SMrTHSONIAN INSTrTUTlON LIBRARIES 3 9088 01357 2318 7)6. rz. V ti .el. ÚL •- P, fía^. ¿/, /"' } ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTI !6i > T14&T, < l\ 'i 7 T COMISIÓN REDACTO Presidente. Secretario . Vocales. . . , D. Luis A. Huergo. D. Félix Amoretti. D. Guillermo Villanueva. D. Pedro N. Arata. D. Francisco P. Moreno. DICIEMBRE DE 1878. — ENTREGA VI. — TOMO VI. PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, RECONQUISTA 93, Y EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 30 j} mfc Un semestre llO o Un año 200 » Por mes, fuera de la Ciudad.,.. 30 » entrega La suscricion se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE ALSINA (ANTES POTOSÍ) — 60 i 87 8 índice de la presente entrega I. — ACTA DE LA ASAMBLEA del 15 de Octubre de 1878. II. —INFORME SOBRE EL TÚMULO PREHISTÓRICO DE CAMPANA, por los Señores Dr. I». Estanislao S. Zeballos y D. Pe- dro P. Pivo. III. — HEMIPTERA ARGENTINA : Ensayo de una monografía de los hemíp- teros, heterópteros y homópteros de la República Argentina, por Carlos Berg (Continuación). IV.— EL FERRO-CARRIL TRASANDINO, memoria del ingeniero Emilio Olivieri, tomada del Giomale del Genio Civile. BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Viernes de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ASAMBLEA DEL 15 DE OCTUBRE DE 1878. Presidencia del señor Huergo. Abierta la sesión á las 8 y 20 ra. p.rh. con asis- tencia de los señores (los del margen), se leyó y aprobó el acta de la anterior, dándose cuenta de los asuntos entrados y resoluciones de la Junta Direc- tiva en la última quincena. Se entró á la urden del dia, invitando el señor Presidente al socio señor Estanislao S. Zeballos á iniciar la 10a conversación científica que estaba á su cargo. El Sr. Zeballos pronunció un largo discurso que no se publica por no haber el autor remitido los ori- ginales, y cuyo tema versó sobre la nueva frontera, la descripción y navegación de los rios interiores, los medios p-ara obtener la concentración de sus aguas, y otros varios puntos que ilustró haciendo el estracto de uno de los capítulos de su libro, titu- lado : La conquista de quince mil leguas. El Sr, Carrillo : que teniendo meridiano propio, preguntaba al señor conferenciante, la causa de la adopción del de Greenwich, en vez del fijado por el Observatorio Astronómico Nacio- nal en Córdoba. El Sr. Zeballos : que el plano que presentaba es solo un croquis, por lo que no habia dado importancia á la fijación del meridiano de partida, adoptando el fijado en las cartas que habia consultado. El Sr. Huergo: que el Dr. Zeballos se habia espresado como si fuera cosa averiguada que el nivel de la laguna Currú Lauquen 10 Aberg. Aguirre. Amnretti. Burgos. Balbin. Castex. Castillo. Coni. Clerici. Castro. Gómez. Glade. Huergo, A. Krausse. Lanús. Lagos, J. M. Olivera. Pico P. Rapelli Silveyra, L. Santillan Tarigo. Vallé del, P. Villanneva. Videla. Viglione. Zeballos. Seis oyentes. 242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fuera mas alto que el lecho del rio Colorado en el punto que elegía para el canal de unión ; sin embargo por el plano presentado debia dudarse de esto, pues, la laguna Cum'i Lauquen aparecía nías próxima á la costa del mar que el punto elegido del Colorado. Que si bien aplaudía la contracción con que el Dr. Zeballos, habia estudiado todos los datos recogidos hasta ahora, respecto á los rios de la pampa, no creia conveniente aceptar de lleno las con- clusiones acerca déla gran facilidad con que puedan unirse y hacerse navegables los rios Colorado y Chadí Lenbü. Que por una parte podría resultar que el nivel del Currú Lauquen fuera mas bajo que el del Colorado, y entonces habría necesidad de hacer la unión mas hacia la desembocadura del Colorado, y que por otra, en lo poco que él conocía de los terrenos de la pampa, habia notado grandes obstá- culos para la construcción de canales, como médanos de arena de gran longitud y altura que corrían en todas direcciones, y lo mismo grandes espacios de arena pura, que absorbían una inmensa cantidad de agua, y que á pesar de los datos allí presentados no estrañaria que el mismo rio Chadí Leiibú se perdiera en algunos puntos en cañados. Que en su opinión, la idea debia ser presentada como una cuestión seria á estudiaren toda la estension del Cliadi Lenbü y hasta el Co- lorado con previa nivelación y examen de los terrenos. El Sr. Zeballos : que las observaciones del Sr. Huergo eran muy oportunas, que creia también que nada debiera hacerse antes de practicarse los estudios necesarios á esta clase de obras ; que siendo la Sociedad Científica Argentina autoridad en este asunto, habia presentado el proyecto precisamente para que fuera discutido en todas sus faces, por lo que se congratulaba de las observaciones del Sr. Huergo. El Sr. Huergo: que precisamente habia hecho la observación por- que la aseveración de que el Colorado era mas bajo que el Currú Lauquen no era suficiente sin un previo estudio serio, que podrá pro- cederse, como un hecho bien conocido á la ejecución de obras y com- prometer sumas considerables. Que tenia un hecho práctico que podia servir de comparación, que en 1873 fué comisionado para estu- diar la unión del Carcaraña, en la Guardia de la Esquina, con el Rio Salado en Junin con el objeto de traer agua del primero al cauce del segundo, y entre los antecedentes que se le entregaron existia una relación detallada de estudios hechos por tres ingenieros demostran- do la practicabilidad de la obra. Estudiada la cuestión en los mapas generales, el Sr. Huergo había d íarado, que debia haber error en estos datos, pues, bastaba medir las distancias de .estos puntos á las respectivas desembocaduras y considerar la insignificante pendiente del Paraná para convencerse que la pendiente debería ser en sentido contrario del que se decia. Efectuada la nivelación resultó que el ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 243 Carcarañá está 58 metros mas bajo que el Salado en los puntos men- cionados. Después de algunas observaciones de los señores Lanús y Aguirre, el señor Presidente dio por terminada la conversación é invitó al Sr. Eduardo E. Cleriei á dar lectura del informe que le habia sido enco- mendado sobre las fábricas de caños de plomo y negro animal esta- blecidos en esta ciudad y que la Sociedad visitó el Domingo G del corriente Octubre. Terminada la lectura del informe, el Sr. Zeballos, hizo moción para que la Sociedad visitara la fábrica de papel délos señores Alcán- tara y O en esta ciudad. El Sr. Presidente : que después de la remisión de una nota por los propietarios del establecimiento, solicitando de la Sociedad la visita, el Gerente del mismo le habia pedido se postergara hasta el arreglo completo de la fábrica para cuya oportunidad dará el correspondiente aviso. En seguida se levantó la sesión á las 10 y 40 minutos de la noche. Luis A. Huergo. Presidente. Félix Amouetti. Secretario. INFORME SOBRE EL TÚMULO PREHISTÓRICO DE CAMPANA CAPITULO I ANTECEDENTES Sumario. — Descubrimiento de restos de industria primitiva por D. Pedro P. Pico. — Su situación. — Nuevas pesquizas. — Descripción del terreno. — Un túmulo. — Aspecto de este monumento. — Grupo de árboles. — Primeras escavaciones. — Alfarería. — Piedra tallada. — Huesos trabajados y huesos rotos por el hombre. — Fogones. — Otras reliquias. — Es- queletos humanos. — Antigüedad de los objetos. — Presentación ala Sociedad Científica Argentina. — Actitud de la Sociedad. — Nombramiento de una comisión para continuar las investigaciones. — El Dr. Burmeister renuncia de la Comisión. — Examina una parte de las colecciones. — Comunica el hallazgo á la Sociedad Antropológica de Berlín.— Coope- ración de los Poderes Públicos. — Trabajos de la Comisión Especial. — Esploracion defini- tiva del cementerio. — Benévola acojida en Campana. — Eficaz concurso de la empresa del ferro-carril. — Resultado de las escavaciones.— Resolución de la Sociedad Científica Argen- tina. — Instalación de la Comisión Especial y división de la tarea. Ocupado uno de nosotros en practicar una mensura en los terrenos anegadizos del gran bañado del Paraná, sitos en el partido de la Exaltación de la Cruz, paraje denominado de Campana, llegó á un sitio en donde la horizontalidad del suelo era interrumpida por una pequeña colina, la cual, siendo un accidente muy estraño en aquel terreno, llamó vivamente su curiosidad. Allí muy á la ligera, se reunieron varios objetos de alfarería y uno que otro de piedra. Los paisanos de la vecindad, no daban importan- cia alguna al hallazgo, y se esplicaban todo aquello y la abundancia de fragmentos de barro cocido diseminados por el suelo, atribuyéndolo á restos de alguna población abandonada por los pastores de la loca- lidad. EL TÚMULO PREHISTÓRICO DE CAMPANA 245 A los siete meses nos reunimos y fuimos al paraje indicado, á fln de efectuar un reconocimiento prolijo, y tuvimos la suerte de reali- zarlo con el mayor éxito. Salimos de Buenos Aires el dia 8 de Julio de 1877 en el primer tren que se dirije á Campana y llegamos á este punto á las 12 h y 30 ™p. m. Recomendados por nuestro distinguido compatriota el Dr. D. Eduardo Costa á los encargados de su establecimiento en Campana, fuimos allí perfectamente recibidos. Ellos nos proporcionan caballos; y hora y media después de nuestra llegada, nos poniamos en camino hacia el paraje en que debiamos hallar mas tarde objetos de notable valor para la ciencia. El terreno que se estiende á la vista del viajero es uno de los mas pintorescos y llenos de novedad que ofresca esta Provincia. Desde que se sale del terreno bajo de Palermo, el ferro-carril comienza á recorrerla llanura alta que se estiende desde Belgrano hasta los confines de los partidos de San Martin y del Pilar. Por allí, vuelve á caer la línea férrea en campos muy bajos, origen de los bañados de gran es tensión, comprendidos entre el litoral y los terrenos altos del Norte de esta Provincia. Con algunas alternativas de alturas escepcionales, el bañado se pronuncia mas á medida que se aproxima el tren á Campana, pues á la vez, se avanza sobre la costa del Paraná. Antes de llegar á los bañados del Rio de Lujan comienza á dibu- jarse en el horizonte del N. O. una mole azulada que se destaca del llano como una nube gigantesca tendida en los límites del hori- zonte. A medida que el tren se aproxima, la mole pierde su primitivo color aparente y se presenta sencillamente adornada con la especial vejetacion que las barrancas del Paraná producen. Muy pronto el ferro-carril gana el pié de estas barrancas que nacen desde la conjunción del bañado del rio Paraná con el del rio Lujan, y prosiguiendo las sinuosidades de ellas, por sobre terraplenes altísi- mos en las partes que cruza el bañado, y por cortes profundos en las que atraviesa algunas de sus aristas mas salientes, llega al pe- queño valle de Campana, cortando por último la parte mas alta de estas barrancas y sobre la cual se destaca la bonita finca del estable- cimiento del Dr. Costa. Al pié de este corte que mide próximamente 30 "", están los talleres, estación y demás construcciones de la via férrea y del puerto. Poco después de nuestra llegada á Campana, salimos, como lo hemos dicho antes, en dirección al sitio de nuestra exploración. Para ir allí, tomamos el camino que desde el mismo puerto, corre á la par de la línea férrea y al pié de las pintorescas barrancas del bañado del Paraná. 2-16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La contemplación de la naturaleza salvaje en aquel suelo, detenia nuestra marcha á cada instante. En sus orillas superiores crecen multitud de talas, espinillas, cha- ñares, tunas (cactus) y fecundas trepadoras, que con su nutrido follaje daban mayor interés al paisaje. En algunos puntos, elevándose sobre la silueta de las alturas, aparecen en seguida en el fondo de profundos zanjones y por lo ge- neral en las faldas de sus barrancos, hermosos bosquecillos tupidos é impenetrables. La naturaleza ofrece un ejemplo de su actividad incesante en aque- llas barrancas, desnudas en trechos y tapizadas de vejetacion herbá- cea y florestal en otros, que conservan la admirable é imponente fisonomía de un suelo virgen. El agua, es de los agentes naturales el que mas ha trabajado estos terrenos. Su huella se palpa á cada paso y á cada paso la contem- plación es mas interesante y seductora. Las lluvias torrenciales desprendiéndose desde lo alto de las bar- rancas para precipitarse al bañado tributario del Paraná, han abierto, al cruzar sus laderas, zanjones profundos, tortuosos é irregulares. En otros puntos, las aguas cayendo verticalmente, han oradado la falda de la altura hasta gran profundidad, como si la mano del hom- bre hubiera cavado deliberadamente esos hoyos. Allá, entre el ramaje de los árboles espinosos, se descubre una gruta cuya entrada cubierta á medias por las espesas yerbas, parece mas bien una obra artificial que el trabajo constante de las aguas. Aquí el elemento aluvional ha cortado una punta de barranca di- vidiéndola de la masa general de ellas hasta su base, de manera que, aquella se levanta gallardamente, como torre destacada de un gran castillo unida á sus murallas por una corta esplanada. Las caprichosas modificaciones que el aluvión ha operado en aque- llas alturas y en sus laderas, cautivaron vivamente nuestra atención. El atractivo era mayor, porque toda la barranca en una estension de nueve kilómetros próximamente es el corte geológico del terreno cuaternario mas puro, mas vivo, mas hermoso que hemos visto en Buenos Aires, después de recorrer una gran estension de la provincia en diferentes direcciones. Allí está la formación diluviana clara é inequívoca á la vista, acusando en todos sus detalles y en su conjunto imponente, la suce-, sion regular de sus períodos. En primer término confundiéndose con la tierra vegetal de la formación actual, las grandes masas del diluvium ó arcilla rosada del cuaternario argentino. Nueve metros mas abajo, cambia de color la tierra, de una manera que podríamos llamarla matemática, dada la regularidad con que la EL TUMI LO PREHISTÓRICO DE CAMPANA 247 naturaleza ha producido la línea horizontal de contado de las capas geológicas. A la tierra roja sigue la tierra pardo-amarilla, caraterística de los terrenos diluvianos y fosiliseros de la cuenca del rio de Lujan. La coloración especial de esta capa, proviene de las modificaciones que el agua hace sufrir al óxido de hierro contenido por el terreno. En otros puntos, la coloración pardo-amarilla no se ha pronun- ciado uniformemente y apenas se nota el diluvium rojo con tintes amarillentos. En este terreno abunda la materia caliza, sea en forma de concre- siones, nodulos de carbonato de. cal, ya bajo la forma de arcillas cimentadas en una solución calcárea y que afectan diferentes estados de agregación molecular, desde la blanda y margosa, hasta la de la toba, en la que predominando el elemento calcáreo le dá una dureza superior. Los cortes geológicos miden en muchas partes hasta treinta metros, y ofrecen á la vista, diversas épocas de la formación, señaladas re- gularmente por varias capas superpuestas de tal suerte, que aquellas barrancas son dignas de la visita de los que se ocupan del estudio práctico de la geología argentina, A escepcion de un pequeño fragmento de coraza de armardillo, muy singular, porque es el primero que de su clase hemos visto en este género, no hallamos fósiles en nuestra rápida mirada al terreno, pero supimos por vecinos de Campana, que no lejos de allí apare- cieron tiempo ha, varios huesos, que por su gran tamaño servian en un miserable rancho, de bancos para la cocina. Las laderas generalmente con pendientes pronunciadas y acciden- tadas por el trabajo de las aguas, aparecen desnudas en trechos gran- des y en otros vigorizan los árboles espinosos deque hemos dado no- ticia. Apartándonos de las barrancas al este, se cae al bañado ó playa del rio allá en los tiempos lejanos de la época prehistórica ; bañados, que, como se ha dicbo, corren orillando el Paraná hasta las inmedia- ciones de Buenos Aires. Escavaciones practicadas en este terreno, han arrojado á la super- ficie, conglomeraciones de restos marítimos cimentados sobre tierra arcillosa por la acción de las aguas al descomponer la parte caliza de las mismas conchas. Aun cuando no nos hemos detenido en hacer una clasificación pro- lija de todas las especies de moluscos que hemos tenido á la vista, podemos avanzar que en estos conglomerados predomina el género Azara que hoy vive en los límites del Rio de la Plata y del Océano Atlántico. Las conglomeraciones de Azara de los bañados de Cam- pana, son en todo semejantes á las de los bancos marinos de San 5i8 ANALES DE t,A SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pedro al Norte, á los de Belgrano, bañados de San Justo, Flores y Quilines. El terreno bajo de Campana ha sido pues el lecho del rio en épocas remotas, durante las cuales probablemente, no existían las islas del Delta del Paraná, y ha ido levantándose sucesivamente como se han formado dichas islas por la acción permanente de los aluviones. A poco mas de treinta cuadras del pueblo de Campana, se hallaba el teatro de nuestras investigaciones. Las barrancas forman allí una ensenada que se interna al Sud comprendida entre dos puntos cono- cidas por de Cheves y Urien. El bajo correspondiente es el de Tanhiver. La intersección de la base de las barrancas con el plano del bañado forma una línea circular cuya cuerda es la vía férrea que pasa por los dos puntos mencionados. Allí, á seis metros de las cunetas del camino de hierro, se hallaba incitándonos la pequeña colina buscada. El primer golpe de vista bastaba para comprender que aquello no era natural sino obra del hombre. El paisaje general se halla en la plancha I adjunta, y en ella se puede ver con exactitud la forma y el aspecto de la colina que Íbamos á explorar. Corría la estación de las fuertes lluvias, y las aguas, habían lavado la superficie de aquel monumento erijido por los hombres primitivos, dejando visibles innumerables fragmentos de tiestos de barro cocido, con adornos y sin ellos ; distinguíase también entre la multitud de estos fragmentos, uno que otro objeto de piedra trabajada. Establecimos a priori que este monumento era un túmulo, seme- jante á los hallados en diferentes territorios europeos y americanos. Su material consiste en tierra vegetal y cuaternaria, presentando su contorno la forma de un elipse, cuyo diámetro mayor mide 79 varas, 32 el diámetro menor; y 2 '/ü ha mayor altura del monumento sobre el plano del terreno. Pero esta es su altura actual, y ella ha debido disminuir natural- mente á consecuencia de los arrastres de las aguas pluviales. Lo que podríamos llamar los taludes del túmulo formados por el aluvión corren hasta cincuenta metros de su base y en todo ese trecho se encuentran objetos de industria primitiva. Las aguas han ido lavando durante varias siglos el túmulo y ha debido perder media vara de elevación á lo menos, según nuestra opinión. Asi, pues, debe suponerse que su altura verdadera no ha sido menor de tres varas. Como se ha dicho antes, el suelo se ostentaba tapizado de innume- rables fragmentos de tiestos, de armas y de otros utensilios, en. EL TÚMULO PREHISTÓRICO DE CAMPANA 249 abundancia de tal manera sorprendente, que nos sentíamos confusos en el primer momento, sin saber que alzar primero y desde donde empezar las pesquizas, pues en todas partes hallábamos reliquias igualmente incitantes. Sobre el punto mas elevado del monumento, aparecia un grupo de cuatro talas plantados en un cuadro perfecto. Después nos apercibimos de que en aquel sitio habían existido otros árboles y que habían desaparecido, sin duda bajo el acha de los vecinos de la localidad. Pudimos ver sin embargo sus troncos, aperci- biéndonos de que formaban una calle que corría de Este á Oeste, dirección del eje mayor del túmulo. Estos árboles fueron indudablemente colocados por la mano del hombre como señal piadosa, á la manera de las cruces, que marcan á la orilla de los caminos la tumba solitaria del caido caminante. Establecimos nuestro campamento con los peones que habíamos contratado y nos preparamos á la obra. Comenzamos las escavaciones, dirigiéndolas con todo género de precauciones y practicándolas personalmente cuando era necesario. Abrimos un foso de una vara de boca atravesando el túmulo en el sentido de su eje menor. La profundidad que dimos al foso fué igual á la altura del monumento llegando hasta la misma capa de tierra del bañado. A vara y media de profundidad recojimos sin cesar innumerables objetos de piedra tallada, de hueso y de barro, labrados y pintados por el hombre. Alli mismo empezamos á descubrir una veta de tierra gris amari- llenta, con grandes nodulos de materia vejetal carbonizada y con un copioso depósito de huesos de pescado y de cuadrúpedos selváticos. Descubierta esa tierra, abrazaba una estension de dos varas cua- dradas próximamente: era el asiento de uno 6 de varios fogones primitivos. La exploración completa de este accidente del monumento, nos dio un rico resultado en piedras talladas y objetos de alfarería. Habíamos descubierto, pues, á plena evidencia las huellas de una raza primitiva. Allí estaban sus armas, sus utensilios, sus obras de arte, los detritus de sus festines ! ¿ No estarían también sus es- queletos? Nuestra convicción nos inclinaba á la afirmativa, y aunque á las veinticuatro horas de cavar, teniamos un foso estenso sin vestijios de aquellos, no por eso perdíamos la fé que nos animaba. Resolvimos abrir el terreno en muchos puntos diferentes. Eran las tres de la tarde del 9 de Julio y nos ocupábamos de esta nueva tentativa, cuando un peón hizo saltar de un golpe de pala un hueso, partido en tres fracciones. Era un fémur humano, tan viejo y des- 250 ANALES Dlí LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA compuesto que apenas resistia al tacto mas delicado y se hacia polvo entre los dedos. Por ese mismo momento comenzaban á llegar numerosos vecinos de todos lados, atraidos por la noticia de las escavaciones que prac- ticábamos desde el dia antes. Con la mayor atención comenzamos el nuevo foso donde el peón sacó el fémur; y á poco andar una pala hizo volar por desgracia el frontal del cráneo humano. Suspendimos el trabajo de las palas, después de hacer un hondo foso en contorno del gran pan de tierra en que sospechábamos que debia estar todo el esqueleto, y emprendimos una tardía escavacion á cuchillo con el inmenso cuidado que exigian aquellos huesos delez- uables. Una hora y tres cuartos después estaba descubierto todo un esque- leto, presentando el espectáculo mas sorprendente y entusiasmador para los curiosos, que nos rodeaban, acompañándonos con sus votos y tomando parte en nuestros trabajos. El esqueleto presentaba una posicioü del todo original. Yacia horizontalmente de Este á Oeste. El cráneo descanzaba sobre el occipital. El resto del cráneo se halla casi íntegro, inclusive la dentadura de la mandíbula inferior con escepcion de un incisivo y un canino. De la mandíbula superior 'reunimos cuatro muelas sueltas que estaban cerca del cráneo. Los miembros superiores estaban tendidos horizontalmente hasta las caderas, abajo de las cuales habia varias falanges de los dedos, habiéndose perdido las restantes. Los miembros inferiores afectaban una posición, que revela la vio- lencia á que era sujetado el cadáver para enterrarlo, apareciendo rotos algunos huesos tal vez por esa causa. El fémur descanzaba en la cavidad del vientre, la tibia y el peroneo de uno y otro miembro reposaban sobre la clavícula. Al rededor del esqueleto habia innumerables tiestos rotos y otros objetos y obras del arte prehistóricos. Nos fué sumamente difícil extraer el esqueleto porque, como diji- mos, los huesos se deshacían y operábamos bajo un cielo encapotado, con tiempo húmedo y lluvioso, de suerte que el aire no contribuía á secarlos con rapidez. Para salvarlos de una destrucción segura los sacamos envueltos en panes de tierra, y tuvimos la fortuna de llegar á Buenos Aires con la mayor parte de ellos en el mejor estado. Aqui han sido incorparados al Museo de uno de nosotros (1) ; y se (1) Al Museo del Dr. Zeballos, ya muy rico en restos industriales del hombre primitivo de Buenos Aires. El Sr. Pico ha tenido la deferencia de cederle su parle en los hallazgos. EL TÚMULO PREHISTÓRICO DE CAMPANA 251 ha logrado ya restaurar el cráneo, que lia sido admirado por personas competentes. El esqueleto no tiene todas sus piezas por las causas expuestas ; pero está lo esencial. Abajo, á media vara del primer hallazgo encontramos otra mandí- bula inferior humana con varias muelas ; pero en un estado tan su- mamente delicado, que se deshacia al contacto de los dedos. Calculamos que los indios harian sus entierros observando ciertas reglas de simetría y cavamos en una línea, prolongación de la del primer esqueleto. Al primer golpe de pico, empezaron á salir huesos de otro cadáver. La noche lluviosa detuvo nuestra empresa y el 10 de Julio nos pusimos en marcha para Buenos Aires con el siguiente material cien- tífico, extraído del túmulo : Las partes principales de un esqueleto humano prehistórico (1). Un pedazo de mandíbula humana con varias muelas. Una tibia y peroneo de otro esqueleto. Un peroneo de otro individuo. Quinientos ochenta y tantos objetos de procedencia industrial, entre fragmentos de tiestos de barro (cocidos, labrados y pintados) armas de piedras, rotas y enteras, y huesos labrados utilizados ó rotos para comer la médula, etc. Varias muestras de tierra de los fogones. Una medallita de mica, con un agujero en el centro y pintada de verde, de algún collar quizás. Una cabeza de papagayo hecha en barro, cocida y pintada de colorado. Y una gran variedad de otros objetos. Una vez en posesión de los valiosos objetos que nuestra lijera ex- ploración del túmido nos habia proporcionado, y convencidos de que aquel monumento de la antigüedad tenia una notable y verdadera importancia para la ciencia, pensamos en los medios de removerlo por completo. Pero juzgando después que, nuestro descubrimiento podría ser de una utilidad práctica é inmediata para la «Sociedad Científica Argen- tina», creyendo que. la posesión de los objetos que pudiera contener el túmulo debería contribuir al brillo de esa Sociedad, no trepidamos en ofrecérselo, renunciando á todos los derechos que pudiera corres- pondemos. Animado de tales propósitos, pusimos á disposición de la «Sociedad (1) Hacemos presente que usamos la palabra prehistórico, en una acepción limitada que significa anterior á la llegada de los españoles á América y no en el sentido lato que la emplean los Europeos. 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGEKTINA Científica Argentina» nuestro descubrimiento; y en la nota que con tal motivo pasamos dando una noticia sumaria de nuestros trabajos decíamos en conclusión lo siguiente: 9, en que su- ponen la condujo de Buenos Aires un Gobernador en su equipage. » 284 anai.es de la sociedad científica argentina (Yéase : Descripción é Historia del Paraguay y Tiio de la Piala. Tom. I, p. III.- Obra postuma. —Madrid, 1847). En otra parte ( Voyages dans VÁmérique Méridionale. I, p. 207.— Paris, 1809), indica que la chinche no ataca al hombre salvaje, sino al civilizado, y que debe ser creada mucho tiempo después del hombre. (Véase también : Perty, Delectus animalium articulalo- rum. Intr. p. 30, y ÁMYOTet Sertille, Histoire Naturelle des Insertes. Hémiptéres. Pág. 13). Para decir algo en general sobre este animal, transcribo del Handbuch der Entomologie del Dr. Burmeister las palabras siguien- tes : Ya los griegos (ó xóptg) y los romanos (eimex) conocieron la chinche; Aristóteles (Hisl. anim. Ed. Bekk. 148. 1%), la consi- dera como un producto espontáneo del sudor. Fué empleada como remedio contra la mordedura de vívoras (Pliñius, Hisl. nat. 29. 17); sin embargo, la abominaron. Según algunos, la primera morada de la chinche ha sido las Indias Orientales, de donde se ha distribuido con el hombre á todas las partes del mundo ». (Continuara.) CARLOS BERG. EL FERRO-CARRIL TRASANDINO MEMORIA DEL INGENIERO EMILIO OLIVIERI (Tomada del Glornale del Genio Clvlle) Aquel que examinando un mapa de la América Meridional, se fije en la larga vuelta que es necesario hacer para trasladarse desde Eu- ropa á los puertos del Pacífico, y considere que entre Valparaíso y el Rio de la Plata hay 1,300 kilómetros en línea recta : aquel que care- ciendo del valor suficiente para emprender la fatigosa y no siempre posible travesía de la Cordillera, recurre al camino del Estrecho de Magallanes con trece días de mar y un gasto mayor del que se ne- cesitaría para ir del Rio de la Plata á Europa; no podrá menos que pensar en una época no muy lejana, en que aquellos vastos países tan ricos en productos naturales, estén unidos •por una línea férrea que disminuya á dos los trece dias de viaje, los gastos á un quinto de los actuales y en fin que lo largo y peligroso de este viage á poco menos que un paseo. Hace tiempo que se pensó en el Ferro-Carril : ingenieros ingleses, italianos y franceses hicieron repetidos viages con el objeto de reco- nocer los varios pasos de la colosal cadena de los Andes, dando lugar mas de una vez á que los hombres de negocios fijaran su atención en aquella empresa: pero los informes sumarios de los ingenieros solo espresaban alturas enormes que debían superarse, no permitiendo el estado industrial y comercial de los dos países, establecer con bas- tante probabilidad cual fuese el movimiento que podría obtenerse con la via férrea. Recien hacia el año 1872 se trató seriamente la cuestión, mas como muchas veces sucede en tales casos, las luchas y los intereses secun- darios perjudicaron al objeto principal. En efecto, dos sociedades se presentaron casi al mismo tiempo al Gobierno de Chile, pidiendo la concesión para establecer una vía férrea trasandina. Una bajo el nombre Clark y Ca estableció por base de su trazado la línea que une directamente la capital Argentina con Valparaíso y la red cen- tral de las vías férreas de Chile : la otra por el contrario se propuso rematar con su línea en Copiapó dirijiéndose á las provincias del Norte de la Confederación Argentina. 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La primera tiene en su favor el ser mas fácil, pero sobre todo ser mas corta, al menos para quien la considere como destinada á unir los centros de las dos Repúblicas y el Pacífico con Europa. Copia- pó es una ciudad de 21,700 habitantes, aislada entre los Andes y las orillas del Pacífico, la cual debe su vida á las riquísimas minas de plata, de las cuales está rodeada y que hace algunos años produjeron sumas fabulosas (1). Mas ahora, muchas ó se han agotado ó han dis- minuido sus -productos, dando por resultado el empobrecimiento de la población por carencia de los recursos que este trabajo le dispen- sara. Por consiguiente el ferro-carril trasandino terminando en aquella provincia le daria nuevos elementos de vida y asegurada la existencia á las vías férreas locales, únicas que no pertenecen al Go- bierno. El tráfico que hoy existe á través de la Cordillera y que podria alimentar á la vía férrea, consiste principalmente en los animales (vacuno y ovino); así como los productos que vienen en gran canti- dad de las Provincias Argentinas á Chile para ser en su mayor parte enviados al Perú. En compensación pasan después de Chile á las provincias trasandinas, mercaderías varias que consisten en panos y vestidos, herramientas y objetos de quincallería en su mayor parte provenientes de Europa. Parece verdaderamente paradójico que las mercaderías europeas después de haber doblado el Cabo de Hornos y haber sido desembar- cadas en Chile, deban pasar los Andes por medio de muías para ser conducidas á la República Argentina. Esto se esplica observando que de los puertos del Pacífico se mandan mas mercaderías á Europa, de las que se reciben : así es que muchos buques vienen anualmente en lastre á buscar carga de grano, salitre, huano, cobre y plata, se comprende también, como en tal caso convenga á los buques europeos el trasportar las mercaderías desde Europa á los puertos del Pacífico á un precio bajísimo desde que tienen asegurada la ganancia en la vuelta. Sucede lo contrario para el Atlántico y especialmente para Buenos Aires, en los que la carga de la vuelta no se tiene asegurada sino en ciertas épocas del año, haciéndose mas dispendioso el trasporte de las mercaderías á tierra, á causa déla naturaleza de la costa. Por esto las Provincias Argentinas situadas al pié de la Cordillera, reciben á mejor precio las mercaderías europeas procedentes de Chile que de Buenos Aires. Se entiende que las cosas cambiarían cuando se completara la via férrea de la Pampa hacia Mendoza, pero la via férrea trasandina (1) La sola mina de Chnñarcillo produjo en 1871 24,721 kilogramos de plata y la espor- tacion tolal en los dos puertos de la provincia fué de 1 3,i 17,360 escudos. EL FKRRO-CARRIL TRASANDINO 287 restablecería con toda probabilidad las condiciones actuales, preva- leciendo la menor distancia en paridad de medios de trasporte. A las mercaderías antedichas se podría añadir los minerales me- talíferos que abundan en las minas de las dos vertientes de la Cor- dillera, y que con la facilidad de trasporte podrían ser mejor explo- tadas ; también debemos considerar el desarrollo que tomaría el co- mercio y el movimiento que habría de pasageros como consecuencia de la via férrea. Y en verdad, parece razonable admitir este desar- rollo si se reflexiona que son dos regiones vastísimas que se verían unidas por la locomotora y que auxiliadas con su tránsito y la faci- lidad de trasporte, coadyuvaría al mejor cultivo de ellas. Original nos ha parecido la idea de pretender que pueda calcularse á cuanto podría ascender en pocos años, el movimiento entre Chile y las provincias trasandinas una vez terminado el Ferro-Carril, sirviendo de base de este cálculo el actual tránsito de las muías. Para tener una idea de la rapidez con que podría desarrollarse el movimiento comercial en estos países, bastaría recordar que, cuando en 1851 se trató de construir la vía férrea entre Valparaíso y San- tiago, que por su longitud y diversas circunstancias puede parango- narse con la existente entre Genova y Milán, existían entonces como únicos medios de trasporte para pasageros y mercaderías, las aún co- nocidas dilijencias y carretas; entonces este sistema de locomoción no dejó de tener sus opositores y contra todos ellos ha venido ha demos- trar con hechos que en estos últimos tiempos ha trasportado en un año, 700,000 pasageros y 4.000,000 de quintales de mercaderías, lo cual para una línea de grandes pendientes y de una sola trocha, no es poco. Sea como fuere, las sociedades que he nombrado paralas dos líneas de Copiapó y Mendoza mandaron hacer estudios y perfiles. En cuanto á la primera, parece que ejecutó sus estudios someramente La so- ciedad Clark por el contrario, presentó un estudio mas completo, en el cual la trocha es de 1 metro, el radio mínimo es de 80 metros, la pendiente máxima es de 40, y escepcion de 43 X 1,000. Fué después de haber examinado este proyecto que propuse mo- dificar el trecho que se refiere al paso de la Cordillera, aplicando en él el sistema Agudio y sobre el cual hablaré mas particularmente. Tratándose de regiones poco conocidas para nosotros, creo de alguna utilidad el anteponer una descripción de la zona del país que debe recorrer la vía. Partiendo de Valparaíso que seria la cabeza de la gran línea tra- sandina y siguiendo la vía férrea de Santiago, después de haber recorrido un corto trecho por la orilla del mar, entramos en un valle situado en medio de las colinas que forman el litoral y que pueden considerarse como ramificaciones de la Cordillera que se encuentra 288 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mas atrás. Atravesando el valle y remontando un cordón de colinas, descendimos en el valle del rio Aconcagua, el cual debe su nombre á la montaña que como se sabe, es la cima mas alta de la Cordillera de los Andes, elevándose á 6,834 metros sobre el nivel del mar. Este valle era llamado Tcilé, por los indígenas y como fué el primero en que entraron los españoles, fué también de él que el país tomó su nombre. Cerca de la estación de Las Vegas (1) el valle que es ancho y lleno, está como dividido en dos partes por un contrafuerte que termina á manera de cuña. El valle del Aconcagua continúa á la izquierda y á la derecha, la llanura termina contra las colinas de la Cordillera déla costa. La vía férrea de Santiago dobla en este parage y desarrollándose sobre la falda del citado contrafuerte, asciende con pendientes de 22 á 23 por mil y con curvas de radio hasta de 120 metros, hasta llegar al paso llamado Jabón para bajar desde aquí á la llanura de Santia" go. Salvando el contra fuerte trasversal llamado de Chacabuco, el primero que cierra la llanura al Norte de Santiago, continúa el valle cou su llano casi perfecto que forma su fondo y va á quebrarse contra las montañas que le limitan ; lo cual demuestra que fué en otros tiempos ó una laguna, 6 un bajo con fondo marino. En el trán- sito encontramos la ciudad de San Felipe en la cual remata un valle que conduce á uno de los pasos estudiados de los Andes, llamado Paso de los Patos y que se dirije á la ciudad de San Juan en la Re- pública Argentina. Esta línea parece abandonada en primer lugar por ser muy larga, en segundo porque en el valle se encontraron algunos puntos con pendientes muy fuertes y en fin porque llegando á San Juan era preciso volver á Mendoza para tomar el camino de Buenos Aires. (1) Se dá el nombre Je Veijas ú ciertas llanuras bajas, húmedas, pero fértiles. COMISIÓN DIREü Presidente D. Luis A. Huergo. Vice-Presidente 1° D. Pedro Pico. » 2o D. Garlos Encina. Secretario D. Félix Amoretti. Tesorero D. Luis A. Viglione. D. José M. Lagos. Dr D. Carlos Berg. Vocales \ Dr D. Rafael Herrera Vegas D. Ángel Silva. \ D. Emilio Rosetti. Director del ¡Museo Don Juan Martin Burgos. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públicas Luis Silveira. — Félix Rojas — Rómulo Otamendi.- Carlos Stegmann. — Juan Pirovano. A LOS SUSCRITORES Se ha resuelto reducir la suscrlclon mensual de los ANAu:s ti 20 $ m/c Un semestre vale lio jj mfc. — lln año SOO ¡j m,'c- Las colecciones Integras se venden con una rebaja de SO 0/0. Buenos Aires, Io de Julio de 1878. EL SECRETARIO. Por recaímos, artículos, suscriciones, en fin, por todo lo relativo á estos Anales, ocúrrase al local de la Sociedad, calle Reconquista, N° 93.. J.X*. DE LOS SOCIOS ACTIVOS .'edro N. re, Eduardo .^oretti, Félix Aberg, Enrique Ayerza, Rómulo Alsina, Augusta. Benoit, Pedro Brian, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Martin Buschiasso, Juan A. Balbin, Valentín Berg, Carlos Barbosa d'Oliveira, A. Becber, Eduardo. Barra, Carlos de la. Bermejo, Antonio. Coronell, J. M. Carvalho, Antonio J. Coghlan, Juan Clérice, E. E. Castilla, Eduardo Cooper, Jorje Chaves, Juan Adrián Costa, Ángel F. Cadrés, Jorge. Carreras (José M. de las) Coni, Pedro. Crabtree, Enrique Cagnoni, Juan M. Chapeaurouge, Carlos Cagnoni, A N. Camaño Eduardo. Cascallar, Joaquín. Castes, Eduardo. Cano, Roberto. Carrillo, Joaquín. Castro, Ramón B. Dillon, Juan Dillon, Juan (hijo) Dillon, Justo R. Dawney, Carlos Encina, Carlos Escobar, Juan. Fader, Carlos Florent, A. Firni.it, Ignacio Fregeiro Clemente L. Guerrico, José P. de Gorordo, Fermín Gaffarot, Carlos. Giagnoni, Cristóbal. Gonnet, Luis M. Girondo, Juan. Gómez, Fortunato. Gómez Molina, Fed°. Glale, Cirios. Günther, Guillermo. Herrera Vegas, Rafael Huergo, Alfredo Huergo, Luis A. Hernández, Rafael, Iparraguirre, Mariano Kyle, Juan J. J, Knoblauch, Osear. Krause, Otto Lavalle, Francisco LagoB, José M. Leslie, Arnot. Lloyd, Jaime Lagos, José A. Lista, Ramón. Lantis, Carlos López, Lucio V. León, Rafael. Lynch, Justiniano. Lynch, Enrique. Mattos, Pedro A. Mané, Marcos Moreno, Francisco P. Médici, Juan Muñiz, José M. Maraini, J. Morphy, Fernando J. Moreno, Edgardo. Maclas, Miguel. Meyer, Emilio. Moores, Guillermo. Nelsen Enrique. Oyuela, Ignacio Olivera, Carlos C. Otamendi, Rómulo Peña, Enrique Pirovano, Juan Pico, Pedro Pico, Octavio. Pérez, Miguel R. Puiggari, M. Parodi, Domingo. Palmer, Smythies J. Pirovano, Ignacio. Pellegrini, Cirios. Peltzer, Roberto. Parkinson, Aureliano Quirno Costa, Norb10. Quesada, Francisco, Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Roberts, Pedro F. Ramos Mejia, Ildfo. P. Romero, Julián. Rapelli, Luis. Silva, Ángel Silveyra, Olazabal L. Stegman, Cirios Silva, Paulino N. Salas, Cirios Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio G. Salas, Miguel T. Salas, Saturnino L. Sola, Felipe. Souza, Vicente M. Salvadores, Pedro. Silveyra, Juan R. Santillan, Pablo M. Trant, Lorenzo Trant, Pedro N. Tassier, Cirios. Tarigo, Santiago. Valle, Pastor del. Villanueva, Guillermo Viglione, Luis A. Videla, Baldomero. Valle, Salvador del. White, Guillermo Warner, Rodolfo Zeballos, Estanislao S. Zunino, Antonio. HONORARIOS Dr. Guillermo Rawson. — Dr. Benjamín A. Gould. — Dr. Germán Burmeister. Dr. Pedro Visca. — D. Mario Isola. — Dr. Cirios Darwin. — Dr. R. A. Philippi CORRESPONSALES Germán Ave-Lallemant. . . San Luis. León Domesq Madrid. Pellegríno Strobel Parma (Italia). Miguel Sánchez Nuñez... Montevideo. Luis Jorge Fontana Villa Occidental C. Van Beneden Lieja. (Béljica). Felipe Carontí Bahía Blanca. Federico Schickendantz . . . Pilciao (Catrn"). Samuel Lafone y Quevedo,. Pilciao (Catma). Ladislao Netto Río Janeiro. Manuel Paterno Palerao (Italia). Ernesto Gilbert Montevideo. Juan Martin Leguizamon. . Salta. Luis Brackebusch Córdoba. Juan Lubbok Londres. Walter F. Reíd Londres. Cirios Barbier París. Maxs. Siewert Alemania. Rodolfo Arteaga Montevideo. Gualberto Méndez ....... Montevideo. Francisco Vidal Montevideo. ANALES V DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA » " JC. " c COMISIÓN REDAGTORA Presidente . Secretario . Vocales D. Guillermo White. Dr D. Estanislao S. Zeballos. I D. Guillermo Villanueva. . j D. Pedro N. Arata. ( D. Francisco P. Moreno. JULIO DE 1878. — ENTREGA!. — TOMO VI. PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, RECONQUISTA 93, \ U LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 30 ¡) m/c Un semestre lio » Un año ¡300 » Por mes, fuera ele la Ciudad.,.. 30 b entrega La siascrúciora se paga, anticipada BUENOS AIRES DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS — CALLE ALSINA (ANTEb POTOSÍ) — 60 r 1878 índice de la presente entrega I. — ACTAS DE LA COMISIÓN DIRECTIVA (24 de Octubre de 1877 y 10 de Mayo de 1878) y de la ASAMBLEA (17 de Noviembre de 1877). II. — VIAGES A LA PATAGONIA, por Ramón Unta. III. — LA COMPOSICIÓN DEL AGUA DEL RIO URUGUAY, por 3. 3. J. Kyle. IV. — HEMIPTERA ARGENTINA : Ensayo de una monografía de los hemíp- teros, heterópteros y homópteros de la República Argentina, por Carlos Berg (Continuación). V. — CONTRIBUCIÓN A LA FLORA DEL PARAGUAY, por Domingo Parodt (Continuación;. IV. — OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS : hechas en el Colegio Nacional de Rueños Aires, en el mes de Mayo de 1878. BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; < 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Viernes de cada semana alas 8 de la noche- ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. ANALES DE LA SOCIEDAD Olí» IMIffll \ T~3 L > 1 "L ANALES DE LA DAD CIENTÍFICA ARGENTINA COMISIÓN REDACTORA Presidente D. Guillermo White. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. I D. Guillermo Villanueva. Vocales < D. Pedro N. Arata. ( D. Francisco P. Moreno. > TOMO VI Vi^2£*% Segundo semestre de 1878 ^ ^> S| *- "OSIT. BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS (JO — CALLE ALSINA (ANTES POTOSÍ) — 60 4 878 ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA COMISIÓN DIBECTIVA SESIÓN DEL 24 DE OCTUBRE DE 1877. Presidencia del Señor White. Puiggari Leída y aprobada el acta de la sesión anterior Zeballos White se dio cuenta de los asuntos entrados que eran : Rosfiti TJna nota del socio D. Eamon Lista (véase el La§°s acta de la Asamblea del 3 de Noviembre de 1877, tomo Y, páj. 61 de estos Anales). El señor Puiggari pide algunos informes acerca de los conoci- mientos y competencia del joven Lista. El señor Zeballos recuerda que es un joven estudioso, con la pre- paración elemental universitaria, fortificado con estudios hechos en dos años de residencia en Europa. Eecordó sus publicaciones recientes sobre algunos estudios ar- queológicos y antropológicos que habia realizado en Entre Bios. Eidió que la Sociedad alentara al joven Lista, acordándole la pro- tección que solicitaba, agregando que aun en el caso de que la esplo- racion no diera resultados científicos de gran importancia, siempre se habría dado un ejemplo edificante y el Sr. Lista dejaría abiertos los rumbos que otros debieran seguir mas tarde. Por otra parte, dijo, protejiendo y estimulando esta clase de em- presas, la Sociedad cumple su programa fundamental con fidelidad. Cambiadas algunas otras ideas, la Comisión Directiva acordó por unanimidad patrocinar el proyecto de viage del Sr. Lista, recomen- dándolo á la Asamblea y nombrando miembro informante al Sr. La- gos. 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No habiendo otro asunto á la orden del dia, se levantó la sesión, siendo las diez de la noche. Guillermo Wiiite, Presidente. Estanislao S. Zeballos, Secretario. SESIÓN DEL 10 DE MAYO DE 1878 Presidencia del Sr. Puiggari Rasetu A las 8 Va de Ia noche se abrió la sesión con asis- Zebaiios tencia de los Señores cuyos nombres se leen en el Puiggari J Iberg margen. La§os Se dio cuenta de los asuntos entrados en este orden : Io D. Ismael Carrillo ofrece á la Biblioteca su obra titulada Estudios Médicos sobre el clima de la Provincia de Jujuy (Buenos Aires, imprenta del Mercurio, 1878). 2o Con el mismo destino se ha recibido un folleto titulado el Pensamiento, por A. B. (Buenos Aires, imprenta de la Tribuna, 1878). 3o El Dr. D. Pedro Mallo ofrece la primera entrega de su obra Lecciones de Higiene Pública, dadas en la Facultad de Medicina de Buenos Aires (Imprenta de la Tribuna, 1878). 4o El Gerente de la Sociedad: Azara, Descripción del Paraguay. 5o El Dr. Gould, Anales de la Oficina Meteorológica Argentina, por su Director B. A. Gould. Tomo I, Clima de Buenos Aires. 6o El Diccionario Histórico Geográfico del Rio de la Plata, por Clemente L. Fregeiro. 7o Concholo] ia sistemática, por Lobel Beeve (J. M. Lagos). 8o Compra de las siguientes obras : César Cantú. — Historia Universal, 10 tomos. Malte-Brun. — Geografía Universal, 7 tomos. Gregoire. — Diccionario de Geografía, Historia, Biografía y Mitolojía, 1 tomo. 9o Se acordó el cange con los dos periódicos Revue industrielle du Moniteur des Exposants, y le Moniteur des Exposants. 10u Nombrar al Sr. D. Enrique Aberg para tratar la construcción y precio de un busto, en mármol ó yeso, del Dr. D. Juan M. Gu- tiérrez. 11° Nombrar al Sr. D. Juan J. J. Kyle para informar en el espe- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 7 diente sobre tierras hidráulicas nacionales, y al Sr. D. Emilio Eosetti en el del aparato meteorológico, denominado solímetro. Sin otro asunto de que tratar, se levantó la sesión siendo las diez menos cuarto de la noche. Miguel Püiggari, Více Presidente 2" Estanislao S. Zeballos, Secretarlo. White. Zeballos. Del valle. Aguirre. Viglione. Burgos. Cagnoni, J. Cagnoni, A. Pico, P. Puiggari. Arata. Buttner. Silva. Balbin. Chapeaurouge. Rosetti. Tárigo. Lagos, J. M. Knoblauch. Berg. ASAMBLEA SESIÓN DEL 1" DE NOVIEMBRE DE 1877 Presidencia del Sr. White Abierta la sesión á las ocho de la noche con asistencia de los señores socios nombrados en el margen, se dio lectura de los asuntos entrados en este orden : 4o El coronel D. José Ignacio Garmendia infor- ma desfavorablemente al fusil que habia presen- tado á la Sociedad el señor D. Jonás Larguia pi- diendo su opinión sobre ella. Se pasó á la Comisión Directiva. 2o El socio D. Otto Schnyder presenta la si- guiente solicitud : Buenos Aires, Noviembre Io de 1877. Al Señor Presidente de la Sociedad Científica. Teniendo la intención de hacer en el próximo mes de Diciembre un viaje de esploracion hacia el Sud y el Sudoeste de la provincia de Buenos Aires, á fin de estudiar la Flora de los nuevos territorios conquistados á los Indios, territorios que por su configuración físi- ca prometen dar una rica cosecha de elementos nuevos para la cien- cia, me dirijo á Vd., señor Presidente, esperando se sirva poner en conocimiento de la Sociedad Científica, que me honra contándome entre sus miembros, la solicitud que le hago para que ayude la empresa de este viaje, facilitándome al efecto la suma de diez mil pesos moneda corriente. Creo inútil por ahora una descripción detallada de las riquezas naturales que espero hallar, pues mis estimados colegas están to- dos enterados de lo importante que son estos viajes á parages no esplorados. Únicamente digo que no limitaré mis estudios sobre la °iue me envió el Sr. Lynch del Ba- radero. Div. B. Segmento secundo ventris basi spinoso vel tubercu- lato vel elevatoetgeneraliter metasternum tangente; mesosterno modice carinato aut carina valida me- tasternum attinp;ente instructo. 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Nezara Am. et Serv. Nezara Asi. et Serv., Hém. p. 143 (1843). — Stal, Hém.afr. I, p. 192(1864). — Ofv. Vet.-Akad. Forh. 1867. p. 530 et Enum. Hem. V, p. 63 et 91 (1876). Rhaphig áster Dall., List. I, p. 196 et 274 (1851). 67. W. stietica Dall. Rhaphig áster sticticus Dall.. List. I, p. 281. 22 ¡1851). Nezara fPellaeaJ sticlica Stal, Enum. Hem. II, p'. 40. 1 (1872). Patria : Guyana. — México. Poseo un individuo ¿ de un hemíptero, originario del Terri- tario de las Misiones antiguas, que debe pertenecer á esta es- pecie, apesar de algunas diferencias que muestra con respecto á la coloración, y por su origen tan meridional. El color general de la parte superior es de un rojo oscuro, las callosidades numerosas son mucho mas claras; el conexivo es rojo, con manchas de un azul oscuro; el dorso es muy lus- troso, violáceo, como lo indica el Prof. Stal. La parte inferior es de un rojo de jacinto; los catorce puntos del esternón, los estigmas y pequeñas manchas, dispuestas su una serie en la parte sub-lateral del vientre, son de color azul oscuro. Las patas son rojas en la mayor parte de los fémures, y de un negro azulado en las demás partes; la distribución de los colores no es bien limitada. Dallas indica por color general : deep brown; Stal lo nota con aenescenti-fuscus; siendo lo demás conforme con nuestro ejemplar, no me parece prudente considerarlo como nueva especie. 68. IV. mu si va nov. spec. ^ et $ : Ovales, pistacini vel grisescenti-virides, supra distincte irregulariter acervatimque nigro- punctati; capite longiusculo, sat convexo, tenuissi- rae pallido aut nigro-marginato; antennis vire- scenti-nigris, articulo secundo tertio paúl lo breviore, tertio quarto vix breviore; pronoto callis duobus ante médium flavescentibus, nigro-cinctis, margi- nibus antico-lateralibus antice flavis; scutello basi maculis quattuor flavis et laevibus; membrana virescenti, basi fusco-maculata; dorso abdominis fusco; connexivo flavido vel viridi, late nigro-ma- HEJIIPTEKA ARGENTINA 27 culato; segmento anali maris latissime sinuato, medio haud inciso. Subtus pectore profunde, abdomine subtiliter vix obseuriore punctato, hic carina laevi; spiraculis nigris, discum versus puncto magno elevato et albo; pedibus dilute viridibus, tarsis multo ob- scurioribus supra apiceque tibiarum fere fuscis, femoribus ultimo tertio annulo nigro ex parte sub- obsoleto.— Long. 10 l/a ; lat- 6 mm- Patria: Buenos Aires. — Patagonia. Pertenece á la división ce de Stal, y tiene muellísima seme- janza con la Nezara Rogcnhoferi Stal, que es originaria del Rio Negro del Brasil. Se distingue de esta, sobre todo, por las dos callosidades claras, guarnecidas de negro, en el pronoto; las cuatro callosidades amarillentas en la basedel escudillo y por la carencia de una callosidad en la punta del mismo; por el punto blanco y elevado al lado interno del estigma; por el anillo negro que se encuentra al principio del último tercio de los fémures, y en fin, por la falta de incisión en el medio de la sinuosidad del segmento anal del J. Los tres ejemplares que poseo, son originarios de Buenos Aires y del Baradero; en el Museo Público debe existir otro ejemplar, que fué recojido por mi en el Carmen de Patagones, en el mes de Diciembre de 1 874. 69. W. erythi'Ufnemis non. spec. $ : Sat late ovalis, flavescenti-viridis, dense pune- tata; margine capitis, trochanteribus, ápice femo- rum, tibiis tarsisque sanguineis; marginibus late- ralibus pronoti, scutelli basique marginis costalis corii nec non connexivo rufescenti-flavis, hoc nigro- maculato; antennis nigro-fuscis, articulo primo ex- cepto sanguineo, articulo secundo tertio vixbreviore; rostro supra nigro, infra articulo primo et tertio plus minus virescenti, secundo ultimoque rubris, pronoto maculis duabus ante médium nigris, laevibus, valde elongatis, medio fere interruptis, angulis lateralibus vix prominulis, subrotundatis; membrana hyalina, venis parum obscurioribus; alis fuliginosis, margine exteriore ochraceo. Subtus pectore distincte, abdomine subtilissime punctato, hoc linea media segmentorum nigra; spiraculis albidis. — Long. 15; lat. 8 mm. Patria: Territorium Missionum. 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se acerca esta especie por algunos caracteres á la Nezara viridans Stal, y á la N. apicicornis Spin., pero distinguiéndose de estas y de las dernas congéneres por la coloración de las antenas y patas, y por la carencia de las callosidades en la base del escudillo. Tengo un solo individuo $, que fué recojido en el Territorio de las Misiones, cerca de Corpus. 70. W. herbida Stal. Rhaphigaster herbidus Stal, Eug. Resa Ins. p. 229. 23 (1859). Nezara herbida Stal, Enum Hera. II, p. 42. 13 (1872). Patria: Buenos Aires. Esta especie ha sido observada varias veces en Buenos Aires; la poseo también del Baradero y de Córdoba. Las $ son de un tamaño mucho mas grande que los en el Territorio de las Misiones. HEMIPTERA ARGENTINA 31 75. E. riilo-marginata De Geer. Cimtx rufo- margina tus De Geer, Mém. III. p. 330. 3 pl. 31. f. 3 (1773!. Cimex cruentus Fabr., Syst. Ent. p. 713. 78 (1775).— Goeze, E. B. II, p, 247. 16 (17781.— Fabr.. Spec. II, p. 356. 109 (1781) et llant. II, p. 293. 141 (1787).— Gmel., Syst. Nat. I, 4, p. 2151. 297 (1788).— Fabr., E. S. IV, p. 115. 135 (1794). Edessa cruenta Fabr., Syst. Rhyng. p. 153. 31 (1803).— Hahn, Wanz. II. p. 125. f. 205 (1834).— Blrm., Handb. II. 1. p. 355. 9 (1835) — Blanch., Hist. III, p. 144. 5. Hém. pl. 7. f. 1 (1840).— Matr, Noy. Hem. p. 69, (1866). Pentatoma furcata Pal. Beauv., Ins. p. 46. Hém. pl. 6. f. 1 et 2 (1805). Pentatoma cruenta St. Farg. et Serv., Ene. X, p. 55. 11 (1825). Aceratodes cruentus Ah. et Serv., Hém. p. 160. 1 (1813).— Dall., List. I, p 334. 1 (1851). Aceratodes discolor Dall., List. I. 334. 2 (1851). ¡Aceratodes marginalis Dall., List. I, p. 335. 5(1851). \Aceratodes albomarginatus Stal. Ó V.-A. F. 1855. p. 183. 2 et 1. 1. 1856. Var. c:¡ p. 62. 2. ¡Aceratades (lavomargínatus Stw., Ó V.-A. F. 1855. p. 183. 3 et 1. 1. 1856. \ p.63.3. Var. d: Aceratodes flavovirens Stal, O. V.-A. F. 1855. p. 183. 1 et 1. 1. 1856. p. 62. 1. Edessa rufo-marginata Stal, Enum. Hem. II, p. 57. 56 (1872). — Stoll, Pun. f. 42. (Var. b). 113 et 193. Patria: Buenos Aires. — Montevideo. — Brasilia. Suri- nam. — Venezuela. — Nova Granada. — Honduras. — México. Esta y la especie siguiente son los dos hemípteros mas co- munes, que se hallan abundantísimamente en todas partes de las Repúblicas Argentina, Banda Oriental del Uruguay y Paraguay, encontrándose durante todo el año, y principalmente en el 5o- lanum bonariense L. Larva de la E. rufo-marginata De Geer. Es de color verdoso, testáceo, rojizo, generalmente muy varia- ble en la coloración de las antenas y patas, que son en algunos ejemplares, principalmente cerca de las extremidades, de un fusco oscuro. El conexivo lleva á cada lado de la incisura una mancha negra, alargada, y el disco del abdomen posee algunas manchas claras, con bordes oscuros. Le sirve una multitud de especies de plantas como alimento. 76. E, meditabunda Fabr. Cimex meditabundus Fabr., Ent. Syst. IV, p. 113. 129 (1794). — Coq., 111. p. 81. t. 19. f.4 (1801).— Fabr., Syst. Rhyng. 169. 78 (1803). Cimex glaucescens Fabr.. Ent. Syst. Suppl. p. 535. 156-157 (1796) et Syst. Rhyng. 175. 104 (1803). 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Edessa meditabunda H.-S., Wanz. VII, p. 127 f. 773(1844).— Walk., Cat. III, p. 454 (1868).— StXl. Hem. Fabr. I, p. 37. 7 (1868) et Enurn. Hem. II. p. 58. 59 (1872). Pentatoma (AceratodesJ meditabunda Guér. in Sagra, Hist. de Cuba. Ins. p. 377 (1857). Patria : Buenos Aires. — Brasilia. — Bolivia. — Nova Granada. — Cuba. Lo que lie dicho sobre la especie precedente, corresponde también á esta. Larva da la E. meditabunda Fabr. Es muy parecida á la de la Edessa rufo-marginata De Geer, y solo se distingue de esta por las figuras triangulares de color negro, que se hallan en el conexivo, teniendo las puntas bifur- cadas, rara vez simples ó abiertas. Come, como la anterior, un número muy grande de plantas. 77. E. fulvipes Dall. Aceratodes fulvipes Dall.; List. I, p. 335. 6 (1851); Walk.. Cat. III, p. 454. 12 (1868). Edessa fulvipes Stál, Enum. Hem. II. p. 58. 60 (1872). Var. 6: Aceratodes costalis Stal, Eug. Resa Ins. p. 231. 29 <,1859). Patria: Brasilia. — Bolivia. — Venezuela. — Nova Granada. Guyana. Poseo de esta especie dos ejemplares del Territorio de las Mi- siones, que son muy rojizos en la coloración. Larva de la E. fulvipes Dall. Es de color testáceo oscuro ó claro, provista de una infinidad de puntos finos negros, que se encuentran en la parte superior é inferior, con excepción de las antenas y patas, que son rojizas. La pseudo-imágen ya no posee estos puntos, sino algunas man- chas oscuras en el disco del dorso abdominal, y las márgenes de las incisuras en el conexivo algo oscuras. Su color general es un rojo bastante vivo; las márgenes del pronolo, de los he- mélitros y del abdomen son negras. IIEMIPTERA ARGENTINA 33 Fam. COREIDAE Stál. Hem. afr. II, p. 1 (1865). Ófv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 534. Enum. Hem. III, p. 33(1873). Subf. MEROCORINA Stal. Meropachydida Stal, Ófv. Vet-Ak. Forh. 1867. p. 535. Merocorina Stal, Enum. Hem I, p. 125 (1870). Eretmophora Stein. Stein, Berl. Ent. Zeitschr. IV, p. 255 (1860). Stal, Enum. Hem. I, p. 228 (1870). 78. E. pretensa Stein. Eretmophora protensa Stein, Berl. Ent. Zeitschr. IV, p. 255 (1860). — Stal, Enum. Hem. I, p. 228 (1870). Patria : Montevideo. Los dos individuos (-4-se- riatum patens basi connatum, inaequale basi longe hispido-lana- lum, dilute viride; foliolis decrescentibus 1-nerviis, exterioribus paucis sub-foliiformibus, Ymeari-lanceolatis 4-pollic. interioribus arigustioribus 2 ^^-pollic. in paleas non abeuntibus; ómnibus pilis longíssimis densis hispidis articulatis erectis basi papillosis vestitis. Calyx V4 pollicaris angustissimus roseus sub-applanatus basi dense et breviter Innata, 5-partitus, laciniis angustissime linea- ribus 1- nerviis attenuatis, (sub-3-nerviis, Moq.) Tubus stamini- ferus albus — calyce ápice dentatüs. Anthera flavae lineares sinu- bus? afñxae; stigmata 2 filiformia sub-sessilia, etc., etc. (Ex Moquin bracteae roseae?, calyce bracteis lateralibus vix bre- viore,) inferior Iineari-subulata acutissima carunculata ; laterales triplo longiores lineari-oblongae cristatae. Paraguay, Igatimi, Maracayá. Jan. 64 in pratis. 21. Gomphreha Sp. Capitula terminaba non sessilia, foliis 2 ultimis vacuis cincta, non parvis; pauca non parva, tándem fructífera, elliptica, alba. Bracteae globosa? albae, exterioribus dimidio brevioribus persis- tentibus triangularibus; laterales longitudine calycis latae navicu- lares, s. carinatee, acutae, calycem occultantes, carina sub-apice bre- vissime alata. Calyx albus scariosus o-sepalus, connivens, albo- lanatus, sepalis angustis. Bracteae 3 laterales naviculares conni- ventes ápice longo-angustatae, cum calyce deciduae, at illi non adnatae, tándem dura, basi incrassatae et virides. Tubus stami- CONTRIBUCIONES Á LA FLORA DEL PARAGUAY 39 Bíferas sub-10-íidus. Anthene 5 sinubus alternis, exsertae. Stylus brevis, stigmata 2 brevia flliformia. Utriculus applanatus; semen rotundatum ovale, compressum, lutescens, opacum, etc. Embryo extus conspicuus. Herbácea decumbens, parum inaequaliter et unilateraliter ra- mosa. Paraguay, Asunción, Cordillera, Igatimi ad domos, in pratis cultis frequens. 22. Gomphrena globosa? Linn. Siempreviva, Spanic. Capitula magna globosa satúrate roseú-violacea veré sessilia, foliis 2 ultimis ovatis, ramo pedunculato involucrato ; folio ul- timo aut altero aut ambo, capitulum minus 2 involucratum sessile v. ramulo pedunculato gerentib.; bracteis satúrate roseo- violaceis. Bracteae 3 glabra scariosa?, nitidae exterior dimidium brevior,albida ovata plana acutissima ápice I -nervosa persistens; laterales maximae calyce longiores naviculares clausae, valde com- pressae, dorso toto alatae, recta5, ápice arcuatae, deciduae, altera basi amplectens. Calyx 5-sepalus albus ápice roseus clausus sub-appla- natus, extus densissime crespo-lanatus basi tándem induratus ; laciniis angustissimis sub-aequalibus, ñervo duplici-viridi. Tubus staminum longitudine calycis, multo major > fructu, cylindricus teres irregulariter breviter 10-fldus, raro 5 fidus? o-dentatus, sinubus antheriferis. ideo filamenta 10-connata ápice libera fur- cata. Antherae lineares elongatee l-loculares dorso medio afñxae. Stylus longiusculus filiformis glaber. Stigmata 2 v. 3 flliformia subulata brevia longitud. — stylo, conniventia, utpote e fissura styli orla. Utriculus valde membranaceus facillitne ruptus lenti- cularis marginibus later, spectantibus. — Semen lutescens pen- dulum; testa tenuissima diaphana centro albumen tegente, ru- gosa. Embryo circularis extus tptus conspicuus. Herbácea ramosa adpresse pubescens foliis sub-sessilibus ellip- ticis acutis lineatis creberrimis arcuatis circularibus, at formae valde diversae, pellucidis ; nervis lateralibus paucis, subtus pro- minulis. Reticulatio obsoleta. Paraguay culta. 23. Gomphrena correntina, Pdi. sp. nov.f Calyx teres =. Pfaffia. Capitula globosa sessilia aphylla minora in ápice caulis et pedunculor. axillis glomerala, capitulum magnum compositum 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA formantia, sessilia v. pedunculata approximata, inlerdum apicalia 3 valde approximata, at in axillis tbliorum 2 paenultim. Capitula sessilia, absque foliis propriis involucrantibus. Folia floralia abrupte parva, capitulis multo breviora, et a caeteris remota, magis appro- ximata capitula gerentia, 2da supera stenli, i. e. axillari-sterilia. Bracteae 1-nerves alba>, scariosae, ovatae; exterior ovato-acuta, ce- teris dimidio brevioribus ; interiores magnae latae ■=• '/a calyce laxe adherentes. Calyx albo-scariosus cylindricus teres parum divari- catus v. apertus, glaber, basi vil lis densis parum lanatis, longit. V2 calycis, non puré albidis, sordidis, vestitus v. cinctus; laciniis lanceolatis 1-nerviis. Tubus staminiferus longitudine calycis ápice sub-constrictus et fissus, (an 10 — ?). Antherae lineares sinubus affixae post anthesin recurva. Stylus liliformis brevis. Stigmata 2 elongata filiformia. Utriculus lenticularis (ramis valde serotinis sterilibus). Erecta simplex sub-,/2 ulnaris, parlibus junioribus densissime albo-villosis, caule et foliis sublus dense, his supra parce adpresse pilosis ; foliis sub-sessilibus lanceolatis acutis, mucrone albo-subu- lato fragili terminatis ; utrinque granulatis, supra enerviis ; nervis laleralibus paucis rectis, valde obliquis ápice evanidis, non pellu- cidis, lineolis pelkicidis 0. — Capitulis sessilibus glomeratis aphyl- lis, foliis floralibus á ceteris remotis abrupte parvis. Patria : Corrientes. 24. Serturnera paraguayensis, Pdi. Filamenta 5 ápice antherifera, sterilia 0? Folia grada tim minima. Capitula parva longe pedunculata centraba, tándem sub- sessilia non involucrata 1. aphylla, sub-globosa, fructífera parum longiora. Rachis cylindrico-villosa, calyx cum bracteis albus. Bracteae 3 minimee ovales ápice rotundataj aequales omnes decidua ad lapsum calycis at laterales calyci veré adnatce. Calyx albus minimus scariosum parum divaricatus ideo sub— cylindricus teres, 5-sepalus normaliter imbricatus, basi longe lanatus, tándem non durus, sepalis 3- lanceolatis 3- nerviis, fructiferus conni- vens at apertus. Tubus staminiferus 5-fidus apertus, fructu maturo non longior, flssuris hiantibus, calyce dimidio breviore ; filamentis latis acuminatis margine (remote) pubeseentibus ápice antheriferis. Antherae, 1- loculares lineares. Stigma sessile capi- tatum integrum. Utriculus lenticularis ovatus compressus. Semen nórmale lutescens nitidum ovale, radícula et cotyledones aíque alti. Herbácea glabra usque 3 - ulnaris, valde et inaequaliter tri— chotoma ramosa, ramis centro florífero longioribus, caule tereti; foliis oppositis breviter petiolalis acutis integris, utrinque sub- tilissime, at non pellucido-granulatis, subtus pubeseentibus, inferís ovatis dein lanceolato-ovatis tándem minimis; nervis la- CONTRIBUCIONES Á LA FLORA DEL PARAGUAY 41 teralibus reraotis valde obliquis ápice longe evanescentibus. Reti- culatio 0. Paraguay, Asunción et Tapoá frequens in süvaticis; Maj, Sept. floret. 25. Pfaffia, an sericea? Mart. v. P. tuberosa? Moq. Caulis ramosus ramo altero tándem abortiente. Folia gradatim minima. Capitula terminaba longe pedunculata basi ideo apbylla parva globosa minas =» flora alba. Bracteae albae parvee calycem plus quam dimidium breviores, pilosos eeque longae; laterales naviculares, nec carínate, nec álate cum calyce'? deciduae, ex- terior longius persistens. Calyx scariosus albus 5-sepalus semper teres imbricatus, florens cylindricus, ñuctiferus sub-conicus, a basi ad médium lana rarum crispa brevi vestitus ceterum pubes- cens; sepalis anguslis sub-aequalibus parum concavis l-nerviis. Tubus staminiferus alternatim ultra i/i et minus profunde 10- fidus, fructu longior, calyce paulo brevior; fllamenta o fissa v. furcata ad médium connata. Antherae lineares medio dorso affixae, sinubus minus profundis inserte, l-loculares. Stylus brevissimus at distinctus. Stigma incrassatum ovale, determinalum v. abrupte formatum, a lateribus compressum, ad médium flssum atclausum, Iateribus sulco exaratum et basi profunde excisum. Utriculus latere supero et infero, ideo cum stigmate inverse compressus, (v. utrículo dorso applanato). Caulis inferné síepius breviter ramosus, supra pluries insqua- liter dicbotomus, cum capitulo centrali ramis lateralibus alternis saepe abortientibus. Rami júniores dense adpresse albo-pilosi. Herbácea, erecta '/, ulnaris ramosa pluries centris cito \ -ca- pitulatis; caule strigoso tereti adpresse pubescente; foliis brevis- sime petiolatis crassiusculis oblongo-ovatis, integris acutis basi supra opacis obscuris crebre strigosis, (pilis adpressis) granulatis, subtus dense albo-floccoso-tomentosis; (pilis breviter plumosis ápice stellatis); nervis pilosis lateralibus paucis 3. v. i. non pellucidis subtus prominulis longe excurrentibus, non astomosan- tibus ; reticulatio non conspicua. Paraguay, Cordillera in pratis süvaticis frequens. 26. Pfaffia sp. Caulis parum et longe dicbotomus, ramo altero breviore inter- dum abortiente. Folia sensim minima et linearía. Capitula parva centraba longissime pedunculata, florentia globosa, fructifera alba. Rachis (axis) villosa. Bracteae albae breves, aequales, glabra 42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1-nerves ovales acutae laterales cum calyce decidua, aexteriores longius persistentes. Calyx albus 5-sepalus cylindricus, pilis albis rectis erectis calyce paulo brevioribus, dense ves ti tus. Tubus staminiferus calyce multo brevior 5-fidus, laciniis non antheri- feris, (c. antberisal(ernis) ideo = filamenta 5 ad médium ad 3/t connata. Antherae sinubus profundioribus inserta'. Stylus brevis- simus; stigma incrassutus, semiglobosus inteyrum basi rectilineum. Herbácea ulnaris parum dichotomo-ramosa, caule striato obsolete pubescens, internodiis longissimis, basi valde crassis; foliis bre- vissime petiolatis anguste lanceolatis glabris elongatis dilute viri- dibus, utrinque angustatis mucronatis integris, atrinque confluente granulatis, costa pellucida, nervis lateralibus paucis, reticula- tione 0. Paraguay, Cordillera, Asunción ad silvam raro. April. floret. 27. Pfaffia gnaphaloide? Mart. Celosía, Linn. Capitula globosa parva aphylla in quaque planta pauca termi- naba longissime pedunculata. Rachis villosa. Rami breves sim- plices 1 — capitúlala, plerique steriles axillis ideo ramorum non pedunculiferi. Bracteee 3 diaphance, scariosae, enerves, infera leviter ochracea pubescens, ovato acuta brevis; superiores calyce paulo breviores, latissime amplectentes, ovales subulato — mucro- nalce, simpliciter valde concavce, non naviculares, nec alatae, alboe 1 — nerves. Calyx o — sepalus albus imbricatus erectus teres sub-oequalis glaber, basi pilis densis rectis calyce brevioribus cinctus; laciniis linearibus nervis crassis longe ante apicem de- sinentibus. Tubus staminiferus calyce brevior ápice 10 — fissus, sinubus alternis antheriferis, antbera3 normales (Montevideo, Bra- silia). Stigma omnino sessile semiglobosum integrum basi rectili- neum, Germen elliptico-lineare. Humilis, erecta, simpliciter et breviter ramosa usque */, ulnaris ; caule pedunculato, foliis subtus densissime his supra parce albo- lanato-tomenlosis; foliis sub-sessilibus lanceolatis acutis margine undulatis, sub-crispis ; nervis lateralibus paucissimis rectis supra inconspicuis, reticulatione 0. Corrientes in arenosis. 28. Pfaffia sp. Spica minuta pauciflora crebra longe pedunculata. Bracteae laterales hyalinae cequales calyce multo breviores, 2 glabrae mu- cronata?, laterales c. calyce decidua, exteriores rarius decidua. CONTRIBUCIONES Á L\ FLORA DEL PARAGUAY 43 Calyx albus cylindricus, teres, parum apertum 5 — sepalus oequa- lis, extus longe dense decumbens (non crispum) ¿ílbo-pilosus (Cordillera). Tubus staminiferus < calyce, ápice oo — fissus ; antherae forte in sinubus ; stigma sessile semi-globosum. Germen cylindricus ápice latius : 3/4 ulnaris erecta apicem interdum parum ramosa, caule, adpresse molliler pilosa, insuper potréete; foliis anguste lanceolatis acutis subearnosis sessilibus parce longe erectis, subtus insuper adpresse pilosis. Reticulatio o. Costa et nervis lateralíbus paucis pellucidis subtus pruminulis. Paraguay, Maracayá in prato húmido ra- rissima. Januar. 