Vvi A K* DSUO f?TV\ 3 2.26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA COMISION REDACTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. i D. Guillermo Villantjeva. Vocales ] D. Pedro N. Arata. f D. Juan J. J. Kyle. ENERO DE 1876. — ENTREGA I. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ 92, Y ES LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 35 $ m/c » fuera de la Oi.ixd.ad... . . 30 » La su.sc:ricion se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 1876 INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ANTECEDENTES SOBRE EL ORÍGEN Y FUNDACION DE LA SOCIEDAD. II. — PROGRAMA DEL CONCURSO DE 1876. III. — APUNTES SOBRE LA ACCION DEL CARBON EN LAS AGUAS POTABLES, por ÜK. Pulffgarl. IV. — TELEGRAFÍA ÓPTICA, por I 4. B. TraiK (con lámina). V. — APUNTES SOBRE LA COMPOSICION QUÍMICA DE UN SALITRE DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO, por Pedro \ . Arala. VI. — INFORME ELEVADO AL GOBIERNO DE LA PROVINCIA SOBRE LA PLANTEACION DE UNA FÁBRICA DE AZÚCAR. VII. — OBSERVACIONES SOBRE LA COMPOSICION DE UN MINERAL DE HIERRO HALLADO EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA, por Juan J. J. K7le* VIII. — CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES Y SU ORlGF.N É IMPOR- TANCIA PARA LA CIENCIA, por el Dr. I*. llrarkrbuirh. IX. — ACCION DE LA BILIS Y DE ALGUNOS COMPONENTES DE ELLA SOBRE LAS PEPTONAS, por P. IX. A. ANALES DE LA i * « ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA í ¡Á COMISION REDACTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. SD. Guillermo Villanueya. D. Pedro N. Arata. D. Juan J. J. Kile. TOMO I Primer semestre Í876 BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 187 6 ANTECEDENTES SOBRE EL ORIGEN Y FUNDACION DE LA SOCIEDAD Los estudios científicos habian sido lamentablemente descui- dados entre nosotros. La acción oficial se hacia sentir con éxito en la tarea de de- senvolverlos, segundada por los esfuerzos de personas compe- tentes que se han consagrado á la enseñanza con pasión y per- severancia. Se notaba, sin embargo, la necesidad de nuevos impulsos, que partiendo de fuentes particulares, llamaran al público á' inte- resarse en los grandes adelantos morales y materiales de que las ciencias son generadoras fecundas ; á la vez que desperta- ran en la juventud argentina la afición á estudios vastos y profundos. Es sensible que aquí se emprendan los estudios, buscando generalmente antes que todo realizar una profesión para lu- crar. Era necesario, y no deja aun de serlo, abrir una propa- ganda, que tiene muchos prosélitos, para familiarizar el espí- ritu de la juventud con los estudios que honran y exijen sa- crificios y abnegación, lejos de abrir fáciles caminos para llegar á la riqueza. Por otra parte ni el Estado ni los Poderes Públicos contaban entre sus adelantos, una institución especial que pudiera serles útil con sus conocimientos y consejos en ciertas cuestiones fre- cuentes en el movimiento administrativo. La República Argentina ofrece atractivos seductores á los in- 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA vestigadores científicos, aunque sábios eminente como Falkner, Azara, D’Orbigny, Darwin, De Moussy, Muñiz, Bravard, Strobell, y otros la han estudiado mas ó menos detenidamente. Sigue á esas notabilidades el distinguido sábio Dr. Don Ger- mán Burmeister, que ha fijado su residencia definitiva en el país, organizando el célebre Museo Público de Buenos Aires, y dando á la prensa numerosas obras ilustradas, escritas en ale- mán, en francés y en español, que acusan una laboriosidad nada común y preciosos conocimientos sobre la República. . No obstante, la investigación científica tiene un rico é inmenso teatro de acción. En las precedentes ideas y en esas necesidades sentidas de- bemos buscar el origen de la «Sociedad Científica Argentina». En Junio de 1872 el estudiante de primer año de Ciencias Exactas, D. Estanislao S. Zeballos, tuvo una conferencia con D. Justo R. Dillon, alumno de cuarto año del mismo Departamento. El primero comunicó á este la conveniencia de fundar una Sociedad que sirviera de centro de unión y de trabajos á las personas que desearan fomentar el desarrollo de las ciencias y de sus aplicaciones. El jóven Dillon acojió con entusiasmo la empresa. Del resultado de este cambio de ideas que tuvo lugar en una sala del Ministerio de Hacienda de la Provincia, instruyen las siguientes palabras del señor Kyle, ex-Presidente de la So- ciedad: «convinieron en invitar cada uno á los demás estu- « diantes á fin de proponerles la idea y discutir los medios de « realizarla» (1). Fueron invitados, en efecto, los estudiantes de Ciencias Exactas á una reunión preparatoria que tuvo lugar un Domingo á me- diados de Junio en la casa del estudiante D. Ceferino Bailar, esquina de las calles de Moreno y Bolívar donde tenia sus ofi- cinas la comisión de Aguas Corrientes. Sentimos no recordar los nombres de todos los que concur- rieron, ya que no han quedado mas que simples recuerdos de aquella primera sesión. El Sr. Zeballos esplicó á los concurrentes el objeto de la (1) Discurso pronunciado en la sesión pública y Exposición del 28 de Julio de 1875. ORIGEN Y FUNDACION DE LA SOCIEDAD 7 reunión, y leyó el proyecto de bases que va en seguida, cuyo original se encuentra en el archivo de la Sociedad: ACADEMIA CIENTÍFICA DE BUENOS AIRES ESTATUTOS FUNDAMENTALES OBJETO DE LA ACADEMIA Bajo la denominación de Academia Científica de Buenos Aires se crea esta Asociación con los fines siguientes : Io. Llenar la falta de una corporación que fomente especial- mente el estudio de las Ciencias Matemáticas, Físicas y Natu- rales con sus aplicaciones á la Artes, á la Industria y á las necesidades de la vida social. 2o. Servir por aquel medio á la República Argentina ya di- recta, ya indirectamente por intermedio de los Gobiernos Na- cional y Provinciales. - 3o. ‘ Procurar empeñosamente el adelanto de las mencionadas ciencias, procurando así honor y gloria para el pais. 4o. Discutir y estudiar los progresos y aplicaciones de aque- llas ciencias que se relacionen con las Artes y Manufacturas. 5o. Protejer y discutir las producciones, inventos ó mejoras científicas, realizadas en el territorio de la República, ó en el estranjero, cuando fuese útiles á esta. Leidas las bases el autor declaró que las había presentado con el único propósito de que los. invitados á la reunión pu- dieran formarse una idea exacta del objeto de la Sociedad que se trataba de organizar. Se resolvió por unanimidad de votos la fundación de la So- ciedad ; y se nombró en seguida una Comisión que redactara un proyecto de Bases. En el archivo se conserva sobre este punto un documento interesante. Hélo aquí : ANTECEDENTES Deseosos los estudiantes de Ciencias Exactas de organizar una Asociación Científica, tuvieron con este motivo varias reuniones 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA preparatorias, las que dieron por resultado el nombramiento de una comisión encargada de redactar un proyecto de bases. Dicha comisión fué compuesta del modo siguiente: D. Justo Dillon, por el cuarto año; D. Félix Rojas, por el tercero; Don Juan Pirovano, por el segundo ; D. Estanislao S. Zeballos, por el primero, y D. José Suarez, por el curso preparatorio. Se acordó igualmente que las bases serian discutidas en una reunión que tendria lugar en la Universidad el 30 de Junio, y á la cual serian invitados todos los ingenieros, agrimensores, químicos, etc., y demás personas que se dedican á las ciencias exactas. Formuladas las bases, la Comisión de estudiantes, en virtud de la autorización recibida, pasó la siguiente circular de invi- tación para la reunión del Domingo 30: Buenos Aires, Junio de 1872. Señor Don Distinguido señor: Habiéndose reunido los estudiantes de Ciencias Exactas, con el objeto de fundar una Asociación Científica, comisionaron á los infrascriptos para redactar las bases de la Asociación é invitar á una reunión á fin de discutirla. Los fines de la Asociación se reducen á llenar la falta de una corporación científica que fomente especialmente el estudio de las ciencias matemáticas, físicas y naturales, con sus apli- caciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social. Para la realización de estos fines se cuenta con el concurso de los señores Ingenieros nacionales y estranjeros, estudiantes del ramo, en la esfera de sus conocimientos y demás personas científicas. Por esta razón invitamos á Yd. á la reunión que, con el mencionado fin, tendrá lugar el dia 30 del actual, ;( Domingo ), á las doce del dia, en la Universidad. Saludan á Yd. con toda consideración. » Firmados : Justo Billón. — Félix Rojas. — Juan Piro- vano , — Estanislao S. Zeballos. — José Suarez. Emilio Rosetti. Presidente provisorio. Justo Billón. Secretario provisorio. ORIGEN Y FUNDACION DE LA SOCIEDAD 9 La comisión nombrada se reunió y tomó por punto de par- tida de sus trabajos el proyecto del Sr. Zeballos, que fué acep- tado con modiñcaciones sustanciales, en la forma siguiente : El nombre de la Sociedad fué sustituido por este : « Academia Científica Argentina. » La base 4a fué suprimida. La 5a quedó redactada así : « Estudiar con preferencia los » inventos ó mejoras científicas de reconocida utilidad para el » país. » El nuevo proyecto de bases fué presentado á la reunión anunciada, habiendo sido nombrado miembro informante de la comisión el Sr. Zeballos (1). El acta de la sesión es la siguiente: Ia REUNION EXTRAORDINARIA DEL 30 DE JUNIO DE 1872. Presidencia de D. Emilio Rosetti. En Buenos Aires, á treinta de Junio de mil ochocientos setenta y dos, reunidos en la Universidad los señores ingenieros D. Emilio Rosetti, D. Luis A. Huergo, D. Guillermo White, el agrimensor D. Angel Silva, los señores D. Juan Ramorino y D. Domingo Borlolazzi, y los estudiantes de Ciencias Exactas, con el objeto de cambiar ideas para la fundación de una Sociedad Científica, la Comisión de estudiantes dió lectura del proyecto de bases que habia sido encargada de redactar en las reunio- nes" preparatorias. Por indicación de la misma se acordó nombrar una Comisión interina, Suedando designados para formarla: D. Emilio Rosetti, para Presidente; . Guillermo White, para Vice-Presidente, y D. Justo Dillon, para Se- cretario . Acto continuo se procedió á la discusión del proyecto de bases pre- sentado, quedando definitivamente sancionado del modo siguiente : « Bajo la denominación de «Estímulo Científico», se funda en Buenos Aires una Sociedad sobre las bases siguientes : Ia Fomentar especialmente el estudio de las ciencias matemáticas, físicas y naturales, con sus aplicaciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social. 2a Estudiar las publicaciones, inventos ó mejoras científicas, y espe- cialmente las que tengan una aplicación práctica en la República Ar- gentina. 3a Reunir para este objeto á los ingenieros argentinos y estranjeros, á los estudiantes de Ciencias Exactas, en la esfera de sus conocimientos, y á las demás personas cuya ilustración científica responda á los fines de esta Corporación. (1) Discurso citado del Sr. Kyle. 2 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA 4a Estas bases serán inalterables y de acuerdo con ellas se redactará el reglamento de la Asociación. » Habiendo hecho presente el Sr. Presidente la conveniencia de nombrarse una comisión que se encargara de confeccionar el reglamento de la Socie- dad, después de un ligero debate, se resolvió, por indicación del Sr. Huer- go, que la formarían la actual comisión nombrada y la estinguida de estudiantes que habia redactado las bases, acordándose igualmente invitar para otra reunión, á fin de dar cuenta de sus trabajos. No habiendo otro asunto de que tratar el Sr. Presidente declaró cerrado el acto. Emilio Rosetti, Presidente. Justo Billón , Secretario. La Comisión se reunió varias veces en casa del Sr. Rosetti y presentó su proyecto de reglamento. Las actas de las sesiones contienen interesantes detalles sobre este período que medió entre las primeras asambleas prepa- ratorias y la instalación definitiva de la Asociación. Son estas : 2a REUNION EXTRAORDINARIA DEL 14 DE JULIO 1872. Presidencia del Sr. Rosetti. En Buenos Aires, á catorce de Julio de mil ochocientos setenta y dos, reunidos en el Colegio Nacional los señores designados al margen, el señor Presidente declaró que la Comisión se habia espedido en la confección del Regla- mento, cuya redacción se le habia encomendado. Antes de procederse á su lectura, se leyó por el Secretario el acta de la anterior sesión, sin reparo por ninguno de los señores asistentes, la que fué aprobada y firmada. Acto continuo se dió lectura del proyecto de reglamento citado, y después de varias mociones que dieron lugar á un interesante debate, se declaró constituida la Sociedad bajo la denominación de «Sociedad Científica Argentina», aprobándose por unanimidad el Reglamento en general, y entrándose á la discusión en particular fueron aproba- dos los artículos Io y 2o del título Io que trata de la Socie- dad, en la siguiente forma : « Artículo 1°. La Sociedad recabará del Gobierno de la Provincia la aprobación de sus Estatutos, para gozar de los privilegios de persona jurídica. « Artículo 2o. La Asociación puede adquirir la propiedad de las casas que respondan á sus fines. » Habiéndose dado lectura al artículo 3o, se suscitó con este motivo una Presidente G. White Luis A. Huergo Juan Ramorino Juan Dillon Francisco Lavalle G. Kuhr Angel Silva Zacarías Tapia E. Peña M. Tedin F. Rojas E. S. Zeballos J. Pirovano J. Suarez J. Cagnoni M. Paunero L. Viglione S. Brian L. Silveira E. Carvalho Justo Dillon. ORIGEN Y FUNDACION DE LA SOCIEDAD 11 discusión sobre las palabras «en la esfera de sus conocimientos», que figuran en las bases y que se refieren á los estudiantes de Ciencias Exactas, acordándose por unanimidad la supresión de dichas palabras. Siendo la hora ya muy avanzada, se resolvió levantarla sesión y reunirse el Domingo próximo á la misma hora para continuar la discusión pen- diente, invitándose además las otras personas que no habian asistido. El señor Presidente manifestó que los señores que lo creyeran neceario podrian pasar por su casa, Perú núm. 9, á fin de estudiar el proyecto de Reglamento.. Emilio Rosetti, Presidente. Justo Billón , Secretario. 3a REUNION EXTRAORDINARIA DEL 21 DE JULIO DE 1872. Presidencia del Sr. Rosetti. En Buenos Aires, á veinte y uno de Julio de mil ocho- cientos setenta y dos, reunidos en el Colegio Nacional los señores designados al margen, el señor Presidente pro- clamó abierta la sesión. Leída, aprobada y firmada el acta de la anterior, se dió lectura del proyecto de reglamento, por haberlo pedido algunos señores que no habian podido asistir á las reuniones anteriores. Procedióse en seguida á discutir el artículo 3o del título I, el que fue rechazado ; leído el artículo 4o que trata de la clase de socios de que se compondrá la Sociedad, se suscitó con este motivo una animada discusión que dió por resul- tado la aprobación in totum del Reglamento, modificándose en el artículo 21 el término de un año por el de seis meses, para su reforma. Igualmente se autorizó á la Comisión provisoria para publicarlo en número suficiente á fin de hacerlo conocer de todas las personas que se encontrasen en aptitud de formar parte de la Sociedad. Se acordó así mismo señalar el Domingo próximo para la instalación de la Sociedad y nombramiento de la Comisión Directiva, firmando todos los presentes el Reglamento. No habiendo otro asunto de que tratar, el Presidente declaró levantada la sesión, siendo las tres y media de la tarde. Emilio Rosetti, Presidente. Justo Billón , Secretario. Presidente N. Alvarado Brian, S. Coronel Dillon, Juan Dillon, Justo Lacroze, J. Lavalle, F. Pellegrini Ramorino Rojas, F. Silveira, L. Sienray Carranza Silva, A. Tedin, M. Villanueva, G. Tapia, Z. Zeballos, E. S. Huergo, L. A. 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 4a REUNION EXTRAORDINARIA DEL 28 DE JULIO DE 1872. Presidencia del Sr. Roselti. Presidente Alvarado, N. Brian, S. Burgos, J. M. Carvalho, A. Dillon, Juan Dillon, Justo Huergo, Luis Lacroze, J. Lavalle, F. Mañé, Márcos Oyuela, I. Olivera, C. Peña, E Rosetti, E. Rojas, F. Ramorino, J. Révy, J. J. Silveira, L. Silva, A. Tedin, M. White, G. Arrufó, J. Zeballos, E. S. En Buenos Aires, á veinte y ocho de Julio de mil ocho- cientos setenta y dos, reunidos en el Colegio Nacional, el Presidente y demás personas designadas al márgen, se abrió la sesión siendo las doce y media del dia. Leida, sin reparo ninguno, el acta de la anterior fue aprobada y firmada. Procediese en seguida al nombramiento de la Junta Di- rectiva, de que habla el artículo 8o del Reglamento. De- signadas las dos personas que asociadas al Presidente y Comisión provisoria debían practicar el escrutinio, según lo dispone dicho Reglamento, se procedió á hacerlo, re- sultando con mayoría de votos los siguientes señores : Presidente D. Luis A. Huergo. Vice-presidente. . » Augusto Ringuelet. Secretario 1*. .. . j> Cárlos Stegmau. Secretario 2o. ... » Justo Dillon. Tesorero » Angel Silva. Vocal Guillermo White. j> » Francisco Lavalle. D » Juan Ramorino. » > Juan J. Révy. Proclamados que fueron estos señores, el Presidente electo D. Luis A. Huergo ocupó su puesto y dirigiendo en seguida á los presentes algunas sentidas palabras alusivas al acto, declaró instalada la Sociedad, con lo cual terminó la sesión, siendo las tres de la tarde. Emilio Rosetti, Presidente. Justo Dillon , Secretario. Este es el último documento relativo á la fundación de la Sociedad. Desde 1872 hasta la fecha se ha trabajado asiduamente por la organización definitiva del sistema de trabajos de la institu- ción. Reglamentadas las sesiones ordinarias que celebran pun- tualmente y con una numerosa concurrencia, establecida una biblioteca que aumenta rápidamente, iniciada la formación de un museo científico é industrial, inaugurada con éxito una importante série de esploraciones y escursiones en el interés de la ciencia y de la Sociedad, solo se hacia sentir mas vivamente ORIGEN Y FUNDACION DE LA SOCIEDAD 13 la necesidad de publicar estos Anales , para infundir nuevo im- pulso y mas vigor á la actividad de los ilustrados socios. Ha llegado el momento deseado de realizar esta última aspi- ración. Al aceptar el puesto que nos ha sido confiado por nuestros distinguidos colegas, hemos hecho el propósito de ser infati- gables en el cumplimiento de nuestros deberes. Esperamos, sin embargo, para alcanzar el mayor éxito posi- ble, la generosa y decidida protección de nuestros consocios y del ilustrado público. Buenos Aires, Enero Io de 1876. La Comisión Redactora. y PROGRAMA DEL CONCURSO DE 1876 Buenos Aires, 30 de Noviembre de 1875. A la Asamblea. La Comisión Directiva ha creído conveniente modificar las bases publi- cadas para el concurso de 1876 y pide á los Sres. socios la aprobación del siguiente proyecto, por las razones que dará el miembro informante Sr. While. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. SOCIEDAD CIENTÍFICA ARJENTINA CONCURSO DE 1876 La Sociedad Científica Arjentina ha resuelto modificar el programa del concurso de 1876, y sancionado el siguiente proyecto por la Comisión Directiva : I ¿ Cuáles son las condiciones técnicas y económicas á que debe satisfacer la red de ierro -carriles de la República Arjentina? II Determinar el mejor sistema para la construcción de las carreteras generales. CONCURSO DE 1876 15 III Sistema mas ventajoso y económico para la irrigación de los terrenos destinados á la agricultura. IV Sistema económico de habitaciones para obreros en Buenos Aires. V ¿ Cuál es el mejor sistema para utilizar las materias fecales y aguas ser- vidas de las cloacas de Buenos Aires sin peligro psra la higiene ? VI Memoria sobre la esplotacion de las minas de la República Arjentina. VII Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires. VIII Memorias sobre mejoras de la navegación interior. BASES Á QUE DEBEN SUJETARSE LAS PERSONAS QUE QUIERAN TOMAR PARTE EN EL CONCURSO I Presentarán una memoria anónima, escrita en idioma castellano, la que será acompañada de un pliego cerrado con lema igual al de la memo- ria, en el que estará el nombre del autor y el de su residencia,, sin que se deduzca por algo de donde procede. II Las memorias presentadas serán estudiadas y clasificadas por comi- siones especiales de tres miembros que se designarán para cada caso en particular; esas comisiones se espedirán fundando la clasificación que hu- bieran hecho en un informe sobre todas las memorias presentadas. 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA III En vista de lo informado por las comisiones clasificadoras, la Asam- blea decidirá si hay lugar ó nó á acordar el premio designado. IV Una vez resuelto este asunto, se harán conocer las memorias que hu- bieren merecido prémio, devolviéndose los pliegos en que conste el nom- bre de los autores de las demás, y si para el término préviamente fijado no fuesen recojidos, serán inutilizados. V Todos los proyectos, memorias y trabajos que se presenten á la sociedad para ser estudiados, le pertenecerán y se archivarán en oportunidad. VI La Asamblea podrá autorizar la publicación de la memoria que haya merecido premio, en folleto, ó en la Revista de la Sociedad. VII Los trabajos y memorias se presentarán antes del 1" de Junio de 1876, para que en la asamblea de ese dia se dé cuenta del nombramiento de as comisiones que deben estudiarlas y clasificarlas . VIII Las comisiones nombradas deberán espedirse antes del Io de Julio del mismo año, para que en la asamblea de ese dia se acuerden los prémios, los que serán distribuidos en la asamblea estraordinaria del 28 de Julio, en que la Sociedad solemniza el aniversario de su fundación . IX Habrá una medalla de oro para la mejor de las memorias sobre cada tema, y un diploma ó mención honorífica para las segundas en orden de mérito. En caso que á juicio de las Comisiones, no haya ninguna que merezca la medalla, solo se dará la mención honorífica, siempre que sea aconsejada esa distinción. X No padrá ser miembro de la Comisión, el socio que haya presentado trabajo en el tema sobre que tenga que informar. APUNTES SOBRE LA ACCION DEL CARBON EN LAS AGEAS POTABLES Estos apuntes reconocen por oríjen : primero, el deseo de averiguar los efectos del carbón sobre los componentes de las aguas comunes em- pleando el sistema analítico que he dado á conocer con el nombre de Amoni-Nitrometría ; segundo, la denuncia hecha en la Revista Médico- Quirúrgica , número correspondiente al 8 de Setiembre de 1874, sobre doce casos de envenenamiento por el plomo , ocurridos á bordo del vapor mercante francés Caldera , que viajaba entre este puerto y el Havre, suscrita por el Dr. Julio Grevaux, atribuidos al plomo existente en la estañadura de la máquina destilatoria que proveía de agua potable á la tripulación ; y tercero, la lectura de un importante trabajo de M. A. Chevallier, publicado en los Anuales d'hygiéne publique et de Médccine légale , número correspondiente á Julio del mismo citado año, sobre el agua y los medios de purificarla para hacerla potable; trabajo en que se denuncia una porción de casos análogos al citado por el Dr. Crevaux y en que su autor se ocupa de la acción purificante del carbón sobre las aguas contaminadas por soluciones metálicas. Es un hecho inconcuso en la ciencia y que hasta pertenece al domi- nio del vulgo, el conocimiento de la propiedad purificante del carbón sobre los líquidos que encierran sustancias putrefactas ó putrecibles, y en particular sobre las aguas potables. El efecto mas ostensible del carbón en este caso, es debido sin duda á su propiedad absorbente; propiedad que ejerce no solo respecto á los gases existentes en el agua, sino también sobre algunas materias sólidas disueltas en ella, como sucede cuando obra como principio des- colorante de un líquido cualquiera. Pero, ¿hasta qué punto purifica el carbón á una agua de las mate- rias que tenga disuettas? ¿Cuáles son las sustancias preferentemente 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA absorbidas? ¿Cuál es la cantidad relativa de los diferentes carbones que puedan efectuar la absorción completa? He ahí las cuestiones que me he propuesto resolver solo en su re- lación con el agua potable, ó sea la que se destina á los usos de la vida. Para conocer los efectos del carbón sobre las materias orgánicas exis- tentes en las aguas potables, tomé una muestra de agua corriente que fraccioné en tres proporciones. Una la destiné para analizar sin adición alguna según el sistema Amoni-Nitrométrico; á otra agregué 5 p% de carbón vegetal préviamente sometido á una temperatura elevada en crisol tapado; y á la tercera agregué también 5 p% de carbón animal sin purificar por el ácido clorhídrico, pero después de sometido asimismo al calor en vaso cerrado. La muestra de agua indicada era muy turbia y la consideraba polu- cionada por serlo también otras muestras que habían analizado en los dias anteriores. En efecto ; el análisis de ella sin adición de carbón, dió por litro : Amoníaco ya formado (1) 0 gr. 00016 Id. nítrico 0 « 00173 Id. orgánico 0 « 00115 Total de amoníaco 0 « 00304 Analizada por otra parte á los tres dias la nuestra de agua con el carbón vejetal, separado éste por filtración dió: Amoníaco ya formado 0 gr. 00035 Id. nítrico 0 « 00120 Id. orgánico . 0 « 00095 Total de amoníaco 0 « 00250 Y por lo que toca á la muestra tratada por el carbón animal, se- parado igualmente este por filtración al tercer dia, dió por litro : Amoníaco ya formado 0 gr. 00068 Id. nítrico 0 « 00080 Id. orgánico 0 « 00045 Total de amoníaco 0 « 00193 Creo pues deber deducir de los precedentes resultados: Io Que el carbón aun á la temperatura ordinaria y en el seno del agua reduce en su mayor parte á la materia orgánica existente en (1) Por amoniaco ya formado comprendo al que he distinguido en mi sistema Amoni-Nitrométrico con los nombres de libre y combinado ; pero que por no ser necesaria esta distinción en el caso presente, los determino en una sola operación. ACCION DEL CARBON EN LAS AGUAS POTABLES 19 ésta ; pues así lo hace comprender el esceso de amoniaco ya forma- do hallado en el segundo y tercer análisis, con relación al del pri- mero, y la disminución proporcional del amoníaco orgánico. 2ü Que esta acción reductora es mucho mas enérgica en el car- bón animal que en el vegetal. 3° Que el ácido nítrico ó los nitratos existentes en el agua son escasamente absorbidos por el carbón ; resultando también la ventaja á favor del animal. 4o Que solo una muy mínima cantidad de las materias orgánicas es absorbida, si se tiene en cuenta por los datos transcritos que la su- ma del escedente de amoníaco ya formado y del orgánico representa aproximadamente el amoníaco orgánico del agua no sometida al trata- miento por el carbón. 5o Que si el agua mejora de condiciones bajo la acción del car- bón, debe atribuirse mas bien á la acción reductora que éste ejerce sobre las materias orgánicas que á su propiedad absorbente. Si pasamos ahora á las observaciones que nos ofrece el carbón como materia purificante de las aguas contaminadas con sustancias minerales, veremos que su acción es mucho mas pronunciada y evidente que por lo que toca á las materias orgánicas, necesitándose por otra parte una proporción muchísimo menor. Si bien Mr. Chevallier en el trabajo á que he aludido antes espone resultados muy importantes respecto á la acción del carbón sobre las disoluciones metálicas, según sea el carbón vegetal ó animal, según sea ó nó este purificado por el ácido clorhídrico y según se opere en frió ó en caliente, pero se nota la omisión de que no se espresen las re- laciones ponderales entre las que se producen los hechos, ni los lí- mites de absorción del carbón según sea su naturaleza. En efecto., las condiciones del citado autor son las siguientes : Io Que las sales de hierro son absorbidas en caliente por el car- bón animal no lavado, por este mismo carbón lavado con ácido clor- hídrico y pór el carbón vegetal : 2o Que en frió solo el carbón animal no lavado ha absorbido las sales de hierro : 3o Que las sales de cobre son absorbidas en caliente por el car- bón animal lavado y sin lavar, y por el vegetal : 4o Que en frío el carbón animal no lavado, absorbe estas sales; 5o Que las sales de zinc son absorbidas en caliente por el car- bón animal sin lavar y por el vegetal : 6o Que en frío el carbón animal no lavado absorbe las sales de zinc ; mientras que los otros carbones lo efectúan incompletamente : T Que las sales de cobalto y de níquel son absorbidas en ca- 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA líente por el carbón animal no lavado, por el lavado y por el ve- getal : 8o Que las sales de plata y de mercurio son absorbidas en ca- liente por los tres carbones : 9o Que el arsénico en las preparaciones arsenicales es absorbido por el carbón no lavado, en caliente ; que el lavado no obra del mismo modo, aunque retiene mas pequeña cantidad, y que el vegetal no lo absorbe : 10. Que las sales de plomo son absorbidas por los carbones en caliente y por el carbón animal lavado, en frió. Sin considerar algunos de los resultados espuestos del todo exactos, pues creo que la absorción mas ó menos completa de las espresadas especies de sales aunque sea en frió, es simplemente cuestión de cantidad, diré que los ensayos que he practicado tienden principalmente á resol- ver la deficiencia citada respecto de las proporciones ponderales entre las que se consiguen los resultados, considerando principalmente la cues- tión bajo el punto de vista de la purificación de las aguas potables, según he dicho ántes. Así he prescindido de hacer uso del carbón lavado por el ácido clorhídrico, que indudablemente es menos absorbente que el carbón de huesos natural, ó sin lavar ; lo mismo que de los ensayos en ca- liente; limitándome por otra parte á la acción del carbón vegetal mas común entre nosotros ó sea el de espinillo, y el animal impuro, á la tem- peratura ordinaria sobre las sales de plomo, de cobre y de zinc que son las que mas frecuentemente pueden hallarse en las aguas naturales por efecto de aparatos culinarios, de alambiques, de cañerías, de lla- ves, de depósitos metálicos, etc. Para este objeto prepararé ante todo tres soluciones : una de acetato de plomo, otra de sulfato de cobre y otra de sulfato de zinc, en agua destilada, todas en la proporción de uno por mil. Estas soluciones fueron tratadas separadamente con carbón animal y con carbón vegetal en proporción de 5 p % sobre el líquido empleado. Al dia siguiente ninguna de las seis muestras de agua acusó la presencia del metal. De esta esperiencia se deduce evidentemente la absorción completa en frío de los metales, plomo, cobre y zinc por el carbón ya sea el vegetal ya el animal. Para averiguar luego los límites en que se efectúa esta absorción, des- pués de muchos ensayos prévios, puse en diferentes vasos 100 centí- metros cúbicos de los líquidos citados con proporciones diferentes y conocidas de carbón animal y vegetal durante 24- horas. De estas esperiencias resultó que respecto á la sal de plomo bas- taron Ogr.25 de carbón animal para producir su absorción completa y 2 gr. de carbón vegetal para obtener el mismo resultado ; de modo que la relación absorbente entre uno y otro es de 1 á 8. ACCION DEL CARBON EN LAS AGUAS POTABLES. 21 Por lo que toca á la sal de cobre» la acción completa se produjo con Ogr.75 de carbón animal y 3 gr. de carbón vegetal; siendo en este caso la relación absorbente entre ambos, de 1 á 4-. En cuanto á la sal de zinc, fué absorbida completamente por Ogr.75 de carbón animal y por 4gr.5 de carbón vegetal ; de modo que la re- lación absorbente es de 1 á 6. Resulta pues de estas esperiencias una notable ventaja en favor del carbón animal sobre el vegetal respecto á su propiedad absorbente. Las proporciones indicadas pueden aun disminuir prolongando el tiempo de permanencia del carbón en el seno del líquido y agitando á menudo la mezcla ; pero la diferencia es poco notable y á los cuatro ó cinco dias aparece que el límite de absorción no es ya ultrapasado. Teniendo pues en vista que las citadas soluciones contenían una can- tidad mucho mayor de sales que las que suelen contener las aguas naturales por efecto del contacto ó de permanencia en aparatos, de- pósitos, llaves ó tubos metálicos, creo que la cantidad de uno por ciento de carbón animal común mezclado y ajitado algún tiempo en ellas las dejará en la mayor parte de casos en buenas condiciones de potabilidad; y que para conseguir un efecto igualmente seguro con el carbón vegetal seria necesario la proporción de ocho por ciento. Con los filtros comunes de carbón he obtenido también la absorción completa de las soluciones metálicas indicadas, pero me ha sido ne- cesario hacerlas pasar de doce á veinte veces por el filtro para conse- guir un resultado completo. Pero considerando como acabo de decir que las soluciones primitivas á que antes me he referido son mas sa- turadas de sales metálicas de lo que debe esperarse de las aguas na- turales ; es presumible que aunque sea pasando una sola vez por el fil- tro, estas se purificarán del todo, ó cuando menos disminuirá notable- mente el peligro por su uso. Cree en resúmen que los datos que acabo de esponer, sin otra im- portancia que el de meros apuntes, podrán sin embargo tener algún valor para la solución de ciertas cuestiones de higiene relacionadas con la potabilidad de las aguas, ó cuando menos evitando los errores su- mamente graves que pueden resultar en las investigaciones químicas y en especial en las toxicológicas por el uso del carbón usado como agente descolorante. M. Puiggari. TELEGRAFIA OPTICA MEMORIA LEIDA EN LA ASAMBLEA DEL 2 DE NOVIEMBRE DE 1875. Al Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Tengo el honor de someter á vd. algunos detalles sobre los ensayos de telegrafía óptica que he practicado últimamente, en la creencia de que ellos podrán ser de interés para la Sociedad que vd. tan digna- mente preside. Ocupado en formar un plano para el establecimiento de líneas telegrá- ficas en esta Provincia, no podía escapárseme la grande importancia que tendría para la defensa de fronteras, el que estuviesen ligados entre sí sus diferentes fortines por medio del telégrafo; pero comprendí que el que se colocara en tales circunstancias estaria siempre espuesto á ser destruido por los indios, y por otra parte el carácter de provisorio que generalmente tiene una línea de frontera, impediria que se invirtiesen cantidades tan crecidas en obras que solo prestarían servicios durante un tiempo mas ó menos limitado. Entonces, teniendo presente la corta distancia que separa los fortines uno de otro, la que es solo de 10 á 12 kilómetros término medio, pensé que tal vez pudiera emplearse para el objeto indicado la telegrafía óptica, predecesora inmediata de la eléctrica, que prestó servicios bas- tante importantes en Europa á principios de este siglo. En aquellos tiempos se contentaban con la trasmisión de un pequeño número de señales arbitrarias, combinadas de antemano, pero ahora podemos em- plear el alfabeto Morse con el mismo fin, quedando desde ya muy sim- plificado el aparato de trasmisión, y habilitado para trasmitir cualquier género de comunicaciones, tanto de noche como de dia. Además de esto, acaba de ser inventado por un señor Manee, director de una compañía telegráfica en la India, un sistema completamente nuevo de trasmisión por medio del reflejo de los rayos solares, que por su sencillez y su mucho alcance es inmejorable para esta clase de telegrafía. Los perió- dicos dieron cuenta de unos ensayos que fueron hechos en la India á TELEGRAFÍA ÓPTICA 23 principios de este año, dando al mismo tiempo una idea general del aparato empleado. Penetrado de la importancia de este descubrimiento para el objeto que tenia en vista, y aprovechando de los pocos datos que sobre él habia conseguido, he podido construir un par de Helió- grafos, como los llama su inventor, por cuyo intermedio hemos cam- biado con toda facilidad largas comunicaciones entre esta ciudad y el pueblo de Quilines. (Véase la figura adjunta). Este aparato consta de un pequeño espejo, de 10 pulgadas de costado, el que es movible sobre un eje horizontal, y unido por su estremidad superior, por medio de una pequeña barra de metal, á la parte anterior de un manipulador igual á los que se usan en los aparatos eléctricos de Morse, el que está montado sobre una plancha horizontal que lleva también los soportes del eje del espejo. Esta plancha está unida por medio de un eje vertical al trípode sobre el cual descansa el aparato, siendo por consiguiente susceptible de un movimiento giratorio hori- zontal, el que se produce moviendo un tornillo convenientemente dis- puesto sobre el trípode ; por otra parte, pudiéndose modificar el grado de inclinación del espejo por medio de una tuerca puesta sobre la barra de metal que lo liga al manipulador, resulta que se le puede dar el movimiento combinado de rotación y de inclinación necesario para equi- librar el cambio constante del ángulo que los rayos del sol forman con su superficie, condición indispensable para conseguir la constante proyección de reflejo hácia un punto dado. Antes de empezar la trasmisión, se coloca un pequeño disco de metal á distancia de una docena de varas del espejo, y en dirección al punto con el cual se desea comunicar, de modo que venga á formar una línea recta con este y con el centro del espejo, donde existe una pe- queña abertura para la verificación de esta operación. Trayéndose en seguida por medio de los tornillos reguladores, el reflejo sobre un punto situado á un pié debajo del referido disco, se deprime el manipulador, el reflejo sube y viene á descansar sobre el disco en cuya posición es visible para el corresponsal con quien quiere hablar. Como consecuencia natural, cuando se imprimen al manipulador los movimientos necesarios para formar el alfabeto Morse, es decir, deprimiéndolo por intérvalos cortos para formar los puntos, y largos para las rayas, y con el debido tiempo de descanso para la separación de las letras y palabras : la esta- ción lejana vé aparecer las letras del alfabeto, y lee con toda facilidad la trasmisión, con una rapidez de 10 á 15 palabras al minuto. En los ensayos que se hicieron en la India, eligiendo al efecto los sitios mas elevados posibles, pudieron comunicar hasta la distancia de 60 ó mas kilómetros ; los que hayan visto el fuertísimo reflejo del apa- rato puesto en Quilines admitirán fácilmente la posibilidad de tal hecho. El aparato no puede ser mas sencillo ni mas portátil, y las señales son tan claras, que cualquier telegrafista ias lee á primera vista. La única difi - 24* ANAf.ES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cuitad que presenta, es la graduación del espejo, pero esta indudable- mente desaparecería con un poco de práctica. Creo, pues, que este aparato está- destinado á prestar importantes servicios en muchas circuns- tancias, particularmente en paises que, como este, gozan generalmente de un cielo sereno. Sin embargo, no pudiéndose contar siempre con un sol brillante, he creído conveniente hacer un aparato para los dias nublados, el que ha sido ensayado con muy buen éxito también entre esta y Quilmes. Este se compone de cuatro tablas dispuestas horizontalmente en un cuadro vertical, y movibles sobre ejes puestos en sus estremidades, á estilo de persianas ; estando en una posición vertical, forman una super- ficie cuadrada de lm. 75 de costado. El aparato que se usaba en Inglaterra á principio de este siglo era algo parecido á este, pero con diferencia de que las señales se for- maban con las combinaciones qne resultaban del empleo independiente de cada tabla, siendo por consiguiente necesario que cada una indivi- dualmente fuese visible desde la estación próxima, mientras que en el nuestro, las cuatro tablas no forman sino una sola cuando están á la vista, y, siendo ligadas entre sí, un solo impulso les da movimiento. Cuando el aparato está en reposo, la posición de las tablas lo hace completamente invisible desde poca distancia. La trasmisión se hace por medio de una palanca que les imprime un movimiento que basta para ponerlas á la vista desde la estación próxima por el intérvalo que se quiera, la duración mas ó menos larga del cual forma los puntos y ra- yas del alfabeto Morse. Se pueden trasmitir de cuatro á cinco palabras al minuto, empléandose como es consiguiente un anteojo de larga vista. Este sistema podría emplearse ventajosamente á bordo de los buques, haciéndose la trasmisión por medio de un tambor de género izado en la arboladura, que se pueda abrir y cerrar por medio de cordones mane- jados desde la cubierta. Aun sin ser de gran tamaño, seria visible de mas lejos que las banderas que se emplean actualmente y formaría un medio de comunicación mucho mas espeditivo y completo. Para la trasmisión nocturna empléase un fanal, provisto de un reflec- tor y de un lente plano-convexo, detrás del cual, en el interior de la linterna, se encuentra una chapa que, en la posición de reposo al apa- rato, obstruye completamente el pasaje de la luz, y comunica por medio de un listoncito vertical que pasa libremente por el fondo de la linterna, con la parte anterior de un gran manipulador Morse de madera, colo- cado como á un pié debajo de esta. Resulta, pues, que la chapa sigue los movimientos que se imprimen al manipulador, el que está arreglado de modo á tener suficiente juego para despejar completamente la aber- tura destinada á dejar pasar la luz, y que tiene de cuatro á cinco pulgadas de diámetro. Desde ya se vé que las emisiones mas ó ménos largas del TELEGRAFÍA ÓPTICA 25 rayo de luz, correspondiendo á los movimientos del manipulador, repre- sentarán el alfabeto Morse. Esta invención data ya de algunos años atrás, habiendo sido los pri- meros en emplearla, los encargados de la colocación de ciertos cables telegráficos submarinos, que la encontraron de la mayor utilidad para auxiliar sus operaciones durante la noche. Hasta entonces el único sis- tema de señales nocturnas que se conocía era por medio de faroles de distintos colores y colocados en diferentes posiciones, recurso muy defi- ciente y que se venia usando desde casi dos siglos sin modificación im- portante. El almirantazgo inglés no tardó en apercibirse del gran partido que podria sacarse de esta nueva idea, y ordenó que fuese adoptado en sus escuadras, donde se emplea hoy con muy buen éxito. Durante las neblinas, los vapores de guerra hacen uso del silbato, señalando ciertas letras del alfabeto para indicar en que rumbo navegan, &a. Por lo visto no se ha tocado con dificultad ninguna en generalizar su empleo, por parte de los oficiales encargados del servicio de las señales. En general se emplean faroles de aceite, con alcance de 10ál2 kiló- metros, pero para los casos especiales se ha inventado una linterna que tiene hasta 30 kilómetros de alcance. Al efecto se emplea una mezcla de metal magnesium en polvo y de una materia resinosa, la que dá una luz brillantísima, parecida á la eléctrica, al ser soplada por medio de un sencillo aparato, sobre uua mecha, encendida. Los puntos y rayas del alfabeto son formados por la cantidad mas ó menos grande de esta sustancia que se lance en cada emisión. Es indudable que estos diterentes medios de comunicación podrían tener una aplicación estensa en este país, cuyas llanuras se prestan mucho á su fácil realización, y es también fuera de duda que son bastante nu- merosas las circunstancias en que su empleo podria ser muy ventajoso. Tengo el honor de suscribirme del Sr. Presidente afino, y S. S. L. B. Trant. 3 APUNTES SOBRE LA COMPOSICION QUIMICA DE UN SALITRE DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO El conocimiento de las producciones de nuestro suelo, y de todo lo que nos ha prodigado la naturaleza, debe llamar preferentemente nuestra atención, para aprovecharlas y explotarlas en el momento oportuno. Cada hecho, cada cosa por humilde que ella sea, pero bien obser- vada y estudiada, tiene una importancia no pequeña, para la descripción exacta de nuestro país, tan poco conocido y aun menos estudiado. Movido por estas ideas, me he interesado siempre en adquirir una suma de datos sobre cualquiera de las producciones que adornan á esta República. El año pasado obtuve de mi amigo y compañero el Sr. F. Borjes, una muestra de Salitre de Santiago del Estero, tal como se elabora en esa provincia. Practiqué su análisis entonces; y ahora me permito presentarlo á mis consocios, precedido de algunas consideracio- nes sobre la nitrificacion. Me impulsa á esto, la lectura de una nota sobre el mismo asunto publicada en uno de nuestros diarios políticos en la que su autor demuestra muy pocos conocimientos del producto, aunque pretende emprender su explotación. Parte de la idea equivocada de que el salitre entre nosotros se halla en el mismo estado que en el Perú, y á la verdad, su escrito versa exclusivamente sobre la importancia y explotación del producto de la República vecina. En la Provincia de Santiago, como en las de Mendoza, Salta etc., según refieren sus naturales, se hallan parajes salitrosos y salitreras naturales en número considerable. Allí el salitre aparece fuera del COMPOSICION QUÍMICA DE UN SALITRE 27 terreno en eflorescencias abundantes, durante algunas épocas del año, y desaparece bajo la acción de las lluvias, sucediendo á estas, una ve- jetacion asombrosa, por lo rica y rápida, de plantas entre las que pre- domina una llamada jumen , de la familia de las salicórneas. Esta misma planta es una de las fuentes mas preciosas de la barrilla ó carbonato sódico ó potásico. Parece además, que existe una relación íntima, según refieren, entre la presencia del salitre en un terreno, y la de la planta en sus alrededores : algunos la creen un indicio seguro de la presencia del primero. Referimos esto sin darle gran crédito. Las salitreras ó lugares en que se forma salitre, pertenecen á dos tipos diferentes. En uno el nitrato alcalino se halla bajo la forma de mineral compacto, constituyendo capas de espesor variable, cubierto por otros terrenos y mezclado de gangas, en una palabra como todos los mi- nerales. A este tipo pertenece la salitrera del desierto de Tarapacá, en el Perú, y es tal vez la única de este jénero ó á lo menos la única que se conoce. Las demás nitreras que forman el segundo tipo, no contienen el sa- litre en esta forma; lo produce el terreno á expensas de las bases con- tenidas en él, y del ázoe atmosférico, bajo la influencia de fuerzas fisico- químicas, no bien determinadas. Las salitreras de esta clase son las artificiales, y las naturales de España en Zaragoza, Navarro, en las riberas del Ganjes, del Nilo, y en América la de Tacunga (República del Ecuador) y las de Santiago, Mendoza, etc. en la República Arjentina. El nitro es uno de los cuerpos mas esparcidos en la naturaleza, en el suelo, en las aguas del rio, lluvia, etc. en la atmósfera y muchas partes, pero en todas en mínimas proporciones. Las nitreras naturales son retazos privilejiados en terrenos muy escasamente repartidos sobre la superficie del globo, pero el hombre los imita reuniendo las condi- ciones de aquellos y resultan entonces esas nitreras artificiales que el jénio de la Revolución Francesa supo crear y que sirvieron para pro- veer de pólvora á esa nación en el momento del peligro. Vamos á enumerar rápidamente las condiciones indispensables para la nitrificacion. La primera es la de composición química idónea en el terreno que ha de formar salitre; deben encontrarse en él, álcalis en abundancia para poder ser nitrificados ; la cal y la magnesia son también favorables. Es necesario además la presencia de una materia orgánica de la na- turaleza del humus , pues, según parece, se verifica por intermedio de ella, la fijación del ázoe y oxíjeno atmosféricos, en la producción de los nitratos. La luz no es indispensable para la formación del nitro; pues estos se producen en la oscuridad; en las cavernas por ejemplo. Sin em- bargo el sol, por ser una fuente de calor, y como tal, activa la formación 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de los compuestos nitrados. Un aire seco y una série continuada de dias sin lluvia, favorece pues la nitrificacion y conserva sobre todo el producto de reciente formación, el que seria en caso de lluvia disuelto por las aguas y arrastrado á las capas profundas del terreno. Una condición jeolójica es la de composición química del terreno, como lo hemos mencionado yá; y parece necesaria la presencia de detritus ó productos de disgregación del feldspato , que proveen á la nitrificacion de la potasa necesaria para la formación del salitre. En todas las nitreras naturales conocidas, se halla siempre esta roca ó sus productos de disgregación ; esto pasa también en la Provincia de San- tiago, de que nos ocupamos. Después de un dia de lluvia, el viajero no observa nada notable en el terreno de las salitreras ; pero si suceden á este, dias de calor in- tenso, en una estación seca del año ; se nota, casi á vista de ojo, cubrirse el terreno de una capa blanca de salitre; se creería que ha caído nieve, si las condiciones atmosféricas, no recordasen la imposi- bilidad del fenómeno. De estos terrenos puede recojerse el salitre barriéndoles, y si per- manecen las mismas condiciones atmosféricas, una nueva producción de salitre ocupa el lugar de la primera ; tal es la rapidez de formación del cuerpo que nos ocupa. Durante las estaciones húmedas la producción de nitro disminuye, ó por lo menos el suelo absorbe el producto que se ha formado. La explotación de las salitreras es lo mas sencillo. Basta recojer la sal eflorescente á la superficie del terreno, ó sino tratar la tierra sa- litrosa por agua que disuelve al nitro. La solución lo mas concen- trada posible es decantada, para separarla de las impurezas, que por su mayor peso específico caen al fondo, y evaporada espontáneamente al aire ó á fuego directo se forman entonces cristales del cuerpo que nos ocupa. Este proceder primitivo es usado en los lugares mismos de las nitreras, y es el que se practica en Santiago para obtener el salitre que nece- sitan para las limitadísimas aplicaciones que tiene en esa Provincia. El nitro natural de Santiago se presenta en pequeños cristales, algo húmedos y de un aspecto sucio, que da mala apariencia al cuerpo. Esto no es de estrañar si se tiene en cuenta el proceder imperfecto de extracción, y que podría ser modificado ventajosamente en el sentido de la mejora del producto. El análisis practicado por mí y referido á 100 partes de materia ha dado los siguientes resultados : COMPOSICION QUÍMICA DE UN SALITRE 29 Agua higrométrica 2.540 Materias insolubles 0.060 Cloruro de sodio 5.716 Nitrato de potasio 47 . 706 « No obstante, señoras y señores, son de una impor- tancia enorme, aunque solamente un inteligente en la materia la puede comprender en toda su estension. Mas arriba dije, que Lister, al principio del siglo pasado, averiguaba y enseñaba que en las diferentes capas de piedra de distinta edad se hallaban también fósiles de distintas épocas ; mientras que en las capas de una misma edad, las petrificaciones eran idénticas. Sobre esta tésis fundamental se ha basado toda la geología posterior. Como no ignoráis, distinguimos entre las masas petrosas de que se compone nuestro globo, dos especies principales, á saber, primeramente las rocas de origen ígneo. Entre estas tenemos que contar la primera corteza petrosa de nuestra tierra, que al principio, según todas las averiguaciones cientí- ficas modernas, ha sido una masa líquida y candente, como debe serlo todavía hoy en su interior. Luego pertenecen á esta clase todas las pie- dras que en forma de lava en medio de los volcanes, suben del in- terior de la tierra á su superficie. Estos procesos volcánicos han tenido lugar desde el principio hasta nuestros dias. En todos los lugares donde se han formado tales rocas, no pueden hallarse fósiles, porque animales ó plantas no han podido existir en masas ígneas. Restos de seres vivientes solo pueden encontrarse en las capas que se han asentado por el agua. Pero la tierra, desde su enfriamiento, ha cambiado continuamente su superficie. Por esto la mar y los ríos pri- marios no han quedado siempre en el mismo lugar; grandes comarcas, partes enteras de la tierra se han hundido bajo el nivel del agua, mien- tras que otras se han descubierto y elevado por las revoluciones subter- ráneas y volcánicas. Hoy todavía tenemos pruebas de que la Suecia, la Inglaterra, la Francia, la Rusia, la Sicilia, y también alguna parte de la 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA América del Sur, se elevan continua ó repentinamente. En 1850 Chile y Perú se han elevado 8 metros sobre el Océano : el antiguo puerto de Concepción no ha servido mas ; rocas submarinas de areniscas se eleva- ban sobre el agua. En 1822 se repitió este caso, y otra vez oncéanos mas tarde. La isla de Santa María se elevó en el último caso 3 hasta 4 metros. Muchos bancos de ostras, que se hicieron después visibles, estaban an- tes en el agua. Estas elevaciones eran mas grandes en tiempos remotos. En las cercanías de Valparaíso puede verse que la antigua costa de la mar estaba 450 metros mas alta. En la isla de San Lorenzo, cerca del Callao, se halló un banco [de conchas 28 metros sobre el nivel del Océano, y en él se encontró un co- gollo de maíz, que prueba que esta isla se ha elevado desde el tiempo en que la agricultura se había introducido allá. Otros países se hunden todavía en nuestros tiempos. Así se encuentran en las costas de Ingla- terra, Dinamarca, Francia y Norte-América, en el fondo del mar, ves- tigios de bosques completos que deben de haber estado antes mas arriba del nivel del agua, porque no es posible que hayan crecido en el fondo del mar. Naturalmente tenían que perecer todos los animales y plañías una vez sumergidos en el agua, cuando se hundía algún paraje, y cuando, por consiguiente, el agua inundaba tierra firme. También en el agua mueren anualmente millones de animales, cuyas partes duras, como hue- sos, dientes, conchas, etc., se entierran en el fango del mar. Por esta razón se vé, si una parte del mar se eleva alguna vez sobre el nivel del agua, que aquellos animales, después de haber estado durante siglos, enter- rados en el fondo de aquel, salen á la superficie y nos dan cuenta de la vida pasada de aquel lugar. Mas tarde se puede volver á hundir el mismo paraje : nuevas capas con otros restos de animales ó plantas se forman entonces en el suelo, ó nuevas masas de arena se asientan mezcladas con innumerables restos de animales marinos. En estas evoluciones y cambios continuos, puede formarse una cantidad de capas de diferentes piedras: después de un hundimiento, por ejemplo, puede formarse el simple barro, que se transforma en arcilla, y mas tarde en pizarra, cal, etc., piedra are- nisca. Evidentemente debe haberse formado primero la capa que está mas abajo, y así las siguientes sucesivamente ; ó en otros términos, las capas inferiores son las mas antiguas. Interesante es también la cir- cunstancia de que estas capas de mas abajo contienen otros fósiles dis- tintos de los de arriba, de modo que deben de haber vivido otros séres orgánicos en el tiempo en que se enterraron estos restos. Cuando los na- turalistas principiaban á hacer dibujos y perfiles de las diferentes capas de la tierra en todas las partes accesibles del globo, tomando en con- sideración al efecto, los fósiles encontrados en cada capa, obtuvieron un resultado sorprendente, á saber, que la misma especie de fósiles se en- cuentra siempre en un mismo nivel : de modo que cuando en una parte CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 49 cualquiera de la tierra está enterrado un cierto fósil bajo de otro, la misma clase de fósiles se halla en todas las localidades de la tierra, donde quiera que se las busque, siempre que ellos estén colocados en el mismo orden de capas. De aquí se dedujo con sobrada razón, que capas con petrificaciones idénticas, se debían haber formado en una misma época, á lo ménos, en épocas no muy distintas entre sí. De esta manera es posible afirmar la edad relativa (bien entendida que no la absoluta) de una capa de tierra recien descubierta, por la clase de fósiles que se ha- llan en ella. Es decir, que puede ya apercibirse la edad relativa de dos capas de diferentes lugares, aunque no es posible observar directamente cuál de las dos sea la superior. Tomando por base los fósiles encontrados en las formaciones de capas de piedras, asentadas en el agua, se ha establecido un orden fijo de grupos de éstas. Sobre la primera corteza petrosa sigue una serie de capas que se llaman pizarras cristalinas: en estas no se han recono- cido con seguridad hasta ahora ningunos fósiles. Según la opinión de algunos sábios, ellos se han formado también de fuego ; otros pretenden que su origen es de la época del sedimiento, que por muchas diferentes causas se han cambiado, de modo que las antiguas piedras no se pueden reconocer ya mas. Por esto se llaman también « rocas metamórficas. » Pertenecen á ese grupo muchos granitos y pizarras, el gneiss, la micacita, la caliza granada, etc. De estas rocas se componen muchísimas montañas del globo, y de ellas se forman también la Sierra de Córdoba ; y como son siem- pre la base de los terrenos fosilíferos, será en vano buscar en estas rocas de la Sierra de Córdoba fósiles ó carbón de piedra. Solo sería posible hallar tales cuerpos debajo de los terrenos muy modernos, que hoy for- man las pampas del campo llano, ó reemplazan los valles de la sierra. Los primeros fósiles se hallan indudablemente en las capas que cubren las rocas metamórficas, que tienen el nombre común de «rocas paleozoicas», ó estratos fosilíferos primarios ó de transición. Sorprendente es la canti- dad inmensa en que se hallan diseminados los primeros séres vivientes del globo. Un sin número de conchas, caracoles y corales, han habitado en aquel tiempo en la sierra. También aparecen algunas plantas, que son casi todas cryptógramas. De un interés especial por su forma estraña, son los primeros cangrejos y pescados que se encuentran en las formaciones primarias. Se parecen muy poco á los animales correspondientes de nues- tros tiempos. Quien se interese mas de esos y de los otros fósiles, puede recibir de mí, después de mí discurso, noticias mas esplícitas sobre ellos, y puedo ver también en diferentes libros ilustrados un número de grandes colecciones. Muy digno de remarcable atención es el que en las formaciones prima- rias no se hayan encontrado hasta hoy ningunos restos de reptiles, pájaros ó animales mamantes. 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La formación que sigue sobre las mencionadas, en la antigua y verdadera formación de carbón de piedra. Se hallan también en otras capas, car- bones ; pero los terrenos de que hablamos ahora, abundan tanto de ellos, que han dado su nombre á todo el grupo. Encontramos aquí una riqueza estraordinaria de plantas fósiles, también en su mayor parte cryptó- gramas. De los animales, fuera de una multitud de nuevos caracoles y conchas, aparecen los primeros escorpiones, blatas, termitis y langostas. Los pes- cados se aproximan ya en su forma, á los de nuestros tiempos, pero se dis- tinguen por las aletas desiguales de su cola, y no tienen espinas duras- Finalmente, se presentan en este grupo los primeros reptiles: son ani- males de forma estraña entre lagartos y ranas, que tienen dientes muy com- plicados. También los rastros de estos animales se han conservado en Norte América. El grupo siguiente (Dyas ó Perm) se asemeja mucho al de carbón ; pero de las plantas se encuentran ya ahora con mas frecuencia, coniferos, y los reptiles son de una organización mas perfecta. Encima del Dyas está el grupo que se llama Frías. Las plantas son aquí ya mas perfecta y en su mayor parte Coniferos y Cycádeas. Cangrejos, reptiles y pescados están dotados de una organización superior. También se encuentran hasta principios de animales mamantes, aunque de la espe- cie mas baja, parecidos á las semibulpas de hoy. Se cree ademas haberse encontrado vestijios de pájaros; pero esto no está probado todavía. Llegamos ahora á los grupos jurásicos y cretáceos cuyos fósiles ya se aproximan mucho á los animales y plantas de hoy. Se encuentran los pri- meros “principios de angiospermas. Los cangrejos tienen ya un aspecto semejante] á los de nuestros dias. Diferentes insectos y arañas se hallan donde han tenido ocasión de conservar sus cuerpos. De los animales mariscos se distinguen los cephalópodos, que están re- resentados por las amonitas belemnitas. Los primeros eran semejantes ai nautilus de nuestros tiempos, se encuentran en mas de quinientas especies y los belemnitas , que el vulgo llama cuñas de trueno. He mencionado mas arriba. Estos son huesos de animales semejantes á nuestros calamares y se hallan en las formaciones jurásicas y cretáceas, á veces en ejemplares innumerables. Algunos pescados de estos grupos muestran ya huesos ó espinas, ó son mas parecidos á los modernos. Pero del interés mas emi- nente son los reptiles horribles que estas capas encierran. Entre ella hay 'dos que han vivido en el agua, y que por su forma estraña llaman principalmente la atención el Ychtkyosaurus y el Plesiosaurus : se distin- guen por una cabeza de la forma del cocodrilo ; la columna vertebral del pescado y los piés están provistos de un escelente aparato para nadar. El Ychthyosaurus poseia una cabeza grande sobre un pescuezo corto pa- recido al del delfino; la cola era muy larga. El Plesiosaurus tenia la ca- beza chica sobre un pescuezo de serpiente mientras que la cola era corta. CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 51 Estos animales alcanzaban un largo de 40 piés : eran terribles anímales rapaces que vivían en el mar. Todavía se encuentran en sus escremen- tos restos de coprolitos de pescados y reptiles que habian comido. En la tierra habitaban terribles cocodrilos, y en el aire volaban langostas de una construcción extraordinaria. Interesante es su cabeza con los dientes grandes, pero especialmente un largo dedo en cada mano delantera, que servia á una membrana la cual daba á sus portadores la facultad de volar. Mucho tiempo se han conocido en este animal que se llama Pterodac- tylus , los primeros principios de pájaros, hasta que hace algunos años se ha encontrado en las mismas capas, en las canteras de donde se sacan las piedras para la litografía, un animal con plumas verdaderas, de modo que todavía hay diverjentes opiniones sobre si pertenece á la clase de pájaros ó á la de reptiles volantes. Antes de concluir sobre los grupos jurásicos y cretáceos, añadiré sola- mente, que se encuentran ya en ellas una mayor cantidad de didelfos, pero que también faltan todavía los animales mamantes de organización perfecta. Los grupos triásicos, jurásicos y cretáceos, están combinados bajo el nombre de a formación es secundarias». Sobre ellos se han asentado las formaciones terciarias, que se distinguen muy poco de las modernas. Ante todo sobresale este grupo por su riqueza de animales mamantes, que aparecen en tal cantidad y en formas tan nuevas, que la vida orgá- nica ha hecho un progreso estraordinario á principios de esta época. Aunque en las capas inferiores se hallan solamente didelfos roedores y animales rapaces, acompañan ya á estos mas arriba insectívoros, rumian- tes, mastodontes, ballenas, delfinos, jirafas, caballos y monos, hasta que por fin en las capas terciarias superiores, un gran número de gatos, hienas, perros, martas, nutrias, tejones, osos, castores, liebres y ciervos, que abren el camino á la formación del reino animal presente. También se hallan en estas capas pájaros en mas abundancia. Reptiles y pescados, conchas y caracoles se aproximan cada vez mas á los tipos actuales ; y hoy queda probado, que en las capas terciarias inferiores se encuentran un 10 hasta un 40 por ciento ; en las del medio un 40 hasta un 60, y ya en las capas superiores un 60 hasta un 90 por ciento de especies de mo- luscos de nuestro período. También el reino vegetal ha hecho progresos gigantescos en este grupo. Ya se hallan árboles frondosos, inmensos, principalmente de la especie que se crían en los países cálidos de nuestros tiempos, como palmas, cipreses, laureles, etc. , que han propor- cionado en parte el material para capas estensas de carbón fósil. Se hallan petrificadas estas plantas en las regiones polares, lo que prueba que ha reinado allá en ese tiempo una temperatura muy cálida. El paso á las formaciones modernas es imperceptible. Las capas que se encuentran sobre las terciarias se llamaban hasta nuestros dias formacio- nes diluviales ; pero esta expresión es mal elegida. La ciencia ha hallado 52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la prueba de que los animales que se hallan en estas capas, no pueden ha- ber muerto en el tiempo del diluvio de que la Santa Escritura nos habla, sino en tiempos muy diferentes. Por este motivo ya no sirve este nombre de «formaciones diluviales» y debe desaparecer de la ciencia. Antes se ha creído que estas capas estaban libres de restos de hombres ; pero aun en nuestros dias se ha hallado en ellas tal cantidad de huesos humanos, que no es posible hallar una diferencia entre diluvio y aluvio el cual re- presentaba antes las capas recientes y modernas. Muchos animales de las supuestas formaciones diluviales se distinguen de los actuales por su colosal tamaño, como consta por los esqueletos completos é ilesos de leones, hienas y osos, encontrados en las cuevas que habitaban. Es también en este tiempo en el que viven en este país co- losales megalerios de los cuales podéis admirar en el Museo Nacional de Buenos Aires ejemplares diestramente compuestos por el Dr. Burmeister, El megaterio era de 14 piés de largo, 5 de ancho y 8 de alto, y su cons- trucción tan colosal y maciza, que no podia ni correr ni saltar, ni treparse, ni minar bajo la tierra, de modo que todos sus movimientos debiau ne- cesariamente haber sido muy lentos y torpes. A mas, poblaban en aquel tiempo la República Argentina armadillos colosales, que se llaman Glyp- todontes los cuales están representados también por ejemplares magníficos en el Museo de Buenos Aires. Ademas vivieron aquí castores, caballos, tapiros, llamas, lobos, panteras y principalmente los mastodontes, una de las especies de elefantes, que se distingue de los modernos por la forma de sus dientes. Aquí están algunos huesos y un diente de este unimal, que se encontraron cerca de Convidal Eje.— En el mismo tiempo ha vivido en el Asía, al pié de Ili- malaya, una especie de tortuga, que tenia 18 á 20 piés de largo, y 6 de alto. En la isla de Madagascar se han encontrado fósiles de pájaros, que median 14 piés, y sus huesos fósiles, de mas de un pié de largo, equivalen cada uno al contenido de 148 huesos de gallina. En Inglaterra é Irlanda, existia una especie de ciervo, cuya cornadura medía seis piés de largo, distando sus puntas entre 12 piés. Estos ejemplos son suficientes para mostrar cuán colosales animales acompañaban á la primera aparición del hombre, quien como la Santa Biblia y la naturaleza unánimemente nos enseña, es la última creatura y la perla de toda la creación. Me falta el tiempo para hablar hoy de los últimos descubrimientos respecto á la primitiva historia del género humano. No ha sido mi intención en este discurso entretene- ros de athpropogenia, sino solamente con los fósiles de animales y plantas tales como se los encuentra en la tierra. Os he presentado aquí un corto ideal de la corteza de la tierra. Mas, la ciencia no se contenta con esta clasificación en grupos, sino que divide aún cada uno de ellos en sub- divisiones, y estos en escalones y los escalones en zonas, teniendo todos sus fósiles caraterísticos. La corteza de la tierra, dice el geólogo Brok, es un gran libro: las capas son sus hojas; sus fósiles las letras del al- CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 53 fabeto con que está escrito, y el contenido forma la historia de la crea- ción, de que ningún testigo viviente nos puede dar noticia. Pero aque- llas hojas están delante de nosotros incompletas, hechas pedazos, desor- denadas y borradas; algunas en blanco se pueden completar con otras par- tes del libro. La interpretación puede desplegar libremente sus alas, y el descubrimiento de nuevos fragmentos que ántes faltaban, hace necesaria muchas veces la corrección de enmendaciones anteriores. Durante mucho tiempo no entendíamos las letras con que está escrito el libro: se ha- bían comprendido mal: cuando hemos principiado á buscar su llave en nuestra naturaleza actual, recien hemos podido decifrarlas. Admirados, hemos reconocido entonces, que el idioma era el mismo, el mismo en que la naturaleza nos habla en todas sus manifestaciones, y las mismas sus leyes, y que solamente los contornos de las letras se habían cam- biado algo en el curso del tiempo. El libro, Señoras y Señores, está delante de nosotros, y cada uno pue- de aprender á leer en él, no solo el sábio, también el amigo de la natu- raleza. El geólogo, el zoólogo y el botanista, emplean este grande libro para sn ciencia; el amigo de la naturaleza para su placer, su entreteni- miento, su instrucción. El estudio de los fósiles lo traslada á la verdad mas remota, cuando otros seres vivían en otro suelo, bajo otro clima y otras condiciones físicas. A mas, le enseña, que parajes que hoy están situados, por ejemplo en los Andes, á una altura de 1,200 piés, deben haber estado antes sumergidos debajo del agua, por la razón de que se han encontrado en sus montañas, á la espresada altura, fósiles ma- riscos. Por el estudio de los fósiles se puede saber si el agua que inun- daba antes una estension cualquiera, era dulce ó salada, pues los ani- males de la mar y de los rios, ó lagos de agua dulce, son muy dis- tintos. Por fin, el estudio délos fósiles es muy importante para la vida prác- tica. Supongamos que se busca carbón de piedra ó sal. Ya hemos dicho que en cada formación de la tierra se hallan estos minerales; pero son pocas las que poseen una riqueza tan grande de estos, que merezcan ser explotados. Las petrificaciones de las capas superiores demuestran si se puede ó nó suponer debajo, con bastante probabilidad, el mineral en cues- tión. Si los fósiles indican su existencia ahí, se puede entonces em- prender con confianza el trabajo. Sin este estudio todos los ensayos serian infundados. Es un gran error creer que de la piedra sola se pueda sacar una conclusión acerca de la existencia de algún mineral, como los arriba citados. Una misma capa puede consistir en muy diferentes piedras — de arenisca, de cal, de pizarra. Si los fósiles son los mismos, las capas pertenecen también á la misma época. Por este motivo no puede deducirse nada, de la calidad de la piedra, sobre 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la edad de la capa, ni tampoco sobre los minerales, los cuales pue- den hallarse mas abajo. Solamente los fósiles pueden resolver la cuestión. Señoras y Señores: Estoy al fin de mi discurso. He procurado, en cuanto la dificultad del idioma me lo permite, daros á grandes rasgos una idea general de este ramo de la ciencia, á que grandes y privilejiados talentos han de- dicado toda su vida. Yo mismo estoy aquí delante de vosotros como un discípulo de esta sublime ciencia. Ella me ha aliviado y mitigado mu- chas veces las tristezas y penas de la vida y me ha hecho pasar dulces horas de regocijo y satisfacción, donde quiera que la he buscado — ya en la soledad de mi estudio, ya en la hermosa naturaleza. Perdonadme, si he abusado de vuestra paciencia por demasiado tiem- po. No me era posible ser mas corto en una materia tan rica y abun- dante. ¡ Ojalá háyais reconocido en mi palabra mi anhelo por propagar en círculos mas vastos la verdadera ciencia ! ¡ Ojalá lleváseis de aquí el deseo y la intención de observar con la mirada del entendimiento, aque- llos testigos admirables que nos dan cuenta de las creaciones pasadas del Señor Todopoderoso, y que todavía en su mayor parte duermen escondidos en el seno de la tierra ! Entonces, con íntima y profunda convicción exclamaríais con el naturalista que se entrega verdaderamente y con toda su alma á su estudio, las grandes y hermosas palabras de Salmista : « ¡ Oh Señor ! ¡ Cuán grandiosas son todas tus obras ! Todo lo has hecho sábiamente: llena está la tierra de tus riquezas ». ACCION DE LA BILIS Y DE ALGUNOS COMPONENTES DE ELLA SOBRE LAS PEPTONAS Por J. Moleschott (At. dell. R. Academ. delle Scienze di Torino.