$ ¡PU 1d E E AA A 1) |) 0 4 | 0 e A A Ñi A el - Digitized by the Internet Archive in 2017 with funding from BHL-SIL-FEDLINK https://archive.org/details/analesdelasocie211892soci ANALES DE HISTORIA NATURAL. DE >. E, % e E a SER D32 Ñ z Y! IE ES . y 2 > > 5 DIO > ) > EMO > )> E] O) 9, ) ) z 122.) E - DADO E ) 3.3 ) SURE) a > 15) NS SIDO, ES 0%) A ) , )) » ) ) , 873 , De ) SM OEL DE) y > ) ) A ) 3» ).»)> ) 2 DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA HISTORIA NATURAL. LR A RR SIE RE Ta TOMO PRIMERO. (ISE) MADRID: DON I. BOLÍVAR, TESORERO. CADENA A E A anal E (SY Ú RS A Sia. 990 CA S Artículo 27 del Reglamento. Las opin: E das en los ANALES son de la exclusiva responsabilidad de sus au Si AA MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL. DOTA PARA UN ESTUDIO ANTROPOLÓGICO SOBRE EL CRECIMIENTO, POR D. LUÍS DE HOYOS SÁINZ. (Sesión del 4 de Sertiembre de 1889.) En espectativa de emprender un estudio sobre el tema que origina este avance, publicamos el resultado de los primeros trabajos que hemos realizado sobre dicho asunto. Si hubiera de citar lo que sobre el crecimiento del hombre se ha escrito, terminaría afirmando, que bajo el criterio puramente cientifi- co y dentro del campo de la investigación antropológica nada Ú casi nada se ha hecho (1); algunos libros, aunque pocos, hay sobre las proporciones y medidas del hombre, pero ninguno merece especial mención hasta la 4Anthropometrie publicada por el sabio director del Observatorio de Bruselas, M. Quetelet, libro que, adoleciendo del carácter enciclopédico de su autor y de estar destinado a suplir un vacío en el arte, tanto como una necesidad en la ciencia, puede y debe servir, sin embar— So, de pauta para esta clase de trabajos, y como tal, merece aclarar algunos de sus conceptos. (1) Actualmente, y premiada por la Société d'Anthropologie de Paris, se ha publi- cado una Memoria sobre este asunto. 2354 AA 3 Ns Hay «, 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Aplica Quetelet sus profundos conocimientos matemáticos á la enunciación y traducción en leyes de los trabajos realiza- dos; pero subordinando el hecho á la idea, trata de amoldar estos á la exactitud de aquella, resultando que busca hechos para la ley, no traduce la ley de los hechos; solo así se explica el que generalice en absoluto, afirmando que no solo la ley del crecimiento en el hombre, sino en los animales y en las plantas y aun los hechos y manifestaciones todas de los fenó- menos naturales, obedecen á la forma binomial de Newton y Pascal. No llega, 4 pesar de sus esfuerzos, a este resultado, y digo esfuerzos, en el sentido de que él mismo afirma que no ha operado cón todos los ejemplares sin previa selección, sino que ha desechado aquellos que pudieran alterar la continuidad de la función, y aun así no puede menos de confesar que si no resulta uniforme y exacto el desarrollo, débese á que no existe en el crecimiento esa regularidad y constancia, pues hay saltos y transgresiones que invalidan la ley. Así es, que no siendo en este desarrollo la cifra correspondiente á los 9 años, la mitad de las de 8 y 10, hay que interpolar términos para esta- blecer la continuidad de la función, y aun así, no es tan sen- cilla como pudiera creerse esta interpolación. Y que no es en el estado actual del asunto posible la generalización en fun- ciones tan sencillas como la binomial, lo prueba la afirmación de Elliot de que tuvo que recurrir 4 integrales de bastante complicación en el cálculo de las observaciones de 25.768 sol- dados norte-americanos. A calcular y descubrir las expresiones analíticas y las curvas algebráicas ú transcendentes que las representan, debe tender el esfuerzo del antropólogo, y a tal nos dedicarlamos si nuestras fuerzas nos lo permitieran. Una causa creemos existe para explicar la falta de trabajos sobre el crecimiento y es la pesadez de efectuar el crecido número de operaciones que el cálculo de medios, índices y medidas exige. En el corto número de individuos sobre que hemos operado, pues solo es de 108, sube á 15,000 el total de operaciones, siendo de 324 el de triangulos resueltos. No “añadimos las dificultades de trabajar en niños de corta edad, pues no hemos encontrado la oposición que era de esperar en estudios de esta clase y en las condiciones de tiempo y nove- dad del asunto en que hemos realizado el trabajo. Tan importante, bajo el punto de vista antropológico, es el - (3) Hoyos Sáinz. —EsTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. 7 estudio del crecimiento, que la Société d'*Anthropologie de Paris nombró una comisión encargada de este trabajo y com-— puesta de Leturneau, Magitot, Delisle y Manouvrier, cuyos estudios no creemos se han publicado hasta hoy. Hay que advertir, sin embargo, que el cuestionario á que había de adaptarse su estudio, era un escaso número de preguntas de fisiología y alguna de medicina relacionadas con la higiene de las escuelas. Igual caracter tienen los trabajos realizados por Virchow, en Alemania; Gould, en Inglaterra; Rasseri y Pagliani, en Italia; Vanderkindere, en Bélgica, y Bowdith, en Boston; fundándose, más que en observaciones propias, en las recogidas por los maestros de primera enseñanza, y merced a lo cual llegó Vanderkindere á reunir 680.000 observaciones. Dos medios hay de estudiar el crecimiento, en la especie y en el individuo; el primero seguido hasta hoy, lleva consigo el error de la variación individual, error que crece en propor- ción del número de individuos y las diversas condiciones de estos; tiene, sin embargo, la ventaja puramente circunstan- cial de poder hacerse en plazo relativamente corto, pero lleva consigo, aun operando con gran número de ejemplares, dis- continuidades y saltos que no permiten esperar de él resultados exactos. El segundo que es el que nos proponemos seguir, exige un constante trabajo siguiendo el desarrollo del indivi- duo en los plazos en que sea necesario conocerle, es, pues, labor de varios años, tantos como los que el hombre tarde en en desarrollarse, pero lleva en sí verdad y exactitud despro- vista de las causas de error del primero, no presentando nunca términos decrecientes en la serie de desarrollo. Iníciase el desarrollo con el nacimiento y termina a los 30 años, pues aunque en determinadas medidas sigue el aumento hasta los 40, no es apreciable ni de interés su estudio; puede sin error sensible darse por finalizado el crecimiento á los 25 años, pues son de valores muy pequeños los índices anuales de esta edad a los 40 y únicamente en escrupulosos estudios cefalo- métricos, sería útil seguirle hasta ese límite. A continuación damos las tablas numéricas del crecimiento en las diversas partes del cuerpo, y para aclarar su estudio la expresión gráfica en líneas de desarrollo construidas, tomando como Y las edades y como. Y las unidades de crecimiento que varían en cada hoja con relación al incremento de la medida; 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) así en las de la cara y cráneo se ha reducido a la mitad repre- “sentando cada cuadrícula 2 mm. y en las del tronco y extre- midades la escala es de 1 : 10 para no dar un tamaño excesivo á las graficas. Damos el nombre de incremento ó indice total á la relación centesimal del valor del primer año al 20, y anual á la media de crecimiento de cada año. Respecto a las particularidades de cada curva, diremos algo en el estudio especial de las mismas. Como se ve, no son curvas, sino líneas quebradas las que expresan el valor de los resultados; no hemos intentado siquiera aproximarlas al límite de las curvas, pues son tantos los puntos de la misma que hubiéramos tenido que determinar para que fueran algo exactas, que no siéndonos dados estos, hemos preferido esperar á tenerlos, á modificarlo entonces, siquiera fuera esta una primera aproximación del método. No hemos construído las curvas de todas las medidas sino de aquellas más precisas é importantes, ya por entrar en la for mación de los índices, Ó por su constancia y regularidad de aumento. Al examinar las curvas gráficas Ó las tablas numéricas, se notan verdaderas anomalías en su desarrollo, permanencias a veces en el espacio de un año a otro y aun decrecimientos en el valor constantemente creciente y más ó menos uniforme- mente variado que debía tener la curva. Débese esto, aparte de las causas de error inherentes al método, á que habiéndose este ensayo efectuado sobre la especie, se notan las diferencias individuales con todo su valor, y que por este mismo caracter de ensayo no hemos hecho separación de sexos, necesaria en un estudio más preciso y tal como nos proponemos hacerle. e A OS 9 .. Hoyos Sáinz. —ESTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. (5) 696 099 E E PA E "SONPIATPUT 9P OXIWNU 09109 UN Y SPAIR]OL SOAJIO ¿—“SOIQUOY 9P OTUTULOPIIA ó 169 | 0689 | 889 | 9TS | OT9 00T |66 66 |00T |86 88T | 981 | 8€TI ad S6l EPT BRL GPL | GPL | 1PTISEl ves | €98 | 098 | Tre Leg | 388 | 19€ | EP€ LLE | 113 | 19% | 323 Seg Sr9 | 9e9 | 13S vPg | £P0 | 889 | 169 €IT | €TT | POT | SOT PPI | PPI | OPI |8el SPI SpI Sp 981 | 98T | 981 | £8T 81 SV | €Tl GT ¡981 | PSI | p8I | 081 | 621 | eve | 09€ 865 | 026 S€5 | 065 vEV | G6v 809 | <6y sort | 06 OSI | GT ¿ET | Gel G4T | SLI e 6 .0.%........o. “BOBIUT-OTAJO Ss penetre **** esI8ASULA) IB[NOTINBIQ. — erstes te? eoBrIjo I8]noTIMe9Id BAImO) | cenrrrnnna rec BOBLIJO => CH TY) Teyuozr1oy BUIXRu Br9u9J9junoaro Perrera na + + * OUITUJUL TEJUO] — A A (0 18) OA — ++ “(q T 64) OUIXBUL OSIDASUBIZ. — ++ ***((1 7164) 101199S80d 019908 O1J9UIRIT '09UP IO [9P SOAJOVULIP Á sean — 1 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) J.—Curvas y diámetros del cráneo. Es el grupo de medidas perteneciente á la cabeza el que más importancia tiene, porque concreta y sintetiza mejor que nin- erún otro la caracteristica del individuo. Parece á primera vista que por el escaso desarrollo relativo de esta región, perdería importancia en un estudio del crecimiento, pero son tan simé- tricas las curvas que le expresan y conservan tan fijamente entre sí las debidas relaciones, que se deducen con más segu- ridad que'en los otros grupos las líneas generales del pro- blema. Por la simple inspección del cuadro y mejor de la figura I, se reconoce que en este grupo están los indices de crecimien- tos más altos, y por tanto, los menores aumentos numéricos; esta ley tan general, conocida ya por saberse que la cabeza es mayor relativamente en los niños que en los adultos, está sujeta á diversas aclaraciones dependientes de las cantidades y relaciones que la integran. No proponiéndonos en ningún caso hacer consideraciones, expondremos la variación de los diversos elementos de esta región. Corresponde al didmetro antero posterior el mayor creci- miento anual de 1,5 mm., que da 30 en los 20 años y un Índice de 84,6. Aunque bastaba una de estas cantidades para conocer las otras, las exponemos todas para mayor claridad. Tanto esta medida como el diámetro transverso y la circunferencia por ellos determinada, siguen un rapido crecimiento en el primer año, correspondiendo en esta á 8 mm., baja á 2 entre los 3 y 9 años, y se conserva casi nulo hasta los 18 en que vuelve acrecer: El diámetro transverso maximo determinado por un acrecen- tamiento de 24 unidades, tiene igual índice de 84, descen- diendo solo á 1,3 mm. el aumento anual. Es notable cómo se cumple la relación de estas líneas á la curva horizontal total, que siendo una elipse asimétrica, conserva la relación próxi- ma á la circunferencia con sus dos ejes ú diámetros, así es de 87, y 4,6 mm. el aumento y de 83,6 el índice, siendo tam- bién de 24 mm. en el primeraño y bajando de los 9 á los 17 en relación de sus diámetros. (7) Hoyos Sáinz.—EsTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. 11 El diámetro superawricular está dado por 25 y 1,3 mm. de crecimiento y un índice de 82,5, y el frontal miúnimo que es el de menor desarrollo con 19 y 0,9 mm. y 83,6 de índice, deter- minando el estrechamiento anterior que con el crecimiento se verifica. La circunferencia ofriaca tiene 68 mm. de aumento, ó sea 3,9 anual y un índice de 87,8. La cwrva preawwricular ofriaca demuestra que el crecimiento del cráneo posterior es menor que el del anterior, sobre todo, entre los 10 6 12 años, pues baja á 63 y 3,5 mm. el incremento total y anual, y a 78,2 el índice. ¿Podría ser debido, fijándose en la edad en que la dife- rencia es máxima, á causas intelectuales? La cwrvoa biawricular transversa y la ofrio-imaca de menos importancia que las anteriores, se definen por un aumento de 10 y 41 6 3,6 y 2,1 mm. y un índice de 79,4 y 88,6 respecti- vamente, ANALES DE HISTORIA NATURAL. 12 96 |36- | 16 Gg |9p (IS. ce E STE LP |09 08 Bos Os Te MS E OIT | OT | TOT 9€T 081 | TZI I6 |26 |576 VS PEL PEL | pal E ¿61 87 00T Tel 88 |88 88 |0p 66 | 126 46 | 0yp 96 |1L6 LG | 08 96 |86 VIT | SI! S8 |28 DO ELO 9TT- | STI “8189 e] 9p SEeprtpalAI 'eza0en)— II AMAIA AB A AO OA AS **:(0 “]) BOBIUOS OISJUIS BIOUBISICT “+++ +++ *ZTIBU 8] 9p PRI1SUOr[ o Pon.moo.reo0oq top — ono... reiqodied — +19. + ** *BLIBIIQIOIUL — “(9 DD ee Juo sq (4D) eonpuosiziq — * *8U97xX9 BLIeJ1qIOIQ Pape T e... ..o * IB]O9A]E -OIIJO > 5) Ey 0) BIBTIJO-OJU9UL BINITY 9) Hoyos Sáinz. — ESTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. 13 11.—Cabeza. Medidas de la cara. Dando, como en todas las medidas, la preferencia á las que determinan los índices, vemos que las curvas construidas para las ABC en la lámina I, son de muy rapido crecimiento, y excepto la bigoniaca, todas son de índice más bajo que la D £ y F' correspondientes al cráneo. La altura mento-ofriaca tiene el maximum de crecimiento hasta los 9 años, el medio a los 15, y como casi todas baja desde esta edad hasta ser nulo á los 20. Su indice es de 60,4 que da un desarrollo anual de 2,5 y un aumento total de 49 mm., correspondiendo al largo de la cara; forma con la dizigomática su índice, diverso del facial y resul- tan de igual crecimiento las dos medidas de la cara; pues esta tiene por indice 69,1, por incremento total 42 y por anual 2,1, siendo poco el aumento que tiene la primera. La altura ofrio-alveolar, que con la bizigomaática da el indice facial, tiene mucho menos desarrollo, pues solo es de 1,7 y 34 con un índice de 58,0; se ve, pues, que el desarrollo de los dientes y el uso de la mandíbula inferior, determinan un gran crecimiento en esta parte de la cara, crecimiento que también corrobora la latitud bigomaca que se da por un índice de 73,6 y aumentos de 24 y 1,3 mm., y la sinfisio goniaca con 61.4, 37 y 1,9 mm. respectivamente. La latitud biorbitaria externa, es con la palpebral la de indice más elevado y más escaso crecimiento por tanto, siendo en ambas respectivamente de 78,1 y 80, 20 y 6, 1 y 0,3 mm. sus valores. Respecto a la interorbitaria, sólo diremos que es de muy uniforme crecimiento, 0,5 aproximadamente el anual, 9 el total y un índice de 70,9. La medida de más rapido crecimiento es la longitud de la nariz, única que se duplica, como lo expresa el indice más bajo del grupo 41,8, su aumento total es de 32 mm. y el anual de 1,6, más que el doble del 0,7 de la /atitud que suma unos 15 mm. en los 20 años y está expresado por una relación de 57,1. La boca, aunque extremadamente variable en algunos indi- viduos, tiene un aumento de 0,9 mm. anual, 17 total y el índice de 66. 14 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. (10) Como se ve por la figura I, la única medida que puede expresarse para una curva analoga á la binomial, sería la GF 6 latitud bigoniaca, y por su inversa la 04 diámetro transverso máximo. Las demás no pueden por los datos recogidos salir de la categoría de curvas gráficas para pasar á las geométricas por difícil y variable que fuera la ley de su desarrollo. 15 » ro. Hoyos Sáinz. — ESTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. Qq66 Ts6 vo96 (196 96619261 Lev Ipo€"T 6491/9291 L9 (16 88L [68ST I6 166 GE (996 998 468 ¿TG T¡TSO"T To69TIT9E"T $18 "T¡90G'T' T9Z 1083 TOS [p22 $861 (942 890" 1pO'T 09T"T 660'T 0681, P63'I c9 [6% ar6 6012 OTZ 196 9s0'T T6T"T rg 933 |v83 199 Sr9 PL9 [079 016 298 896 £l6 8€1'T €80'1 vp 39 IsT 891 L8 18 061 P8I TST 208 Svo 691 $612 SST GGV 28? 619 499 618 46 891 68 GLT « G91 41 991 « « . “CA ID euioqued ep op — QUO ap E “Co TI PY) vaopeo e] op -— “Ca “11 64) o1quioy ep — co... ooo». "BQ18Q Bl op tiny O EN * **OTIFO TOP 18]N9INDE BINI[Y * + **Teyidi990 OTAJo — *[ey1d1990-O[NOLINB BIO0UBISICT e... .. 1». *rexidro9o0-ourdso olx *"[6JUOZIIOU Á TEDIJADA SOUEIA SO] SIOS SA9UOTIDIA0A A — TIL 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12 TM. — Proyecciones sobre los planos vertical y horizontal. En las cuatro primeras medidas del erupo que corresponden a las proyecciones de la cabeza, las tres primeras en un plano horizontal y la última en el vertical, no hemos intentado apli- car su representación gráfica, porque debido á su manera de obtención y condiciones en que hay que tomarlas, no presen- tan una exactitud que permita intentar su enunciación exacta, aparte que conocidas las relaciones cefalométricas por la tabla I, no es preciso repetir aquí' lo allí estudiado. Damos, no obstante, su característica en las siguientes cifras: Eje espino occipital, incremento 38, crecimiento anual 1,9 mm., índice 82,1. Distancia auriculo-occipital 17, 1,8 y 80 respectivamente. Distancia ofrio-occipital, 20,1 y 75,6 igualmente, y Altura awricular del ofrio, con cifras muy variables. Las proyecciones verticales del cuerpo en general, tienen más interés. Son las siguientes: Talla. Por su mayor tamaño y rapidez de crecimiento, pues envuelve en sí todos los creci- mientos parciales en sentido vertical, es la medida sobre que más trabajos pueden hacerse, y en efecto, se han hecho. En la fisura Il está representada por la línea 4 en una escala de 1: 10. Se ve en ella y en todas las medidas del grupo que duplican su primitivo valor, lo que se traduce en un Índice muy inferior á 50, es el de esta de 45,8 señalado por un límite inferior de 754 mm. y uno superior de 1.645; el que debía ser medio en los 10 años correspondiendo á 1.199 sube á 1.219, que da un índice de 61,8 para los 10 primeros años, y de 74,1 de 10 á 20, lo que representa un aumento de 55,6 y 42,6 anua- Id O DI AO les, no verificandose, por tanto, la expresión a+ bd 2 | 3 primeros años subiendo á 80 mm., desciende de los 5 a los 8, oscilando entre 30 y 40, de los 8 á los 13, y sube rápidamente con el maximum de intensidad de 13 a 16, llegando a 130 mm. en este intermedio. Explicar las causas de estas variaciones, no es, á nuestro juicio, difícil, aunque hay que atender para ello, y en particular, para el valor mínimo de la curva entre siendo el valor medio. El crecimiento es rápido en los f (13) Hoyos Sáinz.— ESTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. 17 los 8 y 12 años á varias y hasta al parecer divergentes concau- sas. Ocurre aquí, y así debe ser, lo inverso de lo que vimos en el desarrollo de la cabeza en esta edad. El aumento total de la talla es de 891 mm. lo que da un incremento anual de 44,5. El estudio del crecimiento de los diversos puntos del cuerpo es el analisis del total de la talla y si no resulta á primera vista la relación en que entra cada una para integrar el total, es porque hay partes que no se miden directamente, y en segundo. término, por falta de exactitud y porque no están determinadas las fórmulas de relación entre los dispersos elementos del problema. Dan, sin embargo, aproximada idea de dichas rela- ciones la inspección de los números correspondientes á la pro- yección de la barba, hombro, cadera, etc. Por el bajo indice que representa la altura de la cadera 3,55, se ve que es la parte del cuerpo que más rapidamente crece, con una velocidad de 37,5 mm. anuales, que suman 650 en led 20 años, y fijandose en la línea C que la expresa vemos que sigue paralela y con intensidad proporcional á la talla, y como ella y todas las pro-" yecciones, se hace sensiblemente horizontal de los 15 á los 18 años, volviendo á crecer más rápidamente hasta los 20. Rela- cionando su valor con el de la línea Y que representa la pan- torrilla y con el de la altura del ombligo, se ve que es debido este aumento á un eran desenvolvimiento del fémur y regio- nes lumbar y pelviana. Las cuatro medidas restantes tienen analoga intensidad de crecimiento. La altwra de la darda está determinada por 609 mm. y 1.445 lo que da una diferencia de 836 mm. que corresponde á un aumento anual de 41,8 y un índice de 42,1. Por la variación del plano horizontal de la cabeza es de las que - menos confianza merecen. La altura del hombro representada por la línea de la figura IT, tiene un desarrollo de 796 mm., correspondiendo á un máxi- mum entre los 3 y los 4, y a un decrecimiento muy homogéneo hasta los 15 donde sufre la inflexión que sigue hasta los 18; da un medio anual de 39,5 mm. y un índice de 41,5. No habién- dose tomado la a/twra del ombligo hasta los 3 años, y habién- dose omitido en las hembras, sus valores son menos fijos que el resto del grupo; á pesar de esto no discrepa casi nada, como lo indica un índice de 42,4, un aumento de 570 mm. y un des- arrollo anual de 33,5 | ANALES DE HIST. NAT.—XXI. z 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4> - Respecto á la curva que en la figura II expresa el desarrollo de la altura de la pantorrilla que algunos consideran de im-— portancia en antropología comparada, hay que advertir que el decrecimiento que expresa por un cambio de orientación en la. curva entre los 7 y 8 debido á causas individuales, no es: tomado en cuenta así como en ninguno de los casos en que se: presenta, no siendo constante y uniforme durante varios años, y teniendo, por tanto, carácter de regular; no se altera la con- tinuidad de la función pasando directamente de la ordenada de: los 7 años al valor que alcanza en la de los 9, 6 tomando un. valor medio de ambas y sustituyendo allí donde se observa la. discontinuidad. Esta interpolación que no sería precisa en las medidas sucesivas de un mismo individuo se hace aquí nece— saria, ya por la disminución que sufre el valor corres— pondiente á una edad, por coincidir en ella ejemplares de: escaso desarrollo dentro de los varones, ó ya porque el número de hembras es lo suficientemente elevado para hacer sentir sus efectos en los valores sucesivos del crecimiento. Alcanza. según se ve en la tabla la altura de la pantorrilla, un valor de 158 mm. a los 3 años, y sube a 372 a los 20, permaneciendo: sensiblemente horizontal y con más exageración que el resto: de las medidas del grupo entre los 15 y 18; la corresponde al año un aumento de 12,4 mm. y da un índice de 42,7. 19 Hoyos Sáinz. —EsTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. (5). LL 968 ———— (e 061 668 216 T6T 693 186 99% 681 018 918 996 6vG vL6 09% 06! 032 8el 218 €61 6 S € ( Ema loco - E z "OD1OB A 781 110.99 871€ 3119 921. 32'106/00 21€ 121 P94|S08 |? 824124 880 I8|6 98 00LX xorroysod-oxoyuY peojood “q OMOPIOL “8 as e la a o IB[ODA]B-OLIJO 189 1721'8'692 3291618 1 | O E 6ee LOT o er lez 091 1pG PT ie ger «|< 0 o a :OUISHBUSOI] 9 “9 a - | a ES | , a : : : E . : S A BO BuoOSsIízI E 2.618 028 8'P8 P8L 918/92 388 918 9 LL | vGL | 3Sl [608,388 398 9'P8 a :ODTFBUIOSIZOLNUOL) *Q apa eg0' | leal tee tacón o E A : ES se ppo “es 989 009 p 19 8 ee lp Le eee 160 039 | 60 | 989 120 867 692 9 pp ** . o ao | , : BOY UIOSIZIJ A 868/26, 301, 001'Sp6, TOTI£G66/£L61PZ6 076,936 | 168 1p 98 £ 8/8 PB IT GL cos :8189 Y] 9T “€ DOT X YTOBTIJO-OJUITAL 0 PL/8 81 018 9 '92,0'PL|9 PL 071 6 TL e 69 989 GT, | ELO P69 PLL BO e LL ecos O ¿[JUL “3 Z Lo . = 001 < OWITULUL [BJ UOJ A 10119950d -0193U8 *( (3 Um [S 6 e 3 € € ( y £ € co... +... . > .e LL [761 [338 6 LL[0“LL 9'8l €'LL | €'£8 [091 008 €“91/1*9 oo ES SN <> === ======54 === 1 | ===> || ====="= av ¡€ |C1 | 14 0416 /|8|L 8 0.6562.) ¿08 ¿67 S9DIPUT— TA 26 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 0 (22) VI.—Índices. Ñ Son los índices como síntesis y concreción de las medidas, y como tales expresan en una sola cifra lo que exige una enojosa comparación de números. Pero son por su mismo valor y ma- nera de efectuarlos de tal fijeza, que no podemos establecer más que á grandes delineamientos la construcción general de su desarrollo; son, como es consiguiente, relaciones, y como tales, permanecen iguales por variación que sufran los términos que las forman, siempre que esta variación sea proporcional y homogénea; así es que sólo en los desequi- librios de crecimiento, resultan aumentos Ó disminución en ellos capaces de poderse apreciar y ordenar. De los tres métodos que hay para tomar los índices, hemos seguido el que da valo- res medios, como lo demuestra el que operando con el índice cefálico á los 9 años por el método de los ¿ndices de los medios, obtenemos 76,6; por el medio de los indices, 17,5, y por el seguido 77, unido esto á la brevedad que sobre los otros tiene, le creemos preferible. El ¿ndice cefálico, aun con sus alteraciones, tiende á dismi nuir con la edad, lo que explica la mayor esfericidad de la - cabeza en los niños. Adoptando la nomenclatura quinaria de Topinard para los índices cefalicos, podemos agruparlos como . . r 1 . La 9 sigue: Dolicocéfalos ,;, Subdolicocéfalos ;;, A 4 20 Mesaticéfalos 5 p? —Subbraquicéfalos - y Braquicéfalos ) Respecto al frontal sigue igual ley, como lo indican los valores de la tabla VI. De los dos índices de la cara, el total d de la cara, relación de la latitud bizigomática á la altura mento-—ofriaca tiene interés . en el vivo y por eso le tomamos; es mucho más elevado que el facial en el que entra la altura ofrio-alveolar; las dos tienden en general, á crecer, demostrando un aumento de desarrollo vertical más acentuado en el índice de la cara por la influencia del crecimiento de la altura mento-alveolar. La colocación en Microprosopos, Mesomegaprosopos y Megaprosopos, no la in— tentamos por la escasa variación de los valores. Ade El indice gomozigomático que es la relación del trapecio cuyos lados superior é inferior, son, la latitud bizigomática: y la (23) Hoyos Sáinz.—ESTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. 27 bigoniaca; empleado en su trabajo sobre la raza vasca por el Sr. Aranzadi tiene un valor muy alto, oscilando aunque decre- ciente con la edad de 85,2 á 73,5 en los 20 años. En el índice de prognatismo, aunque de gran importancia por estar ligado á gran número de relaciones del crecimiento de la cara y cráneo anterior, no podemos establecer consideraciones sobre él por las causas de error que el procedimiento de la doble escuadra lleva consigo y el corto número de individuos sobre que le hemos determinado ú calculado; tampoco hacemos, por igual causa, la distinción de los diversos modos de prognatismo. Parécenos que á pesar de los números de la tabla, debe ir cre- ciendo más normalmente el índice, y con él, el prognatismo; oscila de 4,3 4 24,7, siendo el medio de 14 bastante inferior, por consiguiente, al determinado para los adultos en las di— versas razas europeas. El indice nasal transversal, no el antero—-posterior señalado por Topinard entre el excesivo número de caracteres que en su morfología de este óreano ha determinado, varía de ser marcadamente platirrinos en la primera edad con 87,7 á muy leptorrinos en los 20 años con 38,1; es, pues, la fracción en que el índice tiene un aumento más uniforme y grande. De los diversos índices que se pueden determinar en el tronco y miembros, sólo el torácico y antibraquial tienen inte- rés. Conocida es la importancia que en medicina tiene la buena conformación y amplitud del pecho; determinada por su circunferencia y mejor por su diámetro antero-posterior, recibe por esto el nombre de vital y está determinado por los dos diámetros pectorales. Alcanza el valor máximo de 85,3 en las primeras edades y va gradualmente disminuyendo por aplanamiento de la caja torácica hasta reducirse á 71,1 á los 19 años, pues no debe considerarse el valor de 56,0 que pre— senta á los 18 por coincidir en esa edad individuos de raquítica - complexión. Es el indice antibraguial la relación de la medida del ante- - brazo al brazo, y debido á la poca fijeza que ya hicimos cons— tar en las mismas, no presenta una franca ley de aumento 6 disminución, aunque debe tender á la segunda por el mayor desarrollo del brazo; como términos límites se señalan valores de 13,7 y 40,5 á los 11 y 8 años respectivamente, pudiendo asignarse una media probable de 55. | | 28 ' ANALES DE HISTORIA NATURAL. NE (21) Angulo facial. Tiene importancia esta medida por lo carac- terística que es y lo exactamente que expresa el desarrollo de la región facial relativamente á la frontal y cefalica; entre los “varios procedimientos discutidos para obtenerle, quedan casi exclusivamente en practica el gráfico de la doble escuadra y el directo por el eoniómetro central de Broca; eliminado el pri- mero por lo poco práctico y la diversidad de resultados por lo sensible del método queda solo el segundo, en el que hay variación según se tome en la glabela 6 en el ofrio ó en la frente, siendo el medio el que da también el valor medio y el que hemos adoptado. Conocido es el abombamiento en curva muy regular de la frente de los niños, lo que explica unido al mayor desarrollo relativo (con la edad) de la cara, el que el angulo baje del valor de 80* y 83” que tiene entre los uno y cinco años al de 75 y 77 que presenta de los 15 á los 20. El mínimo valor de 13” a los 18 es debido á un individuo verda= deramente notable por sus medidas que presenta el angulo menor que hemos apreciado de 69” y hace descender notable- mente el valor medio de la edad. VI.—Morfología y fisiología. Por varias causas no estudiamos aquí los caracteres descrip- tivos que van incluidos en este grupo y los resultados que sobre la fisiología de las primeras edades deben figurar en estos estudios. No siendo en la generalidad de los casos reduc- tibles á cifras los resultados, precisa extenderse en larguísima exposición de hechos que aumentarian demasiado los límites de estos apuntes. Llevando los caracteres fisiológicos más cau- sas de variación individual que ningunos otros, se necesita con- trarrestar este desequilibrio con un gran número de obser vaciones para atenuar en lo posible las causas de error y no siéndonos posible esto actualmente creemos que no tienen la. suficiente fijeza las observaciones recogidas. Exigen por otra parte esta clase de experimentos, condiciones especiales de material, y medio de observación que estamos muy lejos de poseer; hay además, aunque los resultados no se han publicado, valiosísimos y repetidos trabajos hechos por los Sres. Simarro, (25) Hoyos Sáinz.—EsTUDIO SOBRE EL CRECIMIENTO. 2 Oloriz y Salillas, que no pueden ser igualados por nuestras deficientes observaciones. Terminamos, pues, el trabajo que hemos podido realizar merced a los consejos de nuestro maestro el Sr. Antón, expo- niendo los datos anteriores que trataremos de ampliar y depu- rar en sucesivos trabajos sobre STan número de ejemplares, operando en colegios, pensiones, asilos y demás estableci- mientos en que se congregan gran número de niños y en los que podemos estudiarlos merced á la exquisita amabilidad y entusiasmo científico que distingue á sus directores. Resulta- ria por las diversas circunstancias de vida y condiciones de los asilados y libres un estudio comparativo que no sería la parte menos interesante del trabajo. Agosto 1839. 30; ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) ,, Explicación de la lámina 1. Figura 1.— Cráneo y cara. Cada cuadrado representa 2 mm. excepto en las circunfe— rencias, que son 6. Milímetros. ndice ni otal. anual. A.— Altura mento-ofriaCA. ....o.o.ooooo..... 754124 60,4 2,5 B:— Latitud DIZIgOMÉÁICA.....oJoococde=ss 94 á 136 69,1 2,1 C.— Sinfisi0-gONiaC2d.....ooooooooooo.. A 594 96 61,4 1,9 .D.—Diámetro antero-posteri0T........... 165 á 195 84,6 1,5 E.—Circunferencia horizontal............ 471 4 563 83,6 4,6 F.—Diámetro transverso máximo......... 126 á 150 84,0 1,2 G.—Latitud bigoniaca........... idea 84 á4 110 73,6 1,3 Figura 11.— Medidas del cuerpo y extremidades. Cada cuadrado equivale á 10 mm. A . TEAÁ1645 46,8 445 B.— Altura del hombro......... AS aL ia 1367 410 395 C.—Altura de la cadera............... .«. 355á 1005 35,5 37,5 D.—Longitud del muslo................. 1684 540 31,1. ESI6 E.—Longitud de la pierda............... 1424 392 36,2 12,5 F.—Altura de la pantorrilla.............. 1584 372 427 124 G.—Longitud del antebrazo. ............ 1104 268 48,5 8,3 H.—Longitud de la mano...........o..... 854 199 AD RS Ficura 11.— Diámetros y curvas del tronco. La escala es de l á 6. A.—Latitud en los hombros.............. 1684380 442 10,6. B.—Latitud en las caderas.. ....... o AZ 202 47,7 6,9 C.—Diámetro transverso pectoral...... .. 1214266 46,6 7,1 D.—Diámetro antero-posterior pectoral... 1124208' 53,8 4,8 erve LÍ. domo WT Lam l. EL UEENPIAEA LOC MELSAASENEZNOESZ : j El AN E ] | JE : £ e e , Y E e e , 4 a 2 y 4 A ¡E Ny E Ey f | has A Er mcipatunnuncto ES Ea - ==... da osa + IA E MIC 30, ANALES DE HISTORIA NATURAL. ,, Explicación de la lámina 1. Ficura 1.— Cráneo y cara. Cada cuadrado representa 2 mm. excepto en las circunfe— rencias, que son 6. Milímetros. Di A.— Altura mento-ofriaCa.......ooooooo.o. 7154124 60,4 B.—Latitud bizigomática............o.... 94 á 136 69,1 C.— Sinfisi0-g0NiACA....oooooooo.oo.oo.. NS 594 96 61,4 .D.—Diámetro antero-posteri0T........... 165 á 195 84,6 E.—Circunferencia horizontal............ 471 4 563 83,6 F.—Diámetro transverso máximo......... 126 á 150 84,0 G.—Latitud bigoniaca.........o...... PR 84 4 110 73,6 Figura 11.— Medidas del cuerpo y extremidades. Cada cuadrado equivale á 10 mm. A Pi ¿osa TAO 16 Lo B.— Altura del hombro.........o..o..... oia 1367 41,0 C.— Altura de la cadera...........o.... . 3554 1005 35,5 D.—Longitud del muslo................. 1684 540 31,1 E.—Longitud de la pierna.......... ADA 39 36,2 F.—Altura de la pantorrilla.............. 1584 372 42,7 G.—Longitud del antebraz0............. 1104 268 48,5 H.—Longitud de la mano.............. SA 1199 ds Ficura 11.— Diámetros y curvas del tronco. La escala es de l á 6. A.—Latitud en los hombros...... a O a OSO 442 B.—Latitud en las caderas.. ....... Ma IO 62 AA C.—Diámetro transverso pectoral...... .. 1214266 46,6 D.—Diámetro antero-posterior pectoral... 1124208. 53,8 Creci- miento anual. 2,5 2,1 1,9 1,5 4,6 1,2 1,3 44,5. 39,5 37,5 18,6 12,5 12,4 8,3 5,7 10,6. 6,9 ml 4,8 SAA SA A SS NS 0% 61 51 19117 ELL I0LOS 292% 871 07 61 $1 1191 19 EL 0169L a — — pS A On Wi] NoE ASES oy E. ¡SEMA AmO MS -— en REIR ca o alo on HARO EA ED AAN!| 3 7 + 1 S qa i=L =! > ' dl E 1 + Pd E sia : y ¡DÁ aaa 2 4 ae sa Le 1 de DEC IEEEEES A 8 y AE ' - AU A | HA 7 (ja A 138 ps O H e z H++ HA ] Ed HH 7 mia E His 3 de. Ma EA e a bl A mn a ñ AN Im EVAna mn al 147 MG 147 Ca a 1] : p : H 7 El M H p 7 M 7 : 3 ] 12 la a: Ea: Aia cempoprwgss 5 odo pap Pep rpyo "II UN AVANCE ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA, D. TELESFORO DE ARANZADI Y D. LUÍS DE HOYOS. U (Sesión del 13 de Enero de 1892. En espectativa de publicar una serie de trabajos sobre la cránea española, hemos creído oportuno, no sólo para ordenar los mismos, sino para adelantar la característica principal de los cráneos que forman las colecciones del Museo de Madrid, el publicar el presente 4vance á los ulteriores trabajos: pues terminada la incorporación de la colección de cráneos del doc- tor Velasco con la que existía en el Museo de Madrid, y una vez ordenada la serie total por provincias, era preciso dar como primer estudio de conjunto una clasificación provisional de las provincias de España por los índices cefálico y nasal. Desgraciadamente, aunque de algunas provincias, en especial de la costa cantábrica, el número de cráneos es suficiente para formar juicio bastante aproximado, en otras las característi— cas obtenidas apenas tienen valor por el escasísimo número -() No podemos dejar de hacer público nuestro agradecimiento á los Sres. Hamy, Cartaillac y Topinard , directores de Z"Anthropologie, y á los Sres. Hovelacque, Ma- - nouvrier y Letourneau, de la Société d'Anthropologie de París, al ofrecernos sus res- pectivas publicaciones para el presente estudio; pero comprenderán el interés que tenemos de que sea en España, y en los ANALES DE LA SOCIEDAD DE HISTORIA NA- TUBAL, donde vea la luz pública este trabajo. 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. AN de ejemplares, y regiones extensas é importantísimas de Es- paña carecen casi en absoluto de representantes en la colec— ción. Tal sucede con el reino de Aragón y Valencia, y aun más con el principado de Cataluña. i A pesar de los trabajos hechos para completar la colección por nuestro maestro el Dr. Antón, encargado de la Sección de Antropología en el Museo de Madrid, y del gran número de cráneos recogidos por el abogado Sr. Pérez Árcas, hijo del sabio catedrático de la Facultad de Ciencias; el Dr. de Buen, profesor en la Universidad de Barcelona; el ilustre explora= dor Dr. Ossorio, y por nosotros mismos , nos ha sido imposible ampliar el estudio á todas las provincias, pues no existen crá= neos de ellas mas que en las colecciones de la Facultad de Medicina, que con harto pesar nos hemos visto privados de estudiar. Sin embargo de estas grandes deficiencias, no juzgamos útil esperar a un complemento de la colección, que no sabemos cuándo llegará, ni á un estudio más detallado de lo existente, que multitud de circunstancias nos impidiesen proseguir sin solución de continuidad. El presente estudio, aunque imcom-= pleto, no dudamos que ofrecerá datos dignos de ser conocidos, máxime teniendo en cuenta que es el primer trabajo craneo- métrico de alguna extensión referente á la población actual ú reciente de España. Hubiéramos querido hacer este estudio correlativo del veri- ficado sobre vivos; pero en la imposibilidad de terminar por ahora la medición de individuos correspondientes a todas las provincias, aun acudiendo á la observación en los militares y grandes establecimientos, ya oficiales ó particulares, dejamos para más adelante la publicación de los datos recogidos sobre la antropometría de España, aunque pronto podrá hacerse este estudio comparativo por la publicación de los múltiples datos recogidos con gran actividad por el sabio profesor de Medicina Dr. Oloriz. El procedimiento técnico respecto á los indices cefalico y nasal es el universalmente aceptado. El diámetro antero=pos- terior lo tomamos desde la glabela, el máximo; el transverso perpendicularmente al anterior donde se halle el máximo; la longitud nasal, del nasio á la base de la espina y la latitud. perpendicularmente á la anterior la máxima. Lo que llama=" (3) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 33 mos módulo es la media aritmética del diámetro antero-poste- rior y del transverso, tomada en cierto modo como valor apro- ximado del tamaño de la cabeza, por lo menos del circuito horizontal. | Se ha conservado a las provincias sus límites políticos, pero las regiones las hemos creado independientemente de consi- deraciones políticas 6 históricas, y sólo ateniéndonos á las agrupaciones resultantes de la similitud de los datos obteni- dos; con lo cual dicho se está que son meramente provisiona— les en sus límites y número, y únicamente tienen como objeto el facilitar el estudio comparativo. ¿0 Índice cefálico.—Por de pronto vemos que la variación en el valor medio de este índice en las provincias está comprendida entre 72,5 Sevilla y 79,4 Palencia. Considerando aisladamente los dos sexos, hallamos el mínimo de los valores medios pro- vinciales en los cráneos masculinos de Huesca con 71,8, siendo el máximo 81,2 el de Álava, que corresponde á una mujer. Individualmente los valores extremos absolutos son de 66 en un hombre de Cuenca y 91 en otro de Oviedo; es pues la osci— lación de + 11 y — 15, 6 sea de 26 cifras inferior á las 27,7 que tienen los parisienses. La variación provincial abarca 6,9 uni- dades, valor muy inferior al de los departamentos de la Fran- cia, en que, según Colignon, la variación alcanza de 78 á 87. Si por este dato se pudiera juzgar, diríamos que la población de España es menos compleja y heterogénea que la de Fran- cia; lo que sí se puede afirmar resueltamente es la marcada dolicocefalia de la primera con respecto á la segunda. —Examinando el número de provincias en cada índice medio,. vemos una cifra mayor, como es natural, hacia el valor me- diano 76, con 11 provincias, y a los dos lados máximos parcia- les en “4 y 79 con 6 y 3 respectivamente. Considerando las sumas totales de individuos en cada indice dispuestos en serie, observamos el máximo dominante en 76 que coincide con el máximo de provincias y máximos parciales en 70 y 78, debido ANALES DE HIST. NAT.—XXI. 3 34 ANALES DE HISTORIA NATURAL. sd (4) el primero á las regiones Carpetana y Celtibérica, y el segundo á la Vasca y Cantábrica. Para que la comparación de unas provincias con otras, a fin de establecer su caracteristica diferencial y agrupación en erandes regiones, nos dé algún resultado bastante general, hemos creído conveniente, prescindiendo de los límites asig= nados generalmente á la braquicefalia y platirrinia, establecer la división correspondiente por la media serial que nos da nuestro total (1). Así, separando la braquicefalia de la dolicoce- falia en el índice 76,5, nos resultan 15 provincias braquicéfalas y 19 dolicocéfalas, consideradas unas con relación a otras. Es de notar la simetría de los varones y hembras en las dos uni- dades anterior y posterior al medio total, quedando además en- cerrados los tres valores en el grupo subdolicocéfalos de Broca, que comprende el 32,5 por 100, y que si es superado por el dolicocéfalo, que abarca el 35,8, es por la desigualdad de rela- ción que existe entre ambos; sigue después el mesaticéfalo con 15,1, sub-braquicéfalo 12,0 y el braquicéfalo con 4,6 por 100 solamente. El índice medio de las regiones oscila entre 74 en la ad Celtibérica y 78 en la Cantábrica, y en el adjunto cuadro (13-1.*) se ve que no coincide con el índice mediano, que es menor en dos regiones, Vasca y Galáica, y mayor en las otras 6; siendo las separaciones extremas de — 2 en la Cantábrica y Celtibé— rica, y + 1,9 en la Galáica, y aumentando la diferencia en términos generales con el número de cráneos medidos, no de- terminamos el coeficiente del error medio porque considera= mos pequeñas las series parciales. Considerando los números absolutos de los diámetros cefáli- cos, vemos que oscilan, el antero—posterior, entre 165 (9 de Mela dal d), y 206 (y de ua límites más amplios que los señalados por Benedikt (Anthropométrie cranto-céphalique), como compatibles con las condiciones fisiológicas normales. pues el superior excede en 16 mm. y el inferior en 4 mm. al fijado por él; y en lo que se refiere a España, son indudable= mente cortos, como lo prueban las cifras del cuadro II. (1) Debemos hacer constar las advertencias que sobre este punto nos ha hecho nuestro maestro el Dr. Verneau, sabio preparador del Museum d*Histoire natuwrelle de Paris. 5) Aranzadi y Hoy0s.— ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 35 El diámetro transverso varia de 123 mm. (0 de Oviedo) á 161 mm. ($ de Guipúzcoa), siendo inferiores ambos extremos en 7 y 4 mm. respectivamente al señalado por el mismo Bene- dikt á las razas de Europa, pero excediendo la amplitud de la variación en 3 unidades. Analizando por provincias estas mis— mas variaciones, los límites son en el A. P. 165 Álava y 195 Cádiz y Ávila, y en el Tras. 146 Coruña y Ávila y 127 Cádiz; disminuyendo, por tanto, en 15 y 19 mm. respectivamente la amplitud de la variación provincial respecto á la individual. Adoptando el método y nomenclatura quinaria del Dr. Topi- nard, la más exacta por razón de su proporcionalidad , tene- mos otra distribución de índices que se aproxima más á la verdad y que está en armonía con la caracteristica de las:re— giones. La damos unida a la de Broca para hacerlas compa- rables. | Broca. Topinard. Regiones comprendidas, Ultradolicéfalos. .. Celtibérica, Carpetana, Turde- Dolicocéfalos...... 35,8 1,8 l tana. Oretana, Carpetana bis, Leo- nesa, Cántabra, Galdica, Vas- * ca (Turdetana, Celtibérica, ÚV Carpetana.) Sub-dolicocéfalos... 32,5 34,1 28,2 (Oretana, Cántabra, Leo- Mesaticéfalos...... 15,1 49,4 nesa. 21,2 Galáica, Vasca). Sub-braquicéfalos. . 120 12,4 Braquicéfalos...... 4,6 2 Ultrabraquicéfalos.. ; 0,2 Es de notar cómo en los valores 74 y 17 no existen máximos regionales, quedando como puntos de encuentro. de los dos elementos constituyentes que forman los dos grupos extremos de regiones, y formando la Oretana, Cántabra y Leonesa, :las razas mezcladas con los valores medios de las anteriores. Por el índice cefálico aparecen caracterizadas cuatro zonas: (Mapa 1) la Septentrional Y Cantábrica, francamente braquicé- fala, sobre todo en su parte asturo-saláica, donde alcanza in= dices de 79,2 y que abraza once provincias, ú sean todas las 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) marítimas y las unidas á ellas excepto Orense y León. Viene otra zona de más débil braquicefalia, formada por las tres provincias entre el Tajo y Guadiana, cuyos índices son de 17 y hasta de 79,2 en los hombres solos. Las otras dos zonas más dolicocéfalas son las que, empezan-. do en la Rioja en la cuenca media del Ebro, sigue toda la cor- dillera central de España hasta su bifurcación en Albacete, para dar lugar al doble sistema orográfico de Andalucía y á las estribaciones que terminan la cordillera en Murcia y Ali- cante. Comprende diez provincias, y si existieran ejemplares es muy probable que las de Córdoba, Almería y Málaga, no fueran lagunas en esta zona, cuyo índice es de 13 por término medio. | La última zona, de valores medios, que oscila entre 75 y 76,, ocupa parte de Castilla la Vieja y reino de León, y aun se ex= tiende hasta Galicia, cuya provincia de Orense se uniría a ella por Zamora si afortunadamente poseyéramos ejemplares de dicha provincia. Quedan como excepciones, hiatus que rom= pen esta distribución, León y Guadalajara, con una acentuada dolicocefalia (74,8) la primera entre provincias braquicéfalas.,. y relativamente braquicéfala (76,8) la segunda, en la corriente dolicocéfala del centro. Índice nasal.—Considerando la distribución general que se ve en el mapa, vemos que es análoga á la del cefálico; dato de capitalísima importancia por el mutuo valor que se prestan al confirmar el uno las deducciones del otro. Asi tenemos (Mapa IT) una zona cantábrica que abraza casi iguales provincias que la del cefáalico, excepción de los dos límites E. y O. de la zona; sus índices medios, pues, oscilan alrededor de 47; se aminoran en el borde oriental dando nacimiento á la zona celtibérica 6 cen- tral con el máx. de leptorrinia, unas 44 unidades, que no sigue por sus límites S. y SO., sino que va aumentando el indice hasta dar la zona meridional con los mayores valores 55 y 54 en Sevilla y Cádiz. En el sezundo grupo de índices leptorrinos la división se acentúa dando más bien que zonas islotes, uno en Galicia y otro en la Mancha. Repitiendo el estudio diferencial que hicimos en el cefálico, hallamos en primer término que el valor medio provincial va- ría de 54,7 en Sevilla á 40,4 en Alicante, siendo la diferencia: de 14,3 unidades. Individualmente, la variación diferencial (1) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 87 total sube á 30 unidades desde un indice de 34 dado por un —hombre de Salamanca hasta el de 64 por una mujer de Sego- via; oscilación es esta que baja en su valor mínimo del 35 se- ñalado hasta ahora, pero que no alcanza a los 72, límite ex- tremo de la platirrinia. | | : El estudio integral del índice aclara los datos dados por las medias; así vemos que en el cuadro III corresponde el máxi- mum de provincias 9 al índice 46 que excede al índice seña- lado con el máximum de individuos, 46 en el valor 45, coin- cidiendo con el de las mujeres, que como se ve pasan a los hombres en 3 unidades, por estar aquellos en el valor 42 y en un máximo parcial muy leptorrino. Otros dos máximos par- ciales muy marcados y muy de notar, por llevar consigo el índice asignado á las regiones Galáica, Leonesa y Turdetana, son los de los valores 48 y 50. Siguiendo la nomenclatura de Broca, tendremos que su erupo leptorrinos abarca 14 unidades, en los que están com- prendidos los máximos total y sexuales y los medios de las regiones, y que forma el 61 por 100 de los cráneos; el grupo mesorrinos, que comprende los dos máximos parciales supe- riores, contribuye con el 30,4, quedando sólo el 8,1 para la - platirrinia, formada en su mayoría por índices aislados que muy bien pueden considerarse como atípicos. Por lo anterior hemos adoptado la división en el índice 46,5, quedando así cuatro regiones á cada lado y 17 provincias platirrinas (relati- vamente al total), y 16 leptorrinas que, subdivididas á su vez en dos erupos, forman los cuatro términos homólogos á los del índice cefálico. El índice medio en las regiones vemos que oscila entre 45,4 en la región Vasca y 48,5 en la Turdetana, superando al me- diano en todas menos en la Galáica, pues éste varía de 42 en la Vasca á 48 en la Galáica y Turdetana, siendo sus oscilacio— nes de + 1,7 4 — 3,4, ú sean 5,1. Respecto a los valores absolutos de los diametros nasales, en el cuadro IV se muestran como valores extremos individuales de la longitud, 58 mm. en cráneos de Oviedo, Santander y Sa- lamanca, y 39 en Ciudad-Real y Oviedo; y de la latitud, 30 en Cuenca y 18 en Albacete, Guipúzcoa y Segovia; la amplitud de la variación es, por tanto, de 19 y 12 mm. en los diámetros respectivos. Para los medios provinciales redúcese la variación 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) a 9 y 6 respectivamente, correspondiendo los máximos a Cádiz (54 m. de altura), y á la misma, Sevilla y Soria (26 m. de lati- tud), y los mínimos á Ávila, Soria y Baleares en la altura (45), y Ávila y Cuenca (20) en la latitud. Módulo.—En la imposibilidad de cubicar la extensa serie de que nos hemos servido, y no habiendo medido tampoco las circunferencias, utilizamos como un medio de conocer el vo— lumen cefalico, aunque con escasa aproximación, el módulo de los diámetros horizontales, por creerle más exacto que la simple denominación de cráneos grandes y pequeños en que á primera vista distingulamos los de cada región. Correspon— den los grandes módulos que pasan de 160 á la región Cantá— brica, y únicamente Palencia hace excepción, que se explica por el predominio excesivo de cráneos femeninos. Están á igual y aun más altura las dos provincias de la región Leone- sa, pues llegan á 162,5. Sigue la región Carpetana con valores que varía de 159 á 164, explicándose por igual motivo que Pa- lencia la cifra relativamente baja de Valladolid. Á continua= ción, conservando bastante homogeneidad, viene la región Celtibérica, cuyo medio es de 160,4. Alcanza el maximum de pureza en esta medida la Oretana con un valor muy bajo, 157,8, y quedan la Vasca, Galáica y Turdetana, con notables diferen- cias entre sus diversas provincias, llegando al máximo la va= riación en la última que tiene valores de los cuatro grupos. Haciendo la separación de módulos grandes y pequeños en el 159, quedan 19 provincias de gran módulo y 15 de pequeño. Los límites extremos del módulo son Coruña 166, y Palencia: 154,6, pues el valor 149,5 de Álava corresponde á una sola mu- jer y parece deformada. Diferencias seruales.— Utilizando la separación que hicimos de cráneos masculinos y femeninos, podemos deducir del exa- men comparativo que las mujeres son más braquicéfalas por medias provinciales, excepto en la región Oretana, y por suma total de individuos, salvo la Vasca y Galáica; más platirrinas por medias provinciales, excepto las Celtibérica y Turdetana, y más platirrinas por suma de individuos en las cuatro regio— nes del N. Son más braquicéfalas las mujeres en 23 provincias y menos en 7, que son: Jaén, Ciudad-Real y Toledo (la Man- cha), Lugo, Soria y Navarra. Son más platirrinas en 15 pro- vincias, al igual que los varones en Granada y Navarra; y «9 Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 39 más leptorrinas en 11 provincias, que son: Cáceres, Toledo, Ávila, Jaén, Murcia, Alicante, Albacete, Cuenca, Cádiz, Soria y Huesca. Por los cuadros II y IV se ven las diferencias numéricas sexuales que pueden resumirse diciendo, que en los índices cefálicos provinciales son 1,9 mayores en los máximos feme- ninos y 2 en los mínimos. Los diámetros antero—posterior y transverso son 12 mm. menores en los dos valores límites del primero, y 4en el máximo y 8 en el mínimo en el segundo. En el índice nasal son iguales los valores máximos, y 1,9 me- nores en las mujeres en el mínimo; pero considerados en ge- neral individualmente, se conservan mayores en las mujeres. La longitud nasal es 1 mm. menor en los dos extremos, te- niendo igual variación, y la latitud 2 mm. y también con igual diferencia del mínimo al máximo. Del módulo sólo podemos apuntar que en las provincias en que predominan las mujeres es más bajo, especialmente com- parado con el resto de la región; así los módulos inferiores á 157 siempre están influidos por un aumento de cráneos feme- ninos, y los superiores á 161 por masculinos. TIT. Característica de las regiones. —Al mirar sucesivamente los dos mapas de los índices cefálico y nasal, salta á la vista la correlativa distribución de ellos y la utilidad que para la dis— tribución y el análisis de los elementos etnogénicos de España pueden deducirse. Y así, sin artificios de cálculo ni necesidad de buscar extrañas y más d menos justas relaciones, tan sólo combinando los dos elementos de cada índice, aparecen los cuatro grupos, Dolico-Leptorrinos, Dolico-Platirrinos, Braqui- Leptorrinos y Braqui-Platirrinos, que distribuidos en las di- versas provincias, y señalados con diverso color, dan lugar necesariamente, como se ve en el mapa, á ocho regiones ne- tamente caracterizadas, quedando un corto número de pro- vincias sin formar parte de las mismas, debido sin duda al escaso número de ejemplares por que están representadas y á la falta de los mismos en sus limitrofes. 40 od ANALES DE HISTORIA NATURAL. A (10) - a ión de dichas regiones y el número de pros cias que cada una corresponde es la siguiente: Leptorrinos........ | E: a A +. (5) Dolicocéfalos. . Celtibérica. ........ (4) Platina e ' a Dos. Abs (2) l Bético-Turdetana (4) Dep oe Gallica. ae ( za Braquicéfalos...... Ma (42) O ( Cantábrica. ........ (5) (7 Oretamas ooo A (3) Las provincias que resultan aisladas son Alicante, Guadala- jara, Logroño, Soria, Huesca y Baleares, de las que estas tres últimas tal vez fueran los vértices de la región oriental carac= terizada por ser Dolicocéfala—Platirrina; pero nada puede afir— marse en concreto, porque el Museo de Madrid no posee un solo cráneo de tan dilatada región. Región Vasca.—Ocupa el vértice 6 fondo del Cantábrico en la provincia de Guipúzcoa, y se extiende á E. y SO. por Nava- rra, Álava y Burgos, aunque esta provincia parécenos que figura aquí porque los pocos cráneos que la representan per tenecen á su límite con Álava. Caracterizanla una moderada braquicefalia 77,1 (sub-dolicocefalia Br.) y la más notable lep= torrinia 45,4. Por el cuadro V. Á se ve que sus límites oscilan de 66 á 87, 6 sean 21 unidades, aunque el valor mínimo es aislado, y se reducen por tanto á 16. Reuniendo nuestros datos con los obtenidos por Broca, resulta la seriación siguiente: Anales delicSoc espanola de Mist nat. Se ere ll Lomol (IMD) Lam A]. OI AÍDA TED ! Ñ ll l ' mE ' Ed Pe Anales de la Joc. espanola delhistral. Sere ll Tomol (XAXV Lam.MMH. SS / Ss a EA AR EA Aranzadi y Hoy0os.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 41 (11) PI 881898 58b8€82818 086L/8LLL9LSL?L ELL 1L OL 69 89 L9 99 PASTA 0 A 0 Sp 20 97166 | SELISDT FO) alo o ES ETE EA EEN SOIISINN | 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) que da dos máximos ya notados en la nuestra, pero confundi dos en uno en la de Broca, máximos que corresponden a los dos que se ven en el cuadro V. B del índice nasal, en 42 y 45, habiendo otro platirrino menos marcado en 48 que puede con- siderarse corresponde á los elevados índices cefálicos que se ven en el cuadro anterior representados por el máximo de 81 y los valores aislados que llegan hasta 87. Es notable la per manencia de los máximos nasales en los dos sexos que se re- pite en los tres valores, mientras en el cefálico son más altos, aunque en nada varían los totales que siguen en los valores dados por los hombres. Región Cantábrica. —Esta extensa y caracteristica región ocupa toda la costa cantábrica, excepto las dos provincias ex- tremas, estando representada al S. de los Pirineos por Palencia y tal vez por Burgos. Es la región más braquicéfala, sobre todo en su parte occidental en Oviedo y Lugo, donde alcanza indi ces de 79,2, siendo su media de 78 y el valor mediano de “76, aunque hay dos máximos en 74 y 78, extendiéndose los Indi= ces altos con un máximo atenuado en 82. En los hombres los máximos son inferiores al 79 de las mujeres. El índice nasal medio es de 47,3 y el mediano de 44; pero se eleva por la repe- tición de máximos parciales hasta el 50, y por hallarse el má- ximo femenino en el 46. El módulo es de los más elevados y sus cráneos son anchos, con el vertex posterior y una curva occipital muy rentrante; el diámetro frontal es ancho y la cara relativamente corta, pero no ancha en exceso, sino armónica. Influye indudablemente en la forma de la cabeza una ligera deformación fronto-occipital que alarga en dirección del ver- tex, generalmente obélico, el radio correspondiente (1). La . frente es ancha, algo cuadrangular de arriba, suave hasta el obelio; las eminencias parietales marcadas y las apófisis mas- toideas grandes, la fosa canina profunda y el inio saliente, presentando en general contornos fuertes como signo de ro— busta complexión, siendo también el cráneo pesado y fuerte. Los tres elementos integrantes se repiten en el índice nasal, apareciendo bien definidos en los hombres y confirmándose: en el total, debido el braquicéfalo platirrino á Oviedo y Lugo. (1) De un trabajo en preparación por uno de nosotros sobre la raza cántabra. (13) Aranzadi y Hoy0s.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 43 En el estudio de dos series de cráneos de Oviedo hecho por uno de nosotros para un trabajo sobre la raza cántabra, hemos po- dido apreciar que la braquicefalia ha disminuido notablemente cerca de 3 unidades del siglo xvi hasta hoy; pues mientras los cráneos de aquella fecha presentan Índices superiores á 80, llegando á 87,11, los actuales no llegan a la primera de dichas cifras; en el indice nasal se marca, aunque no tan claramente, el predominio de la platirrinia. En el vivo el color es sonrosado, pero obscuro, aunque más claro en las mujeres, sobre todo en Oviedo; los ojos se aproxi— man al 3 de la escala de Broca, y están abultados por lo gene- ral; pelo castaño oscuro, fino; la nariz, que en Vizcaya y San— tander es saliente y no muy ancha, se aplasta sobre todo en su raiz en Oviedo y Lugo. La talla va decreciendo de E. a O., y es más elevada que la media en la costa; el tronco ancho y el índice torácico muy elevado; las extremidades grandes. Región Galdica.—Situada en el extremo poniente de la zona septentrional, presenta esta región un verdadero carácter pa- radógico, aunque repite en parte la característica vasca en el extremo opuesto. Comprende las dos provincias atlánticas de Galicia, Ú sean Coruña y Pontevedra, y la caracterizan un ín— dice cefalico de 77,1 y un nasal de 46,3, único en este extremo NO., formado de platirrinos y dándose la singularidad de ser las mujeres igualmente leptorrinas que los hombres, y más dolicocéfalas por el máximum de casos en el índice mediano. Se ve claramente la distinción de sus dos elementos en los cua- dros VII, A y B, correspondiendo el uno á índices de 73 y 42 y el otro de 79 y 48; en el valor de sus módulos se dan también los casos extremos máximo de 166 en la Coruña y mínimo de 156,7 en Pontevedra. La característica descriptiva es notable por su cara larga y más estrecha que en el resto de la región, aunque la glabela y los superciliares son muy marcados; de frente suave, algo es— capada; las curvas laterales suaves; bolsas parietales muy de- primidas y cabeza en general muy alta. Estos caracteres co— rresponden sin duda al elemento lepto-dolicocéfalo, pues tam-— bién hay cráneos semejantes en un todo á los de Lugo, y que establecen el paso á la región cantábrica. En el vivo el citado tipo, que pudiéramos llamar fino, en oposición al ordinario, de formas duras y pesadas, corresponde á individuos de talla 44 ANALES DE HISTORIA -NATURAL. - (14) alta, delgados, sonrosados y rubios, sobre todo en la barba; ojos claros, verdosos, rasgados por el borde externo; nariz fina y más aún por la raíz; lóbulos delgados y mentón agudo, y a son abundantes en las villas costeras de Galicia. Región Leonesa.—Lo primero que se nota al ver los cua= dros VII, A y B, que son los analíticos de esta región, es la uniformidad de sus índices cefálicos y la variedad de los nasa= les, pues mientras los primeros sólo abarcan 5 unidades corre- lativas, y colocadas á un lado y otro del valor 75, que es el in- dice mediano, los nasales varian de 40 a 57 distribuidos en tres grupos y oscilando alrededor del índice mediano 48. Su carac— terística está dada por un índice cefálico de 75,2 y un nasal de 48,1, siendo la antítesis por este caracter dolico=platirrino de su limítrofe la región Galáica y apareciendo como un islote dolicocéfalo en la zona norte braquicéfala; es, por tanto, res— pecto al índice cefálico, lo que la región Galáica al nasal. Como se ve en el mapa III, el índice nasal de Orense es el mas alto, salvo la región Turdetana y en el correspondiente a los módulos que es la región más elevada. Región Carpetana.—Ocupa esta región la meseta castellana del Norte y la provincia de Madrid, separada de las otras que son Salamanca, Ávila, Segovia y Valladolid por la sierra de Guadarrama; y por la distribución de los máximos del índice cefalico, se ve que en ella no se ha operado por completo la fusión de sus elementos componentes, pues aparte de existir dos máximos totales en 73 y 76, hay otros parciales distribuidos por los extremos de la serie que es además muy homogénea. Sus indices medios son de 76,1 y 45,8, siendo, pues, subdolico- céfala y leptorrina, figurando en el grupo mismo que la Celti- bérica, aunque con indices más altos. La diferencia á favor de la braquicefalia de las mujeres es muy notable, sobre todo en Segovia y Madrid. Por el índice nasal aparecen fusionados en un máximo central correspondiente á 45 (Cuadro IX, B), y en el que influyen los cráneos femeninos, aunque siguen los maximos parciales en 42 influenciados por los masculinos y otro en 50 por los femeninos. Los cráneos de esta región son grandes en apariencia, pesa= dos, de formas anchas aunque cortantes y afiladas en la región - facial, con la parte correspondiente al obelio deprimida y la región occipital poco saliente, de impresiones musculares (15) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 45 fuertes y asi el inio y mastoideas, raiz nasal profunda y órbita erande y cuadrangular. Los individuos vivos son deleados, musculosos, de pecho deprimido y latitud biacromial muy ancha, de talla elevada y miembros largos; el color es apagado y algo ocráceo y el pelo pardo castaño. Esta región se continúa con la siguiente por la cuenca del Tajo entre Madrid y Cuenca. Región Celtivérica.—Sirvela de centro la provincia de Alba— cete y se disponen radialmente alrededor suyo la de Cuenca al N., la de Alicante al E., y la de Jaén al SO. Como se ve en el mapa II, la provincia de Murcia formaría parte de esta región por su indice cefálico. Esta región es leptorrina 45,7 y la más dolicocéfala, 74 de indice medio y 72 de mediano, extendién— dose máximos parciales escalonados en “4, “6 y 78, señalando la intrusión del elemento braquicéfalo; repitese igual distribu- ción en los máximos platirrinos, uno de 50, aunque es notable un leptorrino extremo de 40 formado casi en absoluto por las mujeres, que son bastante más leptorrinas que los hombres, al contrario que en las demás regiones. En las provincias de Albacete y Jaén se da el índice provincial mínimo de las mujeres 73,8, y en Alicante y Albacete los diámetros transver- sos minimos de los hombres 73,5 mm. Igualmente se ve en Alicante el índice nasal, provincial mínimo de 40,4, y en las mujeres la anchura nasal mínima de 18 mm. en Albacete; estos datos apoyan indudablemente el concepto de dolicocéfalos leptorrinos extremos con que los hemos calificado. Región Oretana. —Comprende las provincias de Toledo y Caceres de la cuenca del Tajo y Ciudad-Real, y tal vez Badajoz de la del Guadiana, quedando, pues, enmedio la cordillera Oretana que la ha dado su nombre. Repite en el centro de la Península los caracteres de la región cántabra del N., siendo por tanto braquicéfala 76,9 y plati- rrina 47,8 aunque en menor grado que aquella en el indice - cefalico y mayor en el nasal, y á la inversa que la misma es más dolicocéfala (79) y leptorrina (46) por el índice mediano que por el medio, lo que demuestra una mayor cantidad de estos elementos que en su análoga la región del N. Por la seriación se señalan tres elementos: el dominante del máximo absoluto central y uno braquicéfalo-platirrino con índices de 79 y 51 y otro lepto-dolicocéfalo que viene á corresponder á 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (16) los de 70 y 43; los mismos que hemos señalado en la región Cántabra, pero más distanciados, tal vez por el menor número de ejemplares. En los índices cefalicos de los hombres la cifra media más elevada de los valores provinciales corresponde a esta región en su provincia de Ciudad-Real; y en las nasales, excepción de las provincias aisladas y Sevilla, a Cáceres con 49,6, así como la longitud mínima de la nariz con 46 mm. Por el módulo ya vimos que es la región más homogénea y que tiene valores más elevados que su región análoga. Es de notar que los hom- bres son más braquicéfalos que las mujeres. Región Turdetana.—Es la que situada al S. de España pre- senta más diversidad de caracteres por el mayor número de elementos que han contribuido a formarla, y en los cuadros correspondientes á la misma, que son el XII. A y B, se marca esta diversidad, no atenuada en los valores medios, por el escaso número de cráneos que la representan y la gran extensión que abarca. Los caracteres asignados corresponden en realidad á la subregión que la da el nombre, formada por Cádiz y Sevilla donde la dolicocefalia es de 72 y la platirrinia, la maxima de España, de 51 y 54,7. Pero los caracteres comunes 4 medios de la región son un índice cefálico de 74,5 y un nasal de 48,5, bajando el primero por el máximun de casos a 13 y el segun- do a 47,9. Las mujeres son mucho más braquicéfalas que los hombres, siendo la más acentuada diferencia. Esto es lo único que puede decirse de esta región, que por su mayor compleji- dad exige un número crecido de ejemplares para atenuar los errores de oscilación parciales. Provincias awistadas.—Maás que por los valores propios á cada provincia, por la falta de datos de las limitrofes á que compa- rar, quedan sin formar parte de ninguna región las siguientes provincias: 1 Logroño. Dolicocéfala (74,8) leptorrina (43) sin relación alguna con las provincias limitrofes, formando un cantón muy espe— cial por las facies generales de sus cráneos. ¡ Guadalajara. Braquicéfala (76,8) leptorrina (46) interrum= piendo la corriente dolicocéfala que forman las regiones Car— petana y Celtibérica. Huesca, Soria y Baleares sirviendo de vértices á una región: probablemente dolicocéfala-platirrina con indices aproximados q (17) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 47 a 75 y 50 y que abragaría Cataluña, Aragón, Valencia y-las Baleares, aunque por ser tan extensa la región quizá se dividiera. | IV. Después de exponer los datos obtenidos, llegamos á la parte más difícil del trabajo, á la que resume el interés del presente estudio, no sólo por establecer las analogías y diferencias entre sí de los diversos elementos estudiados, sino porque es la que más concausas hace necesario tener en cuenta para resolver los problemas que sobre el origen de la actual población espa- ñola se presentan; y claro que no estimamos como único me- dio de investigación el fundado en los caracteres físicos, siendo preciso dilucidar con igual interés los que la filología, arqueo- logía, usos y costumbres nos dan, y todos los que en los estu- dios históricos se tienen en cuenta como incógnitas parciales para resolver la ecuación total. Siendo bastantes y valiosos los datos que para la prehistoria y protohistoria de España se han publicado, están sin embargo por hacer, completaándolos y reuniéndolos en unidad de plan y método; por esta razón no consideramos como definitivas las conclusiones á que:aqui lle- - g4mo0s, aunque tengan el valor que las dan los números en que se fundan. Para hallar nuevas relaciones y para confirmar las ya esta- blecidas haremos uso, en este estudio integral de las regiones, de los valiosos elementos de análisis que nos dan los cuadros eráficos y la síntesis de las regiones que forman en cada grupo. Grupo braquicéfalo-platirrino.—Por los índices medios, que son 78 y 76,9, figura este grupo al extremo de los braquicéfa— los, y por el gráfico I vemos que corresponde á este grupo la más característica braquicefalia, á la que sube por una mar— cada pendiente y se refuerza por los máximos parciales que se escalonan en la opuesta. Su homogeneidad en las dos regiones que abraza expresa igual composición en una que en otra, y la misma curva del gráfico nasal lo confirma, quedando los maximos que coinciden con los regionales á un lado y otro del 45, y existiendo los parciales distribuidos por los índices platirrinos. pe 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) “Estos valores creemos se pueden atribuir á los celtas, que según Thierry atravesaron los Pirineos, del siglo xvI al vr an- tes de J. C. (según Jubainville el siglo v), 6 en último caso, á otras inmigraciones anteriores no bien determinadas todavía 66 68 70 72 74 76 78 so 82 Se 86 88 90 y procedentes del centro europeo. Los indices mencionados tienden á aproximarse á los que la Cramia Ethmica señala para los celtas franceses (85,41 Saboya, 84,07 Auvernia, 81,34 Breta- ña), si bien la presencia de otros. elementos impide la identi- () Grupo braquicéfalo lep*orrino. o e. (Grupo dolicocéfalo-leptorrino. .... . . -. Grupobraquicéfalo-platirrino. - moras > a +» GYUPoO dolicocéfalo-platirrino. Los circulos indican el lugar del máximo de las regiones: 1, Vasca; 2, Cántabra; 3, Galáica; 4, Leonesa; 5, Carpetana; 6, Celtibérica; 7, Oretana; 8, Turdetana. A a (19) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 49 ficación completa; sirve en cierto modo de refuerzo á esta idea el índice nasal de la región cántabra que es de 47,3 (48,5 Sa- boya, 46,9 Auvernia, 48,9 Bretaña). Según Estrabon los celtas habitaban también entre el Tajo y el Anas 0 Guadiana; en nuestros mapas se puede ver esta región ocupada por indices relativamente braquicéfalos (76,9) y platirrinos (47,8), si bien distinguiéndose de los cántabros por su menor cabeza, módulo oretano 157,8 y cántabro 161,5. Aunque sólo aproximadamente, concuerda también la situa- ción de los celtas en nuestro mapa, con la marcada en Siz etnographical Maps. Munstrative of the N. H. 0f Man, by J. M. Prichard, 2” edift., si bien limita Prichard, los celtas del N. a Galicia y los del S. á la región entre Lisboa y Río Tinto; sus celtíberos que abarcan desde la orilla del Ebro en Zaragoza, Soria, Segovia, Avila, Madrid, Guadalajara, Cuenca y Toledo, ya se ve por qué están representados en nuestros mapas. Supuestas célticas las anteriores regiones, el principal má- ximo cefalico (76 y 75) indica que los celtas están muy lejos de ser los únicos que formaron la población asturiano-cantabra y extremeño-manchega, si bien su importancia se revela en el predominio de los maximos parciales braquicéfalos (1), bien por la cifra (2), bien por la extensión de la variación (3). En cuanto al índice nasal, la platirrinia es más manifiesta y do— minante sin duda, por sumarse la influencia céltica con la bereber, es decir, los leoneses en Asturias y los andaluces en Extremadura y la Mancha. Grupo braguscéfalo-leptorrimo.— Aunque por el índice medio de 77,1 en las dos regiones que comprende, pudiéramos creer que es un grupo absolutamente homogéneo, el análisis de las series y la sencillez de los gráficos nos demuestran lo que tiene de artificioso este valor, pues hay que tener en cuenta el máximo de 75, casi igual al de 78 y el de 42, en el nasal en la región vasca; hallanse en 79 y 48 límites extremos de braqui- cefalia y platirrinia en la Galáica, siendo, pues, los valores medios y medianos de 78 y 45, producto artificial de las sínte— sis de ambas regiones. (1) 78 y 82 predominan sobre 70 y 74, 77 y 79 sobre 73. (2) 23>17; 13>3. (3) +15 y —7, +9 y—6. ANALES DE HIST. NAT.—XXI. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 20) La costa gallega aparece con un máximo principal cefálico de 79 y nasal de 48, que la identifican con la región cántabra; los máximos secundarios 13 y 42-45, se podrían atribuir, dada la poca predominancia de la leptorrinia, a la ligera influencia de los suevos (germanos, según Tácito), y en parte á los nor- mandos. Los vascos dan en el índice cefalico una dualidad tan nota= ble como la señalada en el «Pueblo Euskalduna» (1), y su varia- ción y máximos todos se distinguen como braquicéfalos; en el nasal se ve también una dualidad análoga con exagerada lep- torrinia. Este gran predominio de la leptorrinia en los vascos, y su braquicefalia, aunque no exagerada nos induce á sospe- char que en el fondo de este pueblo palpita como indígena un 20 o 0 q. e 15 y $ CEE 10 sl . 07 Mt ¿pides y] i me o) A ” 2) 4 un - qe ya EN ¿reos A ao ..” ye 34 39 PA 49 54 59 ¿62 10 elemento que quizás influye también en la región Carpetana, y se distinguiría de los celtas como dolicocétfalo leptorrino y de los bereberes como braquicéfalo leptorrino. ¿Cabe suponer (1) Contando por unidades, máximos en 77 y 81, y de 0,5 en 0.5 máximos 78,5 y 80, - En el nasal 54 y 99, y 51,5 y 56,5 respectivamente. (2) Véase la nota de la págs. 48. (21) Aranzadi y Hoyos —ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 5l «que los leptorrinos del N. fuesen suevos y visigodos y los del centro y E. arabes? (1). No creemos que estos pueblos históri— cos hayan podido llegar á predominar hasta tal punto que den índices más característicos que los originales, y sin que en la fisonomía de los habitantes: quedaran aleo más grabados y más fáciles de reconocer los rasgos típicos de aquellas razas. La región vasca en que cuesta trabajo creer que los visigo- «los (agotes?) influyeran tanto para dar á los vascos su leptorri- nia tan caracteristica, quizá la deba al mismo elemento que hemos dejado sin denominar en Castilla. Es digno de notarse «que la provincia vasca de Vizcaya se halle en nuestros mapas separada de sus hermanas Guipúzcoa y Alava para unirse á la cantábrica por su platirrinia; pues bien, en los mapas de Gui- púzcoa aparecen en la región vizcaina y en su proximidad cierta predominancia relativa de los platirrinos dolicocéfalos, de baja estatura y de ojos pardos, es decir, los que asimilaria- mos a los turdetanos y leoneses. Grupo dolicocefalo-leptorrino.—La extrema dolicocefalia de las dos regiones se nota más que por el índice medio 76,1 y 74,0, por el mediano en 72 y 73 y su analogía por la proxi- _midad de ambos y de los medianos nasales y la coincidencia -del medio en 45; la dualidad ya notada en la característica de las regiones es debida á la intrusión del elemento braqui-plati- rrino en Castilla que da los índices de 76 y 50, en cuyos maximos precisamente corresponden otros del primer grupo estudiado. En:las reseiones consideradas aisladamente se observa cierta «dualidad 12 y 14 en el cefalico y 44-y 46 en el nasal, 44 y 46 «en la celtibérica y 13 y 76 en la carpetana, y un estudio más «detenido de los cráneos quizá pudiese revelarnos si se debe á la compenetración de los bereberes con los leptorrinos indíge— nas que serían menos dolicocéfalos que aquellos. Los de Cuen- ca proceden en su totalidad de unos enterramientos que datan «le varios siglos y se hallan situados en Alcázar del Rey en el cerro de San Cristobal, todos en zanjas con dirección á Levante (algunos tenían un hilo de plata rodeado á la cabeza). El gran número de provincias que aparecen con caracteris- tica dolico-leptorrina nos impide referir estos caracteres á la - 4) 23 hombres árabes dan 2,97 cefálico y 44,1 nasal. Crania Ethnica. 2 Mete ANALES DE HISTORIA NATURAL. +“ (02. presencia dominante de una raza germana ú £1m1, que según Broca llegó á Francia el siglo vir a. de J. C. No está, sin em-— bargo, ausente del país, pues en la provincia de Guipúzcoa los: ojos azules claros de la tercera fila de la escala cromática de Broca forman un quinto del total y se combinan con cabello rubio, dolicocefalia, leptorrinia, nariz recta, alta estatura, ojos: pequeños, ángulo facial ofrio-alveolar pequeño y mandíbula also estrecha: los ojos pardos ú de la primera fila (descontados. además de los azules los verdes y pardo-verdes) sólo alcanzan ' a dos quintos y no pueden referirse exclusivamente a los doli- cocéfalos platirrinos cuya proporción en Guipúzcoa es bastante más escasa. De todos modos, no puede la raza germana haber ejercido un influjo tan inmenso; tampoco se puede atribuir tal predominio á los semitas (fenicios, judios y árabes), los bere= heres tienen indices nasales demasiado elevados y cefálicos muy bajos para atribuirles la paternidad de los castellanos. Los guanches en cambio nos dan como indices 75,9 y 42,2. Los cráneos de la cueva Lóbrega según L. Lartet 72,1 y 43,1. Como última hipótesis sobre esta región se puede aventurar” la de considerarla como la formada por los aborigenes que rechazados del N. por los celtas, del S. por los bereberes y del O, y E. por la multitud de invasores que siempre se har fijado en las costas, porque así convenía á sus intereses comer-- ciales 0 á sus fines guerrerros, se refugiaron en los contrafuer- tes de la cordillera ibérica y carpetana y en las inhospitalarias- llanuras de las Castillas despreciadas por los conquistadores: el predominio de los caracteres típicos de las mujeres sobre los: hombres da una confirmación á esta hipótesis por ahora solo-. planteada por carecer de datos sobre la extensa región en que: los diversos autores colocan á los iberos primitivos. Grupo dolicocéfalo-platirrino.—En las regiones Turdetana y Leonesa supuestas bereberes, las series vienen á confirmar en un todo á sus medias aritméticas, si bien el escaso número de: cráneos no permite dar mucha fuerza á esta confirmación. - Podríamos muy bien atribuir á una raza bereber el índice cefálico bajo y nasal alto de los andaluces ú turdetanos y leo— - neses (turdetanos 74,5-48,5, leoneses 75,2-48,1), pues los datos de 8 hombres y 6 mujeres bereberes dan en la Cramia Btlmica 73,9 y 46,2 para los hombres y 17,5 y 47,9 para las mujeres; los bereberes de Biskra 75 y 48,9, los sardos 72,6 y 48,9. En cuanto- (23) Aranzadi y Hoy0s.—ANTROPOLOGÍA DE' ESPAÑA. 53 á Murcia, cuyos cráneos proceden de la ciudad de Cartagena principalmente, tienen por indice cefalico 74,5 y los fenicios dle la Utica según la citada crania 74,9. Arnold Schetelig en los Archiv. fur Anthrop., 1874. Tafeln v-xvm da como índice cefálico de 12 cráneos antiguos de Almuñecar (Granada) 74,15 y de 20 modernos 74,36: deseraciadamente no tenemos datos «del índice nasal. | En la provincia de Guipúzcoa la combinación de la platirri- nia con una ligera dolicocefalia, reune, á una nariz remanga- da, boca y ojos grandes, mandíbula ancha, ángulo medio 0: inferior al medio guipuzcoano, ojos pardos y pelo oscuro (Aranzadi, 41 Pueblo Euskalduna, San Sebastian, 1889, p. 24); Caracteres que no es atrevido suponer sean de los platirrinos alolicocéfalos del resto de España y de los del otro lado del Estrecho. ve Los cráneos más antiguos que de esta región se conocen, los ' dle las cavernas de Gibraltar, estudiados por el inolvidable Broca, dan indices más altos que los actuales y aun que los antiguos de Almuñecar, pues los de Fenista Cave son dolico- céfalos 74,86 y 715,13, y el de Fudge Cave análogo al de Orrowy (Oise) 78,16. Su indice nasal ya es platirrino (51,22). Hay que buscar, pues, los primitivos andaluces antes de la venida de ? los vándalos y demás invasiones, á las que acudió el mismo Broca, tal vez en la raza citada por Pouchet como blanca, de 03os azules y cabellos rubios, aunque W. von Schulenburg, en un artículo titulado «Persistencia de restos germanos en la > Península ibérica», publicado en el Verhandl. der Berl. Ges., año 1886, pas. 68, refiere á esas invasiones, citando sus obser- vaciones á Arcos Valdivez (Sierra de Jerez), y en Ponte da Bar- ca y León hace igual cita D. Gromen, Die Wettern der Sechiva—- ben in Portugal, reforzando su opinión en el uso dentario espe-' Cial germano. EE Busquemos por fin, por un último medio de investigación, el que nos da la agrupación de los valores en dobles unidades, la confirmación de los resultadós obtenidos. 54 : ANALES DE HISTORIA NATURAL. eL Se colocarían las regiones reuniendo los índices de dos:en dos unidades, por orden de leptorrinia 4 platirrinia y tenien— do en cuenta el principal máximo, del modo siguiente: Vas= ca 42-43, Celtibérica 44-45, Carpetana 44-45, Cántabra 44-45, Oretana 46-47, Leonesa 48-49, Turdetana 48-49 y Galaica 48-49. Por orden de braquicefalia a dolicocefalia: Galáica 78-79, Cán- tabra 76-77, Carpetana 16-77, Vasca 74-75, Leonesa 74,75, Ore— tana 74-75, Turdetana 72-73 y Celtibérica 72-73. . Los cuadros de la página siguiente aclararán la distribu— ción. Por el examen de los cuadros graficos vemos que los cánta— bros funden en una las dos cabezas vascas (quizás efecto arti- ficial de la mayor sintesis de provincias y de Cráneos), y reci— ben un nuevo refuerzo braquicéfalo más extremado; reprodu— cen las dos narices vascas, pero las dos más platirrinas, y además con un nuevo refuerzo platirrino, de modo que reve= lan una influencia más poderosa de la platirrinia que de la bra- quicefalia, lo cual se explica por la suma de influencia celta y bereber. Los carpetanos aparecen también con la fusión de las dos cabezas vascas, pero el nuevo refuerzo es más bien dolicocéfalo y en la, nariz se Observa el mismo fenómeno que en los cántabros aunque con menor predominio de los plati- rrinos. Los celtíberos aparecen decididamente dolicocéfalos, presen- tan el dualismo nasal, pero están más separadas entre sí las dos narices, y hay una intermedia dominante; más puros por: su cabeza revelan lo contrario por sus narices, y la gran dis— tancia de los máximos se deberá 4 mayor diferencia nasal en las razas componentes, ó mejor á nuevas importaciones. - Los oretanos son dolicocéfalos por su máximo, pero hay una cierta difusión hacia la braquicefalia; aquí los platirrinos ha= brían conseguido no sólo persistir con la intensidad de su ca= racter sino disminuir la leptorrinia de sus antagonistas. En cambio los vascos, que no son más leptorrinos que los celtíbe= ros, lo serían con más fuerza, pues habrian conseguido dismi— nuir más el carácter de sus platirrinos. Broca estableció que si una serie contiene más de 15 indivi duos, presentarán más de nueve unidades de variación; si no pasa de 10 á 12 se considerarán como raza pura, y cita como ejemplo los vascos; si llega de 20 á 23 hay que suponer mez- m r Aranzadi y Hoy0os.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. (25) L o S : ; v L ara al (A 0 Q T : . , E 8 € 6 q TI 8 | , 0 7 Z T : - : : T € 8 Q OT E 8 G 4 : T T : y e GT 03 | 91 91 vag | TI L 9 T ; z : T T T E A v CASO E a : : , , , o : E , e : . ; z , a , . : T £ T e € € e T Z z : | : : , : T z T e € Z T S T 11 A AAA E O AA EA O STE A o 19-99 99-79 E9779 19-09 67-87 L7-97, 277% E7-07 17-07 6€-8€ L€-9€ a. v OT 81 9€ 8L 96 | STHr LL 8% 9 e : T : T 9 TI 0% 83 11 7 Z . I 3 q 9 id : : : I T e OT TI ar e T I : , : : : - E a o : s , 4 I e 6 1 0% LS 3 : I T , : ; 9 6 £T el ale 10 z T ; 3 9 PI et ez ¡ Gr p T á , r : Z 8 q I g T : a 18-98 | 98-78 | €8-578 16-06 68-88 18-08: 65-82 | LL9L | GLYL | €LGL | VL0L | 6989 19-99 DOTIYAMO COLA AD OHAVNO ***“"BOSBA 222 019019) += ** *“"guejodaro) co...» piqejuro TS "BUBJOIO * **gs9uo09'T * *gueJ9pan TJ, O * "BOIP]EL) I : e... ... o. o... MEJO | ge-1v€ S3NOISD38 cesaseraa carr ROMOQUITOO * * ="gueJo pan J, Es orar + BUBJOLO) “+++ "p89uo9”] NS 0...“ BOSBA * +++ *"guejoddre() EN vIQRYURO eno... + goIf]eL) '"SINOID38 56 2 PANALES DE HISTORIA NATURAL. (00 ed (26). cla de braquicéfalos con dolicocéfalos. Veamos, pues, lo que nos ofrecen las provincias con más de 15 cráneos en la varia= ción de su índice cefálico: : a ada A Cráneos. as Cráneos. des o 15 18.00 Vicar Albacete... a ad 13 Santander. o... 1092 : 19 Pontevedra....... 20 12 Oviedo aaa 0. ON DOC dO aa a 20 13 Cuencas. ds Ol 13 Segovia. 24 9 Guipúzcoa... ae 22 Vemos que realmente la variación aumenta con el número de cráneos, y por consiguiente no nos da resultado la compa= ración; y si bien es cierto que Cuenca y Segovia contrastan a algo por su poca variación en el índice cefálico, comparadas con Guipúzcoa y Oviedo, en cambió la variación es muy grande en el índice nasal, denotando la presencia en Castilla de dos razas dolicocéfalas, una platirrina y otra leptorrina. | E E *K Haciendo caso omiso de las provincias en que la serie por la escasez de cráneos no tiene valor, podemos aisladamente con- siderar las de Guipúzcoa 77 cráneos, Cuenca 51, Oviedo 50, Santander 33, Vizcaya 27, Segovia 24, Pontevedra y Toledo 20. Reunidos los índices de dos en dos unidades para que resulten mejor y se condensen las cantidades, aparecen por sus má=- ximos: o nia, si no por la altura del máximo, sí por los más adyacentes. El máximo platirrino de Guipúzcoa (48-49) está atraído ha= cia la leptorrinia, lo que también sucede en Oviedo, aunque conservando su eran importancia platirrina. En Santander y Cuenca queda en 50-51; en la segunda como un ligero acci= dente, en la primera influyendo en la tendencia de su máximo: leptorrino hacia 46-47. | vi. Analicemos algunas de las hipótesis que sobre la población de España se han dado y que en término final quedan reduci= . das á las de Prichard, Beavan, Topinard, Lagneau y Dawkins en general y a la especial sobre los vascos de Topinard. ¡ Según el Dr. Zopinard se componen los vascos de tres elementos: dos dolicocéfalos, que son los descendientes de los antiguos iberos que identifica á los de la gruta de Sorde de la. piedra pulida y de algunos rubios, Tamau tal vez, Ó visigo= dos y vándalos siempre en escaso número; el braquicéfalo es el elemento céltico. Por los datos señalados en la característica de las regiones y en el estudio comparativo de los grupos se ve que es probable tal origen triple, quedando perfectamente marcados dos elementos: el que corresponde á los máximos absolutos de 78 y 42 que bien pudiera ser el elemento indígena primordial influído por los dolicocéfalos rubios, ya fueran Ta- mau ó visigodos, por los dolicocéfalos platirrinos morenos ú. bereberes y por los celtas, aunque en mucha menos cantidad, (1) En parte puede ser debido al menor número de cráneos; en efecto, los 21 de: " Segovia y 22 de Vizcaya, comparados con 31 de Zarauz y 41 del resto de Guipúz- coa, dan: SOTO VIA ais 1 Ad 1 1 Vizcaya aia A a NN a ID 1 1 LANZ E A O E E CRL GUIPÚZCOA ee cto dia 10 1D O la (29) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 59 como lo prueban la escasez de sus máximos de 81 y sus valo— res parciales hasta 87, ambos con índices nasales de 48. De la distribución señalada por Prichard á dos de sus ele- mentos ya hemos hablado, y ahora añadiremos que sus ¡beros, sin celtas, ocupan desde el Guadalquivir al Nervión, ó sea de Sevilla á Bilbao, dando la vuelta por el E. y siguiendo el curso del primero las fuentes del Guadiana, la serranía de Cuenca, Zaragoza y el curso del Ebro como límites occidentales, alcan- zando al N. hasta Burdeos por el Garona. En nuestro mapa esta dilatada región no es homogénea: la contradicen Albacete, Alicante, Navarra, Guipúzcoa, Vizcaya, y además grandes vacios sin estudiar; lo restante está ocupado por platirrinos- dolicocéfalos. La hipótesis de H. S. C. Beavan, que señala la existencia de cuatro grupos que él llama españoles, vascos, moriscos y gita- nos, afirmando que la primera se une á las otras tres, aparte de no tener serios fundamentos, y de dejar sin resolver la dualidad de españoles y vascos, concede excepcional impor- tancia á los gitanos que existiendo en todos los paises, no tienen valor en la composición de ninguno de ellos. M. Zopinard señala cuatro razas fundamentales en Europa, de las que tres influyen indudablemente en la composición de la población española y son la braquicéfala que se extiende de Rusia á Galicia y que corresponde á los celtas; la atlante ó mediterránea que puede ser el elemento aborigen de España, probablemente dolicocéfala, y finalmente otra rubia dolicocé- fala del N. de Europa y que tal vez sea la que ha modificado las regiones leptorrinas castellanas, vasca y galáica, disminu- yendo sus índices nasal y cefálico. El Dr. Lagneau en un erudito trabajo bibliográfico fundado más en consideraciones históricas que antropológicas, da como elementos de la población hispana 3 principales, 5 secundarios y 3 mixtos. Los principales son los atlantes, raza dolicocéfala de cráneo voluminoso, coronal recto, vértice convexo alto y á la que asimila los euskaldunas y guanches, que ocupaba todo el O. 8. y N. de la Península hasta la cordillera ibérica desde el cabo de San Antonio, en Alicante, hasta el Bidasoa, ocu= pando la región oriental de esta curva los iberos en las regio— nes que no hemos podido estudiar y que encierran el principal interés para la resolución de los problemas etnogénicos todos 60 ANALES DE HISTORIA- NATURAL. 1 7. (30) y en especial para el de esta dualidad que en los aborigenes, de España establece Lagneau. Los celtas cuya distribución general se ha citado, tienen otra región entre el Tajo y Duero en el límite actual con Portugal, aparte de los celtas nerios citados por Plinio en Finisterre. La unión de los turdetanos á los celtas hecha por Polibio y Estrabon no parece confirmarse. A todo lo largo de la cordillera central coloca Lagneau los celtíberos resultantes de la mezcla de las dos razas anteriores. Las razas secundarias, por su influencia en la población es=: pañola, son la o'ermana, compuesta de los suevos y visigodos : y aun los alanos y vándalos, aunque estos son, según Virchow, descendientes de los wends y aquellos de los masagetas. En el mapa de Lagneau coinciden las regiones influidas por los ger- manos con nuestra Leonesa y Turdetana, aunque en esta últi- ma se han superpuesto los semitas y en un pequeño trozo de la cuenca baja del Guadalquivir los liguros. Los debrykes que señala en Teruel no sabemos a qué correspondan y las colo=. nias griegas y romanas son puntos muy circunscritos casi sin importancia. Por otra parte, Henri Martin cree que las lenguas célticas fueron importadas por dolicocéfalos rubios. Si admitiésemos esta opinión, haciendo coincidir los celtas de la historia de España, no con la importación de la braquicefalia, sino más bien con la importación del lenguaje céltico, los celtíberos ha- brían resultado de la mezcla de iberos con estos dolicocéfalos rubios. No deja de ser curioso que los mapas históricos de Eduardo Chao (1848), de Houzé y el reciente de Berghaus, se- halen generalmente como ocupadas por celtíberos las regiones que en nuestros mapas se distinguen por su leptorrinia. En tal caso presumimos que se deberá observar en las sierras cas- tellanas por donde corre la leptorrinia una relativa abundan-- cia de ojos claros, quizás azules, procedentes de la misma raza que en Guipúzcoa da una quinta parte de ojos de tal color; la extrema leptorrinia de estas regiones se debería entonces a la . coincidencia de carácter nasal de aborígenes é invasores. Ex- plicación analoga obtendría la leptorrinia de la costa gallega, y no dejarían de influir algo en favor de tales rasgos fisonómi- cos los nuevos refuerzos que pon a los visigodos y suevos respectivamente. En el trabajo de M. W. Boyd Dawkins On the Northera PA BD Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 61 of the Iberians in Europe solo hallamos la hipótesis poco fun— dada de que los iberos fueron empujados al O. de Europa por los celtas, siendo estas dos razas las únicas que forman la po- blación de España, distribuidas al N. los iberos y al $. los cel- tas, cosa que no es exacta. Extendiendo el trabajo comparativo á las razas actuales 6 pasadas del resto de Europa, podemos asimilar el elemento indígena primitivo, esencialmente dolicocéfalo á el mismo hallado por Broca en Baumes Chaudes y al que. más se apro- xima á él, que es el de la caverna de l"Homme Mort, razas am- bas que tienen sus representantes en Inglaterra en los Zomgy Barrows estudiados por Thurnam, y en Alemania en los crá- neos antiguos estudiados por Ecker. El elemento braquicéfalo Ó céltico que es el invasor que hizo retirarse de muchos puntos- de los que habitaba al anterior es el mismo probablemente que el de los Dolmens de la Lozére ó mejor los Auverenats, de Francia, el de los Round Barrows en Inglaterra y el de los alemanes modernos de Ecker. Por el siguiente cuadro en el que van colocados los diversos elementos á que podemos comparar los de nuestra patria se ven las relaciones y analogías establecidas. 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (82) ÍNDICE CEFÁLICO (A). Franceses. Dolicocéfalos prehistóricos (1). = Braquicéfalos (2). .o-ooooo.o.. =- Parisionses........-......-- Españoles. (3). 2... Alemanes, Prehistóricos y actuales (4)... Ingleses... (5). ..... Ttalianos,. Actuales. ... Kabilas... Actuales... (A) Los puntos (-) marcan las extremidades de los braquicéfalos y los asteriscos (*) de 1: cófalos, que componen unidos la serie. Los números gruesos indican el índice mediano y 1 rayados (excepto en España) el medio. (1) Los dos elementos de esta serie son los cráneos de Danmes Chaudes y de Y'lomme Mor! (2) Los más braquicófalos son los cráneos de los Dolmens de la Lozóre y los Auvergnats. Por el indice medio la crania española es más braquicéfala que los berberiscos, 73,9 ” y 77,4 Y; árabes, 72,9; sardos, 72,8; romanos de los Palafitos, 72,7, y alemanes de Reihengra- ber, 73,1. Es análoga á la de lós ix rleses modernos, 76,9, y más dolicocéfala que los latinos, 78,2; italianos, 80,6; franceses posteriores al siglo vir: griegos, 81,7, y bávaros, 83. Por el indice nasal, como alcanza tantas variaciones, sólo puede afirmarse que fijando en 46 el medio de España, son más leptorrinos los árabes, 44,4, y guanches, 44,2; análogos 9s, 46, y parisienses, 46,47, y más platirrinos los alemanes de Reihengraber, 47,9; italianos, 48,3, y bereberes, 48,9. los bereberes, 46,4; ingles VII. Hemos visto ya que las mujeres son más braquicéfalas en 23 provincias y menos en siete, y que son más platirrinas en 15 provincias, al i leptorrinas 1al que los: varones en Granada y Navarra, y en 11 provincias, que son: Cáceres, Toledo, Jaén, Murcia, Alicante, Albacete, Cuenca, Cádiz, Soria y Huesca. 32 | 30 ¡(40 | 35 23 | 16 11] 9 (6) Las sublineas marcan las regiones que tienen el índice medio en cada cifra, y los números el de los grupos. l elemento dolicocófalo es el antiguo, y el braquicófalo el moderno. (6) Los cráneos de los Zong Darrors son los dolicocéfalos, y los de Round Barroms los braquicé- los. Si hubiéramos de recurrir á invasiones, razzias, guerras, conquistas, piraterías, etc., por ejércitos ú hordas casi exclusi- vamente masculinos, los conquistadores serían braquicéfalos (celtas) solamente en la Mancha, Navarra, Lugo y Soria; los invasores serían platirrinos en el centro, S., E., Soria y Huesca. Los bárbaros del Norte (subdoli los visigodos, los suevos y quizá los rubios Tamau citados en océfalos leptorrinos), es decir, Egipto, emigraban con toda la familia y eran monógamos; aun así cabe admitir su influencia masculina en el N. y centro: las hordas berberiscas (dolicocéfalos platirrinos), es decir, los almoravides, agarenos, etc., y aun los cartagine- en bien poca esti- almohade ses y otros anteriores, por tener á la muje ma, la tomaban donde llegaban, y por lo menos en los últimos tiempos eran polígamos. Quizá se argúirá que es de unos cuantos miles de hombres, poco podían influir para 3 invasiones transformar fisicamente una población de millones; pero hay que tener en cuenta las costumbres y atrevimientos del gue- rrero, ya en el punto donde se aloja ya en los campos que re- corre, sean de vencidos, sean de amigos; las repetidas inva— siones y socorros de hombres africanos durante la dominación musulmana, en que el Estrecho de Gibraltar era puerta abierta ú todas las invasiones; el paso á cuchillo de los habitantes de 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL (34) las ciudades, principalmente de los varones, todo lo cual, repi- tiéndose durante varias generaciones, no puede dejar de pro- -. ducir aleún efecto. En resumen, vemos que los celtas influyen poderosamente en la población del Noroeste de España, y algo menos en la Oretana; que los bereberes influyen en el Noroeste penetrando á los celtas por su límite meridional é introduciéndose en Ga- licia, en el Sur penetrando á los oretanos y celtíberos y quizás en el Sudeste y Levante de la Península; los germanos sabe- mos ya que patentizan su influencia en la región Vasca, é in- dudablemente también á lo largo de las serranías castellanas; pero no puede deberse á ellos exclusivamente la marcadísima leptorrinia de dichas regiones, por lo que habría que' admitir la existencia de una raza aborigen leptorrina que no puede identificarse con la bereber, pues los datos publicados acusan ¡en ésta un índice nasal demasiado elevado, y la región de Es- paña de mayor índice nasal es la que por fuerza ha debido estar sometida á mayor influencia de sangre bereber, sin que la leptorrinia de los árabes haya podido contrarrestar tal in- fluencia. Por consiguiente, debemos admitir que la leptorrinia de vascos y castellanos, aunque algo influida por germanos, es indígena; si en los vascos es más exagerado este carácter y mucho menos el de la dolicocefalia, se debe á la menor pro- “porción de platirrinos dolicocéfalos 6 llámese bereberes. E De todos modos la pureza de raza no encontramos de un modo satisfactorio en ninguna región, y la raza leptorrina es- pañola exigiría un estudio analítico más detallado y más cir- cunscrito á una porción de pequeños acantonamientos para establecer por comparaciones y comprobaciones sucesivas su | caracterización completa. ] Madrid-París, Junio-Diciembre 191. AN P AS 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) CRÁNEOS DE TODAS LA ÍNDICES. 2. Vasca. . . Cantábrica. i. Galúica. .. R. Leonesa t, Carpet Celtibérica.... . Oretan: Turde | Número de provincias en cada índice. y Máximo. / Mínimo. 8 Indice individual Indice provincial y MéImiO ( Mínimo.. . - Máximo absoluto. Múximo de los mínimos (1). ) Mínimo de los máximos (2) / Individuos. ... Minimo absoluto. Antero posterior... ( TrAn8verao, Máximo de los mínimos.... | Diámetros. .. Minimo de los máximos, . | Minimo absoluto. Máximo | > Mínimo... Antero posterior... Máximo. . Mínimo. . 1 Provincias. . | Transverso, (1) Llamamos míúximo de los mínimos al correspondiente al múximo en ln-2,* columna de variacion (2) Mínimo de los máximos llamamos al correspondiente ú la 1,% columna de variaciones d (55) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. a OVINCIAS REUNIDOS. Diferencia Índice , del índice Módulo. medio y mediano. medio +0,9 —20 +1,9 —0,2 —0,1 —20 — 1,9 — 1,6 L ÍNDICE CEFÁLICO. HOMBRES. 01 (Oviedo). ' (Cuenca). 9,3 (Lugo y Ciudad-Real) 11,5 (Huesca). 06 (Guipúzcoa). 193 (Avila). 14 (Palencia). 65 (Navarra). Guipúzcoa). 5 (Guipúzcoa y Ávila). 37 (Palencia). (Cuenca y Pontevedra). 5 (Cádiz y Ávila). ¡ (Navarra). ) (Coruña y Ávila). 35 (Albacete, Alicante, Logroño y Soria). (Baleares) 5 (Logroño). (Valladolid). (Guipúzcoa). 7 (Avila). (Toledo). (Oviedo). (Murcia y Orense). 5 (Alava). 2 (Orense). 7 (Cádiz). los cuadros analíticos regionales. llros supradichos 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) Cuadro III. CRÁNEOS DE TODAS Las ÍNDICE ÍNDICES. R. ¿ 2 [14 R. E UN BI le R. Galáica. 1 zy 1 1 1 R. Leonesa. . 1 AL R. Carpetana 1 1 A 2|3/6 R. Celtibéri 1|2 1 734 R. Oretana. . [2/1 R. Turdetana a O Provincias aisladas. LAA Torar Número de provin: n cada! indice Máximo... Indice individual.....ooooomomomom... Ta Máximo dice incia : Índice provincial Minos > Máxima absoluta........... Máxima de los mínimos. Mínima de los máximos Mínima absoluta........... Máxima absoluta. ......... Máxima de los mínimos. Minima de los máximos Mínima absoluta. Máxima. .... Minima. . ( Longitud. . «Individuos... 'Diámetros. Latitud........-... Longitud.......... Provincias. .. e | Máxima Latitud. ..oomomm... ) (99) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 60 ¡OVINCIAS REUNIDOS. AL. a - Diferen- cia del medio al mediano. Índice medio. 45,4 47,3 16,3 48,1 45,8 45,7 47,8 48,5 "Srocor»s MAA , INDICE NASAL. HOMBRES. MUJERES. Vizcaya), Salamanca). 7 (Sevilla). Logroño). 58 (Oviedo, Santander y Salamanca). 61 Cuenca). 5 (Sevilla). 1icete y Guipúzcoa). (Cádiz). Cáceres). Cádiz, Sevilla y Soria). lajara, Logroño, Navarra, Palen- cia y Oviedo). 64 (Segovia). 35 (Pontevedra). 54 (Cádiz). 40,4 (Alicante). 56 (Hue y 50 (Palencia). 47 (Avila). 39 (Oviedo). 29 (Segovia 23 (Palencia, Cáceres y Salamanca). 22 (So adrid y Jaén). 18 (Segovia y Avila). 53 (Huelva). 45 (Avila, Soria y Baleares). 24 (Palencia y Salamanca). 20 (Ávila y Cuenca). 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) ÍNDICES. Guipúzcoa Navarra Hombres. .. - Guipúzcoa. , Mujeres. ....) Ni Sexos unidos. (1) Los valores de los medios, de las variaciones y del módulo, van en milímetros. (11) Aranzadi y Hoy0s.—ANTROPOLOGÍA DE ESP. pos- terior. MEDIOS (1). == Antero-| Trans- Ver80. —_—_——_ Antero- posterior. VARIACIONES —_—— Trans- verso. Índice medio. | 187 177 142 141 206 |169 187 [105 161 [133 150 | 130 76,2 78,8 Cuadro V. B. ANALES DE HISTORIA NATURAL. ÍNDICES. e f Guipúzcoa... Hombres. ---) Navarra... DoTAL:..0 2.10 Mujeres. .... La - $ | Sexos unidos.) Navarr a l Burgos. ...... (19) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. VARIACIONES. MEDIOS La- Lon- titud La- gitud titud. | Indice medio. m4 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 4) Cuadro VI. A. ÍNDICES. Vizcaya Santander... Hombres. ...í Palencia Oviedo. . Lugo. .. TOTAL... Vizcaya Santander Mujeres Palencia Oviedo. Lugo... ToTAL... [ Vizcaya Santande Sexos unidos. Palencia. Oviedo. ..... Lugo. ...... TOTAL... El (45) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. = ANTÁBRICA. EFÁLICO. | MEDIOS. | VARIACIONES IP AA A Indice Mó- ¡Anti 3 84/85 8687/88 89 90/91 *7,%”| Trons-[| Antero. | Trans [inegio. | auto. terior, | V£r5o- || posterior verso. || A A a [e 188 143 || 196 |184| 150 [139 VEA 183 139 || 197 |157| 161 |128 VR o SA A (ES 171 132 [174 |167 | 137 [127 | MR ES a (550) [el 184 145 || 200 [172 | 157 |130 184 146 || 194 [174 | 155 |133| 7 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 6 Cuadro VI. B. ÍNDICES [ Vizcaya | Santander. | Hombres. . ..: Palencia. Oviedo, Lugo. . ToraL... [ Vizcaya. .... Santander... Palencia. ... Oviedo. Lugo. .. (15) Aranzadi y Hoy0os.— ANTROPOLOGÍA DE ESP. ADNTABBDICA. MEDIOS A Lon- | gitud. — Lon- [| gitud VARIACIONES a La- titud Indice medio. 51 52 48 51 40 NUNyN RR 156 1168 149 158 1164 45 46 47 42 40 | 28 28|2 25 28 27 nl ANALES DE HISTORIA NATURAL. Cuadro VI. A. ÍNDICES. y Coruña. Hombres. .. *| Pontevec Mujeres. .... 3 : JoruñiA.... Sexos unidos.) ¡OFUra Cuadro VII. B. MoTAL.. + Pontevedra. . | Pontevedra. . TOTAL... ÍNDICES. $ Coruña Sexos unidos... oda Pontevedra... .... ( Pontevedra, ES sE | $ ToTAb.......| +. (49) Aranzadi y Hoy0s.— ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. mm AAA MEDIOS VARIACIÓN. A Índice Módulo. Antero-[ Trans- [| Antero- | Trans- po, eri 7 terior, | Verso. [| posterior. verso. 186 146 97 (178| 162 |142 136 170| 144 (124 MEDIOS. VARIACIONES. QS NO e. 20 || Longitud. | Latitud. 50 52 ñ0 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Cuadro VIII A. ÍNDICES. OIE a odas León. , Hombres, ..... MMS oo CUOTODEO» e mjo cocoa Mujeres....... león f Orense Sexos unidos... z 98--1 Yeón. . Y e ro Ny 1 Cuadro VIII. B. ÍNDICES. Hombres. ...; a Broca ey a OS . 5 f Orense...... _ 5 Sexos unidos./ Mat 1 1 (51 Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. sl HONHSA. MEDIOS VARIACIONES. — Á —KÁ. —_ a ———— ntero- % Índice medio. Módulo. Transverso. |[Antero-posterior.| Transyerso | posterior. 186 184 193 183 MEDIOS. [| VARIACIONES. A | Índice titua. |[Longitud.| Latitud. [[medio 1 | 2 | di 48,3 24 26 ANALES DE HIST. NAT.—X31. a Cuadro IX. A. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) ÍNDICES. 71/72 am Hombres, ... | Mujeres... .. Sexos unidos. y Madrid (s — Valladolid Salamanca. Ávila, Segovia. 1 la capital). 4 Toral Valladolid.............. Salamanca. Avila Sego: Madrid (sin la capital)... TOA siaa ada de Valladolid... Salamanca Ávila. 0 ll . [2 LAI 1152 MEA 213 1 3 1|2|7 2 «Py. (59) Aranzadi y Hoy0s.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. ARPETANA. MEDIOS. A poste- rior. Antero-| Trans- verso. VARIACIONES. == Antero- Trans- posterior, | verso. 185 187 195 185 186 178 183 193 177 178 Indice medio. 157,4 161,9 164,0 159,8 160,8 160,1 81 ANALES DE HISTORIA NATURAL. + (5) Cuadro IX, B. REGIÓ ÍNDIO ÍNDICES. Valladolid Salaman HOMBRES. MAA e la e | Valladolid ..... IN E O A A O 1/|.2 S | Salamanca pst A PE AA Pe a e = 1 fe ] 1 | z 1 224 [1/1|3/1/3 p2/1 S | NN A E AA ao NÓ Toran (5) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. ARPETADA. E5 MEDIOS. > Lon- gitud. 49 52 52 52 49 51 58 53 56 54 Lon- gitud. 47/2 48 bl 48 47 VARIACIONES, A Índice medio] $6 Cuadro X. A. ÍNDICES. ANALES DE HISTORIA NATURAL. ¡ Hombres. ... | Mujeres. .... Sexos sido) Cuenca. ... Albacete. . Alicante... Cuenca.... Albacete. . Alicante... Jaén. ..... Cuenca... Albacete. . Alicante... Jaén.. ToraL. .. 5 Neo >» - (57) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 87 ELTIBÉRICA. MEDIOS VARIACIONES. A | — | Índice Mó- Antero- | ás poste- Trans-[| Antero- | Trans meat auto. verso, 8 X verso. rior. | Y8r80. [| posterior. | verso, 187 3 203 194| 187 y 199 134 [ 186 35 [| 191 128 180 199 131 160,2 160,9 158,5 161,4 160,4 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Cuadro X. B. (58) ÍNDICES. ¡ Cuenca... Hombres. .. al Cuenca... ) Albacete. . Mujeres, Alicante... Cuenca... y Albacete. Alicante... Jaén Sexos unidos. (50) Aranzadi y Hoy0s.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 8) ELTIBÉRBICA. MEDIOS. VARIACIONES. —_>Y ——— || fndico 1 48/49 |50/51|52|53 54 55|| Lon: | 1w etio| gitua. | títua. [| Latitud. | Longitud. 9 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (00) Cuadro XI. A. ÍNDICES. Toledo. . Hombres, .. ) Ciudad-F Cáceres ¡ Toledo. Ciudad-Real, Cáceres... Mujeres. .... Sexos unidos.) Ciudad-Real. Cáceres Torah... (01) Aranzadi y Hoyos.—ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 0) Antero: poste- rior. MEDIOS. A A | — Trans- verso. Antero- posterior. VARIACIONES. — Trons- verso, Indice medio. Módulo, 182 179 187 201 184 187 9 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) Cuadro XI, B. ÍNDICES. Ñ Toledo. ..... Ciudad-Re Cáceres | Hombres. ... ToraL... ( Toledo. ..... Mujeres Ciudad-Real. Cáceres..... ToraL... Toledo. Sexos unidos.; Ciudad-Real. | Cáceres..... ToTAL... (69) Aranzadi y Hoyos. —ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. MEDIOS VARIACIONES. gltud. 107 Indice! medio. Dl ANALES DE HISTORIA NATURAL. (61) Cuadro XII. A. INDICES. [ Hombres Granada Murcia. Mujeres Sevilla, . y Cádiz. Granada Murcia Sexos unidos... Ñ (65) Aranzadi y Hoy0s.— ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 9% UERDETDANA. FÁLICO. MEDIOS. VARIACIONES. A o a OA Índice 6 77 78 Antero- Trans- Antero- posterior. verso. posterior medió Módulo. Transyerso. 06 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (06) Cuadro XII. B. INDICES. Sevilla... Cádiz Granad: Murcia. . Hombres. .... Mujeres «7 Aranzadi y Hoyos.— ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. $ VASAL. MEDIOS. VARIACIONES. - ————|| Índico Lon- La- i O e o al area, pet MS 1| 1]. [48 | 26 [48 | 47 | 26 | 26] 54,7 : 0 a ll E | E (a (EE 3 0 A SAI A | IA | af os | 2 [514/45 | 27 | 22[| 491 Mello 0 Je A lo y 115 08 (58 A a B EA (ol 44 | 24 E GA LAS ol 49 | 23 [61 | 47| 24 | 22 || 47,9 ÓN ll 51 | 22 [52/50 | 25| 21 | 439 A 111 ? al | e a | | or A 2 54,7 EL ee li : 51,0 1 a E . . 3 a á a 47,9 | MS 1 Al A 47,2 1|2 1 1 2 1 1 48,5 ANALES DE HIST. NAT. — XXI. 98 ¿ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) Cuadro XIII. A. PROVINCIA INDIO: INDICES. Baleares... Huesca. Hombres. .../ Soria... Guadalajara. | Logroño. ¡ Baleares. Huesca Mujeres Soria. Guadalaja Logroño ToraL Baleares. ... Hues: Sexos unidos.) Soria / Guadalaj: U Logroño. .... (60) Aranzadi y Hoy0s.—-ANTROPOLOGÍA DE DO |. MEDIOS. VARIACIONES PA AO Índice | Móú- a a , Tenes 1 | Lon La Antero Trans= [melio. | dulo Pgitud, | titud. ¡| posterior. verso | | | [ 77,4 [ 76,5 74,2 76,4 75,9 ll 70,3 | 161,0] 13,3 158,8 || 74,5 | 155,0 76,8 5 74,8 ll l 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 0) Cuadro XIII. B. PROVINCIA ÍNDIOI INDICES. Baleares. .. Huesca. Hombres. ... Guadalajara Logroño.... TOTAL... / Baleares. .. Mujeres. .... Guadalajara! Logroño.... TOTAL... Baleares. .. Huesca, ... Sexos unidos., Soria. ..... Guadalajara; Logroño... ToTAL... Y) Aranzadi y Hoyos.— ANTROPOLOGÍA DE ESPAÑA. 101 ] MEDIOS. VARIACIONES. A —Á —— a || índice Lon- | La: Lon- gitud. | titud. || gitud. medio. 48 | 46 40 48 SEO A O AN ASS z A 6 ] CATÁLOGO LEPIDOLTEROS DE LA PROVINCIA DE TERUEL, Y ESPECIALMENTE DE ALBARRACÍN Y SU SIERRA , se POR | DON BERNARDO ZAPATER Y DON MAXIMILIANO KORB. SEGUNDA PARTE, (Sesión del 7 de Septiembre de 1891.) A.—SPHINGES Ea Continuación. ) Fam. 1.—Sphingides B. GEN. 46.—Sphinx 0. 458.—Sphinx Convolvuli L. Ateca, provincia de Zaragoza. Julio (Zap.). GEN. 47.—Deilephila 0. 467.—D. Euphorbie L. Martín del Río, cerca del Lago Gallocanta. Junio y Julio (Zap.) Segorbe, provincia de Castellón (Pau). ) (1) Véase para la Primera Parte, el tomo x11, pág. 373 de estos ANALES. Al suspender la publicación de nuestro Catálogo de la Provincia de Teruel, con el ob- jeto de completarle con más datos, tomamos en seguida la firme resolución de exten- der las exploraciones á otras localidades de Aragón, operando en más vasta esfe:a. Vencidas las dificultades de la empresa que con ardor acometimos, y cumplidos con feliz éxito nuestros deseos, presentamos hoy el fruto de nuestras investigaciones; sin poder evitar el estampar al comienzo de esta Segunda Parte, una adición conve- niente á los Esfíngidos y Bombícidos. : : a 101 ANALES DE HISTORIA' NATURAL. (48) 472.—D. Celerio L. Ateca. Obtenida con la melaza. Julio (Zap.). GEN. 48.—Smerinthus 0. 480.—Smerinthus Tiliz L. Rubielos de Mora. Julio (Zap.). 488.—S. Populi L. Valderrobles. Agosto (Zap.). Huesca, común. GEN. 50.—Macroglossa 0. 495. Macroglossa Bombylyformis 0. Valle de Valdecabriel, Alfambra. Sierra de San Justo y Pas- tor. Julio. Cogidas con la red (Zap.). Fam. II. —Seside HS. GÉN. 51.—Trochilium Sc. 498.—Trochilium Apiformis Cl. Daroca. Julio (Zap.). GÉN. 53.—Sesia F. 313.—Sesia Asiliformis Rott. | En dos localidades de la tierra baja, Azaila (274). Calaceite 479 de altitud. Julio (Zap.). Cuatro ejemplares. | 929.—$. Uroceriformis de: La Ginebrosa. Julio (Zap.). Dos ejemplares. -3530.—S. Himmighoffeni Stor. Arens de Lledó (Zap.). A AE HS - A . (49), Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE: TERUEL. 105 -336.—S. Monspeliensis Stgr. Iglesuela del Cid (Zap.). Común. d31.—S. ¿rifrons Z. Avejuela cerca de los límites de la provincia de Valencia. Junio. Ocho ejemplares (Zap.). Mosqueruela, Boltaña, Sa- riñena. GEN. 59.—Paranthrene Hb. 568.—Paranthrene Tineiformis Esp. Borja, provincia de Zaragoza. Agosto. Seis ejemplares en dos años distintos. Parece ser común en esta localidad. En Villa- rroya de los Pinares, Daroca, Caspe (Zap.). Segorbe (Pau). Fam. U1.—Thyride HS. GEN. 56.—Thyris Ill. 571.—Thyris Fenestrella Sc. Ent. Carn. Benavarre. Sin duda es común en este punto de donde tene- mos una docena de ejemplares, cogidos con red por nuestro amigo D. Juan Fordun, (Zap.). En Tamarite, común. Fam. IV. —Heterogynidee HS. GEN. 57.—Heterogynis Rbr. 513.—Heterogynis Penella Hb. Alcalá de la Selva, Albarracín, muy común. Agosto. (Zap.). Alfambra, Segorbe, provincia de Castellón (Pau). - 574.—H. Paradoxa Rbr. Tamarite, provincia de Huesca (Zap.). 106 (ANALES DE HISTORIA NATURAL. - (50) Fam. V.—Zygaenidee B. GEN. 58.—Aglaope Latr. 575.—Aglaope infausta L. Albarracín (Korb y Zap.), muy común. En los Baños de Te- ruel abundante. Huesca, Sariñena, Segorbe (Pau). GrÉN. 59.—Ino Leach 383.—Ino Globularie Hb. La Almunia y Cariñena. Julio (Zap.). 586.—Ino Statices L. Mosqueruela. Boltaña de Huesca. Julio (ao Y 587.—Ino Geryon Hb. | Fraga, Julio. En los Monegros, Sierra de Huesca, muy común. Agosto. Sierra de San Justo, Beceite, Mosqueruela, Caspe (Zap.). GEN. 60. —Zigeena F. 597.—Zigena Nevadensis Rbr. Castiel, Rincón de Ademuz. Común. Junio (Zap.). 298.—Z. Sarpedon Hb. Cella, Ródenas, Alto de San Ginés, Alcañiz (Zap.). 604.—Z. Achilee Esp. Javaloyas, Julio, abundante (Zap.). Mosqueruela. 611.—Z. Syracusia var. Australis Ld. Sierra de San Justo y Pastor (Zap.). 613.—Z. Stoechadis Bkh. Monegros de Alcalá de la Selva, Julio (Zap. y. (51), Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 107 614.—Z. Filipendule var. _ Ochsenheimeri Z. Sierra de San Yust cerca de Segura. Agosto. Cerro de San Ginés, Peracense, Valderrobles, Hijar (Zap.). 621.—Z. Rhadamanthus Esp. - | El tipo en Castiel, Rincón de Ademuz (Zap.). 637.—24. Betica Rbr. Alcañiz, Verano, bastante común (Zap.). 640.—Z. Carniolica Fab. ab. Zedysari Hb. Mosqueruela, Sierra de Segura, y en Samper de Calanda. También en la Sierra del Moncayo (Zap.). En Ateca un ejem- plar. En la Almunia otro (Zap.). 641.—Z. Occitanica Vill. En la Puebla de Hijar común. Julio (Zap.). Fam. VI.—Syntomidee ES. GEN. 62.—Naclia B. 647.—Naclia Ancilla L. Ródenas, Valderrobles, Segura, Villarluengo, muy común. Barbastro y Egea de los Caballeros (Zap.). 648.—N. Punctata Y". | Alcañiz. Julio. El tipo. Y la aberración en Tornos cerca del Lago de Gallocanta... Zaragoza, Huesca (Zap.). B.—BOMBYCES. Fam. 1.—Nycteolidee HS. GÉN. 63.—Sarrothripa Gn. 650.—Sarrothripa Undulana Hb. Villarluengo, La Almunia, Zaragoza. Junio (Zap.). 108 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (52) GeÉN. 64.—Earias Hb. 653.—Earias Chlorana L. Caspe, Belchite, Montalvan, Egea de los Caballeros (Zap.). Huesca y Jaca, común (Zap.). Fam. 11.—Lithosidee HS. GEN. 68.—Nola Leach. 658.—Nola Togatulalis Hb. Boltaña y Sierra de Quara en la provincia de Huesca, común. En las laderas de montañas y en bosques. Junio y Julio (Zap.). 663.—N. Thymula Mill. Escatrón, bastante común. Junio (Zap.).. 6571.—N. Squalida Ster. A dos ó tres leguas al E. de Tronchón, ya en la provincia de Castellón, bastante frecuente en Julio (Zap.). | GEN. 70.—Nudaria Stph. 580.—Nudaria Murina Hb. Cerca de Aranda y cerca de la Laguneta de Chiprana, común (Zap.). GEN. 71.—Calligenia Dup. 681.—Calligenia Miniata Forst. En montañas próximas á la Vega de Alcañiz, y en la misma Vega. Julio (Zap.), común. (53) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 109 Gén. 73.—Lithosia F. 695.—Lithosia Complana L. Cerca de los baños de Tiermas, común. Julio (Zap.). Albarra- cín (Korb). 697.—L. Caniola Hb. Alcañiz, Calanda, Azaila, bastante común (Zap.). 701.—L. Marcida Mn. Castiel, en el Rincón de Ademuz, dos ejemplares (Zap). Gun. 74.—Gnophria Stph. 707.—Gnophria Quadra L. Valderrobles, Mosqueruela. Julio (Zap.). Fam. 111.—Artidee SrerH. Gún. 77.—Emidia B. 715.—Emidia Striata L. j Albarracín, Ródenas, Gea, Bronchales, Aliaga, La Almunia (Zap. y Korb). 117.—E. Cibrum L. Albarracín, Santa Eulalia, Gea, Bronchales (Korb). Alto de San Ginés, Mosqueruela (Zap.). GEN. 78.—Deiopeia Stph. 718.—Deiopeia Pulchella L. Albarracín, escasa. Alcala de la Selva, doler Alcañiz, muy común (Zap.). 110 "ANALES DE HISTORIA NATURAL. 7 (51) GEN. 79.—Euchelia Bdv. 719.—Euchelia Jacobaerz L. ] Muy común en toda la sierra de Albarracín, y casi en toda la provincia de Teruel, Zaragoza, Montalván, Calatayud (Zap:). GEN. 80.—Nemeophila Sp. 721.—Nemeophila Spurca Rbr. Alcañiz, Calanda, Caspe (Zap.). 724.—N. Plantaginis L. Monegros de Alcalá de la Selva (Zap.). GÉN. 81.—Gallimorpha Latr. 725.—Gallimorpha Dominula L. Sierra de Segura, Valderrobles, bastante abundante (Zap.). 126.—C. Hera L. En toda la provincia de Teruel, y se extiende por la de Zara- goza. Común también en varios puertos de la de Huesca (Zap.). GÉN. 84.—Arctia Schrk. 135.—Arctia Villica L. Monreal del Campo (Zap.). En los confines con Tarragona muy común (Zap.). 136.—A. Purpurata L. Dos ejemplares en Alcañiz (Zap.). '/41.—A. Hebe L. Valderrobles y Alcañiz (Zap.). 7145.—A. Dejeani Qod. En el Monasterio de Piedra (Zap.). (55) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 11 GÉN. 89.—Euprepia Hs. 760.—Euprepia Pudica Esp. Albarracín, y muy común en toda la tierra baja, Jaca y Za- ragoza (Zap.). GÉN. 86.—Ocnogyna Ld. 766.—Ocnogyna Betica Rbr. En el rincón de Ademuz, Castiel y el Cuervo (Zap.). -111.—0. Zoraida Grael. Albarracín Korb. Monreal del Campo, Daroca, Castellote, muy abundante (Zap.). GEN. 87.—Spilosoma Stph. 774.—Spilosoma Fuliginosa L. Alcalá de la Selva, Alfambra, Hijar y Castellote, común. Julio y Agosto (Zap.). 719.—S. Mendica Cl. Alcañiz. Seis ejemplares. Julio (Zap.). 781.—S. Menthastri Esp. En varios puntos de la provincia de Zaragoza, La Almunia, Cariñena, Egea de los Caballeros (Zap.). Fam. V.—Cossidee 1IS. Gáx. 90,—Cossus F. 197.—Gossus Ligniperda FC. Valdeariño. Julio (Zap.). Unicamente dos ejemplares. En el Rincón de Ademuz, otro ejemplar. Nos consta que es muy común en la provincia de Valencia (Zap.). 112 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) GN. 91.—Zeuzera Latr. 802. Zeuzera Pyrina L. Borja, bastante común (Zap.). GiN. 94.—Stygia Latr. 306.—Stygia Australis Latr. En el Valle de Tena provincia de Huesca. Dos ejempla- res (Zap.). Zaragoza un ejemplar. GuN. 95.—Endagria Bdv. 309.—Endagria Ulula Bkh. Albarracín, Monasterio de Piedra, cerca de Calatayud (Zap.). Ocho ejemplares. Borja, dos ejemplares. Fam. VI.—Cochliopodee B. GEN. 96.—Heterogenea Knoch. 812.—Heterogenea Limacodes Hufu. En San Juan de la Peña, provincia de Huesca. Dos ejempla- res, con la linterna de los bosques (Zap.). En la Almunia, un ejemplar. Fam. VII. —Psychidee B. GEN. 97.—Psyche Schrk. | 817.—Psyche Febretta Boyer. Un solo individuo en Albarracín (Zap. y Korb). di IN A (57) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 113 836.—Ps. Leschenaulti Str. var. Nigricans. En Calcena, Sierra del Moncayo. Cuatro ejemplares (Zap.). 842.—Ps. Muscella SV. Alrededores de Albarracín y Calateyada ln este último punto bastante frecuente. Belchite, muy común. | 843.—Ps. Fulminella Mill. Castejón de Monegros, límites de Zaragoza y Huesca. Seis . ejemplares (Zap.). 845.—Ps. Gondeboutella Mill. Albarracín (Korb). Alfambra, en los Pinares. Junio (Zap.). Egea de los Caballeros, muy común. GÉN. 98.—Epichnopteryx Hb. 857.—Epichnopteryx Pulla Esp. Teruel (Korb). Alcañiz, Alcalá de la Selva y Daroca, frecuen- te. Abril y Mayo (Zap.). Géx. 99.—Fumea Hb. 870.—Fumea Crassiorella Brd. Puebla de San Miguel. En el Rincón de Ademuz, bastante frecuente (Zap.). Dos ejemplares, en Segorbe. 866.—F. Nudella O. Albarracín y Alcañiz. Julio y Agosto muy común. Zaragoza, provincia de Zaragoza, con la lámpara muy abundante en Agosto (Zap.). Borja, Ateca y Calatayud, muy común. Fax. VIN.—Liparides Bov. GEN. 101.—Orgya 0. -877.—Orgya Aurolimbata Gn. var. Guadarramensis. En Calcena, Sierra del Moncayo. Julio. Siete ejemplares en ANALES DE HIST. NAT. —XXI. 8 " 114 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) tres noches consecutivas á la melaza y á la lámpara (Zap.). Pina, provincia de Zaragoza. 881.—0. Trigotephras Bdv. Albarracín (Zap. y Korb). En Alcalá de la Selva, y en Pina, provincia de Zaragoza, común (Zap.). 8 884.—0. Splendida Rbr. Albarracín y alrededores, común (Zap. y Korb). En las sie- rras de Gudar y en toda la parte oriental de la provincia de Teruel, en Zaragoza, La Almunia, Egea de los Caballeros y en Cariñena, común (Zap.). Gun. 102.—Dasychira Stph. 890.—Dasychira Fascelina L. Cuatro ejemplares con la melaza, en Julio en Castiel, Rincón de Ademuz. Indudablemente vive también en Albarracín por- que obtuvimos un ejemplar criando varias orugas cogidas en la Genista Scorpius DC. en Mayo (Zap.). 392.—D. Pudibunda L. Tramastilla y Noguera, rara, pero bastante común en Aliaga y Alcala de la Selva (Zap.). Gén. 105.—Leucoma Stph. A m 895.—Leucoma Salicis L. Muy común en el centro de la provincia de Teruel y también en la parte oriental. Sierra de San Justo y Pastor, Aliaga, Cas- tellote, Valderrobles (Zap.). Huesca, frecuente. Gín. 106.—Porthesia Stph. 899.—Porthesia Chrysorrhoea L. Alcañiz, Mosqueruela y en el 2 de Ademuz cn Almunia, común. NT 439) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 115 900.—P. Auriflua F. Muy común en todo el Sur de la provincia de Teruel (Zap. y Korb). Zaragoza, Huesca, Borja. GEN. 107.—Psilura Stpl. 901.—Psilura Monacha L. Albarracín y Sierra, muy abundante. La tenemos en nues- tra colección procedente de Borja y de Huesca. GÉN. 108.—Ocneria HS. 902.—Ocneria Dispar L. Albarracín, Teruel, Cariñena, Villarluengo, Santa Eulalia, Daroca, muy común (Zap. y Korb). Huesca (Zap.). 908.—0. Rubea F. Cuatro ejemplares á la melaza en Julio, en Alcañiz (Zap.). Otro que nos fué remitido del Rincón de Ademuz (Zap.). Fam. IX.—Bombycidee Bov. GÉN. 110.—Bombyx B. 912.—Bombyx Populi L. Fraga en la provincia de Huesca. Dos ejemplares y en Mora de Rubielos otros dos, con la melaza en Octubre (Zap.). 915.—B. Castrensis L. Un ejemplar en Griegos (Korb) y cuatro con la melaza en Alcalá de la Selva en los montes próximos. Junio (Zap.). 916.—B. Neustria L. En la Vega de Alcañiz, bastante común. Mayo (Zap.). 918.—B. Loti O. | Bronchales (Korb). En Mosqueruela, en montañas elevadas hemos cogido cuatro ejemplares. Junio (Zap.). 116 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (60) 924.—B. Trifolii Esp. Bronchales y más abundante en la Sierra de San Justo a Pastor, en bosques a Agosto (Zap.). 926.—B. Rubi L. Cerca de Caspe, en el Desierto de la Magdalena. Tres ejem- plares con la melaza, y cuatro con la red. Vuela por las prade- ras elevadas en Mayo y Junio y parece ser bastante común (Zap.). GEN. 112.—Lasiocampa Lat. 932.—Lasiocampa Potatoria L. Boltaña, en la provincia de Huesca, en bosques espesos.. bastante común. Julio. En una sola noche se cogieron con la. melaza 22 ejemplares (Zap.). Ateca, común. 934.—L. Pruni L. En los Monegros de Alcalá de la Selva a 2.000 m. de altitud obtuvimos con la red tres ejemplares, y en Valdelinares con la melaza, varios en las llanuras bajas. Parece 1eS es muy común (Zap.). 925.—L. Suberifolia Dup. Sierra de Albarracín (Zap. y Korb). 943.—L. Lineosa Vill. En las cumbres poco elevadas próximas á la Vega de Alca- ñiz, es bastante común. Con la melaza se pueden coger mu- chos ejemplares. Con la lámpara ninguno. En Beceite, cerca de Valderrobles, dos ejemplares (Zap.). Fam. XI. —Saturnide Bov.. GÉN. 114.—Saturnia Schrk. 950.—Saturnia Pyri Schiff. Albarracín, Teruel y en toda la tierra baja muy común (Zap. y Korb). Huesca, Zaragoza, Pina, común (Zap.). : y z a A O A SS ii id A e (61), Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 17 952.—8. Pavonia L. Albarracín y Sierra, rara (Korb). En la Sierra de San Justo y Pastor, en la de Gudar y en Valderrobles y Alcañiz, común. En Egea de los Caballeros y en Sos la hemos obtenido aunque escasa. En la Sierra de Arbe y Sierra de Quara, en Huesca se han cazado muchos ejemplares (Zap.). Teruel, Segorbe, Daro- Ca, Común. 