63. legi. 29. Chamissoa sp. Calyx o — sepalus albido — virescens, glaber, scariosus parum divaricatus, sepalis lineari-lanceolatis, 3 — nerviis, acutis, linea viridi ; oestivatione normaliter imbricatis, interior, et lateral, an- gustioribus. Stamina o basi in urceolum simplicem connata, calyce paulo minora, sinubus simplicibus sub-rotundatis, fllamentis (ubi liberis) v. ad basim liberam dilatatis. Stylus 1 elongatum, c. calyce persistens; stigmata 2 minima subulata divaricatá papi- llosa normaliter supra et infra sita. Germen lateralis ideoque normaliter compressus, utriculus ovalis siecus, sub-compressus, medio-circumscissus, I — spermus laevis. Semen lenticulare ni- grum opacum, creberrime miriutissime punctulatum. Herbácea ramosa brevissime parce pubescens, caule costato, foliis alternis modice petiolatis ovatis integris acutis basi rotun- datis pellucido-punctatis. Reticulatio magna sub-pellucida. Inflorescentia Ia et 3a descendens, 2a adscendens. Flores typice terni sessiles conferti sub-oppositi, glomerulos llore terminatos (at non ut in amarantbo centris mox I — floris.), sed opposito- spicatos formantes. Spicee terminales compositae indefinitae, axibus lateralibus deflnitis! — Glomeruli minuti brevissime peduuculati pauci usque 9 — flori alterni, in spicas elongatas dispositis, tán- dem ¡ — flori — nulli ad basim ramorum! — Spieae elongatae v. composite axillares, et terminales, major axillaris pedunculata, tándem sub-sessilis. Folia gradatim bracteiformia. Rami veri I — spicati. Bracteae byalinae lineari-lanceolatae, bracteols ad flores laterales ultimas angustissimae, lineares. Paraguay, Asunción Feb. 59 legi in silva. && ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PARONYCHIE.E 1, Paronychia confertissima, Pdi. sp. nov.? Specimen descriptum fructiferum. Glomeruli axillares sub 3 — flori, sessiles, in una vel ambabus axillis decidui, 1 — flori. Bracteae latae ovales hyalinee oppositae acutae \ — nerves incumbentes, persistentes. Calyx m mu tus glaber 5 — sepalus cura fructu deciduus fructiferus clausus, valde incequalis, sub-imbricatus, sepalis spina subulata pungenti di- varicata terminatis, ad basin et marginem spinarum villosis, \ — 3 ovalibus crassis intus plañís conniventibus v. clausis, spinis longealis suo ordine sepalorum decrescentibus ; 2 interioribus op- positis angustis feré occultatis, valde concavis conniventibus fructum includentibus, spina brevissima infrapicah dorsali; se- palis margine at ápice (spinis non computatis) villosis. — Stamina pauca 3 — 5 ? brevia persistentia. Stylus 1 . Stigmata 2. — Cap- sula minima globosa glabra mucronata '1 — sperma? indehiscens facile decidua. Parva decumbens irregulariter vel hinc inde ramosa, glabra, faliis oppositis confertissimis angustissimis subulatis at plano sib-convexis, enerviis, pungenti mucronatis; stipulis magnis elon- notis imbricatis, valde membranaceis hyalinis intraxillaribus, basi gutubum vel ochream late connatis ; nervis 2 fuscis folio oppositis munita, utrinque biiidis (laciniis tenuissimis). Paraguay, Asunción in urbe locis arenosis sal frequens. Maj. fructiferam. PIPERÁCEAS 1. Piper Yaguarundí, Pdi sp. nov, Membrana petioli canali decidua, initio convoluta. Fovea petioli in canalem sub-longum attenuatum médium petioli fere attingens. Squama ramorum normalis lateralis decidua dorso absque ñervo prominulo. Gemma ramorum subulata. Axis aut cum centrali v. axillari fórmala, ramis 1° et 2d0 etiam sese explicantibus cum gemma rami 3U. Spicae oppositifoliae erectee mediocres breviter pe- dunculatae, pedunculis subtilissime pubescentibus liermaphrodilis, v. (/. Bracteae flavas elevatee, pressione angulatae ápice convexie, ápice presertim margine brevissime dense pubescentibus. Fila- menta elongata crassa mercescentia. Antheras v. thecae laterales CONTRIBUCIONES Á LA FLORA DEL PARAGUAY 45 ápice connectivi basi divaricatae, flavse, siccae fuscae, semi-laterales, stylus brevissimus persistens. Stigmata3 varo 2? brevia cylindrica crassiuscula divaricata. Folia minulissima viridi-pellucido-punc- tata, nervis lateralibus utrisque sub — 5 inferís 4 approximatis, su- pero longe infra medio folii sito; nervis viridi-pellucidis, ñervo costali impressa, larainis dimidio basi supra insertis brevíter erec- tis, unde conduplicatis evadunl. Suffruticosum el — ulnare ramosum glaberrimum loeve, caule te- reti nodoso immaculato; foliis modice petiolatis usque 9 pollicar- ribus parura coriaceis v. potius niembranaeeis ovatis, superis opa- cis oblongo ovatis, ápice breviter attenuatis, basi rotundatis parum inaequaliter productis, subtus dilutioribus, petiolis supra sulcum leviter canaliculatis, non marginatis. Paraguay, Cordillera, Caácupé, Maracayú in silva loco húmido. Maj. 63. 2. Piper paraguayensis, Pdi. nom. vern : Yaguarundi-mi Petioli elongati ad médium tantum canaliculati sulcati, mem- brana angusta virescenti minus membranecea, persistente, in ápice canalis gradatim angustiore , non producía , ibique desinente ; squama basalis ramorum decidua. Interdum ramus 2du* (an un- quam explicatus?) lateralis, inter squama rami 1mi, in squama sua subulatim convoluta, inclusus. Nervi básales sub — 13 radiati; 3 inferi cujusque latus basi connati, 1°pauco supero, e costa exeunt. ,- Spicae cylindrica3 oppositifoliae pedunculataí. Suffruticosa gla- berrima, 3 — ulnaris ramosa, nudosa, internodiis elongatis tereti- bus cura petiolis rufescentisbus, striatis; foliis longe petiolatis maxi- mis, profunde cordato-reniformibus integris, ápice breviter atte- nuatis, supra sub-nitidis, subtus dilutioribus, nervis viridi-pellu- cidis; reticulatio magna. Paraguay, Maracayú in silva, Jan. 63 legi, non raro. Villeta 68. 3. Piper lepidotum, Pdi. sp. nov. Membrana canalis petiolis persistens, angusta, latere folio ob- verso sinum desinens, nec connata v. producía; canalis petioli laminam non allingens. r Gemma rami! subulala in canali inclusa squama sua involuta. Axis cenlralis in specimine meo lanlum explicalus. Folia bine inde pellucido-punctala; nervi omnes supra prominuli! eí tecli ; laterales remoti undíque exeuntes, ulrinque sub — 10 parum obli- qui arcu magno anaslomosati. Reticulatio crebra. Junius glabrum 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA erectum lseve, caule unicolore ; foliis brevissime petiolatis coria- ceis opacis obscure viridibus, aut anguste ovatis aut linean ova- tis gradatim attenuatis obtusis basi rotundatis, minutissime emar- ginatis aequalibus, sinu conniventibus, subtus dilutioribus, cre- berrime utpote glauco-lepidotis 1 v. granulis sub-prominulis rotun- datis conniventibus tectis. Paraguay, Macarayú in silva, 2 Maj. 63 legi. 4. Piper, sp. Membrana stipularis petiolo initio ramum amplectens et occul-' tans. Membrana stipularis persistáis angustissima, canalis petioli elongata linearis usque ad laminam dimidium breviorem extensa. Membrana stipularis angustissima ápice producía et libera, at normaliter connata, squama ramorum brevissima! lateralis late triangularis semi-amplexicaulis persistens! gemmam rami 21 maxi- raam late triangularem applanatam occultans. Folia ut in plan- tis normaliter reticulata (quo longior est petiolus eo minus ine- quales sunt lamina; dimid. at folia basi profundius emarginata lobis rotundatis incumbentibus. Folia superiore v. ultimo sub- sessilia basi parum emarginata, at lamina dimidia altera multo breviore, usque pollicari. Suffruticosus usque i — ulnaris valde ramosum glabrum laeve, caule tereti non nodoso ; foliis magnis usque 9 — pollicaribus breviter petiolatis, superis sessilibus, oblongo v. anguste ovatis sub-carnosis, breviter acuminatis, acu- tis, basi inaequaliter productis emarginatis; junioribus rufis. Paraguay, Igatimí ad ripam rivuli, April. 63. 5. Piper, sp. Membrana foveae petioli caduca. Fovea vaginae petioli circula- ris, at in petiolo in angulum paulo extensa. Membrana vaginalis petiolo completa s. amplexicaulis elongata latere folio obverso fis- sa, initio subulato-convoluta, s. marginibus incumbentibus, axin etiam spiram involvens. Margo amplexicaulis petioli ápice libera, urceoliformis , squama ramorum elongata compresso-duplicata elongato-decidua ; gemma rami 2' minima. Nervi laterales utrin- que sub — 5 básales magis approximati, supero feré in media costa. Reticulatio crebra viride-pellucida. Nervi supra vix impressi. Suffruticosum 3 — ulnare ramosum glabrum, Iceve; caule parum nodoso creberríme punctis oblongis albis irrorato, foliis brevis- sime petiolatis, membranaceis, elliptico-lanceolatis breviter acumi- natis, basi rotundatis non rugosis, supra sub-nitidis, subtus di- lutioribus impuntatis; lamina dimidia basi raro paulo breviore. Paraguay, Igatimí in silvis non raro. April. 62. CONTRIBUCIONES A LA FLORA DEL PARAGUAY 47 6. PlPER, S}). Canalis petiolis fere ad apicem extensus c. lamina membranácea; margines elongatae serius deciduae; membrana lata decidua ápice brevissime libera, brevissime illa cingens. Nervi foliorum básales, at remote utrinque 4. v. 5, costali non crassiore. Suffruticosa gla- bra, foliis longe petiolatis membranaceis magnis ovatis, inaequila- teris integris basi emarginatis at non! incequalibus ! nervis subtus laevissime pubescentiubs. Paraguay, Curuguaty in silva, Dec. 62. 7. Piper, sp. Membrana petjoli radiato-nervosa. Fovea petioli rotundata amplexicaulis in canalem'non conti- nuata. membrana video angusta tubiformis stipuliformis? Rami 2d laterales inter annulum petioli (ad unum tantum latus), saepe eodem lalere, viridis subulati persistentes in squama sua convo- luti. Squama ramorum certe adest, at decidua caduca. Nervi fo- liorum radiati 7, 5 apicem attingenles, 3 recti. caeteri undulati, tenuissime externus abbreviatus. Spicae oppositifolise cylindricae breyiter pedunculatae paucae, solitaria3. Bacca sessilis globosa con- fertissima. Suffruticosum 3 ulnare ramosum glabrum nodosum; foliis breviter petiolatis membranaceis, Isevibus opacis ovalibus integris breviter acuminatis basi angulatis. Paraguay, Itapé prope Igatimi in silvis frequens, Pdi, sp. nov. ? Domingo Parodi. (Continuará.) CO a c cu 03 (1) Fh •^H u¡ i — i tí o ü H 1 — 1 £ O (1) -í « [/> 0J o co cu ou ¿3 1H tí H cSt3 o .i-t o fepg, -O cá ¿* O U <0 co o es 2ü M O O O W O Z Z Cd ca co co co O Z WM O MiBZZzzzMoozooojizzzzziaMzzzzzzzsia ) S te) cd o O Ld O Z Z coOOZ ZEd EdEd cd HtcZZZZZZOOZ'/lOOiítflZZZZZWZZZZZZZaiai i 3 \ r- • ca ¡a o O Caía cO O Z co o ooz ZZ Ed WCdcoZZZZZOOZZOOcocoZZZZZWMZZZZZOZcO o / Q / K Oí t** rH Oí CO Oí i— 1 CO CO CO -—i COM MPi^-Í^W^Oí^ tí* CO CO 1 o l E 1 o OS cOrH(^^oor^TíHH^C005CDCDC*OOOWCO«ÍNCOWí£?Oi0^^^05 5S Oí CO CO tí- Oí CO CO CO Tf* CO CO CO CO ^H CO M* i— ( CO ^f tí* Oí Oí En R O tí ce w \ OOOO^OÍOÍCO^t^CDc^OÍ^OÍ^O^CDOOG0CIÍ^^E^'-^ a < r- r— 1 í— 1 CO i— * r— 1 — . CO Oí r— i -tf (— 1 Oí TÍ* CO Tf* Oí r— t Oí Oí Oí Tí* CO r-l ill OOOT**^TÍ*C0O00C0O^O^u0^HcX)C^G0C^^<^-^OÍTÍ*ThC0C0TÍ r~* CD C¿5 CO CO r¿^ r-0 CC CC CD CC1 LO iO i-O LO iO r* r- r- o r* t- i> r- t^ o r^ r- t - t^- 1-~ \r- t-~ i- t-~ i- t- r- r- r~ t^ c~ r- r~ t^ r- t> ooo I^GOI>OtHtIí^^|^c»OWtí'O^HXCOCO^OTCD>OCOOG^OO^WWC; CO CD CD CD CD CO CO 'O iO iO CO »0 O CO CO l - CD CO CD CD O CO' CO CO CO1 CO 'O lO tO lo «O i- i- t— r- t- r» r- r^ t^ t- r- r-~ t^ r- t- r- r- 1^~ t- c - i - r- o t- i^ r- r- r- r- r- 1- O O O O O O 'O 'O' O O ' - OÍOÍTf*iOC^OÍCO-^í*t^CX'CO O O 'O 'O o o lo o oof^cooíLooícnco CXi00C0C0Tt'L0C0C0L0C^0ÍTt*C0O>0r^Ot^H*C0C0l^G0r-CD^-^L0»OTÍ*O CDCDCDCDCDCDCOLCiLOLOCOiOiOCDCDr^l'^COCDCOCDCOCDCDCOCDCO'O'OLOCD *0ÍC0^LQCDr-0005O^0ÍC0^OCDr-00O)O^0ÍC0T^^C0^C0C^OrH HHHrIHHr (f— 1<— (i— lOíOíOÍOíOÍOíOíOÍOíOÍCOCO COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Guillermo White. Vice-Presidente 1° D. Miguel Puiggari. » 2° Dr D. Rafael Herrera Vegas Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D. Lorenzo B. Trant. D. José M. Lagos. Dr D. Carlos Berg. Vocales \ D. Enrique Aberg. D. Santiago Brian. D. Emilio Rosetti. Director del luseo Don Juan Martin Burgos. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públieas Luis Silveira. — Félix Rojas — Rómulo Otamendi.— Garlos Stegman. — Juan Pirovano. Comisión encargada de proyectar la reglamentación de los cercados y caminos generales de la campaña. Juan Dillon (hijo). — Guillermo Villanueva José M. Lagos. Comisión encargada de informar sobre la conveniencia de reglamentar la construcción de planos. Valentín Balbin. — Emilio Rosetti. — Juan M. Gagnoni Comisión encargada de estudiar el Cementerio indígeno de Campana. Pedro P. Pico. —Estanislao S. Zeballos. — Francisco P. Moreno. — Garlos Bebg. — José M.Lagos. / LISTA DE LOS SOCIOS ACTIVOS Arata, Pedro tí. Aguírre, Eduardo Amoretti, Feliz Aberg, Enrique Ayerza, Rómulo Benoit, Pedro Brian, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Martin Buschiasso, Juan A. Büttner, Adolfo Balbin, Valentín Berg, Carlos Barbosa d'Oliveira, A. Becher, Eduardo. Barra, Carlos. Coronell, J. M. Carvalho, Antonio J. Coglhan, Juan Clérice, E. E. Castilla, Eduardo?. ■ Cooper, Jorje Chaves, Juan Adrián Costa, Ángel F. Cadrés, Jorge. Carreras- (José M. de las) Coni, Pedro. Crabtree, Enrique Cagnoni, Juan Cbapeaurouge, Carlos Cagnoni, A N. Camaño Eduardo. DiMod, Juan (hijo) Dillon, Juan (padre) Dillon, Justo Dawney, Carlos Encina, Carlos Fader, Carlos Florent, A. ' Firmal, Ignacio Fregeiro Clemente L. Guerrico, Jos« P. de Gorordo, Fermín Gaffarot, Carlos. Giagnoni, Cristóbal. Gonnt Luis M. Herrera Vegas, Rafael Huergo, Alfredo Huergo, Luis A. Hernández, Rafael Kyle, Juan J. J, Knoblauch, Osear. Krause, Otto Lavalle, Francisco Lagos, José M. Leslie, Arm.it Lloyd, Ja;me Lagos, José A. Lista, Ramón. Lanús, Carlos López, Lucio V. Mattos, Pedro A. Mané, Monos Moreno, Francisco P. Médici, Juan Muñiz, José M. Maraini, J. Morphy, Fernando J. Nelst n Enrique. Oyuela, Ignacio Olivera, Carlos C. Otamendi, Rómulo Peña, Enrique Pirovano, Juan Palacios, Rodolfo Pico, Pedro Pico, Octavio Puiggari, M. Parody, Domingo. Palmer, Smythies J. Pirovano, Ignacio. Quirno Costa, Norbto. Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Roberts, Pedro F. Ramos Mejia, Ildfo. P. Romero, Julián. Silva, Ángel Silveyra, olazabal L. Stegman, Carlos Sierra, Julio Salas, Carlos Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio Salas, Miguel T. Salas, Saturnino L. Sola, Felipe. Schnyder, Otto Silveyra, Juan R. Trant, Lorenzo Tarigo, Santiago. Valle, Pastor del. Villanueva, Guillermo Viglione, Luis A. White, Guillermo Warner, Rodolfo Zeballos, Estanislao S. Zárraga, Simón. HONORARIOS Dr. Guillermo Rawson. — Dr. Benjamín A. Gould. — Dr. Germán Burmeister. Dr. Pedro Visca. — D. Mario Isola. — Dr. Carlos Darwin. — Dr. R. A. Philippi CORRESPONSALES Germán Ave-Lallemant. . . León Domesq Pellegrino Strobel Miguel Sánchez Nuñez... Luis Jorge Fontana C. Van Beneden Felipe Caronti Federico Schickendantz . . . Samuel Lafone y Quevedo,. Ladislao Netto Manuel Paterno San Luis. Madrid. Parma (Italia). Montevideo. Villa Occidental Lieja. (Béljica). Bahía Blanca. Pilciao (Catma). Pilciao (Citm»}. Rio Janeiro. Palermo (Italia). Ernesto Gilbert Juan Martin Leguizamon. Luis Brackebusch Juan Lubbok Walter F. Reid Carlos Barbier Maxs. Siewert , Rodolfo Arteaga Gualberto Méndez ...... Francisco Vidal Roberto Wernicke Montevideo. Salta. Córdoba. Londres. Londres. Paris. Alemania. Montevideo. Montevideo. Montevideo. lena (Alemania) A LOS SUSCRITORES Se ha resuelto reducir la guscricion mensual de los ANALES ñ 20 ft rn/c In semestre vale HO jj mfo. — - Un año «OO ¡j mfc. l.as colecciones Integras se venden con una rebaja de SO "/,,. Buenos Aires, Io de Julio de 1878. EL SECRETARIO. Por reclamos, artículos, suscriciones, en fin, por todo lo relativo á estos Anales, ocúrrase al local de la Sociedad, calle Reconquista, N° 93. a. (i.A-J analeC DE LA ffI?«fc t< '? SOCIEDAD CIENTIFTC ARGENTINA COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Luis A. Huergo. Secretario ..... D. Félix Amoretti. I D. Guillermo Villanueva. Vocales < D. Pedro N. Arata. ( D. Francisco P. Moreno. OCTUBRE DE 1878. — ENTREGA IV. — TOMO VI. PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL ÜE LA SOCIEDAD, RECONQUISTA 93, Y EN LAS PRINCIPALES LIRRERÍAS ÜPor mes, en la Ciudad SO j} m/c Un semestre HO b Un año 200 i Por mes, fuera de la Ciudad.... 30 x> entrega La suscricion se paga, anticipada BUENOS AIRES /o? <ó* IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA aBRÁV\C 60 CALLE ALSINA (ANTES POTOSÍ) — 60 \ >V 1878 índice de la presente entrega I. — ACTAS DE LAS ASAMBLEAS de 2 de Agosto y 2 de Setiembre de 1878. II. — NOTAS SOBRE UNA NUEVA RELACIÓN ENTRE LA CONDUCTIBI- LIDAD ELÉCTRICA DE LOS METALES Y SUS CARACTERES MOLECULARES, por Lalleniaiit. III. — HIGROMETRÍA, por E. del Valle. IV. — HEMIPTERA ARGENTINA : Ensayo de una monografía de los hemíp- teros, heterópteros y homópteros de la República Argentina, por Carlos Berg (Continuación). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Viernes de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ASAMBLEA Presidente. Puiggari. Zeballos. Oyuela. Burgos. Salas, S. L. Souza. Videla. Molina. Castex. Silva, P. N. Cascallar. Tassier. Arata. Glade. Moreno, E. Lanús. Carvalho. Otamendi. Coni. Krause. Pico P. Aberg. Girondo. Huergo, L. A. Huergo, A. Salas, C. Aguirre. Tarigo. Cano. Pico, 0. Kjle. Carreras. Cagnoni, A. N. Sesión Ordinaria del 2 de Agosto de 1878 Presidencia del Sr. W/u'fe. A las 8 '/< de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de 47 señores socios, cuyos nombres van ano- tados al margen. Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. En seguida el Sr. Presidente dijo que iba á proce- derse á la elección de la nueva Junta Directiva, con arreglo al artículo Io del título Io del Reglamento de la Sociedad ; á cuyo efecto nombró á los señores Salas y Salvadores para que acompañaran á prac- ticar el escrutinio de la votación, que dio el siguien- te resultado : Presidente : Luis A. Huergo, con 45 votos, núme- ro de socios que hasta entonces habia en la sala. Vice- Presidente Io: Pedro Pico, con 32 votos ; Va- lent.n Balbin, 4 ; Domingo Parodi, 3 ; Pedro N. Arata, 1 ; Estanislao S. Zeballos, 1 ; José M. Lagos, 2; Cario Berg, 2; Juan J. J. Kyle, 1. Vice-P residente 2o: José P. de Guerrico, con 4 votos ; Pedro N. Arata, 1 ; Carlos Encina, 18 ; Car- los Berg, 13 ; Valentín Balbin, 4 ; Pedro Pico, 3 ; Juan J. J. Kyle, 3. Secretario : Juan M. Cagnoni, con 32 votos ; Fé- 140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AUGENTINA Becher. lix Amoretti, 11 ; Pedro N. Arata, 1 ; Ángel Silva, Amoretti. 1 ! Luis A. Viglione, 1. 5illÍJ?í?" Tesorero: Eduardo Moreno, con 13 votos; Luis Buschiasso! A. Viglione, 29; Emilio Rosetti, 2; Paulino N. Sil- Lagos, j. M. va) 1 . Pedr0 Coni i Silva, Á. Vocal : Ángel Silva, con 35 votos ; Pedro Pico, 1 ; Sih-eyra, L. Octavio Pico, 2; Osear Knoblauch, 2; Miguel R. cadrés. Pérez, 1 ; Valentín Balbin, 2 ; Pastor del Valle, 1 ; Juan Pirovano, 1 ; Pedro N. Arata, 1. En consecuencia el Sr. Presidente proclamó electos para el 7o año administrativo de la Sociedad á los señores : Iímís A. Huergo, Presidente. Pedro Pico, Vice-Presidente Io. Carlos Encina, Vice-Presidente 2o. Juan M. Cagnoni, Secretario. Luis A. Viglione, Tesorero. Ángel Silva^ Vocal. Acto continuo el Sr. Presidente White invitó á ocupar su puesto al Sr. Huergo, bajo cuya Presidencia continuó la sesión. El Sr. Zeballos pidió la palabra y recordó en un largo discur- so el descubrimiento del Cementerio indígena de Campana, los tra- bajos practicados en el terreno y las numerosas visitas de que liabia sido objeto, la información detallada que como descubridores habían presentado á la Sociedad con el Sr. D. Pedro P. Pico, las resolucio- nes de la Junta Directiva y los trámites é incidentes originados, con- cluyendo por prometer que la Comisión que estudiaba esas reliquias, pronto elevaría un informe sobre ellas. El Sr. Presidente invitó á la Asamblea á dar un voto de gracia á los señores que habían constituido la Junta Directiva saliente. La Asamblea aceptó la invitación poniéndose de pié ; acordándose pasar una nota en ese sentido á dichos señores. El Sr. Burgos hizo moción para que la nota que habia de pa- sarse al Sr. Secretario, fuera de un carácter especial, por cuanto ha- bia desempeñado ese puesto durante tres años, señalándose por su constancia y por servicios importantes. Aceptada esta moción, y no habiendo otro asunto que tratar, se levantó la sesión siendo las 10 de la noche. Guillermo White. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 147 ASAMBLEA Sesión Ordinaria del 2 de Setiembre de 1878 Presidencia del Sr. Huergo. Presidente. ge abrió la sesioR á las ocho y cuarto de la noche Baibin. con asistencia de los señores cuyos nombres se es- 5ers' . presan al margen. Buschiasso. * ° Castex. Después de leida y aprobada el acta de la sesión Com°n1' ' anterior y de darse cuenta de las resoluciones y Carvalho. despachos de la Junta Directiva durante la última c0esta. ' quincena, se pasó á ocuparse de los asuntos á la ór- Dawney. Debiendo precederse á la elección de Secretario, Giadear' e^ ®r- Presidente invitó á los Sres. "White y Rojas Gómez Molina. para acompañarle á verificar el escrutinio de la vo- Kf tacion. Knobiauch. Recojidos los votos y practicado el escrutinio, se Macias." dio lectura del siguiente resultado : Oyuela. Otamendi. Félix Amoretti 17 votos PiCO r Peitz'er ' Guillermo Villanueva 4 » ^a!,elli- Eduardo Moreno 8 » Salvadores. Francisco Gómez Molina. .. . 1 » sifera,'^. Eduardo Aguirre 1 » Tarigo. Valentin Balbin 1 » Viglione. ZebaUos. ^n consecuencia el Sr. Presidente proclamó Se- Señores Newman y cretario de la Sociedad al Sr. D. Félix Amoretti, y Ca5nl- ; acto continuo invitó al Sr. D. Ángel Silva á iniciar la conversación anunciada en la orden del dia. El Sr. Silva se espresó en los siguientes términos : EL CATASTRO. — SD CONSERVACIÓN Señor Presidente: Cuando la Comisión Directiva apoyó el pensamiento del socio D. Guillermo White, tendente á amenizar las asambleas ordinarias con conversaciones familiares entre los socios, referentes á las dificulta- des ó mejoras que pudieran sugerirles la práctica de sus respectivas profesiones ; lo hizo convencido de las ventajas que esta clase de conversaciones pudiera reportar á \\ sociedad, y también por su modesto carácter. 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Fundado en este mismo propósito apoyé la idea del Sr. White y firmé un documento por el cual quedaba obligado á dar tema para una de estas conversaciones, sin fijarme en su trascendencia : y digo así, señor Presidente, porque posteriormente he visto que mis sos- pechas se han traducido en realidades. Es decir, que esas simples conversaciones habian de tomar como efectivamente lo han tomado el carácter de conferencias públicas en las cuales el exponente con- curre con toda la preparación y demás formalidades del caso. La mayor parte de estas conversaciones ó conferencias (como quiera llamárseles) han quedado reducidas á discursos leidos sobre diversos temas, que no han producido mas discusión que simples observaciones de detalle. Yo no aspiro á mas señor Presidente, y aunque es original la idea de hacer ó dar conversaciones leídas, sujetóme también á lo que la mayoría ha hecho y paso á leer la mia. Una sola cosa y no mas pido á los que me escuchan y es que siendo sumamente novicio en este arte me espongo á cometer errores que espero me los disimularán con su indulgencia. No traigo á la consideración de mis consocios una cuestión nueva, ni vengo tampoco á tratarla bajo todas sus faces ; simplemente voy á hacer notar algunas observaciones que he hecho durante mi per- manencia en la Oficina de Ingenieros de la Municipalidad, y en la práctica de mi profesión. No entro á profundizar la materia de que me ocupo bajo las dis- tintas formas en que la han establecido los tratadistas, porque á parte de lo fatigoso que es hasta cierto punto la reproducción de citas de autores que en todo tiempo se pueden consultar, no conseguirla mas que fatigar doblemente la atención de los que me escuchan. El Catastro, que ha sido considerado comunmente como el registro de la propiedad, es una contribución que está establecida en muchos países estrangeros produciendo resultados satisfactorios. La uni- formidad en la imposición del impuesto y la regularidad en su per- cepción, son cuestiones á que está intimamente ligada la contribución de Catastro y que por si solas reclaman un serio y meditado estudio. La doble ventaja que presenta esta contribución es, la de ser adoptable en cualquier pais y reposar en una base segura cual es la valuación de la propiedad. Su establecimiento puede haber sido oneroso para algunos Estados, como la Francia, por ejemplo, á la que le cuesta cerca de 40 años de trabajo y 60 millones de francos ; pero sí equiparamos con ellos sus resultados, comprenderemos con facili- dad que le son ventajosos y fructíferos. Entre nosotros, no puede ofrecer grandes dificultades, si atendemos á lo favorable que le es nuestra organización y nuestro carácter ; bastaría un poco de buena voluntad de parte de nuestros poderes públicos para que pudiéramos cosechar sus beneficios. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 1-49 No podrá tener un objeto práctico cuanto se ha hecho hasta hoy sobre esta materia, mientras no se dicten disposiciones que la regla- menten, ó se pongan en vigencia decretos que aun no han sido de- rogados, que podian haberle sido de gran utilidad y que solamente por negligencia ó desidia mal entendida de nuestra parte se encuen- tran hoy legados al olvido. Los trabajos topográficos, que se han ejecutado con el objeto de servir de base para la contribución de Catastro, son dos : los planos presentados al Gobierno por D. Pedro Beare el año de 1871 y los que recientemente construye el Departamento de Ingenieros de la Pro- vincia. Ambos se limitan puramente al municipio de la ciudad. Los planos del Sr. Reare no llenan ni llenarán nunca el objeto que se propuso su constructor ; por ellos pagó nuestro gobierno una suma crecida y sobre su base errónea se ha calculado recientemente un proyecto de empréstito para continuar las obras de salubridad. No basta señor Presidente, el reproducir en escala mayor el plano levan- tado por el Departamento Topográfico el año 1867, ni es suficiente el adornar estos mismos planos con vistosos letreros y lujosas en- cuademaciones para embaucar la atención: es necesario mayor cuidado en su levantamiento y mas fijeza en su construcción. A los que actualmente construye el Departamento de Ingenieros de la Provincia los considero en distintas condiciones ; por tanto, encontrándolos mas próximos de la verdad, creo que con muy pe- queñas innovaciones se podría conseguir el propósito deseado. Sin pretender lastimar en lo mas mínimo la reputación y conoci- mientos del director de estos trabajos, nuestro consocio D. Carlos Glade, me voy á permitir apuntar algunas deficiencias que si no tienen un carácter grave revisten por lo menos sus apariencias ; me refiero á las operaciones preliminares que ellos exijen. Antes de entrar en los detalles del levantamiento de un plano de esta clase, se ha reconocido como necesario el hacer una trian- gulación del pais, ciudad ó pueblo cuyo plano se desea obtener; el objeto de esta operación y la delicadeza que para ella se requiere, creo que es conocida de la mayor parte de mis consocios, por lo cual me escuso de entrar en mas consideraciones, para demostrar que esta falta no debió cometerse. Prescindiendo de lo espuesto y por razones que las considero puramente de economía, se han continuado estos trabajos bajo la base de lo operado hace mas de 20 años, base que no pudo tomarse como segura desde que no han quedado refe- rencias en el terreno. Empero, conceptúo estos planos como los mas serios y me hago un deber en aprovechar esta proporción para espresar mis felicitaciones al Presidente del Departamento por la decidida cooperación que le dispensa y en especial al socio D. Carlos Glade por su hábil é inteligente dirección. 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ya que incidentalmente he tocado este punto, voy á permitirme taaibien espresar mi opinión tocante á una reforma que la considero de utilidad y que se liga directamente con esta clase de operaciones. Por el artículo 51 de nuestras Instrucciones para los Agrimensores se admite como bien ejecutada toda operación que no esceda del uno por ciento en medida lineal y de treinta minutos en angular. Esta bondad de las Instrucciones que aun para las grandes áreas de nuestros campos es dañosa, para los planos de la contribución de Catastro la juzgo inadmisible. Dado los instrumentos y accesorios de que boy se dispone, me parece dificultoso que se pueda cometer un error mayor del que se admite en otras partes, esto es, el uno por mil en medida lineal y cinco minutos en medida angular. Dicho esto, paso á ocuparme de otro punto de la misma cuestión. Sabido es, señor Presidente, que lo que preocupa en la actualidad á los que se dedican al estudio de esta materia es su renovación, y con el objeto de zanjar esta dificultad del modo mas económico y con- veniente, se ha llegado en varios países hasta ofrecer un premio al que presente el mejor proyecto. Entre nosotros, considero que la renovación de estos planos no tiene razón de ser, siempre que hagamos uso de elementos que tene- mos en nuestras manos y que nos aseguran una fácil y completa cotí' servacion: bastaría reunir en un mismo punto y bajo una sola de- pendencia un gran número de datos que están diseminados y que podían ser de una utilidad provechosa. Para este fin propongo lo siguiente: organización de la Oficina de Ingenieros Municipal y reglamentación de la profesión del Maestro Mayor. Está fuera de duda que tanto uno como otro cuerpo adolecen de graves defectos ; la Oficina de Ingenieros Municipal hace algunos años que reposa en la mas completa inacción, por motivos que no trascienden ; el reglamento sancionado por la Municipalidad para dicha Oficina, y que pongo en manos del señor Presidente, establece con claridad cuales son sus atribuciones ; este reglamento no se cumple, lo he encontrado entre el papel inservible de la Oficina y parece que intencionalmente no se ha publicado en el libro de acuer- dos y ordenanzas llamado Digesto, donde hasta el acuerdo regla- mentario de los sirvientes de oficina, ha tenido una cabida pre- ferente. Por la simple lectura de ese reglamento se llega á comprender que esa oficina tiene un carácter distinto del que por lo general se le dá, el cual será doblemente mas serio una vez que estén terminadas las obras de saneamiento, las que estarán bajo su inmediata inspección como lo establece la ley de Setiembre de 1870. La profesión del Maestro Mayor aunque en carácter distinto, debe también reglamentarse, como lo vienen siendo las demás profesiones: ACTAS DE LAS SESIONES PE 1878 151 después délos decretos de 1824 y 1873 que establecen la forma de dar los exámenes y adquirir el diploma, no hay ninguna otra dis- posición que determine claramente su proceder ni demarque sus deberes y atribuciones. Por causa de estas faltas, es que las tasaciones que se presentan en juicio no reúnen mas datos que la cubicación de la propiedad, sin demostrar de una manera clara cual es su distribución ni como están repartidos los materiales de que se compone. Para salvar este inconveniente opino que á cada tasación se debe acompañar un plano que comprenda por lo menos, la planta ó plantas que contenga la propiedad que se tasa y un corte longitudinal que demuestre con la mayor aproximación sus diversas alturas ; de este modo se verá no solamente la distribución de la propiedad tasada, sino que podrá compararse si la cubicación que espresa la relación, corresponde á la que indica el plano. Otro inconveniente, que causa de conti- nuo serios perjuicios y que puede salvarse con toda facilidad es el de la aprobación de estas operaciones ; hoy están sujetas á la del Juez con consentimiento de las partes, sin una fiscalización previa por un cuerpo ó persona competente. Esta falta podría subsanarse con dar solamente cumplimiento al artículo 10 del decreto de 6 de Fe- brero de 1824 que dice : que comunica que esta corporación se ocupa del pensamiento de organizar un Congreso internacional Sud- Ameri- cano de ciencias, que tendrá lugar en Buenos Aires en 1880 en con- memoración del tercer centenario de la fundación de esa capital. Me es agradable comunicarle que ese pensamiento halla aquí acojida simpática en los pocos elementos científicos con que cuenta la Repú- blica ; pues en seguida de haber impuesto de su carta á algunos de mis amigos, cuya cooperación creia eficaz y muy particularmente la del ingeniero civil D. Carlos Honoré, presidente de la » oro 10.176 » estaño 16.1423 » platina 9.2524 » azogue 14.708 Para facilitar las comparaciones pondremos el valor de r para cobre igual á uno, entonces resultará: Para el fierro r = 0.954 » plata • 0.644 » plomo 0.321 » oro 0 . 562 » estaño 0.428 » platina 0 . 334 » azogue 2.021 1 68 ANALES DE LA SOCIEDAI' CIENTÍFICA ARGENTINA y poniendo igualmente el valor del peso molecular del cobre igual á uno, hallaremos : Para el fierro 0.970 » plata .... 0.G87 » plomo 0.390 » oro 0.G96 > estaño 0 . 438 » platina 0 . 765 » azogue 0.481 Escluyendo por el momento la platina tanto como el azogue de las comparaciones veremos que los dos números , el de las compara- ciones de r y el de los volúmenes moleculares varian muy poco el uno del Otro. Las diferencias son tales que por parte se pueden considerar dentro de los límites de los errores de observación; por otra parte, los valores anotados no son mas que aproximaciones porque los argu- mentos de que me he servido en mis cálculos no son del mismo origen como ya deje esplicado. Tomando en consideración lo espuesto creo tener bastante motivo para deducir de la comparación de los números hallados, la ley si- guiente que una vez corroborada por esperimentos suficientes y de- tallados debe llegar á obtener una importancia notable en nuestros conocimientos de la constitución física de los cuerpos : <í Los aumentos de la resistencia eléctrica que una caloña produce en las masas de los metales de la unidad de peso, la unidad de sección é igual temperatura son directamente proporcionales á los volúmenes moleculares. » ó también : <í Las disminuciones que sufren iguales masas de los metales de iguales secciones á igual temperatura por igual cantidad de calor son inversamente proporcionales á sus volúmenes moleculares. » En cuanto á la platina hay que observar un hecho interesante, y es que la ley es válida, para este metal ó doblando el peso atómico, ó considerando mas bien cada molécula compuesta de dos átomos, luego el peso molecular igual al doble del peso atómico, entonces el volumen molecular se duplica y la proporcionalidad al volumen molecular del cobre se espresará por 0,38281 guarismo que abstra- yendo de una pequeña diferencia corresponde á lo contenido en la ley. Otra relación bastante curiosa tiene lugar entre los resultados del cálculo obtenido para el azogue. El número de proporcionalidad de los valores de r para cobre y r para azogue es 2,0213, la recíproca de este número es 0,49471, número casi exactamente igual á aquel que CONDUCTIBILIDAD ELÉCTRICA FE LOS METALES 169 espresa la proporcionalidad entre cobre y azogue de los aumentos de resistencia eléctrica efectuados por una unidad calorífica, sean in- versamente proporcionales á los volúmenes moleculares. La tercera ley de Davy sobre la conductibilidad eléctrica en los metales dice : « que el efecto del cambio de temperatura en los metales y en los líquidos, son contrarios ; » parece que el tenor de la ley que hemos planteado se halla en conformidad con la de Davy. Calculando para las diferentes clases del mismo material los valores de r hallaremos sirviéndonos siempre de las tablas arriba mencio- nadas, las relaciones entre plata y cobre : 1) En barras fundidas : Proporcionalidad de los volúmenes moleculares. . . 