— Vol. X.— 9 Maggio 1875.) La precipitación de la solución de las materias albuminoídeas en el jugo gástrico, por la adición de bilis, había sido observada ya por Ber- nard en 1855; pero el hecho pasó casi desapercibido para los fisiólogos. El fenómeno ha sido estudiado cuidadosamente por el ilustre fisiólogo de Turin el Profesor J. Moleschott, quien en su memoria, de las nume- rosas esperiencias imposible de describir sin transmitir íntegro su trabajo, deduce las siguientes conclusiones : Ia Que la bilis mucosa de los diversos animales, forma un precipi- tado en las soluciones peptónicas de los diversos albuminoídeos, obteni- dos por el jugo gástrico artificial de los animales correspondientes ; y que el precipitado se redisuelve en un esceso de la misma bilis. 2a Que la redisolucion de dicho precipitado á 35° ó 40° c, se hace con la misma facilidad que á la temperatura ordinaria (15°). 3a Que la bilis privada de mucus ejerce una acción análoga. 4a Que la bilis provista de sus materias colorantes es mas activa para disolver el precipitado que la bilis decolorada. 5a Que la solución de lo que se llama bilis cristalizada ( taurocolatos y glicolatos ) privada de los demás componentes de la bilis, con las solu- ciones peptónicas, forma un precipitado soluble en exceso de reactivo, pero que para este objeto es necesario mayor cantidad de bilis cristali- zada en relación á lo que se necesita de bilis completa. 6a Que la bilis provista ó privada de mucus es mas activa cuando es alcalina, que en estado de neutralidad ; mientras que la bilis sin mucus lo es mas al estado neutro que al de acidez. 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 7a Que el líquido transparente, que resulta de la solución peptónica ensayada con esceso de bilis, suele ser neutro, pudiendo ser alcalino, sin excluir por eso la posibilidad de una reacción ácida, como se prueba en la conclusión anterior. Sin embargo algunas veces, ensayando bilis neutra ó alcalina, la mezcla presentaba una reacciorf ácida pasajera, dependiente sin duda del ácido carbónico. 8a Con líquidos tan variables como la bilis y las soluciones peptónicas es inútil tratar de averiguar las proporciones absolutas de bilis necesarias para redisolver el precipitado. Sin embargo, con la bilis mucosa, la mayor parte de las veces bastaban para este objeto cuatro ó cinco volú- menes: el múltiplo mas pequeño fué de 1,5 y el máximun de 7. Si se agregaba la bilis con prontitud era necesario siempre menor proporción que echándolo poco á poco en las soluciones peptónicas. P. N. A COMISION DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presidente Io D. Guillermo White. » 2o D. Emilio Rosetti. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero Dr D. Adolfo Büttner. ÍD. Angel Silva. D. Luis A. Huergo. D. Santiago Brtan. D. Valentín Balbin. D. Walter F. Reíd. • Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huergo. — D. Pedro Pico. D. Angel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huergo. — Garlos Olivera Director del Museo Dr. Don Garlos Berg. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públicas Luis Silveira. — Félix Rojas — Rómulo Otamendi.— Carlos Stegman. — Juan Pirovano. LISTA DE LOS SOCIOS ACTIVOS Ardenghi, Felipe L. Arocena, Cárlos Arata, Pedro Aguirre, Eduardo Amoretti, Féliz Aberg, Enrique Ayerza, Rómulo Benitez, José Benoit, Pedro Brian, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Martin Buschiasso, Juan A. Büttner, Adolfo Balbin, Yalentin Berg, Cárlos Barbosa d’Oliveira, A. Becher, Eduardo. Coronell, J. M. Carvalho, Antonio J. Coglhan, Juan Clérice, E E. Caprale, Jacinto Castilla, Eduardo Cooper, Jorje Chaves, Juan Adrián Carenou, Eduardo Costa, Angel F. Cadrés, Jorge. Coni, Pedro. Crabtree, Enrique Cagnoni, Juan Chapeaurouge, Cárlos Cagnoni, A N. Cascallar, Joaquín Dillon, Juan (hijo) Dillon, Juan (padre) Dillon, Justo Dawney, Cárlos Encina, Cárlos Fader, Cárlos Florent, A. Firmat, Ignacio Guerrico, José P. de Gorordo, Fertnin Gallaran!, Cárlos Gutiérrez, Juan M. Gore, Enrique García, J. A. Gaffarot, Cárlos. Herrera Vegas, Rafael Huergo, Alfredo j Higgin, Jorje j Huergo, Luis A. Hernández, Rafael Kyle, Juan J. J, | Knoblauch, Oscar. ¡ Krauss, Otto Lavalle, Francisco Lagos, José M. Leslie, Amut Lloyd, Jaime Lagos, José A. Mattos, Pedro A. Mané Marcos Moreno, Francisco P. Maglionl, Luis C. Madero, Ernesto Médici, Juan Muñiz, José M. Maraini, J. Ma queda, Joaquín. Newman, Federico 1 Oyuela, Ignacio : Olivera, Cárlos Otamendi, Rómulo ¡ OldendorlT, Ernesto Peña, Enrique Pirovaoo, Juan Palacios, Rodolfo Pico, Pedro [Cesar de ! Pico, Octavio Puiggari, M. Palmer Smilhies, J. , Parody, Domingo. Quirno Costa, Norb'*. Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Féliz. Roberts, W. Koberts. Pedro F, Silva, Angel Silveyra, Olozabal L. Stegman, Cárlos ^ Sierra, Julio Salas, Cárlos Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio Simpson, Juan D. Salas, Miguel T. Salas, Saturnino L. Schnyder, Otto Sola Felipe. Tápia, Zacarías Tedio, Miguel Trant Lorenzo Valle, Pastor del. Villanueva, Guillermo { Viglione, Luis A. I White, Guillermo I Warner, Rodolfo Zeballos, Estanislao S. ! Zárraga, Simón. HONORARIOS Dr. Guillermo Rawson. — Dr. Benjamín A. Gould. — Dr. Germán Burmeister. Dr. Pedro Visca. — D. Mario Isola. Germán Ave-Lallemant . . . León Domesq Pellegrino Strobel Miguel Sánchez Nuñez... Luis Jorge Fontana C. Van Beneden Felipe Caronti Federico Schickendantz . . . Samuel Lafone y Quevedo,. Ladislao Netto CORRESPONSALES San Luis. Madrid. Italia. Montevideo. Villa Occidental Lieja. (Béljica). Bahía Blanca. Pilciao (Catma). Pilciao (Catm3). Rio Janeiro. Juan Martin Leguizamon.. Luis Brackebusch Juan Lubbok Walter F. Reid Cárlos Barbier MaX9. Siewert Rodolfo Arteaga Guaiberto Méndez ....... Francisco Vidal Salta. Córdoba. Lóndres. Londres. París. Alemania. Montevideo. Montevideo. Montevideo. A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, en fin, por todo lo relativo á estos Anales , ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; * 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el -local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aíres, 23 de Setiembre de 1875. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Juéves de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. La orden del di i se publica por los diarios. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA COMISION REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. ( D. Guillermo Villanueva. Vocales ) D. Pedro N. Arata. f D. Juan J. J. Kyle. FEBRERO DE 1876. — ENTREGA II. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, Y EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad. 25 § ra/t » fuera do la Ciudad.... 30 » La suscricion se paga anticipada - BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 6Q — CALLE POTOSÍ — 60 187 6 INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA; SESIO- NES DE 1873 Y DE 1874. II. — CARTA SOBRE LA EXPLORACION DE LA PATAGON! A. por Juan ^Tfartin ILmii ¡*a moii. III. — CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, por Juan Bialet YBawsé. IV. - UNA ESCURSION ORILLANDO EL RIO DE LA MATANZA, por Walter F. Reicl. F. P. lloreno y EetanlMlao S. Zolialloa. V. - NOVEDADES CIENTÍFICAS; Química: El nuevo metal Galio, por M. Lecoq de Boistaudran — Química legal : Reacciones de la Hemoglobina y de sus de- rivados, por AL C. Husson. Las reacciones de la Hemoglobina •y de sus derivados. — Historia natural; Noticias de Patagonia. Esploracion en la América del Sud. — Esploracion en Africa. — Cons- trucciones : Revista de Ferro-carriles. VI. — MISCELÁNEA. ACTAS DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA SESIONES DE 1873 Y DE 1874 Sesión Ordinaria del 5 de Febrero 1873. Bmn, S. Burgos, J. M. Coronel, J . M. Carvalho, A. Dillon, Juan Díllon, Justo Dawuey, C. Kyle, J. J. Lacroze, J. Lavalle, F. Lindmark, K. Mané, M. Oyuela, I. Olivera, C. Pirovano, J. Peña, E. Rosetli, E. Rojas, F. Ramorino, J. Ringuelet, A. Silveyra, L. Silva, A. Sienra Carranza Tapia, Z. Tedin, M. White, G. Arrufó, J. Zeballos, E. S. Viilanueva, G. Presidencia del Sr. Huergo. En Buenos Aires, á cinco de Febrero de mil ochocien- tos setenta y tres, reunidos en el local de la Sociedad, el Presídeme y socios designados al márgen, juntamente con varias personas que concurrían al acto, en virtud del aviso publicado en los diarios en que se hacia saber que la reunión seria pública, el Sr. Presidente declaró abierta la sesión, procediéndose en seguida á la lectura de un trabajo del señor Ingeniero D. Luis A. Huergo, sobre las obras de puerto proyectadas para esta eiudad por el ingeniero D. Juan F. Bateman. Siendo las diez y media de la noche se acordó suspen- der la sesión, debiendo continuar la lectura el viérnes siete del corriente á las siete y media de la noche. Luis A. Huergo. Justo Dillon, Secretario. 5 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sesión Extraordinaria del 7 de Febrero 1873. Presidencia del Sr. Huergo. Presidente Brian, S. Burgos, J. M. Carvalho A. Dillon, Justo Kyle, J. J. Lacroze, J. Lavalle, F. Lindmark, K. Mañé, M. Pirovano, J. Peña, E. Ringuelet, A. Guiñazú. Rosetti, E. Rojas, F. Ramorino, J. Silva, A. Sienra Carranza Stegrnan, C. Tedin, M. White, G. Zeballos, E. S. Arrufó, J. En Buenos Aires, á siete de Febrero de mil ocho- cientos setenta y tres, reunidos en el local de la So- ciedad el Presidente y demas socios designados al márgen, declarada abierta la sesión, después de fir- mada el acta de la anterior, se procedió en seguida á continuar la lectura del trabajo del ingeniero don Luis A. Huergo, sobre las obras de puerto de esta ciudad. Concluida la lectura, habiéndose hecho presente por algunos señores socios que el Reglamento nada decía sobre la discusión de las memorias que se presentasen, la Asamblea acordó autorizar á la Comisión Directiva para formular su reglamentación, debiendo agregarse al Reglamento como un título nuevo que tratará «de las discusiones, » quedando autorizada igualmente para im- primirla y repartirla entre los sócios. No habiendo otro asunto de que tratar, se suspendió la sesión, siendo las diez y media de la noche. Luis A. Huergo. Justo Dillon , Secretado. 2* Sesión Ordinaria del Io de Abril 1873. Presidencia del Sr. Huergo. Presidente Burgos Carvalho Lacroze Lavalle Lindmark Mañé, M. Pirovano. Guiñazú. Rosetti Rojas Silva Sienra Carranza Stegman Tedin Zeballos. Dillon En Buenos Aires, á primero de Abril de mil ocho- cientos setenta y tres, reunidos en el local de la Sociedad el señor Presidente y socios designados al márgen, después de abierta la sesión, leida y apro- bada el acta de la anterior, el Sr. Presidente mani- festó que una parte de los libros encargados á Europa había llegado ya, y que el local quedaría abierto todos los dias desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Procedióse en seguida al nombramiento del vocal para llenar la vacante existente en la Junta Directiva por re- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 59 nuncia del Sr. D. Juan J. Révy, quedando nombrado el Sr. D. Márcos Mañé. Puesta en discusión la Memoria del Sr. D. Luis A. Huergo, sobre las obras del Puerto, se eligió préviamente el presidente especial de acuerdo con el art. 3° del título YÍI del Reglamento, recayendo la elección en el Sr. D. Emilio Rosetti. Habiendo este ocupado la Presidencia, tomó la palabra el Sr. Knut Lindmark, manifestándose de acuerdo con las ideas emitidas en el tra- bajo presentado, únicamente observaba que la elección del puerto en el Riachuelo no convenia á causa de la continua formación de depósitos en su barra, que obstruirían el pasaje de los buques, siendo por lo tanto necesario el empleo constante de las dragas para limpiarlo. El Sr. Huergo, contestando al Sr. Lindmark, dijo que : en cualquiera parte donde existía un puerto, había necesidad de emplear dragas para mantenerlo en buen estado de conservación; pero que la formación de depósitos en la barra del Riachuelo era una ilusión, porque estudiando la cantidad de agua que cae anualmente en toda la cuenca del Riachuelo, y deduciendo la parte evaporada y absorbida, se puede demostrar que el total de materias acarreadas en el año no alcanzan á 10,000 metros cúbicos, una parte de la cual se depositaría en la barra y el resto en diferentes puntos, y así mismo 10,000 metros cúbicos de dragado solo importarían el empleo de una draga durante una semana por año ; con lo cual quedaba demostrado que el único argumento que se presentaba en contra de las obras del Riachuelo, era un fantasma que desaparecía á la primera tentativa de un cálculo. Después de un ligero cambio de ideas entre los señores Huergo, Lindmark, Lacroze y Sienra Carranza, cerróse la discusión ocupando su puesto el Presidente, con lo cual terminó este acto, siendo las diez y media de la noche. Luis A. Huergo. Justo Dillonf Secretario. Sesión Ordinaria del Io de Agosto de 1873. Presidencia del Sr. Huergo. Presidente. En Buenos Aires, á Io de Agosto de 1873, reuni- dos en el local de la Sociedad, el Presidente y socios designados al márgen, después de abierta la sesión fué leída y aprobada el acta de la sesión anterior. Brian. Lavalle. Arrufó. Lacroze. Carenou, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Presidente dió cuenta en seguida del estado de la sociedad, la cual se componía de 70 socios, teniendo depositados en el Banco de Carabassa $ 22,500, que con 12,500 $ á cobrar, forman un total de $ 35,000, de los cuales deben deducirse 8,500 para pagar las obras últimamente compradas. Entrando en seguida al objeto de la reunión, cual era el nombramiento de la nueva Comisión Directiva, hizo presente que aun cuando el re- glamento nada decía respecto al número de socios que componían la Asamblea, habiendo concurrido muy pocos de estos, ella decidiría si se debía proceder ó no á la elección ; fué acordado que se dejaría para el sábado 9 pasándose aviso á todos los socios. Habiendo propuesto el Sr. Sienrra y Carranza al ingeniero D. León Domecq y Azua para socio corresponsal en Madrid íué aceptado, como así mismo un modelo de la nivelación de la ciudad ofrecido por el ingeniero D. C. Dawney. Con este motivo el Sr. Lacroze dijo que teniendo conocimiento que el Sr. Arrufó había ejecutado un trabajo análogo, hacia mocion para que se nombrase una comisión que los estudiase é informase sobre su valor, pero manifestando el Sr. Arrufó que su plano no estaba aun con- cluido y teniendo presente que la actual Comisión Directiva iba ya á terminar, el Señor Lacroze tuvo á bien retirar su mocion. Con lo cual terminó este acto. Luís A. Huergo. F. Rojas. Secretario. 60 S. y Carranza. Pirovano. Burgos. Costa. Dawney. Dillon. Rojas. Silva. Sesión Ordinaria del 9 de Agosto de 1873. Presidencia del Sr. Huergo . Presidente. Brian. White. Rojas. Dillon. Stegman. Olivera. Arrufó. Zeballos. Dawney. Hubert. Warner. López. Carvalho. Lavalle. Hume. Burgos. En Buenos Aires, á 9 de Agosto de 1 873, reunidos en el local de la Sociedad el Presidente y socios de- signados al márgen fué abierta la sesión siendo las 8 y | de la noche. Leída y aprobada el acta de la sesión anterior, antes de procederse al nombramiento de la nueva comisión, no estableciendo el reglamento la forma en que la elección debería hacerse, la Asamblea acordó que lo fuera en una sola lista. Designados por el Presidente los Señores Eduardo Olivera y E. Carenou para acompañar á la comisión á \ ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 61 Sienra y Carranza. Silva. Pirovano. Otamendi. Lindmark. Findlay. Kyle. Tedin. Mané C. Carenou. Sienra. Castilla. Costa. Ramorino. practicar el escrutinio, se procedió á este resultando electos por mayoría de votos lus siguientes Señores. Presidente. .. . Vice-P residente. Secretario Io.., Secretario 2o... Tesorero Vocal « <£ C Luis A. Huergo. Francisco Lavalle. F. Rojas. Juan Pirovano. Santiago Brian. C. Dawney. K. Lindmark. J. J. Kyle. E. Olivera. Proclamados que fueron el Sr. D. Santiago Brian declaró que sus ocupaciones no le permitían desempeñar el puesto de Tesorero y que en consecuencia pedia se le escusase ; tomada en consideración por la Asamblea esta renuncia no fué aceptada por unanimidad, con lo cual terminó este acto. Luis A. Huergo. Juan Pirovano. Secretario. Sesión Ordinaria del 10 de Noviembre de 1873. Presidencia del Sr. Huergo. En Buenos Aires, á 10 de Noviembre de 1873, reu- nidos en el local de la Sociedad el Presidente y socios designados al márgen, fué abierta la sesión siendo las 8 j de la noche. Leida y aprobada el acta de la sesión anterior, se entró en seguida al objeto de la reunión, cual era el dar lectura del trabajo presentado por el Sr. D. Juan J. Kyle, sobre la composición del agua de un pozo de esta Ciudad y de la de un mineral de hierro de la provincia de Catamarca, la que terminada el Sr. Presidente lo puso en discusión. Entonces el Sr. Carenou hizo mocion para que la sociedad hiciera imprimir un número de ejemplares de dichos trabajos, con el objeto de que todos los socios pudieran imponerse de ellos y hacer las obser- vaciones que creyeran oportunas: puestas en discusión y no habiéndose hecho objeción alguna á esta mocion se puso á votación la que resultó Presidente. Firmat I Sánchez Nuñez L avalle. Kyle. Rojas. Carenou. Burgos. Peña. White. Ringuelet. Otamendi. Pirovano. 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA aprobada indicándose el número de 300 ejemplares impresos ; con lo cual se terminó este acto siendo las 10 j de la noche. Lms A. Huerco. Juan Pirovano. Secretario. Sesión del 6 de Abril de 1874. Presidencia del Sr. Huergo. En Buenos Aires, á seis de Abril de mil ochocientos setenta y cuatro, reunidos en el local de la sociedad el Presidente y socios designados al márgen, fué abierta la sesión siendo las ocho de la noche. Leida y aprobada el acta de la anterior sesión, el Sr. Tesorero, dió cuenta del estado de los fondos de lá Sociedad, la que contaba el 31 de Diciembre del año próximo pasado con una existencia en caja de pesos 15,744 y pesos 17,500 á cobrar; lo que forma un total pesos 33,244, sin contar con la subvención de 6,000 pesos mensuales que la ley del presupuesto acuerda á la Sociedad desde el Io de Enero del corriente año. En seguida el Sr. Presidente dió cuenta de un obse- quio hecho por el Sr. Révy á esta Sociedad, consistiendo en una obra escrita por este señor, sobre la hidráulica de los grandes rios del Plata, Paraná y Uruguay. El Sr. Kyle hizo mocion para que se pasara una nota de agradeci- miento al Sr. Révy : considerada esta mocion fué aprobada. El Sr. Presidente manifestó que habían sido presentadas dos memorias á la Junta Directiva, é invitó al autor de ellas, socio D. Estanislao S. Zeballos, para que las leyera. La primera contiene un estudio de la influencia del Riachuelo en la propagación del cólera. La segunda refiere el modo como se propagaron en Bélgica en 1866, los cisnes argentinos de cabeza negra. Terminada la lectura se determinó que pasasen á Secretaría con el objeto de que se impusieran de ellas detenidamente todos los socios que lo desearan. En seguida se dió lectura á tres mociones presentadas por escrito por el señor socio ingeniero D. Eduardo Carenou, que son las siguientes: Ia Pasar una comunicación á los socios ingenieros, departamento topo- Presidente Lavalle Stegman Otamendi Zeballos Brian Büttner Pirovano Dillon Kyle Rojas López Salas Burgos Maglione Silva Dawney Lacroze Costa Carenou White ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 63 gráfico y empresas de ferro-carriles, pidiéndoles todos los datos que tuvieren sobre nivelaciones y planimetría en la República, á fin de que con todos estos datos la Sociedad construya un plano en relieve de la República Argentina. Puesta en discusión esta mocion hubo un cambio de ideas entre los señores Kyle, Costa y Lacroze; resolviéndose, por indicación de este úl- timo, que se procediera al nombramiento de una comisión compuesta de tres miembros, encargada de recibir ios datos é informar sobre ellos, la que quedó organizada así: ingenieros D. Guillermo White, D. Julio Lacroze y D. Eduardo Carenou. En la 2a mocion propone pasar una comunicación al Gobierno de Buenos Aires, adjuntando el trabajo del Sr. Kyle é invitándole á hacer nuevas perforaciones para estudiar las aguas subterráneas, de cuyo estudio se ocupa el susodicho señor. El Sr. Kyle pidió que se postergase la resolución de este asunto hasta la próxima reunión del 3 de Junio. Dijo que se estaban practicando nuevas perforaciones en la campaña en busca de la misma napa de agua que él habia analizado en la ciudad. Agregó que, durante su permanencia en Inglaterra habia pedido in- formes sobre instrumentos de perforación, habiendo recibido algunos. Con todos estos datos que pensaba organizar pronto, dijo que creía poder dar bastante luz, como para indicar al Gobierno de Buenos Aires la necesi- dad de proceder formalmente al estudio de las aguas subterráneas. Aceptadas las ideas del Sr. Kyle, el Sr. Huergo pidió á los socios que estudiasen detenidamente la memoria de dicho profesor para la próxima Asamblea ordinaria, en la cual se procedería á su discusión. Espuso que la cuestión es de suma importancia, porque se trata de un estudio geológico de alta trascendencia para el porvenir del país. En 3a mocion pide se pase una comunicación al Dr. D. Germán Bur- meister, adjuntándole un ejemplar de los estudios del Sr. Kyle por lo que pudiera serle útil en la obra que escribe sobre la descripción física de la República Argentina. El Presidente y el Sr. Kyle informaron que ya tenia el trabajo el señor Burmeister. No habiendo mas de que tratar se levantó la sesión á las diez de la noche. Luis A. Huergo. F. Rojas, Secretario. 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sesión del 3 de Julio de 1874. Presidencia del Sr. Huergo. En Buenos Aires, á 3 de Julio de 1874, reunidos en el local de la Sociedad el Presidente y socios de- signados al márgen, fué abierta la sesión siendo las ocho de la noche. Leída y aprobada el acta de la anterior, el Sr. Pre- sidente dió cuenta del estado de los fondos [de la Sociedad. En seguida hizo presente que con motivo de haberse ausentado para Europa el Sr. White se le había comi- sionado para que invirtiese hasta $ 20,000 en libros; y observó la necesidad de nombrar un reemplazante al Sr. White en la comisión de que formaba parle, en- cargada de recibir los datos relativos á la mocion del Sr. Carenou. Al efecto fué propuesto el señor ingeniero Firmat, que aceptó el nombramiento y la comisión quedó organizada así: Señores ingenieros Lavalle, Lacroze y Firmat. El Sr. Lacroze, propuso que la sociedad autorizara á la comisión nom- brada para que disponga de los fondos necesarios, á fin de llenar los gastos que demande la realización de la mocion del Sr. Carenou. La asamblea decidió por mayoría que se dispusiera de la suma de 2,000 $ mensuales para el objeto indicado. En seguida el Sr. Presidente hizo presente que quedaba aun por re- solver la segunda mocion de pasar al folleto del Sr. Kyle al Superior Gobierno, invitándole á hacer practicar nuevas perforaciones, y propuso que se nombrase una comisión para dirigir una nota al Gobierno en el sentido de la mocion del Sr. Carenou, adjuntando un informe con el costo de máquinas y útiles de perforación, é indicando que en el ferro- carril del Oeste existen la mayor parle de esos aparatos. Esta mocion fué puesta á votación, y resultó aprobaba por afirma- tiva general. En seguida el Sr. Presidente propuso para miembros de dicha comi- sión á los Sres. Socios Kyle, Carenou y Lacroze. Acto continuo el Sr. Huergo puso en discusión el informe del señor Zeballos, relativo al Riachuelo. El Sr. Carenou inició la discusión, pidiendo al Sr. Zeballos algunos datos mas. El Sr. Zeballos dijo : que el lodo del Riachuelo espuesto al sol, era perjudicial á la salud pública, porque despedia efluvios venenosos, como lo ha demostrado el secretario del Consejo de Higiene pública en Presidente. Silva. Zeballos. Pirovano. Kyle. Sánchez Nuñez. Firmat. López. Stegman. Roset'.i. Tedin. Day^iey. Carenou. Lacroze. Juan Dillon. Justo Dillon. Largnier. Castilla. Rojas. Otamendi. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 65 un análisis hecho en 1871; y que aun cuando desde 1871 hasta ahora la composición del lodo había tenido algunas modificaciones, era indu- dable que contenia aun sustancias orgánicas de fácil descomposición. Que del Riachuelo se desprendían gases nocivos, como el hidrógeno sulfurado, cuya existencia se comprueba por la coloración que adquieren los buques pintados que entran en el Riachuelo. Que se estaba dragando el fondo del Riachuelo, depositando el lodo al lado de la población, exponiéndola á sus nocivas emanaciones; y que con ese lodo se pretende hacer terraplén para construir un muelle; pero que siendo el lodo bastante fluido y en gran cantidad no se secaría, porque las lluvias lo humedecen y el calor del sol no puede penetrar en toda la masa, cuyo espesor pasa de dos metros. Que él mismo había hecho un espe- rimento, intentando secar una porción de ese lodo, librándolo de las lluvias, en una vasija con agujeros para que se desaguara, y que en quince dias no lo había conseguido, á pesar de ser tan pequeña la can- tidad; y que ese depósito de lodo estaba expuesto á ser llevado por la corriente, en caso de inundación, á pesar de la palizada que lo separa del rio. Terminó diciendo que á su juicio la cuestión capital era la higiénica. El Sr. Kyle dijo que el lodo del Riachuelo no contenia tanta proporción de materias orgánicas como suponía el Sr. Zeballos. El Sr. Lacroze espuso que en 1871, según el Consejo de Higiene, tenia ese lodo un 25 p % de materia orgánica, y que era muy difícil secar el depósito que se hace de ese lodo, creyendo inaceptable el gran terraplén que se construye. El Sr. Huergo espuso que no 'debían ser precipitados los juicios que se hicieran sobre el asunto. Hizo una reseña de la formación del lecho del Riachuelo y dijo que la misma formación existia en San Fernando, la Ensenada y otros puntos de la costa del Rio de la Plata, donde no habian existido jamás sala- deros; que si el lodo en el Riachuelo tenia en la parte inferior al muelle 14 piés de espesor, también había esperimentado en el bañado de la Ensenada, encontrando una capa del lodo semifluido, en el que una sonda Palissy se hundia por su propio peso hasta una profundidad de 7 metros. Agregó, que considerar que el lecho del Riachuelo estaba compuesto de lodo alterado con materias orgánicas y en cuya remoción era nociva á la salud pública, era muy aventurado é inconveniente, porque desde el tiempo en que han dejado de faenar los Saladeros en aquel punto, las mareas y las crecientes por las lluvias han removido una gran parte de los depósitos anteriores; que él no creía en manera alguna perjudicial la remoción del lecho, á no ser que, nuevos análisis del lodo, vinieran á probar lo contrario. Por último, manifestó que la opinión emitida por el Consejo de Higiene en el año 1871 había sido completamente equi- 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vocada y perjudicial á los intereses comerciales del país, porque tratán- dose simplemente de canalizar la barra del Riachuelo, no había el menor peligro en remover un fondo que está compuesto de arena pura, como él lo habia verificado muchas veces; y mientras tanto el Consejo de Hi- giene, sin hacer exámen preciso de aquel local, fué la causa de que se suspendieran trabajos de tanta importancia. El Sr. Tedin dijo que no se discutía con base cierta, desde que no se sabe si lo que saca la draga es ó no lodo nocivo, y que creia que lo que saca es arena y que el Ingeniero Sr. Firmat, como encargado de las dragas, debia tener datos. El Sr. Firmat declaró que no traía datos, pues no estaba preparado para esta cuestión, pero que sin embargo, diría que el Sr. Zeballos estaba en error al decir que la draga sacaba lodo nocivo. Que el esperimento del Sr. Zeballos no habia dado resultados, porque no habia sido ayudado por el sol; y que el banco que se hace con el lodo estraido se secará y sobre todo cuando se hagan desagües. Solo alguna vez exala mal olor, y al principio solo se habia dragado arena de la barra. Que pedia la palabra para la próxima sesión para seguir con mejores datos. El Sr. Kyle fué encargado de hacer un análisis del lodo estraido p ra conocerlo bien y se levantó la sesión siendo las diez y media de la noche. Luís A. Huerco. F. Rojas. Secretario. CARTA SOBRE LA EXPLORACION DE LA PATAGONIA Salta, Noviembre 5 de 1875. Sr. D . Francisco P. Moreno. Valdivia. Muy estimado amigo. He recibido con sumo gusto su apreciadísima carta de 22 de Setiem- bre último, la que he leído con todo el interés y atención que merece una correspondencia tan importante; y solo por cumplir los deseos ma- nifestados por U. de una manera tan encarecida no le daré publicidad; pero hade será condición de que U. me dirijirá para dar á luz, la relación que me ofrece sobre su famosa excursión á la Patagonia sep- tentrional. Mucho siento, que una prohibición de U. tan expresa como esta, me prive del placer de hacer conocer sus opiniones, respecto á cuestiones que según creo son de verdadera novedad; aun para los mismos sabios europeos. Los sérios y detenidos estudios que U. ha realizado con tanta constancia como acierto, no solamente sobre la etnografía y an- tropología de los primitivos hombres que poblaron nuestro país; sino también sobre la osteolojia de los restos de aquella raza, encontrados y coleccionados por U. en los mismos necrópolos patagónicos, dan á su palabra en los centros científicos, tanto americanos como europeos, una autoridad tal en la materia, de que á mi juicio es exclusiva. Y es por esto que lamento muy deveras la prohibición de publicar su carta; pues guardando en secreto sus opiniones, como las importantes apreciaciones que U. en ello hace, se defraudan á mi juicio los derechos adquiridos 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por aquellos que han consagrado su vida entera á aumentar los cono- cimientos, que constituyen el caudal del saber humano. Pero así es su voluntad y tendré que conformarme con ella: aunque sea á mi pesar. Me deja U. ansioso por conocer cuánto antes su opinión respecto al oríjen de los indios Collahuas y á su internación en nuestro país, con- forme lo expuse, en la correspondencia que diriji á U. en el ines de Mayo último; así como también lo que U. piensa sobre los llipsencé- falos aymaras de que hablé á U. en la misma correspondencia. Considero de suma importancia la disposición en que U. se encuen- tra de realizar un viage al Perú, pues allí hará abundantísima cosecha, no solo para sus estudios; sinó también para su colección. Siguiendo las huellas de Humboldt, Bompland y Marcoy y aun avan- zándolas como U. piensa ha de realizar mas de un descubrimiento im- portante respecto á la raza, los usos, costumbres, etc. etc., del pue- blo de los Incas, esos griegos de la América Meridional, como U. los llama. Me lisonjea U. demasiado, clasificando de erudita mi carta y de sabias las reflexiones, que expongo en ella, sobre los vestigios que señalan á mi modo de ver la predicación del Evangelio, que tuvo lugar en Amé- rica en los primeros años del Cristianismo, así como también llamando esos datos preciosos para los que se ocupan de esta clase de cuestio- nes; por cuya razón me dice U. habia resuelto publicar esa carta en la <í Revista Literaria» Y todavía me favorece U. aun mas al espresar- me, que mas estima mi interesantísima carta que los curiosos y raros objetos que en ella le prometo enviar. Bien sabe U. que si colaboro en estos asuntos es únicamente como aficionado ; y que por lo tanto mis apreciaciones, asi como no podrían recibir una rigurosa censura, tampoco pueden merecer una alabanza se- mejante. Dicho esto pasemos adelante. Quedo convencido de la etimología y verdadero significado de la pala- bra quichua Pucará , como asimismo también, de la ninguna importan- cia que tienen las cruces, que encontramos pintadas en un pedazo de flecha fabricada con arcilla cocida. La palabra Pucará fué interpretada en la forma que la expuse por perso- nas entendidas en la lengua quichua — y respecto á las cruces, ellas solo me hicieron recordar los muchos datos que existían, y de los que ántes hablé á U. respecto á la predicación del Evangelio hecha en América por el apóstol Santo Tomás. Mucho siento que U. haya salido de Buenos Aires ántes de que llegase una extensa correspondencia que diriji á nuestro común amigo el Dr. Car- ranza; pues al ocuparme en ella de estos asuntos amplié los datos que di á U. sobre el particular en mi carta de 24 de Mayo. jar de la Cordillera. Se necesita pues hacer reaccionar á los habitantes, interviniendo eficazmente los Gobiernos, para que se replanten los bosques y lijen las lluvias, lo que seria fácil atendiendo que en Mendoza la media anual del higrómetro es 703 Saussure. En esta zona del país se producen los vientos Sondas ó del N. 0. La simple inspección del mapa nos hace comprender la regularidad con que los estribos de los Andes y sus derivaciones siguen, á este lado, la dirección N. 0. á S. E.; por las cañadas que forman van las corrientes derivadas de que acabamos de hablar; pero sucede á veces y mas en el verano, que por la enorme cantidad de calor que reciben las estriba- ciones dichas y los remolinos formados por los vientos derivados del nodo y los que sobrepasan la Cordillera, que los vientos vuelven á bajar en la dirección de las cañadas, se calientan de un modo estraordinario, son tan secos y se cargan de un polvo salitroso fino, que falta oxígeno para la respiración, el calor es insoportable y se afecta de tal modo el sistema nervioso que todas las enfermedades se agravan, hay tendencia al tétano, á las congestiones cerebrales y no son raras las demencias y aun las muertes repentinas. Durante el invierno se producen también los sondas, pero son menos malos. Sus efectos los sienten mas los hijos del país que los esfranjeros aclimatados y los no aclimatados á penas sienten mas que el calor y sequedad; pero no las perturbaciones nerviosas. El foco productor de estos vientos es el agrupamiento de montañas de la Rioja, Caiamarca y Norte de San Juan. Pasado el paralelo 29° los climas obedecen á ias leyes de los países cálidos, si bien no tanto como los de la misma latitud Norte, porque es sabido que á causa del predominio del mar, superficie evaporante, es mas frió este hemisferio y por la altura de estas provincias, que no baja de 400 metros sobre el nivel del mar y se eleva hasta 1,200 en Jujuy y á mas de 3,000 en las montañas de la Cordillera. Mi amigo el Dr. Roca Sanz, fundador de los Departamentos agronómicos de Salta y Mendoza, ha hecho escelentes estudios sobre los climas del Norte ( 1 ). Divídese la región en dos climas separados por una línea, trazada desde Orán hasta el N. de Córdoba, que forma una especie de S. incompleta á causa de las curvas entrantes y salientes que hacen los Andes en Catamarca, Tucuman, Salta y el Chaco. En el Oriente de esta línea las lluvias son copiosas y frecuentes durante la primavera, verano y otoño, (las observaciones de Tucuman nos dan una idea de su abundancia) ; ca- reciendo de ellas la región del Poniente donde las pocas que caen en el (1) División climatológica del Norte de la República. — N° 4 de los Anales científicos de la Repúbuca Argentina. 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA verano son torrenciales hasta el punto de cambiar el lecho de los rios y arrancar los árboles de cuajo. El sol aleja durante el invierno el nodo de calmas de Capricornio ; pero en el verano lo trae sobre Salta, Jujuy y el Chaco ; entónces la corriente de la Pampa, que hemos dicho se separa de las otras tres en la sierra de Córdoba, encuentra los alisios del Sur, que atraviesan obli- cuamente el Atlántico, desde las costas de Africa á las del Brasil y á las corrientes del Norte, resultando de este conflicto aéreo las abundantes lluvias que riegan nuestra rejion N., alimentan las fuentes del Plata y las de los afluentes Sur del Amazonas y que impulsan las corrientes que producen las lluvias en el interior argentino. En el invierno este con- flicto vá á producirse 10 ó 12'» al Norte de Salta y por esto no tene- mos lluvias en estas provincias. Los vientos del Pacífico encuentran, en todo tiempo, su condensación en las altas cumbres de los Andes, son de poca fuerza y magnitud, porque las grandes corrientes se dirigen sobre el Pacífico para ir luego á la América del Norte, y las corrientes que vienen atravesando el desierto de Atacama, recalentadas por una potente reflexión, no producen conden- sación alguna en nuestro territorio, se elevan mucho y no condensan hasta las sierras del Brasil. Cuando los conflictos del nodo de Capri- cornio dan vientos derivados entónces se verifican las lluvias torrenciales de que hace mención el Dr. Roca, y es claro que esto no puede tener lugar sino cuando el nodo de Capricornio está próximo á Salta, es decir, en el verano. De esta naturaleza son las lluvias de Catamarca, la Bioja y Norte de San Juan, que revisten la forma de tempestades que siguen una dirección semejante á la de las cañadas en que se verifican las mas veces S. 0. yS. E. Es observación tradicional en la mayoría de las provincias la dismi- nución gradual de las lluvias y son una prueba irrecusable de ella los lagos y lagunas desecadas ó disminuidas en su caudal; el Bebedero ha debido tener en época cercana mas de la triple superficie que la que hoy tiene y así dicen haberlo visto algunos ancianos de San Luis : esta disminución obedece en parte á la elevación y aumento del continente Sur americano, pero es esta tan lenta y gradual que no podría ser observada por una sola generación, ni en un siglo, la causa verdaderamente eficaz está en la tala y estincion de los bosques. Al rededor de las ciudades se han ido haciendo claros cada vez mas estensos, en algunas como San Juan no se encuentra un monte regular en veinte leguas de radio, y donde quiera que aparece un arbusto de algún cuerpo allí está el hacha para cortarle: á lo largo de las vias de ferro-carril (Gran Central, Central del Norte, Andino, etc. ) se están abriendo grandes fojas de tala, pero del modo peor que imaginarse puede se destruye mucho para aprove- char poco ; á lo largo de los caminos carreteros sucede otro tanto, se incendia un árbol para cocer un asado, á orillas del rio 5o se presenta CLIMA I)E LA REPÚBLICA ARGENTINA 85 un espectáculo tristísimo: magníficos y seculares catenes se ven quemados en la mitad de su tronco, allí no se toman el trabajo de usar el hacha, es el fuego el encargado del corte. Esta razzia , digámoslo así, contra esos séres benéficos é indefensos se paga bien cara, las lluvias desaparecen, el clima se estrema, la luz, no encuentra modificador y la fuerte sobre un suelo blanquecino rojizo mantienen al sistema nervioso en un estado de escitacion escesiva y la po- breza traida por las secas, he aquí las consecuencias funestas del sistema. De lo dicho podemos deducir ciertamente que : la República Argen- tina no puede esperar de la naturaleza mas agua que la que hoy tiene, antes bien su disminución, si no se hacen plantaciones en grande es- cala y no se conservan los bosques existentes, interviniendo los Gobier- nos por medio de leyes eficaces, que impidan la destrucción de un árbol hasta que se haya asegurado la vida de otro por lo menos. El Sr. Roca Sanz ( Loe. cit. ) dá las reglas para estas plantaciones deducidas de sus investigaciones agrícolas. Los fenómenos metereológicos se presentan en la República Argentina, en tumulto á los pasos de las estaciones ; el barómetro y el termómetro, cuyas oscilaciones son de suyo grandes, hacen en estas épocas transiciones rapidísimas, la atmósfera se conmueve, en la parte occidental, con vientos que se lanzan á la vez por todas las gargantas de la Cordillera cargados de electriciad y se producen grandes tempestades. Esta variabilidad es origen de la producción de muchas enfermedades y la agravación de las crónicas ; después de un dia de calor viene otro de frió y sorprende á todos los que se han aligerado de ropa demasiado pronto. La estación de verano es la predominante en la mitad N. de la República donde dura de cuatro á cinco meses, en la región central de cuatro á tres y en la Palagonia las estaciones tienen todas su duración trimestral. El invierno hasta el paralelo 35° dura solo Junio y Julio. Las estaciones medias son cortas en esa región, y por efecto de la poderosa radiación y la limpieza de la atmósfera ; desde que el sol desaparece del horizonte hasta que vuelve aparecer, el frió es relativamente intenso, dejando en las heladas muestra de su intensidad. La vegetación se presenta como las estaciones, en el mes de Setiembre los árboles abren sus yemas, dan las flores y se cubren de verdor en menos de quince dias; en el N. el efecto es sorprendente, déla estre- ma soledad á la vejetacion pujante y alegre no hay separación casi. En el otoño se conservan hasta una época avanzada los caractéres del ve- rano y en ocho dias la naturaleza se desnuda. Conocidos estos datos podemos ya clasificar los climas de las provin- cias argentinas. Corrientes, Santiago del Estero, Tucuman, Salta y el Chaco son de clima caliente durante seis meses y suaves en los otros seis. Todas tienen las endemias y caractéres propios de los países hú- medo-calientes en las orillas de los ríos, lagos y en la estación de las 86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lluvias, pero todas también eslán favorecidas por alturas prese nradoras en la proporción de las endemias. Lsts provincias de Santa Fé, Entre Ríos y el litoral de Buenos Aires, en una zona de veinte y cinco leguas limitada por las costas del mar y de los rios, son de clima húmedo — suave durante nueve meses y húmedo — ca- lientedurante los tres de verano. El resto de esas provincias es de clima suave seco aunque algunas veces en el verano el calor se hace riguroso. Jujuy, Catamarca, la Rioja, San Juan y Mendoza van marcando climas cada vez mas templados, pero de temperaturas estremadas á causa de su altura sobre el nivel del mar, tanto que las oscilaciones llegan á la sombra algunos dias á 20°c entre las cinco de la mañana y las cuatro de la tarde. Córdoba y San Luis, situadas en el centro de la República, están dotadas de un clima magnífico, término medio, así en la temperatura como en la presión y humedad, entre todos los climas de las demás pro- vincias. Los frecuentes bosques de estas, aunque de poco espesor y altura, dan al aire condiciones higiénicas superiores al de todas las demás. El clima de San Luis es muy templado y sano. La atmósfera de las provincias andinas es siempre tan limpia y brillante como no puede formarse idea quien no haya gozado de su esplendor, asi que no pone obstáculos al paso de la luz, de tal modo que algunos planetas dibujan sombra de los objetos en las noches de luna nueva ; la luz solar es muy intensa por consiguiente, aumentándose la escitacion de este agente por la reflexión sobre un suelo blanco rojizo. La estrema variabilidad de las condiciones metereológicas del clima es origen, de las neumonías, pleuresías, etc., (puntadas de costado) que se manifiestan algunas veces con carácter epidémico, como ha sucedido este año en la Rioja, Catamarca y Salta; de curso rápido y muy mortíferas. Las casas, generalmente mal construidas, dispuestas para las estaciones, en que un sol abrasador de 70 á 78°c, exige mucha sombra para mitigar sus rigores, sin cristales ni lienzos que impidan la comunicación con el esterior, por las mañanas, al abrirse las puertas y ventanas para dar paso á la luz, ayudan poderosamente á producir estas enfermedades que tienen su origen en los cambios bruscos de temperatura. Otra particularidad del clima argentino es un génio atmosférico especial, que produce sus efectos sobre el sistema nervioso, que sienten parti- cularmente los atacados de fiebre. Una consecuencia de este génio atmosfé- rico es el tétanos infantil, tan frecuente en el Litoral que llega á representar el diez por ciento de la mortalidad total, especialmente en los meses de Mayo, Junio y Julio, notándose que coincide con los mayores grados de ozonificación del aire. Este genio del clima puede ser efecto de la combinación de la variabilidad de la atmósfera, de la intensidad de la luz, del abuso de la cafeina, unidos al de los condimentos y en algunas localidades el de los alcoholes, pues se notan también gran número de CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 87 enfermedades del sistema circulatorio, que provienen de estos escesos de escitacion. El viento N. y mas el N - 0. ó sonda en el interior ponen de manifiesto este genio de un modo evidente en los hijos del país y en los estrangeros aclimatados . Por último, se nota en todas las ciudades aun en las mas secas los efectos del paludismo á causa de la permeabilidad de los sistemas de riego que permiten formar charcos á uno y otro lado de los canales y acéquias y del mal sistema de limpieza pública. No hemos hecho mención de la ozonometría porque el número de ob- servaciones es muy corto y limitado á la ciudad de Buenos Aires, donde las hace, de poco tiempo á esta parte, el Dr. Ledesma. Ei conjunto de estas observaciones nos esplica el predominio del sis- tema nervioso en los habitantes de la República. En los habitantes de la región situada al N. del paralelo 29°, los caractéres dominantes son : un color moreno pálido, producido por la luz intensa de todo el año y el calor de los veranos; la languidez de las funciones digestivas y la idiosincracia biliosa, la falta de apetito, la afición á los condimentos, especialmente á los dulces, para dar á la economía la gran cantidad de carbono que se necesita para producir el mucho pigmento que se segrega; Ja relajación muscular durante la mayor parte del año, nos demuestran la apatía para el trabajo muscular y la fuerza de las pasiones de los argentinos del N. A este lado el color es mucho menos pálido y menos moreno, las digestiones son mas activas, el apetito mas vivo, la hemátosis mas com- pleta y el predominio del hígado á penas se vé en los veranos; la ac- tividad muscular se manifiesta mas y si el pueblo trabaja menos que en otros paises es efecto de la abundancia y bienestar relativo que disfruta. Todos estos caractéres se vé bien que no pueden producir sino tem- peramentos mas ó menos nerviosos, aptos en grado escelente para los trabajos intelectuales y así sucede en eíecto, y es la razón de la ener- gía de las pasiones políticas, de los progresos rápidos de la instrucción pública y de cierta versatilidad de carácter que se observan en el pueblo argentino unidos á la sobriedad y resistencia, que le hacen uno de los mas aptos para la guerra. Terminaremos este párrafo comparando el clima argentino con los me- jores del occidente del Viejo Mundo. Los climas del Sur de Francia y Norte de España encuentran sus similares entre los 32 y 40°, semejanza que sor- prende á veces y que es á nuestro entender la razón instintiva que guia la emigración francesa, vasca y gallega hacia estas playas con preferencia á otras de América : a! Sur de Buenos Aires la costa nos parece tan igual á Cataluña, que creemos podrían intentarse sus cultivos valiosos : el clima de Mendoza es completamente igual al de Almería y Murcia: Córdoba, Tucuman, la Rioja y Catamarca y una parte de Santiago del Estero á la 88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Italia del Sur y Andalucía: Corrientes, el Chaco y Salta tienen al N. de Africa climas idénticos y en el Sur de Patagonia pueden señalarse climas de gran semejanza con los de Alemania, Inglaterra y Suecia y aun los de Holanda y Dinamarca. Juan Bialet Massé. UNA ESCURSION ORILLANDO EL RIO DE LA MATANZA (Memoria presentada k la Sociedad Científica Argentina) En el terreno de los alrededores de Buenos Aires, abundan bancos de reslos marinos entre los aluviones modernos. Algunos han opinado al estudiarlos que tales depósitos de conchas y otros restos han sido arrastrados en épocas lejanas por las aguas del mar, hasta los parajes en que yacen, después de muertos los animales de que provienen. Dedúcese de tal opinión, la creencia de que estos no vivieron en el lugar en que se encuentran los restos á que nos hemos referido. Estas observaciones y creencias, tienen por origen el exámen de los bancos ó depósitos de Belgrano, Puente Chico, Ensenada y alrededores de Tapiales en el partido de la Matanza. Hemos tenido ocasión de examinar detenidamente estos parages y nos ocupamos del estudio de colecciones valiosas, que de ellos hemos sa- cado. Generalmente la disposición de las conchas, huesos y otros restos, es en capas, pero se presentan destruidos por las aguas que los arras- traron según la hipótesis á que nos hemos referido. En la mayoría de esos depósitos, como dijimos, las conchas se pre- sentan bajo la forma de estratificaciones acabadas y á veces en conglo- meraciones compactas, ocasionadas por el cimento calcáreo que las aguas producen, debido al carbonato de cal que se precipita. Estas masas duras, son empleadas en algunas partes para Jas cons- trucciones. La Iglesia vieja de Belgrano ha sido edificada empleando ese material que la naturaleza ofrece en abundancia. Los depósitos que se encuentran á orillas de los rios que se internan en la Provincia, suministran á la observación datos importantes, que demuestran lo contrario de lo que acabamos de referir. Uno de nosotros ha tenido oportunidad de inspeccionar el Rio Salado y el de Las Conchas, en el Paso de Morales, cuyas barrancas ostentan capas conchíferas en que los restos se encuentran en posición natural. El Domingo 22 de Agosto ( 1875) próximo pasado, practicamos una escur- sion orillando el Rio de la Matanza y nos ha sido satisfactorio hacer intere- 7 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sanies observaciones que nos permitimos elevar al conocimiento de nues- tros distinguidos concólegas. Hemos hallado en dos parages diferentes de ese rio, á cuatro ó cinco leguas de su desembocadura en el Plata, con el nombre de Riachuelo de Barracas, bancos conchíferos de escasa estension y aislados. Gompónense de agrupaciones de Azara que ha vivido en esos mismos sitios en la época en que se comenzó á formar la capa del terreno alu- vional que las cubre. Las condiciones topográficas de la zona adyacente á ambas orillas del rio, revelan profundas variaciones de nivel, correspondiendo á la parte mas baja lo que conocemos por bañados de Barracas, Flores y Matanza, cuyas aguas recibe el rio de este nombre. Esa franja de terreno bajo que corre de Este á Oeste, con pequeñas inclinaciones al Sud, ha sido mas profunda, pero los aluviones, la* gran- des y frecuentes tormentas de tierra que corren de las pampas al litoral, y la gran cantidad de animales que han frecuentado esos campos, han ido levantando sucesivamente su nivel, formándose capas de mezcla de tierra y arena; siendo de notarse que la proporción de la tierra vejeta!, dismi- nuye gradualmente con la proximidad al Plata. El carácter general de esas capas ó lechos arenosos que se estienden en los bajos terrenos que nos ocupan, es muy homogéneo, y rara vez contienen restos de azara labiata . Estas couchillas se encuentran muy bien conservadas. La gran proporción de arcilla fina que contiene la' arena encerrada entre las valvas de las conchillas, indica que el agua en la cual han vivido los moluscos, era muy tranquila ; porque es sabido que el agua agitada nunca deposita arcillas finas. En todos los bancos de tierra arenosa, y á veces de pura arena que recorrimos, se notaban concresiones de un color amarillo rojizo, y que pueden recojerse en cantidades abundantes, como lo efectuamos. Se han formado después de la deposición de la arena, por la infil- tración de una solución de fierro que ha cimentado partículas de arena, constituyendo filones tan compactos, que resisten á la acción del agua. La forma de estas concresiones que se encuentran comunmente en las orillas del agua, es á veces bastante regular y se parece á las raíces de los árboles. La solución de fierro se infiltra al rededor de las raíces ó por los grietas del suelo ó por los agujeros que dejan en él las raices de las plantas ó árboles, arrancados ó descompuestos; y las concresiones resul- tantes tienen las formas de tales moldes. Los depósitos de azara que descubrimos en la orilla del rio, y que ya mencionamos, interesaron vivamente nuestra atención. Las conchas no se presentaban estratificadas, y se hallaban esparci- das en el interior de la capa aluvional á lm50 bajo la superficie. UNA ESCÜRSION AL RIO DE LA MATANZA 91 Allí recojimos las muestras que tenemos el honor de ofrecer á la Sociedad para su Museo. De su exámen sério y detenido, resulta que no ofrecen indicios de haber sido arrastradas por el mar á su lecho actual después de muertos los organismos á que ellas servían de esqueleto esterior. Dado el estado actual de los depósitos y su espesor, puede concluirse que han vivido tranquilamente en el mismo parage de que hemos re- cojido los restos que ofrecemos al estudio de los señores socios. Aquellos bancos solo se componen de azara , curiosos moluscos que hoy dia viven en los puntos donde el agua del Atlántico se une con la del Rio de la Plata. . Creemos que la azara del rio Matanza no es la azara labiata que hemos recojido abundantemente en Belgrano, Puente Chico y otros puntos. En terrenos mas modernos, hemos recojido algunas otras especies de moluscos terrestres, fluviátiles y lacustres, que viven actualmente en los parages que recorrimos y en otros cercanos. Desde la época de la conquista hasta la fecha, el depósito de humus ha ido constituyéndose con tal rapidez, que puede avaluarse en mas de un pié por siglo. Nos fundamos al hacer esta observación, en que á tres piés de pro- fundidad, hemos encontrado huesos de animales modernos y restos de industria querandi, pertenecientes estos últimos á un período muy lejano, dado el valor de esos productos industriales. Estos objetos revelan escasos adelantos en el arte de la cerámica y corresponden á la categoría de los que uno de nosotros ha descrito en la página 136 de la entrega 2a del Boletín de la Academia Nacional de Ciencias Exactas con estas palabras : « Estos objetos de cerámica pri- « mitiva, son por lo general de una pasta arcillosa, homogénea, lisa, c comunmente poco quemada en el esterior y con algunos fragmentos c grises; pocos son los ejemplares que han sufrido un regular cono- t cimiento, y estos lo están solamente por la parte esterior de la pasta, « teniendo el centro negro. > A la misma profundidad en que recojimos los fragmentos de alfarería querandi, se notan capas de ampullaría caniculata ( D’Orb. ), que forman lechos en el fondo de las antiguas lagunas, que son hoy los grandes ba- ñados ya nombrados. De la esistencia de esas lagunas en la época de la conquista, dá evi- dente é indudable testimonio Ulrich Smidel en su curiosísima y rara crónica de la primera fundación de Buenos Aires. La desaparición de esas lagunas, se debe á la elevación del nivel de los terrenos; lo que se ha operado por las causas que lijeramente he- mos tocado. La tierra que hoy se revela como el antiguo lecho de las lagunas, 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es negra en su estado de humedad, pero seca presenta un color gris claro, que es propiedad de la tierra infusoria. Los moluscos que actualmente viven en el rio Matanza y cercanías que hemos visitado, son los siguientes : Cyrena Limosa (Muth). Ampullaria Capicúlala ( D’Orb). Amodonla Sitiónos (D’Orb). Paludeslrina Piscium (D’Orb). Planorbis Montanis. Esta última especie ha vivido en las épocas antiguas con la Ampu- llaria. Recojimos también en la zona arenosa del bajo de los mataderos, abundante cantidad de una sal cristalizada en forma do agujas. Un lijero examen de su composición, ha demostrado que consiste en su mayor parle en sulfato de sosa. Como nos ocupamos de efectuar estudios mas sérios y detenidos sobre las curiosas formaciones de los terrenos mencionados en este informe, nos abstenemos por ahora, de entrar en mayores consideraciones. Una vez que nuestros estudios tomen un giro deliuido, nos haremos un honor en comunicarlos á la Sociedad. Saludamos al Sr. Presidente con nuestra distinguida consideración. Walter F. R>id.—F. P. Moreno. —Estanislao S. Zeballos. NOVEDADES CIENTIFICAS QUÍMICA El nuevo metal Galio, por M. Lecoq tic Bnistaudrnn. — Trascribimos á continuación los documentos relativos al descubrimiento de un nuevo cuerpo simple , el Gálio , publicados el 20 de Setiembre pasado; á pesar de no haberse aislado aun el cuerpo tiene ya dos nombres; él que propone el autor del descubrimiento y otro que le había dado el célebre físico ruso Mendeleff. Este último, en un trabajo poco conocido ha previsto la existencia de otros elementos ademas de los conocidos . y pretende encontrar ana- 1 ojias entre el cuerpo descubierto por M. Lecoq y uno de. sus elementos hipotéticos : el eknlumiuio; su not< presentada á la Academia de Cien- cias de París el 22 de Noviemtfe está trascripta á continuación de las dos prime as de M. Lecoq. <í Antes de ayer, viernes 27 de Agosto de 1875, de 3 á 4 de la tarde, hallé indicios de la existencia probable de un nuevo cuerpo simple, entre los productos del examen químico de una blenda proveniente de la mina de Píerrefite, valle de Argtdés (Pirineos). Hé aquí los datos que he podido recojer hasta ahora: 1° El óxido (ó quizá una sub-sal) es precipitado á la larga por el zinc metálico, en una solución conteniendo cloruros y sulfatos. No parece ser el metal el que se precipita por el zinc. 2a El cloruro es precipitado por una cantidad débil de amoníaco. En una mezcla conteniendo esceso de cloruro de zinc, el nuevo cuerpo es precipitado antes que el zinc, cuando se trata el líquido por una cantidad insuficiente de amoníaco. En el segundo precipitado la proporción es pequpña y casi todo se le encuentra en la primera fracción. 3° Hasta en condiciones que deben responder á un estado de peroxi- dacion, el óxido es soluble en el amoniaco en esceso. 4o Las sales son precipitadas por el sulfhidrato de amoníaco, un esceso del cual no redisuelve, al parecer, el precipitado. 5o Las sales son precipitadas por el ácido sulfhídrico en presencia del acetato de amonio y mucho ácido acético libre. En presencia del zinc, el nuevo cuerpo se concentra en los primeros sulfuros depositados. Han sido menester seis precipitaciones sucesivas para hacer desaparecer com- pletamente el sulfuro de zinc. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 6® Las sales no son precipitadas por el ácido sulfhídrico en solución lijeramente aciduladas por el ácido clorhídrico. 7* El óxido se redisuelve en esceso de carbonato de amoniaco al mismo tiempo que el zinc. 8o La cantidad sumamente pequeña de sustancia de que dispongo no me ha permitido aislar el nuevo cuerpo del esceso de zinc que le acompaña. Las pocas gotas de cloruro de zinc en las que he concentrado la nueva sustancia, dan bajo la influencia de la chispa eléctrica un espectro formado principalmente por una raya violeta, estrecha, fácilmente visible, situada próximamente á 417 en la escala de longitudes de onda. He apercibido también una raya muy débil hácia 404 >. Este es el texto de la primera comunicación del autor; en una se- gunda, agregaba los siguientes datos: asi c< mo las propiedades de estos últimos son funciones periódicas de los pesos atómicos de los element s. » Entre las diferentes aplicaciones de esta ley, el autor cita las siguientes: lü Esta ley constituye la base del sistema completo de los elementos. l*r 3er 4o 5o 6o 7° GRUPO GRUPO GRUPO GRUPO GRUPO GRUPO GRUPO 8o GRUPO < £ RHl RH3 RH2 RH (RiH) Série. R20 R 0 R2 03 R02 R-03 Rü3 R- O7 (R0') 1.... 1H 2.... Li 7 Be 9 B 11 C*2 N 14 0i« F1 19 3.... 23 Na 24 Mg 27 Al ¡28 Si 31 Ph 32 S 35 C1 4.... K 39 Ca 40 ? 44 | Ti 48 V 51 Cr 52 Mn 55 Fe 56— Co 59, Ni 59, Cu 63 5.... (63 Cu) 65 Zn 68? 1 — 72? 75 As 78 Se SO Br 6.... Rb 85 Sr 87 It 88 Zr 90 Nb 94 Mo 96 ? 100 Ru 104, Rh 104, Pb 106, Agl08 7.... (108 Ag) 112 Cd 113 In 118 Sn 122 Sb 125 Fe 127 Jo 8.... Cs 113 Ba 137 ? Di 138 Ce 140 C a * Os 195, Ir 197, Pt 198, Au 199 9.... C * a C a « 10.... c a Er 178 ? La 180 Ta 182 W 184 ? 190 « « « c 11.... (199 Au) 200 Hg 204 TI 207 Pb 208 Bi ir C 12.... « C a Th 231 c U 240 £ a c « « 2o La ley periódica exije el cambio de los pesos atómicos de algunos metales insuficientemente estudiados : Indio. . Uranio Orio Torio. . . . Itrio .... Erbio ... Didimo ó Lanlano? Pesos atómicos de los metales y fórmulas de sus óxidos. proximtc Números admitidos antiguamente. . 75 In O 120 U205 ( 92 Ce 0 [ Ce3 O1 116 Th O 60 Y O 114 ErO 92 R O Números propuestos por el autor. 113 In8 O3 240 U O5 138 Ce8 O3 Ce O8 232 Th O8 90 Y8 O3 171 Er O3 138 R8 O3 ÍEl calor específico del indio determinado por Bunsen y por mi, ha confirmado este cambio í Rammelsberg y Roscoe han (aceptado mi proposición. ÍEl calor especifico del metal, así como la composición de sus sales , parece confirmar mis ^proposiciones. SChydenius y Delafontaine an- tes que yo habían propuesto el mismo cambio. \ Cleve acepta mis fórmulas |R2 O* 96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 3o La ley periódica indica los vacíos que existen aun en el sistema de los elementos conocidos, y permite preveer las propiedades de los elementos desconocidos, así como también las de sus combinaciones. Por ejemplo, hay dos vacíos en los grupos III y IV de la 5* série. El autor ha llamado estos elementos por descubrirse : ekaluminio El, y ekasilicio Es. Las propiedades del ekaluminio, según la ley periódica, deben ser las siguientes : su peso atómico será El = 68 ; su óxido tendrá por fór- mula El9 O3, sus sales la fórmula El X3. El cloruro (único?) por ejemplo de ekaluminio será El Cl3 y por el análisis dará 39 por 100 de metal y 61 de cloro, y será mas volátil que ZnCI2. El sulfuro El*S3 ú oxisul- furo El2 (SO)3 debe ser precipitado por el hidrójeno sulfurado y será insoluble en el sulfuro de amonio. El metal se obtendrá fácilmente por reducción; su densidad será 5,9 y su volumen atómico por consiguiente será 11,5; será casi fijo, fusible á una temperatura bastante baja. No se oxidará en presencia del aire ; calentado al rojo descompondrá el agua. El metal puro y fumlido no será atacado por los ácidos y los álcalis, sino con lentitud. El óxido E1203 tendrá por peso específico 5,5 ; debe ser soluble en los ácidos enérgicos, formará un hidrato amoifo insolub'.e en el agua y soluble en los ácidos y álcalis. El óxido de ekaluminio for- mará sales neutras y básicas EI2(0HX)s pero no sales ácidas; el alumbre El K (S0’)M2H20 será mas soluble que la sal correspondiente de alu- minio y menos cristalizable. Las propiedades básicas de EPO3 siendo mas pronunciadas que las de A1203 y menos que las de ZuO, es de suponer que será precipitado por el carbonato de bario. La volatilidad asi como las demás propiedades de las combinaciones salinas del ekalu- minio, presentan el término medio entre las del aluminio y las del indio, y es probable que el metal en cuestión será descubierto por el análisis es- pectral, como lo han sido el indio y el talio. Estos caractéres del ekaluminio habrían sido previstos (1), considerando su lugar en el sistema periódico de los elementos. Serie* 2o grupo. 3r grupo. 4<> grupo. 5« grupo. 3 Mg Al Si P 5 Zn El Es As 7 Cd In Sn Sb Es preciso notar que antes del descubrimiento de la ley periódica, era imposible predecir la existencia de los elementos desconocidos y deter- minar sus propiedades. M. Lecoq de Boisbaudran, aplicando su nuevo método de análisis es- pectral, acaba de anunciar la presencia en la blenda de Pierrefitte (Pyrin) (1) Jour. Socied. Química Rusa, 1871, Tom. III, páj. 47. NOVEDADES CIENTÍFICAS 97 un nuevo metal que se llama galio. La manera de descubrise el proceder de separación (precipitación por H S antes del Zn) y algunas propiedades descritas precipitadas por BaCO3, solubilidad del hidrato en el amoníaco, grado de volatilidad, etc., hacen presumir que este nuevo metal no es sino el ekaluminio. Si las investigaciones ulteriores confirman la iden- tidad de propiedades que se acaban de indicar para el ekaluminio con la del galio, será un ejemplo precioso de la utilidad de la ley periódica. Se debe esperar que el ekasilicio (Es =72) (EsO1 2) cuyas propieda- des presumibles están descritas (Journal, Liebig, Supp. Band VIII, pa. 171) no tardará á realizarse. Se le debe buscar ante todo cerca del arsé- nico y del titano. P. N. A. QUÍMICA LEGAL Reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados, por M. C. Husson(l). — La hemoglobina, absorbiendo al iodo, se desdobla en hematina y en globulina; cuyo hecho se ha comprobado por el análisis es- pectral, dando entre G y D la raya de absorción de la hematina, que no pa- rece modificada por el iodo. M. Chantard ha ya demostrado que este metaloide no ejerce influencia en las rayas de la clorofila. El microscopio indica por sí mismo el desdoblamiento de la hemo- globina. En efecto, cuando la combinación del iodo con los glóbulos tiene lugar en el campo del microscopio, los bordes del disco se marcan mas; ppro poco á poco se ven producir numerosas granulaciones que no son otra cosa que hematina precipitada; y haciendo llegar bajo el cubre objeto una gota de ácido acético cristalizable, calentando con precaución, se obtienen cristales análogos á los de hemina, pero mas oscuros y de un tinte mas violáceo. Se ha formado en este caso hemina iodada ó iodhidrato de hematina (2). (1) ( Memoria presentada á la Academia de Ciencias. ) (2) Io Cuando la sangre se encuentra sobre un tejido, se corta con tijeras una tirita alrededor de la mancha v se suspende esta dentro de un tubo homeopático, que contiene algunas gotas de agua destilada. Luego que el líquido haya lomado un ligero tinte amari- llo, puede procederse á la operación, que para que pueda presentarse de un modo bien manifiesto, es necesario no se efectúe con u..a solución concentrada. 2° Cuando la sangre se halla en madera ó hierro, se raspa una porción sobre un vidrio de reloj, donde se han echado dos ó tres gotas de agua, y se aguarda á que el líquido aparezca ligeramente coloreado al colocar el vidrio sobre un papel blanco. Hecho esto, se inmerge una varilla en el líquido proviniente de una ú otra operación y se toca con la misma una placa de vidrio de microscopio, y se evapora con precaución el líquido depositado. Si el residuo es poco visible por transparencia, se deposita otra gota qu_j se evapora de nuevo. Luego se vierte sobre la mancha obtenida una guta de solución de io 'uro de potasio á 1/20; se evapora de nuevo, se coloca el cubre objeto y se hace llegar un poco de ácido acético cristalizable; se calienta en la lámpara de alcohol hasta que se formen algunas burbujas; después de enfriamiento se examina en el microscopio donde se observan los cristales de hemina iodada. 