ir -> m ^ >_* r^-Ti. -t ^-^ 1 ' i , .Vi' 'iS" - * ••'j- V Afl^^^ ^ -^í^imi^ W i ^' ^K1^ m^^^í^s^ BiP^^^ ANALES DE LA SOCIEDAD ARGENTINA '^oC'12^ COMISIÓN REDAGTORA Presidente. Secretario . Vocales. D. Pedro Pico. D'' D. Estanislao S. Zeballos. I D. Guillermo Villanueva. .] D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. ENERO DE 1876.-— ENTREGA I. — TOMO I PUNTOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, \ U LAS PRINCIPALES LIRRERÍAS B.UENOS AÍ^E^£3 ^^927 IMPRENTA DE PABLO E. CONI, eWeIAL PARA OBRA^ 60 — CALLE POTOSÍ i 87 6 f^niCE DE LA PRESENTE ENTREGA A ¿EDENTES SOBRE EL ORIGEN Y FUNDACIÓN DE LA ¿lEDAD. II. — - JGRAMA DEL CONCURSO DE 1876. III, — APUNTES SOBRE LA ACCIÓN DEL CARBÓN EN LAS AGUAS POTABLES, por M. Puiggari. IV, — TELEGRAFÍA ÓPTICA, por li. B. Traiit (con lámina), V, - APUNTES SOBRE LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DE UN SALITRE DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO, por Pedro IV. Arata. VI, — INFORME ELEVADO AL GOBIERNO DE LA PROVINCIA SOBRE LA PLANTEACION DE UNA FÁBRICA DE AZÚCAR. VIL — OBSERVACIONES SOBRE LA COMPOSICIÓN DE UN MINERAL DE HIERRO HALLADO EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA, por Juan J. J. Kyle. VIII, — CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES Y SU ORIGEN É IMPOR- TANCIA PARA LA CIENCIA, por el Dr, li. Brackebuscli. IX. — ACCIÓN DE LA BILIS Y DE ALGUNOS COMPONENTES DE ELLA SOBRE LAS PEPTONAS, por P. UT. A. ANALES boG- B¿^ ANALES SOCIEDAD científica ARGENTINA COMISIÓN REDAGTORA Presidente . Secretario . Vocales. . . . D. Pedro Pico. D'' D. Estanislao S. Zeballos. D. Guillermo Villanueva. D. Pedro N. Arata. D. Juan J. J. Kyle. TOMO I Primer- semestre 1876 BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 1876 ANTECEDENTES ORIGEN Y FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD Los estudios científicos habian sido lamentablemente descui- dados entre nosotros. La acción oficial se hacía sentir con éxito en la tarea de de- senvolverlos, segundada por los esfuerzos de personas compe- tentes que se han congrado á la enseñanza con pasión y per- severancia. Se notaba, sin embargo, la necesidad de nuevos impulsos, que partiendo de fuentes particulares, llamaran al público á inte- resarse en los grandes adelantos morales y materiales de que las ciencias son generadoras fecundas ; á la vez que desperta- ran en la juventud argentina la afición á estudios vastos y profundos. Es sensible que aquí se emprendan los estudios, buscando generalmente antes que todo realizar una profesión para lu- crar. Era necesario, y no deja aun de serlo, abrir una propa- ganda, que tiene muchos prosélitos, para familiarizar el espí- ritu de la juventud con los estudios que honran y exijen sa- crificios y abnegación, lejos de abrir fáciles caminos para llegar á la riqueza. Por otra parte ni el Estado ni los Poderes Públicos contaban entre sus adelantos una institución especial que pudiera serles útil con sus conocimientos y consejos en ciertas cuestiones fre- cuentes en el movimiento administrativo. La República Argentina ofrece atractivos seductores á los in- 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vestigadores científicos, aunque sabios eminentes como Falkner, Azara, D'Orbigky, Darwin, De Moussy, Muñiz, Bravard, Strobell, y otros la han estudiado mas ó menos detenidamente. Sigue á esas notabilidades el distinguido sabio Dr. Don Ger- mán BuRMEisTER, que ha fijado su residencia definitiva en el país, organizando el célebre Museo Público de Buenos Aires, y dando á la prensa numerosas obras ilustradas, escritas en ale- mán, en francés y en español, que acusan una laboriosidad nada común y preciosos conocimientos sobre la República. No obstante, la investigación científica tiene un rico é inmenso teatro de acción. En las precedentes ideas y en esas necesidades sentidas de- bemos buscar el origen de la « Sociedad Científica Argentina ». En Junio de 1872 el estudiante de primer año de Ciencias Exactas, D. Estanislao S. Zeballos, tuvo una conferencia con ü. Justo R. Dillon, alumno del cuarto año del mismo Departamento. El primero comunicó á este la conveniencia de fundar una sociedad que sirviera de centro de unión y de trabajos á las personas que desearan fomentar el desarrollo de las ciencias y de sus aplicaciones. El joven Dillon acojió con entusiasmo la empresa. Del resultado de este cambio de ideas, que tuvo lugar en una sala del Ministerio de Hacienda de la Provincia, instruyen las siguientes palabras del señor Kyle, ex-Presidente de la So- ciedad : «convinieron en invitar cada uno á los demás estu- « diantes á fin de proponerles la idea y discutir los medios de « realizarla » (i). Fueron invitados, en efecto, los estudiantes de Ciencias Exactas á una reunión preparatoria que 'tuvo lugar un Domingo á me- diados de Junio en la casa del estudiante D. Ceferino Bailar, en la esquina de las calles de Moreno y Bolivar donde tenia sus oficinas la Comisión de Aguas Corrientes. Sentimos no recordar los nombres de todos los que concur- rieron, ya que no han quedado mas que simples recuerdos de aquella primera sesión. El señor Zeballos esplicó á los concurrentes el objeto de la '1 ) Discurso pronunciado en la sesión pública y Exposición del 28 de Julio ORIGEN Y FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD 7 reunión, y leyó el proyecto de bases que va en seguida, cuyo original se encuentra en el archivo de la Sociedad : ACADEMIA CIENTÍFICA DE BUENOS AIRES ESTATUTOS FUNDAMENTALES OBJETO DE LA ACADEMIA Baja la denominación de Academia Científica de Buenos Aires se crea esta Asociación con los fines siguientes : 1°. Llenar la falta de una corporación que fomente especial- mente el estudio de las Ciencias Matemáticas, Físicas y Natu- rales con sus aplicaciones á las Artes, á la Industria y á las necesidades de la vida social. 2°. Servir por aquel medio á la República Argentina ya di- recta, ya indirectamente por intermedio de los Gobiernos Na- cional y Provinciales. 3°. Procurar empeñosamente el adelanto de las mencionadas ciencias, procurando así honor y gloria para el país. í". Discutir y estudiar los progresos y aplicaciones de aque- llas ciencias que se relacionen con las Artes y Manufacturas. 5°. Protejer y discutir las producciones, inventos ó mejoras científicas, realizadas en el territorio de la República, ó en el estranjero, cuando fuesen útiles á esta. Leídas las bases el autor declaró que las habia presentado con el único propósito de que los invitados á la reunión pu- dieran formarse una idea exacta del objeto de la Sociedad que se trataba de organizar. Se resolvió por unanimidad de votos la fundación de la So- ciedad ; y se nombró en seguide una Comisión que redactara un proyecto de Bases. En el archivo se conserva sobre este punto un documento interesante. Helo aquí : ANTECEDENTES Deseosos los estudiantes de Ciencias Exactas de organizar una Asociación Científica, tuvieron con este motivo varias reuniones 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA preparatorias, las que dieron por resultado el nombramiento de una comisión encargada de redactar un proyecto de bases. Dicha comisión fué compuesta del modo siguiente : D. Justo Dillon, por el cuarto año; D. Félix Rojas, por el tercero; Don Juan Pirovano, por el segundo ; D. Estanislao S. Zeballos, por el primero, y D. José Suarez, por el curso preparatorio. Se acordó igualmente que las bases serian discutidas en una reunión que tendría lugar en la Universidad el 30 de Junio, y á la cual serian invitados todos los ingenieros, agrimensores, químicos, etc., y demás personas que se dedican á las ciencias exactas. Formuladas las bases, la Comisión de estudiantes, en virtud de la autorización recibida, pasó la siguiente circular de invi- tación para la reunión del Domingo 30 : Buenos Aires, Junio de 1872. Señor Don Distinguido señor: Habiéndose reunido los estudiantes de Ciencias Exactas, con el objeto de fundar una Asociación Científica, comisionaron á los infrascriptos para redactar las bases de la Asociación é invitar á una reunión á fin de discutirlas. Los fines de la Asociación se reducen á llenar la falta de una corporación científica que fomente especialmente el estudio de las ciencias matemáticas, físicas y naturales, con sus apli- caciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social. Para la realización de estos fines se cuenta con el concurso de los señores Ingenieros nacionales y estranjeros, estudiantes del ramo, en la esfera de sus conocimientos y demás personas científicas. Por esta razón invitamos á Vd. á la reunión que, con el mencionado fin, tendrá lugar el dia 30 del actual (Domingo), á las doce del dia. en la Universidad. Saludan á Vd. con toda consideración. » Firmados: Justo Dillon. — Félix Rojas. — Juan Piro- vano. — Estanislao S. Zeballos. —José Suarez. Emilio Rosseti, Presidente provisorio. Justo Dillon, Secretario provisoriOi ORIGEN Y FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD 9 La comisión nombrada se reunió y tomó por punto de par- tida de sus trabajos el proyecto del Sr. Zeballos, que fué acep- tado con modificaciones sustanciales, en la forma siguiente : El nombre de la Sociedad fué sustituido por este : « Academia Cien tífica Argentina. » La base 4" fué suprimida. La 5" quedó redactada así : « Estudiar con preferencia los » inventos ó mejoras científicas de reconocida utilidad para el » pais. » El nuevo proyecto de bases fué presentado á la reunión anunciada, habiendo sido nombrado miembro informante de la comisión el Sr. Zeballos (I). El acta de la sesión es la siguiente: 1' REUNIÓN EXTRAORDINARIA DEL 30 DE JUNIO DE 1872. Presidencia de D. Emilio Rosetti. En Buenos Aires, á treinta de Junio de mil ochocientos setenta y dos, reunidos en la Universidad los señores ingenieros D. Emilio Rosetti, D. Luis A. Huergo, D. Guillermo White, el agrimensor D. Ángel Silva, los señores D. Juan Ramorino y D. Domingo Bartolazzi, y los estudian- tes de Ciencias Exactas, con el objeto de cambiar ideas para la fun- dación de una Sociedad Científica, la Comisión de estudiantes dio lec- tura de proyecto de bases que habia sido encargada de redactar en las reuniones preparatorias. Por indicación de la misma se acordó nombrar una Comisión interina, quedando designados para formarla : D. Emilio Rosetti, para Presidente; u. Guillermo White, para Vice-presidente , y D. Justo Dillon, para Se- cretario. Acto continuo se procedió á la discusión del proyecto de bases pre- sentado, quedando definitivamente sancionado del modo siguiente : « Bajo la denominación de «Estímulo Científico,» se funda en Buenos Aires una Sociedad sobre las bases siguientes : 1" Fomentar especialmente el estudio de las ciencias matemáticas, físicas y naturales, con sus aplicaciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social. 2^ Estudiar las publicaciones, inventos ó mejoras científicas, y espe- cialmente las que tengan una aplicación práctica en la República Ar- gentina. 3^ Reunir para este objeto á los ingenieros argentinos y estranjeros, á los estudiantes de Ciencias Exactas, en la esfera de sus conocimientos, y á las demás personas cuya ilustración científica responda á los fines de esta Corporación. Discurso citado del Sr. Kyle. 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 4' Estas bases serán inalterables y de acuerdo con ellas se redac- tará el reglamento de la Asociación. » Habiendo hecho presente el Sr. Presidente la conveniencia de nom- brarse una comisión que se encargara de confeccionar el reglamento de la Sociedad, después de un ligero debate, se resolvió, por indicación del Sr. Huergo, que la formarian la actual comisión nombrada y la estin- guida de estudiantes que habia redactado las bases, acordándose igual- mente invitar para otra reunión, á fin de dar cuenta de sus trabajos. No habiendo otro asunto de que tratar, el Sr. Presidente declaró cer- rado el acto. Emilio Rosetti, Presidente. Justo Dillon, Secretario. La Comisión se reunió varias veces en casa del Sr. Rosetti y presentó su proyecto de reglamento. Las actas de las sesiones contienen interesantes detalles sobre este período que medió entre las primeras asambleas prepara- torias y la instalación definitiva de la Asociación. Son estas : 2» REUNIÓN EXTRAORDINARIA DEL 14 DE .lULIO 1872. Presidencia del Sr. Rosetii. En Buenos Aires á catorce de Julio de mil ochocientos setenta y dos, reunidos en el Colegio Nacional los señores designados al margen, el señor Presidente declaró que la Comisión se habia espedido en la confección del Regla- mento, cuya redacción se le habia encomendado. Antes de precederse á su lectura, se leyó por el Secretario el acta de la anterior sesión, sin reparo por ninguno de los señores asistentes, la que fué aprobada y firmada. Acto continuo se dio lectura del proyecto de reglamento citado, y después de varias mociones que dieron lugar á un interesante debate, se declaró constituida la Sociedad bajo la denominación de « Sociedad Científica Argentina», aprobándose por unanimidad el Reglamento en general, y entrándose á la discusión en particular fueron aproba- dos los artículos 1» y 2" del título loque trata de la Socie- dad, en la siguiente forma : « Artículo 1" La Sociedad recabará del Gobierno de la Provincia la aprobación de sus EslatutoSj para gozar de los privilegios de persona jurídica. « Artículo 2" La Asociación puede adquirir la propiedad de las cosas que respondan á sus fines. » Habiéndose dado lectura al artículo 3», se suscitó con este motivo una Presidente G. Wliite Luis A. Huergo Juan Ratnorino Juan Dillon Francisco Lavalle G. Kuhr Ángel Silva Zacarías Tapia E. Peña. M. Tedin F. Rojas E. S. Zeballos J. Pírovano J. Suarez J. Cagnoni M. Paunero L. Viglione S. Brian L. Silveira E. Carvalho Justo Dillon. ORIGEN Y FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD 11 discusión sobre las palabras «en la esfera de sus conocimientos», que figuran en las bases y que se refieren á los estudiantes de Ciencias Exactas, acordándose por unanimidad la supresión de dichas palabras. Siendo la hora ya muy avanzada^ se resolvió levantar la sesión y reunirse el Domingo próximo á la misma hora para continuar la discusión pen- diente^ invitándose ademiis las otras personas que no habían asistido. El señor Presidente manifestó que los señores que lo creyeran necesa- rio podrían pasar por su casa, Perú núm. 9, á fin de estudiar el pro- yecto de Reglamento. Emilio Rossetti, Presidente. Justo Billón, Secretario. 3' REUNIÓN extraordinaria DEL 21 DE JULIO 1872. Presidencia del Sr. RoseUi. En Rueños Aires á veinte y uno de Julio de mil ocho- cientos setenta y dos, reunidos en el Colegio Nacional los señores designados al margen, el señor Presidente pro- clamó abierta la sesión. Leida, aprobada y firmada el acta de la anterior, se dio lectura del proyecto de reglamento, por haberlo pedido algunos señores que no hablan podido asistir á las reuniones anteriores. Procedióse en seguida á discutir el artículo 3° del titulo I, el que fué rechazado ; leido el articulo A" que trata de la clase de socios de que se compondrá la Sociedad, se suscitó con este motivo una animada discusión que dio por resul- tado la aprobación in lotum del Reglamento, modificándose en el artículo 21 el término de un año por el de seis meses, p,ira su reforma. Igualmente se autorizó á la Comisión provisoria para publicarlo en número suficiente á fin de hacerlo conocer de todas las personas que se encontrasen en aptitud deformar parte dé la Sociedad. Se acordó asi mismo señalar el Domingo próximo para la instalación de la Sociedad y nombramiento de la Comisión Directiva, firmando todos los presentes el Reglamento. No habiendo otro asunto de que tratar, el Presidente declaró levan- tada la sesión, siendo las tres y medía de la tarde. Presidente N. Alvarado Brian, S. CoroDel . Dillon, Juan Dillon, Justo Lacroze, J. Lavalle, F. Pellegrini Ramorino Rojas, F. Silveyra, L. Sienra y Carranza Silva, A. Tedin, M. Villanueva, G. Tapia, Z. Zeballos, E. S. Huergo, L. A. Emilio Rosetti, Justo Dillon, Secretario. i 2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA i' REUNIÓN EXTRAORDINARIA DEL 28 DE JULIO 1872. Presidencia del Sr. Rosetli. En Buenos Aires á veinte y ocho de Julio de mil ocho- Presidente cientos setenta y dos, reunidos en el Colegio Nacional el Alvarado, N. Presidente y demás personas designadas al margen, se Burgos, J. M. abrió la sesión siendo las doce y media del dia. Leida, Carvaílio, A. sin reparo ninguno, el acta de la anterior fué aprobada Dillon, Juan. y firmada. Huerm LuL Procedióse en seguida al nombramiento de la Junta Di- Lacroze, J. rectiva, de que habla el artículo 8° del Reglamento. De- Lavaiie, F. signadas las dos personas que asociadas al Presidente y Mané, Marcos Comisión provisoria debían practicar el escrutinio, según Olivera' c. lo díspone dicho Reglamento, se procedió á hacerlo, re- Peña, E. sultando con mayoría de votos los siguientes señores : Rosetti, E. Rojas, F, Presidente D. Luis A. Huergo. Rév"°""°J^' Vice-presidente. . » Augusto Ringuelet. SiWeira,' L. Secretario 1". .. . » Carlos Stegman. Silva, A. Secretario 2" ... . » Justo Dillon. Tedin, M. Tesorero » Ángel Silva . Arrufó, J. Vocal « Guillermo White. Zeballos, E. S. » , . . . . » Francisco Lavalle. i> » Juan Ramorino . » » Juan J . Révy . Proclamados que fueron estos señores, el Presidente electo D . Luis A. Huergo ocupó su puesto y dirigiendo en seguida á los presentes algunas sentidas palabras alusivas al aclo, declaró instalada la Sociedad, con lo cual terminó la sesión, siendo las tres de la tarde. Emilio Rosetti. Justo Dillon, Secretario. Este es el último documento relativo á la fundación de la Sociedad. Desde 1872 hasta la fecha se ha trabajado asiduamente por la organización definitiva del sistema de trabajos de la insti- tución. Reglamentadas las sesiones ordinarias que se celebran pun- tualmente y con una numerosa concurrencia, establecida una biblioteca que aumenta rápidamente, iniciada la formación de un museo científico é industrial , inaugurada con éxito una importante serie de esploraciones y escursiones en el interés de la ciencia y de la Sociedad, solo se hacia sentir mas vivamente ORIGEN Y FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD 13 la necesidad de publicar estos Anales, para infundir nuevo im- pulso y mas vigor á la actividad de los ilustrados socios. Ha llegado el momento deseado de realizar esta última aspi- ración. Al aceptar el puesto que nos ha sido confiado por nuestros distinguidos colegas, hemos hecho el propósito de ser infati- gables en el cumplimiento de nuestros deberes. Esperamos, sin embargo, para alcanzar el mayor éxito posi- ble, la generosa y decidida protección de nuestros consqcios y del ilustrado público. Buenos Aires, Enero 1° de 1876. La Comisión Redactora. PROGRAMA CONCURSO DE 1876 Buenos Aires, 30 de Noviembre de 1875. A la Asamblea. ^ La Comisión Direcliva ha creido conveniente modificar las bases publi- cadas para el concurso de 1876 y pide á los Sres. socios la aprobación del siguiente proyecto, por las razones que dará el miembro informante Sr. White. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. SOCIEDAD CIENTÍFICA ARJENTINA CONCURSO DE 1876 La Sociedad Científica Arjentina ha resuelto modificar el programa del concurso de 4876, y sancionado el siguiente proyecto por la Comisión Directiva: I ¿ Cuáles son las condiciones técnicas y económicas á que debe satisfacer la red de ferro-carriles de la República Arjentina ? Determinar el mejor sistema para la construcción de las carreteras generales. CONCURSO DE -1876 15 III Sistema mas ventajoso y económico para la irrigación de los terrenos destinados á la agricultura. IV Sistema económico de habitaciones para obreros en Buenos Aires. ¿ Cuál es el mejor sistema para utilizar las materias fecales y aguas ser- vidas de las cloacas de Buenos Aires sin peligro para la higiene ? VI Memoria sobre la esplotacion de las minas de la República Arjentina. Vil Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires. VIII Memoria sobre mejoras de la navegación interior. BASES Á QUE DEBEN SUJETARSE LAS PERSONAS QUE QUIERAN TOMAR PARTE EN EL CONCURSO I Presentarán una memoria anónima, escrita en idioma castellano, la que será acompañada de un pliego cerrado con lema igual al de la memo- ria, en el que estará el nombre del autor y el de su residencia, sin que se deduzca por algo de donde |procede. lí Las memorias presentadas serán estudiadas y clasificadas por comi- siones especiales de tres miembros que se designarán para cada caso en particular ; esas comisiones se espedirán fundando la clasificación que hu- bieran hecho en un informe sobre todas las memorias presentadas. 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA III En vista de lo informado por las comisiones clasificadoras, la Asam- blea desidirá si hay lugar ó nó á acordar el premio designado. IV Una vez resuelto este asunto, se harán conocer las memorias que hu- bieren merecido premio, devolviéndose los pliegos en que conste el nom- bre de los autores de las demás, y si para el término previamente fijado no fuesen recojidos, serán inutilizados. Todos los proyectos, memorias y trabajos que se presenten á la sociedad para ser estudiados, le pertenecerán y se archivarán en oportunidad. VI La Asamblea podrá autorizar la publicación de la memoria que haya merecido premio, en folleto, ó en la Revista de la Sociedad. VII Los trabajos y memorias se presentarán antes del 1" de Junio de 1876, para que en la asamblea de ese dia se de cuenta del nombramiento de las comisiones que deben estudiarlas y clasificarlas. VIII Las comisiones nombradas deberán espedirse antes del 1° de Julio del mismo año, para que en la asamblea de ese dia se acuerden los premios, los que serán distribuidos en la asamblea estraordinaria del 28 de Julio, en que la Sociedad solemniza el aniversario de su fundación. IX Habrá una medalla de oro para la mejor de las memorias sobre cada tema, y un diploma ó mención honorífica para las segundas en orden de mérito. En caso que á juicio de las Comisiones, no haya ninguna que merezca la medalla, solo se dará la mención honorífica, siempre que sea aconsejada esta distinción. X No podrá ser miembro de la Comisión, el socio que haya presentado trabajo en el tema sobre que tenga que informar. APUNTES ACM DEL CARBÓN M LAS AGUAS POTABLES Estos apuntes reconocen por orijen : primero, el deseo de averiguar lus efectos del carbón sobre los componentes de las aguas comunes em- pleando el sistema analítico que he dado á conocer con el nombre de Amoni-Nilrometría ; segundo, la denuncia hecha en la Revista Mé- dico-Quirúrgica, número correspondiente al 8 Setiembre de 1874 sobre doce casos de envenenamiento por el plnno, ocurridos á bordo del va- por r lercante francés Caldera que viajaba entre este puerto y el Ha- vre, suscrita por el Dr. Julio Crevaux, atribuidos al plomo existente en la estañadura de la máquina destilatoria que proveía de agua po- table á la tripulación ; y tercero, la lectura de un importante trabajo de M. A. Chevallier, publicado en los Annales d'hygiéne publique et de Médecine légale, número correspondiente á Julio del mismo citado año, sobre el agua y los medios de purificarla para hacerla potable; trabajo en que se denuncia una porción de casos análogos al citado por el Dr. Crevaux y en que su autor se ocupa de la acción purificante del carbón sobre las aguas contaminadas por soluciones metálicas. Es un hecho inconcuso en la ciencia y que hasta pertenece al do- minio del vulgo el conocimiento de la propieilad purificante del car- bón sobre los líquidos que encierran sustancias putrefactas ó putre- cibles, y en particular sobre las aguas potables. El efecto mas ostensible del carbón en este cs*&, es debido sin duda á su propiedad absorvente; propiedad que ejerce no solo respec- to á lus gases existentes en el agua, sino también sobre algunas ma- terias sólidas disueltas en ella, como sucede cuando obra como prin- cipio descolorante de un liquido cualquiera. Pero, ¿hasta qué punto purifica el carbón á una agua de las mate- rias que tenga disueltas ? ¿ Cuáles son las sustancias preferentemente 2 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA absorbidas ? ¿ Cuál es la cantidad relativa de los diferentes carbones que pueden efectuar la absorción completa? He ahí las cuestiones que me he propuesto resolver solo en su re- lación con el agua potable, ó sea la que se deslina á los usos de la vida. Para conocer los efectos del carbón sobre las materias orgánicas exis- tentes en las aguas probables, tomé una muestra de agua corriente que fraccioné en tres proporciones. Una la destiné para analizar sin adición alguna según el sistema Amoni-Nitrométrico; á otra le agregué 5 p'/o de carbón vegetal previamente sometido á una temperatura elevada en crisol tapado ; y á la tercera le agregué también 5 p°/o de carbón animal sin purificar por el ácido clorhídrico, pero después de sometido asi mismo al calor en vaso cerrado. La muestra de agua indicada era muy turbia y la consideraba polu- cionada por serlo también otras muestras que habia analizado en los dias anteriores. En efecto ; el análisis de ella sin adición de carbón, dio por litro : Amoniaco ya formado (1) O gr. 00016 Id. nítrico O « 00173 Id. orgánico O « 00115 Total de amoniaco O « 00304 Analizada por otra parte á los tres dias la muestra de agua con el carbón vejetal, separado éste por filtración, dio ; Amoniaco ya formado . . , O gr. 00035 Id. nítrico O (( 00120 Id. orgánico O « 00095 Total de amoniaco O « 00250 Y por lo que toca á la muestra tratada por el carbón animal, se- parado igualmente este por filtración al tercer día, dio por litro : Amoniaco ya formado O gr. 00068 Id. nítrico O « 00080 Id. orgánico O c< 000Í5 Total de amoniaco Oí 00193 Creo pues deber deducir de los precedentes resultados : lo Que el carbón aun á la temperatura ordinaria y en el seno del agua reduce en su mayor parte á la materia orgánica existente en (1) Por amoniaco ya [orinado comprendo al que he distinguido en mi sistema Amoni-Nitrométrico con los nombres de libre y combinado; pero que por no ser necesaria esta distinción en el caso presente, los determino en una sola operación. ACCIÓN DEL CARBÓN EN LAS AGUAS POTABLES 19 ésta; pues así lo hace comprender el esCeso de amoniaco ya forma- do hallado en el segundo y tercer análisis, con relación al del pri- mero, y la disminución proporcional del amoniaco orgánico. 2" Que esta acción reductora es mucho mas enérgica en el car- bón animal que en el vegetal. 3° Que el ácido nítrico ó los nitratos existentes en el agua son escasamente absorbidos por el carbón ; resultando también la ventaja á favor del animal. 4" Que solo una muy mínima cantidad délas materias orgánicas es absorbida, si se tiene en cuenta por los datos transcritos que la su- ma del escedente de amoníaco ya formado y del orgánico representa aproximadamente el amoníaco orgánico del agua no sometida al trata- miento por el carbón. 5" Que si el agua mejora de condiciones bajo la acción del car- bón, debe atribuirse mas bien á la acción reductora que éste ejerce sobre las materias orgánicas que á su propiedad absorbente. Si pasamos ahora á las observaciones que nos ofrece el carbón como materia purificante de las aguas contaminadas con sustancias minerales, veremos que su acción es mucho mas pronunciada y evidente que por lo que toca á las materias orgánicas, necesitándose por otra parte una proporción muchísimo menor. Si bien Mr. Chevallier en el trabajo á que he aludido antes espone resultados muy importantes respecto á la acción del carbón sobre las disoluciones metálicas, según sea el carbón vegetal ó animal, según sea ó nó este purificado por el ácido clorhídrico y según se opere en frió ó en caliente, pero se nota la omisión de que no se espresen las re- laciones ponderales entre las que se producen los hechos, ni los lí- mites de absorción del carbón según sea su naturaleza. En efecto, las conclusiones del citado autor son las siguientes : 1" Que las sales de hierro son absorbidas en caliente por el car- bón animal no lavado, por este mismo carbón lavado con ácido clor- hídrico y por el carbón vegetal : 2» Que en frió solo el carbón animal no lavado ha absorbido las sales de hierro : 3° Que las sales de cobre son absorbidas en caliente por el car- bón animal lavado y sin lavar, y por el vegetal : 4» Que en frió el carbón animal no lavado, absorbe estas sales; 5° Que las sales de zinc son absorbidas en caliente por el car- bón animal sin lavar y por el vegetal : 6" Que en frío el carbón animal no lavado absorbe las sales de zinc ; mientras que los otros carbones lo efectúan incompletamente : 7° Que las sales de cobalto y de níquel son absorbidas en ca- 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA líente por el carbón aninial no lavado, por el lavado y por el ve- getal : 8° Que las sales de plata y de mercurio son absorbidas en ca- liente por los tres carbones : 9» Que el arsénico en las preparaciones arsenicales es absorbido por el carbón no lavado, en caliente; que el lavado no obra del mismo modo, aunque retiene mas pequeña cantidad, y que el vegetal no lo absorbe : 10. Que las sales de plomo son absorbidas por los carbones en caliente y por el carbón animal lavado, en frío. Sin considerar algunos de los resultados espuestos del todo exactos, pues creo que la absorción mas ó menos completa de las espresadas especies de sales aunque sea en frió, es simplemente cuestión de cantidad, diré que los ensayos que he practicado tienden principalmente á resol- ver la deficiencia citada respecto de las proporciones ponderales entre las que se consiguen los resultados, considerando principalmente la cues- tión bajo el punto de vista de la puriíicacion de las aguas potables, según he dicho ánles. Así he prescindido de hacer uso del carbón lavado por el ácido clorhídrico, que indudablemente es menos absorvente que el carbón de huesos natural, ó sin lavar; lo mismo que de los ensayos en ca- liente ; limitándome por otra parte á la acción del carbón vegetal mas común entre nosotros ó sea el de espinillo, y el animal impuro, á la tem- peratura ordinaria sobre las sales de plomo, de cobre y de zinc que son las que mas frecuentemente pueden hallarse en las aguas naturales por efecto de aparatos culinarios, de alambiques, de cañerías, de lla- ves, de depósitos metálicos, etc. Para este objeto preparé ante todo tres soluciones : una de acetato de plomo, otra de sulfato de cobre y otra de sulfato de zinc, en agua destilada, todas en la proporción de uno por mil. Estas soluciones fueron tratadas separadamente con carbón animal y con carbón vegetal en proporción de 5 p7o sobre el líquido empleado. Al dia siguiente ninguna de las seis muestras de agua acusó la presencia del metal. De esta esperiencia se deduce evidentemente la absorción completa en frío de los metales, plomo, cobre y zinc por el carbón ya sea el vegetal ya el animal. Para averiguar luego los limites en que se efectúa esta absorción^ des- pués de muchos ensayos previos, puse en diferentes vasos 100 centí- metros cúbicos de los líquidos citados con proporciones diferentes y conocidas de carbón animal y vegetal durante 24 horas. De estas esperiencias resultó que respecto á la sal de plomo bas- taron Ogr.25 de carbón animal para producir su absorción completa y 2 gr. de carbón vegetal para obtener el mismo resultado ; de modo que la relación absorbente entre uno y otro es de 1 á 8. ACCIÓN DEL CARBÓN EN LAS AGUAS POTABLES 21 Por lo que toca á la sal de cobre, la acción completa se produjo con Ogr.75 de carbón animal y 3 gr. de carbón vegetal; siendo en este caso la relación absorbente entre ambos, de 1 á 4. En cuanto á la sal de zinc, fué absorbida completamente por Ogr.TS de carbón animal y por ig^.S de carbón vegetal; de modo que la re- lación absorbente es de 1 á 6. Resulta pues de estas esperiencias una notable ventaja en favor del carbón animal sobre el vegetal respecto á su propiedad absorbente. Las proporciones indícalas pueden aun disminuir prolongando el tiempo de permanencia del carbón en el seno del líquido y agitando á menudo la mezcla ; pero la diferencia es poco notable y á los cuatro ó cinco dias parece que el límite de absorción no es ya ultrapasado. Teniendo pues en vista que las citadas soluciones contenían una can- tidad mucho mayor de sales que las que suelen contener las aguas naturales por efecto del contacto ó de permanencia en aparatos, de- pósitos, llaves ó tubos metálicos, creo que la cantidad de uno por ciento de carbón animal común mezclado y ajitado algún tiempo en ellas las dejará en la mayor parte de casos en buenas condiciones de potabilidad ; y que para conseguir un efecto igualmente seguro con el carbón vegetal seria necesario la proporción de ocho por ciento. Con los filtros comunes de carbón he obtenido también la absorción completa de las soluciones metálicas indicadas, pero me ha sido ne- cesario hacerlas pasar de doce á veinte veces por el filtro para conse- guir un resultado completo. Pero considerando como arabo de decir que las soluciones primitivas á que antes rae he referido son mas sa- turadas de sales metálicas de lo que debe esperarse de las aguas na- turales ; es presumible que aunque sea pasando una sola vez por el fil- tro, estas se purificarán del todo, ó cuando menos disminuirá notable- mente el peligro por su uso. Creo en resumen que los datos que acabo de esponer, sin otra im- portancia que el de meros apuntes, podrán sin embargo tener algún valor para la solución de ciertas cuestiones de higiene relacionadas con a potabilidad de las aguas, ó cuando menos evitando los errores su- mamente graves que pueden resultar en las investigaciones químicas y en especial en las toxicológicas por el uso del carbón usado como agente descolorante. M. PUIGGARI. TELEGRAFÍA ÓPTICA MEMORIA leída EN LA ASAMBLEA DEL 2 DE NOVIEMBRE DE 1875. Al Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Tengo el honor de someter á vd. algunos detalles sobre los ensayos de telegrafía óptica que he practicado úlliníiamente, en la creencia de que ellos podrán ser de interés para la Sociedad que vd. tan digna- njente preside. Ocupado en formar un plano para el establecimiento de líneas telegrá- ficas en esta Provincia, no podia escapárseme la grande importancia que tendría para la defensa de fronteras, el que estuviesen ligados entre si sus diferentes furtines por medio del telégrafo ; pero comprendí que el que se colocara en tales circunstancias estaría siempre espuesto á ser destruido por los indios, y por otra parte el carácter de provisorio que generalmente tiene una línea de frontera, impediría que se invirtiesen cantidades tan crecidas en obras que solo prestarían servicios durante un tiempo mas ó menos limitado. Entonces, teniendo presente la corta distancia que separa los fortines uno de otro, la que es solo de 10 á 12 kilómetros término medio, pensé que tal vez pudiera emplearse para el objeto indicado la telegrafía óptica, predecesora inmediata de la eléctrica, que prestó servicios bas- tante importantes en Europa á principios de este siglo. En aquellos tiempos se contentaban con la trasmisión de un pequeño número de señales arbitrarias, combinadas de antemano, pero ahora podemos em- plear el alfabeto Morse con el mismo fin, quedando desde ya muy sim- plificado el aparato de trasmisión, y habilitado para trasmitir cualquier género de comunicaciones, tanto de noche como de día. Además de esto, acaba de ser inventado por un señor Manee, director de una compañía telegráfica en la India, un sistema completamente nuevo de trasmisión por medio del reflejo de los rayos solares, que por su sencillez y su mucho alcance es inmejorable para esta clase de telegrafía. Los perió- dicos dieron cuenta de unos ensayos que fueron hechos en la India á TELEGRAFÍA ÓPTICA 23 principios de este año, dando al mismo tiempo una idea general del aparato empleado. Penetrado de la importancia de este descubrimiento para el objeto que tenia en vista, y aprovechando de los pocos dalos que sobre él habia conseguiílo, he podido construir un par de Helió- grafos, como los llama su inventor, por cuyo intermedio hemos cam- biado con toda facilidad largas comunicaciones entre esta ciudad y el pueblo de Quilmes. (Véase la figura adjunta). Este aparato consta de un pequeño espejo, de 10 pulgadas de costado, el que es movible sobre un eje horizontal, y unido por su estremidad superior, por medio de una pequeña barra de metal, á la parte anterior de un manipulador igual á los que se usan en los aparatos eléctricos de Morse, el que está montado sobre una plancha horizontal que lleva también los soportes del eje del espejo. Esta plancha está unida por medio de un eje vertical al trípode sobre el cual descansa el aparato, siendo por consiguiente susceptible de un movimiento giratorio hori- zontal, el que se produce moviendo un tornillo convenientemente dis- puesto sobre el trípode ; por otra parte, pudiéndose modificar el grado de inclinación del espejo por medio de una tuerca puesta sobre la barra de metal que lo liga al manipulador, resulta que se le puede dar el movimiento combinado de rotación y de inclinación necesario para equi- librar el cambio constante del ángulo que los rayos del sol forman con su superficie, condición indispensable para conseguir la constante proyección del reflejo hacia un punto dado. Antes de empezar la trasmisión, se coloca un pequeño disco de metal á distancia de una docena de varas del espejo, y en dirección al punto con el cual se desea comunicar, de modo que venga á formar una linea recta con este y con el centro del espejo, donde existe una pe- queña abertura para la verificación de esta operación. Trayéndose en seguida por medio de los tornillos reguladores, el reflejo sobre un punto situado á un pié debajo del referido disco, se deprime el manipulador, el reflejo sube y viene á descansar sobre el disco en cuya posición es visible para el corresponsal con quien quiere hablar. Gomo consecuencia natural, cuando se imprimen al manipulador los movimientos necesarios para formar el alfabeto Morse, es decir, deprimiéndolo por intervalos cortos para formar los puntos, y largos para las rayas, y con el debido tiempo de descanso para la separación de las letras y palabras: la esta- ción lejana vé aparecer las letras del alfabeto, y lee con toda facilidail la trasmisión, con una rapidez de 10 á 15 palabras al minuto. En los ensayos que se hicieron en la India, eligiendo al efecto los sillos mas elevados posibles, pudieron comunicar hasta la distancia de 60 ó mas kilómetros; los que hayan visto el fuertísimo reflejo del apa- rato puesto en Quilmes admitirán fácilmente la posibilidad de tal hecho. El aparato no puede ser mas sencillo ni mas portátil, y las señales son tan claras, que cualquier telegrafista las lee á primera vista. La única difi- 24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cullad que presenta, es la graduación del espejo, pero esta indudable- mente desaparecería con un poco de práctica. Creo, pues, que este aparato está destinado á prestar importantes servicios en muchas circuns- tancias, particularmente en paises que, como este, gozan generalmente de un cielo sereno. Sin embargo, no pudiéndose contar siempre con un sol brillante, he creido conveniente hacer un aparato para los dias nublados, el que ha sido ensayado con muy buen éxito también entre esta y Quilmes. Este se compone de cuatro tablas dispuestas horizontalmente en un cuadro vertical, y movibles sobre ejes puestos en sus estremidades, á estilo de persianas; estando en una posición vertical, forman una super- ficie cuadrada de 1".75 de costado. El aparato que se usaba en Inglaterra á principios de este siglo era algo parecido á este, pero con la dilerencia de que las señales se for- m.-'ban con las combinaciones que resultaban del empleo independiente de cada tabla, siendo por consiguiente necesario que cada una indivi- dualmente fuese visible desde la estación próxima, mientras que en el nuestro, las cu;itro tablas no forman sino una sola cuando están á la vista, y, siendo ligadas entre si, un salo impulso les dá movimiento. Cuando el aparato está en reposo, la posición de las tablas lo hace completamente invisible desde poca distancia. La trasmisión se hace por medio de una palanca que les imprime un movimiento que basta para para ponerlas á la vista desde la estación próxima por el intervalo que se quiera, la duración mas ó menos larga del cual forma los puntos y rayas del alfabeto Morse. Se pueden trasmitir de cuatro á cinco palabras al minuto, empleándose como es consiguiente un anteojo de larga vista. Este sistema podria emplearse ventajosamente á bordo de los buques, haciéndose la trasmisión por medio de un tambor de género izado en la arboladura, que se pueda abrir y cerrar por medio de cordones mane- jados desde la cubierta. Aun sin ser de gran tamaño, seria visible de mas lejos que las banderas que se emplean actualmente y formaría un medio de comunicación mucho mas espeditivo y completo. Para la trasmisión nocturna empléase un fanal, provisto de un reflec- tor y de un lente plano-convexo, detrás del cual, en el interior de la linterna^ se encuentra una chapa que, en la posición de reposo al apa- rato, obstruye completamente el pasaje de la luz, y comunica por medio de un listoncito vertical que pasa libremente por el fondo de la linterna, ron la parte anterior de un gran manipulador Morse de madera, colo- cado como á un pié debajo de esta. Resulta, pues, que la chapa sigue los movimientos que se imprimen al manipulador, el que está arreglado de modo á tener fuficiente juego para despejar completamente la aber- tura destinada á dejar pasar la luz, y que tiene de cuatro á cinco pulgadas de diámetro. Desde ya se vé que las emisiones mas ó menos largas del TELEGRAFÍA ÓPTICA 25 rayo de luz, correspondiendo á los movimientos del manipulador, repre- sentarán el alfabeto Morse. Esta invención data ya de algunos años atrás, habiendo sido los pri- meros en emplearla los encargados de la colocación de ciertos cables telegráficos submarinos, que la encontraron de la mayor utilidad para auxih'ar sus operaciones durante la noche. Hasta entonces el único sis- tema de señales nocturnas que se conocía era por medio de faroles de distintos colores y colocados en diferentes posiciones, recurso muy defi- ciente y que se venia usando desde casi dos siglos sin modificación im- portante. El almirantazgo inglés no tardó en apercibirse del gran pirtido que podria sacarse de esta nueva idea, y ordenó que fuese adoptado en sus escuadras, donde se emplea hoy con muy buen éxito. Durante las neblinas, los vapores de guerra hacen uso del silbato, señalando ciertas letras del alfabeto para indicar en que rumbo navegan, &'. Por lo visto no se ha tocado con dificultad ninguna en generalizar su empleo, por parte de los oficiales encargados del servicio de las señales. En general se emplean faroles de aceite, con alcance de 10 á 12 kiló- metros, pero para los casos especiales se ha inventado una linterna que tiene hasta 30 kilómetros de alcance. Al efecto se emplea una mezcla de metal magn?sium en polvo y de una materia resinosa, la que dá una luz brillantísima, parecida á la eléctrica, al ser soplada por medio de un sencillo aparato, sobre una mecha encendida. Los puntos y rayas del alfabeto son formados por la canlidud mas ó menos grande de esta sustancia que se lince en cada emisión. Es indudable que estos diferentes medios de comunicación podrían tener una aplicación estensa en este pais, cuyas llanuras se prestan mucho á su fácil realización, y es también fuera de duda que son bastante nu- merosas las circunstancias en que su empleo podria ser muy ventajoso. Tengo el honor de suscribirme del Sr. Presidente afmo. y S. S. L. B. Trant. APUNTES SOBRE LA COMPOSICIÓN QUÍMICA DE UN SALITRE DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO El conocimiento de las producciones de nuestro suelo, y de todo lo que nos ha prodigado la naturaleza, debe llamar preferentemente nuestra atención, para aprovecharlas y explotarlas en el momento oportuno. Cada hecho, cada cosa por humilde que ella sea, pero bien obser- vada y estudiada, tiene una importancia no pequeña, para la descripción exacla de nuestro país, tan poco conocido y aun menos estudiado. Movido por estas ideas, me he interesado siempre en adquirir una suma de datos sobre cualquiera de las producciones que adornan á esta República. El año pasado obtuve de mi amigo y compañero el Sr. F. Borjes una muestra de Salitre de Santiago del Estero, ;tal como se elabora en esa provincia. Practiqué su análisis entonces ; y ahora me permito presentarlo á mis consocios precedido de algunas consideracio- nes sobre la nilrificacion. Me impulsa á esto, la lectura de una nota sobre el mismo asunto publicada en uno de nuestros diarios políticos, en la que su autor demuestra muy pocos conocimientos del producto, aunque pretende emprender su explotación. Parte de la idea equivocada de que el salitre entre nosotros se halla en el mismo estado que en el Perú, y á la verdad, su escrito versa exclusivamente sobre la importancia y explotación del producto de la República vecina. En la Provincia de Santiago, como en las de Mendoza, Salta etc., según refieren sus naturales, se hallan parajes salitrosos y salitreras naturales en número considerable. Allí el salitre aparece fuera del COMPOSICIÓN QUÍMICA UE DN SALITRE 27 terreno en eflorescencias abundantes, durante algunas épocas del año, y desaparece bajo la acción de las lluvias, sucediendo á estas, una ve- jetacion asombrosa, por lo rica y rápida, de plantas entre las que pre- domina una llamada jumen, de la familia de las salicórneas. Esta misma planta es una de las fuentes mas preciosas de la barrilla 6 carbonato sódico ó potásico. Parece además, que existe una relación íntima, según refieren, entre la presencia del salitre en un terreno, y la de la planta en sus alrededores : algunos la creen un indicio seguro de la presencia del primero. Referimos esto sin darle gran crédito. Las salitreras ó lugares en que se forma salitre pertenecen á dos tipos diferentes. En uno el nitrato alcalino se halla bajo la forma de mineral compacto, constituyendo capas de espesor variable, cubierto por otros terrenos y mezclado de gangas, en una palabra como lodos los mi- nerales. A este tipo pertenece la salitrera del desierto de Taracapá, en el Perú, y es tal vez la única de este jénero ó á lo menos • la única que se conoce. Las demás nitreras que forman el segundo tipo, no contienen al sa- litre en esta forma ; lo produce el terreno á expensas de las bases con- tenidas en él, y del ázoe atmosférico, bajo la influencia de fuerzas físico- químicas, no bien determinadas. Las salitreras de esta clase son las artificiales, y las naturales de España en Zaragüza, Navarra, en las riberas del Ganjes, del Nilo, y en América la de Tacunga ( República del Ecuador ) y las de Santiago, Mendoza, etc. en la República Arjentina. El nitro es uno de los cuerpos mas esparcidos en la naturaleza, en el suelo, en las aguas del rio, lluvia, etc. en la atmósfera y muchas parles, pero en todas en mínimas proporciones. Las nitreras naturales son retazos privelijiados en terrenos muy escasamente repartidos sobre la superficie del globo, pero el hombre los imita reuniendo las condi- ciones de aquellos y resultaa entonces esas nitreras artificiales que el jénio de la Revolución Francesa supo crear y que sirvieron para pro- veer de -pólvora á esa nación en el momento del peligro. Vamos á enumerar rápidamente las condiciones indispensables para la nitrificacion. La primera es la de composición química idónea en el terreno que ha de formar salitre; deben encontrarse en él, álcalis en abundancia para poder ser nitrificados; la cal y la magnesia son también favorables. Es necesario además la presencia de una materia orgánica de la na- turaleza del humus,, pues, según parece, se verifica por intermedio de ella, la fijación del ázoe y oxijeno atmosféricos, en la producción de los nitratos. La luz no es indispensable para la formación del nitro; pues estos se producen en la oscuridad; en las cavernas por ejemplo. Sin em- bargo el sol, por ser una fuente de calor, y como tal activa la formación 3» ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de los compuestos nitrados. Un aire seco y una serie continuada de dias sin lluvia favorece pues la nitrilicacion y conserva sobre todo el producto de reciente formación, el que seria en caso de lluvia disuelto por las aguas y arrastrado á las capas profundas del terreno. Una condición jeolójica es la de composición química del terreno, como lo hemos mencionado yá ; y parece necesaria la presencia de detritus ó productos de disgregación del feldspaío, que proveen á la nitrificacion de la potasa necesaria para la formación del salitre. En todas las nitreras naturales conocidas se halla siempre esta roca ó sus productos de disgregación ; esto pasa también en la Provincia de San- tiago, de que nos ocupamos. Después de un dia de lluvia el viajero no observa nada notable en el terreno de las salitreras; pero si suceden á este, dias de calor in- tenso, en una estación seca del año ; se nota, casi á vista de ojo, cubrirse »el terreno de una capa blanca de salitre; se creería que ha caido nieve, si las condiciones atmosféricas no recordasen la imposi- bilidad del fenómeno. De estos terrenos puede recojerse el salitre barriéndoles, y si per- manecen las mismas condiciones atmosféricas, una nueva producción de salitre ocupa el lugar de la primera ; tal es la rapidez de formación del cuerpo que nos ocupa. Durante las estaciones húmedas la producción de nitro disminuye, ó por lo menos el suelo absorbe el producto que se ha formado. La explotación de las salitreras es lo mas sencillo. Basta recojer la sal eflarescente á la superficie del terreno, ó sino tratar la tierra sa- litrosa por agua que disuelve al nitro. La solución lo mas concen- trada posible es decantada, para separarla de tas impurezas, que por su mayor peso específico caen al fondo, y evaporada espontáneamente al aire ó á fuego directo se forman entonces cristales del cuerpo que nos ocupa. Este proceder primitivo es usado en los lugares mismos de las nitreras, y es el que se practica en Santiago para obtener el salitre que nece- sitan para las limitadísimas aplicaciones que tiene en esa Provincia. El nitro natural de Santiago se presenta en pequeños cristales, algo húmedos y de un aspecto sucio, que da mala apariencia al cuerpo. Esto no es de estrañar si se tiene en cuenta el proceder imperfecto de extrarcion, y que podría ser modificado ventajosamente en el sentido de la mejora del producto. El análisis practicado por mi y referido á 100 partes de materia ha dado los siguientes resultados: COMPOSICIÓN QUÍMICA DE UN SALITRE 29 Agua higromélrica 2.540 Materias insolubles 0.060 Cloruro de sodio........ 5.7l6 Nitrato de potasio.. 47.706 <í <í sodio 41.774 « « calcico y magnésico . 2.204 100.000 La pequeña cantidad de nitratos alcalino -tórreos, lo mismo que los cloruros, podrían ser eliminados adoptando un proceder mas racional de extracción. A pesar de las pésimas condiciones de extracción es mucho mas rico en nitratos que el salitre natural del Perú, cuya composición es según Hayes la siguiente: Nitrato de sodio 64.98 Sulfato de sodio, a,. 3.00 Cloruro de sodio 28.69 loduro de sodio , 0.63 Marnas mezcladas 2 . 70 100.00 Este salitre después de purificado convenientemente presenta esta cora- posicion : Nitrato de sodio 96.00 Cloruro de sodio 1 .00 Sulfates solubles 0 . 50 Materias insolubles 0.25 Agua 2 . 25 100.00 Comparando los salitres del Perú y de Santiago al estado primitivo, la ventaja está toda de parle del nuestro; no existen en el de Santiago sulfates, y la cantidad de cloruros es muy reducida en comparación al del Perú, en el que es escesiva. Contiene, sin embargo, el del Perú cierta cantidad de ioduros, que son aprovechados y extraídos como pro- ducto secundario. La presencia de estos es importante, pues aumenta los beneficios de la explotación. No me ha sido posible demostrar la presencia del iodo en el salitre de Santiago, á pesar de haber usado los reactivos mas sensibles de este metaloide, que lo revelan en cantidades pequeñísimas. No creo, sin embargo, imposible su existencia, teniendo en cuenta el medio empleado para extraerlo. Las aguas madres en que se han producido los cristales del salitre ensayado, puede haber retenido todos los ioduros existentes en el producto primitivo. 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No habiendo conseguido tampoco, muestras de las tierras salitrosas de Santiago, no me es posible resolver este punto, asi como también el de la riqueza media de las mismas en salitre. El nitro de Santiago es una mezcla de nitratos de potasio y sodio, representando 92 por "/„ de nitratos que podian ser convertidos, por los procederes conocidos, en nitrato potásico en los lugares mismos de producción, creando una industria nueva en la República, que con ven- tajas podría exportar ese producto, que hasta ahora no tiene en Santiago sino aplicaciones limitadísimas y que la ignorancia considera como una plaga. Sirve en Santiago para la preparación de la pólvora que emplean en los cohetes. En fin este salitre es una de las tantas riquezas, aun inesplotadas de nuestro suelo. La Europa paga buenos precios por el nitro del Perú, que se halla en condiciones muy inferiores al nuestro ; ¿ No podría en el mercado hacer competencia á aquel? Las fábricas de ácido sulfúrico europeas lo emplean como materia prima ¿no podría acaso servir también para la fabricación del mismo ácido entre nosotros; cuerpo tan necesario, como lo ha demostrado brillantemente mi distinguido maestro el Sr. Puiggari ? La fabricación de la pólvora necesita también del salitre como materia prima. Una fábrica de este cuerpo, establecida en la Provincia de Buenos Aires, emplea salitre de Europa, pudiéndolo obtener á mejor precio usando el del país. Otras aplicaciones del salitre son la fabricación del ácido nítrico, su empleo como abono, etc. Terminemos estos apuntes sobre el nitro de Santiago, manifestando el deseo de que el cuerpo llame la atención, y abrigando la esperanza que dentro de poco tiempo pueda figurar entre los productos de exportación de la República Arjentina. Pedro N. Arata. INFORME ELEVADO AL GOBIERNO DE LA PROVINCIA PLANTEACION DE UI4 FÁBRICA DE AZÜCAR Buenos Aires, 5 de Noviembre de 1875. Señor Ministro de Hacienda de la Provincia. Tengo el honor de comunicar á V. S. que en virtud del decreto de ese Ministerio, fecha i9 del pasado, la Comisión Directiva de esta So- ciedad, pasó la solicitud de los Sres. Boet y C^, al estudio de los socios Sres. D. Luis A. Huergo y D. Walter F. Reíd. Ellos se espidieron con fecha 2 del corriente. Su dictamen sometido á la consideración de la Comisión Directiva en la sesión ordinaria del 4 del corriente, ha sido examinado y estudiado uiaduramente. Esta Comisión ha resuelto unánimaraente adoptarlo, y me encarga co- municarlo á V. S. dejando así satisfechos los deseos de ese Ministerio. Copia Buenos Aires, Noviembre 2 de 1875. — Al Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina D.- Pedro Pico. — De los informes verbales dados á los miembros de esta Comisión por el Sr. Boet, resulta que solo subsiste la propuesta que lleva el sello de fecha 11 de Octubre y las cláusulas contenidas en la contestación de los solicitantes al informe de la Sociedad Rural Arjentina. Desistiendo los Sres. Boet y C^ del privilejio solicitado en su primera presentación, esla Comisión cree conveniente se les concedan las cuatro leguas de terrenos que solicitan, siempre que se den las suficientes garantías para el cumplimiento de las condiciones que se establezcan, tanto respecto á la colonización del terreno, como á la planteacion de la 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fábrica de azúcar. Sin tomar en consideración el compromiso eslraor- dinariamente exajerado que se contrae por el articulo 2°, de seguir la entrega de azúcar al comercio progresiva y proporcionalmente á las necesidades de la Provincia, la Comisión aconsejtria se diera una subvención ó premio, así que se demostrase prácticamente un buen re- sultado económico en la esplotacion de la industria, y se librase al comercio el millón de kilogramos que prometen los solicitantes producir en el primer año ; pero de ninguna manera que esto se acordara por la simple introducción de maquinarias, ó la presentación de muestras de azúcar. Las garantías que deben exijirse de los señores Boet y C^ son necesa- rias, cuando se trata de introducir nuevas industrias que, aunque de gran beneficio para la Provincia, necesitan estudios y ensayos que los solicitantes demuestran no haber ejecutado. La fabricación de azúcar de remolacha tendrá que luchar con serias dificultades en nuestro país, pues el clima de la Provincia no es favora- ble á la planta. La remolacha de azúcar (Seta cicla) crece menos en el Norte de Ale- mania y Francia; que en el Sud de Europa, y aunque el peso de la planta sea á veces mayor en un clima cálido, la cantidad de azúcar contenida es siempre mejor que en las plantas que crecen en climas frios. En el Norte de Alemania y Francia, la remolacha tiene 12 á 14 por ciento de azúcar cristalizable, mientras que ensayos hechos en Ilalia en terrenos elejidos y favorables á su desarrollo, han dado solamente como máximum el 11 por ciento. La inseguridad en las cosechas se desprende de las secas frecuentes que tenemos, y de que conteniendo la remolacha 80 por ciento de agua, exije para su cultivo uu clima húmedo. El tiempo seco es favorable en los últimos dias que preceden á la cosecha para concentrar la savia y facilitar la estraccion de la azúcar ; pero durante el crecimiento de la planta y especialmente en los prime- ros dias es muy perjudicial, pues las raices penetran profundamente en busca de agua, pierden todo su vigor y se hacen completamente inútiles para la fabricación de azúcar. El terreno favorable á la remolacha es el arenoso, rico en humus y sales de potasa, formación que no conocemos en la parte habitada de la Provincia, mientras que el sulfato de sosa, tan abundante fen ella, es pprju- dicial á esta planta. Los trabujos preparatorios para la fabricación, exijen un personal considerable empleado por corto tiempo, lo que implica á su vez que esta industria debe establecer^^e en punios densamente po- blados. Esta Comisión cree, en consecuencia que, dadas las ventajas que el pais reportaría de la introducción de esta nueva industria, y considerando PLANTEACION DE UNA FÁBRICA DE AZÚCAR 33 también que no hay en la propuesta de los señores Boet y C'*, demostracio- nes prácticas que autoricen la esperanza de un buen resultado en la pro- ducción de la planta y en su esplotacion, se debe favorecer á los señores. Boet y G" con la concesión de la área de tierra solicitada y acordárseles la subvención pedida, para cuando hayan producido en el año el millón de kilogramos de azúcar que prometen, exijiendóseles al mismo tiempo formales garantías por la falta de cumplimiento á los compromisos con- traidos. En cuanto á la destilación del alcohol de papas, nada tiene que ob- servar, pues, además de que la papa se produce bien en la Provincia, la operación exije poco capital. Respecto á la planteacion de arboledas, y á las condiciones de coloni- zación, el poder administrativo se halla en mejores condiciones que esta Sociedad para resolver lo mas conveniente, y la Comisión considera que ej informe solicitado no comprende estos puntos. Saludan al Sr. Presidente con toda consideración. — S. S. A. S. — firmado : Luis A. Huenjo. — Waller F. Reid. » Aprovecho esta ocasión para saludar á V. S. con mi consideración mas distinguida. PEDRO PICO Presidente Estanislao S. Zebaltos Secretario OBSERVACIONES HALLADO EN LA PROVINCIA DE CATAMARCA Trabajo leido en la Sociedad Científica Argentina en su sesión de 10 de Noviembre de 1873. El mineral cuya composición tengo el honor de comunicar á esta So- ciedad, se halla en la Provincia de Catamarca, al Este de la capital, á una corta distancia del ferro-carril de Córdoba á Tucuman. Aunque no poseo datos exactos sobre los caracteres geológicos del depósito, se me ha asegurado que el mineral es muy abundante, y que su eslraccion seria fácil. Desde que la atención pública se dirige abura hacia los mine- rales de hierro que posee la República Argentina, me ha parecido de algún interés hacer conocer la naturaleza y composición de este mineral. La muestra que está á la vista y que es objeto de la presente comu- nicación la debo á la tina atención de ini amigo D. José Lagos. El mineral presenta un aspecto cristalino, de un color rojizo esterior- mente ; lustroso y gris oscuro en una superficie recien fracturada, aunque en algunas partes se ven manchas irregulares, rojizas y amarillentas. Es magnético, aunque débilmente, teniendo algunas parles del mineral, este carácter mas pronunciado que otras. Su peso específico es de 4.43. Su análisis fué practicado de la manera siguiente: El polvo impalpable del mineral fué fundido con un gran esceso de sulfato ácido de potasio hasta efectuarse su descomposición completa. La masa resultante de la fusión, después de enfriarse, fué digerida en agua fria, que disolvió todos los principios, menos la sílice, que quedó perfectamente blanca y pura. La solución acuosa, filtrada de la sílice, fué tratada con una corriente del anhídrido sulfuroso, para reducir la sal férrica, y fué hervida después durante seis huras, reponiendo el agua que se perdía por la evaporación. Durante esta operación se precipitó todo el óxido titánico bajo la forma de un polvo blanco, que fué separado por filtración , lavado con agua acidulada con unas gotas de ácido sulfúrico, desecado y calcinado. Antes COMPOSICIÓN DE UN MINERAL DE HIERRO 35 de pesarlo, fué humedecido con una solución de carbonato de amoniaco, y recalcinado. El filtrado fué concentrado y empleado en el dosaje del fierro, alúmina y magnesia. Se comprobó la no existencia de fósforo, arsénico, manganeso, calcio y otros metales, empleando al efecto los métodos de análisis cualitativo mas sensibles. Se determinó el azufre, tratando el mineral con agua regia, evaporando la solución para expeler el exceso de ácido, disolviendo el residuo en ácido clorfiidrico y preci- pitando la solución acida después de filtrada por el cloruro de bario. El mineral es difícilmente soluble en los ácidos minerales, por cuya razón es preferible su descomposición por via seca con el bisulfato de potasio en la manera descrita. Su análisis ha dado los resultados siguientes : Protóxido de fierro 65.70 | pierro 57.12 Peróxido de fierro 8.60 j Alúmina 1.20 Magnesia 2.46 Azufre 04 Oxido titánico 17.00 Sílice 5.00 10.000 Este análisis es muy interesante, porque demuestra la existencia en el país de un mineral titanífero, muy semejante á las magnetitas titaníferas tan comunes en la Noruega. Llama la atención la proporción relativa- mente pequeña del peróxido férrico, hallándose casi todo el metal bajo la forma de protóxido. La esperiencia de los fundidores de fierro en la Noruega, que suelen beneficiar minerales de esta misma clase, prueba que la presencia del óxido titánico no tiene olra desventaja que la de hacerlos muy refractarios, siendo necesario emplear una cantidad de combustible relativamente grande en su reducción. Por esta razón no hace cuenta beneficiar un mineral titanífero cuando la proporción del óxido titánico excede 8 "/o- P^ro si se mezcla suficiente mineral no conteniendo titano para reducir la proporción á 8 "/o Y si se emplea una mezcla de cal y cuarzo como fundente, no hay dificultad en obtener metal de muy buena calidad, sin fósforo, con apenas vestigios de azufre y 0.05 "/„ de óxido titánico, que según la opinión de muchos, confiere buenas propie- dades al producto. El resto de titano se halla en la escoria en la forma de titanato de calcio. Según el Sr. Forbes, se necesita 3,744 libras de carbón de pino para producir una tonelada de fierro, de la mezcla ante- dicha del mineral titanífero y de los óxidos ordinarios. Queda demostrada, pues, la existencia en la República de un nuevo mineral de fierro de buena calidad, pero que tendrá poca importancia si no se encuentra en sus inmediaciones otro que contenga ningún ó menos óxido titánico. Juan J. J. Kyle. CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES y su ORIGEN É IMPORTANCIA PARA LA CIENCIA Desempeñada en el salón de claustro de la Universidad de San Carlos, EL 28 DE Noviembre DE 1875 por el catedrático de mineralogía, Dr. Ldis Brackebusch, miembro de la Academia de Ciencias Exactas en Córdoba (1). ADVERTENCIA Al dar á la publicidad esta conferencia, debo prevenir que ha sido pro- nunciada en los mismos términos en que hoy aparece impresa; pero conio á ella han acompañado las referencias y demostraciones prácticas^ solo se han omitido los términos en que estas han sido expresadas. Si acaso al lector munido de conocimientos científicos, no hallase en este trabajo nada de nuevo, y en el curso de las ideas no encontrase sino la ex- posición de hechos muy conocidos, sírvame de disculpa mi buen propósito, cual ha sido el de poder acomodarme á un auditorio, que aunque muy ilustrado, no conocía á fondo la materia de que dicho trabajo era objeto. He tenido, pues, por esta razón, que trazar á grandes razgns y muy su- perficialmente ese cuadro sublime que es hoy el libro de los grandes mis- terios para el naturalista. Si el público reconoce en mi este buen propósito, que es también el de despertar el justo interés que esta clase de trabajos inspira, quedo muy sa- tisfecho y continuaré con gusto la tarea que he iniciado. Dr. L. Brackebusch. Señoras y Señores.- ' Con doble fin he elegido por objeto de este discurso los fósiles. — Primera- mente he querido propagar en una esfera mas amplia el interés que á los recomendables visitantes de nuestro naciente museo, ha inspirado su pequeña colección de fósiles. ¿No se despertará en el mas alto grado la atención del amigo de la natu- raleza, si en medio de capas de barro, arena ó arenilla, encuentra derepente el esqueleto de un animal de enormes dimensiones que hoy ya no existe en (1) Este artículo es tomado de « El Eco de Córdoba ^. CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 37 el mismo parage? ¿No quedará vivamente impresionado el viajero, que, trepando á la elevada montaña, á una altura de miles de pies, descubre los restos de animales marinos ? ¿ que encuentra caracoles, conchas pescados que parecidos todavia á veces á las especies de nuestro período, y otros enteramente distintos en su forma, tienen toda la suerte de ser tornados en piedra? ¿No pasará un momento de agrado el que, visitando auna mina de carbón, halla entre él troncos enteros de árboles, que también se han vuelto carbón? ¿si descubre hermosas estampas de plantas en las capas de piedra arenisca ó de pizarra, que cubren el carbón ? ¿ si encuentra leña, que habiendo ya dejado de ser carbón, se ha vuelto duro guijarro? Es verdad que muchos pasan con indiferencia delante de tales cosas; no se preocupan de las obras del sublime Creador, que la naturaleza nos ofrece en formas tan variadas; no los impresiona el aspecto de un ameno parage, ni la vista magnífica de un punto elevado, ni los momentos en- cantadores de la salida ó la puesta del Sol. Duros é insensibles siguen ellos el interés material de la vida, buscando únicamente la ganancia y los goces groseros. Lo que pasa de alli no existe para ellos. Nos- otros no seguimos aquí este camino perverso : admiramos con gratitud las obras que Dios nos ofrece ; y si bien, nos es permitido ocuparnos de ellas científicamente, tratamos no obstante, de tener una idea de lo que son los objetos, cómo probablemente se han formado, y de qué importancia son para la ciencia ó para la vida práctica. Tales cuestiones nos deben interesar particularmente en cuanto á los fósiles : el segundo fin, pues, de nuestro discurso, es procurar dar alguna luz sobre su carácter y origen, sobre el motivo por qué son de grande importancia no solamente para la ciencia sino también para la vida práctica. Ocurre desde luego preguntar ¿qué son fósiles? Señoras y señores: cuando las ciencias naturales modernas no habían desplegado sus alas poderosas, penetrando en los escondites mas inaccesibles del Universo, como el águila que en persecusion de su presa se eleva mas allá de las nubes y se lanza á los abismos mas profundos, la contestación á estas preguntas era muy imperfecta y oscura. ¿ Habían vivido realmente estos fenómenos, ó solo eran formaciones que por casualidad se parecían á seres vivientes? Sabemos por la historia, que el primero que conocía los fósiles y esplicaba, su origen fué Xenóphanes de Colofón, el conocí- do fundador de la Filosofía Eleática. Ya hace 2,400 años que este filósofo griego reconocía en los fósi- les los restos de seres que habían vivido en otros tiempos. El dedujo muy lógicamente de la presencia de los mariscos en las montañas y de las estampas de pescados en piedras de las canteras de Smyrna, Paros y Syracusa, que la tierra en estos lugares debió haber estado su- mergida en el agua anteriormente. 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Medio siglo después de Xenóphanes visitaba el autor griego Herodoto, el Egipto; no pudo escaparse á sus observaciones sagaces, la circuns- tancia de que el Nilo llevaba en sus crecientes anuales una gran can- tidad de fango que se ausentaba en su embocadura agradando de este modo paulatinamente la tierra firme á espensas de la mar. Luego en- contraba en las montañas cercanas una cantidad de conchas que se pa- recían á las mismas especies existentes todavía en la mar: de lo que dedujo, que estas montañas también debían haber estado cubiertas de agua en tiempos remotos. Pero no por haber acertado entonces sobre el origen de los fósiles dejó de sufrir gran error el buen Herodoto en otra ocasión, sobre la misma materia. En muchos parajes de Europa, Asia y África, se encuentran en las piedras conchas de pequeños animales antiguos que en su forma este- rior se parecen á la lenteja. Al partir una de ellas se ve que en el interior está construido en forma de una espiral, el uno de curvas pe- queñas. Parte de las pirámides de Egipto ha sido construidas de pie- dras que contienen una inmensa cantidad de estas pequeñas conchas, que se llaman en la ciencia «Numulitis.» Heredólo, que no podia ima- ginarse como ellas hubiesen antes servido de habitación á seres vivientes las reputó simplemente como lentejas petrificadas, creyendo que las rocas empleadas para la construcción de las pirámides, se hablan for- mado de provisiones de lentejas, que debieron servir en aquel tiempo para el sustento de los obreros de las mismas pirámides- Mas ridicula y absurda, bajo el punto de vista científico-moderno, fué la opinión que se formaron otros filósofos antiguos de los fósiles hallados en la Grecia y en las provincias del Sud de Italia. El célebre Aristóteles, tratando de los pescados petrificados que se encontraban cerca del Lí- bano, opina que muchos pescados viven enteramente inmóviles en la tierra. Tesophastus y Polybius resuelven esta cuestión de un modo todavia mas candoroso y sencillo. Para ellos tales pescados se han producido de hue- sos que quedaron en el fango; ó cuentan también que se han estraviado en la tierra, donde con el tiempo, comiendo solamente tierra, se han vuelto térreos. Los sabios de la edad media se ocupaban no menos de los fósiles ; pero sus esplicaciones eran bastante fantásticas. Opinaban que la natu- raleza se entretenía en producir seres semejantes á las creaciones vivien- tes de Dios, y que faltaba á ella la facultad de vivificar sus productos, cosa que es solamente posible para el Supremo. Creador. Por este motivo las imitaciones quedaban inmóviles y frias como la piedra. A esta facultad de la naturaleza la daban el nombre de «Visplástica. » ¿Queréis formaros una idea del grado á que llegaron las preocupaciones erróneas de aque- lla época? Pues voy á referir una anécdota tragicómica, digna por cierto de mencionarse en actos serios como este, en que se necesita hacer de CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 39 vez en cuando una transición joco seria, quedando así la monotonía con- siguiente á los trabajos de carAcler cienlifico. A principios del siglo XVIII vivia en la ciudad de Wuerzburgo, en Alemania, un naluralisla de nombre Juan Barlolomé Beringer, quien sentía un vivo interés por los fósiles, que se encuentran muy á menudo por las cercanías de aquella ciudad. Cada nuevo hallazgo era un objeto de la mas exaltada alegría para el infatigable coleccionista; pero sus discí- pulos que seguían sus escursiones, abusando de esta pasión por los fó- siles y la bontlad innata del maestro, se propusieron divertirse con él: la broma era bastante pesada, no importa, la resolución de estos entretenidos jóvenes era indeclinable. Hicieron de piedra y arcilla toda clase de figuras fantásticas colocándo- las en los parajes que Berínger tenia desiinados para hacer sus pesquizas. Cada objeto nuevo producía siempre en el ánimo del buen naturalista una gran impresión y los discípulos no dejaban de proporcionársela con fre- cuencia. Desgraciadamente no se contentó el sabio con la pasión de co- leccionar; encerrado en su estudio y sin comunicar á nadie su gran pro- pósito pasaba largas veladas y con ellas nuevos momentos de regocijo en la descripción de sus tesoros. ¡Quién te revelara el engaño oh! pobre anciano! ¡Quién te dijera el porvenir sombrío que te espera después de tantos afa- nes! En efecto: no pasó mucho tiempo, cuando de repente aparece un gran libro con una multitud de dibujos, entre ellos todos los fósiles fal- sificados! Animales con cabeza de niños, niños con cabeza de animales; animales de triple forma compuestos de pájaros; cuadrúpedos y reptiles; serpientes del paraíso con inscripciones hebraicas; ranas con el escudo de los tres lirios; por fin, una completa colección de un gran número de objetos los mas curiosos y ridículos: tales fueron las preciosas ilus- traciones de la obra del sabio! Todos, todos los fósiles aquellos, figuraban allí bien dibujados y minuciosamente descritos. Los discípulos torturados entonces por su mal proceder, confesaron á su candido maestro su cri- men implorando de él humildemente perdón. Pero el golpe había sido demasiado cruel para el pobre viejo; ayer, encerrado en su gabinete, se afanaba en confeccionar la obra, que le aseguraría mas tarde un nombre en la historia de los descubrimientos científicos, después la vida era para él una carga. Con resignación se ocupaba en comprar y recojer nuevamente los ejem- plares ya vendidos de esa obra fatal y muriendo al fin oprimido por la amargura y la tristeza. Sus descendientes menos preocupados de la fama del viejo sabio, hacían mas tarde un buen negocio, vendiendo á un alto precio el interesante libro, que, por lo estraño de su origen había ad- quirido un gran valor. Aun en nuestros tiempos son mirados los fósiles por las naciones sal- vajes y la gente ignorante, como cosas sobrenaturales y estraordinarias. En la Sibería se encuentran todavía en el hielo y en el barro helado, ele- 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fanles de especies estingnidas,coa su cuero, su pelo y menudos interiores, en su estómago se hallan todavía los restos de sus últimas comidas, y muchas veces su carne tan bien conservada que los perros la comian. Esta conservación tan estraña resultaba del hielo, que es el mejor con- servador de la carne. Espuestos al aire estos fósiles se pudren pronto. Entre las gentes que habitan aquellos parages inhospitalarios, reina la creencia de que estos fósiles son topos colosales, que siguen minando é introduciéndose bajo de la tierra, y que, espuestos al aire, tienen que morir bajo la influencia de la luz. Los habitantes de la gran China en el Norte de Asia van todavía mas lejos, atribuyendo á sus movimientos subterráneos los terremotos. También en este país se hallan restos de ele- fantes antiguos y cree aun el vulgo, que son de gigantes. La misma opi- nión ha reinado en mi patria, en donde se encuentran huesos semejantes, lo que dio sin duda origen á las numerosas leyendas de los gigantes. En ciertas capas de la tierra hay una serie de fósiles que traen su orí- gen de animales qne se parecían á los calamares de nuestros días. Estos son considerados por el vulgo como cuñas que el rayo ó el trueno en- calló en la tierra. En mi patria se conoce una especie de erizo marino fósil, que ostenta en su superficie una cruz. Estos fósiles llamados pie- dras con cruz, son para la plebe remedios infalibles contra la oftalmía. Tengo en mi poder una de estas piedras, que estaba atada sobre el ojo de una pobre vieja durante un mes, sin que naturalmente produjese ningún efecto. Quiztís estuviera todavía en el ojo de mí buena paisana, si yo no hubiese podido convencerla de la inutilidad de su talismán, mandándole un médico que la curó en tres días. Conservo la piedra co- mo un recuerdo; pero la anciana ha vuelto probablemente á su vieja creencia en cuanto á la virtud del fósil. Observaré que desde los tiempos mas remotos ya se atribuia á ciertas piedras una virtud curativa ó mágica. Con preferencia se empleaban para estos fines las piedras preciosas. La esmeralda fortalecía la vista y cu- raba los carbunclos. La cornarina se empleaba contra la hemorragia. El diamante hacia valiente; el topacio casto; el záfiro devoto, la crisoprasa salvaba de la raelancolia y brugería; el portador de la amatista era prote- gido contra la ebriedad; la turqueza ponía fin á las enemistades y conservaba la paz entre los esposos. Pero no me detendré mas en la enumeración de los errores de la razón humana. Los ejemplos citados serán suficien- tes para demostrar hasta donde puede llegar la ignorancia cuando ella quiere penetrar los secretos de la naturaleza. Volveré ahora al terreno de la razón para demostrar lo que son fósi- les y cómo se forman. A principios de la época moderna, los primeros que salieron á combatir la arraigada creencia de la «Visplástica» fueron un fraile, llamado Hierónymu Fracastro, que murió en el año 1553, y el célebre pintor Leonardo Vinci. Ambos volvieron á aprobar la esplícacion de Jenóphanes, y sostuvieron que los fósiles habian vivido en otros tiein- CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 41 pos y que habiendo perecido en el agua, fueron enterrados en el fango, en el que sus estampas quedaron impresas cuando se endureció esta masa. Con mas claridad se espresa sobre la misma materia un simple alfarero en Paris, Bernardo de Palissy^ nacido en ISIS, que después de haber inspeccionado la numerosas petrificaciones en las cercanías de ese país, comprendió su verdadero origen. Este naturalista por inclinación, declaraba públicamente, que, á pesar de no entender la sofística de un Aristóteles, sabría demostrar en cual- quier debate público que las petrificaciones traian su origen de ani- males y plantas que habian perecido, ün p;iso mas para la aclaración de la cuestión daba el Inglés Hcoke^ porque él probaba que debía haber reinado un temperamento enteramente distinto en aquellos tiempos en que los fósiles pertenecían al reino de los seres vivientes. El dinamar- qués Steno adelantaba en 4669 este ramo de la mineralogía de un modo verdaderamente grandioso, porque producía con acierto una multitud tan considerable de hechos sobre la materia, que nos hace admirar su sa- gacidad estraordinaria. Desde entonces cada año traía nuevas averiguaciones y adelantos. Sin embargo, se conservaba todavía el error de reputar los seis días y el diluvio de que nos habla la Santa Escritura, como época del feneci- miento de los -anímales que se encontraban en las díterentes capas de la tierra; y es ésta la causa por qué no ha sido posible establecer en- tonces un sistema científico. Recien á Werner debemos este grande pro- greso : él, basado en los hechos profundizados por Líster, reconoció que en las diferentes capas colocadas por justeposícion, una encima de la otra, se encontraban distintas clases de fósiles pero en todas las de una misma edad, la clase de ellos era la misma. Luego un gran número de naturalistas ponían su inteligencia al servicio de la cues- tión. Pero el adelanto de mas consecuencia fué introducido por Cu- vier. Se cuenta que este sabio era sumamente esperto en la zoología aplicándose así al estudio de los fósiles, y que era capaz de hacer la descripción completa de un animal por solo un hueso que encontraba de él. En los últimos años han aparecido grandes y magnificas obras con una multitud de dibujos sobre los fósiles, de modo que hoy ya es casi imposible á una sola persona abarcar un estudio completo de la materia. Las grandes obras de nuestra industria y civilización modernas ofrecen cada día ocasión de hacer nuevos hallazgos. Los terraplenes de los ferro-carriles, las obras de túneles, las escavaciones de pozos, las construcciones de caminos y edificios, son los elementos que propor- cionan el material á los aficionados á la Paleontología. Grandes sabios se ocupan incesantemente en el estudio de los fósiles, tratando de averiguar su coherencia y propagación. Pero aunque han logrado formar un sistema satisfactorio en su tota- lidad, quedan, sin embargo, todavía muchísimas cuestiones por resolver. 42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Entre ellas debemos contar la hipótesis de trasmutación, inventada por Darwin. Según ella, descienden todos los animales de una sola, ó á lo menos de reducido número de formas primitivas. Es innegable que su sistema está basado en una grande idea, y muchisiraos hechos confirman aparentemente sus doctrinas. No obstante, quedan en él muchos puntos inciertos y oscuros, porque no son pocos los argumen- tos que se pueilen citar en sn contra. Es por esto que algunos natu- ralistas no han querido reconocerlo. Nosotros no trataremos aquí tan ardua cuestión, pues un fallo cierto solo será posible dar, cuando las dudas contra la exactitud del sistema de Darwin, no puedan rivalizar mas con los hechos y argumentos que se alegan en su favor. En los párrafos anteriores he hecho una breve historia de la Paleon- tología ó ciencia de los fósiles. Ahora entraré á esplicar en qué con- diciones se encuentra actualmente esta ciencia; pero me ocuparé solo de los hechos, no de las suposiciones. Preguntamos primeramente ¿cómo se hacen las petrificaciones? La mayor parte de ellas se ha formado por la circunstancia de que restos de animales han quedado rodeados de materias que han permitido la conservación de sus restos, ó á lo menos sus estampas ó moldes. Es de observar que, solo ciertas partes determinadas de los cuerpos son susceptibles de conservación, como las conchas de cal de mariscos y caracoles, los huesos, los dientes y tam- bién el pelo, las plumas y las huellas ó rastros. La sustancia blanda de los cuerpos, como carne, nervios, músculos, se conservan única- mente en casos muy raros. Hemos citado mas arriba un ejemplo de esta conservación, hablando de los elefantes fósiles en el hielo de la Siberia, conservados tan bien en el frió, que los perros han podido co- mer su carne. Quizas tenga otra vez una ocasión mas de hablar de estos fenómenos muy interesantes y de la causa de la muerte. Otros ejemplos de la conservación de partes carnosas nos ofrecen las arañas, moscas y hormigas, que se encuentran frecuentemente en el ámbar. Estos animales vivian en los árboles cuya resina los encubría junto con sus hojas y matas, y los protegía así de la putrefacción. Mas tarde la resina se transforma en ámbar; pero los insectos conservaban su fornja, igual á las momias embalsamadas de antiguas naciones. Los ejemplos citados de la conservación de las partes blandas, son, como hemos dicho, muy raros, porque, quedando espuestos á la influencia del aire ó del agua, pueden desaparecer muy pronto. Es por esta razón ridi- cula que por personas ignorantes en la materia se hagan muchas veces descripciones de animales ó cosas petrificadas : según ellas estos cuer- pos ostentan los contornos esteriores completamente conservados. Me ha sucedido con frecuencia á mí mismo en el ejercicio de mi profesión, haber oido hablar de liebres y palomas petrificadas, de serpientes pe- trificadas, de cabezas de niños petrificadas, de corazones petrificados, y CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 43 hasta de herraduras petrificadas, de carmañolas con tegido de esterilla petrificadas, de cigarros petrificados, etc. Pero si alguna vez, por chanza, fui á ver lo objetos, no encontré naturalmente tales cosas : esas petri- ficaciones eran casi siempre masas de piedra de una forma casualmente estraña, que, sin embargo, no se parecían mas á los objetos de que debian ser petrificaciones, que las constelaciones astronómicas de la Virgen, del León ó del Cangrejo, se parecen á una virgen, á un león ó á un cangrejo. Otras veces pertenecen ellas á restos orgánicos particulares, cuya existencia ignoraba completamente el buen vulgo. Dije que los huesos, dientes, conchas, etc., resisten mas tiempo á la putrefacción, pero que también ellos se disolvían, ó llevados por cor- rientes de agua, se hacían pedazos, si no encontraban abrigo. Tal abrigo es proporcionado por la incrustación. Es cosa muy cono- cida, que el agua cae de las nubes^ ya sea en forma de lluvia, nieve ó granizo, es muy pura y libre de disolución de sustancias agenas; mien- tras que el agua de fuentes contiene una cierta cantidad de ellas. La disolución de cal es la que se encuentra con mas frecuencia y en can- tidad tanto mas grande cuanto mas ácido carbónico ha absorbido el agua durante su filtración por capas de tierra y piedra caliza. Si luego esta agua, sumamente caliza, se evapora al aire ó el ácido carbónico sale, como por ejemplo, en cuevas ó fuentes, tiene que ausentarse la cal. Cuando se encuentran en el agua cuerpos, como caracoles, conchas, huesos, dientes, hojas matas, musgo, etc., se precipitan sobre ellos capas de cal, que los preservan de la destrucción dándoles la apariencia de fósiles. En verdad, los cuerpos no son petrificados ; y cuando la masa precipitada es muy abundante, tal ilusión es imposible por causa del grueso de la masa que cubre. Las conchas, huesos, hojas, etc., se llaman fósiles, pero no están petrificados. Algo semejante sucede si los cuerpos mencionados se hunden en el fango de un lago ó si el viento y las olas los entierran en la costa arenosa de la mar. Si mas tarde el lago se deseca y la costa queda amparada de la invasión de las olas, se forman capas en que todos los objetos hundidos y enterrados se conservan durante largos años : bien entendido que hablamos solo de las partes duras ; pero también estas sufren con el tiempo alguna transformación. Aunque las conchas y huesos, por ejemplo, constan en su mayor parle de sustancias inorgáni- cas— las primeras del carbonato, y los segundos del fosfato de cal — están, no obstante, penetrados de sustancias orgánicas, de modo que los huesos pueden seguir sirviendo para la fabricación de la cola. También, gracias á esta mezcla con sustancias orgánicas, admiramos en las con- chas y caracoles sus hermosos colores. Pero si los cuerpos quedan mucho tiempo en la tierra, se disuelve poco á poco la sustancia orgánica : los hermosos colores desaparecen, ó por lo menos se borran: toda la masa se pone tan blanda, que á veces se puede moler entre dos dedos : el M ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lustre se borra enteramente y cede á un aspecto pálido : los huesos pierden "su solidez y se vuelven porosos ( como los huesos sacados de sepulcros viejos ) ; en fin, toda lá masa toma un aspecto tal, como si estuviese espuesto á la influencia del fuego. Por este motivo se llama esta clase de petrificación, calcinación, aunque no es tampoco una pe- trificación verdadera. Una tercera especie forman las estampas y vaciados. Quiera este ilus- trado auditorio seguirme en el curso de la siguiente idea. Tomo una botella que tiene esteriormente una inscripción de letras labradas, pero que se halla lisa del lado interior. Lleno la botella de yeso y la cubro por fuera con la misma sustancia. Después que el yeso se ha endurecido bien, quiebro la masa esterior y saco el vidrio de la botella. De este modo obtengo una estampa de la forma esterior y un núcleo que corresponde exactamente al interior de la misma. Luego tomo con cuidado la masa de yeso esterior sin volver á poner ni el vidrio ni el núcleo interior, y lleno el molde vacio de plomo fundido. Enfriado el plomo y sacando de nuevo la forma de jeso, habré obtenido entonces una masa que en su forma corresponde exactamente á la botella esterior. La misma cosa sucede en la naturaleza, con una concha, por ejemplo, que queda envuelta en una masa de barro ó cal. Con el tiempo se disuelve muchas veces paulatinamente la concha del animal, según la clase de líquido que penetra en !a tierra, y la sustancia de esta concha desaparece de la localidad por medio de la filtración . De este modo se ha formado un espacio vacío que representa la forma esterior de la concha, es decir, una estampa ó tipolíta. Por medio de la circulación del agua dentro de la tierra se asientan de nuevo en este hueco ó con- cavidad de la concha que ha desaparecido, sustancias sólidas, hasta que por fin queda enteramente lleno : así se forma un vaciado, digamos así, que corresponde completamente á la forma esterior de la concha. El vaciado demuestra en su superficie todas las asperezas, líneas, puntos, corcovas, espinas, etc., tales como se hallaban en el original. Con fre- cuencia se encuentran esteriormente estos vaciados de troncos de árboles en la piedra arenisca, ofreciendo exaclamente el aspecto de leña petrifi- cada; pero en su interior falta el tejido celular, el cual está conservado en leña verdaderamente petrificada. Supongamos ahora que el procedimiento ha sido el siguiente : La sus- tancia de piedra no rodea solo la superficie de la concha, del caracol, etc., sino que penetra desde el principio en su hueco interior. De este modo se debe formar un núcleo completamente parecido á la forma interior de la concha ó del caracol. Estas formas se llaman «. núcleo de piedra » y son muy frecuentes en la naturaleza. Ellas son especialmente para el vulgo objetos inesplicables, pues se cree generalmente que estas piedras son los animales mismos en estado de petrificación. Por lo que dejamos espuesto, hemos visto que esta opinión es errónea. El animal ha desapa- CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 45 recido ya y el lugar que antes ocupaba se ha llenado de sustancia petrosa. La cascara eslerior, que suele ser muy fina y delgada, se conserva á veces; otras se disuelve y desaparece con el tiempo ; es entonces que queda el núcleo de piedra suelto en la estampa, como una nuez seca en su cascara. Pero el vacio ocasionado por la disolución se puede llenar también con una sustancia nueva, que debe producir naturalmente un vaciado de la cascara original semejante á la fundición de las campanas. Como otro fenómeno verdaderamente interesante, mencionaré aquí las estampas de huellas de animales pertenecientes á razas estinguidas. Los animales,, como por ejemplo, el pájaro y la salamandra, que caminan en el fango, deben dejar las huellas de sus pies en la superficie, así como el caballo ó la muía deja su rastro sobre la arena. Ahora, si el viento cubre con arena el fango endurecido, los rastros se conservan, y realmente encontramos tales huellas de pájaros y de salamandras de tiempos pasados. De estas últimas se han conservado los mismos rastros de la cola, que parece haberla llevado arrastrando tal cual como sucede con las salamandras de nuestros dias. Hay rastros de una á doce pul- gadas de largo, que distan unos de otros tres ó cuatro pasos, y hasta se pueden distinguir los de los diferentes animales y el modo como cada uno ha caminado. ¡ Veis, pues, señoras y señores, que según las circuns- tancias del caso un geólogo debe convertirse en riojano, ejerciendo tam- bién como él hábilmente el oficio de rastreador ! También las especies de fósiles mencionadas últimamente, no son pe- trificaciones en el verdadero sentido de la palabra. Para proceder lógicamente, se debe dar este predicado solamente á aquellas que, conservando todas sus formaciones orgánicas, se han convertido en piedra. Os mostraré en un ejemplo, cómo se puede efectuar esta conversión. Tomad nn pedazo de leña ó de cuerda, y ponedia durante algún tiem- po en una solución de silicato de sodio. Entonces se combinará poco á poco toda la soda con el carbón y oxigeno .que contiene la leña ó la cuerda, produciendo un compuesto de carbonato de sodio, que luego se asentará como silicio en las células ó en el tejido de los objetos que se han querido petrificar. Al fin, no quedará ya ningún carbón en la masa, y la leña se compondrá de la misma sustancia de que se compone la ágata. Ella está blanda aún; pero en el aire ó en el fuego se vuelve tan dura, que raya el vidrio ; examinándola bajo del microscopio, se reconoce todavía claramente la organización de la leña. La única diferencia entre esta leña petrificada y el original, es que la primera tiene menos volumen. Esto no es de estrañarse si consideramos que la leña original contiene una gran cantidad de agua, que falta en la petrificación seca. De un modo semejante procede algunas veces la natureleza con cuerpos diferentes. Pero no solamente soluciones de ácido silicio, también otros minerales disueltos, como la cal, el azufre, minerales de 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fierro, plomo ó cobre, pueden efectuar tales cambios y petrificaciones, sin que la constitución interior de los cuerpos se altere — Asi se forman, petrificaciones verdaderas, como por ejemplo, la de leña que muestra tan bien las simples células bajo el microscopio, como la leña nueva. Estos ejemplares también se hallan siempre comprimidos por las capas que las cubren. Nuevamente se han inventado varios métodos artificiales para petrificar ; pero, como parece, ellos dependen de ciertas circunstancias y condiciones, pues que no siempre han producido el efecto deseado. Cuando, hace dos años, me encontré en Ginebra, en la Suiza, murió en aquella ciudad el distinguido duque D. Carlos de Brunswick, dejando á la ciudad su fortuna bastante considerable de 20 millones de francos, pero bajo ciertas condiciones y cláusulas fijadas en el testamento. Por una de ellas obligaba al pueblo á hacer petrificar su cadáver. En consecuencia de un llamamiento que hizo á este propósito, ocurrieron de muchos puntos espertes en el arte, comenzando por hacer ensayos con leña, cuerdas, carne, etc., y petrificando que daba gusto, como yo mismo personalmente he tenido la ocasión de convencerme. Pero cuando querían probar su destreza con el ilustre cadáver del duque, se rehusaba éste obstinadamente á la conversión. Las malas lenguas murmuraron que el tal principe y avaro se habia vuelto tan duro durante su vida, que una petrificación de su cadáver se- ria, no solamente superflua, sino también imposible. Gracias á esta es- plicacion maliciosa, se entregó al pueblo de Ginebra esta gorda heren- cia, aunque no habia podido cumplir exactamente las condiciones del testamento. Falta ahora todavía la última clase de petrificación, que se llama car- bonización- Señoras y Señores : Si salis al campo, podréis ver que troncos viejos de árboles, que están tirados en el camino, disminuyen de volumen con el tiempo y se pudren al fin, hasta que por último no queJa nada de ellos, mas que un montón de polvo. Lo mismo notáis con las hojas de los árboles,' que, caldas al suelo, desaparecen poco á poco. Sabréis también, que con esta leña podiida se gana una tierra excelente para el cultivo de las flores, siendo de notar que en ella no existe ya nada de la leña. La cosa es muy sen- cilla. La parte de carbón contenida en la leña, pasa por el mismo proceso, como si quemase, es decir, se combina con el oxígeno del aire en ácido carbónico. Como este proceso es menos enérgico y mas lento, se efectúa sin producción notable de calor. Pero si cuerpos leño- sos se conservan sumergidos en agua durante mucho tiempo, no tiene el carbono ocasión de combinarse con el oxígeno del aire ; aunque una pequeña parte se combina con el oxígeno y el hidrógeno contenido en la leña, para formar con el último un gas inflamable y peligroso. No CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 47 obstante, la mayor parte del carbono queda conservando la forma de fibras leñosas. De este modo se forma aun actualmente bajo del agua, carbón, por ejemplo, en las capas de turba. Solo de esta manera se ha producido el carbón de piedra, en el cuál hallamos á veces todavía troncos en- teros de árboles en estado de carbonización. En las capas de piedra arenisca y de pizarra, que acompañan á las vetas de carbón, encon- tramos frecuentemente muchas especies de plantas perfectamente con- servadas, pero también convertidas en carbón Quizas tendré en otra ocasión el honor de entreteneros mas largamente con este carbón de piedra, tan importante para la civilización moderna. Desearla daros no- ticias mas esplicitas sobre su formación, sobre los lugares donde suele encontrarse y el modo de esplotarlo. Ahora el tiempo me es corto para una materia tan fértil; no trato hoy de ella, principalmente porque qui- siera comunicaros algo sobre la importancia de los fósiles y presenta- ros algunos de ellos, sea en su forma natural, ó en dibujo. Diréis tal : « Estas cosas serán muy interesantes. Pero ¿ qué impor- tancia pueden tener? No obstante^ señoras y señores, son de una impor- tancia enorme, aunque solamente un inteligente en la materia la puede comprender en toda su estension. Mas arriba dije, que Lister, al principio del siglo pasado, averiguaba y enseñaba que en las diferentes capas de piedra de distinta edad se hallaban también fósiles de distintas épocas; mientras que en las capas de una misma edad las petrificaciones eran idénticas. Sobre esta tesis fundamental se ha basado toda la geología posterior. Como no ignoráis, distinguimos entre las masas petrosas de que se compone nuestro globo, dos especies principales, á saber, primeramente las rocas de origen Ígneo. Entre éstas tenemos que contar la primera corteza petrosa de nuestra tierra, que al principio, según todas las averiguaciones cientí- ficas modernas, ha sido una masa líquida y candente, como debe serlo todavía hoy en su interior. Luego pertenecen á esta clase todas las pie- dras que en forma de lava en medio de los volcanes, suben del in- terior de la tierra á su superficie. Estos procesos volcánicos han tenido lugar desde el principio hasta nuestros dias. En todos los lugares donde se han formado tales rocas, no pueden hallarse fósiles, porque animales ó plantas no han podido existir en masas ígneas. Restos de seres vivientes solo pueden encontrarse en las capas que se han asentado por el agua. Pero la tierra, desde su enfriamiento, ha cambiado continuamente su superficie. Por esto la mar y los rios pri- marios no han quedado siempre en el mismo lugar : grandes comarcas, partes enteras de la tierra se han hundido bajo el nivel del agua, mien- tras que otras se han descubierto y elevado por las revoluciones subter- ráneas y volcánicas. Hoy todavía tenemos pruebas de que la Suecia, la Inglaterra, la Francia, la Rusia, la Silicia, y también alguna parte de h 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA América del Sur, se elevan continua ó repentinamente. En 1850 Chile y Perú se han elevado 8 metros sobre el Océano : el antiguo puerto de Concepción no ha servido mas ; rocas submarinas de areniscas se eleva- ban sobre el agua. En 1822 se repitió este caso, y otra vez once años mas larde. La isla de Sania Maria se elevó en el último caso 3 hasta 4 metros. Muchos bancos de ostras, que se hicieron después visibles, estaban an- tes en el agua. Estas elevaciones eran mas grandes en tiempos remotos. En las cercanías de Valparaíso puede verse que la antigua costa de la mar estaba 450 metros mas alta. En la isla de San Lorenzo, cerca del Callao, se halló un banco de con- chas 28 metros sobre el nivel dd Océano, y en él se encontró un co- gollo de maíz, que prueba que esta isla se ha elevado desde el tiempo en que la agricultura se habla introducido allá. Otros países se hunden todavía en nuestros tiempos. Asi se encuentran en las costas de Ingla- terra, Dinamarca, Francia y Norte-América, en el fondo del mar, ves- tigios de bosques completos que deben de haber estado antes mas arriba del "nivel del agua, porque no es posible que hayan crecido en el fondo del mar. Naturalmente tenían que perecer todos los animales y plantas una vez sumergidos en el agua, cuando se hundía algún paraje, y cuando, por consiguiente, el agua inundaba tierra firme. También en el agua mueren anualmente millones de animales, cujas partes duras, como hue- sos, dientes, conchas, etc., se entierran en el fango del mar. Foresta razón se vé, si una parte del mar se eleva alguna vez sobre el nivel del agua, que aquellos animales, después de haber estado durante siglos, enter- rados en el fondo de aquel, salen á la superficie y nos dan cuenta de la vida pasada de aquel lugar. Mas tarde se puede volver á hundir el mismo paraje : nuevas capas con otros restos de animales ó plantas se forman entonces en el suelo, ó nuevas masas de arena se asientan mezcladas con innumerables restos de anímales marinos. En estas evoluciones y cambios continuos, puede formarse una cantidad de capas de diferentes piedras : después de un hundimiento, por ejemplo, puede formarse el simple barro, que se trasforma en arcilla, y mas tarde en pizarra, cal, etc. piedra are- nisca. Evidentemente debe haberse formado primero la capa que está mas abajo, y asi las siguientes sucesivamente ; ó en otros términos, las capas inferiores son las mas antiguas. Interesante es también la cir- cunstancia de que estas capas de mas abajo contienen otros fósiles dis- tintos de los de arriba, de modo que deben haber vivido otros seres orgánicos en el tiempo en que se .enterraron estos restos. Cuando los na- turalistas principiaban á hacer dibujos y perfiles de las diferentes capas de la tierra en todas las partes accesibles del globo, tomando en con- sideración al efecto, los fósiles encontrados en cada capa, obtuvieron un resultado sorprendente, á saber, que la misma especie de fósiles se en- cuentra siempre en un mismo nivel : de modo que cuando en una parte '"conferencia sobre los fósiles 5 i Estos animales alcanzaban un largo de 40 pies: eran terribles animales rapaces que vivían' en el mar. Todavía se encuentran en sus excremen- tos restos coprolitos de pescados y reptiles que habían comido. En la tierra habitaban terribles Cücodrilus, y en el aire volaban langostas de una construcción extraordinarias. Interesante es su cabeza con los dientes grandes, pero especialmente un largo dedo en cada mano delantera, que servia á una membrana la cual d^ba á sus portadores la facultad de volar. Mucho tiempo se han conocido en este animal que se llama Plerodac- lyliis, los primeros principios de pájaros, hasta que hace algunos años se ha encontrado en las mismas capas, en las canteras de donde se sacan las piedras para la litografía, un animal con plumas verdaderas, de modo que todavía hay diverjentes opiniones sobre si pertenece á la clase de pájaros ó á la de reptiles volantes. Antes de concluir sobre los grupos jurásicos y cretáceos, añadiré sola- mente, que se encuentran ya en ellas una mayor cantidad de didelfos» pero que también laltan todavía los animales mamaníes de organización perlecta. Los grupos triásicos, jurásicos y cretáceos, están combinados bajo el nombre de ^formaciones secundarias». Sobre ellos se han asentado las formaciones terciarías, que se distinguen muy poco de las modernas. Ante todo sobresale este grupo por su riqueza de animales mamantes, que aparecen en tal cantidad y en formas tan nuevas, que la vida orgá- nica ha hecho un progreso estraordinario á principios de esta época. Aunque en las capas inferiores se hallan solamente didelfos roedores y animales rapaces, acompañan ya á estos mas arriba insectívoros, rumian- tes, mastodontes, ballenas, delfines, jirafas, caballos y monos, hasta que por fin en las capas terciarías superiores, un gran número de gatos, hienas, perros, martas, nutrias, tejones, osos, castores, liebres y ciervos, que abren el camino á la formación del reino animal presente. También se hallan en estas capas pájaros en mas abundancia. Reptiles y pescadus, conchas y caracoles se aproximan cada vez mas á los tipos actuales; y hoy queda probado, que en las capas terciarias inferiores se encuentran un 10 hasta un 40 por ciento; en'las del medio un 40 hasta un 60, y ya en las capas superiores un 60 hasta un 90 por ciento de especies de mo- luscos de nuestro período. También el reino vegetal ha hecho progresos gigantescos en este grupo. Ya se hallan árboles frondosos, inmensos, principalmente de las especies que se crian en los países cálidos de nuestros tiempos, como palmas, cipreses, laureles, &, que han proporcio- nado en parte el material para capas estensas de carbón fósil. Se hallan petrificadas estas plantas en las regiones polares, lo que prueba que ha reinado allá en ese tiempo una temperatura muy cálida. El paso á las formaciones modernas es imperceptible. Las capas que se encuentran sobre las terciarias se llamaban hasta nuestros días formacio- nes diluviales; pero esta expresión es mal elegida. La ciencia ha hallado 52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la prueba de que los animales que se hallan en estas capas, no pueden ha- ber muerlo en el tiempo del diluvio de que la Santa Escritura nos habla, sino en tiempos muy diferentes. Por este motivo ya no sirve este nombre de «formaciones diluviales» y debe desaparecer de la ciencia. Antes se ha creido que estas capas estaban libres de restos de hombres; pero aun en nuestros días se ha hallado en ellas tal cantidad de huesos humanos, que no es posible hallar una diferencia entre diluvio y aluvio el cual re- presentaba antes las capas recientes y modernas. Muchos animales de las supuestas formaciones diluviales se distinguen de los actuales por su colosal tamaño, como consta por los esqueletos completos é ilesos de leones, hienas y osos, encontrados en las cuevas que habitaban. Es también en este tiempo en el que viven en este país co- losales megnterios de los cuales podéis admirar en el Museo Nacional de Buenos Aires ejemplares diestramente compuestos por el Dr. Burmeister, El megaterio era de 14 pies de largo, 5 de ancho y 8 de alto, y su cons- trucción tan colosal y maciza, que no podia ni correr ni saltar, ni treparse, ni minar bajo la tierra, de modo que lodos sus movimientos debian ne- cesariamente haber sido muy lentos y torpes. A mas, poblaban en aquel tiempo la República Argentina armadillos colosales, que se llaman Glyp- todovtes los cuales están representados también por ejemplares magnííicos en el Museo de Buenos Aires. Ademas vivieron aquí castores, caballos, tapiros, llamas, lobos, panteras y principalmente los mastodontes, una de las especies de elefantes, que se distingue de los modernos por la forma de sus dientes. Aquí están algunos huesos y un diente de este animal, que se encontraron cerca de Convidal Eje.— En el mismo tiempo ha vivido en el Asia, al pié de Hi- nialaya, una especie de tortuga, que tenia 18 á 20 pies de largo, y 6 de alto. En la isla de Madagascar se han encontrado fósiles de pájaros, que median 14 pies, y sus huesos fósiles, de mas de un pié de largo, equivalen cada uno al contenido de 148 huevos de gallina. En Inglaterra é Irlanda, existia una especie de ciervo, cuya cornadura medía seis pies de largo, - distando sus puntas entre si 12 pies. Estos ejemplos son suficientes para mostrar cuan colosales animales acompañaban á la primera aparición del hombre, quien como la Santa Biblia y la naturaleza unánimemente nos enseña, es la última cintura y la perla de toda la creación. Me falta el tiempo para hablar hoy de los últimos descubrimientos respecto á la primitiva historia del género humano. No ha sido mi intención en este discurso entretene- ros de athpropogenia, sino solamente con los fósiles de animales y plantas tales como se los encuentra en la tierra. Os he presentado aquí un corto ideal de la corteza de la tierra. Mas, la ciencia no se contenta con esta clasificación en grupos, sino que divide aún cada uno de ellos en sub- divisiones, y estos en escalones y los escalones en zonas, teniendo todos sus fósiles caraterísticos. La corteza de la tierra, dice el geólogo Brok, es un gran libro; las capas son sus hojas; sus fósiles las letras del al- CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 53 fabeto con que está escrito, y el contenido forma la historia de la crea- ción, de que ningún testigo viviente nos puede dar noticia. Pero aque- llas hojas están delante de nosotros incompletas, hechas pedazos, desor- denadas y borradas; algunas en blanco se pueden completar con otras par- tes del libro. La interpretación puede desplegar libremeute sus alas, y el descubrimiento de nuevos fragmentos que antes faltaban, hace necesaria muchas veces la corrección de enmendaciones anteriores. Durante mucho tiempo no entendiamos las letras con que está escrito el libro: se ha- bían comprendido mal: cuando hemos principiado á buscar su llave en nuestra naturaleza actual, recien hemos podido decifrarlas. Admirados, hemos reconocido entonces, que el idioma era el mismo, el mismo en que la naturaleza nos habla en todas sus manifestaciones, y las mismas sus leyes, y que solamente los contornos de las letras se habían cam- biado algo en el curso del tiempo. El libro. Señoras y Señores, está delante de nosotros, y cada uno pue- de aprender á leer en él, no solo el sabio, también el amigo de la natu- raleza. El geólogo, el zoólogo y el botanista, emplean este grande libro para su ciencia; el amigo de la naturaleza para su placer, su entreteni- miento, su instrucción. El estudio de los fósiles lo traslada á la verdad mas remota, cuando otros seres vivían en otro suelo, bajo otro clima y otras condiciones físicas A mas, le enseña, que parajes que hoy están situados, por ejemplo en los Andes, á una altura de 1200 pies, deben haber estado antes sumergidos debajo del agua, por la razón de que se han encontrado en sus montañas, á la espresada altura, fósiles ma- riscos. Por el estudio de los fósiles^ se puede saber si el agua que inun- daba antes una estencion cualquiera, era dulce ó salada, pues los ani- males de la mar y de los rios, ó lagos de agua dulce, son muy dis- tintos. Por fin, el estudio de los fósiles es muy importante para la vida prac- tica. Supongamos que se busca carbón de piedra ó sal. Ya hemos dicho que en cada formación de la tierra se hallan estos minerales ; pero son pocas las que poseen una riqueza tan grande de estos, que merezcan ser explotados. Las petrificaciones de las capas superiores demuestran si se puede ó nó suponer debajo, con bastante probabilidad, el mineral en cues- tión. Si los fósiles indican su existencia ahí, se puede entonces em- prender con confianza el trabajo. Sin este estudio todos los ensayos serian infundados. Es un gran error creer que de la piedra sola se pueda sacar una conclusión acerca de la existencia de algún mineral, como los arriba citados. Una misma capa puede consistir en muy diferentes piedras — de arenisca, decaí, de pizarra. Si los fósiles son los mismos, las capas pertenecen también á la misma época. Por este motivo no puede deducirse nada, de la calidad de la piedra, sobre 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la edad de la capa, ni tampoco sobre los minerales, los cuales pue- den hallarse mas abajo. Solamente los fósiles pueden resolver la cuestión^ Señoras y Señores : Estoy al fin de mi discurso. He procurado, en cuanto la dificultad del idioma me lo permite, daros á grandes rasgos una idea general de este ramo de la ciencia, á que grandes y privilegiados talentos han de- dicado toda su vida, lío mismo estoy aquí delante de vosotros como un discípulo de esta sublime ciencia. Ella me ha aliviado y mitigado mu- chas veces las tristezas y penas de la vida y me ha hecho pasar dulces horas de regocijo y satisfacción, donde quiera que la he buscado — ya en la soledad de mi estudio, ya en la hermosa naturaleza. Perdonadme, si he abusado de vuestra paciencia por demasiado tiem- po. No me era posible ser mas corto en una materia tan rica y abun- dante. ¡Ojalá hayáis reconocido en mi palabra mi anhelo por propagar en círculos mas vastos la verdadera ciencia! ¡Ojalá llevaseis de aquí el deseo y la intención de observar con la mirada del entendimiento aque- llos testigos admirables que nos dan cuenta de las creaciones pasadas del Señor Todopoderoso, y que todavía en su mayor parte duermen escondidos en el seno de la tierra ! Entonces, con íntima y profunda convicción exclamaríais con el naturalista que se entrega verdaderamente y con toda su alma á su estudio, las grandes y hermosas palabras de Salmista : «¡Oh señor! ¡Cuan grandiosas son todas tus obras! Todo lo has hecho sabiamente: llena está la tierra de tus riquezas. CONFERENCIA SOBRE LOS FÓSILES 49 cualquiera de la tierra está enterrado un cierto fósil abajo de otro, la misma clase de fósiles se halla en todas las localidades de la tierra, donde quiera que se los busque, siempre que ellos estén colocados en el mismo orden de capas. De aqui se dedujo con sobrada razón, que capas con petrificaciones idénticas, se debian haber formado en una misma época, ó á lo menos, en épocas no muy distintas entre sí. De esta manera es posible afirmar la edad relativa (bien entendido que no la absoluta) de una capa de tierra recien descubierla, por la clase de fósiles que se ha- llan en ella. Es decir, que puede ya apercibirse la edad relativa de dos capas de diferentes lugares, aunque no es posible observar directamente cuál de las dos sea la superior. Tomando por base los fósiles encontrados en las formaciones de capas de piedras, asentadas en el agua, se ha establecido un orden fijo de grupos de éstas. Sobre la primera corteza petrosa sigue una serie de capas que se llaman pizarras crislalinas : en estas no se han recono- cido con seguridad hasta ahora ningunos fósiles. Según la opinión de algunos sabios, ellos se han formado también de fuego ; otros pretenden que su origen es de la época del sedimiento, que por muchas diferentes causas se han cambiado, de modo que las antiguas piedras no se pueden reconocer ya mas. Por esto se llaman también « rocas metamórficas. » Pertenecen á ese grupo muchos granitos y pizarras, el gneiss, la micacita, ia caliza granada, etc. De estas rocas se componen muchísimas montañas del globo, y de ellas se forma también la Sierra de Córdoba ; y como son siem-' pre la base de los terrenos fosilíferos, será en vano buscar en estas rocas de la Sierra de Córdoba fósiles ó carbón de piedra. Solo sería posible hallar tales cuerpos debajo de los terrenos muy modernos, que hoy for- man las pampas del campo llano, ó reemplazan los valles de la sierra. Los primeros fósiles se hallan indudablemente en las capas que cubren las rocas metamórficas, que tienen el nombre común «rocas paleozoicas », ó estratos fosilíferos primarios ó de transición. Sorprendente es la canti- dad inmensa en que se hallan diseminados los primeros seres vivientes del globo. Un sin número de conchas, caracoles y corales, han habitado en aquel tiempo en la sierra. También aparecen algunas plantas, que son casi todas cryptógramas. De un interés especial por su forma estraña, son los primeros cangrejos y pescados que se encuentran en las formaciones primarias. Se parecen muy poco á los animales correspondientes de nues- tros tiempos. Quien se interese mas de esos y de los otros fósiles, puede recibir de mí, después de mi discurso, noticias mas esplícitas sobre ellos, y puedo ver también en diferentes libros ihistiados un número de grandes colecciones. Muy digno de remarcable atención es el que en las formaciones prima- rias no. se hayan encontrado hasta hoy ningunos restos de reptiles, pájaros ó animales mamantes. 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA, ARGENTINA La formación que sigue sobre las mencionadas, es la antigua y verdadera formación de carbón de piedra. Se hallan también en otras capas, car- bones; pero los terrenos de que hablamos ahora, abundan tanto de ellos, que han dado su nombre á todo el grupo. Encontramos aquí una riqueza estraordinaria áe plantas fósiles, también en Su mayor parte cryptó- gramas. De los animales, fuera de una mullitud de nuevos caracoles y conchas, aparecen los primeros escorpiones, blatas, termitis y langostas. Los pes- cados se aproximan ya en su forma, á los de nuestros tiempos, pero se dis- tinguen por las alelas desiguales de su cola, y no tienen espinas duras. Finalmente, se representan en este grupo los primeros reptiles: son ani- males de forma estraña entre lagartos y ranas, que tienen dientes muy com- plicados. También los rastros de estos animales se han conservado en Norte América. El grupo siguiente (Dyas ó Perm) se asemeja mucho al de carbón; pero de las plantas se encuentran ya ahora con mas frecuencia, coniferos, y los reptiles son de una organización mas perfecta. Encima del Dyas está el grupo que se llama Frias. Las plantas son aquí ya mas perfecta y en su mayor parte Coniferos y Cycádeas. Cangrejos, reptiles y pescados están dotados de una organización superior. También se encuentran hasta principios de animales mamantes, aunque de la espe- cie mas baja, parecidos á las semibnlpas de hoy. Se cree ademas haberse encontrado vestijios de pájaros; pero esto no está probado todavía. Llegamos ahora á los grupos jurásicos y cretáceos cuyos fósiles ya se aproximan mucho á los animales y plantas de hoy. Se encuentran los pri- meros principios de angiospermas. Los cangrejos tienen ya un aspecto semejante á los de nuestros dias. Diferentes insectos y arañas se hallan donde han tenido ocasión de conservar sus cuerpos. De los animales mariscos se distinguen los cephalópodos, que están re- presentados por las ainonilas bclemnilas. Los primeros eran semejantes al nautilus de nuestros tiempos se encuentran en mas de quinientas especies y los belemnitas, que el vulgo llama cuñas de trueno. He mencionado mas arriba. Estos son huesos de animales semejantes á nuestros calamares y se hallan en las formaciones jurásicas y cretáceas, á veces en ejemplares innumerables. Algunos pescados de estos grupos muestran ya huesos ó espinas, ó son mas parecidos á los modernos. Pero del interés mas emi- nente son los reptiles horribles que estas capas encierran. Entre ella hay dos que han vivido en el agua, y que por su forma estraña llaman principalmente la atención -el Ychlhyosaurus y el Plesiosnurus: se distin- guen por una cabeza de la forma del cocodrilo; la columna vertebral del pescado y los pies están provistos de un excelente aparato para nadar. El Ychlhyosaurus poseia una cabeza grande sobre un pescuezo corto pa- recido ai del delíino; la cola era muy larga. El Plesiosaurus tenia la ca- beza chica sobre un pescuezo de serpiente mientras que la cola era corta. ANALEá^ SOCIEDAD científica ARGENTINA ^ COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. ( D. Guillermo Villanueva. Vocales \ D. Pedro N. Arata. f D, Juan J. J. Kyle. FEBRERO DE 1876. — ENTREGA II. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAl DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, Y EN LAS PRIEIPALES LIBRERÍAS DPor mes, en la Ciuclacl ;35 § ra/c » fuera ele la Cinaad.. . . . 30 i La, suscr-icion se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 6:Ó..'^' CALLE -Pvosr&sí — 60- '¿f n% 911Í276 ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA; SESIO- NES DE 1873 Y DE 1874. II. — CARTA SOBRE LA EXPLORACIÓN DE LA PATAGONIA, por Jiiait Martin JLegiiisamoii. III. — CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA, por Juan Bialet Massé. IV. — UNA ESCÜRSION ORILLANDO EL RIO DE LA MATANZA, por \l^alter F. Reíd, F. P. ITIoreno y Estanislao S. Zebatlos. V. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Química: El nuevo metal Galio, por M. Lecoq de Boistaiidran. — Química legal : Reacciones de la Hemoglobina y de sus de- rivados, por M. C. Husson. Las reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados. — Historia natural: Noticias de Patagonia. Esploracion en la América del Sud.— Esploracion en África.— Cons- trucciones : Revista de Ferro-carriles. VI. — MISCEL.4NEA, ACTAS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1873 Y DE 1874 Sesión Ordinaria del 5 de Febrero 1873. Briín, S. Burgos, J. M. Coronel, J. M. Carvalho, A. Dillon, Juaa Dillon, Justo Dawuey, C. Kjle, J. J. Lacroze, J. Lavalle, F. Lindmark, K. Mané, M. Oyuela, I. Olivera, C. Pirovano, J. Peña, E. Roselli, E. Rojas, F. Ramoiino, J. Ringuelet, A. Silveyra, L. Silva, A. Sienra Carranza Tapia, Z. Tedin, M. White, G. Arrufó, J. Zeballos, E. S. Villanueva, G. Presidencia del Sr. Huergo. En Buenos Aires, á cinco de Febrero de mil ochocien- tos setenta y tres, reunidos en el local de la Sociedad, el Presídeme y socios designados al margen, juntamente con varias personas que concurrían al aclo, en virtud del aviso publicado en los diarios en que se hacia saber que la reunión sería pública, el Sr. Presidente declaró abierta la sesión, procediéndose en seguida á la lectura de un trabajo del señor Ingeniero D. Luis A. Huergo, sobre las obras de puerto proyectadas para esta ciudad por el ingeniero D. Juan F. Batenian. Siendo las diez y media de la noche se acordó suspen- der la sesión, debiendo continuar la lectura el viernes siete del corriente á las siete y medía de la noche. Luis a. Huergo. Justo Dillon. Secretario. 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sesión Extraordinaria del 7 de Febrero 1873. Presidencia del Sr. üuergo. Presidente Brian, S. Burgos, J. M. Carvalho A. Dillon, Justo Kyle, J. J. Lacroze, J. Lavalle, F. Lindmark, K. Mané, M. Pirovano, J. Peña, E. Ringuelet, A. Guiñazú. Rosetti, E. Rojas, F. Rainorino, J. Silva, A. Sienra Carranza Stegrnan, C. Tedin, M. White, G. Zeballos, E. S. Arrufó, J. En Buenos Aires, á siete de Febrero de mil ocho- cientos setenta y tres, reunidos en el local de la So- ciedad el Presidente y demás socios designados al margen, declarada abierta la sesión, después de fir- mada el acta de la anterior, se procedió en seguida á continuar la lectura del trabajo del ingeniero don Luis A. Huergo, sobre las obras de puerto de esta ciudad. Concluida la lectura, habiéndose hecho presente por algunos señores socios que el Reglamento nada decia sobre la discusión de las memorias que se presentasen, la Asamblea acordó autorizar á la Comisión Directiva para formular su reglamentación, debiendo agregarse al Reglamento como un título nuevo que tratará « de las discusiones, » quedando autorizada igualmente para im- primirla y repartirla entre los socios. No habiendo otro asunto de que tratar, se suspendió la sesión, siendo las diez y media de la noche. Luis A. Huergo. Justo Billón, Secretario. 2» Sesión Ordinaria del 1" de Abril 1873. Presidencia del Sr. Huen Presidente Burgos Carvalho Lacroze Lavalle Lindmark Mané, M. Pirovano. Guiñazú. Rosetti Rojas Silva Sienra Carranza Stegraan Tedin Zeballos, DiUoQ En Buenos Aires, á primero de Abril de mil ocho- cientos setenta y tres, reunidos en el local de la Sociedad el señor Presidente y socios designados al margen, después de abierta la sesión, leida y apro- bada el acta de la anterior, el Sr. Presidente mani- festó que una parte de los libros encargados á Europa habia llegado ya, y que el local quedarla abierto todos los dias desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Procedióse en seguida al nombramiento del vocal para llenar la vacante existente en la Junta Directiva por re- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 59 nuncia del Sr. D. Juan J. Révy, quedando nombrado el Sr. D. Marcos Mané. Puesta en discusión la Memoria del Sr. D. Luis A. Huergo, sobre las obras del Puerto, se eligió previamente el presidente especial de acuerdo con el art. 3° del titulo Vil del Reglamento, recayendo la elección en el Sr. D. Emilio Rosetti. Habiendo este ocupado la Presidencia, tomó la palabra el Sr. Knüt LiNDMARK, manifestándose de acuerdo con las ideas emitidas en el tra- bajo presentado, únicamente observaba que la elección del puerto en el Riachuelo no convenia á causa de la continua formación de depósitos' en su barra, que obstruirían el pasaje de los buques, siendo por lo tanto necesario el empleo constante de las dragas para limpiarlo. El Sr. HüERGO, contestando al Sr. Lindmark, dijo que : en cualquiera parte donde existia un puerto, habia necesidad de emplear dragas para mantenerlo en buen estado de conservación; pero que la furmacion de depósitos en la barra del Riachuelo era una ilusión, porque estudiando la cantidad de agua que cae anualmente en toda la cuenca del Riachuelo, y deduciendo la parte evaporada y absorbida, se puede demostrar que el total de materias acarreadas en el año no alcanzan á 10,000 metros cúbicos, una parte de la cual se depositarla en la barra y el resto en diferentes puntos, y así mismo 10,000 metros cúbicos de dragado solo importarían el empleo de una draga durante una semana por año ; con lo cual quedaba demostrado que el único argumento que se presentaba en contra de las obras del Riachuelo, era un fantasma que desaparecía á la primera tentativa de un cálculo. Después de un ligero cambio de ideas entre los señores Hüergo, Lindmark, Lacroze y Sienra Carranza, cerróse la discusión ocupando su puesto el Presidente, con lo cual terminó este acto, siendo las diez y medía de la noche. Luis A. Hüergo. Justo Dillon, Secretario. Sesión Ordinaria del 1" de Agosto de 1873. Presidencia del Sr. Huergo. Presidente. En Buenos Aires, á 1» de Agosto de 1873, reuni- Lavaiie. dos en el local de la Sociedad, el Presidente y socios Lacroze. designados al margen, después de abierta la sesión Careno». fué leída y aprobada el acta de la sesión anterior. 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pi'rovan"^"^*' ^^ PRESIDENTE dió cueiita en seguida del estado de la Burgos. sociedad, la cual se componia de 70 socios, teniendo Da^vney depositados en el Banco de Carabassa $ 22,500, que Dii.ion. con 12,500 $ á cobrar, forman un total de $ 35,000, Silva.' de los cuales deben deducirse 8,500 para pagar las obras últimamente compradas. Entrando en seguida al objeto de la reunión, cual era el nombramiento de la nueva Comisión Directiva, hizo présenle que aun cuando el re- glamento nada decia respecto al número de socios que componían la Asamblea, habiendo concurrido muy pocos de estos, ella decidiría si se debía proceder ó no á la elección; fué acordado que se dejaría para el sábado 9 pasándose aviso á todos los socios. Habiendo propuesto el Sr. Síenrra y Carranza al ingeniero D. León Domecq y Azua para socio corresponsal en Madrid lué aceptado, como así mismo un modelo de la nivelación de la ciudad ofrecido por el ingeniero D. C. Dawney. Con este motivo el Sr. Lacroze dijo que teniendo conocimiento que el Sr. Arrufó había ejecutado un trabajo análogo, hacia moción para que se nombrase una comisión que los estudíase é informase sobre su valor, pero manifestando el Sr. Arrufó que su plano no estaba aun con- cluido y teniendo presente que la actual Comisión Directiva iba ya á terminar, el Señor Lacroze tuvo á bien retu'ar su moción. Con io cual terminó este acto. Luis A. Huergo. F. Rojas. Secretario. Sesión Ordinaria del 9 de Agosto de 1873. Presidencia del Sr. Huergo. Presidente. En Buenos Aires, á 9 de Agosto de 1873, reunidos White. en el local de la Sociedad el Presidente y socios de- J?j.*^* signados al margen fué abierta la sesión siendo las Stegman. 8 y | de la noche. Xry^[¿' Leída y aprobada el acta de la sesión anterior, antes Zebaiios. de precederse al nombramiento de la nueva comisión, Hubert. "O estableciendo el reglamento la forma en que la J^^™^''- elección debería hacerse, la Asamblea acordó que lo López. 1 1- . Carvaiho. íuera en una sola lista. g^^"®- Designados por el Presidente los Señores Eduardo Burgos. Olivera y E. Carenou para acompañar á la comisión á ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 61 sienra y Carranza. practicar el escrutinio, se procedió á este resultando Silva. , , , ... _ Pirovano. electos por mayoría de votos los siguientes Señores. Otamendi. p, i ■ • h Lindmark. PRESIDENTE.... LuiS A. HuergO. I'^^'^^y- Vice-P residente. Francisco Lavalle. Tedin. Secretario /"... F. Rojas. c¿."no„ Secretario 2" .. . Juan Pirovano. Sienra. Tcsorero.. Santiago Brian. Costa.' Vocal C. Dawney. Ramorino. « K. Lindmark. ct J. J. Kyle. « E. Olivera. Proclamados que fueron el Sr. D. Santiago Brian declaró que sus ocupaciones no le permitían desempeñar el puesto de Tesorero y que en consecuencia pedia se le escusase ; tomada en consideración por la Asamblea esta renuncia no fué aceptada por unanimidad, con lo cual terminó este acto. Luis a. Huergo. Juan Pirovano. Secretario. Sesión Ordinaria del 10 de Noviembre de 1873. Presidencia del Sr. Huergo. En Buenos Aires, á 10 de Noviembre de 1873, reu- nidos en el local de la Sociedad el Presidente y socios designados al margen, fué abierta la sesión siendo las 8 j de la noche. Leida y aprobada el acta de la sesión anterior, se entró ea seguida al objeto de la reunión, cual era el dar lectura del trabajo presentado por el Sr. D. Juan J. Kyle, sobre la composición del agua de un pozo de esta Ciudad y de la de un mineral de hierro de la provincia de Calamarca, la que terminada el Sr. Presidente lo puso en discusión. Entonces el Sr. Carenou hizo moción para que la sociedad hiciera imprimir un número de ejemplares de dichos trabajos, con el objeto de que todos los socios pudieran imponerse de ellos y hacer las obser- vaciones que creyeran oportunas: puestas en discusión y no habiéndose hecho objeción alguna á esta moción se puso á votación la que resultó Presidente. Firmat I Sánchez Nuñez Lavalle. K)le. Rojas. Carenou. Burgos. Peña. White. Ringuelet. Olamendi. Pirovano. 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA aprobada indicándose el número de 300 ejemplares impresos ; con lo cual se terminó este acto siendo las 10 j de la noche. Luis A. Hüergo. Juan Pirovano. Secretario. Sesión del 6 de Abril de 1874. Presidencia del Sr . Hiiergo. Lavaiie"'^ En Buenos Aires, á seis de Abril de mil ochocientos siegman setenta y cuatro, reunidos en el local de la sociedad Zebaiios el Presidente y socios designados al margen, fué abierta 5"*'^ la sesión siendo las ocho de la noche. Buttner Pirovano Leida y aprobada el acta de la anterior sesión, el g'ig" Sr. Tesorero, dio cuenta del estado de los fondos de Rojas la Sociedadj la que contaba el 3Í de Diciembre del Salas año próximo pasado con una existencia en caja de pesos ?"''?.°^ 15,744 Y pesos 17,500 á cobrar; lo que forma un total MagUone > j r 7-1 Silva pesos 33,244, sin contar con la subvención de 6,000 Lacree pesos mensuales que la ley del presupuesto acuerda Costa á la Sociedad desde el 1» de Enero del corriente año. White En seguida el Sr. Presidente dio cuenta de un obse- quio hecho por el Sr. Révy á esta Sociedad, consistiendo en una obra escrita por este señor, sobre la hidráulica de los grandes rios del Plata, Paraná y Uruguay. El Sr. Kyle hizo moción para que se pasara una nota de agradeci- miento al Sr. Révy : considerada esta moción fué aprobada. El Sr. Presidente manifestó que hablan sido presentadas dos memorias á la Junta Directiva, é invitó ál autor de ellas, socio D. Estanislao S. Zeballos, para que las leyera. La primera contiene un estudio de la influencia del Riachuelo en la propagación del cólera. La segunda refiere el modo como se propagaron en Bélgica en 1866, los cisnes argentinos de cabeza negra. Terminada la lectura se determinó que pasasen á Secretaría con el objeto de que se impusieran de ellas detenidamente todos los socios que lo desearan. En seguida se dio lectura á tres mociones presentadas por escrito por el señor socio ingeniero D. Eduardo Carenou, que son las siguientes : 1» Pasar una comunicación á los socios ingenieros, departamento topo- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 63 gráfico y empresas de ferro-carriles, pidiéndoles todos los datos que tuvieren sobre nivelaciones y planimetría en la República, á fin de que con todos estos datos la Sociedad construya un plano en relieve de la República Argentina. Puesta en discusión esta fnocion hubo un cambio de ideas entre los señores Kyle, Costa y Lacroze ; resolviéndose, por indicación de este úl- timo, que se procediera al nombramiento de una comisión compuesta de tres miembros, encargada de recibir ios dalos é informar sobre ellos, la que quedó organizada así : ingenieros D. Guillermo White, D. Julio Lacroze y D. Eduardo Carenou. En la S'» moción propone pasar una comunicación al Gobierno de Rueños Aires, adjuntando el trabajo del Sr. Kyle é invitándole á hacer nuevas perforaciones para estudiar las aguas subterráneas, de cuyo estudio se ocupa el susodicho señor. El Sr. Kyle pidió que se postergase la resolución de este asunto hasta la próxima reunión del 3 de Junio. Dijo que se estaban practicando nuevas perforaciones en la campaña en busca de la misma napa de agua que él había analizado en la ciudad. Agregó que, durante su permanencia en Inglaterra había pedido in- formes sobre instrumentos de perforación, habiendo recibido algunos. Con todos estos datos que pensaba organizar pronto, dijo que creía poder dar bastante luz, como para indicar al Gobierno de Rueños Aires la necesi- dad de proceder formalmente al estudio de las aguas subterráneas. Aceptadas las ideas del Sr. Kyle, el Sr. Huergo pidió á los socios que estudiasen detenidamente la memoria de dicho profesor para la próxima Asamblea ordinaria, en la cual se procedería á su discusión. Espuso que la cuestión es de suma importancia, porque se trata de un estudio geológico de alta trascendencia para el porvenir del país. En 3^ moción pide se pase una comunicación al Dr. D. Germán Rur- meister, adjuntándole un ejemplar de los estudios del Sr. Kyle por lo que pudiera serle útil en la obra que escribe sobre la descripción física de la República Argentina. El Presidente y el Sr. Kyle informaron que ya tenia el trabajo el señor Rurmeister. No habiendo mas de que tratar se levantó la sesión á las diez de la noche. Luis A. Hüergo. F. Rojas, Secretario. 64 anales de la sociedad científica argentina Sesión del 3 de Julio de 1874. Presidencia del Sr. Huergo. Presidente. En Buenos Aires, á 3 de Julio de 1874, reunidos Silva. en el local de la Sociedad el Presidente y socios de- Pirovano. signados al margen, fué abierta la sesión siendo las 5^'"-. n, - ocho de la noche. Sánchez Nunez. . Firmat. Leída y aprobada el acta de la anterior, el Sr. Pre- Stegman sidente dio cuenta del estado de los fondos [de la Rosetii. Sociedad. P^^^"- En seguida hizo presente que con motivo de haberse Carenou. ausentado para Europa el Sr. White se le había comi- Juan^D^Mion. síonado para que invirtiese hasta ¿ 20,000 en libros; Justo Diiion. Y observó la necesidad de nombrar un reemplazante al Lnr'^iiier Castilla. Sr. White en la comisión de que formaba parte, en- 5"j''5- ,. careada de recii)ir los datos relativos á la moción del Otamendi. „ « . i ,. ,. . • . Sr. Carenou. Al efecto fue propuesto el señor ingeniero Firmat, que aceptó el nombramiento y la comisión quedó organizada asi: Señores ingenieros Lavalle, Lacroze y Firmat. El Sr. Lacroze, propuso que la sociedad autorizara á la comisión nom- brada para que disponga de los fondos necesarios, á fin de llenar los gastos que demande la realización de la moción del Sr. Carenou. La asamblea decidió por mayoría que se dis|ms¡era de la suma de 2,000 $ mensuales para el objeto indicado. En seguida el Sr. Presidente hizo presente que quedaba aun por re- solver la segunda moción de pasar al folleto del Sr. Kyle al Superior Gobierno, íiivilándole á hacer practicar nuevas perforaciones, y propuso que se nombrase una comisión para dirigir una nota al Gobierno en el sentido de la moción del Sr. Carenou, adjuntando un informe con el costo de máquinas y útiles de perforación, é indicando que en el ferro- carril del Oeste existen la mayor parte de esos aparatos. Esta moción fué puesta á votación, y resultó aprobaba por afirma- tiva general. En seguida el Sr. Presidente propuso para miembros de dicha comi- sión á los Sres. Socios Kj'le, Carenou y Lacruze. Acto continuo el Sr. Huergo puso en discusión el informe del señor Zeballos, relativo al Riachuelo. El Sr. Carenou inició la discusión, pidiendo al Sr. Zeballos algunos datos mas. El Sr. Zeballos dijo ; que el lodo del Riachuelo espuesto al sol, era perjudicial á la salud piJblica, porque despedía efluvios venenosos, como lo ha demostrado el secretario del Consejo de Higiene pública en ACTAS DE LAS SESIONES DE 1873 Y DE 1874 65 un análisis hecho en 1871; y que aun .cuando desde 1871 hasta ahora la composición del lodo habla tenido algunas modificaciones, era indu- dable que contenia aun sustancias orgánicas de fágil descomposición. Que del Riachuelo se desprendían gases nocivos, como el hidrógeno sulfurado, cuya existencia se comprueba por la coloración que adquieren los buques pintados que entran en el Riachuelo. Que se estaba dragando el fondo del Riachuelo, depositando el lodo al lado de la población, exponiéndola á sus nocivas emanaciones; y que con ese lodo se pretende hacer terraplén para construir un muelle; pero que siendo el lodo bastante fluido y en gran cantidad no se secaría, porque las lluvias lo humedecen y el calor del sol no puede penetrar en toda la masa, cuyo espesor pasa de dos metros. Que él mismo habia hecho un espe- rimento, intentando secar una porción de ese lodo, librándolo de las lluvias, en una vasija con agujeros para que se desaguara, y que en quince dias no lo habia conseguido, á pesar de ser tan pequeña la can- tidad; y que ese depósito de lodo estaba expuesto á ser llevado por la corriente, en caso de inundación, á pesar de la palizada que lo separa del rio. Terminó diciendo que á su juicio la cuestión capital era la higiénica. El Sr. Kyle dijo que el lodo del Riachuelo no contenia tanta proporción de materias orgánicas como suponía el Sr. Zeballos. El Sr. Lacroze espaso que en 1871, según el Consejo de Higiene, tenia ese lodo ua 25p''/o de materia orgánica, y que era muy difícil secar el depósito que se hace de ese lodo, creyendo inaceptable el gran terraplén que se construye. El Sr. Hüergo espuso que no [debían ser precipitados los juicios que se hicieran sobre el asunto. Hizo una reseña de la formación del lecho del Riachuelo y dijo que la misma formación existía en San Fernando, la Ensenada y otros puntos de la costa del Río de la Plata, donde no habían existido jamás sala- deros; que si el lodo en el Riachuelo tenía en la parle inferior al muelle 14 pies de espesor, también habia esperímentado en el bañado de la Ensenada, encontrandu una capa del lodo semifluido, en el que una sonda Palissy se hundía por su propio peso hasta una profmdídad de 7 metros. Agregó, que considerar que el lecho del Riachuelo estaba compuesto de lodo alterado con materias orgánicas y en cuya remoción era nociva á la salud pública, era muy aventurado é inconveniente, porque desde el tiempo en que han dejado de faenar los Saladeros en aquel punto, las mareas y las crecientes por las lluvias han removido una gran parte de los depósitos anteriores; que él no creía en manera alguna perjudicial la remoción del lecho, á no ser que, nuevos análisis del lodo, vinieran á probar lo contrarío. Por último, manifestó que la opinión emitida por el Consejo de Higiene en el año 1871 había sido completamente equi- 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vocada y perjudicial á los intereses comerciales del país, porque tratán- dose simplemente de canalizar la barra del Riachuelo, no habia el menor peligro en remover un fondo que está compuesto de arena pura, como él lo habia verificado muchas veces; y mientras tanto el Consejo de Hi- giene, sin hacer examen preciso de aquel local, fué la causa de que se suspendieran trabajos de tanta importancia. El Sr. Tedin dijo que no se discutía con base cierta, desde que no se sabe si lo que saca la draga es ó no lodo nocivo^ y que creia que lo que saca es arena y que el Ingeniero Sr. Firmat, como encargado de las dragas, debia tener datos. El Sr. Firmat declaró que no traia datos, pues no estaba preparado para esta cuestión, pero que sin embargo, diría que el Sr. Zeballos estaba en error al decir que la draga sacaba lodo nocivo. Que el esperimento del Sr. Zeballos no habia dado resultados, porque no habia sido ayudado por el sol; y que el banco que se hace con el lodo estraido se secará y sobre todo cuando se hagan desagües. Solo alguna vez exala mal olor, y al principio solo se habia dragado arena de la barra. Que pedia la palabra para la próxima sesión para seguir con mejores datos. El Sr. Kyle fué encargado de hacer un análisis del lodo estraido piira conocerlo bien y se levantó la sesión siendo las diez y media de la noche. Lms A. HuERGo. F. Rojas. Secretario. CARTA EXPLORACIÓN DE LA PATAGONIA Salta, Noviembre 5 de 1875. Sr. D. Francisco P. Moreno. Valdivia. Muy estimado amigo. He recibido con sumo gusto su apreciadísima carta de 22 de Setiem- bre último, la que he leido con todo el interés y atención que merece una correspondencia tan importante; y solo por cumplir Jos deseos ma- nifestados por U. de una manera tan encarecida no le daré publicidad; pero ha de ser á condición de que U. me dirijirá para dar á luz, la relación que me ofrece sobre su famosa excursión á la Patagonia sep- tentrional. Mucho siento, que una prohibición de U. tan expresa como esta^ me prive del placer de hacer conocer sus opiniones, respecto á cuestiones que según creo son de verdadera novedad; aun para los mismos sabios europeos. Los serios y detenidos estudios que ü. ha realizado con tanta constancia como acierto, no solamente sobre la etnografía y an- tropología de los primitivos hombres que poblaron nuestro país; sino también sobre la osteolojia de los restos de aquella raza, encontrados y coleccionados por U. en los mismos necrópolos patagónicos, dan á su palabra en los centros científicos, tanto americanos como europeos, una autoridad tal en la materia, de que á mi juicio es exclusiva. Y es por esto que lamento muy deveras la prohibición de publicar su carta; pues guardando en secreto sus opiniones, como las importantes apreciaciones que U. en ello hace, se defraudan á mi juicio los derechos adquiridos 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por aquellos que han consagrado su vida entera á aumentar los cono- cimientos, que constituyen el caudal del saber humano. Pero así es su voluntad y tendré que conformarme con ella: aunque sea á mi pesar. Me deja U. ansioso por conocer cuánto antes su opinión respecto al oríjen de los indios Collahuas y á su internación en nuestro pais, con- forme lo expuse, en la correspondencia que dirijí á U. en el mes de Mayo último; así como también lo que U. piensa sobre los tlipsencé- falos aymarás de que hablé á U. en la misma correspondencia. Considero de suma importancia la disposición en que U. se encuen- tra de realizar un viage al Perú, pues allí hará abundantísima cosecha, no solo para sus estudios; sino también para su colección. Siguiendo las huellas de Humboldt, Bompland y Marcoy y aun avan- zándolas como U. piensa ha de realizar mas de un descubrimiento im- portante respecto á la raza, los usos, costumbres, etc. etc., del pue- blo de los Incas, esos griegos de la América Meridional, como U. los , llama. Me lisonjea U. demasiado, clasificando de erudita mi carta y de sabias las reflexiones, que expongo en ella, sobre los vestigios que señalan á mi modo de ver la predicación del Evangelio, que tuvo lugar en Amé- rica en los primeros años del Cristianismo, así como también llamando esos datos preciosos para los que se ocupan de esta clase de cuestio- nes; por cuya razón me dice U. había resuelto publicar esa carta en la «Revista Literaria» Y todavía me favorece U. aun mas al espresar- me, que mas estima mi interesanHsima caria que los curiosos y raros objetos que en ella le prometo enviar. Bien sabe U. que si colaboro en estos asuntos es únicamente como afirionado; y que por lo tanto mis apreciaciones, asi como no podrían recibir una rigurosa censura, tampoco pueden merecer una alabanza se- mejante. Dicho esto pasemos adelante. Quedo convencido de la etimología y verdadero significado de la pala- bra quichua Pucará, como asimismo también, de la ninguna importan- cia que tienen las cruces, que encontramos pintadas en un pedazo de flecha fabricada con arcilla cocida. La palabra Pucará fué interpretada en la forma que la expuse por perso- nas entendidas en la lengua quichua — y respecto á las cruces, ellas solo me hicieron recordar los muchos datos que existían, y de los que antes hablé á U. respecto á la predicación del Evangelio hecha en América por el apóstol Santo Tomás. Mucho siento que U. haya salido de Buenos Aires antes de que llegase una extensa correspondencia que dirijí á nuestro común amigo el Dr. Car- ranza; pues al ocuparme en ella de estos asuntos amplié los datos que di á U. sobre el particular en mi carta de 24 de Mayo. CARTA SOBRE LA EXPLORACIÓN DE LA PATAGONU 69 Le incluyo «La Reforma» del 15 de Setiembre donde se encuentra publicada, y mucho celebrarla que las cuestiones de que me ocupo en ella, merezcan la aprobación de U. Me permito suplicarle que cuando U. lle°;ue á Chile, no olvide de vi- sitar á la hermosa Biblioteca Nacional de Santiago, y sobre todo de rejis- trar prolijamente la preciosa colección que perteneció al Dr. Egaña y que se encuentra en ella; pues estoy cierto que allí ha de hallar U. mas de un dato que pueda guiarnos á la averiguación de la verdad, respecto á muchos puntos de nuestra historia primitiva que presentando oscuri- dad se procura esclarecer. Una vez que U. haya hecho esas investigaciones me he de ocupar con detención de comentar las crónicas antiguas que relatan la predicación de Santo Tomás en la remota y anticolombiana época que he citado en mis correspondencias anteriores. Le aseguro que por mi parte tributo un profundo respeto á la memoria del sabio americano Mier y Noriega, y que si no he citado sus opiniones emitidas en su Historia de la revolución de Nueva España, en la que nos hizo un gran honor, al dedicarla al Invicto Pueblo Argentino, ha sido úni- camente por creer á ese autor contemporáneo nuestro, y por lo tanto, á sus opiniones desnudas de aquella autoridad que solo puede darles el tiempo. Así está montado nuestro siglo y es preciso seguir esa preocupación ; pero prometo á U. que en breve apelaré á mis reservas, para ocuparme algo mas de todas estas cuestiones. Pasando ahora á otro asunto, diré á U. que he leido también con gratí- simo placer en «La Nación» del 17 de Setiembre, la interesante como erudita nota que U. dirijió á la «Sociedad Científica Argentina » con mo- tivo de la excursión que U. meditaba á la Patagonia setentrional — y son indudablemente de grandísima importancia las opiniones que U. emite so- bre la existencia de una raza primitiva procedente de la Polinesia y que en una época remotísima habitó en la parte austral de nuestro conti- nente. Esas opiniones están de acuerdo con los asertos que emití en la cor- respondencia que dirijí en Agosto último al Instituto Bonaerense, respec- to á que en América habían existido en épocas prehistóricas para nosotros, razas de hombres distintas á la que encontraron los españoles en los úl- timos años del siglo XV. Su viage nos va á dar, pues, la solución del curiosísimo problema, que U. plantea, mucho mas si en su exploración encuentra de ella como U. cree y es muy posible vestigios vivos. Entonces las ciencias le deberán un positivo servicio, que redundará en honor de nuestro país, quien tendrá la gloria de haber sido el pri- mero en patentizar un hecho, que importa para la historia un desLubri- miento notable. Y creo que esta sola consideración habrá influido po- 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA derosamente en su ánimo, para concebir y llevar á cabo una empresa semejante. Que U. sea en ella feliz — y que haga una abundante cosecha de nue- vos conocimientos, que le den aquel lauro de gloria que solo está re- servado para los grandes servidores del saber humano — son mis deseos mas ardientes. Además de esto nada puede haber mas interesantej ni pintorezco, que un viage ó la tan disputada Patagonia. Explorar el hermoso rio Negro hasta su nacimiento, costeándolo desde el Carmen de Patagones hasta dar con el Limay: — aspirar las suaves y perfumadas auras que exhalan los manzanos y araucarias silvestres de la famosa isla de Choelechoel y de los bosques inmensos que la rodean: — visitar el florido sitio, donde se dice exislió la fabulosa y encantada Ciu- dad de los Césares: — examinar el célebre lago Naguel Huapí y las rui- nas de las misiones cristianas, que en siglos pasados poblaron su orilla: — trepar los nevados Andes por cerca del admirable volcan Tronador para caer luego al renombrado país de los Araucanos y llegar á la ciudad de Valdivia en el océano Pacífico, — es realizar la soberbia empresa que no pudieron llevar á cabo, ni el célebre piloto Basilio Villarino en el último tercio del siglo pasado, ni los modernos viajeros Cox y Musters en la se- gunda mitad del presente. U. tendrá, pues, la gloria de haberlo efectuado, y estoy seguro que mas de uno al saber su resolución, habrá aspirado á obtener la dicha de com- partir con U. los peligros y fatigas de tan prodigioso viage. Por otra parte, la Patagonia es aun, para nosotros mismos, no solamen- te un territorio desconocido; sino una especie de país encantado, sobre el que se cuentan desde su descubrimiento cosas tan fabulosas, que no es estraño, que una incursión en ella, como la que U. va á realizar, des- pierte, necesariamente la curiosidad de los mas indiferentes. En efecto, desde el célebre Magallanes, que fué el primero que la vi- sitó hasta el últin?o de los viajeros que exploraron sus costas en el siglo pasado, todos convienen en la existencia de una raza agigantada de hom- bres, que á mi juicio nosotros negamos hoy tal vez con demasiada ligereza. Y entre nuestros contemporáneos, el capitán norte americano Morrell, asegura haber visto en los lugares adyacentes al Estrecho, no solamente hombres de una talla elevadísiraa ; siiió también ruinas de edificios mag- níficos tales que á penas podía dar crédito á sus mismos ojos. Quizase ha exajerado algo ea estas relaciones; pero esto no debe obstar, á qae se encuentre en ellas mucho de verdad. Magallanes en la relación de s;; viaje asegura, que al cruzar el Estrecho, que lleva su nombre, tuvo á bordo un indio, cuya estatura era tal que la cabeza del mas alto de sus hombres, le llegaba apenas á la cintura, siendo grueso en proporción. Que deseando llevar á Europa una muestra (Je esta raza agigantada trató de aprisionar algunos cargándolos para el CARTA SOBRE LA EXPLORACIÓN DE LA PATAGONIA 71 efecto de grillos y cadenas que ellos tomaron al principio, por hermosos juguetes, deleitándose mucho con el retintín de su sonido hasta que se reconocieron burlados y presos — que entonces empezaron á bramar como toros, implorando la ayuda de Setebos. Que uno solo manifestó mas fuerza que nueve hombres juntos empleados en sujetarle, de quienes se burló derribándolos y quebrantando los hierros que lo aprisionaban. Cavendisch, que según dice vio solamente desde lejos á estos mismos indios juzgó de su elevadísima estatura, por las huellas de sus pies impre- sas en la arena teniendo cada una de ellas 18 pulgadas de largo. Por eso puso al país el nombre de Paíagonia queriendo dar á entender que la gente que habitaba en ese lugar era de cinco codos y medio de alto. El almirante Van Noorth en la relación de su viaje hecho en 1598, dice que un muchacho indio que llevaron consigo del « Estrecho de Ma- gallanes » y á quien enseñaron el holandés, aseguró que su país era ha- bitado por cuatro naciones, tres de las cuales eran de talla ordinaria, y la cuarta de 10 á 12 pies de alto. Este á la verdad era solamente el tes- timonio de un muchacho; pero en la relación del viaje hecho en el mismo año por el capitán holandés Sebaldo de Weert, se confirma este testimonio; pues dice que halló siete canoas en el estrecho, en las cuales habia sal- vajes de color rojo y largas cabelleras que al parecer tenían de 10 á H pies de alto. El almirante Spilbergen hace igualmente mención de esta raza de esta- tura elevadísima en el viaje que hizo al mismo Estrecho en el año 1614, y dicen que un dia vieron un hombre en la costa, que subió primero á un cerro y luego á otro para observar la escuadra y que finalmente bajó á la playa con el mismo fin; de forma que fué visto por toda la tripula- ción, la que convino uniformemente en que era mas alto, que los indios de que habla el autor del viaje de Magallanes. Otro escritor que trata de los Patagones es el capitán Shelvock, que en la relación de su viaje al rededor del mundo en 1719, al describir la isla de Ghiloé, dice: — que la mayor parte de la gente que habita es de esta- tura ordinaria pero que según M. Frezier en la parle interior del conti- nente hay una casta de talla estraordinaria y que probablemente fué in- formado por testigos de vista, que algunos de ellos tenían cerca de diez pies de alto. Finalmente el comodoro Byron en el viaje que hizo al rededor del mundo en la segunda mitad del siglo pasado, por orden del almirantazgo de Inglaterra vino con su relación á corroborar el testimonio de todos los que habían escrito hasta entonces, sobre la elevada estatura de los Pata- gones, y los sabios de la época dieron por terminada la disputa que se habia suscitado sobre la existencia de esta raza de hombres agigantados; en vista de lo espuesto por Sír Byron, por el caballero Juan Narborough, y por la opinión uniforme de las tripulaciones de Delphin y del Tamer, que atestiguaban su existencia. 