954.—S. Isabelle Gráells. En toda la sierra de Albarracín y de Cuenca. En los demás pinares de Aragón no la hemos podido observar. Su oruga en abundancia en Sierra alta, cerca de Bronchales. Julio, sobre el Pimus silvestris (vulgo Pino albar) (Zap. y Korb). Fam. Xll.—Drepanulidee Bb. GEN. 117.—Cilix Leach. 963.—Cilix Glaucata Sc. Ent. Carr. - Tenemos tres ejemplares procedentes de Boltaña, provincia de Huesca (Zap.). Fam. XIN.—Notodontidee Bpv. Gén. 118.—Harpya 0. 967.—Harpya Bifida Hb. var. Rincón de Ademuz, Castiel (Junio), bastante común, con la melaza (Zap.). Otro ejemplar en Valderrobles, cogido con tubo de cristal en el tronco de una encina (Zap.). 970.—H. Vinula L. | Albarracín (Korb). Monasterio de Piedra cerca de Calatayud, bastante común (Zap). Gun. 121.—Hybocampa L. 974.—Hybocampa Milhauseri F. Benavarre, provincia de Huesca. Con la melaza, bastante abundante. Junio (Zap.). 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. eN (62) GÉN. 122.—Notodonta O 975.—Notodonta Tremula Cl. Belchite, Agosto, bastante común (Zap.). 977.—N. Ziczag L. Mosqueruela. Cuatro ejemplares con la melaza en Junio. Mequinenza un ejemplar. Agosto (Zap.). 979.—N. Trepida. Sierra de Albarracín y Rincón de Ademuz. Rara. En Boltaña provincia de Huesca, dos ejemplares. Junio (Zap.). GÉN. 124.—Pterostoma Germ. 991.—Pterostoma Palpina. Gea de Albarracín. En Barbastro bastante frecuente (Zap.)- En la Sierra del Moncayo, dos ejemplares. Gin. 128.—Cnetocampa Schiff. 998.—Cnetocampa Procesionea L. | Puerto de Daroca cerca de Layanta, bastante frecuente. Su oruga en el Quercus ilezx L. (Zap.). 999.—C. Pytyocampa Schiff. Muy común en la Sierra de Albarracín, y en todos los pina- res de la provincia de Teruel. Su oruga en el Pinus silvestris.. Huesca, Borja, Belchite (Zap. y Korb). | GÉN. 129.—Phalera Hb. 1.002.—Phalera Bucephala L. Rara en Albarracín y Teruel, bastante común en Alcalá del la Selva y en Barbastro (Zap.). (63) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 119 1.009.—Ph. Anachoreta F. : Sierra de San Justo y Pastor, común. Julio. Su oruga sobre los Satiz en Junio (Zap.). Fam. XIV.—Cymatophoridee HS. GEN. 134.—Asphalia Hb. 1.023.—Asphalia Ridens F. Rubielos de Mora. Tres ejemplares con la melaza en Junio (Zap.). Tamarite de Litera, un ejemplar. C.—NOCTU¿. GEN. 139.—Clidia B. 1.030.—Clidia Geographica F. var. Julio. Albarracín. Por la noche (Korb). GEN. 142.—Acronycta 0. 1.036.—Acronycta Aceris L. sl Las Parras de Castellote (Zap.). Asrosto. Seis ejemplares á la melaza aplicada a los troncos de los árboles. 1.037.—A. Megacephala F. Albarracín. Paseo de la Alameda (Zap. y Korb). Oruga sobre el Populus Pyramidalis. 1.042.—A. Tridens Schiff. Pozondon, Villar del Saz. Julio y Agosto. Su oruga sobre el Crategus, Monogyna, Jaca (Zap.). 1.053.—A. Rumicis L. Albarracín, Agosto (Korb). Su oruga sobre plantas grami— neas en Alustante. Julio (Zap.). 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (61) 1.055.—A. Ligustri Fab. Samper de Calanda. Julio (Zap.). GÉN. 143.—Bryophila Tr. 1.056.—Bryophila Pineti Stgr. Rubielos de Mora. Julio (Zap.). Tan solo dos ejemplares. 1.063.—B. Strigula Bklh. Alcañiz, un individuo y en Valderrobles otro. Julio (Zap.). Es especie notable, por ser tan meridional, y no haber sido indicada de nuestra Península. 1.065.—B. Ravula Hb. var. Vandalusize Dup. En verano, por la noche Albarracin (Korb). Cariñena, Hues- ca (Zap.). 1.068.—B. Muralis Forst. var. Par. Albarracín, Julio. En Teruel y Alcañiz (Zap.). 1.070.—B. Perla Fab. Albarracín, Agosto. Posada en las paredes, y cogida tam- bién con la linterna dentro de las habitaciones (Zap. y Korb). GEN. 148.—Agrotis 0. 1.092.—Agrotis Pronuba L. Albarracín, Agosto (Zap. y Korb), á la lampara. 1.094.—A. Comes Hb. Albarracín, Julio y Agosto. Con la lampara (Korb). 1.114.—A. C nigrum L. Albarracín, Julio y Agosto. Con la lámpara (Zap. y Korb). 1.122.—A. Xanthographa Fab. Albarracín, Septiembre. Cazada en los troncos de los o bañados con la preparación especial de Valeriana que se vende (65). Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 121 en Alemania y con la que se obtienen excelentes resultados (Zap.). 1.133.—A. Glareosa Esp. Hebraica Hub. Rubielos de Mora, y también en el Rincón de Ademuz. Agosto. Bastante frecuente. 1.135.—A. Grammiptera Rbr. i Alcalá de la Selva. Con la melaza de Valeriana. Julio (Zap.): 1.148.—A. Plecta L. Alcañiz (Zap.). Albarracín (Korb). Agosto. - 1.177.—A. Fimbriola Esp. Albarracín. Con la linterna (Korb). 1.184.—A. Renigera Hb. Albarracín (Korb). Alcalá de la Selva, Santuario de N. $. de la Vega. Julio y Agosto Castiel (Zap.). 1.191.—A. Exclamationis L. Alcalá de la Selva, y en los Baños de Teruel. Julio (Zap.). Barbastro, La Almunia. 1.193.—A. Spinifera Hb. Albarracín, Toyuela, Gea, Paso del Tocón. La Azufrera de Libros. Agosto (Zap.). 1.213.—A. Tritici L. var. Orihuela del Tremedal. Muy rara (Zap.). Julio. 1.226.—A. Saucia Hb. Albarracín (Korb). Santa Eulalia (Zap.). Julio. 1.230.—A. Segetum Schiff. Albarracín, Agosto (Korb). Huesca (Zap.). 1.233.—A. Grassa Hb. Arens de Lledó, Alcorisa. Julio y Agosto (Zap.). 122 "ANALES DE HISTORIA NATURAL. e (66y 1.235.—A. Obessa B. Castiel, en el Rincón de Ademuz. Julio (Zap.). GÉN. 149.—Brithys Hb. 1.247. —Brithys Pancratii Hb. Alcañiz, en el Prado de la Palanca. Julio y Agosto (Zap.)- Castellote, bastante abundante (Zap.). GEN. 150.—Chareeas Stph. 1.249. —Charzas Graminis L. Alcalá de la Selva. Faldas de las montañas próximas al San- tuario. Julio (Zap.). Cuatro ejemplares. GrÉN. 152.—Mamestra Tr. 1.263.—Mamestra Brasice L. - Caspe, cerca de Alcañiz, Chiprana, bastante abundante. Agosto (Zap.). Zaragoza, Villamayor, á la lampara. 1.2/4.—M. Geniste Bkh. Mosqueruela. Julio. Cerca de Alcañiz en el sitio denominado Puigmoreno. Agosto (Zap.). Otro ejemplar en Ateca. 1.286.—M. Trifolii Hufn. Teruel, en los Mases, Castiel. Julio (Zap.). 1.288.—M. Sodee Rbr. Alcorisa y Mas de las Matas. Julio (Zap.). GEN. 153.—Dianthaoecia B. 1.298. Dianthocia Andalusica Ster. Alcañiz, márgenes del río Guadalupe. Valdealeorfa. Julio (Zap.). Bastante frecuente. Castellote un ejemplar. (67) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 123 1.311.—D. Nana Huífn. Tramacastiel. Julio y Agosto (Zap.). 1.314.—D. Compta F. Sierra de Camarena. Prados. Sobre las flores. Julio (Korb). 1.315.—D. Capsincola Hb. Castiel y el Cuervo. Julio (Zap.). 1.318.—D. Capsophila Dup. Alcorisa. Bastante frecuente. Junio y Julio (Zap.). 1.321.—D. Silenes Hb. Monreal del Campo. Agosto. Alcañiz (Zap.). GEN. 154.—Metopoceras Gn. 1.325.—Metopoceras Canteneri Dup. Mosqueruela. Agosto (Zap.). GyiN. 156.—Cladocera Rbr. 1.331.—Cladocera Optabilis B. Teruel en los Mases. También en Calaceite y Mazaleón. Julio y Agosto (Zap.). Gúx. 157.—Episema 0. 1.333.—Episema Glaucina Esp. Sierra Menera y en Alcañiz. Julio y Agosto (Zap.). Bastante frecuente. Gén. 158.—Heliophobus B. 1.337.—Heliophobus Hispidus Hub. Torre baja en el Rincón de Ademuz. Julio (Zap.). Bastante frecuente. Su oruga en las gramíneas. Septiembre. 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68). GEN. 160.—Aporophyla Gn. 1.341.—Aporophila Lutulenta Bork. Mosqueruela. Agosto (Zap.). 1.343.—A. Aethiops O. | Valdeariño y Obon. Agosto (Zap.), frecuente. GÉN. 162.—Epunda Dup. 1.348.—Epunda Lichenea Hb. Beceite, Prados (Zap.). Albarracín (Korb). Gin. 163.—Polia Tr. 1.351.—Polia Flavicincta Fab. var. Meridionalis. Entre Alcañiz y la Codoñera. Agosto y Septiembre (Zap.). También se cogió un ejemplar, de mayor tamaño y de un color más claro en la Cuesta del Rato, del Rincón de Ademuz. 1.333.—P. Dubia Dup. Mosqueruela, Valderrobles. Agosto. Su oruga sobre el Bele- ño en Abril (Zap.). : 1.354.—P. Xanthomista Hb. Cella, Camañas y también en Daroca. Agosto (Zap.). 1.360.—P, Chi L Entrambasaguas y Torres. Agosto. Oruga en las gramíneas (Zap.). Gx. 165.—Dryobota Ld. 1.362.—Dryobota Furva Esp. Valdejudíos cerca de Alcañiz. Agosto y Septiembre Lap: Valderrobles (Zap.). Oruga sobre el Quercus en Junio. (69) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 125 1.363.—D. Roboris B. Alcala de la Selva. Obon. Septiembre (Zap.). Alo escasa. Unicamente cuatro ejemplares en dichas localidades. 1.366.—D. Protea Bork. Vallanca en el Rincón de Ademuz. Septiembre (Zap.). GEN. 168.—Miselia Stph. 1.372.—Miselia Oxyacanthe L. Beceite. Agosto (Zap.). A la lámpara, y cogida también con manzanas camuesas cocidas. GinN. 169.—Valeria Germ. 1.374.—Valeria Oleagina F. | Alcañiz, Alcorisa, Azaila, y en toda la zona de la llamada tierra baja, aunque no falta en el Valle del Jiloca (Zap.). Gin. 172.—Luperina B. 1.380.—Luperina Vittalva Fr. Beceite y Valderrobles (Zap.). Albarracín (Korb). 1.383.—L. Virens L. En la Rábita de Albarracín sobre las flores del Cardwwus (Korb). En Celadas y Santa Eulalia, Boltaña, Pina (Zap.). % 1.391.—L. Chenopodiphaga Rbr. En montañas bajas y prados cerca de Valderrobles. En Val- - dealgorfa y Calaceite. Caspe y Borja (Zap.). Gin. 173.—Hadena Tr. 1.399.—Hadena Solieri B. Alfambra (Zap.). Julio. Belchite, común. 126 Es ANALES DE HISTORIA NATURAL. e (50) 1.400.—H. Ochroleuca Esp. Albarracín (Korb). Alcañiz (Zap.). 1.419.—H. Monoglypha Hufn. Por la noche á la lampara. Julio. Albarracín (Korb. y Zap.). Valle del Jiloca (Zap.). Agosto. En Sos, común. 1.420.—H. Lithoxylea F. Albarracin, Vega. Julio (Korb). 1.423.—H. Sordida Bkh. Albarracín (Korb). Monasterio de Piedra cerca de Calatayud (Zap.). Julio. ' 1.433.—H. Didyma Esp. Albarracín (Korb). Vega del Jiloca, cerca de Monreal (Zap). 1.440.—H. Strigilis Esp. Monreal del Campo, cerca del Lago Gallocanta, Tornos Julio (Zap.). 1.442.—H. Furuncula Tr. var. Albarracín (Korb). Hijar (Zap.). 1.444.—H. Microglossa Rbr. Valderrobles. Julio. Castiel (Zap.). GÉN. 177.—Chloantha B. 1.448.—Chloantha Hyperici Fab. Las Parras de Castellote, Baguena. Junio y Julio ELN ), bas- “tante frecuente. Su oruga en Junio en el Hypericum Pon ¿um, y en el tetrapterum Fr. Azaila (Zap.). 1.449.—Ch. Polyodon Cl. Arcos de Salinas y Paraiso alto. Julio. Diez individuos cogi- dos á la lámpara en dos noches consecutivas (Zap.). (11) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. - 127 Gun. 178.—Eriopus Tr. 1.452.—Eriopus Latreillei Dup. Beceite. Julio. Seis ejemplares (Zap.). Gúx. 179.—Polypheenis B. 1.456.—Polyphenis Xanthochloris B. Tortajada cerca de Teruel. Julio (Zap.). Gun. 182.—Trigonophora Hb. 1.459. —Trigonophora Flammea Esp. Castiel, en el Rincón de Ademuz, Septiembre. Cogida con tubos de cristal en las flores (Zap.). Gíx. 185.—Brotolomia Ld. 1.463.—Brotolomia Meticulosa L. Cerca de Castelseras. Septiembre (Zap.). Bastante abundante con la melaza. GEN. 186.—Mania Tr. 1.464.—Mania Maura L. q Albarracín, muy común. De día en sitios frescos debajo de los puentes de las acequias. Verano. Criada la oruga hemos obtenido ejemplares de gran tamaño. Gin. 187.—Neenia Stph. 1.465.—Nenia Typica L. Estrecho de Villel, Tramacastiel, Alcañiz. Julio y Agosto. Observada su oruga sobre el Prunus spinosa. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (2) GuN. 197.—Tapinostola Ld. 1.489.—Tapinostola Musculosa Hb. Moscardón. Julio. Sobre las flores (Korb). Oruga, ADE en las ralces de varias gramíneas. Caspe (Zap.). | GEÉnN. 198.—Sesamia Gm. 1.495.—Sesamia Nonagrioides Lef. Julio. Castellote, Huesca (Zap.). GEN. 202.—Leucania 0. Je 507. —Leucania Hispanica Bell. Mora y Rubielos. Julio. Junto al Mojón de los tres Reinos. Rincón de Ademuz, bastante común (Zap.). 1.513.—L. Putrescens Hb. Foz de Calanda. Agosto. Abundante (Zap.). 1.525.—L. Vitellina Hb. Por la noche. Albarracín, en la Vega (Korb). el tan ). 1.530.—L. Album L. Daroca, Rivera del Jiloca. Agosto (Zap.). Castelseras (Zap.). 1.532.—L. Albipunctata F. Albarracín (Korb). Iglesuela del Cid (Zap.). 1.533.—L. Lythargyria Esp. Tramacastiel. Julio (Zap. l Su oruga en los Bromas. Gin. 208.—Caradrina 0. 1.549.—Caradrina Quadripunctata Fab. Albarracín (Korb). Puerto Mingalbo (Zap.). xa >) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 129 1.555.—C. Noctivaga Bell. Beceite. Agosto (Zap.). Arenys de Lledó. 1.566.—C. Superster Tr. Montalván. Por la noche á la lampara. Julio (Zap.). 1.576.—C. Hospes Frr. Valderrobles. Julio (Zap.). Muy frecuente. Huesca, idem. Gin. 210.—Rusina B. 1.579.—Rusina Tenebrosa Hb. Alcañiz en el Prado de la Palanca. Julio (Zap.). GÉN. 211.—Amphipyra 0. 1.583.—Amphipyra Tragopoginis L. Castiel, Rincón de Ademuz. Julio (Zap.). 1.587.—A. Bífusa B. Valderrobles, Agosto. Con la melaza por la noche (Zap.). 1.590.—A. Cinnamomea Goeze. Agosto. Albarracín (Zap. y Korb). Su oruga en el Salix alba L. En Arenys de Lledó, común (Zap.). GÉN. 213.—Teeniocampa Gn. 1.593.—Teniocampa Gothica L. Entre Beceite y Valderrobles. Septiembre (Zap.). 1.601.—T. Incerta Hufn. Septiembre. Villarluengo. Cuatro ejemplares á la lámpara Zap.). ANALES DE HIST. NAT.—XxXI. 9 Le oa PUE o Y Re E js ; : A dlrs E il A ye Ñ ua e se AOS de 180 011 ANADES DE HISTORIA NATURAD. GÉN. 214.—Panolis a 1.604.—Panolis Piniperda Panz. Villarroya de los Pinares. Junio (Zap.). Gén. 219.—Calymnia Hb. 1.616.—Calymnia Affinis L. | Julio. Cerca de Daroca, en el Horcajo (Zap.), abundante. GÉN. 222.—Plastenis B. 1.625.—P. Retusa L.. Cogida con manzanas camuesas cocidas. Calaceite (Zap.). Otro individuo con la red en Alcalá de la Selva al anochecer (Zap.). Gin. 223.—Cirroedia Gn. 1.629, —Cirroedia Ulicis Stgr. - Castiel. Julio (Zap.). Muy común. GÉN. 225.—Anchocelis Gn. 1.631.—Anchocelis Lunosa Hw. Albarracín. Agosto (Zap. y Korb). Calatayud (Lap! Gúx. 226.—Orthosia O. : 1.632.—Orthosia Ruticilla Esp. : e Olba, un ejemplar. Julio. Otro ejemplar en Agosto en po 38 te ao A > (5), Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS. DE: TERUEL. 131; 1.633.—0. Lota Cl. Alcalá de la Selva. Septiembre. Bastante frecuente (Zap.). 1.636.—0. Helvola L. Chiprana. Con la melaza de valeriana.- Agosto (Zap)... 40) 1 dl E 22 —Xanthia ¿NES 1.651.—Xanthia Falvago T Junto a la od de Le “Agosto Ape: Re 1.654.—X. Ocellaris en Castiel, Rincón de Ademuz. Septiembre (Zap.). GEN. 228.—Hoporina B. : 1.656.—Hoporina Croceago Fab. : Calaceite. Septiembre (Zap.). GÉN. PEA —Orrhodia Hb. be 660. brrlónia ven bnotatan Esp. Albarracín (Korb). Aguaton (Zap.). Septiembre. 1.665.—0. Vaccinii L. Puerto A Arucas a ». 1.666.—0. Ligula Esp. Alrededores de a Septiembre api También en: Ca- laceite. da ds 5 GEN. 230. O Curt. 1.670. E ndlocomal Satellitia 1 i Mosqueruela, cerca de la Ermita de Nuestra Señora de la Estrella. También en el Cuervo, Rincón da a Agosto 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) Gún. 232,.—Xylina 0. 1.678.-—Xilina Lapidea Hb. Beceite. Julio. Con la melaza de valeriana (Zap.). GEN. 233.—Calocampa Stph. 1.681.—Calocampa Exoleta L. Albarracín (Korb). Su oruga sobre las Lactuca. GEN. 240.—Epimecia Gn. 1.692.—Epimecia Ustula Frr. Agosto. En Foz de Calanda (Zap.). GEN. 241.—Calophasia Stph. 1.693.—Calophasia Casta Bkh. Segura. Sierra de San Justo. Alcorisa. Junio (Zap.). Seis ejemplares en estas localidades con la melaza de cerveza y valeriana. 1.694.—C. Platyptera Esp. Torrentes de Santa Croche. Rambla de Toyuela. Mayo. Su oruga en el 4Antirrhinum Barrelieri (Zap. y Korb). GEN. 242.—Cleophana B. 1.704.—Cleophana Anarrhini Dup. Albarracín. Con la linterna. J ulio (Korb). -1.705.—C. Dejeanii Dup. Alcorisa. A la melaza de cerveza y valeriana. Julio. Cerca de Arenys de Lledó (Zap.). (1) - Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 133 1.706.—C. Betica Rbr. Daroca. Julio. Alcañiz (Zap.). 1.707.—C. Yvanii Dup. Alcañiz, Agosto (Zap.). Bastante frecuente. Albarracín (Korb). GÉN. 243.—CGuculia Schrk. 1.711.—C. Verbasci L. Azaila. Junio y Julio. Parece ser algo abundante, habiendo cogido ocho ejemplares en seis ú ocho puntos distintos, volan- do al anochecer entre las flores, aunque con la melaza no pudo obtenerse ninguno (Zap. y Korb). Su oruga sobre el Ver- DASCUM. i 1.717.—C. Blattarize Esp. Alcalá de la Selva. Junio (Zap.). 1.726.—C. Umbratica L. Arenys de Lledó. Julio. Unicamente un ejemplar (Zap.). 1.736.—G. Tanaceti Schiff. La Ginebrosa. Agosto (Zap.). Dos ejemplares. GÉN. 247.—Plusia 0. 1.784.—Plusia Accentifera Lef. Daroca. Julio (Zap.). 1.785.—P. Gutta Gn. Toyuela y bosques llamados de Rubielos. Agosto (Zap.). 1.791.—P. Gamma L. Albarracín, muy común. Bronchales, Sierra alta, Teruel, Alcañiz y probablemente extendida por la provincia de Teruel. Verano (Korb y Zap.). | 1.793.—P. Daubei B. i Común. Teruel, Montalván. Julio (Zap.).. 134 co ANÁLES: DE HISTORIA NATURAL: UA [ GEN. 250.—Anarta Tr. 1.805.—Anarta Myrtilli L.. | Alcañiz, Castiel, Daroca. Agosto (Zap. ) 1.807.—A. Cordigera Thub. | Es de Primavera. Marzo. Puerto de la Losilla en Albarracín. Sobre las flores del Arctostaphylos UVa aursi (Korb). Difícil de cogér cón la red, y menos:con tubos, pero: suele venir de larga distancia al olor de la melaza de cerveza á la que se añade unas gotas del licor alemán des valeriana. Alcalá de la Selva (Zap.)-. GÉN. 253. 7 Omia Gn. 1.823.—Omia Cyclopea Grasl. Becerte, O aL con ES inelaza. J ulio (ap. ) - GÉx. 255.—Heliothis Tr. 1.829. —Heliothis Purpurascens Tausch. Julio. Sobre las flores de Szatice y otras. Puerto de la Losilla. Camino de Torres. Rara (Korb). 1.833.—H. Dipsaceus L. Camarena dos ejemplares. Julio. Sobre las flores del Cirsium (Korb). Es abundante en los Monegros de Alcalá de la Selva y en Mosqueruela, pero hay que emplear la melaza. Julio (Zap.). 1.836:—H. Peltigera Schiff. Albarracín, poco común (Korb). Verano. Más común en dodo la tierra baja, Alcañiz, Azaila (Zap.). 1.839.—H. Incarnatus Frr. Castiel y el Cuervo. Julio (Zap.). . y A79) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. - 185 NES 5 » 3 Géx. 258.—Xanthodes Gn. -1.847.—X. Malve Esp. | , Ródenas, Alcañiz. Julio (Zap.). GÉN. 260.—Acontia O. 1.852,—Acontia Lucida Hufn. En los Prados de Albarracín, Vega. Julio (Korb). En los Mases de Teruel y en Castiel (Zap.). 1.853.—A. Luctuosa Esp. Mayo y Junio. Albarracín (Korb). Daroca (Zap.). -1.855.—A. Viridisquama Gn. Mosqueruela. Julio (Zap.). GÉN. 262.—Thalpochares Ld. 1.857.—Thalpochares Arcuinna Hb. var. Ingrata. Rara. Albarracín (Korb). 1.858.—Th. Suava Hb. Azaila. Agosto (Zap.). 1.859.—Th. Jucunda Hb. Alcorisa. Junio (Zap.). Rara. Con la melaza. -1.862.—Th. Lacernaria Hb. : : Albarracín, Las Solanas (Korb). Oruga sobre el Phlomis Lig- mites. Alcalá de la Selva (Zap.). | 1.874.—Th. Polygramma Dup. de Albarracín. Verano (Korb). Castiel (Zap.). 1.880.—Th. Purpurina Hb. Albarracín, en la Rábita. Verano (Korb). 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. - 0 1.882.—Th. Ostrina Hb. var. AEstivalis. Albarracin, en los barrancos (Korb). 1.883.—Th. Parva Hb. Un solo ejemplar á la lámpara en Azaila, pero en Foz de Calanda, se cogieron en noches distintas, una docena. Agosto (Zap.). 1.888.—Th. Candidana Fab. Albarracín, Fuente del Cabrerizo. Agosto (Korb). En la Vega del Jiloca. Julio (Zap.). 1.889.—Th. Himmighoffeni Mill. En Valderrobles, cerca de los Puertos de Beceite. Julio (Zap.)- 1.890.—Th. Pura Hb. Albarracín, en las Solanas. Rara. Julio (Korb). Castiel, en el Rincón de Ademuz. Agosto (Zap.). GEN. 263.—Erastria 0. 1.898.—Erastria Scitula Rbr. Mazaleón. Julio (Zap.). Dos ejemplares. 1.899, —E. Numerica B. Casas bajas, Rincón de Ademuz. Agosto (Zap.). GEN. 265.—Prothymia Hb. 1.904.—Prothymia Viridaria Cl. En los Prados, Albarracín (Korb). Agosto. 1.905.—P. Sanctiflorentis B. Mosqueruela. Julio (Zap.). 1.908.—P. Conicephala Ster. Calaceite, Vallanca, Rincón de Ademuz, Arenys de Lledó, en los límites ya de Tarragona. Agosto (Zap.). (81) Zapater y Korb.— LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 187 GEN. 267.—Agrophila B. 1.910.—Agrophila Trabealis (Su/phuwralis L.). Albarracín, Camino de Gea. Julio (Korb). Benavarre, seis ejemplares con la melaza (Zap.). GÉN. 268.—Heemorosia B. 1.911.—Hemorosia Renalis Hb. : Alcalá de la Selva. Julio. Su oruga en las Lactuca (Zap.). GEN. 271.—Metoptria Gn. 1.916.—Metoptria Monogramma Hb. Ielesuela del Cid, en los límites con Castellón. Julio. Varios ejemplares cogidos con la red (Zap.). GEN. 272.—Euclidia 0. 1.917.—Euclidia Mi Cl. Alcorisa. Junio. Cuatro ejemplares con la red (Zap.). Alba- rracín (Korb). En Fraga, común (Zap.). 1.918.—E. Glyphica L. Albarracín. Común en prados y en la Sierra alta. Mosque- ruela, Chiprana, Alcañiz, Castiel (Zap. y Korb). Oruga sobre las leguminosas. En Albarracín sobre la Ononis Aragonensis, y en la Anthyllis Vulneraria L. Castiel, bastante común. GEN. 274.—Cerocala B. 1.923.—Cerocala Scapulosa Hb. _Calaceite. Julio (Zap.). Dos ejemplares. 138 -. ANALES DÉ HISTORIA NATURAL. -/.* AC Gríx. 280.—Leucanitis Gn. 1.934.—Leucanitis Cailino Rbr. Puerto Mingalbo, Calaceite. Mayo y Ja da Bastante común. Albarracín, Santa Croche. O (Korb). 1.940.—L. Stolida F. Foz de Calanda. Julio (Zap.). Muy rara. GÉN. 281.—Grammodes Gn. 1.941.—Grammodes Bifasciata (Patag). . Cerca de Ródenas, en el sitio denominado La Peña escrita. Julio (Zap.). Dos ejemplares. GÉN. 282.—Pseudophia Gn. 1.943.—Pseudophia Illunaris Hb. Alcañiz. Julio (Zap.). 1.945.—P. Lunaris Schiff. AO | . o Común en la Vega de Albarracin. Junio y Julio. Por la noche en los álamos del paseo de la Alameda, con linterna (Korb. y Zap.). | | GEN. 283.—Catephia 0. 1.948.—Catephia Alchimista Schiff. Un solo ejemplar en Albarracín en la Vega por la noche. Julio (Korb). GEN. 284.—Catocala Schrk. 1.951.—Catocala Elocata Esp. Albarracín, Agosto. En la Vega csorb Alfambra, Daroca (Zap.). (83) Zapater- y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE- TERUEL. ¿189 1.955.—C. Dilecta Hb. Alcañiz, El Cuervo. Agosto el 1.958.—C. nin o Alcalá de la Selva. Julio (Zap.). 1. 959. —£. Conjuncta Esp. Alcañiz. En la Ermita de la Virgen del Pueyo. Julio (Zap). 1.963.—C. Electa Bhk. 2 de | Albarracín. En la Vega. Oruga en el Salix (Korb). 1.964.—£. Puerpera (Giorna). Albarracín (Korb). Valderrobles (Zap.). 1.966.—C. Nimphea Esp. Albarracín. Vega. nr Oruga en los Quercus. 1.973.—C. Conversa Esp. : Albarracín y Sierra. Moscardón. Julio (Korb. y Zap.). 1.979.—C. Nimphagoga Esp. Daroca, Valderrobles. Julio y Agosto (Zap.). GÉN. 285.—Spintherops B. 1.981.—Spintherops Spectrum Esp. Albarracín. En la Vega (Korb y Zap.). 1.982.—S. Cataphanes Hb. En los barrancos, Albarracín, Santa Croche. Mayo. (Korb). En Hijar y Samper de Calanda. Julio y Agosto (Zap.). En Alba- rracín y Santa Eulalia. Julio (Zap.). Esta especie meridional, se ha observado en todo el Este de la provincia de Teruel y puede señalarse su presencia en el mapa, según la curva que pasa por el Rincón de Ademuz, Rubielos, Teruel, Mosqueruela, Villarluengo y Valderrobles. 1.984.—S. Dilucida Hb. | Albarracín (Korb). Alcañiz y Caspe (Zap.). 140 - — ANALES DE HISTORIA NATURAL. -. | (84) GEN. 289.—Toxocampa Gn. 1.997.—Toxocampa Cracce Fab. Aliaga y cerca de Camarillas. Agosto y pd Zap). Cerca de Castelserás (Zap.). GÉN. 294.—Nodaria Gn. 2.005.—Nodaria Nodosalis HS. Iglesuela del Cid. Julio (Zap.). GÉN. 297.—Herminia. 2.022.—Herminia Crinalis Tr. Mosqueruela. Seis ejemplares en distintas ocasiones á la melaza. Agosto (Zap.). Gíw. 300.—Hypena Tr. 2.031.—Hypena Lividalis Hb. Las Parras de Castellote. Junio (Zap.). 2.032.—H. Rostralis Tr. Mosqueruela. Julio y Agosto (Zap.). 2.040.—H. Obsitalis Hb. Rincón de Ademuz, Puebla de San Miguel. Julio y Agosto. Con la melaza, abundante (Zap.). GÉN. 301.—Hypenodes Gn. 2.042.—H. Albistrigatis Hw. Torre de Arcas. Julio y Agosto. Con la melaza (Zap.)- (85) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 141 GÉN. 304.—Rivula En. 2.045.—Rivula Sericealis Hb. Valderrobles. Junio (Zap.). D.—GEOMETR¿. GÉN. 306.—Pseudopterna Hb. -2.051.—Pseudopterna Pruinata Hufn. Alcalá de la Selva. Agosto. En las pendientes de montañas, con la red. Valderrobles (Zap.). -2.052.—P. Coronillaria Hb. - Moscardón. Verano. En los troncos de Sabinas (Korb). Al- fambra. Julio (Zap.). e GEN. 307.—Geometra B. 2.059.—Geometra Vernaria Hb. Mosqueruela. Julio (Zap.). GiN. 308.—Phorodesma B. 2.063. —Phorodesma Smaragdaria F. Monreal del Campo, Daroca. Agosto y Septiembre (Zap.). 2.066.—Ph. Plusiaria B. Albarracín (Korb). Leopardes. Julio (Zap.). Abundante. GÉN. 309.—Eucrostis Hb. 2.071.—Eucrostis Indigenata Vill. Alcañiz. Junio (Zap.). 14% 0% ANALES DE HISTORIA NATURAL. 05 o Gún. 310.—Nemoria Hb. 2.076.—Nemoria Faustinata Mill. ESE Sierra de San Justo de Segura. Julio (Zap.).: 2.077.—N. Strigata Muell. Junio. Daroca (Zap. ). Albarracín. Abril Korb). + GÉN. 311.—Thalera Hb. 2.078.—Thalera Fimbrialis Sc. Kat. Carn. 0. COR -Valderrobles (en el monte del Rey á 4 do Ja as ze | Cuatro ejemplares. 29 GEN. 312.—Jodis Hb. 2.080.—Jodis Lactearia L. Valdeariño. Junio (Zap.). GN. 313.—Acidalia Tr: 2.086.—Acidalia Vittaria Hb. Castiel, en el Rincón de Ademuz. Julio aba Albarracín. Mayo en los trigos (Korb). 2.088.—A. Filacearia HS. .0..5 Sierra alta, abundante. Julio (Korb). 2.090.—A., Luteolaria Const. Molina de Aragón. Mayo (Zap.). 2.091.—A. Flaveolaria Hb. EmnIe5nS (Korb). 2.094.—A. Duda: Se. Ent. Carn. Losilla de Albarracín, Puerto. Sierra alta en pun ciies ñ 3 (Korb). En la Sierra de Gudar, cerca de Cedrillas. Junio (Zap.» (87 Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 143 2.096.—A. Macilantaria HS. Valderrobles, en el monte denominado del Arca. Julio (Zap. ). 2.097.—A. Rufaria Hb. Ateca, provincia de Zaragoza. Septiembre (Zap.). Por la no— che con el reflector. 2.100.—A. Litigiosaria B. “Aliaga, en las faldas de la Sierra de San Justo y Pastor, bas- tante frecuente. Agosto (Zap.). 2.102.—A. Mediaria Hb. Sierra de Gudar. Julio. Alcalá de la Selva. Agosto. En el Monasterio de Piedra. Julio (Zap.). 2.103.—A. Sericeata Hb. Sierra alta (Korb), cerca de Montalván en Prados. J ulio. En Aliaga, Sierra de San Justo (Zap.). 2.105.—A. Moniliata Fab. Calamocha, Mora. Agosto (Zap. a 2.112.—A. Transmutata Rbr. “Baños de Teruel, Rubielos, Daroca. J ulio y O bastante abundante. Con la melaza (Zap.). 2.118.—A. Cervantaria Mill. -Azailla. Julio (Zap.), con la melaza. 2.120.—A. Assellaria HS. Albarracín (Korb). Santa Eulalia (Zap.). 2.122.—A. Sodaliaria HS. Valderrobles. Julio (Zap.). Cinco ejemplares. 2.132.—A. Subsericeata Hw. Arenys de Lledó. Junio (Zap.). 2.133.—A. Levigaria Hb. Alcala de la Selva, rara en Junio. En la Ginebrosa, más abundante. Julio. Con la melaza. 144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. + : (88): 2.136.—A. Inesata Mill. Valderrobles. Junio (Zap.). 2.138.—A. Disjunctaria Ster. Alcañiz. Julio (Zap.). 2.143.—A. Obsoletaria Rbr. Cerca de los Baños de Teruel, hacia el Barranco de las Cala= veras de Concud. Dos ejemplares. Julio (Zap.). En Valderrobles, otro ejemplar (Zap.). 2.146.—A. Ostrinaria Hb. Samper de Calanda, Rafales. Julio (Zap.), bastante abun- dante con la melaza. 2.148.—A. Herbariata F. Albarracín, Vega, Santa Croche, Valdovecar y Baños de Teruel (Zap. y Korb). 2.150.—A. Calunetaria Ster. Valderrobles, Rincón de Ademuz, Daroca. Julio (Zap.). 2.153.—A. Elongaria Rbr. Por la noche con la linterna. Albarracín (Korb). Dos ejem- plares en Montalván y otro en la Sierra de Segura. Julio (Zap.).. 2.158.—A. Politata Hb. En Alcañiz, muy común. También en Beceite. Julio (Zap.)- Sariñena, común (Zap.). 2.160.—A. Rusticata SV. Albarracín, en la Vega y en la Losilla. Julio (Zap. y Korb). 2.161.—A. Robiginata Stgr. En Daroca y Calatayud, común. Julio (Zap.). 2.162.—A. Humiliata Hufn. Albarracín. Julio (Korb). En Pina (Zap.). 2.163.—A. Dilutaria Hb. Albarracín. En la Vega (Korb y Zap.). (89) Zapatar y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 145 2.170.—A. Degeneraria Hb. Alcorisa, Agosto. Alcañiz, Junio (Zap.). 2.171.—A. Inornata Hw. Albarracín. En la Vega (Korb). En los Baños de Teruel y en Alcañiz, frecuente. Con la melaza (Zap.). 2.172.—A. Aversata L. Fraga. Junio. Su oruga en las Genistas (Zap.). 2.178.—A. Rubiginata Hufn. Albarracín, la Losilla y Sierra (Korb). 2.184.—A. Beckeraria Ld. Solo un ejemplar en Albarracín (Korb). Doce ejemplares en Castiel y el Cuervo (Zap.). 2.186.—A. Marginepunctata Goeze. Albarracín. Verano abundante (Korb). Alcañiz, Alcalá de la Selva, Molina de Aragón. Julio y Agosto (Zap.). 2.197.—A. Caricaria Reutti. Valderrobles. Julio. Seis ejemplares (Zap.). 2.202.—A. Strigilaria Hb. Beceite, Alcañiz y en el Rincón de Ademuz, en el pueblo llamado Los Santos. Junio (Zap.). Con la melaza. 2.207.—A. Imitaria Hb. Alcañiz, Calanda. Agosto (Zap.). Algo escasa. 2.209.—A. Concinnaria Dup. Albarracín, Santa Croche, Barrancos. Mayo (Korb). En Mos- queruela. Junio (Zap.). Seis ejemplares. 2.210.—A. Ornata Sc. ent. Carn. Julio. Común en Albarracín (Korb. y Zap). En Alcalá de la Selva y en las Viñas de Teruel, frecuente en Junio (Zap.). 2.212.—A. Decorata Bkh. Albarracín, Vega, Santa Croche. Pendientes de las monta- ñas llamadas Las Solanas. Verano (Zap. y Korb). ANALES DE HIST. NAT.—XXI. 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. j (90) GÉN. 315.—Zonosoma Ld. 2.220.—Zonosoma Pupillaria Bb. Albarracín. Julio (Korb y Zap.). 2.222.—Z. Subpunctaria Z. La Ginebrosa y Azaila. Junio (Zap.). Gux. 316.—Timandra Dup. 2.224. —Timandra Amata L. Cerca de Belchite. Junio (Zap.). GEN. 318.—Pellonia Dup. 2.221.—Pellonia Vibicaria Cl. ab. Strigata. Albarracín, rara (Korb). En Puerto Mingalbo, frecuente. 2.228.—P. Sicanaria Z. Verano, abundante, Albarracín, La Losilla y Santa Croche. Mayo y Junio (Korb). Teruel, Alcalá de la Selva, Aliaga y en todo el Valle del Jiloca, hasta Daroca y Calatayud. Junio (Zap.). Gin. 320.—Abraxas Leach. 2.234.—Abraxas Pantaria L. | En Albarracín, Carretera de Gea, Mayo y Junio. Su oruga en el Fraximus excelsior (Korb). Monreal del Campo, Caspe, Valderrobles, Cariñena, Jaca (Zap.). 2.236.—A. Adustata Schiff. La Almunia, Belchite. Julio (Zap.). MOS Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. M7 GÉN. 322.—Bapta Stph. 2.242.—Bapta Pictaria Curt. Castellote. Junio. Con la melaza (Zap.). Gén. 323.—Stegania Dup. 2.245.—Stegania Trimaculata Vill. - Monreal del Campo. Julio (Zap.). Bastante frecuente. Huesca ¿Zap.). .GEN. 324.—Cabera Tr. $ 2.200.—Cabera Exanthemata Sc. Ent. Carn. Montalván. Julio (Zap.). GÉN. 328.—Eugonia Hb. 2.264.—Eugonia Quercaria Hb. | Alcalá de la Selva, Belchite. Agosto (Zap.). GÉx. 332.—Odontopera Stph. 2.210.—Odontopera Bidentata Cl. Valderrobles, Castiel. Junio (Zap.). GEN. 333.—Himera Dup. 2.212.—Himera Pennaria L. Villarluengo y Tronchón. Septiembre (Zap.). 148 | ANALES DE HISTORIA NATURAL. E UDS al Mi A GÉN. 336.—Angerona Dup. 2.217.—Angerona Prunaria L. Alcalá de la Selva. Junio (Zap.). GEN. 337.—Urapteryx Leach. 2.279.—Urapteryx Sambucaria L. Albarracín, Teruel, Cantavieja, Daroca, abundante. Junio y Julio. Con el reflector (Zap.). GEN. 338.—Rumia Dup. 2.280.—Rumia Luteolata L. : Albarracín. En la Vega. Oruga sobre el ica J ulio y Agosto (Zap. y Korb). Ateca (Zap.). GÉN. 342.—Hypoplectis Hb. 2.288.—Hypoplectis Adspersaria Hb. ] Albarracín, Valdovecar. Junio y Julio (Korb). Alcalá de la Selva (Zap.). | GÉN. 344.—Venilia Dup. 2.291. —Venilia Macularia L. : Hijar, Samper de Calanda. Junio y Julio (Zap.). Con el reflec- tor, bastante abundante. | GEN. 346.—Macaria Curt, 2.297.—Macaria Notata L. Y Castellote, Las Parras, en bosques, con la melaza. Julio (Zap.). (93). Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 149 2.303.—M. /Estimaria Hb. Fortanete, Julio. Con la melaza (Zap.). 2.304.—M. Liturata Cl. Rara en Albarracin (Korb). Más frecuente en Alcalá de la. Selva, en los bosques (Zap.). GEN. 348.—Chemerina B. 2.309.—Chemerina Caliginearia Rbr. Muy común en la tierra baja, Alcañiz y pt en Calaceite. Julio (Zap.). GEN. 390.—Hybernia Latr. 2.313.—Hybernia Leucophearia Schiff. - Escatrón, Junio. Con la melaza y con la lámpara por la noche. Seis ejemplares. En la Almunia dos as Mayo (Zap.). GEN. 351.—Anisopteryx Stph. 2.318.—Anisopterix Aceraria Schiff. : - En los bosques de Villanueva del Rebollar, cerca de Segura. Septiembre (Zap.). GÉN. 354.—Biston Leach. 2.332.—Biston Hirtaria Cl. Mazaleón y Calaceite. Mayo. Con la linterna y con la melaza, bastante abundante (Zap.). GEN. 305.—Amphidasis Tr. 2,331.—Amphidasis Betularia L. En el Rincón de Ademuz, Paraíso alto y en el caserío de Los Santos. Junio (Zap.), bastante abundante. 159 : ANALES DE HISTORIA NATURAL. (94%. Gún. 358.—Nychiodes Ld. 2.343.—Nychiodes Lividaria Hb. | Albarracín, Santa Croche. Dos ejemplares. Julio (Korb). Te- ruel, en los Mases, seis ejemplares, y en los Monegros de Alcalá de la Selva, más abundante. Julio (Zap.). GÉN. 399.—Sinopsia Hb. 2.345.—Sinopsis Sociaria Hb. Albarracín, Santa Croche (Korb). En Toyuela, Daroca, Ca= latayud, Alcañiz, abundante (Zap.). En Junio. GÉN. 360.—Boarmia lb 2.992.—Boarmia Occitanica Dup. Tramacastiel y Libros. Cerca de las Minas de azufre. Julio (Zap.). 2.398.—B. Ilicaria H. G. z Albarracín, bosques de Rubielos, cerca de Toyuela y en Alcalá de la Selva y Alcañiz. Julio y Agosto (Zap.). 2.368.—B. Consortaria F. Valderrobles. Julio. Observada su oruga sobre el JIUINAPErUs Oxycedrus L. (Zap.). Pancrudo, abundante. 2.3/7.—B. Punctularia Hb. Especie que se presenta en Primavera en Mana bas- tante abundante (Zap.). Tarazona. Cuatro ejemplares. GÉN. -362,—Pachycnemia Stph. 2.381.—Pachycnemia Hippocastanaria Hb. Es Es muy común desde Mayo y Agosto en la parte oriental de la provincia de Teruel, pero no la hemos podido cazar sino con (95) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 151 la melaza. Albarracín (Korb). Rincón de Ademuz, Rubielos, Mosqueruela, Castellote y Valderrobles (Zap.). Parece que su oruga está en la Hrica, principalmente en la Losilla de Alba- rracín. GEN. 363.—Gnophos Tr. 2.385.—Gnophos Respersaria Hb. Albarracín, Santa Croche, común en los barrancos Ó ram- blas de esta última localidad (Zap. y Korb). Su oruga sobre varios Rhamous. Teruel, Estrecho de Villel y Vega, Mosque- ruela, Mora de Rubielos y en otros puntos del Este de la pro- vincia (Zap.). 2.396.—Gn. Mucidaria Hb. Viene en Albarracín, por la noche á as lámparas de las habitaciones, y en el campo con la linterna se caza fácilmente y en abundancia. Julio y Julio (Zap. y Korb). 2.399.—Gn. Asperaria Hb. Alcañiz, Alcorisa, Azaila. Junio (Zap.). Albarracín, Sierra de Bronchales. Julio (Korb). GÉN. 368.—Anthometra B. 2.421.—Anthometra Plumularia B. Albarracín, Puerto de la Losilla. Vuela en Junio sobre el Arciostaphylos Uva-w"si L. (Korb). Común en Valdealgorfa, Mazaleón, Vega del Jiloca y también en Samper de Calanda, Daroca, Calatayud, Rincón de Ademuz (Zap.). GEN. 370.—Eremia HS. 2.426.—Eremia Cacuminaria Rbr. En Urrea de Jaén, cerca de Hijar. Junio y: Julio (Zap.). Azaila, Ds bastante común. 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (96) 2.425.—E. Culminaria Ev. Albarracín, camino de Teruel. Abril y Mayo. No parece común (Korb). En Daroca, cuatro ejemplares (Zap.). GiénN. 371.—Fidonia Tr. 2.427. —Fidonia Fasciolaria Hufn. | Solamente en el Río seco, Teruel. Mayo (Korb). En Caspe dos ejemplares (Zap.). : 2.429.—F. Famula Esp. Torres y Sierra alta, cerca de Bronchales. En verano o Alcalá de la Selva. Junio y Junio (Zap.). GEN. 372.—Athroolopha Ld. 2.432.—Athroolopha Pennigeraria Hb. Albarracín. Común en Santa Croche de Albarracín, Gea (Korb). Mayo. Leoparde de la Torre, Daroca y Calatayud (Zap.). Muy común en toda la Tierra baja. GÉN. 3/3.—Eurranthis Hb. 2,434.—Eurranthis Plumistaria Vill. Albarracín, La Rábita. Mayo. Teruel, Alcañiz, Mora, Alcalá de la Selva, muy común (Zap. y Korb). GEN. 3/4.—Ematurga Ld. 2.435.—Ematurga Atomaria L. Sierra de Albarracín en Prados. Verano (Korb). GEN. 375.—Bupalus Leach. 2.436.—Bupalus Piniaria L. Albarracín, Puerto de la Losilla, Sierra alta. Julio (Korb). Mosqueruela (Zap.). 07) Zapater y Korb. —LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 153 GÉN. 376.—Selidosema Hb. 2.43/.—Selidosema Ericetaria Vill. Bronchales, Sierra alta. Cogida volando entre los Cistus. Julio (Korb). Alfambra, Valdelinares, en la Sierra de Gudar. Julio (Zap.), bastante abundante. 2.439.—S. Teniolaria Hb. Común en Mirambel, Castellote y en toda la parte oriental de la provincia de Teruel. Julio y Agosto. Su oruga observada aleunas veces sobre la Genista Scorpius De Cand. (Zap.). Gúx. 377.—Halia Dup. 2,442, —Halia Vincularia Hb. Albarracín, Santa Croche, Barrancos y Ramblas de Toyuela. Mayo y Junio (Korb). GEN. 379.—Phasiane Dup. 2.404.—Phasiane Partitaria Hb. ; Collados de Quermeda, cerca de Calatayud. En las Saladas de Chiprana, Rivera del Guadalupe. La Codoñera. Mayo y Junio (Zap,). | 2.460.—Ph. Clathrata L. | ) En la dehesa de Aliaga. Julio (Zap.). En Albarracín (Korb). Panticosa (Zap... | GÉN. 381.—Enconista Ld. 2.470.—Enconista Miniosaria Dup. - En los prados de la Palomita. Junio (Zap.). Por la noche con la melaza, bastante abundante. 151 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (98) - a 382.—Scodiona B. 2.475.—Scodiona Penulataria Hb. Desierto de Calanda. Junio (Zap.). GÉN. 385.—Aspilates Tr. 2,488.—Aspilates Ochrearia Rossi. Albarracín. Verano (Korb). Rubielos y Alcalá de la Selva. Agosto (Zap.). Diez ejemplares con el reflector. a GEN. 387.—Ligia B. 2.495. —Ligia Opacaria Hb. Mazaleón, Valderrobles. Cuatro ejemplares con la melaza en Junio. Segura, bastante frecuente (Zap.). 2.496.—L. Jourdanaria Vill. Albarracin (Zap.). Torres y Tramastilla, D. Manuel Polo. Agosto y Septiembre. Escasea en el Sur de la provincia de Teruel, y abunda en la parte oriental en los límites con Caste- llón y Tarragona. | GÉN. 389.—Heliothea B. 2.500.—Heliothea Discoidaria B. Albarracín, Valle de Valdovecar, Moscardón, Julio (Korb). Muy abundante en Castiel, Rincón de Ademuz, Daroca, Sierra de San Just, Chiprana, Caspe, Cariñena y en otros muchos puntos de la provincia de Teruel (Zap.). Su oruga en Mayo sobre la Santolina Chamaecyparissus que es común en Albarra- cin. Huesca (Zap.). 2 (99), Zapater y. Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 155 GixN. 390.—Aplasta Hb. 2.501.—Aplesta Ononaria Fuesl. Torres, Julio, Bronchales, Sierra alta ori Más abundante en el monte de San Ginés, en Mosqueruela y en Calanda (Zap.). Segura, muy común (Zap.). GÉN. 392.—Sterrha Hb. 2.504.—Sterrha Sacraria L. Albarracín, Vega. Agosto (Korb. y de Oruga sobre el Polygonum. Valle de Valdecabriel, Alfambra y en los Mases d3 Teruel, Boltaña de Huesca, común (Zap.). GÉN. 393.—Lythria Hb. 2.507.—Lythria Purpuraria L. Bastante frecuente en Valderrobles y Beceite. Con la melaza por la noche. Julio y Agosto (Zap.). 2.508.—L. Sanguinaria Dup. Albarracín, Puerto de la Losilla. Primavera (Korb), Alcalá de la Selva, Daroca, Alfambra, San Martín del Río, cerca de la Laguna Gollacanta, Monasterio de Piedra (Zap.). GÉN. 394.—Ortholita Hb. 2.511.—Ortholita Plumbaria Fab. Caspe. Julio muy escasa (Zap.). -2.513.—0. Limitata Sc. Ent. Carn. - Sierra alta, Moscardón. Verano (Korb). 2.015.—0. Jugicola Ster. Albarracín. En la Rábita, Peñascos. Mayo y Junio (Korb). Valdelinares (Zap.). 155 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (100) 2.516.—0. Peribolata Hb. En la tierra baja, Alcañiz, Arenys de Lledó, bastante abun- dante. Junio. Con la melaza y con la linterna (Zap.). 2.521.—0. Bipunctaria Schiff. Bronchales, Sierra alta. Muy común en Julio (Korb). En los Monegros de Alcalá de la Selva, Mosqueruela (Zap.). GÉN. 396.—Minoa B. 2.523.—Minoa Murinata (Sc. ent. Carn). Samper de Calanda. Seis ejemplares en varias noches á la lampara. Junio (Zap.). GeÉN. 400.—Odezia B. 2.529.—Odezia atrata L. Albarracín, Puerto de la Losilla y Sierra alta. Julio (Korb). Muy común esta especie en Villarroya de los Pinares, Villar- luengo, Castellote y Valderrobles (Zap.). GEN. 402.—Lithostege Hb. 2.034.—Lithostege Griseata SchiffF. Arcos cerca del Rincón de Ademuz. Junio. Foz de Calanda, Alcorisa, frecuente (Zap.). GEN. 403.—Anaitis Dup. 2.043.—Anaitis Plagiata L. Alcala de la Selva. Agosto. Con la melaza y con la linterna por la noche. Cuatro ejemplares. Agosto (Zap.). (101) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 15 1 GEN. 404.—Chesias Tr. 2.553.—Chesias Spartiata Fuesl. Común en los alrededores de Aliaga en Junio y Julio (Zap.). 2.594.—Ch. Rufata Fab. Albarracín, La Rabita, rara. Verano (Korb). GEN. 409.—Triphosa Stph. 2.568.—Triphosa Sabandiata Dup. Albarracín (Korb.), de noche en las habitaciones con fre- cuencia, en verano y en invierno. Es muy común en toda esta comarca del Sur de Aragón. En Calatayud se ha encontrado también (Zap.). Su oruga en la nula Helenoides. (De C.) Alba- rracín. 2.570.—T. Dubitata L. Alcalá de la Selva. Agosto. Dos ejemplares á la linterna (Zap.). Otro 4 la melaza en Valderrobles (Zap.). - GÉN. 413.—Cidaria Tr. 2.591.—Cidaria Ocellata L. Almohaja. Junio y Julio. Con la melaza y con la linterna. Seis ejemplares (Zap.). 2.098.—C. Miata L. | La Almunia. Agosto. Con la melaza, dos ejemplares. En el Monasterio de Piedra, un ejemplar (Zap.). 2.603.—G. Firmata var. Ulicata Hb. - Ateca. Agosto (Zap.), bastante abundante (Zap.). 2.627.—C. Fluctuata L. Calanda, Beceite, escasa. Julio (Zap.). En Valderrobles, otro ejemplar. Agosto (Zap.). 153 ! ANALES DE' HISTORIA NATURAL... . (102) 2.629.—C. Montanata Bork. Bronchales. Julio (Korb). Castiel en el Rincón de Ademuz, común. Julio y Agosto. Con la melaza (Zap.). 2.636.—C. Pomoeriaria Ev. . pd 4 - Sierra de Albarracín (Korb). Sierra de San Justo y Pastor, Camarillas (Zap.). 2.640.—C. Fluviata Hb. : 1040 | Camarillas, Castellote, Beceite. isla il Camto (Zap.). Con la melaza y con el reflector. 2.672.—£. Malvata Rbr. Alcañiz, Lledó. abundante con la melaza. Julio y Agosto e ). 2.671.—C. Galiata SV. | Albarracín, Sierra alta. Julio (Korb). 2.679.—(. Sociata Bkh. En el Rincón de Ademuz. Con la melaza, bastante común (Zap.). 2.714.—C. Bilineata SV. Bronchales, Sierra alta. Verano (Korb). En Villar del Saz, Monte de San Ginés, Calamocha, Alcañiz, abundante en Julio y Agosto. Zaragoza y Huesca (Zap.). 2.132.—£. Vitalbata Hb. Valdelinares, Sierra de Gudar. Abundante Junio y Aa (Zap.). Gx. 115.—Eupithecia Curt. 2.142.—Eupithecia Oblongata Thnb. .- Belchite, Caspe. J ds y Agosto, bastante pera (Zap) 2.755.—E. Pulchellata Stph. | il Mosqueruela, Puerto Mingalbo. Junio a unio. Con la mola za, Trecuenta (Zap.). (103) Zapater y Korb.—LEPIDÓPTEROS DE TERUEL. 159 2.763.—E. Rectangulata L. Egea de los Caballeros. Con la melaza de manzanas en Julio. Seis ejemplares (Zap.). 2.172.—E. Scopariata Rbr. Tamarite de Litera en la provincia de Huesca. Abundante en Julio, con la melaza de valeriana y manzana camuesa (Zap.). 2.183.—E. Nepetata Mab. Cazada con la red en Agosto. Alcalá de la Selva y también en Barbastro (Zap.). 2.795.—E. Peyerimhofíata Mill. En el Rincón de Ademuz, tres ejemplares. Julio. Con la me- laza (Zap.). 2.810.—E. Castigata Hb. Villanueva de la Reina. Con la melaza tres ejemplares. Junio (Zap.). 2.833.—E. Lariciata Frr. Albarracín (Korb). Mosqueruela. Julio (Zap.). 2.836.—E. Abrebiata Stph. Belchite. Cuatro ejemplares con la melaza en Junio (Zap.). 2.941.—E. Phoeniceata Rbr. Beceite, rara. Un solo ejemplar con la melaza. Junio (Zap.). 2.945.—E. Sobrinata Hb. Con la linterna en Albarracín (Korb). 2.848.—E. Ericeata Rbr. Alcañiz, Alcorisa. Seis ejemplares con la linterna, en Junio (Zap.). 2.949.—E. Pumilata Hb. Albarracín, en verano, por la noche con la linterna (Korb). Alcañiz y Castiel (Zap.). CATALOGUE RAISONNÉ DES ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE (ESPECES SIGNALÉES JUSQU'A CE JOUR ET DESCRIPTION D'ESPÉCES NOUVELLES) PAR PA EEN, DOLO sS (Sesión del 3 de Febrero de 1892.) Les travaux publiés jusqu'a présent sur la faune des Isopo- des terrestres de l'Espagne, sont dús aux auteurs suivants: L. Koch, dans louvrage de Rosenhauer: Die Thieren Anda lusiens (1856) (1). G. BupDE-Lunp, dans ses Crustacea Isopoda terrestria (1885) (2). O. DE BUEN, dans la Soc. Esp. H. N. (1887): Materiales para la Fauna carcinológica de España (3). Au cours d'un voyage dans le Sud de Espagne (printemps 1890) et de plusieurs excursions dans les provinces Basques, VAragon, etc., j'ai eu loccasion de faire moi-méme d'assez abondantes récoltes, largement accrues par les recherches de mes amis: MM. René Nicklés qui depuis trois ans étudié la (D) Les especes citées ou décrites par L. Koch ont été recueillies par Rosenhauer; les descriptions de Koch, quoique tres-développées manquent de précision, et il est difficile de reconnaítre la valeur de ses espéces. (2) Les Isopodes terrestres cités par Budde-Lund comme appartenant a la faune Espagnole, ont été recueillis principalement par MM. Collin, L. Lund, Meinert, Schaufuss, E. Simon; ces derniers font aujourd*hui partie de ma collection, gráce au don généreux que M. Simon m'a fait des nombreux Isopodes qu'il a réunis et qui ont presque tous été déterminés par Budde-Lund. (3) M.O. de Buen s'est occupé activement de la recherche des Crustacés d'Es- pagne, etil a eu entre les mains les nombreux matériaux réunis au Musée de Ma- drid. ANALES DE HIST. NAT.—XXI 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. U (2) o'éologie des provinces d'Alicante et de Valence, W. Kilian (Andalousie), F. de Nerville (id.), D. Miller (Barcelone), P. Thierry-Mieg (Carthagéne), G. Odier (Pyrénées), E. Che- - vreux (Vigo). a Mais la partie la plus nombreuse des collections que j'ai eu occasion d'examiner appartient aux Musées de Madrid et de Séville (1); Pétude m'en a été confiée par MM. 1. Bolívar et S. Calderón et je tiens a remercier ici mes éminents collégues de toute leur obligeance. M. de Buen fait remarquer qu'il est difficile de reconnaítre des zones nettement délimitées pour la faune carcinologique terrestre, a.cause de l'émigration des especes, bien que la dis- position eéographique de Espagne se préte peut-étre mieux a ces délimitations que celles d'aucun autre pays. Pourtant ces émigrations ne paraissent pas tres-importantes, sauf bien entendu pour les especes ubiquistes, telles que 4rmadillidium vulgare, Porcellio levis, Metoponorthrus prwinosus, etc. La région la plus riche et la plus variée, au point de vue Isopodique, s'étend tout le long des cótes méditerranéennes; on y a signalé déja la plupart des especes caractéristiques de la faune méditerranéenne occidentale; si l'on visite les hau- teurs quí bordent cette région, on rencontre des especes tres- spéciales ef tres-localisées que nous décrivons plus loin: 47- madillidium mwricatum, Porcellio Nicklesi, Bolivar, succincins, wiolacens, expansus, magnificus, Hispanas, mgro-gramulatus. Du cóté de Málaga, cette faune prend un caractere plus Afri- cain et les espéeces communes avec l'Algérie sont en majorité. Citons entre autres: Porcellio Wagneri, Hofímannseggii, ocella—= tus, ornatus, Metoponorthrus sexfaciatus, Lucasius pallidus, L. myrmecophilus. T'Andalousie possede encore beaucoup d'especes méditerra- néennes, Porcellio flavocinctus et Metoponorthrus sexfasciatus y sont particuligrement communs: 4rmadillo hirsutus, spécial a cette région, y est aussi abondant; on y a trouvé Eluwma pur purascens, cloporte de la faune Atlantique, dont l'habitat s'étend (1) Les especes de ces Musées, en partie déja citées par M. de Buen, sont dúuesaux récoltes de MM. Antón, Bolívar, Boscá, De Buen, Calderón, Cazurro, Cisneros, Delás, Medina, Pantel, Quiroga, Sanz, etc. : : O a): Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 163 jusqu'aux Canaries, et comme forme localisée: 4rmadillidium SCUOFUM. | Tous les hauts plateaux de l'Espagne centrale et surtout de la Castille, paraissent assez pauvres; la province de Ciudad= Real appartient encore a la faune Andalouse. L'4rmadillo ofi- cinalis, espece méditerranéenne, savance jusqu'a Tolede, mais a Madrid et dans la Vieille-Castille, c'est la faune sep- tentrionale qui l'emporte. Tout le NO., ou région Cantabrique, participe tout-a-fait de la faune francaise Atlantique et la plu- part des especes qu'on y trouve se voient jusqu'en Irlande; tels sont: Porcellio scaber, P. politus, Metoponorihrus cingendus, Platyarilwrus Hofimannmseggii, Oniscus mararius. Nommons cependant deux formes nouvelles découvertes a la Corogne: Porcellto De Buemi et Metoponorthrus rufocinctus. Les Pyrénées, comme toute chaine de montagnes élevées, a sa faune propre, les espéces sylvicoles y dominent: 41madilli- dim pictum et Porcellio lugubris, des grandes foréts de l”Eu- rope moyenne, se trouvent dans la partie centrale de la chaine, vers 1.000 a 1.200 metres, avec une espéce nouvelle: Porcellio Pyrendaicus; dans les Basses-Pyrénées occidentales, Zrichonis- cus vividus se volt souvent sous les pierres et la mousse, avec Omiscus Simont, cloporte tout-a-fait particulier a cette région. Vers P'Est au contraire, la faune Pyrénéenne change d'aspect avant de se confondre avec celle de la région méditerranéenne, cette partie de la chaine n'a guere été explorée encore au point de vue Isopodique; signalons cependant un 4Armadillidium trés-curieux: Á. serratum. Je v'ai presqu'aucun renseignement sur les especes des gran- des montagnes du centre et du midi: les sierras de Guadarra- ma, de Gredos, les monts Cantabres et ceux de l'Extremadure, - devront étre explorés avec soin, etje ne saurais trop recom- mander surtout aux naturalistes qui auraient loccasion de parcourir les montagnes de la région de Cuenca et de Teruel, la Sierra Morena et ses dépendances ainsi que les hautes cha?- nes qui se dressent de Murcie á Gibraltar, de recueillir soi- gneusement tous les Isopodes qu'ils trouveront. Il y a la sans aucun doute de nombreuses découvertes a faire. -1.—Armadillo officinalis Desmarest. Málaga, Carratraca (Lund, sec. Budde-Lund). — Barcelona 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 4 ae (Collin, sec. Budde-Lund).— Algeciras (Bolívar, sec. De Buen). —Malaga (Quiroga, ¿M Mus. Madrid). —Cartagena (De Buen, id.). —Zuera (Zaragoza) (De Buen, id.).—Sancho Rey (Ciudad-Real) (Boscá, id.).—Niebla (Huelva) (Boscá, id.).—Sevilla (Calderón, in Mus. Sevilla). — Morón (Sevilla) (id. id.). —Córdoba (A. Doll- fus). —Toledo (id.). —Huelva (id.).—Cartagena (P. Thierry= Mieg, in coll. A. Dollfus). Os. L'4rmadille est tres-répandu dans toutes les résions circa-méditerranéennes ; il se trouve sous les pierres, 2.—Armadillo hirsutus Koch. ¿1 Rosenhauer. Malaga (Rosenhauer):— Carratraca (Lund, sec. Budde-Lund, in Mus. Copenhague).—Algeciras (Bolívar, ¿n Mus. Madrid).— Huelva (A. Dollfus).—Calañas (Huelva) (Mus. Sevilla). Os. Cette petite espéece, finement hirsute, paratt commune sous les pierres dans la région Andalouse. 3.—Eluma purpurascens B. L.=(Rñacodes inscriptas Eatrn. nec L. Koch). Constantina (Sevilla). (Un exemplaire n Mus. Sevilla.) Os. L'EKluma purpurascens a une curieuse distribution géo- eraphique: extraordinairement abondant dans les archipels Océaniques (Madére, Canaries, Acores), on le retrouve com= munément dans les Charentes (nulle part ailleurs en France, oú il a été certainement introduit). Il se retrouve en Portugal, mais l'exemplaire recueilli a Constantina dans la Sierra More- na est le premier qui soit sienalé en Espagne. Ce cloporte est. facile á reconnaítre á premiére vue par sa teinte lie-de-vin et + ses yeux simples. 4 —Armadillidium nasatum B. L. > Guetaria (Sanz in Mus. Madrid). —Vera (Navarra) (A. Dollfus). Os. Espéce remarquable par la forte saillie pré-frontale de lVécusson du prosépistome. Cette espece est assez répandue dans une partie de Europe moyenne et trés-commune dans le SO. de la France. (5) - Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 165 5.—Armadillidium granulatum Brandt. = (4. pustulatum M. Edw.). : Malaga (L.—-Lund, sec. ado Quiroga, ¿N Mus. Ma- drid).—Cartagena (Collin, sec. Budde-Lund; De Buen, ¿1 Mus. _Madrid; P. Thierry-Mieg, ¿n coll. A. Dollfus).—Santa Pola (Ali- cante) (Boscá, sec. De Buen).—Antequera (W. Kilian, 22 coll. A. Dollfus).—Figueira (Sanz, 21m Mus. Madrid). Espece granuleuse, tres-commune dans la région méditer— ranéenne occidentale, oú elle ne s'éloigne guére des habita— tions, vivant surtout sous les pierres, au pied des murs, etc. On la retrouve dans le NO. de la France, a Granville et Saint- Malo, ou elle s'est acclimatée. 6.—Armadillidium scabrum, nova species. Description: Corps couvert de fortes granulations presque perliformes, disposées assez régulierement en lignes transver- sales, et de ponctuations sétacées.—Cephalon: Ligne frontale peu sinueuse, sans fossette médiane. Prosépistome a écusson Armadillidium scabrum A. D. large et plan, il dépasse la ligne frontale, formant un rebord frontal sur pres des deux tiers de la largeur du cephalon. Tu- bercules antennaires tres—-courts. Yeux tres—-petits, formés de quatre ocelles. Fouet des antennes á articles trés-inégaux, le premier atteignant environ */, de la longueur du second.— 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) | Pereion: Premier somite á bord postérieur fortement sinueux sur les cótés, l'langle postéro-latéral se prolonseant fortement en arriéere; bord latéral relevé, surtout antérieurement.—Pleon, Telson: Pleotelson triangulaire, un peu plus court que large, * a cótés droits, á sommet obtus. Uropodes á exopodite trapézoi- dal.—Coulewr: d'un fauve-roux, antennes plus claires.—Dimen- sions: 9 mm. X 4 mm. Constantina (Sevilla) /¿n Mus. Sevilla). 7.— 1 Armadillidium Zenckeri Brandf. Potes (Cazurro, ¿1 Mus. Madrid).—Sevilla (Cazurro, ¿1 Mus. Madrid). Ops. Je rapporte avec quelque doute ces exemplaires á VArmadillidium Zenckert Brandt. Il m'est impossible de les en distinguer, mais d'autre part la distribution géographique de cette espéece serait bien étrange et discontinue: Nord de lP'Alle- magne, Russie méridionale, Tyrol (tres-commune á Inns- bruck), Corse, Cévennes, et les deux localités Espagnoles citées plus haut. 8.—Armadillidium assimile B. L. Environs de Murcia (J. Collin, sec. Budde-Lund, ¿n Mus. Co- penhague). Os. Cet Armadillidium se rencontre en colonies générale- ment tres-nombreuses dans les champs et les prés du midi de la France, sous les mottes de terre, etc. 9.—Armadillidium vulgare Latr., sp.=4. variegatum Latr., Sp., A. commutatum Brandt., A. pustulatum Desm.) (nec Milne- Edwards). Toute l'Espagne. Obs. Il parait inutile d'entrer dans le détail des trés-nom= breuses localités ou Pon a trouvé cette espéce qui est probable- ment aussi la plus généralement répandue dans toute l'Euro- pe; elle varie beaucoup de couleur, du gris uniforme ou légé- rement taché de jaune, au brun varié de taches et marbrures claires; certains auteurs, et Latreille lui-méme, ont cru trou= (7) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 167 ver chez les exemplaires ainsi colorés les caractéres d'une es- pece distincte: 4. variegatum Latr., sp. Il y a tout au plus lieu de la considérer, ainsi que la fait Budde-Lund, comme une simple variété ex colore, á laquelle il est impossible de recon- naltre aucune valeur morphologique. 10.—Armadillidium pictum Brandt. Os. Bien que v'ayant pas encore été signalé en Espagne, ce petit Armadille, commun dans les Hautes-Pyrénées centra- les, surtout au-dessus de Luchon, a quelques kilometres de la frontiére, sous la mousse et l'écorce des arbres, se retrouvera certalinement sur le versant Espagnol. vo 11.—Armadillidium serratum B. L. Os. Méme observation que pour l'espece précédente; toute- fois VA. serratum paraít plus localisé dans le voisinage de la frontiere; on ne l'a trouvé encore que dans la haute vallée du Teich á la Preste (E. Simon) et a Amélie (4. Dollfus); il est probable cependant qu'il se rencontrera aussi dans la Cerdagne espagnole. On le trouve dans les endroits boisés. 12.—Armadillidium muricatum B. L. Cartagena (E. Simon, 22 coll. A. Dollfus; P. Thierry-Mieg, idem) (lieux herbeux, sous les pierres a Santa Lucia). Os. Cette espéce, comme la précédente, est remarquable par les tres-fortes granulations, ici tout-a—fait spinescentes, dont elle est recouverte. Le genre Cylisticus, intermédiaire entre les Armadilliens et les Porcellioniens, n'a pas encore été signalé en Espagne. Deux espéces au moins s'y rencontreront tres-probablement: Cylisticus convezus De Geer, sp., commun en France et dans presque toute l'Europe moyenne, et C. gracilipennis B. L., trouvé dans le département des Pyrénées-Orientales. 13.—Porcellio echinatus Lucas.=(? P. comifer Koch, in Rosen- hauer.) 0 Y Málaga (Rosenhauer).—Casarobonela (Malaga) (Lund, sec. - 168 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | (0% Budde—Lund, ¿n Mus. Copenhague). —Almadenejos (Ciudad 3 Real) (De Buen, Boscá, ¿1 Mus. Madrid). —Algeciras (Bolívar, in Mus. Madrid). —Morón (Sevilla) (Calderón, ¿n Mus. Sevilla). Os. Ce Porcellion se trouve communément dans la pro vince d'Oran (Algérie Occidentale). Il est remarquable par le prolongement lamineux que forme le lobe médian du front et par les fortes granulations dont le corps est hérissé. 14.—Porcellio incanus B. L. Espagne Méridionale (Meinert, sec. Budde-Lund). 15.—Porcellio pulverulentus B. L. Casarobonela (Málaga) (Lund, sec. Budde-Lund, ¿n Mus. Co- penhague).—Granada (A. Dollfus). Os. Les deux exemplaires que j'ai trouvés á Grenade sous les pierres, répondent bien a la description de Budde-Lund, toutefois les dents apicales des premiers articles antennaires sont moins accusées que ne le dit Pauteur danois. 16.—Porcellio dilatatus Br. Madrid (De Buen, ín Mus. Madrid, mentionné dans la note de 3 M. de Buen comme 2. scaber).—Villa Rutis (Coruña) (Bolívar, in Mus. Madrid). —Sevilla (F. de Nerville, ¿% coll. A. Dollfus). Ops. Espéce répandue dans toute l'Europe moyenne et mé- ridionale; elle habite surtout les caves. Les Porcellions cités plus haut ont tous le sommet du plec— telson franchement arrondi. | 5 17.—Porcellio sordidus B. L. | lles Baléares (¿mn coll. Schaufuss, sec. Budde-Lund).—Valen=. cia (¿n Mus. Troyes, sec. Budde-Lund). 18.—Porcellio Hoffmannseggii Br.=(09 P. emarginatus Br.) Málaga (Rosenhauer Meinert et Lund, sec. Budde-Lund, : | 43 | W. Kilian, ¿a coll. A. Dollfus). —Casarobonela (Málaga) (Mei= E ner et Lund, sec. Budde-Lund).—Carratraca (id. id.).—Córdoba (id.id ).—Belalcazar (Córdoba) (Boscá, in Mus. Madrid) —Sevilla (9) -— Dollfus.—IsOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 169 (Calderón, Cazurro, ¿n Mus. Madrid et Sevilla). —Algeciras (Bo- lívar, in Mus. Madrid). —Calañas (Huelva) (Mus. Sevilla).—Al- madenejos (Ciudad-Real) (Bolívar, ¿n Mus. Madrid). 19.—Porcellio flavocinctus B. L.=(? P. fornicatus L. Koch, in Rosenhauer.) Malaga (Rosenhauer? Lund, sec. B. L.). —Casarobonela (Carra- traca) (Lund, sec. B. L.)—Córdoba (Meinert, sec. B. L., A. Doll- fus).—Sevilla (Meinert, sec. B. L., Calderón, ¿n Mus. Madrid et Sevilla, E. Simon, ¿2 coll. A. Dollfus). —Alcalá (Sevilla) (Mus. Sevilla). —Huelva (A. Dollfus). —Madrid (Schaufuss, sec. B. L.). —Plasencia (Cáceres) (De Buen, ¿n Mus. Madrid). Os. Les exemplaires designés par De Buen sous le nom de P. gramulatus Edw., se rattachent en partie au P. favocinctus, d'autres au P. gramuliferus B. L., Vespece de Milne Edwards ou plutót de Brébisson devant se rapporter au P. pictus Br. 20.—Porcellio Wagneri Br. | Málaga (W. Kilian, ¿1 coll. E Dollfus). a (A. Dollfus, in coll. A. D. et Mus. Madrid et Sevilla). 21.—Porcellio ocellatus B. L. Malaga et Casarobonela (Lund, sec. B. L.). Os. C'estavec doute que je maintiens cette espéce qui ne me paraít pas distincte du P. Wagneri Br. 22.—Porcellio ornatus M. Edw. Montagnes pres Murcia (Collin, sec. B. L.). —Hle Mallorca (Schaufuss, sec. B. L.).—Cartagena /sec. Milne Edwards et De Buen, E. Simon et P. Thierry-Mieg, ¿n coll. A. D.).—Lorca (De Buen, 1 Mus. Madrid).—Santa Pola (Boscá, in Mus. Madrid).— Muchamiel (Alicante) (Anton, ¿nm Mus. Madrid).—Busot (Alican- te) (R. Nickles, ¿n coll. A. D.). —L'Almajar Corral (Jaén), dans une chambre á coucher (R. Nicklés, 22 coll. A. 06 —Sevilla (Cazurro, 1 Mus. Madrid). Obs. Les numéros 18 a 22 ont beaucoup d'affinités entre eux. Ce sont des espéces de grande taille, qui vivent générale- 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) ment réunies en nombre. On les trouve aussi en Algérie sur tout dans la province d'Oran; sauf le P. favocinctus qui est par contre extrámement commun en Andalousie; j'al rencontré, entre Oran et Tlemcen, le 2. Wagnert en bandes si compactes qwelles couvraient les bords et les fossés de la route sur plu= sieurs kilométres de longueur. | 23.—Porcellio magnificus, nova species. = (2? P. coronatus L. Koch.) | | Description: Corps allongé, assez convexe, couvert de gra— nulations tres-fortes et presque perliformes antérieurement, Ñ Porcellio magnificus A. D. atténuées postérieurement.—Cephalon: Lobe frontal médian petit, échancré; lobes latéraux trés-grands, peu obliques, qua- drangulaires á angles arrondis; prosépistome á tubercule tres- 1 (11) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 171 accentué, formant une créte longitudinale; antennes assez longues, dépassant les deux tiers du pereion; fouet a premier article deux fois plus long que le second.—Pereion: Bord pos- térieur du premier somite fortement sinueux; les somites présentent antérigurement une impression médiane.—Pleon, Telson: Parties latérales du pleon déprimées; pleotelson a A peine aussi long que large, fortement incurvé sur les cótés, á sommet tres-pointu. Uropodes a base atteignant l'extrémité du pleotelson, largement fendue sur le cóté; exopodite grand, lancéolé—-obtus.—Coulewr: Fauve-rougeátre, plus pále sur les bords; extrémité des antennes et des uropodes blanes. — Dimensions: Í 29 mm. x 12 mm. Alcazaba (Almería) (R. Nicklés, ¿n coll. A. D.).—?? Málaga (Rosenhauer). 24.—Porcellio violaceus B. L. Murviedro (Collin, 2n Mus. Copenhague, sec. B. L.) 20.—Porcellio succinctus B. L. Cartagena (E. Simon, ¿2 coll. A. D. (v. B. L.), De Buen, a Mus. Madrid). Ops. Je figure la partie postérieure du corps de cette espe- ce, afin de la bien distineguer des especes affines. Porcellio succinctus B. L. 26.—Porcellio Nicklesi, nova species. Description: Corps largement ovale, déprimé, couvert de a 172 | ANALES DE HISTORIA NATURAL. (1) eranulations fines et réguliérement dispersées.—Cephalon: Lo- bes latéraux du front assez grandes, obliques, á cóté interne E largement arrondi; lobe médian moyen, tres-largement arron- | di; prosépistome muni d'un tubercule petit mais net; antennes longues, atteignant l'extrémité du pereion, les articles sont aplatis et carénés, le troisieme se prolonge en une forte dent Porcellio Nicklesi A, D. quí se volt aussi, mais plus faible, sur le quatrióme article, fouet á articles inégaux, le premier plus long que le second. —Pereion: Angles antérieurs du premier somite dépassant le cephalon, bord postérieur á sinuosité peu marquée.— Pleon, Telson: Pleotelson plus long que large, se terminant par une pointe subaigue, un peu creusé sur le face supérieure; uropo- des a articles basilaires un peu plus courts que le pleotelson; les endopodites le dépassent; les exopodites sont lancéolés, aplatis et faiblement carénés longitudinalement, ils sont deux fois plus lones que Varticle basilaire chez la O et trois fois plus - longs chez le .—Coulewr: Blanc, avec une faible ligne brune interrompue sur le bord postérieur des somites péréiaux.— Dimensions: 20 mm. <1llmm + 3 Río Clariano (Valencia) (R. Nicklés, ¿n coll. A. D.). (M. Nicklés j a recueilli les trois exemplaires qu'il m'a remis, á mi-chemin de Onteniente á Bocairente, en été 1887.) | 27.—Porcellio Bolivari, nova species. Description: Corps ovale, déprimé sur les cótés, fortement (13) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 173 egranulé sur la partie antérieure du pereion, les granulations sont tres-accusées, surtout le long du bord postérieur des pre— miers somites od elles forment presqu'une créte transversale.— Cephalon: Lobes latéraux du front grands, étroits, arrondis et faiblement obliques; lobe médian bien développé, largement arrondi; prosépistome á tubercule petit mais tres-net; antennes longues, atteignant l'extrémité du pereion, a articles aplatis Porcellio Bolivari A. D, et carénés comme dans lPespéce précédente, mais le prolonge- ment dentiforme du troisieme article est ici plus accusé; pre- mier article du fouet trois fois plus court que le second.— Pereion: Sinuosité postéro-latérale du premier somite peu mar- quée.—Pleon, Telson: Parties latérales du pleon déprimées. Pleotelson plus long que large, faiblement creusé sur le face supérieure, prolongement apical se terminant en pointe. Arti- cle basilaire des uropodes atteignant presque l'extrémité du pleotelson; les endopodites le dépassent légérement, les exo— ] podites, tres-erands, ensiformes, aplatis et fortement carénés longitudinalement, sont de trois a quatre fois plus longs que Varticle basilaire.—Cowlewr: Blanchátre, plus ou moins marbré de brun-pále, surtout sur les parties latérales; appendices - blancs.—Dimensions: y 25 mm. X 12 mm. 17 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | da) 2 A rapleires o”. Reco de Cortes pres Villajoyosa A (R. Nickles, 2N coll. A. D.). 28.—Porcellio expansus, nova species. Description: Corps tres-large, tres déprimé, faiblement et obtusément granulé. —Cephalon: Lobe frontal médian moyen, régulicrement arrondi; lobes latéraux trés-grands, lancéolés, peu obliques; prosépistome a tubercule petit; antennes dépas- sant un peu les deux tiers du pereion; second article tres-aplati avec un grand processus dentiforme arrondi au sommet; derniers articles beaucoup plus gréles; fouet a premier article pres de trois fois plus long que le second.— Pereion: Parties Porcellio expansus A. D. latérales tres-développées et déprimées; celles du premier so= mite dépassent de beaucoup la ligne frontale; sinuosité posté- ns rieure peu accentuée. —Pleon, Telson: Parties latérales assez divergentes. Pleotelson a pointe allongée, subaigue. Uropodes a base atteignant presque le sommet du pleotelson; exopodite lancéolé, gladiolé, deux fois plus long que l'article basilaire. yr Coulewr: Milieu du corps brun de poix avec larges taches jaune safrané pále; parties latérales blanchátres; les parties brunes DU (15) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 175 se prolongent, le long du bord postérieur des somites, en ligne transversale atténuée. Antennes variées de brun pále. —D1- mensions: 28 mm. Xx 20 mm. | Un exemplaire Q. Cardo pres Tortosa (B. Montells, ¿4% coll. A. D.) (communiqué par D. Muller). Ops. Les espéces précédentes (numéros 24 a 28), constituent un groupe spécial de Porcellions remarquables par leurs tres- grandes dimensions, la largeur et la dépression du corps et la localisation extréme de leur habitat: ils paraissent apparte— nir exclusivement á la faune Espagnole Orientale, et cha- cun d'eux ne semble se trouver que dans des limites trées- étroites. 29.—Porcellio sp.? Os. Budde-Lund cite le P. monticola Lereb., comme ayant été pris en Espagne et notamment a Arnedillo (province de Logroño), par M. E. Simon. J'ai entre les mains les espéces de la collection Simon déterminées par l'auteur danois, et n'y al trouvé que deux exemplaires déterminés sous ce nom et pro- venant non d'Arnedillo mais de Mangialo; or, ces deux exem-= plaires different absolument du ?. monticola, par la forme du pleotelson qui se prolonge en une longue pointe étroite et aigue. lis appartiennent sans doute á une espéce non encore décrite. | 30.—Porcellio lugubris Koch. Bielsa (Pyrénées) (G. Odier, ¿n coll. A. D.). Obs. Cette espéce se retrouve dans les foréts de Europe centrale et occidentale; elle est particuliérement abondante dans les grandes foréts de la France moyenne, surtout aux environs de Paris. 31.—Porcellio Pyreneus, nova species. : Description: Corps ovale, peu convexe, couvert de ponctua- tions sétacées, et faiblement tuberculé, surtout latéralement - etsur le cephalon.—Cephalon: Lobes frontaux latéraux assez 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 10 CO erands, arrondis, peu obliques; lobe médian triangulaire M arrondi; prosépistome á tubercule presque nul et situé anté- rieurement; yeux grands, environ 24 ocelles; antennes couver- tes de poils courts, les deux á quatre premiers articles sont profondément creusés d'un sillon longitudinal; fouet a premier - article un peu plus lons que le second.— Pereion: Simuosité postéro-latérale du premier somite tres-accentuée.—Pleon, | Telson: Parties latérales du pleon déprimées, assez étroites; pleotelson un peu plus court que large, a face supérieure creu- sée, á pointe courte. Base des uropodes sensiblement plus Porcellio Pyreneus A. D. courte que le pleotelson, endopodite dépassant légerement ce dernier, exopodite petit, lancéolé. —Couwlewr: Brun-noir, avec quelques taches irréguliéres ou marbrures d'un jaune safrané, angle postérieur des somites fauve-0ux, bord postérieur de chaque somite marqué d'une bande rousse; pattes et pleopodes plus ou moins tachés de gris. — Dimensions: 12 mm. X 5 mm. Vallée de Sallanques (Pyrénées Espagnoles), sous les écor= ces, altit. 1.200 métres (G. Odier, ¿n coll. A. D.). 32.—Porcellio De Bueni, nova species. Description: Corps ovale, assez convexe, couvert de ponctua- A tions sétacées et faiblement granulé-tuberculé.—Cephalon: (17) Dollfus.—IisoPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 177 Lobes frontaux latéraux médiocres, arrondis; lobe médian tres-court, arrondi; prosépistome á tubercule presque nul, situé assez en arriére; articles des antennes + sillon faible; fouet á articles subégaux, le premier légérement plus court que le second.—Pereion: Sinuosité postéro-latérale du premier somite bien marquée, moins toutefois que dans Pespéce pré- cédente.—Pleon, Telson: Parties latérales du pleon déprimées; pleotelson plus long que large, á surface supérieure plane, á Porcellio De Bueni A. D.. pointe assez allongée obtuse et presque subarrondie. Base des uropodes atteignant seulement la moitié du pleotelson; endo- podite le dépassant un peu, exopodite moyen, lancéolé.— -Coulewr: Brun-roux, finement marbré de taches claires; une petite tache claire sur les parties latérales de chaque somite du pereion; pattes plus ou moins: tachées de gris. — Dimen— sions: 12 mm. Xx 5mm. Villa Rutis (Coruña) (Bolívar, in Mus. Madrid). 33.—Porcellio variabilis Lucas./P. transmutatus Brulys) sevilla Apero, im Mus. Madrid). Obs. Espéce d'Algérie ov elle est tres-répandue. ANALES DE HIST. NAT.—XXI. 12 178 ANALES DE HISTORIA. NATURAL. (18) 34.—Porcellio amonus, nova species. Description: Corps ovale, un peu déprimé sur les cótés, cou— vert de granulations, assez fortes sur le cephalon et le pereion,: évanescentes sur le pleon.—Cephalon: Lobe frontal médian court, largement arrondi, lobes latéraux assez grands, tres obliques, largement arrondis du cóté interne; prosépistome á tubercule petit et mince, quoique tres-net, situé tres-en arriére; antennes atteignant presque l'extrémité du pereion; fouet a premier article pres de trois fois plus long que le second.— Porcellio amenus A. D. Pereion: Premier somite a cótés un peu relevés antérieure— ment, bord postérieur a sinuosité assez marquée.—Pleon, Tel- son: Extrémité postéro-latérale du cinquieme segment pleonal atteienant le sommet du pleotelson; ce dernier aussi long que large, fortement incurvé sur les cótés, l'incurvation formant un angle rentrant; pointe allongée, aligue. Uropodes a base atteignant le sommet du pleotelson, dédoublée latéralement; endopodite tres-mince, dépassant un peu l'extrémité du pleo- telson; exopodite tres-développé, gladiolé.—Coulewr: Blanchá- tre sur les cótés, le milieu du corps est fauve avec des taches et points bruns; une tache brune tres—-nette sur les parties la— térales de chaque somite; dessous du corps blanchátre, sans taches.—Dimensions: 16 mm. Xx 7 mm. Montalvo (Cuenca) (P. Pantel, 1n Mus. Madrid). 35.—Porcellio auritus B. L. Cartagena (De Buen, ¿n Mus. Madrid). —Morón (Sevilla) ES derón, ¿1 Mus. Sevilla). (19) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 179 Ops. Dans l'exemplaire recueilli a Moron, le pleotelson est moins incurvé que dans celui de Cartagena, et la pointe s'at- ténue régulierement, au lieu de présenter un rétrécissement avánt le sommet; le lobe frontal médian est moins développé et plus profondément échancré; ce sont des différences assez importantes, mais n'ayant vu que les deux exemplaires en question, je ne sais si elles sont assez constantes pour motiver une distinction spécifique. - 36.—Porcellio lamellatus Ulj., sec. B. L. Env. de Valencia (E. Simon, a coll. A. D.). Obs. Cette petite espéce est presque maritime, on la trouve sous les pierres des bords de la Méditerranée, avec les Ligia, Tylos, etc. 37.—Porcellio granuliferus B. L. Espagne méridionale (Lund, sec. B. L.). —Lora del Río (Se- villa) (Boscá, ¿in Mus. Madrid). —Zuera (Aragón) (De Buen, ¿n Mus. Madrid).—? Olot (Pyrénées) (Delás, ¿n Mus. Madrid). Obs. -Jerapporte avec doute ce dernier exemplaire au P. gra- muliferus B. L., dont la dispersion géographique (jusqu'á pré- sent exclusivement espagnole) parait assez singuliére et qui semble rare partout. 38.—Porcellio scaber Latr.=/P. Brandt M. Edw., etc.) Gijón (Sanz, ¿in Mus. Madrid). —Vigo (Ed. Chevreux, 22 coll, A. D.).—Villa Rutis (Coruña) (Bolívar, ¿n Mus. Madrid).—Potes (Cazurro, 1m Mus. Madrid). —Fuenfría (4n Mus. Madrid). Os. Le Porcellio scaber est essentiellement une espéce des régions froides et moyennes; on sait combien il est commun dans toute l'Europe septentrionale; on le retrouve aussi abon- damment dans l'Amérique du Nord, et, chose bien singuliére, dans les résions subantarctiques! En Espagne il paralt can- tonné dans la région du NO. : 39.—Porcellio Hispanus, nova species. Description: Corps ovale, assez large, un peu déprimé, sur- 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 1 (20) tout postérieurement, couvert de fines ponctuations sétacées et de granulations, disposées en séries un peu renfiées sur la région médiane, plus petites mais tres-nettes et dispersées sur les cótés.—Cephalon: Lobe frontal moyen court, arrondi; lobes latéraux moyens, arrondis et peu obliques; prosépistome a tubercule petit, court et peu apparent, situé tres en arriére; yeux grands; antennes externes?—Pereion: Sinuosité postéro— latérale presque nulle.—Pleon, Telson: Région latérale du pleon déprimée et presque relevée sur les bords. Pleotelson un Porcellio Hispanus A. D, peu plus long que large, avec deux fortes egranulations a la base, a pointe allongée (probablement obtuse au sommet qui est brisé sur lexemplaire examiné). Uropodes a base plus courte que le pleotelson; appendices?—Coulewr: Paraissant. fauve, avec la téte brune et quatre séries longitudinales de taches également foncées; les granulations latérales sont aussi marquées en brun foncé; dessous du corps blanchátre, sans taches.—Dimensions: 18 mm. x 8!/¿ mm. | Un exemplaire en mauvais état, Cartagena (Cisneros, ín Mus. Madrid). 40.—Porcellio levis Latr. Málaga, Casarabonela, Córdoba (in Mus. Copenhague, sec. B. L.). —Sevilla (Cazurro, ¿n Mus. Madrid, Calderon, ¿n Mus. Sevilla). —Cartagena (De Buen, ¿n Mus. Madrid, P. Thierry- (21) Dollftus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 181 Mieg, ¿n coll. A: D.). —Alcazaba (Almería) (R. Nicklés, ¿a coll. A. D.).—Lorca (De Buen, ¿n Mus. Madrid).—Barcelona (Muller, in coll. A. D. ).—Zuera (Zaragoza) (De Buen, 41 Mus. Madrid).— Olot (Delás, ¿n Mus. Madrid). —Fuenterrabía (A. Dollfus).— Madrid (De Buen, ¿n Mus. Madrid), etc., etc. a ete Cie que les localités les plus caractéristiques. Obs. L'une des plus communes en Espagne, surtout dans la partie méditerranéenne; cette espece est ubiquiste et a été sienalée dans les parties tempérées et chaudes du monde entier et décrite sous une vingtaine de noms différents; elle ne quitte guére le voisinage des habitations, si ce n'est dans la région méditerranéenne, dont elle paraít originaire. . 41.—Porcellio politus C. L. Koch. Guetaria (Sanz, 12 Mus. Madrid). Os. Ce Porcellion se rencontre par-ci par-la dans les lieux couverts ef boisés de l'Europe moyenne, Boheme, Autriche, France, mais il est particulierement commun dans toute la région des Basses-Pyrénées occidentales. Les especes qui précédent (numéros 39-42) se distinguent par la tres-faible sinuosité o du premier somite pereial. e] 42.—Porcellio nigro-granulatus, nova species. Description: Corps ovale, couvert de fines ponctuations séta— cses et de granulations obtuses.—Cephalon: Lobes latéraux du : front peu développés, réguliérement arrondis; lobe médian - pul; yeux multiocellés, au moins 30 ocelles; prosépistome á tubercule trés-net, et situé bien au milieu, antennes cana- liculées.—Pereion: Bord postérieux du premier somite sans aucune sinuosité. —Pleon, Telson: Pleon assez déprimé. Pleo- telson plus court que large, a pointe algue. Base des uropodes atteignant le sommet du pleotelson qui est franchement dé- passé par les endopodites; exopodites médiocres, fendus sur les cótés. —Coulewr: Blanchátre, avec des marbrures d'un brun- noir, téte foncée, ligne médiane claire, parties latérales clai- 182 | ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) res avec des points foncés trés-nets.—Dimensions: 15 mm. X 0 6 mm. de Porcellio nigro-granulatus A. D, Un exemplaire. Province d'Alicante (R. Nicklés, ¿m coll. A. D.). Os. Cette espece est tres-voisine du genre Metoponorthrus, dans lequel elle devrait peut-étre entrer. Toutefois, la forme cénérale du corps et l'existence d'un tubercule perliforme sur le prosépistome me la fait maintenir provisoirement dans le genre Porcellio. | 43.—Metoponorthus glaber L. Koch, sp. Malaga (Rosenhauer, Lund, sec. B. L.)—Casarabonela (Má- laga), Carratraca (Lund, sec. B. L.). 44.—Metoponorthrus sexfasciatus C. L. Koch, sp.?, B. L.!= (Porc. morens Schaufuss). de Sevilla (Meinert, sec. B. L., A. Dollfus; Calderón, ¿1 Mus. Se- villa). —Constantina (Sevilla) (Calderón, ¿n Mus. Sevilla). —Cór- | doba (Meinert, sec. B. L.).—Huelva (A. Dollfus).—Niebla (Huel- va) (Boscá, ¿2M Mus. Madrid) (nommé Porcellio pruinosus, par De Buen).—Granada (A. Dollfus).—Alcazaba (Almería) (R. Ni- cklées, im coll. A. D.)—Casarabonela (Lund, sec. B. L.)—Gerona (Meinert, sec. B. L.). —Mallorca (Schaufuss). A A (23) Dollfus.—IsOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 188 Os. Répandue surtout en Andalousie, cette espéce est plus commune du cóté Atlantique que du cóté méditerranéenne; elle est d'une abondance remarquable dans tout le SO. de la Péninsule, dans les archipels hispano-portugais, ainsi que sur le versant Atlantique du Maroc, notamment vers Rabat (Cap. R. Schlumberger). 45.—Metoponorthrus pruinosus Brandt., sp.=(Porcellio macu— licornis C. L. Koch.) Sevilla (Calderón, etc., 21 Mus. Sevilla). —Granada (A. Doll- fus).—Caleosa (Alicante) (R. Nicklés, ¿m coll. A. D.)—Almade- nejos (Ciudad—Real) (sec. De Buen). —Madrid (De Buen, ¿2 Mus. Madrid).—Villa Rutis (Coruña) (Bolívar, ¿1 Mus. Madrid). Obs. Espéce ubiquiste, comme Porcellio levis. 46.—Metoponorthrus Tingitanus B. L. A été trouvé a Tanger par Collin (sec. B. L.), et se retrou- vera probablement sur le cóte Espagnole. C'est une espéce (?) tres voisine de la précédente, mais plus grande et qui en dit fere surtout par lPoblitération des lobes latéraux du front (sec. B:L.): 47.—Metoponorthrus philoscoides B. L. Espéce commune dans toute 1'Algérie, a été retrouvée a Tan- ger (Bolivar, 1n Mus. Madrid), et doit probablement appartenir aussi a la faune Espagnole méridionale. 48.—WMetoponorthrus fusco-marmoratus B. L. Antequera (W. Kilian, ¿a coll. A. D.) Obs. Espéce de l'Algérie occidentale. 49.—Metoponorthrus cingendus Kinahan, sp. (mec B. L.) Potes (Cazurro, 11 Mus. Madrid). Ops. Cette petite espéce a un habitat tres=spécial: on la rencontre sous les pierres, etc., a l'embouchure des cours d'eau qui se jettent dans la mer; elle est tres-abondante, au bord d'un ruisseau a Hendaye, et parait se retrouver tout le long 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ¿A (24) des cótes Atlantiques non sablonneuses jusqu'en Irlande od elle.a été signalé pour la io fois par Kinahan.. : JO. A Mdnonortias tocingla nova species. Description: Corps ovale, assez convexe, pleon en retraift sensible (la forme du corps est tout-a-—fait celle de Philoscia muscorum); couvert de fines granulations, surtout sur la, par= tie antérieure des somites pereiaux. ib Ligne frontale finement mais nettement marginée; lobes latéraux tres-courts et repliés en-dessous; prosépistome presque plan, l'écusson ne forme pas de relief, et ne se distingue que par les ponctuations dont il est convert; yeux moy ens, multiocellés; antennes attel- Metoponorthrus rufocinctus A. D. enant environ la moitié du corps, articles du fouet égaux.— Percion: Premiers somites sans sinuosité postéro-latérale.— Pleon, Telson: Pleotelson sensiblement plus court que large, a cótés incurvés et á sommet subaigu; pleopodes présentant deux paires de trachées. Uropodes á base atteignant le som= met du pleotelson, que lendopodite dépasse beaucoup; l'exo— podite est lancéolé, allongé.—Coulew: Cephalon et parties mé- dianes d'un brun de poix, parties lalérales rousses; une petite: tache claire se voit de chaque cóté des somites pereiaux, deux taches claires sur le pleotelson; antennes et extrémités des pattes postérieures plus ou moins marbrées de brun; uropodes roux.—Dimensions: 9 mm. X 4 mm. : Un exemplaire (y: Villa Rutis (Coruña) (Bolivar, ¿n Mus. Madrid). (05) Dollfus.—IsoPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 185 Obs. Le genre Metoponorthrus a été détaché avec raison par Budde-Lund du grand genre Porcellio, dont il se distingue surtout par la forme du cephalon (front et prosépistome), du premier somite pereial qui ne présente jamais de sinuosité postéro-latérale, et de la partie postérieure, pleon et pleotel— son: le pleon, presque toujours en retrait sensible, et l'aspect général rapprochent ce genre des Philoscia, dont on les dis— tinguera á premiére vue par lexistence de deux articles au fouet des antennes (au lieu de trois chez les Ph1/oscia et autres Onisci), et par les pleopodes trachéates, ceux des Onisci étant toujours dépourvus de trachées, caractéres morphologiques ais qui séparent ce les Porcelliones des Onisco. ' 51.—Lucasius pallidus B. L., sp. Espagne méridionale (Meinert, sec. B. L.). —Granada, sous les pierres (A. Dollfus) (¡e n'y ai pas vu de fourmiliére). 92.—Lucasius myrmecophilus Lucas, sp. Málaga, dans une fourmiliére (A. Dollfus). Obs. Le genre Lucasius a été établi par Kinahan, en 1858, pour un petit groupe de cloportes généralement myrmécophi- les, voisins des Porcellio, mais qui en different par la forme du pleotelson, réguligrement triangulaire, sans incurvation, et surtout par celle des antennes ou le premier article du fouet est extremement réduit; ce genre se rapproche des Platyar- ¿hrus, dont Vhabitat est le méme. ll a aussi des affinités avec le ec Leptotrichus. | E atcichas Panzerii Aud. et Sav., sp. Espagne méridionale (Meinert, Lund, Collin, ¿n Mus. Copen- hague, sec. B. L.).—? Cartagena (E. Simon, sec. B. L.). | - 04.—Platyarthrus Hofímannseggii Br. Villa Rutis (Coruña) (Bolívar, ¿n Mus. Madrid). Ops. Ce genre qui comprend des especes de trés-petite taille et de couleur blanche, viten commensal des fourmis. Des trois especes que lP'on connaít jusqu'a présent, deux sont propres á 186 ANALES DE HISTORIA NATURAL... (26) la région méditerranéenne; la troisiéme, citée ci-dessus, paraít se trouver dans toute l'Europe tempérée. 55.—Oniscus murarius Cuvier.=(0. Asa L.). -Madrid (sec. De Buen). —Villa Rutis (Coruña) (Bolívar, in Mus. Madrid) (quelques exemplaires d'un roux-—clair, effet de Valbinisme).—Guetaria (Sanz, hn Mus. Madrid).—Fuenterrabia (A. Dollfus).—Alsasua (E. Simon, sec. B. L.). Obs. L'Onmiscus murarius, le Cloporte par excellence (clou q porte), est extremement commun dans toute Europe etl'Amé- rique septentrionales, et il savance jusqu'aux Acores, je ne crois pas qu'il aitjamais été trouvé authentiquement dans la région méditerranéenne, et les exemplaires de Sicile que Budde-Lund cite dans le musée de Saint-Pétersbourg, me pa- raissent étre de provenance plus que douteuse. 56.—Oniscus Simonii B. L. Vera (Navarra) (4. Dollfus). C'est une curieuse espéce, qui parait absolument localisée dans le pays Basque, oú on la trouve assez fréquemment sous la mousse et les pierres, dans les lieux couverts, boisés et hu- mides; elle est d'une couleur cendrée caractéristique et cou= verte de fortes granulations. j 57.—Philoscia muscorum Scop. Guetaría (Sanz, 11M Mus. Madrid). Ops. Espéce bien commune dans toute ¡"Europe moyenne et le bassin méditerranéen. Elle vit sous la mousse, les feuilles mortes, les écorces, les pierres, etc. | 58.—Philoscia elongata A. D. (1884). =(P2. puistanaa Bupke (1885). Madrid (E. Simon, ¿n coll. A. D.).—Zaragoza, sous les pier— res, au bord de l'Ebre (4. Dollfus).—Villa Rutis (Coruña) (Bo- lívar, in Mus. Madrid). | - Ops. . Cette espéce était considérée d'abord comme exclusi- vement méditerranéenne; pourtant elle remonte le long des (27) Dollfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 187 cótés de l'Atlantique jusqu'en Bretagne, et on la retrouve par- ci par-la dans le bassin de la Garonne (Toulouse), aussi bien que dans ceux de l'Ebre, du Tage, etc. 59.—Philoscia Couchii Kinahan.=(P%4. longicornis B. L.). Guetaria (Sanz, in Mus. Madrid). Espéce des bords de la mer, aussi bien de la Méditerranée que de l'Atlantique. 60.—Philoscia minima, nova species. Description: Corps tres-étroit, allongé, lisse, couvert des poils fins et peu apparents.—Cephalon: Partie médiane antérieure du tergum ne se recourbant pas sur la face inférieure, lobe frontal médian nul, lobes latéraux tres-développés, infléchis au-devant des yeux. Yeux simples. Antennes égalant seule- ment la moitié du corps, les trois articles du fouet subésaux.— Pereion, Pleon, Telson: Les régions latérales du pereion et sur- tout du pleon sont tres-peu développées. Pleotelson triangu= Philoscia minima A. D. laire, largement obtus et presqu'arrondi au sommet; uropodes a endopodite égalant á peu pres la moitié de l'exopodite. — Coulewr: Marbré de brun-violacé sur fond blanc; de part et dVautre de la ligne médiane, une large région claire á peine marbrée et sur les cótés, une tache blanche tres-nette.—.Di- mensions: 3mm. Xx 11/, mm. - Quatre exemplaires, Granada, sous les feuilles mortes.— Fuente de los Avellanos (A. Dollfus, avril, 1890). 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (23) Obs. Est-ce bien une Philoscia? Tous les caracteres sont ceux du genre, sauf les yeux qui sont simples; ce qui sulle a constituer une e oénérique distincte. | 61.—Trichoniscus vividus Koch, sp. Guetaria (Sanz, 11 Mus. mia —Fuenterrabía (A. Dollfus). Obs. Cette jolie petite espéce, de ere pourprée quand elle est vivante, est commune dans les Basses-Pyrénées occi- dentales. 62.—Trichoniscus roseus L., sp. Granada, Fuente de los Avellanos, sous les feuilles mortes (A. Dollfus). Obs. Se rencontrera probablement dans toute l'Europe; on trouve ce petit cloporte dans les endroits tres-humides, et il se reconnait immédiatement á sa couleur d'un rouge vif qu'il perd du reste dans l'alcool. 63.—Trichoniscus cavernicola B. L. Cueva de Orobe pres Alsasua (E. Simón, ¿n coll. A. D.). Obs. Espéece cavernicole, de couleur blanche, aveugle. Je ne saurais trop recommander létude de la micro-faune Isopodique des lieux humides: grottes, cavernes, bord des ruisseaux et des marais, terre humide jusqu'a une certaine profondeur, etc.; surtout dans les régions chaudes (Méditerra- nsenne, etc.); on y a déja rencontré des formes trés-curieuses et nouvelles. | 61.—Trichoniscus ?, nova species. Os. J'ai trouvé un seul exemplaire de cette trés—petite espece, sous les feuilles mortes qui encombraient une rigole au Generalife (Granada), en avril 1890. Il serait nécessaire Ven voir davantage pour la décrire et se prononcer sur la po- sition précise qw'elle doit occuper. | j 65.—Ligia Oceanica Fabr., sp. Asturias (Lázaro, sec. De Buen).—Ferrol (sec. De Buen).— (29) Doilfus.—ISOPODES TERRESTRES DE L'ESPAGNE. 189 Ría del Burgo (Coruña) (Bolívar, 1n Mus. Madrid). —Ría de Marín (Boscá, sec. De Buen). —Portugalete (E. Simón, tn coll. A. D.). —Gibraltar, Málaga (sec. Roux, Crust. de la Méditerranée). Obs. Cette derniére localité me parait douteuse: la Ligia Oceamica est absolument et exclusivement Océanique; il se- raif intéressant cependant d'étre fixé d'une maniére précise sur le limite de son habitat vers Pentrée de la Méditerranée. Jusqu'a présent, je ne puis citer de ces cótés que Tanger od elle ait été capturée authentiquement (par Ach. Costa, ¿n Mus. Naples). 66.—Ligia Italica Fabr.=/(£. Ehrenbergíi Br., L. Brandtit Ratkke). Cabo de Oropesa (Boscá, sec. De Buen). Oss. La £igía ftalica, plus petite que £. Oceanica 3 antennes et appendices des uropodes filiformes et tres longs, remplace Vespéce de POcéan sur toutes les cótes de la Méditerranée; elle est probablement aussi commune sur les plages un peu ro- cheuses d'Espagne, que sur celles d'Algérie, de France, d'Italie, etc. 67. — Tylos Latreillei Aud. et Sav. = (Rhacodes inscriptus L. Koch.) Málaga (Rosenhauer). Obs. Voici encore une espéce maritime, appartenant á un groupe Isopodique bien spécial qui ne comprend encore que - deux genres: 7ylos et Helleria. Le Tylos Latreillei n'est pas exclusivement Méditerranéen, et on me l'a envoyé en abon- dance des Canaries, et des Acores aussi bien que du Croisic, en Bretagne. Je ferai la méme observation au sujet de la faune Isopodi- que maritime (ne pas confondre avec le faune marine) que tout á l'heure pour la faune des lieux humides: les récoltes qu'on y fera, sous les pierres, dans les tas d'aleues et de zos— téres rejetées, etc., surtout aux bords de la Méditerranée, se- ront certainement intéressantes. Ñ MINA 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. En somme, malgré les récoltes faitesjusqu'á ce jour, il reste encore beaucoup á faire pour comnaítre á peu pres complete ment la faune Isopodique terrestre de Espagne: avis aux naturalistes qui habitent cette belle contrée ou qui ont Lct | sion d'y diriger ua seas 7 A FLORULA GADITANA SEU recensio celer omnium plantarum in provincia. gaditana hucusque notarum | AUCTORE JOSEPHO M. PEREZ LARA. PARS QUARTA, Y (Continuación:) (Sesión del 3 de Diciembre de 1890.) ORDO LEGUMINOSARUM. Fam. Papilionacez /. TRIB. HEDYSARE/ZE DC. Scorpiurus Z. 1.1894.—S. sulcata L. | | Sp. pl., p. 1050.—Desf., Flor. atl. 11, p. 1714.—WKk. et Lge., l. c. 11, p. 230! —S. echinata var. sulcata Brot., Flor. lus. IU, p. 19.—Scorpioides prior Dod., Pempt., p. 71, ic... —Vulg. G7ra- millo, lengua de oveja. Variat foliis plus minusve villosis leevibus v. interdum mar- (1) Véase para la parte primera el tomo xv, pág. 349 de los ANALES; para la segunda el tomo xvi, pág. 273; para la tercera el tomo XVIII, pág. 30; y para la cuarta el tomo xx, pig. 23. | | 192 ANALES DE HISTORIA o En (412) 0 gine et subtus precipue ad pervum cda sparsim brevi- terque spinuloso-muricatis, pedunculis 1-4 floris, legumini- bus glabris v. dense breviterque hirtis spinis acutis basi dis- sitis plus minusve longis. | Hab. in regione inferiore ubi in cultis incultisque herbidis, arenosis, argillosis calcareisque per omnem provinciam vul- gatissima.—(O0. Apr., Maio. (v. v. et s.) | s. subvillosa.—S. subvillosa L., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c., p. 2491 —S. echinata var. subvillosa Brot., Flor. lus., 1. c. Variat ut anterior foliis plus minusve villosis levibus v. margine et subtus sparsim breviterque spinuloso-muricatis, pedunculis 1-4-foris, leguminibus hirtis (S. subvillosa $. erio- carpa Moris, Flor. Sard. 1, p. 534) aut glabris, spinis acutis confertis elongatis v. brevibus (8. subvill. 8. breviaculeata Per. Lar. herb.) Hab. in herbidis cum precedente, ubi pariter vulgatissima. (V.:V.) y. muricata.— SS. muricata L., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c., p. a S. echinata var. muricata Brot., Flor. lus., 1. c. Variat pedunculis 1 4-floris, lestinabes Elebris v. hirtis costis exterioribus tuberculis minimis obtusée muricatis v. omnibus undiquée inermibus leevissimis /S. levigata Sibth. et Sm., Flor. greec., t. 718). Hab. in eisdem locis cum preecedentibus sed minus fre- quens: in G1braltar et ad San Roque (Brouss.); prope Sanlucar (Clem.); inter Jamena et Buceite; ad Rancho de Casinas prope Arcos; in ditione Jerez locis Montegil, Cortijo de los Prados et alibi. (v. v.) Note diagnostica quibus S. subvillosa et S. muricata a S. sulcata distinguuntur certe variabiles, et formee de seepe obvise sunt. Ar. geogr.—Var. «. in Lusitania, regione mediterranea ca- lidiore, Abyssinia, Madera, Canariis; var. $. in regione medi- terranea omni, Lusitania, Madera, Canariis; var. y. in Lusita- nia atque in regione mediterranea calidiore preesertim occi- dentali. 1.185.—S. vermiculata 7 Sp. pl., p. 1050.—Brot., Flor. lus., 1. c.—Wk. el no je p. 250.—Vulg. Lengua de a (413) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 193 Hab. in regione inferiore, ubi in arvis cum precedentibus mixta satis frequens. In vicinitatibus Jerez vulgatissima.— (O Ntants “Apr. (v. v.) Ar. geogr. —Regio mediterranea occidentalis, Lusitania, Madera, Canarise. Goronilla /. 1.186.—C. glauca £. Sp. pl., p. 1.047.—Brot., Flor. lus. 11, p. 163.—Wk. et Lge., 15C IMP. 202. Variat stipulis lanceolatis, v. ovato-lanceolatis 2-4 mm. long., pedunculis folio duplo v. triplo longioribus 5-14-foris, lomentis 20-30 mm. articulis 2-8 oblongis compresso-obtusan- gulis. Forma stipulis majoribus ovato-lanceolatis et peduncu- . lis multifloris ad €. pentaphyllam Desf. accedit. Hab. in collibus, locis rupestribus, dumosis calcareis are- - nosisque, ubi a maritimis ad regionem submontanam usque huc illuc occurrit: in loco 7 Coto! prope Puerto de Santa Ma- ria (Gutiérrez!) forma multiflora; circa 4/cald (Bourg.); in Sierra de Granada ad Vejer (Laguna); in Dehesa de Atrera ur- bis Arcos; in ditione Jerez locis Dehesa de Fuenseguilla, Sierra de las Cabras et alibi.—5. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa australis, Africa borealis. 1.187.—C. juncea L£. Sp. pl., p. 1047.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 252.— Dorychntum luteum «€ Barr., Plant. ic. 133 et 134! —Vulg. Ruda 229 lesa. Hab. in regione inferiore, ubi in dumetis, locis rupestribus, calcareis arenosisque dumosis per omnem feré provinciam satis frequens.—5. Mart. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. 1.188.—C€. minima Z. £. australis Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 496.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 253.—C. Clusid Duf., Ann. sc. phys. vir, p. 307, Polygala valentina Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 98, ic.! Hab. in arenosis dumosis regionis inferioris, prope Puerto Real (Bourg.)—'. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media preesertim occidentali, - Hispania, regno Maroccano. ANALES DE HIST. NAT.—XXI. 13 é + 191 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (414) 1.189.—C. repanda Botss. Diag. pl. or. 11, n. 2, p. 35.—Ornithopus repandus Poir. o bot. 1, p. 215.—Lam., Mustr., t. 631, f. 41 —Arthrolobtum repan- dum DC., Prodr. 1, p. 311. Hab. in pratis arenosis a mare non dissitis: circa Cddiz (Duf., Boiss., Reut.); Vejer ad Cabo de Trafalgar; juxta Chicla- na et alibi.— O. Mart., Apr. (v. v.) g. dura.—Ornithopus durus Cav., lc. 1, p. 31, t. 41! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 259.—0O. heterophyllus Brot., Flor. lus. 1, p.160 etPhyt. Lus., t. 87! —Arthrolobrum durum DC., Prodr. 1. c., p. 311.—-Corontilla dura Boiss., Diag. pl. or. 1. c., p. 34. Hab. in arenosis dumosis regionis inferioris: circa Sanlúcar (Clem.); in pinetis circa Puerto Real; in loco dicto E/ A lcorno- cal prope Arcos et alibi.—(v. v.) Note diagnostice quibus (. repanda a E. dura distinguitur certe variabiles sunt. €. repanda est forma australior, sed , Sseepe occurrunt specimina intermedia. Ar. geogr.—Spec. in Lusitania ef regione mediterranea oc- cidentali. 1.190.—C. scorpioides Xoc%. Deutschl., Flor. v, p. 201.—Wk. et Lee. Lc. 11 po Ornithopus scorpioides L., Sp. pl., p. 1049.—Cav., Ic. 1, p. 26, t. 3711 —Brot., Flor. lus. 1, p. 161.—A4r1hrolobium scorpioidesDOC., Prodr. 11, p. 311.—Scorpiordes Matthiols Dod., Pempt., p. “1, 1c.!.—Vulg. Alacranera. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis, herbidis, inter se- getes per omnem provinciam satis frequens.— O. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea. Hippocrepis Ll. 1.191.—H. comosa L£. Sp. pl., p. 1050.—Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 255.—4H. perennis Lam:, Flor. fr. 1, pa637. Hab. in rupestribus et aridis regionis inferioris: prope Puer- to de Santa Marta (Osbeck, o circa San Roque al ) =D id Maio. (n. v.) al) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 195 8. prostrata Boiss., Voy. bot. 1, p. 185.—Wk. et Lge., 1. c. Hab. in rupestribus arenosisque regionis inferioris, prope Puerto Real (Bourg.) in Pinar de Villanueva.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Africa boreali-occi- dentalis. : 1.192.—H. ciliata Wi/ld. Mag. nat. ves. Berl. 1808, p. 173.—Moris, Flor. Sard. t, p. 544, t. 67! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 185.—Wk. et Lge., l.c. nt, p. 257. E. annva Lag., Gen. et sp., Pp. 23. Hab. in collibus siccis regionis inferioris, ubi in unico loco adhuc vidi: ad. limites provincie Malacitansee prope pagum Buceite.—O. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea feré omnis, Lusitania ex Daveau. 1.193.—H. Salzmanni Botss et Reut. Diag. pl. or. 1, n. 2, p. 101 et Pug., p. 42.—Bali, Spic., p. 430.4 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 257.—4A. scabra Coss., Pl. crit., p.37 non DC. Variat glabra aut parce puberula, caulibus diffusis adscen-= dentibusve 10-30 centim.; pedunculis folia subeequantibus y. longe superantibus; floribus 11-13 mm. long.; leguminibus 4-5 mm. lat. sinubus ut in 4. multisiliguosa semper ad exter- num convexumque marginem spectantibus, modo glabris, modo ad semina et ad margines papilloso-scabridis. Hab. in arenosis maritimis et collibus siccis regionis infe- rioris: circa Cadiz (Fauché, Reut.); in pinetis inter Chiclana et Conil (Willk.); prope Puerto de Santa Maria (Bourg.!) ad Castillo de Doña Blanca; circa Sanlucar (Colm.); in Pinar de la Dehesilla ad Chiclana ; in Dehesa de Fardela prope Benaocaz et . alibi.—O. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Hispania Gaditana, regnum Maroccanum. 1.194.—H. multisiliquosa £. Sp. pl., p. 1050.—Moris, Flor. Sard 1, p. 543, t. 66! —WKk. et Re Ica JT, Pp. 207, Hab. in arenosis herbidis regionis inferioris: in Gibraltar (Willk., Kel., Winkler); ad Chiclana (Bourg.!, Chape!); prope San Roque (Dautez); circa Vejer, prope A lcald et precipue in le 196 Je “ANALES DE HISTORIA NATURAL. (116» vicinitatibus Jerez ubi abundat.—O. Mart., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Regio mediterranea feré omnis, Canarise, Ma- dera (¿Lusitania ?). La 4. unisiliguosa, común en la provincia de Málaga hasta sus límites austro-occidentales, no se ha encontrado aún en la provincia de Cádiz. Ornithopus L. 1.195.—0. ebracteatus B'of. | Flor. lus. 11, p. 159 et Phyt. 1, t. 68! —Lois., Flor. gall. 11, p. 164, t.13: A et Lge., 1. c. 111, p. 239.—0. nudiflorus Lag, Gen. et sp., p. 23. | Hab.inarenosisregionis inferioris: prope Gibraltar (Brouss.!); circa Chiclana (Rodríguez!) in Pinar de la Dehesilla; prope A?- geciras (Reverch.); in Dehesa monte del Medio prope Vejer et alibi.—G. Mart., Maio. (v. v. ets.) AT. geogr. o mediterranea imprimis occidentalis, Gallia occidentalis, Lusitania, Madera, Canariz, 1.196.—0. compressus L£. Sp. pl., p. 1049.—Broft., Flor. lus. 11, p. 159.—WKk. et Lge., CST Pp. 2001 : Variat caulibus erectis, adscendentibus v. prostratis 1-5. decim.; calycis laciniis linearibus aut lanceolato-subulatis tubo duplo brevioribus v. eum subequantibus; leguminibus modo villosis, modo omnino glabris (O. compressus var. levocar- ¿us Per. Lar., Flor. gad. exs.) Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis et in arvis areno- sis per omnem feré provinciam a occurrit.—O. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Gallia occidentalis,. Lusitania, Madera, Canarise. 1.197.—0. perpusillus Z. | Sp. pl., p. 1049.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 260.—Ornithopo- dim Dod., Pempt., p. 535, ic.! ) Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Sanlúcar (Colm.) —0. Apr., Jun. (n. v.) (417) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 197 Ar. geogr.—Europa media, occidentalis et austro occiden- talis, Africa boreali-occidentalis, Madera, Azoricee. 1.198.—0. sativus 5brof. Flor. lus. 11, p. 160. Var. a. roseus, caulibus erectis diffusisve 1-4 decim.; pedun- culis folio longioribus; calycis laciniis lineari-subulatis tubum subequantibus; leguminibus glabrescentibus 18-22 mm. rec- tiusculis, articulis oblongis arcte conjunctis, in rostrum incur- vatum desinentibus, rostro articulo precedente *quilongo.— O. roseus L., Duf. Ann. sc..nat., 1 ser. v, p..84.—Wk. et Lge., l. €. 11, p. 260.—0. sativus Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 499. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope A ¿cald (Cabrera in herb. Chape!)—0O. Mart., Maio. (v. s.) S.-var. macrorrhynchus, leguminibus in rostrum articulo precedente triplo v. quadruplo longius desinentibus. Variat calycis laciniis linearibus aut lanceolato-subulatis tubo bre- vioribus v. eum «equantibus; corollis roseis v. ex albo-roseis 6-8 mm.; leguminibus villosis glabrisve, rostro modo incur- vato, modo rectiusculo et ad apicem tantum uncinato.—O. 7ro- -seus B. macrorrhynchus Wilk. in Wk. et Lge., 1. c. Hab. in pratis agrisque arenosis regionis inferioris et sub- montan: prope oppidulum Zspera; in Dehesa de Faldela circa Benaocaz; in loco Llanos de Caulina prope Jerez et alibi. — (v.v.) Var, £.2sthmocarpus, caulibus erectis diffusisve 5-40 centim., pedunculis folio longioribus; calycis laciniis linearibus v. lanceolato-subulatis tubum sube*quantibus; corollis roseis v. ex albo-roseis 6-8 mm.; leguminibus villosis ylabrisve 15- 30 mm. seepe valde arcuatis, articulis oblongis, ob isthmos li- neares, omnibus aut superioribus tantummodo plus minusve disjunctis, rostro seepe incurvo articulo precedente triplo v. quadruplo longiore.—0. isthmocarpus Coss., Pl. crit., p. 36. Hab. in arenosis incultis, ubi a maritimis ad regionem sub- montanam crescit: ad G2braltar (Brouss.); circa Conil (Willk.); ad Convento de la Piedad circa Puerto de Santa Maria (Bourg); prope Sanlúcar et ad Chiclana (Colm.) in Pinar de la Dehesilla; prope Algeciras (Reverch.); in Dehesa de Fardela circa Benao- caz; in loco Llanos de Caulina prope Jerez et alibi. (v. v.) S.- var. monarthrus, leguminibus articulo unico, nunc ses- 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (418) sili, nunc longe stipitato, in rostrum longum incurvum desi- nentibus. | Hab. cum precedente, in loco Llanos de Caulina prope Jerez. (Y. v.) O. sativus est species summopere ludibunda. Qui specimina typica O. rosez cum O. ¿sthmocarpo comparabit hunc pro specie omnino diversa certe habebit; sed inter eos tot et tante adsunt forme intermedisz ut limites certos frustra queeret. Ar. geogr.—Var. a. in Gallia occidentali, Hispania boreali et occidentali, Lusitania; var. £.1n Lusitania, Hispania austro- occidentali, Mauritania Tingitana. Hedysarum Z. 1.199.—H. capitatum Desf. Flor. atl. 1, p. 177.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 548, t. 68, A— NWieset Lee cant po 202: do Hab. in collibus precipue calcareis v. argillosis, inter fruti- ces regionis inferioris: prope San Rogue (Wilk.); circa Medina (Bourg.!); in ditione Jerez (Winkler) locis Dehesa de los Cuqui-- llos ubi abundat, Mesas de Bolaños, Dehesa de Martelilla et alibi; in collibus circa 47cos; juxta 4/gar et in aliis locis.—0D. Mart., Maio. (v. v. ets.) 5 g. pallens Moris, 1. c., t. 68, B !—Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 905.— 11. spinosissimum Boiss., Voy. bot. 1, p. 187.— Wk. et Lge., 1. c., p. 261 et an L., Sp. pl., p. 10582 Hab. in eisdem locis: prope Sanlúcar (Clem.); circa Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Bourg.!, Colm.); ad Chiclana (Colm.); in ditione Jerez (Winkler); in Dehesa de la Sierrezuela et alibi. —(V. V. et s.) Ar. geogr.—Var. «. in regione calidiore mediterranea pree- cipue occidentali; var. $. in regione omni mediterranea. Los ejemplares de una y otra variedad recogidos por mi, convienen perfectamente con las láminas respectivas dadas por Moris en su Flor. Sard. He examinado además minuciosa- mente los de la var. pallens, hallados tanto por Bourg., el día 4 de Marzo de 1849 cerca del Puerto de Santa María, como por mí, en la Dehesa de la Sierrezuela de Jerez, y no difieren en (419) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 199 nada absolutamente de otros procedentes de Francia, de las cercanías de Narbona, que me fueron remitidos por el señor Gautier. 1.200.—H. coronarium L. Sp. pl., p. 1058.—Guss., Flor. Sic. Prodr. 11, p. 461.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 262.—Onobrychis altera Dod., Pempt., p. 540, cl—Vule., Zulla. Hab. in regione inferiore, ubi in herbidis cultis incultisque solo pingui per omnem provinciam occurrit. In ditione Jerez precipue vulgatissimum.—2. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Baleares, Sardinia, Sicilia, Italia media et australis, Africa boreali-occidentalis. 1.201.—H. flexuosum Z. Sp. pl., p. 1058.—Coss., Pl. crit., p. 107. —Wk. et Lge., l. c. uL, p. 262.— HA. siligua undulata Riv., Tetr. irr., t. 99. Hab. in dumosis regionis inferioris, prope Medina (Bourg.) —O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Africa boreali-occidentalis. 1.202.—H. humile £ g. major Lange, Pug., p. 377.—Wk. et Lge., l. e. 11, p. 263.— Debeaux, Flor. Gibr., p. 14.—4H. confertum Desf., Flor. atl. 11, p. 118 nec M. Bieb.—/1. Fontanesti Boiss., Voy. bot. u, p. 187, t. 56! —Onobrychis conferta g£. Fontanestz DC., Prodr. 11, p. 344. Hab. in collibus siccis locisque dumosis regionis inferioris: prope San Roque (Kel.); circa Medina (Bourg.); in Dehesa de Atrera urbis Arcos; ad Convento del Valle ditionis Jerez et alibi. —/.. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et mediterranea, Gallia aus- tralis, Baleares, Africa boreali-occidentalis. Onobrychis Gerin. 1 1.203.—0. eriophora Desv. Journ. bot. 11, p. 120.—DC., Prodr. 11, p. 345.—WHk. et Lge., 1. c. 11, p. 266!—Debeaux, Flor. Gibr., p. 74.—Hedysarum erto- phorum Pourr. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (420) Variat foliolis subtus villosis v. subglabris, nunc ellipticis vel oblongo linearibus obtusis emarginatisve, nunc longiori- bus angustissimeque linearibus acutis aut acuminatis; denti- buscalycinis tubo duplo v. subtriplo longioribus; leguminibus modo lonse denseque lanatis, modo omnino glabris (0. erio- phora £. glabrescens Maris, Subs. Fl. port. in Bol. Soc. Brot. 11, p. 63 ex descr.) Hab. in collibus calcareis argillosisque dumosis regionis inferioris et montan«e: in vicinitatibus Cadiz (Duf.); prope. Alcalá de los Gazules (Bourg.!); in montibus supra A lgeciras (Boiss., Reut.); ad Mesas de Bolaños, Dehesa de Matanza et De- hesa de Calvario ditionis Jerez et alibi.—2. Apr., Jun. (v. v. ebs.) Ar. geogr. —Lusitania, Hispania centralis et australis, Mau- ritania Tingitana. La O. horrida Desv., indicada cerca de Estepona, hacia los límites de nuestra Flora, no se ha encontrado aún en la pro- vincia de Cadiz. TRIB. ASTRAGALEZE Adans. Astragalus /£. 1.204.—A. Bpiglottis Z. Mant., p. 274.—Desf., Flor. atl. 11, p. 183.—Brot., Flor. lus. In p. 168.—WRk. et Lge., 1. c. 11, p. 269. Hab. in collibus arenosis calcareisque regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Bourg.); in Gi2bral- tar (Lag., Winkler); circa Chiclana (Chape!); ad Palmones (Reverch.)—(O. Mart., Maio. (v. s.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. ¿1.205.—A. Stella Covan. Tllustr., p. 50. Ad hanc speciem mihi pertinere videtur planta a me in arenosis prope Jerez Martio 1879 sub anthesi sed absque fru— ctibus lecta, quee radice annua perpendiculari, caulibus peri- phericis adscendentibus, centrali erecto, stipulis ovato-trian- gularibus, foliolis 8-12-jugis oblongis emarginatis utrinque pilosis, pedunculis 2-4 decim. long. folio subdimidio brevio- ribus, capitulis minutis 7-10-foris, dentibus calycinis lineari- (421) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 201 subulatis tubum subequantibus, corollis minimis ceerules- centibus calyce subduplo longioribus, ovariis albo-villosis gaudet. Ar. geogr.—A. Stella in Gallia australi, Hispania centralis et mediterranea, Africa boreali. 1.206.—A. sesameus L. Sp. pl., p. 1068.—Desf., Flor. atl. 11, p. 185.—Wk. et Lge., IMC pp. 210. Hab. in collibus aridis regionis inferioris, prope A /cala de los Gazules (Cabrera in herb. Chape!)—0. Mart., Maio. (v. s.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis. 1.207.—A. pentaglottis L£. Mant., p. 2/4.—Cav., Ic. 11, p. 70, t. 188! —WKk. et Lge., l. c. IL, p. 272.—A. cristatus Gouan, Illust., p. 50. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in collibus calcareis v. gypsaceis locisque arenosis et rupestribus huc illuc frequenter occurrit: circa Puerto de Santa Marta (Gutié- rrez, Bourg.); prope Sanlúcar (Colm.); circa Algeciras (Win- kler, Reverch.); ad San Rogue (Dautez); in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in Dehesa de A trera urbis Arcos; in Dehesa de los Cugwillos et in collibus ad Castillo de Tempul ditionis Jerez et alibi.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.— Lusitania et regio mediterranea feré omnis. 1.208.—A. hamosus L. Sp. pl., p. 1.067.—Cav., Preel., p. 532.—Broft., Flor. lus. 11, p. 167.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 273.—A. mompellianus Clus., Ear pl mist. 11, p. 234, 1c.! Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis cultis incultisque, glareosis, collibus aridis et ad vias per omnem feré provinciam satis frequens.—O. Mart., Apr. (v. v. ets.) | Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canariz. 1.209.—A. beticus L£. Sp. pl., p. 1068.—Brot., Flor. lus. 1. c.—Moris, Flor. Sard. 1, P. 529.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 273. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis, pinguibus herbo- 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (422) sis, ad sepes et margines agrorum huc illuc satis frequens.— O. Mart., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio feré omnis mediterranea, Ma- dera, Canaris. 1.210.—A. lusitanicus Lam. Dict. 1, p. 312 —Wk. et Lge., 1. e. 11, p. 217.—Phaca betica L., Sp. pl., p. 1064.,—Brot., Flor. lus. 11, p. 166.—£rophaca detica Boiss., Voy. bot. 11, p. 177.—A. beticus Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 234 ic.! —Astragalordes lusitanica Quer, Flor. esp. 111, p. 157, t. 40! —Vulg. Garbancillos, habas del Diablo. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus arenosis, argillo- sis, calcareis locisque dumosis per omnem ferée provinciam frequenter provenit.—2. Febr., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et australis, Gree- cia australis, Asia minor, Africa borealis. El Astragalus Glaux L. no se ha indicado hasta ahora en la provincia de Cádiz; pero á esta especie, muy común junto á los límites de nuestra flora, en los montes cercanos á Ronda, tal vez correspondan unos ejemplares que ví en el herbario general del Jardín Botánico de Madrid, y no pude examinar, los cuales fueron recogidos por Clemente cerca de Ubrique y designados por él con el nombre de 4. Onobrychais. El Astragalus austriacus, de cuya existencia en España se ha dudado, se halla ciertamente en Aragón, creciendo en los prados y márgenes de los campos entre Jaca y Sallent, donde fué recogido el 6 de Junio de 1874 por mi distinguido amigo el Sr. D. Vicente Latorre. He comparado algunos de estos ejemplares con otros de Austria, que me fueron remitidos por el Sr. Halacsy, y son absolutamente iguales. Además mi esti- mado amigo el Sr. D. Mauricio Willkomm, á quien consultán- dole envié uno de los ejemplares de Aragón, me contestó di- ciendo: «Lo es en efecto! Planta rarisima en España.» Biserrula L. 1.211.—B. Pelecinus L£. : Sp. pl., p. 1073.—Desf., Flor. atl. 11, p. 190.—Brof., Flor: lus. 11, p. 1710.—WKk. et Lge., l. c. 111, p. 287.—Securidaca pere- (423) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 203 grina Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 237, ic.! — Hedysarum congestis etutringue lunatis siliguis Barr., Plant. ic. 1137! Hab. in herbosis maritimis et collibus arenosis regionis in- ferioris: prope San Rogue (Brouss.); in vicinitatibus Cadiz, ad Chiclana et circa Puerto de Santa Marta (Cabrera!, Colm.); prope Grazalema (Heens.!); circa Sanlúcar (Colm.); ad Cabo de Trafalgar prope Vejer et alibi.—(O0. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Madera, Canariee. | TRIB. GALEGEA DC. Psoralea L. 1.212.—P. bituminosa L£. Sp. pl., p. 1075.—Brot., Flor. lus. 11, p. 100.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 175.—Reichb., Ic. Fl. germ. xxtt, t. 2190! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 288.—Ball, Spic., p. 430.—P. palestina Gouan, Illustr., p. 51.—P. plumosa Reichb., Ic. 1. c., t. 2191! —Vulg. Hierba gitana. Variat promiscue caule 3-11 decim. plus minusve sulcato, adpresse pubescente aut interdum basi pilis patentibus; folio- lis modo subtus pilosulis superne glabris, modo utrinque pi- losis, foliorum inferiorum ovato-orbiculatis v. oblongis inte- gris emarginatisve, superiorum ovato-lanceolatis v. lanceo- latis; pedunculis folio subduplo aut triplo longioribus; capi- tulis 5-25-foris minoribus v. majoribus; laciniis calycinis plus minusve villosis subequalibus aut inferiore ceteris longiore. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus aridis locisque rupestribus dumosis per omnem provinciam satis frequens. In montibus ditionis Jerez abundat.—2. Apr., Julio. (v. v.) | Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Epanía, Lusita- nia, Madera, Canarise. 1.213.—P. dentata DC. Prodr. 11, p. 221.—P. americana L., Sp. pl., p. 1075.—Jacq., Hort. Scheenbr. 11, p. 54, t. 2271 —P. hispanica Lag.—Trifolium ex America Dod., Pempt., p. 557, ic.!—Vulg. Higueruela. Hab. in argillosis pinguibus regionis inferioris: in ditione 204 ANALES DE' HISTORIA NATURAL. (424) Jerez ad Paterna, circa Medina, circa Alcalá de los Gazules, prope Ubrique (Clem.); prope Puerto de Santa Maria (Gutié-- rrez); circa Chiclana (Cabrera!).—5. Jun., Aug. (v. s.) 5. villosa Coss.! in Bourg., Pl. exs.—2. polystachya Poir., Dict. suppl. 1v, p. 587. —2. dentata £. calycibus glandulosis et verllosis DC.., L. 6. Hab. in arvis argillosis: in vicinitatibus Cadiz (Duf.); prope Rota (Bourg.!); prope Cons! (Ball); circa Villamartin; ad Pa- terna in predio Cortijo del Chorradero; prope Medina in Cortijo de Pozo-dulce; in ditione Jerez ubi inter segetes et in agris de- messis precipue in Rancho de Zarpa, Cortijo de la Graderuela et alibi vuleatissima. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Ex America dicitur oriunda, sed errore; in His- pania centrali et australi, Africa boreali-occidentali et Made- ra certée spontanea. Nomen triviale igitur Linneanum, ex errore antiquorum natum, omnino falsum et hodie preeter- mittendum. Colutea /. 1.214.—C. arborescens L£. Sp. pl., p. 1045.—Cav., Preel., p. 183.—Reichb., lc. 1. e., t. 21921 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 289.— Colutea Dod., Pempt., p. 172, ic.! —Colutea vesicaria Quer Flor. esp. Iv, p- 398, t. 59! mala. Hab. in rupestribus calcareis dumosisque regionis inferio- ris et montane: in montibus inter Grazalema et Villaluenga; in Dehesa del Boyar prope Benaocaz.— . Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media, regio omnis mediterranea. Galega L. 1.215.—6G. officinalis L. Sp. pl., p. 1063. —Cav., Preel., p. 179. —Reichb., Ic. 1. c., t. 2196! —WKk. et Lge., 1. C. 111, p. SNE. vulgaris Clos. , Rar. plobist. 1 p239 10 Hab. in pratis herbidisque humidis etad fossas regionis in- ferioris: ad fluvium Guadiaro (Heens.!); prope Alcala de los (425) - Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 205 Gazules (Cabrera!); ad Convento de la Piedad prope Puerto de Santa Maria (Bourg.); prope A lgeciras (Winkler, Reverch.) in pratis ad Rio de la Miel.—2. Maio, Julio. (v. v. ets.) £. villosa Per. Lar., in Flor. gad. exs. et in litt. ad Willk.— Differt a forma typica stipulis late ovatis; foliolis utrinque villosis, oblongis obtusis, truncatis retusisve, mucrona- tis nec aristatis; pedunculis folio duplo longioribus; brac- teis oblongo-lanceolatis, villosis; pedicellis tubo calycis villosi duplo longioribus; leguminibus angusté linearibus 5-7 centim. long. Hab. in humidis regionis inferioris, in Guertas del Castillo de Doña Blanca prope Puerto de Santa Marta. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, Gallia australis, Europa media, Italia, Dalmatia, Turcia, Grecia, Asia occi- dentalis. Glycyrrhiza L. 1.216.—G. glabra L£. Sp. pl., p. 1046.—Brot., Flor. lus. 11, p. 157.— Reichb., Ic. l. c., t. 22281 —Wk. et Lge., 1. e. 111, p. 290.—G. vulgaris Dod., Pemptf., p. 339, 1c.! —Vulg. Orozus. Hab. in arenosis incultis regionis inferioris, prope Sanlú- car (Colm.) circa Bonanza etin Dehesa de la A lgaida.—2. Jun., Aug. (v. v.) j Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis. 1.217.—G. fotida Desf. orar, p. 170, t. 199! —DC., Prodr. 11, p. 248, Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Sanlúcar (Colm.). — 2. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Africa borealis et Hispania australis ex Colm. TRIB. VICIE/E DC. Vicia L. 1.218.—V. sativa L. Sp. pl., p. 1037.—DC., Prodr. 11, p. 360. Planta polymorpha cujus limites «egre definiuntur, que in 206 ANALES DE HISTORIA NATURAL. e (426) species plurimas seepe aspectu diverso sed notis diagnosticis instabilibus ab auctoribus nonnullis dilaniata. Apud nos for- m+e principales suse intermediis aliis promiscué conjuncte ita ut opinor, ordinari possunt: a. vulgaris, foliolis obovatis v. obovato-cuneatis, 4-8 mm. lat., 6-14 mm. long., omnibus truncatis emarginatisve; flori- bus 15-20 mm. long; calycis dentibus ciliatis tubum sub- glabrum «equantibus; leguminibus oblongo-linearibus linearibusve, nervoso-reticulatis, torulosis, pubescenti- bus v. glabris 40-50 mm. long. et 4-7 mm. laft.; semini- bus sepe compressc-globosis, atris v. fusco-variegatis.— V. sativa Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 294 ex parte! —Vulg. Alverjana, Arvejana. | Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pascuis dumo- sis, herbidis et inter segetes per omnem provinciam frequen- ter provenit.—O, OQ. Mart., Maio. (v. v. et s.) | S.-var. macrocarpa, foliolis obovato-cuneatis, obovato-oblon- gis v. oblongo-cuneatis, obtusis, truncatis v. late emargina- tis, 6-12 mm. lat. et 10-20 mm. long.; floribus 20-24 mm. long; leguminibus linearibus, reticulato-nervosis , 7-10 mm. lat. et - 45-60 mm. long.; seminibus sepe globosis, atris v. fusco-mar- moratis.—V. macrocarpa Bertol., Flor. ital. vir, p. 511.—V. sa- ¿iva f. macrocarpa Moris, Flor. Sard. 1, p. 95954.—V. sativa Wk. Em Es o de 2 EA. Hab. in eisdem locis, sed multo vulgatior. (v. y.) S.-var. linearis, foliolis inferioribus obcordatis v. obovatis, superioribus 5-8 mm. lat. et 13-23 mm. long., oblongo-linea= ribus v. lineari-cuneatis, omnibus late emarginatis; foribus 18-22 mm. long., calycis tubo piloso; leguminibus linearibus 40-50 mm. long., seminibus globosis v. compresso-globosis, nunc atris, nunc fusco-marmoratis.— Y. sativa g. linearis Lan- e Ue Pp. 319 ete tel loe atlticA Hab. in regione inferiore: in cultis prope Algar; in herbidis ad Castillo de Tempul et inter segetes ditionis Jerez et alibi. (v. v.) £. minutifolia, caulibus prostratis aut adscendentibus plus minusve villosis 10-20 centim.; foliis inferioribus 3-4-ju- gis ecirrhosis, superioribus 4-6 -jugis cirrhum brevem (427) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 207 seepe simplicem raré furcatum ferentibus, foliolis obcor- datis, obovato-cuneatis v. cuneato-oblongis, truncatis v. emarginato-bilobis, omnibus mucronatis, subtus preeci- pue villosis, 1-4 mm. lat. et 3-7 mm. long.; stipulis se- misagittatis, inciso-dentatis, maculatis; floribus breviter pedunculatis, 13-15 mm. long., calycis puberuli corolla purpureo-violacea subduplo brevioris dentibus lanceo- lato-subulatis tubo subeequilongis; leguminibus patulis v. reflexis oblongo-linearibus, compressis, adultis sub- clabris, testaceo-virentibus, 20-30 mm. long. et 4-6 mm. lat., polyspermis; seminibus globoso-compressis, leevi- bus, parvis (2 mm.), fusco-variegatis. — V. minutifolia Per. Lar. in Elor. gad. exs, A. V. cuneata Guss. que e descriptione sola mihi cognita, non differt ut videtur, nisi leguminibus paulo latioribus et seminibus dilute fuscis et nigricanti-maculatis nec nigro- velutinis; facies V. minutifolie tamen V. pirenaice similis, et discriminatim Y. cuneate juxta Guss., Fl. Sic. Prodr. 11, p. 428 atque Gr. et Godr., El. Fr. 1, p. 460 dicitur «facies Y. lathyrot- dis», quamobrem an associande aut disjungende sint diju- dicare non possum. Hab. in arenosis dumosis a mare non dissitis: in pinetis ad Chiclana; in loco E! Coto prope Puerto de Santa Marta et alibi. (v. v.) y. cordata, foliolis inferioribus obcordatis, superioribus cu- neato-oblongis, bilobo-emarginatis, mucronatis, mucro- ne lobis sublongiore; floribus 12-14 mm. long., calycis dentibus ciliatis tubo pilosulo paulo longioribus; lesgumi- nibus linearibus glabratis, 30-50 mm. long. et 4-6 laf.; seminibus globosis y. compresso-globosis, fuscis v. fusco- variegatis. —V. cordata Wulf. in Sturm. Deutschl. El., fasc. 32.—Wk. et Lge., 1. c., p. 295.—V. angustifolia var. cordata Boiss., Flor. or. 11, p. 575. Hab. in dumosis, herbidis et inter segetes regionis inferio— ris et submontane: in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.); prope Setenil; inter Jerez et Puerto de Santa Maria ad Rancho de la Bola et alibi. (v. v.) 9. lasiocarpa, caulibus valentibus, suberectis, 30-45 cm., 208 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (428) foliis inferioribus 3-4 jugis muticis aut aristatis, reli- quis 5-7 jugis cirrhiferis, cirrho simplici v. furcato, fo- liolis folior. infer. obcordato-cuneatis 5-10 mm. long. et 2-5 lat., ceteris obovato-cuneatis v. cuneato-oblongis, apice truncatis v. bilobo-emarginatis, 10-20 mm. long. et 5-8 lat., omnibus,mucronatis, utrinque plus minusve villosis; stipulis semisagittatis, dentatis v. laciniatis, seepe maculatis; floribus geminis v. solitariis 24-28 mm. long; calycis densé sericeo-villosi corolla purpureo-violacea subduplo brevioris dentibus lanceolato-subulatis, porrec— tis, tubum subequantibus; lesuminibus patulis v. refle- xis, linearibus, adultis compressis, torulosis, dense villo- sis, 40-30 mm. long. et 6-8 laft., modo testaceis, modo tes- taceo-virentibus et nigro-maculatis; seminibus leevibus, seepe globoso-compressis, purpureo-nigricantibus.—V. la. siocarpa Per. Lar. in Flor. gad. exs. et in litt. ad Willk. Hab. in herbidis et in cultis pinguibus regionis inferioris: prope 4A/gar; ad Cortijo de Casablanca circa Arcos; in arvis prope Jerez ubi frequens, et alibi. (v. v.)- S.-var. minor.—Non differt a precedente nisi caulibus hu- milioribus gracilioribusque et foliolis minoribus, omnibus profundius emarginato-bilobis, mucrone lobis breviore. — Y. lasiocarpa var. minor Per. Lar., Flor. gad. exs. Hab. in collibus dumosis regionis inferioris: in montibus prope Alcalá de los Gazules; in Dehesa de los Castillejos ditio- nis Jerez et alibi. (v. v.) . angustifolia, caulibus erectis v. seandentibus 20-55 centim.; foliis 3-7-jugis omnibus cirrhiferis, foliolis fol. infer. obo- vatis truncatis v. retusis, reliquis lineari-lanceolatis linea- ribusve, truncato-v. emarginato-mucronatis, 10-20 mm. long. et 2-4 lat.; floribus geminis v. solitariis 12-18 mm. long'.; calycis dentibus lanceolato-subulatis ciliatis tubum glabriusculum subequantibus; leguminibus linearibus, adultis glabrescentibus, 22-45 mm. long. et 4-6 mm. latf., modo testaceis, modo nigro-maculatis v. omninó nigri- cantibus; seminibus seepe subglobosis, fusco-maculatis v. atris.— Y. angustifolia Roth., Tent. Fl. germ. 1, p. 310. V. sativa £. L., Sp. pl.,1. c.—V. sativa var. angustifolia E e A E O Je (429) , Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 209 Seringe in DC., Prodr. 11, p. 361.