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los cristales de hemin.i iodada pertenecen, como los de hemina clarada, al sistema romboidal y se presentan frecuentemente b;»jo forma de palillos que se cruzan asemejándose á estrellas ó cruces de Malla : son mas oscuros que los cristales obtenidos con el clorhidrato de hemina, quienes además desaparecen á menudo en la masa del cloruro de sodio (1). Con el bromuro de potasio se obtienen de la misma manera cristales de hemina bromada, análogos á los precedentes, pero con un tinte gene- ralmente rosado. Tratando la sangre por el borato de sosa y ácido acético cristalizable, se obtienen todos los cristales descritos en el Tratado de química ana- tómica de los Sres. Robin y Verdeil, bajo el nombre de hemntoidina. Pertenecen al tipo del prisma romboidal oblicuo : algunas veces se pre- sentan en forma de anchas tablas romboidales, y en otras se adhieren dos ó tres prismas por sus grandes caras, mientras que las pequeñas se cubren de agujas diminutas. Se encuentra también gran número de estas agujas aisladas ó reunidas en masa. El color de los cristales varía del amarillo pardo al amarillo pajizo; algunos son incoloros, sobre todo los que se presentan en aguj is delgadas. Los que derivan de la hemina, borato de hematina, son de amarillo pardo y recuerdan los cloruros, bromuros, etc. Al lado de estos se ven otros mas claros, amarillo pa- jizo, y aunque pertenecientes al mismo tipo se hallan Jeformados por troncaduras. Inmediatos á estos vénse agujas incoloras y transparentes, cuando se observan en su faz mas ancha, ó negras por falta de trans- parencia, si se observan por la mas angosta. Al mismo tiempo se observan alrededor de dichos cristales granula- ciones de color de orín, que demuestran que el hierro de la hematina se ha eliminado de su combinación cuando sus productos han pasado del tipo de hematina al de heinatoidina. Obsérvase por último, aunque á veces algo mas difícilmente, hemo- globina cristalizada, cuando se opera sobre sangre fresca. Con el sulfhidrato de sosa se obtienen, aunque difícilmente, cristales en forma de agujas, incoloros ó de amarillo pajizo, y algunas veces gruesos cristales de heinina de color negro. El sulfhidrato de amoníaco en iguales condiciones comunica algunas veces á la sangre vieja el tinte producido por el sulfocianuro actuando sobre las persales de hierro : obsérvanse igual- mente numerosas granulaciones, color de orín ó negro verdoso, crista- les ovóideos amarillo claro, y agujas amarillas ó incoloras. El cianuro de potasio dá granulaciones manifiestas, agujas sumamente diminutas y cristales mas voluminosos de color amarillo muy pálido. (!) El procedimiento Teichmann debe ser modificado en las investigaciones de química legal. Los cristales de cloruro de sodio deben ser reemplazados poruña solución á 1/20, fin cuyo requisito la hemina se pierde en la masa de sal que se encuentra en esceso con relación á la sangre . NOVEDADES CIENTÍFICAS 99 Con el cianuro amarillo el centro de la placa toma un tinte verde azulado: obsérvanse alrededor de esta mancha agujas incoloras, cristales de hematoidina amarillo pálido, y por úllimo gruesos cristales pardos, algunas veces muy irregulares, terminados por una especie de cabezas. Con el cianuro de mercurio, además de los cristales en aguja se observan masas irregulares de cristales aglomerados de tinte oscuro que pueden ser el resultado de una combinación de dicha sal, con la hematina. Estas últimas reacciones no se producen con la misma facilidád que las tres primeras y su resultado es tanto mas manifiesto en cuanto la sangre sea mas antigua. Son, por otra parte, muy evidentes con sangre diluida en agua y dejada por quince dias á una temperatura entre 20 á 30°. Bajo el influjo de la putrefacción, la globulina y la hemoglobina se destruyen y quedando la hematina sola no es necesario para formar cristales de hemina vencer la resistencia producida por la combinación de dichos dos cuerpos. También en este caso los cristales de hemina clorados, bromados ó iodados son mayores y mucho mas regulares. El ácido acético cristalizado solo, dá, sin ayuda de otro reactivo, mag- níficos cristales de hemina acética; y se obtienen así mismo en iguales condiciones, productos cristalinos con los ácidos fénico, oxálico, valeriá- nico, tártrico, cítrico y silícico, procedentes de la descomposición de las sales alcalinas correspondientes, por medio del ácido acénco. Este hecho es de alto aprecio, por cuanto en las investigaciones de medicina legal es por lo común cuando el glóbulo sanguíneo se halla destruido, que debe investigarse la hematina; y deberá procurarse prin- cipalmente conseguirlo por medio de las tres primeras reacciones que no fallan en ningún caso. lias reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados. — ( Examen médico legal de las manchas de la sangre , por M. Hénorque ) (1). La investigación de las manchas de sangre es de importancia tan grave en los casos médico-legales, que no podemos prescindir de señalar los trabajos que puedan traer nuevos elementos de diagnóstico. Hace ya mucho tiempo que Teichmann ha indicado la formación de cristales por la acción del cloruro de sodio y del ácido acético sobre la sangre, como un carácter que permite afirmar la presencia de la sangre en una man- cha. Hoy M. C. Husson, habiendo estudiado una reacción empleada á me- nudo por los micrógrafos, presenta la reacción del iodo sobre la sangre como uno de los medios mas seguros de reconocer la hemina y la hema- tina. La hemoglobina absorbiendo al iodo se desdobla en hematina y en globulina y puede seguirse directamente en el microscopio la forma- (i) Gaiette hebdomadaire de médecine et de chirurgie. 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cion de cristales de hemina iodada, ó iodhidrato de hematina; para lo cual basta, después de tratada la sangre por el iodo, agregar una gota de ácido acético y calentar el porta objeto. Estos caractéres, á los cuales M. C. Husson ha agregado otros igual- mente importantes, hacen mas exacta la investigación de la sangre por el exámen microquímico, el único aplicable en aquellos casos en que los glóbulos han sido destruidos, pudiendo aun servir de complemento en aquellos otros en que estos pueden ser reconocidos. Es sabido cuantas pruebas es necesario acumular en semejantes casos y los exámenes espec- troscópicos, microquímicos y micrográficos deben ser empleados concur- rentemente. El exámen micrográfico es por otra parte considerado como el mas seguro, pero no es siempre infalible. El microscopio de un alto valor para reconocer la sangre, poniendo en evidencia los glóbulos, y á veces la fibrina, las mucosidades ó los tejidos, puede en muchos casos sumi- nistrar las pruebas mas rigorosas y hasta ha servido para distinguir la sangre del hombre de la de los pájaros y reptiles: pero por otra parte no deben dejarse en olvido las prudentes reservas que recomiendan Vir- chow, Casper y Rubin, respecto de las cua'es lia tenido lugar reciente- mente una muy interesante discusión entre Rirhardson y Woorward, cuyo punto de partida fué un trabajo en que aquel ponía de relieve las con- diciones de evidencia que presenta el exámen micrográfico; mientras que el último, colocándose en condiciones hasta cierto punto opuestas, demuestra cuales son los límites que el exámen no puede franquear. Diversos artículos han sido publicados sobre este asunto en el Mnnthly microscopical Journal (Noviembre de 1874, Febrero y Mayo de 1875,) sobre lo que llamamos la atención de los peritos. No pretendemos insistir sobre esa discusión, ni aun resumirla, porque el asunto exige un exámen muy prolijo, y como lo hacen ya notar Richardson y Woorward hay mucha responsabilidad en tratar de él; pero ya que la discusión ha tenido mucho éco en América, podemos indicar la principal conclusión sobre que los dos autores han estado acordes, á saber: que con la sangre seca, la medición de los glóbulos rojos no permite distinguir con la certeza necesaria en las conclusiones periciales, la sangre del hombre de la de los animales domésticos ma- míferos. No creemos que el exámen microquímico pueda, por el presente, dar indicaciones mas exactas, y M. C. Husson no nos dice tampoco que exista diferencia alguna entre la hemina iodada de los diversos animales ; de modo que todo conduce á la creencia de que no hay, ó por lo menos que no se han halla lo todavía en los cristales de la sangre caractéres propios á las diversas especies. NOVEDADES CIENTÍFICAS 101 HISTORIA NATURAL Noticias de Patagonia. — Publicamos á continuación las últimas noticias que ha recibido la Suciedad sobre la esploracion que lleva ¿ cabo el joven D. Francisco P. Moreno, á través de la Patagonia. En la Asamblea del 15 de Enero próximo pasado el Secretario leyó los siguientes párrafos de una carta particular que habia recibido. Rio Negro, Primera angostura, t de Diciembre de 1875. Sr. Dr . D. Estanislao S. Zeballos. Mi querido amigo : Rumores de invasión, nacidos del robo de 1,200 yeguas en Romero Grande, cometido por una partida de indios, y la falta de entrega de 50 yeguas que deben servirnos de alimento en la espedicion, me propor- cionan la agradable ocasión de poderle escribir una vez mas. Esta carta la fecho en la última población cristiana (casa de unos ingleses) en el lado Sur del Rio Negro, donde las barrancas del mismo lado caen á pique, como lo demuestra su nombre de Angostura. El 27 del pasado salí del Carmen de Patagones, llegando á este punto el 30, aunque solo dista 22 leguas de allí. En el camino he juntado algunas flechas y caracoles habiendo visitado muchos cementerios de indios. Desgraciadamente solo he conseguido dos cráneos de una forma doli- cocéf da , deformados artificialmente, los que serán para la Sociedad Cún tífica. Cerca de aquí he visitado un cementerio en el que parece que los indios han hecho una especie de atrincheramiento, como los del Estado de Georgia y Nueva York, en Estados Unidos. He reunidos 100 flechas entre rolas y enteras. He lomado un croquis de ese monumento prehistórico, por el que verá Vd. que ha servido para preservar el campamento indio de las inunda- ciones periódicas, principalmente en la primavera. Pasado mañana continúo la marcha : esa noche ya dormiré en pleno desierto. Espero llegar á las tolderías de Seihueque á principios de Enero, y de allí pasaré á visitar el Nahuel-Huapi. Acaban de llegar cuatro de mis compañeros de viage : uno de ellos me ha preguntado si voy en busca de mujer ! Si los demas que deben incorporárseme son como estos, serán los indios mas feos que habré visto en mi vida. 402 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA He visitado también dos caciques los que me aseguran que mi vida no correrá peligro. Tal vez desde Chirhinal ( 20 leguas arriba de Choele-Choel) pueda escri- birle, si encuentro indios en viage para Patagones. Si nó será hasta Valdivia, dónde pienso estar en Marzo ó á principios de Abril. Lo abraza su amigo. Francisco P. Moreno. Esploracion en la América del Sud (1). — Con este título se ha publicado un folleto con tres cartas geográlicas. Recibimos un ejemplar del cual vamos á dar una idea á los lectores de los Anales. El autor de este folleto es el barón Henri de Rasse, quien habiendo viajado por las Misiones de Corrientes, que él como Humboldt y otros llama «Nueva tierra prometida», presentó á la Sociedad de Geografía de París una memoria con noticias insignificantes sobre el viage que acababa de hacer en las Misiones de la Provincia nombrada. El autor abre su memoria con una carta del abate Dürand, viejo mi- sionero y esplorador de Sud América, quien lleva su entusiasmo por el territorio de las Misiones hasta espresarse así : « Clima saludable y templado, tierras de aluvión, fértiles y admirable- mente regadas, que se prestan á todo género de cultivo, minas de oro y de plata, selvas inmensas, pastos lujosos y abundantes, calzadas esta- blecidas por los misioneros y conservadas en buen estado; tales son las ventajas que presenta el territorio de las Misiones, que confina al Este con la rica provincia brasilera de Santa Catalina, abundantes en minas de carbón de piedra. » En seguida el Sr. Rasse dá una noticia sobre la situación geográfica de las Misiones, y los ríos que fertilizan sus tierras, sin consignar datos originales, pues repite los que ya han sido dados por varios autores conocidos. En cuanto á la situación topográfica el autor menciona inmensas lla- nuras, magníficas praderas naturales y alegres valles, en medio de las cuales se encuentran bosques inmensos. El capítulo siguiente trata del suelo, su naturaleza, sus productos, sus riquezas y sus minas, y sobre todo lo cual apénas dice cuatro palabras, demostrando falta de datos y de conocimientos. El suelo presenta en su superficie, dice Rasse, una capa vegetal que generalmente es muy espesa; en ciertos lugares está cubierta de una (1) París, A. Chaix et C*, 1875. NOVEDADES CIENTÍFICAS 103 gran cantidad de arena que permite todos los cultivos ; en otros, la capa vegetal cubre un subsuelo de tierra arcillosa roja, muy cargada de óxido de hierro. El autor no emprendió en su esploracion investigaciones científicas ; pero cree, como creen los naturales, en la existencia de cobre, mer- curio, carbón y aun de oro. Los minerales que ha regalado á la Escuelas de Minas, y que aunque no representan valor venal, son no obstante mas de cincuenta muestras, en su mayor parte brasileras que el autor atribuye á las Misiones ! El esplorador logró reunir una colección de cincuenta especies de maderas diferentes entre las cuales han llamado especialmente su aten- ción el Sándalo blanco, rojo, gris, el palo de rosa, Urundey (madera de hierro), Quebracho, Ñandubay , Lapacho , Tymbó, Laurel , Palo negro , Cauvely (o salta caballo), Cedro, Curupy , Palo de lanza , Tala, Amarillo , Palo lusirado , Palo de la Cruz y muchos otros. Despenó igualmente su atención un parásito de que los indios se sir- ven contra la picadura de la vívora, y que el autor denomina Milombre. Es de notarse que Rasse altera los nombres originarios y sus noticias son confusas. Muchas de estas mismas maderas encierran abundantes sus- tancias resinosas, oleajinosas, textiles, colorantes y farmacéuticas. Allí mismo se encuentrá el incienzo, el cautchu, la cubeba, copaiba, etc. Termina su memoria Rasse con una breve noticia sobre la lengua guaraní comparada á la francesa y á la española. Esta comparación es defectuosa y sin ningún valor científico. El método empleado se reduce á colocar en columnas paralelas las palabras en guaraní, en francés, y en español, de manera que unas son la simple traducción de las otras. Por consiguiente, lejos de ser aquello una noticia sobre la lengua guaraní, no es mas que el significado de algunas palabras. Por otra parte el autor ha variado completamente la ortografía reem- plazando la u del guaraní por la ou del francés, la z por la ss; por ejemplo, escribe Gonassou por Guazú, Taragouy por Taraguy etc. ; de manera que esas palabras dejan de pertenecer á la lengua guaraní por el hecho de ser completamente alterada su ortografía. La Memoria, como lo dijimos antes, viene acompañada de tres cartas geográficas. La primera es un trozo de mapa-mundi que contiene las costas del nuevo y viejo continente, con líneas que marcan el camino hecho por el esploradi.r desde Francia hasta Buenos Aires. Esta carta es completamente innecesaria y no trae novedad alguna, siendo al contrario pésima, porque divide todo el territorio de la Amé- rica Meridional entre los siguientes Estados : Colombia, Guayana, Brasil, Paraguay, Perú y La Plata, sin mencionar para nada los demas Estados Sud-americanos. 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La segunda carta, que es tomada de Moussy, representa el territorio de las Misiones. La tercera es también de utilidad comercial esclusivamente, y conliene una relación de las comunicaciones entre el Brasil, el Paraguay, el Estado Oriental y la República Argentina. Deduce el autor de la Memoria, finalmente, apoyado en la autoridad del abate Durand que uno de los territorios del mundo mas adecuados para la colonización es el de las Misiones Gorrentinas. Explotación en África. — La < Pcrseveranza » dá algunas no- ticias sobre la muerte de Munzinger, el esplorador africano. Se hallaba en su camino de Adjura!) á Achusa con 300 hombres, cuando cayó en una emboscada preparada una noche por sus guias, en combi- nación con los gefes indígenas de aquella región. Defendiéronse heroicamente, pero Munzinger y 1 -40 de los suyos mu- rieron, habiendo escapado para Adjurab lus otros favorecidos por la oscuridad. — (The Mail). CONSTRUCCIONES REVISTA DE FERRO-CARRILES (1) Los ferro-carriles en Holanda. — El Ferro-Carril de Am- beres á Rotterdam, que constituye la principal vía de comunicación de Holanda con Bélgica y Francia, termina actualmente en la isla de Feijenoord, á 2,500 metros de la ciudad, próximamente. Se ha pro- puesto llenar este vacío, por medio de trabajos que al mismo tiempo permitan el establecimiento de nuevas estaciones en sitios favorables al comercio; es así que se ha concebido el proyecto de atravesar toda la ciudad de Rotterdam, á pesar de los gastos enormes que debían ocasionar estos trabajos. Según el proyecto en ejecución, esta sección del ferro-carril se es- tiende sobre unos cinco kilómetros. Sigue primeramente en sentido lonjitudinal la isla de Feijenoord en donde se instalará una grm esta- ción marítima, atraviesa el canal Moorden-Haven, pasa en terraplén la (1) De los Anales de Construcción. Traducido para los Anales de la Sociedad Cientí- fica Argentina. NOVEDADES CIENTÍFICAS 105 pequeña isla situada entre el canal y el Musa, atraviesa este rio por un gran puente metálico, llega á la ribera derecha, cruza varias dársenas interiores, calles, canales y viene á empalmar con el ferro-carril holan- dés. En toda la parte comprendida entre el Mosa y la salida de la ciu- dad, la via férrea está establecida sobre un viaducto de 1,400 metros de longitud. Vamos á indicar suscintamente la naturaleza é importancia de estos diversos trabajos. Es por el canal de Mooder-Haven que debe efectuarse el pasaje de todos los buques que suben mas arriba de Roterdam, pues el Mosa se ha vuelto impraticable para ellos, después de la instalación del puente fijo de que hablaremos en seguida. El puente de Noorder-Haven, de 235 metros de lonjitud, comprende dos tramos fijos y un doble tramo móvil cuyo círculo de rotación tie- ne 27 metros 40 centímetros de radio. Se reservan malecones de 30 metros á cada lado del rio, de modo que se forme del canal un puerto de 150 metros de largo y con una profundidad de 6 metros bajo la marea baja media. El gran puente sobre el Mosa tiene 415 metros de lonjitud; sien- do formado el lecho del rio hasta una profundidad de 20 á 22 metros de barro compacto, ha sido necesario establecer varias de las fundacio- nes sobre pilotes. Por esto se ha tratado de reducir en lo posible el número de los pilares; se han reducido á cuatro, de los cuales dos han bajado directamente sobre el terreno sólido, en cajones y por medio del aire comprimido. El viaducto para el pasage de la ciudad comprende, parte enteramente en manipostería y parte en que se ha empleado piedra y metal. — A fin de poder atravesar las dársenas, canales, plazas y calles que el ferro-car- ril encuentra sucesivamente, sin desviarlos de su posición actual, ha sido necesario adoptar disposiciones muy variables en las diferentes secciones del viaducto. Asi, la luz de los arcos ó tramos varia de 6 á 40 metros; algunos tramos son oblicuos mientras otros son rectos; los pilares sori ya llenos, ya con aberturas, de piedra ó de fundición. La gran estación marítima construida en la isla de Feijenoord [ ara poner en comunicación directa el ferro-carril con los buques, tendrá una lon- fitud de 1,400 metros por 130 de ancho. Será necesario formar en la isla nuevas dársenas ó puertos. El puerto sobre el Mood-Haven es el único que se halla actualmente en construcción : en breve deben em- prenderse los trabajos para el puerto del ferro-carril, cuya lonjitud será de 1,100 metros, el ancho de 115 metros y la profundidad de 5 metros. Estos trabajos se relacionan con el proyecto de creación de un nuevo barrio para la ciudad de Rotterdam; la mayor parte de las construcciones se pagarán por la municipalidad y por una sociedad comercial. El conjunto de los trabajos ejecutados para el servicio del ferro-carril, 8 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á través de la ciudad, es de 27 millones de francos; esta cifra no com- prende las sumas_ necesarias para la creación de un nuevo barrio. Los Ferro- carriles Otomanos. — El informe del consejo admi- nistrativo de la Compañii general para la esplo'acion de los ferro-carriles de la Turquía Europea, contiene datos sobre la situación de la red oto- mana, que creemos úiil reasumir. Las líneas en esplotacion comprenden hoy 1,200 kilómetros; se sabe que han sido construidas por una sociedad especial que las entrega á la Compañia de esplotacion á medida que se van terminando. Por escepciori, esta última compañia se ha encargado de construir la línea de Yamboli á la de Rouslchouk-Varna (204 kilómetros), destinada á poner en comunicación Andriuópolis y ConsUntinopla con los ferro-car- riles de Rumania. Ademas, la línea de Sarembay á la de Salónica Mitrowilza (225 kilóme- tros) en construcción por el Gobierno, desde su terminación debe ser comprendida en la red esplotada por la Compañia. La longitud media esplotada durante el ejercicio de 1873 ha sido de kilómetros 873,35; el total de las entradas brutas ha llegado á 428,656 francos 85, ó sea, un producto medio kilométrico 5070, fr. 84. Los viageros entran en este pro- ducto por una tercera parte próximamente. Sobre los 25.000,000 de capital pagados por los accionistas, se han destinado 12.605,000 fr. á la compra de material rodante (103 locomoto- ras, 254 coches de pasageros, 2465 wagones de carga). La instalación de la esplotacion han absorvido 1.458,389 fr. 40. Los artículos de con- sumo representan cerca de 1.000,000. Queda una suma de 10.350,620 fr. cuyo destino no se ha indicado en el estado donde figura bajo la desig- nación vaga de diversos deudores y acreedores. La cuenta de ganancias y pérdidas se cierra en 31 de Diciembre de 1873 con 735,151 fr. 61 comprendido el saldo de 1872 y el producto de la venta de fondos. , Los gastos alcanzan á 82 % un poco menos que los de la nueva red de nuestra compañia «Paris-Lyon-Mediterráneo» que tiene una entrada kilométrica de mas de 12,000 fr. Se ha distribuido, después de deducir los impuestos, un dividendo de 6 frs.75 por acción de 250 frs. que representa 4 % del capital pagado. IíO* Ferro-carriles en Grecia. — Los fundadores de la línea Pireo-Lamia acaban de someter á la aprobación del gobierno Helénico los estatutos de esta Compañia. Piden que el Capital social se eleve á 30.000,000 de francos, divididos en 1.000,000 de acciones de 300 fts. NOVEDADES CIENTÍFICAS 107 De estos títulos, 80,000 se colocarán en el público, reservando 12.000 acciones para los fundadores. La Compañía les cede además 8.000 acciones, que no podrán ser vendidas. Recibirán además 1,600,000 frs. á titulo de reembolso de los gastos hechos por el Sr. Pial In- geniero en Gefe de los estudios, los cuales pagarán á ser propiedad de la sociedad. Los accionisias recibirán 5 % de dividendo, asi que se ter- mine la l* sección del Ferro-Carril. La amortización de las acciones em- pezará tan pronto como la linea llegue á Tebas. El tercer Ferro-carril de París a Versalles. — - La Ad- ministración de Puentes y Calzadas, en vista de la próxima instalación de las dos Cámaras, se ocupa en este momento del trazado de un ter- cer ferro-carril entre Paris y Versalles. Según el proyecto, la nueva línea uti Usaría en una buena mitad de su trayecto, las vias existentes de las líneas de Versalles, ribera derecha é izquierda. Cuando mas tendría que construirse en la cabezerdi(Chfjf-Sien) del Departamento de Seine-et-Oise, un ramal de 400 á 500 metros de largo, y no seria esto lo mas dispendioso. — La parte verdaderamente ar- dua del programa, es la de la sección que penetra en Paris. Se pre- sentan dos trazados. El primero, estudiado por la compañía del Oeste, consistiría en utilizar el antiguo proyecto de ferro-carril entre Paris y Marly, puesto en estudio hace dos años. Este proyecto coloca su cabeza de línea en el Trocadero y atraviesa el bosque de Boulogne de Este á Oeste, por la parte alta de Passy. Se haria el empalme con la línea de Versalles, ribera derecha, á algunos kilómetros de la estación de Saint-Cloud. Su ejecución exijiria la construcción de obras jigantescas, principalmente sobre el Sena. El segundo proyecto, mas práctico, mas económico y que presenta mas comodidades bajo todo punto de vista, tendría su cabeza de linea en la esplanada de los Inválidos. Se la podría poner en contacto con el puente de la Concordia ó aun con el de Solferino, sin ninguna dificultad. Nos apresuramos á decir que este es tambieh un proyecto antiguo. Estudiado hace algunos meses por el ingeniero Rozat de Manrlres, hacia parte in- tegrante del ierro-carril melropolitano. Después de haber costeado los malecones al interior y esterior de París, este trazado se bifurcaba en Monlincaux para venir á ser la lmea metropolitana, mientras que un ramal penetraba hasta cerca de las usinas de Bas-Meudon. Volviendo á lomar esta línea á partir de este punto donde la costa sobre el nivel del mar es de 48 á 50 metros, se tendrá que subir 22 ms para empalmar con el Ferro-carril de Versalles, ribera izquierda, en la esta- ción de Meudon. 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En suma, la nueva línea de París á Versalles mediría : metros De los Inválidos á las fortificaciones 4.600 De las fortificaciones á Meudon 4.500 De Meudon (estación) á Versalles 10.100 Ramal especial en la ciudad 400 Total 19.600 metros Recordaremos que la línea de Versalles, ribera derecha, mide 23 ki- lómetros y la de la ribera izquierda 18 kilómetros. MISCELÁNEA Socio honorario — Publicamos en seguida el nombramiento y con- testación del sábio Dr. Burmeister. Buenos Aires, Diciembre 24 de 1875. Sr. Dr . D. Germán Burmeister: Me es agradable comunicar al Sr. Burmeister, que la Comisión Direc- tiva de la ((Sociedad Científica Argentina,» lo ha nombrado socio hono- rario, como un homenage á su saber y á su alta categoría científica. Saludo al Sr. Burmeister con mi mas distinguida consideración. Pedro Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos , Secretario. Buenos Aires, Enero 10 de 1876. A la Comisión Directiva de la « Sociedad Cien'ifica Argentina. » He tenido el placer de recibir la carta de la Comisión Directiva, fecha Diciembre 24 del año próximo pasado, avisándome mi nombramiento de socio honorario de esta Sociedad. Doy á la Sociedad mis gracias mas vivas por esta benévola distinción, poniéndome con mis pocas facultades á su disposición, en caso que ella crea que pueda ser útil á sus pro- pósitos. Soy con este motivo S. S. S. G. Burmeister. Biblioteca — La Sociedad Científica Argentina , ofrece á sus socios en el salón de la Biblioteca las siguientes publicaciones periódicas que recibe : « 410 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Publicaciones Estranjeras. Inglesas. Practical Magazine. American Journal of Sciencie and Arts. The Builder. The Engineering. The Engineer. Popular Science Review. Brilisch Quaterley Review. Journal of the Chemical Society. The Quaterly Journal of Science. Francesas. Annales des Constructions. Annales du Génie Civil. Annales des P mts-et-Chaussées. Revue des Deux Mondes. Comptes Rendus de l’Académie des Sciences. Bulletin des Géomélres. Journal des Géomélres. Revue d’Architecture. Annales des Mines. Annales de Chimie et de Physique. Bulletin de la Société Chimique de París. Revue Scientifique. Le Technologiste. Revue d'Anthropologie. Annales Télégrafiques. Annales des Sciences naturelles, Botanique. Annales des Sciences naturelles, Zoologie. Annales des Sciences naturelles, Géologie. Italiana . Archivo per l’Antropologia et di Etnología. Españolas. Gaceta de los Caminos de hierro. Revista de Obras públicas. Publicaciones nacionales. Anales de la Sociedad Rural Argentina. Anales de la Sociedad de Farmacia. Revista Médico -Quirúrgica. MISCELÁNEA 141 Anaces de Agricultura. Anales de la Sociedad Zoológica Argentina. La Biblioteca ha recibido las siguientes donaciones : Defensa de las Instituciones de crédito, por A. F. Costa ; donante, el au- tor, 60 ejemplares. Mécanique celeste , Laplace ; 5 volúmenes, socio D. Guillermo White. Rnilway Econotny, 1 vol., el mismo. Hisloire générale de París. — La Seine , le Bassin parisién aux dge$ antéhistoriques , E. Belgrand, 2 vol., 1 atlas ; sócio D. Angel Silva. La Irrigación y el Euculyptus , por E. Aberg; 2 ejemplares, la Co- misión de Aguas Corrientes. Obras de desagüe y salubridad, 2 ej. ; la misma. Ejecuion de las Obras de salubrificacion , 2 ej.; la misma. Informe sobre empedrado, 2 ej.; la misma. Id. id. Cloacas, id.; id. Obras de salubriftcacion , id.; id. Informe sobre Drenage, id,; id. Ordenanzas de Aguas Corrientes , id.; id. A pronouncing Diclionnary of the Spanish and English languages , Velazquez ; 1 v. sócio D. Angel Silva. La Patagonid y las Tierras australes del Continente americano, por V. G. Quesada ; Gobierno Provincial Les Machines, 2 vol.; sócio D. Luis A. Huergo. On the manufacture on cnal, 1 vol.; el mismo. B lelin de la Academia de Ciencias Exactas en Córdoba , 1 tomo ; Dr. D. Germán Burmeister. Anales del Museo Público de Buenos Aires, 2 tomos; el mismo. 18 volúmenes, varias obras, Gobierno de la Provincia. Conslruclion des punts métalliques , Prounier, 2 vol.; sócio D. Gui- White. Rai/wnys or no railways ; sócio D. Luis A. Huergo. Dictionnaire Francais-Espagnol et Espagnol-Francais ; el mismo sócio. Origen , naturaleza y antigüedad del hombre, por Villanova, 4 vol.; sócio D. Valenlin Ba'-bin. Note ad un corso annuale di Geología , 2 vol.; sócio D. Luis A. Huergo. Géologie appliquée, Burat, 2 vol.; el mismo. The Paraná and South American recolections , 1 vól., Hutghinson. El mismo. Qonfédération Argentino, A. du Graty, 1 vol.; el mismo. Libros comprados. Vocabulary of Technical terms , Henri Hall. Diccionario Francés- Español y Español- Francés, Domínguez. 112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Didionmire Natioml Francais , Bescherelle. Diccionario Inglés , Webbster. Diccionario de la Lengua Española , Domínguez. El señor Buttner, que partió para Europa el 19, lleva 16,400 pesos moneda corriente para adquirir una lista de libros que la Comisión Di- rectiva le ha entregado, así como una colección completa de cartas geo- gráficas del Rio de la Plata. Por otra parte, los sócios señores Balbin y Zeballos han sido autorizados para hacer otras compras de libros eu Buenos Aires, pudieodo invertir hasta la suma de 5,000 pesos moneda corriente. La Biblioteca de la Sociedad ha recibido un poderoso impulso y co- mienza á responder satisfactoriamente á las necesidades délos sócios que ya la frecuentan, y es de esperar sigan haciéndolo. Errata notable — En la página 32 de la primera entrega, en el informe sobre planteacion de una fábrica de azúcar, se lee: La remolacha de azúcar (Beta cicla) crece menos en el Norle de Ale- mania y Francia que en el Sud de Europa, y aunque el peso de la plan- ta sea á veces mayor en un clima cálido, la cantidad de azúcar conte- nida es siempre mejor que en las plantas que crecen en climas frios. Hay aquí dos errores notables. En la primera línea dice menos, lease : mejor. En la última dice mejor, léase : menor. COMISION DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. V ice-Presidente Io D. Guillermo White. » 2o D. Emilio Rosetti. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D. Adolfo Büttner. ID. Angel Silva. D. Luis A. Huergo. D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. D. Walter F. Reíd. COMISION DE PERFORACIONES D. Juan J. J. Kyle. D. Eduardo Carenou. D. Pedro Pico. D. Juan Ramorino. D. Luis A. Huergo. COMISION DE NIVELACION D. Jorge Gooper. D. Augusto Ringuelet. D. Juan Medici. D. Francisco Lavalle. D. Ignacio Firmat. Comisión encargada de estudiar las dimensiones de los ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. D. Walter F. Reíd. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desea formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo, lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — Io Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio ;' 2o Manifestar que esta enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3o Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesta en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. ( Art . 10 del Reglamento.) Á LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por todo lo relativo á estos Anales , ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche; « 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. j> Buenos Aíres, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Juéves de cada semana á las 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ANALES DE LA ARGENTINA COMISION REDACTO R A Presidente D. Pedro Pico. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. ( D. Guillermo Villanueva. Vocales •.< D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. MARZO DE 1876. — ENTREGA III. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERU, 92, Y M LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Cío dL a ti 25 $ m/c » fuera cié la Ciudad.... 30 » La snscnicion se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 187 6 ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. II. — SEGUNDA ESPOSICION ANUAL DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA. III. — MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO, por Euis A. Huerco {'con lámina). IV. — DATOS RELATIVOS A PERFORACIONES PRACTICADAS EN EL LECHO DEL PLATA, por YI. I'ui^Kari. V. — VISITA A LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS, por Esta- nislao S. Zebnllos. VI. — LOS CONCURSOS, por Enrique Aberjt;. VII. — LAS RELACIONES ENTRE EL TITANO Y EL HIERRO, por R. Akernian (Traducido por J. J. J. Kyle.) YIII. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Historia natural : Los caballos fósiles de la Pampa argentina, por el Dr Germán Burmeister. — Alteraciones de las agatas y de los silex. — Museo Nacional de Rio Janeiro. — Gas natural. ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1875 Asamblea General del 20 de Enero. En Buenos Aires á 20 de Enero de 1875, reunidos en los salones de la sociedad, bajo la presidencia del señor Kyle, los socios anotados al márgen, se abrió la sesión á las nueve de la noche. El Sr. Rojas se opuso á la reunión por estar en una minoría abso- luta. El Sr. Lacroze hizo ver la necesidad de terminarla discusión del Reglamento, objeto de la reunión, y entre otras razones dijo : que el Reglamento no limitaba número de socios, que los socios ausentes, ha- biendo sido notificados la mayor parte, aprobaban tácitamente las reso- luciones que se tomasen. Los señores socios presentes aceptaron la proposición del Sr. Lacroze, y el Sr. Rojas hizo presente que se retiraba fundándose en lo que habia es- puesto al principio. No habiendo asistido ninguno de los secretarios, se nombró interino al Sr. Perez. El Presidente dió cuenta de haber recibido unas importantes obras donadas á la sociedad por el Sr. Lacroze. Se pasó en seguida á la orden del dia, continuando la discusión del proyecto de Reglamento, empezando con el título III , artículo 17 y siguiendo el mismo procedimiento adoptado en la sesión anterior respecto á la votación. Kyle. Robertson Lacroze Caprale Perez. Rojas. 9 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En esta sesión quedó aprobado el nuevo Reglamento de la Sociedad, con las escepciones que se acompañan por separado. Después de esto, el Sr. Lacruze hizo rnocion para hacer imprimir el Reglamento, con todas las reformas introducidas y repartir un ejemplar á cada socio, recabando el correspondiente recibo, rnocion que fuá apro- bada, con lo que se dió por terminada la sesión. Juan J. J. Kyle, Vice-Presidente. V. Perez, Secretario interino. Sesión del día 2 de Abril 1875. Bajo la presidencia del Sr. Kyle y con asistencia de los señores anotados al margen, se abrió la sesión á las ocho y media de la noche. Leída el acta de la anterior por el Gerente, que su- plía la ausencia del señor secretario, fué aprobada. El Sr. Presidente presentó á la Asamblea al Gerente Sr. Arbazuza, recientemente nombrado por la Junta Directiva y se abrió la discusión sobre la rnocion presentada por el Sr. Iluergo. Este señor manifestó que era preciso se nombrara una Comisión que verifique la nivelación entre la estrella que existe en el pretil de la Cate- dral y la escala de mareas en el estremo del muelle de la Aduana ; estudie todos los antecedentes, y proponga á la Asamblea un proyecto de comu- nicación á los Gobiernos Nacional y Provincial, demostrando la necesidad de adoptar un nivel para las aguas bajas ordinarias, al cual se relacionen todas las operaciones de nivelación para la construcción de ferro-carriles, muelles, puertos, etc., indicándoles el nivel bajo la estrella que la « Socie- dad Científica Argentina j> ha creído conveniente adoptar. Sin discusión quedó aprobado, pasándose á nombrar la Comisión. El Sr. Fader indicó que este nombramiento correspondía á la Junta Directiva. Consultado el Reglamento, se halló conforme el contesto del art. 20 inciso Yí, con la observación de dicho señor. Terminado el incidente, el Sr. Rojas pidió cuenta del estado de los fondos de la Sociedad. El Sr. Presidente contestó que á pesar de la ausencia del Tesorero Sr. Lacroze, podía decir que se había cobrado gran parte de las cuotas de dos trimestres y la pensión del Gobierno. Añadió que el Sr. White había enviado de Europa gran parte de las obras encargadas. El Sr. Rojas preguntó si las habia remitido todas. El Sr. Huergo contestó que el Sr. White trataba de adquirir algunas en los Estados Unidos, que por su novedad ofrecían gran interés. Kyle Fader Huergo Silva Dillon ( Juan) Dillon ( Justo) Gagnone Cap rale Rojas. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 115 El Sr. Presidente anunció la próxima clasificación de la Biblioteca y la impresión de su catálogo. Indicó la necesidad de que la sociedad des- senvuelva su actividad con trabajos propios de su índole, que aumenten su vida y la hicieran conocer en el esterior. Tocó someramente la idea manifestada por algunos socios de trasformar la Sociedad en club, lo que se podía poner en discusión. El Sr. Rojas espresó que era de mayor interés tratar del aumento de la Biblioteca y arbitrar recursos para conseguirlo. El Sr. Presidente anunció la publicación por los periódicos y en folletos de los programas de los concursos que la Junta Directiva, en su sesión del 31 de Marzo, determinó se celebraran, uno en el presente año para conmemorar el aniversario de su fundación, y en el año venidero el otro. Informó á la Asamblea que el Gobierno había devuelto el espediente sobre perforaciones, con los informes del Departamento, pidiendo los presu- puestos, sobre los cuales se habían solicitado detalles á los cuerpos de ingenieros. Sin mas asuntos de que ocuparse, se levantó la sesión á las nueve y media de la noche. Juan J. J. Kyle, Vice-Presidente. Estanislao S. Zeballos , Secretario. Sesión del 15 de Abril 1875. En Buenos Aires, á 15 de Abril de 1875, siendo las ocho de la noche se abrió la sesión ordinaria, con asis- tencia de los señores espresados al márgen. El Sr. Kyle, que presidia la Asamblea en ausencia del Sr. Lavalle, dió cuenta de haber desistido la Comisión Directiva del proyectado concurso sobre las obras de salubrificacion que hubiera debido tener lugar en el corriente año. Se convino en aplazarlo para el año venidero. El Sr. Lacroze pidió se leyese un programa de concurso para este año, que él había presentado á la Junta Directiva. El Sr. Robertson indicó la conveniencia de aprobar en general sola- mente dicho programa, dando á los socios tiempo para estudiar los de- talles, sobre cuya oportunidad no era posible formar juicio instantáneo. Después de una ligera discusión sobre el particular, en que tomaron parte los Sres. Huergo, Lacroze y Robertson, se convino aprobar el pro- grama confeccionado por el Sr. Lacroze. Kyle Huergo Lacroze Moreno Amoretti Cagnone Robertson Dawney Maglione Zeballos. 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Kyle dió cuenta á la Asamblea de haber recibido la Sociedad un cajón de libros enviado de Europa por el Sr. White. Acto continuo el Sr. Presidente recordó á los señores socios presentes que se aproximaba el 28 de Julio, dia en que debe celebrarse el ani- versario de la «Sociedad Cieutííica Argentina» y reclamó el concurso de todos para que la fiesta fuese digna del buen nombre de la Aso- ciación. El Sr. Huergo hizo mocion para que la Junta Directiva nombrase una Comisión encargada de todo lo concerniente á dicha fiesta. No habiendo mas asunto de que tratar, se levantó la sesión á las nueve y media de la noche. Juan J. J. Kyle. Vice-Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del Io Mayo de 1875. Con la asistencia de los señores espresados al márgen y bajo la presidencia del Sr. Kyle se abrió la sesión á las nueve de la noche. Leida el acta de la anterior fué aprobada. Se dió lectura de una comunicación del Sr. Lavalle renunciando indeclinablamente á la presidencia de la Sociedad. El Sr. Lacroze, después de espresar el sentimiento con que veia al Sr. Lavalle abandonar un puesto á que sus especiales aptitudes lo ha- cían tan acreedor, censuró que hubiese demorado formular su resolu- ción definitiva, en perjuicio de la Sociedad, pidiendo que en el acta • constase su voto particular. La Asamblea atendiendo al carácter y á los motivos de la renuncia, la aceptó, manifestando el pesar que le causa tal determinación. Se discutió la manera de proveer el cargo que dicho señor deja vacante. El Sr. Zeballos sostuvo que debia nombrarse un Presidente. El Sr. Lacroze opinó que se nombrara un Vice-Presidente, pasando el actual á la presidencia. De acuerdo sobre este particular, el Sr. Kyle fué nombrado Presidente, procediéndose á la votación de Vice-Presidente. El Sr. Pico obtuvo 7 votos, el Sr. Moreno 1 y otro el Sr. Lacroze; siendo elegido el primero. Procedióse á una segunda votación para proveer el cargo de Vocal de la Junta Directiva, en reemplazo del Sr. Pico. El Sr. Moreno fué elegido, obteniendo 8 votos y 2 el Sr. Rojas. Kyle. Rojas Dillon. Moreno. Perez. Lacroze. Rohertson. Maglione. Zeballos. I ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 117 El Sr. Rojas espuso que según el nuevo Reglamento se debía nom- brar un segundo Vice-Presidente. El Sr. Zeballos manifestó que no teniendo efecto retroactivo las dis- posiciones reglamentarias del nuevo Reglamento, no podían ser anu- ladas las formas actuales de la Sociedad que están protegidas por el primero. El Sr. Secretario dió lectura á una mocion del Sr. Zeballos, apoyada por los Sres. Maglione y Moreno, para que se proceda á la formación de un Museo. Después de una breve discusión, quedó aprobada por unanimidad. Procedióse al nombramiento de un Director del Museo, y resultó ele- gido el Sr. Moreno por 9 votos, obteniendo uno el Sr. Robertson. El Sr. Kyle informó de los últimos acuerdos tomados por la Junta Directiva y se levantó la sesión á las 10 y media de la noche. Juan J. J. Kyle. Presidente.) Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 15 de Mayo 1875. Con asistencia de los Sres. al márgen nombrados y bajo la presidencia del Sr. Kyle, se abrió la sesión á las 9 y I de la noche. Leída el acta de la anterior fué aprobada. El Sr. Kyle dió cuenta de los actas de la Junta Di- rectiva. El Sr. Secretario leyó una comunicación del Sr. Lacroze renunciando indeclinablemente el cargo de Teserero. Para ilustrar la discusión sobre este punto se dió lectura de las últimas actas de la Junta Directiva. El Sr. Rojas pide, dado el carácter de la renuncia, que sea acep- tada. Puesta á votación resultó aprobada esta mocion. El Sr. Rojas se queja de que nada se sepa del estado de la Teso- rería. Por mocion del Sr. Rojas se pasó á nombrar un Tesorero por vota- ción secreta, resultando El Sr. Chapeaurouge 2 votos. « « Büttner 1 « « « Rojas 2 « « « Amoretti 1 « « « Rosetti 1 « Kyle. Rosetti. Pico. Lacroze. Carenou. Robertson, Coprale. Zeballos. 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Resultando empate entre los señores Rojas y Chapeaurouge, se admite que conforme al Reglamento el Presidente no decide en estos casos y se procede á una segunda votación. El Sr. Rujas resultó elejido por 5 votos, obteniendo 3 el Sr. Cha- peaurouge. El Sr. Rojas pide cuenta del estado en que se encuentran los tra- bajos para trazar el mapa de la Provincia. El Sr. Carenou contesta que la comisión tiene los datos. El Sr. Secretario indica que en la próxima Asamblea se presentará una memoria. El Sr. Pico ofrece dar oportunamente, según lo prometido á la Junta, y á los demas comisionados, todos los datos que sean necesarios sobre el particular. El Sr. Lacroze declara que se han pagado al dibujante, á cuenta del trabajo del Mapa $ 15,000. Quedó aplazada esta discusión y se pasó á la órden del dia. El Sr. Presidente invita al Sr. Pico á ocupar su asiento para dar lec- tura á una memoria sobre la clarificación de las aguas. Terminada esta el Sr. Robertson pide un voto de gracias al Sr. Kyle, que le es con- cedido por unanimidad. El Sr. Pico pregunta porque las aguas de la Colonia son mas claras. El Sr. Kyle contestó que aquellas costas son arenosas y estas arcillosas y que en un folleto anteriormente publicado se dan ámplias espiraciones sobre el particular. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. Juan J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Balance General el 31 de Diciembre de 1875. Activo. Biblioteca Muebles Museo Banco de la Provincia: En depósito Caja: Existencia Gobierno de la Provincia: Por subvención.. Varios deudores » 5,450 $ 148,861 $ 63,077 » 8,710 » 3,100 » 36,011 » 8,513 » 24,000 DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD 119 Pasivo. Utilidades que resultan desde la instalación de la Sociedad y constituyen la Cuenta de Ca- pital $ 148,861 $ 148,861 $ 148,861 S. E. ú 0. Buenos Aires, Enero 15 de 1876. Vo B° Adolfo Büttner. Pedro Pico Tesorero. Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario Correspondencia con los Socios Honorarios. Circular Buenos Aires, Enero 29 de 1876. Distinguido Señor: Me cabe la satisfacción de poner en sus manos el segundo número de los Anales de la Sociedad Científica Arjentina , de la que es Yd. Socio Honorario. Aunque en este carácter tiene Yd. el derecho de servirse de la publi- cación que adjunto, me permito, sin embargo, suplicarle tenga á bien favorecerla con su ilustrada colaboración que ha de contribuir á darle la mayor importancia é interes. Conociendo sus trabajos por el progreso científico del país, me atrevo á esperar que Yd. ha de favorecernos con su colaboración, proporcio- nándonos materiales valiosos para la ciencia, que á la vez serán acoji- dos con vivo placer por los lectores de nuestra publicación. Aprovecho esta oportunidad para saludar á Vd. atentamente. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos . Secretario. 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Córdoba, Enero 21 de 1876. Sr. D. Pedro Picoy Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Distinguido señor : He tenido el gusto de recibir la carta de vd., fecha 13 del corriente, como también el primer número de los «Anales de la Sociedad Científica;» por los cuales sírvase aceptar mis agradecimientos mas sinceros. No sabia que tenia el honor de ser miembro de esta Sociedad, pero siempre me habría interesado mucho en un tal movimiento en pró de de la marcha científica del país, y no puedo menos de tener el mayor deseo para ayudarlo según mis fuerzas. Por ahora estoy tan ocupado en la colección de datos, que me falta absolutamente tiempo para la discusión ó arreglo científico de ellos; espero sin embargo j^ue dentro de pocos meses habrá pasado este período, y ten- dré mucho placer ofreciendo lo que puedo á la Sociedad. Entre tanto le agradecería mucho un ejemplar de los Estatutos ó Regla- mentos de la Sociedad; y en el caso que le falten fondos, le ruego con- tar con mi óbolo. Tengo el honor de saludarle con la mayor atención y de suscribirme S. S. S. B. A. Gould. Buenos Aires. Enero 28 de 1876. Señor Dr. D. Benjamín A. Gould. La Comisión Directiva de esta Sociedad se ha impuesto de su última comunicación acusando recibo del primer número de los Anales, en la cual vd. manifiesta no saber que era miembro honorario de ella, y le ofrece su cooperación intelectual y pecuniaria. Con sorpresa ha sabido esta Comisión que vd. no ha recibido el res- pectivo nombramiento. Espedido este en el primer año de la fundación de la Sociedad, tal vez se ha cometido una omisión en todo caso disculpable. Me cabe la honra de confirmar á vd. el nombramiento de miembro honorario de la Sociedad Científica Argentina, cuyos estatutos, memorias y otras publicaciones tengo el honor de acompañar á esta. Agradezco sinceramente, á nombre de esta Sociedad, el ofrecimiento de su cooperación pecuniaria. La Sociedad cuenta con recursos abundantes, á pesar de las fuertes erogaciones que ha tenido que hacer para dar importancia á su biblio- teca y para fomentar el desarrollo de los estudios científicos. DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD 121 En este sentido se han dado últimamente pasos avanzados, como la cooperación al viaje científico del socio D. Francisco P. Moreno á través de la Patagonia, para el cual se suscribió esta Sociedad con mil fuertes, y la fundación de ios Anales, cuya segunda entrega recibirá vd. de un momento á otro. Me permito invocar los generosos sentimientos que vd. manifiesta hácia esta Sociedad, para significarle que esperamos con vivo interés su cola- boración en los Anales, que necesitan del concurso de personas emi- nentemente colocadas como vd. El Observatorio que tan dignamente dirige vd. no es bien conocido del público en general, si bien lo es entre un círculo numeroso de per- sonas ilustradas. Esta circunstancia me induce á creer que seria conveniente dar en los Anales una descripción del establecimiento con algunas vistas de su in- terior, todo lo cual obtendría la mejor acogida. Al apuntar á vd. esta idea, en nombre de sus benévolos sentimientos manifestados en la carta que tengo el honor de contestar, me es agra- dable reiterarle las seguridades de mi mas distinguida consideración. Pedro Pico. Presidente Estanislao S. Zeballos , Secretario. COOPERACION DEL GOBIERNO NACIONAL. Buenos Aires, Enero 17 de 187B. Al Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Me dirijo á vd. comunicándole que por decreto de esta fecha el Go- bierno ha dispuesto suscribirse á treinta ejemplares del periódico «Anales de la Sociedad Científica Argentina, » órgano de la Sociedad quevd. preside, al precio de un peso fuerte cada ejemplar, lamentando que la situación actual de Tesoro, no permita acordar por ahora mayor protección á la referida publicación. Con este motivo saludo á vd. atentamente. 0. Leguizamon. m ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Comisión de Nivelaciones. Buenos Aires, Enero 17 de 1876 Señores D. Jorge Cooper , D. Francisco Lavalle , D. Luis A. Huergo , D. Augusto Ringuelet , D. Ignacio Firmat y D. Juan Medid. Razones que no es del caso enumerar han venido dificultando la reu- nión de la Comisión de que Vds. forman parte y que en 1874 fué encar- gada de buscar un punto fijo para relacionar á él las nivelaciones prac- ticadas en esta Provincia. La importancia de la resolución de un problema de esta naturaleza no escapa á la penetración de Vds., de manera que juzgo inoficioso detenerme á abundar en consideraciones oportunas para realzarla. Informada la Sociedad de la paralización de los trabajos de la Comi- sión de que son Vds. miembros, encargó á la Junta Directiva que los activara promoviendo nuevas reuniones de los comisionados. En cumplimiento de esta resolución se dirijieron á Vds. las citaciones de fechas 26 de Octubre y 6 de Noviembre ppdo. A pesar de ellas las reuniones no se han efectuado y los trabajos y estudios que debieran emprenderse, no han sido aun iniciados. Llevados estos hechos á conocimiento de la Asamblea en su sesión del 15 del corriente, me ha autorizado para dirijirme á Vds., como tengo el honor de hacerlo, rogándoles encarecidamente, tengan á bien dedicar al asunto en cuestión, la preferencia que exije, á fin de arribar cuanto antes á un resultado definitivo y satisfactorio, que será tan útil á la Provincia, como provechoso para el crédito y buen nombre de la « Socie- dad Científica Argentina. » Para facilitar los trabajos de la Comisión y armonizarlos con sus que- haceres particulares, creo conveniente que Vds. se sirvan avisar á la Secretaría, qué dia y á qué hora les seria fácil asistir á la reunión. Esperando su respuesta, que no dudo será en el sentido que dejo pedido, dados sus antecedentes y el interés con que acompañan Vds. la marcha de la Sociedad, me es satisfactorio reiterarles las seguridades de mi consideración mas distinguida. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Los miembros de la Comisión de Nivelaciones se reunieron en el local de la Sociedad, y después de cambiar algunas ideas sobre el asunto I DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD 123 que los ocupa, resolvieron dividirse en comisiones de á dos para prac- ticar las nivelaciones necesarias. Esas comisiones se componen así : Ia Señores Ringuelet y Huergo. 2a » Cooper y Lavalle. 3a » Firmat y Medid. Fijaron el dia 20 de Febrero para reunirse y comunicarse los trabajos realizados . Renuncia del Tesorero. Buenos Aires, Enero 17 de 1876. Sr. D. Adolfo Büttner. Me cabe la satisfacción de poner en su conocimiento que la Sociedad, reunida en asamblea el 15 del corriente, ha aceptado su renuncia de Tesorero, solo en atención á que Vd. se ausenta del país, nombrando en su lugar al Dr. D. Carlos Salas. La asamblea resolvió por unanimidad, un voto de gracias para Vd., por los importantísimos y eficaces servicios que ha prestado á la Sociedad, mientras la Tesorería ha estado á su cargo. Informada de que Vd. había repuesto de su bolsillo la suma de 1400 pesos m/c. que faltaba en el balance general, la Asamblea acordó tam- bién unánimemente que aquella cantidad le fuera devuelta á Vd. Al dejar cumplido este agradable deber, réstame solamente saludar á Vd., como á uno de mis colegas de tareas mas asiduo y empeñoso por la prosperidad de la asociación. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Reforma del Reglamento La Sociedad Científica Argentina, reunida en asamblea el 15 del cor- riente, resolvió ^reformar su Reglamento. En consecuencia la Comisión Directiva ha encargado de la redacción del proyecto de reformas á los Sres. socios D. Luis A. Huergo, Don Ángei Silva y Don Octavio Pico, á quienes pueden dirijir los demas so- cios las observaciones y reformas que les sugiera el Reglamento vigente. SEGUNDA ESPOSICION ANUAL DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA APERTURA EL 28 DE JULIO DE 1876 Al celebrar el 4o Aniversario de su fundación, esta Sociedad distribuirá los premios correspondientes al concurso anual ya acordado, y se inaugurará su segunda Esposicion Cientí- fica é Industrial, para cuya formación se invita al público á concurrir, de acuerdo con este programa. RAMOS QUE COMPRENDERÁ LA ESPOSICION /a Sección. — Arquitectura, Construcciones Civiles y Militares . A. Materiales de construcción naturales y artificiales.— B. Ins- trumentos, Modelos, Planos, Mapas, Obras y Publicaciones nacionales. 2a Sección. — Materias primas aplicables á la Industria. A. Minerales. — B. Vejetales. — C. Animales. 3* Sección. — Productos Industriales y Agrícolas. A. Fabriles. — B. Cerámicos y Vidriados. — C. Metalúrjicos. B. Combustibles é iluminantes. — E. Químicos y Farma- céuticos. — E. Sustancias alimenticias. — Abonos. — H. Varios. 2a ESPOSICION ANUAL DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 125 4a Sección. — Objetos de Historia natural. 5a Sección. — Aparatos, Utensilios é Instrumentos científicos é industriales. 6 a Sección. — Utiles para la enseñanza de las ciencias matemáticas y físico- naturales. 7a Sección. — Higiene pública y doméstica. 8a Sección. — Fotografía, Tipografía, Telegrafía. 9a Sección. — Aplicaciones de las ciencias alas artes de ornato. La Esposicion permanecerá abierta durante los dias que la Comisión Direc- tiva juzgue conveniente. Cada Sección será estudiada y clasificada por un jurado de tres miembros nombrados por la Junta Directiva que podrá acordar á los objetos espuestos los premios siguientes : Primer 'premio Medalla de Oro. Segundo premio — de Plata. Tercer premio Mención Honorífica. La Sociedad entregará á los espositores solamente el diploma que certifi- que el premio que hayan obtenido. Las Medallas que los premiados quieran adquirir en virtud del diploma correspondiente, llevarán el escudo del sello mayor de la Sociedad y este lema : En una cara : 2 a Esposicion anual de la « Sociedad Científica Arj entina ». En la otra cara : Premios de estímulo , 1876. Las personas que quieran concurrir á esta Esposicion deberán enviar á la Secretaria de la Sociedad hasta el 1° de Julio, una lista de los objetos que presentarán. MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO * Leída en la « Sociedad Científica Argentina > en la Asamblea 1° de Febrero de 1876 Estando aun en construcción las obras de Puerto de San Fernando, no habia pensado por ahora presentar memoria alguna sobre estos trabajos; pero hoy lo hago con gusto , accediendo al pedido de la Junta Directiva de la Sociedad de dar una tijera noticia de ellos y de la obra del Dique Seco construido en la misma localidad. El puerto de San Fernando es completamente artificial, y su construcción debida al famoso temporal de los dias 5 y 6 de Junio de 1805. Destruida casi totalmente la floreciente población de las Conchas, que en aquella época era el punto por donde se hacia el principal comercio con las provincias del litoral y Paraguay, el Virey Sobremonte decretó en 7 de Se- tiembre de 1805, la formación de un nuevo pueblo sobre el terreno alto de la Punta Gorda (hoy San Fernando de Buena Vista), y nombró al ingeniero D. Eustaquio Guiannini para que efectuara la delincación de la nueva pobla- ción y proyectara la desviación del rio de Las Conchas desde el a Paso de Carupá. » El plano que presento á la Sociedad es copia del original levantado por el ingeniero Guiannini y demuestra la posición del pueblo de San Fernando y de la desviación proyectada del rio de Las Conchas. El informe correspondiente, dice así : Buenos Aires 29 de Noviembre de 1805. Exmo Señor. « Adjuntos pongo en manos de V. E. los dos píanos, uno en escala ma- <í yor que demuestra los terrenos del Alto, llamado de la Punta, situación de « las casas y ranchos con espresion de sus dueños y proyecto de nueva « población con arreglo á las leyes de Indias mandadas observar, y otro de MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO 127 € la parte baja del bañado de las Conchas, curso del rio de este nombre y « proyecto del nuevo canal según se diseña con líneas amarillas, el que soy « de sentir que para mayor economía, se abra en este verano en toda su lon- « gitud con 6 ú 8 varas de ancho, y de profundidad únicamente lo que baste « para que corra el agua del espresado rio á beneficio de lo cual su rectitud , que ya había sido empleada en aquel punto durante 6 meses, sin provecho alguno. Examinada la localidad, acepté esta condición con la única limitación, de que no daria ensanche á la entrada hasta profundidad conveniente, sinó podía obtener la draga por un corto tiempo á la conclusión de los trabajos. Las razones que tuve para admitir esta condición fueron que precisamente la naturaleza de las obras indicaba que el empleo de la draga en su ejecución era inconveniente. Hemos visto que la existencia del canal es completamente artificial. El terreno desde el rio de Lujan vá subiendo hasta una distancia de dos mil metros , desde donde desciende hacia el rio de las Conchas y hasta el <( Paso de Carupá, » en una distancia de dos mil seiscientos metros. Desde luego se notaba que la cantidad de agua que recojia este cauce artifi- cial dedos mil metros de longitud era insignificante, y. que sin inconveniente alguno podria retenerse por una presa en la parte superior de las obras co- mo se ejecutó en la sección O del plano. Entre este punto y el rio de Lujan la calidad del terreno es la siguiente : desde la sección 1 hasta la sec- ción 6 */* ó sean 550 metros de longitud había una capa de arena y tierra de un espesor medio de 1 metro, debajo de la cual se encontraba la tosca que debía escavarse en una profundidad de2'n,50; y desde la sección 6 7, hasta el rio de Lujan, todo el lecho era de arena que ha sido primiti- vamente Jecho del Rio de la Plata. Ahora bien, por una parte mas de la mitad de la escavacion debía hacerse en la tosca, material inatacable por la draga, como lo constaté posteriormen- te, y el resto de arena que por la pendiente natural del terreno debia elevar- se apoca altura, podía trabajarse con mayor ecpnomia á pala que con draga, pues en el descenso de la marea el canal quedaba en seco hasta unos tres- cientos metros (300ms ) de su desembocadura, y siendo la anchura existente de4á 7 metros, se hacia casi imposible la maniobra de una draga aparejada con la correspondiente chata y la inevitable suspensión de dragado por falta de agua y de espacio, habría hecho subir el costo de escavacion á una suma enorme. De acuerdo eon el resultado de este estudio el proceder mas fácil era el de cortar la comunicación de las aguas del rio de Lujan con el canal, de modo que construida la represa entre la sección 10 y 11 y evitadas las aguas de lluvia por la represa en la sección 0, la escavacion se hizo en seco, estrayendo las aguas de filtración con una bomba centrífuga de 0m,25 de diámetro. La descripción anterior del Puerto de San Fernando corresponde á la del canal de entrada al dique, pues le sirve como tal, y esto basta para demos- . í / MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO 133 trar que los buques pueden entrar á ser reparados aún bajo un furioso tem- poral. Las principales dimensiones del dique son : ochenta y cinco metros (85ms*) de longitud, diez y ochos metros (1 8103 *) de ancho en el piso, con puertas de esclusa de quince metros sesenta centímeiros (15ms*60) de luz. Estas dimensiones no son en manera alguna arbitrarias. La longitud está calculada para recibir con comodidad cualquier buque de la navegación interior, y de los que forman la Escuadra Nacional; entre ellos el de mayor longitud es el « Brown » que tiene 77 metros cincuenta centímetros (77ms*50) de eslora. La luz de las puertas está calculada con relación al paso de los vapores de rueda que tienen una manga entre tambores considerable, siendo sin em- bargo los de mayor manga, el Galileo de 14- m 40, el «Puerto de Buenos Aires » 14- m 00; los encorazados Plata y Andes solo tienen 13 m 50. La longitud del dique podía haberse aumentado con muy poco costo, ha- bilitándolo para recibir dos buques á la vez; pero como no puede conocerse siempre el tiempo que se empleará en la reparación de cada uno, habría en muchos casos que retener al que primeramente las hubiera ejecutado, hasta que el otro se hallara en iguales condiciones para dejar el dique, causando una demora perjudicial al primero que en general no seria aceptada; y entre- tanto por la mayor capacidad, los gastos de agotamiento y conservación ha- brían aumentado permanentemente. La luz ó claro de las puertas permite la entrada de buques de mayor man- ga de los que hoy navegan nuestros ríos; y esta no puede aumentar consi- derablemente, pues los vapores de ruedas, que por los tambores son los que ocupan mayor anchura, vienen rápidamente sostituyéndose por los de hélice desde pocos años después de 1858 en que fué inaugurada en el Tasmania. Los vapores de ruedas son indudablemente mas cómodos para el pasagero, por el movimiento mas suave de su marcha; ¡ ero son de mayor costo en su construcción por el mayor peso de las máquinas, y en su esplotacion por los mayores frotamientos y mayor consumo de combustible, condiciones que no estando en armonía con los intereses de la producción industrial y desarrollo de las relaciones comerciales les harán también desaparecer en nuestras construcciones navales. Respecto al sistema de construcción del dique y sus detalles, los planos dan las esplicaciones necesarias; solamente agregaré pocas palabras sobre la clase de materiales empleados y sobre algunas piezas que no pueden apre- ciarse en ellos. Los cabezales superior é inferior de cada hoja de la puerta de esclusa, el quicio, la quisionera, el batiente y pasadera son de madera dura de urunday. Los travesaños de pino de tea, en número de cinco (5), reforzados con ar- maduras de fierro, aumentan de distancia entre sí á medida que quedan á mayor altura, y todo el bastidor va forrado con tablones verticales de pino de 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tea de 0m08 por 0ra20 de sección. Dos tirantes de hierro unen la parte inferior del batiente con la superior del quicio. Para el servicio, las puer- tas llevan el puentesito de costumbre de 1 m 1 5 de aucho. Los collares, gorrones y tejuelos para afianzar la puerta al girar sobre el eje del quicio, están arreglados con la forma y dimensiones adoptadas en censtrucciones análogas de épocas modernas. El busco, los estribos y muros de retención son construidos con ladrillo de prensa de la fábrica de San Isidro, sentados en mezcla de cimento de Portland y arena déla Banda Oriental, lo mismo que los muros transversales del piso que soportan los taquetes de madera para recibir la quilla del buque. Las gradas construidas son de ladrillo del país bien quemado y el piso de ladrillo á sardinel sobre una capa de cimento de Portland de 0m05 de es- pesor, rellenados los espacios intermedios con el mismo material Las puertas llevan una rodaja colocada á dos tercios ( J ) de distancia del quicio al batiente, que rueda sobre rieles en curva y del sistema Vg- nolles. Para llenar de agua al dique, la hoja derecha tiene una compuerta El titano se encuentra en muchos minerales, algunas veces en gran cantidad. El mineral magnético de Ulfo, en el archipiélago de Anger- manland, según un análisis del Dr. A. Tamm, contiene 9,51% de ácido titánico. Ternquist ha hallado en un mineral magnético de Taberg, cerca Zonkopin 6,30% y en un mineral magnético de Longhult en Smoland, 8,5°/0, y en otro mineral análogo de Inflamóla en la misma provincia, 5% (2). El titano es muy difícil de reducir y la mayor parte de este que con- tienen los minerales de fierro, pasa á la escoria en el horno alto, cambiando el color de la escoria á negro intenso, mientras que es muy difícil encontrar trazas del titano en la fundición. Así es que Eklund, en un análisis hecho en la escuela de minas, apenas ha encontrado ves- tigios de titano en la fundición obtenida del mineral de Taberg, del que hemos hablado arriba, pero la escoria correspondiente contenia 8,55 de ácido titánico y otra escoria análoga 10%. Eggerz, al ensayar los minerales de hierro titaníferos nunca ha logrado obtener titano en la fundición. En el laboratorio de Percy, tampoco se ha podido producir una fundi- ción titanífera. Fundiendo el óxido férrico y el ácido titánico en un crisol de grafita, no se encontró titano en los botones metálicos obtenidos. (1) Habiendo dado el Congreso Nacional una ley autorizando al P. E. para suscribirse á acciones por valor de 100,000 pesos fuertes, de la sociedad que se forme dentro ó fuera del país, con capital de un millón de pesos fuertes para la esplotacion y fundición del mineral de hierro descubierto por D. Gabriel Romay en el Alto, Provincia de Catamarca; y siendo este mineral, cuyo análisis figura en el primer número de los Anales, un mineral, titánifero, creemos útil la publicación de la siguiente memoria sobre el empleo de dichos mi- nerales para la fabricación de hierro y acero. J. J. J. K. (2) El mineral titánifero de la Provincia de Catamarca contiene 170/0 de ácido titánico. Véase pág. 35 de los Anales de la Sociedad Científica Argentina. (Nota del traductor). RELACIONES ENTRE EL TITANO Y EL HIERRO 163 Sefstrom, al contrario, probablemente á causa de una calefacción mas intensa, ha obtenido un hierro fuertemente titánico calentando en un crisol de grañta una mezcla de óxido titánico y óxido férrico, solos y en presencia de bisilicato de calcio. En el primer caso él obtuvo un hierro duro aunque maleable con 4,78% de titano y en el segundo un hierro dulce y blanco teniendo 2,2% del mismo. En un tercer ensayo análogo al segundo, se produjo una fundición dura, blanca y no maleable conteniendo 0,5% de titano. Parece que se haya encontrado titano aun en la fundición ordinaria, porque M. Ríley, después de muchos ensayos sin resultado positivo, ha concluido por hallar en diferentes variedades de fundición producidas con el mineral titanífero de la Irlanda de 0,5 á 1,6 % de titano. En un spiegel de Lohe en Müsen, Rammelsberg ha dosado un poco de titano, y en fin Karsten dice que él ha encontrado vestigios de titano en algunas variedades de fundiciones. No solamente en las escorias de los hornillos altos, sino también en los compuestos de color cobrizo, teniendo la forma de pequeños crista- les cúbicos y también amorfos en las paredes de los crisoles puede encontrar- se el titano. Se creyó al principio que este era el titano puro, pero, según Wohler, su composición se representa por la fórmula : Ti C2Az -f 3 Ti*3 Az =Az3 Ti% C2 Az Esta fórmula corresponde á la composición centesimal: Carbono combinado..... 