques de Inhoff, o ya en tanques abiertos, empleando los micro-organismos, que por necesitar oxígeno del aire para su vida y desarrollo, se han denominado aeróbicos. De este último sistema es el procedimiento que constituye la última palabra al pre- sente, el que se ha denominado del Cieno activo (activated sludge process). Mr. T. C. Hatton el principal experimentador con este proceso en la ciudad de Milwaukee, E. U., lo define como sigue: | » “Es el fregado de las aguas de albañal por medio de aire inyectado a través de ella a baja presión y en volú- men suficiente a separar las materias en suspensión y en estado coloidal, de lo que resulta la formación de un cieno que es mantenido en constante agitación dentro de la ma- sa líquida. Este cieno que de esta manera se mantiene en contacto con el líquido atravesándolo en todas direc- ciones deberá contener suficientes micro-organismos oOxi- dantes a reducir la materia orgánica nitrogenada en so- lución a amonia y nitrógeno y a oxidar estos a nitratos”. Por este procedimiento se obtiene en el corto espacio de tiempo de 114 horas, y en un espacio reducido, la oxi- dación y descomposición de la materia orgánica en las aguas de albañal, y la reducción de las bacterias en el efluente en un 99% de las que contenía el líquido crudo. TOMO LIV—37 554 ANALES DE LA En todos estos procedimientos los líquidos clarifica- dos y con su contenido de bacterias grandemente reducido, hasta en un 98 o 99%, son descargados libremente a los cursos naturales de agua, en tanto que el cieno que se ob- tiene después de debidamente secado, es vendido para abono. Vemos pues, que la ciencia, después de mucho estudio y experimentación, ha llegado en la época presente a la conclusión: que el procedimiento para la transformación de la materia orgánica en las aguas de albañal a un esta- do estable es el propio que emplea la naturaleza para la pu- rificación natural de las aguas, es decir, la obra de los agen- tes bio-químicos; dirigiéndose nuestros esfuerzos actuales a estudiar la manera más conveniente para activar su des- arrollo, vida y obra, en las aguas de albañal cuya purifica- ción se pretende. p Desperdicios sólidos Los desperdicios sólidos tienen necesariamente que ser recolectados y conducidos en carros, desde todos los puntos de la población donde se producen a una o más estaciones colectoras; de donde reunidos según su naturaleza, son conducidos a los lugares apropiados para su eliminación final. Sistemas de eliminación de desperdicios sólidos Pocas ciudades disponen de las favorables condicio- nes de la Habana para deshacerse de sus basuras. Situa- da sobre el litoral, con una fuerte corriente a corta distan- cia de la costa que arrastra todas las basuras flotantes le- jos del país, gozamos a este respecto de una situación pri- vilegiada y podemos tener el sistema de botar basuras más económico del mundo. Sin embargo, nuestra fascinación por todo lo extrangero ha llegado al extremo de que se ha- ya construido en la ciudad de la Habana, un espléndido y costosísimo crematorio de basuras, que no se ha usado por ACADEMIA DE: CIENCIAS -DE LA HABANA 555 razones económicas, como es lógico; pero, que nada de extraño tendrá lo veamos funcionar en cualquier tiempo futuro, a pesar de encontrarse situado en lugar poco apro- | piado (la planta de electricidad de Tallapiedra), casi den- tro del área más densamente poblada de la ciudad. Comisionado para ello especialmente, por nuestro go- bierno en unión del ingeniero Sr. Esteban Duque Estrada, después de visitar numerosos crematorios de los Estados Unidos y de familiarizarnos con los métodos de recolección y disposición final de basuras que allí se vienen siguiendo, tuvimos el honor de informar a nuestro gobierno en el sen- tido de que: “La ciudad de la Habana por su posición sobre la fuerte corriente del Golfo, dispone de un medio natural de deshacerse de sus desperdicios que no admite competencia de ningún otro sistema bajo un punto de vista económico, sanitario y de conveniencia pública”. Y agregábamos: “La sencilla conducción en lanchones hasta el lugar apropósito en la corriente del Golfo, y cuatro o cinco mi- nutos para que se descargue el lanchón automáticamente, constituye todo el proceso necesario en nuestra ciudad para deshacerse de los desperdicios. Todo lo que no flota desaparece para siempre bajo las aguas, y lo que flota, bien es consumido por la fauna marina, o es conducido y dis- persado por la corriente en forma no ofensiva”. Este expedito procedimiento de disposición final de los desperdicios empleado en la ciudad de la Habana, por otra parte, permite también emplear el procedimiento más económico de recolección de basuras. En nuestra ciudad todos los desperdicios sólidos se recolectan juntos sin tratar de separarlos, con las menores molestias para el vecindario; juntos son conducidos a un vertedero único, con un personal único, y juntos son bota- dos al mar en unos mismos lanchones, todo con la mayor economía consiguiente. Hasta la descarga se lleva a ca- 556 ANALES DE LA bo automáticamente por un procedimiento especial, desarro- llado aquí en la Habana, de funcionamiento altamente sa- tisfactorio, como veremos más adelante. Otras poblaciones que no disponen de nuestras espe- ciales condiciones, tienen que recurrir para deshacerse de sus basuras a otros procedimientos, entre los cuales descue- llan el procedimiento de cremación y el de reducción. El procedimiento de cremación consiste en la destruc- ción por la incineración, en hornos adecuados, de los des- perdicios sólidos comprendidos en los números 2 y 3 de la clasificación de desperdicios anteriormente hecha, es de- cir: de las materias orgánicas. Este procedimiento persi- gue solo un fin sanitario. | El procedimiento de reducción consiste en tratar la materia orgánica de manera adecuada a extraer de la mis- ma las grasas y otros principios valiosos que contiene. El fin de este procedimiento es puramente comercial y eco- nómico. La disposición final de los desperdicios sólidos de una ciudad por los procedimientos de cremación o reducción exige, por razones de economía, la separación previa de los desperdicios en los hogares y su conducción separada, todo con la mayor molestia consiguiente para los vecinos y ma- yores gastos de conducción. Composición de las basuras Cenizas.—Bajo la denominación de cenizas en las estadísticas extranjeras se comprende a los resíduos de la combustión del carbón mineral en las parrillas, bajo las calderas de las industrias y en las de calefacción de las vi- viendas, en las cocinas, €. Bajo las cenizas se suele incluir generalmente el pol- vo y tierra de las viviendas, que por su idéntica naturale- za inorgánica, es conducido con ellas conjuntamente a idén- tica disposición final. Estas cenizas pesan unas 1,750 1b por MP. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 557 Sobras Bajo la denominación de sobras se comprenden los re- síduos de naturaleza orgánica de las cocinas, mercados y mataderos. Las sobras son la parte más importante de los resí- duos sólidos a considerar, por cuanto por su naturaleza inestable hay que disponer de ellas rápidamente; siendo la parte más costosa y difícil de manejar por los malos olo- res que produce. La composición de las sobras, difiere notablemente de acuerdo con la estación del año, condiciones de la ciudad y naturaleza del distrito donde se hayan recogido. Las sobras contienen una gran de agua, de un.50% a un 80%, y esta cantidad de agua es mayor durante la es- tación de las frutas. Las sobras pesan unas 1,560 Tb por M?, Análisis de sobras (Promedios en porcientos por peso) US Inglaterra | Berlin Jo 7o % AIESEC 06 PDAs 70 65 60 Sólidos, animales y vegetales 20 24 30 ER A 3 2 2 Papelesyal!. 92 2018 0,26 TL dpOs;!. sup sl) eins : 7 9 8 Caestilo de Jas satiges.,. Le ple lAs 100% 100% 100% DIS. EN * ANALES DES LA 2 Basura propiamente dicha La basura propiamente dicha se compone principal- mente de papeles, trapos, maderas, cajones, latas, loza, 8, $, junto con algún polvo del barrido. me basura pesa de unas 170 ib a unas 300 1b por M? .' según que se encuentre más o menos suelta en los Carros. Composición de la basura - (Promedios en porcientos por peso) New York| Londres | Berlin 7o %o o Papelessir erat 10400 29-82 75.0 39,4 233 E ie io ¿15.5 320 6.3 Paja E PEE E > 29.7 19.7 A Ts ies da SE) 9.2 4.2 Vidrios dispoñción Sua de. 2.9 13d 7.0 loza d. por« les prosedhianes e: OA 350 HD Madras El e 1.4 2 e CULO e A 1.8 3.8 Goma. ocre 0.1 E E 100% 100% 100% La basura por su composición tiene cierto valor como las sobras. En numerosas poblaciones se paga a las Mu- nicipalidades por el privilegio de escojer las basuras, 1le- gándose a retirar por los contratistas como aprovechables hasta un 50% de las mismas; aunque la cantidad aprove- chable, es decir, de valor en el mercado, es de un 30% por regla general. Esta escogida de las.basuras, se lleva a ca- bo en la estación central colectora, y antes de que las mis- mas salgan dela ciudad. | «3 El procedimiento más expedito de que tengo conoci- miento para esta escogida es el que se sigue en el muelle de Delancey en la ciudad de New York; donde se descar- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 559 gan las basuras en un conductor, a los lados del cual están los escogedores, cada uno inmediato a una gran caja donde depositan los artículos de la especialidad a él encomenda- da. Lo que queda al extremo del conductor va a parar a los incineradores. Barrido de las calles El barrido de las calles contiene principalmente pol- vo, estiercol, papeles y hojas; siendo el estiercol y el papel sus componentes de valor industrial. Composición del barrido de las calles (Promedios en porcientos por peso) New York ¡WVashington| Londres Berlin 0% % % do Pumedad,. “2.1. 37 35 35 39 Materia orgánica. 31 20 36 23 BOO QU MEDES. Qs yla A 29 38 100% | 100% | 100% | 100% El barrido de las calles pesa de 1,0001b a 1,800 1b por M?, Cantidad de desperdicios sólidos Por habitante y por día (Promedio de 10 de las ciudades más importantes de los Estados Unidos) Libras M? CEMSA TT : 2.2290 0.001297 SObraBcidA 1. 4 SORIA ss 0.5296 0.000352 ca de OA o E 02401 0.000803 Barrido de las calles . . . 0.4992 0.000449 3.4679 0.002901 560 : ANALES DE LA En nuestro país por no usarse carbón para la calefac- ción, y por usarse carbón vegetal en las cocinas domésti- cas, o gas, resulta mucho menor la cantidad de cenizas en peso y volúmen, probablemente solo una tercera parte de lo que resulta en los Estados Unidos, de donde podemos asu- mir una cantidad total de basuras de unas 2.00 libras por cabeza, con un volúmen de 0.002 M?. El ingeniero Sr. Leopoldo G. Abreu da la siguiente Composición para las basuras de la ciudad de la Habana. Por peso Humedad Combustible "Dienrasyaceniva == 7.96% 29% 35.6% Drapos . | Ped A! o 64.1% Maderas le 30... Lo. e O Frutas. t.3s. Lam... 8.76% E Papeles .l. seco sd TOSOFO o: e las Comida 1. 6. . Y A: E E Metales | Jeans + Lena Tr. 087% |... A [q 100.00% El total de basuras recogidas según el Sr. Abreu, lle ga a 380 toneladas al día o sean aproximadamente unas 2 1b por persona al día. Según el Sr. Abreu esta canti- dad de desperdicios se descompone así por persona por día. Por peso | Libras O A. A Cenizaopttiérra;.. (0083100: 7.96% | 0.1592 Sobrasd00. E HOTEO 9.23% | 0.1846 Basurai00.D... . «SOGBO 82.81%. | 1.6562 | A TO 100.00% 2.0000 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 561 Recolección de basuras La forma de recoger las basuras, es decir: en conjun- to o separadas, depende de la forma de disposición final de las mismas. La separación de los desperdicios, cuando sea necesa- rio, habrá de llevarse a cabo en los hogares, industrias y establecimientos donde se produce, colocándose las cenizas, las sobras y las basuras en envases separados. Estos en- vases, para las cenizas y sobras deberán ser metálicos y con tapa, de forma ligeramente cónica para que se vacien " fácilmente y de un tamaño que pueda fácilmente mane- jarse por un solo hombre. Para la basura, puede usarse cualquier cajón que se bota con la misma. . Cuando las basuras se recojen conjuntamente será ne- cesario emplear carros de gran tamaño, como los que se em- plean en la Habana, debido al gran volúmen de las cajas, papeles, 8z, que forman la basura propiamente dicha y la recolección habrá que verificarla diariamente por la pro- pensión a descomponerse de las sobras. Cuando hay separación de basuras, se recogen las sobras diariamente en carros metálicos a prueba de agua, y las cenizas y basuras restantes con la frecuencia -necesa- ria, que suele ser de dos veces a la semana. Como las sobras son solo 1|7 de la basura total por peso y 1/9 por volúmen, se recogen generalmente en carros pequeños del tipo bicicleta, con un solo mulo. - Para las cenizas se emplean carros mayores, y para la basura, por su gran volúmen, carros grandes del tipo ligero. Según los datos de la Sociedad Americana de Mejoras Municipales, el promedio en 17 ciudades de importancia de los Estados Unidos, es el siguiente: Un recogedor de basuras por cada. . . . 2,296 personas Basura recogida por basurero por año. . 1,882 M*?, Desperdicios por cada 1,000 personas pos año borioja. ¿alrosuale solano 867 MP. 562 ANALES DE LA En la ciudad de New York, según el último sistema, las basuras se recogen en grandes camiones con tres com- partimientos distintos, formados por 3 tanques separados, en cada uno de los cuales se depositan respectivamente, las cenizas, las sobras y la basura; llegando de esta mane- ra los desperdicios separados a la estación colectora, lle- vándose a cabo la recolección de una sola vez y en un so- lo carro. Para tener una idea de la importancia que este servi- cio tiene en una ciudad como New York, bastará pasar la vista por los siguientes datos: ErabitanmtesU9 ..£1ER0.£1 £181..,.ITOCIOR OSOS. SIDO Area de la ciudad £%%10, 4) 0! qe 363/K% Número de casas que prodatent Lol des- perdicios 404, OL | ATAN ZOY 296.754 Desperdicios recogidos. dada unos + 15.000 M* Número de carros empleados, más de... 2.000 Número deyertederos£/0 0027. SUE 18 Establos para-el ganado? 281 2:38 25 Caballos del servicio de limpieza . . ... 2.500 EmpledsdosGotIG E 20DUSISOUENUEA TS. 7.068 Presupuestolanual!.£! 102 490661291 £5102£5374005000 Barrido de las calles El barrido de las calles se lleva a cabo a mano, en la forma conocida o con barredoras mecánicas, reciente- mente introducidas en esta ciudad. Este último procedi- miento es preferible para pavimentos lisos como el asfalto. Las barredoras mecánicas, montadas en un chassis de automóvil, llevan un tanque de agua para el riego que verifican simultáneamente, a fin de aplacar la nube de pol- vo que de otra manera levantarían. El barrido mecánico es desde luego más económico que el barrido a mano. Según los datos de la Sociedad Americana de Mejoras Municipales, se obtienen los siguientes promedios: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 563 Kilómetros de calle por barrendero y carrero 1.83 Area de pavimento ,, tE ¿arcjsibaMtssl 1347162 Población q 1 200 32 1,785 Barido por 1,000 M*. de pavimento por año M”. 27.05 El barrido de las calles se auxilia con la recogida de desperdicios en la vía pública y barrido auxiliar efectuado por los pickers. Estos realizan su trabajo con una pala y una escoba corta, depositando lo que recogen en unos cu- bos o sacos montados sobre una armazón, con ruedas, que van empujando con ellos. Lo que recojen los pickers es depositado por los mismos en depósitos fijos, bajo las ace- ras, o bien en cajas en determinados lugares, o el saco de barrido, una vez lleno, es cerrado por el picker, quien lo de- posita a la orilla del contén. Un carro que hace el recorri- do, recoge la basura del barrido así depositado, o bien los pickers van botando sus cubos en el mismo al pasar, si- guiendo un itinerario, procedimiento este último, que es el que se sigue en la ciudad de la Habana. El barrido de las calles cuando se realiza a mano, se lleva a cabo por una cuadrilla de 8 a 10 hombres, coloca- dos en forma escalonada a lo ancho de la calle, de manera que el primero comienza en una cuneta y los que se le si- guen van barriendo la basura hacia la otra cuneta, donde es apilada por el último, para su recolección inmediata por el carro que les sigue. Las barredoras mecánicas, ba- rren asi mismo las basuras hacia un lado de la calle, de donde son recogidas en idéntica forma. En algunas ciudades, como en París, los productos del barrido, realizado por las noches, acumulados en las cu- netas, son arrastrados a las cloacas al baldearse las calles por las mañanas. Este procedimiento mantendría en ideales condicio- nes de limpieza nuestra parte comercial de la ciudad. El baldeo es así mismo altamente conveniente a los pavimen- tos de asfalto, por cuanto los ácidos orgánicos sobre los 564 ANALES DE LA mismos contribuyen a su desintegración y de emplearse el baldeo las condiciones de limpieza de este pavimento son perfectas. Solo se opone a ello, al presente, la escasez de nuestro abasto de agua. Recogida de los animales muertos Los animales muertos son recogidos en carros metáli- cos especiales, para ser conducidos a plantas de reducción, donde se les extraen la grasa y huesos para ser aprove- chados. Recogida de la nieve La nieve generalmente se barre a las cloacas, en las cuales se vierte por los registros, y cuando esto por una u otra causa no resulta conveniente se conduce en cualquier clase de carros al vertedero escogido. ' La recogida de la nieve en las ciudades, generalmen- te, está contratada por volúmen, y se mide teniendo en Cuenta el área de calles en que se recoja y cantidad caída, según los datos del Observatorio meteorológico local. Disposición de las basuras Hay cuatro métodos generalmente reconocidos para la disposición final de los resíduos: 1.—Descarga en tierra . . . . Para todos los resíduos. 2.—Descarga enel mar .... ,, 2 DDN os 312 IncmeraciónA15: MOTERA. 2E EL OL i 4 —Reducción . . . . . . . . Paralas obras, solamente. Descarga en tierra Para esta disposición se usan terrenos malos a dis- tancia de la población y a sotavento de la misma. Este procedimiento solo es aplicable a poblaciones de poca importancia debiendo extenderse los desperdicios, pa- ra su más rápida oxidación, y quemar en pilas todo el ma- terial combustible, a fin de disminuir la cantidad de basu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 565 ras, facilitar la oxidación más rápida de lo que quede y conservar más limpio el basurero. Las cenizas, si han sido separadas, son usadas para rellenar terrenos bajos, o pueden ser vendidas como fertilizantes por la potasa que contienen. Descarga en el mar Siempre que se disponga de mar libre, con corrientes adecuadas, que se lleven la parte de las basuras que flote, lejos del litoral, cuyas condiciones sanitarias se deseen mantener, sin que haya inconveniente en que se obstruccio- nen los canales de navegación con las basuras que van al fondo, y si la distancia a que hay que descargar la basu- ra no es extraordinaria, en estos casos: la descarga de las basuras en el mar, en conjunto, es generalmente el proce- dimiento más económico de disposición final de las mismas. Para ello solo se requiere un vertedero, que es una plataforma elevada en un muelle, a la cual ascienden los carros colectores por una rampa, y desde la cual vierten su contenido en los lanchones que atracan bajo la plataforma del vertedero. Estos lanchones son remolcados mar afuera, y de ellos se descargan las basuras al mar por medio de cucharones, en grúas mecánicas, o bien se lleva a cabo la descarga por medio de hombres con ganchos y palas, o se usan lanchas de descarga automáticas. Estas bombas de descarga automática las hay de va- rios tipos: unas que descargan por el fondo, abriéndose la lancha que tiene compartimientos que la mantienen a flo- te; otras que tienen tanques centrales cuyos fondos se abren, quedando la lancha a flote suspendida de tanques de aire, que tiene a los costados, y finalmente: el tipo de lancha de basuras desarrollado en la Habana, que se vira a un án- gulo de unos 45” descargando toda la basura que tenía sobre su cubierta. 566 AÑALES DE LA Estos lanchones inventados por el ingeniero T. Wa- rren Allen, jefe que fué del Departamento de limpieza de calles de la ciudad de la Habana, en el año 1901, tienen una división central longitudinal que forma dos compar- timientos. Uno de estos compartimientos tiene una válvu- la de 12” para admitir agua del mar y hay otra válvula de 12” en la división central que comunica ambos com- partimientos. Ambas válvulas se operan desde cubierta. Abierta la compuerta de admisión de agua, teniendo la otra válvula cerrada, entra el agua en el compartimiento comunicado con el mar y en unos 7 minutos la lancha se inclina lo suficiente para que la basura resbale de su su- perficie al mar, lo que se verifica completamente cuando la lancha llega a inclinarse a un ángulo de unos 45”. La descarga se verifica en menos de dos,minutos, y se ayuda con el tiro del remolcador. Se cierra entonces la válvula de admisión y se abre la de comunicación entre ambos com- partimientos y la lancha entonces gradualmente asume su posición normal en el espacio de unos 10 minutos, quedan- do con unos 2 pies de agua en su fondo. Esta agua es bom- beada luego y la lancha queda lista para operar de nuevo. Con la descarga a mano, de las lanchas, se emplea- ban un capataz y 50 hombres, la operación resultaba peli- grosa y se necesitaban de 9 a 12 horas cada día. Con el nuevo sistema, solo se necesitan 3 hombres y la operación se realiza en unas 3 horas. Incineración.—Cuando se emplea este procedimiento se separan previamente las cenizas, el polvo y la basura propiamente dicha. Esta después de separada la parte vendible, es combinada con las sobras y con los productos del barrido de las calles, así como con cualquier otra ma- teria orgánica que pueda ser ofensiva posteriormente y cu- ya destrucción sea conveniente. Este procedimiento de destrucción de basuras, es el más completo y efectivo y es el que produce menos olores, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 567 Se pretende que el mismo puede hacerse productivo, utili- zando el calor que se genera para producir fuerza motriz y utilizando los productos de la combustión, la escoria y ce- nizas, para la fabricación de ladrillos. Mi experiencia en las distintas plantas que visité en los Estados Unidos me hace ver que todo ello es más ilu- sorio que real. Que el calor que se genera es poco en ex- ceso del que necesita la planta para su propio funciona- miento, y que-si acaso puede ser utilizado para los usos de la misma, como alumbrado, bombeo, etc.; y que cuando se pretende extraer una mayor cantidad de calor, los hor- nos se mantienen fríos con el resultado que los productos de los mismos están imperfectamente quemados, habiendo notado que salían papas y otros vegetales, que habrían sido quemados en cualquier horno doméstico. Los productos de la combustión, así mismo, creo un re- finamiento exagerado el pretender utilizarlos en algo, pues resultan siempre en un producto que a la par que costoso es de muy inferior calidad. Estas pretendidas utilidades de los crematorios son sostenidas por los dueños de las distintas patentes en com- petencia, pero mi opinión, como la de todos los peritos im- parciales en la materia es: que la basura debe destruirse, que este solo objeto tiene la planta, y que mientras menos se maneje, mejores resultados se obtendrán bajo todos los aspectos sanitarios y económicos. En todo proceso de incineración los resíduos en forma de cenizas, latas, , vienen a ser una tercera parte por pe- so de las basuras a que correspondan. Estos productos ya esterilizados hay que retirarlos para ser descargados en lugar adecuado, envolviendo esta disposición un gasto más que hay que agregar a todo proceso de incineración. La ineficacia de este procedimiento, en mi opinión, en los lugares en que lo he observado en los Estados Unidos se debe: a errores en el diseño, parrillas muy grandes, tem- 568 ANALES DE LA peratura muy baja, por pretenderse utilizar el calor del horno para otros fines y muy principalmente: al constan- te cambio del personal debido a la política. Plantas de incineración.—El número de patentes ex- pedidos en los Estados Unidos como en Europa en rela- ción con las plantas de incineración de desperdicios, es realmente agobiante, constituyendo al presente un proble- ma al construir una planta de incineración, no los detalles de la misma, sino el tratar de no infringir (con sus conse- cuencias de aumento en el costo) varias de estas numero- sas patentes. Examinando estas numerosas patentes se llega a la conclusión que hay tres tipos de incineradores, según el uso siguiente: 1%-—Para sobras solamente. . 2%—Para basuras solamente. 3“—Para todos los desperdicios. Del primer tipo es el crematorio patente Dixon, que es el más generalizado en los Estados Unidos para este ob- jeto y consiste en un horno en el cual se mantiene un vivo fuego de carbón; la llama y productos de la combustión de este horno pasan por una galería de parrillas en la cual - se quema la basura, que en esta galería cae desde apertu- ras en una plataforma sobre ella, en la cual descargan los carros. Al extremo de esta galería un pequeño fuego en otro horno pequeño contribuye a quemar y destruir los gases desprendidos en la reducción de las sobras, los cua- les de este extremo de la galería pasan a la chimenea. Para quemar sobras en esta forma, se necesita usar como una libra de carbón, o su equivalente en otro com- bustible, por cada 10 libras de sobra. Del segundo tipo para quemar basuras solamente, son los crematorios que en la ciudad de New York existen, diseñados y patentados por H. B. Parsons. El de Delan- cey Sliy bajo el gran puente de Williamsburg, tipo último ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 569 de esta clase de crematorios, se compone de un gran horno al cual entran las basuras por un costado desde la plata- forma en su parte superior. En este horno se queman las basuras que por tener suficiente cantidad de combustible en sí mismas, no necesitan para ello adición de combusti- ble alguno. Dentro del mismo horno y en su bóveda se mezclan y queman los gases desprendidos y los productos de la combustión total pasan por una apertura en la parte inferior del horno a la chimenea y por ella a la atmósfera Hay dos bacterias en esta planta, una compuesta de dos hornos y otra de un solo horno. Las basuras antes de pasar a los hornos, son descar- gadas en un conductor donde son escogidas, descargán- dose por el conductor en la plataforma superior de los hor- nos, solamente la parte no aprovechable de las mismas. El calor generado en la combustión de las basuras en esta planta, es utilizado para generar corriente eléctri- ca, con la cual se alumbra el gran puente de Williamsburg, a que anteriormente se hace referencia. Plantas del tercer tipo, para la incineración de toda clase de desperdicios conjuntamente, son muy comunes en Europa; en los Estados Unidos no habían dado resultado satisfactorio hasta últimamente. En esta planta se utili- za la basura como combustible para quemar y destruir las sobras. Hay tres tipos de estas plantas en uso común en los Estados Unidos actualmente. (a).