—V. angustifolia g. Bo- barti Wk. et Lee., 1. c. 111,'p. 295. Hab. in cultis, herbidis et dumosis regionis inferioris et montans=: prope Vejer (Willk.); in loco E7 Coto ad Puerto de Santa Marta; in montibus prope Benaocaz et alibi. (v. v.) S.-var. dissitijuga, foliis 3-4 jugis, inter se jugis valde se- juntis, foliolis fol. infer. obcordatis 7-15 mm. long. et 5-9 mm. lat., ceteris laté lanceolatis v. oblongo-lanceolatis, acutis y. obtusiusculis 15-25 mm. long. et 4-8 lat., omnibus mucronato- aristatis; calycis puberuli corolla violacea quarta parte bre- vioris, dentibus lineari-acutatis tubo «quilongis; legumini- bus linearibus, adultis compressis fuscis et glabris, 40-50 mm. long. et 4-5 lat.; seminibus globoso-compressis, atro-purpu- reis, 2 mm.—V. angustifolia var. dissitijuga Per Lar. in litt. ad Willk. Hab. in silvaticis regionis inferioris, in Dehesa de Ojen di- tionis Los Barrios (v. v.) Legi quoque in sepibus ad Hacienda del Pinar prope Jerez, specimina duo ab omnibus enumeratis formis asvectu valde diversa (V. sepioides Per. Lar. in herb. Flor. gad.). Hoc faciem similem prefert Vicie sepium, sed magis quam ad aliam ad V. sativam referenda; tamen foliolis latioribus obtusioribus- que, calycibus et leguminibus junioribus omninó glabris, et maximé floribus 1-3 in pseudo-pedunculo (ramulus foliis ru- dimentariis) axillari folio multó breviore pedicellatis recedit. Ar. geogr.—Spec. in temperatis Europe, Asis et Africe borealis late diffusa. 1.219. —V. debilis Per. Lar. Pl. nov., p. 4.—Tota pubescens, caulibus tenuibus scanden- tibus 30-70 cm.; foliis inferioribus 2-3-jugis aristatis v. cirrho simplici, ceeteris 4-5-jugis cirrho simplici aut furcato, foliolis fol. infer. obovatis truncatis v. retusis 5-10 mm. long. et 3-5 lat., reliquis ellipticis, obovato-oblongis v. oblongo-lineari- «bus, truncatis v. obtusis, 10-18 mm. long. et 3-6 lat., omni- bus aristato-mucronatis; stipulis semihastatis inciso-dentatis, — maculatis; floribus solitariis v. geminis 12-14 mm.; calycis —puberuli corolla purpureo-violacea tertia v. quarta parte bre- vioris dentibus lineari-subulatis tubum subequantibus; legu- ANALES DE HIST. NAT. — XXI. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (430) minibus erectis patulisve, linearibus, adultis compressis, to- rulosis, fusco-testaceis, densé puberulis, 23-40 mm. long. et 2-4 lat.; seminibus globoso-compressis, 1 4-2 mm., leevibus, atro-purpureis.—Facies Y. lathyroidis, sed characteribus pree- cipuis Y. angustifolie afínis, a qua forsan non proprié dis- tincta. Ulterius observanda. Hab. in dumosis et silvaticis regionis inferioris et submon- tanee: ad Puerto de las Palomas inter Jerez et Alcala; in monte Peñón de Merino prope Ubrique et alibi.—0O. Apr., Jun. (v. v.) 1.220.—V. peregrina Z. Sp. pl., p. 1038.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 1921 —Wk. et Lee”: Eo Hab. in cultis, inter segetes regionis inferioris: prope Sete- mil: in arvis circa Jerez.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis. 1.221.—V. hybrida L. Sp. pl., p. 1037.— Boiss., Voy. bot. 11, p. 194! —Wk. et Ejes ICA Pao Variat foliolis obovatis oblongisve retusis truncatis v. obtu- sis; calycis dentibus lineari-setaceis inequalibus inferioribus tubo brevioribus v. eo «equilongis; corolla 18-25 mm. vexillo extus villoso sulphureo, luteo v. purpureo striato, carina albida v. apice violacea; leguminibus oblongo-rhombeis 24-32 mm. long. et 8-12 laf., pilis basi non tuberculatis v. tuberculo mi- nuto insidentibus. ] Hab. in cultis incultisque, herbidis et ad sepes regionis in- ferioris: in Gibraltar (Wilk.); ad Chiclana (Chape!); circa San- dúicar (Colm.); ad San Roque (Dautez); prope Espera; prope A/- calá; juxta Algar; in Dehesa de las Cuevas et ad Castillo de Tempult ditionis Jerez et alibi.— O. Mart., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Europa occidentalis, regio feré omnis medite- rranea. : E 1.222.—V. lutea Z. | Sp pl pe 1087. 2 Bror.. Flor. lus. 11, p. 151.— Boiss., Voy. bot. 11, p. 194.—Wk. et Lge., 1. c. o pe 298. Planta quoad staturam, foliolorum figuram, calycis dentium - formam, magnitudinem coloremque corollarum, dimensiones. et villi copiam leguminum valde variabilis. ? (481) Perez Lara.—FLORULA GADITANA.: 211 Hab. in regione inferiore et montana, ubi in herbidis, cul- tis, inter segetes, per omnem feré provinciam satis frequens. —(. Mart., Maio. (v. v.) £. hirta Moris, Flor. Sard. 1, p. 558.—Wk. et Lge., l. c.! — V. hirta Balb., Pers. Syn. 11, p. 308. Hab. in cultis et in collibus dumosis: inter San Roque et Algeciras (Dautez); ad Castillo de Doña Blanca prope Puerto de Santa Marta; ad Parpalana et in Dehesa de los Cuguillos di- tionis Jerez et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarizse, Madera. 1.223.—V. vestita Botss. Elench. núm. 67 et Voy. bot. 11, p. 193, t. 571 —Wk. et Lge., 17 1 p11298! A Y. lutea, cujus fortasse mera varietas, differt preecipue co- rollee colore et legumine pilis adpressis sepe rufis densissime vestito.. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis herbidisque per omnem feré provinciam satis frequens. —(Q. Mart., Maio. (y. y, eb 8:) £. tuberculata Wk. et Lge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 75. Hab. in arenosis humidis; prope Algeciras (Fritze, Reverch.); ad Gibraltar (Dautez). (n. v ) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Mauritania Tingitana. 1.224.—V. Cassubica £. Sp. pl., p. 1035.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 303.—7. Gerardi Jacq., Flor. Austr., t. 229 nec Dc. Hab. in dumosis regionis inferioris circa San e EEC ; Lag., Durand).—2%. Jun., Jul. (n. v.) Ar geogr.—Europa ada et australis, Asia occidentalis. 1.225.—V. tenuifolia Ro£/. Tent. Fl. Germ. 1, p. 309. —Wk. et Lge., 1. e. 111, p. 303.— Cracca tenuifolra Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 469. Hab. in incultis umbrosis regionis inferioris, prope San Rogue (Dautez ex Debeaux). —2%. Mai.. Jun. (n. v.) 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (432) Ar geogr.— Hispania borealis, centralis et orientalis, Eu- ropa media et austro-orientalis, Asia occidentalis. 1.226.—V. Cracca L£. Sp. pl., p. 1035.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 303.—Cracca ma- jor Franken, Gr. et Godr., 1. c., p. 468. Hab. in incultis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa Sanlucar (Cabrera, Colm.)—24. Apr., TOA Y.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Asia borealis et occidenta- lis, Africa borealis. | 1.227.—V. varia Hosf. Flor. austr. 11, p. 332.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 304.— V. Cracca Brot., Flor. lus. 11, p. 149 non L.—Cracca varia Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 469. Hab. in pratis, herbidis et dumosis regionis inferioris: pro- pe Sanlúcar (Bourg.); circa Ubrique; inter Arcos et El Bosque; in Dehesa de la Almoraima circa Castellar; in loco Llanos de Caulina prope Jerez et alibi.—0., O. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis fere omnis, Asia me- diterranea, Africa borealis. 1.228.—V. villosa Roth. Tent. Flor. Germ. 11, p. 182 non Brot.—Wk. et Lge., 1. c. nt, p. 304.—Cracca villosa Gr. et Godr., 1. c., p. 470. Hab. in rupestribus ef arenosis a mare non dissitis: prope Sanlúcar (Bourg.); circa Algeciras (Fritze).—0O. Flor. a Maio ad Julium. (n. v.) , g. eriocarpa Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Differt a forma typi- ca, e speciminibus gallicis que ante oculos habeo, villo- sitate diminuta, stipulis minoribus angustioribusque et leguminibus plus minusve pubescentibus. Hab. in herbidis maritimis, ad Punta de Montijo prope Chi piona (v. v.) | Ar. geogr.—Spec. in Hispania, Europa pedra et austro- orientali, Asia occidentali. 1.229.—V. pseudocracca Bertol. g. multiflora, glabriuscula, foliis 4-10-jugis, foliolis ovalibus, ellipticis v. elliptico-oblongis, obtusis mucronulatisque, (433) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 213 8-22 mm. long. et 3-7 mm. lat.; stipulis semihastatis, in— ferioribus seepe dentatis, supremis indivisis; pedunculis 8-20-foris folium subequantibus; calycis dente inferiore subulato tubo subeequilongo, intermediis lanceolato-acu- minatis paulo brevioribus, superioribus brevissimis cur- vato-conniventibus; corolla angusta 12-15 mm. long., cerulea; leguminibus lineari-rhombeis, glabris, stipite calycis tubo longiore, 2-7-spermis.—V. pseudocracca Boiss., Voy. bot. 11, p. 190 ex parte.—V. ambigua Guss. ex des- criptione, ejusdem nature videtur. Hab. in herbidis silvaticis regionis inferioris et submonta- ne: in Dehesa del Pedregoso ditionis Tarifa; in loco Garganta del Capitán prope Algeciras et alibi.—0O. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Sp. in Europa mediterranea occidentali. 1.230.—V. atro-purpurea Desf. Flor. alt. 11, p. 164.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 190.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 305! —V. víllosa Brot., Flor. lus. 11, p. 150 non Roth.—V. Broteroana Ser. ap. DC., Prodr. 11, p. 3957.—V. try- chocalyx Moris, Stirp. Sard. el. 11, p. 7.—V. Benghalensis L., Sp. pl., p. 1036 ex Boiss.— Cracca atro-purpurea Gr. et Godr., Flor. Er. 1, p. 471. Planta polymorpha. Variat foliolis virentibus v. albicanti- bus, ellipticis, oblongis v. oblong'o-linearibus, obtusis acutis- ve, 8-26 mm. long. et 2-7 mm. lat.; stipulis semisagittato- lanceolatis basi dentatis aut integris; pedunculis 3-12-floris folio subeequilongis longioribusve; calycis basi plus minusve gibbi dentibus insequalibus v. subeequilongis tubo paulo v. multo longioribus, omnibus setaceis aut lanceolato-subulatis; corolla atro-purpurea, punicea v. rosea; leguminibus erec- tiusculis, patulis v. pendulis, sericeo-puberulis, villosis v. hir- sutis. | Hab. in regione inferiore, ubi in vineis, inter segetes, her- bidis et ad sepes per omnem fere provinciam satis frequens. —(0. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr. — Regio mediterranea occidentalis, Lusitania, Canariz. 1.231.—V. biflora Desf. Flor. atl. 11, p. 166, t. 197! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 190.— Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 305.—Ball, Spic., p. 437. 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. - (431) Hab. in arenosis a mare non dissitis, prope Sanlúcar (Colm. ) —(. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Africa borealis, Hispania australis. 1.232.—V. ervitormis Boiss. Var. (?) subcapitata, tota adpressé hirsuta, caulibus tenuibus, ramosis, erectis v. adscendentibus, 25-40 cm.; foliis infe- rioribus 3-4-jugis, aristatis, v. cirrho simplici, reliquis 5-7 jugis, cirrho simplici v. 2-3-fido, foliolis omnibus al- ternis, obtusis mucronatisque, folior. inferior. ellipticis 5-7 mm. long. et 2-3 lat., folior. superior. oblongis oblon- g'0-linearibusve 8-12 mm. long. et 2-3 lat. ; stipulis inte- eris, 3-6 mm. long., inferior. semisagittato-subulatis, superior. lanceolato-subulatis; floribus minimis, 8-24, horizontaliter patentibus, in racemum, sub anthesi con- fertum, triangulari-oblongum subcapitatum, folio bre- viorem dispositis, calycis villosissimi corolla tertia parte brevioris dentibus subsequalibus, subulato-setaceis, plu- mosis, tubo paulo longioribus, corolla 4-5 mm. pallide cosrulea, vexilli alis quarta parte longioris limbo emargi- nato ungue suo duplo longiore; stylo a latere compresso, facie superiore villosa; legumine juvenili glabro, disper- mo; adultum non vidi. Differt a Ervo vicionddí ex descriptione et icone Flor. atl., precipue foliis angustioribus, floribus minoribus numerosio— ribusque, corolla alis longioribus et legumine omninóo gla- bro. Ulterius observanda, num fortasse pea propriam con- stituaf. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane, ubi in monte Sierra del Caos supra Benaocaz die 3 Maii 1876 florife- ram legi.—O. Ar. geogr.—V. erviformis in aa australi et Africa bo- reali. 1.233.—V. betica Lange. Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 306.—Willk. Ilustr. Flor. da II, p. 151, t. 90! —Debeaux, Flor. Gibr., p. 75. | Hab. in collibus dumosis regionis inferioris, prope A /geco- ras (Winkler, Fritze).—0O?, 2? Maio, Junio. (n. vo Ar. geogr.—Hispania Malacitana. (435) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 215 1.234.—V. calcarata Desf. pa Flor. atl. 11, p. 166.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 306! —V. tr2- Jfiora Ten. Flor. neap., p. 42.—V. angu!ata But. herb.!—Oro- bus vicieformis Lag. Gen. et sp. p. 22! —Cracca calcarata Gr. et Godr. Flor. Fr. 1, p. 472. Variat precipue caulibus procumbentibus v. erectis rigi- diusculis, foliolis oblong'o-linearibus linearibusve, muticis y. mucronulatis, pedunculis 1-7-floris, calycis dentibus inferio- ribus lanceolato-linearibus v. triangulari-lanceolatis, corolla 10-18 mm. long., leguminibus 22-40 mm. long. et 8-10 laf. Hab. in herbidis, cultis, iuter segetes regionis iuferioris: ad Za Manchuela prope Espera; in Cortijo de la Vicaría et Vi- ñas del Carrascal ditionis Jerez et alibi.—€UO. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania, Gallia australis, Baleares, Sardinia, Sicilia, Italia australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Ca- nariz. | 1.235.—V. disperma DC. Cat. hert. monsp. p. 1514.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 307. — V. parviflora Lois. Flor. gall. 11, p. 149 non Mich. nec Cav,— Ervum parvifiorum B=rtol., Moris Flor. Sard. 1 p. 570, t.71!— Cracca disperma Gr. et Godr. Flor. Fr. 1, p. 472. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Algeciras (Win- kler, Reverch.)—0. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. 1.236.—V. parvitlora Cav.! Anal. cienc. nat. 1v, p. 73! (1801) non Michx nec Lois.—DC. Prodr. 11, p. 360.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 309.—V. gracilis Lois. Flor. gall. ed. 1., p. 460 (1807) eted. 2, t. 121—Wk. et Lge. 1.C., p. 3011—V. laxiflora Brot. Phyt. Lus. 1, p 125, t. 52!— V. tenuis Link in herb. Hort. Reg. Matr.!—Z'rvum varium Brot. Flor. Lus. 11, p. 152 (1804). —E. tenwissimum Pers. Syn. I1, p. 309 (1807).—Z. gracile DC. Cat. hort. monsp. p. 109 (1813). —E. tenmfolium Lag. Gen. et sp., p. 22 (1816).—Glabra v. pu- : berula, caulibus scandentibus, foliis cirrhiferis 3-6-jugis folio- lis lineari-lanceolatis linearibusve acutis mucronatis, stipulis semibastatis integris, pedunculis aristatis 2-5 floris folio du- plo longioribus, calycis corolla purpureo-coerulea aut lutes- 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (436) cente et violaceo-maculata plus dimidio brevioris dentibus triangulari-acuminatis subinsequalibus tubo brevioribus, le- gumine oblongo-lineari 5-8-spermo glabro, seminibus subglo- boso-compressis atro-purpureis, hilo elliptico parvo.—V. par- viflora Cav. ex authenticis speciminibus a cl. Cav. lectis pro- pe Valencia et in herbario Hort. Reg. Matr. asservatis, ipsissi- ma V. gracilis Lois. est. | ae Hab. in dumosis, herbidis cultisque humidis regionis infe= rioris: prope San Roque (Webb. Dautez); in Gibraltar (Kel.); ad Puerto de Santa ¿taria (Bourg.); circa Chiclana (Chapel, Colm.) in Pinar de la Dehesilla; prope Algeciras (Reverch.); prope Jerez et alibi.—O Mart., Maio. (v. v. ets.) ” g. erecta.—V. erecta. Per Lar. Pl. nov., p. 4.—Differt a prace- dente caulibus rigidioribus, stipulis latioribus, calycis dentibus tubo ferée triplo brevioribus, corolla omnino lutea. | Hab. in locis cultis herbidisque regionis inferioris: prope Jerez in loco dicto Papa ratones, in predio Cor e del Pino et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—Canarise, Madera, Europa media et australis, Asia minor, Syria. 1.237.—V. pubescens Botiss. ' Flor. or. 11, p. 596.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 308.— £rvum pubescens DC., Cat. hort. monsp., p. 1092— E. Biebersteimit Guss. Flor. sic. prodr., 11, p. 445.—Puberula, caulibus gracili- bus, flexuosis, scandentibus; foliis cirrhiferis, foliolis inferio- rum ellipticis v. oblongis, reliquorum oblongis v. late lanceo- latis; stipulis inferioribus semihastatis, superioribus lan- e linearibus; pedunculis filiformibus 1-5-floris folium subsuperantibus; calycis dentibus subulato-setaceis tubo sub- duplo longioribus; leguminibus oblongo-linearibus, pubes- centibus, 4-6-spermis.—Zrvwm pubescens habet ex descriptio- ne in DC. Prodr. 11, p. 367, calycis dentes tubo breviores nec . longiores: an cum Y. pubescente recentiorum auctorum non conjungendum? an note omnes diagnostice quibus 4. pubes- cens a E. tetraspermo distinguitur ut jam Moris suspicatus est instabiles sunt? Hab. in dumosis et sylvaticis regionis inferioris: in Sierra (437) Perez Lara. —FLORULA GADITANA. 7 - de Palma ditionis Los Barrios (Reverchon); prope Ubrigue.— O -Marft., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio feré omnis mediterranea, Lusitania, Ca- nariz. ? 1.238.—V. ervilia Willd. Sp. pl. 111, p. 1103.—Wk. et Lges., 1. c. 111, p. 308.—Zrvum Ervilia L., Sp. pl., p. 1040.—Brot., Flor. lus. 11, p. 153.—BL701- ¿za sativa Link, Enum. hort. ber. 11, p. 240.—Vulg. Yero. Hab. spontanea v. sub-spontanea huc illuc in cultis herbi- disque regionis inferioris, et culta per omnem feré provin- ciam.—O Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis fere omnis, Asia occi- dentalis, Canarise. Lens 7Tourn. 1.239.—L. esculenta Mench. Meth., p. 131. —Wk. et Lge., l. c. cn E 309.—Ervuwm Lens L. Sp. pl., p. 1039.—Brot., Flor. lus. 11, p. 152.—Cicer Lens Willd. Sp. pl. 11, p. 1114. o Dod. le p. 517, ic.!.— Vulg. Zenteja. Hab. in regione inferiore, ubi in dumetis, in Dehesa de A tre- ra ditionis Arcos, spontanea v. sub-spontanea, et huc illue frecuenter culta.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr: Culta in Europa australis et Asia occidentalis, - spontanea probabiliter in australioribus. Lathyrus L. 1.240.—L. Clymenum LZ. Sp. pl., p. 1032.—L. tenuifolius Desf., Flor. atl. 11, p. 160.— L. Clym. a. tenvifolius Gr. et Godr., Flor. fr. 1, p. 479.—WKk. cnt Os Tp. 312. Hab. in cultis herbosis, collibus aridis, dlimetis, ad sepes agrorumque margines regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in Gibraltar (Lag., Webb, Kel.); circa Jerez (Seidenst.); ad Viñas del Carrascal; prope Algeciras (Reverch.); infra San Rogue (Dautez).—O. Mart., Maio. (v. v.) 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | (483) S-var. latifolvus.—£L. Clymenum g latifoltus Gr. et Godr., 1. c. —Wk. et Lge, 1. c.—L£. purpureus Desf. Coroll., p. 81.— L. Clymenum Brot., Flor. lus. 11, p. 140.—£. alatus Ten., Flor. neap. prodr., p. 42.—L£. articulatus Lois., Flor. gall. 11, p. 144 non. L. Hab. in herbidis et ad sepes regionis inferioris: in Gibral- lar (Brouss. ex Sm., Lange); prope Sanlúcar (Colm.); ad Pinar de la Plata circa Puerto de Santa Maria; ad Viñas de Torrox prope Jerez et alibi (v. v.) g. articulatus.—L. articulatus L., Sp. pl., p. 1031.—Brot., Flor. - lus.,l.c., p. 139. —Wk. et Lge., 1. e. Hab. in a dumosis et ad sepes regionis inferioris: pro- pe Alcalá de los Gazules (Bourg.); circa Sanlúcar (Colm.); in Dehesa de Fardela circa Benaocaz; prope Ubrique versus Peñón de Merino; ad Viñas de Torrox prope Jerez et alibi (v. v.) Characteres e calycis structura, corollee colore, stili forma, facie leguminum et forma coloreque seminum sumpti, prout opinatus est cl. Ball (Spic., p. 441), certe fallaces atque insta= biles sunt, et inter specimina lecta a me nonnulla ambigua inter L. Clymenum et L. articulatum. Hic ad varietatem aca reducendum est. Ar. geogr.—L£. Clymenum in regione mediterranea ferée omni, Lusitania et Madera; £. articulatus in regione medite- rranea occidentali, Lusitania, Madera, Azoricis. 1.241.—L. Ochrus DC. Flor. fr. 1v, p. 578.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 581.—Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 312.—Pisum Ochrus L., Sp. pl., p. 1027.— Brot., Flor. lus. 11, p. 144.—Lrvili4 sylvestris Dod. Pempt., Proc Hab. in regione inferiore, ubi in cultis pinguibus, inter se- getes, per omnen feré provinciam satis frequens.—O. Mart., Maio. (v. v.) i Ar. geogr.—Regio ferée omnis mediterranea, Lusitania, Ca- nariz. 1.242.—L. Aphaca £. Sp. pl., p. 1029. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 312. —Pisum Apha- — ca Brot., Flor. lus. 11, p. a Dod. Pempt., p. 535,i0c.1 $ Aphaca Quer. Flor. esp. 11, p. 62, t. 16! | SN (439) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 219 Hab. in regione inferiore ubi in herbidis locisque cultis, inter segetes per omnen provinciam satis frequens.—0O. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Azorice, Madera, Canarise. 1.243.—L. annus Z. Sp. pl., p. 1032.—Brot., Flor. lus. 11, p. 141.—Boiss. Voy. bot. 11, p. 196.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 313.—L£. hispantcus Riv. Tetr. irr. t. 44. Hab. in cultis herbidisque humidis, ad sepes regionis infe- rioris: ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Clem.); prope Rota (Clem.); circa San Rogue (Dautez); ad Algeciras (Reverch.); ad Castillo de Tempul ditionis Jerez et alibi.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Lusitania, Madera, - Canarise. 1.244. —L. Cicera Z. Sp. pl., p. 1030.—Brot., Flor. lus. 11, p. 137.—Boiss. Voy. bot. 11, p. 196.-——Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 313.—£. erythrinus Presl., Flor. sic. 1, p. 23.—AYacus sive Cicera Dod. Pempt. p. 513, 1 Variat precipue quoad foliolorum stipularumque e nem et leguminum dimensiones. Hab. incultis, herbidis, pascuis et rupestribus regionis infe- ris et submontanee: ad Puerto de Santa María (Bourg); circa Sanlucar et ad Puerto Real (Colm.); circa San Rogue (Dautez); in Dehesa de Atrera urbis Arcos; in Dehesa de los Cugwillos et ad Viñas de Torrox ditionis Jerez et alibi.—O. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canaris. In Europa media vix indigenus. 1.245.—L. quadrimarginatus Bory et Chaub. Flor. Pelop., p. 47.—Boiss., Flor. or. 11, p. 607. £. satibus B. stipulaceus Wilk. in Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 314, pro part. ex descript. et loco. Hab. in argilloso-calcareis cultis incultisque et ad sepes re- - gionis inferioris: propre Vejer! (Willk.); in Hajuela del Carras- 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (440) cal et ad Viñas de Clavería ditionis Jerez.—GO. Mart., Maio. (v. v.) Specimina nostra a planta Greca, que e descriptione sola mihi cognita, non nisi omnium partium dimensionibus paulo majoribus recedunt. g. amphicarpos.—£L. amphicarpos Brot., Flor. lus. 11, p. 135 et Phyt. lus. 1, p. 163, t. 66! non L.—Mariz Subs., Flor. port. in Bol. Soc. Brot., 1883. £. sativus £. stipulacens Willk., l. €. pro. part, ex na not. Hab. in herbidis regionis inferioris: prope Chiclana (Cabre- ra! in herb. Chape); circa Gibraltar Lag. (v. s.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania australi, Africa boreali, Grecia. | 1.246.—L. hirsutus Z. Sp. pl., p. 1032.—Brot., Flor. lus. 11, p. 141.—Wk. et Lge., l. €. 111, p. 314.—L£. siligua hirsuta J. Bauh., Hist. 11, p. 305 1e.! Hab. in cultis regionis inferioris: prope Algeciras (Clem.); ad Alcalá de los Gazules (Cabrera! in herb. Chape).—0O. Apr., Maio. (v. s.) Ar. geogr.—Europa media et Australis, Asia occidentalis, Africa borealis. 1.247.—L. tingitanus Z. ' Sp. pl., p. 1032.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 584.—Wk. et Lge., l. €. 111, p. 314. Hab. in dumetis locisque saxosis regionis inferioris: prope Tarifa (Webb.); in Peñón de Gibraltar (Kel., Dautez); circa Alcala de los Gazules (Bourg.); circa Algeciras (Colm., Reverch.); prope Ubrique in via qua itur 4/cald; ad radices occidentales montis Sierra del Caos supra Benaocaz et alibi.—0. Apr. Maio. (V. v.) Ar. geogr.—Sardinia, Hispania beetica, Lasiiana Madera, Canariz, Africa boreali-occidentalis. 1.248,—L. odoratus Z. Sp. pl., p. 1032.—Gust., Flor. Sic. Prodr. 11, p. 412.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 315.—Vulg. Chicharitos, Chicharo de olor. Hab. in hortis cultus atque ex hortis aufugus huc illuc sub- spontaneus provenit.—O. Apr., Maio. (v. v.) (441) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 221 Ar. geogr.—Sicilia, Italia australis. Spontaneus quoque in Canariis ex Webb et Berth. 1.249.—L. latifolius L. Sp. pl., p. 1033.—DC., Flor. fr. 11, p. 583.—Brot., Flor. lus. 11, pp. 142.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 316.—Vulg. Arvejana loca. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in humenti- bus incultis, dumetis et silvaticis huc illuc frequenter occu- rrit: ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); circa Algeciras (Reverchon); in Dehesa de Fardela prope Benaocaz; in monti- bus inter Villaluenga et Cortes; in Dehesa de la Breña prope Zahara; im Dehesa de la Almoraima circa Castellar, in Dehesa de los Castillejos ditionis Jerez et alibi.—2%. Maio., Junio, (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et austro-occidentalis, Africa bo- reali-occidentalis. 1.250.—L. angulatus £. Sp. pl., p. 1031 non herb. nec mant.—Broft., Flor. lus. 11, p. 139.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 196.—Wk. et Lge., 1. c. ni p. 318.—L£. hezaedrus Chaub et Bory Exp. Mor., p. 206. Hab. in rupestribus umbrosis regionis inferioris, prope A/- geciras (Winkler, Reverch.)—0. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geog'r.—Huropa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. y) 1.251.—L. sphericus Retz. Obs. 111, p. 39.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 196.—Wk. et Lge., 1. e. 11, p. 318.—L£. coccomeus All., Flor. pedem. 1, p. 330.— L. angulatus Sibth et Sm., Flor. Gree. Prodr. 11, p. 66. Hab. in cultis herbidisque regionis inferioris: circa Chicla- na (Winkler); prope A/gar et ad Castillo de Tempul ditionis Jerez.— 1. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa media, Lusitania, regio feré omnis me- diterranea, Madera, Canariee. 1.252.—L. setifolius Z. Sp. pl., p. 1031.—Brot., Flor. lus. 11, p. 138.—Wk. et Lge., E EP. 3.19. —L. Da tenwiore fioribus rubris J. Baubh., Hist. 1, p. 308 ic.! j Hab. in dumetis rupestribusque regionis montar ee: in Cerro 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | (442) de San Cristobal supra Grazalema; in Sierra Margarita prope Zahara.—Q. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia minor. Orobus Z. 1.253.—0. atropurpureus Desf. Flor. atl. 11, p. 157, t. 196! —DC., Prodr. 11, p. 376. Hab. in incultis, in provincia Gaditana (Duf.)—2. Mart., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Algeria, Sicilia, Italia australis. Pisum Z. 1.254.—P. arvense L. Sp. pl., p. 1027.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 323.—Deveaux, Flor. Gibr., p. 77. | Hab. in arvis cultis incultisque regionis inferioris, prope San Roque (Dautez).—-D. Apr., Maio. (n. v.) In dumosis prope Ubrique legi die 26 Majii 1884 specimen unicum incompletum ad P. b10rum Ratin. forsan referendum. Ar. geogr.—P. arvense spont. v. subspontaneum occurrit in regione mediterranea a Hispania ad Syriam littoralem, ubi quoque colitur. El Pisum sativum y el Phaseolus vulgaris L. se ica en. toda la provincia de Cádiz. TRIB. LOTEX Benth. Hooh. SUBTRIB. Anthyllideze. Cornicina Boss. 1.235.—C. Loflingii Boíss. 3 Voy. bot. 1, p. 163,—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 326. —antaginia 3 Cornicina L., Sp. pl., p. 1012.—Cav. lc. 1, p. 27, t. 391 ] (443) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 223 Hab. ia incultis regionis inferioris: in vicinitatibus Cádiz et prope Algeciras (Née, Webb).—0. Maio, Junio. (a. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australis. 1.256.—C. hamosa B0%ss. : Voy. bot. 11, 1. c.—Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 327.—Antyllis hamosa Desf., Flor. at). 11, p. 151.—A. cornicina Brot., Flor. lus. 11, p. 154 non L. Hab. in. arenosis dumosis et sylvaticis a mare non dissitis: ad Puerto de Santa María (Gutiérrez, Clem., Colm.); in pinetis -prope Sanlúcar (Clem., Bourg.!); prope A /geciras (Pourr.); in vicinitatibus Cddiz (Duf); in Dehesa de la Almorazma supra San Roque (Boiss., Dautez); ad pagum Palmones (Winkler); in pinetis prope Puerto Real etin Pinar de Hierro circa Chiclana -ubi abundat.—O. Apr., Jun. (v. v. ets.) : Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Africa boreali- occidentalis. 1.257.—C. lotoides .B018s. Voy. bot., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 327. —Anthyllis lo- - toides L., Sp. pl., p. 1012.—Cav. Ic. 1, p. 28, t. 40! —Brot., Flor. | lus. 11, p. 155. Hab. in incultis regionis inferioris, in Sierra de San Cristo- bal prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez).—(0. Maio, Junio (a. v.) : | Ar. geogr.—Lusitania et Hispania. Physanthyllis Bo%ss. 1.258.—P. tetraphylla Boiss. - Voy. bot. 11, p. 162.—Reichb. le., Flor. germ. xxtt, t. 2179, f. 2-31—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 327.—Anthyllis tetraphylla L., Sp. pl., p. 1012.—Brot., Flor. lus. 11, p. 155.—Vulneraria tetra- phylla Guss., Flor. Sic., Prodr. 11, p. 395.—Anthyllis legumi- nosa vesicarza, lutea Barr. Plant. ic. 554! Hab. in regione inferiore, ubi in collibus et campis aridis per omnem feré provinciam satis frequens.—O. Mart., Maio. (v. v. ets.) | | Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 2241 : . ANALES DE HISTORIA NATURAL. (444) Anthyllis L. (ex parte). 1.259.—A. cytisoides L£. Sp. pl., p. 1013.—Wk. et. Lge., l. Cc. 111, p. 329. de vi, Clus. Rar., pl. hist. 1, p. 96 ic.! —Spartium latifolium, parvo fiore Barr. Plant. ic. 1182! | Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis calcareisque du- _mosis per omnem feré provinciam abundanter A $. Apr., Malo. (y. V.:et.:s.) Ar. geogr.—Hispania et Gallia mediterranea, Coro Ba- leares. 1.260.—A. Barba Jovis L. Sp. pl., p. 1013.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 330. —Barba JOvis lentifolia incana A. luteo Barr. Plant. ic. 378! Hab. in rupestribus dumosis, in monte Sierra del Pinar, prope Grazalema (Herb. Hort. Matr. sec. Colm.)—5.. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Gallia ne, Baleares, Corsica, Italia occidentalis et australis, Greecia, Creta, ARO borealis. 1.261.—A. Vulneraria Z. Sp. pl., p. 1012.—4. Vulneraria a. vulgaris g. faviflora W1lk. in Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 333.—A. maritima Schweigg. Hab. in arenosis regionis inferioris, inter Gibraltar et San Roque o —4. Apr., Maio. (n. dl £. rubrifiora DC., Prodr. 11, p. 170.—A. Dilleni Schult.—Vul- neraria a Mcench. Meth., p. 146. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, cal- careis rupestribusque dumosis peromnem provinciam abun- danter ocurrit. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Asia oocidentali, Africa boreali, Abyssinia. | 1.262.—AÁ. arundana Botss. et Rent. Pug., P- 33.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 334.—4A. Webbiana, 2. microcephala Wilk. Enum. n. 57. | (445) - Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 295 ! Hab. in Ttupestribus regionis montane et subalpine, circa Grazalema in Cerro de San Cristobal aliisque montibus (Boiss., Reut.)—%. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. 1.263.—A. onobrychioides Cav. Ic. 11, p. 40, t. 150! —Boiss. et Reut. Pug., p. 36.—Wk. et Lge., 1. €. 111, p. 334. Hab. in rupestribus regionis inferioris, circa Puerto de San- ta Marta (Clem.)—5. Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. Dorycnopsis Bosss. 1.264.—D. Gerardi Botss. Voy., bot. 11, p. 164 syn. A. onobrychioides Cav. excl. —Wk. - et Lge., 1. c. 111, p. 335.—Anthyllis Gerard: L. Mant., p. 100.— Brot., Flor. lus. 11, p. 155.—4A. helerophylla L., Sp. pl., p. 1013. Dorycnium procumbens Lapeyr. Hist. abr. Pyr. p. 441.—A. her- _bacea, foliis pinnatis, inegualibus, pedunculis axilaribus folio longioribus, capitulis nudis, Gerard , Flor. gallo-prov., p. 490, t. 18. | Hab. in dumetis et collibus siccis regionis inferioris et sub- montane: prope San Roque (Kel., Dautez); circa Alcalá de los Gazules (Bourg); ad pagum Palmones (Reverch.); prope Be- naocaz; inter Jerez et Medina ad El Berroquejo, et alibi.— ln Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Corsica, Sardinia, Imperium Maroccanum. Dorycnium 7o0urn. 1.265.—D. suffruticosum V4lZ. Hist. pl. Dauph. 111, p. 416.—Reichb. 1c., Flor. germ. xxi, t. 21881—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 335.—Lotus: Dorycntum L., Sp. pl., p. 1093.—Brot., Flor. lus. 11, p. 123.—D. in -Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 100 ic.! Hab: in collibus aridis, locis rupestribus et asis FenioE ANALES DE HIST. NAT.—XXI. AS 15 22 ' ANALES DE HISTORIA NATURAL. 0 (446) nis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); ad Molino de la Calera prope Arcos; in Sierra de Albarracín supra El Bosque; ad Puerto del Timón circa Benamahoma; ad Puerto de Guillén et in o del Valle ditionis Jerez, et alibi.— +. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, —Gallia australis, Corsica, Sardinia, Liguria, Africa borealis. sd. 1.266.—D. rectum -Ser2mg.. ó | In DC., Prodr. 11, p. 208. a pios Le 56 ea p. 1092.— Brot., Flor. lus. 11, p. 198 rn Reichb. Ic., Flor. germ. Xxi1, t. 21861 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 336.—ZLotus coro- natus, latifolius, siliguis nigris Barr. Plant. ic. 544! —Vulg. Onciana. Hab. in regione alenare Es 27 E eb rivulos, et in du- metis humentibus huc illuc frequentissime provenit.—5. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania sl regio omnis mediterranea. 1.267.—D. hirsutum Sering. i o ON In DC., Prodr., 1. c.— Lotus hirsutus'L., Sp. DL, “p. 1091.— Brot., Flor. lus. 11, p. 123.—Bonjeanta hirsuta Reichb., Ic.1. c., t. 21851 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 337.—Lotús hemorrhoidalis Rore albo et subrubescente Barr., Plant. ic. 1033! —Vulg. Bocha. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus siceis precipue calcareis, locis rupestribus dumosisque per ominem E pro- yoo” hats frequens.—5. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr. — Lusitania et regio o a et Asie. : Tetragonolobus £Scop. 1.268.—T. purpureus Mench. Metb., p. 164.—Reichb. Ic., Flor. germ. XxII, t. 21871 —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 338.—L£Lotus Tetragonolobus L., Sp. pl., p. 1089. —Zotus siliguosus rudello Aore Olus., Rar., pl hist. 11, p. 244 ic.! Hab. in regione inferiore, ubi in - prátis] herbidis, vineis, olivetis, per omnem feré provinciam frequentissime proralta 0. Fee: Apr: (VAN ets) 2 Ar. geogr. —Lusitania et regio a omnis mediterranea. (447) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 227 :1.269.—T. siliquosus Rol). Tent. Flor. Germ. 1, p. 323.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 338.— Lotus siliguosus L., Sp. pl., p. 1089.—Reichb. Ic., 1. c., t.-2186! Hab. in humidis regionis inferioris, in G1braltar (Lag.)— 2%- Maio., Junio. (n. v.) Ar. geogr.— Europa media. ¿Ent regione mediterranea huc illuc, sed rarius occurrit. Lotus Z. 1.270.—L. edulis Z. Sp. pl., p. 1090.—Cav. Ic. 11, p. 44, 4. 157!—Reichb. Tc. EAS t. 21841—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 340.— Krokeria oda Mench Meth., p. 143. Hab. in agris et collibus regionis littoralis: in Gibraltar (Brouss., Clem., Kel., Dautez); prope Algeciras (Winkler).— O: Mart., Maio. (n. v.) E AE. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 1.271.—L. E iaiadicidos L. Sp. pl., p. 1091.—Cav. Ic. 11, p. 48, t. 163! —Reichb. lc., 1. c., t. 2184, f. 3-4! Wk. et Lee., 1. c. 111, p. 340.—Lotea ornithopo- dioides Moeench Meth., p. 151. Hab. in arenosis calcareisque herbosis et in collibus aridis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem., Bourg.); in Gibraltar (Brouss., Clem., Lag., Lemann, Dautez); prope San Rogue (Willk.); circa Chiclana (Clem., Bourg.!, Colm.); in ditione Jerez (Clem.) ad Viñas de Torrox et ad Castillo de Tempul; prope Algeciras (Winkler); in collibus - Circa Algar et alibi.—O. Mart., Maio. (v. v. et s.) A geogr. —Lusitania, io omnis mediterranea, Canarize ex Despr. 1.272.—L. cytisoides L. : Sp. pl, p. 1092.—£. cytis. a. Elan Willk. in Wk. et Lu. 1. Cc. 11, p. 341.—£. si/iquosa maritima lutea, Cytisi Jacte Barr. Plant. ic. 1031! * - Hab. in arenosis et rupestribus a mare non dissitis: in vici- nitatibus Cadiz (Salv. ex Costa); ad Puerto de Santa Marta (Os- :228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (448) beck, Gutiérrez); in Peñón de Gibraltar! (Née, Lag., Willk., Winkler); Santúcar (Colm.); prope San Roque (Dautez).— 2%. Mart., Maio. (v. v.) £. Allionii.—L. A llionti Desv., Jour. bot. 11, p. 77.—L. cytisor- des A11., Flor. pedem. 1, p. 311, t. 20, f. 11 | Ñ Hab. in arenosis et rupestribus regionis inferioris: in ditio- ne Jerez (Clem.); prope Sanlúcar (Colm.)—(n. v.) Ar. geogr.—Var. a. in regione mediterranea austro-occiden- tali; var. £. in regione mediterranea fere omni. 1.273.—L. creticus L. Sp. pl., p. 1091.—Cav. Ic. 11, p. 44, t. 156! —Brot., Flor. lus. 11, p. 120.—Reichb. Ic., 1. c., t. 2185, f. 4-51—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 341.— Dorycnio congener planta Clus. Rar., pl. hist. 1, p. 100, ic.! y Hab, in arena mobili ad oram maris: in isthmo Gaditano (Willk.! in herb. Chape); ad La Cortadura; in Isleta de Tarifa (Laguna).—5?. Mart., Maio. (v. v. et. s.) Heec species in provincia Gaditana rara provenit, et planta ab auctoribus et perscrutatoribus multis sub nomine Z. cretic? in ditionis nostris locis plurimis notata, sine dubio ad spe- ciem sequentem pertinet. Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 1.2/4.—L. commutatus Guss, Flor. Sic. Prodr. 11, p. 545 (1828).—£L. Sálzmanní Boiss. et Reut Pug, p. 37 (1852). —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 342.—Debeaux Flor. Gibr., p. 70.—L£. creticus. £. varians DC.? Lange Pug., p. 369. Variat caulibus decumbentibus, adscendentibus erectisve 20-80 centim.; dentibus calycinis lanceolatis, subequalibus, acutis, aut labii inferioris lateralibus apice curvulis, paulo - brevioribus; et vexilli limbo oblongo, obtuso v. acutiusculo in unguem plus minusve attenuato. A £. creíico tamen notabili- ter differt foliis crassiusculis, confertioribus, floribus majori-. bus, calycis rubro-striolati dentibus sepe angustioribus lon- gioribúsque, minus inter se discrepantibus, vexillo oblongo integro, neque orbiculato-emarginato, cum nervulis parallelis inconspicuis propinquioribus, ex exsiccatione rubro-variega- to, neque fiavescente. (449) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 29) Hab. in arena mobili ad oram maris, ubi frequentissimé occurrit: prope Cádiz (Cabrera! in herb. Chape) ad Castillo de Puntales; inter San Fernando et Cádiz (Fauché, Bourg.); ad Puerto de Santa Marta (Bourg.!, Lange) in loco E/ Colo et ad Pinar de la Plata; inter Gibraltar et San Roque (Dautez); circa Conil; ad Punta de Montijo inter Sanlúcar et Chipiona; ad Convento de Regla inter Chipiona et Rota et alibi.—5. Flor. a Februario ad Julium usque (v. v. ets.) Monente cl. Willk. in Wk. et Lge., 1. c., £. Salzmannt a L. commutato specifice non differt, quare nomen antiquius prioritate prevalet. Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Sita Africa boreali-occidentalis. A 1.275.—L. corniculatus Z. Sp. pl., p. 1092.—Reichb., Ic., l. c., t. 2180, f. 1-21—£. co04m. a. 0u/garis a. Wk. et Lge., 1. C. 111, p 348 Frefalian COTNICU- latum Dod. Pempt., p. 563 ic.! Hab. in pratis arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa Sanlúcar (Colm.)— cd Apr., Jun. (a. v.) B. villosus.—L£. corn. y. hirsutus Koch., Flor. germ., p. 154.— Reichb., Ic., 1. c., t. 2180, f. 3I—L£. corn. d. pilosus g. villo- SusWikc etilo... 1.00: p. 344! Hab. in arenosis, pascuis dumosis et silvaticis regionis in-. ferioris ef montane: ad Puerto del Boyar prope Grazalema (Clem.); in Gibraltar (Kel., Dautez); prope Ubrique versus Peñón de Merino; in Dehesa de la Breña circa Zahara; in ditio- _ ne Jerez in Dehesa de Garcisobaco, Dehesa de la Alcarta et alibi. —Marft., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa tota, Asia occidentali et borea- li, India, Japonia, Abyssinia, Africa boreali et australi, Nova- Hollandia. 1.276.—L. arenarius Broft. Flor. lus. 11, p. 120.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 3451 Species pulchra, quoad staturam, indumentum, solidita- tem caulium, foliorum figuram magnitudinemque et florum numerum maxime variabilis, typis duobus faciebus valde di- versis, sed formis intermediis arcté conjunctis occurrit. 230 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . ON a, genuinus.—L. aurantiacus Boiss. Elench., n. 62 et Voy., bot. 11, —p. 174, t. 53l—L£. arenarius var. minor Lange Pug., p. 370. Hab. in arenosis maritimis et in collibus sterilibus a mare non dissitis, ubi ab ostio Beetis ad Fretum Herculeum frequen- tissime occurrit.—O. O. Flor. a Mart. ad. Jul. (v. v. ets.) g. major Willk.! in Wk. et Lge., 1. c.—£. canescens Kunze Chlor. Hisp., n. 534. É Hab. in regione calida, ubi in arenosis ad vias ¿grorumque margines huc illuc, et in vicinitatibus urbis Jerez preecipue, abundat.—(v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Africa boreali- orpitalis Canarise. 1.277.—L. angustissimus /. e pl., p. 1090.—Reichb., le.., l.-c., t. 21871—WKk. et Lee., . C. IM, p. 346.—L. a Brot., Flor. lus. 1, p. 118 ex Moria. Hab. in arenosis humidis a mare non dissitis: prope són Roque (Boiss.); circa Santúcar et ad Chiclana (Colm.); inter Gibraltar et San Roque et prope Algeciras (Dautez). da Apr., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis et australis, regio Danu- bialis, Rossia australis, Sibiria altaica, Asia occidentalis, Afri- ca borealis, Canarize, Madera, Azoricee. Ñ 1.278.—L. hispidus Desf. Cat. Hort. Par., p. 190.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 346!—= L. angustissimus £. major Mor., Flor. Sard. 1, p. 512. Species polymorpha vel forsan tantum Z. angustissimi va- rietas. Specimina lecta a me variant caulibus erectis v. ads- cendentibus 20-80 centim., pedunculis 2-5-floris folio duplo v. triplo longioribus, bracteis 1-3-phyllis calycem «*equantibus superantibusve; calycis dentibus tubo pauló v. duplo longio- ribus lineari-subulatis v. lanceolato-linearibus; corollis in sicco vexillo utrinque glabro v. superne ad apicem plus mi- nusve villoso, nunc rubro-fusco, nunc atro-virenti, nunc viri- di-lucido, alis aqualiter variabilis et carina modo lutea, modo quoque similiter fusca; leguminibus do cid pS V. opacis 10-25 mm. ones an (451) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 231 Hab. in herbidis humidis locisque arenosis et silvaticis re- gionis inferioris: prope Sanlúcar (Colm.) in Dehesa de la A1- gaida (forma vexillo villoso); ad Puerto de Santa Marta (Bourg.) in loco E7 Coto (forma ut anterior); circa A/geciras (Reverch.); in ditione Jerez in Dehesa de Gigonza (forma macrocarpa), ad Arroyo del Albaladejo et alibi.—0O. Maio, Julio. (v. v.) An huc pertineat L. subbiflorus Lag. species dubia, e des- cripcione imperfecta vix dijudicari potest; sed specimina a Clemente et Gutiérrez prope Sanlúcar et ad Puerto de: Santa Marta lecta et sub nomine Z£. subbi/lori notata ad hanc spe- ciem sine dubio pertinent. Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis, Europa occi- dentalis, Hispania, Lusitania, Madera, Azoricee. . , ,* 1.279.—L. parviflorus Desf. Flor. atl. 11, p. 206, t. 211! —Wk. et Lge., 1. e. 111, p. 347.— L. microcarpus Brot., Flor. lus. 11, p. 119.—Dorycnium parviflo- rum DC., Prodr. 11, p. 208. Hab. in collibus arenosis locisque dumosis siccis regionis inferioris: circa San Rogue (Boiss.) in Pinar del Rey (W1illk.); in Gibraltar (Kel.); prope Algeciras (Winkler, Reverch.); in Sierra del Algibe ditionis Jerez et alibi.—0O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis, Lusitania, Madera, Azoricee. TRIB. TRIFOLIEE., Trifolium ZL. 1.280.—T. minus 47. Pbro nr p. 1403.—Wk. et Lee...1.:0. 111, p:. 350.7. /¿li= forme Broft., Flor. lus. 11, p. 111.—Reichb., Ic., 1. c., t. 2171! Hab. in pascuis herbidisque regionis inferioris et submon- tan=: prope Sanlúcar (Colm.); circa Benaocaz.—O. Apr., Jun. (v. v.) | Ar. e A fere omnis, Azoricee, Canarize. 1.281.—T. procumbens Z. Fl. Suec. et herb. non, Sp. pl. ex Willk.—Sm. El., brit. 11, p. 792.—Brot., Flor. lus. 11, p. 110.—Reichb., Ic., c. 1. t. 2172, 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL: - - (452). f. 11—7. procumbens var. minus Koch, ao germ., p. 153.— WKk. et Lge., 1. c.-111, p. 351. y Hab. in graminosis, pascuis locisque silvaticis regionis in= ferioris: circa San Rogue (Willk., Dautez); prope Arcos; ad Puerto del Timón circa Prado del Rey; in Llanos de Caulina di- tionis Jerez et alibi.—(O. Apr., Jun. (v. v.) g. majus Koch., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c.—7. campestre Schreb. in Sturm., Fl. germ. 1, fasc. 16. Hab. in pratis, herbosis humentibus, pascuis et silvaticis regionis inferioris et montan«e: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); ad Chiclana (Chape!); in Pinar de la Dehesilla; circa Conil (Bourg'.!); inter San Rogue et Rio Guadiaro (Willk.); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.); in Pinar de Villanueva prope Puerto Real; in montibus Dehesa del Toron- gil etad Laguna del Mortero ditionis Jerez et per omnem fere provinciam satis frequens.—(v. v. et 8.) S-var. erectum, caulibus patule villosis, calycis dentibus infe- rioribus tubo duplo longioribus valde ciliatis.—7'. erectum Poir. Dict. vin, p. 28.—17'. campestre var. c. Guss., Flor. SIC., PrOd: 11>p. 921. Hab. in pratis, inter Jerez et Puerto de Santa Marta (v. v.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Asia occidentalis, Abyssi- nia, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.282.—T. repens L. Sp. pl., p. 1080.—Brot., Flor. lus. 11, p. 103.-—Reichb., lc., t. 2166! —Wk. et Lge., 1. c.111, p. 334! —Trifoltastrum pratense, corymbiferum, majus, repens, foliis rotundioribus, alba, saggit- tata, et in acutum longius producta macula notatis, siliguis te- traspermis Michel, Nov. pl. gen., p. 26, t. 25, f. 4! Hab. in pratis herbidisque humidis regionis inferioris et. montanee: ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); circa Saniú- car (Clem., Colm.); prope Gibraltar (Kel., Dautez); inter 47cos et El Bosque; ad Castillo de Tempul et ad Convento del Valle ditionis Jerez, et preecipue in vallibus silvaticis per territorium Algar, Ubrique, Alcala et Jimena oppidulorum complexis, ubi _ abundanter oceurrit.—2. Apr., Maio. (v. v.) | Ar. geogr.—Europa omnis, Sibiria, Asia de Africa borealis, America borealis. A : Í (453) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 233 1.283.—T. isthmocarpum Brof. Phyt. lus. 1, p. 148, t. 61! —Wk. et Lge., l. C. 111, Pp. 395.— Ball Spic., p. 420. AS Elor. Gibr., p. 66.—7. maurita- nicum Salzm. Exs. Hab. in arenosis argillosisque humidis, pratis locisque her- bidis regionis inferioris: circa Puerto de Santa Marta (Bourg.); prope A/geciras (Dautez, Reverch.) in Sierra det Saladillo; ad basim Sierra de Relin prope Vejer; inter Jerez et Medina ad Laguna del Mortero; in pratisad Cortijo de Santo Domingo circa Jerez et alibi.—O. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidentalis, : ¿Sicilia? 1.284. 7. nigrescens V20. Flor. ital., fragm. 1, p. 12, t. 13.—Moris, Flor. Ed. 1, p. 497. —Reichb., Ic., 1. c., t. 2161, f. 41—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 356. T. hybridum Savi Trifol., p. 90 et Brot., Flor. lus. 11, p. 103 non L.—7rifoliastrum ord. 2, n. 1 et 2 Michel., 1. c., p. 27, t. 25, f. 3 et 6! —Glabrum, caulibus adscendentibus erectisve, ramosis; foliolis obovato-cuneatis, sepe truncatis, argutée den- ticulatis; stipulis albo-membranaceis, ovatis, abrupte cuspi- datis, nervis atro-viridibus; pedunculis axilaribus folio longio- ribus, floribus capitato-umbellatis, longiuscule pedicellatis, bracteolis minimis; calycis subbilabiati corolla alba subduplo brevioris laciniis lanceolato-acuminatis, superioribus, longio- ribus, tubum subequantibus; leguminibus linearibus tetra- hexaspermis, rectis. Hab. in herbidis humentibus regionis inferioris, ubi adhuc non nisi specimina nonnulla a me circa Jerez lecta.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr. —Lusitania, Hispania, regio Europe mediterranea. 1.285.—T. glomeratum Z. Sp. pl., p. 1084.—Brot., Flor. lus. 11, p. 108.—Wk. et Lge., 1. C. 111, p. 357.—7.. parvum, rectum, flore glomerato cum ungui- culis J. Bahu., Hist. 11, p. 378, ic.! Hab. in herbidis humidiusculis regionis inferioris: prope Gibraltar (Lag.); ad pagum Buceite circa Jimena. —(1. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa occidentalis, Lusitania, regio medite- rranea fere omnis, Canarise, Madera, Azorica. 231 ANALES DE HISTORIA NATURAL. A 1.286.—T. suftocatum L. - Mant., p. 276.—Brot. Phyt. Lus. 1, p. 158, 0 64—Wk. et Lgo, 1 CL, p. 397: | Hab. in arenosis incultis regionis interior ñ Gibraltar (Dautez, (Reverch.)—(6. Apr., Maio. (nm. v.) | Ar. geogr.—Europa occidentalis, sida su ferd om- nis mediterranea, Canaris, Madera, Azoricee.' - 1.287.—T. spumosum L. e Sp. pl., p. 1085.—Broft., Flor. lus. 11, p. 109.—Moris, Flor... Sard. 1, p. 491, t. 63! o o. et Lge:; 1. C., 111 39 Hab. in herbosis apricis etiam silvarum regionis inferioris,- ubi a me in locis sequentibus lectum est: ad Armita del Mim- bral ditionis Jerez et inter Algar et Ubrique in loco silvatico dicto La Joya de la Mujer.—0O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regis omnis mediterranea. 1.288.—T. strictum L. : Sp. pl., p. 1079. —Moris, Flor. Sard., p. 488.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 399.—7T. levigatum Poir., It. 11, p. 219.—Desf., Flor. atl. 11, p. 195, t. 208! | Hab. in pascuis humidiusculis herbosisque silvaticis regio- nis inferioris: prope A/geciras (Reverch.); ad Cerro de Puerto- llano prope Tarija; ad Sierra de Sanona ditionis Los Barrios. —(D. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia occid. et aust., Ba- leares, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia, Dalmatia, Istria, Hun- garia, Transylvania, Turcia, Africa borealis. 1.289.—T. resupinatum L. Sp. pl., p. 1086.—Brot., Flor. lus. 11, p. 109. —Reiechb., Le., 1.0.8. 2198, L 2-7: a a. majus Wk. etLge., 1. c. e p. 360.—Vulg. Trebol. Hab. in regione inferiore, ubi in herbidis graminosisque presertim humidiusculis per omnem provinciam satis fre- quens.—O. Apr., Maio. (v. v.) B. minus Boiss., Flor. or. 11, p. 137.—WKk. et Lge., 1. c.—7. pra- NO tense Salmanticum Clus. Rar. pl. hist. 11, p. 247 ic.! Hab. in eisdem locis cum precedente. (v. v.) 155) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 9350 Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Hispania, regio omnis me- diterranea, Lusitania, Azoricee, Madera, Canarize. 1.290.—T. tomentosum L. Sp. pl., p. 1086.—Brot., Flor. lus. 11, p. 110.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 495, t. 64! —Reichb., Ic., 1. c., t. 2158. f. 11—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 360.—Vulg. Trebol. Hab. in regione inferiore, ubi in pratis, graminosis herbi- disque subhumidis huc illuc abundanter occurrit.—O. Apr., Maio. (V. V.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Lusitania, Madera, Canaris. 1.291.—T. fragiferum Z. Sp. pl., p. 1086.—Brot., Flor. lus. 11, p. 109. O Lee 1. c. t. 21571—Wk. et Lge'e., l. c. 111, p. 361. Hab. in pascuis pratis herbidisque humentibus regionis in- ferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); ad Gibraltar (Kel.); circa Sanlúcar (Colm.); circa Bornos; in vicinitatibus Chiclana; ad Arroyo del Albaladejo ditionis Jerez et alibi.— 2. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Asia occidentalis, Abyssinia, Africa borealis, Canarise, Madera. 1.292.—T. striatum Z. Sp. pl., p. 1085.—Brot., Flor. lus. 11, p. 107.—Reichb., Ic. 1. C., t. 21511 —7. striatum «a. genuinum Lange Pug., p. 363.— —Wk. et Lge., ]. c. 111, p. 362.—T'. minus, villosum, pi cagite parvo, nado Barr. Plant., ic. 869! - Hab. in pratis arenosis locisque silvaticis apricis regionis inferioris et submontanee: prope 4/geciras (Reverch.); circa Castellar; inter Alcala et Los Barrios.—0O. Apr., Jun. (v. v.) S-var. spinescens.—T. siria dan. y. spinescens Lange, l. c.—Wk. etLge:, 1. c. Hab. ih pratis, montosis prope Benaocaz.—(v. v.) Ar. geogr. Europa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.293.—T. pratense L. | Sp. pl., p. 1082.—Brof., Flor. lus. 11, p. 105.-—Reichb., Ic. 236 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (456) l.c., t. 21341—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 364.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 67. | Hab. in pratis regionis inferioris: in G1braltar, ad San Ro- que et circa Algeciras (Dautez).—%. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa, Sibiria, Asia occidentalis, Africa bo- realis. | 1.294.—T. bracteatum Schousb. In Willd. Enum. pl., p. 792.—DC., Prodr. 11, p. 195. —Wk. et Egel. C. NEP. 30% Hac. in provincia Gaditana ad Fretum Herculeum (Ball).— ES UB So) Ar. ceder Mania Tingitana, Hispania mediterranea. 1.2905.—T. beticum Boiss. Voy. bot. 11, suppl., p. 726.—Wk. et fee , Lc. 11, p. 365.— Debeaux, Flor. Gibr., p.67.—Vul. Zulla bravik— caulibus adscendentibus infernée glaberrimis, superné sepe puberulis, parum ramosis, 25-60 centim., internodiis valde elongatis; foliis inferioribus longé petiolatis, petiolis patulé villosis, summis subsessilibus, seepe suboppositis et capitulum cingentibus, foliolis utrinque villosis, inferioribus ellipticis ovatisve, retusis v. emarginatis mucronulatisque, superiori-* bus subrhumbeo-ovatis v. ovato-lanceolatis, obtusis v. obtu- siusculis, mucronulatis, omnibus obsoletée denticulatis; stipu- lis oblongo-lanceolatis, submembranaceis, elevato-nervosis, ad petiolum longé adnatis, parte libera triangulari longeque subulato-aristata, modo glaberrimis, modo ad apicem tantum villosis, modo aliquando omnino villosis; capitulis magnis globosis aut ovatis, axilaribus et terminalibus; floribus 15- 17 mm. long., fauce calycis decemnervuli annulo calloso vi- llosoque coarctata, calicinis laciniis subulato-setaceis pilosis tubum hirsutum seepe superantibus, infima coeteris longiore corollaque alba v. ochro-leuca permultum breviore, vexilli lamina oblongo-lanceolata alas excedente, alis carina parum longioribus; legumine parvo, monospermo, semine ovato- subreniformi, atro-purpureo. Forsan hoc cum 7. bractealo simul noa nisi 7. pratensis varietas est. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in sylvestri= bus humentibus locisque umbrosis frequenter occurrit: prope A (457) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 237 San Roque (Boiss.) in Dehesa de la Almoraima!; circa Puerto Real (Bourg.); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.); ad Pinar de la Dehesilla prope Chiclana; in Dehesa de Fardela circa Benaocaz; in ditione Jerez locis Dehesa de la Jardilla, ad Garganta del Caballo et alibi.—2%. Maio, J unio. (v. Y.) Ar. geogr.—Hispania australis. 1.296.—T. angustifolium L£. | Sp. pl., p. 1083.—Brot., Flor. lus. 11, p. 106.—Reichb. Ic., 1. c., t. 1144, f. 11—Wk. et Lge., 1. c., 111, p. 366.—7. alopecu— rum, angustifolium, elatius Barr. Plant. ic. 698! —Vulg. Jo- pitos. Hab. in regione inferiore, ubi in paseuis, collibus incultis, ad silvarum agrorumque margines per omnem provinciam satis frequens.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio omnis mediterranea, Canarie, Madera, Azoricee. 1.297.—T. stellatum L. Sp. pl., p. 1083.—Brot., Flor. lus. 11, p. 107.—Reichb., 1c., l. c., t. 21431—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 367.—Lagopus minor, erectus, capite globoso, stellato, fore purpureo Barr., Plant. ic. 860! —Vulg. Parolitos, Estrella. Hab. in herbidis, collibus aridis, ad viarum agrorumque margines, ubia regione inferiore ad subalpinam (c. 1550 metr.) adscendit per omnem provinciam abundans.—0. Mart., Jun. (Y. y.) Ar. geogr. —Lusitania, regio omnis mediterranea, Canariz, Madera. 1.298.—T. lappaceum al Sp. pl., p- 1082.—Brot., Flor. lus. 11, p. 104.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 482, t. 62, f. 1!—Reichb., Ic., 1. c., t. 2142, f. 1! — Wi Setlee:, Ll: €. 51,,p. 367. Hab. in Elo. pratis, locis arenosis argillosisque herbidis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); circa San Rogue (Brouss., Boiss.); in vicinitatibus Cádiz (Duf.); prope Chiclana (Chape!, Colm.) ad Pinar de Hierro!; circa San- lúcar (Bourg.); circa Algar; in ditione Jerez ad Laguna del 283 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (458) Mortero, ad Castillo de Tempul, in Viñas de Torroz et alibi.— (O. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr. —Lusitania, regio omnis mediterranea, Cañatiz, Madera, Azorice. 1.299.—T. Cherleri £. : Sp. pl., p. 1081.—Brot., Flor. lus. 11, p. 104.—Moris., «Flor. Sard. 1, p. 480, t. 61! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 368.—Lagopus minor, supinus, molli et compresso capite Barr., Plant. ic. 859! Hab. in graminosis, pascuis maritimis et collibus apricis regionis inferioris: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in vicinitatibus Cadiz (Daf.); prope-San Roque (Kel., Dautez); circa Saniúcar (Colm,); circa 4/geciras (Winkler); ad Pinar de Villanueva inter Puerto Real et San Fernando; in Pinar de Hierro prope Chiclana et alibi.—O. Apr., Maio. (v. v.) - Arg. geogr. Lusitania, regio omnis moditerranea, Canaris, Madera. 1.300.—T. hirtum A4/1/. Auct., p. 20.—Boiss., Voy., bot. 11, p.170.—Reichb., Ic., 1. c., t. 2147, f. 1I—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 368.—7. hispidum Desf., Klor. atl:11, p. 200,1. 209, f 11 (mala). Hab. in montosis silvaticis regionis inferioris: in ona Jerez locis Dehesa del Torongil et Dehesa del A banto inter Ubri- gue et Jimena oppidula sitis.—O. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—In Lusitania septentrionali et regione mediter- - ranea Europe et Asis precipue huc illuc occurrit. En el herbario del difunto Chape he visto algunos ejempla- res recogidos en Abril de 1848 cerca de Chiclana, los cuales, aunque clasificados con el nombre de Trifolium hirtum (Col- meiro), corresponden al 7. lappaceum L. 1.301.—T. squarrosum L. Sp. pl., ed. 1, p. 763.-—Rouy, Plant. Gibr. in Bull. Soc. bot. Fr. xxx1v, p. 435.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 68.— Lagopus angustifolius hispanicus Clus., Rar. pl., hist. 11, p. 247, ic.? Hab. in silvestribus regionis inferioris, in Sierra de Palma ditionis Zos Barrios (Reverch.)—Q. Apr., Maio. (n. Y.) - Ar. geogr.—Species diversé explanata que ut suspicor non paucas similes auctorum recentium in reg 10nE mediterranea indicatas probabiliter amplectitur. ( (459) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 239 él. 302.—T. panormitanum Pres/!.. Flor.Sic. 1, p. 21.—Reichb., Ic., Flor. germ. xx1t, t. 21391 — Wk. et Lge., l. c. 111, p. 368.—T7. squarrosum DC., et auctor. pl. non M. B:—Parce et adpresse hirsutum, caule erecto ro- busto, seepe sparsim brevissiméque verruculoso, ramosiusculo, 25-55 centim., internodiis elongatis; stipulis angustis mem- branaceis, nervosis, puberulis glabratisve, parte libera herba- «cea longissima, lineari-subulata, ciliata; foliis inferioribus Jongé, supremis seepe oppositis, moderaté vel breviter petio- latis, foliolis magnis subintegerrimis utringue puberulis, in- ferioribus ovali-obovatis apice subretusis mucronatisque, Ce- teris oblorgo-lanceolatis; capitulis oblongis nudis v. subnu- dis pedunculatis, floribus confertis, calycis pilis basi plus minusve tuberculatis obsiti laciniis inequalibus, duabus su- perioribus minus profunde divisis duabusque mediis lanceo- lato-subulatis basi trinerviis tubo oblongs'wo ad faucem cons- tricto subeequilongis, infima longiore, linearisubulata, demum reflexa corollam albidam vel pallide roseam subeguante, om- nibus mox dilatatia; legumine membranoso, striato, monos- _permo, semine ovato, levi, badio. An satis a precedente dis- tinctum?2 ERA | | Hab. in herbidis humentibus.regionis ers prope A l- geciras (Winkler); in ditione Jerez in Olivar de Clavería ad Viñas del Carrascal, ad locum dictum Caños de Aduza, ad La- guna de Torrox, in loco Papa-ratones dicto et alibi.—Apr., Maio. (vw. v.) g. eguidentatum Per. Lar., in Flor. gad. exs.—A precedente differt precipue capitulis majusculis floribus minus con- fertis, calycis. corolla longioris tubo glaberrimo, ad fau- cem valde constricto, laciniis omnibus fere «equalibus tubo paulo brevioribus subquinquenerviis, ornate ciliatis, lanceolato-linearibus apice subulatis, mox late ovato-acu- -minatis, inter nervos primarios nervulis reticulatis cons- picuis. Variat foliolis margine et-subtus ad nervum me- dium tantum ciliatis vel utringue puberulis. Hab. in eisdem locis cum precedente mixtum. (v. v.) . Ar. geogr. —Regio feré omnis mediterranea, Lusitania, Ca- nariz. Nx 240 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (460) 1.303.—T. maritimum Auds. | Flor. Angl., ed. 1, p. 284.—Reichb., Ic., 1. c., t. 2139, f. 21— WKk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 369! —7.. irregulare Pour. Act. Toul. 11, p. 331.—7. rigidum Savi, Flor. pis. 11, p. 159, t. 1, f. 1. Hab. in regione inferiore, ubi in pratis herbosisque humen- tibus satis frequens: circa Chiclana (Clem.); ad Puerto de Santa Marta (Clem., Bourg.); circa A /geciras (Winkler, Reverch.); prope Algar; inter Arcos et Bornos; in ditione Jerez ubiin locis Llanos de Caulina, Laguna del Mortero et Papa-ratones preeci- pue abundat, et alibi.—0O. Apr., Jun. (v. v.) ] S-var. Bastardiamm.—T. maritimum g. Bastardianum Ser. in DC., Prodr. 11, p. 192. Hab. in herbidis humidis, prope Jerez. (v. v.) B. nigro-cinctum Boiss., Flor. or. 11, p. 129.—T. nigrocinctum Boiss, et Orph. Diag., pl. or., ser. 11, n. 6, p. 47. —Erectum, caule tenui a basi dichotome ramoso, capitulis peduncu- latis, minoribus, calycis tubo subglabro apice circum- circa nigro-maculato, dentibus tubo sublongioribus uni- nerviis, infimo duplo latiore trinervio. Hab. in silvestribus humidis regionis inferioris, in predio Dehesa del Torongil ditionis Jerez sed inter Ubrique et Jimena sito.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in regione omni mediterranea, Gallia occidentali, Lusitania, Madera; var. £. in Peloponneso. 1.304.—T. Ligusticum Balb. Att. acad. ital. 1, p. 192.—Reichb., lIc., 1. c., t. 2153, f. 11— Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 369.—7. arrectisetum Brot. Phyt. Lus. 1, 1. 1502,14..631 : Hab. in collibus incultis regionis inferioris, adhuc in loco unico prope Benaocaz.—O. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Regio fere omnis mediterranea, Lusitania, Azo- rice, Madera, Canarize. 1.305.—T. arvense Z. Sp. pl., p. 1083.—Brot., Flor. lus. 11, p. 106.—Reichb., Ic., 1. c., t. 2146! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 370. | E Hab. in pratis, pascuis locisque arenosis regionis inferioris: (481) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 211 ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); prope San Roge (Brouss., Kel., Dautez); in Pinar de Hierro circa Chiclana; in Llanos de Caulina prope Jerez et alibi.—GO. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa ferée omnis, Sibiria Uralensis, Asia occi- dentalis, Abyssinia, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.306.—T. Bocconi 4402. Att. acad. ital. 1, p. 191, f. 1.—Reichb., Ic., l. c., t. 2149, f. 11 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 371.—7. semiglabrum Brot. Phyt. usa ip: 195/14. 6371321 Hab. in collibus arenosis et montosis silvaticis regionis in- ferioris: prope Algeciras (Reverch.); in ditione Jerez locis De- hesa del Abanto et Dehesa de Benahi inter Ubrique et Jimena sitis 00 Apr, Jun. (v.v.) Ar. geog..—KEuropa occidentalis et mediterranea, Lusitania, Africa boreali-occidentalis, Canarize. 1.307.—T. scabrum L. Sp. pl., p. 1084.—Brot., Flor. lus. 11, p. 107.—Reichb., le., l.c., t. 21521 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 371.—7. minus capte subrotundo, parvo, albo el echinato Barr. Plant., ic. 870! Hab. in regione inferiore, ubi in incultis arenosis, rupestri- bus et collibus siccis satis frequens: inter Puerto de Santa Maria et Rota (Gutiérrez), prope Algeciras (Winkler); ad San Roque (Dautez); in monte Peñón de Gibraltar; circa Chiclana; in pinetis prope Puerto Real; inter Arcos et Algar; in loco El A lcornalejo ditionis Jerez et alibi.—0. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—KEuropa media ef australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.308.—T. subterraneum L. Sp. pl., p. 1080. —Broft., Flor. lus. 11, p. 103.—Reichb., Ic., 1. c.,t. 21601—Wk. et Lge., 1. c, 11, p. 372.—7. pratense, supt- num, catobleps seu capite humi merso Barr., 1. c., ic. 881! Hab. in pratis, pascuis, collibus locisque arenosis regionis inferioris: prope San Rogue (Brouss., Willk.); ad Gibraltar (Lag., Kel., Dautez); prope A /geciras (Winkler); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.)—0. Mart., Jun. (n. v.) Ar. geogr. Europa occidentalis et australis, Asia occidenta- lis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. ANALES DE HIST. NAT. — XXI. | 16 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (462. Melilotus Toum. 1.309.—M. parvitlora Desf. Flor. atl. 11, p. 192.—Wk. etLge., l. c. 111, p. 374.— —Prifolinm Melilotus indica S. L., Sp. pl., p. 1077.—Brot.,. Flor. lus. 11, p. 102.—Melilotus indica All., Flor. ped. 1, p. 308.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 459, t. 56! Variat caulibus tenuibus v. veg'etis 20-50 ad , loribus 2-3 mm. fructiferis dense v. laxé spicatis. Hab. in regione inferiore et mobntana, uni in cultis, pascuis et ad vias per omnem provinciam satis frequens.—(O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Canarisee, Madera, Azoricee. In India, America et Africa australi quoque, sed introducta. 1.310.—M. italica Lam. Dict. 1v, p. 65.—Reichb., lIc., 1. c., t. 2126! —Wk. el Lge., l. c. 111, p.374.—Trifolium Meltlotus ¿talica L., Sp. pl.,-p. 1078. Hab. in regione inferiore, prope Santúcar (Colm.)—0. 2000, Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Regio ferée omnis mediterranea. 1.311.—M. sulcata Desf. Flor. atl. 11, p. 193.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 463, t. 59, £. A.! —Wk. et Lge., l. C. 111, p. 375! —Debeaux, Flor. Gibr., p. 66. —Trifolium mauritanicum Willd., Sp. pl. 11, p. 1354. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis incultisque herbidis, ruderatis et collibus apricis crescit hue illuc abundans: in Gibraltar (Kel., Dautez); prope Bornos, juxta A lcala de los Ca- zules; circa Vejer; in vicinitatibus Jerez et alibi.—(O. Mart., Maio. (v. v.) 6. major. Camb. Enum., pl. Bal., p. 65.—WKk. et Lge., 1. c.!— Melilotus compact Salzm. in Guss., Flor. Sic., Prodr. 11, p. 485.—M. sulcata £.. compacta Moris, Flor. Sard., 1. c., t. 59, f. B.!—M. intermedia Boiss., Voy. bot. 11, p. 167.— Trifolium Melilotus segetalis Brot., Flor. lus. 11, p. 484? — (463) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 243 —Variat uni-pluricaulibus erectis difusisve, nunc glabris, nunc versus apicem preesertim puberulis; foliolis ad basin v. ad medium usque argutée serratis, magnis, omnibus late obovato-cuneatis, vel minoribus tum superioribus oblongo- cuneatis; racemis folium sube*quantibus aut eo multó longio- ribus plus minusve densifioris, floribus 4-6 mm. long. Hab. in cultis herbosisque humentibus, ad viarum agro- rumque margines regionis inferioris, ubi huc illuc atque in urbis Jerez vicinitatibus presertim vulgatissima, humida arva derelicta seepe obtegens.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in regione omni mediterranea, Lusitania, Madera, Canariis. 1.312.—M. infesta Guss. Flor. Sic., Prodr. 11, p. 486.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 376. Hab. in regione inferiore, ad Gibraltar (Winkler).—0. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—In Lusitania et regione Europe et Asis medi- terranea huc illuc occurrit. Medicago L. 1.313.—M. lupulina L£. Sp. pl., p. 1097.—Brot., Flor. lus. 11, p. 112.—Reichb., Ic., Flor. germ. xxIr, t. 2124, f. 3-5! —Wk. et Lge., l. c. 111, pá- gina 337. Hab. in herbidis cultis incultisque regionis inferioris: juxta Jerez; ad Torre Estrella prope Medina.— O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa omnis, Asia occidentalis et septentrio- nalis, Abyssinia, Africa borealis, Canarive, Madera, Azoricee. 1.314.—M. sativa L. Sp. pl., p. 1096:—Brot., Flor. lus. 11, p. 112.—Reichb., lIc., 1. c., t. 2111! —Wk. et. Lge., 1. c. 11, p. 378.—Vulg. A/falfa. Hab. in regione inferiore, ubi frequenter culta et hue illuc subspontanea facta occurrit.—2. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Ex Rossia australi et Asia temperata dicitur oriunda; hodie per regionem feré omnem mediterraneam subspontanea facta. 24 ANALES DE.HISTORIA NATURAL. (464) 1.315.—M. marina Z. Sp. pl.,'p. 1097. Cav., lc. 11, p. 20,4 130! Brot:, Mor usa p. 115.—Reichb., Ic., 1. e., $. 2118, £ 1-22 Wk. et Lae., ISC p. 379.—Medica marina Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 243 1c.! Hab. in arenosis ad oram maris: circa Á /geciras (Née, Clem.); inter Gibrallar et San Rogue (Brouss., Willk., Kel., Dautez); ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez!); prope Chiclana et ad Sanlúcar (Clem., Colm.); circa Cadiz (Chape!, Colm.) ad Casti- llo de Santa Catalina (Bourg.); inter Puerto de Santa Maria et Rota, et alibi.—2%. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.— Grallia occidentalis, Hispania, Lusitania, regio omnis mediterranea. 1.316.—M. orbicularis 4//. Flor. pedem. 1, p. 314.—Cav. Preel., p.525.—Brot. Flor. lus. 11, p. 114.—Moris, Flor. Sard. 1, 434, t. 3N/—Wk. ef Lge., 1. c. 11, p. 381.—14. polymorpha «. orbicularis L., Sp. pl., p. 1097. Hab. in arenosis calcareisque herbidis, cultis et silvestribus regionis inferioris: prope Santúcar (Colm.); in Gibraltar (Kel., Dautez); circa Algeciras (Winkler); prope Medina; in Dehesa de la Breña prope Zahara; ad Castillo de Matrera circa Prado del Rey; ad Viñas del Carrascal et Viñas de Torrox ditionis Jerez et alibi.—0O. Apr., Maio. (v. v.) | Ar. geogr.--Europa ono Asia colita] Abyssinia, Africa borealis, Canarise, Madera. 1.317.—M. intertexta A l/. Flor. ped. 1, p. 315.—Wk. et Lge., 1. c.' 111, p. 382.—M. Echt- nus DC., Flor. fr. -1v, p. 546.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 453, t. 52) Hab. in arvis cultisque herbidis regionis inferioris: prope Jerez (Herb. H. Matr. s. Colm.); circa A/geciras (Fritze, Win- kler).—O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis, Lusitania, Ca- nariz. 1.318.—M. ciliaris Willa. | Sp. pl. 111, p. 1411.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 452, t. 51! — Wk. et Lge., l. c., 111, p. 382.—M. polymorpha K. ciliaris L. Sp. pl., p. 1099.—Glabriuscula, stipulis inciso-fimbriatis; pe- . dunculis uni-trifloris folio subeequilongis; leguminibus mag- a (165) Perez Lara.—FLORULa GADITANA. 245 nis villosis subglobosis, spiris 6-8 laxiusculis facie nervoso reticulata, sutura exteriore crassa planiuscula utrinque spi- nosa, spinis subulatis rectiusculis legumini adpressis vel pa- tulis bari bicruribus crure posteriori in nervum facierum la- teralium abeunte. Hab. in cultis herbosisque, inter segetes regionis inferioris: prope Medina (Bourg.); circa Chiclana (Fritze, Winkler); in ditione Jerez locis Cortijo de Sant Domingo, Cortijo del Pino, ad Viñas de Captrete et alibi.—0O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio fere omnis medite- rranea, Canarise, Madera. 1.319:—M. obscura Retz. Obs. bot. 1, p. 24.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 383. Var. 6. Heliz.—M. Helix Willd., Sp. pl. m1, p. 1409.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 438, t. 39 A.! —Villosiuscula, foliolis apice argute denticulatis; stipulis semisagittatis laciniato-den- tat:s; leguminibus glabris adprese cochleatis, utrirque planis, 2-4-cyclis, inermibus, radiatim venosis, venis ad suturam exteriorem obtusam tenuem anastomosantibus. Hab. in incultis arenosisque herbidis regionis inferioris: circa Puerto de Santa Marta (Bourg.); ad Chiclana; inter Vejer et Conil; in ditione Jerez locis Callejón del Albaladejo, Monte- alegre et alibi.—O. Apr., Maio. (v. v.) S-var. spinulosa.—M. Helix 6. spinulosa Moris 1. c., t. 39 B.!— Non differt a precedente nisi leguminibus margine spi- nosis, spinis brevibus rectis apice aliquando uncinatis, et pariter variat caulibus prostratis v. adscendentibus, pu- berulis v. inferne glabratis 25-50 centim.; foliolis obova- tis, rhombeo-ovatis aut ovato-cuneatis apice truncatis, superne glabris v. utringue puberulis; stipulis semisa- grittatis v. semiovato-lanceolatis plus minusve laciniato- dentatis; pedunculis 3-8-foris folium subseequantibus vel _€eo longioribus; leguminibus 6-8 mm. diam. dextrorsis v. sinistrorsis. Hab. in eisdem locis, sed freguentior preesertim in ditione Jerez, ubi forma leguminibus pentacyclis, quee ad varietatem e. 5. muricalam Wk. et Lge., 1. c. transitum faciunt, pariter frequens. 246 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (466) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis calidior, Cana- rise, Madera. 1.320.—M. tribuloides Des?. In Lam. Dict. 111, p. 635.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 440, t. 41! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 165.—/%. truncatula var. longeaculeata Urb.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 383.—Villosa, stipulis ovato- lanceolatis basi laciniato-dentatis; foliolis obovato-cuneifor- mibus; pedunculis bi-trifloris folio brevioribus, aristatis; legu- minibus pilosiusculis, cylindricis, utrinque planis 4-6-cyclis margine acute carinato, utrinque sulcato spinosoque, spinis plus minusve incurvis, divaricatis, subintertextis. Variat spi- nis diametro spire brevioribus aut paulo longioribus. Hab. in herbidis arenosisque maritimis: prope Puerto de Santa Marta (Bourg.); in Pinar de la Dehesilla ad Chiclana; inter Rota et Chipiona, et alibi.—O. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Lusitania, Madera, Canariee. 1.321.—M. rigidula Desr. £. sufrutescens Willk. in litt ad Per. Lar.—/M/. gaditana Per. Lar. in litt. ad Willk.—Plus minusve pubescens, radice biennis vel perennante; caulibus procumbentibus, basi induratis 15-25 centim.; stipulis lanceolatis inciso-denta- tis; foliolis obovato-cuneatis apice truncatis denticulatis- que; pedunculis unifloris folium subequantibus aristatis; leguminibus puberulis, cylindraceis, utrinque applanatis, dextrorsis; spiris arctis 4-5, margine convexo spinoso, spinis patulis subulatis uncinatisque spire diametrum subequantibus. Hab. in collibus arenosis dumosisque regionis inferioris, in Dehesa de los Cuguillos ditionis Jerez ubi ego primum legi; in montibus prope Grazalema (Reverch.)—Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—M. rigidula in Europa media et australi, Asia occidentali, Africa boreali. 1.322.—M. littoralis Rohde. ¡ b In Lois. Not., p. 118.—Moris, Flor. Sard. 1, p. 439, t. 40, f. A.! —M. cylindracea DC., lat. H. mons.; p. 123.—M. littoralis 5. (467) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 247 brevisela Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 384.—Villosa, stipulis inciso- laciniatis; pedunculis uni-quinquefloris folio sublongioribus; leguminibus, parvis, cylindricis, glabris, utrinque planis, spiris 3-5 adpressis, margine crasso plamiusculo, unilineato, muricato spinosove, spinis, brevibus remotiusculis rectis un- cinatisve. | Hab. in arenosis herbidisque maritimis: prope Cddiz (Cha- pe!, Colm.) ad Castillo de Puntales; inter Puerto de Santa Ma- ría et Rota; circa Cont! et alibi.—O. Mart., Apr. (v. v. et s.) 8. longeaculeata Moris, 1. c., p. 440, t. 40, f. C.!.—M. liltoralis a. Sering. in DC. Prod. 11, p. 177.— M4. littoralis c. longiseta Wk. et Lge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr. p. 64. Hab. in eisdem locis sed multó frequentior: inter Cddiz et San Fernando (Wilk); ad Puerto de Santa Maria (Bourg) locis El Coto et Pinar de la Plata; inter Gibraltar et San Rogue (Dautez); ad Punta de Montijo prope Chipiona; inter Conil et Vejer et alibi.—(v. v.) : Ar. geogr. —Regio omnis mediterranea, Lusitania, Ca- naria. 1.323.—M. turbinata W?z!ld. Var. ol2veformis.—M. oliveformis Guss. Pl. rar., p. 390 et Flor. Sic., Prodr. 11, p. 572.—M. turbinata Moris, Flor. Sard. 1, p. 444, t. 45, A. £. 31—M4. turbinata a. levis Boiss., Voy. bot. 11, p. 165.—M. turbinata «. inermis, sinistrorsa Wk. et Lge., l. c. 111, p. 385.—Villosa, foliolis rhombeo-cunea- tis; stipulis laciniato-dentalis, pedunculis uni-bifloris, muticis, folio sublongioribus; leguminibus puberulis ova- to-cylindricis utrinque convexis, spiris subsenis, sinis- trorsis, concretis, margine crasso, planiusculo, uninervio, utrinque tuberculato-spinuloso, spinulis conicis incurvis brevissimis marginis dimidium latitudinis «equantibus. Hab. in herbidis cultis, inter segetes regionis inferioris: prope Benaocaz et circa Ubrique.—O. Apr., Maio. (v. v.) Var. muricata Ball Spic., p. 414.—M. muricata Benth. Cat. Pyr., p. 102.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p.:396.—M. neglecta Guss., Flor. Sic., Prodr. 11, p. 375.—M. turbinata £. aculea- 248 | ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (468) ta, sinistrorsa Wk. et Lge., 1. c.—Villosissima, legumini- bus plus minusve puberulis globosis v. subglobosis utrin- que convexis, spiris sinistrorsis concretis margine crasso. planiusculo-undulato uninervio utringue spinoso, spinis conicis seepe incurvis marginis latitudinem «equantibus excedentibusve.—Variat leguminibus dextrorsis (1. sphe- vocarpa Costa, Fl. Catal., po 60). Hab. in regione inferiore, ubi in cultis incultisque herbidis, inter segetes hue illuc frequenter oceurrit: prope Conil (Willk.); circa A/geciras (Willk., Winkler); in vicinitatibus Algar; ad Cortijo de Casa Blanca circa Arcos; in ditione Jerez locis Cortijo del Pino, ad Rancho de Tempul et alibi. Forma le- guminibus dextrorsis quoque prope Jerez ad Viñas de Torrox et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, regione mediterranea im- primis occidentalis; var. muricata in Gallia australi, Hispania, Lusitania, Imperio maroccano. 1.394.—M. Murex 13114. Var. spherocarpa Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 385.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 65.—M. spherocarpa Bertol., Amen., p. 91.— Moris, Flor. Sard., 1, p. 446, t. 46, A.! Hab. in arenosis herbidis regionis inferioris: in vicinitati- bus Cádiz (Daf.); prope Algeciras (Fritze, Winkler, Reverch.); inter Gibraltar et San Roque (Dautez).—O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea Europe et Africe borealis. 1.325.—M. arabica A//. Elor. ped. 1, p. 315.—Vk. et Lge., 1. c. 111, p. 386.—M. poly- morpha 7. arabica L. Sp., pl., p. 1098.—M. maculata Willd., Sp. 111, p. 1412.—Moris Flor. Sard. 1, p. 449, t. 50! Hab. in arenosis herbidisque humidis regionis inferioris, prope Santicar (Colm.)—0. Apr., Maio. (u. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, - Algeria. : 1.326.—M. hispida Gertn. Fruct. 11, p. 349. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 386.—Vulg. Ca- rretón. (469) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 249 Var. 6. denticulata.—M. denticulata Willd., Sp. 1, p. 1414.— M. polycarpa y. denticulata Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 390. —Glabra, caulibus prostratis; stipulis pectinato- multifidis; foliolis obcordato-cuneatis; pedunculis tri-octo- floris fulio brevioribus; leguminibus mediocris 5-6 mm. lat., semper (in specim. a me lectis) sinistrorsis, glabris, utrinque planis, 2-3-cyclis, faciebus reticulato-venosis, margine tenui, utringue sulcato, distiche spinoso, spinis subulatis medium diametrum leguminis subequantibus, divergentibus, basi canaliculatis, apice hamatis. Hab. in arenosis incultis locisque herbidis regionis inferio- ris: in Gibraltar (Pourr.); circa Sanlúcar (Colm.); ad Pinar de la Dehesilla prope Chiclana.—O. Apr., Maio. (v. v.) Var. y. lappacea.—M. lappacea Desr. in Lam., Dic. 111, p. 637. —M. denticulata $. lappacea Moris, Flor. Sard. 1, p. 447, t. 48M. lappacea a. iricycla Gr. et Godr., 1. c.—Glabra v. pilosiuscula, caulibus prostratis v. adscendentibus; sti- pulis laciniatis; foliolis obovato-v. obcordato-cuneatis; pe- dunculis uni-quinquefioris folio brevioribus; leguminibus majusculis 7-9 mm. lat., laxe cochleatis, semper (apud “ 108) sinistrorsis, glabris, utrinque planis, 3-4 cyclis facie- bus arcuato et reticulato-venosis, margine tenui obtuso, utrinque profunde sulcato, distiche spinoso, spinis subu- latis, divergentibus, basi canaliculatis, apice hamatis. Variat pedunculis muticis v. aristatis et spinis medium diametrum leguminis superantibus v. eo brevioribus. Hab. in regione inferiore, ubi in pratis, graminosis, herbi- dis, inter segetes per omnem fere provinciam provenit hue illuc abundans: ad Castillo de Puntales circa Cádiz; inter Vejer et Conzl; in pago Fascinas prope Tarifa; ad Ranchos de Bena- z0ina prope Jimena; ad Cortijo de Pozo-dulce circa Medina; in Cortijo de Gédula circa Arcos; in ditione Jerez ubi vulgatissi- ma, etin aliis locis.—(v. v.) S-var. da —M. lappacea p. pentacycla Gr. et Godr., 1. c. —Differt a precedente leguminibus 5-7-cyclis AE S-10 mm. lat. Variat spinis longioribus (M. pentacycla DC. Cat. Mons., p. 124) et multo brevioribus (1. terebellum Willd., Sp. 11, p. 1416). 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (410) Hab. in eisdem locis seepe cum preecedente mixta, sed for- ma longeaculeata quam breviaculeata (M. terebellum). multo frequentior.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia orien- tali, centrali et occidentali, Abyssinia, Africa boreali, Cana- riis, Madera, Azoricis. 1.327.—M. coronata Desr. In Lam. Dict. 111, p. 634.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 389.— Wiki et Lee. Cp Se Hab. in arenosis maritimis locisque rupestribus regionis inferioris: circa Cadiz (Duf.); in Gibraltar (Kel.)—0. Maio, Junio (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea Europe ferée omnis, Asia occidentalis. 1.328.—M. minima Lam. g major Moris, Flor. Sard. 1, p. 451.—M. polymorpha H. recta Desf., Flor. atl. 11, p. 212.— M. mollissima Roth., Cat. bot. n1, p. 74.—Medica echinata hirsuta J. Bauh., Hist. 11, p.386,. 1C.!—Molliter villosa, caulibus patentibus erectisque; sti- pulis subintegris; foliolis parvis fol. inferiorum obcorda-. tis, ceeteris obovato-cuneatis, pedunculis folio seepe bre- vioribus uni-trifloris; leguminibus laxe cochleato-subglo- bosis, 3-4 mm. diam., pilosiusculis, 3-5-cyclis, faciebus leviusculis, margine tenui, utrinque late sulcato spinoso- que, spinis subulatis, hamosis, patentibus diametrum leguminis subequantibus, basi canaliculatis, bicruribus, crure posteriore ex nervo margini parallelo oriundo. Va- riat lesuminibus dextrorsis aut sinistrorsis. Hab. in arenosis, rupestribus collibusque aridis regionis inferioris: in Pinar de Hierro prope Chiclana; in loco dicto Las Canteras ad Puerto Real; in collibus circa Castellar; in Cerro de las Aguilillas et in Las Canteras del Pino a Jerez et alibi.—O. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr. El in Europa media et australi, Asia occi- dentali, Abyssinia, Africa boreali, Canariis, Madera. 1.329.—M. disciformis DC. Cat. Monsp., p. 124.—Gr. et Godr., Flor. Er. 1, p. 388.—Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 388. , (471) | Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 251 Hab. in arenosis ad oram maris, in isthmo Gaditano ts ) O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea ona et Asis fere omnis. Trigonella /. 1.330.—T. monspeliaca £. Sp. pl., p. 1095.—Brot., Flor. lus. 11, p. 117. —Waldst. et Kit., Hist. pl. Hung. 11, t. 1421 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 389.—Secu- ridace genus triphyllon J. Babu., Hist. 11, p. 373 ic.! Hab. in arenosis locisque aridis regionis inferioris: prope Chiclana (Chape!, Bourg.); in ditione Jerez locis Canteras del Pino, Sierra de Gibalbin et alibi.—O. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Ononis /. 1.331.—0. campestris Koch et Ziz. Cat. Pal., p. 22.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 392.—0. spinosa «. L. Sp. pl., p. 1006 non Cav. Hab. in arenosis, ruderatis, ad margines agrorum regionis inferioris: in Gibraltar (Talbot); circa Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); prope 4 ¿cald et ad Medina tula ); circa Sanlúcar (Colm.)—2. Jun., Aug. (N. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis. 1.332.—0. antiquorum Z. Sp. pl., p. 1006.—Reichb., Ic., 1. c., t. 2098! —Wk. et Lge., ]. C. 111, p. 393.—0. spinosa Cav. Preel., p. 533.—Vulg. Gatuña. Hab. in arenosis calcareisque cultis regionis inferioris: pro- pe Espera; ad Cortijo del Chorradero circa Paterna; in Cortijo del Pino et ad Sierra de Gibalbin ditionis Jerez et alibi.—4, 5. Maio, Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 1.333.—0. pinnata Brof. Flor. lus. 11, p. 99. —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 395! —Molliter patuleque viscido-villosissima, radice perpendiculari, longa, 252 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (£72) subsimplici; caule erecto 40-90 centim., robusto, angulato, a basi ramulos numerosos, alternos fioriferos edente; stipulis subrhombeo-ovatis oblongisque, obtusissimis, ad apicem den- tatis, petiolo longé adnatis; foliis inferioribus 5-9-foliolatis, mediis 3-foliolatis, floralibus 1-foliolatis efoliatisque bractea- ceis, foliolis caducis, obovatis, cuneato-oblongis v. obcordato- cuneiformibus, fere a basi argute dentatis; floribus 14-16 mm., dense racemosis, longiuscule pedicellatis, calycis tubulosi la- ciniis anguste lanceolato-acutatis tubo duplo v. subduplo lon- vioribus, vexillo roseo, apiculato calyce triente longiore et carinam alasque albas apice rotundatas quoque lenge supe- rante; legumine juvenili (maturum non vidi) glanduloso- villoso, pluri-ovulato. Planta in vivo speciosa, digna coli. Hab. in arenosis humentibus silvaticisque regionis inferio- ris sed rara: prope A/geciras (Schott); in preedio dicto Za Al- garda circa Santúcar.—O. Junio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—-Lusitania. 1.334.—0. leucotricha Coss. Pl. crit., p. 34.—Wk. et Lge., l. C. 111, p. 396. Hab. in aridis incultis regionis inferioris: circa Cadiz (Schousb., Duf.); prope Puerto de Santa Marta (Schousb.); ad Convento de la Piedad (Bourg., Colm.), in Sierra de San Cris- tobal ad Las Canteras.—O. Jun., Jul. (v. v.) War Bol Hab. in arenosis regionis calidee, ubi in Dehesa Monte del Medio prope Véjer die 4 Junii 1881 specimina incompleta legi, que preecedentis etsi valde proxima tamen differunt, statura minore 10-15 centim.; foliis inferioribus seepe trifoliolatis; fo- ribus pauló minoribus, calycis laciniis latioribus, minus hir- sutis, aliisque notis. Ar. geogr.—0O. leucotricha in provincia Gaditana hucusque tantum detecta. 1.335.—0. Picardi Botúss. Voy. bot. 11, p. 154, t. 451 —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 396.— Debeaux, Hor. Gb: poor Planta quoad staturam foliorum figuram magnitudinemque, longitudinem ramorum racemorumque, et forum dimensio- nes satis variabilis. A (473) Perez Lara.— FLORULA GADITANA. 253 Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque si!- vaticis maritimis preesertim, huc illuc frequens: in quercetis supra San Rogue (Boiss.); in vicinitatibus Cadiz (Picard); ad Chiclana (Colm.); in Panar de la Dehesilla; prope Gibraltar et ad Sierra Carbonera circa San Rogue (Dautez); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.); in P2nar de Villanueva prope Puerto Real; in pineto prope Chipiona; ad radices sep- tentrionales montis Sierra de Dos Hermanas ditionis Jerez et alibi.—(O. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania austro-occidentalis. 1.336.—0. Bourgei Boiss. el Reut. | ! Pug., p. 31.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 396.—0. Picard: var. Coss. ap. Bourg. pl. exs. n. 1822. : Forsan non nisi precedentis varietas, quod ex speciminibus male conservatis et incompletis que vidi, «egre dijudicari potest. | Hab. in arenosis regionis inferioris: circa Cadiz (Fauché, Bourg,); prope Chiclana (Chape!); prope 47cos (Reut.); in pine- tis circa Sanlúcar (Reut., Colm.)—0O. Maio, Junio (v. s.) Ar. geogr.—Lusitania australis. ] 1.337.—0. Cossoniana Boiss. ef Rent. Pug., p. 33.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 397.—0. difusa Coss., Pl. crif., p. 39 non Ten.—Papilloso-puberula et stipitato-glan- dulosa in parte superiore preesertim, caulibus diffusis v. ads- cendentibus, patule ramosis, unifariam alterneque viscido-. villosis, 12-30 centim.; foliis trifoliolatis, breviter petiolatis, foliolis obovatis v. oblorgo-cuneatis, argute serratis, termi- nali petiolulato paulo majore; stipulis ovato-acuminatis, basi amplexicaulibus, nervosis, inciso-dentatis, inferné submem- branaceis; racemis terminalibus, oblongis, mox oblongo- eylindricis laxiusculis, bracteis inferioribus tri-v. unifoliola- tis foliis similibus, ceteris ovato-acuminatis integris; floribus 11-13 mm., brevissimé pedicellatis, calycis glanduloso-hirti laciniis lanceolato-acutatis, demum latioribus et feré oblongo- aut triangulari-acuminatis, basi 7-nervis, tubo paulo longio- ribus, corolla rosea brevioribus; legsumine ovato-rhombeo, 8 mm. long.et5lat., calycem subequante, puberulo, 2-3-sper- mo, seminibus subglobosis, 3 mm., leevibus. 251 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (474) Hab. in arenosis a mare non dissitis; prope Cadiz (Dulf., Picard, Boiss., Colm.); ad Puerto de Santa Maria (Bourg.!); circa Sanlúcar (Bourg., Colm.) ad Bonanza; prope Algeciras (Winkler).—O. Maio, Junio (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Mauritania Tingitana. 1.338.—0. hirta Desf. Hort. Par.—DC., Prodr. II, p. 163.—Coss. Pl. crif., p. 35.—= Boiss. et Reut. Pug., p. 33.—Boiss., Flor. or. 11, p. 63.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 398.—Crispato-villosa, caulibus adscendenti- bus diffusisve, patule ramosis, 10-30 centim.; foliis breviter petiolatis, infimis uni-ceteris tri-foliolatis, foliolis obovatis v. oblongo-cuneatis, arguté denticulatis; stipulis subsemiorbi- cularibus, parvis, basi amplexicaulibus, dentatis; floribus folio unifoliolato parvo stipitatis, laxe racemosis, calycis laci- niis lanceolatis, demum latioribus, glanduloso-hirtis, tubo crispato-villoso duplo v. subtriplo longioribus, corolla rosea subeequilongis; legumine ovato, 4-5 mm. long. et 2-3 lat., calyce breviore, hirtulo, 3-4-spermo, seminibus quam speciei preecedentis dimidio minoribus, leevibus. | Hab. in argillosis argilloso-calcareisque incultis regionis inferioris: prope Alcalá de los Gazules (Bourg,); in Abiertas de Caulina circa Jerez.—Q. Apr., Maio. (v. v.) £. prostrata Wk. et Lge., 1.c.—0. betica Clem., Ens., p. 291.— O. serrata g. prostrata Boiss., Voy. bot. 11, p. 153. | Hab. in siccis, prope Sanlúcar et ad Puerto de Santa Maria (Clem.)—(n. v.) Ar. geogr.—Hispania austrialis, Asia mediterranea. 1.339.—0., diffusa Ten. Flor. neap., Prodr., p. 41.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 398.— Debeaux, Flor. Gibr., p. 59.—Densé breviterque pubescenti- hirta, pilis plerisque apice glanduliferis; caulibus diffusis v. adscendentibus, ramosis, 10-40 centim.; foliis breviter petiola- tis, trifoliolatis, foliolis obovato-cuneatis, ad apicem serratis; stipulis petiolo paulo brevioribus, ovato-lanceolatis v. ovato- acuminatis, integris denticulatisve, nervosis; racemis termi- nalibus demum laxis elongatisque, bracteis inferioribus tri-v. unifoliolatis foliis similibus, ceteris uni-v. efoliolatis, floribus. (475) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 055 3-10 mm. long., subsessilibus; calycis glanduloso-hirti laci- niis lanceolato-acuminatis, demum latioribus et oblongo-aut triangulari-acuminatis, basi 7-nerviis, tubo triente v. subdu- plo longioribus vexillo roseo et carina alisque albis subbre- vioribus; legumine rhombeo-elliptico, 6-7 mm. long. et 4 laf., calycem «equante, puberulo, 2-5-spermo, seminibus subrotun- dis, fere 2 mm., tenuiter «equaliterque (sub lente) tuberculato- scabris. Subsequentis valde affinis et forsan tantum varietates ejusdem. Hab. in arenosis maritimis: inter Gibraltar et San Rogue (Salzm., Kel., Dautez); prope Sanlúcar (Colm.); circa Algeciras (Reverch.); in loco Za Puntilla ad Puerto de Santa Maria.— O. Maio, Julio. (v. v.) | Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea ferée omnis. % 1.340.—0. serrata Forsf. y. major Lange Pug., p. 301.—Wk, et Lge., 1. c. 111, p. 398. Hab. in arenosis maritimis: ad Puerto de Santa Maria in loco El Coto (Bourg); prope Cadiz et circa Chiclana (Colm.)= O. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Italia, Africa borealis, Canarie. 1.341.—0. mitissima 2. Sp. pl., p. 1007.—Brot., Flor. lus. 11, p. 97.—Wk. et Lge., ICA PESO O: Hab. in regione inferiore, ubi in dumosis, silvaticis, locis- que incultis subhumidis, solo argilloso precipue, huc illue abundanter occurrit: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Bourg.); in vicinitatibus Cádiz (Duf.); circa San Rogue (Boiss.) in Sierra Carbonera (Dautez); in Gibraltar (Kel.); circa A Ige- ciras (Reverch.); inter Alcalá et Algar; in ditione Jerez in co- llibus ad Viñas de Torrox, ad Arroyo del Albaladejo, Dehesa de Gigonza ubi abundantissima, Mesas de Bolaños et in aliis locis. —(0D. Apr:, Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Lusitania, Madera, Canarize. 1.342.—0. filicaulis Salom. Boiss., Voy. bot. 11, p. 153, t. 46, A.I—Wk, et Lge., 1. c. 111, 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (116). p. 399.—Patule villosula et preeterea stipitato-glandulosa, cau- libus diffusis aut adscendentibus, gracilibus, 10-30 centim., parum ramosis; foliis breviter petiolatis, inferivribus sepe foliolo unico, reliquis ad flores infimos usque trifoliolatis, floralibus superioribus parvis plerumque unifoliolatis, foliolis elliptico-oblongis aut obovato-subcuneatis, basi excepta serra- tis, lateralibus intermedio petiolulato duplo minoribus; stipu- lis herbaceis, plus minusve denticulatis, basi semiample- xicaulibus, inferioribus oblongis, ceteris ovatis; floribus 8-10 mm., subsessilibus, in capitula densa, pauciflora, dispo- sitis, lore infimo subremoto, calycis villosi et stipitato-glan- dulosi laciniis lanceolatis, acutis, mox latioribus, 3-5-nerviis, tubo duplo triplove longioribus, vexillo roseo et carina alis- que albis subeequilongis; legumine... Hab. in herbidis incultis, pascuis*locisque montosiz et —silvaticis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Bourg); circa San Roque (Ball); in loco Z/anos de Caulina prope Jerez et quoque in ditione hujus sed longissime urbis nempe, in predio Dehesa del Abanto inter montes Cortes et Jimena oppidulorum sito.—O. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania australis, Africa boreali-occidentalis. 1.343.—0. Salzmanniana Bo1ss. eb Reut. Pug., p. 34.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 399.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 60.—0O. monophylla Boiss., Voy. bot. 11, p. 154 non Desf.—0O. alopecuroides var. trifoliolata Coss., Pl. crit., p. 33. Hab. in herbidis humentibus regionis inferioris: circa 714- rifa (Pourr.); prope San Rogue (Schoubs., Boiss., Reut.) in Sierra Carbonera (Dautez); prope A/cald (Bourg); ad 4 lgeciras (Reverch.); in arvis ad Laguna de Torrox prope Jerez.—0. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis, Imper. Maroc-= canum. PI 1.344, —0. alopecuroides Z. Sp. pl., p. 1008.—Reichb., Ic., Flor. germ. xx1, t. 20951— Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 400. Hab. in arvis regionis inferioris: circa San Rogue et ad Ta- rifa (Brous.); prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); in vici- nitatibus Cádiz (Webb).—0. Maio, Junio. (n. v.) a (417) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 257 Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior fere omnis. E 1.345.—0. saxicola Boiss. el Reut. Pug., p. 32.—Wk. et Lge:, 1. c. 111, p. 400. Hab. in umbrosis regionis montanee, ad latus septentrio- nale montis Cerro de San Cristobal prope Grazalema (Reut.)— $. Junio (n. v.) . Ar. geogr.—Planta rarissima quoniam a nemine recentio- rum visa est. 1.346.—0. Tournefortii Coss. Pl. crift., p. 34.—WKk. et Lge., 1. C. 111, VD. 402.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 60.—0O. gadensiís Pourr. ex Colm. Hab. in arenosis a mare non dissitis: prope Cádiz (Tourn., Salv., Duf.); inter San José et Castillo de Puntales (Lange); ad Castillo de Santa Catalina et circa Puerto de Santa Maria (Bourg.!, Colm.); inter Gibraltar et San Rogue (Schousb., De- beaux).—(O. Apr., Maio. (v. s.) Ar. geogr.—Hispania Gaditana, Mauritania Tingitana. 1.347.—0. variegata L. Sp. pl., p. 1008.—Desf., Flor. atl. 11, p. 142, t. 1851—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 402.—0. aphylla Lam. Dict. 1, p. 509.—-4 nonts lutea, Trizaginis folio, maritima Barr., Plant. ic. 776! Hab. in arenosis maritimis: in Gbraltar (Brous., Webb., Boiss., Colm., Reverch.); inter Gibraltar et San Rogue (Willk., Kel.) et ad Sierra Carbonera (Dautez); ad Puerto de Santa Ma- ita (Gutiérrez); circa Cádiz (Bourg.!, Colm.); ad Tarifa in La Isleta (Laguna); inter Cádiz et San Fernando (Winkler).—0O. Apr., Maio. (v. $.) s. ertoclada DC., Prodr. 11, p. 165. Hab. in arenosis, circa Gibraltar (Durand ex DC.) —(n. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea feré omnis. 1.348.—0. reclinata Z. B. minor Moris, F;or. Sard. 1, p. 422.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 152. —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 405.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 61.—0. Cherleri Desf., Flor. atl. 11, p. 148.—0. mollis Lag. Gen. et sp. p. 22. ANALES DE HIST. NAT. —XxI. dd 298 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ( (478) Hab. in arenosis rupestribusque dumosis, et collibus aridis regionis inferioris: in G2braltar (Boiss., Winkler, Dautez); in- ter Gibraltar et San Roque (XKel., Dautez); in collibus prope Castellar; in Pinar de Villanueva prope Puerto Real—0. Apr., Maio. (V. V.) Ar. geogr.—Spec. in Europa occidentali et australi, Asia, occidentali, Abyssinia, Africa boreali, Canariis, Madera. 2.349.—0. pendula Desf. Flor. atl. 11, p. 147, t. 191! —Boiss., Voy." bot. 11, p. 153. Ball Spic., p. 408. —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 405.—0O. Schowwtz DC., Prodr. 11, p. 162.—Guss., Flor. Sic., Prodr. 11, p. 383. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in pascuis, dumetis et sylvestribus montosis huc illuc frequenter prove- nit: prope Puerto Real (Boug.); circa Algeciras (Winkler); in vicinitatibus Grazalema; ad radices occidentales montis Sierra del Caos supra Benaocaz; in montibus inter Z/brique et A lgar; ad Puerto de las Palomas circa Alcala; in loco Llanos de Cau- . lina prope Jerez et quoque in ditione hujus sed longissimé ab urbe, nempe ad Casíillo de Tempul, in montibus Dehesa de la A lcaria, Dehesa de Garcisobaco, Dehesa de los Castillejos et ali- bi.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Africa boreali-occi- dentalis. 1.350.—0. pubescens L. Mant., p. 267.—Wk. et Lge. 1. c. 11, p. 405.—0. Calycina Lam., Dict. 1, p. 506.—0. arthropodia Brot., Flor. lus. 11, p. 94 et Phyt. Lus. 1, p. 141, t. 58! Hab. in collibus aridis, rupestribus arenosisque regionis inferioris: prope San Rogue (Boiss.); in monte Gibraltar! (Kel., Dautez, Reverch.) circa Puerto de Santa Mata ad Convento de la Piedad (Bourg.!); in loco dicto Zas Canteras ad Puerto Real. MAP Ja (e veletis:) Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. 1.351.—0. crotalarioides Coss. P]. crit., p. 155.—Wk. et Lee., 1. c. nx, p. 407. —Debeaux, Flor. o pol > FEE y A Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 259 Hab. in rupestribus regionis inferioris, prope Algeciras (Winkler).—O. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. 1.352,—0. viscosa L£. Sp. pl., p- 1009.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 151.—Vulg. Melo- sulla. ) Species quoad staturam, indumentum, foliorum figuram, pedunculorum longitudinem, calycis laciniarum formam, co- rollarum magnitudinem coloremque, et leguminum dimen- siones valde polymorpha, et in varietates etsi bene definitas haud facile distinguenda, tanquam communes tamen forme sequentes notari possunt. Omnes apud nos plus minusve odo- rem semper fotidum subhircinum spirant. «“. genuina Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 407.—0. viscosa Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 370.—Anonis lutea, viscosa latifolia minor, fiore pallido Barr., Plant. ic. 1239!—Tota stipitato-glan- dulosa, viscosa, caule erecto, ramoso, 15-50 centim.; un- dique aut seepe alternatim unifariam villoso; foliis infe- rioribus floralibusque unifoliolatis, mediis trifoliolatis, foliolis ellipticis, oblongis lanceolatisque, argute serrula- tis; stipulis nervosis parte libera triangulari-v. ovato lan- ceolata, acuminata, seepe interrima, petiolum «equante v. superante; pedunculis axilaribus, unifloris folio longiori- bus, longe aristatis; floribus erectis v. cernuis, 10-14 mm., calycis laciniis lanceolato-subulatis, tubo profunde striato duplo triplove longioribus, corolla lutea, vexillo calyce triente longiore, rubenti-v. purpureo-striato; legumine cylindrico, subinflato, calyce longiore, glanduloso-villoso, 10-15 mm. long., seminibus reniformi globosis, minute tuberculatis. Variat promiscué foliis omnibus unifoliola- tis, pedunculis plus minusve aristatis, interdum muticis, folium subequantibus v. eo brevioribus, corollee vexillo omnino luteo. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, collibus arvisque -siccis huc illuc frequenter occurrit: ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez!); in ditione Jerez (Clem.); ad Castillo de Tempul et circa Torrecera; prope San Rogue (Boiss.); in Gibraltar (Kel., Dautez); al Puerto Real et circa Alcala (Bourg); prope Sanlú%- 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (480) car (Colm.); in collibus ad 4/gar; in Molino de la Calera peo Arcos et alibi.—0O. Apr., Jun. (v. v. ets.) £. fetida Debeaux, Flor. Gibr., p. 61.—0. feetida Schousb., DC.,, Prodr. 11, p. 161.—Lange, Diag. pl. nov. 1, p. 240 (1878). — Rouy. in Bull. Soc. Bot. Fr. xxxv, p. 32.—0. porrigens Salzm. Exs.—Ball Spic., p. 406 (pro subsp.) —Differt a for- ma typica foliis seepe angustioribus, acutiusculis, corollis. vexillo roseo aut purpureo, alis dilute roseis carinaque ochroleuca, legumine calyce subduplo longiore 15-18 mm. long. Variat promiscue foliis omnibus unifoliolatis, plus minusve glanduloso-pilosis, pedunculis breviter aristatis v. muticis, foribus 12-16 mm. Hab. in collibus aridis, dumosis locisque incultis regionis inferioris: prope 4A/geciras (Winkler, Reverch.); in Dehesa de los Luguillos ditionis Jerez.—(v. v.) 7. brachycarpa Wk. et Lge., 1. c.—0. brachycarpa DC., Prodr. 11, p. 160.—Cut. y Amo, Man. bot., p. 141.—Differt a preece- dentibus foliis seepe latioribus, calycis laciniis lanceolatis corollam subequantibus obtusiusculis, legumine calyce subbreviore. Variat indumento glanduloso-villosissimo, internodiis brevioribus foliis ideoque confertioribus, fo - liis interdum omnibus unifoliolatis, pedunculis breviter aristatis aut muticis folium subequantibus v. eo brevio- ribus, corollis luteis aut feré omnino roseis. Hab. in pascuis, collibus siccis et ad margines agrorum re- gionis inferioris: prope A/cald in loco dicto Peñarpada; in di- tione Jerez locis Mesas de Bolaños, Dehesa de Gigonza, Ranchos de Roboatún et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Var. a. in Lusitania, Hispania, Gallia medite- rranea, Italia; £. in Hispania et in Africa boreali-occidentali; 7. in Hispania centrali et mediterranea. 1.333.— 0. breviflora DC. Prodr. 11, p. 160.—Boiss., Flor. or. 11, p. 60.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 408.— Debeaux, Flor. Gibr., p. 63.—0. viscosa a L., Sp. pl., p. 1009.—0. viscosa var. brevislora Vis., Reichb., E be 2103, f. 21—0. longeds istata Presl., Flor. ic. 1, > 19, : A O AE o Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 261 Hab. in rupestribus regionis inferioris, prope Sas Rogue (Dautez).—0O. Maio, Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio feré omnis mediterranea. 1.354.—0. hispanica Z. Al. Suppl., p. 324.—DC., Prodr. 11, p. 159. —Wk. et Lge., 1.c. ni, p. 408.—0. Vatriz 3. microphylla Boiss., Flor. or. 11, p. 59. Hab. in arenosis a mare non dissitis, prope Sanlúcar (Clem. ex Willk.)—5. Jan., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania mediterranea, Baleares, - Sicilia, Creta, Asia minor. 1.355.—0. ramosissima Desf. Flor. atl. 11, p. 142, t. 186! —0. ramostss. a. vulgaris Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 3/0.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 409.—0. hispanica Brot., Flor. lus. 11, p. 93 ex p.—Anonis lutea viscosa, minor, marina, latifolia hispanica Barr., Plant. ic. 1105! Hab. in arenosis maritimis: prope Cadiz (Tourn., Salv., Colm.); circa Sanlúcar (Clem.); ad Castillo de Santa Catalina inter hiota et Puerto de Santa Marta (Bourg.!)—5. Apr., Sept. (v. 8.) £. gracilis Gr. et Godr., l. c.—Wk. et Lge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 62.—0. Gribraltarica Byiss., Voy. bot. 11, pa l0st. 431 Hab. in arenosis a mare finitimis: in Gibraltar et inter G2- braltar et San Roque (Boiss., Willk., Kel., Dautez, Reverch.); ad Rito Barbate prope Véjer.—(v. v.) ! Ar. geogr.—Spec. in regione mediterranea occidentali, Lu- sitania, Canariis; var. £.in Hispania etin Gallia mediterranea. 1.356.—0. Natrix £. -Sp. pl., p. 1008.—Reichb., lc., 1. c., t. 2106, f. 11—0. Vatriz a. Major Boiss., Voy. bot. 11, p. 149.—Wk. et Lge., 1l. c. ni, p. 410.—0. pinguis L., 1. c., p. 1009.—Brot., Flor. lus. 11, p. 93. —0. hispanica Brot., l. c., ex p.—Vulg. Melosa, Melera, Mata- MOSCAS. : Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis argilloso-calcaraeisque incultis, pascuis et collibus siccis huc illuc satis frequens: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 5 (482) Bourg.!) in loco E/ Colo; prope Sanlúcar, in vicinitatibus C4 - diz, etad Chiclana (Colm.), in Cerro de Santa Ana; prope Vejer (Lasuna); in Sierra de San Cristobal inter Jerez et Puerto de Santa Maria; in Dehesa de la Nava prope Algodonales; in loc» - Los Espartales prope Alcala; in Sierra del Calvario supra Bor- nos; in Sierra de Gibalbíin ditionis Jerez et in aliis locis.— . Mart., Aug. (v. y, eb s.) 8. media Boiss., l. c—Wk. et Lge., 1. c.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 62.—0. picta Desf., Flor. atl. 11, p. 144, t. 187 Hab. in eisdem locis, ubi pariter frequens.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia medi- terranea, Africa boreali; var. g£. in Hispania mediterranea, Africa boreali-occidentali, Canariis. 1.337.—0. tridentata Z. | Sp. pl., p. 1009.—Cav., le. 11, p. 41, t. 152: —0. trident. a. 4ñ- gustifolia. 6. dentata Wk. et Lgee., 1. c. 111, p. 413. Hab. in salsuginosis collibusque aridis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Maria (Clem., Willk.)—2. Jul., Aug- (iS) Ar. geogr.—Hispania. TRIB. GENISTEA R. Br. Retama 5001ss. 1.398.—R. monosperma Bot%ss. | Voy. bot. 11, p. 144.—Webb Ot. hisp., p. 25, ft. 17! —WKk. et Lge., l. c. 1, p. 418.—Spartium monospermum L., Sp. pl., p. 995.—Brot., Flor lus. 11, p. S9.—GFentsta monosperma Lam., Dict. 11, p. 616.—Spartium mm hispanicum Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 103, ic.!—Vulg. Retama blanca. Hab. in pascuis et collibus arenosis a mare non dissitis. ubi huc illuc abundat: prope Cádiz! (Clus., Salv., Osbeck Clem., Cabrera, Webb, Boiss., Willk., Bourg.., Colm., Lange. Fritze, Winkler); circa Puerto Real (Clem.); prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez!, Clem.!, Webb, Wil'k, Bourg., Colm., Lange) in loco E/ Coto etin Sierra de San Cristobal; circa (483) --— Perez Lara. —FLORULA GADITANA. oa Sanlúcar (Clem., Cabrera, Colm.) juxta Bonanza (WiUk.); prope San Fernando (Wilk., Laguna) in Dehesa de la Carne et in Cerro de los Martires; in Gibraltar (Hoeos., Boiss., Willk, Kel.); in Sierra Carbonera prope San Roque (Dautez); inter Chigpiona et Rota et alibi.—5. Jan., Mart. (v. v. et 8.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes, Africa boreali- occidentalis. 1.339.—R. spheerocarpa B0%ss. Voy. bot. 11, p. 144.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 419.—Spartium spherocarpum L., Mant., p. 571.—Desf., Flor. atl. 11, p. 129.— Cav., Anal. cienc. nat. 1v, p. 54.—Brot., Flcr. lus. 11, p. 84.— Genista spherocarpa Lam., Dict. 11, p. 616.—Boelva spherocarpa Webb, 0%. hisp., p. 21, t. 15! —Spartium 11 hispanicum Clus., l. e. 1, p. 102, ic.!—Vulg. Retama. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis incul- tis, collibus siccis, dumosis et silvaticis hue illuc vulgatissi- ma: in ditione Jerez (Clem.) ad Torre de Melgarejo (Laguna) in Dehesa de la Sierrezuela, Dehesa de la Arenosa, Ermita del Mimbral et alibi; prope Alcala de los Gazules (Cabrera!); circa Puerto- Real (Bourg.!); ad Sanlúcar (Colm.); in loco Puerto del Moro inter Zahara et Grazalema (Laguna); prope Arcos in Sierra de Aznar, Tablellina et La Pedrosa; circa Medina in Dehesa del Faznate; ad Puerto del Timón prope Prado del Rey et in aliis locis.—5b. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occiden- talis. Spartium L. 1,360.—S. junceum L. | k Sp. pl., p. 995.—Brot,, Flor. lus. 11, p. 84.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 419.— Genista Jjuncea Desf., Flor. atl. 11, p. 137.— Spartianthus junceus Link, Enum. pl., Berol. 11, p. 223.— Reichb. lc., Flor. germ. xxI, t. 2069! —Spartium Dioscoridts Genista Plinti Clus., Rar. pl., hist. 1, p. 102, ic.!-—Vulg. Fa- yumbo. so BR Hab. in collibus aridis, locis silvaticis et ad sepes regionis inferioris: in Gibraltar! (Talbot, Kel.); prope Sanlucar (Colm.); ad San Roque et circa Algeciras (Dautez), circa Zahara; in 261 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (484) loco dicto Las Canteras prope Puerto Real et alibi.—5. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canari.e. Erinacea Boss. 1.361.—E. pungens B0%ss. Voy. bot. 11, p. 1451 —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 420.—4nthy- ] llis Erinacea L., Sp. pl., p. 1014.—Desf., Flor. atl. 11, p. 152.— Erinacea Clus., Rar. pl., hist. 1, p. 107, ic.!.—Vulg. Ahulaga MErina. | Hab. in rupestribus calcareis regionis montanee et subal- pine: supra Grazalema in Cerro de San Cristobal (Clem., Hens.!) ad Puerto del Boyar; in Sierra del Pinar supra Bena- mahoma (Laguna); in Sierra del Caos ad Benaocaz; in Monte- Prieto circa Zahara, in Sierra de Libar inter Ubrique et Cor - les.—5b. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar: geogr.—Hispania, Gallis Pyren«ei orientales, Corsica, Africa boreali-occidentalis. Genista DC. 1.362.—G. scorpioides Spach. Ann. sc. naf., 1844, p. 276.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 424. Hab. in dumosis regionis inferioris: circa Alcala de los Ga- zules et ad Puerto-Real (Bourg.); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.)—5. Mart., Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania austro-occiden— talis. 1.363.—G. triacanthos Brof. | Flor. lus, 1, p. 89 et Phyft. Lus. 1, p. 130, t. 541—WKk. et Lge., 1. c. 1, p. 425.—(. rostrata Lam., Enc. Suppl. 11, p. 719. Vulg. Ahulaga morisco. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in ericetis, colli- - bus dumosis locisque silvaticis huc illuc abundanter occurrit: prope Algeciras (Clem., Colm.); in vicinitatibus Cadiz (Duf.); circa Medina et inter Chiclana et Conil (Willk.); circa Puerto - IS (485) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 265 Real (Colm.); prope Vejer ad Barbate et in Sierra de Luna di- tionis Los Barrios (Laguna): in pinetis prope Chiclana; in montibus prope Grazalema et in Sierra de Albarracín circa Benaocaz; in Dehesa del Juncoso urbis Arcos; in Peñón de Laga- rin prope El Gastor; in ditione Jerez ubi in montibus Dehesa de la Jarda, Dehesa del Quejigal, Charco de los hurones et alibi abundaf.-—5. Mart., Aug. (v. v.) £. galioides Spach., Ann. sc. nat., 1. c., p. 275. Hab. in eisdem locis cum precedente: in Sierra de Luna ditionis Zos Barrios (Laguna); in collibus supra A/geciras (Ball.); in Dehesa del Quejigal et Dehesa del Corchadillo ditio- nis Jerez et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispanía occidentalis et australis, Mauritania Tingitana. 1.364.—G. Winkleri Lange. Diag. pl. nov. (1878), p. 236. Hab. in collibus dumosis regionis inferioris, ad San Rogue (Winkler).—5. Apr., Jun. (n. v.) | Ar. geogr.—Hucusque in loco notato tantum detecta. 1.365.—G. gibraltarica DC. Prodr. 11, p. 148.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 143.—Spach, 1. c., p. 2/4.—WKk. et Lge., l. c. 11, p. 425.—Debeaux, Flor. Gibr., P- 59: Hab. in regione inferiore, ubi in rupestribus locisque are- nosis dumosis et silvaticis abundanter provenit: ad San Rogue (Brouss., Kel.) in Szerra Carbonera (Kel., Dautez); in Dehesa de la Almoraima versus Castellar (Boiss., Laguna); circa CA%- clana (Rodríguez!, Colm., Laguna) in Pinar de la Dehesilla; in vicinitatibus Cádiz (Duf., Picard): prope Alcala de los Gazules (Bourg'.); circa Algeciras in Sierra de Luna (Laguna, Winkler) et in Szerra del Saladillo; 1n Pinar de Villanueva prope Puer- to-Real; in Dehesa de Atrera urbis Arcos; in ditione Jerez in mortibus Dehesa de Garcisobaco, Dehesa del Corchadillo et alibi. Ape JU. (v. Ve. ebs.). £. brevipes.—Differt ramulis puberulis; floribus exsiccatione utin a. virentibus, fuscis rufescentibusve, breviter pedi- 265 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (486) cellatis; pedicello bractea duplo vel triplo et ultra bre- viore; bracteolis calycis laciniisque minute ciliatis; vexi- llo integro, subapiculato, sepe leviter puberulo ciliato- que. Ad €. Wainklertanam spectare videtur, etsi segmenti inferioris calycis forma adhuc tecedit. Hab. in collibus dumosis: in Dehesa del Torongil et Dehesa de la Alcaria ditionis Jerez; in loco Peñón de Merino prope Ubrique. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Mauritania Tingitana.. 1.366.—G. hirsuta Vaz!. Symb. 1, p. 51.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 143.—Wk, et Lge., e: up. 4261 Hxb. in arenosis dumosis et silvaticis regionis inferioris, sed haud frequens: prope Chiclana (Rodriguez!, Chape!); in vicinitatibus Cadiz (Duf.); prope Santuúcar (Bourg.!, Colm.); in Dehesa de Campano inter Chiclana et Contl.— . Mart., Jun. (v. v. ets.) 5. algarbiensis DC., Prodr. 11, p. 148.—G. Algarbiensis Brot., Flor. lus. 11, p. 89. Hab. in arenosis dumosis, in pinetis prope Puerto-Real (Bourg.)—(n. v.) 7. bracteosa.—G. pubescens Bourg. in herb. Chape!—Difert a forma typica spinis validioribus elongatis 25-45 mm.; foliolis lanceolatis acutis 12-20 mm. long. ef 4-6 lat; race- mis spicatis 45-60 mm.; floribus triente meajoribus, bra- ctea inferiore longée ta. calycem a vexillo apiculato equilonga. Hab. in pinetis, prope Sanlúcar ubi eam die 7 Apr. 1849, cl. Bourg. florentem legit. e. S.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania precipue centralis ev austro-occidentalis. 21.367.—G. germanica L£. Sp. pl., p. 999.—Reichb. Ic., l. c., t. 2086! —WKk. et Ha cp. 428. Hab. in regione inferiore, ad Puerto de Santa Marta (Gutié- rrez).—>. (v. 8.) U (487) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 267 Valde dubitandum est, an heec species a botanicis recentio- ribus in peninsula Iberica nusquam visa, in provincie Gadi- tan«ee regione inferiore, imo littorali crescat. Specimina pauca tamen in herbario horti Matritensis asservata et ad Puerto de Santa Maria a Gutiérrez ut videtur lecta, cum icone Reichen- bachiana et speciminibus germanicis sub n. 66 in herbario phanerogamico Wagneriano divulgatis congruunt; quamo- brem accuratius investigari debet ulterius num (E. germanica inter plantas gaditanas enumeranda veró an non. Ar. geogr.—In Europa media a Galli ia et Dania ad Italiam mediam et Rossiam usque. 1.368.—G. Scorpius DC. Flor. fr. tv, p. 498.—Reichb., Ic., l. c., t. 2082! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 430.—Aspalathus atter Clus., Rar. pl. hist. 1, Pp. 106 ic.! Hab. in collibus calcareis regionis inferioris, in monte Gibraltar (Lag.)—5. Febr., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Baleares, Corsica. 1.369.—G. Henseleri Boíss. No pot. po 141, 1. 39/—Wk. et Lge:, 1. e. 111, p. 432.= Debeaux, Flor. Gibr., p. 56. V Hab. in collibus siccis dumosis regionis inferioris: in G2- braltar (Kel.); ad San Roque (Dautez).—5. Maio. (a. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. 1.370.—G. cinerea DC. Flor. Fr. 1v, p. 494.—Gr. et Godr., Flor. Fr. 1, p. 393.— Reichb., Ic. 1. c., t. 20921--Wk. et Lge., l. c.'111, p. 434.— Spartium cinerewm Willd., Sp. m1, p. 927. Hab. in rupestribus dumosis regionis montane, prope Gra- zalema (Bourg.)—5b. Apr., Jun. (n. v.) 8. leptoclada Wilk. in litt. ad Per. Lar.—(. conerea Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Vulg. Retama macho. - Hab. in collibus dumosis regionis inferioris: inter Zahara et Algodonales; in ditione Jerez locis ad Boca de la Fox inter ' sierra de las Cabras et Sierra de la Lazada, ad Arroyo Cuerpo .d2 hombre et alibi.—(v. v.) 268 | ANALES DE HISTORIA NATURAL. (488) Ar. geogr.—Spec. in Hispania centrali et mediterranea, Gallia australi, Balearibus, Liguria, Dalmatia; var. £. in Ba- learibus. NS 1.371.—G. equisetiformis Spach. Ann. sc. naf., 1845, p. 143.—WHk. et Lge., l. c. 11, p. 439.— G. umbellata Webb. It. et Boiss., Voy. bot. 11, p. 139 non Poir. Hab. in collibus dumosis regionis inferioris, in prov. Gadi- tana (Webb.); in vicinitatibus Cádiz (Duf.)-—5. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania australis. | Pterospartum Spach (Wilk.) 1.372.—P. lasianthum W:lk. Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 440.—Genista lasiantha Spach, 1. c., p. 147.—G. inndentata Webb, It. hisp., p. 50 ex p. non L.— Vulg. Carguesa. Hab. in arenosis rupestribusque dumosis regionis,inferioris et montan«e, ubi ad altit. 900 metr. et ultra ascendit: in mon- tibus prope 4A/gecaras (Brouss., Clem., Webb) in Sierra de Luna (Laguna) et in Sierra del Saladillo; in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Willk.); ad San Rogue ¡WilUk.); in Sierra Carbonera (Dautez); in Dehesa de la A lmoraima inter San Rogue et Jimena; in ditione Jerez montibus Loma de la Novia, Sierra de la Gallina et alibi.—5. Apr., Jun. (v. v.) | Ar. geogr.—Hispania centralis et austro-occidentalis, Lu- sitania. 1.373.—P. tridentatum ¿l/Z. Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 441.— Genista tridentata L., Sp. pl., p. 998.—Spach., 1. c., p. 150.—Chamegyenista peregrina Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 104 ic.! Hab. in dumosis regionis montanee: circa Ubrique (Clem.): prope A icald de los Gazules (Cabrera); in Sierra de Luna supra Algeciras (Winkler).—5. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geoy'r.—Hispania centralis et austro-occidentalis, Lu- sitania. (489) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 269 Ulex L£. 21.374.—U. aphyllus Zinm4. Msc.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 443. —Stauracanthus aphyllus Link in Schrad., Neu. Journ. 11, p. 52.—Webb, Otia hisp., p. 26, t. 18!—Ulex genistoides Brot., Flor. lus. 11, p. 78 ex p. Hab. in vicinitatibus Cadiz (Duf.)—3. Febr., Mart. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania. Provincise Gaditane dubius incola, quoniam planta prope Sanlúcar et ad Chiclana a Clemente et Bourgeau lecta et sub nomine (Y. yenisiordes notata minime ad hanc sed ad speciem sequentem pertinet. 1.375.—U. spartioides W:i/lf. Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 443.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 56.— TO. genistoides Clem., Ens., p. 291! — Stauwracanthus spartioides Webb, Otia hisp., p. 27, t. 19! | Hab. in arenosis dumosis et silvaticis regionis inferioris: prope Santicar (Clem.!, Bourg., Colm.); circa 4/yecoras (Clem., Webb); in pinetis ad Chiclana (Bourg.!, Colm., Laguna) in Pinar de la Dehesilla; ad San Roque (Reuter), prope Vejer in Sierra de Granada et Sierra de Retin (Laguna!).—5. Mart., Apr. (v. v. ets.) | Ar. geogr.—Lusitania australis. 1.376.—U. Webbianus Coss. Pl, crif., p. 32.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 443.—Vepa Webbiana Webb, Otia hisp., p. 29, t. 221 Hab. in collibus aridis regionis inferioris, prope A/calá de los Gazules (Bourg.)—5. Mart., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania australis, Hispania austro-occidenta- lis, Africa boreali-occidentalis. 1.377.—U. Cossonii Willk. Wk. et Lge., l. c. 11, p. 444.—Vepa Cossoni Webb Otia hisp., p. 29, t. 231 Hab. in montosis silvaticis inter Frazalema et Ronda (Bourg) —5. Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. v. forsan sequentis tantum varietas, a nemine recentiorum adhuc visa. 270 s ANALES DE HISTORIA NATURAL. (490) 1.378.—U. Boivini Webb. "A bisp., p. 51.—Boiss., Voy bot. polea Species quoad ramulorum s. spinarum crassitudinem lon- gitudinemque, bracteolarum formam, calycum structuram, figuram petalorum et indumentum leguminum satis variabi- lis, typis duobus formis intermediis conjunctis occurrit: a. genuinus.— U. Boivoint Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 444.— Vepa Boivint Webb Otia, hisp. p. 30, t. 24! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis rupes- tribusque dumosis abundanter provenit: in montibus prope Grazalema (Bourg., Laguna); circa 4 /geciras (Colm.) in Sierra de Luna (Laguna); in Dehesa de la Almoraima versus Jimena (Laguna); in Dehesa de A trera urbis Arcos; ad Peñon de Meri- no prope Ubrique; in ditione Jerez ubi ad Puerto del Quejigal et in montibus preecipue Sierra de la Gallina, Dehesa del Charco £« vulgatissimus.—). Flor. a Maio ad Novembr. (v. v.) ¿. megalorites Ball, Spic., p. 402.—Vepa megalorites Webb Otia, hisp., p. 30, t. 251—U. megalorites Wk. et Lge., 1. Cc. 111, ' p. 469.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 57. Hab. in collibus arenosis ericetisque regionis inferioris et submontanee: prope San Rogue (Ball) in Sierra Carbonera (Dau- tez); in monte Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.); in Sierra de Rompecoche et Sierra de Camara prope Castellar; in Dehesa del Corchadillo et Sierra del A lgibe ditionis Jerez.—(v. v.) A. geogr.—Hispania australis, Mauritania Tingitana. 1.379.—U. scaber Kunze. In Flora, 1846, p. 696.—Webb Otia, hisp., p. 39, t. 321 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 446.—Vul. 4Aulaga vaquera. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus rupestribusque dumosis huc illuc abundanter provenit: ad Puerlo de Sulteros inter Medina et 47cos (Willk.); in collibus prope Paterna; in Sierra de Aznar circa Arcos; in Sierra del Calvario supra Bo? - nos; in Dehesa de Gigonza et Dehesa de los Cuguallos ditionis Jerez et alibi.—5. Flor. anno feré toto (v. v.) 8. glabrescens Webb, 1. c., p. 40.—WKk. et Lge., 1. c. Hab. in jugis apricis montis Serra de Palma ditionis Los Barrios (Willk., Reverchb.)—(n. v.) EA A 49) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 271 7. parviflorus Webb, 1. c.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in collibus dumosis, prope Medina (Bourg.)—(n. v.) Valde probabile mibi videtur, hanc plantam variabilem, ut suspicatus est cl. Ball, nil nisi 7. detici varietatem esse. Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania australi, Maurita- nia Tingitana. 1.380.—U. Jussiei Webb. Otia hisp., p. 42, t. 361 —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 448.—(Ge- nista Spartium lusttanicum, majus el spinostus, spicato fiore Tourn. Inst., p. 646. Hab. in regione submontana, ubi adhuc in loco unico; in ericetis ad Puerlo del Quejigal inter montes Sierra de la Gallr- na et Loma de la Novia ditionis Jerez, sed longissime ab urbe, feré ad limites orientales e: Gaditanse.—>. Febr., Apr., (v. v.) Ar. geog'r.-—Hispania boreali- occidentalis, Lusitania. 1.381.— U. parvitlorus Pour”. Act. Toul. u1, p. 333 (1788).— Webb, Otia hisp., p. 37, t. 29, c.! —U. Australis Clem., Ens., p. 291 (1807). —Webb, It. hisp., p. 48.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 131.—Lange Pug., p. 393.—Wk. et Lge., 1. c., 11, p. 448.—Vulg. Aulaga ma. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, colli- bus rupestribusque dumosis huc illuc occurrit: prope Puerto de Santa Maria et ad San Fernando (Clem.) in Cerro de los Mártires; in vicinitatibus Cadiz (Clem., Colm.); circa A lgeciras (Webb); prope Medina (Bourg.); ad Sanlúcar (Colm.); ad Los Espartales prope Alcala et alibi.