0.69444 No enrojecidas : proporcionalidad de los valores de r 0.64468 Enrojecidas, idem 0.51209 2) Amartillados : Proporcionalidad de volúmenes moleculares 0.70206 No enrojecidos : proporcionalidad de los valores der 0.64464 Enrojecidos, idem 0.64468 3) En alambres : Proporcionalidad de volúmenes moleculares 0.68739 No enrojecidos: proporcionalidad de los valores der 0.64468 Enrojecidos, idem 0.64460 Estos números nos prueban que es preciso para obtener resultados, que rigorosamente decidirán la validez de la nueva ley, que se hagan esperimentos en que los coeficientes para el cálculo se determinen en el mismo material. Calculando el valor de resistencia eléctrica en alambres de latón producido por la unidad calorífica hallaremos : r = 0.0976891 y su proporcionalidad al cobre =0 39822. Como ahora m r m r hallaremos el volumen molecular del latón devirado de el del co- bre =17,7885. Supongamos, para la deducción de resultados aproximados, que aquel alambre de latón con que Siemens hizo el estudio de la resis- tencia eléctrica haya sido compuesto de 30 zinc y 70 cobre á cuya aligación respondería la fórmula : Z». Ctts 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El átomo físico en este caso sería: = 63.88 y el volumen molecular 8.08o 8.085': 17.7885 pondremos = 0.5 y -^ = 2 es decir por el aumento, que la unidad calorífica produce en la resis tencia eléctrica del alambre de latón, deducimos que el volumen mo- lecular sea doble de aquel calculado por el peso atómico y que la constitución del latón corresponde ala fórmula 2(Z;¿2 Cus) es decir que el zinc y el cobre se ligaron según la fórmula Z?i., C?íb pero que la molécula material que influye sobre las acciones electrodinámicas se compone de dos átomos 2 (Zn2 C?r3) ligados á una sola molécula biatómica, por cuya doble combinación sufre la masa un aumento de densidad, una contracción, que si adoptamos el peso específico del zinc =7.14 del cobre =8.95 y del latón = 8.54 importa 0.0158202, porque el valor de p para latón debiera ser según su composición = 8.407, aumenta pues 0.133 y 0.133 : 8.407 = 0.0158202. Creo que estas observaciones nos autorizan para plantear la hipó- tesis siguiente : « El latón compuesto de 30 zinc y 70 cobre en el estado líquido forma una combinación de la fórmula Zn. C»5 del peso específico 8,407 y de una conductibilidad eléctrica hasta ahora desco- nocida, pero muy esencialmente diferente de la en estado sólido; por la solidificación recien se ejerce por la combinación de 2 (Zn2 C?¿5) á una molécula la contracción y la fuerza de conducción que caracteriza esta aligación. Del valor r como resultado de la acción de una caloría ó de 424 kilo- grámetros sobre el kilógr. del alambre deducimos que la fuerza que corresponde á tal trabajo mecánico es : 2 X 424 _ 848cj? e — D — looctó siendo D el aumento de volumen 1000 .„ , d. 1000 1000c? = • ■ 1 + 7 = 2) " p cp Por eso la fuerza P á la temperatura de 0o influyendo en sentido dilatorio sobre los alambres, aumentará la resistencia eléctrica por el valor r. Existe pues una relación íntima entre la constitución física y quí- mica de la materia 6 sea entre su peso atómico, calor específico, con- ductibilidad eléctrica, dilatación y su densidad. Pero si esta relación es tal como he ensayado demostrar en estos ligeros renglones, queda inadmisible la teoría electrodinámica moderna, tanto como la teoría de Weber, porque los caracteres físicos de la materia influyen direc- tamente sobre los fenómenos electrodinámicos : las acciones mutuas CONDUCTIBILIDAD ELÉCTRICA DE LOS METALES 171 de dos partículas eléctricas no dependen únicamente de sus movi- mientos relativos sino también de sus movimientos absolutos ; visto que aquella acción es una, efectuado por medio de la materia inter- puesta entre ambas, como Clausius supone y como Czolbe ya habia dicho (Neue Darstellung des Sensualismus, 1855). Los fenómenos magnéticos y eléctricos son causados como la luz y el calor por relaciones mutuas de los cuerpos, sus moléculas y átomos. La teoría de Weber pues ha sido mas bien un atraso de la ciencia. Si no hubiese moléculas que pudieran ser trasferidas á un estado eléctrico, nunca hubiera existido electricidad alguna. Lallemant. HIGROMETRÍA Señor Presidente de la « Sociedad Científica Argentina » . Muy señor mió : Tengo el honor de dirigirme á V. para que se sir- va, si lo considera á bien, hacer publicar en los Anales de la Sociedad que preside las líneas que van á continuación. Trato en ellas, como podrá V. ver, sobre higrometría, y propongo un nuevo sistema de graduación, del mas sencillo, sino del mas exa- to de los higrómetros, el de Saussure. Las consideraciones que mas adelante podrá V. ver han contribuido en gran parte á mi proposición que, sea dicho de paso, es algo audaz. Cuente V. con S. S. S. E. del V. CONSIDERACIONES Un higrómetro para que sea perfecto debe responder á las siguien- tes condiciones : Io Exactitud. 2o Que no necesite fórmula y que por lo tanto dé in- mediatamente el estado higrométrico. 3o Que pueda convertirse en higrometrógrafo para poder, con su auxilio, estudiar con exactitud y facilidad la humedad del aire. 4o Que no sea caro en sí mismo, y que no exija gasto considerable una vez instalado. Pero higrómetro que responde satisfactoriamente á estas codicio- nes no lo hay y voy á demostrarlo : Examinaré, para esto, ala ligera, la serie de higrómetros que tengo conocimiento se hayan propuesto ó usado, y pronto concluiré esta- bleciendo que: todos los higrómetros hasta ahora conocidos tienen defectos mas ó menos graves. Io El mas usado en el dia, el psicrómetro de August, tiene el in- conveniente de no dar el estado higrométrico ni aun una idea sobre la humedad del aire, sino después de aplicada una fórmula demasiado complicada para hacerlo varias veces al dia,— la condición de que el aparato debe estar resguardado de toda corriente^aérea es otro incon- higrometría 173 veniente bastante grave, — no se le puede aplicar un sistema grá- fico satisfactorio. Se pueden sin embargo, multiplicarlas observaciones por medio de la electricidad, como lo hizo Wheatstone (v° Daguin. Traite elémen- taire de physique, 1858), ó por medio de la fotografía á luz artificial (procedimiento semejante al que empleó Salieron en su barometró- grafo y termometrógrafo) pero á cada observación, así obtenida, hay que aplicar la fórmula que, si es incómoda aplicándola varias veces, lo es mas cuando se aplica muchas. 2o De los higrómetros de condensación, cuyo tipo es el de Le Roy, el mejor es el de M. Alluard (1), que no es sino una modificación del de M. Regnault ; tiene, como todos sus semejantes, el defecto de exigir una manipulación, consume alcool ó éter lo que le hace caro, cuando las observaciones se multiplican, no se le puede aplicar un sistema de indicaciones continuas, por lo demás es sencillo y exacto, y su fórmula puede decirse que no es tal, pero, sin embargo, no dá inmediatamente el estado higrométrico. 3" El higrómetro acústico del Sr. Lallement (2) exige también, aun- que sencilla una manipulación, necesita fórmula y no puede ser con- vertido en higrometrógrafo. 4° El método manométrico de Subic, dice Lallement, exige apara- tos y procedimientos muy complicados. 5o El método químico, ne debiera mencionarlo. 6o El higrómetro de tensión de Majocchi exige manipulación y está espuesto á inexactitudes ( v° Daguin, obra citada, § 1162), y si se opera como lo indica Regnault la manipulación es mas delicada. 7o El higrómetro Saussure no tiene ninguno de estos inconvenien- tes y es convertible en higrometrógrafo, para lo que es conveniente reemplazar el cabello, generalmente empleado, con una cerda, de caballo por ejemplo ; pero, lo he dicho, todos los higrómetros tienen inconvenientes mas ó menos graves, y el de Saussure los tiene muy pronunciados. El mayor de los defectos es el exigir cada higrómetro una gradua- ción especial, y cada cierto tiempo una comprobación (esta segunda parte casi desaparece si se emplea la cerda), además de esto, las di- lataciones del cuerpo higrométrico empleado, con la temperatura, hacen que sus indicaciones sean inciertas, hasta que no se sepa el coeficiente de dilatación de dicho cuerpo. Pretendo haber hallado un medio sencillo para graduar este higró- metro y para hallar el coeficiente de dilatación necesario en las ob- servaciones exactas. (1) Année scientifique (1877), page 103, L. Figuier. (2) Anales de la S. C. A. lom IV, p. 252, Aforismos sobre higrometría. 174- ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Hallando el coeficiente de dilatación de la cerda, puede construirse, un higrómetro que dé, con exactitud é inmediatamente, el estado higrométrico, y complicando el instrumento, que lo dé, para cada instante en el dia. Para obtener este resultado bastaria destruir las dilataciones de la cerda, por medio de una ó mas varillas metálicas, cuyas dilaciones fueran iguales y opuestas á las de la cerda (proce- dimiento semejante al del péndulo compensador de parrilla. Conocidos son los sistemas de graduación de este higrómetro pro- puestos por los Sres. físicos Dulong, Gay Lussac, Melloni y Regnault; pero los procedimientos que ellos empleaban eran algo penosos, lo que me alienta para proponer el siguiente : APARATO PARA GRADUAR EL HIGRÓMETRO DE SAUSSURE Se compone este aparato de un vaso de vidrio A A A' A' en cuyo interior, se encierra el higrómetro á graduar y un termómetro muy sensible T,T,T. El borde del vaso es metálico y tiene una rosca, de manera que se le puede adaptar una tapadera, también metálica, que lleva en su parte inferior un higrómetro de condensación. Este higrómetro de condensación está hecho de manera que el rocío se forme en una cara plana, como en el de M. Alluard. Para facilitar mas la operación de la aparición y desaparición del roció, haj^ una hoja metálica B seme- jante al plano en que se forma el rocío, cuyo oficio es, simplemente, contrastar con el depósito, que pierde su brillo. Las paredes del hi- grómetro son de latón dorado y muy delgadas. La tapa tiene, ademas, en su parte superior, un grifo C, cuyo uso veremos al fin. Para que el cierre de la tapa sea hermético hay dos anillos de cue- ro a,a y b,b,b, que no está demás humedecer en aceite. MODO DE OPERAR El vaso debe estar perfectamente seco; no obstante conviene, como veremos mas adelante, que el aire, al menos en su interior, sea muy húmedo. Se coloca el higrómetro á graduar y el termómetro T,T, cuyo ofi- cio es dar la temperatura del aire interior; luego colócase la tapa me- tálica cuidando dejar cerrado el grifo c. Prepái-ase si no se ha hecho de antemano, el higrómetro de conden- sación fijado en la tapadera. Hácese funcionar este higrómetro, y se observa la temperatura de saturación del aire. Supongamos que esta temperatura sea 0. Llamemos F la tensión máxima del vapor del agua á 9 grados. higrometría 175 Déjase reposar el aparato y vése que la temperatura del aire inte- rior es t y que el higrómetro marca a. Si llamamos /"la tensión del vapor á t grados, el estado higrométrico que corresponde á este aire, á la temperatura í, según el principio de Le Roy, es F : f. Se tendrá pues, el estado higrométrico que corres- ponde al punto a de la escala del higrómetro. Colócase ahora el aparato en un baño-niaría, cuya temperatura no sea interior á t. Hácese subir la temperatura del baño; el termómetro T, T subo á t', el higrómetro baja á b; y el estado higrométrico que corresponde á este punto será F : f, en que f es la tensión del vapor á la tempe- ratura V . Y continuando de este modo, podemos hacer pasar la aguja del higrómetro por c, d, e ; entre tanto el termómetro ascenderá marcando sucesivamente t" , f", f" ; y los estados higrométricos correspondientes serán F : /'", F : /'", F : f ¿i m GRADUACIÓN SIN EL APARATO Como se vé el sistema de graduación propuesto está fundado en la propiedad que tiene el aire de disolver mayor cantidad de vapor acuo- so cuando es mayor su temperatura. El sistema es sencillo, hasta el punto de no ser necesario ningún aparato para graduar el higrómetro. En efecto, basta disponer de un instrumento, cualquiera, que dé el estado higrométrico; verdad es que, no disponiendo del aparato que he descrito, se está espuesto á inexactitudes. He aquí como se opera cuando no se dispone del apa- rato : Si el higrómetro, de que se debe disponer, es de Regnault, se busca la temperatura de saturación del aire ambiente, y encerrando de este mismo aire en un vaso, en que anteriormente se ha colocado el higró- metro á graduar y un termómetro, se opera como lo he indicado al- gunas líneas arriba. Pero si el higrómetro, que nos hade dar el estado higrométrico del aire, no es de Regnault, ó en general, de condensación ; se llegará al mismo resultado aunque por un camino algo mas largo. En efecto, te- niendo el estado higrométrico y la temperatura puede hallarse la tem- peratura á que el aire estaria saturado, ó hallando con mas propiedad la temperatura de saturación. Para llegar á ese resultado debe ope- rarse del modo siguiente : Supongamos hallado, por el psicrómetro, el higrómetro químico ó por cualquier sistema, el estado higrométrico ; llamémosle H. La temperatura del aire, en ese instante, es T, y la tensión del vapor acuoso, á esa temperatuaa, es f, según las tablas. 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ahora observemos que si llamamos F la tensión del vapor á la tem- peratura buscada, x; podemos escribir : F:/"=H de donde F = H/': y como conocemos á H y á /"podemos hallar F y, por las tablas, la temperatura x. Obtenida esta, se opera como he indicado anteriormente. La graduación del higrómetro, así obtenida, no alcanza hasta el punto de saturación ; pero puede hacerse acercar mucho ; y en cuanto a este punto estremo de la escala, se determina por el método ordina- rio, pues no ofrece dificultad alguna. Al principio, al hablar del modo de operar, he dejado dos puntos oscuros : Primero he dicho que el aire que debe encerrarse en el vaso debe ser muy húmedo. Puede haberse observado que, durante la operación propiamente dicha, solo se hace subir la temperatura e, d. secar el aire. Ahora bien, cuanta mayor es la humedad del aire es mayoría escala que puede recorrer la aguja del higrómetro. Podria preguntarse ¿ por qué no se hace enfriar el aparato "? En efecto, si así se hiciera, se tendría el aire desde su saturación completa hasta el mismo límite inferior que se obtiene solo calentándolo. Pero hay una circunstancia que se opone á que se opere de esa manera ; en efecto, el aparato, ó mas bien dicho, el vaso en que se encierra el higrómetro debe ser, al menos en parte, de vidrio, para poder obser- var á su través, el higrómetro y el termómetro internos. Y bien, el vidrio tiene propiedades higrométricas hasta cierto punto, ó hablando con mas claridad, tiene la propiedad de condensar en roció el vapor de agua que se halla en su contacto siempre que este vapor esté mas caliente que él. Es por esta razón que he dicho (y es el segundo punto que tenia que esplicar) que no se debe poner el aparato en el baño- maría, sin asegurarse de que su temperatura no es inferior á la del aire interior; pues, en caso de serlo, habría necesariamente un depó- sito de rocío, á espensas del vapor del aire interior. Daguin (§ 1155) dice que un globo de vidrio cambia de peso, cuando el estado de humedad del aire varía, y coloca el vidrio entre los cuer- pos higrométricos. Hechas estas advertencias veamos como se opera, con el mismo aparato, para obtener el coeficiente de dilatación del cabello ó de la cerda que se emplee. Para esto observamos que, durante la graduación, hemos obtenido muchos estados higrométricos, elijamos el que mas nos convenga. Sea que elegimos F : /'"', llamémosle M y recordemos que las tensio- nes F y f" corresponden á las temperaturas 6 y f y además que el higrómetro marcaba el. Prepárase de nuevo, el aparato, como para hacer una graduación — A' higrometría 177 enteramente análoga á la anterior, pero cuidando que el aire interior se sature á una temperatura mayor ; e, d, que, bajo la misma tempe- ratura, sea mas húmedo que el anterior. Llamemos á esta nueva temperatura de saturación 8'. La tensión que le corresponde, según las tablas, sea F'. Ahora débese buscar una temperatura, cuya tensión (x) dividida por F' de M ; e, d, que debemos buscar una temperatura, á la que debe estar el aire, para que su estado higronié trico sea M. El poblema es pues hallar x con los datos siguientes : M = F':a; y además M = F:/"'"; luego, podemos escribir: ~F':x = F:f' de donde ít = F'/"":F. Obtenida la tensión x, búscase en las tablas la temperatura que le corresponde, llamémosle T. Es claro que si se hace subir la temperatura hasta T el estado hi- grométrico será igual á M. Ahora, en estas condiciones, obsérvese el higrómetro y se vé, por ejemplo, que en vez de marcar d marca a. La distancia entre d y a corresponde á la dilatación, en tantos gra- dos como los hay entre f" y T ; de donde se puede deducir el coefi- ciente de dilatación. Conviene comprobar el coeficiente así hallado por medio de operaciones análogas, pues, no seria estraño, que la dilatación del cabello ó la cerda, debida á la temperatura, fuera ir- regular. Indicados los distintos procedimientos para la graduación y el mo- do de hallar el coeficiente de dilatación, vamos á ver como el higró- metro de Saussure ha sido convertido en verdadero higrómetro ; en efecto, por este sistema de graduación se puede graduar, uno por uno los higrómetros que se deseen y, rigorosamente hablando, esto no es necesario, porque empleando un aparato de grandes dimensiones pueden colocarse dentro muchos higrómetros á la vez ; se obtiene pues, hasta cierto punto, la comparabilidad de los higrómetros. Para que la graduación se haga con mayor exactitud, conviene que, dentro del aparato, no haya mas cuerpos higrométricos que aquellos que se van á estudiar. El marco en que se fija el higrómetro, y la plancheta del termómetro, no deben ser de madera, como en los ins- trumentos vulgares. En cuanto ala dilatación del marco del higrómetro, es conveniente despreciarla, que, si la del cabello es sobre poco mas ó menos la misma, debe ser también despreciada. Ahora, graduando con exactitud un higrómetro, de marco metálico; corrigiendo la graduación con relación á cierta temperatura; compen- sando las dilataciones de la cerda con las de una varilla, y adoptando el sistema gráfico, tal vez se habrá conseguido aproximarse á Imper- fección de los higrómetros; en efecto, un higrómetro así construido, 12 178 ANALES ])E LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tal vez respondiera á las cuatro exigencias con que empecé mis con- sideraciones. Durante todo lo espuesto, no se ha considerado la presión, es ya tiempo de tratar de ella, de esplicar el uso del grifo c, y de concluir. Mientras se ha graduado, como la temperatura ha sido creciente, lo ha sido también la presión ; esta presión se puede calcular por me- dio de un manómetro que se coloque en el grifo c, ó simplemente por la temperatura, pues, la presión está en relación con la dilatación del aire y la tensión del vapor acuoso, y estas dos causas de presión, con la temperatura. Conocida, por prudencia, ó mas bien, por necesidad, la resistencia del aparato, se saca, cuando sea conveniente, por medio del grifo c (que á esto especialmente está destinado), cierta cantidad de aire. Para esta operación deben tomarse ciertas precauciones, porque, la introducción de la menor cantidad de aire ó de agua, haria, en cierto modo, inexacta la graduación; no la ya obtenida, sino la que en ade" lante se obtuviera; para evitar esto puede usarse una vejiga bien seca, que no contenga aire : adáptase la vejiga al grifo c, que se abre cuando sea conveniente ; y de este modo no hay contacto entre el aire interior y esterior ; es pues imposible la introducción de aire ó de agua. Para que en adelante se pueda apreciar la presión, debe consi- derarse el volumen y temperatura del aire que se ha sacado, ó, si se cree conveniente adaptarse un manómetro. Lu saluda á V. con la mayor consideración : O. D. O. E. T. del V. Buenos Aires, Agosto de 1878. HEMIPTERA ARGENTINA. (Continuación.) Cebrenis Stál. Stal, Stett. Ent. Zcit. XXIII. p. 298 (1862) et Ofv. Vet.-Ak. Fürh. 1867. p. 548. Matr, Nov. Heoi. p. 114 et 115 (1866). 107. C ceiitro-lineata Westw. Hypselonotus centrolineatus Westw. in Hope, Cat. II, p. 21 (1842). Hypselonotus pulchellus H.-S., Wanz. VII, p. 10. f. 686 (1844). Cebrenis pulchella Stal. Stett. Ent. Zeit. XXIII, p. 298 (1862).— Walic, List. IV, p. 136. 1 (1871). Cebrenis centrolineata Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1862. p. 502. — Matr, Nov. fíem. p. 113 (1866!.— Stal, Enam. Hem. I, p. 199 (1870). Patria : Brasilia . —México. Hemos recojido tres ejemplares de esta especie en el Territorio de las Misiones, cerca de Santa Ana, el II de Enero de 1877; el uno tiene la membrana de un tinte muy violáceo, y la man- cha oscura arqueada muy poco marcada. La pseudo-imágen es de color testáceo, provista de puntos fus- cos bien manifiestos, teniendo el dorso abdominal íusco-rojizo, y la parte ventral de un rojo-amarillento. Los ángulos laterales del pronoto son mas puntiagudos que los de la imagen. Hypselonotus Hahn. Hahn, Wanz. Ins. I. p. 186 (1831). Am. et Seuv., Kém. p. 241 (1843). üall., Cat. ÍI, p. 450 et 464 (1852) Stal, Ofv. Vet.-Ak. Fórh. 1877. p. 548 et Enum. Hem. I, p. 201 (1870). 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 108. II. ínlvus De I'iKER. Cimex fulousX)E Geer, Mém. III, p. 341. 16. pl. 31. f. 22 (1773).— Goeze, Ent. Beitr. II. p. 269. 84 (1778). Cimex striatulus Fabr.. Syst. Ent. p. 721. 122 (1775). —Goeze, Ent. Beitr. II, p. 258. 23 (1778).— Fabr., Spec. Ins. II, p. 366. 170 '1781) et Mant. II, p. 301. 223 (1787).— Gmel., Syst. Nat. I, 4, p. 2173. 396 (1788). Lygaeus venosus Fabr., Ent. Syst. IV. p. 142. 28 (1794) et Syst. Rhvng. p. 213. 41 (1803). Lygaeus striatulus Fabr., Ent. Syst. IV, p. 161. 91 (1794). — Wolff, Icón. Cim. III, p 109. f. 103 (1802).- Fabr., Syst. Rhyng. p. 228. 118 (1803). Hypselonotus dimidiatus Hahn. Wanz. I, p. 189. f. 97 (1831). Hypselonotus striatulus Burji.. Hanrlb. II. 1, p. 320. 1 (1835). — Blanch., Hist p. 126. 1. pl. 4. f. 6(1840).— WESTW.in Hqpe, Cat. II, p. 21 (1842).— Am. etSERv., Hém. p. 241. 1 (1843). Hypselonotus fulvus Dall., List. II, p. 464. 1 ¡1852). — Mayr, Nov. Hem. p. 100(1866).— Stal, Enum. Hem. I, p. 201. 4(1870).— Walk., Cat. IV, p. 137. 1 (1871). Hypselonotus venosus Stal, Hem. Fabr. I, p. 56. 1 (1868). — Walk., Cat. IV, p. 138. 7 (1871). Patria: Respublica Uruguayensis. — Brasilia. — Guaya- quil.— Nova Granada. — México. — Guayaría.— Ame- rica septentrionalis. De esta especie tengo un solo originario de Corrientes, que correspon- de muy bien á la descripción dada por el autor, siendo solo mas grande, de 6| milímetros de largo, pero cuya diferencia se podia atribuirá la variabilidad sexual; Stál ha tenido solo el entrega La suscricion se paga, anticipada * /'-. a ^ BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE ALSINA (ANTES POTOSÍ) — 60 i 878 .iüÑ CON LA mujüNli, por ei ingeniero I». Lian. íGENTINA : Ensayo de una monografía de los hemíp- ..eierópteros y homópteros de la República Argentina, por ^arlos Berg (Continuación). IV. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Datos estadísticos sobre ferro-carriles.— El itsino de Cabes y la estremidad oriental de la depresión del de- sierto de Sahara. BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Viernes de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. SOBRE LÁ GOMA DEL QUEBRACHO COLORADO {Loxopterigium Lorentii, Gris.) El primer trabajo químico sobre el Quebracho se debe al profesor Arnaudou (de Turin), quien se ocupó de esta y de otras maderas americanas, estudiando los productos presentados por la República del Paraguay á la Exposición de Paris del año 1855 (1) ; comprobó la presencia del tanino y se ocupó de ensayos de tintura con la madera. En Enero de 1877 el Sr. D. F. Jean (2) presentaba al mismo que- bracho como una materia tánica nueva, lo que fué rectificado por el mencionado profesor Arnaudon (3). Entre nosotros era una noción vulgar, que el quebracho contiene tanino, y como tal habia sido empleado en el curtido de cueros (4) desde hace muchos años. El profesor Siewert, en los años que. per- maneció entre nosotros, se ocupó de muchos ensayos sobre nuestros vegetales, y entre otros del Quebracho ; los resultados de sus estudios se hallan publicados en varios capítulos de una obra que se publicó por cuenta del Gobierno Argentino para ser presentada á la Expo- sición de Filadelfia (5). En la pajina 279, dice el Dr. Siewert, tra- tando del Quebracho como materia tintórea : « Cociendo con agua la madera reducida á polvo, se obtiene un líquido pardo oscuro que eva- porado á sequedad y enfriado, representa una materia resinosa casi negra, quebradiza y de cierto brillo, la que no ha sido examinada científicamente hasta ahora. Por esto no se conocen bien sus propie- dades físicas ni su composición química, pero que se parece mucho por su aspecto á la Sangre de Drago. Empleada en tintura. » Habiendo observado que esa misma materia se encuentra ya for. mada en algunas vigas de Quebracho colorado que vienen del Chaco, (1) Le Technologlste, XIX, 415. (2) Bulletln de la Soclété Chlmique de Paris, XXVIII, 6. (3) Bulletln de la Soclété Chimtque de París, XXVIII, 524. (4) El profesor Arnaudon atribuye á Bletscher el mérito de haber aplicado industrialmcule esta materia, por primera vez. Según nuestros informes, esto no es exacto. (5) Napp. — La República Argentina. — Buenos Aires, 1876. 7 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Paraguay y Corrientes, resolví, vista la facilidad de conseguir la materia de estudio en cantidad, ocuparme de su examen é investi- gación. El resultado de mis trabajos químicos sobre la Goma del Quebracho es pues el objeto de este escrito ; me permitiré sin embargo, antes de entrar en materia, una digresión sobre un tema que no es del resorte de mis estudios. Me refiero al nombre científico del Quebracho. En el primer trabajo de Arnaudon, el Quebracho figuró sin nombre científico, pues el autor no sabia á qué familia pertenecía el vejetal ; mas tarde el mismo químico le atribuyó el nombre de Aspidosperma quebracho y oloracea (1), por un error de clasificación cometido por los botánicos ; y aun continúa á mediados del año pasado en el artí- culo publicado en elBulletin de la Société Cliimique de Paris citado, dándole el mismo nombre. Esto me demuestra la necesidad de es- poner los antecedentes que existen acerca de estos nombres errados, para que puedan correjirse, haciendo comprender al mismo tiempo la causa del error. No siendo un asunto de mi competencia el que trato, voy á permi- tirme una trascripción de una parte de un trabajo del distinguido profesor Dr. Jorge Hieronimus : Vegetación de la Provincia de Tu- cuman (2), en el que se resuelve y esplica claramente la cuestión : « Miremos primero el árbol del que unos ejemplares se crian ya « cerca de la barranca, y que parecen por lo primero el principal « elemento. Es el Quebracho blanco, árbol que pertenece á la familia « de las Apocináceas. El Dr. Burmeister lo ha coleccionado primero « (véase Burmeister: Reise durch die La Plata- Staaien, T. II, p. 105) « y el botánico de Schlechtendal le ha dado el nombre de Aspidos- tperma Quebracho blanco (véase Botan. Zeitung, 1861, N° 22). « El Quebracho blanco tiene en su aspeto general semejanza con « ciertos sauces {Balices) y con el Abedul blanco (Betula alba, L.) <í de Europa, y es porque tiene ramitos largos, delgados, que se « doblan hacia abajo y penden de otros ramos mas gruesos que for- « man una copa de regular estension. « En estos ramos están pegadas hojas alanceoladas, tiesas y duras « de 2 á 4 centím. de largo y 0,5 á 1 de ancho, que no se caen en el « invierno. No tiene espinas el árbol, sino en la punta de cada hoja. « Sus flores son blanquecinas y pequeñas. Sus frutas pendientes « aveces de 2 á3 juntas con alargado elípticas, de dos lados, aplanadas, « con cascara dura, verde, de 6 á 7 centímetros de largo y hasta (1) Enciclopedia Chímica Italiana di Sel/nl, vol. VII, 676 (2a col ). (2) Boletín de la Academia Nacional de Ciencias Emaclas de Córdoba, Tomo I, páj. 331-334. SOBRE LA GOMA DEL QUEBRACHO COLORADO 99 « de 3 á 3,5 centím. de ancho. La cascara de su tronco es uniforme- « mente rasgada, y su madera es de mucha importancia por su dureza « y solidez y se usa en camas para ruedas de carreta y limones para « el techo, y como no se gasta pronto y'se pudre fácilmente, también « se emplea para dientes de ruedas de molinos y de trapiches. Tiene rta fué evaporado á baño de maría. Se formaron cristales que nadaban en un líquido siruposo, todo lo que fué disuel- to en el alcohol y nuevamente filtrado y evaporado. El residuo se disolvió en agua destilada y se trató por el acetato de plomo. Un precipitado blanco rojizo formado se separó del líquido por filtración. En el líquido se hizo pasar una corriente de ácido sulfhídrico para eliminar el exceso de plomo, y después de filtrado fué evaporado á sequedad. El residuo disuelto en poca agua fué saturado por el bicar- bonato sódico y agitado por dos veces con éter. Los líquidos etéreos por evaporación abandonaron una materia bien cristalizada en pris- mas reunidos en estrellas, solubles en el agua, alcohol y éter. Su punto de fusión es superior á 200°. Por el percloruro de fierro la solución se colora en azul rojizo, que pasa al rojo por el carbonato sódico. La misma solución reduce al reactivo de Fehling, al nitrato de plata amoniacal y el nitrato mer- curioso calentando lijeramente. SOBRE LA GOMA DEL QUEBRACHO COLORADO 105 Por el ácido nítrico los cristales se coloran en rojo. El hipoclorito sódico dá una coloración violeta rosada muy fugaz que pasa al rojo amarillo. Por el subacetato de plomo precipita en blanco, calentado con áci- do itálico anhidro, dá una materia amarilla, que disuelta en el al- cohol no presenta fluorescencia. De estos caracteres se deduce que el producto de desdoblamiento es la Floroglucina. La combinación plúmbica insoluble, que habia sido separada del líquido que acabamos de estudiar, fué lavada por mucho rato, y lue- go suspendida en agua destilada y descompuesta por una corriente prolongada de ácido sulfhídrico. El líquido filtrado fué evaporado á baño de maría hasta sequedad. El residuo disuelto en un poco de agua, fué agitado con éter. El líquido etéreo filtrado se evaporó á sequedad y el residuo fué nuevamente disuelto en agua y cristalizado en este disolvente. Los cristales se presentan en agujas reunidas en hacecillos, que funden á una temperatura inferior á 200°, soluble en alcohol, éter y agua, sobre todo en caliente. La solución por el percloruro de fierro dá una coloración verde azu- lada, que pasa al azul por la adición de unas gotas de álcali y se pone rojo por un exceso del mismo reactivo. Precipita por el acetato de plomo y otras sales metálicas. Reduce en caliente al nitrato de plata. Por la destilación seca dá un cuerpo que tiene los caracteres de la pirocatequina. Estas propiedades corresponden al ácido protocatéquico ; lo que fué confirmado por el análisis elemental de los cristales. De manera que por la acción de la potasa en fusión sobre la goma de Quebracho resultan ácido protocatéquico C'H60' y Floroglucina C6H603. Del estudio'de los productos de desdoblamiento de la goma del Que- bracho colorado por el calor, ácido nítrico y potasa en fusión asi co- mo también de otras propiedades físicas de la materia se deducía la presencia probable de la catequina ó de una sustancia análoga en ella. Por los trabajos del Sr. Arm. Gauthier (1) queda demostrado que la catequina no es un principio inmediato, una sustancia única, sino que existen varias, formando una familia natural de cuerpos orgáni- cos. Naturalmente me llamó la atención la presencia de la cataquina (1) Comp. Rend. tom. 85, p. 312 y 752, y tom. 86, p. 668. 