72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El viaje del comandante Byron fué traducido del inglés al español por el Dr. Casimiro Ortega; miembro de la Sociedad Botánica de Florencia, y de la Academia Médica de Madrid — y publicado en 1769 bajo la censura del Dr. Miguel Barnades, sabio miembro de la Academia Española. — La primera lámina que decora esta obra importante^ representa unos indios patagones conferenciando con el enviado de M. Byron, que es un alto marinero inglés y cuya estatura alcanza á penas á la cintura de aquellos. ¿ Qué habrá de verdad, en todos estos relatos? ¿Sería acaso una ilusión la que tuvieron los célebres navegantes que hemos recordado, al creer que los patagones eran de un» talla mas elevada que el resto de los hombres; — ó somos quizá nosotros los engañados al du- dar de la existencia de semejante raza? Cuestiones son estas, que á mi juicio necesitan todavía mucho estudio para resolverse, y quien sabe si su viaje no nos dá mayor luz sobre un asunto tan importante que nos ponga en condiciones de resolverlo. Recuerdo ahora de otro, que ha escrito sobre este mismo punto poco tiempo ha, me refiero al joven francés Mr. Guinnard, que en 1856 cayó cautivo de los patagones y permaneció entre ellos, por espacio de tres años. Curiosa es en efecto la relación que escribió sobre su cautividad este jo- ven parisiense, — que cambió de un dia á otro, sus hábitos de hombre civilizado por los rústicos que usan los nómades habitantes de la Pata- gonia. De regreso á Francia en 1861 encontró este pobre cautivo cerca de la sociedad geográfica de aquel país y de su venerable Presidente el sabio Mr. Jomard la mas benévola acojida á que le hacían acreedor su juven- tud, su valor y sus largos padecimientos. Alentado por tan poderoso patrocinio coordinaba ahora 12 años sus recuerdos y notas, con el ob- jeto de ofrecer al público á la par que una relación mas amplia de todo lo que habia visto y experimentado en su cautividad, un cuadro comple- to de las agrestas regiones que recorrió; así como de las costumbres, idio- ma y tradición de los patagones. No conozco aun, tan interesante publicación y en el supuesto de que haya visto ya la luz pública, me permito recomendársela; pues ella pu- diera guiarnos quizá, á la averiguación de la verdad en estas cuestiones, que tanto nos preocupan é interesan. Sírvase, pues, tener presente esta advertencia, si como yola estima U. útil y oportuna. Pasando á otra cosa diré á U. que me he ocupado detenidamente, de las serias é importantes reflexiones que U. hace, respecto á la probable existencia de hombres de la raza polinesa en la parte austral de nuestro continente. Carezco de la competencia necesaria para apreciar debidamente toda la importancia que tendría para nosotros, la solución de tan curiosísimo pro- CARTA SOBRE LA EXPLORACIÓN DE LA PATAGONIA 73 blema; pero sí considero oportuno traer á cuenta algunos datos y ante- cedentes que conozco respecto á la historia y tradición de aquellos hom- bres, que se encontraron poblando esa multitud de islas austrálicas que llamaron Polinesia; — y rae voy á permitir trascribírselas, con el objeto de que ellos puedan compararse con los que conservan actualmente en la Patagonía sus probables descendientes. Desde que el intrépido Quiroz se lanzó, en los primeros años del siglo XVI, á esplorar el grande Océano, y descubrió muchas de las islas, que compone dicho país, muy puco ó nada hemos adelantado respecto á la tradición histórica, que conservaban sobre su origen los hombres que lo poblaban. — Es por esto sin duda que el célebre orientalista francés Mr. Burnouf aconsejaba á los viajeros, que consignasen cuidadosamente en sus relaciones todo cuanto pudieran indagar, especialmente sobre las leyendas cosmogónicas de aquella parte del mundo aislada y desconoci- da de toda las naciones civilizadas durante tantos siglos. Hacia observar también que esas tradiciones que en la época de los primeros descubrimientos formaban todavía un conjunto común, estaban espuestas á extinguirse y á desaparecer con las generaciones nuevas, y que por consiguiente era preciso apresurarse á recoger sus restos. En la épo- ca en que Mr. Burnouf manifestaba ,este deseo acababan de hacer nota- bles investigaciones Mr. W. Ellis y Mr. Moereuhout en la dirección par- ticular que había señalado el gran filólogo; después salió á luz la colec- ción de las tradiciones neozelandesas, publicadas por el gobe rnador sir Jorge Gray, titulada « Polynesian raythology and tradition on ancient his- tory of the New Zoelande race. » La ocupación francesa que tuvo lugar de Taití ha contribuido podero- samente al esfuerzo común en este sentido, y se debe al previsor contra almirante Lavaud, gobernador de dicha isla, el conocimiento de la relación que á solicitud suya escribió el erudito italiano, el anciano Mare, de- todo cuanto sabia respecto á las creencias religiosas de sus antepasados. El interesante manuscrito del sabio polines se conserva inédito, según dicen, en la Biblioteca del depósito de la Marina de Paris, y ese docu- mento único en su especie, aun cuando solo se considere bajo el punto de vista literario, merece ya un alto interés; — pero sobre todo debe lla- mar la atención, como un elemento nuevo para el estudio comparado- de las tradiciones religiosas de la Polinesia. Debemos á la solícita contracción de M. Gaussin el conocimiento de al- gunos párrafos del Génesis Polines, el que no carece por cierto de aquella- sublime filosofía, que ha iluminado siempre á la inteligencia humana, cuando se ha propuesto investigar el acto sorprendente y admirable de la CREACIÓN, atribuyéndola á un Ser sobrenatural, ó á un Hacedor Supremo. Curioso es, en efecto, sobre este particular el Génesis Polines, y en mé- rito de su importancia, me voy á permitir molestar su atención trans- 6 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cribiendo de él algunos trozos. « Taaroanui tuhi maile » dice en su prin- cipio; es decir « El Gran Ordenador es la causa de la tierra. » « Taaroa es toivi. — No tiene padre, ni madre, ni posteridad, d « Taaroa permanecía en la nada, no habia entonces tierra, ni cielo, ni mar. — La tierra flotaba sin dirección, agitada como el agua al soplo del viento, no se habia fijado. Taaroa dijo entonces: tHe aquí que el cielo anda errante por el espacio, que la tierra informe flota y vacila en las pro- fundidades del abismo». » Taaroa sacó la cabeza de su cubierta y su cubierta desapareció y fué la tierra. Taaroa vio entonces, que la tierra se habia hecho tierra, el mar, mar y el cielo, cielo. » «Taaroa continuaba siendo Dios, y contemplaba su obra cuando la tier- ra fué arrebatada á lo lejos » . Entonces dijo Taaroa. « ¡ Oh, Tronco ven aquí ». Pero el tronco le respondió: « No iré; yo soy el tronco de la tierra. — ¡Oh, Base! ven aqui — No iré, soy la base ó cimiento de la tierra. — ¡Oh, Vastagos! venid aquí! — No iremos, so- mos los vastagos de la tierra. — ¡ Oh, Raiz madre ¡ ven aquí ! No iré soy Ja raiz de la tierra , Para comprender bien esta explicación cosmogónica de los polineses, hay que figurarse la tierra como un árbol cuyas ramas todas forman la superficie terrestre. Estas ramas están sostenidas por un tronco que tiene sus vastagos y sus raices fijados en una base eterna, cimiento del universo. También es curioso estudiar como los polineses explican la inmutabilidad de las leyes de la naturaleza, que desobedeciendo al mismo Taaroa, se mantuvieron firmes, sin poder ser alteradas por aquel — Y no es menos in- teresante también aquello de que la tierra flota y vaga en el espacio. « Entonces Taaroa meneó la cabeza, pero la tierra no se quebrantó ! Taaroa gritó con voz muy larga. ¿ Quién está en la tierra? "V la voz de Taaroa hizo eco en los valles y le respondieron: Yo, la tierra estable; yo, la montaña firme». « Taaroa preguntó después: « Quien está hacia el mar. Y le respondie- ron: Yo, las rocas de el alta mar, los arrecifes que crecen en la mar, el coral de la mar n Tanroa preguntó después: ¿Quién esta encima? — Y le respondieron — Nosotros, el dia, la noche y el cielo resplandecientes. » «Por último, Taaroa preguntó. ¿Quién está debajo? Y le respondie- ron:— Yo, la caverna (el infierno), la caverna en el tronco, la caverna en la base. » «El alma de Taaroa continuó siendo Dios: su nombre es Tehariiru papa, es decir, el murmullo de la base de la tierra. y> « Entonces Taaora vio que no habia hombre en la tierra, y abajo dis- CARTA SOBRE LA EXPLORACIÓN DE LA PATAGONIA 75 linguió á Tepapm'aharaha (diosa de la cabellera flotante sobre el hombro), esta alzó los ojos á Taaroa y se sonrió! » . ...¡«He aquí el germen de Faaroa ! ¡ Mirad el origen, mirad! ¡Ob- servad el origeo, observad! ¡Considerad el origen, considerad! « Teapoirai de Taarm ( la parte curva del cielo ) se estendió hacia Te- paparaharaha (í La mujer es el hueso del hombre de Taaroa » t Otro nombre de la mujer es Fetefaimairaro así como Taa- rahoa se llama también Tefairaaionia.... » « De ellos nació Oneura (la arena encarnada) y luego vino Oneraea(la arena blanca ) : fueron las arenas de la tierra Viene después la relación de los dioses que se sucedieron hasta llegar á la famosa Hiña, cuya leyenda es una completa imitación de la anti- gua mitología — y no hay quehacer por cierto un gran esfuerzo etimo- lógico para hallar en la Minerva Polinesia Hiña la grandiosa Neilh de los márgenes del Nilo. Sigue luego la no menos curiosa relación del dios Maui ó Mawí que na- ció en una tierra que está á sotavento llamada Toarebo. El Dios Mavvi fué el que regularizó el dia y la noche en la forma que lo tenemos, or- denando la marcha del sol. El antiguo Panteón egipcio encierra igualmen- te un dios solar llamado también Maiii ó Maivi, que es oportuno tener presente «El sol se levantaba sobre Toareva: — es decir las tierras que están al oriente. ¿ Qué tierras podían ser estas, sino la América? No es menos curiosa la leyenda sobre el canto de los Arioi y hay que notar la singular semejanza que ofrece esta palabra con la del sánscri- to Aryas con la del egipcio Eris, con la del griego Aristoi con la del antiguo latin Herus que en su origen han sido todas^ calificaciones de razas ó de castas privilejiadas. ¿Cuántas reflexiones no se vienen á la mente al considerar el cono- cimiento, que según parece tenían los polineses de la América; asi como también de los pueblos que habitaban en las márgenes del Nilo — y en las costas del mar Mediterráneo ? , Finalmente, lo que refiere el Génesis polines, sobre el diluvio universal, completa el cuadro de las tradiciones de aquel pueblo las que vamos recordando, aunque sea muy ligeramente. Roo y Teahoroa advertidos por el dios de las aguas Ruahatou de que el mar cubriría la tierra, se salvaron con sus familias en la montaña Toa Marama. En una palabra, es de esperar, que nos den en breve los filólogos fran- ceses, la significación de los nombres de las tierras y montañas á que alude el Génesis polines, según la relación que escribió el erudito Mare "76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y recien entonces podamos obtener quizá, una solución satisfactoria de estas cuestiones. Empero su viaje puede prestar desde ya á los conocimientos huma- nos muy importantes servicios, mucho mas si U. encuentra en la Pata- gonia, como cree, vestijios vivos de la raza polinesa. Que U. sea en él feliz — y que haga una abundantísima cosecha de datos que le den el lauro de gloria, que tan justamente merece por su amor á la ciencia — y por su estraordínario arrojo, son mis deseos mas ardientes. Me tomo la confianza de incluirle algunas recomendaciones para Bo- livia y Perú que desearé le sean de utilidad. Creo que U. debe resolverse á regresar por tierra á Buenos Aires; pues así podrá visitar el norte de nuestro país, que conserva aun recuerdos preciosísimos, no solamente del tiempo de la conquista, sino también de épocas mas remotas, que no trepido en clasificar de prehistóricas para no- sotros. En el ínteres de que al salir U. del desierto reciba un eco, aunque sea lejano de la amistad, que le recuerde la patria que ha dejado, me permito dirijirle á Valdivia esta correspondencia que desearé sea de su agrado, y al mismo tiempo de alguna utilidad para sus estudios é investigaciones. Quiera, pues, U. recibirla con una prueba de la sinceridad con que me repito. De U. muy suyo y afectísimo amigo. JüAN Martin Legüizamoñ . CLIMA DE LA REPÜBLÍCA ARGENTINA Memoria leida en la Sociedad GientlQea Argentina del 2 de Noviembre de 1875. La vasta estension de su territorio situado entre los 22° y 55" 30' la- titud Sur, lo accidentado de sus confines Norte y Occidente, los cauda- losos rios y la corriente ecuatorial de San Roque, que bañan el Oriente, dan á este país una gran variedad de climas templados, que se aproximan á los cálidos en el N. y á los frios en el interior de la Patagonía y en las alturas andinas. Pocos son aun los datos numéricos que se tienen sobre estos climas; pero si los suficientes para poder formar un juicio bastante aproximado sobre los puntos generales que son objeto de nuestro asunto, y pronto se tendrán con la exactitud necesaria, gracias á la poderosa y activa labor del sabio Director del Observatorio de Córdoba. Del informe de 1874, que dirige el Dr. Gould al Ministerio de Instruc- ción Pública tomamos los datos siguientes, aumentados con las observa- ciones del Dr. Keller de San Juan, las del Sr. Villanueva y las propias en Mendoza, estas se marcan con *, y nos dan los resultados que siguen : TEHPERUÜRAS UEDIAS S i va li oa ^ í i Cd Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Setiembre .. Octubre Noviembre. Diciembre. . gr. 1 cjtr. 20,43 21 10 18.46 16.65 12,83 1.5.07 12,54 14,75 17,86 18.30 20,01 21,10 gr. 1 cgr. 23,23 23,40 21.42 19,96 14,19 11.99 12,22 15,92 19,19 19,41 23,36 24,80 gr. 1 cgr. 21.12 19,57 17,49 14,46 17,92 18,58 21,35 24.75 26.51 gr. 1 cgr. 28,38 24,83 21,94 18,29 14,75 10.26 8,52 13,51 19,36 23,82 24,72 28,38 fr. 1 cgr. 22.78 21,28 18,50 14,65 11,94 9,85 8,44 12,07 15.63 16,80 20,21 22,53 gr. 1 cgr. 24,24 23,44 21,25 16.94 13,68 11.14 9.82 11,75 13.69 16,85 20,12 22,94 gr. 1 cgr. 24.10 22 90 18,80 15,50 11.60 8,70 8,10 10.20 12,60 15 60 19.20 22,50 gr. 1 cgr. 29,71 30,00 25,86 24.72 16,55 13,02 12,31 13,40 18,35 23,67 33,06 34,24 ' gr 1 cgr 26,27 26,40 22,92 17,03 10,92 6,28 7,74 8,98 16.23 19.99 24,76 27,.32 ( 1 ) Las temperaturas de San Juan resultan un poco elevadas á causa de haberse hecho las observaciones á las 8 a. m. y * p. m. 78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIBICA ARGENTINA TESPERATÜRAS HEDÍAS 3 1 i = 2 =í p^ ^ « I MENDOZA * Verano Otoño Invierno .... Primavera.. AnuaP Máxima Miniina Diferencia.. Sr. 1 CRi'. 20.88 15,98 14,12 18,72 gr. 1 cgr. 23,81 18,52 13,.38 20,65 19.05 « 21,00? 16,62 21.56 gv. 1 cgr. 27,19 18,33 10,76 22,63 gr. ! cgr. 22.19 15,03 10,12 17.55 gr. 1 cpr. 23,80 17,29 10,90 16,89 gr. 1 cgr. 22,86 15,30 9,00 15,80 gr. 1 cgr. 30,65 (27?) 22,38 19?) 12.91 9?) 25.02 22?)' gr. 1 cgr 26,66 16,95 7.66 20,33 17,28 « 19,73 16,19 17,11 15,88 19,25? 17,90 38.00 00,00 34,80 3,60 35,40 3,60 43.10 5,50 38.60 6,80 37,80 2,00 39.20 3,90 38,80 00,00 + 39,70 - 6,70 46,40 38,00 31,20 31,80 37,60 31,80 35,80 35,30 38,80 Presión atmosférica en milímetros. MEDIAS g E— i CCÍ CJ 3= Enero ' 66r99 657'67 657'89 663'36 665'07 663'04 664'36 663'28 661'56 660'60 66n4 66074 721-64 721'59 72r50 723'63 723'09 723'28 724'48 723'37 723'35 72r27 720'56 721*47 *' • 760-02 760-28 759-88 761-18 760-84 758-24 758-64 759-09 721-51 722-14 723-41 724-30 724-63 723-89 725-77 724-96 723-38 723-48 723-28 7á0'84 758'37 759-14 75992 761-99 761-81 762-73 765 '42 762-69 763-04 761-31 760-25 757-88 748'90 751-00 750-60 751-20 750-50 748-80 751-00 749-50 752'50 751-60 750-20 748-10 749-36 750-76 749-70 751-43 711 711 710 714 713 715 715 719 716 715 712 708 « « « « 720'? Febrero Marzo Abril Mavc Junio Julio Agosto Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Verano Otoño 660' 13 66211 663'56 66ri0 721-56 722-74 723-71 721'72 760-14? 760-44 759-24 721-49 724-11 724-87 723-38 758-46 761,24 763-61 761-53 710 712 716 714 Anual Má.vima Mínima Diferencia 66r75 722-44 « 723-48 761-10 750-24 713 674'00 625'25 733-98 711-50 769 30 741-40 735'68 708-56 780-00 742-00 38-00 782-00 730-00 726-00 703'00 48'75 22-48 27-90 27'12 52'00 23-00 De Pilciao (Catamarca) haj' una observación máxima de 723'48 y una minima de 685'33. (1) Según algunas observaciones propias pueden correjirse aproximadamente las medias estacio- nales según indicamos entre los paréntesis y con un interrogante. f2) Las medias estacionales estín calculadas por los datos de las mensuales ; y resultan las medias anuales del Observatorio de Córdoba, que son las señaladas en el cuadro, con algunas diferencias en las cifras decimales. CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA La cantidad de agua en milímetros es : 79 Altura sobre el suelo . Números de años Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Setiembre Octubre Noviembre Diciembre Verano Otoño Invierno Primavera Anual TUCUMAN CÓRDOBA 1,50 2 1/2 BUENOS AIRES 6,10 14 BAHÍA BLANCA 15 267,3 217,2 209,4 39,1 27,2 0,2 9,3 0,0 0,0 36,8 56,4 196,8 182,05 135,45 76,75 30,70 8,07 10,86 0,20 53,60 19,02 70,95 101,97 85,70 55,51 77,75 94,33 64,12 80,31 72,77 42,26 46,77 62,42 102,09 54,97 93,39 28,49 53,24 54,58 44,83 19,23 25,50 11,22 17,14 46,61 56,89 48,03 44,56 681,3 275,7 9,5 93,2 403,20 115,52 64,66 191,94 226,65 238,76 161,80 219,48 1059,7 775,32 846,69 126,29 118,64 53,86 151,53 450,32 La cantidad de lluvia que cae en Mendoza puede calcularse en 250""™ en la ciudad, región central y norte de la provincia; al Sur del paso del Portillo, en las orillas del Diamante, las lluvias son copiosas y repartidas eu todo el año. En San Juan, las lluvias se verifican en fin de verano y principio de otoño; al fin de la primavera y principio de invierno caen, poro muy escazas, pu- diéndose estimar el total en 150™™ al año. El Dr. Gould termina su informe con las siguientes líneas : « La cantidad de vapor contenido en la atmósfera y el grado de la humedad que de ella resulta, han sido sometidos á un estudio prolijo y esmerado, pero sus resultados apenas se adaptan á este informe. Entre los fenómenos generales mas curiosos, que se deducen de estas averi- guaciones, se halla el contraste notable entre los climas de la ciudad de Buenos Aires y Córdoba, respecto á la humedad atmosférica. Esta tiene su máximo aquí durante los meses de vcraDo ; de suerte que la cantidad de vapor que se halla en la atmósfera en el mes de Febrero, asciende 80 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en fu término medio^ á algo mas de 80 por ciento de la que se ne- cesita para una saturación absiiluta del aire ; mientras que en el mes de Setiembre no escede un 56 por ciento. lí En Buenos Aires (1) al contrario, el máximum de la humedad, su- cede por lo regular en Junio. Entonces su término medio puede al- canzar un 83 por ciento de la saturncion completa, y la mayor seca se encuentra en Diciembre cuando no sobrepasa á 60 por ciento. « La fuerza de la irradiación solar, ha sido cuidadosamente notada en Córdoba durante el año, y ohservaciones parecidas ya eslán inaugu- rándose por nuestros corresponsales en varios puntos. En el verano trascurrido, la temperatura de los rayos solares se ha mostrado el 7 de Diciembre no ser menos de li^h, C, y á la altura estrema de 77' 8 el 8 de Enero de 1875. El valor menor observado en el curso del año, bajo un cielo enteramenle despejado, era 52 5, el 19 de Junio. El valor medio que resulta de las observaciones del Sr. Correas, era los dias apa- rentemente desnubladüs, durante el año pasado en 67", 5, por los meses de Diciembre y Enero y 58^5 por Junio y Julio. Los estremos obser- vados por el Sr. Caronti en Bahia Blanca en este año eran 70°2 y 38" ». En San Juan ha hecho observaciones el Dr. Keller que le han dado 5" del higrómetro de Saussure ; en la misma ciudad el 2 de Enero de 1875 la fuerza de los rayos solares llegó á 78''5, C. Entremí s á estudiar ahora los vientos y lluvias tan íntimamente unidos y sobre el cual pueden obtenerse datos bastante aproximados en la ma- yor parte de las localidades. Los vientos tienen en el Litoral gran variabilidad, predominando, aun- que poco, los del semi-círculo Norte y entre estos los del cuadrante Oriental. En el resto de la República los vientos son mas fijos y dominan los del semi-círculo Sur. Una gran corriente S. E. de aire frió procedente del polo austral, atraviesa la República de Sur á Norte; al pasárosla corriente por la Tierra del Fuego y estrecho de Magallanes encuentra una corriente tibia N. 0. que procedente del Pacífico ha atravesado Chile y las cumbres de los Andes, que en esa región son relativamente bajas, y por el enfriamiento deja esta en el suelo patagónico una cantidad enorme de agua, aunque mucha menos que al otro lado de la Cordillera, donde Kíng observó la caída de 3™, 835 en 41 dias. El conflicto de la corriente aérea S E. con la cor- riente N. 0., el de la corriente de agua caliente del Norte con la S. 0. fria y los accidentes del territorio son las causas de las tempestades que conlínuamente agitan los mares australes de la Palagonia; las llu- vias dan al suelo de esa región un aspecto siempre verde y riente, ayudadas por el calórico que deja en libertad el vapor al condensarse y el que emite la corriente ecuatorial de San Roque que baja á lo largo de las costas fomentando una vegetación de inmensos y magníficos bos- ( 1 ) Semejante fenómeno sucede en Mendoza, San Juan y la Rioja. En Mendoza la media anual es 70° ,7 del higrómetro de Saussure, 60",2 en verano, 78'',S en otoño, 76° ,2 eu invierno y 68° en Primavera ; la máxima 86°,3 en Junio. CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 81 ques, en cuyo seno grandes lagos dan origen á rios caudalosos. La temperatura media anual es de 8»90, entre un invierno de 2°80 sobre cero y un verano, de IS^SO. Estas temperaturas van elevándose á medida que se sube progresiva- mente hasta el paralelo 40», en que se cambia el clima completamente en las orillas del Rio Negro. Entre los 40 y 35" latitud sur la corriente fria, que viene seca, vá calentándose y elevando su capacidad para el vapor, los vientos N. 0. del Pacifico encuentran las altas Qumbres de esta región, se enfrian, condensan su vapor y le dejan caer en forma de lluvia en Chile y de nieve en las cumbres y se dirigen al Atlántico; sin embargo, pueden dejar aun algún vapor, que unido á la nieve fundida en los Andes alimenta las fuentes de los Rios Colorado y afluentes N. del Negro. Las costas de esta región, á causa de las brisas del mar entibiadas por la corriente costanera, go- zan de un clima escelente y algo mas húmedo que el interior. Esta región media de lluvias llega al Sur de Buenos Aires, de San Luis y Mendoza hasta las riberas del Diamante. La zona comprendida entre los 35 y 29° de latitud se divide en tres climas bien distintos : el del Litoral, el del Interior y el Andino. i" El del Litoral, que dominado alternativamente por los vientos N. y S. hace que siempre que salta este viento enfrie los que vienen en sentido contrario ó del Este, cargados de vapor porque vienen sobre el Atlántico ó el Plata, llueva; las brisas del mar, unidas á las del rio, que á causa de su ruta cruzada tienden á tomar una dirección circular, y los vientos N. 0. que pasan por el rio, forman también nubes, tales son los vientos de lluvia, y tempestad en el verano, de las costas bo- naerenses, estando aquí la teoría de Maury conforme con los hechos observa- dos durante diez y ocho años, por los Sres. Eguía y Correas. Durante el verano el nodo de Capricornio se acerca á nosotros y en el invierno se aleja, el viento Sur tiene pues mas fuerza en esta época y de ahí la mayor frecuencia de las lluvias en la estación en Buenos Aires. 2° En el Interior, la corriente fria va sin encontrar obstáculo á lo largo de la Pampa, durante el dia la radiación solar y en la noche la terrestre elevan en gran cantidad su punto de saturación y se deseca mas y mas, adquiriendo muchas veces gran fuerza : al nivel de Villa Mercedes se divide en cuatro corrientes ; una de gran anchura compren- dida entre la sierra de Córdoba y los estribos de los Andes de Gata- marca, Tucuman y Salta por un lado y las sierras del Paraguay y del Brasil por el Oriente, sobre los grandes rios donde toma humedad, pero como eleva ríipidamente su temperatura no deja caer lluvia durante el invierno : en el verano las corrientes derivadas del nodo la hacen descargar : la otra corriente secundaria, resultante de la sección sobre el Morro, término de la sierra de Córdoba, va por entre esta sierra y la de San Luis hasta los llanos de la Rioja, ceñida por la sierra de Ulapez 82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y la de las Palomas, perdiéndose, unida á la siguiente, en los estribos de la Rioja y Calamarca, esta corriente toma, en la cuenca en que corre á causa de la radiación solar y la reflexión terrestre, que es muy fuerte, una gran cantidad de calor, y se producen casi todos los dias tres ó cuatro corrientes derivadas de gran fuerza en las cañadas de cerca de su origen; una de ellas S. E. entre Sampacho y la Leoncita ( Sur de Córdoba ), muy cono- cida, mueve los médanos con que se cubren los caminos y el ferro-carril. La sierra de Córdoba llega á una altura de 2,300 metros sobre el nivel del mar y en ella se condensan las aguas, que caen en forma de grandes nevadas algunos inviernos, en otros limitadas, en el verano se forman tem- pestades y en todo tiempo esta corriente alimenta los rios 1°, 2», 3" y i" en la falda oriental de la sierra, el rio 5°, el de San Pedro y numerosos arroyos en la falda occidental. Fuera de la sierra de Córdoba este clima es completamente seco. 3«f Clima ó Andino. La tercera corriente, resultante de la división principal, vá por entre las sierras de San Luis y de las Quijadas pasan- do por los bosques de esta provincia hasta los límites de las Provincias de San Juan y Mendoza, allí se une á la cuarta corriente que se en- cierra entre los Andes y el cordón formado por las sierras de! Jigante, de las Quijadas y de la Huerta, subdividiéndose en el Pié de Palo, la Fa- matina y Montañas de Velasco con sus numerosos estribos en otras tantas corrientes secundarias mas ó menos SE. á NO. Nada tan interesante como el estudio de los vientos en la región que nos ocupa: enlaparte comprendida entre las sierras y las lagunas de Guanacache, Silverio, etc., y las sierras: cada garganta hace un tiro particular ó trae su contingente para producir la variabilidad mas estremada, sobre un suelo de fina arena que se mueve y se amontona como las hojas al soplo de la brisa, país completamente despoblado, cruzan por él numerosas tropas de carros y muías, que van de San Juan á San Luis ; muchas veces se ven bambolear los carros por la fuerza de los vientos; las tempestades en el verano tienen una raa- gestad imponente, por los ecos repetidos de los truenos, la soledad y lo agreste del paisage. Aquí las lluvias son continuación de las de la re- gión media ayudadas por los bosques de San Luis ; concluidos estos á la altura N. de las Quijadas, no hay ya lluvias sino en verano y pri- mavera, raras en el invierno, la vegetación es misera ó nula en el llano y produce algunas gramíneas en las faldas de las sierras. Entre las lagunas y la Cordillera caen en algunos inviernos nevadas que llegan hasta el N. de Mendoza, la Cordillera ha tomado ya desde el macizo del Volcan de las Yeguas sus magestuosas alturas y los vientos se desecan en ellas completamente, por esto el clima de esta parte es el mas seco de la República, ayudado por la falta de arbolado. En otro tiempo había mas agua, pero se han ido destruyuendo los bosques naturales y no se ha tenido la precaución de las plantaciones; es pues de temer, sobre todo en San Juan, la despoblación por falta de agua y combustibles, las CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 83 lagunas van disminuyendo, algunas se han secado ya completamente y la agricultura se ciñe á los lados de las corrientes que el deshielo hace bíijar de la Cordillera. Se necesita pues hacer reaccionar á los habitantes, interviniendo eficazmente los Gobiernos, para que se replanten los bosques y fijen las lluvias, lo que seria fácil atendiendo que en Mendoza la media anual del higrómetro es 70°3 Saussure. En esta zona del país se producen los vientos Sondas ó del N. 0. La simple inspección del mapa nos hace comprender la regularidad con que los estribos de los Andes y sus derivaciones siguen, á este lado, la dirección N. 0. á S. E.; por las cañadas que forman van las corrientes derivadas de que acabamos de hablar; pero sucede á veces y mas en el verano, que por la enorme cantidad de calor que reciben las estriba- ciones dichas y los remolinos formados por los vientos derivados del nodo y los que sobrepasan la Cordillera, que los vientos vuelven á bajar en la dirección de las cañadas, se calientan de un modo estraordinario, son tan secos y se cargan de un polvo salitroso fino, que falta oxigeno para la respiración, el calores insoportable y se afecta de tal modo el sistema nervioso que todas las enfermedades se agravan, hay tendencia al tétano, á las congestiones cerebrales y no son raras las demencias y aun las muertes repentinas. Durante el invierno se producen también los sondas, pero son menos malos. Sus efectos los sienten mas los hijos del país que los estranjeros aclimatados y los no aclimatados á penas sienten mas que el calor y sequedad ; pero no las perturbaciones nerviosas. El foco productor de estos vientos es el agrupamiento de montañas de la Rioja, Calamarca y Norte de San Juan. Pasado el paralelo 29° los climas obedecen á las leyes de los países cálidos, si bien no tanto como los de la misma latitud Norte, porque es sabido que á causa del predominio del mar, superficie evaporante, es mas frió este hemisferio y por la altura de estas provincias, que no baja de 400 metros sobre el nivel del mar y se eleva hasta 1,200 en Jujuy y á mas de 3,000 en las montañas de la Cordillera. Mi amigo el Dr. Roca Sanz, fundador de los Deparlamentos agronómicos de Salta y Mendoza, ha hecho escelentes estudios sobre los climas del Norte (1). Divídese la región en dos climas separados por una línea, trazada desde Oran hasta el N. de Córdoba, que forma una especie de S. incompleta á causa de las curvas entrantes y salientes que hacen los Andes en Catamarca, Tucuman, Salta y el Chaco. En el Oriente de esta línea las lluvias son copiosas y frecuentes durante la primavera, verano y otoño, (las observaciones de Tucuman nos dan una idea de su abundancia) ; ca- reciendo de ellas la región del Poniente donde las pocas que caen en el (1) División climatológica del Norte de la República, — N» í de los Anales científicos de la Repúbiica Argentina. 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA verano son torrenciales hasta el punto de cambiar el lecho de los rios y arrancar los árboles de cuajo. El sol aleja durante el invierno el nodo de calmas de Capricornio; pero en el verano lo trae sobre Salta, Jujuy y el Chaco ; entonces la corriente de la l'ampa, que hemos dicho se separa de las otras tres en la sierra de Córdoba, encuentra los alisios del Sur, que atraviesan obli- cuamente el Atlántico, desde las costas de África á las del Brasil y á las corrientes del Norte, resultando de este conflicto aéreo las abundantes lluvias que riegan nuestra rejion N., alimentan las fuentes del Plata y las de los afluentes Sur del Amazonas y que impulsan las corrientes que producen las lluvias en el interior argentino. En el invierno este con- flicto vá á producirse 10 ó 12» al Norte de Salta y por esto no tene- mos lluvias en estas provincias. Los vientos del Pacifico encuentran, en todo tiempo, su condensación en las altas cumbres de los Andes, son de poca fuerza y magnitud, porque las grandes corrientes se dirigen sobre el Pacífico para ir luego á la América del Norte, y las corrientes que vienen atravesando el desierto de Atacama, recalentadas por una potente reflexión, no producen conden- sación alguna en nuestro territorio, se elevan mucho y no condensan hasta las sierras del Brasil. Cuando los conflictos del nodo de Capri- cornio dan vientos derivados entonces se verifican las lluvias torrenciales de que hace mención el Dr. Roca, y es claro que esto no puede tener lugar sino cuando el nodo de Capricornio está próximo á Salta, es decir, en el verano. *De esta naturaleza son las lluvias de Catamarca, la Rioja y Norte de San Juan, que revisten la forma de tempestades que siguen una dirección semejante á la de las cañadas en que se verifican las mas veces S. 0. yS. E. Es observación tradicional en la mayoría de las provincias la dismi- nución gradual de las lluvias y son una prueba irrecusable de ella los lagos y lagunas desecadas ó disminuidas en su caudal; el Bebedero ha debido tener en época cercana mas de la triple superficie que la que hoy tiene y así dicen haberlo visto algunos ancianos de San Luis : esta disminución obedece en parte á la elevación y aumento del continente Sur americano, pero es esta tan lenta y gradual que no podría ser observada por una sola generación, ni en un siglo, la causa verdaderamente eficaz está en la tala y estincion de los bosques. Al rededor de las ciudades se han ido haciendo claros cada vez mas estensos, en algunas como San Juan, no se encuentra un monte regular en veinte leguas de radio, y donde quiera que aparece un arbusto de algún cuerpo allí está el hacha para cortarle: á lo largo de liis vias de ferro-carril (Gran Central, Central del Norte, Andino, etc. ) se están abriendo grandes fajas de tala, pero del modo peor que imaginarse puede se destruye mucho para aprove- char poco; á lo largo de los caminos carreteros sucede otro tanto, se incendia un árbol para cocer un asado, á orillas del rio 5° se presenta CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 85 un espectáculo tristísimo: magníficos y seculares catenes se ven quemados en la mitad de su tronco, allí no se toman el trabajo de usar el hacháj es el fuego el encargado del corte. Esta razzia, digámoslo así, contra esos seres benéficos é indefensos se paga bien cara, las lluvias desaparecen, el clima se estrema, la luz, no encuentra modificador y la fuerte sobre un suelo blanquecino rojizo mantienen al sistema nervioso en un estado de escitacion escesiva y la po- breza traída por las secas, he aquí las consecuencias funestas del sistema. De lo dicho podemos deducir ciertamente que: la República Argen- tina no puede esperar de la naturaleza mas agua que la que hoy tiene, antes bien su disminución, si no se hacen plantaciones en grande es- cala y no se conservan los bosques existentes, interviniendo los Gobier- nos por medio de leyes eficaces, que impidan la destrucción de un árbol hasta que se haya asegurado la vida de otro por lo menos. El Sr. Roca Sanz ( Loe. cil. ) dá las reglas para estas plantaciones deducidas de sus investigaciones agrícolas. Los fenómenos metereológicos se presentan en la República Argentina, en tumulto á los pasos de las estaciones ; el barómetro y el termómetro, cuyas oscilaciones son de suyo grandes, hacen en estas épocas transiciones rapidísimas, la atmósfera se conmueve, en la parte occidental, con vientos que se lanzan á la vez por todas las gargantas de la Cordillera cargados de electriciad y se producen grandes tempestades. Esta variabilidad es origen de la producción de muchas enfermedades y la agravación de las crónicas ; después de un día de calor viene otro de frió y sorprende á todos los que se han aligerado de ropa demasiado pronto. La estación de verano es la predominante en la mitad N. de la República donde dura de cuatro á cinco meses, en la región central de cuatro á tres y en la Palagonia las estaciones tienen todas su duración trimestral. El invierno hasta el paralelo 35° dura solo Junio y Julio. Las estaciones medias son cortas en esa región, y por efecto de la poderosa radiación y la limpieza de la atmósfera ; desde que el sol desaparece del horizonte hasta que vuelve aparecer, el frió es relativamente intenso, dejando en las heladas muestra de su intensidad. La vegetación se presenta como las estaciones, en el mes de Setiembre los árboles abren sus yemas, dan las flores y se cubren de verdor en menos de quince dias ; en el N. el efecto es sorprendente, de la estre- ma soledad á la vejetacion pujante y alegre no hay separación casi. En el otoño se conservan hasta una época avanzada los caracteres del ve- rano y en ocho dias la naturaleza se desnuda. Conocidos estos datos podemos ya clasificar los climas de las provin- cias argentinas. Corrientes, Santiago del Estero, Tucuman, Salla y el Chaco son de clima caliente durante seis meses y suaves en los otros seis. Todas tienen las endemias y caracteres propios de los países hú- medo-calientes en las orillas de los rios, lagos y en la estación de las 86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lluvias, pero todas también están favorecidas por alturas preservadoras en la proporción de las endemias. Las provincias de Santa Fé, Entre Rios y el litoral de Buenos Aires, en una zona de veinte y cinco leguas limitada por las costas del mar y de los rios, son de clima húmedo— suave durante nueve meses y húmedo — ca- lientedurante los tres de verano. El resto de esas provincias es de clima suave seco aunque algunas veces en el verano el calor se hace rigoroso. Jujuy, Catamarca, la Rioja^ San Juan y Mendoza van marcando climas cada vez mas templados, pero de temperaturas estremadas á causa de su altura sobre el nivel del mar, tanto que las oscilaciones llegan á la sombra algunos dias á 20"c entre las cinco de la mañana y las cuatro de la tarde. Córdoba y San Luis, situadas en el centro de la República, están dotadas de un clima magnífico, término medio, así en la temperatura como en la presión y humedad, entre todos los climas de las demás pro- vincias. Los frecuentes bosques de estas, aunque de poco espesor y altura, dan al aire condiciones higiénicas superiores al de todas las demás. El clima de San Luis es muy templado y sano. La atmósfera de las provincias andinas es siempre tan limpia y brillante como no puede formarse idea quien no haya gozado do su esplendor, asi que no pone obstáculos al paso de la luz, de tal modo que algunos planetas dibujan sombra de los objetos en las noches de luna nueva ; la luz solar es muy intensa por consiguiente, aumentándose la escitacion de este agente por la reflexión sobre un suelo blanco rojizo. La estrema variabilidad de las condiciones metereológicas del clima es origen, de las neumonías, pleuresías, etc., (puntadas de costado) que se manifiestan algunas veces con carácter epidémico, como ha sucedido este año en la Rioja, Catamarca y Salta, de curso rápido y muy mortíferas. Las c:isas, generalmente mal construidas, dispuestas para las estaciones, en que un sol abrasador de 70 á TS^c, exige mucha sombra para mitigar sus rigores, sin cristales ni lienzos que impidan la comunicación con el esterior, por las mañanas, al abrirse las puertas y ventanas para dar paso á la luz, ayudan poderosamente á producir estas enfermedades que tienen su origen en los cambios bruscos de temperatura. Otra particularidad del clima argentino es un genio atmosférico especial, que produce sus efectos sobre el sistema nervioso, que sienten parti- cularmente los atacados de fiebre. Una consecuencia de este genio atmosfé- rico es el tétanos infantil, tan frecuente en el Litoral que liega á representar el diez por ciento de la mortalidad total, especialmente en los meses de Mayo, Junio y Julio, notándose que coincide con los mayores grados de ozonificación del aire. Este genio del clima puede ser efecto de la combinación de la variabilidad de la atmósfera, de la intensidad de la luz, del abuso de la cafeína, unidos al de los condimentos y en algunas localidades el de los alcoholes, pues se notan también gran número de CLIMA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA 87 enfermedades del sistema circulatorio, que provienen de estos escesos de escitacion. El viento N. j mas el N-0. ó sonda en el interior ponen de manifiesto este genio de un modo evidente en los hijos del país y en los estrangeros aclimatados. Por último, se nota en todas las ciudades aun en las mas secas los efectos del paludismo á causa de la permeabilidad de los sistemas de riego que permiten formar charcos á uno y otro lado de los canales y acequias y del mal sistema de limpieza pública. No hemos hecho mención de la ozonometria porque el número de ob- servaciones es muy corto y limitado á la ciudad de Buenos Aires, donde las hace, de poco tiempo á esla parte, el Dr. Ledesma. El conjunto de estas observaciones nos esplica el predominio del sis- tema nervioso en los habitantes de la República. En los habitantes de la región situada al N. del paralelo 29», los caracteres dominantes son: un color moreno pálido, producido por la luz intensa de todo el año y el calor de los veranos ; la languidez de las funciones digestivas y la idiosincracia biliosa, la falta de apetito, la afición á los condimentos, especialmente á los dulces, para dar á la economía la gran cantidad de carbono que se necesita para producir el mucho pigmento que se segrega; la relajación muscular durante la mayor parte del año, nos demuestran la apatía para el trabajo muscular y la fuerza de las pasiones de los argentinos del N. A este lado el color es mucho menos pálido y menos moreno, las digestiones son mas activas, el apetito mas vivo, la hemátosis mas com- pleta y el predominio del hígado á penas se vé en los veranos ; la ac- tividad muscular se manifiesta mas y si el pueblo trabaja menos que en otros países es efecto de la abundancia y bienestar relativo que disfruta. Todos estos caracteres se vé bien que no pueden producir sino tem- peramentos mas ó menos nerviosos, aptos en grado escelente para los trabajos intelectuales y así sucede en electo, y es la razón de la ener- gía de las pasiones políticas, de los progresos rápidos de la instrucción pública y de cierta versatilidad de carácter que se observan en el pueblo argentino unidos á la sobriedad y resistencia, que le hacen uno de los mas aptos para la guerra. Terminaremos este párrafo comparando el clima argentino con los me- jores del occidente del Viejo Mundo. Los climas del Sur de Francia y Norte de España encuentran sus similares entre los 32 y 40", semejanza que sor- prende á veces y que es á nuestro entender la razón instintiva que guia la emigración francesa, vasca y gallega hacia estas playas con preferencia á otras de América : al Sur de Buenos Aires la costa nos parece tan igual á Cataluña, que creemos podrían intenliirse sus cultivos valiosos : el clima de Mendoza es completamente igual al de Almería y Murcia : Córdoba, Tucuraan, la Rioja y Calamarca y una parte de Santiago del Estero á la 8» ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Italia del Sur y Andalucía: Comentes, el Chaco y Salta tienen al N. de África climas idénticos y en el Sur de Patagonia pueden señalarse climas de gran semejanza con los de Alemania, Inglaterra y Suecia y aun los de Holanda y Dinamarca. Juan Bialet Massé. UNA ESCURSÍON ORILLANDO EL RIO DE LA MATANZA (Memoria presentada i ]a Sociedad Científica Árgetilina) ■ En el terreno de los alrededores de Buenos Aires, abundan bancos de reslos marinos entre los aluviones modernos. Algunos han opinado al estudiarlos que tales depósitos de conchas y otros restos han sido arrastradus en épocas lejanas por las aguas del mar, hasta ios parajes en que yacen, después de muertos los animales de que provienen. Dedúcese de tal opinión, la creencia de que estos no vivieron en el lugar en que se encuentran los restos á que nos hemos referido. Estas observaciones y creencias, tienen por origen el examen de los bancos ó depósitos de Belgrano, Puente Chico, Ensenada y alrededores de Tapiales en el partido déla Matanza. Hemos tenido ocasión de examinar detenidamente estos parages y nos ocupamos del estudio de colecciones valiosas, que de ellos hemos sa- cado. Gerieralmente la disposición de las conchas, huesos y otros restos, es en capas, pero se presentan destruidos por las aguas que los arras- traron según la hipótesis á que nos hemos referido. En la mayoría de esos depósitos, como dijimos, las conchas se pre- sentan bajo la forma de estralifuaciones acabadas y á veces en conglo- meraciones compactas, ocasionadas por el cimento calcáreo que las aguas producen, debido al carbonato de cal que se precipita. Estas masas duras, son empleadas en algunas partes para las cons- trucciones. La Iglesia vieja de Belgrano ha sido edificada empleando ese material que la naturaleza ofrece en abundancia. Los depósitos que se encuentran á orillas de los rios que se internan en la Provincia, suministran á la observación datos importantes, que demuestran lo» contrario de lo que acabamos de referir. Uno de nosotros ha tenido oportunidad de inspeccionar el Rio Salado y el de Las Conchas, en el Paso de Morales, cuyas barrancas ostentan capas conchífera^ en que los reslos se encuentran en posición natural. El Domingo 22 de Agosto ( 1815) próximo pasado, practicamos una escur- sion orillando el Rio de la Matanza y nos ha sido satisfactorio hacer intere- 7 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sanies observaciones que nos permitimos elevar al conocimiento de nues- tros distinguidos concolegas. Hemos hallado en dos parages diferentes de ese rio, á cuatro ó cinco leguas de su desembocadura en ei Píala, con el nombre de Riachuelo de Barracas, bancos conchíferos de escasa estensiun y aislados. Compónense de agrupaciones de Azara que ha vivido eu esos mismos sitios en la época en que se comenzó á formar la capa del terreno alu- vional que las cubre. Las condiciones topográficas de la zona adyacente á ambas orillas del rio, revelan profundas variaciones de nivel, correspiuidiendo á la parte mas baja lo que conocemos por bañiidos de Barracas, Flores y Matanza, cuyas aguas recibe el rio de, este nombre. Esa franja de terreno bajo que corre de Este á Oeste, con pequeñas inclinaciones al Sud, lia sido mas profunda, pero los aluviones, las gran- des y frecuentes tormentas de tierra que corren de las pampas al litoral, y la gran cantidad de animales que han frecuentado esos campos, han ido levantando sucesivamente su nivel, formándose capas de mezcla de lierra y arena; siendo denotarse que la proporción de la tierra vejetal, dismi- nuye gradualmente con la proximidüd al Plata. El carácter general de esas capas ó lechos arenosos que se eslienden en los bajos terrenos que nos ocupan, es muy homogéneo, y rara vez contienen restos de azara labiala. Estas conchillas se encuentran muy bien conservadas. La gran proporción de arcilla tina que contiene la arena encerrada entre las valvas de las conchillas, indica que el agua en la cual han vivido los moluscos, era muy tranquila ; porque es sabido que el agua agitada nunca deposita arcillas finas. En todos los bancos de tierra arenosa, y á veces de pura arena que recorrimos, se notaban concresiones de un color amarillo rojizo, y que pueden recojerse en cantidades abundantes, como lo efectuamos. Se han formado después de la deposición de la arena, por la infil- tración de una solución de fierro que ha cimentado partículas de arena, constituyendo filones tan compactos, que resisten á la acción del agua. La forma de estas concresiones que se encuentran comunmente en las orillas del agua, es á veces bastante regular y se parece á las raices de los árboles. La solución de fierro se infiltra al rededor de las raices ó por los grietas del suelo ó por los agujeros que dejan en él las raices de las plantas ó árboles, arrancados ó descompuestos; y las conáVesiones resul- tantes tienen las formas de tales moldes. Los depósitos de azara que dí'scubriuios en la orilla del rio, y que ya mencionamos, interesaron vivamente nuestra atención. Las conchas no se presentaban estratificadas, y se hallaban esparci- das en el interior de la capa aluvional á {"SO bajo la superficie. UNA ESCÜRSION AL RIO DE LA MATARZA 91 Allí recojimos las muestras que tenemos el honor de ofrecer á la Sociedad para su Museo. De su examen serio y detenido, resulla que no ofrecen indicios de haber sido arrastradas por el mar á su lecho actual después de muertos los organismos á que ellas servían de esqueleto esterior. Dado el estado actual de los depósitos y su espesor, puede concluirse que han vivido tranquilamente en el mismo parage de que hemos re- cojido los restos que ofrecemos al estudio de los señores socios. Aquellos bancos solo se componen de asara, curiosos moluscos que hoy dia viven en los puntos donde el agua del Atlántico se une con la del Rio de la Plata. Creemos que la azara del rio Matanza no es la azara labiata que hemos recojido abundantemente en Belgrano, Puente Chico y otros puntos. En terrenos mas modernos, hemos recojido algunas otras especies de moluscos terrestres, fluviátiles y lacustres, que viven actualmente en los parages que recorrimos y en otros cercanos. Desde la época de la conquista hasta la fecha, el depósito de humus ha ido constituyéndose con tal rapidez, que puede avaluarse en mas de un pié por siglo. Nos fundamos al hacer esta observación, en que á tres pies de firo- fundidad, hemos encontrado huesos de animales modernos y restos de industria querandi, pertenecientes estos últimos á un periodo muy lejano, dado el valor de esos productos industriales. Estos objetos revelan escasos adelanlos en el arte de la cerámica y corresponden á la categoría de los que uno de nosotros ha descrito en la página 136 de la entrega 2> del Boletín de la Academia Nacional de Ciencias Exactas con estas palabras : « Estos objetos de cerámica pri- « mitiva, son por lo general de una pasta arcillosa, homogénea, lisa, € comunmente poco quemada en el esterior y con algunos fragmentos «grises; pocos son los ejemplares que han sufrido un regular cono- « cimiento, y estos lo están solamente por la parte esterior de la pasta, € teniendo el centro negro. » A la misma profundidad en que recojimos los fragmentos de alfarería querandi, se notan capas de ampullaria caniculata {D'Och.), que forman lechos en el fondo de las antiguas lagunas, que son hoy bis grandes ba. nados ya nombrados.. De la esistencia de esas lagunas en la época de la conquista, dá evi- dente é indudable testimonio Ulrich Smidel en su curiosísima y rara crónica de la primera fundación de Buenos Aires. La desaparición de esas lagunas, se debe á la elevación del nivel de los terrenos; lo que se ha operado por las causas que lijeraraente he- mos tocado. La tierra que hoy se revela como el antiguo lecho de las lagunas, 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es negra en su estado de humedad, pero seca presenta un color gris claro, que es propiedad de la tierra infusoria. Los moluscos que actualmente viven en el rio Matanza y cercanías que hemos visitado, son los siguientes : Cyrena Limosa (Math). Ampullaria Caniculata ( D'Orb). Anwdonla Sirionon (ü'Orb). Pahtdesirina Piscium ( D'Orb ). Planorbis Montanis. Esta última especie ha vivido en las épocas antiguas con la Ampu- llaria. Recojimos también en la zona arenosa del bajo de los mataderos, abundante cantidad de una sal cristalizada en forma di agujas. Un lijero examen de su composición, ha demostrado que consiste en su mayor parte en sulfato de sosa. Como nos ocupamos de efectuar estudios mas serios y detenidos sobre las curiosas formaciones de los terrenos mencionados en este informe, nos abstenemos por ahora, de entrar en mayores consideraciones. Una vez que nuestros estudios tomen un giro definido, nos haremos un honor en comunicarlos á la Sociedad. Saludamos al Sr. Presidente con nuestra distinguida consideración. Walter F. Reid.—F. P. Moreno.— Estanislao S. Zeballos. NOVEDADES CIENTÍFICAS QUÍMICA £1 nuevo metal Critlio, por M. Eiecnq <1e Snistaiidrnn. — Trascribimos á contiiiuíicioii los f'ocumjntos relativos al descubrimiento ríe un nuevo cuerpo simple, el Galio, [lublicailos el 20 de Setiembre pasado; á pesar de no hab-^rse aislado aun el cuerpo tiene ya dus nombres; él que propone el autor del descubrimiento y otro que le habla dado el célebre físico ruso Mendeleff. Este último, en un Irab.ijo poco conocido ha previsto la existencia de otros elementos ademas de los conocidos y pretende encontrar ana- lojías entre el cuerpo descubierto por M. Lccoq y uno de sus eleinenios hipdíéticos : el ekalumiiiio; su notí presentada á la Academia de Cien- cias de Paris el 22 de Noviembre está trascripta á continuación de las dos primeías de M. Lecoq. « Antes de ayer, viernes 27 de Agosto de 1875, de 3 á 4 de la tarde, hallé indicios de la existencia probable de un nuevo cuerpo simple, entre los producios del examen químico de una blenda proveniente de la mina de Píerrefite, valle de Argeles (Pirineos). Hé aquí los datos que he podido recojer hasta ahora : 1" El óxido (ó quizá una sub-sal) es precipitado á la larga por el zinc metálico, en una solución conteniendo cloruros y sulfatos. No parece ser el metal el que- se precipita por el zinc. 2° El cloruro es precipitado por una cantidad débil de amoníaco. En una mezcla conteniendo esceso de cloruro de zinc, el nuevo cuerpo es precipitado antes que el zinc, cuando se trata el líquido por una cantidad insuficiente de amoníaco. En el segundo precipitado la proporción es pequeña y casi todo se le encuentra en la primera fracción. 3° Hasta en condiciones que deben responder á un estado de peroxi- dacion, el oxido es soluble en el amoniaco en esceso. 4° Las sales snn precipitadas por el sulfhidrato de amoníaco, un esceso del cual no redisuelve, al parecer, el precipitado. 5" Las sales son precipitadas por el ácido sulfhídrico en presencia dei acetato de amonio y mucho ácido acético libre. En presencia del zinc, el nuevo cuerpo se concentra en los primeros sulforos depositados. Han sido menester seis precipitaciones sucesivas para hacer desaparecer com- pletamente el sulfuro de zinc. 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 6° Las sales no son precipitadas por el ácido sulfhídrico en solución lijeramente aciduladas por el ácido clorhídrico. 7* El óxido se redisuelve en esceso de carbonato de amoníaco al mismo tiempo que el zinc. 8» La cantidad sumamente pequeña de sustancia de que dispongo no me ha permitido aislar el nuevo cuerpo del esceso de zinc que le acompaña. Las pocas gotas de cloruro de zinc en las que he concentrado la nueva sustancia, dan bajo la influencia de la chispa eléctrica un espectro formado principalmente por una raya viólela, estrecha, fácilmente visible, situada próximamente á 417 en la escala de longitudes de onda. He apercibido también una raya muy débil hacia 404 ». Este es el texto de la primera comunicación del autor ; en una se- gunda, agregaba los siguientes datos: « Las esperiencias que he practicado desde el 29 de Agosto, me confirman en la idea de que el cuerpo observado debe ser un nuevo elemento, para el cual propongo el nombre de gnlio. 9° El sulfuro es realmente insoluble en esceso de sulfhidrato de amonio. 10. Aunque la cantidad de materia de que dispongo es muy pequeña, he obtenido el cloruro en estado de concentración tal que la raya 417 es bastante brillante bajo la acción de la chispa de inducción. H. El cloruro da la raya 417 en la llama del gas, pero es mas débil que la producida por la chispa sobre la solución. 12. Las sales son fácilmente precipitables por el carbonato de bario. 13. En una mezcla con gran esceso de cloruro de zinc, el nuevo cuerpo es precipitado por el sulfhidrato de amonio, con las primeras porciones de sulfuro de zinc. 14. Por medio de evaporaciones reiteradas por el agua regia en esce- so, no ocasionan al parecer ninguna pérdida por volatilización del cloruro. 15. El sulfuro me parece que es blanco como el de zinc. Esto debe aun ser determinado por la purificación completa del producto. 16. Cuando se calienta el cloruro de zinc hidratado conteniendo rastros del nuevo cuerpo, hasta que se forme una pequeña cantidad de oxiclo- ruro de zinc, todo el í/«/io permanece al estado insoluble (bajo la forma de oxicloruro, supongo). 17. El espectro es mas brillante con una chispa de longitud media, que con una muy corta. Esto es todo lo que ha comunicado M. Lecoq de Boísbaudran. M. Mendeleff envió á la Academia la siguiente nota á propósito del nuevo cuerpo. En 1869 (1) el autor anunció la siguiente ley, que clasificó con el (1 ) D. Socied. Química Rusa, tom. I, pág. 60. Esla ley se halla aplicada en el tomo II, ( 1870-71) de su obra rusa. Fundamentos de Química. El arUcnb mas com- pleto sobre esla ley eslá inserto en los Anales de Liebig (Suplem., Band. VIII, páj, 133 — 1871 ) en la traducción de M. Wreden. NOVEDADES CIENTÍFICAS 95 nombre de periódica : « Las propiedades de los cuerpos simples, la cons- tilucion de sus combinaciunes, asi c mo las propiedades de eslos últimos son funciones periódicas de los pesos atómicos de los elementos. ■!> Entre las diferentes aplicaciones de esta ley, el autor cita las siguientes : 1" Esta ley constituye la base del sistema completo de los e'ementos. 1" GRUPO 20 GRUPO 3" GRUPO 4» GRUPO 5» GRUPO 6» GRUPO 70 GRUPO 8» GRUPO Serie. 1.... 2.... IH Li7 RO Be 9 B11 RH' R0= RH3 R^05 N U RO' 0,6 RH R-0' Fl 19 (R=H) (R 0') 3.... 4.... 23 Na K39 nwg CaiO 27 Al 28 Si Ti 48 31 Ph V 51 32 S Cr 52 35 Cl Mn 55 Fe 56-Co 59, Ni 59, Cu 63 5.... 6.... (63 Cu) Ub 85 65 Zn Sr87 68 7 It 88 72 ? Zr90 75 As Nb94 78 Se Mo 96 80 Br ? 100 127 Jo RulOi, Rh 104, Pbl06, AglOS 7.... 8.... (108 A^) Os 113 112 C(1 Ba 137 113 In ?Dil38 llSSn Ce 140 122 Sb 125 Fe Os 195, Ir 197, Ptl98, Aul99 9.... 10.... ; - Er 178 ? La 180 Ta 182 ■\V184 ? 190 . . 11.... 12.... (199 Au) 200 Hgr 20ÍT1 207 Pb Til 231 208 Bi U240 '- . . . . 2° La ley periódica exije el cambio de los pesos alómicos de algunos metales insuficientemente estudiados : Pesos alómicos de los metales j formulas de sus Olidos Núrueros admitidofi Números propuestos autiguaiiiente. por el autor. Indio 75InO USIirO' Uranio 120 U'O' 2iOUO' p . ( 92 Ce O 138 Ce' O' ^'™ [ Ce'O' CeO^ Torio 115 Th O 232 Th O' Itrio 60YO 90 Y- O' Erbio 114 ErO 111 Er' O' Sano? i P---'' 92R0 138 R' O' El calor especiHco del indio determinado [lor Biinsen y por mi, ha confirmado este cambio Rammelsberg y Roscoe han aceptado mi proposición. El cnlor especifico del metal, así como la composición de sus sales , parece confirmar mis proposiciones. Chydenius y Delafontaine an- tes que yo hablan propuesto el mismo cambio. ) eleve acepta mis fórmulas IRíO» 96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 3° La ley periódica indica los vacíos que existen aun en el sistema de los elementos conocidos, y permite preveer las propiedades de los elementos desconocidos, así como también las de sus combinaciones. Por ejemplo, hay dos vacíos en los grupos III y IV de la 5^ serie. El autor ha llamado estos elementos por descubrirse : ekaluminio El, y ekasilido Es. Las propiedades del ekaluminio, según la ley periódica, deben ser las siguientes: su peso atómico será E1^(J8; su óxido tendrá por fór- mula El' 0% sus sales la fórmula El X^ El cloruro (único?) por ejemplo de ekaluminio será El GP y por el análisis dará 39 pur 100 de metal y 61 de cloro, y será mas volátil que ZnCl". El sulfuro EI^S' ú oxi sul- furo El" (SO)' debe ser precipitado por el hidrójeno sulfurado y será insoluble en el sulfuro de amonio. El metal se obtendrá fácilmente por reducción; su densidad será 5,9 y su volumen atómico por consiguiente será 11,5; será casi fijo, fusible á una temperatura bastante baja. No se oxidará en presencia del aire ; calentado al rojo descompondrá el agua. El metal puro y fun'lido no será atacado por los ácidos y los álcalis, sino con lentitud. El óxido E1°0' tendrá por peso especifico 5,5; debe ser soluble en los ácidos enérgicos, formará un hidrato amo'fo insoluble en el agua y soluble en los ácidos y álcalis. El óxido de ekaluminio for- mará sales neutras y básicas El-(OHX)^ pero no sales acidas; el alumbre El K(S0')"12H"0 será mas soluble que la sal correspondiente de alu- minio y menos cristalizable. Lhs propiedades básicas de EI-0' siendo mas pronunciadas que las de APO' y menos que las de ZnO, es de suponer que será precipitado por el carbonato de bario. La volatilidad así como las demás propiedades de las combinaciones salinas del ekalu- minio, presentan el término medio entre las del aluminio y las del indio, y es probable que el metal en cuestión será descubierto por el análisis es- pectral, como lo han sido el indio y el talio. Estos caracteres del ekaluminio habrían sido previstos (1), considerando su lugar en el sistema periódico de los elementos. 3 2° grupo. Mg 3r grupo. Al 4° grupo. Si 5o grupo. P 5 Zn El Es As 7 Cd In Sn Sb Es preciso notar que antes del descubrimiento de la ley periódica, era imposible predecir la existencia de los elementos desconocidos y deter- minar sus propiedades. M. Lecoq de Boisbaudran, aplicando su nuevo método de análisis es- pectral, acaba de anunciar la presencia en la blenda de Pierrefitle (Pyrin) (1) Jour. Socied. Química Rusa, 1871, Tom. III, pij. i7. NOVEDADES CIENTÍFICAS §7 un nuevo metal que se llama galio. La manera de descubrise el proceder de separación (precipilacioii jior H S antes del Zii) y algunas propiedades descritas precipitadas por BaCO', solubilidad del hidrato en el ainoniaco, grado de volatilidad, ele, hacen presumir que este nuevo metal no es sino el ekaliiminio. Si las investigaciones ulteriores confirman la iden- tidad de propiedades que se acaban de indicar para el ekaluminio con la del galio, sena un ejemplo precioso de la utilidad de la ley periódica. Se debe esperar que el ekasílicio (Es = 72) (EsO") cuyas propieda- des presumibles eslán descritas (JournMl, Liebig, Supp. Band VIH, p=. 17i) no tardará á realizarse. Se le debe buscar ante todo cerca del arsé- nico y del titano. P. N. A. QUÍMICA LEGAL Benccfbnes arán á ser propiedad de la sociedad. Los accionisias recibirán 5 "/o de dividendo, asi que se ter- mine la 1' sección del Ferro-Carril. La amortización de las acciones em- pezará tan pronto como la linea llegue á Tebas. El tercer rerpo-enrril ile París á Versalles. — La Ad- ministración de Puentes y Calzailas, en vista de la próxima instalación de las dos Cámaras, se ocupa en este momento del trazado de un ter- cer fr-iro-cnrril entre Paris y Versalles. Según el proyecto, la nueva línea utilisaría en una buena mitad de su trayecto, las vías existentes de las líneas de Versalles, ribera derecha é izquierda. Cuando mas tendría que Cdustruirse en la c3.hezi}Ta(Chi-f-Sien) del Departamento de Seine-el-Oise, un ramal de 400 á 500 metros de largo, y no seria esto lo mas dispendioso. — La parte verdaderamente ar- dua del programa, es la de la sección que penetra en Paris. Se pre- sentan dos trazados. El primero, estudiado por la compañía del Oeste, consistitia en utilizar el antiguo proyecto de ferro-canil entre Paris y Marly, puesto en estudio hace dos años. Este proyecto coloca su cabeza de linea en el Trocadero y atraviesa el bos-que de Boulogne de Este á Oeste, por la parte alta de Passy. Se baria el empalme con la línea de Versalles, ribera derecha, á algunos kilómetros de la estación de Saint-Cloud. Su ejecución exijiria la construcción de obras jigantescas, principalmente sobre el Sena. El segundo proyecto, mas práctico, mas económico y que presenta mas comodidades bajo todo punto de vista, tendría su cabeza de linea en la esplanada de los Inválidos. Se la podría poner en contacto con el puente de la Concordia ó aun con el de Solferino, sin ninguna dificultad. Nos apresuramos á decir que este es también un proyecto antiguo. Estudiado hace algunos meses por el ingeniero Rozat de Mandres, hacia parte in- tegrante del ferro-carril metropolitano. Después de haber costeado los malecones al interior y esterior de París, este trazado se bifurcaba en Monlinfaux para venir á ser la Imea metropolitana, mientras que un ramal penetraba hasta cerca de las usinas de Bas-Meudon. Volviendo á tomar esta línea á partir de este punto donde la costa sobre el nivel del mar es de 48 á 50 metros, se tendrá que subir 22 ""^ para empalmar con el Ferro-carril de Versalles, ribera izquierda, en la esta- ción de Meudon. 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En suma, la nueva linea de París á Versalles mediría : metrof De los Inválidos á las fortificaciones 4.600 De las fortificaciones á Meudon 4.500 De Meurton (estación) á Versalles 10.100 Ramal especial en la ciudad 400 Total 19.600 metros Recordaremos que la linea de Versalles, ribera derecha, mide 23 ki- lómetros y la de la ribera izquierda 18 kilómetros. MISCELÁNEA Socio Iionorario — Publicamos en seguida el nombramiento 7 con- testación del sabio Dr. Burmeister. Buenos Aires, Diciembre U de 1875. Sr. Dr. D. Germán Burmeister: Me es agradable comunicar al Sr. Burmeister, que la Comisión Direc- tiva de la « Sociedad Cienlifica Argentina, » lo ha nombrado socio hono- rario, como un homenage á su saber y á su alta categoría científica. Saludo ai Sr. Burmeister con mi mas distinguida consideración. Pedro Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos, ' Secretario. Buenos Aires, Enero 10 de 1876. A la Comisión Directiva de la « Sociedad CienHfica Argentina. » He tenido el placer de recibir la carta de la Comisión Directiva, fecha Diciembre 24 del año próximo pasado, avisándome mi nombramiento de socio honorario de esta Sociedad. Doy á la Sociedad mis gracias mas vivas por esta benévola distinción, poniéndome con mis pocas facultades á su disposición, en caso que ella crea que pueda ser útil á sus pro- pósitos. Soy con este motivo S. S. S. G. Burmeister. Biblioteca — La Sociedad Cientifica Argentina, ofrece á sus socios en el salón de la Biblioteca las siguientes publicaciones periódicas que recibe : íio anales de la sociedad cientffica argentina Publicaciones Estranjeras. Inglesas . Practical Magazine. American Journal of Sciencie and Arts. The Builfler. The Enjíineering. The Engineer. Popular Science Review. Brilisch Qimterley Review. Journal of Ihe Chemical Society. The Qualerly Journal of Science. Francesas. Annales des Conslructions. Anuales du Génie Civil. Annales des P.jnls-et-Chaussées. Revue des Deux Mondes. Comptes Rendus de l'Académie des Sciences. Bullelin des Géométres. Journal des Géométres. Revue d'Arrhilecture. Annales des Mines. Annales de Chiniie et de Physique. Bullelin de la Société Chimique de Paris. Revue Scienlifique. Le Technologisle. Revue d'Anlhropologie. Annales Télégrafiques. Annales des Sciences naturelles, Botanique. Annales des Sciences naturelles, Zoulogie. Annales des Sciences naturelles, Géologie. Italiana. Archivo per rAntropología et di Etnología. Gaceta de los Caminos de hierro. Revista d$ Obras públicas. Publicaciones nacionales. Anales de la Sociedad Rural Argentina. Anales de la Sociedad de Farmacia. Revista Médico-Quirúrgica. MISCELÁNEA 111 Anales de Agricultura. Anales de la Sociedad Zoológica Argentina. La Biblioteca ha recibido las siguientes donaciones : Defema de las Instituciones de crédito, por A. F. Costa ; donante, el au- tor, 60 ejemplares. Mécaniqm celeste, Laplace; 5 volúmenes, socio D. Guillermo White. Riilway Econoiny, 1 vol., el mismo. Hisloire genérale de París. — La Seine, le Bassin parisién aux ágeg antékisturiques, E. Belgrand, 2 vol., 1 atlas; socio D. Ángel Silva. La Irrigación y el Euailyplus, por E. Aberg; 2 ejemplares, la Co- misión de Aguas Corrientes. Obras de desagüe y salubridad, 2 ej. ; la misma. Ejecuion de las Obras de salubnficacion, 2 ej.; la misnaa. Informe sobre empedrado, 2 ej.; la misma. Id. id. Cluacas, id.; id. Obras de salubrificacion , id.; id. Informe sobre Drenage, id,; id. Ordenanzas de Aguas Corrientes, id.; id. A pronovncing Dictionnary of the Spanish and English languages, Velazquez ; 1 v. socio D. Ángel Silva. La Pat'igonia y las Tierras ansirales del Continente americano, por V. G. QuESADA ; Gobierno Provincial Les Machines, 2 vol.; socio D. Luis A. Huergo. On the manufacture on cnal, 1 vol.; el mismo. B leiin de la Academia de Ciencias Exactas en Córdoba, I lomo ; Dr. D. Germán Burmeister. Anales del Museo Público de Buenos Aires, 2 tomos; el mismo. 18 volúmenes, varias obras. Gobierno de la Provincia. Conslruction des punís mélalliques, Prounier, 2 vol.; socio D. Gui- White. Railwnys or no railways ; socio D. Luis A. Huergo. Dictionnaire Francais-Espngnol et Espagnol-Francais ; el mismo socio. Origen, naturaleza y antigüedad del hombre, por Villanova, 1 vol.; socio D. Valenliii Ba bin. Note nd un corso annuale di Geología, 2 vol.; socio D. Luis A. Huergo. Géologie nppliquée, Burat, 2 vol.; el mismo. The ['araná and Soulh American recolections, 1 vól., Hotghinson. El mismo. Confédération Argentine, A. uu Graty, 1 vol . ; el mismo. Libros comprados. Vocabulary of Technical terms, Henri Hall. Diccionario Francés- Español y Español-Francés, Domínguez. 112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Didionn'ñre Nalionnl Francais, Bescherelle. Diccionario Inglés, Webdster. Diccionario de la Lengua Española, Domínguez. El señor Buttner, que partió para Europa el 19, lleva 16,400 pesos moneda corriente para adquirir una lista de libros que la Comisión Di- rectiva le ha entregado, así como una colección completa de cartas geo- gráficas del Rio de la Plata. Por otra parte, los socios señores Balbin y Zeballos han sido autorizados para hacer otras compras de libros en Buenos Aires, pudieado invertir hasta la suma de 5,000 pesos moneda corriente. La Biblioteca de la Sociedad ha recibido un poderoso impulso y co- mienza á responder sutisfactoriamente á las necesidades délos socios que ya la frecuentan, y es de esperar sigan haciéndolo. Errata notable — En la página 32 de la primera entrega, en el informe sobre planteacion de una fábrica de azúcar, se lee: La remolacha de azúcar (Beta cicla) crece menos en el Norte de Ale- mania y Francia que en el Sud de Europa, y aunque el peso de la plan- ta sea á veces mayor en un clima cálido, la cantidad de azúcar conte- nida es siempre mejor que en las plantas que crecen en climas frios. Hay aquí dos errores notables. En la primera línea dice menos, léase : mejor. En la última dice mejor, léase : menor. COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presidente 1° D. Guillermo White. » 2° D. Emilio Rosetti. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorería D. Adolfo Büttner. D. Ángel Silva. D. Luis A. Huerco. Vocales \ D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. D. Walter F. Reíd. COMISIÓN DE PERFORACIONES D. Juan J. J. Kyle. D. Eduardo Garenou. D. Pedro Pico. D. Juan Ramorino. D. Luis A. Huerco. COMISIÓN DE NIVELACIÓN D. Jorge Cooper. D. Augusto Ringuelet. D. Juan Medici. D. Francisco Lavalle. D. Ignacio Firmat. Comisión encargada de estudiar las dimensiones de ios. ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. D. Walter F. Reíd. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desea formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo^ lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — 1° Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio ; 2° Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3» Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesta en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. (Art. 10 del Reglamento.); A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por todo lo relativo á estos- Anales, ocurrarse al local de la Sociedad^ Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « 1» Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir _ para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semanaálas 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1" y 15 de cada mes. La orden del día se publica por los diarios. El Secretario. b ¿' b ' íí> i— AINALES EDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 'COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos í D. Guillermo Villanueva. Vocales A D. Pedro N.Arata. f D. Juan J. J. Kyle. MARZO DE 1876. — ENTREGA III. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION lOülDE LA SOeiEMD, PERÚ, 91 Y EN LAS PRiClPilLES LIBRERÍAS T*or Dttes, en. la. Ci«d.a • i- i » i i • j i Cagnone El Sr. Kyle, que presidia la Asamblea en ausencia del Robertson gj. L^valle, dio cuenta de haber desistido la Comisión Dawney ' Magiione Directiva del proyectado concurso sobre las obras de Zeballos. salubrificacion que hubiera debido tener lugar en el corriente año. Se convino en aplazarlo para -el año venidero. El Sr. Lacroze pidió se leyese un programa de concurso para este año, que él habia presentado á la Junta Directiva. El Sr. Robertson indicó la conveniencia de aprobar en general sola- mente dicho programa, dando á los socios tiempo para estudiar los de- talles, sobre cuya oportunidad no era posible formar juicio instantáneo. Después de una ligera discusión sobre el particular, en que tomaron parte los Sres. Huergo, Lacroze y Robertson, se convino aprobar el pro- grama confeccionado por el Sr. Lacroze. H6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Si". Kyle dio cuenta á la Asamblea de haber recibido la Sociedad un cajón de libros enviado de Europa por el Sr. Wbite. Acto continuo el Sr. Presidente recordó á los señores socios presentes qué se aproximaba el 28 de Julio, dia en que debe celebrarse el ani- versario de la «Sociedad CieatíQca Argentina» y reclamó el concurso de todos para que la fiesta fuese digna del buen nombre de la Aso- ciación. El Sr. Huergo hizo moción para que la Junta Directiva nombrase una Comisión encargada de todo lo concerniente á dicha fiesta. No habiendo mas asunto de que tratar, se levantó la sesión á las nueve y inedia de la noche. Juan J. J. Kyle. Vice-Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 1° Mayo de 1875. Kyle- Con la asistencia de los señores espresados al margen DUion. y bajo la presidencia del Sr. Kyle se abrió la sesión ÍJ'"''^°°- á las uueve de la noche. "erez. . Lacioze. Leida el acta de la anterior fue aprobada. MaffUone"' ^^ '^*'° lectura de una comunicación del Sr. Lavalle Zeballos. renunciando indeclinablamente á la presidencia de la Sociedad. lil Sr. Lacroze, después de espresar el sentimiento con que veia al Sr. Lavalle abandonar un puesto á que sus especiales aptitudes lo ha- cían tan acreedor, censuró que hubiese demorado formular su resolu- ción definitiva, en perjuicio de la Sociedad, pidiendo que en el acta constase su voto particular. La Asamblea atendiendo al carácter y á los motivos de la renuncia, la aceptó, manifestando el pesar que le causa tal determinación. Se discutió la manera de proveer el cargo que dicho señor deja vacante. El Sr. Zeb.dlos sostuvo que debia nombrarse un Presidente. El Sr. Lacroze opinó que se nombrara un Vice-Presidente, pasando el actual á la presidencia. De acuerdo sobre este particular, el Sr. Kyle fué nombrado Presidente, precediéndose á la votación de Vice-Presidente. El Sr. Pico obtuvo 1 votos, el Sr. Moreno 1 y otro el Sr. Lacroze; siendo elegido el primero. Procedióse á una segunda votación para proveer el cargo de Vocal de la Junta Directiva, en reemplazo del Sr. Pico. El Sr. Moreno fué elegido, obteniendo 8 votos y 2 el Sr. Rojas. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 117 El Sr. Rojas espuso que según el nuevo Reglamento se debia nom- brar un segundo Vice-Presidente. El Sr. Zeballos manifestó que no teniendo efecto retroactivo las dis- posiciones reglamentarias del nuevo Reglamento, no podían ser anu- ladas las formas actuales de la Suciedad que están protegidas por el primero. El Sr. Secretario dio lectura á una moción del Sr. Zeballos, apoyada por los Sres. Maglione y Moreno, para que se proceda á la formación de un Museo. Después de una breve discusión, quedó aprobada por unanimidad. Procedióse al nombramiento de un Director del Museo, y resultó ele- gido el Sr. Moreno por 9 votos, obteniendo uno el Sr. Robertson. El Sr. Kyle informó de los últimos acuerdos tomados por la Junta Directiva y se levantó la sesión á las 10 y media de la noche. Juan J. J. Kyle. Presidente. I Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 15 de Mayo 1875. jj . Con asistencia de los Sres. al margen nombrados Kosetti. y bajo la presidencia del Sr. Kyle, se abrió la sesión Lac°roze. á las 9 y i de la noche. Carenen. Leida el acta de la anterior fué aprobada. C.nprale° El Sr. Kyle dio cuenta de los actas de la Junta Di- Zeballos. rectiva. El Sr. Secretario leyó una comunicación del Sr. Lacroze renunciando indeclinablemente el cargo de Tesorero. Para ilustrar la discusión sobre este punto se dio lectura de las últimas actas de la Junta Directiva. El Sr. Rojas piíle, dado el carácter de la renuncia, que sea acep- tada. Puesta á votación resultó aprobada esta moción. El Sr. Rojas se queja de que nada se sepa del estado de la Teso- rería. Por moción del Sr. Rojas se pasó á nombrar un Tesorero por vota- ción secreta, resultando El Sr. Chapeaurouge 2 votos. « « Rüttner 1 « « « Rojas 2 ot « « Amoretti 1 « « « Rosetti 1 « 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Resultando empate entre los señores Rojas y Chapeaurouge, se admite que conforme al Reglamento el Presidente no decide en estos casos y se procede á una segunda votación. El Sr. Rojas resultó elejido por 5 votos, obteniendo 3 el Sr. Cha- peaurouge. El Sr. Rojas pide cuenta del estado en que se encuentran los tra- bajos para trazar el mapa de la Provincia. Ei Sr. Careiiou contesta que la comisión tiene los datos. El S:'. Secretario indica que en la próxima Asamblea se presentará una memoria. El Sr. Pico ofrece dar oportunamente, según lo prometido á la Junta, y á los demás comisionados, todos los datos que sean necesarios sobre el particular. El Sr. Lacroze declara que se han pagado al dibujante, á cuenta del trabajo del Mapa $ 15,000. Quedó aplazada esta discusión y se pasó á la orden del dia. El Sr. Presidente invita al Sr. Pico á ocupar su asiento para dar lec- tura á una memoria sobre la clarificación de las aguas. Terminada esta el Sr. Robertson pide un voto de gracias al Sr. Kyle, que le es con- cedido por unanimidad. El Sr. Pico pregunta porque las aguas de la Colonia son mas claras. El Sr. Kyle contestó que aquellas costas son arenosas y estas arcillosas y que en un folleto anteriormente publicado se dan amplias esplicaciones sobre el particular. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. Juan J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Balance General el 31 de Diciembre de 1875. Activo. Biblioteca $ 63,077 Muebles » 8,710 Museo 5 3,100 Banco de la Provincia: En depósito » 36,011 Caja : Existencia » 8,513 Gobierno de la Provincia: Por subvención.. » 24,000 Varios deudores » 5,450 $ 148,861 DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD H9 Pasivo. Utilidades que resultan desde la instalación de la Sociedad y constituyen la Cuenta de Ca- pital $ 148,861 S. E. ú 0. Buenos Aires, Enero 15 de 1876. Adolfo Büttner. Tesorero. Estanislao S. Zeballos Secretario $ 148,861 $ 148,861 Pedro Pico Presidente Correspondencia con los Socios Honorarios. Circular . Buenos Aires, Enero 29 de 1876. Distinguido Señor: Me cabe la satisfacción de poner en sus manos el segundo número de los Anales de la Sociedad Cientilica Arjentina, de la que es Vd. Socio Honorario. Aunque en este carácter tiene Vd. el derecho de servirse de la publi- cación que adjunto, me permito, sin embargo, suplicarle tenga á bien favorecerla con su ilustrada colaboración que ha de contribuir á darle la mayor importancia é interés. Conociendo sus trabajos por el progreso científico del país, me atrevo á esperar que Vd. ha de favorecernos con su colaboración, proporcio- nándonos materiales valiosos para la ciencia, que á la vez serán acoji- dos con vivo placer por los lectores de nuestra publicación. Aprovecho esta oportunidad para saludar á Vd. atentamente. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Córdoba, Enero 21 de 1876. Sr. D. Pedro Pico, Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Distinguido señor : He tenido el gusto de recibir la carta de vd., fecha 13 del corriente, corao también el primer número de los «Anales de la Sociedad Científica;» por los cuales sírvase aceptar mis agradecimientos mas sinceros. No sabia que tenia el honor de ser miembro de esta Sociedad, pero siempre me habría interesado mucho en un tal movimiento en pro de de la marcha científica del país, y no puedo menos de tener el mayor deseo para ayudarlo según mis fuerzas. Por ahora estoy tan ocupado en la colección de datos, que me falta absolutamente tiempo para la discusión ó arreglo científico de ellos; espero sin embargo que dentro de pocos meses habrá pasado este período, y ten- dré mucho placer ofreciendo lo que puedo á la Sociedad. Entre tanto le agradecería mucho un ejemplar de los Estatutos ó Regla- mentos de la Sociedad ; y en el caso que le falten fondos, le ruego con- tar con mí óbolo. Tengo el honor de saludarle con la mayor atención y de suscribirme S. S. S. B. A. Gould. Buenos Aires. Enero 28 de 1876. Señor Dr. D. Benjamín A. Gould. La Comisión Directiva de esta Sociedad se ha impuesto de su última comunicación acusando recibo del primer número de los Anales, en la cual vd. manifiesta no saber que era miembro honorario de ella, y le ofrece su cooperación intelectual y pecuniaria. Con sorpresa ha sabido esta Comisión que vd. no ha recibido el res- pectivo nombramiento. Espedido este en el primer año de la fundación de la Sociedad, tal vez se ha cometido una omisión en todo caso disculpable. Me cabe la honra de confirmar á vd. el nombramiento de miembro honorario de la Sociedad Cientifica Argentina, cuyos estatutos, memorias y otras publicaciones tengo el honor de acompañar á esta. Agradezco sinceramente, á nombre de esta Sociedad, el ofrecimiento de su cooperación pecuniaria. La Sociedad cuenta con recursos abundantes, á pesar de las fuertes erogaciones que ha tenido que hacer para dar importancia á su biblio- teca y para fomentar el desarrollo de los estudios científicos. DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD 121 En este sentido se han dado últimamente pasos avanzados, como la cooperación al viaje cienlífico del socio D. Francisco P. Moreno á través de la Patagonia, para el cual se suscribió esta Sociedad con mil fuertes, y la fundación de los Anales, cuya segunda entrega recibirá vd. de un momento á otro. Me permito invocar los generosos sentimientos que vd. manifiesta hacia esta Sociedad, para significarle que esperamos con vivo interés su cola- boración en los Anales, que necesitan del concurso de personas emi- nentemente colocadas como vd. El Observatorio que tan dignamente dirige vd. no es bien conocido del público en general, si bien lo es entre un círculo numeroso de per- sonas ilustradas. Esta circunstancia me induce á creer que seria conveniente dar en los Anales una descripción del establecimiento con algunas vistas de su in- terior, todo lo cual obtendría la mejor acogida. Al apuntar á vd. esta idea, en nombre de sus benévolos sentimientos manifestados en la carta que tengo el honor de contestar, me es agra- dable reiterarle las seguridades de mi mas distinguida consideración. Pedro Pico. Presidente Estanislao S. Zeballos. Secretario. Cooperación del Gobierno Nacional. Buenos Aires, Enero 17 de 187h. Al Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Me dirijo á vd. comunicándole que por decreto de esta fecha el Go- bierno ha dispuesto suscribirse á treinta ejemplares del periódico « Anales de la Sociedad Científica Argentina, » órgano de la Sociedad quevd. preside, al precio de un peso fuerte cada ejemplar, lamentando que la situación actual de Tesoro, no permita acordar por ahora mayor protección á la referida publicación. Con este motivo saludo á vd. atentamente. 0. Leguizamon. 122 anales de la sociedad científica argentina Comisión de Nivelaciones. Buenos Aires, Enero 17 de 1876 Señores D. Jorge Cooper, D. Francisco Lavalle, D. Luis A. Huergo, D. Augusto Ringuelel, D. Ignacio Firmal y D. Juan Medid. Razones que no es del caso enumerar han venido dificultando la reu- nión de la Comisión de que Vds. forman parte y que en 1874 fué encar- gada de buscar un punto fijo para relacionar á él las nivelaciones prac- ticadas en esta Provincia. La importancia de la resolución de un problema de esta naturaleza no escapa á la penetración de Vds., de manera que juzgo inoficioso detenerme á abundar en consideraciones oportunas para realzarla. Informada la Sociedad de la paralización de los trabajos de la Comi- sión de que son Vds. miembros, encargó á la Junla Directiva que los activara promoviendo nuevas reuniones de los comisionados. En cumplimiento de esta resolución se dirijieron á Vds. las citaciones de fechas 26 de Octubre y 6 de Noviembre ppdo. A pesar de ellas las reuniones no se han efectuado y los trabajos y estudios que debieran emprenderse, no han sido aun iniciados. Llevados estos hechos á conocimiento de la Asamblea en su sesión del 15 del corriente, me ha autorizado para dirijirme á Vds., como tengo el honor de hacerlo, rogándoles encarecidamente, tengan á bien dedicar al asunto en cuestión, la preferencia que exije, á fin de arribar cuanto antes á un resultado definitivo y satisfactorio, que será tan úiil á la Provincia, como provechoso para el crédito y buen nombre de la « Socie- dad Científica Argentina, j Para facilitar los trabajos de la Comisión y armonizarlos con sus que- haceres particulares, creo conveniente que Vds. se sirvan avisar á la Secretaría, qué dia y á qué hora les seria fácil asistir á la reunión. Esperando su respuesta, que no dudo será en el sentido que dejo pedido, dados sus antecedentes y el interés con que acompañan Vds. la marcha de la Sociedad, me es satisfactorio reiterarles las seguridades dé mi consideración mas distinguida. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Los miembros de la Comisión de Nivelaciones se reunieron en el local de la Sociedad, y después de cambiar algunas ideas sobre el asunto DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD 123 que los ocupa, resolvieron dividirse en comisiones de á dos para prac- ticar las nivelaciones necesarias. Esas comisiones se componen así : !=> Señores Ringuelet y Huergo. 2* » Cooper y Lavalle. 3' » Firmal y Medici. Fijaron el dia 20 de Febrero para reunirse y comunicarse los trabajos realizados . Renuncia del Tesorero. Buenos Aires, Enero 17 de 1876. Sr. D. Adolfo Büttner. Me cabe la satisfacción de poner en su conocimiento que la Sociedad, reunida en asamblea el 15 del corriente, ha aceptado su renuncia de Tesorero, solo en atención á que Vd. se auseuta del país, nombrando en su lugar al Dr. D. Carlos Salas. La asamblea resolvió por unanimidad, un voto de gracias para Vd., por los importantísimos y eficaces servicios que ha prestado á la Sociedad, mientras la Tesorería ha estado á su cargo. Informada de que Vd. habia repuesto de su bolsillo la suma de 1400 pesos m/c. que faltaba en el balance general, la Asamblea acordó tam- bién unánimemente que aquella cantidad le fuera devuelta á Vd. Al dejar cumplido este agradable deber, réstame solamente saludar á Vd., como á uno de mis colegas de tareas mas asiduo y empeñoso por la prosperidad de la asociación. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Reforma del Reglamento La Sociedad Científica Argentina, reunida en asamblea el d5 del cor- riente, resolvió reformar su Reglamento. En consecuencia la Comisión Directiva ha encargado de la redacción del proyecto de reformas á los Sres. socios D. Luis A. Huergo, Don Ángel Silva y Don Octavio Pico, á quienes pueden dirijir los demás so- cios las observaciones y reformas que les sugiera el Reglamento vigente. SEGUNDA ESPOSICION ANUAL SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA APERTURA EL 28 DE JULIO DE 1876 Al celebrar el 4° Aniversario de su fundación, esta Sociedad distribuirá los premios correspondientes al concurso anual ya acordado, y se inaugurará su segunda Esposicion Cientí- fica é Industrial, para cuya formación se invita al público á concurrir, de acuerdo con este programa. RAMOS QUE COMPRENDERÁ LA ESPOSICION /* Sección. — Arquitectura, Construcciones Civiles y Militares . A. Materiales de construcción naturales y artificiales. — B. Ins- trumentos, Modelos, Planos, Mapas, Obras y Publicaciones nacionales. 5» Sección. — Materias primas aplicables á la Industria. A. Minerales. — B. Vejetales. — C Animales. 3^ Sección. — Productos Industriales y Agrícolas. A. Fabriles. — B. Cerámicos y Vidriados. — C Metalúrjicos. B. Combustibles é iluminantes. — E. Químicos y Farma- céuticos. — r. Sustancias alimenticias. — Cí. Abonos. — M. Varios. 2» ESPOSICION ANUAL DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 125 4» Sección. — Objetos de Historia natural. 5^ Sección. — Aparatos, Utensilios é Instrumentos científicos é industriales. 6^ Sección. — Útiles para la enseñanza de las ciencias matemáticas y físico- naturales. 7» Sección. — Higiene pública y doméstica. 8'^ Sección. — Fotografía, Tipografía, Telegrafía. 9^ Sección. — Aplicaciones de las ciencias á las artes de ornato. La Esposicion permanecerá abierta durante los dias que la Comisión Direc- tiva juzgue conveniente. Cada Sección será estudiada y clasificada por un jurado de tres miembros nombrados por la Junta Directiva que podrá acordar á los objetos espuestos los premios siguientes ; Primer premio Medalla de Oro. Segundo premio — de Plata. Tercer premio Mención Honorífica. La Sociedad entregará á los espositores solamente el diploma que certifi- que el premio que hayan obtenido. Las Medallas que los premiados quieran adquirir en virtud del diploma correspondiente, llevarán el escudo del sello mayor de la Sociedad y este lema : En una cara : 2^ Esposicion anual de la <í Sociedad Científica Arjentina ». En la otra cara ; Premios de estímulo, 1876. Las personas que quiecan concurrir á esta Esposicion deberán enviar á la Secretaria de la Sociedad hasta el 1" de Julio, una lista de los objetos que presentarán. MEMORIA PUERTO Y DÍOUE DE SAN FERNANDO Leída en la « Sociedad Científica Argentina » en la Asamblea lo de Febrero de 1878 Estando aun en construcción las obras de Puerto de San Fernando, no habia pensado por ahora presentar memoria alguna sobre estos trabajos; pero hoy lo hago con gusto , accediendo al pedido de la Junta Directiva de la Sociedad de dar una lijera noticia de ellos y de la obra del Dique Seco construido en la misma localidad. El puerto de San Fernando es completamente artificial, y su construcción debida al famoso temporal de los dias 5 y 6 de Junio de 1805. Destruida casi totalmente la floreciente población de las Conchas, que en aquella época era el punto por donde se hacia el principal comercio con las provincias del litoral y Paraguay, el Virey Sobremonte decretó en 7 de Se- tiembre de 1805, la formación de un nuevo pueblo sobre el terreno alto de la Punta Gorda (hoy San Fernando de Buena Vista), y nombró al ingeniero D.Eustaquio Giiianiiini para que efectuara la delineacion de la nueva pobla- ción y proyectara la desviación del rio de Las Conchas desde el « Paso de Carupá. » El plano que presento á la Sociedad es copia del original levantado por el ingeniero Guiannini y demuestra la posición del pueblo de San Fernando y de la desviación proyectada del rio de Las Conchas. El informe correspondiente, dice así: Buenos Aires 29 de Noviembre de 1805. Exmo Señor. « Adjuntos pongo en manos de V. E. los dos planos, uno en escala ma- « yor que demuestra los terrenos del Alto, llamado de la Punta, situación de « las casas y ranchos con espresion de sus dueños y proyecto de nueva « población con arreglo á las leyes de Indias mandadas observar, y otro de MEMORIA SOBRE EL PUERTO V DIQUE DE SAN FERNANDO 127 « la parte baja del bañado de las Conchas, curso del rio de este nombre y « proyecto del nuevo canal según se diseña con líneas amarillas, el que soy « de sentir que para mayor economía, se abra en este verano en toda su lon- « gitud con 6 ú 8 varas de ancho, y de profundidad únicamente lo que baste «. para que corra el agua del expresado rio á beneficio de lo cual su rectitud « y los mayores grados de velocidad que adquiera en las crecientes de las « avenidas de la siguiente invernada, en tal caso y con tales datos estas ma- « sas de agua ejercerán sus esfuerzos contra el fondo corno lo expresa Be- « lidor en su arquitectura hidráulica tomo 2, pag. 287 art. 990, se progre- « sará este con mucha economía de tiempo y dinero para el giro propuesto « de que se sostitnya con muchas ventajas el Puerto y surgidero de las Con- « chas. Todo arreglado á lo que V. E. se sirvió prevenirme en su oficio de « fecha 7 de Setiembre ppdo. Dios guarde la vida de V. E. muchos años. Buenos Aires, Noviembre 29 de 1805. Exmo Señor. Eustaquio Giannini. Exmo. Sr. Marqués de Sobremonte. Las esplícaciones que contiene el plano complementan lo dicho en el in- forme, y nos hacen conocer que el proyecto consistía en la desviación de las aguas del rio de Las Conchas, formando una represa en el punto S. del Paso de Carupá, y abriendo un nuevo cauce en la linea marcada K. K. K. K. hasta el rio de Lujan. Estas obras empezadas el 2 de Febrero de 1806, sacando la primera pala- da de tierra el mismo Vrrey Sobremonte, fueron interrumpidas por la in- vasión de los ingleses; \erO han sido emprendidas nuevamente en todas las épocas y por todos ios Gobiernos, debiéndose á Rivadavia la apertura de la zanja existente desde el ftnto que hoy ocupa el dique seco hasta el «paso de Carupá .» 9 El proyecto primitivo, de escasa importancia para la navegación hasta 1835 ó 1840, viene por obra de la naturaleza adquiriendo una importancia vital para la navegación interior de la República, y debía haber proporcionado desde muchos años atrás, grandes ventajas aún al comercio esterior. El Ingeniero Guianuini dice en las notas del plano, que « Cuando el « rio baja nmiho en razón de los vientos Pamperos, en todos estos canales « que lorma el Paraná queda solo unos pequeños airoyos que pueden pa- n sarse á caballo de la tieria firme á las Islas, » y este otro plano levanta- do en 1830 que presento al examen de los señores socios, nos muestra que el rio de Lujan en las inmediaciones de la actual entrada al Puerto de San Fernando, donde hoy existe una profundidad de dte^í ?/ seis pies (16') no habia entonces mas de tr(S pies (3' ) de agua. La entrada por el rio de Luj.in á los puertos del Tigre ó de las Conchas, 128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ya fuese para los buques que venían del Paraná de las Palmas por la Rama Negra, la Antequera y Abra Vieja ó de Buenos Aires por la desembocadura del mismo rio de Lujan, presentaba la escasa profundidad de tres pies (3') y exijia la subida de la marea para que los buques aun solo de seis pies de calado pudieran penetrar. El cauce del rio de Lujan, como los de los Paraná, avanza ^continuamente en el estuario del Plata. A medida que los terrenos laterales á su desembocadura son elevados de nivel por los depósitos de materias sólidas traídos en suspensión por las aguas de estos ríos, y que las raices de las plantas que luego crecen en ellos les dá consistencia, la fuerzas de las corrientes que se va concentrando por este encausamiento, empuja constantemente hacía afuera las barras formadas por la acción de las olas del Rio de la Plata. Es así; que tomado en consideración el plano levantado en 1830, y con- firmado los datos que contiene con los suministrados por prácticos de la localidad, podemos tener seguridad, que la barra del rio de Lujan ha avan- zado en 50 años de 500 á 600 metros en el Rio de la Plata, ó puede decirse en razón aproximada de diez ( 10) metros por año. Ahora bien, teniendo la tierra firme en la prolongación de la ribera dere- cha del río de Lujan, y los terrenos en formación del « Banco de las Pal- mas s como futura ribera izquierda, bastaría ayudar á la naturaleza y eje- cutar inmediatamente el encati Sarniento que ella efectuará en el largo término de 350 ó 400 años, para obtener un canal navegable de doce píes ( 12 ) de profundidad en aguas bajas ordinarias, que uniría el cauce al interior de la actual desembocadura con el «: Pozo de la Punta de los Olivos » Para obtener este resultado es suficiente la formación de la futura ribera izquierda del rio de Lujan en una ostensión de tres ó cuatro (3 ó 4) mil metros, por medio de un dique longitudinal sumergible, cuyo costo podría reducirse considerablemente si el vecindario de \xs islas penetrado de su propio interés cediese gratuilamente las ramas d^auce necesarias para la formación de las faginas. 0 Con esta profundidad de agua los buques de ultramar de 16 pies de cala- do podrían entrar diariamente al rio de Lujan con la subida de la marea, y en sus riberas pueden formarse puertos como el de San Fernando en aguas tranquilas, libres de las corrientes del rio. Probablemente este es el único medio de satisfacer los deseos que manifiestan los vecinos de San Isidro con las obras que hoy ejecutan sin éxito importante. Penetrado de estas ideas cuando tuve ocasión de estudiar la localidad, aceptando la dirección de la construcción de las obras del Puerto de San Fernando, de que fui encargado por decreto de 9 de Setiembre de 1874, creí conveniente cambiar el proyecto primitivo de desviación del rio de las Conchas, por el de una derivación del río de Lujan que al mismo tiempo que proporciona aguas tranquilas para el puerto, permite en el futuro una MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO 129 profundidad de agua igual á la de este rio y no interviene con la navegación del Tigre. Ua puerto como el de San Fernando que fácilmente puede hacerse accesible á buques de ultramar, que situado en la confluencia del Rio de la Plata y un brazo del Paraná (Arroyo del Capitán) tiene que ser la cabeza de la navegación interior de la República; tiene el triple futuro de puerto comercial, de puerto de refugio en los temporales del S. E. y de puerto de guerra, pues puede encerrar una escuadra y de- fenderla con mayores ventajas que la isla de Martín García cuyas obras estarán á la vista del enemigo y al alcance de 6 y 7 kilómetros de la artillería moderna, no podia carecer de obras apropiadas para la repa- ración de buques. La elección de localidades para este objeto es difícil en el Rio de la Plata, cuya costa oriental compuesta de bancos de arena ó suelo de piedra, una profundidad de agua poco considerable y una marea insi- gnificante, exije obras dispendiosas para el establecimiento de « Vara- deros de ferro-carril », siendo aun de mayor costo la construcción de los « Diques secos » y no tiene abrigo ni agua suficiente para el esta- blecimiento de <í Diques flotantes » ó n Hidráulicos. » Respecto á la costa Argentina ; las grandes playas de arena, que por mas de medio siglo han puesto en problema la construcción de un puerto para esta ciudad, exigen que se venza la misma dificultad de la apertura de un canal de entrada para que pueda construirse un dique seco, y no permite el establecimiento de diques flotantes á causa de la falta de abrigo en los temporales. En los Ríos Paraná y Uruguay, la diferencia de nivel entre las aguas bajas y las de las mayores crecientes llega en muchos puntos hasta siete ( 7 ) metros y el suelo firme se encuentra en muy pocas partes á pro- fundidad razonable; de piodo que tanto para asegurar la estabilidad de obras pesadas, como para conseguir agua suficiente para la flotación de los buques, evitando sean inundadas en las crecientes, los cimientos deberán levantarse sobre un sistema de pilotage, ó macizos de albañilería, y las paredes y puertas de esclusa construirse con una altura no menor de 11 á 12 metros que darían por resultado un costo exajerado. El único puerto que por ahora se conoce, con comodidad y seguridad para el establecimiento de un dique flotante, es el puerto de San Pedro que rodeado de tierra en todas direcciones tiene en su interior profun- didad de mas de sesenta pies. Lo único que estorbaría á la realización de esta obra en aquel puerto, es la existencia de la barra que solo tiene cinco (5) pies de agua, que hace mucho tiempo debia haberse dragado, en vez de malgastar el dinero en la apertura del arroyo Obli gado, intentada en 1855, ó del canal nuevo en 1864. Entretanto el Puerto de San Fernando presenta las mejores condicio- nes para el establecimiento de esta clase de obras. 10 130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La opinión general de los Ingenieros puede decirse, que está espuesta con precisión en el interesante arlículo del ingeniero Delacour sobre sistemas de obras pnra la reparación de buques, publicado en los An- uales des Ponts et Chaussées de 1862, tomo 1», pág. 224, y dice así : « Diques de reparación escavados en el terreno ó construidos sobre el « fondo del mar^ son los sistemas mejores de poner en seco un buque « para ser reparado ; el costo es muy variable según la situación que « se adopta para la construcción y según la naturaleza del terreno sobre « que reposa. « Las mejores condiciones teóricas para el establecimiento de un dique, « consistirían en la escavacion en seco, en la roca ó en un suelo na- « turalmente impermeable; en Tolón y muchos otros puertos se han (í construido en parajes marcados por la distribución de los arsenales « y por esto mismo su costo es exajerado ; su bello modo de ejecución 4 ha sido repetido en muchos países estranjeros. «En nuestra opinión no hay marina sin dique seco, y solamente en « casos especiales se puede ocurrir á las diferentes combinaciones que « se han imaginado para suplirlos. » Estas condiciones teóricas llenadas plenamente en el dique seco de San Fernando, que construido en seco, es cortado en tosca tan resis- tente que en parte le sirven de muros laterales, vienen á ser mejorados por la proximidad á esta ciudad, de donde se puede obtener todo lo necesario á la reparación y provisión del buque en el corto término de una hora. Los recursos destinados á la ejecución de la canalización del puerto de San Fernando solo alcanzaban á veinte dos mil ochocientos pesos fuertes (22,800 $ fts. ), que apenas podía servir para demostrar con obras provisorias las ventajas naturales de la localidad. Para poner en ejecución la idea podía haber tratado de demostrar las conveniencias para el comercio y para el país de la construcción de un dique ; pero seguramente había suscitado una discusión interminable y de resultado dudoso, pues no debemos ocultarnos que las autoridades ni el público tienen serios motivos de confianza en los trabajos hidráu- licos de los ingenieros. Hasta ahora ninguna obra pública de mejoras de puerto ha respondido á su objeto: los muelles de Buenos Aires, el de San Nicolás, el del Uruguay, el de la Concordia y tantos otros pres- tan un escaso servicio ó ninguno á la navegación, siendo unos accesibles solamente á pequeñas embarcaciones, y quedando otros en seco la ma- yor parte del año. Estas son señores las razones que me obligaron á solicitar de la Municipalidad de San Fernando la concesión para la construcción y es- plotacion del dique ; la que examinada por el Departamento de Inge- nieros y aprobada por el Gobierno obtuve en 20 de Setiembre de 1875. El total de las obras del puerto de San Fernando consistirán por MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO 131 ahora, como muestran los planos en un puerto con entrada del rio de Lujan de un mil (1,000) metros de longitud y veinte y siete (27) metros de ancho en su mayor parte, cuya superficie siendo de veinte y seis mil metros cuadrados ('26,000 metros), admite con arreglo á la fórmula general (capacidad = ^ ) por lo menos sesenta y cinco (65) buques de cabotage de los mayores que se ocupan en la navegación interior, de- jando libre paso para el movimiento de entrada y salida. La profundidad de agua en mareas bajas ordinarias será de dos metros (S^OO), y con la subida de la marea permitirá diariamente la entrada de buques de tres metros y medio (3. 50) de calado, ó sea de 11 '/s pies ingleses. Los muelles de madera que servirán para la carga y descarga tendrán por lo menos una longitud de 1,250 metros, y para las embarcaciones menores que conducen frutos, leña, etc. habrán 60 metros de escaleras en material con escalones de O"" 30 de altura y O'" 30 de ancho forrados en madera dura. En la parte superior en que se encuentra tosca, cons- truiremos una pared de retención en ladrillo de 300 metros. Para completar lus muelles de madera, establecer otras escaleras y concluir las paredes de retención en el puerto actual, se necesitaría emplear aun una suma de veinte y cinco mil pesos fuertes. Las obras que se ejecutan costarán la suma de ciento catorce mil pesos fuertes (114,000 fts.j en la cual no se comprende el dique. Las comodidades de este pequeño puerto, se han hecho sentir desde el momento que se abrió al servicio público el 15 de Octubre de 1875 como lo demuestra el cuadro comparativo del movimiento correspon- diente á una misma estación de cuatro años consecutivos. Entrada de buques mayores de 15 toneladas: 16 de Octubre de 1872 á 31 de Enero de 1873 — 65 buques. 16 « « « 1873 « 31 « 1874 — 58 « 16 ft « « 1874 « 31 « 1875 — 57 <í 16 « « « 1875 (í 29 « 1876—76 « Entradas de embarcaciones menores de 15 toneladas. 16 de Octubre de 1872 á 31 de Enero de 1873 — 683 embarcaciones. 16 (t « « 1873 « 31 « 1874—583 « 16 « « « 1874 « 31 « 1875 — 238 « 16 « « « 1875 « 29 « 1876-1878 « Los buques mayores, que anteriormente descargaban en el rio de Lujan, empiezan ya á hacer uso del puerto, y hoy se encuentra en é descargando postes de Ñandubay el « Patacho Yaguareté » de nueve y medio pies (9'/») de calado. * S. Snperficie. E = Eslora de buques :?: 22 m. M= Manga ± 6 m. i 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En la construcción de las obras del puerto y del dique no ha habido dificultad técnica que merezca mencionarse. El Gobierno al encargarme la dirección de las obras me hizo presentej que no debia contar con el auxilio de la « Draga Emilio Castro n, que ya habia sido empleada en aquel punto durante 6 meses, sin provecho alguno. Examinada la localidad, acepté esta condición con la única limitación, de que no daria ensanche á la entrada hasta profundidad conveniente, sino podia obtener la draga por un corto tiempo á la conclusión de los trabajos. Las razones que tuve para admitir esta condición fueron que precisamente la naturaleza de las obras indicaba que el empleo de la draga en su ejecución era inconveniente. Hemos visto que la existencia del canal es completamente artificial. El terreno desde el rio de Lujan vá subiendo hasta una distancia de dos mil metros, desde donde desciende hacia el rio de las Conchas y hasta el « Paso de Carupá, » en una distancia de dos mil seiscientos metros. Desde luego se notaba que la cantidad de agua que recojia este cauce artifi- cial de (ios mil metros de longitud era insignificante, y que sin inconveniente alguno podría retenerse por una presa en la parte superior de las obras co- mo se ejecutó en la sección O del plano. Entre este punto y el rio de Lujan la calidad del terreno es la siguiente : desde la sección 1 hasta la sec- ción 6 '/.2 ó sean 550 metros de longitud habia una capa de arena y tierra de un espesor medio de 1 metro, debajo de la cual se encontraba la tosca que debia escavarse en una profundidad de2'"'50; y desde la sección 6 '/. hasta el rio de Lujan, todo el lecho era de arena que ha sido primiti- vamente lecho del Rio de la Plata-. Ahora bien, por una parte mas de la mitad de la escavacion debia hacerse en la tosca, material inatacable por la draga, como lo constaté posteriormen- te, y el resto de arena que por la pendiente natural del terreno debia elevar- se apoca altura, podia trabajarse con mayor economia á pala que con draga, pues en el descenso de la marea el canal quedaba en seco hasta unos tres- cientos metros {'SOO™' ) ^g su desembocadura, y siendo la anchura existente de íá 7 metros, se hacia casi imposible la maniobra de una draga aparejada con la correspondiente chata y la inevitable suspensión de dragado por falta de agua y de espacio, habria hecho subir el costo de escavacion á una suma enorme. De acuerdo eon el resultado de este estudio el proceder mas fácil era el de cortar la comunicación de las aguas del rio de Lujan con el canal, de modo que construida la represa entre la sección lOy H y evitadas las aguas de lluvia por la represa en la sección 0^ la escavacion se hizo en seco, estrayendo las aguas de filtración con una bomba centrifuga de 0"''25 de diámetro. La descripción anterior del Puerto de San Fernando corresponde á la del canal de entrada al dique, pues le sirve como tal, y esto basta para demos- MEMORIA SOBBE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO 133 trar que los buques pueden entrar á ser reparados aún bajo un furioso tem- poral. Las principales dimensiones del dique son : ochenta y cinco metros (85™s') de longitud, diez y ochos metros (18™') de ancho en el piso, con puertas de esclusa de quince metros sesenta centímeiros (IS^'-eO) de luz. Estas dimensiones no son en manera algu.na arbitrarias. La longitud está calculada para recibir con comodidad cualquier buque de la navegación interior, y de los que forman la Escuadra Nacional; entre ellos el de mayor longitud es el « Brown » que tiene 77 metros cincuenta centímetros (77""s-50) de eslora. La luz de las puertas está calculada con relación al paso de los vapores de rueda que tienen una manga entre tambores considerable, siendo sin em- bargo los de mayor manga, el Galileo de 14 "40, el «Puerto de Buenos Aires » 14 i" 00; los encorazados Piala y Andes solo tienen 13 ■" 50. La longitud del dique podia haberse aumentado con muy poco costo, ha- bilitándolo para recibir dos buques á la vez; pero como no puede conocerse siempre el tiempo que se empleará en la reparación de cada uno, habria en muchos casos que retener al que primeramente las hubiera ejecutado, hasta que el otro se hallara en iguales condiciones para dejar el dique, causando una demora perjudicial al primero que en general no seria aceptada; y entre- tanto por la mayor capacidad, los gastos de agotamiento y conservación ha- brían aumentado permanentemente. La luz ó claro de las puertas permite la entrada de buques de mayor man- ga de los que hoy navegan nuestros rios; y esta no puede aumentar consi- derablemente, pues los vapores de ruedas, que por los tambores son los que ocupan mayor anchura, vienen rápidamente sostituyéndose por los de hélice desde pocos años después de 1858 en que fué inaugurada en el Tasmania. Los vapores de ruedas son indudablemente mas cómodos para el pasagero, por el movimiento mas suave de su marcha; pero son de mayor costo en su construcción por el mayor peso de las máquinas, y en su esplotacion por los mayores frotamientos y mayor consumo de combustible, condiciones que no estando en armonía con los intereses déla producción industrial y desarrollo de las relaciones comerciales les harán también desaparecer en nuestras construcciones navales. Respecto al sistema de construcción del dique y sus detalles, los planos dan laa esplicaciones necesarias; solamente agregaré pocas palabras sobre la clase de materiales empleados y sobre algunas piezas que no pueden apre- ciarse en ellos. Los cabezales superior é inferior de cada hoja de la puerta de esclusa, el quicio, la quisionera, el batiente y pasadera son de madera dura de urunday. Los travesanos de pino de tea, en número de cinco (5), reforzados con ar- maduras de fierro, aumentan de distancia entre si á medida que quedan á mayor altura, y todo el bastidor va forrado con tablones verticales de pino de 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tea de Oi^OS por 0™20 de sección. Dos tirantes de hierro unen la parte inferior del batiente con la superior del quicio. Para el servicio, las puer- tas llevan el puentesito de costumbre de 1™15 de aucho. Los collares, gorrones y tejuelos para afianzar la puerta al girar sobre el eje del quicio, están arreglados con la forma y dimensiones adoptadas en construcciones análogas de épocas modernas. El buscOj los estribos y muros de retención son construidos con ladrillo de prensa de la fábrica de San Isidro, sentados en mezcla de cimento de Portland y arena déla Banda Oriental, lo mismo que ios muros transversales del piso que soportan los taquetes de madera para recibir la quilla del buque. Las gradas construidas son de ladrillo del país bien quemado y el piso de ladrillo á sardinel sobre una capa de cimento de Portland de 0™05 de es- pesor, rellenados los espacios intermedios con el mismo material. Las puertas llevan una rodaja colocada á dos tercios ( | ) de distancia del quicio al batiente, que rueda sobre rieles en curva y del sistema Yig- nolles. Para llenar de agua al dique, la hoja derecha tiene una compuerta do O^tó X 0™90, y para el agotamiento se emplea una bomba centrifuga de Gwinne deO™30 de diámetro, movida por una máquina á vapor de fuerza no- minal de 14 caballos. El tiempo medio para llenar el dique es de 1 hora y el para agotarlo de S^á 6 horas. La situación de la bomba de agotamiento en las inmediaciones de la puerta habría sido perjudicial al tráfico de la ribera, mientras en el punto elejido se encuentra alejada de todo movimiento, y ayuda á la conservación del puerto, estrayendo en cada agotamiento una parte dé las materias que en él se depositen, y que^ son arrastradas por la fuerte corriente que se establece en la compuerta al llenar el dique. El movimiento de las puertas se hace provisoriamente con cadenas ó sogas enganchadas directamente á las puertas, pero como para concluir los trabajos que se ejecutan por el Gobierno de la Provincia, debo otra vez poner en seco todo el puerto, el sistema definitivo que entonces se empleará para efectuar esta operación, consistirá en la construcción de un muro unido al centro del busco, que recibirá un estremo de una cadena que, pasando por un guinche colocado sobre el puente de ser- vicio de cada hoja y por una roldana de cada lado del cabezal inferior, tendrá el otro eslremo fijo en la pared esterior del canal de entrada. Las primeras obras del puerto se empezaron el 12 de Febrero y quedaron terminadas el día 25 de Octubre de 1875. Las obras del dique seco empezaron el 14 de Octubre de 1875 y que- daron terminadas el 24 de Diciembre del mismo año, inaugurándose su esplotacion el 9 de Enero de 1876, con la reparación del vapor « Galileo » de 72"' 70 de eslora, 14"" 40 de manga entre tambores y 2» 00 de calado, de propiedad del Sr. D. Enrique Piaggio, y las vistas foto- MEMORIA SOBRE EL PUERTO Y DIQUE DE SAN FERNANDO 135 gráficas que acompaño representan dicho vapor durante su permanencia en seco. Relacionada íntimamente con el puerto de San Fernando y la nave- gación interior de la República está la mejora de la comunicación entre el rio de Lujan y el Paraná de las Palmas para lo cual se han for- mado varios proyectos. El plano í Proyecto de Canalización del rio de Lujan al Capitán » es uno de ellos^ en el que, según se me ha dicho, se pretende que el punto A en la Punta Chica del Paraná de las Palmas se halla como dos pies (2') mas elevado que el punto B en el Remanse Grande del rio de Lujan. La pendiente del Paraná es menor de media pulgada por milla, así que entre la desembocadura del rio de Lujan y el punto A del Paraná puede asegurarse que no hay un pié de diferencia de nivel ; y como es muy natural creer que la pendiente del rio de Lujan sea mayor de media pulgada por milla, en vez de obtenerse por este proyecto que las aguas del Paraná de las Palmas fluyan al rio de Lujan, el resultado mas que probable seria que las aguas de curso superior de este fluyeran al Paraná de las Palmas. Otros proyectos se refieren á mejoras de los brazos conocidos por « Abra Nueva » y « Abra Vieja, y> cuyos respectivos cursos se ven en el « Piano levantado por los oficiales de la Cañonera Wasp en 1875; pero pendiendo respecto de ellos una concesión del Congreso, por la que, aunque para otro objeto se ha formado la Sociedad Muelle y Ramal de San Fernando,» debo escusarme de emitir mis opiniones en el seno de la Sociedad Científica, por la circunstancia de encontrarme repre- sentando al Gobierno de la Provincia, accionista en aquella empresa. La conservación del puerto, depende principalmente de los depósitos de materias sólidas que se formarán con la entrada y salida de las aguas, en la subida y descenso de la marea del Rio de la Plata. Calculada la altura de la marea en l'"50 término medio, entrarán al puerto 78,000 metros cúbicos de agua cada 24 horas, y, como por los estudios hechos por el Sr. Bateman y el Sr. Kyle, sabemos que el vo- lumen de materias sólidas en suspensión en las aguas del Paraná y del Plata está con estas en razón menor de 1 á 15,000, tenemos que el volumen total de materias sólidas introducidas cada 24 horas será me- nor de 5 met7'os cúbicos. En la proporción anterior y considerando que la mayor parte de las materias sólidas se mantienen sin depositarse por mas de 24 horas, después de dejar las aguas en completo reposo, creo que no es exaje- rado calcular que los depósitos formados anualmente no alcanzarán á un mil metros cúbicos, y que serán necesarios quince años por lo me- nos para que la profundidad de agua disminuya de 0™50. El Puerto de San Fernando es susceptible de recibir mayores como- didades. La área de agua puede aumentarse indefinidamente para admi- 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tir cualquier número de buques, y la profundidad llevarse í tres metros ó mas en aguas bajas ordinarias, lo que seria de gran importancia si se prolongase, algún dia, el cauce del rio de Lujan á los doce pies de agua del Rio de la Plata. La profundidad del dique puede también aumentarse, y en caso de necesidad se le puede dar una longitud su- ficiente para recibir tres ó cuatro buques á la vez en el corto término de un mes. Buenos Aires, Febrero 1* Je 1876. Luis A. Huerco. DATOS RELATIVOS PERFORiciffls nmmm m el lecho del plata Memoria leída en la « Socibdiü Científica Argentina» en la sesión del 1" de Febrero de 1876. Debo á la amabilidad de mi amigo y discípulo el Ingeniero D. Félix Rojas, el plano de trece perforaciones practicadas en el eje del canal entre el observatorio y la entrada á los diques proyectados por Mr. Bateman, y además las muestras de tierras estraidas (1). Según dicho plano las estratificaciones que forman la base del rio no son uniformemente horizontales, ni de igual espesor, extinguiéndose ó confundiéndose algunas con otras para formar capas de composición intermediaria. Por lo común dichas estratificaciones son zonas alternadas de marga, creta y arcilla de composición poco variable. Para comprender la composición general de esas margas y cretas, re- cordaré el trabajo que di á conocer sobre la de las toscas y de su formación (2); donde procuré demostrar que las variedades de toscas y de calcáreos formadas por sedimento del Plata^ median entre la arena del rio y la caliza margosa. Lo mismo debo decir relativamente á las estratificaciones que forman el lecho del rio ; pues todas, si se prescinde de ciertas capas interrum- pidas y cuya existencia debe considerarse debida á circunstancias acci- dentales, y limitadas á espacios muy circunscritos, como la de ciertos nodulos calcáreos que se encuentran solo en algunos puntos entre la marga arenosa que señalo mas adelante con el núm. 11, y la creta arcillosa núm. ÍII; como una capa delgada de conchillas (3) incrustadas en una tierra arcillosa muy oscura que se halla entre la arena núm. I y la marga núm. II; y como una capa sumamente dura de carbonato calizo de un ( t ) Después de los estudios á que se refiere el presente artículo, he hecho entrega del citado plano y de una colección de muestras para que queden depositados en el Museo de la « Sociedad Científica Argentina. » (2) Anales Cientificos Arjeiitinos, núm. 3, páj. 74. ( 3 ) Conchillas de la época actual, pertenecen al género Venus, clase de las Bivalvas: su forma es triangular, de color blanco, y las mayores no pasan de dos centímetros. 11 138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA color gris, hallada en las perforaciones 5 y 6 á una profundidad de 15 pies 3 pulgadas; si prescindimos, repito, de estas capas limitadas y acci- dentales, todas las estratificaciones están formadas de un reducido nú- mero de elementos combinados en diversas proporciones que reconocen por oríjen á la arena del rio que dividiéndose por el roce, se convierte en limo ó arcilla, con la cual por efecto de precipitación química se combina el carbonato calizo disuelto en las aguas. De las espresadas perforaciones he elejido para el análisis las muestras de la 13 por ser una de las mas completas. Estas muestras son en número de once y los datos que sobre ellas puedo indicar son los que espreso á continuación con cifras romanas, para distinguirlas de las que se refieran á las perforaciones. I. — Arena fina de oríjen feldespático y cuarzoso. Forma una capa de 9 pies 9 pulgadas en la perforación 13, pero cambia de un modo bastante notable en otras. Peso específico = 2,6589. Tiene 1,26 p»/o de agua; y deja un residuo de 94,95 p »/o insoluble en el ácido clorhídrico diluido. Su composición detallada sobre 100 partes es la siguiente: Agua. 1,26. Sílice 82,55. Oxido férrico 8,67. Alúmina 4,84. Oxido mangánico 0,29. Carbonato calcico 1^00. Potasa 0,16. Sosa.. 1,23. 100,00. íl. — Marga arenosa, ó sea una de las primeras modificaciones de la arena pasando al estado de tosca. Tomada á 10 pies de la superficie. De 1 pié 4 pulgadas de espesor. Peso específico = 2,2381. Tiene 9,6 p "/o de agua; y deja un residuo de 86, 8 p '/o insoluble en ácido clorhidrico. Esta capa no es homogénea en todos sus puntos ; en algunas se en- cuentra al estado de toba calizo-margusa, y en otros formando masas calcáreas compactas, confundiéndose en un todo con la muestra núra. III. La composición detallada de esta marga dará una idea muy aproxi- mada de las otras margas existentes en el rio, y es la siguiente sobre 100 partes : PEBFORACIONES PRACTICADAS EN EL LECHO DEL PLATA 139 Agua 9,60. Sílice 76,17. Oxido férrico 7,50. Alúmina 3,16. Carbonato calcico 2,17. Oxido mangánico 0,30. Potasa 0,13. Sosa 0,97. 100,00 III. — Creta arcillosa en forma de masas compactas en ciertos puntos, y en otros de nodulos muy duros, de superficie blanca, siendo su núcleo de un color gris mas ó menos oscuro. Tomada á 11 pies 3 pulgadas de la superficie. De 2 pies 3 pulgadas de espesor. Peso específico = 2,5733. Tiene 2 p"/. de agua y deja un residuo insoluble en ácido clorhídrico de 14, 4 p "le. He preferido para el análisis detallado á esta creta, por ser la muestra mas pura y para dar con ella una idea sobre la composición de las otras cretas especificadas en estos apuntes. Hé ahi su composición sobre 100 partes. Agua 2,00. Sílice 11,90. Carbonato calcico 77,40. Id. magnésico 1,50. Oxido férrico 3,00. Alúmina 3,68. Oxido mangánico 0,25. Álcali^ 0,27. 100,00. Aunque' esta muestra no puede de ningún modo clasificarse como tosca por su composición, debe sin embargo considerarse como una de las últimas metamorfosis de esta, ó sea el tránsito de las tobas á la creta pura. IV. — Arcilla grasa compacta, lisa, de color gris verdoso, muy plástica. Tomada á H pies 4 pulgadas, tiene 4 pies 9 pulgadas de espesor. Peso específico = 2,2114. Tiene 4, 67 p »/„ de agua higroscópica y deja un residuo de 86, 27 p «/o insoluble en ácido clorhídrico diluido. Inserto también integro el análisis de esta arcilla, porque es la mas pura entre las otras capas análogas, pudiéndose bajo este punto de vista considerar como tipo de las otras arcillas. 140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Su composición sobre 100 partes, es de: Agua higroscópica 4,67^ Id. de combinación 7,36) ' Sílice. 62,67. Alúmina 13^25. Oxido férrico 7,87. Oxido mangánico 0,27. Carbonato calizo 0,83. Álcalis y pérdida 3,08. 100,00. V. — Creta arcillosa menos puraque la núm. III de estructura ás- pera, aproximándose mas á la toba calizo-margosa. Tomada á 12 pies 6 pulgadas. Tiene 1 pié 6 pulgadas de espesor. Peso especifico = 2,4987. Tiene 2 p % de agua higroscópica y deja 21, 1 p "¡o de residuo inso- luble en ácido clorhídrico diluido. VI. — Marga arenosa parecida á la núm. II aunque algo mas calcárea. Tomada á 13 pies 7 pulgadas. Tiene 1 pié de espesor. Peso específico = 1, 9654. Tiene 8, 6 p % de agua y deja un residuo insoluble en ácido clorhí- drico de 83, 6 p °/o. VII. — Creta arcillosa parecida á las muestras III y V pero algo menos calcárea. Tomada á 18 pies 5 '/j pulgadas. Tiene 2 pies 4 pulgadas de espesor. Peso especifico = 2, 0789. Dá 3, 4 p "/o de agua y deja un residuo de 30, 9 p % insoluble en ácido clorhídrico diluido. VIII. — Marga arenosa parecida á la núm. II, pero menos calcárea. Fué tomada á 18 pies 6 pulgadas de profundidad. Peso especifico ==2, 0781. Tiene 4, 5 p 7o de agua higroscópica y deja un residuo de 88, 4 p "/„ en el ácido clorhídrico. IX. — Creta arcillosa parecida á la muestra núm. VIL Fué tomada á 24 pies 3 pulgadas de profundidad. Peso especifico = 2, 0808. Dá 2, 3 p °/o de agua y deja 29, 8 p «¡o sin disolver en el ácido clor- hídrico diluido. PERFORACIONES PRACTICADAS EN EL LECHO DEL PLATA 141 X. — Arcilla ferruginosa, lisa compacta, de color gris rojizo. Estraida á 26 pies 6 pulgadas de profundidad. Peso específico = 2,4509. Tiene 5,4 p7o de agua higroscópica y deja un residuo con el ácido clorhidrico de 78, 2 p "/o., XI. — Arcilla grasa parecida á la muestra núm. IV, aunque algo mas ferruginosa, menos compacta y menos plástica. Fué tomada á 26 pies 11 pulgadas de profundidad. Peso especifico := 2, 4473. Tiene 4, 2 p "/o de agua higroscópica y deja un residuo de 85, 8 p "/ insoluble en ácido clorhídrico diluido. M. PUIGGARI. VISITA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS La Sociedad Cientifíca Argentina, resolvió hacer una visita á la Fundición de tipos para imprenta, del Sr. D. Ángel Estrada, siguiendo así la serie de escursiones establecida con el mejor éxito. Esta se efectuó el domingo 23 de Enero próximo pasado, habiendo asistido un regular número de socios. Los señores Estrada recibieron amablemente á los visitantes, acompa- ñándolos durante todo- el tiempo que fué necesario emplear en el rápido examen de sus importantes depósitos y talleres. La visita comenzó á las doce y terminó á las tres y media de la tarde, habiendo sido una de las mas interesantes que ha verificado la Sociedad. Los concurrentes fueron obsequiados con una mesa de refrescos. El Sr. Pico, Presidente de la Sociedad, brindó por la prosperidad del establecimiento que se acababa de visitar. ^ El Sr. D. Ángel Estrada contestó agradeciendo á la Sociedad el re- cuerdo que habia hecho de sus talleres, pues procuraba con eficacia dar á conocer las fuerzas de producción que encierra el pais y que son igno- radas de una gran masa de población; ala vez que contribuía con sus opinio- nes autorizadas á desvanecer la preocupación de que es imposible hacer competencia en el pais á ciertos artículos manufacturados en el estran- jero, razón por la cual ellos hablan tenido mucho que luchar antes de asegurarse una buena clientela. Habló en seguida el secretario de la Sociedad haciendo notar la im- portancia de la fundición de tipos y los innumerables obstáculos con que ella tenia que tropezar en el pais, y no obstante los cuales contaba ya cinco años de incesante trabajo. El Sr. Pico agregó que en los Anales de la Sociedad se publicaría una memoria sobre la visita, y rae nombró para redactarla. VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 143 Tal es el origen del trabajo que tengo el honor de presentar á los señores socios. Para hacerlo he visitado varias veces el establecimiento que lo motiva, y me he servido de datos y grabados que el señor Estrada ha tenido la bondad de facilitarme, así como de mis propias observaciones durante seis años de vivir diariamente en una imprenta. liOS DEPÓSITOS El punto designado para la reunión de los visitantes era el espacioso local en que el Sr. Estrada tiene sus depósitos. Allí comenzó la visita de inspección. En vastos salones se encuentran máquinas y aparatos de imprimir desde los viejos y primitivos modelos hasta los mas adelantados; algunos de los cuales doy en seguida una breve noticia. La Minerva.— Este es el nombre de una pequeña máquina, movida por medio de un pedal, cuyo dibujo reproducimos (Fig. 1^). Es un perfeccionamiento de la máquina norte- americana Liberty, que fué inventada por un oficial carpintero de Nueva York. Asociado á otro oficial fundidor y mecáni- co, fundó un modesto taller, que es hoy una fábrica colosal en cuyos almacenes funcionan por medio del vapor mas de quinientas má- quinas Liberty. Esta operación sirve al mismo tiempo para exhibirlas y complementar su pulimentación. j^ La Liberty, mejorada en Francia , recibió el nombre de Minerva. La mejora consiste en la división de la mesa de la tinta en dos cír- culos concéntricos perfectamente ajustados y que giran en sentido inverso, al ponerse en movimiento el aparato. Esta reforma dio por resultado el perfecto reparto de la tinta, lo que no se habia conseguido en la Liberty. La Minerva trae además un freno que permite evitar la impresión aunque la máquina marche con rapidez. Importada en Buenos Aires ha producido una verdadera revolución en todo lo que se refiere á la impresión de tarjetas, esquelas y demás trabajos tipográficos de pequeño formato. La rapidez y la economía son las condiciones en que estríbala im- portancia de tan ingenioso mecanismo. Se ha generalizado aquí con el mejor éxito, haciendo una gran com- petencia á las litografías é imprentas. VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 145 Alauzet.— Las má- quinas de este nombre son las de mayor lujo y valor que se hacen en Francia. La casa ha merecido la confianza pública por sus máquinas litográfi- cas especiales para im- presiones de colores. (Fig.2a). Las máquinas de im- prenta son notables por la complicación de sus ingeniosos detalles, por lo bien acabados y por la sencillez del proce- dimiento. Estas máquinas re- quieren mucho cuida- do y un director inte- ligente. Para la mejor inteli- gencia de nuestros lec- tores damos el dibujo de la máquina litográ- íica (fig. 2^) y el de la máquina de reacción para diarios (íig. 3^). , «El Nacional» y <(La Prensa» de Buenos Ai- res recibieron en 1874 dos grandes máquinas Alauzet, de reacción. 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Marinoni. — Estas son las máquinas mas generalizadas en el pais, y con justa razón. Su mecanismo es muy sencillo, y su base de una sola pieza se adapta á todos los pisos y se nivela con facilidad. (Fig. 4=»). Fig. 4". Son tan sólidas, que rara vez requieren composturas, y tan poco com- plicadas, que un mecánico cualquiera puede componerlas con facilidad. Este sistema de máquinas de imprenta es el destinado á generalizarse mas en la República, por las condiciones espresadas. El señor Estrada ha enviado máquinas Marinoni á Corrientes, Entre- Rios, San Nicolás, Córdoba, Rio IV y Mendoza. Estas máquinas no necesitan pozo ni obra alguna de albañileria, pu- diendo montarse igualmente en los pisos altos y en lc?á bajos. Son menos delicadas que la Alauzet, y un prensista cualquiera puede dirigirlas perfectamente. En Buenos Aires tienen estas máquinas «La Nación,» «La Pampa, » El titano se encuentra en muchos minerales, algunas veces en gran cantidad. El mineral magnético de Ulfo , en el archipiélago de Anger- manland, según un análisis del Dr. A. Taram, contiene 9,51»/o de ácido titánico. Ternquist ha hallado en un mineral magnético de Taberg, cerca Zonkopin 6,30% y en un mineral magnético de Longhult en Smoland, 8,5%, y en otro minerd análogo de Inglamola en la misma provincia, 5% (2). El titano es muy difícil de reducir y la mayor parte de este que con- tienen los minerales de fierro, pasa á la escoria en el horno alto, cambiando el color de la escoria á negro intenso, mientras que es muy difícil encontrar trazas del titano en la fundición. Así es que Eklund, en un análisis hecho en la escuela de minas, apenas ha encontrado ves- tigios de titano en la fundición obtenida del mineral de Taberg, del que hemos hablado arriba, pero la escoria correspondiente contenia 8,55 de ácido titánico y otra escoria análoga 10%. Eggerz, al ensayar los minerales de hierro titaníferos nunca ha logrado obtener titano en la fundición En el laboratorio de Percy, tampoco se ha podido producir una fundi- ción litanífera. Fundiemlo el óxido férrico y el ácido titánico en un crisol de grafita, no se encontró titano en los botones metálicos obtenidos. (1) Habiendo dado el Congreso Nacional uaa ley autorizando al P. E. para suscribirse á acciones por valor de 100,000 pesos fuertes, de la sociedad que se forme dentro ó fuera del país, con capital de un millón de pesos fuertes para la esplotacion y fundición del mineral de hierro descubierto por D. Gabriel Romay en el Alto, Provincia de Catamarca; y siendo este mineral, cuyo análisis figura en el primer número de los Anales, un mineral, titánifero, creemos lilil la publicación de la siguiente memoria sobre el empleo de dichos mi- nerales para la fabricación de hierro v acero. /. /. J. K. (2) El mineral titánifero de la Provincia de Catamarca contiene 17»/» de ácido titánico. Véase pág. 35 de los Anales de l\ Sociedad Científica Argentina. (Nota del traductor). RELACIONES ENTRE EL TITANO Y EL HIERRO 163 Sefstrom, al contrario, probablemente á causa de una calefacción mas intensa, ha obtenido un hierro fuertemente titánico calentando en un crisol de grafita una mezcla de óxido titánico y óxido férrico, solos y en presencia de bisilicato de calcio. En el primer caso él obtuvo un hierro duro aunque maleable con 4,787o de titano y en el segundo uh hierro dulce y blanco teniendo 2,2°/o del mismo. En un tercer ensayo análogo al segundo, se produjo una fundición dura, blanca] y no maleable conteniendo 0,5% de titano. Parece que se haya encontrado titano aun en la fundición ordinaria, porque M. Ríley, después de muchos ensayos sin resultado positivo, ha concluido por hallar en diferentes variedades de fundición producidas con el mineral titanifero de la Irlanda de 0,5 á 1,67o de titano. En un spiegel de Lohe en Musen, Rammelsberg ha dosado un poco de titano, y en fin Karsten dice que él ha encontrado vestigios de titano en algunas variedades de fundiciones. No solamente en las escorias de los hornillos altos, sino también en los compuestos de color cobrizo, teniendo la forma de pequeños crista- les cúbicos y también amorfos en las paredes de los crisoles puede encontrar- se el titano. Se creyó al principio que este era el titano puro, pero, según Wohler, su composición se representa por la fórmula : Ti C-Az -t- 3 Ti-' Az =Az' Ti'°, C' Az Esta fórmula corresponde á la composición eenlesimal: Carbono combinado 3.64 Titano 77.26 Ázoe . 18.30 Grafita 0.92 100.12 Según Zincken, este nitro-cianuro de titano puede volatillizarse á una temperatura elevada, y según Wohler su presencia seria acompañada por la formación del cianuro potásico en el hornillo alto. En el ensayo por via seca de los minerales de hierro titaniferos, se observa á menudo entre el metal y la escoria y todo alrededor una pe- lícula de un rojo cobrizo, que es, muy probablemente, el compuesto de titano que hemos descripto. Karsten pretende haber encontrado tam- bién en la fundición pequeños granos rojos y esta fundición es la única en la cual él ha hallado titano; también abriga dudas acerca de la com- binación química entre el titano y el hierro. Los minerales titaniferos, como ya hemos dicho, son muy difícilmente reducibles, así es que la cantidad de combustible necesaria para su ensayo por via seca es mucho mayor que por los otros minerales. Esta circunstancia probablemente puede esplicarse por la tendencia 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que tiene el óxido titánico á tener en combinación una parte del óxido de hierro. Al fundir sucesivamente repetidas veces la escoria negra obtenida en el ensayo por via seca, y empleando un crisol de grafita, se obtiene, según J. Ackerman, pequeños botones de fundición, pero la escoria queda negra siempre. Merece observarse que se obtiene igualmente el mismo resultado, al fundir los mismos minerales de hierro titaniferos en un crisol de grafita, sea con el cuarzo sea con la cal por fundente. Las sales de titano son difíciles á fundir, siendo esta la razón porque el titano hace las cargas poco fusibles. Sin embargo, se puede preguntar si el titano no favorece la formación de spiegel eisen (1) No se puede considerar esto perfectamente establecido, aunque el hecho existe, que se puede obtener del mineral de Taberg, las fundiciones es- pejadas, á pesar de la pequeña cantidad de manganeso {0,¥/(, de pro- tóxido de manganeso, 18,3% de magnesia y 31,5% de hierro j y este mineral se diferencia de los minerales ordinarios de la Suecia en que contiene un poco de vanadio y mucho titano. Se encuentra á menudo en el mineral de Taberg mas manganeso que lo que hemos indicado, mas es necesario sin embargo atribuir á una nueva causa, fuera de la presencia del manganeso, el hecho que dos fundiciones de Taberg, teniendo el aspecto del spiegel eisen y analizadas en la escuela de minas en Estokolmo, contenían 0,15 á 0,2»/" de man- ganeso y es probable que el vanadio ó el titano sean la causa de la formación tan fácil de fundiciones espejadas. A causa de la dificultad que se esperimenta en reducir el mineral de Ulfo, este jamás ha sido empleado en gran cantidad y que yo sepa, no se ha producido con este la fundición espejada : sin embargo hay la tendencia de dar la fundición blanca, porque resulta de una esperiencia de Clason que al sus- tituir en la carga de un horno alto que estaba produciendo fundición gris, 19,4% del mineral de Bolista por igual proporción del mineral de Ulfo, la fundición se volvió blanca con á penas algunas manchas de gris. El titano podría pues favorecer la combinación del carbono y del hierro y sí fuera esto cierto su acción debería ser muy enérgica, desde que á penas se han encontrado en las fundiciones vestigios de dicho cuerpo. Sin embargo, se debe tener presente que la muestra de fundición espejada de Taberg no ha presentado mas carbono que la fundición de leña ordinaria. Ni tampoco es mas quebradiza que el spiegel eisen ordi- nario siendo por el contrario muy difícil de romper en fragmentos. La dificultad que hay en reducir el titano, y la tendencia de este cuerpo á absorber el oxigeno, son las causas porque el titano se oxida durante la refinación de ia fundición, de manera que no se le puede encontrar en el hierro. (1) Aquí debe entenderse el spiegeí císen en el sentido absoluto (le fundición espejada y no en el sentido común de fundición manganesífera, como se usa en la fabricación del acero. RELACIONES ENTRE EL TITANO Y EL HIERRO 165 Por la fundición de 99 partes de acero y una de titano metálico, Karstea ha obtenido un buen acero conteniendo proporciones variables del titano lo que le ha confirmado en su idea primitiva que el titano y el hierro metálico no entran en una combinación verdadera. Este acero después de ser pulido y tratado con ácido, presentaba un carácter adamascado muy fino. Faraday y Stodart han ensayado la producción del acero titanado, fun- diendo juntos limaduras de acero con una mezcla de carbón de leña y acidó titánico ó de arenas titaníferas. Han obtenido de esta manera un buen acero, y no han podido hallar ningún vestigio de titano, á pesar de elevar excesivamente la temperatura durante la operación. Según lo que hemos visto, podemos concluir, que solo excepcional- mente se reduce el titano en el caso de mezclas de ácido titánico v hierro con el carbón de leña. Se ha tratado de hacer el acero titanado fundiendo juntos los compuestos de ácidí titánico con el carbón de leña y el hierro, pero Percy pretende que químicos hábiles han buscado el titano en estos aceros sin poder constatar su [iresencia. Así ha sucedido á M. Riley, quien se ha ocupado tanto del titano y quien habia hallado este en algunas fundiciones en dosis considerables. Ha ido tan lejos el charlatanismo, que hasta ha atribuido la superio- ridad del hierro de Danneraora y otras marcas consideradas por primeras en cuanto á la producción de acero, á la riqueza en titano de los mi- nerales que hubieran servido á producirlos. Que yo sepa, no se ha hallado el titano en el mineral de Dannemora ni en los otros minera- les que producen los hierros mas renombrados de la Suecia. De lo que precede, parece residtar que si el titano sea de algún uso en la fabricación de acero, su influencia sobre las propiedades del hierro, debe ser tan considerable que una dosis difícil de determinar por su exigüedad pueda tener su acción. Este se confirma por la tendencia que tiene el mineral de Taberg á producir fundiciones espejadas. La influencia del titano es tal vez indirecta y en este caso conduciría á la eliminación de las sustancias que perjudican el acero. Tal vez sea esto lo que esplica la influencia beneficial del mineral de Ulfo, el que en la proporción de un 10%, impide la acción perjudicial de un lecho de fusión sulfurado. Hay personas quienes afirman que el titano elimina el fósforo pero no conozco hechos en prueba de esto. Por el contrario esta declaración se halla invalidada por el hecho que el Dr. A. Tamm en un ensayo por vía seca del mineral de Ulfo, practicado en la escuela de minas, ha encontrado en el botón todo el fósforo del mineral, pero esto no debemos considerar conclusivo, desde que la dosis de] fósforo era muy pequeña (solamente j^ del ácido fosfórico). R. Akermam. (Anuales Industrielles, 14 Novembre 1815). NOVEDADES CIENTÍFICAS HISTORIA NATURAL lios ealltallos Sésiles de la Wsítta.¡»a argentina. — - Descritos por el Dr. Germán Biirmeister Director del Museo público de Buenos Aires. — Obra ejecutada por urden del Superior Gobierno de Buenos Aires para ser presentada á la Exposición de Filadelfia, con VIH láminas litogrdficas — Imprenta de a La Tribunal), 1875. Tal es la nueva obra con que acaba de aumentar la serie de las que ha publicado el laborioso Dr. Bürmeister. El objeto de esta obra es representar el rico Museo Público de Buenos Aires en la Exposición Internacional de Filadelfia. El caballo fósil fué revelado á la ciencia en 1832 por Darwin, quien recogió una muela en las capas cuaternarias de la barranca del Paraná. Esta muela estudiada por D. Ricardo Owen le sirvió para fundar la especie nueva del caballo que llamó Equus curvidcns. El Dr. LuND dio cuenta en 1840, de haber hallado un caballo fósil en el Brasil y le llamó Equus neogaens. El Sr. Weddell, viajando en Bolivia, encontró otros restos del caballo fósil en los depósitos cercanos á Tarija y lo denominó Equus macrognatus. Casi al mismo tiempo el Sr. Gay recojió en Chile, un diente del caballo fósil al que Gervais denominó : Equus ameí'icanus. En 1862, al recibirse el Dr. Bürmeister del Museo Público de Buenos Aires, encontró en él restos del caballo fósil, recocidos por el sabio argentino D. Francisco X. MuÑiz, 20 años antes en Lujan, juntamente con el Megatheri'um que tiene el mismo Museo. El caballo fósil se distingue del actual á primera vista por un hueso especial saliente que el primero tiene en la nariz. Esta diferencia fué observada por el Sr. MuÑiz y comunicada al Dr. Bür- meister quien no la creyó exacta. 'Ahora este digno sabio dice en su obra : « Hoy sé que la determina- ción del Dr. Müñiz ha sido exacta. » El eminente sabio y autor de la notable obra de que damos noticia posee ya el esqueleto entero, de cuyo estudio deduce : NOVEDADES CIENTÍFICAS d6T « La primera vista del esqueleto completo, muestra ya evidentemente que el animal ha sido un caballo de figura particular ; acercándose mas al burro y á la zebra por su configuración general que al caballo doméstico. « Pertenecen á estas particularidades principalmente la construcción mas fina del tronco y los miembros mas cortos, que se relacionan mucho á las dimensiones del burro, en comparación con la cabeza, no solo relativamente mas grande que la del caballo, sino también absolutamente. » La obra del Dr. Burmeister ha sido juzgada honrosamente por la prensa y por los hombres de ciencia. Alteracioues de las ágatas y de los sílex (1). — El señor Friedel ha comunicado á l'Académie des Sciences sus observaciones sobre unos fragmentos de ágata, de las Misiones de Corrientes, y no del Uru- guay como el autor lo supone. Al lado de unos fragmentos de ágata correnlina que ostentaban un color gris ahumado, con la trasparencia ordinaria de la ágata, habia otros opacos y blanquecinos en los cuales las venas aun estaban visibles y se hacian notables por una diferencia de dureza y de brillo. Otros fragmentos en fin, se hallaban trasformados en su mayor parle en una masa terrosa de un blanco perfecto, fácilmente atacable con el cuchillo y reducible á polvo, y en los que las zonas no se notaban casi sino en los lugares en que las parte mas duras salian, sin duda por haber resistido mejor que las otras á la acción del agua. Después de discutir estas alteraciones á la luz de los principios cien- tíficos el señor Friedel concluye : « Pienso que se puede atribuir la alteración de las ágatas y de los silex de que acabo de ocuparme, á una disolución parcial que obra sobre las partes mas solubles de la materia». Museo STaeioiial de Hio Janeiro (Traducción de la Revue d'Anthropologie ) (2). — Hethos anunciado el año último la fundación del Museo Moreno en Buenos Aires. Al hacer conocer á nuestros lectores los primeros resultados obtenido por este joven sabio (y aumentados desde entonces por una nueva espedicion hecha á la Patagonia ) emitíamos el voto de que el ejemplo que habia sido el primero en dar en la América Meridional encontraría muy pronto imi- tadores. Tenemos el placer de anunciar hoy que el Dr. Ladislao Neto, inteligente director del Museo de Rio de Janeiro, se ocupa activamente de agregar á este museo una nueva sección consagrada á la antropología del Brasil. (1) Comptes-rendus de l'Académie des Sciences, Tome LXXXl, N" 21, — 22 Novembre 1875, Page 979. (2) Revue d'Anthropologie. — Publié sous la Direction de Paul Broca. — Tome i'"' (1875) numero 2, Page 373. — París, EraestLedoux, éditeur. 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Gas natural. — Tomamos del Tile Engineer lo siguiente : Para las personas que crean que solo en los Estados Unidos se encuentra el gas proveniente de los pozos cavados en la tierra, les haremos notar lo siguiente. En la escavacion de un poso artesiano en Gisborne — Nueva Zelandia, resultó que á la profundidad de 270 pies no solo se encontró el agua sino una corriente continua de gas. El trabajo se hacia para el dueño de un Hotel y este señor de prontas ocurrencias, puso -por via de experimento un barril en la perforación dejando una parte fuera de ella. Hecho esto abrió un agujero en la tapa del barril y colocó en él un caño que llevó muchas varas en el interior de la casa. En la punta del caño puso un pico de gas ; abrió el pico y arrimada una luz el gas se inflamó ardiendo con una luz tan firme y clara como la del gas manufacturado. El gas con- tinuaba ardiendo de dia y de noche mientras no se cerraba el pico, en cuyo caso se aglomeraba en el barril. Si la corriente del gas ha de con- tinuir ó se ha de consumir por sí solo; si ella podrá ser utilizada per- manentemente; ó si este hecho ha de conducir al descubrimiento de carbón, kerosene ó alguna otra materia inflamable, serán cuestiones de investi- gaciones futuras. Ojalá que los resultados de esas investigaciones sean favorables. Debemos decir también que un propietario de las cercanías de Bír- mingham alumbró su casa con el gas que obtuvo de un poso inmediato á ella. Sabemos también que en la parte sud de Gales el gas natural ha subido á la superficie de un lago é incendíadose con la aplicación de una luz. COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. V ice-Presidente 1" D. Guillermo White. » 2° D. Emilio Rosetti. . Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D"' D. Carlos Salas. D. Ángel Silva. D. Luis A. Huerco. Voccdes { D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. D. Walter F. Reíd. COMISIÓN DE PERFORACIONES D. Juan J. J. Kyle. D. Eduardo Carenou. D. Pedro Pico. D. Juan Ramorino. D. Luis A. Huerco. COMISIÓN DE NIVELACIÓN D. Jorge Cooper. D. Augusto Ringuelet. D. Juan Medici. D. Francisco Lavalle. D. Ignacio Firmat. Comisioi! encargada de esliülias' las dimensiones de los ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. D. Walter F. Reíd. Comisión Reformadora del Regiameulü D. Luis A. Huerco. D. Octavio Pico. D. Ángel Silva. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desea formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo^ lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — 1" Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio ; 3" Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3° Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesla en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, a fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. (Art. 10 del Reglamento.) Á LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por todo lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : (í \° Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1° y 15 de cada mes. La orden del día se publica por los diarios. El Secretario. OCIEDAD científica ARGENTINA GOAilSION REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. i D. Guillermo Villaxueva. Vocalea j D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. ABPJL DE 1876. — ENTREGA IV. TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAl DE LA SOCIEDAD, PEÍlü, Oí, Y EN LAS PRllIPALES LIBRERÍAS r^ox" xaesi gxl la Ciuclacl » fu.e±*a do la Ciudacl.... 35 $ mfc 30 » La. suscípicion se paga anticipada BUENOS AIRES IMPRE? 1°. Sesión del 2 de Agosto de 1875. Presidencia del Sr. Rosetti. -I Dillon (Justo) Leídos los documentos de Secretaria y aprobados sin Balbin , . , . , . i i i j- u Siiveyra observación, se paso a la orden del día que versaba S*^'"^ ,„ „ , sobre el nombramiento de la Comisión Directiva para Moreno (F. P.) . "^ Castilla el nuevo año administrativo. oumeidi Conforme en un todo con las prescripciones del Re- Huergo glamento sobre la elección, se procedió á ella, dando Lagos (J. .) ^j siguiente resultado el escrutinio practicado por el ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 175 White -, Presidente y Secretario, con asistencia de los socios Soné Sres. Büttner y Lagos. Ca^raie Presidente : lf^^°^ D. Pedro Pico, 15 votos. — D. Guillermo White, 4 Aguirre votos. — D. Juan J. J. Kyle, 3 votos. — D. Francisco Rojas Lavalle, 1 voto. Robertson VicB-Presidente : D. Guillermo White, 12 votos. — D. Luis A. Huergo, 4 votos. — D. Pedro Pico, 3 votos. — D. Santiago Brian, 1 voto. — D. Emilio Rosetti, 1 voto. — D. Valentín Balbin, 1 voto. Vice-Presidente 2° : D. Emilio Rosetti, 6 votos. —D. Guillermo White, 5 votos. — D. Santiago Brian, 4 votos. — D.Pedro Pico, 1 voto. — D. Francisco P. Moreno, 1 voto. D. Walter Reid, 1 voto. — D. Juan J. J. Kyle, 1 voto. — D. Juan Ramori- no, 1 voto. Secretario : D. Estanislao S. Zeballos, 18 votos. — D. Feliz Rojas, 1 voto. — D . Fran- cisco P. Moreno, 1 voto. — D. Feliz Amorelti, 1 voto. — D. Antonio Car- valho, 1 voto. Tesorero : D. Adolfo Büttner, 13 votos. — D. Luis Silveyra, 9 votos. — D. Valentín Balbin, 1 voto. Vocales : D. Luis A. Huergo, 17 votos. — D. Francisco P. Moreno, 16 votos.— D. Án- gel Silva, 11 votos. — D. Walter Reid, 11 votos. — D. Santiago Brian, 8 votos. — D. Juan J. J. Kyle, 7 votos. — D. Valentín Balbin, 7 votos. — D. Eduardo Castilla, 6 votos. — D. Luis Silveyra, 5 votos — D. Francisco Lavalle, 4 votos — D. Juan Ramorino, 3 votos. — D.José M.Lagos, 3 votos. — D. Luis E. Maglione, 2 votos. — D. Adolfo Büttner, 2 votos — D. Carlos Robertson, 2 votos — D. Feliz Rojas, 2 votos. — D. Rómulo Otamendi, 1 voto. — D. Justo Dillon, 1 voto. — D. Julio Lacroze, 1 voto. — D. Guillermo White, 1 voto. Leido el precedente escrutinio, el Sr. Presidente proclamó á los electos por mayoría é invitó á los nombrados á ocupar la mesa. Presidió el Sr. White por ausencia del Sr. Pico. El Sr. Büttner indicó que en esta Asamblea debía designarse el punto de la primera escursion científica. Propuso que fuese á la fábrica de Cimento de la Comisión de Obras de Salubridad, fundada cerca de la ciudad y dirigida por un socio, el Sr. Reid. 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Gomo nadie hiciera uso de la palabra, se procedió á votar, resultando afirmativa general. El Sr. Amoretti hizo moción para que se comisionara al Sr. Reid para redactar el informe que debe complementar la escursion. Varios socios observaron que estaba resuelto que el nombramiento se haria en el local visitado. El Sr. Lagos observó que debia adoptarse la regla general de no encargar á los gefes de los establecimientos visitados de la redacción de los informes, sino á otros miembros. Varios Socios apoyaron esta indicación. Suscitóse un breve debate sobre quien debe nombrar la Comisión que redactará el informe. Y después de un cambio de ideas entre los Sres. Rojas y Castillo se determinó que de acuerdo con el Reglamento, haria el nombramiento la Junta Directiva. El Sr. HuERGO manifestó que nada se sabia oficialmente sobre el Concurso Científico y fiesta del 28 de Julio. La Sociedad ignoraba qué memorias y objetos habían quedado para sus archivos y colecciones; pedia que en la próxima sesión se diesen los informes requeridos, que- dando la Secretaria autorizada á oficiar al ex-Presidente Sr. Kyle. La moción fué aceptada por unanimidad. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. E. ROSETTI. Estanislao Zeballos. Secretario. Nota. — El domingo 8 de Agosto tuvo lugar la escursion á que se hace refereacia en el acta. Concurrieron los Socios Sres : White, Büttner Silveyra, Brian, Ze- ballos, Balbin, Aguirre, Reid, Robertson, Arata, Caguoni y Salas. Estaban presentes varias personas estrañas á la Sociedad. Se nombró para redactar la memoria sobre la escursion á los Sres. Arata, Büttner y Silveyra. Sesión del 17 de Agosto de 1875 Presidencia del Sr. Pico Pico Abierta la sesión con asistencia de diez y nueve Huerco miembros se leyó y aprobó el acta de la anterior, sin ^^'í"'" observación alguna. Burgos El Secretario informó á la Asamblea de los traba- Zeballos Puiggari Brian Büttner Silva Ramorino Rujas Dillon J. Cagnoni A Lintlmark Moreno Lagos Moiiella ACTAS DE LAS SESIONES DE 4875 177 jos efectuados por la Comisión Directiva en la última quincena. Se leyó una nota del Sr. Kyle, respondiendo á los informes que le fueron solicitados subre el último con- curso y la Esposicion de Julio. En seguida se distribuyó entre los presentes un ejemplar de la Memoria impresa correspondiente al año administrativo que terminó el 1° de Agosto. Con motivo de recomendar la nota del Sr. Kyle la publicación de dos Memorias del Sr. Puiggari y Lacroze, se suscitó un debate sobre el particular en que tomaron parte los Sres. socios Costa, Huergo^ Balbin, While^ Burgos y algunos otros. Se cambiaron ideas sobre el mérito de las Memorias y sobre la uti- lidad de las esplicaciones que aconsejan. Como la división de las opiniones fué muy acentuada, surjió una moción que puso fin al debate. Por dicha moción que fué aprobada se autorizaba á la Comisión Direc- tiva para estudiar las memorias presentadas al Concurso y aconsejar á la Asamblea lo que creyera conveniente sobre la publicidad de aquellas. Fué designado el domingo 29 de Agosto para hacer una escursion á los Hornos de ladrillos de San Isidro. No habiendo otro asunto á la orden del dia, se levantó la sesión dan- do las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zebnllos. Secrptario. Sesión DEL 2 de Setiembre de 1875 Pico Moreno Brian Silva Reid Kjle Rojas Firmal Cagnoni DiÜon (J.) DiUun (Justo) Silveyra Castilla Amoretti Burgos Balbin Cagnoni (A. N.) Arocena Presidencia del Sr. Pico A las 8 de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de los Sres. anotados al margen. El Sr. Presidente anunció que no se podia leer el acta de la anterior por ausencia del Sr. Secreta- rio. El Sr. White encargado de presentar á la Asam- blea el dictamen de la Junta Directiva sobre las Me- morias del Concurso, manifestó que con respecto á la titulada « Vias de comunicación » se adhería á la de- terminación del Jurado y aconsejaba se archivara la segunda sobre «Utilización de las materias primas » 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por juzgarla deficieate. La Memoria sobre el «Establecimiento en el país de la Industria del Acido Sulfúrico » ofrece, según opinión uná- nime, gran interés y cree beneficiosa su publicación, precedida del dic- tamen del Jurado, determinando por lo tanto que se tiren 500 ejem- plares que deben repartirse entre los Sres. Socios, ambos Gobiernos y Cámaras, destinando los restantes á la circulación. Puesto á votación este dictamen se aprobó por unanimidad. El Sr. Presidente notifica á la Asamblea que el Sr. Lacroze habia dirijido á la Junta varias comunicaciones, reclamando en términos incon- venientes la devolución de sus Memorias y que la negativa de la Junta devolviéndole la anterior, habia motivado una nueva y mas acentuada que las anteriores, retornando á su vez la nota que le pasó la Secretaría con la aceptación de su renuncia del cargo de Tesorero. Con el fin de poner término á estos abusos requería que la Asamblea sancionase el acuerdo unánime de la Comisión de considerar al Sr. Lacroze escluido de la Sociedad. Se procedió á leer la referida comunicación. El Sr. Silva apoya el dictamen de la Junta, pero prevea que no habiendo la anterior, admitido la renuncia que presentó de miembro de la Sociedad, no es posible dar este paso. Surgió un breve debate sobre si se debía contestar la nota archivándola, ó devolverla sin contestación. El Sr. Firmat manifestó que la demora de la Secretaría en co- municarle la aceptación de su renuncia del cargo de Tesorero con el certificado que con tanta insistencia habia pedido de su buen desempeño, escusaba el tono que á sus notas habia dado, y no opinaba por lo tanto, que se adoptase la determinación de la Junta. El Sr. Silveyra contesta que las notas anteriores se referian esclu- sivamente á exijir la devolución de sus Memorias y que esto pudo hacerse sin traspasar los límites de la templanza. El Sr. Firmat justifica la reclamación de las Memorias, equiparán- dolas con los objetos presentados á la Esposicion, y trata de demostrar que los Estatutos particulares de la Sociedad no rijen á los concurrentes á los certámenes, sino las bases particulares de estos. Se dá el punto por suficientemente discutido y se pone á votación una moción del Sr. Silveyra para que se considere al Sr. Lacroze escluido de la Sociedad, y se archive su comunicación como modelo especial en su género. Puesla á votación, todos los socios, con escepcion de los Sres. Kyle y Firmat, dieron su afirmativa. El Gerente leyó una comunicación del Sr. D. Luis Maglione despidiéndose para Europa y ofreciendo allí sus servicios á la Sociedad, que iiu pudieron utilizarse por la premura del tiempo. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 179 El Sr. Presidente pidió los informes de la escursion á la fábrica de cimento. El Sr. Silveyra dice que la ausencia del Sr. Büttnerhabia impedido que se terminara la redacción de la Memoria, pero ofrece presentarla á la mayor brevedad. El Sr, White espone que no pudo verificarse la escursion á los hornos de San Isidro por falta de socios, á pesar de que el administrador man- tuvo encendidos aquellos para que se inspeccionaran los trabajos. El Sr. Kyle propone, para asegurar el éxito de las escursiones, que los socios que deseen verificarlas se inscriban anticipadamente en Secre- taría, y que estas se efectúen los dias -feriados en vez de los domingos, en consideración de los socios ingleses. El Sr. Pico pide que conste esto en el acta. Se votó la 1" parte de la moción del Sr. Kyle, y fué aprobada. No se tomó en consideración la 2^ del mismo modo; se fijó en 6 el número de socios que puedan verificar una escursion. El Sr. White informa que las medallas están en construcción. Sin mas asuntos de que ocuparse se levantó la sesión á las 10 '/< de la noche. Pedro Pico Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario CORRESPONDENCIA Salta, Febreros? de 1876 Señor Don Pedro Pico. Presidente de la Sociedad Científica Argentina Buenos Aires. Distinguido compatriota : He sido favorecido con la estimable carta que V. se ha dignado diri- jirrae con fecha 13 del ppdo. acompañándome la primera entrega de «Los Anales de la Sociedad Científica Argentina» — y ofreciéndome al mismo tiempo las páginas de tan importante publicación, para que continúe en mis estudios sobre arqueología, de que á veces suelo ocuparme. Gralíbimo al honor que se me ha dispensado, aunque inmerecidamente, prometo al Sr. Presidente hacer lo posible para corresponder dignamente 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á tan alta distindon. Verdad es, que solo podré tratar esas cuestiones como mero aficionado ; pero la ateticion con que se me ha favorecido me estimula y decide á poner á disposición de la « Sociedad Científica» que V. tan ilignamente preside, mi concurso ilimitado. Me es grato aprovechar esta ocasión para saludar al señor Presidente y ofrecerle al mismo tiempo las seguridades de mi mas atenta y distinguida consideración. J. M. Leguizamon. PERSONAL DE LA « SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA : SOCIOS ACTIVOS. Adolfo Büttner. Ángel Silva. Antonio J. Carvalho. Ángel F. Costa. Ángel de la Cuesta. A. Florent. Arnot Leslie. Augusto Larguier. Augusto Ringuelet. Alfredo Huergo. Alejandro N. Cagnoni. Antonio Barbosa de Oliveira. Carlos Arocena. Carlos Berg. Carlos Chapeaurouge. Carlos Dawney. Carlos Encina. Carlos Fáder. Carlos M. López. Carlos Olivera. Carlos Robertson. Carlos Stpgman. Carlos Salas. Eduardo Aguirre. Enrique Aberg. Ernesto Bunge. Estanislao S. Zeballos. E. E. Clérice. Eduardo Castilla. Eduardo Carenou. Enrique Crabtree. Estaniblao Franco. Enrique Sore. Ernesto Oldendorff. Enrique Peña. Emilio Rüsetti. Félix Amoretli, Francisco Lavalle. Francisco P. Moreno. Federico Newman. Félix Rujas. Guillermo White. Guillermo Villanueva. Ignacio Firmal. Ignacio Oyuela. Juan Martin Burgos. Juan Buschiasso. José M. Coronell. Juan Coghian Jacinto Caprale. Jorge Cooper. Juan Cagnoni. Joaquín Cascallar. Juan DiUon (padre). Juan Dillon (hijo). Justo Dillon. Juan M^ Gutiérrez. Juan J. J. Kyle. José M" Lagos. Jaime Lloyd. Juan Mérlici. José M. Muñiz. Juan Pirovano. J. Palmers Sraythies. Juan Ramorino. Julio Sierra. Julio Serna. José de Guerrico. Juan C. Simpsora. Jorge Higgin. Knut Lindinark. Luis A. Huergo. Luis Maglione. Luis Silveyra Olazabal. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 181 Laurentino Sienra Lorenzo B. Trant. Luis A. Viglione. Marcos Mané. Mariano Moreno. Miguel Puiggari. Miguel Tedin. M. Wilson. Matías Sánchez. Osear Knoblauch. Octavio Pico. Pedro Pico. Pedro N. Arata. Pedro Benoit. Carranza. Pompeyo Monetta. Rómulo Ayerza. Rafael Hernández. Rafael Herrera Vega Rodolfo Palacios. Rudolfo Warner. Rómulo Otamendi. Santiago Brian. Valentin Balbin. Victorino Pérez. WalterF. Reid. W. Roberts. Zacarías Tapia. SOCIOS CORRESPONSALES. León Domesq Madrid. Pellegrino Strobel Italia. Antonio CoinoUi Turin. Juan Martin Leguizaraon Salta. L. Brackebusch ,. Córdoba. Jorge Claraz Bahía Blanca. John Lubbock , . Londres. Carlos Barbier Paris. SOCIOS HONORARIOS. Guillermo Rawson. Germán Burmeister. Benigno A. Gould. VI AGE PATAGONIA SETENTRIONAL leída el 14 de Mar» í Sociedad Científica Argentit Señores ; En el mes de Setiembre próximo pasado, tuve el honor de esponer á la Sociedad e! proyecto que habia concebido : efectuar un viaje al través del territorio patagónico, y tentar el paso de los Andes, siguiendo las huellas de YillarinOj Gox y Musters en la esploracion de la Patagonia Se- tentrional. Habiendo merecido este proyecto la aprobación de la Sociedad, cumplo hoy el deber de dar cuenta á los señores socios, del resultado de mi es- cursion, de la que solo presentaré por ahora una breve reseña, dejando para mas tarde la relación completa, cuando haya reunido las observa- ciones hechas en esos parages durante los años 1873 á 1876. Quizá pasarán muchos meses antes que pueda ordenar y completar las des- cripciones de esos materiales, coleccionados durante una vida agitada y en condiciones poco favorables para hacer de ellos un estudio detenido. Estas serán objeto como ya lo indico, de una memoria especial, cuya confección empezaré al regreso de un viage á las ruinas Cachalqtiies, que empezará pasado mañana con el objeto de hacer algunos estudios y formar colecciones que me sirvan de comparación para el exacto co- nocimiento de los primitivos habitantes de la parte austral de este con- tinente. Ademas, como las pequeñas colecciones que he formado, se hallan aun en Patagones, no podré decir nada sobre ellas, concretándome ahora á dar algunos datos sobre los puntos principales que he visitado. Los señores socios saben que las relaciones personales que tenia con algunos indios, me hacian creer que conseguiria realizar lo que los via- VIAGE A LA PAT agonía SETENTRIONAL 183 geros ya citados habían intentado sin resultado. Con esa convicción emprendí viage el 25 de Setiembre, llegando al Carmen de Patagones el 18 de Octubre. Parte de ese tiempo fué empleado en recorrer la costa del océano en las inmediaciones de Bahia Blanca, hacia Monte-Hermoso, para visitar los depósitos marinos estudiados por Darwin durante la es- pedicion de Fitz-Roy, y hacer algunos estudios en Salinas Chicas y el rio Colorado. Esos parages que visitaba por primera vez, y con premura, son muy interesantes para el hombre estudioso. Recorriéndolos puede calcularse la estension del terreno pampeano y la transición gradual entre este y el terciario Patagónico, y reconocer al mismo tiempo el error en que nos hallamos sobre la gran estension de la planicie pampeana que no es como se supone. La topografía de estos terrenos presenta dos divisiones bastante carac- terizadas: la pampa baja, limitada por el cordón de lomas que precede á las sierras, y la pampa alta que concluye en las inmediaciones de Bahía Blanca. La primera es una llanura sin ondulaciones sensibles, la segunda se distingue por la sucesión de lomas que principiando en las sierras aumen- tan gradualmente, haciéndose muy sensibles en Cali-Huincul (cordón de lomas), hasta su unión con el terreno de transición entre Bahía Blanca y el rio Colorado. La pampa baja abunda en pastos ,tiernos y en lagunas y arroyos, mu- chos de ellos permanentes, haciendo asi al terreno apto para la agri- cultura y la cria de ganado lanar; mientras que la meseta alia carac- terizada por los pastos fuertes, se presta admirablemente para estable- cimientos dedicados á la cria de ganado vacuno y caballar, sirviendo solo para la agricultura los pequeños valles á orillas de algunos arroyos, al Sur de la Provincia. Las corrientes de esos arroyos, no son tan ricas como las de los que se encuentran en el bajo, hallándose los principales en las inmediaciones de la costa como el Quequen-Grande, Quequen-Salado y Tres Arroyos, los Gauchos, las Mostazas, el Sauce Grande, ei Napostá y el Sauce Chico, que se hallan mas al Sur : estos son angostos, algunas veces muy pantanosos y de corriente bastante rápida. Sobre todo los tres últimos que nacen en la Sierra de la Ventana, y en cuyas cercanías podrían plantearse colonias ganaderas y agrícolas prestándose el terreno para ese objeto. No he visto tampoco en aquellos parages, ninguna laguna cuya im- portancia sea comparable con las que desaguan en el rio Salado. Además, la capa de tosca dura que se halla muy cerca de la super- ficie, hace difícil la construcción de grandes jagüeles, siendo imposible cultivar estensiones vastas de terreno. Esta tosca es la misma que se encuentra en la pampa baja á mucha profundidad ; cuya capa asciende insensiblemente hasta Bahía Blanca. 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Contiene á esa altura muchos pequeños cantos rodados, acercándose al sistema Patagónico, y concluyendo allí, según me parece, el cuaternario, pues inmediatamente bajo dicha capa he observado la arenisca, primer signo del terreno terciario, cuya depresión para formar la olla pam- peana principia en ese punto. Vuelve á mostrarse este terreno en la superficie á inmediaciones del Paraná, habiéndose llenado esta depresión con el limo rojizo que encierra las osamentas de los grandes mamíferos estinguidos. Sin embargo, el terreno cuaternario se muestra en ciertos parages del valle del rio Negro, pero no en grandes estensiones, ni he oido hablar de haberse encontrado allí los fósiles peculiares que lo caracterizan. Esta transición puede conocerse también por el cambio de vegetación, que se acerca á la Patagónica, y en la costa del mar por las capas de pequeños cantos rodados, que principiando cerca de la embocadura del Sauce Grande, van en aumento hasta el estremo de la América. En el interior de la pampa alta no he encontrado depósitos de con- chilla como en el rio Salado, pero en la costa del mar hay grandes bancos conteniendo casi las mismas especies que en Belgrano y Puente Chico, estendiéndose hasta el rio Negro, en cuyo lado Sur las barrancas altas de 200 pies, se hallan cortadas á pique sin depósitos modernos en el bajo. Ya en Bahía Blanca, donde estos depósitos se hallan á una al- tura de 2 y 3 metros sobre el nivel del mar, muchos moluscos de los contenidos en esos bancos deben vivir en las inmediaciones, pues el mar arroja diariamente grandes cantidades á la costa. Esto indica un solevan- tamiento gradual de las costas, siguiendo la regla general en la América del Sur, solevantamiento que es mas importante en la costa occidental. He recogido muestras de esos depósitos, las que figurarán pronto en el Museo de la Sociedad. Otra cuestión que me ha interesado, es la ausencia de ejemplares vivos de moluscos terrestres del género «.Bulimus,» cuya cascara abunda en esos parages en unión de una especie de «Puppaxaun mas abundante, y de la que he recogido muchos ejemplares, con el animal, en las ruinas de Nueva Roma. El Sr. D. Jorge Claraz, distinguido autor de varias pu- blicaciones geognósticas sobre la Pampa, tampoco ha tenido la suerte de encontrarlos en ese estado, aunque no parece ser muy lejano el tiempo de su estincion, pues en Salinas Chicas hallé un ejemplar muy fresco, que parecía abandonado hacia poco tiempo por el animal. Desgraciada- menle, se estravió en el viage. Recomiendo esta cuestión curiosa á los estudiosos que visiten esa región, siendo muy interesante saber si aun vive esta especie, ó si ha desaparecido completamente en los últimos años, dejando solo su esqueleto calcáreo. Formando colecciones, permanecí hasta el 6 de Octubre en Bahía Blanca, continuando ese dia viage al rio Colorado. En ese trayecto visité á Nueva Roma, conocida por el trágico fin del Coronel OJivieri. Recogí en el VIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 1 85 Sauce Chi(;o algunos insectos y moluscos de los géneros «Planorbis»y íChilina»; visité también el SalitrU, pequeña laguna salada á tres le- guas al Sur del último punto y donde ya la vegetación es completamente patagónica; cruzé el cordón de médanos que principiando en las cercanías del mar, en Cabeza de Buey, concluye en la laguna Cnrralayquen, donde desagua el rio Diamante, y llegué á Salinas Chicas (Chasi-có), abun- dante depósito de sal esplotable, situado en una depresión bastante ancha, y rodeado de manantiales de agua dulce. Algunos de estos depósitos tienen nombres indígenas como Marra-có (agua de liebre) y Chopai-có (agua con paja): en este punto, bueno para ser poblado, recogí muestras de sal y rocas. De allí pasé á las Escobas, pequeña salina á cuya orilla hay un ma- nantial, situada también en la ladera Sur de los Médanos y á 2 leguas al Esle de Chasi-có. Desde este punto cruzé al Sur, dejando á la de- recha á lí Potrili-Hintrei, » hasta las Calaveras, aguada importante, cerca de un salitral en medio de las colinas y médanos que nacen en las orillas del mar, y siguen paralelos á los anteriores ; y pasando por las ruinas del fortín Romero Grande, célebre por los atentados cometidos allí muy á menudo por los indios malones de Pichun, llegué al Fortín Mercedes en el rio Colorado. Todo el terreno recorrido es muy árido, alternando solo el paisage algunos pequeños grupos de chañares, á cuya sombra descansan aves- truces, ciervos, liebres y huanacos, únicos habitantes de esos parages. En el rio Colorado demoré algunos dias para asistir al parlamento Picunche de los caciques Queupumilla, Yankamilla y Guempillo, que deseaban hacer tratados con el Gobierno Nacional, abandonando las cer- canías del Volcan «Javinas», para venir á poblar en el Rincón de la Espuela. En la relación que haga de mí viage, tendré ocasión de es- plicar estensamente estas ceremonias guerreras, las que, no dejan de tener cierto aspecto imponente para el que asiste á ellas por primera vez. En las diversas ocasiones que he presenciado esta clase de espectáculos, en esta y otras costumbres de los indígenas de la pampa, he creído ver gran analogía con las indiadas Norte-Americanas. Esto concuerda bien con la opinión que tienen algunos antropologistas, de que la civilización americana vino del Norte del Continente, des- truyendo con su influencia las naciones de un tipo verdaderamente pri- mitivo que habitaban estas regiones. Llegado el Í8 á Patagones, principié inniediatamenle los arreglos con los indios amigos que debían acompañarme hasta las tribus Manzaneras; pero como estos demoraroa mucho tiempo, primeramente por el carácter indeciso y holgazán de nuestros indios, y luego por el mal estado de los caballos que debían servir para una larga travesía, resolví hacer algunas escursiones á las inmediaciones del pueblo, á fin de completar los estudios hechos en viajes anteriores. 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Una de ellas fué dirijida á la Bahía San Blas, donde examiné los mé- danos de Punta- Baca y Punta-Bubia, muy ricos en fierro titanífero. En ese punto descubrí un antiguo paradero indio, que contenia restos hu- manos y vestigios de un festín primitivo. Becogí ocho cráneos, huesos de lobos marinos que habían servido de alimento, y algunas flechas. Los cráneos pertenecen al tipo Dulícocéfalo, bastante parecidos á los fueguinos actuales, con los cuales los habitantes de San Blas han tenido analogía de costumbres muy notables. Algunas especies de moluscos actuales y muestras de arenas, ademas de los objetos ya mencionados, fué todo lo que obtuve en esa escursion. Tuve también ocasión de conocer la gran estension de los depósitos ma- rinos, relativamente muy modernos. Otra escursion fué dirigida hacia el Sur á la aguada de los Loros, distante 25 leguas del Carmen de Patagones : desgraciadamente cuando ya habíamos andado una parte del camino, nos sorprendió una tormenta de lluvia y granizo que descompuso en estremo los guadales haciendo sumamente dificultosa la continuación del viaje; además, el vaqueano perdió el rumbo pasando tres días estraviados, sin alimentos. En ese paseo encontré algunos bancos de Ostrea patagónica muy seme- jantes á las que he visto en la Victoria (Provincia de Entre-Bíos). Becogí además algunas flechas 'y morteros prehistóricos. Los días que trascurrieron entre el 22 y 27 de Noviembre, fueron destinados á los arreglos de la partida definitiva, saliendo el último día en dirección á la « Guardia General Mitre, » pequeño pueblo distante á 18 leguas del Carmen. Costeamos el río Negro para disfrutar de la deliciosa vista de las islas cubiertas de viñas y árboles frutales, que contrastaban con el aspecto triste de las colinas que solo ostentan al- gunos pequeños arbustos muy espinosos. El camino puede hacerse en su mayor parte por bajo los Sauces que bordean el rio. Encontré al- gunos cementerios que habiendo sido ya esplorados por el Sr. Claraz, no contenían objeto alguno digno de mencionarse. Lo mas interesante son dos montículos situados frente á la primera angostura y que parecen ser obra de atrincheramiento, construidos por los indígenas primitivos, bastante semejantes á los que se encuentran en Georgia, Luisíana, Nueva York y Wísconsin en los Estados Unidos, descriptos por Squier-Laphan, Yosler y Yones. En ese parage me detuve algunos días esperando al vaqueano Mariano Linares y á los cuatro indios que debían servirme de escolta. Durante ese tiempo tuve ocasión de ver individuos de las tres razas que habitan las regiones que debía visitar: los Mapunches, los Tehuelches y los Pampas verdaderos ó Te- huelches del Norte, de cuya existencia se dudaba confundiéndolos con los indios de raza Araucana que habitan Salinas Grandes. Esa nación se llama Gennaken y habitaba en otro tiempo las sierras del Tandil y la Ventana, hoy día quedan muy pocos de sangre pura. VIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 187 Los hombres son de mejor aspecto que los Araucanos y Tehuelches del Sur, de buena estatura y fisonomía franca, las mujeres jóvenes tienen facciones regulares. Hablan pausadamente, siendo el idioma bastante agradable. Por ejemplo : al avestruz le llaman gaye, al león amia, al huanaco petohua, al zorro ychq-loy, al hombre pastray y á la mujer yamkanke. Tienen varias leyendas y supersticiones, entre ellas la del Elengassen, animal con cascara parecido, según sus descripciones, al Glyptodon, una de cuyas cuevas visité y que según ellos robaban mujeres. Los arau- canos dicen que no era animal de esa especie, sino un hombre de elevada estatura que gritaba muy fuerte, soplando de tal manera que siempre habia tormenta al rededor de su vivienda. El indio que se aventuraba á pasar cerca de él, caia seguramente en sus manos y era inmediata- mente muerto por el monstruo. Para evitar su encuentro hablan hecho un camino muy dificultoso practicando un desvio de una legua sobre la colina, pero ahora ya se atreven á pasar por delante de la cueva, la que se ha desmoronado en gran parte. No es mas que una escavacion en la arenisca debido probablemente á desagregamiento natural de la roca. Llegada el dia 6 de Diciembre la gente espresada, me puse en mar- cha para las Manzanas. La comitiva se componía de un mestizo (Linares), cuatro indios : Amhillü, Gerrú, Cayunao y Caríleo y mi asistente. íbamos acompañados por casi toda la tribu del cacique Miguel Linares, Quichan- gerrú (zorra que se arrastra) Sargento Mayor déla Nación que iba al Chinchinal en persecución de unos indios ladrones , donde llegamos el 15 después de haber pasado por la laguna de Smill, Tetan-Gechaf, Pichi- guion, Traru-Malal, Lonco-Uaca, Planeyegucm, paso Chocori, ricon de Curuzu Castre, Conchen-geyu, Isla de Choleachcl, Huieque-reni, Teujen- co, Malal (Jaca, y Chüforo en una estension de 120 leguas, siguiendo el curso del rio. Por lo que vi hasta allí, creo que los campos del rio Negro no merecen la fama de espléndidos de que gozan. Esceptuando las cer- canías del pueblo de Patagones en una estension de 30 leguas, no hay un pedazo de tierra que pueda cultivarse en grande escala. El rio, resto de un antiguo torrente, corre generalmente hacia un lado de las colinas, con vueltas muy bruscas y numerosas, de modo que en su casi totalidad el camino va sobre aquellas, siendo el terreno en es- tremo guadaloso á alguna distancia de la costa. Lo único utilizable, son los rincones, pero no tienen estension suficiente para que una colonia agrícola pueda establecerse en ellos con buen resultado. El valle en ciertos parages, á las orillas del rio, tiene pastos regulares, pero por lo general se halla cubierto de carrizo y orozú ó de Chañar, Piquillines y farilla en las inmediaciones de las colinas. Además, los médanos y las grandes cantidades de piedras rodadas, hacen imposible el crecimiento de pastos tiernos y aunque en ciertos 188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA parages crece bien el trébol amarillo, no es en cantidad que baste al alimento de los animales durante largo tiempo. Las travesias sobre las lomas ó Pichi-Haincul, son muy penosas, sobre todo, en el lado Norte, la del Negro Muerto, y en el Sur la que se estiende desde Choleachel á Ghrlforo y desde Chinchinal hasta el Limay. Sobre ellas no hay agua ni pasto para los animales, continuando así por centenares de leguas cuadradas hasta Balcheta y Rio Chubut, donde existen paraderos, pero no de gran importancia. Creo que debería abandonarse completamente la idea de colonización en grande escala en el rio Negro y Chubut, para pensar en la de Ba- bia Blanca y Santa Cruz, donde he visto parages convenientes para !a cria de ganado. Los principales paraderos son Choleachel, del cual hablaré mas ade- lante, y Chinchinal, Sin embargo, en este último punto, los sesenta caballos que llevábamos no encontraron que comer después de tres dias de permanencia. Hasta ahí el aspecto del terreno, es casi el mismo que en Patagones, pero principia á verse claramente la segunda meseta, alta de 500 á 600 pies. Estas colinas están cubiertas de una capa de Cantos rodados, de quince pies de espesur en Choleachel. En Chinchinal he visto de cuarenta y cerca de la Cordillera, en la orilla del arroyo Calfú-Có alcanzaba según mi cálculo á 200 pies. De allí al paso del rio Limay, hay tres días de marcha por lo penoso de la travesía, donde solo se encuentran muy pe- queños valles en el lado Sur del río. Los principales son : Morizuam, Pichi-gion, Mancué, Gion-Costa y Tet((qiie-hueiqm-geyú, donde recogí un cráneo de jabalí. En estos últimos puntos las lomas presentan un as- pecto rojizo, continuando asi hasta donde principian las rocas volcánicas en Püquin-Puranué. El paso del Liinay se halla muy cerca de la unión de este y del Neuquen ó Comoe con el rio Negro en una playa ancha llamada Chegnan-gcyü ; en ese punto el río tiene de ancho cerca de 250 metros y llevaba una corriente muy rápida por haber empezado recién el deshielo en la Cordillera. Lo cruzamos en una angada ; costeamos su margen izquierda, cubierta de arena y pedregullo, hasta Chalcun-geyú, dejando atrás á Tetaque- hueique y Mafueque ; de allí parte para el Oeste el camino que pasando por el rio Colorado y Chinchinal, sale de Salinas Grandes hasta Chile, cruzando las tolderías de Rauque-curá. Este camino está muy trillado por las haciendas que los indios roban en las fronteras de Buenos Aires para ir á negociarlas luego en las poblaciones chilenas vecinas á la Cordillera. Subiendo la travesía del Chalcum se encuentra un Walichu ó piedra que puede llamarse sagrada. Consiste en una arenisca amarillenta con figuras quizá dibujadas por alguno de los que componían la espedícíon de Villarino. Lo único que distinguí con claridad, fué una cruz, aunque VIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 189 los indios creen ver allí rastros de avestruz é impresiones de pies huma- no y de león. Esta travesía que mide 6 leguas concluye en una bajada penosísima á la vez que peligrosa. Como su nombre lo indica, Chocon-geyú, es célebre entre los indígenas, por haber perecido de frió en ese punto toda una fa- milia india á quien los indios Pihuinches arrebataron los caballos. En la pendiente de la sierra se ven nueve tumbas en forma de conos, construidas de piedras sueltas, y cubiertas de ramas secas. Todo indio que pasaba por allí ahora diez años, cuando la memoria del suceso esta- ba aun fresca, arrojaba en el. sitio en que se hallaba cada cadáver una piedra; pero la devoción ha disminuido con el tiempo y hoy día se conten- tan con colocar respetuosamente una rama y algunos pedazos de poncho ó chiripá. Este parage es el mismo que Villarino describe en su viage, dicien- do que las sierras parecen ruinas de edificios. A la verdad, de noche, se asemeja á una ciudad edificada en piedra roja con sus iglesias, cuyas cúpulas parecen verdaderas desde alguna distancia. Muy cerca de ese punto se halla Frernu-geyá ó paradero de los loros , donde una especie de estos vive por miliares en los sauces de las islas. Esle paraje está señalado en el mapa de Petermann con el nombre de distrito de RuM-Churoy (de ruca, casa y churoy, loro). Allí desagua el Picim-lefu, ó Rio del Norte, que corre al pié de una colina elevada, trayendo en la primavera las aguas de las nieves de la cordillera. Ya en este último punto se encuentran manzanos. Pasada la sierra se halla la pampa morada ó Cum-belfem, que con cum-cum-geyü forman los valles mas estensos del Limay. Entre estas dos abras existe una colina, alta de 600 pies, cortada á pique sobre el rio. Allí Villarino coloca el Salió de los Mosquitos, pero lo busqué en vano. Creo que como este rio cambia muy á menudo de curso, hoy las piedras del Salto están cubiertas por arena. A ese punto los indios le llaman Huirica tralcan geyú, ó terreno cris- tiano. Dicen ellos que en invierno se oyen detonaciones como de es- copeta, causadas, según mi opinión, por las esplosiones de las rocas, debidas á las fillraciones de las nieves. En Manzana Geyú y Heirque Leiifu, el rio presentct algunos saltos bastante notables, y en Ranquel Coao, poco mas adelante, es ya forzoso abandonar sus costas para internarse al Sud Oeste, por ser muy escabrosas las sierras situadas á sus inmediaciones. Allí principian la formación basáltica y las otras formaciones volcánicas que cubren casi toda esa región, hasta Nahuel-Huapi. El terreno cambia completamente de aspecto, siguiendo el camino por las laderas de las sierras de Puquin-Puratniré ( donde arrojaron la flecha ) nombre de un niananiial que Petermann señala como arroyo, y por las de Collon-cura desde donde se goza un magnífico panorama, divisando 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gran parte de la cordillera de los Andes, de entre las que sobresale el cono del Volcan Quelropillan (cerro truncado). En Neurauco ( agua hedionda ) situado entre esas dos sierras, se encuen- tran las primeras tolderías. En ellas se me comunicó que se sabia nuestra venida por un sueño del cacique y que las indiadas se hablan sublevado preparando en esos momentos una invasión de 4000 lanzas, que iria sobre Patagones. Según opinión de los indios que las habitaban, ó nos matarían ó quedaríamos cautivos. Con esa creencia, cruzamos el rio Collon-curá, o máscara de piedra, nombre dado por los indios á una piedra que dicen ellos tiene formas de mujer. Ese rio que Yillarino recorrió en una gran estension, á costa de grandes dificultades por no haber podido ascender el Limay por los numerosos y rápidos saltos, no lo creo navegable, siendo su corriente mayor que el de la anterior. Tiene numerosos pasos páralos caballos. También como los otros 12 rios ó arroyos que desaguan en el rio Negro, el Collon-curá es un antiguo torrente que en otro tiempo ha ar- rastrado grandes cantidades de piedras rodadas. El 29 de Diciembre acampamos en el lado Sur, y envié inmediata- mente dos chasques al cacique Slunj-Imeqiie, previniéndole mi llegada. Este cacique tiene sus toldos á cinco leguas mas al Sur, en las costas del rio Calcufú. El resto de ese dia lo empleamos en limpiar nuestras armas, para estar preparados dado el caso que los indios apareciesen con malas in- tenciones respecto á nosotros. Felizmente, en la madrugada del dia 30 vimos la hoguera de paz en la cima de una colina, y un rato después lle"^aron los chasques acompañando á un hijo del cacique, llamado Cachull, quien, con dos indios mas, venian á saludarme de parte del Gefe, y anunciar al mismo tiempo, que estaba pronto á recibirme. Puestos en marcha, llegamos á las 9 de la mañana, después de atra- vesar el rio Coleufu, á las tolderías del Rey de las Manzanas, personage que vestido con sus mejores prendas, estaba á caballo rodeado de sus parientes mas inmediatos. Entre estos, sobresalía el viejo cacique Puel- manque (Cóndor del Este) de quien habla Cox. Nos dimos la mano, invitándome en seguida á bajar del caballo y entrar solo á su toldo. Mientras tanto, las mujeres y niños entonaban un canto monótono, doliéndose de los malos ratos y peligros porque había pasado el viagero, durante una marcha tan larga y penosa. Solos en el toldo, nos volvimos á dar la mano, diciéndole yo: amigof A lo que él contestó: «Si, amigo, pues, f) En ese momento entraron todos los demás indios y principió el par- lamento, sirviendo de intérpretes el secretario de Shay-luieque que es un indio Valdiviano, y mi acompañante Linares. Hizo leer primeramente las cartas que yo llevaba, no aceptando con VIAGE Á LA PAT agonía SETENTRIONAL 191 gusto la del Gobierno de la Nación, pero alegrándose cuando se leian las de sus sobrinos Miguel y Manuel Linares. Luego me preguntó qué iba yo á hacer á sus campos, á lo que contesté que habiendo oido hablar de lo valiente que era él y del poder que tenia sobre los demás indios, habia querido visitarlo para ser su amigo, y que yo no opinaba como otros, que creian que Reuque-curd era cacique de mas importancia que él. Que además, como hombre curioso, deseaba recoger algunos bichos y pasar luego á Chile, si él lo permitía, para regresar por el mar á Buenos Aires. Después de haber conversado largo rato entre ellos, de cuya conver- sación comprendí que se trataba de guerra ( aucan ), me contestó que se alegraba mucho que hubiese ido á visitarlo; que yo era mejor que los habitantes de Patagones, con quienes se hallaba disgustado, y que siendo él buen hombre con los cristianos, nadie atentaria contra mí mientras yo permaneciera en sus toldos, pero que de ninguna manera podia permitirme el paso á Chile, alegando que sus antepasados nunca hablan consentido en ello y que no sabia qué intenciones tendría yo respecto á los indios, las que no serian buenas pues tenia conocimiento que los Gobiernos Arjentíno y Chileno se habían unido para pelearlos. Que por mi venida y mis ofrecimientos pensaría en suspender la in- vasión que proyectaba á Patagones, á causa de su disgusto con el Go- bierno, por no haberle entregado las raciones completas, y por no haber hecho caso de dos chasques que le habia enviado, y porque también se encontraba disgustado con los amigos del pueblito que no le mandaban nunca ningún recuerdo. Me habló de los territorios |que los blancos les habían quitado, y que él era demasiado bueno permitiendo que po- blaran en Patagones y Chubut sin su consentimiento. Luego de concluida la ceremonia del parlamento, le hice los regalos de estilo, que consistían : en una carabina Spenser, 42 cartuchos, una car- pa, mi saco y polainas de goma, algunos ponchos y chiripaes de paño, sombreros, collares, aros y sortijas, agradándole sobre manera una gui- tarra que también le di, con la cual hizo tocar casi toda la noche á mi asistente, el « Triunfo » y «.por cifra » como en tiempo de Rosas, según lo decía este cacique. Al día siguiente fué él á visitarme á mi carpa, la que se hallaba á 3 varas de su toldo. — Le hice otros regalos, entre ellos una botella de cognac Martel. Creo que á esto se le debe haber quedado en nada la proyectada invasión. Mas espansívo, debido á la influencia de ese licor, me dijo i|ue por mis ofrecimientos de ver yo personalmente al Gobierno Nacional, volvía á ser amigo de este y que en Mayo bajarla á Palagoneg para esperar la contestación á su nota; pero que, si entonces no lo aten- dían, invadiría inmediatamente. En cuanto á mi, quería ser siempre mi amigo y compadre, prometiendo bautizar á un hijo suyo con mi nombre y que si deseaba casarme me daría una india gratis! 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Añadió, que dentro de 5 soles (anter) tendría lugar una junta de de guerra (aucanbrahiin), compuesta de sus principales caciques y ca- pitanejos para que me conocieran como amigo. Viendo que era imposible cruzar por ese punto á Chile, pedí autoriza- ción para visitar á Nahiiel-Hiiapi y llegar luego á Mendoza, recorriendo así todo el territorio indio, lo cual me fué concedido nombrando al ca- ciquillo Nalmel-pau para que me acompañara hasta las tolderías de Pran, quien me daría vaquéanos hasta San Rafael. Shay-hueque es un indio de raza pampa y araucana, bastante inteli- gente y digno de mandar en gefe las indiadas. Convencido de su elevada posición y poder sobre los demás caciques, se considera superior á todos estos. Me decía un dia que él no era Go- bernador, porque á este le nombraban los cristianos, ni General, porque tal nombramiento emanaba del Gobierno. Su título era Gobiei'no de las manzanas, porque era así como se ti- tulaban sus antepasados, de quienes él había heredado el cacicazgo. Su padre el cacique Chocori le había recomendado al morir que jamás pe- leara contra los cristianos, porque las ropas en que lo envolvieron cuando nació eran críslianas; — añadiendo que sí no fuera por los cristiano:, an- darían desnudos como antes. Pero, cansado de la mala conducta de sus amigos de Patagones, habla resuelto invadir. Siguiendo los consejos de su padre, él gasta todas sus prendas de plata y parejeros en hacer regalos á los caciques subalternos para que no roben. Si uno de estos lo hiciera sin su consentimiento, lo mataría inmediata- mente. Por lo que he visto, la disposición en que se encuentra este jefe indí- gena respecto de los cristianos, no puede ser mejor. He tenido ocasión de leer cartas de Nainuncurá (pié de piedra) en que este le dice que los caciques Ranqueles, aunque tienen tratados con el Gobierno, no dejan de mandarle trescientos ó cuatrocientos hombres cada uno, cuando ne- cesite gente para invadir, y se quejaba de que Shay-hueque nunca le hu- biese enviado ni un solo indio. Además, le aconsejaba Namuncurá que no se disgustara con Reuqiie-Cnrá (el cacique mas picaro de la pampa y que recibe mayores iacíones),y que sentía mucho que mantuviera buenas relaciones con los cristianos, cuando estos lo que deseaban era concluir con los indios. En una carta fecha 15 de Mayo ppdo., leí, que su hermano Alverito Reumay iba á entrar de malón, porque el Gobierno no había querido aceptar sus tratados; noticia que desgraciadamente se confirmó el dia antes de salir yo de los toldos, por un chasque que traía la noticia de la sublevación de Cuneco ó .luán José Catriel. A una de estas carias, Shay-hueque había contestado que sí Nanmncurá intentaba invadir á Bahía Blanca ó á Patagones él iría con toda su gente á pelearlo en Chilué ( Salinas Grandes ). VIAGE Á LA PATAGONIA SETENTRIONAL 193 Esto ha hecho que en la gran invasión, estos dos puntos hayan sido respetados. Shay-hueque es el jefe principal de la Patagonia y manda las siete Naciones que viven en esos parajes: Araucanos, Picunches, Mapunehes, Huilliches, Tehuelches, Agongures y Traro Huilliches, que se hallan á las órdenes de los 84 caciques siguientes : Mapunehes Racaguiste. Calacha. Juan Ñancucheuque. Getruguez. Mollfinqueapo. Treiina Lafquen. Picunehea. Naguipichuin. Yanka Kirque. Reuquecurá. Zumughueque. Queispumilla. Quilenchesique. Suñica. Kayihuanque. Pichiguayquillan. Puelmanque. Purran. Chancayal. Giirraélo. Neculmanque {cóndor que corre). Cheuquel. Aillapan. Guizal. Curcliuinca. Qnenchaoguala. Aiylef. Currilera. Purraillan. Nagüel Parigi. Araucanos. Pitrehuen. Pichiñancu. Namuncurá, hijo de Quillapan Lloftun. Monlre. Huircoleufu. Limonao. Guaiquileuf. Estevan. Liencura. Ambrosio Paillaleuf. Llancaqieupo. Cnniumill. Cayuin. Meli. Santal. Calfunao. Chorrí. Neculhueque. Tacumán. Neculman. Antonio. Huilliclies. CoUin. Ynacayal. Currihuall. Toijel. Armuna. Juan J. Chagallo. Paghilef. Antemill. Quizulef. Antonio. Ayeñancu. Ymil. Catrighir. Siechúano. Colipan. Chapinco. TeBiuelebes. Antiraill. As'Kal. Anlilef. Gumelto. Liempan. Jinchiel. Ancalipi. Ucamaní. Quintumán. Rapa. Caguán ti. 15 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pichialo. SITRciones Tebuelclies. Melipan. José Antonio Guaiquimill. Picliicayull. Quighallo. Lí acopan. Agourgurers. Traro-huilliches. Armadas con flechas de piedras. El 7 de Enero, tuvo lugar el Anean trahun ó pirlamento, en el pe- queño valle del rio Quem-Quem-tru. Asistieron 453 lanzas al mando de los caciques : Shay-hueque, Nan-Cucheuque , Molfinqueupe, Nagui- piclium y Yankaküqite. El parlamento duró desde las cinco de la ma- ñana hasta las 3 de la tarde. El consejo de los capitanejos viejos, re- solvió que yo no traia muy buenas intenciones y que no debia permitírseme que paseara por los campos antes que hiciera algo por ellos en Buenos Aires, y que regresara á Patagones ; no aceptando la proposición de Shay-hueque de concederme licencia para cruzar á Mendoza. Decian que ellos hacian demasiado con suspender la invasión y que debia conten- tarme con esa generosidad. Shay-hueque y Nan-Cucheuque, caciques, este último muy amigo de los arjentinos, se mostraron muy disgustados, haciéndome decir por el intérprete que no podían desobedecer á los ancianos, quienes, en todas ocasiones, son sus consejeros. Concluida la junta, me separé del pri- mero para acompañar á Nancucheuque á sus toldos de Pun-gechaf, donde me demoré algunos dias visitando los alrededores. Esos toldos se ha- llan muy cerca dé las Cordilleras, á 7 leguas del volcan Quetropillan en un paraje sumamente pintoresco á donde se llega, cruzando el rio Chimeuin. En 8 dias, visité los Pehuen (araucaria imbricata) de los cua- les medí dos troncos : uno de 4,6'2 y el otro de 3,92 de circunferencia. Las montañas cercanas estaban cubiertas hasta cierta altura de magnífi- cos bosques de estos árboles, pero no me fué posible acercarme. En otra escursion llegué hasta la cordillera, muy cerca de la falda oriental del Volcan, en el paraje llamado Quellen-geyú, por la gran cantidad de fru- tilla (fragaria chiliensis) que hay allí. Ya en ese punto, el terreno se presta para la agricultura. En las sierras abundan las manzanas y una especie de thuya (Fitz Roya patagónica), cuya madera será algún día la principal fuente de riqueza de esos parajes. En la de Nancucheuque, asistí á un parlamento con el cacique Quin- chauala, y á la ceremonia del ofrecimiento á Dios de la bebida llegada en esos dias de Patagones. También asistía un huecu-ruca, fiesta que se celebra con motivo de la primera menstruación en la mujer india. Esos festejos tuvieron por resultado una semana de embriaguez con- tinua. Luego que los indios volvieron á su estado normal, me despedí de ellos para regresar á los toldos de Shay-hueque y visitar á la laguna Nahuel-Huapi. Al despedirme, Nancucheuque me dijo que él era Arjentino, y que no permitiría que los indos invadieran mientras él conservase la vida. VIAGE Á LA PATAGONU SETENTRIONAL 195 Lo que pasó allí, y que no es aquí lugar para referirlo, me hace abrigar la convicción de la buena voluntad que tiene este excelente indio para con los Argentinos, y aconsejo á todo viagero que desee visitar esos pa- rages, que se muña de una recomendación del Gobierno Argentino ó de las autoridades del Carmen. De otra manera, su vida correría graves peligros. Entre esas dos tolderías, distante quince leguas una de otra, hay cuatro arroyos de corriente rápida, pero de muy poco fondo: sus orillas están cubiertas de frutillas y manzanas, donde el viajero puede satisfacer su apetito. Cuando llegué á Calcufú, Shay-hueque estaba ebrio, festejando la vi- sita de Quinchavala, quien lo acompañaba á beber desde el día anterior Por esta causa, y por la desconfianza renacida á causa de noticias relativas á mi persona, comunicadas por los indios Aucaches que habitan del otro lado de los Andes, fui obfigado á retardar tres dias mi viaje á la citada laguna. Para conseguir permiso, tuve que dejar mi cartera, los retratos de mí familia y las cartas que llevaba destinadas á Chile. Le hablé largamente á Shay-hueque de los Incas, ponderándole sus riquezas, y diciéndole que todos eramos hermanos é hijos del Sol, que ya no había Españoles, y que los Argentinos eramos tan indios como ellos, aunque de distinto color y costumbres, agregando que todos habíamos nacido en la misma tierra. Esto calmó algo su desconfianza, si bien no dejó de amenazarme con los Anchimolleguen ó monstruos que viven en las sierras, con los utra- lalvez ó walichus enanos que viven en las cuevas de Nahuei-Huapí, y además, con el tralcam o trueno del volcan Tronador. Me hizo decir que si llevaba otra cosa en el corazón que la que yo le había dicho, y que sí tenía mas de uno de estos órganos, como muchos cristianos picaros, el tralcam enviaría una fuerte lluvia y rayos que me darían la muerte, y que los pigmeos me arrojarían piedras para herirme. El tiempo, entonces tormentoso parecía comfirmar la amenaza. Desde los toldos al paso del Limay, descrito por Musters en la rela- ción de su viage, hay seis leguas de camino muy cómodo, por entre valles estrechos, pero pasando este punto después de cruzar el manantial de Tran Manzana-geyú (manzano caído), el rio corre por entre rocas, haciendo sumamente penoso el camino. Estas rocas son generalmente volcánicas, traquíta, basalto y grandes cantidades de lava compuesta de piedra-pomez, cenizas y cantos rodados. El rio tiene numerosos saltos que abrazan toda su anchura. Las sierras están cubiertas de bosques de thuyas, hasta una gran altura, tanto que muchas veces las nubes las escondían á nuestra vista. Con escepcion de las inmediaciones de la laguna, donde el cacique Inacayal tiene sus tolderías y donde en otro tiempo hubo una misión jesuítica, no hay terreno capaz de producir. El lago Nahuel-Huapí llamado por los indios Tequel-Malal ó Slreteia 19ü ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lafquen se halla rodeado, en su mayor parte, de montañas cubiertas de nieve, divisándose á lo lejos la cumbre del Tronador. Tiene una corriente muy rápida hacia el desagüe en el Limay, y hacia un rio que sale al Este, á dos leguas del anterior. Quizás sea una de las nacientes del rio Chubut. Sus orillas están cubiertas de cantos rodados y piedras erráticas, al- gunas de las cuales median hasta dos pies cúbicos. Al Sud-Este, se divisaba un bosque de Manzanos; el origen de estos árboles en todos estos parajes creo que será semilla que en tiempo de las misiones sembraron los jesuítas, ó frutas que los indios de Valdivia, al cruzar á este lado de la cordillera, arrojaban al costado del camino, pues la mayor parte se encuentra cerca de los pasos ó en las orillas de los arroyos. El encontrarse siempre reunidos en grupos como si fuesen ramas de un mismo tronco, parecen confirmar esla opinión. Después de grabar el nombre de |la Sociedad Científica Arjentina, cerca del parage, donde descanzó Gox, emprendí la vuelta á Caleufú apurado por la falta de alimento. Pensaba despedirme de Shay-hueque en ese dia, pero este quiso que asistiera á una rogativa á Dios ó Ca- maricum (fiesta anual), la que duró seis dias con la bori'achera que siempre sirve de complemento á estas fiestas. Concluidas de escribir las notas para el Gobierno Nacional y comandante de Patagones, en cuya redacción se emplearon tres dias mas, conseguí abandonar las tolderías el dia 4 del mes de Febrero ppdo. Hasta ese momento habia tenido la suerte de vencer lodos los peli- gros, sin dificultad, y crei poder llegar á pueblo cristiano sin mayor i'iesgo, pero al cruzar el CoUiin-Curá con la intención de ver la máscara de pie- dra, hube de ser victima de unos indios al mando de los capitanejos Praillan y Llofquen, quienes aconsejados por un cristiano chileno, cuya presencia en esos toldos no se conocía, intentaron asesinarme, y vengar así la muerte de su pariente Huilliquipi (pedernal del Sur) fallecido de viruela en el Lazareto de esta ciudad, alegando que el Gobierno Ar- jentino lo habia mandado enwalichar. Advertido por el cacique Mon- filqueupú ( pedernal sangriento ) de lo que se trataba, pude evitar el peligro, alejándome entre la polvareda que levantaba la caballada. La víctima fué un caballo que los indios enviaban de regalo al señor Gobernador de la Provincia. Este precioso animal fué herido por los indios de una puñalada mortal, despechados al ver que no habían podido alcanzarme. Cuatro dias después volvimos á cruzar el camino de Rauque-Curá : allí encontramos los primeros arreos que de Salinas Grandes iban á Chile. Eran los robos de la gran invasión, según me dijeron los indios que los conducían, añadiendo contentos que habían muerto y cautivado mu- chas mujeres. VIAGE Á LA PATAGONrA SETENTRIONAL 197 Entre ese punto y el Chinchinal encontramos varios arreos, mas ó menos numerosos, todos de hacienda robada, y cerca de este último paradero en Mari-zuam, al Norte, tuvimos un pequeño encuentro con 25 indios al mando de un sobrino del ya citado Rauque. quedando seis de ellos en el campo. Creo que si el Gobierno resolviera ocupar ese paso con algún desta- camento de fuerzas nacionales ó indios amigos, conseguirla rescatar la mayor parte de los robos de Salinas, y halagando á Sliay-hueque podria reducir á la impotencia á Rauque, pues ni este cacique ni su sobrino Namuncurá mandan grandes indiadas, haciendo las invasiones con indios ranqueles y araucanos, quienes en cambio de una parte del bolin son los que mayor daño hacen en las fronteras. Al regresar, en vez de volver por el mismo camino, cruzé el Neiiquen, donde hay restos de un antiguo fortín construido por la espedicion de Pacheco, y seguí la costa Norte del rio Negro hasta la Isla de Cholea- chel, la que recorrí en toda su estension para formarme una opinión exacta de ella. Siento decir que, sus campos aunque algo mejores que los del resto del valle, no pueden compararse de ninguna manera con los de la pampa. Hay allí muchos médanos y guadales. Llegado en la noche del 17 de Febrero á Patagones, dejé allí al Secre- tario de Shay-hueque, quien viene á presenciar los nuevos tratados con el Superior Gobierno; poniéndome en seguida en camino para Buenos Aires adonde llegué el dia 3 del presente mes. En mi travesía desde Patagones, cruzé por segunda vez el rio Colorado, visité Bahia Blanca y Tandil, teniendo asi ocasión de conocer en este último punto la tan céle- bre «piedra movediza», de la cual me ocuparé en oportunidad. Creo de mi deber hacer presente, antes de terminar, que creo navega- ble el rio Negro solo en la estación de las crecientes hasta la unión con el Limay, y con vapores de mucha fuerza y poco calado hasta Manzana-geyú; y que agradeciendo á la Sociedad la prueba de deferencia de que fui objeto al llegar á esta Ciudad, me encuentro dispuesto á emprender nuevamen- te viage para el reconocimiento del rio Chubnt, después que haya concluido la relación completa de este. A! cerrar esta breve relación de mi viage á las Manzanas, debo agre- gar que al partir de Buenos-Aires llevé en mi maleta una bandera Ar- gentina, la que cuando emprendí mi regreso quedó en la falda de los Andes en poder de Shay-hueque á quien la regale, y quien la izó en lo alto de su tienda, donde permanecerá como testimonio del dominio Ar- gentino en aquellos parajes. Francisco P. Moreno. VISITA Á LAS FÁBRICAS DE VIDRIO Buenos Aires, Febrero 29 de 1876 Al Señor Presidente de la Sociedad Científica Argentina Don Pedro Pico: Habiendo tenido Vd. á bien confiarme la redacción del informe relativo á la visita que hizo esa Sociedad el dia 13 del corriente á las fábricas de vidrio « La Argentina » de Bordoní y C" sita en la calle del Comercio y Zeballos, y «La Nacional » de los señores Pini y Arrigorria, calle de San Juan, n° 541, me permitiré ante todo esponer algunas consideraciones sobre la impor- tancia de la industria á que están dedicadas dichas fábricas, para que se comprenda el verdadero interés que debe animar á todos los que desea- mos el progreso del pais bajo el amparo de la producción, con el esta- blecimiento en esta ciudad de una industria tan importante^ considerada en sí misma, así como auxiliar obligada de muchas otras. La aparición de cualquier nuevo ramo de industria, es un aconteci- miento digno de que se grabe con letras de oro en la historia del pro- greso de las naciones ; pues fuera de los productos mas ó menos útiles que crea, empujada por las necesidades económicas busca en su alrede- dor las materias primas y dá con esto valor á sustancias que antes no lo tenían, crea una nueva fuente de producción y favorece directa ó in- directamente el desarrollo de otras industrias. Me reconozco Sr. Presidente una de las personas menos idóneas para informar imparcialmente sobre el punto que se me ha encomendado. Temo ser exagerado en mis apreciaciones, pues soy partidario entusiasta de la industria ; opino que debe prestársele apoyo á costa de cualquier sacrificio, hasta que no se encuentre arraigada ó no posea una vida pro- pia é independiente, y creo con convicción, como ya he tenido ocasión de manifestarlo en otras circunstancias , que debemos entregarnos cie- gamente á ella para que salve al pais de su actual estado critico. VISITA Á LAS FÁBRICAS DE VIDRIO 199 Tal vez mis ideas vayan mas lejos de lo que aconseja el buen sentido, mas persisto en creer que dado el desarrollo de la civilización actualj un pueblo no debe limitarse á ser ganadero ó agricultor, por mas que la naturaleza lo haya favorecido con tales medios de producción; pues corre riesgo de que le suceda lo que al hombre destituido de aptitudes para ganarse el sustento y que aunque la suerte lo haya hecho poseedor de una fortuna, caerá en la miseria el dia que esperimente un contraste ó la pérdida de ella. Los medios de producción natural están rodeados de percances y de consecuencias análogas á las de la persona aludida. Hoy es la falta de lluvias, mañana el esceso de ellas, otro dia la epizootia, la langosta, el otdium, la phüloxera y mil otras plagas de las que se originan las crisis, el malestar y la pobreza general. Pero afiáncese y complemén- tese la producción natural por la asociación de la industria, y resultará que ésta ademas de representar por si misma una nueva fuente de pro- ducción, dará mas valor á aquella utilizando mejor sus frutos, facilitando su exportación bajo formas mas convenientes y evitando la importación de artefactos cuyo valor se eleva estraordinariamente y en relación á los requisitos comerciales á ellos inherentes. Estas consideraciones aplicables á todos los artículos de importación, lo son mucho mas refiriéndose á objetos de cristalería, voluminosos, frá- giles y de un valor relativamente módico. Entre tanto el estado de civi- lización actual no permite prescindir de dichos objetos y de emplearlos como se emplean con verdadera profusión en toda la escala social. El vidrio en sus distintas formas y variados aspectos, constiluye un ver- dadero tesoro, del que no podemos prescindir : es constantemente un auxi- liar poderoso asi para el desenvolvimiento de las ciencias, como para la vida y el bienestar de todas las clases sociales. El valor de los efectos de vidrio ha llegado por otra parte á ponerse al alcance de todas las for- tunas, y así vemos que interviene en todos los actos de nuestra existencia, lo propio en el suntuoso palacio del potentado, que en el modesto rancho del paisano. Bajo las variadas formas que recibe y las múltiples aplica- ciones á que se presta, se introduce gradualmente y en razón de su baratura progresiva en las usos domésticos, artísticos y científicos, y constituye un verdadero objeto de primera nececidad. El proletario que reside en la guardilla no trabaja ya con la escasa ración de luz que antes permitía atravesar una claraboya cubierta con un lienzo encerado. No bebe en un repugnante vaso de cuerno sino en copa tallada, y el vino con que se escancia osténtase en la mesa dentro de trasparente botella. Es en receptáculo de cristal donde arde mas higiénica y eficazmente la llama de su lámpara, y si se le antoja ob- servar los efectos de la civilización comparando al proletario de ogaño con el de antaño, no tiene mas que mirarse en el espejo que cuelga de la pared de su aposento. 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A la intervención de la química débense los resultados maravillosos de ésta, como de muchas otras industrias, y las primeras materias á que recurre para la elaboración del vidrio, sea cual fuere su natura- leza, son la sílice, la cal, la sosa y la potasa. Compárense estas con los productos que originan y mídase el sin número de transformaciones que crea la química en la industria que nos ocupa. Es fácil que un trabajador rutinario se ria con la mayor candidez al oír decir que el oficio en qué hace muchos años se ocupa, depende de una ciencia que no conoce. Hará en este caso como aquel que se mofaba de los que pretendían convencerle de que hacia cuarenta años que hablaba en prosa. Pero nada mas ciertO; sin embargo, que de la sucesión de los descubrimientos en la ciencia han resultado esos ma- ravillosos objetos que ostenta la industria moderna, como son los mag- níficos espejos venecianos; los cristales de una sola pieza para aparado- res de diez metros de superficie; los espejos y los lentes en que se construyen esos inmensos telescopios que tanto han hecho progresar á la ciencia astronómica; y por último los preciosos artefactos de las fá- bricas de Clichy, de Saint-Gaubain y de las inglesas, que pueden consi- derarse la síntesis de la ciencia en su aplicación al arte. Un operario intelijente hará objetos de vidrio con la mayor delicadeza exijible, pero acostumbrado á fórmulas determinadas necesita para lle- narlas las mismas sustancias que conoce y que siempre ha usado. De ahí la importación de materias primas que agravan las condiciones eco- nómicas de la industria y que la ciencia enseña á sustituir por otros análogos que pueden obtenerse con facilidad siendo tal vez mejores y á mas módico precio. Casi toda instalación de una nueva industria sufre en su principio un sacudimiento que la pone en peligro: pero si puede resistir al primer empuje, ó si la conmoción no ha producido su ruina completa, es muy probable que prosperará, porque irá ya acompañada de la esperiencia y porque la ciencia acudiendo en su auxilio le trazará las diferentes vías que deban conducirla á la perfección y á la economía. Del consorcio de la ciencia y del arte emanan todos los beneficios directos é indirectos que la industria esparce con mano pródiga. Hace cuatro ó cinco años se hizo en Buenos Aires la primera tentativa de establecer una fábrica de vidrio. Esta fábrica luchando con todos los inconvenientes de una institución nueva que no halla á su alrededor ninguno de los elementos que son propicios para su desenvolvimiento, agotadas por último sus fuerzas cayó, pero dejando ya establecidos ciertos preceptos que otros habrán aprovechado. Quedaron libres artífices que tenían necesidad de poner al servicio de industrias análogas sus cono- cimientos y su práctica, y levantáronse con tales elementos dos nuevas fábricas : la de los señores Pini y Arrigorria y la de Bordoni y C». VISITA Á LAS FÁBRICAS DE VIDRIO 201 Estas son las que visitó la « Sociedad Científica Arjentina » y de que voy á hacer una lijera esposicion. La de Bordoni y C* que fué la primera que se visitó, es incipiente y representa un reducido capital. Los operarios principales son dueños ó copartícipes del negocio y marchan paulatinamente para no comprometer los limitados medios de que disponen. Hoy trabajan con un horno de dos crisoles, pero están ya construyendo otro para tres y van también á establecer un obrador para tallar el vidrio. Dicho horno consume dos tercios de tonelada diarios de carbón de piedra y produce unas ocho- cientas libras de vidrio elaborado. Hasta ahora solo se ha hecho uso de vidrio de deshecho, pero se propone fabricarlo de todos los elementos ne- cesarios. Los oficiales en número de cuatro dieron pruebas de conocer perfec- tamente su arte, según los diferentes objetos mas ó menos difíciles ó ca- prichosos que ejecutaron en presencia de los concurrentes. El número total de personas ocupadas en dicha fábrica seria de diez á doce. Al ver la destreza é intelijencia de los mencionados operarios y con- dueños del establecimiento, lo penosísimo de la tarea á que noche y dia están dedicados, siendo la representación genuina del hombre ganando el pan con el sudor del rostro, y al presumir la lucha que por falta de me- dios deben sostener para salir airosos en su propósito ; dichas personas se hacen dignas de la mayor simpatía, y no puede haber quien no haga votos fervientes para que prospere su industria en beneficio propio y para el mayor lustre y crédito del país donde se halla establecida. Por lo que hace á la fábrica de Pini y Arrigorria denominada «La Na- cional» se halla establecida bajo un pié mucho mas estenso que la pri- mera. Es ya una fábrica con lodos los anexos y con todas las perfecciones que enseña la industria moderna. Nada mas sorprendente para quien no lo conozca, que penetrar por pri- mera vez en un taller de fundición y elaboración de vidrio. Osténtase en su centro un colosal horno sistema Siemens ó Boétins con tantas bocas cuantos sean los crisoles que encierre, de las cuales se irradia una tempe- ratura que parece imposible pueda ser resistida por el cuerpo humano. A cada crisol corresponde una brigada de operarios y es por dicha boca de donde sacan estos con la estremidad de la caña, que es un sencillo cilindro de hierro, el vidrio derretido é incandecente que por medio de la insuflación y de iijeras y hábiles manipulaciones se convierte, con ó sin ayuda de moldes, ora en jarra, ora en copa, en botella, en vaso, en tubo de quinqué, en campana, en lámpara para kerosene &=>, todo según sea la voluntad ó capricho del operario. El hombre tan familiarizado con el uso de objetos de cristalería, pocas veces se pregunta ni se da cuenta del modo como se trabajan, ni por qué sencillos medios el arte perfeccionado por la sucesión de los siglos pre- 20a ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR&ENTINA senta al atónito observador el mas diáfano, el mas elegante y bien acabado producto del arte que momentos antes no era sino una masa informe. Tal fué la impresión que crei ver pintada en el rostro de los que por primera vez veian elaborar vidrio y cuya sorpresa procuraron acrecentar, por cierto, los numerosos y hábiles operarios que habia en aquel momento, trabajando una gran variedad de objetos, desde los mas sencillos á los mas complicados. He dicho ya que la fábrica á que me refiero, es completa en sus de- talles y así pudieron los concurrentes ver sujetar al tallado varios objetos elaborados, con cuya operación reciben unos mayor brillo por la disper- sión de luz que facilita la simetría de las superficies planas ; otros ad- quieren el contraste de la transparencia y de la opacidad y otros se de- coran ya por medios puramente mecánicos, ya por otros hijos del capricho ó del arte, hasta producirse minuciosos dibujos de paisages en la su- perficie de una copa, como Ja que el director del establecimiento tuvo la amabilidad de regalar á uno de los señores concurrentes. La fábrica de los señores Pini y Arrigorria tenia, en el dia de la visita cuarenta y tres operarios y ha dado ocupación hasta á cincuenta y tantos. Entre esos habia quince muchachos aprendices que pueden considerarse el semillero para la futura propagación de la industria. Consume por dia dos toneladas de carbón y produce próximamente dos mil libras de vidrio elaborado. Emplea como primeras materias vidrios de deshecho para objetos ordinarios, y también lo fabrica de todos los ma- teriales hasta el cristal, haciendo uso de la cal de Córdoba, del cuarzo de la Banda Oriental, y de la sosa, potasa, minio y arsénico que suministra el comercio estranjero. La continuación de la industria y por consigniente el mejor estudio de ella, ocasionaría sin duda con el tiempo un grande ahorro en la adquisición de las primeras materias, echando mano de las que puede suministrar el país. La cuestión principal para alcanzar este resultado se reduce á favo- recer los medios de comunicación, y á que estas materias tengan demanda. En cuanto á la cal, el cuarzo y arena á propósito existentes en la Re- pública y aun en esta misma provincia, no serán jamás agotados por la industria que nos ocupa, ni por ninguna otra. La misma arena de nuestro rio es aplicable á objetos de vidrio ordinarios. Por lo que toca á la sosa, tenemos la que produce el jumen {Salicornia natrum), que la ha suministrado ya abundantemente en otra época para la fabricación del jabón. Recordaré que es para obtener, entre otros, este importante artículo de tan vasto consumo, que he encomiado la con- veniencia de fundar fábricas de ácido sulfúrico. Por otra parte, dicha materia puede ser sustituida por el sulfato sódico que se encuentra na- tural y en abundancia, según tengo entendido, entre los límites de esta provincia y la de Santa-Fé, sal que he tenido yo mismo ocasión de re- conocer. VISITA Á LAS FÁBRICAS DE VIDRIO 203 La potasa puede sernos proporcionada por la ceniza del cardo, del ombú ó de otros vegetales, de cuya incineración resulta muchas veces, un beneficio á la agricultura y á la ganadería. El minio, el arsénico, el manganeso y hasta los compuestos minerales para colorear el vidrio, el cobalto, el cromo, el urano etc, todo lo suminis- trará el país el dia en que la industria los demande con fervor. Es cierto que en contra suya tiene la elaboración del vidrio el costo de carbón mineral que le es necesario. La antigua divisa de los alquimistas sine igne nihil operamur es aplicable bajo todos conceptos á los hornos del cristalería, que mas que consumir combustible, parecen devorarlo. No obs- tante, este y otros escesos de gasto no elevan los productos elaborados en el pais al precio de los artículos análogos venidos del estrangero, y alguno de ellos, según manifestó el Sr. Arrigorria, pueden darse por la mitad del pre- cio de aquellos. La cuestión combustible, por otra parte, es el grave inconveniente que ofrece la práctica de las industrias en el país, para que puedan generalizar- se : ¿ pero será tal motivo suficiente para que se abandonen ? Lejos de esto, es necesario no desmayar ante los grandes inconvenientes; persístase con empeño en favorecer los medios de comunicación de la República, y dia vendrá, según confio, que tengamos combustible fácil y todas las materias primas mas importantes, sin necesidad de recurrir al comercio estrangero. Mas, no construyamos castillos en el aire, no dejemos vagar á la esperan- za por los risueños y floridos jardines de la imaginación. Entre tanto lo que hay de positivo es que las industrias de elaboración de vidrio, lejos de pros- perar viven muriendo. ¿Y cómo se concibe esto, admitida la base indicada de que los productos pueden salir del establecimiento por la mitad del precio de los que se im- portan ? (¡Puede, por otra parte, dejar de haber consumo en un pais donde los objetos de cristalería que se introducen representan próximamente un valor de cuatrocientos mil fuertes, y donde existen tantas fábricas de cerve- za, de aguas gaseosas y de licores que por sí solos pueden alimentar, no dos, sino doble número de fábricas de vidrio ? Pero los datos que fueron suministrados por el Sr. Arrigorria en el acto de la visita, esplican suficientemente lo que á primera vista parece una anomalía. Por desconsolador que sea el decirlo, la fábrica tiene que espen- der sus productos dando al embalage el aspecto de mercancía venida del estrangero. Así mismo tiene un depósito de artículos elaborados que repre- senta mas valor que el capital de la fábrica. La crisis comercial, por otra parte, la paralización de las industrias que consumen vidriados, todo con- tribuye á que se vea obligado á suspender los trabajos, según nos indicó. Alguna de las personas concurrentes insinuó la idea de que la fábrica se pusiese bajo el amparo de una sociedad anónima por acciones ; idea que fué acogida por el Sr. Arrigorria con entusiasmo y como una medida salvadora. La « Sociedad Científica Argentina » podrá tomar en considera- 204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cion dicha idea, si bien le parece, no sea mas que como medio de apoyar una industria digna de fomento, bajo todos conceptos. Pero yo creo que cualquier medio de protección que se arbitrase no de- beria limitarse á una sola fábrica, lo que serviría solo para fomentar el mo- nopolio; sino á todas las fábricas dedicadas á la misma industria, que es el único modo para que el estímulo pueda desenvolver el progreso, y para que la competencia produzca la baratura. Sülo de estos resultados puede esperarse que la industria en general pro- digue los beneficios que entraña. Concluyo Sr. Presidente el presente informe, haciendo votos para que la progresista asociación que V. tan dignamente preside, haga lo posible dentro de la esfera de sus atribuciones para que no fracase de nuevo, entre nosotros, una industria que tantos beneficios debe reportar para la mayor riqueza y gloria de la Nación. Dios Guarde al Sr. Presidente. M. PUIGGARI. VISITA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS (Continuación ) (Véate la entrega III, pájius 142, Marzo). METitli DE TIPOS Así se denomina la aliacion empleada en la fabricación de tipos para imprenta. Resulta de mezclar elementos diferentes entre si y en propor- ciones también variables. Los ingleses lo llaman Type metnl, los alemanes Lettrn-mettall y los franceses metal de lettres, denominaciones que concuerdan con la que he adoptado. Los elementos usados son : plomo, antimonio, estaño, bismuto, cobre, zinc, hierro, aluminio, y algunos compuestos como el bronce, por ejemplo. L Plomo. — Este metal se encuentra en el comercio ordinariamente acompañado por otros metales y por óxido de plomo. De estas impurezas, la mas importante es la última, porque aumenta la resistencia del plomo; de tal suerte que cuando se busca este metal para usos en que debe sufrir presión la presencia del óxido dá idea de su buena calidad fl). Su empleo en la tipografía no es conveniente sin embargo, con esa impureza, porque el óxido es reducible por el antimonio ó bismuto, si este fuese usado. El plomo es fácilmente fusible, y cuando se le calienta á una tem- peratura elevada y se le deja enfriar resulta quebradizo. (1) Wagner.—Chimie Industrielle ,métallurgie ihimique, alliages ect. Plomb, pag. 101, Tom. 1. — Pari» 1873. zUb ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por esta misma razón hice notar en el capítulo anterior el vicio de calentar las formas en las imprentas. El plomo es el principal elemento del metal de tipos, que aprovecha su blandura. II. Antimonio. — Este metal (estibium) que se encuentra generalmente combinado con el azufre (estilbina) no ha sido aun bien estudiado en sus propiedades en el estado puro. Sin embargo, se sabe ya lo bastante respecto á sus aplicaciones en el metal de tipos, en cuya composición ocupa el segundo orden. Es muy quebradizo, no es dúctil, y es mas duro que el cobre. Estas dos últimas propiedades son precisamente las que han determinado su adopción en la tipografía, porque el antimonio comunica al plomo cierta dureza de que este carece, como sucede en la moneda de plata en que este metal suele mezclarse con cobre para poder resistir mejor al gastamiento ; pues se sabe que hay muchas aliaciones mas duras que los metales de que se forman. El antimonio neutraliza proporcionalmente la blandura y flexibilidad del plomo; y esta propiedad le ha discernido el lugar del segundo elemento indispensable para la aliacion. ni. Estaño. — Ademas del plomo y del antimonio se usan aunque ar- bitrariamente otros metales, entre los que mencionaremos primeramente el estaño, porque es el tercero en la composición del metal de tipos empleado en la fundición del Sr. Estrada. Después del plomo el estaño es el mas blando de los metales comunes. Es muy maleable, de modo que sometido al laminador puede dar hojas muy delgadas. La estremada maleabilidad es la causa á que debemos atribuir su uso en la aliacion. Para la fundición de los tipos comunes la proporción de estaño no es elevada, pero puede serlo en la fundición de i'ayas (1) y otros ele- mentos tipográficos que pulimenta el laminador. IV — Tales son los tres metales usados en Buenos Aires con genera- lidad y con preferencia en la fabricación de tipos de imprenta. Puede decirse también que ellos son los mas baratos. El plomo es un producto nacional. El Sr. Estrada emplea plomo de Córdova en sus talleres, y creo que muy pronto usará también el estaño argentino. Ea cuanto al antimonio también lo pueden suministrar nuestros ricos distritos mineros del interior. Conozco algunas muestras notables de sulfo antimoniuro de cobre de Famatina, del cual guardo algunos fragmentos en mi pequeño museo. (1) nayas. — Reglas destinadas á producir líneas^ gruesas ó finas, ó bien unas y otras simultineamente. Por ejemplo : Raya gruesa ; Raya fina ; Raya mixta . VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 207 En la Exposición Preliminar de 1876 tuve ocasión de examinar dos muestras de sulfuro de antimonio, de la Rioja y Catamarca. Sin embargo preciso es confesar que la fundición de tipos que no , tiene todavía un vasto mercado, pues el periodismo y la tipografía tienen aun que hacer mucho camino aqui, no puede sostener una fuerte de- manda de metales. Las fundiciones tienen un recurso valioso, el pastel, (1), que es á la fábrica de tipos lo que los trapos al productor de papel, ó lo que la chafalonía á los plateros. Esta ventaja, y la gran diíicultad de los trasportes en el Interior, son la causa de que las fundiciones no con- suman mayor cantidad de metales argentinos. V. Bismuto. — El uso de este cuerpo es limitado, porque es escaso relativamente á los otros, y por consiguiente mas caro. El bismuto es duro, se pulveriza fácilmente, y es poco maleable. Sin embargo suele ser empleado en algunas fábricas para ciertas apli- caciones especiales, la siguiente aliacion: Plomo 30 Estaño 20 Bismuto 50 100 Esta aliacion funde á los QloGlic; y conviene especialmente para re- pi'oducir viñetas, por la siguiente razón que dá Wagner : (2). « Antes de estampar un grabado sobre madera, por ejemplo, es nece- « sariü que la masa metálica se haya enfriado tanto que esté pastosa. » « A causa de la espansion que el bismuto esperimenta al solidificarse, « este metal es el mas conveniente para este uso.» No obstante la Fundición Nacional no lo emplea, y con su aliacion de plomo, antimonio y estaño reproduce magníficas viñetas. El bismuto es bastante quebradizo, como ya he dicho, y usado en gran cantidad para elaborar tipos comunes daría resultados negativos. VI. Cobre. -*Eé ahí uno de los metales mas populares por su aplica- ción al sistema monetario y á otra infinidad de objetos. Funde á una temperatura muy elevada, y es dúctil como lo demues- tran los alambres de cobre muy finos. Dos inconvenientes capitales ofrece el cobre al ¡fundidor. El primero, es su precio mayor que el de los metales ya mencionados. El segundo, es que el cobre fundido á muy alta temperatura dá un producto poroso y ampollado. (1) Pastel. — Las lineas ó planas de la composición que se desorganiza, y los tipos in- servibles. (2) Wagner.— Ohrsi citada. Página 125 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Al enfriarse esperimenta una dilatación aparente, tendiendo á ocupar mayor espacio que mientras estaba fundido. La masa de cobre resultante no puede ser trabajada con facilidad por- que el orden de las moléculas de la masa es destruido por la cristali- zación, y por los vacios que se forman en el interior de aquella. Sin embargo la tipografía usa eficazmente el cobre para matrices, como se verá después. No me cabe duda á pesar de todo, de que el cbbre es un metal escelente para tipos, como lo seria el aluminio, si no fuese el valor elevado de ambos. Algunos prácticos han propuesto cobrizar los tipos, es decir, reves- tirlos con una capa de cobre, en cuyo estado podrian ser lavados sim- plemente con agua y jabón. El lavado seria también mas fácil porque la tinta no se adhiere tanto al cobre como á los otros metales ordinariamente empleados. Pero todo lo que se ahorraría en potasa y en conservación del tipo se iría por otro lado en el valor del cobre ; de suerte que no veo que haya ventajas positivas en cobrizar los tipos. El precio del cobre es, eu efecto | y hasta g mayor que el de los otros elementos. En Alemania se emplea hasta un 5 °¡„ de cobre y hierro en la alia- cion para darle mayor resistencia , y hacer por lo mismo tipos mas duraderos. Una aliacion en que el cobre esté representado por |, por ejemplo, observa un autor, producirá tipos mas flexibles y elásticos de manera que no se aplastarán fácilmente bajo la presión de la prensa ó del tambor. Esta observación ofrece el mismo inconveniente de las anteriores. La ecotiomía por la duración del tipo se compensa con el mayor precio de la aliacion á causa del cobre. Estas razones influyen sin duda para que los fundidores hagan poco uso de ese metal. No obstante, en otro lugar, veremos cuan eficazmente es aplicado en la Fundición Nacional á la reproducción de viñetas. Siendo los trabajos comerciales y administrativos, los mas provechosos para las imprentas, los impresores han procurado siempre perfeccionarlos para luchar con la litografía, que se los arrebataba. Pero la lucha era imposible, porque la imprenta, para rayar una cuenta horizontal y verticalmente, tenia que recurrir á los rayadores de papel ó hacer dos tirajes. Ademas, las líneas hechas con rayas de bronce comunes eran demasiado fuertes y por consiguiente la litografía vencía á la imprenta con facilidad. Con el sistema de cuadrados de bronce puntillado, esta desventaja ha desaparecido del todo, pundiendo hacerse con él y con mayor facilidad, VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 209 rayados de todas especies, y yariar á voluatad la separación de las co- lumnas verlicaleSj produciendo la impresión un rayado gris y exacto, que supera al que se obtiene en la piedra. Con Oíte sistema de cuadrados móviles, una imprenta puede hacer los rayados mas complicados, imprimiéndolos en un solo tiraje. Este es uno de los nuevos adelantos mas útiles de la tipografía. Para esta aplicación se emplea con preferencia el cobre. Vil. Zinc. — Es un metal quebradizo y menos duro que el cobre, pero sin embargo, tiene una propiedad que lo adapta á ios usos de la tipografía: tai es su gran resistencia á la compresión. Los tipos de zinc tal vez darían buen resultado, como los de cobre, pero sobre este punto no tengo opinión invariable, porque no lo he es- perimentado. En las aliaciones el zinc sufre alteraciones profundas que no lo dejan en condiciones de ser útil á' la imprenta. Cuando el zinc no es puro y existe aliado á ciertos otros metales no resiste á la compresión y se rompe con facilidad. VIII. Hierro. — Como he dicho hay opiniones de que un 5% de hierro en el metal de tipos es una garantía de duración y resistencia. Se ha propuesto también utilizar la limadura de hierro fundido. No obstante el hierro no tiene aceptación, porque resulta muy caro en razón de la alta temperatura á que funde. IX. Aluminio. — Es mas duro que el estaño; pero mas blando que el zinc y el cobre. No se alia con el plomo y es soluble en la lejía de potasa tan usada en las imprentas de Buenos Aires, como he dicho. Además su precio es muy elevado. En Francia se ha pagado hace algún tiempo de 120 á 140 francos el kilogramo. No es adoptado en las fábricas de tipos en el esterior, ni en Buenos Aires. X. Bronce. — El cobre es usado generalmente en las imprentas para las letras de encabezamientos ó titulares de las secciones de los diarios ó de otros objetos, pero no en forma de tipos fundidos, sino en lingotes con las letras grabadas y á veces estereotipadas. Ha venido sustituyendo poco á poco al cobre en este empleo, hasta que lo ha reemplazado el bronce, que es uno de los derivados del cobre. El bronce es una aliacion que resulta de las siguientes mezclas : 1» 2» 3» Estaño. Cobre. Cobre. Zinc. Estaño. Aluminio. Cobre. El valor de esta aliacion es menor considerablemente que el del cobre, y de ahí que se la use en numerosas aplicaciones. 16 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La esperiencia propia me permite asegurar que los títulos en bronce duran mas que los tipos provenientes de la aliacion ordinaria llamada metal de tipos. Yo preferiría pues caracteres de bronce, si el precio no fuera un in- conveniente serio. Esta opinión avanzada tiene su fundamento atendible. Se ha ensayado en la imprenta de La Prensa la adopción del bronce para todos los encabezamientos, inclusive el nombre mismo del diario. Se ha usado allí también el bronce para rayas y puntos. El éxito ha sido inmejorable. La Prensa ha consumido tres fundiciones del metal de tipos, y todos los encabezamientos grabados en bronce, así como el puntillado y las rayas, siguen en el mejor estado y perfectamente conservados. Agregaré algo mas, y esto parecerá sorprendente. Desde que se fundó La Prensa (1869') hasta hoy se usan muchas rayas de brimce y aun serán usadas durante algunos años. Estos hechos que de cerca he observado, me impulsan á afirmar que la mejor aliacion para tipos de imprenta en cuanto á duración sería el bronce. Y aun su alto precio no sería suficiente para arredrar, porque tanto vale comprar una fundición (1) de bronce cara, pero que dure cinco años^ por ejemplo , como comprar dos fundiciones mas baratas en el mismo lapso de tiempo. No puedo, sin embargo, decidirme relativamente á este punto porque no he hecho ningún esperimento sobre el tipo pequeño en bronce. Y esto es esencial, porque cuanto mas fino es el ojo de la letra, es mas débil y cede mas fácilmente á las acciones destructoras de que en otro capítulo me he ocupado. Mis esperiencias han sido hechas sobre letras de bronce de ojo grande que presentan mayor superficie y contornos mas gruesos, de modo que su deterioro tiene que ser muy tardío. Por lo demás se hacen caracteres de bronce, pero para el uso esclusivo de los encuadernadores ; pues en las imprentas aun no han sido adop- tados. XI. — Después de esta breve revista de las propiedades de los metales y aliaciones usadas en las fundiciones, voy á dar algunas interesantes noticias sobre la composición de varias clases de tipos. Los alemanes exijen muchas condiciones buenas de los tipos, y entre ellas que no corten el papel. Kerl (í2) aconseja el empleo de '/lo hasta V4 de antimonio según (1) Fundición. — Se entiende por tal el surtido completo de tipos con que se monta una imprenta. Cada vez que se deshecha el material viejo es reemplazado por una fundición nueva. (2) Kerl. — Química aplicada á las ciencias y á ¡as artes ('edición alemana) 1874. VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 211 la fuerza que se quiera dar á las letras, conforme á las resistencias que deben sufrir. Para los caracteres mayúsculos indican 1 parte de antimonio y 6 ó 7 partes de plomo. Para los caracteres menores 3 de plomo sobre 1 de antimonio. Para los caracteres comunes 1 de antimonio con 4 hasta 5 de plomo. Para las rayas 1 de antimonio por 10 de plomo, Si á estas aliaciones se agregase un poco de bismuto, en la proporción de 7,2 hasta 7io por ejemplo, se fundiría mejor la mezcla, resultaría mas sólida y la operación sería mas rápida. Hé aquí esta aliacion : Plomo 10 Antimonio 2 Bismuto .... 1 Se vé pues que en estos datos predomina el plomo, especialmente en el metal destinado á las rayas que pasan por el laminador. Esta clase de tipo, aconsejado por Kerl, es blando á causa del predominio del plomo. El estaño entra á la aliacion alemana solamente para los trabajos de estereotipia y en una proporción de y, hasta 2 7o- Pero los buenos tipos ingleses y franceces contienen estaño en dosis importantes. Lo demuestran los siguientes análisis de tres clase de tipos ingleses (1). 1» Plomo 69,2 Antimonio 19,5 Estaño 9,1 Cobre 1,7 — — Estos tipos son superiores á los alemanes sin duda; como igualmente lo son los franceses que dan estos resultados (2) : Plomo 55 ■ Antimonio 30 Estaño 15 No recuerdo quien ha observado que en los Estados-Unidos predomina el genio industrial de los alemanes, lo que no es de estrañar dada la gran masa de población teutónica que ha ido á engrosar la población de la Union. En cuestiones tipográficas la opinión es exacta. (t) Dingler's Journal, pag. 38, Vol 175. (2) Id. id. id. id. 2» 3» 61,2 55 18,8 22,7 20,2 22,1 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Un análisis de dos clases de lipos americanos dice (Ij : 1» 2° Plomo 78,01 77,29 Antimonio 2 1 ,51 22,69 La evaporación del antimonio ha sido causa de que se idearan nuevas aliaciones. Se proponía la supresión del antimonio en el metal de tipos, y su reem- plazo por el cobalto y por el nikel. Se proyectaba en consecuencia la siguiente mezcla (2) : Plomo 100 Antimonio 3ü Estaño 20 Nikel 8 \ 173 Bismuto 2 Cobre 8 Cobalto 5 Esta mezcla de orijen alemán puede aceptarse como un ensayo teórico; pero no es practicable por las razones que he espuesto al ocuparme someramente de los metales útiles para la fundición. Los tipos del uso común en Inglaterra no tienen mas que dos ele- mentos. Hé aquí varios ejemplos : P'"":""--.- ?i Tipos comunes Antimonio 1 ) '^ f'°™° •• 1\ » grandes y blandos Antimonio 1 ) ° •■ í'°™°*-- 51 * grandes Antimonio , l ) ° Plomo 5) j- . ,. • . » medianos Anliinonio 1 ) orno.... I ^ pequeños y resistentes Antimonio 1) '^ ^ ■' oino... j j^ mas pequeño Antimonio 1 ) ^ ^ XII — El señor Estrada me ha proporcionado una colección de los ele- mentos empleados en su fundición y tengo en mi poder fragmentos del metal de tipos en ella usado. Deseando conocer exactamente su composición química y discutirla para mayor ilustración del lector y del asunto que me ocupa, rogué al químico arjenlino D. Pedro N. Arata, nuestro consocio, que tuviera la bondad de (1) American C/iemísí. — 1875, — Junio, — Pág. 436. (2) Ernnst Spon. — Woreskop Receipts. — 1873, Londres, VISITA A LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 213 hacer los análisis de las varias muestras de metal de tipos que habla recibido de la « Fundición Nacional ». Tres son las priiici|jales. El señor Estrada me las remitió con las leyendas que se espresan en seguida : I II III Metal preparado para Metal preparado Metal cobrizo imposición y rayas. para tipos. para tipos. Los análisis verificados por el Señor Arata con la colaboración de nuestro consocio el Señor Knoblauch dan estos resultados : Plomo 78,90 Antimonio 21,10 100,00 II III 6-i,62 69,15 35,38 30,85 100,00 100,00 Vestijios de cobre. Los vestijios de cobre hallados en el análisis son debidos á impurezas del antimonio, y no á mezclas artificiales, pues aunque la muestra III dice: metal cobrizo, la escasísima proporción del cobre me autoriza á pensar que ella es casual y no preparada. En general el metal de tipos que he recibido del Sr. Estrada es análogo al usado en las fábricas alemanas y norte americanas, pues uno y otro solo se forman de plomo y antimonio en proporciones mas ó menos diferentes, según el tipo que se quiere producir; y lo es igualmente al tipo común inglés aunque varíen las proporciones, como puede verse compa- rando con los datos consignados anteriormente. El metal que el Sr. Estrada me ha remitido corresponde á tipos que no son de primera calidad, si bien es cierto que no difieren gran cosa de los franceses que son muy buenos. Estos tienen una regular proporción de estaño de que carece el metal analizado por el Sa. Arata. Conviene que recordemos que debe haber sufrido una equivocación el preparador de los metales que me ha remitido las muestras de la Fundi- ción Nacional, pues ha olvidado enviarme la del metal de tipos que con- tiene eslaño; y digo esto, porque he recibido una muestra del estaño que emplea la fundición. De manera que después de esta observación puedo concluir afirmando que la Fundición Nacional emplea generalmente tres clases de aliaciones. La primera de plomo y antimonio en laque predomina el plomo. La segunda de los mismos elementos, pero con mas ó menos antimonio, siendo poco importante esta variación sobre cien partes. La tercera que contiene plomo, antimonio y eslaño. 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Respecto á la primera diré que me parece muy buena para el destino que tiene, que es convertirse en rayas, que pulimenta el laminador. Es necesario pues un metal blando, cuya blandura no debe ser sin em- bargo excesiva, y de ahí su neutralización parcial por medio del antimonio que entra en la proporción de '/a de la mezcla. Esta aliacion solo sirve para rayas gruesas ; para rayas finas es poco resistente y en lodo caso es preferible el bronce ó el cobre. La segunda, á la que corresponden las muestras III y II son para un metal bueno ; pero que no es de primera calidad, en mi modo de apreciar las cosas. Sin embargo, esa fundición es ventajosa y económica para surtir impren- tas de segunda orden, y en esta virtud el señor Estrada ha hecho bien de adoptarla. Pero en imprentas de primer orden y en las de obras donde se requiere «na letra que conserve su belleza, sus contornos y su claridad, debe preferirse el tipo fundido con estaño, que es el que corresponde á las fábricas francesas y á algunas inglesas. El tipo común pequeño fabricado con plomo, antimonio y estsño es el de primei' orden, en mi opinión. El antimonio disminuye la ductilidad del plomo y esta mezcla que ni es blanda ni es dura recibe del estaño propiedades especiales que la mejoran notablemente ; tal es cierta resistencia contra las causas que achatan el tipo. La acción del estaño es muy importante por sus efectos en la aliacion. Aumenta la dureza del plomo siempre achatable, y neutraliza la gran frajilidad del antimonio, produciendo una aliacion maleable sin esceso, y dura cuanto conviene á la conservación del tipo de imprenta. Las aliaciones de antimonio y plomo ofrecen el peligro de ser muy quebradizas si predomina el antimonio, y de ser muy blandas si abunda el plomo. Por eso les considero de segundo orden y creo indispensable evitar uno y otr(j inconveniente 'con el uso de una prudente proporción de eslaño que no debe ser menor de un 10 "/o. Ignoro en qué proporciones se usa en la Fundición Nacional para tipos de primer orden, pues no recibí, como dije, muestras de metal preparado con estaño ; sin embargo^ las reglas de las fábricas francesas son bastante conocidas y es de suponer que serán observadas al tratarse de preparar tipo de primera calidad. El señor Estrada está preparado pues para producir tipos de primero y segundo orden, lo que por otra parte, no depende de su voluntad sino del deseo y del capital de los clientes, condiciones á las que se ajustan los pedidos. Mis apreciaciones sobre los tipos del señor Estrada concuerdan con el premio que han obtenido en la Exposición Internacional de Santiago de VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 215 Chile, que es el primero en competencia eun las fábricas estranjeras, como se ve por estos datos que ha publicado la prensa de Buenos Aires : I'' Medalla. — Nemecio Marambio, de Valparaíso (Chile), fundición de tipos. 2a Medalla. — Ángel Estrada, de Buenos Aires (República Argentina), fundición de tipos y viñetas para imprenta. 2» Medalla. — Geo Masther y Son, útiles tipográficos de varias clases. 2» Medalla. — James Conner's Son , Nueva York, fundición de tipos (fundada en 1796). 3» Medalla. — Coliusand y C^, Nueva York, artículos de impre^nta. Mención honrosa. — Bruceand y C^', Nueva York, fundición de tipos y viñetas (fundada en 1804). Mención honrosa. — A. B. Newbury, Nueva York, artículos para imprenta. Mención honrosa. — Alberto M. Kast (Alemania), útiles de imprenta y litografía. PtaíSEOSíES y MATRICES XIII. — Las operaciones de la fundición comienzan con la grabadura del Punzón. Llámase punzón á un lingote de acero, cilindrico ó cuadrado, en cuya extremidad está grabada en relieve la lelra que se quiere fundir. Hay tantos punzones cuantas letras y signos se necesitan para cada ca- rácter. Grabada la letra en la estremidad del punzón el artista se sirve del ca- libre, instrumpnlo destinado á medir la altura del ojo de la lelra. El calibre mide las letras cortas como la o, la c, la i; las largas, sea superior ó inferiormente prolongadas, como la d, la g, etc ; y las llenas ó de doble prolongación como la f, por ejemplo. Se emplea además el mismo aparato como medidor de letras de diferentes cuerpos. XIV. — El punzón es sometido á la prueba antes de ser empleado. Los franceses llaman á esta operación la ftimée, mas yo la denomi- naré simplemente rectificación. Consiste, en ahumar en la luz de una vela la letra grabada en el pun- zón, é imprimirla en seguida sobre papel blanco. La letra impresa debe presentar con pureza y claridad sus rasgos finos y los gruesos; procediendo en caso contrario á hacer las correcciones necesarias. Después de rectificado el punzón se le dá el temple necesario para horadar metales resistentes por medio de golpes de martillo, que recibe en su estremidad. XV. — Se ha adoptado para la reproducción de la letra del punzón el cobre. 216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se corla en pequeños lingotes, que varian con el tamaño de las letras, tienen la forma de paralelipípedos. En una de las caras de este sólido se graba el punzón. Suele romperse por causas diversas, entre las cuales las siguientes ocupan el primer lugar: La falta del temple necesario. No tener vertical el punzón en el momento de golpearlo. Los defectos del acero. FouRNiER. (1) aconseja, para prevenir estos accidentes lo siguiente: « Para estampar la matriz, cuyo grabado exije una delicadeza parti- « cular, se usan con generalidad matrices incrustadas de plata, porque « este metal es mas blando y susceptible de recibir y de reproducir con « mas limpieza la impresión del punzón. Las matrices de la fundición del Sr. Estrada son de cobre. El paralelipipedo de que antes hablé, con la letra del punson ya grabado, es lo que se denomina la matriz. La matriz es susceptible de rectificación. Esa operación consiste en cuadrarla según la impresión que ha reci- bido del punzón y en igualar la profundidad del ojo de la letra, que varía con la mayor ó menor intensidad de los golpes. Después de las operaciones del punzón y de la matriz entrase á la fundición propiamente dicha. El Sr. Estrada recibe los punzones y matrices de Francia, de suerte que no he presenciado su elaboración el dia de la visita, habiéndonos limitado los concurrentes á inspeccionar los ejemplares concluidos. XVL — En un galpón del interior déla casa de la Fundición Nacional se encuentra el horno en que se funden y mezclan los elementos de la aliacion. Se compone de un cubo de material sólidamente construido con una puerta que da paso al combustible ; y con una abertura circular en su cara horizontal superior, que recibe el crisol en que se funden y mezclan los metales. Sobre la cara del cubo en que está el crisol se coloca un aparato adi- cional de hierro fundido que tiene la forma de cono truncado que termina en un cilindro. Este aparato cubre el crisol, dejándolo visible por una ventana que se abre y se cierra según convenga, la cual ha sido abierta en la parte có- nica del aparato adicional. Un solo operario maneja el horno. (1) Henri Fcubnier.— Tíflí/e de ¡a Tyfographie, 3"» édilion, Tours 1870, pág. 31. VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 217 Hecha la fundición se estrae la mezcla con una larga cuchara de hierro y se derrama en los moldes que le dan la forma de lingotes, en que pasa á los depósitos. El hornero tiene cuidado de separar la escoria. XVII. — El aparato adicional que cubre al crisol me proporciona la ocasión de comunicar á los lectores algunas noticias sobre un fenómeno muy general en tipografía y por cierto muy grave y digno del estudio y de la meditación de personas mas ilustradas y científicas que yo. Tales son los envenenamientos. El antimonio no se encuentra puro por lo general y contiene entre otras impurezas arsénico. Al fundir los elementos del metal de tipos, se desprenden exhalaciones arsenicales que inhaladas por el hornero le producen un rápido envene- namiento. Se le combate con leche. Por eso el hornero debe bebería en abundancia durante la fundición. Sin embargo, el aparato adicional de que antes hablé tiene por objeto también facilitar el escape de los vapores deletéreos, sin que puedan afectar al obrero, durante la fundición. El peligro comienza al abrirse la ventana del cono para observar el crisol ó estraer el metal de tipos. Me cuenta el señor Estrada que el hornero de la Fundición Nacional, que es un español de edad muy avanzada, ha estado dos veces á la muerte por haberse envenenado. El dinero que recibía para comprar la leche necesaria, lo ahorraba y no bebia el preservativo contra el veneno. MOIiDES. XVIII. — Después de la preparación del metal de tipos, se pasa á la trasformacion en letras. Las máquinas destinadas á este objeto que ostentan los talleres de la Fundición Nacionyl, pertenecen á dos categorías, que hemos agrupado bajo las denominaciones de máquinas primitivas y máquinas •perfeccionadas. Unas y otras difieren radicalmente como la carreta de bueyes y el ferro- carril. Sin embargo unas y otras tienen idéntico organismo en cuanto á la forma que ha de tener la letra. Tal es el molie que llevan las primitivas como las perfeccionadas. Cedo la palabra á Fournier, ya citado, en lo relativo al molde : « El molde que sirve para la fundición de letras, dice, se compone de « cuatro partes, de las cuales dos son invariables y reglan la fuerza del « cuerpo, y las otras dos paralelas, como las primeras^ se acercan ó se ale- lí jan según el espesor de la letra.» 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « El obrero coloca la matriz á la estremidad del molde, donde queda « sujetado por un pequeño crochet de hierro. » Debo recordar que si bien en las máquinas perfeccionadas la matriz se coloca en la estremidad del molde, como en las primitivas, en aquellas no es sugetado por el crochet. La letra se compone de varias partes que no podrían obtenerse con exactitud sino fuera el molde. Desde luego es una figura geométrica que tiene longitud, latitud y pro- fundidad. Se han adoptado denominaciones mas adecuadas en soslitucion de las precedentes. La longitud se llama en tipografía la fuerza del cuerpo, y tiene por me- dida la distancia comprendida entre dos lineas paralelas, una perpendicular á la estremidad de un signo de prolongación superior (corno la d ) y la otra á un signo de prolongación inferior (como la p. ) La latitud es el espesor, llamado también grueso, ó sea la relación que existe entre unas y otras letras, consideradas en cuanto á su desarrollo horizontal. Así por ejemplo se dirá que la m es mas gruesa que la i. La altura ó el arbul es la distancia que media entre el ojo de la letra y la cara paralela de la misma que es lo que se llama el pié. La fuerza del cuerpo es una propiedad distintiva de cada cáiácler (1 ) ; pues de ella se deriva el nombre de los caracteres según el número de pvnios contenidos en la letra. La altura de todas las letras de im carácter debe ser la misma, por la razón deque al imprimir sus ojos forman un plano horizontal. Hay otros signos que no son destinados á la impresión, sino princij'al- mente á espaciar, es decir, á conservar las convenientes distancias entre las palabras. Tales signos denominados cuadrados, cuadratines, medios cuadratines y espacios, según su grueso que varia entre O"', 015 y O™, 001 (y á veces menos) por ejemplo en las fundiciones para diarios, no son de la misma altura de las letras, y suelen ser '/s rniís bajos. La importancia del molde estriba, pues, en la conservación de las me- didas y condiciones que acabo de enumerar. Estanislao S. Zeballo. (Continuará.) ( ) ) Carácter .... a Pero este término tomado aquí en su acepción especial quiere decir, el conjunto de todas 1/is diversas letras que componen una caja, y por consiguiente que so 0'896 1,900 2,100 27'315'' » 0'846 » .. . . .... 28'906° » .. 0'795 3,390 » 36'756o » 0'608 La tercera columna es, pues, una serie sistemática en diminución del orden primero que muestra una diferencia igual de 0'050 ó -^ R. por cada 100 pies. Comprendiendo ahora el calor que pasando de ios 700 pies existe y el que hay entre los 2,100 y 3,390, aplica el profesor 236 ANALKS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Mühr los principios antes adquiridos á la avaluación del aumento del calor por cada 100 pies de profundidad y presenta la tabla siguiente : Aumento de calor por Profundidad oda 100 pies. 100 á 200 pies 1'036° R. 200 á 300 » 1U30 » 300 á 400 » 1'025 » 400 á 500 » 1'020 » 500 á 600 » 1'015 » 600 á 700 » .. . I'OIO » 700 á 900 » 1'097 » 900 á 1,100 » ' 1'047 » 1,100 á 1,300 » 0'997 » 1,300 á 1,500 » 0'946 s 1,500 á 1,700 5) 0'896 » 1,700 á 1,900 » 0'846 » 1,900 á 2,100 » 0'795 » 2,100 á 2,300 » 0'745 » 2,300 á 2,500 » 0'695 » 2,500 á 2,700 » '. . 0'645 » 2,700 á 2,900 » 0'595 » 2,900 á 3,100 » 0'545 » 3,100 á 3,300 » 0,495 » 3,300 á 3,390 > 0'445 » Siguiendo esta serie, deduce Mohr que á una profundidad de 5,170 pies no esperimentará ya aumento alguno, porque el término del aumento se alcanzará cuando la última proporción de 0'445° R. sea absorbida por la deducción de 0'05° R., por lo tanto, después de —^ ó 89 capas de 200 pies, y por consiguiente 1,780 pies mas profondo que 3,390 pies. Y aunque el aumento del calor, añade, se efectuará únicamente á razón de -¡-^ R , en lugar de -t-ty R., se alcanzará la región de la tem- peratura constante á los 13,500 pies. El profesor Mohr encuentra en estos resultados, atenta y doctamente examinados, la mas elocuente confirmación de las objeciones que por otros caminos se habían dirigido anteriormente á la teoría plutónica. La causa del aumento del calor en el interior de la tierra se encuentra en los lechos superiores de la capa terrestre. La misma teoría de los vol- canes debe adoptarse á los resultados que se han consignado ya y la fluidez de la lava no aparecerá como una parte de la incandescencia de la tierra, sino como una evolución local del calor producido por los hundimientos que ocasiona siempre la acción del mar sobre las rocas. NOVEDADES CIENTÍFICAS 237 Se ha observado en efecto, y se puede observar muy fácilmente que los volcanes éslán situados en el mar ó en sus cercanías. La aglomeración local de calor, propia de los focos volcánicos, contribuye de un modo muy eficaz y muy digno de tenerse en cuenta al calor interno de la tierra. (The Nature). jpafiáa. — Acaba de salir á luz un libro notable. Es la colección de los trabajos encomendados á los miembros de la Academia de Ciencias Exactas, fundada en la ciudad de Córdoba por el gobierno del señor Sarmiento. El Dr. Burmeister ex-Director de esa Academia, hace preceder dicho libro del siguiente proemio : t Las obras de los miembros He la Academia Nacional de Ciencias Exactas, que someto aquí al conocimiento y juicio del público, han sido ejecutadas á causa de invitaciones mías durante el tiempo que he fun- cionado como Director de la Academia, por orden del Superior Gobierno. Solamente la primera obra del Dr. Stelzner no ha sido escrita para la Academia, sino para los «Anales de Agricultura». Pero el mismo autor ha presentado mas tarde dos mapas geognósticos del país al Superior Gobierno, para demostrar su actividad y sus progresos en el estudio de la geognosia Argentina, y el Sr. Ministro en aquella época Dr. D. Juan Albarracin, me dio esos mapas para utilizarlos en favor del exacto co- nocimiento científico de la República. El menor es el que publico aquí ; el mayor no ha sido grabado hasta hoy, porque su gran tamaño es un impedimento para su publicación en el país : me he visto obligado á cortar este mapa en diferentes secciones, para publicarlas sueltas, lo que haré en lo futuro, cuando las secciones sean ejecutadas en Europa, á donde las he mandado para ese objeto. » Como el mapa de la Sierra de Córdoba no ha sido acompañado por el autor con una descripción, he creído conveniente repetir su ensayo anterior, invitando al mismo tiempo á su sucesor en el empleo del Profesor de Mineralogía, D. Luis Brackebusch, á escribir un texto con- veniente, para esplicar mas estenso el mapa y sus indicaciones, lo que ha hecho este caballero con mucho empeño. » Desgraciadamente ha llegado su obra muy tarde á mis manos, recién en este mes de Noviembre, aunque él la había concluido y me la habia mandado ya en el mes de Mayo. Pero repetidas veces se han perdido porciones del manuscrito, que me fué enviado de Córdoba á Buenos Aires, de un modo completamente inesplicable, y esta casualidad ha retardado la publicación de la entrega actual mas de medio año. Las otras obras ya han sido concebidas en el año 1874, antes que habia dejado mi empleo de Director de la Academia, lo que he hecho prin- 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cipalmente para dar mas libertad á los miembros en sus estudios y evitar nuevos disgustos. » Al retirarme de las funciones indicadas, doy las gracias á los autores de las obras que he publicado por la condescendencia con que han aceptado mis invitaciones, esperando de su actividad y de su celo por el progreso científico del país, que continuarán del mismo modo en lo futuro, mostrando al público que han comprendido sus obligaciones, como preceptores de la juventud y como hombres de la ciencia, tra- bajando siempre con el doble interés de aumentar sus propios conoci- mientos por nuevos estudios y dar á conocer al público los resultados de su actividad para el conocimiento del país. y> He suspendido otra obra mia, que ya había principiado para estas Actas, á consecuencia de haber dejado mi empleo, reservando su publi- cación para mejor oportunidad, recomendando al lector el Boletín de la Academia, que dá razón sobre su actividad, cuyo tomo I se ha pu- blicado en el año de 1874». lias Torres del SiBesicio. — Durante su residencia en Bombay, el príncipe de Gales no ha dejado de ir á visitar uno de esos monu- mentos antiguos que constituye una de las principales curiosidades de las inmediaciones de aquella ciudad, á saber : Las Torres del Silencio, ó monumento sepultural de los parsos, adoradores del fuego. Los parsos no sepultaban sus cadáveres en el suelo, porque hubiera sido profanar la tierra, que era uno de los cuatro elementos que ellos adoraban y adoran todavía, y por esa misma razón no arrojan los muer- tos al mar ni á ningún rio, porque seria profanar el agua, que es otro de los elementos sagrados. Tampoco pueden quemar los cadáveres, por no profanar el fuego, que es el mas sagrado de los elementos. Así, construyen una torre en cuya cima colocan los cuerpos muertos, que permanecen invisibles durante su descomposición, la cual se efectúa muy pronto en un clima tan cálido como el de la India. Esta rápiiez se activa todavía mas gracias al concurso de las bandadas de buitres sagrados que están posados en las palmeras inmediatas asechando el momento en que se ha colocado un cadáver en la torre del Silencio, y á la que se dirigen en seguida para devorarlo. Cerca de estas torres hay una especie de capilla en la que se dicen algunas oraciones y se deposita el cuerpo durante algún tiempo. Cuan- do se le quita de allí, se le descubre el rostro, á fin de que todos los asistentes puedan echar una última mirada sobre el individuo que ellos han conocido. Escepto los conductores, ó enterradores, nadie pasa el umbral de la puerta que conduce á la plataforma de las Torres del Silencio, en donde dejan espuesto el cadáver, que no tarda en servir de pasto á los buitres sagrados que lo están esperando. BIBLIOTECA DE Li «SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA» Durante el mes próximo pasado ha tenido el siguiente aumento de obras : Registro Oficial del Gobierno de Buenos Aires, 1875; donante, socio Dr. D. Estanislao S. Zeballos. Muestrario de útiles para imprenta y litografía; D. Ángel Estrada. Los caballos fósiles de la Pampa Argentina; por el Dr. D. Germán Burmeíster; 1 vol. donado por el autor. Compendio de Anatomía, Fisiología é Higiene Humana, por el Dr. D. Juan Bialet y Massé ; 2 vol. donados por el autor. Palacio del Congreso de los Diputados de Madrid, 1 vol.; donante socio D. L. Sienra y Carranza. Limites con Bolivia, 1 vol; socio corresponsal, D. Juan Martin Legui- zamon. Cuestión de limites entre la República Argentina y Chile, i vol.; el mismo. LIBROS COMPRADOS. Estudios sobre la navegación del Bermejo, 1 vol. — Emilio Castro Boedo. Minéralogie appliquée, i vol. — A. Burat. Cuadratura del circulo, i vol. - E. O'DonnelI. Zoologie, I vol. — P. Gervais. Navegación del Rio de la Plata, 1 vol. — Lobo y Biudarets. Bécouverte de l'Amérique par les Normands, 1 vol. — Gabriel Gravier. Le Soleil, i vol. — A. Secchi. Viajes cientificos á los Andes Ecuatoriales, i vol. — M. Boussingault. Code annoté des chemins de fer, 1 vol. — Lame Fleury. Derrotero del Estrecho de Magallanes, 1 vol. — Chacón. Higiene et assainisscment des Villes, 1 vol. — Fonssagrives. Arquitectura legal, 1 vol. — Cámara. Chimie industrieUe, 2 vol. — Wagner. Compendio de geologia, I vol. — Vilanova. Le Dawinisme, 1 vol. — E. Ferriére. Table de Logarithmes, — 1 vol. Callet. Dictionnaíre de Botanique, I vol. — Saint-Pierre. Dictionnaire d'Histoire et de Géographie, 1 vol. — Bouillet. Travaux publics en Angleterre, 4 vol. — Franqueville. 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cosmos, 4 vol. — Humboldt. Physique, 4 vol. — Daguin. Traite d'hygiene privée et publique, I vol. — Recquerel. Charles Darwin, 1 vol. — Quatrefages. Histoire de la Création, 1 vol. — H. Burmeister. Tratado de química, 1 vol. — L. Troost. La Biologie, 1 vol. — Ch. Letourneau. La Locomotion chez les animaiix, 1 vol. — J. B. Petigrew. Rio de la Plata. Description et instruction nautiques, i vol. — E. Mouchez. Les Cotes du Brésil. Description et instructions nautiques du cap San Roque á Moranhao, 1 vol. — Mouchez. Les Cotes du Brésil du cnp San Roque á Bahia, 1 vol. — E. Mouchez. Voyages aériens, I vol. — Glaisher, Flaramarion, de Fonvielle et Tis- sandier. De la fécondatiún des orchidées par les insectes, 1 vol. — Darwin . Géologie, 1 vol. — Lambert. ' De la variation des animaux et desplantes, 2 vol. — Darwin. Dictionnaire astronomique, \ vol. — A. Herpin. Zoologie, 1 vol. — Lambert. Botaniqtw, i vol. — Lambert. Du Chauffage, 1 vol. — Bose. Origine des espéces, 1 vol. — Darwin. La Linguistique, 1 vol. — A. Hovelacque. Del Turia al Danubio, 1 vol. — J. Navarro Reverter. Manual de geología, 2 vols. y atlas. — Vilanova. ANALES SOCIEDAD "^ científica ARGENTINA COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. i D. Guillermo Villanueva. Vocales \ D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. MAYO DE 1876. — ENTREGA V. TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, Y EN LAS PRiClPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad. 33 g mfc » fuera de la Ciudad.... 30 » La. suscr-icion se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 18 7 6 FEB 9 1927 ^] ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. Segunda sesión del Congreso Internacional de Americanistas, en Luxeraburgo, en 1877. Corte geológico del túnel de toma de las nuevas obras de aguas cor- rientes fcon lámina] . II. — HIERRO OLÍGISTO DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS, por M. Puigjsari. III. — VIAGE AL PUCARÁ, por Jntin M. SiCguizainon. IV. — OBRAS PUBLICAS : El Puekto de Buenos Aires fConünuacionJ , por Ig:naoio Firniat. V. — VISITA A LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS, por Esta- nislao S. Keliallos [Conclusión]. VI. — LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA, por JUauricio Sehiff. ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1875 20» Sesión Ordinaria del 15 de Setiembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. Pérez. Aguirre. Zeballos, Reid. Balbin. White. Firmal. Büttner. Peña, E. Castilla E. Cagnoni. Muñiz. Silva . Gagnoni, A. M Arocena. Burgos. Amoretti. Lagos, J. M. A las ocho de la noche se abrió la sesión con asis- tencia de diez y nueve socios, cuyos nombres se es- presan al margen. Leida y aprobada el acta de la sesión precedente, se leyó una carta del socio Sr. White, comunicando haber depositado en la Biblioteca déla Sociedad, varias obras matemáticas de interés- Se dio cuenta de los trabajos de la Comisión Di- rectiva durante la última quincena. El Sr, Presidente manifestó á la Asamblea que iba á darse lectura de una comunicación muy importante del socio D. Francisco P. Moreno, pidiendo la coopera- ción de la Sociedad para realizar un viaje científico del Atlántico al Pacífico, á través de las inesploradas regiones de la Patagonia. La Comisión Directiva, decia el Sr. Presidente, habia recibido con en- tusiasmo y con interés aquel proyecto, no vacilando en colocarlo bajo los auspicios de la Sociedad, para cuyo efecto la Comisión habia resuelto con- sultar á la Asamblea é invitarla á suscribirse con 25.000 $ m/c. para llevar á cabo la empresa del señor Moreno. Agregaba el Sr. Presidente que la Comisión Directiva le encargó con- 18 242 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ferenciar sobre el asunto, unido á los Sres. White y Huergo, con el Go- bernador, quien los habia recibido satisfactoriamente, prometiendo que el Gobierno contribuiria también con una suma igual á la votada por la Sociedad. Terminó diciendo que el Secretario daria mayores informes sobre el asunto^ después de leida la comunicación del Sr. Moreno. Se leyó el proyecto del viajero. El Sr. Zeballos dijo : que habia sido encargado por la Comisión Di- rectiva, para informar sobre la conveniencia de patrocinar el proyecto del Sr. Moreno, y habló estensamente en el sentido de los siguientes estractos. Creia que el proyecto de esploracion era útil bajo diferentes puntos de vista. Desde luego era benéfico para el buen nombre de la Sociedad. Las sociedades científicas tienen por objeto primordial fomentar los pro- gresos de la ciencia, buscando y descubriendo lo nuevo y lo desconocido. De ahí la importancia de las grandes sociedades europeas, algunas de las cuales, como la Geográfica de Londres, habia unido su nombre al del célebre esplorador Mr. Livingston. Por otra parte, para buscar novedades y descubrimientos interesantes, para servir al desenvolvimiento de la ciencia, era menester salir del ra- dio de las capitales en que existen las sociedades, para esplorar los pa- rajes poco conocidos ó inesplorados. La única asociación argentina que iba á acometer empresas de este género era la « Sociedad Científica Argentina », y era evidente que tanto aqui como en el exterior cimentarla su crédito, rodeándose de valiosas simpatías. Tenia también el proyecto del Sr. Moreno una importancia que podría llamarse geográfica, en el doble sentido de que abriría el camino para la determinación exacta de lugares y zonas de tierra desconocida; y de que era un precedente que venia á estimular á la juventud y á los miembros de la sociedad, á dedicarse á las esploraciones y estudios geo- gráficos sobre el terreno, cosa tanto mas necesaria cuanto que diaria- mente tiene la República Argentina la necesidad de tener un cuerpo de ingenieros geógrafos que produzcan mapas exactos y útiles. La falta ha sido sentida desde largo tiempo atrás, y era esa la causa de que los gobiernos hubiesen adoptado oficialmente cartas geográficas que comprometen seriamente los derechos argentinos á la Patagonia. Entre otros, el Sr. de Moussy en la introducción á su Atlas de la República Argentina (publicación oficial ) dice que en el territorio de la Patagonia y las islas del Estrecho de Magallanes quedaron fuera de la división de los vireynatos ó fueron atribuidas de una manera nominal al del Rio de la Plata. Un cuerpo de esploradores y geógrafos mas vinculados al país que ei ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 243 Sr. de Moussy y otros, nos pondrían á cubierto de tamañas indiscre- ciones y de tan crasos errores. Bajo el punto de vista político, convenia al país que el Sr. Moreno llevase adelante sus deseos; porque una nación que posee vastos terri- torios debe procurar esplorarlos, tomar posesión de ellos y darlos á co- nocer para ofrecerlos á la población y á la producción, que son fuentes de la grandeza de un Estado. Últimamente habían tenido lugar dos viajes á Patagonia. El esplorador chileno, D. Guillermo Cox salió en 1862 del puerto Montt, en la provincia de Llanquihue, al Sud de Chile; cruzó en botes los lagos de Llanquihue, salvó la Cordillera de los Andes y atravesó el lago Nahuel- Huapi, que según sus datos mide 7 '/a leguas de longitud. Desde ese lago, Cox marchó al Norte siguiendo la corriente del Limay, hasta que un naufragio lo detuvo en los 40° de latitud próximamente. No le fué posible continnar su esploracion del Líniay y rio Negro, de modo que se vio obligado á retroceder á Valdivia, á donde llegó en 4863. El resultado de este viage célebre en la historia de las últimas esploraciones, consta en un libro que es sumamente escaso en Buenos Aires. El otro viajero, intrépido y abnegado, conocido en Europa por el Livingston Sud-Americano, es el capitán Musters, quien en cartas par- culares dá importantes datos al señor Moreno. Musters salió de Punta Arenas en 1869 y llegó á la desembocadura del río Santa-Cruz ; desde allí se internó al Oeste hasta cerca del lago Viedma, y tomó rumbo al Norte por el corazón de la Patagonia, hasta que llegó al rio Limay. El pensamiento de Musters era orillar los rios Limay y Negro desde su origen hasta el Carmen de Patagones ; pero los indios se lo impi. dieron, hubieron de matarlo, y finalmente lo alejaron de las orillas de aquellos rios hacia el Sud, dejándolo frente al golfo de San Matías, á poca distancia de la costa del Atlántico. Musters llegó al fin al fuerte argentino General Conesa, en 1870. Pero para vencer los inconvenientes que han detenido la marcha de Cox y de Musters, contaba el señor Moreno con la amistad de uno de los caciques que tiene sus tolderías en los manzanares próximos á Nahuel-Hitapi. Dicho cacique recibe raciones del Gobierno Argentino, y abandona una vez al año el desierto para venir á tomarlos en el Carmen. En 1874 el cacique, que se llama Inacayal y que es conocido en las ciencias por los valiosos servicios que prestó á Cox, á quien salvó la vida, vino á Buenos Aires á saludar al presidente Sarmiento. Moreno lo llevó á su casa, lo agasajó y obtuvo el compromiso de que harían un viage juntos en Patagonia. Inacayal espera pues á Moreno en sus lejanas tolderías. ^ 244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para llegar á ellas, Moreno se servirá de oíros indios que ya lo esperan en Patagones, y que cobran 400 ftes. por sus servicios. De manera que contando con tan eficaces auxiliares era dado esperar que la esploracion tendria un resultado feliz. En cuanto á las condiciones personales del Sr. Moreno, creía que era inoficioso estenderse en consideraciones sobre ellas, desde que su Museo, formado por él con el fruto de sus trabajos y escursiones, era el se- gundo de la República, y había llamado la atención de sabios de Europa y América, con quienes Moreno sostenía una constante correspondencia. Por todas estas consideraciones creía el miembro informante, que la Sociedad debía aceptar la opinión de la Junta Directiva, y votar 25,000 ps. m/c. para ponerlos á disposición del viajero. Como nadie pidiese la palabra, se votó y resultó aprobado el dicta- men de la Comisión Directiva. En seguida se dio lectura del proyecto de nota con que iba á ser elevada la carta del Sr. Moreno al Gobierno de la Provincia. El Sr. Buttner dijo que como miembro de la Comisión encargada de redactar una memoria sobre la escursion á la fábrica de cimento de Portland, situada en Barracas, debia manifestar que aquella aun no habia podido espedirse á consecuencia de faltarles algunos datos pedidos al Sr. Reidj director de la fábrica, quien se los íacilitaria de un mo- mento á otro. Concluyó diciendo que en la próxima Asamblea probablemente pre- sentarían la memoria. El Sr. Presidente observó que, era menester resolver algo sobre la necesidad de que la Sociedad se despidiese oficialmente del Sr. Moreno. El Sr. Zeballos opinó que, la Sociedad podría acompañarle hasta la Estación del Sud. El Sr. White pensaba que eso seria hacer mucho ruidOj y que de- searía algo mas modesto. El Sr. Amoretti declaró que no le parecía ruidoso un acto seme- jante, y agregó que creia merecedor de esa distinción al Sr. Moreno. El Sr. Büttner propuso que se nombrara una Comisión que se despidiese del viajero á nombre de la Sociedad. El Sr. Zeballos dijo, que podría hacerlo la Comisión Directiva, y dio lectura de los artículos del Reglamento que disponen que ella repre- sente á la Sociedad en todos los actos oficíales. Así se resolvió. No habiendo mas asuntos á la orden del día, se levantó la sesión siendo las 9 y 25 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. actas de las sesiones de 1875 245 21» Sesión Ordinaria del 1° de Octubre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente A las ocho de la noche se declaró abierta la Asam- Arocena h\esi, estando presentes los señores al margen nom- Amoretti brados. Calderswooa Reid Fué leida y aprobada sin observación el acta de la Brián sesión precedente. Rojas Se dio cuenta de los asuntos entrados, á saber : Siiveyra Dos comunicaciones del Ingeniero Sr. Robertsnn sobre Huergo gj gstado de las perforaciones. Rosetti Una comunicación de los señores Silveyra, Arata y '^'"°°' . Buttner, ofreciendo presentar en la sesión del 15 de Oc- Alfredo Cernadas. tubre la memoria que se les encargó sobre la fabricación de cimento en Barracas. Contestación del Gobierno de la Provincia sobre el viaje del Sr. Moreno. Renuncia de este señor de los puestos de vocal de la Comisión Directiva y de Director del Museo de la Sociedad. El Sr. Presidente consultó á la Asamblea sobre esta nota del señor Moreno y resolvió proceder á nombrar un vocal y un director del Museo. El último funcionario será provisorio hasta el regreso del viajero. Se procedió á votar. El escrutinio practicado por los señores Presidente y Secretario, con asistencia de los socios Rosetti y Dillon J. (hijo), dio el siguiente resultado : Director del Museo. Señor Walter F. Reid 8 votos. » Estanislao S. Zeballos 4 » » Eduardo Aguirre o ... 2 » » Carlos Berg 1 » Vocal. Señor Valentin Balbin 8 votos. » Luis A. Huergo 1 » » Félix Rojas 1 » » Justo Dillon (hijo) , 2 » » Luis Silveyra 1 y> » Juan J. J. Kyle 1 > » José M> Lagos, 1 » Quedaron nombrados en consecuencia: Vocal — Sr.D. Valentin Balbin. Director provisorio del Museo — Sr. D. Walter F. Reid. 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se leyó en seguida una nota del Sr. D. Miguel Tedin, de Martin Garda, remitiendo algunos datos sobre perforaciones practicadas en la isla; y se dio lectura igualmente de la comunicación que le fué dirigida por el Sr. Presidente. En seguida el Sr. Zeballos leyó una memoria firmada por él y por los señores Reid y Moreno, sobre una escursion al rio Matanzas, ilustrando la lectura con una serie de muestras que los autores de la memoria presentaban al Museo de la Sociedad. El Sr. Huergo, terminada la lectura observó que él habia tenido oca- sión de constatar la existencia de algunos moluscos de los presentados por los autores de la Memoria, aun en zonas muy interiores de la pampa. Hacia esta observación por lo que ella pudiera importar al estudio de las cuestiones tocadas en la Memoria leida. El Sr. Buttner dijo que hacia tiempo le preocupaba la idea de es- tudiar la cuestión de si eonvendria ó no uniformar el tamaño de los ladrillos fabricados en la Provincia, á fin de regularizar las construcciones. Comprendía que este era un asunto del dominio de la Municipalidad, pero deseaba que se cambiaran ideas sobre la cuestión. Para dar una forma práctica á su moción indicaba el nombramiento de una comisión de dos socios que estudiando el punto, elevasen á la sociedad un informe escrito sobre él. El Sr. Silveyra observó que el pensamiento estaba en pugna con el principio de libertad de industria, que autoriza á los productores á fabricar los artículos á la voluntad de cada uno. El Sr. Balbin dijo que en Inglaterra y en otros países se fabricaban ladrillos de todos tamaños, y no encontraba la razón en qué fundar aquí la uniformidad de que se trataba. El Sr. Reíd manifestó que solo se ha adoptado generalmente el prin- cipio de la uniformidad de los ladrillos en algunos países europeos, para las construcciones oficiales, pero no para las obras privadas. Así sucedía en Alemania y en otros puntos de Europa. El Sr. Balbin corroboró las afirmaciones del Sr. Reíd, y dijo que en las obras de salubrificacion de esta ciudad se habia adoptado un ladrillo uniforme de 9 pulgadas de largo, 4 i de ancho y 2 de espesor. Creía que solo era lícita esta reglamentación en las construcciones de obras públicas. El Sr. Huergo afirmaba que la moción del Sr. Büttner envolvía dos ideas. La primera, nombrar una comisión para estudiai" el asunto é informar. La segunda, que era la discusión del asunto, vendría después de es- pedido el informe de los comisionados. Creía él que es un vicio orgánico del país la manía de poner tutores al pueblo, hasta para los actos mas insignificantes de la vida. Si los que quieren hacer construcciones, decía, no saben comprar los ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 247 materiales ni elejir buenos ingenieros, que aprendan ; pero no es posible dar un curador á cada uno. Era menester dejar con mas libertad la acción individual, porque solo su ejercicio^ podria alguna vez hacernos pueblo laborioso. Terminó apoyando la moción de nombrar la comisión que debe estudiar la proposición del Sr. Büttner. Pasó el asunto á la Comisión Directiva para que ella hiciera el nom- bramiento de los comisionados. EI.Sr. Presidente recordó que hacia algún tiempo se habia nombrado una comisión con el objeto de determinar un punto de relación para todas las nivelaciones que se practicasen en el territorio de la Provincia. Pedia al Sr. Huergo, miembro de esa comisión, algunos datos sobre el asunto. El Sr. Huergo declaró que habia procurado en vano y durante muchas ocasiones la reunión de los comisionados. Se convino invitar á una nueva reunión de la misma comisión. Se levantó la sesión á las 10 | de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 22» Sesión Ordinaria del 15 de Octubre 1875. Presidencia del Sr. Whíte. z^baiuíf"^^"'^ Abierta la sesión á las 8 | de la noche con asis- Reid. tencia de los señores designados al margen, fué leida Baibin. y aprobada el acta de la anterior. Amoretti. Se dió cuenta de los siguientes asuntos entrados. Silva. Nota del Sr. Reid aceptando el puesto de Director J;^?"5- interino del Museo. Brian. Nota del Sr. Balbin aceptando el nombramiento de Agu^ííe.' "^ocal de la Junta Directiva. Caiderswood. Nota del Sr. Costa remitiendo 60 ejemplares de su Oyente : folleto sobre la cuestión económica debatida en la ac- Dr.DauielM. Cazón. ^^^^^¿^¿^ Como ningún socio usara de la palabra, el Secretario dió lectura de la memoria de los señores Silveira, Arata y Büttner sobre la escursion á la fábrica de cimento establecida en Barracas. Leida la memoria, el Sr. Presidente la agradeció á sus autores y la destinó al archivo, donde quedarla á disposición de los señores socios que quieran estudiarla. 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. White hizo presente qiíe en San Fernando se construia una obra de verdadera importancia para el pais, tal es la canalización del riacho conocido por el canal ; obra dirijida por el consocio D. Luis A. Huergo. Propuso una escursion á esas obras para el doHiingo 24 de Octubre. Esta moción fué aprobada por unanimidad. El Sr. Zeballos dijo que el Gerente del Ferro-Carril del Norte, Sr. Crab- tree, era socio, y que hacia moción para que fuera una comisión de dos personas á pedirle un carruage espreso para verificar la escursion. Creia el autor de la moción que el Sr. Crabtree accedería en aten- ción á la importancia de la Sociedad, y que el número de los con- currentes seria mayor. Aceptada la proposición quedaron nombrados para cumplirla los señores Brian y Silveyra. No habiendo otros asuntos de qué tratar se levantó la sesión á las 9 y 20 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Nota. — La escursion tuvo lugar el dia 24 de Octubre^ habiendo con- currido veinte socios. Se nombró la comisión que debe redactar la correspondiente memo- ria. Se compone de los señores. Dr. Carlos Salas. Sr. Valentín Balbin. « Santiago Brian. La comisión encargada de ver al Sr. Crabtree, no logró su objeto por hallarse en San Luis ese señor. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 23' Sesión Ordinaria del 2 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente ^ j^^g g^j^g jg jg noche se abrió la sesión con asis- DiUon, Justo. , , . , Puiggari. tencia de 24 socios cuyos nombres se designan al bS"!- niárgen. Silva. Leida el acta de la sesión anterior fue aprobada sin Zeballos. , Rossetii. observación. Ringueiet. Después del informe del Secretario sobre los trabajos ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 249 JP'tM''- de la Comisión Directiva durante la quincena, se dio Pico, 0. , , , ^ , , , Kyie. cuenta de los asuntos entrados, en este orden : Huergo. Una comunicación del Gobierno de la Provincia so- IJerg, Carlos. Arocena. bre la necesidad de emplear caños mas resistentes en Cafnoni' J M '^^ perforaciones. ( Pasó á la Comisión Directiva ). Aguirie. Una nota del Sr. Cooper aceptando el nombramiento Salas.' de miembro de la Comisión de Nivelaciones. ( Al Rojas- archivo ). Medici. Lagos. Otra del Sr. Bunge aceptando el nombramiento de Robertson. miembro de la Comisión encargada de estudiar el tama- ño de los ladrillos empleados actualmente en las construcciones en el municipio. (Al archivo). Un informe del Sr. Robertson sobre la perforación practicada en San Vicente. ( Pasó á la Comisión Directiva ). El Sr. Zeballos informó á la Sociedad que, estando terminadas las medallas y diplomas correspondientes al concurso de 1875¡ la Comisión Directiva habia resuelto distribuirlas en la próxima Asamblea. Las medallas fueron presentadas á los Sres. socios. En seguida el Secretario comenzó la lectura de tres memorias pre- sentadas, á saber: Sobre ensayos de telégrafos ópticos para el servicio de las fronteras, por el socio D. Lorenzo B. Trant. Sobre fabricación de cimento en el país, por el socio Sr. D. Walter F. Reid. Sobre el clima de la República, por el Sr. D. Juan Bialet Massé. Concluida la lectura, el Sr. Presideute avisó que las memorias que- darian en secretaría á disposición de los socios que desearan estudiarlas. El Sr. Pico manifestó que creía conveniente verificar una escursion á la isla de Martin García, de la cual se habían recibido noticias sobre perforaciones y otros asuntos de interés para la Sociedad. Creía conveniente nombrar una comisión que arreglara lo necesario para la conducción de los socios á la isla. El Sr. White dijo que habia tenido oportunidad de ocuparse de la conveniencia de verificar esta escursion, pero que varías personas le habían prometido consultar antes al Ministro de la Guerra, sobre si habrá inconveniente ó no en hacerla, por lo que se refiere al carácter militar de la isla. Opinaba que debiera esperarse el resultado de la consulta prome- tida. El Sr. Pico indicó la conveniencia de nombrar una comisión que se encargara de consultar la opinión del Gobierno. Creía que éste no se neg, ia á permitir la escursion, desde que el estudio de la isla era cuestión, de interés general. El Sr. Lagos opinaba que bajo el punto de ■vista militar, las obras 19 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ejecutadas en Martin García estaban fuera de los objetos de la Sociedad ; y creia que seria prudente no ocuparse de la parle técnica como for- taleza, debiendo dedicarse la atención de los visitantes á las perforaciones, estudios geológicos etc. El Sr. Pico dijo que no podia ponerse en duda el interés de esta escursion desde que hay en la isla objetos de interés científico. El Sr. White apoyó la indicación de nombrar una comisión para que allanase las dificultades. El Sr. Presidente nombró al Dr. Salas, al Sr. Lagos y al Sr. White. Aprovechando la presencia del Sr. Médici en la sesión, el Sr. White proponía verificar una escursion á las obras que se practican en la playa de Belgrano para la toma de las aguas que deben ser suministra- das á la población. Aceptada esta indicación, se designó el Domingo 14 á las 10 de la mañana para verificar la escursion. El Sr. Médici quedó encargado de contratar el vapor que debería con- ducir á los escursíonistas. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Nota. — La escursion se verificó el día señalado. Los concurrentes, en número de 19 socios y 9 personas estrañas á la Sociedad, partieron del muelle de pasageros á las 10 y 40 a. m , estando de regreso en el mismo punto á las 2 p. m. Los socios que concurrieron fueron los siguientes : Jacinto Caprale, Santiago Brían, Félix M. Rojas, Juan Médici, Guillermo White, Adolfo Buttner, Carlos Berg, Estanislao S. Zeballos, Pedro Pico, Eduardo Aguirre, Ángel Silva, Justo Billón, Carlos Salas, Félix Amoretti, Antonio Comolli, Enrique Aberg, Walter F. Reid, Carlos Arocena, Juan Billón. La Comisión nombrada para presentar á la Sociedad un informe sobre esta escursion, está compuesta de las siguientes personas : Sr. D. Guillermo White. « « Ángel Silva. < « Enrique Aberg. ( c Estanislao S. Zeballos. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 251 24» Sesión Ordinaria del 15 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. White. Zeballos. BüUner. Balbin. Brian Huergo. Reíd. Silva. Cagiioni, J. Dilloii, Juan. Pico, 0. Larguier. Kjle. Comolli, Aberg. Amorelti. Berg. Aguirre. Roberlson. Franco. Villanueva. Puiggari. Premiados : Luis Gardella. Conrrado Torres, Vicente Gaetani. José Giménez. M. S. Bagley y C' Pini y Arregorria. M. T. Escalada y C H. M. Tiepold. Carlos Simpson. Florentino Ameghin» Miguel Puiggari. Oyentes : Rafael Obligado. Señor Tailor. Luis Viglione. A las nueve menos cuarlo de la noche fué abierta la sesión, estando presentes las personas nombradas al margen. Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada, y el Secretario informó á la Asamblea de los trabajos de la Comisión Directiva durante la quincena. Se dio lectura de los asuntos entrados, en este orden : D. Estanislao S. Zeballos comunica algunas noticias sobre la esploracion del Sr. Moreno, y anuncia que su partida de Patagones debiera tener lugar el dia 15. Los señores Bagley y C" comunican haber autorizado al Sr. Shuolbrige para recibir el premio que les cor- responde. El Sr. Goulu autoriza para el mismo efecto al señor Wbite. El Sr. Presidente leyó un estenso discurso, alusivo al objeto de esta Asamblea, y procedió á distribuir los premios, dirijiendo particularmente la palabra á cada una de las personas que los obtuvieron. Terminada la ceremonia resultó que no habían con- currido los señores premiados, D. Juan Aldao, D. Julio Lacroze y D. Camilo Ramayrone, cuyos diplomas serían depositados en la secretaría para entregarlos oportu- namente. El Sr. White propuso verificar una escursion á las obras de la nueva cárcel de esta ciudad. Votada esta indicación fué aprobada. Se designó para hacerla el Domingo 28 de Noviembre á las 12 del dia, siendo el punto de reunión el arco de la Recoba vieja, donde se to- maria el trenvía. No habiendo otros asuntos á la orden del dia, se levantó la sesión á las 10 menos cuarto de la noche. Pedro Pico Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. Nota. — A consecuencia de la lluvia que cayó el dia 28 de Noviembre á la hora indicada para verificar la escursion, solo concurrieron á ella seis socios. ZOÍZ ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La Comisión encargada de la obra^ como su arquitecto el Sr. Bunge, se prestaron gustosamente á atender á la Sociedad en esta escursion. DOCUMENTOS CONGRESO INTERNACIONAL DE AMERICANISTAS Buenos Airea, 27 de Marzo de 1876. Al Sr. D. Estanislao S. Zeballos, Secretario de la Sociedad Científica Tengo el honor de poner en sus manos, el programa del Congreso Internacional de Americanistas, que deberá reunirse en Luxemburgo del 10 al 13 de Setiembre de 1877; permitiéndome invitar á los Señores que forman parte de esa Sociedad, para que concurran á aquel Congreso con arreglo á las condiciones establecidas, si asi lo tuviesen á bien. Las sesiones de la primera reunión en Nancy, se encuentran á dis- posición del público en la Biblioteca, y por ellos podrán apreciar la importancia internacional de este Congreso. Con este motivo saludo al Sr. Secretario, con toda consideración. Vicente G. Quesada. (■Delegado del Goagreso eu la República Argentina) Buenos Aires, Abril 8 de 1876, Sr. Dr. D. Vicente G. Quesada, delegado del Congreso Internacional de Americanistas en la República Argentina. La Junta Directiva de la Sociedad Científica Argentina, se ha impuesto con interés del Programa de las sesiones que celebrará en 1877 el Con- greso Internacional de Americanistas, y de la invitación que V. ha tenido á bien dirijir á esta Sociedad por intermedio del Sr. Secretario. Me es agradable comunicar á V. que la Junta Directiva ha resuelto leer su comunicación y el programa adjunto en la asamblea del 15 del corriente y publicar ambos documentos en «c Los Anales » á fin de que todos los socios puedan enterarse del asunto. Aprovecho esta ocasión para reiterar á V. las seguridades de mi con- sideración mas distinguida. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zeballos. Secretario. DOCUMENTOS 253 SEGUNDA SESIÓN. LUXEMBURGO, DEL 10 AL 13 SETIEMBRE DE 1877. I Por decisión del Congreso de Americanistas celebrado en Nancy en Julio de 1875, la ciudad de Luxemburgo fué designada para ser el punto de reunión de la segunda sesión, que tendrá lugar del 10 al 13 de Se- tiembre de 1877. Formarán parte del Congreso y tendrán derecho á todas sus publica- ciones, las personas que pidan una tarjeta de invitación sea al Tesorero ó al Secretario del Comité central de Luxemburgo ó bien á uno de los delegados, y que pagarán además, la monta de la cuota fijada en doce francos. Las personas que pidan la tarjeta de invitación deberán dar muy exactamente sus nombres, pronombres, como también su domicilio. La monta de la cuota puede ser pagada en una orden postal ó en un cheque sobre Luxemburgo, Amsterdam, Londres, París ó Colonia. II Las comunicaciones serán orales ó escritas, y no podrán durar mas de veinte minutos. Los miembros del Consejo que se propusieran hacer comunicaciones, deberán hacerse inscribir en la Secretaría indicando sumariamente el ob- jeto y las conclusiones de sus trabajos. Las personas que no pudiesen asistir á las sesiones, podrán dirijir sus manuscritos á la Secretaría hasta el 1» de Setiembre de 1877. La orden del día de cada sesión será publicada la víspera. III En conformidad con el articulo 19 de los Estatutos definitivos el comité ha puesto á la orden del dia de la sesión de Luxemburgo las cuestiones que siguen : Historia. — Legislación civil comparada de los mejicanos bajo los em- peradores Aztecas y de los peruanos en la época de los Incas. Examen critico de las fuentes históricas de los pueblos de la América Central. Descubrimiento y colonización del Brasil. ¿En qué época y por qué motivo el nuevo continente recibió el nom- .bre de América? 254 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Arqueología. — Caracteres generales de la arquitectura Maya en el Yucatán. Empleo del cobre en la América ante-Colombiana. Los Mound-Builders : su oríjen, su antigüedad, sus obras, su estado de civilización y su historia. Lenguística. — Caracteres particulares de la familia Tupi-Guarani. Los idiomas americanos comparados bajo el punto de vista gramatical con los idiomas llamados Ouralo-alticos. Los dialectos esquimales comparados con los idiomas de la América propiamente dicha y del Asia. Paleografía. — Interpretación de las inscripciones y manuscritos repu- tados Mayas. El elemento phonético en la escritura mejicana. ¿A qué período de la civilización mejicana pertenecen las pinturas llamadas « Exoglíficos mejicanos » ? Indicar, en cuanto sea posible, las fechas deles mas antiguos documentos conocidos en esta escritura; esponer cuál ha sido la influencia ejercida por la llegada de los españoles sobre el desarrollo y empleo de las pin- turas figurativas de Méjico. Antropología y Etnografía. — Antigüedad del hombre en América. Tradición del diluvio en la América del Norte y particularmente en Méjico. Clasificación etnolójica de los indíjenas de las Guayanas. IV La primera reunión del Congreso será consagrada á la historia de la América antes de Colon y á la historia del descubrimiento del Nuevo Mundo; la segunda á la Arqueología; la tercera á la Lenguística y á la Paleografía ; y la cuarta á la Antropología y á la Etnografía. ESTATUTOS DEFINITIVOS Art. i" — El Congreso no podrá reunirse dos veces seguidas en la misma ciudad. Art. 2° — Las sesiones tendrán lugar cada dos años; y la apertura de la suscricion deberá ser notificada por los presidentes de las sesiones anteriores antes del 31 de Diciembre que seguirá á la clausura de la última sesión. Esta notificación será hecha por medio del Comité de organización del futuro Congreso. A falta de esta notificación el Comité central de organización del pre- cedente Congreso deberá designar otra ciudad para la próxima reunión. DOCUMENTOS 255 Art. 3° — A fin de cada sesión, el Congreso designará la ciudad donde deba tener lugar la reunión siguiente. Art. 4° — Harán parte del Congreso y tendrán derecho á todas sus publicaciones, las personas que lo pidiesen en tiempo hábil, y que paga- sen la suscricion, la cual será fijada por el Comité de organización de la nueva sesión. Art. 5° — El Comité de organización acuerda y ejecuta todas las me- didas necesarias para asegurar la instalación puntual del Congreso : la remisión de las cartas de citación, la centralización de los trabajos; la entrega de las cartas la redacción y publicación de los programas de las sesiones. Art. 6° — La Junta Directiva auxiliada por el Comité central de organiza- ción, constituye la mesa provisional al principio de la sesión. Los miembros de la mesa definitivos serán elejidos al principio de la primera sesión con escepcion del Tesorero que será de derecho el nom- brado por el Comité de organización y cuyas funciones continuarán hasta la liquidación definitiva de las cuentas de la sesión. Art. 7° — La Asamblea elije los miembros del Consejo cuyo número está determinado, por el Comité central de organización. Cada nacionalidad deberá en todo caso estar representada por un miem- bro á lo menos. Art. 8" — Las comunicaciones serán verbales ó escritas y no podrán durar mas de veinte minutos. Art. 9» — La publicación de los trabajos del Congreso está confiada á una comisión escojida entre los miembros pertenecientes á la localidad en que tiene lugar el Congreso. Art. 10. — Los libros, manuscritos ú otros objetos ofrecidos al Con- greso pertenecen á la ciudad en que tiene lugar la sesión ; su destino definitivo está determinado por el Comité de organización de la sesión. Art. H. — Los presidentes de cada Congreso tendrán derecho á formar parle de todos los Congresos siguientes. Art. 12. — El Comité central de organización de cada Congreso pu- blicará si lo cree conveniente un reglamento particular relativo á sus trabajos y á su administración. Este reglamento no deberá ser contrario al espíritu de estos Estatutos. Art. 13. — Para continuar la obra del Congreso internacional de Ame- ricanistas, se instituirán Comités regionales en todos los paises, por el órgano de uno ó varios miembros del Congreso, notificada su intención al respecto al Comité de la Sesión inaugural ó de las sesiones sub-si- guientes. Art. 14. — Cada Comité regional tendrá que nombrar un presidente que comunicará con los Comités regularmente constituidos. Art. 15. — La constitución de los Comités regionales no será definitiva 256 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sino cuando ella haya sido notificada por una circular la cual será reimpresa cada año y remitida á todos los Comités existentes. Art. 16. — La admisión en cada uno de los Comités será concedida á todos los Comités regionales que la soliciten con tal que ellos se conformen con el reglamento particular de cada uno de estos Comités. Art. 17. — En las circulares anuales de los Comités regionales deberá figurar la lista de todos los Comités regularmente constituidos, el nombre de su Presidente, y todas las indicaciones que sirvan para facilitar las relaciones de correspondencia entre los diversos Comités. Art. 18. — Todo pedido de modificación de los Estatutos del Congreso deberá ser suscrito por un número de miembros igual á lo menos al número de las diferentes nacionalidades representadas efectivamente en el Congreso. Si el proyecto de modificación es lomado en consideración por la mayo- ría absoluta de los miembros del Consejo, él será adoptado pero sola- mente para la sesión siguiente, por un voto por si y por no y sin discusión. Art. 19. — En cada una de las sesiones está previsto un cierto número de cuestiones á la orden del día de la sesión siguiente. COMITÉ DE ORGANIZACIÓN. Presidente . M. Wurth-Paquet (C. C. C.) presidente de la Corte Superior de Jus- ticia, vice-presidente del Consejo del Estado, presidente de la sección histórica del Instituto real del Gran ducado de Luxemburgo. Vice-Presidente. M. LE D' Schmit, presidente de la sección de Ciencias Médicas del Instituto r. gr.