—5. Flor. anno feré toto (v. v.) Ar. geogr.—Gallia mediterranea, Hispania orientalis etaus- tralis, Lusitania australis, Africa boreali-occidentalis. 1.382.—U. beticus Boiss. EL. p. 30 et Voy. bot. 11, p. 132.—Webb Otia hisp., p. 39, t. 301 —WKk. et Lge., l. c. 111, p. 449.—Vulg. Aulaga vaquera. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus rupes- tribusque dumosis huc illuc abundanter provenit: prope 4/- calá de los Gazules etin Cerro de San Cristobal circa Grazalema (Clem.); in Z/ano de la Duguesa inter Grazalema et Zahara (La- guna); in Sierra de Lijar supra Algodonales; in Sierra del Pi- 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (192) nar prope Benamahoma; in Dehesa de Fardela et in Sierra de Albarracín ad Benaocaz; in Sierra Blanguilla inter Villaluen- ga et Cortes; in Dehesa del Ccrchadillo ditiones Jerez et alibi. —5. Flor. anno fere toto. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania Australis. 1.383.—U. janthocladus Webb. Otia hisp., p. 40, t. 331 —Wk. et Lge., l. c. m, p. 450.— U. Welwitschianus Coss. in Sched., Bourg. n. 116.—Vulg. Aulaga. | : Variat preecipue floribus 10-30 mm. long. bracteolis con- junctis aut a calyce plus minusve remotis. Hab. in arenosis dumosis pascuisque regionis inferioris: in pinetis prope Chiclana (Webb, Bourg., Lange, Laguna) in Pinar de la Dehesilla; prope Puerto-Real (Willk.); in Llanos de Caulina prope Jerez.—5. Flor. anno fere toto, (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et Hispania australes. Calycotome Link. 1.384.—G. villosa Linm4. | In Schrad., Jonrn. 11, p. 50.—Reichb., lc. Flor. germ. XxIr, t. 20671—Wk. et Lge., l. c. ni, p. 451.—Spartium villosum Poir., Voy. 11, p. 207.—S. lantgerum Desf., Flor. atl. 11, p. 135. —£S. spinosum Brot., Flor. lus. 1, p. 85 et Kel., Flor. calp., p. 92 non L.—Vulg. Erguenes. : Variat floribus numerosis aggregatis vel solitariis alternis- que, bractea integra aut plus minusve divisa, leguminibus semper lanatis 25-33 mm. long. | Hab. in regione inferiore, ubi in collibus aridis, dumosis et silvaticis per omnem feré provinciam satis frequens: in G%7- braltar etad San Rogue (Brouss., Clem., Willk., Kél., Seidenst., Dautez); prope Algeciras (Clem., Willk., Colm.) in Sierra de Luna (Laguna); prope A/cald (Clem.); circa Conil (Clem., Willk.); prope San Fernando (Clem.!, Laguna) in Dehesa de la Carne; circa Chiclana (Willk., Colm., Laguna) in Pinar de Hierro; prope Jimena et circa Vejer in Sierra de Granada etin Monte de la Breña (Laguna); prope Ubrique ad Peñón de. Merino; in Dehesa del Juncoso urbis Arcos: in ditione Jerez (493) - Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 3 locis Dehesa de la Alcaria, Dehesa de la Jarda et alibi.—5. Mart., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania etregio omnis mediterranea calidior. Cytisus L. 1.385.—£. tribracteolatus JVedd. It. bisp., p. 51 et Otia hisp., p. 8, t. 3I—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 452.—Decumbens v. adscendens, ramis tetragonis, rigidis patulisque; foliis sessilibus, trifoliolatis, suboppositis, foliolis obovatis v. elliptico-oblongis, retusis mucronulatisve,. Cras- siusculis, subtus minuté sericeis, uninerviis, petiolulatis; foribus 9-12 mm. in axilis foliorum glomeratis, pedunculis tubo calycis paulo longioribus; calyce sericeo labio superiore breviter v. interdum ad medium usque fisso, inferiore an- gusto, tridentato, dente intermedio longiore, basi bracteolis 3 ovatis appressis suffulto; leguminibus incurvis subfalcatis (immaturis) puberulis, 5-7-spermis. Hab. in collibus dumosis nemoribusque regionis inferioris et montane: in monte Picacho de Alcald (Webb, Bourg.); in Dehesa de Garcisobaco et Deñesa de la Jarda ditionis Jerez. —. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hucusque in provincia Gaditana tantum de- tecta. : | 1.386.—G. candicans DC. Flor. fr. 1y, p. 504.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 453.—GCenista candicans L., Amen. tv, p. 284.—Teline candicans Webb, Phyt. canar. 11, p. 36. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus du- mosis locisque silvaticis huc illuc abundanter provenit: circa Algeciras (Née!, Wilk., Kel., Dautez); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios et inter Vejer et Laguna de Janda (Willk.), prope A/lcala de los Gazules; in ditione Jerez in montibus Dehesa del Marrufo, Dehesa de Benahu, Mojón de la Vibora et aliis locis.—5. Jan., Apr. (v. v. ets.) B. Kunzeanus.—C. Kunzeanus Willk. in Wk. et Lge., l. c. 11, -p. 452 ef Illustr. Flor. Hisp. 1, p. 72, t. 48! —Cenista erto- carpa Kunze in Flora 1846, p. 137. ANALES DE HIST. NAT. —XXI. 18 . 211 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (494) Hab. in eisdem locis, ubi pariter frequens; in collibus prope Algeciras (Willk.) in Sierra de Luna (Laguna, Winkler); in monte Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Willk. Reverch.); in Sierra de Retin prope Vejer et ad Palmones (Laguna); in monte Picacho de Alcala; in Peñones de Tinajero prope Ubri- que; in Dehesa de Atrera urbis Arcos; in Dehesa de la Almo- raima prope Castellar; in Dehesa Charco de los hurones et Dehesa de Garcisobaco ditionis Jerez et alibi.—(v. v.) | Notee diagnostica quibus C. Kunzeanus « E. candicante dis- tinguitur omnes instabiles, et forme intermedise sepe obvize sunt. Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis, Lusitania, Canarise. 1.387.—G. linifolius Lam. Dict. 1, p. 249. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 453.— Genista limi- folía L., Sp. pl., p. 997.—Spartium linifolium Desf.!, Flor. atl. 1, p. 134, t. 181! —Telime linifolia Webb, Phyft. canar. 11, p. 41.— Genista tinctoria hispanica Clus., Bart. pl. hist. 1, p. 101, ic.!— Vulg. Escobones. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus rupes- tribusque dumosis etsilvaticis huc illuc abundanter provenit: in monte Gibraltar! (Talbot., Née!, Brouss.!, Cav., Webb, Boiss., Willk., Kel., Laguna, Dautez); circa Algeciras (Née, -Willk., Colm.) in monte Sierra de Luna (Laguna, Winkler); ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); cirba Conil, circa Ubri- gue et ad Tarifa (Clem.!) in Sierra de Enmedio et Dehesa del Pedregoso; prope Alcala de los Gazules (Cabrera, Bourg.); prope Medina (Webb); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Willk., Reverch.); ad Barbate prope Vejer et circa Jimena (Laguna); in Sierra de Rompe-Coche prope Castellar; in monti- bus ditionis Jerez urbi precipue in Dehesa del Marrufo et De- hesa de Farcisobaco vulgatissimus, etin aliis locis.—5. Marf., Jun. (v. v. ets.) ! Ar. geogr.—Gallia australis, Hispania mediterranea, Lusi- tania australis, Africa boreali-occidentalis, Canarize. 1.388.—C. triflorus L'Herit. | -—Stirp., p. 184.—Reichb., lIc., 1. c., t. 2077!-—Wk. et Lge, '. C. TIL, p. 455.—Cytisus nu, Clus., 1. c. 1, p. 94 ic.! 495) Perez Lara.—FLORULA GAD:TANA. 275 Hab. in collibus dumosis et silvaticis regionis inferioris: ad montium radices circa Gibraltar (Clus.); in Sierra de Luna prope Algeciras (Laguna!); in Sierra de Palma circa Los Ba- 1rios (Reverch.); in montibus prope Jimena; in Sierra de Sano- na inter Alcala et Los Barrios.—+. Febr., Apr. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et Europe et Africee borealis regio mediterranea imprimis occidentalis. 1.389.—C. Fontanesii Spach. Ann. Sc. naf., ser. 3, m.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 455.—Spar- tium biflorum Desf., Flor. atl. 11, p. 133, t. 179! —Genista biflora DC., Prodr. 11, p. 146.—Boiss., Voy. bot. 1, p. 142. Hab. in collibus aridis locisque arenosis silvaticis regionis inferioris: prope Medina (Schousb.); circa Puerto Real (Bourg) Ape Jun. (1. v.) 7 - Ar. geogr.—Hispania mediterranea, Africa boreali-occiden- talis. Sarothamnus Wimm. 1.390.—S. granditlorus JVebb. Otia hisp., p. 45, t. 39: (mala). —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 458. —£6. virgatus Webb, Iter hisp., p. 52.—S. ajinis Boiss., Voy. bot. 11, p. 134, t. 40, A.! (bona).—Spartium grandiftlorum Brot., Flor. lus. 1, p. 80.—Cytisus grandiflorus DC., Prodr. 11, p. 154. Hab. in dumosis locisque silvaticis regionis inferioris: in monte Gibraltar (Rambur ex Webb); circa Sanlúcar (Bourg, 'Colm.); in Panar de la Plata ad Puerto de Santa Marta (Bourg.!); in faucibus montium per viam a Ubrique ad Alcala de los Ga- 2ules.—i. Maio, Junio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania australis. 1.391.—S. Welwitschii Bovss. el Rewut. Pug., p. 28.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 459.—Debeaux, Flor. 'Gibr., p. 54.—Vulg. Escobón morisco (ex Laguna). Hab. ia dumosis silvaticis regionis inferioris: circa A /gect- 7as (Boiss., Reut.); in Sierra de Enmedio prope Tarifa (Laguna); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Winkler, Reverch.)— +. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania. 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (196) 1.392.—S. beeticus Webb. Iter hisp., p. 52 et Otia hisp., p. 45, t. 40!—Boiss., Voy. bot. 11, p. 136, t. 40, f. B..—Wk. et pd ES A C. II, p. 460.— S. arboreuws Boiss., 1. C., p. 137 non Webb.—S. gaditanus Boiss. et Reut., Diag., p. 10 et Voy. bot., p. 725. Planta quoad staturam, indulrcataaa foliorum corollarum- que dimensiones, pedunculorum longitudinem, et figuram magnitudinemque leguminum valde variabilis. | Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis rupestribusque dumosis et silvaticis per omnem fere provin- ciam vulgatissimus.—5. Febr., Mart. (v. v. et S.) Ar. geogr.—Hispania australis, Lusitania. Adenocarpus DC. 1.393.—A. hispanicus DC. Flor. fr. v, p. 549.—Brot. Flor. lus. 11, p. 91.—WKk. et Lge., 1. c., p. 462.—Cylisus hispanicus Lam., Dict. 11, p. 248. Hab. in dumosis, in ditione 4/cald de los Gazules (Salv., Pourr., Bourg.) —5. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et ocoMeat 1.394.—A. decorticans B0%58s/ Bibl. univ., Genev. (Febr. 1836) et Voy. boy. 11, p. 145, t. 41! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 462.—A. Botssierz Otia hisp., p. 9, t. 4I—Vulg. Stetesayos. Hab. in rupestribus dumosis regionis montanee: in S1er7a del Endrinal inter Grazalema et Benaocaz; in loco dicto El Va- vazuelo prope Benaocaz.—h. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. | 1.395.—A. grandiflorus B01ss. Bibl. univ. Genev. (1836). —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 463!— A. telonensis Boiss., Voy. bot. 11, p. 146, t. 42! non DC.— O sus telonensis Lois., Flor. gall., ed. 1, p. 446. Variat promiscué ramis, foliis, pedunculis, bracteis calyci- busque plus minusve villosis aut omninó glabris (4. yrandi- fñorus 8. glaberrimus Per. Lar., in Flor. gad. exs.); floribus PEPE (497) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 277 12-16 mm., vexillo emarginato, integro apiculatoque; legumi- nibus rectis v. subarcuatis. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in arenosis rupestribusque dumosis huc illuc frequenter oceurrit: in loco Monte de la Breña prope Vejer et in Sierra de Luna supra Algeciras (Laguna); in Sierra Carbonera et ad San Roque (Dautez); in Sierra de Palma oppiduli Los Barrios (Reverch.); ad Cerro del Moro prope Alcala de los Gazules; in collibus Los Balayos urbis Arcos; in ditione Jerez ad Peñones de Tinajero, Dehesa de Garcisobaco, Marrufo, Dehesa de Malduerme et alibi. —5%. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Gallia australis, Hispania centralis et meridio- nalis, Lusitania, Mauritania Tingitana. Argyrolobium £ck! et Zey). 1.396.—A. argenteum W?ill%. WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 464.—4A. Linneanum Walp. in Lin- n*«a Xu, p. 308.—Reichb., Ic. Flor. germ. xxI1, t. 2064, f. 21— Cytisus argenteus L., Sp. pl., p. 1043. —Desf., Flor. atl. 11, p. 139.—Brot., Phyt. lus. 1, p. 170, t. 69! —Zotus arygenteus Brot.,' Flor. lus. 11, p. 118. —Chasmone argentea E. Mey. Comment., p. 74.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 147. Hab. in rupestribus calcareis regionis inferioris: prope Chi- clana et ad A/cala de los Gazules (Clem., Cabrera); circa Medina (Clem.); in Sierra de las Cabras ditionis Jerez.— . Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. Lupinus /. 1.397.—L. Albus Z. Sp. pl., p. 1015.—Brot., Flor. lus. 1t, p. 132.—Reichb., Ic. l. c., t. 2061, f. 2I—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 466.—L. satibus albo fore Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 228 ic.!—Vul. 4 ltramuz et Allámuz. Hab. in regione inferiore, ubi cultus et huc illuc subspon- taneus: prope A/geciras et inter Puerto de Santa Maria et Rota 273 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (498) (Willk.); in loco Abiertas de Caulina circa Jerez.—O. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Ex oriente dicitur o nunc in Europa tota australi cultus et subspontaneus. 1.398.—L. hirsutus £. Sp. pl., p. 1015.—Brot., Flor. lus. 1, p. 133. —Moris, Flor. Sara. Lp. 0907. L002 Le es et Lgee., 1. e. 111, p. 466. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis incultis, herbidis et pascuis montosis satis frequens: ad Puerto de Santa Maria (Osbeck, Gutiérrez, Bourg.); prope Tarifa.et ad Algeciras (Clem., Reverch.); circa A lcald de los Gazules (Cabrera!); prope Gibraltar (Kel., Dautez); ad Puerto-Real et circa Sanlúcar ' (Colm.); ad Sierra Carbonera circa San Rogue (Dantez); in pinetis prope Chiclana; in ditione Jerez ad Hacienda del Pinar et in Dehesa de Garcisobaco.— (1. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 1.399.—L. varius, : Sp. pl., p. 1015.—Reichb., Ic., 1, c., t. 20591 —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 466. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Puerto de Santa. Maria (Osbeck, Bourg.) —O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares. 1.400.—L. angustifolius L. Sp. pl., p. 1016.—Brot., Flor. lus. 1, p. 132. —Wk. et Lge.. 1.:C. MM, p. 460: - Hab. in regione inferiore, ubi in kerbidis collibus leeecne arenosis incultis huc illuc frequenter provenit: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez!, Bourg.) ad Castillo de Doña Blan- ca; circa Algeciras (Clem., Wilik., Reverch.); inter San Roque et uv. Guadarrangue (WilUk.); prope San Roque (Dautez); circa Puerto-Real et ad Santúcar (Colm.); in pinetis prope Chacian4 et alibi.—o. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Madera. 1.401.—L. luteus L. Sp. pl., p. 1015.—Brot., Flor. lus. 11, p. 134, Moris, Flor. Sard. 1, p. 598.—Wk. et Lge. ]. c. 11, p. 468. =L£. luteus italicus Barr. Plant. 16..1082., $ A DES a ÓN > (499) Perez Lara.—FLORULA GAD.TANA. 79 Hab. in regione inferiore, ubi in herbidis, pascuis locisque arenosis huc illuc satis frequens: ad Puerto de Santa Maria (Osbeck, Bourg., Colm.); prope 4/geciras (Clem., Reverch.); prope San Roque (Brouss., Rambur) ad Sterra Carbonera (Dau- tez); prope Alcalá de los Gazules (Cabrera!); inter Chiclana et Conil (Wilk.); circa Sanlúcar et ad Puerto-Real (Colm.); in Pinar de Hierro prope Chiclana; in ditione Jerez locis Cortijo del Pino, Dehesa de Garcisobaco et alibi.—O. Mart., Maio. (ee v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Serdinla! Sicilia, Italia media et australis, Africa boreali-occidentalis. TRIB. PODALYRIEZ Benth. Anagyris L. -1.402.—A. foetida Z. Sp. pl., p. 534.—Brot., Flor. lus. 11, p. 69.—Reich., Ic., l. e., t. 20561 —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 470.—A vera Clus. Rar., pl. hist. 1, p. 93, ic.!—Vulg. Mediondo. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in sepibus, dumosis et collibus apricis per omnem feré provinciam satis frequens.—5. Dec., Febr. (v. v. et s.) : Ar. geogr.—Lusitania et regio fere omnis mediterranea. Fam. Cessalpiniaceze £. Br. Ceratonia /. 1.403.—C. Siliqua £. spa plo p. 1513.—Cav., Te: 11, p. S, t: 113/—Wk. et les EN 1. c. m1, p. 472.—Vulg. io Hab. in silvestribus montosis solo preecipue calcareo regio- nis inferioris ad altit. c. 900 metr. usque, ubi in montibus imprimis Sierra de las Cabras prope Alcala de los Gazules, Agua Charica inter Arcos et Lil Boque, Sierra Margarita prope Zahara, Sierra del Pinar et Sierra del Hinojal circa Graza- 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. - (500) lema, in vicinitatibus Ubrique et in Sierra de Dos Hermanas et Sierra de la Lazada ditionis Jerez frequenter provenit.— 5. Aug., Octob.—(v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior. Este árbol empieza á ser mirado con más interés por nues- tros agricultores; así, en las cercanías de Zahara y de Graza- lema y en las faldas occidentales de la Sierra del Pinar, donde se halla en abundancia, se han introducido recientemente, ingertándolas sobre los pies silvestres, algunas variedades de las más estimables entre las cultivadas en la región valen- ciana. LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS - Ya ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE LA DE LOS VERTEBRADOS SUPERIORES, POR / SMA MEAN A O LACIA Sesión del 1.2 de Junio de 1892. Hace algunos meses dimos a la estampa dos opúsculos sobre la retina de los batracios, reptiles y mamiferos (1), en los que consignábamos algunos hechos nuevos revelados por nuestro método de ¿mpregnación doble al cromato de plata. El hecho que a nuestro juicio reviste más interés, es el concerniente al dualismo anatómico y funcional que parecen ofrecer las lla- madas células bipolares de la zona de los granos internos. Estas células, anillo de unión entre los corpúsculos visuales (conos y bastones) por un lado, y los elementos ganglionares per otro, comprenden dos tipos distintos: células bipolares de pe- nacho superior ascendente conexionado con los bastones, y - bipolares de penacho superior aplanado relacionado con los CONOS. ¿Este dualismo de las bipolares constituye un hecho de es— tructura exclusivo de los mamiferos, ó representa una ley ana- tómica general á todos los vertebrados? Para satisfacer esta pregunta, nos dimos, desde luego, 4.in- vestigar la retina de las aves y batracios; pero bien pronto nos persuadimos de que no era este el terreno más apropiado á la elucidación del problema, pues en estos animales los ex- Y (1) Casar: Pequeñas contribuciones al conocimiento del sistema nervioso. La retina de dos batracios y reptiles, Agosto, 1891.—Votas preventivas sobre la retina y gran simpático «de los mamiferos. (Gac. San. de Barcelona, 10 de Diciembre, 1891.) 282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) tremos dtundos de los conos y bastones (granos externos) son muy semejantes, y correlativamente los dos tipos de bipo- lares asociadas á la actividad de las células visuales, gozan de propiedades tan afines que se hace dificilisimo, aunque no im- posible, una correcta distinción. Tras algunos ensayos en los reptiles y peces, hallamos por fin en los teleósteos un excelente objeto de estudio. No sólo se distinguen netamente las dos especies de bipolares, sino que la divergencia de caracteres entre ambas es mucho mayor que en los mamiferos, acompañáandose de circunstancias que ale- jan toda posibilidad de error y arrojan viva luz sobre la cone- xión de los elementos retinianos. Prueban también estas indagaciones la doctrina de la mdd pendencia anatómica de las células nerviosas, doctrina que defendimos ya hace cuatro años para la retina de las aves y la totalidad de los centros nerviosos de los vertebrados, y que actualmente aceptan sabios tan distinguidos como Kúólliker.,. His, Waldeyer, Retzius, van Gehuchten, von Lenhossék, etc. A nuestro modo de ver, los autores que recientemente (Tartu- feri y Dogiel) han descrito redes en la retina, 6 han cedido de- masiado á las apariencias, ú dejádose infuir' con excesivo im- perio por los prejuicios de escuela. Las dificultades con que hemos tropezado para proporcionar- nos material de estudio, nos ha obligado a trabajar en un corto número de especies, casi todas de la familia de los ciprínidos (Cyprimus carpio, Tinca vulgaris, Barbus fuviatilis, etc.) y de la de los pércidos (Perca fuviatilis, Box salpa). Pensamos, no obstante, en vista de las mínimas diferencias encontradas en la retina de estas especies, que la de los demás teleósteos se: ajustará al mismo plan de construcción. Muchos son los autores que han estudiado la retina de los teleósteos. Los primeros y mayores progresos débense á: M. Schiúltze (1) y W. Múller (2), que trabajaron de preferencia con los métodos de la disociación y ácido ósmico. Posterior- (1) M. ScHUúLTZE: Archiv. f. mikroskopische Anatomie, Bd. 11, pág. 200, 1866, y su ar- tículo Retina, del Handbuch der Gewebekehre von Stricker, Bd. 11, 1872. ES (2) W. MúLLeEr: Ueber die Stammesentwickelung des Nehorgans des Wirbelthiere.—= Beitr. zum. Anat. u. Physiol. als Festgade Carl Ludwig. zum. 14 October ¿S71, gemwidmet von seinen Schilern 11, Heft., 1875, (3) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 283 mente, aprovechando los mismos ó parecidos recursos, aporta- ron datos interesantes Reich (1), Hannover (2), Denissenko (3), Retzius (4) y más especialmente Krause (5), que ha examina- do cuidadosamente, y en varias épocas, un gran número de familias de peces. Como es natural, las indagaciones realizadas en otras clases de vertebrados han arrojado mucha luz, no sólo sobre la tex- tura de la retina en general, sino sobre la de los peces en particular. Entre los autores cuyos trabajos han resuelto cues- tiones generales importantes Ó han facilitado el camino de ulteriores investigaciones, es preciso citar 4 Kólliker (6), Schwalbe (7), Hoffmann (8), Landolt (9), Ranvier (10), Schie- fferdecker (11), Kuhnt (12), Borysiekiewicz (13) y, sobre todo, á Tartuferi (14) y Dogiel (15). Habiéndose estudiado solamente hasta hoy la retina de los teleósteos con los métodos antiguos (disociación, fijación en acido ósmico, induración en ácido crómico ó bicromatos, colc- raciones al carmín ó anilinas, etc.), incapaces, como es sabido, de presentar con claridad suficiente otra cosa que los núcleos (1) Reicu: Hofmann-Schwalde's Jahresberichte der Anatomie u. Physiol., f. 1873, u. f. 1679. (2) HANNOVER: La retine de "homme et des vertedrés. 1876. (3) DENISSENKO: A7c/h. /. Mikroskop. Anatomie, Bd. xIx, 1881. (4) EG. ReTz1IUS: Biologischen Untersuchungen Tahrgang, 1, 1881, 1882. 10) Ve KRAUSE: Die Retina, 11. Die Retina der Fische. International Monatschrift. f. Anat. u. Histol. Bd. 111, 1886. ¿ (6) KOLLIKER: Handbuch der Gewebelehre des Menschen. v. Aujiage, 1867. (1) ScHwALBE: Handbuch von Gráfe und Sámisch y su Lehrbuch der Anatomie des Sinmesorgane, 1887. (8) HOFEMAN: Zur Anatomie der Retina. (Niederlándisches Arch. f. Zool. Bd. 111, 18,6.) (9) LANDOLT: Beitrag zur Anatomie der Retina vom Frosch, Salamander und Triton. (Arch. f. mik. Anaf., Bd. vir, 1871.) (10) RANVIER: Traite technique d' histologie, 1816. (1J]) SCHIEFFERDECKER: Studien zur vergleichenden Histologie der Retina. (Arch. f. mik. Anal., Bd. XXXvVIH.) (12) Kuunr: Histologische Studien an der menschlichen Netahaut. (Jenaische Zeitsch- 17/€, Bd. xx1v, 1889 ) (13) BORYSIEKIEWICZ: Untersuchungen ber den feineren Bau der VNetzhaut,Wien, 1887. (14) TARTUFERI: $41! anatomia della retina. (Intern. Monatschr. f. Anat. u. Physiol., 18837.) ; E (15) DocieL: Veber das Verhalten der nervósen Elemente in der Retina der Ganoiden. Reptilien, Vógel und Saúgethiere. (Anat. Anzeiger, 1888). —Ueber nerróse Elemente in der VNetzhaut: der Amphibien und Vógel. rAnat. Anzeiger, Mai, 1888). —Ueber die nervósen Elemente in der Retina des Menschen, (Arch. f. mik. Anat., Bd. xxxvir, 1891.) 284 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (1) y aleunas espesas expansiones protoplásmicas, hemos creido que cabría realizar algún progreso, aprovechando en dichos peces los dos métodos modernos de Golgi y de Ebrlich; pues si bien Dogiel ha estudiado ya con el azul de metileno (método de Ehrlich) la retina de los ganoides, ni los resultados obteni- dos abarcan todos los elementos retinianos, ni cabría generali- zarlos, sin previa confirmación, á la retina de un orden distin- to de peces, como son los teleósteos. En la nomenclatura y división de las capas retinianas nos atendremos principalmente á Schwalbe. Comenzaremos de fuera adentro, y prescindiremos de la zona de las células epi- teliales Ó pigmentarias, sobre la cual no hemos hecho ninguna observación particular. | CAPA DE LOS BASTONES Y CONOS. Los conos y bastones son, como es sabido, de gran longitud en los peces. El método de Ehrlich no los tiñe, excepción hecha de los corpúsculos semi- elipsoides que aparecen coloreados en azul intenso. La reac- ción del cromato de plata se obtiene alguna vez, pero de un modo incompleto. En general, se impregna sólo el artículo interno de los conos y bastones. El del bastón es finisimo y varicoso, semejando una fibra nerviosa, y presentando por lo común, al nivel del núcleo de los conos, una varicosidad es- pesa. El artículo interno de los conos es robustísimo y posee, encima mismo de la membrana limitante, un ensanchamiento para el núcleo (fig. 1.? a). GRANOS EXTERNOS. Esta capa se compone de las fibras de los conos (sin sus granos) y de las fibras y eranos de los bas toncitos. La fibra del bastón es fina y varicosa y ofrece á distintas alturas, un núcleo esférico, triangular ú ovoideo que el cro- mato areéntico reserva. Ocurrida la dilatación nuclear, la fibra acaba por una esfera libre y exenta de expansiones, situada en el plano más interno de la zona de los granos (fig. 1.* c). La reunión de todos estos abultamientos terminales constituye una faja pálida y granulosa en las preparaciones al carmín que podría llamarse zona de las esférulas, ú de los pies de los bastoncitos. Semejante disposición recuerda completamente la que presentan las fibras de los bastones de los mamiferos y aves nocturnas, y establece una separación correcta entre la retina de los teleósteos y la de los batracios y aves. (5) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 285 La. fibra del cono es mucho más espesa y recta que la del bastón y se termina, según la disposición clásica há tiempo descrita por Schúltze, es decir, á favor de un espesamiento cónico de base plana, y guarnecida en su contorno de finas expansiones varicosas, radiadas, libremente terminadas en la zona reticular externa. Figura 1.2— Corte transversal de la retina del Cyprinus carpio. A, capa de los conos y bastones; B, limitante externa; C, granos externos; E, granos internos; D, reti- cular externa; F, reticular interna; G, capa de las células ganglionares; H, capa de las fibras del nervio óptico; a, cono; b, bastón; d, bipolar gigante; e, bipolar delgada. Es de advertir que la base ó pie del cono desciende mucho más que la esférula de los bastones, tocando generalmente el límite externo de la zona de los eranos internos. Las células subepiteliales descritas por Dogiel en los yanot- des, es decir, ciertos elementos colocados por encima de la reticular y correspondientes á las células compensadoras de Krause y á los elementos concéntricos externos de sostén de Schiefferdecker, no han sido teñidos en nuestras preparaciones de los teleósteos. En cambio, como veremos más adelante, se nos han mostrado muy correctamente en los reptiles. "CAPA RETICULAR EXTERNA. Plexo intrincado resultante del entrecruzamiento de expansiones celulares de las regiones co- 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (5) lindantes, puede distinguirse en dos estratos: profundo, donde se alínean los pies de los conos y las expansiones de las bipo= lares de cono; y superficial, donde se encuentran muchas esfé- rulas de bastón y prolongaciones ascendentes de las bipolares gigantes. CAPA DE LOS GRANOS INTERNOS. Hín los peces aparece este es- trato más complicado que en los demás vertebrados, pues en vez de las tres subcapas que suelen describirse en los mami- feros, aves y reptiles, es preciso distinguir por lo menos cinco hileras de corpúsculos. Pila primera, 0 de las celulas subreticulares externas. — Estos elementos, llamados newroglicos concéntricos intermedios por Schiefferdecker, corresponden a la membrana fenestrata de W. Krause, y constituyen una hilera apretada situada debajo de la capa reticular externa. | El azul de metilo no tiñe estas células; pero el cromato de plata las impregna de negro intenso, revelandolas como masas espesas, cuadrilateras Ó irregulares, de cuya cara externa parten expansiones cortas y verticales que se pierden en la zona reticular superpuesta. De sus bordes suelen surgir algu= nos apéndices horizontales, une de los que, por lo largo, ofrece semejanza con un cilindro-eje. La cara inferior no emite nin— guna expansión. Aun cuando los contactos intimos que entre estos elementos se establecen no consienten un estudio preciso del comporta— miento de las expansiones laterales, creemos que no se anas= tomosan entre sí, como han supuesto Krause y Schiefferdecker, sino que toda expansión concluye siempre por abocar y termi- nar libremente en la zona reticular superpuesta (fig. 2.* a). Como es natural, entre los bordes de estas células quedan espacios para el paso de otros elementos, espacios vistos y tomados por Krause por perforaciones de una membrana gra- nulosa continua. Fila segunda, ó celulas subreticulares internas.—Se alinean estos corpúsculos debajo de los precedentes de cuyas propie= dades morfológicas participan, salvo que son menos numero sos, más irregulares y: poseen expansiones ascendentes más largas terminadas en la zona reticular externa á favor de ele— gantes ramitos digitiformes (fig. 2. b). Estos ramitos cruzan verticalmente la capa reticular, y se ponen en relación de (7) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÚSTEOS. 287 contacto con las esférulas terminales de las fibras de los bas— toncitos. Entre los tallos más espesos de que parten los finos hilos mencionados, resultan huecos de forma variable donde se albergan los elementos de la fila subreticular ex- terna. Algunas veces he- mos visto partirde un lado del cuerpo celular un fi- lamento largo horizontal con todas las apariencias de cilindro-eje. Las células subreticula- res internas fueron des- cubiertas por Krause que supuso se anastomosaban entre sí para constituir una especie de membrana con agujeros (membrana perforata) análoga a la situada en la zona reticu- lar externa (membrana fe- nestrata). Schiefferdecker incluye esta hilera de sub- reticulares en su sistema de células de sostén con la designación de elemen Los concéntricos internos. Pila tercera, celulas fu- siformes horizontales (figa- ra 2.” c).—Se trata de cor- púsculos larguisimos, ro- bustos, paralelamente di- rigidos á la retina, que recorren en una extensión que no bajará de 1 mm. El cuerpo celular afecta forma en huso ú semilunar de convexidad inferior. De cada extremo celular brota una expansión espesa, de contorno gro- sero, á veces sucesivamente dilatada y angostada. Pero lo más característico de esta prolongación es que, tras un curso varia- Figura 2.2— Corte transversal de la retina del Cyprinus carpio. A, capa reticular externa; B, granos internos; C, reti- cular interna; D, capa ganglionar; a, células subreticulares externas; b, subreticulares internas; c, células fusi- formes; p, f, Y, 4, h, 1, etc., espongioblastos estratificados; m, n,j, espongioblastos difusos; r, célula g£anglionar. 288 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) ble y sin emitir ramificaciones, se adelgaza rápidamente para formar una fibrilla fina, limpia de contorno, larguísima, ex= tendida entre las hileras de subreticulares, y con tendencia á ascender hasta la zona reticular externa donde parece termi- nar. Semejante fibra posee todas las propiedades de los cilin= dros ejes. Ignoramos si las dos expansiones se comportan lo mismo, afectando la finura de prolongaciones funcionales, por cuanto no hemos logrado aún observarlas por entero; general- mente una de ellas aparecía siempre seccionada. En ocasiones, uno de los brazos protoplasmátficos presen— taba de repente un espesamiento, análogo al cuerpo celular: diríase se trataba de un corpúsculo provisto de dos núcleos distantes. Aleuna vez hemos creido notar también, en vez de dos, tres expansiones divergentes. Los mencionados elementos fusiformes se disponen en una: zona plexiforme, cuyos espesos tallos protoplasmáticos corren casi paralelos á la retina. Schiefferdecker, que ha descrito esta zona, y visto sin duda en preparaciones por disociación, una parte de las gruesas expansiones celulares, piensa que los ele- mentos de donde brotan carecen de núcleo, representando una variedad de corpúsculos neuróglicos (Kernlosen concentrischen Zellen). Á nuestro juicio, Schieffedecker no ha logrado teñir el núcleo, ó no ha visto integro el cuerpo celular, pues en al- unos preparados obtenidos con el método de Golgi, nosotros hemos percibido en el espesor del protoplasma ennegrecido, un paraje reservado en claro, que no puede ser otra cosa que el núcleo celular. En nineuna célula de las tres hileras que acabamos de des- cribir hemos alcanzado a ver cilindro-eje descendente. Fila cuarta, 6 de las células bipolares.—Como ya expusimos más atrás, poseen los teleósteos dos especies de bipolares: yi- gantes 9 para bastones; pequeñas o para conos. Ámbas especies se impregnan bien por el azul de metileno y cromato de plata. Bipolares gigantes (fig. 1.* d). —Poseen un cuerpo robusto, fusiforme, situado por encima de los espongioblastos y prolon- gado en dos espesas fibras: ascendente y descendente. La ascendente sube rectamente á la zona reticular externa y, al abordar el límite inferior de ésta, se dilata en un espléndido penacho de fibras granulosas, varicosas, ascendentes y acaba- das, en la parte más externa de la capa reticular, por abulta— (9) Cajal. —LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 289 mientos redondeados. Entre estos hilitos ascendentes quedan huecos redondeados ó irregulares, donde se alojan las esféru— las de los bastones, resultando que un penacho de bipolar puede enlazarse con un número considerable de bastoncitos (figura 1.*. El tallo descendente es también muy recio, se incurva más ó menos á su paso por los espongioblastos, cruza, sin ramifi—- carse, toda la zona reticular interna, y termina á beneficio de un pie cónico, espeso, de base anfractuosa, apoyada en la cara superior del cuerpo de los elementos ganglionares. Á menudo, del contorno del espesamiento cónico brotan recios y cortos ramos, que se adaptan á las depresiones y escotaduras del cuerpo de las células multipolares (fig. 1." f, h) 6 á las de los tallos ascendentes principales. Casi todas las expansiones descendentes acaban á igual pro- fundidad y del mismo modo; pero no puede determinarse siem- pre la especie de elementos ganglionares á que se enlazan, por causa de no presentarse nunca simultáneamente teñidos los dos factores de la articulación nerviosa. | Existe una variedad más delgada de las bipolares gigantes. El penacho superior, provisto de hebras ascendentes, es más reducido, siendo también menos voluminoso el cono ó pie de terminación de la expansión descendente (fig. 1 dy). Bipolares delgadas 9 para conos (fig. 1.* e). —Habitan en el mismo estrato que las precedentes, entremezclandose también, en parte, á los corpúsculos de las zonas inmediatas. El cuerpo celular, ovoideo 0 fusiforme, tiene escasa cantidad de proto- plasma, por lo que el cromato de plata le tiñe de pardo claro. Ieualmente que en las bipolares gigantes, las delgadas pre— sentan dos expansiones: ascendente y descendente. La ascendente es fina, más 6 menos flexuosa, y alcanza la zona reticular externa, en cuyo plano inferior constituye una elegante irradiación aplanada de hebras delicadísimas, de lon- gitud notable, que tocan exclusivamente las bases de los pies de los conos. La delgadez y longitud extremas de tales rami- tas, y la no tendencia á remontarse hasta la zona de las esfé— rulas de los bastones, distingue perfectamente la bipolar para cono 0 delgada de la bipolar gigante d para bastón, cualquiera Que sea, por otra parte, el espesor de los elementos compa-: rados. ANALES DE HIST. NAT.— XXI. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) La expansión descendente es igualmente fina, cruza flexuosa- mente la hilera de espongioblastos, y termina en pisos distin tos de la zona reticular interna, generalmente en el penúltimo, mediante una arborización corta, grosera, varicosa y pertecta- mente libre (fig. 1.* 9. En ocasiones, á semejanza de lo que sucede en las aves y reptiles, el tallo descendente abandona ramas colaterales cor tas y nudosas, para algún otro piso de la zona molecular in- terna. También existen variedades de bipolares para cono. La va- riación estriba en la extensión del ramaje ó penacho del tallo ascendente, el cual, unas veces es tan corto que sólo toca cua- tro Ó seis conos; y otras tan largo, que puede articularse con 20 6 30. Por lo común, el centro del penacho corresponde y ajusta al pie de un cono. De lo expuesto resulta, que el movimiento específico apor— tado por los conos y bastones puede concentrarse más ó menos en su tránsito por las bipolares, según sea la magnitud de la arborización ascendente de estas. Células estrelladas pequeñas (fig. 3.).—Encima ó en el mismo espesor de la zona de los espongioblastos, hemos hallado unos corpúsculos especiales, que en nuestro sentir no pueden asimi- larse á ninguna de las formas descritas por Tartuferi en los mamiferos y por Dogiel en los ganoides, batracios, reptiles y mamíferos. Se trata de células pequeñas, triangulares, ovoideas, ó semi- lunares, de cuyo cuerpo brotan numerosas y deleadísimas ex- pansiones. Las principales son ascendentes, descendentes y hort- zontales. Las primeras exhiben la delgadez y tersura propia de cilindros—ejes, y se remontan por entre las dos series de célu= las subreticulares á la zona reticular externa, donde acaban por arborizaciones libres y finísimas y varicosas (fig. 3.” f). Las descendentes, en número de dos, tres ó más, semejan por su es- pesor y rugosidad prolongaciones protoplásmicas, y se termi- nan, tras curso ya vertical, ya oblicuo, en distinto plano de la zona reticular interna. Las horizontales circulan entre las sub= reticulares profundas y corpúsculos fusiformes gigantes, su- ministrando en su trayecto varias hebras finas, ascendentes y acabadas, como las fibrillas directas ascendentes, en la zona reticular externa. El plexo formado con las ramificaciones de + Y E (11) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 291 las hebras ascendentes es aplanado, y parece ponerse en rela— ción con los pies de los conos. Las últimas fibrillas acaban libremente y mediante una varicosidad. Corte de la retina de un percido (Box salpa). Fig. 3.1—Células estrelladas pequeñas de la capa de los granos internos: a, b, C, di- versos tipos de tales elementos; e, expansiones descendentes; f, arborizaciones, en la zona reticular externa, de las ramillas ascendentes; g, fibras especiales que pa- recen proceder del mismo espesor de la capa reticular interna; A, zona reticular externa; B, zona reticular interna. Fila quinta 0 espongioblastos.—Hállanse en los teleostianos todos los tipos descritos por nosotros en los reptiles, batracios y mamiferos. Como ha hecho notar primeramente Dogiel (1), y confirmamos nosotros en la retina de las aves (2), estas células corresponden a dos clases: 1.*, células nerviosas propiamente dichas, pues que, al igual que las de los centros nerviosos, po- seen cilindro-eje y expansiones protoplasmáticas; y 2.*, células con una 0 varias expansiones exclusivamente protoplasmáti- cas (espongioblastos propiamente dichos). A. Variedad nerviosa.—Se trata de corpúsculos volumino- sos, 0ovoideos 6 semilunares, yacentes encima de la capa reti— cular interna, á cuyo piso más externo envían varias ramas protoplasmicas horizontales. La expansión nerviosa es descen- dente, cruza la reticular interna y se continúa verosimilmente con una fibra del nervio óptico. (1) DoGiEL: Veber das Verhalten der nervósen Elemente in der Retina der Ganoides, Reptilien, Vógel et Saugethiere. (Anat. Anz., 1888.) (2) CazaL: Sur la morphologic et les connexions des elements de la retine des OÍSCUUL. rAnatom. Anz , 1889, n. 4.) Ñ 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12. B. Variedad no nerviosa.—Según la disposición de la arbo= rización protoplásmica, se distinguen estos elementos en estra- tificados y difusos. Los difusos son aquellos cuyas expansiones protoplasmaticas se esparcen por todo ó una gran parte del espesor de la capa reticular interna. Entre ellos se observan dos familias: 1.*, Hs- pongioblasto pequeño; representa al que en la retina de las aves describimos con el nombre de neurogl1forme, y es un Corpús- culo menudo, piriforme, de tallo descendente, que no tarda en descomponerse en numerosas ramitas fuertemente varicosas y flexuosas, que llegan hasta cerca del límite inferior de la zona reticular interna (fig. 2.*, J, m). La extensión y forma de la arborización son variables, pero la disposición varicosa y no estratificada de las ramitas terminales constituye un carácter constante; 2.*, Espongioblasto difuso gigante; de notable tama- ño (fig. 2.* 0), con un cuerpo ovoidal, que ocupa gran parte de la zona de los granos; este corpúsculo se distingue por los. espesos tallos qne surgen de su porción inferior, los cuales se dicotomizan repetidamente en todo el espesor de la capa reti cular, cubriendo de ramillas grande extensión de terreno. Espongioblastos estratificados.—Asi pueden designarse aque= llos cuya arborización final se destina exclusivamente á un piso 6 capa de la zona reticular interna. Estos estratos, que: representan solamente niveles de ramificación aplanada de . espongioblastos y células ganglionares, son en la retina de los; teleostianos en número de cuatro. Con arreglo al nivel donde . se dilata la mencionada arborización, pueden distinguirse los: espongioblastos en estratificados del 1.*, 2.2, 3.2 y 4.” piso. Estratificados del 1." piso.—Hemos hallado dos tipos princi pales: una célula robusta, cuadrilátera 6 mitral, de cuyo con= torno brotaban ramas espesas y divergentes (fig. 2.* q); y otra, cuadrilátera también y aleo más pequeña, de cuya periferia. surgían en número infinito y en forma irradiada, finísimos,,. varicosos y larguísimos hilos (fig. 2.* e). En ambos tipos las últimas ramas se disponían en radiación aplanada, exclusiva= mente circunscrita al cuarto externo del espesor de la zona re- ticular interna. Estratificados del 2.” piso.—Existen dos tipos, ambos pirifor= mes: el uno con una arborización estrellada y plana de hebras. . finísimas y notablemente largas (fig. 2.* f); el otro con una | 'É Hi Es Y (13) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 293 arborización pobre, de ramas espesas é irregulares (fig. 2.* p). Estratificados del 3. piso.—También piriformes, pero de tallo más lare'o que los precedentes, puesto que han de extender la arborización final á mayor profundidad. Las variedades prin- cipales son tres: 1.* espongloblasto terminado en el piso 3.” por una arborización aplanada, de hilos finos, divergentes y no ramificados (fig. 2.* g); 2.*, espongioblasto de arborización corta, de ramas gruesas y flexuosas (fig. 2.” h); 3.”, esponglo— blasto de talla gigante, con un ramaje horizontal pobre, pero muy espeso. Aleunas veces se ven variantes del tipo primero, caracterizadas por no presentar sino dos ramitos terminales (ñ). Estratificados del 4.” piso.—Vénse también los dos tipos cita- «los: 1.”, espongioblastos de arborización terminal filamentosa y muy larga; 2.”, espongioblastos de arborización grosera, fle— xuosa y corta (fig. 2.* 1). A veces, en vez de cuatro parecen existir cinco pisos de arbo- rización, como es cosa normal en los réptiles y aves. Sintetizando la disposición de los espongioblastos, cabe afir- mar: 1.”, que casi todas estas células poseen forma en pera con un solo vástago descendente que se resuelve, al nivel de uno «de los cuatro pisos principales de la zona reticular interna, en una arborización plana de ramas divergentes; 2.”, que cada piso contiene dos especies de arborizaciones: unas estrelladas, de fibras finísimas, largas, no ramificadas y semejantes á ci- lindros-ejes; otras irregularmente estelares, de ramas gruesas, flexuosas, cortas, repetidamente divididas y semejantes á ex- pansiones protoplasmáticas. CAPA DE LAS CELULAS GANGLIONARES. Los elementos de esta zona, todos nerviosos, pues poseen un cilindro-eje descendente continuado con una fibra del nervio óptico, corresponden a las mismas variedades descritas en la retina de los otros verte- brados. Cabe distinguir también: células estratificadas y célu— las difusas, subdividiéndose las estratificadas en uni y multies- tratificadas. Las células ganglionares estratificadas, constituyen, del mis- mo modo que los espongioblastos, arborizaciones protoplásmi- «cas aplanadas, destinadas ya á un solo piso, ya á varios pisos de la zona reticular 4 molecular interna; por cuya disposición «cabra distinguirlas en especies, según el piso donde la rami- ficación se termine. 291 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Células del 4.2 piso.—Hallanse diversas formas, general- mente alargadas en sentido paralelo á la retina. De sus extre— mos arrancan gruesas expansiones que bordean por dentro la zona reticular interna y se extien- den, ramificándose, á4 grandisi- ma distancia. El plexo así consti- tuldo se relaciona con el formado a beneficio del entrecruzamiento de los ramajes horizontales de los espongioblastos del piso 4.” (figu- ra 4.*,.B). Células del 3.* piso.—Las hay de pequeña talla, piriformes y con un solo tallo finisimo ascendente, y se encuentran también otras algo ma- yores, semilunares ó cuadriláte— Tas, provistas de varios ramos as— cendentes. En todo caso, estos ta— llos, arribados á la estratificación 3.* de la zona reticular, se resuel— ven en un ramaje fino, varicoso, sumamente flexuoso y apretado (fo, 4, E). Células del piso 2."—De mayor talla que las precedentes y de or— dinario multipolares, extienden sus ramas ascendentes y divergen- tes por el piso 2.”, donde se dispo- nen en extensa arborización hori- zontal de hilos varicosos y largos. Como variedades de este tipo se cuentan: células gruesas de tallos robustos y arborización final espe- sa; y células de tallos finos y de ramificación terminal delicada y palida. Células del piso 1."—Corresponden exactamente á los cor— púsculos de igual nombre de las aves y reptiles. Dos tipos suelen hallarse: multipolares pequeñas con brazos ascenden= tes finos que constituyen, dividiéndose y subdividiéndose., un B, célula cuya arborización se extiende por el 4,? piso; C, F, células que envían sus ramajes al 3.er piso; E, célula cuya arborización es poliestratificada, Fig. 4*—Principales células ganglionares de la retina del Cyprinus carpio. A, célula ganglionar con arborización difusa; (15) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 205 plexo apretado en la parte externa de la zona reticular interna (fig. 4.* G); multipolares gigantes, de forma comunmente se- milunar, provistas de dos gruesos tallos que, llegados al límite externo de la citada capa, se dilatan en una arborización laxa de ramos espesos y ásperos. Celulas multiestratificadas.—A semejanza de lo que ocurre en todos los vertebrados, posee la retina de los teleostianos ele- mentos ovoideos semilunares óú estrellados, de talla variable cuyas expansiones ascendentes forman una primera arboriza- ción aplanada al nivel del piso 3.” de la cual brotan delgadas Tamitas verticales ú oblicuas que se dilatan en otra más fina y varicosa alojada en el espesor del piso 2.” (fio. 4.* E). Células no estratificadas.—No es raro percibir aleunos ele— mentos multipolares, cuyos dos ó tres brazos protoplasmáticos se extienden oblicuamente por la zona reticular, ramificándose repetidamente sin alinearse nunca en pisos determinados. Una variedad de este tipo celular se distinguía por el aspecto espi- noso de sus últimas ramitas. (Figo. 4.* A.) CAPA DE LAS FIBRAS DEL NERVIO ÓPTICO. Se distinguen en es- pesas, medianas y delgadas. Todas son varicosas, corren en fascículos irradiados del nervio óptico, y separados por los tallos de las fibras de Múller. El azul de metilo demuestra que cada hacecillo posee uno ó dos cilindros—ejes espesos asocia— dos á un número extraordinario de fibras medianas y del- - gadas. Una buena parte de los cilindro-ejes acaba en las células de la capa ganglionar, cosa fácil de notar con el método de Ehrlich, en las vistas de plano de la retina; pero otra porción de ellas penetra en la zona reticular interna, terminando de un modo desconocido. Aleunas fibras nos han parecido conti- nuarse con filamentos que ascendían á través de los granos internos, y se arborizaban libremente en la capa reticular ex- terna. No hemos logrado ver hasta hoy aquellos filamentos que, según nuestras descripciones en la retina de las aves y mamiferos, forman arborizaciones varicosas entre los es- plongioblastos. CÉLULAS DE MÚLLER. Son esencialmente idénticas a las de la retina de los batracios y mamíferos. Se caracterizan particu—- larmente por lo grosero y robusto de las expansiones emitidas al nivel de los granos internos, por el tamaño considerable del Nx 296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) - núcleo, y por lo delicado y fino de las mortajas destinadas á los granos externos. Para terminar nuestro estudio sobre la retina, haremos men- ción sucinta de algunas nuevas observaciones recaídas en los reptiles, batracios, aves y mamiferos. Estos datos completan nuestras anteriores monografías y constituirán lla base de un trabajo de conjunto que disponemos para más adelante. Reptiles. CAPA DE LOS GRANOS EXTERNOS. Contiene tres clases de ele- mentos: conos ordinarios 6 derechos, conos oblicuos y células bi- polares dislocadas (basales externas de Ranvier). El cuerpo del cono derecho contiene un núcleo ovoideo, que yace, ya cerca de la limitante, ya en medio de la zona de los granos. La fibra descendente, fina y recta, termina en la capa reticular externa, mediante un ensanchamiento cónico, guar necido de filamentos acabados libremente á corta distancia de su arranque. (Fig. 5.* a, b.) Bl cuerpo de los conos oblicuos posee el núcleo junto á la limi- tante; su fibra descendente, fina y larga, se inclina hacia un lado, terminando por una intumescencia cónica situada casi horizontalmente en la zona reticular. También emite esta pro- minencia basilar, finas ramillas, las cuales ocupan de ordina= : rio un plano más profundo, dentro de la zona citada, que las procedentes de los conos rectos. Los elementos bipolares dislocados, fueron ya vistos por Ran- vier (células basales externas de este autor), y por Hoffmann y Schieffedecker (células concentricas externas); pero sus verda= deras propiedades sólo son revelables por los métodos moder— nos. (Fig. 5.2 d, e.) ] Hallanse estas células situadas entre los granos externos, generalmente más cerca de la capa reticular que de la limi= tante. La parte alta del cuerpo es unas veces redondeada y lisa, otras emite un filamento rematado á beneficio de un es= pesamiento, al nivel de la limitante externa ú algo más abajo. De la parte inferior procede un tallo espeso, que cruza verti- calmente la zona de los granos internos y acaba en la parte baja de la reticular interna por una arborización libre y apla- (17) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 297 nada. Al pasar dicho tallo por la zona reticular externa, pro- vee á esta de aleunas ramitas protoplásmicas. Semejantes elementos, numerosos en los reptiles, más esca— sos en los batracios y mamíferos, ausentes en las aves, poseen, como acabamos de ver, las mismas propiedades que las células subepiteliales halladas por Dogiel en los ganoides. Fig. 5.2—Corte transversal de la retina del lagarto /Zacerta viridis).—a, b, conos rectos; c, maza de Landolt; d, e, bipolares dislocados; g, bipolares externas ó gigantes; h, bipolares ordinarias ó delgadas; í, espongioblasto nervioso;j,espongioblasto de arborización estrellada y fina; m , espongioblasto de ramificación flexuosa; n,es- pongioblasto de ramas gruesas; o, espongioblasto mitral; q , célula nerviosa uni- estratificada; r, célula ganglionar poliestratificada; p, espongioblasto difuso. CAPA DE LOS GRANOS INTERNOS. 1. Subreticulares.— Hemos hallado dos tipos: 1.”, uno en forma de brocha provisto de ex— pansiones protoplasmicas ascendentes cortas y libres, y de un cilindro-eje horizontal terminado probablemente en el espesor mismo de la zona reticular externa mediante una arborización independiente; 2.”, otro, situado más inferiormente, de forma estrellada y cuya expansión nerviosa no hemos podido perse— guir más que en escasa distancia. 2. Celulas bipolares.—Hemos encontrado dos variedades: 1.* células gruesas, de penacho ascendente y rico, sin maza de Landolt, y colocadas en la parte más externa de la zona de los granos internos, (fig. 5.?, e); 2.”, células delgadas, de pena- cho superior horizontal y pobre en fibras, provisto de maza de 2098 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (19) Landolt, y situadas en gran número en la porción más interna de dicha zona. (Fig. 5.*, h.) El tallo descendente, tanto de las grandes como de las pe- queñas, acaba por una arborización libre, al nivel de uno de los varios pisos de la zona reticular interna. Á más de la arbo- rización final, el tallo descendente suele suministrar ramifica- ciones colaterales para los plexos superpuestos. (Fig. 5.) CAPA RETICULAR INTERNA. En ella hay, por lo menos, cinco pisos superpuestos de arborizaciones; cada piso parece compo-. nerse: 1.”, de un plano superior, formado por las ramificacio— nes terminales de tres especies de espongioblastos, á saber: los de fibras finas y largas, los de fibras cortas y flexuosas, los de ramas espesas y oroseras; 2.”, de un plano inferior constituido por las arborizaciones aplanadas de dos especies de células ganglionares: las uniestratificadas y las poliestratificadas. El examen detallado de todas estas especies de corpúsculos exi- giría mucho espacio, y tendra efecto en un trabajo especial. Batracios. CAPA DE LOS BASTONES Y CONOS. Hemos llegado á impreg= nar las dos especies de bastones: los verdes (bastones en maza de Schwalbe), y los rojos ú ordinarios. Los bastones en maza nos han presentado los núcleos, unas veces, junto a la limitante (bastones de pedículo cónico); otras en medio de la capa de los granos (bastones de pedículo cilin= drico y fino). CAPA DE LOS GRANOS EXTERNOS. Una gran parte, y acaso todos los bastones en maza, poseen una fibra descendente oblicua, que acaba en la parte inferior de la zona reticular externa por un pie echado, uno de cuyos lados emite finas expansiones. Los granos pertenecientes á los bastones ordina- rios acaban por un pie cónico orlado de finas hebras basila= res. En los conos hemos comprobado la descripción clásica. Células bipolares dislocadas.—Poseen las propiedades que acabamos de exponer en las de los reptiles. Solamente hay que añadir que en la rana son más pequeñas y próximas a la Zona reticular externa. GRANOS INTERNOS. En la rana y bufo hemos acertado á en= E) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 299 contrar también los dos tipos de bipolares: grandes con pena- cho ascendente, extenso y sin maza de Landolt; pequeñas con maza de Landolt, y provistas de un ramaje externo mucho más pobre. Los penachos inferiores de las bipolares, tanto grandes como pequeñas, suministran arborizaciones colatera— les para diversos pisos de la reticular externa. Aves. CAPA DE LOS GRANOS EXTERNOS. Además de los conos y bas- tones ordinarios se observan en las aves: conos oblicuos, es de- cir, fibras de cono que, sufriendo una inclinación debajo de su erano, marchan casi horizontalmente por la capa reticular ex- terna, terminando en un espesamiento largo, erizado de expan- siones finas. Entre las fibras oblicuas de cono, hay algunas cuyo pie cónico es semiesférico, y yace debajo de la reticular externa, en plena capa de los granos internos. Bajo el punto de vista del plano en que terminan los pies de las células visuales, pueden distineuirse tres zonas superpues- tas en la capa reticular: 1.*, externa, formada por los filamen- tos de los pies de los bastones; 2.*, media, constituida por los filamentos de los conos rectos; 3.*, interna, formada por los apéndices de los conos oblicuos. En cada plano de estos pare— cen concurrir especialmente ciertas bipolares. En los conos ye melos, las dos fibras descendentes no van á igual plano: una envía su pie al plano medio ú superficial, mientras la otra lo remite al más profundo. CAPA DE LOS GRANOS INTERNOS. Las celulas subreticulares pe queñas en forma de brocha, nos han presentado un cilindro-eje horizontal que, á una distancia variable, termina en la misma zona reticular externa, á beneficio de una arborización apla— nada, poco extensa y de ramas varicosas y espinosas. También /as bipolares exhiben las dos especies ya citadas en los batracios y reptiles. En la capa de los espongioblastos hemos hallado casi las mismas especies referidas de la retina de los peces y reptiles. 300 a ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Mamiferos. El descubrimiento más importante que hemos hecho en la retina de los mamiferos (buey, carnero, perro, etc.), es la exis- tencia al nivel de la zona reticular externa de numerosos cilin- dros-ejes horizontales, espesos, lareuisimos, terminados por una arborización aplanada y libre, de enorme extensión (acaso la más extensa que ofrecen los centros nerviosos). Las ramillas de estas arborizaciones son varicosísimas y están erizadas de espinas ascendentes que suben hasta las esférulas de los bas= tones, terminando por una varicosidad. Estas notabilisimas arborizaciones libres se continúan con un cilindro-eje horizontal larguísimo, que recorre una exten— sión superior á un milímetro. Después de muchas y porfiadisi- mas investigaciones, al objeto de averiguar la procedencia de tales expansiones nerviosas, hemos logrado demostrar que no son otra cosa que la prolongación de la expansión funcional de las grandes células estrelladas de Tartuferi y Dogiel. Por consiguiente, los cilindros-ejes de estas, que según este último sabio descenderían a la capa de fibras del nervio óptico, que- darían en la misma zona reticular externa para dar origen á las mencionadas arborizaciones. De nuestros estudios resulta que a la zona reticular externa envían ramificaciones protoplasmáticas las siguientes especies celulares: 1.* Corpúsculos estrellados, de forma aplanada, horizontal= mente dispuestos, cuyas expansiones protoplasmáticas se divi- den y subdividen repetidamente. El cilindro-eje fino marcha horizontalmente y termina, á una distancia no muy larga, en la misma zona reticular, por ramitas libres, varicosas y poco abundantes. Durante su trayecto horizontal emite algunas co= laterales igualmente terminadas, mediante ramificaciones va- ricosas é independientes. 2.* Corpúsculos estrellados gigantes.—Estas células son estre- lladas, más escasas de expansiones que las precedentes, y abultan notablemente hacia abajo, llegando á veces el cuerpo protoplasmático hasta la zona de los espongioblastos. Las ex— pansiones protoplasmáticas se caracterizan por terminar, tras (21) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 301 curso generalmente breve, inmediatamente debajo de las esfé- rulas de los bastoncitos, á favor de unos penachos de apéndices cortos, varicosos y digitiformes. El cilindro-eje, robusto y hori- zontal, camina algo apartado de la zona reticular externa, y se termina á grandísima distancia, á beneficio de las antes cita- das y extensisimas arborizaciones libres. 3." Células estrelladas gigantes con expansión descendente.— Corresponden a los elementos estrellados grandes, descritos por Tartuferi y Dogiel en la retina de los mamiferos. Son ente- ramente iguales 4 las anteriores, salvo que envían además una ó varias expansiones protoplásmicas descendentes que se arbo- rizan horizontalmente en uno ó varios pisos de la zona reticu- lar interna. 4.* Celulas bipolares gigantes.—Son corpúsculos completa— mente iguales á las bipolares que nosotros llamamos de cono, por tener el penacho ascendente aplanado y conexionarse més especialmente con los pies de los conos; pero difieren de ellas por presentar el penacho superior tan robusto y tan amplia- mente arborizado, que llena casi igual territorio de la zona reticular externa que cualquiera de los corpúsculos“estrellados horizontales antes citados. Carecen de cilindro-eje, pudiendo, como en las células bipolares, reputarse por expansión funcio-. nal el tallo descendente. 5.2 Las dos especies de bipolares, que ya describimos en uno de nuestros trabajos sobre la retina (1), 4 saber: bipolares con penacho ascendente conexionado con los bastones; bipolares con penacho horizontal y aplastado, relacionado con los pies de los conos. ¿ZONA RETICULAR INTERNA. En esta zona hablase señalado la existencia de núcleos y células de caracteres enigmáticos, que unos reputaban nerviosas y otros neuróglicas. Nuestras obser-. vaciones demuestran que los tales elementos (cuya forma es ovoidea, en huso ó triangular) representan verdaderos espon- gioblastos, por cuanto carecen de cilindro-eje, y sus expansio- nes, sucesivamente ramificadas y de enorme longitud, cami- nan horizontalmente en el espesor de la zona reticular interna, coadyuvando á la formación de los plexos concéntricos de los (1) Ramón Y CaJaz: VNofas preventivas sobre la retina y gran simpático de los manmi- Feros, 1891. 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) espongioblastos ordinarios. Las expansiones llegan á tener eran finura á fuerza de dividirse y se terminan libremente en los susodichos plexos. Las zonas de la capa reticular interna donde se alínean las arborizaciones de los espongioblastos y células vanglionares, son también en número de 5, hallandose en los mamiferos casi todos los tipos de estos corpúsculos que exhiben los peces, reptiles y aves. Cada zona comprende dos subestratos: el su— perior, formado de ramas de espongioblastos; el inferior, cons- tituido de arborizaciones finales de células ganglionares. Las expansiones descendentes de las bipolares entrelazan su penacho varicoso en cada uno de estos plexos ó pisos de la capa reticular interna; de suerte que hay bipolares que termi- nan en el primer plexo, otras en el segundo, y así sucesiva= mente en todos las demás. En CAPA DE LAS FIBRAS DEL NERVIO ÓPTICO. Finalmente, habien- do llegado a teñir muy extensa y netamente la capa de fibras del nervio óptico, hemos comprobado dos hechos: que ninguna fibra suministra colaterales para las capas reticulares; y que entre los cilindros-ejes, existen, como se había conjeturado por algunos (y en todas las regiones de la retina) numerosas células de neuroglia. Habitan estas en todos los planos de la capa de fibras ópticas, y hasta en la de células ganglionares. En general, sus expansiones numerosas y largas, marchan en el sentido de los cilindros-ejes; pero las hay de trayecto distinto y hasta de curso ascendente. Algunas se distribuyen y ramifi- can en el espesor del estrato reticular interno. £ . 2 e ; , A > ias MS EE E A O O A A E SS A (23) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. 303 IES UNC EAN EEN TE TESLA TS Aun cuando no consideramos concluidas nuestras observa- ciones, creemos poder dar como seguras las siguientes con— clusiones generales. 1. Los conos y bastones se terminan en todos los vertebra- dos al nivel de la zona reticular externa por extremidades libres mas 6 menos abultadas. 2. Los conos acaban siempre, cualquiera que sea el verte— brado que se estudie, á favor de una dilatación cónica de base inferior, guarnecida de filamentos colaterales; pero no así el bastoncito, que se termina en los mamiferos, aves nocturnas y teleósteos, mediante una pequeña esfera libre, y en los ba- tracios y aves diurnas mediante un cono erizado de filamen- tos; de suerte que en estos últimos seres apenas difiere la dis- posición terminal de las fibras de conos y bastones. 3. En las cuatro clases de vertebrados el pie inferior de la fibra de bastón se alínea en un plano más periférico de la zona reticular externa que el pie correspondiente de la fibra de cono. 4. Puede darse como segura para los teleósteos y mamitfe- ros, y como probable para las demás clases de vertebrados, la existencia de dos especies de bipolares: unas destinadas a recoger la excitación producida en los bastones; otras consa— gradas á conducir el movimiento suscitado en los conos. Estos dos caminos de conducción continúan individualizados hasta el sensorio, por cuanto los pies de cada especie de bipolares establecen contactos con el cuerpo ó ramajes protoplasmáticos de diversa clase de células ganglionares. Semejante doctrina se armoniza con el concepto fisiológico, que atribuye a los bastones una actividad especial, la sensibilidad luminosa bruta; y á los conos otra también exclusiva: la sensibilidad al color. 9. La transmisión entre los distintos elementos que de atrás adelante debe recorrer la excitación luminosa, se realiza 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) por contactos 6 articulaciones. No existen en la retina anasto— mosis intercelulares, ni en las fibras de Miller ni en los ele= mentos nerviosos. 6. Las articulaciones ó empalmes nerviosos retinianos son dos: 1.”, entre los pies de conos y bastones y penachos exter— nos de las células bipolares; 2.”, entre el penacho interno de estas y el cuerpo Ó ramas de los corpúsculos de la capa gan— glionar. | 7. Las células subreticulares parecen representar elemen- tos de asociación de conos y bastones entre sí. 8. Los espongloblastos, cuyo ramaje terminal se adosa á la arborización protoplasmática de las células de la capa gan- elionar, semejan elementos ú claves de asociación de estas úl- timas. No obstante, su peculiarísima forma y disposición, acaso esté en relación con actividades específicas actualmente indeterminables. 9. En los principales tipos de espongioblastos, bipolares y células ganelionares, existe constantemente variedad de ta= maños, que acaso haga relación con el número mayor ó me— nor de elementos cuya actividad deban recolectar. Por lo cual, y dado que las células ganglionares más robustas y de más extenso ramaje son las que se articulan con las mayores bipe- lares, y estas á su vez con los más voluminosos hacecillos de conos 6 bastones, resulta verosímil la suposición de que el es— pesor de cada fibra del nervio óptico guarda proporción con el número de unidades de movimiento .visual transmitidas al sensorio. 10. El movimiento especifico engendrado en cada cono ó bastón (unidad de movimiento visual) no marcha, pues, aislado hasta los centros, sino que se junta con otros en el conductor común de las células bipolares, y más tarde en el cilindro-eje de las ganglionares, para difundirse nuevamente sobre mu-= chas células de los lóbulos ópticos (1). Por lo demás, esta difu— sión del movimiento nervioso ha sido ya señalada para los centros por Golgi, y para la retina por Tartuferi. 11. La estructura mencionada se refiere, de manera espe- cial, á la zona retiniana alejada de la foseta central; y explica. (D) Véase nuestro trabajo: Sur la fine structure du lobe optique des oiseaux et sur Vorigine des nerfs optiques./Zatern. Monatschrift f. Anat. u. Physiol. 1891. T. vr.) > Y Y (25) Cajal.—LA RETINA DE LOS TELEÓSTEOS. pee 0805 satisfactoriamente la indeterminación de las impresiones reci- bidas por aquella. En cambio, la exquisita acuidad visual de la foseta retiniana puede concebirse bien, suponiendo (y nues- tras observaciones, aunque incompletas aún, abonan este die- tamen) que cada pie de fibra de cono se relaciona solamente con un penacho ascendente de bipolar, gracias á la pequeñez y pobreza de ramificaciones de éste; de suerte que cada bipolar conduce exclusivamente una unidad de movimiento visual. Y ANALES DE HIST. NAT.—XX1. 20 ANEMONIA SULCATA PENNANT.. ESTUDIO ANATÓMICO-HISTOLÓGICO DE UNA ACTINIA, , POR DON MANUEL CAZURRO. (Sesión del 1. de Julio de 1891.) Al escribir esta Memoria, no me he propuesto presentar en ella especiales investigaciones, que cambien por completo lo que se sabe acerca de este punto, objeto de mi estudio, ni esto es siempre posible, ni mis escasos conocimientos me lo permi- tirían. He creído que, aun sólo limitándome á aplicar lo que hoy se sabe de la zoología de estos animales á una especie de facil observación, podría encontrarse ocasión para ofrecer un resumen de la zoología de un grupo, presentando con él un compendio de diversas investigaciones desparramadas en nu- merosas obras, y facilitando por este medio su estudio preli- minar, para los que luego quieran profundizar más en el co- nocimiento del interesante grupo de animales, objeto de mi tarea. ] No me he limitado, al hacer este resumen, á leer unas cuan- tas obras que de la materia tratasen, é hilvanar con ellas una Memoria más ó menos heterogénea, en la que mi trabajo quedara reducido al de un mero compilador, sino que ¡perso— nalmente he tratado de comprobar por mí mismo las investi- gaciones de diversos autores que han esclarecido la historia de estos animales. No he vacilado en realizar este trabajo, porque siendo en nuestra patria poco conocida la zoología de este grupo de ani- males, aun cuando sólo me hubiera limitado á traducir algu— nos trabajos sobre ellos, creo que no hubiera resultado por 308 | ANALES DE HISTORIA NATURAL. yd (2) completo inútil mi tarea, mucho * más que, al sentir yO, por mi ignorancia, la necesidad de hacer este estudio, una vez ya hecho pienso que puede ser. útil para alguno que se encuen- tre en caso análogo y con deseo también de conocer algo la zoologla de estos animales. Hago estas advertencias porque seguramente podría aromiir- seme que en el presente trabajo no doy á conocer ningún he- cho nuevo, y me limito sólo á exponer ajenas investigacio- nes que paso á paso he seguido y aplicado á una especie muy abundante y facil de observar. He creído esto preferible, por que crea un objeto concreto para el que quiera comprobarlas, y facilita en gran modo el estudio de la materia. Seguramente que no puede compararse este modesto trabajo con las magníficas monografías de Heider, de Hertwig y de otros autores; más modesto mi papel, sólo he tratado de resu- mir sus investigaciones aplicáandolas á una especie concreta, para dar una idea general de la organización de las Actimas. Para ello he tenido que consultar numerosos trabajos que he tratado de comprobar, y de ellos he tomado abundante ma- terial, y muy especialmente de las obras de Gosse, The British Sea Anemones and Corals; de Milne Edwards et Haime, Histoire natwrelle des Corallaires; de Hollard, Monographie du genre Ac- tinia L.; de Heider, Sagartia Troglodytes em Beitrag 2wr Ana tomie des Actinien; de Jourdan, Zoanthaires du Golfe de Mar seille; de Lacaze Duthiers, Développement des Corallaiwres; de Oscar y Richard Hertwig, Die Actimien anatomisch und histolo- gisch mit Besonderer Beruchsichtung des Nerven muskel system Untersuch; y de Andrés, Le Attimie. Fauna und Flora, Golf. NVeapel 9 Monograph. 1 Part. Leipzig, 1884. En cuanto á los motivos que me han inducido á escoger esta especie para mis estudios, son bien fáciles de comprender. Después de las monografías de Hollard de las Actimia eguina y sentlis y otros numerosos trabajos sobre este género; las de Haime y Heider sobre el Cerianthus membranaceus; del mismo Heider sobre la Sagartia troglodytes, y de otros varios autores sobre especies menos importantes, quedaba la Anemonta sul—- cata entre las especies más comunes sin estudiar por com-= pleto: Por otra parte, la gran abundancia de esta especie 'en todas las costas y en toda estación, la facilidad con que vive en los (3) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 309 acuarios y la facilidad también con que puede prepararse, fue- ron otras tantas razones que me indujeron á escogerla. Es verdad, en cambio, que ofrece dos graves inconvenien— tes: el primero , la extrema abundancia de sus septos y ten= táculos, que la dan una organización más complicada que la de otras especies, y la poca resistencia de sus tejidos que con gran facilidad se alteran; pero estos son sólo obstáculos que hay que vencer como en todo trabajo, y sólo el primero sería verdaderamente grave si se tratase de seguir su desarrollo embriológico, el orden de aparición de sus tentáculos, etc.; y en cuanto al segundo, los procedimientos técnicos encontra- dos para la conservación y para el estudio histológico del ani- mal le disminuirán considerablemente. He realizado estos estudios durante el año 1890-91, comen- zámdolos en la Estación de Biologia marina, de Santander, y terminándolos en la de Nápoles. Hago aquí gustosísimo cons tar mi gratitud al director de la primera de ellas, D. Augusto González de Linares, verdadero fundador de estos estudios en nuestra patria, que ha sido el maestro que en ellos me ha ini- ciado; al profesor A. Dohrn, director de la de Nápoles, y á su vicedirector, profesor H. Eisig, al profesor Mayer y al Sr. Lo Bianco muy especialmente, por todos los consejos y facilidades que me han proporcionado, y sin cuyo concurso me hubiese sido imposible la realización de este trabajo por malo que sea. BIBLIOGRAFÍA. Hacer aquí una detenida enumeración bibliográfica de cuan- to sobre este grupo de animales se ha escrito, sería ciertamente inútil, existiendo dos minuciosas listas en el trabajo de los hermanos Hertwig y en la monografía de este grupo del doc- tor Andrés, listas á las cuales siempre podrá acudir el que quiera estudiar con alguna detención este grupo. Asi, pues, me limitaré aquí á indicar las obras más importantes en el estudio de las 4címias, y añadir todas las publicadas de que tenga noticia con posterioridad al índice de ellas de la mono- grafía del Dr. Andrés, que alcanza hasta 1882, 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) Como obras generales y de clasificación, pueden consultarse principalmente las siguientes: 1834. BLarwvILLE (H. N.) —Manuel d'Actinologie et Zoophytologie. 1837. JoHwNstoN (G.)—The Natural History of British Zoophytes. Magaz. Zool. Bot. 1, 1837, y 11, 1838. 1837-39. LamarcK (J.)—Histoire naturelle des animaux sans OS 1838. JoHNsToN (G.)—A History of British Zoophytes y 2. edición, 1847. 1857. Mine EpwarDs (H.)— Histoire naturelle des corallaires. 1860. Gossz (PH. H.) — A History of the iaa Sea Anemones and P Corals. 1875. FiscHer (P.) —Sur lbs Actinies des cótes océaniques de France. Nouy. Archiv. Museum x, 1875. 1880. AwDrÉs (A.) — Prodromus neapolitane actiniarum fauna, addito generalis actiniarum bibliographis catalogo. Mittheil. Zool. Stat. Neapel 11, 1880. JOURDAN (E.) —Recherches zool. et histologiques sur les Zoanthai- res du golfe de Marseille. Ann. Sc. Nat. 6.2 serie, x, 1880. 1882. Mariox (H.) —Actiniaires atlantiques des dragages de l'aviso Le Travarllewr. Compt. rendu, XCIV. Como trabajos sobre su anatomia é histología, merecen con- sultarse especialmente los siguientes: 1841. DeLLE Curase (St.)— Descrizione e notomia degli animali a vrati delle due Sicilie. 1851. HoLLarD (H.) —Monographie anatomique du genre Actinta de Lin- née (d'apres les Act. senilis et equina). Ann. Sc. Nat., 3.2 serie, xv, 1851. | 1854. Hamz (J.) —Mémoire sur le Cerianthe. Ann, $c. Nat., 4.* serie, 1, 1854, : 1871. ScHNEIDER Y Rórreken.—Ueber den Bau der Actinien und Korallen. : Sitzungsberich. der oberhessischen Gessellschaft. 1872. Aman (G. J.)—On the structure of Edwardsia. Quarterly, a QUurn. Microscop. Sc., XII. LaAcaze-Duruiers (H. ) Développement des Corallaires: Actiniaires sans Polypier. Arch. zool. expérim. et génér., me 1872. : 1875. Lunwic (H.)— Ueber das Rótteken'sche Auge der Actinien. Nach- rich der Gessellsch. der Wissenschaften zu Góttingen, núm. 18, 1875. 1877. HrrneEr (A. v.)— —Sagartia troglodytes Gosse, ein Beitrag zur Anato- mie der Actinien, Sitzungberichte d. k. Akad. Men Math. nat. ClTizzy, 1907 (5) 1877. 1879. 1880. 1881. Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 311 KoRrOoTNEFF (A.)—Organes des sens des Actinies. Arch. zool. expér. y. Hetber (A. v.)—Cerianthus membranaceus Haime. Ein Beitrag zur Anatomie der Actinien. Sitzungberich. d. k. Akad. Wien. Math. nat. Cl. xxIx, 1879. ] HerrwiG (O. y R.)—Die Actinien anatomisch und histologisch mit besonderer beruchsichtigung des Nervenmuskel systems. JOURDAN (E.) — Recherches zool. et histologiques sur les Zoan- thaires du Golfe de Marseille. Ann. Sc. Nat. 6.* serie, x, 1880. KRUKENBERG (C. Fr. W.) —Ueber den Verdaunngsmodus der Acti- nien. Vergl. Physiol. Stud. 1.* serie. 1 Abth. Heidelberg, 1880. AwDrés (A.)—Intorno a la scissiparita delle Attinie. Mittheilung Zool. Stat. Neapel 111, t. 8. HerrtwiG (R.) —Bau der Ovarien bei den Actinien. Sitzun. d. Je- nais. Gessellsch. fur Med. und Naturwiss. 1881. Desde el año de 1882, en que termina la enumeración biblio- gráfica de lo publicado acerca de las Actimias, hasta hoy, he podido tener noticia de las siguientes publicaciones: 1882. 1883. 1884. HerTwiG (R.)—Report on the Actiniaria dredged by H. M. $. Chal- lenger during the years, 1873-76. Lacaze Durmers. — Étude d'une Actinie prise comme type. Son embryogenie et son organisation. Reyue scient., vol. xxx1, 1883, páginas 513-527. ; MúLLER (G.) —Zur Morphologie der Scheidewande bei einige Pa- lythoa und Zoanthus. Inaug. Diss. Marburg, 1883, LEUDENFELD. — Zur histologie der Actinien. Zool. Anzeiger, 1883, páginas 189-192. Duncan (M.) —Remarks on an Essai by Prof. Pindstrón entitled «Contributions to the Actinology of the Atlantic Ocean» and a Reply to some of his Criticisme. Ann. and Mag. Nat. Hist. 5, x11, páginas 361-369. «FavroT.—Sur lVanatomie de la Peachia hastata. Comp. rend. Ac. Sc., vol. 98, páginas 756, 757. 1884. LiwpsTrom (S.) —A Reply to the Remarks of Prof. Duncan on a Paper entitled « Contributions to the Actinology of the Atlantic Ocean.» Ann. and Mag. Nat. Hist. 5, x111, páginas 102-107. VErRRBILL (A. E.) —Report on the Anthozoa and some additional Spe- cies dredged by the «Blake» in 1878-1879 and by U. S. Fish Com- mission Steamer «Fish Hawk» in 1880-1882. Bul. Mus, Comp. Zool. Cambridge x1, páginas 1-72. AwDrús (A.)—Le Attinie. Fauna und Flora Golf Neapel 9. Monogr. 1.* Parte. Leipzig, 1884. 4.”, 459 páginas, 13 láminas. 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Y (6) 1885. Fauror.—Sur l' Adamsta palliata. pomo rend. Ac. Sc. 1885, t. 101, páginas 173, 174. Mac MunnN (€. 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La preparación de este grupo de animales ofrece verdade- ras dificultades que á veces resultan obstáculos insuperables, que han sido la verdadera causa de que tanto se haya retra- sado su conocimiento. La gran contractibilidad que ofrecen, junto con lo poco resistentes que son sus tejidos, y la facilidad con que se alteran y quedan reducidos á una masa gelatinosa, son graves dificultades con que se tropieza en la parte técnica de su estudio. Cuando se quieren conservar estos seres, ya para destinar- los á las: colecciones de los museos, ya para la enseñanza, re- sulta su preparación verdaderamente difícil; pues aun cuando se usen rapidísimos reactivos, dotados de un gran poder de penetración y de una actividad extraordinaria, aún tiene tiempo el animal para contraerse y morir en una forma que le hace luego irreconocible; y si se acude á medios que dan por resultado el narcotizarlos, privándoles de su sensibilidad y movimiento, es muy frecuente que cuando se le cree privado de todo movimiento y por completo narcotizado, al pasarle á un reactivo que le fije en su verdadera forma, apenas le toca éste se contraiga y quede irreconocible. A pesar de todo esto, preparando un buen número de ejem- plares y empleando grandes precauciones, merced a la segu- ridad de los métodos encontrados por el Sr. Lo Bianco y em- pleados en la Estación Zoológica de Nápoles, se pueden conse- guir con todas las especies, por contráctiles que sean, buenos resultados. eds Felizmente, para nuestro caso, de todas las especies la que más facilidad ofrece para su preparación es la que va á ser objeto de nuestro estudio: la 4Anemonia sulcata Penn. - Para lograr buenos ejemplares de esta especie se emplean en el establecimiento citado los siguientes procedimientos: Cuando el animal está bien distendido en el agua de mar se vierte en la vasija que le contenga un volumen igual al del 1 316 "ANALES DE HISTORIA NATURAL. ¿(10) agua en que esté de una mezcla de ácido crómico y ácido pí- crico en las proporciones siguientes: Ácido crómico al 1.por:100.< ciu. 3a ee. ... 1 volumen. Líquido de Kleinenberg.......o......... 1 > Este líquido de Kleinenberg se prepara mezclando 100% de solución acuosa, saturada de ácido píerico, y 2 de ácido sul- fúrico; y este líquido, que es el llamado ácido picro-sulfúrico, dilátase en tres veces su volumen de agua destilada. Al cabo de cinco ó diez minutos que el animal esté ya muer- to, se pasa á otro recipiente que contenga ácido crómico al 1/, por 100, en el cual se le deja suspendido, con los tentáculos hacia abajo, por medio de un hilo que se engancha en los bor- des de la base, y agitando un poco el líquido se po gue los tentáculos quen en buena disposición. | En esta forma permanece durante media hora, y después se le pasa al alcohol débil de 50 por 100. Al cabo de cuatro á doce horas, según el tamaño del animal, se le puede ya pasar á alcohol de 70 por 100, que se muda al día siguiente, y en el cual permanece yá el animal, teniendo cuidado de mantenerle siempre en esta disposición, ide sobre todo si es: de eran tamaño. De este modo se pueden obtener as ej a pea fectamente conservados. Se puede también emplear para esta especie, si se quiere evitar toda contracción 6 usar con ella otros reactivos distin- tos del ya dicho, el procedimiento de narcotizarlas que se em- plea en la citada Estación para las especies más contráctiles, como son las de los géneros A damsia, Sagartia, Actinoloba, etc. Para ello se pueden emplear diversos procedimientos; el que da mejor resultado es el del humo de tabaco, que publicaron por primera vez los hermanos Hertwig, por haberle visto prac- ticar en la Estación de Nápoles, según ellos mismos dicen (véase Jena Zeit. f. Naturw. 13 Bd., 1879, p. 467). Para lograr este resultado se colocan los animales en una vasija con agua, procurando que no toquen á las paredes de ella, y esa vasija se coloca en un cristalizador bajo, lleno de agua hasta la mitad, y el todo se cubre con una campana de vidrio, cuyos bordes penetren en el agua. Se toma luego un fuelle, cuyo cañón se adapta á la boca de una pipa grande de metal llena de tabaco (11) -Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. lo encendido, y el tubo de esta pipa, encorvado en S, se intro- duce debajo de la campana que cubre los recipientes en que estan las actinias; se comienza á soplar lentamente y el humo llena bien pronto la campana. Para hacer salir el aire se hace que la campana comunique con el exterior por un tubo en Ú. Se hace una primera fumigación , y á poco se ve que el humo se va disipando y disolviéndose los principios narcóticos en el agua que contiene los animales. Tres horas después se repite la operación, y después de dejarla obrar por doce ó catorce ho- ras se levanta la campana y se procura ver si los animales han perdido ya la sensibilidad, tocando los tentáculos con una aguja. Si no se contraen se puede seguir la operación; si, por el contrario, dan muestras de sensibilidad, se repite la fumi- gación. En el primer caso se coloca debajo de la campana un tubo con algunos centímetros cúbicos de cloroformo y se deja obrar durante aleunas horas, al cabo de las cuales se vierte sobre los animales el reactivo que se use para fijarlos, espe- cialmente una mezcla de Ácido acético concentrado........... aa ODA Ácido crómico al 1 POr IO A EE UE 10 Se pasan después al ácido crómico al */, por 100 y luego á los alcoholes como en el caso anterior. También se usa para narcotizarlas el hidrato de cloral en soluciones sumamente débiles al 1 por 1.000, y la cocaina y muy especialmente, el alcohol mezclado lentamente con el agua, lo cual se obtiene vertiendo por encima una capa de una mezcla de MENO de 10% ecos oe ISLE 2 partes. IEA A E A a Vo AE OA A Ts OA que por su densidad fiota encima del agua y se va luego difun- diendo lentamente por todo el líquido y produciendo la anes- tesia de las actinias en él colocadas. Otras actinias pueden ser muertas directamente sin narcoti- zar, como el Cersanthus membranaceus, que se mata con el áci- do acético; los Cladactis, Cereactis y Bunodeopsis, que se fijan - con la mezcla cromo-acética ya dicha; las Actmias equina y 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) cari, que se pueden matar con el sublimado en caliente, como asimismo la Polythoa axinelle; y después todas ellas se endu- recen en el ácido crómico al */, por 100, y se. pasan luego á los alcoholes. z Todos estos métodos, muy buenos seguramente para con= servar la forma del animal, tienen el inconveniente de que con frecuencia no se obtiene con ellos la conservación de los delicados elementos de los tejidos de estos animales, cuya forma y disposición no pueden luego observarse; el resultado que se obtiene varía muchísimo con los medios de conserva- ción que se emplean, pues los tejidos se maceran con extrema facilidad, haciéndose por completo irreconocibles. Los ácidos picro-crómico, en la forma ya dicha, y el cromo- acético, no dan mal resultado, sobre todo para la observación topográfica de sus tejidos; pero cuando se quiere discernir bien la forma de sus elementos es preciso acudir siempre con preferencia á cualquier otro reactivo, al ácido ósmico, que puede decirse es el verdadero reactivo específico para estos animales. Para emplearle conviene hacer uso de soluciones no muy fuertes, cuando más al */, por 100, y lavar bien luego en agua destilada. Para obtener cortes, que ilustran grandemente, sobre la dis- posición histológica de estos animales, he seguido el procedi- miento ordinario de la inclusión en parafina. Después de fijos con cualquiera de los reactivos dichos he pasado los ejempla= res al alcohol primero de 50 y luego de 70 por 100 hasta endu- recerlos; luego se colorean bien con el carmín borácico ó la hematoxilina, sobre todo la alumínica, sesún la novísima fór- mula del profesor Pablo Mayer, que he tenido ocasión de en— sayar con eran éxito; se pasan luego á los alcoholes de 70, 90 y 100, donde acaban de ser deshidratados, y por fin al cloro= formo, para ser luego incluidos en la parafina y cortados con el microtomo. Jourdan aconseja la inclusión en goma, seguida del endu= recimiento por el alcohol; pero la parafina ó celoidina son se= guramente preferibles para este caso. Los cortes, por lo general, nos dan solamente una idea de la distribución topográfica de los elementos que forman los tejidos. Para completar el estudio de estos es preciso recurrir (13) E Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 319 a la observación de aquellos elementos por medio de las diso- ciaciones, procedimiento precioso que nos da una idea exacta de la forma y relaciones que entre sí poseen las diversas cé- lulas. Las disociaciones de los tejidos en fresco no dan gran resul- tado; apenas si dejan ver la forma de los nematocistos, células glandulares y algas parásitas; los demás elementos quedan por completo irreconocibles. Jourdan aconseja y dice usó el ácido crómico'en muy débil disolución , y más principalmente el bicromato amónico al 1/, por 100, dejando en maceración en 200 gramos de este líquido los tejidos durante un mes, pudiendo así separar fácilmente los elementos. Pueden también emplearse, y he ensayado el alcohol al 1/,, el ácido nítrico débil 1 por 1.000, el acético y otros con me- diano resultado; el alcohol al */¿ permite al cabo de diez d doce días separar perfectamente los elementos, pozo no los con- serva muy enteros. Seguramente el mejor método de obtener estas disociacio— nes es el propuesto por los o Hertwig, que emplean la siguiente mezcla: Ácido ósmico al 0,04 por 100. Ácido acético al 0,2 > Agua de mar. En este líquido se dejan los objetos cinco ú diez minutos, según su tamaño, y luego se tienen algunas horas en ácido acético al 0,2 por 100, y después se disocian con las agujas al microscopio de disección. Para teñir las disociaciones aconse— jan el picro-carmín ó el carmín de Béale, y para montarlas la glicerina. La gelatina glicerinada da también buen resultado. Este procedimiento da resultados satisfactorios y permite con cierta relativa facilidad la observación de las células ner— viosas y de los más delicados elementos. He intentado también, con algún resultado, para colorear fuertemente los elementos una vez disociados, extenderlos so- “bre un cubre-objetos, dejar evaporar á un calor suave el líqui- do en que estaban y teñir luego con una anilina en la forma que de ordinario se hace con las preparaciones bacteriológi— 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL... (14) cas; de este modo las células y fibras retienen perfectamente el color, y se pueden observar con grandes aumentos. El Dr. Andrés aconseja para las disociaciones fijar con su=. blimado, macerar con alcohol á 25 por 100, durante un día, incluir en goma arábiga que se endurece por el alcohol abso= luto, y luego cortar al microtomo, y estos cortes ASspuza diso— ciarlos con las agujas. : He intentado también , sin gran resultado, las imbibiciones en nitrato de plata para el sistema nervioso; pero quizás con más insistencia se obtengan por este medio buenos resultados. PRIMERA PARTE, E Anatomía y descripción de la especie. 1.— ANATOMÍA DEL GRUPO. El cuerpo de la Anemonia sulcata en estado de expansión puede compararse, como el de todas las actinias en general, a un cilindro hueco del cual la superficie curva, de revolución, constituye la columna, y las dos superficies planas horizonta- les 6 bases forman respectivamente /a base, la inferior, y el limbo la superior. De ésta nacen numerosos apéndices ú ten— táculos, y en su parte central presenta una abertura ó boca, que se continúa por un tubo que penetra en el interior del cuerpo, y al cual se denomina faringe. De la parte interior del cuerpo arrancan numerosos tabigues 0 septos radiantes que se dirigen desde la periferia al centro. Cuando el animal está bien extendido, su cuerpo presenta la forma dicha; pero: cuando se contrae , se reduce á la forma de un disco casi plano. | Entrando en el examen somero de cada una de estas partes ó regiones que constituyen su cuerpo, veremos la forma espe- cial que presentan en la especie objeto de nuestro estudio. He- mos de advertir al hacer este examen, ya que los nombres pro- puestos por los más competentes actinólogos son algo diversos, . (15) Cazurro.—EsSTUDIO DE UNA ACTINIA. 321 que seguiremos la nomenclatura propuesta por el Dr. Andrés en su excelente trabajo ya citado. La base (pie, Fuss, Fusscheide, aboral ó abactinal extremity), que, según hemos dicho, es la superficie inferior, en cierto modo plana, que limita el cuerpo de la Anemonia, y por la cual el animal se fija al suelo, es siempre musculosa, rugosa, y se adapta perfectamente á la superficie, á la cual se halla adhe- rido el animal. En el género á que pertenece la especie que estudiamos, la base es más ancha que la columna, redonda, Figura 1.2 € AS ÉS AE ps SS y) ERES v Sy 1 > SS 2-8 IA Ó A Ñ 2 BA. pe ESTAS Y LESA O ASA A Eno PRO IÓ A 9 q Anemonia sulcata Penn. de contorno irregular, muy musculosa y fuertemente adhe- rente. En otras familias la base realmente no existe, al menos en esta forma, tal como en los Minyadidos, que son actiniarios libres que nadan por la superficie de las aguas, ó en los Ed- wárdsidos y Ceriántidos, en los cuales el cuerpo termina en una punta redondeada que se entierra en la arena, 6 mejor aún en las actinias compuestas como los Zoántidos. La columna (cuerpo, tronco, paleo, pared, Rumpf, Stamm, Mantel, Manerblatt, body, etc.) viene á continuación de la base ANALES DE HIST. NAT. — XXI. 21 , 32 y : ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) sobre la cual se asienta. Hemos dicho que es la superficie ci- líndrica, que limita verticalmente el animal, por lo general, fuera de las variaciones que puede presentar, como estrias, tu- bérculos, etc.; su aspecto y forma son poco variables; en algu- nas especies y géneros, tales como las Edwardsias, las Phe- las, etc., conviene distinguir dos diversas porciones en la co- lumna, la una próxima á la base, que es pues la porción infe- rior á la cual Gosse denomina p/ysa, y que en estos géneros es lisa, retráctil y abultada, y la otra, la superior, denominada igualmente por el mismo autor scapo; y aun añaden aleunos autores el término capitulo para aquella porción en contacto con el disco ó plano superior. Quizás la denominación de physa en estos géneros debe referirse más bien que á la columna á la base, puesto que ésta es la porción terminal por la cual di— chas especies se adhieren. | En el animal objeto de nuestro estudio la columna es más bien cilindro-caliciforme, á veces gibosa, lisa más bien, pues sólo presenta ligerísimos surcos en número igual al de los tentáculos, carnosa y poco retráctil, aun cuando sí hasta un grado tal que permite al animal que su forma y su aspecto ceneral varíen entre el de un cilindro ó un disco. El margen es la región constituida por la unión del disco con la columna, en general algo elevada, y debajo del cual a veces se halla otra zona por lo general lisa, á la cual el doctor Andrés denomina collar. Gosse propone las denominaciones de tidium y fovea para distinguir estas regiones según están levantadas Ó deprimidas. El margen de la Anemonia es algo elevado y presenta numerosos tubérculos denominados por esta razón tubérculos marginales (Randsackchens), alternos con los tentáculos del disco. Llámase disco (facies, Decke, disco tentacular, disco oval, Mundscheibe) al plano opuesto á la base que limita superior— mente el cuerpo del animal; su forma es bastante variable, pues puede ser cóncavo, 6 convexo, 0 plano, y mudar también -mucho de forma según el animal esté contraído 0 extendido. Suele presentar numerosas líneas radiantes que limitan diver- sos espacios, denominándose á estos radios y á las líneas ¿nter- radios; estos son debidos a las señales que marcan la inserción de los tabiques d septos en la cara interna del disco. En la es- pecie objeto de nuestro estudio el disco es grande, aplanado Ad (17) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 323 y poco retráctil, con los interradios numerosos bien marcados. En el disco se insertan los tentáculos (pies, Pusse, Tentakel, antenas), que generalmente son sencillos, aleznados ó digiti= formes, aleunas veces lobados 6 ramificados como en las fami- lias de los Esticodactilidos y Talasiantinidos, y en este caso se denominan /rondes. Generalmente dispuestos en la perife- ria, se presentan algunas veces en el disco como en el Cerian- ¿hus, y se hallan dispuestcs en ciclos ó circulos concéntricos, cuya distribución obedece á leyes perfectamente geométricas. Hollard estudió detalladamente la distribución de los tentácu- los, y fué quien primero determinó las reglas de su situación. Estos circulos concéntricos, partiendo desde el centro á la pe- riferia, se denominan, según su orden, primario, secunda- rio, etc. Las leyes de su distribución son sumamente sencillas y aun exactas si se prescinde del desarrollo embriológico. For- mando los seis primeros tentáculos en el embrión, queda cons- tituído por ellos el primer ciclo ó sea el de los primarios; en los seis espacios que estos dejan entre sí vienen dispuestos otros tantos tentáculos que constituyen el segundo ciclo; estos doce tentáculos de los dos primeros ciclos dejan entre sí otros tantos huecos,'en los que aparecen los tentáculos del tercer ciclo en número por consiguiente de doce, los cuales, combi- nados con los anteriores doce de los dos primeros ciclos, dejan veinticuatro espacios en los que se implantan los veinticuatro tentáculos del cuarto ciclo, y así sucesivamente de modo tal, Que cuando esta multiplicación de tentáculos se continúa y da lugar á ciclos de quinto y de sexto orden, la proporción se con- tinúa y cada ciclo está formado por un número de tentáculos dos veces mayor que en el ciclo precedente. En la figura 2.* puede verse representada la disposición de tres de estos ciclos de tentáculos y la manera de estar com- binados con los tabiques internos de que hicimos mención. El círculo marcado con el I corresponde al ciclo de tentáculos primarios en número de seis; el Il al secundario, también con igual número de tentáculos, y el III al terciario, con doble nú- mero de tentáculos, esto es, doce. En general, podríamos representar estos ciclos con la si- guiente proporción: AO Ea BRE EIA s; end., endodermis; C. €., células epiteliales; 2., nematocis- sentido horizontal 6 longitudi- tos; C. yl., células glandulares; 4 o > . e. ep., estrato epitelial; e. n., es- aa debido esto especialmente trato nervioso; e. m ,estratomus- ¿ las. Ape del meso- cular; e. c., estrato conectivo; alg. par., algas parásitas. dermis. Figura 4.* (£3) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 319 En él podemos establecer, con los hermanos Hertwig, tres. diversos estratos: 1.*, el epitelial; 2.0 el nervioso, y 3.., el muscular, según las diversas formaciones que predominen en cada uno de ellos. Todo el ectodermis en general está constituído por células de diversa naturaleza, asociadas las unas á las otras con mu- tuas dependencias, que no habían logrado aclararse hasta el trabajo de los hermanos Hertwig. En él encontramos: los nematocistos, las células alargadas. epiteliales, las células sensitivas y las células glandulares. El elemento más abundante y más fácilmente visible en el ectodermis, sobre todo de los tentáculos, son los nematocistos (messetzellen). Se presentan bajo la apariencia de células cilin— dricas, á veces algo encorvados y muy refringentes, dispuestos casi paralelamente en toda esta primera capa. Si examinamos con detención este género de células, veremos que están for— madas por una capsula transparente, más bien hialina, suma- mente deleada, llena de un líquido refrinsgente que da una apariencia especial a todo el nematocisto, por el contraste de su índice de refracción con el de los elementos que le rodean; dentro de esta cápsula, en su estado normal, va contenido é implantado por un extremo un delgado filamento, menuda—- mente barbeado como una pluma y arrollado en espiral. Este filamento, cuando el nematocisto es lanzado por el animal, rompe la punta de la cápsula y sale al exterior más 6 menos desarrollado, clavándose en el animal ú objeto á que toque, y vertiendo el contenido de la capsula que produce un efecto corrosivo, aunque no en tanto grado como el producido por los elementos iguales a estos que poseen la mayoría de las medu- sas Ó aguas malas, también llamadas ortigas de mar; por esta razón también ha sido llamada vulearmente la misma 4nemo- ma, Ortiga de mar, y pulga de mar en Santander... | La mejor manera para observar estos nematocistos, consiste en disociar bien en el alcohol, al */¿ por 100, ó en el líquido de Hertwig, propuesto para este objeto, un tentáculo; entonces podremos observar numerosos nematocistos en diversos esta— dos: los unos se presentarán completamente enteros dejando ' ver á través de la cápsula el filamento espiral; otros presen- tarán éste más 4 menos desarrollado al exterior, y otros com- pletamente vacios se presentarán como un cilindro ó bastan- 350 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) cillo algo encorvado y muy refringente, formado sólo por la capsula; en ella se podrá notar una especie de rafe ó quilla poco marcada, pero perceptible por su diversa refringencia, que presenta un punto más en— erosado en su mitad. La natura- >) leza de esta cápsula parece qui- : tinosa. Se colorea fuertemente por el ácido pícrico y la tintura de yodo. El tamaño de estos elementos es muy poco variable; general= mente no poseen más de 30 u de longitud por 50 de anchura, siendo á veces 180 u la longitud del filamento desarrollado. Figura 5.1 O Nematocistos.—a, con el filamento arrollado; 0, cpsula vacía y con Si examinamos estos elemen- el filamento desarrollado; c, con- tos, en preparaciones buenas y tenidos en la célula que les dió 1 origen. con un aumento considerable, podremos observar que estan contenidos en una tenue cubierta protoplasmica, dotada de un núcleo, que á veces se logra ver coloreando con el carmín bo- racico y luego decolorando ligeramente con el alcohol ácido; pues haciendo de este modo que sólo sea el núcleo el que retenga el carmín, se presentará como un punto fuertemente coloreado sobre la cubierta que encierra el nematocisto. En cuanto á la génesis de estos elementos, en algunas pre- paraciones se puede ver que toman nacimiento en células oblongas, dotadas de una prolongación en su extremo y las cuales presentan un fuerte núcleo; en ellas se puede ya dis- tinguir nna especie de bastoncillo refringente, que en otras va ocupando ya más espacio y haciéndose visible el filamento espiral, hasta que en su desarrollo acaba por invadir toda la célula y dejarla sólo reducida á la cubierta que la envuelve. La refringencia de estos cuerpos había hecho creer 4/aleu= nos que pudieran ser cuerpos refringentes destinados á apre- ciar la sensación luminosa; Otros, como el mismo Hollard, crelan poder atribuirlos un oficio parecido al de las glándulas digestivas; pero realmente, según se puede ver, también en los demas pólipos, en las medusas, etc., parecen estar sólo des- tinados á servir de órganos de defensa y prensión. (45) GeZzurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 351 El segundo de los elementos que encontramos y segura— - mente el más importante, le constituyen las células epiteliales alargadas (Flimmerzellen, endocilos, Stitzellen), que forman la verdadera trama del tejido del ec- todermis. Estas células, de papel muy complejo, se asemejan por su estructura á ciertas células epite- liales de los. tejidos ordinarios; como ellas terminan las más de las veces en una ó varias pestañas vi- '“bratiles, y por su forma y núcleo marcan aún más esta semejanza. Se encuentran sumamente abun—- Células epiteliales.—a, bh, de di- «lantes en las disociaciones y su a pd enamores tacil. de percibir en los cortes; son alargadas, comunmente algo ensanchadas por arriba, con un abultamiento muchas veces, en la porción que contiene el núcleo, generalmente en la mitad de la célula ó en su porción superior. Superiormente en la parte dirigida hacia el exterior, terminan en una superficie plana en la cual van implantadas las pestañas vibratiles, en número variable de 1 á 4; inferiormente su terminación varía según sus diver— sas clases y á veces no es muy bien perceptible; unas veces se bifurcan y otras terminan , por el contrario, en un abulta— miento. De esta bifurcación, y en general de su terminación, toman orígen delgadísimos filamentos en relación con las cé- lulas nerviosas que hemos de examinar á continuación. Estas células están formadas por una tenuísima membrana que encierra una masa de protoplasma bastante granular, un “grueso núcleo, que se colorea fuertemente con el carmín y que es lo que mejor se distingue en los cortes; en las disociaciones se observan en gran número estás células, pero es siempre dlifícil encontrarlas bien completas. Aun cuando su magnitud es bastante variable, la mayoria de ellas miden de 70 a 90 u de longitud por 3 « de anchura. Otros de los distintos elementos que en esta capa de los teji- dos de la 4Anemonia hemos de examinar, son las células sensi— tivas (Sinnenzellen), de extrema importancia por su signifi- cación. Su existencia fué numerosas veces puesta en duda, atribu- Figura 6.* 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. y (46) yéndose a estos animales, por algunos autores (Spix), un sis- tema nervioso sumamente complejo, formado por multitud de coanglios y en un todo diverso del que estos animales poseen, | pues dada la existencia de células nerviosas Figura 7.* esparcidas por la masa de los tejidos y ligadas a los diversos elementos que los forman, la: existencia de un sistema central es te mo punto inútil. Los: hermosos trabajos de los hermanos Hertwig, en especial el ya tantas veces citado sobre la anatomía é histología de este grupo de animales, pusieron fuera de toda duda la existencia de estos elementos. | Estos elementos, sumamente difíciles de observar en los cortes, y también abundan— Células sensitivas. tes en cierto modo en las: disociaciones, son | alargados, filiformes casi, con un abultamiento en su mitad, en donde está situado el núcleo. Están formados por una tenuisima membrana, encierran un protoplasma fuer- temente granuloso, y terminan en su extremo posterior bien en una sola fibrilla 0 bien se bifurcan y originan dos diversas fibrillas, estas son sumamente tenues y bastante largas, pues llegan á penetrar en las capas subyacentes; su constitución parece sumamente sencilla, formadas tan sólo por una fibra sin envoltura ninguna. Estas fibras presentan en su trayecto repetidos abultamientos que les dan un aspecto varicoso. Las dimensiones de estos elementos varian en relación al espesor que presente esta capa de tejido en Figura 8.2 las diversas partes del cuerpo, cerca del ex- tremo de los tentáculos, que es donde pare— cen ser más abundantes, miden algunas de 80 a 90 a. La cuarta clase de células que encontra—= mos en este primer estrato del epidermis, - son las células glandulares (Drúsenzelle), difíciles de obtener en las disociaciones y Células disociadas del no bien perceptible su forma en los cortes, estrato epitelial- — £n los cuales se presentan muy abundantes c.ep., células epite- liales; c. s., células como espacios claros hialinos, granulares, sensitivas; 2, nema- : - : tocistos. que no se colorean bien; su forma es bas— A CAC Nb:E A S (47) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 353 tante variable según la porción del cuerpo que se examine, y están distribuidos muy desigualmente; parecen formados por una membrana que encierra un protoplasma granuloso distri- buído desigualmente y un núcleo alrededor del cual el proto— plasma parece condensarse; á veces este núcleo falta. Por su prolongación basilar, que las da este aspecto claviforime, parece que llegan á penetrar hasta la capa del mesodermis. Sus dimensiones, bastante variables y di- fíciles de apreciar, son en general más con- siderables que las de los otros elementos; su longitud llega á alcanzar unos 50 « por 8 de latitud en su parte más ancha. Estas células parecen ser las que sumi- nistran el mucus ó sustancia glutinosa que cubre todo el cuerpo de la 4Anemonia. Debajo de esta capa epitelial, primera que Células glandulares de - diversas formas.—a-0, encontramos en el ectodermis, existe Otra de contenido granu- capa, de naturaleza muy compleja y difícil A de observar, tanto por la magnitud y dispo- sición de sus elementos, como por los inciertos resultados que la técnica suministra. Tales dificultades, han sido la causa de Figura 9.2 .que hasta el clásico trabajo de los hermanos Hertwig no haya podido ser observada su composición! trabajos tan excelentes como los del mismo Heider no habían logrado poner en claro su estructura, esta capa, llamada por dicho autor /mterbasalswbs— ¿anz, es verdadero estrato nervioso de Hertwig, que ha demos- trado el desarrollo, relativamente considerable, de esta forma- ción en dicha capa. | La capa en cuestión está formada por las terminaciones de las células epiteliales y las numerosísimas fibrillas que hemos visto emiten las células sensitivas; todas ellas forman una inextricable red, entre cuyas mallas están colocadas gran nú-. mero de células, en un todo parecidas á las células nervioso— glandulares, del tejido nervioso de los animales superiores. Para observar bien la forma de estas células, es preciso tra— tar un trozo del tejido, especialmente de los tentáculos, por acido ósmico al 1/, por 100 y teñir luego ligeramente por un carmín que dé un color de contraste al fondo; así lo aconsejan los hermanos Hertwig, y por este sencillo procedimiento pue- den observarse con relativa facilidad en los cortes. También ANALES DE HIST. NAT.—XXIl. : 23 351 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) en los tentáculos fijados con ácido picro-crómico he podido observarlas con aleuna claridad. Los procedimientos ya indi- cados para la disociación permiten frecuentemente obtener buenos resultados y poder observar estas células en libertad y sus relaciones con los demás elementos. Conviene siempre montar estos elementos disociados en gelatina glicerinada, ó- bien en glicerina pura. En las disociaciones se pueden observar fácilmente con oran aumento estas células usando los objetivos F 4 J de Zeiss con el ocular 2. Su forma las asemeja en un todo, como hemos dicho, á las células de los ganglios nerviosos; como ellas, son unas veces bipolares y otras tripolares, dando origen cada una de sus prolongaciones á una fi- bra sencilla, desprovista de túnica envolvente es- pecial, á veces varicosa en su contorno, y que en aleunas células tripola- res se bifurca; presentan Células e de la red un núcleo bien marcado, más bien redondo, en el cual se observa fácilmente el nucléolo y fuertes eranulaciones del protoplasma. El protoplasma de toda la célula es también fuertemente granuloso, siendo algunas de sus granulaciones Figura 10. más fuertes que las otras y como algo alargadas y continuán— dose por las prolongaciones polares hasta las fibras. Dichas fibras, probablemente unidas con las células sensiti- vas, forman una red espesa, entre la cual vienen también a ramificarse y unirse las fibras de las células sensitivas, más delgadas que estas y más varicosas en su trayecto, presentán- dose estos abultamientos cuando están muy coloreados por el osmio ó por el carmín como tenues puntos sobre el fondo de la red. En el plano superior de ella, y aun penetrando algunas veces, se implantan las células epiteliales, sensitivas, termi- naciones de los nematocistos y células glandulares, que fre- cuentemente atraviesan esta capa hasta llegar al mesodermis. (49) Cazurro.—EsSTUDIO DE UNA ACTINIA. 309 * El tamaño de estas células es relativamente considerable; en las unipolares algunas presentaban en el cuerpo de la célula 15 y de longitud por 5 « de latitud, y algu- nas fibras he podido medir de más de 90 de longitud. Debajo de la capa del tejido nervioso exis- te otra, en la cual los elementos son muscu- lares; esta capa, en opinión de Schneider, Rótteken, Heider y Jourdan, forma ya parte «del mesodermis. La capa muscular aparece generalmente «en los cortes como una zona oscura más co- loreada y dentada, que separa el ectodermis del mesodermis; está formada por dos series «distintas de músculos, los unos longitudi- nales, paralelos al eje del animal y del ten- táaculo, los otros transversales, que quedan como paralelos á la superficie externa del «cuerpo y perpendiculares al eje. Los prime-— ros forman grupos como de dientes, que constituyen alrededor del tentáculo, donde Figura 11. Células nerviosas bipo- lares de la red ner- viosa. facilmente se observan, una circunferencia irregular festonea- da; la capa de los músculos transversales, menos perceptible, viene situada debajo de esta zona. Estos músculos estan formados por pequeños elementos su- mamente parecidos a las fibras musculares lisas «le los animales superio- res; en los cortes no son muy fáciles de observar sino en el conjunto de los haces que constitu—- yen. En las disociacio— nes se observan, aun cuando no con facilidad, pues se confunden, a poco deteriorados que estén, con los restos de Figura 12. * Estrato nervioso, red de células y fibras nerviosas. Otros elementos. —C. gl. f., células ganglionares fusiformes ó bi- polares; c. gl. mp., células ganglionares multi- En las buenas disocia- - polares. 303 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) ciones se presentan como fibras alargadas, aguzadas en sus. extremos; en el medio presentan una masa de protoplasma difícil de conservar, con un núcleo ovalado, cuyo diámetro mayor está dirigido en el sentido de la fibra. Esta disposición de la masa protoplásmica y del núcleo les da mucha analogía. con algunas fibras lisas de los vertebrados. En algunas preparaciones en fresco he podido medir aleu-= nas de estas fibras, las cuales ofrecían una longitud de 62 u por 6 de latitud en la porción del núcleo. El oficio de estas fibras y la manera de actuar, se comprende bien claramente dada su disposición en dos capas, la una lon=" citudinal, la otra transversal, que han de producir fácilmente contracciones en este sentido. Su contracción , sobre todo en la especie que examinamos, parece ser bastante lenta, asemejándose así más á las fibras musculares de los vertebrados, á las cuales ya las hemos com- parado anteriormente. Debajo de todas estas capas del ectodermis está situado el mesodermis, formando una capa de contornos desiguales, den- tado superiormente, de unos 100 « de espesor, constituida toda ella por una sustancia conectiva, que en los cortes aparece bastante homogénea, cuya naturaleza fué por primera vez comprendida por Kólliker (1). La estructura de esta capa es sumamente difícil de interpre- tar por la casi imposibili- dad de aislar sus elementos y discernirlos en las mace- raciones. En los cortes apa- rece como formada por dos diversos estratos, el uno más fuertemente coloreado que el otro; en ellos se dis- tinguen facilmente entre la Estrato conectivo. Fibras y células conectivas. sustancia conectiva los nú- Corte de un septo. Figura 13. cleos'de numerosas células, y aun algunas de estas de forma estrellada; entre esta sustan- cia se entrecruzan numerosas fibrillas, que son mucho más abundantes en el estrato inferior, razón por la cual aparece (D) KOLLIKER: /cones histologice, 25, p. 116. SS 451) Cazurr0.—ESTUDIO DE UNA ACTINIA. 357 este como más oscuro. Probablemente estas fibrillas pertene- cen á los elementos musculares de la capa superior de que anteriormente hemos hablado, y los del estrato inferior á otra formación muscular que queda comprendida entre el meso- dermis y el endodermis, en la cual se apoyan las células de esta última capa. El mesodermis, bastante grueso en la especie que estudia- mos, llega á alcanzar 110 0 más x de espesor; esta todo él for- mado por células de una misma naturaleza. A primera vista podría creerse formado todo el endodermis - por dos distintos estratos, constituído el uno por numerosos cuerpos redondeados amarillos, y el otro por células vibrati- les; pero examinando con algún cuidado medianas prepara- ciones, se ve facilmente que no existe sino una sola capa de células dispuestas las unas paralelamente al lado de las otras, - y conteniendo en su interior estos corpúsculos que muchos creyeron pigmentarios. Estas células, difíciles de obtener enteras en las maceracio— nes, son células por lo común cilíndricas, pero Casi siempre deformadas y ensanchadas en la parte en que sostienen los corpúsculos á que hacemos referencia; asi cuando toda la cé- lula contiene una serie de ellos, vuelve á recobrar su aspecto cilíndrico, y cuando no existen en ella sino uno ó dos, marca el límite de estos un estrangulamiento. Por su base apoyan estas células en una fibra muscular parecida á las ya exami- nadas, y Cuyo conjunto forma un anillo transversal musculoso que queda debajo del mesodermis; inferiormente, por su ex- tremo libre, terminan en un largo flagelo vibratil, que con facilidad se desprende de la célula; todos estos filamentos vi- bratiles quedan dirigidos al interior del cuerpo; en los ten— taculos, que son huecos, se pueden observar con muchisima mas facilidad. Están constituidas estas células por una mem- brana que encierra un protoplasma granudo y un núcleo no muy grande, cuya posición no es constante, debido esto al espacio que le dejan estos corpúsculos de que hemos hablado. - La longitud de estas células es variable; aleunas miden 904, mientras otras alcanzan 120 1, y su anchura varía según los corpúsculos que contengan de 41 410 s. En el interior de estas células hemos dicho que existen unos corpúsculos amarillos redondos en número variable, y que á — 398 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (82p veces la llenan por completo. Estos cuerpos, que muchos cre— yeron fueran cuerpos pigmentarios, y que son los que verda—- deramente producen la coloración verde oscuro de la 4nemonia sulcata, ha sido demostra- Figura 14. do perfectamente por los trabajos de Brandt y de Hertwig, que no son sino: algas pequeñas que en cantidad infinita viven en el endodermis de ésta y de otras especies del mismo. Células endodérmicas invadidas por algas grupo. a, 9 Y En algunos variedad de esta especie, 0 mejor variaciones, como en las llamadas var. alabastrina y var. cine- rea, estas aleas están en corta cantidad ó faltan casi por com- pleto, sustituyendo entonces el color verde la mayoría de los. ejemplares por un blanco ó ceniciento, seeún la cantidad en que existan; he tenido ocasión de observar que un mismo ejemplar presentaba al principio un color blanco y en sus ten- táaculos disociados existían sólo muy pequeños corpúsculos y en poca cantidad, conservado vivo más de un mes, con ejem— plares del tipo ordinario, su color fué haciéndose cada vez más verde y oscuro, y en sus tejidos pude encontrar numero— sos Ccorpúsculos. Para estos corpúsculos, en opinión de aleunos, piementarios, pero que son verdaderas algas, ha propuesto Brandt el nombre de Zoozhantella. Se presentan como cuerpos redondos amarillos de unos 8 — 12 uy de diámetro, que encierran un fuerte núcleo mucho más -OSCuro y otras granulaciones más pequeñas distribuidas en el cuerpo de la célula; esta parece estar encerrada en una mem-— brana que marca una periferia no coloreada. La forma de los núcleos, que se pueden aislar tratando estas células por acido. nítrico débil, es bastante irregular; estos núcleos se coloran fuertemente por el carmín y la hematoxilina, mientras que el resto del alga no se colorea; en el alcohol se decoloran y pier= den su tono amarillo oscuro. En las variedades citadas he en— .contrado otras células más pequeñas de 1 4 de diametro, muy parecidas á las primeras é indudablemente de ieual naturaleza. , . Mn PAUTA PR (53) Cazurro.—ESsTUDIO DE UNA ACTINIA. 359 Krukenberg (1), que ha estudiado con mucha detención estos corpúsculos en una 4Actmia, que parece ser esta especie, ha obtenido de las disoluciones en alcohol una sustancia colo- rante especial verde parecida á la clorofila, muy rica en prin— cipios grasos, que no descompone el ácido carbónico y reduce la oxihemoglobina y o espectro presenta rayas de absor- ción especiales. En muchas de estas aleas pueden observarse facilmente, en las disociaciones, diversos períodos de su generación, vién- dose en aleunas de ellas su modo de reproducirse merced a sucesivas biparticiones. Geddes (2), y primeramente Brandt (3) probaron la natura leza vegetal de estos corpúsculos. Respecto al papel que pueden desempeñar en la economia delfamimal no es muy bien conocido, se cree que puedan estar relacionadas con la respiración del animal, la cual faci- litarían fijando el ácido carbónico y dejando en libertad una cantidad de oxígeno. Krukenbere ha podido experimentar que la Anthea cereus (Anemoma sulcata Penn.) reduce la oxihe- moglobina. También se ha pretendido que estas células parásitas, por la gran cantidad de ácido carbónico que desprenden, podrían facilitar la acción péptica. Es lo cierto, sin embargo, que en muchos individuos estas algas son sumamente escasas. La distribución de todos estos elementos en las paredes del animal, seeún las diversas partes que examinemos, varía algo. En los tentáculos, por ejemplo, los nematocistos son mucho más abundantes que en ninguna otra región, en el disco bucal, por el contrario, á medida que la región que exa= minamos se aproxime al labio, van faltando, hasta desapare- cer por completo. Las fibras musculares parecen ser más fuertes en toda la columna y en la base, y en estas regiones los nematocistos son (1) KRUKENBERG: Das Anthea grun. Verglaich. physiolog. Studien. 1 serie 5. 1881. (2) GEDDES (P.): Further researches on animals containing chlorophy1l. Nature, 1882, (26 Jan., p. 303.) (3) BzawnbT (K.): Uber die morphologische Bedeutung des Chloropylls bei Thieren Arch. fur Anat. und Physiol. Abth. Physiol, 1882, p. 125-151.) 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (51) también menos abundantes. En la base el sistema muscular adquiere un gran desarrollo. Respecto á las células nerviosas y sensitivas, los tentáculos son los que las poseen más desarro- lladas y facilmente perceptibles. Las células elandulares son mucho más abundantes en las paredes del cuerpo que en los tentáculos, y también se presentan en extrema abundancia en la base, por la cual se fija el animal. Una importante modificación de la estructura histolóaie de los tegumentos nos presentan los tubérculos 6 bolsas margi- nales que forman un círculo de pequeñas verrugas 0 tubércu- los colocados alternativamente debajo de los tentáculos del ciclo externo. Su papel ha sido muy discutido y ha dado mo- tivo a numerosas publicaciones. Descritos por Milne Edwards y Haime con aleuna detención, vuelve á ocuparse de ellos Hollard, y tratando de averiguar cual pueda ser su papel, cree poderles atribuir una misión, cual es la de percibir las impre- siones luminosas. Más tarde Gosse, en su Monografía, los des- cribe y los cree destinados, por su abundancia en nematocis- tos, á servir de órganos de defensa y protección, al modo de las baterías urticantes de otros celenterados, como la Physalia por ejemplo. En 1871 Schneider y Rótteken publican su trabajo Ueder der Bau der Actimen und Korallen, y creen poder comparar la es- tructura de las bolsas marginales a la de la retina, siendo por tanto su función la de percibir las impresiones luminosas. Des- criben estas como formadas por las siguientes capas: 1.”, una capa deleada cuticular atravesada por numerosos poros; 2.”, un estrato formado por esferitas fuertemente refringentes; 3.”, nu- merosos cilindros huecos también sumamente refringentes; 4.”, una porción de fibras que rellenan los espacios que que-= dan entre estos cilindros; 5.*, otra capa que se colorea fuerte— mente por el carmín, muy rica en filamentos y células fusifor- mes; 6.”, una capa muscular; y 7.2, el endotelio; estructura sumamente complicada. Duncan y Dana siguen describiendo estos órganos como ta les ojos, y el primero da de ellos una descripción imposible de interpretar. Más tarde Ludwig los estudia también, y con me- jor acierto opina que su estructura es parecida ad la de los de— más tegumentos, viendo en estas bolsas únicamente tentáculos rudimentarios; y poco después Korotneff las examina deteni- 05) Cazurro.—ESsTUDIO DE UNA ACTINIA. 361 damente, estudia su estructura y aisla sus elementos por el ácido ósmico, y hace ver los errores en que anteriormente se había incurrido, pues su estructura es en un todo igual á la ya descrita en cualquier parte del cuerpo; opina, sin embargo, que estas bolsas marginales deben ser consideradas como un órgano especial dedicado á las funciones del tacto. Hertwig en su trabajo examina estas bolsas marginales pre- Figura 15. rmac ca OA DS A aloe og h Corte de una bolsa marginal.