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en una Anacardiácea como es el Quebracho colorado ; lo que es una novedad en la ciencia, pues las catequinas solo se habian hallado hasta ahora en las Leguminosas, Rubiáceas y Ceclrulúceas. Traté desde luego preparar cierta cantidad de principio en estado completo de pureza, pero no lo hé podido conseguir hasta ahora por la facilidad con que se altera en presencia del aire. Esta es la razón por la cual no he practicado su análisis elemental y no me he trata- do de esta materia especialmente en este trabajo. He publicado esta noticia como preliminar de los estudios que me ocupan y que espero poder presentar muy pronto á la Sociedad. Me propongo ademas investigar si la catequina preexiste en la ma- dera del Quebracho ó es un producto de desdoblamiento, asi como también la naturaleza del tanino del Quebracho, que muy probable- mente ha de presentar relaciones con la catequina hallada en su exu- dación. Antes de terminar me voy á permitir algunas consideraciones mas sobre este producto del Quebracho. He llamado Goma á esta materia, muy impropiamente, pues en na- da se parece á las Gomas ; y tan impropio ó mas es el nombre de Resina que se le dá vulgarmente, pues es soluble en el agua caliente y no es el resultado de la oxidación de ninguna esencia. Mas pro- piamente podría llamársele atendiendo á suorijen: Jugo desecado del Quebracho ó sino Extracto ; pero esta última denominación podría causar un error de apreciación acerca de su proveniencia, y la primera no la he usado para evitar palabras compuestas. La Goma del Quebracho colorado no presenta ninguna analojia en las propiedades físicas con el Cachü ó Gambir, y si necesario fuera es- tablecer alguna comparación, me inclinaría á ponerlo al lado del Ki- no (del Pterocarpus Marsiqñum, Mart.), por la semejanza que tiene en su aspecto con este último cuerpo. Fácil es preveer la aplicación industrial que esta goma puede tener como materia curtiente ó tintórea ; y nos conduce á pensar además que el aprovechamiento de esta materia puede ahorrar la vida de muchos árboles que se derriban ahora con el solo objeto de emplear su aserrín como materia curtiente. Seria tal vez mas racional someter los árboles á un cultivo metó- dico, y extraer de ellos por medio de incisiones el zumo que concre- tándose al aire forma la goma que nos ocupa. Se conseguiría de esta manera esplotar una riqueza sin destruir la fuente que la produce. Laboratorio de química de la Universidad de Buenos Aires, Julio de 1878. Pedro N. Arata. CONSTRUCCIÓN Y DISPOSICIÓN INTERIOR BE LAS ESCUELAS PUBLICAS EN RELACIÓN CON LA HIGIENE La mayor estension que diariamente adquieren los estudios, trae como consecuencia necesaria el preocuparse de los medios mas ade- cuados para alejar ó disminuir las influencias perniciosas del medio en que se desenvuelven los niños ; como también de proporcionarles todas las comodidades y bienestar, á fin de evitar las fatigas corpo- rales de una permanencia relativamente larga en las escuelas. Ya en la antigüedad no existia duda alguna que el bienestar del pueblo dependia tínicamente del desarrollo simultáneo de sus facul- tades físicas como intelectuales ; la gimnástica y el arte, este último en el sentido mas amplio de los adelantos científicos debian desarro- llarse uniformemente. Con mas motivo no debemos nosotros perder de vista el equilibrio, entre el desarrollo del físico y del espíritu, tan indispensable en esta época de progreso que impone continuamente mayores exigencias á nuestro saber. Estas consideraciones nos vienen á trazar el siguiente problema que tiene que resolverse por nuestras escuelas: el espíritu que pre- domine en la instrucción, no debe considerarse satisfecho con solo oponerse alas tendencias que pueden debilitar la juventud, sino que debe fomentar por todos los medios, el desarrollo del físico, para que así se prepare un espíritu capaz de llenar dignamente las exigencias que la vocación y la vida pueden imponer. Para obtener este objeto, hay que pensar principalmente en la cons- trucción de escuelas, que llenen las mejores condiciones de higiene. Habiendo estudiado detenidamente esta cuestión en Alemania, donde todo lo que se relaciona con la enseñanza popular y científica, que preocupa constantemente á los gobiernos y todas las clases socia- les, ha llegado á un grado de perfección que difícilmente encontrare- mos en otros paises, me permito proponer las condiciones de higiene, 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que deben tenerse presente en la construcción de las escuelas de nuestro país. ELECCIÓN DEL TERRENO PARA ESCUELAS Y SU CONSTRUCCIÓN EN GENERAL Si para una casa habitación las condiciones higiénicas del terreno son de importancia, mucho mayor serán las mismas al tratarse de la construcción de las escuelas, para las cuales á mas de un terreno seco y despejado, debe exigirse una vecindad adecuada, patios espaciosos, entradas cómodas, corredores alegres, un aspecto serio y todas sus lo- calidades provistas con abundante luz y aire. El frente principal del edificio debe mirar si es posible al Norte ó al Este, de manera que las salas de escuela reciban la luz del mismo lado, si como mas conviene se construye un corredor al fondo. Las demás dependencias, las escaleras, etc. mirarán al Sud ú Oeste, en caso de construirse un corredor en el centro del edificio. Siempre que la escuela se encuentre aislada, se construirán veredas al rededor y se empedrará el acceso á la misma. Si el edificio tuviere que construirse sobre una calle muy transita- da, el patio de recreo ó de gimnástica debe separarlo de aquella. No se debe edificar sobre un terreno húmedo, en las inmediaciones de cementerios, de pantanos permanentes, de plazas, calles ó esta- blecimientos industriales bulliciosos, y en general en parajes que des- pidan miasmas. Para la higiene es indiferente si la habitación del preceptor se dispone en la escuela ; solo motivos de construcción, pedagógicos y pecuniarios, decidirán este punto. Las comunidades que necesiten mas de dos salas de enseñanza, ha- rán bien en hacer construir una habitación separada para el maestro, mientras que en aquellas localidades donde se requieren solo una ó dos clases, lo que sucederá en la mayor parte de nuestra campaña, con- viene combinar esta habitación con la escuela, por reducirse algo los gastos de construcción y reparación del edificio, debiendo colocarse en tal caso una puerta que establezca la comunicación entre las de- pendencias del preceptor y la clase, y tener la escuela ademas una entrada separada para los alumnos. Esta habitación debe constar por lo menos de un cuarto de recibo de 25 á 30 metros cuadrados de superficie, de un dormitorio de 18 á 20 metros, de un comedor de 20 á 25, de una cocina de 10 á 12 metros, con su correspondiente patio y demás servidumbres. Los edificios de manipostería con buenos materiales, son los mas convenientes para escuelas, por hacerse en ellos menos sensibles las influencias atmosféricas á la vez que se obtiene mayor solidez y se CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 409 disminuye el peligro de incendios. Todas las paredes pueden garan- tirse de la humedad, por una capa de asfalto artificial, de brea ó de tierra romana en los cimientos del edificio, colocada sobre el terreno natural y debajo del primer piso. El efecto estético de la arquitectura del edificio, no deja de ser una impresión favorable ala juventud. Debemos fijarnos en esto, si re- cordamos que el objeto de la enseñanza no solo se debe limitar á ma- durar la inteligencia, sino también á preparar el espíritu para recibir las impresiones de lo bueno y de lo bello. Es difícil decir qué estilo se presta mas para este fin, pero lo que siempre se debe buscar es buen gusto y armonía ; el arquitecto podrá combinar fácilmente un agra- dable conjunto que es lo principal que debe tenerse envista. En muchos casos será prudente preveer un ensanche futuro, lo que en un edificio bajo se obtiene con facilidad construyendo las paredes como para admitir el aumento de uno ó mas pisos altos. La puerta de la entrada principal, tendrá un ancho mínimo de 2.5 metros siendo 3.0 metros el igual de los zaguanes y corredores, que deben estar provistos de suficiente luz y de una ventilación eficaz. La disposición de las clases á un solo lado de los corredores, que tengan numerosas y grandes ventanas del otro lado, es la preferente, pues la misma facilita la ventilación de las clases. Las escaleras tendrán un ancho mínimun de 1.5 metros, y en la parte libre una barandilla sólida con pocas aberturas y pasamano construi- do de manera que no sirva de resbaladero para los niños. Las esca- leras de manipostería son las mas adecuadas, deben ser derechas y tener por lo menos dos descansos ; los escalones con una altura de 0.14 á 0.15 metros por 0.28 á 0.30 metros de ancho. Son del todo inadmisible las escaleras de caracol. SALAS DE ENSEÑANZA Si bien la instalación de todas las clases en el piso bajo es muy conveniente, no siempre se podrá llenar esta condición en Buenos Aires donde tienen los estensos terrenos que se necesitarían en tal caso para los edificios, un valor crecido. Siempre que hubiese nece- sidad de construir un edificio de altos, las clases en los pisos supe- riores se deben ocupar por los niños mayores, mientras que los me- nores se instalarán en el piso bajo. Si por falta de recursos ó en pequeñas poblaciones, se destina el mismo edificio para escuela de ambos sexos, es indispensable separar las salas respectivas, por distintasjjentradas. La longitud de las salas no debe ser mayor de 13 á 14 metros, escep- tuando las de dibujo, por dificultarse de lo contrario no solo la vigi- 110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lancia de los alumnos, sino también el uso de los objetos que se em- plean en la enseñanza, como mapas, pizarras, etc., que vendrían á estar colocadas á gran distancia de los discípulos que ocupan los úl- timos bancos; además que el preceptor tendría que forzar la voz para hacerse oir de todos los niños. La sala de dibujo, puede tener una estension mayor y adecuada, siempre que no se hagan demostraciones en ella. El ancho de las clases depende principalmente de la altura de las ventanas, debiéndose tener también en cuenta los bancos que se van á emplear. En general se recomienda un ancho medio de 8.0 metros. Para que los asientos mas distantes de las ventanas reciban sufi- ciente luz, suponiendo que estos se encuentren bien distribuidos y que tengan un ancho proporcional, el ancho de la clase no debe ser mayor de dos y media veces la altura de la ventana sobre el tablero de los bancos. En las salas de dibujo con buenas claraboyas, el ancho no se limita por la regla anterior. La superficie de la sala de escuela, debe calcularse según el núme- ro de asientos que deba contener, los que no escederán de 80 y en muchos casos por razones pedagógicas, se reducirán á 50. Para cada discípulo se debe aceptar una superficie de 1.2 á 1.4 metros cuadrados, que se determina por el tamaño de los bancos,, el espacio necesario para la colocación de los objetos de enseñanza, y los pasillos que se tienen que dejar en las clases. Si se colocan en el ancho déla clase cuatro hileras de bancos de dos asientos, es indispensable dejar en el centro un pasillo de 1.0 metro de anchura ; si solo se colocan tres hileras, este pasillo principal se dejará al costado de la pared de la derecha de los alumnos. Los pasillos al costado de las paredes longitudinales lo mismo que los inferiores que se dejen entre los bancos, tendrán un ancho de 0.6 metros, calculando que cuando los discípulos dejen las salas, salgan en un orden conveniente. El espacio para la cátedra y otros objetos indispensables, entre la pared del frente (de la cátedra) y los bancos mas inmediatos, debe 'ser de 3.0 metros de ancho, y de 1.0 metro el que se deje entre la pared opuesta y la última hilera de bancos. Se recomienda en lo posible la colocación aislada de los bancos, pa- ra evitar los disturbios que fácilmente se producen, si los bancos de las mismas filas están en contacto inmediato. Se debe dejar un espacio cuando menos de 1.0 metro entre el calo- rífero del que nos ocuparemos mas adelante y el banco mas inmediato al mismo. La cátedra ocupará una superficie de 1.2 metro á 2.6 metros cua- drados ; debiendo además encontrar colocación en la sala de escuela, una ó dos pizarras, igual número de armarios de 1,2 metro por 0.6 CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 111 metros, para guardar los objetos de enseñanza y las costuras de las niñas en su caso, una mesa lavatorio de 1.30 por 0.85 metros con sus útiles correspondientes y un calorífero. La ropa mojada ó sucia, paraguas, etc., no deben depositarse en las clases, para evitarlos miasmas que despiden; conviene hacer con este objeto un cuartito especial, que esté en comunicación con la clase ó colgar la primera en los corredores, en buenas perchas aseguradas en la pared, mientras que los paraguas mojados, se deben depositar en un guarda paraguas, un cajón de madera forrado con zinc, provisto de una barandilla. Si en las salas de dibujo se tienen que emplear planchetas de ma- yor dimensión, ó mesas de modelar, es necesario calcular por discí- pulo de 1.5 á'2.0 metros cuadrados de superficie, debiendo aumentarse la misma de un 50 por ciento para pasillos etc., de manera que la superficie total en este caso es de 2. 25 á 3.00 metros cuadrados para cada alumno. Los principiantes de dibujo natural necesitan un asiento de 0.6 me- tros, los de dibujo lineal de 0.7 metros de ancho. La forma de la sala de escuela debe aproximarse si es posible á la cuadrada ; en su defecto la proporción del ancho á la longitud de la misma será de 3 á 5. Siempre que una clase no se ventile artificialmente, se tendrá que calcular para cada niño un volumen de aire de 8 á 9 metros; resul- tando así una altura media de 6.5 metros para la misma; si existe una buena ventilación esta altura puede reducirse de un 15 por ciento, siempre que la enseñanza tenga lugar solo durante las horas del dia, con esclusion del uso de toda luz artificial. En ningún caso se debe hacer la altura menor de 5.5 metros, y si existiesen clases que fuesen aun mas bajas, el número de sus alumnos debe limitarse, relacionán- dolo con el volumen de aire en las proporciones ya indicadas. PISOS, PAREDES, CIELO-RASOS, PUERTAS Y VEKTANAS El piso de una sala de escuela debe ser bien nivelado, plano y sin hendiduras ó aberturas. Siempre que la clase no esté en los altos, su piso debe encontrarse por lo menos 0.8 metros sobre el nivel del terreno natural. Los zaguanes y corredores de mayor uso requieren para piso, un material bastante resistente ; debiendo preferirse para este objeto la buena piedra de vereda á la baldosa. En los pisos de las salas de escuela debe emplearse con preferencia la madera, es decir listones machihembrados con un ancho máximo de 10 centímetros. Las ventajas que ofrece para este objeto la made- ra dura, no escluye el empleo del pino ú otras maderas blandas. Es- H2 . ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tos pisos deben pintarse de vez en cuando con aceite caliente de linaza, para facilitar su lavado sin dejar humedad sobre el mismo ó en el aire é impedir á la vez, el polvo tan pernicioso para los pulmones de los discípulos. En los edificios de altos, los pisos de material tienen sobre los de madera, la ventaja de impedir casi por completo que el ruido ocasio- nado por pasos etc., sea sentido en el piso bajo ; este inconveniente se evita en los de madera llenando eí vacio entre los tirantes con cas- costes, arena gruesa ó corteza de la que se usa en las curtiembre, la última se recomienda por su peso insignificante, reducido precio, y por ser además casi incombustible y no criar sabandija; debiendo emplearla completamente seca. El revoque de las paredes de las clases, no debe ser áspero, sino liso y llano, para impedir que se pegue el polvo y facilitar la pronta y eficaz limpieza de las mismas. Su blanqueo debe ser de un color claro, gris azulado, amarillento, verdoso parduzco (gris verdoso) libre de veneno. La pintura al oleo es preferible al blanqueo común con cal, el que por producir una luz que deslumhra, debe emplearse únicamente cuando las clases carecen de dia de la suficiente luz, mejorando así algo un defecto de cons- trucción. De ninguna manera debe admitirse una pintura ó empape- lado con dibujos de colores variados, para no escitar la vista. Conviene revestir las paredes con un zócalo de madera de 1.0 ál.5 metros de altura, pintado al oleo con los colores ya indicados ó color parduzco. Los tabiques de las distintas clases deben tener por lo menos un espesor de medio ladrillo, para impedir la transmisión de los sonidos. El cielo-raso, puede ser de madera, revocado ó construido enyeso, no debiendo admitirse los de lienzo. Por motivos acústicos deben evitarse los techos abovedados, las vigas gruesas y sobresalientes, como sosten del cielo-raso. En la pintura ó blanqueo del cielo-raso debe emplearse un color claro, siendo indiferente si es completamente blanco. La puerta de entrada á la sala de escuela, tendrá por lo menos 1.5 por 3.0 metros de luz, y se colocará si posible en la pared opuesta á la de las ventanas, entre la primera hilera de bancos y la cátedra. Si para facilitar la ventilación se necesitase ademas otra puerta, de- berá colocarse en la misma pared en el otro es tremo de la pieza. La construcción de puertas dobles, está llamada á evitar la transmisión de los sonidos. Ventanas, siendo una de las condiciones esenciales de una sala de escuela, la abundancia y buena distribución de la luz solar, es nece- sario aumentar lo mas que se pueda el número y tamaño de las ven- tanas. CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS U3 En las salas de dibujo, la esperiencia ha demostrado la ventaja de dejar caer la luz en lo posible de arriba; para llenar igualmente esta condición indispensable en las demás salas es preciso aumentar la altura de las ventanas, todo lo que se pueda. La luz que cae del lado izquierdo es la única buena; si viniera de atrás y resultase menos intensiva que la primera, agrada á la vista de los alumnos pero le incomoda al maestro, no obstante puede re- ducirse este inconveniente, empleando buenas cortinas. Es del todo inadmisible dejar caer la luz de frente, que deslumhra tanto la vista de los discípulos; como también la que cae solo de la derecha, por lo que la sombra de la mano ocuparía el punto que se debe mirar; esta luz en combinación con la que cae de la izquierda, solo puede admitirse siempre que tenga menos intensidad que la última. Dimensiones de Ja supeficie vidriera. — No puede fijarse de un modo preciso, la superficie de los vidrios con relación al tamaño de la cla- se; influyendo en esto el ancho de la pieza, la situación mas ó menos aislada del edificio que facilita ó dificulta la entrada de la luz. En general puede calcularse que la superficie vidriera debe impor- tar de una sesta á una cuarta parte de la del piso de la clase. En la disposición de las ventanas debe observarse lo siguiente : Io Para obtener una luz igual en toda la clase, las ventanas deben distribuirse en toda la pared en distancias uniformes, quedando es- cluida la disposición de ventanas en grupo aunque se tenga que sacrificar algo la simetría esterior del edificio. 2o El umbral de las ventanas debe estar sobre el piso una y inedia veces la altura media del tablero de los bancos (de 0.8 á 1.20 metros) para evitar que los discípulos se distraigan mirando afuera; la ele- vación de las mismas será hasta la proximidad del cielo-raso. La distancia entre dos ventanas no podrá exceder de 1.3 metros. 3o No deben admitirse ventanas con arco de punto, por quedar en estos muy reducida la parte superior, la mas apropiada para recibir la luz. 4o Las mochetas interiores deben construirse oblicuamente para facilitar la entrada de la luz. 5o No debe admitirse la colocación de las ventanas exactamente frente á frente unas de otras, las que producen sombras dobles. Para ventilar las clases, deben construirse las ventanas de tal mo- do que puedan abrirse fácilmente por completo, y se mantengan abiertas, por medio de un mecanismo sencillo. Mas adelante me ocuparé de otros medios que deben emplear- se en combinación con las ventanas para facilitar igualmente la ventilación de las clases. 8 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los vidrios de las ventanas deben ser claros y bien transparentes, no debiendo emplearse los empañados ó verdes. Siempre que sea necesario impedir que los alumnos miren hacia afuera por no estar el umbral á la altura conveniente, se pintarán los vidrios de la parte inferior de las ventanas con albayalde, en caso de no obtener vidrios sin pulimento. Las ventanas deben tener escupideras, para impedir que entre el agua al interior del edificio, durante fuertes lluvias. Cortinas. — Para no cansar la vista de los niños durante la ense- ñanza, es indispensable que el preceptor disponga de medios ade- cuados que permitan la graduación de la luz. Por medio de la colocación interior de cortinas corredizas de lien- zo ó brin de color verde claro ó gris, se obtiene al ser reflejada la luz por estos colores, una luz descolorida y agradable. Las cortinas ó rodillo siempre que cubran completamente las ven- tanas, son mejores que las anteriores, siempre que su movimiento sea ascendente, es decir en sentido contrario al que tienen generalmente, impidiendo así la entrada del sol por la parte inferior de la ventana que produce una luz muy dañosa. Este arreglo tiene el inconve- niente de tener que cubrir del todo la ventana, aunque como sucede con frecuencia el sol tan solo entra por la parte superior de la misma. La disposición mas perfecta de esta cortina, consiste en un rodillo movible con puntos de apoyos variable según convenga, en toda la altura de la ventana, pudiendo, por medio de cuatro piolas sin fin, correr la cortina hacia arriba ó abajo y cubrir la ventana en cual- quier parte 6 por completa. Si las ventanas giran hacia adentro, las cortinas deben colocarse á una distancia que permita abrirlas sin estorbo algujio. Conviene proteger además las ventanas por marquesinas de lona que tengan la mayor estension posible, sin caer hasta muy abajo, debiendo interceptar tan solo la luz directa é intensiva, sin estorbar la entrada libre del aire. Dos ventanas inmediatas pueden protejerse con una marquesina ancha, obteniendo asi por el aumento de sombra un aire mas fresco debajo de las mismas. Los rodillos modernos con listones movibles de madera ó esteras de la India, no son adecuados para salas de escuela, por su precio elevado, su fragilidad, y por que interceptan además la luz. Es preferible el alambrado á gas á cualquier otro ; los picos deben estar provistos de cilindros de vidrio claro y lustrado, para hacer la llama mas limpia y mas fija. No teniendo gas se debe emplear kero- sene en lámparas suspendidas ó sostenidas en la pared, con cilindros CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 115 iguales á los anteriores. El empleo de reflectores produce muy bue- nos resultados. Se debe cuidar mucho que las luces estén bien distribuidas y que su número sea suficiente ; puede calcularse un pico de gas para cinco alumnos. La importancia de la buena luz y en consecuencia de todos los de- talles que influyen sobre la misma, crece á medida que aumentan los estudios, que no fomentan solamente el incremento déla miopía, sino también de otras afecciones á la vista. Debo señalar aqui, un estudio estadístico de estas afecciones entre jóvenes, por un célebre oculista. El resultado sorprendente nos ense- ña, que no debemos omitir ninguna precaución á fin de disminuir este peligro El Dr. Cobn, profesor de la universidad de Breslao, al someter en el año de 1867 á un examen prolijo, la vista de 10,080 niños en 166 clases de las escuelas de la misma ciudad y sus cercanías, encontró un 17 por ciento, afectados de la vista. Si bien se notaban grandes diferencias en los resultados obtenidos entre las escuelas de la misma categoría, se constató en general un aumento proporcional del núme- ro de miopes, con relación á las fatigas esijidas de la vista, por el estudio. En las escuelas de aldea resultó el número mencr, es decir un 5.2 por ciento. Diez y ocho escuelas primarias de la ciudad misma, en las que la enseñanza se calcula durante 8 años con 1250 horas de estudio anua- les, dieron 14.7 por ciento. Entre los discípulos de la clase superior de los liceos, con 14 años de escuela y con 1200 horas de estudio anuales, se encontró mas de un 50 por ciento. Entre los 410 estudiantes de la Universidad de Breslao que fueron posteriormente examinados por el mismo Dr. Cohn, habia un 68 por ciento con afecciones á la vista. Los minuciosos reconocimientos de la vista de niños que practica- ron posteriormente, el Dr. Erismann en San Petersburgo, el Dr. Krueger en Franckfort y otros, han dado el mismo triste resultado ; confirmándose un aumento constante de la miopía, no puede dudarse que la luz defectuosa como también el mal sistema de bancas, origi- nan y aumentan dicha afección. VENTILACIÓN Y CALORÍFEROS Ningún punto relativo á las disposiciones de una sala de escuela se ha debatido tan minuciosamente como la ventilación, lo que no solo 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA prueba la gran importancia del aire salubre, sino también la dificul- tad de resolver este problema. La ventilación de las clases es muy necesaria, pues aunque la aspi- ración del aire viciado no engendra enfermedades de un modo directo, fomenta por lo menos sus causas ; siendo insuficiente en una sala de escuela la ventilación espontánea que existe en toda vivieuda por los poros de las paredes y hendiduras de las puertas y ventanas, ha da- do lugar á salvar este inconveniente por una ventilación artificial. En mi opinión este problema se ha resuelto últimamente de un modo satisfactorio, en combinación con el calorífero que ha ideado el Dr. Meidinger, profesor de la escuela politécnica de Carlsruhe. El aparato en sí mismo debe su origen á la última espedicion alemana al Polo Norte. Consultado este señor por el gefe de la espedicion, sobre el mejor modo de calentar y ventilar los camarotes, aprovechando de sus co- nocimientos, fruto de largas esperiencias, propuso el interesante aparato que me permito describir detalladamente, por la importan- cia que puede adquirir en nuestro país. Este calorífero se distingue de otros, por la producción de una cor- riente de aire calentado, que no está en inmediato contacto con la superficie del fierro caliente. La parte principal es un cilindro interior circundado por otro de paredes dobles, que se encuentran abiertas, arriba y abajo. El cilin- dro esterior que se coloca sobre una base de fierro con cuatro pies, y que lleva en la parte superior una tapa agujereada del mismo nietaL le dá al aparato la forma esterior. La base lleva en el centro un disco (D), para recibir el cilindro in- terior, mientras que el cilindro esterior está colocado sobre el borde de una abertura circular (A), que permite el pasaje libre del aire. El cilindro interior se compone de varios trozos, de los cuales el inferior provisto de un marco con puerta, sostiene varios trozos in- termedios sobrepuestos, terminando con el trozo superior que tiene una virola, al que se asegura el caño de la chimenea. El marco ya mencionado se estiende hasta sobrepasar el cilindro esterior y termina en un plano inclinado, que se cubre con una tapa herméticamente ajustada, con movimiento giratorio hacia arriba, y corredizo, para poder formar una rendija de un ancho variable y graduar la admisión del aire, según se quiera una combustión mas ó menos activa. En la parte superior del mismo marco se encuentran dos listones (L) que facilitan la introducción de una parrilla movible con cabo, cuando las cenizas y escorias hagan necesaria la limpieza del interior. Si bien el aparato no necesita para funcionar, una par- rilla permanente, el fabricante á pedido del público, ha agregado otros listones (L') para su colocación, pudiendo asi el interesado CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 117 usarla si lo estima conveniente. Esta disposición ofrece la ventaja de hacerse la limpieza mas cómoda, como también de poder colocar un cenicero debajo de la parrilla. Los trozos intermedios tienen una pared gruesa, reforzada con espi- nas verticales para aumentar su duración, como también la superficie de caldea é impedir el escape del óxido de carbono. Según el tamaño del calorífero, el número de estos trozos intermedios, que son entre sí iguales, varía de uno á tres ; el orden de su colocación es indife- rente, pudiendo reemplazarse asi fácilmente en caso de deteriorarse. El trozo superior que se cubre con la tapa movible, se encuentra unido con dos tornillos verticales á la base, ajustando asi los distintos trozos que forman un solo cilindro. El cilindro estertor, lo forman dos tambores de chapa de metil, que descansan sobre la base; el espacio que queda entre ellos, dá libre acceso á la comente de aire é impide el calor radiante del cilin- dro interior. Para el servicio del calorífero se necesitan los siguientes útiles : Un embudo, para introducir al cilindro interior el combustible que se conserva en la carbonera. El empleo del embudo es indispensable, pues debe impedir se deposite combustible entre los cilindros, que ocasiona muy mal olor, y de donde es muy difícil estraerse. Un ati- zador, una pala y una chapa con manija para recojer las brazas. Un cedazo para obtener el tamaño requerido del combustible. Caño de ventilación, un caño de forma T, que entra con un codo horizontal á la virola de la parte superior del cilindro interior, mien- tras que el codo vertical forma la continuación de la chimenea; la parte inferior de este codo está provista con aberturas y con una cáp- sula giratoria que permite cerrarlas. Al precipitarse el aire interior por estas aberturas dentro de la chimenea, se establece una corriente considerable y en consecuencia una ventilación activa, sin que por este medio se quiera á la vez graduar la combustión del calorífero, pues para ello ofrece la construcción de la puerta mas facilidad. Instrucciones para el uso. — Se emplea como combustible el coke, carbón de piedra y algunas clases de lignito. El primero es el mas conveniente en esta localidad, por ser el mas barato; solo pueden utilizarse las clases inferiores de carbón de pie- dra, el carbón bituminoso se junta fácilmente al encenderse, forman- do una masa que se pega en las paredes del cilindro, interrumpiendo asi la combustión. El tamaño del combustible no debe ser mayor de 3 centímetros ni menor de 1.5 centímetros, lo que se puede obtener fácilmente por medio de cedazos. Para cargar el calorífero y encender el combustible con mas facili- 118 AMALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dad, se ha ensanchado el cilindro interior en la parte de arriba, y colocado un tabique vertical (P) para impedir no solo la entrada del combustible en la virola del cano, sino también el escape de humo, al encender el aparato, manipulación que debe efectuarse siempre un poco mas abajo de la parte inferior de dicho tabique. Después de llenar el cilindro hasta la altura conveniente y de apla- nar el combustible, se ponen unas astillas de leña, las que una vez encendidas, se cubren con un poco de coke ó de carbón ; hecha esta operación se tapa el calorífero y se deja la puerta abierta, á fin que el fuego se desarrolle con prontitud. Después de una á dos horas llegará el fuego al fondo donde continúa la combustión bajando suce- sivamente el combustible de la parte superior. Si se emplea carbón de piedra, que viene después de haberse quemado á trasformarse en coke, la combustión continúa sin interrupción, como si se hubiese cargado de nuevo. Antes de apagarse el fuego por falta de combustible, el aparato debe volver á llenarse con coke, hasta el nivel del caño; no es venta- joso hacer lo mismo si se quema carbón de piedra, por perderse bas- tante calor y penetrar á la pieza mucho humo y hollin ; es mas 'con- veniente dejar apagar el fuego y encenderlo de nuevo. La intensidad del fuego depende del volumen de. aire que entra por la puerta, el que puede graduarse si se deja una rendija mayor ó menor. Si se cierra la puerta se apagará el fuego, si se abre por com- pleto, se obtendrá una combustión muy activa, y entre ambos estre- ñios, la que mas convenga, haciéndose innecesario girar la puerta hacia arriba. Si nc se usa la parrilla, la ceniza que llegase á interceptar el tiro, debe apartarse dos á tres veces diariamente por medio del atizador, que se introducirá en el combustible después de abrir la puerta y moverá de abajo hacia arriba, recojiendo en seguida con la pala y la chapa con manija las brasas que hubiesen caido afuera.. No debe retirarse inmediatamente la parrilla, si la combustión es muy lenta, pues el fuego se apagaría si al bajar el combustible el mismo llegase mas abajo del marco. Es necesario esperar hasta que se desarrolle el fuego de nuevo sobre la parrilla ó se rellene con coke el vacío dejado por la ceniza, de manera que al retirarse la parrilla, encuentre el fuego un nuevo apoyo. La conservación del mismo durante la noche, no ofrece inconve- niente alguno; la puerta puede graduarse de manera que solo se quemen de 2 á 3 kilogramos de coke. Si el fuego se apaga antes de consumirse todo el combustible, se debe volver á encender siempre por arriba, después de poner nueva- mente algún combustible. Cuando se quiera un fuego activo, se debe llenar solamente una CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 119 parte del cilindro teniendo cuidado de no cargarlo después dema- siado. Un fuego rápido se obtiene encendiéndolo sobre la parilla. Dimensiones. — Los caloríferos se fabrican en tres tamaños á saber: A. diámetro del cilindro interior 18 ctm. id del esterior 38 ctm. B. « « « « 21 « « c « 45 « C. « « <í « 28 «: « « « 57 « Según el número délos trozos intermedios que se empleen en la for- mación del cilindro interior, varía la altura, entre 0.82 y 1.37 metros; el peso entre 60 kilogramos y ICO kilogramos ; su capacidad de 6 á 28 kilogramos de coke ó de 9 á 40 kilogramos de carbón de piedra; consumiendo según el tiro de 0.3 á 4.5 kilogramos por hora. El poder del calorífero depende principalmente de su diámetro, influyendo también algo, su altura. Para un fuego de corta dura- ción basta un aparato bajo, mientras que para fuego continuo, se necesita uno de mayor altura. Conviene en mi opinión, para el uso de nuestras salas de es- cuelas, un calorífero que tenga 0.21 metros de diámetro interior con 1.13 á 1.30 metros de altura. Si el mismo aparato tiene que calentar otra clase inmediata, ha- brá que prolongar al través del tabique de las piezas, el codo ho- rizontal del caño de humo, que tiene una tapa en su estremo, que debe abrirse después de cerrar por una mariposa giratoria, todas las aberturas de la tapa del calorífero, pasando asi todo el calor á la pieza inmediata. El mismo aparato se emplea ventajosamente para la ventilación artificial; se construye con este objeto, debajo del piso un canal de 0.15 por 0.15 metros de luz, que comunica en un estremo con el aire esterior, mientras que el otro termina debajo de la base del calorífero. La base en este caso completamente cerrada, tiene dos aberturas provistas con válvulas corrredizas para permitir entre las paredes del cilindro, la entrada del aire esterior con esclusion del de la pieza, ó la admisión del aire interior escluyendo el de afuera. El aire puro que entra, después de calentarse entre las paredes del cilindro, sube hasta el techo removiendo el aire viciado, que desciende sucesivamente hasta el piso, y entra para ser alejado, á otro caño vertical de 0.4 por 0.2 metros de luz, construido en la pared y que termina como chimenea sobre el techo. Para activar la corriente de aire viciado hay otra abertura en el mismo caño á 0.'5 metros debajo del cielo-raso, provista con una persiana movible de fierro, al entrar directamente por la misma 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el aire caliente se aumenta el tiro, que puede graduarse, por la persiana y la válvula corrediza, que se coloca a la altura del piso en la embocadura inferior del caño. El uso de estos caloríferos en nuestras escuelas, lo mismo que en otros establecimientos públicos y en casas particulares, se re- comienda por las razones siguientes : El mecanismo es sencillo y no puede descomponerse fácilmente, su manipulación no requiere habilidad alguna. Se puede graduar fácilmente la intensidad del calor, lo que es muy importante en nuestro clima de tan variable temperatura. La instalación y conservación de estos aparatos es la menos dispendiosa, pues los otros distintos sistemas de caloríferos, son todos muy complicados y de fácil deterioro, estando además su- jetos á continuas descomposturas. El coke de las fábricas de gas, es el Combustible mas barato y abundante que se encuentra en plaza, y puede emplearse con buen éxito. He tenido ocasión de visitar en Alemania escuelas hasta con 800 alumnos, cuyas clases se calentaban y ventilaban con este aparato que recomendamos, y no dudo que él mismo seria ven- tajoso para nuestras escuelas. Durante la buena estación ó mientras que no funciona el calo- rífero, se deben adoptar otras medidas á fin de ventilar las clases. Para renovar el aire sirven en primer lugar las ventanas y puertas ; pero como las condiciones atmosféricas muchas veces impiden tenerlas abiertas, es necesario arreglar los vidrios supe- riores de las ventanas de tal manera que sean movibles, y se pueda obtener por medio de los mismos una corriente de aire mas ó menos activa ó colocaren su lugar' una persiana de cristal. ■ Enfrente de estos vidrios movibles, se deben dejar sobre la puerta ó en la pared según sea necesario una ó mas aberturas cubiertas por medio de mariposas 6 de celosías, debiendo colocarse las pri- meras sobre el marco de las puertas y tener el ancho de las mis- mas con una altura cuando menos de 0.5 metros. Para medir la temperatura, debe haber en cada clase un termó- metro colgado á la altura de 1.2 á 1.5 metros sobre el piso, en un sitio que esprese la temperatura media, que no debe bajar en ese punto durante las horas de enseñanza, de 16° centígrados. LOS BANCOS Una de las causas principales del aumento de la miopía y de las deformaciones físicas entre los alumnos, debe atribuirse al desma- CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS \ 21 dejamiento durante la enseñanza y muy particularmente mientras escriben. La vigilancia mas diligente y enérgica por parte del maestro, no basta para vencer estos malos efectos, si los bancos que deben usar los discípulos no posibilitan al menos por su [forma y dimensiones, la mejor posición. Sin hablar detalladamente sobre el modo de sentarse, tengo que mencionar los principios relativos á higiene que deben según los facultativos, observarse en la construcción de los bancos : 1) El cuerpo tiene que estar bien apoyado á fin que la posición sea firme y descansada. 