-d. M Reuter, profesor de Química en el ateneo, presidente de la sec- ción de Ciencias Naturales en el Instituto r. gr.-d. Secretario General. M. LE Df Sheotter, profesor de Historia en el ateneo, secretario de la sección histórica del Instituto r. gr.-d. Sub-Secretario . M. Blaise, profesor de la Escuela Normal. M. Ruppert, Archivero del Gran ducado. M. Henrion, profesor del Ateneo. M. MuLLEKDORFF ( profesor ), estenógrafo de la Cámara de Diputados M. Weckering, profesor del Ateneo. documentos 257 Tesorero. M. Eltz, conservador tesorero del gabinete de Medallas de la sección histórica del Instituto r. gr.-d. Miembros. M. LE D' AscHMANN, ((J.) diputado, presidente de la Escuela de Me- dicina. M. DuTREux (0.), antiguo revisador general, M. Engling, profesor antiguo presidente de la sección histórica del Ins- tituto r. gr.-d. M. YoNAs (G. 0. C), miembro del consejo del Estado, encargado de Ne gocios del Gran-ducado en París. M. Maferus (0.), Ingeniero é industrial. M. Mersch Fáber, miembro del consejo del Estado, comisario de Gobier- no en los caminos de fierro del Gran-Ducado. M. Eyschen, diputado, encargado de Negocios del Gran-ducado én Berlin. M. LE Df FoNCH, secretario del Colegio Médico y de la sección de Ciencias Médicas en el Instituto r. gr-d. M. DE LA FoNTAiNE, ALFONSO (0.), comisario de distrito. M. Grerig, profesor de historia y de geografía en el Ateneo. M. Metz, Gustavo, director de fundición. M. Mullendorff, Augusto, profesor del Ateneo, secretario de la sec- ción de ciencias natnrales del Instituto r. gr.-d. M. MuNCHEN, Alfonso (0.), Mayor, comandante del cuerpo cazadores de Luxemburgo. M. MuNCHEN, Carlos (0. C), presidente de la orden de los abogados, miembro del consejo del Estado. M. Pescatore, Antonio (0.), vice-presidente de la Cámara de Dipu- tados. M. Serváis, Manuel (G. C, G. 0. C), Ministro honorario del Estado, presidente del consejo del Estado, burgomaestre de Luxemburgo. M. SiMONS, abogado y diputado. M. Stronck, profesor del Ateneo. M. Ulveling (G. 0.), antiguo ministro del consejo del Estado, miembro del Instituto r. gr.-d. M. WiES, profesor del Ateneo. M. WiTTENAüER, ingeniero civil. DELEGACIONES ESTRANJERAS. Argelia. M. Houdas, profesor, en Oran. M. Arnolit, librero, en Constantino. 258 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA M. Hoben (el barón de), cónsul de la República Argentina, del Perú, de Solivia y de Haití en Algeria. Alsacia. M. Mossmann, archivero de la ciudad de Colmar! M. Grad, en Logelbach. Inglaterra. M. Alien (Francisco A.), en Londres. M. W. Bollaert, en Londres. M. Trubner, librero-editor en Londres. República Argentina. D. Vicente Quesada, director de la Revista, en Buenos Aires. D. Juan M. Gutiérrez, en Buenos Aires. Austria-Hungría. El Dr. Reinich, en Viena. BOLIVIA. El General N. Campero, ministro plenipotenciario en Sucre. Canadá. M. Dion, hombre de letras, en Montrael. M. Frichette, en Quebec. M. Juan Campbell, profesor de historia eclesiástica en el Colegio Presbiteriano, en Montrael. El ür. Daniel Wilson, profesor ert^ la Universidad de Toronto. Islas Canarlvs El Dr. Chil y Naranjo, en Las Palmas. Chile. D. Guillermo Matta, diputado al Congreso, en Santiago de Chile. Colombia. D. Lázaro María Pérez, diputado en Bogotá. Costa Rica. D. J. Trujillo, publicista, en San José Dinamarca. M. el Barón de Bretton, Chambelán de S. M. el Rey de Dinamarca. Rin M: Mck, inspector de los establecimientos daneses de Groenlandia. M. Valderaar Schmidt, profesor de la Universidad de Copenhague. DOCUMENTOS 259 Ecuador. D. A. Flores, ministro plenipotenciario en Quito. N. Herrera ( Pablo ), ministro de la Corte Suprema de Justicia en Quito . Estados-Unidos. California. — M. Hubert Bancroft, en San Francisco. D. Garlos Brigham, en San Francisco. Connecticut. — M. Hammond FrumbuU, presidente de la Sociedad Filo- lógica americana, en Hartford. Illinois. — J. D. Moody, en Mendota. La Lalle Co. Yowa. — M. Gouder, en Dubuque. Maine. — M. Eugenio Vetromile, en Eastport, Massachiissets. — El profesor H. W. Hagnes, en Boston. M. Robert C. Winthrop, presidente de la « Sociedad de historia de Massachussets », en Boston. Michigan. — M. Levi Bishop, en Detroit. Missouri. — M. Mauricio Blum, comerciante, en San Luis. Nueva York. — M. Bennet, redactor del «Heraldo de Nueva York 9, en Nueva York. Carlos E. Strong, abogado, en Nueva York. Ohio. — M. F. Forcé, juez, en Cincinnati. Terr. de Washington.— 1\ profesor Henry, director del «Instituto Smithoniano», en Washington. Wiscousin. — 'M. R. B. Anderson, profesor en la Uuivesidad de Wis- cousin . Francia. M. E. Beauvois, en Corberon (Costa de Oro). M. Gaffarel, profesor en la Facultad de Letras, en Dijon. M. G. Gravier, calle de Champ des Viseaux, 80, en Rouen. M. Caix de Saint-Aymour, director del Museo Arqueológico, » en París. M. Balny (el conde), secretario de embajada, calle de los Mártires, 35, París. M. Leroux (Ernesto) — editor, 28 calle Bonaparte, en París. M. Maissonneuve, editor, quai Voltaire, en París. El Comité de organización de la 1» sesión habiéndose constituido en «Comité Americanista del Nord-este de Francia», las suscriciones pueden ser dirigidas á M. Grosjean Maupin, librero, 20 calle Héré, en Nancy. Guatemala. D. José Milla, en Guatemala. 260 anales de la sociedad científica argentina Holanda. M. Leemann ( el doctor ), conservador del Museo Real neerlandés, en Leyda. Honduras. D. Juan Yenero, ex-ministro, en Comayagua. LORENA. M. Orbain, ex-presidente de Cámara en la Corte de Metz, en Metz. M. Jacquot, director del « Colegio Libre » en Cbateau-Salins. Méjico. D. Francisco Pimentel, presidente del Liceo Hidalgo, en Méjico, Noruega. M. Daa, profesor en la Universidad de Christiana. M. Leblein, egyptólogo, profesor en la Universidad de Cbristiana. Perú M. Dibos (Félix), comerciante, en Lima. Portugal . M. Cordeiro (Luciano X profesor en el Instituto de Coimbra. San Salvador. D. Daria González, ministro de Instrucción pública, en San Salvador. Rumania. M. Urecha (el doctor B. Al. ) ex-ministro, profesor en la Universidad de Bucharest. SUECIA. M. Lindblad Esldld, ingeniero, en Jónkóping. Suiza. M. Lazier, miembro del Instituto de Ginebra, en Carouge. M. Schaller, director de Instrucción pública, en Friburgo. Turquía. M. Aristarchi (Stephanes D. ), gran logóteta, en Constantinopla. Uruguay. D. Mateo Magariño Cervantes, ministro plenipotenciario, en Montevideo. documentos 261 Venezuela. D. Cecilio sAcosta, miembro corresponsal de la Academia española, en Caracas. WURTEMBERG. M. Holwald (Fr. von) director de la revista « Das auslaind », en Conns- tatt, cerca de Stuftgart. La lista de los demás delegados será publicada ulteriormente. Por el Comité de organización. WURTR PAQUET, Presidente. SCHÍELTER, Secretario. Señor D. Pedro Pico, Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Tenemos el honor de presentar á la consideración de la Sociedad, el corte geológico de los terrenos que se han sondado y tenido que atravesar para construir el túnel de Toma de las nuevas obras de aguas corrientes. Este túnel va á servir para traer el agua fuera del rio desde la canal, enfrente al pueblo de Belgrano, hasta el pozo de bombas en el bajo de la Recoleta El corte geológico que presentamos es, sin duda alguna, el de mayor magnitud que ?e haya hecho en el país, pues mide seis mil metros aproximadamente de longitud, y en profundidad media alcanza á quince metros debajo de la superficie del suelo ó bien doce metros debajo de, nivel de las aguas medias ordinarias del rio. En el adjunto dibujo se encuentran claramente representadas todas las clases del terreno perforado, las que hemos clasificado con los nombres vulgares usados en la práctica del Ingeniero, porque no conocemos tér- minos mineralógicos para designar ciertas formaciones peculiares al país, tales como la tosca blanca, amarilla, negra ó roja y la arcilla calcárea al estado de transición antes de adquirir los caracteres de la verdadera tosca. Todos los terrenos perforados son de sedimento, pertenecientes á la formación cuaternaria, y son tan conocidos por la generalidad que no nos detendremos á hacer una descripción detallada de ellos. Solo diremos que la tosca es de la misma clase que la que se encuentra en el Ria- chuelo, en San Fernando y en el lecho del rio; y participa por consi- guiente de la misma propiedad que estos, á saber, de ablandarse notable- mente á la acción del aire. La arena es de grano muy fino y no contiene sal, tal vez por haber sido lavada por las numerosas corrientes de aguas 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA subterráneas que tienen en todo el municipio la linea de máxima en la dirección de Sud á Norte. En la masa de la arena se encuentran siempre nodulos y pequeñas aglomeraciones de sulfato de cal ó yeso. En todas las perforaciones hechas no se han encontrado huesos fósiles. Ningún conocimiento se tenia hasta el momento de comenzar la cons- ruccion del Túnel acerca de los terrenos que han sido perforados. En el pliego de condiciones de las obras de Salubridad y en numerosos documentos oficiales, se dice que el terreno era totalmente compuesto de arcilla compacta y tosca. En adelante tendremos muchísimo placer en remitir á la Sociedad otros cortes geológicos, ya sea del municipio de la ciudad ó bien de sus inmediaciones ; porque creemos que el asunto es muy importante no solo para el Geólogo sino también para el Ingeniero que debe conocer el terreno en que proyecta las obras que tiene que ejecutar. Nos es grato saludar al Sr. Presidente con nuestra mas distinguida consideración. Juan Medici , — V. Balbin . R ^ ^ CDRTE GEDLDDICD SEG UN Túnel de Ti E L DE i DMA ^ as .> ^1 II P 1 >s ■.Ir/'/,, I HIERRO OLIGISTO PROVINCIA DE SAN LUIS El hermoso ejemplar de hierro oligisto que acompaño con la presente nota, para que figure en el Museo déla «Sociedad Científica Arjentina», rae fué mandado de San Luis para analizar, junto con otros minerales de que omito dar cuenta en este momento ; siendo las indicaciones que se referían á él en la carta acompañatoria, las siguientes : « La masa grande de las piedras, la que tiene un color mas oscuro y que es casi puro metal, pertenece á una veta situada á unas tres leguas al sur de Santa Bárbara : está en manto y toda la roca tiene la misma formación del pedazo que le mando : es una masa inmensa de metal Se podría esplotar con facilidad, pues desde el Morro puede irse por caminos carreteros y en sus alrededores hay montes, agua y población. » El análisis de la muestra á que me refiero^ ha dado lugar á las siguien- tes observaciones : Es de color gris oscuro, de aspecto metálico, de corte granugiento, intercalado de puntos blancos que constituyen la ganga del mineral. Además, esta ganga se presenta mas voluminosa en ciertos espacios, incrustada de pequeñas masas oolíticas de hematites y de laminitas mi- cáceas. Dá por la porfirizacion un polvo pardo castaño. Es rayado por el cuarzo y produce chispas con el eslabón. Ejerce una acción débil sobre la aguja imantada, pero no está dotado de magnetismo polar. Su peso especifico es de 4,936. Su composición sobre 100 partes es la siguiente : Oxido férrico 63,50 Oxido ferroso 22,00 ' ^*^'^ ^' ^'''''' Alúmina 4,57 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Magnesia 2,20 Oxido mangánico ■ 0,20 Acido silícico 3,67 Acido titánico 3,58 Vestigios de azufre, fósforo y pér- dida 0,28 400,00 Como se deduce del análisis, el mineral en cuestión no es hierro digisto puro, sino una mezcla de este con hierro oxidulado ó magné- tico, pero predominando el óxido férrico, sobre el equivalente necesario para formar este último compuesto, he creido deberlo clasificar como hierro El procedimiento analítico que he observado es el siguiente : 10 gramos del mineral porfirizado fueron tratados por el ácido clorhídrico fumante en gran esceso. Cuando el hierro estuvo disuelto se evaporó el todo hasta sequedad en baño-maria. El producto humedecido con ácido clorhí- drico y tratado por el agua se filtró, dejando un residuo insoluble en el filtro. El liquido filtrado se estendió en agua hasta formar el volumen de 500'''=. De estos se tomaron lOOt^^^ en los que fué dosado el hierro, la alúmina, el manganeso y la magnesia por los métodos comunes. En otros 100'='= busqué el ácido sulfúrico por el cloruro barítico; y en otros 100'='^ el ácido fosfórico con el molibdato amónico ; pero siendo tan insignificantes los precipitados obtenidos, espreso solo como vestigios la cantidad de azufre y de fósforo existente en el mineral. Con otros 50'^'^ que representa un gramo de mineral dosé el hierro existente al estado de protóxido por medio del bi-cromato potásico, dedu- ciendo el resultado de la proporción del peróxido antes obtenido. Por lo que toca al residuo insoluble en el ácido clorhídrico fumante, se calcinó y pesó. Disgregóse luego por medio del bi-sulfato potásico en crisol de platino y sobre el residuo se dosó la sílice y el ácido titá- nico directamente, y por diferencia la alúmina. Observaré ahora que 60,9 p°/a de metal puro, unido á los otros datos que se desprenden del análisis, colocan al mineral que me ocupa entre los mas preciosos para la esplotacion del hierro en alta escala. Debe suponerse además, que la formación sea muy estensa, pues nunca se presenta aislado ó en espacios muy limitados bajo la forma y composi- ción que lo caracterizan. Algo mas me afirma en esta suposición la existencia en Catamarca de otro mineral de hierro que ha sido ya analizado y dado á conocer por mi colega y amigo el Sr. Kyle (1), que si bien es inferior en calidad al de San (1) Véanse estos «Anales», entrega I", pág. 34. HIERRO OLIGISTO DE LA PROTINCIA DE SAN LUIS 265 Luis, ofrece con él bastante analogía de composición, siendo además en- trambos minerales titaníferos. Si consideramos por otra parte las condiciones geológicas que relacio- nan á la Sierra de San Luis con la Provincia de Catamarca, creo que dicha suposición adquiere el carácter de probabilidad. En efecto, la sierra de San Luis se continúa con la de Ulapez y esta con la de Los llanos ó de San Chepe, la que es continuación de la Sierra de Velazco en la Rioja, que vá á terminar en la de Gulumpaja y cruceros de las ocho ó diez distribuciones por cada lado de la Cordillera de los Andes en la parte media occidental de Catamarca. Por otra parte, de la citada Sierra de Velazco en la Rioja sale una derivación llamada Sierra de la Punta que se continúa con la de Ambato, la que atraviesa la Provincia de Catamarca por el oriente de ella ; y este, según la indicación hecha por el Sr. Kyle, debe ser el punto donde existe el mineral de hierro que ha dado á conocer. Atendida, pues, la relación geológica que media entre los citados puntos, ¿ seria aventurado suponer la existencia en ellos de grandes masas de hierro? ¿ No puede sospecharse bajo tal hipótesis que la República Argentina sea una de las mas favorecidas por la naturaleza respecto á esa importante materia prima? Las condiciones geognósticas del terreno vienen también en apoyo de la idea emitida. Los espresados son todos terrenos de cristalización y abundan en ellos los minerales ferruginosos, como la pirita de hierro, la pirita cupro-ferrosa, el mispickel y otros, según he podido comprobarlo con distintas muestras. Y no es de escasa importancia otro dato que me ha sido comunicado por personas competentes y conocedoras de dicho terreno, ó sea que el trayecto indicado es la región donde crece y se desarrolla el quebracho y el lapacho, árboles que solo se encuentran en terrenos muy ferruginosos. ¿ No serán tal vez esos vejetales los puntos de mira que guien en lo futuro para catear las minas del precioso metal que deba surtir á las necesidades industriales de la República? M. PüIGGARI. 20 VIAJE AL PUCARÁ Salta, Mayo 24 de 1875. Sr. D. Francisco P. Moreno. Buenos Aires. Mi distinguido amigo: Por carta que de Vd. ha recibido en este último correo nuestro común amigo D. M. Zorreguieta, me lie impuesto con verdadero placer de las nuevas y valiosas adquisiciones, que ha hecho Vd. para su hermoso mu- seo, y por las que felicito muy cordialmente. Deseosos por nuestra parte de ayudar á Vd. también en su noble em- peño, andamos á la pesca de algunos objetos que sean dignos de figurar en la preciosa colección que Vd. posee. Con este fin, hicimos á principios del mes un viaje al Pucará, y aunque no hemos sido felices en él, pues no encontramos lo que de- seábamos, voy sin embargo á hacerle una corta relación de nuestra ex- cursión para hablarle con este motivo de algunos puntos relativos á sus estudios, y darle á mas otros datos, que desearé merezcan de Vd. una amistosa y benévola acojida. Permítame, pues, que aunque profano, eche mi bolada de aficiona- do en la ciencia que Vd. practica y profesa con tanta erudición como laboriosidad- ^ Como dije á Vd. anteriormente, marchamos un sábado al Pucará en unión de algunos amigos, con el fin de rejistrar unos sepulcros de indios que se encuentran desde tiempo inmemorial en ese lugar. Pucará es un pintoresco lugar, distante 7 leguas de esta ciudad, y está situado al pié de la elevada serranía que limita por el Oeste, el hermoso valle de Lerma : á él descienden las dos grandes quebradas llamadas del Toro y Escoipe, que viene la una desde Bolivia y la otra del valle Calchaquí. Pucará, en lengua quichua, quiere decir «Colorado» y los indíjenas les darían sin duda este nombre, á causa de que el pasto toma este color, á la entrada del invierno. Vd. habrá notado, que á pesar de la riqueza de la lengua castellana VIAJE AL PUCARÁ 267 los conquistadores tomaron varias voces de la quichua, cuyo uso se hizo después tan jeneral, que han llegado hasta consignarse en el diccio- nario de la lengua madre : Charqui, Chasqui, guasca, guazo, llapa, pampa, pucho, yuyo y tantas otras^ son la prueba de esta verdad ; pero Pucará quedó olvidada y he creido oportuno esplicarla. Llegamos, pues, al fin de nuestro viaje y fuimos á hospedarnos á casa del Coronel D. Solano Cabrera, militar que prestó muy buenos servicios al país, en la época del General Lavalle, y que hoy se en- cuentra olvidado por nuestros gobiernos, en ese rincón de la República. El Coronel Cabrera, es un excelente sujeto, sabedor de nuestros pro- pósitos, nos ofreció su cooperación y servicios, y nos hospedó esplén- didamente los tres dias que duró nuestra excursión. La tarde misma de nuestra llegada visitamos el lugar y tomamos nuestras medidas para dar principio á la obra al dia siguiente. El Pucará debió ser el osario de las tribus indijenas que moraban es- tos lugares en la época anterior á la conquista, pues allí existe un vasto campo cubierto de sepulcros, situados en línea recta y formando calles, con una regularidad y precisión admirables. Nuestro entusiasmo no podía ser mayor á su vista. Ansiando porque llegase el dia siguiente para dgsentrañar de la tierra los mil objetos que debían contener desde tiempo inmemorial, esos lechos de la muerte, soñé toda la noche con vilques, ollas, esqueletos, lanzas y demás ob- jetos con que enterraban á los indios, antes de la conquista ; pues ha de saber Vd. que en aquella época estos no conocían la herencia, así es que cuando morían, los sepultaban con todo lo que poseían: hoy es otra cosa, entierran con el muerto, para seguir la antigua costumbre, algún objeto que le perteneció, pero escojen siempre lo mas inservible, de- jando en provecho de los vivos lo demás, lo cual no deja de ser un adelanto en sus costumbres. Al siguiente dia, bien temprano- y acompañados de una buena cua- drilla de peones armados todos de picos, palas y azadones, marchamos al osario y principiamos á trabajar con verdadero entusiasmo. Muy luego quedaron destapados varios sepulcros, pero nada encontra- mos,, tomamos el otro extremo del osario y nos dio el mismo resultado : por la tarde rejístramos otros, que se hallaban al pié de una eminen- cia, en que debió existir un fuerte y estaban también vacíos. Pequeños fragmentos de huesos, pedazos de vilques ú ollas fué nues- tra cosecha; sin embargo encontramos también una punta de lanza ó flecha hecha de tierra cocida^ que tenía varías cruces pintadas de negro. Nuestra sorpresa no podía ser mayor ¿Qué se habrán hecho las momias ó esqueletos que debían yacer en esas tumbas ? ¿ Las exhuma- rían los indios, cuando vencidos por los españoles, se vieron precisa- dos á abandonar esos lugares? ¿Qué significaban esas cruces pintadas en las puntas de una lanza ó flecha fabricada con arcilla cocida? 268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cosas son estas á mi juicio, dignas del estudio de un etnógrafo como Vd. la verdad es, que hasta á mí que soy profano en esa ciencia, me han preocupado muy seriamente. Es indudable que las tribus de indios que habitaban estas comarcas, estaban mas estrechamente unidas con los Calchaquis y los Llipis del gran desierto de Atacama, que con las demás tribus dependian de los hijos del Sol. Quizá por esta causa hasta ahora llaman collas á los habitantes que moran en estas regiones. Estoy por creer que el gran osario de los aimaraes, de donde recogió el célebre viajero M. Pablo Marcoy tantas bellas muestras frenológicas, que hoy figuran en los museos europeos, sería indudablemente aumentado con los esqueletos que faltan en el osario del Pucará, que hemos encontrado vacío. Nada hay que estrañar de la constancia de estos indios. Dicen qne es incalculable el gran número de momias y esqueletos que se encuentran en aquel osario, situado en el litoral del Perú, cerca de los grandes depósitos de huano y de los cráteres llenos de cenizas, de escorias y piedras pómez de los antiguos volcanes que dominaban este litoral, en épocas desconocidas^ y á cuya proximidad pasaron, sin verlos, el capitán Frizcer á principios del siglo pasado, Mr. de Humboldt y M. Bonpland á .principios de este siglo, y M. d'Orbigny por el año de 1836. Tal es la esplicacion que me doy de la desaparición de las momias de los sepulcros del Pucará, fueron estraidos para evitar asi la profanación de los conquistadores. La relación mas estrecha que existia enlre estos indios, los Calchaquis, Llipis y demás tribus ictiófagas que habitaban á las orillas del Océano Pacífico, proviene sin duda de la conquista que los Incas hicieron del CoUao. Cuando los esfuerzos continuados de Sinchi-Roca, Lloque, Yupanquí y Maita-Capac dieron por resultado el sometimiento de los aimarás, los que no se resignaron á sufrir el yugo de los llamados hijos del Sol, se interna- ron en el país y se mezclaron á las otras tribus que lo habitaban . De aquí, sin duda, las muchas palabras aimarás que se notan todavía en el idioma de llipis, chicoanus y calchaquis, y la configuración oblonga de los cráneos resultaba de la costumbre aimará de desfigurar cuando el nacimiento el arca huesosa de los individuos dándoles una forma cónica por medio de tablillas guarnecidas de algodón y contenidas por fuertes ligaduras. Vd. sabe que los aimarás se enorgullecían de descender de los coUahuas, nación que se decia venida de Méjico y que trajo al país un grado de civilización avanzada. Pues bien, los etnógrafos han notado que muchos de los usos y costumbres de los coUahuas se estendieron hasta el Tucuman, y de aquí sin duda proviene el nombre de collas que se dá hasta hoy á los habitantes de estos pueblos. Tal es la etimología mas propia VIAJE AL PUCARÁ 269 que he encontrado de la palabra colla que se dá no solo á peruanos y bolivianos, sino también á los que viven en la parte norte de nuestra República. Considero igualmente este punto digno del estudio de Yd. y se lo reco- miendo muy especialmente. ¿Qué significan las cruces negras pintadas en la punta de una lanza ó flecha, fabricada de arcilla cocida de que he hablado á Vd.? Guardaba con cuidado esos pequeños pedazos, cuando la prolijidad de un sirviente de la casa, al acomodar nuestro cuarto, creyéndolos basura los arrojó al campo, y después todo el empeño que pusimos por encontrarlo ha sido inútil é infructuoso. Recordará V. que hablando una vez sobre las razas de indios que encon- traron en América los españoles, yo le espresé los muchos datos que exis- tían respecto á la predicación del Evangelio en una época muy remota y anterior á la conquista; Vd. me indicó entonces un pequeño folíelo escrito en francés que trataba la cuestión ; tuvo la bondad de ofrecérmelo, mas yo no lo acepté temiendo dejar trunca su hermosa colección. Con este motivo ofrecí á Vd. darle los datos que tenia sobre el particular y esas cru- ces pintadas en ese pedazo de barro cocido, me recuerdan la oferta que le hice y que voy á cumplir. Muchas son las crónicas contemporáneas de la época de la conquista que anuncian la predicación del Evangelio entre los indios antes de la venida de los españoles, y se cree que fué en una época tan remota que alcanza á los primeros años del Cristianismo ; pues se atribuye nada menos que al apóstol Santo Tomás la gloria de haberlo realizado, con uno ó dos discípulos que lo acompañaron en tan prodigioso viaje. Principiaremos por Pedro Mártir, del Consejo del Rey de España, primer Obispo y cronista de las islas de Rarlovento, donde entró cuando las descu- brieron, refiere la mucha semejanza que existia entre algunas de las creen- cias de sus habitantes, con las católicas de los españoles. Aquello de que creían en un solo Dios infinitOj invisible y todopoderoso, y que este Dios en el mundo tuvo una madre que se llamaba Mamona, nombre siró que quiere decir Diosa, madre de Dios, son en efecto una buena prueba de la opinión del Obispo. Gomara dice, que en Cumaná los indios adoraban la Cruz; que allí la vie- ron los religiosos y españoles puesta en forma de aspa y cruz de San Andrés. El mismo Gomara, F. Renito Fernandez en su doctrina, y Justo Lipsio, agregan que, en la isla Cazumel, cerca de Yucatán, cuando entró en ella el marqués D. Fernando Cortés, vio un patio grande cercado de piedra y en medio de él una cruz que tenia diez palmos de largo, á la cual adoraban por Dios ; que los indios ponían cruces sobre las sepulturas, y que tenían esta costumbre desde la predicación del apóstol. Refiere el padre Gregorio García, que en el pueblo de Gualilleo, puerta del mar del sur, conservaron 270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SU tradición los indios llamados CJiontales, y per pinturas que usaban los de Nueva España, una gran cruz que veneraban mucho, porque la puso un varón santo que ellos dicen era el apóstol Santo Tomás, y que en una peña estaba esculpida su figura y su nombre. Agregan que esta cruz fué la que pretendió quemar el corsario inglés Drake, y que habiendo resistido á la acción del fuego, fué llevada como una reliquia á Oajaca por el Obispo D. Juan de Cervantes. Refiere el padre Estevan de Salazar que en la provincia de Zapoteca (tex- tual) y en un pueblo llamado Quihazea, existia en poder de un cacique una biblia con puras figuras, donde estaban la de la creación, la de la Anuncia- ción y otras muchas, y pintada la Virgen Maria con hábito de india; que esta biblia habia venido de padres á hijos por centenares de años. Y alega el Obispo Chiapa Fr. Bartolomé de las Casas, que en una apología se levantó información entre ios indios de que en tiempos antiquísimos les enseñaron el misterio de la Trinidad, la virginidad de Maria Santísima y la pasión de Cristo. ¥ que esto les habia enseñado una gente que traia la túnica hasta los pies y en ellos sandalias, con barba larga, pasando esta relación de unos á otros. Que el Cristianismo se predicó en el Brasil muchos siglos antes de la conquista lo afirma Tomás Bocio, el padre Cabello, F. Juan de la Puente, el padre Rivadeneira, F. Gregrorio García, en su nuevo mando, Maluenda y el padre Manuel Nobrega, de la Compañía de Jesús, quien siendo provin- cial del Brasil dá cuenta de una carta que dirigió al venerable Martin Az- pilueta Navarro en el año de 1549, desde la ciudad del Salvador, como por tradición de unos á otros se ha conservado entre los naturales del Brasil la memoria de haber predicado allí el apóstol Santo Tomás. Que pasó adelante este apóstol y predicó el Evangelio en el Paraguay y Rio de la Plata, se prueba con otra carta que en el año de 1538 á primero de Mayo, escribió desde el puerto San Francisco de la Provincia de Jesús, cerca del puerto de D. Rodrigo, que en un paraje del Rio de la Plata, el Comisario de San Francisco de dicha provincia, Fr. Bernardo Armencia, al doctor D. Juan Bernal Diez de Lugo, siendo oidor del real Consejo de Indias y que fué después Obispo de Calahorra, donde le dice, que en toda la provincia del Paraguay habia memoria y antiquísima noticia del apóstol Santo Tomás, y que un indio llamado Eliguará, muchos años antes que se tuviese noticia de los españoles, dijo que vendrían presto á sus tierras verda- deros cristianos, hermanos de Santo Tomás, á bautizarlos. Esto mismo lo atestigua el padre Torquemada, y agrega uno de los primeros cronistas del Perú : « Porque el Obispo D. Lorenzo de Grado, que lo era del Paraguay » y después del Cuzco, á quien yo conocí Arcediano allí y electo Obispo, » estando en Copacabana, certifica (año 1619) que era común noticia » y vulgar lenguaje, en todo el Paraguay, Brasil y Tucuman, que habia y> pasado por aquellas provincias un discípulo y apóstol de Cristo, pre- s dicando su fé y enseñando su ley. i> VIAJE AL PUCARÁ 271 « Que haya estado en Santa Cruz de la Sierra confinante con el » Paraguay y Tucuman por la parte de Levante y con Misque, Cocha- » bamba, Tarija y Tomina pueblos comarcanos á Chuquizaca y Potosí 3) por la parte del Poniente lo dice también Gregorio Garcia quien pone » á la letra lo que escribió el licenciado Saballos, etc. » Dígnese dar á nuestro amigo el Dr. Carranza este nuevo dato de que el Tucuman, confinaba con Santa Cruz para que se lo trasmita en nombre al Sr. Trelles. A lo que llevo dicho, agregúese ahora lo que se encuentra en el padre Lozano, cuya obra se reimprime ya en estos momentos y tendremos un gran número de datos que prueban la predicación del evangelio en América quince siglos antes de su descubrimiento y conquista. Aunque, como he dicho á Vd., no fuimos felices en nuestro viaje al Pucará ; sin embargo he conseguido en estos últimos días, algunos ob- jetos curiosos, dignos de figurar en su museo y los que enviaré á Vd. en primer oportunidad. Ya sabrá Vd. por Zorreguieta, que hemos encargado cráneos, momias y otros objetos antiguos, no solo en Bodega y Valle Calchaquí, como tengo anunciado sino también á la (departamento cercano al Valle), Iruya, Quebrada del Toro, Inhuasi y otros lugares que habita- ron los indíjenas antes de la conquista. Este mismo amigo remite á Vd. con el joven estudiante D. Honorato Fernandez, á quien con este motivo me permito recomendar á su con- sideración, un tortero de piedra, que los indios llaman mmjuua, y que fué encontrado en Chicuana, ahora años en un sepulcro antiguo, por el cura de dicho pueblo, presbítero D. Napoleón Cairo. Vd. sabe que la tribus de las Chicuanas, fué una de las que vino desde el Cuzco, acompañando al Inca X. Yupanqui, á la conquista de Chiloe, se quedó establecida en dicho lugar. Es por esto, que deseo vivamente conseguir del Pucará, ó de los lugares adyacentes algunos cráneos de los antiguos Chucuanas, que deben ser dignos de su estudio y meditación. Tiene igualmente Zorreguieta un mortero de piedra y algunos otros objetos curiosos que ha estimado dignos de serle enviados. Por mi parte poseo también una pequeña fuente de piedra color pi- zarra que demuestra el grado de perfección á que habia llegado este arte entre los indios ; y otra mas pequeña, que debía servir para pre- parar el mazo con que fabricaban la famosa chirina esa cerveza que importó al Perú, á principios del Siglo XI, la emperatriz Mama Dello Huacco, mujer del Inca Manco Capac, fundador del imperio Peruano y sabio legislador ; pues dictó leyes de hermandad para alivio de la necesidad ; leyes agrarias sobre las tierras : leyes de humanidad en favor de los enfermos : leyes para consolar afligidos : leyes para que los magistra- 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dos velen sobre la educación: leyes en fin que hacían perpetua guerra á la ociosidad. Muchos antiguos cronistas, creen como Vd. sabe que Manco Capac fué hijo de un náufrago anglo sajón, y espero que la historia nos aclarará en breve estas dudas y conjeturas. Poseo los objetos indicados, debidos á la amistosa atención de mi buen amigo el Sr. D. Juan Sola, quien me hizo este valioso obsequio, y ha quedado muy complacido al saber que se los remitía á Vd. para ser colo- cados en su museo. Debe, pues, Vd. una palabra de atención á este buen amigo, quien me ha ofrecido además toda su cooperación para obtener otros objetos con el mismo fin. Con la primera persona segura tendrá Vd. por allá todas estas cosas. Me parece que no se quejarán Vds. de que olvido mis promesas, como me lo repetía el Dr. Carranza Juan M. Leguizamon. OBRAS PÚBLICAS EL PUERTO DE BUENOS AIRES {Continuación. ) En una estension de costa fluvial de muy pocas leguas, la naturaleza nos ha hecho el singular presente de varios puertos naturales, á los que solo les ialta el último toque dado por la mano del hombre, para que presten grandes servicios á la navegación y al comercio. Estos puertos son San Fernando, el Riachuelo de Barracas y la Ensenada de Barragan. En San Fernando el último toque ya se dio, abriendo su dique ó dársena, y hoy entran en él buques mercantes como el Júpiter, y em- barcaciones de guerra como el Fulminante, que antes tenian que ir á buscar un refugio á tierra estrangera, para poder efectuar sus repara- ciones con comodidad. En el Riachuelo se prepara la reforma, á cuyo efecto se han votado los fondos necesarios, y se han examinado los proyectos presentados entre los que, sea dicho de paso, han figurado concepciones absurdas y poco menos que monstruosas, y dentro de dos ó tres años fondearán frente á la plazoleta de la Boca las fragatas mercantes que hoy no pueden ni con mucho acercarse á nuestros desembarcaderos habituales. Este será un pequeño puerto, como lo de San Fernando es una pe- queña dársena, con relación á las necesidades generales, pero ambos serán puertos comerciales y de refugio ó abrigo : El primero costará concluido unos cien mil $fts. : el segundo está presupuestado en qui- nientos mil ; de manera que vamos con paso lento y seguro resolvien- do el problema parcialmente, pero sin sumar millones, con cantidades relativamente modestas, muy propias de esta época de crisis, sin asus- tar á las gentes, sin arruinar al pais y con seguridad de un éxito com- pleto. Queda el de la Ensenada, puerto mas respetable, en el que caben buques en mayor número, y al que pueden acercarse á muy corta dis- tancia los paquetes europeos. En él no hay que construir grandes di- ques, ni hacer obras de defensa, ni proyectar rompe olas, ni ninguno 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de esos trabajos monumentales que si son la admiración de las ge- neraciones venideras son antes la ruina de la presente. En la Ensenada todo se reduce á quitar la barra ; las demás obras son accesorias : de manera que' el problema se resuelve por medio de dragas ; se necesita únicamente facilitar la entrada, abrir la puerta, y pulir el interior: el puerto en sí no hay que hacerle, como no hay que hacerle en el Riachuelo, porque la naturaleza se ha encargado de formarlo, ahorrándonos este trabajo. Al ver esto, la- razón natural dicta esta pregunta: ¿Por qué no he- mos de emplear útilmente nuestras fuerzas en la Ensenada y el Ria- chuelo, en vez de malgastarlas sin fruto frente á Rueños Aires ? Los tres proyectos de ley que han sido objeto del debate presen- taban cada uno de ellos alguna tendencia especial y determinada que los caracterizaba. El uno quería un concurso, á fin de que todas las capacidades tu- vieran entrada en él, y pudieran emitirse libremente todas las ideas. El otro quería que antes de proceder á nada definitivo, se es- tudiasen los rios de La Plata, Uruguay y Paraná : el tercero, que es el que se ha llevado la palma, decide la inmediata construcción del puer- to. Tal es la condición esencial de cada uno de ellos, sin entrar por ahora al examen de puntos de detalle que aquí son meros accidentes del asunto. El concurso encerraba en sí una buena idea, pero se presentaba en forma tal que le hacía del todo imposible por lo exiguo del plazo que al efecto se concedía : en seis meses, aun los ingenieros resi- dentes en Buenos Aires y que conocen ya ciertas condiciones genera- les del río y de la rada, es decir, los muy escasos datos que hoy exis- ten, no tenían tiempo material para formular su plan, desarrollarlo, hacer los planos de detalle, calcular los presupuestos y redactar la memoria descriptiva. Dudamos que un hombre serio, conocedor de la importancia de tal proyecto, y que estimase en algo su reputación pro- fesional, se comprometiese á ejecutarlo en tan corto plazo. Sí esto no era posible, para los que aquí residieran ¿cómo lo ha- bía de ser para los de las principales ciudades de Europa y América, de que hablaba el art. 4» del proyecto de ley, que ni tendrían el mas pequeño conocimiento de lo que es el país y sus aguas? Asi es que la idea caía por su base : el concurso en la verdadera acepción de la palabra era imposible : solo podían entrar en él los proyectos ya pre- sentados: para esto era inútil lejislar. La idea no tuvo eco, y se quedó en proyecto. El segundo proyecto de ley, era el mejor : ya lo hemos dicho an- OBRAS PÚBLICAS 275 tes: mandaba estudiar, y esto es lo que debe hacerse y lo único que puede hacerse en la cuestión puerto. No hay nadie, absolutamente nadie que conozca el rio de La Plata : nadie ha determinado cuál es la verdadera ley á que obedece el mo- vimiento de sus aguas : nadie que pueda decir con exactitud la for- mación geológica de su lecho : nadie que pueda esplicar la influencia que en él ejercen las aguas del Uruguay y Paraná: nadie que espli- que satisfactoriamente la formación del delta de este último. Hay datos aislados, hay hombres prácticos pero sin conocimientos téc- nicos, y hombres científicos sin conocimientos prácticos; de manera, que hay muy poco é incompleto. La razón natural nos dice que mien- tras no se conozca todo bien á fondo, es locura pensar en que pueda hacerse un puerto bueno : quizás alguno acierte por carambola, pero es mucho atreverse, arriesgar una porción de millones de duros en aras del Dios Éxito, y esto no puede hacerlo una nación seria que pre- tende marchar por las verdaderas vías del progreso. Sin embargo, tampoco se aceptó la idea del estudio de los rios, porque esto equivalía á poner en tela de juicio la posibilidad de un Puerto en Buenos Aires, siendo así que á fuerza de tanto hablar de él todos han llegado á creer firmemente que es, no solo factible sino fá- cil, y de aquí se originó la ley vigente. Llegados á ella, preciso es que la examinemos mas detenidamente que lo que hasta ahora lo habíamos hecho, verificando su análisis de- tallado, en todo lo que esta ley tiene de técnica y de reglamentaria. Según el articulo 1°, debe contratarse en el estrangero, un Ingeniero que <í traladándose á Buenos Aires, estudie sti rada y los proyectos presentados para mejorarla.... » ¿No hubiera sido mas natural, mas barato y mas sencillo, que es- tos estudios de la rada se hubieran hecho aquí, y con ellos, el Inge- niero llamado, hubiera formulado su opinión ó su proyecto? Porque no se nos querrá hacer creer que los Ingenieros que hoy existen en todo el territorio de la República Argentina no saben ni estudiar, por- que entonces, medrados están ellos y medrado el país á quien sirven oficial ó privadamente. Pero sea lo que se fuere ¿De dónde se ha sacado la idea de que el solo estudio de la rada basta para resolver la cuestión puerto ? Mien- tras los estudios se limiten á tan estrecho circulo, no se hallará solución buena al problema: mientras se prescinda del Uruguay y del Paraná, verdaderos oríjenes del Plata no se marchará por buen camino y el resultado será siempre fatal. Este l^r artículo se halla en el mismo caso que la idea del concurso. Se dijo « venga á concurso todo el mundo » ; idea escelente : pero se 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA añadió «por solo seis meses,» idea muerta. Se dice ahora «venga un Ingeniero que estudie » : muy bien : pero que estudie « la rada simplemente » ; estudio inútil, ¿ Porqué la ley ha de poner límites á lo que el Ingeniero crea según su ciencia y conciencia, que debe estudiar para llenar bien su cometido? Varios incisos tiene este articulo 1°: escusamos entrar á discutirlos todos : solo diremos que el 3", autoriza al ingeniero de una manera esplícita y clara, á rechazar todos los proyectos aunque sean buenos, y presentar uno suyo propio ¿ qué hará el Ingeniero en este caso ? Lo que mas convenga á su reputación y á sus intereses, es decir, presentar uno suyo. ¿Y si entre los presentados hay uno bueno, que resuelva bien la cuestión, ¿por qué no no se ha de aceptar? Esto no parece equitativo^ pero hay otra razón mas poderosa aun en contra de esta disposición. Si el Ingeniero presenta el suyo es porque se cree mejor. ¿ Y quién juzgará de esta mejora'! El Ingeniero mismo, esto es, la parte interesada, porque según la ley, las opiniones y proyectos de este señor deben aceptarse tal cual él las emita y presente, sin examen ni fiscalización de ningún género. ¿ Debe esto ser así ? Creemos que no : nadie es juez en causa propia. No son menos graves los inconvenientes que en nuestro sentir pre- senta el articulo 2», que testualmente dice asi ; « El Ingeniero que practique los estudios anteriores, no podrá ser empleado en la cons- trucción de las obras del puerto, ni tener interés directo ni indirecto en ellas, si fueran construidas por una empresa particular. * Hecho el proyecto; aceptado sino como el único bueno, al menos como uno de los buenos, y tal vez el mejor, nadie ha de conocer tan bien como su autor, las ventajas de su sistema, los medios para lle- varlo á cabo, las dificultades que hay que vencer, los inconvenientes que se han de encontrar y los accidentes que han de sobrevenir; es decir, que en resumen nadie ha de ser tan apto como él mismo, para ejecutar y poner en planta su propio pensamiento en una obra que solo el ha estudiado, concebido y desarrollado. Esto es innegable, y sin embargo, se le escluye tan en absoluto, que si los trabajos se llevan á cabo por una empresa particular, esta no podrá á su vez contratar á dicho ingeniero para dirigirlos, á pesar de que seria el hombre mas conveniente para el país, para la empresa y para el puerto mis- mo. De manera que se le trae antes de hacer falta, y se le despide é inuti- liza cuando vá á ser mas necesario. Ni para consultor de los contralistas vale : la ley le imposibilita por completo ; con esto perderemos el mejor elemento, el mas necesario en estos y análogos, casos, la práctica. Cuando á costa de gastos nuestros y estudios y trabajos del ingeniero, este haya OBRAS PÚBLICAS 277 adquirido la necesaria para poder ser de verdadero resultado : cuando á su ciencia y á su esperiencia en el ramo de puertos haya añadido una garantía la mas sólida para nosotros, que es la práctica particular del caso especial del Rio de la Plata, entonces le echamos á un lado : lo mejor de este caudal, que seria su aplicación inmediata, lo desechamos, y pondremos uno nuevo para que aprenda construyendo, y se forme gas- tando en vez de producir. Tal será el resultado inevitable de esta otra disposición de la ley. Los artículos que acabamos de examinar forman en conjunto la pri- mera parte de la ley que se refiere esclusivamente al estudio y confección del proyecto de Puerto de Buenos Aires. En esta primera parte, á pesar de los grandes inconvenientes que pre- senta, se ha tenido la sabia previsión de no entrar en la cuestión técnica para nada, comprendiendo que esto es de la esclusiva competencia del Ingeniero. No se le fijan profundidades de agua, capacidad de diques, ni otras condiciones que figuraban en los otros proyectos, sobre las cuales no es posible legislar, porque dependen de reglas que varían según las circunstancias, y aquí no hay datos aun para saber cuáles de las reglas y principios de la ciencia se han aplicar. El encargado de los estudios tendrá por consiguiente una libertad com- pleta para el desarrollo de su plan : podrá dar á este toda la estension que crea necesaria y formulará el proyecto que en su opinión será el mas perfecto de todos. Hará sus dibujos, memorias y presupuestos ; los entregará, le pagarán la suma estipulada, y terminado así su compromiso, y estándole por otra parte prohibido interesarse directa ni indirectamente en el asunto, no le queda mas que hacer que retirarse tranquilamente á su país. El se irá con la gloria y la plata, ambas legítimamente ganadas, y nosotros nos quedare- mos con el proyecto, costosa y legítimamente adquirido ; tal será la situa- ción al entrar á dar cumplimiento al art. 3° de la ley. Este ya se ocupa de la construcion de las obras^ y provee los tres casos posibles : construirlas por administración : contratar su construcción ; ó entregar construcción y esplotacion á una empresa particular. Cualquiera de los tres sistemas puede ser bueno, y no hay por qué entrar á discutirlos aquí ; el art. 3" es perfectamente admisible y aceptable, pero viene á sumergirnos en un mar de dudas, el que inmediatamente le sigue y que creemos deber trascribir íntegro : Art. 4». Si las obras se construyen por cuenta de la Nación, su costo no podrá esceder de la suma de quince millones de pesos, y los gastos de con- servación de las mismas, de un dos por ciento sobre dicho costo. » Si después se lee detenidamente el art. 6", se observará fácilmente, que para el caso de entregarse la construcción y esplotacion á una em- 278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA presa particular, no se limita el costo de las obras, se admite de una manera esplícita y terminante que puede pasar de los quince millones; y si, por otra parte, se tiene en cuenta que los artículos 1° y 2° dejan en plena libertad al ingeniero, veremos que puede suceder algo grave que no se ha tenido en cuenta al redactar la ley en. esta forma. Este inconveniente, que puede llegar á ser un obstáculo insuperable, se halla en el presupuesto de las obras. No se pretenderá negarnos, que cabe en lo posible que el presupuesto total del costo de las obras del puerto de Buenos Aires, pudiera muy bien alcanzar la cifra de diez y ocho ó veinte millones. Hecho el estudio, desarrollada la idea en toda su ostensión, tal y como la ciencia y la esperiencia lo determinen, esta será la base para calcular el presupuesto, y este será lo que se necesite, y no lo que se quiera que sea, porque una cosa es hacer lo que vulgarmente se llaman números alegres, y otra será hacer números serios, que sean una verdad, y solo esto último es lo que tenemos derecho á exigir y esperar de la hono- rabilidad del ingeniero. Una obra de puerto no es lo mismo que una confección de repostería, cuya magnitud é importancia depende del precio que de antemano se estipula, ni debe hacerse de ella el cuento de las monteras de Sancho : el Puerto costará lo que resulte que debe costar, y no lo que se quiera que cueste. Si, pues, resulta que cuesta mas de quince millones, es de necesidad entregarlo á una empresa particular, y si no hay empresa parti- cular que quiera adquirir los graves compromisos que fija el art. 6°, no será posible construir el puerto sin dar antes solución á este importantísimo problema : Suprimir del proyecto de puerto una parle de las obras, igual en valor al esceso del presupuesto, sin que deje de ser puerto, aparezca in- completo, ni cueste su conservación mas del dos por ciento de su costo. Podrá suceder muy bien, que el proyecto sea muy bueno, pero de un sistema tal que no sea posible supresión alguna, sin que se pon- gan en grave peligro su solidez, su buen éxito ó cualquiera de las otras condiciones que debe llenar para ser buen puerto. De manera que aun admitiendo que todo vaya bien y todo dé buen resultado, lo cual conceptuamos muy difícil en virtud de lo espuesto anteriormente, siempre hallamos dificultades casi insuperables para lle- gar á buen fin. Y sin embargo ¡ se admiten por la misma ley las obras adicionales sin limitación de ningún género ! Necesario es admitirla, porque la previsión humana tiene sus lími- tes, y no alcanza nunca la suprema perfección, pero cuando no hay trabas para ellas, esas obras cuya ejecución debe tener por objeto el perfeccionar y completar un trabajo, pueden servir también para sal- OBRAS PÚBLICiS 279 vacion de contratistas duchos ó tapadera de Ingenieros torpes y poco inteligentes. Hemos llegado al fin del examen crítico que nos proponíamos hacer sobre la ley del Puerto : seria ocioso entrar en ciertos detalles des- pués de señalados sus puntos mas importantes y los obstáculos que en sí misma tiene para su buen cumplimiento : creemos firmemente que con ella ha ser muy difícil obtener resultados positivos : hoy por hoy, solo se vislumbran nuevos gastos presentes, y siempre las mismas com- plicaciones venideras. Mientras no se decida empezar por el principio, no saldremos del es- trecho círculo de hierro que se ha trazado, y que en vano se intenta romper á fuerza de caros é inútiles tanteos. Si se quiere tener puerto, es indispensable ante todo tener datos, y estos solo se consiguen dedicando un grupo de ingenieros al estudio del Plata, Uruguay y Paraná, y dándoles los medios suficientes de tiem- po y dinero para que cumplan debidamente su misión. Estos datos servirán para averiguar si es ó no posible la construcción del puerto frente á Buenos Aires, problema cuya solución es indispensable y de la que en vano se pretende prescindir. Estudios de este género, solo por cuenta de la Nación pueden ha- cerse. Entregados á las escasas fuerzas de individualidades aisladas, nunca podrán verificarse porque ningún particular arriesga una for- tuna en cambio de resultados problemáticos, y esta es ya una razón muy poderosa para dudar de la bondad y fundamento de muchos de los proyectos presentados. La esperiencia lo viene confirmando desde el año 1820. Prueba pa- tente de ello son los trabajos de Bevans, Coghland y Bateman : todos se ordenaron con el fin de hacer el puerto, y el puerto no se ha he- cho. Con la mitad de lo que en esos tres períodos se ha gastado se tendría lo bastante para conocer nuestros ríos, y este seria el punto de partida del proyecto de puerto. Aun quedaría la otra mitad de la suma en favor de la obra ; se habria ganado mucho tiempo, y sabría- mos á qué atenernos en las grandes dudas que actualmente nos asal- tan en cuanto á la navegación interior se refieren. Pero se ha errado el camino, se han gastado millones, y solo sabe- mus que no sabemos nada. Ignacio Firmat. VISITA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS (Conclusión) ( Véanse los números III y IV, páginas 142 y 205) HAQIJIIVAS PRIMIXITAS XIX. — Se trata de mecanismos perfectamente conocidos, que el señor Es- trada hace venir de Europa, de suerte que es inoficioso describirlos con minuciosidad. Por lo tanto, en este capítulo, como en el siguiente, me concre- taré á ideas generales, suficientes para ilustrar el espíritu del lector sobre el asunto. XX. — Las máquinas primitivas se componen: 1° De un horno pequeño ó crisol sobre una mesa con su correspondiente hogar. — 2» De un molde. — 3" De los accesorios. XXI.— El primero es un crisol metálico de un diámetro de treinta cen- tímetros de boca, que recibe la mezcla y la derrite. El crisol descansa sobre un cilindro de hierro, que á su vez remata en un paralelipípedo de la misma materia, en el que se encierra el fuego. XXII. — El molde se compone de dos secciones de madera con chapas interiores de acero, perfectamente pulido, porque el menor tropiezo ó in- conveniente produce alteraciones fundamentales. Dos son las funciones capitales del molde en este caso : la una invaria- ble, porque regla la altura del tipo (1); la otra variable, porque depende del movimiento de dos secciones paralelas del molde, destinadas á producir tipo mas ó menos grueso (2). (1) Véase el número IV, pág. 218. (2) Véase el mismo número, la misma página. VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 281 El obrero coloca la matriz en la estremidad de la cavidad del molde, donde queda sujeta por un crochet de hierro. XXIII. — Los accesorios consisten en pequeñas cucharas y pinzas que sirven para estraer el metal del crisol, derramarlo en el molde, y sacar las letras calientes. XXIV. — El obrero saca el metal que está en fusión en el crisol y lo der- rama en un pequeño agujero practicado en una de las caras del molde, en dirección perpendicular, á la unión de las dos piezas de que se compone el molde. Los trabajadores adquieren, como es natural, gran destreza y proceden con rapidez y con cuidado, aunque á mano y espuestos á quemarse. En la fundición del señor Estrada nos llamó especialmente la atención un obrero que, vaciado el metal en el molde, le imprimía un movimiento de arriba abajo y balanceaba todo su cuerpo siguiendo la dirección de aquel estraño movimiento, al que acompañaba con miradas ávidas y fijas dirigidas al molde. ¿ Qué significaba aquella agitación y balanceamiento incesante del obrero y del ^olde? ¿Qué significaban aquellos movimientos precisos, cual las evoluciones de una simple máquina' Los concurrentes dieron en llamar á aquel hombre el hombre-máquina, y no pocos recordaron al notar sus vaivenes que era un azogado. Sin embargo no era mas que un productor hábil y entendido. Aquel movimiento es indispensable para que el metal se precipite rá- pidamente y penetre en todas las cavidades de la matriz. Hecha esta operación, el obrero abre el aparato por medio de un pe- queño golpe y cae la letra. El golpe se dá con martillo de plomo para que sea suave y no altere el molde. XXV — El molde para rayas, está contenido en una caja de madera de un metro de largo. Por una abertura situada en una de las es- tremidades se derrama el metal y resulta la lámina, cuyo canto es la raya. IflÁQVllVAS PERFECCIOIVADAS. XXVI — En la tipografía la mecánica ha seguido su ley incontrarres- table de progreso ; lo que ayer era un aparato compuesto, tardío y penoso, hoy es una máquina completa, rápida y económica. Las perfeccionadas tienen -pues grandes ventajas mecánicas sobre las primitivas; tienen esta otra relativa á la salud del operario, que este se encuentra menos espuesto y trabaja sentado, mientras que en las segundas lo hace de pié y con fatigoso movimiento. XXVII — La primera máquina que sigue en el taller á las primitivas, 21 282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es puede decirse, de segundo orden en relación á otras mas modernas que el mismo taller ostenta. En un mismo cuerpo se encuentran reunidos el molde, el crisol, el hogar y el recipiente del producto. El crisol está en comunicación directa con el molde por medio de un conducto menos espacioso que el molde mismo ; y por medio de una válvula que penetra en el crisol, pasa el metal, llena el molde, y se detiene hasta que desocupado este, lo vuelve á llenar : y así sucesi- vamente. El molde está asegurado en un aparato colocado sobre una mesa, y el operario se limita á complementarlo colocando la matriz en una de sus estremidades, la que igualmente queda perfectamente bien ase- gurada. El mecanismo, pues, recibe el metal lo lleva al molde, produce el tipo, lo retira del molde y deposita en un recipiente: todo á vapor. ¿Qué hace entonces el obrero? Hé aquí pues el adelanto. El trabajo mecánico desaparece casi abso- lutamente y lo reemplaza la dirección intelectual. El obrero se limita á vigilar el movimiento de la maquinaria para evitar malos productos, para mantener lleno el crisol y vivo el fuego- De cuando en cuando suspende la carrera de la máquina y el obrero revisa la matriz, para deshacerla de cualquiera impureza que altere el tipo. Esta máquina, de la que hay dos ejemplares, produce con mayor rapidez que las primitivas, como es de suponerse. Está destinada á elaborar tipo desde el cuerpo 6 al 16; y con esto se comprende que el molde es susceptible de mayor ó menor anchura correspondiente al espesor de los tipos. La tercera clase de máquinas del taller, corresponde á lo último que se ha inventado. Y por consiguiente son mas sencillas ; pero exijen una temperatura mucho mas elevada, que las anteriores. Al mismo tiempo es necesario especial cuidado y no trabajar mucho tiempo sin cesar, porque son esencialmente delicadas. La ■ letras caen al recipiente después de seguir las evoluciones que mencionamos en las demás máquinas. Esta produce tipos desde el cuerpo 5 al 12. Hay otra del mismo sistema que produce hasta el cuerpo 28. Estas máquinas exijen otro cuidado, y es que el operario humedezca sin cesar el molde, para neutralizar los efectos de la muy alta tem- peratura que necesitan. Al efecto, arriba de las máquinas, se coloca un recipiente de agua, del cual se escurre el líquido gota á gota para ir por medio de un tubo de goma al molde. VISITA A LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 283 Otro ejemplar destinado á producir desde el cuerpo 28 al 48, exije mayor abundancia de agua, relativa al mayor calor y á la mayor dimen- sión del contenido del molde. El oficial tiene que verificar por un procedimiento sencillo las di- mensiones de su producto para obtenerlo siempre en las condiciones previs- tas de dimensiones y calidad. XXVni — De las máquinas pasa el tipo á lo que llamaremos el depar- tamento de pulimentación. Desde luego la letra saca una cola. Se entiende por tal la porción de metal que se enfria en el conducto que une al crisol con el molde, ó que dá paso al metal hasta el mismo molde. Este conducto suele tener hasta dos centímetros de largo. Hé aquí varias colas ( Fígs. 1, 2 y 3) de letras de cuerpos di- l¿J\ íj fi-^J , CUERPO 72. CUERPO 36. CUERPO 14. i: Ojo. — 2: Árbol. — 3: Pié. — 4: Cola. — a: Guia. La primera pulimentación que recibe es la segregación de la cola, que la rompen á mano ó con pequeños martillos los muchachos aprendices. XXIX. — Rota la cola, el tipo pasa al frotamiento; operación que se efectúa sobre una piedra picada ó sobre concreto. Se pasan suavemente sobre ella las diferentes caras del tipo, con el objeto de alisarlas y de separar las agregaciones que suelen quedar en los ángulos de las letras. El frotamiento sirve también para dar una idea de la consistencia de la mezcla, pues en ocasiones el tipo se raya en la piedra, indicio seguro de demasiada blandura de la mezcla. 284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En la fábrica del Sr. Estrada, la operación del frotamiento queda á cargo de los muchachos aprendices. XXX. — Después del frotamiento se procede á la composición, que consiste en parar las letras con el ojo hacia arriba en una regla de madera que se llama componedor y que tiene su descanso para el asiento del pié de aquellas. En este componedor se colocan las letras con la guia (1) para afuera. Esceptúanse de la composición las rajas que pasan directamente al laminador y de alli salen perfectamente pulidas. Las virutas metálicas que dá el laminador pueden ser empleadas en algo semejante á los usos del papel de plomo vulgarmente conocido. XXXI. — Del componedor de madera, los tipos pasan á otro de hierro y con él al cepillo. Es un simple cepillo, análogo al de los carpinteros, pero de acero, y que tiene varios objetos. Dá al tipo la altura total, que en la fábrica del Sr. Estrada es la americana. Después de rebajarle el cepillo el pié hasta el punto deseado, el com- ponedor es colocado de modo que pasa otro cepillo y hace una canaleta en el pié de cada letra. Queda asi un vacío que tiene por objeto con- centrar cualquier basura que pudiera alterar en la práctica la invariable altura del tipo. Luego el cepillo hace los hombros del tipo, es decir, corta con una inclinación aproximada de 45" la parte del lipo que queda alrededor del ojo, de suerte que nunca puedan recibir tinta ni imprimirse esas partes. Los aparatos de pulimentación que cuenta la Fábrica Nacional no ter- minan ahí. Son muchos y diversos que complementan el vasto estable- cimiento que acabo de describir. Cada uno de ellos tiene una función aparte y produce los mas satis- factorios resultados. Tales aparatos son pequeños, para usos especiales y ya bien conocidos. PRUEBA XXXn. — Después de la pulimentación pasan los tipos á la pníeftíi. Esta operación se hace no solamente respecto á dimensiones, sino tam- bién respecto á calidades. Con una regla de acero perfectamente pulida atiende á lo primero el operario. Con una práctica y un golpe de vista admirable, que solamente una (1) Gula.— En las figs. 1, 2 y 3 la guia es la mordedura que tienen los tipos, seña- lada con la letra a. Los franceses la llaman eran. Hemos preferido adoptar una denomina- ción nueva y la llamamos gula, porque esta es la función que desempeña: servir de señal para que los ojos de todas las letras estén colocados en el mismo sentido y no haya unos bien y otros al revés. VISITA Á LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 285 larga práctica y no escasa inteligencia pueden dar, el obrero limpia los tipos colocados en el componedor, y retira con pinzas los defectuosos, que es menester fundir nuevamente. Esta operación es de mera práctica ; y á veces el tipo que el profano pensarla que era de lo mejor, es para el ojo educado del obrero de la peor calidad. ííIiTlMA MAWO XXXIII. — Por fin el tipo elegido pasa á acondicionarse para salir al co- mercio. Allí recibe la última mano. El Sr. Estrada tiene montada la fábrica á una altura notable, y entre otras novedades ha introducido la del mismo embalage. Acondicionado y envuelto el tipo recibe una etiqueta en la cual consta el cuerpo, las letras del lote, el precio por libra y el total con relación á todo el lote ; de suerte que en vez de pedir tiempo para organizar una remesa de tipo, esta fábrica puede hacerla en el dia. GAIiVAmOPIiASTIA XXXIV. — El procedimiento de la fabricación de viñetas por el sistema antiguo, es decir, estampando el objeto sobre una mezcla metálica pastosa, ha sido abandonado por peligroso y tardío. Hoy está desechado y ha sido adoptado el procedimiento galvanoplástico; que consiste en estampar el modelo sobre gutapercha y sumergirlo en una solución de sulfato de cobre, que es descompuesto por una corriente eléc- trica, depositándose el cobre sobre la gutapercha. Procedimiento sencillo y conocido, no nos detendremos sobre él. Solo nos limitaremos á decir que el señor Estrada tiene bien montada esta sección de su taller, y que produce viñetas notables. LETRAS DE nSADERA XXXV. - Se usan en tipografía las letras de madera, de dimensiones variables entre dos ó tres centímetros hasta treinta. Son generalmente usadas en carteles y aviso en hojas sueltas. Su uso es no obstante limitado. Tienen la ventaja de ser livianas, pues en los casos en que se debe em- plear letra muy grande, seria enorme su peso, si fuesen de metal. Sin embargo, las letras de madera no pueden generalizarse porque pre- sentan varios inconvenientes. En primer lugar pierden sus formas por las mojaduras. Y en segundo lugar, saltan al imprimir, porque se pegan á los cilindros que les dan tinta. Su uso es muy limitado. 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ISECTIFICACIOaí XXXVI. — En el número anterior se encuentra el juicio que hemos formado sobre los tipos de la Fundición Nacional, considerados en cuanto á la composición química de que se forman. Ese juicio es erróneo ¡y nos apresuramos á demostrar por qué causa lo es. Fundamos nuestras apreciaciones en el análisis químico del metal. Esa operación fué realizada en parte por el Sr. Arata y en parte por un practicante, quien no encontró estaño en el metal. Después de hecha la publicación el Sr. Estrada nos observó que el metal de tipos contenia aquel elemento. El Sr. Arata realizó un nuevo análisis, que no le ha sido posible terminar aun por la mudanza del Laboratorio químico de la Universi- dad ; pero que me promete para el próximo número. Resulta ya que en la mezcla hay estaño efectivamente. Siendo esto asi, conforme á nuestras opiniones vertidas en el número anterior, el material metálico usado en la fábrica del Sr. Estrada cor- responde á tipos de primera calidad. CElVEKAIilDADES XXXVII. — Voy á cerrar, señores socios, está memoria ya demasiado largo, aunque he procurado abreviarla en todo lo posible, dada la importancia del establecimiento que habéis visitado, y sobre el cual me ha cabido el ho- nor de presentaros este estudio por encargo de nuestro venerable Pre- sidente. Siento que mis numerosas atensiones me impidan profundizar algunas cuestiones accesorias á este trabajo ; pero confio en que sucesivamente me será posible presentaros otros artículos que complementarán este estudio. La imprenta tiene mucho que adelantar todavía. Con relación al obrero es necesario resolver el arduo problema de su salud; el operario tipógrafo se envenena lentamente, y quebranta su salud de un modo asombroso. Esta cuestión me preocupa y tendré el honor de someteros una Me- moria que sobre ella medito. La forma que mas conviene á los tipos es otra cuestión á la que pienso consagrar algún interés. La fabricación de tipos ha hecho progresos notables. No hace muchos años era imposible fundar una imprenta sin tomarse el tiempo necesario para pedirla al estranjero, y se recibía todavía con los defectos consiguientes á pedidos que solo se ejecutan bien cuando el dueño está presente. En esos tiempos, cuando á una imprenta le faltaban interlineas para VISITA A LA FUNDICIÓN NACIONAL DE TIPOS 287 una obra entre manos, las mandaba comprar á Bruce, de Nueva York, ó á otro fabricante estrangero, lo que no era muy cómodo si el trabajo era urgente . Hoy se monta una imprenta de 50,000 pesos fuertes, sin necesitarse mas tiempo que el imdispensable para cargarla y anotarla. Citaremos de paso otros adelantos. Los cilindros y su confección son la pesadilla del impresor, pues de ellos depende en gran parte, la mala ó buena impresión, y todos los dias salen á luz nuevas preparaciones para hacerlos. La pasta actual, que es simplemente una mezcla de cola, miel y algún otro ingrediente, ha sido el resultado de largos años de estudios. Los cilindros se hacían en otros tiempos de maderas blandas y telas diferentes. Allá por los años 18-40 á 1845 era una industriado nuestros sastres vestir cilindros para las prensas, con recortes de paño. El paño fué reemplazado después por la goma ; y últimamente se encontró la ac- tual preparación que permite al impresor graduar con toda facilidad el agarre y la resistencia del cilindro según la temperatura de las es- taciones . Los impresores lucharon también largo tiempo con la desigualdad de la tinta, en las impresiones hechas en máquinas. Todos los cuidados y la atención mas esmerada del conductor, no eran bastantes para evitar que la tinta, á causa del movimiento, se recargara mas sobre cierto punto de la mesa, sobre todo hacia los bordes. Después de muchos estudios, resultó que la resolución del problema era sencillísiiiio. El descubrimiento se redujo á colocar los encajes de los cilindros batidores un poco oblicuos, en vez de rectos, como se habia hecho, y para mayor seguridad, agregar un cilindro á que pudiera, en casos ne- cesarios darse una posición enteramente sesgada. De este modo: el tomador pone la tinta rectamente; parte de los ba- tidores la estienden inclinada á un lado, mientras otros hacen el movimiento contrario. Entonces los cilindros que la trasmiten al tipo, la toman corriendo rectamente, y la pasan por sobre la composición con toda igualdad. Asi pues, un problema que habia pasado tantos años sin resolverse, tenia una solución sencillisima, que se encontró gracias á la casualidad, por un obrero de imprenta. Estos ejemplos, al parecer sin importancia, vienen á comprobar que el arte tipográfico tiene aun que hacer bastante camino. La fábrica del Sr. Estrada es un plantel de nuestro progreso propio en la materia. La Sociedad Científica Argentina ha procedido con acierto visitándola, y alentando á sus empresarios, que sin protección oficial de ningún género, se han abierto camino y van disipando la influencia pertinaz de las preo- cupaciones. Estanislao S. Zeballos. LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA (1) Hace próximamente ochenta años que Kant publicó una colección de memorias con este título : La lucha de las facultades. El célebre filó- sofo trataba entonces de demostrar que la división usual de las facul- tades universitarias, aunque esté justificada prácticamente, no tiene un valor absoluto. Las doctrinas enseñadas en las facultades que se llaman profesionales, apóyanse en parte sobre el uso y la esperiencia, pero en parte deben apoyarse también sobre ciertos principios y ciertas verdades generales. Todas las verdades generales, en cuanto son independientes de utili- dad ó aplicación inmediata, entran, según Kant, en el dominio de la facultad filosófica. Esta tendrá, pues, la ocasión y el deber de exa- minar y reformar los principios generales que sirven de base á las doc- trinas de las otras facultades. Nace de esta suerte una lucha de las facultades, y Kant trata de determinar las reglas generales con que esa lucha puede dirigirse y resolverse, sin perjuicios para la práctica de las profesiones científicas y sin maltratar demasiado el despotismo con que la iglesia y el gobierno dominaban la ciencia á la sazón. En la segunda parte de su trabajo, presenta Kant algunos interesan- tes ejemplos del conflicto entre las facultades de filosofía y teología, entre las de filosofía y el derecho, y por último, entre la filosofía y la medicina. La antigua división de las facultades no habia creado todavía una dis- tinción fundamental entre las ciencias naturales y las filosóficas propiamen- te dichas. Kant, como sus predecesores, las miraba como dos partes de una misma facultad, en cuanto tratan todas de la verdad en interés de la ciencia y no en vista de la aplicación inmediata, y buscan toda' , aunque por diferentes caminos, verdades generales ó capaces de una generalización. Los hombres mas distinguidos que se dedicaron al cultivo de la filo- sofía en flos siglos pasados, lejos de ser ajenos á las ciencias naturales, (1) Discurso de apertura en el Instituto de Florencia. LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA 289 se ocupaban seriamente en los problemas de la física, las matemáticas y la historia natural. Es sabido que ya Descartes habia publicado es- critos de gran valor sobre las matemáticas y la física y que disertó sobre muchos problemas de la anatomía humana. Todos recuerdan que los trabajos matemáticos de Pascal y Leibnitz les crearon una ce- lebridad, sino mayor, al menos tan grande como la que sus escritos filosóficos les proporcionaron; pero debe añadirse que Leibnitz se ocu- pó también en muchos ramos de la historia natural y que se le debe la primera idea de someter á la observación científica los fósiles. El mismo Kant nos ha legado un tratado de geografía física. La unidad de la filosofía y de las ciencias naturales era entonces tan generalmente reconocida, que para Galileo y la escuela inglesa la misma palabra filosofía no tenia otro significado que el de ciencias físicas. En este sentido los ingleses hablan hoy todavía ó hablaban poco há de Newton como el primer filósofo, y á la física se le llama todavía natural phüosophy. Si Kant hubiese considerado las ciencias naturales distintas de las ciencias filosóficas, se habria referido á otra lucha, mucho mas seria que la que tomó en consideración. Pero mientras Kant meditaba en Koenisberg los principios de la filo- sofía crítica, las ciencias naturales eran en varias partes del globo ob- jetos de las mismas indagaciones y el material que poseen aumentóse en tales términos, que por la riqueza de los hechos se hacia imposi- ble mirar á las ciencias físicas como un simple apéndice de las filo- sóficas. La física habia dejado de ser especialmente mecánica, desde que el descubrimiento de la electricidad habia despertado la atención de los esploradores y habia mostrado un vasto campo de fenómenos que pare- cían sustraerse á las leyes del movimiento y pedir otro principio que los esplicase. La óptica y la acústica habían hecho enormes progresos, y el calor habia empezado á mostrar aquella serie de fenómenos que debían dar mas tarde el motivo de una reforma en todas las ciencias naturales. La historia natural se habia hecho la ocupación predilecta, de los ricos y se cultivaba en muchos museos. Enriquecida con muchos he- chos por las esploraciones de intrépidos viajeros, habia adquirido un material enorme. La zoología en particular estaba entonces á punto de dar un gran paso, apropiándose los resultados de la anatomía com- parada que habia resucitado en Francia. De la reunión de la anato- mía y la zoología debía nacer la idea de varios tipos determinados de anímales y de la correlación de la forma y la organización. La idea del tipo que en un principio se tomó de un modo demasia- do absoluto, no es otra cosa que el postulado de la necesidad de cier- tos órganos determinados, cuyas modificaciones producen necesariamente modificaciones correspondientes en otros órganos, por lo cual no solo se 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA determinan los órganos reciprocamente, sino determinan también la for- ma esterna, como, por otra parte, una forma esterna cualquiera arguye la presencia de ciertas modificaciones determinadas en los órganos in- ternos. El postulado de la necesidad habia existido en la disciplina me- cánica de las ciencias naturales, disciplina que por esta circunstancia consideraban muchos como una especie de transición entre las ciencias aprioristicas y las ciencias -de observación. Ahora se advierte que la idea de una necesidad, sino subjetiva, objetiva al menos, trata, por no decir consigue, de introducirse en otra disciplina que hasta hoy se habia con- siderado enteramente subordinada, en todas sus particularidades, á un empirismo histórico. Pero donde existe la idea de una necesidad tenemos ciencia independiente y no una mera acumulación de hechos (1). Esto no es todo. Las investigaciones de Lavoisier habían creado en la misma época la química moderna que avanzaba ya con rapidez á la química general, una química estática, como la llamaba entonces la escuela francesa, que debia subordinar los hechos particulares á las leyes generales de la trasformacion de la materia. Ya en la remota antigüedad la filosofía atomista habia asestado rudos golpes á la filosofía ortodoxa, que para vengarse habia arrojado al fuego los escritos de Demócrito y Lucrecio. Ahora los filósofos per ignem, como en otro tiempo se llamó á los químicos de la escuela de Bergmann y Dalton, armados de balanza y metro (2) trílaban de mostrar ad oculos la misma teoría atomista, y cada paso que la ciencia ha dado desde entonces demuestra mas y mas su innegable verdad . Así aparece la ciencia natural moderna, y era de preveer que debia provocar una nueva lucha de las facultades. La ciencia que hasta en- tonces creyó tener la prerogativa de investigar las verdades generales, se encuentra por vez primera en presencia, no solo de una cantidad considerable de hechos objetivos, sino también de una disciplina que á su modo aspiraba á sacar de estos hechos consecuencias, verdades generalizadas. La verdad tiene que ser una y la ciencia de las verda- des generales ha de ceder una parte de su dominio, renunciar á la generalidad absoluta que se habia apropiado ó abrazar con todas las verdades particulares. Era preciso encontrar un modus vivendi y esto (t) \a Hegel (Enciclopedia, 1811, pág. 199, y mas tarde en otros escritos) re- conoce esta superioridad de la zoología, su mayor racionalidad y la atribuye justa- mente á la anatomía comparada que por do quiera le sirve de base y de guia. En términos generales puede decirse que todas las ciencias se hacen tanto mas científi- cas y racionales cuanto mas se enlazan con otra ciencia. Así lo reconocieron Gior- dano Bruno y Galileo, y esta verdad es la clave de la lógica de Hegel. Las lla- madas ciencias que quieren buscar en su propio método específico, así el mate- rial como las esplicaciones, no han pasado aún del primer desarrollo embrionario y no han entrado aún en el organismo del saber humano. (2) Se habla del metro en el sentido general de medida, no del metro decimal. LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA 291 era menos difícil, porque si bien habían llegado las ciencias naturales á cierto grado de generalización, esta generalización tenia todavía un carácter limitado, y por decirlo así, local. Asi como en otros tiempos las leyes de la mecánica, aunque con un carácter general, solo eran valederas allí donde se reconocían cuerpos en movimiento actual ó potencial, el atomismo de la química parecia va- ledero solo cuando se trataba de gases y de ácidos, y la verdad de estos principios no podía influir en el pensamiento que se movía fuera del laboratorio ; la abstracción ontológica de la vida bastaba para emancipar el cuerpo vivo de las leyes de la física, y las leyes de la óptica no podían penetrar á través de la córnea del ojo vivo (1). Con arreglo á esta naturaleza el ser pensante podría llegar á sus pro- pias leyes y á la unidad, y como se sometía á la indagación, la cópula que reunía en sí todas estas categorías diversas, podia ser considerada bajo un doble punto de vista, esplicito en cuanto encerraba todas las particularidades y participaba de ellas, ó implícito como unidad de atri- butos propíos. Le estaba reservado á la filosufía pensar otra vez el pensamiento creador y complejo de esta unidad absoluta. Schelling, como todos los filósofos que le siguieron, reconoce que una filosofía qne tuviera fuera de sí y no en sí una ciencia de la na- turaleza, dejaría de ser filosofía absoluta especulativa. La filosofía según él, debe abrazar la teoría y la esencia de toda existencia real é ideal. Partiendo de la idea de la entidad del realismo y dil idealismo en el pensamiento absoluto, demuestra elocuentemente que toda filosofía debe ser en primer lugar filoHofia de la naturaleza, en otros términos, debe acompañar al pensamiento en su manifestación objetiva en la na- turaleza para poder llegar á su manifestación subjetiva en la psicología, en la estética, en la moral y en la religión. Este punto de partida y no su contenido esencial es lo que ha hecho que se dé á la filosofía de Schelling el nombre de filosofía de la identidad ( es decir, identidad de lo real y lo ideal ) y de filosofía de la naturaleza. Es sabido que esta filosofía de la naturaleza en- el sentido que le daban Schelling y sus partidarios, no tiene nada que ver con !o que Italia ó Inglaterra tenían mucho antes con el mismo nombre, aunque el objeto de ambas en partes sea el mismo. Schelling quería construir á priori toda la naturaleza, sus leyes, sus productos. Quería construir la física, la historia natural y la cosmología con el ( 1 ) Esta era al menos la opinión que predominaba entonces ; pero se sabe que en el último decenio del siglo pasado, Reil, profesor de medicina en Halle, en un brillantísimo trabajo inserto en su diario de fisiología, se había declarado contra la llamada faena vital y había mostrado con importantes razones que la vida y las funciones fisiológicas y psicológicas de los seres vivos dependen de las fuerzas fí- sicas generales que determinan, mas no alteran la fnrma y la conexión de los órganos. El trabajo de Reíl no fué comprendido y estimado hasta una época posterior. 292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pensamiento de la identidad de lo subjetivo y lo objetivo, sin consultar ni la esperiencia ni la observación. Tratando así de sustituir, y no ne- cesito deciros cual fué el éxito que obtuvo, con el método de que se servían los metafísicos; el de los naturalistas, no esperaba solamente dar á las ciencias naturales una base mas sólida, mas científica, mas po- tente y menos engañosa, sino de conquistar para la filosofía especulativa todas las ciencias naturales que grandemente necesitaba si no queria convertirse en serie de abstracciones vacías y sin fundamento. No quiero repetir aquí una página de la historia de la filosofía, no quiero decir cuáles eran los medios y artificios de que se servia la escuela de Schelling para aparentar que habia vuelto á pensar el gran pensamiento de la creación y que habia construido á priori la ciencia natural, mientras, á pesar de todo, habia sacado algunos frutos de la esperiencia. Hoy después de tanto tiempo y tantos trabajos, no es difícil reconocer los defectos del método de Schelling y los vicios de su argumentación; pero por esto mismo ha de costarle mas trabajo á la juventud compren- der el inmenso éxito que este sistema obtuvo en Alemania al empezar este siglo. No solo se hizo por algún tiempo el sistema oficial y do- minante en la filosofía, sino que los mismos físicos, los naturalistas, los médicos mas distinguidos, muchos artistas y un buen número de his- toriadores y literatos estaban sometidos á su influjo. Esto se esplica por- que al fin delfeste sistema corresponde efectivamente á una imperiosa necesidad generalmente sentida. Mientras mas profundo se hacia el con- flicto entre la filosofía clásica de las escuelas y los resultados de las investigaciones físicas, con mayor fuerza debia atraer la atención general un sistema que se anunciaba como la conciliación de la metafísica y de las ciencias empíricas. Pero esta promesa no se cumplió. No faltaban ejemplos en que la física especulativa habia anunciado como necesarias ciertas proposiciones concebidas á priori á que las ciencias de observación pudieran oponer mas tarde una contradicción. Se volvia siempre mas y mas á la física empírica. Hegel, sucesor de Schelling en el trono de la filosofía especulativa, reconoció con su criterio agudo y penetrante la ironia y el hueco for- malismo de casi todas las deducciones de la física apriorística, por lo cual muchos críticos modernos se equivocan cuando confunden en la misma sentencia la filosofía de la naturaleza de Schelling y la de Hegel. Pero si bien Hegel "concedió que no se puede reconocer el espíritu hu- mano y los productos de su desarrollo sino sobre la base esclusiva de las ciencias naturales y de la fisiología, trataba también necesariamente de crearse una especie de física especulativa para que su filosofía no perdiese el carácter de una ciencia absolutamente independiente. El que estudie hoy sin perjuicio las asombrosas lecciones de Hegel so- LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA 293 bre la historia de la filosofía, se convence de que él comprendió bien la imposilidad de un compromiso entre la metafísica y la física y de que cuando la materia no se presenta espiritualizada, la filosofía se convierte en ciencia empírica. Hegel encuentra desde un principio gran dificultad para deducir la exis- tencia de la naturaleza del pensamiento abstracto. Evidentemente este filósofo, que en todas sus deducciones se hace guiar por una dialéctica tan uniforme, y por decirlo asi eschemática, vé que la transición de la idea á la naturaleza es imposible con su severo método, y se sirve de una fórmula que, si no me engaño, no se encuentra en ninguna otra deducción de Hegel y en ninguna parte de sus obras. La idea en su libertad abso- luta se resuelve á salirse fuera de sí y hacerse naturaleza. Esto no es de- ducir, sino poner la naturaleza. Hegel no desprecia el estudio empírico, como hace algunas veces la escuela de Schelling ; lo considera necesario para reconocer las particularidades en la naturaleza, que siendo la idea fuera de si misma, no está estrechamente ligada como la lógica y no puede reconocerse solo por la dialéctica, limitándose á dar ciertas catego- rías lógicas en que estima que puede hacer entrar el material empírico, en cuanto le era posible dominarlo. De esta suerte, prometiendo poco, dando todavía menos, no era tan á propósito como la de Schelling para entusiasmar á los naturalistas, y su influencia directa fué por eso muy limitada. Tanto mayor fué en cambio, su influencia indirecta. Hemos visto que la filosofía especulativa en la lucha por la existencia quería avasallar la ciencia de la naturaleza y revindicar para sí la verda- dera parte científica de la física. A pesar del inmenso éxito que esta tenta- tiva obtuvo en un principio, porque se revestía aún con una forma poética, por decirlo asi, en la dialéctica mas severa de Hegel, mostró bien á las cla- ras su impotencia. Viene ahora el período del desquite de las ciencias naturales y se inició en la misma escuela de la filosofía especulativa, debiendo encontrar su primera y mas poderosa espresion entre los discípulos del mismo Hegel. Fué Luis Feuerbach uno de los hombres mas inspirados de los progre- sistas de la escuela hegeliana, quien hace mas de treinta años publicó una serie de trabajos que fueron arojidos con la mas viva atención, y cuyo contenido podría resumirse en las siguientes proposiciones : 1= Que la filosofía especulativa, á pesar de todos sus esfuerzos, no ha sido ni será nunca capaz de deducir los fenómenos del mundo esterior na- turales. 2^ Que para el estudio de la naturaleza no es posible otro método que el empírico y esperimental. 3= Que si, como todos reconocen, el conocimiento de la naturaleza es el camino, es el estudio de la vida intelectual, la base de la filosofía del porvenir no es la dialéctica, sino el conocimiento de los resultados del método esperimental. 294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA A" Que el método específico de la filosofía propiamente dicha, no pu- diendü procurarle ningún conocimiento del mundo ni de la naturaleza del principio intelectual, no hay otro que el conocimiento y el análisis del modo del pensar humano. 5^" Que ninguno de los frutos de la dialéctica se perderá, pues todos, la lógica, la fenomenología del espíritu no deben considerarse como cor- relativos de un principio objetivo, sino por el contrario, partes de la psicología, fragmentos aislados, cuyo complemento y reunión deben espe- rarse de una completa historia natural y psicológica del hombre, si alguna vez es posible. Todo esto no parecerá nuevo ; todo se ha dicho, y se ha dicho mejor por los jefes de la escuela empírica en Italia, Francia é Inglaterra, y parece coincidir en gran parte con el resultado de la crítica de Kant. Sin embargo, este trabajo de Feuerbach hizo una gran sensación, y fué considerado en el seno de la escuela hegeliana y fuera de ella como una especie de manifiesto del partido avanzado de la escuela sobre el resultado de la filosofía especulativa. Desde entonces los miembros de la derecha de la escuela hegeliana quedaron aislados y perdieron toda influencia sobre la literatura y la enseñanza, á no ser los que, como Strauss mas tarde, aceptaron los principios de la izquierda. Para comprender la significación y la importancia de este manifiesto filosófico, se debe considerar, que los jefes de la escuela empírica, ó como falsamente se llamó escuela esperimental, no pedían otra cosa sino que el método empírico lo fuese propiamente, que no se generalizara un hecho ó una serie de hechos antes de que todos los grados del pro- ceso de la generalización no se avalorasen y justificasen con una serie de variados esperimentos, y que únicamentente se aplicara un hecho observado después de haber probado, no solo la posibilidad, sino tam- bién la realidad y el nexo actual de todos los elementos de la esplíca- cion, y que una hipótesis, aun estando probado el derecho de hacerla, no entraña nunca un juicio sintético. Esta es la creencia del empiris- mo, este es todo el laconismo y el resumen de los preceptos lógicos de los sensualistas. Pero ninguno de ellos negó ni pudo negar, después de haberlo intentado seriamente, que no hay otro camino para llegar á la verdad objetiva^ sin pasar por el laberinto de las hipótesis y de las ilusiones de los sentidos. Este camino seria el a priori, el camino de la especulación. Negar la existencia de este otro camino sin haber tra- tado metódicamente de hallarlo, seria otro apriorismo, el apriorismo de la inercia. La escuela especulativa reconocía los preceptos del empirismo, pero solo para las investigaciones empíricas, esperimentales. Mas de una vez hace- Hegel acerba critica de las hipótesis en las ciencias naturales, y las condenaba por cierto con mas rigor ciertamente que nuestra Academia del Cimento. Se muestra tal vez demasiado enemigo de las esplicaí^iones LA física en la filosofía 295 que se dan en las ciencias físicas, y quiere que una ciencia de hechos no suministre otra cosa. No quería Hegel reconocer sintéticamente el nexo de los hechos, sino analíticamente por medio de la deducción especulativa. Se comprende fácilmente que si después de estas series ten- tativas de la escuela especulativa, los discípulos mas avanzados de esta escuela declaran que la dialéctica no conduce á la verdad objetiva, y que en su forma mas perfecta tiene solamente un valor psicológico, esta declaración tiene un significado mucho mas importante que la continua repetición del antiguo adagio de los sensualistas, de que nada hay en el espíritu que no haya pasado antes por los sentidos. Y desde entonces Alemania, que fué siempre tan rica en imaginacio- nes filosóficas, no ha vuelto á crear ningún sistema filosófico ; la me- tafísica está casi en descomposición. Los filósofos se han ocupado casi esclusivamenfe en investigaciones filosóficas, y en esta direcccion de los estudios encontramos reunidos á los secuaces de todas las escuelas. Los neokantianos y los escasos discípulos de Herbart están de acuerdo con los neo-hegelianos y con la filosofía inglesa, no solo en lo mejor del principal argumento de sus estudios psicológicos, sino también en la parte esencial del método que descansa en las ciencias naturales y que busca en cuanto sea posible, esplicaciones sacadas de la fisiología. Para toda la ciencia del hombre, para la filología, para la historia y para la pe- dagogía se busca una base antropológica. Si, últimamente dos de las Uni- versidades mas adelantadas en Alemania y Suiza han ofrecido la cátedra de filosolía á un profesor de fisiología que se había distinguido en varias publicaciones sobre el sistema nervioso, esto no es mas que una ma- nifestación y producto de la conciencia general de los cientificoSj, que ven en el hecho concreto la base del razonamiento. Es verdad que esta nueva dirección de la filosofía ha producido tara- bien una literatura popular que no ha sabido apartarse de ciertos esce- sos. Si algunos errores del siglo pasado han creído en ciertos escritos populares que podían tomar el ropaje de la nueva filosofía, basta decir que á pesar de este ropaje han sido apreciados muy pronto en lo que son, mientras en el siglo pasado fueron considerados por muchos hombres serios como la espresion de una verdadera filosofía. Este breve é incompleto resumen de la historia moderna de la filo- sofía especulativa, basta al fin esencialmente práctico de este discurso. La ciencia está en u^ continuo desarrollo y su fase de hoy no contiene ni su forma definitiva ni su verdad absoluta. Yo no puedo ni quiero pediros (^ue aceptéis su herencia sino á beneficio de inventario. Menos aun ; quisiera hacer valer mi propio convencimiento, que se oscurecería en presencia de los grandes nombres de que os he hablado. Veamos, pues, de un modo imparcial, sin hacer que prevalezca opi- nión alguna, cuáles son los resultados del proceso intelectual que he delineado. Veamos cuantos han alcanzado el consentimiento general de 296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA todos los partidos que toman parte en el movimiento y no se han pe- trificado aun en el dogmatismo, y cuantos están todavía sometidos á la discusión. Se comprende que, fiel al fin práctico de mi discurso, me limitaré á tratar de los resultados generales que pueden servir á mi argumentación. Debo repetir naturalmente cosas ya dichas, pero seré breve. El apriorismo especulativo no nos conduce á ninguna verdad objetiva. — A este resultado habia llegado la escuela especulativa Alemana. En esa conclusión convienen la escuela crítica, el Kantismo, con una variante que para nosotros no es ahora de importancia, y la filosofía inglesa y francesa; los herederos de la escuela de Galileo no serán de distinta opinión. Se ha obtenido con esta proposición la unanimidad de todos los que toman todavía una parte activa en el desarrollo de la ciencia, y gracias á los cuales no pertenece aun la filosofía completamente á la historia. {Continuará). Mauricio Schiff. COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presidente 1° D. Guillermo White. » 2° D. Emilio Rosetti. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D"" D. Carlos Salas. D. Ángel SiLva. D. Luis A. Huerco. Vocales { D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. D. Walter F. Reíd. Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. —D. Luis A. Huerco. Comisión encargada de estudiar las dimensio'nes de los ladrillos cmpleailos en el municipio. D. Ernesto Bunge. — D. Walter F. Reíd. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huerco. — D. Octavio Pico. D. Ancrl Silva. Comisión encargada de formular nn proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aoberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huerco. — Carlos Olivera Director del llfuseo Walter F. Reíd. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desee formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio Activo^ lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — 1° Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio ; 2» Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3° Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesta en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. (Art. JO del Reglamento.) A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por todo lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local do la Sociedad^ Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « 1» Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; (1 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1" y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ANALES DE LA í " ARGENTINA ' 4^^ 2-2' ^'-- ^^-^ COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. í D. Guillermo VillanuEva. Vocales .1 D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. JUNIO DE 1876. — ENTREGA VI. — TOMO I PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICiON LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ, 92, Y EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 35 $ ra/c » fuera de la Ciudad 30 » La, suscrícion se paga. a.nticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONf, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 d 87 t ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. II. — NOTAS GEOLÓGICAS SOBRE UNA ESCURSION A LA CERCA- NÍAS DE LUJAN, por Estanií^Iao S. Zeballos y Wal- tev F. Reíd. ( con lamina ) III. — CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS, por Juan M. liegiiízanion. IV. — NIQÜELURANITA O NUEVO MINERAL DE NÍQUEL Y URANO DEL CERRO DE FAM.VTINA, por M. Pni^garl. V. — MISPICHEL DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS, por M. Puig- gari. VI. — LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA [Conclusión), por Mauricio sciiifr. VIL — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Nuevo reactivo de la Morfina, por el profesor F. Selmi, — Sobre el iodosulfato de quinoidina, considerado como un reactivo exce- lente y como agenté de dosage de la quinina, por M. J. E. DE Vric;. índice DEL TOMO PRIMERO. ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1875 Presidente. White. Rosetti. Zeballos. Büttner. Balbin. Brian. Reíd. Lagos. Aguirre. Cagnoni, J. Pérez. Coronel. Berg. Barbosa Oliveira. Caprale. Burgos. Rojas. 25^ Sesión Ordinaria del 6 de Diciembre 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las ocho y media de la noche fué abierta la sesión con asistencia de los señores nombrados en el margen . Leida el acta del anterior quedó aprobada sin ob- servación. Orden del Día Primera parte. Después de haber dado cuenta el Secretario de los trabajos de la Comisión Directiva durante la quincena, se entró á la orden del dia. Buenos Aires, 30 de Noviembre de 1875. A la Asamblea. La Comisión Directiva ha resuelto modificar las bases publicadas para el Concurso de 1876 y pide á los señores socios la aprobación del si- guiente proyecto, por las razones que dará el miembro informante señor White. Pedro Pico. Presidente. .Estanislao S. Zeballos. Secretario. 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La Sociedad Científica Argentina ha resuelto modificar el programa del concurso de 1876, y ha sido sancionado el siguiente proyecto presen- tado por la Comisión Directiva : I. ¿Cuáles son las condiciones técnicas y económicas á que debe satisfacer la red de ferro-carriles de la República Argentina? II. Determinar el mejor sistema para la construcción de las car- reteras generales. III. Sistema mas ventajoso y económico para la irrigación de los terrenos destinados á la agricultura. IV. Sistema económico de habitaciones para obreros en Buenos Aires. V. ¿Cuál es el mejor sistema para utilizar las materias fecales y aguas servidas de las cloacas de Buenos Aires sin peligro para la Hijiene ? VI. Memoria sobre la esplotacion de las minas de la República Argentina. VII. Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires. VIII. Memoria sobre las mejoras de la navegación interior. Bases á que deben sujetarse las personas que quieran tomar parte en el Concurso. I Presentarán una memoria anónima, escrita en idioma castellano, la que será acompañada de un pliego cerrado con lema igual al de la me- moria, en el que estará el nombre del autor y el de su residencia, sin que se deduzca por algo de donde procede. II Las memorias presentadas serán estudiadas y clasificadas por comisio- nes especiales de tres miembros que se designarán para cada caso en particular; esas comisiones se espedirán fundando la clasificación que hubieran hecho en un informe sobre todas las memorias presentadas. III En vista de lo informado por las comisiones clasificadoras, la Asamblea decidirá si hay lugar 6 nó á acordar el premio designado. IV Una vez resuelto este asunto, se harán conocer las memorias que hu- bieren merecido premio, devolviéndose los pliegos en que conste el nom- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 299 bre de los autores de las demás, y si para el término previamente fijado no fuesen recojidos, serán inutilizados. Todos los proyectos, memorias y trabajos que se presenten á la socie- dad para ser estudiados, le pertenecerán y se archivarán en oportunidad. VI La Asamblea podrá autorizar la publicación de la memoria que haya merecido premio, en folleto^ ó en la Revista de la Sociedad. Vil Los trabajos y memorias se presentarán antes del 1° de Junio de 1876, para que en la Asamblea de ese dia se dé cuenta del nombramiento de las comisiones que deben estudiarlas y clasificarlas. VIII Las comisiones nombradas deberán espedirse antes del 1° de Julio del mismo año, para que en la Asamblea de ese dia se acuerden los premios los que serán distribuidos en la Asamblea estraordinaria del 28 de Julio^ en que la Sociedad solemiza el 4° aniversario de su fundación. IX Habrá una medalla de oro para la mejor de las memorias sobre cada tema, y un diploma ó mención honorífica para las segundas en orden de mérito. En caso que á juicio de las Comisiones, no haya ninguna que merezca la medalla, solo se dará la mención honorífica, siempre que sea aconsejada esta distinción. No podrá ser miembro de la comisión^ el socio que haya presentado trabajo en el tema sobre que tenga que informar. Votado en general este proyecto fué sancionado por unanimidad, pa- sándose á discutirlo en particular. El Sr. White. Habiendo sido nombrado por la Junta Directiva miembro informante, pidió la palabra y se espresó en el sentido de los estrados siguientes : Los medios mas eficaces que podía emplear la Sociedad para dar importancia á sus trabajos y mayor desarrollo á sus miras, eran los Concursos y las Esposiciones. Un rápido examen del programa sancionado para el Concurso de 1876 era suficiente para demostrar que dicho programa se especializaba seña- ladamente sobre vías de comunicación. 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Convencida de esto la Junta Directiva, nombró una Comisión especial para que formulara un proyecto de reformas, las cuales fueron aprobadas y son las mismas que se someten á la consideración de la Asamblea. Una lijera comparación del nuevo programa con el de 1874 basta para hacerse cargo de las ventajas y superioridad del primero. Efectivamente, el programa sancionado antes, versaba pura y esclusiva- mente sobre vias de comunicación, comprendiendo seis partes, mientras que el proyecto contiene ocho temas, todos diferentes y que responden á diversas necesidades del pais. Concluyó el miembro informante, pidiendo que el Secretario leyese los temas del proyecto, á fin de que los socios pudiesen compararlos con los oíros que tenian en la mano. Así se hizo. Iniciada la discusión en particular fueron aprobados sin observación alguna, los temas: Primero, Segundo y Tercero. Leido el IV tema, el Sr. Lagos propuso en su lugar el siguiente: IV. «El mejor sistema de salubrificacion superficial de la ciudad de Buenos Aires. » Agregó el autor, que la edificación de casas para obreros de que habla el proyecto, quedaba comprendida en su nueva proposición. El Sr. Balbin preguntó qué se entiende por salubrificacion superficial. El Sr. Lagos contestó, que por tal se comprendía, el aseo de todas las construcciones superficiales, como calles, plazas, habitaciones etc., todo lo que debia naturalmente obedecer á un plan higiénico . El Sr. Pico llamó al Vice-Presidenle 2» Sr. Rosetti, para que lo reem- plazara y dijo que reputaba escelente la idea del Sr. Lagos, pero que no debia reemplazarse con ella la propuesta por la Comisión, porque una y otra se refieren á cuestiones completamente opuestas. Creia que la cuestión de la mejor construcción de habitaciones para obreros, tenia entre nosotros la mayor importancia. El Sr. Lagos declaró que su proposición era general, y que ella com- prendía todo lo que se refiere á la edificación de casas para obreros, cárceles, hospitales y en fin, todas las construcciones que pueden al- zarse sobre la superficie de la tierra. El Sr. Pérez opinaba que el Sr. Lagos debia limitar su pensamiento á los conventillos, á las cárceles y á los hospitales, pues creia que dán- dole mas amplitud seria difícil que hubiera quien redactara memorias tan vastas. Proponía aceptar el articulo de la Comisión agregándole la cons- trucción de cárceles y hospitales. El Sr. Bálbin recordó que no era práctico ni oportuno, pensar en proyectos de cárcel y hospitales, porque teniendo el pais una y otra cosa, era posible que pasasen muchos años sin construir nuevos edificios para aquellos objetos. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 301 El Sr. Aoberg pensaba que el tema de la Comisión, relativo á habi- taciones para obreros era muy serio, por lo tanto debía ser tratado separadamente, pues la cuestión puede ser considerada bajo muchos puntos de vista. El Sr. Lagos insistió en la conveniencia de comprender que el tema ÍV comprendía las habitaciones en general ; tanto para pobres como para ricos, pues la fortuna no daba derechos para vivir en malas condiciones de hijíene. No creía conveniente tampoco poner un tema para hospitales, otro para cárceles y así sucesivamente. Todo debía formar un solo tema y la memoria sobre él se dividiría en capítulos. El Sr. Büttner manifestó que las ideas del Sr. Lagos eran muy buenas y dignas de aplauso, pero que le parecía imposible que pudieran pre- sentarse buenas memorias sobre un tema tan complicado. El Sr. Lagos observó que la cuestión se reducía á abrazar un plan general, desarrollándolo con habilidad é ilustrándolo con los croquis, planofe y dibujos necesarios. El Sr. BuTTNER replicó que era menester recordar las diferencias de las cuestiones entre si. Por ejemplo, las reglas sobre la ventilación de un hospital no eran las mismas que para una cárcel ; de modo que era forzoso dedicar un estudio especial á cada una de las cuestiones. El Sr. White dijo que debía tenerse presente que las cuestiones de in- terés público son muchas y diferentes entre sí ; pero que la Comisión se había limitado simplemente á admitir ocho, consultando las diferentes inclinaciones de los socios y la variedad de los temas. Que podía haber agregado mas temas ; pero que se había tenido en cuenta que los concursos han de sucederse anualmente, de modo que los temas no tratados en este año, pueden serlo en los siguientes. Por estas consideraciones pensaba que debía aprobarse el proyecto de la Comisión. El Sr. Burgos manifestó que volaría por el proyecto de la Comisión redactado así: « Estudiar el mejor sistema económico é higiénico de habi- taciones para obreros.» Votado el proyecto de la Comisión obtuvo afirmativa general. Leído el art. V. del proyecto fué sancionado sin observación. Lo fué igualmente el art. VL Se leyó el art. Vil que dice : «Estudio geológico de las pampas argentinas. » El Sr. Aguirre insistió que este era un tema de escaso interés y sobre el cual había muy poco que decir, porque se ha escrito mucho sobre él, siendo de notarse las obras y estudios del Dr. Burmeister sobre los fósiles pampeanos. 302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Reíd dijo que era de suma importancia para este país el estudio de la geología de la pampa. Que por mucho que se hubiese escrito habia siempre algo nuevo que decir, porque hay personas que avanzan en sus investigaciones geológicas, pudiendo servir sus datos particulares para confeccionar muy interesantes memorias. El Sr. Aguirre insistió en sus ideas y propuso que el tema fuese ampliado en el sentido de que facilitara escribir sobre las rocas y los minerales. El Sr. Zeballos observó que eso seria imposible porque un tema debe ser preciso y terminante sobre una sola cuestión. Si abrazase varias disyuntivamente, podrían presentarse memorias dife- rentes en la manera de apreciar el tema, de modo que el Jurado no podría acordar el premio por falta de competencia. Esto sucedería, por ejemplo, si se presentaran dos memorias, una sobre rocas y otra sobre la llanura pampeana. Cada una podría ser muy buena en su género ; pero no habría competencia y no podría tampoco haber discernimiento de premio. Terminó diciendo que en el estudio geológico de las pampas, habría que estudiar también las sierras que interrumpen su continuidad, y que asi quedarían satisfechos los deseos del Sr. Aguirre sobre la amplificación del tema. El Sr. Aguirre contestó que, si bien es cierto que hay sierras que interrumpen las llanuras argentinas, no es menos cierto que esas sierras no pertenecen á la formación pampeana, pues ellas son mas antiguas que esta. El Sr. Pico dijo que habia diferentes maneras de apreciar el verdadero significado de la pampa. El Sr. Zeballos refiriéndose á las ideas del Sr. Aguirre, espuso que efectivamente la pampa y las sierras que la interrumpen no eran de mismo origen; pero que tanto la llanura como la sierra, coBstituían lo que en términos generales se llama la formación pampeana, siendo las sierras una irregularidad de la pampa. Es cierto, agregaba, que las tierras, los fósiles, las aguas y otros carac- teres del terreno pampeano, constituyen elementos de estudios del todo independientes unos de otros ; pero sería imposible hablar de la geología de la pampa sin considerar todos esos caracteres. Para ser mas claro, decia, supóngase que se haya de estudiar el esque- leto humano; y que realizado el examen de los componentes ordinarios, se hallara un sobre-hueso. ¿Podría prescíndirse de su estudio? No, porque seria esa una irregu- laridad del esqueleto. De la misma manera, las sierras del Sud de Buenos Aires, por ejein- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 303 pío, son una irregularidad de la formación pampeana, y al estudiar esta, no se puede prescindir de analizar aquellas. Refiriéndose á las palabras del Sr. Pico sobre el modo de apreciar la pampa, dijo : Que en el campo se entendia por pampa el desierto inhabitado. Que otros entendían por tal la parte inesplorada de la llanura argentina en que viven los indios. Que el verdadero significado de la palabra, de origen quichua, era llanura, y que hablando generalmente podia decirse que la pampa comenzaba en las orillas del Plata y del Atlántico, siguiendo hasta los Andes y sus rami- ficaciones. Terminó opinando que el articulo propuesto por la Comisión era muy oportuno é interesante. El Sr. Lagos dijo que el tema en cuestión debia comprender un asunto ,de la mayor importancia para la República, como es la plantación de árboles para modificar los climas en beneficio de la agricultura. El Sr. White opinaba que el tema VII quedaria muy bien, limitando á Buenos Aires los estudios geológicos. El Sr. Aguirre creia que seria mas conveniente é importante, provocar en ese tema el estudio de las formaciones carboníferas. El Sr. Perbz objetó que esta cuestión quedaba incluida en el tema que habla de la esplotacion de las minas. Votado el artículo fué aprobado con la modificación introducida por el Sr. White, quedando en esta forma : i VIL Estudio geológico sobre la pro- vincia de Buenos Aires. » El tema VIII fué aprobado sin observación. Igualmente lo fueron las bases generales y condiciones á que deben sujetarse las personas que tomen parte en el concurso. Segunda Parte. El Sr. Reíd dijo que antes de levantarse la sesión desearía que el señor Zebailos comunicara á los socios algunas noticias que tenia del esplorador Sr. Moreno. El Sr. Zeballos informó que tenia cartas del Sr. Moreno, en las que le anunciaba que había tropezado con graves inconvenientes antes de salir para Chile. Que había recibido atenciones y servicios importantísimos del Sr. Co- mandante D. Liborio Bernal, á quien había mucho que agradedecer por su empeño en favor de la espedicíon. Que el 27 de Noviembre debia ponerse en marcha definitivamente el Sr. Moreno. Que de un momento á otro debia llegar á Buenos Aires un buque en ?,0l ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA , que venia una memoria del Sr. Moreno dirigida á la Sociedad, sobre sus escursiones parciales at Colorado, Salinas Chicas^ Bahía Blanca y otros puntos circunvecinos de Patagones. Que en el mismo buque venían algunos cajones de colecciones cientí- íicas reunidas por el esplorador para él y para la Sociedad. Terminadas estas esplicaciones y no habiendo mas asuntos á la orden del dia, se levantó la sesión á las once y cuarto de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 26» Sesión del 15 de Diciembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. A las ocho y tres cuartos de la noche se abrió la sesión, con asistencia de 21 socios, cuyos nombres se designan al márgen- Se leyó el acta de la sesión anterior y fué aprobada. El Sr. Presidente dio algunas esplicaciones sobre el incidente ocurrido entre la Comisión Directiva y el con- tratista de las perforaciones, con motivo de no ser satis- factorio el resultado obtenido con la cañería actualmente usada. Estas esplicaciones fueron ilustradas con la lectura de las últimas comunicaciones dirigidas á la Sociedad por el Sr. Robertson, contratista de las perforaciones , Orden del día. Presidente White Zeballos Brian Büttner Balbin Hucrgo Silva Aoberg Anioretti Reid Barbosa Berg Cagnoni, J. M Cagiioni, A. Kjie Lagos Rojas Roliertson Villanueva Pico, 0. El Sr. Secretnrio leyó una comunicación de los Sres. Büttner, Arata y Silveyra, refutando las opiniones del Sr. Reid sobre la disgregación del cimento. Como en esta memoria afirmaron los autores que el Sr. Reid no había comprendido las ideas que habian emitido en la precedente, el Sr. Reid pidió que se leyeran esos párrafos que se creía habian sido mal inter|)relados por él. El Sr. Büttner se opuso á la lectura pedida por el Sr. Reid, fun- dándose en que ninguna memoria puede ser discutida sin permanecer quince días en Secretaría á disposición de los socios que quieran estu- diaria. El Sr. Reíd dijo que pedia discutirse sobre tablas cuando así lo resol- viese la Asamblea ; pero que no tenia el propósito de hacerlo. Sus deseos ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 305 se reducian á que se leyeran los párrafos de la primera memoria de los seño- res Arata, Büttier y Silveyra, pertinentes al caso. El Sr. Pico (Oclavio) opinaba que no habia razón alguna para negarse á oir la lectura pedida por el Sr. Reid ; y creía que lo contrario seria coartar un derecho legítimo de los socios. Después de un breve cambio de ideas sobre la manera de interpretar el reglamento en lo que se refiere al caso ocurrente, se resolvió : Que el Sr. Reid podia exigir que se leyera lo que habia indicado. Verificada la lectura, se pasó á otro asunto. El Sr. Zeballos leyó un proyecto presentado por él á la Junta Directiva, ordenando la publicación de Los Anales de la Sociedad; proyecto que habia sido estudiado y modificado por la Junta. Se leyó una memoria con que el autor acompañaba el proyecto, á fin de ilustrar mas la opinión sobre el asunto. El Sr. Pico (0.) hizo moción para que el proyecto permaneciera una semana en Secretaría, á fin de que sea estudiado por los socios. El Sr. Zeballos observó que faltaba ya muy poco tiempo para el 1" de Enero, y que era de desearse que la publicación comenzara con el año. El Sr. Amoretti agregó que no ofrecía grandes dificultades el proyecto, por cuanto no era mas que una ampliación de lo que ya está consignado en el Reglamento. Votado el proyecto en general fué aprobado en esta forma : PROYECTO de resolución. « Artículo 1». En Enero de 1876 aparecerá el primer número de los Anales de la Sociedad Científica Argentina, que continuarán publicándose mensualraente en un volumen de cincuenta y seis páginas, en la forma señalada en la precedente esposicion. Cada tomo constará de seis entregas. Art. 2°. En estos Anales se publicarán los documentos de que habla el art. 36 del Reglamento de la Sociedad y toda clase de trabajos que la Comisión Redactora crea oportunos. Art. 3°. El reparto de los Anales se hará en la forma designada en el art. 37 del mismo Reglamento ; y se abrirá la suscricoin pública en Buenos Aires en esta forma : Suscricion en la ciudad pagadera al recibir la entrega. $ 25 m/c. Suscricion fuera de la ciudad (adelantada) » 30 » Art. 4°. La edición quedará á cargo de una Comisión especial de Re- dacción, que decidirá de la publicación de los asuntos que deban contener los Anales. 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Art. 5°. Esta Comisión se compondrá de cinco personas y durará un año en sus funciones, de Enero á Enero. La elección de tres de sus miembros se hará en Asamblea por cédulas secretas y no podrán ser elec- tos los miembros de la Comisión Directiva. Art. 6°. El Presidente y el Secretario de la Sociedad en ejercicio serán miembros de esa Comisión; y cuando cesen en sus puestos en la Comisión Directiva, cesarán también en los que ocupaban en aquella, debiendo reem- plazarlos sus sucesores. Art. 7". La Comisión Redactora tiene el deber de vigilar que las publi- caciones se hagan en estilo correcto y en idioma castellano. Art. 8". Se autoriza á la Comisión Redactora á invertir hasta la suma de seiscientos pesos moneda corriente mensuales en los planos y dibujos que ilustren ¡as memorias que hayan de publicarse en los Anales. Art. 9°. Los miembros de la Comisión Redactora son responsables de sus actos ante la Asamblea, y pueden ser acusados por escrito por cinco socios. Art. 10. El Gerente de la Sociedad es el Administrador económico del periódico, bajo la dirección de la Comisión Redactora. Art. H. Se tomará un escribiente con quinientos pesos mensuales para auxiliar de la Secretaria y de la administración del periódico, si fuese nece- sario, á juicio de la Comisión Redactora. Art. 12. Las cuestiones que la Comisión Redactora no pueda resolver por si, serán llevadas á la Comisión Directiva para que las decida. Art. 13. Cincuenta ejemplares de los Anales quedarán en el archivo de la Sociedad para los nuevos socios. Veinte ejemplares serán enviados al Gobierno de la Provincia. Art. 14. El número de ejemplares que se imprimirán será de 500, pu- diéndo aumentarse ó disminuirse la edición á juicio y por orden de la Junta Redactora. Art. 15. La misma podrá resolver el aumento ó diminución del volumen. Art. 16. En los casos imprevistos en este acuerdo resolverá la Junta Directiva. Leidos los articules 1" y 2°, quedaron aprobados sin observación. Leido el 3" sobre el precio de la publicación, el Sr. Amoretti observó que veinte y cinco pesos al mes era una suma elevada; y proponía redu- cirla á veinte pesos con el propósito de popularizar mas los Anales. Esta indicación fué apoyada por el Sr. White. El Sr. HuERGo se opuso á la reducción del precio fijado en el proyecto, porque se debia recordar que tal vez pronto seria necesario aumentar pá- páginas á los Anales, y no se aumentarla el precio. Por otra parte, era necesario pagar un escribiente y gastar seiscientos pesos mensuales en dibujos para los Anales. El Sr. Bobertson dijo que con el objeto de que esta publicación quedase al alcance de todos, propondría el precio de 10 pesos al mes. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 307 Votado el articulo fué aprobado por 14 votos. El art. 4° fué aprobado sin discusión. El art. 5" fué aprobado en esta forma : « 5° Esta Comisión se com- pondrá de cinco personas y durará un año en sus funciones, de Enero á Enero. La elección de tres de sus miembros se hará en Asamblea por cédulas secretas y no podrán ser electos los miembros de la Comi- sión Directiva. Leido el 6» el Sr. Lagos observó que podia simplificarse y redactarse asi : « El Secretario y Presidente de la Comisión Directiva integrarán aquella Comisión. Después de un breve cambio de ideas sobre la redacción que se debia dar al artículo, fué votado el proyecto del Sr. Lagos. «El Presidente y Secretario en ejercicio integrarán la Comisión Redactora. » Leido el art 7°, el Sr. Lagos indicó que debia decirse «idioma americano » en vez de « idioma castellano, » por cuanto entre nosotos son de uso frecuente numerosísimas palabras que no se encuentran en los diccionarios de la lengua española, y si aun « americano « no creia con- veniente proponía usar esta frase «idioma argentino. » Votado el articulo fué aprobado sin modificación. Quedó aprobado el art. 8» y se entró á considerar el 9». El Sr. Kyle era de opinión que un solo socio pudiera deducir la acusa- ción de que habla el artículo. El Sr. Pico ( P. ) observó que este punto habla sido maduramente debatido en el seno de la Comisión Directiva y que se había fijado el número de 10 socios en el interés de que las acusaciones fueran for- males, y no meros actos de despecho ó de otro orden ilejítimo. Creía que nunca faltarían 10 socios para entablar una acusación for- mal, mientras que faltarían para cosas poco serias. El Sr. Lagos pensaba que el artículo estaba demás porque ya se sabia que era responsable la Comisión Redactora, desde que no hacia sino ejecutar una comisión conferida por la Asamblea. El Sr. White apoyó el artículo tal como se había leido. El Sr. Barbosa proponía adoptar el número de cinco socios fundado en que este número basta, según el reglamento, para pedir una Asamblea estraordinaria. Declarado suficientemente discutido el asunto, se procedió á votar. Resultó afirmativa por la moción del Sr. Barbosa. Fueron sancionados sin discusión los siguientes artículos : 10,11, 12, 13, 14, 15 y 16. El Sr. Lagos proponía agregar un artículo mas, que obligase á la Comisión Redactora á formular un reglamento de sus funciones y pre- sentarlo á la Asamblea. Se observó á esta moción que las atribuciones de la Comisión Re- 308 ANALES DK LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dadora estaban prescritas en el Reglamento General de la Sociedad. Votada la proposición fué rechazada contra seis votos. Se pasó á verificar el nombramiento de las personas que debian in- tegrar la Comisión Redactora. El Presidente invitó á los Señores Socios Robertson y Aoberg para ayudar á hacer el escrutinio, el cual dio 6l siguiente resultado. Guillermo Villanueva 8 votes. Juan J . J. Kyle 10 « Pedro N. Arata 12 » Francisco P. Moreno., 2 « Carlos Berg 4 « Valentín Balbin. 1 « Octavio Pico 2 « Luis Silveyra 7 « Enrique Aoberg 1 « '' José María Lagos 3 « Santiago Brian 1 « Adolfo Büttner 1 « Félix M. Rojas 2 « Félix Amoretti 1 « Carlos Salas 1 « Ignacio Firmal 1 « Francisco Lavalle 1 « En consecuencia, la Comisión Redactora quedó integrada por los Señores: D. Juan J. J. Kyle^ « Guillermo Villanueva. « Pedro N. Arata. El Sr. Silta recordó al Presidente que era oportuno fijar el dia y el objeto de una nueva escursion. Por su parte, pensaba que debia ser á los Talleres del Ferro-Carril del Oeste. Aprobada esta moción se autorizó á la Comisión Directiva para arre- glar lo concerniente á la escursion con el Directorio de aquel Ferro-Carril. Se levantó la sesión á las 11 '/s de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 309 Nota. La escursion se verificó en el dia señalado, habiendo concurrido los siguientes socios : Pico (P.), A. Silva, Cagnoni, Dillon, Rosetti, Mo- netta, Brian, Büttner, Ainoretti, Dillon, Salas, Robertson, Ringuelet, Wliite. Fué nombrado el Sr. Monetta para redactar la memoria corres- pondiente á esta escursion, Estanislao S. Zeballos. Secretario. SESIONES DE 1876 27» Sesión del 15 de Enero de 1876. Presidencia del Sr. Pico. Presidente White Zeballos Salas Pico (0). Olivera (C.) Pérez (V.) Otamendi Amoretti Puiggari Reid Villanueva Dillon (J.) Lagos (J. M.) Ayerza Franco . El SECRETAnio dio lectura del balance general de la Sociedad correspon- diente al 31 de Diciembre de 1875, el que fué á la Comisión Redactora para su publicación. En seguida se leyó la renuncia formulada por el Sr. Büttner, Tesorero de la Sociedad, quien debia ausentarse del país. Aceptada la renuncia se procedió á vetar, habiendo practicado el escru- tinio los Sres. Dillon y Pico. A las ocho y media de la noche se abrió la sesión con asistencia de los señores socios nombrados al margen. Leida y aprobada el acta de la anterior, se dio cuenta de los siguientes asuntos entrados. Informe de la Comisión Redactora sobre el primer nú- mero de los Anales. Nota del Sr. D. Germán Burmeister, aceptando el nom- ibramiento de socio honorario. Noticias sobre el esplorador Sr. Moreno. Orden del día. Resultó : D. Lorenzo B. Trant con 2 José María Lagos » 1 Carlos Salas » 5 Santiago Brían » 1 Carlos Olivera » 1 Justo Dillon » 1 Félix Amoretti )) 2 Victorino Pérez í 1 votos. 310 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Presidente declaró Tesorero al Dr. D. Carlos Salas, quien tomó la palabra y dijo: Que agradecía el honor que acababa de dispensársele, pero que se veia inclinado á renunciarlo, no por falta de voluntad, sino porque temia que sus muchas atenciones no le permitieran atender debidamente la Teso- rería. Varios socios hicieron algunas ot)servaciones sobre la nueva organización de la Tesorería^ de las que resultaba que la tarea del Tesorero es ya reducida y mas de inspección que de otra cosa. El Sr. Salas retiró su renuncia. Se acordó en seguida unánimemente un voto de gracias para el Tesorero saliente Sr. Büttner, por los muy importantes servicios que habia prestado á la Sociedad en el desempeño de su puesto. El Sr. Buttner lo agradeció manifestando que no creía haber hecho nada extraordinario, y que simplemente habia cumplido con su deber. El Sr. Pico puso en discusión las memorias ya leidas de los Sres. Puiggari y Arata sobre la influencia del carbón en las aguas potables y sobre un sali- tre de Santiago. Como nadie hiciera uso de la palabra pasaron al archivo. El Sr. Pico informó que habia tenido lugar una escursion á los talleres del Ferro-carril del Oeste, habiendo sido nombrado el Sr. Monetta para redactar la correspondiente memoria. El Sr. Zeballos propuso visitar los talleres de la fundición de tipos para imprenta del Sr. Estrada, idea que fué aceptada. Se designó el Domingo 23 de Enero para verificarla. El Sr. Lagos indicó que después seria muy conveniente visitar los talleres de los Sres. Zamboni Hnos., que era reputados como muy notables en el ramo de herrería. El Sr. Zeballos recordó que hacia dos años que habia sido nombrada una Comisión para ocuparse de relacionar á un punto fijo todas las nivela- ciones practicadas en el territorio de la provincia, y que esa comisión no se habia reunido aun. En consecuencia, proponía que se le dirigiera una nota invitándola á ponerse en obra. Esta indicación fué aprobada. El Sr. Presidente invitó á los socios á interesarse por los Anales de la Sociedad, escribiendo para ellos y buscando suscritores. No habiendo otros asuntos á la orden del día se levantó la sesión siendo las diez y cuarto de la noche. Pedro Pico, Presidente. Estanislao S. Zeballos. I Secretario. DOCUMENTOS 311 Nota. — La escursion á los talleres déla Fundición nacional de tipos, se efectuó el dia fijado, habiendo concurrido los siguientes socios : Rosetti, Huergo, Zeballos, Pico (0.), Pérez, Diilon, Amoretli y varias personas estra- ñas á la Sociedad. El Sr. Estrada obsequió á los visitantes con una mesa de refrescos en que pronunciaron brindis dicho señor y el Presidente y Secretario de la Sociedad. Fué encargado de redactar la respectiva memoria el socio D. Esta- nislao S. Zeballos. DOCUMENTOS ( tS94) . Buenos Aires, Agosto 14 de 1874. Sr. Presidente de la c Sociedad CientificA Argentina », D. Luis A. Huergo Los que suscriben, propietarios y editores de la publicación Anales Cien- tíficos Argentinos, cuyo tiraje es de mil ejemplares y cuya circulación en Buenos Aires sube á 634 números^ tienen el honor de ofrecer sus columnas á la muy importante Sociedad que Vd. preside, sea para la publicación de sus actas, sea para la inserción de memorias, estractos, etc. Al dar este paso anímanos solamente el deseo de vincular mas y mas todos los esfuerzos que se operan en este país para despertar con vigor el cultivo de las ciencias, de las que debemos esperar gloria y grandeza. Deseando que esa Sociedad acoja nuestros fraternales sentimientos, tene- mos el placer de suscribirnos atentos y SS. SS. Estanislao S. Zeballos.— José Maria Ramos Mejia.— Francisco Ramos Mejia. Buenos Aires, Agosto 14 de 1874, Al Sr. Presidente de la a Sociedad Cienlifica Argentina^) Dr. D. Luis A. Huergo. Muy señor mió : Siento que me será imposible asistir á la reunión que tendrá lugar esta noche, debiendo ir á Chascomús esta tarde. 312 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Propongo al Sr. D. Carlos Burlón como socio activo de la Sociedad. Encargado por la Asamblea de analizar el limo del Riachuelo, examiné la muestra que al efecto se me remiliój contenia en 100 partes : Agua 36.85 Materias orgánicas y volatilizables . . . . 3.57 Materias minerales 59 . 58 100.00 En las materias orgánicas y volatilizables hay sobre iOO partes de limo, 0.192 de ázoe. No es gran cosa dicha proporción de materia putrecible. Estoy seguro que el barro de las calles es muchas veces mas temible como foco de in- fección. Saludo á Vd. atentamente. S. S. y afmo. S. Juan J. J. Kyle: Buenos Aires, Setiembre 1° de 1874. Sr. D. Francisco Lavalle. Estimado amigo : Tengo el gusto de incluir tres cartas de la provincia de Corrientes, recogidas allí durante mi última escursion de personas cuyos conocimientos científicos y su esperiencia local podia servir mucho á los propósitos de la Sociedad que Vd. preside. Por tanto, creo conveniente que sean pro- puestos como miembros de la Sociedad CientíQca Argentina en debida forma. También deseo proponer como miembros á los señores Franck Turner y Arturo Seelstrang. El primero es el encargado do la construcción del Ferro-carril á Campana, y el segundo mi socio en el Ferro-carril de Corrientes. De Vd. afmo. S. S. y S, amigo, Carlos F. Robertson. NOTAS GEOLÓGICAS SOBRE lA ESCÜRSlOPi Á LAS CERCANÍAS DE LUJAN I. Habiéndose presentado á la «Sociedad Científica Argentina» los señores Bretón H^o^^ denunciando la existencia en las cercanías de Lujan de un depósito de fósiles, en el cual aseguraban existir diez y siete animales de especies diferentes y raras, entre los cuales nombraban el Mega- Iherium, el León, el Mastodon, el Mylodon, el Perro, el Glyplodon, el Caballo y otros ya estraidos, la Comisión Directiva comisionó á los infrascritos para verificar una escursion al paraje indicado. Hé aquí la presentación : Buenos Aires, Febrero 12 de 1876. Al Sr. Presidente de la « Sociedad Científica Argentina. » Los abajo firmados tienen el honor de poner en conocimiento del Sr. Presidente de esa ilustrada Corporación, que desde largo tiempo se ocupan en buscar fósiles en esta Provincia, particularmente en el par- tido de Lujan, donde existe un número considerable de estos restos de animales extintos, siendo algunos de ellos completamente desconocidos á la ciencia. Después de muchas fatigas é investigaciones, hemos conseguido com- probar, en parte, la existencia de las inmensas riquezas casi inaperci- bidas aun en este territorio. 1» La zebra fósil, que hemos entregado al museo público en un estado casi completo de conservación ; el mastodonte, el luxodonte, el mvgaterio y lo mas notable, hemos hallado en cierto punto cinco animales reu- nidos, sobrepuestos, siendo el último, que fué hallado á nivel del agua, la cabeza completa del lean fósil, perfectamente conservada; los colmi- llos tienen mas de siete pulgadas de longitud; su forma es de media luna y son dentados en su borde interno. Lo mas estraordinarío es una punta de lanza ó de flecha que halla- 23. 314. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mos adaptada á la parte posterior interna de la mandíbula inferior de este león, cerca del oido. Tenemos que practicar muchas escavaciones aun, pero por falta de recursos nos hemos visto en el caso de paralizar nuestros trabajos y de solicitar la protección de esa Sociedad. Seria imposible describir la cantidad de fósiles sepultados en aquellos parajes á una profundidad relativamente reducida. Esperamos, pues, la protección de esa Sociedad^ á la que ofrecemos en cambio una parte de los infalibles resultados de nuestras pesquizas. Saludan al Sr. Presidente de la Sociedad Científica con toda consi- deración. Bretón hermanos. Recibimos las siguientes instrucciones : 1° Visitar personalmente los depósitos y constatar la existencia de dichos fósiles. '2° Adelantar una cantidad de dinero para su estraccion, en el caso de ser exactos los datos comunicados á la Sociedad. 3» Redactar una memoria sobre la escursion. En cumplimiento de esta comisión, resolvimos salir el día 18 de Marzo. El señor Presidente de la Sociedad obtuvo del señor Ministro de Gobierno de la Provincia una eficaz recomendación para el Dr. Erezcano, Juez de Paz de Lujan, la cual nos era indispensable para el mejor éxito de nues- tros propósitos. Llegados á Lujan el Sábado á la noche, nos presentamos al Dr. Erez- cano, quien, informado de nuestra comisión, nos manifestó estar deci- dido á ayudarnos en todo aquello en que pudiésemos requerir su cooperación, habiendo puesto á nuestra disposición un soldado de confianza y vaqueano de los parajes que debíamos recorrer. Deseando aprovechar nuestra visita á una persona competente como el Dr. Erezcano y que reside desde largo tiempo en Lujan, promovimos una conversación sobre una de las denuncias mas interesantes que hacían los Sres. Bretón H^s^ á saber: Que en la parte posterior de la mandíbula inferior del León, habían encontrado clavada una punta de flecha de silex, la cual nos fué presen- tada por los denunciantes y cuyo dibujo acompañamos. (Fig. I). Comenzamos observando que la punta de flecha tenia, á nuestro juicio, un aspecto moderno, pues el silex estaba perfectamente limpio y diáfano: y que, por otra parte, el trabajo revelaba un estado de progreso artístico muy notable, correspondiente al período neolítico, mucho mas moderno que la formación pampeana en que se encuentran los grandes mamíferos. Agregamos que uno de nosotros había tenido ocasión de examinar, en el- museo del Sr. D. Manuel Eguia, otra punta de flecha muy semejante á la presentada por los Sres. Bretón H"o% no solamente por su forma, FIG. I •-rl I — I < ESCÜRSION A LAS CERCANÍAS DE LUJAN 315 sino también por el esmero del trabajo. Este ejemplar ha sido dado al señor Eguía como procedente de un pozo de Lobos. Sin embargo, los datos no eran seguros para admitir la edad que se atri- buye á esas puntas de flecha. Entonces agregamos, que á estas objeciones respondían los Sres Bretón hermanos citando el testimonio del Dr. Erezcano y de otros vecinos que, decian ellos, habian concurrido y firmado un acta en el momento de levantar la flecha (fig. I) del punto en que fué hallada. El Dr. Erezcano tomó la palabra y nos dijo : Que hace tiempo él habia sido invitado á presenciar aquel acto; perb que cuando él llegó, la flecha estaba descubierta con la cabeza del león, de modo que él no presenció el hallazgo, é ignora si es cierto que efec- tivamente fué encontrada en la mandíbula á que él la vio adherida mas tarde, agregando que en igual caso se encontraban los demás signatarios del acta. Esta declaración del Dr. Erezcano, que reputamos muy importante, fué confirmada por el Dr. Real, antiguo vecino de Lujan, y que formaba parte de la reunión. En seguida el Dr. Erezcano y el Dr. Real nos hicieron varias indicaciones útiles sobre los parajes que debíamos recorrer, aconse- jándonos muy especialmente una visita al arroyo Marcos Diaz, afluente del rio Lujan. Satisfechos de nuestra visita y agradecidos por las atenciones que reci- bimos, nos retiramos y formamos nuestro juicio sobre la importancia que debe atribuirse á los descubrimientos de aquellos supuestos vestigios del hombre fósil. En cuanto al hombre primitivo de Europa, no cabe ya duda que era contemporáneo de los grandes mamíferos estinguidos, como el Elephas Primigeiiius, el ürsus Spelaeus, Felis Spelaea, Rhinoceros Tichorhinus, Cerms Megaceros, etc., como lo prueban los trabajos de Lyell, Lubbock, Boucher de Perthes, Southall y otros. En Sud América se ha resuelto el problema de la existencia del hombre fósil, habiéndolo encontrado el Dr. Lund en cavernas de las sierras del Brasil. Juntamente con estos restos han sido hallados huesos de animales cor- respondientes á la formación cuaternaria, como el caballo fósil. No puede afirmarse que en nuestras formaciones falte el hombre fósil, porque la naturaleza del terreno llano y generalmente uniforme, no per- mite con frecuencia el estudio de sus capas inferiores ; así como, por otra parte, se conoce la existencia de cavernas con restos humanos, que no han sido esploradas todavía, en varias provincias del Literior y especial- mente en San Luis, donde se han hecho descubrimientos de este género en 1875. Pero, concretando nuestras observaciones al caso de la flecha de los Sres. Bretón H™", nuestra opinión es decisiva. El ti'abajo tan artístico de la punta de flecha corresponde, como dijimos, á una civilización ya bastante adelantada. 316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es de estrañarse que nunca se hayan encontrado en las numerosas estracciones de fósiles en aquellos parajes otras indicaciones, como restos de alfarería y productos industriales que son tan comunes en los para- deros del hombre prehistórico en este pais. La época paleolítica, es decir^ la época de la piedra tallada toscamente, corresponde en Europa á los grandes mamíferos fósiles; y si los señores Bretón H^^ hubieran demostrado que esa punta de Hecha es cuaternaria, ten- dríamos que la época neolítica, ó de la piedra tallada artísticamente, era contemporánea eu Sud América de los fósiles cuaternarios, es decir, todo lo contrario de lo que se ha descubierto en las formaciones euro- peas. Constatada la veracidad de aquella denuncia, las ciencias que estudian al hombre desde su aparición en las capas geológicas, tendrían un gran adelanto con que enriquecer sus anales. Pero, como las pruebas no satisfacen, pensamos resueltamente que la flecha de los Sres. Bretón Hn»s no corresponde al hombre fósil. n. Al día siguiente, á las cinco de la mañana, nos pusimos en marcha hacia el rio de Lujan, acompañados por el soldado ya mencionado y por el Sr. Bretón. A una legua y media de la villa nos detuvimos para aproxi- marnos á las barrancas del rio, donde el interesado nos anunciaba existir lo que él llama sus canteras fosiliferas. Las barrancas del rio Lujan en aquel paraje tienen 3 ™ hasta 5 "■ de altura sobre el nivel ordinario del agua, que era el estado en que lo vimos. Son generalmente cortadas á pique, y las capas de que se componen presentan un aspecto bastante uniforme. Cubiertas de vejetacion en pequeños trayectos, por lo general, se mues- tran á la vista completamente desnudas, y permiten apreciar con facilidad la naturaleza especial del terreno y de las capas que, perfectamente de- finidas, invitan á detenerse á examinarlas. La capa superior, de un espesor de O", 40 hasta O'", 75^ se compone, como en la mayor parte de la Provincia, de una capa de humus^ ó tierra vejetal. que contiene una abundante proporción de arena, como todas las capas inferiores que hemos podido estudiar. La capa subyacente presenta todos los indicios de que se ha formado, depositándose en agua parada. Contiene numerosos restos de infusorios que no nos ha sido posible clasificar todavía, algunos de los cuales viven ahora en las lagunas. En la misma capa se encuentran diseminados muchos restos de mo- luscos, perfectamente conservados en la generalidad. Pertenecen á es- pecies cuya existencia en terrenos semejantes hemos podido constatar personalmente, en varias escursiones que hemos verificado en esta pro- vincia. h r I" I s- 8- S^ 1^ ^ ^- ■Sí mi Yiii Q "i'liSíí 'u iiB i í . iV i" lllll ' I Ji!;I ;¡;i v,, I , ||i|||iiv!'Mi|i|i!iiVi'',i!i!i!i!¿'!!ii ESCURSION A LAS CERCANÍAS DE LUJAN 317 En el rio de la Matanza se encuentran en la misma formación sub- siguiente á la capa de tierra vegetal, como lo comunicamos á la So- ciedad en la Memoria que se ha publicado en la II entrega de los Anales, páj. 89. ( Una Escursion orillando el rio de la Matanza. ) En la Laguna de Chascoraús, en el Arroyo de las Conchitas, en. ,el Puente Chico, en San Fernando, en Buenos Aires y^én el Rio Carca- rañal en Santa-Fé, existe la misma capa, como lo demuestran los mis- mos moluscos que alli se encuentran. Recojimos en el rio Lujan, numerosos ejemplares de la AmpuUarin Canaliculata (d'Orb) de diferentes edades, á juzgarlas por el desarrollo de la concha; y muchos ejemplares de Planorbis montaniiit (d'Orb.) esparcidos en la misma capa, y una especie cuya clasificación no he- mos podido hacer todavía. Los moluscos de estas especies viven ahora solamente en aguas tranquilas, y así su presencia en un terreno es indicio de un antiguo arroyo, laguna ó bañado. En algunos parages esta capa mide desde O™, 75 hasta i'^,'2.5, con la escepcion de un punto, del que mas abajo nos ocuparemos. Sigue otra capa de tierra pardo-amarillosa en unos puntos y parda en otros que eran los últimos que pudimos ver al nivel del agua. La parda difiere solamente de la pardo-amarillosa en el estado de oxi- dación del fierro que dá á ambos su coloración, debiendo notarse que en las capas que quedan siempre espuestas á la acción de las aguas permanentes se reduce el peróxido de hierro al estado de protóxido por las materias orgánicas que ellas contienen. Este fenómeno se ob- serva al pié de todas las barrancas del rio Paraná y de otros puntos que hemos observado, y las obras de salubricacion que se prac- tican actualmente en esta ciudad, demuestran que esta acción química, no se produce únicamente en la misma orilla de losi rios. En esta capa se empieza á formar la tosca, que es un producto se- cundario depositado por infiltraciones de aguas calcáreas. Una particularidad nos ha llamado la atención por Jrimera vez en estos terrenos. En la parte superior de la tierra parda, á que nos referimos, existen en dos parajes capas delgadas de toscas rodadas, depositadas del mismo modo que los guijarros que arrastran los rios en la ac- tualidad. El espesor de estas irregularidades contenidas en la capa principal varía de O", 15 á O™, 25 El punto en que este fenómeno nos lla- mó la atención estaba precisamente en la gran cantera fosilifera, enque decia el Sr. Bretón haber encontrado tan asombrosa cantidad de res- tos orgánicos cuaternarios. El aspecto geológico de esta parte de la barranca, cuyo corte adjuntamos, nos indujo á pensar inmediatamente después de examinar con detención las diferentes capas, que allí ha- bía sido una depresión del terreno en la época cuaternaria, y que en 318 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA esta depresión corrían al principio aguas que arrastraron las toscaa ro- En épocas mas recientes la corriente del agua se ha interrumpido, formándose lagunas, cuyo fondo queda perfectamente señalado por los moluscos que allí hemos recojido. Como lo demuestra la íig. II, el terreno cnaternario forma aquí una curva, en cuya sección inferior se encuentra la capa mayor de tosca ro- dada. Hemos podido estudiar esta corriente cuaternaria con esmero, porque estaban á la vista dos cortes, á poca distancia el uno del otro, á sa- ber: en el rio de Lujan y en el arroyo de Marcos Diaz. Esta circunstancia especial nos ha permitido determinar la dirección de una parte á lo menos del antiguo curso del agua. Esta dirección es casi recta de Norte á Sud. El arroyo de Marcos Diaz, al punto en que corta al antiguo álveo, corre del N.-O. al S.-E. ; y el rio de Lujan del N.-E. al S.