3.64 Titano 77.26 Azoe 18.30 Grafita 0.92 100.12 Según Zincken, este nitro-cianuro de titano puede volatillizarse á una temperatura elevada, y según Wohler su presencia seria acompañada por la formación del cianuro potásico en el hornillo alto. En el ensayo por via seca de los minerales de hierro titaníferos, se observa á menudo entre el metal y la escoria y todo alrededor una pe- lícula de un rojo cobrizo, que es, muy probablemente, el compuesto de titano que hemos descripto. Karsten pretende haber encontrado tam- bién en la fundición pequeños granos rojos y esta fundición es la única en la cual él ha hallado titano; también abriga dudas acerca de la com- binación química entre el titano y el hierro. Los minerales titaníferos, como ya hemos dicho, son muy difícilmente reducibles, así es que la cantidad de combustible necesaria para su ensayo por via seca es mucho mayor que por los otros minerales. Esta circunstancia probablemente puede esplicarse por la tendencia 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que tiene el óxido titánico á tener en combinación una parte del óxido de hierro. A! fundir sucesivamente repetidas veces la escoria negra obtenida en el ensayo por via seca, y empleando un crisol de grafita, se obtiene, según J. Ackerman, pequeños botones de fundición, pero la escoria queda negra siempre. Merece observarse que se obtiene igualmente el mismo resultado, al fundir los mismos minerales de hierro titaníferos en un crisol de grafita, sea con el cuarzo sea con la cal por fundente. Las sales de titano son difíciles á fundir, siendo esta la razón porque el titano hace las cargas poco fusibles. Sin embargo, se puede preguntar si el titano no favorece la formación de spiegel eisen (1) No se puede considerar esto perfectamente establecido, aunque el hecho existe, que se puede obtener del mineral de Taberg, las fundiciones es- pejadas, á pesar de la pequeña cantidad de manganeso (0,4% de pro- tóxido de manganeso, 18,3% de magnesia y 31,5% de hierro j y este mineral se diferencia de los minerales ordinarios de la Suecia en que contiene un poco de vanadio y mucho titano. Se encuentra á menudo en el mineral de Taberg mas manganeso que lo que hemos indicado, mas es necesario sin embargo atribuir á una nueva causa, fuera de la presencia del manganeso, el hecho que dos fundiciones de Taberg, teniendo el aspecto del spiegel eisen y analizadas en la escuela de minas en Estokolmo, contenían 0,15 á 0,2°/° de man- ganeso y es probable que el vanadio ó el titano sean la causa de la formación tan íácil de fundiciones espejadas. A causa de la dificultad que se esperimenta en reducir el mineral de Ulfo, este jamás ha sido empleado en gran cantidad y que yo sepa, no se ha producido con este la fundición espejada : sin embargo hay la tendencia de dar la fundición blanca, porque resulta de una esperiencia de Clason que al sus- tituir en la carga de un horno alto que estaba produciendo fundición gris, 19,4% del mineral de Bolista por igual proporción del mineral de Ulfo, la fundición se volvió blanca con á penas algunas manchas de gris. El titano podria pues favorecer la combinación del carbono y del hierro y si fuera esto cierto su acción debería ser muy enérgica, desde que á penas se han encontrado en las fundiciones vestigios de dicho cuerpo. Sin embargo_, se debe tener presente que la muestra de fundición espejada de Taberg no ha presentado mas carbono que la fundición de leña ordinaria. Ni tampoco es mas quebradiza que el spiegel eisen ordi- nario siendo por el contrario muy difícil de romper en fragmentos. La dificultad que hay en reducir el titano, y la tendencia de este cuerpo á absorber el oxigeno, son las causas porque el titano se oxida durante la refinación de la fundición, de manera que no se le puede encontrar en el hierro. (1) Aquí debe entenderse el spiegel eisen en el sentido absoluto de fundición espejada y no en el sentido común de fundición manganesífera, como se usa en la fabricación del acero. RELACIONES ENTRE EL TITANO Y EL HIERRO 465 Por la fundición de 99 partes de acero y una de titano metálico, Karsten ha obtenido un buen acero conteniendo proporciones variables del titano lo que le ha confirmado en su idea primitiva que el titano y el hierro metálico no entran en una combinación verdadera. Este acero después de ser pulido y tratado con ácido, presentaba un carácter adamascado muy fino. Faraday y Stodart han ensayado la producción del acero titanado, fun- diendo juntos limaduras de acero con una mezcla de carbón de leña y ácido titánico ó de arenas titaníferas. Han obtenido de esta manera un buen acero, y no han podido hallar ningún vestigio de titano, á pesar de elevar excesivamente la temperatura durante la operación. Según lo que hemos visto, podemos concluir, que solo excepcional- mente se reduce el titano en el caso de mezclas de ácido titánico y hierro con el carbón de leña. Se ha tratado de hacer el acero titanado fundiendo* juntos los compuestos de ácido titánico con el carbón de leña y el hierro, pero Percy pretende que químicos hábiles han buscado el titano en estos aceros sin poder constatar su presencia. Así ha sucedido á M. Riley, quien se ha ocupado tanto del titano y quien había hallado este en algunas fundiciones en dosis considerables. Ha ido tan lejos el charlatanismo, que hasta ha atribuido la superio- ridad del hierro de Dannemora y otras marcas consideradas por primeras en cuanto á la producción de acero, á la riqueza en titano de los mi- nerales que hubieran servido á producirlos. Que yo sepa, no se ha hallado el titano en el mineral de Dannemora ni en los otros minera- les que producen los hierros mas renombrados de la Suecia. De lo que precede, parece resultar que si el titano sea de algún uso en la fabricación de acero, su influencia sobre las propiedades del hierro, debe ser tan considerable que una dosis difícil de determinar por su exigüedad pueda tener su acción. Este se confirma por la tendencia que tiene el mineral de Taberg á producir fundiciones espejadas. La influencia del titano es tal vez indirecta y en este caso conduciría á la eliminación de las sustancias que perjudican el acero. Tal vez sea esto lo que esplica la influencia beneficial del mineral de Ulfo, el que en la proporción de un 10%, impide la acción perjudicial de un lecho de fusión sulfurado. Hay personas quienes afirman que el titano elimina el fósforo pero no conozco hechos en prueba de esto. Por el contrario, esta declaración se halla invalidada por el hecho que el Dr. A. Tamm en un ensayo por via seca del mineral de Ulfo, practicado en la escuela de minas, ha encontrado en el boton todo el fósforo del mineral, pero esto no debemos considerar conclusivo, desde que la dosis de¡ fósforo era muy pequeña (solamente del ácido fosfórico). R. Akerman. (Anuales Induslrielles , 14 Novembre 1875). NOVEDADES CIENTIFICAS HISTORIA NATURAL Los caballos lósales de la Pampa argentina. — Descritos por el Dr. Germán Burmeister Director del Museo público de Buenos Aires. — Obra ejecutada por orden del Superior Gobierno de Buenos Aires para ser presentada á la Exposición de Filadelfiaj con VIII láminas litografíeos — Imprenta de a La Tribuna», 1875. Tal es la nueva obra con que acaba de aumentar la serie de las que ha publicado el laborioso Dr. Burmeister. El objeto de esta obra es representar el rico Museo Público de Buenos Aires en la Exposición Internacional de Filadelfia. El caballo fósil fué revelado á la ciencia en 1832 por Darwin, quien recogió una muela en las capas cuaternarias de la barranca del Paraná. Esta muela estudiada por D. Ricardo Onven le sirvió para fundar la especie nueva del caballo que llamó Equus curvidens. El Dr. Lund dió cuenta en 1840, de haber hallado un caballo fósil en el Brasil y le llamó Equus neogaens. El Sr. Weddell, viajando en Bolivia, encontró otros restos del caballo fósil en los depósitos cercanos á Tarija y lo denominó Equus macrognatus. Casi al mismo tiempo el Sr. Gay recojió en Chile, un diente del caballo fósil al que Gervais denominó : Equus americanas. En 1862, al recibirse el Dr. Burmeister del Museo Público de Buenos Aires, encontró en él restos del caballo fósil, recogidos por el sábio argentino D. Francisco X. Muñiz, 20 años antes en Lujan, juntamente con el Megatherium que tiene el mismo Museo. El caballo fósil se distingue del actual á primera vista por un hueso especial saliente que el primero tiene en la nariz. Esta diferencia fué observada por el Sr. Muñiz y comunicada al Dr. Bur- meister quien no la creyó exacta. Ahora este digno sábio dice en su obra : a Hoy sé que la determina- ción del Dr. Muñiz ha sido exacta, y El eminente sábio y autor de la notable obra de que damos noticia posee ya el esqueleto entero, de cuyo estudio deduce : NOVEDADES CIENTÍFICAS i 67 « La primera vista del esqueleto completo, muestra ya evidentemente que el animal ha sido un caballo de figura particular ; acercándose mas al burro y á la zebra por su configuración general que al caballo doméstico. (c Pertenecen á estas particularidades principalmente la construcción mas fina del tronco y los miembros mas cortos, que se relacionan mucho á las dimensiones del burro, en comparación con la cabeza, no solo relativamente mas grande que la del caballo, sino también absolutamente. » La obra del Dr. Burmeister ha sido juzgada honrosamente por la prensa y por los hombres de ciencia. Alteraciones de las agatas y de los sílex (i). — El señor Friedel ha comunicado á l’Académie des Sciences sus observaciones sobre unos fragmentos de agata, de las Misiones de Corrientes, y no del Uru- guay como el autor lo supone. Al lado de unos fragmentos de agata correntina que ostentaban un color gris ahumado, con la trasparencia ordinaria de la agata, había otros opacos y blanquecinos en los cuales las venas aun estaban visibles y se hacían notables por una diferencia de dureza y de brillo. Otros fragmentos en fin, se hallaban trasformados en su mayor parte en una masa terrosa de un blanco perfecto, fácilmente atacable con el cuchillo y reducible á polvo, y en los que las zonas no se notaban casi sino en los lugares en que las parle mas duras salían, sin duda por haber resistido mejor que las otras á la acción del agua. Después de discutir estas alteraciones á la luz de los principios cien- tíficos el señor Friedel concluye : « Pienso que se puede atribuir la alteración de las agatas y de los sílex de que acabo de ocuparme, á una disolución parcial que obra sobre las partes mas solubles de la materia». Museo nacional de Mi© Janeiro (Traducción de la Reme d’ Anthr opolo gie ) (2). — Hemos anunciado el año último la fundación del Museo Moreno en Buenos Aires. Ai hacer conocer á nuestros lectores los primeros resultados obtenido por este joven sabio ( y aumentados desde entonces por una nueva espedicion hecha á la Patagonia) emitíamos el voto de que el ejemplo que había sido el primero en dar en la América Meridional encontraría muy pronto imi- tadores. Tenemos el placer de anunciar hoy que el Dr. Ladislao Neto, inteligente director del Museo de Rio de Janeiro, se ocupa activamente de agregar á este museo una nueva sección consagrada á la antropología del Brasil. (1) Comptes -rendas de l’Académie des Sciences , Tome LXXXI, N° 21, — 22 Novembre 1875, Page 979. (2) Hevue d’ Anthr opologte. — Publié sous la Direction de Paul Broca. — Tome 4me (1875) numéro 2, Page 373. — París, Ernest Ledoux, éditeur. 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cias natural. —Tomamos del The Engineer lo siguiente: Para las personas que crean que solo en los Estados Unidos se encuentra el gas proveniente de los pozos cavados en la tierra, les haremos notar lo siguiente. En la escavacion de un poso artesiano en Gisborne — Nueva Zelandia, resultó que á la profundidad de 270 piés no solo se encontró el agua sino una corriente continua de gas. El trabajo se hacia para el dueño de un Hotel y este señor de prontas ocurrencias, puso por via de experimento un barril en la perforación dejando una parte fuera de ella. Hecho esto abrió un agujero en la tapa del barril y colocó en él un caño que llevó muchas varas en el interior de la casa. En la punta del caño puso un pico de gas ; abrió el pico y arrimada una luz el gas se inflamó ardiendo con una luz tan firme y clara como la del gas manufacturado. El gas con- tinuaba ardiendo de dia y de noche mientras no se cerraba el pico, en cuyo caso se aglomeraba en el barril. Si la corriente del gas ha de con- tinuar ó se ha de consumir por sí solo; si ella podrá ser utilizada per- manentemente; ó si este hecho ha de conducir al descubrimiento de carhon, kerosene ó alguna otra materia inflamable, serán cuestiones de investi- gaciones futuras. Ojalá que los resultados de esas investigaciones sean favorables. Debemos decir también que un propietario de las cercanías de Bir- mingham alumbró su casa con el gas que obtuvo de un poso inmediato á ella. Sabemos también que en la parte sud de Gales el gas natural ha subido á la superficie de un lago é ¡ncendíadose con la aplicación de una luz. COMISION DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. V ice-Presidente Io D. Guillermo White. » 2o D. Emilio Rosetti. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero Dr D. Garlos Salas. / D. Angel Silva. ^ D. Luís A. Huergo. Vocales \ D. Santiago Brian. f D. Valentín B albín. D. Walter F. Beid. COMISION DE PERFORACIONES D. Juan J. J. Kyle. D. Eduardo Garenou. D. Pedro Pico. D. Juan Ramorino. D. Luis A. Huergo. COMISION DE NIVELACION D. Jorge Cooper. D. Augusto Ringuelet. D. Juan Medici. D. Francisco Lavalle. D. Ignacio Firmat. Comisión encargada de estudiar las dimensiones de ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. D. Walter F. Beid. los Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huergo. D. Octavio Pico. D. Angel Silva. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desea formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo, lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — Io Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio; 2o Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3o Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesla en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. (Art. 10 del Reglamento.) Á LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por todo lo relativo á esios Anales , ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : <í Io Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; <í 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aíres, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Juéves de cada semana á las 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ANALES DE LA ARGENTINA COMISION EEDACTORA Presidente. D. Pedro Pico. Secretario D1' D. Estanislao S. Zeballos. ( D. Guillermo Villanueva. Vocales j D. Pedro N. Arata. f D. Juan J. J. Kyle. ABRIL DE 1876. — ENTREGA IV. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, Y EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 25 $ m/c » fuera de la Ciudad..., 30 » La suscricion se paga anticipada BUENOS AIRES imprenta de pablo e. coni, especial para obras 60 — CALLE POTOSÍ — 60 187 6 ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. Personal de Socios de la Sociedad Científica Anj entina. II. — YIAGE ALA PATAGON I A SF.TENTRIONA L, por l'rnitrisr» P. Tío reno. III. — VISITA A LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS, por K*f«- nislao S. XoVialloH Continuación A IV. — OBRAS PÚBLICAS : El Pierto de B i enos Aires, por Isrnneio Firinat. V. — LA SOCIEDAD CIENTÍFICA Y SUS ANALES (de la Reforma de Salta). VI. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : El calor interno de la tierra. — Bibliografía : Trabajos de la Aca- demia de Ciencias Exactas de Córdoba. — Las Torres del Silencio. Obras donadas y compradas para la Biblioteca de la Socinnn Cien- tífica Argentina. • v- ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1875 Asamblea General del 5 de Julio de 1875 Presidencia del Sr. Kyle Kyle Firmat Rojas Zeballos Balbin Silveyra Briant López Perez Ringuelet Reid Dillon (Justo) Cagnoni Dillon (Juan) Franco Robertson Pico (Pedro) Otamendi Amoretti Comolli Huergo Caprale Frant A las 8 de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de los Sres. al márgen incritos. Se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. El Sr. Presidente dió cuenta de los últimos traba- jos de la Junta Directiva relativos el Concurso y se- sión pública del 28. Para instruir mejor á los socios se leyó el acta de la última sesión de la Junta, en que constan los nombramientos de los Jurados y el programa de la fiesta del 28. El Sr. Pico pidió la palabra, é indicó á la Asam- blea que habia llegado el momento de informar sobre la formación del nuevo Mapa de Buenos Aires que la Sociedad dirije por medio de una Comisión especial, de que forma parte. Habia examinado detenidamente el Mapa ; está á medio hacer, en lápiz y tinta. Es una copia en mayor escala del Re- gistro Gráfico publicado por el Departamento Topográfico de la Pro- vincia. Los trabajos están paralizados porque faltan datos sobre la ni- velación interior del terreno, que era difícil obtener á juicio de la Comisión. El trabajo está suspendido porque el dibujante se ha ausen- 13 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tado para Mendoza en Comisión del Gobierno, habiendo entregado á la Sociedad el Mapa comenzado. Sr. Robertson. — Oidas las esplicaciones del Sr. Pico y atendien- do á la causa que ha paralizado la confección de la carta, hacia mo- ción para que se pidiese á las empresas de los Ferro-Carriles de la Provincia todos los datos que tuviesen sobre nivelación, con los cuales era muy fácil salvar las diferencias por medio de un procedimiento adecuado. El Sr. Secretario observa que han sido solicitados los datos y que están en poder de la Comisión. Sr. Presidente. — Recuerdo que el Sr. Huergo forma parte de una Comisión especial encargada por la Sociedad para estudiar y determi- nar cual será el punto de nivel que debe adoptarse, como punto de partida para todas las nivelaciones que se efectúen en la Provincia de Buenos Aires. Pide al Sr. Huergo detalles sobre los trabajos de esa Comisión. El Sr. Huergo declara que nada se ha podido hacer por los obs- táculos que han impedido la reunión de la Comisión. Sr. Robertson. — Para que la confección del Mapa no sufriera en- torpecimiento se comprometía á hacer gratuitamente para la Sociedad la nivelación de los puntos comprendidos en un radio no lejano de la Ciudad, relacionando los resultados que obtuviera con los de los ferro- carriles. El Sr. Silveyra Olazabal dice que las nivelaciones efectuadas por los Ingenieros de los Ferro-Carriles están ya referidas al peristilo de la Catedral y agrega que el trabajo ofrecido por el Sr. Robertson solo seria útil para una zona limitada del territorio de la Provincia. El Sr. Pico espone que según sus datos la nivelación del Ferro- Carril del Oeste estaba referida al nivel medio del Rio de la Plata. La nivelación de la línea del Norte no estaba relacionada con punto al- guno. El de la Ensenada había referido sus datos á la estrella que se encuentra en el atrio de la Catedral. Llegado el caso de hacer reducciones generales, habían resultado diferencias hasta de 9 metros, sin que se pudiera atinar en qué datos estaba el error y cuáles eran los mas exactos. El Sr. Robertson piensa que las diferencias de las nivelaciones practicadas para los Ferro-Carriles no deben ser de gran consideración y que deben utilizarse en el trabajo del nuevo Mapa. Sr. Rojas. — Hizo mocion en sentido de que se declare suspendido el trabajo del nuevo Mapa, hasta que la Comisión encargada de diri- girlo reúna los datos que son indispensables. Así se resolvió por unanimidad de votos. El Sr. Huergo hizo presente que durante la permanencia en París del socio D. Guillermo White , había encargado á D. Joaquín Bel- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 171 grano de la compra y envió de los libros encargados por esta Sociedad. El desempeño económico y exacto de esa Comisión hacia acreedor al Sr. D. Joaquín Belgrano, que ya está en Buenos Aires, á una invita- ción especial para la sesión pública del 28. Fué aceptada por unanimidad esta mocion. Orden del dia. — El Secretario díó lectura de un decreto del P. E. de la Provincia, autorizando á la Sociedad Científica Argentina para contratar con el Ingeniero Robertson doce perforaciones que deben prac- ticarse en diferentes puntos de la Provincia. A consecuencia de la reso- lución de la Junta Directiva habia aceptado un proyecto de contrato re- dactado por la Comisión de perforaciones. El Sr. Presidente ordenó su lectura á fin de que la Asamblea lo considerase. Se leyó el proyecto de contrato que existe en el ar- chivo. El Sr. Caprale manifestó que no le satisfacía el contrato leído, porque habia omitido fijar el tiempo en el cual debían quedar termina- das las perforaciones y la designación del diámetro de estas. El Sr. Pico declaró que se sobrentendía que la terminación de los trabajos debería tener lugar lo mas pronto posible y que el diámetro de las perforaciones seria de 6 pulgadas. El Sr. Huergo creía que para hacer un trabajo bien encaminado des- de su principio era menester determinar previamente los puntos en que debe practicarse cada perforación, designando ya el nacimiento de un rio ó de un arroyo, ya otros puntos á lo largo de los ferro-carriles. El Sr. Silveira Olazabal opinaba que el proyecto debía volver á la Comisión para que Jo modificára convenientemente. El Sr. Amoretti observa que en el contrato se dice que la Sociedad nombraría un Inspector de las Obras, y propone que la Junta Directi- va, previos los informes del Inspector, determine los puntos en que de- ben hacerse las perforaciones. Varios Socios recuerdan que el Inspector solo se nombrará después de comenzados los trabajos por el contratista. Como el Sr. Pico pensara que es muy dificultoso señalar ciertos pun- tos fijos, el Sr. Huergo replicó que no pedia se determináran con matemática exactitud. El Sr. Justo Dillon indica la conveniencia de que el proyecto de contrato vuelva á la Comisión, para que lo modifique determinando los puntos, el tiempo y el diámetro de las perforaciones. El Sr. Firmat promovió un cambio de ideas sobre la conveniencia de asociar á las perforaciones un trabajo de nivelación. El Sr. Juan Dillon solicitó del Sr. Presidente los antecedentes del asunto. El Sr. Presidente manifestó que había analizado un agua de muy buenas condiciones, estraida de los alrededores de Buenos Aíres. Su- 172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA poníase la existencia de una napa de agua potable, ascendente, en una gran parte del territorio de la Provincia. Creíase que dicha napa se hallaba generalmente al nivel de los pozos ordinarios. Comprobada por medio de perforaciones la existencia de esa napa en la campaña, quedaría resuelto un problema importantísimo para la industria rural. Los establecimientos de campo podrían contar con agua buena y fácil de obtener. Sr. Dillon ( Juan ). — En presencia de estas espiraciones y de los fines que se tienen en vista, no cree indispensable el trabajo de nive- lación. El Sr. Pico cree que estos trabajos originarían nuevos gastos y era por lo tanto necesario solicitar que el Gobierno los autorizase. El Sr. Frant indica la idea de referir las perforaciones al nivel de los pozos ordinarios, evitando así trabajos mas sérios de nivelación. El Sr. Huergo hizo la siguiente mocion: las perforaciones prac- ticadas en puntos que no disten mas de dos kilómetros de las líneas de ferro-carriles, serán relacionadas con la nivelación de las respectivas líneas. Efectuadas las demás perforaciones, al elevarlo al conocimiento del P. E., se le indicará la conveniencia de ligar las perforaciones hechas con las líneas de Ierro-carriles por medio de una nivelación. Apoyada ésta mocion se acordó que el contrato volviera á la Comi- sión respectiva, para que lo modificara teniendo en cuenta las ideas emi- tidas por los socios en esta Asamblea. No habiendo mas asuntos de que tratar se levantó la sesión á las 10 y 40 minutos de la noche. Juan J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario Io. Kyle Arata Moreno Castilla Huergo Buttner Rossi Balbin Silveyra Olazabal Perez Zeballos Crabtree Newman Robertson Dillon Sesión del 16 de Julio de 1875. Presidencia del Sr. Kyle. A las 8 de la noche se declaró abierta la Asamblea con asistencia de los Sres. espresados al márgen. El Secretario puso en conocimiento de los socios que el acta de la sesión del 5 de Julio se leería en la pró- xima Asamblea, por haberse estraviado á última hora. El Sr. Presidente comunicó á la Asamblea que el contrato sobre perforaciones habia sido elevado al Poder Ejecutivo de la Provincia, después de haberle introducido las modificaciones indicadas en la sesión del 5 de Julio. ACTAS DE LAS SESIONES DE 4875 173 El mismo Sr. dió lectura á la Memoria anual que prescribe el Reglamento. Terminada la lectura el Sr. D Juan Dillon hizo mocion para que se diera un voto de gracias al Sr. Kyle Presidente de la Sociedad, por los servicios tan importantes que le había prestado. El Sr. Kyle deja la silla de la presidencia al Sr. D. Pedro Pico, Vice-Presidente. El Sr. Robertson se adhiere á las ideas del Sr. Dillon ; piensa que la próspera situación de la Sociedad se debe á la laboriosidad del Sr. Kyle y agrega, que si posible fuera pediría para el Sr. Presidente una medalla. Votada la mocion del Sr. Dillon, el Sr. Kyle obtuvo un voto de gracias por aclamación. El Sr. Presidente agradeció la honorífica distinción que acababa de recibir. Recordó la activa cooperación de los Sres. miembros de la Junta Directiva, recomendándolos á la gratitud de la Sociedad. Habiendo vuelto á ocupar la presidencia el Sr. Kyle, comunicó á la Sociedad que el reglamento ordena que los premios obtenidos en los Concursos sean acordados por la Asamblea; pero pedia que, en vista de la premura del tiempo y de tratarse de un Concurso escepcional, se diese un voto de confianza á la Comisión Directiva, para que esta pudiera discernirlos, teniendo en consideración los informes y opiniones de las Comisiones especiales encargadas de juzgar los trabajos. Se acordó unánimemente el voto de confianza. Se promovió un breve cambio de ideas sobre las interpretaciones á que se presta el artículo del reglamento que dispone que la elección de la Junta Directiva se haga anualmente por mitad y sorteándose sus miembros. Algunos creían que el Io de Agosto debía elegirse toda la Junta Directiva, porque la que termina en esa fecha está en las condiciones del Reglamento antiguo y no en las del nuevo que ordena el sorteo. Opinaban por la renovación de la mitad del actual personal, los Sres. Huergo, Robertson y Rojas ; pero consultando antecedentes de otra época, se resolvió en favor de los que opinaban que debe elejirse toda la Comisión. El Sr. Huergo hace presente que en Buenos Aires se están constru- yendo obras de mucha importancia, pero cuyos detalles son muy poco ó nada conocidos del público. Entre ellas estaban las obras de salubri- ficacion de las que creía que tienen especiales conocimientos los Sres. Ingenieros Newman y Balbin. El Sr. Huergo pedia á la Asamblea que por unanimidad invitára á aquellos socios á redactar una memoria sobre las obras mencionadas, que debería presentarse en 4876. Creía que este estudio despertaría gran interés y que los vínculos de unión entre los Franco Silva Comolli Amoretti Reid López Pico 174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA socios se robustecerían, dando animación y movimiento á los trabajos de la Sociedad. Esta mocion fué unánimemente aceptada. Sr. Büttner. — Manifestó del todo conforme con la idea que acababa de sancionarse ; pero creia deber agregar alguna otra indicación á propósito de la conveniencia de dar á la Sociedad animación é interés, estrechando los lazos de fraternidad que deben unir á los socios. Como uno de tantos medios de llegar á tan halagüeños fines, proponía la invitación de algunas Sociedades Alemanas, que organizan escursiones, á visitar en corporación todo lo que ofrezca un interés científico; y hacia mocion para que se adoptára esa medida, bajo las bases siguientes : 4o, las escursiones serán voluntarias ; 2o, se cubrirán los gastos con cuotas entre los concurrentes á las escursiones ; 3o, se nombrarán de en- tre ellos, los que formulen una memoria sobre los sitios visitados. El Sr. Robertson acepta la idea, pero cree que las escursiones no deben limitarse á las obras de ingeniería, sinó á estudiar diferentes cuestiones científicas. El Sr. Büttner declaró que tal era el espíritu de su mocion. Votada resultó afirmativa unánime. El autor de la mocion propuso que en la primera Asamblea se desi- gnára una escursion, y así se resolvió. El Secretario manifestó que el Io de Agosto termina la actual Comisión Directiva, debiendo tener lugar una asamblea general para elegir la que debe reemplazarla. Sesión del 2 de Agosto de 1875. Presidencia del Sr. Rosetti. Dillon (Justo) Balbin Silveyra Reid Moreno (F. P.) Castilla Amoretti Otamendi Buergo Lagos (J. M.) Leidos los documentos de Secretaría y aprobados sin , observación, se pasó á la orden del dia que versaba sobre el nombramiento de la Comisión Directiva para el nuevo año administrativo. Conforme en un todo con las prescripciones del Re- glamento sobre la elección, se procedió á ella, dando el siguiente resultado el escrutinio practicado por el ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 175 Presidente y Secretario, con asistencia de los socios Sres. Büttner y Lagos. Presidente : D. Pedro Pico, 15 votos. — D. Guillermo White, 4 votos. — D. Juan J. J. Kyle, 3 votos. — D. Francisco Lavalle, 1 voto. Vice- Presidente : D. Guillermo White, 12 votos. — D. Luis A. Huergo, 4 votos. — D. Pedro Pico, 3 votos. — D. Santiago Brian, 1 voto. — D. Emilio Rosetti, 1 voto. — D. Valentín Balbin, 1 voto. Vice-Presidente 2o : D. Emilio Rosetti, 6 votos. — D. Guillermo White, 5 votos. — D. Santiago Brian, 4 votos. — D. Pedro Pico, 1 voto. — D. Francisco P. Moreno, 1 voto. B. Walter Reid, 1 voto. — D. Juan J. J. Kyle, 1 voto. — D. Juan Ramori- no, 1 voto. Secretario : D. Estanislao S. Zeballos, 18 votos. — D. Feliz Rojas, 1 voto. — D . Fran- cisco P. Moreno, 1 voto. — D. Feliz Amoretti, 1 voto. — D. Antonio Gar- valho, 1 voto. Tesorero : D. Adolfo Büttner, 13 votos. — D. Luis Silveyra, 9 votos. — D. Valentín Balbin, 1 voto. Vocales : D. Luis A. Huergo, 17 votos.— D. Francisco P. Moreno, 16 votos. — D. An- gel Silva, 11 votos. — D. Walter Reid, 11 votos. — D. Santiago Brian, 8 votos. — D. Juan J. J. Kyle, 7 votos. — D. Valentín Balbin, 7 votos. — D. Eduardo Castilla, 6 votos. — D. Luis Silveyra, 5 votos — D. Francisco Lavalle, 4 votos- — D. Juan Ramorino, 3 votos. — D. José M. Lagos, 3 votos. — D. Luis E. Maglione, 2 votos. — D. Adolfo Büttner, 2 votos — D. Cárlos Robertson, 2 votos — D. Feliz Rojas, 2 votos. — D. Rómulo Otamendi, 1 voto. — D. Justo Dillon, 1 voto. — D. Julio Lacroze, 1 voto. — D. Guillermo White, 1 voto. Leido el precedente escrutinio, el Sr. Presidente proclamó á los electos por mayoría é invitó á los nombrados á ocupar la mesa. Presidió el Sr. White por ausencia del Sr. Pico. El Sr. Büttner indicó que en esta Asamblea debia designarse el punto de la primera escursion científica. Propuso que fuese á la fábrica de Cimento de la Comisión de Obras de Salubridad, fundada cerca de la ciudad y dirigida por un socio, el Sr. Reid. White Lavalle Maglione Comoli Caprale Zeballos Büttner Aguirre Brian Rojas Rosetti Robertson 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Como nadie hiciera uso de la palabra, se procedió á votar, resultando afirmativa general. El Sr. Amoretti hizo mocion para que se comisionára al Sr. Reid para redactar el informe que debe complementar la escursion. Varios socios observaron que estaba resuelto que el nombramiento se haría en el local visitado. El Sr. Lagos observó que debía adoptarse la regla general de no encargar á los gefes de los establecimientos visitados de la redacción de los informes, sino á otros miembros. Varios Socios apoyaron esta indicación. Suscitóse un breve debate sobre quien debe nombrar la Comisión que redactará el informe. Y después de un cambio de ideas entre los Sres. Rojas y Castillo se determinó que de acuerdo con el Reglamento, baria el nombramiento la Junta Directiva. El Sr. Huergo manifestó que nada se sabia oficialmente sobre el Concurso Científico y fiesta del 28 de Julio. La Suciedad ignoraba qué memorias y objetos habían quedado para sus archivos y colecciones; pedia que en la próxima sesión se diesen los informes requeridos, que- dando la Secretaria autorizada á oficiar al ex-Presidente Sr. Kyle. La mocion fué aceptada por unanimidad. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. E. Rosettí. Estanislao Zcballos. Secretario. Nota. — El domingo 8 de Agosto tuvo lugar la escursion á que se hace referencia en el acta. Concurrieron los Socios Sres: White, Büttner Silveyra, Brian, Ze- ballos, Balbin, Aguirre, Reid, Robertson, Arata, Cagnoni y Salas. Estaban presentes varias personas estradas á la Sociedad. Se nombró para redactar la memoria sobre la escursion á los Sres. d Arata, Büttner y Silveyra. Sesión del 17 de Agosto de 1875 Presidencia del Sr. Pico Abierta la sesión con asistencia de diez y nueve miembros se leyó y aprobó el acta de la anterior, sin observación alguna. El Secretario informó á la Asamblea de los traba- Pico Costa Huergo Balbin White Burgos ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 177 jos efectuados por la Comisión Directiva en la última quincena. Se leyó una nota del Sr. Kyle, respondiendo á los informes que le fueron solicitados sobre el último con- curso y la Esposicion de Julio. En seguida se distribuyó entre los presentes un ejemplar de la Memoria impresa correspondiente al año administrativo que terminó el Ia de Agosto. Con motivo de recomendar la nota del Sr. Kyle la publicación de dos Memorias del Sr. Puiggari y Lacroze, se suscitó un debate sobre el particular en que tomaron parte los Sres. socios Costa, Huergo^ Balbin, White, Burgos y algunos otros. Se cambiaron ideas sobre el mérito de las Memorias y sobre la uti- lidad de las espiraciones que aconsejan. Como la división de las opiniones fué muy acentuada, surjió una mocion que puso fin al debate. Por dicha mocion que fué aprobada se autorizaba á la Comisión Direc- tiva para estudiar las memorias presentadas al Concurso y aconsejar á la Asamblea lo que creyera conveniente sobre la publicidad de aquellas. Fué designado el domingo 29 de Agosto para hacer una escursion á los Hornos de ladrillos de San Isidro. No habiendo otro asunto á la orden del dia, se levantó la sesión dan- do las 10 de la noche. Zeballos Puiggari Brian Büttner Silva Ramorino Rujas Dillon J. CagnoDi A. N. Lindmark Moreno Lagos Monetta Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 2 de Setiembre de 1875 Pico Moreno Brian Silva Reid Kyle Rojas Firmal Cagnoni Dillon (J.) Dillon (Justo) Silveyra Castilla Amoretti Burgos Balbin Cagnoni (A. N.) Arocena Presidencia del Sr. Pico A las 8 de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de los Sres. anotados al márgen. El Sr. Presidente anunció que no se podía leer el acta de la anterior por ausencia del Sr. Secreta- rio. El Sr. White encargado de presentar á la Asam- blea el dictámen de la Junta Directiva sobre las Me- morias del Concurso, manifestó que con respecto á la titulada «Vias de comunicación» se adhería á la de- terminación del Jurado y aconsejaba se archivara la segunda sobre «Utilización de las materias primas » 41 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por juzgarla deficiente. La Memoria sobre e) «Establecimiento en el país de la Industria del Acido Sulfúrico » ofrece, según opinión uná- nime, gran interés y cree beneficiosa su publicación, precedida del dic- tamen del Jurado, determinando por lo tanto que se tiren 500 ejem- plares que deben repartirse entre los Sres. Socios, ambos Gobiernos y Cámaras, destinando los restantes á la circulación. Puesto á votación este dictámen se aprobó por unanimidad. El Sr. Presidente notifica á la Asamblea que el Sr. Lacroze habia dirijido á la Junta varias comunicaciones, reclamando en términos incon- venientes la devolución de sus Memorias y que la negativa de la Junta devolviéndole la anterior, habia motivado una nueva y mas acentuada que las anteriores, retornando á su vez la nota que le pasó la Secretaría con la aceptación de su renuncia del cargo de Tesorero. Con el fin de poner término á estos abusos requeria que la Asamblea sancionase el acuerdo unánime de la Comisión de considerar al Sr. Lacroze escluido de la Sociedad. Se procedió á leer la referida comunicación. El Sr. Silva apoya el dictámen de la Junta, pero prevee que no habiendo la anterior, admitido la renuncia que *presentó de miembro de la Sociedad, no es posible dar este paso. Surgió un breve debate sobre si se debia contestar la nota archivándola, ó devolverla sin contestación. El Sr. Firmat manifestó que la demora de la Secretaría en co- municarle la aceptación de su renuncia del cargo de Tesorero con el certificado que con tanta insistencia habia pedido de su buen desempeño, escusaba el tono que á sus notas habia dado, y no opinaba por lo tanto, que se adoptase la determinación de la Junta. El Sr. Silveyra contesta que las notas anteriores se referian esclu- sivamente á exijir la devolución de sus Memorias y que esto pudo hacerse sin traspasar los límites de la templanza. El Sr. Firmat justifica la reclamación de las Memorias, equiparán- dolas con los objetos presentados á la Esposicion, y trata de demostrar que los Estatutos particulares de la Sociedad no rijen á los concurrentes á los certámenes, sino las bases particulares de estos. Se dá el punto por suficientemente discutido y se pone á votación una mocion del Sr. Silveyra para que se considere al Sr. Lacroze escluido de la Sociedad, y se archive su comunicación como modelo especial en su género. Puesta á votación, todos los socios, con escepcion de los Sres. Kyle y Firmat, dieron su afirmativa. El Gerente leyó una comunicación del Sr. D. Luis Maglione despidiéndose para Europa y ofreciendo allí sus servicios á la Sociedad, que no pudieron utilizarse por la premura del tiempo. / ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 179 El Sr. Presidente pidió los informes de la escursion á la fábrica de cimento. El Sr. Silyeyra dice que la ausencia del Sr. Büttner habia impedido que se terminara la redacción de la Memoria, pero ofrece presentarla á la mayor brevedad. El Sr. White espone que no pudo verificarse la escursion á los hornos de San Isidro por falta de socios, á pesar de que el administrador man- tuvo encendidos aquellos para que se inspeccionaran los trabajos. El Sr. Kyle propone, para asegurar el éxito de las escursiones, que los socios que deseen verificarlas se inscriban anticipadamente en Secre- taría, y que estas se efectúen los dias feriados en vez de los domingos, en consideración de los socios ingleses. El Sr. Pico pide que conste esto en el acta. Se votó la Ia parte de la mocion del Sr. Kyle, y fué aprobada. No se tomó en consideración la 2a del mismo modo; se fijó en 6 el número de socios que puedan verificar una escursion. El Sr. White informa que las medallas están en construcción. Sin mas asuntos de que ocuparse se levantó la sesión á las 10 */4 de la noche. Pedro Pico Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario . CORRESPONDENCIA Salta, Febrero 27 de 1876 Señor Don Pedro Pico. Presidente de la Sociedad Científica Argentina Buenos Aires. Distinguido compatriota : He sido favorecido con la estimable carta que V. se ha dignado diri- jirme con fecha 13 del ppdo. acompañándome la primera entrega de «Los Anales de la Sociedad Científica Argentina» — y ofreciéndome al mismo tiempo las páginas de tan importante publicación, para que continúe en mis estudios sobre arqueología, de que á veces suelo ocuparme. Gratísimo al honor que se me ha dispensado, aunque inmerecidamente, prometo al Sr. Presidente hacer lo posible para corresponder dignamente 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á tan alta distinción. Verdad es, que solo podré tratar esas cuestiones como mero aficionado ; pero la atención con que se me ha favorecido me estimula y decide á poner á disposición de la « Sociedad Científica * que V. tan dignamente preside, mi concurso ilimitado. Me es grato aprovechar esta ocasión para saludar al señor Presidente y ofrecerle al mismo tiempo las seguridades de mi mas atenta y distinguida consideración. J M. Leguizamon. PERSONAL DE LA c SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA » SOCIOS ACTIVOS. Adolfo Biittner. Angel Silva. Antonio J. Carvalho. Angel F. Costa. Angel de la Cuesta. A. Florent. Arnot Leslie. Augusto Larguier. Augusto Ringuelet. Alfredo Huergo. Alejandro N. Cagnoni. Antonio Barbosa de Oliveira. Cárlos Arocena. Carlos Berg. Cárlos Chapeaurouge. Cárlos Dawney. Cárlos Encina. Cárlos Fáder. Cárlos M. López. Cárlos Olivera. Cárlos Robertson. Cárlos Stegman. Cárlos Salas. Eduardo Aguirre. Enrique Aberg. Ernesto Bunge. Estanislao S. Zeballos. E. E. Clérice. Eduardo Castilla. Eduardo Carenou. Enrique Crabtree. Estanislao Franco. Enrique Sore. Ernesto Oldendorff. Enrique Peña. Emilio Rosetti. Félix Amoretti, Francisco Lavalle. Francisco P. Moreno. Federico Newman. Félix Rojas. Guillermo White. Guillermo Yillanueva. Ignacio Firmat. Ignacio Oyuela. I Juan Martin Burgos. | Juan Buschiasso. i José M. Coronell. ! Juan Coghlan ' Jacinto Caprale. Jorge Cooper. i Juan Cagnoni. i Joaquín Cascallar. Juan Dillon (padre). Juan Dillon ( hijo ). 1 Justo Dillon. i Juan Ma Gutiérrez. I Juan J. J. Kyle. ! José M° Lagos. ¡ Jaime Lloyd. Juan Médici. I José M. Muñiz. Juan Pirovano. J. Palmers Smythies. Juan Ramorino. Julio Sierra. Julio Serna. José de Guerrico. Juan C. Simpsom. Jorge Higgin. Knut. Lindmark. Luis A. Huergo. ! Luis Maglione. I Luis Silveyra Olazafcal. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 181 Laurentino Sienra y Carranza. Pompevo Monetta. Lorenzo B. Trant. Rómulo Ayerza. Luis A. Vigíione. Márcos Mañé. Mariano Moreno. Miguel Puiggari. Miguel Tedin. M. Wilson. Matías Sánchez. Oscar Knoblauch. Octavio Pico. Pedro Pico. Pedro N. Arata. Pedro Benoit. Rafael Hernández. Rafael Herrera Vega Rodolfo Palacios. Rodolfo Warner. Rómulo Otamendi. Santiago Brian. Valentín Balbin. Victorino Perez. Walter F. Reid. W. Roberts. Zacarías Tápia. SOCIOS CORRESPONSALES. León Domesq Pellegrino Strobel Antonio Comolli Juan Martin Leguizamon L. Brackebusch Jorge Claraz ... John Lubbock. Cárlos Barbier Madrid. Italia. Turin. Salta. Córdoba. Babia Blanca. Londres. París. SOCIOS HONORARIOS. Guillermo Rawson. Germán Burmeister. Benigno A. Gould. i I VI AGE Á LA PATAGONIA SETENTR10NAL Memoria leída el 14 de Mario en la «Sociedad Científica Argentina.» Señores : En el mes de Setiembre próximo pasado, tuve el honor de esponer á la Sociedad e! proyecto que habia concebido : efectuar un viaje al través del territorio patagónico, y tentar el paso de los Andes, siguiendo las huellas de Villarino, Cox y Musters en la esploracion de la Patagonia Se- tentrional. Habiendo merecido este proyecto la aprobación de la Sociedad, cumplo hoy el deber de dar cuenta á los señores socios, del resultado de mi es- cursion, de la que solo presentaré por ahora una breve reseña, dejando para mas tarde la relación completa, cuando haya reunido las observa- ciones hechas en esos parages durante los años 1873 á 1876. Quizá pasarán muchos meses antes que pueda ordenar y completar las des- cripciones de esos materiales, coleccionados durante una vida agitada y en condiciones poco favorables para hacer de ellos un estudio detenido. • Estas serán objeto como ya lo indico, de una memoria especial, cuya confección empezaré al regreso de un viage á las ruinas Cachalquiesf que empezará pasado mañana con el objeto de hacer algunos estudios y formar colecciones que me sirvan de comparación para el exacto co- nocimiento de los primitivos habitantes de la parte austral de este con- tinente. Ademas, como las pequeñas colecciones que he formado, se hallan aun en Patagones, no podré decir nada sobre ellas, concretándome ahora á dar algunos datos sobre los puntos principales que he visitado. Los señores socios saben que las relaciones personales que tenia con algunos indios, me hacían creer que conseguiría realizar lo que los via- VIAGE A LA PATAGONIA SETENTRIONAL 183 geros ya citados habían intentado sin resultado. Con esa convicción emprendí viage el 25 de Setiembre, llegando al Cármen de Patagones el 18 de Octubre. Parte de ese tiempo fué empleado en recorrer la costa del océano en las inmediaciones de Bahia Blanca, hácia Monte-Hermoso, para visitar los depósitos marinos estudiados por Darwin durante la es- pedicion de Fitz-Roy, y hacer algunos estudios en Salinas Chicas y el rio Colorado. Esos parages que visitaba por primera vez, y con premura, son muy interesantes para el hombre estudioso. Recorriéndolos puede calcularse la estension del terreno pampeano y la transición gradual entre este y el terciario Patagónico, y reconocer al mismo tiempo el error en que nos hallamos sobre la gran estension de la planicie pampeana que no es como se supone. La topografía de estos terrenos presenta dos divisiones bastante carac- terizadas : la pampa baja, limitada por el cordon de lomas que precede á las sierras, y la pampa alta que concluye en las inmediaciones de Bahía Blanca. La primera es una llanura sin ondulaciones sensibles, la segunda se distingue por la sucesión de lomas que principiando en las sierras aumen- tan gradualmente, haciéndose muy sensibles en Cali-Huincul (cordon de lomas), hasta su unión con el terreno de transición entre Bahía Blanca y el rio Colorado. La pampa baja abunda en pastos tiernos y en lagunas y arroyos, mu- chos de ellos permanentes, haciendo así al terreno apto para la agri- cultura y la cria de ganado lanar ; mientras que la meseta alta carac- terizada por los pastos fuertes, se presta admirablemente para estable- cimientos dedicados á la cria de ganado vacuno y caballar, sirviendo solo para la agricultura los pequeños valles á orillas de algunos arroyos, al Sur de la Provincia. Las corrientes de esos arroyos, no son tan ricas como las de los que se encuentran en el bajo, hallándose los principales en las inmediaciones de la costa como el Quequen-Grande, Quequen-Salado y Tres Arroyos, los Gauchos, las Mostazas, el Sauce Grande, ei Napostá y el Sauce Chico, que se hallan mas al Sur : estos son angostos, algunas veces muy pantanosos y de corriente bastante rápida. Sobre todo los tres últimos que nacen en la Sierra de la Ventana, y en cuyas cercanías podrían plantearse colonias ganaderas y agrícolas prestándose el terreno para ese objeto. No he visto tampoco en aquellos parages, ninguna laguna cuya im- portancia sea comparable con las que desaguan en el rio Salado. Además, la capa de tosca dura que se halla muy cerca de la super- ficie, hace difícil la construcción de grandes jagüeles, siendo imposible cultivar estensiones vastas de terreno. Esta tosca es la misma que se encuentra en la pampa baja á mucha profundidad ; cuya capa asciende insensiblemente hasta Bahía Blanca. ¡¡ 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Contiene á esa altura muchos pequeños cantos rodados, acercándose al sistema Patagónico, y concluyendo allí, según me parece, el cuaternario, pues inmediatamente bajo dicha capa he observado la arenisca, primer signo del terreno terciario, cuya depresión para formar la olla pam- peana principia en ese punto. Vuelve á mostrarse este terreno en la superficie á inmediaciones del Paraná, habiéndose llenado esta depresión con el limo rojizo que encierra las osamentas de los grandes mamíferos estinguidos. Sin embargo, el terreno cuaternario se muestra en ciertos parages del valle del rio Negro, pero no en grandes estensiones, ni he oido hablar de haberse encontrado allí los fósiles peculiares que lo caracterizan. Esta transición puede conocerse también por el cambio de vegetación, que se acerca á la Patagónica, y en la costa del mar por las capas de pequeños cantos rodados, que principiando cerca de la embocadura del Sauce Grande, van en aumento hasta el estremo de la América. En el interior de la pampa alta no he encontrado depósitos de con- chilla como en el rio Salado, pero en la costa del mar hay grandes bancos conteniendo casi las mismas especies que en Belgrano y Puente Chico, estendiéndose hasta el rio Negro, en cuyo lado Sur las barrancas altas de 200 piés, se hallan cortadas á pique sin depósitos modernos en el bajo. Ya en Bahía Blanca, donde estos depósitos se hallan á una al- tura de 2 y 3 metros sobre el nivel del mar, muchos moluscos de los contenidos en esos bancos deben vivir en las inmediaciones, pues el mar arroja diariamente grandes cantidades á la costa. Esto indica un solevan- tamiento gradual de las costas, siguiendo la regla general en la América del Sur, solevantamiento que es mas importante t*n la costa occidental. He recogido muestras de esos depósitos, las que figurarán pronto en el Museo de la Sociedad. Otra cuestión que me ha interesado, es la ausencia de ejemplares vivos de moluscos terrestres del género «Bulimus, » cuya cáscara abunda en esos parages en unión de una especie de « Puppa » aun mas abundante, y de la que he recogido muchos ejemplares, con el animal, en las ruinas de Nueva Roma. El Sr. D. Jorge Claraz, distinguido autor de varias pu- blicaciones geognósticas sobre la Pampa, tampoco ha tenido la suerte de encontrarlos en ese estado, aunque no parece ser muy lejano el tiempo de su estincion, pues en Salinas Chicas hallé un ejemplar muy fresco, que parecía abandonado hacia poco tiempo por el animal. Desgraciada- mente, se estravió en el viage. Recomiendo esta cuestión curiosa á los estudiosos que visiten esa región, siendo muy interesante saber si aun vive esta especie, ó si ha desaparecido completamente en los últimos años, dejando solo su esqueleto calcáreo. Formando colecciones, permanecí hasta el 6 de Octubre en Bahía Blanca, continuando ese dia viage al rio Colorado. En ese trayecto visité á Nueva Roma, conocida por el trágico fin del Coronel Olivieri. Recogí en el VIAGE A LA PATAGONIA SETENTRIONAL 185 Sauce Chico algunos insectos y moluscos de los géneros « Planorbis» y <í Chilina » ; visité también e! Salitral, pequeña laguna salada á tres le- guas al Sur del último punto y donde ya la vegetación es completamente patagónica; cruzé el cordon de médanos que principiando en las cercanías del mar, enCabeza de Buey, concluye en la laguna Cnrralayquen, donde desagua el rio Diamante, y llegué á Salinas Chicas ( Chasi-có ), abun- dante depósito de sal esplotabie, situado en una depresión bastante ancha, y rodeado de manantiales de agüa dulce. Algunos de estos depósitos tienen nombres indígenas como Marra-có (agua de liebre) y Chopai-có (agua con paja): en este punto, bueno para ser poblado, recogí muestras de sal y rocas. De allí pasé á las Escobas, pequeña salina á cuya orilla hay un ma- nantial, situada también en la ladera Sur de los Médanos y á 2 leguas al Este de Chasi-có. Desde este punto cruzó al Sur, dejando á la de- recha á « Potrili-Hintreí, » hasta las Calaveras, aguada importante, cerca de un salitral en medio de las colinas y médanos que nacen en las orillas del mar, y siguen paralelos á los anteriores ; y pasando por las ruinas del fortin Romero Grande, célebre por los atentados cometidos allí muy á menudo por los indios malones de Pichun, llegué al Fortin Mercedes en el rio Colorado. Todo el terreno recorrido es muy árido, alternando solo el paisage algunos pequeños grupos de chañares, á cuya sombra descansan aves- truces, ciervos, liebres y huanacos, únicos habitantes de esos parages. En el rio Colorado demoré algunos dias para asistir al parlamento Picunche de los caciques Queupurnilla, Yankamilla y Guempillo, que deseaban hacer tratados con el Gobierno Nacional, abandonando las cer- canías del Volcan «Javinas», para venir á poblar en el Rincón de la Espuela. En la relación que haga de mi viage, tendré ocasión de es- pücar estensamente estas ceremonias guerreras, las que, no dejan de tener cierto aspecto imponente para el que asiste á ellas por primera vez. En las diversas ocasiones que he presenciado esta clase de espectáculos, en esta y otras costumbres de los indígenas de la pampa, he creído ver gran analogía con las indiadas Norte-Americanas. Esto concuerda bien con la opinión que tienen algunos antropologías, de que la civilización americana vino del Norte del Continente, des- truyendo con su influencia las naciones de un tipo verdaderamente pri- mitivo que habitaban estas regiones. Llegado el 18 á Patagones, principié inmediatamente los arreglos con los indios amigos que debían acompañarme hasta las tribus Manzaneras; pero como estos demoraron mucho tiempo, primeramente por el carácter indeciso y holgazán de nuestros indios, y luego por el mal estado de los caballos que debían servir para una larga travesía, resolví hacer algunas escursiones á las inmediaciones del pueblo, á fin de completar los estudios hechos en viajes anteriores. 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Una de ellas fué dirijida á la Bahía San Blas, donde examiné los mé- danos de Punta- Raca y Punta-Rubia, muy ricos en fierro títanífero. En ese punto descubrí un antiguo paradero indio, que contenia restos hu- manos y vestigios de un festín primitivo. Recogí ocho cráneos, huesos de lobos marinos que habian servido de alimento, y algunas flechas. Los cráneos pertenecen al tipo Dulicocéfalo, bastante parecidos á los fueguinos actuales, con los cuales los habitantes de San Blas han tenido analogía de costumbres muy notables. Algunas especies de moluscos actuales y muestras de arenas, ademas de los objetos ya mencionados, fué todo lo que obtuve en esa escursion. Tuve también ocasión de conocer la gran estension de los depósitos ma- rinos, relativamente muy modernos. Otra escursion fué dirigida hacia el Sur á la aguada de los Loros, distante 25 leguas de! Carmen de Patagones : desgraciadamente cuando ya habiamos andado una parte del camino, nos sorprendió una tormenta de lluvia y granizo que descompuso en estremo los guadales haciendo sumamente dificultosa la continuación del viaje; además, el vaqueano perdió el rumbo pasando tres dias estraviados, sin alimentos. En ese paseo encontré algunos bancos de Ostrea patagónica muy seme- jantes á las que he visto en la Victoria (Provincia de Entre-Rios). Recogí además algunas flechas :y morteros prehistóricos. Los dias que trascurrieron entre el 22 y 27 de Noviembre, fueron destinados á los arreglos de la partida definitiva, saliendo el último día en dirección á la « Guardia General Mitre, j> pequeño pueblo distante á 18 leguas del Carmen. Costeamos el rio Negro para disfrutar de la deliciosa vista de las islas cubiertas de viñas y árboles frutales, que contrastaban con el aspecto triste de las colinas que solo ostentan al- gunos pequeños arbustos muy espinosos. El camino puede hacerse en su mayor parte por bajo los Sauces que bordean el rio. Encontré al- gunos cementerios que habiendo sido ya esplorados por el Sr. Claraz, no contenían objeto alguno digno de mencionarse. Lo mas interesante son dos montículos situados frente á la primera angostura y que parecen ser obra de atrincheramiento, construidos por los indígenas primitivos, bastante semejantes á los que se encuentran en Georgia, Luisiana, Nueva York y Wisconsin en los Estados Unidos, descriptos por Squier-Laphan, Yoster y Yones. En ese parage me detuve algunos dias esperando al vaqueano Mariano Linares y á los cuatro indios que debían servirme de escolta. Durante ese tiempo tuve ocasión de ver individuos de las tres razas que habitan las regiones que debía visitar: los Mapunches, los Tehuelches y los Pampas verdaderos ó Te- huelches del Norte, de cuya existencia se dudaba confundiéndolos con los indios de raza Araucana que habitan Salinas Grandes. Esa nación se llama Gennaken y habitaba en otro tiempo las sierras del Tandil y la Ventana, hoy dia quedan muy pocos de sangre pura. VIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 187 Los hombres son de mejor aspecto que los Araucanos y Tehuelches del Sur, de buena estatura y fisonomía franca, las mujeres jóvenes tienen facciones regulares. Hablan pausadamente, siendo el idioma bastante agradable. Por ejemplo : al avestruz le llaman gaye , al león amia , al huanaco petchua , al zorro ychq-loy , al hombre pastray y á la mujer yamkanke. Tienen varias leyendas y supersticiones, entre ellas la del Elengassen , animal con cáscara parecido, según sus descripciones, al Clyptodon, una de cuyas cuevas visité y que según ellos robaban mujeres. Los arau- canos dicen que no era animal de esa especie, sino un hombre de elevada estatura que gritaba muy fuerte, soplando de tal manera que siempre habia tormenta al rededor de su vivienda. El indio que se aventuraba á pasar cerca de él, caia seguramente en sus manos y era inmediata- mente muerto por el monstruo. Para evitar su encuentro habian hecho un camino muy dificultoso practicando un desvio de una legua sobre la colina, pero ahora ya se atreven á pasar por delante de la cueva, la que se ha desmoronado en gran parte. No es mas que una eseavacion en la arenisca debido probablemente á desagregamiento natural de la roca. Llegada el dia 6 de Diciembre la gente espresada, me puse en mar- cha para las Manzanas. La comitiva se componía de un mestizo (Linares), cuatro indios : Amhillü , Gerrú , Cayanao y Carileo y mi asistente. Ibamos acompañados por casi toda la tribu del cacique Miguel Linares, Quichan- gerrú (zorra que se arrastra) Sargento Mayor déla Nación que iba al Chinchinal en persecución de unos indios ladrones , donde llegamos el 15 después de haber pasado por la laguna de Smill , Tetan- Gechaf, Pichi- guion , Traru-Malal, Lonco-Uaca, Planeyeguem , paso Chocori, ricon de Curuzu Castre, Conchen- geyu,\ú& de Choleachel, Huieqne-reni , Teujen- co , Malal [Jaca, y Chilforo en una estension de 120 leguas, siguiendo el curso del rio. Por lo que vi hasta allí, creo que los campos del rio Negro no merecen la fama de espléndidos de que gozan. Esceptuando las cer- canías del pueblo de Patagones en una estension de 30 leguas, no hay un pedazo de tierra que pueda cultivarse en grande escala. El rio, resto de un antiguo torrente, corre generalmente hacia un lado de las colinas, con vueltas muy bruscas y numerosas, de modo que en su casi totalidad el camino va sobre aquellas, siendo el terreno en es- trenuo guadaloso á alguna distancia de la costa. Lo único utilizable, son los rincones, pero no tienen estension suficiente para que. una colonia agrícola pueda establecerse en ellos con buen resultado. El valle en ciertos parages, á las orillas del rio, tiene pastos regulares, pero por lo general se halla cubierto de carrizo y orozú ó de Chañar, Piquillines y farilla en las inmediaciones de las colinas. Además, los médanos y las grandes cantidades de piedras rodadas, hacen imposible el crecimiento de pastos tiernos y aunque en ciertos 488 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA parages crece bien el trébol amarillo, no es en cantidad que baste al alimento de los animales durante largo tiempo. Las travesías sobre las lomas ó Pichi-Hmnr.nl , son muy penosas, sobre todo, en el lado Norte, la del Nrgr< ) Muerto, y en el Sur la que se estiende desde Choleachel á Gh Iforo y desde Chinchinal hasta el Limay. Sobre ellas no hay agua ni pasto para I >s animales, continuando así por centenares de leguas cuadradas hasta Balcheta y Rio Ghubut, donde existen paraderos, pero no de gran importancia. Creo que deberia abandonarse completamente la idea de colonización en grande escala en el rio Negro y Ghubut, para pensar eu la de Ba- hia Blanca y Santa Cruz, donde he visto parages convenientes para la cria de ganado. Los principales paraderos son Choleachel, del cual hablaré mas ade- lante, y Chinchinal. Sin embargo, en este último punto, los sesenta caballos que llevábamos no encontraron que comer después de tres dias de permanencia. Hasta ahí el aspecto del terreno, es casi el misino que en Patagones, pero principia á verse claramente la segunda meseta, alta de 500 á 600 pies. Estas colinas están cubiertas de una capa de Cantos rodados, de quince piés de espesar en Choleachel. En Chinchinal he visto de cuarenta y cerca de la Cordillera, en la orilla del arroyo Culfú-Có alcanzaba según mi cálculo á 200 piés. De allí al paso del rio Limay, hay tres dias de marcha por lo penoso de la travesía, donde solo se encuentran muy pe- queños valles en el lado Sur del rio. Los principales son : Morizunm , Pichi-gion , Mancué , Gion-Costa y Tet tquc-hueique-geyú , donde recogí un cráneo de jabalí. En estos últimos puntos las lomas presentan un as- pecto rojizo, continuando asi hasta donde principian las rocas volcánicas en Pisquin-Puranué. El paso del Limay se halla muy cerca de la unión de este y del Neuquen ó Comoe con el rio Negro en una playa ancha llamada Chegnan-geyú ; en ese punto el rio tiene de ancho cerca de 250 metros y llevaba una corriente muy rápida por haber empezado recien el deshielo en la Cordillera. Lo cruzamos en una angada ; costeamos su márgen izquierda, cubierta de arena y pedregullo, hasta Chalcun-geyú , dejando atras á Telaque- hueique y Mafueque ; de allí parte para el Oeste el camino que pasando por el rio Colorado y Chinchinal, sale de Salinas Grandes hasta Chile, cruzando las tolderías de Rauque -cura . Este camino está muy trillado por las haciendas que los indios roban en las fronteras de Buenos Aires para ir á negociarlas luego en las poblaciones chilenas vecinas á la Cordillera. Subiendo la travesía del Chalcum se encuentra un Walichu ó piedra que puede llamarse sagrada. Consiste en una arenisca amarillenta con figuras quizá dibujadas por alguno de los que componían la espedicion de Villarino. Lo único que distinguí con claridad, fué una cruz, aunque i » YIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 189 los indios creen ver allí rastros de avestruz é impresiones de piés huma- no y de león. Esta travesía que mide 6 leguas concluye en una bajada penosísima á la vez que peligrosa. Como su nombre lo indica, Chocon-geijú , es célebre entre los indígenas, por haber perecido de frió en ese punto toda una fa- milia india á quien los indios Pihuinches arrebataron los caballos. En la pendiente de la sierra se ven nueve tumbas en forma de conos, construidas de piedras sueltas, y cubiertas de ramas secas. Todo indio que pasaba por allí ahora diez años, cuando la memoria del suceso esta- ba aun fresca, arrojaba en el sitio en que se hallaba cada cadáver una piedra; pero la devoción ha disminuido con el tiempo y hoy dia se conten- tan con colocar respetuosamente una rama y algunos pedazos de poncho ó chiripá. Este parage es el mismo que Villarino describe en su viage, dicien- do que las sierras parecen ruinas de edificios. A la verdad, de noche, se asemeja á una ciudad edificada en piedra roja con sus iglesias, cuyas cúpulas parecen verdaderas desde alguna distancia. Muy cerca de ese punto se halla Frerau-geyú ó paradero de los loros, donde una especie de estos vive por millares en los sauces de las islas. Este paraje está señalado en el mapa de Petermann con el nombre de distrito de Ruca-Choroy (de ruca , casa y churoy , loro). Allí desagua el Picun-lefu , ó Rio del Norte, que corre al pié de una colina elevada, trayendo en la primavera las aguas de las nieves de la cordillera. Ya en este último punto se encuentran manzanos. Pasada la sierra se halla la pampa morada ó Cum-belfem , que con cum-cum-geyú forman los valles mas esterisos del Limay. Entre estas dos abras existe una colina, alta de 600 piés, cortada á pique sobre el rio. Allí Villarino coloca el Sallo de los Mosquitos , pero lo busqué en vano. Creo que como este rio cambia muy á menudo de curso, hoy las piedras del Salto están cubiertas por arena. A ese punto los indios le llaman Huinca tralcan geyú , ó terreno cris- tiano. Dicen ellos que en invierno se oyen detonaciones como de es- copeta, causadas, según mi opinión, por las esplosiones de las rocas, debidas á las filtraciones de las nieves. En Manzana Geyú y Heirque Leufu , el rio presenta algunos saltos bastante notables, y en Ranquel Cono, poco mas adelante, es ya forzoso abandonar sus costas para internarse al Sud Oeste, por ser muy escabrosas las sierras situadas á sus inmediaciones. Allí principian la formación basáltica y las otras formaciones volcánicas que cubren casi toda esa región, hasta Nahuel-Huapi. El terreno cambia completamente de aspecto, siguiendo el camino por las laderas de las sierras de Puquin-Pur amiré ( donde arrojaron la flecha) nombre de un manantial que Petermann señala como arroyo, y por las de Collon-cura desde donde se goza un magnífico panorama, divisando 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gran parte de la cordillera de los Andes, de entre las que sobresale el cono del Volcan Quetropillan (cerro truncado). En Neumuco (agua hedionda) situado entre esas dos sierras, se encuen- tran las primeras tolderías. En ellas se me comunicó que se sabia nuestra venida por un sueño del cacique y que las indiadas se habían sublevado preparando en esos momentos una invasión de 4000 lanzas, que iria sobre Patagones. Según opinión de los indios que las habitaban, ó nos matarían ó quedaríamos cautivos. Con esa creencia, cruzamos el rio Collon-curá , ó máscara de piedra, nombre dado por los indios á una piedra que dicen ellos tiene formas de mujer. Ese rio que Villarino recorrió en una gran estension, á costa de grandes dificultades por no haber podido ascender el Limay por los numerosos y rápidos saltos, no lo creo navegable, siendo su corriente mayor que el de la anterior. Tiene numerosos pasos páralos caballos. También como los otros 12 rios ó arroyos que desaguan en el rio Negro, el Collon-curá es un antiguo torrente que en otro tiempo ha ar- rastrado grandes cantidades de piedras rodadas. El 29 de Diciembre acampamos en el lado Sur, y envié inmediata- mente dos chasques al cacique Shay-kueque , previniéndole mi llegada. Este cacique tiene sus toldos á cinco leguas mas al Sur, en las costas del rio Calcufú. El resto de ese dia lo empleamos en limpiar nuestras armas, para estar preparados dado el caso que los indios apareciesen con malas in- tenciones respecto á nosotros. Felizmente, en la madrugada del dia 30 vimos la hoguera de paz en la cima de una colina, y un rato después llegaron los chasques acompañando á un hijo del cacique, llamado Cachull , quien, con dos indios mas, venian á saludarme de parte del Gefe, y anunciar al mismo tiempo, que estaba pronto á recibirme. Puestos en marcha, llegamos á las 9 de la mañana, después de atra- vesar el rio Coleufu , á las tolderías del Rey de las Manzanas, personage que vestido con sus mejores prendas, estaba á caballo rodeado de sus parientes mas inmediatos. Entre estos, sobresalía el viejo cacique Puel- manque (Cóndor del Este) de quien habla Cox. Nos dimos la mano, invitándome en seguida á bajar del caballo y entrar solo á su toldo. Mientras tanto, las mujeres y niños entonaban un canto monótono, doliéndose de los malos ratos y peligros porque había pasado el viagero, durante una marcha tan larga y penosa. Solos en el toldo, nos volvimos á dar la mano, diciéndole yo : amigo ? A lo que él contestó: «'Si, amigo , pues. » En ese momento entraron todos los demás indios y principió el par- lamento, sirviendo de intérpretes el secretario de Shay-hueque que es un indio Valdiviano, y mi acompañante Linares. Hizo leer primeramente las cartas que yo llevaba, no aceptando con YIAGE Á LA PATAGONIA SETEMRIONAL 191 gusto la del Gobierno de la Nación, pero alegrándose cuando se leían las de sus sobrinos Miguel y Manuel Linares. Luego me preguntó qué iba yo á hacer á sus campos, á lo que contesté que habiendo oido hablar de lo valiente que era él y del poder que tenia sobre los demas indios, habia querido visitarlo para ser su amigo, y que yo no opinaba como otros, que creian que Reuque-curá era cacique de mas importancia que él. Que además, como hombre curioso, deseaba recoger algunos bichos y pasar luego á Chile, si él lo permitía, para regresar por el mar á Buenos Aires. Después de haber conversado largo rato entre ellos, de cuya conver- sación comprendí que se trataba de guerra (aucan), me contestó que se alegraba mucho que hubiese ido á visitarlo; que yo era mejor que los habitantes de Patagones, con quienes se hallaba disgustado, y que siendo él buen hombre con los cristianos, nadie atentaría contra mí mientras yo permaneciera en sus toldos, pero que de ninguna manera podía permitirme el paso á Chile, alegando que sus antepasados nunca habían consentido en ello y que no sabia qué intenciones tendría yo respecto á los indios, las que no serian buenas pues tenia conocimiento que los Gobiernos Arjentino y Chileno se habían unido para pelearlos. Que por mi venida y mis ofrecimientos pensaría en suspender la in- vasión que proyectaba á Patagones, á causa de su disgusto con el Go- bierno, por no haberle entregado las raciones completas, y por no haber hecho caso de dos chasques que le habia enviado, y porque también se encontraba disgustado con los amigos del pueblilo que no le mandaban nunca ningún recuerdo. Me habló de los territorios fque los blancos les habían quitado, y que él era demasiado bueno permitiendo que po- blaran en Patagones y Chubut sin su consentimiento. Luego de concluida la ceremonia del parlamento, le hice los regalos de estilo, que consistían: en una carabina Spenser, 42 cartuchos, una car- pa, mi saco y polainas de goma, algunos ponchos y chiripaes de paño, sombreros, collares, aros y sortijas, agradándole sobre manera una gui- tarra que también le di, con la cual hizo locar casi toda la noche á mi asistente, el « Triunfo » y apor cifra » como en tiempo de Rosas, según lo decía este cacique. Al dia siguiente fué él á visitarme á mi carpa, la que se hallaba á 3 varas de su toldo. — Le hice otros regalos, entre ellos una botella de cognac Martel. Creo que á esto se le debe haber quedado en nada la proyectada invasión. Mas espansivo, debido á la influencia de ese licor, me dijo < jue por mis ofrecimientos de ver yo personalmente al Gobierno Nacional, volvía á ser amigo de este y que en Mayo bajaría á Patagones para esperar la contestación á su nota; pero que, si entonces no lo aten- dían, invadiría inmediatamente. En cuanto á mí, quería ser siempre mi amigo y compadre, prometiendo bautizar á un hijo suyo con mi nombre y que si deseaba casarme me daría una india gratis! 