—El tipo Davis en que solo se propone quemar la basura en hornos, para llevar a cabo su destrucción, sin pretender utilizar el calor de la combustión. Estos hornos son de temperatura relativamente baja y solo tienen tiro natural. Las plantas que he visitado: de este tipo, funcionan satisfactoriamente. TOMO LIV—38 570 ANALES DE LA (b).—El tipo Decarie en que se propone hacer uso del calor producido en la combustión de los desperdicios. En este tipo de crematorio, a fin de que las sobras ardan me- jor, se las seca primero antes de quemarlas finalmente; la propia basura que arde seca la basura fresca, antes de que ésta a su vez caiga en las parrilllas para servir de combustible. Este tipo de crematorios tiene por característica dos calderas o gruesos tubos a cada lado en su parte superior, los cuales están comunicados entre sí por tubos curvos que forman entre ambos un cesto, en el cual se recibe la basu- ra para secarse por el fuego de la basura que ya seca cae y arde en una parrilla que hay debajo. El calor generado en esta caldera de tubos de agua, se utiliza como fuerza motriz para operar los ventiladores de tiro forzado que se emplean en este tipo de planta y los demás aparatos auxi- liares de la misma así como para su alumbrado. La gran atención a la utilización del calor en estas plantas resulta en un funcionamiento muy deficiente de las mismas en cuanto a una completa incineración de las ba- suras, según he podido observar en las plantas que he vi- sitado. (c).—El tipo Heenan; en el cual se considera la pro- ducción de vapor_como parte secundaria, y se atiende prin- cipalmente a la incineración y destrucción eficaz de la ba- sura, fin de todo crematorio. Plantas de este tipo funcionan satisfactoriamente en Milwaukee, Savannah, €, y de este tipo es el crematorio construido en la ciudad de la Habana. En estos incine- radores se genera vapor con el calor de los gases de la com- bustión, pero las calderas para ello se encuentran separa- das de los hornos de quemar las basuras, llevándose a ellos los gases de la combustión. La fuerza motriz generada se utiliza par operar los aparatos de la propia planta, entre ellos los del tiro forzado que en ellas se emplea, así como para su alumbrado, kz. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 571 Estos incineradores son de alta temperatura, de 1500 a 2000 grados F., sistema que se sigue en Europa, y son los que mejor resultados han dado en los Estados Unidos. Son innumerables los detalles de operación de cual- quier crematorio, por lo cual no entro en ellos aquí. Bastará decir aquí que las basuras mezcladas para quemarse debidamente requieren personal que las escoja, a fin de mantener la cantidad necesaria y uniforme de com- bustible en la mezcla, así como atención constante en los hornos y la extracción periódica contínua de la escoria y ceniza que en los mismos se produce y que he podido ob- servar llega a ser una tercera parte por volúmen de la ba- sura quemada. La recolección y disposición final de estos productos de la incineración, es pues asunto de importan- cia en este procedimiento de destrucción de desperdicios. A cualquier profano llamará sin duda la atención la gran cantidad de latas que salen de los hornos. En el procedimiento de destruir conjuntamente las basuras, si bien no se obtiene la ventaja de aprovechar las sobras, ni tampoco la ventaja de la venta de la parte aprove- chable de las basuras, en cambio se obtiene la economía de una sola recogida conjunta de todos los desperdicios. El procedimiento de quemar las basuras solas, tiene la ventaja de poder vender la parte útil de las mismas, y de poderlas quemar en una planta en la misma ciudad, reduciendo grandemente el volúmen de desperdicios a trans- portar lejos de la misma; generándose así mismo mayor calor y fuerza motriz útil, cual es el caso en la planta de incineración de Delancey Slip, ya referida. Plantas de reducción.—Una vez que la basura se ha destruído en la forma más conveniente, por cremación en la misma población, y queden las sobras solas a conducir y destruir fuera de la misma, surge la conveniencia de uti- lizar los productos que ellas contienen. Ello ha dado orí- gen al desarrollo de las plantas de reducción. 572 ANALES DE LA Una planta de reducción, por los gastos de construc- ción que envuelve, no será de utilidad práctica para ningu- na población de menos de 75,000 habitantes, es decir, si la cantidad de sobras es inferior a 25 toneladas al día. Hay dos procedimientos típicos para la reducción de las sobras, el que emplea cocción (Arnold) y el que no la emplea (Merz), o sean el húmedo y el seco. La mejor descripción del primer procedimiento la te- nemos siguiendo el proceso empleado en la planta de la ciudad de Boston, y el cual es el siguiente: La planta de capacidad para 300 toneladas de sobras, se encuentra situada en Spectacle Island, que es un islote a tres millas de la costa. -* Las sobras son conducidas a la planta en lanchones, y en la planta son depositadas en un tanque de hierro her- . méticamente cerrado para impedir lós malos olores. Con las sobras del tanque depósito se cargan unos curbatos de unas ocho toneladas de capacidad, donde las sobras son completamente cocinadas. Las sobras cocinadas son prensadas para la extracción de los líquidos que contienen. Estos pasan a tanques don- de se les deja reposar para la separación por decantación de las grasas que contienen. El producto de las prensas es tratado con gasolina en unos curbatos de alta temperatura, para la completa extrac- ción de las grasas que contenga. El líquido obtenido es destilado para la separación, de la gasolina, que es conden- sada y usada de nuevo, uniéndose las grasas a las obténi- das por decantación del producto líquido de las prensas. El líquido obtenido de las prensas, después de decan- tada la grasa que el mismo contiene, por evaporación es reducido a la consistencia de sirope, que es mezclado con harina de maíz u otros granos para alimento de cerdos. Las grasas filtradas y purificadas, se utilizan para la fabricación de jabones, pomadas, lubricantes, €. La pas- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 573 ta que queda en los curbatos después del tratamiento con gasolina, debidamente seca, es cernida para la separación de latas, botellas, huesos, trapos, , quedando un producto de aspecto parecido a las borras de café, que se utiliza co- mo base para la fabricación de abonos. Los huesos, trapos, botellas, Y, debidamente esterili- zados por el procedimiento, son vendidos. Este procedimiento es sumamente costoso y sus utili- dades muy dudosas. Para el segundo procedimiento sin cocción o sea el procedimiento de Merz, las sobras son tratadas como sigue: Las sobras son descargadas en un tanque del cual se extrae el exceso de aguas que contienen. De este depósito se toman las sobras para ser tratadas, y son primeramente extendidas sobre una plataforma, separándose todas las materias extrañas posibles como botellas, latas, huesos, tra- pos, 8, las cuales son reunidas y vendidas. De esta pla- taforma se empujan las sobras a unos embudos, de los cua- les van a parar a unos recipientes, en los cuales se seca por medio del aire caliente, mientras es en ellos constantemen- te revuelta mecánicamente por el espacio de unas seis ho- ras, al término del cual, las sobras completamente desme- nuzadas presentan un color de chocolate y aspecto gra- siento. En este estado la masa pasa a unos tanques cerra- dos, donde se lleva a cabo la separación de la grasa por di- solución en gasolina. La solución conteniendo la grasa, es sometida a un proceso de destilación para separar la grasa y la gasolina, siendo condensada esta última para ser usa- da de nuevo, en tanto que la grasa es depositada en barri- les y vendida. El producto sólido o “cusuba” después de la separación de la grasa, es secado, cernido y molido para ser utilizado en la fabricación de abonos. Este procedi- miento de reducción, se emplea en la ciudad de San Luis, Mo. 574 ANALES DE LA En la gran planta para la reducción de sobras, cons- truída en la ciudad de New York, en Greenridge, Staten Island, que ha dado lugar a tantas controversias, se em- plea el procedimiento de cocción, pero las sobras son co- cinadas conjuntamente con el disolvente de las grasas, en curbatos herméticamente cerrados, recogiéndose los pro- ductos de la evaporación. Los vapores son condensados y la gasolina y el agua se separan por decantación. El objeto de este cambio de procedimiento es utilizar la mayor economía que resulta en combustible del hecho de que el agua se evapora a una temperatura más baja cuando está mezclada con un solvente que tiene un punto de ebullición muy bajo, que cuando está sola. Cuando las sobras han sido secadas por este procedi- miento, son mezcladas con solvente en suficiente cantidad para la disolución y separación de las grasas. El resto del proceso es similar a los ya descritos. El agua separada por vaporización en este proceso conjuntamente con la gasolina, es casi pura y puede ser des- cargada sin temor alguno en cualquier cauce de agua, ven- taja muy de tener en cuenta en este procedimiento. Las aguas de las prensas del sistema Arnold, siempre contienen materia orgánica aunque cocinadas en tanto que las aguas del proceso Merz, contienen materia orgánica cruda. La cantidad de grasás que se extraen por cualquiera de estos procesos, no excede a un 370, y su valor de unos $0.03 por libra, aunque actualmente es mayor. La planta de reducir sobras, de la ciudad de New York, es de una capacidad de 2,000 toneladas en 24 ho- ras, y su costo de $3,000,000.00 (tres millones de pesos). El alto costo de esta planta de New York de reduc- ción de sobras por el proceso que hemos descrito, y que se denomina de “Cobwell”, y cuyo costo resulta ser de $1,000 a $1,200.00 más por tonelada de capacidad, o sea de un ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 575 25 a un 50% más que lo que costaría una planta del siste- ma “Arnold”, se justifica técnicamente por las razones si- guientes: que para que se vea al refinamiento económico a que se llega en ingeniería al proyectar estas plantas. (a).—Superiores condiciones sanitarias. (b).—Se recupera mayor cantidad de grasa. (c).—Una “cusuba” más valiosa, por cuanto en el sistema de cocción la potasa de los vegetales siendo solu- ble se pierde con el agua del prensado. Con este proceso se queda en el tanque, y llega a un 1% por peso del produc- to seco. Así mismo se pierde con el agua de las prensas un 8% de sólidos que contienen la amonia soluble. La amo- nia y la potasa son los productos más valiosos para la fa- bricación de abonos y de aquí el mayor valor de la “cusu- ba” en el proceso “Cobwell”. El valor de los productos recuperados de las sobras, puede inferirse del hecho que la ciudad de New York en- trega al contratista las sobras en los lanchones, y que éste abona a la ciudad por las mismas la cantidad de $200,000.00 al año. El contratista corre con la operación de la planta, y todos los productos a obtener son suyos. En el corto espacio de tiempo de que he dispuesto y sin entrar en detalles, porque ello sería imposible, creo ha- ber dado una idea general del problema de “La limpieza de una ciudad”. Leo por la prensa que se vienen solicitando créditos en nuestro Congreso, para la construcción de sistemas de alcantarillado en poblaciones del interior, y yo me pregun- to: ¿se les habrá ocurrido a los que estas obras idean, el problema que se les presentará para deshacerse de estas aguas de albañal, una vez que con los nuevos acueductos las hayan producido, y con los nuevos alcantarillados las hayan colectado ? Nuestras poblaciones del interior, sin abundante abas- to de agua, me hacen el efecto de los fakires indios que se 576 ANALES DE LA mantienen largo tiempo sin comer ni beber, y quienes por tanto tampoco tienen desperdicios naturales; pero una vez que se les provea de acueductos y servicios sanitarios mo- dernos, aumentará extraordinariamente el caudal de aguas de albañal, no bastarán los pozos absorbentes, surgirá la necesidad del alcantarillado, y como complemento ineludi- ble de estas obras, las plantas para disposición de lás aguas de albañal que dejo señaladas. En el presente estado de adelanto de la ingeniería mu- nicipal respecto a este extremo, creo más ventajoso bajo un punto de vsta económico para nuestras poblaciones, el des- hacerse de sus desperdicios líquidos por medio del regadío - de terrenos efectuado con ellos; y los desperdicios sólidos deberán destruirse conjuntamente en crematorios de alta. temperatura, del tipo Heenan, similares al construído pa- ra la ciudad de la Habana, que con más provecho pudiera emplearse en alguna de nuestras poblaciones de impor- tancia del interior. | ACTA DE LA SESION PUBLICA EXTRAORDINARIA DEL 30 DE MARZO DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes: G. Alonso Cuadrado, A. Betancourt, J. G. Díaz, F. M. Héctor, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, C. de la Torre, F. I. Vildósola. Ante una numerosa y distinguida concurrencia tuvo efecto la sesión extraordinaria convocada para exponer el R. P. Luis G. Ro- dés los SECRETOS DEL MUNDO SIDERAL. La espectroscopía y la fo- tografía al servicio de la astrofísica, ilustrada con interesantes pro- yecciones lumínicas. Al abrir la sesión el Dr. Juan Santos Fernández en breves fra- ses hizo la presentación del sabio conferenciante y acto seguido le concedió la palabra al P. Luis G. Rodés. En breve exordio manifestó la satisfacción que le causaba el hablar al culto público habanero, cuyo amor a la ciencia fué pues- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 577 to de relieve en la entusiasta acogida dispensada a las anteriores conferencias dadas por el autor en el Colegio de Belén. Agradeció al Presidente de la Academia de Ciencias la honra que se le había conferido al invitarle a hablar de nuevo en aquel acreditado centro científico, y expuso enseguida el objeto de la disertación, que había de consistir, dijo, en revelarnos los secretos que los esfuerzos de la ciencia y la extremada precisión de los aparatos han arrancado al mundo sideral en estos últimos lustros. Tomando como base la armonía y las ondas sonoras, expuso en términos claros y concisos la naturaleza del espectro y de las vibra- ciones lumínicas en general, que aplicó luego a los espectrogramas estelares, considerados por el disertante como verdaderos radiogra- mas que venidos del mundo sideral nos dan a conocer su íntima constitución y estructura. Proyectó notables ejemplos de estos espectrogramas recogidos en los Observatorios de Haward, Yerkes y Allegheny, los cuales de- bidamente interpretados dieron a conocer los elementos integrantes de la estrella, su estado actual en el proceso evolutivo porque pasan muchas de ellas y su movimiento de aproximación o alejamiento de nuestro planeta, deducido del desplazamiento que presentan sus lí- neas espectrales. Presentó interesantes placas en las que las líneas del espectro se desdoblan periódicamente como efecto de dos estrellas o soles que giran uno alrededor del otro originando un binario espectroscópico. Del estudio de otros espectrogramas dedujo el carácter anormal de las estrellas nuevas que aparecen súbitamente en el firmamento y también el de las estrellas variables que cambian periódicamente de intensidad luminosa. Acerca de este último fenómeno proyectó fo- tografías originales en las que se hacía patente este cambio de bri- llo porque pasan muchos de los astros. Terminó convidando al auditorio para que le acompañase con la fantasía a alguna de esas grandes “centrales cósmicas” donde se reciben y coleccionan a miles los despachos venidos del mundo side- ral y nos llevó a Yerkes por cuyas azoteas y cúpulas nos acompa- ñó para que admirásemos la febril actividad con que allí se traba- ja en la exploración del cielo. Sus últimos párrafos nos exhortaron a la contemplación de la bóveda celeste, como una de las más grandiosas manifestaciones de la omnipotencia divina y a formar parte con nuestro libre albedrío de ese concierto universal que la creación entera entona al Creador. 578 "ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 12 DE ABRIL DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes: Dres. J. P. Alacán, G. Benasach, J. A. Fernández Benítez, A. Górdon, J. Jacobsen, J. A. Presno, L. F. Rodríguez Molina, M. Ruiz Casabó, F. I. de Vildósola. Leídas las actas de las sesiones ordinaria del 8 de marzo, cien- tífica del 22 y extraordinaria del 30 del propio mes, fueron apro- badas. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Ar- tes, solicitando el nombramiento de un miembro de esta Academia para el Tribunal de oposiciones a la Cátedra del grupo 10% (músi- ca, %) de la Escuela Normal de Santa Clara. Del Jefe del Departamento de Sanidad de Beneficencia Muni- cipal, solicitando permiso para que los alumnos del colegio Romual- do de la Cuesta puedan visitar el Salón de Bellas Artes. De la Academia Nacional de Artes y Letras, solicitando el salón de actos de esta Academia para celebrar la sesión inaugural de los trabajos de aquella en la noche del primero de abril. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, solicitan- do el nombramiento de un miembro para el Tribunal de oposiciones de las cátedras A y C de la Granja: Agricola de Pinar del Río; de la B de la Habana; de las A, B y C de Matanzas y de la C de Ca- magúey, acompañando la ley de de 18 de julio de 1909, con el Re- glamento. Dos pliegos cerrados y lacrados en opción al premio “Cañongo” sobre Etiología y tratamiento del Estrabismo con el lema “La per- severancia puede sustituir al destello del genio”. Dos pliegos cerrados y lacrados en opción al premio “Cañongo” para 1918. Tema libre con el lema “21 de agosto”. De la Secretaría de Instracción Pública y Bellas Artes, remi- tiendo dos ejemplares del discurso pronunciado por el general Miró en la inauguración del monumento de Maceo. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, acusando recibo de la designación del Dr. Gómez Murillo para el Tribunal de oposiciones a varias Cátedras de las Granjas Escuelas. _ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 579 Del Congreso Financiero Pan Americano, remitiendo dos ejem- plares del libro de actas del primer Congreso, celebrado en 1915. Salida.—Al Juzgado de primera instancia, instrucción y correc- cional de Santa Cruz del Sur, remitiendo informe aprobado en cau- sa sobre nulidad de matrimonio. Al Juzgado de instrucción de la Sección Primera de la Habana, remitiendo informe aprobado en causa núm. 171-918 por intoxi- cación fosfórica. Al Sr. Pedro Yodú, de Santiago de Cuba, manifestándole que el informe sobre nulidad de matrimonio solicitado por el Juzgado de primera instancia de Santa Cruz del Sur ha sido remitido en pliego certificado directamente al Juzgado que la reclamó. A los periódicos “Diario de la Marina”, “El Mundo”, “La Dis- cusión” — ElDIaAS Ba Brepsa”, La Nación”. La Lucha” “Lg Noches + Bl Comercio” - “BR Triunto”;* EF Enparcial”* Diario Español” y “Cuba”, comunicándole acuerdo de la Academia rela- tivo al tratamiento de la lepra por el plan del Sr. Angel García. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, partici- pándole la designación del Dr. Manuel Ruiz Casabó para el Tribu- nal de oposición del grupo 10% (música, €) de la Escuela Normal de Santa Clara. Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, dándole cuenta del nombramiento antes citado. Al Jefe del Departamento de Sanidad de Beneficencia Munici- pal manifestándole que el Sr. Presidente de la Asociación de Pinto- res y Escultores ha señalado los lunes y viernes para que los alum- nos del colegio Romualdo de la Cuesta puedan visitar el salón de Bellas Artes. A la Academia Nacional de Artes y Letras, manifestándole que podrán utilizar el salón de actos de esta Academia pero en la noche del dos de abril por estar concedido el salón el día primero. A la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, partici- pándole la designación del Dr. Ricardo Gómez Murillo para los Tri- bunales de oposiciones a las Cátedras de las Granjas Escuelas Agrí- colas de Pinar del Río, Habana, Matanzas y Camagúey. Al Dr. Ricardo Gómez Murillo, dándole cuenta del nombramien- to antes citado. A la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes acusan- do recibo de los dos ejemplares del discurso del general Miró. A la Secretaría de Hacienda, id. id. id. del libro de actas del primer Congreso Financiero Pan Americano, celebrado en 1915. 580 ANALES DE LA Al Dr. José A. Presno, nombrándolo en comisión para informar sobre las Memorias presentadas en opción al Premio Cañongo. Al Dr. Carlos E. Finlay, id. id. id. Al Dr. Jorge Le-Roy, id. id. id. A los periódicos “Diario de la Marina” y “El Mundo”, esquela de invitación para el entierro del académico Sr. Francisco Paradela y Gestal. El Dr. Juan Santos Fernández dió cuenta en sentidas frases del fallecimiento del académico de número de la sección de ciencias, ingeniero Sr. Francisco Paradela y Gestal, ocurrido en su residen- cia de los Quemados de Marianao, en la tarde del 1* de abril, y de. dica un recuerdo a su memoria, señalando a grandes rasgos los va- riados aspectos de su laboriosa existencia. El Dr. Jorge Le-Roy igualmente dedicó una nota necrológica a la memoria del académico corresponsal, Dr. Domingo Sánchez To- ledo y Hernández, fallecido de una embolia cerebral en París el 29 de marzo último y también señaló algunos de los rasgos fundamen- tales de su vida profesional. El Sr. Presidente, acto seguido, suspendió la sesión en señal de duelo por las irreparables pérdidas sufridas por la Academia. A la sesión concurrieron familiares y amigos de ambos desapa- recidos. === FRANCISCO PARADELA Y GESTAL Habana: 16 julio 1846.—Marianao: 1? abril 1918 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 581 D. FRANCISCO PARADELA Y GESTAL por el Dr. Juan Santos Fernández “(Sesión del 12 de abril de 1918) Sres. académicos: Aun cuando el Sr. don Francisco Paradela y Gestal en sus últimos años había perdido su vigor habitual y rara vez tomaba parte en nuestras tareas, nos hacíamos la ilusión al visitarle en nombre de la corpo- ración, de que aun nos acompañaría desde su hogar por lo menos, donde le veíamos a menudo. Desgraciadamente observamos mayor decaimiento cada vez y a última hora en proporciones alarmantes. En efecto, aquel tempera- mento enérgico que al frente de empresas de múltiples di- ficultades se erguía y realizaba actos sorprendentes, a vir- tud de su talento y de sus profundos conocimientos no solo de la carrera objeto de su estudio desde la adolescencia, sino de las ciencias en general, que como sabemos, se ve obligado a abarcar el que por sus méritos se siente impul- sado a prestar el concurso de su inteligencia allí donde se reclame su apremiante intervención. A este tenor le vemos en esta Academia de ciencias médicas, físicas y naturales, desde la sección a que pertenecía como ingeniero, contri- buir con sus luces de un modo admirable a resolver in- trincados problemas de higiene pública y privada. Paradela hizo sus estudios en España en una brillan- te escuela de caminos, canales y puertos, escuela del Estado que jamás se dejó afectar del desconcierto que se advertía en las otras esferas del saber por determinada época. Así se explica que produjese hombres tan notables como Eche- garay, Martínez Campos, el hermano del General, y tantos otros a quienes le faltaba espacio, fuera del profesorado para brillar y mostrar su competencia ilimitada; pues has- ta hace poco la vida industrial de España no estaba en re- 582 ANALES DE LA lación con el número y capacidad de sus eximios ingenie- ros. Sorprendía, Sres. académicos, que al pretender ocu- par una plaza de alumno para estudiar en esta Escuela, se presentasen mil y mil quinientos jóvenes de los cuales se escogía uno, después de pruebas o ejercicios enormes. Era una manifesatción psicológica inexplicable que mientras otras instituciones u otros estudios sufrían una depresión manifiesta por el abandono en que se tenía el fomento de la nación entonces, la Escuela de Ingenieros mantenía su honroso rigorismo, y es que el Estado lo consumía todo, en el ramo de la guerra, porque no de otro modo tendría expli- cación que hoy siendo España menos poderosa, se propen- da de modo manifiesto al perfeccionamiento de los estu- dios en general y en ninguna de las naciones principales deja de haber pensionados para adquirir los conocimientos que más tarde divulgan entre los suyos. Perdonadme que al comunicaros hoy por las exigen- cias del cargo y la costumbre instituida, la pérdida del com- pañero querido, me haya extendido en consideraciones en que, si aparentemente no resulta en primera línea la nota del dolor, es profundo sin embargo, porque se basa en la raíz de los méritos del finado, no fáciles de evidenciarse en la ingeniería entre nosotros que somos un país nuevo de limitado territorio y de más limitado aún número de habi- tantes. Los que nos dedicamos al cultivo de la medicina v. gr. cualquiera que sea la extensión del país y su pobla- ción no les faltan enfermedades que atraen la atención del práctico y hasta que obligan a estudios serios en deter- minadas circunstancias, por la influencia que sobre aque- llos ejerce el clima y las razas que se desenvuelven en un territorio abierto a todas las contingencias de su desarrollo. Buena prueba ha sido el triunfo de nuestro Finlay en la profilaxis de la fiebre amarilla, erradicada del suelo pa- trio al conjuro de una voluntad firme y de un espíritu ele- vado que, sino tuvo en vida la recompensa merecida, la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 583 posteridad no puede disputarle jamás a Finlay el título del más grande de nuestros benefactores. De aquí en adelante la carrera de ingeniero tendrá ancho campo para su desenvolvimiento y en estos últimos tiempos las diversas empresas de minas especialmente, en que a diario intervienen, lo denota. La creación de la So- ciedad de Ingenieros como medio de difundir los conoci- mientos con ellos relacionados, aproximan los elementos de la clase para que mejor encaminados los estudios y el desarrollo de la manera de prosperar y enriquecer la cien- cia, ha contribuido poderosamente al desenvolvimiento de un estudio que de manera tan directa está ligado con la ri- queza del país y el engrandecimiento de la patria. De todo esto se carecía cuando don Francisco Para- dela y Gestal ingresó en esta Academia el 26 de marzo de 1876, por la época que lo realizó el que tiene el honor de hablaros. Nació también un año antes del que hoy le ha- ce justicia, en la Habana, el -6 de julio de 1846, y sus pri- meros estudios se los costeó con el producto de su laborio- sidad de adolescente, dejando traslucir ya lo que había de ser su energía en el porvenir cuando estuviese en posesión del título que lo autorizase para hacer brillar sus conoci- mientos. Nuestra gestión en la vida pública fué de cierto modo paralela, dentro de la diferente finalidad de las pro- fesiones que ejercíamos, sin embargo, más de una vez tu- vimos que actuar próximos, y nunca surgieron entorpeci- mientos, a pesar de que en la juventud ambos éramos im- petuosos y nos puso a salvo de rompimientos la alta estima que mútuamente nos teníamos y el objetivo honrado de los altos fines que perseguíamos. Su discurso de ingreso en esta Academia de Ciencias fué una de las primeras revelaciones de la pujanza de su intelecto, y su vida posterior está de acuerdo con las últi- mas palabras de su discurso: “las grandezas de las con- 584 ANALES DE LA quistas hechas a la naturaleza en lo que va del siglo XIX, permite abrigar fundadas y legítimas esperanzas de que aun le serán arrancados más secretos por el infatigable es- píritu humano que, si a veces cae y se extravía y produce en las ciencias retrocesos parciales, errores y delirios, sigue y seguirá siempre en los grandes períodos históricos con velocidad cada vez más creciente, la senda interminable que le separa de la divinidad: el progreso”. Sres. académicos: cuando de los labios del joven bro- tan estas palabras, es prenda segura de que se sabrán afrontar con fe en el porvenir, las dificultades que surjan y así ha sucedido y nos lo ha demostrado el tiempo, censor intachable de los acontecimientos humanos al través de la vida por dilatada, escabrosa y triunfadora que sea esta. Paradela ha hecho con brillantez su recorrido y ha corona- do su hermosa labor personal y de desposado con la cien- cia dignamente, para provecho de ésta y del que sabiamen- te la supo manejar. Le contestó su discurso de ingreso para ocupar un si- llón académico en aquellos días de la primavera de la exis- tencia que aun descubrimos en lontananza como fanal que se obscurece y del que se esfuman los caracteres de lo que se alcanza mal delineados, un habanero de egregia estirpe intelectual en las artes y en las ciencias y del que solo que- dan sús continuadores, el Dr. Marcos de J. Melero, hom- bre preclaro, de manera de ser excepcional, en que ocupa- ba gran parte de su valer, que traté y admiré de cerca, mientras pudo evolucionar en las lides del saber y hasta que se rindió por ley tremenda de la naturaleza, que siem- pre nos subleva; pero que después de todo es disculpable porque no es parcial sino inflexible e igual para todos, que lo mismo penetra en la cabaña del desheredado de la for- tuna que sube los peldaños del palacio señorial y hasta es- cala las gradas de los tronos cuando estos se consideraban de orígen divino. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 585 A Paradela hay que estudiarlo fuera de sus variados y múltiples trabajos, en los informes que suministró a esta corporación. Uno de los primeros fué el que en 1879 pre- sentó con motivo del incendio de la fábrica de fideos de Puentes Grandes. Fué otro el anteproyecto de las obras de ensanche del puerto de la Habana por 1885. Monu- mental resultó el trabajo y ha sido la base de toda lo que se ha realizado en este sentido, desde el punto de vista de la higiene que es lo que exclusivamente me compete en estos momentos. Resultó en extremo beneficiosa la visita que hizo en 1886 al itsmo de Panamá cuyos primeros intentos de ca- nalización fueron iniciados aunque no terminados por el insigne Conde de Lesseps que construyó el Canal de Suez, maravilla en su época. Paradela le dedicó preferente aten- ción al de Panamá y se afanó en esclarecer hasta donde le fué posible, los obstáculos que allí surgieron, y a este pro- pósito escribió una memoria y en ella evidencióse su com- petencia en la materia y el valor de su criterio propio res- pecto de los múltiples problemas que se desprendían de uno de los empeños más colosales de ingeniatura moder- na y demandado como indispensable desde los primeros días de la Conquista cuando Balboa tuvo el arrojo de de- nunciar el itsmo. Estaba reservado a la gran república norteamerica- na, el timbre de gloria de unir a los dos grandes Océanos, como ahora lucha por la libertad de la vieja Europa ame- nazada por los teutones, como en siglos pasados la estuvo por los musulmanes. Solo una nación nacida al calor de la libertad y por ésta llegada a su apogeo hubiese llegado al sacrificio de combatir lejos de su suelo, contra un pueblo amoral, sin otro interés ni otras miras que servir honrada- mente a la democracia y salvar los altos intereses de la jus- ticia y del derecho. Al contestar don Francisco Paradela el discurso de ingreso del Dr. Juan Orús y Presno se ocupa de las “Llu- TOMO LIV—39 586 ANALES DE LA vias tropicales y del Barómetro”, discurriendo con la abun- dosa lógica y la perspicacia que le sobraba en la inves- tigación. Trató como asunto trascendental de higiene pública, aunque a primera vista parezca baladí, el estudio de los aceites minerales y medios de reconocerlos. Movióle a es- tudiar el particular la frecuencia con que ocurrían acci- dentes desgraciados en personas y propiedades por el aban- dono con que se miraba un asunto de tan alto interés para las vidas y haciendas y en que hoy se fijan más y se debe tal vez, a la solicitud de nuestro ilustre compañero, en se- ñalar el peligro oportunamente y buscar el remedio apro- piado. La salubridad de nuestro puerto le preocupó mucho, sobre todo en aquellos tiempos en que el desconocimiento de la bacteriología no permitía como hoy, esclarecer con ra- pidez muchos puntos obscuros respecto de la etiología de numerosas infecciones. No he de insistir sobre cada uno de los numerosos te- mas científicos que desenvolvió con brillantez dentro y fue- ra de esta Academia, porque para hacer un análisis de este género se necesita tiempo y éste se le concede al que ocupe el sillón que con motivo de su sentido fallecimiento queda vacante en esta corporación. Ahora bien, como el privile- giado que esto obtenga ha de ser forzosamente un indivi- duo de su carrera y por fuerza empapado en el género de estudios a que se consagraba el finado, fácil le será poner de relieve sus merecimientos en su oportunidad. Mi mi- sión en esta hora suprema de comunicar oficialmente a la corporación la muerte del que hasta ayer la servía, se limi- ta a expresaros en breve silueta sus méritos personales, la valía de su saber exteriorizada por unos cuantos rasgos de su carácter, unas cuantas pinceladas que delaten su in- teligencia y nada más, lo que resta se hará de manera ma- gistral, como dejo dicho, en su oportunidad Es el momen- to ahora de sentir su desaparición, sin avalorar casi su in- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 587 menso valer y lo que hemos perdido. La muerte indoma- ble ha roto el vínculo sagrado que nos unía y nos cuesta trabajo convencernos, de que no estrecharemos más su ma- no amiga, que no volveremos a oir su palabra sentenciosa y modesta al mismo tiempo, su sabio consejo, su expresión de amistad sincera; pero es inútil revelarnos contra las in- apelables decisiones del Altísimo. Paradela ha muerto, nos dice la realidad fría y triste, ya no terciará en nuestros de- bates, su sillón permanecerá vacio hasta que lo ocupe otro, que probablemente será joven que empiece, cuando él ha terminado. Sino experimentásemos el natural egoísmo de no conformarnos al verle sustituido un día, debíamos te- ner cierta necesaria resignación al ver que no se marcha como un desconocido, sino que deja un nombre que para el que le suceda constituye una obligación inmensa, la de Jgualarle ya que no pueda superarle. Alguien ha dicho y no sin fundamento que para que la ciencia no sufriese en su evolución y sus avances fuesen más completos, se ne- cesitaría que el hombre viviese ciento cincuenta o doscien- tos años, siendo útil, pues cuando ha llegado al máximum del cultivo de su inteligencia fenece, sin haber alcanzado el término de su obra, y el que le suceda por inteligente que sea ha de comenzar a reunir sus caudales de observación y cuando los tenga constituidos, formando el gran tesoro de la sabiduría, sucumbirá a su turno y gracias que al homo sapiens le concede la naturaleza el derecho de supe- rar a todo lo de la Creación, y le infunde el espíritu de cul- tivar la ciencia y ser útil a sus semejantes. No divaguemos más, hemos perdido a don Francisco Paradela y Gestal, y agradezcámosles su esfuerzo en pro de la Academia de Ciencias y de la patria, cubramos su sepultura de las flores y lágrimas que brotan del reconoci- miento, y enviemos a sus allegados el testimonio de nues- tro recuerdo imperecedero y la expresión de nuestros res- petos y simpatías por la legítima pena que les agobia. 583 e ANALES DE LA BIBLIOGRAFIA DEL INGENIERO SR. FRANCISCO PARADELA Y GESTAL por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá EN LA ACADEMIA 1879 “La Física moderna”.—Discurso inaugural del Sr. D. Francis- co Paradela y Gestal. (Sesión del 26 de marzo de 1876). Ana- les de la Real Academia de ciencias médicas, físicas y natu- rales de la Habana, t. XII, p. 435-447 y 458-459, acta. Es el discurso de recepción como académico de número. Fué contestado en la misma sesión por el Sr. Marcos de Jesús Me- lero con este título: “Consideraciones acerca del carácter de la ciencia, en contestación al discurso inaugural del Sr. D. Fran- * cisco Paradela. Anales É, t. XII, p. 447-456. 1879 Informe referente al incendio de la fábrica de fideos de Puen- tes Grandes ¿por combustión espontánea? 24 agosto 1879, Anales E, t. XVI, p. 180-181, acta. 1885 Anteproyecto de las obras de ensanche y mejora del litoral del puerto de la Habana. [Donativo de 25 ejemplares del folleto sobre esta materia. 14 junio 1885. Anales és t. XII, p. 97, acta]. 1886 Una visita al itsmo de Panamá. [ Donativo de este folleto para la Biblioteca de la Academia, 25 julio 1886. Anales ér, t. XXIITI, p. 146, acta.] 1889 Discurso de contestación [al de recepción como académico de número del Dr. Juan Orús y Presno sobre “El barómetro du- rante las lluvias tropicales.] 28 abril 1889, Anales €, t. XXVI, p. 104-113; y p.-125-127, acta. 10 11 e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 1589 1890 Observaciones sobre los aceites minerales y medios de recono- cerlos. Higiene pública. 27 abril 1890. Anales €, t. XXVI, p. 725-739; y t. XXVII, p. 61-62, acta. 1891 Examen de los orígenes de insalubridad que se atribuyen al puerto de la Habana. Influencia de aquellos en la salud pú- blica. 10 mayo 1891. Anales é, t. XXVII, p. 713-736 y t. XXVIII, p. 167-173, acta. -— Examer de los orígenes de insalubridad que se atribuyen al puerto de la Haban e influencia de aquellos en la salud públi- ca.—Segunda parte.—Consideraciones sobre la fiebre amarilla. 28, junmio-.1891., Anales VRL-t, XXVIIL .p. 108-137; y p. 242-248, acta. Véase el número anterior. se 1899 Informe sobre la infección de las aguas del río Sagua por el alambique El Infierno. 10 diciembre 1899. Anales éEr, t. XLIV, p- 620-0375 y... AXXAVL p:*257.: acta. 1901 Informe sobre el estado sanitario de los muelles de San José. 10 marzo 1901. Anales E, t. XLV, p. 186-188; y t. XXXVII, p. 133, acta. Nota acerca de la inundación de El Roque. 10 noviembre 1901. Anales Éx, t. XXXVIII, p. 88-89. 1905 La anegación de “El Roque” en 1904. 24 marzo 1905. Ana- les Er, t. XLI, p. 378-393. Con dos láminas. 1906 Informe solicitado por la Secretaría de Agricultura acerca de una petición de privilegio de invención para un “aparato eléc- trico para el calzado”. 23 febrero 1906. Anales é-, t. XLIT, p. 309-314. 14 16 18 19 20 590 ANALES DE LA 1907 Dictámen de la comisión nombrada para juzgar de la Memoria presentada en opción al “Premio del Presidente Gutiérrez” cuyo lema es Errare humanum. est. [En colaboración con los Dres. E. Acosta y E. Pardiñas.] 14 mayo 1907. Anales é, t. XLIII, p. 398: 1908 Contestación al discurso del señor José R. Villalón [Introduc- ción al estudio del cálculo infinitesimal. Discurso de recepción como académico de número del ingeniero Sr....] 24 abril 1908. Anales Er, t. XLIV, p. 810-819. 1909 Sobre la ventilación de los pozos negros. [Discusión del traba- jo del Dr. Francisco M. Héctor acerca de esta materia.] 11 ju- nio 1909. Anales é, t. XLVI, p. 56-61. Informe acerca de la invención de un aerostato por el Sr. Vi- cente Rodríguez, mecánico del ler. Regimiento de la Brigada de Infanteria. 20 noviembre 1909. 4Amales €, t. XLVI, p. 285-288. 1911 Informe “acerca de las solicitudes presentadas por los señores Dr. Federico Grande Rossi y Dr. José A. Fernández Benítez, aspirando a la plaza de académico de número vacante en la sección de Ciencias, por fallecimiento del Dr. Juan N. Dávalos. 13 enero 1911. Anales €, t. XLVII, p. 872-875. Informe acerca de la solicitud del Dr. José A. Fernández Be- nítez, de ingresar como académico de número. 26 mayo 1911. Anales €, t. XLVIITI, p. 78-84. 1915 Informe sobre las obras realizadas en el edificio de la Acade- mia. 23 abril 1915. Libro de Gobierno, f. 61-72, 159) ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 591 FUERA DE LA ACADEMIA 1885 Anteproyecto de las obras de ensanche y mejora del litoral del puerto de la Habana. Memoria descriptiva redactada por el in- geniero de caminos, director facultativo de la Junta de obras del Puerto, don Francisco Paradela y Gestal. Habana, Imp. Avisador Comercial. 1885. En 8%. VII-63 ps. (Junta de las obras del puerto de la Habana). Cita de Trelles. Bibliografía cubana del siglo XIX, t. VI, p: 309. 1899 Un grano de arena. Algunas observaciones acerca de la situa- ción económica de la Isla de Cuba y de la indemnización al Ejército Cubano. Por Francisco Paradela y Gestal. Cienfuegos. Imprenta de M. Mestre. 1899. En 8%. M. 21 ps. Propuso la emisión de un empréstito de 30 millones de pesos. Cita de Trelles. Bibliografía cubana del siglo XIX, t. VIII, pe 1902 Nota acerca de las condiciones sanitarias de la ciudad de Cár- denas. Consideraciones sobre higiene y legislación sanitaria, por Francisco Paradela y Gestal. Habana, Imprenta La Universal. 1902. En 8% M. 19 ps. (Congreso Sanitario Internacional). Crónica Médico-Ouirúrgica de la Habama, t. XXVIII, p. 214-220, 225-230. 1910 El Canal de Panamá y el Ferrocarril de Tehuantepec. I. An- tecendentes históricos del Canal. 11. El proyecto francés y el pro- yecto americano. III. Consecuencias probables de la termina- ción del Canal. IV. El Ferrocarril de Tehuantepec. Por Fran- cisco Paradela y Gestal, ingeniero. Habana, Imprenta La Universal. 1910. En 4% M. 29 ps. Revista Bimestre Cubana, Habana, t. V, p. 119-140, 241-256. Con una lámina. 592 ANALES DE LA EL DR. DOMINGO SANCHEZ TOLEDO NOTA NECROLOGICA por el Dr..Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 12 de abril de 1918) En la bella Lutecia, la gran ciudad del mundo civi- lizado, falleció súbitamente el 29 de marzo último, a con- secuencia de una embolia cerebral, nuestro querido amigo el académico corresponsal Dr. Domingo Sánchez Toledo. Nacido en la villa de S. Antonio de los Baños, pro- vincia de la Habana, el 5 de marzo de 1860, hizo sus estu- . dios en la capital de nuestra Isla hasta obtener en 1875 el grado de Bachiller en Artes, y en los dos años siguientes continuó en la Universidad de la Habana el curso de am- pliación y el primer año de Medicina, dirigiéndose en 1877 a París, en cuya célebre Escuela de Medicina obtu- vo el grado de Doctor en 1886, presentando una tésis so- bre “Des Rapports de ladénopathie tuberculeuse de V'aiselle avec la tuberculeuse pleuro pulmonatre”, tésis que fué coronada por la Facultad con la nota “Extremement satisfait”. En aquel cerebro del mundo intelectual estudió tam- bién ciencias físico-químicas y naturales, estudios que le sirvieron para sus investigaciones de laboratorio. En efec- to, su maestro el profesor Strauss, catedrático de Bacterio- logía de la Escuela Práctica de la Facultad, lo llevó a su lado como ayudante (Moniteur) y en ese Laboratorio es- trechamos profunda amistad durante mi permanencia en París por los años 1892 y 1893. Allí, a su lado, pude practicar, bajo la dirección del profesor Strauss, la bacte- riología y tratar a hombres tan eminentes como Verneuil y como Laverán, que regresaba de un viaje a Argel, pro- porcionándome la oportunidad de poder observar directa- DOMINGO SANCHEZ TOLEDO. (Corresponsal) San Antonio de los Baños: 5 marzo 1860.—París: 29 marzo 1918. A AA O 5 A cs ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 593 mente, con su descubridor, las diversas fases del hema- tozoario que produce el paludismo. El profesor Strauss, estudiaba entonces la tuberculo- sis aviaria y Domingo Sánchez Toledo me mostraba las preparaciones del maestro y también las que habían ser- vido a Verneuil en las célebres discusiones sobre el orígen equino del tétanos, que poco tiempo antes apasionaron al mundo médico. ] Concurría con él a la Societé de Biologie, en la que presentó numerosas comunicaciones, ya sólo, ya asociado con Tessier, con Sevestre, con Dejerine, etc., etc. No por estar dedicado más especialmente a las inves- tigaciones experimentales del Laboratorio, abandonó la clí- nica, fragua donde se forjan los verdaderos médicos, y esto le sirvió para que cuando accidentes de su vida le obli- garon a vivir de su trabajo profesional, pudiese continuar ejerciendo la noble carrera en aquel inmenso París, utili- zando las enseñanzas de su maestro Grancher, en cuya clí- nica ocupó el lugar de discípulo predilecto. En 10 de noviembre de 1889, fué elegido académico corresponsal, después de un brillante informe emitido por el inolvidable Dr. José Rafael Montalvo, en el que hizo constar que: “Con un contingente de trabajos de mérito indisputable preséntase el Dr. Domingo Sánchez “Poledo en solicitud de un diploma de académico corresponsal. Y pocas veces se habrá hecho a esta docta Corporación una demanda mejor justificada, ni que se apoyase en mereci- mientos científicos de mayor valía”. “Tan distinguido compañero no se ha limitado a re-- mitir su título de Doctor en la Facultad de Medicina de París, por la cual ha sido laureado, a patentizar que de- sempeña el cargo importante de preparador en el “Labo- ratorio de patología experimental y comparada” en dicha facultad, y que pertenece a la “Sociedad de Medicina Pú- blica e Higiene Profesional” de la capital de Francia, sino 594 ANALES DE LA que ha sometido a la consideración de la Academia dos Memorias ya publicadas y otra inédita, relativa a impor- tantísimos problemas de patología”. (1) Una de las memorias presentadas fué su tésis docto- ral a que antes aludimos, y la que extractó y comentó bri- llantemente el Dr. Montalvo. La otra trataba sobre las in- vestigaciones bacteriológicas realizadas en el útero des- pués del parto fisiológico, basadas en la inmunidad y lle- vadas a cabo con la colaboración de su profesor Strauss. Se refiere en ellas a los resultados obtenidos con siembras directas de la secreción uterina de varias especies de roe- dores y a otra serie de experimentos efectuados inyectán- doles en el útero cultivos altamente virulentos, sin que las hembras inyectadas hubieran acusado síntomas que tra- dujeran la infección. i La memoria inédita versaba sobre las investigaciones experimentales relativas a la transmisión de la tuberculo- sis de la madre al feto y cuyas conclusiones presentó el 4 de mayo de 1889 a la Societé de Biologie de París. En tres series de experimentos realizados en treinta y cinco curie- les preñadas y en setenta y cinco fetos no se pudo compro- bar el paso del bacilo de Koch a través del filtro placen- tario. j En 1891 el Instituto de Francia y la Academia de Ciencias premiaron sus Investigaciones experimentales otorgándole el Premio Motyon. En el siguiente año, 1892, el VI Congreso Francés de Cirugía, le confió una de sus ponencias sobre la “Patogenia y tratamiento de las gan- grenas quirúrgicas”, que desempeñó con el beneplácito ge- neral de todos los congresistas. Representó a los médicos cubanos en el Congreso In- ternacional de Berlín de 1890 y ostentaba varias condeco- raciones, como la de Officier d'Instruction Publique y Che- (1) Anales de la Real Academia de ciencias médicas, físicas y naturales de la Habana, t. XXVI, p. 406-414 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 595 valier de la Legión d'Honneur, de Francia y Caballero de la Orden de Carlos I11 y Comendador de la de Isabel la Católica, de España. En el ejército francés prestó sus servicios militares, figurando como Capitán de sus reservas; y en la más de- sastrosa guerra que registra la historia, en la que los sal- vajes de la civilización luchan contra el derecho, la justi- cia y la humanidad, figuraba al lado de los que defienden estos principios, prestando sus servicios médicos en un hos- pital de la Cruz Roja en París Como Joaquín Albarrán y Oscar Amoedo en París, y Francis Villar en Burdeos, figuraba Sánchez Toledo co- mo el amigo de los médicos cubanos que íbamos a la pa- tria de Jeanne d'Arc, de Pasteur y de Carrell en busca de conocimientos que ampliaran los que habíamos adquirido en nuestra patria o fuera de ella. Para todos sus compa- triotas tuvo siempre la más cordial y bondadosa acogida y para todos los cubanos en desgracia fué siempre un ami- go providencial. Descanse en paz el médico ilustre, el cubano cariño- so, el amigo sincero; y lleguen por este medio a su herma- no Miguel, nuestro compañero de Academia, y a sus de- más familiares, el testimonio de condolencia de la Corpo- ración que se honró contándolo entre el número de sus miembros corresponsales. 596 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION CIENTIFICA DEL 26 DE ABRIL DE 1918 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. De número: Dres. A. Agramonte, G. Alonso Cuadrado, F. Etchegoyhen, J. A. Fernández Benítez, C. E. Finlay, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó. Honorario: Dr. Juan B. Landeta. No existiendo el quorum necesario, se celebra esta sesión con el carácter de científica. Se leyó el acta de la sesión del 12 de abril, la que no pudo ser aprobada por la razón antes expuesta. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones : Entrada.—De la Academia Nacional de Artes y Letras, solici- tando el salón de actos para la sesión solemne de recepción de los Sres. A. Rodríguez Morejón y J. M. Soler, como académicos de aquella institución. De la Betancourt Corporation S. A., remitiendo una colección de medias botellas de las aguas de “Las Lomas” para que la Aca- demia informe sobre el valor de las mismas. Salida.