-O. En este mismo arroyo de Marcos Diaz, nos indicaba al Sr, Bretón un sitio donde decia haber encontrado restos de Mylodon Robustus. A pocas cuadras de la desembocadura del arroyo en el Lujan, en- contramos el paraje indicado. Emprendimos una escavacion bastante estensa y profunda, fiados en la palabra del Sr. Bretón, quien aseguraba haber dejado allí mismo los huesos del Mylodon. Después de dos horas y media de la mas prolija investigación, en- contramos una vértebra que, suponemos pertenece á la especie Mylodon. Nada mas fué posible encontrar, á pesar de la estension del foso que abrimos, resolviéndonos á abandonar nuestras investigaciones en aquel punto, por creerlos del todo inútiles. Volvimos al rio de Lujan, y descendiendo á la gran cantera, donde se encuentran las huellas del rio cuaternario, invitamos al Sr. Bretón á indicar un punto en qué cavar para verificar la exactitud de su de- nuncia, pues nada veíamos. Vaciló mucho aquel señor, y al fin indicó un punto en el cual se hizo una regular escavacion, que fué suspendida sin haber hallado cosa alguna y por instancias del mismo señor Bretón, quien parecía empe- ñado en que cesaran nuestras pesquizas. Nuestra opinión sobre este asunto se reduce á lo siguiente : Los señores Bretón Hnos. han encontrado en aquellos puntos ^ algu- nos huesos fósiles y suponen que deben existir allí los esqueletos com- pletos; de modo que piden dinero para verificar sus sospechas; y es claro que la Sociedad no debe aventurarse á anticiparles cantidad alguna. Abandonadas las escavaciones, nos pusimos otra vez en marcha so- bre la margen izquierda del arroyo Marcos Diaz, y lo orillamos hasta ESCURSION A LAS CERCANÍAS DE LUJAN 319 tres leguas de su desembocadura, donde su anchura se reduce á un metro en el cauce del agua, aunque es mayor de barranca á barranca. Estas dismiauyen en ese paraje y se confunden con la llanura, con- virtiéndose también el arroyo en la cañada conocida por de Rocha. Las barrancas del arroyo Marcos Diaz, son muy parecidas á las del rio de Lujan. Donde empieza la cañada de Rocha, la capa superior se compone de una tierra arenosa de formación reciente, pues contiene restos de indios mezclados con huesos diferentes, rotos para estraer la médula. En cuatro puntos diferentes hemos encontrado depósitos bastante considerables de estos huesos rotos ; algunos de ellos presen- taban indicios de haber sido espuestos á la acción del fuego. Mezcla- dos con los huesos se encontraban fragmentos de alfarería y algunos pe- dazos de silex. En un zanjón formado por las aguas llovedizas y situado á la dis- tancia de tres leguas y media de la embocadura del arroyo Marcos Diaz en el rio Ijujan, hemos hallado en terreno cuaternario, y á una pro- fundidad de dos metros, parte de la mandíbula inferior de un guanaco fósil. El hueso estaba bastante bien conservado, pero tan blando que he- mos tenido bastante dificultad en conservarle entero, sobre todo en las partes envueltas en tosca. Se verá por el dibujo adjunto, fig. IV, que la parte ulterior de la mandíbula falta, y no hemos podido encontrar otros huesos del mismo animal. Esta mandíbula difiere poco de la del guanaco acinal {Auchenia Gua- naco), y los dientes son muy parecidos á los que tiene en su museo nuestro consocio el Sr. D. Francisco P. Moreno, y que fueron en- contrados en la orilla de la laguna Vitel, cerca de Chascomús. No co- nocemos otros restos fósiles del guanaco ; no los hay en el museo pú- blico de esta ciudad. El Dr. Lund, en su descripción de esploraciones hechas en las cavernas del Brasil, habla de restos fósiles de llama y de guanaco, pero no sabemos que partes del esqueleto se han encontrado. Saludamos al Presidente con toda consideración. Estanislao S. Zeballos. — Walter F. Reíd. CARTA ANTIGÜEDADES AMERICANAS Salta, Agosto 20 de 1875. Al Sr. Vice-Presidente del Instituto Bonaerense de Numismática y an- tigüedades Dr. D. Anjel J. Carranza. Buenos Aires. Querido amigo. Me he impuesto con sumo gusto por- los diarios de esa ciudad, de que tú habías sido elejido primer Vice-Presidente del Instituto y tengo un verdadero placer en felicitarte muy cordialmente por la merecida dis- tinción que has recibido de tus ilustrados colegas. Voy, pues, á aprovecharme de tu presencia en tan honroso puesto, para dirijirte esta correspondencia, y cumplir con ella el deber que tengo de remitir algún trabajo dedicado al Instituto, desde que acepté el honor que ustedes me dispensaron presentándome como miembro de tan hono- rable corporación. Nunca crei adoptar por tema del trabajo ofrecido, una época tan re- mota y lejana de la nuestra, como de la que rae voy á ocupar; mucho mas, cuando tú ya bien supondrás, que mis conocimientos en arqueo- logia, etnografía y antropologia no deben ser gran cosa, como para lla- mar la atención de Vds.; ciencias estas, que por otra parte, no han hecho aun, gran camino entre nosotros. Ha sido únicamente el deseo que tengo de ayudar á que nuestro inteli- gente amigo el Sr. Moreno complete su hermosa colección de antigüeda- des, el que me ha traido sin pensarlo á tan escabroso terreno, y el que me decidió también á dirigirle en el mes de Mayo último una larga cor- respondencia de la que te supongo instruido. En ella me propuse recordar varios datos que creo han dejado olvidados CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 321 algunos historiadores respecto á la predicación que tuvo lugar del Evanjelio, en América, en una época muy remota y anterior á su descubrimiento por los españoles ; pues se atribuye nada menos que al Apóstol Santo Tomás la gloria de haberlo realizado en una gran parle del Continente. En efecto, muchas son las crónicas contemporáneas á la conquista, que nos revelan el conocimiento que tenian los indígenas de varios preceptos del cristianismo, desde muchos siglos antes de la venida de Colon. Las relaciones que he consignado en la correspondencia á que me re- fiero, manifiestan el recuerdo que se conservaba de tan notable aconte- cimiento en varios pueblos de Méjico y de las islas la Barlovento, en Cu- maná y demás puntos del litoral del mar de las Antillas ; así como tam- bién, en el Brasil, Paraguay y Rio de la Plata. Pero me faltó traer á cuenta los que se refieren á Chile, Bolivia y el Perú ; y voy por lo tanto á llenar este vacio, en la suposición de que la discusión sobre esta materia interesará á los ilustrados miembros de la científica asociación á quien me permito el honor de dedicarla. Bajo de esta creencia prosigo en mi tarea. Que el Evangelio se predicó en Chile por el mismo Santo Tomás en su misión apostólica por este nuevo mundo, lo afirma el padre Andrés de Lara quien dice, que como á 26 leguas del sitio que hoy ocupa la ciudad de Santiago, se encontró una piedra con inscripciones ininteli- gibles y que era tradición entre los indios, que habitaban en aquel lugar, que dejó esas señales un hombre que vestia traje largo, que tenia el ca- bello y la barba crecidas y que les predicaba sobre una peña, respeto á la existencia de un Dios todopoderoso etc. ; y agrega la crónica de aquella época: « que había familia de caciques que se llamaba del varan i Tomé, y que este mismo nombre tenia, el que mandó á los indios en « la memorable batalla de Tucapel (año de 1553). Lo mismo dice Arscla « Pakimé, es lo mismo que Padre Tomé. Va- « mos siguiendo estas huellas apostólicas y las iremos hallando en di- « versos parajes por donde Santo Tomás y los discípulos las dejaron, « como nos lo dirán sus pasos con que anduvieron arando este nuevo « mundo para sembrar grano que no fructificó porque cayó en piedra « 6 pedernal etc. etc.» Existen también, infinitos datos que prueban igualmente la predicación del evanjelio en los pueblos que después se llamaron del alto y bajo Perú; pero sobre todos el que llama muy principalmente la atención es la infor- mación que se levantó en Tarija a fines del Siglo XVI sobre la fa mosa Cruz del Valle de las Salinas siendo Gobernador de la expresada villa Don Juan Porcel de Padille y el Capitán Roa propietario de dicho valle : — en ella se dice, cómo fué hallada aquella cruz, y cómo supieron por los in- dios, quienes después de consultar sus Qquippus, dijeron : — « que hacia ya « muchos años ha, que vino un hombre hermoso, blanco y zarco, no de « mucha edad y les predicaba : que Dios habla venido al mundo y padecí- 322 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (( do por el género humano en una cruz como aquella : que ellos llamaban í á ese hombre Turné, de donde habia venido la costumbre hasta aquellos 4 tiempos de llamarles también Turnes á los predicadores y misioneros es- « pañoles. » En Ghuquisaca se levantó igualmente otra información sobre la renom- brada estatua llamada Tangatanga que según los Qquippus y tradiciones de los indios representaba un Dios y tres personas distintas. En el Cuzco y Chuquiabo donde se guardaban los Qquippus y residían los Qquippucamayos se llegó hasta creer que en épocas muy remotas se habia levantado un templo para adorar la cruz y según lo afirma el pa- dre Alonso Romero sucedió otro tanto en Sicasica como lo prueba tam- bién otra información levantada en el año de 1598 que él trae á cuenta. En Calango lugar cercano á Lima se encontró una piedra con dibujos y caracteres, que parecían ser latinos, hebreos y egipcios se tomaron co- pias que circularon por todos los conventos de la Ciudad de los Reyes, para ver si alguno podia comprenderlos; pero desgraciadameute nadie los descifró. Una de las crónicas del Perú publicada en los primeros años del siglo XVII trae un fac simile de esos caracteres y de los dibujos que son : dos llaves, un pié y una ancla y dice el cronista tratando de explicarlos — « Las dos llaves una mayor que la otra, no las conocieron « ni usaron los indios en sus casas, ni hasta que vinieron españoles vie- « ron anclas, ni supieron de caracteres ó letras. El áncora fué entre « las naciones hebreas y latinas, símbolo de esperanza como la llamó « San Pablo en el capítulo VI de las epístolas á los hebreos. Tal vez « el Apóstol Tomas quizó significar, que esperasen, que en los veni- « deros tiempos entrarían las llaves de la Iglesia de San Pedro en estas « tierras, donde él dejó sus pisadas y no pudo introducirse su fé. » Habiendo notado el visitador del Arzobispado de Lima, Sr. Duarte Fer- nandez, que los indios habían convertido en enterratorio los alrededores de esta piedra, mandó borrar los dibujos y caracteres que contenia y grabar en su lugar una cruz, como emblema mas propio de un sitio que habia si- do destinado para albergar cá los muertos. Así lo dice el mismo cronista lamentándose de que á causa de la ignorancia del visitador; hubiese desapa- recido esa inscripción ó caracteres, que él atribuye al mismo Santo Tomás, y llama la atención [sobre la feliz casualidad de haberse tomado copia de ellos antes de que fuesen destruidos para siempre. Poco tiempo después el Dr. Hernando de Avendaño fué comisionado por el virey del Perú, príncipe de Esquilache, y por el Arzobispo de Lima, Lobo Guerrero para que levantase información sobre las noticias, tradición y anti- güedad de esta piedra que habia conservado hasta entonces el nombre de donde predicó el Apóstol y con este motivo se supo que era tradición entre todos los indios de la collana de Lampas — «que en tiempos muy remotos « predicó un hombre que se llamaba Apóstol y les enseñaba como debían CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 3'23 « ganar el camino del Cielo ; que predicaba subido en aquella piedra y que « allí concurria á oirle la multitud de todos los valles circunvecinos. Finalmente Agustín de Zarate, Secretario del rey de España en la his- toria que escribió del Perú en los primeros años de la conquista cuando vino á arreglar la real hacienda refiere. « Que en el pueblo de Pasao, < cerca de Quito, existia un templo cuyas columnas estaban llenas de fi- a guras de hombres y niños crucificados que desgraciadamente los espa- « ñoles nada averiguaron de los indíjenas sobre esta verdadera maravilla, <í porque no llevaban otro deseo que encontrar plata y oro con qué sa- « diar su codicia. » En estos pueblos existia una tradición muy parecida á la que había en el Brasil respecto al Paye Tomé y á su misión apostólica por este nuevo mundo. Sabido es que en el Brasil el Paye Tomé era, según los indios, un sabio legislador que vestido de blanco y con el bastón en la mano se les apareció un día y les enseñó á construir sus casas y cultivar el ma- nioc. Pigaffeta y Vasconsellos creen que los indios brasileños no tuvieron ni conocieron ninguna religión; pero esperamos que en breve, alguno ha de rectificar tales asertos y la verdad ha de ser entonces conocida. En fin estos son los datos que he recogido de las crónicas contempo- ráneas á la conquista respecto á la predicación del evangelio que tuvo lu- gar en América, y que los misioneros y otros historiadores atribuyen al Após- tol Santo Tomas, discípulo del mismo Jesucristo. Considero esta cuestión digna de ser ilustrada por los honorables miembros del Instituto Bonaerense de Antigüedades, á quienes me per- mito el honor de dedicarla, y por lo tanto, me hago el deber de some- terla á la decisión de su erudito juicio. Creo que los modernos historiadores que hasta ahora han tratado este mismo asunto, lo han hecho con demasiada lijereza; pues sin compulsar debidamente todos los antecedentes que ella tiene, han clasificado como cuentos ó fábulas, las relaciones que sobre el particular nos dejaron los misioneros. Pero lo cierto es que no hay verdadero fundamento ni razón para abrigar semejantes dudas, sobre todo respecto á unos hombres cuya aspira- ción principal fué siempre ia averiguación de la verdad como base de los principios de moral cristiana y de virtud, que procuraron practicar á todo trance y aun á costa de su vida misma. Por otra parte ¿qué interés podían tener les misioneros de engañar á la posteridad dejando escritas esas falsas relaciones ? Desde el venerable padre Bueil, que acompañado de doce sacerdotes cristianos atravesó el Atlántico para fundar las primeras misiones en América conforme á lo dispuesto en bula pontificia de 24 de Junio de 1493j hasta el último de los padres que le sucedieron en la santa y 324 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA civilizadora obra de reducir á los indios, son á mi juicio testigos irrecu- sables en los hechos que relatan sobre la importante materia que nos ocupa. Así pues, las relaciones que nos han dejado esos misioneros por mas que se relieran á tan remota antigüedad, nos hacen sin embargo adquirir una certidumbre deductiva; pues nuestro espíritu se adhiere fácilmente á ellas como á una verdad conocida apoyadas como están no solo en la historia y los monumentos; sino también en la tradición oral. Por consiguiente, fundados en las reglas que nos dá la lógica para enca- minar el reciocinio á la averiguación de la verdad, tendremos que convenir en que esas relaciones constituyen una verdad histórica, idéntica en todo á las que ya han sido aceptadas por los conocimientos humanos, sobre he- chos que han ocurrido en épocas muy remotas y distantes de la nuestra. En efecto, seria preciso que fuésemos los mas ciegos partidarios del escep- ticismo de Pirón, para que la incredulidad nos llevase hasta el extremo de dudar de las pruebas aducidas, en pro de un punto histórico que procura- mos ilustrar. Felizmente la filosofía moderna fundándose en la sabia doctrina de Des- cartes, ha de guiar á la historia en sus investigaciones para que adquiera la certeza sobre estos hechos ; y entonces haciéndose sobre ellos mayor luz, se ha de hacer también á nuestro juicio cumplida justicia á los mi- sioneros. Tal es, la creencia que tengo, respecto á la solución que tendrá la in- teresante cuestión que nos ocupa. : Entretanto, y mientras llega esa época de reparación, examinemos aun- que sea muy ligeramente ; pero con ánimo tranquilo y despreocupado, cómo cumplieron en América esos pobres frailes su misión verdadera- mente sublime. Según el juicio imparcial de uno de nuestros historiadores contempo- ráneos mas ilustrados — si la raza indígena no fué del tudo esterminada en América ; no se debió ni á la compasión, ni al cansancio de los con- quistadores ; sino al cuidado que tuvieron los misioneros cristianos, á cuyos obispos confiaron las leyes españolas la vigilancia sobre la vida y libertad de los naturales, haciéndoles asi, sus protectores ligítimos. Tales lo fueron en efecto, y captándose sin duda por este medio la entera confianza de los indios, obtuvieron de ellos mil revelaciones y no- ticias importantes, respecto al nuevo país, á la excelencia y virtud de sus producciones, clima, riqueza, costumbres &^, &", que á no ser asi, quizá jamás las hubiesen conocido los conquistadores. Por esta causa, los misioneros estuvieron siempre en mejores condi- ciones, que ningún otro de los europeos de aquella época, para escribir con mas propiedad la historia del país descubierto, pues conocían su ver- dadera tradición. Los misioneros jesuítas de Quebec nos hicieron conocer aquella piedra CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 325 que se encontró á una larga distancia del Oeste de Monreal, asegurada sobre una pilastra esculpida y sobre la cual babian signos^ que parecian ser una inscripción tártara. — Kalm asegura que esta tablilla fué remitida á Francia al ministro Maurepas por el caballero Beaubarnais, gobernador del Ca- nadá ; y son incuestionables los servicios que prestó á la arqueología de aquella época al conocimiento que daban estos datos sobre las razas que poblaron la América. A los jesuítas se debió también el descubrimiento de otra inscripción que se creyó fenicia y que se encontró sobre una roca del rio Tauton al Sur de la ciudad de Boston y según Humboldt tanto Court de Gebelin como el erudito Stiles, no dudan que en estos signos se descubre una inscripción Cartaginesa. ¡ Cuántos servicios no ha prestado también á la historia y á la arqueología de América este otro dato ! Del mismo modo, se debe á los jesuítas el conocimiento de la mayor par- te de los jeroglíficos y pinturas mejicanas que hoy adornan muchos museos europeos, y especialmente los de Roma y Velitre. Según Humboldt, el Codex Borgianiis perteneciente á este último museo fué comentado por el sabio je- suíta Fabrega, originario de Méjico, á quien cita también Zoega, y citarán to- dos los que se ocupen de estos asuntos. Se sabe igualmente, que con la espulsion de los jesuítas y la confiscación que se hizo en nueva España de la preciosa colección de Boturíni se perdie- ron multitud de manuscritos mejicanos, cuyo conocimiento nos hubiera sido hoy de suma importancia. Esta desgracia fué en cierto modo remediado por el jesuíta Fábréga, quien analizando el Codex vaticanus considera tanto á estos, como á los demás manuscritos perdidos como á otros tantos tonolo- mats, ó almanaques rituales astronómicos. Son igualmente incalculables, los servicios que han prestado á las ciencias los jesuítas misioneros en la China. Tengo á la vista la curiosísima relación que hizo en 1730 el padre Calmette al Vice Almirante de Francia, marqués de Goetlocon, sobre los usos y costumbres de los hijos del celeste imperio, y en vista de ella hay que convenir cuanto debe también á los misio- neros, la etnografia de los pueblos Asiáticos. Igual cosa debo decir respecto á la refutación que hizo el erudito jesuíta Premare en la misma época al libro publicado en París en 1718 por el Abate Renaudot, titulado «Antiguas relaciones de las indias y de la China por dos viageros mahometanos, traducida del Arábigo.» En ella este erudito padre aduce pruebas importantes sobre puntos históricos en controversia en aquella época, y muy especialmente sobre el paso de Santo Tomás por la China, por cuyo motivo descifra la famosa inscrip- ción hallada en Chetisi analizando los Aings que escribían los chinos antes de la invención del papel, sobre maderas y listas de caña, que eran mas durable que el mejor pergamino de Europa. Entre las famosas Carlas Edificantes se encuentra igualmente otra del 326 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA padre Margal comentando las memorias de Trevoux, publicadas el año 1729^ y en la que ocupándose de la disertación que hizo el Arzobispo de An- cyra sobre la Pintada el Afra avis de los romanos y sobre una ágata antigua en la cual estaba grabada la cabeza de la diosa Is¡s;-y es in- dudable que con tal trabajo prestó este padre importantes servicios á la ornitología de aquella época que era tan poco conocida. Humboldt, dice, que en la navegación que hizo con Mr. de Bonpland para cerciorarse respecto de la comunicación del Orinoco, con el rio de las Amazonas tuvo conocimiento de una inscripción, que encontró el mi- sionero padre Bueno en la cadena de montañas graníticas, que bajo los 7 grados de latitud se extiende desde la aldea Uruana hasta las riberas occidentales del Caura-Que, desgraciadamente rail inconvenientes le privaron ir á Santo Tomás en la Guayana, para ver la inscripción^ que el misio- nero creia era un alfabeto fenicio. El mismo eminente y sabio naturalista refiere los esfuerzos de los mi- sioneros Gilbar y Gisneros, para obtener los interesantes manuscritos que poseían los indios Panos: como igualmente la contracción y entusiasmo de los padres Pichardo y Álzate para recojer. pinturas aztecas. Remito dos dibujos que son una copia fiel de los que tenia la fair'.'~ piedra de Galanga de que he hablado anteriormente. Los he tomado ue la Crónica ya dicha publicada á principios del siglo XVIÍ. Uno ha sido sacado en el Spectrographe de Binko, el otro es un di- bujo del Sr. M. Alisedo Ingeniero Municipal de esta Provincia. Los dibujos fueron ya esplicados por el cronista de la época, pero los ca- racteres no los entendieron entonces. Tal vez hoy seamos mas felices y podamos descifrarlos: — allí deben encontrarse algunos libros en Egipcio, Fenicio, Samaritano y Hebreo, de los publicados por los Sres. Maisonneuve et C'> de París ; entre los libros egipcios pueden consultarse las obras de Champollion le jeune, especialmente « Le Dictionnaire egyptien en ecri- ture hieroglyphique, publié d'aprés les mémes autographes» ó de no, «La lettre á Mr. Darcier relative á l'alphabet etc. » del mismo autor. Entre los libros fenicios pueden encontrarse á Akerbland, Arri, Fortía, Lenormant ó Sancy. Entre los Samaritanos las obras en latin de Uilemann, Hilligerí Ewid ó el « Alphabetam hebraicum addito samaritano et rubbinico», Roma 1771. Quizá teniendo á la vista algunos de estos libros podamos desatar este nuevo nudo gordiano que llamaremos la piedra de Calango. Con D. Santiago Salvatierra remití ahora un mes, á tu cuñado el Sr. Ma- chain un cajún conteniendo algunos objetos curiosos. En él iban tres morteros de piedra, una hacha de piedra y otra de bronce que envía Zorreguieta, juntamente con una explicación de los objetos, y del lugar donde fueron encontrados. Por mi parte les remití también una fuente de basalto, y otra de granito ya hice mención en mi carta al Sr. Moreno, van igualmente tres ammo- CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 327 nüas, una dendrita de cobre nativo, una reja de arado de piedra en- contrada en las ruinas de Esteco por D. Marcelino Sierra^ una hacha de piedra encontrada en las cercanías del mismo lugar por D. Martin Gueraes, y por fin una hermosa rodela de cobre, de la época de los Incas, que debo á la amistosa atención del General D. Nicanor Flores. — Una me- dalla de plata conmemorativa de la jura de Fernando VII en Puno, y una moneda de plata,, de la China, que tuvo la bondad de obsequiar- me el Sr. Gobernador D. Miguel F. Araoz. Una de las ammonitas y la dendrita de cobre fueron halladas en An- tofagasta por D. Faustino Isasmendi empleado en la Secretaría del Go- bierno de esta Provincia, quien tuvo á bien hacerme este presente. Y ya que recuerdo á Antofagasta, te suplico me hagas la gracia de decir en mi nombre al Dr. Burmeister, que por fin he encontrado una persona que me dé noticia de aquel famoso gato que se alimentaba de chinchillas, y cuya piel llevó á Europa el Dr. Manteggazza. Hacen mas de diez años que solicitó con empeño la adquisición de uno de estos raros animales pero desgraciadamente todas mis diligencias han sido infructuosas. Por fin, mi sobrino Felipe Leguizamon, que con frecuencia transita estas cordilleras, me ha ofrecido uno, el que tan luego lo reciba, tendré cuidado de enviárselo, con toda seguridad. Con esta correspondencia te remito otro cajón por conducto del mismo Sr. Machain y en él van los siguientes objetos : Una rodela de cobre de la época de los Incas, mas pequeña que la remitida anteriormente y la que tuvo la bondad de obsequiarme el Sr. D. Juan Sola. Tres hachas de pie- dra de las que usaban los primitivos indios y que debo á la amistosa atención del mismo Sr. Sola. Un pedazo del pié de un ídolo de barro cocido que encontró en Inca-huasi D. Belisario Sosa, quien tuvo la atención de ofre- cérmelo. Una piedra redonda de que se servían los indios, como los ingleses del Kanuckle duster. Una piedra que llamaré de berilo y que servia de molde para fundir adornos de metal ó para gravarlos en la tierra destinada á cocerse, y dos fósiles que encontraron en la Alemania ( Guachipas ) lo? Sres. Apaza, en un antiguo sepulcro de los indígenas y dentro de la olla de provisiones con que los indios enterraban sus muertos. Esta circunstancia hizo sin duda creer á los del hallazgo que esos fóciles fuesen los panes de maíz ó de algarrobo que ellos usaban. Otros piensan que sea la célebre Col- pa que era una pasta de tierra con que los indios reemplazaban el jabón ; pero lo cierto es que parecen verdaderos fósiles que personas competentes han clasificado pertenecer á un megaterio. Creo sin jactancia, que te remito una buena colección de objetos raros y curiosísimos ; mas Vdes. con mejor conocimiento respecto ala im- portancia científica que ellos puedan tener rae dirán si en esta aprecia- ción estoy ó no equivocado. La verdad es que á mí me ha parecido un tesoro, y aunque soy pro- 328 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA fano en esas ciencias, su simple vista no solo me han preocupado muy seriamente; sino que me ha traído un sin número de reflexiones que me voy á permitir esponérselas. Sabido es que los descubrimientos que se han realizado en estos últimos tiempos revelan no solamente la antigüedad de las razas que poblaron la América, pues ella se remonta á las épocas primitivas del mundo, sino también el grado de la civilización á que aquellos pueblos alcan- zaron. El progreso de los primitivos habitantes de nuestro continente debió indudablemente haberse extenguido pues que, el que los españoles encon- traron en los pueblos de Méjico y el Perú, no fué mas que un renaci- miento de la civilización pasada, que se hallaba también ya en deca- dencia. Tanto en los Estados Unidos como en Méjico, Centro América y el Perú, se han descubierto ciudades enteras que estaban sepultadas desde tiempo inmemorial ; pues hasta los mismos indios de la época de la con- quista ignoraban, que en su país hubiesen existido tales pueblos. Sin embargo, los hombres de ciencia de nuestros tiempos, creen ge- neralmente que los primitivos Americanos, nunca conocieron ni el cimento, ni la palanca, ni el uso de las demás máquinas, que son necesarias, y que hoy creemos indispensables para realizar trabajos de aquella clase. Con todo, y á pesar de su ignorancia en la materia, hoy está probado, que aquellos hombres levantaron hermosas ciudades admirablemente dis- puestas para la defensa; construyeron grandes puentes y acueductos y hasta fortificaciones, dispuestas de un modo científico ; pues hombres de nuestro siglo y bien entendidos por cierto, en el arte de la guerra, han alabado como muestra de la inteligencia de táctica la dispocision angu- losa de aquellas ciudades, algunas de las cuales presentaban muros hasta de 25 metros de espesor en su base. Del mismo modo se cree también, que hasta la venida de los españoles, no fué conocido en América, ni el hierro ni el acero, y que los indígenas daban consistencia al cobre para reemplazar estas materias por un proce- dimiento que hoy nos es desconocido. Quizá analizando las rodelas que les envío, se pueda descubrir aquel pro- cedimiento, y en tal caso habremos rendido á las ciencias según creo, un positivo servicio. No dejes, pues, de hacer analizar por persona competente tan preciosos objetos. Pasando ahora, á lo que llamaré bellas artes primitivas : h alfarería, por ejemplo, hoy ya se cree felizmente, por algunos historiadores, que este arte progresó tanto en América, como prosperó después en Grecia y en Italia. M. de Lamartine atribuye á Coraebus de Atenas, la invención de la alfa- rería y señala á Dibutades de Sicyore, como el primero que coció la tierra al fuego; pero los descubrimientos que han tenido lugar últimamente en CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 329 nuestro continente vienen no solo á rectificar esta opinión; sino á probar al mismo tiempo que en América, existieron alfareros antes que en Europa. En efecto, los hallazgos que se han hecho en estos últimos tiempos en los E. U. y principalmente en el Tennessee, de vasos, urnas, y figuras de hombres y mujeres de barro cocido delicadamente modeladas, unidos á los que narra el Capitán Napeau en la interesante carta que dirijió en 1842 á la Sociedad de anticuarios de Londres y los que por fin hizo el sabio naturalista alemán Uhde después de una larga permanencia en Méjico ma- nifiestan de un modo evidente la verdad de estos asertos. Uhde llevó á Europa una preciosa colección de vasos de barro que tenian una gran semejanza con los etruscos y ejipcios lo que prueba según él, las relaciones en que estaban los primitivos Americanos, no solo con las nacio- nes que habitaban en las orillas del Nilo sino también con los pueblos que vivían en las costas del mar Mediterráneo. Sí tal noticia llega á ser bien comprobada, causará por cierto en la his- toria y en las ciencias una verdadera revolución, pues entonces tendremos que la América en lugar de ser un nuevo mundo como generalmente la llaman, seria un mundo viejo, y quizá mas antiguo que la Europa tanto en población como en civilización y progreso. Y no nos debe admirar si se descubre al fin la verdad de este aserto; pues á no dudarlo, parece que la América está llamada á ilustrar muchas de las grandes cuestiones, que estableció el espíritu investigador del hom- bre;— con solo exhibir los tesoros inapreciables, que posee de un pasado que se remonta á las épocas primitivas. En efecto, la confusión ó vaguedad que trajéalos conocimientos hu- manos, el descubrimiento de un nuevo continente, que se encontró ha- bitado por hombres de un orijen que era entonces enteramente desco- nocido, motivó sin duda las diversas opiniones que llevaron á algunos hasta el estremo de dudar, no solamente de los altos destinos que el Crea- dor habia deparado á la especie humana, sino también á la procedencia divina, de su origen, allá, en las épocas todavía oscuras de la creación. Y decimos esto, con motivo de los que sostienen : «que todas las cosas visibles salieron de un germen único, el cual se fué desarrollando poco á poco ; que pasó del estado de materia bruta á la orgánica, y luego á la animal dividiéndose gradualmente en las diversas especies porque fué pasando, y elevándose á cada nueva catástrofe, que ocurría en el globo hasta llegar á la actual condición que el hombre tiene, en la cual le precedieron otras especies, al paso que otras inferiores, se aprestan tam- bién á alcanzarlo y á ocupar su lugar.» Y lo decimos igualmente, á propósito de las modernas doctrinas de La- mark y de Darwin, quienes pretenden hacer derivar á la especie humana, nada menos de la raza de los monos. Felizmente la opinión de los partidarios de tan célebre teoría, ha prin- 330 ANALES DS LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cipiado á reaccionar., en vista de los descubrimientos que se han realiza- do en estos últimos tiempos, en nuestro aun desconocido continente. Y cuando la verdad se descubra sobre esta cuestión, como tiene nece- sariamente que suceder, será no solo un triunfo para las ciencias, siiió también un gran consuelo para la especie humana, que al menos dejará restablecida de un modo racional, no solo la unidad de su especie, sino el oríjen divino de su procedencia. Entonces confesaremos cuanto se debe á Pownall, que tuvo el primero la feliz idea de fijarse en los cráneos para determinar el origen del hom- bre; como á Camper, á quien cupo la gloria en el siglo pasado de elevar á ciencia tan sublime pensamiento; y á Blumenbach, que perfeccionán- dolo y dividiendo en distintas razas á la especie humana, nos ha guiado á buscar nuestro origen y presentir nuestra unidad y nuestros destinos. Asi por ejemplo, el celebre Huraboldt, cuyas opiniones se corroboraron con el estudio que hizo del hombre encontrado en América, nos dice : « que cuanto mas se estudian las razas, dialectos, tradiciones y costumbres de los americanos, tanto mas motivo hay para creer que ellos proceden del Asia Oriental, y que Quetzalcoatl Boquica y Manco-Capac personajes ó Colonias, que civilizaron este nuevo mundo, procedieron del Oriente de Asia, y tuvieron comunicación con los Tibelinos, con los Tártaros, Sa- maneos, y con los Ainos barbudos de las islas de Yesso y de Sacalin. El mismo insigne viajero y naturalista asegura, que cuando se haya he- cho ün estudio mas profundo acerca de los moros de África, y de aque- llos enjambres de pueblos, que habitan en la parte interior y al Nordes- te de Asia: nombrados vagamente Tártaros ó Chinos, aparecerán las razas, caucásicas, mogola, americana, malaya y negras, menos aisladas y se echará de ver en esta gran familia del género humano, un solo tipo orgánico, modificado por circunstancias que acaso nunca nos será dado deter- minar. Esta opinión es la misma que tiene sobre tan interesante materia el sabio Dr. Burmeister, pues recuerdo que ahora mas de once años tuve el placer de escucharle casi una noche entera en el Hotel del Louvre, una interesante re- futación que hizo por indicacian mia, á los que sostienen que la especie humana se deriba de los monos. Son para mí articules de fé en esta materia, opiniones tan eminentes co- mo las de Humboldt y Burmeister; por lo' tanto, no debe estrañarse que les dé toda la importancia de que es capaz un espíritu verdaderamen conven- cido. Pero volviendo á nuestro asunto, y principalmente al rol que la América tiene que desempeñar en el gran escenario de los conocimientos humanos, será oportuno recordar aquí que de América partió también ahora poco la mejor interpretación que se ha hecho hasta hoy de las edas y de las runas germáticas. En efecto, el sabio islandés Finn Magnussen, que como es sabido leía CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 331 tas runas mas antiguas y oscuras, y sus discipulos que han continuado tan interesante tarea, nos harán conocer muy luego los jeroglíficos y caracteres pertenecientes á uno de los alfabetos primitivos que se encuentran esculpi- dos en las piedras de la famosa runde Taarii de Cristian IV^ y recien enton- ces tal vez podamos interpretar el verdadero pasado de las razas Escandina- vas, que vinieron de Asia á poblar la parte Septentrional de la Europa. Este será otro nuevo servicio, que le deberán á América las ciencias, y es realmente admirable recordar con tal motivo, cómo es que ella posee tan preciosas tradiciones. Cuando el pirata noruego Naddoc descubrió en el siglo VIII, la tierra privilegiada del Hecla, donde los manantiales calientes, hierven debajo del hielo y donde estalla el fuego bajo las nieves eternas ; despertó como era consiguiente gran interés y curiosidad entre sus contemporáneos, la relación maravillosa de semejantes descubrimientos. Poco tiempo después los nobles selendeses Ingulf y Hiorleif condujeron una verdadera colonia, que contaba con sacerdotes guerreros, mujeres trabajadoras etc. y marcharon á poblar la famosa isla, donde muy luego se esparcieron por la Groenlandia, el La- brador, Terra-Nova y costa oriental de la América del Norte, Rain, en su relación á la « Sociedad de Anticuaciones de Londres », cree que los Escandivanos avanzaron en sus descubrimientos hasta el Golfo de Méjico en los primeros años del siglo XI. Ahora bien, en tanto que el norsk la relijion y las tradiciones, de aque- llos pueblos, se alteraban en Europa al contacto de los Germanos y de las naciones del mediodía ; el dialecto sagrado, las famosas edas y runas, como las costumbres primitivas se conservaban intactas en América. Y he ahí como el alma oriental de los pueblos escandinavos, saldrá de las brumas del nuevo mundo, y como la Islandia con su antiguo norsk re- velará á las ciencias los arcanos, que sin ella serian hoy indescifrables, de las civilizaciones anteiúores mas remotas, de las razas que poblaron el septentrión de la Europa. Ante las serias, reflexiones que debe traer necesariamente la conside- ración de este punto importante de la historia habrá quizá que convenir con el profundo como desconsolador dicho de Gothe que para saber al- guna cosa seria preciso saberlas todas. Pero la gran mayoría de los hombres de nuestro siglo no se confor- man tan fácilmente, ni con la opinión, ni con los dichos de los sabios; antes por el contrario creen, que sin saber todas las cosas, bien se puede a] menos conocer la verdad de algunas; bajo esta convicción se lanzan con ardor pretendiendo escudriñar el insondable abismo que encierra el pa- sado de la humanidad, y mientras mas avanza en tan oscuro camino descubren otros nuevos y mas dilatados horizontes en ese espacio inmenso que se llama el infinito. Entonces no es de estrañar que la razón hu- mana divague ó revolotee, en contorno de un verdadero circulo vicioso ; 3Í?2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sin vislumbrar si quiera, ni la sombra de la anhelada verdad que ya creia alcanzar. Tal es lo que sucede indudablemenle con mucho de los conocimientos humanos. Pero dejando estas consideraciones filosóficas para otra correspon- dencia : me limitaré por ahora á condensar los distintos puntos históricos de que me he ocupado en esta, aunque muy lijeramente. Tenemos pues, para resolver las siguientes cuestiones : 1° Que la América es un continente tan antiguo como la Europa ; no obstante que la teoría de los alzamientos de Beaumont, dé menos edad á nuestros Andes, que á los Alpes Apeninos y Pirineos que tienen según las modernas observaciones, la misma edad que el Himalaya y demás monta- ñas del Asia. 2° Que la América fué poblada en la misma época, y quizá antes que la parte Occidental de la Europa; por la raza de aquellos hombres que partiendo del centro del Asia, en dirección á las montañas del Paropami- so, se extendieron luego hacia el Oriente y Septentrión; hasta llegará nues- tro continente donde se establecieron y levantaron ciudades, etc. etc. y lle- garon á un g'rado de civilización avanzada, la que debió haberse extinguido muchos años antes de la era cristiana. 3» Que habiendo existido comunicación entre los Americanos y los Fe- nicios, Cartagineses y Escandinavos, como con los Tártaros y Tibetinos, se- gún lo prueban las inscripciones y vestijios encontrados : no es de estrañar también que en América se encuentran hombres de todas las razas, como lo prueban los Yurag-Kari lo mismo que Huirá Ccocha y Mama Rimto á quien llamaron asi, porque era tan blanca como huevo. Del mismo mo- do no todos los Americanos íueron de la especie de los leyotrixos como generalmente se cree, hubieron también ellotrixos, á quienes los indios daban el nombre de chascosos. Y finalmente, que el cristianismo se predicó en América en los prime- ros años de su aparición, nada menos que por Santo Tomás, que fué uno de los doce Apóstoles. Considero estas cuestiones dignas de ser tratadas por las jóvenes é ilus- tradas intelijencias, con que cuenta el Instituto, y por lo tanto me permito el honor de dedicar especialmente á ellas, los datos que contiene esta correspondencia. Los he coleccionado, en mucho tiempo y con un trabajo y paciencia propios de una verdadera hormiga, y por lo mismo desea- rla que fuesen de alguna utilidad. Remito igualmente con los objetos indicados, copia de un interesante manuscrito de D. Feliberto de l\Iena que habia conservado la Sra. Da. Irene Rincón de Sola, quien tuvo la bondad de ofrecérmelo. El manus- crito se titula : c A'estigios y monumentos que tiene la Provincia de Salta de la antigüedad: tanto de las poblaciones de los Gentiles y minas que trabajaron, cuanto de las labores descubiertas por los Españoles conquis- CARTA SOBRE ANTIGUADES AMERICANAS 333 tadores y ciudades que fundaron, en el dia arruinadas» Esta memoria fué escrita en 1791 á petición del Mariscal!). Ramón Garcia Pizarro. ^ Va también un dibujo á lápiz que representa el estado actual de la casa donde fué jurado el rey de España D. Carlos III que ha sido tomado por la Sta. Matilde Ecbeverry, y del otro del edificio desde donde el General Valdez (el Barbarucho) mandó hacer fuego al General Güemez la noche funesta en que este insigne patriota recibió la herida que le originó la muerte. Pronto enviaré también un fac simile de la carta autógrafa que en 1° de Marzo de 17(57 dirijió el rey Carlos III á todos los Vireyes y Gober- nadores para la espulsion de los jesuítas de los dominios españoles. Y por último, remito dos monedas de plata cortada ó macuquina que me dio nuestro amigo Zorreguieta, para que se las envia á Vds. ellas son dignas de figurar en un museo por su originalidad. Ahora dos correos he tenido el gusto de recibir «La Revista Literaria» periódico que se publica en esa ciudad y en ella he leido con verdadero placer la interesante correspondencia que nuestro inteiigente amigo el Sr. Pelliza ha sostenido con el Dr. Alberdi á propósito de la biografía que publicó de aquel ilustrado argentino, en Octubre del año pasado. El Sr. Pelliza con su libro sobre Alberdi han vindicado á la genera- ción presente, del justo cargo que indudablemente le hablan de hacer las generaciones que nos sucedan, por haber relegado al olvido á aquel eminente argentino que prestó tan buenos y desinteresados servicios, en la época de nuestra organización política. Felicilalo, pues, en mi nombre muy sincera y cocdialmente. También he leido, la introducción con que favoreció mi carta escrita al Sr. Trélles, á propósito de nuestras cuestiones, con el Brasil, y aunque no merezco los honrados conceptos que me prodiga, se los agradezco sin embargo como una prueba de la amistad que se ha dignado dispensarme. En fin, he visto igualmente en el mismo periódico, el principio de tu ar- tículo sobre la memorable batalla de los « Pozos » el que has tenido la feliz idea de dedicar á nuestro amigo el Sr. Moreno y á la distinguida oficialidad del «Rosales» en su último viaje á los mares australes. Por mi parte, ¿que podré decirte? bien séj que no necesitas de estímu- lo para continuar ilustrando la historia de nuestro país, y por lo tanto me limito solamente á felicitarte con la sinceridad que solo inspira y compren- de una amistad que data desde la niñez. Recuerdo ahora, que les ofrecí alguna cosa sobre la Patagonia y el Chaco, pero habiendo ¡visto hace poco tiempo que el Nacional publica una impor- tante nota de nuestro ilustrado amigo el Dr. D. Vicente G. Quesada en la que da cuenta al Gobierno de esa Provincia de sus investigaciones en los archivos españoles y europeos, y de los antecedentes que ha recojido para ilustrar tan interesantes cuestiones, he creído que cualquier trabajo mío sobre el particular seria páíiáo y sobre todo incompleto al lado del que hará 334 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el Dr. Quefada, cuyo plan conozco, como tu sabes. Por esta razón he preferido otras investigaciones; aun que no sean de actualidad ni tan impor- tantes como aquella. Sin embargo me voy á permitir trascribir á continuación un documento que puede ser de utilidad en estos momentos, y que comprueba al mismo tiempo las opiniones que he sostenido en nuestras cuestiones de limites. Uds. recordarán que he sostenido por la prensa ahora mas de dos años que tanto la Patagonia como el Chaco pertenecian á la República Argen- tina, por haber estado comprendidos esos territorios en la jurisdicción de la antigua gobernación de Tucuman como lo manifiestan los muchos documentos, que di entonces á luz. Ahora bien, la memoria del mar- qués de Castel Fuerte, virey del Perú viene á comprobar aquellos asertos — y es por esto que copio literalmente la parte á que me refiero. Dice así : Relación del estado de los reinos del Perú, que hace el Exmo. Sr. B. José de Armendaris, Marques de Castel Fuerte, á síi sucesor el Marques de Villa García, en el año de 1736 Gobiernos de Provincia. Entre las Provincias que comprenden este vasto imperio es la mas am- plia la del Tucuman, de suerte que ella solo pudiera formar un gran reino y cuando todas las del Perú se estrechan hacia al Oriente, por los Montes que les sirven de inmensos muros que las separan de las rejiones orientales, esta se extiende en tan dilatados campos llamados vulgarmente Pampas que puede decirse que son pedazos de tierras que sa trafican en los carros que como bajeles las navegan. Sábese su principio que co- mienzan donde acaba el Perú en altura de cerca de 24 grados (1) in- mediato al trópico de Capricornio, y se ignora su término á la parte del Sud ; porque aunque la ponen generalmente los mapas geográficos en las provincias de los Juries y Querundies en altura de 36 grados, no hallán- dose esta bastantemente espiorada, aun puede dilatarse la del Tucuman, por el indefinido espacio dé las tierras que van hasta el estrecho Maga- llánico, pudiendo decir por esta parle como por la de nuestro austral océano ser este un dominio de todo un hemisferio, y un Imperio que no acaba ni aun allí donde se esconde. Tiene al Occidente la cordi- llera del reino de Chile, á cuyas faldas es el pueblo de Mendoza, la puer- ta por donde entra el tránsito que el estilo le permite. Al Oriente le sirve de linderos la montaña que la divide del Paraguay, de donde se extiende por inmensas llanuras hasta el rio de la Plata y Buenos Aires. Los rios principales que pudieran servir de caudalosas vias son los del ( 1 ) Al copiar e?tos guarismos parece que se ha confundido con la de 21 grados. CARTA SOBRE ANTIGÜEDADES AMERICANAS 335 Pilcomayo que corre desde Chuquisaca á la montaña, y el Bermejo que la penetra á mas altura etc. etc. Paraguay Yace esta y la jurisdicción que hoy tiene entre el trópico Austral y el apa- rato de 28 grados al Sur y se extiende á Oriente desde las riberas del Para- guay, que le dio el nombre ó desde la Ciudad de la Asunción; hasta ¡as montañas que la dividen del Brasil cerca de San Pablo Creo que este documento no necesita comentarios, para probar nuestros derechos á la Patagonia y al Gran Chaco, y por lo tanto me abstengo de entrar en nuevas consideraciones, sin embargo prometo volver sobre este punto si fuese aun necesario. Sin mas por ahora, queda como siempre, muy tuyo y afectísimo amigo. Juan Martin Leguizamon. NIQUELURANITA ó NUEVO MINERAL DE NÍQUEL Y URANO DEL CERRO DE FAMATINA Entre los varios objetos con que me obsequió mi amigo Don Vicente Alcalde Espejo, actual Director de la Escuela Agronómica de Tucuman, después de una de sus últimas espediciones científicas, habia un mine- ral de niquel proveniente del cerro de Faraatina, del que acompaño una muestra con la presente nota para que forme parte del Museo de la « Sociedad Científica Argentina. » Como por la sola condición de ser un mineral de niquel, era ya in- teresante conocer su composición ; y como, por otra parte, los mine- rales de este continente son muy poco conocidos en sus detalles, creí conveniente hacer un análisis prolijo del mineral aludido. La sustancia que predomina en él, es de color amarillo pálido bron- ceado, algo rojizo y de brillo metálico, sin forma cristalina definida. Esta sustancia se halla empotrada en una argamasa que se vé mas des- pejada en ciertos puntos que en otros, amorfa, de color blanco verdoso y de aspecto vitreo. El peso especifico del mineral es 7,027. Su dureza es entre 4 á 5, ó sea mayor que la del espalo flúor y menor que la de la apatita. El polvo es gris rojizo con algo de brillo metálico. Por el soplete sobre el carbón dá humos blancos de arsénico y funde, pruduciéndose un glóbulo opaco de color gris, no absorbible por el carbón. Esta materia comunica á la sal de fósforo un color verde es- meralda. Produce efervescencia por los áci:!os diluidos, es atacable solo par- cialmente por los concentrados ; pero se disgrega del todo por el agua regia. Su análisis cuantitativo acusa la siguiente composición : NIQUELURANITA 337 Níquel 40,9 Arsénico 33,4 Sesquióxido de urano , . 6,3 Protóxído de hierro 5,4 Carbonato de cal 8,9 Cuarzo 3,2 Azufre 0,9 Agua 0,4 Vestigios de cobre y pérdida 0^6 100,0 El procedimiento analítico que he seguido es el seguiente : El mineral porfirizado fué sometido en la estufa á 110 grados cent, para deducir la cantidad de agua. Después fué tratado por el agua regia y evaporada la mezcla hasta sequedad en baño de arena. El residuo tratado por unas gotas de ácido clorhídrico, se disolvió en agua dejando un residuo de sílice cuarzosa. Por el líquido filtrado hice pasar una corriente de gas sulfuroso, herví luego, hice pasar otra corriente de gas sulfhídrico con la que se pre- cipitó el arsénico al estado de trí-sulfuro. Este sulfuro lo traté por el ácido nítrico concentrado, evaporé hasta sequedad, agregué un esceso de ácido clorhídrico diluido, y luego, en caliente, pequeñas porciones de clorato potásico para transformar completamente el compuesto arsenical en ácido arsénico, el que fué dosado luego al estado de arseniato amó- nico-magnésico. El líquido separado por filtración del sulfuro de arsénico, después de hervido agregúele unas gotas *de ácido nítrico y lo sobresaturé con amoníaco. El precipitado oscuro verdoso, formado por los óxidos de urano y de hierro, se secó, calcinó y pesó. Mezclóse después con un poco de carbón en polvo y fué calcinado de nuevo bajo una corriente de gas hidrógeno seco con el objeto de reducir el óxido férrico al estado metálico. Practicada la reducción, se trató el residuo por agua ligeramente aci- dulada con ácido clorhídrico : el hierro se disolvió produciéndose un desprendimiento de gas hidrógeno y habiendo cesado este, el líquido filtrado se hizo hervir con unas gotas de ácido nítrico y luego se preci- pitó el hierro al estado de peróxido por medio del amoniaco. El peso de éste dedújose del de la mezcla de los óxidos de urano y de hierro. Pero como de este modo han sido dosados el urano al estado de óxido intermediario Ü^O', y el hierro al estado de Fe"0% es necesario hacer una corrección en el resultado obtenido para calcularlos al estado de U"0' y de FeO, que es sin duda como se encuentran en el mineral. 338 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Del líquido separado de las sustancias precedentes, se precipitó el ñique! al estado de sulfuro y fué después dosado en el de protóxido. Para dosar la cal, teniendo en cuenta que por el tratamiento del mineral con el agua régia^ el azufre debíase haber convertido en ácido sulfúrico, combinándose con éste parte de la cal ; tomé otra porción de mineral en polvo y lo traté directamente por el ácido clorhídrico diluido, hasta cesar la efervescencia. Del líquido resultante separé las materias precipitables por el amoníaco, y luego lo traté por el oxalato amónico para separar la cal. Sobre otra porción de sustancia tratada por el agua regia y disuelta después en agua destilada, se dedujo la cantidad de azufre, precipi- tándolo al estado de sulfato barítico. Como puede observarse del análisis transcrito, las proporciones del arsé- nico y del niquel son muy aproximadamente las necesarias para formar el compuesto Ni'As que es el que predomina en el mineral. El sesquióxi- do de urano es probable que se encuentre combinado con el óxido fer- roso, formando un uranato tribásico (FeO)' U-0' ; y si bien queda un so- brande de hierro para constituir dicho compuesto, debe hallarse com- binado con el azufre formando el compuesto FeS". Todas las materias oxidadas se hallan probablamente unidas entre si para formar la especie de argamasa en que se halla incrustado el ar- seniuro de niquel. Creo en vista de lo espuesto que el mineral que me ocupa, no puede menos de considerarse como una especie nueva, sea del género Niquel, sea del género Urano, ya porque no se ha dado á conocer, que yo sepa, la coexistencia de un compuesto uránico en' un mineral de niquel, ni tam- poco la combacion natural de sesquióxido de urano con el óxido fer- roso, formando un compuesto en proporciones definidas. Solo en la SamarsJdla analizada por M. Perctz (1) he visto á los óxidos uránico y ferroso próximamente en la misma relación que en el mineral que me ocupa, pero esto debe considerarse como un hecho casual, pues no puede suponerse que se encuentren combinados entre sí^ siendo el ácido nióbico el elemento que predomina en la Samarskita. Como los dos elementos resaltantes en la nueva especie que acabo de dar á conocer son el Niquel y el Urano, he creído racional darle el nombre de Niqueluranita. M. PUIGGARI. (1) Anales de Poggendorff, t. XLVIU, pág. 555. MISPÍGKEL DE LA PROVINCIA DE SAN LUIS Junto con el Hierro Oligisto de que he dado cuenta en ocasión ante- rior (1), recibí un mineral, del que acompaño muestra para el Museo de la « Sociedad Científica Argentina t>, de un color gris, de aspecto cristalino metálico, que dá chispas con el eslabón, y sobre cuya natura- leza poseia la persona remitente ideas muy equivocadas. Las indicaciones referentes á dicho mineral en la carta ácompañatoria espresan que ha sido estraido de una veta de una vara de ancho próxi- mamente situada en el Zapallar á treinta cuadras del pueblo de Quines, á diez del camino real, y con la ventaja de poder hacer un camino carretero hasta el pié de la mina. Hay agua, montes inmensos y todas las facilidades para una cómoda esplotacion etc. La composición química de dicho mineral es la siguiente : Sílice 67,10 Alúmina 2,92 Hierro 10,18 Arsénico 13,67 Azufre 6,13 100,00 Si prescindimos de la sílice y de la alúmina que existen como ganga del mineral, los otros elementos, hierro, arsénico y azufre, se encuen- tran precisamente en las proporciones teóricas para formar el compuesto Fe S--1-Fe As que es el que caracteriza al mispickel . El mineral en cuestión es pues mispickel con ganga cuarzosa. M. PüIGGARI. (1) Véanse estos Aúnales, entrega V, pág. 263. LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA {Conclusión) El contenido de la especulación filosófica es de una importancia esclu- sivamente psicológica. — Esta tesis no pueden negarla todos los que con- vienen en que el pensamiento que se piensa á si propio tiene un ver- dadero contenido. Como ahora se reconoce que este contenido no es cosa que pertenezca al mundo fuera del pensamiento, este contenido, si existe, debe perte- necer á la fisiología del mismo pensamiento, y aun los que quieran negar que el pensamiento que se piensa á sí propio tiene un verdadero con- tenido, creyendo que este contenido es solo aparente porque se ha introducido de un modo estraño á la esperiencia y los sentidos estemos, no pueden negar, sin embargo, á esta pretendida ilusión un interés psicológico. Este interés debe crecer si la historia de la filosofía y el análisis subjetivo prueban que este contenido furtivamente introducido según aquellos, no depende del acaso, pues su naturaleza y el ciclo de su desarrollo son determinados. Pero esa pequeña parte de la psicología que resulta de la observación subjetiva no es toda la psicología y no dá satisfacción bastante á nuestras necesidades científicas y prácticas. Si como es sabido la psicología ha venido á ser la base de todas las ciencias morales y estéticas, si en gran parte le pedimos la clase de los enigmas que nos presenta la historia, si es la médula espinal del organismo de la filología, si debe dominar en las nociones fundamentales de nuestra jurisprudencia y si esperamos encontrar en ella el compás que ha de guiarnos en muchas regiones desconocidas de la medicina mental, no es sin duda ese fragmento de psicología que resulta de la abstracción, ni aquella psicología llamada empírica que llenaba de anéc- dotas en el siglo pasado tantos tomos. No estimo tan escasamente la psicología de la abstracción como Augusto Córate, ni el estudio de la fenomenología y de la lógica de Hegel y de tantos otros trabajos, entre los cuales me complazco sobre todo en citar como fundamental la profundísima estática de las pasiones, contenida en el libro segundo de la Etica de Spinosa. Ellos nos muestran que su campo LA FÍSICA EN LA FILOSOFÍA 341 no es tan restringido ni tan estéril como muchos empíricos pretenden. Pero esta parte de la psicología es solo formal, según el mismo Hegel, y no puede servirnos aun para comprender las ciencias morales. Por esto se quiere otra psicología que se ocupe en examinar^ no una parte de los productos del espíritu, sino la naturaleza del proceso y de las leyes según las cuáles realiza sus operaciones. Se quiere una psicología que es á la lógica lo que el magesluoso edificio de la moderna teoría diná- mica del calor á la enumeración de los efectos subjetivos del llamado calórico con que muchos siglos pasados tuvieron que contentarse. Una psicología así, una ciencia del espíritu, no podemos darla, pero podemos acercarnos á ella mucho mas de lo que cree la orguUosa resig- naedon de muchos escéplicos. ¿\ cuál es el camino? El camino para llegar al conocimiento del espíritu pertenece al cono- cimiento de los fenómenos de la naturaleza; la psieologia no es otra cosa que un desarrollo ulterior de la física y la fisiología. — A este resul- tado llega ya la filosofía especulativa alemana, y en esto está de acuerdo no solo con los naturalistas filósofos, sino también con la filosofía fran- cesa del siglo pasado y con la escuela inglesa moderna, especialmente con Herber Spencer. La gran diferencia entre los naturalistas y los filósofos propiamente dichos, consistía en que los primeros consideraban como base de las ciencias morales un conocimiento empírico y es perimental de la natu- raleza, conocimiento que por fuerza será siempre imperfecto. La filosofía, despreciando las muletas del esperimentalismo, quería sustituirlo con la fí- sica especulativa, es decir, con otro método, para abrazar con un golpe de vista toda la naturaleza inorgánica y orgánica. Si hoy ha demostrado el desarrollo de esta filosofía que no existe esa fí- sica especulativa, subsisten, sin embargo, como verdades todas por las que ha creído la filosofía que debia considerar las ciencias naturales como base de la psicología y de las ciencias morales. Con objeto de conservarse fiel á sí misma, la filosofía del porvenir debe proclamar y ha proclamado ya como base é indispensable preparación suyos, un exacto conocimiento de la natura- leza y especialmente de la humana, adquirida por el único camino que nos queda abierto, por la vía empírica y esperimental. Es este un ma- trimonio de la física y la filosofía trascendental que ha llevado la conciliación á la antigua lucha. La hija que ha nacido de este matrimonio es la filosofía antropológica. Pero si la ciencia natural se ha hecho sierva de la filosofía, no es, hablando el lenguage de Kant, la sierva que la sigue recogiendo sus obras, sino aquella que la precede con una antorcha en la mano. Los tratados de filosofía en Ingla- terra y Alemania no empiezan ya con la teoría lógica del conocimiento sino con los esperimentosde los físicos y los fisiólogos. De esta suerte se llega á la tentativa de sujetar, en calidad de hipótesis por ahora, la vida del espíritu á la gran ley de la conservación de la energía, se establece la filiación de la moral y la estética con las fuerzas físicas, no de otro modo que antes se trata- 342 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ba de derivar con ingeniosas hipótesis el magnetismo de la electri- cidad, el calor déla luz. La física ha sido tan afortunada en estas filiaciones, que ja no pueden llamarse hipótesis estas derivaciones, puestas en ridículo al principio por el escepticismo crítico, según el cual debía estudiarse sola- mente en su modo específico todo ramo del saber, y este buen éxito ha he- cho crecer en los últimos tiempos la audacia de la psicología. Y creo tam- bién que la fortuna no ha prestado escasa ayuda á esa audacia, aunque no tanta como á la física. Porque si bien la derivación de la acústica y la óptica de las leyes mecánicas ha logrado alcanzar un grado que parecía fabuloso al comenzar este siglo, no es mas difícil mostrar á un ciego todas las leyes de la óptica, hasta las mas especíales particularidades, ni hacer que entienda un sordo todos los fenómenos de la acústica, que hacer comprensible para los que no quieren ó no pueden pensar, la psicología fisiológica. Estamos toda- vía lejos del ideal que Fíchte se propuso, es decir, de obligar á las masas á comprender la filosofía. La idea de acercarse á la concepción del espíritu finito mirándola como un desarrollo cuantitativo y cualitativo de los fenómenos naturales, predomina en la literatura moderna y ha tenido una gran influencia sobre las ciencias, pero esta idea no ha obtenido aún el asentimiento general. Dejemos á una parte aquellos que se hicieron sus adversarios, no por con- vicción científica, sino por miedo alas consecuencias de ese modo de ver las cosas, por temor de que nos condujera necesariamente al materialismo. Es verdad que esta doctrina conduce á lo que ha llamado Haeckel monismo, esto es, á reconocer que las leyes de la naturaleza y del espíritu finito son en el fondo las mismas en diversas complicaciones. PerO una consideración cien- tífica de la naturaleza, que no puede ser otra cosa que la espresion de una suprema razón inmanente en el mismo mecanismo, razón de la cual son for- mas las ideas y cuyo hecho es la voluntad^ una consideración así no puede conducir, en modo alguno, á un verdadero materialismo de que se aleja to- da la física moderna. Pero hay otros adversarios mas serios de la idea evolucionista del espíritu, adversarios que debemos tener en cuenta así por su número como por el tra- bajo intelectual que representan. Estos no pueden reconocer todavía la idea especulativa y monistica de que por el estudio cada vez mas perfecto de la naturaleza se deba llegar necesariamente al conocimiento del espíritu. Pode- mos dividir estos adversarios en escépticos, según los cuales es incierto el ca- mino para la naturaleza y podria tal vez no conducirnos al fin ó no alcanzarlo todo, y en dualistas, según los cuales la esencia del proceso intelectual es diferente del proceso físico, por cuya razón no se puede llegar por el camino de las ciencias de observación á tener una idea del proceso psicológico. No podemos ni queremos ahora intentar una polémica que decidiera entre los tres grupos y los conciiiara. Basta al propósito que nos hemos impuesto probar que esta gran divergen- LA FISfCA EN LA FILOSOFÍA 343 cia de las opiniones teóricas, carece de influencia para decidir la cuestión práctica y urgente |del método. Empezeraos por los dualistas. Para ellos el espíritu está fuera de la natu- raleza que habla á nuestros sentidos. Pero como hemos visto que ellos mis- mos ó al menos los mas avanzados convienen en que el método aprioristico no conduce al conocimiento de las verdades objetivas, se debe suponer que están porque se abandone enteramente á la observación subjetiva el estudio psicológico. Esta observación subjetiva contiene una gran cantidad ó va- riedad de sensaciones y si se quiere de modificaciones del yo. El monismo^ para el cual una clasificación tiene á lo sumo una importan- cia secundaria, puede considerar, á reserva de un conocimiento mas perfec- to, como psicológicos, todas estas sensaciones. No le sucede esto al dualismo. Quiere y debe distinguir entre la doble naturaleza que se supone en esas sen- saciones. Escluye los que son sencillamente una consecuencia de las leyes físicas y compone con las restantes un fragmento de psicología. Como las sen- saciones no nos dicen nada de su origen y el análisis subjetivo no ha podido llegar á una conclusión generalmente aceptada acerca de qué sensaciones son enteramente producidas y cuáles solo provocadas como innatas que son por el mundo esterior, el dualista moderno debe desesperar de conocer directa- mente loque pertenece á la Psyche. Solo le resta tratar en los límites de lo posible de averiguarqué sensaciones y modificaciones pueden esplicarse em- pírica y físicamente y escluirlo del residuo que debe constituir el material de su futura psicología. Se comprende que para hacer concienzudamente esta esclusion debe co- nocer las leyes físicas y tener en cuenta todos los nuevos descubrimientos físi- cos y fisiológicos. De suerte, que aún para él el estado de sus conocimientos físicos determina el estado y uso que puede hacer de su psicología; también para él será el estudio de la naturaleza el primer paso, el fundamento para el conocimiento del mundo moral. El escéptico se encuentra esencialmente en las mismas condiciones. Para saber hasta donde puede llegar por el incierto camino de la física, debe hacer en persona este reconocimiento si no quiere renunciar á todo juicio propio sobre las cuestiones fundamentales de la filosofía. Porque la crítica nos ha demostrado que cualquier otro camino, ora parezca mas corto ó mas largo, es en el fondo mucho mas estraviado ó imposible. De suerte que todos debemos convenir, aunque contrariemos las pro- pias inclinaciones, en que hoy la propedéutica general de las ciencias morales está en las ciencias físicas y en la antropología. He insistido mucho en el consensus omnium. No creo yo que este dé testimonio de una verdad absoluta ; pero entiendo que es señal in- falible de una verdad relativa que espresa una necesidad temporal y que puede hacer que un error se apropie á las condiciones de la época. Este consentimiento de los partidos, que parten de una base completa- mente distinta, nos dice que en un porvenir próximo, que en ciertos 344 ANALES DE LA SUCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA países es ya el presente, todas las ciencias no aplicadas, es decir, las que indagan verdades y no solamente preceptos técnicos, estarán basadas en nuestro conocimiento de la naturaleza y determinadas por este. Hoy busca ya todo grupo de nociones un lazo-^ físico-antropológico. No se considera ya como ciencia un grupo de nociones, sino á medida que alcanza una cópula así, llamada á ser la base y la norma del juicio. Tenemos en Florencia, en el Instituto, una escuela de ciencias histó- ricas y filológicas, que en poco tiempo ha conquistado una influencia que habia buscado en vano mucho tiempo : tenemos además una sec- ción de ciencias físicas y de historia natural. Me parece que se sigue de lo que he tratado de esponer que se debe apretar mas el lazo que existe entre ambas escuelas, y que para las ciencias morales é históricas la ciencia natural no debe ser tan solo un complemento útil, cosa que no ha menester demostración, sino una condición indispensable de su progreso. Esta verdad se hace sentir ya en toda la literatura, y el dis- cípulo de una ciencia histórica ó filosófica que careciese hoy de cono- cimientos físicos, quedaría privado de tomar parte activa en el progreso y estaría paralizado cuando se tratase de seguir ese progreso y de in- tervenir en él con juicio propio. Si un discípulo de tales condiciones sintiera la necesidad de contribuir con su actividad propia al edificio de la ciencia, tendría que limitarse á las pequeñas cuestiones de hechos particulares, lejos de poder ocuparse en las grandes cuestiones funda- mentales. Seria incapaz de juzgar los trabajos que los dilucidan sobre nuevas bases cientifieas. La creación de la cátedra de antropología no corresponde plenamente todavía á la necesidad de enseñanza física que se esperiraenta en la escuela de filosofía. La antropología didáctica (cattedraltica) que toma en cuenta las propiedades y diferencias físicas y morales del género humano, necesita completarse, ó mas bien, prepararse con otra enseñanza que muestra lo que tienen los hombres de común entre sí y con las otras partes de la naturaleza orgánica é inorgánica y cuáles son las leyes físicas y las trasformaciones morfológicas que concurren para hacer po- sibles las propiedades biológicas del hombre. De otra suerte, la antro- pología no podría suministrar al alumno toda la base psicológica y de ciencias físicas que pide la ciencia moderna. Y vosotros sabéis que esta base debe ser muy amplia. La historia se ha hecho hoy una ciencia que toma en cuenta, mas bien que los actos, la necesidad interna de su desarrollo, que debe servir para construir sagun el método de las ciencias de observación un nuevo ramo de la psicología, la psicología de los pueblos, para utilizarla después en la jus- tificación de sus propias deducciones, que de otra parte se derivan también de nuestro conocimiento de la influencia de los agentes físicos en el hombre. Las otras ciencias que se enseñan en nuestro Instituto esperiraentan con mayor intensidad aun que la historia propiamente dicha LA física KN la FILOSOFÍA 345 la directa influencia de las ciencias naturales. La historia de la mitología y de la religión no participa solo, como la historia política, de la base psicológica, sino que está determinada de tal suerte por la geografía ísica y la historia, del desarrollo de las ciencias naturales y la etno- grafía física, que no faltan científicos que declaran con mucho sentido que la historia de la mitología tiene que enumerarse entre las ciencias naturales. Lo mismo, y en mas alto grado aun, sucede con la filología. Los que han seguido, aun que de lejos, los últimos estudios, ven cla- ramente que nos encontramos en medio del campo de las ciencias na- turales, y los que se encontraban en un principio menos dispuestos á hacer esta concesión, han tenido al cabo que confesar que la filología, es, en su mas importante parte, una ciencia física. Y lo es en efecto, no solo como las ciencias que llamamos mor'ales por su base psicoló- gica, sino también por la ingerencia inmediata de la fisiología en la es- plicacion de los sonidos y de las letras y de sus transformaciones. Esta ingerencia directa de la fisiología y de la historia natural crecerá estra- ordinariamente si se realizan los grandes esfuerzos de León Reinisch para probar que, al menos para todo el antiguo continente, la lengua origi- naria fué una é idéntica. El mismo Reinisch en el tomo primero y único hasta ahora de su obra, hace observar que sus investigaciones marchan paralelamente con los espléndidos resultados á que han sabido llegar últimamente las ciencias naturales. De suerte que para completar las pruebas que cree haber dado en el campo de la lingüística, la filo- logía debe entrar en las ciencias naturales y estos en la filología. Los trabajos filológicos de Steinthal y de Lorenzo Geiger deben su impor- tancia y originalidad, que nadie niega, á la base física, y Geiger con su punto de vista teórico, que ha producido tanta sensación en Alemania, discurre evi- dentemente sobre la base del darwinismo. ¿Cómo puede pretenderse que nuestros estudiantes puedan, no ya completar, sino juzgar siquiera de un modo independiente tantos trabajos nuevos, si se les niegan los elementos de la física ? He citado el darwinismo. Hé aquí otro germen arrojado por las ciencias naturales en el seno de todas las cuestiones filosóficas é históricas. Es este un poderoso instrumento, cuya aplicación se hace tanto mas fácil, cuanto con menos claridad se ve en qué puntos su base necesita la confirmación 'de la critica. Esta crítica no se ha hecho aún. Darwin ha sido condenado, pero no se le ha juzgado todavía, y sus numerosos adversarios, en los escritos que conozco, no han podido hacerle aún una sola objeción seria, ni probar cientí- ficamente una sola inconsecuencia ó contradicción en su sistema. Solo De Meis me parece que con una palabra ha señalado un punto débil de su doc- trina. Yo abrigo la convicción de que no sucederá siempre lo mismo. El darwinismo, en su forma actual, no será la última espresion de la morfolo- gía, aunque Darwin conserve siempre el mérito innegable de haber introdu- cido en la conciencia pública la idea de transformismo, de la lucha por la 25 346 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA existencia y de la selección natural. ¡La discusión vendrál Pero no podrán hacer ni entender la crítica los que no estén iniciados ya en la ciencia del or- ganismo. Los demás serán necesariamente dogmáticos en tan importantes cuestiones y adoptarán la opinión de los manuales ó de los tratados popula- res, sin ser capaces de someterla á examen yjuicio propio, ó elejirán la sen- tencia mas conforme con sus opiniones preconcebidas. Tenemos, pues, el deber de impedir que nuestra juventud estudiosa, edu- cada con seria crítica y avezada á ella en todo lo que se concierne al grandio- so edificio de la ciencia, no se haga dogmática respecto de las nociones fun- damentales. He indicado ya en mi discurso que el medio de conseguir este objeto es apretar mas el lazo que existe entre la sección de filosofía y la de ciencias na- turales. Tenia yo la intención de entrar en algunas particularidades para in- dicar el modo de que se aproximen estas dos secciones. Pero como estas consideraciones mias podrían y deberian ocasionar una discusión, creo conve- niente hacerlas en mas íntima convicción, si las máximas que he tenido el honor de desenvolver hoy fuesen aprobadas por nuestro Consejo directivo. He hablado solamente dedos secciones de nuestro Instituto, sin compren- der también la de medicina, porque esta sección se ha reservado una organi- zación especial. Estoy convencido de que debe acabar, y acabará por formar una facultad completa. Solo de este modo podrá entrar en orgánica conexión con las otras secciones, porque la disciplina que falta actualmente en esta sección, forma precisamente el nexo del estudio de la medicina y el de la filosofía y las ciencias naturales. El estudio délas ciencias físicas, reconocido tiempo há como base de la medicina científica, formará entonces el tronco co- mún que ha de constituir la unidad de nuestro Instituto, mientras sus ra- mas podrán estenderse en todas direcciones. Mauricio Schiff. NOVEDADES CIENTÍFICAS QUÍMICA Bíitevo reactivo «le la morfina, por EL PROFESOR F. SELMI. (1). — Es un hecho conocido por los toxieólogos, que han palpado las difi- cultades de caracterización de los alcaloides extraídos de las visceras (dificultades que no se rejistran en los Tratados) como sea de difícil determinación la morfina siempre que no se halle completamente privada de las materias estrañas que adhieren á ella con una obstinación digna de notarse. La purificación no siempre, ó mejor dicho, raras veces se con- sigue; principalmente cuando las visceras no se hallan en estado fresco, cuando han sido guardadas en alcohol algún tiempo, y si en el estómago existían cuerpos que por trasformaciones especíales hacen imposible la separación completa. Cuando la morfina ha sido separada, por cualquiera de los procederes conocidos, y está acompañada de dichas impurezas no produce ya la reac- ción por el ácido nítrico (excepto el caso de hallarse en cantidad notable) hasta obtener la coloración naranjada : no dá la coloración azul con el percloruro de fierro aunque sea neutro, diluido y usado con las precauciones debidas ; reduce el ácido íódico, pero no es reacción que merezca fé, pues las materias estractívas de las visceras, solubles en el alcohol amílico produ- cen igual reducción ; algunas veces menos que la morfina, pero otras mas, sobretodo cuando las visceras han sido conservadas en el alcohol. Tratando de buscar algún reactivo mas seguro para dicho alcaloide, observé que el ácido iodhídrico iodurado forma con la morfina una sus- tancia cristalina bien definida y característica, de tal manera que conse- guida su obtención basta para afirmar la presencia de la morfina. Pero para obtener dichos cristales es necesario que se separen las sustancias extractivas y delicuescentes ; lo que se consigue con mucho trabajo. El ácido iodhídrico iodurado es un reactivo precioso para revelar fracciones de miligramo de morfina. (1) Gazíetta Chiraica Italiana, 1875, tom. V, pág.' 396. 348 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El otro reactivo de que me ocupo especialmente en esta nota, puede ser de mucha utilidad para buscar la morfina: y parece preferible á los conocidos : es el acetato de bióxido de plomo; se toma ácido acético crista- lizable, se ajita por 15 minutos con minio en polvo muy fino, se filtran y se deposita una gota en un vidrio colocado sobre papel blanco; echando varias gotas de la solucio^i de acetato de morfina y haciéndola secar á un calor suave, aparece en el primer momento un tinte amarillento que aumenta por grados á medida que se evapora el ácido acético, colorándose después en amarillo vivo, naranjado, y luego amarillo oscuro. Pero siguiendo la evaporación espontánea al amarillo se sustituirá un color violeta que por último tomará una coloración borra de vino que no cambia ni desa- parece con el tiempo, saluble en el agua y el alcohol común. Cuando la morfina se halla en regular cantidad se obtiene inmedia- tamente el color naranjado y de este pasa á violeta. Es menester hacer notar que se necesitan algunas precauciones para el éxito de la reacción, si hubiesen solo rastros de alcaloide y se virtiere una gota abundante de acetato de bióxido de plomo, no se obtendría reacción coloreada, porque la morfina demasiado oxidada se convierte al parecer en un com- puesto incoloro. De lo que se deduce que un esceso de reactivo hace desaparecer las coloraciones características. Por consiguiente el toxicólogo empezará á usar una gotita del tamaño de una lenteja y aun menos y la pondrá en presencia del líquido que contiene el alcaloide hasta obtener la coloración. La materia seca y de color borra de vino tratada por el ácido sul- fúrico concentrado pasa al naranjado. Los demás alcaloides del opio no dan estas reacciones con el acetato de bióxido de plomo, y si una coloración amarillenta que aparece con el tiempo, que no aumenta ni cambia y depende de un depósito de minio, como se observa haciendo evaporar una gota de reactivo solo. Hago notar por fin que agregando una pequeñísima cantidad de acetato de morfina al extracto amílico del cerebro y haciendo las reacciones para caracterizar la morfina por medio del acetato de bióxido de plomo obtuve coloraciones tan marcadas como las obtenia con la morfina pura. Com- parando el reactivo con el extracto puro de cerebro no obtuve sino co- loraciones lijeramente amarillentas, aun menos cargadas que la mancha que deja aquel por su evaporación; y esto debido á una reducción del bióxido de plomo, que no deposita minio sino en levísimas proporciones. Por consiguiente debe preferirse el acetato de plomo al ácido nítrico, al percloruro de fierro y al ácido iódico, el primero de los cuales colora en amarillo el extracto amílico del cerebro, mientras que los otros es- perimentan una reducción como en el caso de existir morfina aunque no la haya, reacción que también se produce muchas veces con los ex- tractos de otras visceras. NOVEDADES CIENTÍFICAS 349 Sobre el iodosmliato de quinoi.lina considepado eoino un feaetivo escelente y coneo agente de dosage de la quinina, POR M. J. E. DE Vrij (1). — Hace ya mucho tiempo que M. de Vrij ha tratado de separar la quinina de una mezcla de alcaloides de las qui- nas al estado de iodosulfato de quinina (herapathita); pero le era difí- cil llegar á limitar exactamente el volumen de la solución alcohólica de iodo y el menor esceso de este aumentaba la solubilidad del compuesto. La sustitución al líquido iodado de una solución alcohólica de iodosulfato de cinconina, mucho mas soluble que el iodosulfato de quinina, da en efecto un precipitado de herapathita en las sales de quinina; pero para obtener la pre- cipitación completa de esta, era necesario un volumen enorme de solución. Pero nuevas esperiencias han conducido á M. de Vrij á emplear con éxito completo el iodosulfato de quinoidina (impropiamente llamada quinina amorfa j. Para preparar el reactivo el autor disuelve 2 partes de sulfato de quinoidina en 8 partes de agua con 5 por ciento de ácido sulfúrico. En esta solución transparente vierte lentamente una solución de una parle de iodo, 2 partes de ioduro de potasio y 100 de agua, agitando continuamente la mezcla. Este liquido iodado dá un precipitado anaran- jado y en forma de copos de iodosulfato de quinoidina, que adquiere espontáneamente ó bajo la influencia de una débil elevación de tem- peratura el aspecto de una resina blanda de color rojo pardo ; el líquido que sobrenada á este pricipitado es liquido y de color amarillo : se decanta y se lava el precipitado con agua destilada caliente. Luego se calienta el citado producto resinóide al baño maría de agua hirviendo, hasta perfecta desecación: se deja enfriar y queda seco y friable. Se ca- lienta entonces una parte de ese residuo con 6 de alcohol á 92 ó 94 por ciento, al bnño maría de modo que este quede saturado. Durante el enfriamiento la solución alcohólica deposita el exceso de materias disueltas. El líquido límpido pero muy coloreado se evapora al baño maría y el residuo se disuelve en 5 partes de alcohol frió : se filtra la nueva solución para separar de ella una pequeña parte de materia insoluble, y el nuevo líquido constituye el reactivo de M. Vrij para la determinación y dosaje de la quinina cristalizable. Para fijar la proporción de quinina de una mezcla de alcaloides se- parados de una corteza de quina, es necesario disolver una parte de ellos en 20 de alcohol á 90 ó 92 por ciento al que se le haya agre- gado t,6 por ciento de ácido sulfúrico, de modo que se obtenga una solución alcohólica de dichos alcaloides convertidos en sulfatos. (Mayor proporción de ácido aumentaría la solubilidad de la herapathita). De esta solución se separa la quinina vertiendo con precaución, la solución antes (1) Pharmaceutical Journal, II déc. 1875. 350 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA descrita de iodosulfato de quinoidina, mientras se forme precipitado de herapathita de color rojo pardo. Cuando esto ha tenido lugar de un modo completo, y si hay un ligero esceso de reactivo, el líquido que sobrenada toma un color amarillo intenso. Se cubre entonces el vaso que contiene el líquido y el precipitado, se calienta al baño maría hasta que empieza á hervir, y luego se deja enfriar : se pesa el vaso para saber la cantidad de líquido que contiene y deducir de ella la de herapathita que encierra, porque este compuesto no es absolutamente insoluble en alcohol (1 ). Para conocer la cantidad de alcohol empleado en la solución del al- caloide y la que ha sido añadida con el reactivo, se receje la herapa- thita en un pequeño filtro que se lava con solución alcohólica de hera- pathita. Se anota entonces al peso del embudo y el del filtro húmedo, se deseca después este en el mismo embudo para tener la proporción de líquido alcohólico saturado de herapathita retenida por el precipitado, de modo que pueda deducirse este peso de herapathita del del filtro y agre- garse la cantidad que ha quedado en disolución en el líquido precipi- tante. Es necesario tener en cuenta la temperatura del laboratorio durante la esperiencia. El iodosulfalto de quinina separado del filtro se pesa bien seco entre dos vidrios de reloj para evitar cualquier cambio de peso por efecto de la humedad atmosférica. La fórmula comprobada del iodosulfato de quinina (Hauer) 2 C'° H-'* Az=0', 3 (HO, S0')3I, in- dica que una parte de herapathita desecada á 100''C' representa 0,5509 por ciento de quinina anhidra, ó 0,7345 por ciento de sulfato de qui- nina del comercio. Los ensayos de M. de Vrij sobre la aplicación de este método para el dosaje de la quinina pura, del hidrato de quinina y del bitartrato de quinina le han dado resultados muy satisfactorios. El iodosulfato de quinoidina tiene la mayor semejanza y una perfecta analogía de composición con el iodosulfato de quinina. Los iodosulfátos de cinconina y de cinconidina la poseen muy distinta. Hcrapath había ya indicado la escasa solubilidad del iodosulfato de quinina. (1) Saturado á 24", 5C, el alcoliol á 92 por ciento, deja por evaporación O gr. 133 de lierapatliita. FIN DEL TOMO I índice general M m MATERIAS COIPRESDIDAS ÍN íl TOMO PEIB80 Páginas Antecedentes sobre el origen y fundación de la Sociedad I Programa del concurso de 1876 , 14 Apuntes sobre la acción del carbón en las aguas potables, por M. Puiggarl 17 Telegrafía óptica, por l,. IB. Ti-aut (con lámina) 23 Apuntes sobre la composición química de un salitre de la provincia de Santiago del Estero, por ¡Pedro X. Arata 26 Informe elevado al gobierno de la provincia sobre la planteacion de una fábrica de azúcar , 31 Observaciones sobre la composición de un mineral de hierro hallado en la provincia de Catamarca, por Juan J. J. K.ylc 34- Conferencia sobre los fósiles y su origen é importancia para la ciencia, por el IBr. I,. Brackobiisch 36 Acción de la bilis y de algunos componentes de ella sobre las peptonas, P. N. A 55 Actas de la Sociedad Cientíñca Argentina, sesiones de 1873 y de 1874 57 Carta sobre la exploración de la Patagonia, por Juan Slartira liegraizamon 65 Clima de la República Argentina, por Juara Blalet Massé 77 Una escursion orillando el Rio de la Matanza, por 'Waltor F. Reid, F. v. Mo- reno y Estanislao S. Keballos 89 Novedades científicas : Química : El nuevo metal Galio, por M. Lecoq de Boistaudran. — Química legal : Reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados, por M. C. Husson. Las reacciones de la Hemoglobina y de sus derivados. — Historia natural : Noticias de Patagonia. Esploracion en la América del Sud. — Esploracion en África. — Cons- trucciones : Revista de Ferro-Carriles 94 Miscelánea 108 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 113 Segunda esposicion anual de la Sociedad Científica Argentina 124 Memoria sobre el puerto y dique de San Fernando, por IíMís a. Huergo (con lá- mina) 1 26 Datos relativos á perforaciones practicadas en el lecho del Plata, por M. Pulggari. 137 Visita á la fundición nacional de tipos, por Estanislao S. Keballos.. 144, 205 y 280 Los Concursos, por Enrique Aiierg 158 Las relaciones entre el titano y el hierro, porR. Akerman (Traducido por Juan J. J. Kyle). 162 Novedades científicas : Historia natural : Los caballos fósiles de la Pampa argentina, por el Dr. Germán Burmeister. — Alteraciones de las ágatas y de los silex. — Museo Nacional de Río Janeiro. — Gas natural . . . . , 166 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 169 352 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Páginas Personal de Socios de la Sociedad Científica Argentina 1 80 Viage á la Patagonia setentrional, por Francisco F . Moi-cno 182 Visita alas fábricas de vidrios, por M. Puiggari ■ 198 Obras públicas : El Puerto de Buenos Aires, por Ignacio Firinat 219 y 213 La Sociedad Cientifica y sus Anales (de la Reforma de Salta) 229 Novedades Cientificas : El calor interno de la tierra. — Bibliografia : Trabajos de la Academia de Ciencias exactas de Córdoba. — Las Torres del Silencio. — Obras do- nadas y compradas para la Biblioteca de la Sociedad Científica Argentina 23 5 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 241 Segunda sesión del Congreso Internacional de Americanistas, en Luxemburgo en 1817. 252 Corte geológico del túnel de toma de las nuevas obras de aguas corrientes (con lámina), ' por V. líalbin y Jí. Mcdici 261 Hierro oligisto de la provincia de San Luis, por M. Pniggari 263 Viage al Pucará, por Juan M. I.egiuSzaiinon 266 La Física en la filosofía, por Mam-icio ScSiilI 288 y 340 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 297 Notas geológicas sobre una escursion á las cercanías de Lujan, por Elstanislao S. Bpfoalllos y ft'aitci- SF. Rcid (con láminas ) 313 Carta sobre antigüedades americanas, por .S«ian M. Bjeguizanion 320 Niqueluranita ó nuevo mineral de Níquel y Urano del Cerro deFamatína, por 3M. ¡Praiggarí 339 Novedades Científicas : Nuevo reactivo de la Morfina, por el professor F. Selmi. — So- bre el iodosulfato de quinoidina, considerado como un reactivo excelente y como agente de dosage de la quinina, por M. J. E. de Vrig '. 347 COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presiclento 1° D. Guillermo White. » 2° D. Emilio Rosetti. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D'' D. Carlos Salas. D. Ángel Silva. D. Luis A. Huerco. Vocales \ D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. D. Walter F. Reíd. Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Garenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. —,D. Luis A. HUERGO. Comisión encargada de estudiar las dimensiones de los ladrillos empleados en el municipio. D. Ernesto Bunge. — D. Walter F. Reíd. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huerco. — D. Octavio Pico. D. Ángel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aoberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huerco. — Garlos Olivera Director del üluseo Walter F. Reíd. AVISOS DE LOS SOCIOS Toda persona que desee formar parte de esta Sociedad en calidad de Socio ActivOj lo solicitará por escrito á la Junta Directiva, debiendo dicha solicitud llenar los requisitos siguientes : — 1° Indicar sus conocimientos científicos ó profesión y su domicilio ; 2° Manifestar que está enterado de las Bases y del Reglamento que rigen á esta Sociedad y que se conforma con ellas; 3° Ser apoyado en su pedido por tres socios activos. — La solicitud presentada en esta forma será espuesta en el salón de la Sociedad por el término de quince dias, á fin de que cada socio pueda hacer á la Junta Directiva las observaciones que creyese oportunas, y en seguida esta resolverá sobre la admisibilidad ó rechazo. {Art. 10 del Reglamento.) A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, po"- j lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (güitos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : «1» Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1° y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ANALES DE LA OCIEDAD científica ARGENTINA COMISIÓN REDACTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D"" D. Estanislao S. Zeballos. ( D. Guillermo Villanueva. Vocales \ D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. JULIO DE 1876. — ENTREGA I. — TOMO II PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ 92, Y Eíi LAS PRICIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 35 § m/c » fu-ora do la Ciudad.... 30 » La. suscr-icion. se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CON!, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 d 87 6 ÍNDICE DE LA PRESENTE ENTREGA I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. II. — OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS HECHAS EN BAHÍA BLANCA, por Felipe Caroiiti. ni. — MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO, por lüiis A. Huergo. IV. — OBSERVATORIO NACIONAL, por Pertro Pico. V , — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Química: Preparación del ácido fosfórico, porM. M.^rkce.— Damiana. ANALES ANALES ) científica ARGENTINA COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. í D. Guillermo Villanueva. Vocales \ D. Pedro N. Arata. f D. Juan J. J. Kyle. TOMO II Segundo semestr-e 1876 BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 187 6 ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIOxNES DE 1876 28^ Sesión del 1» de Febrero de 1876. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. White. Zeballos. Salas. Brian. Balbin. Silva. Burgos. Médici. Mané. Leslie. Cagnoní J. Ramorino . Cagnoni J. J Reid. Amoretti. Dillon Justo. Franco. Pérez . Berg Aberg. Rojas. Pico 0. Lagos. Villanueva. Martin Guerrico. A las 8 72 de la noche se abrió la sesión con asistencia de 25 socios, cuyos nombres se designan en el margen. Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. Después de dar cuenta de los trabajos de la Comi- sión Directiva durante la quincena, el Secretario in- formó de los asuntos entrados : 1° Una comunicación del Sr. D. Benjamín A. Gould, socio honorario, ofreciendo su colaboración en los Ana- les y su óbolo pecuniario. Se leyó la contestación á esa nota. 2° Los señores Bordoni y C^ invitan á la Sociedad á visitar la Fábrica de Vidrios que tienen en esta capital. 3" Noticias del esplorador Moreno fechadas el 14 de Diciembre próximo pasado. Orden del dia El Sr. Huergo pidió la palabra y dio lectura de una Memoria so- bre el puerto y dique de San Fernando, acompañada de planos y fo- tografías ilustrativas. 5 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Concluida la lectura de esta Memoria, el Secretario leyó algunos datos sobre perforaciones practicadas en el rio de la Plata, que eran pre- sentados por el socio Sr. Puiggari. Dio cuenta igualmente de estar á la orden del dia la Memoria déla Comisión encargada de informar sobre la escursion al canal de San Fer- nando. Se acordó leerla en la próxima Asamblea. Las dos primeras memorias pasaron á Secretaría, para que los señores que lo desearan, pudieran estudiarlas. Terminada la orden del dia, se tomó en consideración la nota de los señores Bordoni y C". La Asamblea resolvió que la visita tuviera lugar el Domingo 13 del corriente, á las 8 de la mañana. Se levantó en seguida la sesión, siendo las diez y media de la noche. Pedro jPico, Presidente . Estanislao S. Zeballos. Secretario. Nota. — La escursion á la Fábrica de los Sres. Bordoni y C se veri- ficó el dia designado. Fué visitada además otra fábrica de vidrios de los señores Pini y Arregorria, quienes invitaron por escrito á la Comisión Directiva. Se encargó de redactar la Memoria respectiva al socio, Sr. D. Miguel Puiggari. Asistieron á esta escursion los siguientes señores: Pedro Pico, Luis Silveyra Olazabal, Antonio Barboza d'Oliveira, dos socios Dillon, José M, Lagos, Pedro Benoit, Ángel Silva, Carlos Salas, Miguel Puiggari, Félix Amoretti y cuatro convidados. Presidente. White. Zeballos. Huergo . Silva. Balbin. Reid. Villanueva . Dillon J. Aberg. Barboza. Puiggari. Pérez, Cagnoni J. M. Lagos. Franco. Oyente : Gore. 29» Sesión del 15 de Febrero de 1876. Presidencia del Sr. Pico. A las 8 '/» de la noche fué abierta la sesión con asistencia de ios señores nombrados al márjen. Leida y aprobada el acta de la anterior, el Secre- tario dio cuenta de las resoluciones adoptadas por la Comisión Directiva durante la quincena. Entre otras venia un proyecto de reformas del Re- glamento. Orden del dia. La Comisión Directiva proponía proceder á ellas, encomendaník) su redacción á los señores socios, D. Ángel Silva, D. Luis A. Huergo y D. Octavio Pico. AOTAS DE LAS SESIONES DE 1876 7 Votado si se debia proceder á la reforma del Reglamento, resultó afirmatiTa general. El Sr. Amoretti. — Propuso que se fijara tiempo para que se espi- diera la Comisión. Se acordó quBí lo liarla á la brevedad posible. El Sr. Dillon (Juan) . — Declaró que á su juicio la Comisión Refor- madora debia ser nombrada por la Asamblea. El Sr. Zeballos. — Observó que el nombramiento de esta comisión, como el de todos las especiales que fuesen necesarias para los fines de la Sociedad, debia ser hecho por la Comisión Directiva, según espresas disposiciones del Reglamento. El Sr. Lagos. — Tomó la palabra y recordó el texto del art. 47 del Reglamento, que dice que toda reforma del Reglamento deberá intro- ducirse en forma de proyecto suscrito por diez socios. Creia, en consecuen- cia, que la votación precedente adolecía de vicio, por no estar ajus- tada al texto citado. Esta nueva observación dio margen á un cambio de ideas sobre la ma- nera de interpretar el Reglamento. El Sr. Zeballos. — Declaró que el artículo 47 estaba mal redactado. Que no debia entenderse que el proyecto fuese confeccionado y pre- sentado con diez firmas, sino que diez socios podrían promover las re- formas ; en cuyo caso la sanción de la asamblea no era nula, pues la moción de reformas votada procedia de la Comisión Directiva que se forma de diez miembros. El Sr. White. — Indicaba el temperamento de dar por nulo todo lo hecho y entonces que la misma Comisión Directiva presentase á la Asam- blea el proyecto de reformas, firmado por el número de socios que exije el art. 47. El Sr. Huerco. — Observa que todo se puede obviar haciendo firmar por cada uno de los miembros de la Comisión el proyecto de reforma. Los Sres. Zeballos, Silva y Amoretti piden que se declare cerrado el debate . El último señor funda su voto declarando : que debia votarse, que tra- tratándose de la reforma del Reglamento, no era la Junta Directiva, sino la Asamblea la que podia nombrar la Comisión Reformadora. El Sr. White. — A fin de evitar que la discusión rodase general- mente sin concretarse á un solo punto, hizo moción para que se re- considerara la votación antes hecha, por haber sancionado una moción que no estaba en las condiciones del art. 47 del Reglamento. El Sr. Huergo. — Dijo que habian sido formuladas dos mociones. La primera debia votarse á su juicio, pues se trataba de reconsiderar una votación viciosa. La segunda nó, porque ella estaba resuelta precisa y terminantemente en el Reglamento, Votada la moción del Sr. White resultó afirmativa contra tres. 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se leyó el siguiente proyecto entrqido á Secretaría en ese momento. Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Proponemos cambiar en el título 3° Junta Directiva por Comisión Directiva, y otras palabras del Reglamento. Firmados — Luis A. Huergo.^ V. Balbin. — A.. Silva. — E. Aberg. — F. Reid.— Barboza D'Oliveira. — Juan M. Gagnoni, — Alejandro N. Cagnoni. — E. Franco.— Juan Dillon. El Sr. Amoretti. — Objetó que este proyecto no comprendía todo el Reglamento. El Sr. Huergo.^ Replicó que debía entenderse que sí era estensivo en general. Quedó sancionado el proyecto precedente, debiendo designar la Junta Directiva la Comisión Reformadora. Se dio lectura de la Memoria de los Sres. Salas, Balbin y Brian, sobre el canal y dique en construcción en San Fernando. Terminada la lectura se resolvió que estaría 15 dias en Secretaria para que pudieran estudiarla los socios que desearan ocuparse de ella en la próxima Asamblea. Se leyó el siguiente proyecto de Programa para la Esposicion de 1876, ya aprobado por la Comisión Directiva: SEGUNDA EXPOSICIÓN ANUAL apertura el 28 de julio de 1876. i Al celebrar el ■i» Aniversario de su fundación, esta Sociedad distribuirá los premios correspondientes al concurso anual ya acordado, y se inaugu- rará su segunda Exposición Científica é Industrial, para cuya formación se invita al público á concurrir, de acuerdo con este programa. Ramos que comprenderá la Exposición. 1^ Sección. — Arquitecturra, Construcciones Civiles y Militares. A. Materiales de construcion naturales y artificiales. — B. Intrximenlos, Modelos, Planos, Mapas, Obras y Publicaciones nacionales. 2^ Sección. — Materias primas aplicables á la Industria. A. Minerales. — B. Vejetales. — G. Animales. 3^ Sección. — Productos Industriales y Agrícolas. A. Fabriles.— B. Cerámicos y Vidriados. — C. Metalúrjicos. — D. Com- bustibles é iluminantes. — E. Químicos y Farmacéuticos. — F. Sustancias alimenticias. — G. Abonos. — H. Varios. 4^ Sección. — Objetos de Historia Natural. 5^ Sección. — Aparatos, Utensilios é instrumentos científicos é indus- triales. 6^ Sección. — Útiles para la enseñanza de las ciencias matemáticas y físico-naturales. 7» Sección. — Higiene pública y doméstica. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 9 8» Sección. — Fotografía, Tipografía, Telegrafía. 9^ Seccíow.^ Aplicaciones de las ciencias á las artes de ornato. La Exposición permanecerá abierta durante los dias que la Comisión Directiva juzgue conveniente.- Cada sección será estudiada y clasificada por un jurado de tres miem- bros nombrados por la Junta Directiva que podrá acordar á los ob- jetos espuestos los premios siguientes : Primer premio Medalla de oro. Segundo premio « de plata . Tercer premio Mención Honorífica. La Sociedad entregará á los expositores solamente el diploma que cer- tifique el premio que hayan obtenido. Las Medallas que los premiados quieran adquirir en virtud del di- ploma correspondiente, llevarán el escudo del sello mayor de la So- ciedad y este lema . En una cara : 2^ Esposicion anual de la « Sociedad Cientifica Arjen- tina. J> En la otra cara: Premios de estimulo, 1876. Las personas que quieran concurrir á esta Esposicion deberán enviar á la Secretaría de la Sociedad hasta el 1» de Julio, una lista de los ob- jetos que presentarán. Buenos Aires, 15 de Febrero de 1876. El Sr. White. — Como miembro informante tomó la palabra y dijo que la Comisión Directiva tenia el programa del año anterior, el cual aunque deficiente habia servido de base para redactar el que hoy se presentaba. Este contenia una reforma radical, á saber: la sostitucion de las menciones honoríficas por medallas de oro,, plata y diplomas. La Sociedad daria solamente los certificados correspondientes para que cada espositor hiciera la adquicicion de las medallas. La Comisión Directiva, agregaba, ha adoptado esta resolución para que los premios tengan un significado de orden mas elevado. El Sr. Lagos. —Declaró que él pensaba que la Sociedad debe dar las medallas, ó en caso contrario, mas bien no dar nada. El Sr. Zeballos. — Dijo que efectivamente se trataba de una idea nue- va entre nosotros ; pero que no por eso debia detenernos, desde que se procuraba aumentar el valor moral de los premios . Dar diplomas, decia, es dar premios de tercer ó cuarto orden, porque solo son primeros premios las medallas. Por otra parte agregaba, la Comisión Directiva proyecta la innovación 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por indicaciones de varios industriales que concurrirán á la Exposición y que desean que se les disciernan medallas, en caso de ser premiados sus productos, aunque ellos tengan que adquirirlas. El Sr. Püiggari. — Manifestó que en efecto, él opinaba que se dieran medallas ; pero por cuenta de la Sociedad. El Sr. Lagos. — Dijo que la Sociedad tal vez no podria costearlas, en cuyo caso él proponía que se creara una contribución que deberían abonar todos los expositores. El Sr. Püiggari. — Se opuso á tal pensamiento fundándose en que lejos de poner trabas, se debe dar las mayores franquicias para que el número de Expositores sea crecido. •■ Opinaba que las medallas no debian ser prodigadas, para que no per- dieran su alto significado. Votado en general el proyecto de programa resultó afirmativa. Leídas las nueve secciones fueron aprobadas sin observación. Leído el párrafo referente á los premios, el Sr, Püiggari observó que debía fijarse el máxíraun de medallas que podrían acordarse en cada sección. Proponía 1 de oro, 2 de plata y muchas de bronce en vez de diploma. El Sr. Aoberg. — Creía que en efecto las medallas de oro solo se concedían como un premio muy estraordinario. El Sr. Huerco. — Declaró que lo mas lógico era pensar que la So- ciedad tendría que dar por lo menos nueve medallas una en cada sec- ción, puesto que para hacer otros cálculos seria menester conocer qué objetos van á ser espuestos, y á este respecto existe completa ignoran- cia. Aquí no se sabía por ejemplo, la existencia de la Fundición Nacional de Tipos que ha sacado el primer premio en la Exposición de Chile, en competencia con las fábricas estrangeras ; y quién sabe cuántas como esta se pueden presentar á la Exposición. El año pasado no se dio importancia á nuestra Exposición y recién ahora se la vamos á dar; y desde que los mismos expositores quieren que elevemos los premios á la categoría de otras Exposiciones debemos ponernos de acuerdo con ellos. Desde que nuestro capital pecuniario no nos permite darlas en efec- tivo, justo es que se autorize á los expositores á costeárselos; debien- do recordarse que la Sociedad no puede gastar mas de diez mil pesos en premios, y que no cuenta aún segura la subvención del Gobierno de Buenos Aires para 1876. La idea propuesta es nueva; pero es conveniente y debe aceptarse. Votado el proyecto de la Comisión Directiva tal cual se había leído fué aprobado por afirmativa general. , ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 11 No habiendo mas asuntos de que tratar se levantó la sesión á las 11 Ya de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 30» Sesión del U de Marzo 1876. leí Sr. Pico. Abierta la sesión á las 8 '/» de la noche con asis- tencia de veinte y seis socios activos cuyos nombres se leen al margen y 16 oyentes, fué leida y aprobada el acta de la sesión precedente. El Secretario dio cuenta de los asuntos entrados en este orden : El Sr. Sienra Carranza regala <á la Biblioteca la obra titulada «El Palacio de los Diputados de Madrid. » El Sr. Rorertson comunica haber terminado las perfo- rociones en Merlo y Chascomús, habiendo hallado arena fluida en la primera á los 38™, y en la segunda á 53". El Sr. Reíd hace renuncia de la dirección proviso- ria del Museo. La Comisión Redactora presenta su informe relativo al segundo mes de su ejercicio. El Gobierno de la Provincia se dirije á la Sociedad saludando al esplorador Sr. Moreno, de Nivelaciones presenta un proyecto fijando un punto las operaciones de ese ramo practicadas en la Provincia. Orden del día. Habiéndose dado cuenta de los trabajos de la Comisión Directiva du- rante la quincena, el Sr. Presidente invitó al Sr. Moreno á hacer uso de la palabra. El Sr. Moreno pasó á la mesa, y leyó su informe sobre la reciente es- ploracion á la Patagonia Setentrional. La lectura terminó entre los aplausos de la asamblea. El Sr. Robertson propuso un voto de gracias y felicitación al Sr. Mo- reno, el cual fué dado unánimemente poniéndose de pié los socios reu- nidos. En seguida y á moción del Sr. Huergo, se tomó en consideración el siguiente dictamen de la Comisión de Nivelaciones : Aoberg. Pico Pedro, Zeballos. Reíd. White. Huergo . Moreno. Balbin. Villanueva. Olivera. Firmal. Dillon J. Caguone J. Pirovano. Puiggavi. Berg, Pico O. Silveyra. Barbosa. Saks. Kyle Amoretti. Knoblauch. Silva. Costa. Robertson. Oyentes. diez y seis La Comisión de partida para 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Buenos Aires, Marzo 14 de 1876. Al Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argenti.na D. Pedro Pico. La Comisión nombrada para averiguar el nivel ordinario de aguas bajas del Rio de la Plata, tiene el honor de poner en conocimiento del Sr. Presidente, el procedimiento que ella ha seguido en el desempeño de su cometido y las conclusiones á que ha llegado. Después de varias reuniones, la Comisión se dividió en tres secciones que separadamente procedieron á efectuar nivelaciones entre el centro de la estrella existente en el peristilo de la Iglesia Catedral y el cero de la escala de mareas situado en el muelle de la Aduana, encontran- do que el término medio de todas las nivelaciones ejecutadas desde 1871, dá una diferencia de nivel de veinte metros sesenta y siete milimetros ( '¿O'^&l ) que el cero de la escala se halla inferiormente al centro de la estrella del peristilo de la Catedral. Tomados en consideración los antecedentes de las observaciones y diagramas de mareas, la Comisión cree que el nivel ordinario de aguas bajas del Rio de la Plata debe fijarse á diez y nueve metros debajo del centro de la estrella del peristilo de la catedral. Las conveniencias de adoptar un solo plano de comparación al cual deban referirse todas las obras construidas y que en adelante se cons- truyan son tan evidentes, que la Comisión escusa demostrarlos, limitán- dose á indicar los medios para obtener un resultado práctico, aconse- jando, en consecuencia á la Sociedad, se dirija á los Exmos. Gobiernos Nacional y Provincial, solicitando se sirvan : 1" Fijar oficialmente el nivel ordinario de aguas bajas del Rio de la Plata á diez y nueve metros ( 19™ ) debajo del nivel del centro de la estrella del peristilo de la Ca- tedral. 2" Ordenar á todas las empresas de Ferro-Carriles, puertos, ca- nales de navegación, obras de salubricacion etc., la adopción del nivel ordinario de aguas bajas del Rio de la Plata, para plano de compara- ción de todas sus nivelaciones. 3° Obtener de dichas empresas que fi- jen en cada estación y otros edificios cotas de referencias, que puedan servir de punto de partida para los estudios de ferro-carriles, caminos carreteros, canales de navegación y de riego, puertos etc., haciendo obli- gatorio para cada empresa futura la adopción del mismo plano de com- paración y el establecimiento de las cotas de referencia. A" Ordenar sean colocadas escalas de mareas, métricas y de metal, marcando el cero de la escala, el nivel ordinario de aguas bajas, en cada estremo de los muelles de Aduana y pasageros, y en puntos visibles del Riachuelo, Mar- tin García y rio de Lujan. 5° Establecer en la Capitanía del Puerto un sistema de señales que indique la altura de las aguas en cualquier momento. «Dejando así cumplido nuestro cometido tenemos el honor de salu- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 13 dar al Sr. Presidente. — Juan Medid, Augusto Ringuelet, Francisco La- valle, Jorge Cooper, Luis A. Huergo, Ignacio Firmal . » Leido dos veces fué aprobado por unanimidad de votos. Se leyó la renuncia del Sr. Reid del puesto de Director Interino del Museo, y se resolvió contestarle rogándole que conservase aquel desti- no, pues el Sr. Moreno, Director propietario, estaba en víspera de au- sentarse para Oatamarca. El Sr. Zeballos, recordó que debía fijarse un punto para la próxima escursion. A moción del Sr. Firmat se resolvió visitar el «Establecimiento Re- coleta» de las obras públicas que se construyen para el mejoramiento de la ciudad fijándose el Domingo próximo para visitarlo. No habiendo mas asunto de que tratar se levantó la sesión á las 11 '/, de la noche. Pedro Pico, Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario Kyle. Aguirre. White. Olivera. Peña. Puiggarl. Reid. Arata. Herrera Vega. Franco. Carbalho. Smithies. Pérez. Gagnoni J. M, Amoretti. Palacios. Huergo A. Huergo L. A. Zeballos. Pico P. Arocena. Rosetti. 31» Sesión del 1° de Abril de 1876. Presidencia del Sr. Pico. Abierta la sesión á las 8 de la noche con asistencia de los veinte y tres socios cuyos nombres se leen en el margen fué leida y aprobada el acta de la sesión anterior. orden del dia. Después de darjcuenta de los trabajos de la Comi- sión Directiva, el Secretario leyó una Memoria del so- cio D. Miguel Puiggari, sobre un mineral de hierro de San Luis, cuya muestra fué presentada á los socios. Terminada la lectura, el Sr. Puiggari tomó la pala- bra y se espresó en este seatido : Que hacia unos tres años que tenia en su poder la muestra del hierro de San Luis, cuyos remitentes lo consideraban plomct argentífero y pensaban, por análi- lisis errados, hechos en San Luis, que era rica en plata la mina de la cual procedía. Practicado un análisis resultó la falta de plata y desengañado el re- mitente de la muestra ni volvió por ella. Mas tarde el Sr. Puiggari se había preocupado del asunto presentan- do el análisis que acababa de leerse. 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Como el Gobierno Nacional se ha preocupado de esta cuestión, decia, creia conveniente que la Sociedad se dirijiera al Poder Ejecutivo de la Nación, adjuntándole copia de la Memoria, y llamándole la atención so- bre las importantes ^suposiciones á que ella dá margen ; las cuales po- drían ser verificadas fácilmente por los profesores que el Gobierno tiene en el Interior. Apoyada suficientemente la indicación fué aprobada por unanimidad. En seguida se leyó una comunicación de los socios Señores Balbin y Medid, acompañando un corte geológico del Túnel de Toma de agua para el servicio de aguas corrientes de esta ciudad. Se procedió luego á leer otra Memoria del Sr. D. Francisco Roca Sanz, sobre la langosta. Todos estos documentos pasaron á Secretaría á disposición de los so- cios que se interesaran en su estudio. No habiendo otros asuntos de que tratar se levantó la sesión á las diez y media la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario . 32= Sesión del 18 de Abril de 1876. Presidencia del Sr. Pico. p¡J^J°t_ A las 8 de la noche se abrió la sesión con asisten- "vvhite. cía de diez y siete socios, cuyos nombres se indican Lagos. , Zeballos. al margen. Vi'^Uone L. El Secretario informó que no podía leerse el acta Amoreiti. por un incidente imprevisto ; y agregó que no había ór- Palacios R. , i i i- Rojas. den del día. Carvaiho. Despues de dar cuenta de las sesiones de la Comi- Aguirre. gjou Directiva durante la quincena, el Sr. Amoretti pí- Cagnoni. ,., , i < Berg. dio la palabra. H¡íeígo A. *" Hizo una observación al acta aprobada en la sesión pasada, en la cual se consignaban las palabras testuales con que el Sr. Huergo había clasificado una moción del que hablaba. Estendióse en consideraciones generales sobre la injusticia de aquella calificación y manifestó que deseaba que no se publicara el acta aproba- da en la sesión anterior con las palabras que lo impulsaban á hablar en esta sesión. Lo siguió el Sr. Firmat en el uso de la palabra, y se mai^ifestó en abierto desacuerdo con la Comisión Redactora por la publicación en los ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 15 Anales de una acta referente á la espulsiou del ex-socio Sr. D. Julio Lacroze. Estas observaciones produjeron un cambio de ideas, y al fin de una larga discusión se resolvió : «Pasar una nota á la Comisión Redactora ordenándole que suprima de las actas todos los incidentes personales. » Se levantó la sesión siendo las 9 '/a de la noche. Pedro Pico, Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario 33'» Sesión del i° de Mayo de 4876. Presidencia del Sr. Rosctti. Zeballos. Abierta la sesión á las ocho y media de la noche Salas. con asistencia de 49 socios, cuyos nombres se consis;- Huergo L. A. , , - , - i ♦ j i ■ Brian. nan al margen, se leyó y aprobó el acta de la sesión ?®"!- anterior. Aguirre. , Amoretti. Se dió cuenta de los asuntos entrados en este orden. Aberff"' ^ ^"^ Comunicación del Sr. D. Juan M. Leguizamon Firmat. de Salta adjuntando varios objetos y antigüedades de Peref.^" los Incas para el Museo de la Sociedad. stegman. El informe de la Comisión Redactora relativo al 3'='' Roías. , ,11 Lagos. numero de Anales. Olivera. j¡¡¡j seguida el Secretario dijo que los objetos envia- Huergo A. dos por el Sr. Leguizamon, no habían llegado aún á Rueños Aires; y recomendó á los socios la lectura de una memoria que se publicarla en el número V de los Anales j en la cual el mismo Sr. Le- guizamon hace algunos estudios sobre las antigüedades del Pucará. Orden del dia. Se dió lectura de una Memoria de los Sres. Reid y Zeballos sobre un estudio que la Comisión Directiva les encomendó hacer en las in- mediaciones de Lujan. Terminada la lectura, se designó la Fábrica Nacional de Paños, para ser visitada en la primera escursion. No habiendo otros asuntos á la orden, se levantó la sesión á la diez y media de la noche. Pedro Pico, Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Nota. — Nómina de los concurrentes á la escursion : Pedro Pico, Eduardo Aguirre, Victorino Pérez, Pedro N. Arata, Estanislao S. Zeba- llos, Justen Dillon, A. Barboza D'Oliveira, Joaquín Cascallar, Félix Amo- retti y cuatro personas mas estrañas á la Sociedad. Se encargó á , los Sres. Amoretti y Aguirre para redactar la corres- pondiente Memoria. 34» Sesión del 15 de Mayo de 1876. Presidencia del Sr . Pico . ZebaUos".'* Abierta la sesión á las ocho y media de la noche Baibin. con asistencia de diez y ocho socios, cuyos nombres se Huergo L. A. Consignan en el margen se leyó y aprobó el acta de ?"^°- la sesión anterior. Lagos. Puiggari. Después de dar cuenta de los trabajos de la Comi- vfgiloife. sion Directiva durante la quincena, se leyó el informe 2}^i°n ■!. de la Comisión Redactora correspondiente al 4° raes Firmal. .... Burgos. de SU ejercicio. Pérez. * En Seguida fué leida la renuncia del socio D. Wal- Barboza. jgj. F_ Reid, miembro de la Comisión Directiva y Di- Rojas. ' rector interno del Museo de la Sociedad, _quien se ha- bía alejado para Inglaterra. Fué aceptada precediéndose á la elección de sus reemplazantes. Verificado el escrutinio con asistencia de los Sres. Balbin y Silva, dio el siguiente resultado : Vocal de la Comisión Directiva. Director Interino del Museo. D. Carlos Olivera 5 votos. D. Eduardo Aguirre... 3 votos. « Miguel Puiggari.... 3 « « Garlos Berg 7 « « L. B. Trant 3 « « Miguel Puiggari 3 « « Carlos Reid 1 « « Estanislao Zeballos. 3 « « Justo Dillon 1 « « J. Firmat 1 « Quedaron por consiguiente proclamados: Director Interino del Museo el Sr. Dr. D. Carlos Berg, y Vocal de la Junta Directiva el Sr. D. Car- los Olivera. El Secretario leyó en seguida una Memoria del socio D. Miguel Puig- gari sobre los minerales Nikeluranita y Mispickel de San Luis. Terminada la lectura, se resolvió que la primera escursion se haría á la fábrica de herrería de los Señores Zambonini Hnos. El Sr. Amoretti indicó la conveniencia de que la Sociedad tomara co- DOCUMENTOS 17 nocimiento del proyecto del ingeniero Sr. Huergo sobre el puerto en el Riachuelo. El Sr. Huergo manifestó que lo leeria en la próxima Asamblea, con lo que terminó la presente, siendo las diez y cuarto de la noche. Pedro Pico, Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario DOCUMENTOS (1895) Buenos Aires, Setiembre 14 de 187S. Sr. D. Pedro Pico, Presidente de la Sociedad Cienlifica Argentina. Debiendo partir al fin del corriente ó principios de Octubre, con el objeto de continuar mis estudios sobre las regiones patagónicas, tengo el honor de proponer á la Sociedad Científica Argentina, el proyecto de in- ternarme en esos territorios contando con su cooperación. Ocupado desde hace algún tiempo en el estudio de la historia natural del pais, he principiado sistemáticamente mis esploraciones por la parte Sud de la República, habiendo hecho al efecto desde 1873 tres viages científicos al rio Negro y uno al rio Santa-Cruz, el que me proponía remontar hasta su nacimiento, lo que no se efectuó por falta de ele- mentos necesarios, pudiendo solo internarme algunas leguas al Sud. Mi intención ahora es, estando ya coleccionada la mayor parte de los productos naturales de los parages visitados, continuar la esploracion hacia los nacientes del rio Negro, pero como este viage demanda gastos que no me hallo en aptitud de soportar yo solo, propongo lo siguiente: Efectuar la travesía por la parte Setentrional de la Patagonia, desde el Carmen de Patagones hasta la ciudad de Valdivia en la costa del Océano Pacifico, costeando el rio Negro y el Limay, y atravesando la Cordillera cerca del Volcan Tronador para examinar el gran Lago Nahuel-Huapi. Creo que un viage de esta clase, en el que pienso desde hace un año, seria bastante provechoso para las ciencias naturales, desde que debo cruzar por un territorio nunca examinado por hombres dedicados á ellas y que encierra á juzgar por las relaciones de los indios, elementos 2 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA suficientes para hacer la gloria científica de la Sociedad bajo cuyos aus- picios ije emprende. Con los datos y con las relaciones personales que tengo con algunos indios que habitan en esas regiones, este viage difícil para otros, ofrece menos dificultades para mi. — Lo único que tendré que sufrir serán momentos desagradables que nunca dejan de presentarse cuando se viaja entre tribus salvajes, pero que siempre con perseverancia se vencen. Ademas, otros antes que yo, han intentado escursiones semejantes. El Sr. D. Guillermo Cox, chileno trató por dos veces de atravesar desde Valdivia al Carmen, pero solo consiguió llegar hasta el rio Limay; 'y el Sr. Musters, capitán de la marina inglesa, quien después de haber cru- zado la Patagonia en toda su longitud, quiso seguir los pasos de Cox, obteniendo el mismo resultado. Estos viages dieron por fruto, por parte del primero, el importante libro que escribió á su regreso, y que es el único que poseemos hasta el presente, sobre la Historia Natural de aque- llos parages, y por parte del segundo la obra Al home with the Pata- gonians, precioso libro para los etnógrafos y etnólogos. Las relaciones de estos viageros, muestran lo que son en general aquellas innumerables mesetas que caracterizan el sistema orográfico de Patagonia, sus grandes bosques de manzanos y araucarias y sus magnífi- cos ríos, algunos de los cuales, son navegables en grande distancia en el interior del país; pero, exceptuando los estudios hechos por D'Orbigny en el Carmen, por los espedicionaríos del « Beagle », en las costas del Atlántico y Pacífico, por el Dr. Berg, y por el que suscribe en algunos de esos puntos, y por el citado Sr. Cox (en Diciembre 1867 á Marzo 1868) poco conocemos las riquezas tanto minerales, como vegetales y anímales que encierra aquel inmenso país. El motivo que me impulsa á proponer ahora este viage, es que, de- biendo el Gobierno de la Provincia enviar una espedicion por agua al reconocimiento del rio Negro, y hallándose ocupado el Gobierno Nacional en trasladar las fronteras á las costas de ese rio, creo que es llegado el momento de emprenderlo antes que las tribus que pueblan aquellas re- giones, se alarmen é impidan el paso á quien intente hacer esa travesía, entonces verdaderamente peligrosa. Ademas, esta espedicion, cuya realización sería provechosa para el buen nombre científico de la Socíeded, no demandaría grandes gastos, á pesar de ser mucho sus tropiezos, gastos que ella podría ayudar á satisfacer. Si ella tuviera á bien disponer de sus fondos, la suma de 25,000 $ m/c. para este fin, me pondría inmediatamente en camino. Si esta suma pareciera ser elevada para la Sociedad, creo que podría disminuirse en algo, si ella pidiera á su vez, al Gobierno de la Provincia, que contri- buyera con una parte. Esta espedicion la emprenderé solo, acompañado de algunos indios, las grandes espediciones no siempre dan buenos resultados, está probado DOCUMENTOS 19 que mas vale la esploracion práctica de un país, por un solo hombre, que por muchos unidos. Cuando los indígenas ven hombres armados, tratan siempre de impedirles el paso, como sucedió con Villarino en 1872 en el reconocimienio del Limay y Negro. Ademas, no es lo mismo proveer de alimentos á 20 ó 30 hombres que á uno á quien acompañan gentes prácticas en ese terreno. Si en estas clases de operaciones las grandes colecciones fueran el principal objeto, necesitaríase seguramente la ayuda de varios, pero las primeras espediciónes á un país desconocido, deben ser hechas para ad- quirir datos sobre los productos naturales y sobre las costumbres de sus habitantes, coleccionando solo los objetos de gran interés que sea posible llevar consigo. Estas espediciónes verificadas así, sirven de preliminar á esploraciones mas estensivas y que demandan grandes gastos, que nunca deben hacerse sin estar ciertos del buen éxito. Los parages que propongo visitar, á juzgar por las muestras que- he visto en poder de los indios, son ricos en minerales, entre ellos, el carbón, cobre, hierro y oro; de este último existe una muestra en el Museo Público; de estos podrían recojerse muestras como de su geología, fauna y flora que nos son casi completamente desconocidas. También la antropología de las naciones que debo encontrar en mi camino, puede darnos la base cierta de la historia nacional antigua de la República, la que siempre debe principiar por el estudio de las razas primitivas que habitaron su suelo en otras épocas, muchas de las cuales solo es- tarán representadas hoy dia por algunos vestigios materiales y de los que la tradición no nos ha hecho sospechar su existencia. Esto completaría los estudios que he hecho en el valle del rio Negro y me daría la solución del curioso problema de la existencia de una raza primitiva delicocéfala, la mas antigua quizás que habitó el suelo ar- gentino, sobre todo en su parte Sud, la que hoy se halla ocupada por tribus braquicéfalas como lo son todas las razas americanas, á escep- cion de las esquimales y tres ó cuatro ejemplares de individuos aislados de otras tribus. Esta raza primitiva que vivió en lejanas épocas en la provincia de Buenos Aires y rio Negro, ha dejado rastros de su pasada existencia, solo en al- gunos cráneos y objetas industriales, sepultados en las capas de nuestros aluviones modernos, y aún en las mas elevadas del terreno cuaternario, habiendo sido probablemente estermínada en esos parajes, por indios de raza araucana, que bajo el nombre de Pehuelches, Huilliches, Moluches y Pehuenches, habitan ahora ese mismo suelo. Tanto mas digno de estudiarse es este hecho, cuanto que conocemos que sin escepcion todas las razas primitivas y fósiles han pertenecido á ese tipo, el que aun se conserva en los últimos puntos habitables de las regiones árticas, y al Sud del Trópico de Cáncer representado por 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA los Negros del África Occidental, los Cafres, los Hotentotes y Boschi- manos, los Árabes, los JNeo-c,-dedonianos y los Australianos, etc. A esto hay que agregar que el célebre Yirchow en su nota sobre los 5 cráneos que he tenido el honor de enviarle dice, que tienen mas analogía con los indios del Brasil, añadiendo por mi parte, que el estudio que he hecho de una serie de 100 cráneos completos y anormales de esta raza, me dá la certeza de la presencia en épocas ante-históricas, de una raza aus- traliana intermediaria entre los australianos y los neo-caledonianos en la Patagonia Setentrional y Buenos Aires, lo que puede comprobarse tam- bién por el encuentro en el Perú y República Argentina de algunos ob- jetos fabricados solo por los habitantes de Tahiti y Nueva Zelandia. Es- tudiando las corrientes ecuatoriales, sobre todo la corriente de Humbolt y los trabajos del capitán de navio Mr. Kuhablet y últimamente los he- chos por la espedicion del « Challenger » nace la idea del descubrimie"nto probablemente involuntario de la costa occidental de América por los po- iineses, los grandes navegantes del hemisferio sud, como los escandi- navos lo fueron del Norte. Quizás en mi viage encuentre vestigios vivos de esta raza, que puedan darnos una solución satisfactoria. Comprendiendo que por una parte debo hacer partícipe á la Sociedad de mis resultados, en caso que resuelva acceder á mi petición, la que solo es motivada por un interés científico, me obligo á escribir para ella la descripción detallada de este viage, acompañándola de la de los tres anteriores verificados á mis espensas y dividir por mitad con ella, los objetos obtenidos en la espedicion proyectada. Esperando que los miembros de la « Sociedad Científica Argentina s se penetren de la utilidad de una espedicion semejante, tengo el honor de saludar atentamente al Sr. Presidente, poniéndome á sus órdenes para dar los datos que sean necesarios en este asunto. Saludo con toda consideración al Sr. Presidente. F. P. Moreno. Buenos Aires, 14 de Setiembre de 1875. Acéptase este ofrecimiento y pase á la Asamblea para que ella auto- rice el gasto de veinte y cinco mil $m/c. Informará el Sr. Secretario. Estanislao S. Zeballos. Secretario. DOCUMENTOS 21 Buenos Aires, 16 de Setiembre de 1875. A S. E. el Sr. Gobernador de la Provincia. La Sociedad Cientifica Argentina que tengo el honor de presidir, me ha encargado elevar al conocimiento de 'V. E. la comunicación adjunta que le fué dirijida por una de sus socios. Por ella se instruirá V. E. que se trata de llevar á cabo un viage, cuya realización será fecunda en resultados útiles á los intereses cientí- ficos y generales del país. El socio D. Francisco P. Moreno, joven esplorador, que se ha dedi- cado empeñosamente al estudio de la ciencia, se dispone á partir el 23 del corriente á realizar una esploracion en los territorios del Sud de la República, que terminada felizmente será la única que se haya practi- cado hasta ahora. Ninguna persona competente, en efecto, ha podido realizar este viage cientíhco, que exije sólidos conocimientos, abnegación é intrepidez. El capitán Musters, llamado el Livingston Sud Americano, que ha re- corrido la Patagonia, desde Punta Arenas hasta el grado M, tuvo que retroceder desde el lago Nahuel-Huapí porque, si le habia sido fácil so- portar las fatigas y las abrumadoras privaciones que asedian al viajero en el desierto, no le fué posible quebrantar la obstinada resistencia que los indios opusieron á sus designios de descender hasta el Carmen, ori- llando el Rio Negro. Hoy Exmo. señor, es un esplorador argentino quien se lanza á vencer los obstáculos que obligaron á Guillermo Cox, á retroceder á Chile (1862 1863) y que arrojaron al denodado Musters, á las costas del Golfo de San Malias (1869-1870.) Si bien los inconvenientes que detuvieron á esos dos viageros no han desaparecido, el naturalista Moreno cuenta con la amistad de los indios, que serán sus guias, y que le franquearán las puertas de las desconocidas regiones de la Patagonia, donde es fama que la naturaleza ha des- plegado galas deslumbrantes. La « Sociedad Científica Argentina » que no omite esfuerzos para ser- vir al progreso de la ciencia, cuya difusión procura en nuestra patria, ha hecho suya la atrevida y fecunda empresa del naturalista argentino, y bajo sus auspicios vá á realizarse esta esploracion, que se señalará como uno de los acontecimientos científicos de mayor trascendencia, llevados á efecto por hijos de este suelo. En la comunicación adjunta hallará V. E. mayores luces sobre los re- sultados que se tienen en vista. La lectura de ese documento importantísimo hará conocer á V. E. los fines científicos que se propone alcanzar el señor Moreno, como resulta- do de sus esploraciones. 22 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Así mismo se impondrá V. E. de los • medios con que cuenta para llevarlas á cabo y de los recursos que se necesita para la adquisición y trasporte de los objetos naturales que pueda obtener de los indígenas directamente, y de sus investigaciones particulares. La « Sociedad Científica Argentina, » se ha impuesto con interés de las proposiciones del señor Moreno y ha resuelto unánimemente destinar 25,000 $ni/c. de sus escasos recursos, para auxiliarle en una empresa de tan marcada trascendencia para el crédito de esta Sociedad y para los adelantos de las ciencias naturales. La Comisión Directiva resolvió nombrar una Comisión que se acercara á V. E. á fin de que solicitara el apoyo moral y material del Gobierno para la importante esploracion ; y en vista de la favorable acojida que V. E. dispensó á los comisionados, la Sociedad espera que el Sr. Moreno será investido oficialmente en carácter de esplorador científico, acerca de Jas autoridades locales de la dependencia del Poder Ejecutivo, por medio de los documentos oficiales que lo acrediten ó recomienden en tal carácter. La Sociedad cree cumplir con un deber comunicando á V. E. la em- presa notable en que está interesada, convencida de que el Gobierno mi- rará con vivo interés los primeros pasos que se dan en nuestra patria para levantar su nombre entre los Estados civilizados que en estos mo- mentos rivalizan, para descollar por el amor á la ciencia ó por los sa- crificios arrostrados para ensanchar los conocimientos humanos. Dios guarde á V. E. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Ministerio de Gobierno. Buenos Aires, Setiembre 17 de 1875. Al Sr. Presidente de fa « Sociedad Científica Argentina. » En respuesta á la nota de V. fecha de ayer, relativa á la es|iloracion que pretende llevar á efecto en la Patagonia, el miembro de esa socie- dad Sr. D. Francisco P. Moreno, me es agradable transcribirle lo re- suelto por el Poder Ejecutivo con esta fecha. « Visto lo espuesto en la precedente nota, y en atención á la impor- tancia de la esploracion que se pretende llevar á efecto en la Patagonia por el Sr. D. Francisco P. Moreno, el P. E. resuelve contribuir en la suma de veinte y cinco mil pn/c. que serán imputados á la Partida del DOCUMENTOS 23 Presupuesto vigente para eventuales de Gobierno. Pase al Ministerio de Hacienda para la entrega de dicha cantidad á la Sociedad Científica Ar- gentina, y avísesele en respuesta con remisión del oficio acordado para el esplorador, á íin de que las autoridades de la Provincia á quienes les fuere presentado, le presten todos los auxilios y cooperación que llegare á necesitar en su viage. — G. Casares. — A. del Yalle. » Dios guarde al Sr. Presidente, A. DEL Valle. ■ Buenos Aires, 13 de Noviembre de 1875. Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina, D. Pedro Pico. Me api'esuro á poner en su conocimiento que he recibido una carta del esplorador Sr. Moreno, fechada en Patagones el 23 de Octubre pró- ximo pasado, en la cual se leen las siguientes palabras ; « Tenga la bondad de saludar á los colegas de la Sociedad Científica, « á quienes felicito por el buen éxito de la perforación practicada en ce San Vicente. « La Sociedad, á la que dirijiré una memoria de lo que he recorrido « hasta ahora, antes de internarme en el territorio desconocido, podrá Llegué hace un momento de las Manzanas, encontré indios sublevados, impidiéronme el paso de la Cordillera, sigo viaje para esa. Buenos Aires, Marzo 2 de 1876. Sr. Gobernador de la Provincia, ciudadano D. Carlos Casares. Teng'o el honor de poner en conocimiento de V. E. que anoche ha llegado con felicidad cá las Flores el intrépido esplorador D. Francisco P. Moreno después de realizar uno de los viajes mas audaces y provechosos que se hayan efectuado en nuestras tierras inesploradas. Esta Sociedad se prepara á recibir al esplorador hoy á las .siete de la tarde en la Estación Central del 25 de Mayo. Creo de mi deber comunicar esta grata nueva al Gobierno de V. E. que ha cooperado con desprendimiento á la realización de esta útil y atrevida empresa. Saludo á V. E. etc. Pedro Pico, Presidente Estanislao S. Zeballos, Secretario DOCUMENTOS 25 [^Buenos Aires, Marzo 3 de 1876. Al S. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Al avisar á Vd. recibo de su nota fecha de ayer en que comunicaba la llegada del distinguido esplorador D. Francisco P. Moreno, suplico al Sr. Presidente quiera saludarle á nombre del P. E. de la Provincia. Aprovecho esta oportunidad para saludar á Vd. con mi especial consi- deración. A. DEL Valle. Bahía Blanca, Junio 6 de 1876. Al Sr. Presidente de la « Sociedad Científica Argentina, » D. Pedro Pico. Al presentar á Vd. las observaciones meteorológicas de las estaciones de verano y de otoño del corriente año, por si le parece bien hacerlas publicar en los Anales, acompaño unos apuntes de circunstancias particulares al clima de este partido, que creo pueden ser de interés para la agricultura y el futuro desenvolvimiento de su prosperidad, si se alcanza á tener alguna seguridad en la frontera. Babia Blanca goza de un clima mas templado de lo que se debería suponer por su latitud 38° 44' 37". Al sud de Dolores, en el Tandil, el durazno ya no dá fruto, ni se puede cultivar el maiz, mientras aquí pros- pera el durazno, la higuera, el almendro, el olivo, y se cosecha trigo, ce- bada y maiz superior. Estos datos de la benignidad de este temperamento son confirmados por las observaciones meteorológicas hechas durante diez y seis años, por las que resulta una temperatura media anual centígrada de 15" 9', una mínima de 3", y una máxima de 38" 2'. En los 16 años no ha caido nieve sino tres veces, el 4 de Julio de 1864, el 30 de Julio de 1869, y el 6 de Julio 1874, no quedando en el suelo sino unas pocas horas, y la nieve caída en el 1874, derretida, ha dado 2""" de agua. La templanza sensible de este clima debe suponerse debida á la si- tuación baja é inmediata á la mar de este territorio, hallándose la plaza principal de Bahia Blanca á 13™ 639 sobre el nivel del mar. Tal vez haya otra circunstancia, no estudiada hasta ahora. Por ejemplo, en el estrecho de Magallanes el termómetro no baja de O". El Dr. M. A. Bordier, en sus observaciones sobre climatología, dice : « La corriente de agua » saliente que pasa por el estrecho de Magallanes al puerto Famine 53° 44' » latitud sud, mantiene una temperatura media anual nunca mas baja de )) 5° 04' siendo siempre la estrema mínima sobre O". Esto proviene de la » gran corriente ecuatorial del Pacífico, cuya temperatura es de 6° mas » elevada que la masa de agua que atraviesa. Este hecho es comparable con 3 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA » lo que sucede con el Gulf Stream, que permite al mirto de crecer en » plena tierra sobre las costas del Glenaron en Irlanda (55" lat. Norte), » y de dar frutos al naranjo en espalera sobre las costas del Devonshire. s Aquella corriente^ según varios autores, contribuye á templar el Norte » de Europa. » Observaremos también que en el Sauce Corto, á 265" sobre el nivel de Babia Blanca, por observaciones barométricas hechas en el Fuerte « Ge- neral San Martin » latitud 37" 48' 24", los frios son mucho mas sensibles, habiéndose bajado el termómetro en el mes de Julio Lasta — 8" 9'. En cuanto á las lluvias se observa un cierto aumento progresivo, la promedia de cinco años ha sido de 367""" O, la de diez años de 415™'" 7, la de diez y seis de 434™™ 4. El mínimum es en invierno, el máximum en primavera. Si la media de 16 años ha dailo un resultado de 434'"™ 4, hay que advertir que en este periodo se han tenido tres años de seca : 1861 con 181"'™ 3, 1867 con 270™™ 1 y 1875 con 276™™ 2, pero este año nos va á compensar largamente de la última seca, pues, por las observaciones que acompaño, resulta por el verano 148™™ 6 de agua caida y por el otoño 313™™, formando las dos estaciones un total de 481™™ 6, que supera la AÑO 1876. — Observaciones Meteorológicas hechas en Bahía Latitud 38»44'37" Sud. — Longitud 3°50' Oeste de PIICSION iTBIISFÉlUCA TEMI'ERATDIU CESTIGUADA HUMEDAD NUBES LLUVIAS - «DOS i 0° lERHÓHETRO ESTERNO PRESIÓN «....v. lÁ 10 i K ^ AGUA. MILÍMBTROS > «.,. es'™í ' "st™',» Mes Estac»" Mes Esi. Mes Est. Mes Est. Mes Est. Mes Est., M E M E M E Mes Est. o Dicic mbrn 1875 751»61 20» 4»2 38» 8 94 0,60 3.7 1 6 78 » <: E„. 1876.... 75.1» 90 22°5 7»6 40» 8.52 51 3.3 1 2 3.5 » «, Febr 1-0 187G... 756» 755n7 22» 8 22» 1 10«8 4«2 36» 40» 14.56 10.67 69 0,60 2.7 3.2 2 4 ■' S 87.1 168.6 » o Marz » 1876... 755»ia 19«3 5»4 33»2 9.94 0,73 3.1 2 3 1S2 2, f? Abri » .... 759»72 15«3 5"2 29» 9.76 75 4.6 2 1 98.4 » L Mayo > .... 757»99 757«61 11»4 15»3 2» 2» 26» 33«8 6.96 8.87 0,76 0.75 3.9 3.9 3 7 * 4 32.6 313 * DOCUMENTOS 27 mayor promedia de todo un año, y si se le adjuntaran por el invierno y la primavera, las cantidades medias deducidas de los años pasados, siempre las aguas caldas en este año alcanzarian á 680"™, lo que nnnca se ha observado hasta ahora. Por lo que se refiere á la atmósfera, el clima de la Bahia Blanca es muy ventoso. Pocos son los dias de calma y dominan los vientos secos del Nor- Oeste, á lo que es debida la escasez de roció. Los dias serenos son en la propo^-cion de 66 por "/„ y los deracás 34 por "/o, representan los dias nu- blados ó lluviosos. Me protesto de Vd. con la mayor consideración. Afnio. y S. S. Felipe C.^ronti. Buenos Aires, Junio 23 do 1876. La Comisión Directiva resuelve en esta fecha : « Pase á Asamblea y Piibliquese. » . „ „ , „ Estanislao S. ZebitUos. Secretario. Blanca tres veces por dia : á las 7" a. m., 2=» p. m. y 9" p. m. 3uenos Aires. — Altura sobre el nivel del mar 13"'639 _^ _» -«BX ■ao» «— -i». «■B ..ai HU> a»K VIENTOS (Su fuerza es calculada do 1 á 10) IRRADIACIÓN' SOLAR f 1 NORTE N-Oll-ESIE ESIE SUD-ESTE SL'D SUD- OESTE OESTE NOa-OESTE ti HORiS DE 1 i i 1 i i i 5 1 5 i 3 i H « i 1 VI E M E M E JI E M E M E M E M E .11 E M E M E 31 E M E M E M E M E M E «• 2 15 5- 4 6 6 31 14 36 8 15 13 66 8 13 29 76 seos del'411'15- 8 -, l.j 6 14 9 19 n 37 8 23 14 44 12 31 20 66 67<>5 id. id. 1 11 3 41 3í 105 1 n 12 32 15 30 28 78 9 40 17 90 4 20 7 45 3 30 6 116 5 25 8 52 22 71 31 171 64»2 id. id. 12 n 21 , 1(1 10 13 4 3 4 0 13 ¿7 8 19 29 70 59»7 delfáinó" 23 11 11 13 13 12 13 9 13 7 U 2 0 8 22, 26 41 50»4 id id. 3 Ü8 16 _ 3- 13 -i: S 20 4 2- 1 23 2 íS 3 16 3 19 3 U 4 21 10 25 18 51 U 40 £5J7C 43 98 69 lEO 45"5 del21'S0ill' MEJORAS NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO Buenos Aires, Junio 1° de 1876. Señor Presidente : Señores Socios : En este dia concluye el término fijado para la presentación de las Meníiorias para el aConcurso de 1876». Habia pensado concurrir al llamado de la Sociedad con el doble ob- jeto de cooperar á dar interés á nuestras reuniones, y de contribuir á la formación de lo que en época no lejana será nuestro valioso ar- chivo. A este efecto, me proponía reunir datos sobre todos los puertos de la Provincia de Buenos Aires, y presentar en este año una meraoria crítica de todos los proyectos sobre ellos formulados. Ocupaciones pre- miosas me han privado de llevar á cabo la idea, y como mi propósito no era simplemente entrar en concurrencia para disputar un premio, cediendo á la indicación que se me hizo por la Asamblea de dar lec- tura en esta sesión a mi proyecto de mejoras del Puerto en el Ria- chuelo, aprovecho esta oportunidad para destinar á la Sociedad, algunos de los proyectos que habia reunido, y entre los cuales sirven varios de antecedentes á la cuestión de que vamos á tratar. Los planos y Memorias que presento á la Sociedad son : Puerto del Tuyú. Mapa del fondeadero de San Clemente del Tuyú, por los capitanes de los buques «Barceló 3"» y «Ricardo» levantado en el año 1870. Rio Salado. Plano de la entrada del rio Salado, levantado por el capitán Pope en el año 1847. MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO 29 Buenos Aires. Memorias de varios Ingenieros sobre mejoras del puerto de Buenos Aires en 1805. Memoria y plano del Ingeniero D. Eustaquio Giaminij sobre mejoras del Riachuelo, fecha 13 de Agosto de 1805. Memorias y planos de Puertos y Muelles para Buenos Aires, por el ingeniero D. Santiago Bevans, en los años 1823 y 1824. Piano general y fórmula para el Puerto de Buenos Aires, por D. Ga- briel Joaquín Tudury, en Noviembre 16 de 1853. Plano del proyecto de «Puerto de Buenos Aires», por el Señor D. B. Benguria. Memoria y plano del « Proyecto de Puerto de Buenos Aires » por el ingeniero D. Juan Coghlan, en 30 de Junio de 1859, traducido por el que suscribe. Informe de los Sres. ingenieros Bell y Millerj presentado á los Sres. Madero, Prondfoot y & en 1868, sobre «Proyecto de Puerto para Buenos Aires», traducido por el que s\iscribe y acompañado de las discusiones que á su respecto tuvieron lugar en la Legislatura de la Provincia y en el Congreso Nacional. Memoria y plano para la formación de un Puerto en Buenos Aires, por D. Ramón de la Paz Rodríguez, en 1870. Memorias y planos sobre «Obras del Puerto de Buenos Aires », por el Sr. ingeniero D. Juan Bateman, en 1871, con los documentos relativos desde la sanción de la ley de la Provincia, de 4 de Setiembre de 1869, hasta la rendición de cuentas del costo del «Canal de Ensayo en 1874». Memoria y planos « Sobre un Puerto en la ciudad de Buenos Aires», por el Ingeniero D. Guillermo Rigoni, en 1872. Memoria y planos del «Nuevo Proyecto de Puerto parala ciudad de Buenos Aires», por el Sr. Ingeniero Civil y Arquitecto, D. Juan Tomás Stant, en Mayo de 1873. Memoria y plano sobre un «Puerto para Buenos Aires», por Ed. de Ville Massot, ingeniero ; y A. Fauvety, en Abril de 1874. Memoria de la Oficina de Ingenieros Nacionales, sobre una desembo- cadura para el Riachuelo, en Julio 14 de 1874. « Proyecto para la Construcción de diques flotantes, secos y de marea, y otras comodidades para el Puerto de Buenos Aires, presentado al Go- bierno Nacional por Enrique Harris y C» », con Memoria y planos del ingeniero William Home Lizars, en 1875. Puerto de San Pedro. Memoria y planos del proyecto de Puerto en San Pedro, por el in- geniero D. Julián J. Révy, en 30 de Julio de 1871. 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Aiileriormenfe presenté á la Sociedad una Memoria sobre las obras en construcción del Puerto de San Fernando, acompañando el informe y planos del proyecto primitivo del ingeniero Sr. D. Eustaquio Giannini, planos del rio de Lujan levantados en 1830. y los levantados por los oficiales de la cañonera «Wasp» en d875, del arroyo del Capitán, Abra Nueva y Abra Vieja, entre el Paraná de las Palmas y rio de Lujan. En el corriente año, creo, podré presentar una Memoria sobre el Puerto de la Ensenada, para lo que cuento ya con la Memoria del in- geniero Bevans de 1823, la de los gefes de la Marina Nacional, D. Francisco Seguí, D. Antonio Toll y D. José Murature; los informes y pla- nos del Sr. ingeniero D. Juan Coghlan; los diferentes planos levenlados por los oficiales de las cañoneras Dottorelj Decidée y Céres, y los q'je yo levanté en 4873. Con la base de estos antecedentes, la Sociedad puede reunir en su Archivo una valiosa colección de Memorias y planos de los Puertos de la Provincia de Buenos Aires. Existen en el Archivo General de la Provincia lodos los documentos relativos á la construcción del muelle de piedra en 1794 en la ribera entre la prolongación de las calles de Cangallo y Cuyo, destruido en el temporal de los dias 5 y6 de Junio de 1805, y que por su mucha os- tensión no me ha sido posible presentar en copia. En el archivo del Ministerio de Gobierno de la Provincia, se encuen- tran muchos documentos importantes, relativos á la construcción de los Muelles de Aduana y Pasajeros, costeados con los recursos votados por leyes de 17 de Junio de 1854 y 2 de Setiembre de 1857. Los estudios y proyecto del Puerto de la Laguna de los Padres, del Sr. ingeniero D. Juan Coghlan en 1867, que deben existir en el Minis- terio de Hacienda de la Provincia, no los he podido encontrar en dicha oficina ni en poder del autor. Los planos con que los señores ingenieros Bell y Miller acompañaban su informe de 1868, sobre el Puerto de Buenos Aires, existen en po- der del Sr. D. Eduardo Madero. En el diario «La Prensa» de 12 de Setiembre de 1872, se halla pu- blicado el informe sobre el Puerto del Riachuelo, que en 23 de Agosto del mismo año presentó al Gobierno el Sr. ingeniero, D. Julián J. Révy. Los planos de las obras ejecutadas en el Puerto de Campana por la empresa del Ferro-Carril á aquel punto, me fueron prometidos por el Sr. ingeniero D. Neville B. Mortimer, de quien aun no los he recibido. El Sr. ingeniero, D. Félix Rojas, ha practicado un estudio del Puerto de San Nicolás en 1875, y el Sr. ingeniero D. Luis Silveyra ha hecho un reconocimiento de la desembocadura del rio Quequen Grande en el mismo año. El Sr. Dr. D. Vicente G. Quesada ha enriquecido la Biblioteca Pública con varias cartas marinas, entre las que se cuenta la del Rio de la I MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO ,31 Plata en las inmediaciones de la ciudad, levantada por el ingeniero Dn. Eustaquio Giannini, en 1805. El Departaiuenlü de Ingenieros de la Provincia posee las cartas mari- nas del Rio de la Plata, levimtadas por los tenienteSj Canel en 1769 y Oprvide en 1800, las de Warner, Aispurua y otros. No es sin un objeto de utilidad práciica que abuso de la atención de la Asamblea, pasando en revista y enumerando tantos documenlos, fuera de los cuales quedan aun muchos conocidos sin norabrítr, ni creo que in- sisto sin razón en el hecho de la facilidad con que se pierden estudios importantes, como los practicados en 1854 por los oficiales del vapor «General Pintos» en Biihia Blanca y otros puertos, los del señor inge- niero Coghlan en 1857 del Puerto de la Laguna de los Padres, etc. Los informes originales del Sr. ingeniero Révy en 1872 sobre el puerto del Riachuelo, no se han estraviado como se cree, pues deben existir en la Legislatura de la Provincia, donde fueron remitidos por el Go- bierno en Setiembre del mismo año, según consta del mensage de i de Noviembre y de otros documentos. El estravío de este original, no es, por otra parte imposible de suplir; pues acompaño una copia de su plano; y como antes dije su informe escrito se encuentra publicado en el diario ciLa Prensa» de 12 de Setiembre de 1872. Al presentar á la Sociedad los planos, memorias y demás estudios que dejo mencionados, debo espresar con claridad el pensamiento que me guía. El no es otro que el de cumplir, por mi parte, y en los límites de mi posibilidad, con uno de los objetos de nuestra Sociedad, consig- nado en la primera de las bases que sirvieron á su formación. Estudiar las publicaciones, inventos y mejoras científicas, especialmente aquellas que puedan tener una aplicación práctica en la R 'pública Ar- gentina. Para conseguir este fin es necesario que nuestro archivo, hoy naciente, esté bien provisto de todas las publicaciones y proyectos pre- sentados con ocasión de nuestras obras públicas, porque no será jamás ocioso el estudio que hagamos de los antecedentes de ellos. Muchas veces un pensamiento podrá aparecer con el carácter de no- vedad para los que ignoran que él fué ya objeto de discusión en época anterior; y para muchos otros los errores padecidos en otro tiempo, podrán servir de ejemplo y de esperiencia para evitarlos en la actualidad. No creo necesario insistir en la demostración de las venlajas que to- dos podremos reportar cuando las discusiones de nuestra Sociedad pue- dan basarse siempre, ó en el mayor número de los casos, en los ante- cedentes y estudios anteriores, hechos sobre una obra cualquiera que se enciientren acumulados y ordenados en nuestro archivo. La discusión será entonces ilustrada y provechosa porque se tendrán á la vista todos los elementos necesarios para formar una opinión exacta. Los archivos de nuestras oficinas públicas no pueden darnos todavía tales elementos, porque no se hallan acumulados y ordenados en una 32, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sola, sino dispersos en las varias que forman la Administración, tanto de la Provincia como de la Nación. Nuestro objeto en mi opinión, debe ir hasta comunicar á los dos Departamentos de Ingenieros que tenemos, todos los datos, memorias y planos que podamos obtener; dándoles co- pias de todo ello, autorizadas de manera que puedan hacer completa fé. Asi serviremos al país, poniendo á sus autoridades al cabo de los cono- cimientos que reputamos indispensables para el acierto de toda resolu- ción que se refiera á la construcción de nuevas obras públicas, ó de toda otra cuestión en relación con nuestro instituto. En cambio les pediremos para nuestras colecciones, copias de los documentos interesantes que ellos posean y de que carezcamos; y de' este canje solo resultará provecho para todos, para el adelanto de nuestros estudios y para el país entero, que lo recibirá de la mayor ilustración de sus corporaciones cientí- ficas. Hago, pues, moción para que se nombre una comisión que estudie el pensamiento que propongo de aumentar las colecciones de nuestro ar- chivo; y para comunicar y canjear copias con los Departamentos de Inge- nieros de la Nación y de la Provincia; debiendo dicha comisión proponer una resolución que comprenda en lodos sus detalles, la ejecución de la idea, si ella fuese aceptada por la Sociedad. En seguida, pasaré á dar lectura del proyecto de mejoras del Puerto del Riachuelo. Buenos Aires, Diciembre 21 de 1875. Sr. Presidente de la Comisión de canalización del Riachuelo D. Saturnino Unzué. Entre los antecedentes de las obras proyectadas para la mejora de la navegación del «Riachuelo», remitidos á la Comisión que Vd. preside, debe encontrarse un plano que á pedido del Sr. Ministro de Hacienda de la Provincia, tuve el honor de presentarle en Agosto del presente año. Gomo dicho plano no tiene esplicacion alguna, y tan solo en un ángu- lo del papel mi nombre, L. A. Huergo; y á consecuencia del aviso publi- cado en los diarios de esta ciudad, desde el dia U del corriente, me permito someter á la consideración de la Comisión, otro ejemplar del mismo plano con el correspondiente informe esplicativo. Como la Comisión pide estudios y planos para la canalización y limpieza del «Riachuelo», debo limitarme solamente á estos dos puntos. La Comisión habrá recibido, sin duda alguna, los numerosos proyectos que se han presentado de poco tiempo á esta parte, cuya base uniforme es la apertura de una nueva desembocadura en dirección al Este y la cons- trucción de diques, almacenes de depósitos, muelles, pescantes, etc. Exa- minar uno de aquellos proyectos, es examinar á los restantes, pues la MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO B^ cueslion en su mas simple espresion se reduce á abrir un canal desde la agua honda del Rio de la Plata hasta el «Riachuelo»; siendo todas las otras construcciones accesorias y capaces de recibir todas las formas y dimensiones imaginables. Pero constándome que son absolutamente desconocidos del público antecedentes de gran utilidad para el estudio de las mejoras que puedan proyectarse en aquel punto, me apresuro á poner en manos de la Comisión el plano N" 1, fque es copia íiel del primer proyecto formulado por el Sr. ingeniero D. Eustaquio Giannini en el año 1805. El curso del «RiachueloD en 1780, como está señalado en el plano adjunto del ingeniero Giannini, costeaba los potreros de la «Boca)^ y el bajo de la «Residencia» pasando á unos cien metros al Este de la aduana vieja, desembocando en la playa del Rio de la Plata, entre los muelles actuales de la Aduana y de Pasageros. El curso del «Riachuelo» encau- sado en la rampa de la ribera del mencionado rio, tenia forzosamente que sufrir la acción de las olas sobre sus costados que servían de rom- pientes, y de aquí que obstruido ei cauce continuamente (como lo dicen documentos existentes en el archivo público, que he tenido á la vista)^ sus aguas buscasen un trayecto mas corto y mas favorable á su desagüe, y que abriesen por fin una nueva desembocadura. La desembocadura actual es la misma indicada en el plano de 1805, y nos demuestra cuan poco han variado las cosas en los tres cuartos de siglo que han transcurrido. La lucha establecida desde el principio, entre las aguas del «Riachuelo» abriéndose paso por las playas y bancos de arena del Rio de la Plata, y la acción de las olas de este rio, tendiendo á for- mar la rampa continua de la ribera y cerrar el curso del «Riachuelo», ha sido constante, y las opuestas fuerzas permanecen invariables. El son- daje practicado por el Sr. ingeniero Giannini; nos enseña que en 1805, la profundidad de agua en la Canalela del Riachuelo, era de tres pies. Todas las cartas marinas levantadas posteriormente, y hasta hoy, nos muestran la canaleta del «Riachuelo» conservando la misma profundidad de tres pies. Reflexionando sobre estos antecedentes, vemos : — que la primitiva di- rección del t Riachuelo » no podia subsistir al fondo de la Ensenada que forman la ribera de los potreros de la Boca y la ribera de la ciudad, cuyo cauce era obstruido por la acción de las olas del Rio de la Plata, que la dirección actual es mas conveniente que aquella, puesto que com- parada la profundidad de la canaleta en un intervalo de sesenta años, la encontramos constante. Pero de aquí también se deduce, que á me- dida que el cauce del riachuelo desemboca á mayor inmediación de l.i agua honda riel Rio de la Plata, la acción propia de la corriente de las aguas del primero, penetrando en las del segundo, es mas poderosa, y esto en razón de la mayor pendiente de su lecho. Como consecuencia inmediata de estos hechos, se desprende que la M ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dirección que conviene dar á las aguas del « Riachuelo, » es la misma de la pendiente natural de la ribera del Rio de la Plata; es decir, del Oeste hacia el Este. Para la mejora de la navegación de los rios en su desembocadura, puede decirse Sr. Presidente, que no hay mas que dos sistemas:— el de la canalización y el de la construcción de muelles ó diques longitu- dinales, en prolongación de la misma desembocadura. La canalización de la desembocadura del « Riachuelo, » m la playa del Rio de la Plata, es un gasto sin resultado alguno, como lo prueban: i" el canal de ensajo del proyecto de puerto del Sr. Ingeniero Baleman : 2» la canalizaciou que de tiempo en tiempo hacen las grandes avenidas del « Riachuelo » producidas por las lluvias y que profundizan momentánea- mente la canaleta. Estableciéndose luego el equilibrio- enire la acción de las olas del Rio de la Plata y la fuerza de la corriente del « Riachuelo » la canaleta de este, vuelve á su estado normal de profundidad de tres pies, que actualmente tiene, que existia en 1805 ( Plano n" 1 ) y que han observado todos los que han levantado cartas marinas de esta costa desde aquella época. Estos trabajos de canalización, conocidos también de los antiguos^ no han dado resultado en rios que desaguan en mares ó estuarios de poca profundidad y de mareas reducidas, como lo demuestran los ejecutados ea el Rhone, en el Ebro y mucho otros. En la obra de Mr. E. Desjardins <í Aperpu ílistorique sur les Embouchures du Rhone » publicada en 1866, página 113, se encuentra un caso análogo al del «Riachuelo » que debo citar como ejemplo especial y de época reciente. Se trataba de aumentar la profundidad de agua en la Roca Sulina del rio Danubio, que desagua en el mar Negro, cuya costa es de arena y fango como la del Rio de la Plata, la diferencia de nivel en las mareas no alcanza á un metro, y donde, corno en esta, se sienten fuertes temporales. Mr. Desjardins dice: «c Una draga capaz de levantar 100 toneledas de arena por hora, ha tra- « bajado desde el 11 de Julio de 1857 sin dejar traza apreciable ; \a. « acción de estas máquinas siendo siempre desproporcionada á la masa II de aluviones acarreada, y sobre todo la mar gruesa levantando las olas c( contra la costa destruía en un dia el trabajo de muchos meses. » Los proyectos de mejoras del « Riachuelo » inclusive el del Sr. Révy de 1872, se reducen á la apertura del nuevo canal en dirección al Este ; y arrancando de un punto ú otro de sus riberas. Respecto á la escavacion del canal en sí misma, su traza es indife- rente^ y cuestión de mayor á menor volumen para obtener ia misma profundidad de agua; pero respecto á su conservación, todas darían el mismo resultado que ha dado la antigua canal del « Riachuelo, » el cauce se conservará por algún tiempo, se cerrará con los temporales del Sud-Este, y se volverá abrir, cuando el « Riachuelo » crezca por grandes lluvias y encuentre al Rio de la Plata en marea baja. En una palabra, MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO 35 se reproducirá el efecto nulo del dragado ejecutado en la Boca Sulina del Danubio. En aguas profundas, la acción de los vientos produce olas que solo tienen un movimiento de oscilación y á cierfa profundidad variable de su superficie, el lecho de los mares ó estuarios no sufre perturbación al- guna á causa de los mas furiosos temporales. Las depresiones del Rio de la Plata conocidos por « Los Pozos » « Balizas Interiores » « Balizas Esteriores » etc. se conservan siempre en el mismo estado, después de un sin número de temporales. En aguas poco profundas, la acción de los vientos produce lo que se llama « olas de traslación, » la masa de agua marcha empujada por el viento, arrastrándose sobre el lecho del rio, y nivelando á su paso la superficie del suelo. Esta es la causa de las barras en los rios que des- embocan en mares interiores, como el Mediterráneo, el mar Negro y el golfo de Méjico, y estuarios como el Rio de la Plata. Los rios mantienen una lucha constante con las masas de aguas de estos mares ; las ave- nidas de las lluvias rompen la barra y avanzan el cauce, el esparcimiento de las aguas en la desembocadura y natural pérdida de velocidad, la forman en seguida^ pero sobre lodo, es la fuerza de nivelación de las olas de traslación, que rompe sobre la escarpa natural del terreno. Pero siendo un hecho bien constatado, que en todo rio, cuyos bancos laterales ó riberas, fauces térros, avanzan hasta aguas profundas, jamás se forma barra en su entrada, el remedio evidente para evitar la forma- ción de estos y obtener un canal de agua, es el de imitar á la natu- raleza, estableciendo los diques longitudinales ó muelles que estrechen el curso de él á su salida al estuario. El presente proyecto se reduce, señor Presidente, á abrir un nuevo canal al «Riachuelo, » prolongando su cauce en el Rio de la Plata, en- cajonándolo á su desembocadura por medio de dos muelles sólidos y á cortar completamente su comunicación antigua. En apoyo de las teorías que antes he sentado, me permitiré presentar ejemplos prácticos del resultado obtenido por idénticas construcciones en casos análogos. La barra del Ródano, que á la conclusión de los muelles longitu- dinales en 1852, se hallaba á 1200 metros de distancia adelante de ellos se encontraban en 1863 á 2800 metros, habiendo sido arrojada á las aguas hondas del Mediterráneo. Hemos visto yá, que la canalización de la boca Sulina del Danubio, por medio del dragado, no daba resultado alguno, pues que la marejada destruía en un dia, el trabajo de muchos meses. Veamos los resultados obtenidos allí, con el sistema de muelles longitudinales. La Comisión europea del Danubio constituida en virtud del tratado de Paris, resolvió construir dos muelles provisorios en la boca sulina. El ingeniero Charles A. Ilartley, director de dichas obras, se espresa así. 36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en la memoria presentada, al Instituto de Ingenieros Civiles de Lon- dres. « La margen del rio de aquella parte de la barra del Sulina, en que « los sondajes daban menos de 15 pies de profundidad, estaba á 2000 « pies de distancia del promontorio Norte de la desembocadura, y 4000 « de la margen del mar. En el centro de este largo banco el canal na- « vegable era solamente de nueve pies de profundidad. En Noviembre « de 1859, cuando se suspendieron los trabajos por la estación de in- Longitud: 3 m. 49 s. 9 al Este. . \ Después de muchas tentativas sin éxito, se verificaron también ctn mucha proligidad en las noches de Mayo 1» y 21 y Diciembre 22 com- paraciones telegráficas entre las indicaciones de nuestro péndulo norma y el del observatorio de Santiago de Chile. En estas ocasiones cada péndulo registró todos sus golpes en el otro observatorio. Todavia no V OBSERVATORIO NACIONAL 49 he deducido un resultado definitivo para esta longitud, para el cual es- pero los registros y observaciones de aquel observatorio por las mismas noches, los que el Sr. Vergara, Director del Observatorio, ha tenido la condescendencia de ofrecerme, y que deben estar actualmente en ca- mino. Entretanto empleo el valor provisorio. Santiago-Córdoba — O h. 25 m. 58 s. Tenemos, pues, que el Observatorio carece de un cronómetro portá- til; y que un reloj de carreras, cuyo muelle, para pararlo, funcionaba inoportunamente ; y cuya marcha no era fija, es un instrumento que ne- cesariamente infunde dudas fundadas sobre los resultados que con su empleo se obtengan. Este hecho solo basta para hacer que los trabajos futuros se hagan de tal modo que respondan al crédito que debe darse á las deducciones de un Observatorio Astronómico. Efectivamente, los Sres. Comisionados Thome y Bigelow, no han po- dido determinar las longitudes de Asunción y Villa Occidental por di- ferencias cronométricas ; y si el mal reloj fué la causa, hay por lo mismo un motivo de desconfianza respecto á las demás deducciones. Puede determinarse la hora con precisión con un reloj semejante, pues es de suponerse que durante el tiempo que se emplea en la observa- ción no se le antoje descomponerse. Pero viene después la trasmisión de la hora ; y como entre la observación tiene que mediar un inter- medio de algunas horas, en muchos casos, entonces ya existe la des- confianza sobre la marcha regular del reloj. Vale pues la pena de no trabajar para dejar dudas, mucho mas cuando un buen cronómetro pue- de obtenerse por poco^ precio relativamente á la importancia de su em- pleo. Como las anteriores observaciones caen por su propio peso, es por lo mismo que el Sr. Gould indica al Gobierno el proponerle mas ade- lante la manera como esas observaciones astronómicas deben hacerse. Ocupándonos ahora de los detalles del cálculo, según los datos que nos suministra la memoria, para compararlos con los resultados del Sr. Gould, tenemos necesidad de establecer previamente la situación geo- gráfica del meridiano del Observatorio con el de Greenwich en cuanto á la longitud, para usar de las efemérides del Almanaque náutico, (Nautical Almanac). Sentimos sobre manera que esta situación no sea aún conocida por observaciones directas, y estrañamos con mayor sentimiento no conocer tampoco la latitud del Observatorio, porque no la hemos encontrado en las publicaciones oficiales. Nosotros deducimos la longitud de nuestro Observatorio desde el de Gre- , enwich, ser : 4 h. 16 m. 48 s. 22, según los datos siguientes : 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Observatorio del Fuerte de Villagegnon, Rio Janeiro, según Fitz-Roy, Foster, Keing, Bar- rol, The Beagle Heywood, Monchez 2 h. 52 m. 36 s. 37 Aduana de Montevideo, Oeste del Fuerte Ville- gagnon, según Monchez y Fitz-Roy O h. 52 m. 42 s. 85 Observatorio de la iglesia de La Merced (Bue- nos Aires), Oeste de Montevideo, Monchez. O h. 08 m. 40 s. dO Córdoba, Oeste de Buenos Aires, según Gould. O h. 23 m. 18 s. 90 4 h. 46 m. 48 s. 22 Según la memoria del Sr. Gould, él eslima, por ahora, la diferencia de longitud entre el Observatorio Nacional y el de Santiago de Chile en O h. 25 m. 58 s. Comparando mi anterior deducción con la dada para Chile por las observaciones directas que se han hecho, resulta la diferencia en lon- gitud entre los observatorios de Córdoba y Chile, de O h. 25 m. 45 s. 91. discordando ambos resultados en 12 s. Esta discordancia será induda- blemente salvada con las deducciones que promete muy en breve dar- nos el Sr. Gould, después de las observaciones reciprocas que dice ha- berse efectuado últimamente entre ambos observatorios. Cálculos de longitud según los datos suministrados por la memoria anual: «Parala longitud desde Córdoba resulta que 9 h. 32 m. 04 s. 22 a. m. » de tiempo medio de Paraná, azotea de la Escuela normal, correspon- » dian el 6 de Setiembre á 8 h. 20 m. 20 s. 95 tiempo sideral de Cór- y> doba; de suerte que la longitud del Paraná al Este de Córdoba es de 14 m. 39 s. 8». Para obtener este resultado del Sr. Gould, es necesario suponer que el tiempo medio en el Paraná sea P. M. en vez de A. M ; y que 8 h. 20 m. 20 s. 95. tiempo sideral sean esas mismas horas mas 12. Latitud del Paraná 31''43'45". Efectivamente. Hora sideral á medio dia Greenwich, día 6 Setiembre de 1875 11 li- O m. 41 s. 04 Corrección para el meridiano de Córdoba Oh. O m. ii s. 18 11 h. 1 m. 23 s. 22 Hora sideral de Córdoba 20 h. 20 m. 20 s. 95 Hora sideral pasado el mediodía medio para Córdoba.... 