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Añadió, qae dentro de 5 soles (anter) tendría lugar una junta de de guerra (aucanbrahun), compuesta de sus principales caciques y ca- pitanejos para que me conocieran cuino amigo. Viendo que era imposible cruzar por ese punto á Chile, pedí autoriza- ción para visitar á Nahuel-Huapi y llegar luego á Mendoza, recorriendo así todo el territorio indio, lo cual me fué concedido nombrando al ca- ciquillo Nahuel-pan para que me acompañara hasta las tolderías de /Van, quien me daria vaquéanos hasta San Rafael. Shay-hueque es un indio de raza pampa y araucana, bastante inteli- gente y digno de mandar en gefe las indiadas. Convencido de su elevada posición y poder sobre los demás caciques, se considera superior á todos estds. Me decía un dia que él no era Go- bernador. porque á este le nombraban los cristianos, ni General, porque tal nombramiento emanaba del Gobierno. Su título era Gobierno de las manzanas , porque era así como se ti- tulaban sus antepasados, de quienes él había heredado el cacicazgo. Su padre el cacique Chocori le había recomendado al morir que jamás pe- leara contra los cristianos, porque las ropas en que lo envolvieron cuando nació eran cristianas; — añadiendo que si no fuera por los cristiano? an- darían desnudos como antes. Pero, cansado de la mala conducta de sus amigos de Patagones, había resuelto invadir. Siguiendo los consejos de su padre, él gasta todas sus prendas de plata y parejeros en hacer regalos á los caciques subalternos para que no roben. Si uno de estos lo hiciera sin su consentimiento, lo mataría inmediata- mente. Por lo que he visto, la disposición en que se encuentra este jefe indí- gena respecto de los cristianos, no puede ser mejor. He tenido ocasión de leer cartas de Namuncurá (pié de piedra) en que este le dice que los caciques Ranqueles, aunque tienen tratados con el Gobierno, no dejan de mandarle trescientos ó cuatrocientos hombres cada uno, cuando ne- cesite gente para invadir, y se quejaba de que Shay-hueque nunca le hu- biese enviado ni un sido indio. Además, le aconsejaba Namuncurá que no se disgustara con Renque -Cura (el cacique mas picaro de la pampa y que recibe mayores ¡aciones), y que sentía mucho que mantuviera buenas relaciones con los cristianos, cuando estos lo que deseaban era concluir con los indios. En una carta fecha 15 de Mayo ppdo., leí, que su hermano Alverito Reumay iba á entrar de malón, porque el Gobierno no había querido aceptar sus tratados; noticia que desgraciadamente se confirmó el dia antes de salir yo de los toldos, por un chasque que traía la noticia de j la sublevación de Cuneco ó Juan José Catriel. A una de estas cartas, Shay-hueque había contestado que si Namuncurá intentaba invadir á Bahía Blanca ó á Patagones él iría con toda su gente á pelearlo en Chilué ( Salinas Grandes ). VIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 193 Esto ha hecho que en la gran invasión, estos dos puntos hayan sido respetados. Shay-hueque es el jefe principal de la Patagonia y manda las siete Naciones que viven en esos parajes : Araucanos, Picunches, Mapunches, Hnilliches, Tehuelches, Agongures y Traro Huilliches, que se hallan á las órdenes de los 84 caciques siguientes : Mapunches Juan Ñancucheuque, Mollfinqueapo. Treima Lafquen. Naguipichuin. Yanka Kirque. Zumughueque. Quilenchesique. Kayihuanque. Puelmanque. Chancayal. Neculmanque ( condor que corre). Aillapan. Curchuinca. Aiylef. Purraillan. Nagüel Parigi. Pitrehuen. Pichiñancu. Lloftun. Huircoleufu. Guaiquileuf. Lien cura. Llancaqieupo. Cayuin. San tul. Chorrí. Tacumán. Huilliclies, Ynacayal. Toijel. Juan J. Chagallo. Antemill. Antonio. Y mil. Siechúano. Telmelclies. As5 Kal. Gumelto. Jinchiel. Ucamaní. Rapa. Racaguiste. Calacha. Getruguez. Pácunchei Reuquecurá. Queispumilla. Suñica. Pichiguavquillan. Purran. Curraélo. Cheuquel. Guizal. Qnenchaoguala. Currilem. Araucanos. Namuncurá, hijo de Quillapan. Montre. Limonao. Estevan. Ambrosio Paillaleuf. Caniumill. Meli. Calfunao. Neculhueque. Necuiman. Antonio. Collin. Currihual!. Armuna. Paghilef. Quizulef. Ayeñancu. Catrighir. Col i pan. Chapinco. Antimill. Antilef. Liempan. Ancalipi. Quintumán. Caguanti. 15 191 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Melipan. Pichialo. José Antonio. Guaiquimill. Raciones Teliuelches. Agourgurers. Traro-huilliches. i Armadas con flechas de piedras. Pichica yull Quighallo. Líncopan. El 7 de Enero, tuvo lugar el Aucan trahun ó parlamento, en el pe- queño valle del rio Quem-Qucm-tru. Asistieron 453 lanzas al mando de los caciques : Shay-hueque> Nan-Cucheuque , Molfinqueupe , Nagui- pichurn y Yankakilque. El parlamento duró desde las cinco de la ma- ñana hasta las 3 de la tarde. El consejo de los capitanejos viejos, re- solvió que yo no traia muy buenas intenciones y que no debía permitírseme que paseara por los campos antes que hiciera algo por ellos en Buenos Aires, y que regresara á Patagones ; no aceptando la proposición de Shay-hueque de concederme licencia para cruzar á Mendoza. Decian que ellos hacian demasiado con suspender la invasión y que debía conten- tarme con esa generosidad. Shay-hueque y Nan-Cucheuque, caciques, este último muy amigo de los arjentinos, se mostraron muy disgustados, haciéndome decir por el intérprete que no podían desobedecer á los ancianos, quienes, en todas ocasiones, son sus consejeros. Concluida la junta, me separé del pri- mero para acompañar á Nancucheuque á sus toldos de Pun-gechaf , donde me demoré algunos dias visitando los alrededores. Esos toldos se ha- llan muy cerca de las Cordilleras, á 7 leguas del volcan Quetropillan en un paraje sumamente pintoresco á donde se llega, cruzando el rio Chimeuin. En 8 dias, visité los Pehuen (araucaria imbrícala ) de los cua- les medí dos troncos : uno de 4,62 y el otro de 3,92 de circunferencia. Las montañas cercanas estaban cubiertas hasta cierta altura de magnífi- cos bosques de estos árboles, pero no me fué posible acercarme. En otra escursion llegué hasta la cordillera, muy cerca de la falda oriental del Volcan, en el paraje llamado Quellen-geyú , por la gran cantidad de fru- tilla (fragaria chiliensis) que hay allí. Ya en ese punto, el terreno se presta para la agricultura. En las sierras abundan las manzanas y una especie de thuya (Fitz Roya patagónica), cuya madera será algún dia la principal fuente de riqueza de esos parajes. En la de Nancucheuque , asistí á un parlamento con el cacique Quin- chauala , y á la ceremonia del ofrecimiento á Dios de la bebida llegada en esos dias de Patagones. También asistí á un huecu-ruca, fiesta que se celebra con motivo de la primera menstruación en la mujer india. Esos festejos tuvieron por resultado una semana de embriaguez con- tinua. Luego que los indios volvieron á su estado normal, me despedí de ellos para regresar á los toldos de Shay-hueque y visitar á la laguna Nahuel-Huapi. Al despedirme, Nancucheuque me dijo que él era Arjentino, y que no permitiría que los indos invadieran mientras él conservase la vida. YIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 195 Lo que pasó allí, y que no es aquí lugar para referirlo, me hace abrigar la convicción de la buena voluntad que tiene este excelente indio para con los Argentinos, y aconsejo á todo viagero que desee visitar esos pa- rages, que se muña de una recomendación del Gobierno Argentino ó de las autoridades del Cármen. De otra manera, su vida correría graves peligros. Entre esas dos tolderías, distante quince leguas una de otra, hay cuatro arroyos de corriente rápida, pero de muy poco fondo: sus orillas están cubiertas de frutillas y manzanas, donde el viajero puede satisfacer su apetito. Cuando llegué á Galcufú, Shay-hueque estaba ébrio, festejando la vi- sita de Quinchavala, quien lo acompañaba á beber desde el dia anterior Por esta causa, y por la desconfianza renacida á causa de noticias relativas á mi persona, comunicadas por los indios Aucaches que habitan del otro lado de los Andes, fui obligado á retardar tres dias mi viaje á la citada laguna. Para conseguir permiso, tuve que dejar mi cartera, los retratos de mí familia y las cartas que llevaba destinadas á Chile. Le hablé largamente á Shay-hueque de los Incas, ponderándole sus riquezas, y diciéndole que todos eramos hermanos é hijos del Sol, que ya no habia Españoles, y que los Argentinos eramos tan indios como ellos, aunque de distinto color y costumbres, agregando que todos habíamos nacido en la misma tierra. Esto calmó algo su desconfianza, si bien no dejó de amenazarme con los Anchimolleguen ó monstruos que viven en las sierras, con los utra- lalvez ó walichus enanos que viven en las cuevas de Nahuel-Huapí, y además, con el tralcam ó trueno del volcan Tronador. Me hizo decir que si llevaba otra cosa en el corazón que la que yo le habia dicho, y que si tenia mas de uno de estos órganos, como muchos cristianos picaros, el tralcam enviaría una fuerte lluvia y rayos que me darían la muerte, y que los pigmeos me arrojarían piedras para herirme. El tiempo, entonces tormentoso parecía comfirmar la amenaza. Desde los toldos al paso del Limay, descrito por Musters en la rela- ción de su viage, hay seis leguas de camino muy cómodo, por entre valles estrechos, pero pasando este punto después de cruzar el manantial de Tran Manzana -geyú (manzano caído), el rio corre por entre rocas, haciendo sumamente penoso el camino. Estas rocas son generalmente volcánicas, traquita, basalto y grandes cantidades de lava compuesta de piedra-pómez, cenizas y cantos rodados. El rio tiene numerosos saltos que abrazan toda su anchura. Las sierras están cubiertas de bosques de thuyas, hasta una gran altura, tanto que muchas veces las nubes las escondían ér nuestra vista. Con escepcion de las inmediaciones de la laguna, donde el cacique Inacayal tiene sus tolderías y donde en otro tiempo hubo una misión jesuítica, no hay terreno capaz de producir. El lago Nahuel-Huapí llamado por los indios Tequel-Malal ó Streteia 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lafquen se halla rodeado, en su mayor parte, de montañas cubiertas de nieve, divisándose á lo léjos la cumbre del Tronador. Tiene una corriente muy rápida hácia el desagüe en el Limay, y hácia un rio que sale al Este, á dos leguas del anterior. Quizás sea una de las nacientes del rio Chubut. Sus orillas están cubiertas de cantos rodados y piedras erráticas, al- gunas de las cuales median hasta dos piés cúbicos. Al Sud-Este, se divisaba un bosque de Manzanos; el origen de estos árboles en todos estos parajes creo que será semilla que en tiempo de las misiones sembraron los jesuítas, ó frutas que los indios de Valdivia, al cruzar á este lado de la cordillera, arrojaban al costado del camino, pues la mayor parte se encuentra cerca de los pasos ó en las orillas de los arroyos. El encontrarse siempre reunidos en grupos como si fuesen ramas de un mismo tronco, parecen confirmar esta opinión. Después de grabar el nombre de ¡la Sociedad Científica Arjentina, cerca del parage, donde descanzó Cox, emprendí la vuelta á Caleufú apurado por la falta de alimento. Pensaba despedirme de Shay-hueque en ese dia, pero este quiso que asistiera á una rogativa á Dios ó Ca- maricum (fiesta anual), la que duró seis dias con la borrachera que siempre sirve de complemento á estas fiestas. Concluidas de escribir las notas para el Gobierno Nacional y comandante de Patagones, en cuya redacción se emplearon tres dias mas, conseguí abandonar las tolderías el dia 4 del mes de Febrero ppdo. Hasta ese momento habia tenido la suerte de vencer todos los peli- gros, sin dificultad, y crei poder llegar á pueblo cristiano sin mayor riesgo, pero al cruzar el Collan-Curá con la intención de ver la máscara de pie- dra, hube de ser víctima de unos indios al mando de los capitanejos Praillan y Llofquen, quienes aconsejados por un cristiano chileno, cuya presencia en esos toldos no se conocía, intentaron asesinarme, y vengar así la muerte de su pariente Huilliquipi (pedernal del Sur) fallecido de viruela en el Lazareto de esta ciudad, alegando que el Gobierno Ar- jentino lo habia mandado enwalichar. Advertido por el cacique Mon- ftlqueupú (pedernal sangriento) de lo que se trataba, pude evitar el peligro, alejándome entre la polvareda que levantaba la caballada. La víctima fue un caballo que los indios enviaban de regalo al señor Gobernador de la Provincia. Este precioso animal fué herido por los indios de una puñalada mortal, despechados al ver que no habian podido alcanzarme. Cuatro dias después volvimos á cruzar el camino de Rauque-Curá : allí encontramos los primeros arreos que de Salinas Grandes iban á Chile. Eran los robos de la gran invasión, según me dijeron los indios que los conducían, añadiendo contentos que habian muerto y cautivado mu- chas mujeres. VIAGE A LA PATAGONIA SETENTRIONAL 197 Entre ese punto y el Chinchinal encontramos varios arreos, mas ó menos numerosos, todos de hacienda robada, y cerca de este último paradero en Mari-zuam, al Norte, tuvimos un pequeño encuentro con 25 indios al mando de un sobrino del ya citado Rauque , quedando seis de ellos en el campo. Creo que si el Gobierno resolviera ocupar ese paso con algún desta- camento de fuerzas nacionales ó indios amigos, conseguiría rescatar la mayor parte de los robos de Salinas, y halagando á Shay-hueque podría reducir á la impotencia á Rauque, pues ni este cacique ni su sobrino Namuncurá mandan grandes indiadas, haciendo las invasiones con indios ranqueles y araucanos, quienes en cambio de una parte del botín son los que mayor daño hacen en las fronteras. Al regresar, en vez de volver por el mismo camino, cruzé el Neuquen , donde hay restos de un antiguo fortín construido por la espedicion de Pacheco, y seguí la costa Norte del rio Negro hasta la Isla de Cholea- chel, la que recorrí en toda su estension para formarme una opinión exacta de ella. Siento decir que, sus campos aunque algo mejores que los del resto del valle, no pueden compararse de ninguna manera con los de la pampa. Hay allí muchos médanos y guadales. Llegado en la noche del 17 de Febrero á Patagones, dejé allí al Secre- tario de Shay-hueque, quien viene á presenciar los nuevos tratados con el Superior Gobierno; poniéndome en seguida en camino para Buenos Aires á donde llegué el dia 3 del presente mes. En mi travesía desde Patagones, cruzé por segunda vez el rio Colorado, visité Bahía Blanca y Tandil, teniendo así ocasión de conocer en este último punto la tan céle- bre « piedra movediza », de la cual me ocuparé en oportunidad. Creo de mi deber hacer presente, antes de terminar, que creo navega- ble el rio Negro solo en la estación de las crecientes hasta la unión con el Limay, y con vapores de mucha fuerza y poco calado hasta Manzana-geyú; y que agradeciendo á la Sociedad la prueba de deferencia de que fui objeto al llegar á esta Ciudad, me encuentro dispuesto á emprender nuevamen- te viage para el reconocimiento del rio Chubut, después que haya concluido la relación completa de este. Al cerrar esta breve relación de mi viage á las Manzanas, debo agre- gar que al partir de Buenos-Aires llevé en mi maleta una bandera Ar- gentina, la que cuando emprendí mi regreso quedó en la falda de los Andes en poder de Shay-hueque á quien la regale, y quien la izó en lo alto de su tienda, donde permanecerá como testimonio del dominio Ar- gentino en aquellos parajes . Francisco P. Moreno. VISITA A LAS FABRICAS DE VIDRIO Buenos Aires, Febrero 29 de 1876 Al Señor Presidente de la Sociedad Científica Argentina Don Pedro Pico: Habiendo tenido Vd. á bien confiarme la redacción del informe relativo á la visita que hizo esa Sociedad el día 13 del corriente á las fábricas de vidrio « La Argentina» de Bordoní y Ca sita en la calle del Comercio y Zeballos, y « La Nacional » de los señores Pini y Arrigorria, calle de San Juan, n° 541, me permitiré ante todo esponer algunas consideraciones sobre la impor- tancia de la industria á que están dedicadas dichas fábricas, para que se comprenda el verdadero interés que debe animar á todos los que desea- mos el progreso del pais bajo el amparo de la producción, con el esta- blecimiento en esta ciudad de una industria tan importante, considerada en sí misma, así como auxiliar obligada de muchas otras. La aparición de cualquier nuevo ramo de industria, es un aconteci- miento digno de que se grabe con letras de oro en la historia del pro- greso de las naciones ; pues fuera de los productos mas ó menos útiles que crea, empujada por las necesidades económicas busca en su alrede- dor las materias primas y dá con esto valor á sustancias que antes no lo tenían, crea una nueva fuente de producción y favorece directa ó in- directamente el desarrollo de otras industrias. Me reconozco Sr. Presidente una de las personas menos idóneas para informar imparcialmente sobre el punto que se me ha encomendado. Temo ser exagerado en mis apreciaciones, pues soy partidario entusiasta de la industria ; opino que debe prestársele apoyo á costa de cualquier sacrificio, hasta que no se encuentre arraigada ó no posea una vida pro- pia é independiente, y creo con convicción, como ya he tenido ocasión de manifestarlo en otras circunstancias , que debemos entregarnos cie- gamente á ella para que salve al país de su actual estado crítico. VISITA Á CAS FÁBRICAS DE VIDRIO 199 Tal vez mis ideas vayan mas lejos de lo que aconseja el buen sentido, mas persisto en creer que dado el desarrollo de la civilización actual, un pueblo no debe limitarse á ser ganadero ó agricultor, por mas que la naturaleza lo haya favorecido con tales medios de producción; pues corre riesgo de que le suceda lo que al hombre destituido de aptitudes para ganarse el sustento y que aunque la suerte lo haya hecho poseedor de una fortuna, caerá en la miseria el dia que esperimente un contraste ó la pérdida de ella. Los medios de producción natural están rodeados de percances y de consecuencias análogas á las de la persona aludida. Hoy es la falta de lluvias, mañana el esceso de ellas, otro dia la epizootia, la langosta, el oidium , la philloxera y mil otras plagas de las que se originan las crisis, el malestar y la pobreza general. Pero afiáncese y complemén- tese la producción natural por la asociación de la industria, y resultará que ésta ademas de representar por sí misma una nueva fuente de pro- ducción, dará mas valor á aquella utilizando mejor sus frutos, facilitando su exportación bajo formas mas convenientes y evitando la importación de artefactos cuyo valor se eleva estraordinariamente y en relación á los requisitos comerciales á ellos inherentes. Estas consideraciones aplicables á todos los artículos de importación, lo son mucho mas refiriéndose á objetos de cristalería, voluminosos, frá- giles y de un valor relativamente módico. Entre tanto el estado de civi- lización actual no permite prescindir de dichos objetos y de emplearlos como se emplean con verdadera profusión en toda la escala social. El vidrio en sus distintas formas y variados aspectos, constituye un ver- dadero tesoro, del que no podemos prescindir : es constantemente un auxi- liar poderoso asi para el desenvolvimiento de las ciencias, como para la vida y el bienestar de todas las clases sociales. El valor de los efectos de vidrio ha llegado por otra parte á ponerse al alcance de todas las for- tunas, y así vemos que interviene en todos los actos de nuestra existencia, lo propio en el suntuoso palacio del potentado, que en el modesto rancho del paisano. Bajo las variadas formas que recibe y las múltiples aplica- ciones á que se presta, se introduce gradualmente y en razón de su baratura progresiva en las usos domésticos, artísticos y científicos, y constituye un verdadero objeto de primera nececidad. El proletario que reside en la guardilla no trabaja ya con la escasa ración de luz que antes permitía atravesar una claraboya cubierta con un lienzo encerado. No bebe en un repugnante vaso de cuerno sino en copa tallada, y el vino con que se escancia osténtase en la mesa dentro de trasparente botella. Es en receptáculo de cristal donde arde mas higiénica y eficazmente la llama de su lámpara, y si se le antoja ob- servar los efectos de la civilización comparando al proletario de ogaño con el de antaño, no tiene mas que mirarse en el espejo que cuelga de la pared de su aposento. 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A la intervención de la química débense los resultados maravillosos de ésta, como de muchas otras industrias, y las primeras materias á que recurre para la elaboración del vidrio, sea cual fuere su natura- leza, son la sílice, la cal, la sosa y la potasa. Compárense estas con los productos que originan y mídase el sin número de transformaciones que crea la química en la industria que nos ocupa. Es fácil que un trabajador rutinario se ria con la mayor candidez al oir decir que el oficio en qué hace muchos años se ocupa, depende de una ciencia que no conoce. Hará en este caso como aquel que se mofaba de los que pretendían convencerle de que hacia cuarenta años que hablaba en prosa. Pero nada mas cierto; sin embargo, que de la sucesión de los descubrimientos en la ciencia han resultado esos ma- ravillosos objetos que ostenta la industria moderna, como son los mag- níficos espejos venecianos; los cristales de una sola pieza para aparado- res de diez metros de superficie; los espejos y los lentes en que se construyen esos inmensos telescopios que tanto han hecho progresar á la ciencia astronómica; y por último los preciosos artefactos de lae fá- bricas de Clichy, de Saint-Gaubain y de las inglesas, que pueden consi- derarse la síntesis de la ciencia en su aplicación al arte. Un operario intelijente hará objetos de vidrio con la mayor delicadeza exijible, pero acostumbrado á fórmulas determinadas necesita para lle- narlas las mismas sustancias que conoce y que siempre ha usado. De ahí la importación de materias primas que agravan las condiciones eco- nómicas de la industria y que la ciencia enseña á sustituir por otros análogos que pueden obtenerse con facilidad siendo tal vez mejores y á mas módico precio. Casi toda instalación de una nueva industria sufre en su principio un sacudimiento que la pone en peligro: pero si puede resistir al primer empuje, ó si la conmoción no ha producido su ruina completa, es muy probable que prosperará, porque irá ya acompañada de la esperiencia y porque la ciencia acudiendo en su auxilio le trazará las diferentes vias que deban conducirla á la perfección y á la economia. Del consorcio de la ciencia y del arte emanan todos los beneficios directos é indirectos que la industria esparce con mano pródiga. Hace cuatro ó cinco años se hizo en Buenos Aires la primera tentativa de establecer una fábrica de vidrio. Esta fábrica luchando con todos los inconvenientes de una institución nueva que no halla á su alrededor ninguno de los elementos que son propicios para su desenvolvimiento, agotadas por último sus fuerzas cayó, pero dejando ya establecidos ciertos preceptos que otros habrán aprovechado. Quedaron libres artífices que tenían necesidad de poner al servicio de industrias análogas sus cono- cimientos y su práctica, y levantáronse con tales elementos dos nuevas fábricas : la de los señores Pini y Arrigorria y la de Bordoni y O. VISITA Á LAS FÁBRICAS DE VIDRIO 201 Estas son las que visitó la « Sociedad Cientiíica Arjentina » y de que voy á hacer una lijera esposicion. La de Bordoni y O que fué la primera que se visitó, es incipiente y representa un reducido capital. Los operarios principales son dueños ó copartícipes del negocio y marchan paulatinamente para no comprometer los limitados medios de que disponen. Hoy trabajan con un horno de dos crisoles, pero están ya construyendo otro para tres y van también á establecer un obrador para tallar el vidrio. Dicho horno consume dos tercios de tonelada diarios de carbón de piedra y produce unas ocho- cientas libras de vidrio elaborado. Hasta ahora solo se ha hecho uso de vidrio de deshecho, pero se propone fabricarlo de todos los elementos ne- cesarios. Los oficiales en número de cuatro dieron pruebas de conocer perfec- tamente su arte, según los diferentes objetos mas ó menos difíciles ó ca- prichosos que ejecutaron en presencia de los concurrentes. El número total de personas ocupadas en dicha fábrica sería de diez á doce. Al ver la destreza é intelijencia de los mencionados operarios y con- dueños del establecimiento, lo penosísimo de la tarea á que noche y dia están dedicados, siendo la representación genuina del hombre ganando el pan con el sudor del rostro, y al presumir la lucha que por faifa de me- dios deben sostener para salir airosos en su propósito ; dichas personas se hacen dignas de la mayor simpatía, y no puede haber quien no haga votos fervientes para que prospere su industria en beneficio propio y para el mayor lustre y crédito del país donde se halla establecida. Por lo que hace á la fábrica de Pini y Arrigorria denominada «La Na- cional » se halla establecida bajo un pié mucho mas estenso que la pri- mera. Es ya una fábrica con todos los anexos y con todas las perfecciones que enseña la industria moderna. Nada mas sorprendente para quien no lo conozca, que penetrar por pri- mera vez en un taller de fundición y elaboración de vidrio. Osténtase en su centro un colosal horno sistema Siemens ó Boétins con tantas bocas cuantos sean los crisoles que encierre, de las cuales se irradia una tempe- ratura que parece imposible pueda ser resistida por el cuerpo humano. A cada crisol corresponde una brigada de operarios y es por dicha boca de donde sacan estos con la estremidad de la caña, que es un sencillo cilindro de hierro, el vidrio derretido é incandecente que por medio de la insuflación y de lijeras y hábiles manipulaciones se convierte, con ó sin ayuda de moldes, ora en jarra, ora en copa, en botella, en vaso, en tubo de quinqué, en campana, en lámpara para kerosene &a, todo según sea la voluntad ó capricho del operario. El hombre tan familiarizado con el uso de objetos de cristalería, pocas veces se pregunta ni se da cuenta del modo como se trabajan, ni por qué sencillos medios el arte perfeccionado por la sucesión de los siglos pre- 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA senta al atónito observador el mas diáfano, el mas elegante y bien acabado producto del arte que momentos antes no era sino una masa informe. Tal fue la impresión que crei ver pintada en el rostro de los que por primera vez veian elaborar vidrio y cuya sorpresa procuraron acrecentar, por cierto, los numerosos y hábiles operarios que habia en aquel momento, trabajando una gran variedad de objetos, desde los mas sencillos á los mas complicados. He dicho ya que la fábrica á que me refiero, es completa en sus de- talles y así pudieron los concurrentes ver sujetar al tallado varios objetos elaborados, con cuya operación reciben unos mayor brillo por la disper- sión de luz que facilita la simetría de las superficies planas ; otros ad- quieren el contraste de la transparencia y de la opacidad y otros se de- coran ya por medios puramente mecánicos, ya por otros hijos del capricho ó del arte, hasta producirse minuciosos dibujos de paisages en la su- perficie de una copa, como la que el director del establecimiento tuvo la amabilidad de regalar á uno de los señores concurrentes. La fábrica de los señores Pini y Arrigorria tenia en el dia de la visita cuarenta y tres operarios y ha dado ocupación hasta á cincuenta y tantos. Entre esos habia quince muchachos aprendices que pueden considerarse el semillero para la futura propagación de la industria. Consume por dia dos toneladas de carbón y produce próximamente dos mil libras de vidrio elaborado. Emplea como primeras materias vidrios de deshecho para objetos ordinarios, y también lo fabrica de todos los ma- teriales hasta el cristal, haciendo uso de la cal de Córdoba^ del cuarzo de la Banda Oriental, y de la sosa, potasa, minio y arsénico que suministra el comercio estranjero. La continuación de la industria y por consigniente el mejor estudio de ella, ocasionaria sin duda con el tiempo un grande ahorro en la adquisición de las primeras materias, echando mano de las que puede suministrar el país. La cuestión principal para alcanzar este resultado se reduce á favo- recer los medios de comnnicacion, y á que estas materias tengan demanda. En cuanto á la cal, el cuarzo y arena á propósito existentes en la Re- pública y aun en esta misma provincia, no serán jamás agotados por la industria que nos ocupa, ni por ninguna otra. La misma arena de nuestro rio es aplicable á objetos de vidrio ordinarios. Por lo que toca á la sosa, tenemos la que produce el júmen ( Salicornia natrurri ), que la ha suministrado ya abundantemente en otra época para la fabricación del jabón. Recordaré que es para obtener, entre otros, este importante artículo de tan vasto consumo, que he encomiado la con- veniencia de fundar fábricas de ácido sulfúrico. Por otra parte, dicha materia puede ser sustituida por el sulfato sódico que se encuentra na- tural y en abundancia, según tengo entendido, entre los límites de esta provincia y la de Santa-Fé, sal que he tenido yo mismo ocasión de re- conocer. VISITA Á LAS FÁBRICAS DE VIDRIO 203 La potasa puede sernos proporcionada por la ceniza del cardo, del ombú ó de otros vegetales, de cuya incineración resulta muchas veces, un beneficio á la agricultura y á la ganadería. El minio, el arsénico, el manganeso y hasta los compuestos minerales para colorear el vidrio, el cobalto, el cromo, el urano etc, todo lo suminis- trará el país el dia en que la industria los demande con fervor. Es cierto que en contra suya tiene la elaboración del vidrio el costo de carbón mineral que le es necesario. La antigua divisa de los alquimistas sine igne nihil operamur es aplicable bajo todos conceptos á los hornos del cristalería, que mas que consumir combustible, parecen devorarlo. No obs- tante, este y otros escesos de gasto no elevan los productos elaborados en el pais al precio de los artículos análogos venidos del estrangero, y alguno de ellos, según manifestó el Sr. Arrigorria, pueden darse por la mitad del pre- cio de aquellos. La cuestión combustible, por otra parte, es el grave inconveniente que ofrece la práctica de las industrias en el país, para que puedan generalizar- se: ¿pero será tal motivo suficiente para que se abandonen? Lejos de esto, es necesario no desmayar ante los grandes inconvenientes; persístase con empeño en favorecer los medios de comunicación de la República, y dia vendrá, según confio, que tengamos combustible fácil y todas las materias primas mas importantes, sin necesidad de recurrir al comercio estrangero. Mas, no construyamos castillos en el aire, no dejemos vagar á la esperan- za por los risueños y floridos jardines de la imaginación. Entre tanto lo que hay de positivo es que las industrias de elaboración de vidrio, lejos de pros- perar viven muriendo. ¿Y cómo se concibe esto, admitida la base indicada de que los productos pueden salir del establecimiento por la mitad del precio de los que se im- portan ? ¿Puede, por otra parte, dejar de haber consumo en un pais donde los objetos de cristalería que se introducen representan próximamente un valor de cuatrocientos mil fuertes, y donde existen tantas fábricas de cerve- za, de aguas gaseosas y de licores que por sí solos pueden alimentar, no dos, sino doble número de fábricas de vidrio ? Pero los datos que fueron suministrados por el Sr. Arrigorria en el acto de la visita, espücan suficientemente lo que á primera vista parece una anomalía. Por desconsolador que sea el decirlo, la fábrica tiene que espen- der sus productos dando al embalage el aspecto de mercancía venida del estrangero. Así mismo tiene un depósito de artículos elaborados que repre- senta mas valor que el capital de la fábrica. La crisis comercial, por otra parte, la paralización de las industrias que consumen vidriados, todo con- tribuye á que se vea obligado á suspender los trabajos, según nos indicó. Alguna de las personas concurrentes insinuó la idea de que la fábrica se pusiese bajo el amparo de una sociedad anónima por acciones ; idea que fué acogida por el Sr. Arrigorria con entusiasmo y como una medida salvadora. La « Sociedad Científica Argentina i podrá tomar en considera- 204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cion dicha idea, si bien le parece, no sea mas que como medio de apoyar una industria digna de fomento, bajo todos conceptos. Pero yo creo que cualquier medio de protección que se arbitrase no de- bería limitarse á una sola fábrica, lo que serviría solo para fomentar el mo- nopolio; sino á todas las fábricas dedicadas á la misma industria, que es el único modo para que el estímulo pueda desenvolver el progreso, y para que la competencia produzca la baratura. Solo de estos resultados puede esperarse que la industria en general pro- digue los beneficios que entraña. Concluyo Sr. Presidente el presente informe, haciendo votos para que la progresista asociación que V. tan dignamente preside, haga lo posible dentro de la esfera de sus atribuciones para que no fracase de nuevo, entre nosotros, una industria que tantos beneficios debe reportar para la mayor riqueza y gloria de la Nación. Dios Guarde al Sr. Presidente. M. Puiggari. VISITA Á LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS ( Continuación ) ( Véase la entrega III, página 142, Marzo ) METAL DE TIPOS Así se denomina la aliacion empleada en la fabricación de tipos para imprenta. Resulta de mezclar elementos diferentes entre sí y en propor- ciones también variables. Los ingleses lo llaman Type met ü , los alemanes Lettrn-mcttall y los franceses métal de lettres , denominaciones que concuerdan con la que he adoptado. Los elementos usados son: plomo, antimonio, estaño, bismuto, cobre, zinc, hierro, aluminio, y algunos compuestos como el bronce, por ejemplo. I. Plomo. — Este metal se encuentra en el comercio ordinariamente acompañado por otros metales' y por óxido de plomo. De estas impurezas, la mas importante es la última, porque aumenta la resistencia del plomo; de tal suerte que cuando se busca este metal para usos en que debe sufrir presión la presencia del óxido dá idea de su buena calidad (T). Su empleo en la tipografía no es conveniente sin embargo, con esa impureza, porque el óxido es reducible por el antimonio ó bismuto, si este fuese usado. El plomo es fácilmente fusible, y cuando se le calienta á una tem- peratura elevada y se le deja enfriar resulta quebradizo. (t) Wagner.—Chímíe Industrielle ,métallurgie chimique, alliages ect. Plomb, pag. 101, Tom. 1. — París 1873. 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Por esta misma razón hice notar en el capítulo anterior el vicio de calentar las formas en las imprentas. El plomo es el principal elemento del metal de tipos, que aprovecha su blandura. II. Antimonio. — Este metal (estibium) que se encuentra generalmente combinado con el azufre (estilbina) no ha sido aun bien estudiado en sus propiedades en el estado puro. Sin embargo, se sabe ya lo bastante respecto á sus aplicaciones en el metal de tipos, en cuya composición ocupa el segundo órden . Es muy quebradizo, no es dúctil, y es mas duro que el cobre. Estas dos últimas propiedades son precisamente las que han determinado su adopción en la tipografía, porque el antimonio comunica al plomo cierta dureza de que este carece, como sucede en la moneda de plata en que este metal suele mezclarse con cobre para poder resistir mejor al gastamiento ; pues se sabe que hay muchas aliaciones mas duras que los metales de que se forman. El antimonio neutraliza proporcionalmente la blandura y flexibilidad del plomo; y esta propiedad le ha discernido el lugar del segundo elemento indispensable para la aliacion. III. Estaño. — Ademas del plomo y del antimonio se usan aunque ar- bitrariamente otros metales, entre los que mencionaremos primeramente el estaño, porque es el tercero en la composición del metal de tipos empleado en la fundición del Sr. Estrada. Después del plomo el estaño es el mas blando de los metales comunes. Es muy maleable, de modo que sometido al laminador puede dar hojas muy delgadas. La estremada maleabilidad es la causa á que debemos atribuir su uso en la aliacion. Para la fundición de los tipos comunes la proporción de estaño no es elevada, pero puede serlo en la fundición de rayas (1) y otros ele- mentos tipográficos que pulimenta el laminador. IV — Tales son los tres metales usados en Buenos Aires con genera- lidad y con preferencia en la fabricación de tipos de imprenta. Tuede decirse también que ellos son los mas baratos. El plomo es un producto nacional. El Sr. Estrada emplea plomo de Córdova en sus talleres, y creo que muy pronto usará también el estaño argentino. En cuanto al antimonio también lo pueden suministrar nuestros ricos distritos mineros del interior. Conozco algunas muestras notables de sulfo antimoniuro de cobre de Famatina, del cual guardo algunos fragmentos en mi pequeño museo. (1) Rayas. — Reglas destinadas á producir líneasVgruesas ó finas, ó bien unas y otras simultáneamente. Por ejemplo: Raya gruesa — ■ ; Raya fina ; Raya mixta VISITA Á LA FUNDICION NACION 4L DE TIPOS 207 En la Exposición Preliminar de 1876 tuve ocasión de examinar dos muestras de sulfuro de antimonio, de la Rioja y Catamarca. Sin embargo preciso es confesar que la fundición de tipos que no tiene todavía un vasto mercado, pues el periodismo y la tipografía tienen aun que hacer mucho camino aqui, no puede sostener una fuerte de- manda de metales. Las fundiciones tienen un recurso valioso, el pastel , (1), que es á la fábrica de tipos lo que los trapos al productor de papel, ó lo que la chafalonia á los plateros. Esta ventaja, y la gran dificultad de los trasportes en el Interior, son la causa de que las fundiciones no con- suman mayor cantidad de metales argentinos. V. Bismuto. — El uso de este cuerpo es limitado, porque es escaso relativamente á los otros, y por consiguiente mas caro. El bismuto es duro, se pulveriza fácilmente, y es poco maleable. Sin embargo suele ser empleado en algunas fábricas para ciertas apli- caciones especiales, la siguiente aliacion: Plomo 30 Estaño 20 Bismuto 50 100 Esta aliacion funde á los 91°66c ; y conviene especialmente para re- producir viñetas, por la siguiente razón que dá Wagner : (2). «Antes de estampar un grabado sobre madera, por ejemplo, es nece- « sario que la masa metálica se haya enfriado tanto que esté pastosa. » «A causa de la espansion que el bismuto esperimenta al solidificarse, « este metal es el mas conveniente para este uso.» No obstante la Fundición Nacional no lo emplea, y con su aliacion de plomo, antimonio y estaño reproduce magníficas viñetas. El bismuto es bastante quebradizo, como ya he dicho, y usado en gran cantidad para elaborar tipos comunes daría resultados negativos. VI. Cobre. — Hé ahi uno de los metales mas populares por su aplica- ción al sistema monetario y á otra infinidad de objetos. Funde á una temperatura muy elevada, y es dúctil como lo demues- tran los alambres de cobre muy finos. Dos inconvenientes capitales ofrece el cobre al [fundidor. El primero, es su precio mayor que el de los metales ya mencionados. Ei segundo, es que el cobre fundido á muy alta temperatura dá un producto poroso y ampollado. (1) Pastel. — Las líneas ó planas de la composición que se desorganiza, y los tipos in- servibles. (2) Wagner. — Obra citada. Página 125 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Al enfriarse esperimenta una dilatación aparente, tendiendo á ocupar mayor espacio que mientras estaba fundido. La masa de cobre resultante no puede ser trabajada con facilidad por- que el orden de las moléculas de la masa es destruido por la cristali- zación, y por los vacíos que se forman en el interior de aquella. Sin embargo la tipografía usa eficazmente el cobre para matrices, como se verá después. No me cabe duda á pesar de todo, de que el cobre es un metal escelente para tipos, como lo seria el aluminio, si no fuese el valor elevado de ambos. Alguuos prácticos han propuesto cobrizar los tipos, es decir, reves- tirlos con una capa de cobre, en cuyo estado podrían ser lavados sim- plemente con agua y jabón. El lavado seria también mas fácil porque la tinta no se adhiere tanto al cobre como á los otros metales ordinariamente empleados. Pero todo lo que se ahorraría en potasa y en conservación del tipo se iría por otro lado en el valor del cobre ; de suerte que no veo que haya ventajas positivas en cobrizar los tipos. El precio del cobre es, en efecto J y hasta ¿ mayor que el de los otros elementos. En Alemania se emplea hasta un 5 °/0 de cobre y hierro en la alia- cion para darle mayor resistencia , y hacer por lo misino tipos mas duraderos. Una aliacion en que el cohre esté representado por por ejemplo, observa un autor, producirá tipos mas flexibles y elásticos de manera que no se aplastarán fácilmente bajo la presión de la prensa ó del tambor. Esta observación ofrece el mismo inconveniente de las anteriores. La economía por la duración del tipo se compensa con el mayor precio de la aliacion á causa del cobre. Estas razones influyen sin duda para que los fundidores hagan poco uso de ese metal. No obstante, en otro lugar, veremos cuan eficazmente es aplicado en la Fundición Nacional á la reproducción de viñetas. Siendo los trabajos comerciales y administrativos, los mas provechosos para las imprentas, los impresores han procurado siempre perfeccionarlos para luchar con la litografía, que se los arrebataba. Pero la lucha era imposible, porque la imprenta, para rayar una cuenta horizontal y verticalmente, tenia que recurrir á los rayadores de papel ó hacer dos tirajes. Ademas, las líneas hechas con rayas de bronce comunes eran demasiado fuertes y por consiguiente la litografía vencia á la imprenta con facilidad. Con el sistema de cuadrados de bronce puntillado, esta desventaja ha desaparecido del todo, pundiendo hacerse con él y con mayor facilidad, VISITA Á LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS 209 rayados de todas especies, y variar á voluntad la separación de las co- lumnas verticales, produciendo la impresión un rayado gris y exacto, que supera al que se obtiene en la piedra. Con este sistema de cuadrados móviles, una imprenta puede hacer los rayados mas complicados, imprimiéndolos en un solo tiraje. Este es uno de los nuevos adelantos mas útiles de la tipografía. Para esta aplicación se emplea con preferencia el cobre. Y1I. Zinc. — Es un metal quebradizo y menos duro que el cobre, pero sin embargo, tiene una propiedad que lo adapta á los usos de la tipografía: tal es su gran resistencia á la compresión. Los tipos de zinc tal vez darían buen resultado, como los de cobre, pero sobre este punto no tengo opinión invariable, porque no lo he es- perimentado. En las aliaciones el zinc sufre alteraciones profundas que no lo dejan en condiciones de ser útil á la imprenta. Cuando el zinc no es puro y existe aliado á ciertos otros metales no resiste á la compresión y se rompe con facilidad. VIII. Hierro. — Como he dicho hay opiniones de que un 5% de hierro en el metal de tipos es una garantía de duración y resistencia. Se ha propuesto también utilizar ia limadura de hierro fundido. No obstante el hierro no tiene aceptación, porque resulta muy caro en razón de la alta temperatura á que funde. IX. Aluminio. — Es mas duro que el estaño; pero mas blando que el zinc y el cobre. No se alia con el plomo y es soluble en la lejía de potasa tan usada en las imprentas de Buenos Aires, como he dicho. Además su precio es muy elevado. En Francia se ha pagado hace algún tiempo de 120 á 140 francos el kilogramo. No es adoptado en las fábricas de tipos en el esterior, ni en Buenos Aires. X. Bronce. — El cobre es usado generalmente en las imprentas para las letras de encabezamientos ó titulares de las seccioues de los diarios ó de otros objetos, pero no en forma de tipos fundidos, sino en lingotes con las letras grabadas y á veces estereotipadas. Ha venido sustituyendo poco á poco al cobre en este empleo, hasta que lo ha reemplazado el bronce, que es uno de los derivados del cobre. El bronce es una aliacion que resulta de las siguientes mezclas : El valor de esta aliacion es menor considerablemente que el del cobre, y de ahí que se la use en numerosas aplicaciones. Zinc. Cobre, Estaño. 2a Cobre. Estaño. 3a Cobre. Aluminio. 16 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La esperiencia propia me permite asegurar que los títulos en bronce duran mas que los tipos provenientes de la aliacion ordinaria llamada metal de tipos. Yo preferiria pues carácteres de bronce, si el precio no fuera un in- conveniente sério. Esta opinión avanzada tiene su fundamento atendible. Se ha ensayado en la imprenta de La Prensa la adopción del bronce para todos los encabezamientos, inclusive el nombre mismo del diario. Se ha usado allí también el bronce para rayas y puntos. El éxito ha sido inmejorable. La Prensa ha consumido tres fundiciones del metal de tipos, y todos los encabezamientos grabados en bronce, así como el puntillado y las rayas, siguen en el mejor estado y perfectamente conservados. Agregaré algo mas, y esto parecerá sorprendente. Desde que se fundó La Prensa (1809) hasta hoy se usan muchas rayas de bronce y aun serán usadas durante algunos años. Estos hechos que de cerca he observado, me impulsan á afirmar que la mejor aliacion para tipos de imprenta en cuanto á duración sería el bronce. Y aun su alto precio no sería suficiente para arredrar, porque tanto vale comprar una fundición (1) de bronce cara, pero que dure cinco años^ por ejemplo , como comprar dos fundiciones mas baratas en el mismo lapso de tiempo. No puedo, sin embargo, decidirme relativamente á este punto porque no he hecho ningún esperimenlo sobre el tipo pequeño en bronce. Y esto es esencial, porque cuanto mas fino es el ojo de la letra, es mas débil y cede mas fácilmente á las acciones destructoras de que en otro capítulo me he ocupado. Mis esperiencias han sido hechas sobre letras de bronce de ojo grande que presentan mayor superficie y contornos mas gruesos, de modo que su deterioro tiene que ser muy tardío. Por lo demás se hacen caracteres de bronce, pero para el uso esclusivo i de los encuadernadores ; pues en las imprentas aun no han sido adop- tados. XI. — Después de esta breve revista de las propiedades de los metales y aliaciones usadas en las fundiciones, voy á dar algunas interesantes noticias sobre la composición de varias clases de tipos. Los alemanes exijen muchas condiciones buenas de los tipos, y entre ellas que no corten el papel. Kerl (2) aconseja el empleo de */io hasta '/« de antimonio según (1) Fundición. — Se entiende por tal el surtido completo de tipos con que se monta una 1 2 imprenta. Cada vez que se deshecha el material viejo es reemplazado por una fundición 1 nueva. (2) Kerl. — Química aplicada á las ciencias y á las artes ( edición alemana) 187L VISITA Á LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS 211 la fuerza que se quiera dar á las letras, conforme á las resistencias que deben sufrir. Para los caracteres mayúsculos indican 1 parte de antimonio y 6 ó 7 partes de plomo. Para los caracteres menores 3 de plomo sobre 1 de antimonio. Para los caracteres comunes 1 de antimonio con [4 hasta 5 de plomo. Para las rayas 1 de antimonio por 10 de plomo, Si á estas aliaciones se agregase un poco de bismuto, en la proporción de 7„ hasta Vio por ejemplo, se fundiría mejor la mezcla, resultaría mas sólida y la operación sería mas rápida. Hé aquí esta aliacion : Plomo . . .. . 10 Antimonio 2 Bismuto 1 Se vé pues que en estos datos predomina el plomo, especialmente en el metal destinado á las rayas que pasan por el laminador. Esta clase de tipo, aconsejado por Kerl, es blando á causa del predominio del plomo. El estaño entra á la aliacion alemana solamente para los trabajos de estereotipia y en una proporción de V2 hasta 2 °/0. Pero los buenos tipos ingleses y franceces contienen estaño en dosis importantes. Lo demuestran los siguientes análisis de tres clase de tipos ingleses (1). 1° 2° 3o Plomo 69,2 61,2 55 Antimonio 19,5 18,8 22,7 Estaño 9,1 20;2 22,1 Cobre 1.1 — — Estos tipos son superiores á los alemanes sin duda; como igualmente lo son los franceses que dan estos resultados (2) : Plomo 55 Antimonio 30 Estaño 45 No recuerdo quien ha observado que en los Estados-Unidos predomina el genio industrial de los alemanes, lo que no es de estrañar dada la gran masa de población teutónica que ha ido á engrosar la población de la Union. En cuestiones tipográficas la opinión es exacta. (1) Díngler’s Journal , pag. 38, Vol 175. (2) Id. id. id. id. 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Un análisis de dos clases de tipos americanos dice (1): i» 2° Plomo 78,01 77,29 Antimonio 2 1,51 22,69 La evaporación del antimonio ha sido causa de que se idearan nuevas aliaciones. Se proponía la supresión del antimonio en el metal de tipos, y su reem- plazo por el cobalto y por el nikel. Se proyectaba en consecuencia la siguiente mezcla (2) : Plomo. . . . Antimonio Estaño. . . , Nikel . .. . Bismuto . . Cobre . .. . Cobalto. . . 100 \ 30 20 8 2 8 5 173 Esta mezcla de oríjen aleman puede aceptarse como un ensayo teórico; pero no es practicable por las razones que he espuesto al ocuparme someramente de los metales útiles para la fundición. Los tipos del uso cómun en Inglaterra no tienen mas que dos ele- mentos. Hé aqui varios ejemplos : Plomo Antimonio Plomo Antimonio. Plomo Antimonio Plomo Antimonio Plomo Antimonio Plomo Antimonio Tipos comunes » grandes y blandos » grandes » medianos » pequeños y resistentes j> mas pequeño XII — El señor Estrada me ha proporcionado una colección de los ele- mentos empleados en su fundición y tengo en mi poder fragmentos del metal de tipos en ella usado. Deseando conocer exactamente su composición química y discutirla para mayor ilustración del lector y del asunto que me ocupa, rogué al químico arjentino D. Pedro N. Arata, nuestro consocio, que tuviera la bondad de (1) American Chemist. — 1875, — Junio, — Pág. 436. (2) Ernnst Spon. — Woreshop Receipts . — 1873, Londres. VISITA Á LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS 213 hacer los análisis de las varias muestras de metal de tipos que habia recibido de la « Fundición Nacional ». Tres son las principales. El señor Estrada me las remitió con las leyendas que se espresan en seguida : I II III Metal preparado para Metal preparado Metal cobrizo imposición y rayas. para tipos. para tipos. Los análisis verificados por el Señor Arata con la colaboración de nuestro consocio el Señor Knoblauch dan estos resultados : I II III Plomo Antimonio .. . . 78,90 21,10 64,62 35,38 69,15 30,85 100,00 100,00 100,00 Vestijios de cobre. Los vestijios de cobre hallados en el análisis son debidos á impurezas del antimonio, y no á mezclas artificiales, pues aunque la muestra III dice: metal cobrizo , la escasísima proporción del cobre me autoriza á pensar que ella es casual y no preparada. En general el metal de tipos que he recibido del Sr. Estrada es análogo al usado en las fábricas alemanas y norte americanas, pues uno y otro solo se forman de plomo y antimonio en proporciones mas ó menos diferentes, según el tipo que se quiere producir; y lo es igualmente al tipo común inglés aunque varíen las proporciones, como puede verse compa- rando con los datos consignados anteriormente. El metal que el Sr. Estrada me ha remitido corresponde á tipos que no son de primera calidad, si bien es cierto que no difieren gran cosa de los franceses que son muy buenos. Estos tienen una regular proporción de estaño de que carece el metal analizado por el Su. Arata. Conviene que recordemos que debe haber sufrido una equivocación el preparador de los metales que me ha remitido las muestras de la Fundi- ción Nacional, pues ha olvidado enviarme la del metal de tipos que con- tiene estaño; y digo esto, porque he recibido una muestra del estaño que emplea la fundición. De manera que después de esta observación puedo concluir afirmando que la Fundición Nacional emplea generalmente tres clases de aliaciones. La primera de plomo y antimonio en la que predomina el plomo. La segunda de los mismos elementos, pero con mas ó menos antimonio, siendo poco importante esta variación sobre cien partes. La tercera que contiene plomo, antimonio y estaño. 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Respecto á la primera diré que me parece muy buena para el destino que tiene, que es convertirse en rayas, que pulimenta el laminador. Es necesario pues un metal blando, cuya blandura no debe ser sin em- bargo excesiva, y de ahí su neutralización parcial por medio del antimonio que entra en la proporción de ’/4 de la mezcla. Esta aliacion solo sirve para rayas gruesas ; para rayas finas es poco resistente y en todo caso es preferible el bronce ó el cobre. La segunda, á la que corresponden las muestras III y II son para un metal bueno ; pero que no es de primera calidad, en mi modo de apreciar las cosas. Sin embargo, esa fundición es ventajosa y económica para surtir impren- tas de segunda órden, y en esta virtud el señor Estrada ha hecho bien de adoptarla. Pero en imprentas de primer órden y en las de obras donde se requiere una letra que conserve su belleza, sus contornos y su claridad, debe preferirse el tipo fundido con estaño, que es el que corresponde á las fábricas francesas y á algunas inglesas. El tipo común pequeño fabricado con plomo, antimonio y estaño es el de primer órden, en mi opinión. El antimonio disminuye la ductilidad del plomo y esta mezcla que ni es blanda ni es dura recibe del estaño propiedades especiales que la mejoran notablemente; tal es cierta resistencia contra las causas que achatan el tipo. La acción del estaño es muy importante por sus efectos en la aliacion. Aumenta la dureza del plomo siempre achatable, y neutraliza la gran frajilidad del antimonio, produciendo una aliacion maleable sin esceso, y dura cuanto conviene á la conservación del tipo de imprenta. Las aliaciones de antimonio y plomo ofrecen el peligro de ser muy quebradizas si predomina el antimonio, y de ser muy blandas si abunda el plomo. Por eso les considero de segundo órden y creo indispensable evitar uno y otro inconveniente con el uso de una prudente proporción de estaño que no debe ser menor de un 10 %• Ignoro en qué proporciones se usa en la Fundición Nacional para tipos de primer órden, pues no recibí, como dije, muestras de metal preparado con estaño ; sin embargo, las reglas de las fábricas francesas son bastante conocidas y es de suponer que serán observadas al tratarse de preparar tipo de primera calidad. El señor Estrada está preparado pues para producir tipos de primero y segundo órden, lo que por otra parte, no depende de su voluntad sino del deseo y del capital de los clientes, condiciones á las que se ajustan los pedidos. Mis apreciaciones sobre los tipos del señor Estrada concuerdan con el premio que han obtenido en la Exposición Internacional de Santiago de VISITA Á LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS 215 Chile, que es el primero en competencia con las fábricas estranjeras, como se ve por estos datos que ha publicado la prensa de Buenos Aires : Ia Medalla. — Nemecio Marambio, de Valparaíso (Chile), fundición de tipos. 2a Medalla. — Angel Estrada, de Buenos Aires (República Argentina), fundición de tipos y viñetas para imprenta. 2a Medalla. — Geo Masther y Son, útiles tipográficos de varias clases. 2a Medalla. — James Conner’s Son, Nueva York, fundición de tipos (fundada en 1796). 3a Medalla. — Coliusand y Ca, Nueva York, artículos de imprenta. Mención honrosa. — Bruceand y Ca, Nueva York, fundición de tipos y viñetas (fundada en 1804). Mención honrosa. — A. B. Newbury, Nueva York, artículos para imprenta. Mención honrosa. — Alberto M. Kast (Alemania), útiles de imprenta y litografía. PiSSOSES y MATRICES XIII. — Las operaciones de la fundición comienzan con la grabadura del Punzón. Llámase punzón á un lingote de acero, cilindrico ó cuadrado, en cuya extremidad está grabada en relieve la letra que se quiere fundir. Hay tantos punzones cuantas letras y signos se necesitan para cada ca- rácter. Grabada la letra en la estremidad del punzón el artista se sirve del ca- libre, instrumento destinado á medir la altura del ojo de la letra. El calibre mide las letras cortas como la e¿, la c, la i ; las largas , sea superior ó inferiormente prolongadas, como la d , la g , etc ; y las llenas ó de doble prolongación como la /“, por ejemplo. Se emplea además el mismo aparato como medidor de letras de diferentes cuerpos. XIV. — El punzón es sometido á la prueba antes de ser empleado. Los franceses llaman á esta operación la fumée , mas yo la denomi- naré simplemente rectificación. Consiste, en ahumar en la luz de una vela la letra grabada en el pun- zón, é imprimirla en seguida sobre papel blanco. La letra impresa debe presentar con pureza y claridad sus rasgos finos y los gruesos; procediendo en caso contrario á hacer las correcciones necesarias. Después de rectificado el punzón se le dá el temple necesario para horadar metales resistentes por medio de golpes de martillo, que recibe en su estremidad. XV. — Se ha adoptado para la reproducción de la letra del punzón el cobre. 216 é ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se corta en pequeños lingotes, que varían con el tamaño de las letras, tienen la forma de paralelipípedos. En una de las caras de este sólido se graba el punzón. Suele romperse por causas diversas, entre las cuales las siguientes ocupan el primer lugar: La falta del temple necesario. No tener vertical el punzón en el momento de golpearlo. Los defectos del acero. Fournier. (1) aconseja, para prevenir estos accidentes lo siguiente: « Para estampar la matriz, cuyo grabado exije una delicadeza parii- <í cular, se usan con generalidad matrices incrustadas de pl^ la, porque « este metales mas blando y susceptible de recibir y de reproducir con « mas limpieza la impresión del punzón. Las matrices de la fundición del Sr. Estrada son de cobre. El paralelipípedo de que antes hablé, con la letra del punson ya grabado, es lo que se denomina la matriz. La matriz es susceptible de rectificación. Esa operación consiste en cuadrarla según la impresión que ha reci- bido del punzón y en igualar la profundidad del ojo de la letra, que varía con la mayor ó menor intensidad de los golpes. Después de las operaciones del punzón y de la matriz entrase á la fundición propiamente dicha. El Sr. Estrada recibe los punzones y matrices de Francia, de suerte que no he presenciado su elaboración el dia de la visita, habiéndonos limitado los concurrentes á inspeccionar los ejemplares concluidos. HOMO XVI. — En un galpón del interior déla casa de la Fundición Nacional se encuentra el horno en que se funden y mezclan los elementos de la aliacion. Se compone de un cubo de material sólidamente construido con una puerta que da paso al combustible ; y con una abertura circular en su cara horizontal superior, que recibe el crisol en que se funden y mezclan los metales. Sobre la cara del cubo en que está el crisol se coloca un aparato adi- cional de hierro fundido que tiene la forma de cono truncado que termina en un cilindro. Este aparato cubre el crisol, dejándolo visible por una ventana que se abre y se cierra según convenga, la cual ha sido abierta en la parte có- nica del aparato adicional. Un solo operario maneja el horno. (1) Henri Fcurnier.— Traite de la Typographie , 3me éditíoD, Tours 1870, pág. 37. VISITA Á LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS 217 Hecha la fundición se estrae la mezcla con una larga cuchara de hierro y se derrama en los moldes que le dan la forma de lingotes, en que pasa á los depósitos. El hornero tiene cuidado de separar la escoria. XYIÍ. — El aparato adicional que cubre al crisol me proporciona la ocasión de comunicar á los lectores algunas noticias sobre un fenómeno muy general en tipografía y por cierto muy grave y digno del estudio y de la meditación de personas mas ilustradas y científicas que yo. Tales son los envenenamientos. El antimonio no se encuentra puro por lo general y contiene entre otras impurezas arsénico. Al fundir los elementos del metal de tipos, se desprenden exhalaciones arsenicales que inhaladas por el hornero le producen un rápido envene- namiento. Se le combate con leche. Por eso el hornero debe bebería en abundancia durante la fundición. Sin embargo, el aparato adicional de que antes hablé tiene por objeto también facilitar el escape de los vapores deletéreos, sin que puedan afectar al obrero, durante la fundición. El peligro comienza al abrirse la ventana del cono para observar el crisol ó estraer el metal de tipos. Me cuenta el señor Estrada que el hornero de la Fundición Nacional, que es un español de edad muy avanzada, ha estado dos veces á la muerte por haberse envenenado. El dinero que recibía para comprar la leche necesaria, lo ahorraba y no bebía el preservativo contra el veneno. M©1L©ES. XVIII. — Después de la preparación del metal de tipos, se pasa á la trasformacion en letras. Las máquinas destinadas á este objeto que ostentan los talleres de la Fundición Nacional, pertenecen á dos categorías, que hemos agrupado bajo las denominaciones de máquinas primitivas y máquinas perfeccionadas. Unas y otras difieren radicalmente como la carreta de bueyes y el ferro- carril. Sin embargo unas y otras tienen idéntico organismo en cuanto á la forma que ha de tener la letra. Tal es el molde que llevan las primitivas como las perfeccionadas. Cedo la palabra á Fournier, ya citado, en lo relativo al molde : « El molde que sirve para la fundición de letras, dice, se compone de « cuatro partes, de las cuales dos son invariables y reglan la fuerza del « cuerpo, y las otras dos paralelas, como las primeras, se acercan ó se ale- « jan según el espesor de la letra.» 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « El obrero coloca la matriz á la estremidad del molde, donde queda <í sujetado por un pequeño crochet de hierro. i> Debo recordar que si bien en las máquinas perfeccionadas la matriz se coloca en la estremidad del molde, como en las primitivas, en aquellas no es sugetado por el crochet. La letra se compone de varias partes que no podrían obtenerse con exactitud sino fuera el molde. Desde luego es una figura geométrica que tiene longitud, latitud y pro- fundidad. Se han adoptado denominaciones mas adecuadas en soslitucion de las precedentes. La longitud se llama en tipografía la fuerza del cuerpo , y tiene por me- dida la distancia comprendida entre dos líneas paralelas, una perpendicular á la estremidad de un signo de prolongación superior (como la d ) y la otra á un signo de prolongación inferior (como la p. ) La latitud es el espesor , llamado también grueso , ó sea la relación que existe entre unas y otras letras, consideradas en cuanto á su desarrollo horizontal. Así por ejemplo se dirá que la m es mas gruesa que la t. La altura ó el árbol es la distancia que media entre el ojo de la letra y la cara paralela de la misma que es lo que se llama el pi¿. La fuerza del cuerpo es una propiedad distintiva de cada carácter ( 1 ) ; pues de ella se deriva el nombre de los caractéres según el número de punios contenidos en la letra. La altura de todas las letras de un carácter debe ser la misma, por la razón de que al imprimir sus ojos forman un plano horizontal. Hay otros signos que no son destinados á la impresión, sino principal- mente á espaciar , es decir, á conservar las convenientes distancias entre las palabras. Tales signos denominados cuadrados , cuadratines , medios cuadratines y espacios , según su grueso que varia entre 0m,015 y 0m,001 (y á veces menos) por ejemplo en las fundiciones para diarios, no son de la misma altura de las letras, y suelen ser '/3 mas bajos. La importancia del molde estriba, pues, en la conservación de las me- didas y condiciones que acabo de enumerar. ( Continuará . ) Estanislao S. Zeballo. ( 1 ) Carácter . ... « Pero este término tomado aquí en su acepción especial quiere decir, el conjunto de todas las diversas letras que componen una caja , y por consiguiente que soá fundidas con igual ojo y cuerpo . » « Se ha imaginado sacar sus nombres de las relaciones materiales que existen entre ellas; y en consecuencia se ha adoptado una medida común, que se llama punto tipográfico y que es la sesta parte de la linea del antiguo pié del Rej.» (Fournier, par. 1, Chap. I, Comp/Pág. 16. ) OBRAS PÚBLICAS EL PUERTO DE BUENOS AIRES Difícil seria hallar un asunto, una cuestión, una idea que durante largo tiempo sostenga siempre viva la atención de las gentes como la viene sosteniendo años ha, la del Puerto de Buenos Aires, que parece tener el privilegio esclusivo y á perpetuidad de no envejecer, ni acertar, ni fatigar á nadie. Siempre la idea se mantiene viva : siempre las discusiones vuelven con nuevo vigor : siempre se sigue soñando : y sin embargo la cuestión no gana terreno, antes al contrario, puesto que desde el momento que se sigue un camino equivocado, cuanto mas se adelanta en él, tanto mas se apartan del verdadero resultado. Inútil seria hacer aquí ahora una relación de la triste historia del Puerto de Buenos Aires hasta nuestros dias, porque es de todos cono- cida ; pero sí diremos en resúmen , que la Nación ha gastado mas de trescientos mil fuertes en conseguir que no se sepa si es ó nó fac- tible el puerto en donde se pretende establecer, y que tengamos que vol- ver á empezar desde el principio. Parecía natural que después de los errores cometidos y que tan caros han costado, se hubiese por lo menos sacado algún producto de tan penosa esperiencia, y que las dos frases aquellas «errando se aprende» y « es de sabios cambiar de parecer » serian la base de la nueva vía que condujera al verdadero puerto. Pero desgraciadamente las cosas no han pasado así. Se ha errado pero no se ha aprendido. Los sabios no han cambiado de opinión. ¥ ★ ★ Se habia puesto en tela de juicio el proyecto de Bateman : parecía cosa resuelta su aceptación y realización inmediata, pero este proyecto que parecía invulnerable, tenia según algunos un talón de Aquiles que era su canal. 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Y tanto se gritó, y se clamó, y se escribió contra el malhadado canal, que fué necesario dar oídos, no diremos á la opinión pública, pero si á la opinión ilustrada , y se hizo la concesión, prévio un ensayo, que una vez efectuado y para que sirviera de medida á lo que iba á venir después, fué presupuestado en cuarenta mil fuertes y costó mas de ciento veinte mil. Pocos meses después el canal se cegó y desapareció por completo, pero esta prueba que demostró que el talón de Aquiles existia, hizo ver el mal, pero no hizo aprender su origen. El proyecto de Bateman quedó por este hecho poco menos que desa- huciado, aunque debiera haberlo sido por completo : el privilegio es- clusivo que parecia tener, desapareció; y no queriendo los legisladores relegar al olvido la gran necesidad de dotar de un puerto á Buenos Aires, ni tampoco oponer á las opiniones de las personas competentes y autorizadas que habían fallado contra el canal, una decisión suya favora- ble al interesado, pensaron en derogar la ley antigua y hacer otra que diera nuevo impulso á la idea magna y la llevara al terreno práctico. Esta tendencia tenia dos fases á saber : una la de los proyectos de ley primitivos, y otra la de la ley que después se sancionó. Yéamos cuales fueron. Hay hechos que por mas que uno los vé y los palpa no se loses- plica : se sienten pero no se presienten ; y no queda con ellos mas que el recurso á que apelaban los antiguos químicos, de esplicar por la acción catalítica las reacciones cuyo verdadero origen no entendian, ó bien como hoy se justifica la aparición ó desaparición de ciertas islas en el océano, por las acciones volcánicas, ignorando que quizás pue- dan existir otras causas tan poderosas y completamente distintas, que dén análogos resultados. Esto ha sucedido con los proyectos de ley sobre el puerto, y con la ley que por fin se sancionó. Partió el asunto de la Cámara de Diputados, y se presentaron dos proyectos, el de la mayoría de la Comisión y el de la minoría. El primero tenia mas de reglamento que de ley : determinaba con- diciones que por sabidas debieron callarse puesto que sin ellas no hay puerto bueno ni obra buena, y al pretender un cuerpo legislador ocu- parse del calado de los buques y de la calidad de los ladrillos invadió en pleno el terreno de los ingenieros. Este proyecto tenia algo de bueno, que era el artículo Io sobre la practicabilidad del puerto de Bateman, y el 2o en cuanto á lo de nombrar una Comisión que juzgara los proyectos presentados. Sin embargo este artículo 2o presentaba un lunar muy notable que EL PUERTO DE BUENOS AIRES 221 era pretender que la Comisión se compusiera de personas competentes y de ingenieros. Mil veces hemos hecho las siguientes preguntas sin haber obtenido respuesta alguna ¿quiénes son los que no siendo ingenieros pueden considerarse como personas competentes para estudiar, proyectar y cons- truir puertos? ¿ Y qué grado de competencia alcanzan estas personas cuando así se las antepone á los ingenieros? Creemos firmemente que había de ser muy difícil dar contestación satisfactoria y que justificara la pretendida ingerencia de esos competen- tes en un asunto que puede llamarse de alta ingenieria y que es de los mas difíciles que se han de presentar en el país por largo tiempo. * * * El segundo proyecto presentado por la minoría tiene también su par- te invasora : no puede prescindir de reglamentar: hace pliegos de con- diciones y limita presupuestos, pero ¡ cuánta luz arruja sobre la cues- tion ! ¡ Cuánto mas directamente marchan por el verdadero camino! La primera ley-proyecto, mandaba hacer el puerto, es decir lo que en realidad no se sabe aun si puede hacerse: la segunda, mas atentos sus autores á las lecciones harto caras de la esperiencia, dándola una importancia que otros no la dieron, ¡manda estudiar t Su artículo 2o es un timbre de gloria para los Diputados que la suscribieron. En vez de obedecerá deseos inmoderados é impaciencias justificadas : comprendiendo que falta base para todo y que es necesario en primer término conocer el terreno que hemos de pisar, se desentienden de los que quieren entrar en la casa por la ventana, y quieren ante todo el estudio del Plata y sus tributarios. Con esto lanzaron á la luz la idea madre y la patrocinaron, pero desgraciadamente les faltó calor bastante para fecundarla ; unos y otros, mayoría y minoría, estaban condenados á ver morir su obra en el pe- ríodo de la incubación, y lo que es mas, á dar por resultado una especie de caja de Pandora, porque esto y no otra cosa es la actual ley sobre el Puerto de Buenos Aires. Y no podía menos de ser así. Tomó algo de los dos proyectos, pero casi tomó lo peor : después sufrió una segunda reforma en la que perdió otra dosis de la poca parte buena que le quedaba, y al fin salió á luz, muerta; sus resultados tienen que ser negativos. El tiempo lo dirá. * ★ ★ Parece imposible que la unión de tantas buenas voluntades haya podido producir tan tristísimo conjunto. 