—A la Academia Nacional de Artes y Letras, conce- diéndole el uso del salón de actos, que solicitó para la recepción de dos académicos de dicha institución. A la Betancourt Corporation S. A., manifestándole que siendo esta Academia un organismo del Estado y no perteneciendo a sus funciones el informe que solicita, no es posible tomarlo en consi- deración. El Dr. Juan Santos Fernández, da cuenta en sentidas frases del fallecimiento del académico de mérito Dr. Rafael María de Labra, ocurrido en Madrid el presente mes, y cuya triste noticia ha si- do"trasmitida por el cable. No habiendo concurrido el Dr. Ricardo Gómez Murillo, se con- cede la palabra al Dr. Francisco María Fernández, quien da lectu- ra a su trabajo anunciado en la orden del día sobre DESPRENDIMIEN- TO DE LA RETINA EN AMBOS OJOS, DE ORIGEN TRAUMATICO. El Dr. Santos Fernández manifiesta que no ha tomado la pala- bra para argumentar acerca del trabajo que se acaba de leer porque AA SAA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 597 conoce la observación; pero que aprovecha la oportunidad de tratar- se del desprendimiento de la retina siquiera sea traumática para llamar la atención a lo poco frecuente que es entre nosotros el con- secutivo a la miopía, porque este vicio de refracción es raro en país como Cuba en que la luz es abundante y se sabe que en los países como en Alemania en que la luz natural es pobre, sobre todo en in- vierno, se trabaja con luz artificial la mayor parte del día en escue- las y talleres. De aquí los grandes esfuerzos de acomodación que se hacen y predisponen a la miopía y a hacerla progresiva. En Ale- mania el niño no nace miope a pesar de que sus padres y sus abue- los lo sean; pero así que empiezan los niños a usar de la vista en malas condiciones surge la miopía y cs con frecuencia progresiva. Pue- do señalar porque los conservo en la memoria, los pocos casos de miopía extrema que he observado en Cuba. El más notable es el del ciego Sr. Pedro González Llorente y Torrado de quien a menu- do hablan los periódicos por la inteligencia que despliega, no obs- tante su carencia de vista. Me consta que el Sr. G. Llorente y Torrado no conoce el orí- gen de su ceguera, porque solo tenía 11 años en 1875 caundo su pa- dre el eminente jurisconsulto Dr. Antonio González Llorente lo lle= vó a mi consulta de la calle de Neptuno núm. 62 acompañado de otro hermano de ocho años que tenía también una fuerte miopía de 10 dioptrías. Así que los examiné le dije al padre: estos niños cegarán forzosamente si usan la vista de cerca de algún modo. Vea de ale- jarlos de libros porque tienen una miopía extrema que solo hacien- do una vida de campo no terminará fatalmente. No pasó un mes cuando fuí llamado por la madre, y al llegar junto a uno de los ni- ños, el menos grave me dijo la madre: este niño tiene un ojo más chico. Estuve para decirle que no advertía diferencia; pero antes traté de comprobarlo con el tacto y en efecto existía el síntoma co- mo consecuencia del desprendimiento de la retina, en uno de los ojos el izquierdo, por haberle tocado en él un pequeño papalote o cometa. No pasaron dos meses cuando el padre me lleva a la consulta al nom- brado Pedro, el más grave por el extenso estafiloma posterior que afectaba justamente el que está hoy totalmente ciego, tenía la retina desprendida en uno de los ojos. Reiteré al padre la necesidad de una higiene rigurosa; pero sea que esto era imposible dada la edad y la viveza del niño, que leía constantemente novelas y no pocas ve- ces en la cama que es más peligroso y con luz artificial, es lo cierto que ya hombrecito fué a mi consulta, llevado de la mano. Al pun- to me dí cuenta de lo que ocurría. Se había declarado el despren- 598 ANALES DE LA dimiento de la retina en el ojo izquierdo que le quedaba servible. El hermano tuvo la suerte de que el desprendimiento de la retina, no pasó del ojo primero. Ocurre que con frecuencia los que padecen de miopía fuerte y hasta progresiva son aficionados a la lectura o costura que tanto les perjudica. (Cuando la miopía no es progresiva por fuerte que sea, puede resistirse a los abusos que se hagan. No ha mucho ha dejado de existir a la edad de más de 80 años el Sr. Emilio Blan- chet, profesor del Instituto de Matanzas, que en Barcelona caía con frecuencia en los hoyos para plantar los árboles y con la cara, en la calle, tocaba la cabeza de los caballos. La última vez que le ví leer en la tribuna del Ateneo de la Habana, algo que se le premió a su avanzada edad, se metía el papel en los ojos. Una hermana del Dr. Ignacio Plasencia, nuestro compañero de Academia, ya falle- cida, la conocí desde adolescente cuando bailaba con ella piezas de cuadros y debía adelantarme a darle la mano porque no me veía a menos de un metro con sus cristales. He averiguado que no ha guardado higiene y como el Sr. Blanchet no le ha ocurrido nada * porque no eran miopías progresivas las suyas. En tanto que el Sr. Llorente tuvo un término tan funesto que él desconoce, según me han referido sus amigos, y no he intentado poner en claro los hechos fuera de un centro científico, porque se puede: fácilmente in- currir en el reclamo. Terminado este asunto se concede la palabra al Dr. Raimun- do de Castro, quien da lectura a un extenso e interesante trabajo toxicológico sobre las INTOXICACIONES INDUSTRIALES DEBIDAS A LA FABRICACION DE LOS EXPLOSIVOS. Sometido a discusión el Dr. Fernández Benítez, después de hacer resaltar la importancia del trabajo leído por el Dr. Castro, recordó un caso de un hombre fuerte, un carretonero a quien le ca- yó encima nitro bencina y aunque se arrojó enseguida al agua en el arroyo de Martín Pérez, por donde transitaba, murió a las ocho horas del accidente. El Sr. Presidente felicita al Dr. Castro, lo estimula a seguir contribuyendo con sus trabajos y da por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 599 RAFAEL MARIA DE LABRA ACADEMICO DE MERITO por el Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 26 de abril de 1918) Sres. académicos: Labra ha dejado de existir. ¿Quién no ha oído o leí- do esta triste noticia pregonada por la prensa toda, como un duelo nacional? Solo diez años vivió en la tierra de su nacimiento y sus raíces en ella fueron tan hondas co- mo en aquella en que pasó el resto de su vida, donde con- quistó lauros, donde su cerebro se agigantó y donde nació y vivió su augusto padre, un asturiano ilustre que supo infiltrar en su alma infantil, los alientos de libertad que le acompañaron hasta la edad avanzada en que ha de- jado de existir. En el verano de 1869 llegaba el que tiene el honor de dirigiros la palabra.a Madrid, para estudiar el segundo . curso de Anatomía después de haber seguido el primero en la Habana, tenía poco más de cinco lustros y ví y oí por primera vez a don Rafael María de Labra en el Circo de Price, en la Castellana, donde un domingo se reunía la Sociedad Abolicionista de que era presidente e inspira- dor. Después que me engolfé gozosamente en mis tareas de estudiante de medicina, no pude seguirle de cerca, sino enterarme cuando mis faenas me lo permitían, de sus cons- tantes triunfos oratorios en el Congreso y en el Ateneo, y de su labor cada vez más prodigiosa. Más tarde cuando volví de Europa, en 1875, se agigantó aun más su poder intelectual, hasta el grado de ser uno de los hombres más capaces entre los muchos que cuenta Europa y América. A los 17 años de estar establecido en Cuba volví a París y a Madrid y al llegar a la antígua metrópoli, mi primera 600 : ANALES DE LA visita fué para el eximio compatriota que ví la última vez juvenil y ahora su barba era como el armiño, si bien esta- ba en pleno goce físico e intelectual; pero a los cuarenta y cinco años transcurridos, cuando le visité en mi último viaje a Europa, en 1916, no pudo asistir al Ateneo, de que era presidente y ha seguido siéndolo hasta su muerte, pa- ra oir mi conferencia acerca de los Dres. Finlay y Delga- do, porque la enfermedad que lo ha llevado al sepulcro iniciaba su acción demoledora sobre aquella granítica exis- tencia. No tengo la pretensión de abordar de algún modo la ardua tarea de deciros lo que era Labra, ni mucho menos medir la producción de su cerebro privilegiado, no sé si podré en líneas generales dar a conocer alguna faz, algún aspecto, una síntesis escueta de una personalidad que lle- : nó su época con su talento y que no dió reposo un solo ins- tante a su naturaleza excepcional y prolífera. Labra es el resultado del genio vivaz del latino en molde anglo-sajón, su alma romántica tuvo el freno de la disciplina fría del deber y su culto por la libertad jamás traspasó los lindes del decoro, ya que tan acostumbrados estamos a verla pisoteada por los nuestros. Poseía el do- minio máximo de la palabra y por tanto no fué jamás ella látigo que zahirió ni mereció ataques destemplados de sus adversarios. Bien sabemos que la agresividad obedece no pocas veces a la carencia de recursos para manejar la pa- labra con sobra de flexibilidad; pero también es verdad que muchos con no escasa elocuencia no pueden ostentar las cualidades que se le señalan al extimio habanero. Pocos hombres como él, figurando en un partido ex- tremo, han mantenido las cordiales relaciones de afecto con sus antagonistas, y no obstante de ser su credo la re- pública jamás exteriorizó un odio ciego a la monarquía que actualmente hubiera sido chocante, ocupando el trono de España un jefe de Estado que tan holgado lleva el nom- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 601 bre de Rey como el de Presidente de una República, pues en los novísimos tiempos se ha puesto en evidencia, que el hábito no hace al monje, sino la manera de conducirse el que lo lleva. Hay reyes tan libres como el primer magis- trado de una república y presidentes de éstas tan tiranos como alguno de los reyes que han padecido algunas na- ciones. En el corazón de Labra no cabían sentimientos que no fuesen nobles y elevados, por eso sin abdicaciones man- tuvo siempre—como Saco—sus puros ideales. Sería- del todo imposible enumerar con exactitud la inmensa producción de Labra, no solo porque fué colosal - su actividad literaria, en las múltiples formas en que la ex- teriorizó, sino que, como ninguno, se preocupó siempre de que todos sus trabajos apareciesen en folletos, que re- partió profusamente como medio de divulgar lo que con inimitable tino concebía, y puede decirse que en este sen- tido, ha contribuído más que nadie a la difusión del pen- samiento. Hace muchos años era un tema obligado de- tractar a los Estados Unidos, ofreciendo a la consideración, todo lo malo que podían tener y ocultando lo bueno; re- cuerdo que era uno de estos recursos el de señalar, como se tendía allí de modo especial a destruir de manera cruel, lo que quedaba del indio. Fué una sorpresa para mí leer un pequeño volúmen de Labra que contenía una confe- rencia suya en el Ateneo de Madrid, sobre los Estados Uni- dos. Quedé avergonzado de ignorar tantas cosas de ese gran país que tenía a la otra puerta, y que Labra conocía en todos sus detalles, como cualquiera de las provincias de España que con frecuencia visitaba, en el verano, aprove- chándolo para su propaganda civilizadora. Nada me in- teresó más del libro, que el saber cómo el gobierno ameri- cano se cuidaba de defender el teritorio indio de las ase- chanzas de los naturales del país, de los extranjeros, de los de todas partes que venían con el exclusivo objeto de TOMO LIV—40 602 ANALES DE LA aprovecharse de la rudimentaria civilización en que toda- vía se encontraban por la repulsión instintiva a ésta del salvaje; pero nada me asombró más, que saber como el negro que por efecto de haber sido esclavo, tiene una con- dición deprimente en los Estados Unidos, al igual que la tuvieron largo tiempo en Roma, los libertos, y muchos eran no solo blancos sino rubios, el negro, pues, era en los Es- tados Unidos el más tenaz explotador de la ignorancia de los incultos indios, y llegó mi extrañeza al máximo, cuan- do me enteré en el libro citado, de que en los Estados Uni- dos existía una especie de ministerio exclusivamente des- tinado a poner a cubierto a los indios de los malos instin- tos de sus vecinos. La obra maravillosa publicada por aquel hombre de la raza de color llamado Booker Wash-. ington, que desde la más humilde ocupación de niño, se elevó por su saber a una categoría tal, que fué admirado y honrado en Inglaterra, al visitarla un día, me confirmó el aserto, pues él estaba encargado justamente por el go- bierno americano de educar en su célebre Instituto del Sur de la República a los jóvenes indios. Señalar mil y mil ejemplos en que se desborda la útil sabiduría de este cubano ilustre que sin haber vuelto a pisar su suelo desde los diez años lo amó entrañablemente, se- ría obra imposible de realizar. Su acervo servirá para que más de una generación sacie su sed de saber en el inmenso manantial de su sabiduría. Y al meditar respecto del fe- nómeno de conservar tan acendrado amor a Cuba habién- dola dejado a los diez años, pues nació el 7 de septiembre de 1840, viene a mi memoria otro hecho de muy inferior categoría, pero que palpé de cerca. Un sencillo mucha- cha del pueblo cercano, Regla, que dicho sea de paso, ha dado más de un hombre notable en Cuba, pudo pasar a Cádiz y por sus ideas levantadas y amor a la libertad, se elevó de tal modo que al morir el Sr. del Toro, hermano de un célebre oculista de Cádiz y corresponsal de esta Aca- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 603 demia, recientemente desaparecido también, el Sr. Rodrí- guez Batista, que así se llamaba el humilde hijo de Regla, ocupó su puesto en las Cortes de la Nación, y más tarde vino de Gobernador a la Habana. El Dr. Luis Cowley, que desgraciadamente perdimos hace poco, y el que os ha- bla, le llamamos la atención acerca de las proporciones que había tomado el muermo humano, al provocar dos víctimas al mes, averiguadas, y aquel corazón a lo Labra, se afectó visiblemente, demostró que no era un advene- dizo, un empleado más, y consternado nos dijo: esto es horrible; pero ustedes saben que el Gobierno Provincial no cuenta con nada para estas trascendentales atenciones; el veterano higienista Cowley le dijo al punto: los gastos corren por cuenta de la comisión que habéis nombrado, lo que necesitamos es el apoyo de la autoridad; y lo tuvimos sincero y hubiéramos triunfado, si no lo cambian, porque esos hombres no podían siempre echar raíces en el gobier- no inmoral de una colonia; pero el hecho fué evidente, sintió a pesar del alejamiento de su tierra el vínculo que la naturaleza no había extinguido. Y si he de seguir por es- te camino, solo en los detalles iría muy lejos, y no habría empezado a sintetizar lo que vale el gigante intelectual que hemos perdido y que figuraba como académico de mé- rito de la corporación desde el 13 de mayo de 1908 y don- de figuró con igual título el inmortal Pedro Mata. De Labra puede decirse que fué en la vida pública lo que fué en la privada. Su hogar era un santuario inun- dado por el amor, por eso cuando perdió su adorada es- posa, no hace mucho, su compañera desde la juventud, su ánimo careció del equilibrio de los mejores días de su vida. No bastaron a llenar el hueco que dejó en el hogar la ilus- tre matrona desaparecida el cariño dulcísimo de sus hijos, muy especialmente de sus hijos que le cuidaban con gran ternura. Cuando el hombre ha tenido la suerte de unirse a un ser privilegiado, con el cual ha logrado identificarse 604 ANALES DE LA durante largos años, parece como que le alienta en la lu- cha de la vida, en la agitación exterior, a la que se supone no pueda llegar y llega la virtualidad de una buena con- sorte: marcha sereno y vence los obstáculos; pero tan .pron- to como falta este apoyo moral, digámoslo así, el anciano cede visiblemente en su resistencia vital y se rinde al pun- to, lo que no ocurre cuando sucede lo contrario, y vemos esas longevidades benditas que aun se agitan y producen con relativa actividad, porque el yugo matrimonial los mantiene en un equilibrio estable durante tiempo ilimitado. Todos tenemos que pagar el tributo a la muerte, sin excepción alguna, y a pesar de que estamos convencidos de ello, de lo que a diario vemos 'v palpamos, no dejamos de protestar cuando nos arrancan seres que por su valer en todas las esferas, debieran ser eternos, como lo son des- pués en otro sentido, porque la memoria de sus hechos y de sus méritos perpetúa su recuerdo al través de los siglos y de infinitas generaciones, y en las páginas de la historia de la humanidad perduran. Benditos los que tienen la suerte de hacer sentir su ausencia eterna a todos, a los que no le conocieron ni trataron; pero se dieron cuenta de sus virtudes, de sus merecimientos sin límites. La Academia de Ciencias envía, a la familia de su miembro de mérito Dr. don Rafael María de Labra, el tes- timonio de su pena por tan irreparable pérdida. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 605 DESPRENDIMIENTO DE LA RETINA EN AMBOS OJOS DE ORIGEN TRAUMATICO por el Dr. Francisco María Fernández (Sesión del 26 de abril de 1918) El caso que tenemos la honra de someter a la ilustra- da consideración de los señores miembros de esta Corpo- ración, es curioso no solamente por la manera de produ- cirse la afección, sino también por la doble ocurrencia del desprendimiento, así como por el curso favorable de la enfermedad, y los buenos resultados finales, que no son, ciertamente, los que por regla general se observan en los desprendimientos de la retina. Como es sabido, la retina es en realidad la expansión terminal del nervio óptico, estando constituida por dos capas o láminas, una externa o pigmentaria, y otra inter- na, dividida también en dos sub-láminas, la neuro-epite- lial, y la cerebral. La retina no se encuentra adherida a la coroides, si no que yace en contacto con ella, estando unida a la otra membrana tan solo en la papila, y en la ora serrata; pero la tensión intra-ocular, por medio del vítreo, mantiene a la retina en sus posiciones anatómicas normales, por lo cual, como dice Fuchs, el desprendimiento de la retina so- lo puede ocurrir cuando el vítreo deja de mantener su pre- sión, o cuando hay una conmoción grande que actúa sobre el ojo y desde luego sobre la retina, con mayor intensidad que la de la tensión intra-ocular. El desprendimiento de la retina, por distintas causas, no es frecuente, habiéndolo encontrado Galezoswki en el uno por ciento de sus casos oftálmicos; y cuando es produ- cido por traumatismos es aún menos frecuente, desde lue- go; pero desde el punto de vista del pronóstico, los despren- dimientos traumáticos generalmente tienen mejor curso que los producidos por enfermedades, sobre todo si la exten- sión del desprendimiento es pequeña. 606 ANALES DE LA Nuestra observación es la de un mestizo de 44 años, que vimos el día 28 de agosto de 1917 y nos refirió que dos meses antes había sufrido una caída de un caballo, cayen- do sobre la cabeza y el costado izquierdo y sufriendo entre otras lesiones, la fractura del brazo izquierdo. Permane- ció inconsciente durante diez días, al cabo de los cuales recobró el conocimiento, cbservando que veía muy poco de ambos ojos, pudiendo ver mejor cuando dirigía los ojos ha- cia arriba. Encontrando dificultades para el examen por la estre- chez pupilar, dilatamos ambas pupilas pudiendo compro- bar en ambos ojos, lesiones de cierta importancia. El ojo derecho antes de la dilatación pupilar tenía la siguiente agudeza visual, para lejos, escala de Sulzer a 3 metros, l grado. Para cerca, escala de Parinaud, inferior a 28 gra- dos. El ojo izquierdo, a distancia vela-7 grados de la es- cala de Sulzer, y de cerca, veía igual a 28 grados de la es- cala de Parinaud. El campo visual concéntricamente re- ducido en ambos ojos, más en el derecho, estando más li- mitados relativamente los sectores nasal y superior en el ojo derecho, y temporal y superior en el ojo izquierdo. Con el oftalmoscopio pudimos observar una zona de retina desprendida en ambos ojos, algo mayor en el ojo de- recho, que abarcaba por debajo de la papila y de la má- cula; pero en corta extensión en ambos ojos. La tensión intra-ocular estaba disminuida moderada- mente en ambos ojos, y los medios estaban transparentes. El aspecto del desprendimiento estaba claro; el diag- nóstico pudo determinarse con precisión, e hicimos un pro- nóstico algo favorable aunque con las naturales reservas. El tratamiento seguido fué estrictamente médico, abs- teniéndonos por el momento de los procedimientos quirúr- gicos, siguiendo lo recomendado por Darier y lo practi- cado por Santos Fernández, nuestro ilustre maestro. Aconsejamos al enfermo continuara el descanso que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 607 él por sí mismo se había impuesto, y ordenamos el empleo de los mercuriales, y de la nuez vómica al interior; la dio- nina localmente; las inyecciones subcutáneas de pilocarpi- na y el empleo de fomentos calientes. El paciente fué visto nuevamente el 10 de septiembre y el 1? de diciembre de 1917, y últimamente el 2 de marzo de 1918, y en cada nuevo examen pudimos comprobar mejo- ría acentuada, siendo su agudeza visual en esta última fe- cha, como sigue: A distancia, 5 metros, por la escala de Sulzer, cada ojo aisladamente vé 10 grados, sin necesitar cristales. De cerca, por la escala de Parinaud, corregida su hipermetropía de 4.50 dioptrías, se ve con cada ojo 2 grados, y con alguna dificultad puede llegar al 1.5 de dicha escala. Esto como se ve, es una agudeza visual casi normal, habiendo obtenido el paciente una curación bastante rá- pida y satisfactoria. | Sl X* Desgraciadamente no todos los casos terminan del mismo modo; la mayor parte de ellos van perdiendo la agudeza visual en vez de mejorar, y aunque se han regis- trado casos hasta de curación espontánea, lo más frecuente es que la afección progrese, sobre todo cuando es debida a * alteraciones en el humor vítreo, cuando hay cisticerco re- tiniano, cuando se debe a algún neoplasma o cuando aun siendo debida a traumatismos, éstos son de gran extensión. Estimamos que el curso y final favorable de nuestro caso se debe en primer lugar a la zona afectada, que era la parte inferior de ambas retinas, así como a la poca ex- tensión de la lesión, y en parte también a haber permaneci- do el paciente durante diez días, en estado de inconscien- cia inmediatamente después del accidente que provocó el desprendimiento, durante cuyo tiempo hubo un reposo ab- soluto en decúbito, el cual fué mantenido, aunque no con tanta rigidez, durante cuatro meses después del accidente. 608 ANALES DE LA INTOXICACIONES INDUSTRIALES DEBIDAS A LA FABRICACION DE LOS EXPLOSIVOS por el Dr. Raimundo de Castro y Bachiller (Sesión del 26 de abril de 1918) Sr. Presidente; Sres. académicos; Sres. La nota verdaderamente de actualidad es hoy, a pesar de sus cuatro años de existencia, la horrible conflagración en que está envuelto el mundo y desde diferentes puntos de vista encontramos todos los días algo sobre la gran guerra en periódicos, revistas, libros, folletos, etc., según la afición - de cada cual; pero entre nosotros puede decirse que la ci- rugía con sus éxitos palpables rápidamente, y por lo tanto deslumbradores, proyecta su sombra sobre los demás órde- nes médicos y gracias que de vez en cuando logre abrirse paso algún trabajo sobre esa admirable sanidad que ha he- cho posible una guerra de la magnitud de ésta sin una epl- demia no ya de cólera, peste, viruelas, etc., si no aun de fie- bre tifoidea cosa que probablemente hubiera hecho sonreir incrédulamente a cualquier jefe de sanidad militar de pa- sadas guerras al insinuársele esta posibilidad en aquellos tiempos no tan lejanos después de todo desde el punto de vista científico y que aun en nuestros días hemos visto a un célebre médico español que ha visitado recientemente el frente de Francia exclamar asombrado: “No he encon- trado un solo caso de tifoidea en las salas preparadas pa- ra ello! Sólo ví uno de fiebre paratífica”. Y por lo tanto tenemos que ir a buscar en la literatu- ra médica extranjera, principalmente inglesa y americana, material sobre el tema que nos ocupa, pues en Francia se han dedicado más especialmente los que escriben, a tratar sobre la reeducación de los soldados lisiados en lo cual se ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 609 han obtenido verdaderas maravillas y de los otros países en guerra estamos como sabemos incomunicados. - La higiene industrial es una de las más importantes materias de que tiene que ocuparse la medicina preventi- va ya que trata de la salud, el bienestar y los derechos hu- manos de la gran mayoría de la población, y si esto lo apli- camos al estado actual de una nación en guerra, en que co- mo sabemos para cada soldado que está en el frente se ne- cesita un número considerable de u.reros que lo respalden para que lo sostengan y que le faciliten todos los medios para poder seguir sosteniéndose y peleando eficazmente, se comprenderá la importancia que tiene la difusión de cono- cimientos sobre este asunto en el cual el aspecto social, mé- dico y económico juega tan trascendental papel. Mientras más protegido esté el obrero más trabajo eficiente rendirá, menos probables serán las huelgas, accidente tan grave en estos momentos para las naciones beligerantes y más será el ardor patriótico del obrero al ver que la dirección de su causa está en manos conscientes y conocedoras de los de- rechos del proletariado y de las necesidades del momento. Esta guerra ha demostrado que el país que se lanza a la guerra debe considerar tan importante si no más la organi- zación obrera que las de sus fuerzas militares y que las primeras deben considerarse como parte integrante de las últimas. - Como dice muy bien el profesor Rosenau, de Harvard, a pesar de todos los inventos en máquinas para disminuir el trabajo manual, la máquina humana seguirá siendo la más vital e indispensable en la producción de la riqueza y al mismo tiempo la más sencible y delicada, y podremos agregar en estos momentos la más indispensable para sos- tener nuestros derechos y nuestra independencia. Por lo tanto todo lo que hagamos, desde el punto de vista econó- mico, humano y patriótico, para proteger a estos obreros 610 ANALES DE LA será en beneficio de la patria y en último grado de la hu- manidad toda. En nombre de la higiene y evocando las leyes biológi- cas, se puede reclamar una serie de reformas en el trabajo de las fábricas; “la mayor parte de las industrias, se po- dría decir todas las industrias, son insalubres”, escribía Freycinet en 1870 y estos peligros suelen aumentarse con los progresos de la misma industria pues si se han supri- mido muchas manipulaciones peligrosas han dado por otro lado lugar, como dice Langlois, a una evolución en el mun- do de los trabajadores; centralización de los obreros y obreras en las fábricas-cuarteles; trabajo no interrumpido ni de día ni de noche para utilizar el capital inmovilizado en el material; sustitución del trabajo mecánico al trabajo ma- nual. Y agreguemos, todo esto intensificado por las necesi- dades de la guerra. Sabemos que hasta 1880 solo tres paises se habían ocupado en dictar leyes que protegieran los trabajos de la mujer y del niño; estos eran Suiza, Estados Unidos e In- glaterra y por lo tanto podemos decir que tenemos que lle- gar a 1890 donde en la Conferencia de Berlín tuvo lugar el principio de un nuevo período durante el cual la mayor parte de los países civilizados desarrollaron códigos de le- yes obreras, variando en unos y otros, siendo en unos como en Alemania la tendencia de todas estas leyes a aumentar tanto como se pueda la intervención del Estado y en otros (E.E. U.U., Suiza e Inglaterra) dejar a los obreros y pa- tronos cierta libertad y el Estado solo interviene para com- probar que se cumplen determinadas condiciones. Las explosiones accidentales constituyen un peligro tan grande en la industria de explosivos que ellas oscure- cen el peligro menos espectacular, pero tan real de la into- xicación industrial, como dice el Dr. Alice Hamilton de Chicago, E.E. U.U. de A. Así vemos en efecto que cuando empezó la guerra hu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 611 bo un rápido incremento de casos notificados de envenena- mientos profesionales en la Gran Bretaña debido a ciertas sustancias como resultado de la enorme manufactura de municiones de todas clases. En los Estados Unidos ape- nas empezaron sus fábricas de explosivos a aumentar su producción deseó el Buró de estadísticas del trabajo el co- nocer si efectivamente allí también habían aumentado es- tos envenenamientos y comisionó para ello al Dr. Hamil- ton, de quien tenemos datos muy curiosos. No nos intere- san en este estudio aquellas fábricas que se dedican a la fabricación de pólvora negra corriente o de shrapnel, que consiste en receptáculos de acero llenos de balas y pólvora negra, en cuya manufactura no se está expuesto a vapores o polvos venenosos. Son importantes por el contrario aque- llas que se dedican a los explosivos que contienen algodón nitroso, pólvora sin humo, ácido pícrico, trinitrotolueno, ful- minato de mercurio, ni nitroglicerina y algunos más raros que pertenecen a la serie nitro-aromático. Los venenos a que estos obreros están expuestos pa- rece interesante el conocerlos no solamente las condiciones susceptibles de adquirirlos si no las consecuencias que pueden derivarse, puesto que no solamente nos interesan mientras dure la guerra sino que aun después muchas de estas fábricas seguirán funcionando, pues tendrán muchos usos a qué aplicarse, como por ejemplo las factorías de al- godón pólvora podrán producir celuloide, lacas, cuero arti- ficial y películas fotográficas, las de ácido pícrico podrán hacer tintes, el trinitrotolueno puede usarse como un explo- sivo de paz para canteras, etc., y se continuará destilando bencina y tolueno y haciendo ácido fénico mucho después de hecha la paz, pues estas vendrán a ser unas industrias permanentes. Es difícil todavía poderse formar un juicio exacto de las víctimas de estos envenenamientos puesto que en mu- chas factorías niegan todo dato, en otras los médicos no 612 ANALES DE LA han empezado a ocuparse seriamente de este asunto, en 28 de ellas en los E.E. U.U. donde se lleva una cuidadosa estadística pudo encontrar el Dr. Hamilton durante el año de 1916, 2,500 casos con 33 muertos y como dice el doctor, estas cifras no son exactas por la misma dificultad que to- davía tienen los médicos para hacer estos diagnósticos, al- gunos presentaron solo un rash, otros ligeros envenena- mientos y muchos muy graves; y hay que notar que la ni- troglicerina que se fabrica hace años no presentó ningún caso mientras que la bencina y el tolueno demostraron ser muy peligrosos; pero sobre todo el trinitrotolueno, un explo- sivo completamente nuevo en América, dió mucho que hacer así como los óxidos nitrogenados (vapores nitrosos, mezcla de diversos compuestos nitrogenados; bióxido de nitróge- no, ácido hiponitroso, nitroso y nítrico). | En estas manufacturas tenemos que temerle: 1, a los vapores de óxido de nitrógeno; 2, al ácido pícrico; 3, al fenol; 4, a la bencina y tolueno o bencina metilada; 5, a los derivados del anillo de bencina; 6, al trinitrotolueno; 7, al tetranitrometilanilina y tetranitranilina; 8, al fulmi- nato de mercurio; 9, a la pólvora sin humo; 10, al éter al- cohólico; 11, a la acetona; y 12, a la nitroglicerina. Mecanismo de su producción 1.