9 h. 18 ni. 57 s. 73 Conversión en tiempo medio 9 h. 17 m. 26 s. 16 Hora en el Paraná 9 h. 32 m. Di s. 22 Longitud del Paraná al Este O h. U m. 38 s. Ofi Determinada por el Sr. Gould O h. U m. 39 s. 8 Diferencia 1 s. 74 OBSERVATORIO NACIONAL 51 Goya. — Plaza Principal, Octubre 12 de 1875. — Latitud : 29«9'6". Tiempo medio de Goya 3 h. 56 m. 6S s. 7 p. m. Hora sideral Greenwich medio dia. 13 h. 22 m. 36 s. 97 Corrección para Córdoba 4.2 s. 18 13 h. 23 m. 19 s. 15 Hora sideral de la observación 17 h. 00 m. 17 s. 15 Hora sideral pasado medio dia... 3 h. 36 m. 58 s. 00 Conversión en tiempo medio Longitud de Goya Determinada por Gould . 3 h. 36 m. 22. s. 5S p. m. 0 h. 19 m. 43 s. 52 0 h. 19 m. 43 s. 60 00 s. 08 San ía-Fé.— Plaza de la Catedral, Octubre 18. — Latitud : Sl'-iO'lS". Tiempo medio de Santa Fé 2 h. 56 m. 47 s. 96 p. m Hora sideral á medio dia Greenwich, Octubre 18 13 h. 46 m. 16 s. 30 Corregida para Córdoba 43 h. 15 m. 58 s. 48 Hora sideral de la observación,. 18 h. 30 m. 17 s. 66 Hora sideral pasado medio dia.... 2 h. 43 m. 19 s. Convertida en tiempo medio Longitud de Santa-Fé al Este . Cálculo del Sr. Gould 2 h. 4-2 m. 52 s. 42 p. m. 0 h. 13 m. 55 s. 54 13 m. 55 s. 40 Diferencia 00 s. 14 Después de estas deducciones sigue Villa-Mercedes en la memoria, cu- ya latitud se adopta en 33°41'30" pero no hay datos para determinar su longitud. San Luis. — Plaza de la Independencia. — Latitud: 33''18*31". Comparación de la hora. Octubre 26 : Tiempo medio de San Luis 3 h. 22 m. 46. s. 82 p. m Tiempo sideral de Córdoba 17 h. 50 m. 26 s. 64 Longitud determinada porM. Gould. O h. 08 m. 34 s. 25 Oeste Hora sideral de Greenwich á medio dia 14 h. 17 m. 48 s. 74 4- 42 s. 18 Hora sideral Córdoba medio dia.,... 14 h. 18 m. 30 s. 92 Id. id. id. observación 17 h. 50 m. 26 s. 64 Id. id. id. pasado medio dia 3 h. 31 m. 55 s. 72 52 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tiempo medio 3 h. 31 m. 21 s. 00 p. m. Longitud Oeste 8 m. 3i s. 18 Gould 8 m. 34 s. 25 Diferencia 07 La Paz. — Plaza Principal. — Latitud : 30<'44'27". Tiempo medio de La Paz, Setiembre 8 2 ii. 37 m. 51 s. 61 p. m. Tiempo sideral de Córdoba 13 h. 29 m. 15 s. 53 Cálculo ; Tiempo sideral Greenwicli medio dia lili. 8 m. 34 s. lí + 42 s. 18 11 h. 9 m. 16 s. 32 13 h. 29 m. 15 s. 53 Hora sideral Córdoba p. m 2 h. 19 m. 59 s. 21 Conversión en tiempo medio 2 h. 19 m. 36 s. Loncfitud Este O h. 18 m. 15 s. 33 Gould O h. 18 m. 15 s. 30 Diferencia 03 Corrientes. — Colegio Nacional, Setiembre 18. — Latitud : 27''27'55"; Tiempo medio de Corrientes 10 h. 36 m. 06 s. 50 a. m. Tiempo sideral Córdoba 10 h. 03 m. 02 s. 32 Tiempo medio del tránsito del primer punto de Aries (dia 17) Greenwich 12 h. 13 m. U s. 31 — 42 s. 06 Tránsito, tiempo medio Córdoba 12 h. 13 m. 14 s. 25 10 4. 03 ra. 02 s. 32 tiempo sideral = + 10 h. 01 m. 23 s. 47 t. m. Tiempo medio Córdoba dia 17 22 h. 14 m. 37 s. 72 « < Corrientes 22 h. 36 m. 06 s. 50 Longitud, Corrientes al Este 21 m. 28 s. 78 Gould 21 m. 28 s. 70 Villa Maria. — Estación Ferro-Carril. — Latitud ; Sa^SS'S" Tiempo medio Villa Maria Octubre 30 1 h. 44 m. 00 s. p. m. Hora sideral observada, Córdoba 16 h. 15 m. Sis. 04 Greenwich medio dia medio, hora sideral 14 h. 33 m. 34 s. 96 Corregida para Córdoba 14 h. 34 m. 17 s. U Hora sideral p. m. Córdoba 1 h. 41 m. 16 s. 90 Conversión entiempo medio 1 h- 41 m. 00 s. 3t Longitud Este , 2 m. 59 s. 69 Gould 3 m. 49 s. 9ü OBSERVATORIO NACIONAL 53 Como se vé, por este resultado tenemos una diferencia notable ; pero buscando la causa la esplicaremos diciendo, que el tiempo medio de Villa María, en vez de ser 1 h 44. m. 00 s. como está impreso en el diario, ha debido ser 1 h 44. m. 50 s. 23 ; y la diferencia que encontramos la atri- buimos á un error de imprenta. Comparados los trabajos de nuestro Observatorio Nacional respecto á situaciones geográficas, nos quedan las observaciones generales á que ellos se prestan. Primeramente diremos, que por mas precisión que haya resultado en- tre nuestras deducciones y las del Sr. Gould, existe siempre la descon- fianza de las deducciones absolutas por medio del reloj de carreras, em- pleado para obtenerlas. Cuando en esta clase de trabajos se emplean instrumentos adecuados, podremos entonces darles lafé que deben merecer. Mientras esto no tenga lugar, como ha sucedido en el caso presente, la ciencia no queda satisfecha. Debido al mal cronómetro de que se han servido los señores comi- sionados Thome y Bigelow, no se han podido determinar las longitudes de la Asunción y Villa Occidental, lo cual habría sido facilísimo y exacto si dichos comisionados hubieran sido munidos de un buen cronómetro, á lo menos. De Corrientes á la Asunción y Villa Occidental, y de estos últimos puntos á Corrientes, se habrían repetido las observaciones, que con un cronómetro de reconocida marcha regular se habrian obtenido deducciones exactas. Para evitar las dudas que dejamos indicadas, es de absoluta necesi- dad que los nuevos trabajos que se emprendan sean conducidos de un modo correspondiente al crédito de nuestro Observatorio Nacional, y por lo tanto deseamos que el Sr. Gould proponga al Gobierno cuanto antes el sistema y manera de la ejecución de esos trabajos. Estrañamos mucho que los comisionados no hubiesen venido á Buenos Aires para hacer observaciones y determinar con la exactitud necesaria su situación geográfica con relación á un punto dado. Para otra ocasión esperamos que esto se haga con preferencia. Por ahora nosotros hace- mos lo que nuestras ocupaciones muy apremiantes nos permiten, y da- remos el resultado de nuestras observaciones cuando estemos completa- mente satisfechos al respecto. Fínalmentú haremos una observación que ya la hemos hecho repetidas veces, por los diarios, ai ocuparnos del Observatorio Nacional. Nos referimos á la situación geográfica de él, con la relación á los observatorios públicos del mundo científico. Hasta ahora no le ha sido posible al Sr. Gould darnos esa situación geográfica anhelada por noso- tros ; pero muy pronto parece que la tendremos relacionándolo con el Observatorio de Santiago de Chile. Pero observaremos que la relación que se obtenga sería conveniente deducirla también con observaciones directas entre el ineridiano de Córdoba 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y los de Filadelfia y Greenwich. Asi se ha hecho para el Obser- vatorio Nacional de Chile, el dia 15 de Mayo de 1851, en el cual se hicieron observaciones adecuadas por medio de estrellas de culminación lunar, obteniendo la longitud Occidental del Observatorio con relación al de Greenwich A h. 42 m. 34 s. 28 directamente, y 4 h. 42 in. 33 s. 95 deducida por las observaciones con Filadelfia. Pedro Pico. NOVEDADES CIENTÍFICAS QUÍMICA Preparación del áeido fosfórico; por M. Markce (1). — Se pone en un matraz ó en una vasija de barro una parte de fósforo y 6 de ácido nítrico (D=l,42); y cuya capacidad sea tal que pueda contener el doble de estas cantidades. Se vierten luego algunas gotas de bromo ó de ácido bromhídrico (la adición de algunos granos de iodo ofrece considerables ventajas). Se adapta al cuello del vaso un embudo sobre el que se coloca otro mas chico invertido. Desde que la reacción em- pieza se coloca el vaso en agua fria, y cuando ha terminado se decan- ta el líquido, se evapora hasta consistencia siruposa para arrojar al ácido nítrico y á los productos bromados, se estiende luego el líquido con agua destilada hasta obtener la densidad 1,35 que corresponde á 50 por ciento de ácido fosfórico tri-básico. Este método operatorio se basa en la facultad que posee el bromo y el fósforo de unirse para formar el pentabromuro de fósforo que el agua desdobla en ácido fosfórico y en ácido brom- hídrico: el ácido nítrico descompone á su vez el ácido bromhídrico y dá bromo libre, ázoe y agua. De este modo la reacción no exige mas que una pequeña cantidad de bromo. Este método ha dado lugar en América á una violenta esplosion (2): M. Pile habia puesto Jen una retorta 6 onzas de agua (187 gramos) y 36 onzas de ácido nítrico (D=l,42). Colocada aquella sobre un barril vacio le agregó 6 onzas de fósforo y luego lentamente 1 dracraa (3"5'i) de bromo. Cerca de la retorta habia una vasija llena de agua para inmergir aquella si la reacción se producía con energía, pero muy antes de que esta se manifestase la retorta esplotó con tal violencia que fué redu- cida á polvo : el fósforo fué arrojado en todas direcciones, reventó el barril y muchos de sus fragmentos se hundieron en el suelo. Tal acci- (1) Pharmaceutlsehe Zeiischrlft für Russland, según Ph. Ztg. (2) C anadian PliarmaceuUcal Journal, Dec, 1875. 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dente es debido al empleo de un esceso de bromo y de un ácido nítrico muy concentrado. M. Markoe profesor de farmacia en Massachusetts advertido por dicho accidente ha modificado la espresada fórmula, y emplea las mezclas de 12 onzas de agua (365 gramos) y 12 onzas de ácido nítrico (D==l,42j á la que agrega 4 centímetros cúbicos de bromo, y agita el todo hasta disolución completa; hecho la cual agrega 10 gramos (Ogr.65) de iodo, y por último 62 gramos de fósforo. La reacción empieza al momento y al cabo de una hora es bastante viva para que se note desprendi- miento de vapores de bromo. En este». momento imneíje la vasija en agua fria hasta que la disolución dé^ fó'feforo sea cjjn^leta, lo que exije veinte y cuatro horas. Itamiansft. — Este es el nombre de una planta«Jue crece en la cosía occidental de Méjico y de que se ensalzan hoy en America las propie- dades afrodisiacas y diuréticas Hasta estos últimos tiempos no babia sido caracterizada científicamente, de modo que los mercados de Nueva York y.áfe Filadelfia espenden varias clases (1). Algunas muestras han sido mandadas por el profesoi'TBedfort de Nueva York á M. Holmes, conservador en el museo de la Sociedad de Farma- cia de la Gran Bretaña, quien las ha encbntrado idénticas á las prove- nientes de San Francisco ya recibidas^ por los. Sres. Alien y Hanbury. Las muestras de M. Bedfort no tienen flores ; las de los Sres. Alien y Hanbury tienen tallo y flores, cuyo examen muy minucioso practicado por M. Holmes lo ha conducido al género Turnera de la familia de los Turneráceas. El British Museum y la colección del jardín de Kew no poseen muestras exactamente semejantes á las de San Francisco, siendo la Turnera microphijlla D. C. la que se les acerca mas. Otras muestras de Damiana del comercio parecen provenir del Aplopappus ó Haplopappus disco'idens D. C, de la familia de las compuestas. (1) Annuaire de la'pharmacte, 1S75, púg. 346. COMISIÓN DIRECTIVA idente D. Pedro Pico. -Presidente 1° D. Guillermo White. » 2° I). Emilio Rosetti. etario D'' D. Estanislao S. Zeballos. ^rero D'' D. Carlos Salas. D. Ángel Silva, D. Luis A. Huerco. \\jy.ales.. \ D. Santiago Brian. _^ D. Valentín Balbin. ''t" \ D. Carlos Olivera Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. — D. Luis A. Huerco. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huerco. — D. Octavio Pico.; D. Ángel Silva. Comisión encargada de formular nn proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aoberc. — Ignacio Firmat. — Luís A. Huerco. — Carlos Olivera Director del illuseo Dr. Don Carlos Berg. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos »obre obras públicas Luis Silveira. — Félix Rojas— RómuloOtamendi.— Garlos Stegman. — Juan Piro vano. ' '^-' '^^ '' ''tvi^í^^^^^^^^B LISTA DE LOS SOCIOS ACTIVOS Arocena, (Jarlos- Arata, Pedro Aguirre, Eduardo Amoretti, Feliz Aoberg, Enrique Ayerza, Rdmulo Benitez, José Benoit, Pedro Brian, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Martin Buschiasso, Juan Büttner, Adolfo Balbin, Valentín Berg, Carlos Barbosa d'Oliveira, A. Coronel!, J. M. Carvalho, Antonio J. Goglhan, Juan Clérice, E. E. Caprale, Jacinto Castilla, Eduardo Cooper, Jorje Chaves, José Adrián Carenou, Eduardo Costa, Ángel F. Crabtree, Enrique Cagnoni, Juan Chapeaurouge, C&rlos Cagnoni, A. N. Cascallar, Joaquín Cuesta, Ángel de la Dillon, Juan (hijo) Dillon, Juan (padre) Dillon, Justo Dawney, Carlos Encina, C&rlos Fader, Carlos Florent, A. Firmat, Ignacio Franco, Estanislao Guerrico, José P. de Gallarani, Carlos Gutiérrez, Juan M. Gore, Enrique Herrera Vegas, Rafael Huergo, Alfredo Higgin, Jorje Huergo, Luis A. Hernández, Rafael Kyle, Juan J. 3, Knoblaucb, Osear. Krause, Otto Lavalle, Francisco Lindmark, Knut Lagos, José A. Leslie, Arnot Lloyd, Jaime Larguier, Augusto Lassepas, H. Mané Marcos Monetta, Pompey Moreno, Francisco P Maglione, Luía Médici, Juan Mu^^, Jasé M. Newman, Federico ■ Oyuela^ Ignacio OliViiTa,- Carlos Otamendi, Róinulo Oldendorff, Ernesto Peña, Enrique Pirovano, Juan Palacios, Rodolfo Pico, Pedro ^^ Pádua FleuryJSli gusto [céÉar de Pérez, Victorino ^Kl; Pico, Octavio Puiggari, M. Palmer Smithios, J. Quirno Costa, Norb'". Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Silva, Ángel Silveyra, Olozabal L. Stegman, Carlos Sierra, Julio Salas, Carlos ienra y Carranza, L. *~ chez, Matías ■erna, Julio Simpson, Juan C. Tapia, Zacarías Tedín, Miguel Trant Lorenzo Viglione, Luis A. White, Guillermo Warner, Rodolfo Wilson, M. Villanueva, Guillermo Zeballos, Estanislao S. HONORARIOS Dr. D. Guillermo Rawson. — Dr. Benigno A. Gould. — Dr. Germán Burmeister CORRESPONSALES León Domesq , Madrid. Pellegrino Strobel Italia. Miguel Sánchez Nuñez.... Montevideo. Luis Jorge Fontana Villa Orcidéntal C. Van Beneden Lieja. Felipe Caronti Bahía Blanca. Juan Martin Leguizamon.. Salta. Dor. Luis Brackebusch Córdoba. Jorge Glaráz Bahía Blanca. Juan Lubbok Londres. Walter F. Reíd Londres. Carlos Barbier Paris. A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscrlciones, enfin, por todo lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « lo Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 a 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche; * 7° í!?/",'^^'' ""'^ ''^*^ ^^ *°^ ''^™^ 1"^ '°s señores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria elJuéves de cada semana alas 8 de la noche. El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general ell» y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. El Secretario. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFIGA ARGENTINA COMISIÓN REDACTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. í D. Guillermo Villanueva. Vocales | . . D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. AGOSTO DE 1876. ENTREGA II. — TOMO II PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAl DE LA SOCIEDAD, PERC 92, 1 EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS r»or raes, en. la Ciudad. as g mfc » fuera do la Ciudad.... 30 » La. suscr^icion se paga, anticipada BUENOS AIRES DIPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 187 6 (^ FEB 9 1927 i^j índice de la presente entrega I. — ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. II. — MEMORIA SOBRE EL ESTADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA , leida por el Sr. Presidente en la Asamblea del 15 de Julio de 1876, al terminar el año administrativo. III.— MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO { conclusión i , por liuís A. lEucrgo. IV. — DESCRIPCIÓN DE UNA ESPECIE NUEVA DE DOLICHOTIS, por Creniian ICurnteistcr. V. — CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS EN RELACIÓN CON LA SALUD DE LOS NIÑOS, por £ millo Rosetti. VI. - REVISTA DEL MES, por Estanislao Zeltallos. VIL — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Ferro-Carriles : Noticias sobre los de Estados Vaiios.— Bibliografía : Boletín de la Academia de Ciencias Exactas de Córdoba ( tomo 11, entrega 1°), por P. N. A. ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1876 35" Sesión del '1° de Junio de 187C' Presidencia del Sr. Pico Pico Amoretti Core White Hiiergo (L. A.) Huergo (A.) Aguirre Eerg Viglione Lagos Buschiasso Balbin Silva Benitez Otamencli Pirovano Zeballos Abierta la sesión á las ocho de la noche, con asis- tencia cíe los Señores nombrados al margen, se leyó y aprobó el acia de la sesión anterior. Dióse cuenta de los trabajos de la Comisión direc- tiva durante la última quincena de Mayo ; y se leyó el informe de la Comisión redactora relativo al núme- ro 5° de los Anales de la Sociedad. En seguida se pasó á la orden del dia que la for- maba una memoria presentada por el Sr. Luis A. Huer- go, sobre un proyecto de puerto en el Riachuelo. El Sr. Huergo dio lectura de dicha memoria. Cuando hubo terminado, el Sr. Presidente hizo moción para que la Asamblea diera un voto de felicitación al Sr. Huergo, moción que fué en seguida votada y sancionada por aclamación. El Sr. Huergo acompañaba á su memoria, una numerosa colección de planos y documentos relativos al tema de que se habia ocupado, y los cuales donaba á la Biblioteca de la Sociedad. El mismo Señor presentó dos mociones; la primera concebida en los siguientes términos : que se nombre una Comisión que estudie el mejor medio para el aumento de las colecciones del archivo de la Sociedad; 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y para que comunique y canjee copias con los Departamentos de Ingenie- ' ros de la Nación y de la Provincia, debiendo también proponer una resolución que comprenda en todos sus detalles la ejecución de la idea. Puesta á votación, esta moción quedó aprobada por unanimidad. En seguida el Sr. Huergo formuló su segunda moción^, la cual tenia por objeto que la Sociedad estudiara y discutiera todos los proyectos sobre obras públicas de cuya aparición se tuviera en adelante conoci- miento. El proponente fundaba esta moción en la necesidad que habia de contener el abuso que se hacia por algunos que se presentaban al pú- blico con proyectos sobre materias estrañas á sus conocimientos, y en los cuales habian llegado hasta dañar el nombre de otras personas in- vocándolas para atestiguar falsedades, como lo probaba uno de los do- cumentos que donaba á la Sociedad. Esta moción fué aprobada. En seguida el Sr. Zeballos comunicó á la Asamblea que los Sres. Zam- boni habian notificado á la Sociedad que ellos darian aviso respecto de la oportunidad de visitar su Establecimiento de herrería, pues de- seando presentarlo en las mejores condiciones posibles, esperaban la terminación de nuevos arreglos que se hacian para recibir la visita con que queria honrárseles. El Sr. Balbin espuso que en vista de la comunicación de los Sres. Zambonij proponía una excursión á la fabricada caños de plomo; pero re- sultando, según lo afirmaba otro señor, que dicha fábrica no se hallaba aún en condiciones de ser visitada, el Sr. Balbin retiró su moción ofre- ciendo avisar á la Sociedad cuando hubiese llegado aquella oportunidad. No habiendo mas asuntos de que tratar se levantó la sesión á las diez menos cuarto de la noche. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario 36^ Sesión del 15 de Junio de 1876 Presidencia del Sr. Pico Pico (P.) Huergo (A.) Lagos Guerrioo Huergo (E. A.) White A las ocho y cuarto de la noche se abrió la sesión, con asistencia de diez y ocho señores socios cuyos nombres se leen en el margen. Laida y aprobada el acta de la sesión anterior, se ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 59 vígiione dio cuenta tle varios asuntos entrados y de las deci- Cafnoni (j! M.) siones de la Comisión Directiva durante la quincena, ^moretti £1 SECRETARIO informó que no habia orden del dia. Olivera El Sr. Kyle pidió la palabra y propuso hacer una ^"''."^'' visita á los establecimientos industriales de los Sres. pfrovano Prat y Bagley ; moción que fué aprobada señalán- Buschiasso'" dose el dia sábado 24 para verificarla. Zebaiios El SECRETARIO dijo quo se habla presentado á la Comisión Directiva una memoria sobre la existencia del Hombre cuater- nario en la Pampa, en la cual se pretendía haber resuelto esta cues- tión. Que la Comisión Directiva la habia pasado á informe de los so- cios Moreno y Zeballos, quienes habian informado aconsejando á la Co- misión el aplazamiento de la cuestión, consejo aprobado por la Comi- sión Directiva, lo que ponia en conocimiento de la Asamblea en cumplimiento de sus deberes señalados en el Reglamento. El Sr. Amoretti preguntó si la Comisión Directiva tenia facultad para proceder así, sin consultar á la Asamblea y declaró que él pen- saba lo contrario. El Secretario contestó invocando el artículo del Reglamento que au- toriza á la Comisión Directiva á formar la orden del dia, 'y que or- dena que toda memoria que deba leerse en Asamblea y discutirse ha de ser considerada primero en la Comisión Directiva. Agregó que esta era la práctica seguida hasta ahora, habiendo archi- vado la Comisión varias memorias sin someterlas á la consideración de la Asamblea. El Sr. Lagos pensaba que del texto del artículo citado ^no se des- prendía tal facultad á favor de la Comisión Directiva. El Sr. Kyle observó que el autor de la memoria que promovía este debate era una persona que se dedicaba á estudios paleontológicos, habiendo merecido un diploma honorífico en la Exposición de 1875 de esta sociedad por las investigaciones á que se reliere en el trabajo en cuestión. El Secretario informó que á pesar de eso la Comisión Directiva se habia conducido con prudencia, porque en el caso de la memoria ac- tual el Sr. D. Florentino Ameghino, su autor, habia ificurrido en un error fundamental, atribuyendo una edad remotísima á objetos que apenas tendrían tres ó cuatro siglos, y declaraba fósil lo que es contem- poráneo de los aluviones modernos. Se estendió en esplicaciones sobre las diferentes tentativas frustradas á propósito del descubrimiento del hombre fósil en la provincia de Buenos Aires; y concluyó declarando que cuando el autor de la memoria presentase mas pruebas y mayores datos, la cuestión seria resuella de uno ú otro modo y se daría cuenta á la Asamblea, no ya de una parte, sino de todo el espediente. ■■"■■■'Mi 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El. Sr. Guerrico, dijo que por las diferentes esplicaciones que ha- bla escuchado notaba falta de suficientes datos para ilustrar un punto tan importante como el que trataba la memoria. Habia oido decir también que anteriormente su autor habia recibido un diploma de la Sociedad. Pensaba que no se debia leer ahora la memoria hasta no conocer el resultado de los nuevos estudios que iban hacerse, no solamente por que se tendría actualmente un conocimiento parcial del asunto; sino también por cuanto la Sociedad tenia el deber de guardar respeto á su diploma, concedido en 1875, que podría resultar comprometido por su memoria si ella no diese un resultado satisfactorio. Se adhería pues al aplazamiento de la cuestión^ como lo habla resuelto la Junta Directiva. El Secretario observó que al votar el aplazamiento debia hacerse de modo que la Asamblea declarara si la Comisión Directiva tenia facultad ó no, para proceder como lo ha hecho en el caso en cuestión, á fin de dejar un antecedente sobre la materia. Apoyada esta indicación, se votó y resultó aprobada la conducta de la Comisión Directiva, con lo cual terminó la sesión á las 10 '/= de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. SESIONES DE LA COMISIÓN DIRECTIVA Sesión del 9 de Marzo de 1875. L^'p^Qjg Con asistencia de los Sres. espresados al margen, bajo Pico la presidencia del Sr. Kyle se abrió la sesión á las 2 1/2 Zehl\L íle la tarde. Se dio lectura á las siguientes comunicaciones : 1» Una carta del Sr. Secretario pidiendo fuese disculpado por su no asistencia á la presente sesión, prometiendo cumplir con sus obligaciones una vez concluidos sus exámenes Universitarios. 2» Una nota del socio D. Francisco Mané, comunicando su renuncia como miembro de la Sociedad. 3" Una nota de igual tenor del socio D. Emilio Mitre. Se tomó en consideración una nota del Sr. Ministro de Hacienda de la Provincia al Presidente de la Sociedad, en la que se la pedia nom- brara un Ingeniero para practicar algunos trabajos en el pueblo de San Isidro. Después de cambiar ¡deas sobre este punto, se resolvió encargar al Sr. D. Pedro Pico la redacción de una nota en contestación. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 61 Se leyó una carta en francés remitida á esta Sociedad por el Presi- dente de la Sociedad Rural, escrita por M. Graves, de San Gerónimo del Rosario, pidiendo la opinión y protección de la Sociedad, para llevar á cabo una invención hidráulica. Se nombró una Comisión compuesta de los Sres. Ingenieros, Fáder, Sánchez Nuñez y Emilio Rosetti para su estudio. Después de una corta conversación sobre el nombramiento de un Ge- rente de la Sociedad, según lo dispuesto por el nuevo Reglamento se levantó la sesión á las 3 1/2 de la tarde. Juan J. J. Kyle Presidente. Estanislao S. Zcballos Secretario. Sesión del día 31 de Marzo de 1875. Kyic El 31 de Marzo y bajo la presidencia del Sr. Kyle, iiji.'o con asistencia de los Sres. espresados al margen, se Ramorino abrió la sesion á las 3 de la tarde. Zcballos El Gerente, que suplia la ausencia del Secretario, dio lectura al Programa del Concurso del año 1876, presentado por el Sr. Lacroze, que fué aprobado con una pequeña rectificación en su 3» parte. El Sr. Lacroze propuso celebrar el aniversario de la fundación de la Sociedad, contribuyendo de este modo á aumentar su vida, con la adjudi- cación de un premio á alguno de los trabajos presentados. El Sr. Ramorino espresó la conveniencia de abrir un certamen, propo- niendo una tesis de interés general. El Sr. Lacroze contestó aprobando el fondo del pensamiento, pero objetó la premura del tiempo para verificarlo. El Sr. Pico obviando esta dificultad, formuló como tesis « Observa- ciones sobre las Obras de Salubridad que se están verificando en la Ciudad de Buenos Aires » y reconociéndose lo interesante de la materia, la fa- cilidad de adquirir los datos necesarios y la posibilidad de la ejecución dentro del plazo señalado, fué aprobada la proposición. Se acordó anunciar por medio de los periódicos el concurso de este año, y de la misma manera y en folletos el del año venidero. Se pasó al nombramiento de la Comisión encargada de redactar el programa y resultaron elegidos los Sres. Pico, Ramorino y Rosetti. Abierta la discusión sobre la naturaleza de los premios, el Sr. Lacroze sostuvo que debian ser honoríficos al mismo tiempo que pecuniarios, aprobándose unániraamente. El Sr. Pico quedó encargado de visitar al Sr. Presidente de la Socie- dad para arreglar el asunto de su renuncia é instarle á que presidiera 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la próxima Asamblea General, por exigirlo el carácter del asunto en dis- cusión, acordándose celebrarla el 2 Abril y que las citaciones fueran personales. Sin mas asunto de que tratar, se levantó la sesión á las A de la tarde JüAN J. J. Kyle, Presidente. Estanislao S. Zebdlos, Secretario. Sesión del 8 de Abril de 1875. Kyle El dia 8 de Abril, con la asistencia de los Sres. es- Ramorino presados al margen y bajo la presidencia del Sr. Kyle, J^"**^"' se abrió la sesión á las 3 4/2 de la tarde. Lacroze ' El Sr. Rosetti dio lectura al programa del próximo Concurso, presentado por el Sr. Pico, miembro de la Comisión encar- gada de redactarlo. El Sr. Lacroze propuso que se sustituyera con varios premios de estimulo. El Sr. Kyle insinuó que debia versar sobre aplicaciones cientilicas y se determinó, en vista de la imposibilidad de reducir el anterior sin muti- larlo, que se conservara para el año próximo . Se aprobó el nuevo pro- yecto nombrándose á los Sres. Kyle, Pico y Ramorino, miembros de la Comisión^ redactora del programa. Se conversó sobre la naturaleza de los premios, esponiendo en favor de que estos debian ser honorillcos y pecuniarios y se dijo que la Sociedad Rural, que cuenta con menos recursos que la científica, por sus muchos gastos habia adoptado este sistema. Se nombró la Comisión que verifique las nivelaciones de la ciudad, confor- me con la determinación de la Asamblea General, resultando elegidos los señores Firmal, Lavalle, Huergo, Cooper y Medici. Se facultó al Gerente para que adquiera los artículos que exije la cla- sificación de la Biblioteca y sin mas asunto de que tratar se levantó la sesión á las 5 de la tarde. Juan J. J. Kyle, Presidente. Estanislao S. Zeballos, Secretario. actas de las sesiones de 1875 63 Sesión del 21 de Abril de 1875. Kyie Con asistencia de los Sres. espresados al margen y Ramorino fjgjg ¡^ presidencia del Sr. Kyle, se abrió la sesión á las Zebalios 3 de la tarde. Ma^íione Discutióse el proyecto de Esposicion, determinando la Junta constituirse en Comisión y nombrar una especial que estudie el plan de su organización ; resultaron electos para formarla los Sres. Kyle, Pico y Zeballos. El Sr. Lacroze propuso que el Sr. D. Francisco P. Moreno formara parte de la Comisión, lo que fué aceptado. El Sr. Zeballos indicó que convenia determinar las atribuciones de la Comisión nombrada. El Sr. Pesidente le espuso todo lo hecho anteriormente sobre este par- ticular y propuso que se anunciara por la prensa la Exposición y que se solicitara el concurso público para su mayor lucimiento. El Sr. Zeballos trazó un proyecto de clasificación de las diversas sec- ciones en que debia dividirse la esposicion de objetos y con algunas adiciones quedó aprobado como base de los trabajos de la Comisión. Se acordó que la Junta Directiva se reuniera dos veces por semana, los miércoles y viernes, para activar el proyecto. El Sr. Ramorino propuso que se admitieran al certamen las obras pu- blicadas coa anterioridad á la época señalada y se determinó que se aceptaran las que hubiesen visto la luz en los 10 últimos años. El Gerente, que suplía al Sr. Secretario, leyó una comunicación del Sr. Lacroze renunciando á formar parte de la Comisión que dirije la con- fección del mapa de la Provincia. El Sr. Pico, á propuesta de la Junta aceptó el puesto que el men- cionado señor deja vacante. Sin mas asuntos de que tratar se levantó la sesión á las 4 de la tarde. Juan J. J. Kyle, Presidente. Estanislao S. Zeballos, Secretario. 64 ANALKS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA DOCUMENTOS (IS95) D. Francisco Lavalle renuncia del cargo de Presidente de la Sociedad. Buenos Aires, Mayo 1" de 1875. Al Sr. Vice-presidente de la Sociedad Científica Argentina, D. Juan J. Kyle. Tengo el honor de dirijirrae cá Vd. pidiéndole se sirva elevar á co- nocimiento de la Asamblea General, la rennncia indeclinable que pre- sento del puesto de Presidente. No obstante el interés que me inspira el adelanto de una asociación tan útil y llamada á prestar servicios de la mayor importancia, mis nu- merosas ocupaciones me obligan á tomar esta resolución, imposibilitado de consagrar el desempeño de los deberes que me impone el cargo con que me honró la Asamblea, el tiempo requerido. Con este motivo me es grato saludar al Sr. Yice-presidente con mi mas particular consideración. Francisco Lavalle. Se nombra Socio Honorario al Dr. D. Guillermo Ravvson. Buenos Aires, 15 de Agosto de 1874. Sr. Presidente de la Sociedad Cienlifica Argentina. Los que suscriben, encargados de informar á la «r Sociedad Científica Argentina» sobre las condiciones de admisibilidad del Dr. D. Guillermo Rawson, para ocupar un puesto honorífico en la Asociación, acordaron aconsejar á la Asamblea se le adjudique el diploma de socio honorario, en razón de su carácter, de su residencia en Buenos Aires, de su amor á la ciencia, de su vasta inteligencia y del mérito de sus servicios al pais. Todo lo cual lo firmamos unánimemente. /. Lacroze.— Estanislao S. Zeballüs.—' J. Ramorino. \ ■ ' Buenos Aires, 3 de Setiembre de 1874. Aceptada por unanimidad. E. S. Zeballos Secretario 1° documentos 65 Visita á la Nueva Cárcel. Al Sr. Presidente de la Sociedad Cienlífidí Argentina, D. Pedro Pico. En este momento recibo la nota que se ha servido dirijirme el Sr. Presidente con fecha 26 del corriente, avisándome que mañana tendrá lugar una visita de la Sociedad á la obra de la nueva cárcel. A causa de haber recibido el aviso con tan poca anticipación, no puedo prometer á Vd. mi asistencia á esta escursion, pero haré lo posible para tener el placer de servir de guía á la Sociedad. Siendo necesario presentar una entrada para poder entrar á la obra, me permito adjuntarle cincuenta tarjetas, para que se sirva repartirlas á los señores que concurren á la reunión. Saludo á Vd. con toda consideración. S. A. S. E. Bunge. Buenos Aires, Noviembre 27 de 1875. Se nombra Socio Honorario al Dr. D. Germán Burmeister. Buenos Aires, 3 de Diciembre de 1875. Sr. Presidente de la Sociedad Ciendfica Argentina, D. Pedro Pico. Los que suscriben, colocándose en las condiciones exijidas por el Re- glamento, tienen el honor de presentar á la Comisión Directiva, para que se sirva resolver lo que crea conveniente, al Sr. Dr. D. Germán Burmeis- ter, para ocupar el puesto de socio honorario de esa asociación. Estanislao S. Zeballos. — Walter F. Reid. — CárlorBerg. — Guillermo White. — Victorino Pérez. — A. Biiltner. — Juan M. Cagnoni. —V. Baíbin. — E. Rosetti. — E. Aguirre. Al acuerdo en la sesión del 9 de Diciembre de 1875. La Comisión Directiva resuelve aceptarlo. Estanislao S. Zeballos Visita al Ferro Carril del Oeste. Buenos Aires, Diciembre 20 de 1875. Al Sr. Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina, D. Guillermo White Tengo el gusto de contestar la ñola de Vd. fecha 16 de Diciembre, comunicándole que el Directorio que presido ha accedido gustoso al pe- 6. 66 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dido que en ella se hace, ordenando al mismo tiempo, que se ponga un tren espreso de la Estación Parque á los talleres, á disposición de Vd. el dia y hora que esa Asociación designe para visitar el Estableci- miento. Aprovecho la ocasión para saludar, al Sr. Vice-presidente con toda consideración. A. Cambacéres. Enrique Peña. Secretario. MEMORIA SOBRE EL leída por su presidente EN LA ASAMBLEA DEL 15 DE JULIO DE 1876 AL TERMINAR EL AÑO ADMINISTRATIVO Señores Socios; Cumpliendo con lo que dispone el ai t. 24 de nuestro reglamento, ven- go á daros cuenta en esta Asamblea del estado actual de la Sociedad, y de todo lo mas importante que ha tenido lugar en su administra- ción interna, durante el año social trascurrido. En punto general, bien sabéis que la Sociedad marcha en el sentido de un progreso bien marcado, tanto en el aumento del número de sus socios, cuanto en la regularidad de sus sesiones en las que se tratan siempre asuntos científicos de grande interés. Esta marcha de la Sociedad, hacia el lleno de los fines de su insti- tución, le ha grangeado el aprecio y las consideraciones públicas ; y es de esperarse que siguiendo el mismo sendero, ella alcanzará muy en breve á obtener en todas partes como aquí, el aprecio y consideracio- nes obtenidas por sociedades análogas. La época del amor al estudio de las ciencias naturales y aplicadas, ha llegado para la República Ar- gentina; y aun cuando el hecho se haya realizado sin el impulso de es- tímulos directos, no puede negarse que nuestra Sociedad, por sus actos, obra muy eficazmente en el sentido de mantener vivo ese amor al es- tudio, alimento necesario Je la vida intelectual. Continuemos pues co- mo hasta hoy, ocupándonos, con circunspección y modestia, de las cien- cias aplicables á los intereses materiales del país, y la Sociedad alcan- zará los benéficos resultados que se propuso. La Sociedad cuenta hoy con el número de ciento cinco socios activos, tres honorarios, y doce socios corresponsales. Las listas nominales de estas tres categorías de socios se publican mensualmente en los Ana- 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA les, por lo que me creo dispensado de hacer lectura de ella en este lugar. En Agosto del año pasado de 1875 el número de socios activos era de noventa y cuatro, honorarios dos, y corresponsales dos, de modo que la Sociedad tiene hoy un aumento de once socios activos, uno honorario y diez socios corresponsales. El estado del número de socios que acabo de haceros conocer, no demuestra sin embargo el verdadero movimiento en el ingreso y salida de socios, y para que forméis ¡deas justas de ese movimiento debo de- ciros : que durante el año trascurrido han ingresado á la Sociedad trein- ta y siete socios activos, y han dejado de serlo veinte y dos por causa de haberse ausentado del país, por otras que no es necesario reíerir, y por la muy sensible de su fallecimiento. Como socio honorario tenemos ingresado en este año, al muy digno y sabio director del Museo Provincial, Sr. Germán Burmeister; y como socios corresponsales á los Sres. D. Juan Martin Leguizamon en Salta, D. Luis Brackebusch en Córdoba, D. C. Van Beneden en Lieja, D. Juan Lu- bbock y D. Walter F. Reid en Londres, D. Jorge Claráz y D. Felipe Ca- ronti en Babia Blanca, D. Luis Jorge Fontana en Villa Occidental, y D. Manuel Sánchez Nuñez en Montevideo. Tiene pues la Sociedad socios corresponsales en el exterior como en el interior de la República ; y sus nombramientos han empezado á dar ya muy buenos resultados en provecho de la Sociedad. Los correspon- sales en Salta y Babia Blanca han remitido muy interesantes memorias que han sido publicadas en nuestro periódico < Los Anales». Los socios activos, por su parte, han presentado á la Sociedad nu- merosos é interesantisimos trabajos científicos, como habéis tenido oca- sión de juzgarlo por la lectura en Asamblea de las memorias respectivas. Esos trabajos han versado sobre temas de Ingeniería Civil, Química, Geo- logía, Mineralogía, Arquitectura, Geodesia, Meteorología, Historia natural, y Esploraciones Científicas, los cuales muestran palpablemente los co- nocimientos especiales de los miembros de la Sociedad, cuyo conjunto es el núcleo que le da vida é importancia. Contamos también entre nuestros socios un número considerable de jurisconsultos, y de ilustrados profesores de Ciencias Médicas. Personas extrañas á la Sociedad han presentado también á su consi- deración memorias sobre lemas de Historia Natural, Química y Antro- pología. La memoria sobre el segundo de estos temas y que tiene por objeto mejorar el alumbrado á gas ha sido sometida al estudio de una comisión especial^ la cual se ha expedido ya, diciendo que el mejora- miento de que se dicen autores los que han presentado la memoria, no tiene nada de original ; y que los resultados de su aplicación son muy peligrosos en la práctica. La memoria sobre el tema tercero que trata sobre la interesantísima ESTADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 69 cuestión de la existencia del hombre fósil en la Provincia, ha sido es- tudiada también por una comisión especial, y aplazado su juicio hasta que el autor de la memoria D. Florentino Ameghino, presente á la So- ciedad mayores datos que los que ha tenido presentes, y que no acom- paña á su memoria, para basar sus deducciones en tan importante ma- teria. Por lo dicho hasta aqui, los señores socios pueden juzgnr debidamente del estado de la Sociedad en el sentido que la be bosquejado. Pasaré ahora á daros cuenta de su marcha administrativa. Al entrar á funcionar, á principio del año social, la nueva Junta Direc- tiva,'-*-ella se componia de los siguientes Sres : D. Guillermo White, Vice-presidente primero; D. Emilio Rosetti, Vice-presidenle segundo; Dr. D. Estanislao S. Zeballos, Secretario; D. Adolfo Büttner, Teso- rero; y de los Vocales Sres, : D. Luis Antonio Huergo, D. Francisco P. Moreno, D. Ángel Silva, D. Santiago Brian y D. Walter F. Reid, de quien conservamos tan buenos y amistosos recuerdos después de su partida para Inglaterra. Posteriormente esta Junta fué modificada, por renuncia del Sr. Moreno que fué sostituido por D. Valentín Balbin; al Sr. Tesorero Büttner le sostituyó el Dr. Dn. Carlos Salas, y el Sr. Reid fué reemplazado por el Sr. D. Carlos Olivera. En sus primeros trabajos la Junta Directiva encontró que la Secre- taría, á cargo del Sr. D. Francisco Arbazuza estaba malisimamente serrida. El Sr. Secretario Zeballos, notó desde luego que los libros de actas y los documentos del archivo estaban en completo desorden ; y el Sr. Büttner como Tesorero halló una contabilidad sin sistema. Fué necesario pues que la Junta Directiva, siguiendo las indicaciones del Secretario y Tesorero, se consagrase á un trabajo ímprobo para arreglar y mejorar nuestra Secretaria y Contabilidad. El Sr. Tesorero propuso la compra de libros para que la contabi- lidad fuese llevada de un modo formal, indicando también la necesidad de mandar hacer libros talonados para que quedara siempre constancia de los pagos hechos por la Tesorería. Propuso también el nombra- miento de un Tenedor de Libros para que abriese, arreglase y cerrase los que debia usar la Sociedad ; y todas estas medidas fueron estudia- das y adoptadas por la Junta Directiva, dando por resultado satisfactorio el que la Tesorería quedase perfectamente arreglada. El Sr. Secretario por su parte propuso las mejoras que debian in- troducirse en Secretaría y ellas fueron aceptadas. Dicho señor encontró que el libro de actas de Asambleas, estaba incompleto y desordenadamente llevado: fallaban muchas actas, de las cuales algunas solamente pudieron encontrarse en apuntes sueltos; y con es- tos documentos incompletos se pudo arreglar un nuevo libro que las 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA contiene^ como contiene también en perfecto estado, todas las actas del año trascurrido. En cuanto al libro de actas correspondientes á las sesiones de la Junta Directiva puede decirse que tal libro no existia. Faltan todas las actas correspondientes á los años de 1872 y 73 hasta Setiembre de 1874, de modo que carecemos de los antecedentes sobre los trabajos de las Juntas Directivas de esos años. Esta falta sensible no puedo explicárosla ; y el nuevo libro que se ha formado con este fin, contiene en perfecto estado todas las actas desde Setiembre del año 74 hasta la fecha. Basta inspeccionar esos libros, lo mismo que los de con- tabilidad, registros de socios, y comunicaciones, para apreciar el estado de orden en que la Secretaría se encuentra, y valorar la competencia y contracción de nuestro actual Gerente Sr. D. Florencio Mármol^ á quien muy merecidamente recomiendo al aprecio de los señores Socios. Los documentos sueltos que el Sr. Secretario encontró pertenecientes á los años ya citados, lo mismo que los que se han recibido durante el presente, han sido arreglados por el Sr. Secretario por sesiones y mate- rias, de suerte que oportunamente pueden catalogarse para formar esta parte del archivo. Hoy es fácil buscar y encontrar con prontitud cualquier documento que se necesite. Para arreglar la Secretaria el Sr. Secretario pidió autorización á la Junta para hacer los gastos necesarios, y la Junta lo autorizó para ello. Por esta autorización, se procedió á la compra : De una prensa y libro copiador para dejar constancia de todas las comunicaciones de la Sociedad. Se abrió un libro de entradas y salidas para llevar nota de los asuntos que tramitaran por la 'Sociedad. Se organizó un registro de Socios con expresión exacta de sus domi- cilios, para hacer puntualmente el servicio de citaciones. Se tomó un empleado para las mismas citaciones, servicio interno, y para llevar y traer documentos á la firma, y otros servicios mas. Se construyeron estantes y cajas adecuadas para la conservación del archivo. Se adoptó y mandó hacer un escudo para sello mayor de la Sociedad, el cual figura ya en los nuevos diplomas mandados hacer por la Junta Directiva, por haberse concluido los primeros. Se ha organizado el servicio interno, acordando que el local de la So- ciedad esté abierto desde las 12 á 4 de la tarde; y desde las 8 á las 10 de la noche. No entraré á enumerar muchas otras medidas adoptadas por la Junta Directiva tendentes al arreglo de la Secretaría, la cual se encuentra hoy en un estado que no deja nada que desear. Respecto á las reuniones que celebra la Sociedad, ellas afortunada- mente no han tenido motivo de trastonarse. Las Asambleas bimestrales ESTADO DE LA. SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 71 se han efectuado regularmente; y las sesiones de la Junta Directiva han sido sin interrupción dos veces por semana. Me hago un deber de recomendar muy especialmente en esta Asamblea á los señores Socios que componen la actual Junta Directiva, modificada la que existia á principio del año por los señores Stcios Dr. D. Carlos Salas como tesorero reemplazante del Sr. Büttner, D. Valentín Balbin del Sr. Moreno y D. Carlos Olivera del Sr. Walter F. Reid. La con- tracción de los miembros de la Junta Directiva al servicio de las ne- cesidades é intereses de la Sociedad ha sido constante ; y la cordura de sus deliberaciones ha satisfecho la confianza que en ellos depositasteis. Estamos en vísperas de hacer un nuevo nombramiento, y no dudo que los Sres. Socios que les sucedan, han de seguir rindiendo á la Sociedad iguales servicios. La Biblioteca, comprendida en el ramo Secretaría, ha dado mucho que hacer para ponerla en el estado en que hoy se encuentra. Debido al mal arreglo de la Secretaria, la Sociedad estaba suscrita por duplicado en dos librerías, á unas mismas revistas Europeas, causando asi un gasto sin motivo de mas de dos mil pesos anuales. El Sr. Secretario y el Sr. Gerente actual se reunieron frecuentemente, y después de un gran trabajo material, pusieron en orden todas las obras, revistas y folletos sin encuadernar que estaban colocadas en confusión en un solo estante que tenia la Sociedad. Fué necesario hacer colecciones de todos los periódicos científicos que la Sociedad recibía, y resultó que para el completo de esas colecciones fallaban varias entregas. En vista de los informes á esle respecto, la Junta Directiva autorizó al Sr. Secretario para lo siguiente : 1» Para encargar á Europa las entregas que faltaban. 2" Para proceder á la encuademación de las obras, periódicos cientí- ficos y revistas existentes, y de las que en adelante se recibiesen. 3" Para vender los duplicados é invertir su producido en nuevas ad- quisiciones. A consecuencia de estas y otras resoluciones de la Junta Directiva, la Sociedad se suscribió á numerosas publicaciones que antes no recibía ; y en el primer número de los Anales se ha publicado el Catálogo de los periódico; científicos que los Sres. socios pueden consultar en la Biblioteca. Como resultado de las mismas resoluciones, se han mandado hacer estantes suficientes para los libros de nuestra ya importante Biblioteca. Estos estantes y otros objetos mas para el servicio de la Sociedad, han sido construidos bajo la dirección del socio Sr. D. Ángel Silva^ miembro de la Junta Directiva muy recomendable por su contracción y actividad. Se han encuadernado ciento sesenta y dos obras, cuyo número de volúmenes asciende á seiscientos cincuenta y cuatro. Desde Julio del año anterior hasta la fecha se han comprado sesenta y una obras científicas, figurando entre ellas los mejores diccionarios de idiomas 72 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vivos. Estas obras con las anleriorinente existentes forman un total de setecientos veinte y tres volúmenes, de modo que la biblioteca lia tenido un aumento considerable y valioso. Por donaciones de los Socios la biblioteca ha tenido también un gran aumento qne asciende á un número de noventa volúmenes, sin contar la duplicación y á veces mayor número de ejemplares de publicaciones en forma de folletos. El movimiento que han tenido los libros de la Biblioteca durante el año ha sido haberse prestado á los socios el número de setenta y un volúmenes como consta del libro respectivo. A mas de las donaciones de libros, la Sociedad ha recibido valiosos objetos presentados por sus socios, como son, planos, objetos de his- toria natural, trabajos de arte, un globo terrestre, colecciones geológicas, minerales, y monedas destinadas al Museo de que os daré cuenta mas adelante. Al escribir esta memoria el señor Secretario y el Gerente se ocupan en formar el catálogo de nuestra biblioteca, por un sistema fácil y có- modo para la consulta de las obras que la componen. La Junta Direc- tiva ha resuelto permitir la consulta de la biblioteca á los estudiantes de Ingeniería, previa una autorización especial para el objeto. Esta me- dida es conforme con la base primordial de nuestra institución ; y creo que ella será acojida con aprobación general de los señores socios. Últimamente, esto es, en el presente mes la Junta ha resuelto fran- quear el uso de su biblioteca á los miembros de la Sociedad Rural, cuya resolución ha sido comunicada á su Presidente, suplicándole recabe la misma franquicia para nuestros socios, respecto de su valiosa biblio- teca. Por lo que acabo de haceros conocer, podéis juzgar del buen es- tado en que se encuentra nuestra biblioteca, provista de todas sus ne- cesidades presentes, y llevados en buen orden los libros en que se re- gistran las compras, donaciones, encuademaciones y movimiento de sus obras. Museo. — Nuestro naciente Museo empezó á formarse el año anterior por una moción hecha por el socio señor Zeballos y apoyada por los seño- res Moreno y Maglione con arreglo á lo que dispone nuestro reglamento. El socio señor D. Francisco P. Moreno fué encargado de su direc- ción; pero habiéndose ausentado en sus exploraciones científicas le rem- plazó interinamente el Sr. Walter F. Reíd. Por ausencia de este se- ñor fué nombrado interinamente director el Sr. D. Carlos Berg cuyo nombramiento ha sido después confirmado en director propietario por renuncia que hizo el Sr. Moreno. El nuevo director del Museo, cuya competencia en la materia es bien conocida me ha manifestado que no ha llegado la oportunidad de hacer su clasificación, por la escasez de objetos que poseemos; pero no dudo que nuestro Museo se aumen- tará y que su director actual llenará su cometido debidamente. ESTADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 73 Siento que aun no se hayan recibido objetos muy valiosos de anti- güedades americanas de una época ante-Colombiana que el socio corres- ponsal en Salta envia para el museo de la Sociedad, y los cuales han su- frido una detension lamentable en su tránsito. Anales de la Sociedad. — El socio Sr. Zeballos presentó un proyecto á fines del año anterior á la Junta Directiva para la publicación de los Anales, de acuerdo con lo que dispone nuestro reglamento. Ese proyecto después de estudiado y aprobado, pasó á ser considerado en Asamblea y esta resolvió la publicación que desde el mes de Enero sigue hacién- dose regularmente. Esta publicación es sin duda alguna de gran provecho para la So- ciedad en el sentido de hacer conocer del público los trabajos de que se ocupa; de su marcha, y de sus adelantos. Ella es además el ver- dadero archivo de la Sociedad en cuanto á la conservación ordenada de los documentos de su fundación, y de su progreso. La lectura de las memorias publicadas hasta hoy muestran que existe en Buenos Aires una sociedad ocupada exclusivamente de los intereses intelectuales é industriales de la República. Su historia natural, sus pro- ducciones, sus fábricas y sus obras públicas, son los temas que ocupan sus páginas ; y cada una de esas memorias establece un motivo de es- tudio especial, sobre asuntos casi completamente descuidados, antes de ahora. Por mas benéficas é instructivas que sean estas publicaciones, no en- cuentran desgraciadamente por su naturaleza, el apoyo eficaz que ne- cesitan ; asi es que debemos hacer nuevos esfuerzos individuales en el sentido de que los Anales tengan mayor número de suscritores. Por la partida correspondiente en el balance de los fondos de la Sociedad, veréis que para los Anales resulta un pequeño déficit mensual. Los Anales cuentan hoy con ciento trece suscritores, y treinta ejem- plares que toma el Gobierno Nacional. El folleto se distribuye puntual- mente á los socios y suscritores ; se remite á los socios corresponsales, y se mandan veinte y cuatro ejemplares al Gobierno de la Provincia que presta á la Sociedad un eficaz apoyo, y del que os hablaré mas adelante. La Comisión redactora se reúne oportunamente, y me hago un deber en recomendar á los socios que la componen por su contracción. La Comisión es ayudada eficazmente por el Sr. Secretario, miembro que lo es de la misma, atentos sus conocimientos especiales en la materia. Paso ahora á daros cuenta del estado de la Tesorería: Los recursos principales de la Sociedad son los siguientes : Cuotas mensuales de los socios activos; ingresos de nuevos socios; subvención del Gobierno de la Provincia. Este último recurso es una poderosa pa- lanca para la existencia de la Sociedad ; y á pesar de las circunstancias actuales respecto á finanzas, la subvención del Gobierno ha sido satis- fecha hasta el primer trimestre del presente año. 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Según la memoria leida á la Sociedad en la Asamblea del 15 de Julio de 1875, por el Sr. Presidente D. Juan J. Kyle, resultaba en efectivo en la Caja de la Sociedad, la cantidad de treinta y cinco mil trescientos cincuenta y seis pesos ; y treinta y seis mil que debia el Gobierno de la Provincia por subvenciones á cobrar. Pero estas dos partidas no eran las que constituían solamente el ac- tivo de la Sociedad; su biblioteca y mobiliario no habían sido avaluados. Al hacer el arreglo de la contabilidad, la nueva Junta Directiva vio la necesidad de capitalizar todo lo que á la Sociedad le pertenecía ; y en el balance hasta 31 de Diciembre último, publicado en el número tercero de los «Anales» aparecen capitalizados la biblioteca, muebles y museo, resultando un activo de 148,861 pesos. En el Balance presentado por el Señor Tesorero, Dr. D. Carlos Salas, desde 1" 'de Enero hasta hoy día de la fecha, aparece un activo de 191,461 $, resultando un aumento de 42^600 $ en seis meses. En esta suma están incluidos 2150 $, entregados á la Sociedad por la Comisión del banquete, que algunos amigos del socio Sr. Moreno le die- ron á su regreso de Patagonia, y como sobrante de los fondos recolec- tados con ese objeto. Esta caritidad está destinada á auxiliar la publi- cación que haga el señor Moreno de sus esploraciones científicas, de acuerdo con los deseos manifestados por dicha Comisión. He aquí el Balance : Estado general, el 15 de Julio de IS?6. ACTIVO Existencia en efectivo: En el Banco Provincial.! 45.075 En Caja 177 4 $ 45.252 4 Biblioteca: Importe de libros comprados y donados $ 96.671 Muebles: Importe según compras 11.060 Museo: Existencias 5.000 112. 73í Deudores: Gobierno de la Provincia por sub- vención, 2" trimestre de 1876 $ 18.000 Gob"" Nacional, por suscricion á los Anales.. 4.500 Varios socios: Cuotas de ingreso. ...$ 1500 « trimestrales . . 5400 Suscr™ de los Anales.. 3000 $ 9.900 F. Dénis (cobrador) saldo de s/c 1.078 33.478 t 191.461 4 ESTADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 75 PASIVO Impresión de la Memoria del Sr. Moreno ; Re- cibido para este objeto S 2.150 Capital: El 31 de Diciembre de 1875 $ 148.861 Ulilidades.— Enero 1» á Julio 15 de 1876... 40.450 4 189.311 4 $ 191.461.4 S. E. ú 0. Buenos Aires, Julio 15 de 1876. Las dos Planillas siguientes, esplican el movimiento de la Caja de la Sociedad durante el año social, esto es, desde Agosto de 1875 hasta la fecha. Movimiento de Caja.— Agosto @ de 1875 á Julio 15 de 1876. ENTRADAS Recibido del Tesorero en Agosto 6 de 1875: Eli el Banco de la Provincia ..-.$ 63.536 En Caja 2.627 $ 66.163 Gobierno de la Provincia: Por subvención desde Julio de 1875 á Marzo de 1876. . 54.000 Contribuciones trimestrales : Recibido 56.050 Ingresos : Recibido 7 . 800 Impresión de la Memoria de Moreno 2 . 1 50 F. Denis á cuenta 1 . 800 Donaciones: Recibido 2 . 700 Intereses: Recibido 1 . 527 «Analesy>: Recibido 19.020 $211.230 SALIDAS Biblioteca: Compra de libros $35.035 Muebles: Compras 6.450 Museo: Gastos 600 42 .085 Gastos: Sueldos, alquileres, etc $48.827 Impresiones y avisos 5 525 Comisión por cobranzas 3.182 4 !=> Exposición de 1875 8.130 2" id. de 1876 175 Espediciones científicas 25 . 500 Útiles de escritorio 2.926 94.265 4 Ganan^ y pérdidas: Devolución al Sr. Büttner. 1 .400 « Anales s : Gastado desde su instalación. . . 28.227 Existencia : En el Banco $ 45 . 075 Id. En Caja 177 4 45.252 4 Julio 15 de 1876. $ 211.230 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Estado siguiente es relativo puramente á los «Anales» el cual os impondrá del pequeño déficit que resulta mensualmente, y del que os he hablado ya. Con muy pocos esfuerzos, esto es, con el aumento de 30 suscritores, la publicación se costea perfectamente, lo cual llenará las aspiraciones de la Sociedad. Anales de la Sociedad Científica Argentina 1° Enero á Julio 15 de 1876 DEBE A impresión: Pagado á Coni s/c $ 19.270 A ilustración: Á varios s/cts 3 . 000 $ 22 , 270 Sueldos: Al escribiente $ 3.000 Al repartidor 2.400 5.400 A varios gastos s/cts ~ 557 $ 28.227 HABER Por suscriciones: Cobrado hasta la fecha $ 19.020 Por deudores: Gobierno Nacional $ 4.500 Suscritores 3.000 7.500 Por balance: pérdidas 1 . 707 S. E. ú 0. $ 28.227 Buenos Aires, Julio 15 de 1876, Concluida la tarea de haceros conocer el estado actual de la Socie- dad, debo daros cuenta también de las resoluciones mas importantes lomadas en Asamblea y por la Junta Directiva. El socio, Señor D. Francisco P. Bloreno, dirijió á la Sociedad en Se- tiembre del año anterior una nota, haciéndole saber su determinación de hacer una esploracion científica de las costas del rio Negro, desde el Carmen de Patagones hasta la ciudad de Valdivia en la costa del Pacifico, atravesando la Cordillera, y examinar el gran lago Nahuel-Huapi, tan renombrado en la historia de los primeros descubridores de este continente. La Junta Directiva acojió con entusiasmo el pensamiento, accediendo á la solicitud del esplorador, que pedía á la Sociedad le auxiliase con recursos pecuniarios. Sometida esta determinación á la Asamblea, fué calorosamente aprobada, y se resolvió dar al Sr. Moreno )a cantidad de 25.000 $ m/c. El Gobierno Provincial, á quien invitó la Sociedad á tomar parte oficial en la empresa, contribuyó con igual suma y el Sr. Moreno partió en su atrevida esploracion. La importancia de ESTADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 77 estas resoluciones se hicieron sentir en beneficio del nombre de la So- ciedad . El esplorador argentino, fué contrariado en el éxito completo de su pensamiento, por la fuerza mayor del cacique que habita las faldas de la Cordillera; pero á pesar de las muchas contrariedades sufridas, según su derrotero, publicado en los «Anales», el joven viajero hizo flamear nuestra bandera sobre la cumbre de los Andes. Mientras la Sociedad protejia esploraciones al través de la Patagonia, ella no se olvidaba del interés que le inspiran los establecimientos fa- briles que la rodean. Se han ejecutado escursiones á un gran número de ellos con éxitos muy provechosos. En cada una de estas escursiones se nombra una comisión para redactar una memoria descriptiva del esta- blecimiento, la cual publicada en los «Anales» hace conocer de sus lectores el establecimiento visitado. En todas partes es recibida la So- ciedad con verdadera satisfacción, y los dueños de esos establecimientos agradecen cordialmenle la honrosa distinción que dicen recibir. Los establecimientos y obras visitadas son las siguientes : Fábrica de cimentos del pais; Canal de San Fernando; Torre para la toma de agua para la ciudad; La nueva cárcel; Talleres del Ferro-carril del Oeste; Fundición de tipos del Sr. Estrada; Fábrica de cristal de los señores Pini y Arri- gorria; Fábrica de igual clase del señor Bordoni y C'''; Fábrica de pa- ños; Fábrica de galletitas del señor Bagley; y Taller de Tintorería del señor Prat. Por moción del socio, señor D. Luis A. Huergo, la Sociedad se ocupó y nombró una comisión para fijar el nivel ordinario de aguas bajas de\ Rio de la Plata, con el objeto de establecer un plano de comparación, al que deben referirse todas las obras de ingeniería construidas y que en adelante se construyan. La Comisión se espidió con un informe que se registra en el último número publicado de los «Anales». Ese informe se ha hecho conocer de los Gobiernos Nacional y Provincial, por medio de una nota en que se les invita á adoptar las medidas en él aconse- jadas. Las medallas y diplomas acordados en el concurso y exposición de 1875, fueron mandadas hacer y se distribuyeron en este local con toda la solemnidad del caso. Confeccionado el programa para el concurso y exposición de este año se mandó publicar. Se han presentado Memorias sobre tres de los te- mas propuestos, y examinados por comisiones especiales, se han acor- dado los premios á que sus autores se han hecho acreedores. El acta de la Asamblea anterior que se acaba de leer en la presente, hace sa- ber que los señores premiados con diplomas de mención honorífica por las Memorias presentadas, son : Dr. D. Estanislao S. Zeballos en el tema Geología; D. Ignacio Firmal en el de Ferro-carriles y D. Joaquín Ma- queda, en Arquitectura. El día 28 del presente es el señalado para el 78 ANALKS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA acto de la distribución de esos premios; y espero que los señores socios harán de su parte todo lo posible, para darle el realce é importancia que debe tener. El mismo dia 28 se hará una exposición de objetos industriales de los que se están ya recibiendo gran cantidad, por lo cual debemos juz- gar que la exposición de este año ha de ser interesantísima. La Memoria que el señor socio D. Miguel Puiggari presentó en el concurso de 1875 se mandó imprimir en número de 500 ejemplares, que fueron distribuidos á las autoridades del pais y á aquellas personas de la administración que pueden influir en la planteacion de fábricas de ácido sulfúrico, sobre que versa la Memoria. Se ha acordado y nombrado una Comisión para la revisión y reforma de nuestro Reglamento, la cual no se ha espedido aun, pero ella está en vísperas de hacerlo. La Junta Directiva para aprovechar del viage que hizo á Europa el socio D. Adolfo Bültner, le entregó 15,000 ps. para emplearlos en obras científicas, según la lista que había en Secretaria formada por los Sres. Socios; con recomendación de" procurarse principalmente todos aque- llas escritas sobre la América del Sud. El Sr. Büttner está de vuelta y rae ha informado que ha comprado veinte y una obras con sesenta y nueve volúmenes. Por resolución de la Junta Directiva, y acuerdo de la Asamblea se autorizó al Sr. D. Ángel Estrada para hacer una publicación particu- lar de la memoria presentada á la Sociedad sobre su fábrica de fun- dición de tipos para imprenta, por el socio Sr. Zeballos. Esa publica- ción ha sido hecha de una manera que corresponde á la merecida re- putación que ha obtenido aquí como en el exterior la mencionada fá- brica del Sr. Estrada. Había olvidado de daros cuenta en el orden de fechas de las perfo- raciones hechas en el territorio de la Provincia, ejecutadas por disposición del Gobierno, 6 indicaciones de la Sociedad. Este asunto ha preocupado mucho la atención de la Junta Directiva y de la Comisión encargada especialmente del asunto; ambas han tenido una constante lucha con el empresario de las perforaciones, socio cesante Sr. D. Carlos Robertson. Desde el principio se vio que las perforaciones no se ejecutaban en la forma debida con arreglo al contrato. Los caños colocados en ellas se rompían quedando inutilizables por el hecho. Se recomendó al empre- sario colocar caños resistentes y siguió colocándolos como al principio. Esta circunstancia, y la informalidad de las relaciones que el Sr. Ro- bertson remitía, junto con el desorden de las muestras de las capas geológicas atravesadas, hicieron que la junta dudase de 1j verdad de esas relaciones y muestras ; y en definiliva aconsejó al Gobierno la ESTADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 79 suspensión de los trabajos, que llevados de ese modo, no daban los re- sultados propuestos. Es muy de sentirse que las perforaciones no se hayan hecho con la propiedad debida ; pues de otro modo se habrían obtenido resultados muy provechosos sobre la geología de la Provincia. El Sr. D. Luis Antonio Huergo, leyó en asamblea una interesante memoria sobre mejoras en la navegación del Riachuelo ; y después de concluida esa lectura, y por moción del mismo señor se nombró una Comisión para dictaminar sobre el mejor medio de canjear con los de- partamentos de Ingenieros Nacional y Provincial, los documentos del archivo de la Sociedad, sobre el tema que se habia tratado, y todos los demás de interés científico ; la Comisión ha sido nombrada, y muy pronto se espedirá en su informe. La Junta Directiva entregó á los socios Zeballos y Balbin 5000 $ para invertirlos en obras cientííicas en las librerías del país ; y estos señores llenaron su cometido debidamente dando cuenta documentada de su inversión. Amas de las resoluciones importantes de que oS he dado cuenta, la Sociedad pasó al Gobierno un luminoso informe sobre un proyecto que le fué presentado, para la planteacion de una fábrica de azúcar en el pais, y el cuál informe ha sido publicado en los «Anales». Actualmente tiene la Sociedad un espediente á informe, que el Go- bierno le ha remitido, sobre la conveniencia ó inconveniencia de ena- genar unas lagunas en el partido de Chascomús, encadenadas con el Salado. La Sociedad debe desear siempre ser útil al Gobierno en justa reci- procidad del eficaz apoyo que de él recibe. La Sociedad científica se dirigió al Gobierno Nacional llamándole su atención sobre una memoria leida en asamblea, escrita por el socio Sr. Puig- garí, sobre un mineral de hierro de la Provincia de San Luis ; pues de su análisis y varios antecedentes resultaba que su esplotacion, podia ser de grande importancia para el país. La memoria, á que acabo de dar lectura señores socios, he tratado de hacerla tan sencilla como verídica para que podáis formar un juicio exacto del estado y marcha de nuestra sociedad durante el año social que termina. Solo me resta recomendar muy especialmente á la Junta Directiva, y á todos los socios que han desempeñado comisiones especiales durante ese periodo. La Junta ha correspondido bien á la confianza que en ella de- positasteis; y si la Sociedad se halla hoy en vía de seguir mejorando como acabáis de verlo, no dudo que todos hemos de propender con la misma fuerza de voluntad para que ella siga adelante, en el camino de progreso que se ha marcado. Pedro Pico. MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO C Conclusión ) PROYECTO Las obras proyectadas, planos No^ 2 y 3, consisten en la escavacion de un nuevo canal A. B. etc., en dirección al Este, buscando el trayecto mas corto á la agua honda; la construcción de dos muelles longitudi- nales de 525 metros, en la prolongación del nuevo cauce del «Riachuelo» sobre la playa del Rio de la Plata, y la construcción de un muelle sólido en el punto a, cortando ia comunicación actual con el rio. La anchura del canal nuevo, será de 50 metros, conservando así la que actualmente tiene, formándose los costados en tierra firme con ta- ludes de 2 7, de base por 1 de altura, y en el lecho del Rio de la Plata de 8 de base por 1 de altura. — La profundidad del canal será de 9 pies (2™73) en aguas bajas ordinarias, de modo que con las mareas ordina- rias, que puede calcularse en 4 pies de mayor altura, se obtendría dia- riariamente una profundidad suficiente para la entrada de buques de 13 pies de calado. Respecto á la profundidad de 9 pies, se vé en el plano N° 3, que el perfil longitudinal del interior del «Riachuelo», permite en el futuro dar al canal de entrada, una profundidad mayor de 6 á 8 pies sin inconve- niente alguno. — En realidad, comparado este perfil con los zondajes marcados en el plano N» 1, levantado por el ingeniero D. E. Giannini en 1805 y observándose el lecho del «Riachuelo» en la parte interior, no puede haber la menor duda de que este se ha obstruido, en el presente siglo, como 3 pies. Antes de escribir la memoria « Los intereses argentinos en el Puerto de Buenos Aires^ » que tengo el honor de adjuntar, examiné el terreno MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO 81 que marca la linea C D del plano n» 2, habiendo obtenido previamente cartas de concesión á favor del Gobierno^ de los terrenos necesarios para la obra, de los únicos propietarios de ellos, los Sres. Unzué é hijos y los Sres. Demarchi hnos. ; pero la naturaleza del terreno y la dirección de este cauce, me hicieron abandonar complelamente esta traza. En la dirección C D, la tosca sobre que deben descansar las corslrucciones, se halla á profundidades inconvenientes, mientras que en la dirección del nuevo canal, encontrándose á una profundidad de 20 á 25 pies, permite la escavacion por dragas, hasta obtener la profundidad suficiente para los buques de mayor calado que navegan el Rio de la Plata, y ofrece la posición mas económica que puede desearse para el clavado de pilotes, ó para la fundación de obras pesadas de albañileria. La construcción de los muelles de la desembocadura, merece algunas consideraciones. El costo de muelles en mamposteria, resulta muy elevado. y calculados de fierro y de madera, creo mas aceptable el empleo de este material. La resistencia de los muelles, depende principalmente en la inercia de su peso muerto ; y la sección debe responder á una presión considerable, ó sea ala potencia de las olas en movimiento, que en previsión de temporales como el del 5 y 6 de Junio de 1805, y con los datos proporcionados por el de Noviembre de 1843 en Argel (sobre el Mediterráneo) he adoptado en 9 ( nueve ) toneladas por metro cuadrado de superficie espuesta. El material para el relleno de estos muelles, no es en manera alguna indiferente, pues mucha parte de su estabilidad depende, no de la masa del sólido, sino de la cohesión del relleno. Este debe ser formado con la primera capa de tierra arcillosa del bañado, en la línea del canal, pues si el lecho del rio compuesto de arena no se cubre con una gruesa capa de material de gran cohesión y en lo posible impermeable, el movimiento de las aguas producirá siempre una socavación considerable, que dejando en esqueleto los costados de los muelles, traerá su inevitable ruina. Estos muelles de defensa del canal, son verdaderos rompe-olas, y es sabido que cualquiera sea la forma de sus paredes la retirada de la agua, una vez que la ?ola rompe sobre una escarpa, ó la caida aplomo en una pared vertical, produce hasta cierta profundidad una escavacion al pié del rompe-ola ó muelle ; luego las palplanchas esteriores, colocadas inferiorraente á la tablazón á panderete, deben alcanzar á una profundidad que nos dé completa seguridad de que la socavación deje siempre calzada en el terreno, siquiera la mitad de su longitud, de modo que quedando empotrados en sus estremos, no sean arrancadas por las olas y permitan la salida del relleno. Debajo de la capa de arena cuyo espesor es de 8 á 10 pies, hay una gruesa capa de fango azulado que tenderá á correrse hacia el canal con la presión del relleno de los muelles; y tanto para evitar esto, como porque mas tarde puede darse mayor profundidad al canal, las palplanchas interiores deben penetrar profundamente y hasta la tosca. 7 82 ANALKS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La construcción del muelle A para cortar la comunicación con la desembocadura actual, nada ofrece de particular, pues solo tiene que tomarse en consideración, que encontrándose en la parte cóncava de la vuelta, habrá tendencia á socavación al pié de las palplanchas Escavaciones. — El cubo total de escavaciones es aproximativamente de 350,000 metros cúbicos, que para su ejecución, deben dividirse del modo siguiente: 103.000 metros cúbicos en terreno a A que se escavarán en seco, como se ha ejecutado en las obras de « San Fernando, v 140.000 metros cúbicos hasta la profundidad de 6 pies, bajo aguas bajas ordinarias, que se escavarán con la draga «Emilio Castro,» y 107.000 metros cúbicos hasta la profundidad de nueve pies, que se escavarán con la draga « Riachuelo. » 350.000 ra' La escavacion en tierra, como la construcción de los muelles, exige corto tiempo. La Draga « Riachuelo, » necesita seis y medio pies de agua para flotar, y por consiguiente^ en la mayor parte del canal tiene que esperar á que la « Emilio Castro » le abra el camino. El tiempo necesario para la terminación del trabajo, depende esencialmente del que efectuará la draga « Emilio Castro. y> Un cálculo teórico, sobre el poder de escavacion de la máquina, no tiene importancia práctica alguna, pues es sabido que las interrupciones reducen notablemente el resultado del cálculo. En el dragado del canal de ensayo, la draga « Riachuelo » estuvo empleada 240 dias, ó sean 2400 horas útiles, de las cuales mas de 1500 ( mil quinientas) horas fueron perdidas por reparaciones, mal tiempo y otras causas. De los trabajos hechos en el Riachuelo y los que bajo mi dirección se han ejecutado en San Fernando, calculo que la Draga « Emilio Castro » podria levantar de cinco á seis mil metros cúbicos por mes, de modo que, regulando esta el tiempo para la conclusión del canal, no debe tomarse un término menor de dos años, á no ser que se empleara otra draga de playa, ó sea con la escala de cangilones proyectando adelante del casco. Antes de emprenderse las obras, debe darse una atención muy preferente á todo el tren del dragado, hacer en él todas las reparaciones que requiera y formar un depósito de piezas, con ruedas, piñones, pernas, eslabones, &'^ proporcional á lo que de cada uno de ellos se gastan en el trabajo. Entre las modificaciones que pueden hacerse á las dragas, para que produzcan un efecto útil, mucho mayor que el actual, se encuentra en primera linea, las que se refieren á los cangilones. Las bocas de los cangilones de la draga « Riachuelo s son de 1 '/a pulgadas, por consiguiente, necesitan una presión enorme para penetrar eu la compacta arena que MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO 83 forma casi el volumen total del material á dragar. Estas piezas deben ser terminadas en filo, en todo el borde del cangilón, para que en vez de penetrar por presión en la arena, la corte directamente. Las cabezas de ios roblones, deben rebajarse lo posible, para que el material no encuentre obstáculo á su salida del cangilón. Acompaño dos modelos de cangilones; el chico representa la forma y construcción de los que hoy tiene la Draga <.< Riacliuelo, » el de mayor dimensión, la que convendría darles. PRESIPIESTO Después de madura consideración, y á pesar de que en los trabajos del canal de ensayo, el costo del metro cúbico de dragado ha resultado á razón de dos pesos fuertes sesenta y seis centavos ( ^fts. 2.66) (Apéndice á la memoria del Ministerio de Hacienda. Documentos relativos á las Obras de Puerto de Buenos Aires, pág. 301 ) creo, que ejecutada la escavacion sin las interrupciones debidas á la falta de piezas de repuesto y á otras causas injustificadas, el precio puede reducirse á $ftes. 0.80 ( ochenta centavos de peso fuerte ) por cada metro cúbico. Las obras de los muelles han sido calculadas minuciosamente. El presupuesto espresado en pocas partidas, es : 350.000 metros cúbicos de escavacion inclusive, el relleno de los mue- lles, á $f. 0.80 $f. 280.000 1.050 metros corridos de muelles esterio- res, por metro corrido, á $f. 159 $f. 166.950 120 metros corridos muelles A, á $f. 144 17.280 Imprevistos, gastos de la Comisión, Ingenie- ros etc 35.770 Con arreglo áLey. Suma $f. 500,000 ( Quinientos mil pesos fuertes. ) OBRAS FUTURAS Las obras de mejora en el Riachuelo, que se proyecten para la Co- misión que Vd. preside, no pueden esceder en costo los quinientos mil pesos fuertes acordados por la ley. El resultado de ellas puede sin em- bargo ser de tal importancia, que convenga á los intereses del país darles mayor estension, de modo que las mejoras proyectadas actualmente deben servir de base á las que pudieran emprenderse en el futuro. Estas circunstancias se han tenido presente en este proyecto. Me he preguntado al estudiarlo ¿qué es lo que necesita la ciudad de Buenos Aires para facilitar el embarque de los artículos de importación y ex- 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA portación? Creo que la respuesta es natural para todos: dar acceso á los buques á tierra firme, evitando en lo posible los trasbordos á lan- chas, wagones ó carros, y los trasportes en los mismos. Para lograr tal objeto, el medio único que se presenta, es el de la apertura de un canal directamente á la agua honda, en mi opinión, apro- vechando la existencia de las corrientes naturales de las aguas del Ria- chuelo; estableciendo la unión de este con la Ensenada por medio de un canal marítimo ( de mas fácil ejecución que el del istmo de Suez), como acertadamente lo proyectó Bevans en 1823, ó prolongando los cauces del Paraná de las Palmas y Rio de Lujan por medio de la formación artificial, sistemada y rápida de las islas en el Estuario del Plata que la naturaleza viene levantando desde el « Diamante » llenando nuestras costas de fango que se transforman en bañados intransitables, mientras el canal de las aguas hondas navegables se aleja de las tierras firmes pobladas. (Véanse las cartas marinas de la Boca de] las Palmas hasta Obligado. ) Obtenido este canal navegable en tierra firme la construcción de diques, almacenes, muelles y todas las demás obras que complementan las me- joras de un puerto, pueden y deben estudiarse sin precipitación. Tanta facilidad habría entonces para construir los diques en el 11 de Setiem- bre ó Plaza de Lorea, como al costado de la Aduana á un paso de la Plaza de la Victoria, la adopción del punto seria cuestión de costo y no de ciencia. Limitándome ahora á las mejoras del Riachuelo, con relación al capital disponible : — el objeto principal que debe obtenerse, es el canal de agua navegable de la mayor profundidad posible, y prescindiendo de toda otra mejora, pues dicho canal puede, por sí solo, resolver la grave cuestión del Puerto de Buenos Aires. Para conseguirlo, he demostrado la imprescindible necesidad de cons- truir los muelles laterales á su desembocadura, debo agregar que al in- terior del Riachuelo las riberas deben conservarse continuas y regulares ; y que de ninguna manera ¡conviene se le dé anchuras escepcionales en punto alguno ; porque allí donde la sección aumenta, la velocidad dis- minuye, y á la par de esta disminuye también la profundidad del cauce. La regular continuidad de las riberas del Riachuelo, y los muelles á la desembocadura en el Plata, son los medios de mantener eficazmente un canal de aguas hondas, y con ellas tenemos en pequeña escala, el Támesis, el Ciyde, el Hudson, el Mississipi, el Danubio etc. é imitando las obras construidas en ellas, podemos hacer nuestros diques, no en el curso del Riachuelo, sino derivando su agua á los costados. Como ejemplo del sistema seguido en todos los ríos navegables, para la construcción de diques sobre sus riberas, sin intervenir con las cor- rientes de sus aguas, y no como un proyecto; he indicado en el plano número 2, la situación de los diques números 1, 2 y 3 que responde- MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO 85 rían á construcciones económicaSj porque encontrándose la tosca en su mayor estension al nivel de aguas bajas ordinarias, las escavaciones pue- den hacerse en seco y los muros de revestimiento ahorarse en su mayor parte dejando á la tosca tal como es, y fundando las obras de albañilería sobre su superficie. PROPUESTA Después de haber espuesto cuanto el corto tiempo de que he podido disponer me ha permitido, y de haber presentado á la Comisión los planos generales y de detalle de las obras propuestas, en toda su sencillez, para que se vean con claridad y no haya lugar á la menor duda : vengo á hacer á la Comisión que Vd. preside, una propuesta franca y sin sub- terfugios. En la persuaden de que puedo dar ejecución al proyecto, y en vista del acuerdo celebrado entre los Gobiernos Nacional y Provincial, para la ejecución de esta obra que á todos nos interesa, propongo á la Comisión contratar su ejecución bajo las bases siguientes: 1° Me comprometo á construir los dos muelles longitudinales á la des- embocadura del nuevo canal y el muelle A de intercepción del cauce actual ; á hacer la escavacion del canal dándole nueve pies ingleses de profundidad debajo nivel ordinario de aguas bajas señalado en los estu- dios del Puerto de 1870 á 0™90 ( noventa centímetros) sobre la escala de las mareas fijada en el muelle de la Aduana. Toda la obra será eje- cutada de conformidad á los planos adjuntos firmados por mi, y la daré concluida en el término de veinte y seis meses contados desde la fecha en que se firmará el contrato y por el precio de cuatrocientos ochenta y cinco mil pesos fuertes ( $fts. 485.000). 2° Los materiales, máquinas, herramientas, útiles y combustibles que me procure en el estrangero, para la esclusiva ejecución de estas obras, serán inlroducidos libres de derechos. 3° La Comisión abonará en Europa á mi ó mis representantes allí, el valor de los materiales, máquinas, herramientas ó combustibles, á la presentación de los conocimientos, ó de certificados, de encontrarse aquellos prontos para salir de un puerto. i° La Comisión me hará entrega de todo el tren de dragado, ó de la parte de él que llegue á necesitar en las épocas que lo solicite, sien- do de mi cuenta todos los gastos de reparación y buena conservación durante el trabajo. 5° El personal, instrumentos, delineaciones, demarcación del canal con boyas, y todo lo que me sea necesario para la ejecución de las obras, serán puestos por mi, de mi cuenta y riesgo. 6° El Ingeniero Inspector de la Comisión dará el dia 25 de cada mes, un certificado del volumen de escavacion ejecutada y de la Ion- 86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gilud de muelles construidos; y la Comisión, de acuerdo con dicho cer- tificado, me pagará el dia 1° del siguiente mes, el importe calculado á los precios señalados en el presupuesto del anterior informe, con de- ducción de 10 por ciento ( 10 "/o) que retendrá hasta la completa termina- ción de las obras. Si la Comisión aceptara estas bases, daré las garantías que crea ne- cesarias, á su satisfacción, antes de estender el contrato definitivo. La Comisión en este caso tendrá á su cargo la vigilancia y superior administración de las obras, y sus gastos se reducirán á los honorarios de un Ingeniero Inspector ó Consultivo, y quizá los de un Secretario te- nedor de libros para anotar 40 ó 50 partidas en el término de dos años, pues todo el personal empleado en las obras, la distribución del trabajo, compra de materiales, útiles, reparaciones, quedarán á mi cargo. Dejando así cumplido, por mi parte, el deseo de la Comisión, espre- sado en el aviso publicado, saludo al Sr. Presidente con mi conside- ración mas dintinguida. Lilis A. Hiiergo. Señores : La memoria que acabo de leer, es la que presenté á la Comisión de las Obras del Riachuelo, y en ella no he introducido modificación al- guna, ni aun he querido omitir la propuesta que ella contiene, pues con- sidero que proyectos de esta naturaleza que afectan los intereses gene- rales del país, son documentos públicos que todos pueden y deben conocer. Voy á permitirme agregar muy pocas palabras, respecto al ancho de 50 metros que he propuesto para el canal entre los muelles. En la memoria que lei á la Sociedad en Febrero de 1873, solo rae preocupé de comparar las ventajas de construcción y de conservación de un puerto proyectado en el Riachuelo y el proyectado en la ribera de la ciudad. El proyecto que me servia de base de comparación era el del Sr. Révy, cuyo plano indicaba un canal de entrada de 120 metros de anchura, susceptible de llevarlo hasta 280 metros, pero muy lejos de aceptar esta anchura, que en mi concepto era absurda, dije en la pá- gina 91, que el canal uniendo el Rio de la Piala con el Riachuelo, ten- dria «.una anchura de 260 pies á la altura de aguas bajas ordinarias.-» Cuando se ha tratado de formular un proyecto definitivo, he creído que recien era oportuno establecer las verdaderas condiciones de la buena conservación del canal de entrada, á la que responde el ancho de 50 metros que he adoptado y ¡fundado en las consideraciones siguientes : Se había observado que los ríos (como el Támesis, el de Southampton etc. ), cuyos cauces aumentan gradualmente en anchura desde el límite MEJORAS EN LA NAVEGACIÓN DEL RIACHUELO 87 superior á que alcanzan las mareas hasta su desembocadura, no tienen barra ó tienen una barra de altura insignificante. De esta observación nació el sistema de diques longitudinales para la mejora de la navega- cíon¡dela región marítima de los rios, aplicado por primera vez al Clyde, en el siglo pasado. Los diques longitudinales del Clyde, tienen en la parte superior del curso, una distancia entre sí, de sesenta metros (60 m.), laque vá aumentando hasta que en la parte inferior llega á noventa metros (90 m); la profundidad de agua que antes de construirse los diques longitudina- les, tenia el Clyde, era solamente de un metro (i m. ), la que actual- mente tiene es de cinco metros veinte y cinco centimeíros (5 m 25). El buen resultado de la aplicación del sistena en el Clyde, determinó su adopción para la mejora de la navegación de los ríos Vire y Aure en la bahia de Vays, y luego de la del Sena, Cuesnon Adour y otros en Francia, del Meuse en Holanda, del Guadalquivir en España, etc. Tal es la historia abreviada del sistema hoy conocido por i Estable- cimiento del cauce cónico,'» para la mejora de la navegación de los rios, de la que he dado varios ejemplos en el cuerpo del informe. Los detalles de la teoría y de los elementos que entran en el cálculo de la determinación de la proporción en que debe aumentar la anchura entre las riberas artificiales ó diques longitudinales para la formación del cauce cónico, se encuentran en la obra « Cours de navigation interieurc de H. de Lagrene, tomo 1°, pág. 113 á 117, en la ^ Construction á la Mer » de Mr. Boniceaux, pág. 391 á 407 etc. Respecto á la práctica, puedo agregar que las obras ejecutadas en los rios Vire, Aure, Tante, etc., tiene por base el aumento del ancho del canal hacia su desemboca- dura, de un metro (1 ra.) por cada cien metros (100 m') de longitud del cauce. Con arreglo á esta teoría y á esta práctica el ancho del canal de entra- da al Riachuelo que responde á las condiciones de la mayor profundi- dad de agua para la navegación, y del menor gasto para su conservación es el de cincuenta metros (50 m') como he propuesto y como podrán veri- ficar los Sres socios en los quince dias que por nuestro reglamento deben transcurrir para que esta memoria sea puesta á discusión. Luis A. Huerco. DESCRIPCIÓN ESPECIE NUEVA DE DOLICHOTIS El género Dolichotis, uno de los que mas se distingue de la Cavü- ni, difiere notablemente de las demás del grupo por el tamaño de las orejas. En 1822 fué encontrada por Desmarest. Azara fué el primero que descubrió la única especie conocida bajo el nombre español de Liebre Patagona. Este animal es bien conocido en su país natal bajo el último nombre y es muy común en los distritos de la Alta Patago- nia, cerca del Rio Negro y en las provincias del Oeste de San Luis y Mendoza; fué por largo tiempo escasa en las colecciones Europeas. Las investigaciones de Darwin, Waterhome y mias (Reise durch die La Plata Staaten, tom. II p. 422) han dado todos los detalles de sus costumbres, formas esternas y anatomía, habiendo sido descrito esta última en mi obra ya citada. Hasta ahora no se conocía otra especie y fui por consiguiente sor- prendido al recibir un animal, que se asemeja á la Liebre de Patagonia, pero que por la mayor dimensión de sus orejas indica ser una nueva especie de Dolichotis: este ejemplar me fué presentado por el Dr. C. Berg, el hábil inspector del Museo Público. Es estraño que un animal del tamaño de un conejo haya podido es- caparse á las investigaciones de los viageros científicos que han visitado este país durante los últimos años ; pero como estos animales viven en una región apartada del camino seguido generalmente por los viageros, que cruzan la República de Sur á Norte, el hecho parece menos sor- prendente. Esta especie solo existe en las cercanías del gran desierto central argentino, conocido bajo el nombre de Salina, terreno estéril cubierto de emanaciones salitrosas^ que forma la parte baja central del país, des- poblada y casi desprovista de vegetación. El nuevo Ferro-Carril Cen- tral ( de Córdoba á Tucuman ) cruza ahora esta región ; y los ejempla- i ESPECIE NUEVA DE DOLICHOTIS 89 res han sido tomados cerca de las Estaciones Totoralejos y Recreo, poco mas ó menos en latitud sur de 29° y longitud Oeste de 65°. Propongo se distinga la nueva especie con el nombre de Dolichotis Salinicola — ( nombre español ). El animal es muy conocido por los habitantes con el nombre de Co- nejo, dan el mismo nombre á todas las especies pequeñas de Caviini que son muy comunes en las partes fértiles de esas regiones. Gene- ralmente es muy apreciado por ellos como muy bueno para comer, y muchos de estas especies han servido de alimento á los gauchos desde hace muchos años. Solo su ligera agilidad y el vivir en las regiones mas estériles ( donde es difícil hacer escursiones ) y su costumbre de vivir en cuevas (que comparte con la verdadera especie Caviini) ha po- dido conservar la especie. El dibujo que se acompaña, muestra que esta nueva especie tiene el aspecto general de la Caviini de Patagonia, pero tiene las piernas un poco mas cortas y es de un tamaño mas pequeño, asemejándose por el color y forma al conejo común. Los dos ejemplares de que tengo conocimiento son una hembra y un macho, son casi iguales en el color y apariencia, la hembra es un poco mas delgada y la cabeza es mas chica. El largo total de la cabeza y cuerpo es de 18 pulgadas, la altura en su posición natural es de 9, la cabeza tiene A pulgadas de largo y el pescuezo 2, las orejas 2 de alto, las manos 5 pulgadas desde el codo hasta el extremo del dedo y las patas 7 '/j desde la rodilla al princi- pio de los dedos, de los cuales el mas largo, tiene una pulgada. Las manos tiene 4 dedos pequeños, cada uno con una pequeña uña aguda, las patas están provistas con tres dedos grandes con uñas largas, siendo el dedo del centro mucho mas largo que los otros dos. La planta no tiene pelo, cada dedo tiene una pequeña carno- sidad debajo de la uña y utia segunda de notable espesor (especial- mente en las de atrás ) mas atrás . La pata tiene también una faja negra sin pelo, detras del tobillo ( tarso ) principiando cerca del covrijon descendiendo hasta la carnosi- dad central de la pata, pero mucho mas angosta en la parte de abajo. No está completamente desprovista de cola, pues es representada por una pequeña verruga cónica sin pelo. Esta especie se asemeja á la otra de Patagonia en todos sus detalles. Principiando la descripción detallada por la cabeza, el conjunto es mas ancho y los labios mas grue- sos que en los verdaderos Caviini. La nariz está cubierta con pelo corto y solo una pequeña margen de la ventana ( de la nariz ) es sin pelo, aun el doblez en el medio del labio superior, tan conocido como peculiar á muchos de los Glires ( y que algunas veces se presenta en el hombre como un íenómeno) está cubierto con pelos blancos cortos. 90 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En el labio superior tiene muchas cerdas negras largas, las mas lar- gas tienen de 3 á 4 pulgadas; y dos ó tres de la misma clase, pero algo mas cortas, sobre los ojos cerca del ángulo anterior. Estos órga- nos son grandes, rodeados por márgenes negras angostas, la margen superior está provista de una serie de cerdas negras de media pulgada de largo, que se estienden oblicuamente sobre el ojo. Las orejas están situadas á una pulgada detras de los ojos y frente á cada una hay un espacio negro desprovisto de pelo que se estiende hacia el pescuezo. La oreja tiene 2 pulgadas de largo, muy ancha en la base, sumamente per- filada en la parte de atrás y concluyendo un punto en la superior del perfil. El centro del interior del ojo es desprovisto de pelo, pero to- da la margen y la parte esterior está cubierta con pelo corto; es ne- gro en la parte esterior y blanco en la interior, la margen esta guar- necida con pelo negro largo y denso en la parte superior de la circu- ferencia de la oreja. Todo el cuerpo del animal está cubierto con pelo fino, esceptuando las carnosidades de las patas y manos ya indicadas y la verruga de la cola. El pelo tiene generalmente una pulgada de largo, sien- do un poco mas largo en la parte de abajo y mas corto en las piernas, muy cortos en los pies y dedos. El animal es de un color parecido al del conejo salvage, pero de un colorado un poco mas oscuro en la parte superior del cuerpo, es- pecialmente detras. El pelo es gris claro en la parte de la base ó raiz, mezclado con negro en el centro, donde toma un color ama- rillo que tiende á colorado y termina en un pequeño anillo negro en la punta. La punta del pelo es mucho mas fina que el centro y negra. Toda la parte de abajo del animal desde el pecho entre las manos hasta el ano, la parte interior de las piernas y las nalgas son blan- cas, los labios, garganta, dos pequeñas manchas delante y detras de los ojos y una mancha un poco mas grande detras de las orejas son tam- bién blancas, pero el costado de la cabeza y la parte de abajo de la barba es de un color punzó oscuro claro, especialmente la parte de abajo de las mejillas entre los labios y orejas. El iris es oscuro cla- ro, las uñas son negras. La hembra tiene dos tetas en la región de la ingle, cerca del interior del fémur y parece que generalmente da á luz dos chicuelos á la vez, si no pierde uno, como sucede con la especie de Patagonia, lo que pa- rece muy común en esto también. Generalmente se encuentran en gru- pos de tres individuos, desde que los sexos viven juntos se les encuen- tra acompañados por el chicuelo durante el tiempo que este depende de ellos para vivir. Asi se encuentran familias de mas de tres miembros y esta especie nunca se encuentra en bandadas como las vizcachas. El animal es muy activo, escapándose con gran rapidez debajo de las matas de plantas punzantes leguminosas, que son muy comunes en ESPECIE NUEVA DE DOLICHOTIS 91 esa parte del país escondiéndose, en lo mas espeso del matorral, donde parece tiene sus madrigueras. Esta especie evita los terrenos despro- vistos de matorrales, como hace la Caviini de Patagonia. De la parte interna del animal solo conozco el cráneo, que es exac- tamente de la misma forma que la Dolichotis Patagónica, pero mucho mas pequeño, escasamente de la mitad del tamaño de aquel. El cráneo tiene la misma frente ancha, con la margen sobre los ojos y todas las particularidades mencionadas por el Sr. Waterhome (Nat. Hist. of Mam"; vol. II p. 156). Tiene dientes iguales, cada uno de los cuatro mo- lares tiene dos partes salientes triangulares, escepto el mas pequeño de la mandíbula superior ; el primero de la mandíbula inferior pro- visto solamente en una pequeña prolongación en la parte de adelante del primer saliente no con tres como en la especie de Patagonia. Los incisivos son mas angostos y de un color amarillo claro eu la superficie. Con respecto á los tres salientes del primer molar de la mandí- bula inferior de la Dolichotis Patagónica, debo indicar que esa configu- ración solo se encuentra en especies muy viejas ; en los jóvenes de que tengo conocimiento práctico solo he visto dos salientes, el primero con una prolongación ovoidal en la parte anterior como un apén- dice que se agranda con los años y finalmente se separa del saliente pero permaneciendo siempre mas pequeño, con ángulos mas redon- dos que los otros dos salientes. Tenemos en el Museo Público crá- neos de diferentes edades que dan una prueba evidente de la separación gradual del saliente accesorio. En la nueva especie el primer saliente del mismo molar de la mandíbula inferior tiene una prolongación en la parte anterior muy semejante, que probablemente se separara del saliente principal cuando el animal se envejece. Las dos especies que tengo á la vista son muy jóvenes y dan una muestra exacta del cráneo. Germán Burmeister. Buenos Aires, Agosto 8 de 1875. CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS EN RELACIÓN CON LA SALUD DE LOS ALUMNOS Mucho se ha escrito sobre la influencia, que tienen las formas de las escuelas sobre la salud de los alumnos, y muy poco hasta ahora se han escuchado los preceptos que hábiles fisiólogos han dado á este respecto. Sin embargo el asunto es bastante importante para merecer una mención en estos Anales, tanto mas ahora que por el impulso dado por la actual administración á la instrucción pública se están construyendo y por construir, en diferentes puntos de la República, edificios destinados á la enseñanza. No es nuestra intención indicar aquí cómo las escuelas deban de satisfacer mas que otros edificios públicos á las condiciones de comodidad, solidez y belleza; presentar todas las condiciones hijiénicas de los edificios destinados para la aglomeración de gente; pues este seria asunto mas bien de un tratado de arquitectura. Nuestro objeto es hacer conocer algunos puntos relativos á la disposición y forma de las clases; lo que en la construcción de tales edificios se suele considerar casi siempre segundario, y hacen depender de olro género de consideraciones y condiciones, que sin razón se suelen tratar como de un orden superior. Un sabio inglés, el Sr. Liebreich ha hecho á este respecto varias observaciones, que son de la mayor importancia, y es precisamente de ellas que nos ocuparemos en el presente articulo. Este señor ha observado que la mayor parte de las perturbaciones en el órgano visual de los jóvenes ingleses, y especialmente la niiopia, y la diminución en la intensidad de la vista, dependen de la mala luz y mala disposición y forma de los bancos de las escuelas. En efecto, si la iluminación es insuficiente ó mal dispuesta, ella obliga á disminuir la distancia entre el ojo y el libro para leer ó escribir: y lo mismo sucede si las sillas ó los bancos no tienen una posición conveniente, ó su forma y proporciones son malas. Cuando el ojo mira un objeto muy cercano, el aparato de acomodación y los músculos, que mueven los ojos de manera tal que sus ejes converjan hacia el mismo objeto, llegan á un estado de tensión mayor de lo ordinario, y esto debe CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS 93 ser considerado como la causa principal de la miopia y de su aumento. Si los músculos no son bastante fuertes para resistir largo tiempo á esta tensión, uno de los ojos puede ser abandonado á si mismo, y durante el tiempo, que el primero se dirije sobre el objeto, el otro desviado hacia el esterior, recibe impresiones falsas, su visión se hace indistinta, 6 como se dice ambliópica. Los músculos tal vez resisten algún tiempo contra estas dificultades, pero al fin se cansan y ceden, entonces se produce el defecto de la diminución en la intensidad de la visión. Para evitar estos inconvenientes bastarla que la luz de las clases fuera suficientemente fuerte, y que cayera sobre el alumno desde la izquierda y en todo lo posible de arriba: que los alumnos estuvieran sentados derechos y tuviesen sus libros á una distancia del ojo á lo menos de 25 centímetros, y que estos libros estuviesen inclinados al horizonte unos 20° si son para escribir, y unos 40° si son para leer. En efecto, si la luz en lugar de venir de la izquierda viniese de la derecha, la sombra de la mano iria á ocupar el punto que se debe mirar: si viniera de atrás, seria peor, pues la parte superior del cuerpo proyectaría su sombra sobre el libro: si viniera de arriba este defecto seria disminuido, pero no del todo, especialmente si se tratase de clase para dibujo; en fia la peor disposición, que se puede imaginar, es la de hacer caer la luz de frente, como se ha hecho en muchos casos á fin de que el profesor pueda ver bien las caras de los alumnos. Efectivamente, en este caso la luz fatiga los ojos, y los alumnos buscando instintivamente evitar el desagrado de una luz demasiado fuerte, toman todas las posiciones posibles, hasta que desvian la cara de la del maestro, y se viene á obtener un objeto precisamente inverso. Mas, leyendo, giran la cabeza el rededor del eje vertical^ ordinariamente hacia la derecha, á fin de dejar venir la luz sobre el libro, el cual, si lo tuviesen derecho adelante de ^llos, estaría completamente en la sombra: si escriben inclinan y bajan la cabeza lo mas posible á fin de abrigar los ojos con su frente, y de ese modo las caras, que se debían ver quedan invisibles al maestro. La luz que cae de esie modo, cansa notablemente la retina, y hace que por la difusión de la luz en el ojo, sea mas difícil de re- conocer un objeto comparativamente mal iluminado, como seria el libro puesto adelante. En segundo lugar, el girar de los alumnos para evitar la influencia desagradable de dicha luz, hace que el eje de los ojos quede colocado en una dirección muy poco favorable, cosa que contri- buye muchísimo á la miopía, á la diferencia de visión de los dos ojos y á ciertas debilitaciones en los músculos de los ojos. Estos inconvenientes, debidos á una mala iluminación, se pueden evitar fácilmente, si la clase es de forma rectangular, nunca si es de forma semicircular ó en anfiteatro, forma de la cual muchos son partidarios. La forma rectangular, cuando las ventanas estén solamente 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en uno de los lados mas largos y lo mas elevadas que es posible del suelo; cuando los bancos estén colocados en filas paralelas y normales á la pared de las ventanas, y cuando la cátedra esté en medio de una de las paredes menores, de manera que el profesor mirando á los alumnos tenga las ventanas á la derecha, permitirá á todos los alumnos recibir la luz del mismo modo y desde la izquierda, y permitirá al profesor ver bien la cara de los alumnos, especialmente cuando se tome la precaución de elevar un poco la cátedra, y poner los bancos en escalones de manera que las cabezas de los alumnos sobresalgan un poco unas de otras, siendo las de atrás las mas elevadas. El reproche que se hace á esta disposición de no permitir á los alumnos un cam- bio fácil de lugar se puede evitar fácilmente con unos pasadizos á los lados ó entre los bancos. El alumbrado de las clases de noche debe ser en lo posible muy semejante á el del dia; pero en general es bastante difícil obtener este resultado. Si se hace uso de picos de gas, estos deben estar siempre munidos de cilindros de vidrio, que hagan la llama mas limpia y mas fija: y si tuviesen reflectores seria todavía mejor. De ese modo se podría aun hacerlos funcionar como ventiladores para expulsar á fuera los productos de la combustión y hacer mas completa la venti- lación de la clase. Nunca se debe hacer uso para las llamas, de vidrios deslustrados, los cuales podrían ser útiles para el alumbrado general de una sala, difundiendo igualmente la luz en todos los sentidos, pero para las clases serian por esta misma razón malos, pues para el trabajo darían un alumbrado incierto : mas, si fueran puestos enfrente de los ojos serian deslumbradores y muy perniciosos. Cuando los bancos, como se ha dicho, se hayan colocado en bue- na posición, y se haya tomado cuidado de obtener una luz conveniente, no habrá razón óptica para que alumnos tomen una posición funesta á su salud; podrá haber causas mecánicas debidas á la formas de las sillas y bancos, sobre los cuales diremos ahora alguna cosa. Los malos efectos, que la posición ago viada y encorvada de los mu- chachos de la escuela, ejerce sobre su salud, y especialmente sobre los pulmones, sobre las visceras abdominales, sobre la conformación y la vista, han llamado recientemente la atención de muchos médicos, y dado lugar á muchas pesquizas y trabajos, que han probado ser falso lo que se suponía anteriormente de que la mala posición era debida en parte á la poca atención del profesor y en parle á la negligencia de los muchachos: y ser imposible que los muchachos puedan conservar una buena posi- ción con sillas y bancos defectuosos. Los defectos de los muebles comunmente usados han sido analizados con cuidado, y los puntos siguientes han sido reconocidos como lo mas importantes : CONSTRUCCIÓN DE LAS KSCÜELAS 95 I" Falta de espaldar ó espaldar raal hecho. 2' Distancia demasiado grande entre la silla y la meseta del banco. 3° Diferencia demasiado grande entre la altura de la silla y la de la mesa del banco. Si el espaldar falta ó si está mal dispuesto, la fuerza de los músculos, que mantienen la espina dorsal derecha, no es suficiente para hacerle te- ner vertical largo tiempo ; el cuerpo se inclina, la parte inferior de la columna vertebral se encorva hacia adelante, comprime las visceras y los pulmones, é impide la acción libre de estos órganos. Si el alumno debe leer un libro colocado sobre la mesa á una dis- tancia demasiado grande, se sienta sobre los bordes anteriores de la silla en una posición muy mal sana y muy cansadora, hace descansar el cuerpo sobre los dos brazos, y si la diferencia entre la altura de la silla y de la meseta es demasiado grande, son las espaldas proyectadas hacia adelante que sostienen el pecho, en lugar de ser sostenido este por el tórax. Después de poco tiempo la posición se hace cansadísima : la cabeza inclinada hacia adelante se hace pesada y tiene necesidad de ser sostenida por una mano ó por ambas manos aplicadas á las sienes, ó por los dos brazos, sobre que se apoya la barba : en una de estas posiciones el libro está demasiado cerca de los ojos, en la otra inclinado por respecto de la cabeza y por consiguiente á una distancia desigual de los dos ojos. Es aun peor, cuando se debe escribir sobre sillas y bancos de la forma ordinaria.' un solo brazo descansa sobre la mesa, y es generalmente el brazo derecho, mientras el otro está suspendido de tal manera que el codo toca la rodilla izquierda y solamente la estremidad de los dedos tienen el papel sobre la mesa : en este caso el borde de este papel no puede ser paralelo al borde de la mesa, y será oblicuo y algunas veces perpen- dicular. Si se observa entonces la posición, que toma la parte superior del cuerpo, se encuentra que las vértebras lumbares se inclinan hacia adelante, los dorsales hacia la izquierda, y las cervicales hacia adelante con una inclinación hacia la derecha; y al mismo tiempo la ¡parte inferior del omóplato teniéndose demasiado distante de las costillas, queda ele- vado demasiado hacia la derecha, y la articulación de la espalda queda por consiguiente elevada y llevada hacia adelante. Estar en esta posición du- rante muchas horas del dia, cuando el cuerpo lleno de juventud se desar- rolla rápidamente, debo naturalmente producir malos efectos y de un modo permanente; y la estadística lo prueba. En Suiza, por ejemplo, 20 por 100 de los muchachos y 40 por 100 de las muchachas, que frecuentan las escuelas, tienen una espalda mas alta que la otra. El Sr. Eulemberg dice también que 90 por 100 de las desviaciones de la columna vertebral no provienen de enfermedades especiales, sino que se desarrollan durante el tiempo de las escuelas. Esta aserción coincide exactamente con el periodo del desarrollo de la miopía, que el Sr. Liebreich ha observado en los 96 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA alumnos ingleses, cosa que hace ver que la misma organización mala, es el punto de salida de ambas anomalías. A fin de remediar estos males, es necesario antes de todo, que las sillas tengan espaldar, y que estos no sean demasiado elevados ni inclinados hacia atrás, como sucede en muchos casos, pues estos bancos no hacen sino favorecer una posición negligentemente inclinada del cuerpo, el cual resvala hacia adelante, posición que se vuelve incómoda para leer é im- posible para escribir. El respaldo debe ser vertical, y hecho de una sola pieza de madera de unos 10 centímetros de ancho, fija á una altura conveniente, justamente arriba de las nalgas, pues entonces sosjtiene su- ficientemente los ríñones para que los muchachos aun mas delicados pue- dan fácil y cómodamente mantenerse derechos. El asiento debe ser bas- tante amplio para sostener casi toda la longitud del muslo, y su altura debe permitir á la planta de los pies descansar en su posición natural sobre la plancha ó piso destinado á sostenerlos. El borde de la meseta debe estar sobre el mismo plano vertical, que pasa por el borde del asiento, y justamente tan elevado que permita al antebrazo apoyarse sin desalojar la espalda. La inclinación de la meseta debe ser como ya se ha dicho dé casi 40 grados para leer y de 20 grados para escribir. Esta última condición proviene de una ley fisiolójica, que no es tan generalmente conocida, como las otras leyes relativas al ojo. En efecto los ojos son movidos en las diferentes direcciones por seis músculos : y los músculos de los dos ojos no pueden ser conducidos á una acción simul- tánea sino en ciertas condiciones. Por eiemplo, nosotros podemos elevar ó bajar los ojos simultáneamente, conducirlos del paralelismo á la con- vergencia, y vice-versa, pero no del paralelismo á la divergencia. Entre las combinaciones posibles de los músculos, algunas pueden durar cierto tiempo, otras solamente algunos segundos : asi por ejemplo, nosotros no podemos ver sino con mucho esfuerzo un objeto muy cercano, si este es mas elevado que el ojo, mientras lo podemos mirar fácilmente si á la misma distancia, está colocado debajo. Para ver distintamente con los dos ojos á la vez, no un punto solo, sino una línea ó una superficie entera, es necesario para cada posición del objeto una rotación toda especial de las dos retinas : y es solamente cuando este movimiento resulta de com- binaciones^musculares fáciles y durables, que nosotros podemos mirar el objeto largo tiempo y sin cansancio. Luego no se debe creer que la po- sición natural del libro, cuando se lee, sea casual : por el contrario resulta de una necesidad fisiolójica, y si nosotros luchamos contra ella, el ojo se fatiga ; y si el esfuerzo se prolonga y se repite regularmente, nace un desarreglo en la armonía de la acción de los músculos del ojo. Es esta la razón, por la cual es tan cansado el observar los cuadros de un museo suspendidos á lo alto de un muro vertical, mientras que podríamos ver sin fatigarnos el mismo número de cuadros colocados de- lante de nosotros uno después de otro sobre caballetes inclinados. Es CONSTRUCCIÓN DE LAS ESCUELAS 97 por la misma razón que resulta tan nocivo el leer acostado, y esta cos- tumbre produce siempre debilitación de la vista íAstenopia) en aquellos, que por otras razones están obligados á permanecer acostados. Por con- siguiente, si queremos mirar por largo tiempo una superficie plana, p. e. un librOj es necesario colocarlo de modo tal que la posición media del eje visual sobre el horizonte forme un ángulo de casi 45 grados, y por eso nosotros debemos dar al libro una inclinación que lo ponga poco mas ó menos perpendicular á nuestro eje visual, esto es, que forme un ángulo con el horizonte próximamente de 45 grados. La misma inclinación seria ventajosa para escribir, pero razones mecá- nicas se oponen á eso y es forzoso contentarnos con un ángulo próxima- mente de 20 grados. Fácil es ahora imajinar un sistema que permita fácilmente cambiar á voluntad la inclinación de la meseta: no es tan fácil por el contrario imajinar un sistema de asientos y bancos que convenga á la talla de los diferentes alumnos de una misma edad ó de edades diferentes. A este respecto se podría recomendar el sistema americano, en que cada mu- chacho tiene su silla y su banco hechos á su propia medida ; ó el sistema suizo, en el cual se hace uso de sillas y bancos de siete dimensiones diferentes para convenir á las diferentes clases, pero seria demasiado costoso. El Sr. Liebreich propone el siguiente sistema: i" Emplear un mismo modelo y ■ una misma dimensión de la meseta para los muchachos y para las personas grandes de ambos sexos. 2° Hacer que la altura del asiento y del posa-piés varié proporcional- mente á la talla de cada muchacho. 3° Hacer que el borde de la meseta esté siempre sobre el mismo plano vertical del borde del asiento. 4° Emplear siempre sillas con respaldo, y que el borde superior de este esté á la altura del borde de la meseta para los muchachos, y 5 centímetros mas elevado para las muchachas. 5" En todas las clases, á donde los alumnos cambian de lugar, hacer que la altura de los asientos sea proporcional á la talla medía de los alumnos. 6" En las escuelas para muchachos y en las para muchachas á donde no se cambia de lugar; en las pensiones y en las escuelas particulares, el asiento de cada alumno seria arreglado según su talla. A fin de realizar este sistema el mismo Sr. Liebreich ha inventado una silla, cuyo asiento se puede elevar ó bajar mediante un tornillo al mismo tiempo que el espaldar se levanta ó baja en proporción. Una silla de esta clase puede convenir para un muchacho y para una persona grande en la misma meseta; seguirá el desarrollo del muchacho, y les permitirá, sea leyendo sea escribiendo, estar en una posición cómoda y sana, cosa que facilitará la instrucción y la disciplina. Emilio Rosetti. REVISTA DEL MES 1. — Una de las obras hidráulicas de mayor importancia que está en via de realizarse, es la que se refiere á las mejoras del Riachuelo. El Gobierno de Buenos Aires llamó á propuestas y varios ingenieros nacionales y estrangeros, concurrieron con planos y proyectos mas ó me- nos importantes. Pasados á informe del Departamento de Ingenieros de la Provincia, este se declaró en favor del proyecto presentado por nues- tro distinguido consocio D. Luis A. Huergo, proyecto que el lector en- contrará en este mismo número de los Anales. Pasados los documentos al Gobierno Nacional, éste elevó las pro- puestas á informe del Departamento de Ingenieros de la Nación, el cual se espidió en seguida, aceptando como mas ventajoso, y mas recomen- dable por los estudios previos, el mismo proyecto del ingeniero Huerco. En este estado el asunto, la Comisión encargada por el Gobierno de inspeccionar las obras y dirijirlas, se decide también por aquel pro- yecto, á escepcion del Presidente de la misma, quien comunicó al pú- blico la esposicion razonada de los motivos que tenia para opinar por el proyecto del ingeniero Revy. Después de tales trámites y de tan ilustrados informes, el Ministro de Hacienda de la Provincia, resolvió entregar los proyectos al inge- niero inglés señor Higgin, nuestro consocio, ilustrada persona que representa aquí al Sr. Bateraan. Inesplicable y sorprendente ha sido para todos el paso del señor Ministro, por cuanto parece que no le merecieran respeto los informes de los Departamentos de Ingenieros de la Provincia y de la Nación, en los cuales, como se sabe, se hallan personas de talento y de no es- casa ilustración. La estrañeza ha llegado hasta el Senado de la Pro- vincia, donde el Ministerio fué interpelado sobre aquella determinación, tanto mas estraña é inusitada, cuanto que el señor Ministro de Gobierno declaró al senador interpelante que los proyectos habian sido pasados al señor Higgin por condescender á un deseo del señor Ministro de Hacienda de la Nación. Hé ahí el motivo de la demora que sufre este asunto. La creencia pública es que bastaban los informes favorables á que nos hemos re- ferido, para que se decretase la concesión en favor de nuestro consocio el señor Huergo. REVISTA DEL MES 99 Creemos, sin embargo, y á pesar del nuevo trámite, que este señor vencerá en la cuestión. Pero creemos también desacertado el paso del P. E., porque pone en peligro la confianza que deben inspirar al pais los Departamentos de Ingenieros de la Nación y de la Provincia. 9. — Tenemos á la vista dos cuadros de observaciones meteorológicas correspondientes al mes de Junio. El uno es copiado del libro del Colegio Nacional de Buenos Aires, y el otro lo tomamos de un diario de la Asunción del Paraguay. El termómetro se ha mantenido en Buenos Aires durante el mes de Junio, en las observaciones de la mañana, entre l-i" y 10°, 5, habiendo sido esta la temperatura mas baja. A la tarde variaba entre 14° y H°. El barómetro varió por la mañana entre 722 y 751 ; habiendo bajado á la tarde hasta 755, siendo el máximum 771. El viento predominante en el mes durante las tres anotaciones dia- rias fué el del N.-E., y desde el 23 al 30 de Junio quedó fijo con pe- queñas alternativas. La lluvia caida durante el mes alcanzó á 11 centímetros y 6 milímetros. Los datos referentes á la Asunción arrojan una diferencia natural. La temperatura de 14", la mas alta en Buenos Aires es allí la media, habiendo sido los estremos 22» (el dia 1» de Junio) y 7° (el dia 16). Días claros 7, nublados 13, de lluvia 10 : —total 30. El mes de Junio ha sido este año en la Asunción de mucha lluvia, mucho frió y viento, pero á pesar de la temperatura baja durante la mayor parle de las noches, no han caído heladas todavía. El mes de Junio cuenta 17 días de una temperatura media de 8'/s á 14 grados. El 21 del mes era el primer día claro; el dia 12 cayeron algunas pie- dras, pero sin hacer daño. El diez pasó una inmensa manga de langostas con, dirección al Chaco y la noche del mismo día hubo tormenta. El barómetro aneroide giraba entre 76,4 y 77,3. 3. — El eminente erudito D, Manuel Ricardo Trelles, ha publicado en el diario « La Nación » un artículo titulado. Cuestión Etnográfica Querandiana, en el cual se hace una refutación de las opiniones de nuestros consocios, los Sres. Burmeister y Moreno, con motivo de ha- ber criticado estos señores un trabajo de aquel, publicado en el tomo primero del Registro Estadístico de Buenos Aires (1864, pág. 83). El Sr. Trelles sostiene que los indios querandis son originarios de la raza guaraní. El Sr. Moreno refutando esa conclusión, había soste- nido en el tomo I del Boletín de la «Academia de Cíenr.ias Exactas de la Universidad de Córdoba», que es errónea la suposición de que los indios querandis fueran de raza guaraní, y apoyaba sus conclusiones 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en la descripción de una serie de objetos y utensilios encontrados en los terrenos de los aluviones modernos en esta Provincia. El Dr. BuRMEisTER en una nota en la página 126 de su nueva obra Bescription physpiqne de la République Argentine, se adhiere á las opi- niones del Sr. Moreno. La réplica bastante enérgica, que á arabos dirijo el Sr. Trelles, dará lugar sin duda á un interesante debate científico, sobre el verdadero origen de la raza querandi. El asunto puede dilucidarse bajo el punto de vista histórico, com- pulsando los archivos; y por un método científico estudiando la cuestión bajo los puntos de vista etnográfico y antropológico. El Sr. Trelles asegura poseer notables documentos. El Sr. Moreno tiene á su vez un copioso material para sus observa- ciones etnográficas. En nuestro pequeño museo poseemos además una colección muy im- portante de flechas, siles tallados y fragmentos de alfarería. Todos estos objetos estudiados y descritos traerán mas luz sobre el asunto en debate. En cuanto á los estudios antropológicos, ellos escollarán contra una dificultad capital : la falta, casi absoluta hasta ahora, de restos humanos en el periodo geológico de los aluviones modernos. 41. — La Sociedad Científica Argentina ha perdido uno de sus respeta- bles miembros, el señor coronel D. Mariano Moreno^ cuyo fallecimiento ha sentido sinceramente esta capital. El coronel Moreno ha desempeñado en el pais las siguientes comisio- nes científicas : Miembro del Departamento Topográfico de la Provincia de Buenos Aires; Ingeniero de la Municipalidad ; Vocal del Consejo de Obras Públicas; Vice Presidente del Departamento Topográfico; Director del Parque de Artillería, á cuya arma consagra un estudio especial ; Catedrático de Matemáticas en la Universidad y Director de la Escuela Militar. La Comisión Directiva de la sociedad ha resuelto asociarse al duelo causado por el fallecimiento de tan distinguido consocio y hacerlo así presente á su familia. 5. — La obra científica de mayor apariencia que se ha publicado en este mes es la que se presentará á la Exposición de Filadelfia y que contiene una descripción de la República Argentina, por el Sr. Napp. Es una publicación oficial que importa al pais una muy fuerte suma de dinero. Se ha publicado en castellano, francés, inglés, italiano y alemán. Habríamos deseado hacer un estudio de ella ; pero nos limitamos sim- plemente á anunciarla, en virtud de haber nombrado la Comisión Directi- va de esta Sociedad, una comisión de cinco socios que la estudien é infor- men sobre ella. REVISTA DEL MES 101 •5. — Se anuncia la publicación de una nueva obra cientifíca bajo la di- rección de la Facultad de Medicina. Contendrá las diserlaciones sobre Higiene Pública escritas por los alumnos del Dr. Rawson. '7. — La sociedad Circulo Médico Argentino, de la cual tantos benefi- cios debemos esperar, ha celebrado una sesión en la que se dio lectura de la memoria anual que presenta su digno presidente Sr. Ramos Me- jia. La sociedad ha recorrido firmemente el período de su organización y entra ahora definitivamente en sus tareas fundamentales. Unimos nuestros votos por el adelanto de la nueva asociación, á las de la prensa de esta capital que tan juntos saludos le ha tributado. 8. — Revisando algunos papeles antiguos encontramos el siguiente do- cumento sobre una escursion á las Misiones: ExMO. Señor: La superior orden de V. E. de 27 de Junio pasado, luego que la reci- bí, la circulé por los pueblos de este Departamento, para inteligencia de todos, ofreciendo á estos naturales gratificar al que me trajese algún ani- mal, ó otra cosa extraña ó particular. En el espacio de treinta años que he andado por estos pueblos, sus campos y algunos montes, no tengo noticia de otras particularidades que las siguientes : AVES. El Pájaro Campana, que por su grito se asemeja al sonido de una cam- pana ; que lo he visto en la punta de los árboles de la cerrania, que me parece será como una calandria, y aunque dicen es particular, yo no he po- dido distinguir su estructura y pluma : es muy arisco. El Cuervo Blanco, es particular en todo, se puede conducir vivo, y no es muy estraño en esta Provincia. El Tuca por la particularidad de ser el pico tan grande como el cuer- po : sé que han hecho dilijencias para llevarlo vivo, pero en el camino se muere: su alimento es fruías, y no quiere opresión. La Perdis del Monte, cuya pluma es tornasolada, y un copete de tres ó cuatro plumas : No la he visto, pero el huevo sí, que es de color asu- lejo, que tira á cardenillo : dicen es muy arisca. El Sania, en el idioma de esta provincia, es del grandor de un pavo, la pluma blanca y negra, con copete grande y la cola baja. Es pesado en el volar, pues á los tres vuelos cortos, no se vuelve á levantar : No lo he vis- to, ó no lo tengo presente. ANIMALES. El Tigre Negro. La Anta ó Gran Bestia. 102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Oso hormiguero, de dos especies, una grande y otra chica : No he visto mas que de los grandes. El Puerco Espin, el cual se encrespa, y despide varias púas con que aco- barda á los perros que le embisten : lo he visto del tamaño de un chancho jabalí, no sé sí hay mas grande. El Quali : en el cuerpo y la cola parece mono ; y la cara de zorro chico. El Qui, en el idioma de esta Provincia, que es el Erizo, dicen lo hay> pero yo no lo he visto. MINERALES. Es opinión general, y lo decian los P. P. Jesuítas, que no los hay sino imperfectos. Solo se encuentran algunas piedras cristalinas blancas, y mora- das, que no se hace aprecio de ellas. Metal como tumbaga, hay una mina cerca del pueblo de Santa Ana, del departamento de Candelaria. Así mismo tengo noticia que cerca del pueblo de Santa María de Fee, del departamento de Santiago, que posee el Paraguay y pertenece á esta Provincia, hay una mina de Azogue; de cuyas piedras llevó algunas el se- ñor D. Manuel Belgrano, y se sacó azogue en el pueblo de Candelaria por D. Santiago Liniers, para mandar de muestra á España. PLANTAS. Yerbas medicinales hay muchas, cuya lista remitiré á V. E. en otra oca- sión, aunque no hay prácticos que las conozcan todas. Las minas de esta Provincia son los inmensos yerbales que hay por la costa del rio Uruguay y Paraná arriba, en el dia poseídos por los por- tugueses y paraguayos. El árbol del Curii, que es un pino silvestre, cuyos palos por su altura y ninguna curvatura, pudieran servir para arboladura de barcos : Su resina es medicinal, y olorosa: La píréa, es semejante á la del pino, solo que el piñón no tiene cascara dura, sino un forro de una especie de madera blanda. Es el alimento de los infieles Tupis. Es cuanto por ahora puedo informar á V. E. en cumplimiento de lo que se sirve ordenarme. Dios guarde á V. E. muchos años. Pueblo de la Concepción (Misiones), 21 de Agosto de 1812. Exmo. Sr. Celedonio Jph. del Castillo. Exmo. Sr. Gobernador de las Provincias Unidas. 9.—. Se ha repartido en estos dias una edición lujosa de la Memoria que tuvimos el honor de escribir para la Sociedad, por encargo de su Presidente, sobre la Fundición Nacional de Tipos del Señor D. Ángel Estrada. Dicha edición es hecha por este señor con autorización de la Comi- sión Directiva. REVISTA DEL MES 103 lO. — El Dr. BuRMEiSTER corrige ya las pruebas del segundo tomo de su nueva obra sobre la descripción física de la República Argentina. La edición se hace en alemán y en francés, por la imprenta del señor Coni. Se nos informa que el Sr. Burmeisler se ha decidido á hacer la edi- ción aquí, para evitar los graves errores que contiene el primer volu- men impreso en Paris. 11. — Cerraremos esta Revista, con algunos pormenores sobre un sis- tema de locomoción aplicable á los tramvias. En Buenos Aires se han hecho ensayos sobre este mismo procedi- miento, razón que nos decide á traducir las siguientes noticias que ha- llamos en la Quincena Científica de Luis Figuier, correspondiente á Mayo próximo pasado. Dice así: «Desde hace algunos meses se vé funcionar á título de ensayo, en el tranivia que va desde el Arco de Triunfo de la Estrella á Neuilly, una locomotiva que marcha sin caballos y sin vapor. Es una locomotiva al aire comprimido. Daremos algunos detalles sobre ese nuevo mecanismo, que presenta una innovación particular en el empleo del aire comprimido. El calor viene, en efecto, á agregar su acción á la del aire compri- mid). Con este nuevo sistema, el conductor es enteramente dueño de la marcha de ai carruaje. No tiene mas que apoyarse en una manivela para detener, disninuir la marcha, ó poner en movimiento al vehículo. No tiene ni chinenea ni vapor, y por consecuencia tampoco tiene calentador. El mo- vimi;nto es silencioso, y nada manifiesta en el esterior por la fuerza motriz. El esta locomotiva el vapor es reemplazado por el aire fuertemente comprimido en una capacidad que reemplaza al caldero de las máquinas ordiiarias. Ese aire llega, como el vapor, á los cilindros donde se mue- ven los pistones, que trasmiten su movimiento á las ruedas. Los re- ceptículos de aire comprimido son en número de dos y están colocados bajo el plano del carro. Son de planchas de acero, de un diámetro de cuannta centímetros, y divididos en dos series, que se comunican. La primsra serie tiene una capacidad de 1,500 litros, y la otra, que es de DO litros, constituye la reserva de aire. El aire es comprimido á 25 atmósferas. Antes de entrar á los pis- tones el aire comprimido penetra en un pequeño receptáculo en que su pesien es llevada á cinco ú ocho atmósferas. Además, ese aire atra- viesa un receptáculo que contiene 100 litros de agua caliente á punto de da" á su vapor cinco atmósferas de presión. Ese depósito de agua hirvieido esta provisto en su parte superior de una pequeña bóveda para el vapr. El aire comprimido que allí llega y que atraviesa el agua, se iOl ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA carga de vapor de agua y de calórico y llega en seguida á los cilindros motores. El receptáculo de agua caliente está colocado verticalmente á la parte delantera del carro y provisto de un regulador. Por medio de este re- gulador, el conductor comunica al aire comprimido la tensión requerida. En una línea de 7,500 metros, distaucia del puente de Courbevoie al Arco de la Estrella, ida y vuelta, el consumo de aire es de un metro cúbico, bajo la presión de veinticinco atmósferas. Así se hace caminar un carro que contenga 30 pasageros y que pesa 8,400 kilogramos cuando está vacio. Cuando el carro llega á su destino, la presión del aire en los recep- táculos ha bajado á cuatro atmósferas y media. En cuanto á la reserva de aire comprimido, sirve de refuerzo cuando la pendiente demanda mayor fuerza. Para cargar de aire comprimido al carro, existe en la estación de Cour- bevoie una bomba que se pQji£ en movimiento por medio de un lo- móvil de fuerza de seis caballos. Esta bomba, que es doble, rechaza el aire hacia los dos recipientes. La presión es elevada á doce atmósferas por el primer cuerpo de bomba, el segundo cuerpo vuelve á tomar este aire para elevar su presión hasta á 25 atmósferas. La acción de los pis- tones se ejerce sobre una masa de agua que, comprimido el aire, ab- sorbe el calor desarrollado por la compresión. El receptáculo de a»ua caliente se llena igualmente á la partida por medio de una calderí de locomóvil. Como el carro se encuentra al partir en el máximo de presión y c»mo esta presión disminuye mas y mas á medida que avanza, resulta que n( es de temer ninguna esplosion. Esta misma circunstancia hace aun necearía una detención y un nuevo cargamento de aire comprimido después de K ki- lómetros de trayecto. Así, en vista de este sistema, en una línea lirga se necesitaría repartir de 10 en 10 kilómetros aparatos de comprefion á todo lo largo de la vía que se ha de recorrer. i Para posesionarse bien del juego de esta máquina es necesario re- cordar que un gas desarrolla calor cuando se le comprime; que se en- fria cuando se le estiende, es decir, cuando se dilata, y que al enfrarse así pierde su empuje. Este inconveniente se salva en parle haci¡ndo llegar primero el aire comprimido á un receptáculo intermediario, loque no lo hace esperimentar sino una pérdida de calor relativamente dibil. Pero como es necesario devolverle la pérdida que corresponde á si pa- saje de la presión de 25 á la de 6 atmósferas, M. Mekarski, e! in- ventor de la locomotiva que describimos, ha imajinado el recalenlldor, en el cual el aire se carga de vapor de agua que le da el coló' ne- cesario para soportar el enlriamiento resultante de la dilatación qtó es- perimenta cuando sale del cilindro motor para trasladarse á los pisftnes. La condensación del vapor da un esceso de calor que favorece onsí- REVISTA DEL MES 105 derablemente la producción de la fuerza. Sin embargo, la fuerza utili- zada no es sino la quinta parte de la que se gasta para comprimir el aire. Un caballo de aire á 25 atmósferas de presión exije una fuerza de cinco caballos de vapor para ser conducida á ese estado. Como medio de tracción sobre una vía férrea, ese sistema seria, pues, muy desventajoso bajo el punto de vista del gasto ; pero presenta bajo otros respectos ventajas bastante notables para ser adoptado en condi- ciones especiales ; por ejemplo, cuando se trata del trasporte de pasageros en las ciudades, es decir, en líneas de corta vía. Tal es el caso en que se hallan los tramvias. La locomotiva de aire comprimido parcee, pues, resolver el problema de la tracción de los vehículos en los tramvias, sin caballos y sin vapor. t'i. — La Memoria del Departamento de Ingenieros Nacionales que acaba de publicarse, contiene noticias de interés sobre los ferro-carriles argentinos, durante el año 1875. Hé aquí algunos estractos : ^ Ferro-carril Nacional del Norte. Primer Trimestre. Longitud esplotada, kilómetros 266. Producto general $ Fts. 21.493 Segundo Trimestre Promedio de kilómetros esplotados 303. Producto general $ Fts. 35.367 82 Ultimo bimestre. Promedio de kilómetros esplotados 356. Producto general $ Fts. 26.094 22 Ferro-carril Andino. Longitud de la vía, 131 kil. 21 m. 80 cent. Id. de vías auxiliares 3 » 702 » 89 » Producto..., $ Fts. 90.433 93 Gastos » 83067 34 Ferro-carril Central Argentino. Longitud de la via 403 kil. 997 m. Número de pasajeros 78,102 Toneladas de carga 75,003 Producto general $ Fts. 682.847 10 Gastos 450.547 78 106 anales de la sociedad científica argentina Ferro-carril del Este. Longitud de la via 162 kil. 710 m. Número de pasajeros 12,916. Producto general $ Fts. 98.573 25 Gastos de esplotacion 100.196 38 Hemos observado los datos de la Memoria, no son uniformes en el sis- lema de recopilarlos, inconveniente que señalamos al Departamento de Ingenieros, y que impide entrar en comparaciones provechosas sobre unas y otras vías. E. S. Zeballos. NOVEDADES CIENTÍFICAS FERRO-CARRILES SToticias sobre los de Eistailos llnidos. — Ea el año 1830 exis- tían en los Estados Unidos veinte y tres millas de ferro-carriles abiertas al tráfico; en 1840 estas habian llegado á 2302 millas, en 1850 á 9021 millas; diez años mas tarde la estencion era de 30635 millas, y á fines del año pasado aumentó nuevamente llegando á la enorme cifra de 71875 millas. No fué sino en 1849 que se dio gran impulso á la construcción de ferro-carriles. Anteriormente el progreso anual habia sido de 315 millas por año término medio, pero desde aquella época el aumento fué mas rápido. Los años mas notables fueron 1853 en que se construyeron 2452 millas, 1856 en el cual fueron abiertas al tráfico 3647 millas; y de 1869 á 1872 durante cuyo período se construyeron respectivamente 4953, 5690, 7670 y 1167 millas. Pero la actividad en la construcción de los ferro-carriles fué casi paralizada durante la guerra civil. En 1861 y 1862 solo se cons- truyeron 1485 millas, y aunque esta estension fué sobrepasada en 1863, disminuyó á 783 millas en 1864. Comparando con aquellas la estension de las últimas construcciones, se vé que en los últimos años ha dismi- nuido mucho; no habiendo pasado de 1940 millas en 1874. La causa de esto aún no ha desaparecido y es probable que transcurra en los Es- tados Unidos algún tiempo, para que la construcción de ferrocarriles haga los rápidos progresos que anteriormente habia hecho. La diminución de los productos del tráfico y del dividendo, reconoce la misma causa. Esta enorme red cubriendo una superficie de dos millones y medio de millas cuadradas, está dividida en 547 líneas distintas, algunas de las cuales han sido amalgamadas, y otras esplotadas en arrendamientos {on léase) por grandes compañías pero la mayor parte son dirijidas por ad- ministraciones independientes. La línea mas antigua es la « The Balti- more and Ohio Railroad », que recibió su concesión (charter) en Fe- brero de 1827. Hoy la red se compone de 1456 millas, las que como la mayor parte de las líneas americanas es de una sola vía. Esta com- 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA pañía tiene en propiedad 327 millas de doble vía mientras posee también diez y nueve millas de tres y cuatro vías y 1174 millas de apartaderos. Ei ferrn-carril de Pensilvania, es uno de los sistemas mas importan- tes, y es indudablemente una de las líneas principales de los Estados Unidos. Fué concedida en 1847 y concluida en 1854, sin embargo que desde entonces ha sufrido muchas alteraciones. La longitud de la linea principal, esto es, de Filadelfia á Pillsburg es solo de 355 millas, agre- gando á estas los ramales y lineas arrendadas, forman un total de 829 millas. Pero al Oeste de Pillsburg hay una gran red que comprende mas de tres mil millas, las que hasta 1871 formaban parte de este sistema. Sin embargo en esta época fué transferido todo este sistema á la com- pañía de Pensilvania, de nueva creación. La línea « The Pensylvania Railroad » es de doble vía y tiene como 800 millas con rieles de acero del peso de 57 á 67 libras. Daremos algunos detalles interesantes sobre la esplotacion de esta lí- nea en 1874. La compañía poseía 654 locomotoras, 296 carruages de pasageros y 13,490 wagones de carga de toda clase. A mas fueron al- quilados 1000 wagones para carbón y 9600 wagones de carga y de carbón pertenecientes á otras compañías que hacían su tráfico sobre esta linea. La estension recorrida durante el año por los trenes fué : De pasageros 2,928,003 « carga 11,716,819 Total de las millas recorridas 14,644,822 El tráfico consistió de : Pasageros 6,088,103= 174,768,556 llevados sobre una milla Mercancías, tons ... . 8,626,946=1,372,566,976 « « « . Las entradas brutas ascendieron á 77^015,676 dollars, ó mas de 15,000,000 de libras esterlinas, y los gastos 45,088,706 dollars, ó como 3,000,000 de libras esterlinas, dando una ganancia de 6.000,000 de libras ester- linas, equivalente á un 8 "¡o de dividendo, sobre su capital. Las líneas mas estensas en los Estados Unidos son las « Union The Central Pacific », cuyas respectivas longitudes son, 1038 y 1227 millas, y que juntas completan la comunicación férrea al través del continente. El tren rodante está en desproporción á la longitud de estas lineas; con- siste de 330 locomotoras 368 carruages y 6949 wagones de carga. El costo total de estas lineas y su equipo ascendió á 234,321,088 dollars, coíño 46,860,000 libras esterlinas, ó término medio veinte mil libras es- terlinas por milla. Durante 1874 hubieron solamente 506,571 pasageros y 188,877 toneladas de carga, la entrada líquida de las dos líneas as- cendió á 14,374,742 dollars, de los cuales 3,256,530 dollars fueron pa- gados al «Central Pacific » como dividendo ; representando un dividendo de 6 por ciento sobre el capital suscrito, que asciende á la mitad del capital total. NOVEDADES CIENTÍFICAS 109 Por las leyes del Congreso, sancionadas en 1862 y 1864 autorizando la construcción del «Union Pacific Railway -o, se concedió una subven- ción variable de 16,000 dollars á 48,000 dollars por milla y una área de 12,800 acres también por milla, las obras fueron empezadas en Diciem- bre de 1863 y terminadas en Mayo de 1869. Uno de los trabajos mas importantes de la línea es el puente de Omaha entre el pueblo del mismo nombre y el « Council Bluffs». Consiste de once tramos cada uno de 250 pies con terraplenes de aproximación en la parte Oeste de 7000 pies de largo, y en la parte Este de una y media milla. El capital para cons- trucción del puente fué levantado por bonos emitidos por la compa- ñía hasta la suma de 2,500,000 dollars, garantiendo dichos bonos con el mismo puente, cuyos beneficios netos alcanzaron en i81i, á 176,839 dollars. Parece increíble que un país tan nuevo haya podido construir en un período de 45 años 72,000 millas de ferro-carriles, con un costo de mas de 800,000,000 de libras esterlinas •, y que una red tan enorme sea es- plotada con beneficios, es algo que sorprende En todo el sistema de ferro-carriles se paga un dividendo de 3.37 % término medio, mientras que muchas líneas dan mayor proporción pues el término medio es reducido por las líneas no remunerativas construi- das con gran capital. Asi las líneas de Pensilvania pagan 8.01 por ciento, las de Massachussets 7.87, las de New-Jersey 7.20, las de Con- nectícut 6.73, en el territorio de Utah 6.25. Mientras algunos Estados poseen líneas que no dan dividendos ó los dan muy insignificantes. Llaman en particular la atención las de los Estados del Sud, en que el término medio es de 0.50 por cierto, y las de los Estados del Oeste, que es de 1.92. En muchos casos como en el « Union Pacific Railway » el Gobierno ha prestado su cooperación, particularmente en la forma de concesiones de tierras que en su totalidad ascienden á mas de 214,000,000 de acres ó sean 338^000 millas cuadradas. De esta cantidad 20,000,000 de acres fueron concedidas al « Union and Central Pacific ». ( Traducido del Engineering de Enero 7 de 1876. ) bibliografía Boletín de la Academia de Ciemeias exactas fie Córdoba (tomo II, entrega I»).— Por casualidad encontramos en una librería de no ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA viejo el cuardernito de la publicación que encabeza estos renglones. Nos llamó, como se comprenderá, la atención y le adquirimos inmediata- mente; pues mucho bueno nos prometía su lectura. Desgraciadamente el mas profundo desencanto nos dominó al terminarla. El librito ha sido impreso en Córdoba^ y muy mal impreso entre paréntesis; está escrito en español, en latin, en francés, y en un idio- ma que parece español, pero que en realidad dista mucho de serlo. Lo escrito en español es el informe anual del distinguido Rector D. Manuel Lucero; lo demás es latin, francés y español, pero todo de muy mala ralea. El titulo del libro es una falsedad, pues la tal Academia no existe y se reduce á ser simplemente una Facultad de la Universidad de Córdoba. Nos han chocado siempre estas mentiras oficiales, que por ser Oficiales llegan en muchos casos á ser consideradas como verdades. En su obra sobre la República Arjentina el Dor. Burmeister, que resuelve cuestiones internacionales en dos razgos de pluma, dice que Córdoba debe ser con- siderada como el centro intelectual de la República por su Universidad fundada en 1622, por su Observatorio y por su Academia (fundada por él): cosas que imaginamos es demasiado aventurada y hasla inve- rosímil. La Universidad de Córdoba es un cuerpo docente incom- pleto y que ni puede siquiera sufrir la mas minima comparación con la Universidad de Buenos Aires. Nos ha eslrañado sobremanera no ver citado á esta última Universidad, y considerada como un Cole- jio de Estudios Preparatorios y fábrica de Doctores en Leyes, cuando el mismo doctor Burmeister es miembro Académico de la Universidad y ha contribuido á su organización. Solo á un olvido podemos atribuir el no encontrar anotado en la obra del Dor. Burmeister un hecho de tal magnitud, como es la organización de la enseñanza superior en la Provincia de Buenos Aires, hecho que mereció una mención especial en el primer mensaje del Dor. Avellaneda al Congreso Argentino. Todo esto lo decimos incidentalmente, pues nuestro objeto no es ocuparnos de esta comparación, ni de hablar de nuestra instrucción superior; materia de muchos artículos, en los cuales se podrían decir cosas que muchos ignoran. Volviendo al Boletín de la Facultad de Ciencias Exactas de Córdoba, hallamos primero un trabajo sobre la Martita de nuestro mienbro co- rresponsal el Dor. L. Br;ickenbusch, estudio interesante de este mine- ral de la Sierra de Córdoba. Le sigue después un estudio sobre las Solanáceas por el Profesor J. Hieronymus. Se encuentran en seguida, dos artículos del Profesor Weyenbergh. Uno « Sobre el sistema dental de los Loricarios».