— ecto , ectodermis; mes., mesodermis; end., endodermis; c. ylan., células glandulares; nem., nematocistos ; sí”. mus. en., estrato muscular endodérmico. cisamente en la especie que estudiamos, y no:en la 4Aclimia mesembryanthemam, que era la más conocida, y en la cual es- tos Órganos se presentan dotados de un fuerte pigmento de color azul intenso. En la Anemomia sulcata se presentan estas bolsas como pequeños tubérculos dispuestos en el borde supe— rior de la columna, debajo del ciclo externo de tentáculos, y por su color no ofrecen ninguna particularidad. En los cortes distinguimos los mismos elementos y las mismas capas que en el resto de los tegumentos; únicamente, como ya había visto Gosse, está caracterizado su ectodermis por la extraordi— naria abundancia de los nematocistos que, puestos en apretada fila, parece que forman todo el tejido y han sido tomados por corpúsculos refringentes, por elementos cilíndricos de esta falsa retina, etc.; en el vértice del tubérculo, por decirlo asi, es donde más abundantes se presentan, y luego van disminu- yendo y haciendo lugar, hasta cerca de la base, en que ya la ocupan por completo, a otra segunda especie de cuerpos oblon- gos, hialinos en forma de odres, que.en este punto forman ya todo el borde casi por completo, y los cuales no son probable- 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (56) mente sino células glandulares. Los nematocistos, según ya distinguió Milne Edwards, son de dos clases: los unos hialinos y homogéneos; los otros, en menor número, dejan ver en su interior el filamento espiral. Entre estos elementos quedan las células epiteliales y sensitivas; en el estrato subyacente los elementos nervioso y muscular; luego la capa mesodérmica aleo más gruesa que de ordinario, y por fin las células endo— dérmicas, pero desprovistas de algas parásitas por lo general. ITI.—LA FARINGE. La estructura de la faringe, aun cuando no diversa por com- pleto, ofrece notables particularidades que merecen párrafo aparte en la descripción histológica de los órganos. La transición entre la estructura del disco bucal y el tubo faringeo se verifica lentamente, sin que ningún nuevo ele— mento esencial marque el límite de ambos; á medida que se entra en el tubo faríneeo, los nematocistos se hacen cada vez más raros, las células glandulares abundan cada vez más, y las algas parásitas llegan á faltar por completo. El tubo esofágico se presenta plegado longitudinalmente, pliegues que en los cortes transversales se presentan clara- mente como un lóbulo formado por el ectodermis y el meso- dermis; estos lóbulos longitudinales están formados por la-in= serción de los septos. También existen otros mucho menores en dirección transversal, formados por las fibras transversales muy desarrolladas en la faringe. De los pliegues longitudina— les los más marcados son los correspondientes á los dos ángu-= los de la boca, los cuales forman los canales gonidial y goni- dular, de que ya hemos hablado más adelante, y que en el plano de simetría bilateral del animal. En la faringe, como en todos los tegumentos, encontramos las mismas tres capas dérmicas: la primera el ectodermis, como ya hemos adelantado, está formado por las células ya descritas al tratar de los tegumentos en general; lo más notable en él es la presencia de numerosas células glandulares, de un ta— maño algo considerable, pues alcanzan muchas una longitud de 95 u. Estas células son de dos diversas clases: las unas ma- yores y más anchas, muchas veces dotadas de un núcleo y con A (57) - Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 363 un protoplasma bastante homogéneo y poco granular; las otras más cortas y mucho más estrechas, sin núcleo y con un proto- plasma fuertemente granular; de estas dos clases las segundas Figura 16. Corte de la faringe.— str. ep gl., estrato epitelial glandular; str. nerv., estrato ner- vioso; sí”. mus., estrato muscular; mesod., mesodermis; end., endodermis; cl.gl.g7 , células glandulares granulares; cl. gl. hom., células glandulares homogéneas; cl. gl. end., células glandulares del endodermis. se colorean fuertemente, al paso que las otras apenas si fijan el carmín, y frecuentemente se presentan como espacios hia- linos. Respecto al diverso papel de estas dos clases de células, nada se puede afirmar; su distribución no ofrece ninguna par- ticularidad. Quizás pudieran corresponder á dos diversos esta- dos de desarrollo de la misma célula. Las células epiteliales y las sensitivas nada ofrecen de par— ticular; en cambio los nematocistos son sumamente escasos, á medida que se profundiza en la faringe. En el estrato nervioso existen los mismos elementos que hemos encontrado en todas las paredes del cuerpo. El estrato muscular se presenta, no como una línea desigual dentada, según vimos en los tentácu- los, por ejemplo, sino como una línea seguida casi unida y menos marcada. Toda la zona del ectodermis suele ofrecer en la faringe un espesor de unos 100 ». El mesodermis en esta región ofrece también un espesor considerable, 95 1, especialmente en las prolongaciones que 361 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (58) forma en cada uno de los lóbulos, donde alcanza unos 190 u; en esta Capa encontramos los mismos elementos ya descritos en general al tratar de las paredes del cuerpo. El endodermis, menos grueso que en otras regiones, queda como en ellas situado debajo de la lámina formada por las fibras musculares transversales, aquí fuertemente desarrolla das, que sirven de apoyo á las células endodérmicas; estas son cilíndricas y regulares, no se presentan invadidas por las algas parásitas, y en medio de estas células se observan espacios va- clos hialinos que parecen estar ocupados por células elandu= lares oblongas, parecidas por su contenido homogéneo a las ya arriba descritas. TIT.—TLos SEPTOS. La estructura de los septos, como formaciones secundarias del animal, ofrecen un interés especial y numerosas particu—= laridades que los separan del resto de los tegumentos. Cada septo se puede considerar como una prolongación de la capa mesodérmica de sustancia conectiva, constituyendo una lámina radiante que se dirige hacia el centro de la' cavi- dad somática; esta lamina de sustancia conectiva queda cu—- bierta en sus dos caras por una formación epitelial y otra mus- cular, las cuales, tomadas en conjunto, forman una capa mús- culo-epitelial que envuelve el tabique 6 septo. El borde libre de éste presenta implanta- do en él un órgano espe- cial que constituye el lla- mado filamento ó cordón mesentérico, y más al inte- rior del tabique se implan- tan los órganos sexuales. En otros géneros existe ade- más un óreano especial, en todos los Sagartinos, por ejemplo, formado por un Septo de 1.er orden. - sept., septostoma ; il. M., cordón paralelo a los fila filamento mesentérico; ¿es£., testículo; mM. /., OS mesentéricos, pero músculos longitudinales; m. fr., músculos transversales; mM. p. b , músculos parieto-ba- libre por uno de sus extre- silares; /., tentáculos; 0. m., bolsas margi- X nales. ¡ mos, por el cual, merced á Figura 17. OS A E (59) Cazurro.—ESTUDIO DE UNA ACTINIA. 365 pequeños orificios (cinclidos) que existen en las paredes del CUErpo, puede ser proyectado al exterior y servir al animal, merced á los numerosos nematocistos de que se halla pro- visto, como órgano de defensa. De todos modos, en esta especie, prescindiendo de estas acontias que faltan, hemos de examinar sucesivamente las siguientes partes: 1.*, la lamina conectiva; 2.*, la capa músculo- epitelial; 3.*%, los filamentos mesentéricos, y 4.*, los óreanos de veneración. La lámina conectiva forma casi por completo todo el tabique y sirve de sostén á las formaciones y órganos en ella implan- tados; como sus análogas del resto de los tegumentos, habiase creído hasta K0lliker que fuera de naturaleza muscular, puesto que este célebre autor fué el primero que demostró se trataba de un tejido conectivo. Una prolongación del mesodermis pasa á través de la capa muscular del endotelio y constituye el centro de esta lámina del septo, que nunca con mejor razón que en este sitio pudo denominarse Stutzlamelle, como lo hicieron los primeros ob- servadores de la anatomía de este erupo. En los cortes se pre— senta formada por numerosas fibras ondeadas longitudinales, entre las cuales se presentan algunas células estrelladas de escasas dimensiones; y entre estas fibras longitudinales se 0b- servan también numerosos granos que no son sino el corte de otras fibras, en menor número, perpendiculares á estas, que claramente se pueden percibir en cortes dados en su propia dirección. (Véase fig. 13.) Esta lámina conectiva forma numerosos pliegues de los cuales hablaremos al tratar del estrato muscular. El fuerte desarrollo que ofrece el sistema muscular en los septos, fué ya conocido por los primeros que se ocuparon de la anatomía de la 4ctmia; y tanto Spix como Delle Chiaje, y más tarde Milne Edwards, Hollard, Rótteken y Heider, estu- diaron minuciosamente estos músculos, dando diversas des- cripciones de su disposición. Hertwig los estudia con suma detención y encuentra en la especie que examinamos nume- rosos músculos que recorren el septo. Estos músculos son de tres distintas categorías, longitudina- les, transversales y basales ú% parietales. De ellos, los más fuertes y marcados son los primeros que recorren el septo 366 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 7 (60) formando diversos ramos, los cuales en la base se reunen en un solo tronco; estas ramificaciones radiantes parece que van á terminar, la primera y más intensa al septostoma labial, las otras á la base delos tentáculos y disco, y las picuTa ds, más externas á las bolsas marginales. Estos músculos parecen ser los más fuertes , y en los septos aislados y coloreados por el carmín ó la: hematoxilina, fijan fuertemente el color y se dibujan asimismo sobre el fondo casi hialino de la lámina conectiva. Los músculos transversales menos numero- sos y marcados que los anteriores, forman ha-= ces sueltos que corren paralelamente los unos a los otros y se insertan en las paredes del cuerpo, la faringe y los órganos genitales. La tercer categoría de músculos la forman los parieto-basales, que ocupan solamente la por- ción basilar en el ángulo en que se une con la columna; estos músculos, bien fuertes, espe- sos y marcados, forman como un solo músculo especial, que parece insertarse en las paredes internas de la columna y en la base, músculo que cuando se tratan de aislar los septos queda Músculos lisos €n parte implantado en la base, formando los del septo. de todos los tabiques una figura estrellada, so- bre todo el fondo de la base. Estos músculos están constituidos por fibras deleadas, for= mando haces; su estructura es sumamente parecida á la de las fibras musculares de los demás tegumentos, únicamente son más fuertes que estas y de alguna mayor longitud, pues he podido medir algunas, después de separadas por una diso- ciación en ácido ósmico acético (método de Hertwig) de la lá- mina conectiva, las cuales median 80 y. Por encima de esta formación muscular, y cubriéndola en las dos caras del septo, yace una capa epitelial que presenta particularidades muy notables en su estructura. | Esta capa está formada por elementos nerviosos epiteliales bastante distintos de los que hasta ahora hemos tenido oca= sión de examinar. | Las células epiteliales que hemos podido obtener en algunas (61) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 967 disociaciones, aunque no con gran facilidad, son alargadas, cilíndricas y fuertemente granulares; por su base se ensan= chan y parece que se implantan al modo de las células endo- dérmicas epiteliales, con las cuales tienen alguna seme- Figura 19. janza en una fibra muscular; estas células forman , pues, una célula especial epitelio muscular. Su altura y tamaño varía bastante, según el sitio del septo en que las examine- mos; en algunos sitios que no he logrado bien discernir son, por el contrario, de escasa lon- gitud, casi tanto sólo como su anchura; todas ellas terminan en un delgado filamento. En la especie que examina- mos he podido encontrar una Células de la capa epitelial de un septo. = 4 : a, células epiteliales con algas parásitas; notable particularidad que es- b, id. id. sin ellas; c, id. sensitivas. tablece mejor la semejanza de estas células con las entodérmicas, de cuya capa parece que son una prolongación, y es que estas, lo mismo que aquellas, se presentan constantemente invadidas por las algas parásitas de que ya hemos hablado al tratar de la capa endodérmica de los tegumentos. Estas algas zoochlorellas, de Brandt, llenan por completo las células y las deforman cuando su número es muy abundante. Además de estas células se observan otras que quizás tengan una homología grande con las sensitivas. En las disociaciones no se obtienen con mucha facilidad. Son poco alargadas, cilín- dricas, algo ensanchadas en su base, cerca de la cual se im-— planta frecuentemente el núcleo, que se distingue con relativa facilidad, con gran aumento, en las disociaciones coloreadas y después decoloradas, y de esta base parece que arrancan dos fibrillas, que á veces se dividen. Su longitud en aleunas pa- rece ser de 18 y. Superiormente parece que terminan en un tilamento vibrátil. - Entre estas células se presentan á veces espacios hialinos algo granulosos, que en los cortes no toman el color, y pare— 368 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (62) cen por su aspecto ser células glandulares como las hasta. ahora observadas, aun cuando más pequeñas y menos alar— cadas. Hertwig ha encontrado también en esta capa nematocistos. En esta capa encontramos otra formación, sumamente nota- ble por lo desarrollados que se presentan sus elementos; estos son células ganelionares nerviosas, unas casi filiformes, otras bipolares y tripolares, las cuales emiten numerosas fibrillas que forman una delicada trama entre las fuertes fibras de los haces musculares. Los elementos nerviosos de esta capa son sumamente pare cidos á los de la capa nerviosa del ectodermis; aquí, sin em— bargo, parecen estas células, en general, algo mayores que las anteriores; algunas de las células ganglionares fusiformes ofrecían más de 25 « de longitud en su porción oblonga, y presentaban larguísimas fibras. Las células tripolares tam= bién parecen algo mayores que las del ectodermis. Las dimensiones de estas células fusiformes son, sin em-— bargo, muy variables; por el contrario, de las ya dichas, algu- nas se presentan reducidas casi á un núcleo oval, sin conte— ner apenas protoplasma que le rodee. Las células tripolares son de forma triangular y aparecen menos abundantes que las anteriores; todas ellas Figura 20. z , d encierran un fuerte núcleo > oval 6 redondo, alrededor == SS => 2 dE A == del cual se agrupa una por- (14 SS == . === ción de protoplasma con= ALS ES BEE a densado; de cada uno de 7 N SJ a LA sus tres polos sale una te— E == R E : : PR nue fibrilla nerviosa de bas- EAS 32 == FS n AA == tante longitud, que son las ¿2 GU E ) ===> = ue, entrecruzándose, for— === ¡ÚHE== 1> que, A A man la tenue red de fibras ÁS nerviosas sobre la lamina AE 0 conectiva. | ===> Para percibir bien la es= A tructura de estas células y Red de fibras musculares y células nerviosas de esta capa, que en los de la capa epitelial de un septo.—m., múscu- septos tratados por otros los; Cc. gl. m., células ganglionares multipo- ; : lares; C. gl. f., 1d. id. fusiformes. métodos no aparece muy (63) Cazurr0.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 369 clara, propusieron los hermanos Hertwige un método que da excelentes resultados. Consiste este en tener el septo en ma- ceración, en la forma ya dicha, en el ácido aceto-ósmico y luego con un delgado pincel tratar de desembarazar el tabi- que de la primera capa epitelial, obteniéndose de este modo células libres epiteliales, musculares y nerviosas, y muchas de estas, la mayoría, se quedan sobre la lámina conectiva en que están implantadas formando esta red, fácil de percibir con el objetivo / de Zeiss; después estos trozos pueden teñirse facilmente con el carmín ó la hematoxilina y dar una buena preparación. IV. —FILAMENTOS MESENTEÉRICOS. En el borde libre de los septos, y delante de los órganos de c'eneración, se hallan colocados los filamentos mesentéricos, ocupando una gran parte de su longitud; en ellos se pueden distinguir dos diversas regiones, según más arriba hemos dicho; la una faringea, en la cual el filamento sube recto casi por todo el borde del tabique, como un cordón flanqueado por dos pequeños relieves laterales, y otra región en la que el cor- dón del filamento es sencillo y se dobla y apelotona varias veces, constituyendo lo que los actinólogos franceses han de- nominado «corps pelotonnés» . La constitución de estos filamentos no es la misma en cada una de estas dos porciones, ni aun en el mismo filamento, en la misma capa, según la porción que consideremos. Estos filamentos tienen una estructura en cierto modo com- parable á la de los septos, de los cuales se originan; constan como ellos de una lamina central de sustancia conectiva y de un revestimiento epitelial. ; En la porción superior, que según hemos dicho ofrece un aspecto especial, pues el filamento queda entre dos rebordes, la lámina conectiva se divide en tres porciones, una para cada reborde, formando la figura de un tridente, y en cada una de estas porciones se dilata y redondea en su extremo, especial- mente en la porción central, que representa el verdadero fila—- mento rodeado por las otras dos laterales. La estructura de la lámina conectiva en estos filamentos es la misma que hemos ANALES DE HIST. NAT. — XXI. 24 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (64) encontrado en todos los tejidos del animal, con sus fibras y sus células estrelladas entre las mallas de aquellas. Por encima de la lámina conectiva va una capa de tejido .epitelial, formada por elementos especiales, que no están distri- buidos igualmente en toda ella. Los hermanos Hertwig descri- ben en este epitelio en especies análogas cuatro distintas clases de células: 1.*, células glandu- lares; 2.”, nematocistos; 3.?, Cé= lulas de sostén, y 4.”, células sen- sitivas, todas ellas fáciles de per- cibir en la especie que estudia mos. Corte_de un filamento mesentérico en 1.2 Las células elandulares no su porción libre. s ofrecen ninguna particularidad en su estructura que las distinga de las que hemos visto en la faringe y en otros tejidos; como ellas son de dos especies, qui- zas, ¿como ya se dijo, dos distintos períodos del desarrollo de Figura 22, US ESA A A ES NES CAES , Í 1131 : son AU E ñ | ES) E ¡ ¡ 0 l eg as a ¡ES vz, 5 a) == Detalle de la porción terminal de un filamento mesentérico en su región libre. -— .7., nematocistos; c. ., células vibrátiles; c. y7., células glandulares; sír. ner., es- - trato nervioso; s£r. con., estrato conectivo. la célula; las unas de contenido granular, más pequeñas y OSCUTAS, que se coloran fuertemente, las otras mayores, hiali- - nas y homogéneas, que toman muy difícilmente el color. Ambas son muy abundantes, sobre todo en la porción central del filamento, en su parte media, y hacen suponer por su (65) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 311 eran abundancia que los filamentos mesentéricos sean órga- nos destinados á producir una secreción. 2.” Los nematocistos, también abundantes y de una natu- raleza idéntica hasta los ahora examinados. 3.” Las células de sostén (Stiitzetlen de Hertwig”), que mejor llamaremos sencillamente epiteliales por no confundirlas con las estrelladas de la lámina conectiva (Stiitzlamelle), son del- gadas y largas, muy difíciles de percibir en los cortes y en las disociaciones, casi imposible de obtener enteras; constan de un cuerpo alargado, que se termina en una fibra sumamente tenue, que penetra en la capa subyacente; el núcleo es ova— lado y ocupa gran parte de la célula, y posteriormente termi- nan con una pestaña vibrátil; estas células muy peas son las que forman la trama del tejido. 4. Las células nerviosas, parecidas á las células sensitivas de las capas epiteliales, que al principio examinamos, cons- tan como ellas de una pequeña célula de naturaleza nerviosa, ocupada toda ella por el núcleo, y de cuyos dos extremos toman nacimiento dos tenuisimas fibras nerviosas, en rela- ción con las células epiteliales, glandulares, etc. Debajo de esta capa hay también otra, en la cual se pueden percibir multitud de fibrillas que se entrecruzan y entre las cuales o se distinguen los núcleos de al- eunas células nervioso-ganglio—- nares. Esta capa es comparable al estrato nervioso del epitelio de los tegumentos externos. La distribución de estos ele- mentos hemos advertido ya' que no es igual en todas las partes del filamento. En la porción cen- Células glandulares y epiteliales de tral que ocupa el eje del septo, un filamento mesentérico.—a, cé- es donde encontramos todas es- O Rd tas clases de células más marca- das y abundantes; entre las células epiteliales, y alternando con ellas las sensitivas, encontramos numerosas glándulas de ambas especies y nematocistos en gran abundancia; mas en las porciones laterales, la estructura del tejido varía por com- pleto. Desaparecen todas estas clases de células para dar lugar 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. y (66) 4. un nuevo elemento formado por células de epitelio también, pero de distinta forma ; estas células (Flimmerzellen, de Hert- wig') son sumamente delgadas, casi filiformes; superiormente se terminan en un pequeño abultamiento, de donde nace un. cirro vibrátil; inferiormente se bifurca ligeramente, y de su mitad próximamente se presenta un gran abultamiento , ocu— pado casi todo él por un núcleo homogéneo y bien perceptible; estos núcleos se colorean fuertemente y hacen creer que en aquel sitio pueda existir un pigmento especial, que no existe, sino que esté formado por los núcleos. En la porción inferior arrollada del filamento, en la cual éste se presenta simple, no hay tanta diferencia entre la parte frontal y las laterales; en todo su contorno se encuentran las celándulas, pero los nematocistós sólo ocupan la porción fron— tal de la periferia, y en el interior no se distinguen las células vibrátiles,. Figura 24. L. AE 2 a la LL a a O e o o o ls » la IS A al ps, . dl de Corte de un filamento mesentérico en la porción arrollada. Estudiada así la estrutura del filamento, debemos ahora pre- eountarnos, cuál es la misión de este órgano, al cual se han atribuido tan diversos oficios: Savigny creía que fueran ver— daderos intestinos; Spix y Rapp los confundieron, según ya. hemos dicho, con los ovarios y oviductos; Delle Chiaje y Wag- ner con los testículos; más tarde Hollard, Haime y Milne Edwards, especialmente el último, sin atreverse á juzgar defi- nitivamente de su naturaleza, creía que eran canales huecos (67) Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 373 encargados de suministrar el jugo gástrico; Lemekart, y poco más tarde Gosse, observaron que estos órganos no presenta— ban canal ninguno en su interior, y que, por consiguiente, no "podían ser oviductos, ni conductos deferentes, ni intestinos; finalmente, Heider y otros estudiaron ya su estructura histo- lógica y mostraron los elementos que los forman. La presencia de las numerosas células glandulares prueba indudablemente que aquí se trata de un aparato secretor, pro- bablemente ligado con las funciones de digestión, puesto que es preciso que algún jugo prepare los alimentos que penetran en esta cavidad, los cuales no sufren verdadera trituración; es sabido que estos animales pueden alimentarse de moluscos, los cuales encerrados en su concha no pueden ser triturados; no cabe, pues, otro medio sino que un jugo digestivo prepa- rado por estas glándulas sea el que prepare estos alimentos y los haga aptos para ser asimilados. Es, sin embargo, de no- tar, que estos jugos del interior del cuerpo deben tener una acción bastante lenta, pues no alteran el papel de tornasol. En cuanto á los numerosos nematocistos en ellos existentes, pueden servir, según opinan los hermanos Hertwig, para ma- tar los organismos que aún penetren vivos en la cavidad so— mática de la Anemonia y de todas las actinias. Respecto á las células vibrátiles, tan abundantes también en la porción exter- na como en la interna, su misión sería tener en movimiento el jugo gástrico y los líquidos y cuerpecillos contenidos en la cavidad del animal para facilitar la digestión. Podría objetarse á esta explicación que dan los autores cita- dos, que aún falta un importante elemento cuya presencia no queda explicada: las células nervioso-sensitivas; pero á ello contestan que estos movimientos de las células, la emisión de los nematocistos y la función de las glándulas exige la presen- cia de una formación nerviosa aleo desarrollada. Probablemente también, aun no siendo huecos, como pri- meramente se creyó, según la opinión hoy admitida, estos Ór- ganos pueden también servir para la absorción de los alimen- tos ya preparados y distribuirlos por gran parte del cuerpo del. animal. | -_Krukenberg opina que no existe un jugo que pueda prepa- rar los alimentos que produzca esta acción en la cavidad so- mática, sino que los cuerpos albuminoides son absorbidos por 74, ANALES DE HISTORIA NATURAL. (68) las células vibratiles, que allí en el interior sufren una trans= formación mediante un fermento especial, y que son luego vueltas á segregar para ser definitivamente absorbidas pOr otras células endodérmicas. V.—ÓRGANOS SEXUALES. Los órganos sexuales de las actinias no han sido bien cono= cidos hasta tiempos muy recientes, y aun hoy mismo se puede asegurar que no tenemos un conocimiento preciso de ellos. Muchos autores han creído que las actinias todas, y con ellas la especie que estudiamos, fueran hermafroditas; Erdl, Hollard y Haime han sustentado esta opinión; Milne Edwards y Lacaze Duthiers lo admiten como regla general, aun.reconociendo numerosas excepciones; Gosse lo admite para un eran número de ellas, y, en fin, Lacaze Duthiers mismo supone que quizás testículos y ovarios existan alternativamente, como parecen probarlo individuos masculinos repletos, por decirlo así, de infinidad de embriones. ¿Cómo si no, pregunta Lacaze Du-= thiers, se puede explicar la presencia de estos embriones? Po= sible es, en su sentir, que los individuos sean alternativamente masculinos y femeninos; y entonces así se explica Le O un momento en que.ambos sexos coexistan. Spix confundió los ovarios con los filamentos” méstnténcos) y creía que por medio de estos, formando cada cuatro un canal común, se constituía un oviducto por el cual pasaban los 'hue- vos á la cavidad faringea; Rapp participó más tarde de idén-. tica opinión, reconociendo, sin embargo, que cada filamento formaba un canal especial; y Hollard, poco después, hizo ver. la independencia de unos órganos con respecto á los otros, de- mostrando que los óvulos: quedaban directamente en libertad por la ruptura del folículo que los contenía, pasaban de este modo á la cavidad somática, y de allí por la faringe podían* salir al exterior, 0 bien permanecer en la cavidad somática, donde una vez fecundados comenzarían su desarrollo. Con respecto á los testículos, los errores fueron aún mayo-= res; para Spix la glándula macho era la porción apelotonada de los filamentos, y Wagner describía casi al mismo tiempo los nematocistos como espermatozoos. Erdl describla, por fin, (69) Cazurro.—ESTUDIO DE UNA ACTINIA. ¿975 “los testículos, haciendo ver que su estructura era en un todo parecida á la del ovario, y da noticias de los espermatozoos, cuya descripción confirma y amplía Kólliker, y más tarde Hol- -lard en sus estudios sobre la actinia. Poco más tarde Haime, en su monografía del Cerianthus, describe los óreanos genita— les y encuentra en ellos una estructura sumamente curiosa; no ya el mismo individuo resulta hermafrodita, sino que lo es el mismo septo en el mismo órgano; opina así que la fecunda- ción puede verificarse dentro del mismo órgano, por la rup- tura simple de las paredes de las cápsulas , poniéndose así en contacto los elementos masculino y femenino. Con respecto á la Anemonia sulcata, objeto de nuestro estu- dio, lo mismo que con la Sagartia parasitica, de la que estudió Heider los órganos femeninos, la Adamsia y la Tealia, su sexualidad es bien definida; se encuentran en ellas los sexos perfectamente separados en:cada individuo; únicamente pare- ce, al menos para la Anemonia, que los individuos femeninos son los más abundantes. E Los órganos sexuales se encuentran colocados en los septos, en la región denominada genital, cerca ya de la base y más al interior que los filamentos mesentéricos; entre estos y la in- serción de los haces musculares longitudinales se presentan formando un tubérculo oblongo con su eje mayor dirigido en la dirección del borde del disco, y constituidos por numerosos repliegues parecidos á una cinta plegada sobre sí misma va- rias veces. | NS Entre el desarrollo de estos órganos genitales y el sistema muscular hay, en opinión de Hertwis, una estrecha relación; los septos, que poseen el sistema muscular muy desarrollado, como, por ejemplo, los de primera formación, son general- mente estériles, al paso que los de órdenes inferiores, en los cuales el sistema muscular está muy poco desarrollado, pre— sentan glándulas genitales que ocupan eran parte del tabique. Los órganos sexuales se desarrollan en el espesor de los sep- tos en la misma capa de substancia conectiva que los alberga en su interior, dejando en ambas caras una tenuisima capa por.cuya ruptura más tarde los gérmenes han de quedar en libertad. Entre esta lámina se desarrollan los folículos sexua- les, ya masculinos, ya femeninos, pues su estructura es suma- mente semejante. | | 376 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) La lámina conectiva del tabique se bifurca en dos delseadas capas, y en el interior de ella quedan dispuestos los ovarios formando una cinta doblada sobre sí muchas veces, es decir, Figura 25. SU p so , SS) e ES SS des adn A UL, ==) NE ad (1 E Y eL ER a E Cn y DS A NE RS 5 $ oa a S ES > = DE q g Dos septos con los ovarios.—co/., columna; sep., pared del septo; 00., , ovario; Ml. mes: filamento mesentérico. - como si estuviera rizada; en los cortes estos repliegues se pre- sentan en figura de S. Dentro de estos folículos, á lo lare'o de un eje, están colocados los óvulos en apretada serie que les obliga á que, comprimidos los unos contra los otros, se defor= men y su contorno sea anguloso. El diámetro de los más ma- duros es bastante considerable; algunos ofrecen 240 «+ de lon= gitud en su diámetro mayor, por 160 « en el menor. Están formados, una vez maduros, por una membrana espesa que contiene un protoplasma fuertemente granudo y una mancha germinativa oval de contornos muy delicados, en cuyo interior se percibe muchas veces como un E GEnen el nucleolo. (a Cazurro0.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 311 Entre estos óvulos maduros quedan otras células de menores dimensiones, que son óvulos más atrasados; estos se encuen- tran también en más cantidad en los folículos de formación mas reciente, y en los ovarios parece que abundan más en la porción más superior. | En las porciones de la lámina conectiva que envuelven los ovarios se encuentran células conectivas triangulares y fibras como las que seob-—. Figura 26. servan siempre en la lámina mesodérmi- ca, de cuya naturaleza participan. Los ovarios y el mesodermis quedan cubiertos por un estrato de formación epi- - telial; en él encontramos células de di- versa naturaleza: unas epiteliales, de una naturaleza especial, terminadas en un delgado filamento, que á veces presenta un abultamiento tan grande casi como el cuerpo de la célula, las cuales poseen un contenido muy granular y terminan en filamentos vibrátiles; estas células alter— nan al parecer con otras epiteliales de la forma usual, que constituyen la mayoría del tejido. Y otras evidentemente glan- petalle del ovario. —ovw?., dulares, en forma de un odrecillo, y de eE Ó ;D., denso contenido, que en los cortes apa- epitelio. rece teñido fuertemente por el carmín. Generalmente los testículos y los ovarios se pueden distin— guir á simple vista, no por su forma ó posición, sino por la coloración más densa, más oscura, que presentan los ovarios maduros, en los cuales con una lente fuerte, á través de sus cubiertas, se pueden distinguir los hue- vecillos. _La estructura de los testículos es pa- recida a la de los ovarios: los folículos sexuales, en lugar de encerrar óvulos, encierran las células productoras de los espermatozoos, dispuestas también en apretada fila, las más gruesas son oblon- gas, y entre ellas quedan colocadas á ve- | ; X Células vibrátiles de la ces otras de menores dimensiones; en los pared del ovario. Figura 27. 378 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (72) sitios en que están colocados estos folículos de mayor tamaño y probablemente en una época de madurez más adelantada, el epitelio que envuelve cada folículo, desplazado por el des- arrollo de éste, se levanta formando una delgada papila, á través de la cual, por su ruptura, han de quedar en libertad los espermatozoos. Dentro de cada célula productora de los espermatozoos, una vez llegada la época de su madurez sexual, se Originan estos mediante un procedimiento de segmenta- ción aún no bien conocido; una vez formados se presentan formando líneas que del centro se dirigen á la periferia; en las preparaciones tratadas por el carmín y el ácido crómico ú otro semejante, no son muy fáciles de observar, pero en las que se han preparado por el método del ácido ósmico, dibujan clara= mente estas líneas formadas por las colas de los espermato= zoos, entre las cuales aparecen como puntos, oa So Hertwig, las cabezas de los espermatozoo0s. ARANA En las ula más maduras estas corrientes marchan para- lelamente y luego se reunen en el punto en el cual se forma | la papila 6 levantamiento ae: | adelgazado del epitelio, por cuya ruptura han de quedar en libertad. E Las células aún no madu- ras, en las cuales no se han formado los espermatozoos, son mucho más pequeñas y ; quedan entre las ya madu- io a Pci ras, ó en los folículos de for- mación reciente los llenan por completo; son mucho más menores, pues sólo tienen unos 40 u de diámetro, y su interior está casi todo él ocupado por un grueso núcleo oval, en el que se a un marcado nucleolo. ' Estos folículos quedan lo mismo que los de los ovarios en- vueltos en la lámina conectiva del mesodermis ye en un eS lio de la misma naturaleza. ! Respecto á los espermatozoos contenidos en estos folículos, debo confesar que no he tenido ocasión de obtenerlos aislada= mente; en las disociaciones en fresco del testículo no se perci- ben bien de los demás elementos celulares, y sólo se ve el (13) - Cazurro.—EsTUDIO DE UNA ACTINIA. 319 cuerpo, facil de discernir por sus movimientos; la cola que los produce no he logrado distinguirla. Lacaze Duthiers, que describe los de la 4 ctimúa mesembryan- themum, dice que son muy ágiles, dotados de una larga cola y de una cabeza ó cuerpo bien marcado y estrechado en su mitad, quedando así dividido en dos partes de desigual volumen. La cola se implanta en este estrangulamiento. En cuanto á la manera de verificarse la reproducción en esta especie y otras semejantes del grupo, poco es lo que real- mente se sabe: siendo los individuos unisexuales, es preciso que los espermatozoos lleguen hasta los ovarios de la hem- bra; es muy probable que esto se verifique sencillamente como en las plantas, en las que muchas veces el aire y los in- sectos llevan el polen fecundante. Viendo lo abundante que es esta especie y los apiñados grupos que forma entre las rocas,.se comprende que no es difícil que puestos en libertad los espermatozoos y nadando entre los numerosos individuos reunidos en un sitio, penetren en su interior y verifiquen la fecundación de los óvulos. + FAUNULA MOLLUSCORUM HISPALENSIS AUCTORE MASAS VES TE EVI UNO Sección de Sevilla. — Sesión del 20 de Mayo de 1892. I.—FOoNTES. E. von MartTeNS. — Monographie der Gattung Neritina (in Syst. Conch. Cab. von Mart. und Chemn. 277e Lief., 1878). R. L BourcuicnaT.—Mollusques nouveaux, litigieux ou peu connus. 1865. - —Description de diverses espéces de Coclestele découvertes en Es- pagne par le Dr. G. Servain. 1880.— Histoire des Mélaniens du syste- me européen. 1884. G. Servarin—Étude sur les Mollusques recueillis en Espagne et en Portu- W. gal. 1880. KoBeLT.— Vie Bivalven Nieder-Andalusiens (in Nachrichtsblatt der deutsch. Malacozool. Gesellschaft. 1888). —Iconographie, Neue Folge, -3e Band, Fig. 492-498.—Únios y Anodontas nuevos de la fauna espa- ñola, (ANAL. Soc. Esp. DE HisT. NAT., 6. xv1, 1887.) C. A. WesTERLUND.—Species novas generis Vitreo Fitz. ad Hispalim His- panie a Prof. S. Calderón inventas descripsit (in Ay. Soc. Esp. DE HisrT. NAT., t. xx, 1891).—Verh. der k. k. zool.-botan. Gesellschaft in Wien, Jabrg. 1892, S. CALDERÓN.— Collectio.— Obs. Asteriscus unus (*) preepositus significat AR *k AR species Hispanise novas et asterisci duo (**) indicant species et for- mas scientise novas a clariss. Calderón circa Hispalim inventas. TI. —ENUMERATIO. Parmacella deshayesúi Moq.—Tand., Calderón. Hyalimia (Vitrea) calderon West. leen — .— targiomana Paúl.—Calderón. — — sevillensis West.—Calderón. — — ouitreola Bgt.—Servain. 382 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Hyalimia (Vitrea) pseudohydatina Bgt.—Servain, Calderón. — — umbratica Bgt.—Servain. : — (Zomitoides) nítida Múll. var machoi Serv. —Ser- vain. — (Polita) petronella Ch. var. jaccetanica Bgt.—Cal- derón (determ. Kobelt). — — subglabra Bgt.—Servain. — — gyrocwrta Bgt.—Servain. — — (arcastana Serv.—Servain. — — blauneri Sh.—Calderón (determ. Kobelt). — — alhambre Kob.— Calderón (determ. Ko- belt). — '" — ¿jourdhewili (Roy) Serv.—Servain. * Helia (Punctum) poupillierí Bgt.—Calderón. — — pygmea Drp.—Servain. — (Vallomia) pulchella Múll.—Calderón. — (Gonostoma) lenticula Fér.—Calderón. * — =- anna? Pal.—Calderón. — (Fruticicola) deobrigana Bgt.—Calderón. — — Jerdinandi Serv.—Servaln. — (Enparypha) pisana Múll.—Servain, Calderón. — — — var. donatú (Berth.) Bgt. —Ser— vain. | — — — var. pisanella Serv.—Servain. — — — var. subpisana Bgt.—Servain. E - — var. dermoi Serv.—Servain. — (Xerophila) lineata Oliv.—Servain, Calderón. ¿— — livbertina (Lit.) West. f. minor.—Calderon. — — luteata Pfr.—Calderón. — — lauta Lowe.—Calderón. * — — rufolabris Ben.—Calderón. —= — mutua West.—Calderón. — — clausella West.—Calderón. *k — — promissa West.—Calderón. — — arigoi (Bgt.) Rm. —Albers (in Die Heli—- ceen, 1860). — — alluwvionmn Serv.—Servain, Calderón. * — — odarsensis Fag.—Calderón. a — grannonensis Bgt.—Servain. — — solano Serv.—Servain. AS (3) Westerlund.—rAUNULA MOLLUSCORUM HISPALENSIS. 383 Heliz (Xerophila) letowneuxiana Bgt.—Servain. E A AR EX pa pumila West.—Calderón. apicina Lam.— Servain, Calderón. — var. marsiana Bgt.—Servain, Cal- derón. : herbarum Serv.—Servain. grabont Bgt. var. zemilica Serv.—Servain, Calderón. valcouwrtiana Bet.—Servain, Calderón. acentromphola Bgt.—Servain. umfasciata Polr.—Servain. micromphalus Lit.—Servain. romaulina Serv.—Servain. -(wrnusi Serv.—Servain. editanorum Serv.—Servain. hispalina Serv.—Servain. .conspurcata Drp.—Calderón. moricola Pal.—Servain. horridula West.—Calderón. gibilmamica Bgt.—Servain. amblia West.—Calderón. pupilla Serv.—Servain. embryonata West.—Calderón. acuta Múll.—Calderón. pring? Serv.—Calderón (determ. Kobelt). barbara Lin.—Calderón. - -— (Macularia) portscii Bgat.—Calderón. vermiculata Múl.—Calderón. lactea Múll. var. sevillensis Serv. —Ser— vain, Calderón. — var. sevilliana Grat.—Servain, Cal- derón. axia Bours.— Calderón (determ. Kobelt). alybensis Kob.—Calderón. lencochila West.—Calderón. (Pachea ) nemoralis Múll.—Servain. (Pomatia) adspersa Múll.—Calderón. FE Buliminus (Mastus) hispalensis West.—Calderón. £ Pupa (Torgwlla) retracta West.—Calderón. Stenogyra duollata Lin.—Servain, Calderón. 384 ANALES DE HISTORIA NATURAL. dE (4) Cionella (Ferussacia) vescos Bgt.—Servain, Calderón. e — amblya Fér.—Servain, Calderón. — — Jorbesí Bgt.—Servain, Calderón. Za. —- virginea West.—Calderón. | — — proechia Bot.—Servain. — (Celestele) levigata Bet.—Servain. — — castrotana Bet.—Servain. — — hispanica Bgt.—Servain, Calderón. — — + seroaim Bgt.—Servain, Calderón. — E — tumidula Bet.—Servain. — letovrneuxiana Bet.—Servain. — — raphidia Bgt.—Servain, Calderón. — (Hohenwartitia) bourguignatiana Ben.—Servain. — — eucharista Bat.—Servain. — (Cecilianella) vandalitie Serv.—Servain. EA E poupillieri Bert.—Calderón. Succinea pfeiferí Rossm.—Calderón (determ. Kobelt). Carychium minimum Múl.—Calderón. Alexia myosotis Drp.—Calderón. — — var. elongata Kstr.—Calderón. Limnea (Gulnaria) lagotis Schr.—Calderón. — (Fossaria) truncalula Múl.—Calderón. Physa (Bulinus) acuta Drp.— Calderón. E — — clathrata West.—Calderón. Plamorbis (Coretus) mitidjensis Forbes var. dufowri Graélls. —Servain, Calderón. — (Tropidiscus) en Múll. — Servain, Cal- derón. — (Gyrorbis) benoiti e — (Hippentis) complanatus Lin.—Calderón. e — (Segmentina) mitidus Múl.—Calderón. Ancylus (Ancylastrum).costulatus Kstr.— Calderón. Bythinia tentaculata Lin.—Calderón. Melanopsis premorsa Lin.—Bourguienat, Calderón. e. (cost. Oliv. var.) leucopliagia Bet.—Bourguignat. E — (cost. Oliv. var.) harpa West.—Calderón. => cariosa Lin.—Servain, Calderón. am — var. costellata Fér.— Bourguignat, Cal- -.derón. = -—= var. turrita Rm. Pol Calderón. (5) Westerlund.—FAUNULA MOLLUSCORUM HISPALENSIS. 385 Melanopsis sevillensis Grat.—Grateloup, Bourguienat. — rossmassleri Bgt. var. macrostoma Bgt. — Bour- guignat. | — — var. ovula Bet.—Bourguignat. Veritina (Teodorus) elongatula Mor. var. violacea Morel. — Martens, Calderón. Ea. — hispatensis Mls.—Martens, Calderón. e — — mixta West.—Calderón. — — guadianensis Morel.—Calderón. Pisidium (Fossarina) sp. (ex unicum).—Calderón. Unio awricularius Spengl.—Bourguignat. — umbonatus Rm.—Calderón. ** — Hhispalensis Kob.—Calderón. ** — calderoni Kob.—Calderón. xk — — var. salvador West.—Calderón. — hispanus Moq.—Tand., Calderón. xk — — var. sphenoides West.—Calderón. AR — — var. sevillensis Kob.—Calderón. — beticus Kob.—Calderón. ** Anodonta calderoni Kob.—Calderón. Es — betica Kob.—Calderón. AS TII.— DESCRIPTIONES. Hyalima (Vitrea) Calderoni West. n. sp. et. Hyalinia (Vitrea) sevillensis West. n. sp. in ÁN. DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. xx, descripte sunt. Helix (Xerophila) mutua West. n. sp. Testa anguste profundeque perforata, perforatione ad apertu— ram dilatata, depresso-conoidea, mtida, superne striatula, alba, vicissim zonulis angustis atrobrumneis vel fuscocastaneis translu- centibus et alvis pallida fulvis (supramedianis duabus latioribus usque ad apicem productis), circa umbilicum tantum lineis fulvis - picta; anfractus 6 */,, convexiuscult, primi regulariter accrescen— tes, ultimus major, dilatatus, rotundatus, antice lente sed sat profunde descendens: apertura obligua, subguadrato-ovata, intus dilatate hepatico-labiata, peristoma viz expanstusculum, margine columellari leviter expanso, margine superiore recto, cum exte— ANALES DE HIST. NAT.—XXI. 25 386 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ¿ (6) riore subverticali angulum formante, basali leviter curvato.— ar lo. man e Forma gregis H. sectzenú Koch. Helix (Xerophila) clausella West. n. sp. in Verh. k. k. zool.- botan. Ges. in Wien, 1892, p. 28 descripta. Helix (Xerophila) promissa West. n. sp. ibidem, p. 29. Helix (Xerophila) pumila West. Dn. sp. Testa semiobtecte rimato—perforata, supra elato-comica, sublus conveza, irregulariter striata, calcarea, griseo-albida, fasciis paucis angustis brunneis plus minus interruptis vel maculis obs cwre picta; anfractus 51/,, convexa, regulariter accrescentes, ulti- MUS PYUMO obsolete angulatus, deinde rotundatus, amtice síricins; apertura lunato-rotundata, peristoma rectum, leviter albo-incras- satum, margine columellari superne reflexo.—Lat., 6-7 mm.; alt., 6-7 mm. | Pertinens ad gregem 4. herdatice, ralonice, solanol, odar= sensis, grannonensis, etc., habet heec fauna forte locum suum naturalem ad latus 4. cyzicensis Gall. Helix (Xerophila) horridula West. n. sp. Testa sat anguste el subinfundibuliforme, ambilicata, supra convexiuscuta vel subplana, costulata, albida, ad suturam el su—- pra medium seriatim rufo-maculata, subtus striata, lineis am gustis nommullis rufo-brunneis picta, pilis longis rigidis, superne acuminatis, curvatis, albidis dense obsita; anfractus 41%/,, com vexiusculi, ultimus supra convexa, supra medium subiilocarimata, carina obtusa, alda, mfra tumido-ventricosa, multo quam su= pra convexior; apertura lunato-rotundata, peristomate. acuto, simplice.—Lat., 6 mm.; alt., 4 mm. Anfractu ultimo infra multo convexiore aftinis Helix hono—= rati Bgt., quee tamen minor et precipue vestitu valde diversa, de quo clariss. Bourguignat dicit: «Sur l'induit on remarque, au foyer d'une tres faible loupe, un semis tres serré de rudi= ments poilus, analogues a une poussiéere écailleuse.» Helix (Xerophila) amblia West. n. sp. in Verh. k. k. zool.- botan. Ges. in Wien, 1892, p. 32 descripta. Helix (Xerophila) embryonata West. n. sp. Sar qal Testa perspective mbilicata (umbilicus infundibuliformás. ad . q | ] E k (7) Westerlund.—FAUNULA MOLLUSCORUM a 3 ) a al 2 5 ES aperturam non dilatatus), lentiformis, valde dept Esa cárinata, Julvida; spira depresso-subtectiformis, anfractu embryénalez pa magno et forte dilatato, convexo, glabro, nitido; anfractus dd su tuwram crenulatam vix convexiusculi, deinde planatt, carinati, carina utringue compressa, subserrulata, dense rugulosi (striis Jurcatis, abbreviatis el confiuentibus), subtus convexiares, radia—- tim striati, ultimos circa umbilicum altus, angulatus, periphe—- ricm versus convexiusculo-declivis; apertura secwriformis, extus acumimata et canaliculata. Specimen tantum unicum est adhuc nondum maturum pro- positum est, sed hoc, ab omnibus hue usque cognitis formis anfractu embryonali pervalido et lato adeo distinctum ut certe speciem novam preebet. Anfractus embryonalis ceeterarum jacostarum minimus et perangustus est. Etiam sculptura nostra forma singularis videtur. Helix (Macularia) leucochila West. n. sp. Testa exumbilicata, depresso-conoidea, dilatata, regulariter. striatula, densissime sed distinctissime spiraliter lineata, sat te- nus, alba, fasciis supra-medianis duabdus latis, imfra-mediamts dwabus angustis brunneis circumornata, ubique densissime punc- tis et lineis alvis notata (fasciis el maculis in apertura usque ad peristoma perdistincitis); anfractus 5*/,, celeriter et regulariter accrescentes, sat convezi, ultimas rotundatus, superne celeriter el profunde descendens; apertura obliqua, subquadrata, leviter pa— mete excisa, margine supertore leviter, exteriore forte arcuato, cum basali stricto, acuto, non calloso angulam formante, peristo- ma acutum margine superiore el exteriore late expansis el lacters, tantumimodo pariete el margine basali (ne minime fauce) castameo- rufis.—Lat., 30-33 mm.; alt., 20 mm. -Heec Pies certe bona es ela a Auct. characte— res suas essentiales in colore fundamentali albo locuplenter lacteo-maculoso, fauce non colorato et peristomate late ex- panso lacteoque habet.. Buliminus (Mastus) hispalensis West. N. Sp. Testa rimata, ovato-comica, sursum sat attenvuata, obtusiuscula, Javido-cornea, obsolete et irregulariter striata, sublevigata; an Fractus 8, super: regulariter, inferi fortius accrescentes, subpla— nati, sutura teni albida disjuncti, ultimas infra atltenuatus, ad 39m > yu 08 at ANALES: DE ¡HISTORIA ¡NATURAL ) (8) dl ( suturón hOY dictan vel leviter descendens; apertura verticalis, a aia, peristoma expansiusculum, intus lato sed tenui albo-incras- Satin, margimbus callo tenui ad marginem exteriorem tubercu= lifero conjunctis, columellari reflexo.—Alt., 14-16 mm.; lat., 51/,. Primus Hispanie Jfastus. Pupa (Torquilla) retracta West. n. sp. | Testa perforata, cylindraceo-comica, densissime striatula, palli- de cornea; anfractus 8, convezxi, lente regulariter accrescentes, - sutura impressa, infra sat obligua disjuncti, ultimus antice as cendens, superne angulatus, basi rotundatus; apertura ovato—- elliptica, plicata: plica 1 parietali, immersa, curvata, 2 colu— mellaribus, Drevissimas, profunde immersis (2 viz visibila), 4 pa— latalibus, immnersis, parallelis, antice subequalibus (1 $ 4 bre—- vissimais, 3 sat longa), de cetero tuberculo parvo ad insertionem marginis externi; peristoma expansiusculum, marginibus subpa— llelis, exteriore superne vn angulum obtuswm cwrvato.—Long., Ghana Za: | Differt a proxima P. nansoutyt Fag. forma multo magis co— nica, anfractu ultimo basi rotundato, apertura elliptica, mar— einibus subparallelis, plicis palatalibus 4 (apud 2. nans. 2-3, seepius medio abbreviata, quarum prima submarginalis, ce- tere immerse), etc. Cionella (Ferussacia) virginea West. n. sp. Testa oblonga, subfusiformis, glabra, mtidissima, Subcastaneo- cornea, superne in spuram brevem comicam obtusamque termimnalta; anfractus 5*),, convextuscult, super? sat celeriter et regulariter accrescentes, penultimus antepenultimo fere triplo major, quam ultimus antice duplo, postice triplo brevior, ultimus basin versus lente attenuatus; sutura late marginata, denwm lente sed valde descendens; apertura angusta, verticalis, sursum angustata, inter parietem valde obliguam et columellam verticalem, rectam, indus contorto—-albolamellatam sinuata, dimidiam altitudinis teste to tus equans vel superans.—Al4., Y mm.; lat., 3mm. Affinis Fer. gravide Flor., sed anfractubus superioribus re- eulariter accrescentibus, colore subcastaneo, forma multo mi- nus ventrosa, sutura late marginata, etc. Physa (Bulinus) clathrata West. a. sp. | Testa forma, magnitudine, spira et apertura Ph. subopacee (9) Westerlund.—FAUNULA MOLLUSCORUM HISPALENSIS. 339 persimilis, sed tenuissima, pellucida, nitida, fulvida, striis lon- gitudinalibus et transversalibus densissimis tenwissime clathrata, anfractus wltimus superne humerosus, sutura anguste obscwre marginata. | Melanopsis (costata var.) harpa West. n. sp. Testa crassa, Iutescenti—-cornea vel lutea, nitida, obesa, ventro— sulo-oblonga ; sptra comica, brevissima, acutissima; anfractus 6, ultimus (15 mm. longus) superne angulatus, postice convezus, am- tice planulatus, costis validis crassis longe distantibus parncis ( 10-16 )) preditus (coste inter suturam et humerum verticales, ad -Ssutuwram nodose, dende ad dextram valde arcuate, precipue in— Fra); apertura verticalis, ovata, superne ad dextrum rima longa angustaque, pariete albo imcrassato et extus valde tuberosa, colu— mella brevt, crassa, recta, infra attenmuata, vix subiruncata, mar- gine exteriore imfra medium arcuato iO Ls —Long., 13- dd mn; let. 12 mm. Neritina mixta West. n. sp. Testa transversalis, ovata vel oblongo-ovata, solida, striatula, non nitens, pwre alba et pwre nigra (o. brunnea y hoc est alba (7a- rissime flavida), maculis longis, fascirforivibus, inequalidus, migris (vel brunneis), sepe et precipue im angulis longe acumina— tis et acutissimis, versus aperturam versis, picta; spira parum prominula, lateralis; anfractus 2*),, primus sepius erosus, ulti—- mus fere totam testam formans, regulariter convexus (medio ne miime constrictus), basi rotundatus; apertura intus aurantiaca, Jere semper macwlis externis fascirformibus translucentidus, co- lumella lutescenti, medio et infra subplana, superne plus miwus, sepe valide, callosa, elevata; operculum violaceum, extus intra marginem linea et in nucleo macula awrantiacis.—Long. transv., mm alí omim. (spec. Max.). Heec forma certe NV. hidalgoi mihi ignote proxima, quee ta- men dicitur Y. valentine colore proxima; sed nostra colore (et numquam fasciata) ab omni V. valentine constanter differt (ex plus quam centum speciminibus «equalibus); de ceetero NV. hidalgo «operculum normale» (illo valentine equale, quod cinerascente-albidum margine rufo) habet. Unio hispalensis Kob. in Nachrichtsblatt mal. Ges. 1888, in 390 ANALES DE HISTORIA NATURAL. A (10) Iconogr. N. F. 3* Band et in ÁnaL. Soc. Esp. DE HIST NAT.. t. xvi, descripta est. | Unio hispalensis Kob., 1. cc. Umio calderon Kob. 1 co: Umio hispanus Noq. ad. var. ia KCob:, led Unio beticus Kob., 11. ec. | Unio calderoni Kob. var. salvador? West. N. sp. Concha ovata, postice angulata, superne medio ventrosa, imfra et.antice compressa, antice interdum costulato-striata, de cetero sublevigata, rugulis nonmullis obsoletis, virescentizfilavida, vel antice vel postice fusca; umbones valida, apicibus fere contiguas, toti (longs., 15 mm.; alt., 10 mm.) albidi (zomula obscura infra terminati), plicis fexuosis nodiferis densis obtecto; margo dorsa— lis rectus, horizontalis, margo basalis elongato-arcuatulus, Margo posticus prorsus descendens, in rostrum obtusum brevissimim ba- sale terminatus; dentes ut. in U. calderoni; margarita antice alba, postice ceerulescens, iridescens. — Long., 42 mm. (pars ant. 15 mm., post. 27 mm.), alt. ad umb. 30 mm., post. ro 26 mm., crass. 20 mm. Unio hispanus Moq.—Tand. var. sphenoides West. n. sp. Concha oblongo-cuneata, medio plamulata, umbomibus apice tuberculatis et rugulosis, subtangentibus, ab extremitate antice minus remotis, parte postica longiore, post umbones supra el 1m— Fra subequaliter et subrecte lente attenuata et demaum forte com-— pressa tn rostrum fere mediamum, angustum, cuneataum, obtusum producta; area oblongo-acuminata. — Long., 78 mm. (pars ant., 17. mm., post., 60 mm.), alt. ad umb:. 40 ma. pose ligam., 32 mm., Crass., 27 mm. Anodonta calderon Kob., 1. cc. Anodonta betica Kob., 11. cc. NOTICE SUR LES CFPHALOPODES DES CÓTES DE LESPAGNE. ALBERT A. GIRARD. (Sección de Sevilla.— Sesión del 16 de Marzo de 1892.) Un envoi de Céphalopodes, que M. le professeur Salvador Calderón, de VUniversité de Séville, a eu lobligeance de m'adresser de Sanlúcar de Barrameda (Andalousie), m'a fait revoir les notes prises pour rédiger ma notice sur les Cépha- lopodes des cótes du Portugal, et il m'a paru utile de réunir ce qui a été publié sur ces intéressants mollusques des cótes de Espagne, quand ce ne seraift que pour appeler l'attention des malacologistes espagnols, qui font connaítre avec tant de succes la faune de leur pays, sur un groupe qu'ils ont an a présent trop négligé. Malgré mes recherches je n'arrive qu'au chiffre de douze especes authentiquement espagnoles, dont une ne m'est con— nue que par lenvoi de M. Calderón, chiffre excessivement restreint quand on considere d'une part la grande richesse de la Méditerranée (50 espéces environ) et de autre les espéces connues de l'Ouest de la France. Au point de vue teuthologique on peut diviser la faune có- tiere de Espagne en deux régions distinctes. L'une, POcéani- que, s'étend depuis S. Sébastien jusqu'a Gibraltar et on ne peut par conséquent en détacher les cótes du Portugal. On a - slgnalé dans cette région en Espagne sept espéces, á savoir: 392 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) * Octopus vulgaris Lmk. * Teuthis media L. Sepia elegans d'Orb. Ommastrephes sp.? * — Filliouxii Lafont. * Todaropsis Verany? Girard. * Loligo vulgaris Lmk. J'ai marqué d'un astérisque les espéces que j'ai retrouvé sur les cótes du Portugal ou j'ai signalé en outre, apres de lon- gues recherches, dix autres especes, a savolr: Argonauta argo L. Rossia macrosoma Delle Chia- Octopus tuberculatus Blainv. Je:(1). Hledone cirrhosa Lmk. Loligo Forbestt Stsp. Sepiola Rondeletii Leach. Tllex Coindeti Ver. — atlantica d'Orb. Stenoteuthis Carol Furtado. La région méditerranéenne qui s'étend depuis Gibraltar jusqu'au golfe du Lion n'a pas été mieux étudiée que la pré- cédente. On v'y a signalé que neuf especes, quoique l'abon= dance de «formes diverses et curieuses» ait été remarquée par quelques auteurs. ÍA On ne remarque parmi ces neuf espéces: Argonauta argo L. * Eledone moschata Lmk. * Tremoctopus violaceus Delle — cirrhosa Lmk. Chiaje. Sepia Filliouxii Lal. Octopus vulgaris Lmk. — elegans d'Orb. — Mmacropus Risso. Loligo vulgaris Lmk. == que deux formes spéciales a la Méditerranée, ZTremoctopus vio- lacews et Eledone moschata, chiffre bien loin de la vérité quand on a signalé dans cette mer cinquante espéces environ dont ingt-quatre formes spéciales. Ce résultat montre combien il reste á faire dans cette bran- che intéressante de la malacologie qu'il está regretter, je le répéte, de voir si négligée par les malacologistes espagnols. 20 Janvier, 1892. > MuskEUM DE LISBONNE. (1) Cette espeéce ne se trouve pas indiquée sur mon catalogue — Jorn. Sc. Math. Phys. e Nat. de Lisboa, 2.* sér., t. 1, 1389, p. 200—;je 1'ai récemment obtenue au mar- ché de Lisbonne. Elle a été signalée sur les cótes du Nord de l1'Europe et dans la Mé-- diterranée; elle vit sur les cótes d'Angleterre entre 40 et 90 fathoms de profondeur d'apres le professeur Norman. 43) Girard. —CúPHALOPODES DES CÓTES DE L'ESPAGNE. 393 BIBLIOGRAPHIE DES CEPHALOPODES D'ESPAGNE. 1757. ArcenviLLE.—Hist. Nat. éclairc.; la Conchyliologie. Nautile papyrace. 1788. CorwineE.—Ensayo de una hist. de los peces de Galicia. 1789. Brucuiére. —Encyclop. méthodique. Vers, Coquilles, etc., vol. r. E Argonauta argo. 1802-1805. MowrorrT et RorssY.— Hist. Nat. gén. et part. des Mollusques; . tome 11, Octopus moschatus Lmk.; tome 11, Argonauta argo. 1814. Ramis y Ramis.—Specimen anim., veg. et miner. in insula Minorica frequentiorum. Argonauta argo, Nautilus crispus (espéce exotique). 1817. DiLLwYN.—A descript. Cat. of recent shells. Argonauta argo. 1837. 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Il v'est pas trés rare sur la cóte ouest, mais il ne parait pas remonter au dela des les Berlenga. 2. Tremoctopus violaceus Delle Chiaje. Mem. stor. natur., pl. 1xx (1830). Octopus velatus Rang, METPAden Zool. Cl. v, pa /0,.pl. Lxxx (1837). HABITAT. Medit.: Cóte de Valence (Rang, Férussac et d'Or— bigny). Obs. Cette espéce, assez rare et spéciale a la Méditerranée, D'a été signalée jusqu'a présent que par Rang qui 'a recueillie une fois a quinze lieues des cótes de Valence. 3. Octopus vulgaris Lmk. DADA OS PA: aceb.. p.-20 (1838). Hanirat. 4Atlant.: Costas del Cantábrico (Pérez Arcas); As= turias (Pastor y López); Ferrol (Graells); Sanlúcar de Barra— meda (Calderón!). Médit.: Baleares (Salvador). 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | | (6) Obs. D'apres Graells le poulpe commun est extrémement fréquent sur les cótes du département de Ferrol, oú on le pé- che pour étre salé. Il est excessivement commun sur les cótes du Portugal, ou l'on voit souvent des individus de trés grande taille. 4. Octopus macropus Risso. Europ. mérid.., t. 1v, p. 31826); Targ. Tozz.: a Mus. Fi- Fenze, p: 29. HABITAT. Médit.: Espagne (d'Orbigny); Baleares (T. Toz- zetti, Salvador). 5. Eledone moschata Lmk. Mém. Soc. Hist. Nat. Paris, t. 1, p. 22, pl. 11 (1799): HABITAT. Médit.: Gibraltar (Monfort et Roissy); Baleares (Salvador); Mayorque, Minorque, Ibiza (Monfort et Roissy). Obs. Cette espéce paraít spéciale a la Méditerranée. 6. Eledone cirrhosa Lmk. Mém. Soc. Hist. Nat. Paris, t. 1, p. 21,.pl. 1, fio.2(1799): HABITAT. Medit.: Baleares (Salvador). Obs. J'ai signalé aussi cette espece sur les cótes du Por— tugal. 7. Sepia Filliouxii Lafont. Bull. Ass. Sc. France, n.” 81 (1868); Journ. de Conchy]l., f. 1X, Lale HABITAT. Océan.: Ferrol (Graells); Coruña (Mc. Andrew, Hi- dalgo); Sanlúcar de Barrameda (Calderón!). Medit.: Baleares (Salvador). Obs. J'ai examiné un nombre considérable d'individus des cótes du Portugal et ils m'ont paru appartenir tous á une seule et méme espece, la méme que ceux de Sanlúcar. La forme du Nord de VEurope, la Sepia officinalis, est-elle réellement une espece distincte? Telle est opinion de MM. Fischer et Lafont / quí considerent les individus qui fréquentent le Sud de l'Eu- (7) Girard. —CÉPHALOPODES DES CÓTES DE L'ESPAGNE: 397 rope comme devant former une espéece á part, la Sepia Filliou- it. Ne possédant pas assez de matériaux pour pouvoir tran— cher la question, je préfére me ranger á l'opinion de ces au— teurs. 8. Sepia elegans d'Orbigny. Céph. acét., p. 280, pl. vin, fig. 1-5; pl. xxvn, fig. 3-6 (1829); Sepia biserialis Verany, Céph. médit., p. 73, pl. 26, fig. 4%. HABITAT. Sanlúcar de Barrameda (Calderón!); Málaga (d'Orbigny); Baleares (T. Tozzetti). Ops. La Sepia bisertalis de Verany ne me paraít pas diffé— rer de la Sepia elegans et les descriptions s'appliquent bien á nos individus. | Le sépion est sensiblement plus large chez la femelle que chez le mále, et les petites ailes latérales qui le terminent sont plus accentuées chez ce dernier. T'hectocotylisation affecte toute l'étendue du quatrieme bras cauche du mále, ou l'on n'observe que quelques rares cupules a la base. Toutes les femelles m'ont montré les spermatophores fixés á la face interne et inférieure de la membrane buccale tres dilatée en cet endroit. 9. Loligo vulgaris Lmk. Mem! Soc. Hist. Nat. Paris, t. 1, p. 11 (1799). HABITAT. Costas del Ferrol (Graells); Sanlúcar de Barra— meda (Calderón!); Málaga (Rosenhauer); Baleares (Salvador). Os. Quoique il soit certain que cette espece doit fréquen— ter les cótes de l'Espagne, 1l est probable que les auteurs aient confondu sous ce nom plusieurs especes. 10. Theutis media L. Sepia media L., Syst. Nat., ed. x, p. 659, n.” 262 (1767). HABITAT. Océan.: Coruña (Mc. Andrew); Sanlúcar de Barra- meda (Calderón !). Ops. Les individus de Sanlúcar ne different en rien de ceux que j'ai obtenu sur la cóte ouest du Portugal. 398 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) 11. Ommastrephes sp.? Os. Il est impossible de décider á quelle espéce se rappor- tent les calmars géants cités par différents auteurs espagnols des cótes de la Galicie. | Graells est le seul qui cite a l'appui de sa détermination— Loligo sagitta Lmk., var. «. —les deux figures de Seba (Rer. Nat. Thes., t. 11, pl. 1v, fig. 1-2); mais si la figure 1 représente le Todarodes sagittatus Lmk., la figure 2 se rapporte á une autre espece, probablement l'Ommastrephes Bariramm Le- sueur. D'autre part on ne peut tirer aucune conclusion des énormes dimensions qui leurs sont attribuées, les individus du poids de trois arrobes (34,500) sont fréquents selon Sañez Reguart et on en voit méme de trente apres Soraluce y Zubi- zorete, puisqu'elles sont communes non seulement aux deux especes précédentes mais aussi a l'Ommastrephes Caroli Furt. eta PO. pteropus Stp. qui vivent dans l'Atlantique. Luís Salvador cite aussi un £Loligo sayitta des les Baléares, mais il est de méme impossible de rien préciser sur cette espéce. 12. Todaropsis Veranyi Girard. Journ. de Sc. Mathem. Phys. e Nat., 2. sér.,'t. 1, p. 204'et 261; t. 11, p. 43 (1890). — Posselt., Vidensk. Meddel. fra den ¡ENVIO NOMS YO 1d 20 (SUO. HABITAT. Océanm: Sanlúcar de Barrameda (Calderón !). Obs. J'ai été assez surpris de recevoir des cótes de l'Anda- lousie l'intéressante espece que j'ai récemment découverte sur les cótes du Portugal, et cela vient confirmer l'hypothése de son existence dans la Méditerranée, que j'avais admise d'apres la planche 31 de la Monogr. de Verany. L'envoi de M. Calderón se composait de'máles et de femelles tres jeunes de 55 a 70 mm. de longueur du corps. Ces jeunes se distinguent des adultes, comme d'ordinaire, par leurs na- geoires plus courtes ef relativement plus larges, ce qui leur donne un aspect un peu différent. Les deux máles se font remarquer par leurs bras hectocoty- lisés quí présentent pour ainsi dire a l'état rudimentaire Le modification que j'ai décrite chez l'adulte. Les cupules sont présentes au 4”e bras vauche mais tendent 49) Girard.—CEPHALOPODES DES CÓTES DE L'ESPAGNE. 399 a disparaítre a la moitié terminale du bras droit, oú l'on n'en voit que quelques unes sur la ligne interne. Les fortes écailles de la base des 4%”* bras sont ici rudimentaires et ont l'appa- rence de mamelons élevés, tandis que les petites écailles de Vextrémité du bras droit sont parfaitement distinctes sur les deux lignes internes et externes. Spirula Peronii Lmk. Obs. La coquille de cette espéce se trouve fréquemment sur les plages de Espagne. Elle est citée du Nord, par Fis- Cher, de Gibraltar et Málaga par Mc. Andrew et méme des Ba- léares par Monterosato, mais il n'est nullement prouvé que VTespece vit dans les mers d'Europe, et l'lapparition de ses in— nombrables coquilles n'est que le résultat d'un transport par les courants. «Y tr ES DASS E ES RE « =y Y a ; ASIMILACIÓN “DE LOS MATERIALES ADYACENTES POR LAS ROCAS ERUPTIVAS, POR TJ. MACPHIERSON. (Sesión del 9 de Marzo de 1892.) En el presente trabajo me voy á ocupar de un fenómeno que en cierta manera puede considerarse como el inverso de aquel que desde una época ya remota en los anales de la Geología, ha llamado preferentemente la atención de todos los hombres pensadores. Conocido este con el nombre de metamorfismo, no sólo trata de explicar la acción que las rocas eruptivas han ejercido sobre las masas adyacentes, sino la que todos los agentes dinámicos, que en sus varias manifestaciones ponen de mani- fiesto las energias propias del planeta, han ejercido sobre di- versas porciones de su corteza. El fenómeno de que me voy a ocupar en las siguientes pagl- - nas es, como ya he dicho, el inverso de éste, y puede consi- derarse como la acción que á su vez la masa, ya en cierta manera inerte, de las partes más 6 menos exteriores del pla— neta han ejercido sobre esas manifestaciones de sus activi- dades propias. No voy a abordar, sin embargo, el problema en toda su magnitud inmensa, voy á limitarme solamente á una parte de tan complejo fenómeno, poniendo de manifiesto algunos hechos que he tenido ocasión de estudiar y que hacen ver hasta qué punto ejercen influencia sobre las rocas eruptivas las masas en que arman. ANALES DE HIBT. NAT.—XXI. 26 402 ANALBS DE HISTORIA NATURAL. (2) Uno de los hechos que sin disputa más han llamado mi atención, es la diferencia tan notable que se observa en los contactos entre las rocas eruptivas y aquellas, junto á que se juxtaponen ó perforan. Mientras en unos casos se observa que la zona de contacto, bien sea ésta en diques, masas 0 filones, es tan marcada y definida, que parecen ambas masas separadas, por lo que puede considerarse casi como un plano matemático; en otras ocasiones es esta separación tan incierta, ofrece tránsitos de fusión de la una en la otra masa, tan evidentes, que se hace tarea harto dificil de poder trazar una línea divisoria entre ambas rocas. Si traemos en nuestra ayuda la poderosa palanca del mi- eroscopio, no se dejarán de percibir una serie de hechos que revisten á mi juicio una grandisima importancia. Uno de los que más poderosamente ha llamado mi atención por lo transcendental de las deducciones á que se presta, es la verdadera absorción que la masa eruptiva ejerce sobre los elementos de la roca en que arma; manifestándose esta acción á veces de una manera tan enérgica, que parece como si los materiales de la roca en que lá masa extraña arma hubieran servido de elemento nutritivo a la roca nuevamente formada ó ingerida, y todo induce á considerarla como si ésta hubiera sido generada cuando menos en gran parte á sus expensas. Voy, pues, 4 señalar algunos hechos que he tenido ocasión de estudiar y que ponen de manifiesto este curioso proceso, que,yuna vez establecido, no necesito encarecer lo transcenden- tal de sus Consecuencias. Es un hecho, y no porque sea bien conocido deja de tener interés, la acción que las masas graníticas ejercen sobre las pizarras con que vienen en contacto. : En estos casos sucede con frecuencia el que trozos más ú menos voluminosos de las citadas pizarras vengan enclavados en la masa granítica que los atraviesa. - Pero donde estriba, en mi juicio, el gran interés para el fenómeno que nos ocupa, reside en la distinta manera en que como regla general se modifican estos trozos desprendidos y bañados, puede decirse, en el magma granítico y las idénticas rocas que forman la aureola alrededor del afloramiento de la misma roca. | e a O AS (3) Macpherson.— ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 403 Mientras que en las pizarras que forman esta aureola exte- rior, las modificaciones que sufren se reducen las más veces á movimientos moleculares interiores que dan por resultado la formación de la chiastolita y de las micas potásicas y mag= nesianas y á la nueva individualización del cuarzo: en los trozos que vienen enclavados, la acción es en general de dis- tinta indole; se establece como un cambio de elementos entre la masa que aprisiona y el trozo aprisionado; mientras que se ceneran feldespatos y se individualizan los demás elementos propios del granito en la masa de ésta, esta concluye por con= fundirse con la preponderante masa que la envuelve y formar parte puede decirse de su propia sustancia. | Uno de los sitios en que he tenido ocasión de estudiar este hecho y que deja resaltar de una manera más terminante esta diferencia, es en las cercanías de Santa Eufemia, en la provin- cia de Córdoba. Entre este pueblo y el Viso se corta el contacto entre la masa granítica de los Pedroches y las pizarras cambrianas. Las pizarras del contacto forman toda una serie bien cono-= cida de todos los que se han ocupado de los fenómenos que se observan en las aureolas graníticas desde el knotenschiefer de los alemanes á la pizarra chiastolítica mejor caracterizada. Pero los trozos que se encuentran empastados en el granito en vez de esta metamorfosis, sufren otra que los convierten en rocas perfectamente asimilables á la masa que los envuelve, y llegan á convertirse, no sólo en rocas gneísicas, sino en granitos que por completo se funden con la roca que los en- vuelve, Las secciones transparentes de estas rocas empastadas ofre- cen una serie de fenómenos de un alto interés petrografico, pues hacen ver con toda evidencia que la masa de la roca que por tan completo los baña, concluye por ir paulatinamente asimilandoselos y creciendo por consiguiente á sus expensas. El granito de esta parte de Sierra Morena, en las vecindades del contacto con las pizarras cambrianas es de grano mediano, y lo forma feldespato blanco, cuarzo bastante abundante y mica negra, mineral que se distingue por lo regular de su contorno exagonal, conjunto de minerales que constituyen una granitita muy bien caracterizada. El estudio de las modificaciones que los trozos de pizarras 404 AÑALES DE HISTORÍA NATURAL. (4) enclavadas en el granito experimentan, son en extremo cu- riosas. El proceso de asimilación se divide en dos fases, una de ellas tiene lugar en la masa misma de la roca enclavada, mientras que la otra se desarrolla en la zona de contacto entre la masa ogranitica y la roca aprisionada. Durante la primera fase de este proceso de asimilación se generan en el interior de la roca enclavada todos los elemen- tos del granito, aunque de dimensiones en extremo reducidas, apareciendo la roca en muchos sitios como un verdadero mi- cro-eranito de grano extremadamente fino. En los bordes el tamaño de los cristales de feldespato aumen- ta y se generan además en el interior de la orthosa numerosos cristales de oligoclasa. La mica que aparece en algunos sitios repartida por igual en laminillas exagonales muy diminutas, tiende á reunirse y a formar aglomeraciones de tamaño considerable. Estas aglomeraciones á veces son en extremo curiosas. Sin necesidad de aumentos muy considerables se ve que estas la- minitas de mica no sólo crecen por la base, sino que se suel- dan entre sí por las caras del prisma, hecho que se pone de manifiesto por las impurezas que con frecuencia aprisionan, dando esto por resultado unas formas de embaldosados suma- mente Curiosas. Si se tiene en cuenta la constancia de la forma exagonal en la.mica de este granito en el contacto con las pizarras, no deja de ofrecer cierto interés la manera de generarse los cristales exagonales en los trozos enclavados, siquiera no sea más que una simple coincidencia. Observados los bordes de la roca enclavada con atención, re- sulta que sus varios elementos van como disgresándose del núcleo central é incorporándose al granito que los envuelve, y á tal extremo tiene esto lugar, que á cierta distancia sólo quedan como testigos de este proceso algunos trozos de mica, cuya estructura es en un todo idéntica á la que se halla for= mando parte de los trozos enclavados, y cuya característica es el estar formada por una innumerable cantidad de cristalitos de esta sustancia, que unas veces se orientan todos paralela= mente á una dirección determinada, y otras, por el contrario, lo hacen de una manera completamente irregular. | (5) Macpherson. —ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 405 Si de esto que puede considerarse como un caso de nutri- ción accidental, pasamos á estudiar otros de indole análoga, pero entre otros materiales de los que constituyen la corteza terrestre, se verá cómo el hecho adquiere una generalidad grande y llega á tener una importancia verdaderamente ca- pital. Uno de los casos de mayor interés, y que de una manera más evidente pone de manifiesto la importancia de este pro- ceso en la economía del globo terrestre, puede estudiarse en la vecina cordillera Carpetana y a muy corta distancia de la ciu- dad de Avila. Como es Pien conocido, esta histórica ciudad se halla edi- ficada en el borde septentrional de la gran masa granítica que en la parte central de la cordillera constituye la llamada para- mera de Avila. Este eranito, tanto en la misma ciudad de Avila como en sus alrededores, se halla atravesado por numerosos diques de pórfidos cuarciferos que, como regla general, tienden a orien— tarse de ONO. a ESE., diques que con frecuencia se hallan cor- tados por otros de porfiritas que de preferencia se orientan EIN. En uno de estos diques de porfiritas es precisamente en don- de pueden estudiarse una serie de fenómenos de tan alto inte- rés en mi juicio, que voy á parar brevemente la atención y á exponer alguno de los hechos más culminantes que su estudio pone de manifiesto. Se encuentra este dique al O. de la ciudad de Avila, como á un medio kilómetro de la margen izquierda del Adaja, y entre las carreteras de Béjar y Salamanca. Sus materiales me eran ya conocidos desde hace años, gra- cias á la bondad del Sr. Quiroga, y las particularidades de su estructura me habían ya llamado profundamente la atención, pero hasta el otoño de 1890 no tuve ocasión de estudiar las condiciones de su yacimiento en el terreno. La porfirita corta al granito de N. á S. en una extensión bastante considerable, aunque debido á la vegetación y terre- nos de acarreo, en los sitios llanos se hace difícil el poder se- guir al dique en toda su extensión y marcar ni aun aproxima- damente toda su extensión, aunque á juzgar por los diferentes sitios en que aflora debe de ser de consideración. 406 ANALES DE HISTORIA NATURAL. | (6) En la parte al descubierto su espesor es muy variable y con frecuencia se bifurca y ramifica en filetes más ú menos para- lelos á la dirección general, entre los que quedan envueltos trozos muy considerables de granito que se distingue de la bien conocida granitita de la cordillera por lo subido de su color rojo, la cual á muy corta distancia puede verse con sus usuales caracteres. | La porfirita es negra de grano fino, y á primera vista en nada se diferencia de innumerables ejemplares de porfiritas de diversos sitios de la cordillera. Sin embargo, á poco que se fije el observador, verá que no sólo es extraordinario el número de trozos de granito y feldes- pato rojo que en ella vienen empastados, sino que casi toda su masa se halla literalmente llena de partículas de feldespato rojo en un todo semejante al de las rocas graníticas que en ella vienen enclavadas. . Estudiados con atención los materiales constitutivos de este dique, aun á simple vista se verá qne existen dos series de fenómenos. Por ejemplo, en el granito, no sólo la mica se al- tera y tiende á desaparecer, sino que el cuarzo también dis- minuye, y en algunos sitios casi llega 4 desaparecer por com= pleto. En la porfirita que se halla en contacto con el granito, se ve que ambas rocas se deslíen y funden entre sí, de una manera en extremo curiosa. Sin embargo, cuando el interés que estos fenómenos des- piertan crece sobremanera, es cuando se estudian con ayuda del microscopio, y los hechos que entonces se ponen de mani- fiesto revisten en mi juicio verdadero interés. En efecto, llevada á sus legftimas consecuenciás la serie de procesos que en estas rocas se observan, es posible que nume- rosos puntos aún oscuros de la génesis de las rocas eruptivas puedan explicarse. : | El proceso general que las rocas graniticas liradas á este dique de porfirita experimentan antes de llegar á formar parte integrante de esta roca, puede definirse como una degradación de todos sus elementos. De estos, el cuarzo queda como absorbido en la nueva masa que resulta, mientras que la mica se altera por completo y se convierte en clorita, y el feldespato se enturbia, cargandose cds E A (7) Macpherson. —ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 407 de sustancia roja pulverulenta; se rompe y desgaja triturán— dose al infinito, pero conservando siempre bastante acción sobre la luz polarizada. Este proceso, idéntico al que en otra ocasión he descrito al ocuparme de algunos pórfidos de la provincia de Sevilla, y que allí parece estar íntimamente ligado á los pórfidos feldespáti- cos pobres en cuarzo de esa comarca, da por resultado una estructura que pudiera llamársele granofírica negativa; pues así como en las rocas normales de este tipo el cuarzo envuelve y permea todos los elementos de la roca, en ésta, por el con trario, es esta sustancia la que á su vez queda envuelta y corroida. Con efecto, observando cualquier ejemplar de estas rocas, de un sitio no demasiado cerca del contacto, se observa simplemente un granito de grano bastante grueso con abun- dante cuarzo, mica casi siempre descompuesta y transformada pseudomórficamente err clorita de color verde claro; el feldes- pato, siempre bastante turbio y de color más 0. menos rojizo, mostrando todos estos elementos, con frecuencia la estructura que Rosenbusch llama cataclástica. En ejemplares en que la acción ha sido más enérgica, el fel- despato pierde su transparencia, la estructura cataclástica se acentúa, se tritura en infinitos fragmentos en algunos sitios y se observan como corrientes unas veces irregulares y otras que siguen los planos de crucero de una sustancia más diáfa- na que el feldespato, y que aparentemente arrastra los frag- mentos á distancia. | Simultáneamente que esto sucede en el feldespato, en el cuarzo se observa una marcada tendencia á corroerse y á di—- solverse en la sustancia felsítica que les envuelve, pasando entonces la roca por un estado en que puede confundirse con muchos pórfidos cuarciferos. Aún presta mayor semejanza á estas rocas la frecuencia con que el cuarzo, al ser corroído, afecta la forma exagonal, y la frecuencia con que los fenómenos de penetración y perforación se presentan en un todo semejantes á lo que es propio en esta clase de rocas, siendo á veces difícil el poder diferenciar mi- croscópicamente la roca que resulta á esta altura del proceso del pórfido mejor caracterizado. - Acentúase aún más esta estructura en las proximidades del contacto, reduciéndose la roca á menudísimos fragmentos, y 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. : (8) observandose entonces una serie de fenómenos que son sin disputa alguna interesantes de seguir en sus diversas fases. Ya en el actual contacto entre la porfirita y la roca graniti- ca, el cuarzo las más veces por completo ha desaparecido, aun- que en otras queda aún un residuo considerable. Forma la roca en el inmediato contacto un agregsado consti- tuído por una pasta felsítica que cementa numerosos cristales de contorno, generalmente irregular, de feldespato y de muy vario tamaño, abundante clorita de color verde claro, unas veces en placas 6 aglomeraciones de tamaño considerable, y otras en forma de laminillas irregularmente repartidas por la roca, cuyo agregado está tinturado por una sustancia pulve- rulenta de un rojo ladrillo muy subido. Si se examinan con el microscopio secciones de aquellos si= tios en que ambas masas parecen como desleirse la una en la otra, se pone de manifiesto una serie de fenómenos muy cu= ri0S0s. | En el contacto de la porfirita negra con la masa franca- mente granítica roja existe una faja que mide desde varios milímetros á otros tantos centímetros, en la cual se observa que la masa granítica se halla literalmente cuajada de peque ñas partículas hyalinas de acción bastante enérgica en la luz polarizada. | A muy corta distancia se ve que el tamaño de los puntos hyalinos aumenta sobremanera, y ya aunque pequeños, toda= vía pueden reconocerse los caracteres propios de la augita común. Simultaneamente que este desarrollo de augita tiene lugar en el seno mismo de la masa feldespática, se generan tanto en el magma felsítico como en los bordes del feldespato, y algu- nas veces hasta en el interior de su misma masa, numerosos _microlitos en un principio escasamente traslúcidos, debidos á la gran cantidad de sustancia roja que aprisionan, microlitos que tienden a orientarse en todas las posiciones posibles. A muy corta distancia se aclaran y presentan la diafanidad suficiente para poder reconocerse que pertenecen al grupo de las plagioclasas. Esta zona, que casi puede llamarse indeterminada, es á ve- ces de escasisimo espesor, pues rapidamente todos los elemen- tos se desarrollan y se llega á un espacio constituido por tro- (9) Macpherson. —AsIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 409 zos considerables de augita, cristales de plagioclosa, clorita en abundancia, cristales de apatito y una notable cantidad de magnetita, que se desarrolla tanto en la clorita como en el abundante residuo de sustancia roja primitiva que sirve de matriz en este estado del proceso á todos los elementos. El espesor de esta zona intermedia entre aquella en que el proceso se inicia y en donde la porfirita se halla con todos sus caracteres es, como he dicho, de un espesor muy variable, y casi no puede asignarsele un espesor determinado, pues mien- tras unas veces el cambio está hecho á distancia de poco más de un milímetro, en otras, por el contrario, a los 4, 3 0 más centímetros aún no ha adquirido la porfirita sus caracteres propios, y los restos de la sustancia roja se descubren aun á distancias considerables del contacto, haciéndose imposible el establecer un límite ni aun siquiera aproximado. Conforme el proceso se acentúa, la sustancia roja se va gra- dualmente enjuegando; el piroxeno aumenta de volumen hasta llegar á formar trozos considerables, aumentando también el hierro magnético sobre manera. | Al mismo tiempo la clorita se concentra en aglomeraciones de tamaño considerable entre los elementos nuevamente for- mados; el color varía, los tonos amarillos se hacen predomi- nantes y se empieza á observar una epigenesis sumamente notable de este mineral en mica magnesiana, que en la roca que resulta adquiere grande importancia. En los casos en que la roca granítica conserva un remanente de cuarzo, el proceso se hace, sin embargo, de idéntica mane- ra; el cuarzo se tritura al infinito, y rápidamente desaparece como absorbido en el magma de lo que podemos llamar zona intermedia, pero sin alterar en nada la serie de fenómenos que se observan en el contacto de la porfirita y la roca granítica. La porfirita, en aquellos sitios más retirados del contacto, y en la que menos trozos del primitivo granito pueden descu- brirse, es una roca constituida por un agregado cristalino de cristales de plagioclasa de tamaño considerable, trozos de pi- roxeno, unas veces de contorno irregular y otras que muestran sus formas regulares muy bien determinadas, clorita en abun- dancia, mica negra, en general de tamaño pequeño, y abun- dante magnetita. El tamaño de los cristalillos de feldespato es generalmente 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) de 5 mm. en su longitud máxima, pero á veces adquiere más de un centímetro en su máxima dimensión. | Generalmente está algo turbio por una sustancia filamen- 'tosa, de acción bastante enérgica en la luz polarizada y que dificulta la determinación de sus caracteres ópticos. Sin embargo, aunque no con gran frecuencia, se encuentran cristales de transparencia perfecta, y en los que es posible es— tudiar sus caracteres Ópticos. En esos cristales las laminillas asociadas, según la ley de la albita, son numerosas; las extinciones tienen lugar bajo angu- los pequeños, tanto en aquellas maclas de extinción simétrica a ambos lados del plano de composición, como en los cristalí- llos alargados en la dirección de la zona pg, caracteres que son los propios de la oligoclasa. | La augita es de color amarillo rosáceo con un ligero ne violado en algunos trozos. La forma de estos trozos frecuentemente es irregular, y al- gunas veces se observan aglomeraciones de un gran número de individuos que ocupan un espacio considerable; otras, por el contrario, las formas cristalinas se encuentran muy bien determinadas, siendo las secciones las usuales de la augita. Su tamaño es muy variable, pues oscila desde trozos en ex- tremo pequeños a otros que miden más de un milímetro de sección; y algunas de sus aglomeraciones miden bastante más. que los cristales sueltos. La clorita es de color verde y amarillo, y con frecuencia se la observa en sus extremos epigenisada en mica magnesiana de gran dicroismo y de acción bastante viva en la luz pola- rizada. E La magnetita forma trozos de pequeñas dimensiones, repar- tidos por igual en toda la extensión de la roca, mientras que la apatita, muy abundante también, forma cristales limpios é incoloros muy delgados, pero de gran desarrollo en la direc- ción del eje cristalográfico. | Tales son los caracteres de esta porfirita, que pudiera servir de tipo de sus congéneres de la cordillera carpetana, siendo una porfirita augítica perfectamente caracterizada. Sin embargo, por una serie de fenómenos que en su conjunto pueden considerarse como un proceso perfectamente definido, se la ha visto enlazarse con una roca granítica apenas alte— (11) Macpherson.—ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 0! rada; y haber una unión tan íntima entre ellas, que bien se considere á la porfirita como la última expresión de un pro- ceso determinado, ó como el punto de partida de una acción que de ella emana y que ha modificado al granito, el resul- tado ha sido.que una parte de esta roca, pero cuya cantidad no podemos determinar, ni aun aproximadamente, ha sido asimilada por ella y hecha parte de su propia sustancia. Entre las rocas volcánicas del cabo de Gata existe un grupo que tiene gran interés con relación al fenómeno de que me estoy ocupando. Son estas las andesitas micáceas del Hoyazo que reciente- mente han sido objeto de un detenido estudio por el Dr. Ossan de Heidelberg. Empastados en esta andesita, vienen grandes trozos de piza- rras micáceas, gneis, cuarzo y otros elementos extraños. Estas rocas, indudablemente extrañas á la andesita, son ricas en minerales accesorios, tales como el granate y la cordierita, minerales tan comunes en todo el arcaico del S. de Andalucia; y además forma parte de su masa una enorme cantidad de fibrolita 6 selimanita, mineral que forma membranas en ex- tremo extensas, y en ciertos ejemplares parecen como envol- ver á todos los elementos de la roca. ? Todos los ejemplares de estas rocas que he tenido ocasión - de estudiar al microscopio (y cuya preparación es algo difícil, debido á la diferencia de tenacidad que existe entre las mem- branas de fibrolita y los demás elementos de la roca) están constituidas por gran cantidad de mica magnesiana, envuelta unas veces por la fibrolita y otras por una masa hyalina, aun- que en algunos sitios algo turbia por la gran cantidad de pe- queñas partículas de magnetita y de agujas de fibrolita que empasta. Estas masas hyalinas, sometidas á la acción de la luz pola— rizada, se resuelven en cuarzo y grandes placas de plagioclasa de limpieza irreprochable y constituidas por la asociación de numerosas lamelas acopladas según la ley de la albita. La fibrolita, además de formar gran número de agujas, tanto en el cuarzo como en el feldespato, forma grandes mem- branas constituidas por un apretado tejido de tenuísimas he- bras, y que es difícil conseguir lo suficientemente transparen- tes para poder estudiar sus caracteres ópticos. 412 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) La extraña constitución de estas rocas que no tienen su similar en ninguna de sus análogas de la serie arcáica de Andalucía, rocas que á muy corta distancia del Hoyazo afloran con sus caracteres normales, es probable que sea consecuencia de la acción metamorfoseadora de la andesita que los envuel- ve, que ha producido una serie de acciones secundarias que han dado por resultado un nuevo arreglo molecular de los elementos constitutivos de estos, trozos. Sin embargo, no es en esta serie de acciones secundarias donde reside el interés que estas rocas presentan, sino en la misma andesita, cuya estructura ofrece particularidades de verdadero interés. Estudiadas secciones de estas rocas al microscopio, lo pri- mero que se percibe es la inmensa cantidad en que todos los minerales que forman las pizarras que en ellas vienen encla- vadas se encuentran diseminados por el total de la masa mis- ma de la andesita. Con efecto, no es sólo la cordierita y el granate los elemen- tos que se encuentran repartidos más 6 menos irregularmente por toda la roca, sino que la fibrolita forma hebras y fragmentos repartidos en algunos ejemplares, tan por igual, que con facili- dad podría tomarse como un elemento autógeno de la andesita. Además, no sólo el cuarzo con los mismos caracteres que tiene en las pizarras se le encuentra en abundancia, sino que : la mica en muy gran parte se confunde con la que constituye los trozos de micacita. Si se examinan aquellos ejemplares en que pueda estudiarse el actual contacto entre la micacita y la andesita, se perciben una serie de fenómenos sumamente Curiosos. Se observa, por ejemplo, que la sustancia de la andesita va eradualmente penetrando por los bordes de la roca aprisionada, y triturándola, va como arrastrando paulatinamente los frag= mentos á distancia, haciéndose estos cada vez más pequeños, cual si se fueran triturando al infinito y disolviéndose, presen- tandose un fenómeno análogo, aunque de distinto orden, al observado en Avila; pues así como allí el granito sirve como de materia prima y de una manera casi directa para la consti- tución de la nueva roca, en ésta parece como si se diluyera en el magma, y de allí contribuyera á la generación de los nue- vos elementos de la naciente roca. A A da Macpherson.—ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 413 Por los ejemplos citados puede verse que el hecho de que los materiales preexistentes que rodean á una masa eruptiva sean absorbidos y asimilados por ésta, no debe ser un caso - tan extraordinario como a primera vista pudiera considerarse, sino que no solamente es frecuente, sino que es lógica deduc- ción el suponer que ha ejercido un papel de importancia en la economía del globo terrestre. Es un hecho basado en la experiencia que la observación corrobora y magistralmente expuesto por Rosenbusch en su trabajo «Uber das wesen der Kornigen und porphyrischen structor bei massengesteinen», que un magma en estado de fluidez, según las condiciones en que el enfriamiento se veri- fique, podrá cristalizar por etapas sucesivas, sirviendo acaso _el nuevo estado como de disolvente á los elementos previa- mente generados. Esto en último resultado puede formularse diciendo que la roca que resulte sera sencillamente la resultante de la manera de emplearse las energías propias del magma en función del medio ambiente. Si por una causa determinada cualquiera, un aumento de energía viniera 4 concentrarse sobre cualquier punto de la corteza terrestre, sus materiales se hallarían precisamente, pero por razón inversa, en el idéntico estado en que aquel magma pudo hallarse para el estado que le precedió, siendo los procesos análogos, pero de signo contrario, y diferencián- dose además por la discontinuidad del espacio de tiempo que los separa, pudiéndose considerar el proceso como continuo en el primer caso y discontinuo en el otro. Numerosos fenómenos existen, en los cuales seria dificil tarea el decidir de una manera positiva á cual de estos dos procesos pudieran corresponder. Bien conocidos son los llamados gabarros de la vecina cor=- dillera que en las calles de Madrid en un día lluvioso se des= tacan en sus acerás como nódulos negros sobre la mancha gris del granito que los envuelve. Estos nódulos son 4 veces de una abundancia extraordinaria, como puede verse pasado el segundo túnel á la salida de Avila, m4 ANALES DE HISTORIA NATURAL. A camino de la Cañada, en donde son tan numerosos que el gra- nito en las trincheras remeda en un todo 4 una pudinga ó con- olomerado de cantos negros, aglutinados porun cemento blan- quecino. Bajo el punto de vista de su estructura, estos nódulos estan formados sencillamente por un granito de grano más fino que el que lo envuelve, muy rico en mica, cuarzo no muy abun- dante y feldespato triclínico en notable cantidad. Este granito, más básico que el que lo envuelve, ofrece una serie de fenómenos en un todo semejantes á lo que he descrito al ocuparme de las pizarras que vienen enclavadas en los gra- nitos de Santa Eufemia. El mismo ataque desde el exterior hacia el interior de la masa aprisionada; la idéntica generación de feldespato ortho= - sa en los bordes, que con frecuencia aprisionan las partículas de mica y demás elementos del gabarro, mientras que otras veces, por el contrario, parece como si las arrojara hacia sus bordes, y en cuyos contornos se aglomeran, y al cual con fre- cuencia se ajustan, prestando á la roca aprisionada en sus bor- des la apariencta de una roca de estructura fluidal. Como resultado final de este proceso, claramente se percibe que la roca granítica es de formación posterior al gabarro, y que además es más acida que la del estado anterior, á la que durante un momento determinado iba paulatinamente asimi- lándose y haciéndola parte de su propia sustancia. Fenómeno semejante, aunque de un orden inverso, es el que se observa en la Ribera de Cala, en la provincia de Sevilla, y del que tuve ocasión de ocuparme en el Estudio geológico y pe- trografico de la provincia de Sevilla, páginas 25 y siguientes. Asi como en el proceso que se observa en los gabarros de la vecina cordillera, la roca que resulta es más ácida que la que le precedió; en este Caso, por el contrario, la roca resultante es más básica que la primitiva, pues no sólo aumenta la cantidad relativa de feldespato triclínico, sino que el cuarzo disminuye y aun desaparece totalmente en algunos sitios y la mica se transforma en anfibol. | - Difícil es decidir por la simple observación si esta Como asi= milación de los elementos de una roca primitiva á otra nueva- mente formada, es simplemente el resultado del enfriamiento te un magma, durante el cual las relaciones con el medio am=- (15) Macpherson.— ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 415 biente han variado en mayor ó menor grado, ó si estas fases sucesivas han tenido lugar durante períodos de tiempo, sepa- rados por un espacio más ú menos largo, en que nuevas ener— elas han cambiado las condiciones de relación entre ambos. - En los últimos veinte años cambios profundos se han ido operando en la manera de concebir los fenómenos dinámicos de que la corteza de nuestro globo ha sido teatro en la suce— sión del tiempo. Con anterioridad á aquella época todos los fenómenos erup- tivos y dinámicos eran atribuidos á lo que se llamaba la reac- ción de la masa interna sobre la corteza fragil que la compri- mía, época en que las montañas se consideraban como pene- traciones de la masa interna á través de las partes menos resistentes de la corteza terrestre, y que con el nombre de le- vantamientos se suponía que elevaban los terrenos estratifica= dos hasta dejarlos á considerable altura al empuje de esas fuerzas de expansión del núcleo interno. Durante este último período, tanto los estudios de detalle como los de conjunto se han ido multiplicando, y al ensan- charse el campo de observación se ha ido viendo que mucho de lo que estaba considerado como hecho fundamental se mo- dificaba á la luz que los nuevos conocimientos iban generando. De esta como depuración de los antiguos conocimientos, ha resultado en la actualidad un concepto en cierta manera anti- tético al precedente, pero que encaja mejor dentro del cuadro de los nuevos conocimientos. Bajo esta nueva concepción se considera igualmente al globo que habitamos como un esferoide, cuyo diámetro disminuye constantemente por enfriamiento, pero cuya corteza sólida cuando menos se la considera, gracias a los trabajos de Sir W. Thompson y Darwin, como teniendo un espesor en extre- mo considerable y fuera de toda proporción con-lo que ante- riormente se consideraba. Como existe un grado geotérmico, y la conducción de las rocas para el calor no es cero, siendo la temperatura de la parte externa relativamente constante, se deduce forzosamente no sólo que la temperatura de la masa interna tiene que ser supe- rior á la externa, sino que la pérdida de temperatura tiene que verificarse con mayor rapidez en aquella que en ésta. Como la contracción de los cuerpos está en razón directa de 4116 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) la disminución de la temperatura, lógicamente se deduce tam- bién que ésta tiene que ser mayor en el interior que en las partes exteriores; pero como la corteza tiene que descender siguiendo á la parte central que disminuye de volumen con mayor rapidez que ella, claro es que al descender tiene ineludi- blemente que adaptarse a un espacio de menores dimensiones, Para que esto suceda es necesario que el esfuerzo de la gra= vedad, que es el que solicita á la masa descendente, se des- componga en dos componentes: uno que obrará en la dirección de la tangente y que estrujaráa la masa superficial hasta redu- cirla á ocupar el menor espacio que le corresponda, y otra que la hará descender en la dirección del radio. Como fácilmente se percibe, el proceso que se desarrolla es eminentemente centripeto, y sin embargo, harto conocidas son las manifestaciones llamadas eruptivas y plutónicas que en todos los lugares de la tierra se ponen de manifiesto. Prescindiendo ahora de toda esa serie de fenómenos volcani- cos eminentemente centrifugos y explosivos, vemos diques, masas y filones de diversos materiales atravesando las partes más superficiales del planeta y llegandonos de sitios que indu- dablemente se encuentran á gran profundidad. Algunos geólogos han supuesto que la masa interna ó bien fluida Ó en un estado que nos es desconocido, al producirse errietas y aberturas en la costra superficial del planeta, al fal= tarles la presión asciende y rellena los huecos 6 se derrama por la superficie por simple presión hidrostática. Paréceme, sin embargo, que existe una contradicción entre las condiciones necesarias para la producción de este fenóme- no y las condiciones bajo las cuales el enfriamiento se produ= ce, que lleva consigo un estrujamiento tangencial en las par-= tes exteriores del planeta, que por necesidad tiene que oponer- se a toda comunicación directa con la masa interna, so pena de cesar en su descenso y faltar entonces la necesaria presión hidrostática. Cuando por otro lado se considera que todos aquellos mate= riales eruptivos que conocemos, son materiales en su gran mayoría, cuya densidad es relativamente pequeña, y que sólo como excepción alcanzan valores de más de 3, con relación al agua y que además son todos silicatos en que el oxigeno des- empeña un papel de importancia, mientras que la densidad a) Macpherson.— ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 417 del esferoide terrestre asciende á 5.5, no puede menos de sut- gir en el ánimo la sospecha de que es muy posible que todos estos materiales procedan de una profundidad relativamente pequeña, y que con relación á la gran masa terrestre puedan considerarse como superficiales. Considerado el proceso orogénico en su conjunto, se verá que la nota que lo caracteriza es la desigualdad con que el estrujamiento tangencial se verifica. Mientras que en unos sitios la corteza terrestre se arruga y se comprime, cuyos pliegues con frecuencia se corren sobre sí mismos, en otros parajes permanece en un estado de rigidez verdaderamente extraordinario. El descenso en la vertical en unos sitios se verifica de una manera tan lenta y gradual, que casi puede pasar desaperci- hido, como sucede, por ejemplo, en la parte occidental de - nuestra meseta central; mientras que otras veces se precipita el terreno de una manera en extremo violenta, como sucede en los llanos de Lombardía, en los Andes, y en otras comarcas de la tierra. | Estas diferencias ponen de manifiesto, no sólo una gran falta de homogeneidad en los materiales constitutivos de la corteza terrestre, sino una gran desigualdad en la manera como el estrujamiento tangencial se verifica; produciéndose por necesidad resultados eminentemente distintos, según la constitución de aquella parte de corteza terrestre sobre que el esfuerzo tangencial se ejerza. El conjunto del proceso de adaptación de la corteza terrestre sobre el núcleo interno que disminuye de volumen, se reduce en último término á que mientras unas partes de su corteza se aproximan al centro de una manera relativamente pronun- ciada, otras por el contrario, quedan como suspendidas, tales son las depresiones oceánicas y las masas continentales. | Se observa además que frecuentemente entre dos zonas de maximo descenso, es donde tiene lugar el máximo de mani- festaciones dinámicas. Estas zonas se ponen de manifiesto, unas veces sencilla— “mente por la compresión de los estratos que se pliegan sobre sí mismos; mientras que otras veces afloran además masas de materiales eruptivos que penetran á través de los estratos rotos y comprimidos que forman el subsuelo. ANALES DE HIST. NAT. —XXI. 21 418 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Basta fijarse en las condiciones bajo las cuales el estruja- miento se verifica, para ver que en efecto entre dos zonas de máximo descenso, debe el esfuerzo tangencial llegar á un máximo. Al ocuparme del carácter de las dislocaciones de la Penin—- sula Ibérica, tuve ya ocasión de señalar un hecho que en mi juicio tiene considerable importancia. En este trabajo hice ver con cuanta frecuencia se observa en el proceso de estrujamiento tangencial los movimientos de charnela, y como en aquellos parajes que se hallan compren- didos entre dos depresiones paralelas, estos movimientos tienen la tendencia á inclinarse de preferencia hacia el fondo de la depresión que los solicita, claro es que los movimientos serán inversos. : Como estos movimientos de báscula pueden considerarse meramente como un alivio momentáneo en el estrujamiento tangencial, el que se transmitiera casi integro indefinidamen- te, claro está que si entre dos depresiones paralelas estos se inclinan hacia el fondo de las mismas, una parte considerable del estrujamiento tangencial vendrá necesariamente á con- centrarse sobre la zona intermedia que separa á ambas depre- siones, 6 sea en aquella parte de la corteza terrestre de mínimo descenso en la dirección del radio: zona cuya minima resis- tencia se hallará en la superficie. (Que la cantidad de energia que queda libre en este proceso de adaptación de la corteza terrestre sobre el núcleo interno que disminuye de volumen es considerable, no creo que sea necesario encarecer, basta sólo tomar en consideración la cantidad que quedará libre por cada kilómetro cúbico de cor- teza terrestre que descienda en la dirección del radio, otro ki= lómetro de recorrido para formarse una idea de lo colosal de los guarismos de que se trata. Tomando como ejemplo á nuestra meseta central, puede con- siderarse que una gran parte de ella ha descendido en la ver— tical bastante más de un kilómetro desde la época miocena á nuestros días, y en un espesor que nos es desconocido. Como cada kilómetro de esa masa ha dejado libre un esfuer- zo de 3.000 billones de kilográmetros 6 sean 7 billones de ca—- lorías, calor suficiente para reducir á vapor más de 10.000 mi— llones de toneladas de agua, no creo sea necesario ponderar la (19) Macpherson.—ASIMILACIÓN DE LAS ROCAS. 419 magnitud del esfuerzo que se ha gastado en gran parte en el trabajo orogénico. Dada la desigualdad en la manera de ejercerse este esfuerzo y la enorme cantidad de energía que en él puede emplearse, es natural que sus manifestaciones varien al infinito. Si una parte de este esfuerzo se ejerce á cierta profundidad sobre materiales en cierta manera plásticos, y cuya carga no pase de cierto límite, es evidente que todo el esfuerzo podrá emplearse en hacer un trabajo de compresión y plegamiento; materiales que subirán en la vertical, y los agentes atmosféri- cos se encargaran de modelar en una de nuestras cordilleras de montañas. | , Si el esfuerzo se ejerce, por el contrario, sobre materiales más rígidos cuya carga es muy grande, entonces podrá su- ceder que una parte del esfuerzo se emplee en producir movi- mientos moleculares en aquellos materiales, bien elevando su temperatura y proporcionandoles una fluidez relativa Úú avi- vando afinidades que pudieran estar latentes. En aquel sitio podrá formarse un foco que irá sucesivamente agrandáandose y creciendo á expensas de los materiales adya- centes, y no cesando el flujo de energía llegará el esfuerzo tan- cencial á hacerse lo suficientemente fuerte para vencer todas las resistencias, y entonces estos mismos materiales podrán subir en la vertical siguiendo la línea de menor resistencia, y penetrando por las capas superiores podrán derramarse por la superficie, como sucede en nuestros fenómenos eruptivos, relevando á esa parte de corteza terrestre del exceso de presión que la comprimíia. | ¿No podrían los hechos más arriba descritos considerarse como casos particulares de un proceso semejante? La serie de fenómenos observados en Avila ¿no podrían ser un caso como abortado de este proceso, en que el necesario es- fuerzo ha faltado en un momento determinado, y la serie de movimientos «moleculares que se verificaban al impulso del flujo de energia recibido en la roca granítica y en los materia- les básicos que por ella circularan, al faltar éste por una causa cualquiera han quedado como paralizados en el ser y estado en que a la sazón se hallaban? Mientras que en el caso del gra- nito de la cordillera y de las sienitas de la provincia de Sevi- lla puede, por el contrario, el proceso haber llegado casi á su 420 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) completo desarrollo, y hoy día falta toda prueba tangible que nos muestre las etapas por donde el proceso ha pasado. Bien sea esta ú otra la interpretación que del hecho pueda darse, el resultado positivo es que rocas eruptivas se presentan á nuestra vista, que en casos determinados absorben y hacen suyos aquellos materiales con que vienen en contacto, y asi- milándoles á su propia sustancia cual dotados de propias ener- e as, trasmitiendo á aquellos, ya en cierta manera inertes, la energía necesaria para darles nueva forma y aumentar á sus expensas el propio volumen. ] ] DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Sesión del 13 de Enero de 1892. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Secretario en nombre de D. Laureano Perez Árcas, pre- sidente de la Sociedad en el año presente, manifestó cuanto agradecía la atención de que había sido objeto al ser reelegido presidente y al propio tiempo el sentimiento que le causaba la imposibilidad material en que se hallaba de tomar parte activa en los trabajos de la Sociedad por el delicado estado de su salud, que hasta le impedía asistir a la sesión para dar perso- nalmente las gracias á los demás socios. El Presidente interpretó los deseos de todos los socios pre= sentes, haciendo constar que la Sociedad aunque conocía que el Sr. Perez Arcas no podría asistir á muchas sesiones por causa de la hora en que estas se celebran, había querido, al comenzar la segunda serie de los ÁNaLEs, estar presidida por la persona a quien en realidad se debía su fundación, puesto que del Sr. Perez Árcas había partido la idea primera que aco- gida con entusiasmo en la pequeña tertulia que desde mucho tiempo antes se reunía los viernes en casa de nuestro querido Presidente, había dado los brillantes resultados que todos co- nocian y que patentizaban los veinte tomos que llevamos publicados. —El Sr. Madrid Moreno individuo de la Comisión nombrada en la sesión anterior para examinar las cuentas presentadas ACTAS DE LA SOC, ESP.--XXI, 1 9 AUÚTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA en aquella sesión por el Sr. Tesorero, leyó el siguiente dictamen: «Los que suscriben designados por la SocIeDaD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL, en sesión de Diciembre último para el exa- men y comprobación de las cuentas presentadas por el señor Tesorero D. Ienacio Bolívar, referentes al año próximo pasado, tienen la satisfacción de participar á sus consocios que exalmi- nadas detenidamente resultan en un todo conformes con sus comprobantes y acusan un estado económico satisfactorio, según lo demuestra la liquidación total puesto que la Sociedad cuenta al comenzar este ejercicio con un efectivo de 822,65 pe- setas y créditos á su favor por valor de 2.070 pesetas. »Al proponer a la Sociedad la aprobación de dichas cuentas, esta comisión cree por tanto innecesario pedir un voto de gra- cias para su digno Tesorero que ya implícitamente le tiene concedido con su reelección. »Madrid 13 de Enero de 1892.—J. MabriD MorENO.—JoOsk LÓPEZ DE ZuAz0.—J. PEREZ MAESO.» Consultada la Sociedad por el señor presidente, fué aprobado el preinserto dictamen por unanimidad. —(Juedan admitidos como socios numerarios los señores: Perales (D. Julio), de Madrid, propuesto por el Sr. Bolívar, y Caballero (D. Ernesto), de Pontevedra, propuesto por este mismo señor en nombre del señor Crespl. ; Y vuelto a admitir el Sr. D. Apolinar F. Gredilla y Gauna. —Se hicieron tres nuevas propuestas de socios numerarios. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente reci- bidas, acordando la Sociedad ile se diesen las gracias por las donadas. —Se leyó por el Sr. Secretario el acta de la sesión de Sevilla, que figura a continuación. DE HISTORIA NATURAL. 3 SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 9 de Diciembre de 18091, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —$Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Medina leyó la nota bibliográfica siguiente: Le hanneton et sa larve, les moyens empirigues de destruction, la morsisswre parasite, por G. Delacroix. «Las cuestiones referentes al parasitismo adquieren cada día nueva importancia, tanto bajo el punto de vista puramente cientifico, lo cual bastaría por sí solo á darles interés y trans— cendencia, sino bajo el de sus aplicaciones á la Medicina, á la Industria y á la Agricultura. »Buena prueba de este aserto, proporciona el interesante folleto del sabio naturalista Mr. Delacroix, jefe de los trabajos de Patología vegetal en el Instituto Nacional agronómico de París, estudio en el que se ocupa de los ensayos realizados para destruir el coleóptero conocido en Francia con el nombre de Aanneton y que no es otra cosa que un Melolontha, imsecto que aquí en España abunda poco, por lo cual quizás no ha recibido, que yo sepa, nombre vulgar entre nosotros. »El hamneton (seguiremos llamandole así), y sobre todo su larva (ver blanc), causa en las huertas de la vecina República estragos tan considerables, que naturalistas, agrónomos y agricultores se han preocupado siempre de buscar medios efi- caces para destruir esta verdadera plaga de las legumbres. »Los medios empíricos usados hasta el día y que se hallan * claramente expuestos en el folleto del Sr. Delacroix, no son lo suficientemente poderosos para combatir de una manera enér- gica á dicho insecto: en cambio prometen mayores resultados los estudios y trabajos verificados en el ya mencionado labora- torio de Batología vegetal. Han demostrado estos que sobre la larva del 2anmeton, vive y se desarrolla un hongo hyphomice- 4 ACTAS DÉ LA SOCIEDAD ESPAÑOLA to con esporos y filamentos de mycelium hialinos, denominado Botrytis tenella, cuyo hongo es considerado por el sabio micó- logo: italiano M. Saccardo, como una forma del Botrytis Bassiana, que ocasiona una enfermedad en los gusanos de seda llamada muscardine por los franceses. »Pues bien, esta misma criptósama produce en la larva del Melolontha una enfermedad mortal, la cual se propaga con facilidad a las larvas que viven cerca del sitio donde se en- cuentran las infectas por el hongo. »La descripción de dicho parásito así como la de los medios de cultivarlo y de ponerlo en contacto con las larvas mencio- nadas para producir verdaderos focos de infección en el terre- no objeto de este tratamiento, son otras tantas cuestiones inte- resantisimas desenvueltas por M. Delacroix en su po trabajo. »Son verdaderamente notables los resultados obtenidos en varios departamentos de Francia por semejante método, y €s de esperar que continuando tales experiencias, en poco tiempo podrá desterrarse la plaga de los hannetons, con la misma faci- lidad con que hoy se destruye el Oidím, el mildew y otras.» Termina su trabajo el Sr. Delacroix con estas dos conclu- s10nes: «Para atenuar progresivamente los daños causados por el hanneton y su larva, y quizás anularlos en un periodo más d menos próximo, es indispensable: »1.? Generalizar la práctica de la caza del hanneton (el pro= cedimiento emplrico más conveniente hasta hoy). 2.2 Vulgarizar el método de destrucción de la larva á be= neficio del Botrytis tenella, creando focos de infección tan nu- merosos como sea posible. 0 »Relacionado intimamente con este género de estudios, vemos en el número de Ze Vatuwraliste, correspondiente al 1. de Noviembre del corriente año, un artículo de Ch. Bron= emniart, en que se ocupa de la manera de destruir el 4 cridium peregrinam Olio, por otro hongo, el Botrytis acridiorum Trabut, basándose en los trabajos asunto de esta ligera noticia. Tam-= bién en este caso se han obtenido satisfactorios resultados del mismo tratamiento en los ensayos que hasta ahora van hechos en Argelia. | »La doctrina parasitaria ostá, a no dudarlo, llamada á realizar DE HISTORIA NATURAL. PO verdaderas revoluciones en la ciencia y en la agricultura, por cuyos descubrimientos á ella y á los observadores que la cul- tivan, deberá la humanidad admiración y gratitud eternas». —El Sr. Calderón leyó la comunicación que sigue: «Con el título de Memoria sobre puertos ostreros, acaba de publicar el Sr. D. Cándido Hidaleo y Bermúdez, un trabajito en el que expone sus últimas opiniones sobre su idea de cons- truir en el mar por medio de los moluscos y en el que contesta á las observaciones que á dicho pensamiento expuse á la So- CIEDAD en una de las sesiones anteriores. »Aquellas observaciones, aunque basadas en lo esencial en la indiscutible autoridad del eminente malacólogo de Frank- fort, Dr. Kobelt, y del gran ostreicultor italiano, profesor Issel, no han convencido al Sr. Hidalgo, ni le han hecho variar más que en detalles su plan constructivo de que dí cuenta. Así insiste en su sistema de defensa de los parques ostreros por medio de la muralla de mejillones, si bien apunta que el mismo resultado se lograría sin ellos, con ayuda de una sencilla tela de enfaginado con urdimbre de cadenas de alambre galvani- zado. Y siguen en pié las dos dificultades que se prevén teó- ricamente: que tales defensas más sirvan para perjudicar el desarrollo del banco, impidiendo la circulación del agua, que para la protección de los enemigos de las ostras, y que las estacas de madera destinadas á sostener el enrejado de alam-— bre 6 la tela metálica, exigirían una renovación constante por su natural putrefacción y por el ataque de los moluscos perfo- rantes. En evitación de lo primero, propone ahora el autor co- locar entre estaca y estaca un portalón de corredera hecho de alambre y de trama fina, los cuales se podrían mudar y lim= piar con frecuencia si se tupieran demasiado. »Mantiene el Sr. Hidalgo y Bermúdez algunas afirmaciones, completamente gratuitas en contestación á observaciones re- ferentes á la vida de las ostras, que recordarán los señores socios, afirmaciones que no pueden sostenerse ni rechazarse -— fundadamente en tanto que no se apoyen en experiencias realizadas al efecto. Así el caso que el profesor Sr. Issel citaba como excepcional del crecimiento de un banco ostrero á razón de medio metro por año, cree el Sr. Hidalgo, pudiera ser la ley seneral en los parques dotados de los medios defensivos que él propone; sostiene asimismo que con su auxilio podrían ón ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA establecerse estos estanques en la costa que se quisiera, y que ÍA el hombre haría cosmopolita á la ostra, como lo ha hecho á . los animales domésticos. Desgraciadamente los parques de cría de estos moluscos, no confirman hasta ahora estos vaticinios optimistas, como tuve ocasión de indicar en la precedente nota. | »No participa el Sr. Hidalgo Bermúdez de los temores en ella apuntados de que el crecimiento del banco cesará a cierta altura, y al contrario, se fija en la existencia de parajes en que las ostras se crían al descubierto en la baja marea, lo que le permite al pescador cogerlas en seco. También recuerda á este propósito que en algunos parques ostreros, se obtienen y prefieren individuos que viven sujetos a estar alternativamente cubiertos y descubiertos por el agua, y que por lo mismo son los mejores para el transporte por ser los más resistentes. »Por último, se hace cargo de la observación referente a la solidez y duración de la obra de los moluscos, tratando de re- batir la objeción del Dr. Kobelt, pero sin haber entendido bien el sentido de esta. No se trata en ella de apoyar la teoría de los levantamientos, sino de explicar el hecho de que en la actualidad no se formen depósitos de conchas de ostras de importancia en ninguna parte, y de que sin embargo los haya en estado fósil. Depende lo segundo de su conservación mer- ced á haber sido sustraídos de aleuna manera á la acción disolvente del mar y destructora de los moluscos perforantes, espongiarios, etc. Y á pesar de lo afirmado en contra por el autor de la Memoria de que doy cuenta, formaciones conside- rables de ostras no se conocen actualmente en parte aleuna, pues no hay que confundir con ellas los arrecifes, barreras é islas de coral del Pacífico, producidas allí y solo allí por un conjunto de circunstancias especialísimo, en las que fieuran de un lado las condiciones biológicas propias de los pólipos constructores y de otro los movimientos seculares del fondo marino de aquella vasta región. »Termina la Memoria muy acertadamente proponiendo la protección oficial, nada más que para que el asunto se estu- diara por todas las personas y corporaciones competentes del país, cuyos dictámenes servirían al autor para formar un jui- cio definitivo, después de modificar, ampliar ó innovar sus puntos de vista. Es lo menos que el padre de una idea tan d e AA DE HISTORIA NATURAL. 7 importante y digna de reflexión, como la por él concebida, puede pedir á los poderes públicos y á sus conciudadanos.» —5e aprobó el siguiente presupuesto de gastos para el año 1892. ] Mozo para repartir las citaciones......... 30 pesetas. Gastos de Tesorería y Secretaría......... O MO A AA 40 > —5Se procedió a elegir la mesa que ha de actuar en el pró- ximo, quedando constituida en la forma siguiente: PrOSOAENTO aia SD salvador Calderón UPCODRESTACML E. malo aia D. Casimiro Vinsac. MESORERO dado... DD. Manuel de Paúl. SEGRE IO oe co a a Do Manuel Medina: Vicesecretario....o... D. José Puiggener. SECCIÓN DE SEVILLA. PP Sesión del 9 de Enero de 1892. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —$Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón leyó lo siguiente: «El ilustre presidente de la Sociedad geológica de Francia, al inaugurar en ocasión semejante á la actual, las tareas del pasado año, expuso algunas consideraciones enteramente aplicables á nuestra SocieDAD. Las noticias biográficas de miembros fallecidos durante el año, tan distinguidos como De la Moussaye, Ch. Grad, de Cossigny, el inolvidable profe- sor Hébert, Tchihatcheff, A. Favre y Neumayr, revelan los erandes sacrificios y el entusiasmo que la ciencia geológica es capaz de despertar. De toda la historia natural puede de- cirse otro tanto: ella, como ninguna quizás, inspira goces rea- les, sostenidos sin tregua por el placer de las colecciones y por el interés que proporcionan las excursiones. »Y, sin embargo de todo esto, aquella como nuestra SocIE- 8 ACTAS. DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DAD, no reclutan cada año el número de adeptos que se debe= ría esperar del simpático y noble fin que persiguen, perma- neciendo próximamente estacionaria la cifra total de sus miembros, en la que los ingresos se compensan con las bajas. »La causa principal de este hecho es la falta entre nosotros, como entre aquellos, de una labor de propaganda coordinada con la obra de división del trabajo que se opera necesaria- mente y sin tregua en todas las ciencias, y muy particular mente en las aquí cultivadas. Cada especialista se coloca en el terreno de dirigirse á los iniciados y valerse de todo el tec nicismo propio del asunto, en el supuesto de que le entende- rán los demás, sin necesidad de ninguna otra aclaración; y asi la suma de trabajos especiales hace de nuestras publica- ciones una obra muy técnica y estimable, pero ininteligible en totalidad para el mero aficionado ó curioso. En suma, que si nada hacemos en pro de la propaganda, es natural que no consigamos nuevos adeptos. »No se crea que soy partidario por lo dicho de despojar a nuestros ÁNALES del carácter severo y científico que revisten, condición indispensable para cumplir el fin á que están destl- nados y para merecer la aceptación que alcanzan en el ex- tranjero, cambiándose con las principales publicaciones ana- logras de todos los países: no, lo que quiero deducir de las pre- cedentes consideraciones es la conveniencia de ampliar la serie de nuestros trabajos con otros destinados á los espíritus curiosos, a los amigos de la ciencia, y no circunscribirlos a los iniciados. Podríamos discutir durante nuestras sesiones los múltiples problemas que sugiere la diaria y creciente labor de las ramas diversas de la historia natural, cuyas discusio- nes atraerían á muchos socios deseosos de instruirse en ellas y que viven alejados de nosotros por encontrar frías y poco inteligibles nuestras actuales reuniones mensuales; conven dría organizar algunas conferencias en las que nuestros natu- ralistas más distinguidos difundieran las cuestiones que se agitan en el extranjero en el campo de la ciencia; sería con= ducente asimismo organizar excursiones dirigidas por los hombres más idóneos y quizás con la ayuda de los poderes Ó de los particulares abrir certámenes para premiar los trabajos dle propaganda. Estas y otras empresas conducentes al mismo fin, que la iniciativa de los señores socios produciría sin duda, DE HISTORIA NATURAL, 9 abrirían más ancho campo á la alta misión que toca á nuestra SOCIEDAD en el pals. -—»¡Lástima que estos consejos no partieran de labios más autorizados que los míos, con lo cual ganarían la importancia que les falta! Quizás abuso al formularlos del cargo pasajero que ocupo; pero cuantos conocen mi interés hacia esta SocIE= DAD, estoy seguro que no verán en mis palabras otra cosa que el deseo de contribuir á su mayor desarrollo y esplendor.» - —El Sr. Cabrera dió lectura á la siguiente nota bibliográfica: «Invitado por el dignífsimo presidente para tomar parte en las sesiones que celebra esta respetable asociación, me ha pa- recido oportuno ocuparme del «Viaje á las Canarias» última- mente publicado en el Extracto de las Memorias de la Socie— dad Zoológica de Francia, por el eminente naturalista M. Char- les Alluaud, serie de importantes trabajos destinados a servir de prólogo á Memorias ulteriores sobre algunos puntos de historia natural de las Islas Canarias, y que componen nota- bles artículos que me han sido remitidos por su digno autor, con cuya amistad me honro. »En el primer artículo se ocupa el indicado autor de las faunas insulares en general y particularmente de Canarias, comenzando por estudiar el origen de aquellas islas, dese- chando las poéticas leyendas de la famosa Atlántida de Platón. »Divide las islas en general en continentales y oceánicas, comprendiendo en las primeras las separadas de los continen- tes, ya sea de un modo lento, ya por efecto de grandes per- turbaciones geológicas, y entre las segundas las originadas por efectos de levantamientos. Hace notar también que, cuando en las primeras la separación es de fecha corta ú re- ciente, y por lo tanto se explica facilmente el transporte de los organismos, los caracteres de la fauna y flora son seme- jantes á los del continente próximo; mientras que, por el con- trario, si la distancia es extensa Ó se ha verificado en época remota la separación, y por consiguiente ha sido difícil el transporte de los organismos, necesariamente los caracteres han tenido que modificarse: como ejemplo de lo primero pre- senta las Islas Británicas que, distando poco del continente europeo, ofrecen una fauna y una flora semejante á la de aquel, presentando como ejemplo de lo segundo la isla de Ma- dagascar. 