—Vapores de óxidos nitrogenados: siempre son pe- ligrosos estos vapores en la manufactura de explosivos ya que ellos son productos nitrados y en el proceso de su ni- trificación desprenden estos vapores y producen lo que se conoce entre los obreros con el nombre de “fume sickness”. La nitrocelulosa se obtiene mezclando algodón previa- mente purificado y finamente dividido con ácidos y deján- dolo en digestión hasta que se convierte en nitrocelulosa. _Los ácidos son: nítrico que algunas veces se usa hasta el 100 por 100 y el sulfúrico que se le añade para que ab- sorba el agua formada en la reacción y no diluya el nítri- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 613 co. Cuando la nitrificación se completa el algodón se lle- va a una centrifuga y se le separa el ácido, después se sumerge o anega es decir se introduce en un gran tanque de agua y se lava completamente. El peligro mayor de los vapores es en el centrifugado y en el lavado. Además si el ácido no es bastante concentrado, el algodón no está perfectamente limpio o si unas cuantas gotas de agua lle- gan a la centrífuga puede haber una rápida descomposi- ción con evolución de vapores nitrosos tan violenta que la tapa de la centrífuga vuela, algunas veces, el ácido se es- parce y todo el cuarto se llena de una pulverización fina de ácido atomizado, así como de vapores. Tal accidente resul- ta no solo en un envenenamiento por los vapores si no en quemadas graves para los obreros. Mientras más alta es la nitrificación más peligro como la que se usa al hacer pól- vora de nitroglicerina como la ballistita y la cordita, nitri- ficación más baja se usa en la pólvora sin humo y más baja para el celuloide, laca y películas fotográficas. Al per- feccionar estas fábricas disminuyen los accidentes. Los obreros se acostumbran a estas atmósferas cargadas de va- pores pero no hay una verdadera inmunidad puesto que los viejos en el negocio “old hands” como los llaman a veces sucumben tan rápidamente como los nuevos. 2.—Acido pícrico.—Químicamente es el trinotrofenol. Es en sí un veneno y además lo es el fenol. La fabricación del ácido pícrico parece ser comparativamente simple y por lo tanto al principio de la guerra en cualquier parte y sin precaución alguna se montaba una planta. En el momen- to que la mezcla de ácidos se pone en contacto con el fenol se desprenden vapores nitrosos. Otro peligro en su in- dustria viene de manejar el ácido pícrico especialmente si está seco a menos de 1% (por ciento) de humedad cuando se hace muy polvoriento. , 3.—Fenol.—El peligro grande aquí es en los vapores de bencina al prepararlo y las quemadas por el fenol, los envenenamientos generales son raros. 614 ANALES DE LA 4.—Bencina, tolueno o bencina metilada, y 5.—Derivados del anillo de bencina.—Algunos de es- tos compuestos son explosivos y otros son compuestos for- mados durante la fabricación de los explosivos. Entre los primeros tenemos el ácido pícrico de que ya hemos habla- do, el trinitrotolueno (triton o T. N. T.) y también el ni- tronaftaleno, difenilamina o diamidobencina, el tetrani- tranilina (T. N. A.) y el tetranitrometilanilina (tetril) y entre los segundos tenemos la nitrobencina y amidobenci- na anilina, clorobencina, y la dinitroclorobencina. Algu- nos creen que mientras mayor es la nitrificación mayor es la toxicidad, entre ellos Curschamann, sin embargo los me- nos nitrificados son más volátiles o más fácilmente absor- bidos por la piel y por lo tanto prácticamente más peli- grosos. Además muchos de estos explosivos no son quí- micamente puros, el trinitrotolueno crudo puede contener no sólo dinitrotolueno pero también el más venenoso dini- trobencina si el tolueno contiene una mezcla de bencina. 6.—Trinitrotolueno. (T. N. T.) Es el más alto ex- plosivo de la guerra. En su manufactura hay poco peli- gro pues tiene lugar en retortas cerradas, el peligro está al llenar las granadas de altos explosivos pues es necesario calentar las láminas de trinitrotolueno sobre su punto de fusión a cerca de 94 grados centígrados y después dejar- lo enfriar lentamente para verter la sustancia, parecida a la resina, en las granadas y dejarla solidificar. Los fuertes vapores emitidos por el trinitrotolueno caliente dañan a los obreros. Cuando estos vapores tocan a una superficie a temperatura menor de 70 grados centígrados se deposita en un fino sublimado cristalino. ¡Después hay que picar y raspar el explosivo solidificado que se ha depositado alrededor de la cabeza de la granada (sheel). Un hueco apropiado hay que perforar dentro de la masa solidificada para colocar el detonador; durante este proceso si no se usan maquinarias apropiadas los obreros se exponen al polvo ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 615 amarillo. Parece haber más peligro, pues, en manejar el trinitrotolueno, que en la previa nitrificación del tolueno. 7.—Tetraaloretona.—Se usa para disolver la celulosa acetificada al preparar el barniz impermeable con que se protegen las alas de los aeroplanos causando a menudo envenenamientos industriales en las fábricas de aeropla- nos donde se conoce con el nombre de “dope poisoning”. 8.—Tetranitrometilanilina y tetranitranilina.—Su fa- bricación tiene el peligro de los compuestos de anilina, al- cohol metílico y ácido nítrico y son venenos pertenecientes al grupo nitro aromático. 9.—Fulminato de mercurio.—El mercurio se pone en " digestión con el ácido nítrico y el nitrato resultante se mez- cla con alcohol, durante este último proceso hay un gran desprendimiento de vapores de composición muy compli- . cada siendo el más importante el nitrato de etilo, y sobre todo en el tiempo húmedo y caluroso se hace intolerable el trabajo. Suele producir también intoxicación mercurial. 10.—Pólvora sin humo.—Al fabricarla se deshidrata el algodón nitroso y se transforma en una sustancia de con- sistencia parecida a la goma, mezclándola con algún sol- vente parcial, éter-alcohólico o acetato amílico o una mez- cla de acetona y nitroglicerina. Entonces la masa gomosa se prensa en máquinas y sale en forma de cuerdas de maca- rrones y se corta en tamaños apropiados durante lo cual una gran parte del solvente se evapora. 11.—Eter alcohólico.—Hemos visto en el párrafo an- terior cómo se prepara la pólvora sin humo ordinaria, no la cordita o balistite. Al hacer celuloide una gran cantidad de alcohol metílico puede usarse; pero no en el trabajo de pólvora. Los vapores de alcohol son algunas veces muy fuertes pero el verdadero peligro está en el éter, especial - mente en el departamento de prensa y de cortar, donde la temperatura debe sostenerse de 85 a 95 grados F. Por lo tanto la intoxicación aguda por el éter (“ether jag”) es 616 ANALES DE LA tan corriente que se toma por cosa natural sobre todo para los nuevos obreros, aunque hay algunos viejos que no se acostumbran. 12.—Acetato amílico; acetona.—Al acetato amílico se le llama entre los obreros “aceite de plátano” (banana oil) por su olor. No parecen estos dos provocar envenenamien- tos industriales, aunque hay que advertir que el acetato amilico y los barnices contienen bencina, alcohol metílico y carbono. 13.—Nitroglicerina.—Parecerá muy extraño oir decir que este explosivo tan peligroso es el más seguro; pero esto es verdad si vemos el envenenamiento y no los accidentes explosivos. Y esto también se prueba debido a que se está haciendo nitroglicerina hace muchos años y per lo tanto se le ha aprendido a manejar y los demás como nuevos se les está aprendiendo a manipular. 14.—El cloro que se desprende durante el primer pe- ríodo de la manufactura del ácido nítrico cuando el ácido sulfúrico actúa sobre el nitro o salitre (Chihli salpeter) y se mezcla son la sal común que siempre se presenta con impurezas. También hay amoníaco del agua amoniacal usada en las factorías de dinamita por el nitrato de amo- níaco yy el anhídrido sulfuroso muy irritante y peligroso que se desprende al hacer ácido sulfúrico y fenol. Acción y síntomas Los vapores nitrosos (óxidos nitrogenados) causan una variedad grande de síntomas sin que haya sido posi- ble explicar fuera de la idiosincracia de cada cual la ra- zón de que presente unas veces una forma y otras otra. Desde las formas más simples hasta las más graves tene- mos toda la gama. En la forma más ligera el obrero ins- tantáneamente sofocado por la irritación de los vapores es preso de un ataque parecido al de asma por contracción espasmódica de los bronquios. También suele presentar ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 617 cólicos abdominales. Estos síntomas generalmente desapa- recen con los primeros auxilios y el obrero puede a veces volver a trabajar casi enseguida; pero es más prudente en- viarlo a su cama. Los casos graves presentan el mismo cuadro de los soldados en las trincheras con el cloro, hay la misma demora en aparecer los síntomas graves, el obre- ro vuelve a su casa en bastante buenas condiciones, y al cabo de algunas horas se presenta una de las tres formas de muerte: o bien al individuo le aparece un edema pul- monar o laríngeo que rápidamente pone fin a su existen- cia, o bien aparece una neumonía o una gangrena pul- monar también rápida, o se presenta por el contrario la forma nerviosa en que parece que los vapores actúan di- rectamente sobre los centros nerviosos y el indivíduo muere antes de tener tiempo de llegar al hospital. Hay otra forma que suele pasar desapercibida, es la neumónica tardía que aparece algunas veces hasta sema- nas después de dejar el obrero el trabajo y es tomada a me- nudo por una neumonía corriente. Hay muy pocas o nin- gunas lesiones post mortem en el cerebro, riñones, corazón, estómago e intestinos; los pulmones enormemente congestio- nados y líquido espumoso llena los alveolos, la tráquea, los bronquios y la laringe así como el bazo congestionado y la sangre ligeramente ácida no se coagula, de color os- curo, no hay metahemoglobina y contiene trazas de óxido nítrico. Todos los casos presentan síntomas gástricos que pasan «lesapercibidos por la gravedad de los otros sín- tomas. Sobre el efecto que podrá causar en el organismo des- de el punto de vista crónico quizás haya poca experiencia todavía fuera de que el esmalte de los dientes se cae y los obreros pierden los dientes delanteros rápidamente. Las telas metálicas de los hospitales de estas fábricas rápida- mente se destruyen, los obreros tienen que vestir camisas de lana pura porque el algodón no dura nada y aun el hilo TOMO LIV—41 618 'ANALES DE LA de las costuras se desbarata y cae la ropa; aparece extraño pues que si tiene tanta acción destructiva sobre todos estos tejidos y materiales no lo vaya a tener sobre la mucosa res- piratoria; es verdad que el cambio muy a menudo entre los obreros de sus respectivos trabajos suele aminorar el pe- ligro. El ácido pícrico.—Lo que más se ha observado con éste en los E.E. U.U. es la dermatitis que suele ser muy molesta. El envenenamiento general se observa a menu- do en Francia porque su alto explosivo la melenita consiste principalmente en ácido pícrico; así como en Inglaterra donde su lydita contiene también mucho ácido pícrico. En las fábricas bien montadas protejen a sus obreros de la dermatitis con baños y cambio de ropas; pero suele ser tan frecuente que ya los obreros la llaman “picric itch”. En los casos graves puede haber debilidad del pulso, irregu- laridad, y pequeñez, palidez con ligeros tintes azulosos, dolor de cabeza, vértigos y palpitaciones, tos, náuseas, etc. El envenenamiento general por el fenol, es raro en es- tas fábricas, no así las quemaduras. El Dr. Harrington cita un caso curioso de un joven químico que se quemó la pierna al introducirla accidentalmente en un recipiente conteniendo fenol, inmediatamente empezó a quejarse de ruídos en los oídos, disnea, vértigos y se fué excitando has- ta que tuvo una crisis histérica. Lo dejaron salir en es- tas condiciones y debió perder pronto el conocimiento, se le encontró muerto a la mañana siguiente en el camino. Su pierna estaba negra, verdosa hasta la rodilla. La bencina y el tolueno.—Son venenos que actúan principalmente con acción específica sobre el sistema ner- vioso causando vértigo, confusión, excitación pasajera se- guida de pereza, pinchazos musculares, estupor, coma, res- piración acelerada y después lenta, pulso rápido y tempe- ratura subnormal. La aparición de hemorragias múltiples a través de los capilares de los endotelios, por acción disolu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 619 tiva o por embolias gaseosas provocarán la rotura de la pared capilar y por cambios en los constituyentes de la san- gre el más notable de estos es la leukopenia. Algunos ca- sos son muy ligeros y suelen hasta pasar desapercibidos; en otros se produce la muerte rápidamente, en. menos de cinco minutos. El Dr. Martland del Newark City Hos- pital da estos datos sobre la autopsia de algunos casos: cia- nosis del hígado, bazo y riñones, dilatación del corazón derecho, sangre negra, equimosis pleurales y pequeñas áreas de enfisema intersticial aguda en los pulmones, en algunos se percibe un olor marcado a bencina al cortar los pulmones, y pequeñas hemorragias en la pleura y pericar- dio. La orina contiene una cantidad anormal de fenol; pero no bencina. La inhalación de oxígeno ha dado bue- nos resultados. Los derivados del amillo de bencina.—Producen sín- tomas dependientes de su acción directa sobre los centros nerviosos, respiratorios, regulador de la temperatura y va- sos motores; y cambios en los elementos de la sangre, sien- do de los más importantes la formación de metahemoglo- bina y la destrucción y subsecuente regeneración de los glóbulos rojos. Algunos han querido hacer depender to- dos los síntomas de la presencia de la metahemoglobina, pero Heubner ha demostrado en los conejos que se produ- cen antes que se forme la metahemoglobina, por su acción en los centros inferiores y la muerte ocurre por parálisis respiratoria Podemos presentar un caso típico, señalado por el Dr. Hamilton, de un envenenamiento por la nitrobencina: (va- pores) vértigos, desfallecimiento, la cara congestionada se hace cianótica, gran malestar, tremendo dolor con latidos en la cabeza, pulso rápido y pequeño, respiración superfi- cial y rápida, pérdida de la conciencia, estupor intenso, cianosis casi sin pulso por varias horas, convulsiones des- pués y la muerte antes de las 24 horas del comienzo del 620 ANALES DE LA ataque. La sangre en estos casos tiene un color achocolata- do; pero la metahemoglobina no puede demostrarse hasta algún tiempo después a menos que se disuelvan los glóbulos rojos en agua. Hudson ha encontrado casi constantemen- te en estos envenenamientos (nitrobencina) una leucocito- sis primaria que prontamente se cambia a una pronuncia- da linfocitosis y alteraciones destructivas en los glóbulos rojos. La orina es oscura y contiene urobilina pero no hemoglobina ni bilirrubina. Sobre la anilina no parece tan peligroso respirar sus vapores, como el derramarse el aceite sobre la piel (que en las factorías bien atendidas se hace que el obrero se des- nude y bañe rápidamente después del accidente). En los E.E. U.U. todavía no han empezado a tener casos cróni- cos como lo han descrito los alemanes antes de la guerra, profunda anemia que parece una enfermedad valvular del corazón, con disnea y cianosis y los tumores de la vejiga muy comunes en estos obreros. El efecto local de algunos compuestos de estos sobre la piel varía y así, aparte la dermatitis ya mencionada, en- contramos que la mayoría de ellos causan un tinte amarl- llo más o menos intenso de la piel y del pelo. El ácido pícrico causa la mayor intensidad del tinte tanto que a los obreros se les llama “canarios”. El trini- trotolueno menos intenso, el tetranitrometilanilina un tin- te amarillo verdoso. En algunos casos, médicos sin expe- riencia pudieron diagnosticar ictericia. La confusión pue- de ser mayor porque el tinte de la piel no es solamente de- bido al efecto mecánico del contacto sino que en parte se deposita en las capas más profundas y así aparece debajo de las uñas y en la esclerótica sin haber ictericia. La se- veridad de la dermatitis es en este grado la más grave la de la dinitroclorobencina, después la tetranitrometilanina, luego el trinitrotolueno y la menos la del ácido pícrico. Fulminato de mercurio.—La más común es la derma- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 621 titis que se ha observado más frecuentemente en el hombre que en la mujer; parece ser debida a que esta última te- miéndole más que el hombre por lo que desfigura se toma más cuidado en protegerse. También hay anorexia, dolor de cabeza, nervosismo y depresión, estomatitis mercurial. Según parece en Alemania y Austria ha habido casos de envenenamiento mercurial según Oppenheim. En la pólvora sin humo lo que más encontramos (no en la cordita o balistite) son los vapores de alcohol; pero sobre todo los de éter, encontramos entonces todos los pe- ríodos de la anestesia por este producto. Muchos médi- cos de fábricas se negaban a creer en síntomas producidos por el trabajo constante bajo los vapores de éter pues la mayoría de los hombres parecen acostumbrarse, sin embar- go se encuentran muchos que han tenido que abandonar su trabajo por indigestiones crónicas, constipación, pérdi- da de fuerzas y de peso, pérdida del apetito por el sabor constante a éter en la boca. La nefritis también puede pre- sentarse. Algunos tienen bronco-neumonía. Y además como la amidobencina entra en muchas de estas pólvoras sin humo, los síntomas de su intoxicación, ya menciona- dos, pueden presentarse conjuntamente en estos casos. Una experiencia hecha por Sand en 1910 ha sido aprovechada en estos casos, él experimentó en perros con los vapores de alcohol-etéreo, al principio todos sufrieron de la anestesia por el éter como se ve en las fábricas; pero se acostumbra- ron y algunos hasta ganaron en peso, más cuando fueron sacrificados se les encontró en todos los órganos un éxtasis general y una degeneración grasosa en el hígado y el riñón. El acetato amílico puede producir dolor de cabeza, vértigos, ardor en los ojos. La acetona no parece producir envenenamientos y al- gunos creen que la acetona es un buen sustituto del yodo para las heridas leves. Pero en general podemos decir que estos dos productos no causan grandes trastornos en las 622 ANALES DE LA fábricas. Sobre el amoníaco y el anhídrido sulfuroso no hablaremos por ser muy conocida su acción. Trinitrotolueno.—He dejado para lo último como más importante y nuevo esta forma especial de envenenamien- to por esta sustancia que antes de la guerra puede decirse que era desconocida en Inglaterra y los Estados Unidos, puesto que antes se usaba la nitrobencina en su lugar. (Ge- neralmente el envenenamiento por esta sustancia no se con- forma al tipo que mencionamos anteriormente sino que la absorción tiene lugar lentamente y da tiempo a la degene- ración parenquimatosa de los órganos. Y esto puede su- ceder aún con compuestos más volátiles que el trinitroto- lueno y así se ha visto en un caso producido por la nitro- bencina. La inspección británica de las fábricas ha de- nominado esta nueva enfermedad profesional con el nom- bre de “ictericia tóxica”, ésta puede tener por causa lo mis- mo, el trinitrotolueno que el tetracloretano así como la nitrobencina o cualquier otro de estos productos que cau- san esta enfermedad tan semejante como veremos a la atro- fia amarilla aguda del hígado. El número de casos es bastante numeroso, asi vemos a un miembro del gobierno inglés declarar en la Cámara in- glesa, contestando a una pregunta, que en 9 meses había habido 120 casos con 33 muertos, y de éstos 95 con 28 muer- tos habían sido causados por el trinitrotolueno y los otros por el mismo veneno industrial usado en las fábricas de aeroplanos, el tetracloretano. Tan importante lo ha considerado el Ministerio de Municiones británico que ha publicado un folleto especial del envenenamiento por el trinitrotolueno con sus sínto- mas, su frecuencia y medidas preventivas. El trinitrotolueno conocido en la industria de las mu- niciones por T. N. T. es el alto explosivo de la presente guerra, como hemos dicho; tiene la fórmula gráfica si- guiente: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 0623 CFB I H NO? -HH-NO* at (NOS SOtcbes A l N O? Para que haga explosión es necesario elevar la tem- peratura a cierto grado y entonces producir la concusión. Aquí parece que encontramos como si los obreros pu- diesen dividirse en dos clases: una la más grande no sus- ceptible aunque estén expuestos por largo tiempo, la otra susceptible y dispuestos a adquirir la ictericia entre la 5* y 15* semana de comenzar el trabajo. El trinitrotolueno puede absorberse en cantidad peli- grosa por la piel como polvo fino o como sublimado puede llegar a las membranas mucosas de la nariz y boca y qui- zás aun hasta los pulmones y puede tragarse con las secre- ciones de la boca, nariz y garganta. Los síntomas pueden dividirse en efectos irritantes sobre el aparato respiratorio y la piel y síntomas tóxicos de- bidos a la hepatitis degenerativa. La primera causará irritación nasal, epistasis ocasionales, lacrimeo y escozor de los ojos, una sensación de constricción en la garganta, tos seca, esputos amargos y amarillos. Se quejan de sa- bor amargo en la boca, cólicos espasmódicos, eructos áci- dos y a menudo vómitos. Al principio hay constipación flatulencia y distensión, después diarreas. La piel presen- ta un rash de un tipo cheiropompholix o eczematoso en la cara y las extremidades, más marcado donde el sudor es más abundante. También hay náuseas, vómitos, anorexia, ictericia, hidropesia, depresión mental, visión confusa y neuritis periféricas pasajeras y a menudo terminan con delirio, algunas veces en coma o con convulsiones. Los cambios en la sangre son semejantes al envenenamiento por la dinitrobencina con presencia de metahemoglobina. 624 ANALES DE LA La evidencia de la absorción gradual se manifiesta por la palidez de la cara y un color de paja grisáseo de los labios, algunas veces se ponen cianóticos así como la lengua. La ictericia puede ser conjuntival o general y algunas veces aparece repentinamente. La pirexia se presenta en los ca- sos graves, pero no hay bradicardia ni prurito en general. Diagnóstico.—Con razón dicen las autoridades ingle- sas debe ponerse atención a síntomas que parecen al prin- cipio sin importancia como tos persistente sin causa cono- cida, acortamiento del resuello, sin ser usual, cansancio no explicable por ejercicio y dolores que aparecen repentina- mente en las piernas y en los pies. Estas personas debe- rán enseguida ser trasladadas a otras ocupaciones y a pe- sar de esta rapidez para alejarlos del peligro puede ser que no sea posible ya salvarlas como ha habido casos. Ha- brá que distinguirla de los envenenamientos por la dini- trobencina tetril y lydita, este último un derivado del ácido pícrico. Podrá distinguirse por el aspecto característico ya descrito, el carácter y la situación de los dolores abdo- minales, la presencia de constipación y distención abdomi- nal; el tetril y el ácido pícrico tiñen la piel de amarillo o color de melocotón el primero y de amarillo canario o ama- rillo verdoso el último, ambos presentan una dermatitis similar pero los síntomas constitucionales bien pronun- ciados y la ictericia tóxica son propias del trinitrotolueno. Puede encontrarse este último en las heces de la mayoría de los obreros y en muchos en la orina, pero sólo en com- binaciones; después de tratar la orina por procedimien- tos complicados para separar el trinitrotolueno de sus com- binaciones puede agregarse una solución alcohólica de po- tasa y obtener un color rosa intenso que cambia a púrpura y después a carmelita. Autopsia.—Lo principal que se encuentra es la atro- fia del hígado que puede estar reducido a la mitad de su volúmen. En el microscópio vemos que gran parte del te- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 625 jido hepático ha sufrido una completa destrucción asocia- da con una proliferación de tejido fibroso. Los riñones es- tán grandes e ictéricos, la corteza inflamada, los laberintos frecuentemente amarillos, engruesamiento de las pirámi- des, y opacidad y degeneración de los tubos contorneados, vemos que aquí la muerte resultará de la insuficiencia he- pática con extrema necrosis y autolisis del parénquima he- pático asociado con el ictero. “Tres formas curiosas del envenenamiento por estas sustancias no presentando en la autopsia las anteriores lesiones han sido señaladas en In- glaterra en el Lancet de Londres en 1916 y el otro en los E.E. U.U. por Martland ya mencionado en 1917 en los cuales se encontró una anemia profunda sin ictericia, con una reducción de glóbulos rojos a un millón, de distintos tamaños; pero poikilositosis o glóbulos rojos nucleados. El examen microscópico excluyó la anemia perniciosa. La muerte resultó de una anemia aplástica aguda hemolítica Ósea. Pronóstico.—La ictericia con síntomas constituciona- les marcados es grave. Tratamiento.