— La lectura de esta comunicación del profesor de Zoología, es muy deficiente en la parte que se refiere al idioma. No comprendemos como hombres que se dedican á la enseñanza y á ex- poner sus conocimientos, cuiden tan poco del medio de trasmitir sus NOVEDADES CIENTÍFICAS 111 ideas. Creemos que con mejor lenguaje conseguirían mas, que con esa jerga científica castellana, con la que expresan de la manera mas in- feliz posible, los pensamientos tal vez mas elevados. El otro trabajo se titula a Remarques sur un tnonstre hidrocépha- liqíie». El autor confiesa que no es un articulo científico y lo des- tina sin embargo á una publicación cientifica; y comete el error, á nues- tro modo de ver, de escribir en francés una cosa que tiene por objeto hacer comprender al pueblo que era un desatino el considerar como un feto humano, á un monstruo extraído de una vaca; cosa que se le habia ocurrido al desgraciado cronista del «Eco de Córdoba.» Termina por fin la obra un articulo titulado: LOS CONSTITUYENTES INORGÁNICOS DE ALGUNOS ÁRBOLES Y ARBUSTOS ARGENTINOS y observacioties sobre los métodos mas recomendables para la análisis de las cenizas vegetales por el Dr. Adolfo Doering. — Copiamos con error y todo, el titulo de esta composición para que se vea como se maltrata la gramática y el idioma allá en Córdoba. Adolece en la forma de los mismos defectos, aunque parece que el autor ha cargado un algo mas la mano, y el fondo no es mejor que la forma. A propósito de unos pocos análisis de cenizas de ve- getales hechos por el autor, sin hablar ni una palabra de las deduccio- nes que pudiesen obtenerse del trabajo, escribe 25 interminables páginas sobre el análisis de cenizas. Esto nos recuerda el cuento del que te- niendo unas vinajeras inútiles en su casa, edificó una catedral para apro- vecharlas. Los que hemos hecho algunos análisis, debemos agradecer al Sr. Doering, la solicitud con que nos pone al corriente sobre el modo de hacer análisis de cenizas. Nos permitirá sin embargo que le hagamos presente que : 1» los crisoles de Hessí, no se llaman crisoles hasianos; 2° que evaporar hasta la seca, se dice en español, evaporar á sequedad; 3" que las sales neutras no son sales neutrales 50" que las cápsulas no se llaman cascaras y 100° que todo lo que el dice, lo sabíam'os antes de que él lo escribiera. No comprendemos como este Sr. Doering se ha ocupado en traducir y publicar todos los métodos de análisis de cenizas, sin agregar siquiera una observación propia y sobre todo no comprendemos qué obligación tenia de traducir tan mal. Se nos dice que este señor no es químico sino ornitólogo y aficionado al estudio de las conchas; que es mas naturalista que químico. ¿Por qué se le ha nombrado profesor de química? — Podría decirse, á ser cierto esto, lo ([ue se dijo á propósito de la elección del guerrero Florian para miem- bro académico: Ecrivain actif, guerrier sage, 11 combat peu, beaucoup écrit, II a la croix pour son esprit, £t le fauteuil pour son courage. 112 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En una palabra este trabajo del Sr. Doering no tiene ni importancia ni valor alguno. El cuaderno todo comparado con cada uno de los 4 precedentes que forman el tomo I del Bolelin de la Academia está á mil leguas de la publicación diríjida por el Sr. Burmeister.— Aparte de uno ó dos de esos trabajos lo demás hubiese sido mas conveniente no publicarlo. Desearíamos no encontrar en la próxima entrega nada que criticar; y esto es muy fácil para los Sres. Profesores: una gramática y un Diccionirio de la lengua, los sacarán de apuros á ellos y á nosotros también. P. N. A. COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. V ice-Presidente 1° D. Guillermo White. » 2° D. Emilio Rosetti. Secretario D'' D. Estanislao S. Zerallos. Tesorero D"' D. Carlos Salas. D. Ángel Silva. D. Luis A. Huerco. Vocales { D. Santiago Brian. D. Valentín Balbin. D. Carlos Olivera Goinision de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Garenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. —D. Luis A. Huergo. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huergo. — D. Octavio Pico. D. Ángel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aoberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huergo. — Carlos Olivera Director del Museo Dr. Don Garlos Berg. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públicas Luis Silveira. — Félix Rojas— Rümulo Otamendi.— Carlos Stegman. — Juan Pirovano. LISTA DE LOS SOCIOS ACTIVOS Aroceiia, Carlos Arata, Pedro Agairre, Eduardo Amoretti, Feliz Aoberg, Enrique Ayerza, Rómulo Benitez, José Benoit, Pedro Brian, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Martin Buscliiasso, Juan Büttner, Adolfo Balbin, Valentín Berg, Carlos Barbosa d'Oliveira, A. Coronel!, J. M. Carvalho, Antonio J. Coglhan, Juan ■ Clérice, E. E. Caprale, Jacinto Castilla, Eduardo Gooper, Jorje Chaves, José Adrián Carenou, Eduardo Costa, Ángel F. Crabtree, Enrique CngDoní, Juan Chapeaurouge, Carlos Cagnoni, A, N. Cascallar, Joaquín Cuesta, Ángel de la Dillon, Juan (hijo) Dillon, Juan (padre] Dillon, Justo Dawney, Carlos Encina, Chirlos Fader, Carlos Florent, A. Firmal, Ignacio Franco, Estanislao Guerrico, José P. de Gallaran!, Carlos Gutiérrez, Juan M. Gore, Enrique Herrera Vegas, Rafael Huergo, Alfredo Higgín, Jorje Huergo, Luís A, Hernández, Rafael Kyle, Juan J. J, Knoblauch, Osear. Krause, Otto Lavalle, Francisco Lindmarlv, Knut Lagos, José A. Leslie, Arnot Lloyd, Jaime Larguier, Augusto LasEepas, H. Mané Marcos Monetta, Pompey Moreno, Francisco P Maglione, Luis Médici, Juan Muniz, José M. Newman, Federico Oyuela, Ignacio Olivera, Cérlos Otamendi, Rómulo Oldendorir, Ernesto Peña, Enrique Pirovano, Juan Palacios, Rodolfo Pico, Pedro PáduaFleury, Augusto [Cesar de Pérez, Victorino Pico, Octavio Puiggari, M. Palmer Smithics, J. Quirno Costa, Norb". Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Silva, Ángel Silveyra, Olozabal L. Stegman, Carlos Sierra, Julio Salas, Carlos Sienra y Carranza, í. Sánchez, Matias Serna, Julio Simpson, Juan C. Tapia, Zacarías Tedín, Miguel Trant Lorenzo Viglíone, Luís A. While, Guillermo Warner, Rodolfo Wilson, M. Villanueva, Guillermo Zeballos, Estanislao S. HONORARIOS Dr. D. Guillermo Rawson. — Dr. Benigno A. Gould. — Dr. Germán Burmeister. CORRESPONSALES León Domesq Madrid. Pellegríno Strobel Italia. Miguel Sánchez Nuñez.... Montevideo. Luis Jorge Fontana Villa Occidental C. VanBeneden Lieja. Felipe Caronti Babia Blanca. Juan Martin Leguizamon.. Salta. Dor. Lais Brackebusch. . . . Córdoba. Jorge Claráz Bahía Blanca. Juan Lubbok Londres. W^alter F. Reíd Londres. Carlos Barbier París. A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscrlciones, enfin, por todo lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Suciedad^ Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : c( 1° Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quieran pedir para.íá Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. •» Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. ■ ■ ' ' El Secretario. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria elJnéves de cada semana alas 8 de la noche^ .:^\- El Secretario. ASAMBLEA La Sociedad se reúne ei) Asamblea general el 1° y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. ., ' , ' El Secretario. ANALES /^ ARGENTINA COMISIÓN REDACTO RA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. i D. Guillermo Villanueva. Vocales \ D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. SETIEMBRE DE 1876. — ENTREGA III. — TOMO 11 PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICIOIM lOCAl DE LA SOCIEDAD, PERÚ 92, Y EN LAS PRINCIPALES LIDRERÍA^ Por mes, en la Ciudad 25 ^ ™fc » fuera de la Ciudad.... 30 » La. suLScricion se paga, anticipada BUENOS AIRES •IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 d 8 7 6 índice de la presente entrega 1. — ACTAS Y DOCUMENTOS DÉ LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR- GENTINA. il. — SEGUNDA EXPOSICIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por Estanislao Zeballos. III. — VISITA Á LA FÁBRICA DE CHOCOLATE, por M. Puiggari. IV. - DEFECACIÓN HIDRÁULICA Y SISTEMA DE IRRIGACIÓN Ú CA- NALIZACIÓN NEUMÁTICA Y FÁBRICAS DE GUANO, por H. Tiede. V. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Física : La aplicación del calor solar á la Industria. ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1876 ASAMBLEA GENERAL. 37' Sesión del 1° de Julio de 1876. Presidente. White. Zeballos. Huergo, L. A. Herrera Vegas. Arata. Huergo, A. Oliveira. Villanueva. Viglione. Rojas. Cagnoni, J. M. Moreno. Berg. Smythies. Burgos. Aguirre. Cagnoni, J. M. Amoretli. Fader. Pirovano. Cadrés. Krause. Ayerza. Ardenghi. para ausentarse á la Sociedad. Presidencia del Sr. Pico. Abierta la sesión á las 8 '/s de la noche con asis- tencia de veintisiete señores socios cuyos nombres van anotados al margen, se leyó y aprobó el acta de la sesión anterior. Se dio cuenta de los asuntos entrados en este or- den : 1" El Sr. Dn. Juan Martin Leguizamon, de Salta, acusa recibo del nombramiento de socio correspon- sal y lo agradece. 2° El Sr. Moreno renuncia del cargo de Director del Museo. 3" El Sr. Kyle acompaña una análisis de una agua estraida de un pozo en el partido de Castelli. 4" El Sr. Higgin presenta una colección de vistas sobre las obras de salubrificacion. En seguida el Sr. Presidente informa que estando hacia Europa el socio Sr. Rómulo Ayerza, pide órdenes 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ORDEN DEL DÍA. Se procedió á considerar los informes sobre las memorias presentadas al concurso de 1876. Previamente se acordó aprobar esos informes, en vista de la falta de tiempo para que la Asamblea estudiase las memorias con detención. En consecuencia se acordaron menciones honoríficas, de acuerdo con lo informado por los jurados, á tres memorias, cuyos títulos son los siguientes : Mejor sistema de construcción de habitaciones para obreros, presentada con el lema de : « Educadme las clases obreras y os resolveré la cues- tión social». Condiciones técnicas y económicas á que debe satisfacer la red de Ferro-Carriles Argentinos, presentada con este lema : « Dedícase este trabajo á la Sociedad Científica Argentina». Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires, presentado con este lema; «Estudioso». Después de otorgados los premios se abrieron los sobres en que se encontraban los nombres de los autores, resultando que lo era de la primera el Sr. D. Joaquín Maqueda, de la segunda D. Ignacio Firmal y de la tercera D. Estanislao S. Zeballos. En seguida fué nombrado el Dr. D. Carlos Berg, Director del Mu- seo en propiedad, para reemplazar al Sr. Moreno, cuya renuncia fué aceptada. No habiendo otros asuntos á la orden del dia, se levantó la sesión á las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 38» Sesión del 15 de Julio de 1876. Presidencia del Sr. Pico. ?i?o- Abierta la sesión á las 8 'A de la noche con asis- w hite. Zeballos. tencía de 35 socios cuyos nombres van anotados al jj[i™'jj^ margen, se leyó y aprobó el acta de la sesión ante- Rosetti. rior. Ba^ib^'!" En seguida se dio cuenta de los asuntos entrados ^srbosa. en el orden siguiente : ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 115 Rosetti. Dawoney. Pirovano. Cagnoni, J. Otamendi. Dillon, Justo. Viglione. Krause. Lagos. Buschiasso. Arocena. Burgos. Costa, A. F. Pérez. Carvalho. Huergo, L. A. Serna, Julio. Rojas. Maglione. Kjle. Aoberg. Cagnoni, J. M Puiggari. Amoretti. Olivera. Berrera Vega, 1» D. Pedro Seminario pide una visita á su fá- brica de chocolote, situada en la calle del General Mitre, números 132 y 134. 2" La «Sociedad Rural Argentina» acepta el ofre- cimiento del uso de nuestra biblioteca y ofrece la su- ya á la Sociedad Científica. 3° El Sr. D. Juan J. J. Kyle ofrece una colección de cartas astronómicas. 4» D. Guillermo Hudson ofrece para la E.Kposi- cion y para la Biblioteca una colección del « Registro Estadístico Argentino». En seguida el Secretario informó de las últimas dis- posiciones de la Comisión Directiva adoptadas durante la quincena. Informó que la Comisión Directiva habia procedido á sortear á sus miembros para la renovación de la Jun- ta que debe hacerse por mitad el 1° de Agosto, re- sultando salientes los siguientes señores : Presidente D. Pedro Pico. Vice 1° « Guillermo White. Vice 2' « Emilio Rosetti. Secretario Dr. D. Estanislao S. Zeballos. Vocal « Santiago Brian. El Sr. Presidente dio lectura de la Memoria anual que con arreglo á lo dispuesto por el artículo 24 del Reglamento, debe presentar antes de terminar el período administrativo de la actual comisión. Terminada esta lectura se fijó el Domingo 23 del corriente para visi- tar la fábrica de chocolate situada en Barracas, debiendo verificarse la vi- sita á las doce. No habiendo mas asunto de qué tratar se levantó la sesión á las 9 '/s de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 39' SESIÓN DEL I» DE AGOSTO DE 1876. Presidencia del Sr. Pico. Aguirre Knolauch. Zeballos Kyle Burgos Huergo, A. Dillon, Justo Brian Ringuelet Costa, A. F. Huñiz Pico, Pedro Tillanueva Krause Arocena Cagnoni, J. Viglioni Peña Pirovano Buschiasso Franco Rojas Otamendi Berriot Amoretti Pérez White Huergo, L. A. Aberg Fader, Carlos Garvalho Olivera Balbin Salas Moreno Oliveira Chaves Arata Silva Hernández Silveira Dawney Cagnone, A. N. Buttner Cuesta A las ocho de la noche fué abierta la sesión con asistencia de cuarenta y siete socios, cuyos nombres van inscritos en el margen. Leida y aprobada el acta de la sesión anterior, se pasó á la ORDEN DEL DÍA El Sr. Presidente espuso que de acuerdo con las prescripciones del Reglamento, iba á precederse á elegir cinco miembros para integrar la Junta Directiva en reemplazo de los que resultaban salientes en el sorteo de que se habia dado cuenta en la Asamblea prece- dente. Agregó que la votación debia hacerse en cédulas se- cretas y nombró para asociarse al Presidente y Secre- tario en la verificación del escrutinio á los señores socios D. Enrique Aberg y D. Valentín Balbin. Instalada la Junta escrutadora de los votos, se proce- dió á recibirlos. Después de un cuarto intermedio se dio lectura al siguiente escrutinio : Presidente . Pedro Pico % I Luis A. Huergo 12 Guillermo White 4 | Juan María Gutiérrez. 1 Vice- Presidente /" Guillermo White. Emilio Rosetti.. Juan J. J. Kyle.. Luis A. Huergo. 26 Miguel Puiggari Pedro Pico 2 4 2 Félix Amoretti Rafael Herrera Vega. 1 1 Vice-Presidente 2° Miguel Puiggari. 26 Juan J. J. Kyle 6 Guillermo White 5 Emilio Rosetti 2 Rafael Herrera Vega 2 Juan Pirovano 1 Luis A. Huergo 1 Secretario. Estanislao S. Zeballos 27 Félix M. Rojas ■ 9 Pedro N. Arata. 4 Ángel Silva 1 Eduardo Aguirre 2 ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 117 Vocal. Enrique Aberg 22 Emilio Rosettí 5 Guillermo White 3 Félix Amoreltí 2 Santiago Brian 2 Pedro Pico 4 Francisco P. Moreno. Arata, Pedro N Pirovano, Juan Silveira, Luis Barbosa, Antonio. . . . Resultando proclamados para integrar la Junta ios señores: D. Pedro Pico, como Presidente. D. Guillermo White, como Vice-Presi4ente 1". D. Miguel Puiggari, como Vice-Presidente 2». D. Estanislao S. Zeballos, como Secretario. D. Enrique Aberg, como Vocal. Habiendo terminado con estos nombramientos el objeto de la convo- catoria, el Sr. Presidente interrogó á los socios si deseaban ocuparse de otro asunto. Los señores SiWeyra y Hernández presentaron la siguiente moción : « La Junta Directiva nombrará una Comisión para que informe á la brevedad posible sobre los siguientes puntos : 1° Cuál es la calidad y resistencia del cimento elaborado en la fábrica de Barracas. 2° Qué probabilidades hay de mejorar la calidad. 3° El precio á que puede obtenerse en relación al que se introduce del estranjero. 4» Forma mas conveniente y económica de hacer esta fabricación. 5" Si la forma mas conveniente para plantear esta industria en el país será por empresas particulares ó por la acción oficial. 6» En el primer caso, cuál será la forma adaptable ». Buenos Aires, Agosto 17 de 1876. Luis Silveyra. Rafael Hernández. Habiendo sido suficientemente apoyada fué puesta en discusión. El Sr. Hernández. Pidió la palabra y sostuvo las ideas que se estractan en seguida : Habia pedido análogos informes á la Comisión de Aguas Corrientes, Cloa- cas y Adoquinado, con el propósito de alcanzar un resultado que reputaba de positivo interés público. En un pais cuyas obras públicas comienzan á desarrollarse en vasta escala, que tiene entre manos algunas como las del canal y dique de San Fernando 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA y las de Salubrificacion de esta ciudad, que tiene en perspectiva otras no menos colosales como la del Puerto áe Buenos Aires y las de mejoras del Riachuelo, era indispensable consumir una cantidad de cimento de Portland, pagado á altos precios en los mercados productores de Ultramar, y recarga- do aún su costo con los gastos de trasportes, seguros, desembarque y otros. Solamente en las obras de Salubrificacion de esta ciudad se emplearán sesenta mil toneladas de aquel material según los primitivos cálculos del Sr. Bateman ; pero ahora es posible que se necesite una cantidad mayor, porque algunas obras que dehian ser hechas de ladrillos lo son y lo serán de concreto, en cuya formación entra el cimento. Tales son por ejemplo, las cloacas colectoras actualmente en ejecución. El Sr. Bateman habia calculado que el cimento costaría trescientos y tan- tos pesos la tonelada ; pero la esperiencia vino á descubrir el error de ese cálculo, pues la Provincia lo ha pagado á razón de 803 pesos ra/c. la tone- lada. De suerte que computando la diferencia sobre las sesenta mil toneladas ya mencionadas, resulta una pérdida ó esceso de gasto de diez y ocho millo- nes de pesos. En presencia de tan crecidos desembolsos no se esplicaba la razón de no haberlos evitado y de no evitarlos para el porvenir, aprovechando los muy valiosos elementos que el país ofrece abundantemente para la elaboración del tan costoso material cimento de Portland. La razón que se aducía para no dar mayor estension á la fábrica esperi- mental fundada en Barracas, reposa sobre el temor de que no haya mercado para consumir una cantidad considerable de cimento como podría producir una gran fábrica; pero no creía atendible una razón semejante, puesto que las obras públicas que el país tiene aún que ejecutar no son de poca impor- tancia ; debiendo además contarse con el consumo del público y con las exijencias indudables de la exportación. Creía por estas razones, que interesándose la Sociedad Científica Ar- gentina en este asunto, haría un verdadero servicio al pais, si ella pudiera, con su autoridad y su prestijio, demostrar las ventajas que se cosecharían de elaborar el producto aquí. Por estas consideraciones pedia el apoyo de los socios para la moción precedente, en la inteligencia de que una vez obtenidos los informes que deseaba reunir y á que se refiere la moción, presentaría á la Cámara de Di- putados de la Provincia, de que es miembro, un proyecto de ley, sobre lo que mas convenga hacer para dotar al país de una fuente nueva y rica de producción. Habiendo terminado sus discursos, varios socios volvieron á apoyar la mo- ción, y como nadie hiciera uso de la palabra fué sometida á votación, mere- ciendo la aprobación unánime de la asamblea. Pasó en consecuencia á la Junta Directiva, para que nombrara la Comisión, de acuerdo con las prescripciones del Reglamento. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 H9 El Sr. White hizo uso de la palabra para poner en conocimiento de la Asamblea que el éxito de la Exposición se debía en mucho á la ejemplar la- boriosidad y contracción que habían dedicado á los preparativos, los socios D. Ángel Silva y D. Enrique Aberg. Creía que la Asamblea llenaría una exijencia de la justicia votando por aclamación una demostración de agradecimiento á aquellos señores, la cuál debería serles comunicada por medio de una nota. Generalmente apoyada esta idea fué votada por aclamación. Como nadie hiciera uso de la palabra, el Sr. Presidente levantó la sesión á las 10 y 3/4 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. COMISIÓN DIUEICTIVA, AÑO 1875 Sesión del 12 de Mayo de 1875. Kjle. Bajo la presidencia del Sr. Kyle y con asistencia de Ramórino. los señores cspresados al margen se abrió la sesión á Moreno. Jas 3 de la tarde. Zeballos. m r. o • 1- . 1 . • . El br. Secretario dio lectura a una comunicación del Sr. Carlos Burton, en nombre del Instituto de Ingenieros Civiles de Lon- dres, ofreciendo á la Sociedad Científica su concurso en los trabajos que verifique y el diario y las memorias de sus sesiones, que á continuación se espresan : 6 tomos del diario de la Sociedad, 4 memorias y discursos inaugu- rales. La Junta determinó que se contestara dando las gracias á ese Instituto y ofreciéndole en reciprocidad los mismos servicios. El Sr. Kyle pidió una resolución sobre el siguiente punto : si el Ge- rente ó la Sociedad deben abonar comisión de los cobradores. El Sr. Bamorino significó que antes de discutir el punto era necesario conocer el estado de la Tesorería, de lo que no se tenia noticia. El Sr. Kyle contestó que el Tesorero afirma que hay dinero en caja. Se resolvió pedir los datos al Sr. Lacroze, para que la marcha de la Junta Directiva no sufra entorpecimiento. Respecto á la comisión de los cobradores se acordó autorizar al Gerente para que disponga hasta del 5 "/o de las cantidades cobradas para pago de cobradores, quienes deben presentar fianza suficiente á juicio del Te- sorero. 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se cambió ideas sobre el reparto délas circulares de la Esposicion, le- vantándose la sesión á las 4 de la tarde. Juan J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 26 de Mato de 1875, pj^^' Con asistencia de los señores espresados al márjen y Rojas. bajo la presidencia del Sr. Kyle, se abrió la sesión á ZebaííoL las 3 V, de la larde. Leida el acta de la anterior, fué aprobada. Se determinó enviar al Instituto de Ingenieros de Londres los trabajos publicados por la Sociedad Científica. El Sr. Kyle espuso que por la premura del tiempo y la imposibilidad de reunir todos los recursos que den á la Exposición proyectada, todo el esplendor que requiere, debia limitarse la Sociedad á organizar una gran asamblea ó tertulia científica. El Sr. Rojas apoyó esta idea, pero la Junta no tomó un acuerdo de- finitivo. Por unanimidad fueron admitidos como miembros activos de la Sociedad los Sres. D. Octavio Pico, D. Valentín Baibin y D. Estanislao Franco. Se acordó que en la próxima asamblea general la Comisión del Mapa de la Provincia diera cuenta de su cometido. Se autorizó al Gerente á que hiciera estampar 50 ejemplares de di- plomas. A las 4 de la larde se levantó la sesión. Juan J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 5 de Julio de 1875. Kyle. Pico, A las 12 del día se abrió la sesión, con asistencia de Rosgtti. los señores al márjen espresados y bajo la presidencia Firmau del Sr. Kyle. El Sr. Presidente manifestó que el 1" asunto á la or- den del día era el nombramiento de las Comisiones que deben estudiar y clasificar los trabajos y objetos presentados al Concurso establecido para obtar á los premios de estimulo. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 421 Aceptada la indicación del Sr. Presidente^ se efectuaron los siguientes nombramientos de Jurados : 2^ base : al que presente la mas importante aplicación de la mecánica á las industrias establecidas en el pais. Jurado : Sres. Marcos Mané. » Ignacio Firmat. j Lorenzo Trant. 3' base : al autor del mejor sistema que tenga por objeto la mejor uti- lización de las materias primas que produce el país. Jurado : Sres. Juan Dillon. » Juan J. J. Kyle. » Estanislao Franco. 4> base : al autor del mejor proyecto referente á un punto cualquiera de las bases de esta Sociedad. Jurado : Sres. Luis Huergo. y> Augusto Ringuelef. » Santiago Brian. 5« base: Materiales de construcción del país. Jurado; Sres. Waiter F. Reid. » Federico Newman. » Ernesto Bunge. 7^ base ; Al autor del mejor trabajo científico ó didáctico escrito en el país durante el decenio trascurrido hasta la fecha. Jurado : Sres. Francisco P. Moreno. » Pedro N. Arata. » Emilio Rosetti. 8' base : Al mejor trabajo escrito en el país durante el mismo período sobre ciencias exactas y sus aplicaciones. Jurado : Sres. Juan M. Gutiérrez. » Juan Ramorino. » Francisco Lavalle. Se procedió después á tratar del programa de la sesión del 28 del cor- riente, formulado como á continuación se espresa: A lus 8 de la noche se abrirá la sesión. El Presidente pronunciará un discurso alusivo al acto, pudiendo despue, hacer uso de la palabra los socios á quienes la Junta Directiva, á su peticions haya fijado turno. Se procederá á la adjudicación de los premios. Al cerrarse la sesión el Sr. Presidente invitará á la concurrencia á pasar • á los salones de la exposición. Se repartirán 200 invitaciones en la forma en que resuelva la Junta Di- rectiva. 40 122 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Newnian fué designado para formar parte de la Comisión encar- gada de preparar la fiesta del 18. Los Sres. W. Reid y A. Comoli fueron nombrados socios por haber cum- plido las disposiciones reglamentarias. La comisión encargada del estudio de las perforaciones fué integrada con los Sres. Pico y Ramorino. El Secretario informó que el Gobierno de la Provincia habia firmado la siguiente resolución: Junio de 15 1875. Autorízase á la Sociedad Científica Arjentina para contratar 12 perfora- ciones con D. Carlos Robertson en los puntos que la misma Sociedad de- signare, al Norte, Centro y Sur ds la Provincia, limitando esas perforaciones á 60 metros de profundidad. CASARES. A. DEL Valle. Después de cambiar ideas sobre este punto, teniendo á la vista el espe- diente á que se refiere la resolución gubernativa, quedó acordado que la Comisión especial redactara el proyecto de contrato que estudiará la Junta Directiva para elevarlo á la consideración del Superior Gobierno. Se levantó la sesión á las 2 de la tarde. Juan J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 14 de Julio de 1875. Kyle. Se abrió la sesión á la una de la tarde con asistencia Rojas. de los señores designados al márjen bajo la Presidencia Zeballos. Se dió cuenta de haber elevado al Gobierno el contrato sobre perforaciones celebrado con el Sr. Robertson y cnn las modificaciones á que dió lugar el debate que se produjo en la úl- tima asamblea. Se dió cuenta de que se habian empezado á cobrar las subvenciones que el Gobierno debe á la Sociedad. Se integró el Jurado compuesto de los Sres. Kyle, Franco y Dillon, con el Sr. Silveyra, para estudiar una memoria sobre empedrados. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 123 Se fijó el dia 16 del corriente para la asamblea anual en que el Sr. Pre- sidente presentará su memoria reglamentaria. Se levantó la sesión alas 2 menos cuarto. Juan J. J. Kyle Presidente Estanislao S. Zeiallos. Secretario. Sesión del 21 de Julio de 1875. Presidencia del Sr. Kyle. Kyle. A las 12 del dia se abrió la sesión con asistencia d« Ramorino. , , , . , , . . Rojas. los señores designados al marjen. ^'°''<="''- Fué aceptado como socio activo el Sr. D. Eduardo Aguirre, presentado en las condiciones del Reglamento. Se resolvió distribuir las tareas entre varios miembros de la Junta para los preparativos de los salones en que debe tener lugar la Exposición. Se acordó publicar un aviso en los diarios, invitando á los expositores á enviar sus objetos al Colegio Nacional hasta el dia 26. Se levantó la sesión á las 2 de la tarde. JüAN J. J. Kyle. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión DEL 12 de Agosto de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Pico- Abierta la sesión á las 8, estaban 'presentes los miem- Rehif"' bros anotados al márjen. 5'';^"'- Se aprobó el acta de la sesión anterior. Zeballos. White. El Sr. Presidente manifestó haber recibido una carta Buuner. ^^^ ^'"- Lacroze, pidiendo que se le devolvieran las Me- Moreno. morias presentadas al Concurso. Se leyó la ñola ; después de un cambio de ideas sobre la petición, se re- solvió que se contestara al Sr. Lacroze que esüs Memorias son de propiedad de la Sociedad y que se le recordara el inciso V del artículo del Reglamen- to que trata de los Concursos. El Secretario fué autorizado para hacer una serie de gastos menores, con el fin de organizar debidamente la Secretaría. 424 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ■ Se resolvió contratar la acuñación de dos Medallas de oro, no escediendo del valor dedos mil pesos cada una. Las Medallas llevaran estas inscripciones en una cara: «Sociedad Científica Argentina, » en la otra : n Concurso de 1875.» Se presentó un proyecto de dibujo para que sirviera de escudo á la Socie- dad para sus diplomas y sello mayor; pero no fué aceptado. El Secretario quedó encargado de pedir otro modelo. Se acordó fijar el dia Jueves de cada semana para las reuniones ordinarias de la Junta Directiva, sin citación previa, con lo que terminó el acto á las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 28 de Agosto de 1875. Presidencia del Sr. White. ¿gjj®: A las 8 de la noche se abrió la sesión con asistencia Moreno. de los Sres. espresados al margen. Silva. E' Secretario informó que el Sr. Lacroze reiteraba el B"aii. pedido de sus memorias. Leido el documento en que lo Huérgo. , , , , , . , , , . . . ' hacia se acordó poner a su pie la resolución siguiente : «Estése á lo resuelto en cuanto se refiere á las Memorias ». Fueron admitidos para socios activos los Sres. J. C. Simpson, Carlos Arocena y Alejandro M. Cagnoni. Entróse en seguida á estudiar dos Memorias del Sr. Lacroze presentadas al Concurso. Leida y examinada la Memoria sobre Vias de Comunicación en el territo- rio de Buenos Aires, la Junta se adhirió al informe que ya hablan firmado los Jurados y se resolvió comunicarlo así á la asamblea. Leida la Memoria sobre utilización de las materias primas, se mandó aconsejar á la Asamblea que la mande archivar, por creerla deficiente en cuanto á su objeto é inmeritoria por falta de novedad. Se nombró miembro informante al Sr. White para que él hablara en la próxima Asamblea en defensa del dictamen de la Comisión. Siendo avanzada la hora quedó resuelto reunirse el próximo martes en reunión ordinaria para seguir estudiando las Memorias. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. G. White. Vice-Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. actas de las sesiones de 1875 125 Sesión del 31 de agosto de 1875 Presidencia del Sr. Pico. Pico A las ocho de la noche se abrió la sesión. Reid Leidi el acia por el Gerente que suplia la ausencia I".™ del Sr. Secretario, fué aprobada. crian ' ■ wiiite Se procedió á la lectura de la memoria del Sr. Puiggari sobre la conveniencia de estítblecer en el pais la fabricación del ácido sulfúrico, que fué oida con interés. El Sr. White hizo moción para que se imprimiera esta memoria, fundándose en la copia de datos que contiene y en lo razonado del plan, tirándose 500 ejemplares, que se repartirian entre los socios, ambos Gobiernos y Cámaras, destinándose el resto á la circulación general. Puesta á votación se aprobó por unanimidad y se nombró al señor White, miembro informante. Fueron admitidos socios activos los Sres. H. Lassepas y M. Wilson. Sin mas asuntos de que ocuparse, se levantó la sesión á las diez y cuarto de la noche, Pedro Pico, Presidente, Estanislao S. Zeballos, Secretario. SEGUNDA EXPOSICIÓN ANUAL DE LA SOCIEDAD científica ARGENTINA ABIERTA EL 28 DE JULIO Y CERRADA EL 6 DE AGOSTO DE 1876. La Comisión Directiva había hecho los preparatorios convenientes para el mejor éxito de la celebración pública del 4° aniversario de la fun- dación de esta Sociedad. Con seis meses de anticipación fueron publicados los programas del Concurso y Exposición que debian tener lugar el 28 de Julio del año cor- riente. Por las actas publicadas en Los Anales se impondrá el lector del éxito del concurso. Vamos á darle noticias sobre la Exposición. Publicados los programas se notó el interés que despertaba el anun- ciado torneo científico é industrial y en consecuencia la Comisión Di- rectiva se preocupó de elejir el local mas adecuado. La primera Exposición fué celebrada en el notable gabinete de Física del Colejio Nacional de esta capital, el que de suyo es un brillante con- junto que ofrece el mayor interés cienlífico; pero la Comisión juzgó con- veniente adoptar otro local este año, á fin de dar á la fiesta un carácter mas original, procurando también que sirviera á dar una medida de los progresos científicos é industriales de la Provincia, y aun de la Nación. El Ministro del Interior, á solicitud de la Comisión, cedió los salones altos de Colon donde se encuentra instalada la oficina de Ingenieros Na- cionales, y en los primeros días de Julio se dio comienzo á la obra. La Comisión Directiva tomó á su cargo la tarea y para proceder con mayor facilidad solicitó el concurso de los socios D. Rafael Hernández, D. José Marcelino Lagos y D. Enrique Aberg. Al mismo tiempo adoptó las resoluciones administrativas que eran acon- sejadas por el caso, y de las que se instruirán los socios por la publi- cación de las respectivas actas. Entre otras cosas se acordó: SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 127 Destinar 20,000 l^n/o para los gastos de la Exposición . Abrir la Exposición al público desde el 29 de Julio hasta el 6 de Agosto, cobrando 10 pesos por entrada. Nombrar los Juris encargados de estudiar y acordar los premios, á cada sección de las que coinponian el programa publicado. Los nombramientos fueron los siguientes : 1* Sección. — Arquitectura/constrücciones civiles y militares. Juri: — Alfredo Huergo. — Guillermo White. — Luis A. Huergo. 2' Sección.— Materias primas aplicables á la imdustria. Juri: — José M. Lagos. — Pedro N. Arata. — Juan Pirovano. 3a. Succión.— Productos industriales y agrícolas. Juri: — Augusto Ringuelet. — Juan J. J. Kyle. — Miguel Puiggari. 4^ Sección. — Historia natural. Juri: — Pedro N. Arata. — Eduardo Aguirre. — Luis Jorge Fontana. 5» Sección. — Aparatos, utensilios, instrumentos científicos É industriales. /wn:— José M. Muñiz. — Carlos Olivera. — Emilio Rosetti. 6^ Sección. — Útiles para la enseñanza de las ciencias naturales Y físico matemáticas naturales. Juri: — Santiago Brian. — Pedro Pico. — Valentín Balbin. 7» Sección. — Higiene pública y privada. Juri: — Rafael Herrera Vegas. — Carlos Dawney. — Luis C. Maglioni. 8* Sección.— Fotografía, Tipografía, Telegrafía. Juri: — Luis Silveira. — Estanislaos. Zeballos. — Lorenzo B. Trant. 9^ Sección. — Aplicación de las ciencias á las artes de ornatos. Juri: — Adolfo Büttner — Ernesto Bunge. — Pedro Benoit. Todo preparado, se repartieron quinientas invitaciones al público para la inauguración de la Exposición y distribución de los premios del concurso, acto que debia tener lugar el 28 de Julio á las ocho de la noche. Una concurrencia numerosísima y distinguida de damas y caballeros lle- naba los salones al punto de que era materialmente imposible recorrerlos. La Policía habia puesto á disposición de la Sociedad su banda de mú- sica. Habiéndose ejecutado por esta el himno nacional, el Sr. Pico, Presi- 428 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dente de la Sociedad, acompañado por los miembros de la Junta Direc- tiva, ocupó la mesa declarando abierto el acto, y pronunciando el discurso que se publica en seguida, y que fué justa y ardientemente aplaudido por el selecto auditorio : Señores y señoras: El principal objeto de esta reunión es el de celebrar el cuarto ani- versario de la fundación de la Sociedad Cientifica Argentina. Veo con satisfacción que el acto que celebramos, interesante de por sí, está dignamente solemnizado por la numerosa concurrencia de sus socios, y por la de tantas personas respetables, que se han dignado hon- rarlo con su presencia. Los fines que la Sociedad se propuso y que sigue con perseverancia, no pueden ser mas loables y provechosos; y es por eso que la hemos de ver marchar siempre acompañada, del aprecio público manifestado por de- mostraciones como la que actualmente presenciamos. A este respecto pues, la Sociedad debe estar completamente satisfecha ; y desde el puesto que ocupo, debido solo á la bondad de mis consocios, me hago un grato deber en agradecer muy sinceramente esta demostra- ción de^ simpatía, por el apoyo moral que con ella recibe la sociedad, en e?te momento, de las personas amantes del progreso intelectual de nues- tro pais. No podia ser de otro modo, señores, desde que vemos en el hecho de la existencia de nuestra sociedad, que el árbol frondoso de la ciencia echa sus benéficas raices en el suelo argentino: desde que vemos que sus hijos la cultivan con anheloso empeño, y que de ese cultivo esmerado han de resultar sus óptimos frutos, que darán á la patria la moralidad, la paz, el desarrollo de sus industrias, la explotación de sus productos, y con ellos la riqueza y abundancia que formarán su futuro bienestar. Dichoso me considero en haber alcanzado á presidir en el seno de la patria, un acto tan interesante como el presente : aquí de donde, en épocas aciagas de lamentables recuerdos, eran proscriptos el genio, la inteligencia y verdadero patriotismo. Cuantos ilustres argentinos expatria- dos en esas épocas, no habrían deseado alcanzar á presenciar en la pa- tria, lo que en ella presenciamos nosotros ahora. Pero esos ilustres va- rones bajaron á la turaba sin alcanzar tan grande dicha, llevando siem- pre encendido en sus pechos el amor á la patria, el amor á la ciencia, hasta los últimos latidos de sus corazones. Nosotros mas felices que ellos, vemos hoy á la patria abrir sus brazos para recibir y premiar á sus hijos inteligentes : lo mismo que á todos los que de países extraños vienen á honrarla con su saber. La Sociedad Científica que promueve estos actos, que tiene por funda- mento de sus propósitos, el fomentar el estudio de las ciencias materna- SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 129 ticas, físicas y naturales, con sus aplicaciones á la industria y á las artes, es una instrucción que, en los cuatro años de su existencia, ha alcan- zado ya á reflejar honor sohre la República, y que merece un decidido apoyo material de sus autoridades, y de todas las personas amantes de su progreso intelectual. Ese eficaz apoyo lo recibe la sociedad hoy del Go- bierno de la Provincia; que penetrado de su importancia, la sostiene con una poderosa subvención. Fomentar el estudio de las ciencias matemáticas, de esas ciencias se- ñores, creadas por la inteligencia del hombre, que le dan la posibilidad de reconocer el perfecto mecanismo délos cielos; que le enseñan á de- ducir la distancia, dimensión y pesantez de los innumerables mundos que la mano del Creador ha colocado en el espacio ; que determina la in- comprensible velocidad de la luz ; y que guia al hombre para surcar nues- tro globo sin mas faros que la luz de la ciencia, ayudada del fenómeno magnético que todos conocemos. Las ciencias físicas que habilitan al hombre á trasmitir su pensamiento instantáneamente, desde un estremo al otro del diámetro de la tierra, que le pone en contacto con las propiedades intimas de los cuerpos, y casi con el de la vida propia de los sutiles elementos de la materia. Las ciencias naturales que le encaminan á determinar las transforma- ciones que ha sufrido nuestro globo, y á establecer las épocas en que esas transformaciones han tenido lugar. Hé haí señores, los temas de estudios que nuestra Sociedad se ha pro- puesto estimular: ellos abrazan todos los ramos del saber y de la in- teligencia humana, de ese saber é inteligencia que nunca se satisface, y que sigue adelante, siempre con el empeño de poder alcanzar á com- prender de donde emana la brillante luz que la ilumina, á donde está el centro de la sabiduría, y el origen de la vida eterna que rige el universo. Las aplicaciones prácticas de estas ciencias á la industria, á las artes y á las necesidades de la vida, son en las que la Sociedad ha tomado ya un carácter definido. La publicación de sus Anales hacen conocer los trabajos de que se ocupa. Las obras públicas que se construyen en el país ; los proyectos de las que deben construirse en adelante; la descripción de sus fábricas, de sus productos naturales y artefactos, la relación de esploraciones cien- tíficas y otros muchos asuntos de interés público y de carácter cientí- fico, son los que exclusivamente ocupan sus páginas. Todos estos asuntos promueven, en el seno de la Sociedad, discusiones y estudios especiales, que tienden á aumentar los conocimientos particulares de sus socios. Los lectores de esa publicación tienen ocasión de encontrar en ella las memorias sobre las obras hidráulicas, ejecutadas y proyectadas por nuestro consocio ingeniero civil D. Luis A. Hucrgo; la memoria sobre la muy importante cuestión de actualidad. Puerto de Buenos Aires, con- 130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cienzudamente estudiada por nuestro consocio también ingeniero señor D. Ignacio Firmal La del naturalista esplorador Sr. D. Francisco P. Moreno, que atravesando la Patagonia llegó hasta la cumbre de los Andes, en donde hizo flamear la querida bandera de la patria; esa bandera cuyas fajas de azul y blanco, abrazan el Océano Atlántico con aquellas nevadas cimas. Los señores Zeballos y Reid relatan también sus cercanas pero inte- resantes esploraciones de carácter geológico. Los químicos Puiggari, Kyle, Arata^ analizan nuestros minerales, nues- tros productos naturales y hacen conocer la importancia de su esploia- cion. Otros trabajos cientificos ocupan las páginas de nuestro periódico, y pertenecen á los distinguidos miembros de nuestra Sociedad. La inspección que la Sociedad hace de las fábricas aquí establecidas, produce estímulos muy provechosos, lo cual forma también uno de los importantes propósitos de la Sociedad. Por lo que acabo de deciros, podéis juzgar, señores, de los impor- tantes servicios que la Sociedad presta hoy y puede prestar al país en adelante. En esta Asamblea vamos á desempeñar uno de los actos mas conmo- vedores, mas lleno de emociones íntimas, de nobles estímulos que pueden presenciarse : vamos á distribuir los premios honoríficos que la Sociedad ha acordado en su último concurso científico á los autores de las memo- rias escritas sobre los temas propuestos para ese concurso t varaos, señores, apremiar la inteligencia. Premiar la inteligencia consagrada al bien de la humanidad, es un acto mas sublime que el acto de premiar la inteligencia que dirija el brazo y la espada del guerrero. La inteligencia de Washington, que dejó constituida una gran república, que dejó á sus conciudadanos nobles ejemplos de patriotismo y de virtudes cívicas, brilló y brillará eterna- mente con mas esplendor que aquel con que brilló su espada en los campos de la victoria. El nombre de Cristóbal Colon, cuya inteligencia sacó el Nuevo Mundo de la oscuridad de la ignorancia, á la luz de la sabiduría, será siempre recordado con mas veneración que los nombres de los guerreros que vinieron luego á conquistarlo. Terminado el acto de la distribución de los diplomas, proclamaré abierta la Exposición de productos naturales, obras de arte, artículos de artefacto, aparatos mecánicos, instrumentos y planos de carácter cientí- fico, que la Sociedad ha dispuesto hacer en uno de los salones de este edificio, donde tendréis ocasión de examinarlos detenidamente y de juz- gar del mérito de ellos y de lo importante de nuestra Exposición. Esta clase de exposiciones son altamente provechosas ; y ya en otras ocasiones hemos sentido sus benéficos resultados en provecho del desar- rollo de las industrias planteadas en el pais. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE I,A SOCIEDAp CIENTÍFICA ARGENTINA 131 Daremos principio á la distribución de los diplomas honoríficos : Sr. Dr. D. Estanislao S. Zeballus. Dr, Zeballos : Voy á entregaros el bien merecido diploma honorífico que la Sociedad Científica Argentina os ha discernido por vuestra me- moria sobre el tema séptimo del programa del último concurso, á saber: « Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires. > Al hacerlo, como Presidente de la Sociedad y como particular apreciador de vuestras relevantes cualidades intelectuales, esperimento una doble emoción de verdadera é íntima satisfacción. Vuestra clara inteligencia, vuestra asidua contracción al estudio de las ciencias naturales, os aseguran, Dr. Zeba- llos, un lugar distinguido en la carrera de las letras, y un elevado puesto entre los amantes de esas ciencias, cuyo estudio tan provechosamente cultiváis. La patria que cuenta hoy con muchas jóvenes y robustas inte- ligencias como la vuestra, puede mostrarlas al mundo científico con ver- dadero orgullo. Aceptad, Dr. Zeballos, el bien merecido diploma que os presento. Sr. Ingeniero civil D. Ignacio Firmal. Siento sobremanera que el Sr. Ingeniero civil D. Ignacio Firmal, no esté presente al acto de entregarle el diploma honorífico que la Sociedad le ha acordado en el último concurso científico, por su memoria escrita sobre el tema primero del programa, á saber : « Cuáles son las condiciones técnicas y económicas á que debe responder la red de ferro-carriles de la República Argentina. » La reconocida competencia del ingeniero señor Firmal en los ramos que abraza su profesión, le hace digno acreedor al premio que la Sociedad le ha discernido; como le hacen también acreedor al aprecio público sus recomendables dotes de cumplido caba- llero. Repito que siento la ausencia del Sr. Firmal, ocasionada por en- contrarse actualmente en el Interior, ocupado en trabajos profesionales, por lo que me limitaré á recomendarle como uno de nuestros mas iin- portantes consocios. Sr. Arquitecto D. Joaqnin Maqueda. Tengo la gran satisfacción de poner en vuestras manos el diploma honorífico que habéis merecido en el último concurso científico, por vuesta memoria y planos sobre el tema cuarto del programa respectivo, á saber: «Sistema económico de habitaciones para obreros en Buenos Aires. » Esta importante cuestión que viene á resolver la de la educación moral, de la adquisición de hábitos económicos, de aseo y de bienestar en la familia del obrero, ha sido tratada por vos Sr. Maqueda con acierto completo, como lo ha reconocido la Comisión encargada de estudiar 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vuestra memoria y planos respectivos. Cumplo, pues, con el deber de entregaros este bien merecido diploma y de felicitaros por el acertado empleo que habéis hecho de vuestros conocimientos arquitectónicos. Aceptad, Sr. Maqueda, el diploma que os entrego. Terraioada la tarea que he tenido que desempeñar como Presidente de la Sociedad Científica Argentina, solo me resta pedir para ella el apoyo material que necesita para su mas vigorosa existencia. No dudo que el 28 de Julio del año venidero, la lista de sus socios será engro- sada, á la vez que honrada, con los nombres de todas las personas amantes de la ciencia y del progreso material é intelectual de nuestro país.— He dicho. Después de este discurso se abrieron los salones de la Exposición que quedó entregada á la admiración de los concurrentes. La numerosa concurrencia que ha visitado durante los nueve dias en que estuvo abierta se retiró conplacida del éxito de una fiesta singular é intere- sante entre nosotros. La prensa de la capital ha contribuido al mejor éxito con sus noticias in- citantes y merecidas, sobre varios de los objetos expuestos. Varios colegas se ocuparon también en su sección editorial de la Exhibi- ción. El Industrial, órgano del club del mismo nombre apreciaba la fiesta bajo el punto de vista de los intereses á que sirve. Hé aqrí sus palabras : • 2' EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA «El viernes próximo pasado se inauguró en los altos del Teatro Colon la 2' exposición de la «Sociedad Científica Argentina». « La concurrencia ha sido numerosa, es de sentir que la exigüedad del local nos haya impedido hacer un estudio mas detenido de la multitud de objetos ex- puestos, y no podemos menos de aconsejar á todos los industriales, como íi todos los amantes del país de ir á visitarlos. « Los industriales que van á concurrirá la exposición del Club, tomarán ideas prácticas sobre lo que tienen que hacer y sobre los resultados que puedan obte- ner por la publicidad que les ofrecen las exposiciones. «Los amantes del país verán en esa exposición esencialmente científica, sí nos faltan ó no elementos industriales. « ! Se dice que el país no ha llegado á su época industrial ! « ¿ Puede decirse mayor aberración ? « Ejemplos constantes, de todos los dias, nos hacen ver que por su naturaleza, por sus productos, por su situación geográfica, por la aglomeración de su pobla- ción industrial, el país es sobretodo y será seguramente el mas industrial del continente americano. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 133 « ¿ Cómo ! la « Sociedad Científica » liace una exposición y las tres cuartas par- tes de los objetos expuestos son industriales, y dicen que somos muy jóvenes para el período industrial ? «Las piedras artificiales de Sandrot, Serna y Aldao; las galletitas de Bagley; los magníficos muebles del Banco Hipotecario de Storm, hechos esclusivamente con maderas del país; los tabacos de Daunias; los chocolates de Seminario; las cerra- duras de Marti; las máquinas de Schwarz; los espejos de Galli; los sombreros de Carneiro; las sillas de Mattaldi; etc., etc., etc., todo eso pertenese á la industria; es el trabajo humilde que busca el dia, la luz, la vida; y la «Sociedad Científica» reconociendo que únicamente por el trabajo productivo se emancipa el pueblo, que solo por la industria se emancipa una nación, y que no se llega á la ciencia sino por el camino de la industria; por eso la «Sociedad Científica» tiende la mano á los industriales, los ayuda á levantarse y quiere darles la vida para luego llegar ella á la ciencia. «Recíbala «Sociedad Científica» las felicitaciones entusiastas de «El Indus- trial », pues ha merecido bien de la humanidad cumpliendo con un deber. La Prensa apreciaba la Exposición bajo diferentes faces y decía : UN ACONTECIMIENTO AGRADABLE « Con estrañeza hemos observado el silencio que guarda la prensa de Buenos Aires, sobre un hecho que indudablemente es de importancia y de trascendencia en estas circunstancias aciagas; y temerosos de incurrir en la misma inesplicable omisión, nos apresuramos á romper el silencio, saludando desde nuestras colum- nas á la Sociedad Científica Argentina, cuya exhibición es el acontecimiento de la semana y termina esta noche. « Se nos informa que la concurrencia ha sido notable durante la sema- na, y sin embargo, se trata de un género de Exposición que no puede inspirar á la simple vista los atractivos y el agrado de otras, destinadas mas á alha- gar los sentidos que el espíritu. « Cada piedra, cada cráneo y cada pedazo de madera ó hierro de la Exposición que tiene lugar en Colon, concentra una historia y propiedades curiosas y de una utilidad práctica completa; pero cuando esos objetos no son esplicados por el ex positor ó no están descritos en un catálogo, indudablemente pierden parte de su interés. « Hé aquí un punto en el cual encontramos deficiente la exposición; pues no basta, para ilustración del curioso, la leyenda que acompaña al objeto. « A pesar de esta omisión, harto sensible, la concurrencia que ha llenado los sa- lones sucesivamente ha podido darse cuenta de todo, con una observación prolija y además ha encontrado la cooperación de algunos expositores que han dado es- plicaciones satisfactorias. «La Sociedad Científica, es hoy acaso el único campo de neutralidad que se pueda encontrar, en medio de la profunda división política que caracteriza la época. « Allí están agrupados 150 aficionados al cultivo de la ciencia y no pocos pro- fesores en diferentes de sus ramos. « Allí están representadas todas las opiniones políticas que tienen eco en la Re- pública, y sin embargo, durante cuatro años de sesiones quincenales, aun en me- 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dio de las mas ardientes y encarnizadas luchas del partidismo, jamás se oyó una voz de discordia, ni encontraron hospitalidad en aquellos salones neutrales, las agitaciones de los clubs y de los comicios. € Cuando alguna vez ha sido necesario sacrificar pequeños escrúpulos, unos y otros lo han hecho decididamente, contribuyendo á fortificar y robustecer una ins- titución que no pertenece á partidos, que es una bella esperanza de progreso y de gloria para la patria. « Esta sola recomendación la hacia acreedora á la estima y consideración pú- blica. < Solamente esa abstracción de las agitaciones políticas ha podido producir este hecho raro: que mientras todo retrocede y decae en el país, se levanta y desarrolla el amor á los estudios científicos, con sus aplicaciones á las artes, á las industrias y á todas las necesidades de la vida social. « La primera sección de la exposición representa un conjunto de arquitectos que rivalizan por dar impulso á la belleza física de nuestras ciudades, creando un estilo monumental de que carecemos. « Los planos y grandiosos modelos á tinta china y en yeso que allí pueden comtemplarse. productos de una época general de decadencia, son una honra po- sitiva para Buenos Aires, y el espíritu se consuela de que llega el dia en que nuestros propios artistas y talentos, doten al país de todos los elementos de que carece. « Al lado de la arquitectura existen las maderas de nuestros bosques con que hasta ahora hacíamos solamente horconesy cercos de chiqueros, pulidas, lustradas, talladas y trasformadas de muebles que rivalizan con los de las mejores fábricas estrangeras. « Hé ahí una medalla de oro acordada al talento del artista y al país que ofrece á los hombres laboriosos elementos tan tentadores de riqueza. < Las industrias están representadas en un hermoso grupo, en que descuellan los mosaicos para piso, el pretóleo tan codiciado en el Norte de la República y re- cientemente esplotado, los sombreros notables en que se convierte la piel de la nutria y de la vicuña, las viñetas y tipos para imprenta que en exposiciones es- trangeras han rivalizado con viejas fábricas alemanas é inglesas, las piezas de hier- ro pulido con herrages y maquinarias para usos generales, los productos de los hornos de ladrillo y cal hidráulica, aplicables á nuestras colosales obras públicas y tantos otros objetos á cuya enumeración se resiste la memoria.que no solamente se producen en el país sino que son una fuente de demanda para nuestras abun- dantes materias primas, codiciadas hasta hoy solamente por el estrangero. « La sección de historia natural, es la iñas notable que posee la exposición por su valor científico. « La aatropologia, ciencia que se ocupa del estudio del hombre, está tan bien representada, que á los ojos del visitante de tan raras é inestimables colecciones, vé surgir de las eutrañas de la tierra una raza antigua, con su civilización propia, original y admirable. «Tales son las colecciones de cráneos, de armas de piedra, madera y metal, de adornos, utensilios, vasos, morteros, etc. que corresponden á las razas indígenas que poblaban la América en los tiempos prehistóricos, y que la pueblan en los actuales; objetos que correspondientes á estas dos épocas lejanas,. tienen por con- siguiente un valor especial, pues se facilita la comparación. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDND CIENTÍFICA ARGENTINA 135 «Hé ahi también la fuente de nuestra historia natural primitiva. «Llaman la atención los bustos de charrúas, remitidos desde el Rio de la Plata á París, donde perecen de miseria y de hambre, pues se les tiraba carne cruda para alimentarse; bustos que Mr. Quatrefages envía al Rio de la Plata acaso para que admiremos en tan demacradas y dolorosas fisonomías, las crueldades de que fueron objeto los últimos de los charrúas. « En la misma sección se encuentran numerosos objetos de cobre, barro y pie- dra, estraidos de los sepulcros de los indios antiguos de los valles Calchaquies y en no pocos de los túmulos del país de los indios Quilmes, que dieron su nombre al pueblo que inmediato á Buei'tos Aires se levanta. « Ahí están sus armas que tan temible hacían su bravura, siendo la mas notable, la masa de piedra y las hachas del mismo material y de cobre. «La historia encuentra trofeos bellísimos, como las bolas de López, el del Pa- raguay, ricas y pomposamente bordadas de oro, que revelan en aquel tirano la tendencia á presentarse ante su pueblo, con atavíos deslumbrantes que seducen á las gentes sencillas, creadas entre la ignorancia y el despotismo. « Esas botas tienen una inscripción que en grandes letras de oro dice : « Pas y justicia. — ¡ La paz de la esclavitud y la justicia de la tiranía ! «Y mas abajo : « Viva la República del Paraguay. — Vencer ó morir. « Quien al ver estas botas tan singularmente decoradas, recuerde el fin de López admirará el temple de aquel hombre extraordinario y salvaje, que cumplió su divisa fielmente. «Haciendo juego á estas curiosísimas botas, viene otra reliquia histórica, y también de un López, y Juan Pablo López de Santa-Fé ! « Es la banderola que hacia flamear en la moharra de su sangrienta lanza. « En el centro lleva su nombre bordado en seda como todo lo demás. « Rodeando su nombre se vé esta leyenda : « Ilustre restaudor del Norte y protector de las leyes. « En el otro lado se vé el escudo de Santa-Fé y estas palabras : « Viva la provincia de Santa-Fé! Federación ó muerte! «Esta última amenaza en letras negras. «Las colecciones de insectos hechas por un operario del ferro-carril del Oeste, en las inmediaciones de Buenos Aires, los trabajos entomológicos con relación á. la botánica, las magníficas colecciones de insectos brasileros, los acopios de mi- nerales argentinos, el yeso del rio salado de Buenos Aires, las colecciones de rocas de las sierras del Tandil, los productos arrancados á las entrañas da la tierra y eorrrespondientes á las formaciones geológicas diferentes del suelo argentino, los moluscos de las costas argentinas, desde Santa-Fé hasta la Tierra del Fuego, y entre ellos el muy curioso caballo marino y muchísimos otros objetos constituyen un plantel digno de llamar la atención y que ha merecido premio. « Las secciones de materias primas, bellas artes y otras, están representadas también con alguna profusión. « El conjunto es agradable. Un estudio detenido de todo lo que allí se vé no puede dejar de ser muy provechoso. « Hoy á las 2 de la tarde se distribuirán los premios. « Han sido acordados á los productos argentinos, á las materias primas argén- 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tinas y á los valerosos esfuerzos que en el territorio argentino se hacen en pro- vecho de las ciencias. * En vista de los méritos de la distinguida sociedad que está al frente del movimiento,, y del éxito que alcanzan sus sanas intenciones, cumplimos con el deber de saludarla, concurriendo con nuestro aplauso á solemnizar la fiesta de la distribución de los premios. » La Nación hablaba as'í : SOCIED.iD científica ARGENTINA « Los juris encargados de examinar las (Jiferentes secciones de la Exposición de la Sociedad Científica Argentina y de acordar los premios determinados en el Re-^ glamento, se han espedido ya, discerniendo medallas de oro y plata y menciones honoríficas á varios espositores, por trabajos hechos en el país que demuestran la existencia de nuevas industrias, y por colecciones de objetos de la ciencia que revela en sus autores dedicación y conocimientos especiales. « La Sociedad Científica Argentina formada con jóvenes entusiastas por la cien- cia, esi.á llamada á prestar al país importantes servicios morales no solamente por los propósitos que la guian, sino también por sus exposiciones, en que no figuran sino objetos que revelan el estado industrial de la República y sus adelantos. « Hemos asistido á la segunda esposicion anual que ha tenido lugar en los salo- nes del teatro de Colon, y hemos podido apreciar prácticamente, que estos tor- neos de la industria y de la ciencia están llamados á efectuar mejoras de consi- deración, económicamente hablando. « Allí se podia apreciar y conprender, que antes de poco tiempo, si nos fuera dado confiar en la paz y prosperidad de estos paises, una gran parte de lo que hoy es objeto.de importación, seria llenada completamente por la industria propia. « Un publicista argentino, ocupándose de las bases económicas y sociales de la República, se lamenta de que nosotros dependamos de la Europa, porque es de allí de donde nos viene todo lo que la civilización exige. «Desde el calzado hasta el sombrero que llevamos es de la Europa, lo que na- turalmente ocasiona una lamentable desproporción en el cambio internacional, que nos obliga á esportar oro para chancelar nuestras cuentas. «Este hecho que no pasa ni puede pasar desapercibido para nuestros hombres de estado, que es una de las tantas causas que han motivado la actual crisis que nos arruina, y que será con el tiempo la razón de nuestro completo empobreci- miento, este hecho, decimos, debe desaparecer, so pena de que nunca podamos hacer propia y segura nuestra existencia como pueblo. «Las esposiciones como la de la Sociedad Científica que ha tenido lugar en es- tos últimos dias, tiende poderosamente á efectuar esa revolución apetecida, dando á conocer nuestros productos naturales y la riqueza que ellos encierran siempre que pasen por la mano del industrial. «En esta esposicion hemos visto con placer mosaicos para piso, fabricados en el país, muebles también construidos en Buenos Aires con maderas de nuestros bosques, maderas que rivalizan victoriosamente con las que nos vienen de otras partes del mundo. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 137 « Hemos encontrado también petróleo de primera clase obtenido en Salta, algo- don en rama, sombreros de vicuña y nutria, tegidos de seda obtenidos también en el pasí, cuerda; de cáñamo, carbón misto, negro animal, y mil otras producciones que revelan la riqueza asombrosa de nuestro suelo y la existencia ya de industrias nacientes, que con el tiempo serán otras tantas palancas poderosas que removerán desde su base nuestro sistema económico. Otros periódicos especialistas han publicado articules notables sobre nuestra sencilla fiesta. Entre ellos se encuentra el inserto en el 4° número del i Plata Literario », original del señor D. Juan Carballido, escritor joven y distinguido. El objeto de esta reseña es simplemente dejar consignada una noticia histórica sobre la Exposición, de modo que no haremos un juicio critico de cada una de las secciones, tarea difícil, que requiere una generalidad no común de conocimientos y un estudio detenido y esmerado. Por consiguiente, nos limitaremos á publicar el catálogo, desgraciada- mente incompleto y poco esplicado, de los objetos que figuraron en las secciones de la Exposición. Debe recordarse que en esta noticia no figuran muchos objetos incor- porados á última hora y que tampoco entraron en concurso, habiendo sido admitidos únicamente por deferencia á los expositores. PRIMERA SECCIÓN Los objetos expuestos en esta sección, corresponden á los siguientes grupos : A — Materiales de construcción naturales y artificiales. B — Instrumentos, modelos, planos, mapas, obras y publicaciones nacionales. Hé aqui su nómina del primer grupo : Mármoles empleados en el Banco Hipotecario. Baldozas « « id. Ladrillos « j « id. Cal « « id. Cimento « « id. Arena « « id. Hormigón « « id. Maderas (c « id. Piedra arenisca de Sampacho, provincia de Córdoba sobre el Ferro-Carril Ar- gentino _. M. G. Sánchez. Calden — Madera de construcción de Villa Mercedes, provincia de San Luis id. Colección de maderas de Corrientes E. S. Zeballos. 11 138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Granito del Carmelo, República Oriental . E. Labourroire. Mármol id. Ladrillos de varias clases y formas. Comisión de Aguas Corrientes. Hormigón — varias muestras id. Cimento «; id. Urunday \ Muestras de estas maderas, pro- Lapacho I venientes del Chaco argentino y jlfo^fj! [ empleadas en las obras de defen- „ , ■ ■ ■ \ sa de la ciudad de Santa Fé— E. Quebracho ; Labourroire. Piedra, arcilla, conchilla, osquilla y varias otras [muestras de los materiales em- pleados en la fábrica de cimento si- tuada en Barracas Comisión de Aguas Corrientes. Piedra artificial Newman Medid y C*. Ladrillos de la fábrica de San Isidro id. t «de Catamarca .... Mardoqueo Molina. Adoquines de madera dura Eduardo Labourroire. « pino id. « piedra fgranitoj id. c « Éntrenlos Sr. Besio. Muestras de vidrios Samboni é hijos. « pisos de sección doble T id. Mosaicos (nuevos) J. Sandrot. Piedra artificial id. c c Comisión de Aguas Corrientes . « « t La Industrial » A. Serna y C^. Ladrillos (varias muestras); id. Caños de alfarería id. Baldozas id. SEGUNDO GRUPOS Modelo en yeso del proyecto de Universi- dad de E. Bunge, por Pablo Binder. Modelo de madera del puerto de St^ Fé. . E. Labourroire. Modelo enmadera de cámaras reguladoras. Newman, Medici y C*. Proyecto de la Universidad de Bs. Ayres. E. Bunge. « Policía id. c Lazareto id. Vista en perspectiva de Sta. Felicitas. ... id. Proyecto de un Lazreto en Buenos Aires. . Aberg y Kilberg. « Banco Hipotecario id. « Casa Aberg id. (í « Oromi id. SEGUNDA. EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 139 Proyecto de la Academia de Ciencias Enrique Aberg. « Estación Tucuman id. í Banco Hipotecario Hunt. « un Baño público Juan M. Burgos. < mejoras en Riachuelo M. Schwarz. « « mataderos id. « « « Ed. Labourroire. <£ Hospital Osmin Brougne. Dibujo de pico para lámparas Carlos Condetti. El Jurí accordó á esta sección los siguientes premios : Medalla de plata. — A la fábrica La Industrial de mosaicos para piso. — Al Sr. D. J. Sandrot por mosaicos.— Al señor D. Pablo Binder por el mo- delo en yeso de la Universidad. Mención honorífica. — A los señores Newman, Medici y C» por los la- drillos de la fábrica de San Isidro. El verdicto del Juri concluye con estas palabras : í En cuanto á los demás objetos expuestos, hay algunos de mérito y el Jurado es de opinión se haga presente á los expositores el agradecimiento de la Sociedad por el concurso que le han prestado para el feliz éxito de la Exposición. « Convendría pasar una nota al Administrador del Ferro-Carril Andino pidiéndole remita el costo del metro cúbico de piedra labrada de la can- tera de Sampacho, asi como los gasto."! de transporte hasta el Rosario, con todos los detalles indispensables para poder fomentar su empleo en las construcciones en esta, pues por el ejemplar que se ha expuesto se vé que es de escelente calidad y debe recomendarse su empleo en los edificios de alguna importancia que en adelante se construyan. > SEGUNDA SECCIÓN COMPRENDE LAS MATERIAS PRIMAS APLICADAS Á LA INDUSTRIA No hay catálogo de ella, ni los expositores han dejado lista de los obje- tos exhibidos. El Juri acordó los siguientes premios : Medalla de plata. — Al Sr. D. Carlos Christierson, por el petróleo de Salta. — A D. Estovan A. Torres, por el algodón en rama y ricino en grano. — A los Sres. Juan P. Lynch y C, por las muestras de Iblrá y Sauce. — Al Sr. D. Pablo Lynch, por el Guayabi. TERCERA SECCIÓN PRODUCTOS INDUSTRIALES Y AGRÍCOLAS El Jurí acordó los siguientes premios: Medalla de oro. — A D. Serafín Carneiro por los sombreros de Vicuña y 140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de Nutria fabricados en el país. — A M. S. Bagley por las gallelitas argen- tinas.— A N. Storn, por los muebles fabricados con maderas del país. Medalla de plata. — A D. Pedro Seminario, por el chocolate fabricado en el país. — A D. José Giménez, por los tejidos de seda. —A los Sres. Galli y C=', por los espejos plateados en el país. — A A. Maveroff y C», por los caños y planchas de plomo. Mención honorífica. — A D. Esteban N. Ferrer por las piolas. — AD. Ángel Costa, por el carbón misto. — A D. N. Marcelis, por el carbón animal. Además de los objetos anteriores se conserva el catálogo de los siguieates que estuvieron expuestos : 80 atados cigarillos franceses. — 12 americanos. — 20 tabaco imitación Bird's eges. — 10 imitación Maryland. — 10 imitación caporal. — Expositores J. Daumas y C». Un par botines y un par botas de nuevo sistema para evitar dolores en los pies. — Expositor P. Guyo. Una colección de bastones de madera del país. Una botella con aguardiente de mais, preparado en el país. Varios ejemplares de vidrios, copas y vasos labrados. Había otros objetos de que no se conserva nomenclatura pues los exposi- tores no cumplieron con la obligación de dejar la lista. SECCIÓN CUARTA OBJETOS DE HISTORIA NATURAL En esta sección, la mas rica de la Exposición, por la abundancia y va- riedad de los productos, estaban los objetos de que se dá noticia en seguida : Expuestos por D. Francisco P. Moreno : Una serie de 200 cráneos (el todo de la colección lo componen 446 cráneos). 100 representan el hombre primitivo Patagónico ya estinguido mucho antes de la conquista. 50 patagones igualmente prehistóricos pero de raza que vive en la ac- tualidad. 50 de araucanos, pampas actuales, y de razas del interior de la Repú- blica y Chaco, tanto actuales como prehistóricos. 6 bustos representando cuatro indios norte-americanos. 2 chamas^ mestizo y puro, modelados en el Museo de París. Dos mil puntas de flecha y dardo trabajadas en sílex, jaspe, cuarzo y calcedonia, afectando todos las formas^ recogidas en las sepulturas del valle del rio Negro y contemporáneas de los cráneos arriba mencionado (la colección de flechas se compone de 4000). 100 objetos de piedra como puntas de flecha, dardos, cuchillos, rascado- res, etc. pertenecientes á los antiguos habitantes de la Provincia de Buenos Aires. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAp CIENTÍFICA ARGENTINA 141 20 puntas de flecha de sílex de la Tierra del Fuego. 10 de la Bahía San Blas. 20 en la costa Sud del río Santa Cruz. 1 punta de dardo en sílex de las charrúas. 2 puntas de flecha hechas en asta de ciervo, del hombre prehistórico de San Luís. 15 puntas de flecha y dardo de! rio Chubut. 20 flechas, como hachas rascadores y cuchillos del hombre cuaternario de las estaciones la Madelaine (Francia) y Spiegues (Bélgica). Una punta de flecha perfectamente trabajada, recogida en Pucnilla (Pro- vincia de CatamarcaJ. Varios morteros prehistóricos recogidos en las corrientes del rio Negro. 1 mortero que aun usan los indios de la Cudilla. 1 id. encontrado en la ciudad de Buenos Aires. Varias manos de estos recogidos en la costa del Atlántico, al Sur del rio Salado. Varios morteros adornados con figuras de monstruos y lagartas de dos cabezas, recogidos en la Provincia de Catamarca pertenecientes á los indios Calchaquies. 30 ídolos y fuentes de piedra adornadas, representando generalmente figuras humanas 80 hachas y martillos y 25 piedras de honda, de los antiguos indígenas de Salta, Catamarca y Santiago del Estero. 2 escudos de bronce. 1 hacha, un martillo, 2 rejas de arado y 2 intrumentos para trabajar la alfarería, pertenecientes á los calchaquies. 2 escudos de armas tanto ofensivas como defensivas, y útiles de pesca conteniendo casi todos los objetos de este género, usados por los indios de Patagonia y del Chaco. Varios adornos, y objetos al uso doméstico de los mismos indios. Un colmillo de mastodonte encontrado en el Arroyo del Medio. Expuesto por el Dr. D. Estanislao S. Zeballos : mineralogía Plata nativa, del cerro de Famatina, en la Provincia de la Rioja. Plata nativa, con mica y óxido de hierro, de la mina San Roque, Rioja. Plata nativa, cuarzosa,, Famatina, Provincia de la Rioja. Plata nativa, blenda, Famatina, Provincia de la Rioja. Carbón de piedra, estraido del parage denominado Vínchina, en los Tam- bíllos, á la falda del cerro de Famatina, en la Provincia de la Rioja. Alabastro, de Famatina, en la Provincia de la Rioja. Mármol blanco, de Famatina, en la Provincia de la Rioja. Eje de primera fundición, de un mineral argentífero, en Famatina, Pro- vincia de la Rioja, establecimiento de los Sres . Galvan y C». 142 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Plata nativa, de Famatina, Provincia de la Rioja. Cobre gris arsenical, de Famatinila, mina de los Sres. Galvan y C, en la Rioja. Cobre nativo, de la Provincia de San Juan. Galena, de la Provincia de San Juan. Piritas de cobre, de la Provincia de San Juan. Diorita, de la Provincia de San Juan. Plata nativa, de la Provincia de San Juan. Esquisto silicoso (Kieselschieffer), de la Provincia de San Juan. Galena, de la Provincia de San Juan. Granito, de la Provincia de San Juan. Oxido de hierro, de la Provincia de San Luís. Hornblenda, de la Provincia de San Juan. Fahlerx, de la Provincia de San Juan. Piritas de cobre, de la Provincia de San Juan. Carbonato de cobre, malaquita, de la Provincia de Catamarca, minas del Sr. D. Adolfo Carranza. Carbonato de cal, yeso blanco de la costa del rio Santa Cruz, en Patagonia,' coloreado por un óxido de fierro. Carbonato de cal, yeso blanco de la costa del rio Salado, Rueños Aires. Carbonato de cal, yeso rosado de la costa del rio Salado, Rueños Aires. Carbonato de cal, yeso rosado de la costa del rio Santa Cruz, en Patagonia. Cuarzo, de la sierra de Tandileofu, Provincia de Rueños Aires . Cuarzita, id. id. id. id. Cuarzita, id. id. id. id. Gneis, de la Sierra del Tandil, Provincia de Rueños Aires. Oxido de hierro, de la Provincia de Entre Rios, costa del Uruguay, reco- gido por el viajero Walter F. Raid. Plomo, mineral de la Provincia de Córdoba. Granito, de la Sierra del Tandil. Hierro del mineral del Sr. Romay en la Provincia de Catamarca, Carbonato de cobre, malaquita, de la sierra del Medio, distrito de Cala- muehita, en la Provincia de Córdoba. Espato de Islandia recogido en la Provincia de Córdoba, cerca de la capi- tal por el viagero D. Joaquín M. CuUen. Galena, de Copiapó, República de Chile. Calcedonia, con agua adentro (geoda ó hidrólito) recogida en el alto Uruguay por el comandante D. Martin Guerrico. Pirita de hierro, arrastrada por el rio Santa Cruz y recogida en su des- embocadura por el viajero D. Francisco P. Moreno. Sílex del Queguay, en el Estado Oriental. Calcedonia, del Queguay, Estado Oriental. Silex del Queguay, incrustado en carbonato de cal. Estado Oriental, SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 143 Mármol de Maldonado, República Oriental, empleado en la fábrica de cimento de Buenos Aires. Cristaks de cuarzo, de la isla de Elba. Crislaks de carbonato de cal, del Queguay, en el Estado Oriental. Oro de los montes Urales. Turmalina, negra, de la sierra de la Lobería, en la Provincia de Buenos Aires. Vivianila, recogida en la Punta de Lara, en la Provincia de Buenos Aires. Concreciones de óxido de hierro, recogidas en Matanzas y Quilmes, Pro- vincia de Buenos Aires. Arcilla fina de la Ensenada, en la Provincia de Buenos Aires. Arcilla fina de Obligado, en la Provincia de Buenos Aires. Arena de los médanos de los huesos en el 25 de Mayo^ Provincia de Bue- nos Aires. Arsénico de Europa. Iodo de Europa. Berilo, de la sierra del Medio^ distrito de Calamuchita, en la Provincia de Córdoba. Estaño preparado para el comercio. Antimonio. Mármol azul, de Maldonado, República Oriental. Arborizaciones ó dendritas, producidas en calcáreo del Queguay del Es- tado Oriental. Mármol blanco, Departamento de Minas, en el Estado Oriental. Cuarzita, Departamento de Minas, en el Estado Oriental. Cuarzo sobre ágata, recogido en Ituzaingo, Provincia de Corrientes. Mica, hoja traída de un mineral de Catamarca. Diorita, Departamento de Minas, en el Estado Oriental. id. id. id. id. id. id. id. Cuarzo con piritas de cobre, id. id. Carbonato de cobre (Malaquita ) del Departamento de Minas^ en el Estado Oriental. Cuentas, del cerro de la Cuenta, en el Departamento de Minas, Estado Oriental. Sobre la existencia de estas cuentas en la abundancia en que se encuen- tran, en aquel cerro, hay dos hipótesis. Según los unos, son de origen europeo, lo cual se confirma por la natu- raleza de muchas de ellas. Ocre, id. id. Esteatita, id. id. Esquisto micáceo, id. id. Cuarzita, id. id. Cuarzo, id. id. Galena, id. id. Basalto, id. id. 144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTinCA ARGENTINA Según otroSj son debidas á los indígenas que en época de la conquista poblaron aquellos lugares. No falta también quien crea que se forman alrededor de las raices de las yerbas ; lo cual es cierto respecto á algunas cuentas, siendo indudable que otras fueron traídas de Europa y muchas fabricadas por los indígenas Serpentina, del Departamento de Minas, Estado Oriental. Obsidiana, id. id. id. Esquisto anfiboloso, id. id. id. Pizarra con piritas de cobre, id. id. id. Feldspato, id. id. id. Manganeso, id. id. id. Carbonato de hierro, id. id. id. Mármol azul, id. id. id. Granito, id. id. id. Mineral de plomo cuarzoso, iá. id. id. Cristal de Roca, id. id. id. Plomo, de la Provincia de Córdoba, preparado para el comercio. Oxido de hierro conglomerado sobre arcilla fina, recogido entero en Itu- zaingo, Corrientes. Arcilla del Rosario, preparada para la fabricación de tejas de techo. Ágatas, de Minas^ en el Estado Oriental. Ágatas, id. id. id. Ágata, en cuyo interior existen cristales de carbonato de cal, recogida en Ituzaingo, Corrientes. Ágata, en las mismas condiciones y de la misma procedencia. Ágata semejante á las anteriores. Ágata de Australia. Ágata del rio Uruguay. Cristales de carbonato de cal sobre una ágata del Uruguay. Ágata del Uruguay que contiene una formación ferruginosa por un lado y carbonato de cal cristalizado en el otro. Piedra con '¡erbai {yerba de la piedra), del Tandil. Esteatita, sierra de la Tinta, Buenos Aires. Sulfo antimoniuro de cobre, mina San Pedro, Famatina, en la Rioja. Este mineral tué analizado por el Dr. Sievers en Córdoba, y su análisis publicado por primera vez en La Prensa del 29 de Agosto de 1873 era s siguiente : Cobre 45 por 100 Antimonio 26 » » Azufre 24 » » Arsénico 3 » » Hierro 0,50 » » Zinc 0,50 » » SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 145 Formación de los aluviones modernos. — Una colección de ostras fósiles recogidas en el mismo pueblo de Belgrano ( Buenos Aires ) por el exposi- tor y el Sr. D. Francisco P. Moreno. Seis ejemplares. Una colección de doce especies diferentes de fósiles marinos, con setenta y siete ejemplares recogidos por el expositor en el Puente Chico, partido de Quilmes, Buenos Aires. Una colección de Conglomerados cimentados en aguas calcáreas, con moluscos de la especie Azara y muestras de toscas, en cinco ejemplares, recogidos por el expositor en Belgrano. Ocho ejemplares fósiles de la especie Azara, recogida en el rio de la Matanza, á dos leguas de su desembocadura, en una escursion verificada en unión con los señores Reid y Moreno. Dos ejemplares de la especie Ampullaria, de la misma procedencia. Cuatro ejemplares de la especie Ampullaria, recogidos en el Rio de Lujan por el expositor, en el partido del mismo nombre. Cinco ejemplares de la especie Planorbús peregrinus (D'Orb.), recogidos en el Rio de Lujan, partido del mismo nombre, por el expositor. Dos ejemplares de la especie Paludestrina piscium (D'Orb.), de la misma procedencia, recogidos por el expositor. Toba en formación, Rio de la Plata, frente á Buenos Aires. Formaciones Jurásica y Liásica.— Seis ejemplares fósiles de la especie Amonita, recogidos en la cordillera de los Andes, cerca del boquete de los Patos, por el ingeniero Nicour. Formación carbonífera. — Cuatro cajas con veinte ejemplares de fósiles carboníferos y de otras especies, recogidos en el mismo punto por el mismo señor. Formación Terciaria. - Diez ejemplares de la especie Ostrw, recogidos en la Victoria y Paraná, provincia de Entre-Rios. Una colección de impresiones de moluscos, de cinco especies diversas, re- cogidos en el Paraná. Dos ejemplares de la especie Ostríe Patagónica, recogidas por el esplo- rador D. Francisco P. Moreno . Arcilla conglomerada con moluscos de la especie turrilela, que contienen en su interior una solución de sílex y cuya cal ha servido para cimentar la masa. Un ejemplar recogido en Santa Cruz por el teniente coronel D. Martin Guerrico. — Patagonia. Tres ejemplares de Ostras fósiles, recogidas por el expositor en Punta Gorda, República Oriental, sobre el rio Urugnay. Conglomerado calcáreo con cristales de carbonato de cal, recogidos en el mismo punto por el expositor. Formación Cuaternaria. — Húmero de un Megatherium Americanum 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (Cuv.), que pertenecía á la colección del Dr. D. Francisco X. Muñiz, estraido del rio de Lujan. Cola de Hoplophorus Ornatus (Barm.), extraída por el expositor de una de las barrancas de la ciudad del Rosario de Santa Fé. zoología Cuadrumana. — Especie Tití, Brasil. Proapm Hybridus (Desm.) ó la mulita de Azara, ejemplares cuatro. — Pro- vincia de Buenos Aires. Dasypus Vülosus (Desm.) ó el peludo de Azara, ejemp. cuatro.— Provin- cia de Buenos Aires. Dasypus Conurus(Desm.) ó el Mataco de Azara, dos ejemplares. — Buenos Aires. Una cabeza de Dorado embalsamada ( Hydrocin Brevidens ) del rio de las Conchas. Un armiño, Miistela Erminea (Lin.), Europa. Una colección de moluscos de las costas argentinas del Atlántico, y ríos y lagunas interiores de Buenos Aires, y entre ellos un caballo marino {Hipocampo). antropología Una colección de puntas de flechas y sílex tallado en número de setenta ejemplares, recojidos en los paraderos del hombre prehistórico en la Pro- vincia de Buenos Aires. Uua bola perdida hallada en la Laguna del Monte al abrir un foso, por el teniente coronel D. Marcelino Freyre. Una colección de mas de quinientos fragmentos de barro cocido, con di- bujos y sin ellos, reunidos en esta Provincia, pertenecientes al hombre his- tórico y prehistórico. Una colección de armas, adornos, joyas y utensilios de los indios pampas actuales. Una hacha de piedra del hombro prehistórico de Salta. Un par de botas bordadas de oro del ex-Presidente del Paraguay D. Fran- cisco Solano López. Una banderola del General D . Juan Pablo López, de Santa Fé. Una casaca del ingeniero D. Pedro de Cervino, de 1807. Varios objetos de alfarería popular. Un cráneo prehistórico de la Provincia de San Luis. Objetos expuestos por el Sr. D. Juan Martin Leguizamon: Un plato de barro con la comida con que enterraban á los primitivos indios, sacado de un sepulcro de Seclantas (Valles Calchaquies) Un plato de la misma clase sin comida, encontrado en el mismo lugar. Una maza de piedra encontrada en Inca-Huasí (casa del Inca) Una hacha de cobre hallada en el mismo lugar. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 147 Una bola perdida de piedra, encontrada en Seclantas. Un tupo ó prendedor de cobre, con dibujos. Una pipa para fumar, de barro cocido. Objetos expuestos por D. Nolazco Ortiz Viola : Una hacha de piedra y una de cobre de los valles Calchaquies . Objetos expuestos por el Dr. D. Carlos Berg : Una colección de hojas de plantas comidas por los insectos, algunas orugas acuáticas. Varios ejemplares de insectos y aparatos para preparar mariposas . Un operario del ferro-carril del Oeste, expuso una colección de insectos de los alrededores de Buenos Aires, en seis cajas muy bien arregladas. El Sr. N. Delaplace, un escudo brasilero hecho con insectos del Brasil, de diferentes colores. La Sra. Glorinda M. de Laranger, un cuadro de insectos brasileros, nota- bles y único en su género. El Sr. Schleisinger una colección de animales embalsamados. El Sr. Estanislao Labourroire muestra de mármol y de granito del Estado Oriental, maderas petrificadas^ colmena de abispa, cráneo de tigre, cueros de biguá, nidos de boyero, uso y lanzadera de tejedoras paraguayas. El Sr. D. Luí? Elordi, algunas muestras de yeso de Buenos Aires. El Sr. D. Luis Jorge Fontana, un cráneo del cacique toba y el dibujo de su cabeza, tomado del natural. El Sr. D. Pedro Pico, una mandíbula diacraniana de mastodonte. El Sr. D. Carlos Lanuz, el esqueleto de un feto. Y muchos otros objetos que no fueron catalogados. El juri acordó los siguientes premios : Medalla de oro. — A la colección del señor D. Francisco P. Moreno. Medalla de plata. — A las colecciones de los Sres. Dr. D. Estanislao S. Zeballos, Dr. D. Carlos Berg y D. Juan Martin Leguizamon . Mención honorífica. — Al embalsamador señor Schleisinger. QUINTA SECCIÓN APARATOS, UTENSILIOS É INSTRUMENTOS CIENTÍFICO É INDUSTRIALES Fueron expuestos los siguientes^objetos : Una máquina oscilante á presión de agua, para motor de industrias en pe- queña escala por el Sr. Carlos Fader. Un inyector para agotar aguas impuras, con arena y arcilla. — El mismo. Un inyector para alimentación de calderas. El mismo. Tres modelos demostrativos de diferentes sistemas de movimientos de lo- comotoras. — Ferro-carril del Oeste. Un aparato para medir la resistencia de las maderas. — M. Schwartz. ü« microscopio compuesto, gran modelo perfeccionado de Nachet fils, pri- mer premio en la Exposición universal de Viena. — Juan Pirovano. 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Un aparato construido según las indicaciones del Dr. D. Ignacio Piro- vano para inyecciones y otras preparaciones anatómicas — Juan Pirovano. Una tabla mecánica para reducir metros cuadrados á varas cuadradas y vice-versa. Pastor del Valle. Una perforadora ó barreno de postes . — Zamboni Hnos. Un aparato de alambrar, — Sr. Marty. Uu aparato para lavar estopa y arena. — La Comisión de Aguas Corrientes. Un aparato para valdear. — Sr. Carreras. Un reloj de doce esferas. — Sr. Conrado Forrer. Una colección de herrages de hierro pulido. — Sr. Marty. Barómetro aneroide de Goldsmith. — Sr. J. Oyuela. Y varios otros objetos que no están catalogados. El juri premió los siguientes : Medalla de plata. — A los Sres. Zamboni é hijos, por la máquina de taladrar postes. Al Sr. Federico Marty, por las cerraduras y máquinas de estirar alambre. Al Sr. Pastor del Valle, por su tabla para la reducción de varas cuadradas á metros cuadrados. Al Sr. Carlos Fondeta, por su lampara ge- neratriz. Mención honorífica. — Al Sr. D. Juan Pirovano por el aparato inyector para preparaciones anatómicas. SESTA SECCIÓN ÚTILES PARA LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS MATEMÁTICAS Y FÍSICO NATURALES No hubo objetos. SÉPTIMA SECCIÓN HIGIENE PÚBLICA Y DOMÉSTICA Muy escasa concurrencia hubo en esta sesión. Se presentaron algunas aguas florida. Varias clases de sustancias alimenticias conservadas. El juri no acordó premios. OCTAVA SECCIÓN FOTOGRAi;iA, TIPOGRAFÍA, TELEGRAFÍA En el primer grupo se encontraban los cuadros de los señores Cristiano Júnior, retratos y vistas de costumbres y paisajes. Un álbum del mismo sobre ejemplos de elefantiasis tomados del natural en el Brasil^ álbum regalado á la Sociedad. Los cuadros del Sr. G. Holzweissig y aplicaciones de la fotografia á la copia de planos. Una colección de vistas fotográficas del Ferro-carril del Oeste.— El mismo. SEGUNDA EXPOSICIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 149 Una vista de la ciudad de Salta y de su penitenciaria. — El Sr. D. Juan Martin Leguizamon. En el segundo grupo se encontraban una colección de tipos y viñetas fun- didos y hechas en los talleres del Sr, D. Ángel Estrada. . Libros impresos por los establecimientos de los señores Casavalle, Coni, Biedma y « La Tribuna » . El tercer grupo estaba representado únicamente por unas campanillas de aire comprimido sistema Zindnar. El Juri acordó los siguientes premios : Medalla de Oro.^A los señores Estrada, Júnior y Biedma. Medalla de plata. — A los señores Hotzweissig y Coni. Mención honorífica . — Al señor Casavalle. NOVENA SECCIÓN APLICACIÓN DE LAS CIENCIAS A LAS ARTES DE ORNATO En esta sección se encontraban los siguientes objetos : Grupo de yeso conmemorando el episodio de Lucia Miranda robada por el indio Mangoré en 1532.— Sr. Camilo Ramairone. Busto del Dr. D. Dalmacio Velez Sarsfield. — El mismo. Busto del Almirante D. Guillermo Brown. — El mismo. Busto del General D. Juan Lavalle. — El mismo. Busto del General D. Bartolomé Mitre. — El mismo. Busto de D^» Juana Manuela Gorriti. — El mismo. Busto de José Mazzini. —El mismo. Una alegoría nacional. — El mismo. El Juri acordó los siguientes premios : Medalla de Oro. — A D. Salvador Mussollino, por marcos para cuadro ta- llados en madera. Mención honorífica. — Genaro Mussolino, por un porta-retratos tallado en madera. Al señor Cremona, por un friso modelado en yeso. DÉCIMA SECCIÓN BELLAS ARTES Hubo los siguientes cuadros al óleo : Combate naval frente á Buenos Aires. — Andrés Somellera. Un retrato, por D. Julio Laguens. Un bosquejo de la propiedad de D. Luis Elordi. Un retrato. — El mismo. Un grupo. — El mismo. Cuatro cuadros, del Sr. Boneo. Cuatro marinas, del coronel José Murature. 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Un cuadro con dos retratos, por D. Fernando Maclas. Acuarelas y tinta china : Dos cuadros á tinta china Laocoonte y un arsenal, por D. Pedro Benoil ( padre ). Una mesa revuelta. — D. Sixto Quesada. Seis acuarelas, por D. Carlos Pellegrini. Cinco acuarelas por D. Enrique Aberg. Dos retratos y dos cuadros, por D. Narciso Figueras. Cuatro cuadros, de D. Luis Elordi. Un retrato á pluma del Dr. D. Francisco X. Muñiz, por la señorita Virgi- nia Barreiro. Un cuadro sobre seda á pluma, por D. Julio J. Justo. Varios otros cuadros á lápiz. El Juri acordó los siguientes premios : Medalla de oro. —A la señorita Virginia Barreiro, por sus cuadros á pluma. Medalla de plata. — Al Sr. D. Pedro Benoit (padre) por sus cuadros á tinta china. Mención honorífica. — Al Sr. D. Carlos E. Pellegrini, por sus acuarelas. El Domingo 6 de Agosto tuvo lugar la distribución de premios en pre- sencia de una muy numerosa concurrencia^ habiendo presidido el acto el Sr. Vice-Presidente 1" D. Guillermo White, por ausencia del Presidente. El Sr. White, en un breve discurso, espuso el significado de los premios y agradeció á los expositores y al público el concurso que nos hablan prestado para obtener el éxito completo que coronaba los esfuerzos de la Sociedad. Para cerrar esta revista ligera, publicaremos la cuenta de la Exposición que es la siguiente : Gastos $ m/c 19,807 Producto de entradas 14,769 Cubierto por la Sociedad 5,098 Las innumerables deficiencias é inconvenientes con que hemos tropezado serán allanados para la Exposición del 28 de Julio de Í1877. Al efecto, la Comisión Directiva comisionó al que suscribe para redactar un Reglamento especial de Exposiciones que oportunamente será sometido á la consideración de la Asamblea. Estanislao S. Zeballos Secretario. VISITA FABRICA DE CHOCOLATE Buenos Aires, Agosto 7 de 1876. Al Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina D. Pedro Pico. Ciertas cuestiones observadas al través del prisma con que suele con- siderarlas el vulgo, parecen triviales é indignas de ocupar las páginas de un periódico científico. ¡ Una fábrica de Chocolate ! i Vaya un asunto para distraer la atención de las personas que mas ó menos dedicados á la ciencia, buscan ansiosamente en cada página de esa clase de publicaciones un nuevo descubrimiento ó alguna invención digna de la actividad vertiginosa del siglo del telégrafo y de la loco- motora ! Están ya muy lejos aquellos tiempos que solemos recordar como á la edad de oro, en que el emperador Montezuma se recreaba ante la espu- mosa bebida preparada con la almendra del cacao, enseñando práctica- mente á nuestros abuelos los conquistadores de Méjico el uso del choco- lallé, de esa bebida alimenticia y de propiedades analépticas y esti- mulantes que mas tarde en un arranque de entusiasmo fué llamada por Linneo Theobroma ó alimento de los Dioses. Verdad es que las causas que produjeron el prestigio de tan atractiva bebida han debido insensiblemente debilitarse, merced á los alquimistas bromoíólogos como llama un distinguido higienista á los corruptores de la alimentación pública, y gracias á las mezclas de sustancias heterogéneas con que esos industriales han confeccionado menjurjes á que solapa- damente han dado el nombre de chocolate. Solo á tal causa débese que esta sustancia considerada bajo su com- posición genuina, á pesar del incremento que tomó desde un principio, no se haya generalizado en la misma progresión y según debia espe- rarse de ella poseyendo en sí misma condiciones muy superiores á otras 152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bebidas análogas, mas ó menos aromáticas y alimenticias, introducidas en las costumbres de diferentes pueblos. Pero el chocolate ha de tomar el puesto que le corresponde entre las sustancias congéneres cuando se hayan propagado los medios de in- vestigar las sofisticaciones de materias alimenticias, y cuando las autori- dades den la debida importancia á este delicado ramo de higiene ge- neral, ya que, hecha abstracción del fraude, el chocolate posee condi- ciones altamente recomendables para que figure en primera linea entre los artículos de alimentación pública. Desde los mas remotos tiempos el hombre asocia á sus alimentos in- dispensables ciertas bebidas obtenidas por fermentación, infusión ó co- cimiento de plantas que además de ser gratas al paladar, tomadas á dosis conveniente, favorecen la digestión, sobreexitan la memoria, exal- tan la imaginación y desarrollan un sentimiento de bienestar general sin producir los resultados perniciosos que ocasiona frecuentemente el uso de bebidas alcohólicas. El café originario de la China, el té de la Ara- bia, el mate del Paraguay, la coca del Perú y el cacao de Méjico, sus- tancias que bajo el punto de vista Otológico no guardan entre si rela- ción alguna, poseen sin embargo una acción semejante sobre el sistema nervioso y sobre el aparato digestivo, debido á la analogía entre las sustancias activas que las caracterizan, ó sea la cafeína en el té, café y mate, la cocaína en la coca y la teobromina en el cacao ; de modo que el Chino, el Árabe, el Paraguayo, el Boliviano y el Mejicano se en- cuentran bajo la influencia del mismo agente terapéutico cuando han to- mado sus bebidas habituales, y cuyo uso se ha ido después generalizando por todo el mundo. Pero no debe haber duda alguna de que el cacao, como materia ali- menticia merece una preferencia notable sobre las sustancias indicadas, y lo confirma la composición de ella dada á conocer por Mitscherlich, que es la siguiente : Manteca ; 45 á 49 Fécula 14 « 18 Azúcar 0.6 « Celulosa 6.8 « Materia colorante 3.5 « 5 Proteina combinada 13 « 18 Teobromina 1.2 « 1.5 Ceniza 3.5 « Agua 5.6 « 6.3 Para hacer resaltar mas la diferencia indicada, me bastará trascribir el siguiente párrafo del distinguido químico Boussingault. « Las infusiones de té, mate, café y coca no pueden considerarse como VISITA A LA FABRICA DE CHOCOLATE 153 alimentos, y sí solo como ausiliares de la alimentación. Las proporcio- nes de materia fija que contienen son muy débiles para que actúen de otra manera que por su alcaloide ; pero no sucede lo mismo respecto del cacao, que es á la vez un alimento completo y un escitante enérgico, pues posee la composición de la leche, el alimento por escelencia. En efecto, á la par de esta secreción, reúne la albúmina ó carne vejelal : el almidón que contribu- ye á entretener la combustión respiratoria, equivaliendo bajo este punto de vista á la lactina : los fosfatos, materiales del sistema óseo, y además la teobromina y un aroma delicado de que carece la leche. Tostado, molido y mezclado con azúcar, el cacao constituye el chocolate cuyas propiedades nu- tritivas y sabor agradable escitaron el entusiasmo de los primeros Españoles que invadieron á Méjico. Citaré también en apoyo de la proposición establecida, la opinión de Mr. Payen, de mucha importancia en el presente caso, atendidos sus esludios especiales sobre las materias alimenticias^ y que al ocuparse del papel que representan el cacao y el chocolate en la alimentación dice : « Numerosos hechos bien comprobados han demostradoMas enérgicas pro- piedades alimenticias del chocolate : los Españoles se hablan ya sorprendi- do de ellas en vista de la floreciente salud de los pueblos americanos cuyo principal alimento consistía en el cacao molido. Desde los primeros tiempos de la introducción del chocolate en Francia otra clase de demostra- ción vino á manifestar su poder nutritivo y reparador cuando el uso de esta deliciosa bebida empezó á generalizarse entre las personas aco- modadas. Madama de Sevigné, cuya salud era entonces muy delica- da, soportaba difícilmente las vigilias que imponia la Iglesia en ciertos dias, pero decia ella: desde que el chocolate figura entre las bebidas permitidas sin interrumpir el ayuno, puedo fácilmente con ella resi- tir los ayunos mas prolongados. El cacao y el chocolate en virtud de su composi- ción elemental y de la adición del azúcar directa ó indirecta antes de su consumo, son alimentos respiratorios ó capaces de mantener el calor animal por su almidón, azúcar, dextrima y materia grasa : son asimismo ali- mentos favorables al entretenimiento y desarrollo de las secreciones adipo- sas en virtud de la materia grasa (manteca de cacao) que le es propia: por último deben contribuir al aumento de nuestros tejidos por las sustancias azoadas ó congéneres susceptibles de ser asimiladas. El aroma natural, y á veces el que se le agrega (vainilla, canela, almendras tostadas etc), escitan el apetito y favorecen sin duda la acción digestiva». El chocolate pues, según los valiosos testimonios que acabo de aducir, tiene un interés positivo é indubitable como materia nutritiva, y su dominio en las costumbres públicas se arraigará cada dia mas, según lo hace presu- mir el incremento que su fabricación vá tomando en diferentes países. No me refiero á España donde es sabido que el uso de dicha sustancia es tan frecuente como entre nosotros el mate y entre los Ingleses el té. En Fran- cia hoy constituye un ramo de industria muy valioso como artículo de con- 12 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sumo y de esportacion. En Inglaterra y en Italia se vá tamibien generalizando de un raodo notable. En las Repúblicas Hispano-Americanas es ya conocido desde que los Españoles lo introdujeron, de modo que el terreno se encuen- tra bien preparado para que se desenvuelva la afición. Entre nosotros, después que á los antiguos chocolates de pacotilla que se vendían á 5 y á 8 pesos libra, han sucedido otros mas escogidos, se ha ido despertando el gusto hacia el chocolate; de modo que cuando el pú- blico se convenza de que no puede obtenerse puro por un vil pre- cio, ni muy barato siendo de buena calidad, pues es sabido que los buenos cacaos tienen un valor elevado ; cuando por otra parte se pro- pague la industria de esta materia bajo la base de ¡a inteligencia, de la economía y de la moral, entonces el consumo del chocolate aumentará y adquirirá la preponderancia que le corresponde entre las bebidas que le son rivales. Es verdad que de algún tiempo á esta parte se han establecido en Buenos Aires diferentes fábricas de chocolate, pero sin ánimo de desprestigiarlas ni de ofender á los fabricantes, diré francamente, que estos en la necesidad tal vez de vender el artículo acomodado á las exijencias del público, ó sea á la baratura, en general no han fabricado buenos productos ; de lo que ha re- sultado que no adquirieran crédito y que cuando pretendieran hacer algo mejor han debido ampararlo con marcas estrangeras para poderle dar salida; pues la preocupación del público hace aquí, como en muchas otras partes, que se manifieste instintivamente contraria á los productos nacionales ó sean los que mas deberían ser protejidos. Entre las fábricas establecidas á que he aludido, figura la de D. Pedro Seminario situada en Barracas al Sud, calle Mitre 132 y 134, la que fué visi- tada por esa Sociedad el 23 del próximo pasado Julio. Vd. Sr. Presidente tuvo á bien encargarme la redacción del informe cor- respondiente á dicha visita, y por mi parte con el solo deseo de correspon- der á tan honrosa confianza, me veo en el caso de tener que ocupar la aten- ción pública sobre un asunto que parecerá trivial á primera vista y hasta importuno en la época crítica que atravesamos, en que aunque se acuñan millones imaginarios en las altas regiones financieras, andamos todos, poco mas poco menos, con los bolsillos limpios. Pero yo me atrevo á disentir de esa opinión, y creo por lo contrario que el laborioso trabnjo de la hormiga es mas proficuo que el canto de la cigarra. Creo que la industria, la utilización de i:s materias primas del país y cuanto nos exima de ser tributarios del comercio estrangero, debe contri- buir á la riqueza nacional, y que por modesto que sea el ramo de esplota- cion de lo comprendido en este grupo de recursos y beneficios debe ser protegido y fomentado con el mayor interés. Bajo este punto de vista la instalación de una fábrica tal como la que nos ocupa, debe ser aplaudida por cuantos se interesen en la prosperidad del VISITA A LA FÁBRICA DE CHOCOLATE 155 país, y mayormente tratándose de una materia tan relacionada con la higie- ne pública, como ya he indicado. Además, aunque la fábrica del Sr. Seminario no se halla montada en una grande escala, pero si bajo una disposición tal, que podiendo elaborar próximamente mil libras diarias de chocolate, se encuentra montada confor- me á los progresos de la industria, siendo el vapor la única fuerza motriz de las diferentes máquinas que en ella funcionan. El procedimiento operatorio, según pudieron observarlo todas las per- sonas que asistieron á la visita antes indicada, es el siguiente : Se tuesta ante todo el cacao á una temperatura muy suave en un cilindro de palastro, análogo á los que se emplean para tostar el café, que gira sobre su eje, y provisto de una adición articular que tiene por objeto vaciar fácilmente el cilindro cuando la operación se considera terminada. Esta operación tiende á desarrollar el aroma del cacao, quitarle algo de su amargo natural y hacerlo mas frágil. Estando aun tibio este, se vierte en un aparato que es á la vez molino y aventador, donde se fractura el cacao para descascararlo; pero como el aventador mecánico no es suficiente para separar completamente la cas- cara, esta operación se termina á mano, aventando el cacao fracturado en una especie de bateas de madera á base cilindrica. Se reduce luego en otro molino el cacao que resulta de la operación anterior á polvo grosero, se mezcla con la cantidad conveniente de azúcar previamente desecado, que suele ser en proporción algo menor que la de aquel, y luego la materia aromálica, sea la canela ó la vainilla. Esta en tal caso debe prepararse anticipadamente moliéndola con azúcar ; y la mezcla indicada, que es la única constituyente de todo buen choco- late, pasa por otra máquina formada de tres cilindros que giran en sen- tido opuesto y que tienen un pequeño movimiento de vaivén en sentido horizontal. Esta máquina está calentada á una temperatura suave y tiene por objeto incorporar las sustancias que salen de la máquina dicha en estado de pasta con íragmeutos visibles de las sustancias empleadas, cuya pasta se hace pasar en seguida por otra máquina parecida á la anterior igualmente de tres cilindros que giran asimismo en sentido opuesto y mas apretados que aquellos. La pasta sale de este aparato mucho mas suave, pero no enteramente homogénea. Se traslada en este estado al molino propiamente dicho, calentado también como los anteriores aparatos, sobre cuya base circular y rota- toria descansan dos muelas macizas de piedra que giran en sentido inverso y que por un mecanismo tan sencillo como ingenioso, se obliga á la pasia á pasar por debajo de ellos. Esta pasta se deja veinte y cuatro horas en una estufa á lin de que desaparezca todo vestigio de humedad, que seria causa de que no presentase la lisura y homogeneidad exi- gibles, por la formación consiguiente de burbujas en la masa. Se divide por último esta en fracciones de media libra que se introducen en moldes •156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de hoja de lata, los que á su vez se colocan sobre una mesa movible "con marco, la que se inclina alternativamente de un lado á otro con sacudidas bruscas para que se amolde bien la pasta. Por enfriamiento, esta se endurece y contrae, de modo que por si sola se desprende al invertir el molde. No queda ya mas que envolver con papel cada pan de chocolate, en el que se estampa la marca del fabricante, calidad, precio, etc., y debo llamar la atención sobre este punto respecto al producto elaborado en la fábrica del Sr. Seminario. La marca originaria que deberla ser siempre obligatoria en todo ramo de industria, y en especial en la de sustancias alimenticias, es falsi- ficada muchas veces, ya sea por el estímulo de un lucro inmoral, ya por la necesidad de oponerse á la preocupación pública, según he indi- cado antes respecto de los artículos fabricados en el país. Pero el señor Seminario afronta decidido esta preocupación ; estampa su nombre en el chocolate que fabrica, se hace por consiguiente responsable de su calidad ante el público, y espera de un crédito justificado en las buenas con- diciones del producto el beneficio lícito á que tiene derecho todo fabri- cante honrado. Debemos aplaudir dicho proceder y aconsejar al Sr. Seminario que no abandone la marcha emprendida. Le costará tal vez en un principio acreditar su marca, pero continuando con perseverancia en dar el artículo bueno, tarde ó temprano llegaran á conocerse sus ventajas, y entonces obtendrá beneficios que no conseguiría nunca con imitaciones fraudulentas. He llamado la atención sobre marcas de fábrica con relación al pro- ducto industrial que me ocupa, porque he tenido ocasión en repetidos casos y desde muchos años atrás de examinar chocolates del comercio y de observar el sin número de adulteraciones de que es objeto, de tal modo que algunos no tienen á veces de dicho articulo mas que la forma y el nombre; no siendo raros aquellos en que se emplean cacaos muy ordinarios, muchas veces sin descascararlos, y otros en que el cacao es sustituido en su mayor parte por el maní tostado, ó por mezclas de galleta, fécula, grasa, melazas, etc., á las que se procura dar el color natural por medio del almazarrón y otras tierras ferruginosas, y á veces con sustancias altamente perjudiciales, según han denunciado diferentes autores, sí bien yo no los he hallado en los chocolates del país. Se comprenderá desde luego que tales sofisticaciones, lejos de producir los efectos que deben esperarse del chocolate puro, constituyen com- puestos sumamente perniciosos é indigestos. Sí examinamos bajo este punto de vista al chocolate fabricado por el Sr. Seminario, merece igualmente la mas decidida protección del público. Los concurrentes en la visita objeto del presente informe, pudieron observar el acopio de materias primas almacenadas, figurando en primera línea el cacao de Caracas, que es el único que emplea en los chocolates VISIT/V A LA FÁBRICA DE CHOCOLATE 157 de mas precio y de los que se hace generalmente un uso muy escaso por su mayor valor, aun en los de marcas mas acreditadas. Por otra parte, habiendo examinado varias muestras de los chocolates fabricados por el Sr. Seminario, apoyado en datos comparativos que otros muchos ensayos anteriores me han permitido acumular, no he hallado en ellos nada que los separe de las condiciones exigidas por los autores que se ocupan de la materia, respecto á chocolates tipos, ó sean los que se fabrican según las reglas del arte y que la costumbre ha san- cionado como de composición normal. Al concluir Sr. Presidente el informe que me ha sido encomendado, creo poder reasumir respecto á la importancia del establecimiento visi- tado por esa Sociedad el dia 23 de Julio, diciendo, que en atención á que el chocolate es un artículo de alto interés higiénico y nutritivo, al montar el Sr. Seminario una fábrica de dicho articulo según el sistema mas perfeccionado, obteniendo un producto que en nada absolutamente desmerece de los mejores chocolates conocidos, y aventajando por lo contrario á muchos otros del comercio; se ha hecho acreedor á la pro- tección pública y á una recomendación especial por parte de la Sociedad que Vd. dignamente preside; siendo una de las misiones de ella dar aliento á la industria útil y honesta en cualquiera de sus manifestaciones. Dios guarde al Sr. Presidente. M. Püiggarí. OBRAS DE SALUBRIFÍCAGÍON El interés, que han despertado, y mantienen las obras de salubrificacion de esta ciudad, en particular el punto de mas difícil resolución, es decir : el modo cómo se han de emplear, y definitivamente consumir las materias fecales, por el método menos incómodo, mas higiénico y menos costoso para los habitantes, ha inducido al que escribe estas lineas, á hacer llegar á cono- cimiento de los lectores de esta revista, el resultado práctico del ensayo de uno de los métodos, adoptado hacen unos cuatro años, en la ciudad de Danzig, sobre la embocadura del Vístula en el Báltico, Prusia; limitándose á traducir, en lo esencial, un folleto, publicado por H. Tiede, director de la fábrica de superfosfato en Danzig. El traductor no pretende hacerse solidario de todas las ideas, vertidas por el Sr. Tiede en su folleto, y se reserva para el final, hacer algunas observa- ciones sobre ciertos puntos, donde, según su opinión, las ideas del autor, y los hechos relatados, no tienen aplicación á la topografía y geología de los alrededores de Buenos Aires, ni á su clima. Igualmente tiene que pedir indulgencia de parte de los lectores, por causa del empleo de algunos térmi-»- nos técnicos, que carecen de justos equivalentes en reemplazo de aquellos, empleados por el autor en su idioma, ó por lo menos, son desconocidos pa- ra el traductor, quien ha puesto todo el empeño para dar una traducción fiel. Como un solo ejemplo aducirá, que el término alemán que consta de una sola palabra, que en inglés se traduciría por : « sewerage by toater carriage » ha sido traducido por <í Defecación hidráulica i). La medida de superficies, empleada por el autor, ha sido : el Morgen de Magdeburgo equivalente á 2555 metros cuadrados. La libra prusiana es sensiblemente igual á la de Buenos Aires. Sigue la traducción : DEFECACIÓN HIDRÁULICA Y SISTEMA DE IRRIGACIÓN ó CANALIZACIÓN NEUMÁTICA Y FABRICAS DE GUANO Por H. tiede. Director de la fábrica de superfosfato en Damig Impreso por Julio Sauer en Danzig 1874. obras de salubrificacion 159 La Defecación hidráulica y las consecuencias de la Irrigación. Los escrementos humanos, que en las campañas, y en las pequeñas pobla- ciones, esencialmente agricultoras, siempre encuentran un empleo ventajo- so, aparecen para los habitantes de las grandes ciudades como un perjuicio sumamente molesto, cuya desaparición evidentemente demanda grandes gastos, por lo que proceden los dueños de las fincas siempre con repugnan- cia, y en los intervalos los mas largos posibles, á la limpieza de sus respecti- vas letrinas. Cuanto mas estensa es una ciudad, cuanto mayor el número de las casas, la altura de estas y cuanto mas angostas las calles, tanto mas corrompido y menos respirable es el aire atmosférico, no solamente á consecuencia del acceso difícil del oxígeno, sino por la enorme cantidad de gases perniciosos é insalubres, que se producen en las innumerables letrinas, y las cunetas de las calles, y cuanto mayores el incremento de una ciudad, tanto mas onerosa es para sus habitantes la evacuación de los productos de putridez que au- mentan diariamente, por razón de las mayores distancias á que deben ser trasportados, y principalmente porque los establecimientos dedicados á la agricultura, vecinos de la ciudad, no pueden consumir todo el abono que produce aquella enorme población, desde que, con la mejor voluntad del mundo, no pueden recibir este abono en todo tiempo, sin detrimento para sus intereses rurales. Estas circunstancias han dado motivo á las Municipalidades de las grandes ciudades para la ventilación de las siguientes preguntas : ¿ Cuál es el mejor método para disponer de las materias fecales, y cómo se puede satisfacer mejor á la higiene pública ? Las epidemias devastadoras de las grandes ciudades, como: cólera y fie- bre tifus, obligaban á procederes enérgicos, desde que se habia adquirido la convicción de que, un suelo infei'.tado por deyecciones humanas, corrompía el aire y el agua del subsuelo, y que la primera condición para combatir contra las enfermedades epidémicas, era la producción de aire puro y respi- rable y de agua pura y potable. La primera mejora que se emprendió, con aplauso de todos, eran los es- tablecimientos titulados de: «Aguas corrientes», pero este proceder, tan perfecto en sí tuvo por consecuencia inmediata el sistema introducido pri- meramente por los ingleses, de conducir las materias fecales de las ciudades por el camino mas corto á los rios y arroyos mas cercanos, lo que, con el trascurso de muy pocos años produjo un estado horrible de cosas. Los ingleses prometieron después, por medio del sistema que ahora re- comiendan, de la Irrigación, que, según ellos, equivale á una completa filiracion, y ademas debe convertir grandes superficies de terreno árido y estéril en campo fértilísimo, un remedio enteramente eficaz, y algunas de nuestras grandes ciudades han tenido confianza en estas promesas, habiendo 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA algunas de ellas, introducido ya el sistema de irrigación, y estando otras ocu- padas en su introducción. Entre estas ciudades ha tomado Danzig la iniciativa, y sus obras de salu- briflcacion, con sus resultados, son ahora enseñados como modelos para otras. La circunstancia de haberse resuelto Danzig, primera que ninguna otra ciudad nuestra, á la introducción del sistema de canalización subterránea é irrigación, no puede causar sorpresa á los que antes la han conocido. Pozo absorbente, al lado de otro pozo absorbente, parte por causa del prolongado sitio ( 1807) parte, á consecuencia de costumbre hereditaria; las cunetas de las calles, donde los habitantes pobres de los suburbios derramaban sus ba- cines sin reserva, á pesar de las prohibiciones policiales ; carros pésimamen- te construidos para conducir las materias, que en su trayecto nocturno por las calles, esparcian insufrible hedor y derramaban su contenido á inmediacio- nes de la ciudad sobre el campo, formando lagunas y pantanos que impedían todo paseo ; evacuación de los bacines dentro de los cauces de los rios que atraviesan la ciudad ( Motlau y Radaune ) de los que, al mismo tiempo, se surtían los habitantes de agua para beber^ cocinar y lavar; pocos pozos con agua contaminada por la de aquellos rios, con los que comunicaban por me- dio de sus vertientes, escasez de otra agua mas potable para las clases me- nesterosas, que no podían comprar el agua, acareada de muy lejos desde las fuentes de Hersmanshof y Pelonken ; todo eso eran ocurrencias tan conocidas en Danzig, como las enfermedades endémicas de fiebres, disente- rías, tifus ele, y al presidente de la municipalidad « de Winter » se le debe el beneficio de haber hecho desaparecer todos estos males con el estable- cimiento de las aguas corrientes. La creación de estas obras, que conducen el agua de las fuentes de Pra- genau, es un bien para el cual nunca podrán espresar suficientemente su agradecimiento los habitantes de Danzig, porque probablemente no existe otra ciudad en Alemania que disfrute de mejor agua. Es rica en carbonato de cal y clasificada, por el Dr. Wilson de Edinbur- go, como la mas salubre. Particularmente á esta agua de fuente, á la que nunca se podrá comparar la mejor filtrada de rio alguno, podemos atribuir la circunstancia, que los ha- bitantes de la ciudad de Danzig, provistos de esta agua, han gozado de casi completa inmunidad contra el cólera, y en los pocos casos esporádicos, que se han presentado en la ciudad, se ha podido constatar con certeza, que los enfermos habían tomado agua de la Radaune, saturada de materias orgá- nicas y por estas envenenada. Nuestras aguas corrientes confirman prácticamente la tesis del profesor Pettenkofer : o: Agua pura y potable debe ser considerada como remedio universal contra el cólera. » Otra cosa, muy distinta, sucede con la defecación hidráulica é irrigación, OBRAS DE SALUBRIFICACION 161 la que nos había parecido también muy apropiada para Danzig, desde que esta ciudad, situada casi inmediatamente sobre el Báltico, posee sobre la misma ribera de esta mar unos 1600 morgen de terreno de médanos, que debian hacerse cultivables por medio de \n irrigación, esplotados duranle 30 años por los empresarios, y devueltos después á la ciudad sin indemnización alguna, convertidos en terreno de labranza. Sin entrar, en general^ á discutir en pro ni en contra déla defecación hidráulica, tratada eslensamente en las interesantes obras de : Pieper, Vir- chow, Jhon Liernur, Dr. Reich, Lefeld y Dr. Ewich, sin mencionar el costo originado por este sistema, sin hablar de los inconvenientes que re- sultan de! zanjeo continuo de las calles, sin ocuparme de la estación de las bombas de esta ciudad, que es una obra ejecutada con maestría y mantenida perfectamente, me ocuparé solamente de las consecuencias y de los resulta- dos de la canalización de Danzig. Se pretende que el sistema de irrigación satisfaga á todos los requisitos de: ■í ) HiJIENE. 2) Economía Nacional. 3) Agricultura. El sistema de irrigacio)i, planteado en Danzig, contesta negativamente á todas estas pretensiones. I. Del caño de desagüe a del croquis adjunto, que desemboca en un ca- nal b, que conduce en linea recta al Báltico en el punto c, salen, según dalos que he obtenido en cada minuto 130 pies (3.25 metros) cúbicos de liquido cloacal. Para simplificación del cálculo, supondré, que esta cantidad sea so- lamente de 100 pies cúbicos por minuto. La estación de las bombas d, está situada sobre la escarpa, y 20 pies mas abajo del nivel de a, y efectúa el desagüe de los escrementos de una parte de los habitantes de Danzig. Las bombas trabajan diariamente y sin interrupción, desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche; trasportan, por consiguiente 90000 pies cúbicos (2250 metros es.) en cada 15 horas de trabajo á los terrenos de irrigación. Según el cómputo de los técnicos, que quieren efectuar la canalización de Berlín, el trasporte diario de los escrementos de cada individuo precisa 9 pies cúbicos de agua, lo que dá por año 3285 pies cúbicos=203670 libras de agua. En Danzig se ha tomado por norma un gasto de 3 pies cúbicos de agua por individuo de las aguas corrientes. A estos hay que agregar, sin contar el agua de lluvia, cerca de otros 3 pies cúbicos, que se necesitan para la limpieza de los caños y las aguas de esta- blecimientos industriales. La cantidad total, de 6 pies cúbicos por dia, de- be bastar para el trasporte de los escrementos de cada individuo. . 162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es decir: en 365 días, 2190 pies cúb¡cos=135780 libras por habitante. Desde que 6 pies cúbicos conducen los escreinentos de cada individuo á los campos de irrigación, los 90000 pies cúbicós ,que diariamente salen del caño, deben contener los escrementos de 15000 habitantes de Danzig. Desde el momento quemas de 15000 habitantes se ponen en comunicación con la canalización, sus escrementos, antes de llegar á las bombas, deben ser arrojados por medio de válvulas de doble acción al Mollau, desde que el mínimum, que se necesita, son 6 pies cúbicos por individuo. El acarreo de 90000 pies cúbicos diarios dá en 365 días 32850000 píes cúbicos de agua cloacal para la irrigación ó sean 2036700000 libras, con- teniendo los escrementos de 15000 individuos. Los escrementos de un solo individuo durante 365 dias se componen de : 97,5 libras sólidos. 876, id. líquidos, total. 973,5 libras. De modo que los escrementos totales de 15000 individuos se componen de 14602000 libras, á las que hay que agregar 2036700000 libras de agua que juntas componen la cantidad de 2051302000 libras de agua cloa- cal, que se conducen á los campos de irrigación y deben ser absorbidos, lo que es imposible. Para facilitar la irrigación, el conducto maestro se halla provisto de late- rales e, e, e, e, que conducen el líquido, con bastante declive, á los terrenos preparados, arreglándose la repartición por medio de una compuerta en el conducto maestro. Existe un arreglo para hacer salir el líquido en dirección perpendicular al conducto mayor hacia Hexibdde y Boca del Vístula, pero ahora no se hace uso de él. Hacia el Báltico no puede salir el líquido, porque el conducto no está completamente abierto, sino obstruido por médanos de arena. Por consiguiente, todas las 2051302000 libras de líquido deben ser re- cibidos por los campos de irrigación, cuya superficie actualmente no pasa de 100 Margen de Magdehirgo. Estos terrenos se hallan, en parte 6, en parte solamente 2 pies, en térmi- no medio unos 3 pies arriba de las filtraciones superiores (1). El peso de cada pié de profundidad de tierra por Morgen ( según Heiden ) es de 2133000 libras. Cada tres pies de profundidad media por Morgen pesan 639900000 libras. El poder absorbente de tierra de primera calidad es 25 por ciento de su peso, por consiguiente para los 100 Morgen 159975000 libras. El suelo muy permeable de los médanos no puede absorber esta cantidad pero supongamos que lo pueda, y que el mismo terreno pueda ser sugetado (1) Véanse las notas del traductor al fia. OBRAS DE SALUBRIFICACION 163 i Teces en cada año á la irrigación, los 100 Morgen podrían recibir 639900000 libras de liquido cloacal. Considero imposible la evaporación de esta enorme cantidad de agua. Además de eso deben calcularse unos 2000000 de libras por Morgen en precipitados atmosféricos, lo que para 100 Morgen importa 200000000 libras de agua, de modo que, del liquido cloacal solamente se pueden invertir 439900000 libras. Hemos visto, que la cantidad actualmente acarreada, importa 2051302000 libras, y el exceso de 1611402000 libras por año, ó M14800 libras dia- rias debe ser llevadas á Boca del Vístula y Heubiide (2). La cantidad mínima de agua, que se ba supuesto no se evapora, es filtra- da por la arena, y desde que el subsuelo, saturado con las filtraciones supe- riores, no puede recibir mas agua, debe formar grandes lagunas y pantanos arriba del nivel de las filtraciones ; y debe derramarse hacia la izquierda ó hacia la derecha del conducto mayor, dentro de las zanjas y los pozos de Boca del Vístula ó Heubude, y saturar estos con todas las materias de des- composición contenidas dentro del líquido cloacal, que en este caso se mul- tiplican indefinidamente á consecuencia de la enorme formación de infuso- rios y del proceso de fermentación, tan considerable en aguas relativamente estancadas, y finalmente por causa de la putrefacción de las fibras de las plan- tas acuáticas, puestas en contacto con el liquido corrosivo de las cloacas. Las mencionadas 2051302000 libras de liquido contienen los escremen- tos totales de 15000 individuos, compuestos de : íi ) Componentes sólidos (inorgánicos, faeces); estas son las materias minerales de los alimentos, insolubles en agua, partes indigestas ó indege- ridas de los alimentos, con cierta parte de los liquides que facilitan la diges- tión. Estas materias forman la costra que encontramos sobre los terrenos, des- pués de cada irrigación. b) Líquidos ( orina), conteniendo todas las materias solubles de los ali- mentos ; cuerpos orgánicos nuevamente formados. En la orina, rica en materias orgánicas, conteniendo abundancia de ácidos que ejercen su acción disolvente sobre las partículas del suelo, se encuen- tra la úrea, muy rica de ázoe. De 100 partes de úrea y 30 de agua se forman 130 partes carbonato de amoníaco, las que contienen, según Wohter, Liebig y Heiden : 1° 20 partes carbón. 2° 53,3 « oxigeno. 3" 10 « hidrógeno. 4" 46,7 í ázoe. Las 97á,5 libras de escreraentos sólidos y líquidos de cada individuo con- tienen : a ) materias orgánicas 56,3 libras. b ) ázoe 10,3 < 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por consiguiente contienen los escrementos de 15000 individuos anualmente. a ) materias orgánicas 847500 libras. b ) ázoe 154500 « y estas llegan anualmente sobre los campos de irrigación, diluidas en 2051302000 libras de agua, pero desde que, como ya hemos demostrado, diariamente se derivan 4414800 libras hacia Heubude y Boca del Vístula, resulta que diariamente no se absorben en el suelo de los campos de irriga- ción : a ) Materias orgánicas, sin contar aquellas que se forman de los infuso- rios y plantas por medio de la putrefacción ; por lo menos 1823 libras. b) Ázoe, por lo menos 332 libras. Pero en la realidad resulta una cuenta todavía mucho mas desfavorable para los habitantes de Boca del Vístula y Heubude. Todas las plantas sin escepcion, no pueden absorber mas que un término máximo de 25,5 libras de ázoe por Morgen y por cosecha, porque también el poder de las plantas para absorber materias alimenticias, es limitado. De esta cantidad de ázoe reciben las plantas, por medio de sus hojas, una con- siderable cantidad de la atmósfera, por lo que no pueden recibir ya 25,5 li- bras por Morgen del líquido cloacal. Supongamos, sin embargo, que los 100 Morgen irrigados puedan absorber 2500 libras ázoe, entonces el balance será el siguiente : Las 2051302000 libras de liquido acarrean anualmente 154500 libras ázoe. Deduciendo la cantidad de ázoe, que en tres cosechas por año puedan absorber los 100 Morgen, es decir 7500 libras, es evidente que los habitantes de la boca del Vístula y Heubude reciben diariamente 402.74 libras ázoe dentro de sus zanjas, lagos y pozos, y eso en la forma de ácido nürico. Desde que 100 partes de ácido nítrico contienen : 26 partes ázoe , 74 id oxígeno, es evidente que 402.74 libras de ázoe se transforman en 1549 libras de ácido nítrico diariamente; una cantidad tan enorme, que el agua de los pozos de la fortaleza, la del Vístula y de los pozos, debe hacerse completa- mente inservible como alimento para hombres ó animales. Suponiendo que la superficie dedicada á la irrigación se estienda hasta 200 Morgen, siempre entrarían diariamente 382.19 libras ázoe, ó su equivalente de 1470 libras de ácido nítrico á los pozos de Boca del Vistula y Heubude. Ningún médico osará afirmar que este ácido nítrico no sea perjudicial y peligroso, y mas perjudiciales y peligrosos son los vibriones, formados y contenidos dentro de los pozos envenenados. Según Liebig se presentan los últimos productos de putrefacción y des- composición de cuerpos azoados en general en dos formas : 1» Como amoniaco, el último producto de la putrefacción de cuerpos animales. 2» Como ácido nitrico, el producto de la descomposición del amoniaco. OBRAS, DE SALÜBRIFICACION 165 Las 14602000 libras escrementos de 1500 individuos, acarreadas por medio de 2036700000 libras agua á los campos de irrigación son produc- tos de putrefacción, conteniendo 154500 libras ázoe en la forma de car- bonato de amoniaco (ácido carbónico, hidrógeno, ázoe). Anles de dejar la boca del caño conductor, que impide el acceso del aire, no pueden entrar en descomposición, y el mal olor del líquido que sale del caño preñado de materias orgánicas, demuestra la presencia del carbonato de amoniaco, resultado de la putrefacción de la orina, por lo que se ha transformado la úrea en carbonato volátil de amoníaco. Según Pasteur, la putrefacción es una fermentación alcalina, ligada á la existencia de ciertas combinaciones complicadas, que por su abundancia de ázoe, tienen la facultad de formar amoniaco. Desde el momento que el líquido cloacal abandona el caño, se le esliende sobre una superficie de los terrenos irrigados, y se le hace accesible á la acción del aire atmosférico. El ozono del aire atmosférico tiene en alto grado la propiedad de com- binarse con el ázoe en ácido nítrico, y siempre se forma este ácido por la des- composición de materias orgánicas en presencia de bases poderosas. Solamente el humus, ó la tierra vejetal absorbe amoniaco, pero el suelo arenoso de los médanos, pobre de humus, casi no posee capacidad alguna para absorver amoniaco, y es incapaz de fijar esta sustancia contenida dentro del líquido cloacal, desde que no es combinada con sales ácido-sulfúricas, y en la presencia de poderosas bases, el amoníaco adquiere la facultad de transformarse rápidamente en ácido nítrico, combinado con una enorme can- tidad de agua. Una parte de este ácido nítrico es absorbida inmediatamente por las plantas de los campos de cultivo, porque constituye un alimento listo para los vejetales, por cuya razón estas plantas crecen admirablemente absorbien- do al mismo tiempo, el ácido carbónico presente y favoreciendo la formación de nuevo ácido nítrico por medio de la segregación de ácido carbónico y amoníaco, porque el ácido nítrico se forma de la combinación del ázoe con el oxígeno del aire atmosférico. ( Continuará. ) NOVEDADES CIENTÍFICAS física lia apláe^cion del eal&v isolnr <í la iudiaati'ia. — Un artículo publicado en la «Revista de Ambos Mundos» del 1» de Mayo, contiene algunos detalles interesantes con respecto á los aparatos y experimentos hechos por M. Mouchat, á fin de descubrir algunos medios de utilizar el calor del sol. Desde el año 1860 él se está ocupando de este problema, cuya solución recien parecer haber logrado. Para concentrar los rayos caloríferos del so! de una manera provechosa era menester tener un recipiente que fuera ni demasiado grande ni dema- siado costoso. Después de varios ensayos, M. Mouchat imaginó una cal- dera vertical de cobre, pintada de negro en su parle exterior, cubierta con tres campanas concéntricas de vidrio, y que descansara sobre una materia, mal conductor de calórico, como arena^ ladrillo, madera, etc. Luego aumentó la fuerza del aparato por medio de un reflector metálico, que le permitía dispensar con el uso de dos de las campanas de vidrio. De esta manera pudo el Sr. Mouchat, aumentar la temperatura del agua en la caldera. Convirtirla en vapor, fundir azufre que requiere una tem- peratura de 116° C. después de un lapso de veinte minutos, calentar la caldera vacía hasta 175» C. Con este reflector se ha podido inflamar virutas de madera y hasta una tabla sólida en algunos minutos. En una vasija de cristal colocoda en el foco del reflector y cubierto con un fanal de vidrio se ha fundido un kilogramo de estaño en dos minutos. Una cantidad igual de plomo necesitaba cinco minutos, y de zinc seis. Los puntos de fusión de estos tres metales son 225" C, 335" C. y 475° C. M. Mouchat ideó también un apáralo que permite practicar operaciones culinarias de toda clase fácil y eficazmente y que puede ser convertido fácilmente en un horno. En todos estos experimentos se han empleado espejos cóncavos de metal, plateados y de una forma cilindro-parabólica, ó espejos cilindricos, cuya línea de base es esa curva abierta que parece una media elipse y llámase una parábola. El poder reflector de los espe- NOVEDADES CIENTÍFICAS 167 jos cilindricos aumenta en proporción á su anchura y de consiguiente el tiempo requerido para alcanzar una temperatura dada liaria inversamente como la anchura. Últimamente el inventor no hacia uso sino de espejos cónicos. Con estos la superficie de aislamiento se cuadruplica duplicando el diámetro del espejo. M. Mouchat no se limitó á estos ensayos. Su objeto era igualmente el obtener efectos mecánicos con el calórico solar, y hace diez años hizo ensayos con una máquina construida á propósito en Paris, en presencia del finado Emperador. Desde entonces ha construido un aparato en Tours, que consiste de un inmenso frustro de un cono, con su concavidad mirando hacia el cielo. El frustro está hecho de cobre, cubierto en su parte interna con una capa delgada de plata. Sobre la base pequeña del frustro, cerrada con una lámina de hierro, descansa un cilindro de cobre pintado de ne- gro en su parte exterior, cuyo eje vertical es igual al ,del cono. Este cilindro, rodeado asi por esta especie de cuello enorme, termina en su parte superior con una tapa hemisférica, que le dá el aspecto de un inmenso dedal, y se halla cubierto con una campana de vidrio de la misma forma. Este aparato de forma tan estraña es un recipiente solar ó especie de caldera en que el agua hierve bajo la acción de los rayos solares. Su objeto es el del calentar el agua á su punto de ebullición ó mas allá por medio de los rayos del sol, los que la superficie interior del reflector cónico, hecho de piala bruñida refleja sobre el cilindro. Por medio de un caño de alimentación la caldera recibe agua de una bomba hasta dos tercios de la altura. Un tubo de vidrio y un manómeiro, comunicando con el inte- rior y los que descansan sobre la superficie exterior del reflector metá- lico servia para indicar la temperatura del agua en la caldera y la presión del vapor. Una válvula de seguridad se halla colocada de manera que perínita el escape del vapor cuando la presión sobrepasa el número de atmósferas que se estima conveniente. Asi la máquina ofrece toda la segu- ridad que se puede exijir, y puede ser provisto de todos los aparatos accesorios de una caldera á vapor. El diámetro mayor del reflector ó espejo metálico de es 8 '/o pies, la menor es de 3'/4piés. La altura del espejo es 2 pies 7 pulgadas; ó sea 43 pies cuadrados de superficie reflectora. Las superficies interiores son de plata bruñida; porque es sabido que este es el mejor metal para la reflecciou de los rayos caloríferos, aunque el bronce plateado serviría igualmente bien. La inclinación de las superficies al eje es 45". «Los lisíeos antiguos sabían que esta es la mejor forma para esta clase de espejos metálicos, porque los rayos incidentes paralelos al eje se reflejian per- penlicularmente á este eje y dan un foco de mayor intensidad. La caldera es de cobre, porque entre los metales comunes este es el mejor conductor del calórico. Se halla pintado de negro en su parle exterior, porque el negro tiene la propiedad de absorber los rayos de calor y se halla cubierto 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de una campana de vidrio, porque esta sustancia perniite mas fácilmente el pasaje de los rayos luminosos dej calórico é impide que vuelven los mismos después de su transformación en rayos oscuros, lo que se efectúan sobre la superficie de la caldera. El aparato deberá colocarse de manera que describa un ángulo de 15° alrededor de un eje paralelo al de la tierra, siguiendo asi el movimiento diurno aparente del sol. De este modo la intensidad del calor empleado es casi siempre la misma cualquiera que sea la hora del dia ó la estación del año. Este aparato ha dado resultados interesantes, los que probablemente serán sobrepasados haciendo uso de otro mejor arreglada El dia 8 de Mayo del año pasado, con un tiempo sereno, 20 litros de agua introducidos en la caldera á las ocho y media de la mañana, en 40 minutos dieron vapor con la presión de dos atmósferas. Pronto auméntese ]a presión á cinco atmósferas, y habria sido fácil conseguir una presión mayor aun si el espesor de las paredes del cilindro lo hubiera permitido. Cerca del medio dia en la misma fecha con 16 litros de aguas en la caldera, se levantó vapor con la presión de una atmósfera á la de cinco atmósferas en menos de 15 minutos. Últimamente el dia 22 de Julio, cerca de la una de la tarde, cuando hacia un calor poco comnn en Paris, el aparato convertía á vapor mas de cinco litros de agua por hora, á lo que corres- ponde á la fuerza de medio caballo á vapor. La caldera admite la aplicación de un motor á la par de las calderas á vapor comunes. El costo de un aparato como el que existe en Tours y de la fuerza de medio caballo á vapor no excede 300 $ fts., y será mucho menos cuando el inventor haya hecho todas las alteraciones que ya tiene en visita. La práctica enseñará como pueden introducirse muchas mejoras, pero en su estado actual la máquina solar de M. Mouchot, ni es costosa ni difícil de colocar ó de manejar, y puede aplicarse á muchos objetos industriales, especialmente en los países tropicales en los que mas se siente la falta de combustible mineral. {The Praclical Magazine.) COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presidente 1° E). Guillermo White. » ■ 2° D. Miguel Puiggari. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D"' D. Carlos Salas. D. Ángel Silva. D. Luis A. Huerco. Vocctles { D. Enrique Aberg. D. Valentín Balbin. D. Garlos Olivera Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe* dro Pico. — D. Valentín Balbin. — D. Luis A. Huerco. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huerco. — D. Pedro Pico. D. Angkl Silva. Comisión encargada de formnlar un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huerco. — Carlos Olivera Director del Museo Dr. Don Carlos Bero. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públicas Luis SiLVEiRA. — Félix Rojas — Rómulo Otamendi. — Carlos Stegman. — Juan Pirovano. Comisión encargada de informar sobre la fábrica de cimento de Rarracas Miguel Puiggari. — Adolfo Buttner LISTA DE LOS SOCIOS ACTIVOS Ardenghi, Felipe L. Cagnoni, Juan I Lavalle, Francisco Arocena, Carlos ' Chapeaurouge, Carlos Lindmark, Knut Arata, Pedro Cagnoni, A N. Lagos, José M. t Aguirre, Eduardo Cascallar, Joaquín i Leslie, Arnot "" Amoretti, Feliz Cuesta, Ángel de la Lloyü, Jaime Aberg, Enrique Dillon, Juan (hijo) Larguier, Augusto Ayerza, Rómulo Dillon, Juan (padre) Lassepas, H. Benitez, José ' Dillon, Justo Lagos, José A. Benoit, Pedro Dawney, Carlos Mané Marcos Brian, Santiago Encina, Carlos Monetta, Pompeyo Bunge, Ernesto Elia, Ezequiel de Moreno, Francisco P. Burgos, Juan Martin Fader, Carlos Maglione, Luis Buschiasso, Juan Florent, A. Modero, Ernesto Büttner, Adolfo Firmat, Ignacio Médici, Juan Balbin, Valentin Franco, Estanislao Muñiz, José M. Berg, Carlos i Guerrico, José P. de Maraini, J. BarboEa d'Oliveira, A. Gorordo, Fermin Maqueda, Joaquín. Coronen, J. M. Gallarani, Carlos Newraan, Federico Carvalho, Antonio J. Gutiérrez, Juan M. Oyuela, Ignacio Coglhan, Juan Gore, Enrique Olivera, Carlos Clérice, E. E. García, J. A. Otamendi, Rómulo Caprale, Jacinto Gaffarot, Carlos. Oldendorff, Ernesto Castilla, Eduardo Herrera Vegas, Rafael Peña, Enrique Cooper, Jorje Huergo, Alfredo Pirovano, Juan Chaves, Juan Adrián Higgin, Jorje Palacios, Rodolfo Carenou, Eduardo Huergo, Luis A. Pico, Pedro Costa, Ángel F. Hernández, Rafael PáduaFleury, Augusto Cadrés, Jorge. Ky!e, Juan J. J, [Cesar de Coni Pedro. Knoblauch, Osear. Pérez, Victorino Crabtree, Enrique Krause, Otto Pico, Octavio HONORARIOS Dr. D. Guillermo Rawson. — Dr. Benigno A. Gould. — Dr. Germán Burmeister CORRESPONSALES Puiggari, M. Palmer Smithics, J. Parody, Domingo. Quirno Costa, Norb'°. Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Roj-is, Félii. Roberts, Vf. Silva, Ángel Silvejra, Olozabal L. Stegman, Carlos Sierra, Julio Salas, Carlos Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio Simpson, Juan D. Salas, Miguel T. Tapia, Zacarías Tedin, Miguel Trant Lorenzo Viglíone, Luís A. Whíte, Guillermo Warner, Rodolfo Wilson, M. Villanueva, Guillermo Zeballos, Estanislao S. Zárraga, Simón. Germán Ave-Lallemant. . . San Luis. León Domesq Madrid. Pellegríno Strobel Italia. Miguel Sánchez Nuñez... Montevideo. Luis Jorge Fontana Villa O'cidental C. Van Beneden Lieja. (Béljica). Felipe Caronti Babia Blanca. Federico Schickendantz ... Pilciao (Catm»). Samuel Lafone y Queredo,. Pilciao (Catm=). Juan Martín Leguizamon.. Salta. Luis Brackebuscb Córdoba. Juan Lubok Londres. Walter F. Reíd Londres. Carlos Barbier París. Max. Siewert Alemania. A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfm, por todo lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « 1» Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los diás de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2" Formar una lista de los libros que los sefiores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1° y 15 de cada mes. La orden del dia se publica por los diarios. ANALES sociedad"^ científica ARGENTINA COMISIÓN REDAGTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. í D. Guillermo Villanueva. Vocales \ D. Pedro N. Arata. f D. Juan J. J. Kyle. OCTUBRE DE J876. — ENTREGA IV. — TOMO II PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL ÜE LA SOCIEDAD, PERO 92, Y Efí LAS PRINCIPALES LIRRERÍAS I»or mes, en la Ciudad 35 g m/c » fuera de la Ciudad 30 » La suscr-icion se paga anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONl, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 A 87 6 índice de la presente entrega I, — ACTAS DE LA ASAMBLEA (1876) y de la COMISIÓN DIRECTIVA ( 1875 ) II. — DOCUMENTOS { 1874-1873 ).— Nota del ingeniero Barbier. — Inau- guración del Parque «3 de Eebrero;-' — Fundación del Museo. — Relaciones con la Sociedad de Ingenieros telegráficos de Londres. — Visita á la fábrica de ladrillos de San Isidro. — Estudios eco- nómicos. — Renuncias del Sr. Moreno. — El Sr.Comolli es nom- brado socio corresponsal en Asia. --Carbón Mixto. — Se instala la Comisión Redactora. — Renuncia del Tesorero. — Se encarga al Sr. Buttner la compra de- libros en Europa. III. — MEMORIA SOBRE ORUGAS ACUÁTICAS por el &v. Berss. IV. — OBRAS DE SALUBRIFIC.-VCION: Defecación hidráulica y sistema de irrigación ó canalización neumática y fábricas de guano, por H. Tietle. V. — PUERTO DE BUENOS AIRES por &uillei*m<» B. Rigoiii. VI. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Antropología: Datos sobre objetos antropológicos. — Hidrogra- fía : Carta hidrográfica. — Observaciones meteorológicas en Bue- nos Aires. — Minerales de Atacama. — Fabricación de guantes. — El Tren relámpago. ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SESIONES DE 1876 ASAMBLEA GENERAL 40'» Sesión ordinaria del 17 de Agosto de 1,876. Presidencia del Sr. Pico. A las 8 '/„ de la noche fué abierta la sesión con asis- tencia de 23 socioSj cuyos nombres se leen en el margen. Leida y aprobada el acta de la sesión anterior, se dio cuenta de los despachos de la Comisión Directiva durante la quincena, pasándose á la ORDEN DEL DÍA El Secretario informó que la Exposición costaba á la Sociedad la suma de 19,867 pesos m/c.^ ó sea raeuos de los veinte mil que habia votado la Junta. Esa suma habia sido cubierta con los 14,769 pesos producto de las entradas vendidas al público y con 5,098 del fondo social. La Exposición de 1875 habia costado á la Sociedad 12,910 pesos m/c. ; pero el público entró gratuita- mente. Leyóse en seguida la Memoria del Sr. Puiggari sobre la visita á la fábrica de chocolate de D. Pedro , Seminario en Barracas al Sud, la cual pasó á Secretaria para ser discutida en la siguiente sesión, si hubiera quien usara de la palabra con ese fin. Terminada la orden del dia, el Sr. Kyle pidió la palabra y dijo que hacia la siguiente moción : « La Comisión de Perforaciones presentará [á la Asamblea un informe es- crito dando cuenta de su cometido, del número y localidad de las per- foraciones practicada?, de la manera en que estas han sido ejecutadas por el contratista, especificando como este ha faltado á lo estipulado en el contrato formulado por la Comisión y aprobado por la Asamblea y por el Huergo L. Pico. Balbin. Zeballos. Büttner. Aberg. Silva. Olivera. Berg. Con i. Krause. Carvallo. Otamendi. Burgos. Kyle. Huergo A. Moreno. Amoretti. ■Wliite. Aguirre. Franco. Lagos. Buschiasso. no ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Exmo. Gobierno, y de los resultados positivos ó negativos de los ensa- yos costeados por el Gobierno ». J. J. J. Kyle. El autor dijo que hacia esta moción porque los trabajos á que ella se refiere fueron emprendidos siendo él Presidente de la Sociedad, y bajo su presidencia se realizó el contrato con el ingeniero Robertson, por, encargo del Gobierno de la Provincia. Agregó que tanto la Sociedad como el público estaban directamente interesados en este asunlo y querían los datos necesarios para saber cuál era su estado ; y si bien esos datos existen dispersos en las actas y en va- rios documentos del archivo, no era menos cierto que existia una comi- sión especial, la que debia dar su informe para saber si lo realizado hasta ahora habia dado ó no resultados de interés ; pues, si bien se han sus- pendido los trabajos porque parece que el Sr. Robertson faltó al contrato, no obstante algo se habia hecho y era necesario saber su resultado. Terminó pidiendo á sus colegas apoyaran su moción. El Sr. Huerco ( L . A. ). — Pidió al Secretario informes sobre los si- guientes puntos : 1° Quiénes componen la Comisión de Perforaciones. 2» Cuál es el estado de la cuestión. El Sr. Zeballos. — Para satisfacer á estas preguntas dijo, respecto á la primera que la Comisión se componía de los socios Kyle, Carenen, Pico (Pedro), Balbin y Huergo (L. A.). Respecto á la segunda espuso: — Que el Departamento de Ingenieros de la Provincia habia informado al Poder Ejecutivo que los caños empleados en las perforaciones no eran resistentes y no llenaban su objeto, lo cual ha- bia sido comunicado á la Sociedad, á fin de que ella arbitrase los medios de suplir aquella deficiencia. Después de una larga negociación con el contratista, de la cual hay constancias documentadas en las actas y de la que la Asamblea habia sido instruida en diferentes sesiones, se acordó comunicar al Gobierno que el contratista persistía en no cumplir sus obligaciones, habiendo llegado hasta ausentarse sin dar aviso, por todo lo cual la Sociedad creia conveniente rescindir el contrato, para recomenzar loé trabajos cuando fuere oportuno. El Sr. Huerco. — En vista de estas esplicaciones creia que el Sr. Kyle debia haberse instruido primeramente de todos los detalles, antes de pedir á la Asamblea que intimara á una comisión la presentación del informe ; intimación que importaba un voto de censura que aquella no merecía. Declaró que por estas razones votaría en contra de la moción. El Sr. Kyle. — Contestó que hasta cierto punto hacia un cargo á la Junta Directiva, por cuanto ella habia dirijido un asunto que estaba enco- mendado especialmente á la Comisión de Perforaciones, la cual no habia sido oída ni citada durante mucho tiempo. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 171 El Sr. Zeballos. — Dijo que la Junta Directiva se había limitado sim- plemente á ejercer funciones administrativas en este caso. Respecto á la Comisión de Perforaciones ella tenia por objeto estudiar científicamente los resultados de las perforaciones, en vista de los dalos que el contratista debia comunicar á la Sociedad. Ahora bien, el contratista debia haber mandado muestras de las capas geológicas perforadas, en buen orden y con buenas indicaciones, y solo habia cumplido esta cláusula parcialmente. El contratista debia haber mandado muestras de aguas y solamente lo hizo tres veces ; habiendo sido remitidas aquellas aguas, al Sr. Kyle, quí- mico de la Comisión de Perforaciones de las que el Sr. Kyle pidió mayor cantidad por ser poco una botella. El contratista debia haber hecho una carta geológica de cada perforación, y no habia cumplido con esta cláusula del contrato . El contratista debia haber presentado observaciones termométricas de cada perforación y no lo ha hecho. En fin, debia haber referido el nivel de las perforaciones al de los ferro- carriles inmediatos y tampoco lo efectuó. Resultando entonces que el contratista no habiendo dado á la Junta Direc- tiva los datos, ésta no habia podido someterlos al estudio de la Comisión de Perforaciones. El Sr. Kyle. -Preguntó cuántas perforaciones se habían pagado. El Secretario. — Informó que cuatro ó cinco. El Sr. Huerco. — Dijo que los pagos se hacían por el Gobierno inde- pendientemente de la Sociedad. El Sr. Zeballos. — Espuso que convenia, para salvar la responsabilidad de la Sociedad, saber cómo se hacia el pago. Por el contrato la Sociedad comunicaba al Gobierno cuando el contratista avisaba haber terminado una perforación. El Gobierno ordenaba al Departamento de Ingenieros que enviara un Inspector á verificar la acercion del contratista. La primera vez resultó que la perforación tenia diez metros menos que la profundidad que le daba el contratista. Se supo después en la Sociedad que el Gobierno las pagaba sin verifica- ción previa, por haber aconsejado asi el Departamento de Ingenieros que las hacia inspeccionar cuando estaban concluidas dos ó tres y ya pagadas. El Sr. Kyle. — Dijo que él no se proponía hacer cargos al presentar su moción, pues entonces habría que remontarse al origen del asunto ; que él se proponía simplemente conocer el resultado de trabajos que costaba una fuerte suma de dinero. En cuanto á las cañerías, él creia que el Sr. Robertson usaba los caños de que habla el contrato, aunque no fueran demasiado resistentes. El Sr. Balbin. — Replicó que los caños empleados no satisfacían por -172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA débiles el objeto á que eran destinados ; y que por consiguiente no eran los caños de que habla el contrato. Agregó que él liabia hecho notar en la misma Junta Directiva, que hay en el archivo tres diferentes comunicaciones del contratista en las cuales habla del empleo de tres diferentes clases de caño ; no habiendo colocado en ningún caso los que le eran indicado por la Junta. El Sr. Buttner. — Dijo que votaría en contra de la moción del Sr. Kyle, porque si se entraba á averiguar por qué habia sido violado el contrato, seria reanudar con el contratista una discusión estéril y enojosa. Recordó también la última nota injuriosa, que la misma asamblea habia acordíido devolverle. El Sr. Huergo. — Manifestó que iba á hacer al Sr. Kyle una indicación que armonizaba las opiniones. Indicó que retirara su moción hasta la próxima asamblea ; y que entre tanto leyera todas las actas en que hay datos 'sobre este asunto, y los demás documentos del archivo, y entonces presente la misma moción ú otra si lo cree conveniente. De ese estudio vería que la Junta Directiva no sabe cómo se han hecho las perforaciones sino de oídas, porque así lo ha dispuesto el mismo contrato. El Sr. Lagos. — Apoyó la moción del Sr. Kyle en cuanto se refiere simplemente á conocer los resultados de las perforaciones practicadas. Después de un breve cambio de ideas y habiendo retirado el Sr. Kyle su moción, terminó este debate. El Sr. White. — Propuso verificar una visita á la nueva cárcel, moción que fué aprobada, debiendo avisarse por los diarios el día en que ella tendría lugar. No habiendo mas asunto de que tratar se levantó la sesión á las 10 7i de la noche. Pedro Pico. Presidente Estanislao S. Zeballos. Secretario. iU Sesión ordinaria, del 1» de Setiembre de 1876. Presidencia del Sr. Pico. Aguirre. A las ocho y media de la noche fué abierta la sesión, Lesíie. con la asistencia de los diez y seis socios cuyos nom- Zebaiios. jjres se espresan en el margen. Huergo (k.) Leída el acta de la sesión precedente fué aprobada, ^''^'*- . y en seguida se procedió á dar cuenta de los trabajos de Pirovano. la Comísíon Directiva durante la quincena. Eagos"" Leyóse entre ellos una resolución, que la Junta toma- Puiggari. ba en uso de sus atribuciones, estableciendo cuatro con- ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 173 Berg. ferencias públicas sobre diferentes ramos de la ciencia, Del Valle fPastor ,,.,-, , Olivera. las Cuales tendrían lugar cada tres meses. Eiia (Ezequiei) Pasóse en seguida á la Madero (Ernesto) ° ORDEN DEL DÍA El Sr. Presidente. — Puso en discusión la Memoria del Sr. D. Miguel Puiggari laida en la sesión anterior sobre la fábrica de chocolate ; y como nadie hiciera uso de la palabra, fué invitado el Dr. D. Carlos Berg á leer su Memoria sobre las orugas acuáticas de la familia de los Lepidópteros, que habia recojido en el Estado Oriental. Terminada la lectura se procedió á examinar con el microscopio los órganos respiratorios de una de las orugas, y sus diferentes clases de pelos. La Asamblea acordó un voto de gracias al Dr. Berg y que pasase su Me- moria á la Comisión Redactora para su publicación, después de lo cual se levantó la sesión siendo las 10 de la noche Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario COMISIÓN DIRECTIVA. Sesión del 23 de Setiembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. A las ocho de la noche se abrió la sesión con asisten- BHan" ^'^ ^^ ^^^ señores espresados al margen. Silva. Fueron aceptadas las siguientes personas presentadas Zeballos. . i • .