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Á continuación expone el origen de la fauna alpina, que contribuye á los cambios de temperatura: habla después de las islas Oceánicas, explicando con el talento y perspicacia que caracteriza al autor, el cómo han podido llegar á esas islas las especies que la pueblan, cita como medio de trans- porte el viento. Al explicar cómo han podido llegar ciertos in- sectos ápteros, cree que estos son los descendientes de especies aladas que fueron las que llegaron á las islas: admite también como medio de transporte, además de los vientos, las corrien= tes marinas y las aves emigradoras, que llevan entre sus patas y plumas los gérmenes de multitud de organismos. Entre es- tas aves coloca en primer lugar las zancudas y palmipedas que, según él, representan gran papel en la diseminación de los entomostráceos de agua dulce. Como ejemplo de la acción de las corrientes cita una Boa constrictor que, arrollada al tronco de un árbol, arrancado probablemente de la ribera del río de las Ámazonas, apareció hace años en las islas de Cabo Verde, en condiciones de vida. | »También puede mencionarse el Varamus Niloticus, encon trado en los alrededores del pueblo de Candelaria (Tenerife) en Marzo de 1889, y que sin duda por un olvido del autor no cita. Además hace mérito de los insectos jilófagos que, enquis- tados en sus largas galerías de maderas, cruzan en su impro- visada nave grandes extensiones del mar: añadiendo también que una especie cualquiera afectará tantas formas como islas a donde llegare. »Al insistir sobre el estudio del origen y edad geológica de las Islas Canarias, de acuerdo con la opinión de Lyell y otros, afirma que, tanto aquellas islas como las demás del Atlántico, son el producto de acciones volcánicas. Al determinar su anti- eúedad, fundandose en los fósiles encontrados en Gran Cana- ria, en Madera y en Puerto Santo, cree que las erupciones pri- meras tuvieron lugar dentro del período terciario en la época del plioceno superior. Da una gran importancia á los sondajes - verificados alrededor de las Canarias por los buques el Cha- llenger en 1873, el Zravaillewr en 1882 y el Talisman en 1883, con cuyos trabajos confirma su teorla. »Cita también como prueba de su tesis los vapores sulfuro- sos que arroja el Teide en Tenerife y el calor que se observa en la superficie de la Montaña del Fuego, en Lanzarote. DE HISTORIA NATURAL. 11 »El autor observó esta elevación de temperatura en 31 de Enero de 1890, describiendo de una manera exacta y verídica sus impresiones científicas. »No puedo resistir á la tentación de reproducir aquí sus pro- pias palabras: «Á las ocho de la mañana, dice, Moreno y yo aban- donamos á Yaiza, marchando sobre el lomo de dos camellos, para ir á visitar la famosa Montaña del Fuego. Atravesamos la gran ola de lava de 1765 que tiene cerca de una legua de largo. ¡Qué camino aquel para los pobres camellos! Las lavas, puntiagudas y cortantes, les herían las patas y les hacían dar oritos de dolor; nosotros, compadecidos de ellos, haciamos á pie una gran parte del camino. En esta gran llanura se pro- dujo un fenómeno bastante curioso. Yendo de Yaiza para la montaña la ola de lava es negra, pero al regreso parece blanca. Esto se explica por la orientación de los líquenes blancos que tapizan los lados de las rocas que miran al NE., de donde vie= nen los vientos dominantes. Es este un efecto bastante sor— prendente, porque al ir no se ve más que la parte de las pie— dras opuestas al viento, formando un conjunto de un hermoso color negro; al regresar, todas estas mismas piedras se pre- sentan como si estuvieran salpicadas de nieve. La vida animal se hace absolutamente imposible en esta región desolada; no vimos volar ni una sola mosca. La Montaña del Fuego es una de las curiosidades geológicas más sorprendentes del mundo. El fuego se encuentra á menos de 60 cm. de la superficie, y es verdaderamente horroroso pensar esto en el mismo terreno. »Nosotros habíamos llevado el almuerzo para guisarlo allí mismo y maderos para inflamarlos instantáneamente. Llega— mos á la cima á las diez y diez minutos. Sobre la costra supe- rior, que es bastante dura, pero delgada, se encuentra una arena brillante, á la cual el calor da hermosos reflejos, los que la hace asemejarse a las piedras preciosas, propiedad que pierde tan pronto como se enfría. »En un hoyo apenas de 20 cm., hecho en esta arena, nues tras patatas se cocieron en doce minutos y al cabo de uno los huevos estaban no menos que duros. ¡Qué forma más rara y económica de cocinar! No hay que pensar sentarse para almor- zar, á menos de exponerse á sufrir quemaduras de considera— ción. En ciertos parajes no se puede estar mucho tiempo en un mismo sitio ni siquiera de pie. Después de almorzar hici- 12 | ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mos la experiencia de los maderos: enterrados 40 cm. en la arena, los cuales se inflamaron hasta el punto de poder encen- der en ellos nuestros cigarros... Para la pobre isla no han ter- minado aún las catástrofes!» | »Ocúpase en seguida el autor del origen de la fauna de aquel archipiélago, y fundándose en la semejanza que tiene aquella con la fauna de los alrededores del Mediterráneo, afirma que la una proviene de la otra, suponiendo que el transporte se haya verificado por la Berbería cuando estaban unida a ella en el período plioceno por las islas mediterráneas á las penin- sulas ibérica é italiana y estas á la masa del Atlas que enton- ces formaba una península que avanzaba hacia el SO. en di- rección á las Canarias. Cita como comprobación de esto varias especies del género Pimelia que habitan en la Berbería, cuya semejanza es notoria con las existentes en Canarias. Entre los coleópteros señalados por encontrarse á la vez en Canarias y en la parte S. de Marruecos, cree que hay muchas que han sido transportadas de Canarias al vecino territorio, más bien que de éste á las Canarias (Art/rodes Erodiodes, Hegeter tris- tis). Opina que las especies del género Anthocaris descubiertas por él en la isla de Fuerteventura son de aclimatación re-' ciente. Según afirma, del África tropical sólo encuentra una especie de hemiptero del género Zeptocaris que ha observado sobre el Guayabero en la isla de Gran Canaria. Yo he recogido también varios de estos mismos insectos en la de Tenerife. Menciona también de la América tropical tres especies de le= pidópteros, dos Danais y una Vanessa. Expone 4 continuación las observaciones sobre el €. Pimelia para explicar la repre= sentación de la fauna alpina en las islas oceánicas. »Al estudiar las zonas botánicas en las islas de Tenerife y la Palma, divide aquella en tres zonas: 1.* La zona inferior ó de las Euforbiáceas, que se extiende por el litoral, y las costas marlitimas hasta 700 m. de altura. 2.* Zona intermediaria ó de los bosques, que se eleva desde 700 á 1.500 m., y donde veg'e= tan en su parte baja los castaños, después los laureles, y por último la región de los brezos, en la que una corona de nubes mantiene una humedad constante. 3.* La zona alpina, desde 1.500 á 3.000 m., ocupada por el Piwus Canariensis hasta los 2.200, y finalmente por las leguminosas, como la retama (Spartin nubigena), que cubre la gran llanura de las Caña- DE HISTORIA NATURAL. 13 das (2.200 á 2.400), en medio de la cual se eleva desnudo el cono terminal del Pico, teniendo por toda vegetación la hu- milde y rara Viola Teydensis. En la isla de la Palma se suce den las zonas botánicas de distintas maneras, por efecto de su cadena central de montañas. »Termina este trabajo, después de unas notas y noticias di- “versas, con una reseña geografica referente á población, dis tancias, comunicaciones, etc., procediendo luego al estudio de los coleópteros del archipiélago. »Este estudio, comenzado por D. Manuel Ossuna y Saviñón en su tratado Sinopsis imsectorum insule Tenerife, y continuado por M. Sabin Berthelot y Wollaston, es reconocidamente de mucha importancia y utilidad. »Los trabajos que 4 grandes rasgos acabo de citar son indu- dablemente dignos de grande estima, porque se trata de un pais que, bajo el punto de vista de la historia natural ofrece inmenso campo de investigación no agotada todavía. »Yo, que por suerte conozco aquellas islas, prometo, con-— tando con vuestra benevolencia, continuar las presentes rese— ñas dando á conocer los descubrimientos hechos por los natu- ralistas que en estos últimos años han visitado dicho archi- piélago.» —El Sr. Calderón hizo la comunicación siguiente: Nota preliminar sobre la edad de las cuencas carbomferas del Mediodia de España. «Uno de los estudios más interesantes y más difíciles á la par de la geología histórica es el del terreno carbónico; así es que no obstante la abundancia y caracteres relativamente pre- cisos de sus fósiles y el incomparable interés industrial de sus depósitos de combustible—por cuyas razones es quizás el más estudiado de todos los terrenos, —ofrece, sin embargo, proble- mas que distan mucho de haberse resuelto todavía. Algunos nO poco oscuros, que rápidamente voy 4 presentar á la consi deración de la Sociedad, ofrece el distrito de Andalucía. »Es sabido que uno de los tres principales centros hulleros de España, radica principalmente en la provincia de Córdoba, términos de Villa-harta, Espiel, Belmez y Fuente-Ovejuna, continuando por un lado en la provincia de Badajoz y alcan- 14 AGTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA zando sus pequeñas cuencas meridionales hasta la proximidad del Guadalquivir. En conjunto cubren las rocas carboniferas de este distrito una extensión de 500 k.2 »Dentro de la provincia de Sevilla se asientan tres pequeñas cuencas, interesantes sin embargo, por ser las más meridiona- les de Europa, y por lo tanto sus caracteres petrograficos y paleontológicos adquieren excepcional importancia para dedu- cir de ellos la uniformidad universal, ú por el contrario, la existencia de algunos caracteres regionales en el terreno car— bónico, cuestión trascendentaliísima y ampliamente discutida. Estas tres cuencas en miniatura son las siguientes: una denu- dada, cuyos restos quedan entre San Nicolás del Puerto y las sierras de Guadalcanal, la de Villanueva del Río y la de que forman parte los manchoncillos que corren á lo largo de la Sierra de Guadalcanal y que se extiende á4 Badajoz. Las tres son independientes, y como nota con acierto el Sr. Macpherson, parece no se han comunicado nunca (1). La más meridional, que es la de Villanueva del Río, es la única que ha adquirido importancia industrial; pues las otras son casi estériles, como lo han demostrado una vez más los recientes sondeos realiza- dos en ellas, y particularmente en Guadalcanal. »La composición litológica de las tres citadas cuencas, es muy analoga, así como la sucesión de sus capas: arenas amarillen- tas, psammitas con pizarras más ó menos carbonosas y gruesos bancos de pudingas son los materiales que las forman, como lo indicó ya hace tiempo D. Roberto Kith describiendo la cuenca de Villanueva (2), y como pone de manifiesto el corte de la cuenca carbonifera de San Nicolás del Puerto que figura en la pág. 153 del citado estudio del Sr. Macpherson. Es de notar que la misma sucesión se observa en los demás distritos hulleros de España, como sucede en Cuenca, en Asturias, y en San Juan de las Abadesas. Las cuencas de Sierra Morena ofrecen sus depósitos muy poco inclinados y sus débiles buzamientos se dirigen unas veces al SE. y otras al NE. Descansan sobre las pizarras cámbricas generalmente y en discordancia con ellas. En Villa- (1) Estudio geológico y petrográico del N. de la provincia de Sevilla. (Boletín de la Comisión del Mapa geológico; tomo vi, 1819.) (2) Revista Minera, tomo vi1r, 1857, DE HISTORIA NATURAL. 5 nueva la formación hullera se oculta bajo los sedimentos miocenos horizontales, ricos en fósiles característicos (Clypeas- ter y Ostreas gigantescas, restos de cetáceos, etc.), relaciones que indica el adjunto corte esquemático. Figura 1. Hoces AA A 4. Diluvium.—3. Mioceno.—2. Hullero.—]. Cámbrico. »Pero las relaciones que importaría sobre todo esclarecer y de las que menos sabemos, son las que tengan dichos depósi- tos lacustres con el carbónico marino. En Belmez sobre la for- mación hullera descansa una caliza en capas, cuyo espesor pasa de 800 m. y abundante en crinoideos en su parte superior y de numerosas conchas en su base, constituyendo el castillo de Belmez y la Sierra de Espiel, caliza reputada hasta ahora como equivalente de la llamada caliza de montaña y que se halla al parecer concordante con ella en la mina Zerrible, según noticia que me comunica el Sr. Thierry. »Como es sabido, en la provincia de Huelva esta formación carbónica marina es reemplazada por ese sistema de capas llamada cu/m, qne allí como en otras partes de Alemania y de Inglaterra, es equivalente a la caliza carbonifera propiamente dicha. Este sistema es marino, sin hulla y está compuesto de pizarras arcillosas y talcosas y grauwackas; en él arman mu- chas minitas de manganeso y las famosas formaciones piriti- feras de Huelva. | »Ahora bien; situadas las pequeñas cuencas de Sierra Morena entre las dos facies carboniferas ¿con cuál de ellas se relacio= “nan? ¿son superiores, contemporáneas 6 inferiores á ellas? -—»Para contestar á estas preguntas y como mera hipótesis provisional, supuse, y así lo declaré al dar cuenta en otra sesión del descubrimiento de una formación lacustre de culm 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA en Barcelona, que aquí pudiera suceder una cosa análoga á lo observado en el S. de Inglaterra y en la Rusia Central, donde la formación carbónica inferior comienza por una serie de rocas arenaceas y pizarrosas, a la cual siguen 700 m. de ver- dadera caliza carbonifera. A las primeras correspondería la formación hullera de Belmez y al cu/m las de Sierra Morena. Semejante hipótesis no ha sido confirmada por la paleonto- logía, como ahora diré, y el problema toma nuevo aspecto, aunque sin hallar todavía solución. | »Importaba ante todo fijar la edad de los depósitos hulleros de Sierra Morena y de Belmez, y saber si eran ó no contempo- raneos. Á este fin ofrecí al señor marqués de Saporta los duplicados de plantas fósiles de dichos yacimientos existentes en las colecciones de la Universidad de Sevilla, y exponién- dole mis dudas le pedí me prestase su valiosísimo concurso para esclarecerlas, á lo que accedió con su habitual compla- cencia y amabilidad (1). Preparo nuevos y más numerosos en- vios con que utilizar la excepcional competencia de tan pre- claro sabio, pero entre tanto mencionaré las especies que se ha servido determinar. »De la cuenca de Villanueva del Rio. Pecopteris lepidorachis Brng.—En el extranjero se conoce de la cuenca de Saint-Etienne y de la de Bruchen, junto a Hamburgo. NVeuropteris heterophylla Brngt.—Especie ya citada de Espiel, Belmez, Asturias y Puertollano, según el Sr. Areitio. En el extranjero abunda en Saint-Etienne, Anzin y Saarbruúck. (1) Quizás hubiese habido suficientes datos con los reunidos por el St. Areitio en su Enumeración de plantas fósiles españolas inserta en el tomo 111 de estos ANALES; pero como han suscitado dudas por parte de algunos ciertas especies que allí se citan, ora en punto á su determinación, ora en la seguridad de la procedencia de otras, he preferido en asunto tan delicado atenerme á los ejemplares de origen seguro y reco- gidos por mí mismo en su mayoría, que he remitido al Sr. Saporta. Por otra parte, el Sr. Areitio no indica nada en punto á deslindar los horizontes acusados por los fósi- les, sin duda por creerlo entonces prematuro. En honor de la verdad, mis datos no solo no contradicen, sino que confirman los consignados por nuestro consocio tan prematuramente arrebatado á la ciencia y á su familia, y cuantos nos honrábamos con su amistad, sabemos que la eserupulosidad y la más estrecha conciencia fueron norma constante de sus trabajos científicos, DE HISTORIA NATURAL. Y Calamites Suckowii Brngt.—Fué mencionado ya como de esta cuenca por los Sres. Pellico y Kith, así como de Asturias y San Juan de las Abadesas por el Sr. Areitio. En el extranjero se conoce de Saint-Etienne, Mons y otras mu- chas Cuencas. Calamites Cristit Brngt.—Citado de Espiel; Belmez y también de Asturias, León y Puertollano por el Sr. Areitio. Existe en Saarbrúck y Blanzy. sSphenophyllum saxifragefolium Coen.—Se conoce en el extran- jero de Saarbrick. Sigillaria Corteí Brnet.—En España, en Mieres; en el extran- jero, en Saarbriúck. Sigillaria Davreuxt Brngt.—En Siarbriick y Saint-Etienne. Sigillaria Brardí Brngt.—Idem, idem. Podacites y Cordaites (vestigios). De Euadalcanal. Pecopteris oreopteridia Brngt.—Esta citada también de Asturias y San Juan de las Abadesas. Del extranjero en Alais (Gard). Pecopteris polymorpha Brngt.—De España la menciona como de San Juan de las Abadesas el Sr. Areitio y en el extran- jero es común en Alais (Gard), Saarbriick, ete. De Belmez. Lepidodendron obovatum Lernb (vel species vicina ). Sigillaria Corter Brngt.—(Antes citada). Sigillaria rhytidolpis Corda.—Ejemplar admirable por su con- servación de los menores detalles de las arrugas superfi— ciales del antiguo tallo aplastado y comprimido. Se conoce esta especie en el extranj ero procedente de Thomle, Sevina (Bohemia) y otros yacimientos (1). (1) El Sr. Areitio menciona además de esta región las siguientes especies: Sphenopteris tridactylus Brngt.—Espiel y Belmez. Neuropteris cordata Brngt.—Villanueva del Río. = Scheuchzeri Hofífm.—Idem. — heterophylla Brngt.—Espiel y Pelmez. ti Cistii Brngt.—Idem. ACTAS DE LA SOC. ESP. —12XI1 2 » y 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Las especies citadas son muy pocas relativamente á la riqueza de la flora de estas cuencas, notables por sus grandes sigilarias y calamites; pero las ahora mencionadas, bastan para probar que se trata en todas ellas desde Belmez hasta Villanueva dell Río del mismo nivel, que es á su vez el de Saarbrúck, Saint-Etienne, Anzin y Mons; es decir, el carbó— nico medio. En Villanueva del Río, la presencia del Calamites Suckomii y del Sphenophyllum sarifragefolium, asi como la abundancia de Sigillaria lo confirman plenamente, y por lo que hace a la cuenca del Espiel y Belmez, ya había determi- nado la misma edad M. Grand 'Eury (1). »Es notable la uniformidad de esta vegetación que se extien? | de sin sufrir variación sensible en un área geografica, tan extensa como la indicada por las localidades extranjeras y las de Sierra Morena. Parece que en estas últimas existen menos helechos que en las otras, pero yo he encontrado cerca de Guadalcanal una formación psammitica bastante rica en ellos. »De todos modos queda demostrada la falta del culm en Sierra Morena, tanto marino como lacustre. Ya el Sr. Macpher- son en su citado Estudio había llegado á la misma conclusión. «El hecho culminante, dice, que-del estudio de estos depósitos parece lógicamente deducirse, es el referente á la no existen- cia del carbonifero inferior en esta parte oriental de la provin- cia de Sevilla, á lo menos en la forma en que actualmente se encuentra en la vecina provincia de Huelva; pues no son de presumir erosiones tan radicales durante el mismo período carbonifero, capaces de haber borrado tan completamente toda huella de los depósitos inferiores, con anterioridad á la sedi= mentación de aquellas pequeñas cuencas hulleras, y por el contrario, todo parece indicar que mientras al SE. de esta Pecopteris arborescens Brnet.—Espiel y Villanueva del Río. — penneformis Brngt.- Espiel. : — Meriani Goep.—Villanueva del Río. Alethopter is Seriti Brngt.—Belmez. — aquilina Gep.—Villanueva del Río. — Grandinti Goep.—El Viar, junto á Cantillana. Dictyopteris Brongiiarti Gutb.—Espiel. Sigillaria texellata Brngt.—Idem. — orbicularis Brngt.—Villanueva del Río (Según Kith). Stigmaria ficoides Brngt.—Espiel y Belmez. (1) Flore carbonifere de la Loire, Paris 1877, pág. 429, AS A s DE HISTORIA NATURAL. 19 localidad se depositaban las calizas carboníferas marinas, gran parte de la meseta central estaba fuera del mar, ó a lo sumo formaba puntos bajos y pantanosos, en donde se acumu- laban los sedimentos de las pequeñas cuencas hulleras de esta parte de Sierra Morena» (1). Ahora bien; si en esta parte del país falta el carbónico infe- rior, y si la caliza marina de Belmez reposa encima y concor- dante con los depósitos de carbón, como yo indiqué hace algu- nos años (2) en contra de la opinión entonces general, indica= ción que parece han dejado fuera de duda los recientes traba= jos de la mina Zerrible, ¿a qué edad debe referirse la citada formación? Toca á la paleontología resolver este problema; pero entretanto, es dado plantear la solución más racional a que consienten llegar los modernos progresos de la estratigra- fía, como voy á indicar. »Hubo un momento en que supuse que hubiera aquí ocurrido el mismo fenómeno que en otros parajes de Alemania y de Inglaterra, donde el hundimiento bajo el mar siguió de cerca a la formación de la hulla, y así se depositó encima de ella una serie de rocas costeras á la que sucedió la caliza corres- pondiente en otros sitios al miembro más inferior del carbó- nico; es decir, que el movimiento fué inverso: de descenso progresivo en unos sitios y de ascenso en otros, y de aquí tam- bién el orden inverso en la sucesión de los materiales. De esta suerte se explicaría por un hundimiento muy cercano a la formación de la hulla, la sucesión de las formaciones lacustre, costera y marina en el carbónico de Andalucia, inversa á la de Asturias (3) y en general a la de las comarcas donde se ha desarrollado el terreno típicamente. »Semejante hipótesis lucha con graves dificultades, quizas mayores que las que resuelve; pero la mayor sin duda es que los únicos movimientos de aquella época comprobados por el Sr. Macpherson se verificaron de NE. á SO. y oscilando alrede- dor del eje granítico que desde Galicia alcanza al Guadal- quivir. (1) Zoc. cit.; pás. 153. (2) CALDERÓN: Contribuciones al estudio de la fosforita de Belmez. (ANAL. DE LA SOC, ESP. DE HisT. NAT., t. vir, 1878, pág. 41.) (3) BaArroIs: Recherches sur les terrains anciens des Asturies et de la Galice. Lille; 1882, pág, 582 y siguientes. : 9 ACTAS DE LA SUCIEDAD ESPAÑOLA »El mencionado Sr. Macpherson, á quien consulté las dudas que esta cuestión me ha sugerido, ha tenido la bondad de comunicarme su opinión particular. El se había preocupado anteriormente de la cuestión y había tenido también ocasión de cerciorarse del buzamiento de las capas hulleras ricas en plantas bajo la caliza marina del Castillo de Belmez, super posición que motivó algunas excursiones de las cuales sacó la convicción de que lo allí observado no es sino un caso de inversión, un pliegue acostado en los bordes de una falla y cuyo anticlinal ha resbalado en la parte central. »La estructura de la cuenca de Belmez tal como la explica el Sr. Macpherson, es, en suma, la que indica el adjunto esquema, si no he interpretado mal su pensamiento. Figura 2. tope CasuUo de Espul DO. L. 4. Hullero.—3. Caliza carbónica marina —2. Silúrico.—1. Cámbrico. »Los estrujamientos experimentados por las capas en los bordes de la falla del Guadiato, explican del modo indicado los contrastes de la cuenca de Belmez y Espiel con las peque= ñas de esta provincia de Sevilla. Dicha falla es transversal con respecto al valle del Guadalquivir y longitudinal relacionada con las dislocaciones de la época carbonifera. »Quedan por averiguar otras importantes cuestiones para completar el conocimiento de las cuencas carbónicas de la provincia de Sevilla, cuestiones por cierto del mayor interés. En primer lugar se ignora si el terreno carbónico ocupa el DE HISTORIA NATURAL. 21 fondo del valle del Guadalquivir; después qué enlace exista entre la caliza representada en el corte con el núm. 3 y el mar que depositó las pizarras del cu/m al Mediodía de la provincia de Huelva, pues es sorprendente que hasta ahora nadie haya señalado ni indicios siquiera de terreno carbónico en la cordi- llera Bética. El Sr. Macpherson me decía á este propósito con mucha razón, que no parecía sino que dicho terreno se hubiese depositado en un golfo largo y estrecho que ocupara tal vez el fondo de la actual depresión del Guadalquivir. »Tales son en rápido bosquejo las cuestiones que ofrece el estudio de las cuencas carboniferas de esta región y que me propongo 1r abordando en la medida de mis fuerzas, si, como espero, las circunstancias me favorecen para ello. De todos modos me ha parecido digno de entreteneros un momento, el. programa no más de dichas cuestiones, y he creido conveniente comunicar el resultado de las determinaciones del Sr. Saporta, todo esto como datos que pueda utilizar cualquier aficionado á tales trabajos, sobre todo, si fracasando mis planes, no pudiera dar cima á la empresa de estudiar lo que he reseñado, abusando quizás de vuestra amable atención.» Sesión del 3 de Febrero de 1892. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —HEl Sr. Secretario dió cuenta de una comunicación del Director del Museo Colonial de Haarlen, rogando á los autores de memorias y tratados concernientes á la botánica, zoología y productos y cultivos tropicales, envíen un ejemplar á dicho establecimiento. —6$e hicieron dos propuestas de socios de número. —(uedaron admitidos como numerarios los señores: Mendoza (D. Antonio), de Madrid, propuesto por el Sr. Madrid Moreno; Camino (D. Tadeo), de Irún, propuesto por el Sr. Mazarredo, y 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Garrido y Barrón (D. Joaquín), de Manila, propuesto por el Sr. Bolívar en nombre de D. Domingo Sanchez y Sánchez. —El Sr. Becerra, en nombre del Sr. Bolívar, presentó un trabajo del Sr. D. Adriano Dollfus, de París, titulado Catalogue raisonne des isopodes terrestres de "Espagne, que pasó á la co- misión de publicación, leyendo después las notas siguientes del Sr. Bolívar: «Cerca de un siglo ha transcurrido desde que Azara, en su viaje al Paraguay (1), observó la existencia de una araña que vive en agrupaciones de más de cien individuos, los cuales construyen un nido común, al abrigo de un árbol ó del techo de una habitación, al que dan la forma de un sombrero de erandes dimensiones, suspendido por lo alto de la copa, y del que parten gruesos hilos de seda que se extienden en todas direcciones y que alcanzan cincuenta ú sesenta pies de longi- tud; pero de tal modo contrastan estas costumbres de asocia= ción con la vida independiente y aislada de las demás arañas, que semejante hecho fué puesto en duda por Walckenaer (2), quien, lejos de creer en la asociación de individuos proceden- tes de madres diversas para vivir en comunidad, supone que la observación del naturalista español, mal interpretada, debe referirse á algún Theridium prolíifero, cuyos hijos permanece- an largo tiempo con la madre, como ocurre con las especies de este género, contribuyendo el trabajo de la prole á aumen- tar el nido formado por su progenitora, hasta el momento de la dispersión de los jóvenes. Necesarias han sido observaciones repetidas de naturalistas modernos para restablecer en todo su vigor la verdad de lo referido por Azara respecto á la Apeira socialis, nombre que los Sres. Berg y Holmberg han dado a la especie en cuestión que, según se deduce de lo expuesto, no pertenece al género Theridium como Walckenaer suponla. »No es de extrañar la resistencia del naturalista francés á admitir tan alto erado de sociabilidad en animales de costum- bres tan independientes como las arañas, pues sabido es que rara vez se encuentran dos individuos sin entablar la lucha y (1) AzARA: Voyage a la Plata et au Paraguay. (2) WALCKENAER: Hist. nat. des ins. Aptóres, t. 1, 144 (1837). DE HISTORIA NATURAL. - - 23 que con frecuencia el macho es victima de la voracidad de la hembra cuando se aproxima á ella impulsado por móviles bien contrarios; por esto tienen tanto mayor interés las observacio- nes que nuestro consocio el sabio aracnólogo francés señor Simón ha hecho en su reciente viaje á Venezuela sobre las costumbres de diversas especies de arañas, y que le han per- mitido establecer tres diversos grados en la sociabilidad de las arañas de aquel país (1), representados respectivamente por la Epeira Bandelier?, el Anelosimus sociales y el Uloborus republi— camus E. Simón. Las sociedades que establece la primera de estas especies no son permanentes; las hembras, que viven libres y aisladas hasta el momento de la puesta, tejen un ca- pullo de gran tamaño, en el que se encierran varias de ellas para verificar la puesta; cada una forma después su ooteca propia, en la que coloca los huevos, y esta ooteca, convexa por una de sus caras y plana por la opuesta, queda adherida por un corto pedículo á la pared interna del capullo común. Nues- tro colega ha hallado siempre en el interior de estos capullos cinco Ó seis hembras vivas y varias ootecas, hasta el número de 10. El 4nelosimus socialis E. Simón alcanza más alto grado de sociabilidad, y sus asociaciones son permanentes. Un gran número de individuos, que á veces se cuentan por millares, tejen una tela común, que más parece obra de orugas que de arañas, y capaz de envolver completamente un cafeto; el espa- cio limitado por esta envoltura está dividido en cavidades des- iguales por medio de tabiques de la misma naturaleza; las arañas se pasean por estas telas, se palpan cuando se encuen tran como lo hacen las hormigas y hasta se reunen varias de ellas para devorar una presa cuando por su volumen ofrece alimento suficiente para más de un individuo. »Por último, el Ulodorus republicanus E. Simón, ofrece ejem- plos de sociedades permanentes en las que, ademas de los tra- bajos ejecutados con un fin común, se observan en ciertos ca- sos trabajos individuales ó propios de determinados indivi- duos. Esta especie de Uloborus teje una tela inmensa, que establece entre los árboles y que se compone de redes centra- les, sobre las que permanecen aproximados varios individuos, (1) E. SiMÓN: Arachnides sociables de Venezuela. (Ann de la Soc. entom. de France), 1895, pág 5. 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA machos y hembras, pero principalmente machos, y de otras redes orbiculares compuestas de radios y círculos, establecidas entre las mallas que forman los fuertes hilos que sostienen la red central; estas redes, orbiculares y externas, son fabricadas por individuos que se destacan poco á poco del grupo central. La puesta se verifica casi simultáneamente por todas las hem- bras de la misma colonia, observándose que entonces han des- aparecido los machos. Las hembras permanecen inmóviles cerca de su ooteca respectiva, y ésta es angulosa y semejante por su forma a un resto vegetal. »El mismo naturalista recuerda que el Stegodyphus Hilde- brandti Karsch, del África austral, según el R. O. P. Cambrid- ge, construye un eran nido, en el que viven en común hasta 150 individuos, y que uno de ellos ha sido conservado durante aleún tiempo en el Jardín Zoológico de Londres, y que tam- bién M. Raffray, cónsul de Francia en Singapoor, ha observado costumbres análogas en el Ulodorus Rafrayi E. Simón de aquella región.» | «Nuestro colega D. Fernando Moragues, de Palma de Ma- llorca, ha descubierto una especie nueva de curculiónido, que el Sr. Fairmaire ha descrito bajo el nombre de GFeonomus cau= dulatus (pág. 7, 1891, 4am. de la Soc. ent. de France).» «M. Léveillé ha comunicado á la Sociedad Entomológica de Francia un procedimiento de destrucción del Anthonomus Po- morum L., que ha dado excelentes resultados á un agricultor que lo ha empleado. Consiste en fumigar con azufre los man= zamnos durante la floración en la época en que nace el curculió- - nido referido, porque es sabido que en esta época es cuando la hembra introduce en los botones de las flores los huevos, de los que nacen larvas que esterilizan las flores. M. J. Poupinel, que es el agricultor citado, ha hecho la observación de que los árboles sometidos á este tratamiento estaban cubiertos de fruta, y que los entremezclados con estos que se dejaron sin fumigar no dieron ni una sola manzana. Un kilogramo de DE HISTORIA NATURAL. 25 azufre quemado debajo de un árbol grande, haciendo que los vapores envuelvan sucesivamente todas las ramas, operación que puede hacerse en un cuarto de hora, basta para conseguir el resultado que se busca.» | «Se sabía que la larva del Corebus amethystinus Oliv. vivía en el Cirsium echinatum, desde que M. Durieu de Maisonneuve había comunicado a la Sociedad Entomológica de Francia que en dicha planta se verificaban las metamorfosis de la referida especie, pero se desconocían las particularidades, ú sean los detalles de su vida evolutiva, y esta laguna es la que ha ve- nido á llenar el capitán Xambeu en una nota publicada en el Natwraliste (núm. 114), en la que además hace la descripción de la larva y de la ninfa de este bupréstido. Según Xambeu, la larva nacida de huevos cuya puesta se ha verificado en los primeros días de la primavera, es muy lenta en sus movimien- tos y camina royendo la porción medular del tallo de la Car- lina vulgaris L., abriendo de este modo una galería de arriba abajo que va quedando ocupada por los mismos excrementos del animal. En general se encuentra una sola larva en cada tallo, lo que no obsta para que en aleunos tallos se hallen a veces dos Ó más larvas, sin que por esto se molesten las unas á las otras. Al final del verano, cuando la larva llega al tér— mino de su desarrollo, se construye una celda y prepara el agujero por el que el insecto perfecto podrá salir al exterior. La fase de ninfa dura un mes próximamente; de modo que en el mes de Septiembre se encuentra ya el adulto encerrado en la celda, donde permanece hasta la primavera siguiente. Las hembras ponen una veintena de huevos, repartidos en dife— rentes tallos, colocandolos en el tercio superior de estos, desde donde se extiende la galería de la larva, que llega hasta el cuello y que á veces penetra en la raíz de la planta. »Como el Corebus amethystinus es una especie bastante co- mún en España y frecuente en los alrededores de Madrid, donde existen varias especies de Carlina y de. Cirsium, sería interesante conocer sobre cuál de ellas vive la indicada es- pecie.» 26 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA «M. J. Crossa aconseja el procedimiento siguiente para con- servar el color de las orugas. Se colocan estas en una solución de cloruro de zinc á 5 por 100, que se calienta en seguida hasta la ebullición. Después se pasan á soluciones más concentradas de la misma sal, al 10, 15 y 20 por 100, dejandolas hasta que caen al fondo, en lo que se invierte de ocho á diez días. La conservación definitiva se hace en glicerina. Se obtiene mejor resultado si las orugas han estado sin comer algún tiempo antes de matarlas. La preparación es tan perfecta, no sólo por lo que respecta á los colores, sino á la de los tejidos, que estas larvas así preparadas pueden utilizarse para los estudios his- tológicos. Convendrá matar las orugas por medio del clorofor- mo, pero recomienda que el cloruro de zinc sea neutro y que no contenga trazas de sales de hierro, (Bolletino dei nmuset di zoología ed anatomie comparata di Torino. V. núm. 85, 1890.» —El Sr. Secretario dió lectura á la nota siguiente del señor Pau, de Segorbe (Castellón): Sinonimos de plantas españolas. Thalictrum aguilegifolium (Peñagolosa).=7. fetidum L. Adomis betica Coss.=A4A. autumnalis L. p betica. Hepatica triloba Chaix g hispanica Wilk.=H4. triloda Chaix. Aconitum Anthora Loscos, supl. vi, p. 28.=A4. Jacgmwim Rchb. — Vapellus L. var. (Timb. Lagrave, soc. bot. de Fran= ce; ses. extr. de Pau, Aug. 1868, p. 80 et p. 84 nota A).=4. vulgare DO. Peomia oficinalis Cav. (Peñagolosa).=P. microcarpa B. € R.= P. peregrina Mill. f. levocarpa Cors. Hypecoum grandiflorum (auct. hisp. pl.)=24. procumbens L. ¡ Vide «notas bot.», fasc. V. Hic sententiam ab spe= ciebus nominatis dico. Mathiola tristis Rev., pl. and., núm. 549 (1890).=%. varia DO. Malcomia castellana Rouy.=M. patula DC. forma. Erysimaum punilum auct. hisp.=8P. pyrenaicum Jord.=PB. ochro- leucum DO. £ parviflorum Wilk. Sisymbrium lasiflorum Boiss.=8. crassifolium Cav. S. granatense — = == S. Arundanum Boiss.=8. crassifolium Cav. f grandifiorum. ln DE HISTORIA NATURAL. 24 omnibus spec. structura valvarum siliquarum identica. Radicum perennitas nihil probat. | Brassica saratilis Amo.Diplotaxis sazatilis DC. (ex Authe- man! S.te Victoire, Aix, Provence).=0D. brassicoides Rouy; Rev. pl. and. (1890) sine numero. Arabis alpina Asso (Javalambre).=4. stenocarpa B. « R. Aequaliter: planta a clar. Cavanilles et Clemente sub. Arabe- alpina citate ad Á. stenocarpam fortasse pertinere debet. Cochlearia decipiens Wi¡ilk.=XKernera decipiens Nym.=XK. sa gittata Mieg.=XK. auwriculata Rehb.=XK. saxatilis (auct, hisp. pyr.).=Myagrum uwriculatum DOC. A K. saxatili obtime diversa. Thlaspi stenopterum B. et R.=T%. sufruticosum Asso.=T/. (11— pum Jacq. Pl. celtiberica, a clariss. amico Dom. B. Zapater lecta, cum helvatica non differt aliquá re. Iberis granatensis B. «€ R.=1. Lagascana DO. var.! granatensis. — Lagascana DC.=1. Tenoreana DO. f...? — Bowrgaer Bss. et Rt.=/. pectinata Bss. var. integrifolia. Lepidium calycotrichum auct. aras.=£. hirtum DO. Aethionema saxatile (Peñagolosa).=4 e. ovalifolium Boiss. Reseda betica (Titaguas).=R. undata L. Viola collina (Sierra de Alfacar).=V. hirta L. V. odorata (Peñagolosa).=V. sylvatica Er. V. scotophylla Jord.=V. alda Bss., forma; ex Sagot arch. Brodiwm petreum et supracamom (Peñagolosa).=/4. cheirantli—- Jolium Losc., Pau.=4. celtivericum Pau, sp. nov. Ononis fruticosa auct. plur.=0. rigida Kze. — — (Peñagolosa).=0. aragonensis Ásso. Ad pedem ejus etiam 0. rotundifoliam L. vidi. Trifolium rudens Asso!=T. rubens L. Hippocrepis valentina Boiss.=H. balearica Wulf. £ valentina. Astragalus austriacus Asso!=4. austriacas L. Pl. a viro clar. B. Zapater lecta loco «prado del Masegar» (Sierra de Albarracín). Prumus spinosa (Peñagolosa).=P. prostrata Lab. Potentilla subacaulis Cav.=P. subacaulis Wulf. (non L.). Geuwm reptans Cav.!=(GF. sylvaticum Pourr. Rosa graveolens Gren.=R. elliptica Tausch. — spinosissima auct. pl.=R. myriacantha DC. 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA R. pimpinellafolia Cav.! (Puebla de Arenoso.)=R. MyYyriacan— tha DO. Heracleum Sphondyltum Asso et auct. turol.=H. granatense Bolss. In regione turolensi ubique. Artemisia Assoama Wilk.=4. lanata W. Senecio paludosus Ásso.=S. Doromicum L. Centawrea ornata W.=C. ceratophylla Ten. — cruenta W.=C. Seridis L. Hedypnois pygmea Willk.=4H. polymorpha DOC. f... Crepis scorzoneroides Rouy.=C. albida W. f. integrifolia. Hieracin muroram (Peñagolosa).=4. aragonense Scheel. i Primula oficinalis auct. pl. =P. suaveolens Bert. ex auct. (certe?). Vinca minor auct. pl.=V. media H. et L. ex auct. (non Gren. et Gor. fl. de France, nec Willk. + Lge. prodr.) — major auct. pl.=V. media H. et L. ex auct. Chlora citrina Boiss. et Reut.=sp. dubia. Convolvulus capitatus Cav.=C. lanuginosus Desv. et C. linea Pis 10. Echiwm vulgare auct. reg. mar. et inf. =L. pustulatlum S. et $. E. hispanicum Asso.=L. vulgare L. Digitalis lacimata Lindl.=D. obscwra L. var. vel subsp. Mentha insularis auct. hisp.=M. sylvestri X rotundifolta. — Nouletiana Timb.= — — — —Semltzi Bout.=M. hirta Willd. f. calycibus glabrescen- ti0us. — piperita L.=M. aqguatica X vuridis. Thymus Serpyllum (Peñagolosa).=T7/%. chamedrys Er. Hyssopus pubescens Timb.—Lagr.=24. canescens DC.=H. cime- reus Pau. Salvia Verbenaca (Peñagolosa).=£. valentina Vhal. Seutellaria alpina (Javalambre).=8. javalambrensis Pau. Stachys maritima (Valentia).=£5. hirta L. Ballota mollissima.=Bth. B. hirsuta Bth. 2 albifiora. Floribus albis, antheris awrels. Thymelea pubescens Loscos! =T'h. thesioides Endl. Enphorbia mariolensis Rouy.=P. polygalefolia Boiss. var. pu berula Willk. ap. Pau, notas, fasc. 1v. eS A DE HIsTORÍA NATURAL. 29 Quercus lusitanica Lam. var.=0Q. ¿lici Xx coccifera Pau, pl. exs. ad amicos (Mora de Rubielos). Asparragus marinus auct. arag.=A. acutifolius L. Uropetalum Bowrgaei Nym.=U. fulvum Rouy.=U. serotimun Ker. | | A lliwm acutiflorwm Loscos! (non Lois).=4. rotumdum L. f... Erythrostictus ewropeus Lange.=L. punctatus Schltd. FPestuca spadicea (Espadan).=F". spadicea L. £ capillifolia Pau. Vardurus montanas Boiss. et Rt.=/V. tenellus Rehb. var. beticus. —El Sr. Quiroga leyó la nota siguiente: Observaciones al mapa geológico del Sahara, de M. Rolland. «El sabio investigador de la constitución geológica del Gran Desierto africano, M. Rolland, presentó el 22 de Diciembre de 1890 á la Academia de Ciencias de París un mapa geológico general de todo el Sahara, desde el Atlántico al Mar Rojo ,y desde el Mediterraneo y el Atlas hasta el Sudán, del cual acaba de publicar una reducción (1), acompañada de su corres- pondiente texto, trabajo en el que se atribuye á la región occidental del Gran Desierto una composición ceológica que no está conforme con mis observaciones en aquel país, publi- cadas en estudios diversos (2). Según dice ya M. Rolland, no habiendo visitado la parte occidental del Sahara, se ha servido para figurar su constitu- ción, del mapa geológico del África occidental publicado por el afortunado viajero austriaco Doctor O. Lenz (3), mapa que usó también el profesor Zittel en la confección del de todo el continente africano que este sabio ha dado á luz (4). En el mapa de M. Rolland, siguiendo lo que aparece en el (Y) Bull. de la Soc. géol. de France. 3me sér., xtx, 1891, núm. 4. (2) Estructura y origen de la peninsula de Río de Oro.—Geología del Sáhara occiden= tal. (Revista de Gergra fía Comercial, núm. 25 4 30. Julio-Septiembre 1886). — Apuntes de un viaje por el Sahara occidental (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HiST. NAT., t. Xv, 1886). — Observaciones geológicas hechas en el Sahara occidental. (ANAL. DE LA SOC ESP. DE HisT. NaT ,f. xvii1, 1889) De este último trabajo ha publicado una noticia detallada M Choffat en el Anauarre geologique umverselle. (3) Geologische Karte von West-Afrika. Petermann Mittheilungen 28 Bd, 1882, 1. (4) Berghau's Phisikalischer Atlas.—I. Abt. Geologie. Núm. 12. Afrika, 1888, 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA del Doctor Lenz, se considera la costa occidental del desierto comprendida entre los cabos Nun y Blanco, formada por ma- teriales de las cretas media y superior, afirmación que no esta conforme á mi modo de ver con lo que yo he observado desde Punta Dumford á Cabo Bojador. Allí no he visto sino rocas pliocenas, enteramente comparables á las halladas en la costa de Túnez por M. Tomas (1) á juzgar por las descripciones que de ellos ha publicado este sabio geólogo. La formación pliocena de dicha parte de costa, en la que se halla comprendida toda la Península de Rio de Oro, consta de arriba a abajo de los siguientes miembros: 3.” Calizas marinas amarillentas ó rojizas, cuarciferas y penetradas de sílice hidratada, con grandes bancos de ostras en algunos sitios, pertenecientes á las especies O. edulis, O. crassissima, y O. Princeps, y abundantísimos moldes de Cytherea, Tellina, Pectunculus, Turritela, Conus, y Balamus. Tienen de 0,50 4 2 m. de espesor según la denudación que han sufrido. 2.” Areniscas cuarzosas de cemento calizo, impregnadas de silice hidratada ferruginosa que en algunos sitios constituye un cemento abundante que sustituye al calizo y da mucha con- sistencia á la roca. Estas porciones ferruginosas de la arenisca tienen forma de estalactitas, tubos gruesos, planchas, etc., y son los antiguos conductos de circulación de aguas siliceo— ferruginosas. En el seno de las areniscas se hallan en Huissi Aissa numerosos troncos silicificados por calcedonia y espar- cidos en desorden. Uno de ellos que he traido, mide 2 m. de largo por 0,25 m. de grueso y ha sido reconocido por el ilustre Profesor A. Schenk, de Leipzig, como perteneciente 4 una leguminosa (Cesalpimiozylon Quirogoamun, Schenk). La parte más inferior de estas rocas está constituida por verdaderas olauconias y pasan á las margas inferiores, mientras que por su parte superior, mediante el aumento insensible del cemento calizo, se trasnforman gradualmente en las calizas superiores. En algunos sitios tienen estas areniscas un espesor de 36 a 38 M. y ordinariamente oscila entre 25 y 30 m. 1. Margas azulado-verdosas, impregnadas también de (0) Vote sur la géologie de la formation pliocene ú troncs d'arbres siliciées de la Tunisie. —Compt. rend., 1888 ler Octobre, 567. " DE HISTORIA NATURAL. | 31 silice hidratada y atravesadas diagonalmente por venillas anastomosadas de yeso fibroso. De 4 4 6 m. de espesor y visi- bles tan solo en algunos puntos de la costa, Huissi Alssa por ejemplo. Marchando hacia el interior, á la estrecha faja cretácea de la costa, sucede en el mapa de M. Rolland un complejo cuaternario y plioceno, extendido hasta la zona de médanos del Adrar-et-Tmarr, pais también formado de los mismos terrenos y á cuya proximidad hace llegar el paleozóico, erupo que, fundandose en la opinión del Doctor Lenz, extiende el geólogo francés por gran parte del Sahara occidental. Lo que yo he observado en mi viaje por aquellas regiones durante el verano de 1886, difiere mucho de lo que consta en los mapas antedichos, y sumariamente expuesto, es lo que sigue. Sobre el plioceno de la costa existen unos depósitos cuater-— narios horizontales constituidos por areniscas blancas incohe- rentes que alternan con calizas margosas cuajadas de Heliz, y alcanzan un desarrollo de 100 á 160 m., extendiéndose por la mitad oriental del Guerguer, todo el L'Aatf y la porción occidental del Ar-Rak, hasta colocarse encima de las pizarras cristalinas (micacitas y anfibolitas con eranulitas interestra- tificadas y buzando al SO.) que forman el suelo del Ar-Rak oriental y casi todo el país del Au—Haufrit, hasta poco antes de llegar á pozos Bu—Hofra donde se presenta por vez primera el eranito. Esta última es la roca verdaderamente dominante en el Sahara occidental que yo he visitado, pues forma una parte de Au-Haufrit y las mesetas centrales del Tisnik y el Tiris, con la única interrupción de una banda paleozóica que se ensancha hacia el S. y está situada entre estos dos últimos paises. A mitad de camino entre pozos Dumus y pozos Teniúlek aparece el gneis glandular que se extiende por todo el pais de Teníúlek, material que desaparece á su vez antes de mediar la distancia que separa los pozos Teniúlek de la célebre sebkja de Ydyil, siendo nuevamente sustituido por el granito, sobre cuya roca yacen los médanos que hay al NNO. del Adrar-et- Tmarr y la sal y el barro salado que constituyen la sebkja citada. Todo el país que alcanza «4 verse desde los cerros que rodean a los pozos El Auy y Derk, situados al oriente de la sebkja y N. del Adrar, parece granítico. En la parte S. del Tiris entre pozos Aglau y el pozo Aussert, 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA localidad donde hay unos cerros formados por una bellísima sienita eleolítica, vuelven á presentarse las pizarras cristalinas. Por lo dicho se ve que, aparte de los materiales terciarios y - Cuaternarios de la costa y su zona próxima, los que dominan en esta región del Sahara occidental y le dan carácter, son los eraníticos y arcaicos, y de estos últimos alcanza mayor des= arrollo el horizonte inferior ó del gneis glandular que el de las pizarras. El paleozóico está reducido á una banda relativa- mente bastante estrecha, y en cuanto al cretáceo no lo he visto en ninguna parte durante mi viaje.» Sesión del 9 de Marzo de 1892. PRESIDENCIA DE DON MÁXIMO LAGUNA. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de haber recibido la papeleta de defunción del socio Excmo. Sr. D. Enrique Ferrer y Viñerta, Catedrático en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, fallecido el 28 de Diciembre del año próximo pasado; la Sociedad manifestó, por medio de su Presidente, el deseo de que constase en el acta de esta fecha el sentimiento con que había oido tan triste noticia. Se leyó por el Secretario el acta de Sevilla que se inserta á continuación de la presente. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los señores: Macías y del Real (D. Antonio), de Madrid, propuesto en la sesión anterior por los Sres. Martinez Saez y Reyes Prósper (D. Ventura), y Navarrete (D. Adolfo), de Napoles, - propuesto por el Sr. Cazurro. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas durante el último mes, acordando la Sociedad que se diesen las gracias a los donantes de las que son regaladas. —El Sr. Macpherson (D. José) presentó y dió cuenta de un trabajo titulado Asimilación por las rocas eruptivas de los mate- riales adyacentes, que la Sociedad acordó pasase á la Comisión de publicación. : E ke IRE Pe DE HISTORIA NATURAL. 33 —El Sr. Uhagón leyó la nota siguiente: El distinguido entomólogo Doctor D. G. Seidlitz de Kónigs- berg, ha solicitado de mi recientemente el envío de los B/aps de España de mi colección, para su examen, con motivo del estudio, que se propone publicar, de las especies de este difícil género. Gracias á la amabilidad de mi buen amigo D. lenacio Bolívar, he podido también comunicar al Sr. Seidlitz las espe- cies de nuestro Museo de Ciencias Naturales, procedentes de la colección del Sr. Pérez Árcas, y finalmente, nuestro consocio D. Manuel Martínez de la Escalera, ha tenido á bien dejarme los ejemplares de la suya con igual objeto. Considero no exenta de interés la lista que he recibido ya del Sr. Seidlitz, de las especies que en este envío ha encontrado y me apresuro 4 comunicarla a nuestra Sociedad, si bien, no conociendo aún el orden de clasificación adoptado por dicho señor, utilizo a este fin la última monografía que con el título de ZEssai de classification des Blapsides de 1 Ancien monde, pu- blicó M. Ernest Allard en los Ammales de la Société entomologi— que de France, 1880-1881. Blaps (Uroblaps) lusitamica Herb. Cuenca, Espinosa (col. Pérez Arcas); Valencia, Santander (col. Martínez Escalera); Madrid, Bohadilla, Oviedo, Mar- quina, Mallorca (mi colección). — = hispamnica Sol. Madrid (col. Pérez Arcas, Mar- tínez Escalera, mi colección); Ubeda, Gra- nada, Malaga, Espinosa, Cuenca, Mataró, (col. Pérez Arcas); Alcalá de Henares, Va- lencia (col. Martínez Escalera); Casas Blan- cas, Ciudad-Real, Ávila, Bilbao (mi colec= ción). | == ==. Waltli Seidl. sp. nov. Mataró (col. Pérez Arcas); Alcalá de Henares (col. Martínez Escalera); Aranjuez (col. Pérez Arcas, Mar— tíinez Escalera, mi colección). Aun cuando esta especie existía ya de antiguo en nuestras colecciones, el Sr. Martínez y Saez y el autor de esta nota, la encontramos con alguna abundancia en Mayo de 1887 en Aranjuez, á orillas de la laguna de Ontígola; la estudié enton- ACTAS DE LA SOC. ESP; — XXI. 8 31 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ces detenidamente valiéndome de la monografía del Sr. Allard, y no pudiendo referirla con certeza á ninguna de las especies conocidas, hube de considerarla como inédita y remití ejem- plares al referido autor. Este me contestó que pertenecían al B. lusitamica Herb. sin duda alguna, opinión que, á pesar de la competencia del Sr. Allard, no ha llegado á satisfacerme por completo. A Blaps (Lithodlaps) gigas F. Alicante, Murcia, Málaga, Mallorca (col. Pérez Arcas); Alcala de Henares, Rascafría (col. Martínez Escalera); Ma- drid, Torrevieja, Palomares, Almería (mi colección). — — brachyura Kust. Cartagena, Alicante (colec- ción Pérez Arcas); Torrevieja, (mi colec- ción). — (Blapisa) gidda Cast. Alicante (col. Pérez Arcas); Balea- res (col. Martínez Escalera). dd — e — var. ¿talica Baudi. Menorca. ná colec= ción). — (Agroblaps) súmilis Latr. Madrid, Cebolla (col. Pérez Ar— cas); Santander, Alcalá de Henares (colee- ción Martínez Escalera); Cuenca, Torre- vieja (mi colección). Entre los ejemplares de España remitidos para su examen al Sr. Seidlitz, los hay también de Portugal, de las localidades que indico á continuación. B. hispanica Sol. Lisboa, Coimbra (col. Pérez Arcas). — gigas F. Lisboa (col. Pérez Árcas); Cascaes (mi colección). — sumilis Latr. Lisboa (col. Pérez Arcas); Porto (mi colección). El Sr. Martinez de la Escalera posee un ejemplar del B. (Uroblaps) Emondi Sol. var. nitidula Sol. procedente de Ceuta. De la región del Riff (Marruecos), tengo en mi colección el Bb. (Uroblaps) prodigiosa Er. y el B. (Rivizoblaps) mitens Cast. —El Sr. Secretario leyó la nota siguiente eS peo su au- tor el Sr. Mendoza (D. Antonio). | | N DE HISTORIA NATURAL. 35 Nuevos datos sobre el Micrococus tetragenus movilis ventriculi. La presente nota tiene dos objetos: uno rectificar algunos datos referentes a los caracteres biológicos de nuestro micro= cocus, que al ser transcrito del original á las revistas alema- nas (Centralblatt fiúr Bakteriologie und Parasitenkunde, Bd. vi, 21, p. 566), inglesas (Jowrnal 0f the Royal Microscopical Society) y francesas (Annales de Micrographie) se han cometido errores que desde luego conviene subsanar; y el segundo añadir nue- vos detalles morfológicos sobre sus órganos de locomoción, y la técnica para investigarlos. El error capital esta en la descripción de uno de los carac- teres, que el micrococus determina en su cultivo. Tanto en vcelatina como en agar, en la siembra por estrías, al cabo del tercero ó cuarto día, desenvuelve aquel una sustancia colorante que se difunde alrededor del cultivo de un color café claro ú de azúcar tostada. Esta última frase «color de azúcar tostada» se ha traducido en alemán por Zuckerfarbe en el artículo citado; la repite también Eisenberg (James) en su Bakteriolo— gische diagnostik, núm. 347, por Zuckercoulewr (micrococus tetragenus movili); en la traducción inglesa así como en la francesa, se sigue repitiendo la idea color de azúcar, frase que no tiene su verdadera sienificación, dando lugar á una inter— pretación falsa. Esta producción de color es más notable en el agar que en la gelatina. : Hecha esta aclaración, pasemos al segundo punto. Causas que no son de este lugar impidieron el ocuparme después de las primeras comunicaciones sobre nuestro descubrimiento, de la primer especie de micrococus móvil, del estudio de ciertos elementos morfológicos, como eran sus órganos de locomo- ción. | | Los primeros intentos para patentizar los flagelos, no nos dieron un resultado satisfactorio; empleamos la antigua téc- nica de Koch y la de Kinstler sin que ninguna de las dos demostrara los apéndices de locomoción. Después la técnica que Laeffer indicó para la coloración de los flagelos se ensayó con el mismo objeto sin obtener el resultado apetecido, bien es verdad que estos primeros ensayos del citado autor, no tenian la misma bondad que la de sus últimas modificaciones 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA en el procedimiento. Este, en el cual la tinta mordiente esta compuesta por el tanino, el hierro y la fuchsina, en vez del palo campeche que ponía en sus primeros líquidos mordientes, da un resultado exactíisimo, teniendo en cuenta la reacción del microorganismo cuyas pestañas se desea colorear. Para nuestros micrococus cuya reacción en el cultivo es alcalina, hemos tenido que acidificar ligeramente el mordiente, para el que hace falta exactamente dos gotas de la dilución de ácido sulfúrico al => neutralizante de la solución potásica al 1 10 y haciendo después obrar como líquido de tintura, la fuchsina con fenilamina alcalinizada por la potasa (1 cc. de solución de para 16 cm?. del mordiente. Con esta solución preparada, potasa al a para 100 de color), hemos obtenido una brillante coloración de los flagelos del micrococus. No nos ocuparemos ahora de reseñar más particularidades técnicas, que nos son propias en el método de coloración de los flagelos en las bac= teriáceas, porque será objeto este asunto de otro trabajo que preparo para tener el honor de presentarlo á la mayor breve- dad a esta Sociedad. Los flagelos del micrococus son en número de uno para cada célula, y como estas se presentan en dobles tetradas en la ma= yoría de los casos, es claro que se perciben hasta ocho flagelos en cada pequeño grupo. La longitud de los flagelos es doce veces el diametro de la célula; estos parecen tener una testura; de trayecto en trayecto presentan esférulas más fuertemente teñidas y como tabiques también en toda su longitud. Estos tabiques corresponden á los hemiarcos que constituyen la on= dulación del flagelo, estos estan en número de cinco á seis, y los tabiques son, por tanto, cuatro ó cinco. Las granulacio= nes están dispuestas en número de dos ú tres en cada seg= mento de-arco. i —El Sr. Secretario leyó la nota siguiente enviada por su au- tor el Sr. Madrid Moreno: El procedimiento Esmarch, en Bacteriologra: El cultivo de la gelatina sobre placas para el estudio de las bacterias, fué instituido por Koch en la técnica microscópica, pues ofrece la ventaja dicho procedimiento el de la aislación y DE HISTORIA NATURAL. 31 forma de las colonias y el contado de las mismas, sobre todo, cuando se trata de hacer un analisis bacteriológico de las aguas potables. La siembra de bacterias se hace generalmente en los labo- ratorios sobre gelatina contenida en tubos de ensayo (10 cc.), verificandola con ayuda de un hilo delgado de platino que se esteriliza á cada operación. Cuando se cultiva aleún líquido contaminado, se calienta previamente la gelatina en el mismo tubo, empleando un calor moderado, de 30 á 35”, echando la gota del líquido que se desea estudiar y removiendo después el todo suavemente para que quede distribuido por igual en aquel suwbstratum. Verificada esta operación se traslada la gelatina á una placa de vidrio esterilizada, donde se solidifica formando una capa de 1 4 2 mm. de espesor, apareciendo al cabo de un cierto tiempo las colonias, que se recogen y aislan con el auxilio del microscopio simple ó de una lente de mano y del hilo de platino. Esmarch (1) modificó el procedimiento descrito haciendo el cultivo en los tubos de gelatina líquida, formándose con esta una capa arrollada interiormente á las paredes y de igual espesor, sin más que imprimir al tubo un rápido movimiento de rotación y en sentido horizontal, cuidando que la gelatina no toque al tapón de algodón en rama. Este arrollamiento se efectúa colocando el tubo bajo un chorro de agua de la fuente, y apoyados sus dos extremos entre los dedos de ambas manos. - Se han ideado también aparatos 6 molinetes para dar á aque- llos.un rápido movimiento y que quede la gelatina extendida por igual sobre las paredes de vidrio; pero dando en la prác- tica buenos resultados aquellas manipulaciones es preferible, desde luego, efectuarlo con las manos y recubrir la boca del tubo, además del tapón de aleodón, por una caperuza de goma para que el agua no moje aquel. Dicha manera de proceder ofrece grandes ventajas para cul- tivar los líquidos en dichos tubos así preparados, por el ahorro de tiempo, de material, y sobre todo, porque abreviandose las manipulaciones se evita de esta manera el que entren gérme- (1) Ueber eine Modification des Koch'schen Plattenverfahrens zur Isolirung und zum quantitativen Nachweis von Mikroorganismen von Dr, E. Esmarch.—Zeitschrift fur hygiene.—1. Tomo. 2.” fasc.—1886, 33 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA nes del exterior obteniéndose un resultado más satisfactorio. En los diferentes análisis bacteriológicos de las aguas pota= bles y especialmente de las que proceden de los antiguos viajes de Madrid verificados en el laboratorio provincial del Hospital de San Juan de Dios, ha dado excelentes resultados este procedimiento, tanto para efectuar la numeración de colo- nias en una cantidad dada de agua, así como después la sepa- ración de aquellas para el cultivo. Simples tubos de ensayo dispuestos del modo descrito, han servido para sembrar 1 cc. de agua potable, objeto del análisis, verificando la numera- ción de las colonias por medio de un microscopio simple cuya platina tiene forma de pinza redondeada que abraza al tubo en casi toda su extensión. La parte superior de la pinza se encuentra agujereada por centímetros cuadrados; a través de estos, corriendo y girando el tubo, se hace la numeración de las colonias desarrolladas después de un cierto tiempo, á las veinticuatro horas, por ejemplo. Han sustituido al procedimiento Esmarch unos frascos de cristal llamados de Rosahegyi, redondeados, aplastados, con sus dos caras opuestas paralelas, y en una de ellas erabados centímetros cuadrados. La gelatina se introduce por el cuello del frasco y en cantidad de 10 cc. previas las operaciones con- siguientes de esterilización. Cuando se hace la siembra se liquida la gelatina, se introduce el centímetro cúbico del agua y se remueven ligeramente los líquidos, dejando en reposo el frasco, y sobre la cara donde están grabados los centímetros. Pasado algún tiempo, se hace el contado de las colonias des- arrolladas haciendo uso de una lente de mano y colocando el frasco sobre un papel negro. El inconveniente que resulta en la práctica, es que siendo la boca del frasco estrecha, no se pueden recoger bien y con entera libertad todas las colonias, con el hilo de platino. Las placas Soyka son también de una utilidad grande en la técnica bacteriológica y de imprescindi- hle necesidad en el análisis de las aguas. Constan de dos pla- tillos delgados de cristal, que encajando uno en otro, dejan suficiente espacio para formar una delgada capa de gelatina donde se desarrollan las colonias. Recientemente se han cons- truído platillos en cuya tapadera están grabados los centíme= tros cuadrados, bastando para la numeración una simple lente. La práctica nos ha guiado para establecer algunas modifica- | | | DE HISTORIA NATURAL. 39 ciones en los procedimientos indicados, haciendo uso con este objeto de tubos de cristal semejantes en la forma á los de ensayo, provistos en su boca de una caperuza también de cris- tal que entra á esmeril por cima de aquella y cuya parte supe- rior está provista de chimenea cerrada con aleodón en rama. En la parte exterior del tubo se graban con un diamante 6 pedernal ó mejor con el ácido fluorhídrico centímetros cuadra- dos en toda la longitud y perímetro del mismo, cuidando no lleguen las líneas á la boca y fondo de aquel. En el tubo, des- pués de esterilizado en estufa seca y á temperatura de 150%, se “introducen 10 ec. de gelatina nutritiva, volviendo después á repetir las esterilizaciones sucesivas como en los demás tubos de cultivo. Se siembra el centímetro cúbico del agua que se quiera analizar en la celatina líquida, se remueve, se arrolla y se solidifica en el chorro de la fuente, dejándolo después en la estufa para el desarrollo de los gérmenes. Una vez que han aparecido las colonias cuyo número y crecimiento están en relación con la temperatura, se coloca el tubo sobre un papel negro y con una lente se cuentan las colonias de cada centí- metro cuadrado, sumando después los números que resulten. El total se divide por el número de centímetros cuadrados y el cociente representará las colonias por centímetro cuadrado. Se anota la longitud del tubo y el perímero, multiplicandose estos dos factores; el producto será la superficie cultivada. Este nuevo producto se multiplica por el cociente de la división anterior, y con este resultado obtendremos el número de colo— nias por centímetro cúbico. Con añadir tres ceros á la cifra obtenida, se tendran las que resultarían en un litro de agua. Como se ve, este procedimiento no puede ser más sencillo para la numeración de colonias y la aislación de las mismas, teniendo la ventaja, por otra parte, de que los tubos prepara- dos con la gelatina y esterilizados, se pueden transportar fuera del laboratorio, y sobre el terreno, Ó próximo á él, hacer el sembrado, pues la única esterilización que hay que ejecutar, es la de la pipeta graduada que sirve para recoger el agua, y esto muy bien se ejecuta con la llama de una lamparilla de alcohol ó bien transportar las pipetas en cajas de cobre y este- rilizado el todo de antemano en la estufa á seco. —El Sr. Secretario leyó la nota to: remitida por su autor, Sr. Hoyos y Sáinz: 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Votas para un avance de la Bibliografia Antropologica de España. «Buscando los datos que sobre la antropología de nuestra patria se han publicado para comparar y confirmar los por mi obtenidos en los trabajos que sobre dicho objeto he comenzado, he reunido accesoriamente a la idea principal de mis estudios una lista bastante completa de obras y publicaciones, que creo útil, una vez formada, dar á conocer para que sirva de base a un estudio más exacto y perfecto del asunto. ; Parecerá raro ver esta larga serie de obras y títulos sobre una ciencia en que nada ó casi nada, puede afirmarse, se ha trabajado en nuestro pals y pasan, sin embargo, de 200 las obras sobre dicha ciencia y con relación á España publicadas. Débense en verdad á autores alemanes, ingleses, franceses y algunos más, aunque no sea esto decir que la cifra de las publicadas por españoles sea nula, pues conocidos son los tra= bajos de Góngora, Nieto y Serrano, Vilanova, Espada y otros, aunque ninguna figura en esta lista dedicada solo á autores extranjeros. Un carácter general y no siempre científico, domina en todos ellos; algunos, pero pocos, se fundan en trabajos especiales y observaciones propias y abundan en primer término por causas de todos conocidas los trabajos sobre la raza vasca: tres son las principales fuentes de las publicaciones, que son los Boletimes y Memorias de las Sociedades Antropológicas de Paris, Londres y Berlín; vienen después los libros de viajes publicados por diversos autores y las notas y artículos sueltos desperdigados en varias revistas y periódicos que tratan de Antropología, Filología, Historia, Lingúlstica, etc. En 5 grupos hemos dividido los trabajos coleccionados que nos parece son la casi totalidad (1) de los publicados; artificial como no podía menos, es la división, y solo para guiarnos en el crecido número de obras registradas la admitimos. Corres- ponde el 1.24 las generalidades, caracteristica y viajes com- pletos por España. El 2.” á la Prehistoria y Paleoetnologla, así como a las manifestaciones industriales y artísticas, usos y (1) En la época en que se escribió esta nota. Julio de 1889. DE HISTORIA NATURAL. 41 costumbres de los primeros pobladores de nuestra patria, El 3. comprende la descriptiva, los viajes regionales, las cues- tiones aisladas, y es una desmembración del primer grupo, El 4.” que pudiera ser más extenso comprendiendo en él mis- mo el estudio de las razas oceánicas, negriticas y africanas que actualmente están bajo el dominio de España, abraza solo parte de nuestras posesiones é islas, la aclimatación de nues- tra raza en ellas y los restos é influencia de la misma en las antiguas posesiones sud-americanas. La 5.* y última sección está dedicada exclusivamente á la raza vasca, que por sí sola y debido á los problemas que su estudio encierra, ha dado lugar á trabajos, disquisiciones y obras, en tan gran número casi, como el resto de la Península. No incluímos en nuestro trabajo obras que, debido á la fecha en que-se publicaron, al carácter puramente histórico que tienen y á otras circunstancias, solo como curiosos datos de bibliófilo podrían citarse sin tener verdadera importancia his- tórico- natural; en ellas figuran las obras de Platón, Tertu- liano, Estrabón, Herodoto, Dionisio de Mitylene y demás histo- riadores, viajeros y geógrafos griegos, romanos y de la Edad Media y el renacimiento que tienen datos interesantes para la filiación de los elementos etnogénicos de la Península. Los siete componentes principales de cada una de las seccio- nes, los hemos anotado abreviadamente por las siete primeras letras del alfabeto, con objeto de evitar molestas repeticiones y acortar las abreviaturas no siempre fáciles. A,—Verhandiungen der Berliner Gesellschaft fi" Antropologie, Etimologie und Urgeschichte. B.—Zettschrift fiw Ethinologie. C. — Memoirs read before the Anthropological Non UNO London. DA nthropological Review. E.—Jowrnal of the Antropological Institute. E.—Bulletins de la Société d' Antropologie de Paris. G.—Mémotres de la Société d'Anthropologie de Paris. Siguen después por orden cronológico los libros y artículos publicados en revistas y periódicos diferentes de los anotados, publicados en alemán, inglés,. francés, italiano y portugués. Acompañarán al título de la obra, la página de las publicadas en boletines y el año ó tomo en todas ellas. 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA l.—GENERALIDADES. 1. Altspanische Schádel-Reihengráber in Spanien. A, 1874, p. 169, | 2. Spanisch A, 1875, p. 49, 51 y 59. 3. Spanisch A, 1877, p. 173, 219, 308, 352 y 360. 4. Internationalen práhistorischen Congress in Lissabon. A, 1881, p. 333, | 9. Virchow.—Iberische Reminiscenzen. A, 1881, p. 427. 6. Yagor. —Topferei namentlich in Ordizan a und Siut (Aegypten). A, 1882, p. 457. 7 Schulembwryg.—Erhaltung germanischer Reste auf der iberischer Halbinsel und auf den Canarien. B, 1886, p. 68. 38. Portugal. B, 1887, p. 417. 9. Beavan.—On the Inhabitants of Spain. xcn.—C, 1866. 1d. — Observations on the People Inhabiting Spain. O, 1866. | 11. Matias Nieto Serrano. D, 1866, p. 289. 12. Antropological Society of Spain. D, 1866, p. 208. 12 his. Blake.—On the historical Antropoloey of Vestern Europe. D, 1866, p. 158. 13. Agustin Duran. — The process of derivation of the Spanich Languaje from tho Latin. D, 1869, p. 154. 14. Atlantes. E, 1873, p. 127 y 397. 15. Dawkins. On the nortera range of the Iberians. E, 1874, Poo 16. Pruner Bey.—Iheres Ligures brachicéphales. F, 1863, p. 940. 18. Pruner Bey. — L'Antropologie en Esparh E, 1865, p. 363. 19. Pereira.—Extrait d'une lettre adressée a M. Lartet par M. Pereira da Costa, sur lantiquité de homme en Portugal, notamment dans le bassin du Tage. F, 1866, p. 543. 20. Pereira da Costa.—Sur une máchoire inférieure humaine trouvée dans une mine de cuivre, a Alcalá. F, 1866, p. 547. 21. Lagneam.—Ethnologie des Ibéres. F, 1867, p. 146. 22. Celtes e Ibéres. E, 1867, p. 40, 146, 199 y 209. 23, Cránes Ibéres. F, 1867, p. 18, 21, 28 y 152. DE HISTORIA NATURAL. 43 24. Paidherbe.—Les Libies de Espagne. F, 1869. 26. Lagneaw.—Sur les Pheniciens. F, 1874, p. 171. 27. Dally.—Sur les mariages consanguins en Espagne, PST, pp. 208. 28. Mortillet.—Aquitains Ibéres. E, 1878, p. 371. 29. Lagnear.—Ethnologie de la péninsule du sud-ouest de urope- (Gt. 11, 2.* serie. 30. Retzvms. — Bemerkungen úber die sa der Jherier, 1847, 31, Phillips.—Die Einwanderung der Iberer in die 2 núische Halbinsel, Lxv, 1870. 32. Piillips.—Ueber das iberische ¡pnanee —Sitzunsber. 1870. 33. Piillips.—Die Einwanderung der Iberer in die pyre- núische Halbinsel.—Sitzungsber. 1870. 34. Klemm (G.).—Der háusliche Herd in Spanien. Aus allen Welttheilen, 1871. 39, Phillips. —Die Wonisitze der Kelten auf der pyrenáis- chen Halbinsel, 1872. 36. CGerbel.—Spanische Volkscharaktere.—Ausland, 1872. 37. Zschokke (H.).—Reise. —Erinnerungen aus Spanien, Wiúrzburg, 1879. ¡ 38. Busch.—Forbes Quarry the Reader, 1864. 39. Tollenache.—Spanish Towns and Spanish Pictures. Lon- don, 1871. 40. Bonow.—Án account of the gyhries of Spain. Lon- dres, 1873. 41. Tieblim (H. L.).—Spain and the Spaniards. Londres, 1874. 42. Rose.—Untrodden Spain and her black a Lon- don. 1875. 43. Danillier (Barón C.)—Spain. Londres, 1875. 44. Latouche.—Travels in Portugal. Londres, 1877. 45. 0O'Sheas.—Spain and Portugal and the Balearic islands. Edición 6.* Edinburg, 1878. 46. Humboldt.—Recherches sur les habitants primitifs de PEspagne a Paide de la langue basque. Paris, 1866. 47. Daniltier et Daré.—Voyages en Espagne. Paris, 1873. 48. Rochas. —Les Parias de la France “et de —DEspagoe, Paris, 1876. 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 49. D'Arbois de Jubaimuille. — Les pS habitants de Europe. Paris. 50. De Souza Holsteím. —Le Portugal et les Portugais. Paris, 1878. ; al. Daviltier (Barón C.)—Viaggio in Ispana. Milan, 1874. 32. Tubino. —Recherches d'anthropologie sociale. Revue dAnthropologie, 1877. 53. Ad. de Foresta. — La Espagna; de Irún á Malaga. Bologne, 1879. 4. Levessewr.—Comptes rendus de l'Académie des Sciences morales et politiques, 1881, p. 533. TT.—PREHISTORIA. 309. Tumuli in Galicien. A, 1873, p. 124. 96, Geschlagene Steine aus Valencia, A, 1873, p. 8. 97. Renthierhóhlen in der Pyrináen. A, 1874, p. 77. 58. Yagor.—La cueva de Altamira. A, 1882, p. 170. 59. Piette et Sacaze.—Tumuli des Pyrénées. F, 1877, p. 235. 60. Sacaze.—Le culte des pierres. F, 1879, p. 169. 61. Verneaw. — Inscriptions lapidaires de Fuencaliente. ISSO pole 62. Vinson.—Sur.une inscription celtiberienne récemment découverte. F, 1881, p. 630. 63. Verneam.—Caverne préhistorique dans la province de Ségovie. F, 1881, p. 479. 64. Verneam.—Pintaderas de Canarias. F, 1884, p. 140. 65. Lagnear.—Premier áge du metal dans le sud-est de l' Espagne. F, 1887, p. 417. 66. Neu entdeckte Pfahlbauten in der Pyrináen. 1872. 67. Sehtelig (A.)—Ueber Auserabungen in Spanien. 1873. 68. Culturbilder aus Spanien. 1873. 69. Lartet.—Poteries primitives. Instruments en os et en silex taillés, des cavernes de la Vieille Castille. 70. GFowrdon.—Les tumuli du Plan de Beret (Valle Aran Espagne). Paris, 1878. 71. Cartailhac.—Les áges préhistoriques de l'Espagne et du Portugal. Paris, 1886. 12. Henri et Louis Siret.—Les premiers áges du metal dans le sudest de l' Espagne. Bruxelles, 1888. DE HISTORIA NATURAL. 45 713. Sabin Berthelot.—Antiquités canariennes. 74. Ríibewro.—Silex lascados. Lisboa, 1876. 75. Simoens.—Introduccao 4 archeologia da peninsula Ibe- rica: 1.* Antigiiedades prehistoricas. Lisboa, 1878. TIT.—DESCRIPTIVA. 76. Portugal, sússe Eicheln. A, 1881, p. 135. 17. Pietschananm. — Ueber die Kanarischen Zahlworte B, ISI pS 317 78. Ausgrabungen daselbst Almeria. B, 1877, p. 416. 19. Stone implements Spain Exhibition. E, 1874, p. 79. 80. Zagneau.—Les Espagnols en Algerie. F, 1869, p. 592. 81. Broca.—Ossements des cavernes de Gibraltar. F. 1869, p. 146. | : 82. Lartet.—Troglodytes des Pyrénées. F, 1874, p. 518. 83. Bordier.—Gauchos Ibéricos. F, 1878, p. 313. 84. Chervin.—Accouchements multiples dans le Catalogne. SUSTO, po 27 85. Hovelacque.—Limite septentrionale du Catalan. F, 1879, pebs: 86. Broca.—Les cránes et les ossements canariens. F, 1879, Pp UNSL. 87. Lagneau.— Aclimatement des Espagnols en Algérie. F, 1880, p. 455. | 89. Les Gitanos d'Espagne et de Portugal. F, 1885, p, 17. 90. Phillips.—Ueber den iberischen Stamm der Indiketen und seine Nachbarn. Ein Beitrag zur Topographie des nor- dóstlichen Hispaniens. Sitzunesber. 1871. 91. Pauli (G7.)—Ein Monat auf den Balearen. 1873. 92. Die Balearen in Wort und Bild geschildert. Leipzig, 1874. 93. Waillkomm.—Ein Paradies des Mittelmeeres (Mallorke), 1875. 94. Rose.—Untrodden Spain, and her black country: being sketches of the life and characters of the Spaniards of the interior. Londres, 1875. 95. Taime.—Reise in den Pyrinúen lúber alles Mógliche un noch einiges Andere. Stutteart, 1878. 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 96. Lady Leomise Tenison.—Castile and Andalucia. Lon- dres, 1853. 97. Hare (A. J. C.).—Wanderinges in Spain. Londres, 1873. 98. Stone (J. B.).—A tour with Cook through Spain: being a series of descriptive letters of ancient cities and scenery of Spain, and of life manners and customs of Spaniards as seen and engoyed in a Summer Holliday. Londres. 1873. 99. Bory de Saimt Vincent.—L'Homme. 1827, p. 174. 100. Roguet de Belloguet. — Ethnogénie gauloisse. Paris, 1861. 101. Burganlt.—Apercus historiques sur les origines et les religions des anciens peuples d'Espagne et des Gaules. Vannes, 1871. 102. Maury. —Nota sur les Ligures. Comptes rendus de l'Académie des Inscriptions. 1877. | 103. D'Arbows de Juvainville.—Les Ligures dit vuleairement Ligures. Revue d'Archeologie, 1875. 104. ZLuchaine.—Des origines linguistiques de l'Aquitanie. Pau, 1877. 105. Bataillard.—Les Gitanos d'Espagna et les Ciganos de Portugal. Paris, 1878. 106. Hudson.—Gli Zingari in Spagne. Milan, 1878. TV.—PosesioNeES ESPAÑOLAS. 107. Cebu, Philippineninsel. A, 1878, p. 100. : 108. Fagor.—Sexuelle Abnormitáten bei den Bisayen Phili- pinen. A, 1880, p. 91. 109. Hr Finsch.—Reisebericht Carolinen. A, 1880, p. 223. 110. Zrnst.—Die Goagiro Indianer. B, 1870, p. 328 y 394. 110 bis. Ernst.—Zu Nicolaus Federmann's ersten Reise in Venezuela (1530, 15, 31). B, 1872, p. 357. 111. Bello y Espinosa.—Geschichtliche, copa und statische Bemerkungen úber Puerto Rico, Ausdem spanischen Manuscript úbersetzt von Dr. E. v. Martens. B, 1872, p. 35. 112. Marimon y Tudo. —Fray Antonio Margil úber die Lacandones 1659. B, 1882, p. 130. | 52 113. Aúwachsea der weissen Bevolkerung. 'B; 1886, P. En 114. Generation Antillen. C, 1886, p. 164. “DE HISTORIA NATURAL. 4e 115. Cuba. Franzóssischen Westindien. Untersans der Europaer in Antillen. B, 1886, p. 3. 116. Philipinen Ausstellung. B, 1887, p. 450 y 130. 117. Guagiros des Cuba. B, 1877, p. 428. 118. Wirchow.—Guagiros Retinister Zanh Cuba. B, 1887, Pp 202, e | 118 bis. Serliemanmm.—Bevolkerung statistik. B. 1887, p. 76. 118 ter. Baudinm.—Sur Vaclimatement des dae aux Antilles. F, 1864, p. 895. 119. D'Avezac.—Sur les Espagnols de Cuba. F, 1864, p. 850. 120. Beclard.—Instructions aro O eS po le Chili. F. 1865, p. 86. 121. Dehoux.—Les Viens-Viens, Puerto Rico. F, 1884, p. 17. 122. Hamy.—Note sur les recherches ethnographiques de M. Guesde dans les petites Antilles. F, 1884, p. 292. 122 bis. Verneau. — Sur les Semites aux Illes Canaries. E, 1881, p. 496. 123. Berthelot.—Sur les Guanches (Mém. de la Soc. Ethmo- logique). 1845. - 124. Bouglinval.—Ossements de Guanches et de Téncriffe. Comptes rendus de Acad. de Sciences. 1851. V.—VAscos. 125. Knochenhóhle die Dima in Biscaya. A, 1873, p. 61. 126. Webster.—On certaint point concerning the origen and relation basque race. E, 1873, p. 158. 127. Webster.—The basque and the kelt. E, 1876. 128. Basques. E, 1877, p. 175. 129. Pruner Bey. —Sur les cránes basques offerts a la Société par MM. Broca et Velasco. F, 1863, p. 33. 130. Broca.—Carte de la Denon de la langue basque en France. F, 1864. 13% cr —La langue AS F, 1866. 132. Broca.—Cránes basques de Z. F, 1866, p. 470. A Pruner Bey.—Les cránes basques. F, 1867, p. 10. 134. Les Austrigones ou basques. F, 1867, p. 11. 135. Guanches et basques. F, 1867, p..149. => 136. Broca.—Sur les basques. F, 1869, 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 137. Cordier.—Organization de la famille chez les basques. F, 1869. 138. Moreaw.—Origine des basques et cantabres. F, 1870, p. 12 y 475. 139. ZLagnear.—La famille O F, 1870, p. 474. 140. Origine des basques. F. 1872, p. 563. 141. Basques espagnols de Zarauz. F, 1872, p. 132. 142. Faidherbe.—Basques et berbéres. F, 1873, p. 665. 143. TZopinard.—Basques Espagnols. F, 1873, p. 16 y 220. 144. Vinson.—Sur deux cartes linguistiques du pays basque. F, 1878. | 145. Linguistique basque. F, 1879, p. 23. 146. Parenté des Basques et des Ibéres n'est pas prouvée. FAL SSA 147. Basques. F, 1881, p. 181 y 351. 148. Vinson.—Sur la couvade chez les basques. F, 1883, p. 366. 149. Systeme dentaire des Basques. F, 1887, p. 754. 150. Sur les basques. F, 1888, p. 375, 398 y 636. 151. Odermiller.—Ueber der Ursprung der Basken. Viena, 1871. 152. Yagor.—Funde aus der Knochenhóhle, Cueva de Dima in Biscaya. 1873. 153. Primz Lucian Bonaptr le.—Uber die Sprache der Bas- ken, 1873. 154. Telttheilen.—Die Basken. 1874. 155. Globus.—Rechtssitten bei der basken. 1870. 156. Obdermiller.—Die Fueros der Basken und die Enstste= hung dieser Vólker. Berlin, 1874. 157. Globus.—Das Land der Basken. 1875. 158. TVebster.—Mythologie basque. 1875. 159. — M. Broca on Basque. 1875. 160. - The basque and the kelt. 1875. 161. Campion (J. S.).—On foot in Spain 0 a walk from the Bay of Biscay to the Mediterranean. Londres, 1878. 162. Chaho.—Histoire primitive des Euskariens. 1847. 163. Vinson.—Ethnographie des Basques. Revue VAnth. 1863. i 164. Chaho.—Dictionnaire Basque. Bayona 1856. 165. Bladé.—Étude sur origine des Basques. 1869. " DE HISTORIA NATURAL. i 49 166. q —Les basques et le pays basque. Pau, 1882. 167. — Premier essai de phonetique basque. Revue linguistique, 1870. 168. Bladé.—Examen critique d'un livre intitulé Ltude sur Porigine des Basques. Revue critique, 1870. 169. Hovelacque et Girard de Rialle. do de la langue basque. Assotiation pour lavancement des scien— cies. 1875. 170. Zande.—Basques et Navarrais. aa) 1878. 111. Bonaparte.—Observations sur le basque de Fontarabie d'Trun. Paris, 1878. —El Sr. Chaves leyó la nota siguiente: «Hé aquí los resultados del análisis que he practicado de una magnesita del Cortijo de Puertas, en Maro (provincia de Málaga): di Carbonato magnésico. ........ 77,1932 en 100 partes. — CAICICO eo eo 16,9000 — »Resulta, pues, como relación del carbonato magnésico al cálcico 4,667 : 1 »Como se ve por los siguientes datos del mismo analisis, e A e A, Dec NAO O 1,1800 TO E e CR 0,0750 CALA Ud O O eS a A ER 0,0333 Residuo insoluble (SiO,)...... O LO 0,0583 EE OO O A A) Indicios. MOTO: Eos ld A Doc le dle acia Indicios. A e IS A A Indicios, se trata de una magnesita rica en carbonato cálcico, probable- mente una de esas «calizas que contienen grandes cantidades de carbonato magnésico», las cuales corresponderían á una magnesita calcifera, encontrada en Itrabo por Barrois y Offret. Mémotre swr la constitution géologique du Sur d'Andalousie. »En qué relación atómica puedan encontrarse el calcio y el magnesio con los elementos isomorfos que se hallan en peque- ñiísima cantidad, no nos lo dice un analisis verificado con 15 ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXI. 4 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA eramos de mineral. Me limitaré á hacer notar que la relación atómica del carbonato magnésico, al carbonato cálcico, es de 1,8379 : 0,338 óÓ sea de 5,437 : 1 lo cual da para fórmula molecular 11 CO, Mg, 2 CO, Ca. cuyo peso molecular sería 1,124. »Dejo esto en tela de juicio, y sólo mi objeto es hacerlo notar recordando la complicación de las fórmulas que hoy se admi- ten para determinados compuestos minerales. »Esta magnesita, muy compacta y blanca, se halla en peque- ños nódulos entre las calizas, y en contacto con las pizarras muy alteradas, frecuentes en aquella localidad. »En las obras de mineralogía de Dana (1), des Cloizeaux (2) y Dufrenoy (3), no he hallado análisis semejante al de este mi- neral.» —El Sr. Bolívar leyó la nota siguiente: «Ha llegado por casualidad á mis manos uno de los tomos de la obra de Historia natural que publica la casa editoral Monta- ner y Simón, de Barcelona. Es este el cuarto de la obra y el tercero de la Zoología, y comprende el tipo de los artrópodos, á excepción de los crustáceos, y el de los moluscos. »Á juzgar por este tomo, único que conozco, sería esta obra muy recomendable si, á las excelentes condiciones materiales en que se publica, correspondiese un texto purgado de los muchos defectos que en él se notan. Forma agradable y de facil manejo, regular papel, clara impresión, grabados nume- rosos, encuadernación sólida y elegante, y por encima de todas estas condiciones una muy recomendable en libros destina o: (1) Systematic Mineralogy. (2) Traté de Minéralogie. (3) Manuel de Mineralogie. DE HISTORIA NATURAL. 51 4 popularizar la ciencia, la de una extraordinaria baratura. Pero todas estas buenas condiciones hacen sentir más que la traducción no haya sido cuando menos revisada por una per— “sona competente que, sobre las mismas pruebas de imprenta, hubiera podido corregir muchos de los lunares que la afean y la hacen desmerecer ante los ojos de las personas peritas, y como algunas de las consideraciones que me sugiere el exa— men de esta obra son aplicables á otras análogas, no creo esté «demás el exponerlas brevemente á la consideración de la So- «ciedad. »Entiendo ante todo que las obras de la índole de la que mo- tiva estas lineas, aun cuando sean traducción de otras extran- _jeras, no pueden ni deben ser copia literal de aquellas, porque se impone la corrección de cuanto no sea exacto d se haya de- mostrado no serlo en el tiempo transcurrido desde la publica «ción de la obra original hasta el día en que se hace la traduc- . (1) Tomo xx, Actas, pás. 58 á 67. 5 DE HISTORIA NATURAL. “9 yo poseo, piroxenos de dos clases, rómbico y monosimétrico, dominando aquel á éste, circunstancia que rara vez se da en las liparitas, pues el profesor Rosenbusch no cita (1) en su clá- sica obra más que algunas de Italia que contengan hiperstena - como elemento accesorio. Es muy probable que los ejemplares examinados por el Dr. Osann sean un poco más ricos en sani- “dino y cuarzo y proceda de aquí la diferencia en nuestras cali- ficaciones. En cuanto á la roca del cabezo de Ventura, al NNE. de Car- tagena, clasificada por el Dr. Osann de dacita con broncita y augita (Ueber den geologischen Bau des Cabo de Gata. Taf. XX) “y por mí también como andesita augítico-hipersténica, con— tiene cuarzo un poco más abundante que en la anterior, pero en cantidad que yo he creído no era suficiente para conside- '“rarla como una dacita. Como se ve, la diferencia estriba de igual manera en la mayor 0 menor cantidad de cuarzo, que puede ser variable de un ejemplar á otro. Las rocas de las otras localidades, islas Sugetos y Redondella en el Mar Menor y cabezo del Carmolí, al NE. de Cartagena, estudiadas por el Dr. Osann y por mí, resultan clasificadas por “.ámbos como andesitas augltico-hipersténicas. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 16 de Marzo de 418092. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —$Se leyó y aprobó el acta de la anterior. -—5Se repartió el cuaderno 3.” de los ANALES. —Se dió cuenta de un trabajo remitido á esta Sección por M. Albert A. Girard, conservador del Museo Nacional de Lisboa titulado Votice swr les Cephalopodes des cótes de "Espagne. Se acordó pasara á la Comisión de publicación. -—El Sr. Cabrera (D. Anatael) leyó el siguiente trabajo: “" (1) Mikr. Phys. der mass. Gest., 1887, pág. 534. 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Los dragos de Canarias. Numerosos son los escritos que en todo tiempo se han publicado sobre el asunto que me propongo tratar ligeramente. siendo raras las obras de Botánica, Geografía, etc., en que no se encuentren descritos más ó menos cientificamente los mons- truosos ejemplares de esta especie, que en todas épocas han llamado la atención, tanto de los hombres de ciencia como de los aficionados que han tenido ocasión de admirar estos nota- bles vegetales. Los dragos cuyo estudio interesa en gran manera, ocupan un área de'dispersión extensa, desde la parte oriental del Asia, que ha sido considerada como su cuna por Linneo, hasta el África, América y aun la quinta parte del mundo; se han desarrollado con lozanía en Europa desde el año de 1640 donde: se ha cultivado como planta de jardín. | Pero donde verdaderamente ha llamado más la atención el drago ha sido en las islas Canarias, tanto por las grandes di- mensiones que ha llegado á adquirir, como por el comercio que en épocas anteriores se hacía de los productos de exuda— ción, que eran apreciados como medicinales. El drago es un arbol comprendido en el-«grupo de las mo— nocotiledóneas, familia de las liliáceas, y entre sus distintas especies, descuella como muy notable, la que se distingue con los nombres de Dracena draco L., D. canariensis Hort., Storckia draco Crautz., etc., que es la especie asunto del presente es— tudio. ) Dracena (draco) arporea, foliis subcarnosis, apice spinoso. Murray, Syst. Vegetb. 215. Lin. Syst. Vat. 246. Liliácea gigantesca, de tronco elevado, grueso, discoideo y blando, generalmente cilíndrico, rugoso en la superficie, presentando cerca de las hojas impresiones romboidales, hue— llas dejadas por las anteriores, con varias hendiduras en el tronco y cuya corteza segrega cuando se practica una incisión en ella, un líquido blanco verdoso de sabor acre, que conden— sado en el mismo árbol, por evaporación de la parte acuosa, se torna rojo, producto conocido generalmente con el nombre de sangre de drago. | | OS El tronco, cuya elevación es variable, termina en. un copo DE HISTORIA NATURAL. 81 de largas hojas carnosas, ensiformes, abarquilladas por dentro y por fuera imbricadas, espinosas en el ápice, con una lami- nilla delgada por las orillas, con la base más ancha y de color rojo salpicadas de puntos encarnados, cuya cara anterior es romboédrica, midiendo de 40 a 70 cm. de longitud. Del centro y de la punta de cada ramillete, tanto del primitivo tronco como de los secundarios, nace la inflorescencia en forma de racimo, con flores blancas, amarillas interiormente y violáceas más Ó menos intensas en su exterior, de forma de azucena, compuesta de seis pétalos é igual número de estambres inser— tos en la parte inferior del perigonio, cuyos filamentos están engrosados hacia la mitad, siendo las anteras versátiles, de ovario trilocular pediculado, con un estilo angular y un estig- ma triífido: fruto en baya y de forma de glóbulos, trilocular, dividido por seis surcos, repartidos en tres celdillas, cada una de las cuales contiene una semilla solitaria, de corto pedúnculo, flores caedizas que se desprenden con facilidad, naciendo por lo regular de cuatro en cuatro en un mismo centro, rodeadas de otras tantas estípulas, encontrándose por la mañana cerra- das y cuando abiertas, se observa que los pétalos se hallan reunidos por las anteras: el fruto, de color verde amarillo, cambia en rojo escarlata cuando se aproxima la madurez, siendo las semillas ovoideas, y presentando en uno de sus . lados cierta concavidad. El Dracena draco L. que se encuentra extendido en las islas Canarias, y sobre todo, en la de Tenerife, donde he tenido ocasión de observar numerosos ejemplares de distintos tamaños y en diversos periodos de desarrollo, se halla ocupando la zona comprendida desde el litoral y las costas maritimas hasta los 700 m. de altitud, en donde crecen los grandes car- dones y tabaibas (Euphorbia canariensis Lin. mawritanica Lin. y balsamifera Ail.), siendo verdaderamente curioso é intere— sante observarlos cómo vegetan en los sitios inaccesibles y escarpados entre las grietas de.las rocas. Muchos son los sitios que pudiera citar donde con más fre- cuencia se encuentran los dragos; sobre todo, la parte N. de la isla desde Anaga á Taganana y en los roques de este mismo sitio donde constituye la principal vegetación, la Punta del Hidalgo, Tejina y toda la costa hasta el puerto de la Orotava, etc. Como ejemplo notable de las dimensiones colosales que ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXI. 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA puede adquirir por la edad, citaré el tan célebre y renombrado drago de la Orotava que perteneció a los Sres. Franchi. En la cima de este arbol se encontraba una meseta en la que doce personas podían comer cómodamente. | Este coloso, que sin duda alguna es entre los seres organi- zados uno de los que más larga vida haya alcanzado, fué observado en 1771 por el francés T. Ch. Borda, el cual hizo un. dibujo que más tarde publicó Humboldt; en 1795 Sir Georges Stauton le observó también y en 1799 Humboldt midió su tronco y le asignó 45 pies de circunferencia, pero esta medida fué tomada á muchos pies del suelo; poco después Le-Brum lo midió nuevamente, hallándole 74 pies de circunferencia. ñ Otra medida hecha en Mayo de 1443 le da 14m. de diámetro. La altura de este vegetal no estaba en proporción con el grueso del tronco, pues medía 5,50 m. hasta la primera ramificación y 14 m. desde este punto hasta la copa; una tempestad en 21 de Julio de 1837 destrozó parte del ramaje. M. E. O. Feuzi en 1867 escribe que el drago se encontraba en perfecto estado de vida y que su copa estaba cubierta de innumerables panículos de frutos escarlata; el formidable tronco, aunque hueco en su interior, sostenía vigorosamente la masa inmensa de sus brazos carnosos y sus hojas ensi- formes. > Del lado del poniente, había sido construida una muralla hasta un tercio de la altura del tronco, mientras que al otro lado dos tutores sostenían las ramas más altas. En la base y en derredor del tronco un espeso matorral de plantas trepado= ras le revestía confusamente, encontrándose entre ellas jazmi- -nes, heliotropos, abutilones y un almendro, todos cubiertos de flores que embalsamaban con sus aromas aquel espacio. La circunferencia del tronco del drago, en tanto que las desigualdades del terreno permitían medirla, era de 25 m., y la altura no excedía de 75 pies. Llamaba la atención ver salir de una grieta del tronco otro pequeño drago nacido en aquel sitio y que se alimentaba del árbol madre. Hoy ya no existe, pues lo destruyó en el otoño de 1864 una tempestad. A este cigante se le calculaban 6.000 años de existencia. Otros dragos notables por sus considerables dimensiones se encuentran en la misma isla, siendo los que más me han llamado la atención, el que se halla en la pintoresca villa de DE HISTORIA NATURAL. - 83 Icód , cuyo tronco al nivel del terreno mide 12 m. de circunfe- rencia y 22 de altura. Otro no menos notable es el que vegeta DRAGO DE ICOD., con lozanía en la huerta del palacio episcopal de la Laguna que no he visto, sin embargo, citado nunca, así como también 24 y ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ds el que se halla en una finca cerca de Geneto, jurisdicción de la misma ciudad. y Cuenta la tradición que los primitivos habitantes de las % Canarias rendían una especie de culto al célebre drago de la Orotava de que antes me ocupé, asi como los griegos al Olmo de Efeso. : DRAGO DE LA LAGUNA. DE HISTORIA NATURAL. 85 Diversos trozos del producto gomoso de los dragos han sido encontrados en las grutas sepulcrales, mezclados con cierta pasta que indudablemente servía para los embalsamamientos, de todo lo que puede deducirse la alta estima en que los tuvie- ron los antiguos insulares. | La sangre de drago, poco después de la conquista de estas islas, formaba un objeto de explotación bastante considerable. Hoy se distinguen con este mismo nombre otros productos muy diversos de las Indias Occidentales procedentes del Pterocarpus draco y del Croton draco Schlecht. El drasgo en Canarias no es atacado por gran número de insectos; en su corteza he recogido la Chrysomela gemina Br., Hylotrupes bajulus L. y los Lygeus militaris y equestros. Las aves no buscan estos árboles con frecuencia para des- cansar entre sus hojas y gajos; solo he observado posado en ellos el Falco tinmmunculus L., la Miliaria europea Swains, la Pe- ¿roma stulta Bp., y entre sus grietas he recogido el nido del Parus Tenenge. —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: Nuestro diligente consocio D. Anatael Cabrera ha recogido recientemente en la Laguna (Tenerife) las especies de formi- cidos que figuran á continuación: Camponotus micans Nylander. $. — Montaña de Guerra (Julio). — sylvaticus Olivier. Q. Lasius myer L. G6.—Mercedes. Plagiolepis pyymea Latr. o. Strongylognathus Huberi? Forel. d. Tetramorium cespitum L. 9 y var.? — — % var. semileve? André. Monomorúm cespitum sp? $ (ejemplar malo). Aphenogaster barbara L. $ .—Los Rodeos (Julio). — crocea André var. nov.? 9.—Montaña de Guerra (Julio). | Pheidole pallidula Nyl. O. Cremastogaster inermis Mayr. $ Q var.?—Montaña de Guerra. (Julio). - —El Sr. Calderón dió lectura á la nota bibliográfica que sigue: 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA - Última memoria del Dr. A. Osann sobre la geología del cabo de Gata (1). El distinguido explorador del cabo de Gata presenta en este trabajo una interesante exposición de conjunto de lo dicho por él en otros escritos de que he dado ya cuenta el pasado año (2), extendiendo sus generalizaciones á todo el volcanismo del mediodía de España. | Empieza por recordar que la cordillera bética forma un macizo que atraviesa las provincias andaluzas corriendo de O. 'á E. desde el estrecho de Gibraltar, alcanzando al S. de Alicante, en la provincia de Murcia, la costa oriental de la Península. Consiste en una serie de pliegues, cuyo principal doblamiento se realizó en el período terciario inferior. Recuer- da también que, como ya lo notó Suess, la región constituida por el sistema de pliegues del N. de África y la del S. de Espa- ña, ofrece una completa analogía con los Alpes, jugando la cordillera bética con respecto á la Meseta central el mismo papel que el Schwarzwald, el Vogesen y la planicie de la Bohemia con respecto á los Alpes centrales. Después de resumir lo que hasta ahora se sabe sobre la geología de la vasta región andaluza indicada, entra en el asunto concreto á que se refiere el título de su trabajo. En conjunto aparecen las rocas volcánicas por primera vez al E. de Almería desde el cabo de Gata hasta el de Palos, al oriente de Cartagena, en una extensión de cerca de 200 km. La parte de costa en que se hallan dichas rocas, está com- puesta, como ya se sabe, por los trabajos de los Sres. Botella (3) y Donayre (4), por tres formaciones perfectamente distintas, tanto geológica como orográficamente, las cuales son, yendo del interior hacia la costa, las siguientes: rocas cristalinas y paleozóicas de las sierras Alhamilla y Cabrera; rocas pliocenas y entre ellas dominando las calizas, y, por último, en la costa (1) Ueber den geologischen Bau des Cabo de Gata.— Zeitchr. d. Deutschen geolog. GesselischaJt. 1891. (2) Trabajos del Dr. Osann sobre las rocas volcánicas del cabo de Gata. ANAL. DE LA SOC. ESP. PE HisT. NAT ,ft. xIX. Actas, pág. 101. (3) Descripc. geol. y minera de las prov. de Murc'a y Albacete. Madrid, 1868. (4) Datos para una reseña fis. y geol. de la región. SE. de la prov. de Almería. /Bol. de la Com. del Map. geol., t.1v, 18,7.) - "DE HISTORIA NATURAL. 87 misma, las rocas volcánicas. Estas últimas están en contacto y relación con el pliocénico, pues aleuna supuesta erupción en la zona de las rocas antiguas no consiste en realidad en mate- riales eruptivos terciarios ni post-terciarios. Las rocas volcánicas forman, como también se sabe, tres macizos de muy distinta extensión, á modo de bandas que corren paralelas á la costa: al E. la: de la Sierra del Cabo de 25 km. de largo porsáa 6 de ancho, dividida en dos masas apro- ximadamente iguales por una gran depresión que deja al NE. á San José yal S. al Garbanzal. Esta línea separa también dos formaciones distintas, pues al mediodía de ella dominan las andesitas hornblendíferas y micáceas, mientras que al N. lo - hacen principalmente las dacitas. Salpicadas en una y otra hay manchoncillos de andesita aue/tica-—hipersténica, como acontece en la Serrata ds81 Monzul. La banda media corre al $. de la Serrata en un trayecto de 12 km. de largo por 1 de ancho y está constituida por tobas liparíticas salpicadas de dacita. Por último, el macizo más “septentrional, que es enteramente costero y pudiéramos llamar el de Carboneras, se compone de dacitas en su totalidad. Aparte de estos macizos principales, existen dentro de la provincia de Almería otros manchoncillos aislados, como el de andesita micácea del Hoyazo y los de verita del Cabezo María en los alrededores de Vera; al N. de Herrerías, Aligranas y los cabezos Alto y del Monje, de liparita y, en fin, las andesitas micáceas de la Rambla del Esparto. Después de esta ya no se encuentran rocas volcánicas hasta llegar á Mazarrón, donde forman una parte del cimiento de esta ciudad, así como los cerros de San Cristobal, Los Perules y la Javalina. El cuarto macizo volcánico de la región se encuentra junto á la ciudad de Cartagena, situado como lo describió el Sr. Bo- tella. Sus rocas son en un todo analogas a las del cabo de Gata; las andesitas hipersténicas forman el cabezo de Carmolí, la isla de Ciervos y el cerro Calnegre; liparitas de escasa biotita y con cuarzo de aspecto porfídico constituyen las islas Mayor y Perdiguera, y por último, una basanita nefelínica con otras ro- cas forman los cerros de la Tía Laura y de la Media Fanega (1). (1) El Sr. Quiroga en su estudiv sobre las Andesitas del Mar Menor y Cartagena inserto en el t. xx, Actas, pág. 58 y siguientes de estos ANALES, ha dado mayores detalles sobre la composición y estructura de estas rocas, 88 ACTAS DE LA SOCIEDAD. ESPAÑOLA Las andesitas micáceas, las dacitas y las nevaditas de la re- sión componen un grupo especial que puede definirse por los siguientes caracteres: 1.*, por la riqueza en individuos porfi- dicos, en oposición á la materia fundamental, que les da ese aspecto descrito en las nevaditas, y que hicieron las mencio- nase el Sr. Botella como traquitas graníticas; 2.*, por el predo- minio de la biotita entre los individuos porfídicos y cerca de ella subordinado en parte y en parte con carácter esencial, piroxenos monoclínico y rómbico y solo por excepción horn- blenda; 3.”, por sus feldespatos de dos especies, una consistente en plagioclasa del tamaño normal en las rocas andesiticas y otra en sanidino, en variable cantidad, en individuos que mi- den de 546 cm. y á veces con el aspecto que tiene en los gra- nitos porfídicos; 4.*, por la presencia de una abundante ma- teria fundamental vítrea, con la sola excepción de los sitios en que las atraviesan filones, como en Mazarrón y Cabezo Rojado. La cantidad de cuarzo es muy variable, pues hay algunas de estas rocas desprovistas por completo de él, en el Hoyazo y la Rambla del Esparto, por ejemplo, mientras que otras son muy cuarciferas. Todas las rocas del manchón del O. ofrecen intrusiones de otras más antiguas, y entre ellas, principalmente cordieríticas, como en el Hoyazo y en la andesita augítico-hipersténica de la isla del Mar Menor. A estas rocas cordieríticas acompañan agregados minerales, que junto al feldespato y al cuarzo, con- tienen abundante espinela, corindon y andalucita. Finalmente, pertenece á la región del cabo de Gata, consi= derada en general, la pequeña isla de Alborán, formada prin cipalmente por tobas andesitico-augiticas. En ellas se encontró un resto de briozóo (Myriozoum truncatum), algunos despojos microscópicos de litotamniados y foraminíferos. Pasa el Sr. Osann á examinar el aspecto que en conjunto ofrecen las rocas volcánicas de la región, notando que casi siempre parecen antiguas corrientes deformadas por la acción de intensas erosiones, careciendo de todos los caracteres orograficos de las erupciones modernas, como la forma de corrientes, la estructura amigdaloidea y la superficie escabro— sa. Existen tobas en el cabo de Gata, pero con caracter subor— dinado, y nunca se ven en él bombas ni /4pilis; algunas bre- chas con aspecto tobáceo son el resultado de la fragmentación DE HISTORIA NATURAL. €9 de la roca en porciones poliédricas. Yo explicaba (1) todas estas particularidades, así como la abundancia de formacio= nes columnares y otras circunstancias, por el predominio de los volcanes homogéneos sobre los estratificados en toda la región: ¡ Con esta cuestión se relaciona intimamente la debatida en punto a si existen ú no verdaderos cráteres en el cabo de Gata. El Sr. Donayre lo niega resueltamente, al paso que los anti- guos geógrafos, así como el Sr. Vilanova y yo refiriéndome á él en mi trabajo mencionado, citamos como tales cráteres, el Rincón de Marta, el Sabinar, el Cortijo de las Higueras, Ma- jada Redonda, la Cala del Monzul y el Morrón de los Genove- ses, siendo estos dos últimos, al decir del Sr. Vilanova, circos costeros incompletos que perdieron su continuidad por denu= dación marina. | Haciendo la bibliografía del otro trabajo mencionado del Sr. Osann, tuve ocasión de indicar que resultaba de sus inves- tigaciones que el famoso Morrón de los Genoveses no es sino un cerro de denudación, y otro tanto son, en sentir de este geólogo, la mayor parte de los ahora citados como supuestos cráteres. Dos colinas que se tocan, tomarán, si la denudación las aisla, una forma semicircular ó elíptica, pero no por eso podrá achacarsela un origen crateriano si no ofrece otras se— ñales de ello. Mas entre los sitios mencionados figura uno que se distin— gue por su forma extraordinariamente regular y por compo- ner una depresión cerrada casi por completo en torno, que es la Majada Redonda, al N. del Garbanzal. Una gran parte de sus muros esta constituida por tobas, circunstancia que, unida á la anterior, permite afirmar que se trata aquí de un verda— dero crater extinguido. Pasa después el autor á examinar una cuestión que ni el Sr. Donayre ni yo hablamos abordado, faltos de datos para ello: la edad relativa de las rocas volcánicas del cabo de Gata. En la Sierra del Cabo y la Serrata ha podido distinguir el Sr. Osann dos grandes grupos separados bajo el doble punto de vista de su cronología y de sus caracteres. El más antiguo (Y) Estudio petrogr. sobre las rocas volc. del cabo de Gata é isla de Ae (Bol. de la Com. del Map. geol. de España, t. Ix, 1882, pág. 6.) 90 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de ellos comprende las andesitas hornbléndicas y micáceas y las dacitas con sus tránsitos á las liparitas, así como el más. moderno está formado por las andesitas augitico-hipersténicas y las liparitas en masa, con las tobas de bimstein que las acompañan. En la distribución de ambos grupos se*marca también la diferencia de edad, pues mientras el grupo más antiguo compone la masa principal de la Sierra del Cabo, el otro domina en la línea de la costa según un sistema de fallas más moderno. A veces, como en un sitio del Cerro de las Negras, que representa en la memoria una figura esquemática, las andesitas augitico-hipersténicas atraviesan á las dacitas, mostrando asi ser más modernas que estas últimas. También lá composición petrográfica distingue á los dos grupos en cuestión; las andesitas hornbléndicas y las dacitas están por lo general altamente descompuestas y ofrecen un aspecto propilítico, al paso que las andesitas augítico-hipersté- nicas se hallan completamente frescas. Las primeras estan atravesadas por ricos filones que no existen en las segundas. Es probable que las dacitas sean más modernas que las andesitas hornbléndicas, pero esto no esta. probado suficiente— mente todavía. Tampoco se puede precisar con exactitud la edad relativa de las liparitas en masa, ni la de las andesitas augitico-hipersténicas, pues parece haber compenetraciones de unos de estos productos volcánicos en los otros. En cuanto á la edad absoluta de las rocas eruptivas del cabo de Gata, el punto de referencia estriba en sus relaciones con el plioceno que las cerca ú en que arman. Para esclarecer la cuestión, sienta el autor los siguientes hechos: 1.2 En numerosos sitios de la región se observa la penetra= ción de las rocas eruptivas al través de las capas pliocénicas. En el Garbanzal la caliza de esta edad reposa sobre la dacita. El Sr. Donayre interpretaba este y otros casos análogos por la fecha más moderna de las erupciones que la de la caliza, la cual había sido empujada por estas. Yo combati ya esta ma= nera de ver haciendo notar que «las rocas volcánicas nunca han obrado como cuñas levantando el terreno, sino que á me- nudo son ellas mismas levantadas, y por otra parte los fen3= menos de los levantamientos tienen su asiento 4 profundida— des donde no alcanzan los acontecimientos volcánicos», y asi- mismo combatía que en la estructura del Hoyazo hubiera una DE- HISTORIA NATURAL. cof prueba en favor de la teoría de los llamados cráteres de levan- tamiento (1). El Sr. Osann comprueba que nada se observa en las capas pliocénicas próximas á las rocas volcánicas parecido a elevaciones en bóveda. Asi presenta un corte de la carretera - de Vera á Almería, en el que la verita atraviesa capas pliocé— nicas inelinadas 40 6 50” sin perturbación en el contacto con la materia eruptiva, la cual atraviesa los estratos sin alterar su línea de estratificación, que se continúa invariable y con la Inisma inclinación á uno y otro lado del filón eruptivo. 2.” En algunos sitios aislados de la región, como en la Sierra del Cabo y en otros parajes, se encuentran englobados en el terciario manchoncillos de rocas volcánicas. Es muy inte- resante en este respecto una oolita pliocénica del Puerto de los Genoveses, cuyas esférulas contienen núcleos que, examina- dos en sección delgada al microscopio con suficiente aumento, consisten en individuos de plagioclasa con inclusiones vítreas, de hornblenda verde y de piroxeno rómbico, con el aspecto característico que estos minerales ofrecen en las andesitas del cabo de Gata. También contiene esta oolita fragmentos fósiles de litotamniadas. 3.7 La falta de estratificación de las tobas más antiguas hace probable reconozcan un origen subaéreo, así como las tobas andesitico-auglticas é hipersténicas de la isla de Albo- rán y las liparíticas de la Punta del Corralete (2), perfecta— mente estratificadas, deben ser de consolidación submarina. De aquí deduce el autor que las erandes masas de rocas erup- tivas de la región, y sobre todo las andesitas hornbléndicas y micáceas, así como las dacitas, son más antiguas que el pliocé- nico y de origen subaéreo y que un segundo periodo de erup- ción subsistió durante los tiempos pliocénicos, al que deben su existencia las andesitas augltico-hipersténicas y las lipa= ritas en masa. La actividad volcánica terminó en la región con la erupción de la verita del Cabezo María, mucho más moderna que los sedimentos pliocénicos sobre los cuales co-. rrió como un río de lava. ! Trata después la Memoria del Sr. Osann de los filones meta— (1) Obra citada, pág. 9. (2) La toba liparítica de la Cuesta del Barranco del Negro, que yo describí, es de origen subaéreo y está rehecha merced á acciones hidrotermales secundarias. 92 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA líferos del cabo de Gata y del Cerro Rojado al E. de Cartagena, ya dados á conocer por los trabajos de los Sres. Donayre y Bo- tella. La dirección de estos filones es en conjunto paralela á la - en que se han desarrollado las rocas eruptivas. Termina el trabajo con la consideración de que ya no per- sisten en el cabo de Gata huellas de la pasada energía volcá- nica: no hay en él manantiales calientes, fumarolas, ni mofe— tas. En cambio las fuerzas orogénicas, á las que debe su origen la cordillera Bética, actúan allí, como lo han probado los te- rremotos del S. de Andalucía, y especialmente en la parte oriental de la provincia de Almería. En definitiva, la Memoria del joven y distinguido geólogo y petrógrafo de Heidelbers está llena de doctrina y ofrece mu= cha novedad en ciertos puntos; pero no por eso están agotadas las cuestiones que ofrece al estudio la región volcánica de Gata, ni siquiera todas las que yo planteaba en mi precedente ensayo citado. Así, hallo deficiente la comparación de esta re- gión con otras análogas de España y del extranjero; el estudio de las acciones hidrotermales sobre las rocas eruptivas, que yo consideraba como la tercera fase de la actividad volcánica de Gata, y el de las influencias recíprocas de las rocas volcánicas y las paleozóicas y pizarras cristalinas que yacen bajo el ter ciario, cuestiones sobre las que ya apunté yo algo y sobre las que el Sr. Ossan, con mayores medios y superiores conoci- mientos á los míos, hubiera podido arroj ar no poca luz. | Acompañan al trabajo tres láminas muy interesantes. La primera es un mapa de conjunto de la región volcánica desde la isla de Alborán hasta los últimos manchones de la provin- cia de Murcia á través del cabo de Gata. En la segunda se de- talla la distribución de las rocas- volcánicas de Gata, distin— guiendo cada familia por un color propio. La lámina tercera comprende dos mapas como los anteriores, para mostrar la po- sición de las rocas eruptivas en los alrededores de Vera y entre Cartagena y el cabo de Palos. ' | 1 DE HISTORIA NATURAL. se 93 Sesión del 4 de Mayo de 1892, PRESIDENCIA DE DON AURELIO VÁZQUEZ FIGUEROA. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —(Juedaron admitidos como socios numerarios los señores: Blanco y Juste (D. Rafael), Jerez y Gómez del Valle (D. José), Martínez y Fernández (D. Antonio), Corrales y Hernández (D. Antonio), de Madrid, propuestos en la sesión anterior por el que suscribe. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad que se diesen las gracias de las que son donadas. | -—El Sr. Fernández Navarro leyó la nota siguiente: Excwrsión geológica por el partido de Sigúienza (Guadalajara). «Aprovechando las pasadas vacaciones de Semana Santa, y después de esperar inútilmente á que el tiempo (entonces bastante revuelto) se afirmara aleo, salimos de Madrid el día 13 del mes próximo pasado, á las siete y cinco de la mañana en el tren mixto de Zaragoza, el Sr. D. Francisco Quiroga, mi querido profesor, y los Sres. Hernández Martínez, Sanchez Navarro, Blanco, Barras, Jerez, Martínez, Alegre, Gandía y el que suscribe, todos alumnos del Museo, excepto el Sr. Gandía, que lo es de la Escuela de Ingenieros de Caminos. »Durante el trayecto del ferrocarril, todo él recorrido por terreno terciario, pudimos observar primeramente las sierras de Ayllón y Riaza, coronadas de abundantes nieves, lo mismo que el pico de Ocejón, alturas todas situadas á la izquierda de la vía; el último pico, perfectamente visado desde Humanes. Entre este último punto y Espinosa, y á la derecha del ferro- carril, se encuentra la unión de los rios Sorbe y Henares, afluente el primero del segundo, y que á la sazón acusaban perfectamente los terrenos que atraviesan (silúrico y triásico 94 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA. respectivamente), en lo claras de las aguas de aquel y lo rojas de las de éste. De la misma manera acusaban su procedencia todos los afluentes del Henares, entre los cuales es el más importante el Aliendre, que pasa por la vía entre Espinosa y Jadraque. »A las once y media llegamos á la estación de Baides, en cuyo pueblo hicimos alto para almorzar, saliendo ya á pie por la vía férrea para recorrer el trayecto que media hasta Si- coúenza. Aunque el estado atmosférico que desde nuestra salida de Madrid había ido empeorando, se resolvió en lluvia y era— nizo que llegaron á molestarnos bastante, los 18 kilómetros que hubimos de recorrer se hicieron sumamente breves, gra— cias á la relativa variedad de terrenos que tuvimos ocasión de ver y gracias también á lo hermoso del paisaje que la vía ofrece y del cual puede dar idea el dato de que tuviéramos que atravesar dos pequeños túneles y diez y siete puentes: también contribuía á este objeto la vegetación abundante, si: bien aleún tanto retrasada con relación a los alrededores de Madrid. EA »Desde Baides hasta el final del kilómetro 130 el terreno es terciario, estando principalmente constituído por gonfolitas á que hacen muy notables las geodas que presentan, tapizadas de cristales de caliza, algunos de los cuales llegan á adquirir gran tamaño, dejando reconocer perfectamente las caras de varios romboedros y un escalenoedro. Sobre estas gonfolitas y las arcillas, vienen numerosos estratos de caliza, sensible mente horizontales. | »El final del kilómetro 130, bien merece recorrerse con al- guna calma, por las diferentes curiosidades que presenta. El viajero puede observar la vista de primer orden que ofrece la entrada del túnel, por cuya boca pasa el Henares bajo un ligero puente de hierro y el fenómeno de nacer una fuente en el lecho mismo del rió y bajo las aguas de este. En cuanto al v'eólogo, lo primero que fija su atención es el levantamiento de las calizas que buzan al OSO. á la entrada y al NO. á la salida. Aquí está el contacto del terreno terciario con el cretá- ceo que después se ha de recorrer, contacto perfectamente determinado. ! »Las calizas anteadas que constituyen el cretáceo en sú principio, con el buzamiento indicado, presentan un anticlinal DE HISTORIA NATURAL. . ) 95 por buzar luego normalmente, pero á una distancia de 1C0 a 150 m., aparece el primer buzamiento, formándose por consecuencia un sinclinal; por él se abre paso el río He- nares. y »En las dos primeras trincheras del kilómetro 133, consti- tuldas por margas y caliza de un color bastante morado, en— contramos aleunos fósiles, en general mal conservados, entre los que pudieron, sin embargo, reconocerse la 0. ulyssiponen— $15, O. columba, y moldes de bivalvos inclasificables. »En el kilómetro 134 se abandona el cretáceo para entrar en el trías, yendo el primero sobre el segundo. Ya se recorre el resto del camino, que son unos » 6 6 kilómetros, dentro de este terreno cuyos minerales característicos recogimos en abundancia frente á Moratilla de Henares (kilómetro 135). Los mejores ejemplares recogidos en este punto fueron los arago— nitos y yesos rojos y verdes, sin que encontráramos tan abun- dantes los cuarzos hematoideos, tal vez por lo que dificultó su recolección la persistente lluvia que convertía aquellas arcillas rojas en barrizal, punto menos que imposible de explorar. »A las seis de la tarde llegamos á Sigúenza, donde después de visitar la antiquísima catedral, un viaducto de edad tam- bién indudablemente considerable, la alameda y la parte alta de la población, curiosa por el carácter primitivo que conserva, dimos á nuestras fuerzas la reparación necesaria para la jor— nada del día siguiente. »Empezó esta a las siete de la mañana saliendo de Sigúenza por la carretera que va á Barbatona, que bien pronto abandce- namos para subir la elevada meseta que conduce al camino de Pelegrina. Hubiera sido nuestro deseo ver lo que en la localidad llaman el pozo del petróleo, que está en el prado de San Pedro á la salida del pueblo, pero no lo hicimos por saber que no se encuentran en él las areniscas impregnadas de nafta que eran el principal objeto de nuestra curiosidad; estas are— niscas afloran en un cerro situado á la izquierda de la carre— tera, y como el visitarlas nos hubiera separado ale: ún tanto de nuestro camino, renunciamos a ello bien á pesar nuestro. -—»Desde la cumbre de la meseta y mirando hacia Sigúenza. se ven las arcillas triásicas sobre las calizas de la misma edad, estas últimas forman un anticlinal que las aguas han aprove— chado para excavar un barranco. Marchamos por esta meseta 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA hacia el SE. hasta llegar al borde, hallando en ella el contacto del triásico con el jurásico. | ] »Forman este terreno unas calizas compactas, de fractura concoidea y color gris, llenas de dendritas negras y que llevan algunos fósiles; su buzamiento es S. 15” E. y la inclinación de 45”. Poco más adelante se encuentra la fábrica de cerámica «El Acierto» (todavía en construcción), á la cual rodean arcillas y areniscas llenas de fósiles que los naturales del país llaman palomitas y pichones, según estén ó no estriadas. Un abun- dante yacimiento de dichos fósiles, que nos enseñó uno de los operarios, está situado a unos 200 m. al SSE. de la fábrica y sobre un pequeño montículo; en él recogimos la R/hynconella tetraedra y las Terebratula uni y subpunctata, las tres ca- racteristicas del lias. »Más adelante, al bajar á Pelegrina, las calizas jurásicas buzan al NNO. Es notable la vista del paisaje en este punto desde el cual se domina el valle de aspecto agreste por cuyo fondo corre el río Dulce; ocupa el centro del valle el pintoresco pueblecillo que está situado sobre una colina sumamente es—- trecha en su base, cuya cúspide ocupan las ruinas de un anti- guo castillo que amenaza venirse sobre Pelegrina en no muy lejana fecha. »Desde el pueblo se ve á su vez una cascada, que si no es notable por su gran caudal de agua, lo es en cambio por su altura que no bajara de 50 m.; llaman á esta cascada la Peña de Sancho; el agua llega á la parte inferior completamente pulverizada y se oye su ruido desde el pueblo, á pesar de que la distancia no bajará de 500 m. »En Pelegrina hicimos alto para almorzar antes de dirigir nos río abajo hacia Mandayona. El río corre al mismo pie del cerro en que está situado el pueblo y antes de abandonar éste nos dirigimos un rato en sentido contrario de la corriente para contemplar los enormes peñascos en que está abierto el cauce, de caprichosas formas y extraordinaria altura. Este paisaje se repite varias veces hasta entrar en el valle de Mandayona. »Antes de llegar al pueblo más próximo, La Cabrera, tuvimos que vadear el río. Poco más adelante, ya casi en este pueble— cito, está el paso del jurásico que veníamos recorriendo, al cre- táceo; en este punto el buzamiento es $. unos grados E. »A la salida de La Cabrera tuvimos ocasión de observar un DE HISTORIA NATURAL. 91 curioso ejemplo de la influencia que la vegetación puede ejer- cer en la desagregación de las rocas; un pedazo de piedra de forma casi cúbica, de unos 3 m. de lado, completamente hen- dido desde la base por el tronco de un arbol nacido en una de sus junturas. Más adelante se encuentran unas areniscas ama- rillentas, poco coherentes, con algo de mica, cuyo buzamiento es casi exactamente al N. Por toda la orilla del río pudimos coger abundantes calizas incrustadas, de lo cual habíamos visto también ejemplares el día anterior en el Henares. »Pasamos después por el caserío y fabrica de papel de Los Heros, y á las tres de la tarde llegábamos 4 Aragosa, en cuyo punto las calizas buzan al S. con una inclinación de 45”. A la salida del pueblo forma el río una bonita cascada, y casi en seguida se encuentra el contacto del cretáceo con el terciario, que ya no abandonamos en el resto de la excursión. »Llegamos 4 Mandayona á las cuatro y media de la tarde, haciendo alto en la casa de la Mina á la entrada del pueblo, desde donde nos dirigimos a visitar la hermosa fábrica de pa- pel que posee D. Juan Sastre, á cuyo señor me complazco en dar desde aquí las más expresivas gracias por su acogida afec- tuosísima y por las molestias que hubo de tomarse para hacer- nos ver la importancia del centro fabril que con envidiable constancia ha logrado formar. »La lluvia torrencial con que al llegar á este punto tuvo a bien obsequiarnos la atmósfera, fué causa de que decidiéramos cambiar el itinerario que á nuestra salida de Madrid nos habia- mos formado, y del cual era parte una visita á la estación pre- histórica de Argecilla. »Dedicamos la mañana del tercer día á visitar la gruta de estalactitas que en la localidad llaman «La Cueva de la Moza», situada en término de Algora. Esta cueva, muy deteriorada por los visitantes, no presenta verdaderamente mucho de par- ticular, como no sea lo difícil de la entrada. Está situada al N. 70" E. de la casa de la Mina, y de ella salimos á las nueve y media de la mañana para llegar á Mandayona a las once. »Por la tarde salimos de la casa á la una para recorrer con toda calma los 10 km. que separan dicho punto de Matillas, en donde pensábamos tomar el tren de vuelta de Madrid; pero no fué sin que antes nos diera una nueva prueba de su amabili— dad D. Juan Sastre, ofreciéndonos su coche particular para ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXI. 7 93 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA evitarnos la incomodidad de la lluvia, que aunque no muy co- piosa, no nos abandonó un momento en todo el camino. »A las cuatro estabamos en Matillas, y á las cinco menos cuarto saliamos en el tren, llegando á Madrid á las diez de la noche del día 15. ; »Los terrenos vistos han sido por el orden en que los hemos recorrido, los siguientes: terciario, cretáceo, triásico, jurásico cretáceo y terciario. Las altitudes tomadas, las del adjunto cuadro y el material recogido, además de las rocas y minera- les, fósiles nUMmEerosos. Cuadro de altitudes (1). SOBRE SOBRE el el andén de la| nivel del estación. mar. Metros. El Andén de la estación del Mediodía (Madrid)...... » 620,00 Baides (estación del ferrocarril)...........o..... 12,19 632,19 Contacto del terciario con el cretáceo (km. 130)..