2) La sangre, en la cabeza, pecho y vientre, como también en los brazos y piernas, debe circular sin interrupción. 3) El movimiento espansivo del pecho y vientre al respirar, no debe perjudicarse. 4) Los nervios principales no deben oprimirse. 5) La columna vertebral, tan débil en un cuerpo de tierna edad, debe apoyarse convenientemente. 6) Las distintas manipulaciones deben ejecutarse en los bancos, sin ocasionar encorvaduras ó inclinaciones de la columna vertebral ó de los órganos que se relacionan con la misma. 7) Los libros, pizarras, etc., colocados sobre el tablero, deben estar á una distancia conveniente para la vista. En consecuencia, los bancos tienen que construirse de manera : a) Que descanse horizontalmente todo el muslo sobre el asiento. i) Que la pierna ocupe una posición vertical. c) Que todo el pié se afirme sobre el piso. d) Que tanto el codo, como el antebrazo descansen sobre el tablero. e) Que el tablero se encuentre á una distancia adecuada, de la vista. f) Que la espalda y sobre todo el espinazo encuentre el suficiente apoyo en el espaldar. La. construcción de los bancos debe además facilitar en cuanto sea posible: la entrada y salida, como el movimiento libre del alumno, la colocación délos útiles de escuela, la posición de pié, como también la vigilancia y revisión de los trabajos, por los maestros. Todas estas condiciones se satisfacen con bancos de un solo asiento apropiados á la talla del alumno, pero razones de economía tan deci- sivas entre nosotros, hacen preferible el sistema de bancos con dos asientos, tanto mas cuando los mismos llenan convenientemente las condiciones que se exigen por la higiene. La descripción completa de estos bancos y de sus detalles construc- tivos seria demasiado estensa, y me limito á referirme á las láminas 122 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y cuadros que se acompañan coa las dimensiones de los mismos y á hacer solo algunas observación sobre la posición recíproca entre el asiento y el tablero, que ha dado origen á la construcción de distintos sistemas movibles de bancos, con asientos y tableros de movimiento giratorio ó corredizo, como igualmante de bancos fijos, es decir sin movimiento alguno. Debe dedicarse la mayor atención, tanto á la estension horizontal entre el borde del asiento y el del tablero, llamada distancia, como á la diferencia de nivel entre los mismos, es decir la diferencia. La diferencia resulta perfecta, si el codo del niño, que ocupa el asiento en posición recta con el brazo arrimado al cuerpo y al ante- brazo perpendicular, llega un poco debajo del nivel del borde inferior del tablero, correspondiendo la elevación que así se obtiene aproxi- madamente á la sesta parte de la altura del niño ; para niñas habría que aumentar esta medida de 2.5 centímetros por tenerse que sentar sobre vestidos que abultan mas. El arreglo de la distancia ofrece mayor dificultad. Durante el tiem- po que el alumno se ocupa en leer ó escribir, para evitar que el cuerpo se incline hacia adelante, la distancia debe ser igual á cero 6 mejor negativa, es decir el borde del tablero debe encontrarse de 2 á 3 centí- metros mas atrás que el del asiento ; mientras que la libre entrada ó salida exijen una distancia positiva, es decir un espacio que pueda aumentarse ó disminuirse por medio de un mecanismo sencillo. En la construcción de los bancos fijos, se debe tomar en considera- ción, que el niño tiene que estar de pié durante cortos intervalos y que el objeto principal es el de proporcionarle un buen asiento, para lo cual la distancia positiva entre el asiento y el tablero no debe ser mayor de 2 á 5 centímetros. Estos bancos hacen indispensable, particularmente páralos alum- nos menores, dejar un espacio libre al costado del banco para que puedan cambiar de posición y ser enseñados estando de pié. El modelo del banco fijo adoptado en las escuelas de Virtemberg. (Lám. II), llena en mi opinión las condiciones de un banco adecuado y barato, motivo por el que lo recomiendo para las nuestras. La figura Ia representa un banco sin respaldar, los alumnos deben apoyarse en el banco que se coloque inmediatamente detras, lo que no conviene por los motivos ya indicados ; en la figura II" tenemos un banco con respaldar, que permite su colocación aislada. El banco para los niños menores se coloca sobre el piso pp. fig. Ia facilitando asi al maestro la revisión de los trabajos. De lo espuesto se deduce que el banco fijo no ofrece igual comodi- dad para estar sentado como parado, que se construye particularmen- te para la primera de estas posiciones y que no admite modificación alguna de sus partes ó detalles. CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 123 Para evitar este inconveniente y disponer el tablero de manera que los alumnos puedan estar indistintamente de pié ó sentados, se ha combinado un mecanismo que permite variar la distancia entre el borde del asiento y el del tablero, que se emplea en el banco que se menciona en seguida. La importancia que se ha dado en los últimos años á la perfección de los bancos, lo demuestra el hecho de haberse exhibido en la Exposición de Paris del año 1867 solo tres sistemas de bancos, y en 1873 en la de Viena, cuarenta y siete; de los cuales, el banco aus- tríaco ó el de la ciudad de Olmuetz con tablero movible, fué reco- nocido el mas perfecto, del cual adjuntamos un dibujo Láminas III, IV y V observando que el mismo se usa con mucha generalidad y muy buen éxito en las escuelas de Austria y Alemania. Esplicaciones de los dibujos de este banco é indicaciones para su construcción: a) Tintero en una cápsula metálica. z) Taco de madera asegurada al costado izquierdo del tablero corredizo. z') Taco de madera asegurado en la guia del tablero ; el objeto de ambas piezas es limitar el juego del tablero. e) Guia, de 5 centímetros de ancho, del tablero corredizo. v) Muelle de acero. w) Pestillo del muelle. f) Botón del muelle, sin sobresalir del plano del tablero. y) Muescas en el tablero, para el pestillo del muelle. Los listones (d)del tablero, el asiento (g), las guias (e), el tablero (c) y los pies del banco, deben hacerse de madera dura, mientras que en las demás piezas puede emplearse el pino blanco ú otra madera blanda. El largo de cada asiento, con esclusion del de las guias, debe ser igual al indicado en el cuadro N° 1 para el banco con tablero firme. Al terminar debo indicar la conveniencia de fijar una medida en el marco de una puerta de la clase ó en la pared, para medir á los alum- nos y asignarles el banco correspondiente á su estatura. SALAS, GABINETES Y DEMÁS DEPENDENCIAS Las escuelas ú otros establecimientos importantes de educación, deben tener á mas de las salas de enseñanza, dependencias para la biblioteca, gabinete de física é historia natural, etc. y una pieza para las reuniones de los maestros. 124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Debe haber ademas en el edificio para el uso de los discípulos ma- yores, una celda de corrección, con 9 metros cuadrados de superficie y una altura de 3.5 metros. La ventana de la misma puede tener 0,8 metros cuadrados y su umbral estará á 2 metros sobre el piso. Una mesa y un banco de construcción sólida formarán su mueblaje. El bedel, indispensable en las escuelas de mayor importancia, pue- de alojarse convenientemente en el soterráno. PATIO DE RECREO Y GIMNÁSTICA Debe calcularse superficie de 2.5 á 4.0 metros cuadrados de pa- tio, para cada alumno. El piso del mismo puede formarse con una capa de arena gruesa, de pedregullo ó macadamizarse ; debe estar bien aplanado para facilitar su pronto desagüe. Para tener en verano la suficiente sombra, se deben plantar árbo- les al rededor del patio, debiendo colocar en el mismo algunos ban- cos fijos y útiles de gimnástica. Es necesario que de las ventanas de la escuela, la vista del maes- tro domine todo el patio. Para el recreo de los niños durante el mal tiempo, conviene hacer galpones adecuados, es decir con suficienteluzy ventilación; que ten- gan una superficie de 1.5 metros cuadrados por discípulo y estén igualmente provistos con útiles de gimnástica ; de lo contrario pue- den destinarse los corredores del edificio para recreo. Un para-rayo bien construido y que se encuentre en buen estado, no debe faltar en una escuela de importancia. PROVISIÓN DE AGUA Toda escuela debe estar provista abundantemente de agua potable, y de vasos para beber ; debe haber ademas la suficiente agua para las necesidades de la limpieza y contra incendios Siempre que no se pueda disponer de aguas corrientes, ó de agua traida en caños de al- guna vertiente inmediata, es necesario construir un algibe, tomando la precaución de alejarlo todo lo que se pueda del pozo de las letrinas, para evitar toda infiltración insalubre. Es conveniente colocar en cada corredor un receptáculo con su cor- respondiente desagüe, en comunicación con la cañería general del edificio. Las mangas de incendio, etc. deben guardarse en alacenas de fácil acceso. CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS PÚBLICAS 125 LETRINAS La construcción de las letrinas requiere un cuidado especial, deben tener buena luz y ventilación. Los water-closets completos, con abundante provisión de agua en comunicación con caños de desagüe, son sin duda muy convenientes, y pueden siempre que exista gran aseo y cuidado, establecerse en la misma escuela, de- biendo disponer como precaución para interceptar toda exhalación, que las puertas de las letrinas sean dobles y que tengan un mo- vimiento autómata. Si no se emplean otros sistemas de letrinas que impidan el mal olor, es indispensable separarlas del edificio y ponerlas si posible en comunicación con el mismo, por una galería. Cada clase debe tener su letrina (con asiento y tapa) ; su puerta con cerradura é interiormente un ^pasador. Para los varones de- be existir ademas un orinal. Las letrinas deben tener á lo menos 0.8 metros de ancho por 1.4 metros de largo y estar separadas por tabiques altos que im- pidan toda comunicación entre si. La altura de los asientos puede variar entre 0.30 y 0.45 metros según la edad de los niños que las usen. Los mejores pisos para las letrinas y orinales son los de asfalto, cemento ó de piedra con su correspondiente inclinación hacia adentro. Los tabiques de los orinales deben ser si posible de piedra, co- locados á la distancia de 0.55 á 0.60 metros uno de otro, y tener 1.5 metros de elevación y un ancho de 0.35 metros, La canaleta del mismo material, con un pequeño declive, se encontrará 0.50 á 0.65 metros sobre el nivel del pisd, debiendo revestirse la pa- red al lado de la misma en una altura de 1.5 metros con tierra romana ó piedra. Siempre que sea posible debe enjuagarse la canaleta, poniéndola al efecto en combinación con un surtidor de agua. Para el uso reservado de los maestros deben construirse igual- mente algunas letrinas. Con tal de imposibilitar los dibujos indecorosos en las peredes, es necesario que se revoquen toscamente en una altura de 2.0 metros y pinten con un color oscuro ó" revistan con baldosas de loza esmaltada. ■ La pintura de las puertas debe ser de color oscuro, pero exento de plomo. Las ventanas de las letrinas deben estar provistas si posible es, con vidrios sin pulimento. 126 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los pozos de las letrinas deben tener hasta 7 metros de pro- fundidad siempre que se empleen carros atmosféricos en su lim- pieza, y alejarse en lo posible del edificio En su construcción deben emplearse materiales de primera ca- lidad y ser bien revocados con tierra hidráulica, para impedir las infiltraciones. Carlos Stegm'ann. s § C © 3 e e ■ e a "*» 8 £ c 1 * s X h S 4. x 4» s • m £ ~N 0.122 0.133 0.12-2 0.133 0.150 0.158 0.165 0.172 so 0.500 0.540 0.500 0.540 0.570 0.600 0.620 0.640 ¡X 0.756 0.771 0.016 0.696 0.779 0.825 0.865 0.897 X 0.665 0.665 0.525 0.591 0.665 0.699 0.733 0.767 ¡S 0.716 0.716 0.576 0.642 0.719 0.756 0.796 0.836 > 0.716 0.751 0.716 0.751 0.811 0.857 0.940 0.988 3 0.05-2 0.054 0.052 0.054 0.060 0.066 0.069 0.071 H 0.329 0.360 0.329 0.3C0 0.392 0.421 0.444 0.458 OÍ 0.286 0.318 0.286 0.318 0.349 0.378 0.401 0.415 1= 0.458 0.510 0.458 0.510 0.561 0.607 0.642 0.665 O 0.261 0.309 0.261 0.309 0.352 0.369 0.372 0.389 C 0.309 0.358 0.309 0.358 0.407 0.424 0.435 0.453 o 0.149 0.149 0.149 0.149 0.166 0.166 0.189 0.189 z 0.163 0.163 0.163 0.163 0.180 0.180 0.229 0.258 s 0.100 0.100 0.100 0.100 0.114 0.114 0.129 0.129 _> 0.034 0.040 0.034 0.040 0.046 0.052 0.060 0.069 »~5 0.195 0.212 0.195 0.212 0.235 0.252 0.269 0.286 " 0.051 0.051 0.051 0.051 0.054 0.057 0.063 0.069 a 0.072 0.072 0.072 0.072 0.072 0.072 0.086 0.086 o 0.315 0.315 0.315 0.315 0.344 0.358 0.401 0.430 ~ 0.330 0.379 0.430 0.447 0.464 0.481 a 0.140 0.074 — 0.330 0.379 u 0.229 0.258 0.229 0.258 0.281 0.304 0.321 0.332 m 0.330 0.379 0.330 0.379 0.430 0.447 0.464 0.481 < COlOOLf3""ÍOO^#? < H O Z5 128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ti £ o e i. V I S e ■ e e p * •S 4) 2 « G « e o o H 3 •ojudise jap oisdüs^ O O o o o i— i ^H '— ' r— < Z Ja -sí — H ¡ 1 o o o o o o o o o 1 o o o o o o o o o F *OJaiq>ii |ap ap.ioq [op icjuozí.iuq oiüEcIsy P* co o O co o co o era O co o co o o o \ o o o o o o o o o o o o o o o o o o CO t~ co GJ o 1— t o* CO ■^ O -a) ■OÍJB'J O í— ' >— * r-1 '—' G-l CN G>( GN GN O O o o O O O O O | -2 / jEp|cdsa \sp a> o ira o O O o ira o 00 OO o cw -i" O 00 < > co ■*" 1 nü|0EA3[3 2 •"J t—t GN G-* GN CN G<( co co Sí o O O O O O O o o 'S S, j jspindsí ¡ep — f josadsa o O ira o O ira ira o ira c=s i— < GN co ira c- 00 O co co GN GN GN q \ joXbiu ap o o o O o O O O O o o o o o o O O o o 1 — < GN CO -* ira CD t- <*> oo H •oipny i_3 GN GN GN GN GN GN G* CI GN ¡23 O O O O O O O o O H lO O ■ra o o O ira ira o OO 00 o ^H co ira r~ oo GN co uopeÁsjg] >-s CN co co co co co CO ^ tí d o o o O o o c o lO o ira o ira ira ira ira o lO r- co o co ira t> o EunajojiQ « (-H r— ( G< GN GS CN GN co o o o O o O O O o . ira lO o o o O O o ira / U]JOI(]E OJajq •2 l-ci |a optiEisd GN GN CO CO ce co co co co Sí o o o O o o o o o a 1 o o o o o o o o o to i ira ira o o Lra o ira <-> o q /opEJJoo OJí)¡q t» r- 00 oo 00 co 03 c ) o O o o o o o o O f— ( 0 \ o o o o o o o O o •jcp[uds¿» |ap esaniS SEIU 3JJcJ B[ í O.IO|qCl o Oí o o o lO Gf o ira o p ira 00 ira Oí ti & GN co CO co co co CO co co [3 9J1U3 EIJIIE1SIQ o o o o o o O o o o o o o ira o uí o ira J oinoimiAoiu ¡ap ainui^f fcd o o 1 — 1 G-t G-< co co n o o o o o o O o o o o o o o o ira o «¡ 00 C0 o •— < ct co ^< ira c- •oqauy Q GN GN co co co co CO co cra H o O o o o o o O o ira ira o o ira ira o o o ^H Tf ira ira ira ira CD en l> 9i.l¡NQ o o O o o o O O o o o o o o o o o o o . o o o o ira lO o <-> o 1 joijajuí S l apiug •* c~ o co CD o ira c > co m Tjl n< ira ira ira <£> CD 1- t~ o O o O O O o O o S \ ira ira o o O o O —> o 00 ira oo GN co C!) co W f 'Oíaajj L- 00 \ o o o o O o O O o ÍO o O o O o o O •S o :co GN 00 ira co GN G^ ;g^ Ejm«isa so o . CN CO ■* ira ojamn^j - 1— 1 »— 1 *—i > > 1— t > t—l Lr'un. 1. GMMIJIF8C0 SISTEMA 1EIjíIjH©ER TROZO INTERMEDIO CAKO DE VENTILACIÓN SECCIÓN VERTICAL SECCIÓN HORIZONTAL POR UN TROZO INTERMEDIO SECCIÓN HORIZONTAL POR EL MARCO =*=S^»} CHAPA CON MANIJA PARILLA MOVIBLE PARILLA PERMANENTE MARCO EMBUDO BASE m m m © í < o ce Ld > o o Ld >- o ce a. ■i . p r;: II " 1 I ' ; 1 J N 4 N . 1 !¡ ¡ < 1- z o CC O X Ld O CC Q. © © © < CC Ld > z < cc (- o o Ld en < CC Ld > < QC o o u en 15 N"5 rO E* < CC I- < h- c/3 ai) =9 p < Larri. IV BANCO COiNj TAiLER© WjQjty'IJBLí;. A' ¿" ff. J £ B X ^J? •/ j* SECCIÓN TRANSVERSAL d S ~ E 6 £) VU®LC ¿ám. V fí e • d _lí_ A t B J J ■0 c \d # 3l t f O h f X PROYECCIÓN VERTICAL } MUELLE TABLERO Y GU IAS HEMIPTERA ARGENTINA. (Continuación.) Div. LEPTOSCELARIA Berg. Leptoscelidida Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 545. Leptoscelidiiiai>T:A.L, Enuin. Hein. I, p. 167 (1870). PlITHIA STAL. Stett. Ent. Zeit. XXIII, p. 294 (1862). Ofv. Vet.-Ak. Fórh. 1867. p. 545. 91. P. picta Dru. Cimex pictus Drurt, 111. I. p. 107. pl. 45. f. 1 (1770). Cimex ciliatus Farr.. Syst. Ent. p. 706. 46(1775). — Goeze, Ent. Beitr. II, p. 239. 15(1778). — Farr., Spec. II, p. 348. 63 (1781) et Mant. II, p. 286. 72(1787). — Gmel.. Syst Nat. \ 4, p. 2140. 217 (1788).— Fabr., Ent. Syst. IV, p. 103. 93 (1794) et Syst. Rhyng. p. 164. 47 (1803). Cime.c leprosus Fabr., Syst. Ent. p. 719. 112 (1775). —Goeze, Ent. Beitr. II, p. 257. 15 (1778). — Fabr., Spec. II, p. 364. 155 (1781) et Maní. II, p. 299. 201 (1787). — Gmel., Syst. Nat. I, 4, p. 2171. 390 (1788). Cimex Candelabrum Goeze, Ent. Beitr. II, p. 254. 2 (1778). Cimex crenulatus Fabr.. Spec. II, p. 353. 90 (1871) et Mant. II, p. 290. 114 (1787). — Gmel., Syst. Nat. I, 4, p. 2144. 248 (1788). Lygaeus crenulatus Farr., Ent. Syst. IV, p. 144. 33 (1794). Lygaeus leprosus Fabr., Ent. Syst. IV, p. 154. 65 (1794) et Syst. Rhyng. p. 222. 82 (1803). Lygaeus dispar Fabr., Syst. Rhyng. p. 214. 43 (1803). Alydus crenulatus Fabr.. Syst. Bhyng. p. 250. 11 (1803). Leptnscelis picta Westw. in Hope, Cat. II, p. 17 (1842). Anisoscelís dioisus H.-S.. Wanz. VII, p. 9. f. 685 (1844). — Burm., Reise durch die La Plata -Staaten. I, p. 492 (1861). Anisoscelís pulverulentus H.-S., Wanz. VII. p. 9 (1844). Leptoscelis picta Dall., List. II, p. 457. 7 (1852). Leptoscelis obscura Dall., List. II, p. 458. 9 (1852). Anisoscelis fLeptoscelisJ cumulipes Guér. in Sagra, Hist. de Cuba. Ins. p. 388(1857). Phthia picta Stal, Stett. Ent. Zeit. XXIII, p. 296 (1862). — Mayr, Nov. Hem. p. 110 (1866L — Stal, Hem Fabr. I, p. 53. 1 (1868) et Enum. Hem. I, p. 170. 6 (1870). — Walk., Cat. IV, p. 131. 4 (1871). Phthia obscura Walk.. Cat. IV, p. 131. 5 (1871). Patria : Brasilia. — Guayana. — Nova Granada. —Mé- xico. — Cuba. 9 loO ANALES D2 LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta especie se halla con bastante frecuencia casi en todas las provincias de la República Argentina, y la he observado también en la Banda Oriental del Uruguay y en el Paraguay. Los 33 ejemplares, que tengo para examinar, me demuestran claramente la variabilidad de la coloración, principalmente con respecto al pronoto y abdomen. Hay individuos que tienen el pro- noto completamente negro, sin mancha alguna ; otros lo poseen negro, con manchas amarillentas, ó tesláceo con manchas ó puntos negros; en otros está provisto de una faja transversal amarilla, fulva ó roja, y, por fin en otros, es negro, teniendo los bordes laterales de color amarillo ó rojo. El esternón y abdomen son ne- gros, con manchas amarillas ó rojas, ó testáceos, con manchas y puntos negros, ó sea completamente negros, ó de color fusco oscuro. Casi la mitad de los ejemplares posee un anillo amarillento en el tercer artículo de las antenas, adelante del medio, y el ma- yor número tiene las tibias anteriores y las medianas provistas de un anillo testáceo, que se halla mas ó menos en el medio, generalmente nías cerca á la extremidad, que de la base de la tibia. Un individuo J1 tiene el pronoto y los hemélitros de un tinte muy rojizo, y el dorso abdominal de un rojo-violáceo, siendo este en los demás de color azul ó verde muy oscuro, y de lustre metálico. Larva de la P. ficta Dru. Es de color negro-violáceo muy lustroso, y teniendo en general de color testáceo ó rojizo, algunas veces, sobre todo en el primer estado, de un rojo muy vivo, las partes siguientes : La cabeza, el cuello, las márgenes anterior y laterales del pronoto, la parte discoidal del esternón, las partes laterales del abdomen, y un anillo al principio del último tercio de los fémures y tibias. Todo el cuerpo lleva pelos cortos V escasos, y existen en algunos órganos espinas bastante largas, negras, y también provistas de pelos : de estas hay : Una en la parte anterior del tilo ; dos en el disco de la cabeza, á cada lado. del ojo; dos en la parte anterior del pronoto, naciendo muy cerca una á la otra; dos en la parle pos- terior del melanoto, y ocho en la parte dorsal del abdomen, siendo de estas el primero y último par muy pequeño, y en número de una en cada segmento del conexivo. Los ángulos del pronoto son bastante agudos ; las antenas y la trompa son mas ó menos como en las imágenes, llegando la úl- tima hasta la mitad del vientre. La pseudo-imágen es de color negro menos lustroso, y provista en general con los dibujos del pronoto, esternón y conexivo, cor- respondientes á la imagen, y con pelos grisáceos ó amarillentos. Por lo que toca á espinas, se observan todavía las de la cabeza, del pronolo y dorso abdominal, pero todas son mucho mas pe- HEMIPTERA ARGENTINA 131 quenas, representándose en algunos ejemplares como tubérculos agudos ; las dos pequeñas espinas en la margen lateral del pro- noto, cerca del borde anterior, son como en las larvas, pero de mayor tamaño que el primer diente pronotal lateral de la imagen. El anillo rojizo de los fémures ha desaparecido ; solo existe el de color amarillo en las tibias, siendo el de las posteriores menos manifiesto. He observado la larva en el Cestrum pseudo-quina Mart. (vulgo : Duraznillo negro) . Div. SPARTOCERARIA Berg. Spartocerida Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 545. Spartocerina Stal, Eiuira. Hera. I, p. 172 (1870). Menenotus Lap. Spartocera, Subg. Menenotus Lap., Ess. Hém. p. 42 (1832). Menenotus Stal, Ofv. Vet.-Ak. F5rh. 1867. p. 545. 92. M. 1 u u a tus Lap. Menenotus lunatus Lap., Ess. Hém. p. 42 (1832). — Am. et Serv., Hém. p. 187. I ¡1843). — Dall.. List. II, p. 375. 1 (1852).— Stal, Rio de Jan. Hem. I, p. 29. 1 (1860) etEnum. Hem. I. p. 172.1 (1870'. — Walk., Cat. IV, p. 7. 1 (1871). Coreus cornutus Pertt, Del. anim. art. p. 169. tab. 33. flg. 15 (1834). Menenotus unicolor Westw. in Hope. Cat. II, p. 9(1842). — Dall.. List. II, p. 376. 2 (1852). — Stal, Rio de Jan. Hem. I, p. 29. 2 (1860). ' Spartocerus lunatus Burm., Ilandb. II, 1, p. 342. 3 (1835). — H.-S., Wanz. VI, p. 47. f. 642 (1842). Patria : Brasilia. Amyot y Serville indican esta especie también como originaria de Buenos Aires, pero al parecer erróneamente. Hasta ahora no ha sido encontrado este hemíptero en la Provincia de Buenos Aires, lo conozco solo de Corrientes y del Paraguay, de donde podia provenir también aquel ejemplar, que consideran los autores ar- riba citados como un representante de la fauna bonaerense. Spartocera Lap. Spartocera, Subg. Spartocera Lap., Ess. Hém. p. 43 ¡1832). Spartocerus Burm., Handb. II, 1, p. 341 (1835). Spartocera Am. et Serv., Hém. p. 186 (1843;.— Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 546. Corecoris Hahn, Wanz. II, p. 14, ¡1834). Coreocoris Spin., Ess. Hém. p. 150 (1840). 132 ANALES D.: LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 93. S. granúlala Stal. Spartocera granulata Stal, Enum. Hein. II, p. 173. 2 (1870). Patria: Respublica Argentina. El Prof. Stal ignoraba la patria del único ejemplar cf, por el que formó esta especie. Poseo dos £, la una originaria de Cór- doba, la otra del Gran Chaco, y siendo el primero mas grande y robusto que el segundo. Los lóbulos laterales del ano de la 9, sobresalen poco á los me- dianos, y no van convergiendo, como en la especie siguiente. 94. S. fusca Thunb. Cimex fuscus Thunb., Nov. Ins. Spee. II, p. 44 (1783). Reduvius moestus Fabii., Ent. Syst. IV, p. 198. 19 (1794). Coreus moestus Fabr., Syst. Rhyng. p. 193. 8 (1803). Coreus confluentus Sat, New. Harria. Ind. Dec. 1831 et Coinpl. writ . eJ. Le Conté. 1, p. 325. 1 (1859). Spartocerits geniculatus Burm., Handb. II, I, p. 342.2(1835). — H.-S.. Wanz. VI, p. 89. f. 660 (1842). Spartocerus serrulatus H.-S., Wanz. VI, p. 12 et 90. f. 568 [1842). Spartocerus lateritius Westw. in Hope, Cat. II, p. 7 (1842). Spartocerus affvnis Westw. in Hope, Cat. II. p. 7 (1842). Spartocera geniculata Am. et Serv., Hérn. p. 186. 1 (1813). Spartocera moesla Dall., List. II, p. 374. 8(1852). Coreus ¡Spartocera) geniculatus Guér. in Sagra, Hist. de Cuba. Ins. p. 378 (1857). Spartocera fusca Stal, Rio Jan. Hem. I, p. 29. 1 (1860). — Matr, Nov. Hem. p. 79 (1866).— Stál, Hem. Fabr. I, p. 54. 1 (1868) et Enum. Hem. I. p. 174. 5 (1870). — Walk., Cat. IV, p. 5. 3 (1871). Patria: Brasilia.— Cayenna. — Nova Granada. — ínsula Sancti Bartholomaei. — Jamaica. —Cuba. — México. Esta especie se halla casi en todas las provincias de la Repú- blica Argentina, siendo mas abundante en las del Norte, ante todo en las Misiones antiguas, donde la encontré en gran número. Un ejemplar $, que me fué traído de Tucuman, es mas grande y oscuro que los demás. Larva de la S. fusca Thunb. Es de color fusco ó negro-rojizo, teniendo de un rojo subido: La base de las antenas, la trompa, y en general los fémures y la base de las tibias. Las manchas grandes del conexivo son rojo- amarillentas ; cada una ocupa los dos tercios posteriores del seg- mento, y siendo el tercio anterior negro. Los dos tubérculos dor- sales son de color rojo impuro. HEM1PTEHA ARGIKTJHA 133 La pseudo-imágen tiene de color rojo muy vivo las partes si- guientes : La cabeza; la base de las antenas, en algunos ejem- plares lodo el primer artículo; la trompa; las partes laterales posteriores, y la mediana posterior del pronoto ; algunas manchas desvanecidas en la parte discoidal, ven algunos ejemplares también los bordes de la vaina de los hemélitros; las manchas cuadra n- gulares del conexivo; algunas pequeñas manchas en el esternón; los acetábulos, trocánteres, fémures, la base, y en general también la extremidad de las tibias, y por fin, los estigmas. Con res- pecto á la estructura de la cabeza, las antenas, del pronoto, y de las patas, tienen muchísima homología con las imágenes. No conozco la planta que le sirve de alimento. 95. J5. brevicornis Stal. Spartocera brevicornis Stal, Enum. Hem. I. p. 175. 8 (1870). Patria : Montevideo. Poseo esta especia solo de la Provincia de Buenos Aires, y del Estado Oriental. En todos los ejemplares que tengo para mi estudio, predomina el color gris, siendo el clavo mas ó menos ferruginoso, y las man- chas redondeadas sublaterales del abdomen, que se hallan en los tres ó cuatro penúltimos segmentos, y en algunos ejemplos un pequeño punto cerca del estigma, de color ferruginoso-amari- llento; la mancha oscura, que se extiende algo mas allá del pri- mer tercio del segmento del conexivo, es poco manifiesta. El ano del ¿ es homólogo al de la especie precedente, con la excepción de que los lóbulos laterales son mas alargados, y se tocan casi en su base. Larva de la S. brevicornis Stál. Es muy parecida á la de la S. fusca Thunb., pero distinguién- dose de esta por los caracteres siguientes: Tiene la cabeza de color testáceo ó rojo-amarillento; los bordes del tórax, y el abdomen de un rojo bastante vivo, y las articulaciones de las patas algo rojizas. Los tubérculos del dorso abdominal son negros, y la mancha negra ocupa todo el borde anterior y exterior del segmento del conexivo, figurando una especie de gancho. La pseudo-imágen tiene el tórax casi completamente negro, con excepción del ángulo lateral del pronoto, que es rojizo. De color rojo son: La cabeza; la trompa; el borde del mesoster- non y metasternon ; las partes laterales del abdomen ; los tro- cánteres de todas las patas, y la extremidad de los fémures y la base de las tibias de las patas anteriores, rara vez las de las medianas. Los estigmas anteriores son rojizos, los posteriores negros. 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EüBULE STÁL. Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 545. Enum. Hern. I, 175 (1870). 96. E. glypliica nov. spec. 9 : Obscure grísea vel fere nigricans, flavescenti- varia, sat dense tomentosa; antennis breviusculis et subcrassis, fortiter selulosis, articulo primo leviter incrassato secundo aequilongo, reliquis paullo brevioribus, longitudine subaequalibus, > ultimo tenuiore; rostro coxas medias vix attingente, rufescenti— fusco ; pronoto marginibus antico— lateralibus sinuatis, dentibus qualtuoraut quinqué nigris instructis, angulis lateralibus dilatatis, flavescenti-marginatis, carina discoidali subcom- plicata, medio interrupta, fasciis tribus (media latiore) margineque posteriore flavescentibus; scu- tello nigro, fascia media angulisque flavis et tomen- tosis; corio nigricanti flavoque vario, margine clavi generaliter multo pallidiore; membrana laete fusca, flavo-irrorata vel testacea, fuscescenti-maculata; alis croceis, late nigro-marginatis; dorso abdominis ochraceo,niaculisduabusdisciconnexivoquenigris, hocflavo-maculato; pectore, ventre pedibusque sat dense sericeis, illi nigricantibus, ferrugineo-variis, hi rufescenti-nigris, dense setulosi; anr> lobuüs lateralibus mediis aequilongis. — Long. '18-19; lat. hemel. 5, abdom. 6-7 mm. Patria: Provincia Bonaérensis. Esta especie es muy parecida á la Eubule sculpta Perty; pero difiere de la misma principalmente por las antenas mas cortas y engrosadas, y por los ángulos posteriores del último segmento dorsal del abdomen, que son mas salientes. Debo al Prof. Stal estos datos, resultados por una comparación de un ejemplar de nuestra E. glyphica, con la E. sculpta Perty, que se halla en el Museo de Estocolmo. Por otra parte tiene mucha semejanza con la Eubule trilineata Sign., distinguiéndose de esta sobre todo, por el segundo artículo de las antenas mas corto, y por el color mas variado. De esta especie fueron encontrados tres individuos, uno en Buenos Aires, y dos en el Baradero. IIEMIPTLRA ARGENTINA 135 97. E. se sí! y* a Perty. Coreus sculpíus Perty, Del. anim. art. p. 169. tab. 33. f. 16(1830). Spartocera costicollis Stál, Ofv. Vet-Ak. Forh. 1855. p. 183. 1. Eubule sculpta Stál, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 546 et Enum. Heru. I, p. 176. i (1870). Spartocera sculpla Walk., Cat. IV, p. 6. 10 (1872). Patria : Brasilia. Después de haber terminado la descripción de la especie an- terior, recibo dos individuos, <$ y §, pertenecientes al género Eubule Stal, y originarios.de Buenos Aires. Siendo conformes con la descripción de Perty, y teniendo los caracteres que indiqué al describir la especie precedente, los considero como la Eubule sculpta Perty. De otros caracteres específicos, de los cuales no trata Perty, y por las que se distingue bien de mi Eubule glyphica, notólos siguientes: Las alas son de color amarillo impuro, teniendo en una que otra parte las costillas, y el limbo apenas provisto de una guarnición negruzca muy angosta; los tres primeros seg- mentos del dorso abdominal son negros, los demás amarillos, llevando las manchas negras que entran del conexivo en los seg- mentos cuarto y quinto, y teniendo en el medio de las incisuras, dos manchas redondas de las que la primera se une en parte con la coloración negra basilar. Es probable que trate de estas particularidades el Prof. Stal ; pero no poseo el tomo del año 1 853 de «Ofversigt af Kongl. Veten- skaps-Akademiens Fórhandlipger», en que ha descrito su Eubule costicollis, que es según él idéntica con la especie en cuestión. Div. COREARÍA Stal Coreida Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 547 et Hem. Fabr. I, p. 55 (1868). Coreina Stal, Enum. Hem. I, p. 180 (1870). • Corearía Stál, Enum. Hem. III, p. 37 (1873). Sethenira Spin. i Spin., Ess. Héra. p. 196 (1840). Stal, Ofv. Vet.-Ak Forh. 1867- p. 549. 98. S. 'sórdida non. spec. tí* et ¿ : Sordide testacei vel ferruginei, distincte nigro-punctati, nonnulla parte oííuscati; capite 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA parteque anteriore pronoti rufis; antennis nigris, articulo terminali saepissime pallidiore; pronoto marginibus antico-lateralibus íevissime sinuatis, perparum obtuse crenulatis, angulis lateralibus lenissime rotundato-ampliatis ; scutello motlice elevato, generaliter ruíescenti; coriis sordide tes- taceis, non raro obscuriatis; membrana fusca, nilida; alis diiute fuscis, basin versus odhraceis; dorso abdominis obscure fusco, basi apiceque fulvo; connexivo ferrugineo aut roi'o, nigro-punctato. Subtus multo pallidiores, testacei aut rubri ; pectore distincle nigro-punctato; ventre obsolete punctulato etsaeperufo-irrorato.spiraeulisalbidis; trocha nteribus femoribusque rufis, tibiis fuscis, medio dilutioribus.— Long. 18-19; lat. 6-7 mm. Patria: Territorium Missionum. Se distingue esta especie de las otras dos hasta ahora conocidas de este género (Sethenira (estacea Spin. y S. ferruginea Stal), por el pronoto mucho menos dilatado cerca de los ángulos laterales. Difiere ademas de la S. ferruginea Stal, por la coloración del dorso abdominal, del conexivo, y de las alas, y en fin, por la carencia de las manchas respectivas del vientre, que indica el autor de la especie respectiva. De esta nueva especie fueron encontrados tí ejemplares, el 23 y 24 de Enero de 1877, en el Territorio de las Misiones, cerca del Rio Piray. Acidomeria Stal. Enum. Hera. I, p. 182 (1870). 99. A. cincticornig Stal. Acidomeria cincticoriiis Stal, Enum. Hem. I, p. 183. 2 (1870). Patria: Uruguay. Esta especie, que ha sido encontrada varias veces en Buenos Aires, y que poseo también de la Banda Oriental del Uruguay, es algo variable con respecto á la coloración. Algunos ejemplares tienen las márgenes laterales del pronoto de color rojo muy vivo, y carecen de la mancha negruzca en el córion. El disco del dorso abdominal es casi negro, pero la base y la extremidad del mismo son de color de naranja, teniendo la última una ofuscescencia en el medio. HEMIPTERA ARGENTINA 137 Margus Dall. Dall., List. II, p. 520 et 523. (1852) Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. 1867. p. 549 et Enum. Hem. I, p. 184 (1870). 100. M. obscurator Fabr. Coreus obscurator Fabr., Syst. Rhyns;. p. 200. 41 (1803). Margus impudens Stal. Rio de Jan. Hem. I. p. 37. 1 (1860). Margus obscurator Stal, Hem. Fabr. I, p. 57. 1 et 58. 4 (1868) et Enum. Hem. 1, p. 185. 8 (1870). Patria: Brasilia. — Nova Granada.— México. De esta especie ha sido observado, á mi saber, un solo ejem- plar . Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Roberts, Pedro F. Ramos Mejla, Ildfo. P. Romero, Julián. Rapelli, Luís. Silva, Ángel Silveyra, Olazabal L. Stegman, Carlos Silva, Paulino N. Salas, Carlos Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio C. Salas, Miguel T. Salas, Saturnino L. Sola, Felipe. Souza, Vicente Salvadores, Ped Silveyra, Juan 1 Santillan, Pable Trant, Lorenzo Trant, Pedro f Tassier, Carlos. Tar»™o, Santiag Valle, Pastor d Vitlanueva, Gu Viglione, Luis . Videk, B-ldom Valle, Salvador White, Guillen Warner, Rodoll Zeballos, Estani Zárraga, Simón HONORARIOS Dr. Guillermo Rawson. — Dr. Benjamín A. Gould. — Dr. Germán Burmeister. Dr. Visca. — D. Mario Isola. — Dr. Carlos Darwin. — Dr. R. A. Philippi CORRESPONSALES Germán Ave-Lallemant. . . León Domesq Pellegrino Strobel Miguel Sánchez Nuñez... Luis Jorge Fontana C. Van Beneden Felipe Caronti Federico Schickendantz . . . Samuel Lafone y Quevedo,. Ladislao Netto Manuel Paterno San Luis. Madrid. Parma (Italia). Montevideo. Villa Occidental Lieja. (Béljica). Bahía Blanca. Pilciao (Catma). Pilciao (Catma). Rio Janeiro. Palermo (Italia). Ernesto Gilbert Juan Martin Leguizamon. Luis Brackebusch Juan Lubbok. Walter F. Reid Carlos Barbier Maxs. Siewert Rodolfo Arteaga Gualberto Méndez Francisco Vidal Roberto Wernicke Montevidec Salta. Córdoba. Londres. Londres. París. Alemania. Montevideo. Montevideo. Montevideo. lena (Alemania) A LOS SUSCRITORES Se ha resuelto reducir la suscricion mensual de los ANALES á 20 jt m/c Un semestre vale HO ¡j m/c. — Un año 800 ji mfc. las colercloncs integras se venden con una rebaja de 50 °/0. Buenos Aires, Io de Julio de 1878. EL SECRETARIO. Por reclamos, artículos, suscriciones, en fin, por todo lo relativo á estos Anales, ocúrrase al local de la Sociedad, calle Reconquista, N° 93. Ob&T- ANALES DE LA SOCIEDAD C ARGENTIN COMISIÓN REDAGTORA Presidente. Secretario . Vocales D. Luis A. Huergo. D. Félix Amoretti. D. Guillermo Villanueva. D. Pedro N. Arata. D. Francisco P. Moreno. NOVIEMBRE DE 1878. — ENTREGA V TOMO VI. PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, RECONQUISTA 93, X EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Olvidad TJn semestre 1/ n año Por mes, fuera «le la Ciudad..., 30 % m/c llO » 300 » 30 x entrega La suscricion se paga anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBI 60 — CALLE ALSINA (ANTES POTOSÍ) — 60 1878 / índice de la presente entrega I. — ACTA DE LA ASAMBLEA, del 1" de Octubre de 1878. II. — ESCALAS por 1». Pastor del Valle. III. —INFORME SOBRE LA FÁBRICA DE CALES DE LOS SEÑORES CERRANO Y C por B». Eduardo Agnirre. IV. — INFORME SOBBE LAS FÁBRICAS DE NEGRO ANIMAL Y CAÑOS DE PLOMO por E. E. G'Ieríci. V. — HEMIPTERA ARGENTINA : Ensayo de una monografía de los heraíp- teros, heterópteros y homópteros de la República Argentina, por Carlos Berg (Continuación). VI. — ESTUDIO SOBRE LA CORTEZA DEL QUEBRACHO BLANCO. As- pidosperma quebracho (apocyneae), por el Mr. D. Tomás Perón. BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : «Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 1:2 á & de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; k 2" Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. j> JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Viernes de cada semana alas 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Presidente: A gu i rre Ayerza Amoretti Berg Balbin Carvalho Carrillo Coni Cagnoni A. N. Castro Knoblauch Krause Lagos J. M. Pico P. Rapelli Silva A. Salas C. Salvadores Viglione White Zeballos Socio corresponsal Wernicke ASAMBLEA SESIÓN DEL Io DE OCTUBRE DE 1878. Presidencia del Sr. Huergo. Abierta la sesión alas 8 y 15 p. m., con asis- tencia de los señores socios designados al margen, se leyó y aprobó el acta de la anterior, dándose cuenta de las resoluciones de la Junta Directiva en la última quincena. Se dio lectura del balance de la Caja, correspon- diente al mes de Setiembre, presentado por el señor Tesorero. En seguida se entró ala orden del dia, invitando el señor Presidente al señor D. Carlos Salas á ini- ciar la 9a conversación científica, que estaba á su cargo, siguiendo el orden establecido. El Sr. Salas se espresó en los siguientes térmi- nos : DEBERES DEL AGRIMENSOR EN EL EJERCIÓ DE SUS FUNCIONES Señor Presidente, señores socios : Designado por la Comisión Directiva para iniciar la conferencia de boy, no he podido trepidar para la elección del tema sobre que de- be versar. Cuando se ha ejercido durante algunos años una profesión científica ; cuando en ella se ha iniciado el hombre en el aprendizaje 43 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la vida, justo es tributarle un recuerdo ocupándose de ella con pre- ferencia en el seno de una sociedad dedicada al estudio de las cien- cias. La importancia que la agrimensura tiene, es umversalmente reco- nocida, pero la amplitud de los conocimientos que para su ejercicio se requieren, varia según el pais donde es aplicada. El agrimensor entre nosotros no es el arpenteur que existe en Fran- cia, la práctica de la profesión solo exije alli, por lo regular el manejo del sextante y de la plancheta y la razón es obvia en un pais donde la tierra se encuentra subdividida al infinito, donde sus sinuosidades hacen que á cada paso se encuentren límites naturales que sirven de puntos comparativos ó de bases de arranque, existe mas facilidad que cuando es necesario buscar en el estudio de las leyes inmutables, que rigen el movimiento de los astros, bases estables, para la fijeza de las operaciones que se practiquen. El Agrimensor es entre nosotros algo mas que el encargado de me- dir distancias materiales, sus conocimientos lo preparan para ser mas tarde el ingeniero geógrafo, siempre que el plan de estudios que se exije siga el orden de crecimiento que hasta hoy lleva. La descripción que de las mensuras presenta el agrimensor bajo su firma, es decir, la diligencia de mensura y los planos esplicativos acompañados, son reputados instrumentos públicos por ley, y cuando tienen el consenso de los interesados y la aprobación judicial, revis- ten el carácter mas elevado de verdad y son consideradas escrituras públicas. Los estudios profundos que se le exijen en las matemáticas, los co- nocimientos que de la ciencia del derecho se presuponen en ellos y las facultades y obligaciones que por nuestras leyes se le atribuyen, están revelando que la misión á que es destinado el Agrimensor es de serias responsabilidades y de trascendencia indiscutible. Señores, no se necesita mucho esfuerzo de imaginación para per- suadirse de que en el mecanismo del orden social no es posible pres- cindir de ciertas profesiones tendentes á asegurar el dominio en la propiedad territorial, y la agrimensura es una de ellas. El pobre como el rico, el sabio como el ignorante, no pueden dejar de ocurrir al agrimensor, si desean conocer los límites de sus predios rústicos, con el propósito de que sean respetados por los demás y ga- rantidos por la autoridad pública. Diversos pueden ser los propósitos con que las mensuras se practi • quen. Cuando existen dos predios rústicos contiguos puede suceder que la confusión de límites provenga : ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 195 Io De pérdida de los mojones que separaban las propiedades ó de la creencia que tiene uno de los linderos de que el otro se ha apode- rado de parte de su terreno, en tal caso la acción que debe intentarse es la reinvindicatoria y la prueba corresponde entonces al deman- dante. El elemento de prueba mas decisivo de que pueden valerse los in- teresados es la mensura de las propiedades que han dado origen á la cuestión. La misión del Agrimensor en este caso no puede ser mas delicada, las líneas que él trace, si no resuelven definitivamente el litis deben servir al juez de elemento principal para su fallo. Cuando se trate de mensuras con este objeto el agrimensor tiene que hacer un estudio detenido no solo de las mensuras que haya pre- cedido y demás hechos existentes ; sino también del derecho que am- bos litigantes se atribuyen. La aplicación de las leyes que rigen la materia es de todo punto in- dispensable y no seria feliz el resultado que el agrimensor obtendría ignorando las disposiciones del código aplicables al caso. La agrimensura y el derecho están tan íntimamente ligadas, que no es posible ocuparse de la primera de estas ciencias sin recordar las disposiciones del derecho. Esta dualidad muchas veces desaparece y confundidas las dos cien- cias hacen imposible el estudio de una separada de la otra. ¿ Cómo podria el agrimensor llenar debidamente su cometido si no conoce las disposiciones del derecho y solo se guia por los hechos existentes ? Su acción seria en tal caso muy limitada, estrechos los horizontes de su profesión y muy pocas luces que podria llevar al Juez para inducirlo aun fallo acertado. 2o Cuando los predios se encuentran confundidos formando uno so- lo y los dueños desean conocer cual es la verdadera línea, que debe separar sus propiedades, entonces es la acción de deslinde la que debe intentarse. El ejercicio de esta acción no importa desacuerdo ó controversia, entre los linderos, lejos de eso puede y aun debe en ciertos casos ser deducida de conformidad. El juicio que con ocasión de esta acción se promueve, empieza con la mensura y termina con ella. La misión del agrimensor en este caso no es menos delicada, porque el departamento de ingenieros al informar sobre la operación facul- tativa, procede dando por sentado que todo lo que el Agrimensor es- presa en su plano y su diligencia de mensura es verdadero y la rela- ción fiel y exacta de lo que existe sobre el terreno. Si hay desacuerdo, si lo que el Agrimensor asegura no es la espre- 196 ANALES LE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sion verídica de los hechos existentes, el Departamento y el Juez tienen que ser inducidos en error. Entonces la sentencia del Juez in- justa en cuanto á la realidad de los hechos que son la espresion de la mensura, puede dar origen al ejercicio de la acción de reivindicación por parte de los interesados. De aquí, pues, la importancia de que los planos y diligencias de mensuras sean el reflejo de la verdad. Ya sea que la mensura venga con ocasión de la acción de deslinde, ó con motivo de la acción reivindicatoría, la importancia de la exac- titud en las mensuras no puede ser desconocida. II Una ley recientemente dictada permite la próroga de la jurisdic- ción por consentimiento de partes. Esta ley ha venido á salvar una seria dificultad que habia surjido con motivo de la creación de juzgados civiles en la campaña. Antes era necesario, aceptado el cargo por el Agrimensor, ocurrir al Departamento á tomar antecedentes debiendo después los interesa- dos gestionar la api'obacion definitiva ante el juzgado respectivo. Esta tramitación lenta y dispendiosa ha desaparecido ya para per- mitir á los interesados iniciar los juicios de mensura ante los juzga- dos de la capital. Recibidos los autos por el Agrimensor, su primer deber es de- dicarse con ahinco á conocer las mensuras anteriores del terreno que va á medir. Buscar antecedentes, es adquirir elementos, que le han de revelar el procedimiento que debe observar, es buscar el origen de las pri- mitivas ubicaciones, es hacerse cargo*de la colocación que debe dar al terreno. Un estudio detenido de las transformaciones que el título ha sufrido en las ubicaciones de que ha sido objeto, y también las de los terre- nos linderos, determina casi decisivamente el éxito de la operación que debe practicarse, por eso nunca será demás toda precaución que se tome en adquisición de antecedentes. Si no recibe del Departa- mento indicaciones á que deba sujetarse, son los conocimientos que por sí mismo haya obtenido los que deben determinar sus procedi- mientos. Pero no basta esto para proceder bien, otro estudio serio tiene que hacerse, es el de los títulos que acreditan el dominio; el Código lo ha dicho: « la acción de deslinde corresponde solo á los que tengan dere- chos reales sobre el terreno». El Agrimensor debe imponerse de esto para no incurrir en errores injustificables, un título que no atribuya ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 197 derechos reales no puede dar origen al juicio de mensura y si se pre- sentase con ese objeto, debe ser desechado. El título debe hacer conocer los linderos, y la adquisición de este dato, importa para el Agrimensor indicaciones del mayor mérito ; pues solo así podrá internarse en el estudio de las mensuras antiguas, solo así podrá adquirir antecedentes que le marquen el camino que debe seguir. Cuando la mensura tiene por objeto recorrer límites ya trazados, subdivisión de terrenos ú otra operación gráfica que pueda llamarse interna, los deberes del Agrimensor respecto de los linderos son bien sencillos, basta con que los cite oportunamente dándoles aviso ; pero la cuestión varia de especie cuando se trata de terrenos contiguos que no han sido deslindados antes ó en que por la acción del tiempo ú por otras circunstancias han desaparecido los mojones ú objetos que les servirán de deslinde ; entonces el Agrimensor no puede dar paso alguno en el sentido de practicar la mensura, sin que haya habido acuerdo previo entre los colindantes. Es esta una disposición ineludible del Código Civil, cuya falta de cumplimiento vicia de nulidad todo el procedimiento seguido. Este acuerdo debe tener una forma especial : la de escritura públi- ca para que dé su autenticidad, quede constancia en todo tiempo. Tal innovación del Código tiene una esplicacion muy satisfactoria; con esta disposición, el legislador se ha propuesto no solo obtener garantías para los propietarios de predios rústicos, sino también fa- cilitar el ejercicio de sus derechos, evitando á la vez pleitos inútiles y dispendiosos. Así, si fuese permitido al dueño de un terreno confundido con otro, practicar mensura sin acuerdo previo respecto de la forma de las fracciones, ó de los rumbos de las líneas, con mucha frecuencia se verian unos interesados perjudicados con la ubicación adoptada por otros. ¿ Qué resultaría entonces ? Un litijio justificable para el que lo deducía. Cuando lejos de procederse asi se les exije previamente adoptar un acuerdo sobre la forma de los terrenos y dirección para las lí- neas, se hace entonces imposible la existencia de esos litijios y la operación se facilita extraordinariamente para el Agrimensor. El artículo que esto dispone tomó esa disposición del Código fran- cés y ella tiene que dar muy buenos resultados en la práctica. Por otra parte hay lójica en aceptarlo porque está en concordan- cia con lo prescripto equitativamente por el Código mismo : que los gastos que el mejoramiento de las líneas ocasione ó el trazado de ellas si antes no existían, sea de cuenta de todos los beneficiados. No se comprendería, pues, que aquel que tiene obligación de sa- tisfacer parte de la mensura, proporcionalmente á los beneficios que reporta, no tenga derecho de intervenir en la designación del Agri- 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mensor que debe ejecutar la operación, y dejaría de tener interven- ción, si cualquiera de los interesados tuviese derecho á pedir por su sola cuenta la mensura de su terreno, con prcscindencia de los otros cuyos terrenos están confundidos con el suyo. La disposición que exije el acuerdo previo no es una formalidad caprichosa ó lanzada al acaso, sino una medida conveniente y que hasta podria ser considerada de orden público. La citación es una formalidad imprescindible, pues, es el aviso que se trasmite á los linderos por el encargado de practicar la mensura. Desde que esta puede herir derechos de los colindantes, justo es que estos puedan concurrir á cerciorarse de lo que se va á hacer. Está en las conveniencias de los interesados., del Agrimensor y de los lin- deros mismos, en que esto sea ejecutado guardando todas las precau- ciones consideradas como necesarias por las instrucciones. La citación debe hacerse por el Agrimensor mismo á quien se atri- buye esta facultad, confiada antes á los jueces. Por muchas que sean las dificultades que se toquen en la práctica para llenar esta formali- dad, la verdad es que al dejar su ejecución al Agrimensor, no puede haberse tenido en vista otra cosa que obtener un exacto cumplimien- to de ella. Un descuido cualquiera trae con frecuencia perjuicios de la mayor consideración á los interesados. Una omisión, una citación mal hecha, puede dar origen á un litis interminable y de ello tenemos ejemplos todos los dias. Si bien es cierto que por las instrucciones se considera terminada la misión del Agrimensor cuando la aprobación facultativa se ha pronunciado por el Departamento, el Agrimensor no habría llenado debidamente su cometido, si tras esa aprobación que le daba derecho á percibir su honorario dejase pendiente cuestiones á las que su ignorancia ó su desidia hubiesen dado origen. Parecería inútil recordar que el Agrimensor debe practicar por sí mismo las operaciones que se le encomienden, pero abusos que en la práctica se cometen exigen que nos detengamos un instante sobre este punto. Cuando se recibe un nombramiento de esta clase, el interesado tiene en vista las condiciones de la persona que designa, libra á su buena fé, á su pericia y á su inteligencia sus intereses y no es corresponder á esta confianza encargar á un tercero aquello que se encomendó á él mismo. Por otra parte, un perito que se limita á refrendar con su firma lo que otro ha hecho, sin haberlo verificado por sí mismo, se espone á que un descuido, un acto impremeditado de aquel, le arrebate una reputación justamente conquistada. Procedimiento semejante debiera ser pasible de una pena severa ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 199 7 sobre todo se nota un vacio en las instrucciones que rigen á los Agrimensores. III La diligencia de mensura y los planos que el Agrimensor pre- sente, deben ser la espresion fiel de la operación ejecutada. Los abusos que en esto se cometieren pueden tener conse- cuencias fatales, que no es dado imaginar hasta donde puedan llegar. La ruina y las desgracias de muchas familias se deben á falta de verdad en los datos que algunos Agrimensores presentan. Cuando un Agrimensor, que es un funcionario público, se le nombra para practicar una mensura, .el que lo designa, sostiene como á la verdad misma, cuanto aquel espresa y acude á los Tri- bunales para sostenerla. Nuevas mensuras se practican, nuevas pruebas se acumulan y cuando el fallo de la justicia le condena, recien comprende el triste rol que ha desempeñado, sosteniendo con buena fé una mensura que carecia de fidelidad en sus datos. Dada la organización de nuestros Tribunales, la misión del Agrimensor es importantísima, porque en definitiva los Jueces que han de resolver los pleitos sobre menaura muy raras veces po- seen los conocimientos necesarios para apreciar debidamente el proceder facultativo. Se dirá que el Departamento puede ilustrarle, observación que si bien es de algún peso, no resuelve satisfactoriamente la difi- cultad, porque el Agrimensor es el actor y el testigo, en cuya palabra debe tenerse fé, es funcionario público que ha palpado por sí mismo los hechos, y que ha procedido según la ciencia le ha aconsejado. Consecuencia de esto es, á nuestro juicio, que la diligencia de mensura á mas de la relación verídica de lo que se ha hecho debe ser acompañada de esplicaciones claras y de apreciaciones que sin ser avanzadas demuestren que el Agrimensor se ha preocupado debidamente. Esplicaciones así basadas pueden servir para formar la con- ciencia de los interesados y facilitar al Juez el esclarecimiento de la verdad. IV En el ejercicio de la profesión del Agrimensor, fuera de los conocimientos científicos, entra por mucho para el buen éxito, la observación y la perspicacia. 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La averiguación de los límites antiguos debe ser objeto de un estudio preferente. Por las leyes de Partida se establecía: que los límites anti- guos debían ser respetados, y el Código repite hoy lo mismo, disponiendo que en primer término se busquen los vestijios an- tiguos. Tres fuentes hay para encontrarlos: los títulos de propiedad, los antecedentes y los reconocimientos, que sobre el terreno mis- mo practique el Agrimensor, guiado por las declaraciones de ve- cinos. Si tales vestijios no existiesen debe acudirse á la posesión, según el mismo Código lo establece. Las observaciones que so- bre ella se presenten en la diligencia de mensura, servirán como base para ser ampliadas en la prueba que mas tarde se pro- duzca. La posesión dá origen á la prescripción y esta ha sido llamada por los antiguos, patrono, del género humano, á causa de los servi- cios que hace á la sociedad, manteniendo la paz y la tranquilidad entre l(Ts hombres y cortando el número de los pleitos. Si no existe vestigios antiguos y el origen de la posesión no es conocido, la mensura debe ser practicada según las reglas generales, debiendo el Agrimensor fundar en la esposicion escrita las razones del procedimiento seguido, y dejando al Juez la apreciación impar- cial, pues, es él quien debe en definitiva resolver de la bondad de la operación. V Hemos reconocido la importancia que la profesión tiene, las gra- ves responsabilidades á que está sujeto el Agrimensor en su delicada misión y si hemos señalado algunos de sus deberes, justo es no terminar esta conferencia, sin criticar severamente prácticas estable- cidas, que sin consultar los principios de la equidad, sino las conve- niencias de una parcialidad chocante, tienden forzosay necesariamen- te á desconocer derechos de que el Agrimensor está investido, por el hecho de haber obtenido un diploma que lo acredita en ese carác- te y haber ejercido honradamente su profesión. No siempre los propietarios están de acuerdo sobre la persona del Agrimensor que debe deslindar sus propiedades y cuando esta diver- jencia ocurre, la ley pone en manos del Juez, ó Tribunal, en su caso, la facultad de designarlo. Otras veces los Jueces para proveer con mayor acierto ordenan la ejecución de mensuras de los terrenos litigados, en ejercicio de un derecho que la ley misma les reconoce. ¿ Qué regla observan los Jueces para hacer estos nombramientos ? ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 201 — Absolutamente ninguna. — Fundados en que la ley no limita sus facultades, proceden arbitrariamente, olvidando: que todos los Agri- mensores tienen iguales derechos ; que hacer recaer sobre un número limitado estos favores, importa arrebatar á los demás ese derecho. Los nombramientos de oficio son de mucho interés, pues, revisten al favorecido de toda la confianza que un Juez ó Tribunal deposita en él. Esta desigualdad irritante se ha practicado siempre y se practica . ' en nuestros Tribunales, y procediendo en justicia debe desaparecer, para ser reemplazada por una equitativa distribución que beneficie á todos. Esto puede ser reglamentado, teniendo en cuenta circunstancias de que no debe prescindirse. Igual observación podemos hacer respecto al procedimiento que usan los gobiernos. Los beneficios que tales nombramientos traen, no deben ser patri- monio de unos pocos. — Los Gobiernos administran intereses déla comunidad y deben hacer estensivas al mayor número posible las ventajas que un trabajo lucrativo y honroso proporcionan. Seria satisfactorio ver que esta Sociedad en prosecución de sus fines, revindicase para los agrimensores estos derechos, que una práctica viciosa les arrebata. Señores: comprendo que en el trabajo presentado están apenas di- señadas multitud de cuestiones á cual mas interesantes, y que él no ofrece ni siquiera el desarrollo que ba de recibir cuando adopten el mismo asunto otros de mis colegas mas competentes por sus luces y talento y con mas tiempo libre que el que yo dispongo — pero no miréis en él sino una manifestación de la buena voluntad que me anima hacia esta Sociedad, llamada á llenar grandes destinos. El Sr. Salvadores apoyó las observaciones del conferenciante, acerca de las irregularidades que se notan actualmente en los nom- bramientos de oficio para ejecutar mensuras judiciales. Hizo la historia de un caso de mensura ejecutada por él para demostrar la inconveniencia de la prescripción. El Sr. Salas, dijo que en la necesidad de dar término á las cues- tiones entre linderos, era en muchos casos la prescripción una medida salvadora. El Sr. Balbin, dijo que en el ejercicio de la profesión del agrimen- sor, la única disposición que existe era la del art del Código Rural (que leyó) y que estando equivocada, pues establece como distancia mínima, en vez de máxima, la de diez cuadras para la separación de los mojones, nadie la cumplía. 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Que las mensuras adolecen todas de error, pues, la suma de todos los ángulos no es igual al múltiplo de dos rectos. Que era necesario establecer uniformidad en los métodos á seguir- se en la práctica de mensuras, pues, aplicando el método de los rectángulos envolventes, por ejemplo, se obtenian resultados dife- rentes que por el método de los mínimos cuadrados, y esto, aún cuando no hubiera cometidose error en los cálculos. El Sr. Salas, dijo que la práctica liabia establecido la distancia máxima de diez cuadras para la separación de los mojones ; que el error á que se referia el Sr. Balbin, seria error de imprenta : que aunque no existia disposición alguna que estableciera el método á emplearse lo que se tenia en cuenta era el resultado : la ubicación exacta. El Sr. Balbin, dijo que su idea era patentizar la necesidad de la adopción de un método único, para evitar cuestiones y errores. No haciéndose uso de la palabra, el Sr. Presidente dio por termi- nada la conversación é invitó al Sr. D. Eduardo Aguirre á dar lec- tura del informe que le habia sido encomendado, sobre la fábrica de cales de los señores Cerrano y O, que la Sociedad visitó en el mes de Setiembre pasado. El Sr. Aguirre, dio lectura del informe, presentando, al termi- nar, un plano del horno parala cocción de las cales, de un sistema perteneciente á los propietarios de este establecimiento. En seguida se entró á considerar el proyecto para la celebración de un Congreso Científico Internacional Sud- Americano. El Sr. Knoblauch, dijo que debiera cambiarse el nombre al Con- greso, llamándole Antropológico, en vez de Científico, pues solo se ocuparia de una cuestión de antropología. El Sr. Lagos J. M., dijo que no debia escluirse á las demás ciencias; que la dificultad notada primeramente fué la falta de personas com- petentes que concurrieran ; que restringiendo el tema ésta seria aún mayor. El Sr. Z chullos, dijo que siendo éste el primer Congreso Científico que se celebraría en la América del Sud, habia creido deber empe- zar ocupándose del hombre, pero que esto no importaba que otras secciones trataran cuestiones de las otras ciencias. Después de un cambio de ideas quedó sancionado el proyecto, en la siguiente forma : Art. Io. — La Sociedad Científica Argentina, organizará un Congreso Científico Internacional Sud- Americano de Antropología y Arqueología, en celebración del tercer centenario de la fundación de la ciudad de Buenos Aires . Art. 2o. — Se nombrará una Comisión que á la brevedad posible redacte el Reglamento del Congreso. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1878 203 Art. 3o. — La Junta Directiva buscará la cooperación de los Pode- res Públicos y se pondrá de acuerdo con los organizadores de la Ex- posición proyectada para la misma fecha, con el objeto de relacionar la celebración de ambos actos. El Sr. Zeballos, dijo que habia recibido una carta del Sr. W. R. Gerard, Secretario de la Sociedad de Historia Natural de Pough- keepsie, en Nueva- York, solicitando el cange de sus publicaciones con las de la Sociedad Científica. Pasó el asunto á la Comisión redactora de los Anales. La Asamblea resolvió autorizar á la Junta Directiva para la reso- lución de la propuesta de la Sociedad Rural Argentina, ofreciendo una parte de la casa que ocupa para local de la Sociedad. Se levantó la sesión á las 10 y 30 m. p. m. Luis A. Huergo Presidente. Félix Amoretti Secretario. ESCALAS Al Señor Presidente de la Sociedad Científica Argentina, D. Gui- llermo White. Estimulado por la acojida favorable que ha merecido un trabajo mió, que envié á la Sociedad en Junio del año pasado, me he decidido á mandar este otro, que, aunque de escaso mérito, ha obtenido la aprobación de varios amigos. El trabajo que acompaño consta de dos planos : una escala para reducir varas á metros, y otra para hallar la longitud de la circunfe- rencia de círculo, cuando se conoce el diámetro. Las dos escalas pue- den resolver el problema recíproco, es decir : la primera puede servir para reducir metros á varas y la segunda para hallar el diámetro, cuando se conoce la circunferencia. Para comprender el modo de usar estas escalas, me refiero al ejemplo que pongo en la de reducir varas á metros. Aunque bastaría un examen detenido de estas escalas, para com- prender como han sido construidas ; creo sin embargo deber esplicar la manera de su construcción, para que se vea que ella no es tan laboriosa, como puede parecer á primera vista. Si se imagina en el centro de una tira de papel de 10 metros de largo y un centímetro de ancho, una línea dividida por la parte supe- rior en milímetros ; se conviene que cada una de estas partes repre- sente un centímetro ; después se divide por la parte inferior en partes iguales y que cada una sea de longitud igual á 866 milésimos de milímetros, cada parte representará un centesimo de vara; en seguida que se divida la tira de papel en 25 fracciones, cada una de la longi- tud de 40 centímetros; después se las coloquen unas abajo de las otras y por último que se les ponga la numeración conveniente, se habría construido así la escala de reducir varas á metros que tengo la satisfacción de acompañar al Sr. Presidente. El método anterior, aunque de muy difícil ejecución, hace com- prender fácilmente la construcción que voy á esplicar en seguida. ESCALAS 205 MANERA DE CONSTRUIR UNA ESCALA. Si se quiere construir una escala en el rectángulo «, f, P, R, se di- vide la línea a, fea. cierto número L. de partes iguales y la línea a, P en centímetros, por ejemplo, por los puntos a, f, /¿', k', etc.; se tra- zan rectas horizontales como f, /;, /;', k, etc., por los puntos de divi- sión de la línea «, f; se trazan líneas paralelas á es, P y á /"R, se ha- brán formado así las divisiones superiores de las líneas horizontales. Para trazar las divisiones inferiores, supongamos que sea m el nú- mero de milímetros que corresponde á la longitud d, e = e, j, etc.; se transportará esta longitud d, e, cierto número de veces desde d hasta g; supongamos que este número de veces sea M, y sea L, el número de veces que la longitud a, b, igual á l, milímetros existe en el trecho a, f, se tiene entonces : fg = dg — (?/"= Míw — L.Z = A tf=af— dt=Ll — (M — l)m = A' además fg = fg = A M=2.fg = 2A kn = 3.fg = 3A Por último, si h es el número de líneas horizontales se tiene: (1) R,x = h. A = U llamando U á la longitud R,x y P,Q = (7i-l).A Si se llama A' la longitud f,t se tiene : (2) R,U = h. A' = U' llamando U' á la longitud R,U Se puede hacer el trazado de las divisiones inferiores, de las líneas horizontales, tirando paralelas á gx, por los puntos d, e, j, etc. ó tra- zando paralelas á f, U por los mismos puntos. En general se utili- zará aquella que sea menos oblicua. Sostituyendo en las fórmulas (1) y (2) el valor de A y A' se tiene : (1') U = [M.«t — L.l].h (2') U' = [Ll — (M— l).m].h La numeración no presenta ninguna dificultad, pero puede facili- tarse mucho y además se puede estar seguro de no equivocarse, tra- zando líneas oblicuas, que con sus intersecciones con las horizontales ó entre sí, determinarán las posiciones que deben tener los números. De estas líneas, que sirven para facilitar la numeración, pueden verse algunas en las dos escalas que adjunto. 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Apliquemos la fórmula (1') al caso de la escala de reducir varas á metros. Allí se tiene : l, ■== 1, L — 400, m = 0,866, M = 462, y h — 25 U = [ 400.092 — 400] 25 = 2«™3 Luego la longitud U es 2 milímetros y 3 décimos. Pensé construir una escala, para hallar el interés que corresponde á un capital cualquiera, en un dia, al 4 por ciento anual, y otra para el interés de 6 por ciento ; pero como no me he decidido á hacerlas, daré los cálculos del caso, para que si alguien quisiera ejecutarlas, tengafya algo adelantado. CÁLCULOS DE UNA ESCALA PARA INTERESES DEL 4 % ANUAL EN UN PAPEL DE 48 CENTÍMETROS POR 38. El tamaño del rectángulo «, f, PR seria de 40 centímetros por 30. El intervalo a, P se puede dividir en 30 partes y el a, f, en 400 ; luego : a, h = l = 1 milímetro L = 400 Supongo que la longitud l represente 10 $ ; entonces la longitud a, f representará 4.000$. Veamos que intereses corresponden á 4.000$ en un dia. Tenemos: $ $ $ $ loo : 4 : : 4.000 : x = leo 160$ es el interés de 4.000 en un año. Además: días $ a¡a $ 360 : 160 : : i : x = 4/9 = 0,4444 4/9 de un peso es el interés de 4.000 $ en un dia. Ahora se vé que debe dividirse el intervalo a, g en 445 partes igua- les, es decir: M = 445 Para calcular la longitud m tengo esta proporción : partes niilim. parte mm 444,44 = -4°°° : 400 : : 1 : x = 0.9 = m Será d,g — 445 X 0,9 = 400,5 milímetros A == Mm — LZ = 0,5 de milímetro U = A. h = 15 milímetros RESULTADOS l = 1 milímetro. M = 445 partes. L == 400 partes. A == 0,5 de milímetro. m =. 0,9 de milímetro. U = 15 milímetros. ESCALAS 207 Para hacer la numeración, se tendrá en cuenta que l representa 10$ ; luego hay que poner el número 10 en b, 20 en c, etc, 4000 en /', 8000 en h, y por último 120,000 en R. La longitud el, e = m representa un milésimo de peso ; entonces en g habria que poner 445 milésimos. Con esta escala se tendría el interés correspondiente á un dia de cualquier cantidad de dinero, menor que 120,000 $. Si se quisiera el interés en cierto número de dias, habria que multiplicar el valor que dá la escala por el número de dias CALCÓLOS DE UNA ESCALA PARA INTERESES DEL 6 % ANUAL. Tamaño del papel 48 centímetros por 38. » de la Escala 40 centímetros por 30. I = 1 milímetro. L = 400 partes. Supongo que l represente 50$, entonces en el punto /"tendré que poner 20.000$. Calculemos entonces el interés de 20,000 $ en un dia. Para esto tengo : loo : 6 : : 20,000 : x = 1200 1200 % es el interés de 20,000 $ en un año. Para hallar lo que corresponde al dia tengo : dias $ dia $ 360 : 1200 : : i : x =& = 3,333 3, $ 333 es el interés de 20,000 $ en un dia. Debemos en este caso dividir el intervalo d, g en 334 partes iguales, luego : M = 334 partes. Para calcular la longitud de una de estas partes tengo : parles milím. parte 333.33. . . . = 10300 : 400 : : 1 : x = 1,2 milímetros. Pero : A =m.M — L.Z = 0.8 de milímetro. k'=a,f— f«,í = 400 — 333 X 1,2=0,4 de milímetro. U' = /i. A' = 12 milímetros =UR ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA RESULTADOS : l = 1 milímetro. h = 30 L = 400 partes. U = 24 milímetros. m = 1,2 milímetros. A' = 0,4 de milímetro. M = 334 partes. U' = 12 milímetros. A = 0,8 de milímetro. a, f,P,R = 40 por 30. En este caso conviene trazar paralelas á í, U, para hacer las divi- siones inferiores de las líneas horizontales. Para poner la numeración, observo que en f tengo que poner 20,000 S, en h 40,000, y por último en R tengo que poner G00,000$. La longitud d, e= m representa un centavo de peso. Con esta escala se puede hallar el interés correspondiente á un dia, de cualquier cantidad de dinera menor que 600,000$. Es evidente que pueden construirse escalas análogas para dife- rentes usos. Saluda al Señor Presidente con la mayor consideración. Buenos Aires, Enero de 1878. Pastor del Valle. a. I b c. f f >elzi ~\ A Á., 71 I 11_J ^J -L r — ?