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El camino se erró desde un principio y se llegó hasta el punto de discutir y apoyar proyectos particulares. Verdad es que no habia la debida libertad para discutir. Mal se con- feccionaría una buena constitución si el local en que la estudiasen los convencionales estuviese rodeado de un pueblo armado, tumultuoso, irre- flexivo y ambicioso, y mal podia discutirse el asunto cuando se respiraba una atmósfera caliginosa, infestada digámoslo asi de concepciones mons- truosas : agobiados los congresales bajo el peso de un sin número de proyectos, y concepciones mas ó menos atrevidas, y en algunos de los cuales dominaba mas la ambición que la razón, la osadía mas que la ciencia. No habia en el público mas que una idea dominante y un solo bando ; todos estaban afiliados á él, dividiéndose en dos grupos de tendencias definidas ; uno, el de los que querían hacer el puerto, y otro el de los que querían que sé hiciera, y puesto que la opinión al esterior pedia puerto, en el interior hubo de mandarse hacer puerto. Esto es lógico. Son muchos los que en momentos dados resisten con valentía sin igual al soborno y á la amenaza * son pocos los que se alreven á afrontar la opinión y á perder la popularidad que tanto alhaga : son menos los que á fuerza de oir hablar uno y otro dia de una cuestión determinada, dejan de adherirse á alguna de las opiniones reinantes, que acaban por hacer suya casi sin apercibirse de ello. No hay propa- ganda vana: no hay insistencia inútil: y sin que nadie haya podido darse cuenta de ello, obrando con la mejor buena fé y sinceridad, se ha procedido sin la tranquilidad de espíritu necesaria, y sin la cual no hay trabajo verdaderamente estudiado é independiente. Prueba de ello es la misma ley. La simple lectura de su primer artículo descorazona, ¡ cómo no, si constituye un verdadero golpe mortal en el asunto ! ¥ ★ ★ Parecía que el país debía estar cansado y aburrido de notabilidades estrangeras. Y parecía mas aun: se empezaba á marcar al espirar la legislatura anterior (1874) una tendencia á dificultar la entrada de los ingenieros estrangeros al servicio del gobierno, y así lo demostraba el hecho de exigir en los proyectos de reorganización del Departamento, que el gefe del cuerpo tuviera la nacionalidad argentina; y este hecho que nos limitamos á consignar sencillamente sin comentarios de ningún género, está en palmaria contradicción con lo que se establece en el art. Io de la ley sobre las obras del Puerto de Buenos Aires, y con lo que se pretendía en algunos de los proyectos de ley primitivos. En efecto : el manifestado deseo de que el Director de los Ingenieros Nacionales fuese un argentino, no podia reconocer mas que dos causas: desconfianza en los estrangeros, ó lo que es mas probable y mas natural, deseo de proteger á los hijos del país. EL PUERTO DE BUENOS AIRES m Si es lo primero ¿cómo se reserva esclusivamente á un estrangero la obra mas importante, mas costosa, mas comprometida y trascendental que necesita la República Argentina? Si lo segundo ¿puede llamarse protección al querer dar á los soi-disant protegidos, las migajas del festín, reservando el gran ramillete de honor á los de fuera? A este dilema no hay escapatoria posible, y en ambos casos, resulta siempre demostrado de una manera evidente, que la ley declara incom- petentes á los ingenieros argentinos para la solución del proyecto de puerto. Sin sospecharlo ni quererlo, legislaron sobre lo ilegislable : la inteli- gencia humana no se reglamenta, como las ideas no se fusilan. Confiemos sin embargo. El estrangero que pide el artículo primero de la ley, puede hallarse, venir, aprobar alguno de los proyectos; presentar ó hacer uno suyo, obrando con conciencia absoluta y poniendo en su trabajo todas las fuerzas y recursos de su ciencia y de su práctica. Ya habremos vencido con esto la dificultad pero solo aparentemente como veremos mas tarde. Supongamos también que aparece una empresa que se encarga de la ejecución de las obras : que todo se prepara y que empiezan á entrar en escena los Ingenieros de la Nación en virtud del inciso Io del art. 5o que dice : * Io Las obras se ejecutarán de conformidad á los planos aprobados y bajo la vigilancia y con la iníer vención de los Ingenieros de la Nación. » Y supongamos que estos, que tienen como todo hombre su libre albe- drío, juzgando con absoluta imparcialidad, encuentran que el proyecto aprobado no es ni el mas útil, ni el mas aceptable, ni el que mejor resuelve la cuestión, y aun pudiera acontecer que esperasen de é) re- sultados negativos. ¿Podrían aceptar la responsabilidad de intervenir y vigilar una obra cuya idea no estuviera de acuerdo con las suyas propias? Porque pudiera suceder esto : el caso no será probable pero tampoco imposible, á no ser que el autor del plan tuviese el don de la infali- bilidad absoluta, y la consecuencia seria un gravísimo conflicto, cuya solución no seria seguramente la que dió Alejandro al nudo gordiano. No es esta la única complicación que puede presentar el cumplimiento de la ley. Según ella, el juicio emitido por el hidráulico de que habla el art. Io, es inapelable: lo que este diga, eso se hará. Sus trabajos no pasarán por el tamiz de las opiniones oficiales ; escaparán á toda investigación y á toda censura autorizada; será otra ley dentro de la ley misma. Así lo dispone la primera parte del artículo 3o. ¿Cuál será la nueva complicación? m i ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Hay dos leyes gemelas ; la del Puerto de Buenos Aires, y la orgá- nica del Departamento de Ingenieros Civiles de la Nación. Ambas figuran como dadas en la Sala de Sesiones del Congreso el 8 de Octubre del 75 pero . . . ( ¡ péro fatal!) la primera recibió el cúmplase el dia 11 y la segunda el dia 14. Ambas tienen tendencias análogas y responden á un mismo fin ; la una asegura la ejecución de una obra especial ; la otra trata de to- das las obras públicas sin escepcion. Hojeando la última á la ligera encontramos lo siguiente : Art. 2o— Son atribuciones y deberes del Departamento de Ingenieros Civiles : 3o Ef ctuar el estudio de las obras públicas nacionales , levantar Ioí planos y formar /os presupuestos correspondientes , acompañándolos de una memoria descriptiva. 6o Tener á su cargo la inspección y estudio de los puertos, ríos y canales navegables y demás construcciones que interesen á la na- vegación Art. 8o — Serán atribuciones especiales del Consejo de Obras Públicas : 3o Dar su aprobación á los proyectos de obras públicas que deban someterse al P. E. Con esto que transcribimos nos basta. En el resto de esta ley no hay absolutamente nada que direcla ni indirectamente se oponga á los tres incisos que acabamos de mencionar: en toda ella no hay nada ab- solutamente en que se haga una escepcion en favor de las obras del Puerto de Buenos Aires, ni la mas leve referencia á la otra ley su hermana gemela. La una que es un caso particular cae en plena ju- i risdiccion déla otra que prevee todos los casos posibles, de obras públicas, sin limitación de ningún género. La una imposibilita á la otra y este es un inconveniente mas á los muchos y no pequeños con que el asunto ha de tropezar. Se vé pues que es imposible hacer nada por ahora, y que es necesa- rio ante todo, para evitar complicaciones mayores, que los legisladores se pongan de acuerdo con ellos mismos. Lo que se manda el 14 de Octubre, no puede ser contrariado, mo- i EL PUERTO DE BUENOS AIRES 225 dificado, ni anulado por lo que se mandó el once. La ley del Puerto es anterior á la ley de Ingenieros. Esto matará á aquello. * ★ ★ Con razón decíamos que la ley había nacido muerta. Sin contar con el vicio de constitución con que vino al mundo, estos tres dias han bastado porque han sido un abismo en el que ha perecido á manos de los padres de la criatura. A pesar de esto no se hubiera salvado, porque estaba atacada de una enfermedad del país que aquí cuesta la vida á muchos recien nacidos. Si no hubiese sobrevenido la ley de Ingenieros, la del Puerto habría muerto del mal de los siete dias. Quizás estos siete dias no sean en la acepción material de la palabra de esos que se marcan con cada salida y puesta del sol : tal vez sean períodos que tengan algo de bíblicos : pero su duración no ha de ser de los que consumen generaciones : su estratificación no ha de acusar la acción lenta de los siglos; la petrificación será rápida y los jeólogos del pensamiento podrán mas tarde hacer su historia sin mas datos que sus propios recuerdos, y sin necesidad de acudir á bibliote- cas y archivos á hojear librotes viejos y ahumados pergaminos. A lo sumo acudirán á algún volumen del Registro Nacional, ó algún número de periódicos contemporáneos, en busea de alguna fecha ó de algún dato de detalle que no variará en nada la parte histórica y filosófica de la cuestión. ★ ★ Lo peor del caso es que se ha caído en la facilidad de lo difícil. En vano la ley pone limitaciones de un género poco común en estos casos. En vano los legisladores prejuzgando la cuestión, han hecho punto menos que dogmática la declaración del sitio donde debe situarse el puerto: de poco sirve que se le haya bautizado con el nombre de Puerto de la Ciudad de Buenos Aires , y que la ciudad tenga sus lími- tes entre el arroyo Maldonado y el arroyo Maciel. Esto que debía coartar algo á aquellos que creyeran que el puerto mas conveniente deba emplazarse mas al Norte ó mas al Sur de estos limites, no ha detenido ni un momento á los audaces de profesión ni á los proyectistas de oficio, y casi debemos creer que la limitación que la ciencia no justifica ni admite, ha sido un razgo de suprema previ- sión y esquisita prudencia. Y en efecto, esto se presta á la siguiente proporción : si entre Mal- donado y Maciel son posibles catorce diferentes sistemas de puerto, en- tre el Lujan y la Ensenada ¿cuántos cientos de ellos se proyectarán? Vale mas que no háyamos llegado á este caso. Se necesitaría para el exámenude todos un verdadero período bíblico, y un Ingeniero hi- 17 226 ' ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA draúlico estrangero que ofreciera garantías de una existencia tan larga por lo menos como la de Noé ó Matusalén. Tal vez esto nos hubiera traído una honrosa compensación. Los Ingenieros europeos vendrían en masa á Buenos Aires, á matricularse en la escuela especial y única en el mundo, de confección de puertos al alcance de todas las necesidades y de todas las inteligencias. El sistema Balemaniano ha triunfado : sus adeptos y sostenedores es- tán de enhorabuena : poco importa que se ataque al hombre si se salvan los principios ; esto constituye el pedestal de su estátua, y si este pedestal ha costado mas de trescientos mil fuertes ¿cuánto costará el coronamiento del edificio? ¥ * * Hay una ley superior á cuanto los hombres escriben y con la cual se hacen mas puertos, mas ferro-carriles y mas obras que no se harían con todas las Siete Partidas del Rey Sábio. Esta ley es la del sentido común que ha empezado á dominar en el país en el asunto Puerto. Y en virtud de esta ley, cuyo impulso, mas ó menos, pronto se hace irresistible, mientras los graves padres de la patria discuten á Bateman, anatomizen el llamado puerto ó muelle de hierro de Farnam Tusón, y ensalzan los trabajos de Lindmark, se vá preparando lenta pero cons- tantemente la solución de! problema Puerto. Pero es que á dicha ley viene á prestarle otra, muy poderosa ayuda, y esa ley es la ley de emancipación que constituye el eterno desiderátum del hombre y de los pueblos. Varios hombres, varias localidades y varios pueblos, se han dicho lo siguiente : « Puesto que todos contribuimos con nuestras fuerzas á que se haga el Puerto de Buenos Aires, procuremos que el puerto sea el que se necesita .» Pero pasó tiempo y mas tiempo, este padre de verdades y desengaños : estudiaron el torcido camino que llevaba el asunto, y entonces volviendo á hablar consigo mismos se dijeron : « Ya que según parece, en Buenos Aires no se hará el puerto que se necesita procuremos con las mismas fuerzas con que á él habiamos de contribuir, que Buenos Aires no necesite puerto. » Entonces empezaron una propaganda suave, tranquila y sensata, sin bombo, ni chinescos, sin ruido y sin estruendo ; y á la voz siguió la acción, y á la palabra la obra; y mientras los demas perdían tiempo en vanas elucubraciones y en concebir leyes fantásticas, la aglomeración de coral de estas nuevas ideas vá emancipándose del elemento que la cubría y asomando lentamente á la superficie. Asi se ha visto' surgir como del fondo de las aguas el muelle de la Ensenada y el de las Catalinas, ambos principios de puerto efectivo : así se ha hecho un pequeño canal navegable en San Isidro, y un dique en EL PUERTO DE BUENOS AIRES 227 toda forma en San Fernando : así se ha habilitado el puerto de Belgrano, y es evidente que habilitación de hoy, canal de mañana; y finalmente así se ha resuelto la construcción de un puerto parcial, pero bueno, con el modesto título de Mejoras del Riachuelo. Y ahora justo es que se pregunte ¿ se hará el puerto de Buenos Aires, siguiendo el camino que se ha ideado , ó se hará innecesario con las obras que se han emprendido ? Meditemos ; y sobre todo mediten los sábios y piensen que vá siendo hora de cambiar de parecer. * ★ ★ Hubo un tiempo y hubo un hombre, el cual hombre y en cual tiempo se atrevió á levantar bandera contra el proyecto de puerto de Bateman, á la par que contra otros errores que en materia de obras públicas fueron objetos de leyes especiales. Locura insigne fué la suya el pretender luchar contra la corriente de la época. En vano bregó en la prensa y en la tribuna contra aquella formidable avalancha : sus fuerzas se agotaron, sus voces se desoyeron, sus razones se desatendieron, y pudo darse por muy satisfecho si al calificarle de loco, de visionario y quizás de pretencioso, dejaron á salvo la sanidad de sus fines y la rectitud de sus intenciones. Al fin cejó; sus fuegos parecían haberse apagado : ni el puerto de Buenos Aires ni la trocha angosta perdieron un ápice de su esplendor y gran valía, y el esforzado campeón perdió la batalla en toda la línea siendo derrotado á la vez por mar y tierra. La paz reinó en Varsovia. * * ★ Dicho se está que vencer no es convencer, y no es lo mismo rendir por fatiga que dominar con razones. No se podía pensar en destruir lo malo, pero quedaba el camino indi- recto de hacer lo bueno, y oponer hechos donde no había bastado esponer argumentos. Es evidente y fuera de toda duda, que el dia en que nuestra costa esté cubierta de pequeños puertos los cuales ofrezcan, el uno mayor seguri- dad y abrigo para los buques : el otro mas rapidez en las operaciones de carga y descarga: este comodidad, aquel economía, se irán satisfa- ciendo una série de necesidades parciales que representarán una dimi- nución no pequeña, de la necesidad total que hoy se hace sentir en Buenos Aires, que es á donde se hace converger todo el movimiento marítimo. Cuanto mas diminuya este movimiento frente á la ciudad, tanta mas parsimonia debe haber en los procedimientos para dotarla de un puerto 228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cuya posibilidad no ha sido aun demostrada , y cuanta mayor sea esta parsimonia y mayor el plazo que trascurra, menor ha de ser la necesidad de resolver el mas dudoso de los problemas que aquí se han presentado, porque habrán ido aumentando los medios de servicio de los otros puertos. Precisamente es lo que está sucediendo. San Isidro está á punto de no necesitar, ni del puerto de Buenos Aires ni del ferro-carril del Norte, para recibir sus materiales de construcción y sus artículos de consumo que llegarán por agua hasta las primeras casas del pueblo. El muelle de las Catalinas puede reemplazar muy ventajosamente á los dos muelles del gobierno, cuyo estado, especialmente el de pasageros, dice bien claramente lo que cuesta el no organizar la conservación de las obras públicas por economía. Las obras ya en servicio público, de San Fernando, y que han de ser aun ampliadas en grande escala , llenan necesidades que hasta ahora habian estado por cubrir, y las que se ván á llevar á cabo en el Ria- chuelo darán un golpe de gracia á la ley de 8 de Octubre de 1875. Ambas obras son debidas á la perseverancia de aquel hombre de aquel tiempo de quien hablábamos en el párrafo anterior ; del vencido pero no convencido. Consiguió del buen sentido lo que no obtuvo con predicaciones públi- cas, con disertaciones científicas, con datos prácticos, con citas autori- zadas. San Fernando y el Riachuelo son la sangría suelta, abierta en su brazo derecho al puerto de Buenos Aires. Sin embargo, el que por estos resultados ha merecido bien de la ciencia y bien de la patria, pertenece al grupo de los que no son legal- mente competentes para resolver la cuestión de puerto, á pesar de que la vá resolviendo. Ese hombre es el Ingeniero Luis Huergo. Y puesto que asi ha sido, asi debe decirse. Ignacio Firmat. LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Y SUS ANALES De la Reforma de Salta. Hasta hace pocos años la vitalidad del espíritu arjentino venia gastándose casi esclusivamente en las luchas ardientes de la política, en los ensayos de sus teorías que, ya orijinales, ya prestadas, parecían proporcionar suficiente materia para su actividad. Si el estudio de la jurisprudencia formaba parte de nuestras preocupacio- nes y le abrazábamos con entusiasmo, era bajo la promesa halagadora de hacer una carrera brillante, en cuyo término pudiéramos envolvernos con la toga del orador romano, escalar la tribuna de los Parlamentos, y á nombre de la libertad y de la justicia, descargar una elocuencia fulminante sobre la cabeza de los Catilinas del foro y de la política. Aquí se detenia la planta del joven estudiante y en este círculo se ajitaba su existencia, creyendo quizá cumplir la tarea de la vida siempre que su huella quedase marcada en la arena de aquellas luchas, ó que sus arengas se trasmitieran á la posteridad con los écos eternos de la historia. Si los ojos del hombre argentino se alzaban á los cielos, era para pedir á las estrellas la inspiración de una estrofa, no para estudiarlas con el lente del telescopio de Herschell ó de Arago. Si se bajaban sobre la haz de la tierra, era para hacer descansar dulce- mente el alma sobre la corola de las flores, ó para pasearla á la sombra del bosque cargado de frutos, no para estudiar esa tierra á la luz de las ciencias físicas y naturales. Raras escepciones contrastaban con este cuadro de nuestra sociedad ilustrada, y allá, de cuando en cuando, como fugaces destellos de sol que se escapan por los claros de un cielo sombrío, aparecían en la forma de artí- culos de diario, ó de mezquinos volúmenes á la rústica, algunos trabajos ais- lados que llevaban el sello de verdaderos estudios científicos. No existiendo en el espíritu de la jeneralidad de nuestros hombres una ten- dencia simpática á esta clase de investigaciones sérias, aquellos trabajos no se continuaban por nuevos y vigorosos obreros, y sus revelaciones no se re- producían al calor de nuevas y asiduas tareas. 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Así, como verdaderos tesoros perdidos aquí y acullá en los rincones de nues- tras bibliotecas, vivían esos fragmentos de la ciencia arjentina, cuyos auto- res desde sus tumbas ó desde sus modestas mansiones; esperaban la justicia, y el reconocimiento de las presentes ó futuras jeneraciones. Como lo dice nuestro ilustrado amigo D. Juan M. Leguizamon en la carta que nos dirije: «c desde que aquella generación educada sólidamente á la <í sombra benéfica del inmortal Rivadavia fué estinguida ó dispersa á causa « de nuestras luchas civiles, se había creido generalmente que la inteligencia « argentina no daba frutos y que en Ia patria del eminente geómetra « Avelino Diaz se hubiere olvidado, casi por completo, el uso del compás. » A este estado de aislamiento y de impotencia estaba reducido nuestro mo- vimiento científico en la época á que nos venimos refiriendo. Eran robustos, ! retoños, que la ciencia europea producía en la América, fecundada por la sábia de una naturaleza exhuberante; pero que desgraciadamente por falta de colaboradores ni crecían ni se multiplicaban para formar el ár- ■ bol frondoso de los conocimientos arjentinos. Había de llegar, sin embargo, un dia en que el espíritu de nuestros hom- bres y de la juventud, especialmente, se fatigase, en algún tanto de la política, no le bastarán los brillos pasajeros ó los lucros efímeros de carre- ; ras fáciles, y haciendo una conversión hácia el campo que cultivara esa jeneracion educada á la sombra benéfica de Rivadavia, acéptase de lleno la herencia de sus grandes inspiraciones y de sus obras, se moviese con > sus estímulos y edificara sobre esos cimientos. Era preciso, dado el incremento de la población, del comercio y de la industria en la república, la construcción de sus inmensas vias férreas, la j esploracion y navegación de sus ríos, la esplotacion creciente de sus minas, la organización de sus museos y de sus observatorios, la formación de sus puertos, desús arsenales y astilleros, sus obras de salubricacion y mil otros trabajos emprendidos por la Administración y por la iniciativa individual, era preciso, repetimos, para todo esto crear en la propia tierra núcleos in- telijentes que respondieran á estas tareas y á estas necesidades, las tomaran entre sus manos, y las coronaran con el éxito, desligándonos paulatinamen- 1 te de la supremacía Europea que en todos los ramos del saber humano nos imponía esclusivamente sus maestros y su ciencia. ¿Hasta cuándo el pueblo arjentino, ante la opinión y el juicio de los; hombres, había de ser una sociedad de pastores, de malos agricultores, de abogados decidores y de políticos exaltados que, en el movimiento científico de la humanidad, no se incorporase con el continjente de una cosecha pro- pia que significara una revelación mas para las ciencias físicas, exactas y naturales, ó para los estudios del jénero humano en sus épocas históricas y prehistóricas ? Felizmente parece haber llegado ese dia en que se abrieran nuevas rutas ! al pensamiento arjentino, y en que nuestros pocos sábios, segundados por una juventud llena de vigor y de intelijencia, se agruparan para dedicarse á LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Y SUS ANALES 231 esos estudios que honran y exijen sacrificios y abnegación , y que, siendo de una utilidad práctica para el progreso económico y social de la Reo olica, abren nuevas carreras para esa juventud que hasta hoy se abandonaba in- considerablemente en su mayor parte á la abogacía y á la medicina. Como señal de esta revolución en las ideas, y aparte de las instituciones científicas que desde hace cuatro ó cinco años ha fundado y fomenta la ad- ministración pública, podemos decir que la « Sociedad Científica Arjentina » establecida el año de 1872, y cuya primera entrega de sus Anales se ha da- do á luz, es quizá el núcleo mas numeroso y el laboratorio mas activo para la investigación y propagación de los conocimientos humanos en sus faces mas importantes y mas apropiadas á las necesidades del país. Las bases bajo las cuales se ha fundado son: Ia Fomentar especialmente el estudio de las ciencias matemáticas, físi- cas y naturales, con sus aplicaciones á las artes, á lá industria yálas nece- sidades de la vida social. 2a Estudiar las publicaciones, inventos ó mejoras científicas, y especial- mente las que tengan una aplicación práctica en la República Arjentina. 3* Reunir para este objeto á los injenieros arjentinos y estranjeros, á los estudiantes de ciencias exactas, en la esfera de sus conocimientos, y á las demás personas cuya ilustración científica responda á los fines de esta cor- poración. Forman su Comisión Directiva los sábios arjentinos D. Pedro Pico, D. Guillermo Whíte y D. Emilio Rosetti como Presidente y Vices, y como Se- cretario, Tesorero y Vocales los Sres. D. Estanislao S. Zeballos, D. Adolfo Buttner, D. Angel Silva, D. Luis Huergo, D. Santiago Brian, D. Valentín Bal- bin y D. Walter J. Reid, En las comisiones de perforaciones, de nivelación y en otros trabajos, la Sociedad ha reunido las primeras notabilidades nacionales y estranjeras de la ciencia profesional. A pesar de su reciente nacimiento, «La Sociedad» ha establecido su bibli- oteca, iniciando la formación de un museo científico é industrial, inauguran- do una serie de espiraciones y escursiones, una de las mas trascendentales para las ciencias físicas y naturales y para el progreso de los estudios etno- gráficos, arqueolójicos y antropolójicos de la América es la que en estos mo- mentos hace el naturalista arjentino D. Francisco P. Moreno por las rejiones de la Patagonia., desconocidas é inesploradas. Ha abierto para el corriente año un concurso con el programa que se en- contrará en la carta del Sr. Leguizamon, y cuyos tópicos se refieren á las obras y necesidades del país. Finalmente, ha empezado la publicación de sus Anales para dar á conocer sus trabajos y sus conquistas, y para infundir nuevos impulsos en los socios y fecundos estímulos en jeneral, en la juventud arjentina. La primera entrega que se ha repartido trae las siguientes materias que 232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por sí revelan la importancia de los « Anales » llamados á interesar todas las profesiones por la variedad de aquellas. Io « La acción del carbón sobre las aguas potables >, por el Sr. Puiggari, según análisis verificado por él_, empleando el sistema que ha dado á conocer bajo el nombre de Amoni-Nitrometría. 2o « Telegrafía Optica» ( con una lámina) dando cuenta de una invención ensayada en la India, y sobre la cual el autor del artículo ha hecho varios esperitnentos en Quilmes, demostrando la posibilidad de comunicar con el aparato hasta la distancia de 60 kilómetros, lo que con razón considera aplicable á la defensa de la frontera. 3G « El salitre de la provincia de Santiago del Estero » por el Sr. Arata, en que se ocupa de las salitreras naturales y artificiales, hace el análisis de este producto natural en Santiago comparándolo con el del Perú y señalando algunas de sus aplicaciones, tales como la íabricacion de pólvora, de ácido sulfúrico, los abonos etc. 4o Un <í Informe sobre una fábrica de azúcar» (1) y una «Conferencia so- bre los fósiles », firmado el primero por D. Pedro Pico ventajosamente co- nocido por sus trabajos geográficos, y el segundo por el Sr. Brackbusch de la Academia de Ciencias exactas de Córdoba. 5o Acción de la bilis y de algunos componentes de ella sobre la Peptonas por P. N. A. Una institución que en su corto trayecto de vida ha avanzado tanto ter- reno en su organización, y que ya enriquece el mundo de la ciencia con tra- bajos originales, merece la apreciación honrosa con que el Sr. Leguizamon la saluda, con que la prensa de la República la ha recibido, y que nosotros consignamos en otra parte de este artículo. Seguir su trazado, penetrar en su órbita, apoderarse de sus irradiaciones llevarlas sus conocimientos, por modestos que estos sean, tal debe ser el deber de todo nuestros hombres pensadores. La juventud arjentina allí tiene un vasto campo de acción para ensayar sus vigorosas facultades y para prepararse á profesiones de gran porvenir en la República. Por su parte, la Provincia de Salta, á uno de cuyos hijos, el Sr. Leguiza- I mon, se dirije á la sociedad científica argentina invitándole á colaborar en las ciencias arqueolójicas, está en el imprescindible deber de ofrecerla la mas ilimitada protección. Nuestras sociedades bibliotecarias, nuestros abogados, nuestros médicos, nuestros ingenieros, nuestros maestros y especialmente nuestra juventud í estudiosa y aprovechada, deben suscribirse á los «Anales déla Sociedad» (1) El informe á que alude el Sr. D. A. Huergo y Walter F. Reid. Eliseo F. Outes pertenece á los Sres. D. Luis [La Redacción). LÁ SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Y SUS ANALES 233 vinculándose de esta manera al desarrollo de la ciencia elaborada por hom- bres y elementos del país. Sr. D. Elíseo F. Outes. Presente Muy estimado amigo : Le envío la primera entrega de los « Anales de la Sociedad Científica Argentina » que he recibido por el último correo llegado de Buenos Aires, acompañados de la invitación que igualmente le adjunto. Por muy satisfactoria que sea para mi, la honrosa distinción con que me han favorecido los ilustrados miembros de aquella científica asociación, ofreciéndome las pájinas de una publicación tan importante como esta; no me creo con la preparación necesaria, para ocuparlas provechosamente; pero sí considero que podemos utilizar los importantes conocimientos que van á difundir los «Anales » en muchas de las ciencias que abarca el saber hu- mano. Con este fin, me permito dirijirle la presente, pidiéndole su concurso en pró de tan elevados propósitos. Colocado Y. al frente de nuestra prensa, puede hacer mucho en este sen- tido incitando, ya sea á los particulares, como á las sociedades de Bibliotecas Populares á suscribirse y leer una publicación tan interesante, y en la que colaboran nuestros hombres mas notables. Le bastará solamente recorrer las pájinas de la primera entrega de los Anales, para convencerse de la verdad de lo que llevo expuesto. Ocho son las cuestiones, de que la Sociedad Científica Arjentina, se va á ocupar en el Concurso que tendrá lugar durante el presente año. La primera es: «¿Cuáles son las condiciones técnicas y económicas á que debe satisfacer la red de ferro -carril es de la Bepública Arjentina ? La segunda : « Determinar el mejor sistema para la construcción de las carreteras generales». La tercera : « Sistema mas ventajoso y económico para la irrigación de los terrenos destinados á la agricultura ». La cuarta : « Sistema económico de habitaciones para obreros en Bue- nos Aires. » La quinta : «¿Cuál es el mejor sistema para utilizar las materias fecales y aguas servidas de las cloacas de Buenos Aires, sin peligro de la hijiene ? » La Sexta : « Memoria sobre la esplotacion de las minas de la República Arjentina » La séptima : « Estudio jeolójico sobre la provincia de Buenos Aires. » La octava en fin : «Memorias sobre mejoras de la navegación interior. » 234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Vd. comprenderá fácilmente todo el provecho que se puede reportar con el estudio y dilucidación de estas cuestiones. Ademas de esto, los 900 á 1,100 > 1*047 ) 1,100 á 1,300 i> 0*997 1,300 á 1,500 » 0*946 > 1,500 á 1,700 > 0’896 > 1,700 á 1,900 » 0*846 k 1,900 á 2,100 » ) 2,100 á 2,300 » 0’745 2,300 á 2,500 » 0’695 \ 2,500 á 2,700 » 0*645 2,700 á 2,900 » 0’595 2,900 á 3,100 * 0*545 » 3,100 á 3,300 » 0,495 3,300 á 3,390 » 0*445 » Siguiendo esta série, deduce Mohr que á una profundidad de 5,170 piés no esperimentará ya aumento alguno, porque el término del aumento se alcanzará cuando la última proporción de 0*445° R. sea absorbida por la deducción de 0*05° R., por lo tanto, después de ó 89 capas de 200 piés, y por consiguiente 1,780 piés mas profondo que 3,390 piés. Y aunque el aumento del calor, añade, se efectuará únicamente á razón de R , en lugar de R., se alcanzará la región de la tem- peratura constante á los 13,500 piés. El profesor Mohr encuentra en estos resultados, atenta y doctamente examinados, la mas elocuente confirmación de las objeciones que por otros caminos se habían dirigido anteriormente á la teoría plutónica. La causa del aumento del calor en el interior de la tierra se encuentra en los lechos superiores de la capa terrestre. La misma teoría de los vol- canes debe adoptarse á los resultados que se han consignado ya y la fluidez de la lava no aparecerá como una parte de la incandescencia de la tierra, sino como una evolución local del calor producido por los hundimientos que ocasiona siempre la acción del mar sobre las rocas. NOVEDADES CIENTÍFICAS 237 Se ha observado en efecto, y se puede observar muy fácilmente que los volcanes éstán situados en el mar ó en sus cercanías. La aglomeración local de calor, propia de los focos volcánicos, contribuye de un modo muy eficaz y muy digno de tenerse en cuenta al calor interno de la tierra. (The Natüre). BiMiografía. — Acaba de salir á luz un libro notable. Es la colección de los trabajos encomendados á los miembros de la Academia de Ciencias Exactas, fundada en la ciudad de Córdoba por el gobierno del señor Sarmiento. El Dr. Burmeister ex-Director de esa Academia, hace preceder dicho libro del siguiente proemio : < Las obras de los miembros de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, que someto aquí al conocimiento y juicio del público, han sido ejecutadas á causa de invitaciones mias durante el tiempo que he fun- cionado como Director de la Academia, por orden del Superior Gobierno. Solamente la primera obra del Dr. Stelzner no ha sido escrita para la Academia, sino para los « Anales de Agricultura ». Pero el mismo autor ha presentado mas tarde dos mapas geognósticos del país al Superior Gobierno, para demostrar su actividad y sus progresos en el estudio de la geognosía Argentina, y el Sr. Ministro en aquella época Dr. D. Juan Albarracin, me dió esos mapas para utilizarlos en favor del exacto co- nocimiento científico de la República. El menor es el que publico aquí ; el mayor no ha sido grabado hasta hoy, porque su gran tamaño es un impedimento para su publicación en el país : me he visto obligado á cortar este mapa en diferentes secciones, para publicarlas sueltas, lo que haré en lo futuro, cuando las secciones sean ejecutadas en Europa, á donde las he mandado para ese objeto. y> Como el mapa de la Sierra de Córdoba no ha sido acompañado por el autor con una descripción, he creido conveniente repetir su ensayo anterior, invitando al mismo tiempo á su sueesor en el empleo del Profesor de Mineralogía, D. Luis Brackebusch, á escribir un texto con- veniente, para esplicar mas estenso el mapa y sus indicaciones, lo que ha hecho este caballero con mucho empeño. y> Desgraciadamente ha llegado su obra muy tarde á mis manos, recíen en este mes de Noviembre, aunque él la habia concluido y me la había mandado ya en el mes de Mayo. Pero repetidas veces se han perdido porciones del manuscrito, que me fué enviado de Córdoba á Buenos Aires, de un modo completamente inesplicable, y esta casualidad ha retardado la publicación de la entrega actual mas de medio año. Las otras obras ya han sido concebidas en el año 1874-, antes que habia dejado mi empleo de Director de la Academia, lo que he hecho prin- 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cipalmente para dar mas libertad á los miembros en sus estudios y evitar nuevos disgustos. f> Al retirarme de las funciones indicadas, doy las gracias á los autores de las obras que he publicado por la condescendencia con que han aceptado mis invitaciones, esperando de su actividad y de su celo por el progreso científico del país, que continuarán del mismo modo en lo futuro, mostrando al público que han comprendido sus obligaciones, como preceptores de la juventud y como hombres de la ciencia, tra- bajando siempre con el doble interés de aumentar sus propios conoci- mientos por nuevos estudios y dar á conocer al público los resultados de su actividad para el conocimiento del país. y> He suspendido otra obra mia, que ya habia principiado para estas Actas, á consecuencia de haber dejado mi empleo, reservando su publi- cación para mejor oportunidad, recomendando al lector el Boletín de la Academia, que dá razón sobre su actividad, cuyo tomo I se ha pu- blicado en el año de 1874». lias Torres del Silencio. — Durante su residencia en Bombay, el príncipe de Gales no ha dejado de ir á visitar uno de esos monu- mentos antiguos que constituye una de las principales curiosidades de las inmediaciones de aquella ciudad, á saber : Las Torres del Silencio , ó monumento sepultural de los parsos, adoradores del fuego. Los parsos no sepultaban sus cadáveres en el suelo, porque hubiera i sido profanar la tierra, que era uno de los cuatro elementos que ellos ¡ adoraban y adoran todavía, y por esa misma razón no arrojan los muer- ¡ tos al mar ni á ningún rio, porque seria profanar el agua, que es otro ¡ de los elementos sagrados. Tampoco pueden quemar los cadáveres, por j no profanar el fuego, que es el mas sagrado de los elementos. Así, ¡ construyen una torre en cuya cima colocan los cuerpos muertos, que 1 permanecen invisibles durante su descomposición, la cual se efectáa j muy pronto en un clima tan cálido como el de la India. Estarápilez ¡ se activa todavía mas gracias al concurso de las bandadas de buitres j sagrados que están posados en las palmeras inmediatas asechando el momento en que se ha colocado un cadáver en la torre del Silencio, ¡ y á la que se dirigen en seguida para devorarlo. Cerca de estas torres hay una especie de capilla en la que se dicen algunas oraciones y se deposita el cuerpo durante algún tiempo. Cuan- do se le quita de allí, se le descubre el rostro, á fin de que todos ¡ los asistentes puedan echar una última mirada sobre el individuo que ellos han conocido. Escepto los conductores, ó enterradores, nadie pasa | el umbral de la puerta que conduce á la plataforma de las Torres del Silencio, en donde dejan espuesto el cadáver, que no tarda en servir | de pasto á los buitres sagrados que lo están esperando. BIBLIOTECA DE LA «SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA» Durante el mes próximo pasado ha tenido el siguiente aumento de obras : Registro Oficial del Gobierno de Buenos Aires , 1875; donante, socio Dr. D. Estanislao S. Zeballos. Muestrario de útiles para imprenta y litografia; D. Angel Estrada. Los caballos fósiles de la Pampa Argentina ; por el Dr. D. Germán Burmeíster; 1 vol. donado por el autor. Compendio de Anatomía , Fisiología é Higiene Humana , por el Dr. D. Juan Bialet y Massé ; 2 vol. donados por el autor. Palacio del Congreso de los Diputados de Madrid , 1 vol.; donante socio D. L. Sienra y Carranza. Limites con Bolivia , 1 vol.; socio corresponsal, D. Juan Martin Legui- zamon. Cuestión de limites entre la República Argentina y Chile , \ vol.; el mismo. LIBROS COMPRADOS. Estudios sobre la navegación del Bermejo , 1 vol. — Emilio Castro Boedo. Minéralogie appliquée , 1 vol. — A. Burat. Cuadratura del circulo , 1 vol. ~ E. O’Donnel!. Zoologie, 1 vol. — P. Gervais. Navegación del Rio de la Plata , 1 vol. — Lobo y Riudarets. Découverte de VAmérique par les Normands , 1 vol. — Gabriel Gravier. Le Soleil , 1 vol. — A. Secchi. Viajes científicos á los Andes Ecuatoriales , 1 vol. — M. Boussingault. Code annoté des chemins de fer , 1 vol. — Lamé Fleury. Derrotero del Estrecho de Magallanes , 1 vol. — Chacón. Higiene et assainissement des Villes , 1 vol. — Fonssagrives. Arquitectura legal , 1 vol. — Cámara. Chimie industrieUe , 2 vol. — Wagner. Compendio de geologia, 1 vol. — Vilanova. Le Dawinisme} 1 vol. — E. Ferriére. Table de Logarithmes , — 1 vol. Callet. Dictionnaire de Botanique, 1 vol. — Saint-Pierre. Dictionnaire d’Histoire et de Géographie} 1 vol. — Bouillet. Travaux publics en Angleterre , 4 vol. — Franqueville. 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cosmos , 4 vol. — Humboldt. Physique, 4 vol. — Daguin. Traité d’hygiéne privée et publique , 1 vol. — Recquerel. Charles Darwin , 1 vol. — Quatrefages. Histoire de la Création , 1 vol. — H. Burmeister. Tratado de química , 1 vol. — L. Troost. La Biologie , 1 vol. — Ch. Letoumeau. La Locomotion chez les animaux , 1 vol. — J. B. Petigrew. Rio de la Plata. Description et inslruction nautiques , 1 vol. — E. Mouchez . Les Cótes du Brésil. Description et instructions nautiques du cap San Roque á Moranhao , 1 vol. — Mouchez. Les Cótes du Brésil du cap San Roque á Bahía , 1 vol. — E. Mouchez. Voyages aériens , 1 vol. — Glaisher, Flammarion, de Fonvielle et Tis- sandier. De la fécondation des orcliidées par les insertes, 1 vol.— Darwin. Géologie , 1 vol. — Lambert. De la variation des animaux et des plantes, 2 vol. — Dar»vin. Dictionnaire astronomíque , 1 vol. — A. Herpin. Zoologie , 1 vol. — Lambert. Botanique , 1 vol. — Lambert. Du Chauffage , 1 vol. — Bose. Origine des espéces , 1 vol. — Darwin. La Linguistique , 1 vol. — A. Hovelacque. Del Turia al Danubio , \ vol. — J. Navarro Reverter. Manual de geología , 2 vols. y atlas. — Yilanova. COMISION DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vece-Presidente Io D. Guillermo White. » 2o D. Emilio Rosetti. Secretario Dl D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero Dr D. Carlos Salas. I D. Angel Silva. ^ D. Luis A. Huergo. Vocales < D. Santiago Brian. r D. Valentín Balbin. \ D. Walter F. Reíd. Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Juan Ramorino. — D. Luis A. Huergo. Comisión de Nivelación D. Jorge Cooper. — D. Augusto Ringuelet. — D. Juan Medici. — D. Francisco La valle. — D. Ignacio Fírmat. Comisión encargada de estudiar las dimensiones de los ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. — D. Walter F. Reíd. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huergo. — D.ff Octavio Pico. D. Angel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Púbicias. Enrique Aoberg. — Ignacio Fírmat. — Luis A. Huergo. — Carlos Olivera AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desea formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo, lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — Io Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio; 2o Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3o Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesla en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. (Art. 10 del Reglamento.) LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por lodo lo relativo á estos Anales , ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 02 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : «I0 Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; <í 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aíres, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA COMISION REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. i D. Guillermo Villanueva. Vocales j D. Pedro N. Arata. f D. Juan J. J. Kyle. MAYO DE 4876. — ENTREGA V. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, Y EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por raes, en la Ciudad 25 $ m/c » fuera ele la Ciudad.,.. 30 » La suscricion se paga, anticipada =S<3t®g>0=" BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. GONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA AR- GENTINA. Segunda sesión del Congreso Internacional de Americanistas, en Luxemburgo, en 1877. Corte geológico del túnel de toma de las nuevas obras de aguas cor- rientes co7i lámina.’. II. — HIERRO OLÍGISTO DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS, por II. Puiggari. III. IV. VIAGE AL PUCARÁ, por JTiimii III. Eicgiilzamon. OBRAS PÚBLICAS : El Puerto de Buenos Aires Continuación , por Ignacio Firmal. V. VI. VISITA A LA FUNDICION NACIONAL DE TIPOS, por Esta- nislao S. Zeballos ( Conclusión ). LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA, por Mauricio SchifT ■ ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1875 20a Sesión Ordinaria del 15 de Setiembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las ocho de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de diez y nueve socios, cuyos nombres se es- presan al margen. Leida y aprobada el acta de la sesión precedente, se leyó una carta del socio Sr. White, comunicando haber depositado en la Biblioteca de la Sociedad, varias obras matemáticas de interés. Se dió cuenta de los trabajos de la Comisión Di- rectiva durante la última quincena. El Sr. Presidente manifestó á la Asamblea que iba á darse lectura de una comunicación muy importante del socio D. Francisco P. Moreno, pidiendo la coopera- ción de la Sociedad para realizar un viaje científico del Atlántico al Pacífico, á través de las inesploradas regiones de la Patagonia. La Comisión Directiva, decía el Sr. Presidente, había recibido con en- tusiasmo y con interés aquel proyecto, no vacilando en colocarlo bajo los auspicios de la Sociedad, para cuyo efecto la Comisión había resuelto con- sultar á la Asamblea é invitarla á suscribirse con 25.000 § m/c. para llevar á cabo la empresa del señor Moreno. Agregaba el Sr. Presidente que la Comisión Directiva le encargó con- 18 Presidente. Perez. Aguirre. Zeballos. Reid. Balbin. White. Firmat. Büttner. Peña, E. Castilla E. Cagnoni. Muñiz. Silva. Gagnoni, A. M. Arocena. Burgos. Amoretti. Lagos, J. M. 242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ferenciar sobre el asunto, unido á los Sres. White y Huergo, con el Go- bernador, quien los había recibido satisfactoriamente, prometiendo que el Gobierno contribuiría también con una suma igual á la votada por la Sociedad. Terminó diciendo que el Secretario daria mayores informes sobre el asunto, después de leida la comunicación del Sr. Moreno. Se leyó el proyecto del viajero. El Sr. Zeballos dijo : que habia sido encargado por la Comisión Di- rectiva, para informar sobre la conveniencia de patrocinar el proyecto del Sr. Moreno, y habló estensamente en el sentido de los siguientes estrados. Creia que el proyecto de esploracion era útil bajo diferentes puntos de vista. Desde luego era benéfico para el buen nombre de la Sociedad. Las sociedades científicas tienen por objeto primordial fomentar los pro- gresos de la ciencia, buscando y descubriendo lo nuevo y lo desconocido. De ahí la importancia de las grandes sociedades europeas, algunas de las cuales, como la Geográfica de Londres, habia unido su nombre al del célebre esplorador Mr. Livingston. Por otra parte, para buscar novedades y descubrimientos interesantes, para servir al desenvolvimiento de la ciencia, era menester salir del ra- dio de las capitales en que existen las sociedades, para esplorar los pa- rajes poco conocidos ó inesplorados. La única asociación argentina que iba á acometer empresas de este género era la « Sociedad Científica Argentina », y era evidente que tanto aquí como en el exterior cimentaria su crédito, rodeándose de valiosas simpatías. Tenia también el proyecto del Sr. Moreno una importancia que podria llamarse geográfica, en el doble sentido de que abriría el camino para la determinación exacta de lugares y zonas de tierra desconocida; y de que era un precedente que venia á estimular á la juventud y á los miembros de la sociedad, á dedicarse á las esploraciones y estudios geo- gráficos sobre el terreno, cosa tanto mas necesaria cuanto que diaria- mente tiene la República Argentina la necesidad de tener un cuerpo de ingenieros geógrafos que produzcan mapas exactos y útiles. La falta ha sido sentida desde largo tiempo atrás, y era esa la causa de que los gobiernos hubiesen adoptado oficialmente cartas geográficas que comprometen sériamente los derechos argentinos á la Patagonia. Entre otros, el Sr. de Moussy en la introducción á su Atlas de la República Argentina (publicación oficial ) dice que en el territorio de la Patagonia y las islas del Estrecho de Magallanes quedaron fuera de la división de los vireynatos ó fueron atribuidas de una manera nominal al del Rio de la Plata. Un cuerpo de esploradores y geógrafos mas vinculados al pais que el ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 243 Sr. de Moussy y otros, nos pondrían á cubierto de tamañas indiscre- ciones y de tan crasos errores. Bajo el punto de vista político, convenia al pais que el Sr. Moreno llevase adelante sus deseos; porque una nación que posee vastos terri- torios debe “procurar esplorarlos, tomar posesión de ellos y darlos á co- nocer para ofrecerlos á la población y á la producción, que son fuentes de la grandeza de un Estado. Ultimamente habían tenido lugar dos viajes á Patagonia. El esplorador chileno, D. Guillermo Cox salió en 1862 del puerto Montt, en la provincia de Llanquihue, al Sud de Chile; cruzó en botes los lagos de Llanquilme, salvó la Cordillera de los Andes y atravesó el lago Nahuel- Huapi , que según sus datos mide 7 ‘/a leguas de longitud. Desde ese lago, Cox marchó al Norte siguiendo la corriente del Limay, hasta que un naufragio lo detuvo en los 40° de latitud próximamente. No le fué posible continuar su esploracion del Limay y rio Negro, de modo que se vio obligado á retroceder á Valdivia, á donde llegó en 1863. El resultado de este viage célebre en la historia de las últimas esploraciones, consta en un libro que es sumamente escaso en Buenos Aires. El otro viajero, intrépido y abnegado, conocido en Europa por el Livingston Sud-Americano, es el capitán Musters, quien en cartas par- culares dá importantes datos al señor Moreno. Musters salió de Punta Arenas en 1869 y llegó á la desembocadura del rio Santa-Cruz ; desde allí se internó al Oeste hasta cerca del lago Viedma, y tomó rumbo al Norte por el corazón de la Patagonia, hasta que llegó al rio Limay. El pensamiento de Musters era orillar los rios Limay y Negro desde su origen hasta el Cármen de Patagones ; pero los indios se lo impi- dieron, hubieron de matarlo, y finalmente lo alejaron de las orillas de aquellos rios hacia el Sud, dejándolo frente al golfo de San Matías, á poca distancia de la costa del Atlántico. Musters llegó al fin al fuerte argentino General Conesa , en 1870. Pero para vencer los inconvenientes que han detenido la marcha de Cox y de Musters, contaba el señor Moreno con la amistad de uno de los caciques que tiene sus tolderias en los manzanares próximos á Nahuel-Huapi. Dicho cacique recibe raciones del Gobierno Argentino, y abandona una vez al año el desierto para venir á tomarlos en el Cármen. En 1874 el cacique, que se llama Inacayal y que es conocido en las ciencias por los valiosos servicios que prestó á Cox, á quien salvó la vida, vino á Buenos Aires á saludar al presidente Sarmiento. Moreno lo llevó á su casa, lo agasajó y obtuvo el compromiso de que harian un viage juntos en Patagonia. Inacayal espera pues á Moreno en sus lejanas tolderías. 244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para llegar á ellas, Moreno se servirá de otros indios que ya lo esperan en Patagones, y que cobran 400 ftes. por sus servicios. De manera que contando con tan eficaces auxiliares era dado esperar que la esploracion tendria un resultado feliz. En cuanto á las condiciones personales del Sr. Moreno, creía que era inoficioso estenderse en consideraciones sobre ellas, desde que su Museo, formado por él con el fruto de sus trabajos y escursiones, era el se- gundo de la República, y había llamado la atención de sábios de Europa y América, con quienes Moreno sostenía una constante correspondencia. Por todas estas consideraciones creia el miembro informante, que la Sociedad debía aceptar la opinión de la Junta Directiva, y votar 25,000 ps. m/c. para ponerlos á disposición del viajero Como nadie pidiese la palabra, se votó y resultó aprobado el dicta- men de la Comisión Directiva. En seguida se dió lectura del proyecto de nota con que iba á ser elevada la carta del Sr. Moreno al Gobierno de la Provincia. El Sr. Buttner dijo que como miembro de la Comisión encargada de redactar una memoria sobre la escursion á la fábrica de cimento de Portland, situada en Barracas, debía manifestar que aquella aun no había podido espedirse á consecuencia de faltarles algunos datos pedidos al Sr. Reid, director de la fábrica, quien se los íacilitaria de un mo- mento á otro. Concluyó diciendo que en la próxima Asamblea probablemente pre- sentarían la memoria. El Sr. Presidente observó que, era menester resolver algo sobre la necesidad de que la Sociedad se despidiese oficialmente del Sr. Moreno. El Sr. Zeballos opinó que, la Sociedad podría acompañarle hasta la Estación del Sud. El Sr. White pensaba que eso seria hacer mucho ruido, y que de- searía algo mas modesto. El Sr. Amoretti declaró que no le parecía ruidoso un acto seme- jante, y agregó que creia merecedor de esa distinción al Sr. Moreno. El Sr. Buttner propuso que se nombrara una Comisión que se despidiese del viajero á nombre de la Sociedad. El Sr. Zeballos dijo, que podría hacerlo la Comisión Directiva, y dió lectura de los artículos del Reglamento que disponen que ella repre- sente á la Sociedad en todos los actos oficiales. Así se resolvió. No habiendo mas asuntos á la orden del dia, se levantó la sesión siendo las 9 y 25 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos . Secretario. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 245 21a Sesión Ordinaria del Io de Octubre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las ocho de la noche se declaró abierta la Asam- blea, estando presentes los señores al margen nom- brados. Fué leída y aprobada sin observación el acta de la sesión precedente. Se dió cuenta de los asuntos entrados, á saber : Dos comunicaciones del Ingeniero Sr. Robertson sobre el estado de las perforaciones. Una comunicación de los señores Silveyra, Arata y Buttner, ofreciendo presentar en la sesión del 15 de Oc- tubre la memoria que se les encargó sobre la fabricación de cimento en Barracas. Contestación del Gobierno de la Provincia sobre el viaje del Sr. Moreno. Renuncia de este señor de los puestos de vocal de la Comisión Directiva y de Director del Museo de la Sociedad. El Sr. Presidente consultó á la Asamblea sobre esta nota del señor Moreno y resolvió proceder á nombrar un vocal y un director del Museo. El último funcionario será provisorio hasta el regreso del viajero. Se procedió á votar. El escrutinio practicado por los señores Presidente y Secretario, con asistencia de los socios Rosetti y Dillon J. (hijo), dió el siguiente resultado : Director del Museo. Señor Walter F. Reid » Estanislao S. Zeballos » Eduardo Aguirre „ » Cárlos Berg Vocal. Señor Valentín Balbin j> Luis A. Huergo y> Félix Rojas » Justo Dillon (hijo)...,., » Luis Silveyra » Juan J. J. Kyle » José Ma Lagos, Quedaron nombrados en consecuencia: Vocal — Sr. D. Valentín Balbin. Director provisorio del Museo — Sr. D. Walter F. Reid. 8 votos. 4 j» 2 » 1 » 8 votos. 1 > 1 » 2 » 4 » 1 > 1 » Presidente Zeballos Arocena Amoretti Calderswood Reid White Brian Rojas Bnttner Silveyra Huergo Balbin Rosetti Dillon . Oyente: Alfredo Cernadas. 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se leyó en seguida una nota del Sr. D. Miguel Tedin, de Martin García, remitiendo algunos datos sobre perforaciones practicadas en la isla; y se dió lectura igualmente de la comunicación que le fué dirigida por el Sr. Presidente. En seguida el Sr. Zeballos leyó una memoria firmada por él y por los señores Reid y Moreno, sobre una escursion al rio Matanzas , ilustrando la lectura con una serie de muestras que los autores de la memoria presentaban al Museo de la Sociedad. El Sr. Huergo, terminada la lectura observó que él habia tenido oca- sión de constatar la existencia de algunos moluscos de los presentados por los autores de la Memoria, aun en zonas muy interiores de la pampa. Hacia esta observación por lo que ella pudiera importar al estudio de las cuestiones tocadas en la Memoria leída. El Sr. Buttner dijo que hacia tiempo le preocupaba la idea de es- tudiar la cuestión de si convendría ó no uniformar el tamaño de los ladrillos fabricados en la Provincia, á fin de regularizar las construcciones. Comprendía que este era un asunto del dominio de la Municipalidad, pero deseaba que se cambiaran ideas sobre la cuestión. Para dar una forma práctica á su mocion indicaba el nombramiento de una comisión de dos socios que estudiando el punto, elevasen á la sociedad un informe escrito sobre él. El Sr. Silveyra observó que el pensamiento estaba en pugna con el principio de libertad de industria, que autoriza á los productores á fabricar los artículos á la voluntad de cada uno. El Sr. Balbin dijo que en Inglaterra y en otros países se fabricaban ladrillos de todos tamaños, y no encontraba la razón en qué fundar aquí la uniformidad de que se trataba. El Sr. Reíd manifestó que solo se ha adoptado generalmente el prin- i cipio de la uniformidad de los ladrillos en algunos países europeos, para j las construcciones oficiales, pero no para las obras privadas. Así sucedía en Alemania y en otros puntos de Europa. El Sr. Balbin corroboró las afirmaciones del Sr. Reid, y dijo que en las obras de salubrificacion de esta ciudad se habia adoptado un ladrillo uniforme de 9 pulgadas de largo, 4 \ de ancho y 2 de espesor. Creia que solo era lícita esta reglamentación en las construcciones de obras públicas. El Sr. Huergo afirmaba que la mocion del Sr. Büttner envolvía dos ideas. La primera , nombrar una comisión para estudiar el asunto é informar, i La segunda , que era la discusión del asunto, vendría después de es- pedido el informe de los comisionados. Creia él que es un vicio orgánico del país la manía deponer tutores al pueblo, hasta para los actos mas insignificantes de la vida. Si los que quieren hacer construcciones, decía, no saben comprar los i ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 247 materiales ni elejir buenos ingenieros, que aprendan ; pero no es posible dar un curador á cada uno. Era menester dejar con mas libertad la acción individual, porque solo su ejercicio, podría alguna vez hacernos pueblo laborioso. Terminó apoyando la mocion de nombrar la comisión que debe estudiar la proposición del Sr. Büttner. Pasó el asunto á la Comisión Directiva para que ella hiciera el nom- bramiento de los comisionados. El Sr. Presidente recordó que hacia algún tiempo se había nombrado una comisión con el objeto de determinar un punto de relación para todas las nivelaciones que se practicasen en el territorio de la Provincia. Pedia al Sr. Huergo, miembro de esa comisión, algunos datos sobre el asunto. El Sr. Huerco declaró que habia procurado en vano y durante muchas ocasiones la reunión de los comisionados. Se convino invitar á una nueva reunión de la misma comisión. Se levantó la sesión á las 10 \ de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 22a Sesión Ordinaria del 15 de Octubre 1875. Presidencia del Sr. White . Abierta la sesión á las 8 \ de la noche con asis- tencia de los señores designados al márgen, fué leída y aprobada el acta de la anterior. Se dió cuenta de los siguientes asuntos entrados. Nota del Sr. Reid aceptando el puesto de Director interino del Museo. Nota del Sr. Balbin aceptando el nombramiento de Vocal de la Junta Directiva. Nota del Sr. Costa remitiendo 60 ejemplares de su folleto sobre la cuestión económica debatida en la ac- Dr. Daniel M. Cazón. tua|i(]a[|_ Como ningún socio usara de la palabra, el Secretario dió lectura de la memoria de los señores Silveira, Arata y Büttner sobre la escursion á la fábrica de cimento establecida en Barracas. Leída la memoria, elSr. Presidente la agradeció á sus autores y la destinó al archivo, donde quedaría á disposición de los señores socios que quieran estudiarla. Vice Presidente. Zeballlos. Reid. Kyle. Balbin. Amoretti. Cagnoni. Silva Lagos. Rojas. Brian. Silveyra. Aguirre. Calderswood. Oyente : 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. White hizo presente que en San Fernando se construía una obra de verdadera importancia para el pais, tal es la canalización del riacho conocido por el canal ; obra dirijida por el consocio D. Luis A. Huergo. Propuso una escursion á esas obras para el domingo 24 de Octubre. Esta mocion fué aprobada por unanimidad. El Sr. Zeballos dijo que el Gerente del Ferro-Carril del Norte, Sr. Crab- tree, era socio, y que hácia mocion para que fuera una comisión de dos personas á pedirle un carruage espreso para verificar la escursion. Creía el autor de la mocion que el Sr. Crabtree accedería en aten- ción á la importancia de la Sociedad, y que el número de los con- currentes seria mayor. Aceptada la proposición quedaron nombrados para cumplirla los señores Brian y Silveyra. No habiendo otros asuntos de qué tratar se levantó la sesión á las 9 y 20 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Nota. — La escursion tuvo lugar el dia 24 de Octubre, habiendo con- currido veinte socios. Se nombró la comisión que debe redactar la correspondiente memo- ria. Se compone de los señores. Dr. Cárlos Salas. Sr. Valentín Balbin. a Santiago Brian. La comisión encargada de ver al Sr. Crabtree, no logró su objeto por hallarse en San Luis ese señor. Estanislao S. Zeballos . Secretario. 23a Sesión Ordinaria del 2 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las ocho de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de 24 socios cuyos nombres se designan al márgen. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada sin observación. Después del informe del Secretario sobre los trabajos Presidente. Dillon, Justo. Puiggari. Comolli. Balbin. Silva. Zeballos. Rossetti. Ringuelet. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 249 de la Comisión Directiva durante la quincena, se dió cuenta de los asuntos entrados, en este orden: Una comunicación del Gobierno de la Provincia so- bre la necesidad de emplear caños mas resistentes en las perforaciones. (Pasó á la Comisión Directiva). Una nota del Si\ Cooper aceptando el nombramiento de miembro de la Comisión de Nivelaciones. ( Al archivo ). Otra del Sr. Bunge aceptando el nombramiento de miembro de la Comisión encargada de estudiar el tama- ño de los ladrillos empleados actualmente en las construcciones en el municipio. (Al archivo). Un informe del Sr. Robertson sobre la perforación practicada en San Vicente. ( Pasó á la Comisión Directiva ). El Sr. Zeballos informó á la Sociedad que, estando terminadas las medallas y diplomas correspondientes al concurso de 1875, la Comisión Directiva había resuelto distribuirlas en la próxima Asamblea. Las medallas fueron presentadas á los Sres. socios. En seguida el Secretario comenzó la lectura de tres memorias pre- sentadas, á saber: Sobre ensayos de telégrafos ópticos para el servicio de las fronteras, por el socio D. Lorenzo B. Trant. Sobre fabricación de cimento en el país, por el socio Sr. D. Walter F. Reid. Sobre el clima de la República, por el Sr. D. Juan Bialet Massé. Concluida la lectura, el Sr. Presideute avisó que las memorias que- darían en secretaría á disposición de los socios que desearan estudiarlas. El Sr. Pico manifestó que creia conveniente verificar una escursion á la isla de Martin García, de la cual se habían recibido noticias sobre perforaciones y otros asuntos de interés para la Sociedad. Creia conveniente nombrar una comisión que arreglara lo necesario para la conducción de los socios á la isla. El Sr. White dijo que había tenido oportunidad de ocuparse de la conveniencia de verificar esta escursion, pero que varias personas le habían prometido consultar ántes al Ministro de la Guerra, sobre si habrá inconveniente ó no en hacerla, por lo que se refiere al carácter militar de la isla. Opinaba que debiera esperarse el resultado de la consulta prome- tida. El Sr. Pico indicó la conveniencia de nombrar una comisión que se encargara de consultar la opinión del Gobierno. Creia que éste no se negaría á permitir la escursion, desde que el estudio de la isla era cuestión de interés general. El Sr. Lagos opinaba que bajo el punto de vista militar, las obras 19 Büttner. Pico, 0. Kyle. Huergo. berg, Cárlos. Arocena. Cagnoni, J. Cagnoni, J. M. Aguirre. Amoretti. Salas. Rojas. Médici. Lagos. Robertson. 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA ejecutadas en Martin García estaban fuera de los objetos de la Sociedad ; y creía que seria prudente no ocuparse de la parte técnica como for- taleza, debiendo dedicarse la atención de los visitantes á las perforaciones, estudios geológicos etc. El Sr. Pico dijo que no podía ponerse en duda el interés de esta escursion desde que hay en la isla objetos de interés científico. El Sr. White apoyó la indicación de nombrar una comisión para que allanase las dificultades. El Sr. Presidente nombró al Dr. Salas, al Sr. Lagos y al Sr. White. Aprovechando la presencia del Sr. Médici en la sesión, el Sr. White proponia verificar una escursion á las obras que se practican en la playa de Belgrano para la toma de las aguas que deben ser suministra- das á la población. Aceptada esta indicación, se designó el Domingo 14 á las 10 de la mañana para verificar la escursion. El Sr. Médici quedó encargado de contratar el vapor que deberia con- ducir á los escursionistas. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Nota. — La escursion se verificó el dia señalado. Los concurrentes, en número de 19 socios y 9 personas estrañas á la Sociedad, partieron del muelle de pasageros á las 10 y 40 a. m , estando de regreso en el mismo punto á las 2 p. m. Los socios que concurrieron fueron los siguientes : Jacinto Caprale, Santiago Brian, Félix M. Rojas, Juan Médici, Guillermo White, Adolfo Buttner, Cárlos Berg, Estanislao S. Zeballos, Pedro Pico, Eduardo Aguirre, Angel Silva, Justo Dillon, Cárlos Salas, Félix Amoretti, Antonio Comolli, Enrique Aberg, Walter F. Reid, Cárlos Arocena, Juan Dillon. La Comisión nombrada para presentar á la Sociedad un informe sobre esta escursion, está compuesta de las siguientes personas : Sr. D. Guillermo White. « « Angel Silva, c « Enrique Aberg. « c Estanislao S. Zeballos. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 251 24a Sesión Ordinaria del 15 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las nueve menos cuarto de la noche fué abierta la sesión, estando presentes las personas nombradas al márgen. Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada, y el Secretario informó á la Asamblea de los trabajos de la Comisión Directiva durante la quincena. Se dió lectura de los asuntos entrados, en este orden : D. Estanislao S. Zeballos comunica algunas noticias sobre la esploracion del Sr. Moreno, y anuncia que su partida de Patagones debiera tener lugar el dia 15. Los señores Bagley y Ca comunican haber autorizado al Sr. Shoolbrige para recibir el premio que les cor- responde. El Sr. Goulu autoriza para el mismo efecto al señor White. El Sr. Presidente leyó un estenso discurso, alusivo al objeto de esta Asamblea, y procedió á distribuir los premios, dirijiendo particularmente la palabra á cada una de las personas que los obtuvieron. Terminada la ceremonia resultó que no habían con- currido los señores premiados, D. Juan Aldao, D. Julio Lacroze y D. Camilo Ramayrone, cuyos diplomas serían depositados en la secretaría para entregarlos oportu- namente. El Sr. White propuso verificar una escursion á las obras de la nueva cárcel de esta ciudad. Votada esta indicación fué aprobada. Se designó para hacerla el Domingo 28 de Noviembre á las 12 del dia, siendo el punto de reunión el arco de la Recoba vieja, donde se to- maría el trenvía. No habiendo otros asuntos á la orden del dia, se levantó la sesión á las 10 menos cuarto de la noche. Pedro Pico Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. Nota. — A consecuencia de la lluvia que cayó el dia 28 de Noviembre á la hora indicada para verificar la escursion, solo concurrieron á ella seis socios. Presidente. White. Zeballos. Büttner. Balbin. Brian Huergo. Reid. Silva. Cagtioni, J. Dillon, Juan. Pico, 0. Larguier. Kyle. Comolli, Aberg. Amoretti. Berg. Aguirre. Robertson. Franco. Villanueva. Puiggari. Premiados : Luis Gardella. Conrrado Torres, Vicente Gaetani. José Giménez. M. S. Bagley y C» Pini y Arregorria. M. T. Escalada y Ca H. M. Tiepold. Carlos Simpson. Florentin0 Ameghin0 Miguel Puiggari. Oyentes : Rafael Obligado. Señor Tailor. Luis Viglione. 