| 332,85 952,85 Estación de SISUEOZA ie Uri ido 407,24 |'1.027,24 Brado de San Bedro (SiSuenzal oe ea 398,78 | 1.018,78 Meseta del camino de Sigiienza á Pelegrina. ....| 597,13 | 1.217,13 En la fábrica de cerámica «El Acierto» (Pelegrina)| 472,84 | 1.092,84 Eelestina ada orMade no On 375,00 995,00 basGabreras nuness opel. od 35t11 | 971 Í' Cueva de la Moza (á la entrada)..........o.o.... 492,42 | 1.042,42 Camino á la cueva (en lo más altod............. 449,59 | 1.069,59 Íl Casa de la Mina (Manda on OSLO 883,49 —El Sr. Quiroga leyó la nota siguiente: Gnews y diadasa del valle de Miñor (Pontevedra). «El gneis del valle de Miñor, en la provincia de Pontevedra, corresponde a dos variedades diferentes en edad y composi- ción; el que desde Bayona y cabo Sillero se extiende por todo el macizo de la Grova es más antiguo que el que constituye la (1) Calculadas sin reducir * 0% las alturas barométricas por el método de Grassi. -— DE HISTORIA NATURAL. 45) cumbre de Monte Galiñeiro; aquel contiene micas y este anfi- boles sodiferos. »El primero, casi vertical, pero con ligero buzamiento en Bayona hacia el E., y en la Grova al ENE., á consecuencia de la inflexión que hace en su dirección, se mete por debajo de las pizarras en Belesar, y por tanto, también por debajo del eneis amfibólico de Galiñeiro, al cual es paralelo. Es una roca esencialmente feldespática y egranitoidea, tanto por su textura como por las formas redondeadas que afecta al descomponerse bajo la acción de la atmosfera. Sin embargo, no es glandular, porque todos sus elementos tienen aproximadamente el mismo tamaño, y aun á veces toman una disposición lenticular, y entonces aparece entre ellos aleún que otro granate, al paso que otras se carga de mica sin perder por eso su textura gra- nitoidea ni convertirse en verdadero gneis micáceo, tránsito á las micacitas. La falta de glándulas feldespáticas, la presencia del granate en algunas de estas rocas y en otras de una supe- rabundancia de mica, me inclinan á considerar estos gneis, juntamente con el de Galiñeiro, como representantes en este valle del horizonte medio del arcáico, tal como lo ha estable- cido el Sr. Macpherson, quien ha hecho notar también (1) que el gneis simplemente micáceo es la roca de este horizonte que domina en el SO. de Galicia. »Todos ellos tienen dos micas, negra y blanca, en tanta can- tidad una como otra, y en esto concuerdan con los gneis mi- caceos de Galicia descritos por el Sr. Macpherson (2), siendo la primera la que constituye nidos y lentejillas formados por la asociación de laminitas pequeñas, mientras que la segunda está en hojuelas mayores y esparcidas por toda la masa, exis—- tiendo á veces en el seno y al lado de algunas de las agrupa— ciones de la negra. Los elementos mineralógicos son los mis- mos en los más granitoideos, excepción hecha del granate, que en los francamente eneísicos ú pizarrosos. En todos el feldes— pato asimétrico dominante es la microclina, siendo la oligo- clasa sumamente rara, y una de sus principales diferencias estriba en su textura, que mientras en los primeros es casi francamente granítica, no existiendo orientación de sus ele— (1) Suc. estrat. de los terr. arc. de España, pág. 10%. (2) Lvid., pág. 103. 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mentos, en los segundos alternan las masas lenticulares cons- tituidas por grandes individuos con las formadas por los me- nudos. Además, el gneis más granitoideo tiene la ortosa que forma grandes elementos más alterada que la del más piza= rroso, y aquel es más rico en apatito y zircón que éste. Estos dos minerales son los más antiguos en estas rocas, pues los prismas y agujas de apatito atraviesan los feldespatos y cuar= zos, y los zircones se hallan en uno y otro mineral. »La ortosa en ninguno de ellos conserva sus contornos, sino que los tiene corroidos y es muy raro que se halle maclada según la ley de Karlsbad. El cuarzo en todos ellos es rico en series de inclusiones fluidas, algunas de las cuales poseen una burbuja que se mueve algo. El cuarzo de los gneis pizarrosos contiene más granillos de zircón que el de los granitoideos. »De las dos micas, la negra es muy oscura, pardo—rojiza en luz natural, de apariencia uniáxica en luz convergente, y en aleunos puntos se ha transformado en una clorita turbia, de muy escasa polarización cromática, que va unida á masas gra- nulares de magnetita. La blanca está asociada á la negra ó en láminas perdidas entre los otros elementos. El valor del án- oulo aparente de sus ejes ópticos oscila entre 50% y 55”. »Atraviesan el gneis de la Grova, en dirección N.-S. 0 incli- nandose pocos grados al O., algunos escasos filoncillos de peg- matita, a veces bastante alterada y frecuentemente rica en moscovita plateada, en que 2E = 53” y el plano de sus ejes ópticos paralelo a4 (010), que suele ir acompañada de unas masas de clorita relativamente dura y de escasa acción en luz polarizada. | »En la pequeña península de Santa Marta, llamada Punta del Burgo en el mapa de Fontán, debajo de la ermita y á la orilla del mar, á través de este gneis aflora una diabasa en - dirección, al parecer, próximamente de N. á S. y con 2 m. de espesor. Cerca de ella, y á través por tanto del mismo gneis eranitoideo, corre un filoncillo de cuarzo de un decímetro de espesor en dirección N. 20” O., y formando por consiguiente un pequeño ángulo con la dirección de la diabasa. Esta se halla dividida en el yacimiento mismo en grandes masas esfé- ricas que se rompen en casquetes sucesivos y concéntricos hasta llegar á un nódulo elipsoidal que tiene de 8 á 10 cm. de eje mayor, en el cual la roca se halla perfectamente fresca. Es DE HISTORIA NATURAL. E 101 una piedra de color gris verdoso oscuro de estructura eristali- na, reconociéndose los prismas feldespáticos muy vítreos y a veces algo teñidos de verde por una materia clorítica y peque- ñas masas laminares de brillo metaloideo, dialágico, pertene- cientes á la augita; es todo lo que llega á verse con la lente. Mediante el microscopio se reconocen en sus secciones delga— das labrador, augita, olivino, magnetita y apatito como ele- mentos primarios, y serpentina, clorita, biotita y magnetita como derivados de los anteriores. »El labrador de esta roca es bellísimo por su buen estado de conservación y gran desarrollo de sus individuos. Casi todos son polisintéticos y maclados según la ley de la albita, hallán- dose sin embargo aleunas maclas formadas de dos cristales únicamente. Está bien caracterizado por la limpieza de la línea de separación de los individuos que constituyen las maclas, la desigualdad de estos, el valor de su ángulo de ex- tinción que gira en las maclas simétricas alrededor de 30%, mientras que el formado por las extinciones de dos individuos contiguos de una misma macla oscila entre 60* y 68%. Los in-— dividuos de las maclas simétricas son todos negativos. Produc- tos aciculares, verdosos, de naturaleza clorítica, existen en su masa como elementos de infiltración realizada por los planos de combinación y las grietas y fracturas. En el centro de un oran cristal de labrador existe una masa formada por clorita, biotita y magnetita, y laminillas de biotita esparcidas á su alrededor por los planos de composición de la macla. Son evi- dentemente minerales deutogenos, derivados de aleún indivi- duo de piroxeno. No contiene este mineral más inclusiones dignas de mención. »La augita de esta roca es exclusivamente alotriomoría, mostrando aleunas de sus masas la exfoliación prismática. propia de este mineral y un ligero pleocroismo que varía de eris verdoso a violáceo. Su color en luz natural es amarillento violáceo mas claro en el borde de algunas masas. Con frecuen- cia va rodeado de clorita verde, hojuelas de biotita parda y eranillos menudos de magnetita, minerales todos hijos de su evolución y que en algunos sitios ocupan ellos solos el sitio de antiguos granos de augita. La clorita que contiene el labra- dor se ha producido en esta transformación del piroxeno infil- trándose en la masa feldespática por los planos de combinación 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de sus maclas y grietas y líneas de fractura. No he hallado en esta roca maclas de este mineral. »Esta diabasa es bastante rica en olivino que conserva regu- larmente sus contornos cristalinos á pesar de que se halla muy transformado, algunos individuos totalmente, en serpentina y magmnetita. Por lo demás posee todas sus propiedades bien marcadas y su reconocimiento es perfectamente fácil. Su transformación comienza, como casi siempre sucede en este mineral, por los bordes 6 superficies exteriores que se cargan de serpentina y granillos de magnetita, corriéndose luego por las grietas que ofrece. »La magnetita primitiva forma individuos grandes no muy. regulares ni abundantes. Más frecuentes son en esta diabasa largas agujas de apatito que atraviesan todos los otros.elemen- tos. No he hallado en ella ni esfena ni ilmenita tan frecuentes en otras diabasas. | »La clorita está formada de laminillas y fibritas irregulares y confusamente asociadas de color verde, pleocroismo que va del verde algo azulado al amarillo-verdoso y polarización cro— mática débil y en los tonos azules; el ácido clorhídrico la ataca descomponiéndola casi totalmente. La serpentina, que deriva. del olivino, tiene menos color, y éste es más amarillento que la clorita, pero en cambio brilla algo más entre los nicoles. cruzados. »El Sr. Macpherson ha dado á conocer otra diabasa de Gali- cia, de las cercanías de Santa Marta de Ortigueira (1), que tiene bastante relación con la que acabo de describir, siendo también labradórica como ella, pero no tan cristalina acaso como la del valle de Miñor, á juzgar por la tendencia de su feldespato 4 formar microlitos que indica el Sr. Macpherson. Tampoco la de Santa Marta de Ortigueira contiene olivino, que: abunda en la del valle de Miñor según he dicho antes.» (1) Apuntes petrograjicos de Galicia. AN. DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT , tomo X, pig. 3l: DE HISTORIA NATURAL. 103 SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 20 de Mayo de 1892. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón presentó á la Sección un trabajo escrito para nuestra Sociedad por el eminente Dr. C. A. Westerlund, de Ronneby, Suecia, titulado: Faunula Molluscorum Hispa— lensis. S dE Este importante escrito, realizado con ayuda de los ejempla- ' res que el Sr. Calderón había recogido en la provincia de Se- villa y que en consulta le fué remitiendo sucesivamente, com- prende un total de 125 especies, de las cuales hay nada menos que 20 nuevas. i Ejemplares de casi todas ellas, más otras varias que por haber sido recogidas fuera de la provincia, aunque en Andalucía no figuran en el catálogo en cuestión, existen en la colección del país del Museo de la Universidad de Sevilla. Y ya que de este asunto trataba, recordó el Sr. Calderón que figura en dicho catálogo una concha cuyo género no había : sido aun citado de España y cuya especie es nueva y la des cribe en él el Sr. Westerlund : el Buliminus (Mastus) beticus. Añadió que él la había recogido en Alcalá de Guadaira y con relativa abundancia, llamándole ahora la atención que hubiera pasado desapercibida hasta aquí una forma tan bella y nada pequeña. Creía el Sr. Calderón haber dado esta noticia con otras tratando de alguna excursión á dicho punto ó a los alre— dores de Sevilla, donde también recogió un ejemplar muerto de la especie en cuestión, denominándola Buliminus pupa Brug, que es la más afine, y vive en el Mediodía de Italia, Sicilia y Grecia; pero ignorando que no hubiese sido mencio— nada de España no había dado al hallazgo la. importancia que tiene. - Terminó diciendo que el último é importante trabajo de D. Joaquin González Hidalgo permite ya, por lo que se refiere 104 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA a los moluscos marinos, saber con certeza todo lo conocido de España, y que así podrá en lo sucesivo el Sr. Calderón dar noticia de especies no citadas de Andalucía que figuran en las colecciones de la Universidad por él formadas. —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: Formicidos de Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real). «Nuestro diligente y activo consocio D. José María de la Fuente, presbítero en la localidad que encabeza esta nota, ha tenido la bondad de recoger y enviarme buen número de hi- menópteros de aquella comarca, de los cuales he podido estu— diar hasta hoy los ejemplares referentes al grupo de los for mícidos, entre los que he observado, aparte de las especies co- munes en Andalucía y que allí abundan también visiblemen- te, algunas otras de verdadero interés, como lo demuestra la adjunta lista. | »Conocidas como son ya en esta Sociedad las excepcionales condiciones que adornan al Sr. La Fuente como habil recolec— tor, creo que pronto podremos apreciar sus trabajos entomoló- gicos, que según mis noticias han de ser ciertamente intere- santes. Asimismo deseo hacer público mi agradecimiento - hacia dicho señor por su exquisita amabilidad para conmigo, dandose la molestia de abandonar sus estudios lepidopteroló— gicos, para recoger los himenópteros que ha tenido la galan— tería de enviarme. Camponotus micans Nyl. Y — cruentatus Latr. $ — sylvaticus Ol. $ — — var. cognatus Smith. $ — . Foreli Emery. $ | == sp? y (ejemplar sin antenas). Myrmecocystus viaticus Fabr. Y + albicans Roger. Q — — var. viaticoides André. $ — sp? y” (ejemplar malo). -Formica fusca L. % — rufibarbis Fabr. $ — subrufa Roger. 4 DE HISTORIA NATURAL. 105 Lastus myer L. 80 Y — flavus De Geer. Y Plagiolepis pyymea Latr. $ Tapinoma erraticum Latr. 99 Y — — var. migerrimum.Nyl. $0 Tetramorium coespitum L. $ Q y Myrmica rugulosa Nyl. $ Aphenogaster barbara L. 99 y — rufo-testacea Foerst. Q — siriola Roger. $ = subterranea Latr. Q e pallida Nyl. $ = testaceo-pilosa Lucas Y y — — var. Fuentet nov. »Color más claro que en el tipo, de un pardo amarillento en el tórax, antenas, mandíbulas, mejillas y primer artejo de los tarsos; un poco más oscuro en el resto de la cabeza y patas asi como en el abdomen; espinas del metanoto cortas, agudas y casi horizontales. Todo el insecto mate y erizado de largos pelos blancos. Longitud 6 milímetros. »De esta interesante variedad nueva solo he recibido un ejemplar del Sr. La Fuente, á quien la dedico gustoso. Pheidole pallidula Nyl. $ 2 0 y Solenopsis fugaz Latr. y” — sp? $ Cremastogaster scutellaris Ol. $Q y — — var. Aubert Emery. Y — sordidula Nyl. $ »Conforme vaya estudiando los ejemplares de himenópteros pertenecientes á otras familias, comunicaré los datos á la Sección.» —El Sr. Calderón dió cuenta de un trabajo del Dr. Federico Sacco, titulado: L'4ge des formations ophiolitiques recentes, in— serto en el Boletín de la Sociedad belga de Geología, haciendo aleunas observaciones sobre el mismo. Notó que coincide el autor exactamente con los puntos de Ss 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA vista que él había sostenido anteriormente (1) sobre el origen de las rocas ofíticas, que ambos suponen obra de fenómenos. termo-químicos, que obraron sobre una especie de pasta ba— rrosa constituida especialmente por silicatos magnesianos á temperatura bastante alta y bajo presión debida principal— mente según el profesor Sacco, á verificarse en regiones sub= marinas bastante profundas, y según el Sr. Calderón á las acciones Orogénicas. ; | Donde disentía completamente de la sinada del atea de Turín era en punto á la edad supuesta cretácea por éste de las ' ofitas y de los fenómenos epigénicos de Andalucía, pues repe— tidas veces había mencionado los fósiles caracteristicos del - eoceno medio que presenta cerca de Morón la caliza super— puesta á las arcillas abigarradas con ofitas. En la Andalucía baja el cretáceo sólo existe en algún paraje, pero alcanzando una importancia muy escasa. En todo caso, ni las ofitas ni los - fenómenos epigénicos que las acompañan son, en sentir del Sr. Calderón, patrimonio de ningún terreno determinado, sino» que se han producido hacia el fin del terciario y durante el . cuaternario donde quiera que las capas han ofrecido el con junto de circunstancias necesario para ellas, y donde han obrado con mayor energia los agentes OTOYSéNICOS. Sesión del 41. de Junio de 1892. PRESIDENCIA DE DON LAUREANO PEREZ ARCAS. —Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los señores Ramón y Cajal (D. Ramón), de Madrid, propuesto por el Sr. Martínez y Sáez, y Calandre y Lizana (D. Luís), de Cartagena, y Acosta (D. Juan), de La Unión (Murcia), propuestos por el Sr. Jiménez de Cisneros. (1) CALDERÓN: La region épigenique de l'Andalousie et origine de ses ophites. (Bull. - de la Soc. geol. de France, 3.2 serie, t. xv11, 1838.) DE HISTORIA NATURAL. 107 —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad que se diesen las gracias á los donantes de las regaladas. —El Sr. Presidente dió las gracias á la Sociedad por el cargo que le había conferido aprovechando la circunstancia de ser aquella la primera sesión que presidía desde su elección para la presidencia por segunda vez. —HEl Sr. Secretario presentó el cuaderno adicional del tomo xx de los ANALES, correspondiente al año pasado, dando cuenta de su contenido y de las causas del retraso que ha ha- bido en su aparición. —El Sr. Bolivar propuso á la Sociedad que se enviase un ejemplar de este tomo á S. A. el Principe de Mónaco, que había tenido con la Sociedad la atención de enviar clichés de los aparatos del dragado y captura de seres marinos empleados en su yacht /“Hirondelle, y con los que se han obtenido tan nota- bles resultados, para que fuesen publicados en los ANALES, proposición que aceptaron por unanimidad los socios presen= tes, quedando acordado que así se hiciese. : —El Sr. Ramón y Cajal presentó un trabajo notable acerca de la estructura de la retina de algunos peces, dando cuenta de los brillantes resultados que en él se consignan, no tan solo verbalmente, sino también mediante esquemas y dibujos en el encerado. La Sociedad acordó que este trabajo pasase á la Comisión de publicación. —El Sr. Quiroga leyó la nota siguiente: «Gneis de glaucofán de Monte Faliñerro, en el valle de Miñor (Pontevedra). »El Monte Galiñeiro, que se eleva á 690 metros sobre el nivel del mar, limita por el E. juntamente con el San Julián, el ri- sueño valle de Miñor en la provincia de Pontevedra, separán— dolo del de L'Ouro. El granito de dos micas constituye la ma- yoría de su masa, sobre el cual yace en la cumbre misma un oneis anfibólico, de color amarillento rosado y grano fino, que buza hacia el ESE. y desciende por el lado oriental del macizo,. formando una ladera bastante tendida. »A primera vista llama ya la atención el gran parecido de este material con el gneis de glaucofan de las cercanías de 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Vigo, y especialmente el de la Virgen de la Guía, dado á co- nocer por el Sr. Macpherson (1), y el estudio micrográfico de sus secciones comprueba la estrecha relación que existe entre los materiales de ambas localidades. Además, el macizo de Monte Galiñeiro está colocado exactamente al S. del promon- torio de la Guía, constituyendo entrambos una misma diviso= ria de aguas con la dirección N.-S., lo cual explica la continui- dad posible de dicho material desde la Guía, en las orillas de - la ría de Vigo hasta Galiñeiro, concluyendo en el granito del Monte de San Julián, inmediatamente al S. de aquel macizo. No he recorrido tal divisoria desde Galiñeiro á la Guía, para poder asegurar que el gneis anfibólico no sufre aleuna inte= rrupción. | »Esta roca produce por fracturación natural grandes masas paralelepipédicas. »El parecido del de Galiñeiro con las variedades amarillento- rojizas de la Guía es tan grande, que sólo viendo juntos ejem- plares de ambas procedencias pueden distinguirse, y aun en— tonces con alguna dificultad. El de Galiñeiro es un poquito más rojizo y coherente que el de la Guía y algo más gnelsico, menos granitoideo. El estudio con el microscopio de sus sec— ciones delgadas muestra que está constituido por los siguien— tes elementos; ortosa, oligoclasa, microclina, anfibol, titanita y cuarzo. No he hallado en las preparaciones de esta roca agu- Jas de apatito tan abundantes en los eneis micáceos de la Gro- va, sobre todo en los menos granitoideos. Tampoco existe este mineral en los de glaucofan de Vigo. | »La ortosa es sencilla, irregular y existe principalmente bajo la forma de grandes individuos, por más que también la hay en pequeños granos entre el cuarzo menudo. Lo más notable que en él he visto ha sido que aleunos fragmentos de los ma= _yores de este feldespato encierran prismitas de glaucofán. »Oligoclasa existe poca en estos gnels, en granos no muy grandes, maclados según la ley de la albita, y la microclina abunda, perfectamente caracterizada, y constituyendo a veces individuos tan grandes como los mayores de la ortosa. ] ' E (1) Apuntes petrog. de Galicia, AN. DE LA Soc. ESP. DE HIST. NAT., X.12.—84Cesión . estratigrájica de los terrenos arcaicos de España, ÁN. DE LA Soc. ESP. DE HisT. NAT. x11, 109. | DE HISTORIA NATURAL. 109 »A diferencia del gneis de los alrededores de Vigo, en el de Galiñeiro existen dos anfiboles, uno con el pleocroismo del olaucofan, y otro verde amarillento apenas pleocroico; las ex- tinciones del primero forman ángulos que no pasan de 5” con las estrías de su exfoliación prismática, mientras que en el segundo este ángulo alcanza un valor máximo de 8” 30'. El escaso valor de estos angulos en minerales tan absorbentes y coloreados, hace que en muchos individuos, tanto de una como de otra forma de anfibol, haya que determinarlos mediante la placa de M. Bertrand. Se diferencian también en su estructu— ra, pues mientras el glaucofán la tiene marcadamente lami- nar, origen del aspecto estalactitiforme y corroído de sus ma= sas, el anfibol verde que le acompaña recuerda por su compa- cidad, redondeamiento de sus granos, coloración en parte y débil pleocroismo, los individuos de diópsido de las piroxeni- tas y calizas arcáicas. Mediante un electro-imán puesto en acción por cuatro elementos eran modelo de bicromato, se se- paran perfectamente estos minerales anfibólicos de los demás que forman parte de la misma roca. Ensayándolos por el pro- cedimiento de Boricky muestran tener sodio en abundancia, además del magnesio, y si se descomponen por el ácido fiuor— hídrico, al cual no dejan de resistirse, y mejor aún atacándo- los con fluoruro amónico y ácido sulfúrico, en los sulfatos re— sultantes se reconocen facilmente -por las reacciones microquí- micas y las ordinarias el hierro, la alúmina, sosa y magnesia. No queda, pues, duda de que ambos son anfiboles aluminico- sódicos ferriferos, constituyendo el anfibol verde amarillento una forma intermedia 6 de transito del glaucofán á la horn- blenda ordinaria. : »Respecto del glaucofan nada nuevo tengo que añadir á lo que ha dicho el Sr. Macpherson en su trabajo ya citado sobre este mineral en los eneis de Vigo. En luz refleja muestran sus eranos aislados un color negro azulado como la magnetita. »El anfibol verde-amarillento está formando también lente- jillas delgadas y largas como el glaucofán, y muchas veces mezclado con éste; su color es verde-amarillento como he dicho ya, y su pleocroismo débil, n =verde ligeramente azulado, y n_ =verde-amarillento; su absorción es tan grande, que cuan- do el eje e coincide con el plano de vibración del polarizador, está completamente extinguido. Á primera vista sus secciones 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA recuerdan los piroxenos no aluminosos por la posición de sus ejes de elasticidad, igual á la del glaucofán , y la presencia de la alúmina le distingue de estos minerales. »Tanto el glaucofáan como este otro anfibol constituyen 1 in- clusiones en los Cuarzos y aun en las ortosas de esta roca, lo cual demuestra que deben ser estos elementos coloreados an- teriores á los incoloros. »Al lado de estos, siendo por tanto tan antiguo como ellos por lo menos, existen en el gneis de Galiñeiro agrupaciones irregulares de granitos cuneiformes de titanita; mineral que no cita el Sr. Macpherson en el gneis de Vigo, ni yo he visto - tampoco en las preparaciones que de él tengo. »El cuarzó forma individuos homogéneos lenticulares, ya pequeños granos que cementan á todos los otros elementos y - parecen ser el mineral últimamente diferenciado. Contienen como inclusiones prismitas, laminillas y granos de los anfibo- : les, y con mucha frecuencia cristalillos redondeados de zircón. »Por lo dicho se ve que el gneis anfibólico de la cumbre del Galiñeiro está por su facies y composición íntimamente rela= cionado con el de los alrededores de Vigo, del cual debe ser una prolongación hacia el S., pues las pequeñas diferencias de composición que le separan del de esta localidad, como son la presencia del anfibol verde-amarillento y la titanita y la carencia de biotita, no son de gran importancia.» Sesión del 6 de Julio de 1892. PRESIDENCIA DE DON MÁXIMO LAGUNA. —Leída el acta de la anterior fué aprobada. —Asiste el Sr. Boscá, de Valencia. —El Sr. Secretario dió cuenta de una carta del secretario de S. A. $5. el Principe de Mónaco, dando las gracias á la Sociedad en nombre de S. A. por el regalo del tomo xx de los ANALES que la Sociedad acordó hacerle, á causa de figurar en él la lá- mina que el Principe había regalado á la Sociedad, y de una carta del profesor O. Penzig invitando a la Sociedad á ser re— presentada en el próximo Congreso botánico internacional que tendrá lugar en Génova en los primeros días del próximo mes DE HISTORIA NATURAL. 111 de Septiembre, acompañada del programa que ha de regir las sesiones de dicho certamen. —El Sr. Boscá presentó varios ejemplares de la Spongilla _fluviatilis, recogidos en la Albufera de Valencia, notables por su gran desarrollo, añadiendo que existía también esta especie en las aguas del río Turia, aunque no alcanzaba tamaño tan considerable. Mostró. igualmente individuos del gusano S1pun- culus Mudus, recogidos en la costa á donde habían sido arroja dos por un temporal, y otros varios ejemplares de huevos de lija y raya, y varios individuos del Mus tectorum, ratas arbé- reas que constituyen una verdadera calamidad en el jardín botánico de Valencia, otros diversos del Vespertilio pipistrellus, allí muy abundante, etc.; y dió algunas noticias acerca de las expediciones que llevó a cabo por los alrededores de aquella Capital acompañando al distinguido botánico Sr. Dieck. —El Sr. Bolívar dijo que el Sr. Dieck, que antes se había de- dicado á la entomologia y pertenecido á nuestra Sociedad, se consagraba ahora al estudio y recolección de las plantas arbóú- reas y leñosas, de las cuales tenía un jardín notable en Zoes— chen (Merseburg), y que le había prometido para la Sociedad una lista de las plantas que recogió en la Serranía de Cuenca, donde había encontrado especies sumamente curiosas. -- —El Sr. Quiroga presentó y dió cuenta de un trabajo suyo, titulado: Minerales del viaje al Pacifico verificado de 1862 d 1865 por una Comisión de naturalistas enviada por el Gobierno espa— fol, que pasó a la Comisión de publicación. —El Sr. Secretario leyó la nota siguiente remitida por el Sr. Pau, de Segorbe: | Ligeras indicaciones sobre las plantas colectadas en España (años 1890 y 1891) por los Sres. Porta y Rigo. «Notables son los descubrimientos hechos por dichos botáni- cos tiroleses, hasta el punto de darnos un género nuevo para la ciencia dedicado á Huter. No vamos á presentar un examen detenido de todos sus trabajos, esto lo hará naturalista de ma- yores conocimientos. »Ahora, tengo que suplicar á los exploradores austriacos que no vean en estos apuntes otra cosa que mi amor a la ciencia: no me lleva animosidad ni idea aleuna de contradecirles; basta 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que escribo estas notas sin revisar mi herbario. Dejo este estu- dio para el sexto fasciculo de mis Votas botánicas. »Las plantas colectadas en el año 1890 fueron enumeradas en un folleto titulado Vegetabilia 4 DD. Porta et Rigo in itinere Iberico austromeridionali lecta, y publicados por el Sr. Porta en la Academia Roveretana, año 1891. »Aquí noto ciertamente un error de pluma, pues creo que dicho naturalista quiso escribir austro-orientali y nO 4ustrome- ridionalt. | : »Thymus Porte Freyn, n. sp., 1891, ex sect. Pseudo-(hymbra. »Es planta curiosísima por carecer de las hojas florales, al igual de las especies de esta sección, por lo que deberá crearse una subsección aparte, si, como temo, no resulta esta especie nueva una forma híbrida entre el 7%. hirtus y Th. vulgaris, con el 7%. Funkit. »Dejaándose llevar por su aspecto, dirlase tener delante el Th. vulgaris, por lo que me atrevo 4 formular la especie pro= puesta por el Sr. Freyn, Thymus vulgari X FPunkis. »El Sr. Rouy, creo que en la página 78 de sus Kzxcursiones botánicas por España, insertas en la Revue des Sciencies Natu— relles (1882-1883), pues yo debo decir que no conozco tal obra, nos da un 7%. paradoxus, y dice: « Hibrido del 7. Funkit Coss. y T. Zygis L. Un solo pie en medio de sus padres.» »Facil sería que el Sr. Freyn no haya dado nombre nuevo a planta anteriormente conocida. La resolución de este problema, queda a resolver por el Sr. Rouy, que es el único conocedor de su descubrimiento. »En resumen: la especie propuesta por el Sr. Freyn no es más que un hibrido. | »Thymelea thesioides Endl. Esta es la verdadera 7/%. pudes— cens Loscos, con la que el Sr. Rouy ha creado innecesariamente una variedad aragonensis Rouy. Este vegetal se extiende por toda la región montañosa de Teruel, descendiendo á Valencia por Peñagolosa, Cirat, Sierra de Espadán y Sacañet. De todas estas localidades la poseo y no encuentro notabilidad alguna que haga necesaria la teoría propuesta por el Sr. Rouy. »Th. mtida Endl. La 7%. segobricensis Pau le es sumamente parecida; concedo que no sea especie diferente buena, en el modo que hoy tengo que considerar la botánica sistemática, pero no tengo por dichosa la unión propuesta por el Sr. Vill— » La DE HISTORIA NATURAL. 113 komm en la exsiccata de mi amigo Reverchon. Las corolas de la planta segorbina son doble mayores: las muestras dadas por los botánicos austriacos, apenas asoman sus corolas por encima de sus hojas amontonadas, y las de Segorbe dominan larga- mente los haces foliares: es una forma /ongijflora. »Ulex recurvatus Willk. En otra parte tengo dada mi opinión de que esta especie es un sinónimo del Y. parviflorus Pour. »Teucrium dentatum Port. et Rigo. No es más que una forma del 7. Webbianum Boiss., ya citado por el Sr. Willkomm en la página 473 del tomo 1 del Prodomus Fl. Hisp. Véase el apén- dice final á la descripción del 7. Webbiamum Boiss. »El Sr. Reverchon publica este año otro 7. dentatum Port. et Rigo ex Willkomm, que de ninguna manera es igual a la planta repartida por sus autores y que tengo delante. »Tengo por cierto que no se sabe dónde comienza el 7. Web- biamun y dónde termina el 7. Chamedrys L. »En el tiempo que pertenecía á la escuela analítica también propuse el 7. albarracinense á expensas del 7. Chamedrys; pero hoy tengo a todas estas formas como variaciones del tipo y nada más. Termino advirtiendo que el Sr. Reverchon hubie- ra sido más exacto publicando la planta de mi país bajo 7”. al- barracinense Pau, que no bajo Teucrium dentatum Port. et Rigo que de ninguna manera lo parece. r¿Sideritis biflora Porta et Rigo. —£S. Tragoriganum Lag. su—- dente Freyn? ex auct. cit.!— S. Tragoriganum Lag. £ var. ez mea sententia. »Nuestro insigne paisano emplea una descripción exacta de esta especie, que cuadra en las muestras dadas por los señores Porta y Rigo: no hay más inconveniente para la inteligencia de su diagnosis el empleo de extrorswm, vocablo latino no usado en la lengua clásica, y que sólo por su oposición á retrorsum pue- de conjeturarse que significa extremum. En efecto: leyendo foliis linearibus «extremum» latioribus, se hace evidente la identidad de la especie propuesta por los naturalistas tiroleses con la especie de Lagasca; pero no el tipo, sino la variedad £ verticillis distincias. »sazifraga latepetiolata Wilk. —La muestra de los señores Porta y Rigo no lleva tan anchos los segmentos calicinales como la colectada en Santa María, y que poseo también proce- dente del herbario del Sr. J. Vetter. (Es la S. Cotyledon Cav.) ACTAS DE LA SOC. ESP. —XXlo 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Rosmarinus laxiftorus De Noe.—Ya he dicho en otro o que esta especie es R. oficinalis L. »Reutera procumbens Boiss.—Pimpinella procumbens Pau, cat. esp. ined. »R. gracilis Boiss.—P. gracilis Pau, 1d., 1d. »Lathyrus elegans Porta et Rigo (1891), ad interim.—L. Tre- molsiamus Pau, nom. ant. (Not. bot., fasc. 4, pag. 29.) »Hieraciuón beticum Arvez et Rev.—No quisiera equivocar- me; mas parece que esta forma vegetal puede pertenecer á mi 4. javalambrense (Not. dot., tomo 11, pág. 22, 1889). Con todo, téngase presente que el 4. aragonense Sch. es muy va= riable. | »Iberis latealata Porta et Rigo.—/. sarxatilis L., var. macro- carpa Mihi. »Las hojas superiores no son siempre más anchas; veo mues- tras que las llevan iguales á las inferiores por su anchura. »Hedysarum humile L., 6 major Lge.—Es el H. peduncu— lare Cav. »BErodium cheilantiafolium Boiss.—En Aragon y Valencia se encuentra una forma afine de ésta y dada con el mismo nombre por el difunto Loscos y por mí, que la tenso en mi herbario bajo Eroduwm celtibericum Pau (sp. nov.!). El primer naturalista que habló de esta planta fué Cavanilles, que la encontró en la cumbre de Peñagolosa y continúa todavía existiendo en este sitio, pues la. colectamos este verano pasado. En estos tiempos la descubrió por primera vez el Sr. Cura de las Parras de Mar- tin, nuestro amigo D. Antonio Badal, siendo determinada por Loscos con el signo de admiración, según la etiqueta que lleva la planta procedente del herbario que dejó nuestro compañero a su fallecimiento. Posteriormente la vimos abundar en Jaya- lambre. | »Sus hojas son parecidas á las del X. cheilantifolium, pero no son acorazonadas en la base, sino oblongas y adelgazadas; los pedúnculos son glandulosos, sépalos mayores y con los pétalos róseos y venosos. »Diantivus hispanicus Asso.—En un mismo pliego llegan pies pertenecientes á esta especie y al D. Anticarius Bss. et R$. »NOTA BENE. Tengo mis razones para dudar de que la plan- ta de Asso pertenezca con seguridad al D. hispanicus auct. Si algún día me ocupo de la monografía publicada por el señor DE HISTORIA NATURAL. ¡DN N. Willians, de Brentford (Inglaterra), procuraré explanar lo que aquí sólo indico. | : »D. bradianthms Boiss., « montana Wi1llk.—Las muestras re- cibidas contienen algún pie del D. hispanicus Asso. »Centaurea Boissieri, forma tenmuiloda Freyn (non DC.) —El Sr. Freyn la asimila á la O. Boissier? DC., en mi opinion equi- vocadamente. Paréceme más bien una forma híbrida, quizas resultado de un cruzamiento entre la (. imcana y C. prostrata. »Yo la tengo por especie desconocida y la propongo bajo Centawrea Mongo?, del monte Mongó, donde fué colectada. »Biscutella stenophylla Duf.; B. montana Cav.; B. lara Bss.— Lo mismo estas especies que la B. Pyrenaica Huet, las tengo por formas de la B. /evigata L. »Arenaria valentina Boiss.—El Sr. Willkomm me dijo que estaba equivocado al suponer yo que esta especie no era más que una forma de la 4. ¿mtricata Duf. Confieso mi ceguedad: insisto en lo mismo y fácil es comprobar ó no mi opinión en vista de las dos formas más extremas de la 4. ¿imtricata Dulf., - que he publicado en la Flora selecta exsiccata de Magnier, y las muestras repartidas por los Sres. Porta y Rigo. »A cer Italum 8 Franatense Bss. —Esta variedad la tengo por especie buena y diferente del 4. /talum. Véase las figuras de las alas en los aquenios y déjese la forma y vestidura de las hojas. - | »Habita también esta especie al N. del reino valenciano, en la Sierra de Pina, y no creo que haya sido advertida su exis- tencia hasta hoy, fuera de Granada; pero esta planta valencia- na difiere ligeramente de la andaluza, diferencia que la indico admitiendo una forma valentina del A. Franatense Boiss.» —El Sr. Quiroga leyó la nota que sigue: Anomalias ópticas de la blenda en Picos de Europa. «Habiendo leido en una nota en que M. Mallard da cuenta en el Bull. de la Soc. franc. de Min., t. xiv, pág. 302 de la memoria acerca de anomalías ópticas publicada en Leipzig el año 1891 por el Dr. R. Brauns, que la blenda se hace anómala de un modo permanente por una acción mecánica cualquiera, se me ocurrió observar láminas de exfoliación de ejemplares de esta especie, procedentes de Picos de Europa. En efecto, 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA todos ellos aparecen iluminados en luz. paralela entre los nicoles cruzados en aquellos puntos donde han recibido un orolpe, por cuya razón es imposible obtener por exfoliación, si esta se realiza por aquel medio, una lámina que se muestre isótropa en toda su extensión; todas dejan paso a la luz alre— dedor del punto por donde sufrieron la acción que las separó de la masa. »Como muestra de la facilidad con que se deforma el elipsoide óptico de la blenda bajo la menor presión, basta apretar lige— ramente la punta de un alfiler contra la superficie de una lámina de exfoliación, en una región de ella en que todavía se muestre isótropa. Observandola en luz polarizada paralela entre los nicoles cruzados, se percibe con toda claridad una luminosidad cruciforme de caracter positivo alrededor del punto en que se ha pinchado; y si se comprimió con alguna fuerza el alfiler, se desarrolla además una figura de percusión igual a la de la sal común, es decir, una estrella de cuatro radios dispuestos según los ejes de simetría binaria, que coinciden con los cruceros de la blenda.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 10 de Junio de 18929. PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —$Se repartió el cuaderno adicional del tomo xx de los ANALES. : —El Sr. Secretario manifestó que el Sr. Gonzalez Fragoso figuraría en lo sucesivo en las listas de la Sociedad como socio agregado. —Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. González Fragoso presentó varias plantas de esta provincia recogidas por él, entre las cuales merecen citarse por no haber sido mencionadas de Sevilla el Orodanche spe- ciosa D. C., el Ranunculus trilobus Desf. y una especie de Zu- phorbia que no ha podido determinar por no hallarse en fructi- DE HISTORIA NATURAL. 117 ficación, pero que probablemente corresponderá á una especie no citada del país. | —El Sr. Medina leyó la siguiente nota bibliográfica: Loi de Vossification des os longs.—Loti de la position des centres nerveuzx, par Alexis Julien. «El distinguido profesor libre de Anatomia en París, M. A. Julien, acaba de dar cuenta á la Academia de Ciencias (1) de la vecina República, de sus dos últimos trabajos, que luego ha reunido en un interesante folleto. »Tiempo hace que los anatómicos más eminentes han tra- tado de buscar una ley á la que obedeciera la aparición del primer punto epifisario de los huesos largos, y 4 pesar de los esfuerzos realizados en este sentido por Serres, Bévanel, Sappey y Picqué, la verdad es que sus leyes no han sido acep- tadas, pues siempre las invalidaban importantes excepciones. El Sr. Julien ha buscado una fórmula nueva que la expresa diciendo: «el primer punto epifisario de un hueso largo, aparece siempre en su extremidad mas importante desde el punto de vista Juncional.» »Esta ley cuya exactitud se comprueba tanto en los huesos diepifisarios como en los monoepifisarios, la estima el profesor Julien como un caso especial de la ley de la subordinación del órgano dá la función, que puede ser formulada así: «no Nay Función sin órgano, pero el órgano está siempre subordinado d la Función.» ; »Para demostrar la importancia de la ley descubierta por dicho anatómico, bastará á mi propósito con hacer notar que no solamente es cierta en cuanto se relaciona con los huesos del hombre, sino que es sin duda igualmente verdadera para todos los huesos largos de los otros vertebrados. »Otra ley nueva que nos hace conocer M. Julien es la re- ferente á la posición de los centros nerviosos, que expresa del modo siguiente: «existe una relación constante y DIRECTA entre la posición de los principales centros nerviosos y la de los principales órganos sensoriales y locomotores.» Esta ley aplicable (1) Sesiones del 11 y 25 de Abril de 1€92. 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA a todo el reino animal, se comprueba si nos fijamos en que la posición de los centros nerviosos en los Radiados es ventral como los principales óreanos sensoriales y locomotores; en los Anélidos y Moluscos es dorsal como los principales óreanos sensoriales y ventral como los óreanos locomotores; en los ver- tebrados es dorsal, como lo son también los órganos sensoriales y locomotores. » Hoy que el análisis de los fenómenos naturales lo invade todo, es realmente transcendental un estudio sintético como el de que acabamos de dar cuenta y por tanto merece plácemes el bien meditado trabajo del Sr. Alexis Julien y no he de ser yo el último en otorgarle mi modesto aplauso.» —El Sr. Calderón presentó un pequeño objeto de cobre anti- guo, cubierto de una capa de carbonato y de oxídulo y dió algunas noticias sobre los caracteres y origen de este segundo Cuerpo. | «El objeto, indeterminable por su forma, pudiera haber sido un clavo. Me fué donado por mi discípulo Sr. Guisado, el cual le obtuvo á su vez del que lo halló en una excavación practi- cada en la plaza de la Paja, de esta ciudad de Sevilla, con objeto de construir un edificio. Le acompañaban restos huma- nos y otros de cerámica, entre ellos una gran tinaja, que se creen árabes. El supuesto clavo se hallaba enterrado á una profundidad de dos metros en un suelo húmedo y entre dos paredones 0 Muros espesos. »La superficie del objeto está cubierta uniformemente de una capa relativamente espesa de carbonato verde de cobre, pero debajo de ella aparece otra eranudo-cristalina de protóxido de cobre con todos los caracteres y aspecto de la cuprita natural. Este curioso hallazgo es el que motiva la presentación del objeto como una importante inducción de la vía por la cual se ha formado el mineral en cuestión en los yacimientos. »No es nuevo el hecho de la transformación al cabo de un periodo de tiempo considerable del cobre metálico en protóxido cristalizado. Sog'e le ha encontrado en una estatua descubierta en 1766 en la Saona y Demeste en un pie de caballo de bronce hallado en Lyon; pero sin embargo, la nueva comprobación * que ofrece el ejemplar de Sevilla, merece consignarse como un dato más sobre la misma cuestión. »Artificialmente se produce la cuprita por procedimientos DE HISTORIA NATURAL. 119 diversos, tanto de vía seca como de vía húmeda; mas nineuno es analogo al que se ha realizado aquí, en el que el tiempo ha . sido un factor tan necesario como el aire y la humedad. Por su virtud de un modo muy lento se ha ido operando una serie de transformaciones que han ido cambiando el cobre, en cobre oxidado, este en cobre oxidado hidratado y por último en carbonato. En semejante proceso ha debido intervenir el anhidrido carbónico, favoreciendo primero la oxidación del cobre y luego combinándose con el óxido y formando el carbo- nato que constituye la capa ú zona más externa del objeto en cuestión». —El mismo Sr. Calderón presentó y dió cuenta de una memoria de nuestro consocio el Sr. D. José Macpherson, titu— lada Contribution a U'étude des mouvements moleculatres dans les roches solides, publicada en el Boletín de la Sociedad belga de geología. Añadió que el simple enunciado del trabajo bastaba para declarar su importancia y que tan transcendental tesis quedaba completamente probada por medio de ejemplos prác- ticos de preparaciones que se encuentran descritas y repre- sentadas en la memoria en cuestión. De ellas deduce en defi- nitiva el Sr. Macpherson que pueden realizarse movimientos moleculares de la mayor importancia y modificaciones de estructura en las rocas, si no sólidas, al menos en un estado de plasticidad en nada comparable con el propio de una verda- dera fusión, y que en las mismas rocas sedimentarias pueden operarse cambios análogos bajo la influencia de las fuerzas orogénicas. | , Sesión del 3 de Agosto de 1892. PRESIDENCIA DE DON AURELIO VÁZQUEZ FIGUEROA. —Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de haber recibido noticia de la recepción de los AwxaALkEs: del Secretario de la Institución Smithsoniana; del Director del Museo de Zoología comparada de Cambridge, Mass., U. S.; del Bibliotecario del Museo Teyler de Harlem, y del Secretario de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. Dió también cuenta de haber recibido una 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA carta del socio Sr. Selys Longchamps, de Lieja, dando las gra- cias por la que la Sociedad envió á la entomológica de Bélgica con motivo de festejar esta Sociedad al referido naturalista por entrar en su octogésimo aniversario; una comunicación del Secretario del Vatwrwissenschaftlichen Vercin fir Steirmark tn Graz, pidiendo cambio de sus publicaciones con los ANALES, y acerca de la que la Sociedad acordó que pasase á la Comisión de publicación, y, por último, un programa de la sesión que ha de celebrar en Aix-les-Thermes (Ariége) el 24 de Agosto de este año, la Sociedad francesa de Botánica. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad que se diesen las gracias de las que son do- nativos. —El Sr. Fernández Navarro leyó la nota siguiente: Los cuarzos y calcedonias de Euanabacoa (isla de Cuba). «La lectura de los artículos publicados por el Dr. Vidal y Ca- reta, catedrático de Paleontología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Habana, que han aparecido en los nú- meros 304 y 314 de la Cronica científica de Barcelona, con los nombres de Calcedonia cúbica de Guanabacoa y de Cubaita y Guanabaguita después, en los cuales establece su autor el di- morfismo del cuarzo y la forma cúbica del de aquella locali- dad, sin que en su trabajo figure medida eo ni estudio óptico de dichos cristales, me han decidido á investigar su forma y caracteres Ópticos, empleando para ello los ejemplares que desde muy antiguo existen en el Museo de Madrid, y que constituyen material suficiente para el objeto, en el que se hallan muestras exactamente iguales á las representadas en las láminas que acompañan á la Memoria que sobre este asun- to ha publicado en la Habana, como tesis de doctorado, el se— ñor Herrera y Orué, igualmente sin dato alguno acerca de la medida y estudio óptico de estos cristales, pero confirmando la clasificación y nombre de Guanabaguita, que les ha dado el profesor Sr. Vidal y Careta. | »Doce medidas que he llevado á cabo con el soHtómtetEb de Wollaston sobre cristales de la variedad transparente, han os- cilado entre los 90? y 90? 30', dando un ángulo medio de 90* 7' que se diferencia bastante del de 94* 15” que es del cuarzo, di- AS DE HISTORIA NATURAL. 121 ferencia que no tengo otra causa á que atribuir sino á la im- perfección de los pequeños cristales, que únicamente he podi- do destacar de la masa general para someterlos á la medición. La superficie de estos cristales no está en un solo plano, sino que es muy quebrada. El resultado de estas medidas parecería confirmar la opinión del Sr. Vidal, si el estudio de sus propie— dades ópticas no se opusiera en absoluto á esta hipótesis. En efecto, observando en luz polarizada convergente una sección de ellos normal al eje, que á primera vista me pareció ser el ternario, vi con toda claridad la figura de interferencia que caracteriza á los romboedros del cuarzo, é igual resultado he sabido que obtuvo el Sr. Macpherson en secciones hechas en cristales de esta misma procedencia y naturaleza. No cabe, pues, duda alguna de que los cristales transparentes del cuar- zo de Guanabacoa, de facies cúbica, son verdaderos rom-— boedros. »Otras doce medidas efectuadas con el mismo instrumento sobre cristales de cuarzo de Guanabacoa, también de facies cúbica, pero de aspecto calcedonioso, han oscilado entre 88” 54" y 90* 13", dando un valor medio de 89* 4”. Tampoco estos cris- tales tienen una superficie bien unida. Si se estudian en luz polarizada, tanto paralela como convergente, secciones delga- “das hechas a través de ellos en diversas direcciones, en ningu- na llega á encontrarse la figura de interferencia y demás pro- piedades ópticas del cuarzo, sino las de la calcedonia. Todas poseen idéntica estructura, formando zonas diversas en que se suceden las diferentes capas, muy esferolíticas las más, uni- formes otras y fibrosas algunas. Con frecuencia también se encuentran entre estas capas de calcedonia algunas de cuarzo eranulítico y aun Ccuarzos zonares, como sucede en la calcedo- nia azul de Madeyar-Lapos (Transilvania), que también posee aspecto cúbico, y de la cual he preparado una placa. No cabe duda, pues, que los cristales de facies exaédrica y aspecto cal- cedonioso de Guanabacoa son verdaderamente pseudomoórficos, y acaso pudieran serlo de los cristales transparentes, de verda- dero cuarzo, que se hallan en la misma localidad. »El Sr. Vidal establece la siguiente teoría para explicar la génesis de los cuarzos y calcedonias de Guanabacoa, que no creo que concuerda con los caracteres y asociaciones de los ejemplares que describen, tanto este señor profesor como su 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA discípulo el Sr. Herrera, en su Memoria del doctorado. Dice en su primer artículo el Sr. Vidal, que «la sílice en estado de »fusión en la materia incandescente cristalizó en prismas y en »cubos al enfriarse por su contacto con el medio ambiente.» Basta pasar la vista por los ejemplares figurados en la Memo- ria del Sr. Herrera y los que existen en el Museo, para com- prender que aquella perfecta disposición en capas concéntri- cas y aquella sucesión de sustancias diversas acusan un origen exclusivamente ácueo, origen que está confirmado por la pre- sencia en algunos ejemplares de una gruesa capa de dolomía dispuesta en fibras radiantes, mineral que no mencionan los Sres. Vidal y Herrera, no obstante que debe existir en algu- nos de los ejemplares presentados en la Memoria del último de dichos señores, por ser iguales á los que la contienen de los que hay en el Museo. Acaso es la sustancia que el Sr. Vidal llama «Cuarzo en prisma» en el párrafo antes citado. »Con anterioridad á las publicaciones de los señores Vidal y Herrera, dijo en 1880 el Sr. Salteraín en su Descripción fisica y geológica de las jurisdicciones de la Habana y Cuanabacoa, pu= blicada en el Boletin de la Comistón del Mapa geológico de Es paña, tomo vir, lo que sigue. En la pág. 3: «Son muy impor- »tantes estas colinas por la gran variedad mineralógica de sus »rocas dioriticas y serpentínicas, así como también por la »abundancia y belleza de los ejemplares de cuarzo cristalizado »y estalactítico y calcedonia pseudomorfica de forma cúbica.» En la pág. 55 de su trabajo, dice el Sr. Salterain: «No de otra »manera tampoco, sino por disolución del ácido silícico libre »por aguas cargadas de acido carbónico y su sucesiva precipi- »tación, se explican las cristalizaciones de cuarzo, el cuarzo »estalactítico y las capas incrustantes y concéntricas que exis- »ten en esta formación serpentínica y con mucha abundancia, »en una loma sobre el río Caira, junto á la carretera que va de »Guanabacoa al poblado de Santa Fe. En ella se encuentra »también la calcedonia pseudomórfica en perfectos cubos, de »la que figuran preciosos ejemplares en el gabinete de los Pa= »dres Escolapios de Guanabacoa; y es curioso observar en al- »g unos ejemplares estalactoides un depósito de cristales acicu- »lares de caliza dolomítica, dispuestos en capas concéntricas, »formando como la envolvente del cuarzo, con el que alterna . »después la caliza en cristales microscópicos, y á veces consti DE HISTORIA "NATURAL. 193 »tuyendo centros, alrededor de lós que se ha depositado el »cuarzo en circulos perfectos.» »Excuso decir, para terminar, que estoy mucho más confor— me con la explicación del origen de estos cuarzos que da el Sr. Salteraín, que con la que expone el Sr. Vidal, cuya Memo- ria, así como la de su discípulo el Sr. Herrera, es sensible que no aporten dato aleuno positivo y concreto acerca de los cuar— ZOS y calcedonias tan bellos é interesantes de Guanabacoa.» Sesión del 7 de Septiembre de 1892, PRESIDENCIA DE DON MÁXIMO LAGUNA. Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. En ausencia de los señores Secretario y Vicesecretario, el Sr. Hernández (D. Carlos) dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del profesor Dr. C. Berg, diciendo haber sucedido en el cargo de Director del Museo Nacional de Buenos-Aires, al profesor Hermann Burmeister, por fallecimiento de éste. Del Sr. Presidente de la Societas pro Fauna et Flora Fennie, solicitando la admisión de dicha Sociedad como corresponsal, y proponiendo el cambio de publicaciones. —El Sr. Secretario dió lectura á la nota siguiente enviada por su autor Sr. Pau, de Segorbe (Castellón). Localidades de las provincias de Castellón y Teruel, donde encontre la ofita. Segorbe. Por la extensión con que se presenta merece ci— tarse esta localidad la primera. Al Sur y Occidente de la po- blación se extiende en una faja estrecha, desde la Cruz de media legua hasta frente el pinar de San Juan, que tira cuanto menos una legua. No forma en toda esta región mas que un . pequeño montículo en San Julián. En los alrededores septentrionales y orientales también se encuentra al descubierto, pero en brotes insignificantes. Cirat. El pueblo está edificado sobre esta roca, que se ex- 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tiende desde antes de llegar al pueblo hasta el lecho del río Mijares. Alcudia. Salida del pueblo en el mismo camino. Villahermosa. En el monte de entrada al pueblo viniendo de Zucaira. Villahermosa está situado al pie de Peñagolosa. Manzanera. No existe con seguridad en toda la provincia, ni en la de Castellón, una cadena de cerrillos formados por esta roca como se encuentra en las cercanias de Manzanera. En sus faldas yesosas está construido el cementerio. y Camarena. Manchas insignificantes acá y acullá, pero ca— mino de la fuente medicinal, aparece en una extensión no- table. Sarrión. «Alto de Blesa», á unos 1.700 m. de altura. La in- dicación está citada sin llevar aneroide, y la región pertenecen a los altos de Javalambre. Arcos. Laderas del nacimiento del río; escasa. —El mismo Sr. Secretario leyó también las Actas de la Sec= ción de Sevilla que van á continuación, y presentó la siguiente lista por encargo del Sr. Bolívar: Lista de la colección de crustáceos de España y Portugal del Museo de Historia Natural de Madrid. «Hace algunos años que por los profesores encargados de las secciones de Zoografía en este Museo se atiende con prefe- rente interés a la formación de colecciones de animales de la Península, por considerar, aparte de la necesidad de estas co— lecciones y de su grande utilidad para toda clase de estudios zoológicos, que han de contribuir en gran manera á dar impor- tancia al Establecimiento ante los naturalistas extranjeros, ya que jamás podamos aspirar á competir con los Museos de otros países por la riqueza de las restantes colecciones, cuya forma- ción requiere gastos que no consiente la modesta consignación de que el nuestro disfruta. | »A la demostración de lo expuesto va encaminada la publica- ción de la lista de las especies que forman hoy la colección de crustáceos de España y Portugal (1), cuyo número se aproxima (1) Hace unos cuantos años apenas llegaban á una docena las especies de crustá- ceos de España que existían en las colecciones del Museo. DE HISTORIA NATURAL. 125 a 300, con gran copia de datos é indicaciones en su mayoria inéditos y nuevos sobre la distribución geográfica de cada una de ellas; colección que se debe casi por completo á la buena voluntad y entusiasmo científico de no escaso número de per- sonas cuyos nombres se indican á continuación de los datos por ellas aportados, y al interés que por la misma ha demos- trado el Director del Museo, D. Miguel Maisterra, que ha faci- litado los medios necesarios para su conveniente instalación y ordenado algunas adquisiciones que han contribuido al más rapido acrecentamiento de la misma (1). De su importancia y del interés que encierra ya esta colección, que aún puede con- siderarse en vías de formación, son buena prueba los trabajos que sobre la totalidad ó parte de ella han publicado los seño— res De Buen (2), Richard (3) y Dollfus (4), y el estudio que sobre los anfípodos ha hecho M. Chevreux, no siendo menor la uti- lidad que presta desde hace algunos años á la enseñanza, por emplearse sus numerosos duplicados para la instrucción y aprendizaje de los alumnos del Museo. »Proponiéndome utilizar esta colección para escribir una sinopsis de los crustáceos de la Peninsula que facilite el estu— dio de los mismos, me atrevo á esperar que los numerosos na- turalistas que hasta ahora me han favorecido con sus comuni- caciones no dejarán de hacerlo en lo sucesivo, y que dirigirán sus investigaciones sobre los erupos más descuidados hasta ahora, como son los entomostráceos, y principalmente los ma- rinos, sobre cuya recolección les recordaré las indicaciones que he publicado en estos mismos ANALES (acta de Enero de 1890), y también los isópodos terrestres, que con tanta facili- dad pueden recogerse, y que á pesar del muy completo catá- logo del Sr. Dollfus, aún deben reservarnos no pocas sorpresas, por ser varias las regiones que no han sido exploradas con este objeto 6 que lo han sido de una manera imperfecta. (1) Por este medio se han obtenido varios lotes procedentes de las recolecciones hechas en Figueira da Foz, Gijón y Guetaria, por D. Maximino Sanz de Diego. (2) Materiales para la fauna carcinológica de España. (ANALES DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., t. xv, 1888.) (3) Entomostraces nouwveauz ou peu connus. (Bulletin de la Société z00logique de Fran- ce, £. x111, 1888,) a (4) Catalogue raisonne des isopodes terrestres de "Espagne. (ANALES DB LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., Serie 11, t. 1 (xxD), 1892.) 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Podoftalmos (Podophihalmata). _Stenorhynchus longirostris Fabr. Valencia (Gogorza); Cádiz (Paz y Membiela, regalado E D. L. Pérez Arcas); Figueira da Foz (Sanz de Diego). Stenorhynchus phalangium Penn. Mahón (Rodríguez); Barcelona (Delás); Cádiz (Bolívar); Guetaria (Sanz). Acheeus Cranchii Leach. Barcelona (Antiga). Inachus scorpio Fabr. Mahón (Rodríguez); Barcelona (Delás, Hoyos); Ferrol (De Buen). Inachus thoracicus R0uz. Mahón (Rodriguez); Barcelona (Antiga); Valencia (González Linares); Figueira da Foz (Sanz). Inachus dorynchus Leach. Ferrol (De Buen), Santander (Delgrás) Guetaria (Sanz). Herbstia condyliata Her0st. Barcelona (Ant1ga) Guetaria (Sanz). Pisa tetraodon Penn. Cadaques (Antiya); Barcelona (Delás); San Vicente de la Barquera (G. Linares); Guetaria (Sanz). Pisa Gibsi Leach. Mahón (Rodríguez); Valencia (G. Linares); Guetaria (Sanz). Lissa chiragra Herúst. | Menorca (Cardona, Rodriguez). Maja squinado Rond. | Valencia (G. Linares); Figueira da Foz (Sanz); Gijón (Sanz); Santan- der (Delgrás); Guetaria (Sanz). : Maja verrucosa M. Edw. Barcelona (Antiga, Vila). Acanthonyx lunulatus Latr. Barcelona (Antiga); Valencia (Boscd); Cádiz (Paz, o por D. Lau- reano Pérez Arcas). - Lambrus Massena R04uz. Mahón (Rodríguez); Barcelona (Antiga). Lambrus angulifrons Latr. Barcelona (Vila, Hoyos, Antiga). Cancer pagurus LL. : Cudillero (Corral y Lastra, regalado por D, L. Pérez Arcas); Gijón (Sanz) Santander (Rioja); Guetaria (Sanz. DE HISTORIA NATURAL. 127 Pirimela denticulata Mont. Barcelona (4ntiga) Santander (Delgrás); Guetaria (Sanz). Xantho floridus Mont. : Ferrol (De Buen); Santander (Delgrás); San Sebastián (Larrinúa). Xantho rivulosus 2 1ss0. Barcelona (Antiga); Málaga (Carrasco); Ferrol (De Buen); Santander (Delgrás). Xantho tuberculatus Bell. Barcelona (Antiga, Delás); Ferrol (De Buen); Santander (Delgrás). Pilumnus hirtellus Z. Mahón (Rodríguez); Barcelona (Antiga); Valencia (E. Linares). Pilumnus spinifer M. Edw. Barcelona (Ant19a). Eriphia spinifrons Herost. Barcelona (Antiga); Málaga (Carrasco); Algarve (recibido del Museo de Lisboa); Coruña (Bolívar); Gijón (Sanz); San Vicente de la Barquera (Bolivar); Santander (Delgrás); Guetaria (Sanz); San Sebastián (Larrinúa). Lupa hastata £. Menorca (Cardona); Barcelona (Antiga). Portunus puber £. Gijón (Sanz); Santander (Delgrás); Guetaria (Sanz). Portunus depurator /. Barcelona (Ant1yga), Valencia (Gogorza), Málaga (Quiroga). Portunus tuberculatus Rouz. Barcelona (Antiga). Portunus marmoreus Leach. Barcelona (Delás, Hoyos, Antiga); Valencia (Boscd), Málaga (Carrasco). Portunus corrugatus Penn. Mahón (Rodríguez); Barcelona (Antiga). Portunus arcuatus Leach. Barcelona (Antiga;; Valencia (Bosca), Cádiz (Bolivar); Ferrol (De Buen); Santander (Delgrás). Carcinus monas L. Barcelona (Antiga); Mar Menor (De Buen); Málaga (Carrasco); Río Tajo (recibido del Museo de Lisboa); Figueira da Foz (Sanz); Ría de Marín (Bosca); Ría del Burgo (Bolívar); Ferrol (De Buen); Santander (G. Linares, Rioja). Polybius Henslowi Zeach. (Nombre vulgar en Galicia Patezo.) Figueira da Foz (Sanz); Coruña (Bolivar); Ferrol (De Buen); Santan- der (GFogorza, Delgrás); Guetaria (Sanz). Platyonychus latipes Penn. Barcelona (4ntiga), Valencia (Boscá) Santander (Delgrás). 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Platyonychus nasutus Lar. Barcelona (Antiga); Guetaria (Sanz). Gelasimus Tangeri £ydouzx. (Nombre vulgar Barrilete Se Puerto Real (Paúl). Gonoplax angulata Penn. Menorca (Cardona); Barcelona (Antiga, Vila). Gonoplax rhomboides Herost. Barcelona (Delás, Hoyos); Valencia (G. Linares). Heterograpsus Lucasi 14. Edw. Barcelona (Anta); Cádiz (Sánchez Navarro). Pachygerapsus marmoratus Fabr. Barcelona (Antiga); Alicante (Cardiel, Rioja); Málaga (Car rasco); Cá- diz (Bolivar); Figueira da Foz (Sanz); San Vicente de la Barquera (Bolt- var); Santander (Delgrás); San Sebastián (Larrinúa). Pinnotheres pisum L£. Valencia (Boscd). Pinnotheres veterum B0sc. Barcelona (Antiga). Tllia nucleus Herúst. Barcelona ( Vila). llia rugulosa Risso. Barcelona (Antiga), Cádiz (Paz, regalo del Sr. D. L. Pérez Arcas). Ebalia Pennanti Leach. Mahón (Rodriguez). Calappa granulata £. ; : Barcelona (Anta) Valencia (Boscd); Málaga (Quiroga); Algarve (reci- bida del Museo de Lisboa); Figueira da Foz (Sanz). Atelecyclus cruentatus Desm. Málaga (Carrasco); Figueira da Foz (Sanz), Santander (G. Linares). Corystes dentatus Fabr. Barcelona (Antiga, Vila), San Sebastián (Sanz). Dorippe lanata Bosc. Barcelona (Delás); Valencia (Gogorza), Málaga (Quiroga). Dromia vulgaris M. Kdw. Mahón (kiodriguez); Barcelona (Antiga), Valencia (Gogorza); Santander (G. Linares). Homola spinifrons Lam. Barcelona (4Antiga); Cádiz (Paz, regalo del Sr. D. L. Pérez Arcas). Albunea symnista Fabr. Menorca (Cardona). Eupagurus Bernhardus £. Figueira da Foz (Sanz). F DE HISTORIA NATURAL. 129 Eupagurus Prideauxi Zeac/. Barcelona (Antiga, Vila, Delás, Hoyos); Málaga (Quiroga); Setubal (recibido del Museo de Lisboa); Ferrol (De Buen); Santander (Delgrás). Eupagurus Lucasi Heller. Setubal (recibido del Museo de Lisboa). Eupagurus timidus Rouz. Cadaques (Ant1ga). Eupagurus angulatus Risso. Barcelona (Antiga), Oropesa (Boscá); Valencia (Boscá). Eupagurus meticulosus K04uz. Barcelona (Antiga, Delás, Vila). Diogenes varians Costa. Sitees y Cadaques (Antiga); Cádiz (Chape, regalo del Sr. D. L. Pérez Arcas). Paguristes maculatus 21880. Sitges (Antiga). Pagurus striatus Latr. Mahón (Rodriguez); Barcelona (Antiga, Delás, Hoyos); Valencia (Go- gorza); Estepona (Quiroga) Algeciras (Bolivar); Cádiz (Chape); Figueira da Foz (Sanz). Pagurus calidus Risso. Barcelona (Antiga). Clibanarius misanthropus Risso. Cadaques (Antiga); Oropesa (Boscá); cal (De Buen); Algeciras (Bolivar); Figueira da Foz (Sanz); Gijón (Sanz;,; San Vicente de la Bar- quera (Bolívar) Santander (Gogorza, Delgrás); Guetaria (Sanz). Porcellana digitalis Heller. Puerto de Valencia (Boscd). Porcellana platycheles Penn. Valencia (Boscá); Gijón (Sanz); Sable de en medio, Santander (G. Li- nares); Guetaria (Sanz). Porcellana longicornis Pemn. Barcelona (Antiga), Figueira da Foz (Sanz). Galathea strigosa £. Valencia (Boscá, Grogorza). Galathea squamifera Leach. Gijén (Madrid Moreno); Santander (Delgrás); Guetaria (Sanz). Galathea nexa Emobl. Barcelona (Antiga). Munida rugosa Leach. Barcelona (Antiga). ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXI. 9 130 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Dipticus vittatus M. Ed. Mar de Mozagro (Gr. Linares). Seyllarus latus Latr. Valencia (Boscd). Scyllarus arctus Mabr. Barcelona (Delás y Antiga); Alicante (Rioja); Gijón (Sanz,. Palinurus vulearis Latr. Barcelona (Antiga), Valencia (Bosca); Gijón (Sanz). Calliaxis adriatica Hell. Mercado de Barcelona (Antiga). Callianassa subterranea Leac,. Gijón (Sanz). Gebia littoralis Risso. Barcelona (Antiga). Gebia deltura Leach. | Algeciras (Bolívar); Figueira da Foz (Sanz); San Vicente de la Bar- quera (Bolívar); Santander (G. Linares). Astacus torrentium Selrank. Albarracín (Zapater), Mercado de Madrid. Homarus gammarus £. Valencia (Boscá), Gijón (Sanz). Nephrops norvegicus £. Barcelona (Antiga); Puerto de Santa María (Calderón); Mercado de Lisboa (recibido del Museo de Lisboa). Crange'on fasciatus 21880. Barcelona (4ntiga); Valencia (G. Linares. Crangon sp. Cádiz (Chape, regalo del Sr. D. Laureano Pérez Arcas). Crangon vulgaris Fabr. Valencia (G. Linares); Cádiz (Bolívar); Figueira da Foz (Sanz); San- tander (Delgrás). Crangon trispinosus Bell. Mahón (Antiga). Crangon spinosus Leach. Valencia (G. Linares). OCrangon cataphractus 0/102. Barcelona (Antiga, Hoyos); Valencia (GF. Linares). Nika edulis RR2sS0. j Barcelona (Antiga);, Cádiz (Bolivar). Nika sinuolata /045ss0. Valencia (G.. Linares). DE HISTORIA NATURAL. 131 Lysmata seticaudata RisS0. Barcelona (Antiga); Guetaria (Sanz). Caridina Desmarestii Millet. Llobregat (Antiga); Silla y Almenara (Boscá); Sevilla (Boscá, Cazurro); Toledo (Pérez Arcas). Pandalus Narwal M. Ed. Barcelona (Delás y Antiga). Pandalus pristis 21580. Barcelona (4ntiga). Pandalus annulicornis Leach. Barcelona (Antaiga). Typton spongicola Costa. Valencia (G.. Linares, Gogorza). Palseemon serratus Penn. Barcelona (Delás, Antiga); Valencia (Boscá, Grogorza); Cádiz (Boli- var); Sevilla (Cazurro); Figueira da Foz (Sanz); Ría de Marín (Bosca); Ferrol (De Buen); San Sebastián (Larrinúa). Palsemon Treillianus 221880. Barcelona (Antiga). _Palsemon xiphias R/ss0o. Cadaques (Antiga). Palsemon natator M4. Edw. Cádiz (Bolívar), Ferrol (De Buen). Palsemon rectirostris Zadd. Barcelona (Antiga); Alseciras (Bolívar); Ría de Marín (Boscd); Astu- rias (Lázaro); Santander (Gogorza, Delgrás). Palseemon squilla £. Albufera de Valencia (Gogorza); Amposta, Albuixech y Huelva (Bos- cd); Figueira da Foz (Sanz); Santander (Rioja, Delgrás), Guetaria (Sanz). Alpheus ruber Costa. Barcelona (Antiga), Valencia (E. Linares). Alpheus platyrhynchus Heller. Barcelona (Antiga). - Alpheus Edwardsii M. Edr. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina); Guetaria (Sanz). Alpheus dentipes Guérin. Barcelona (4ntiga;; Guetaria (Sanz). Afthanas nitescens Leací. Sitges (Antiga); Gijón y Guetaria (Sanz). Hippolyte Cranchii Leach. Mahón (Rodríguez), Cadaques (Antiya); Guetaria (Sanz). 132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Yo Hippolyte sp. Guetaria (Sanz). Virbius viridis Otto. Cádiz (Bolivar). Virbius varians Leach. Guetaria (Sanz). Virbius sp. | Guetaria Sanz. Sicyonia sculpta M. Edi. Cádiz (Bolivar). Penseus caramote Risso. | Barcelona (Delás); Valencia (Boscá, G. Linares). Penseus membranaceus Risso. Valencia (Gogorza). Siriella frontalis M4. Edw. (Cynthia armata 17. Edi.) Barcelona y Arenys de Mar (4Antiga); Guetaria (Sanz,. Mysis assimilis O. Sars. | Cantábrico (regalo de D. M. de la P. Graells). Estomápodos (Siomatopoda). Squilla mantis Rond. Barcelona (Delás) Valencia (Boscd); Málaga (Quiroga). Squilla Desmarestil R28S0. San Feliú de Guixols (Antiga); Alicante (López de Silva, regalo del. Sr. D. Laureano Pérez Arcas). - Isópodos (Isopoda). Anthura gracilis Leach. - Guetaria (Sanz). Anceus maxillaris 221580. Guetaria (Sanz). Ega bicarinata Leach. San Sebastián (Sanz). Cirolana Cranchii Leach. San Sebastián (Sanz). Anilocra physodes £. (A. mediterranea Leach.) Ibiza y Valencia (Boscá); Alicante (Cardiel, Rioja); Cádiz (Paz, re-. galo del Sr. D. Laureano Pérez Arcas); Ferrol (De Buen); Gijón (Sanz); A Santander (Delgrás, Cazurro). Nerocila maculata 1%. Kdw. l Guetaria (Sanz). DE HISTORIA NATURAL. 133 Nerocila affinis M4. Edi. Guetaria (Sanz). Ceratothoa cestroides RIsS0. | Gijón (Sanz); Santander (Delgrás); Guetaria y San Sebastián (Sanz). Ceratothoa parallela Otto. Santander (Delgrás). Spheeroma serratum /". Valencia (Boscá); Águilas y Cartagena (De Buen); Algeciras (Bolivar; Gijón (Sanz); Santander (Cazurro); Guetaria y San Sebastián (Sanz). Spheeroma Bolivaril De Buen. Cartagena (De Buen), Sevilla (Cazurro). Spheeroma Prideauxiana £Leac/. Sable de en medio, Santander (G. Linares), Guetaria y San Sebastián (Sanz). Spheeroma rugicauda Zeac?. Almenara (Boscá). Cymodocea pilosa M. Edw. Valencia (Boscd); Sable de en medio, Santander (E. Linares); Gueta- ria (Sanz). : Cymodocea truncata Leach. Valencia (Boscd). Dynamene rubra Mont. Guetaria (Sanz). Dynamene Montagui Leach. Guetaria y San Sebastián (Sanz). Nesea bidentata Desm. Gijón (Sanz). : Campecopea Cranchii Leach. Guetaria (Sanz). Idotea maritima L. Algeciras y Cádiz (Bolívar); Ría de Marín (Boscd); Gijón (Sanz). Idotea hectica Pall. Cartagena (De Buen); Cádiz (Bolívar); Santander (Cazurro, Laborato- rio de Biología marina). Idotea linearis L. Valencia (G. Linares, Bosca), Figueira da Foz, Guetaria y San Se- bastián (Sanz. Idotea acuminata Leach. Algeciras (Bolívar), Santander (Delgrás); Guetaria (Sanz). Idotea appendiculata 21550. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina) Guetaria (Sanz). 134 : [ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Idotea tricuspidata Desm. Guetaria y San Sebastián (Sanz). Arcturus Danmoniensis Steb0. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Arcturus sp. 200. | Guetaria (Sanz). Ligia oceanica L. : Valencia (Boscá); Ría de Marín (Boscá); Ría del Burgo (Bolívar); As- turias (Lázaro); Gijón (Sanz); Santander (Delgrás); Guetaria y San Se- bastián (Sanz). Ligia italica Fabr. Cabo de Oropesa y Puerto de Valencia (Boscd). Trichoniscus yividus Koch. Guetaria (Sanz). Philoscia Couchii 442. Guetaria (Sanz). Philoscia elongata 4. D. Villa Rutis (Coruña) (Bolivar). Philoscia muscorum £Scop. Guetaria (Sanz). Philoscia sp. Villa Rutis (Bolivar). Oniscus murarius Ov0. Villa Rutis (Bolivar); Guetaria (Sanz). Platyarthrus Hoffmannseggii Brandt. Villa Rutis (Bolivar). Metoponorthrus rufocinctus 4. D. Villa Rutis (Bolívar). Metoponorthrus cingendus K¿n. Potes (Cazurro). Metoponorthrus pruinosus Brandt. Madrid (De Buen); Villa Rutis (Bolivar). Metoponorthrus sexfasciatus O. L. Koch. Niebla (Boscá). Porcellio politus C. L. Koch. Guetaria (Sanz). Porcellio leevis Latr. Olot (Delás); Zuera, Cartagena y Lorca (De Buen); Sevilla (Cazurro); Madrid (Bolivar). ¡ 4 Porcellio hispanus 4..D. 4 Y, : Cartagena (Jiménez de Cisneros). DE HISTORIA NATURAL. 135 Porcellio scaber Latr. Fuentría (Bolivar), Villa Rutis (Bolívar), Gijón (Sanz); Potes (Cazurro). Porcellio eranuliferus Bb. £. Olot (Delas); Zuera (De Buen); Lora del Río (Boscá). Porcellio auritus 5. £. Cartagena (De Buen). Porcellio amcenus 4. D. Montalvo (Cuenca) (P. Pantel. Porcellio variabilis Zucas. Sevilla (Cazurro). Porcellio De Bueni 4. DP. Villa Rutis (Bolivar). Porcellio Bolivari 4. D. Villajoyosa (Alicante). Porcellio Nicklesi 4. D. Valencia (Boscá). Porcellio sp. Villa Rutis (Bolivar), : Porcellio succinctus B. £. Cartagena (De Buen). Porcellio ornatus M4. Edw. Muchamiel (Antón); Santa Pola (Boscá); Lorca (De Buen); Sevilla (Ca- ZUurro). Porcellio Wagneri Brandt. Málaga (Quiroga); Granada (Dollfus). Porcellio flavocinctus Bb. £. Sevilla (Cazurro, Calderón); Plasencia (De Buen). Porcellio Hoffmannseggii Brandt. Algeciras (Bolívar), Belalcázar (Boscd); Sevilla (Cazurro); Almadenejos (Boscá). Porcellio dilatatus Brandt. Madrid y Villa Rutis (Bolívar). Porcellio echinatus Lucas. Algeciras (Bolívar), Almadenejos (Boscd). Armadillidium vulgare Latr. Zuera, Cartagena y Lorca (De Buen); Sancho Rey (Bosed) Sevilla (Ca- zurro); Villa Rutis (Bolívar); Guetaria (Sanz). Armadillidium Zenckeri Brandt. Potes y Sevilla (Cazurro). Armadillidium scabrum 4. D. - Constantina (Sevilla) (regalo del Museo de Sevilla). 136 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Armadillidium granulatum Brandt. Cartagena (De Buen); Málaga (Quiroga); Figueira da Foz (Sanz). Armadillidium nasatum 5. £. E Guetaria (Sanz). Armadillo hirsutus X0cf4. Algeciras (Bolívar). Armadillo officinalis Desn. Valencia (Boscd,; Águilas y Cartagena (De Buen); Algeciras (Bolívar); Sevilla (Cazurro), Gijón (Sanz) Santander (Cazurro), Guetaria (Sanz). Bopyrus palemonis 2880. ) Valencia (Boscd). Bopyrus squillarum 'Zatr. Coruña (Bolívar); Ferrol (De Buen); Guetaria (Sanz); San Sebastián (Larrinúa). Bopyrus sp. San Sebastián (Sanz), sobre Hippolythe. Gyge branchialis Cor2. San Vicente de la Barquera (Bolívar), sobre Grebia deltura. Anfipodos [Amphipoda). Brachyscelus crusculum Sp. Bb. Guetaria (Sanz). Talitrus Locusta Latr. cs Valencia y Huelva (Boscd); Asturias (Lázaro); Gijón (Sanz), Santander (Gogorza, Rioja); id. (Cazurro, Laboratorio de Biología marina); Gueta- ria y San Sebastián (Sanz). Orchestoidea Fischeri M. Edw. - Cádiz (Bolivar). Orchestia littorea Leach. Mar Menor (De Buen); Huelva (Boscd); Gijón y Guetaria (Sanz). Orchestia mediterranea Costa. Mar Menor (De Buen). Allorchestes Nilssonii Rathke. Guetaria (Sanz). Hyale Perieri Luc. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Hyale camptonyx Heller. Guetaria (Sanz). Lysianassa longicornis Luc. Mahón (Rodríguez). DE HISTORIA NATURAL. 137 Podoprion Bolivari Chevr. Puerto de Vigo (regalo de M. Ed. Chevreux). Stenothoé marina Sp. Z. Guetaria (Sanz). Stenothoé monoculoides J/onf. Guetaria (Sanz). Parapleustes sp. 200. Guetaria (Sanz). Dexamine spiniventris Grude. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina); Guetaria (Sanz). Dexamine spinosa Mont. Guetaria (Sanz). Atylus Swammerdami M. Edi. Guetaria (Sanz). Halirages bispinosus Sp. B. Guetaria (Sanz). Calliopius norvegicus Boech. Guetaria (Sanz). Amphithopsis latipes M. Sars. Guetaria (Sanz). Leucothoé spinicarpa A 0d. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Leptocheirus guttatus G rude. Mahón (Rodriguez). Gammarus Locusta abr. Valencia (Bosca); Ferrol (De Buen); Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Gammarus pulex Vabr. (G. fluviatilis M. Ed.) Segovia ( Vila). Gammarus sp. 100. Ciudad-Real (Boscá); Madrid (Bolívar). Gammarus pungens M. Ed. Olot (Delás); Monasterio de Piedra (Breñosa);, Potes (Cazurro). Gammarus marinus Leacíh. Sevilla (Calderón); Guetaria (Sanz). Gammarus sp. 100. Cueva de Oreña (Santander) (Bolívar). —Gammarus Berilloni Costa. Guetaria (Sanz). Gammarella brevicaudata M4. Edi. - Valencia (Boscá); Guetaria (Sanz). 138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA : 10 loa rapax Costa. Santander (Cazurro, Laboratorio de posi marina). Melita palmata JlZont. Guetaria (Sanz). Microdeutopus versiculatus Sp. B. Guetaria (Sanz). Aora gracilis Sp. B Guetaria (Sanz). Gammaropsis erythrophthalma £Z1l/). Guetaria (Sanz). Amphithoé rubricata Leach. Guetaria (Sanz); Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Amphithoé littorina Sp. B. . Guetaria (Sanz). Sunamphithoé conformata Sp. B. Guetaria (Sanz). Sunamphithoé gammaroides Sp. B Guetaria (Sanz). Sunamphithoé hamulus Sp. B. Guetaria (Sanz). Podocerus falcatus Mont. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina); Guetaria (Sanz). Podocerus capillatus Rathke. Guetaria (Sanz). Podocerus pulchellus Zeach. Guetaria (Sanz). Cyrtophium Darwini Sp. B. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Chelura terebrans Ph1l. | - Santander, Muelle Maliaño (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Caprella acutifrons Latr. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina); Guetaria (Sanz). Var. nov. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Caprella Danilewski Mayer. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología ea) Guetaria (Sanz). Caprella «equilibra Say. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina). Caprella acanthifera Leach. Santander (Cazurro, Laboratorio de Biología marina) Guetaria Ganan Caprella liparolensis Mayer. Barcelona (Rioja, regalo del Sr. Mayen). DE HISTORIA NATURAL. EE) Leptostráceos /Leptostraca,. Nebalia Geoffroyi M. Edm. Guetaria (Sanz). Cirrópodos /Cirripedia). Pollicipes cornucopia Leach. Coruña y San Vicente de la Barquera (Bolívar); Santander (G. Lina- res); Guetaria (Sanz). Lepas anatifera L. Cádiz (Bolívar); Gijón (Sanz); Santander (Delgrás, Rioja); Guetaria (Sanz), San Sebastián (Larrinúa). Lepas pectinata Sprengl. Barcelona (Vila); Cádiz (Bolivar). Scalpellum vulgare Leach. Valencia (G. Linares). Balanus perforatus Bruyg. Figueira da Foz (Sanz); Bayona de Galicia (Peña); Ferrol (De Buen); Santander (G. Linares); Guetaria (Sanz). Balanus tulipiformis 48//is. Figueira da Foz (Sanz). Balanus amphitrite Darv. Valencia, sobre tubos de Spirographis y sobre Phallusta intestinalis (G.. Linares). Chthamalus stellatus Poly. Coruña (Bolivar); Ferrol (De Buen); Santander (G. Linares, Rioja), Gugetaria (Sanz). Sacculina Carcini 7/omps. Valencia (Boscd, sobre Portunus arcuatus,. Sacculina sp. Valencia, sobre Galathea (Gogorza). Copépodos /Copepoda). Cecrops Latreillei Leach. Santander (Delgrás). Pandarus sp. San Sebastián (Sanz). Pandarus sp. San Sebastián (Sanz). 140 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Dinematura sp. San Sebastián (Sanz). Diaptomus Wierzejskii Pic). Madrid (Cazurro, Bolívar). Diaptomus Rubaui Rich. Madrid (Cazurro, Bolivar). Diaptomus Castor Ju”. Fuente Guinaldo (Sánchez y Sánchez). Canthocamptus staphylinus Ju”. Escorial (Cazurro). Canthocamptus minutus Claus. Madrid (Bolivar). Cyclops canthocarpoides /MMisch. Vicálvaro (Cazurro). Cyclops viridis Hisch. Vicálvaro (Cazwrro). Cyclops pulchellus Xoc/. Segovía (Gila). Cyclops brevicornis Claus. Segovia (Gala). Cyclops strenuus Visch. Segovia (Gila); Madrid (Cazurro, Bolivar). Cyclops serrulatus Fisch. Fuente Guinaldo (Sánchez); Segovia (Gila). Ostrácodos /Ostracoda). Cypridopsis vidua Juwrine. Madrid (Cazurro). Cypridopsis aculeata £1//. Madrid (Cazurro, Bolívar). Cypris reptans Baird. Madrid (Cazurro, Bolivar). Cypris bispinosa Luc. Ciudad-Real (Boscá). Cypris virens Jurine. Madrid (Sanz, Cazurro). Filópodos (Phyllopoda). Chydorus spheericus O. F. Mull. Ciudad-Real (Boscá); Madrid (Cazurro, Bolívar). DE HISTORIA NATURAL. 141 Chydorus Letourneauxi Rich. Escorial (Cazurro). Pleuroxus aduncus Jur. Madrid (Cazurro, Bolívar). Ceriodaphnia pulchella Sars. Valladolid (Rioja). Simocephalus exspinosus Koc/. Ciudad Real (Boscá), Madrid (Cazurro, Bolívar). Simocephalus vetulus O. F". Mull. Aranjuez (Cazurro, Bolivar). Macrothrix hirsuticornis /V. et Br. Madrid (Cazurro, Bolívar), Segovia (Gila). Alona sp. Madrid (Cazurro, Bolívar). Daphnia curvirostris Zy/m. - Madrid (Bolívar). Daphnia obtusa Au7z. Fuente Guinaldo (Sanchez), Segovia (Gila). Daphnia magna Strauss. (D. Schefferi Baird.) Sevilla (Boscá); Aranjuez y Madrid (Cazurro, Bolívar). Daphnia pulex De Geer. Segovia (Gila) Fuente Guinaldo (Sánchez). Daphnia Bolivarii Ric/. Valladolid (Rioja). Ustheria Grubei 4. Simon. Laguna Poleas (Ciudad-Real) (Boscd). Lepidurus productus L£. Montalvo (Cuenca) (P. Pantel). Apus cancriformis Se/. Sevilla (Calderón); Ciudad-Real (Boscá); Talavera de la Reina (Calleja, regalo del Sr. D. Laureano Pérez Arcas). Chirocephalus diaphanus Prev. Ciudad-Real (Boscá, raza pequeña); Madrid (Cazurro, Bolívar, am- bas razas). 142 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. SESTON A Uel Ace Ao OS tomate ISI PRESIDENCIA DE D. SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Quedó admitido como socio agregado el Sr. Gonzalez Fra- g90s0 (D. Romualdo), que figuraba como numerario. —Se hizo una propuesta de socio. —El Sr. Medina leyó los trabajos siguientes: Nuevas especies de Véspidos de España. Odynerus Pauli sp. nov. Grupo del Odynerus Dantici. Q. Facies ex Odynero regulo Sauss.—Melathoraz sublus spi- mulis duabus munitum. Caput nigrum, glabrum, punctatum, mtidiusculum; clypeo nigro, basi flavo-maculato; mandibwlis rubidis dasi nigris; antenne mgre, scapo sublus luteo, funiculo migro. Thorazx nigro-punctatum, nitidiusculum; pronotum trun— catum, favum, lateridus spinulosum, lobis nigris; scutellum mgrum, postice favum; post-seutellum nigrum; metathoras totum mgrum; macula subalari flava; tegulis testaceis, macula discoi—- dali obscura. Pedes avi; coxis, trochanteribus femorumgue dasi mgris. Ale hyaline, celula radiali infuscata; stigma atque venis mgris. Abdomen nigrum, punctatum, nitens; segmentum pronaun et secundum Od. reguli haud dissimilis; secundum sine maculis faris isolatis; tertium et quartum favo-maculatum, coteris A gris; segmentum secundum ventrale Ravo-marginatum. as. A 0 difert clypeo favo: antennarum articulis duobus apicalibus aurantiaceis; seutellum et post-seutellum nigris; abdo- minis segmentis primo, secundo el tertio flavo-marginatis. Lone-927 mm. 6 ma. , PArTrIA. Puerto Real (Cádiz).—Agosto. Y DE HISTORIA NATURAL. z 143 -Q. Metatorax provisto como en el Odynerus regulus Sauss., al cual se parece bastante, de dos espinas en su parte inferior. Cabeza negra, lampiña, punteada, algo brillante; epístoma negro con una pequeña línea angulosa amarilla en la base; escotado. Mandibulas rojo-oscuras con la base negra. Antenas negras con el escapo amarillo-rojizo y el funículo negro. Tórax negro, punteado y algo brillante; pronoto truncado en línea recta por delante, con los lados subespinosos, de color amari- llo, excepto la extremidad de los lóbulos que es negra, asÍ como una línea en la parte media; escudete negro por delan- te y amarillo por detrás; posescudete todo negro. Metatorax completamente negro, un poco cortante por los lados; hacia abajo los rebordes se alargan, simulando dos largas espinas; mesopleuras con una mancha amarilla bajo la inserción de las alas anteriores; escapulas testáceas con un punto central más oscuro. Patas amarillas con las caderas, trocáanteres y la base de los muslos negros. Alas hialinas con la región costal y más especialmente la célula radial ahumada; estigma y ve- nas negros. Abdomen negro, punteado y brillante; primer segmento cupuliforme, fuertemente rebordeado como por un cordón, con el margen amarillo que se ensancha por los lados; segundo segmento con un margen amarillo estrecho, rebor- deado y guarnecido de gruesos puntos hundidos y provisto de una hojilla que simula un desdoblamiento del borde; tercero y cuarto segmentos manchados de amarillo; los restantes ne- eros. Segmentos ventrales negros, excepto el segundo, que está bordeado de amarillo. o. Se diferencia de la Y por tener el epistoma amarillo por completo, los dos últimos artejos de las antenas anaranjados, escudete y posescudete negros y los tres primeros segmentos abdominales solamente manchados de amarillo. En lo demás es igual á la Y, tanto en sus caracteres morfológicos como en la coloración. ] - Esta interesante especie ha sido recogida en Puerto Real por mi querido amigo y consocio el ilustrado naturalista don Manuel de Paúl, á quien me complazco en dedicársela. 141 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Pterocheilus Hispantcus sp. nov. OQ. Caput nigrum, punctatum; clypeo, macula inter antennas, altera pone oculos nec non sima oculorum favis; antenne nigre, scapo atque articulo primo funiculi favis; mandibule flave, apice náigro. Thoraz nigrum, punctatum; pronotum flavum, fascia an- teriore interrupta lobulisque nigris; mesonotum mgrum; seutellum ct post=scutellum migris favo-bi-maculatis; metathoraz nigrumn, lateridus flavo-maculatum; macula subalari fava; tegule fave, macula centrali obscura. Ale hyaline, favescentes; stigma el venis testaceis. Pedes flavo et ferrugineo intermizxti; coxis (en cepte intermedie flave) trochanteribusque nigris. Abdomen mi grum, glabrum; segmentum primum fñavo-marginatum lateribus favomaculatum; seygmentum secundum fascia sinuato-marginata Rava antrorsum ampliata; seypmenta 3-5 favomarginata; segmen- tum sextum nigrum;, segmentum secundam ventrale favo-bimacu- latum, disco rubido. Long. 17 mm. Env. 28 mm. y desconocido. PATRIA. Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real). Q. Cabeza negra, punteada; epistoma, una mancha entre las antenas, otra en la concavidad y otra por detrás de los ojos amarillas. Antenas negras con el escapo y el primer artejo del Tunículo amarillos. Mandíbulas' amarillas con el ápice negro. Tórax negro, punteado; pronoto amarillo con una linea cen- tral y los lóbulos negros; mesonoto negro; escudete y poses— cudete negros con dos manchas amarillas cada uno á los lados; escápulas amarillas con el centro más oscuro. Alas hialinas, amarillentas, con el estigma y las venas testáceas. Patas de color amarillo y ferruginoso mezclados, con las caderas (ex- cepto las intermedias que son amarillas) y los trocánteres ne- eros. Abdomen negro, lampiño; primer segmento con el mar- cen apical amarillo, que se extiende por los lados ensanchán- dose; segundo segmento con un margen sinuoso amarillo, que se extiende por los lados y hacia delante, y un punto negro en la unión con la parte: ventral; segmentos tercero, cuarto y quinto, bordeados de amarillo; esta franja sinuosa y algo his escotada; sexto segmento negro; segundo segmento ventral con dos manchas amarillas en el centro, entre las cuales hay un DE HISTORIA NATURAL. 145 punto oscuro; la parte central de este segmento es de un ferru- einoso oscuro; los demás segmentos ventrales negros. Esta especie, de la cual poseo tres ejemplares, me ha sido - enviada por nuestro diligente consocio el Pbro. D. José María de la Fuente, de Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real), pudién- dose distinguir tan perfectamente de las restantes del género, que creo ocioso entrar á establecer sus diferencias. Catálogo provisional de los Véspidos de Andalucia. ' «Consecuente con mi propósito de dar á conocer, á medida que reuno los datos y en la medida de mis escasos medios, todas las especies de himenópteros de la región andaluza, co- munico hoy a la Sociedad las indicaciones que acerca del gru- po de los véspidos, tanto sociales como solitarios, he podido reunir de los ejemplares que poseo en mi colección, así como de los consignados en las distintas obras que del orden de los himenópteros tratan, y entre ellas muy especialmente la de Rosenhauer (1) y la de André, que he tenido ya ocasión de citar.en otros trabajos. »No es muy abundante en especies el grupo de los véspidos en Andalucía, pues faltan en él.la mayor parte de las com- prendidas en el género Vespa, tan comunes en la Europa cen- tral y septentrional. Quizás sea esto debido en parte á la exce- siva abundancia de individuos de las especies existentes en esta región, pues es un hecho que se observa frecuentemente cuando de las cuestiones de área geográfica se trata, que el incremento exuberante de una forma se hace á expensas de las otras afines á ellas. »Más abundantes que las Vespa son los Odynerus, que en eran número pululan en aquellos puntos expuestos a un sol ardiente, como los muros que miran al Mediodía, aunque en realidad ocurre también con ellos algo parecido á lo que ahora hemos dicho con referencia al género Vespa, y es que son nu- merosisimos los individuos de ciertas especies, como el O. cre- natus Lep., O. parietum L. y O. parvulus Lep., y en cambio el número total de especies es bastante limitado. . (1) Die Thiere Andalusiens. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XXI, 10 146 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA y »He de hacer notar también una circunstancia que explicará - seguramente la escasez de ejemplares de véspidos de mi co- lección, y es que, así como en los formícidos he conseguido reunir ejemplares de diferentes localidades, gracias a la ama- bilidad de muchos queridos amigos, no ha sido.esto posible con la misma facilidad tratándose de los véspidos, los cuales exigen para su captura medios de que sólo disponen los que, dedicados á un ramo de la Historia Natural, se proveen de los útiles especiales para la caza y conservación de los animales a Cuyo estudio se dedican. Sin embargo de este inconveniente, debo muchos de los ejemplares que he coleccionado a la acti vidad y buen deseo de mis distinguidos amigos los Sres. Cal- derón, Paúl, Río, Laza, López Cepero, Garcia Núñez y otros á quienes me complazco en recordarles por ello mi agradeci- miento. | »A pesar del número relativamente escaso de ejemplares del erupo en cuestión, he encontrado varias especies nuevas, lo cual prueba una vez más lo que en otras ocasiones he consig- nado en punto á las riquezas que es dado esperar de la fauna himenopterológica andaluza, casi inexplorada en este sentido. El corto catalogo de las especies de véspidos citadas por los naturalistas que han visitado estas comarcas es la mejor prue- ba de este aserto: Rosenhauer menciona tres especies de toda Andalucía; André cuatro. No es poco, pues, haber podido re- unir dos docenas de especies sin realizar grandes excursiones, como fuera mi deseo, por impedírmelo mis ocupaciones y de- beres profesionales. : »Seguramente el Catalogo provisional que hoy presento irá aumentando cada día, y en este respecto prometo hacer cuan— tas adiciones crea indispensables para que no se pierdan los datos que sobre el interesante grupo de los véspidos vaya re— cogiendo; y termino rogando, como lo hice al publicar mi Ca- talogo de hormigas, atodos cuantos recojan en sus excursiones ejemplares de véspidos, se sirvan comunicármelos, pues en tanto que no aparezcan en España otros especialistas en el im- portante orden de los himenópteros, aunque modesto aficio=- nado.á estos estudios, me creo en el deber moral de colec= cionar y recoger todos esos datos, dispuesto siempre á entre- gárselos á quien pueda sacar de ellos mayor provecho cien tífico. DE HISTORIA NATURAL. 147 »NoTra. Á continuación del nombre especifico figura el sig- no del sexo de los ejemplares que poseo en mi colección, y de- bajo la indicación de localidad y nombre del colector con un signo de !. Cuando este signo va al lado de la localidad, la especie ha sido recogida por mi. Fammnta Véspidos. GÉNERO Vespa /. 1. Y. Germamica Fabricius. Y 2.—Sevilla!; Tomares!; Alcalá de Guadaira !; Cazalla (Río!); Morón (Calderón!); Osu- na (Ariza!); Chiclana (Cepero!); Granada (Laza!). GENERO Polistes Fabr. 2. P. Gallicus L. 6 Q Y —Sevilla! Común en toda Andalucía. % FamiLIa Zuménidos. GENERO Eumenes 7/07, 3. E. obscurus André. 0.—Calañas (Huelva) (Calderón!). A. E. Mediterraneus Kriechbaumer. Y y.—Sevilla!; Utrera!; Coria!; Alcalá de Guadaira!; Tomares! Huévar (Paúl); Cazalla (Río!); Calañas (Calderón!); Chiclana (Cepero!). 5. HE. pomiformis Rossi. ? y”.—Sevilla !; Calañas (Calderón !). GENERO Micragris Swuss. 6. M. Spinole Saussure.—Reino de Granada (André). GENERO Rhygchium Sp. 1. R.oculatum Fabr. (1) 2 4.—Alcalá de Guadaira !; Huévar (Paúl!). (1) El 2£2ygchium Ceperot Med. es el Odynerus tripunctatus Fabr., clasificado equi- "vocadamente como especie nueva, 148 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA GENERO Odynerus Zalr. 8. 0. partetum L. 9 S.—Sevilla!; Alcalá de Guadaira !; Hué— | : var (Paúl!); Morón (Calderón!); Cazalla (Río!); Hor=" nachuelos (García e Puerto Real (Paúl!); Chi clana A 9. 0. crenatus Lep. 9 Y.—Sevilla!; Huévar (Paúl!); Cazalla (Río!). 10. 0. tripunctatus Fabr. Q.—Chiclana (Cepero!). 11. 0. Buyssomi Medina. Q.—Cazalla (Rio!). 12. 0. Blanchardianus Sauss. 2 S.—Sevilla!; Tomares!; Cala— ñas (Calderón!) 13. 0. regulus Sauss. Y?.—Puerto Real (Paúl!). 14. 0. Pauli Medina. € y'.—Puerto Real (Paúl!). 15. 0. Dantici Rossi. 9 $ .—Sevilla!; Calañas air Hor- i nachuelos (García Núñez!). 16. 0. Andrei Mocsary.—Granada (André). 17. 0. parvulus Lep. 9 S.— Sevilla!; Cazalla (Río!); Puerto: Real (Paúl!). 18. 0. timidus Sauss. Q.—Alcalá de Guadaira! 19. 0. helvetius Sauss. Q y.—Utrera!; Alcalá de Guadaira ! * E 20. 0. fioricola Sauss. S.—Sevilla! 21. 0. Delphinalis Giraud. Y y”.—Sevilla!; Coria!; Cazalla (Rio!). 22. 0. Ibericus Sauss.—Gibraltar (André). | 23. 0. albicinctus Mocsary.—Malaga (André). 24. 0. reniformis Gmelin. y”.—Sevilla! GENERO Ceramius Zalr. 25. C. Fonscolombei Latr.—Andalucia (Rosenhauer). GÉNERO Gelonites Lalr. 26. C. abbreviatus Villiers. 2.—Dos Hermanas! -—El Sr. Chaves leyó la nota siguiente: «Procedente de Jerez de la Frontera, en el cerro del Fruto, y recogido por el Sr. Calderón, he medido un cristal de cuarzo que sencillamente presenta la combinación de dos romboedros, DE HISTORIA NATURAL. , 149 uno positivo y otro negativo más agudo. Este último está re— ducido á pequeñas facetas triangulares, lo cual da al cristal aspecto regular. »Yacía este cristal con otros muchos de las formas habitua- les y de colores diversos (ahumados, lechosos, jacintos de Com- postela) en una arcilla abigarrada de un manchón de terreno epigénico, en el cual, como es lo prescrito en estos casos, abun- daban extraordinariamente semejantes individuos. »El cristal, cuya forma está represen— tada en el dibujo adjunto, es translúci- do, ligeramente coloreado en parduzco, y se presta bien á las medidas gonio- métricas: Empleando el goniómetro de Wollaston, y con las precauciones que indica Wyrouboff (1), he obtenido las siguientes cifras, término medio cada una de 10 medidas: Ri YA 2S' — R= 93 26' »Termino observando que M. Des Cloizeaux da para el rom- boedro del cuarzo 942 15" (2). »El examen del curioso cristal de que acabo de dar cuenta me ha recordado los de guanabagwita, descritos primero por el Sr. Vidal y Careta (3) y después por D. Miguel Antonio Herre- ra (4), en los cuales pudiera tratarse quizás de una combina- ción semejante ú de una falsa apariencia de cristales cúbicos, hipótesis que sólo puede admitirse 6 desecharse en vista de las medidas y del examen óptico de los supuestos individuos del sistema regular. Al menos por lo que se refiere al ejemplar de Jerez de la Frontera, seguramente se tomaría por cúbico si sólo se juzgara por la impresión que produce á la simple vista. —El Sr. Calderón dió lectura á la nota que sigue: (1) Manuel pratigue de Cristallographie. (2) Manuel de Mineralogie. (3) Crónica científica, núm. 309. (4) Idem, números 330 y 331. 150 y ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA El fenómeno meteorológico del 8 de Jumio. «Las personas que paseaban por la orilla del río en Sevilla y las que venían en el vaporcito de Gelves, percibieron entre seis y siete de la tarde del día 8 de Junio un notable y sor— prendente fenómeno meteorológico, consistente en una exten— sa y viva rafaga luminosa que descendió del cielo..Se dijo en seguida que sin duda debía haber caído un bólido por el lado del Hipódromo, aunque más alla del término de esta capital. »Nuestro consocio, el Sr. Chaves, me ha comunicado que su señor hermano fué testigo presencial del suceso, por hallarse en paraje donde pudo percibirlo. Dice que vió perfectamente un núcleo luminoso, entre amarillo y rojizo, que apareció sú= bitamente y se extendió con velocidad al SE., en forma de cono, después de cuyo vértice se formó una nube blanca. Ambos hermanos vieron después esta nube blanco-argentina quieta, durante casi una hora, y extendida casi horizontal- mente de NO. á SE. | »Yo he tratado de averiguar si en otros puntos se ha obser— vado el fenómeno y las circunstancias notadas para poder in= ducir aleo respecto á su naturaleza, saber si se trata en efecto de la caida de un meteorito, y en este caso, tratar de obtener— le para las colecciones que están á mi cargo, lo cual hubiera sido de un interés excepcional. El Sr. Gobernador de esta pro- vincia, Sr. Vivanco, persona de una ilustración reconocida y de no menor diligencia y amabilidad, se prestó gustoso a ad= quirir por medio de los Alcaldes las noticias deseadas y a ayu— darme en la empresa, obteniendo de estas contestaciones, dadas por cierto con notable discreción, las noticias que voy á extractar sumariamente. »En los pueblos de Coria'del Río, Alcalá de Guadaira, Dos Hermanas y Lebrija percibieron la ráfaga luminosa, que todos los Alcaldes califican de muy intensa. También nuestro con— socio D. Manuel Paúl, que se encontraba á la sazón en Hué- var, notó esta luminosidad. En Sevilla no sé que nadie perci- biera ruido de detonación simultáneo ó posterior al fenómeno luminoso; pero dicen los Alcaldes de Coria del Río y Alcalá de Guadaira que en aquellos pueblos se sintieron detonaciones DE HISTORIA NATURAL. 151 sordas, de duración y repetidas; el de Lebrija que se percibió ruido como de viento, pero no detonación y el de Dos Herma- nas que acompañó á la ráfaga un ruido extraño. Todos convie- nen en que no tienen noticia de que cayeran piedras, y en caso de suceder esto, supone el de Dos Hermanas que podría haber sido por la parte de Utrera, y el de Alcalá de Guadaira que sería por los campos de las Marismas ó por los términos rurales de Los Palacios 6 Utrera. »El periódico de Cádiz, La Dinastia, da también noticia de haberse allí observado el fenómeno en cuestión en la tarde del 8 de Junio, asegurando que fué magnífico en aquella ca—- pital el espectáculo de «la caida de un bólido», que en su núcleo tenía el tamaño aparente de la luna y por detrás iba acompañado de muchas colas de fuego, como de tres veces el tamaño del mismo núcleo. La luz, sumamente intensa, era' entre roja y amarilla. También consigna el mismo diario que muchas personas no se dieron cuenta de lo ocurrido, merced á la rapidez de la caída, y que cerca de una hora después de haber desaparecido el fenómeno, se advertía en el espacio una nubecilla blanca, que al cabo de este tiempo se fué disi- pando. »De las noticias que anteceden, se deduce que hay acuerdo en lo referente á los caracteres luminosos del fenómeno, ob= servados con intensidad desde Sevilla hasta Cádiz; que no su- cede lo mismo respecto á los ruidos concomitantes, que no todos consignan, y que si acaso cayeron piedras meteóricas, debieron ser de pequeño tamaño. Es probable que haya acon- tecido esto en la zona poco poblada de que hacen referencia las autoridades de Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira, siendo indudable que se han percibido ruidos, aunque no la detona= ción ú detonaciones francas y ruidosas que son cortejo inva- riable del fenómeno de las proyecciones de los meteoritos un tanto voluminosos. Unidos estos datos al de la permanencia de la luminosidad, obligan á pensar que se trata de la penetra- ción en nuestra atmósfera de pequeños meteoritos mezclados con esos cuerpos pulverulentos de naturaleza cósmica, descri- tos por Heiss y por Haidinger, de los que todavía se sabe muy poco. Todo ha inducido, sin embargo, á estos sabios á pensar que consistan en aglomeraciones de partículas reunidas en masa y que provocan fenómenos luminosos al pasar por la 152 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA atmósfera, resolviéndose después en sustancia pulverulenta. Cuando, como en el caso presente, se produce la luminosidad en las capas inferiores de la atmósfera, se trata de masas "de bastante consideración. »Como cuanto se refiere a los astends cósmicos es objeto de la mayor atención en la actualidad y todavía se conocen muy poco las circunstancias de la aparición de semejantes fenóme- nos, he creído deber dar cuenta á la Sociedad del acaecido en el mes pasado en esta zona, como un dato que debe consig- narse para la estadistica de estos meteoros.» - —El Sr. Calderón dió cuenta de una Memoria del Sr. Barrois sobre el terreno devónico de Cataluña, inserta en el último cuaderno (Mayo de 1892) de la Société géeologigue du Nord. Este eminente geólogo ha examinado los fósiles de los alrededores de Barcelona, recogidos y enviados por nuestro diligente y sabio consocio el Sr. Almera, y deduce de su estudio que las capas paleozóicas de Cataluña pertenecen á la misma provin— cia zoológica que las de la Turingia. Esta inducción confirma la observación de Mr. Lapworth de que el silúrico del O. de Europa aparece invariable cuando se siguen las capas de NE. a SO., pero que, por el contrario, cambian de forma, composi- ción y espesor cuando se las atraviesa de NO. á SE. Los fósiles del silúrico superior de los alrededores de Barcelo- na abundantes, aunque no muy bien conservados, muestran la . existencia allí de muchas divisiones paleontológicas. En cuanto á los del devónico, corresponden á una fauna nueva, pertene- ciente á un nivel desconocido hasta ahora en el resto de la Pe- niínsula. Tales hallazeos dan una buena prueba de la fecunda tarea que proporciona una exploración intensiva y perseverante, cuando se realiza con la inteligencia y tesón con que la persi- gue el P. Almera en los alrededores de Barcelona. —También comunicó el mismo Sr. Calderón algunas noticias sobre el último trabajo del Sr. Delgado en la Comisión de los Trabajos geológicos de Portugal, referente á una forma nueva de trilobites (Lichas Ribeiroi) hallada en la cuenca silúrica de Vallongo. i —El Sr González Pragoso leyó la siguiente nota: «En las actas de esta Sociedad, sección de Sevilla, se inserta una nota de nuestro dienísimo Secretario, Sr. Medina, referen- , DE HISTORIA NATURAL. 153 te al hallazgo, en Constantina, de dos ejemplares de Salaman- dra maculosa Laur. De importancia es el hallazgo de dicha especie en nuestra región, ya que su existencia era en cierto modo dudosa. : »No creo, sin embargo, que se encuentre en abundancia, pues he recorrido diferentes veces la parte N. de la provincia sin tener la suerte de encontrar individuos de la antedicha especie. Lo que si encontré con profusión fué el Pelonectes Bos- cai Lataste y el Plewrodeles Waltlii Mich., especies designadas allí por el vulgo con el nombre de salamadre. De esta confu- sión nace, á mi entender, el que hayan dicho á mi querido, amigo y compañero el Sr. Medina que la S. maculosa Laur., es. una especie abundante, y de esta confusión, conocida sin duda por el Sr. Boscá, en cuya compañía tuve el gusto de hacer una excursión herpetológica por algunas localidades de la expre- sada región—sin que por cierto encontraramos ni un solo in- dividuo de S. maculosa—se originó el que tan distinguido es— pecialista no citara para la dicha especie más localidad anda- luza que la de Siles— con referencia al Sr. Ribera — no obs- tante que D. A. Machado la incluyó ya en su Herpetologia Hispalensis, publicada en 1859 en el tomo 1v de las Memorias de la Real Academia de Ciencias, inclusión que plenamente justifica el descubrimiento del Sr. Medina.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 1. de Septiembre de 18092. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. > —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —(Quedó admitido como socio de número el señor Iborra y Gadea (D. Miguel), presentado por D. Manuel Medina. —El Sr. Barras leyó la siguiente nota: ¡ «Durante un pequeño viaje que verifiqué hace pocos días a Huelva he tenido ocasión de recorrer la formación pliocena 151 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que constituye los Cabezos situados junto á la ciudad. El de San Pedro y los que están detrás del Hotel Colón son los más á propósito para hacerse cargo de las diferentes capas, por estar cortados verticalmente en muchos sitios, ya para nivelar el terreno para la construcción de casas, ya para la explotación de las areniscas y las margas. Estas últimas, de color azul, constituyen el horizonte inferior, cuyo espesor aumenta en la dirección ESE., llegando al máximo en el Cabezo situado de- trás del Hotel Colón. Descansa encima la arenisca amarilla, poco coherente, que constituye la parte más importante de la formación , agarociónda tanto en una como en otra formación capas horizontales con fósiles que, por su disposición, parecen haberse depositado en aguas tranquilas. »Subiendo á la cima de cualquiera de los Cabezos se ve que todos están coronados por el manto diluvial rojo, que adquiere cada vez más espesor en la dirección NNE. En la del NNO. dis- minuye sensiblemente la altura de ellos, llegando á nivelarse con el llano á los pocos kilómetros. »En los que están junto á la ciudad tiene el manto diluvial poquísimo espesor, dejando en muchos puntos descubierta la arenisca, que presenta una /acies diferente que en las capas inferiores, encontrándose en estas nódulos de caliza menos abundantes que en las superiores, y conglomerados de fósiles bastante compactos y revueltos que parecen desprendidos de otro lugar y arrastrados allí por las aguas. Med »Estos conglomerados, que en algunos puntos se presentan con mucha más frecuencia que en otros, como ocurre en el Cabezo de San Pedro, alcanzan en él y detrás del Hotel Colón su maximum de altura, habiéndolos encontrado aleo más bajos al NE. del primero. Por encima de ellos no he visto más que el diluvium. »Aunque los fósiles son muy abundantes en todos los cortes, la falta de tiempo, su gran estado de fragilidad y lo repetidas que se hallan algunas especies, me han permitido únicamente recoger ejemplares determinables de las siguientes a »En la marga azul: Arca diluva Lk. j Vermetus arenarts L. Cytherea istandicoides Lk. Twrritella bicarinata Eichw. Natica helicina Lk. Dentalium sezangulare Lk. DE HISTORIA NATURAL. 155 »En la arenisca amarilla : Ostrea digitalina Dul.- Murez brandaris L. — lamellosa Brocch. Vermetus arenarius L. Pecten cristatus Bronn. Dentalium cf. elephantinum? L. — varius L. Balamus sp. »Las precedentes especies han sido determinadas por com- paración con las que existen en la Universidad de Sevilla, consultadas á su vez con el Dr. Schrodt, de Heidelberg. Como se ve, esta incluído en la lista el Pecten cristatus Bronn., que se encuentra en el terreno con mucha abundancia y es un fósil característico de la formación pliocena inferior. »El Sr. Calderón me había indicado diese con el yacimiento -de los corales que, donados á las colecciones de la Universidad de Sevilla por D. Gregorio G. de Meneses, figuran según las indicaciones de este señor como procedentes de los Cabezos que cercan la playa de Huelva. Estos fósiles parecen corres- ponder á un horizonte más antiguo y de mar más profundo que los demás que yo he recogido; pero como todas las capas que he tenido ocasión de reconocer ofrecen el mismo caracter, y no he comprobado en ellas ninguna discordancia estratigrá- fica, me inclino á suponer que dichos corales, así como otras aglomeraciones que se hallan en la parte superior del hori- zonte de las areniscas, puedan proceder de arrastres de rocas miocenas que se hallan en las márgenes de Río Tinto, y cuyas rocas serían entonces costeras.» —El Sr. Chaves leyó la siguiente nota: «El catedrático Dr. Sr. D. Laureano Calderón me proporcio- nó unos buenos cristales de fuchsina de unos 10 milímetros de longitud, y más aptos para ser medidos que cuantos había visto de dicha sustancia. A pesar de que las caras de los citados cristales no reflejan la luz con la perfección que fuera de de- sear, he podido obtener algunas medidas, término medio cada una de 10 observaciones. El adjunto cristal ideal (fis. 1.*) ser— virá para representar las medidas que he obtenido. »Atribuyo el no haber hallado para ) c el suplemento de a 6 á la curvatura de las caras, muy exagerada en algunos de es- tos cristales. -»Aunque sin poderlo afirmar en absoluto, merced á la au— 156 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA - sencia de caras pinacoidales y prismáticas, tengo estos crista- les por rómbicos. eS Fig. 2,2 »Pudieran ser monosimétricos de ángulo pequeñísimo, mas la normalidad del plano de las aristas ecuatoriales con el eje C pone fuera de duda el sistema cristalino. »La orientación es indiferente en este cristal por la sencillez que presenta, aparte de la imposibilidadide tallar una lámina, lo que impide el examen de sus propiedades ópticas. »Dos circunstancias notables ofrecen estos cristales: una con- siste en formar bellas y muy marcadas agrupaciones, según ceo na: produciendo individuos como el que representa la AUT »Otra se refiere á las oscilaciones que en sus caras se pre— sentan en todos los ejemplares, y que permiten distinguir en Fig. 4.2 DE HISTORIA NATURAL. 157 ellos cuatro hendiduras que tienden á segmentar el cristal en otras tantas porciones iguales, cual si se tratase de una agru- pación de pirámides rómbicas. »Merced a estas hendiduras se pueden observar en el inte— rior las caras de las pirámides, como lo muestran los dibujos adjuntos (fis. 3.*”), llegando la segmentación en algunos indi- viduos al grado que representa el esquema en una sección por el plano ecuatorial (fig. 4.”). »Las exfoliaciones, difíciles de percibir, por ser la sustancia sumamente quebradiza, se verifican paralelamente al eje c, aunque es inseguro determinar si se trata de prismas ó de pi- nacoides.» —El Sr. Medina presentó un cuchillo de silex donado por él mismo al Museo de Historia Natural de esta Universidad, dan- do sobre él las siguientes noticias: «En mi última excursión a Constantina, realizada en el mes de Junio próximo pasado, me entregaron el ejemplar que pre- sento, recogido por unos pastores en una caverna que existe en el monte del Robledo, del término de dicho pueblo, y que por la premura del tiempo no pude visitar, cosa que me pro- pongo hacer en la primera ocasión. «Dicho ejemplar fué hallado con otros varios objetos que no he podido ver, pero que por la descripción que de ellos me hi- cieron supongo que podrían ser romanos ó quizás de la época del bronce. »Este cuchillo, que, como veis no está completo, por haberle quitado un trozo los pastores que lo recogieron, para'encender la yesca, mide 13 cm. de longitud por 15 mm. de anchura; está liveramente encorvado en el sentido del plano y tiene dos ca- ras, una plana y otra ligeramente cóncava, y á los lados de ésta se Oobservan dos biseles de 5 mm., siendo de notar que es tan delgado, que sólo mide 2 mm. de espesor. »Llama la atención en este cuchillo, además de su deleadez, la uniformidad de sus caras y bordes, y la perfección con que . está hecho todo él. | »Este objeto, como todos los de pedernal, no pueden determi- nar por sí solos la edad en que se fabricaron, pero con toda pro-. babilidad debe corresponder al período neolítico, único repre— sentado hasta ahora en los objetos encontrados en Andalucía.» —El Sr. Calderón dió las siguientes noticias sobre la 158 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Caida de un meteorito en Guareña (Badajoz). «El día 20 del pasado mes de Julio, entre diez y once de la mañana, ocurrió el fenómeno en cuestión, digno, como todos sus análogos, de consignarse en nuestros ÁNALES como un dato útil algún día para la estadistica de los meteoritos. Las noti- cias que sobre la caida del de Guareña he podido reunir, han aparecido en algunos periódicos políticos y me han sido con— firmadas y ampliadas por el señor cura párroco de dicha villa, el cual recogió las piedras meteóricas é hizo cuantas averi- guaciones pudo sobre las circunstancias que acompañaron al fenómeno. »En el momento de la caída, que ya he dicho que ocurrió en- - tre diez y once de la mañana, se hallaba el cielo completa mente despejado. Un ruido intenso seguido de algunas deto- naciones sorprendió a los trabajadores que se hallaban á la sa- zón en una viña distante unos 6 km. de Guareña, perci- biéndolas, al parecer, tan cerca de ellos, que verdaderamen—- te creyeron, en el primer momento, que una montaña veni- da de lo alto, se desplomaba sobre sus cabezas. Pronto pasó este pánico y pudieron observar la precipitación de un objeto pesado, á una distancia de 50 m., produciendo un choque vio- lento en el suelo y levantando una inmensa nube de polvo; se dirigieron hacia él poco después y consiguieron extraerle de una profundidad que calculan en 75 cm. Pocas veces ha po- dido observarse en España mejor un fenómeno de esta natu- raleza. j »El objeto extraido consiste en una piedra de dos arrobas y 15 libras de peso, que, al decir del citado señor cura párroco, por su forma, estructura y dureza, presenta de un modo ma= nifiesto los caracteres de un meteorito. Posteriormente, á una distancia de Y km. del sitio en que este se extrajo, fué halla- do otro de menor tamaño, de unos 7 ke. de peso, que debe ser un fragmento del anterior, y es probable se precipitaran otros cuyo paradero se ignora, pero cuya existencia se induce por las detonaciones que se oyeron durante la caída. Dicen que en este segundo se advertía una eminencia que correspondía perfectamente á una depresión que presenta el otro. , »La prensa de Badajoz excitaba el celo de las autoridades y DE HISTORIA NATURAL. 159 dle los profesores del Instituto, para que pasara a las coleccio- nes de este establecimiento objeto tan importante, como pare- ce que ha sucedido, en efecto, según mis noticias (1). »Notaré, para terminar, que esta caída es independiente del fenómeno meteorológico observado en Andalucía el día 8 de Junio pasado, y de la que me ocupé en la sesión anterior, y nc un mismo hecho observado en dos parajes diversos, como por error de fechas ha dicho aleún periódico. No quiere decir esto que no pueda existir relación entre ambos hechos, de natura— leza igual en el fondo: me limito á consignar que cronológica- mente son distintos, y que ha mediado entre ambos un espa- cio de cuarenta y dos días, ateniéndome no más á lo observado. y sin saber si durante ellos haya podido acaecer algún otro fe- nómeno que pasara inadvertido.» —El mismo Sr. Calderón dió á continuación algunas noticias y explicaciones sobre una nota de M. Bertrand aparecida en las actas de la Academia de Ciencias de Paris, y titulada Su la deformation de U'écorce terrestre. os IA Sesión del 5 de Octubre de 1392. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Asiste el Sr. Sanchez-Navarro y Neumán (D. Emilio), de Cádiz. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de una comunicación del Se- cretario del Observatorio meteorológico- magnético central de México, solicitando el cambio de publicaciones de aquel esta- blecimiento con las de nuestra Sociedad, que acordó pasase esta petición á la Comisión de publicación. —El Sr. Secretario leyó la nota siguiente, del Sr. Boscá, de Valencia: YE: (1) Encarta del señor cura párroco de Guareña, poseedor de la piedra más grande. al Sr. Quiroga dice se lo ha regalado al Excmo. Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo, en Cuyo poler parece hallarse.—/Vota de la Com. de Publ.) 160 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Noticia de algunas plantas americanas cultivadas en el Botámico de Valencia. «Cuando en el mundo civilizado repercute la fecha gloriosa del descubrimiento de América, incumbiendo a España parti— cularmente el señalar la transcendencia de tan colosal hecho histórico, sería punible abandono el pasar en silencio que la Universidad de Valencia, entre sus medios para la enseñanza, posee un extenso jardín botánico que, á pesar de su deficiente organización y de alcanzarle en varios conceptos la penuria ceneral del Tesoro público (1), siquiera sea esto de un modo transitorio, mantiene entre otras preciosidades el cultivo de eran número de plantas de origen americano, ya como ejem— plos aislados, ya formando colecciones de inestimable valor para los estudios de filosofía natural. »A mediados de siglo, cuando la enseñanza de la agricultura existía establecida en dicho jardín, antes de que se encomen- dara á los Institutos de segunda enseñanza, ya se ensayó el cultivo del cacahuete de México (Arachis hypogea L.) con sor- prendentes resultados, difundiéndose desde luego en la comar- ca el producto obtenido, gracias á lo que bien pronto pudo transformarse una extensa parte de la ribera baja del Júcar de tierras arenosas y de inferior calidad, en solicitados campos donde producir en eran escala dicho fruto alimenticio oleagi- noso (2), que encuentra en lo movible del suelo la mejor condi- ción á que alude el gráfico nombre específico impuesto por el inmortal Linneo, defendiéndose de ese modo como planta ánua para dejar asegurada su propagación, que abandonada, forma hermosa pradera, y atendida, produce además del fruto, exce- lente paja para el ganado vacuno. »Más tarde y con la asistencia escolar de muchos de nues- tros actuales horticultores, se ensayó con no menos éxito el (D) Véanse los números 367 y 368 del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, Junio de 1892, (2) El aceite de cacahuete ó mani al pronto tuvo poca estima por su gusto 4 habi- chuela cruda, pero observado que esto radicaba tan sólo en la parte embrionaria, la mecánica inventó separar éste de la almendra, mediante un desgrane especial, dedi- cándose el embrión, separado, para alimento de las aves. El aceite resulta más fiuido y apenas coloreado, sustituyendo al de olivas con más frecuencia de lo que se cree. DE HISTORIA NATURAL. 161 tubérculo boniato de Cuba (Batatas edulis Chois.), que si bien no alcanza como golosina a la batata vulgarmente llamada de Malaga, de la cual es una variedad, ni los precios de ésta, en cambio el ser más rústica permite que se extienda su cultivo fuera de la comarca de Andalucía, proporcionando grandes rendimientos y alimento sano para las clases menos acomo- dadas. i »Pero la verdadera esfera de acción del jardín hay que bus- carla en el campo de la especulación científica, pudiendo ase- ceurarse que de cincuenta años a esta parte no se ha importado en Europa planta notable que no se haya intentado por lo menos, por medio de semilla, adaptarla á sus estufas 0 en plena tierra, siendo muchas las especies que han tomado plaza definitiva en sus cuadros, obligandonos la falta de medios téc— nicos á ser parcos en las citas, que en otro caso pudieran ha- cerse en gran número. »La capital importancia de las colecciones como medio sobre que sustentar los estudios evolutivos, ha hecho el que se ne menten estas en el Jardín, siendo entre todos los países el de México el que ofrece mayor y más variado contingente por la facilidad en la cría de muchos de sus tipos morfológicos. En efecto, lo accidentado de su clima, así como en lo topográfico y geológico, encierran evidentes analoglas para con determi- nadas localidades europeas, invitando á mutuas aclimatacio—- nes para las plantas”, muchas de las que han pasado a formar parte adicional de las respectivas floras, pudiéndose invocar asimismo como origen racional de la repetición de formas dentro de las familias y géneros peculiares ó casi peculiares á dicho territorio la riqueza de detalles contribuyentes á la vege- tación, acompañada de multiplicadas estaciones botánicas, comprendidas, no obstante, en los rasgos fisiológicos que ca— racterizan las erandes comarcas. »Las colecciones aludidas más numerosas son las del género Agave, de las familias Bromeliáceas y Orquídeas, del género Echeveria y de la familia Cacteas. Los géneros Yuca y Canna, la familia Aroideas y el género Gloximia cuentan, respectiva mente, con muchos números, y el funesto invierno de 1890 á 91 arruinó casi por completo una hermosa colección del gé-— nero Begonia, en su mayor parte compuesta de especies ame- Ticanas, y otra del género /nesta, correspondiendo también á ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXI. il 162 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA América la perla del Jardín, la Chorisia speciosa Sainmt-Glitt, eran ejemplar, criado al aire libre, único que ofrece esta cir cunstancia en los jardines de Europa. »La dificultad de detallar en un trabajo de esta indole las muchísimas especies americanas que se cultivan además, nos concreta á fijar en doscientas por lo menos el número de las formas genéricas repartidas entre estufas, invernaderos y ple- na tierra. ] COLECCIÓN DEL GENERO Agave. »La mayoría de sus especies y variedades pasan el invierno al aire libre, y las que de ellas se hallan en tierra, raro es el año que alguna no dé su flor, siendo seguido esto de la muerte del ejemplar. Las erandes especies tardan doce y dieciséis años en llegar a este caso, como el 4. mexicana Lam., de la que se ex- trae la importante cosecha del pulque. La tan gigante como hermosa 4. /2t(11 Karw. hace dos veranos nos sorprendió en que en vez de madurar el fruto, las flores se desprendían mar- chitas, quedando á cada lado de la impresión que dejaban en la rama del escapo una yema, que poco después resultaba una pequeña pitera. El número de estas recogido excedió de 2.300, teniendo que afianzar la esquilmada planta para dar lugar a que se viera este caso de viviparidad, se fotografiara y que fue- ran saliendo raicillas á la nueva progenie para darles tierra, esperando hoy las órdenes oportunas para que sean traslada— das al pie del monumento que va á levantarse en la Rabida. Hé aqui la lista total, faltando tan sólo tres especies sin cla= sificar: Á. americana. Á. aylinacantha. A.americana var. fondo verde, | —- cerulea. bordes amarillos. — COrulescens. A. americana var. fondo ama- | — chapiensis. rillo, bordes verdes. - cloracantha. Á. americana var. jaspeada de | — coccimed. amarillo toda la hoja. - cubensis. - angustifolia. — densifiora. - aplanata. = feroz. =— USPCITIMA. Alifera minor. DE HISTORIA NATURAL. 163 A. filifera viridis. A. nodilis. - Francesont. — potatorum. - Fimkiana. - Salmiand. = grandidens. s = —= latifotia. - heteracantha. - sienophylla. — hystriz. = sSiricio. => Tatlns. = Siricia hysiriz. = Jaquimana. — DIVIPara. - Lindent. - Werchajelti. - Nirea. - aumiviliata. - lophanta. - — xylinacantha. - Macrocantha. = zalepensis. — Mexicana. | = g¿ylinacantha. —= MCracantid. - yucefolia. =- Millerit. — Zhaqmit. »Las Bromeliaceas se conservan en su mayoría en una pe- «queña estufa fría que sólo gana de 4” a 5” sobre la mínima «exterior. Las del género B/0ergia forecen con más frecuen— cia, necesitando especial cuidado su eje tubular que en verano “se le lava con alguna frecuencia a fin de renovar bien el agua que mantiene como efecto de las irrigaciones á jeringa. Las especies epifitas de poco tamaño se cultivan en jaulas de madera 0 en macetas trepales, dando buen resultado el ensayo de aplicarlas sobre un tronco muerto de palmera común. Com- prende la colección los géneros y especies siguientes: AFemea variegata. Billdergia Zebrina. — — discolor. Bonapartea flamentosa, aire ANInassa sativa. libre. — (vartetas). — Juncea, 1d. Bulidergia amena. Bromelia Karatas. — Jfarmosa.-: Cryptantus zonatus, estufa cá— — - fastuosa. lida. — gramulata. Dykia remotiflora, aire libre. — tidifolia. Hohembergia strobilacea. = . -Morellit. Pitcairnia A ltensteinii. — pallidifiora. — latifolia. -= piramidalis. * — undulata. — vittata. »Mas cuatro especies sin clasificar. 