\ — t i -V 7T 1 X _L¿ L¡ L — T 1-3 ' — — r -I ^-i ^-i r^ — r^ ^ — r "* r r v r p l K- ' i. V ',< ! \ _l , L ■^í — — \ r i . i -J 1 _L L ~ r 1 x ■ V ~r^ r O. "T r i \ V i? C INFORME SOBRE LA FÁBRICA DE CALES DE LOS SEÑORES CERRANO Y O Señor Presidente de la « Sociedad Científica Argentina » . El desarrollo de toda población depende en gran parte de los mate- riales de construcción de que puede disponer, y así se observa que las grandes ciudades casi siempre se han formado precisamente donde estos materiales son abundantes y de buena calidad; París, por ejem- plo, en las cercanías de las canteras de yeso y de calcáreo. Toda mejora introducida en la preparación de estos materiales, influye no solo en el progreso de la sociedad sino también en su esta- bilidad. En el informe sobre los trabajos de Vicat, decia Arago: «Las calidades de las cales deciden la duración de las construcciones y su manera de efectuarse. En los parages en que la cal es abundante y de buena calidad, los edificios duran siglos, sin exigir ninguna repa- ración, y pueden construirse habitaciones sanas y cómodas aun por los habitantes mas pobres, i En los tiempos antiguos, Plinio daba también la mayor importancia para las construcciones particulares y públicas á las calidades de los morteros empleados, y recomendaba aun mayor cuidado en su elección, porque en su época ya se habían derrumbado algunos edificios en Roma, á pesar de los conocimien- tos profundos que tenían los romanos sobre la preparación de los morteros. Por estas consideraciones generales puede comprenderse la impor- tancia de la fábrica que ha merecido ser visitada por la Sociedad Científica, porque ella elabora en gran cantidad un material indis- pensable para la edificación, y este producto es vendido á precios bajos, relativamente á su buena calidad. En épocas anteriores todas las cales que se empleaban en Buenos Aires, eran quemadas en hornos intermitentes de los sistemas mas antiguos en los lugares mismos en que se estraia la piedra: en el Paraná, en Córdoba, etc. Esta cal era trasportada así ó apagada, sin ningún acondicionamiento y en buques de vela hasta esta ciudad, donde se depositaba y se entregaba al consumo. Pasaba pues un 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tiempo de unoá dos meses por lo menos, desde la cocción del calcáreo hasta su empleo, y en este período la cal habia estado espuesta al aire y habia sido removida varias veces en las operaciones de carga y de descarga, de modo que puede calcularse que si habia sido apagada con gran cantidad de agua, como generalmente se hacia, al ser em- pleada no contenia al estado de hidrato, es decir, de materia útil mas que una parte de su masa, habiéndose carbonatado el resto, que en ciertos casos pasaria de la mitad. Si el trasporte se efectuaba sin apagarla, los resultados eran mejores, porque durante el tiempo que permanecía sin empleo, la cal viva solo se habia apagado espontanea- mente, carbonatándose en muy pequeña proporción. Pero este tras- porte daba lugar á muchos inconvenientes en los buques y solo se usaba para algunas cales especiales. Si á este defecto de la cal apagada que se usaba, agregamos los de la arena estraida del rio frente á la ciudad, compuesta de granos cuarzosos muy pequeños, mezclados con gran cantidad de materias terreas ; comprenderemos la poca resistencia y duración de los edifi- cios construidos con el mortero formado con estos elementos de tan mala calidad. Es por estas razones que el público inteligente ha acojido favorable- mente las cales elaboradas en la Ciudad misma, primeramente por el Sr. Wellsh y después por los Sres. Cerrauo y Ca. Estas cales se es- penden inmediatamente después de ser cocidas, cuando aun no han absorbido ninguna agua de la atmósfera y que permanecen al estado compacto, sabiendo así el constructor la cantidad precisa de cal que emplea. Puede también apagarse en el establecimiento ; pero enton- ces debe usarse sin pérdida de tiempo, porque empieza á carbonatarse. Para dar á conocer la fábrica visitada describiré primero el horno en que se efectúa la cocción, para mencionar después los productos elaborados y los materiales que emplea. Deben distinguirse dos tipos generales entre los hornos continuos empleados en la cocción de los calcáreos : verticales y horizontales ó anulares. A los primeros pertenecen los hornos que se cargan por la parte superior con capas alternadas de calcáreo y combustible y que se descargan contemporáneamente por la parte inferior. El inconve- niente principal de ellos es la formación por las cenizas del conbus- tible de una gran cantidad de granza y también la imperfección con que se opera la cocción, que deja siempre fragmentos no descompues- tos muy difíciles de separar del material bueno. Para obviar el pri- mero de estos inconvenientes se han construido hornos continuos verticales del sitema Simonneau que tienen cuatro hogares laterales colocados á tres metros sobre el suelo, de manera que los productos de la combustión atraviesan todo el horno, y el calcáreo que se INFORME SOBRE LA FÁBRICA DE CALES 2H deposita continuamente por arriba desciende y se descompone sin tocar las cenizas del combustible, extrayéndose la cal por la parte inferior. Estos hornos verticales continuos constituyen una mejora impor- tante sobre los hornos intermitentes, no solo por la cantidad de ma- terial que elaboran, sino también por el ahorro en el combustible. ' Puede decirse que son un estado intermedio entre los hornos intermi- tentes y los anulares. La idea de construir estos puede encontrarse ya en un estado em- brionario, en los ensayos infructuosos que hizo Vicat con los hor- nos de tres compartimentos que debian calentarse sucesivamente, aprovechándose así el calor perdido durante la calefacción de uno en secar y elevar la temperatura del siguiente. Con esta misma ten- dencia Goreham construyó su horno anular en que el hogar resbalaba sobre rieles y se aplicaba sucesivamente á todos los puntos del perí- metro del horno circular, estableciéndose divisiones en este por tabiques movibles á voluntad. Este horno se aplicó principalmente á la cocción del cimento artificial en Inglaterra. El horno de Barbier, para la cocción de ladrillos, tejas y cales, tiene el mismo plan fundamental, aunque difiere bastante en los detalles. El progreso mas importante en los hornos horizontales ha sido la construcción de los hornos de Hoffman y Licht, que aunque inventados especialmente para la cocción de ladrillos, se aplicaron con ventaja por los mismos inventores y posteriormente por otros á la cocción de tejas, calcáreos y aun á otras fabricaciones que necesitan una tempe- ratura mas elevada. Lipowitz en su Tiritado alemán de la fabricación de cimentos , señala un horno Hoffman construido por él para la cocción de cimentos; hecho que está mencionado también por Hofmann en su Informe sobre el desarrollo de la Industria química durante el último decenio, Leipzig, 1875. La construcción de estos hornos se desarrolló rápidamente y en 1872 habia construidos mas de 200 en Alemania, á pesar de haberse in- ventado poco antes de la Exposición de 1867, en que figuraron. Estos hornos se componen esencialmente de una galería circular ó elíptica, cuya sección es en general análoga á la de un bóveda de ca- ñón, que está provista de aberturas al exterior para colocar los hoga- res y para cargar y descargar el material. En esta galería se puede co- locar un diafragma en el punto que se desee introduciéndolo por una hendidura existente en la bóveda. Los diferentes puntos de esta co- munican con un caño colector que desemboca en una chimenea cen- tral, por medio de caños provistos de válvulas. Se ha modificado mucho los detalles de esta construcción y últimamente se han cons- 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA truido hornos sin chimenea, haciendo salir los productos de la com- bustión por una de las aberturas exteriores. A este grupo de hornos derivados del primitivo de Hoffnian perte- nece el del Sr. Cerrano que funciona con tan buen éxito en la fábrica de que trato. El colector de este horno es una pequeña galería recta de lm70 de baseporlm60dealturay del7m50de largo, colocada á2m sobre el suelo. En su centro se levanta la chimenea de 35™ de altura. Una galería anular de 3m25 de base y 2m10 de altura en la llave constituye el ver- dadero horno y rodea al colector, constando así de dos trechos recti- líneos á los lados del colector y de dos curvos en las extremidades de este, que reúnen los dos anteriores. Los tubos de comunicación entre el horno y el colector son de 0m60 de diámetro y están provistos de una válvula cónica que se mueve desde el techo por medio de un vastago. La galería tiene 14 hendiduras que permiten colocar una plancha de palastro que establece así un tabique en el horno. A un lado de estas hendiduras y siempre en un mismo sentido, se encuentran las bocas de los canos que conducen al colector. Cada .compartimento tiene dos aberturas al esterior de 0in00 de base por lm6 de alto; su capacidad es de 22m-c- La manera de funcionar el horno es la siguiente : En un momento dado se encuentran cerradas todas las aberturas exteriores con una pared muy delgada de ladrillo que solo deja una pequeña puerta pa- ra introducir el combustible, con escepcion de dos contiguas que sir- ven : una para la carga y otra para la descarga. En la parte opuesta se encuentran 6 aberturas (á veces 5 ó 7) sirviendo como hogares y produciendo una temperatura del rojo vivo suficiente para descompo- ner el calcáreo. El diafragma se encuentra colocado en este momento en la última hendidura detrás de la cual se está cargando el material y el único abierto de los tubos que comunican con el colector es el que está contiguo al diafragma del lado en que se opera la cocción. El aire penetra así por las aberturas en que se carga y descarga, recorre por la parte superior todo el calcáreo ya quemado que aun per- manece caliente, llega á las bocas en actividad para ayudar la combus- tión y la descomposición del calcáreo y sigue por el material aun no co- cido hasta el diafragma donde pasa al colector por la válvula abierta. De esta manera todo el aire dá una vuelta completa desde su entrada hasta su salida y aprovecha el calor que abandona el calcáreo cocido al enfriarse para trasportarlo sobre el que aun permanece sin cocer. Este movimiento del aire se hace principalmente por la parte supe- perior de la bóveda en la parte del horno en que el material ha sufrí, do la cocción, porque durante esta operación disminuye de volumen y cargándose hasta 6 centímetros de la llave, solo alcanza después á 50 ó 40 centímetros. INFORME SOBRE LA FÁDR1CA DE CALES 213 Durante la carga se deja frente á cada puerta un espacio libre para que pueda quemar el combustible y se coloca una reja sobre una pe- queña zanja que sirve de cenicero. Como el tiro de la chimenea y por lo tanto la corriente de aire que circula por el horno podria ser excesivo en ciertas condiciones de temperatura y presión atmosféricas, y entonces se producida un en- friamiento en la masa en cocción, es necesario regular el tiro introdu- ciendo en el colector una cantidad variable de aire frió que se toma de la atmósfera por un caño con válvula colocado sobre el techo. Esta disposición es indispensable, porque la práctica ha demostrado que un calcáreo enfriado durante la cocción es muy difícil de descom- poner después de una manera completa. Cada 12 horas se apaga el hogar colocado en el extremo del calcá- reo descompuesto y se enciende uno nuevo en el extremo opuesto, de manera que cada 24 horas se adelanta uno de los 14 compartimentos del horno. Los diafragmas sonde palastros y constan de tres láminas reunidas para levantarse con mas facilidad, cuando se adelanta una división, habiéndose colocado previamente otro diafragma en la hendidura si- guiente al concluir de cargar el calcáreo. Las hendiduras se tapan con ladrillos y con arena para no permitir la salida del aire. Debe mencionarse también los pequeños agujeros que existen en la bóve- da y en las paredes y que sirven para apreciar la temperatura por el color del interior del horno. Según los estudios de Gay-Lussac se sabe que la temperatura de descomposición del calcáreo desciende mucho, bastando solo el rojo sombrío, cuando se hace actuar una corriente de aire ó mejor aun de vapor de agua. Estas condiciones se realizan en diferentes hor- nos mojando el calcáreo y en el del Sr. Cerrano de dos modos: por la corriente de aire que siempre circula y también por el vapor de agua que produce el combustible que se moja antes de echarlo al hogar. El tiempo que se necesita para la cocción del calcáreo, depende de su estado de agregación y de su composición química. Asi el calcá- reo del Paraná se descompone en 60 horas, empleándose entonces 5 hogares solamente, el de Maldonado y el del Queguay necesitan 72 horas y se encienden G hogares y el de Córdoba 76 horas con 7 hoga- res. Este es el tiempo en que el calcáreo permanece á la temperatura mas elevada del horno, pero para llegar á ella pasa por todos los grados inferiores calentado por los productos de la combustión y pol- la radiación. La cantidad de Ulla ó Coke que se gasta es variable según la cali- dad de los calcáreos y está comprendida entre 7 "/„ del peso del calcá- reo que necesita el del Paraná y 9 '/s % el de Córdoba, cantidades 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA muy pequeñas con relación á la que se emplea en los hornos vertica- les continuos que es 20 % Por término medio. El horno está construido para adelantar una división con una capa- cidad de 22m'c- por dia y dar así un producto medio de 15 toneladas de cal viva; pero esta cantidad puede ser aumentada encendiendo mayor número de hogares al mismo tiempo. Los calcáreos que se cocen actualmente son de las siguientes pro- cedencias: Malagueña á 5 leguas al S. O. de Córdoba, Paraná, <¿ue- guay (República Oriental), Sierra Baya, cerca del pueblo del Azul y Maldonado (R. O.), habiéndose fabricado alguna cantidad con el cal- cáreo del Cerro de San Juan, cerca de la Colonia. Los análisis quí- micos de todos estos calcáreos, han sido practicados por nuestro distinguido consocio el Sr. Kyle. El calcáreo de Malagueña es un mármol sacaroide, con individuos laminares muy grandes cimentados por granos pequeños, de color blanco rosado, producido por una pequeña cantidad de óxido de hierro que penetra en toda la masa del mineral colocándose entre los individuos cristalinos mas pequeños. Se encuentran además algunos nodulos grandes de calcedonia y cuarzo común teniendo algunos frag- mentos gran cantidad de ofita, y cristales pequeños de granate, fel- despato, wollastonita ('), y otros que aparecen en las preparaciones microscópicas. Los análisis dan los siguientes resultados en cuatro muestras dife- rentes: i Carbonato calcico 98.30 Carbonato magnésico. . 0.82 Oxido de hierro 0.15 Sílice 0.30 Agua 0.43 Este es el calácreo que emplean de preferencia los señores Cercano y Ca para obtener una cal muy gorda y blanca que con suficiente cantidad de agua da una papilla untuosa al tacto. Su aceptación por los constructores ha sido sin embargo algo difícil por el mal nombre de la cal de Córdoba, extraída de «La Calera» donde su calidad es muy inferior al de Malagueña. Pero desde Julio de este año cocen bastante cantidad de él y en la actualidad hay 2.000 toneladas ex- traídas de la cantera y en viage para la fábrica. (') Francke, Studien über Cordillerengesteine, Apolda, 1875. Y también Stehner, Kornfge Kalksteine der argenlinischen liepublik unJ ihre accessori- schen Mineralien. Mineralogiscbe MiUheilungen gesammelt yod. Tschermak, 1873, pag. 230. 2 3 4 98.80 99.40 94.40 0.50 0.08 5.14 0.05 0.25 0.30 0.C5 0.25 0.25 O.CO — ■ — INFORME SOBRE LA FÁBRICA DE CALES 215 El calcáreo del Paraná que anteriormente emplearon con preferen- cia á otro cualquiera es el mismo que produce la cal llamada de «La Bajada» es decir de las Barrancas del Paraná. Forma allí mantos muy dilatados que constituyen una formación marina de los terrenos terciarios patagónicos. Se halla muy trasformada por las aguas, de manera que su estructura es cavernosa ó concrecionada, lo que espli- ca la facilidad con que se descompone. Son muy frecuentes las dru- sas de cristales pequeños de calcita que tapizan las paredes de las cavidades, lo mismo que los, restos de moluscos marinos, principal- mente moldes de Venus, Ostrea, etc. ('). Se encuentran también gran cantidad de granos cuarzosos y á veces nodulos de calcedonia é infiltraciones de bióxido de manganeso. Su análisis es el siguiente: Carbonato calcico 86.34 Carbonato magnésico 0 . 30 Alúmina y óxido de hierro 0.10 Arena cuarzosa 13 . 00 Agua 0.15 Produce una cal gorda porque la arena que contiene es muy gruesa para formar verdadera granza y dar así una cal comun. El calcáreo del Queguay es un agregado muy compacto, blanco, algo gris, con nodulos frecuentes de calcedonia y otras variedades de cuarzo é infiltraciones de bióxido de manganeso. Su análisis es: Carbonato calcico 89.02 Carbonato magnésico 1 . 43 Alumina y óxido de hierro 0 . 20 Insoluble / Sílice 5.95 \ enácido \ Alumina 1.40 [ 8.00 clorhídrico \ Cal 0.65 ) Agua 1.40 Este calcáreo dá una cal débilmente hidráulica á pesar de la pe- queña cantidad de materia insoluble en ácido clorhídrico que contie- ne. He visto fragmentos que habian estado tres meses en el agua y se habian endurecido bastante. El calcáreo de la Sierra Baya es un agregado criptocristalino, con estructura estratificada y con variaciones en cuanto á su color y composición, que en dos muestras son: (') Bravard. Monografía de los terrenos marinos terciarios de las cercanías del Paraná. Paraná. 1858. 216 ANALES Dü LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA I (Clonan) Z (Neflro azulado) Carbonato calcico 80.75 93.00 Carbonato magnésico 0.60 0.35 Oxido de hierro 120 0.50 Arcilla 17.45 6.15 Las cales que producen estos dos calcáreos son hidráulicas pero de calidades diferentes según la cantidad de arcilla que contienen. El Io produce una cal eminentemente hidráulica que fragua á los 4 ó 6 dias de empleada, es decir que soporta después de este tiempo un peso de 300 gr. por milímetro cuadrado sin recibir ninguna impresión. Ha sido ensayado en grandes cantidades, habiendo traído 650 tone- ladas de piedra, pero la generalidad de los constructores no aprecian como debieran las cales hidráulicas, y puede decirse que su fabri- cación se halla paralizada. El calcáreo del Cerro San Juan es compacto, de color oscuro, atra- vesado por venas de un mineral verde magnesífero. Fué descubierto tratando de encontrar una formación carbonífera. Su análisis es: t 2 Carbonato calcico 43.70 55.00 Carbonato magnésico 30.49 16.71 Cal en otras combinaciones 5.37 2.20 Protóxido de hierro 0.66 vestigios Alúmina 2.36 4.15 Bióxido de manganeso — vestigios Sílice amorfo y silicatos insolubles 17.25 21.80 Agua 0.40 0.25 Como lo indica su composición y los ensayos en grande escala que se han hecho, estos calcáreos dan una cal eminentemente hidráulica que fragua á los 4 ó 6 dias. Son de la categoría de las cales hidráu- licas magnesíferas que resultan de la cocción de las dolomías con- teniendo arcilla en suficiente cantidad. Los señores Cei-rano y Ca. esperan un molino de Europa para pul- verizar las cales hidráulicas y recien entonces podrán espender en gran cantidad este artículo de tanta importancia. Han hecho ensayos empleando los molinos de la fábrica de cimento de Barracas y los morteros obtenidos han sido muy buenos como se pudo constatar durante la visita, rompiendo un trozo de manipostería que habia permanecido 3 meses en el agua y otro que habia estado enterrado en tierra húmeda durante este tiempo. La falta de un instrumento á propósito para medir la resistencia por unidad de sección de estas cales hidráulicas, me impide anotar estos datos que serian de la mayor importancia. Tampoco he podido INFORME SOBRE LA FÁBRICA DE CALES 217 ensayar con la aguja de Vicat los tiempos en que fraguan, porque esto requiere un estudio de varios meses. Merece mencionarse también el sistema de apagar la cal, del que dependen en parte las propiedades del mortero que se hace con ella. Tres métodos se siguen en esta operación: la estincion ordinaria ó con gran cantidad de agua, la estincion por inmersión ó aspersión llamada estincion seca, y por último la espontánea. Por el primer método que se sigue con mucha generalidad, las cales gordas se com. binan con gran cantidad de agua desprendiendo mucho calor y su volumen aumenta hasta 2 ó 2.5 veces el volumen de la cal en piedra contándose los intersticios. Las cales comunes ó hidráulicas despren- den menor cantidad de calor al hidratarse y solo adquieren un volu- men de 1.5 veces por término medio. Por el segundo método la cal viva se reduce á fragmentos del mismo tamaño, se introducen en el agua sobre un enrejado ó plancha agujereada y dejándola dentro algunos segundos se retira y amontona. El agua de imbibición de los fragmentos es suficiente para producir la estincion completa y la cal se reduce á polvo muy fino. Por el primer método se producen fácilmente aglomeraciones de cal viva á que no ha llegado el agua, habiendo exceso de esta en otros puntos ; desapareciendo por el contrario estos inconvenientes en el segundo método que facilita también la separación de las par- tes no cocidas y de las impurezas del calcáreo. El método de inmer- sión conviene pr ncipalmente para los calcáreos porosos como el del Paraná qué fácilmente se imbebe de agua, mientras en los muy com- pactos, como el de Córdoba, es difícil que absorban la cantidad de agua necesaria para hidratarse completamente. El volumen que adquiere por inmersión es solo de 1.7 el de la cal viva, cuando por el método común tendría 2.5. El tercer método es poco usado, aunque se ha sostenido por algu- nos que es el mas á propósito para las cales gordas, que absorben al aire libre en tres meses 10 % de agua y 25 % de anhídrido carbónico. En la fábrica de que trato, la estincion se hace por inmersión en gran cantidad y la cal obtenida es mejor en general que la obtenida por el método ordinario, mucho mas si esta operación se efectúa en montón como se usa generalmente en algunas caleras ó cuando la ejecutan personas poco prácticas en las construcciones mismas. Debo mencionar también los ensayos hechos para obtener cimento artificial en un horno construido al efecto y cuya capacidad es solo para menos de 4 toneladas. Este horno vertical de la forma común se encuentra separado del horno de cal, y para producir el tiro necesa- rio para quemar el combustible se halla reunido al colector de este 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA último por medio de un caño subterráneo, sirviéndose así de la mis- ma chimenea. Una circunstancia que viene á favorecer la fabricación de cimento es la existencia de un material análogo por su aspecto á la tiza, que existe en la República Oriental en condiciones buenas para ser tras- portado hasta aquí. Este calcáreo es un polvo cristalino impalpable, cuyos granos se manifiestan al microscopio con una forma análoga al romboedro primitivo de calcita, y cuyas dimensiones varían de OMm.005 á OMm.Ol. Contiene además granos de arena cuarzosa en pequeña cantidad y algunos silicatos en granos redondeados, cuya determinación precisa es muy difícil. No presenta ningún resto orgá- nico que pueda indicar su formación marina. Este polvo se deslié fácilmente en agua y puede asi mezclarse con la arcilla para formar los ladrillos que deben ser cocidos, evitándose de este modo toda la operación de romper y moler la piedra compac- ta para hacer esta mezcla. Abrigo la esperanza de que esta fabricación, cuya importancia reconocen todos, ha de ser establecida sobre bases sólidas por la inte- ligencia y laboriosidad del Sr. Cerrano. Creo que es suficiente con lo que he mencionado para conocer la marcha de la fábrica visitada por la Sociedad. Ella ha pasado ya por su período de formación, su trabajo es regular desde hace un año y sus productos encuentran en el público la aceptación que merecen. Si se consideran las dificultades que ha tenido que vencer en sus principios, entre las que debe contarse á la rutina, y si por otra parte se observa que no se detiene en su marcha progresista, sino que busca nuevas vías para dirijir su actividad, se debe convenir en que los señores Cerrano y Ca, merecen un aplauso sincero de todos los que desean el progreso de la industria en nuestro suelo. Buenos Aires, Octubre Io de 1878. Eduardo Aguirre. INFORME SOBRE LIS FÁBRICAS BE NEGRO AK1UL Y CAÑOS DE PLOMO LEÍDO EN LA ASAMBLEA DEL 15 DE OCTUBRE DE 1878. Buenos Aires, 14 de Octubre de 1878. Al Sr. Presidente de la Sociedad « Científica Argentina», Ingeniero D. Luis A. Huergo. En la visita efectuada por la sociedad á las Fábricas de Caños y Planchas de Plomo, y á la de Negro Animal, tuve el honor de ser nombrado á fin de informar sobre ellas. Hubiera deseado hacer un trabajo que respondiese debidamente á ese honor, pero, el corto tiempo de que dispongo y mis escasos conocimientos en las materias que hay que tratar, hacen que aunque él sea muy somero, cumplo con el deber de presentarlo. > Fábrica de Caños y Planchas de Plomo. — La materia prima que ella usa, proviene en general de las Provincias de Córdoba, San Juan y últimamente ha usado de las minas de Famatina. Otros plomos no son del todo puros, pues la estraccion de sus componentes no es debidamente hecha por los mineros : porque generalmente las per- sonas que se dedican en nuestras provincias al laboreo de minas, ca- recen ó de conocimientos ó de medios. De estos plomos el de la Provincia de Córdoba es bastante duro y tenaz, conteniendo de dos á once por mil de plata mas ó menos. Los de San Juan son mas dúctiles y maleables que ios anteriores, y supe- ran a estos los de las minas de Famatina en la Rioja, los que pueden rivalizar casi con el plomo que nos viene del estrangero. La parte mas importante de la Fábrica, es la máquina para la fa- bricación de caños, la que consiste en un recipiente superior, en el cual se introduce el plomo derretido, donde adquiere el estado pasto- so ó casi sólido que es el conveniente para usarlo, manteniéndolo á una misma temperatura por medio de un horno que se encuentra al derredor de ese ricipiente. En la parte inferior de él, se encuentra la matriz que son dos cilin- 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dros concéntricos, siendo hueco el interior, en el cual se coloca el mandrin dejando un espacio entre ellas, que es lo que forma el espe- sor del caño. En la parte inferior de la máquina se encuentra el pistón, el cual es movido por una bomba hidráulica que se encuentra al lado del aparato. El peso total de esta mole de pino es de 22 toneladas y se encuentra reposando sobre cimientos de piedra. Funcionando la bomba se eleva el pistón, y con él la parte inferior del recipiente, haciendo así presión sobre el plomo que en él se en- cuentra, y obligándolo á salir por el espacio dejado entre la matriz y el mandrin confeccionando así el caño de plomo. El plomo en el recipiente no debe encontrarse ni demasiado líqui- do ni demasiado sólido. Lo primero, porque, actuando el pistón, ó sé escapa el líquido haciendo pequeñas esplosiones, y lanzándolo en granulos muy finos, ó por lo menos el caño que se obtiene sale defec- tuoso y no permite torcerlo sin romperse. Si demasiado sólido, la bomba no puede elevar el pistón, el plomo no sale por el espacio li- bre y puede dar lugar á descomposturas graves en el aparato. La capacidad del recipiente es de 250 libras mas ó menos, y dá por cada pistonada una longitud de cañería variable, según el diámetro y el peso, del caño. La pérdida al derretir puede considerarse de un 4 % mas ó menos, y los diámetros de cañería que pueda fabricarse varían desde '/«" hasta 4" pudiendo darles el peso qne se desee. Los primeros caños hechos con plomo de San Juan para la Provi- sión de Aguas Corrientes, eran menos dúctiles y maleables que los que venian de Inglaterra y de mas difícil soldadura, debido á la can- tidad de plata y antimonio que contenían, no alterando por esto en nada las condiciones potables del igua. Con el plomo de Famatina se ha conseguido fabricarlos con el mismo destino tan buenos como los que nos vienen del estrangero. Últimamente el Sr. Maveroff, propietario de esta fábrica, después de algunos ensayos, y á pesar de no ser la máquina aparente para ello, ha conseguido fabricar caños revestidos interior y esteriormente con estaño, lo que priva la oxidación, aumentando por consiguiente su duración. Para la fabricación de las planchas, se coloca el plomo derretido, en un molde que tenga el ancho que se desea, dejándolo enfriar hasta el grado conveniente, pasándose en seguida por entre dos cilindros paralelos, á los cuales se les da un movimiento de vaivén hasta dis- minuir al espesor que se desea. El ancho máximo que pueden tener las planchas es de lra50 y una longitud de 6m y los espesores varían desde una libra hasta 20 libras por pié cuadrado. FÁBRICAS DE NEGRO ANIMAL Y CANOS DE PLOMO 221 Este establecimiento lia luchado y vencido á todos los contratiem- pos que se oponen generalmente á toda industria nueva, y hoy en dia es el plantel de lo que quizá sea mañana la primera en su especie y en el cual podamos ver los minerales de nuestras provincias elabo- rados ante nuestros ojos. Fabrica de Negro Animal. — El Negro Animal proviene como se sabe de la cocción de los huesos, y á mas de las inmensurables apli- caciones que recibe en las industrias, se usa especialmente en el refi- namiento del azúcar, en la fabricación del betún y en el abono de las tierras. La elaboración del negro animal en ésta fábrica, consiste en redu- cir los huesos á pequeños pedazos por medio de una trituradora, pa- sándolos en seguida al horno, en donde quedan en cocción durante el término de tres horas mas ó menos, al cabo de. lo cual se saca y depo- sita en tachos especiales tapándolos inmediatamente para privar el contacto con el aire, pues su acción los vuelve blancos. Una vez efectuado el completo enfriamiento ya su acción no es perniciosa y se encuentra entonces el negro animal en estado de ser utilizado. La fábrica se encuentra servida con dos hornos teniendo cada uno 12 cámaras de forma elíptica independientes unas de otras. Los revestimientos y partes espuestas á la acción directa del calor son todas hechas de ladrillo y tierra refractaria. El trabajo en esta fábrica es continuo y solo es interrumpido por descomposturas ó falta de materia prima, pudiendo elaborarse men- sualmente unas 600 toneladas. Desde el primero del corriente año se han esportado unas 4550 toneladas, habiendo su valor variado en- tre 22 y 32 francos por tonelada, según el mayor ó menor trabajo de las industrias azucareras. El negro animal puede ser usado hasta tres veces en el refinamien- to del azúcar, y efectuada la operación del revivificado puede aun utilizarse dos ó tres veces mas, siendo después excelente para el abo- no de las tierras. Si la cocción de los huesos ha sido mal hecha ó la acción del aire lo ha puesto blanco, siendo como se sabe un fosfato de cal es también bueno para el abono. De la cocción de los huesos se estrae alquitrán y amoniaco en mas ó menos cantidad, según se hallen cargadas de sustancias orgánicas. El alquitrán lo aprovechan actualmente y se esperan máquinas apa- rentes para utilizar el amoniaco. Las aplicaciones que tiene el hueso en las artes é industrias son tan variadas y conocidas por todos, que creo inútil hablar sobre ellas. Esta industria es también nueva, y, á mi modo de ver, muy impor- tante, pues, quien no ha visto después de una gran seca ó epidemia 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nuestros campos plagados de osamentas y que la acción destructora del tiempo las hacia desaparecer, sin prestar mas utilidad que el abono de la tierra, que aun es innecesario para nosotros ; y cuantas reces nuestros hacendados pagaban para limpiar sus campos de ellas; mas no, aquello que ayer se despreciaba y no tenia valor, es hoy la materia prima de una industria de gran exportación al estrangero y de utilidad en nuestro mercado. Creyendo dejar con esto cumplida mi comisión, saludo al señor Presidente. E. E. Clerici. HEMIPTERA ARGENTINA. (Continuación.) Lygaeus Fabr. Lygaeus p. Fabr.. Ent. Syst. IV. p. 133 (1794) ; Syst. Rhyng. p. 203 (1803) et numerosiss. auctor. — Mayh, Nov. Hein. p. 123 (1866). Lygaeus Stal, Ófv. Vet.-Ak. Forh. 1872. p.41 et Enum. Hem. IV, p. 99 et 104 (1874). Subg. Graptolomus Stal. Enum. Hem. IV, p. 104 et 106 (1874) 124. I¿. (G .) albo-oi'iintus Blanch. Lygaeus albo-ornatus Blanch. in Gat, Hist. de Chile. Zool. VII, p. 143. 2. lám. 2. f. 6 (1852). — Sign., Ann. Soc. Ent. d. Fr. Ser. 4. III, p. 562. 57 (1864). Lygaeus albostillatus Stal. Rio de Jan. Hem. I. p. 37. 3 (1860).— Matr, Nov. Hem. p. 124 tl 866). Lygaeus íGraptolomusJ Stal, Enum. Hem. IV, p. 107. 15 (1874). Patria : Chile. — Bolivia. — Brasilia. Esta hermosa especie la he observado en las Provincias de Bue- nos Aires y Córdoba, donde no es rara. Es fácil de reconocer por las manchas negras en el pronoto y en los hemélitros que son de color rojo bastante vivo ; y por los bordes y la mancha redonda de un blanco puro de la membrana oscura. Subg. Ochrostomus Stal. Enum. Hem. IV, p. 105 et 110 (1874). 224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 125. Ií. (O.) inodestus Stal. Lygaeus modestus Stal, Rio de Jan. Hem. I, p. 38. 6 (1860). Lygaeus (Ockrostomus) modeslus Stal, Eaurn. Hem. IV, p. 111. 52(1874), Patria: Brasilia. — Nova Granada. De esta especie tengo un solo individuo originaria de Buenos Aires, representa una forma intermediaria entre la 0. dorsilinea Am. et Serv. y la 0. me- I1EMIPTERA ARGENTINA 231 ridionalis Stál, de manera que me -veo obligado á reunir estas dos especies. Mas conforme es mi ejemplar con la descripción que dan los autores franceses, y corresponde bien á la figura, teniendo un poco mas ferruginosa la parte inferior de los fémures anteriores y la comisura del clavo, caracteres por los que se acerca á la 0. meridionalis ; pero el borde abdominal no es mas claro que la coloración general. Subf. MYODOCHINA Stal. Rhyparochromida Stal, Hem. afr. II, p. 121 et 152 (18651 Myodochina Stal, Enum. Hem. IV, p. 142 (1874). Div. MYODOCHARIA Stal. Enum. Hem. IV, p. 142 et 144 (1874). P amera Say. Pamera p. Say, New Harm. Ind. Dec. 1831 et Compl. writ I, p. 332 (1859). — Stal, Enum. Hem. IV, p. 144 et 147 (1874). Stenocoris Ramb., Faun. And. p. 139 (1838). Plociomerus Am. et Serv., Hém. p. 255 (1843). Orlhaea Dall., List. II, p. 532 et 580 (1852). Paromius Fieb., Eur. Hem. p, 45 et 170 (1861). Gyndes Stal, Stett. Ent. Zeit. XXIII, p. 314 (1862). Diplonotus Stal, Ofv. Vet.-Ak. Forh. XXIX, 7. p. 51 (1872). 135. P. linearás Stál. Pamera linearis Stál, Enum. Hem. IV, p. 148.10 (1874). Patria : Confoederatio Argentina. De esta especie poseo solo algunos ejemplares, que recojí en la República Oriental del Uruguay, en el suelo, entre plantas bajas. Difieren del ejemplar típico, que se halla en la colección del Sr. Signoret, por la coloración de las palas, teniendo los tro- cánteres de un tinte ferruginoso, los fémures, con excepción de la extremidad, de un fusco muy oscuro, casi negro, y las tibias de color testáceo ; los tarsos son fusceseentes. 23"2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 136. P. bilobata Say. Pantera bilnbata Say, New Harm. Ind. Dee. 1831 et Compl. writ. I, p 334. 7 (1859).— Stal, Enum. Hem. IV, p. 150- 19 (1874). Rhyprtmchronnts scutéllatus Dall., List. II, p. 575. 43 ¡18521. Lygaeus (Plociomerus) Servillei Guér. in Sagra, Hist. de Cuba. Ins. p. 399 (1857). Rhyparochromus ¡Plociomerus} ochroceras Stal, Freg. Eug. Resa. Ins. p. 245. 64 (1859) et Rio de Jan. Hem. 1, p. 39.2 (1860). Patria : Brasilia. — Nova Granada. — México. — Texas. Carolina meridionalis. Poseo cuatro ejemplares de este hemíptero, que fueron reco- jidos en la Provincia de Buenos Aires y en la Banda Oriental del Uruguay. Son variables, pero conformes con las descripciones existentes, con excepción de que el