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La Comisión encargada de la obra, como su arquitecto el Sr. Bunge, se prestaron gustosamente á atender á la Sociedad en esta escursion. DOCUMENTOS CONGRESO INTERNACIONAL DE AMERICANISTAS Buenos Aires, 27 de Marzo de 1876. Al Sr. D. Estanislao S. Zeballosy Secretario de la Sociedad Científica Argentina. Tengo el honor de poner en sus manos, el programa del Congreso Internacional de Americanistas, que deberá reunirse en Luxemburgo del 10 al 13 de Setiembre de 1877 ; permitiéndome invitar á los Señores que forman parte de esa Sociedad, para que concurran á aquel Congreso con arreglo á las condiciones establecidas, si asi lo tuviesen á bien. Las sesiones de la primera reunión en Nancy, se encuentran á dis- posición del público en la Biblioteca, y por ellos podrán apreciar la importancia internacional de este Congreso. Con este motivo saludo al Sr. Secretario, con toda consideración. Vicente G. Quesada. ( Delegado del Congreso en la República Argentina ) Buenos Aires, Abril 8 de 1876. Sr. Dr. D. Vicente G. Quesada , delegado del Congreso Internacional de Americanistas en la República Argentina. La Junta Directiva de la Sociedad Científica Argentina, se ha impuesto con interés del Programa de las sesiones que celebrará en 1877 el Con- greso Internacional de Americanistas, y de la invitación que V. ha tenido á bien dirijir á esta Sociedad por intermedio del Sr. Secretario. Me es agradable comunicar á V. que la Junta Directiva ha resuelto leer su comunicación y el programa adjunto en la asamblea del 15 del corriente y publicar ambos documentos en <í Los Anales » á fin de que todos los socios puedan enterarse del asunto. Aprovecho esta ocasión para reiterar á Y. las seguridades de mi con- sideración mas distinguida. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zeballos. Secretario. DOCUMENTOS 253 SEGUNDA SESION. Luxemburgo, del 10 al 13 Setiembre de 1 877c I Por decisión del Congreso de Americanistas celebrado en Nancy en Julio de 1875, la ciudad de Luxemburgo fué designada para ser el punto de reunión de la segunda sesión, que tendrá lugar del 10 al 13 de Se- tiembre de 1877. Formarán parte del Congreso y tendrán derecho á todas sus publica- ciones, las personas que pidan una tarjeta de invitación sea al Tesorero ó al Secretario del Comité central de Luxemburgo ó bien á uno de los delegados, y que pagarán además, la monta de la cuota fijada en doce francos. Las personas que pidan la tarjeta de invitación deberán dar muy exactamente sus nombres, pronombres, como también su domicilio. La monta de la cuota puede ser pagada en una orden postal ó en un cheque sobre Luxemburgo, Amsterdam, Londres, París ó Colonia. II Las comunicaciones serán orales ó escritas, y no podrán durar mas de veinte minutos. Los miembros del Consejo que se propusieran hacer comunicaciones, deberán hacerse inscribir en la Secretaría indicando sumariamente el ob- jeto y las conclusiones de sus trabajos. Las personas que no pudiesen asistir á las sesiones, podrán dirijir sus manuscritos á la Secretaría hasta el Io de Setiembre de 1877. La orden del dia de cada sesión será publicada la víspera. III En conformidad con el artículo 19 de los Estatutos definitivos el comité ha puesto á la orden del dia de la sesión de Luxemburgo las cuestiones que siguen : Historia. — Legislación civil comparada de los mejicanos bajo los em- peradores Aztecas y de los peruanos en la época de los Incas. Exámen crítico de las fuentes históricas de los pueblos de la América Central. Descubrimiento y colonización del Brasil. ¿En qué época y por qué motivo el nuevo continente recibió el nom- bre de América? 254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Arqueología. — Caractéres generales de la arquitectura Maya en el Yucatán. Empleo del cobre en la América ante-Colombiana. Los Mound-Builders : su oríjen, su antigüedad, sus obras, su estado de civilización y su historia. Lenguística. — Caractéres particulares de la familia Tupi-Guarani. Los idiomas americanos comparados bajo el punto de vista gramatical con los idiomas llamados Ouralo-alticos. Los dialectos esquimales comparados con los idiomas de la América propiamente dicha y del Asia. Paleografía. — Interpretación de las inscripciones y manuscritos repu- tados Mayas. El elemento phonétieo en la escritura mejicana. ¿A qué período de la civilización mejicana pertenecen las pinturas llamadas « Exoglííicos mejicanos »? Indicar, en cuanto sea posible, las fechas délos mas antiguos documentos conocidos en esta escritura; esponer cuál ha sido la influencia ejercida por la llegada de los españoles sobre el desarrollo y empleo de las pin- turas íigurativas de Méjico. Antropología y Etnografía. — Antigüedad del hombre en América. Tradición del diluvio en la América del Norte y particularmente en Méjico. Clasificación etnolójica de los indíjenas de las Guayanas. IV La primera reunión del Congreso será consagrada á la historia de la América antes de Colon y á la historia del descubrimiento del Nuevo Mundo ; la segunda á la Arqueología ; la tercera á la Lenguística y á la Paleografía ; y la cuarta á la Antropología y á la Etnografía. ESTATUTOS DEFINITIVOS Art. Io — El Congreso no podrá reunirse dos veces seguidas en la misma ciudad. Art. 2o — Las sesiones tendrán lugar cada dos años; y la apertura de la suscricion deberá ser notiíicada por los presidentes de las sesiones anteriores antes del 31 de Diciembre que seguirá á la clausura de la última sesión. Esta notificación será hecha por medio del Comité de organización del futuro Congreso. A falta de esta notificación el Comité central de organización del pre- cedente Congreso deberá designar otra ciudad para la próxima reunión. DOCUMENTOS 255 Art. 3o — A fin de cada sesión, el Congreso designará la ciudad donde deba tener lugar la reunión siguiente. Art. 4o — Harán parte del Congreso y tendrán derecho á todas sus publicaciones, las personas que lo pidiesen en tiempo hábil, y que paga- sen la suscricion, la cual será fijada por el Comité de organización de la nueva sesión. Art. 5o — El Comité de organización acuerda y ejecuta todas las me- didas necesarias para asegurar la instalación puntual del Congreso : la remisión de las cartas de citaeion, la centralización de los trabajos; la entrega de las cartas la redacción y publicación de los programas de las sesiones. Art. 6o — La Junta Directiva auxiliada por el Comité central de organiza- ción, constituye la mesa provisional al principio de la sesión. Los miembros de la mesa definitivos serán elejidos al principio de la primera sesión con escepcion del Tesorero que será de derecho el nom- brado por el Comité de organización y cuyas funciones continuarán hasta la liquidación definitiva de las cuentas de la sesión. Art. 7o — La Asamblea elije los miembros del Consejo cuyo número está determinado, por el Comité central de organización. Cada nacionalidad deberá en todo caso estar representada por un miem- bro á lo menos. Art. 8o — Las comunicaciones serán verbales ó escritas y no podrán durar mas de veinte minutos. Art. 9o — La publicación de los trabajos del Congreso está confiada á una comisión escojida entre los miembros pertenecientes á la localidad en que tiene lugar el Congreso. Art. 10. — Los libros, manuscritos ú otros objetos ofrecidos al Con- greso pertenecen á la ciudad en que tiene lugar la sesión ; su destino definitivo está determinado por el Comité de organización de la sesión. Art. 11. — Los presidentes de cada Congreso tendrán derecho á formar parte de todos los Congresos siguientes. Art. 12. — El Comité central de organización de cada Congreso pu- blicará si lo cree conveniente un reglamento particular relativo á sus trabajos y á su administración. Este reglamento no deberá ser contrario al espíritu de estos Estatutos. Art. 13. — Para continuar la obra del Congreso internacional de Ame- ricanistas, se instituirán Comités regionales en todos los países, por el órgano de uno ó varios miembros del Congreso, notificada su intención al respecto al Comité de la Sesión inaugural ó de las sesiones sub-si- guientes. Art. 14. — Cada Comité regional tendrá que nombrar un presidente que comunicará con los Comités regularmente constituidos. Art. 15. — La constitución de los Comités regionales no será definitiva 256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sino cuando ella haya sido notificada por una circular la cual será reimpresa cada año y remitida á todos los Comités existentes. Art. 16. — La admisión en cada uno de los Comités será concedida á todos los Comités regionales que la soliciten con tal que ellos se conformen con el reglamento particular de cada uno de estos Comités. Art. 17. — En las circulares anuales de los Comités regionales deberá figurar la lista de todos los Comités regularmente constituidos, el nombre de su Presidente, y todas las indicaciones que sirvan para facilitar las relaciones de correspondencia entre los diversos Comités. Art. 18. — Todo pedido de modificación de los Estatutos del Congreso deberá ser suscrito por un número de miembros igual á lo meuos al número de las diferentes nacionalidades representadas efectivamente en el Congreso. Si el proyecto de modificación es tomado en consideración por la mayo- ría absoluta de los miembros del Consejo, él será adoptado pero sola- mente para la sesión siguiente, por un voto por sí y por no y sin discusión. Art. 19. — En cada una de las sesiones está previsto un cierto número de cuestiones á la órden del dia de la sesión siguiente. COMITÉ DE ORGANIZACION. Presidente . M. Wurth-Páquet (C. C. C.) presidente de la Corte Superior de Jus- ticia, vice-presidente del Consejo del Estado, presidente de la sección histórica del Instituto real del Gran ducado de Luxemburgo. Vice-Presidente. M. le Dr Schmit, presidente de la sección de Ciencias Médicas del Instituto r. gr.-d. M Reuter, profesor de Química en el ateneo, presidente de la sec- ción de Ciencias Naturales en el Instituto r. gr.-d. Secretario General. M. le Dr Sheotter, profesor de Historia en el ateneo, secretario de la sección histórica del Instituto r. gr.-d. Sub-Secretario . M. Blaise, profesor de la Escuela Normal. M. Ruppert, Archivero del Gran ducado. M. Henrion, profesor del Ateneo. M. Mullendorff ( profesor ), estenógrafo de la Cámara de Diputados M. Weckering, profesor del Ateneo. DOCUMENTOS 257 Tesorero. M. Eltz, conservador tesorero del gabinete de Medallas de la sección histórica del Instituto r. gr.-d. Miembros. M. le Dr Aschmann, (C.) diputado, presidente de la Escuela de Me- dicina. M. Dutreux (0.), antiguo revisador general, M. Engling, profesor antiguo presidente de la sección histórica del Ins- tituto r. gr.-d. M. Yonas (G. 0. C.), miembro del consejo del Estado, encargado de Ne gocios del Gran- ducado en París. M. MaferusXO.), Ingeniero é industrial. M. Mersch Fáber, miembro del consejo del Estado, comisario de Gobier- no en los caminos de fierro del Gran-Ducado. M. Eyschen, diputado, encargado de Negocios del Gran-ducado en Berlín. M. le Dr Fonch, secretario del Colegio Médico y de la sección de Ciencias Médicas en el Instituto r. gr-d. M. de la Fontaine, Alfonso (0.), comisario de distrito. M. Grerig, profesor de historia y de geografía en el Ateneo. M. Metz, Gustavo, director de fundición. M. Mullendorff, Augusto, profesor del Ateneo, secretario de la sec- ción de ciencias naturales del Instituto r. gr.-d. M. Munchen, Alfonso (0.), Mayor, comandante del cuerpo cazadores de Luxemburgo. M. Munchen, Carlos (0. C.), presidente de la orden de los abogados, miembro del consejo del Estado. M. Pescatore, Antonio (0.), vice-presidente de la Cámara de Dipu- tados. M. Serváis, Manuel (G. C., G. 0. C.), Ministro honorario del Estado, presidente del consejo del Estado, burgomaestro de Luxemburgo. M. Simons, abogado y diputado. M. Stronck, profesor del Ateneo. M. Ulveling (G. 0.), antiguo ministro del consejo del Estado, miembro del Instituto r. gr.-d. M. Wies, profesor del Ateneo. M. Wittenauer, ingeniero civil. DELEGACIONES ESTRANJERAS. Argelia. M. Houdas, profesor, enOran. M. Arnolit, librero, en Constantine. 258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA M. Hoben (el barón de), cónsul de la República Argentina, del Perú, de Bolivia y de Haití en Algeria. Alsacia. M. Mossmann, archivero de la ciudad de Colmar. M. Grad, en Logelbach. Inglaterra. M. Alien (Francisco A.), en Lóndres. M. W. Bollaert, en Lóndres. M. Trubner, librero-editor en Lóndres. República Argentina. D. Vicente Quesada, director de la Revista, en Buenos Aires. D. Juan M. Gutiérrez, en Buenos Aires. Austria-Hungria. El Dr. Reinich, en Viena, Bolivia. El General N. Campero, ministro plenipotenciario en Sucre. Canadá. M. Dion, hombre de letras, en Montrael. M. Frichette, en Quebec. M. Juan Campbell, profesor de historia eclesiástica en el Colegio Presbiteriano, en Montrael. El Dr. Daniel Wilson, profesor en la Universidad de Toronto. Islas Canarias El Dr. Chil y Naranjo, en Las Palmas. Chile. D. Guillermo Matta, diputado al Congreso, en Santiago de Chile. Colombia. D. Lázaro María Perez, diputado en Bogotá. Costa Rica. D. J. Trujillo, publicista, en San José Dinamarca. M. el Barón de Bretton, Chambelán de S. M. el Rey de Dinamarca. Rin M: Mck, inspector de los establecimientos daneses de Groenlandia. M. Valdemar Schmidt, profesor de la Universidad de Copenhague. DOCUMENTOS 259 Ecuador. D. A. Flores, ministro plenipotenciario en Quito. N. Herrera ( Pablo ), ministro de la Corte Suprema de Justicia en Quito . Estados-Unidos. California. — M. Hubert Bancroft, en San Francisco. D. Cárlos Brigham, en San Francisco. Connecticut. — M. Hammond Frumbull, presidente de la Sociedad Filo- lógica americana, en Hartford. Illinois. — J. D. Moody, en Mendota. La Lalle Co. Yowa. — M. Gouder, en Dubuque. Maine. — M. Eugenio Vetromile, en Eastport. Massachussets. — El profesor H. W. Hagnes, en Boston. M. Robert C. Winthrop, presidente de la « Sociedad de historia de Massachussets », en Boston. Michigan. — M. Levi Bishop, en Detroit. Missouri. — M. Mauricio Blum, comerciante, en San Luis. Nueva York. — M. Bennet, redactor del «Heraldo de Nueva York», en Nueva York. Cárlos E. Strong, abogado, en Nueva York. Ohio. — M. F. Forcé, juez, en Cincinnati. Terr. de Washington. — El profesor Henry, director del «Instituto Smithoniano », en Washington. Wiscousin. — M. R. B. Anderson, profesor en la Uuivesidad de Wis- cousín. Francia. M. E. Beauvois, en Corberon (Costa de Oro). M. Gaffarel, profesor en la Facultad de Letras, en Dijon. M. G. Gravier, calle de Champ des Yiseaux, 80, en Rouen. M. Caix de Saint- Aymour, director del Museo Arqueológico, » en París. M. Balny (el conde), secretario de embajada, calle de los Mártires, 35, París. M. Leroux (Ernesto) — editor, 28 calle Bonaparte, en París. M. Maissonneuve, editor, quai Voltaire, en París. El Comité de organización de la Ia sesión habiéndose constituido en «Comité Americanista del Nord-este de Francia », las suscriciones pueden ser dirigidas á M. Grosjean Maupin, librero, 20 calle Héré, en Nancy. Guatemala. D. José Milla, en Guatemala. 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Holanda. M. Leemann (el doctor), conservador del Museo Real neerlandés, en Leyda. Honduras. D. Juan Venero, ex-ministro, en Comayagua. Lorena. M. Orbain, ex-presidente de Cámara en la Corte de Metz, en Metz. M. Jacquot, director del « Colegio Libre » en Chateau-Salins. Méjico. D. Francisco Pimentel, presidente del Liceo Hidalgo, en Méjico, Noruega. M. Daa, profesor en la Universidad de Christiana. M. Leblein, egyptólogo, profesor en la Universidad de Christiana. Perú M. Dibos (Félix), comerciante, en Lima. Portugal . M. Cordeiro (Luciano ), profesor en el Instituto de Coimbra. San Salvador. D. Daría González, ministro de Instrucción pública, en San Salvador. Rumania. M. Urecha (el doctor B. Al.) ex-ministro, profesor en la Universidad de Bucharest. Suecia. M. Lindblad Eskild, ingeniero, en Jónkóping. Suiza. M. Lazier, miembro del Instituto de Ginebra, en Carouge. M. Schaller, director de Instrucción pública, en Friburgo. Turquía. M. Aristarchi (Stephanes D.), gran logóteta, en Constantinopla. Uruguay. D. Mateo Magariño Cervantes, ministro plenipotenciario, en Montevideo. DOCUMENTOS 261 Venezuela. D. Cecilio ¡Acosta, miembro corresponsal de la Academia española, en Caracas. WüRTEMBERG. M. Holwald (Fr. von) director de la revista ((Das auslaind », en Conns- tatt, cerca de Stuttgart. La lista de los demás delegados será publicada ulteriormente. Por el Comité de organización. WURTR PAQUET, Presidente. SCHCELTER, Secretario. Señor D. Pedro Pico , Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Tenemos el honor de presentar á la consideración de la Sociedad, el corte geológico de los terrenos que se han sondado y tenido que atravesar para construir el túnel de Toma de las nuevas obras de aguas corrientes. Este túnel va á servir para traer el agua fuera del rio desde la canal, enfrente al pueblo de Belgrano, hasta el pozo de bombas en el bajo de la Recoleta El corte geológico que presentamos es, sin duda alguna, el de mayor magnitud que se haya hecho en el país, pues mide seis mil metros aproximadamente de longitud, y en profundidad media alcanza á quince metros debajo de la superficie del suelo ó bien doce metros debajo de, nivel de las aguas medias ordinarias del rio. En el adjunto dibujo se encuentran claramente representadas todas las clases del terreno perforado, las que hemos clasificado con los nombres vulgares usados en la práctica del Ingeniero, porque no conocemos tér- minos mineralógicos para designar ciertas formaciones peculiares al país, tales como la tosca blanca, amarilla, negra ó roja y la arcilla calcárea al estado de transición antes de adquirir los caractéres de la verdadera tosca. Todos los terrenos perforados son de sedimento, pertenecientes á la formación cuaternaria, y son tan conocidos por la generalidad que no nos detendremos á hacer una descripción detallada de ellos. Solo diremos que la tosca es de la misma clase que la que se encuentra en el Ria- chuelo, en San Fernando y en el lecho del rio; y participa por consi- guiente de la misma propiedad que estos, á saber, de ablandarse notable- mente á la acción del aire. La arena es de grano muy fino y no contiene sal, tal vez por haber sido lavada por las numerosas corrientes de aguas 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA subterráneas que tienen en todo el municipio la línea de máxima en la dirección de Sud á Norte. En la masa de la arena se encuentran siempre nódulos y pequeñas aglomeraciones de sulfato de cal ó yeso. En todas las perforaciones hechas no se han encontrado huesos fósiles. Ningún conocimiento se tenia hasta el momento de comenzar la cons- ruccion del Túnel acerca de los terrenos que han sido perforados. En el pliego de condiciones de las obras de Salubridad y en numerosos documentos oficiales, se dice que el terreno era totalmente compuesto de arcilla compacta y tosca. En adelante tendremos muchísimo placer en remitir á la Sociedad otros cortes geológicos, ya sea del municipio de la ciudad ó bien de sus inmediaciones ; porque creemos que el asunto es muy importante no solo para el Geólogo sino también para el Ingeniero que debe conocer el terreno en que proyecta las obras que tiene que ejecutar. Nos es grato saludar al Sr. Presidente con nuestra mas distinguida consideración. Juan Medici . — V. Balbin . : . : \ HIERRO OLIGISTO DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS El hermoso ejemplar de hierro digisto que acompaño con la presente nota, para que figure en el Museo de la « Sociedad Científica Arjentina», me fué mandado de San Luis para analizar, junto con otros minerales de que omito dar cuenta en este momento ; siendo las indicaciones que se referian á él en la carta acompañatoria, las siguientes : « La masa grande de las piedras, la que tiene un color mas oscuro y que es casi puro metal, pertenece á una veta situada á unas tres leguas al sur de Santa Bárbara : está en manto y toda la roca tiene la misma formación del pedazo que le mando : es una masa inmensa de metal Se podria esplotar con facilidad, pues desde el Morro puede irse por caminos carreteros y en sus alrededores hay montes, agua y población. » El análisis de la muestra á que me refiero, ha dado lugar á las siguien- tes observaciones : Es de color gris oscuro, de aspecto metálico, de corte granugiento, intercalado de puntos blancos que constituyen la ganga del mineral. Además, esta ganga se presenta mas voluminosa en ciertos espacios, incrustada de pequeñas masas oolíticas de hematites y de laminitas mi- cáceas. Dá por la porfirizacion un polvo pardo castaño. Es rayado por el cuarzo y produce chispas con el eslabón. Ejerce una acción débil sobre la aguja imantada, pero no está dotado de magnetismo polar. Su peso específico es de 4?, 936. Su composición sobre 100 partes es la siguiente : Oxido férrico 63,50 Oxido ferroso 22,00 Alúmina 4,57 60,9 de hierro. 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Magnesia 2,20 Oxido mangánico 0,20 Acido silícico 3,67 Acido titánico 3,58 Vestigios de azufre, fósforo y pér- dida 0,28 100,00 Como se deduce del análisis, el mineral en cuestión no es hierro oligisto puro, sinó una mezcla de este con hierro oxidulado ó magné- tico, pero predominando el óxido férrico, sobre el equivalente necesario para formar este último compuesto, he creído deberlo clasificar como hierro oligisto. El procedimiento analítico que he observado es el siguiente : 10 gramos del mineral porfirizado fueron tratados por el ácido clorhídrico fumante en gran esceso. Cuando el hierro estuvo disuelto se evaporó el todo hasta sequedad en baño-maria. El producto humedecido con ácido clorhí- drico y tratado por el agua se filtró, dejando un residuo insoluble en el filtro. El líquido filtrado se estendió en agua hasta formar el volumen de 500cc. De estos se tomaron 100cc en los que fué dosado el hierro, la alúmina, el manganeso y la magnesia por los métodos comunes. En otros 100cc busqué el ácido sulfúrico por el cloruro barítico; y en otros 100cc el ácido fosfórico con el molibdato amónico ; pero siendo tan insignificantes los precipitados obtenidos, espreso solo como vestigios la cantidad de azúfre y de fósforo existente en el mineral. Con otros 50cc que representa un gramo de mineral dosé el hierro 1 existente al estado de protóxido por medio del bi-cromato potásico, dedu- ciendo el resultado de la proporción del peróxido antes obtenido. Por lo que toca al residuo insoluble en el ácido clorhídrico fumante, se calcinó y pesó. Disgregóse luego por medio del bi-sulfato potásico en crisol de platino y sobre el residuo se dosó la sílice y el ácido titá- 1 nico directamente, y por diferencia la alúmina. Observaré ahora que 60,9 p% de metal puro, unido á los otros datos que se desprenden del análisis, colocan al mineral que me ocupa entre los mas preciosos para la esplotacion del hierro en alta escala. Debe suponerse además, que la formación sea muy estensa, pues nunca se presenta aislado ó en espacios muy limitados bajo la forma y composi- ción que lo caracterizan. Algo mas me afirma en esta suposición la existencia en Catamarca de otro mineral de hierro que ha sido ya analizado y dado á conocer por mi cólega y amigo el Sr. Kyle (1), que si bien es inferior en calidad al de San (1) Véanse estos «Anales», entrega Ia, pág. 34. HIERRO OLIGISTO DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS 265 Luis, ofrece con él bastante analogía de composición, siendo además en- trambos minerales titaníferos. Si consideramos por otra parte las condiciones geológicas que relacio- nan á la Sierra de San Luis con la Provincia de Catamarca, creo que dicha suposición adquiere el carácter de probabilidad. En efecto, la sierra de San Luis se continúa con la de Ulapez y esta con la de Los llanos ó de San Chepe , la que es continuación de la Sierra de Velazco en la Rioja, que vá á terminar en la de Gulumpaja y cruceros de las ocho ó diez distribuciones por cada lado de la Cordillera de los Andes en la parte media occidental de Catamarca. Por otra parte, de la citada Sierra de Velazco en la Rioja sale una derivación llamada Sierra de la Punta que se continúa con la de Ambato , la que atraviesa la Provincia de Catamarca por el oriente de ella ; y este, según la indicación hecha por el Sr. Kyle, debe ser el punto donde existe el mineral de hierro que ha dado á conocer. Atendida, pues, la relación geológica que mediá entre los citados puntos, ¿seria aventurado suponer la existencia en ellos de grandes masas de hierro? ¿ No puede sospecharse bajo tal hipótesis que la República Argentina sea una de las mas favorecidas por la naturaleza respecto á esa importante materia prima? Las condiciones geognósticas del terreno vienen también en apoyo de la idea emitida. Los espresados son todos terrenos de cristalización y abundan en ellos los minerales ferruginosos, como la pirita de hierro, la pirita cupro-ferrosa, el mispickel y otros, según he podido comprobarlo con distintas muestras. Y no es de escasa importancia otro dato que me ha sido comunicado por personas competentes y conocedoras de dicho terreno, ó sea que el trayecto indicado es la región donde crece y se desarrolla el quebracho y el lapacho, árboles que solo se encuentran en terrenos muy ferruginosos. ¿No serán tal vez esos vejetales los puntos de mira que guien en lo futuro para catear las minas del precioso metal que deba surtir á las necesidades industriales de la República? M. Puiggari. 20 VIAJE AL PUCARA Salta, Mayo 24 de 1875. ✓ Sr. D. Francisco P. Moreno. Buenos Aires. Mi distinguido amigo : Por carta que de Vd. ha recibido en este último correo nuestro común amigo D. M. Zorreguieta, me he impuesto con verdadero placer de las nuevas y valiosas adquisiciones, que ha hecho Vd. para su hermoso mu- seo, y por las que felicito muy cordialmente. Deseosos por nuestra parte de ayudar á Vd. también en su noble em- peño, andamos á la pesca de algunos objetos que sean dignos de figurar en la preciosa colección que Vd. posee. Con este fin, hicimos á principios del mes un viaje al Pucará, y aunque no hemos sido felices en él, pues no encontramos lo que de- seábamos, voy sin embargo á hacerle una corta relación de nuestra ex- cursión para hablarle con este motivo de algunos puntos relativos á sus estudios, y darle á mas otros datos, que desearé merezcan de Vd. una amistosa y benévola acojida. Permítame, pues, que aunque profano, eche mi bolada de aficiona- do en la ciencia que Vd. practica y profesa con tanta erudición como laboriosidad. Como dije á Vd. anteriormente, marchamos un sábado al Pucará en unión de algunos amigos, con el fin de rejistrar unos sepulcros de indios que se encuentran desde tiempo inmemorial en ese lugar. Pucará es un pintoresco lugar, distante 7 leguas de esta ciudad, y está situado al pié de la elevada serranía que limita por el Oeste, el hermoso valle de Lerma : á él descienden las dos grandes quebradas llamadas del Toro y Escoipe, que viene la una desde Bolivia y la otra del valle Calchaquí. Pucará, en lengua quichúa, quiere decir «Colorado» y los indíjenas les darían sin duda este nombre, á causa de que el pasto toma este color, á la entrada del invierno. Vd. habrá notado, que á pesar de la riqueza de la lengua castellana VIAJE AL PUCARA 267 los conquistadores tomaron varias voces de la quichua, cuyo uso se hizo después tan jeneral, que han llegado hasta consignarse en el diccio- nario de la lengua madre : Charqui , Chasqui , guasca , guazo , llapa , pampa , pucho , yuyo y tantas otras, son la prueba de esta verdad; pero Pucará quedó olvidada y he creido oportuno esplicarla. Llegamos, pues, al fin de nuestro viaje y fuimos á hospedarnos á casa del Coronel D. Solano Cabrera, militar que prestó muy buenos servicios al país, en la época del General Lavalle, y que hoy se en- cuentra olvidado por nuestros gobiernos, en ese rincón de la República. El Coronel Cabrera, es un excelente sujeto, sabedor de nuestros pro- pósitos, nos ofreció su cooperación y servicios, y nos hospedó esplén- didamente los tres dias que duró nuestra excursión. La tarde misma de nuestra llegada visitamos el lugar y tomamos nuestras medidas para dar principio á la obra al dia siguiente. El Pucará debió ser el osario de las tribus indíjenas que moraban es- tos lugares en la época anterior á la conquista, pues allí existe un vasto campo cubierto de sepulcros, situados en línea recta y formando calles, con una regularidad y precisión admirables. Nuestro entusiasmo no podía ser mayor á su vista. Ansiando porque llegase el dia siguiente para desentrañar de la tierra los mil objetos que debían contener desde tiempo inmemorial, esos lechos de la muerte, soñé toda la noche con vilques , ollas, esqueletos , lanzas y demás ob- jetos con que enterraban á los indios, antes de la conquista ; pues ha de saber Yd. que en aquella época estos no conocían la herencia, asi es que cuando morían, los sepultaban con todo lo que poseían: hoy es otra cosa, entierran con el muerto, para seguir la antigua costumbre, algún objeto que le perteneció, pero escojen siempre lo mas inservible, de- jando en provecho de los vivos lo demas, lo cual no deja de ser un adelanto en sus costumbres. Al siguiente dia, bien temprano y acompañados de una buena cua- drilla de peones armados todos de picos, palas y azadones, marchamos al osario y principiamos á trabajar con verdadero entusiasmo. Muy luego quedaron destapados varios sepulcros, pero nada encontra- mos, tomamos el otro extremo del osario y nos dió el mismo resultado : por la tarde rejistramos otros, que se hallaban al pié de una eminen- cia, en que debió existir un fuerte y estaban también vacíos. Pequeños fragmentos de huesos, pedazos de vilques ú ollas fué nues- tra cosecha; sin embargo encontramos también una punta de lanza ó flecha hecha de tierra cocida, que tenia varias cruces pintadas de negro. Nuestra sorpresa no podía ser mayor ¿Qué se habrán hecho las momias ó esqueletos que debían yacer en esas tumbas ? ¿ Las exhuma- rían los indios, cuando vencidos por los españoles, se vieron precisa- dos á abandonar esos lugares? ¿Qué significaban esas cruces pintadas en las puntas de una lanza ó flecha fabricada con arcilla cocida? 268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cosas son estas á mi juicio, dignas del estudio de un etnógrafo como Vd. la verdad es, que hasta á mí que soy profano en esa ciencia, me han preocupado muy sériamente. Es indudable que las tribus de indios que habitaban estas comarcas, estaban mas estrechamente unidas con los Calchaquis y los Llipis del gran desierto de Atacama, que con las demás tribus dependían de los hijos del Sol. Quizá por esta causa hasta ahora llaman collas á los habitantes que moran en estas regiones. Estoy por creer que el gran osario de los aimaraes, de donde recogió el célebre viajero M. Pablo Marcoy tantas bellas muestras frenológicas, que hoy figuran en los museos europeos, sería indudablemente aumentado con los esqueletos que faltan en el osario del Pucará, que hemos encontrado vacío. Nada hay que estrañar de la constancia de estos indios. Dicen qne es incalculable el gran número de momias y esqueletos que se encuentran en aquel osario, situado en el litoral del Perú, cerca de los grandes depósitos de huano y de los cráteres llenos de cenizas, de escorias y piedras pómez de los antiguos volcanes que dominaban este litoral, en épocas desconocidas, y á cuya proximidad pasaron, sin verlos, el capitán Frizcer á principios del siglo pasado, Mr. de Humboldt y M. Bonpland á principios de este siglo, y M. d’Orbigny por el año de 1836. Tal es la esplicacion que me doy de la desaparición de las momias de los sepulcros del Pucará, fueron estraidos para evitar asi la profanación de los conquistadores. La relación mas estrecha que existia entre estos indios, los Calchaquis, Llipis y demás tribus ictiófagas que habitaban á las orillas del Océano Pacífico, proviene sin duda de la conquista que los Incas hicieron del Collao. Cuando los esfuerzos continuados de Sinchi-Roca, Lloque, Yupanquí y Maita-Capac dieron por resultado el sometimiento de los aimarás , los que no se resignaron á sufrir el yugo de los llamados hijos del Sol, se interna- ron en el país y se mezclaron á las otras tribus que lo habitaban . De aquí, sin duda, las muchas palabras aimarás que se notan todavía en el idioma de llipis, chicoanus y calchaquis, y la configuración oblonga de los cráneos resultaba de la costumbre aimará de desfigurar cuando el nacimiento el arca huesosa de los individuos dándoles una forma cónica por medio de tablillas guarnecidas de algodón y contenidas por fuertes ligaduras. Vd. sabe que los aimarás se enorgullecían de descender de los collahuas , nación que se decía venida de Méjico y que trajo al país un grado de civilización avanzada. Pues bien, los etnógrafos han notado que muchos de los usos y costumbres de los collahuas se estendieron hasta el Tucuman, y de aquí sin duda proviene el nombre de collas que se dá hasta hoy á los habitantes de estos pueblos. Tal es la etimología mas propia VIAJE AL PUCARA 269 que he encontrado de la palabra colla que se dá no solo á peruanos y bolivianos, sino también á los que viven en la parte norte de nuestra República. Considero igualmente este punto digno del estudio de Vd. y se lo reco- miendo muy especialmente. ¿Qué significan las cruces negras pintadas en la punta de una lanza ó flecha, fabricada de arcilla cocida de que he hablado á Vd.? Guardaba con cuidado esos pequeños pedazos, cuando la prolijidad de un sirviente de la casa, al acomodar nuestro cuarto, creyéndolos basura los arrojó al campo, y después todo el empeño que pusimos por encontrarlo ha sido inútil é infructuoso. Recordará V. que hablando una vez sobre las razas de indios que encon- traron en América los españoles, yo le espresé los muchos datos que exis- tían respecto á la predicación del Evangelio en una época muy remota y anterior á la conquista; Vd. me indicó entonces un pequeño folleto escrito en francés que trataba la cuestión ; tuvo la bondad de ofrecérmelo, mas yo no lo acepté temiendo dejar trunca su hermosa colección. Con este motivo ofrecí á Vd. darle los datos que tenia sobre el particular y esas cru- ces pintadas en ese pedazo de barro cocido, me recuerdan la oferta que le hice y que voy á cumplir. Muchas son las crónicas contemporáneas de la época de la conquista que anuncian la predicación del Evangelio entre los indios antes de la venida de los españoles, y se cree que fué en una época tan remota que alcanza á los primeros años del Cristianismo ; pues se atribuye nada menos que al apóstol Santo Tomás la gloria de haberlo realizado, con uno ó dos discípulos que lo acompañaron en tan prodigioso viaje. Principiaremos por Pedro Mártir, del Consejo del Rey de España, primer Obispo y cronista de las islas de Barlovento, donde entró cuando las descu- brieron, refiere la mucha semejanza que existia entre algunas de las creen- cias de sus habitantes, con las católicas de los españoles. Aquello de que creían en un solo Dios infinito, invisible y todopoderoso, y que este Dios en el mundo tuvo una madre que se llamaba Mamona , nombre siró que quiere decir Diosa, madre de Dios, son en efecto una buena prueba de la opinión del Obispo. Gomara dice, que en Cumaná los indios adoraban la Cruz; que allí la vie- ron los religiosos y españoles puesta en forma de aspa y cruz de San Andrés. El mismo Gomara, F. Benito Fernandez en su doctrina, y Justo Lipsio, agregan que, en la isla Cazumel, cerca de Yucatán, cuando entró en ella el marqués D. Fernando Cortés, vió un patio grande cercado de piedra y en medio de él una cruz que tenia diez palmos de largo, á la cual adoraban por Dios ; que los indios ponían cruces sobre las sepulturas, y que tenían esta costumbre desde la predicación del apóstol. Refiere el padre Gregorio García, que en el pueblo de Gualilleo , puerta del mar del sur, conservaron 270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA su tradición los indios llamados Chontales , y por pinturas que usaban los de Nueva España, una gran cruz que veneraban mucho, porque la puso un varón santo que ellos dicen era el apóstol Santo Tomás, y que en una peña estaba esculpida su figura y su nombre. Agregan que esta cruz fué la que pretendió quemar el corsario inglés Drake, y que habiendo resistido á la acción del fuego, fué llevada como una reliquia á Oajaca por el Obispo D. Juan de Cervantes. Refiere el padre Estevan de Salazar que en la provincia de Zapoteca (tex- tual) y en un pueblo llamado Quihazea, existia en poder de un cacique una biblia con puras figuras, donde estaban la de la creación, la de la Anuncia- ción y otras muchas, y pintada la Virgen María con hábito de india; que esta biblia había venido de padres á hijos por centenares de años. Y alega el Obispo Chiapa Fr. Bartolomé de las Casas, que en una apología se levantó información entre los indios de que en tiempos antiquísimos les enseñaron el misterio de la Trinidad, la virginidad de Maria Santísima y la pasión de Cristo. Y que esto les habia enseñado una gente que traia la túnica hasta los piés y en ellos sandalias, con barba larga, pasando esta relación de unos á otros. Que el Cristianismo se predicó en el Brasil muchos siglos antes de la conquista lo afirma Tomás Bocio, el padre Cabello, F. Juan de la Puente, el padre Rivadeneira, F. Gregrorio García, en su nuevo mando, Maluenda y el padre Manuel Nobrega, de la Compañía de Jesús, quien siendo provin- cial del Brasil dá cuenta de una carta que dirigió al venerable Martin Az- pilueta Navarro en el año de 1549, desde la ciudad del Salvador, como por tradición de unos á otros se ha conservado entre los naturales del Brasil la memoria de haber predicado allí el apóstol Santo Tomás. Que pasó adelante este apóstol y predicó el Evangelio en el Paraguay y Rio de la Plata, se prueba con otra carta que en el año de 1538 á primero de Mayo, escribió desde el puerto San Francisco de la Provincia de Jesús, cerca del puerto de D. Rodrigo, que en un paraje del Rio de la Plata, el Comisario de San Francisco de dicha provincia, Fr. Bernardo Armencía, al doctor D. Juan Bernal Diez de Lugo, siendo oidor del real Consejo de Indias y que fué después Obispo de Calahorra, donde le dice, que en toda la provincia del Paraguay habia memoria y antiquísima noticia del apóstol Santo Tomás, y que un indio llamado Eliguará, muchos años antes que se tuviese noticia de los españoles, dijo que vendrían presto á sus tierras verda- deros cristianos, hermanos de Santo Tomás, á bautizarlos. Esto mismo lo atestigua el padre Torquemada, y agrega uno de los primeros cronistas del Perú : « Porque el Obispo D. Lorenzo de Grado, que lo era del Paraguay » y después del Cuzco, á quien yo conocí Arcediano allí y electo Obispo, » estando en Copacabana, certifica (año 1619) que era común noticia » y vulgar lenguaje, en todo el Paraguay, Brasil y Tucuman, que habia » pasado por aquellas provincias un discípulo y apóstol de Cristo, pre- y> dicando su fé y enseñando su ley. » i VIAJE AL PUCARA 271 « Que haya estado en Santa Cruz de la Sierra confinante con el » Paraguay y Tucuman por la parte de Levante y con Misque, Cocha- » bamba, Tarija y Tomina pueblos comarcanos á Chuquizaca y Potosí » por la parte del Poniente lo diee también Gregorio García quien pone » á la letra lo que escribió el licenciado Saballos, etc. Dígnese dar á nuestro amigo el Dr. Carranza este nuevo dato de que el Tucuman, confinaba con Santa Cruz para que se lo trasmita en nombre al Sr. Trelles. A lo que llevo dicho, agréguese ahora lo que se encuentra en el padre Lozano, cuya obra se reimprime ya en estos momentos y tendremos un gran número de datos que prueban la predicación del evangelio en América quince siglos antes de su descubrimiento y conquista. Aunque, como he dicho á Vd., no fuimos felices en nuestro viaje al Pucará; sin embargo he conseguido en estos últimos dias, algunos ob- jetos curiosos, dignos de figurar en su museo y los que enviaré á Vd. en primer oportunidad. Ya sabrá Vd. por Zorreguieta, que hemos encargado cráneos, momias y otros objetos antiguos, no solo en Bodega y Valle Calchaquí, como tengo anunciado sino también á la (departamento cercano al Valle), Iruya, Quebrada del Toro, Inhuasi y otros lugares que habita- ron los indíjenas antes de la conquista. Este mismo amigo remite á Vd. con el joven estudiante D. Honorato Fernandez, á quien con este motivo me permito recomendar á su con- sideración, un tortero de piedra, que los indios llaman muyuua, y que fué encontrado en Chicuana, ahora años en un sepulcro antiguo, por el cura de dicho pueblo, presbítero D. Napoleón Cairo. Vd. sabe que la tribus de las Chicuanas, fué una de las que vino desde el Cuzco, acompañando al Inca X. Yupanqui, á la conquista de Chiloe, se quedó establecida en dicho lugar. Es por esto, que deseo vivamente conseguir del Pucará, ó de los lugares adyacentes algunos cráneos de los antiguos Chucuanas, que deben ser dignos de su estudio y meditación. Tiene igualmente Zorreguieta un mortero de piedra y algunos otros objetos curiosos que ha estimado dignos de serle enviados. Por mi parte poseo también una pequeña fuente de piedra color pi- zarra que demuestra el grado de perfección á que había llegado este arte entre los indios ; y otra mas pequeña, que debía servir para pre- parar el mazo con que fabricaban la famosa chirina esa cerveza que importó al Perú, á principios del Siglo XI, la emperatriz Mama Dello Huacco, mujer del Inca Manco Capac, fundador del imperio Peruano y sábio legislador ; pues dictó leyes de hermandad para alivio de la necesidad ; leyes agrarias sobre las tierras: leyes de humanidad en favor de los enfermos : leyes para consolar afligidos : leyes para que los magistra- 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dos velen sobre la educación: leyes en fin que hacían perpétua guerra á la ociosidad. Muchos antiguos cronistas, creen como Vd. sabe que Manco Capac fué hijo de un náufrago anglo sajón, y espero que la historia nos aclarará en breve estas dudas y conjeturas. Poseo los objetos indicados, debidos á la amistosa atención de mi buen amigo el Sr. D. Juan Solá, quien me hizo este valioso obsequio, y ha quedado muy complacido al saber que se los remitía á Vd. para ser colo- cados en su museo. Debe, pues, Vd. una palabra de atención á este buen amigo, quien me ha ofrecido además toda su cooperación para obtener otros objetos con el mismo fin. Con la primera persona segura tendrá Vd. por allá todas estas cosas. Me parece que no se quejarán Vds. ' de que olvido mis promesas, como me lo repetía el Dr. Carranza Juan M. Leguizamon. OBRAS PÚBLICAS EL PUERTO DE BUENOS AIRES ( Continuación . ) En una estension de costa fluvial de muy pocas leguas, la naturaleza nos ha hecho el singular presente de varios puertos naturales, á los que solo les íalta el último toque dado por la mano del hombre, para que presten grandes servicios á la navegación y al comercio. Estos puertos son San Fernando, el Riachuelo de Barracas y la Ensenada de Barragan. En San Fernando el último toque ya se dió, abriendo su dique ó dársena, y hoy entran en él buques mercantes como el Júpiter , y em- barcaciones de guerra como el Fulminante , que antes tenían que ir á buscar un refugio á tierra estrangera, para poder efectuar sus repara- ciones con comodidad. En el Riachuelo se prepara la reforma, á cuyo efecto se han votado los fondos necesarios, y se han examinado los proyectos presentados entre los que, sea dicho de paso, han figurado concepciones absurdas y poco menos que monstruosas, y dentro de dos ó tres años fondearán frente á la plazoleta de la Boca las fragatas mercantes que hoy no pueden ni con mucho acercarse á nuestros desembarcaderos habituales. Este será un pequeño puerto, como lo de San Fernando es una pe- queña dársena, con relación á las necesidades generales, pero ambos serán puertos comerciales y de refugio ó abrigo : El primero costará concluido unos cien mil $fts. : el segundo está presupuestado en qui- nientos mil ; de manera que vamos con paso lento y seguro resolvien- do el problema parcialmente, pero sin sumar millones, con cantidades relativamente modestas, muy propias de esta época de crisis, sin asus- tar á las gentes, sin arruinar al pais y con seguridad de un éxito com- pleto. Queda el de la Ensenada, puerto mas respetable, en el que caben buques en mayor número, y al que pueden acercarse á muy corta dis- tancia los paquetes europeos. En él no hay que construir grandes di- ques, ni hacer obras de defensa, ni proyectar rompe olas, ni ninguno 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de esos trabajos monumentales que si son la admiración de las ge- neraciones venideras son antes la ruina de la presente. En la Ensenada todo se reduce á quitar la barra ; las demás obras son accesorias : de manera que el problema se resuelve por medio de dragas ; se necesita únicamente facilitar la entrada, abrir la puerta, y pulir el interior: el puerto en sí no hay que hacerle, como no hay que hacerle en el Riachuelo, porque la naturaleza se ha encargado de formarlo, ahorrándonos este trabajo. Al ver esto, la razón natural dicta esta pregunta: ¿Por qué no he- mos de emplear útilmente nuestras fuerzas en la Ensenada y el Ria- chuelo, en vez de malgastarlas sin fruto frente á Buenos Aires? * * ★ Los tres proyectos de ley que han sido objeto del debate presen- taban cada uno de ellos alguna tendencia especial y determinada que los caracterizaba. El uno queria un concurso, á fin de que todas las capacidades tu- vieran entrada en él, y pudieran emitirse libremente todas las ideas. El otro queria que antes de proceder á nada definitivo, se es- tudiasen los rios de La Plata, Uruguay y Paraná : el tercero, que es el que se ha llevado la palma, decide la inmediata construcción del puer- to. Tal es la condición esencial de cada uno de ellos, sin entrar por ahora al exámen de puntos de detalle que aquí son meros accidentes del asunto. El concurso encerraba en sí una buena idea, pero se presentaba en forma tal que le hacia del todo imposible por lo exiguo del plazo que al efecto se concedía: en seis meses, aun los ingenieros resi- dentes en Buenos Aires y que conocen ya ciertas condiciones genera- les del rio y de la rada, es decir, los muy escasos datos que hoy exis- ten, no tenían tiempo material para formular su plan, desarrollarlo, hacer los planos de detalle, calcular los presupuestos y redactar la memoria descriptiva. Dudamos que un hombre serio, conocedor de la importancia de tal proyecto, y que estimase en algo su reputación pro- fesional, se comprometiese á ejecutarlo en tan corto plazo. Si esto no era posible, para los que aquí residieran ¿cómo lo ha- bía de ser para los de las principales ciudades de Europa y América, de que hablaba el art. 4o del proyecto de ley, que ni tendrían el mas pequeño conocimiento de lo que es el país y sus aguas? Asi es que la idea caia por su base: el concurso en la verdadera acepción de la palabra era imposible : solo podían entrar en él los proyectos ya pre- sentados : para esto era inútil lejislar. La idea no tuvo eco, y se quedó en proyecto. El segundo proyecto de ley, era el mejor : ya lo hemos dicho an- OBRAS PÚBLICAS 275 tes: mandaba estudiar , y esto es lo que debe hacerse y lo único que puede hacerse en la cuestión puerto. No hay nadie, absolutamente nadie que conozca el rio de La Plata : nadie ha determinado cuál es la verdadera ley á que obedece el mo- vimiento de sus aguas : nadie que pueda decir con exactitud la for- mación geológica de su lecho : nadie que pueda esplicar la influencia que en él ejercen las aguas del Uruguay y Paraná: nadie que espli- que satisfactoriamente la formación del delta de este último. Hay datos aislados, hay hombres prácticos pero sin conocimientos téc- nicos, y hombres científicos sin couocimientos prácticos; de manera, que hay muy poco é incompleto. La razón natural nos dice que mien- tras no se conozca todo bien á fondo, es locura pensar en que pueda hacerse un puerto bueno : quizás alguno acierte por carambola, pero es mucho atreverse, arriesgar una porción de millones de duros en aras del Dios Exito, y esto no puede hacerlo una nación séria que pre- tende marchar por las verdaderas vías del progreso. * ★ ★ Sin embargo, tampoco se aceptó la idea del estudio de los ríos, porque esto equivalía á poner en tela de juicio la posibilidad de un Puerto en Buenos Aires, siendo así que á fuerza de tanto hablar de él todos han llegado á creer firmemente que es, no solo factible sino fá- cil, y de aqui se originó la ley vigente. Llegados á ella, preciso es que la examinemos mas detenidamente que lo que hasta ahora lo habíamos hecho, verificando su análisis de- tallado, en todo lo que esta ley tiene de técnica y de reglamentaria. Según el articulo Io, debe contratarse en el estrangero, un Ingeniero que (í traladándose á Buenos Aires, estudie su rada y los proyectos presentados para mejorarla.... » ¿No hubiera sido mas natural, mas barato y mas sencillo, que es- tos estudios de la rada se hubieran hecho aquí, y con ellos, el Inge- niero llamado, hubiera formulado su opinión ó su proyecto? Porque no se nos querrá hacer creer que los Ingenieros que hoy existen en todo el territorio de la República Argentina no saben ni estudiar, por- que entonces, medrados están ellos y medrado el país á quien sirven oficial ó privadamente. Pero sea lo que se fuere ¿De dónde se ha sacado la idea de que el solo estudio de la rada basta para resolver la cuestión puerto? Mien- tras los estudios se limiten á tan estrecho círculo, no se hallará solución buena al problema: mientras se prescinda del Uruguay y del Paraná, verdaderos oríjenes del Plata no se marchará por buen camino y el resultado será siempre fatal. Este 1er ártículo se halla en el mismo caso que la idea del concurso. Se dijo « venga á concurso todo el mundo » : idea escelente : pero se 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA añadió « por solo seis meses, » idea muerta. Se dice ahora « venga un Ingeniero que estudie » : muy bien : pero que estudie ‘ Agregó el autor, que la edificación de casas para obreros de que habla el proyecto, quedaba comprendida en su nueva proposición. El Sr. Balbin preguntó qué se entiende por salubrifieacion superficial. El Sr. Lagos contestó, que por tal se comprendía, el aseo de todas las construcciones superficiales, como calles, plazas, habitaciones etc., todo lo que debía naturalmente obedecer á un plan higiénico. El Sr. Pico llamó al Vice-Presidente 2o Sr. Rosetti, para que lo reem- plazara y dijo que reputaba escelente la idea del Sr. Lagos, pero que no debía reemplazarse con ella la propuesta por la Comisión, porque una y otra se refieren á cuestiones completamente opuestas. Creía que la cuestión de la mejor construcción de habitaciones para obreros, tenia entre nosotros la mayor importancia. El Sr. Lagos declaró que su proposición era general, y que ella com- prendía todo lo que se refiere á la edificación de casas para obreros, cárceles, hospitales y en fin, todas las construcciones que pueden al- zarse sobre la superficie de la tierra. El Sr. Perez opinaba que el Sr. Lagos debía limitar su pensamiento á los conventillos, á las cárceles y á los hospitales, pues creía que dán- dole mas amplitud seria difícil que hubiera quien redactara memorias tan vastas. Proponía aceptar el artículo de la Comisión agregándole la cons- trucción de cárceles y hospitales. El Sr. Bálbin recordó que no era práctico ni oportuno, pensar en proyectos de cárcel y hospitales, porque teniendo el país una y otra cosa, era posible que pasasen muchos años sin construir nuevos edificios para aquellos objetos. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 301 El Sr. Aoberg pensaba que el tema de la Comisión, relativo á habi- taciones para obreros era muy serio, por lo tanto debia ser tratado separadamente, pues la cuestión puede ser considerada bajo muchos puntos de vista. El Sr. Lagos insistió en la conveniencia de comprender que el tema IV comprendía las habitaciones en general; tanto para pobres como para ricos, pues la fortuna no daba derechos para vivir en malas condiciones de hijiene . No creía conveniente tampoco poner un tema para hospitales, otro para cárceles y así sucesivamente. Todo debia formar un solo tema y la memoria sobre él se dividiría en capítulos. El Sr. Buttner manifestó que lás ideas del Sr. Lagos eran muy buenas y dignas de aplauso, pero que le parecía imposible que pudieran pre- sentarse buenas memorias sobre un tema tan complicado. El Sr. Lagos observó que la cuestión se reducía á abrazar un plan general, desarrollándolo con habilidad é ilustrándolo con los croquis, planos y dibujos necesarios. El Sr. Buttner replicó que era menester recordar las diferencias de las cuestiones entre sí. Por ejemplo, las reglas sobre la ventilación de un hospital no eran las mismas que para una cárcel ; de modo que era forzoso dedicar un estudio especial á cada una de las cuestiones. El Sr. White dijo que debia tenerse presente que las cuestiones de in- terés público son muchas y diferentes entre sí ; pero que la Comisión se había limitado simplemente á admitir ocho, consultando las diferentes inclinaciones de los socios y la variedad de los temas. Que podía haber agregado mas temas ; pero que se había tenido en cuenta que los concursos han de sucederse anualmente, de modo que los temas no tratados en este año, pueden serlo en los siguientes. Por estas consideraciones pensaba que debia aprobarse el proyecto de la Comisión. El Sr. Burgos manifestó que votaría por el proyecto de la Comisión redactado así : « Estudiar el mejor sistema económico é higiénico de habi- taciones para obreros.» Votado el proyecto de la Comisión obtuvo afirmativa general. Leído el art. V. del proyecto fué sancionado sin observación. Lo fué igualmente el art. VI. Se leyó el art. Vil que dice : «Estudio geológico de las pampas argentinas. » El Sr. Aguirre insistió que este era un tema de escaso interés y sobre el cual habia muy poco que decir, porque se ha escrito mucho sobre él, siendo de notarse las obras y estudios del Dr. Burmeister sobre los fósiles pampeanos. 302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Reíd dijo que era de suma importancia para este país el estudio de la geología de la pampa. Que por mucho que se hubiese escrito había siempre algo nuevo que decir, porque hay personas que avanzan en sus investigaciones geológicas, pudiendo servir sus datos particulares para confeccionar muy interesantes memorias. El Sr. Aguirre insistió en sus ideas y propuso que el tema fuese ampliado en el sentido de que facilitara escribir sobre las rocas y los minerales. El Sr. Zeballos observó que eso seria imposible porque un tema debe ser preciso y terminante sobre una sola cuestión. Si abrazase varias disyuntivamente, podrían presentarse memorias dife- rentes en la manera de apreciar el tema, de modo que el Jurado no podría acordar el premio por falta de competencia. Esto sucedería, por ejemplo, si se presentaran dos memorias, una sobre rocas y otra sobre la llanura pampeana. Cada una podría ser muy buena en su género; pero no habiia competencia y no podría tampoco haber discernimiento de premio. Terminó diciendo que en el estudio geológico de las pampas, habría que estudiar también las sierras que interrumpen su continuidad, y que así quedarían satisfechos los deseos del Sr. Aguirre sobre la ampliíicacion del tema. El Sr. Aguirre contestó que, si bien es cierto que hay sierras que interrumpen las llanuras argentinas, r.o es menos cierto que esas sierras no pertenecen á la formación pampeana, pues ellas son mas antiguas que esta. El Sr. Pico dijo que habia diferentes maneras de apreciar el verdadero significado de la pampa. El Sr. Zeballos refiriéndose á las ideas del Sr. Aguirre, espuso que efectivamente la pampa y las sierras que la interrumpen no eran de mismo origen; pero que tanto la llanura como la sierra, constituían lo que en términos generales se llama la formación pampeana , siendo las sierras una irregularidad de la pampa. Es cierto, agregaba, que las tierras, los fósiles, la? aguas y otros carac- téres del terreno pampeano, constituyen elementos de estudios del todo independientes unos de otros ; pero seria imposible hablar de la geología de la pampa sin considerar todos esos caractéres. Para ser mas claro, decía, supóngase que se haya de estudiar el esque- leto humano; y que realizado el examen délos componentes ordinarios, se bailara un sobre-hueso. ¿Podría prescindirse de su estudio? No, porque seria esa una irregu- laridad del esqueleto. De la misma manera, las sierras del Sud de Buenos Aires, por ejem- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 303 pío, son una irregularidad de la formación pampeana, y al estudiar esta, no se puede prescindir de analizar aquellas. Refiriéndose á las palabras del Sr. Pico sobre el modo de apreciar la pampa, dijo : Que en el campo se entendía por pampa el desierto inhabitado. Que otros entendían por tal la parte inesplorada de la llanura argentina en que viven los indios. Que el verdadero significado de la palabra, de origen quichua, era llanura, y que hablando generalmente podía decirse que la pampa comenzaba en las orillas del Plata y del Atlántico, siguiendo hasta los Andes y sus rami- ficaciones. Terminó opinando que el artículo propuesto por la Comisión era muy oportuno é interesante. El Sr. Lagos dijo que el tema en cuestión debía comprender un asunto de la mayor importancia para la República, como es la plantación de árboles para modificar los climas en beneficio de la agricultura. El Sr. White opinaba que el tema VII quedaría muy bien, limitando á Buenos Aires los estudios geológicos. El Sr. Aguirre creía que seria mas conveniente é importante, provocar en ese tema el estudio de las formaciones carboníferas. El Sr. Perez objetó que esta cuestión quedaba incluida en el tema que habla de la esplotacion de las minas. Votado el artículo fué aprobado con la modificación introducida por el Sr. White, quedando en esta forma: «VIL Estudio geológico sobre la pro- vincia de Buenos Aires. » El tema VIII fué aprobado sin observación. Igualmente lo fueron las bases generales y condiciones á que deben sujetarse las personas que tomen parte en el concurso. Segunda Parte. El Sr. Reíd dijo que antes de levantarse la sesión desearía que el señor Zeballos comunicara á los sócios algunas noticias que tenia del esplorador Sr. Moreno. El Sr. Zeballos informó que tenia cartas del Sr. Moreno, en las que le anunciaba que había tropezado con graves inconvenientes antes de salir para Chile. Que babia recibido atenciones y servicios importantísimos del Sr. Co- mandante D. Liborio Bernal, á quien había mucho que agradedecer por su empeño en favor de la espedicion. Que el Tí de Noviembre debía ponerse en marcha definitivamente el Sr. Moreno. Que de un momento á otro debía llegar á Buenos Aires un buque en ?,04 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que venia una memoria del Sr. Moreno dirigida á la Sociedad, sobre sus escursiones parciales al Colorado, Salinas Chicas, Bahía Blanca y otros puntos circunvecinos de Patagones. Que en el mismo buque venian algunos cajones de colecciones cientí- ficas reunidas por el esplorador para él y para la Sociedad. Terminadas estas esplicaciones y no habiendo mas asuntos á la orden del dia, se levantó la sesión á las once y cuarto de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos , Secretario. Sesión del 15 de Diciembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las ocho y tres cuartos de la noche se abrió la sesión, con asistencia de 21 socios, cuyos nombres se designan al margen. Se leyó el acta de la sesión anterior y fué aprobada. El Sr. Presidente dió algunas esplicaciones sobre el incidente ocurrido entre la Comisión Directiva y el con- tratista de las perforaciones, con motivo de no ser satis- factorio el resultado obtenido con la cañería actualmente usada. Estas esplicaciones fueron ilustradas con la lectura de las últimas comunicaciones dirigidas á la Sociedad por el Sr. Robertson, contratista de las perforaciones. Orden del día. El Sr. Secretario leyó una comunicación de los Sres. Büttner, Arata y Silveyra, refutando las opiniones del Sr. Reid sobre la disgregación del cimento. Como en esta memoria afirmaron los autores que el Sr. Reid no había comprendido las ideas que habían emitido en la precedente, el Sr. Reid pidió que se leyeran esos párrafos que se creía habían sido mal interpretados por él. El Sr. Büttner se opuso á la lectura pedida por el Sr. Reid, fun- dándose en que ninguna memoria puede ser discutida sin permanecer quince dias en Secretaría á disposición de los socios que quieran estu- diarla. El Sr. Reid dijo que podía discutirse sobre tablas cuando así lo resol- viese la Asamblea; pero que no tenia el propósito de hacerlo. Sus deseos 26a Presidente White Zeballos Brian Büttner Balbin Huergo Silva Aoberg Amorelti Reid Barbosa Berg Cagnoni, J. M. Cagaoni, A. Kyle Lagos Rojas Robertson Vi lian ueva Pico, O. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 305 se reducían á que se leyeran los párrafos de la primera memoria de los seño- res Arata, Bíitner y Silveyra, pertinentes al caso. El Sr. Pico (Octavio) opinaba que no había razón alguna para negarse á oir la lectura pedida por el Sr. Reid ; y creía que lo contrario seria coartar un derecho legítimo de los socios. Después de un breve cambio de ideas sobre la manera de interpretar el reglamento en lo que se refiere al caso ocurrente, se resolvió : Que el Sr. Reid podía exigir que se leyera lo que había indicado. Verificada la lectura, se pasó á otro asunto. El Sr. Zeballos leyó un proyecto presentado por él á la Junta Directiva, ordenando la publicación de Los Anales de la Sociedad; proyecto que habia sido estudiado y modificado por la Junta. Se leyó una memoria con que el autor acompañaba el proyecto, á fin de ilustrar mas la opinión sobre el asunto. El Sr. Pico (0.) hizo mocion para que el proyecto permaneciera una semana en Secretaría, á fin de que sea estudiado por los socios. El Sr. Zeballos observó que faltaba ya muy poco tiempo para el Io de Enero, y que era de desearse que la publicación comenzara con el año. El Sr. Amoretti agregó que no ofrecía grandes dificultades el proyecto, por cuanto no era mas que una ampliación de lo que ya está consignado en el Reglamento. Votado el proyecto en general fué aprobado en esta forma : PROYECTO DE RESOLUCION. «c Artículo Io. En Enero de 1876 aparecerá el primer número de los Anales de la Sociedad Científica Argentina , que continuarán publicándose mensualmente en un volumen de cincuenta y seis páginas, en la forma señalada en la precedente esposicion. Cada tomo constará de seis entregas. Art. 2o. En estos Anales se publicarán los documentos de que habla el art. 36 del Reglamento de la Sociedad y toda clase de trabajos que la Comisión Redactora crea oportunos. Art. 3o. El reparto de los Anales se hará en la forma designada en el art. 37 del mismo Reglamento ; y se abrirá la suscricoin pública en Buenos Aires en esta forma : Suscricion en la ciudad pagadera al recibir la entrega. $ 25 m/c. Suscricion fuera de la ciudad (adelantada) » 30 » Art. 4o. La edición quedará á cargo de una Comisión especial de Re- dacción, que decidirá de la publicación de los asuntos que deban contener los Anales. 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Art. 5°. Esta Comisión se compondrá de cinco personas y durará un año en sus funciones, de Enero á Enero. La elección de tres de sus miembros se hará en Asamblea por cédulas secretas y no podrán ser elec- tos los miembros de la Comisión Directiva. Art. 6o. El Presidente y el Secretario de la Sociedad en ejercicio serán miembros de esa Comisión; y cuando cesen en sus puestos en la Comisión Directiva, cesarán también en los que ocupaban en aquella, debiendo reem- plazarlos sus sucesores. Art. 7o. La Comisión Redactora tiene el deber de vigilar que las publi- caciones se hagan en estilo correcto y en idioma castellano. Art. 8o. Se autoriza á la Comisión Redactora á invertir hasta la suma de seiscientos pesos moneda corriente mensuales en los planos y dibujos que ilustren las memorias que hayan de publicarse en los Anales. Art. 9o. Los miembros de la Comisión Redactora son responsables de sus actos ante la Asamblea, y pueden ser acusados por escrito por cinco socios. Art. 10. El Gerente de la Sociedad es el Administrador económico del periódico, bajo la dirección de la Comisión Redactora. Art. 11. Se tomará un escribiente con quinientos pesos mensuales para auxiliar de la Secretaría y de la administración del periódico, si fuese nece- sario, á juicio de la Comisión Redactora. Art. 12. Las cuestiones que la Comisión Redactora no pueda resolver por sí, serán llevadas á la Comisión Directiva para que las decida. Art. 13. Cincuenta ejemplares de los Anales quedarán en el archivo de la Sociedad para los nuevos socios. Veinte ejemplares serán enviados al Gobierno de la Provincia. Art. 14. El número de ejemplares que se imprimirán será de 500, pu- diéndo aumentarse ó disminuirse la edición á juicio y por orden de la Junta Redactora. Art. 15. La misma podrá resolver el aumento ó diminución del volumen. Art. 16. En los casos imprevistos en este acuerdo resolverá la Junta Directiva. Leídos los artículos Io y 2o, quedaron aprobados sin observación. Leido el 3o sobre el precio de la publicación, el Sr. Amoretti observó que veinte y cinco pesos al mes era una suma elevada; y proponía redu- cirla á veinte pesos con el propósito de popularizar mas los Anales. Esta indicación fué apoyada por el Sr. White. El Sr. Huergo se opuso á la reducción del precio fijado en el proyecto, porque se debía recordar que tal vez pronto seria necesario aumentar pá- páginas á los Anales , y no se aumentaría el precio. Por otra parte, era necesario pagar un escribiente y gastar seiscientos pesos mensuales en dibujos para los Anales. El Sr. Bobertson dijo que con el objeto de que esta publicación quedase al alcance de todos, propondría el precio de 10 pesos al mes. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 307 Volado el artículo fué aprobado por 14 votos. El art. 4o fué aprobado sin discusión. El art. 5C fué aprobado en esta forma : « 5o Esta Comisión se com- pondrá de cinco personas y durará un año en sus funciones, de Enero á Ene’ro. La elección de tres de sus miembros se hará en Asamblea por cédulas secretas y no podrán ser electos los miembros de la Comi- sión Directiva. Leído el 6o el Sr. Lagos observó que podía simplificarse y redactarse asi: cEl Secretario y Presidente de la Comisión Directiva integrarán aquella Comisión. Después de un breve cambio de ideas sobre la redacción que se debía dar al artículo, fué votado el proyecto del Sr. Lagos. «El Presidente y Secretario en ejercicio integrarán la Comisión Redactora.» Leido el art 7o, el Sr. Lagos indicó que debía decirse «idioma americano » en vez de « idioma castellano, » por cuanto entre nosotos son de uso frecuente numerosísimas palabras que no se encuentran en los diccionarios de la lengua española, y si aun « americano » no creia con- veniente proponia usar esta frase «idioma argentino. » Votado el articulo fué aprobado sin modificación. Quedó aprobado el art. 8o y se entró á considerar el 9o. El Sr. Kyle era de opinión que un solo socio pudiera deducir la acusa- ción de que habla el artículo. El Sr. Pico (P.) observó que este punto había sido maduramente debatido en el seno de la Comisión Directiva y que se había fijado el número de 10 socios en el interés de que las acusaciones fueran for- males, y no meros actos de despecho ó de otro orden ilejítimo. Creía que nunca faltarían 10 socios para entablar una acusación for- mal, mientras que faltarían para cosas poco sérias. El Sr. Lagos pensaba que el artículo estaba demás porque ya se sabia que era responsable la Comisión Redactora, desde que no hacia sino ejecutar una comisión conferida por la Asamblea. El Sr. White apoyó el artículo tal como se había leido. El Sr. Rarbosa proponia adoptar el número de cinco socios fundado en que este número basta, según el reglamento, para pedir una Asamblea estraordinaria. Declarado suficientemente discutido el asunto, se procedió á votar. Resultó afirmativa por la mocion del Sr. Rarbosa. Fueron sancionados sin discusión los siguientes artículos : 10,11, 12, 13, 14, 15 y 16. El Sr. Lagos proponia agregar un artículo mas, que obligase á la Comisión Redactora á formular un reglamento de sus funciones y pre- sentarlo á la Asamblea, Se observó á esta mocion que las atribuciones de la Comisión Re- 308 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dactora estaban prescritas en el Reglamento General de la Sociedad. Votada la proposición fué rechazada contra seis votos. Se pasó á verificar el nombramiento de las personas que debian in- tegrar la Comisión Redactora. El Presidente invitó á los Señores Socios Robertson y Aoberg para ayudar á hacer el escrutinio, el cual dió el siguiente resultado. Guillermo Villanueva. * 8 votas. Juan J. J. Kyle 10 t Pedro N. Arata 12 « Francisco P. Moreno 2 Santiago Brian » » Cárlos Olivera » » Justo Dillon y> » Félix Amoretti » y> Victorino Perez y> 2 votos, 1 » 5 7) 1 J> 1 D 1 » 2 » 1 » 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Presidente declaró Tesorero al Dr. D. Carlos Salas, quien lomó la palabra y dijo; Que agradecía el honor que acababa de dispensársele, pero que se veia inclinado á renunciarlo, no por falla de voluntad, sino porque temía que sus muchas atenciones no le permitieran atender debidamente la Teso- rería. Varios sócios hicieron algunas observaciones sobre la nueva organización de la Tesorería, de las que resultaba que la tarea del Tesorero es ya reducida y mas de inspección que de otra cosa. El Sr. Salas retiró su renuncia. Se acordó en seguida unánimemente un voto de gracias para el Tesorero saliente Sr. Büttner, por los muy importantes servicios que había prestado á la Sociedad en el desempeño de su puesto. El Sr. Buttner lo agradeció manifestando que no creía haber hecho nada extraordinario, y que simplemente habia cumplido con su deber. El Sr. Pico puso en discusión las memorias ya leídas de los Sres. Puiggari y Arata sobre la influencia del carbón en las aguas potables y sobre un sali- tre de Santiago. Como nadie hiciera uso de la palabra pasaron al archivo. El Sr. Pico informó que habia tenido lugar una escursion á los talleres del Ferro-carril del Oeste, habiendo sido nombrado el Sr. Monetta para redactar la correspondiente memoria. El Sr. Zeballos propuso visitar los talleres de la fundición de tipos para imprenta del Sr. Estrada, idea que fué aceptada. Se designó el Domingo 23 de Enero para verificarla. El Sr. Lagos indicó que después seria muy conveniente visitar los talleres de los Sres. Zamboni Hnos., que era reputados como muy notables en el ramo de herrería. El Sr. Zeballos recordó que hacia dos años que habia sido nombrada una Comisión para ocuparse de relacionar á un punto fijo todas las nivela- ciones practicadas en el territorio de la provincia, y que esa comisión no se habia reunido aun. En consecuencia, proponía que se le dirigiera una nota invitándola á ponerse en obra. Esta indicación fué aprobada. El Sr. Presidente invitó á los sócios á interesarse por los Anales de la Sociedad, escribiendo para ellos y buscando suscritores. No habiendo otros asuntos á la orden del dia se levantó la sesión siendo las diez y cuarto de la noche. Pedro Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario, DOCUMENTOS 311 Nota. — La escursion á los talleres déla Fundieion nacional de tipos, se efectuó el dia fijado, habiendo concurrido los siguientes socios : Rosetti, Huergo, Zeballos, Pico (0.), Perez, Dillon, Amoretli y varias personas estra- ñas á la Sociedad. El Sr. Estrada obsequió á los visitantes con una mesa de refrescos en que pronunciaron brindis dicho señor y el Presidente y Secretario de la Sociedad. Fué encargado de redactar la respectiva memoria el socio D. Esta- nislao S. Zeballos. DOCUMENTOS ( 3894) Buenos Aires, Agosto 14 de 1874. Sr. Presidente de la « Sociedad Cientifica Argentina », D . Luis A. Huergo Los que suscriben, propietarios y editores de la publicación Anales Cien- tíficos Argentinos, cuyo tiraje es de mil ejemplares y cuya circulación en Buenos Aires sube á 634 números, tienen el honor de ofrecer sus columnas á la muy importante Sociedad que Yd. preside, sea para la publicación de sus actas, sea para la inserción de memorias, estrados, etc. Al dar este paso anímanos solamente el deseo de vincular mas y mas todos los esfuerzos que se operan en este país para despertar con vigor el cultivo de las ciencias, de las que debemos esperar gloria y grandeza. Deseando que esa Sociedad acoja nuestros fraternales sentimientos, tene- mos el placer de suscribirnos atentos y SS. SS. Estanislao S. Zeballos. — José María Ramos Mejia.