164 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »El cultivo de la variada colección de Orquídeas tropieza en esta localidad con lo muy selenitoso de las aguas, que al te= nerse que prodigar en forma de lluvia durante cuatro meses. ó alero más, acompañado en lo posible de una persistente ven- tilación, forma sobre la superficie especial de sus hojas y sobre las ralces aéreas una capa incrustante nada favorable para la vitalidad y belleza de las plantas. Con el objeto de aminorar el daño en determinadas especies, de suyo más delicadas, se em- plea el agua de lluvia siquiera para la movida, sumergiendo en un depósito la planta entera con su jaula, con lo que se consigue gran ahorro de tan preciado liquido, puesto que al no haber aljibes en el jardín se tiene que economizar las pe— queñas existencias conservadas en grandes garrafas. Los gé= neros y especies americanos, la mayor parte de los E dan flor anualmente, son los siguientes: Acineta Humboldtit. Acropera Londdignesit. Ada aurantiaca. Anguloa Clomwesit. — Ruckerit. Arpophyllum giganteun. Brassabola Dygbyana. MES aca: Burlingtonia decora. — ngida. Catasetum Bungerothii. Cattleya chocensis. — guttata Leopold:. — labiata. — Herissomand. — mutabilis. — —Shinnerit. — Triane. Chisis bractecens. Colaz Jugosus. Epidendrum cornutun. — Brassabole. — grandi forum. Howlletia * brocklehuwrstiana. Houlletia Odoratissima. Lelia autumnalis. Lelia albida. Leptotes bicolor. Lycaste Skimnert. Masdevallia amabrlts. . bella. Maxtllaria tenmfolta. Miltonia spectabrilis. Odontoglossum CitTOSNVAM. — CPÍSPUM. mn grandis. — insigne Leopol= ABUM. — pulchellum. = Sehlicperiammn. Oncidium PForbesit. — papiulio-majus. Paphima cristata. Peristeria elata. Schomburgitia undulata. sSelenipedium Rezl. Sobralia macrantha. Stanhopea insignis. DE HISTORIA NATURAL. 165 Stanhopea oculata. Stanhopea tigrina. — suwaveolens. Trichopilea suavis. »El género Echeria, cuyos representantes. en nuestra flora se hallan entre las especies crasas de Sedum, está representado por una escogida colección de mucho estudio llegada al jar— dín en pequeños retoños procedentes de tres distintos estable— cimientos hortícolas del centro de Europa, habiendo prospe- rado tanto en el nuestro, que la mayoría de las especies mar— chan sin ocuparse de ellas apenas (1); no obstante, tienen un formidable enemigo, especie de P4ylloxera, que llega á pro— ducir tantas y tan gruesas agallas en sus raices, que compro— mete la existencia de la planta, la cual suele poblarse de rai- cillas adventicias en gran número por la parte inmediata— mente superior de donde se halla la alteración anatómico- fisiológica. Las formas de rosa crasa en varios verticilos y de colores garzos unas veces; las grandes hojas espatuladas y de colores obscuros. con tintes metálicos otras; la facilidad en su multiplicación ya por estaca, ya por semilla para las hibrida— ciones, hace el que al menos en los países secos presten gran recurso para las borduras y otros adornos de jardinería, ofre— ciendo la máxima belleza en la primavera y principios de ve- rano, época correspondiente al período lluvioso de donde son originarias, pues la mayor tensión de la savia hace resaltar su turgencia y la intensidad de la coloración. »Una de las enseñanzas que más se evidencia es el aprovi- sionamiento de tejidos y jugos durante dicho período de llu- vias allá, 0 la mucha tolerancia para con las pulverizaciones y riegos de pie aquí, alternando con otro período de sequedad en el cual vive la planta de su propia reabsorción, quedando sus hojas reducidas á una apergaminada piel. Las especies. por orden alfabético, son: Echeveria acicularis. Echeveria albicans. — aciphylla. = ANVENA. — acutifolia. — atropulla. — agavordes. = bracteosa. (1) Las especies procedentes de la parte más al Norte de México van con mucha - dificultad quedando de ellas tan sólo dos. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Eichevería carinata Gandaven— | Echeveria humilis. SS: = imbricatissima. — . marsilien— — lancifolia. sis. — linmgueformas. corunculata. — media. ceelestis. . — metallica. COrulescens. — — CIISPA. CINErea. = UIT COCCINCA. — CIO cocheari. — MOTTemMand. compacta. — MWMucronata. clavifolia. OS: De-Deiensi.. — mivalis. Delmetiana. — nuda. depressa. — opalina. desipiens. — orbiculata. digitalis. — pachiphitoides. discolor. — perbella. emmnens viridis. — prumnosa. Jarinosa. —= 1,» PUIPUrescens: Jascientata. — pulverulenta. Jastuosa. = TPeLUsa. JOTMOSA. = TOSCO. Jruticosa. — VOSCÍOTIMAS. JUCOSA. — rubella. Punkii. SCD JuUSifera. — Seheideckeri. gibtifiora. = secunda mayor. glauca. = Secunifera. — porrecta. — sitellata. | glo00sa. — . Van.der Heydent. — excelsa. — Wotweriana. grandicephala. | »Mas cuatro especies sin clasificar. »El medio ambiente anotado para las Keheveria, quizá mu— cho más acentuado en más ó en menos en cuanto á la seque— dad, ha contribuído sin duda á determinar las variadas formas de las cácteas, que de una manera tan típica representan a la América. Su extraño porte y el contraste producido por las / DE HISTORIA NATURAL. 167 fueaces pero hermosas flores han contribuido á su vulgariza- ción, al menos en la parte meridional de la Península; y entre todos los tipos el de los nopales, por su rusticidad y azucarado fruto, si ya no son un negocio en muchas localidades como las de Murcia y Cartagena, pudiera serlo para alimentar la fabricación de alcohol, multiplicándolos en gran escala por las vertientes expuestas al Mediodía y parajes abrigados, que por lo accidentados se tienen como improductivos. La facili- dad en la multiplicación abandonada á sí misma puede obser- varse en muchos de los castillejos de la Edad Media, cuyas Tuinas se ven cercadas de estas embarazosas plantas llevadas quizá como defensa no despreciable para aquellos tiempos. La apicultura contemporanea encuentra también un gran re— curso en la flor de Opuntia, que procurando establecer en la comarca varias especies cuya florescencia se enlazara, llega- ría á ser buen recurso para nuestros labriegos tan faltos de pequeñas industrias (1). »En general las cácteas se cultivan al aire libre en maceta, no obstante el reservar una colección manual que se aloja en invernadero de mucha luz y ventilación, más que por el frio por evitar un exceso de humedad, lo que se procura también para las Lcheveria. Las especies epifitas como los Rhipsalis, Epiphyllum, etc., van bien sustentadas sobre la cara interna de una corteza de coco americano, á imitación de los cultivos que hacen los japoneses. Comprende la colección los géneros y especies siguientes: | Astrophyton miriostigma. Cereus fageliformas. Cereus Bonplandit. — Forbestit. — Bridyesit. — grandifiorus. — corulescens. — —peruviamus. — colubrinus. — — MONSTIMOSUS. — ertophorus. — platygomus. — enphorbioides. — prumosus. — Cxagonas. — YTostratus. — Fernanbucensis. — Serpentums. (UY) Mi excelente amigo y compañero D. Miguel Berga, Director de Sanidad en el puerto de Palma de Mallorca, me ha comunicado sus ensayos practicados en dicho sentido, los que resultan muy satisfactorios. 165 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cereus tephracantivus. Mammillaria stellata. — triangularis. — — aurala. Echinocereus cinerascens. | — tentacullala. — Elhrembergti. — Wildiana. => pectimiferus ? Opuntia brasiliensis. —, pentalophus.' — candelabriformás. Echinocactus Blanckit. — corrugata. — Echidne. — crimfera. — hystriacantivus. — decipiens. — leucacantivus. — diademata. Echinopsis Decassiana. de — elata. Epiphyllum truncatum. — exubiata. — o — var. — glauscescens. Mammillaria anceps. — . glomerata. ==. angularis. — 1AMCrmas. — crinita. == mcrodasys. — erecto. — missowrensis. = Giliotii. — monacantha. — glabhiata. — polyantha. — glomerata. — Salmiana. — Kermesit. — .stricta. — longimama. — Zwma. — MVECA. — tumicata. — poligonata. Phyllocactus Ackermannt. == VeCcurva. — crenatus. — rhodanta. Pilocerens sentis. — — polia- | Rhypsalis cribata. cantha. — flocosa. 3 == TUÑCEDS. — funalis. — rufocrolea. — pentaptera. -- Sehlechtendalii. — rhombea. — sericen. — Saiglonit. — -SPINOSISSIMA ? »Mas once especies de cácteas sin clasificar.» DE HISTORIA NATURAL. 109 Sesión del 9 de Noviembre de 1892. PRESIDENCIA DE DON MÁXIMO LAGUNA. —Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acerca de las que acordó la Sociedad que se diesen las gracias á los donantes de las regaladas. —El Sr. Bolivar leyó la nota siguiente del Sr. Boscá, de Va— lencia: i (La Perla del Botámico de Valencia.) «Amaneció el 4 de Febrero de 1860' y los chicos nos lanza— mos apresuradamente en busca del terrado de la propia casa ó del miramar del vecino, rogando á nuestros padres nos lle- varan al Miguelete, suprema dicha en aquellos momentos. Mirábamos con asombro los extraños perfiles determinados por una formal nevada que había disfrazado á la ciudad y sus al— rededores, fenómeno del que solo teníamos vaga idea adquiri- da mediante segundas personas, contrastando nuestra alegría con las consideraciones pesimistas de las personas graves apro- pósito de la agricultura valenciana, ya impotente para el cul- tivo de la caña de azúcar que un día cubría los campos del Ca- ñamelar, pueblo hoy de pescadores y veraneantes, asi como el Cabañal donde radicaban los ingenios para la elaboración del rico producto. No faltaba quien se acordara también del Jar— dín Botánico de la Universidad (1), establecimiento sin rival en España, donde tantas plantas exóticas se crían al aire libre, lamentando el meteoro que tan raro se consideraba entre los habitantes, comentandose el hecho por todos, bien ajenos á lo que en aquellos momentos ocurría al otro lado del Estrecho para gloria de nuestro ejército. - »Hallabase en dicho Jardín, en la primitiva estufa grande, una planta que llamaba la atención por su tronco, grueso en (1) Por circunstancias que no son para relatar en este sitio, era en aquella fecha mucho más conocido el establecimiento que lo es hoy. ' 1:0 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA el tercio inferior y como ahilado en el resto, y tanto estas par- tes, como las ramas, aparecian recubiertas por un sinnúmero de espinas de ancha base, desiguales y lo suficiente agudas para lastimar las manos. Era la Chorisia speciosa Saint. Hill, propia de los bosques del Brasil; miembro de la familia de las Esterculiaceas, así llamada por comprender varios árboles cuya flor huele á estiércol. Profusamente esparcida por la América española, se la conoce por el nombre vulgar de árbol de los pájaros, pues tienen estos marcada predilección por anidar en él, a causa, sin duda, de la protección que ofrecen las espi- nas contra los monos y otros enemigos que pudieran trepar en busca de sus nidos. »Habíase acumulado la nieve en talud entre las esteras que cubrían el techo de la estufa y el muro que lleva la galería que la domina, produciéndose por derretimiento una gotera que pasó inadvertida por deslizarse inmediatamente sobre lo más alto de la planta, matando el ojo terminal de nuestra Cho- ista que bien pronto apareció toda ella resentida. »Llegada la época de trasladar las plantas de las estufas é invernaderos al umbráculo, tanto por creer que el ejemplar que nos ocupa se hallaba poco menos que perdido, así como por las dificultades que ofrecía su alojamiento, dado su tama- ño, se convino en plantarle al aire libre en una de las va— cantes que existian entre las filas de arbolado que guarnecen los cuadros de la escuela (1), resolución un tanto frecuente y obligada, por ser generalmente más faciles las sustituciones que la improvisación de medios al compas de las necesidades: desahucio disimulado que no pocas veces por la benignidad del invierno d inviernos subsiguientes ha dado lugar á la acli- matación casual de determinadas especies que por ignorar su punto de procedencia á causa de la escasez de libros, no se ha- Dian expuesto al rigor de nuestro clima. Bajo la influencia del aire libre nació bien pronto una yema á cada lado del vértice de la planta arruinada en la estufa, creciendo rápidamente las dos ramas de la bifurcación al par que se igualaban los diámetros del tronco, llegando á ser una de los árboles más altos y frondosos del Jardín, hasta que en (1) Cuadro correspondiente á las Crucíferas á la parte derecha de la entrada deb Jardín. DE HISTORIA NATURAL. 171 1885, el mismo huracán que tan funesto fué para el Botánico de Madrid, alcanzando también á Valencia rompió en redondo las dos grandes guías de tan extraño ejemplar, quedando otras muchas ramas secundarias rotas y enmarañadas entre ellas por espacio de muchos meses en lo alto del tronco, tal es la es- cabrosidad de su corteza y también las dificultades para llevar a la altura como de 14 m: por donde ocurrió el desmoche. Estas circunstancias se opusieron á las operaciones de resec— ción y taponamiento de las partes lastimadas, como procede en tales casos, para prevenir la descomposición interior de la caña, mayormente cuando su madera es en extremo flo- ja, siendo una fortuna el que los tejidos de la corteza alcancen oran vitalidad en esta especie, pues con relativa rapidez fue— ron recubriéndose gran parte de las rasgaduras. »Después de la mutilación aparecieron varias ramas espar— cidas á lo largo de la caña, antes despoblada, formándose al propio tiempo nueva y apretada copa, viniendo a quedar her- moso y llamativo aun para los visitantes ajenos á la ciencia, y en cuanto á los cientificos amantes de la botánica, resulta la especie más interesante que puede presentarse ante sus ojos, criada al aire libre, bastando decir para que se comprenda su robustez, que alcanza el tronco la circunferencia de 2,57 me- tros, medido á uno de altura. Tal desarrollo y mérito, único caso en los jardines de Europa, va acompañado de otra cir— cunstancia que no puede apreciarse sino en días de verdadera lluvia, es la de presentar la piel numerosas pintas de amarillo verdoso sobre el fondo grisáceo bastante claro que ofrece el conjunto de sus numerosísimos tubérculos espinosos. »Otro interés representa para el hombre de ciencia, además de la aclimatación, el citado ejemplar que, según se dice, ha producido flor por dos veces, pues resulta una demostración de cómo los árboles de hoja perenne, circunstancia que segu— ramente la reunirían todas en su origen, acomodandose al me- dio falto de calor en determinada época para continuar la ve- vetación, y á pesar de la mucha humedad se despoja por com- pleto de su hoja durante el invierno, vistiéndose de nuevo cada primavera, pasando por consiguiente á la categoría de arbol de hoja caduca en nuestro pais. »Con el objeto de que pueda apreciarse mejor el aspecto de la “ corteza de la planta que nos ocupa, se acompaña adjunto una 172 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA lotoerafía debida á la galantería de mi inteligente amigo se— nor Climent Sebastiá, que los socios podran examinar.» —Zl Sr. Fusset, en su nombre y en el del Sr. Fernández Na- varro, leyó la siguiente nota: «Comisionados por el Ministerio de Fomento durante el ve— rano próximo pasado en la Estación de Biologia Maritima de Santander, mi querido compañero D. Lúcas Fernández Nava= rro y el que suscribe, pensamos cumplir con el deber de dar cuenta á la Sociedad, mediante la presente nota, de los traba- jos en que nos ocupamos en aquel centro de investigación y ds enseñanza, supliendo así, en algún modo, lo que estima— mos debiera exigirse a todos los que en iguales circunstancias visitan aquella Estación, como comprobante de que no ha sido perdido el sacrificio, no muy espléndido por cierto, que nues- tra Administración hace con los alumnos ó licenciados para que puedan estudiar la flora y fauna del Cantábrico. » Y como este centro está generosamente ofrecido a la Socie- dad por su ilustrado Director, profesor D. Augusto G. de Lina- res, creemos de todo punto conveniente que los señores socios puedan juzear, por esta ligera nota, de la utilidad de estas pensiones y de la conveniencia de que se establecieran de un modo permanente. »Durante el tiempo de nuestra permanencia en la Estación de Santander, tuvimos aleunas ocasiones de verificar otras tantas excursiones á los diversos puntos de aquella costa, acompañados y dirigidos por orden de su Director, por el auxi- liar de la Estación D. José Rioja, y provistos de suficiente nú— mero de frascos para recoger las especies que encontráramos y que después habían de servir para nuestros estudios prepa- ratorios en el laboratorio de la Estación. En estas excursiones, utilísimas en extremo por dos causas, a saber: enseñanza prác- tica para la recolección y manera de vivir de determinadas especies (como v. gr. algunos gusanos, los Branchiomma, Are- nicola, Spirographis, etc., que viven ocultos en unos tubos ci- líndricos que ellos mismos se fabrican en las arenas de las playas 6 en los sables, cuya comunicación con el exterior es mediante una ó dos aberturas, según las especies), y conoci- miento de la distribución de las mismas especies en aquella costa, aprovechábamos el tiempo de duración de las mareas bajas, con el objeto de efectuar libremente estas observacio— DE HISTORIA NATURAL. 173 nes, lo cual éranos permitido cuando por efecto de la hbaja- mar quedaban al descubierto los diferentes sables de la bahía. »Como nuestra estancia en la capital montañesa había de ser muy limitada, porque nuestra reducida pensión no permi— tía que la prolongáramos, aprovechamos también un día apa— cible para dedicarlo á la pesca pelágica (1) y al dragado, ano tando, tanto en estas como en las anteriores excursiones, merced a las indicaciones del Sr. Rioja, los nombres de las especies recogidas, sobre las que versaron después nuestros estudios, y cuya lista, ordenada con arreglo á la clasificación de Claus, es la siguiente: PROTOZOOS. Rizópodos.—Foraminlfero pelagico; observado y recogido en la pesca pelágica. Infusorios.— Paramecim sp.; 1d. id. CELENTEREOS. Esponjas — Halichondria panicea; observada y recogida en las peñas del litoral. Geodía sp.; id. id. Sycon ciliatus; id. id. Antozoos.— Balanophyllia italica; observada y dibujada por un ejemplar vivo existente en el acuario, y recogido en la isla de la Torre. GForgonia sp.; observada y dibujada por un ejemplar vivo, re- cogido a 300 m. en el mar de Los Cabezos. Zoantarios.— Áctimia echina; observada y recogida en las peñas del litoral, en donde se encuentra muy abundante. Bunodes gemmaceus; observado y dibujado; recogido en la isla de la Torre. Anemomia sulcata; observada y dibujada; muy común sobre zo0osteras en la Magdalena y en los sables. (1) Farala pesca pelágica usábamos un sencillo aparato, compuesto de un palo de madera de 1,5042 m. de longitud, á un extremo del cual va unido un aro de acero, y á éste una pequeña manga de gasa bastante fina para retener los animales por pe- ; queños que estos sean. 174 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sagartia parassitica, var. libera ; observada, preparada y di- bujada; recogida sobre zoosteras en los sables. Cerianthus membranaceus; observado y recogido en los sa= bles; bastante común. Eloactis Maczelli; observado y recogido en la Magdalena; este es menos común que los anteriores. Polipomedusas.—Podocoryne carnea; observados la medusa libre y los pólipos; la primera recogida en el Plankton, los segundos sobre conchas de Vassa. Tubwlaria larynx; recogida en el muelle del carbón, y pre=. parada. —Plumularia setacea; recogida en los sables y abundante en las peñas sobre conchas de Myti/us; preparada. Sertularia polyzonta?; observada y dibujada. Campanaularia fleruosa; recogida sobre zoosteras; es muy co- mún; preparada y dibujada. Ovdelia gemiculata; id. 1d. EQUINODERMOS. Crinoideos.—Commatula mediterranea: observada y dibujada; recogida en Maliaño. Asterioideos —Aslterias glacialis; observada y a re- cogida en los sables, y muy común en la costa. Asterina gibbosa; observada y recogida en la isla de la Torre. Ophiothrizx fragilis; recogido en el dragado. Amphiwra squamata; 1d. id. Ophrioglypha lacertosa; 1d. 1d., y abundante en la costa. Equinoideos.—Strongylocentrotus lividus; muy común en las peñas, sables, etc.; dibujado después de haber hecho la disección. | Spherechinas granularis?; recogido en el dragado; es muy raro. Echinocardius mediterraneus ?; recogido en los ble e en Sopared. Iloloturioideos.—Holothauria tubulosa; recogida en los sa= bles, en donde es muy común ; dibujada y hecha su ana= tomla. Synapia inherens; recogida en la isla de la Torre y dibujada. DE HISTORIA NATURAL. 175 GUSANOS. Platelmintos.— Planaria sp.; recogida en los sables y dibu- jada. Lineus sp.; id. id. Anélidos.— Diopatra sp.; observada y recogida en los sables. Narers sp. 1d. 1d. Aremicola piscatorum; recogida en los sables y en la Magda- lena; dibujada y hecha la anatomía; común. Cirratulus sp.; id. id. Spirographis Spallanzana; 1d. 1d.; bastante común. Phascolosoma elongatum?; id. id.; menos común. Branchiomma Kollikeri; id. id.; abundante. ARTRÓPODOS. Crustáceos.— Lepas anatfera. Pollicipes cornucopia. Caprella linearis; observada y preparada. Talitrus saltator; muy abundante en la playa. Crangon vulgaris; muy abundante en todos los puntos de la costa. Carcimus mecenas; 1d. id. Larvas de Pagurus; recogidas en la pesca pelagica y prepa- radas. Larvas de Bragwiuro; id. id. MOLUSCOS. Aplysia depilans?; hecha su anatomía y dibujada; poco común. Gibia sp.; id. id.; de ejemplares conservados en la Estación. Embriones de Aplysia; recogidos en la pesca pelágica. MOLUSCOIDEOS. Briozoos.—bBygula tuwrbinata; recogida en los muelles, muy abundante; preparada y dibujada. Flustra carbasea; 1d. id. ! 176 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA , TUNICADOS. Ascidias.—Phallusia mammillata; recogida en los muelles, sables, etc.; muy abundante; hecha su anatomia y dibu- jada. Ascidiella depressa; 1d. id. Botrylloides sp.; 1d. id.; menos común. Amareciuón sp.; recogida en los mismos sitios, bastante frecuente. 4 1 »Antes de terminar esta ligera nota, réstanos hacer constar nuestra más plena satisfacción y profundo reconocimiento por el grande interés que el director de aquella Estación, señor D. Augusto González de Linares, se tomó por nosotros, dán- donos frecuentes y repetidas conferencias de cuanto concierne a esta clase de estudios; así como también al distinguido auxi- liar Sr. Rioja, cuya desinteresada y constante gula nos ha ser- vido de gran auxilio, durante nuestra estancia en la Esta- ción.» —El Sr. Secretario leyó las actas siguientes, de la Sección de Sevilla: SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 24 de Octubre de 1892. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Leida y aprobada el acta de la anterior, el Sr. Presidente manifestó que habiendo acordado la Sección dedicar su reunión del mes de Octubre á conmemorar el descubrimiento de Amé= rica por el inmortal Cristobal Colón, había suplicado al señor Serrano Sellés (D. Emilio) un trabajo con este objeto que estu- viera en relación con los fines que persigue nuestra Sociedad, y habiendo concedido la palabra al Sr. Serrano Sellés, leyó este señor un estudio acerca del tema siguiente: Sevillanos que trataron de cosas naturales de América. y | DE HISTORIA NATURAL. 177 La Sección acordó que dicho trabajo pasara a la Comisión de publicación. Con lo cual se dió por terminado el acto. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 2 de Noviembre de 1892, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. — Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —$Se repartió el cuaderno 1.” del tomo 1 (xx1) de los ANALES. —El Sr. Medina leyó lo siguiente: Notas entomologicas. «Hace algún tiempo venía llamando mi atención el hecho de que los muchachos saben distinguir perfectamente los dos sexos del Polistes gallicus L., llamado avispa por el vulgo, para evitarse las picaduras, que sólo pueden producir las hembras y obreras, por estar provistas de aguijón; deseando comprobar en qué caracteres podría estribar la distinción, y cómo esta sería factible á simple vista y sin necesidad de acudir á contar el número de segmentos abdominales (6 en la € y 7 en el y), ni el de los artejos de las antenas (12 en la O y 13 en el y he podido convencerme, después de estudiar numerosos ejempla= res de machos y hembras de esta especie, que constantemente la coloración de los ojos compuestos es bastante distinta en los dos sexos; de un negro intenso en las hembras y obreras-y de un azul palido en los machos (cuando el insecto está vivo). Si a esto se agrega que el color amarillo invade en una gran extensión la parte anterior de la cabeza (epistoma, mejillas y espacio interantenario) en los machos, al paso que en las hembras y obreras domina más el color negro en esta parte, no es extraño que apreciándose estos caracteres con mucha facilidad y aun á distancia, se distingan perfectamente los ACTAS DE LA SOC. ESP.—XX1. 12 178 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA machos y se pueda cogerlos con los dedos sin temor á pi- caduras. »Ienoro si el dato relativo á la coloración de los ojos figura en aleuna parte, así como desconozco también á qué sea esto debido; valga por lo que valiere, consieno el hecho, debiendo hacer notar que lo he observado en ejemplares de esta locali- dad y que no sé, por consiguiente, si ocurrirá lo propio con los de otras regiones que no he visto vivos. Sea de ello lo que quiera, es un fenómeno verdaderamente curioso y que no he podido comprobar en otras especies de véspidos.» —El Sr. Calderón leyó la siguiente nota de una Excwrsión geológica a la Sierra de las Rozas de San Juan (provincia de Sevilla ). «Con el propósito de dedicar unos días al campo como repo- so de las habituales tareas y de utilizar con provecho nuestro descanso visitando los terrenos jurásico y liaásico de esta pro- vincia de Sevilla, que son los menos estudiados en ella, em- prendimos una correría por las sierras que la separan del N. de la de Cádiz nuestro consocio D. Miguel Cala y el que os dirige la palabra, en unión de otros amigos de Morón, en el pasado mes de Agosto. »Sin haber obtenido resultados de importancia en esta ex- cursión, no dejamos, sin embargo, de hacer observaciones que merezcan quizás consignarse, siquiera como datos para estu- dios más profundos. » Salimos de Morón a caballo, a las cinco de la tarde, cru— zando la curiosa serie de pliegues rotos del eocénico, casi siempre metamorfizado, frecuentemente atravesado por ofitas y con sus calizas convertidas á menudo en yesos, de que ya he tenido ocasión de ocuparme en esta Sociedad. La noche in- terrumpió nuestras observaciones, en medio de sendas infer- nales, más á propósito para el tránsito de cabras monteses que para el de habitantes de un país civilizado, hasta que lle- amos al sitio en que debíamos alojarnos, al pie de la sierra de Las Cornudas, en paraje agreste y solitario. Lo accidentado y pintoresco del sitio, la abundancia de sus excelentes aguas y lo bien surtido de nuestras provisiones, nos permitieron asar allí agradablemente una semana de campo. y > y DE HISTORIA NATURAJ.. 179 »El terreno que nos rodeaba ofreciá por todas partes series de cerrillos, aislados por valles hondos de denudación, y unos y otros, encajados dentro de elevadas sierras. Los cerros dom:- nantes son calizos, asomando la roca desnuda en forma de. castillos, de peñas quebradas y pintorescas en los sitios eleva- dos y constituyendo terrenos pedregosos en las faldas y en el fondo de los valles. Semejante estructura y composición del país, es poco favorable para el cultivo, por la pobreza y dificil laboreo de sus tierras, al paso que ostenta una lozana vegeta- ción de monte alto, con hermosos chaparros y monte bajo, res- tos de su pasada riqueza forestal. También se admiran mag- nificos algarrobos en las cuestas y añosos nogales en los valles. - »La caliza compacta constituye, como he dicho, la roca do- -.minante en el terreno secundario de éste, como de todos los demás sitios en que aflora. Es blanca en las superficies y fres- Ca y cenicienta en las expuestas á la intemperie, sumamente compacta, pura y casi siempre atravesada por vetitas espati- Zadas que la recorren en todos sentidos. Semejante roca, con— trariamente 4 lo que esperábamos, es sumamente escasa en fósiles, no obstante estar plagada de oquedades de todos ta— maños, pero especialmente voluminosos, en los que se adivina claramente los huecos d cavidades internas de moluscos acé- falos y gastrópodos. En presencia de aquellas oquedades, de medio a un decímetro, y á veces dos y más, se entreve el an- tiguo fondo de un mar tropical, en el que se depositaran las calizas que por metamorfismo han perdido todas las huellas de los seres que entonces vivían. »A esto se hubiera limitado nuestra recolección en punto á fósiles secundarios, si el Sr. Cala no hubiera tenido la fortuna de hallar en otra excursión anterior un yacimiento sumamen- te rico en crinoideos, que volvimos á visitar. Este yacimiento se encuentra en la misma caliza que acabo de describir, á unos 300 m. de altitud, con sus oquedades caracteristicas, y está materialmente cuajado de tallos de Apiocrinus, que la ac- ción atmosférica va dejando aislados en la superficie de la roca. Con ellos se ve aleún que otro Belemnites bien conservea- do, pero imposible de extraer de la ganga, y Rynchonellas que indican el carácter jurásico de la formación en que yacen. Dicho sitio se encuentra en la misma sierra de Las Cornudas, 4 330 m. de altitud, dominandose desde él un bello panoramo, 180 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA que limitan al O. la sierra de Algodonales, al S. la de Grazale- ma y la de Esparteros al NO. »Hicimos también una visita al notable pico de Zaframagón, distante una legua de nuestro punto de residencia y del que el Sr. Cala sacó una fotografía. Sorprende en este pico, no sólo su elevación de unos 250 a 300 m. sino por el tajo pinto— resco que ha fraguado á su pie el río Guadalporcum, atra— vesando por en medio la montaña caliza. Al M., y simétrico á Zaframagón, se alza El Gastor, ya en la provincia de Cádiz, ambos con igual composición y aspecto orográfico. »No faltan tampoco atravesando estas formaciones secunda- rias los apuntamientos ofíticos y algunos importantes, como: el del cerro inmediato á la Cuesta del Zorro y otros de meno— res dimensiones en varios sitios entre San Juan y El Gastor.: Frecuentemente, en medio de un terreno de monte, aparecen manchones de terreno árido, sembrados de bolas oscuras de ofita diabásica, de tamaño aproxidamente igual y que suelen medir 30 4dm. de diámetro, á las que muy gráficamente llaman en el país cabezas de negros. En las cercanías de las ofitas que se asientan en el jurásico aparecen los mismos fenó- menos epigénicos que en el eocénico, es decir, el abisarra— miento de las arcillas y la conversión de las calizas en yesos, en el seno de cuya masa penetran á veces las arcillas diver= samente coloreadas á modo de salbandas. A menudo se di— visan , durante la estación calurosa en las laderas de los montes y en los sitios bajos, manchones blancos que parecen de nieve y.que no son otra cosa que salinas desecadas por el ardor del sol. »El adjunto perfil, que representa la estructura del terreno 1. Caliza liásica. — 2. Conglomerado calizo. —3. Psammita. — 4. Arcillas irisadas.— 5. Ofita diabásica.— 6. Yeso, DE HISTORIA NATURAL. 181 en que se asienta la ermita de San Juan, da idea de la serie de capas que le componen y de sus relaciones. - »Aunque nuestro conocimiento de estos terrenos secunda- rios de la provincia de Sevilla es todavía muy deficiente, pa- recen deslindarse en esta región dos horizontes, que si bien son muy análogos por sus rocas y concordantes al parecer, difieren por la fauna que encierran: el lías inferior y el jurá—- sico superior. »Al lías inferior, constituido por calizas blancas, pertenecen - la Sierra de Esparteros, en la vertiente de Morón, y la de las Rozas de San Juan, visitada por nosotros, y cuyo espesor no baja de 200 m. en lo conocido. Al M. de la Sierra de Esparteros habiamos hallado con anterioridad una faunula de braquiópo- dos en la misma caliza con Zesleria Partschi, Z. hierlatzica, Rhynchonella regia y Spiriferina cf, Hauer?, fósiles caracteris- ticos de la facies de Hierlatz del lías inferior de los Alpes orienta- les, y que comprueban una vez más el carácter alpino de este terreno en Andalucía. »El jurásico superior se distingue por sus calizas marmó- reas, más ó menos rojizas, brechiformes y que constituyen los mármoles 0 jaspes, como aquí se llaman, tan conocidos de esta región y de los que posee una interesante colección el Museo de la Universidad de Sevilla. En este horizonte domi- nan los Ammonites, á veces muy voluminosos, y de ellos ha— llamos un rico yacimiento en otra excursión, entre Morón y la dehesa del Roble. Encima de la caliza compacta descansa un conglomerado también calizo, al cual suceden capas de una psammita rojiza y, por último, arcillas de espesor desconoci- do. Ieual superposición comprobamos en Pozo Amargo, donde recogimos Perisphinctes indeterminables, pero de J/acies ju- rásica. | » Entre los macizos calizos liásicos y jurásicos que forman las montañas y relieyes más salientes, se extiende el terreno eocénico constituido por calizas, yesos y arcillas, casi siempre irisadas, rocas todas afectadas profundamente por agentes epigénicos que las comunican á menudo esa Jacies triásica que ha engañado tantas veces á los observadores. En ocasio—- nes se asientan sobre el eocénico algunas capas miocénicas en el fondo de los valles, aunque casi siempre cubiertas por aca _rreos cuaternarios y modernos. Junto á la ermita de San Juan 192 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA' el arado saca á luz frecuentemente restos más / menos muti- lados de Pecten y Ostrea, que deben referirse, á no dudarlo, al miocénico. | »Notaremos, por último, que hemos tenido ocasión de cóm- probar una vez más la discordancia completa que separa las capas terciarias de las secundariás en esta región, hecho no- tado también por los Sres. Bertrand y Kilian (1) y por nosotros al ocuparnos de la Moronita. El mar eocénico penetró en An- dalucía en golfos de contorno irregular en medio de una re— ción ya entonces accidentada, alzándose de sus aguas en for- ' ma de islas los promontorios liásicos y jurásicos. que aún se destacan. Estas discordancias no son fenómenos locales de dis- locación, sino la obra de un antiguo movimiento de emersión de la zona comprendida entre-la falla del Guadalquivir y el Mediterráneo, que empezó á delinear todo el futuro relieve del país. »Tales son en breve resumen los resultados de nuestras ob- servaciones geológicas en la excursión de Agosto, resultados que si bien no aportan datos de gran novedad á lo que ya se conoce con respecto, a dichos terrenos en la provincia de Cádiz, estudiados por el Sr. Macpherson, nos han parecido dignos, sin embargo, de comunicarse como materiales para el futuro estudio del M. de la provincia de Sevilla, todavía no realizado. »De otras recolecciones fué poco lo que pudimos conseguir, tanto por el estado de sequía del campo á fin de verano, como por la escasez de tiempo y de.medios de que disponíamos para recolecciones y cacerlas.» 2 —El mismo Sr. Calderón dió lectura á una nota de Mr. F. Lataste, enviada desde Santiago de Chile á la Fewille des Jeunes naturalistes, 1.7 de Septiembre de 1892, núm. 263, en la que-da á conocer un nuevo cemento para tapar los frascos y para otros usos, descubierto por él. Dijo que cuantos tienen á su cargo colecciones saben la di- ficultad de disponer de una sustancia de fácil manejo, insolu- ble en el alcohol y demás líquidos conservadores, que no se resquebraje y que pueda desprenderse á voluntad, aun des- pués de mucho tiempo de uso. Todas estas condiciones llena (1) Mission a Andalouste, 1889. DE HISTORIA NATURAL. 183 el nuevo cemento, llamado MZ por su descubridor y del que se ocupa el citado artículo. Consiste exclusivamente en una mezcla de dos á tres partes de parafina por una de cauchuco en bruto, de Pará, en pedacitos. Esta mezcla se funde durante una ú dos horas, hasta que resulta un producto perfectamente homogéneo y fluido, y entonces se le deja enfriar. . Para servirse de este cemento, no hay más que tomar una porción y fundirle; entonces, con ayuda de un pincel 6 de un palito, se va colocando en el borde del disco destinado á cerrar una probeta, 6 en otro caso análogo, y luego se'igualan estas porciones con la lampara de alcohol ó con ayuda de un cuchi- llo caliente. Si las probetas 6 frascos se cierran con tapones de corcho, basta sumergir estos en el cemento fundido para vol- verlos impermeables. Sirve asimismo para hacer planchas en que fijar los objetos que se hayan de disecar bajo un líquido, siquiera sea el alcohol, para el cual las de cera no se pueden emplear y, en fin, para cerrar las preparaciones microscópicas en sustitución de la parafina ó del lacre, aplicación esta últi- ma á que da mucha importancia el autor, pues dice que el ce- mento en cuestión se adhiere sólidamente al vidrio, no es que- bradizo y permanece absolutamente impermeable en el trans- curso del tiempo. Sesión del 7 de Diciembre de 1892. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leiída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —5Se hicieron dos propuestas de socios. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor— dando la Sociedad que se diesen las gracias a los donantes de las que son regaladas. —El Sr. Secretario leyó los artículos 12, 13, 16 y 21, y en su cumplimiento —HEl Sr. Tesorero leyó el siewiente 191 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Española de Historia Natural, desde 1.2 de Diciembre de 1891 á 30 de Noviembre de 1892. INGRESOS. PESETAS. Saldo¡end de Dicrembrede SI ella dogo 822,65 Cobrado por:cuotasatrasadas la li : 540 Td. pOr :Ccuotas COrtientes tasa a ao cal ailraa do o ol alo a Ila olla 2.110 Tdzirporicuotas adelantada a o aio OA 60 ld. por cuotas correspondientes á socios agregadoS............ po 15 Td. por setenta Suscripciones ela al sto als ata al SO 1.050 Td por isastos cobrados de tiradas aparte 7,50 Tdi? pon ventade ANALES. sta allioli e Total orales tato also elo feiala A 90 A Sao o boo 5.295, 15 GASTOS. Abonado por papel para la impresión y cubiertas de los ANALES.........o. 1.359, 41 IRALA PEONES ae . 1.852,81 Tds ¡por láminas y grabados eE 620,03 Asignación del dependiente de la Sociedade os il oi lala 480 Gastosile correos y reparto de ANA ala 175,87 Id. menores, portes de libros y presupuestos de las Secciones......... 303,78 MOTA dono lo cita JO0 600 ado a ¿e ANSION Sumanslos noresos eee olaaa oil oe ao a dietas 5.295,15 Suman los gastos........ AA DO Nao Doa ION Saldo á favor de la Sociedad en 1.o de Diciembre de 1892, 503,25 —El Sr. Secretario leyó lo que sigue: Cumpliendo con el deber que me impone el art. 21 del Re— elamento, tengo el honor de presentar el siguiente Estado del personal de la Sociedad en 1892. Socios que la formaban en 1.2 de Diciembre de 1891.......o..ooooocooooomooo.rso 30% e fallecimiento. “ 97 e tedos de baja Por renuncia..... 20 .rocoo$onaso $ o on... ..0.. 0.0000... ....«... ' 282 —.' Ingresados en 18) a coceuconsp nc. z. A AE Oe eE | De Madrid...... 119 — existentes en 1.9 de Diciembre de 1892........- De provincias... 153 298 Del extranjero.. 26 MUNI e e A or oa racai il 293 = ALTOS eco iodo js 5 DE HISTORIA NATURAL. 185 Han fallecido este año los socios Sres. Castelló y Sanchez, de Madrid; Dohrn, de Stettin (Alemania); Ferrer y Viñerta, de Valencia; Maffei, de Madrid; Pérez San Millan, de Burgos; Serra, de Barcelona, y Uhagón (D. Federico), de Marquina; de todos los que conserva la Sociedad grato recuerdo. El deseo de publicar el año pasado en el tomo correspon— diente de los ÁNALES, por ser el último de la primera sere, el Índice general, no sólo de todas las l/emorias publicadas en los veinte tomos, sino de las Votas que figuran en las 4 ctas, produjo un retraso en la aparición del último cuaderno de aquel tomo, que ha influido naturalmente sobre la de .los cuadernos del actual, retraso que se hará desaparecer con la publicación inmediata del tercero del tomo xxI, primero de la segunda serie. Es verdaderamente digno de notarse que esta Sociedad, tan modesta, privada casi por completo del auxilio oficial, lleve ya veintiun años de existencia, no habiéndole faltado durante ellos, ni trabajos originales que publicar ni medios para hacerlo; resultado del que dudaban mucho sus fundado- res allá por el año 1872, debido por un lado á su mismo apar— tamiento del carácter y vida oficiales, al cuidado que todos sus miembros han puesto en huir de las discusiones y por último á la misma modestia de su vida consagrada por entero a la publicación de los ÁnAaLEs. Perseverando la Sociedad en estos propósitos, ha dado á luz también este año Memorias y notas variadas y de gran valor científico muchas de ellas, y asÍ es de esperar que prosiga en los venideros, mientras no se aparte del camino que hasta aquí ha seguido. La Sección de Sevilla, de igual modo que en los anteriores, merece este año placemes y felicitaciones por su actividad é interés. Pruebas del que despiertan en el extranjero los trabajos de nuestra Sociedad son por una parte la constancia con que han seguido enviando á cambio de las nuestras sus publicaciones, Sociedades científicas muy importantes, el gran número de peticiones de cambio hechas por otras, y las Memorias rega— ladas para la biblioteca de nuestra Sociedad por sus autores, naturalistas distinguidos. Hé aquí la lista de las publicaciones que se han recibido durante el año que está concluyendo: 186 - ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Á cambio: Academia de ciencias médicas, físicas y naturales de la Habana (Real).— Anales. Tomo xxv11r. 1892. Entregas 329 4 332. Tomo xxiIx. 1892. Entregas 333 á 337. Academia de Ciencias y Artes de Barcelona (Real). — Boletín. Tercera época. Año 1. Vol 1. 1892. Enero, Abril, Julio, Octubre. — Necrología del Dr. D. Antonio Sánchez Comendador, leída en la sesión «extraordinaria del 15 de Mayo de 1892, por el Dr. D. Federico Tré- -mols. — Elogio fúnebre del Dr. D. Fructuoso Plans y Pujol, leído en la sesión - extraordinaria del 15 de Mayo de 1892, por el Dr. D. Joaquín M. Sal- vaña y Comas. Académie des Sciences de Cracovie.—Bulletin international. Comptes ren- dus des Séances de l'année 1891, Novembre. 1892, Janvier, Mars, Avril, Mai, Juin, Juillet, Octobre. American Association for the Advancement of Science. — Proceedings. Thirty-ninth Meeting held at Indianopolis, Indiana, August, 1890. Salem, July, 1891. American Naturalist. Philadelphia.—Vol. xxv. Números 298 y 299. Volu- men xxv1. Números 301 á 303; 305-311. Annuaire géologique universelle. Paris. — Tome vir. 2"*-4"* fascicule. Tome viu. Année 1891. 1.* fascicule. ( Comisión del Mapa geológico de España. — Boletín. Tomo xv. Madrid, 1891. | y — Mapa geológico de España en 16 hojas.— Hojas números 1, 2, 5, 9, 10, 13, 14. Commissáo dos trabalhos geologicos de Portugal. Lisboa. - Fauna silúrica de Portugal. Descripcáo de uma forma nova de trilobite Lichas (Urali- chas) Ribeiroi, por J. Y. N. Delgado. Lisboa, 1892. Crónica científica. Barcelona.— Año x1v. Números 338 y 339. Año xv. Nú- - meros 340 á 347; 349 á 361. Essex Institute. Salem.— Bulletin. Vol. xx1. 1889. Números 7 4 12. Volu- men xxi. 1890, Números 1 á 12. dE Fondation de P. Teyler van der Hult a Harlem.— Archives du Musée. Sé- rie 11. Vol. 11. 7"* partie. 1892. | Geological Survey (U.S ). Washington.—Tenth annual Report 1888-89. By J. W. Powell. Part. 1. Geology. Part. 11. Irrigation. Washington, 1890. Ninth. Ann. Rep., 1887-88. — Bulletin.— Números 58 á 81. — Mineral Resources of the U. S. 1888. By D. 'T. Day. Washington, 1890. DE HISTORIA NATURAL. 187 Geological Swrvey (U. S.) Washington. — Monographs 'of the U. S. G. S.— Vol. 1. Lake Bonneville. By G. K. Gilbert. Washington , 1890. Microscopical Society (Royal). London. — Journal. 1891. Part. 6. 1892. Part. 1.4.5. — Charter and Bye-laws. List of Fellows, 1892. Museo cívico di Storia naturali di Genova.—Serie 2.* Volúmenes v1Ir, vH, Ix. 1889-90, E Museum of Comparatiwe Zoology at Harvard College. Cambridge, Mass.— Annual Report for 1890-91. Cambridge, 1891. — Observations on budding in Paludicella and some other Briozoa. By C. B. Davenport. Cambridge, 1891. (Bulletin. Vol. xx11. Núm. 1.) — Metamorphism of clastic feldspar in conglomerate schist. By J. E. Wolf. Cambridge. September, 1891. (Bulletin. Whole Series. Vol xvI. Nú- mero 10. (Geological Series. Vol. 1.) : — A Fourth supplement to the fifth volume of the terrestrial air-breathing -mollusks of the United States and adjacent territories. By W. G. Binney. (Bulletin. Vol. xx11. Núm. 4.) — Amitosis in the embryonal envelopes of the Scorpion. By H. P. Johnson. (Bulletin. Vol. xx11. Núm. 3.) — Reports on the dredging operations of the West Coast of Central Ame- rica to the Galapagos, to the West Coast of Mexico, and in the Gulf of California, in charge of Alexander Agassiz, carried on by the U. $. Fish Commission Steamer «Albatross», Lieut. Commander Z. L. Tau- ner U.S. N. Commanding. IT. General Sketch, of the Expedition of the « Albatross» from february to may, 1891. By Alexander Agassiz. Cambridge, U. S. A. February 1892. (Bulletin. Vol. xx111. Núm. 1.) — The mesoderm in teleosts: especially its share in the formation of the pectoral Fin. By E. R. Boyer. Cambridge, U. S. A. 1892. as Vol xxTI. Núm. 2.) — On Nectonema ayile, Verrill. By H. B. Ward. Cambridge, U.S. A., June 1892. (Bulletin. Vol xxu1r. Núm. 3.) _Physikalisch medicinischen Gesellschaft zu Wiirzburg. — Sitzungs-Berichte. Jahrgang 1891. Números 4 á 6, 9. Mitglieder, und Inhalts Verzeich- niss. Jahreang 1892. Números 1 á 6. — Verhandlungen. N. F. xxv Bd. Números 6 y 7. Smithsonian Institution. Washington.—Annual Report, for the year 1888 y. 1890. — Annual Report of the U. S. National Museum for the year 1888 y 1889. — Proceedings of the U.S. National Museum. Vol. xt y x11L. — Bulletin of the U. S. National Museum.—Números 38, 41, 42. Sociedad cientifica argentina. Buenos-Aires. — Anales. Tomo xxxuHr. 1891. Entregas Iv á ví. Tomo xxxur. 1892. Entregas 1 y 11; 1v á vi. Tomo xXXX1V. Entrega 1. 188 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sociedad científica argentina.—La minería en la provincia de Mendoza.— Er Paramillo de Uspallata, por Germán Avé Lallemant. Memoria “presentada á la Sociedad científica argentina. Buenos-Aires, 1890. Sociedad Geográfica de Madrid.—Boletín. Tomo xxxI. Números 4.?, 5. y 6. Tomo xxx11. Números 1.0 á 6.0 Tomo xxx11. Números 1.0, 2.0 y 3,0 Sociedad mexicana de Historia Natural. México.—« La Naturaleza ». Pe- riódico científico. Segunda serie. Tomo 1. Cuadernos números 8, 9 y 10. Tomo 11. Cuaderno núm. 1. Sociedade broteriana. Coimbra.— Boletín. 1x fasc. 2 4 4. Société Académique franco-hispano-portugaise de Toulouse.— Université de France. Académie de Toulouse. Annuaire des Facultés (1891-92). Toulouse, 1891. — Université de France. Académie de Toulouse. Année scolaire 1891-92. Rapport annuel du Conse:l général des Facultés (11 décembre, 1891). Comptes rendus des travaux des Facultés et rapports sur les con- cours lus au Conseil académique (7 décembre, 1891). Toulouse, 1891. Societa toscana di Scienze naturali. Pisa. —Atti. Processi verbali, 1891. Ad. 10 mag., 5 lug., 5 nov. 1892. Ad. 17 gen., 15 marz., 15 mas., 3 jugl. — Contributo alla morfología delle glandule salivari degli Uccelli. Por A. Batelli ed E. Giacomini. (Memorie. Vol. vr. Fasc. 3.0 y último.) Pisa, 1892. Société botanique de France. Paris. —Bulletin. Tomo xxxv1I. 1889. Actes du Congrés de botanique tenu a Paris au mois d'aoút 1889. (3"* et der- nier fascicule.) —Table alphabétique des matiéres contenues dans le tome xxxv1.—Tome xxxviHr. 1891. Comptes rendus des Séances. 6. Revue bibliographique. D. Session extraordinaire á Collioure. Pre- miére et seconde partie.—Tome xxxIx. 1892. Compt. rend. des Séan- ces, 14 4. Revue bibliographique, A, B. Société botanique de Copenhague.—Journal de botanique (Botanisk Tids- krift. Tome xvi. Livraison 1. : — Meddelelser fra den botaniske Forening. 11 Bd. Números 9 y 10. Société d'horticulture du Doubs. Besancon.— Bulletin. Nouvelle série. Nú- meros 16 á 23. Société entomologique de France. Paris. — Bulletin des Séances et Bull. bi- bliographique. (Journal bimensuel.) 1892. — Annales de id.—Année 1891. Société hollandaise des Sciences 4 Harlem.— Archives néerlandaises des sciences exactes et naturelles. Tomo xxv. 1891. 3"* a 5"* liyr. Tome xx vr 1892. 19321 LivX: Société impériale des Naturalistes de Moscow. a Année 1891. Nú- meros 2, 3, 4. Année 1892. Números 1, 2. Société linnéenne de Bordeaux.—Actes. Vol. xLiv. 5"* Série. Tome 1v. 1890. Vol. xxxur. 1" et 2% livraisons. DE HISTORIA NATURAL. 189 Sociéte linnéenne de Normandie. Caen.—Bulletin. 4* Série. 5* vol. Année 1891. 3* et 4*fasc. Caen. — Bulletin mensuel de la Com. météorologique du Calvados. Juillet, 1891. Société zoo0logique de France. Paris.—Bulletin. Tome xv1. Números 9 y 10. Tome xvi. Números 1 á 7. Zoologischer Anzeiger.—Números 378 á 406. Zoologisch. botanischen Gesellschaft im Wien. (K. K.) —Jahrgang 1891. xLI Band. 1v Quartal. Jahreang 1892. xt11 Band. 1á 11. Quartal. Como donativos: Australian Museum.— Annual Report for the year 1890. Sydney, 1891.— Idem id. 1891. Sydney, 1892.—Records. Vol. 11. Números 1, 2 y 3. AZCÁRATE (D. Gumersindo de).— Discurso leído el día 11 de Noviembre de 1892 en el Ateneo científico y literario de Madrid con motivo de la. apertura de sus cátedras. Madrid, 1892. Dos ejemplares. (Don. del Ateneo.) Bere (Dr. Carlos).—La formación carbonífera de la República argentina. (Artículo publicado en los An. de la Soc. cient. arg. xxxt, 1891.) — Dyscophus odontophagus. Un nuevo grillo uruguayo cavernícola. (Ar- tículo publicado en los An. de la Soc. cient. arg. xxxtr, 1891.) — Nuevos datos sobre la formación carbonífera de la República argentina. (Artículo publicado en los An. de la Soc. cient. arg. xxxtr, 1891, 68.) (Don. del autor.) Braca (Theophilo).— Historia da Universidade de Coimbra. Tomo 1. 1289 á 1555. Lisboa, 1892. (Don. del autor.) CaLDERÓN (D. Salvador). — Les inclusions microscopiques des minérauz. (Extr. de la Feuille des jeunes naturalistes. 22* année. 1% Mars, 1892. Núm. 257.) — Sur la concomittance du sel gemme el de la matiere organique dans les mémes gisements. (Extr. du Bull. de la Soc. géol. de France. 3.* série. x1x, 914. Séance du 2 Nov., 1891.) — Los naturalistas españoles en América.— Discurso leído en el Ateneo y Sociedad de excursiones de Sevilla al inaugurarse el curso de 1892 á 1893, por el Presidente de dicha Sociedad. Sevilla, 1892. (Don. del autor.) Catálogo de las plantas del herbario recolectado por el personal de la su- primida Comisión de la flora forestal. Manila, 1892. (Inspección ge- neral de Montes de Filipinas.) (Don. del Ministerio de Ultramar.) Cuorrar (Paul).— Note sur le crétacique des environs de Torres-vedras, de Peniche et de Cercal. (Extracto da Comm. dos Trab. geol. de Portu- gal. Tomo 11. Fasc. 11.) 190 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Cuorrar (Paul).— Espagne et Portugal. Paris, 1892. (Extr. de l'Ann. géol. univ. vit, 1890.) (Don. del autor.) Cuxyí y MARTORELL (D. Miguel).— Una excursió entomológica nocturna. Bar- celona, 1892. (Don. del autor.) Feuille des jeunes naturalistes. 111? Série. Números 256 á 266. (Don. del se- ñor Dollfus.) GIRARD (Albert Alexandre).— Les céphalopodes des ¿les Acores et de Uíle de Madere. Lisbonne, 1892. (Don. del autor.) GREDILLA Y GAUNA (D. A. Federico). — Estudio sobre los meteoritos. Madrid, 1892. (Don. del autor.) HarLú (E.)— Une mandibule de singe du repare de hyénes de Montsaunés (Haute-Garonne). (Société d'Histoire naturelle de Toulouse.) (Do- “nativo del autor.) Humming Bird. London.—Vol. 1. Núm. 12. Vol. 11. Núm. 2. Kansas University.—The Quarterly Vol. 1, july, 1892. Núm. 1. Lacuna (D. Máximo). — Flora forestal española, con la colaboración de D. Pedro Ávila. Segunda parte, con Atlas. Madrid, 1890. (Don. del Director general de Agricultura, Industria y Comercio.) MaLIADa (D. Lucas).— Catálogo general de las especies fósiles encontradas en España. Madrid, 1892. (Del Boletín de la Comisión del Mapa geo- lógico de España.) (Don. del autor.) Minnesota Academy of Natural Sciences.—Bulletin. Vol. 11. Núm. 2. Pro- ceedings and accompanying Papers 1887-89. Minneapolis, 1891. 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Weisz. Budapest, 1891. — Zettschrift.—xx1 Kitet. 1891. 4-5, 6-7, 8-9, 10-11, 12 Fuzet. * Viña americana (La).—Año 1. Núm. 1.0 Enero, 1892, Wiener entomologische Zeitung.—1x Jabrgang. 1. Heft. Suspendida la sesión por cinco minutos, y verificada después la votación para la elección de cargos para el año próximo, resultaron elegidos: Presidente: D. Máximo Laguna. Vicepresidente: D. Daniel de Cortazar. Tesorero: D. Ignacio Bolívar. Secretario: D. Francisco Quiroga. Vicesecretario: D. Manuel Janer. Comisión de publicación. D. José Macpherson. D. Francisco de P. Martínez y Saez. - D. Blas Lázaro é Ibiza. —Hl Sr. Ramón y Cajal leyó la nota siguiente: Observaciones anatómicas sobre la corteza cerebral y asta de AMMON. Corteza cerebral. «En un trabajo publicado el año pasado (Sur la structure de Pecorce cérébrale de quelgues mammiferes: La cellule, 1891), des- cribimos en la primera capa de la corteza cerebral ciertas células fusiformes ó triangulares, horizontalmente dirigidas y caracterizadas por la propiedad singularísima de ofrecer varias expansiones finas con aspecto de cilindros-ejes. Estas expansiones brotan comunmente del trayecto de dos ó tres DE HISTORIA NATURAL, 193 tallos gruesos, de apariencia protoplasmática. Pero no habien- do podido seguir completamente las gruesas expansiones ( tallos polares, no logramos determinar su modo de termina- ción. Recientes estudios nos permiten añadir á nuestra des- cripción del año último, los detalles siguientes: »1. Las expansiones gruesas más ó menos horizontales que brotan, ya de los polos, ya de los ángulos de estas células, si son seguidas hasta su término, se advierte que adquieren pau- latinamente las cualidades de fibras nerviosas, por cuanto se vuelven notablemente delgadas, varicosas y suministran finas colaterales en angulo recto. La extensión horizontal que tales expansiones recorren, no baja en muchos casos de un milíme- tro, siendo por tanto, muy difícil que un corte muestre de un modo completo la arborización de los tallos polares y de sus finas colaterales. En ocasiones, las ramas ascendentes nacidas en ángulo recto, de los tallos principales, se dividen y subdi- viden, adquiriendo á su vez apariencia de fibrillas nerviosas, y marchando las ramitas secundarias y terciarias en dirección más Ó menos horizontal. Aleunas expansiones colaterales as— cendentes, relativamente gruesas y varicosas, parecen termi- nar en la misma superficie cerebral, por dos ú tres ramitas cortas. No podemos asegurar, sin embargo, que semejante disposición no se deba á una impregnación incompleta. »2. La forma de las células especiales de la primera capa cerebral es 4 menudo alareada y en huso, pero abunda tam-— bién la configuración triangular ó asteriforme de varios radios, los cuales se dirigen más ú menos paralelamente á la super— ficie libre. . »3. Las células de que hablamos yacen en todas las regiones cerebrales. La región del lóbulo olfatorio, la circunvolución del asta de Ammon (subiculum), el lóbulo occipital, etc., las contienen en proporción variable, así como la región psico- motriz del lóbulo frontal. En la corteza de los mamíferos de pequeña talla (conejo, conejillo de Indias) las células fusifor— mes mencionadas no adoptan sólo una dirección antero-pos— terior, sino todas las demás, exceptuando la perpendicular á la corteza. De aquí la extrema dificultad de conseguir en los cortes verticales células completas. | »4. En la época embrionaria, el contraste entre las expan— siones gruesas y finas es poco notable, pues todas ellas apare- ACTAS DE LA SOC. ESP. —XXI. 13 po / 191 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cen varicosas y con aspecto de gruesos cilindro-ejes eras de feto de vaca, perro, conejo). »5. De lo expuesto se sigue que las células especiales de la primera capa cerebral constituyen un tipo original, irreduc- tible, hoy por hoy, á las categorías conocidas de corpúsculos nerviosos. Debemos, no obstante, declarar que sus propiedades aproximan algo dichos corpúsculos cerebrales á los llamados. granos del bulbo olfatorio y a los espongioblastos de la retina, puesto que todos ellos tienen de común el carecer de una ex- pansión fina, más larga que las otras y relacionada con una categoría especial de células nerviosas. Difieren, sin embargo, en un caracter importante: las fibras finas de apariencia ner viosa están representadas en ciertos espongioblastos (nuestras células amacrinas radiadas de la retina) por las últimas rami- ficaciones de uno ó varios tallos originarios; mientras que, en los corpúsculos cerebrales, tales filamentos pseudonerviosos tienen unas veces carácter de ramitas terminales y otras de ramos colaterales. »Es interesante, de todos modos, la observación de que todas estas células (corpúsculos especiales de la primera capa cere— bral, espongioblastos, etc.), se ramifican precisamente entre penachos protoplasmáticos de células subyacentes, y al nivel de zonas plexiformes (moleculares de los autores), en donde existe un empalme ó articulación nervioso-protoplasmática. TI. Asta de Armmon. »Ademas de los tratadistas clásicos (Kupper, Meinert, Krau- se, Duval, Giaccomini, etc.), el asta de Ammon ha sido recien- temente estudiada por Golgi (1), L. Sala (2) y Schaffer (3), au- tores que se han servido preferentemente del método de im=- pregnación al cromato de plata. Por nuestra parte y á fin de / (1) GoLc1: Sulla fina Anatomia degli organi centrali del sistema nervoso. Milano, 1886. (2) L. Sana: Zur feineren Anatomie des grossen SeepferdeJusses. Zeitschr. f. wISsen= schaftliche Zoologie. LIT. 1. 1891. (3) K. SCHAFFER: Beitrag zur Histologie der Ammonshornformation Arch. f. mik. Anat. Bd. 39. H. 4, 1892. DE HISTORIA NATURAL. 195 completar el ciclo de nuestros trabajos sobre la estructura de los centros nerviosos, hemos realizado algunas observa- ciones sobre la estructura del asta de Ammon del conejo y conejillo de Indias, aprovechando al efecto el método de Cox, asi como el rápido de Golgi con la modificación introducida por nosotros, y que se conoce con el nombre de proceder de do- ble impregnación. En el presente escrito daremos solamente un resumen de los resultados obtenidos. »El asta de AÁmmon está formada, como es bien sabido, por dos circunvoluciones Cerebrales simplificadas, adheridas, y de tal suerte conexionadas que la zona molecular de la una (fascia dentata) yace en intimo contacto con la zona molecular de la otra (asta de Ammon). »Dada la semejanza estructural que existe entre la corteza cerebral y dichas cireunvoluciones, no es de extrañar que se hayan reconocido en estas las mismas estratificaciones que en aquella. Estas son: 1.”, capa de sustancia blanca; 2.”, capa de las células polimorfas; 3.”, capa de las pirámides; 4.”, capa molecular ó plexiforme. »ASTA DE AMMON. 1. Sustancia blanca. —Está constituida por la reunión de los cilindros-ejes emanados de las pirámides y de varios corpúsculos polimorfos (Sala, Schaffer). Durante su curso horizontal dichas fibras no emiten colaterales, excepto: en aquella parte del a/veus rayana del hileo de la fascia den. tata, donde no es raro ver algunas finas colaterales ascen—- dentes. »En el conejo de pocos días vense, entre los paquetes de fibras, los apéndices ramificados de las células del ependimo, tan largos algunos que alcanzan hasta lo alto de la capa mo- lecular, cubriendo con sus ramúsculos finos y varicosos una gran porción de terreno. »2. Capa de las células polimorfas.—Los elementos de esta capa han sido indicados por Sala y perfectamente descritos por Schaffer que ha revelado la marcha y demás propiedades de los cilindros-ejes. | »a. La porción más inferior de esta zona contiene células fusiformes paralelamente dirigidas á las fibras del a/veus, y cuyas ramas protoplasmáticas se ramifican entre los tubos de mielina. El cilindro-eje de tales elementos nos ha parecido, por lo menos en aleunos casos, comportarse como el de las. r 196 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA células llamadas sensitivas de Golgi, es decir, que, dirigién— dose más 4 menos oblicuamente hacia arriba, pierde su indi- vidualidad á fuerza de ramificarse. »b. La porción superficial de la capa de las células polimorfas es mucho más espesa, y por su aspecto podría llamarse 2024 « plexiforme. Es el punto de reunión de los penachos inferiores de las pirámides y de las colaterales de los cilindros-ejes de estas. Contiene también, conforme á la descripción de Schaffer, células especiales que cabe distinguir en tres especies; células de cilindro-eje ascendente; células de cilindro-eje descendente; células de cilindro-eje horizontal, extensa y profundamente arborizado entre las pirámides. »Las células de cilindro-eje ascendente han sido descubiertas y bien descriptas por Schaffer. Nuestras investigaciones con el método de Cox nos permiten, no obstante, añadir aleunos detalles. Dicho cilindro-eje asciende hasta la capa molecular, á cuya parte más alta abandona algunas ramitas; pero tanto el tallo terminal como las colaterales que este emite en ángulo recto durante su ascenso por la capa mencionada, descienden constantemente, trazando un arco, hasta la zona de las pirá- mides, en torno de las que se resuelven en un plexo pericelu- lar de ramitos varicosos de extraordinaria riqueza. Este plexo a cuya construcción colaboran también otros elementos (los de cilindro-eje horizontal) representa una de las disposiciones. más importantes del asta de Ammon, y no parece haber sido visto por ningún autor. Cada célula de cilindro-eje ascendente se pone en relación por este medio con un número considera- ble de pirámides al par que con algunos elementos de la por- ción más superficial de la zona molecular. Además de esta variedad celular existe otra en que el cilin= dro-eje ascendente se ramifica por lo alto de la capa molecular sin emitir ramillas descendentes. | -»Las celulas de cilindro-eje descendente son fusiformes 6 trian- oculares y representan piramides dislocadas: su cilindro-eje ingresa en el alveus.. | »Las células de cilindro-eje horizontal son gruesas, estrelladas, y están situadas en todo el espesor de las células polimorfas, aunque abundan más en la porción más próxima a las pirá— mides. Pertenecen á los elementos sensitivos de Golgi, y es probable hayan sido vistas por L. Sala y Schaffer. Lo más in— DE HISTORIA NATURAL. 197 teresante que debe mencionarse de estas células, es la marcha y ramificaciones del cilindro-eje: de curso horizontal ó más 0 menos ascendente, se divide en varios ramos gruesos varico- sos, que marchan en varias direcciones costeando la zona de las pirámides. Del trayecto de estas ramas gruesas y á veces enormemente largas, brotan colaterales ascendentes, las cua- les, después de penetrar en la zona de las pirámides, consti- tuyen en torno de estas un plexo apretadísimo de ramitas cortas, varicosas, y como granulosas, plexo que se continúa con el que forman las ramas descendentes del cilindro-eje de los corpúsculos de prolongación nerviosa ascendente. »3. Capa de las pirámides.—Nada tenemos que añadir a las excelentes descripciones hechas por Golgi, Sala y Schaffer. Este autor ha establecido que, conforme descubrimos nosotros en el cerebro, las expansiones periféricas de las pirámides for- - man penachos de ramas espinosas, que no tienen propensión aleuna a relacionarse ni con vasos ni con neuroglia. »El cilindro-eje de las pirámides suministra, á su paso por la zona subyacente, numerosas colaterales ya vistas por Golgi y Sala. Schaffer ha demostrado, además, que algunas de estas colaterales son tan espesas que equivalen á una rama de bi- furcación, y que, después de abandonar algún ramo para la zona de las células polimorfas, suben, bruscamente hasta lo alto de la zona molecular (stratum lacunosum) donde marchan horizontales. Nuestras observaciones confirman plenamente esta descripción. Á veces, en vez de una, brotan del cilindro- eje de las pirámides dos 6 más colaterales ascendentes. »4. Capa molecular ó plexiforme.—Por su gran espesor y variedad de composición, conviene distinguirla en tres subzo- nas: inferior (stratum lucidum), media (stratum lacunosum) y superior (stratum moleculare). »a. Subzona imferior.—Ocupa más de la mitad de la capa plexiforme, y está compuesta de los tallos protoplasmáticos de las pirámides y demás células de las capas subyacentes, y de un plexo muy rico de fibrillas nerviosas. Pero contiene tam- bién células especiales, cuyos tipos más comunes son: 1.” Cé— lulas piramidales dislocadas, es decir, corpúsculos alargados de forma varia, pero cuyas expansiones protoplasmáticas y cilindro-eje se comportan lo mismo que los de las pirámides - grandes. 2.” Células gruesas, triangulares 0 estrelladas, cuyas 198 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA expansiones largulsimas y varicosas se disponen en su mayor parte en sentido horizontal ú oblicuo, y cuyo cilindro-eje, dirigido ya oblicua ya paralelamente á la capa molecular, se termina luego a beneficio de una extensa arborización de he- bras finas, granulosas, casi rectas y yacentes en planos distin- tos de dicha capa. | »b. Subzona intermedia (stratum lacunosum).—Esta estratifi- cación encierra, además de las ramas protoplasmáticas ascen— dentes de las pirámides, multitud de fibrillas nerviosas hori- zontales, y bastantes células eanglionares. »Las fibras nerviosas constituyen haces horizontales (como ha hecho notar Schaffer) muy próximos, constituidos por la reunión de las colaterales ascendentes de los cilindros-ejes de las pirámides. Estas colaterales son abundantísimas en la región próxima al híleo donde residen las pirámides más vo= luminosas, pero son muy raras en las demás porciones del” asta de Ammon. En dicha región, se las ve ascender en mano- jos apretados que divergen á su arribo en la capa molecular, para reunirse finalmente en faja horizontal en el stratwm lacu- nosum. Durante su curso horizontal, muchas de tales fibras emiten ramitos delicados ascendentes 0 descendentes que se pierden en la capa molecular. La terminación de los tallos de origen tiene lugar en distintos radios del asta de Ammon; pero sobre todo en aquella región donde ésta aparece conti- nuada con el subiculum, a beneficio de finas ramitas termi- nales. »Las células nerviosas ofrecen, á menudo, forma en huso ú ovoídea, y yacen entre los hacecillos de fibras. Los elementos más voluminosos suelen afectar una figura semilunar, trian- oular ó estrellada. Algunas de sus expansiones protoplasmáti- cas siguen la dirección de las fibras, pero las hay también que descienden y aun alcanzan hasta la misma zona de las gruesas pirámides. El cilindro-eje puede seguirse frecuentemente en un trayecto bastante extenso, observándose que es horizontal, y que suministra, de cuando en cuando, ramitas colaterales; su terminación nos es desgraciadamente desconocida, aunque suponemos tiene lugar en la misma zona fibrilar por ramitas libres; pues no pocas veces hemos visto fibras gruesas, más Ó menos horizontales, que se arborizaban de esta suerte, y cuya célula de origen no pudo ser impregnada. Sólo en un caso nos DE HISTORIA NATURAL. 199 fué dado colorear completamente una célula: se trataba de un corpúsculo estrellado de talla, más bien pequeña que media- na, y cuya expansión funcional fina se dividía, á poco trecho, en ramitos que parecían terminales. »e. Subzona superficial (stratum moleculare de ciertos auto- res). —Está compuesta de la porción más periférica del penacho de las pirámides y de multitud de fibrillas nerviosas, algunas de las que parecian provenir del ramo superior de los cilin— dros-ejes ascendentes. Ciertas fibrillas ingresan en la zona más periférica (zona plexiforme ú molecular) de la /ascia den— tata, a la que suministran algunas colaterales. Las células de esta subzona son pequeñas, fusiformes, trian- sulares 6 estrelladas, y su cilindro-eje, fino y de varia direc ción, se resuelve en una arborización extensa de hebras vari- 1 cosas y delicadas que discurren por casi todo el espesor del stratum moleculare de los autores. Sólo en dos ocasiones hemos hallado células fusiformes especiales como las de la primera capa cerebral. En cambio son estas muy abundantes en el subiculum. : »FASCIA DENTATA. En ella cabe distinguir, como hemos expuesto anteriormente, las siguientes capas: 1, molecular ó plexiforme; 2, de las pirámides pequeñas /siratum granulo— sum); 3, de las células polimorfas (zona reticularis, etc.). »1. Zona molecular plexiforme.—De conformidad con todas las zonas que llevan este nombre, se compone de dos especies de fibras Intimamente entremezcladas: expansiones protoplas- maáticas espinosas, procedentes de células subyacentes, y fibri- llas nerviosas terminales. Contiene, además células nerviosas ya mencionadas por Sala, pero cuyas propiedades son todavía poco conocidas. »Los corpúsculos nerviosos que nosotros hemos logrado po- ner en evidencia son: »a. Celulas piramidales ú ovoideas dislocadas; es decir, célu- las cuyas propiedades semejan enteramente á las que caracte- rizan los corpúsculos del stratum granulosum, salvo que son triangulares ó semilunares, y yacen en planos diversos de la capa molecular. El cilindro-eje desciende, ya directamente, ya después de trazar un extenso escalón horizontal, continuán- dose con una fibra nudosa del siratum lucidum d región supra- piramidal del asta de Ammon. / 200 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »b. Células de cilindro-eje corto.—Deben distinguirse en su- perficiales y profundas. Las superficiales son piriformes, ovoi- deas Úú fusiformes, de talla diminuta, y presentan finas expan- siones protoplasmáticas en su mayor parte descendentes. El cilindro-eje, sumamente fino, se termina á poco trecho en la parte externa de la zona molecular, á beneficio de una arbori- zación delicada y corta. Las pr ofundas son más espesas, de figura triangular 0 estrellada, y están situadas en la mitad inferior de la capa molecular. Sus ramas protoplasmáticas di- vergen en todos sentidos, no siendo raro que algunas de ellas crucen la zona de los granos y terminen en la capa reticular. El cilindro-eje, más espeso que en las células anteriores, tiene . una dirección variable, descomponiéndosé en numerosas ra—- mas que tienden á reunirse en la mitad externa de la zona molecular, ramificandose y extendiéndose horizontalmente durante grandes trayectos. Una de estas células ha sido vista por Sala. »e. Células de finas expansiones.—Hay corpúsculos de figura ora triangular, ora ovoidea, ora estrellada, cuyas expansiones finas y casl lisas ofrecen, después de algunas ramificaciones, el aspecto y delicadeza de ramillas nerviosas. No hemos logra- do ver, entre ellas, ningún cilindro-eje. Ienoramos si tales corpúsculos corresponden a los especiales de la primera capa cerebral más atrás descritos, ó si deben estimarse como célu= las comunes de cilindro-eje corto, en las cuales este último no ha fijado, por una causa cualquiera, el precipitado argéntico. »2. Capa de las pirámides ó estrato de los granos.—En gene- ral, nuestros estudios tocante á las células de esta capa, con— firman plenamente las descripciones de Golgi, Sala y Schaffer. La mayor parte de tales células son ovoídeas, triangulares Ó semilunares, no suministrando expansiones protoplasmáticas sino por su lado externo, es decir, hacia la zona molecular. El cilindro-eje es delgado y descendente, continuandose con una fibra nudosa, después de suministrar en la zona plexiforme (mitad externa) cuatro, seis ú ocho colaterales finas, flexuosas, á veces engruesadas por fuertes varicosidades y aun por ver— daderas rosáceas. Estas fibras forman un tupido plexo que ro- dea los cuerpos de las células polimorfas más externas. Las colaterales ascendentes señaladas por Schaffer no se hallan en muchas preparaciones. Tampoco hemos acertado á teñir DE HISTORIA NATURAL. i 201 los cilindros-ejes descendentes (pertenecientes á células del segundo tipo de Golgi) que L. Sala describe, los cuales perde— rían su individualidad, engendrando en la capa subyacente (capa de las células polimorfas) una red difusa. En nuestro concepto, toda célula de la capa de los granos emite un cilin— dro-eje susceptible de ser seguido, en circunstancias favora— bles, hasta la región suprapiramidal del asta de Ammon (si7a- tum lucidam). »Por lo demás, los haces de cilindros—-ejes de los granos se disponen del mismo modo que figura y describe Schaffer. Lle- gados que son á un cierto paraje de la zona suprapiramidal del asta de Ammon, se hacen longitudinales, es decir, se dis— ponen á lo largo de este órgano, conservando siempre ese as— pecto nudoso particular primeramente señalado por L. Sala. Semejantes nudosidades, cuyo tamaño aumenta conforme el cilindro—-eje se alejó de su origen, aparecen en el conejo y co- nejillo de Indias de pocos días 6 reciennacidos, no como sim— ples varicosidades, sino á la manera de focos de donde irra— dian, ya hebras varicosas de longitud variable, ya apéndices cortos y eroseros. En una palabra, los cilindros-ejes de las pe- queñas pirámides reproducen exactamente las fibras musgo— sas que nosotros hemos descrito en el cerebelo. ¿Es que estas son continuación de aquellas? No es posible pronunciarse so— bre este punto. De todos modos conviene consignar que fibras de tal disposición no se encuentran sino en el cerebelo y fascia dentata. »En la parte inferior de la zona de los granos hallanse algu- nas células piramidales perfectamente comparables á las del cerebro. De su base inferior parten aleunas ramas protoplás— micas que se dividen y terminan en la zona subyacente. El vértice se prolonga ¿4 través de los granos y se descompone en ramas destinadas á la zona molecular. En cuanto al cilindro- eje, proviene generalmente de lo alto del tallo protoplasmá- tico por encima de la capa de los granos y marcha horizon— talmente para terminarse, entre estos, á favor de arborizacio- nes descendentes. »En el conejo de dos á cuatro días, la porción profunda de la zona de los granos 6 pequeñas pirámides, ostenta unas células diminutas, estrelladas ú triangulares, pobres en protoplasma, / cuya expansiones ascendentes y descendentes surcan las zonas 202 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA colindantes, pero sin adquirir gran longitud. No sabemos si tienen expansión funcional. Tampoco podemos afirmar si se trata de piramides embrionarias ó de corpúsculos especiales subsistentes en el adulto. »Finalmente, en los mamíferos de pocos días, la zona de los oranos exhibe unas células neuróglicas, fusiformes, en un todo comparables á las contenidas en la capa de las células de Purkinje del cerebelo. Su cuerpo es ya ovoideo, ya fusiforme, apareciendo teñido en café por el cromato argéntico; su tallo periférico, se descompone en un penacho de fibras vellosas, ascendentes, terminadas á beneficio de espesamientos cónicos en la superficie de la capa molecular. Hemos hallado también en las capas subyacentes células neuróglicas fusiformes. Co= rrespondientes, sin duda alguna, a ciertos corpúsculos alarga- dos que menciona y figura Schaffer. »3. Capa de las células polimorfas—La existencia de una capa de este nombre, semejante á la del asta de Ammon, ha sido mencionada primeramente por Schaffer. En ella ha logra- do impregnar ciertos corpúsculos piramidales ú estrellados, cuyas expansiones protoplasmáticas ascendentes penetrarían en la zona molecular, y cuyos cilindros-ejes descenderían hacia la región del híleo. Ha visto también algunas células fusifor— mes horizontales que ya había figurado L. Sala. »Después de comprobar la exactitud de las descripciones de estos sabios, hemos logrado añadir algunos datos que amplían nuestro concepto actual de la zona que estudiamos y permiten identificarla con la de igual nombre del asta de Ammon. »Conviene desde luego, para comodidad descriptiva, distin guir la zona de las células polimorfas en dos subcapas: capa superficial o plexiforme, capa profunda ó de las células trregula- res. Debajo de esta última yace una zona molecular que es dependencia de las gruesas pirámides del asta de Ammon (porción sumergida en el hileo de la fascia dentata). »A. Zona plexiforme.—Además del plexo tupidisimo de co- laterales antes mencionado, contiene esta subzona varias cé- lulas nerviosas que distinguiremos en tres tipos; 1, células de cilindro-eje ascendente; células de cilindro-eje descendente; células sensitivas de Golgi, 6 de cilindro-eje corto. | »a. Las células de cilindro-eje ascendente suelen adoptar varias formas, aunque por lo común se reducen á tres: la DE HISTORIA NATURAL. 203 fusiforme horizontal, la estrellada y la piramidal vertical. Esta última ha sido indudablemente vista por Schaffer, aun— que no parece haber logrado teñir el cilindro-eje ascen- dente. »Todas estas células tienen de común el residir muy cerca de los granos ú pirámides pequeñas, á veces inmediatamente por debajo, el enviar expansiones protoplasmáticas larguisi- mas á la zona molecular y el estar provistas de un cilindro-eje ascendente espeso, el cual una vez llegado á la parte inferior de dicha zona, se divide en dos ó más ramas horizontales, varicosas, de enorme extensión. De estas ramas, que en unión de otras constituyen un plexo suprapiramidal muy rico, par— ten en ángulo recto infinidad de filamentos descendentes, que, ramificandose repetidas veces, engendran un plexo fino, apre- tadísimo, situado entre los cuerpos de las pirámides pequeñas (plexo interpiramidal). La extraordinaria riqueza de este plexo que no parece haber sido visto por ningún autor, sólo puede juzgarse en las preparaciones ejecutadas por el proceder de Cox (conejo de quince días á un mes). »Como variedad de esta especie celular deben contarse algu- nos corpúsculos, elobulosos ú estrellados, cuyo cilindro-eje, una vez llegado á la capa molecular se bifurca (en planos variables) esparciendo sus ramillas en sentido generalmente horizontal, sin contribuir a la formación de los plexos perice— lulares mencionados. »b. Las células de cilindro-eje descendente suelen residir en plano más bajo de la zona plexiforme; su forma es en huso ú estrellada, y sus expansiones, notables por su gran longitud y aspecto velloso, marchan por lo común horizontalmente. El cilindro-eje grueso baja hasta la región del hileo y se continúa con una fibra del a/veus. En su trayecto por la región subya- cente (zona de las células irregulares) 0 todavía más abajo, emite varias colaterales finas, alguna de las cuales ascienden hasta la subzona plexiforme superpuesta, donde se ramifican repetidamente. »e. Celulas de cilindro-eje corto son, por lo común, de forma estrellada, y sus expansiones protoplasmáticas marchan en todos sentidos; aleunas de ellas ganan la capa molecular de la Jascia dentata, donde se ramifican dicotómicamente. »Su cilindro-eje ofrece una dirección variable, á4 menudo 204 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA aleo horizontal, y se resuelve en seguida en un número con— siderable de ramitas varicosas, que contribuyen á complicar el plexo intercelular de la subzona plexiforme. »B. Subzona de las celulas irregulares.—Encima de la capa molecular de la porción sumergida del asta de Ammon yace una agrupación lineal de células á veces muy bien limitada, y que contiene: »a. Células piramidales, triangulares ó estrelladas, cuyo cilindro-eje descendente puede seguirse hasta el a/veus. No es raro ver que alguna de sus expansiones protoplasmáticas in— gresa en la zona molecular de la fascia dentata. »b. Células horizontales, alargadas Úú fusiformes, cuyo Ci- lindro-eje dirígese hacia arriba; siendo probable que tales ci- lindros-ejes sean continuación de ciertas fibras, relativamente espesas, cuyas ramificaciones múltiples, después de aban- donar algunos ramúsculos horizontales para la zona plexi- forme superpuesta, ganan, siguiendo distintos radios, la capa molecular donde se dividen amplia y profusamente. Aleuno de estos cilindros-ejes ascendentes engendra una arborización tan amplia que puede cubrir un tercio ó más de la extensión de la capa molecular, así como una buena parte de la subzona plexiforme superpuesta. »Es posible que habiten también esta zona células de cilin= dro-eje corto, cuyas arborizaciones no traspasariían el límite superior de las células piramidales. . »En cuanto á la existencia de fibras llegadas de otros centros y arborizadas, como supone Sala, en la zona de las células polimorfas y núcleo de la fascia dentata, nosotros no hemos podido confirmarla. »De lo expuesto, se sigue que la fascia dentata corresponde en su estructura al asta de Ammon, pues, como ésta contiene: 1. Una zona molecular con células especiales de cilindro-eje corto. 2. Una zona con pirámides pequeñas y grandes de cilindro-eje descendente. 3.” Una zona de células polimorfas donde se alberguen: 4, corpúsculos de cilindro-eje descenden— te: D, corpúsculos de cilindro-eje corto ramificado por debajo de las pirámides pequeñas; c, corpúsculos de cilindro-eje as— cendente ramificado por encima de las piramides pequeñas; d, corpúsculos de cilindro-eje ascendente ramificado en una gran parte de la zona molecular.» LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 1879. 1892. 1872. 1888. 1872. 1891. ABELA Y SAINZ DE ANDINO (D. Eduardo), Ingeniero agró- nomo, Director de la Estación Enotécnica de España en París, 6, rue des Fossés-St-Bernard ó C. de Jardines, 40, 2.” derecha , Madrid. “Acosta (D. Juan), Director del Colegio de la Unión (Murcia). AGUILERA (D. Manuel Antonio), Doctor en Medicina.— C. de O'Reilly, 42, Habana. ALVAREZ QUINTERO (D. Pedro), Alumno de Ciencias natu- rales.—C. de Lagasca, 43, 2.” derecha, Madrid. ANDRES Y MONTALBO (D. Tomás), Catedrático en la Uni- versidad de Santiago (Galicia). ANGLADA (D. Joaquin), Teniente de Navío. NOTAS.—1.? El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que in- dica el año de su admision en la Sociedad; el de los socios fundadores de la abrevia- tura S. F. y el de los socios agregados de la S. A. 2.2 Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su habitación, si el - socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia Natural. 206 1886. S. A. 1890. 1875. 1885. 1887. 1889. 1891. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN ANGULO Y SUERO (D. Francisco), Farmacéutico militar. — C. de Tudescos, 37, 3.”, Madrid.—(Botánica.) AncuLo y Tamayo (D. Francisco) .—C. de Tudescos, 37, 3.”, Madrid. AwTÓN Y FerráNDIZ (D. Manuel), Doctor en Ciencias, Catedrático de Antropología en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central.—C. de Villalar, 5, 2.*, Ma- drid.—( Antropología.) ARANZADI Y UNAMUNO (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales. E de la Gorredera baja, 22, 3.”, Madrid. AnrtiGas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes.— C. del Reloj, 9, principal izquierda, Madrid.—(Silvi- cultura.) | . AsCcáRATE (D. Casildo), Ingeniero Agrónomo y Catedrá- tico de Fisiografía en la Escuela de Agricultura.—C. de Goya, 29, Madrid. ATIENZA Y SILVENT (D. Melitón), Catedrático de Agricul- tura en el Instituto.—C. de la Victoria, 13, 2.?, Má- laga. AULET Y SOLER (D. Eugenio), Doctor en Ciencias físico- químicas y Licenciado en naturales.—Seminario con- ciliar, Barcelona. ÁviLa (D. Pedro), Ingeniero de Montes.—Escorial. Baranbica (D. Torcuato), Ingeniero de la fábrica de Bolueta.—Bilbao. Barsoza pu Bocacz (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc- tor del Museo de Historia Natural. —Lisboa. Ptos feros, aves y reptiles. ) Barras DE ARAGÓN (D. Francisco de las).—C. sE Reinoso, 8, Sevilla. 1886, 1889. 1886. 1872, 1885. 1890. 1892. 1872. 1882. 18:12. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 207 Barrtan Posana (D. Clemente), Propietario, Director del Museo de Historia Natural y Catedrático de Geología y Paleontología de la Universidad Católica libre: y del Colegio del Salvador, explorador geológico.—Hotel de la Concordia, Montevideo.—( Mineralogía, Geología y Paleontología.) BECERRA Y FERNÁNDEZ (D. Antonio), Licenciado en Cien- cias naturales.—C. de Hortaleza, 140, 1.?, Madrid. BeLLIDO (D. Patricio), Ingeniero de Montes.—Zaragoza. Brwavives (Excmo. Sr. D. José R.), de la Real Academia de Medicina.—C. de Atocha, 101, 103 y 105, 2.” izquier- da, Madrid. BENET Y ANDREU (D, José), Doctor en Ciencias naturales. Catedrático de Física en el Instituto. —Teruel. BLANCO DEL VALLE (D. Eloy), Catedrático de Historia Na- tural en el Instituto. —Ciudad-Real. BLanco Y JusTE (D. Rafael).—C. Sandoval, 4, principal, Madrid. . —BoLivar y URRUTIA (D. Ignacio), Catedrático de Entomo- logía en la Facultad de Ciencias de la Universidad.— C. de Moreto, 7, 1.?, Madrid.—(Ortópteros, Hemipteros y Neurópteros.) BoLivar Y UrrUTIA (D. José María), Licenciado en Medi- cina.—C. del Carbón, 2, 2.?, Madrid. BoLnós (D. Ramón), Farmacéutico, Naturalista.—C. de San Rafael, Olot (Gerona).—(Botántca.) Boscá (D. Eduardo), Licenciado en Ciencias y en Medi- cina, Catedrático de Historia Natural, Director de paseos y arbolados.—Jardín Botánico, Valencia,—( Reptiles de Europa.) 208 LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN 1872. BoreLLa y be Hornos (Excmo. Sr. D. Federico de), Ins- pector general del Guerpo de Minas, de la Real Acade- mia de Ciencias.—C. de San Andrés, 34, Madrid. 1886. Borrivo (D. Luís Carlos), Farmacéutico.—C. de Basilio alta, 2, Santiago de Guba. 1877. BreÑñosa (D. Rafael), Ingeniero de Montes de la Real Casa.—San Ildefonso (Segovia). 1983. Buen Y DEL Cos (D. Odón), Doctor en Ciencias, Catedrá- tico de Historia natural en la Universidad de Barce- lona.—(Botánica.) 1892. CABALLERO (D. Ernesto), Catedrático de Física en el Insti- tuto de 2.* enseñanza de Pontevedra.—(Diatomeas.) AN 1891. CABRERA Y Díaz (D. Anatael).—C. de Sierpes, 8, Sevilla. 1872. CapeEvaLL Y Drars (D. Juan), Doctor en Ciencias natura= les, Licenciado en Ciencias exactas, Director del Real Colegio tarrasense.—Tarrasa.—(Botánica.) 1891. CaLa y SáncHEz (D. Miguel).— Morón. (Sevilla). 1892. _CALANDRE Y Lizana (D. Luís).—Pasaje de Conesa, Carta- gena. 1882. CALDERÓN Y ARANA (D. Laureano), Catedrático de Quí- mica biológica en la Facultad de Farmacia de la Uni- versidad.—C. de Carretas, 14, bajo, Madrid.—(Crista- lografía.) | .1872. CALDERÓN Y ARANA (D. Salvador), Doctor en Ciencias; Decano y Catedrático de Historia natural de la Facultad de Ciencias de la Universidad.—C. de Trajano, 20, Sevilla. —((Geología y Petrografia.) | 1873. CaLLeEja y Ayuso (D. Francisco de la), Farmacéutico.— Talavera de la Reina. 1886. 1992 1889. 1872. 1889. 1812. 1877. 1875. 1874. 1876. 1884. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 209 Cámara Y CAMARA (D. José María), Licenciado en Cien- cias naturales.—San Clemente (Cuenca). Camino (D. Tadeo), Doctor en Farmacia.—Irún (Gui- púzcoa). Camps (Sr. Marqués de). —Barcelona. Cánovas (D. Francisco), Catedrático de Historia natural en el Instituto.—Murcia.—( Paleontología y Estudios prehistóricos. ) CAPDEBOU Y SINGALA (D. José), Profesor. — Palma de Mallorca. CARVAJAL Y Rueba (D. Basilio), Catedrático en la Univer- sidad, Licenciado en Ciencias y en Farmacia.—C. de la Reconquista, 155, Montevideo. CARVALHO MONTEIRO (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Bachiller en Derecho y en Ciencias naturales por la Universidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Aclimatación de Río Janeiro.—72, Rua do Alecrim (Largo de Barao de Quintella), Lisboa.— (Lepidópteros.) Casas y ApaD (D. Serafín), Doctor en Ciencias naturales, Licenciado en Medicina y Cirugía, Catedrático de His- toria natural en el Instituto.—Huesca. CasTEL (mo. Sr. D. Carlos), Ingeniero de Montes, Direc- tor general de Beneficencia y Sanidad.—C. del Desen- gaño, 1, principal derecha, Madrid. CASTELLARNAU Y DE LLEOPART (D. Joaquín María de), Inge- niero Jefe de Montes.—Segovia.—(Micrografía.) E Cazurro Y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales, Catedrático de Historia natural en el Instituto de Gerona.—C. de la Ballesta, 28, 3.” dere- cha, Madrid.—(Ortópteros y dipteros de Europa, Micro- grafía.) ACTAS DE LA S50C. ESP.—XxXI. 14 210 1886. 1872. Some 1886. 1872. 1873. 1878. 1877. 1892. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN Cervera Y BaBrEra (D. Julio), Comandante de Ingenie- ros, Agregado militar á la Embajada española.—Tánger. CERVERA (Excmo. é Ilmo. Sr. D. Rafael), de la Real Aca- demia de Medicina.—C. de Jacometrezo, 66, 2.” derecha, Madrid. CHAves Y Pérez DEL PuLGaR (D. Federico).—Jesús, 17, Sevilla. CuiL Y NARANJO (D. Gregorio), Director del Museo cana- rio.—Las Palmas, Gran Canaria. Cobina Y LanGLIN (D. Ramón), Socio residente del Cole- sio de Farmacéuticos de Barcelona, numerario de la Academia de Ciencias naturales y de Artes de la misma, de la Academia de Medicina y Cirugía, Doctor en Far- macia.—C. de San Pablo, 70, Barcelona. CoporNIu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes.—Murcia. CoLmerro (Excmo. Sr. D. Miguel, Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, de las Reales Acade- mias de Medicina y de Ciencias, Doctor en Ciencias y en Medicina, Rector de la Universidad Central, Gate- drático de Botánica y Director del Jardín Botánico.— C. del Barquillo, 8, 2.” izquierda, Madrid.—( Botánica.) ComerMa (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada.— Ferrol. 6 Corral Y Lastra (D. Rafael), Farmacéutico, Socio corres- ponsal del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, Indivi- duo de la Academia Nacional de Agricultura, Industria y Comercio de París, de la Sociedad Linneana matri- tense y de la de Higiene.—C. de Daoiz y Velarde, 5, Santander. CorraLes HernánDez (D. Angel).—Montera, 10, 4.”, Ma- drid. 1872. 1886. 1874. 1812. 1887. 4872. 1888. 4889. 1889. 1883.' 1891. S. A. 1890. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 211 Cortázar (Ilmo. Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe del Cuerpo de Minas, de la Real Academia de Ciencias.— C. de Velázquez, 32, Madrid. CoscoLLaNo Y BurILLO (D. José), Licenciado en Ciencias naturales. —C. del Cardenal de Toledo, 10, Córdoba. Couper (D. Gerardo), Ingeniero de Montes.—Áwvila. Crespi (D. Antonio), Licenciado en Farmacia y en Cien- cias naturales, Catedrático de Agricultura en el Insti- tuto.—C. de Santa Catalina, 11, 2.?, Pontevedra. Cuesta (D. Segundo), Ingeniero de montes.—C. de Santa Teresa, 14, entresuelo, Madrid. Cuní y MARTORELL (D. Miguel), Individuo de la Real Aca- demia de Ciencias naturales y Artes.—C. de Codols, 18, Barcelona.— (Botanica y Entomología.) Dacuerae D'Osprrar (D. Alejandro).—Hotel de Madrid Sevilla. DarGENT (D. Florismundo), Ingeniero Jefe del servicio de vía, Obras y construcciones de los ferrocarriles andalu- ces.—Alameda de los Tristes, 7, Málaga. DebY (D. Julián), Miembro de la Real Sociedad de micro- grafía de Londres, de la Sociedad malacológica de Bél- gica, etc.—31, Belsire Avenue South Hampstead.— Londres. DeLáÁs Y DE GAYOLÁ (D. Francisco de Sales de).—C. Con- dal, 20, 1.”, Barcelona.—( Botánica.) DELGADO Y LLORENTE (D. Julián). —C. del Amor de Dios, 12, principal, Madrid. : Díaz DEL VILLAR (D, Manuel), Catedrático en la Escuela de Veterinaria.—C. de Osío, 6, duplicado, Córdoba. 212 1890. 1890. 1888. 1885. 1875, 1875. 1888. 1889. UTE S. A, 1890, 1874, 1872. LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN DoLtLrus (D. Adriano).—Rue Pierre Charron, 35, París. — (Isópodos. ) DusmerT Y ALonso (D. José María), Licenciado en Ciencias naturales, —Plaza de Santa Gruz, 7, entresuelo izquier- da, Madrid. ELIZALDE Y EsLava (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias naturales.—Colegio de 2.” enseñanza, Zafra (Badajoz). EscaLera (D. Justino), Farmacéutico.—Gijón.—(Botú- nica.) í Espejo (Excmo. Sr. D. Zoilo), Catedrático numerario de Ciencias naturales en el Instituto agrícola de Alfonso XIE y Secretario general de la Asociación de Agricultores.— C. de Fuencarral, 97, principal, Madrid.— (Agricultura. y Botánica.) | EspLuca Y Sancho (D. Faustino), Licenciado en Ciencias: naturales, Director del Colegio de primera y segunda. enseñanza.—Quintanar de la Orden. Esquivias Y Pérez (D. Antonio), Ingeniero agrónomo.— C. de Santa Clara, 21, Sevilla. Esteva Ravasa (D. Gaspar), Abogado.—Motril (Granada). FapIg (Excnio. Sr. D. Antonio María), de la Real Academia de la Historia.—C. de la Reina, 43, 2.” derecha, Ma- drid. FERNÁNDEZ CAVADA LOMELINO (D. Pedro).—C. del Limón, 7, Santander. FervánDEz DE CasTRO (D. Angel), Ingeniero de Montes.— _ Cádiz. FeErNáNDEz DE Castro (Excmo. Sr. D. Manuel), Inspector - general del Cuerpo de Ingenieros de Minas, de la Real 1890. AS. 1875. 1885. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 213 Academia de Ciencias.—C. de Jorge Juan, 23, 1.”, Madrid.—( Mineralogía y Geología.) FERNÁNDEZ DE Losapa (Excmo. Sr. D. Cesáreo), Caballero Gran Gruz de la Orden de Isabel la Católica, Gran cor- dón de la de Metjidié, Comendador de número de la de Carlos 1H, condecorado con la Gruz de primera clase de Beneficencia y con otras de distinción por méritos cien- tíficos y de guerra, socio de varias corporacioues cientí- ficas nacionales y extranjeras, Inspector, Médico Mayor del cuerpo de Sanidad Militar, Doctor en Medicina.— Fábrica de cervezas de Lavapiés, Madrid.. FERNÁNDEZ NAVARRO (D. Lucas), Ayudante por oposición en el Museo de Ciencias naturales.—C. de Olid, 4, duplicado, principal derecha, Madrid. Fernánnez Ronrícuez (D. Mariano), Doctor en Ciencias y en Medicina, ex-Profesor auxiliar y ex-Secretario del Instituto del Noviciado.—C. de Pontejos, almacén de papel, Madrid. FerBAND Y Couchoun (D Julio), Ingeniero Jefe de la primera sección de vía y obras de los ferrocarriles andaluces.—C. de Infanzones, 5. Estación de San Ber- nardo, Sevilla. Ferrer (D. Carlos). —Ronda de la Universidad, 16, 1.%, Barcelona. FLOREZ Y GONZÁLEZ (D. Roberto). —Escuela normal, Can- gas de Tineo (Oviedo). FortaNsT (D. Ricardo).—C. de la Libertad, 29, Madrid. Fuewte (D. José Maria de la), Presbítero.—Pozuelo de Calatrava (Ciudad-Real). Fuxouze (Dr. A.) —78 Faubourg Saint-Denis, París. Fusser Y TusiA (D. José). —Virgen, 11, Sueca (Valencia). —( Gusanos.) 214 1872. 1887. 1890. 1877. 1889, 1888. S. A. 1890. 1502: 1888. 1886. 1884, LISTA DE LOS SEÑORES QUE COMPONEN. GAO (Excmo. Sr. D. Manuel María José de), Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Doctor en Ciencias, Director y Catedrático de Historia natural en el Instituto del Cardenal Cisneros, Consejero de Instrue- ción pública.—C. de Alcalá, 36, 2.” izquierda, Madrid. García Y ARENAL (D. Fernando), Ingeniero del puerto de Vigo.—Pontevedra. | ) Garcia Y Baza (D. Regino), Ayudante de Montes.— Manila. GARrcÍA Y Garcia (D. Manuel), Ingeniero agrónomo.— Burgos. García Mercer (D. Ricardo), Farmacéutico de Sanidad Militar.—Manila.—(Coleópteros y dípteros de Europa.) García Y Nuñez (D. Manuel), Topógrafo.—Albacete. García Parra (D. Bernardino), Coronel retirado.—C. del Almirante Lobo, 14 principal, Sevilla, Garcia Prieto (D. Cayetano).—C. de Embajadores, 14, 3.", Madrid.—(Entomología.) GarriDO BarróN (D. Joaquín), Catedrático de materia farmacéutica animal y mineral en la Universidad de Manila. Gascó (D. Luís G.), Catedrático de análisis matemático en la Facultad de Ciencias de la Universidad. —C. de Colón, 36, Valencia. Gaspar Y LostE (D. Francisco), Licenciado en Ciencias naturales.—C. de las Hileras, 7, 2.” derecha, Madrid. Gira y FiparcO (D. Félix), Doctor en Giencias naturales, Catedrático de Historia natural en el Instituto de 2.* enseñanza de Santiago (Galicia). i 1887. 1878. 1877. Lele 1886, 1889. 1886. 1889. S. A. 1881. 1887. 1872, 1881. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA. DE HISTORIA NATURAL. 215 GIRONA Y VILANOVA (D. Ignacio).—Paseo de Gracia, 8, 1.?, Barcelona. GoBERT (Dr. D. Emilio), Oficial de Academia, Comenda- dor de la Orden de Isabel la Católica, Miembro de las Sociedades Entomológicas de Francia, Bélgica é Italia, de la Zoológico-botánica de Viena y de otras corporacio- nes científicas.—Rue de la Prefécture, Mond-de-Marsan (Landes), Francia.—(Entomología general.) GOGORZA Y GONZÁLEZ (D. José), Catedrático en el Instituto de 2.? enseñanza de Salamanca.—/Himenópteros.) Gortia (D, Alejandro), Alumno de la Facultad de Cien- cias. —C. de San Quintín, 4, principal derecha, Madrid. Gómez Carrasco (D. Enriquej.—C. de Don Martín, 25, principal, Madrid.—(Coleópteros.) GÓMEZ DE La Maza (D. Manuel!, Doctor en Medicina.—- C. de la Amistad, 81, Habana.—( Botánica.) GonzáLez (R. P. D. Juan Crisóstomo), Profesor en las Escuelas Pías de San Antonio Abad.—C. de Hortaleza, Madrid. GonzáLez FervánDEz (D. Anselmo).—C. de la Montera, 22, Madrid. GONZALEZ Fracoso (D. Romualdo), Licenciado en Medi- cina.—Vírgenes. 13, Sevilla. —(Musgos.) GONZALEZ, Y García DE MENESES (D. Antonio), Ingeniero Industrial.—C. de Martínez Montañés, 15, Sevilla. GonzÁLEz LivARES (D. Augusto), Catedrático de Historia natural en la Facultad de Ciencias y Director de la Estación de biología marina.—Santander. GorDóN (D. Antonio María), Catedrático de la Facultad de Medicina en la Universidad.—Habana. 216 18383. 1882. 1887. 1885. 1890. 1874. 1872, 1886. 1874. 1890. 1390. 1875. / 4 ! LISTA DE LOS SENORES QUE COMPONEN Grau Y Aquno (D. José María), Licenciado en Farmacia. —C. de Mesón de Paredes, 10, principal, Madrid. GREDILLA Y G Valenciana vales code NI alolodo Espa A E EA Pat.—Ligeras indicaciones sobre las plantas colectadas en España (años 1890 y 1891) por los Sres. Porta y RigO............ o £QUIROGA.—Anomalías ópticas de la blenda de Picos de Europa..... MenIva.— Nota bibliográfica sobre las Memorias del Dr. A. Julien acerca de las leyes de la osificación de los huesos largos y de la posición de los centros nervi0s08S............. EE y | ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL TOMO 1, SERIE II (XXI). CALDERÓN.—Sobre la formación de la cuprita, con motivo del hallaz- go de un objeto de cobre cubierto de protóxido del mismo CALDERÓN.—Observación sobre la Memoria Contribution a l'étude des mouvements moleculatres dans les roches solides por el señor MANO A e E A A FervÁNDEz NAvArro.—Los cuarzos y calcedonias de Guanabacoa A A A A O a Pav.—Localidades donde existe la ofita en Castellón y Teruel...... BoLivar.— Lista de los crustáceos de España y Portugal del Museo te Maa A A A A AP MeDIvNa.—Nuevas especies de Véspidos de España.......ooooo.o.... Mueb:ixa.— Catálogo provisional de los Véspidos de Andalucía...... Cmuaves.— Cuarzo del Cerro del Fruto (Jerez de la Frontera)........ CALDERON.— El fenómeno meteorológico del 8 de Junio............ CALDERÓN.— Noticia de una Memoria del Dr. Barrois sobre el devó- ME O AA A E GowzáLez Fracoso.— Noticia sobre varios batracios de Andalucía... Barras. — Formación pliocena de los Cabezos (Huelva)............ CHaves.—Medición de cristales de fuchsina...........ooooo.oo.o... MeDINa.—Cuchillo de silex hallado en Constantina (Sevilla)........ CALDERÓN.— Meteorito de Guareña (Badajoz)......ooo.oooooooo»... BoscA4.—Plantas americanas cultivadas en el Jardín Botánico de Va- A A E II BoscA4.—La Perla del Botánico de Valencia...........ooooooo.o.... FusseTr.— Noticia sobre sus estudios en la Estación marítima de SAA A DICIINA NOtastentomológiCaS o. conooosronoco coca rondac cc CALDERÓN. — Excursión geológica á la Sierra de las Rozas de San UA (SETS lO OO Se bo ooo CALDERÓN.—Nuevo cemento para cerrar ÍrascOoS....o.ooo.ooo.ooo..»... Quiroca.—Relación del estado de la Sociedad en el año corriente... RAmMóN Y CaJaL.— Observaciones anatómicas sobre la corteza cere- -—bral 7 TAO O A Oe IO Lista de los señores socios de la Española de Historia natural...... Índice alfabético de los géneros y especies descritos, ó acerca de cuya patria ó sinonimia se dan noticias interesantes...... ALE A A E RN 230 118 pue, 123 145 148 153 ÍNDICE ALFABÉTICO DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES DESCRITOS, Ó ACERCA DE CUYA PATRIA Ó SINONIMIA SE DAN NOTICIAS INTERESANTES. Acer granatense, 115”. Adonis beetica, 26). — italum, 115. MAemea variegata, 163”. Acineta Humboldtii, 164”. Aithionema ovalifolium, 27”. Aconitum anthora, 26'. — saxatile, 27". — Jacquini, 26. Agave americana, 162”. — Napellus, 26”. — angustifolia, 162*. — vulgare, 26”. — aplanata, 162”. Acridium peregrinun, 4”. — asperrima, 162”. Acropera Londdignesii, 164”. — aylinacantha, 162”. Actinia cari, 317. — coerulea, 162”, — equina, 308, 173”, 317. — ccerulescens, 162”. — messembryanthemum,361,379. — chipiensis, 162”. — senilis, 308. — cloracantha, 162". Ada aurantiaca 164”. — Coccinea, 162". Adeorbis, 74”. — cubensis, 162”. Adonis autumnalis, 26”, — densiflora, 162”. NOTAS.—1.* Los nombres vulgares van escritos con letra cursiva; los de géneros Ó especies ya conocidos, pero descritos en este tomo, van precedidos de un asterisco, y de dos los que se dan á conocer como nuevos para la ciencia. 2.2 Los números que indican páginas de las Actas llevan después este signo”. 3.2 Nose incluyen en este índice los nombres de los géneros y especies que apare- cen agrupados formando catálogos ó listas en el cuerpo de los ANALES. Los catálogos excluídos de este índice en el presente tomo son los siguientes: (Zapater y Korb), Lepidópteros de Teruel, pág. 103. (Dollfus), Isópodos terrestres de España, pág. 161. (Perez Lara), Florula gaditana, pág. 191. (Westerlund), Moluscos de Sevilla, pág. 331. (Girard), Cefalópodos de España, pág. 391. (Bolívar), Crustáceos de España, pág. 124 de las Actas. 288 ÍNDICE ALFABÉTICO. Agave ferox, 162”. — fllifera minor, 162”. — filifera viridis, 163. — Francesoni, 163". — Funkiana, 163". — grandidens, 163". — heteracantha, 163”. — hystrix, 163”. — 1Ixtlii, 163". —- Jaquiniana, 163”. — ade 10 — litrea, 163". — lophanta, 163". — macrocantha, 163”. — mexicana, 163". — micracantha, 163". — Millerii, 163". — nobilis, 1637. — potatorun, LS — Salmiana, 163". latifolia, 163”. — stenophylla, 163”. — stricta, 163. Ys ro — vivipara, 163". — Werchaffeltii, 163”. — univittata, 163”. — — — xalepensis, 163”. — xylinacantha, 163”. — yuceefolia, 163". — Zhaamii, 163". Agroblaps, 34”. Alethopteris aquilina, 18". — Grandinii, 18”. — Serlii, 18”. Allium acutiflorum, 29”. — rotundum, 29”. Amareecium, 176. Amphiura squamata, 174”. Ampullina, 74. Ananassa sativa, 163”. Andesita micacea, 411. xylinacantha, 163”. Andesitas, 78', 87/. Anelosimus socialis, 23”. Anemonia sulcata, 306, 321, 173". Anfibolitas, 31". Anguloa Clovesii, 164”. — Ruckerii, 164'. Anomalocardia, 73”. Anthocaris, 12”. Anthonomus pomorum, 24?. Apheenogaster barbara, 85”, 1051. - — Crocea, 85”. e pallida, 105”. — rufotestacea, 105". — subterranea, 105”. — striola, 105”. ** — testaceo pilosa, 105”. ** — var. Fuentei, 105”. Aplysia depilans, 175”. Arabis alpina, 27”. — stenocarpa, 27'. Arachis hypogea, 160”. Aragonitos, 95”. Arca diluvii, 154". Arenaria intricata, 115". — valentina, 115". Arenicola piscatorum, 175”. Areniscas, 97”. Arpophyllum giganteum, 164”. Artemisia Assoana, 28'. — lanata, 28”. Arthrodes Erodioides, 12”. Ascidiella depressa, 176". Asparragus acutifolius, 29”. — marinus, 29”. Asplenium Hemionitis, 77'. Asterias glacialis, 174”. Asterina gibbosa, 174”. Astragalus austriacus, 27”. Astroides calycularis, 345. Astrophyton miriostigma, 167/. Augita, 101”. Aulacomya, 73". Bacterias, 36'. Balanophyllia italica, 173”. Balanus, 30”, 155", Ballota albiflora, 28”. — hirsuta, 28'. — mollissima, 28”. Barbus fluviatilis, 282. Basanita nefelínica, 87”. Bignonia, 77”. Billbergia amcena, 163". — farinosa, 163”. — fastuosa, 163'. — granulata, 163". — iridifolia, 163”. — Morellii, 163". — pallidiflora, 163”. — piramidalis, 163”. — vittata, 163". — Zebrina, 163”. Biotita, 87”. Biscutella leevigata, 115”. — montana, 115”. — pyrenaica, 115". — stenophylla, 115”. Blapisa, 34”. Blaps brachyura, 34”. — Emondi, 34”. — gibba, 34”. — gigas, 34”. — hispanica, 33", 34'. — italica, 34”, — lusitanica, 33”. — nitens, 34”. — prodigiosa, 34”. — gimilis, 34”. "— y. nitidula, 34”. Walla, 33% * Blenda, 115. Boa constrictor, 10”. Bonapartea filamentosa, 163”. — juncea, 163", Bothrytis acridiorum, 4”, — bassiana, 4”. — tenella, 4'. ÍNDICE ALFABÉTICO. 239 Botrylloides, 175". Box salpa, 282. Branchiomma Kóllikeri, 175”. Brassabola Dygbyana, 164”. — glauca, 164'. Brassica saxatilis, 27/. Bromelia Karatas, 163”. Buccinulus, 74”. Buey, 300. Bufo, 298. Bugula terminata, 175". Buliminus beeticus, 103”. — pupa, 103”. Bunodes gemmaceus, 173”. Burlingtonia decora, 164”. — rigida, 164". Cadakia, 73”. Ceesalpinioxylon Quirogoanum, 30”. Calamites Cristii, 17”. — Zuckowii, 17". * Calcedonia cubica, 120'. Caliza, 90". Calizas incrustantes, 97”. Calyptreea, 74”. Campanularia flexuosa, 174”. Camponotus cruentatus, 104”. — Foreli, 104”. — micans, 85", 104”. — sylvaticus, 85”, 104”. — yar. cognatus, 104”. Cantbharis, 74'. Caprella linearis, 175”. Carcinus meenas, 175". Cardium, 73”. Carlina vulgaris, 25”. Carnero, 300. Catasetum Bungerothii, 164". Cattleya choceensis, 164”. — guttata Leopoldi, 164”. — Herissoniana, 164'. — labiata, 164”. — mutabilis, 164”, — Skinnerii, 164”, 240 INDICE ALFABÉTICO. Cattleya Trianze, 164”. Celonites abbreviatus, 148". Centaurea Boissieri, 115”. — ceratophylla, 28". — cruenta, 28”. — incana, 115. — Mongoi, 115”. — ornata, 28). — prostrata, 115". — Seridis, 28”. Ceramius Fonscolombei, 148”. Cereus Bonplandii, 167', — Bridgesii, 167”, — coerulescens, 167”. — colubrinus, 167. — eriophorus, 167”. — euphorbioides, 167”. — €xagonus, 167”. — Fernanbucensis, 167'. -- flageliformis, 167”. — Forbesii, 16%". — grandiflorus, 167”. — peruvianus, 167”. — — monstruosus, 167'. — platygonus, 167". — pruinosus, 167. — rostratus, 16%”. — serpentinus, 167”. — tetracanthus, 168”. — triangularis, 168'. Cerianthus membranaceus,- 174”, 308". Cerithium mediterraneum, 74”, Chama gryphoides, 73”. Chisis bractescens, 164”. Chlora citrina, 28". Chorisia speciosa, 170”. Chrysodomus, 74'. Chrysomela gemina, 85”. Cirratulus, 175". Cirsium echinatum, 25", Clorita, 102”. Clypeaster, 15". Cochlearia decipiens, 277. Colax jugosus, 164”, Columbella, 74”. Commatula mediterranea, 174”. Conus, 30", 74”. Convolvulus capitatus, 28”. — lanuginosus, 28". — linearis, 28. Coreebus amethystinus, 25/. Corbula gibba, 73”. Cordaites, 17/. Crangon vulgaris, 175”. Cremastogaster inermis, 85”. — scutellaris, 105”. — var. Auberti, 105”. — sordidula, 105”. Crepis albida, 28”, — integrifolia, 28”. — scorzoneroides, 28". Croton draco, 85”. Cryptantus zonatus, 163”. Cuarzo, 87”, 148". * — de Guanabacoa, 120". — hematoideo, 95”. Criss 1 Cuprita, 118”. Cyprinus carpio, 282. Cytherea, 30”, 73”. — islandicoides, 154”. Dacitas, 88'. Danais, 12”. Defrancia, 74'. Dentalium, 74". — elephantinum?, 155”. — sexangulare, 154”, Diabasa, 98”, 102”. Dianthus anticarius, 114". — Bradyanthus, 115”. — hispanicus, 114”, 115". Dictyopteris Broneniarti, 18”. Digitalis laciniata, 28”. — Obscura, 28”. Diopatra, 175”. | | | ÍNDICE Diplotaxis brassicoides, 27”. — saxatilis, 27”. Dracena arborea, 80”. — canariensis, 80”. — draco, 80". Dragos, 77', 80”. Dykia remotiflora, 163". Echeveria acicularis, 165”. — aciphylla, 165". — acutifolia, 165”. — agavoides, 165". — albicans, 165.. ES amosna, 165, — atropulla, 165". — bracteosa, 165": — carinata Gandavensis, 166. — — marsiliensis, 166. — carunculata, 166'. — Cinerea, 166'. -— coelestis, 166”. — ccerulescens, 166, — coccinea, 166'. — cochleari, 166". — compacta, 166". — clavifolia, 166”. — De-Deiensi, 166. — Delmetiana, 166. — depressa, 166". — decipiens, 166'. — digitalis, 166”. — discolor, 166. — eminens virilis, 166”. — farinosa, 166. -— fasciculata, 166. — fastuosa, 166. ALFABÉTICO. 241 Echeveria globosa, 166. —= — excelsa, 166/. grandicephala, 166. humilis, 166”. imbricatissima, 166”. lancifolia, 166. linguéformis, 166. media, 166”. metallica, 166". — crispa, 166. — glauca, 166. -— lucida, 166. morreniana, 166, mucronata, 166”, mutabilis, 166. nivalis, 166. nuda, 166. opalina, 166”. orbiculata, 166. pachiphitoides, 166/. perbella, 166*. pruinosa, 166, purpurascens, 166". pulverulenta, 166”. retusa, 166. roseeformis, 166. rosea, 166. rubella, 166'. sciaphylla, 166". Scheideckerii, 166”. secunda mayor, 166”. securifera, 166, stellata, 166". Van der Heydeni, 166". Woiweriana, 166", — formosa, 166/'. Echinocactus Blanckii, 168”. — fructicosa, 166". — Echidnee, 168'. — fucosa, 166. — hystriacanthus, 168”. — Funkii, 166. — leucacanthus, 168". — fusifera, 166”. Echinocardius mediterraneus, 174”. — gibbiflora, 166”. Echinocereus cinerascens, 168", ) — glauca, 166". — Ehrembergii, 168”. — — porrecta, 166”: — pectiniferus?, 168". ACTAS DE LA SOC. ESP. — XXI. 16 949 | INDICE ALFABÉTICO. Echinocereus pentalophus, 163”. Echinopsis Decassiana, 168". Echium hispanicunm, 28. — pustulatum, 28”. . — vulgare, 28). Eloactis Maczelli, 174". Epeira Baudelieri, 23”. — socialis, 22”. Epidendrum cornutum, 164”. — Brassabole, 164". — grandiflorum, 164”. Epiphyllum truncatum, 168. Epitritus Baudueri, 69', * — Baudueri, 70'. Erodium celtibericum, 27”, 114”. — Ccheilanthifolium, 114". — Cheiranthifolium, 27". — petreeum, 27”. - — supracanum, 27”. Erysimum ochroleucunm, 26. — parviflorum, 26”, — pumilum, 26/. — pyrenaicum, 26, Erythrostictus europ.eus, 29”. — punctatus, 29”. Eumenes mediterraneus, 147/. — obscurus, 147”. — pomiformis, 147”. Euphorbia, 116”. Euphorbia balsamifera, 81'. — canariensis, 81/'. — mariolensis, 28. —- mauritanica, 81”. —- polygalefolia, 28”. — puberula, 28'. Falco tinnunculus, 85. Feldespatos, 88”. Festuca capillifolia, 29”. — spadicea, 29”. Flustra carbasea, 175. Formica fusca, 70', 104”. -— pratensis, 70'. — rufibarbis, 104”. Formica sanguinea, 70”. — subrufa, 104”. * Fuchsina, 155". Fusus, 74'. Geodia, 173". Geonomus caudulatus, 24". Geum reptans, 27”. — gylvaticum, 27”. Gibbula, 74'. Gibia, 175". Gneis, 98". * — de glaucofan, 107”. — glandular, 31'. Gonactinia prolifera, 337. Gorgonia, 173". Granito, 403. Grannlitas, 31'. Halichondria panicea, 173”. Hanneton, 3'. Hastula, 74'. Hedypnois polymorpha, 28”. — pygmaeea, 28". | Hedysarum humile, 114". — pedunculare, 114”. Hegeter tristis, 12”. Helechos, 17". Helix, 31”. Hepatica hispanica, 26”. alo pa ZoR Heracleum granatense, 28”. — Sphondylium, 28”. Heracium aragonense, 28', 114". == heticua dare — javalambrense, 114”. -— murorum, 28”. Hippocrepis balearica, 27”. a leatina 2 Hohembergia strobilacea, 163". Holothuria tubulosa, 174'. Honulletia Brocklehurstiana, 164". — odoratissima, 164'. Hylotrupes bajulus, 85". Hypecoum grandiflorum, 26”. INDICE ALFABÉTICO. Hypecoum procumbens, 26”. Hyssopus canescens, 28. -— Cinereus, 28”. — pubescens, 28). Tberis Burgaei, 27”. — granatensis, 27". — integrifolia, 27”. — Lagascana, 271. — latealata, 114". — pectinata, 27”. — saxatilis, 114". — yar. macrocarpa, 114". — Tenoreana, 27”. Kernera auriculata, 27”. — decipiens, 27”. — sagittata, 2”. — saxatilis, 27”. Labrador, 101”. Leelia autumnalis, 164”. — albida, 164'. Lasius flavus, 70', 105”. — fuliginosus, 70'.. — niger, 70”, 85', 105". Lathyrus elegans, 114”. — Tremolsianus, 114”. Lepas anatifera, 175". Lepidium calycotrichum, 27”. — hirtum, 27”. Lepidodendron obovatum, 17”. Leptocaris, 12”. Leptoconus, 74”. Leptotes bicolor, 164. Leptothorax tuberum, 70*. — y. unifasciatus, 70'. Lichas Ribeiroi, 152”. Lineus, 174'. Liparita, 87”. Lithoblaps, 34'. Lucina, 73". Lycaste Skinneri, 164", Lygzeus sequestris, 85”. — militaris, 85”. Lyontia, 73'. Mactra, 73". Magnesita, 49”. Magnetita, 102. Malcomia castellana, 26. -— patula, 26". Mammillaria anceps, 168". — angularis, 168. — Crinita, 168”. — erecta, 168. — Giliotii, 168”. — gladiata, 168”. — glomerata, 168”. — Kermesii, 168”. — longimama, 168. — nivea, 168”. — poligonata, 168. — recurva, 168”. — rhodanta, 168". — — poliacantha, — ruficeps, 168". -— rufocrolea, 168”. — Schlechtendalii, 168”. — sericea, 168”. — spinosissima?, 168”. — stellata, 168”. — — aurata, 168”. — tentaculata, 168'. — Wildiana, 168”. Marginella miliaria, 74”. Masdevallia amabilis, 164”, — bella, 164”. Mathiola varia, 26”. — tristis, 26”. Maxillaria tenuifolia, 164”. Melolontha, 3*. Mentha aquatica, 28”. ima 28 — insularis, 28”. — Nouletiana, 28”. — piperita, 28”. — rotundifolia, 28. — Sehultzii, 28”. — sylvestris, 28”. 168. 0314 INDICE ALFABÉTICO. Mentha viridis, 28”. Micacitas, 31". Odynerus Dantici, 143', — Delphinalis, 148”. Micragris Spinol.e, 147”, — floricola, 148”. Micrococus tetragenus, 35”. — helveticus, 148"... Miliaria europeea, 85”. -— Ibericus, 148". Miltonia spectabilis, 164”, : — parietum, 148'. Monomorium ceespitum, 85”. — parvulus, 148”. Murex brandaris, 155”. ** — Pauli, 142 148". — e€rinaceus, 74”. — regulus, 148". — trunculus, 74”. — reniformis, 148”. Mus tectorum, 111'. — timidus, 148". Muscardine, 4'. — tripunctatus, 148”. Myagrum auriculatum, 27”. Myriozoun truncatum, 88'. Ofita, 123". Oncidium Forbesii, 164”. — papilio-majus, 164”.- Ononis aragonensis, 27”. Myrmecocystus albicans, 104”. — var. viaticoides, 104”. -— viaticus, 104". — fruticosa, 27”. Myrmica rugulosa, 70', 105". Mytilus, 73”. - Nardurus beeticus, 29”. — rigida, 27/. — rotundifolium, 27”. Ophioglypha lacertosa, 174”. Ophiotbrix fragilis, 174”. Opuntia brasiliensis, 168". — montanus, 29”. — tenellus, 29”. Nassa, 74”, 174”. — candelabriformis, 168”. Natica helicina, 154”. — intricata, 74”. Nereis, 175. Neuropteris Cistii, 17”. — cordata, 17". — heterophylla, 16”, 17”. — Scheuchzeri, 17”. Nevaditas, 88". Obelia geniculata, 174”. Odontoglossum citrosmum, 164”. — crispum, 164. — grandis, 164”. — insigne Leopoldium, 164”. — pulchellum, 164”. — Schlicperianum, 164". Odynerus albicinctus, 148". — Andrei, 148". — Blanchardianus, 148”. — Buyssoni, 148”. — crenatus, 148", corrugata, 168'. crinifera, 168”. decipiens, 168". diademata, 168". elata, 168”. exubiata, 168”. glauscescens, 168”. glomerata, 168”. inermis, 168”. microdasys, 168”. missourensis, 168%. monacantha, 168". polyantha, 168". Salmiana, 168. stricta, 168. Tuna, 168). tunicata, 168". Orobanche speciosa, 116”. Ortiga de mar, 349. Ostras, 5”. INDICE ALFABÉTICO. 945 Ostrea, 15". Ostrea columba, 95”. — crassissima, 30', 73”. — digitalina, 155”. — edulis, 30". — lamellosa, 155”, — Princeps, 30'. — ulyssiponensis, 95”. Pagurus, 175”. Palomitas, 96. Paphinia cristata, 164”. Paramecium, 173". Parus Teneriffee, 85”. Pecopteris arborescens, 18'. — lepidorachis, 16. — meriani, 18”. — oreopteridia, 17”. — penneeformis, 18”. — polymorpha, 17”. Pecten cristatus, 155”. vanos 15b'. Pectunculus, 30". Pelonectes Boscai, 153”. Peonia leiocarpa, 26'. — microcarpa, 26”. — officinalis, 26”. — peregrina, 26. Perca fluviatilis, 282. Perna, 73". Peristeria elata, 164”. Perro, 300. Petronia stulta, 85”. Phallusia mammillata, 175/. Phascolosoma elongatum, 175, Pheidole pallidula, 85, 105". Phorus, 74”. Phyllocactus Ackermannii, 168”. — crenatus, 168. Physalus antiquorum, 76”. Pichones, 96". Pilocereus senilis, 168. Pimelia, 12”. Pimpinella gracilis, 114'. Pimpinella procumbens, 114'. Pinus canariensis, 12”, Piroxenos, 88”, 91”. Pitcairnia Altensteinii, 163”. — latifolia, 163”. — undulata, 163”. Pizarra, 403. Plagioclasa, 91”. Plagiolepis pygmeea, 85”, 105". Planaria, 175”. Pleurodeles Waltli, 153”. Pleurotoma, E Plumularia setacea, 174”. Podacites, 17". Podocoryne carnea, 174”. Polistes gallicus, 147”. Pollicipes cornucopia, 175”. Polythoa axinellee, 318. Pórfidos cuarciferos, 405. Porfiritas, 405. Potentilla subacaulis, 27”. Primula officinalis, 28”. — sguaveolens, 28”. Prunus prostrata, 27'. — spinosa, 27”. Psammitas, 14”. Psammobia, 73”. Pterocarpus draco, 85". ** Pterocheilus Hispanicus, 144”. Pulga de mar, 349. Purpura, 74”. Quercus coccifera, 29”. — ilicis, 29”. — lusitanica, 29”. Rana, 298. Ranunculus trilobus, 116. Reseda beetica, 27”. E nudatas 27 Reutera gracilis, 114”. — procumbens, 114". Rhizoblaps, 34”. Rhygchium Ceperoi, 147”. — oculatum, 147”. 246 ÍNDICE ALFABÉTICO. Rhynchonella concinna, 69”. — regia, 69”. — tetraedra, 69', 96”. Rhynchonella, 69". Rhypsalis cribata, 168”. — flocosa, 168". — funalis, 168". — pentaptera, 168. — rhombea, 168. — Saiglonii, 168/'- Rissoa, 74'. Rissoina, 74”. Rosa graveolens, 27”. =— alamo, Y — myriacantha, 27', 28. — pimpinellifolia, 28”. — spinosissima, 27”. Rosmarinus laxiflorus, 114”. — officinalis, 114”. Rotella, 74”. Sagartia parassitica, 174”, 375. — troglodites, 308. Salamandra maculosa, 153”. Salamandre, 153. Salvia valentina, 28”. — Verbenaca, 28”. Sangre de drago, 80". Saxifraga cotyledon, 113”. — latepetiolata, 113". Schomburghia undulata, 164”. Scutellaria alpina, 28”. — javalambrensis, 28”. Selenipedium Roezli, 164”, Senecio doronicum, 28”. — paludosus, 28”. Sertularia polyzonia, 174". Sideritis biflora, 113”. — Tragoriganum, 113”. Sigillaria Boardii, 17”. —Corter 1 — Davreuxi, 17”. — orbicularis, 18”. — rhytidolpis, 17”. Sigillaria texellata, 18”. Sipunculus nudus, 111. Sisymbrium Arcendanum, 26. — crassifolium, 26/. — granatense, 26. — grandifolium, 206”. — laxiflorum, 26”. Sobralia macrantha, 164”. Solen, 73”. Solenopsis fugax, 105. Spartium nubigena, 12”. Spheerechinus granularis, 174". Sphenophyllum saxifrageefolium,17 Sphenopteris tridactylus, 17”. Spiriferina Haneri, 69”. Spirographis Spallanzani, 175. Spongilla fluviatilis, 111”. Stachys hirta, 28”. — maritima, 28”. Stanhopea insignis, 164". — oculata, 165". — suaveolens, 165. — tigrina, 165". : Stegodyphus Hildebrandti, 24”. Stigmaria ficoides, 18”. Storckia draco, 80”. Strongylocentrotus lividus, 174”. Strongylognathus Huberi, 85”. Sycon ciliatus, 173". Synapta inheerens, 174”. i * Syndosmya, 73". Talitrus saltator, 175”. Tapinoma erraticum, 105”. — yar. nigerrimum, 105”. Tellina, 30", 73. Terebra, 74'. Terebratula punctata, 96”. — subpunctata, 96. Tetramorium cespitum, 70,85), 105) — y. semileeve, 85”. Teucrium albarracinense, 113”, — chameedrys, 1153”. — dentatum, 113”, ] . 3 a y p>. Teucrium Webbianum, 113. ÍNDICE Thalictrum aquilegifolium, 26/. — fotidum, 26. Theridium, 22”, Thlaspi alpinum, 27”. — subfruticosum, 27”. — stenopterum, 27”. Thymel:zea nitida, 112”. -— pubescens, 28”, 112”, — segobricensis, 112”. — thesioides, 28', 112”. Thymus chameedrys, 28". — hirtus, 112”. — paradoxus, 112”, — Porte, 112”. - -—— Serpyllum, 28”. — vulgaris, 112”, — zyeis, 112”. Tinca vulgaris, 282. Tobas, 88”. Traquitas graníticas, 88”. Trichopilea suavis, 165”. Trifolium rubens, 27”. Triton, 74”. Trochus cruciatus, 74”. — majus, 74”. Tubularia larynx, 174”. Turritella, 30", 74”. — bicarinata, 154”. ALFABÉTICO. Uroblaps, 34". Uropetalum Bourgeei, 29”. — fulvum, 29”. — serotinum, 29”. Ulex parviflorus, 113”. — recurvatus, 113”. Uloborus Raffrayi, 24”. — republicanus, 23”. Vanessa, 12'. Varanus niloticus, 10”. Venus, 73”. Ver blanc, 3”. Vermetus arenarius, 154', 155". Vespa Germanica, 147”. Vespertilio pipistrellus, 111”. Viola alba, 27”. — collina, 27”. — hirta, 27”. — odorata, 27”. — scotophylla, 27”. — sylvatica, 27”. — Teydensis, 13”. Vinca major, 28”, . — media, 28". — minor, 28”. Yesos rojos, 95”. — verdes, 95”. Zeilleria hierlatzica, 69”. — Partschi, 69”. 247 ADVERTENCIA. El tomo 1, serie 11 (xx1) de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL se publicó dividido en tres cuadernos: el 1.” comprende las páginas 1-112 de las Memorias y 1-80 de las Actas, y apareció el 1.” de Septiembre de 1892; el 2.” las páginas 113-320 de las pri- "meras, y se publicó el 1.” de Diciembre del mismo año; y el 3.” las páginas 321-420 de las Memorias y 81-250 de las Actas, y la fecha de su aparición fué la de 31 de Enero de 1893. Acompañan á este tomo cuatro láminas grabadas en piedra, y va ilustrado con 15 grabados intercalados en el texto. i DE LA BOCIEDAD ESPAÑOLA Pretidadka od dl LE di e Dl eo Poe Arcas. o ni Vicepresidente... lA 0: Máximo Laguna. e OR E Tesorero... o oa MA ed). Ignacio Bolívar: y Urrutia. po an Secretario. +... miooo... D. Francisco Quiroga y Rodríguez. da Vicesecretario.....o.... a Manuel a aner se Ferrand. Por acuerdo de la: Sociedad, en Le sesion Ó A de Abril de 1877 autores de las Memorias que se inserten en los ANALES, tienen derecho á ejemplares, impresos sin levantar el molde de la máquina, ni más corre ciones que poner en vez de la sesion en .que se: leyó la Memoria | dicacion del año y tomo de los ANALES en que se publica ésta. Los autores que deseen mayor número de ejemplares e en as forma xpre- sada, prono con arreglo á la, siguiente tarifa 0 Modo PO od E DE O is da Z ejemplares. ejemplares. ao A pagas. a 50 a E A A OS o 7 sa 3 sg 16 A a dd e. 39 Los autores que quieran tiradas dde de sus. “memorias, e una sola paginación y añadiendo sus títulos despues dal nombra ma C forme á la tarifa pda | o o ad o ADO do se ejemplares. oa ; mt : o 1780 20. 2350 8 e E Pos bo 2 ¿De e e od a LÓn e En ambos casos serán iguales los siguientes E , 50 100.0 E ejemplares. da - ejemplares. eJe Una lámina da en acero é O e Dada... ooonnonoosorocarro so. BV a is ra Una id. 101d., sia duinar.. co. 9. .5 200. 1400 00. Una id. id., en -piedra.. o ca de color sin: o cd o el e Ban a no O su precio o la mayor ad y lo mismo si fuere de tamaño. BRL por 18%), a Las láminas crol obrado fotografiadas Ó. dé ín que anteriormente se indican, se pd al precio ue ciedad. ES Por las correcciones que aa ha e a k reales pa dada hora de Jon - CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lisa de los señores socios de provincias que han satisiecho sus cuotas dedo 1.2 de Enero ; | a 31 de. qe del año corriente. - E -GUOTA DE 40 Cánovas, de Murcia. io o a Comerma, del Ferrol. ) po Barandica, de Bilbao. - | Corral y Lastra, de Santander. | ro y Lastra, de Santander. -| Crespi, de Pontevedra. Dargent, de Málaga. : CUOTA DE 1891. Fernández de Castro a A, de e E Pa. de Bilbao. a a E Cánovas, de Murcia: - |. Flores, de Cangas de Tineo. | - Corral y Lastra, de Santander. - E Irastorza, de San Sebastián. E - Coscollano, de Córdoba. ns - Jiménez de Cisneros, de Gijón. - Elizalde, de Zafra. Cno - | López Seoane, de Coruña. z Moragues y de Manzanos, de Palas - Mederos, de San Lorenzo. : Muñoz Cobo, de J aén. as dle Mercado, de Naya del Rey. ed Pino, de Murcia. o | Moragues: y de Manzanos, de Palma. e de Albarracín. | Pino de Murcia. a | Pombo, de Vitoria. db e , CUOTA a 1892 | Rivera, de Valencia. O E a de Bilbao. : Rivera y Ruíz, de Córdoba, E - Benet, de Teruel. | Rodríguez Femenías, de Menorca. | Blanco, de Ciudad- Real. : EE Sáenz, de Zafra... | -Bolós, de San Rafael. AS Pa el ¡ | a Boscá, de Valencia. a E E. SO o es | . Caballero, de Pontevedra. 0] Mederos, de San Lorenzo. - Calandre, de Cartagena. | Rodríguez de Cepeda, de Valencia. | | > E a a El Tesorero, I. BOLÍVAR. e Hoyop o Notas para un estudio antropológico solo, el creci - ¡miento. (Lámina Yoo e da Aranzadi y Hoyos.—Un avance á la Antropología: de a ña. (Láminas: 11, IL, e Di Zapater y Korb.— Catálogo de los. a de la: 'provin cia de Teruel, (Segunda parte):... cono cono or Actas de. la Acludad Pepañola de Historia Natural a (Enero, | peo Marzo y Abril)... or (AVISOS. El Peboreno ruega á los señores socios que: se encuentren, n cubierto con esta Tesorería, satisfagan sus cuotas respectivas mayor brevedad, á 2 de que 1 no sufran retraso ó io. z Betollias de Barcelona y Sevilla. es de A o en. da lí D. Fernando E o calle an a. 37 AS y los. de Saint- Dénis),. ANALES. pon, no pas la o Fuente, ds Pozuelo. E García. Arenal, de Pla - González Linares, de Santandor. tardo. 2 a la de gnación. o d mici uo A pa a z Cazurro. Y eo Anemonia sulcata Pensant. | minados no pueden. insertarse « en este. (AVISOS. a ; El Tesor ero ruega á los: señores socios que se encuentren: en des E cubierto con esta Tesorería, satisfagan sus cuotas respectivas: á la mayor brevedad, á fin de que no sufran retraso Ó interrupción. e: el recibo de los ANALES. Los residentes en Barcelona las -—narán en casa de D. Francisco de. Sales de Delás y de .G Condal, 20, y los de Sevilla.en la del Sr. D. Manuel Paúl y A rena, calle de Alfonso xII, 27, "Tesoreros o | Saint EDénis), ANALES. o pom | ne pas Dni ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL SERIE 11. TOMO PRIMERO. A E (e >) DON I. BOLIVAR, TESORERO ALCALÁ, 11, TERCERO MADRID | 31 DE ENERO DE 1893 47 e los señoros socios de prova que lan salino sus $ colas Add 1 z de A o ea a : Pérez Arce, de Guadalajara. : Reyes (D. Va , de Cuenca. o Ruiz Epagena. de: Caparroso. bs - Seebold, de Bilbao. - Siret, de Parazuelos. Velaz de Medrano, de Soria.” a de Albarracín. CUOTA DE 1893. - Calleja, de Talavera. A nascllenan, de San Tidefonso. a Codorniú, de Murcia, Madariaga, “de Murcia. Martí y: de. Lleopart, de Tarragona. Pérez Lara, de Je erez. “Seebold, de Bilbao, El ÓN : l. BoLívar.f ) de cuy a puta o: sino: Adver encia. o i 5d 10 ÓN ¡E gs a - A DAA e Ñ o EA ES E Ñ ro Ue A .. 3 y Te ¿ q Ñ e e A Aa . Ed e s Es, j 3. Ñ | E Ae ... (