—El tinte amarillo o naranja carmelito- so de la piel y de los cabellos puede hacerse desaparecer por los aceites, grasas, acetona, éter, bencina y otros com- puestos pero no por el agua. (Si no hay ictericia). 1.—Suprimir la causa. 2.—Descanso en cama por un día o dos. 3.—Dieta consistente en leche, puding de leche, fru- tas y vegetales verdes, bebidas emulcentes tales como agua de cebada, té y café. 4.—Para la constipación, laxantes vegetales y cáscara sagrada con una mixtura conteniendo sulfato de sosa, ci- trato de potasa y bicarbonato de soda como medidas de rutina. (Si hay ictericia). 626 ANALES DE LA 1.—El descanso absoluto en cama es esencial. 2.—Dieta de leche, pequeña cantidad al principio au- mentándola gradualmente hasta 4 pintas al día. 3.—Los intestinos se mantendrán movidos preferen- temente por la mixtura alba (una mixtura consistente en carbonato de magnesia, sulfato de magnesia y agua de menta piperita), dándosela repetidamente. 4.—Drogas que produzcan álcalis tales como los ci- tratos y bicarbonatos deberán darse para dominar la ten- dencia a la intoxicación ácida. 5.—Inyecciones salinas rectales e intravenenosas tie- nen su lugar en el tratamiento de los casos graves. Tratamiento general de los venenos aquí enumerados Profilaxia Las condiciones fundamentalmente esenciales para prevenir estas enfermedades en general son las mismas de todas las industrias. 1.—Investigar las circunstancias. 2.—Leyes apro- piadas. 3.—Inspecciones competentes. 4.—Penalidades. 5.—Educación tanto de obreros como de patronos. Sobre horas de trabajo y la fatiga son las mismas de la generalidad de las industrias, recordando la mayor grave- dad de las enfermedades de ésta. Con respecto a la mujer no se ha observado, según las autoridades inglesas, el que sean más susceptibles que el hombre, ahora lo que sí se ha demostrado es que los me- nores de diez y ocho años de uno y otro sexo son más sus- ceptibles y en ellos son más graves estas enfermedades y mayor el número de muertos. Por lo tanto se aconseja el que no se permita trabajar en estas fábricas a los menores de 20 años de uno y otro sexo. El mayor peligro se presenta en las atmósferas muy calientes y húmedas (días de verano). Es muy conve- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 627 niente que los obreros cambien entre sí distintos trabajos a menudo. 1.—No se debe permitir el trabajo a obreros menores de 20 años y mayores de 50 años. 2.—Baños a menudo. 3.—Cambio de ropa frecuente. 4.—La ropa debe ser de lana pura. 5.—Limpieza esmerada, de la boca y dentadura (se pierde el esmalte y con ella los dientes). Vida higiénica y buena alimentación. 6.—Limpieza esmerada de las premisas. 7.—Cuando sea posible se hará la separación de los distintos procesos de modo que el menor número de obre- ros estén en un mismo edificio. Talleres o laboratorios bien aereados. 8.—Cuidado atento contra la descomposición duran- te el proceso de nitrificación de la nitro glicerina; cuando la descomposición aparece, anegar rápidamente la carga y estas mismas precauciones servirán para evitar grandes accidentes en los casos de explosión. 9.—Las dermatitis se observan menos en la mujer que en el hombre por ser las primeras más cuidadosas. 10.—Una máscara para gases. Guantes especiales unidos a las mangas a ser posible, zapatos altos, fuertes, impermeables. Envenenamiento agudo 1.—Suprimir la causa. 2.—Inhalaciones de cloroformo en agua. 3.—Inhalaciones de oxígeno. 4.—Enviar al obrero a su casa o al hospital, para que se meta en cama. 5.—Vigilar una neumonía. 6.—En los casos de asfixia debidos al bromo y al cloro (clorin poisoning) que es el que sufren los soldados 628 j ANALES DE LA en las trincheras, producidos por los gases asfixiantes, aire fresco, respiración artificial, inhalaciones de vapor de agua, oxigeno, amoníaco y después aromáticos; magnesias, agua albuminosa, bebidas emulcentes; inhalaciones de cloro- formo o éter para hacer la tos menos dolorosa. Hiposul- fito de sosa y yoduro sódico. 7.—Traqueotomía, si hay edema laríngeo. 8.—Vigilar el edema pulmonar y tratarlo con vento- sas, Oxigeno, sangrías, inyecciones, etc. 9.—Estimulantes cardíacos: calor al cuerpo, compre- sas frías al cuello y al pecho. Purgantes, diuréticos y dia- foréticos. Envenenamiento crónico 1.—Prohibirles el trabajar en las fábricas a que nos referimos. 2.—Para las hemorragias y alteraciones de la sangre (metahemoglobina) regeneradores de los glóbulos rojos. Vida higiénica al aire libre y el campo. 3.—Estomatitis (agua oxigenada, gasa mojada en agua bórica entre los dientes y buches calientes después de las comidas). | 4.—Mercurialismo y sistema nervioso alterado: (trá- tesele como a un intoxicado por el mercurio). 5.—Ictericia tóxica: (véase anteriormente el trata- miento de la intoxicación por el trinitrotolueno). 6.—Para las anemias profundas simulando lesiones valvulares con disnea y cianosis institúyase un tratamien- to severo como el que se hace en los casos de anemias gra- ves por otras causas. 7.—Los alemanes en los casos crónicos por la anilina hablan de la frecuencia de los tumores en la vejiga. 8.—Dermatitis “Picric itch” la piel está amarilla y entre los mismos obreros se les llama canarios. Los que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 629 trabajan con otras de las sustancias enumeradas aquí se ponen verdosos. Para estas dermatitis baños alcalinos, cloretona, glicerolado de almidón, etc., es lo mejor y véase anteriormente el tratamiento del trinitrotolueno. 9.—Purgantes, diuréticos, diaforéticos, yoduro sódico, estimulantes, reconstituyentes, baños sulfurosos, etc., se- gún los casos. Con lo que antecede creemos haber demostrado que si los productos explosivos son muy peligrosos en las fá- bricas por las explosiones accidentales y hoy en algunos lugares intencionales, hay otro peligro más silencioso, me- nos aparatoso, pero tan perjudicial, producido por las sus- tancias necesarias para su fabricación y que hoy preocu- pa seriamente a todos los gobiernos y pueblos en guerra y además que ofrecen rico campo de experimentación para los que se interesen en particular por los efectos de los ve- nenos volátiles en el organismo humano y en general para aquellos que entre nosotros desgraciadamente tan pocos sienten pasión por esta ciencia toxicológica que tan agra- dables ratos nos hace pasar en nuestro modesto laborato- rio de la Facultad de Medicina. 630 ANALES DE LA ACUERDOS DE LA ACADEMIA En la sesión de gobierno de 10 de mayo de 1918 se acordó: 1”—Aprobar el informe sobre honorarios emitido por el Dr. M. Ruiz Casabó. 2*—Aprobar el informe presentado por el Dr. J. Le-Roy acerca del trabajo remitido por el Dr. Julio F. Arteaga acerca de “El líquido mamario del recién nacido” y la propuesta para que su autor sea admitido como aca- démico corresponsal. 3*—Aprobar el informe emitido por los Dres. Finlay (ponente), Presno y Le-Roy, acerca de las memorias pre- sentadas en opción al Premio Cañongo y de acuerdo con el dicho informe conceder el Premio a la Memoria que lle- va por lema: “La perseverancia puede sustituir el destello del genio”. 4*—Se dió cuenta de la siguiente comunicación del Dr. Antonio María de Górdon: “El fallecimiento de mi querido padre en febrero del año próximo pasado, fué causa de que este año no figura- ran en el programa de esa Corporación de su digna pre- sidencia los Premios de Fisiología y Medicina Legal, por él instituídos. Y deseando el que suscribe que su recuerdo no se borre, instituyo un Premio de Fisiología que llevará su nombre, consistente en una medalla de oro que se otor- gará al autor del trabajo premiado. Para el próximo año, propongo el tema siguiente: “¿En el estado actual de la ciencia, puede determinarse dónde residen las sensaciones del hambre y de la sed?” Se acordó por unanimidad aceptar el premio propues- to; hacer llegar al Dr. Górdon el testimonio del agradeci- miento de la Academia por la institución del mencionado ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 631 A A E a Premio; y que se anunciara el tema propuesto por su fun- dador. 5%—Se acordó declarar desierto el concurso del Pre- mio doctor Suárez Bruno, por no haberse presentado nin- guna Memoria aspirando al mismo. 6"—Se acordó que el tema del Premio del Presidente Gutiérrez para el próximo concurso sea: “Variedades clí- nicas de la toxemia gastro intestinal”. 7"—Se acordó que continúen las mismas condiciones publicadas para el Premio Cañongo y que su tema para el próximo concurso sea: “Lucha contra el cáncer en Cuba 8*—Aprobar el informe presentado por el Dr. M. Ruiz Casabó, como Tesorero de la Corporación, durante el año que ahora termina y nombrar a los Dres. Alacán, García Cañizares y Vildósola para que formen la comisión de glosa. 9“—Se acordó convocar a concurso para la provisión de una vacante de académico de número en la sección de ciencias, por el fallecimiento del ingeniero Sr. Francisco Paradela y Gestal, ocurrido el 1* de abril de este año. 10%—Se acordó que la Academia contribuya con la suma de cien pesos moneda oficial al donativo de las so- ciedades científicas para el Comité de la Direction de la Caisse d'Assistance Medicale de Guerre et Secours de Gue- rre a la Famile Medicale. 632 ANALES DE LA INFORME SOBRE HONORARIOS por el Dr. Manuel Ruiz Casabó (Sesión del 10 de mayo de 1918) Sr. Presidente de la Academia de Ciencias: Señor: En cumplimiento del decreto de esa presi- dencia fechado en treinta de abril próximo pasado, comi- sionando al que suscribe para evacuar el informe solici- tado por el Sr. Juez municipal y correccional de Santa-Ma- ría del Rosario, en el juicio verbal civil seguido por el Dr. RUALIV2.. “como. cesiónario del DUE po onS tra G... B..., tengo el honor de someter a su considera- ción y a la de esa Academia de su digna presidencia, lo siguiente: El Sr. Juez de referencia, interesa que por esta Aca- demia se informe: “Cual sea el valor de una visita hecha durante las horas del día, a un enfermo en esa ciudad de Santa María del Rosario, por un facultativo que tenga su domicilio en la Habana”. Tal pregunta tan escuetamente interesada, sin ningún antecedente que sirva de base para el estudio de una cues- tión de tanto interés profesional y particular para el de- mandado, es de difícil contestación, casi imposible de po- der juzgar con equidad para ambas partes, por las razones siguientes: Podemos manifestar que los profesionales médicos no tienen tarifados sus honorarios, cuando prestan sus servi- cios fuera del domicilio donde residen estos. En este caso, según se desprende del escrito del Sr. Juez, parece que el profesor médico ha sido solicitado pa- ra prestar sus auxilios a quince kilómetros poco más o me- nos del lugar donde reside y ejerce la profesión. El precio de las visitas profesionales médicas practi- cadas en la Habana, lugar de residencia del paciente, más que a tarifas, están sujetas a la costumbre establecida por ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 633 los distintos especialistas en el ramo de curar, haciendo mérito de la categoría que socialmente tenga establecido cada uno, y según la clase de auxilio que se preste a un paciente, pues no son iguales los honorarios que devenga el que practica una visita médica general, que los que de- venga un especialista en ojos, nariz, garganta, partos, ci- rugía general, cirugía especial, o un médico: general que con procedimientos que corresponden a la cirugía menor, interviene en el tratamiento de una enfermedad para la cual ha sido solicitado expresamente. En el caso que se nos consulta, falta el conocimiento de la clase de servicio prestado por el doctor E... F...; el tiempo invertido en ello; si el profesor se hallaba en dicha ciudad de Santa María del Rosario de tempora- da o salió expresamente de la Habana a efectuar el tra- bajo solicitado; si durante el viaje de ida o vuelta fué sor- prendido por la lluvia, €, y por último, si para la ejecución del servicio profesional existió previamente algún conve- nio respecto a honorarios (cosa que hace variar el precio). De no haber mediado este último particular, lógica- mente se supone que el paciente o sus familiares al solici- tar la presencia del facultativo, no tuvieron en consideración el montante de los honorarios, estimado desde luego el fac- tor monetario, siempre que este no fuera supérfluo, como de secundario valor y dispuesto a su abono, puesto que lo primario lo constituía la salud del enfermo. En tal virtud el ponente que suscribe, se atreve a pro- poner a la consideración de la Academia la siguiente con- clusión : Que no es posible determinar de manera precisa co- mo se solicita, “el valor de una visita hecha durante las horas del día, a un enfermo en esa ciudad de Santa Ma- ría del Rosario por un facultativo que tenga su domici- lio en la Habana”. Pues faltando el conocimiento de los particulares expuestos, sería injusto cualquier fallo acordado. TOMO LIV—42 634 ANALES DE LA EL LIQUIDO MAMARIO DEL RECIEN NACIDO por el Dr. Julio F. Arteaga (Sesión de gobierno del 10 de mayo de 1918) A LA MEMORIA DEL DR. ANTONIO DE GORDON Y DE ACOSTA “No es de mi incumbencia indagar lo que piensan otras personas, sino estable- cer mis propias observaciones.”—O. Wen- dell Holmes. : El líquido mamario en el recién nacido sin duda que habrá sido observado desde tiempos remotos, pero hasta que Morgagni no llamó la atención sobre el fenómeno, no parece habérsele dado importancia. Verdaderamente muy poco o nada absolutamente di- cen los fisiólogos sobre el particular y a no ser por su rela- ción etiológica con la mastitis supurada del recién nacido, tampoco los tocólogos y los paidópatas lo mencionarían en sus obras. La importancia del fenómeno como ya indicamos en el párrafo anterior, ha sido hasta hace poco, más bien desde el punto de vista clínico-patológico, pero parece ser que estaba reservado para Strassmann (1) darle una apli- cación práctica en relación con la medicina legal. Más tarde, Dante Casella, del Instituto Médico- Legal de la Real Universidad de Sassari, bajo la dirección del profesor R. Magnanimi, realizó interesantes investi- gaciones según se deduce del extracto que tenemos en nues- tro poder (*) de su tésis laureada (2). Hacía algunos años que deseíbamos emprender esas mismas investigaciones a fin de comprobar tan interesan- tes puntos y contábamos con bastantes oportunidades, pe- (*) El extracto citado vió la luz en Studi Sassaresi, sin fecha. La situa- ción actual de Italia, no nos ha permitido obtener, ni siquiera, la fecha de ese periódico científico, el cual suponemos fenecido, pues hace tiempo no lo recibi- mos, lo que es de lamentar desde el punto de vista bibliográfico especialmente. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 635 ro queríamos que nuestro trabajo tuviese cierto sello de garantía, de imparcialidad, que tan solo puede obtenerse en una clínica oficial, lo que nos hizo desistir en nuestro empeño hasta ahora, que nos hemos valido de un material clínico abundante, facilitado generosamente en una de nuestras instituciones más respetables (**). Estudio fisiológico “Confirmar, es crear”. —José Marti. El líquido mamario en el recién nacido no ha mereci- do descripciones por parte de los fisiólogos, pero se ha descrito por otros muchos hombres de ciencia y de ma- nera parecida. Todos los que del asunto se han ocupado, dicen más o menos lo mismo: que a los pocos días de nacida la cria- tura se suele observar un endurecimiento, hinchazón o in- farto en las mamas del recién nacido y que si se ejerce presión sobre esos tejidos se obtendrá a menudo un líqui- do lactescente de densidad variable, y que pocos días des- pués desaparecerá dicho fenómeno. Pero cuando los autores hacen afirmaciones sobre la causa, duración, frecuencia, naturaleza física y química del líquido, entonces no hay tal unanimidad de opiniones. Empezando por la absurda creencia vulgar, mante- nida por comadres ignorantes, de que el fenómeno es una indicación de afeminamiento, o séase, que el temperamen- to sexual de la criatura que tenga líquido mamario, aun cuando sea varón, se inclina hacia el sexo contrario, des- conociendo así la frecuencia del infarto mamario de la pubertad, de la ginecomastia (3), (4) y (5) y hasta de los casos de lactancia paterna, (6) y (7); y citando de (*) Nos es grato testimoniar nuestro agradecimiento al doctor J. R. del Cueto, Director del Hospital Calixto García, al doctor A. Sánchez Bustamante, Profesor de Obstetricia y a las señoritas María Lachel e Isabel Victoria, En- fermeras de las Salas de Partos del Hospital Calixto García por sus valiosas cooperaciones. 636 ANALES DE LA paso, que también en su ignorancia, abogan por esprimir los tejidos mamarios, y hasta emplean la succión, no para impedir la inflamación posible, sino para evitar, en las hembras especialmente, la retracción de los pezones, lo cual dificultaría la lactanciz si llegaran a ser madres. En los países anglo-sajones es corriente llamar a esto “To break the nipple strings” (Romper los cordones de los pezo- nes) (8). Como el objeto de este estudio no es el de la mamitis supurada, no nos ocuparemos de las causas excitantes que la producen siendo una de ellas precisamente, el ordeño violento e injustificado que las susodichas comadres prac- tican, cuando en un recién nacido se presenta la tumefac- ción mamaria, para así asegurar más tarde la función de las glándulas, según creen ellas. Prescindiendo de esas y otras teorías fantásticas, que para nada nos sirven al objeto de este trabajo, discutamos brevemente lo que es el líquido mencionado. Los italianos conocen el líquido mamario como “co- lostro dei neonati”, pero vulgarmente le llaman “latte di strega” (leche de hechicera o bruja); los alemanes le dan el nombre de “hexenmilch” (leche de brujas) y en inglés lo denominan ““witch's milk” (leche de bruja) (9) dán- dose a entender que en todos esos pueblos lo consideran como una secreción igual a la de las mamas maternas, aun- que le atribuyen algo de encantamiento o hechizo a su pro- ducción, es decir, la creen sobrenatural. Bouchut (10) que le da el nombre de “fluxión ma- maria” al fenómeno y que cita el estudio que sobre esto hizo Natalis Guillot en 1853, le da una duración varia- ble; no lo considera constante en su aparición, pero sí lo atribuye a una “simpatía entre la madre y el niño” debi- da a una “diátesis como la puerperal de la madre”. Ahora bien, tratándose de la morfología y la química del líquido, se les ha considerado realmente como análogos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 637 a la del calostro materno. En efecto, los trabajos de Cohn (11) sobre la histología de la substancia llegan a esa misma conclusión; y Heubner (12) afirma, que excep- tuando una menor cantidad de extracto seco, la composi- ción química es.idéntica a la leche de mujer. Según Hammarsten y Hedin (13), el líquido, químicamente ha sido estudiado por Schlossberg y Hauff, Gubler y Que- venne y Genser, conviniendo en que cualitativamente es lo mismo que el líquido materno, pero no así cuantitativa- mente, que desde luego hay variaciones. Sin embargo, Nobecourt (14) refiriéndose a la leche de mujer, dice: “No se trata aquí de una secreción que se produce en el recién nacido entre el quinto día y el oc- tavo”. Es decir que él no cree que, ni química ni morfo- lógicamente sean idénticos los dos líquidos. De aceptar la conclusión de Cohn, se podría admitir la hipótesis de que el líquido en el recién nacido, es el re- sultado de una sobrealimentación, o séase, que el exceso de elementos nutritivos los deposita el nuevo organismo en sus tejidos mamarios; y además, también implicaría esa hipótesis que la secreción láctea materna tiene que prece- der al fenómeno en la criatura, para que este pueda ocurrir. Nuestras observaciones nos han demostrado, que ge- neralmente la aparición del líquido en las mamas del re- cién nacido, ocurre días después de haber comenzado la lactancia materna; esto sería un argumento a favor de la hipótesis de un almacenaje o depósito, pero creemos, sin embargo, que se trata de una verdadera función secretoria, pues conocemos algunos casos en la clientela privada, muy pocos desgraciadamente para hacer deducciones terminan- tes, en los cuales se presentó el líquido mamario en recién nacidos criados artificialmente desde el primer día (véa- se la observación número 42). Por otra parte, no se concibe ese supuesto almacena- je de materias nutritivas si como se ha demostrado, y por 638 ANALES DE LA Talbot (15) especialmente, todo el calostro de la madre en los primeros días, es insuficiente para proporcionar las calorías necesarias al metabolismo del recién nacido, que como es bien sabido, sufre una pérdida en su peso durante la primera semana de vida extra-uterina, lo que quiere decir que no tiene oportunidad para hacer ese ahorro. Esto último puede ser la explicación de la escasez de lí- quido mamario en algunos cásos, por ejemplo, en los pre- maturos o en los hijos de mujeres de empobrecimiento fisio- lógico o en niños con debilidad congénita. Planteada así la cuestión que pudiéramos llamar fisiológica, pasemos antes de intentar resolverla, a descri- bir el fenómeno tal como lo hemos observado en los casos que más adelante mencionaremos. Por nuestras observaciones sacamos en consecuencia que a los pocos días, y a veces al primer día, después del nacimiento, las mamas de los recién nacidos se endurecen y se ponen rojizas, pero no calientes ni dolorosas como creen muchos, por lo que no puede decirse que se trata de una inflamación en el verdadero significado de la pa- labra. Aceptamos que exista un estado congestivo, propio de todo tejido glandular, en período preliminar de activi- dad secretoria, pero el cuadro completo de una mastitis no lo hemos observado ni una sola vez, quizás porque evil- tásemos manipular los tejidos más de lo estrictamente ne- cesario para nuestros fines de investigación científica. Esa tumefacción que según algunos se puede notar desde el primer día y según otros cuando se haya caido el cordón umbilical, nosotros creemos que por regla gene- ral precede en doce, veinte y cuatro y hasta cuarenta y ocho horas a la aparición del líquido mamario. Por lo tanto, no es extraño de que si la secreción mamaria se ha- ce evidente del cuarto al sexto día de vida extra-uterina, nada anormal es que desde el segundo al cuarto día se sientan los tejidos al tacto, como pastosos. La explica- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 639 ción de esto consiste en que el tejido glandular está su- friendo una modificación preparatoria, para esta especie de función galactógena rudimentaria. El grosor de los tejidos va desapareciendo gradual- mente a medida que disminuye la tensión producida por el acumulo del líquido segregado. Y decimos segregado, porque creemos de que no se trata meramente de un de- pósito de material sobrante de la alimentación, sino más bien de un trastorno funcional transitorio, una actividad precoz de las glándulas, algo así como lo que sucede en el hígado en la inmensa mayoría de los casos de íctero neo- natorum (Teoría de Knópfelmacher). Para nosotros el líquido mamario del recién nacido es una secreción, producto de la actividad especial del ci- toplasma en ese tejido glandular. Y no invalida nuestra tésis, respecto a que es una secreción, ni el hecho de que ella es precedida por la apa- rición de la leche en la madre, ni tampoco la ingestión practicada por el hijo de ese líquido materno, y hasta ad- mitiendo la idea de una acumulación de grasas por exce- so de ellas en la leche materna. Secreción no es tan solo fabricación endogena celular. Puede y suele necesitarse para llevarla a cabo, que las materias primas sean traí- das a las células y ser apropiadas y convertidas por estas. De ello hay abundantes pruebas en la fisiología, por ejem- plo la glicogénesis. Importa poco que la morfología y hasta la química de esta secreción no nos den exactamente las de la leche de la madre. Ni debe esperarse que así fuese, pues no hay que olvidar que en el recién nacido, el tejido glandular de la mama es rudimentario, falto de desarrollo. De lo con- trario se daría el caso de que los recién nacidos y los niños tuviesen líquido constantemente. Y en cambio hay que recordar que se citan casos de mujeres que jamás han podido lactar a sus hijos, aun sien- 640 ANALES DE LA do en apariencia anatómicamente perfectas, probablemen- te por falta de algún estímulo secretorio: una agalatactia esencialmente fisiológica. Hemos podido deducir, por nuestras observaciones, que la lactancia materna influye bastante en la aparición de la secreción en el recién nacido y por lo tanto, es ese al menos, un estímulo fisiológico para el tejido glandular de la criatura. Coincidimos en esto con la opinión de Heub- . ner, quien al declarar que el fenómeno es una verdadera secreción glandular fisiológica, lo atribuye “a la influen- cia de los hormones procedentes de los órganos de la madre”. De la secreción podemos decir en términos generales, que al principio es escasa y serosa, luego se hace abundan- te y más densa y hacia los últimos días se convierte otra vez en un líquido seroso. Probablemente lo que ocurre es, que se agota el material original, la materia prima, que toda célula glandular acumula en su citoplasma; la sero- sidad de los primeros y últimos días vendrá a ser el resul- tado de una trasudación con pocos elementos originados por las células, como epitelio o restos de tales. Además de los caracteres mencionados hay que agre- gar que se trata de un líquido blanquecino, opalescente y alcalino o neutro en su reacción. Para llegar a estas conclusiones, hicimos repetidas preparaciones frescas de la secreción, y también prepa- raciones secas, fijando generalmente con alcohol y éter y coloreando con la Solución de Giemsa, o el azul de meti- leno y la eosina, o con el triacido de Ehrlich. El resultado fué, que microscópicamente observamos en las preparaciones los siguientes elementos: corpúsculos grasos de diversos tamaños, algunos semejantes a los que se ven en el calostro de las madres, algunas células gra- nulosas, escasos leucocitos y como cosa insólita una que otra célula epitelial. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 641 La escasez de epitelio en la secreción, obedece a que las mamas rudimentarias, tanto en los niños de ambos sexos como en los varones adultos, consisten principal- mente de tejido conjuntivo, en el cual están implantados los conductos excretores en comunicación con acini de desarrollo incompleto (de “inmature” los califica Pier- sol) (16). Estudio médico-legal “Son los hechos cosas estúpidas hasta que se les relacionan con alguna ley ge- neral'—A gassiz. La determinación de la edad de un recién nacido es uno de los problemas que tienen que resolver los médicos forenses y particularmente si se trata de un infanticidio en criatura menor de una semana. Entrar en una crítica de todos los métodos que se em- plean para esa determinación, sería asunto ajeno a este estudio, aun cuando pudiera intentarse a fin de precisar por ejemplo, el valor del método de Mirto, (17) que de- pende de la mielinización del nervio óptico, o el de Mo- dica y Ottolenghi (18) que está basado sobre las modifi- caciones de los componentes normales y patológicos de la orina del recién nacido. Pero la secreción mamaria del recién nacido, que es lo que venimos estudiando fisiológicamente, parece que se le ha supuesto importancia en relación con ese problema. Veamos si realmente existe aplicación práctica. Según Casella, Strassmann es el único que ha tratado de darle aplicación médico-legal a este fenómeno del líqui- do mamario del recién nacido, cuando repite que “el ca- lostro no se encuentra más que en los pezones mamarios de las criaturas apenas nacidas, y demuestra que la vida no ha durado mucho”. Nuestras pesquisas bibliográficas “también han sido negativas. 642 ANALES DE LA Desde el primer momento tenemos que admitir que el fenómeno no se ha observado en los fetos muertos en el claustro materno, la secreción es fenómeno de los que han nacido con vida, aun que lacoby (19) crea erróneamente, que solo los niños prematuros o que han venido al mun- do por una intervención obstétrica son los que tienen se- creción. Tanto Casella como nosotros, creemos que la secre- ción mamaria del recién nacido es un hecho bastante cons- tante, lo mismo en las criaturas sanas como en las que puedan calificarse como enfermas, en algunas prematuras como en las de término. En pocas palabras, que es algo fisiológico, pero que no parece habérsele dado importan- cia hasta hace poco. Frente a la afirmación de lacoby podemos decir, que por el contrario, hemos observado que mientras más robus- tas y a término sean las criaturas, más segura será la pre- sencia y probablemente mayor será la abundancia. del líquido mamario, lo cual a juicio nuestro es sencillamente natural. Y siendo esa nuestra opinión, nos parece bas- tante razonable aun que no estemos del todo de acuerdo con lo que dice Bouchut, que “los recién nacidos, enfermi- zos o enfermos, o nacidos de padres escrufulosos o sifilí- ticos, no presentan nada parecido, y si se produce en ellos el fenómeno es muy poco marcado”. Admitimos nada más que la posibidad de que falte, y lo atribuiríamos en ese ca- so a penuria fisiológica, bien de parte de los progenitores o de la criatura misma, pues en nuestros observados los hay hasta con estigmas sifilíticos y sin embargo tuvieron secreción abundante. Para que sirva de comparación con nuestros resulta- dos nos es forzoso repetir las conclusiones del interesante trabajo de Casella, quien por cierto, trata de establecer una relación curiosa entre la caída del cordón en y la aparición del líquido en las mamas. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 643 Dice Casella, que la secreción mamaria del recién nacido rara vez aparece antes de la caída del cordón y que más bien acompaña a esta, o le sigue uno o dos días des- pués, generalmente al quinto o sexto día de vida extra- uterina. Por lo tanto, que si el cordón se ha caído ya y la criatura presenta secreción mamaria, tiene de cinco a seis días de vida. : Además que si el cordón no se ha caído y la secreción se evidencia, difícilmente el recién nacido habrá tenido menos de dos días de vida. También pretende hacer deducciones del número de días de vida extra-uterina, por la presencia de elementos celulares observados al microscópio. Esto lo estimamos aventurado, pues se presta a errores, teniendo presente que el líquido morfológicamente es idéntico hacia el principio y fin del fenómeno, habiendo abundancia relativa de ele- mentos figurados tan solo en el período entre esos otros dos; y además, porque no puede predecirse la duración del fenómeno, porque es muy variable. Conviene advertir que con mucha anterioridad a los trabajos de Casella, tanto Guillot como Bouchut habían afirmado que la hipertrofia mamaria de los recién nacidos no ocurre hasta que no se haya caído el cordón umbilical, pero es la aplicación de ?stos hechos fisiológicos a la me- dicina legal lo que constituye la originalidad de lo reali- zado por Casella. El estudio y resúmen de nuestras observaciones clíni- cas nos dirán hasta donde estamos de acuerdo con lo que antecede. 644 ANALES DE LA Estudio clínico “Comprobar un error es descubrir una verdad” .—Bonmimn. La base fundamental de nuestro trabajo ha sido el conjunto de las observaciones siguientes. Con el fin de evitar cansar, no comprenden más que aquellos puntos, que a nuestro juicio pudieran relacionarse con el fenó- meno estudiado. Debemos advertir que en todos estos casos el cordón fué ligado a una distancia no mayor de 4 c.m. y no menor de 2.cam. deta piel Observación 1.—M. F. B., blanca, cubana, de 26 años de edad, secundípara. Enfermiza desde niña y con antecedentes obstétricos pésimos. La madre tuvo secreción láctea al 3er. día de parida, pero por su estado grave no amamantó a la criatura hasta ersdias | El niño tuvo secreción en sus mamas al 7* día de na- cido pero el cordón umbilical no se cayó hasta el 9* día. Observación 2.—R. F., blanca, de 29 años de edad, secundípara. Primer parto, fué instrumental; el segun- do normal, aunque lento. El niño fué amamantado al 2? día. Al 4? día tuvo el niño secreción en las mamas y al 8* día se había desprendido el cordón umbilical. Observación 3.—0. R. de A., blanca, mexicana, de 24 años de edad, primípara. Parto normal, al 2* día fué amamantada la criatura. El niño al 6* día tuvo secreción en sus mamas y el cordón umbilical se separó al 6* día. Observación 4.—5. F. de R., blanca, cubana, de 33 años de edad, multípara. Parto normal, pero algo pre- cipitado. La criatura fué puesta al pecho al 2* día. La niña no tuvo secreción mamaria hasta el 7* día, habiéndose desprendido el cordón al 4* día. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 545 Observación 5.—C. R. de A., blanca, mexicana, de 25 años de edad, secundípara. Parto normal y el niño fué amamantado al Jer. día. El líquido mamario del recién nacido se presentó al VE TEN pero dos días antes, al 5”, se había caído el cor- dón umbilical. En este caso, hubo íctero que persistió más de cinco semanas. A los 135 días de nacido o séase a los 128 de tener líquido, aun se lograba extraer alguna secreción de am- bas mamas. Observación 6.—J. F., blanca, cubana, de 23 años de edad, multípara. Parto normal. Amamantó a su hija al 2? día. La niña muy débil, pesó 5 libras al nacer; tuvo muy ligeras tumefacciones en la mama derecha el 13* día de su nacimiento y al siguiente día se le pudo esprimir una pequeña gota acuosa, pero nada más; el cordón um- bilical se había desprendido desde el 9* día. Observación 7.—D. R., mestiza, cubana, de 30 años de edad, multípara. Parto prematuro a los ocho meses. No amamantó al hijo por falta de leche. El niño falleció al 3er. día sin que se le presentara la secreción mamaria, y desde luego que no tuvo tiempo pa- ra que se le cayera el cordón umbilical. Observación 8$.—P. R., blanca, española, de 35 años de edad, multípara. Parto normal. Amamantó a su hi- ja al 2* día. La niña tuvo endurecidas sus mamas desde el 1er. día, a las pocas horas de nacer y el líquido mamario se presentó al 3er. día; el cordón umbilical no se cayó hasta el 7* día. La secreción mamaria no desapareció hasta el 50” día de su aparición. Observación 9.—M. V., blanca, española, de 33 años de edad, multípara. Parto fisiológico. —Amamantó a la criatura al 2* día. 646 ANALFS DE LA El niño tuvo tumefacción mamaria desde el ler. día y la secreción apareció al 2* día; el cordón se separó al 4% día. La secreción se manifestó constantemente durante 60 días. Observación 10.—A. P., cubana, mestiza, de 18 años de edad. Primípara. Parto precipitado en un tren y tras- ladada al hospital. La criatura prematura (7 meses de vida intra-uterina) fué amamantada desde el 2* día, pero por otra mujer re- cién parida. La niña no tuvo secreción mamaria y el cordón um- bilical no se desprendió pues la muerte sobrevino al 4” día. Observación 11.—M. J., cubana, mestiza, de 21 años de edad, secundípara. Parto normal y amamantó a la criatura al 2* día. El niño tuvo ligera tumefacción mamaria desde el 2* día; líquido en ambas mamas al Jer. día y el cordón umbilical se separó al 8? día. La secreción persistió durante 62 días. Observación 12.—D. B., blanca, española, de 21 años de edad, primípara. Embarazo y parto normales. La criatura fué amamantada desde el 2* día. La niña tuvo ligeramente hipertrofiadas sus mamas desde el 3er. día; la secreción escasa al 5* día, nula al 6? y finalmente se estableció al 7” día, pero hasta después de varios días no se hizo abundante; su duración fué de 50 días. El cordón umbilical se separó al 9” día. Observación 13.—A. P., mestiza, cubana, de 21 años de edad, multípara. Embarazo y parto actual fisiológi- cos. Amamantó al 2* día. Al 4? día, el niño tuvo hinchadas sus mamas, pero la secreción no se obtuvo hasta el 12* día, coincidiendo con la caída del cordón umbilical. PX ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 647 La secreción mamaria no fué nada abundante, y a veces se pasaban 24 horas y aun más sin lograr obtenerla. Fué pues irregular, más bien escasa y pudiera calcularse su duración en unos 12 días. Observación 14.—R. L., blanca, española, de 41 años de edad, multípara con antecedentes obstétricos bastantes desfavorables (un aborto y un parto instrumental) y ade- más caquexia tuberculosa avanzada. La criatura fué amamantada desde el 2* día, pero al 8% se recurrió a la lactancia artificial. Ictero desde eros día! Este niño no tuvo hinchadas sus mamas ni tuvo se- creción; al 10” día tuvo lugar el desprendimiento del cor- dón umbilical. Observación 15.—A. P., mestiza, cubana, de 21 años de edad, multípara, y con partos graves con tendencia a hemorragias. La niña fué puesta al pecho al 2* día y al 5* tuvo ligero íctero. La secreción mamaria muy escasa al 13* día única- mente, y el cordón umbilical se separó al 10* día. La madre resultó estar tuberculosa. Observación 16.—C. M., mestiza, cubana, de 22 años de edad, secundípara. Partos normales. Amamantó a su hijo el 2* día. El niño tuvo tumefactas sus mamas al Jer. día y se- creción al 4* día. El cordón umbilical se desprendió al 8” día. La secreción no había desaparecido al 68* día de su aparición. Observación 17.—C. Q., mestiza, cubana, de edad ignorada, el único antecedente que hay es el de que padece de alienación mental. - La criatura fué amamantada desde el 2* día hasta el 4% por otras recién paridas y desde ese día se recurrió a la lactancia artificial con leche de vaca. 643 ANALES DE LA El niño tuvo ligeras hinchazones mamarias al 6* día, y secreción abundante al 7* día. El cordón quedó des- prendido al 4* día. Tuvo secreción durante 13 días. Observación 18.—A. B., blanca, cubana, de 18 años de edad, primípara. Parto fisiológico. La criatura pesó más de 9 libras al nacer y fué ama- mantada desde el 2* día. La niña al 4” día tuvo tumefactas sus mamas y al 6* día había secreción abundante en ambas. El cordón um- bilical se desprendió al 6? día. Observación 19.—0. F., blanca, española, de 20 años de edad, primípara. Embarazo y parto normales. Ama- mantó a su hija desde el 2* día. Los tejidos mamarios tumefactos desde el 2% día y tres días después, al 5%, hubo secreción. El cordón se cayó al 8* día. El líquido mamario se presentó durante 56 días. Observación 20.—M. G., mestiza, cubana, de 22 años de edad, primípara. Buen parto. Amamantó desde el 22 días El hijo tuvo tumefactas las mamas al 5* día, y al 6* día tuvo secreción; el cordón umbilical se separó al I2dra: Observación 21.—M. D., blanca, cubana, de 31 años de edad, multípara. Parto normal. Al 2* día amaman- tó a la criatura. El niño presentó tumefacción mamaria al 5* día y al siguiente, o séase al 6? día, se notó secreción en el teji- do mamario; el cordón umbilical se separó al 12* día. La secreción se logró obtener fácilmente durante 60 días. Observación 22.—R. R., blanca, cubana, de 35 años de edad, multípara. Antecedentes patológicos: ceguera. Antecedentes obstétricos: tres abortos. El esposo sifilí- tico. El parto actual, bastante bueno; el puerperio y lac- tancia, también satisfactorios. ACADEMIA DE *CIENCIAS -DE- LA HABANA 649 La niña al 4* día tuvo hinchazones mamarios y al 5” día, secreción abundante, persistiendo hasta el día de su muerte. El cordón se desprendió al 7* día, Eno repetidas onfalorragias causaron la muerte a los 18 días, después del nacimiento. Observación 23.—J. L., española, blanca, de 23 años de edad, secundípara. Parto normal. Amamantó desde el 2* día. | El niño, bastante voluminoso, presentó tumefacción de las mamas al 3er. día y al 5* día se obtuvo líquido mamario. El cordón umbilical no se desprendió hasta el 10* día. La secreción abundante, duró unos 39 días. Observación 24.—F. D., blanca, española, de 26 años de edad, primípara. Parto lento. Amamantó al 2* día. El niño tuvo tumefactas las mamas y secreción desde el ler. día; el cordón umbilical se desprendió al 7* día. La secreción mamaria persistió durante 49 días. Observación 25.—A. F., negra, cubana, de 29 años de edad, primípara. Parto prematuro (8 meses). Desde el 2* día amamantó. La niña mestiza y muy débil; el cordón umbilical se separó al 9” día, pero hasta ese día, en que abandonaron el hospital sin dejar dirección, no se le había presentado secreción mamaria a la criatura. Observación 26.—L. A., negra, cubana, de 29 años de edad, secundípara. Buen parto. Lactó al 2* día. El niño (hijo de padre negro) tuvo poca hinchazón mamaria al 5* día y al 6* tuvo secreción, coincidiendo es- to último con la caída del cordón umbilical. La secreción nunca fué abundante, pero se obtuvo durante 42 días. Observación 27.—M. R., negra, cubana, de 34 años de edad, primipara y con Ela antecedentes dao Parto normal y pudo 'amamantar'al'2* día; TOMO LIV—43 650 ANALES DE LA La niña (mestiza) tuvo tumefactas sus mamas al 3er. día y al 4* día se obtuvo secreción. El cordón umbilical se desprendió al 9” día. La secreción aun persistía al 12% día en que se fué sin dejar dirección. Observación 28.—G. H., mestiza, cubana, de 37 años de edad, multípara. Antecedentes obstétricos excelentes. Amamantó al 2” día. El niño presentó tumefacciones mamarias al 2* día y secreción al 3er. día; el cordón umbilical no se despren- dió hasta el 8” día. La secreción abundante, pero no pudimos seguir la observación porque tanto la madre como su hijo se fueron al campo. | Observación 29.—M. G., blanca, cubana, de 28 años de edad, multípara. Buenos partos. Amamantó al 2” día. La niña al 3er. día tuvo hipertrofia de los tejidos ma- marios, y al 4” día, secreción; el cordón umbilical se des- prendió al 10* día. La secreción se manifestó durante 41 días. Observación 30.—J. P., mestiza, cubana, de 28 años de edad, multípara con antecedentes obstétricos de abor- tos y hemorragias post-partum. —Amamantó al 2” día. La niña tuvo tumefacciones mamarias al 2” día y secreción al Jer. día; el cordón umbilical se desprendió al 7* día. Durante 37 días hubo secreción mamaria en la niña. Observación 31.—E. R., blanca, cubana, de 19 años de edad, primípara. Parto fisiológico. Amamantó al 2* día. El niño tuvo poca hinchazón de las mamas al 3er. día y al 4? se notó secreción; el cordón quedó desprendido al 9” día. Observación 32.—R. G., blanca, española, de 31 años de edad, primipara. Parto normal. Amamantó al 2? día. _ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 651 La niña tuvo hinchadas sus mamas desde el Jer. día, y al siguiente día o séase al 4”, se le presentó secreción; el cordón umbilical se desprendió al 10* día. La secreción se mantuvo abundante. Observación 33.—C. D., blanca, cubana, de 22 años de edad, primípara. Buen parto. Amamantó al 2* día. La niña tuvo tumefactas sus mamas desde el ler. día y al 2* día se obtuvo por una ligera expresión, gotas de un líquido mamario sanguinolento, pero al siguiente día se hizo francamente lactescente; el cordón umbilical se se- paró al 12* día. Observación 34.—G. J., blanca, cubana, de 18 años de edad, secundípara. Parto normal. Empezó la crian- za al 2” día, pero enseguida tuvo que suspenderla por pa- decer ella de sarampión, pero el niño lo siguieron alimen- tando otras recién paridas. El niño al 2* día tuvo hinchadas sus mamas, y al 4% día tuvo abundante secreción; el cordón umbilical no se desprendió hasta el 6* día. Todavía al 24* día, en que se retiró del hospital se notaba abundante secreción en las mamas del niño. Observación 35.—H. M., mexicana, (india yucateca), de 26 años de edad. Los únicos antecedentes obstétricos: varios abortos. El parto actual, bueno. Amamantó al 2 día: El niño al 7* día tuvo tumefacciones mamarias, y ese mismo día apareció la secreción; el cordón umbilical quedó desprendido al 12* día. La secreción persistió durante 23 días. Observación 36.—M: F., blanca, cubana de 29 años de edad, multípara. Ha tenido varios abortos. El parto este, fisiológico. Amamantó al 2* día. La niña presentó tumefacciones mamarias desde el 3er. día y secreción al 4” día; al 8? día se le cayó el cor- dón umbilical, | 652 ANALES. DE. LA Observación 37.—M. V., blanca, cubana, de 32 años de edad, multípara. Buen parto. Amamantó al 2” día. La niña tuvo tumefactos los tejidos mamarios, desde el 4” día y secreción al 5% día. El cordón se cayó al 8” día. Observación 38.—A. L., negra, cubana, de 27 años de edad, secundípara. Antecedentes obstétricos: eclampsia en el primer parto. El embarazo y parto actual, fisioló- glcos. Amamantó desde el 2” día. La niña (hija de padre negro) tuvo hinchazón de sus mamas desde el ler. día, pero la secreción no apareció has- ta el 4% día. El cordón umbilical se desprendió al 5* día. A los 35 días de nacido aun había secreción. Observación 39.—S. M., mestiza, cubana, de 23 años de edad, multípara. Antecedentes obstétricos buenos. Ama- mantó al 2* día. La niña tuvo ligeras hipertrofias mamarias al 2* día, coincidiendo con la aparición de líquido en la mama iz- quierda; el cordón umbilical quedó desprendido al 5* día. Observación 40.—E. R., blanca, cubana, de 25 años de edad, secundípara. Su primer parto fué instrumental; el segundo normal. Empezó a criar al 2* día. - La niña apenas si tenía hinchazón en sus tejidos ma- marios.al 2” día, en que se le presentó el líquido en am- bos lados. El cordón umbilical se separó al 11* día. Observación 41.—M. L. B., blanca, cubana, de 23 años de edad, primipara. Parto bueno. —Amamantó al 2* día. La niña tuvo hipertrofia de las mamas al 3er. día y secreción al 5* día. El cordón umbilical quedó despren- dido al 7? día. Observación 42.—B. T., blanca, americana, de 31 años de edad, secundípara. Parto normal. No amamantó aunque pudo haberlo hecho desde el primer día; la cria-, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA id OS tura fué alimentada artificialmente a base de leche con- densada. El niño al 4* día tuvo ligeras hinchazones en ambas mamas, y al 5” día se logró secreción; el cordón umbilical no se desprendió hasta el 8* día. Observación 43.—L. A., negra, cubana, de 29 años de edad, secundípara. Buen parto. Amamantó al Jer. día. El niño muy delgado, mestizo, tuvo hipertrofias ma- marias al 2* día y secreción al Jer. día; el cordón umbilical quedó separado al 10" día. Observación 44.—0O. M., negra, cubana, de 38 años de edad, multípara. Buenos antecedentes obstétricos. Ama- mantó al 2* día. La niña tuvo infartos mamarios, desde el 2* día, pero la secreción no apareció hasta el 7* día, coincidiendo con la caida del cordón umbilical. Observación 45.—C. D., blanca, española, de 22 años de edad, primipara. Buen parto y puerperio. Ámaman- tó al 2* día. El niño al 2% día tenía hipertrofia mamaria, pero hasta el 8* día no vino a tener secreción. El cordón um- bilical se desprendió al 10* día. Observación 46.—5S. M., blanca, española, de 27 años de edad, primipara. Parto fisiológico. Amamantó al 2* día. El niño desde el 2* día tuvo tumefacciones mama- rias y al 5* día apareció la secreción; el cordón umbilical se separó al 9* día. Desde el 2* día se apreció un fuerte íctero neona- torum. Observación 47.—C. R., mestiza, cubana, de 14 años de edad, primípara. Parto normal. Amamantó al 2” día. La niña tuvo hipertrofias mamarias al 4* día y al 5% día tuvo secreción; el cordón umbilical quedó despren- dido al 19” día. | Observación 48.—P. A., blanca, española, de 28 años de edad, secundípara. Amamantó a su hijo al 2* día. 654 | ANALES DE LA El niño presentó hipertrofia ligera de sus tejidos ma- marios, y ese mismo día, al 5”, tuvo secreción en ambas mamas. Observación 49.—A. L., mestiza, cubana, de 29 años de edad, multípara. Enfermiza y ha tenido cinco abortos. Amamantó a su hijo desde el 2* día. El niño, débil, prematuro y con íctero desde el 2* día; la tumefación mamaria no se evidenció, ni la secreción tampoco; el cordón se separó al 12* día. Se fué al 13* día sin que pudiéramos seguir la obser- vación. Observación 50.—J. B., negra cubana, de 45 años de edad, multípara. Parto normal. Amamantó desde el ler día: El niño tuvo ligera hipertrofia mamaria al 5* día, pe- ro la secreción nunca se apareció. El cordón umbilical se desprendió al 8* día. Observación 51.—R. H., negra, coa de 31 años de edad, multípara. Partos herndrra gicas y abortos. Crió desde el 2* día. El niño tuvo ligeras hipertrofias mamarias desde el ler. día y al 2* día tenia secreción; el cordón umbilical se cayó al día 8”. Observación 52.—T. Y., negra, cubana, de 24 años de edad, multípara, con tres partos instrumentales. Ama- mantó al 2* día. La niña al 2* día tuvo hinchados sus tejidos mama- rios y al 4* día se notó secreción en ambas mamas; el cor- dón umbilical se desprendió al 10” día. * + * Resúmen.—Las anteriores observaciones clínicas pue- den condensarse, para estudiarlas en sus puntos más im- portantes, de la manera siguiente: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 655 Número de la Día de la Día de la pe de d .e 1 Relación Sal Observación tumefacción secreción pera E SL ER cordón caída del cordón 1 Tenorada 7 9 Anterior 2 Tenorada 4 8 Anterior 3 Ignorada 6 6 Coinciden 4 Ignorada 7 4 Posterior S | Tgnorada 7 5 Posterior 6 13 14 9 Posterior 7 0 0 0 8 1 y 7 Anterior 9 1 2) 4 Anterior 10 (0) 0 0 11 2 3 8 Anterior 12 3 5 9 Anterior 13 4 12 12 Coinciden 14 0 0 10 15 0) 13 10 Posterior 16 3 4 8 Anterior 17 6 7 4 Posterior 18 4 6 6 Coinciden 19 2 5 8 Anterior 20 5 6 12 Anterior 21 5 6 12 Anterior 22 4 5 7 Anterior 23 3 5 10 Anterior 24 1 1 7 Anterior 25 0) 0 9 26 5 6 6 Coinciden 27 3 4 9 Anterior 28 2 3 8 Anterior 29 3 4 10 Anterior 30 2 ES 7 Anterior 31 3 4 9 Anterior 32 3 4 10 Anterior 33 1 2 12 Anterior 34 2 4 6 Anterior 35 7 7 12 Anterior 36 3 4 8 Anterior 37 4 5 8 Anterior 38 1 4 5 Anterior 30 2 2 5 Anterior 40 2 2 11 Anterior 41 3 5 7 Anterior 42 4 5 8 Anterior 43 2 3 10 Anterior 44 2 7 7 Coinciden 45 2 8 10 Anterior 46 2 5 9 Anterior 47 4 5 19 Anterior 48 4 5 9 Anterior 49 0 0 12 50 5 0 8 Ninguna 51 1 2 8 Anterior 52 2 4 10 Anterior 656 d: ANALES DE LA Lo que primero se nota es, que de los 52 casos, 46 han tenido líquido o secreción mamaria. 51 del número total descontamos las Observaciones números 7, 10, 14, 25 y 49 por razones que se dirán más adelante, tendremos que el fenómeno estudiado se presentó en todos los casos me- nos uno, o séase más de un 97 por ciento de casos positivos. No nos parece justo incluir las Observaciones 7 y 10 porque se trata de criaturas que fallecieron antes de tener probabilidades de que el líquido se presentara. En los casos de las Observaciones números 14,'25 y 49 también podemos alegar que quizás más tarde tendrían secreción, pero no pudimos seguirlas. Téngase presente que la se- creción mamaria puede ser tardía (Observaciones 6, 13 y 15), a los 14, 12 y 13 días respectivamente. No sabemos por qué el niño de la Observación nú- mero 50 fué la excepción, al no tener líquido mamario. La edad avanzada, 45 años, de la madre, pudiera ser la explicación. Otro punto evidente es, que el sexo de la criatura pa- ra nada influye en la aparición del líquido mamario. La raza, naturalidad, edad, antecedentes obstétricos o patológicos de la madre, no parecen ser factores en la producción del fenómeno, en el recién nacido. El estado de robustez de la criatura sí parece influir, en el sentido de que la aparición del líquido es más segura y la abundancia de la secreción mayor. Y naturalmente es de esperarse lo contrario: que niños en%2rmizos o débi- les no son propensos a tener dicha secreción, y si la tienen será escasa. ) El fenómeno se presenta también en las criaturas cria- das artificialmente, es decir, que la influencia materna aun cuando no puede negarse, tampoco es indispensable para que ocurra la secreción en los niños. La aparición del líquido puede ser precoz o tardía. La hemos observado en el ler. día (Observación 24) y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 657 también en otro caso no se obtuvo hasta el 14* día (Obser- vación 6). Es corriente que se presente al 4* ó 5* día. En la imposibilidad material de seguir el curso del acto secretorio en todos los observados, escogimos un cor- to número de ellos, que nos fué dable vigilar diariamente. El número de observados para determinar la duración del fenómeno fisiológico fué de 14, como sigue: Observa cion NUCA a A AR 50 días Ae ES A A AS OA O 60 ,, ó; . A ra A e e tn A Ca E - TA al A a e SO ho E 10 E a E E E A A o SUE E E A A O EN e CI EA A A AS TES E A SOS ” ” 21 > 60 ” »” ” 26 > 42 ” ” ” 29 - 41 ” »” ” 24 > 49 ” e E UE A A A Sie Es A A 23 El promedio de esos 14 casos es pues de más de unos 43 días o séase una duración mucho mayor que la atri- buída por Casella, quien le concede tres o cuatro semanas. Al niño de la observación número 5 le duró el fenó- meno secretorio más de 128 días; y en cambio hubo casos en que apenas duró días u horas (Observaciones 6 y 15). Por lo tanto para obtener el promedio de duración no in- cluímos esos casos extremos, porque bien pudieran esti- marse como anormales. Invariablemente precedió a la secreción, una hiper- trofia en los tejidos mamarios. Por último, la relación entre la aparición del líquido mamario y la caída del cordón umbilical ha sido todo lo contrario a lo que dice Casella. El investigador italiano en 37 casos observó que tan solo en 3 el fenómeno precedió a la caida del cordón. En nuestros 46 casos, 36 tuvieron secreción con anterioridad a la separación del cordón. No es pues evidente que exista la pretendida relación descrita por Casella, y que pudiera atribuirse en sus investigacio- nes, al clima de Cerdeña o a la alimentación de sus obser- vadas, o a alguna otra causa desconocida. 