— Francisco Ramos Mejia. Buenos Aíres, Agosto 14 de 1874. Al Sr. Presidente de la « Sociedad Cientifica Argentina » Dr. D. Luis A . Huergo. Muy señor mió : Siento que me será imposible asistir á la reunión que tendrá lugar esta noche, debiendo ir á Chascomús esta tarde. 312 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Propongo al Sr. D. Cárlos Burton como sócio activo de la Sociedad. Encargado por la Asamblea de analizar el limo del Riachuelo, examiné la muestra que al efecto se me remitió, contenía en 100 partes : Agua 36.85 Materias orgánicas y volatilizables. . . . 3.57 Materias minerales 59.58 100.00 En las materias orgánicas y volatilizables hay sobre 100 partes de limo , 0.192 de ázoe. No es gran cosa dicha proporción de materia putrecible. Estoy seguro que el barro de las calles es muchas veces mas temible como foco de in- fección. Saludo á Yd. atentamente. S. S. y afmo. S. Juan J. J. Kyle. Buenos Aires, Setiembre Io de 1874. Sr. D. Francisco Lavalle. Estimado amigo : Tengo el gusto de incluir tres cartas de la provincia de Corrientes, recogidas allí durante mi última escursion de personas cuyos conocimientos científicos y su esperiencia' local podía servir mucho á los propósitos de la Sociedad que Vd. preside. Por tanto, creo conveniente que sean pro- puestos como miembros de la Sociedad Científica Argentina en debida forma. También deseo proponer como miembros á los señores Franck Turner y Arturo Seelstrang. El primero es el encargado de la construcción del Ferro-carril á Campana, y el segundo mi sócio en el Ferro-carril de Corrientes. De Vd. afmo. S. S. y S. amigo, Cárlos F. Robertson. NOTAS GEOLÓGICAS SOBRE t UNA ESCIRSION Á LAS CERCANÍAS DE LIJAN I. Habiéndose presentado á la «Sociedad Científica Argentina» los señores Bretón Hnos, denunciando la existencia en las cercanías de Lujan de un depósito de fósiles, en el cual aseguraban existir diez y siete animales de especies diferentes y raras, entre los cuales nombraban el Mega - therium , el León , el Mastodon , el Mylodon, e 1 Perro , el Glyptodon , el Caballo y otros ya estraidos, la Comisión Directiva comisionó á los infrascritos para verificar una escursion al paraje indicado. Hé aquí la presentación : Buenos Aires, Febrero 12 de 1876. Al Sr. Presidente de la a Sociedad Científica Argentina. » Los abajo firmados tienen el honor de poner en conocimiento del Sr. Presidente de esa ilustrada Corporación, que desde largo tiempo se oeupan en buscar fósiles en esta Provincia, particularmente en el par- tido de Lujan, donde existe un número considerable de estos restos de animales extintos, siendo algunos de ellos completamente desconocidos á la ciencia. Después de muchas fatigas é investigaciones, hemos conseguido com- probar, en parte, la existencia de las inmensas riquezas casi inaperci- bidas aun en este territorio. Io La zebra fósil, que hemos entregado al múseo público en un estado casi completo de conservación ; el mastodonte , el toxodonte , el m< gaterio y lo mas notable, hemos hallado en cierto punto cinco animales reu- nidos, sobrepuestos, siendo el último, que fué hallado á nivel del agua, la cabeza completa del león fósil, perfectamente conservada; los colmi- llos tienen mas de siete pulgadas de longitud; su forma es de media luna y son dentados en su borde interno. Lo mas estraordinarío es una punta de lanza ó de flecha que halla- 23. 314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mos adaptada á la parte posterior interna de la mándibula inferior de este león, cerca del oido. Tenemos que practicar muchas escavaciones aun, pero por falta de recursos nos hemos visto en el caso de paralizar nuestros trabajos y de solicitar la protección de esa Sociedad. Seria imposible describir la cantidad de fósiles sepultados en aquellos parajes á una profundidad relativamente reducida. Esperamos, pues, la protección de esa Sociedad, á la que ofrecemos en cambio una parte de los infalibles resultados de nuestras pesquizas. Saludan al Sr. Presidente de la Sociedad Científica con toda consi- deración. Bretón hermanos. Recibimos las siguientes instrucciones : Io Visitar personalmente los depósitos y constatar la existencia de dichos fósiles. 2o Adelantar una cantidad de dinero para su estraccion, en el caso de ser exactos los datos comunicados á la Sociedad. 3o Redactar una memoria sobre la escursion. En cumplimiento de esta comisión, resolvimos salir el dia 18 de Marzo. El señor Presidente de la Sociedad obtuvo del señor Ministro de Gobierno de la Provincia una eficaz recomendación para el Dr. Erezcano, Juez de Paz de Lujan, la cual nos era indispensable para el mejor éxito de nues- tros propósitos. Llegados á Lujan el Sábado á la noche, nos presentamos al Dr. Erez- cano, quien, informado de nuestra comisión, nos manifestó estar deci- I dido á ayudarnos en todo aquello en que pudiésemos requerir su cooperación, ¡ habiendo puesto á nuestra disposición un soldado de confianza y vaqueano de los parajes que debíamos recorrer. Deseando aprovechar nuestra visita á una persona competente como el I Dr. Erezcano y que reside desde largo tiempo en Lujan, promovimos una conversación sobre una de las denuncias mas interesantes que hacían los Sres. Bretón Hnos, á saber: Que en la parte posterior de la mandíbula inferior del León, habían encontrado clavada una punta de flecha de silex, la cual nos fué presen- tada por los denunciantes y cuyo dibujo acompañamos. (Fig. I). Comenzamos observando que la punta de flecha tenia, á nuestro juicio, un aspecto moderno, pues el silex estaba perfectamente limpio y diáfano: y que, por otra parte, el trabajo revelaba un estado de progreso artístico muy notable, correspondiente al período neolítico, mucho mas moderno que la formación pampeana en que se encuentran los grandes mamíferos. Agregamos que uno de nosotros había tenido ocasión de examinar, en el museo del Sr. D. Manuel Eguia, otra punta de flecha muy semejante á la presentada por los Sres. Bretón Hnos, no solamente por su forma, ESCURSION A LAS CERCANÍAS DE LUJAN 315 sino también por el esmero del trabajo. Este ejemplar ha sido dado al señor Eguía como procedente de un pozo de Lobos. Sin embargo, los datos no eran seguros para admitir la edad que se atri- buye á esas puntas de flecha. Entonces agregamos, que á estas objeciones respondían los Sres Bretón hermanos citando el testimonio del Dr. Erezcano y de otros vecinos que, decían ellos, habían concurrido y firmado un acta en el momento de levantar la flecha (fig. I) del punto en que fué hallada. El Dr. Erezcano tomó la palabra y nos dijo : Que hace tiempo él había sido invitado á presenciar aquel acto; pero que cuando él llegó, la flecha estaba descubierta con la cabeza del león, de modo que él no presenció el hallazgo, é ignora si es cierto que efec- tivamente fué encontrada en la mandíbula á que él la vió adherida mas tarde, agregando que en igual caso se encontraban los demás signatarios del acta. Esta declaración del Dr. Erezcano, que reputamos muy importante, fué confirmada por el Dr. Real, antiguo vecino de Lujan, y que formaba parte de la reunión. En seguida el Dr. Erezcano y el Dr. Real nos hicieron varias indicaciones útiles sobre los parajes que debíamos recorrer, aconse- jándonos muy especialmente una visita al arroyo Marcos Díaz, afluente del rio Lujan. Satisfechos de nuestra visita y agradecidos por las atenciones que reci- bimos, nos retiramos y formamos nuestro juicio sobre la importancia que debe atribuirse á los descubrimientos de aquellos supuestos vestigios del hombre fósil. En cuanto al hombre primitivo de Europa, no cabe ya duda que era contemporáneo de los grandes mamíferos estinguidos, como el Elephas PrimigeniuS; el Ursus Spelaeus , Felis Spelaea , Rhinoceros Tichorhinus , Cervus Megaceros , etc., como lo prueban los trabajos de Lyell, Lubbock, Boucher de Perthes, Southall y otros. En Sud América se ha resuelto el problema de la existencia del hombre fósil, habiéndolo encontrado el Dr. Lund en cavernas délas sierras del Brasil. Juntamente con estos restos han sido hallados huesos de animales cor- respondientes á la formación cuaternaria, como el caballo fósil. No puede afirmarse que en nuestras formaciones falte el hombre fósil, porque la naturaleza del terreno llano y generalmente uniforme, no per- mite con frecuencia el estudio de sus capas inferiores ; así como, por otra parte, se conoce la existencia de cavernas con restos humanos, que no han sido esploradas todavía, en varias provincias del Interior y especial- mente en San Luis, donde se han hecho descubrimientos de este género en 1875. Pero, concretando nuestras observaciones al caso de la flecha de los Sres. Bretón Hnos, nuestra opinión es decisiva. El trabajo tan artístico de la punta de flecha corresponde, como dijimos, á una civilización ya bastante adelantada. 316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es de estrañarse que nunca se hayan encontrado en las numerosas estracciones de fósiles en aquellos parajes otras indicaciones, como restos de alfarería y productos industriales que son tan comunes en ios para- deros del hombre prehistórico en este pais. La época paleolítica, es decir, la época de la piedra tallada toscamente, corresponde en Europa á los grandes mamíferos fósiles; y si los señores Bretón Hnos hubieran demostrado que esa punta de flecha es cuaternaria, ten- dríamos que la época neolítica, ó de la piedra tallada artísticamente, era contemporánea en Sud América de los fósiles cuaternarios, es decir, todo lo contrario de lo que se ha descubierto en las formaciones euro- peas. Constatada la veracidad de aquella denuncia, las ciencias que estudian al hombre desde su aparición en las capas geológicas, tendrían un gran adelanto con que enriquecer sus anales. Pero, como las pruebas no satisfacen, pensamos resueltamente que la flecha de los Sres. Bretón H1103 no corresponde al hombre fósil. n. Al día siguiente, á las cinco de la mañana, nos pusimos en marcha hácia el rio de Lujan, acompañados por el soldado ya mencionado y por el Sr. Bretón. A una legua y media de la villanos detuvimos para aproxi- marnos á las barrancas del rio, donde el interesado nos anunciaba existir lo que él llama sus canteras fosiliferas. Las barrancas del rio Lujan en aquel paraje tienen 3 m hasta 5m de altura sobre el nivel ordinario del agua, que era el estado en que lo vimos. Son generalmente cortadas á pique, y las capas de que se componen presentan un aspecto bastante uniforme. Cubiertas de vejetacion en pequeños trayectos, por lo general, se mues- tran á la vista completamente desnudas, y permiten apreciar con facilidad la naturaleza especial del terreno y de las capas que, perfectamente de- finidas, invitan á detenerse á examinarlas. La capa superior, de un espesor de 0m, 40 hasta 0n\ 75, se compone, como en la mayor parte de la Provincia, de una capa de humus, ó tierra vejetal, que contiene una abundante proporción de arena, como todas las capas inferiores que hemos podido estudiar. La capa subyacente presenta todos los indicios de que se ha formado, depositándose en agua parada. Contiene numerosos restos de infusorios que no nos ha sido posible clasificar todavía, algunos de los cuales viven ahora en las lagunas. En la misma capa se encuentran diseminados muchos restos de mo- luscos, perfectamente conservados en la generalidad. Pertenecen á es- pecies cuya existencia en terrenos semejantes hemos podido constatar personalmente, en varias escursiones que hemos verificado en esta pro- vincia. I % f ESCURSION A LAS CERCANÍAS DE LUJAN 317 En el rio de la Matanza se encuentran en la misma formación sub- siguiente á la capa de tierra vegetal, como lo comunicamos á la So- ciedad en la Memoria que se ha publicado en la II entrega de los Anales, páj. 89. ( Una Escursion orillando el rio de la Matanza. ) En la Laguna de Ghascomús, en el Arroyo de las Conchitas, en el Puente Chico, en San Fernando, en Buenos Aires y en el Rio Carca- rañal en Santa-Fé, existe la misma capa, como lo demuestran los mis- mos moluscos que allí se encuentran. Recojimos en el rio Lujan, numerosos ejemplares de la Ampullaria Camliculata (d^Orb) de diferentes edades, á juzgarlas por el desarrollo de la concha; y muchos ejemplares de Planorbis montanas (d’Orb.) esparcidos en la misma capa, y una especie cuya clasificación no he- mos podido hacer todavía. Los moluscos de estas especies viven ahora solamente en aguas tranquilas, y así su presencia en un terreno es indicio de un antiguo arroyo, laguna ó bañado. En algunos parages esta capa mide desde 0ra,75 hasta lm,25, con la escepcion de un punto, del que mas abajo nos ocuparemos. Sigue otra capa de tierra pardo-amarillosa en unos puntos y parda en otros que eran los últimos que pudimos ver al nivel del agua. La parda difiere solamente de la pardo-amarillosa- -«eflr el estado de oxi- dación del fierro que dá á ambos su coloración, debiendo notarse que en las capas que quedan siempre espuestas á la acción de las aguas permanentes se reduce el peróxido de hierro al estado de protóxido por las materias orgánicas que ellas contienen. Este fenómeno se ob- serva al pié de todas las barrancas del rio Paraná y de otros puntos que hemos observado, y las obras de salubricacion que se prac- tican actualmente en esta ciudad, demuestran que esta acción química, no se produce únicamente en la misma orilla de los rios. En esta capa se empieza á formar la tosca, que es un producto se- cundario depositado por infiltraciones de aguas calcáreas. Una particularidad nos ha llamado la atención por primera vez en estos terrenos. En la parte superior de la tierra parda, á que nos referimos, existen en dos parajes capas delgadas de toscas rodadas , depositadas del mismo modo que los guijarros que arrastran los rios en la ac- tualidad. El espesor de estas irregularidades contenidas en la capa principal varia de 0m,15 á 0ra,25 El punto en que este fonómeno nos lla- mó la atención estaba precisamente en la gran cantera fosilifera , en que decía el Sr. Bretón haber encontrado tan asombrosa cantidad de res- tos orgánicos cuaternarios. El aspecto geológico" de esta parte de la barranca, cuyo corte adjuntamos, nos indujo á pensar inmediatamente después de examinar con detención las diferentes capas, que allí ha- bía sido una depresión del terreno en la época cuaternaria, y que en 318 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA esta depresión corrían al principio aguas que arrastraron las tosca* ro- dadas. En épocas mas recientes la corriente del agua se ha interrumpido, formándose lagunas, cuyo fondo queda perfectamente señalado por los moluscos que allí hemos recojido. Como lo demuestra la íig. II, el terreno cnaternario forma aquí una curva, en cuya sección inferior se encuentra la capa mayor de tosca ro- dada. Hemos podido estudiar esta corriente cuaternaria con esmero, porque estaban á la vista dos cortes, á poca distancia el uno del otro, á sa- ber: en el rio de Lujan y en el arroyo de Marcos Diaz. Esta circunstancia especial nos ha permitido determinar la dirección de una parte á lo menos del antiguo curso del agua. Esta dirección es casi recta de Norte á Sud. El arroyo de Marcos Diaz, al punto en que corta al antiguo álveo, corre del N.-O. al S.-E. ; y el rio de Lujan del N.-E. al S.-O. En este mismo arroyo de Marcos Diaz, nos indicaba al Sr. Bretón un sitio donde decía haber encontrado restos de Mylodon Robustas. A pocas cuadras de la desembocadura del arroyo en el Lujan, en- contramos el paraje indicado. Emprendimos una escavacion bastante estensa y profunda, fiados en la palabra del Sr. Bretón, quien aseguraba haber dejado allí mismo los huesos del Mylodon. Después de dos horas y media de la mas prolija investigación, en- contramos una vértebra que, suponemos pertenece á la especie Mylodon. Nada mas fué posible encontrar, á pesar de la estension del foso que abrimos, resolviéndonos á abandonar nuestras investigaciones en aquel punto, por creerlos del todo inútiles. Volvimos al rio de Lujan, y descendiendo á la gran cantera, donde se encuentran las huellas del rio cuaternario, invitamos al Sr. Bretón á indicar un punto en qué cavar para verificar la exactitud de su de- nuncia, pues nada veíamos. Vaciló mucho aquel señor, y al fin indicó un punto en el cual se i hizo una regular escavacion, que fué suspendida sin haber hallado cosa j alguna y por instancias del mismo señor Bretón, qui^n parecía empe- ; ñado en que cesaran nuestras pesquizas. Nuestra opinión sobre este asunto se reduce á lo siguiente : Los señores Bretón Hnos. han encontrado en aquellos puntos algu- ¡ nos huesos fósiles y suponen que deben existir allí los esqueletos com- pletos ; de modo que piden dinero para verificar sus sospechas ; y es claro que la Sociedad no debe aventurarse á anticiparles cantidad alguna. Abandonadas las escavaciones, nos pusimos otra vez en marcha so- bre la márgen izquierda del arroyo Marcos Diaz, y lo orillamos hasta i ESCURSION A LAS CERCANÍAS DE LUJAN 349 tres leguas de su desembocadura, donde su anchura se reduce á un metro en el cauce del agua, aunque es mayor de barranca á barranca. Estas disminuyen en ese paraje y se confunden con la llanura, con- virtiéndose también el arroyo en la cañada conocida por de Rocha. Las barrancas del arroyo Marcos Diaz, son muy parecidas á las del rio de Lujan. Donde empieza la cañada de Rocha, la capa superior se compone de una tierra arenosa de formación reciente, pues contiene restos de indios mezclados con huesos diferentes, rotos para estraer la médula. En cuatro puntos diferentes hemos encontrado depósitos bastante considerables de estos huesos rotos ; algunos de ellos presen- taban indicios de haber sido espuestos á la acción del fuego. Mezcla- dos con los huesos se encontraban fragmentos de alfarería y algunos pe- dazos de sílex. En un zanjón formado por las aguas llovedizas y situado á la dis- tancia de tres leguas y media de la embocadura del arroyo Marcos Diaz en el rio Lujan, hemos hallado en terreno cuaternario, y á una pro- fundidad de dos metros, parte de la mandíbula inferior de un guanaco fósil. El hueso estaba bastante bien conservado, pero tan blando que he- mos tenido bastante dificultad en conservarle entero, sobre todo en las partes envueltas en tosca. Se verá por el dibujo adjunto, fig. IV, que la parte ulterior de la mandíbula falta, y no hemos podido encontrar otros huesos del mismo animal. Esta mandíbula difiere poco de la del guanaco actual (Anchenla Gua- naco ), y los dientes son muy parecidos á los que tiene en su museo nuestro consocio el Sr. D. Francisco P. Moreno, y que fueron en- contrados en la orilla de la laguna Vitel, cerca de Chaseomús. No co- nocemos otros restos fósiles del guanaco ; no los hay en el museo pú- blico de esta ciudad. El Dr. Lund, en su descripción de esploraciones hechas en las cavernas del Brasil, habla de restos fósiles de llama y de guanaco, pero no sabemos que partes del esqueleto se han encontrado. Saludamos al Presidente con toda consideración. Estanislao S. Zeballos.— Walter F. Reíd. CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS Salta, Agosto 20 de 1875. Al Sr. Vice-Presidente del Instituto Bonaerense de Numismática y an- tigüedades Dr. D. Anjel J. Carranza. Buenos Aires. Querido amigo. Me he impuesto con sumo gusto por los diarios de esa ciudad, de que tú habías sido elejido primer Vice-Presidente del Instituto y tengo un verdadero placer en felicitarte muy cordialmenle por la merecida dis- tinción que has recibido de tus ilustrados colegas. Voy, pues, á aprovecharme de tu presencia en tan honroso puesto, para dirijirte esta correspondencia, y cumplir con ella el deber que tengo de remitir algún trabajo dedicado al Instituto, desde que acepté el honor que ustedes me dispensaron presentándome como miembro de tan hono- rable corporación. Nunca crei adoptar por tema del trabajo ofrecido, una época tan re- mota y lejana de la nuestra, como de la que me voy á ocupar; mucho mas, cuando tú ya bien supondrás, que mis conocimientos en arqueo- logía, etnografía y antropología no deben ser gran cosa, como para lla- mar la atención de Vds.; ciencias estas, que por otra parte, no han hecho aun, gran camino entre nosotros. Ha sido únicamente el deseo que tengo de ayudar á que nuestro inteli- gente amigo el Sr. Moreno complete su hermosa colección de antigüeda- des, el que me ha traído sin pensarlo á tan escabroso terreno, y el que me decidió también á dirigirle en el mes de Mayo último una larga cor- respondencia de la que te supongo instruido. En ella me propuse recordar varios datos que creo han dejado olvidados CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 321 algunos historiadores respecto á la predicación que tuvo lugar del Evanjelio, en América, en una época muy remota y anterior á su descubrimiento por los españoles ; pues se atribuye nada menos que al Apóstol Santo Tomás la gloria de haberlo realizado en una gran parte del Continente. En efecto, muchas son las crónicas contemporáneas á la conquista, que nos revelan el conocimiento que tenían los indígenas de varios preceptos del cristianismo, desde muchos siglos antes de la venida de Colon. Las relaciones que he consignado en la correspondencia á que me re- fiero, manifiestan el recuerdo que se conservaba de tan notable aconte- cimiento en varios pueblos de Méjico y de las islas la Barlovento, en Cu- maná y demás puntos del litoral del mar de las Antillas ; así como tam- bién, en el Brasil, Paraguay y Rio de la Plata. Pero me faltó traer á cuenta los que se refieren á Chile, Bolivia y el Perú ; y voy por lo tanto á llenar este vacio, en la suposición de que la discusión sobre esta materia interesará á los ilustrados miembros de la científica asociación á quien me permito el honor de dedicarla. Bajo de esta creencia prosigo en mi tarea. Que el Evangelio se predicó en Chile por el mismo Santo Tomás en su misión apostólica por este nuevo mundo , lo afirma el padre Andrés de Lara quien dice, que como á 26 leguas del sitio que hoy ocúpala ciudad de Santiago, se encontró uua piedra con inscripciones ininteli- gibles y que era tradición entre los indios, que habitaban en aquel lugar, que dejó esas señales un hombre que vestía traje largo, que tenia el ca- bello y la barba crecidas y que les predicaba sobre una peña, respeto á la existencia de un Dios todopoderoso etc. ; y agrega la crónica de aquella época: « que había familia de caciques que se llamaba del varón « Tomé , y que este mismo nombre tenia, el que mandó á los indios en « la memorable batalla de Tucapel (año de 1553). Lo mismo dice Arscla « Patumé , es lo mismo que Padre Tomé. Va- « mos siguiendo estas huellas apostólicas y las iremos hallando en di- « versos parajes por donde Santo Tomás y los discípulos las dejaron, « como nos lo dirán sus pasos con que anduvieron arando este nuevo « mundo para sembrar grano que no fructificó porque cayó en piedra « ó pedernal etc. etc.» Existen también, infinitos datos que prueban igualmente la predicación del evanjelio en los pueblos que después se llamaron del alto y bajo Perú; pero sobre todos el que llama muy principalmente la atención es la infor- mación que se levantó en Tarija á fines del Siglo XVI sobre la fa mosa Cruz del Valle de las Salinas siendo Gobernador de la expresada villa Don Juan Porcel de Padille y el Capitán Roa propietario de dicho valle : — en ella se dice, cómo fué hallada aquella cruz, y cómo supieron por los in- dios, quienes después de consultar sus Qquippus , dijeron : — « que hacia ya « muchos años ha, que vino un hombre hermoso, blanco y zarco, no de « mucha edad y les predicaba : que Dios habia venido al mundo y padecí- 322 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « do por el género humano en una cruz como aquella : que ellos llamaban « á ese hombre Turné , de donde había venido la costumbre hasta aquellos « tiempos de llamarles también Turnes á los predicadores y misioneros es- lde para fundir adornos de metal ó para gravarlos en la tierra destinada cocerse, y dos fósiles que encontraron en la Alemania (Guachipas) los as. Apaza, en un antiguo sepulcro de los indígenas y dentro de la olla de ovisiones con que los indios enterraban sus muertos. Esta circunstancia Como por la sola condición de ser un mineral de níquel, era ya in- teresante conocer su composición ; y como, por otra parte, los mine- rales de este continente son muy poco conocidos en sus detalles, crei conveniente hacer un análisis prolijo del mineral aludido. La sustancia que predomina en él, es de color amarillo pálido bron- ceado, algo rojizo y de brillo metálico, sin forma cristalina definida. Esta sustancia se halla empotrada en una argamasa que se vé mas des- pejada en ciertos puntos que en otros, amorfa, de color blanco verdoso y de aspecto vitreo. El peso específico del mineral es 7,027. Su dureza es entre 4 á 5, ó sea mayor que la del espato flúor y menor que la de la apatita. El polvo es gris rojizo con algo de brillo metálico. Por el soplete sobre el carbón dá humos blancos de arsénico y funde, pruduciéndose un glóbulo opaco de color gris, np absorbible por el carbón. Esta materia comunica á la sal de fósforo un color verde es- meralda. Produce efervescencia por los ácidos diluidos, es atacable solo par- cialmente por los concentrados ; pero se disgrega del todo por el agua régia. Su análisis cuantitativo acusa la siguiente composición : NIQUELURANITA 337 Níquel 40,9 Arsénico 33,4 Sesquióxido de urano 6,3 Protóxído de hierro 5,4 Carbonato de cal 8,9 Cuarzo 3,2 Azufre ‘ 0,9 Agua 0,4 Vestigios de cobre y pérdida 0,6 100,0 El procedimiento analítico que he seguido es el seguiente : El mineral porfirizado fué sometido en la estufa á 110 grados cent, para deducir la cantidad de agua. Después fué tratado por el agua régia y evaporada la mezcla hasta sequedad en baño de arena. El residuo tratado por unas gotas de ácido clorhídrico, se disolvió en agua dejando un residuo de sílice cuarzosa. Por el líquido filtrado hice pasar una corriente de gas sulfuroso, herví luego, hice pasar otra corriente de gas sulfhídrico con la que se pre- cipitó el arsénico al estado de tri-sulfuro. Este sulfuro lo traté por el ácido nítrico concentrado, evaporé hasta sequedad, agregué un esceso de ácido clorhídrico diluido, y luego, en caliente, pequeñas porciones de clorato potásico para transformar completamente el compuesto arsenical en ácido arsénico, el que fué dosado luego al estado de arseniato amó- nico-magnésico. El líquido separado por filtración del sulfuro de arsénico, después de hervido agregúele unas gotas de ácido nítrico y lo sobresaturé con amoníaco. El precipitado oscuro verdoso, formado por los óxidos de urano y de hierro, se secó, calcinó y pesó. Mezclóse después con un poco de carbón en polvo y fué calcinado de nuevo bajo una corriente de gas hidrógeno seco con el objeto de reducir el óxido férrico al estado metálico. Practicada la reducción, se trató el residuo por agua ligeramente aci- dulada con ácido clorhídrico : el hierro se disolvió produciéndose un desprendimiento de gas hidrógeno y habiendo cesado este, el líquido filtrado se hizo hervir con unas gotas de ácido nítrico y luego se preci- pitó el hierro al estado de peróxido por medio del amoniaco. El peso de éste dedújose del de la mezcla de los óxidos de urano y de hierro. Pero como de este modo han sido dosados el urano al estado de óxido intermediario U304, y el hierro al estado de Fe203, es necesario hacer una corrección en el resultado obtenido para calcularlos al estado de U203 y de FeO, que es sin duda como se encuentran en el mineral. 338 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Del líquido separado de las sustancias precedentes, se precipitó el níquel al estado de sulfuro y fué después dosado en el de protóxido. Para dosar la cal, teniendo en cuenta que por el tratamiento del mineral con el agua régia, el azufre debíase haber convertido en ácido sulfúrico, combinándose con éste parte de la cal ; tomé otra porción de mineral en polvo y lo traté directamente por el ácido clorhídrico diluido, hasta cesar la efervescencia. Del líquido resultante separé las materias precipitables por el amoníaco, y luego lo traté por el oxalato amónico para separar la cal. Sobre otra porción de sustancia tratada por el agua régia y disuelta después en agua destilada, se dedujo la cantidad de azufre, precipi- tándolo al estado de sulfato barítico. Como puede observarse del análisis transcrito, las proporciones del arsé- nico y del níquel son muy aproximadamente las necesarias para formar el compuesto Ni3As que es el que predomina en el mineral El sesquióxi- do de urano es probable que se encuentre combinado con el óxido fer- roso, formando un uranato tribásico (FeO)3 U203 ; y si bien queda un so- brande de hierro para constituir dicho compuesto, debe hallarse com- binado con el azufre formando el compuesto FeS2. Todas las materias oxidadas se hallan probadamente unidas entre sí para formar la especie de argamasa en que se halla incrustado el ar- seniuro de níquel. Creo en vista de lo espuesto que el mineral que me ocupa, no puede menos de considerarse como una especie nueva, sea del género Niquel, sea del género Urano, ya porque no se ha dado á conocer, que yo sepa, la coexistencia de un compuesto uránico en un mineral de niquel, ni tam- poco la combacion natural de sesquióxido de urano con el óxido fer- 1 roso, formando un compuesto en proporciones definidas. Solo en la Samar skila analizada por M. Perctz (1) he visto á los óxidos uránico y ferroso próximamente en la misma relación que en el mineral que j me ocupa, pero esto debe considerarse como un hecho casual, pues no puede suponerse que se encuentren combinados entre sf, siendo el ácido nióbico el elemento que predomina en la Samarskita. Como los dos elementos resaltantes en la nueva especie que acabo de dar á conocer son el Niquel y el Urano, he creído racional darle el nombre de Niqueluranita. M. PüIGGARI. (1) Anales de Poggendorff, t. XLVII1, pág. 555. MISPICKEL DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS Junto con el Hierro Oligisto de que he dado cuenta en ocasión ante- rior (1), recibi un mineral, del que acompaño muestra para el Museo de la « Sociedad Científica Argentina de un color gris, de aspecto cristalino metálico, que dá chispas con el eslabón, y sobre cuya natura- leza poseía la persona remitente ideas muy equivocadas. Las indicaciones referentes á dicho mineral en la carta acompañatoria espresan que ha sido estraido de una veta de una vara de ancho próxi- mamente situada en el Zapallar á treinta cuadras del pueblo de Quines, á diez del camino real, y con la ventaja de poder hacer un camino carretero hasta el pié de la mina. Hay agua, montes inmensos y todas las facilidades para una cómoda esplotacion etc. La composición química de dicho mineral es la siguiente : Sílice .. 67,10 Alúmina 2,92 Hierro 10,18 Arsénico 13,67 Azufre. 6,13 100,00 Si prescindimos de la sílice y de la alúmina que existen como ganga del mineral, los otros elementos, hierro, arsénico y azufre, se encuen- tran precisamente en las proporciones teóricas para formar el compuesto Fe S2-fFe As que es el que caracteriza al mispickel . El mineral en cuestión es pues mispickel con ganga cuarzosa. M. PüIGGARI. (1) Véanse estos Armales, entrega V, pág. 263. LA FISICA EN LA FILOSOFÍA (Conclusión) El contenido de la especulación filosófica es de una importancia esclu - sitamente psicológica. — Esta tesis no pueden negarla todos los que con- vienen en que el pensamiento que se piensa á sí propio tiene un ver- dadero contenido. Como ahora se reconoce que este contenido no es cosa que pertenezca al mundo fuera del pensamiento, este contenido, si existe, debe perte- necer á la fisiología del mismo pensamiento, y aun los que quieran negar que el pensamiento que se piensa á sí propio tiene un verdadero con- tenido, creyendo que este contenido es solo aparente porque se ha introducido de un modo estraño á la esperiencia y los sentidos estemos, no pueden negar, sin embargo, á esta pretendida ilusión un interés psicológico. Este interés debe crecer si la historia de la filosofía y el análisis subjetivo prueban que este contenido furtivamente introducido según aquellos, no depende del acaso, pues su naturaleza y el ciclo de su desarrollo son determinados. Pero esa pequeña parte de la psicología que resulta de la observación subjetiva no es toda la psicología y no dá satisfacción bastante á nuestras necesidades científicas y prácticas. Si como es sabido la psicología ha venido á ser la base de todas las ciencias morales y estéticas, si en gran parte le pedimos la clase de los enigmas que nos presenta la historia, si es la médula espinal del organismo de la filología, si debe dominar en las nociones fundamentales de nuestra jurisprudencia y si esperamos encontrar en ella el compás que ha de guiarnos en muchas regiones desconocidas de la medicina mental, no es sin duda ese fragmento de psicología que resulta de la abstracción, ni aquella psicología llamada empírica que llenaba de anéc- dotas en el siglo pasado tantos tomos. No estimo tan escasamente la psicología de la abstracción como Augusto Comte, ni el estudio de la fenomenología y de la lógica de Hegel y de tantos otros trabajos, entre los cuales me complazco sobre todo en citar como fundamental la profundísima estática de las pasiones, contenida en el libro segundo de la Etica de Spinosa. Ellos nos muestran que su campo LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA 341 no es tan restringido ni tan estéril como muchos empíricos pretenden. Pero esta parte de la psicología es solo formal, según el mismo Hegel, y no puede servirnos aun para comprender las ciencias morales. Por esto se quiere otra psicología que se ocupe en examinar,, no una parte de los productos del espíritu, sino la naturaleza del proceso y de las leyes según las cuáles realiza sus operaciones. Se quiere una psicología que es á la lógica lo que el magestuoso edificio de la moderna teoría diná- mica del calor á la enumeración de los efectos subjetivos del llamado calórico con que muchos siglos pasados tuvieron que contentarse. Una psicología así, una ciencia del espíritu, no podemos darla, pero podemos acercarnos á ella mucho mas de lo que crée la orgullosa resig- nación de muchos escépticos. ¿Y cuál es el camino? El camino para llegar al conocimiento del espíritu pertenece al cono- cimiento de los fenómenos de la naturaleza ; la psicología no es otra cosa que un desarrollo ulterior de la física y la fisiología. — A este resul- tado llega ya la filosofía especulativa alemana, y en esto está de acuerdo no solo con los naturalistas filósofos, sino también con la filosofía fran- cesa del siglo pasado y con la escuela inglesa moderna, especialmente con Herber Spencer . La gran diferencia entre los naturalistas y los filósofos propiamente dichos, consistía en que los primeros consideraban como base de las ciencias morales un conocimiento empírico y esperimental de la natu- raleza, conocimiento que por fuerza será siempre imperfecto. La filosofía, despreciando las muletas del esperimentalismo, quería sustituirlo con la fí- sica especulativa, es decir, con otro método, para abrazar con un golpe de vista toda la naturaleza inorgánica y orgánica. Si hoy ha demostrado el desarrollo de esta filosofía que no existe esa fí- sica especulativa, subsisten, sin embargo, como verdades todas por las que ha creído la filosofía que debía considerar las; ciencias naturales como base de la psicología y de las ciencias morales. Con objeto de conservarse fiel á sí misma, la filosofía del porvenir debe proclamar y ha proclamado ya como base é indispensable preparación suyos, un exacto conocimiento de la natura- leza y especialmente de la humana, adquirida por el único camino que nos queda abierto, por la via empírica y esperimental. Es este un ma- trimonio de la física y la filosofía trascendental que ha llevado la conciliación ála antigua lucha. La hija que ha nacido de este matrimonio es la filosofía antropológica. Pero si la ciencia natural se ha hecho sierva de la filosofía, no es, hablando el lenguage de Kant, la sierva que la sigue recogiendo sus obras, sino aquella que la precede con una antorcha en la mano. Los tratados de filosofía en Ingla- terra y Alemania no empiezan ya con la teoría lógica del conocimiento sino con los esperimentos de los físicos y los fisiólogos. De esta suerte se llega á la tentativa de sujetar, en calidad de hipótesis por ahora, la vida del espíritu á la gran ley de la conservación de la energía, se establece la filiación de la moral y la estética con las fuerzas físicas, no de otro modo que ántes se trata- 342 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ba de derivar con ingeniosas hipótesis el magnetismo de la electri- cidad, el calor de la luz. La física ha sido tan afortunada en estas filiaciones, que ya no pueden llamarse hipótesis estas derivaciones, puestas en ridículo al principio por el escepticismo crítico, según el cual debia estudiarse sola- mente en su modo específico todo ramo del saber, y este buen éxito ha he- cho crecer en los últimos tiempos la audacia de la psicología. Y creo tam- bién que la fortuna no ha prestado escasa ayuda á esa audacia, aunque no tanta como á la física. Porque si bien la derivación de la acústica y la óptica de las leyes mecánicas ha logrado alcanzar un grado que parecía fabuloso al comenzar este siglo, no es mas difícil mostrar á un ciego todas las leyes de la óptica, hasta las mas especiales particularidades, ni hacer que entienda un sordo todos los fenómenos de la acústica, que hacer comprensible para los que no quieren ó no pueden pensar, la psicología fisiológica. Estamos toda- vía lejos del ideal que Fichte se propuso, es decir, de obligar á las masas á comprender la filosofía. La idea de acercarse á la concepción del espíritu finito mirándola como un desarrollo cuantitativo y cualitativo de los fenómenos naturales, predomina en la literatura moderna y ha tenido una gran influencia sobre las ciencias, pero esta idea no ha obtenido aún el asentimiento general. Dejemos á una parte aquellos que se hicieron sus adversarios, no por con- vicción científica, sino por miedo álas consecuencias de ese modo de ver las cosas, por temor de que nos condujera necesariamente al materialismo. Es verdad que esta doctrina conduce álo que ha llamado Haeckel monismo , esto es, á reconocer que las leyes de la naturaleza y del espíritu finito son en el fondo las mismas en diversas complicaciones. Pero una consideración cien- tífica de la naturaleza, que no puede ser otra cosa que la espresion de una suprema razón inmanente en el mismo mecanismo , razón de la cual son for- mas las ideas y cuyo hecho es la voluntad, una consideración así no puede conducir, en modo alguno, á un verdadero materialismo de que se aleja to- da la física moderna. Pero hay otros adversarios mas sérios de la idea evolucionista del espíritu, adversarios que debemos tener en cuenta así por su número como por el tra- bajo intelectual que representan. Estos no pueden reconocer todavía la idea especulativa y monistica de que por el estudio cada vez mas perfecto de la naturaleza se deba llegar necesariamente al conocimiento del espíritu. Pode- mos dividir estos adversarios en escépticos , según los cuales es incierto el ca- mino para la naturaleza y podría tal vez no conducirnos al fin ó no alcanzarlo todo, y en dualistas , según los cuales la esencia del proceso intelectual es diferente del proceso físico, por cuya razón no se puede llegar por el camino de las ciencias de observación á tener una idea del proceso psicológico. No podemos ni queremos ahora intentar una polémica que decidiera entre los tres grupos y los concillara. Basta al propósito que nos hemos impuesto probar que esta gran divergen- LA FISÍCA EN LA FILOSOFÍA 343 cia de las opiniones teóricas, carece de influencia para decidir la cuestión práctica y urgente ¡del método. Empezemos por los dualistas. Para ellos el espíritu está fuera de la natu- raleza que habla á nuestros sentidos. Pero como hemos visto que ellos mis- mos ó al ménos los mas avanzados convienen en que el método aprioristico no conduce al conocimiento de las verdades objetivas, se debe suponer que están porque se abandone enteramente á la observación subjetiva el estudio psicológico. Esta observación subjetiva contiene una gran cantidad ó va- riedad de sensaciones y si se quiere de modificaciones del yo. El monismo, para el cual una clasificación tiene á lo sumo una importan- cia secundaria, puede considerar, á reserva de un conocimiento mas perfec- to, como psicológicos, todas estas sensaciones. No le sucede esto al dualismo. Quiere y debe distinguir entre la doble naturaleza que se supone en esas sen- saciones. Escluye los que son sencillamente una consecuencia de las leyes físicas y compone con las restantes un fragmento de psicología. Como las sen- saciones no nos dicen nada de su origen y el análisis subjetivo no ha podido llegará una conclusión generalmente aceptada acerca de qué sensaciones son enteramente producidas y cuáles solo provocadas como innatas que son por el mundo esterior, el dualista moderno debe desesperar de conocer directa- mente loque pertenece á la Psyche. Solo le resta tratar en los límites de lo posible de averiguar qué sensaciones y modificaciones pueden esplicarse em- pírica y físicamente y escluirlo del residuo que debe constituir el material de su futura psicología. Se comprende que para hacer concienzudamente esta esclusion debe co- nocer las leyes físicas y tener en cuenta todos los nuevos descubrimientos físi- cos y fisiológicos. De suerte, que aún para él el estado de sus conocimientos físicos determina el estado y uso que puede hacer de su psicología; también para él será el estudio de la naturaleza el primer paso, el fundamento para el conocimiento del mundo moral. El escéptico se encuentra esencialmente en las mismas condiciones. Para saber hasta donde puede llegar por el incierto camino de la física, debe hacer en persona este reconocimiento si no quiere renunciar á todo juicio propio sobre las cuestiones fundamentales de la filosofía. Porque la crítica nos ha demostrado que cualquier otro camino, ora parezca mas corto ó mas largo, es en el fondo mucho mas estraviado ó imposible. De suerte que todos debemos convenir, aunque contrariemos las pro- pias inclinaciones, en que hoy la propedéntica general de las ciencias morales está en las ciencias físicas y en la antropología. He insistido mucho en el consensus omnium. No creo yo que este dé testimonio de una verdad absoluta ; pero entiendo que es señal in- falible de una verdad relativa que espresa una necesidad temporal y que puede hacer que un error se apropie á las condiciones de la época. Este consentimiento de los partidos, que parten de una base completa- mente distinta, nos dice que en un porvenir próximo, que en ciertos 344 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA paises es ya el presente, todas las ciencias no aplicadas, es decir, las que indagan verdades y no solamente preceptos técnicos, estarán basadas en nuestro conocimiento de la naturaleza y determinadas por este. Hoy busca ya todo grupo de nociones un lazo físico-antropológico. No se considera ya como ciencia un grupo de nociones, sinó á medida que alcanza una cópula así, llamada á ser la base y la norma del juicio. Tenemos en Florencia, en el Instituto, una escuela de ciencias histó- ricas y filológicas, que en poco tiempo ha conquistado una influencia que había buscado en vano mucho tiempo : tenemos además una sec- ción de ciencias físicas y de historia natural. Me parece que se sigue de lo que he tratado de esponer que se debe apretar mas el lazo que existe entre ámbas escuelas, y que para las ciencias morales é históricas la ciencia natural no debe ser tan solo un complemento útil, cosa que no ha menester demostración, sino una condición indispensable de su progreso. Esta verdad se hace sentir ya en toda la literatura, y el dis- cípulo de una ciencia histórica ó filosófica que careciese hoy de cono- cimientos físicos, quedaria privado de tomar parte activa en el progreso y estaría paralizado cuando se tratase de seguir ese progreso y de in- tervenir en él con juicio propio. Si un discípulo de tales condiciones sintiera la necesidad de contribuir con su actividad propia al edificio de la ciencia, tendría que limitarse á las pequeñas cuestiones de hechos particulares, lejos de poder ocuparse en las grandes cuestiones funda- mentales. Seria incapaz de juzgar los trabajos que los dilucidan sobre nuevas bases científicas. La creación de la cátedra de antropología no corresponde plenamente todavía á la necesidad de enseñanza física que se esperimenta en la escuela de filosofía. La antropología didáctica ( cattedraltica ) que toma en cuenta las propiedades y diferencias físicas y morales del género humano, necesita completarse, ó mas bien, prepararse con otra enseñanza que muestra lo que tienen los hombres de común entre sí y con las otras partes de la naturaleza orgánica é inorgánica y cuáles son las leyes físicas y las trasformaciones morfológicas que concurren para hacer po- sibles las propiedades biológicas del hombre. De otra suerte, la antro- pología no podría suministrar al alumno toda la base psicológica y de ciencias físicas que pide la ciencia moderna. Y vosotros sabéis que esta base debe ser muy ámplia. La historia se ha hecho hoy una ciencia que toma en cuenta, mas bien que los actos, la necesidad interna de su desarrollo, que debe servir para construir sagun el método de las ciencias de observación un nuevo ramo de la psicología, la psicología délos pueblos , para utilizarla después en la jus- tificación de sus propias deducciones, que de otra parte se derivan también de nuestro conocimiento de la influencia de los agentes físicos en el hombre. Las otras ciencias que se enseñan en nuestro Instituto esperimentan con mayor intensidad aun que la historia propiamente dicha LA FISICA EN LA FILOSOFIA 345 la directa influencia de las ciencias naturales. La historia de la mitología y de la religión no participa solo, como la historia política, déla base psicológica, sino que está determinada de tal suerte por la geografía ísica y la historia, del desarrollo de las ciencias naturales y la etno- grafía física, que no faltan científicos que declaran con mucho sentido que la historia de la mitología tiene que enumerarse entre las ciencias naturales. Lo mismo, y en mas alto grado aun, sucede con la filología. Los que han seguido, aun que de lejos, los últimos estudios, ven cla- ramente que nos encontramos en medio del campo de las ciencias na- turales, y los que se encontraban en un principio menos dispuestos á hacer esta concesión, han tenido al cabo que confesar que la filología, es, en su mas importante parte, una ciencia física. Y lo es en efecto, no solo como las ciencias que llamamos morales por su base psicoló- gica, sino también por la ingerencia inmediata de la fisiología en la es- plicacion de los sonidos y de las letras y de sus transformaciones. Esta ingerencia directa de la fisiología y de la historia natural crecerá estra- ordinariamente si se realizan los grandes esfuerzos de León Reinisch para probar que, al menos para todo el antiguo continente, la lengua origi- naria fué una é idéntica . El mismo Reinisch en el tomo primero y único hasta ahora de su obra, hace observar que sus investigaciones marchan paralelamente con los espléndidos resultados á que han sabido llegar últimamente las ciencias naturales. De suerte que para completar las pruebas que crée haber dado en el campo de la lingüística, la filo- logía debe entrar en las ciencias naturales y estos en la filología. Los trabajos filológicos de Steinthal y de Lorenzo Geiger deben su impor- tancia y originalidad, que nadie niega, á la base física, y Geiger con su punto de vista teórico, que ha producido tanta sensación en Alemania, discurre evi- dentemente sobre la base del darwinismo. ¿Cómo puede pretenderse que nuestros estudiantes puedan, no ya completar, sinó juzgar siquiera de un modo independiente tantos trabajos nuevos, si se les niegan los elementos de la física ? He citado el darwinismo. Hé aquí otro gérmen arrojado por las ciencias naturales en el seno de todas las cuestiones filosóficas é históricas. Es este un poderoso instrumento, cuya aplicación se hace tanto mas fácil, cuanto con menos claridad se ve en qué puntos su base necesita la confirmación rde la crítica. Esta crítica no se ha hecho aún. Darwin ha sido condenado, pero no se le ha juzgado todavía, y sus numerosos adversarios, en los escritos que conozco, no han podido hacerle aún una sola objeción séria, ni probar cientí- ficamente una sola inconsecuencia ó contradicción en su sistema. Solo De Meis me parece que con una palabra ha señalado un punto débil de su doc- trina. Yo abrigo la convicción de que no sucederá siempre lo mismo. El darwinismo , en su forma actual, no será la última espresion de la morfolo- gía, aunque Darwin conserve siempre el mérito innegable de haber introdu- cido en la conciencia pública la idea de transformismo, de la lucha por la 25 346 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA existencia y de la selección natural. ¡ La discusión vendrá ! Pero no podrán hacer ni entender la crítica los que no estén iniciados ya en la ciencia del or- ganismo. Los demás serán necesariamente dogmáticos en tan importantes cuestiones y adoptarán la opinión de los manuales ó de los tratados popula- res, sin ser capaces de someterla á exámen y juicio propio, ó elejirán la sen- tencia mas conforme con sus opiniones preconcebidas. Tenemos, pues, el deber de impedir que nuestra juventud estudiosa, edu- cada con séria crítica y avezada á ella en todo lo que se concierne al grandio- so edificio de la ciencia, no se haga dogmática respecto de las nociones fun- damentales. He indicado ya en mi discurso que el medio de conseguir este objeto es apretar mas el lazo que existe entre la sección de filosofía y la de ciencias na- turales. Tenia yo la intención de entrar en algunas particularidades para in- dicar el modo de que se aproximen estas dos secciones. Pero como estas consideraciones mias podrían y deberían ocasionar una discusión, creo conve- niente hacerlas en mas íntima convicción, si las máximas que he tenido el honor de desenvolver hoy fuesen aprobadas por nuestro Consejo directivo. He hablado solamente de dos secciones de nuestro Instituto, sin compren- der también la de medicina, porque esta sección se ha reservado una organi- zación especial. Estoy convencido de que debe acabar, y acabará por formar una facultad completa Solo de este modo podrá entrar en orgánica conexión con las otras secciones, porque la disciplina que falta actualmente en esta sección, forma precisamente el nexo del estudio de la medicina y el de la filosofía y las ciencias naturales. El estudio délas ciencias físicas, reconocido tiempo hácomo base déla medicina científica, formará entonces el tronco co- mún que ha de constituir la unidad de nuestro Instituto, mientras sus ra- mas podrán estenderse en todas direcciones. Mauricio Schiff. NOVEDADES CIENTÍFICAS QUÍMICA Nuevo reactivo tle la morfina, por el Profesor F. SELMI. (1). — Es un hecho conocido por los toxicólogos, que han palpado las difi- cultades de caracterización de los alcaloides extraidos de las visceras (dificultades que no se rejistran en los Tratados) como sea de difícil determinación la morfina siempre que no se halle completamente privada de las materias estrañas que adhieren á ella con una obstinación digna de notarse. La purificación no siempre, ó mejor dicho, raras veces se con- sigue ; principalmente cuando las visceras no se hallan en estado fresco, cuando han sido guardadas en alcohol algún tiempo, y si en el estómago existian cuerpos que por trasformaciones especiales hacen imposible la separación completa. Cuando la morfina ha sido separada, por cualquiera de los procederes conocidos, y está acompañada de dichas impurezas no produce ya la reac- ción por el ácido nítrico (excepto el caso de hallarse en cantidad notable) hasta obtener la coloración naranjada : no dá la coloración azul con el percloruro de fierro aunque sea neutro, diluido y usado con las precauciones debidas ; reduce el ácido iódico, pero no es reacción que merezca fé, pues las materias estractivas de las visceras, solubles en el alcohol amílico produ- cen igual reducción ; algunas veces menos que la morfina, pero otras mas, sobretodo cuando las visceras han sido conservadas en el alcohol. Tratando de buscar algún reactivo mas seguro para dicho alcalóide, observé que el ácido iodhídrico iodurado forma con la morfina una sus- tancia cristalina bien definida y característica, de tal manera que conse- guida su obtención basta para afirmar la presencia de la morfina. Pero para obtener dichos cristales es necesario que se separen las sustancias extractivas y delicuescentes ; lo que se consigue con mucho trabajo. El ácido iodhídrico iodurado es un reactivo precioso para revelar fracciones de miligramo de morfina. (1) Gazietta Chimica Italiana, 1875, tom. V, pág. 396. 348 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El otro reactivo de que me ocupo especialmente en esta nota, puede ser de mucha utilidad para buscar la morfina: y parece preferible á los conocidos : es el acetato de bióxido de plomo; se toma ácido acético crista- lizare, se ajita por 15 minutos con minio en polvo muy fino, se filtran v se deposita una gota en un vidrio colocado sobre papel blanco ; echando varias gotas de la solución de acetato de morfina y haciéndola secar á un calor suave, aparece en el primer momento un tinte amarillento que aumenta por grados á medida que se evapora el ácido acético, colorándose después en amarillo vivo, naranjado, y luego amarillo oscuro. Pero siguiendo la evaporación espontánea al amarillo se sustituirá un color violeta que por último tomará una coloración borra de vino que no cambia ni desa- parece con el tiempo, soluble en el agua y el alcohol común. Cuando la morfina se halla en regular cantidad se obtiene inmedia- tamente el color naranjado y de este pasa á violeta. Es menester hacer notar que se necesitan algunas precauciones para el éxito de la reacción, si hubiesen solo rastros de alcaloide y se virtiere una gota abundante de acetato de bióxido de plomo, no se obtendría reacción coloreada, porque la morfina demasiado oxidada se convierte al parecer en un com- puesto incoloro. De lo que se deduce que un esceso de reactivo hace desaparecer las coloraciones características. Por consiguiente el toxicólogo empezará á usar una gotita del tamaño de una lenteja y aun menos y la pondrá en presencia del líquido que contiene el alcaloide hasta obtener la coloración. La materia seca y de color borra de vino tratada por el ácido sul- fúrico concentrado pasa al naranjado. Los demás alcalóides del opio no dan estas reacciones con el acetato de bióxido de plomo, y si una coloración amarillenta que aparece con el tiempo, que no aumenta ni cambia y depende de un depósito de minio, como se observa haciendo evaporar una gota de reactivo solo. Hago notar por fin que agregando una pequeñísima cantidad de acetato de morfina al extracto amílico del cerebro y haciendo las reacciones para caracterizar la morfina por medio del acetato de bióxido de plomo obtuve coloraciones tan marcadas como las obtenía con la morfina pura. Com- parando el reactivo con el extracto puro de cerebro no obtuve sino co- loraciones lijeramente amarillentas, aun menos cargadas que la mancha que deja aquel por su evaporación; y esto debido á una reducción del bióxido de plomo, que no deposita minio sino en levísimas proporciones. Por consiguiente debe preferirse el acetato de plomo al ácido nítrico, al percloruro de fierro y al ácido iódico, el primero de los cuales colora en amarillo el extracto amílico del cerebro, mientras que los otros es- perimentan una reducción como en el caso de existir morfina aunque no la haya, reacción que también se produce muchas veces con los ex- tractos de otras visceras . NOVEDADES CIENTÍFICAS 349 Sobre el iodosulfato de quinoidina considerado como un reactivo escelente y como agente de dosage de la quinina, por M. J. E. de Vrij (1). — Hace ya mucho tiempo que M. de Vrij ha tratado de separar la quinina de una mezcla de alcaloides de las qui- nas al estado de iodosulfato de quinina (herapathita); pero le era difí- cil llegar á limitar exactamente el volumen de la solución alcohólica de iodo y el menor esceso de este aumentaba la solubilidad del compuesto. La sustitución al líquido iodado de una solución alcohólica de iodosulfato de cinconina, mucho mas soluble que el iodosulfato de quinina, da en efecto un precipitado de herapathita en las sales de quinina; pero para obtener la pre- cipitación completa de esta, era necesario un volumen enorme de solución. Pero nuevas esperiencias han conducido á M. de Vrij á emplear con éxito completo el iodosulfato de quinoidina (impropiamente llamada quinina amorfa ). Para preparar el reactivo el autor disuelve 2 partes de sulfato de quinoidina en 8 partes de agua con 5 por ciento de ácido sulfúrico. En esta solución transparente vierte lentamente una solución de una parte de iodo, 2 partes de ioduro de potasio y 100 de agua, agitando continuamente la mezcla. Este líquido iodado dá un precipitado anaran- jado y en forma de copos de iodosulfato de quinoidina, que adquiere espontáneamente ó bajo la influencia de una débil elevación de tem- peratura el aspecto de una resina blanda de color rojo pardo ; el líquido que sobrenada á este pricipitado es líquido y de color amarillo : se decanta y se lava el precipitado con agua destilada caliente. Luego se calienta el citado producto resinóide al baño maría de agua hirviendo, hasta perfecta desecación : se deja enfriar y queda seco y friable. Se ca- lienta entonces una parte de ese residuo con 6 de alcohol á 92 ó 94 por ciento, al baño maría de modo que este quede saturado. Durante el enfriamiento la solución alcohólica deposita el exceso de materias disueltas. El liquido límpido pero muy coloreado se evapora a! baño maría y el residuo se disuelve en 5 partes de alcohol frió : se filtra la nueva solución para separar de ella una pequeña parte de materia insoluble, y el nuevo líquido constituye el reactivo de M. Vrij para la determinación y dosaje de la quinina cristalizable. Para fijar la proporción de quinina de una mezcla de alcaloides se- parados de una corteza de quina, es necesario disolver una parte de ellos en 20 de alcohol á 90 ó 92 por ciento al que se le haya agre- gado 1,6 por ciento de ácido sulfúrico, de modo que se obtenga una solución alcohólica de dichos alcaloides convertidos en sulfatos. (Mayor proporción de ácido aumentaría la solubilidad de la herapathita). De esta solución se separa la quinina vertiendo con precaución, la solución antes (1) Pharmaceutical Journal, II déc. 1875. 350 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA descrita de iodosulfato de quinoidina, mientras se forme precipitado de herapathita de color rojo pardo. Cuando esto ha tenido lugar de un modo completo, y si hay un ligero esceso de reactivo, el líquido que sobrenada toma un color amarillo intenso. Se cubre entonces el vaso que contiene el líquido y el precipitado, se calienta al baño maría hasta que empieza á hervir, y luego se deja enfriar : se pesa el vaso para saber la cantidad de líquido que contiene y deducir de ella la de herapathita que encierra, porque este compuesto no es absolutamente insoluble en alcohol ( 1 ). Para conocer la cantidad de alcohol empleado en la solución del al- calóide y la que ha sido añadida con el reactivo, se recoje la herapa- thita en un pequeño filtro que se lava con solución alcohólica de hera- pathita. Se anota entonces al peso del embudo y el del filtro húmedo, se deseca después este en el mismo embudo para tener la proporción de líquido alcohólico saturado de herapathita retenida por el precipitado, de modo que pueda deducirse este peso de herapathita del del íiltro y agre- garse la eantidad que ha quedado en disolución en el líquido precipi- tante. Es necesario tener en cuenta la temperatura del laboratorio durante la esperiencia. El iodosulfalto de quinina separado del íiltro se pesa bien seco entre dos vidrios de reloj para evitar cualquier cambio de peso por efecto de la humedad atmosférica. La fórmula comprobada del iodosulfato de quinina (Hauer) 2 C‘° Há‘ Az20‘, 3 (110, SO3) 3 1, in- dica que una parte de herapathita desecada á 100°C’ representa 0,5509 por ciento de quinina anhidra, ó 0,7345 por ciento de sulfato de qui- nina del comercio. Los ensayos de M. de Vrij sobre la aplicación de este método para el dosaje de la quinina pura, del hidrato de quinina y del bitartrato de quinina le han dado resultados muy satisfactorios. El iodosulfato de quinoidina tiene la mayor semejanza y una perfecta analogía de composición con el iodosulfato de quinina. Los iodosullatos de cinconina y de cinconidina la poseen muy distinta. Herapath habia ya indicado la escasa solubilidad del iodosulfato de quinina. (1) Saturado á 24°, 5C, el alcohol á 92 por ciento, deja por evaporación 0 gr. 133 de herapathita. FIN DEL TOMO I INDICE GENERAL Di LAS MATERIAS COMPRENDIDAS ES EL TOBO PRIMERO Páginas Antecedentes sobre el origen y fundación de la Sociedad 1 Programa del concurso de 1876 14 Apuntes sobre la acción del carbón en las aguas potables, por M. Puiggari 17 Telegrafía óptica, por ES. Trant (con lámina) 23 Apuntes sobre la composición química de un salitre de la provincia de Santiago del Estero, por Pedro HT. A rata 26 Informe elevado al gobierno de la provincia sobre la planteacion de una fábrica de azúcar 31 Observaciones sobre la composición de un mineral de hierro hallado en la provincia de Catamarca, por Juan <3. Kyle, 34 Conferencia sobre los fósiles y su origen é importancia para la ciencia, por el §3r. MrackeBmsch .... 36 Acción de la bilis y de algunos componentes de ella sobre las peptonas, P. N. A 55 Actas de la Sociedad Científica Argentina, sesiones de 1873 y de 1874 57 Carta sobre la exploración de la Patagonia, por ¿aaa Martin Leguizamon..... 65 Clima de la República Argentina, por Joiíui Miaiet Massé 77 Una escursion orillando el Rio de la Matanza, por Walter F. Reid, F. I*. Mo- reno y Estanislao §. Zeballos 89 Novedades científicas : Química : El nuevo metal Galio, por M. Lecoq de Boistaudran. — Química legal : Reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados, por M. C. Husson. Las reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados. — Historia natural : Noticias de Patagonia. Esploracion en la América del Sud. — Esploracion en Africa. — Cons- trucciones : Revista de Ferro-Carriles . 94 Miscelánea 108 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 113 Segunda esposicion anual de la Sociedad Científica Argentina * 124 Memoria sobre el puerto y dique de San Fernando, por Luis A. Huergo (con lá- mina) 126 Datos relativos á perforaciones practicadas en el lecho del Plata, por M. IPuiggar!. 137 Visita á la fundición nacional de tipos, por Fstamisla© @. KeSialíos.. 144, 205 y 280 Los Concursos, por Enrique Afoerg 158 Las relaciones entre el titano y el hierro, por R. Akerman (Traducido por Juan J. J. Kyle). 162 Novedades científicas : Historia natural : Los caballos fósiles de la Pampa argentina, por el Dr. Germán Burmeister. — Alteraciones de las agatas y de los sílex. — Museo Nacional de Rio Janeiro. — Gas natural 166 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 169 352 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pfcfrina* Personal de Socios de la Sociedad Científica Argentina 180 Viage á la Patagonia setentrional, por Francisco P. Moreno 182 Visita á las fábricas de vidrios, por M. Puiggarl 198 Obras públicas : El Puerto de Buenos Aires, por Ignacio Firmal 219 y 213 La Sociedad Científica y sus Anales (de la Reforma de Salta) 229 Novedades Científicas : El calor interno de la tierra. — Bibliografía : Trabajos de la Academia de Ciencias exactas de Córdoba. — Las Torres del Silencio. — Obras do- nadas y compradas para la Biblioteca de la Sociedad Científica Argentina 235 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 241 Segunda sesión del Congreso Internacional de Americanistas, en Luxemburgo en 1817. 252 Corte geológico del túnel de toma de las nuevas obras de aguas corrientes (con lámina), por V. lialbín y j. Medid 261 Hierro olígisto de la provincia de San Luis, por M. Puiggarl 263 Viage al Pucará, por Juan M. Lcgulzamon 266 La Física en la filosofía, por Mauricio Nclilir 288 y 340 Actas y documentos déla Sociedad Científica Argentina 297 Notas geológicas sobre una escursion á las cercanías de Lujan, por FNtanlMlao B. Keballos y Vk altor F. Reíd (con láminas) 313 Carta sobre antigüedades americanas, por Juan M. Fogulzamon 320 Niqueluranita ó nuevo mineral de Níquel y Urano del Cerro deFamatina, por M. ¡Pulggari 339 Novedades Científicas : Nuevo reactivo de la Morfina, por el professor F. Selmi. — So- bre el iodosulfato de quinoidina, considerado como un reactivo excelente y como agente de dosage de la quinina, por M. J. E. de Vrig 347 COMISION DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presidente í° D. Guillermo White. » 2o D. Emilio Rosetti. Secretario Dr D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero Dr D. Garlos Salas. ÍD. Angel Silva. D. Luis A. Huergo. D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. \ D. Walter F. Reíd. Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. — D. Luis A. Huergo. Comisión encargada de estudiar las dimensiones de los ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. — D. Walter F. Reíd. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huergo. — D. Octavio Pico. D. Angel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aoberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huergo. — Garlos Olivera Director del Museo Walter F. Reíd. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desee formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo, lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — Io Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio; 2o Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3° Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesta en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. (Art. 10 del Reglamento.) A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por todo lo relativo á esto! Anales , ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 02 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : <í 1° Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche; (í 2o Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedii para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche, El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el Io y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ihm-ihttti 1 , jTcrrtr; . :ís: «'¿if ?« rH :ac