658 ANALES DE LA En el siguiente cuadro se resúmen también estos resultados: No. de casos! No. de casos Relación entre la caída del cor- Días de vida |Aparición de ¡Caída del cordón | dón umbilical y la aparición de extra-uterina | la secreción ió E umbilical la secreción mamaria. 1 1 | ¡La secreción precedió a la caída AAA del cordon umbilical en36 (casos: Je 5 | ETE | 3 5 La secreción apareció el mismo ¡ —— [día que la caída del cordón um- 4 10 3 lbilical en 5 casos. 5 10 3 ad La secreción ELO cada 6 | z aca A ¡del cordón umbilical a las 24 horas en O casos; a las 48 horas 7 | 6 e l'en 1 caso y en 4 casos no apare- | ció sino tardía, después de las 8 | 1 E 1 148 horas de caído el cordón. E AA SR Ñ 9 | 8 | 10 5 8 ¡En un solo caso no hubo secre- ¡ción «¿bsolutamente (Observa- 11 7 1 ¡ción número 50); ni siquiera tal 149 día. 12 1 6 13 1 14 1 19 1 Conclusiones : 1*—Que es un fenómeno fisiológico, la aparición de un líquido lactescente en los tejidos mamarios de casi to- dos los recién nacidos. 2*—Que ese fenómeno es de índole secretoria. 3*—Que no existe la pretendida relación entre la caí- da del cordón umbilical y la aparición del líquido mamario. 4*—Que el médico forense no puede determinar la edad de un recién nacido que fallezca, utilizando la rela- ción descrita por Casella. Marianao, 8 de abril de 1918. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 659 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS (1) Strassmann—Manuale di medicina legale. Torino. 1900, p. 712. (2) Dante Casello—La secrezione mammaria dei neonati in raporto colla medicina legale. (Tesis de la R. Umiersidad de Sassari. Italia). (3) L. Perna—Dos casos de ginecomastia unilateral izquierda. (Actas y tra- bajos. ler. Congreso Médico Nacional, p. 356). (4) J. Le-Roy.—Notas sobre ginecomastia. (Rev. de Med. y Cir. de la Ha- bana, t. XVIII, p. 511). (5) R. Stincer—Ginecomastia primitiva. (Rev. de Med. y Cir. de la Ha- bana, t. XXII, p. 136). (6) A. Pulido —Lactancia paterna. (Folleto). (7) L. M. Cowley—Lactancia paterna. (Rev. de Ciencias Médicas. Año X, p. 176 y Rev. de Med. y Cir. de la Habana, t. XITI, p. 140). (8) Ashby and Wright. (Notrhrup)—The diseases of children. 4th. ed. 1900, p. 627. : (9) Mc. Kee and Wells —Practical pediatrics, vol. I, p. 77. (10) E. Bouchut—Tratado práctico de las enfermedades de los recién na- cidos. Trad. castellana. 32 edición, 1905. p. 730. (11) M. Cohn.—Zur morphologie der milch. (Archiv. f. path. anatom. und physiologie, vol. 162, 1900). (12) O. Heubner.—Tratado de enfermedades de la infancia. Trad. castellana. Madrid ti E spilo: (13) Hammarsten and Hedin (Mandel) —Physiological Chemistry. 7th. ed, 1915, p. 665. (14) P. 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Hirst—A text-book of obstetrics. Philadelphia. 1898. S. Recasens—Tratado de obstetricia. Barcelona. M. Orfila —Tratado de medicina legal. Madrid. 1847. J. L. Casper —Medécine legale. París. 1862. J. Briand et E. Chaudé —Manuel complet de médecine legale. París. 1868. P. Mata—Tratado de medicina y cirugía legal. 5% ed., Madrid. 1874. T. Yañez.—Elementos de medicina legal y toxicología. Madrid. 1884. A. S. Taylor —Tratado de medicina legal. Trad. castellana. Madrid. 1890. E. R. Hofmann.—Tratado de medicina legal. Trad. castellana. 2% ed., Ma- drid. 1891. P. Brouardel.—L'Infanticide. París 1897. A. Lacassagne.—Precis de medécine legale. 1906. Ch. Vibert—Tratado de medicina legal y toxicología. Trad. castellana. Bar- celona. TE OA EI ACA 660 | “ANALES DE LA INFORME SOBRE EL TRABAJO “EL LIQUIDO MAMARIO DEL RECIEN NACIDO” por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá (Sesión del 10 de mayo de 1918) Con fecha 8 de abril último, el Dr. Julio F. Arteaga, remitió a esta Academia un trabajo sobre “El líquido ma- mario del recién nacido”, y dedicado a la memoria del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta. Este trabajo es un amplio estudio científico de dicho líquido considerado desde los puntos de vista de la fisio- logía, de la clínica y de la medicina legal. No se limita a recopilar lo poco que sobre el fenóme- no se ha escrito en el terreno de la fisiología, sino que, ade- más de citar los trabajos químicos e histológicos que so- bre el líquido mamario del recién nacido se han hecho, el autor ha dedicado tiempo y esfuerzos a comprobar lo di- cho por los que le han precedido y a estudiarlo por su par- te, microscópicamente tanto en preparaciones frescas como en otras fijadas y teñidas. Las observaciones clínicas, en número de 52 pasan con mucho de las que le sirvieron a Casella para el tra- bajo que ha inspirado las investigaciones del Dr. Artea- ga, y en ellas señala los puntos necesarios a la demostra- ción de su tésis, que obtiene del análisis de los datos sumi- nistrados por dichas observaciones, condensadas en cua- dros estadísticos para facilitar su estudio. En el terreno médico legal llega a conclusiones distin- tas de las formuladas por el investigador italiano; lo que lejos de restarle valor al trabajo que analizamos tiene, en nuestra opinión, el mérito de refutarlas con hechos seme- jantes, que opone a los citados por Casella. La investiga- ción bibliográfica que en «los-autores de medicina legal ha ACADEMIA DE CIENCIAS: DE LA HABANA 661 LAA AAAAANKXÁ hecho, le ha evidenciado el silencio que sobre este parti- cular guardan casi todos los tratadistas, y esto viene, en cierto modo, a darle mayor valor a sus conclusiones ne- gativas, pues, si el fenómeno tuviese en realidad impor- tancia para fijar la edad del recién nacido, indudablemen- te no hubiera pasado inadvertido al estudiar el infantici- dio y los otros problemas relacionados con la vida del nuevo ser. La importancia de la relación que creyó Casella que existiera entre la aparición del líquido en las mamas de los recién nacidos y la caída del cordón umbilical, era de importancia considerable para todos los que nos dedica- mos a estudios médico legales; pero las observaciones pre- sentadas por el Dr. Arteaga, al oponerle las suyas, hacen que por lo menos se abran nuevas investigaciones, en dis- tintas condiciones de medio y de localidad. Teniendo en cuenta la importancia del trabajo pre- sentado por el Dr. Arteaga; recordando las importantes contribuciones científicas que ha presentado en esta Aca- demia; recordando también que en abril de 1917 fué apro- bada su candidatura para ocupar un puesto de académico de número; y, teniendo en cuenta que en la actualidad está domiciliado fuera de la Habana, no dudamos en pre- sentarlo como candidato a ocupar un puesto de académico corresponsal, de acuerdo con lo que determina el artícu- lo 17 de nuestro reglamento; sirviéndole el presente tra- bajo para llenar una de las condiciones exigidas en aquel y remitiéndonos para lo demás al informe aprobado por esta Academia en la sesión del 27 de abril de 1917. 662 ANALES DE LA INFORME SOBRE LAS MEMORIAS PRESENTADAS EN OPCION AL PREMIO CAÑONGO por los Dres. J. A. Presno, J. Le-Roy y C. E. Finlay (ponente) (Sesión de gobierno del 10 de mayo de 1918) Para el premio Cañongo (1918) se han presentado dos trabajos con los lemas respectivos de “La perseveran- cia puede sustituir el destello del genio” y “21 de agosto”. Este último consiste en una serie de disquisiciones filosóficas sobre la naturaleza de la inteligencia, que des- arrolla de una manera original, reconociendo su existencia aun en las células. No toca ningún punto verdadera- mente médico y sólo incidentalmente trata de biología. La opinión del ponente es que debe descartarse por no reunir condiciones para un trabajo premiable. ' El primero es un extenso trabajo sobre “La etiología y tratamiento del estrabismo”. Aunque en él no se con- signan experiencias originales, el trabajo es muy comple- to, consistiendo en una concienzuda recopilación de todo lo que se ha escrito sobre esta materia, expuesto en una forma clara y elegante, y conforme con las ideas más modernas. En vista de lo expuesto el ponente opina debe con- cederse el Premio al trabajo presentado con el lema “La per- severancia puede sustituir el destello del genio”:—(f) Dr. C. E. Fimlay. Reunida la comisión y examinada esta ponencia, fué aceptada por unanimidad.—Habana, 25 de abril de 1918.—(f) José A. Presno.—(1) Dr. Jorge Le-Roy.— (1) Dr. C. E. Finlay. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 663 INDICE ALFABETICO DE AUTORES ACADEMIA PAGS. Acta de la sesión pública solemne conmemorativa del LVI aniversario de la fundación de la Academia del 19 mayo TONTA ITA 6 Acta de la sesión pública ordinaria = 8 junio 1 ll e 51 » » .% 5 oi Eze S LO 98 » » » $ 5 » 26 octubre LAA 206 E e ; SS extraordinaria ,, 19 noviembre 1917...... 295 a ; . científica Ps 9 noviembre 1917...... 316 5 E e a ordinaria ZA MOVIE II 326 > sy o A extraordinaria ,, 10 diciembre 1917...... 348 » » E > ordinaria A LIAEnero AOS AS 361 y e 5 5 ordinaria IZ Menero 191 00% 381 ba A a a extraordinaria ,, 8 febrero VOM. 432 SS > $ S ordinaria 22 tebrero 1014 454 5 5 > > ordinaria Ss 8 marzo Sao o 510 5 5 > científica 22 marzo ISA 540 > 5 33 SS extraordinaria ,, 30 marzo LIMA 576 4 ar 53 y ordinaria 2 abril 10 hor 578 5 e de científica 26 abril LES 596 Acuerdos de la Academia (sesión ,, 8 junio ose 97 » or 5 5 » 26 octubre OSO 288 » as % 5 E 11 enero TOTANA 376 » $ E > a 10 mayo LB 630 Convocatoria [Enrique Núñez y Enrique B. Barnet] . . . ..... . . 141 Puras de los. premios para 1918:.-...0..14% IPUR a e 50 664 ANALES DE LA AGRAMONTE, ARISTIDES y AROSTEGUI, GONZALO. Informe médico legal en causa por lesiones, 12 julio 1917 . . . ALACAN, JOSE P. Informe sobre un producto farmacéutico (Bimagnesix, 26 octubre 1917) Informe sobre un preparado industrial [polvos de arroz para el toca- dor con hiel de vaca], 11 enero 1918 ALONSO CUADRADO, GASTON. Los confines de la materia ponderable en el universo, 22 junio 1917. AROSTEGUI, GONZALO. Véase: Agramonte, 12 julio 1917 ARTEAGA, JULIO F. Véase Presño, 23 noyiembre 19 A A A El líquido mamario del recién nacido, 10 mayo 1918 . CASTRO Y BACHILLER, RAIMUNDO DE La criminología ante la medicina legal, 8 marzo 1918 .......... Intoxicaciones industriales debidas a la fabricación de los explosivos, 26 abril 1918 A OS IA ARI TES IE O OE OS OVER ARO OO ETCHEGOYHEN, FRANCISCO El muermo es enfermedad curable, 11 enero 1918 . . . . FERNANDEZ, FRANCISCO M2, Nota preliminar sobre el tratamiento del estrabismo por la opera- ción de Reese, 25 enero 1918 . . Neuritis óptica y exoftalmía por tumor retro-orbitario, 22 febre- ro 1918 Desprendimiento de la retina en ambos ojos de orígen traumático, 26 abril 1918 A A OR O RO A IIA PO O e FP OE OOO O BORO FERNANDEZ, JUAN SANTOS. Las Academias. Discurso del Presidente de la Academia de Cien- cias, Dr.... en la sesión solemne del 19 de mayo 1917 . . El Dr. Luis M* Cowley, 8 junio 1917 Discurso del Dr...., contestando a los que le dirigieron la palabra con motivo de haber cumplido sus siete décadas, 22 julio 1917. La muerte del Dr. Raimundo Menocal, 26 octubre 1917 . . . . . . Relación breve a la Academia de Ciencias de la Habana de mi últi- ma excursión al extranjero, 23 noviembre 1917 . Colocación del retrato del Dr. Enrique Núñez en la Academia de Ciencias, 10 diciembre 1917, . 4d d ra en O PAGS. 143 216 368 107 143 340 634 526 608 371 :: 3497 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 665 Mirada retrospectiva del muermo en la Habana. Métodos empleados para el diagnóstico del muermo, 22 febre- TOMA EN ARIAS ORINA, A A O D. Francisco Paradela y Gestal, 12 abril 1918 . : Rafael M2 de Labra, Académico de Mérito, 26 abril 1918 . FINLAY, CARLOS E. Informe sobre las memorias presentadas en opción al Premio Ca- NODSO OEA IS a des GARCIA CAÑIZARES, FELIPE. Junta Nacional de Pesca. Su historia. Trabajos realizados en ella por el Dr...., 26 octubre 1917 . GOMEZ MURILLO, RICARDO. La protección a la ganadería cubana, 19 mayo 1917 . La profilaxis del muermo, 25 enero 1918 . GUITERAS, JUAN. El Schistosomum Mansoni en Venezuela, 22 junio 1917 HECTOR, FRANCISCO M2. Informe médico legal por intoxicación [fósforo], 8 marzo 1918 . HERNANDO SEGUÍ, DOMINGO. Informe sobre un producto farmacéutico. [Liquido para curar que- madirasider la piel MUI o e o ds Amigdalectomía y amigdalotomía, 23 noviembre 1917 . LE-ROY Y CASSÁ, JORGE. Memoria de las tareas realizadas por la Academia de Ciencias Mé- dicas, Físicas y Naturales de la Habana durante el año acadé- mico de 1916 a 1917 por el Secretario de la misma . . .... . Bibliografía del Dr. Luis M2 Cowley, 8 junio 1917 . Homenaje al Dr. Juan Santos Fernández. Antecedentes. Explica- ción del objeto de la fiesta y mensajes, 22 julio 1917 . . Tasación de honorarios profesionales, 22 agosto 1917 . Bibliografía del Dr. Raimundo Menocal y Menocal, 26 octubre 1917. Informe sobre candidatos a dos plazas de académicos de número (los Dres. José A. López del Valle y Luis F. Rodríguez Molina), NOE A A A A COS Informe sobre privilegio de invención de un aparato, 11 enero 1918. Elogio del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, 8 febrero 1918 . Informe médico legal en causa por disparo de arma de fuego y le- SIONES STA yeso Leprero) 11 o te PS IE JS TOMO LIV—44 PAGS. 465 581 599 662 232 34 389 101 524 53 346 666 ANALES DE LA Informe médico legal en causa sobre nulidad de matrimonio, 8 mar- TR AN IS A A SES O ER ME o ES Bibliografía del Sr. Francisco Paradela y Gestal, 12 abril 1918 . El Dr. Domingo Sánchez Toledo. Nota necrológica, 12 octubre 1918. Informe sobre el trabajo “El líquido mamario del recién nacido”, 10 MINO LES IA e A RR a o AS Vease Finlay: LO mayo LOL A a A AENA MILLÁS, CARLOS. El método general de Laplace para órbitas y su aplicación directa a órbitas parabólicas. Cálculos completos de la órbita prelimi- nar del cometa Schaumasse, b 1917. Resumen del estudio presen- tado 9 moyiembre 197 E E ts IEEE MORALES, LUIS. La limpieza. de suna cidad Z22 marzo O PRESNO, JOSE A. y ARTEAGA, JULIO F. Doble operación cesárea por pelvis oblicua coxálgica, 23 noviem- TAN A A A O a Informe sobre el Dr. Angel Arturo Aballí, 11 enero 1918 . Véase: Finlay, 10 mayo 1918 . RODES, LUIS E: Secretos del mundo sideral. La espectroscopia y la fotografía al ser- vicio de la astro-física. (Extracto), 30 mayo 1918 . RODRIGUEZ MOLINA, LUIS FELIPE. Las pielo-nefritis gravídicas, 26 octubre 1917 . RUIZ CASABÓ, MANUEL. Informe y tasación de honorarios, 8 febrero 1918 . z Informe presentado a la Academia sobre el resultado de lost casos de. lepra, ¡3 marzo LS ON. Md ICI Informe sobre honorarios, 10 marzo 1918 . SAN MARTIN, JULIO. La curabilidad del muermo, 22 febrero 1918 . . ..... ... TORRALBAS, FEDERICO. Elogio del Dr. Raimundo Menocal y Menocal, 1% noviembre 1917. TORRE, CARLOS DE LA Discurso del Dr...., en el homenaje al Dr. Juan Santos Fernán- dez 22 julio, 17 e et o e AIDA REIS A. 318 541 340 377 662 576 275 421 513 632 477 296 175 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 667 INDICE DE MATERIAS ACADEMIA PAGS. Acta de la sesión pública solemne conmemorativa del LVI aniversario de la fundación de la Academia del 19 mayo 1 e 6 Acta de la sesión pública ordinaria E 8 junio LOLI 51 » ” 2 57 ze a >; LOA 98 5 y 0 y y » 26 octubre TOI RA 206 . E z extraordinaria , 1% noviembre 1917...... 295 A > E científica ys 9 noviembre 1917...... 316 e a ps A ordinaria 2523 moviembre” 19073. 2..2 326 e pe 4. E extraordinaria ,, 10 diciembre 1917...... 348 a E A e ordinaria e 11 enero OTE AE 361 A de E Sl ordinaria ZO EUCrO toca. 381 5 E > > extraordinaria ,, 8 febrero A 432 55 > >> A ordinaria » 22 febrero VOTA 454 po - A A ordinaria ES 8 marzo IO 510 E > 5 científica 1 122). marzo 101 540 E ñ > A extraordinaria ,, 30 marzo LO 576 a dy de > ordinaria ZA DE VO 578 se ña > científica sj 26% abri MiB 596 Acuerdos de la Academia (sesión ,, 8 junio VOM 97 A E $ ne » 26 octubre a Ma 288 sh E se A A 11 enero LOEB IIA: 376 ?> 2 = E E 10 mayo DB. to: 630 Convocatoria [Enrique Núñez y Enrique B. Barnet] . . . . ... . . 141 Programardo: lo premios ¡para IS IN a 50 668 ANALES DE LA INGRESOS DE ACADEMICOS. Informe sobre candidatos a dos plazas de académicos de número [los Dres. José A. López del Valle y Luis F. Rodríguez Molina], por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (26 octubre 1917) . . . . . . Informe sobre el Dr. Angel Arturo Aballí, por el Dr. José A. Presno. (A Enero ALS) a AO Informe sobre el trabajo del Dr. Julio F. Arteaga “El líquido mama- rio del recién nacido”, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (10 ma- OLIVO sas ls E o rl ONES: O E de Mo DO UR AA ELOGIOS Y NECROLOGIAS DE ACADEMICOS. El Dr. Luis M? Cowley, por el Dr. Juan Santos Fernández. (8 ju- A A A E E O A A oro La muerte del Dr. Raimundo Menocal y Menocal, por el Dr. Juan Santos Fernández. (26 octubre 1917) . . .. ... . O Elogio del Dr. Raimundo Menocal, por el Dr. Federico Torralbas. Len ovembre LIT e E SR Colocación del retrato del Dr. Enrique Núñez en la Academia de Ciencias, por el Dr. Juan Santos Fernández. (10 diciembre 1917). Elogio del Dr. Antonio de Górdon y de Acosta, por el Dr. Jorge DEL-RONINE ASS a MS HEDICLO HIS) A AR A NS A D. Francisco Paradela y Gestal, por el Dr. Juan Santos Fernández. A, TES A E E LAO RA O AIRES El Dr. Domingo Sánchez Toledo. Nota necrológica, por el Dr. Jorge Te RO AE ISSO O O E Rafael María de Labra, académico de mérito, por el Dr. Juan San- Loser ernándes (20 BIBLIOGRAFIAS DE ACADEMICOS. Bibliografía del Dr. Luis M*% Cowley, por el Dr. Jorge Le-Roy MEUS TIRSO LIT E O Bibliografía del Dr. Raimundo Menoca! y Menocal, por el Dr. Jorge MERO COS SE ZORO ELUDIO LT I Bibliografía del ingeniero Sr. Francisco Paradela y Gestal, por el DISTOr gene -ROYIy CAS S EAN ALI O ASUNTOS VARIOS. Las Academias. Discurso del Presidente de la Academia de Ciencias Dr. Juan Santos Fernández, en la sesión solemne del 19 de ma- NE A AA A A E O NE Memoria de las tareas realizadas por la Academia de Ciencias Mé- dicas, Físicas y Naturales de la Habana, por el Secretario de la misma Dr. Jorge Le-Roy y Cassá, en la sesión solemne del 19 denmayorde OMT E A E Homenaje al Dr. Juan Santos Fernández. Antecedentes. Explicación del objeto de la fiesta y mensajes, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. CER UL AA A O A . PAGS. 289 377 660 54 217 296 349 403 581 592 599 59 219 588 17 _ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 669 DNA PAGS. Discurso en el homenaje al Dr. Juan Santos Fernández, por el E DisCerlos de la Dorre. (22%: 3ulio 1917). 2... , a NAS) Discurso, contestando a los que le dirigieron la eE con motivo de haber cumplido sus siete décadas, por el Dr. Juan Santos Rermundez (22 uo VOI E E 198 Relación breve a la Academia de Ciencias E 5 ba de mi últi ma excursión al extranjero, por el Dr. Juan Santos Fernández. (EAN A A E eS 328 Informe sobre las Memorias presentadas en opción al Premio Ca- ñongo, por los Dres. Carlos E. Fimlay, Jorge Le-Roy y Cassá y JODA. reso mayo 1918) 0 Li a IR . 662 CIRUGIA. Las pielo-nefritis gravídicas, por el Dr. Luis Felipe Rodríguez Mo- lima. (26 octubre 1917) . A A : 21.275 Doble operación cesárea por Sel is oblícua olaa por de Dia e sé A. Presno y Julio F. Arteaga. (23 noviembre 1917) . . . . . 340 Amigdalectomía y amigdalotomía, por el Dr. Domingo Hernando SEGUI (2 IO IA a Ti -346 FARMACIA. Informe sobre un producto farmacéutico. [Líquido o pomada para curar quemaduras de la piel], por el Dr. Domingo Hernando SETUTS UO z 53 Informe sobre un producto ascéltico ieasoah por el las e) 0- Se Alacán. (ZO EA MN A a 216 Informe sobre un preparado industrial [polvos de arroz para el toca- dor con hiel de vaca], por el Dr. José P. Alacán. (11 enero 1918). 368 FISICA. Los confines de la materia ponderable en el universo, por el Dr. Gas- tonAlonsorcuadrados (2 junio LITO. A ade 107 El método general de Laplace para órbitas y su aplicación directa a órbitas parabólicas. Cálculos completos de la órbita preliminar del cometa Schaumasse b, 1917. Resúmen del estudio presentado, ponte; 1Carlos Malas (9 novembre 1917). 1. AS LS Secretos del mundo sideral. La espectroscopia y la fotografía al ser- vicio de la astro-física. [Extracto], por el R. P. Lwis E. Rodés. EN aro TN E ON OS CI Oo 576 HIGIENE. [Véase VETERINARIA]. Junta Nacional de pesca. Su historia. Trabajos realizados en ella, por el Dr. Felipe García Cañizares. (26 octubre 1917) . . . . 232 Informe sobre privilegio de invención de un aparato, por el en Jor- BE PMEIRON OY COssu (enero II A a iS 369 Informe presentado a la Academia sobre el resultado de los casos de lepra, por el Dr. Manuel Ruiz Casabó. (8 marzo 1918) . . . 513 La limpieza de una ciudad, por el Sr. Luis Morales. (22 mar- ZORO ES E O e SAO ONE ao 541 670 ANALES DE LA PAGS. MEDICINA TROPICAL. El Schistosonium Mansoni en Venezuela, por el Dr. Juan Guiteras. Aaa ol E O A E ES O OIE 101 MEDICINA LEGAL Y TOXICOLOGIA. Informe médico legal en causa por lesiones, por los Dres. Arístides Agramonte y Gonzalo Aróstegui. (12 julio 1917) .......... 143 Tasación de honorarios profesionales, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassé. (22 agosto MIT) a o a op 208 OSO 205 Informe y tasación de honorarios, por el Dr. Manuel Ruiz Casaboó. (SAtebrero OS) a a noo as DA NEC 421 Informe médico legal en causa por disparo de arma de fuego y le- siones graves, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (8 febrero 1918). 446 Informe médico legal en causa sobre nulidad de matrimonio, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (8 marzo 1918)... . 0... 518 Informe médico legal por intoxicación [fósforo], por el Dr. Francis- co Me Hector: (Siómarzo TOLS)E: ARI da IAS 524 La criminología ante la medicina legal, por el Dr. Raimundo de Cas- OA BCE SEMAZO SN E EN 526 Intoxicaciones industriales debidas a la pra de los explo- sivos, por el Dr. Raimundo de Castro y Bachiller. (26 abril 1918). 608 Informe sobre honorarios, por el Dr. Manuel Ruiz Casabó. (10 ma- yo 1918) . ES SOSZ El líquido mamario del recién daa. por d Dr. Flo F ARÓAGA: AO ES A O a Se ao a e a 034 OFTALMOLOGIA. Nota preliminar sobre el tratamiento del estrabismo por la opera- ción de Reese, por el Dr. Francisco M? Fernández. (25 enero 1918) 396 Neuritis óptica y exoftalmía por tumor retro-orbitario, por el Dr. Juan Santos Fernández. (22 febrero 1918) . . . ... . 23 ONO AA 506 Desprendimiento de la retina en ambos ojos de origen traumático, por el Dr. Francisco M* Fernández. (26 abril 1918) . . . . .. . 605 VETERINARIA. La protección a la ganadería cubana, por el Dr. Ricardo Gómez WMainallos CL MAYO MOLI ds E A e AA 34 El muermo es enfermedad curable, por el Dr. Francisco Etchegoyhen. (UNEN A A A A E O La profilaxis del muermo, por el Dr. Ricardo Gómez Murillo. (25 TenEro OTE) ora Ts e ies ea adi oo Era ai Ml . 389 Mirada retrospectiva del muermo en la Habana. Métodos ico dos para el diagnóstico del muermo, por el Dr. Juan Santos Fer- nández. (22 febrero A O O 465 La curabilidad del' muermo, por el Dr. ula San Martín. (22 fe- LECLO MOMO) o e A al O NOS 477 nforme. a ¡causas A nulidad ds matrimo- dio “por el Dr. a La, y Cassá. (Sesión e 8 de marzo de 1918) . O AR NA O e ls MA ; dia) ' XXI Informe: Deiédito' legal: ho intoxicación, porel Dr. Francisco, Ma Héctor. (Sesión del 8 de marzo Ss 1918). NA ds po Bo SS A OS AAA pd CE O OxxIr a, alada ante la medicina legal nor el Dr. Raimun- >. : 0 do de Castro y Bachiller. (Sesión del 8: de marzo de 11918). "526 E XXXII. eta de la sesión, científica - del: 22, de: marzo de 1918. .-. 540. do E pS eS _ XXIV. —La, limpieza de. una ciudad, por el ingeniero Sr. Luis” Mo- 1 : pe rales y Pedroso. (Sesión del 22 de marzo de 1918) . .-. 541 De Ri 'XXV.—Acta “de la sesión. pública. extraordinaria del 30 de marzo e La ANA ¿de 1080 e % Y EI AS pS ER q “576 XXVI; TActa, de. la ¡sesión abs ordinaria del 12 de abril de 1918. 185 E A 1% e XXVIL —D. . Francisco Paradela y Gestal, por el e. “Juan “Santos era Si Fernández. -Gesión; del 12 de abril de 1918) . EXA A y y At fo ye o : XXVII Bibliografía del ingeniero IE “Francisco Paridél y Gestal; e ES o AS po ADE A SR O ¿588% XXIX —El Dr. Domingo Sánchez Toledo. Nota necrológica, por el Dr. Jotas Le-Boy: y/Cassá,, ¡(Pesión del. 12, < de absil de. 1918) 592 XXX. Acá de la sesión a del 26 de abril de OS 596 XXXI —Rafael María de Labra, :“académico de mérito, por el Dr. q e E an Santos. Fernández. (Sesión del 26 de abril de 1918). 599 XX Desbreridimiento. devlal retina! eh Vambos /ojós we otígen ¡tra 0d 0 mático, por el Dr. Francisco M?* Fernández. (Sesión del. US A io Baro tó 26 de abril de 1918) . A E EA, CASO 0 $ XXXHL Th tosicaciones, ios debidas, €. 1a. ¿ fabricación, de. los X e e - explosivos, por el Dr. Raimundo de Castro y e (Se- 7 y EX as $ sión gel, 26, de popa de- 1918) .. En eS AA 009 A XXXIV—Acuerdos de la Academia... .. poa Na 03 AA Í ai NAAA XXV- Informe sobte aid por el Dr. Manuel RU pe E Das e Ns RO: (pepiónical 1 10 de apo de: 1918), . A O E O : Sade ONE líquido mamario “del ción Hado por el Dr. Julio E. A Artbaga, (Sesión de gobiejnd del ,10,«le: mayo Ida 1918) 13 a EY == forme sobre el trabajo, pe líquido mamario, del recién O: E A do! adi do” por eb Dr. Jorge Te, Roy" y Caissás (Sesión del 29", PA e e mayo de 1918 e AA REO AOS , UE ee iS mi e dl AA A A A XXXVIIL Informe bio 7 os presentadas en opción al Pre- í a 2d Ne «mía, Cañongo,, por los, Dres; J,1 A. Prosno, . J, Le-Roy PE o 4 CC. E. Finlay [ponente]. Sesión de EAS: de 10 de ma- + SE LN Y yq de sn? lr A * , , o x ER ca | ; ¿ SS: + ON MN ANI, O O DA AA AVISO. Tóda obra enviada á la redacción de los ANALES : será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange $. V..P. AA (ANALES DE LA ÁCA- Sírvase dirigir el cange: DOM DE Den J cias MÉpicas, Fí- SICAS Y NATURA- Veuillez adresser lesexchanges: | LES DELA HABANA L.- Cuba84aA, Habana Please addres exchange to: PREMO. DE VEN EN LA REDACCION DE LOS “ANALES? Trabajos de la Comisión de Medici Legal e Higiene Pública 8 tomos; La fFlo- ra Cubana, del Dr. Sauvalle, [ tomo; Ma. * -malogía, Ornitología, Erpetología y Eito- mologta Ovbanas, del Dr Gundlach; Memo- ria sobre la Palologta y Antigued dades de da fsla de Puerto Fico, por el Dr. Dumont, Contribución al Sian de ios Moluscos Vu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logia y Terapéutica del aparato Lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. | Ñ 4 0 Ni 7) y: dl 0 E! ca 351850 0 Xi