• ^[,i(g para ingresar como socios activos : Büttner. Sr. D. Miguel Puiggari. — Profesor de química. Sr. D. Julio Serna.— Agrimensor. Dr. Carlos Berg. — Inspector del Museo Público. Sr. D. Guillermo Calderswood. — Plomero. El Sr. Secretario.— Hizo moción para que se pidiese al ingeniero Sr. Robertson un informe sobre las perforaciones que lleva á cabo, á fin de leerlo en la próxima Asamblea. Se acordó hacer una revisacion de las obras incompletas que existieren en la Biblioteca para pedir las que faltaran. Igualmente se resolvió comenzar á hacer una lista de los libros que se han de pedir á Europa en adelante, á fin de hacerlo en una remesa fuerte, para conseguirlos mas baratos. La lista estarla en el local de la Sociedad para que los socios anotasen en ella las obras que creyeran conveniente. Cambiando ideas sobre las horas que deben permanecer abierto el local de la sociedad se fijó el siguiente horario. 17i ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA De dia : 12 á 4 de la tarde. De noche: 8 á ÍO. Los señores, Silva y Brian fueron encargados de formular un proyecto de reglamento interno de la Biblioteca. El gerente renunció á su puesto por no convenirle el horario adoptado. Su renuncia fué aceptada y nombrado para reemplazarlo elSr. D. Flo- rencio B. del Mármol. No habiendo otros asuntos de qué tratar, se levantó la sesión á las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 21 de Octubre de 1875. Presidencia del Sr. White. Hifergo."**' ^""^ asistencia de los señores designados al margen y Silva. bajo la presidencia del Sr. White, se abrió la sesión á Hgij"^"^' las 8 de la noche. Brian. Leida y aprobada el acta de la anterior, el Gerente co- municó á la Junta haberse recibido aviso del Sr. Secretario, escusándose por su inasistencia, á causa de una ligera indisposición. Dióse lectura de dos notas pasadas á la Sociedad por los Sres. Arnot Leslie, maquinista, y Rafael Hernández, agrimensor, solicitando ingresar á ella en calidad de socios activos. Se dispuso que serian espuestas en el salón de la Sociedad, por el térmi- no correspondiente á los efectos indicados en el Reglamento ; pasándose en seguida á considerar los asuntos que formaban la orden del dia. En el primero de ellos, relativo á la moción hecha por el Sr. Büttner en la Asamblea del 2 del corriente sobre el tamaño de los ladrillos, se procedió á nombrar una comisión que informara en la materia, resultando designados al efecto los Sres. Reid y Bunge, á quienes se acordó pasar una nota comu- nicándoles dicho nombramiento. Fué en seguida tomado en consideración el segundo punto que comple- taba la orden del dia, relativo á una comunicación pasada á la Sociedad por el Gobierno de la Provincia, pidiendo su informe en una solicitud para el establecimiento y privilegio de una fábrica de azúcar en el país ; luego de haberse dado lectura de dicha comunicación, y haber sido espuestas sus opiniones al respecto por los Sres. Reid y Huergo, el Sr. Silva indicó que debia nombrarse una comisión que estudiara la materia é informara á la Junta á fin de que la Sociedad contestara al Gobierno lo mas acertadamente posible. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 175 Aceptada la indicación del Sr. Silva, fueron nombrados para formar dicha comisión los Sres. Huergo y Reid. El Sr. Bottner. — Hizo moción para que, en atención al aumento de las horas de oficina y de algunos otros recargos del empleo, se aumentara hasta 600 ps. la remuneración de 400 que percibía el ordenanza de la Sociedad. Votada esta moción se aprobó por unanimidad. El Sr. Silva.— Presentó el presupuesto de gastos levantado por el que tenia encargo de dar pintura, poner vidrios, etc, á los nuevos y viejos es- tantes dala Biblioteca; quedando autorizado dicho presupuesto hasta la suma de 1500 ps. cantidad en que venia fijado. Se propuso que dichos estantes fueron pintadas en su interior ; lo cuál, después de votado por dos veces y resultado en ambas empate, quedó deci- dido por el voto del Sr. Presidente, que opinó porque, como medio de prue- ba, se pintase en lo interior solo uno de los estantes. Sin otro asunto que tratar, se levantó la sesión á las diez de la noche. G. White. Vice-Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 28 de Octubre de 1875. Presidencia del Sr. White. Presidente. A las ocho de la noche se abrió la sesión con asis- ZebaUos. tencia de los señores designados al margen. BaibiQ. Se levó Y aprobó el acta de la anterior. Buttner. o /. • .• ■ i Reid. Se acepto como socios activos a los señores : fri^"- Arnot Leslie. Silva. T. ,. , TT 1 Pico Rafael Hernández. Enrique Aberg. Se leyó una nota del Gobierno de fecha 25 de Octubre, sobre perfo- raciones. Se acuerda comunicar al Sr. Robertson las observaciones de la nota del P. E., observándole también que no ha cumplido su promesa de referir el nivel de las perforaciones al punto mas notable de la línea férrea mas pró,\ima. El Sr. Secretario. — Informa que la Comisión que estudia la cuestión de las nivelaciones en la Provincia, no se habia podido reunir y que se citaría nuevamente. Informó también que las medallas estaban concluidas. Pidió á la Comisión que resolviese si se habían de dar diplomas honoríficos á los demás que los obtuvieron ó no. Se cambiaron ideas sobre el particular y se acordó dar esos diplomas, 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en razón de que no era propio negar esos títulos desde que la Junta Directiva anterior los acordó, aunque no fueron aceptados por la Asam- blea. El Sr. Pico. — Esplicó que tales diplomas fueron concedidos con el objeto de estimular á los concurrentes para que se presten con gusto á nuevas exposiciones. Si bien, decía, esos premios se acordaron precipitadamente, fué por- que no hubo tiempo, y pensaba que seria impropio revocar la sanción de la otra Comisión. Se votó si los diplomas serian autógrafos ó litografiados y se acordó que fuesen hechos en una imprenta. El Sr. Secretario. — Presentó y se aprobó el siguiente proyecto de diploma: «Sociedad Científica Argentina». «Concurso y Exposición del 28 de Julio de 1875. Por cuanto el Sr. Don ha sido pre- miado con por su , se le expide este diploma en prueba de la distinción que ha merecido. Buenos Aires, 28 de Julio de 1875. Presidente...., Secretario. ». Se acordó que la repartición solemne de los premios, se hiciese en la Asamblea del 15 de Noviembre próximo. El Sr. Secretario. — Pidió el nombramiento de una Comisión que estudíase el programa del concurso para 1876 y que presente las modi- ficaciones que sean necesarias, abrazando otros puntos científicos. Se resolvió nombrar una comisión de tres socios por decisión del señor Presidente á causa de empate. Se eampone así : Señores Guillermo White. Valentín Balbín. Emilio Rosetti. Este resultado se comunicará á, la Asamblea. El Sr. Silva. — Indicó la conveniencia de hacer circular el programa una vez hecho, entre los industriales de toda la República, á fin de que se vayan preparando. El Sr. Buttner. —Propone que se pongan en forma los libros de Tesorería, pues están en desorden. Se le pidió un presupuesto del costo de esta reforma para otra oca- sión. El Sr. Balbín. — Dio una esplicacíon sobre la memoria que le fué encargada en unión con el señor Newman sobre las obras de salu- bridad. Declaró que escribiría sobre algunas cuestiones, porque le era impo- sible hacerlo sobre todas las obras, pues como ingeniero de la Comisión encargada de ellas, no podía revelar ciertos secretos hasta que fuera oportuno. No podía tampoco asociarse al Sr. Newman para hacer ese trabajo, DOCUMENTOS 177 porque este representa la empresa constructora y él á la Comisión; de modo que cada uno defenderla intereses encontrados. Terminó pidiendo que constase esto en el acta. Se levantó la sesión á las 10 de la noche. G. White. Vice-Presidenle. Esíanislno S. Zeballos. Secretario. DOCUMENTOS (1894—1895) Nota del Ingeniero Barbier. Buenos Aires, Noviembre 16 de 1874. Al Sr. Presidente de la aSociedad Científica Argentina,-» ingeniero D. Francisco Lavalle. Señor Presidente. He recibido su atenta carta del i de Setiembre ppdo., por la cual Vd. me informa que en su sesión del 3 la Sociedad Cientííica Argen- tina me ha honrado por unanimidad con e! título de socio corresponsal. Antes de contestarla, habia creido conveniente esperar la remisión del diploma que me anuncia, la cual habrá sin duda quedado apla¿ada por los sucesos que han sobrevenido. Todavía estando en vísperas de verificar mi partida, vengo á rogarle Sr. Presidente, se sirva trasmitir á mis eminentes colegas mis sentimien- tos de gratitud por el honor que se dignaron tributarme, y que me con- mueve en alto grado. Siento que las circunstancias no me hayan permitido corresponderlo aquí mismo, llevando mi modesta cooperación á vuestros trabajos; pero quedo asociado á ellos; he de seguirlos con el mas simpático interés, y me consideraré dichoso si encuentro las oportunidades de hacerlos apreciar y de dirijiros algunas comunicaciones de cordial recuerdo. Sírvase Vd., señor Presidente, recibir y ofrecer á mis honorables cole- gas el homenaje de mi mas distinguida consideración. Charles Barbier. Inauguración del Parque « 3 de Febrero » Buenos Aires, Noviembre 8 de 1875. Al Sr. Presidente de la n Sociedad Cientifica Argentina ». Debiendo tener lugar el 11 del corriente la inauguración solemne de Parque «3 de Febrero», he recibido encargo de la Comisión que presido, 14 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA para invitar á la «Sociedad Científica Argenina» á concurrir á esta fiesta popular. En el Parque habrá un local especial para esa Sociedad. Contando con que la Sociedad que Vd. preside contribuirá á solem- nizar el acto de la inauguración con su presencia, saludo al Sr. Pre- sidente con toda consideración. D. F. Sarmiento. C. Pellegrini.— Secretario. Moción sobre Fundación del Museo. Buenos Aires, 1° de Mayo de 1875. Art. 1" La «Sociedad Científica Argentina» procederá á la formación del Museo de que habla el art. 32 del Reglamento, con la cooperación de los señores socios, en la esfera- de lo que puedan. Art. 2" El Museo será dirijido por un socio que llevará el título de di- rector y que será inamovible, esceptuando el caso de que su remoción fuese requerida á la Asamblea por veinte socios. Art. 3» La Comisión Directiva y el Director sancionarán el Reglamento del Museo. Art. A" El Director será nombrado en Asamblea. Estanislao S. Zeballos. — Luis C. — F. P. Moreno. Relaciones con la Sociedad de Ingenieros Telegráficos de Londres. Mayo 11 de 1875. Al Sr. Presidente de la ^ Sociedad Científica Argentina, y> Profesor J. J. Kyle. Buenos Aires. Deseando estrechar mas y mas las íntimas relaciones que deben exis- tir entre las sociedades formadas, con el fin de fomentar el desarrollo de las ciencias, al infrascrito secretario local de la Sociedad de Ingenie- ros Telegráficos, le cabe el honor de presentar á la Sociedad que Vd- tan dignamente preside, una copia de las actas de la Sociedad que re- presenta, desde su formación hasta fines del año ppdo., al mismo tiempo suscribiéndose de Vd., atento y S. S. Carlos Burton Socio del Instituto de Ingenieros Civiles, etc. documentos 179 Visita á la Fábrica de Ladrillos de San Isidro Buenos Aires, 27 de Agosto de 1875. Al Sr. Presidente de la a Sociedad Cientifica Argentina y> . Tengo el honor de poner en conocimiento de Vd., que de acuerdo al contenido de la nota fecha 18 del corriente, en que se solicita la au- torización necesaria para visitar la Fábrica de Ladrillos de San Isidro, de propiedad de la Comisión que presido, se ha ordenado al adminis- trador de dicho establecimiento, trasmita á los señores miembros de esa Sociedad, lodos los datos é informes que le fueren pedidos sobre la fábrica á su cargo. Con este motivo me es grato saludar al Señor Presidente, á quien Dios guarde. Emilio Bunge. Matías F. Eráusqnin, — Secretario Sobre Estudios Económicos. Buenos Aires, Setiembre 1° de 1875. Sr. Presidente de la «Sociedad Cientifica Argentina'». Aun cuando por su composición y. tendencias la «Sociedad Científica Argentina», parece que tuviera por principal objeto el cultivo y des- arrollo de las ciencias naturales y físico-matemáticas entre nosotros, con preferencia al estudio y cultivo de las ciencias morales, hay una cien- cia que puede llamarse, con toda propiedad el Irait d\mion entre unas y otras, y esta ciencia es la economía política. Los estudios económicos están tan estrechamente vinculados á los es- tudios de las ciencias fisico-raatemáticas, que presiden el desarrollo de la industria en el vasto cuadro de sus manifestaciones, que puede ase- gurarse que lio existe una sola cuestión ó problema industrial, que no presente su faz económica, y hasta cierto punto su solución completa, no esté subordinada á la del problema económico. Lo que sucede en todas las industrias en un pais, desde las que se conocen en la ciencia con la denominación de extractivas, hasta las de vias de comunicación, y desde esta á las que tienen por objeto la me- jor distribución de las riquezas, sucede con el organismo social y po- lítico entero. Unas y otras nacen y viven y se desarrollan en una dependencia ab- soluta de la solución económica, que con relación á la conservación y desarrollo de la vida política y social, lleva el nombre en la ciencia de la solución financiera. Afectada la situación financiera de un pais, toda la economía social se 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA afecta y con ella todas las industrias, todas las profesiones liberales, to- das las grandes empresas de comercio, y hé ahí porque resolver esta cuestión ha sido en todo tiempo uno de los problemas mas capitales en todo pais civilizado y progresista, como los que afectan la higiene pú- blica, que es la condición de la salud física de una sociedad. Alentado por estas consideraciones, he ere ido que aunque alejados la mayoría de mis colegas de este orden de estudios, podría despertar al- gún interés, sino en todos, en algunos de los miembros que componen esta ilustrada asociación, la lectura del último trabajo que he dado á luz sobre nuestra cuestión financiera y bancaria, y los proyectos, que á mi juicio, podrían resolverla, sin lastimar el orden de cosas existente y sin violencia de ninguno de los grandes principios que la ciencia eco- nómica moderna ha consagrado. Con tal motivo me permito enviar al Sr. Presidente sesenta ejemplares de mi publicación, para que sea distribuida entre los miembros de la asociación y el correspondiente ejemplar para la biblioteca de la Socie- dad, esperando sea acojido mi trabajo con la indulgencia que debemos mutuamente dispensarnos los miembros de una misma asociación cien- tífica. Me es grato saludar al Sr. Presidente. A. F. Costa. Renuncia el Señor Moreno de Vocal v Director del Museo • , Buenos Aires, Setiembre 22 de 1875. Señor Presidente de la «Sociedad Científica Argentina y> , D. Pedro Pico. He tenido el honor de recibir la comunicación en que el señor Pre- sidente se sirve avisarme la favorable acojida que tuvo en el seno de la Sociedad mi pensamiento de viajar al Sud de Buenos Aires. Agradezco sinceramente la tavorable acojida que me han dispensado mis consocios, y los pasos que han llevado á cabo para obtener la sub- vención del Gobierno y la credencial que rae ha sido entregada. Ai acusar recibo de ios cincuenta mil pesos que me suministran la Sociedad y el Gobierno, réstame solo renunciar de los honoríficos des-- tinos de Vocal de la Junta Directiva y de Director del Museo, que la So- ciedad se dignó confiarme. Siento hacer estas renuncias, pero consulto el interés de la Sociedad; pues ignoro el tiempo que durará raí viaje. Saludo al señor Presidente y á los señores socios con mi mas distinguida consideración. F. P. Moreno. DOCUMENTOS 181 Se nombra Socio Corresponsal al Señor Comolli. Buenos Aires, 30 de Noviembre de 1875. Señor Presidente de la «Sociedad Cientilica Argentina y> Debiendo ausentarme para Europa y probablemente á Asia, creo que mi regreso á este pais no será pronto. Deseo seguir perteneciendo á la Sociedad, y en esta virtud me permito pedir al señor Presidente se sirva recabar de la Comisión Directiva se me considere en carácter de socio corresponsal. En Europa estaré á disposición de la Sociedad para todas aquellas cosas en que crea que pueda serle útil. Me es agradable saludar al Señor Presidente. Antonio Comolli. Comiiion Directiva. Pase á la Asamblea. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Asamblea General. Resuelve : — Que se le espida el diploma de socio corresponsal. E. S. Zeballos Secretario. Notas sobre Carbón Mixto. Buenos Aires, Noviembre 30 de 1875. Señor Presidente de la 3. Cali 192600 * 4. Ázoe 927000 * La canalización de Danzig está casi terminada, pero de los 1600 Morgen de terrenos entregados á los empresarios, Sres. J. y A. Aird, solamente una pequeña parte se ha hecho cultivable hasta la fecha, por medio del desmonte de los troncos de pinos, y estirpacion de sus raices. Según la Gaceta de Danzig núm. 8040 del 6 de Agosto del presente año, la superficie irrigada llega ahora á 200 morgen. Por ahora, solamente esta reducida superficie puede ser irrigada, pero la total de 1600 morgen siempre será insuficiente para la recepción de todos los elementos alimenticios para los vegetales, contenidos en los escrementos de 90000 individuos. Supongamos, aunque lo considero imposible, que todos los 1600 mor- gen puedan utilizarse en tres cosechas por año, supongamos todavía, que cada clase de plantas pueda absorber en cada cosecha 25 libras de ázoe por morgen, — observo otra vez, que también eso, lo tengo por imposi- ble, ^ se utilizarían anualmente : .4. 1600x3X25=:120000 libras ázoe, lo que daría un desperdicio de 807000 libras anuales de ázoe. B. La cantidad de ácido fosfórico conducido, impotaria anualmente 205200 libras. Por los 1600 morgen, en el supuesto cultivo muy exa- gerado de 3 cosechas por año, se absorberían á lo sumo 80000 libras; se desperdiciarán anualmente 125200 libras de ácido fosfórico, C. La cantidad de cali, pesando anualmente 192600 libras, aunque la arena de los médanos, todavía es rica en silicato de soda, en lo futuro, con el cultivo tan estensanaente proyectado de la remolacha; podria, tal vez, ser enteramente absorbida y utilizada, pero en todo caso se desperdiciarán por la canalización de Danzig anualmente : 807000 libras ázoe, su valor ?; 269000 125000 Id. ácido fosfórico, su valor " 12520 Total por año $ 281520 ó sean 210000 patacones. 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Este capital se pierde para todo el (jais, pocque de él han salido las sus- tancias que han servido de alimentos á los habitantes de Danzig y se han con- vertido en escrementos. Considerados bajo el punto de vista de una sana economía nacional, deberían ser conservados y reconducido al terreno para conservar á este la facultad de uniforme producción. «Puede imaginarse, dice Liebig, que un país rico y fértil, con flo- reciente comercio, que durante siglos esporta los productos de su suelo en la forma de ganados y cereales, conserve su fertilidad, cuando el mismo comercio no le restituye los elementos sacados de su suelo, en la forma de abono, desde que la atmósfera restituye solamente una parte? ». « Si el suelo no recupera todos ios elementos que ha dado alas plantas, debe llegar una época, en la que ya no podrá entregar ninguno de sus ele- mentos á una nueva vegetación, donde será completamente exhausto y es- téril hasta para maleza. » Según Liebig, contienen los escrementos anuales de un individuo (sólidos y líquidos) mucho mas ázoe que se necesita para un raorgen de terreno, para obtener^ con la cantidad de ázoe que las plantas reciben de la atmós- fera, las mas abundantes cosechas. El agricultor ciertamente no conduce á su terreno tanto ázoe, como el contenido en los escrementos de un solo individuo, coii su completo abono de establo de 100 quintales por morgen. Por consiguiente : 1). Con la cantidad de ázoe de 807000 libras anuales, á mas de los 1900 morgen de los campos de irrigación de Danzig, podrían abonarse todavía anualmente otros 80700 morgen (31600 hects. ó 18720 cuadras' es. de Buenos Aires). 2). Con las 125200 libras desperdiciadas de ácido fosfórico^ á mas de los 1600 morgen destinados, podrían proveerse otros 8347 raorgen de ácido fosfórico (3280 hs. ó 1940 cuadras de Buenos Aires). A estas enormes superficies de terreno, para conservarles la facultad de producir, — como lo demuestra el aumento anual de la importación de fos- fatos y guano, — debemos restituirles los elementos despilfarrados por la canalización de Danzig. Estos corresponden á una importación anual de: 1). 40350 quintales de carbonato de amoniaco, su valor =$ 269000. 2). 6250 quintales de fosfatos, su valor = $ 12520. Este capital total de$ 281520 (210000 patacones) debemos hacer anual- mente emigrar (la mayor parte á Inglaterra, nuestra fuente principal para sulfato de amoniaco) sí no queremos esterilizar nuestro suelo por el modo indicado por Liebig. En vista de tales hechos, nadie podrá sostener, que el sistema de irriga- ción satisfaga á todos los requisitos de la economía nacional, y en este sen- tido deben parangonárselos defensores del sistema con aquellos agricultores, que felizmente hoy se encuentran muy aislados, de los cuales Liebig dice : «Se parecen á los antiguos alquimistas, como estos buscaban la piedra OBRAS DE SALUBRIPICACION 199 filosofal, aquellos buscan la mirifica semilla, que en su suelo, escasamente productivo para las plantas indígenas, les puede rendir una cosecha cén- tupla. « Las esperiencias recogidas durante siglos y milenios, son insuficientes para preservarles contra nuevos engaños ; el poder de resistencia contra semejante superstición, puede resultar únicamente del conocimiento de verdaderos principios científicos. » {Noia del Traductor). — Sigue una transcripción del núm. 8108 de la Gaceta de Danzig, que contiene un artículo encomiástico sóbrelos campos de irrigación, de seis páginas entretejidas de imágenes poéticas, que se suprime, limitándose el traductor á dar la refutación del autor, quien entra á con- siderar lodos los hechos narrados por el articulista. Solamente se traduce lo siguiente del artículo : «No había riesgo alguno, porque el Sr. Aird lo corría solo, desde que paga á la ciudad 9000 pesos (6660 patacones) anuales, para mantenencía de la obra de canalización, durante 30 años, y se compromete á cultivar el desierto de los médanos, 2000 morgen completos, transformarlos en férti- lísimo terreno de huerta y restituirlos á la ciudad después de 30 años sin indemnización alguna. » Sigue el autor : « El hombre del ramo opina de otro modo. Para él no existe milagro alguno en la acción descrita del liquido cloa- cal, porque no son otra cosa, los penachos altos y aislados de pasto, queso encuentran sobre todas las praderas, en lugares superabundantemente abo- nados con ázoe, y cuyo pasto es instintivamente evitado por los animales ; con todo abono escesivo y sobre cualquier arena se puede producir el estado de cosas descrito por el articulista. Los charcos rojos, estancados, en los que el narrador cree ver « el ter- reno en su condición primitiva y triste», no han existido antes sobre las alturas de los médanos, sino son el resultado posterior de la irrigación. Las plantas enumeradas por el articulista, debían forzosamente crecer de un modo estraordinarío, á consecuencia del alimento abundante (ácido nítrico) que se les prodigaba en las materias cloacales, pero otra cosa su- cede con la calidad de los vejetales, y es singular, que el narrador no habla absolutamente de las papas, porque habrá sabido, por los trabajadores, que, aunque muy hermosas en apariencia sobre el terreno, no tienen tubérculos en sus raices, y nadie cultiva papas por el beneficio de las hojas. El hombre del ramo sabe, que un desarrollo demasiado vigoroso de Irs hojaSj se produce en detrimento de las raices, y que un abono despropor- cionadamente rico en ázoe, produce plantas y frutas, pero de constitución anómala; sabe, porque no se encuentra salida para el pasto de los campos de irrigación, porque no le engaña la apariencia vigorosa de este pasto, de color particular, mucoso al tacto y propenso á pronta putrefacción. « Si fuese posible, como se espera, de conseguir buena remolacha, rica 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en azúcar, una gran parte de los terrenos se invertiría en el cultivo de esta raiz», dice el articulista ; pero el iiombre del ramo sabe como debe abonarse la remolacha, que necesita un suelo propio para trigo, sabe que la remolacha no se puede cultivar por años seguidos en el mismo terreno, que debe res- tringirse su crecimiento fuera de la tierra ; analiza la raiz de la remolacha solamente con respecto á su verdadero valor, que es el contenido de azúcar, y sabe que la remolacha, que polariza menos de 10 por ciento, no sirve. Las plantas de los terrenos de irrigación, como ya hemos demostrado, reciben su alimento en forma de ácido nítrico; pero las sales nitrosas, según Liebig, son abonos, que no restituyen al suelo aquellos elementos, que se le retiran con las cosechas, y si, por algunos años, favorecen la vegetación por medio de su ácido y álcali, por el mismo aumento de vegetación, debe empobrecerse mas prontamente el suelo. Una ganancia verdadera y dura- dera no se debe esperar del empleo de sales nitrosas. «Indudablemente, dice el narrador, deben multiplicarse todavía los productos, cuando, sobre la arena movediza, se habrá formado una capa mas sólida de humus ». El agricultor opina, que tendrá que esperar mucho tiempo, hasta que se haya formado aquella capa mas sólida de humus. El agricultor práctico también conoce materias de letrinas, pero tiene mucho cuidado de no esterilizar su campo con este abono, de quemar sus plantas. La esperiencia le enseña que estas materias tienen una acción corrosiva sobre la vegetación, y que deben mezclarse con tierra, secarse, antes de emplearse, y solamente tienen una acción benéfica, cuando antes han sido combinados con otros elementos alimenticios, cuando han sido trasformados y convenientemente repartidos sobre el terreno ; nunca emplea en sus eras esclusivamente materias cloacales, porque sabe, que de este modo perjudica el desarrollo, y particularmente el sabor de las frutas. Si (das quejas del vecindario » son tan « enteramente infundadas » como cree el narrador, no lo podrá decidir él solo ; sobre el heno de los campos de irrigación, ya han pronunciado su fallo las vacas de Heubude; no lo comen como tampoco las hojas de col (tan codiciadas en general por ellas), cuando vienen de aquellos terrenos. La Hoja central para quimica aplicada á la AgricuUiira 1872- dice: « El Dr. Spencer Cobbold sostiene que la irrigación de las praderas con estas materias es peligrosa, y de la introducción general de este sistema, preconizado en Inglaterra, Holanda y en Berlín por Hobrecht, resultará la probabilidad, sino certeza, de un aumento rápido de parásitos en hombres y animales. Aunque los animales que pastan sobre campos irrigados, no se infestarán de parásitos con la misma facilidad, como se conseguiría por medio de es- perimentos espresos, siempre es muy propicia la oportunidad para adquirir diferentes clases de parásitos. Según comunicación del Dr. Menning perdió OBRAS DE SALÜBRIFICACION 201 un criador de Portebello, cercí de Edinburgo, en 3 años 92 vacas de las que pastaban sobre campos irrigados, y uno de los criadores mas impor- tiintes de Escocia siempre vende sus animales después de 3 meses, porque sabe por esperiencia, que con el pastoreo mas prolongado sobre aquellos campos contraerían la epidemia de los bofes. Estraordinaria es la propaga- ción de Cyslicerciis celUUosoe, porque la téiiia es muy insensible coatra seca y temperatura fria, y se desarrolla preferentemente dentro de agua impura ; igualmente insensibles son los embriones de ascárideo». Según un informe de Th. Scott, comunicado en el « Marclane-Express, la irrigación con líquidos cloacales ha dado mal resultado en 23 estableci- mientos : • , & Se conseguía mucha paja pero poco grano, enormes pero esponjosos nabos, y el pasto, de crecimiento asombroso, era comido con repugnancia por las vacas, que se enfermaron á tal grado, que en los alrededores de Leíth murieron 106 vacas de 53'2 que se alimentaron con este pasto. En Edinburgo ha sucedido lo mismo »•. De modo que, el sistema de irrigación tampoco corresponde á las esperan- zas, que en él se fundaron, con respecto á la agricultura. Hallier escribe sobre : <í productos de fermentación ». Condenable, en todos los casos, es el sistema de cloacas, romo se ha es- tablecido p. e. en Hamburgo. Consiste en que, el contenido de las letrinas es conducido por medio de canalización subterránea al rio mas inmediato. Este sistema nos ha venido de Londres, y ha sido introducido por ingleses. En Londres existia desde muchos años y se habia apestado de tal modo el Táraesis, que en aquella ciudad se levantaron las primeras protestas contra aquel sistema bárbaro ». {Nota del traductor). Sigue una descripción del sistema adoptado en Hamburgo, y suponiéndolo conocido de los lectores el traductor lo suprime. Sigue el autor : «DEFECACIÓN DIRECTA Y CANALIZACIÓN NEUMÁTICA ». El Dr. D. Eduardo Heiden dice en su obra: « Teoría del abono ». « El sistema de defecación directa, que corresponde perfectamente á las exigencias de agricultura y economía nacional, como también á las de higie- ne pública, como resulta del informe, dirigido al Ministro de Agricultura, Sr. de Selehon, por la comisión nombrada al efecto, señores : Salviati, Dr. Eichhorn y Roedor, llena la condición, de que se utiliza el valor de los des- perdicios de las ciudades, sin perjudicar la higiene, el aseo ni la economía de los habitantes ». Para Berlín propone la comisión lo siguiente : /) Establecimiento de caños subterráneos para conducción de las aguas del servicio de las casas y de lluvia ; supresión de las cunetas del empedrado 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA con mejora de este, obteniéndose asi mayor valorización de la basura de las calles. 2) Organización de un sistema de defecación, que comprenda todos los residuos, es decir : a. En todos los edificios nuevos ó reedificados por medio del estableci- miento de un sistema que facilite la defecación directa en toneles. b. En todos los edificios antiguos establecidos, por medio de prescrip- ciones policiales, con referencia á la evacuación de los pozos de letrinas (neumática), desinfección de las letrinas, etc. La conveniencia áe los tvaier-doset (inodoros) parece haber sido la razón mas poderosa, por la cual se ha preferido la defecación hidráulica á la di- recta, pero el tiempo demostrará también para Danzig, que con la limpieza de los inodoros, se despilfarra inútilmente el agua costosa de nuestra fuente de Pragenan, sin que se consiga la supresión de inconvenientes como la ascensión continua de gases perniciosos desde las cloacas por los inodoros, cuyos gases no se suprimen con el mayor desperdicio de agua, y se hacen mas notables en los pisos superiores de las casas, siguiendo su desarrollo una escala ascendente con los años de existencia que cuente el sistema. Este estado de cosas no se produce en ciudades donde se ha introducido el sistema de toneles, y efectivamente no se oyen!quejas de aquellas ciu- dades contra el sistema, que bien establecido, responde á higiene y aseo, y demanda pocos gastos. El caballo de batalla de los defensores de la defecación hidráulica es que las materias fecales, que continuamente se producen, deben ser in- mediatamente abducidas, lo que, según ellos, no se puede conseguir con la defecación directa. En el informe del profesor Virchoso, sobre los .trabajos de la Comisión de Berlin, se admite, que la abducción de las basuras de las calles y casas, las cenizas, los residuos de establos, como los sólidos de las co- cinas, nunca se podrá hacer por via hidráulica, por consiguiente deben entrar en la abducción dilecta. Es muy notable, que los amigos de la de- fecación hidráulica quieran diluir indefinidamente por agua, precisamente aquellas materias, que (como los escrementos humanos) por su naturaleza deben preservarse contra toda dilución, si no se les quiere sugetar á la fermentación y sus terribles consecuencias. Con el entusiasmo actual, que en Berlin prevalece en favor de la defe- cación hidráulica, si no produce todavía en tiempo un cambio de opinión, dentro de pocos años se esperimentarán consecuencias mucho mas fu- nestas, que aquellas que han producido las obras de irrigación en Heu- bude y Boca del Vístula, porque Berlin no dispone de agua potable que se pueda comparar con la fuente de Pragenan, es mucho mas populosa que Danzig, y no se halla sobre el Báltico, como esta ciudad. Dice el informe de la Comisión de Berlin : « La comisión es de parecer, que se habría encontrado un sistema de OBRAS DE SALDBRIFICACION 203 defecación directa, elicaz y aceptable, solamente en el caso, que los gastos originados serían cubiertos por la venta de las materias, pero que en todo caso, que por la abducción resultase una carga para el tesoro de la ciudad ó para los ciudadanos, debería proponerse el interés de la agricultura al desarrollo económico de la ciuxlad (7). Debe recordarse á la vez, que la bosta de unos 25000 caballos, mantenidos en la ciudad, que nunca podrá ser enteramente abducida por los caños, será siempre suficiente para ofrecer á los horticultores y agricultores de las cercanías bastante abono para sus terrenos ; pero nadie se imaginará que los cultivadores rebajarán los precios de sus productos, en una época donde el precio de la hortaliza, fruta, ce- reales y ganados, ya no se determina por una sola localidad. » Esta idea es basada sobre suposiciones equivocadas . 1) Los precios de los alimentos ^legumbres, frutas, cereales, ganados) dependen de las cantidades en que se producen. Cuanto mayores estas can- tidades, tanto mayor la oferta, tanto mas bajos los precios. 2) Los horticultores y cultivadores de los alrededores de Berlín, eviden- temente no pueden consumir todo el abono contenido en los escrementos de sus habitantes. Con 920000 habitantes, Berlín produce anualmente 9476000 libras ázoe, mas que suficientes para abonar una superficie de 947600 morgen (242100 hects. ó 143430 cuadras ó 90 leguas cuadradas de Buenos Aires ) Berlín no puede disponer de esta'superficie. Si Berlín, en lugar del malhadado sistema de defecación hidráulica con irrigación, se resolviese á establecer lo canalización neumática (Lie- mur) eu combinación con fábricas de abono fuera de la ciudad, quedarían allí satisfechas todas las exigencias de higiene, economía nacional y agri- cultura. Con el sistfema Lieraur, introducido en Amsterdam y Leiden y Teconocido como perfecto, resulta que : 1) Se aducen basuras, cenizas y otros residuos, absolutamente como en la defecación hidráulica. 2) Aguas de casas, calles y de lluvia, purificadas por aparatos adecuados, como también las aguas depuradas bajo control policial, de establecimientos industriales, son conducidas por canalización subterránea. 3) Las materias fecales, nocivas á la salud pero muy valiosas para la agricultura, son conducidas diariamente por presión neumática y en otro sistema separado de caños de fierro de fundición, á una estación central, donde, con combustión de los gases, ó son acomodados en toneles de tras- porte, ó neumáticamente espulsados por un caño subterráneo hacia una fá- brica de abono situada fuera de la ciudad. En varias lecturas dadas delante de la Sociedad de Agricultura de Zoppot, sobre abonos artificiales, he tratado de esplicar, de qué modo los escremen- tos humanos y otros residuos de las ciudades, pueden ser trasformados 204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA diariamente en un abono completamente inodoro, en calidad nada inferior al mejor guano del Perú. Esta no es pura teoría, porque actualmente se trasforman centenares de quíntales de materias fecales diariamente eh superfosfato, cuyo contenido se garante, y por eso es muy diferente de la conocida poudrelle. Este super- fosfato de ázoe ha sido clasificado como muy valioso por los primeros quí- micos, y por causa de su eficacia, es comprado preíerentemente por los agri- cultores, y la fabricación de este superfosfato, según la espresion vulgar, hace cuenta. Liebig dice: « Las sustancias minerales de los alimentos de hombres y animales, salen de nuestros campos ; las hemos recogido en forma de semillas, raices y hojas. En el proceso vital de los animales se convierten las materias combustibles en combinaciones oxigenadas; la orina y las faeces contienen las materias tomadas de nuestros campos. Si las restituímos al terreno, restituimos la fertilidad originaria ; si las colocamos en un campo donde faltan estas partes indispensables para la vida de la plantas, hacemos este campo productivo para toda clase de vejetales. Una parte de la cosecha se gasta en la alimentación y el engorde de los animales que sirven de alimento para los hombres, otra parte se consume rectamente en la furnia de harina, papas, legumbres, etc. ; otra tercera parte consiste en restos vejetales no consumidos, como paja, que sirven para varios destinos. Es evidente que tenemos la facultad de poder recuperar todas tas sustan- cias de nuestros campos, que hemos retirado en la forma de anímales, ce- reales y frutas, en los escrementos sólidos y líquidos de hombres y animales, en los huesos y la sangre de los animales carneados ; depende exclusiva- mente de nosotros, la reconstrucción del equilibrio de la composición de nuestros campos, por medio de una cuidadosa recolección de aquellos elementos. El problema mas importante para el labrador, es de restituir de algún modo aquellos elementos, que no pueden ser sumini trados por la atmós- fera. Si esta restitución es imperfecta, disminuye la fertilidad de nuestro suelo, si restituimos mas de lo que quitamos, aumentamos la fertilidad. La importación de orina y escrementos sólidos del esterior, equivale á una importación de cereales y ganados. Todas estas materias, después de cierto tiempo, adquieren la forma de granos, carne y huesos, entran en los cuerpos humanos y se restituyen otra vez á su forma anterior. La única pérdida verdadera, que no podemos evitar por causa de nuestras costum- bres, es la de sales fosfóricas, que se entierran con los cadáveres en las tumbas. Toda la enorme cantidad de alimentos que el hombre consume durante unos 60 años, cada partícula de ella debe ser devuelta al suelo, de donde ha sido tomada, n Con el sistema de toneles, y particularmente con la canalización neumá- OBRAS DE SALUBRIFICACION 205 tica de Liemur, es posible dar al suelo lo que es del suelo, y no al agua debemos entregar elementos que no le pertenecen. Liebig dice : . « Con los escrementos sólidos y líquidos del hombre devolvemos á nues- tros campos la ceniza de aquellas plantas que han servido para alimento de hombres y animales. Estas cenizas consisten de sales y partículas terreas, solubles é insolubles, indispensables para el desarrollo de las plan- tas del cultivo que demandamos del suelo. » Incomprensible es la opinión del Sr. Varrenlrapp ( vide : defecación hi- dráulica ó Liemur del Dr. Ewich, pág. 7 ). « El sistema Liemur no es mas que un bonito juguete, los habitantes de las ciudades no tienen la obligación de corregir, con grandes gastos, la pe- reza ó indolencia de los labradores, etc. » En la misma escala que los habitantes de las ciudades conducen las mate- rias alimenticias para las plantas á los rios y al mar, encarecen sns propios alimentos y ponen su propia existencia en peligro. Decenios han pasado antes que Justo Liebig haya sido comprendido por los agricultores, y cuando sostuvo que era un sistema de latrocinio que seguían si no devolvían al suelo los mismos elementos que le retiraban, fué vilipendiado. Por muchos años se perdió su voz, como la del predicador en el desierto. Ahora se reconocen sus ideas, como ciertas, ahora que hemos adquirido la convicción, de que, si queremos cosechar todavia alguna cosa, debemos cubrir la esportacion de cereales, ganados, lanas etc, por la importación de fosfatos, ceniza de huesos, guano, sulfato de amoniaco, etc. La importación de guano del Perú ha aumentado por millones de quinta- les anuales, no por juguete, sino porque sin él los labradores ya no pueden cosechar cosa alguna, y la agricultura vé llegar con terror la época, cuando se acabará la importación de guano por falta absoluta de este artículo, y se empobrecerá de ázoe nuestro suelo, esterilizándose completamente. Nues- tros labradores serán entonces incapaces de leva.Ttar suficiente capital, para, á falta de guano, importar otras materias azoadas (salitre de Chile, sulfato de amoniaco, etc. ), que cada año se encarecen mas, y no hay suficiente cantidad para la demanda. ¡ En vista de tales hechos se apresuran nuestras grandes ciudades á con- ducir nuestra propia riqueza en ázoe al mar ! Es cierto, que en la sabia economía de la naturaleza, nadase pierde. Tal vez, la divina providencia acumula para generaciones venideras, lo que la ignorancia de la presente despilfarra, y tal vez se forma en la mar poco á poco alguna sustancia, parecida á aquella, que ha producido el guano del Perú. El « Cuarlerly Journal of Mkroscopical Science » dice : « Se constata por investigación microscópica, que las materias insolubles en agua y ácidos, consisten de esqueletos de diatomeas, polycistinas y spon- 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gias, siempre de orijen marino, y á veces idénticas con la de la misma mar y las capas de infusorios petrificados vecinos. Algunas de estas formas se presentan en grupos, enteramente como se producen en la naturaleza, y como se presentarían, si se precipitasen dentro del agua, y no, como si primera- mente hubiesen pasado por el canal digestivo de moluscos y otros animales pequeños^ y en seguida por los mismos órganos de peces y aves, lo que in- dudablemente debería haber sucedido, para encontrarse en el guano, según la teoría generalmente aceptada. De estas esperiencias, y otras no menos importantes, deducidas de los caracteres químicos-microscópicos, resulta que el guano no representa los escrementos de aves, sino que es el resultado de una acumulación de seres infinitamente pequeños, pertenecientes al grupo que Hückel ha reunido en un nuevo reino intermedio entre animales y ve- getales, bajo la denominación de « protistas ^^ , y que la tierra, después de haberse producido este precipitado sobre el fondo, ha salido de la mar. Al- teraciones químicas posteriores han convertido la masa en guano ó el calor y la presión han tenido suficiente acción para convertir la sustancia orgánica en bitumen, mientras que las sustancias minerales han conservado las her- mosas formas que caracterizan las estensas capas de infusorios, que se en- cuentran en diferentes partes del mundo. Está además constatado, que las anclas de los buques, fondeados en la vecindad de las Islas Chinchas, siempre- levantan guano del fondo del océano. » Según informe del cónsul inglés en el Callao, de este año, no existen actua- mente en todo el Perú mas de 3 millones de toneladas de guano exportable. H. TiEDE NOTAS DEL TRADUCTOR. (1). Buenos Aires no se encuentra en el caso de tener que elegir ter- renos de calidad tan desventajosa. (2). El autor se ha olvidado en este cómputo, de deducir la cantidad evaporada. (3). En la vecindad de Buenos Aires, donde son casi desconocidas las heladas durante las horas de dia, no cesaría esta actividad orgánica en estación alguna; lo demuestra la elevada temperatura que hemos tenido durante una quincena del último mes de Julio. (4). Tal vez no carezca de interés una breve esposicion de las epidemias que, desde unos 20 años, han tenido lugar en los pueblos del Rio de la Plata, y las circunstancias climatéricas y meteorológicas, de que han sido precedidas y acompañadas. La fiebre amarilla de 1857 en Montevideo, era precedida de una pri- mavera y verano sumamente lluviosos y calurosos. La vegetación era tan vigorosa, que aun en los campos que contenían haciendas en excesivo número, no podían los animiles consumir el pastO; que con la abun- dante humedad se pudría. OBRAS DE SALÜBRIFICACION 207 Los bañados y terrenos bajos de los arroyos Espinillo, San Salvador, Arenal, tenian durante los meses Enero y Febrero de 1857 continua- mente, una superficie de agua sin solución de continuidad ; lo mismo habia sucedido con todas las damas corrientes de agua de aquella Re- pública, el traductor relata solamente lo que personalmente ha presen- ciado. Las excesivas lluvias no cesaron en otoño ni invierno de 1857. Era el año cuando subió un buque de vapor, por las Encadenadas, hasta la la- guna de Chascomús y llegaron embarcaciones menores hasla cerca de Arre- cifes y el Azul. Se estableció una sociedad para la esplotacion de la nave- gación á vapor desde esta ciudad hasla La Postrera en el' rio Salado. Pocos años después, el traductor eligió el lecho del mismo rio, como el camino mas conveniente para viajar en volanta desde el Paso del Biliar hasta el Callejón. En Montevideo se proferieron quejas contra la Usina del Gas, en cuya vecindad se desarrolló la fiebre y sentó sus reales. Puede haber habido mucha exageración en eso, pero es menester tener presente que aquella Usina elaboraba entonces gas animal, con cuyo proceder se desar- rollan muchos gases perniciosos, completamente inodoros, que no mani- fiestan su presencia por el olor. Las fuertes lluvias continuaron hasta el invierno de 1858, y ocasionaron repetidas inundaciones en las casas situa- das por los titulados terceros de esta ciudad. La campaña de Buenos Aires estaba cubierta de agua aun en los meses de Enero y Febrero de 1858, ha- biendo materialmente necesidad de vaquéanos para cruzar desde Dolores por los terrenos de Nonell, Ramos Mejía y otros. En Abril de 1858 se declaró la fiebre amarilla en Buenos Aires, precedida inmediatamente de una es- traordinaria creciente del Paraná, que hizo desprenderse los camalotes de las islas de su delta, conduciendo la fauna de aquellas regiones hasta la Ensenada y Magdalena y encallando las estrañas embarcaciones con sus tripulantes en todo el litoral. El estado del rio en frente de Buenos Aires era desfavorable. El banco de la ciudad despedía un olor nauseabundo, notable particu- larmente en el barrio del alto. A fines de Mayo de 1858 tuvieron lugar co- piosos aguaceros, que produjeron grandes crecientes en la cuenca del rio de la Matanza. Por una coincidencia providencial, cuando esta creciente estaba en su auge, bajó repentinamente el Plata; el consiguiente desnivel produjo tal cjrriente en la canaleta de la Boca del Riachuelo, que arrastró todas las in;nundicias del lecho de este rio, y la barra, antes casi obstruida, daba libre ac:eso para buques de regular calado. La fiebre amarilla, que no habia ad- quirido grandes dimensiones, cesó. El año de 1858 era el último de las grandes lluvias y dicen nuestros cam- pesinos, que desde aquella fecha no llueve en nuestra Provincia. No po- demos negar una sencible diminución de aguas en esta campaña. Grandes lagunas y arroyos se han perdido, en parte ó enteramente y el nivel de las 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA filtraciones surtidores de los pozos, ha bajado varios metros en todas partes. Hemos tenido, sin embargo, ejemplos de varias inundaciones y crecientes momentáneas ó poco duraderas. En 1866, precursor del primer cólera, ocurrieron dos inundaciones, la primera en Julio, destruyó varios kilóme- tros de terraplén del ferro-carril del Sud en las secciones Chascomús y Samborombon, era debida á fuertes Huvias, la segunda á fines de Octubre, ocasionada por un fuerte temporal con crecientes del Plata, causó en la ri- bera una inundación igual á la titulada de Snnta Rosa, y destruyó los ter- raplenes de los ferro-carriles del Norte y de la Boca y Ensenada. En Marzo de 1867 se declaró el primer cólera en Buenos Aires; el fla- jelo vino desde el Paraguay, bajando el Paraná y visitando una por una to- das las poblaciones ribereñas. Se ha sostenido, que los miles de cadáveres abandonados á las aguas de los rios Paraná y Paraguay, ó arrojados á los grandes esteros y lagunas que comunican con dichos rios, han sido la ver- dadera causa de la epidemia, que una vez producida, por contagio se ha propagado. Se ha pretendido también, que toda el agua del caudaloso rio ha sido corrompida y envenenada, la ciencia todavia no ha separado la exa- geración y superstición de la verdad. El cólera de 1867 aparentemente se estinguió en el mes de Mayo, pero parece que invernó solamente, porque reapareció en Diciembre, adquirió su auge en Enero de 1868 y recorrió toda la campaña, visitando hasta á los Indios en sus tolderías. La pequeña epidemia de fiebre amarilla en Abril y Mayo de 1870 era pre- cedida por las dos grandes inundaciones causadas por los Terceros de esta ciudad en Marzo del mismo año. La grande epidemia de la misma clase, que aflijió á esta ciudad desde Enero hasta Junio de 1871, era precedida en Diciembre de 1870 por el fenómeno singular, que toda la playa estaba cu- bierta por inmensa cantidad de peces muertos, y hasta en la misma super- ficie del agua flotaban y esparcían un hedor terrible; parecía que el agua del rio estuviese enferma. Se ha pretendido que esta mortandad de peces era debido á las inmundicias, particularmente á la agua de cola que los saladeros de Barracas derramaban en enormes cantidades al Riachuelo. No- table es, sin embargo, que el traductor ha visto la pequeña epidemia de Diciembre de 1873 á Enero de 1874, precedida de otra mortandad de peces en Noviembre de 1873, aunque en escala mucho menor, que la de Di- ciembre de 1870. (5). La corrosión de las maderas en el corto término de dos años, por los líquidos cloacales, parece exagerado, y sí realmente ha tenido lugar tal corrosión, es posible y hasta probable, que sea debida á otras causas, como p. e. maderas mal sazonadas en la época del corte, etc. (6). Bajo la rúbrica: defecación directa, el traductor comprende el sis- tema de toneles, systéme des fosses mobiles de los Franceses, y las cómodas OBRAS DE SALUBRIFICACION • 209 de tierra seca. Aunque este sistema, con abducción diaria, tal vez sea teó- ricamente el mas perfecto^ el traductor no se puede declarar partidario de ninguno de estos métodos. (7). Es singular la pretensión que tienen los partidarios de la defecación hidráulica, que la directa, para poder merecer la mínima consideración, tenga, no solamente que cubrir todos los gastos, sino que dejar todavía grandes utilidades pecuniarias, cuando muy pocos de ellos preguntan cuánto costarán las obras de planteacion y mantenencia de su sistema, y qué resul- tado daría la comparación de estos gastos con los beneficios pecuniarias ; muchos, hasta pretenden, que deba prescindirse enteramente de todo pro- ducto, y arrojarse todas las materias fecales, cuyo valor, sin embargo, nadie se atreve á negar, por el camino mas corto, al rio mas inmediato ó á la mar. 16 EL PUERTO DE BUENOS AIRES Libre de ideas exageradas que atribuyan la omnipotencia al trabajo del hombre-ó que nieguen al arle la posibilidad de modificar la naturaleza con dirigirle sus tendencias, repetiré algunas consideraciones sobre el importan- te argujiiento que encabeza este escrito. Entiendo que resolver el problema « Puerto de Buenos Aires » consiste en la construcción de un puerto de abrigo y servicio para los buques de ul- tramar en la playa Sud del Rio de la Plata y en parage lo mas aproximado á la ciudad. Es generalmente conocido que los canales del Rio de la Plata navegables por todo buque de ultramar, que en baja marea ordinaria tengan la pro- fundidad de agua de 6 á 7 metros, se encuentran á seis klómelros por lo menos de distancia de la orilla. De tal manera las cuestiones que deben resolverse para dar entrada á nuestro puerto consisten : 1" en aproximar los nombrados canales á la ribera ; 2<= conducir esta á los canales en donde pueden levantarse abrigos y dársenas. Arabas categorías de proyectos com- pletamente distintas se subdividen cada una en dos grupos; la primera abraza la escavacion completa, por medio de máquinas, que empe- zando en la ribera se dirijan á la gran canal; y el aprovechamiento de las corrientes superiores que dirigidas y ayudadas por el arte contribuyan á formar y conservar otra clase de canal que tocando la ribera comunique con el esterior. La segunda categoría comprende la comunicación indirecta de la orilla con la rada mediante un sistema de transporte flotantes ; y la direc- ta comunicación por medio de un viaducto. Examinaré tales grupos de proyectos ó ideas mas ó menos aplicables en cuatro capítulos, CAPÍTULO L Creo que no existe cuestión mas discutida y que haya sido tan envuelta en la oscuridad como la de poder praclii'.ar un canal esencialmenle artificial, que saliendo de la orilla de ciudad de Buenos Aires se dirija á la gran canal de la rada esterior. Y la oscuridad se hizo mayor después que se invirtieron millones del tesoro público para hacer un esperimento (!). Sin embargo me serviré de este mismo como espléndida base para fundar mis argumen- EL PUERTO DE BUENOS AIRES 211 taciones sobre lal materia, y demoslrar que el ensayo se hizo siguiendo los modelos de los grandes canales proyectados. El canal de ensayo. Bajo la dirección del Sr. Moore y la vigilancia de una comisión de inge- nieros nombrada por el Gobierno Nacional se escavó en la rada un canal, que saliendo á los 40 metros de un observatorio, que se habia colocado sobre el banco de la ciudad, tomaba rumbo al E. 18° 42' S-E., empezándose los trabajos el 21 de Abril y acabándolos el 30 de Diciembre de 1873. Los hechos consecuentes á este ensayo fueron apreciados por el interesado, por la comisión de vigilancia, y finalmente por una segunda comisión facultativa nombrada por la H. Cámara de Diputados de la Nación. Es lógico que para juzgar una cosa se necesita antes conocerla, y por esto empezaré por establecer la verdad de los hechos cuya falla de conocimiento suele conducir á erróneas conclusiones. CO.XDICIONES DEL CANAL. El primer hecho y fundamental á establecerse es el cómo y sobre qué ter- reno se ha practicado la escavacion, y de consiguiente conocer: el volumen de materias estraidas y la eslension recorrida, cuál fué el sondage del fondo natural antes del trabajo, y el ancho y profundidad de la escavacion. Aun- que de las tres últimas partidas se conozca mas bien una interpretación que la medida, tendré medio de determinarla exactamente con el conocimiento de los dos pritgeros requisitos. El volumen ó cantidad de materias escavadas, dice en su informe del 10 de Setiembre de 1874 la segunda Comisión, es «según la Comisión de vigi- lancia 39,900 ms. c. y según el Sr. Moore 40,065 ms. c. » cantidades que no corresponden á los datos de las partes citadas. La cifra que refieren al Sr. l\Ioore es según él la de la materia removida, de la cual necesita sustraer el contenido de las chatas cargadas que se rom- pieron al lado de la draga, quedando de escavacion efectiva lo que el Sr. Moore coníigna en la 14» columna de su planilla, diciendo ; «Cantidad de material remolcado afuera 38,672 ms. c. » La cifra á que se refiere la Co- misión de vigilancia es la que ha sido consignada basta el 15 de Diciembre, ó diremos hasta el 11 pues los dias 12, 13 y 14 no se trabajó ; pero el dra- gueo se siguió hasta la 1 h. 50 del dia 30 de Diciembre, y en esta fecha la nombrada Comisión tenia apuntado 1.493,447 pies cúbicos igual á 42,265 ms. c, ó sea cerca del 10 por % mas de lo que remite el Sr. Moore, y no menos como aparece del citado informe de la segunda Comisión (!). ¿Es tolerable esta diferencia? No; y no podia haber diferencia por el sistema de medición haciéndose esa con el numerar las chat;is cargadas, cuya ca- pacidad cúbica habia sido exactamente calculada de asitemano. Yo me he dado el trabajo de repasar minuciosamente los cuadernos que han servido para los cálculos de la Comisión de vigilancia, que me han 212 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sido facilitiidos por el ingeniero encargado de presenciar el trabajo, y los encontré muy exactos y prolijos, teniendo apuntado el número, volumen y calidad del material de las chatas, y las horas y minutos en que cada una fué llenada. En vista de esto no puedo menos que tener por exactos esos cálculos, porque de otra manera seria tachar de mala fé á la Comisión de Vigilancia, que estando compuesta de personas leales é independientes no puede permitir ni sospechar de eso. Mientras tanto los datos del inle- resado no pueden inspirar confianza desde qne entre ellos mismos hay discordancia; p. e. en su informe de 27 Junio de 1873 certifica haberse ya escavado en 201 horas 10,150 yardas c. igual á 7759 ms. c.,yensu planilla pone que hasta el 10 de Junio se escavó en 261 horas 7.062 ms. c. ó sea en 59 horas mas, 697 ms. c. menos ( ! ). Relativamente al largo del canal escavado agrega el citado informe de la 2" Comisión; «que según la de Vigilancia era «1750 ms. y según el Sr. Moore 2200 ras. » haciendo aparecer tamaña discordancia. Mientras tanto yo encontré qne ese largo es la única medida que corresponde en los datos de las dos partes citadas ; pues lo que se refiere á la Comisión de Vigilan- cia corresponde al adelanto hasta el 11 de Diciembre, y el trabajo se conti- nuó todavía, y con la mayor atividad, desde el 15 hasta el 30 de Diciembre como ya he hecho notar, recorriendo otros 450 ms. Así tenemos como hecho seguro que en una ostensión de 2200 metros se escavaron y transportaron 42,265 m. c. Ahora deduciré cuales han debido SER necesariamente, los nivelcs del terreno natural, el ancho y la profundi- dad de la escavacion. Recuerdo que dice el informe de la segunda Comisión : « Según la Co- « misión de Vigilancia el ancho de la escavacion variaba entre 18 y 24 metros « siendo su fondo al nivel de 4, 10 ms. abajo del cero de la escala del ob- « servatorio, fijada de común acuerdo como base de las operaciones, y según « el Sr. Moore el ancho era de 18,29 ms. (60' ), y el fondo debia estar á 12 « pies bajo el cero del índice, pero para que tuviese esa profundidad era ab- « solutamente necesario dragar hasta 13 pies, puesto que caía tanto del ma- « terial cortado al fondo del rio durante la operación de dragar, que el fondo (( del canal se elevaba completam.ente de un pié por el material perdido ( ! )» ó en conclusión según el interesado el fondo se encontraba 3,66 ms. ( 12' ) bajo del índice respecto al sondage del terreno natural, la susodicha Comisión hace mención de uno que le ha sido proporcionado por el Sr. Moore, y de otro, ya diferenle, que levantó ella misma después del ensayo ( ! ) deduciéndolo de los bordes distantes 50 ms. del eje del canal. Pero según parece no tenia conocimiento del sondage qne levantó la Comisión de Vigilancia antes del dragueo. En seguida el informe observa que tomando una hondura media dragada de 0,977 ms. resulta muy bien el debido volumen, y dice : « la Comisión ha adoptado como nivel del fon- « do cavado el de 13 pies, que corresponde á la cantidad de material « removido muy aproximada en ambos informes ». Sin embargo no se EL PUERTO DE BUENOS AIRES 213 aperciben que aplicando un ancho conveniente al término medio general de la hondura drag:id;\, se puede sacar el volumen qjie mejor guste sin variar el largo que ya se determinó. Esta elasticidad de calcular desa- parecerá cuando se aplique el cálculo á las diversa? secciones del tra- bajo; pues tenemos el caso de un trapecio subdividido por verticales, en el cual variando la altura, varía no solamente el área total, sino también la proporción entre el área de las respectivas secciones en que se dividió. Observando la anexa planilla núm. 1, se encontrará p. e. que á la ex- cavación comprendida entre los 231 y 664 metros del canal, correspon- de el volumen de 12210 ms. c. y de consiguiente el área del corte transversal en término medio será de 28,26 ms. cuad. la cual área comparada con las sucesivas de cada sección del canal establecerá la proporción de los números 1: 0,95: 0,75: 0,43, cuya proporción han de mantener las respectivas alturas. Reunidas en la planilla núm. 2. las combinaciones de los probables niveles del terreno natural con varias profundidades de la excavación, de- nmestran que para existir las anteriores proporciones correspondientes á ia verdad del hecho se hace necesaria la profundidad de 4, 09 ms. (13, 40) que combinada con los sondages del terreno natural corresponden al re- sumen anotado en la misma planilla. El ancho de la excavación en con- secuencia debe haber sido forzosamente de 20 metros. De esta manera he podido finalmente establecer de un modo segu- ro, que sobre un fondo; cuyo sondage en ciertas partes era discor- dante de lo que la segunda Comisión dedujo de los bordes del canal un año después de hecho el trabajo, se escavaron 42,265 ms. c. de MATERIALES EN UN CANAL DE 2,200 HS. DE LARGO, 20 AIS. DE ANCHO y 4,09 DE PROFUNDIDAD BAJO UNA LÍNEA CONVENCIONAL PERO ESTABLECIDA. EFECTOS DE LAS AGUAS SOBRE EL CANAL. El trabajo de la naturaleza sobre este esperimento ha producido dos fenómenos esenciales y bien distintos. Uno es el desplayamiento de los taludes, el otro el depósito de materias extrañas provenientes de para- ges mas lejanos de las inmediaciones del canal. LEY DE FORMACIÓN DE LOS DECLIVES LATERALES. Para analizar el primer fenómeno, tomaré por base los numerosos sonda- jes ó estudios oficiales que desde Julio del 70 hasta Diciembre del 74 se practicaron por la Comisión de Vigilanria, por la Oficina de Ingenieros Nacionales y por la segunda Comisión facultativa. Encontré estudios es- merados y prolijos especialmente en seis épocas, es decir, en Julio, Noviem- bre y Diciembre de 1873 y en Junio, Julio y Diciembre del874.¿^Para conocer de un modo claro y seguro cuales eran los declives que se hablan formado en término medio en cada época, hize sobre un plano vertical y perpendicular al <2ií ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA eje de la escavacion, una proyección hortogonal de todos los perfiles trans- versales correspondientes alas respectivas fechas. Observé dos categorías de pendientes distintas; una, relativa á la primera mitad del canal hasta los 1,100 metros, la cual se conservaba siempre mucho menos desplayada que la segunda parte considerada hasta el término do la escavacion. Esto demuestra que cuanto mayor es la altura del agua (en nuestras circuns- tancias) mas poder tienen las olas para destruir el trabajo de las dragas. Así que referiré mi consideración á la primera parte por haberse mos- trado menos contraria á la conservación y por haber sido la mas observada. Los declives correspondientes al mes de Julio del 7S tenían en término me- dio uno de altura por 5 de base; los del mes de Noviembre uno en 20 '/„, los de Diciembre uno en 25, los de Junio de 187.4 uno en 51, en Julio uno en 65 y en Diciembre uno en 123, formando sucesivamente con el horizonte 'os ángulos ( que espresaré en segundos ) por 40717 " . . . . 10305 " 8140" ....3612 "... .3173". ... 1575 "... .En esas cantidades encuentro : que de Julio á Noviembre del primer año, el ángulo de cada mes correspondía á 0,71 del ángulo del mes anterior; que el de Diciembre era 0,79 del ángulo de Noviembre; que en Enero del segundo año el ángulo se reducía á 0,84 de aquel del mes anterior, y que desde entonces correspondía á cada mes sucesivo un ángulo igual á 0,88 de su antecsdenle. En el anexo n" 3 existe una curva representativa de esta ley de desplayaniiento de los declives late- rales del canal, la cual aproximándose á su base sin encontrarla como haré una hipérbole respecto á su asíntota, demuestra que los declives nunca de- jarían de suavizarse hasta dar con la horizontal. Demuestra también que la naturaleza sigue un trabajo constante, y que sí algún temporal ó fuerte ma- rejada señalara ciertas sinuosidades en la curva representativa, serian com- pensadas por alguna calma sucesiva, así que un movimiento estraordínario no seria capaz de modificar la ley trazada por el trabajo continuado de todos los días. El hecho pues de hacerse mucho mas rápido el desmoronamiento de los declives cuanto mayor es la altura del agua, tiene dos causas principales. Una es que con el crecer de aquella, disminuye la profundidad de la escava- cion, y de consiguiente el líquido encuentra en los taludes menos trabajo mecánico á ejecutar. La segunda causa y mas importante es que con el cre- cer de la altura aumenta también el peso de la columna líquida que ejerce su acción sobre el fondo y de consiguiente aumenta la fuerza operante. Sin embargo existen opiniones que la ola de la marejada llegando á una cierta profundidad pierde su acción; es cierto que la ola agitada por los vie^itos aumente de peso en razón de la profundidad, disminuye de velocidad en el movimiento, y llegará un punto en el cual perderá su acción modificante sobre el fondo, punto que solamente la esperiencia podrá determinar. Teñe" mos por ejemplo que en Marsella las olas respetan los bloques de betón apenas á la profundidad de ocho metros; en el rompe olas de la rada de Cherbourg á siete metros de profundidad la marejada mueve todavía las EL PUERTO DE BUENOS AIRES 215 grandes piedras que forman el talude esterior; en el muelle de Douvres fue- ron movidos bloi]ues artificiales de seis toneladas á mas de diez metros de profundid;id; y finalmente sobre el fondo de nuestra rada las marejadas tie- nen una influencia muy grande, removiéndolo, y apropiándose sus materias, hacen cambiar el color de las ag.uas notándose diferencia toda vez que cara- l)ia la calillad del fondo. Otro hecho que demuestra todavía mas cuanto influye el oleage 'sobre el fondo de los canales de esta rada, es que después de una larga marejada, aquel se ablanda de tal manera hasta varios metros bajo su superficie que las anclas no encuentran mas consistencia y se dejan arrastrar arando el suelo. DEPÓSITO DE MATERIAS ESTRAÑAS EN EL FONDO DEL CANAL. Hecho de mayor consideración todavía, es el depósito de materias prove- nientes de mayor distancia que la de los nuevos y estreñios bordes de la ob- servación. El volumen de tales depósitos podemos conocerlo con exactitud por medio délos prolijos sondages practicados por la segunda Comisión á me- diados del mes de Julio de 187-i. — Aquel estudio se compone de un perfil longitudinal con 370 sondages, y de veinte y cuatro perfiles transversales que se estienden cerca de cincuenta metros de cada lado del canal siendo hechos los sondnjes á cinco pies uno de otro. El informe otras veces citado de la Co- misión, refiere como resultado de sus averiguaciones: « adoptando el nivel (£ del fondo antes de dragar, dado por el Sr. Moore, resulta que la capacidad « cúbica actual vacia, abajo del fondo orijinal es 33,346 ms. c. Si para este « cálculo fuesen adoptadas las honduras encontradas por la Comisión en los <í puntos estremos de sus perfiles transversales, que exceden las del perfil del « Sr. Moore por una y media pulgada, la cantidad cúbica alcanzarla solamente « á 28,028 ms. c. » (!). De lo espuesto por la misma Comisión informante, se desprende que el conocer la capacidad del canal que se conservaba vacío depende del sondage del terreno antes de dragarse, y que la segunda Co- misión no calculaba sobre datos seguros, ni sobre el primitivo sondage que levantó la Comisión de Vigilancia; pues se servia ó de los datos suministra- dos por el interesado, ó de aquellos deducidos de los bordes del canal, que no podian ser sino aproximailamente exactos ; mientras tanto los mismos informantes alegan que una insignificante diferencia en esa produce una diferencia enorme en el resultado que se trata de averiguar. Pues bien adoptándoles los perfiles tan esmerados de la segunda Comisión, y apli- cándose los respectivos sondages del terreno nataral que he deducido, y cuyo resumen se encuentra registrado en h planilla N'S, y no podian ser diferentes, la capacidad vacia en Julio de 1874 resulta de 19.203,81 m. c. deduciendo esa cantidad de los 42,205 ms. c. dragados, queda el volumen de los depósitos en 23,061 ms. c. Observaré que alcanzándose en julio de 18731a mitad del trabajo de dragar, y habiéndose hecho la observa- ción por la segunda Comisión en Julio de 74, tenemos el periodo de un año justo, en el cual la naturaleza tuvo tiempo de manifestar sus tendencias, 216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA arreglando á su gusto los declives laterales, y depositando en el canal 23,061 ms. c. de materias extrañas, lo que corresponde á una capa anual de 0,53 metros, sobre todo el área del canal escavado. Y aqui me permi- tiré recordar lo que antes de hacerse el esperimento yo publicaba en el año 72 á este respecto: «Todas estas causas en su conjunto cubrirían 4 según mis cálculos por término medio, el fondo del canal con una capa « de materia sólida de un espesor de 0.45 á 0,50 ms. anualmente. » Pre- guntaré ahora á los que suponían mis cálculos alegres y caprichosos, y á los que pretendían que debia no solamente conservarse sino mejorarse, en causas de milagrosas corrientes, una zanja abierta en el fondo del rio, ¿por qué no vuelven á sondar ese magnifico canal? ¿por qué no vuelven á cerciorarse de los milagros de las corrientes nacidas para facilitar la reali- zación de sus ideas ? APLICACIÓN DEL ESPERIMENTO Á UN CANAL SOBRE MAYOR ESCALA. Si un ensayo dio los resultados que traté de comprobar, serían estos iguales en un gran canal como aquel que formaba la esencia del proyecto rechazado en el año pasado por el Congreso Nacional ¿Habrían causas di- ferentes ? Examinemos. Al estudiar el ensayo practicado se han determinado dos fenómenos dis- tintos ; el desmoronamiento de los taludes, y el depósito de materias es- trañas al canal. Respecto al primero se veia que la declinación periódica crece en razón de la altura del agua, y es claro que mayor peso aplaste con mayor fuerza, de consiguiente cuanto mas se adelantara con el canal con mas rapidez se desplegaran sus declives. Tenemos además un esperimen- to grandioso presentado por las depresiones naturales de la rada, las cuales aunque favorecidas por poderosas corrientes no pueden mantenerse con declives de uno en 200. Y efectivamente el canal conocido por « Balizas esteriores » teniendo su costado del lado de la ciudad con declive en tér- mino medio de uno en 208 y el opuesto de uno en i90 pierde de su fondo continuamente aumentando la declinación de los declives que lo forman. ¿Podría mantener su fondo el canal proyectado con pendientes laterales de uno en 75, uno en 30 y uno en 10, ó con un declive medio de uno en 22 y en parage tan desfavorecido ? Ninguna interpretación de los hechos podría suponerlo. Pasando á considerar el segundo fenómeno, es decir el depósito de ma- terias en el interior del canal, encontramos idénticas condiciones del canal de ensayo y de consiguiente idénticos han de ser los efectos. El interesado pretendía que la escavacion habría engendrado por sí sola una corriente bastante para ayudar el trabajo de las dragas y abrirse mayormente el camino; ¿se efectuó eso ó será posible que se efectuara en el canal proyectado? En 2200 metros de canal escavado nunca se observó la mas insignificante tendencia á establecerse corriente, y la Comisión de Vigilancia que estuvo casi un año observando este esperimento dice : « Para terminar esta espo- EL PUERTO DE BUENOS AIRES 217 « sicion de hechos en que la Comisión cree deber basar su dictamen, halla « oportuno hacer constar que ha determinado la dirección de las corrientes (( del rio, hallando que varian considerablemente en relación constante con « el estado de este, cuando hallándose crecido baja con su mayor velocidad « la corriente, forma un ángulo como de 42° con la dirección del canal pro- « yectado por el Sr. Bateman, pero una vez llegadas las aguas á su máximo « descenso, hecho en las circunstancias ya mencionadas, y momentos antes « de empezar de nuevo á subir, es decir cuando la corriente tiene la mini- ce raa fuerza, sigue próximamente la dirección del canal. Hasta tanto que « se ha podido observar, no han sufrido cambio alguno las corrientes del « rio, en el canal escavado, aun en estos últimos tiempos, en que dicho ca- ce nal después que ha quedado abierto, tiene una longitud tan considerable.» Estas espresiones tan claras y seguras no necesitan comentarios, y si en un canal de mas de dos kilómetros no se hizo notar la mas leve corriente, ¿en el canal proyectado por ser en escala algo mayor deberá establecerse una corriente tan poderosa para arrastrar las arenas hasta las mayores profun- didades de la rada esterior? Es cierto que á mayor profundidad corresponde mayor corriente ; pero si se considera que en tiempo de bajante, y es él que menos contrariase la obra, hay millones y millones de metros cúbicos de agua que buscan su corriente natural formando 40° ó 42° con la dirección del proyectado y re- chazado canal, ¿ se podrá admitir que la corriente de ese inmenso volumen de agua venga modificada por una línea de canal aunque esta sienta la in- fluencia de su mayor profundidad? seria una utopía el sostenerlo. Enton- ces no habiendo ninguna corriente natural que favorezca la escavacion, ni la posibilidad de que otra artificial de algún poder se establezca en el canal proyectado, se encontrará este en idénticas condiciones del ejecutado res- pecto á depósitos, y en peores respecto á la ley de declinación de sus decli- ves laterales. Guillermo D. Rigoni. (Continuará). NOVEDADES CIENTÍFICAS Reforma de Salla leemos !o siguiente : Supongo que mis anteriores se hayan publicado con algunas incorrec- ciones de lenguaje, pues siéndome imposible dedicar bastante tiempo en su redacción, le envío esta correspondencia tal como sale de la pluma : ellas van en la forma de borradores simplemente. Vuélvole á encargar que las corrija. Los repetidos esfuerzos del Sr. D. Juan M. Leguizamon, para reunir en la forma de una colección particular, algunos objetos de arqueolojía, han sido en la Provincia de Salta los primeros indicios de ese estímulo por el descubrimiento de antigüedades, que tan señalados progresos ha hecho en otras partes. Las solicitudes del Sr. Leguizamon fueron secundadas por la cooperación de muchos particulares, quienes le obsequiaron varias de las curiosidades que tiene este Sr. en su poder, algunas de las cuales, han sido examinadas por mí. Así, las investigaciones arqueolójicas tienen este antecedente honroso para las personas que han contribuido á realizarlo. El Sr. Leguizamon no se ha limitado á esto solamente: ha ido mas allá. El descubrimiento y pes- quiza de documentos y crónicas antiguas para servir á la hisloria de nues- tros oscuros anales, lo ha también preocupado fuertemente ; y la prensa ha visto publicadas en épocas diferentes algunas relaciones sobre manus- critos enterrados en nuestros empolvados archivos, que arrojan una luz cu- riosa sobre hechos ó personas distantes de nosotros por el lejano trascurso del tiempo. Una y otra tarea tienen para el observador curioso una estrecha relación. Sin embargo de que la segunda entra en el dominio del anticuario, nadie desconoce que á favor de los descubrimientos arqueológicos y numismáti- cos, la historia se enriquece cada vez mas, pues cuando ella se refiere á la existencia de un pueblo cualquiera del globo, no es solo la narración de su constitución política^ de su rol entre los demás pueblos, lo que nos dá una idea completa acerca de él : son sus hábitos, sus costumbres, su vida industrial éíntima lo que atrae la curiosidad, y provoca ese estudio de los tiempos pasados, á que la humanidad se consagra, con afanoso cuidado. Los sabios descubrimientos de Herculanea y Pompeya que llaman la aten- ción en nuestros dias, han venido á esplicar mas fácilmente ese estraordina- NOVEDADES CIENTÍFICAS 219 rio cataclismo social que echó por tierra al imperio Romano. Los frios már- moles de sus enterrados palacios, los grabados y las inscripciones que se encuentran en los útiles mas insignificantes de la vida doméstica, son otras tantas mudas, pero elocuentes pruebas, de aquella gran decadencia moral, de esa espantosa corrupción de costumbres, que mas que lo reveces de la guerra demuestran que era imposible resistiera por mas tiempo ese enorme coloso carcomido por la podredumbre de los años. Asi es como la ciencia viene en auxilio de la historia, compuesta de hechos complejos siempre y para cuya exacta comprobación se necesita el examen de causas distintas y diversas, á veces relacionadas entre sí, á veces inde- pendientes las unas de las otras; pero que en la mayor parte de los casos, nos elevan á esas grandes consideraciones morales, las únicas que esplican las convulsiones que esperimenta la humanidad sobre la tierra. En otra oportunidad me consagraré particularmente, á señalarle los me- dios de que nosotros pudiéramos echar mano para enriquecer siquiera en algo las escasas noticias de nuestros archivos públicos y de nuestras cróni- cas. La historia de Salta tendría así buenos elementos para su composición. Ahora quiero contraerme solo á la descripción de otros objetos que poseo, y á los cuales me referí en una de mis anteriores. Creo haberle dicho ya que me habia entregado á la lectura de la curiosa obra de los Sres. Fi- guier y Zimmerman, que conseguí de la biblioteca popular de este Departa- mento, al mismo tiempo que constituía algunos ajenies para que me busca- sen varios objetos de arqueolojia. Leia precisamente la parte aquella en que pretendiendo los naturalistas clasificar los diferentes periodos de progresión porque ha atravesado la hu- manidad, desde su estado primitivo de ignorancia, hasta una época de adelanto relativo, han acordado dar el nombre de edad do piedra á aquel período in- mediato al de la naturaleza, en que el hombre echa mano de este rústico elemento para llenar con su ayuda sus mas imperiosas necesidades; lla- mando en seguida, edad de bronce, edad de hierro, á los sucesivos adelan- tos que obtenían mediante los esfuerzos de su injenio, y <á medida que otra clase de necesidades lo estimulaban al trabajo. Cual fué mi sorpresa, cuando entre los diversos objetos que me trajeron mis encargados, veia constatadas por la esperiencia estas clasificaciones que parecen arbitrarias. Conseguí reunir unas haclias de piedra, un plato de forma cuadrada de la misma materia, unos globos de forma esferoidal, unos fragmentos de una barreta igual á los anteriores, y por fin, dos ha- chas perfectamente parecidas, de una sustancia semejante al bronce, aunque de una forma distinta de las de piedra. Todos estos objetos los conservo en mi poder juntamente con otros des- cubiertos posteriormente. Ellos sin duda pertenecen á épocas muy distin- tas, separadas también por el intervalo de algunos siglos. Las hachas de piedra son sin duda alguna de un oríjen mas remoto. Servíanse de ellas al parecer, los antiguos como lo llama el vulgo, para usos industriales ; aun- .220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que parecen aplicables también como instrumentos de defensa. En uno de ios estremos se nota una f^lda ó cintura por medio de la cual los adop- taban á una manija de palo, sirviéndose de ellas para corlar madera, abrir caminos en los bosques, etc. etc., á favor de un filo ancho y pronunciado que les dejaban en el otro estremo. Admira la suavidad, así como la dura consistencia de estas hachas, construidas de una piedra especial, que no tiene ejemplares en estas rejiones, y que según me han dicho algunos indios, debian sacarlas de las elevadas rejiones de las Salinas, que se ha- llan en los desiertos colindantes con Bolivia. La profundidad á que han sido encontrados estos objetos, su estraña for- ma y su presunto destino, hace creer que ellos pertenecieran á una época muy remota. Algunas han sido desenterradas á dos y tres metros de profun- didad en la pendiente de lomas elevadas, ó al pié de enormes barrancos. ¿A qué período de formación del globo ellos pertenecen? Su analojia con los que describen los Sres. Figuier y Zimmerman, encontrados en muchos puntos de Europa, parece atribuirles un orijen prehistórico. Cuestión es esta que no nos atrevemos á resolver de una manera decisiva. Es indudablemente que en los primitivos tiempos, en que el hombre lleno todavía de una crasa ignorancia, se encontraba por decirlo así, frente á frente de los obstáculos que le oponia una naturaleza salvaje, echaba mano para dominar á esta, de los elementos mas rudimentarios que la providencia le ofreciera en su morada. Así las pieles de los animales, las frutas de los árboles silvestres, las maderas de los bosques, las piedras de rústicas canteras, servíanle para proveer á las necesidades de su vestido, alimento, ó de su industria. De las condiciones de una vida precaria la humanidad ha ido saliendo pro- gresivamente hasta gozar de las comodidades de una existencia ventajosa, pero este resultado se ha conseguido á costa de penosos esfuerzos, y del trascurso de jeneraciones sucesivas. El que observa las numerosas señales que han dejado de su industria, los primitivos habitantes de estas localidades adquiere una fuerte convicción de nuestra idea. La enorme cantidad de morteros horadados en el suelo, de piedras consistentes, y que se encuentran aun en los lugares mas ingratos ó apartados, la existencia de esos moUnos manuales que los naturales lla- man en su lengua con el nombre de marais, y que servían mediante un cu- rioso mecanismo para la trituración en grande escala de las mieses cosecha- das, todos estos rastros de una civilización en su infancia, nos demuestran los colosales esfuerzos del hombre para dominar las incontrastables fuerzas de la naturaleza. Es solo después de duras esperiencias que se han ido perfeccionando nuestras artes, descubriéndose la manera de elaborar los metales que tan importante rol juegan en el diario comercio de la vida. El empleo de estos, vino sucesivamente á reemplazar los rudos instrumentos de piedra, hasta que una civilización adelantada á llegado á considerarlos de todo punto inútiles. NOVEDADES CIENTÍFICAS 221 Eslas hipótesis se encuentran apoyadas por la esperiencia, además de pa- recer lójico ese movimiento de progresión que se atribuye á la humanidad dotada de toda clase de medios de adelanto, pero sin poseer ninguna cien- cia infusa para sus trabajos sucesivos. Las escavaciones practicadas en distintos puntos de esta localidad han sido siempre fecundas en resultados. Continuamente se han descubierto vasijas de barro, como ollas, tinajas, vilques, vacijas de bastante capacidad y de forma cónica, dentro de las cuales suelen encontrarse jeneralmente despojos de cadáveres ú otros útiles caseros. Hace como dos meses que tuvo lugar una de estas escavaciones bajo la dirección del joven D. Nolasco Ortiz que se hallaba temporalmente en esta localidad. Se obtuvieron varios de los objetos anteriores algunos d,e los cua- les llevó el Sr. Ortiz para trasportarlos á Buenos Aires. Las vasijas compues- tas de un barro consistente, estaban revestidas de una pintura que se con- servaba fresca á pesar del trascurso del tiempo. Los huesos del cadáver ó cadáveres, en estado desleznable algunos de ellos, demostraban haber sido sus dueños enterrados en compañía de los útiles que le sirvieron en la vida costumbre muy jeneralizada en las tribus de la antigüedad, algunas de las cuales como la de los Yroqueses en Estados Unidos, descuartizaban los ca- dáveres para depositarlos en urnas rústicas de barro. Estas escavaciones son una prueba elocuente de nuestras anteriores aser- ciones. Hasta otra vez se despide su affmo. Pringles Carta laicSi'ogi'áfiea. — El Gefe de la División de Torpedos fué en- cargado por el Ministerio de Guerra y Marina de esta República de levantar la carta hidrográfica de todas las adyacencias de la Isla de Martin Garcia. Después de tres meses de una labor continua, el trabajo ha quedado concluido. Se vé por la carta levantada y por el informe que la acompaña, que la acción de las corrientes habla modificado el lecho de las aguas tanto en los bancos como en los canales, viniendo á resultar que, donde no se pensaba, hay profundidad para que pasen cómodamente buques de todo calado, y por el contrariOj que no la hay donde antes existia. Al principio se pensó que bastarla que el estudio alcanzase cinco millas aguas arriba de la isla y otras tantas aguas abajo, y partiendo de la Costa Oriental hasta dar con los bancos situados al lado opuesto del Canal prin- cipal, representando todo esto una estension de 35 millas cuadi'adas in- glesas. A medida que los trabajos avanzaban se hacia mas evidente que el resultado, en la escala enunciada, no seria completo, consideración por la cual se llevaron los sondajes hasta las «Dos Hermanas», seis millas arriba de Martin Garcia y hasta la boya del Globo, 10 millas mas aba- 222 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA jo, lo que importa decir que la carta levantada comprende una eslension de 110 millas cuadradas. ' Durante el reconocimiento se han recorrido 3142 millas, se ha tomado por el sextante 10,058 ángulos, se han hecho 64-, 108 sondages y 12 es el número de millas dragadas con el ohjeto de cerciorarse de si habia ó lio rocas en el fondo. ©!isea"va«?i©sie8 BMeíeojpoSaígÉs'ffls.. — Del libro que se lleva en el Colejo Nacional de esta ciudad, bajo la dirección de nuestro consocio el Sr. Roselti;, tomamos los siguientes estrados correspondientes al mes de Agosto, próximo pasado. Primera semana. — El barómetro osciló de 758,65 á 770,30 á pri- mera hora (7 a. m.); y de 757,20 á 769,50 á segunda hora (2 p. ra.) El termómetro marcaba término medio 14° á las 7 y casi invariable- mente 14" á las 2. Segunda semana. — El barómetro varió de 752,55 á 771,80 á las 7 a. m. y de 751, á 76 7,10 á las 2 p. m. El termómetro fluctuó entre 12" y 14° á las 7 y de 12° á 15° á las 2 p. m. Tercera semana. — El barómetro osciló de 759,80 á 771, á primera hora, y á la segunda de 749, á 765,6. El termómetro marcaba variando de 10°, 5 á 13°, 5 á primera hora y á las 2 de 11°, 5 á 15°. Cuarta semana. — El barómetro pasó de 752,70 á 769,55 y á la tarde de 749, á 767,80. El termómetro marcaba de 13^5 á 14° por la mañana y á las 2 de 14° á 15°. Los vientos han sido muy variables durante el mes, sin embargo, han predominado los vientos del Este y sus derivados como S-E, N-E, E, N-E. Los vientos fijos del N, E, S y O han sido muy pasageros y casuales. Solo dos veces sopló pampero á la noche. Ha llovido en siete dias del raes, según el pluviómetro, M centímetros y 6 milímetros. MóMcraíes tíe AíacasBBia. — Leemos en The Journal of Science {Sa- lio 1876, pag. 430): El Sr. Domeyko publica los ensayos de dos meteoritos del desierto de Atacama. 1° Hierro meteorice de Cachiynyal. Este meteorito pesa 2.55 kilos. El análisis arroja: Hierro 93,72. — Nickel 4,81. — Cobalto 0,39. — otras materias 0,90. 2° Hierro meteorice de Mejillones. Su composición es esta : Hierro 95,4.— Nickel 3,8. -Cobalto 0,1. -Otras materias 0,9. Somos deudores al mismo caballero del análisis de un nuevo mineral llamado daubreita. - ' . NOVEDADES CIENTÍFICAS 223 Esltí mineral es una masa terrosa de lui color amarillento ó gris blanco • conteniendo un gran número de láminas cristalinas, opaco y de un lustre nacarado. Su peso específico es de 6,4 á 6,5. Su composición es la siguiente: Sesquióxido de bismuto 72,60. - Sesquicloruro de bismuto 22,52.— Agua 3,84. — Sesquiclornro de hierro 0.72. Faltriead-ioit de gísansíes. — Traducimos de los Annales dii Genie Civil (Julio 1876, pag. 465): En Francia la producción anual de guantes de piel de toda especiej es avaluada en 2.500,000 riocenos de pares, al precio medio de 35 á 40 francos la docena, lo que dá para toda la fabricación cerca de 100,000,000 de francos. Las tres cuartas parles de esta producción con exportadas. Se emplea en gran cantidad las pieles de perro, de ratones, siendo estas última muy buscadas, en razón de su suavidad y fineza. La fabricación de los guantes de pieles ocupa próximamente noventa mil obreros. E5 ti'en-veInBn|>a|(o. — De una carta de Filadelfia tomamos la interesante relación siguiente: « La noticia de última hora es el viaje de Nueva York á San Fran- cisco, verificado en tres dias y medio por por unos viajeros ingleses y americanos; pero como uno de nuestro corro dijera que el objeto del tren babia sido trasportar al Oeste una compañía de teatro y llamar asi la atención con la noticia de la sorprendente velocidad con que había llegado, un americano se apresuró á sacarnos de nuestro error contán- donos la verdad del hecho : «Ese tren que ha atravesado el continente americano, empezó dicien- do, con una velocidad hasta hoy desconocida, se ha organizado esclu- sivamenle para la espedícion Jarret y Palmer y no ha tenido otro objeto que un viaje de placer. Ha llevado, entre otras personas dis- tinguido, á los corresponsales del Times y News de Londres^ del Jour- nal DES Débats y la de Presse de París , el director del Correo de Nueva York, los señores Jarret y Palmer y otros, hasta el número de veinticinco que componían la espedícion. » Y sacando su cartera, donde tenia apuntadas las velocidades recorridas, continuó: ' — Con anticipación se habían fijados los minutos de la llegada; pero no contaban con que el tren iba dirijido por un americano, y no llegó á la hora. — ¿Qué? ¿Se atrazó mucho tiempo? — De ningún modo; se adelantó á la hora fijada. Salió de Jersey City á la una del día, entre los gritos de entusiasms de la multitud, y llegó á Harrisburg con un minuto de adelanto, á Al- 224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tona exactamente á las hora á que debia llegar, y á Pittsburg á la 10 y 58, es decir, dos minutos de adelanto, en cuyo tiempo habia franqueado una distancia de 439 millas de un tirón. Se puso en movimiento otra vez para no parar hasta Chicago, la reina del Oeste, á donde llegó á las nueve horas y 50 minutos del jueves, es decir, 907 millas en 20 horas y 50 minutos. Allí se paró 40 minutos, y á las diez y 30 volvió á partir con la misma terrible velocidad que llevaba, pasando por Róchele á las once y 58 (75 millas en 82 minutos); por Clinton á la una y ocho, pero aquel dia se forzó un poco el vapor y pudo llegar á este último punto con 20 '/„ minutos de anticipación, por Boone á las 6 y 26, nueve minutos de adelanto; por CanoU á las 7 y 28, por Vail á las ocho y 26 (23 minutos de adelanto), por Comncil Bluffs á las 9 y 27 (37 minutos de adelanto). Desde CanoU se recibió el telegrama siguiente, puesto por M. Jarret : «El Chicago de Noroeste se ha cubierto de gloria. Sesenta millas en cincuenta y siete minutos; mas de prisa que el telégrafo.» En una palabra, para no repetirles todos los números apuntados en mi cartera, llegó á Omaha, aumentando por momentos su velocidad, y antes del tiempo anunciado entró triunfante en San Francisco entre los gritos de entusiasmo de 10,000 personas que no podian creer este fenó- meno nunca visto en los anales de los caminos de hierro. «Curiosísima ha debido ser la recepción de los atrevidos viajeros, que, cubiertos de polvo y estenuados de fatigas, porque los movimientos del tren convidaban poco al descanso, entraron en la metrópoli californiana entre salvas de cañonazos tirados en su honor, entre las músicas que les daban serenatas mientras que en el Holel Palece, que estaba ador- nado con profusión de flores y banderas, les servían un suculento almuerzo, antes de permitirles el reposo que pedían los viajero? á voz en grito. « Esto, señores, no hay duda de que se repetirá, y la distancia que primero tardaban los mineros varios meses en recorrer, combatiendo contra los indios y sufriendo todas las calamidades del desierto; las distancia que después, con mas comodidad, aunque con no menos peligro, recorría la dilijenria trascontinental ; la distancia que quedó casi suprimida con la cinta de hierro que unia el pacífico con el Atlántico, hoy la hemos acabado de suprimir. La viiella al mundo, de Julio Verne, en 80 días, es ya la historia vieja de un viaje que puede hacer el último Hatteras, sin necesidad de tantos preparativos, porque se ha popularizado hasta el punto de que es casi una vergüenza no haber echado un párrafo con los ja- poneses, no haber tratado de penetrar en las murallas de una casa china, no haber paseado por las selvas de las India y no haber atravesado el canal de Suez, desembarcando con toda comodidad en el alegre puerto de Marsella». COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vice-Presidente 1" D. Guillermo White. » 2° D. Miguel Puiggari. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D' D. Garlos Salas. / D. Ángel Silva. i D. Luis A. Huergo. Vocales j D. Enrique Aberg. [ D. Valentín Balbin. \ D. Carlos Olivera Coinlsion de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. — D. Luis A. Huergo. Comisión Reformadora del Reglamento D. Luis A. Huergo. — D. Pedro Pico. D. Ángel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aberg. — Ignacio Firmat. — Luis A. Huergo. — Carlos Olivera Director del Museo Dr. Don Carlos Berg. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públicas Luis Silveira. — Félix Rojas— RüMUlo Otamendi.— Garlos Stegman. — Juan Pirovano. Comisión encargada de informar sobre la fábrica de cimento de Rarracas Miguel Puiggari. — Adolfo Buttner, Ardenghi, Felipe L. Aioceua, Carlos Arata, Pedro Aguirre, Eduardo Amoretti, Feliz Aberg, Enrique Ayerza, Rómulo Benitcz, José Benoit, Pedro BriaD, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Martin Buschiasso, Juan Büttner, Adolfo Balbin, Valentín Berg, Carlos Barbosa d'Ollveira, A Coronel!, J. M. Carvalho, Antonio J. Coglhan, Juan Clérice, E. E. Caprale, Jacinto Castilla, Eduardo Cooper, Jorje Chaves, Juan Adrián Carenou, Eduardo Costa, Ángel F. Cfldrés, Jorge. Coni Pedro. Crabtree, Enrique LISTA DE LOS ACTIVOS Cagnoni, Juan Chapeaurouge, Carlos Cagnoni, A N. Cascallar, Joaquín Cuesta, Ángel de la Dillon, Juan (hijo) Dillon, Juan (padre) Dillon, Justo Dawney, Carlos Encina, Carlos Ella, Ezequiel de Fader, Carlos Florent, A. Fírmat, Ignacio Franco, Estanislao Guerrico, José P. de Gorordo, Fermín Gallarani, Carlos Gutiérrez, Juan M. Gore, Enrique SOCIOS Garría, J. A. Gaffarot, Carlos. Herrera Vegas, Rafael Huergo, Alfredo Higgin, Jorje Huergo, Luis A. Hernández, Rafael Kyle, Juan J. J, Knoblauch, Osear. Krause, Otto HONORARIOS Guillermo Rawson. — Dr. Benigno A. Gould. — Dr. Germán Burmeíste Visca. — D. Mario Isola. Lavalle, Francisco Líndmark, Knut Lagos, José M. Leslie, Arnot Lloyd, Jaime Larguier, Augusto Lassepas, H. Lagos, José A. Mané Marcos Monetta, Pompeyo Moreno, Francisco P. Maglione, Luis Madero, Ernesto Médici, Juan Muñiz, José M. Maraini, J. Maqueda, Joaquín. Newnian, Federico Oyuela, Ignacio Olivera, Carlos Otamendi, Rdmulo Oldendorff, Ernesto Peña, Enrique Pirovano, Juan Palacios, Rodolfo Pico, Pedro [Cesar de PáduaFleury, Augusto Pérez, Victorico Pico, Octavio Puiggari, M. Palmer Smithios, J. Parodj;, Domingo. QuirnoCosta,Korb'». Rosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Roberts, Pedro J. Silva, Ángel Silveyra, Olozabal L. Stegman, Carlos Sierra, Julio * Salas, Carlos Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio Simpson, Juan D. 8alas, Miguel T. Salas, Saturnino L. Schnyder, Otto Tapia, Zacarías Tedin, Miguel Trant Lorenzo Viglione, Luis A. White, Guillermo Warner, Rodolfo Wilson, M. Villanueva, Guillermo Zeballos, Estanislao S. Zárraga, Simón. CORRESPONSALES Germán Ave-Lallemant. . . León Domesq Pellegríno Strobel Miguel Sánchez Nuñez... Luis Jorge Fontana C. Van Beneden Felipe Caronti Federico Schickendantz . . . Samuel Lafone y Quevedo,. Euladislao Neto San Luís. Madrid. Italia. Montevideo. Villa Occidental Líeja. (Béljica). Bahía Blanca. Pilciao (Catm'). Pilciao (Catm»). Río Janeiro. Juan Martin Leguizamon.. Salta. Laís Brackebusch Córdoba. Juan Lubok Londres. Walter F. Reíd Londres. Carlos Barbier París. Maxs. Siewert Alemania. Rodolfo Arteaga Montevideo. Gunlberto Méndez ... Montevideo. Francisco Vidal Montevideo. A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, enfin, por tocio lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Sociedad, Perú, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto ; « 1" Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2° Formar una lista de los libros que los seiiores socios quieran pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1" y 15 de cada mes. La órdn del dia se publica por los diarios. ANALES DE LA SOCIEDAD científica ARGENTINA COMISIÓN REDACTORA Presidente D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. i D. Guillermo Villanueva. Vocales | D. Pedro N. Arata. ( D. Juan J. J. Kyle. NOVIEMBRE DE 1876. — ENTREGA V. — TOMO II PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAL DE LA SOCIEDAD, PERÚ 92, 1 EN LAS PRINCIPALES LIRRERÍAS Por mes, en la Ciuclad 35 g ni/c » fuera de la Oiudad.... 30 » La suscipicion se paga, anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE POTOSÍ — 60 1876 índice de la presente entrega I. — ACTAS DE LA ASAIIBLEA ¡1876) y de la COMISIÓN DIRECTIVA { 1875 ) II. — DOCUMENTOS ( 1876 ¡. — Esplicaciones sobre la invención « carbón mixto ». — Nombramiento de varios socios corresponsales. — Una escursion á las islas del delta. — Remesa de objetos perte- necientes á los indios Calchaquies. III. — PALUSTRA AZOLLAE Y PALÜSTRA TENUIS. Memoria presentada á la Sociedad por el Str, Carlos Berg. IV. - PUERTO DE BUENOS AIRES por Guillermo B. Rigoui. fConclusionJ . Y. - ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. Memoria pesentada al concurso de la Sociedad, por el Dr. Estanislao S. Zeliallos. VI. — El Corazón embrional bajo el punto de vista fisiológico, por el Br. IVeriiicIie. VII. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Planta para curtir. — Cuestiones sanitarias. — París puerto de mar. — Pájaro artificial. — Fósforos sin fósforo. — , Concurso. — Exposición de Paris de 1878. — La Dinamita. — El gas en París. — Ferro-caniles. — Obras de salubridad de Paris. — Catá- logo de la Biblioteca de la Sociedad. ACTAS Y DOCUMENTOS DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ASAMBLEA GENERAL 42a Sesión del 15 de Setiembre de 1876 Presidencia del Señor White. f^^^f: A las 8 I de la noche fué abierta la sesión con Zeballos. ■•■,„• ■ i , Huergo. asistencia de 19 socios, cuyos nombres se leen en el DmoMJustof™ margen, bajo la presidencia del 'Vice-Presidente lopor Aberg. ausencia del Presidente. MaqS"] Leida el acta de la sesión precedente fué aprobada Cadrés. sin observación, pasándose á la Buschiasso. Lagos. Carvalho. ORDEN DEL DÍA Pirovano. ^suirre. j¡l Secretario dio cuenta de las resoluciones de la Knoblauch. „.._.., Berg. Comisión Directiva durante la quincena. Bureos"' Avisó á los socios que habia sido fijado el domingo Palacios (Rodelfo). inmediato para la visita á la nueva cárcel. El Dr. Berg fué invitado á leer su memoria sobre las orugas acuáticas de Pallustra azollm y Pallmtra tennis y terminada la lectura, el exponente hizo ver á los socios algunas orugas y mariposas que habia preparado al efecto. La memoria fué destinada á la Comisión Redactora. El Sr. Lagos. — Hizo moción para que se pasara una nota á la co- misión encargada en la reforma del Reglamento á íin de que se expida á la brevedad posible ; pero retiró su moción al ser informado por el Secretario, de que ya la Comisión Directiva habia activado ese despacho. El Sr. Amoretti. --Hizo algunas observaciones sobre el proyecto de conferencias públicas aprobado por la Junta Directiva y leido en la se- sión anterior. Después de un cambio de ideas sobre asuntos reglamentarios se acordó 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA poner á la orden del dia para la primera sesión próxima el proyecto de conferencias públicas y se acordó imprimirlo para repartirlo á los socios. Con lo cual terminó el acto cá las 10 | de la noche. Guillermo White Vice Presidente 1° Estanislao S. Zeballos Secretario ■White. Kjle. Viglione. Zeballos. Huergo ( L. A.) Huergo (A ). Barbosa Oliveira. Maqueda. Rojas. Aguirre. Puiggari. Aroceiia. Carvalho. Caguoni (J.) Silva. Sienra Carranza. Anioretti. Büllner. Olivera. Schiiyder. Palacios (R). Salas, Carlos. Lagos. 43* Sesión del 2 de Octubre de 1876. Presidencia del Sr. While. A las ocho de la noche fué abierta la sesión con asistencia de los 23 socios cuyos nombres se leen en el margen. Presidia el Sr. Vice-Presidente 1" por ausencia del Sr. Presidente. Se dio cuenla de una comunicación del ingeniero Sr. Seelstraiig acompañando un plano del derrulero de sus esploraciones en el Chaco, que dedicaba á la So- ciedad. Pasó á la Comisión de Obras Públicas y se acordó darle las gracias. ORDEN del día. Después de darse cuenta de los asuntos despachados por la Comisión Directiva durante la quincena, se entró á discutir el proyecto sobre conferencias públicas, aprobado por la Junta Directiva y que dice así : Conferencias Públicas. Proyecto aprobado por la Comisión Directiva. Art. 1". La Sociedad Científica Argentina resuelve inaugurar una se- rie de conferencias públicas gratuitas, con el propósito de fomentar y pro- pagar los conocimienlos y estudios científicos. Art. 2". La Comisión Directiva determinará el número de conferencias anualmente y fijará los dias y horas en que ellas deban tener lugar. Art. 3". Serán directamente invitados á concurrir los socios, sus fami- lias y las personas que ellos indiquen. Art. A". La Secretaria avisará por los diarios la fecha en que debe tener lugar cada conferencia, é invitará á las personas que sin pertenecer á la Sociedad quieran asistir á solicitar por escrito las tarjetas personales de entrada. Los pedidos deberán ser hechos hasta el dia antes del desig- nado para la conferencia y vencido ese término no se espedirán invi- taciones. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 227 Art. 5°. Las conferencias serán dadas por miembros activos, honora- rios, ó corresponsales de la Sociedad, ó por personas de elevada repu- tación científica que se ofrecieran ó fueran invitadas al efecto. Art. 6°. La Comisión Directiva designará anualmente los ramos de la ciencia sobre que versarán las conferencias del año, é invitará á los socios á hacerse cargo de cada una de ellas. Art. 7°. Si para cada punto hubiera mas de un aspirante, decidirá la suerte cual ha de hacerse cargo de la tarea. Art. 8». El autor elejirá discrecionalmente el tema sobre el ramo de la ciencia designado, como lo establece el art. 6". Art. 9°. El autor dará aviso á la Comisión Directiva del tema elejido quince dias antes, á lo menos, del dia señalado para el acto público. Art. 10. Las conferencias serán publicadas, integramente ó en estracto, en los Anales de la Sociedad. Si el autor no hubiera escrito su discurso, la Comisión podrá hacerlo tomar taquigráficamente. Art. 11. Durante el año social contado desde el 1" de Agosto de 1876 á la misma fecha de 1877, se darán cuatro conferencias sobre los si- guientes ramos de la ciencia : Física. — Antropología. — Ferro-Carriles. — Botánica. Art. 12. Dichas conferencias se celebrarán en las siguientes fechas : Fisica: El 25 de Octubre de 1876. Antropología: El 25 de Enero de 1877. Fcrro-Cnrriles: El 25 de Abril de 1877. Bolinica: El 25 de Julio de 1877. Art. 13. Si ajuicio de la Comisión hubiese necesidad ó conveniencia, podrá acordar conferencias extraordinarias. Art. 14. En el acto de la conferencia, solo podrá hacer uso de la pa- labra el autor. Si el asunto diera lugar á debates, estos podrán ini- ciarse en la primera asamblea ordinaria que siguiera á la conferencia. Art. 15. La Junta Directiva llenará las deficiencias de esta resolución que la práctica revelará, y adoptará todas las medidas que fueren opor- tunas para el mejor éxito de las conferencias á que se refiere este acuerdo. Comisión Directiva. Buenos Aires, 24 de Agosto de 1876. Apruébase este proyecto y dése cuenta á la Asamblea. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. El Sr. Puiggari. — Espuso que en la sesión anterior habia apoyado la moción de reconsiderar el acuerdo de la Comisión Directiva que se habia leido, porque á príori le hablan llamado la atención algunos de ZZ8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SUS artículos, especialmente aquellos que tratan del numero de confe- rencias anuales y de la designación de las materias que hablan de tra- tarse en ellas. Ahora, con un estudio mas detenido del proyecto, lo encontraba aún mas defectuoso. No hallaba la razón por la cual solo se hubieran elejido cuatro ra- mos de la ciencia para las conferencias del primer año. ¿Qué preferencia merecían esos estudios sobre otros cualesquiera? ¿Por qué en vez de ellos, no se elijió la mineralogía, la geología, la zoología, la Geognosia ó la Química ? ¿Por qué en materias de ingeniería se optó por los ferro- carriles, cuando pudo haberse adoptado un tema sobre puentes, sobre calzadas y otros que pudieran estudiarse con tanto provecho? El era contrario á estas preferencias y designaciones, pues opinaba, como ya otras veces lo había manifestado, que tanto estos temas como los de los concursos no debían tener limitación y debía dejarse entera libertad al concurrente para que tratara aquel asunto que fuera de su es- pontáneo agrado. En países muy adelantados en materia científica y donde se trataban numerosísimos asuntos, no era estraño que se fijara los temas para las conferencias, pues cada una tiene su público especial; mas aquí donde es muy reducido el número de personas que se dedican á estudios cien- tíficos, conviene dejar á cada uno en la libertad de elejir el tema que sea de su vocación. Además, notaba en el proyecto que es muy vago, lo que se refiere á la manera como han de ser dadas las conferencias, pues el proyecto no esplica si ellas habían de ser asignadas por la Junta Directiva á un so- cio, en virtud del articulo del reglamento que la autoriza á dar comi- siones á los socios y obliga á estos á aceptarlas, ó si han de ser espon- táneamente elejidos. En el primer caso, él lo condenaría por las razones que antes había aducido. No esplicándose cómo había podido darse preferencia á unos ramos de la ciencia sobre otros, pues entre los conocimientos científicos no es po- sible preferir á unos sobre los demás, había pensado que seria porque ya se hubiera fijado la Comisión en las personas que habían de ser de- signadas para dar las conferencias, y agregó que esta era una mera su- posición, pues carecía absolutamente de datos para poder afirmarlo. Y en esta suposición si era ofensiva esa preferencia de unos ramos científicos so-bre los otros, no era menos hiriente á su juicio el preferir unos socios á otros, cuando todos tenían los mismos derechos. Declaró que aplaudía la idea de las conferencias y que estaba dispuesto á cooperar á ellas, discrepando con la Comisión solamente en los detalles que había tocado. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 229 En virtud de tales consideraciones, opinaba que el proyecto en discu- sión debía ser modificado. En consecuencia, proponía un nuevo proyecto que leerla en el caso de ser apoyadas sus ideas. El Sr. Carlos Salas. — Dijo que el proyecto debía ser discutido so- lamente en general, y no en particular como lo hacia el preopinante al tocar algunos de sus puntos. Hizo moción para que únicamente fuese discutido y votado en general, para ocuparse de cada artículo en particular, si resultase afirmativa. Después de un cambio de ideas sobre el particular se leyó los proyectos presentados por los socios Puiggari y Lagos, á saber : Proyecto del Sr. Püicgari. La « Sociedad Científica Argentina » en el deseo de difundir las ciencias que cultiva y que constituyen el principal programa de su institución, acuer- da abrir una serie de conferencias ó lecturas públicas, bajo las bases si- guientes : 1° Las conferencias ó lecturas serán dadas por miembros activos, hono- rarios ó corresponsales de la Sociedad, ó por otras personas de reputación científica. 2° Se procurará que sean periódicas y con la frecuencia que permita el número de las personas que se manifiesten dispuestas á dictarlas ó el de las cuestiones que estas se propongan ventilar. _ 3o Los temas serán elejidos por el mismo conferenciante, pudiendo ver- sar sobre cuestiones diversas, ó adoptando cada uno una serie que se re- lacione con una cuestión determinada. 4° Podrán ser teóricas y prácticas sobre ciencia pura ó aplicada, leídas ó improvisadas, según la voluntad del conferenciante, pero debiendo versar siempre entre cuestiones que se relacionen mas ó menos íntimamente con las ciencias exacias, físicas y naturales ; ya sea esponiendo nuevos estudios, ya nuevas cuestiones sobre estudios conocidos ; ya reuniendo da- tos dispersos para presentarlos bajo un cuerpo de doctrina mas circunscrito, ya poniendo de manifiesto el uso y aplicación de nuevos aparatos, ó de otros que sean poco conocidos ó desconocidos en el país ; ya por último, dando cuenta ó sometiendo á la crítica, trabajos notables recientemente publicados en el eslrangero. 5" El conferenciante deberá poner en conocimiento de la Junta Direc- tiva con i 5 días de anticipación el tema ó asunto que se proponga dilucidar, para que esta pueda ponerlo en conocimiento público, como también el día, hora y local en que deba tener lugar la conferencia. 6" Las conferencias ó lecturas deberán después ser publicadas en los «Anales» de la Sociedad, sea en extenso, sea en estracto, según la. vo- luntad del autor. 7" La Junta Directiva queda autorizada para rechazar aquellos temas no 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA .comprendidos en las condiciones espresadas en la base 4^, y encargada de llenar las deficiencias que la práctica enseñe, y de adoptar todas las medi- das que fueren oportunas para el mejor éxito de las conferencias á que se refiere este acuerdo. Proyecto del Sr. Lagos. La Sociedad Cientifica cree llegado el momento de comenzar una serie de conferencias públicas sobre temas de las ciencias cuyo cultivo y fomento constituyen sus fines. Al efecto acuerda lo siguiente : 1" Invítase por medio de la presente que se repartirá impresa á todos los socios que quieran favorecer los propósitos de esta medida, dando una conferencia escrita ú oral en el decurso de un año, á que presenten á la Comisión Directiva en todo el corriente raes el tema de que han de tratar y la fecha en que desean hacerlo. 2" Vencido el plazo de un mes fijado por el artículo anterior, la Comi- sión Directiva en vista de las notas recibidas determinará el número de conferencias y las épocas en que deban estas tener lugar, decidiendo á la suerte en los casos en que coincidan los temas ó las fechas de varias con- ferencias. 3" Se invitarán á asistir á las conferencias á las personas que indicasen los socios. 4° La Sociedad se hace un honor en prestar toda su cooperación á cual- quier notabilidad que manifieste el deseo de tratar en público cualquier tema científico. 5° Si las conferencias fueran orales serán tomadas por un taquígrafo^ y en esto como en el caso de ser escritos, se publicarán en los Anales de la Sociedad. Buenos Aires, Octubre 2 de 1876. José M. Lagos. Se entró á discutir en general el proyecto de la Comisión. El Sr. Hüergo. — Manifestó que votaría por él, en mérito de las con- sideraciones que pensaba aducir. Como la idea fundamental es asegurar el éxito de las conferencies, él creia que era conveniente determinarlas de antemano, lo cual no quiere decir que se haya de dar preferencia á unos conocimientos sobre otros, ni á estas personas sobre aquellas. En virtud de lo establecido en el capitulo II, base 3* del Reglamento, puede presentarse á la Asamblea memorias sobre cualquier tema cientifico ; y asi las han leido el mismo y los socios Moreno, Berg y otros. De modo que los socios tienen todo el año para presentar memorias y dar conferencias á la Sociedad sobre temas que libremente quieran elejir, como lo indicaba el Sr. Puiggari. Pero como las conferencias públicas obedecen á un objeto diferente, tal ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 231 vez no tendrian lugar si de antemano no son fijadas*, como ha sucedido en la Asamblea, que pocas memorias ha recibido de sus socios. De manera, que fijarlas préviamenle para las conferencias, es un medio de incitará que alguien se haga cargo de ellas. El señor Puiggari sabe que en las sociedades europeas se indica la ma- teria que ha de tratarse en ciertas conferencias con bastante tiempo de anticipación ; y es muy justo apropiarnos esa práctica. Allá hay muchas personas que cultivan cada ramo de la ciencia y sobre cada uno hay nuevos descubrimientos dia á dia, descubrimientos que no es dado preveer ; y sin embargo se fijan los lemas, á pesar de que en el Ínte- rin puede descubrirse algo nuevo ; ln cual no es tan fácil entre nosotros. Por estas razonéis y siéndole indiferente que se elija unos conocimientos sobre otros, volaría porque solo fueran elejidos cuatro temas para este año, el año próximo se fijarían otros y asi sucesivamente. El Sr. Zeballos. — Observó, para la mejor inteligencia en el debate, que las conferencias serian elejidas espontámainente por cada uno que se hallara con fuerzas suficientes para abordar cualquier tema dentro de los ramos cienlificos designados; lo cual desvanecía los temores del señor Puiggari de que se hubiera ya tenido en vista á algunas personas, sospecha que era de todo punto infundada. El Sr. Puiggari. — Declaró qup él pensaba que convendría mas á la Sociedad, que el número de conferencias fuera mayor, siempre que hu- biera quienes las dieran. El Sr. Hüergo. — Dijo que el principal objeto de la Sociedad era, sin duda, el de instruirse á sí inisma ; en consecuencia, en vez de distraer muchas fuerzas en conferencias públicas, prefería que se imprimiera mas vida á la Sociedad, presentándole mas trabajos. Adoptando las ideas del señor Puiggari, la Sociedad quedaría expuesta á perder su interés para dárselo á las conferencias. Cada socio que tuviera una nueva memoria, buscaría leerla en sesión pú- blico, y de hecho quedarían sin objeto y sin concurrentes las Asambleas ordinarias quincenales, destinadas al estudio de los trabajos de los socios. El Sr. Lagos. — Fundado en la escasez de elementos para dar las con- ferencias públicas, creía que era mas prudente entregarlas á la elección de los que se sintieran capaces de abordarlas. El Sr. Zeballos. — Volvió á hacer uso de la palabra y dijo que la Comisión Directiva había contado, al aprobar este proyecto, con una cir- cunstancia que no debían olvidar los socios, y era referente al público. Nuestro público es amigo de las novedades y aun está muy poco fa- miliarizado con estos estudios que exijen apasionarse de ellos para apro- vecharlos. Era necesario no tomarlo de sorpresa con muchas conferencias, sino habituarlo poco á poco á ellas hasta hacer que las estrañe, que sienta necesidad de seguirlas y de buscarlas. 232 ANALES DE LA SOCIEDAD CIEKTÍFICA ARGENTINA Por ejemplo, el Gobierno tuvo hace tiempo la feliz idea de abrir en el Colejio Nacional de esta ciudad conferencias públicas semanales, sobre varias ciencias. Eran dadas por catedráticos distinguidos, nuestros conso- cios y que las amenizaban con esperimentos que los aparatos de los gran- des laboratorios á sus órdenes les permitían hacer. Sin embargo, la frecuencia de tan útiles conferencias hizo que poco á poco fuesen quedando desiertas y al fin solo concurren algunos es- tudiantes, pupilos del mismo Colejio. El Sr. Rojas. — Hizo moción para que se cerrara el debate en gene- ral y fué apoyada. Votado si el asunto estaba suficientemente discutido, resultó afirmativa general. Votado el proyecto de la Comisión Directiva fué aprobado por H votos contra 10, no habiendo votado el Sr. Oiiveira que se hallaba ausente del local de sesiones. Se entró á la discusión en particular. El art. lo fué aprobado con supresión de la palabra graluUas. Se leyó el art. 2" y después de un breve cambio de ideas, fué aprobado por 10 votos, estando ausente ya los socios Huergo, Barbosa, Silva y Kyle que se hablan retirado. Los artículos 3" y 4» considerados de forma fueron suprimidos. El art. 5" fué aprobado, suprinsiéndose á moción del Sr. Puiggari el adjetivo elevada. Leido el art. 6° dio margen á una discusión sobre si la Comisión Directiva debia fijar los temas ó los elejirian libremente los conferen- ciantes, y se manifestaron en favor de esta última idea los Sres. Lagos, Puiggari, Amoretti, Schnyder y Salas. Votado el articulo fué rechazado, resolviéndose que la Comisión Di- rectiva no fijarla los ramos de la ciencia sobre que deben versar las conferencias. El Sr. Salas. — Hizo moción para que fuese levantada la sesión y se acordó hacerlo así, convocando una asamblea estraordinaria para el sábado 7 del corriente á las 8 de la noche. El acto terminó á las 11 de la noche. Guillermo White Vice Presidente 1° Estanislao S. Zeballos Secretario ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 233 COMISIÓN DIRECTIVA. Sesión del 4 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. White. Presidente. A las ocho de la noche se abrió la sesión con asis- Rosetti. tencia de los Sres. anotados al margen. Zeballos. Laida el acta de la anterior fué aprobada. Baibin. El Sr. Zeballos.— Dio informes sobre el estado de SUva^°" 1^ biblioteca de la Sociedad, así como del mal estado Reíd. de las colecciones de periódicos de la misma. Pidió autorización para proceder á encuadernar, y propuso sacar á licitación el trabajo. Se acordó continuar la encuademación de las obras con el mismo en- cuadernador Sr. Beneliche, que ya ha hecho otros trabajos, debiendo pe- dírsele algunas rebajas. Se dio cuenta de una comunicación del Sr. Robertson, adjuntando la cuenta de una perforación en «Las Flores», y proponiendo continuarla á mas de 60 metros, pues no había obtenido resultado hasta esa pro- fundidad. El Sr. Hdergo. — Observó que el Sr. Robertson no esplicaba con cla- ridad la conveniencia de seguir esa perforación, ni si ha resuelto ó no sustituir los caños actuales empleados por otros mas sólidos y mas re- sistentes. Hacia moción, pues, para que se le comunicara pidiéndole mas detalles y mas estensivos. Fué aceptada esta moción. El Secretario presentó el proyecto de dibujo para el sello y escudo de la Sociedad, que se le había encargado pedir. Fué aceptado, y se resolvió hacerlo para tinta. El Sr. Balbin. — Hizo moción para que se comunicara á los Gobiernos Nacional y Provincial, pidiéndoles ordenaran la remisión á la Sociedad de los documentos oficiales publicados. Aceptada esta indicación, el Sr. Buttner, dijo que no había podido arre- glar nada definitivamente, sobre el tenedor de libros que debiera abrir los de la Sociedad. Después de un cambio de ideas quedó resuelto que el Sr. White ha- blaría á una persona de su relación, y en caso de no obtener nada él, se encargaría el Secretario de buscar tenedor de libros. El mismo Sr. Buttner propuso tener las cobranzas por medio de la ordenanza de la Sociedad, mediante buena fianza. Fué autorizado para proceder como lo indicaba. 234. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No habiendo mas asuntos de qué tratar se levantó la sesión á las 10 de la noche. G. V¥hite. Vice-Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario . Sesión del 8 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. A las ocho de la noche se abrió h sesión con asis- Zebaiios. tencia de ios señores designados al margen. 5""'°^'' El secretario informó que en la revisacion de las Bnan. . . ^ Baibin. colecciones de la Biblioteca, se hablan encontrado va- ||"?[^°' rías revistas repetidas. Silva. Pidió autorización, para suspenderla suscricion aellas, y para tomar nuevas revistas por la misma suma de dinero, lo que fué concedido. Leidas varias comunicaciones del ingeniero Robertson sobre perforaciones, se resolvió elevar estos antecedentes y los demás que existieran á la Co- misión especial. Se dio lectura de una invitación para concurrir á la inauguración del <í Parque 3 de Febrero», y se acordó poner un aviso en los diarios para que concurrieran los señores socios que así lo desearan. El Sr. Buttner. — Presentó un proyecto sobre la forma que se debe adoptar para abrir los libros de Tesorería, y pidió autorización para hacer los gastos necesarios. El proyecto fué aprobado y se le dio la autorización pedida. Avisó el mismo señor que habia encontrado una persona que abriría los libros de contabilidad de la Sociedad j y agregó que esa persona estaba ya ocupándose del trabajo. El Sr. Silva. — Informó que en las calles de Perú y Victoria, habia una casa muy buena que él creia debiera ser tomada para la Sociedad. Después de un breve cambio de ideas la Comisión resolvió ir á ver la casa. Practicado esto, se acordó alquilar la casa por cuatro votos contra dos. Vueltos al local de la Sociedad los señores miembros de la Comisión se cambiaron ideas sobre la conveniencia de reconsiderar la votación, pero votada la moción resultp negativa, y sin mas de que tratar se le- vantó la sesión á las 10 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos Secretario. actas de las sesiones de 1875 235 Sesión del 12 de Noviembre 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. White. A las ocho de la noche se abrió la sesión bajo la pre- Zebaiiós. sidencia del Sr. Pico y con asistencia de los señores es- B'iitiier. presados al margen. Brian. Leída el acta de la anterior, el Sr. White observó que ^''""°- no habia sido él, como se habia hecho constar, quien informó á la Comisión de h;iber hallado una persona competente para el ar- reglo de los libros de Tesoreria. Si bien era cierto que la habia comuni- cado al Tesorero, quien lo puso en conocimiento de la Comisión, propo- niéndola al mismo tiempo para el desempeño de ese cargo. Hecha esia corrección por el Gerente que ocupaba el puesto del Secreta- rio, ausente hasta momentos después, fué aprobada el acta en todos sus demás puntos, pasándose en seguida á considerar los siguientes asuntos. El Sr. Presidente. — Informó ala Junta acerca de las disposiciones to- madas por la Comisión de perforaciones, de que formaba parte, respecto de los trabajos practicados por el señnr Robertson. Dijo que : en vista del mal cumplimiento y del poco 'empeño del con- tratista, la Comisión habia resuelto pasarle una nota haciéndole presente las faltas en que incurria, comprometiéndose á sí mismo y comprometiendo el crédito y la reputación de la Sociedad ante el Gobierno de la Provincia. Agregó que las perforaciones practicadas recientemente, habían dado en su mayor parle resultados pocos satislactorios, y que bien podía decirse que ello se debía muy principalmente á la indolencia del encargado de hacerlas, y del poco tino práctico que habia demostrado en la elección de los tubos de que se servia. Por conclusión, hizo dar lectura de la nota que la Comisión habia pasado al contratista. El Sr. White. — Dijo, que si bien no cabía duda alguna que debía exí- jirse al señor Robertson el pleno cumplimiento del contrato que habia fir- mado, creía sin embargo que la Sociedad debía conceder á dicho señor alguna consideración, manifestándola en responder por los gastos que hu- biera hecho el contratista en la adquisición de los tubos inutilizados. El Sr. BuTTNER. — Creía mas lójico y conducente, que sí el señor Ro- bertson no se hallaba en condiciones de cumplir debidamente con sus com- promisos, debía inducírsele á que rescindiese el contrato que se le impo- nía tan forzosamente. El Sr. Presidente. — Espuso : que sí por acaso la remuneración ofreci- da por el Gobierno, fuese de poca importancia ajuicio del señor Robertson, y una traba para llenar las prescripciones del contrato por los gastos que requiriesen los trabajos, era de opinión se aconsejara al contratista que solicitara del Gobierno el aumento de ella, ofreciéndole el apoyo de la Sociedad en su demanda. 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Rosetti. — Dijo que alleerse la nota pasada al Sr. Roberlson, habia llamado su atención la cantidad de agua que se le pedia, fijándola en 2 litros, cantidad que consideraba insuficiente para presentarla al miembro encargado de su análisis. El Sr. Presidente. — Objetó que el mismo señor Kyle, á quien le esta- ba encomendada esa misión, era quien habia fijado esa cantidad. En seguida se pasó á considerar el asunto que habia dado oríjen á esta reunión. El Sr. Presidente.— Indicó á la Junta que en la Biblioteca de la So- ciedad se hacia sentir la falta de algunos Diccionarios, ya de la lengua Española, como de la Francesa é Inglesa. Después de considerarse cuales eran los autores mas reputados, se autorizó al Sr. Presidente para tomar un Diccionario Español que no fuera el de la Academia ni el de la Sociedad de Literatos, sino el de Dominguez; un Diccionario Francés puro y otro Francés-Español y un Diccionario Inglés puro. El Sr. Presidente.— Apuntó la idea de que seria político publicar un aviso en los diarios, invitando á los Redactores en Gafe de la Prensa Nacional y Extrangera, á la sesión en que debia tener lugar la distri- bución de los premios. E) Sr . Zeballos. — Agregó que era mejor se hicieran las invitaciones por medio de notas dirijidas particularmente; y así quedó aceptado. Se levantó la sesión á las 10 | de la noche. Pedro Pico Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. DOCUMENTOS ESPLICACIONES SOBRE LA INVENCIÓN « CARBÓN MIXTO » . Buenos Aires, Febrero 3 de 1876. Sr. Presidente de la « Sociedad Científica Argentina » D. Pedro Pico. De mi consideración : Adjunto á continuación el procedimiento por el cual obtenemos el « carbón mixto » ( cuya muestra tuve la satisfacción de enviar á Vd. anteriormente) empleando los siguientes ingredientes, cuya cantidad es relativa. 12 libras aserrín. 16 « escrementos de animales vacunos y caballares. DOCUMENTOS - 237 10 libras escrementos de animales lanares. 20 t polvo carbónico. 14 « materias fecales, basuras, etc. Después de haber sido perfectamente molidos estas materias, se les incorpora 28 libras de brea, tal cual esta resulta de la fabricación del gas, y obtenida una pasta en punto, se llenan los moldes y se somete la mezcla á una presión elevada que no debe ser menos de una tonelada por cada pulgada cuadrada. Retirados los panes de los moldes se secan en hornos ad hoc, donde por efecto del calor la pasta se contrae aun mas ; 24 horas después re- sulla un combustible que reemplaza perfectamente al carbón fósil en las máquinas movibles y fijas, estufas, cocinas económicas, etc. Pur la breve descripción anterior, Vd. observará que el « carbón mixto » está muy distante de ser el combustible que se conoce con el nombre de briquettes que se fabrican hoy en grande escala en Francia, Ingla- terra, Bélgica é Italia. Estos briqíieltes están hechos únicamente con polvos de ulla y brea concentrada; y los usan allí mezclándolos con carbón fósil : y sin embargo, por esos briquettes, de los que hay cargamentos en este puerto, piden en tierra dos pesos ftes. mas que por el carbón natural. El « carbón mixto » difiere mucho de los briquettes. Aquel utiliza gran parte de los residuos que arroja la población y tiene indefinidamente mas poder calórico; su llama es larga, fuerte y tenaz, y sus demás cuali- dades físicas superan en mucho á las del carbón de los briquettes, y en mi opinión igualan á las del carbón de piedra, sobre todo en los hogares fijos; con todo, nuestro carbón artificial valdría siempre un 30 »/,, menos que el natural. Yo desearía, Sr. Presidente, que la digna y patriótica Sociedad Ar- gentina que Vd. preside, nombrará una Comisión de Ingenieros que hi- cieran esperimentos del « carbón mixto i> del modo y forma nece- sarios, y que en este caso se tuviera presente que las muestras de ese combustible son actuelmente elaboradas á mano, y que por consiguiente no tienen la presión necesaria. Dios guarde á Yd. muchos años. Ángel Costa. Belgrano 650. nombramiento de varios socios corresponsales. Buenos Aires, 8 de Marzo de 1816. Sr. Presidente de la a Sociedad Científica Argentina y>. Los que suscriben tienen el honor de proponer á la Comisión Direc- tiva, á los siguientes señores para socios corresponsales : 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sr. D. Juan Martin Leguizamon. — Salta.' Sr. Dr. D. L. Brackebusch. — Córdoba. Sr. D. Jorge Claraz. — Babia Blanca. Sr. D. Miguel Sánchez Nuñez. — Montevideo. Sr. D Luis Jorge Fontana. — Villa Occidental. Sr. D. J. Van Benedeii. — Bélgica (Lieja). Sir Jhon Lubbock. — Londres. Sr. D. Juan Bialet Masset. — Rioja. Sr. D. Felipe Carronti. — Babia Blanca. Estanislao S. Zeballos. — F. P. Mo- reno.— Guillermo While. — Pedro Pico. — Wdter F. Reid. — Pedro N. Aratít. — Carlos Salas. — Luis Silreyra. — Juan J. J. Kyle. — G. Villanueva. Comisión Directiva. Aceptados y dése cuenta á la Asamblea. Estanislao S. Zeballos. Secretario. UNA ESCUBSION A LAS ISLAS DEL DELTA. Buenos Aires, 8 de Mano de 1876. Sr. Presidente de la i Sociedad Cientifica Argentina y>. Habiendo recorrido uno de nosotros durante un viaje rápido de esplo- racion, las costas argentinas cercanas á Martin Gnrcia, ha podido cer- ciorarse de la aliundancia de objelus de Historia Natural, útiles para en- riquecer museos, y valiosísimos para el estudio de las razas que han po- blado la América prehistórica. Terrenos poco ó nada esplorados, especialmente en estos últimos tiempos, ofrecen grandes atractivos á los estudiosos que persiguen la solución de problemas importantes, por los cuales tanto ha hecho ya la Suciedad Cien- tifica Argentina. Los que suscriben, dispuestos á aprovechar los próximos dias feriados, en una escursion de la que se pueden obtener algunos objetos para nuestro museo, que ya empieza á tomar importancia, á la vez que ansiosos de reunir datos para complementar estudios que hemos emprendido y que á su terminación presentaremos á la Sociedad, ocurrimos á la Comisión Directiva, solicitando su cooperación moral para esta empresa. Necesitamos, que interponiendo ella su influencia ante la Capitanía del Puerto, consiga que se nos facilite uno de los pequeños vaporcitos del DOCUMENTOS 239 servicio del muelle, á fin de poder llegar á los puntos que nos propo- nemos visitar por dos ó tres dias. Siendo esto de interés general, creemos que la Comisión nos ayudará, pues no nos encontramos en condiciones de sufragar el gasto que un vaporcito mercante exijiria. Omitimos otras razones que daremos verbalmente á la Comisión y es- peramos ser atendidos satisfactoriamente. Saludan á los Sres. socios y al Sr. Presidente. Estanislao S. Zeballos.— Walter. F. Reíd. Buenos Aires, Abril 11 de 1876. Al Sr. Presidente de la «. Sociedad Científica Argentina ». Asociándome á la importante iniciativa de la « Sociedad Científica Ar- gentina », pongo á su disposición el vapor T.ilita que estará listo desde el Miércoles á la tarde hasta el Sábado por la mañana. Permílame indicar á la Sociedad, la conveniencia de obtener una au- torización del Ministerio de Guerra y Marina ó de la Comandancia Mi- litar de Martin García para las operaciones que deben verificar en sus inmediaciones, pues estando aquel punto en las condiciones de una plaza fuerte, quizá pueden tocar algunos inconvenientes por falta de este re- quisito y lo mismo dig» respecto á las autoridades de la República ve- cina, por si quieren desembarcar en costa oriental. Tengo el gusto de saludar á Vd. con mi consideración mas distinguida. D. G. DE LA Fuente. REMESA DE OBJETOS PERTENECIENTES A LOS INDIOS CALCHAQUIES. Salta, Marzo 19 de 1876. Sr. D. Pedro Pico, Presidente de la « Sociedad Científica Argentina ». Distinguido compatriota : La marcha á esa ciudad de los Ingenieros señores Chrisliernson y All- church me proporciona el placer de dirijinne á Vd. con el objeto de re- mitirle con destino al museo de esa Sociedad, algunos objetos pertene- cientes á los indios Calchaquies, de una época anterior á la conquista. Los sitios y sepulcros donde muchos de ellos han sido encontrados, me autorizan para suponer, que quizá algunos de estos objetos han per- tenecido á los indios peruanos, que acaudillados por el IncaX Yupanquí estendieron los dominios dé los hijos del Sol, hasta el rio del Maulle en Chile, por la parte del Sud, y por la del Norte, ciento cuarenta leguas, siguiendo la costa desde Chincha hasta Chimo. 240 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Es muy posible que el estudio y análisis científico de los objetos in- dicados, pueda guiarnos á la averiguación de la verdad respecto á este punto de la primitiva historia americana, que presenta aún bastante os- curidad. Los objetos que envió, son : Un pito ó pipa de barro cocido que los indios usaban como símbolo de paz y que supongo sea una obra de arte de los indios peruanos. Una hacha de cobre, que por su construcción debe pertenecer á los mismos, en una época primitiva como puede verse en los dibujos que trae la obra titulada « Recuerdos de la monarquía peruana ó bosquejo de la historia de los Yncas, por Justo Sahnaranra, Yuca». Un topo ó gran alfiler de cobre, que debió ser galvanizado con oro, lo que prueba la antigüedad y generalidad de este procedimiento químico que perfeccionó Sorel en la primera mitad del presente siglo. Esta cir- cunstancia, unida á los grabados que contiene este topo hacen presumir que él debió pertenecer en su origen á una persona de distinción. Una muyuna ó tortero de piedra. Unas cuentas pequeñas de malaquita que las indias usaban en collares y brazeletes. Todos estos objetos han sido encontrados en antiguos sepulcros, situados al pié de la cordillera de Yncahuasí y por donde el ya mencionado Ynca Ynpanquí pasó al frente de un gran ejército á la conquista de Chile. Los sepulcros de donde fueron estraidos estos objetos, se parecen mucho á las necrópolas peruanas. Remito además : Un pedazo de un topo de plata. Una pequeña piedra que tiene un ojo grabado y que servia á los in- dios de amuleto. Una bola de piedra ó bola perdida. Un yuro ó botella de barro cocido. Una amonita encontrada en « Caracoles » . Una dendrita de cobre nativo hallada en Antofagasta. Una chospa ó bolsa de lana de los indios yunqueños. Y finalmente una masa de piedra de 60 centímetros de largo. Si del examen ó análisis de estos objetos resultase algo de interesante, me permito suplicar á Vd. se sirva comunicárselo al Sr. Paul Broca, di- rector de la Revista de Antropologia en París. Deseando que estos objetos puedan servir para aumentar la colección del museo de la « Sociedad Científica Argentina i>, tengo sumo gusto en saludar nuevamente á Yd. y en repetirme de Vd. muy atento compa- triota y servidor. Q. B. S. M. Juan Martin Leguizamon. PALIISTRA AZOLLAE í PAlllSTRA TlfiCIS {Memoria leida en la Asamblea del 15 de Setiembre de 1876.) Señores : En la sesión anterior he dado á Vds. cuenta de mis estudios sobre una nueva oruga acuática, descubierta en la República vecina. Hoy trataré de otra y de la descripción de las imágenes de dos nuevas especies de lepidópteros, pertenecientes á la fauna de la República Argentina. La oruga descrita en la sesión pasada, llama la atención de los na- turalistas por su vida acuática y por su carencia de branquias ; respi- rando por estigmas y tráqueas, como las orugas terrestres. La de la Paluslra azollae, de que me ocupo, se distingue de las ya mencionadas por su residencia sobre el agua y algunas otras particulari- dades, acercándose por otra parte á unas y otras^ lo que permite conside- rarla corno una forma transitoria entre las orugas acuáticas propiamente dichas, y las terrestres. Encontré las primeras de estas orugas el 21 de Diciembre del año pa- sado, en el Trigre, sobre la pequeña y bonita planta acuática Azollafili- culoides Lam. Se desarrolló en el espacio de un raes en mi cuarto, vi- viendo en una vasija con la planta nutritiva. La imagen producida era un individuo macho. Después recibí en el mes de Febrero 15 ejemplares del Señor Don W. Reid, que las habia encontrado sobre la misma planta en la Ensenada. Otro ejemplar mas recojí en el raes de Abril en uno de los canales del Riachuelo, cerca de su embocadura en el Rio de la Plata. Todos los ejemplares se desarrollaban por la cria dando imágenes de ambos sexos y dé diferentes coloraciones. Antes de describir el insecto perfecto y su oruga, tengo que decir lo siguiente sobre la manera de vivir de esta última. La oruga es en cierto grado acuática ; encontrándose siempre arriba de las plantas de este elemento; v. gr. en la Azolla filiculoides Lam. y en especies de Lemna. {') {') Gomia también en el cautiverio otras plantas acuáticas y palustres, por ejemplo, espe- cies de Polygonum, Hydrocotyle y Commelina. 18 24'2 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Siendo flotantes estas plantas, la oruga las come solamente en sus par- tes que sobresalen al agua, y nunca las que se hallan en contacto directo con este elemento. Tampoco se la vé comer las partes sumergidas, cuando el animalitü baja en el interior del agua. Este acto se observa principal- mente en el medio dia, en tiempos calorosos, estando las orugas espues- tas á los rayos solares. Descendiendo adentro del liquido, nunca vá lejos de las plantas ; en general, estas le sirven para agarrarse. Pero permaneciendo en el agua por mas tiempo, como por ejemplo durante el calor solar del medio dia, se la vé siempre con la cabeza afuera, efectuando así la nutrición, co- miendo las partes secas de las plantas indicadas. En el estado de sumercion el animalito se encuentra rodeado por aire, el que forma á su alrededor una especie de ampolla como en la araña acuática: Argyroneta aquatica L. — Solo nada en la superficie del agua. La oruga tiene uaa- tendencia de sacar siempre la extremidad anterior afuera del agua, mientras su parte posterior inmerge en ella. Esta se en- cuentra casi siempre zabullida y al p:irecer para facilitar la evacuación del vientre ó mejor dicho, para separar el excremento de su orificio de salida. La masa segregada es de uaa naturaleza algo viscosa y pegajosa; no teniendo la oruga órganos especiales que les sirvan para librarse de otra manera de la materia mencionada, ella necesita para este acto la ayuda del agua. La transformación de l;i oruga en crisálida tiene lugar arriba de las plantas, y tal vez en las orillas de los rios, en los que habitan. Las que tenia para el desarrollo en mi habitación, hacían en general sus capullos en el ti:l,, con que estaba cubierta la vasija. SOBRE EL GÉNERO DE LAS NUEVAS ESPECIES. Según lo que se deduce de la descripción superficial de la oruga acuá- tica del Señor Bar (*) pertenecen las especies argeniinas, que describiré en seguida, al mismo género, llamado Palustra. A lo menos no hay nada que contradiga á esto; aún que falta mucho en la caracterización del gé- nero, para llamarlo bien fundado, como lo pide ahora la ciencia siste- mática. Nuestras especies muestran los mismos caracteres con respecto á las formas de las alas, las ramificaciones de sus nervaduras fsegun el di- bujo de Bar; en la descripción del género él no habla nada de estas), mas ó menos los colores y dibujos, las formas de las antenas, del tórax y abdomen. (■) Véase Annales de la Société Entomolngique de France. París 1873. p. 297-302: « Sur un genre nouveau de Lépidoptéres de la tribu des Bombjcides et dont la chenille est aqua- tique. » PALUSTRA AZOLLAE Y PALUSTRA TENUIS 243 Pero Bar no dice nada sobre los artículos de los palpos, las ramitas de las antenas pectinadas, que tienen en las especies nuestras en su extremidad una pequeña cerdita, y no indica el número de las espuelas {calcaría), que se hallan á pares en la tibia de las palas posteriores, encontrándose en las dos especies argentinas en un solo par. Aunque no nos es posible verificar la igualdad de estos caracteres en la especie de Guyana y las dos de aquí, no dudo que pertenezcan al mismo género. El género Palustra debe ser comprendido en la familia de los Arctiadoe, y no en la de los Notodontína y Bombycoidea, en que lo colocan los Sres. GüENÉE y Bar. Suposición sistemática es entre los géneros Anlarctia Hew. y Ocnogtjna Led. (Trichosoma Ramb.^ PALUSTRA AZOLLAE NOV. SPEC. Mas et feniina : Alis anticis obsciire fascis aut cervinis, fasciis duabus obscu- rioribus interruptis perparum expressis, macuiis nigricantibus. Maris : Alis postieis flavesceiitibus, fascia fusca valde intercepta, apud an- guluin interioren! gíittis duabus íingente ; cibis fusco-notatis ; abdomine supra fulvo basi apiceque fusco, sublus obscura fusco aut cervino. — Exp. al. ant. 27 -.30 mm. Feminae : Alis postieis fuscis, striga transversa vix conspicua ; abdomine supra fulvo nigricante-cinctato, suptus fusco, ápice pallide-fulvo dense-lanugi- noso. — Exp. al. ant. 36-40 mm. Todas las partes del cuerpo son de color fusco ó cervino, excepto la parte superior del abdomen, los fémures, algunas parles cerca de los ojos y de las antenas, y del protórax manchado de moreno y amarillo. El vestido es bastante peludo. Las antenas del macho son bipectinadas, con ramitas fuertes; las de la hembra tienen ramitas cortas. En la extremidad de las ramitas se vé una pequeña cerda en dirección hacia adelante. Los palpos son un poco inclinados y revestidos de escamas ó pelos apretados. Los dos primeros artículos están guarnecidos de pelos velludos; el tercer artículo se halla libre y saliente, teniendo una longitud como los dos anteriores juntos. La trompa es amarilla clara, corta, enrollada y poco visible. La cabeza lleva muchos pelos, que se inclinan hacia adelante, sen- tándose en parte sobre los palpos. El protórax es un poco separado, sea guarnecido de pelos de color ocre, sea entremezclado con pelos leonados. El tórax es velludo. Su color oscuro se extiende sobre los primeros segmentos abdominales en el macho ; en la hembra no pasa sobre la demarcación torácica. Las alas anteriores son en ambos sexos del mismo color del tórax y tienen dos fajas transversales interrumpidas, desvanecidas, apenas vi- 244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sibles fin los ejemplares menos escamosos, raras veces bien determi- nadas. La una se encuentra al final del primer tercio del ala, la otra al principio del tercer cuarto. La mancha mediana, que está situada arriba de la costilla transver- sal, es bien visible, en algunos ejemplares se halla además otra mancha pequeña en la celdilla mediana, producida por abundancia de escamas oscuras. Las alas posteriores son de color testáceo ó amarillo claro en el macho, teniendo en la base un tinte leonado. Se halla una faja transversal cerca del borde exterior, que es muy poco señalada y además interrumpida espaciosamente; esta se encuentra en general mas visible en el ángulo abdominal, donde forma dos manchitas mas grandes que las otras. De color oscuro son : el borde costal, una manchita hasta la mitad de la costilla transversal y la parte basilar de las franjas. El borde inte- rior tiene pelos largos de color naranja. Las alas posteriores de la hembra son solamente en el color un poco menos claras que las anteriores, sin ó con dibujos apenas marcados. Las franjas son con colores. La forma de las alas es como en la Pa- luslra Laboulbeni Bar. La ramificación de las nervaduras también como en el dibujo de esta especie y en el mayor número de las arccias. La cara inferior de las alas es de un color menos subido, pero mu- chas veces con dibujos mas marcados. Las escamas son mas ásperas. El abdomen del macho es muy velludo y de color ocre vivo, la base, la extremidad y la parte inferior tienen los pelos oscuros. El de la hembra es menos amarillo y tiene fajas transversales oscuras en los seg- mentos. La parte inferior es fusca. Los dos últimos segmentos son cu- biertos de pelos amarillos claros ó testáceos. Las patas son muy velludas en ambos sexos. Las tibias posteriores tienen solamente un par de espuelas. La espuela interior es un poco mas larga que la exterior. DESCRIPCIÓN DE LA ORUGAS DE P. AZOLLAE De color negro, con pelos largos morenos ó negruzcos en los costados y cepillos leonados, amarillos, rojizos ó negros en el dorso. En los sub- dorsales se vé manchitas blancas. La cabeza es negra, corla y bastante convexa. Del mismo color es el aparato bucal y las antenas, teniendo estas últimas el artículo basi- lar de color blanco de leche. Los pelos de la cabeza son sueltos. El primer segmento torácico es completamente negro; sus verruguitas superiores son pequeñas y lustrosas. Los segmentos 2, 3, 4 y 5 tienen los cepillos dorsales de color ama- rillo ó rojizo , con puntas blanquizcas; raras veces son todos de uno PALUSTRA AZOLLAE Y PALDSTRA TENUIS 245 de estos colores ; en general son los de atrás del segmento 5 de color negro. Los cepillos del segundo segmento- torácico son pequeños, se encuentran en el medio del dorsale, formando una serie sin interrupción. El tercer segmento los tiene en la misma parte dorsal, pero mas grandes y separados por un intervalo. Los segmentos 4 á 10 tienen los cepillos á 2 pares en el dorsale y además uno mas complicado, dividido longitu- dinal ó transversalmente, situado en la margen dorsal de la verruga supe- rior. El segmento 11 posee cepillos pequeños y solamente estos en la margen de la verrui;a. En el dorsale del segmento 2 y 3, además de los cepillos, se vén dos pequeños pincelitos, situados en la parte anterior y posterior de él. Las verrugas son negras ; sus pelos largos y rígidos, que forman los pinceles ó manojos, son de color moreno y negruzco ; en general mas claros en los cinco primeros segmentos. Las manchitas blancas de los subdorsales se hallan generalmente bien visibles en los cinco primeros segmentos; raras veces en todos. Están situados en la margen anterior y posterior del segmento ; esta es la mas grande y aparece por los pliegues del cuerpo como una excresencia. Las patas torácicas son negras ; las abdominales verdosas y las espurias verde-negruzcas. El abdominale es de color negro terciopelado. Observados microscópicamente, muestran ambas dos clases de pelos espinas, que son mas abundantes y largas en los de los cepillos. Longitud de la oruga : 35 mm. PALUSTRA TENUIS NOV. SPEC. Mas et fennina : Alis anticis parce squamalis cervinis, strigis dualjus fusce- scentibus vix conspicuis, macula discali parva ; alis posticis leviter pallidioribus, lineis nullis ; abdomine ocrescenti vel fulvescenti. Exp. al. ant. maris : 36 mm; femin» : 45-50 mm. Muy parecida á la especie precedente, pero distinguiéndose principal- mente de ella por tener las escamas menos tupidas, los dibujos mucho mas desvanecidos ; y el color oscuro en las alas posteriores de ambos sexos, las que no tienen otro carácter distintivo sino la pequeña mancha mediana. Las antenas del macho tienen ramas algo mas largas que las de la Palnsíra azollae. Las de la hembra son iguales á las de esta. Los palpos tienen escamas levantadas, por otra parte son iguales á las de la especie precedente. El color intenso amarillo, se halla también en esta especie en una que otra parte cerca de los ojos y de la base de las antenas. Pero el 246 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tórax es sin la guarnición de color ocre, y tampoco es separado por un surco transversal ; sus pelos son largos y esparcidos. El color del cuerpo anterior y el de las alas es fusco qne tira al amarillento. En las alas anteriores se vé muy poco las fajas transversales, que tienen la misma posición y dirección que en la Paluslra azollae. Una sola manchita oscura es visible arriba de la costilla transversal. Las alas posteriores del macho tienen un tinte moreno-amarillento, ante todo en la mitad basilar. Las de la hembra son apenas mas claras que las anteriores, pero están menos escamosas. En las de ambos sexos no hay otros dibujos que la estrecha mancha mediana. El abdomen de los dos sexos tiene en su parte superior un color de ocre sucio. El del macho no es mas oscuro en la base ; la extremidad que ha perdido sus pelos, los ha tenido, según los unos que aún se vé, de color amarillo. Las hembras tienen pelos mas oscuros en los segmentos medianos, que están generalmente cubiertos por otros mas largos y amarillos de las márgenes de los segmentos. Los últimos anillos poseen pelos mas claros y lanosos. La parte inferior del cuerpo y las patas son como en la especie anterior. Los tres ejemplares tipicos, un macho y dos hembras, según los cua- les hice esta descripción, fueron hallados en la Boca del Riachuelo. Los conserva nuestro Museo Público. Buenos Aires, á principios de Setiembre de 1876. Carlos Berg. EL PUERTO DE BUENOS AIRES ( Conclusión .— Véase el n' anterior) Tendría que hacer alguna menciun sobre el establecimiento del nivel de baja marea ordinaria que debe ser la base de toda operación en el rio ; nivel que el interesado coloca un pié bajo el índice nombrado de la escala del observatorio ; que la segunda comisión facultativa establece un pié y ocho pulgadas bajo el mismo índice, y que el Sr. Revy que determinó una escala de marea lo consideraba dos pies y diez pulgadas bajo el mismo ni- vel. Me ocuparía de este particular tan importante para establecer espe- cialmente el volumen á escavarse en el canal proyectado y que repetidas veces se ha calculado errróneamente, sí no creyese haberse espresado con bastante claridad en otras épocas y particularmente en una nota que se publi- có en la Tribuna del 10 y 11 de Agosto de 1874. Solamente antes de acabar este capitulo, presentaré un cálculo de la materia que anualmente se depo- sitaría en el fondo del canal práctico que debería tener por lo menos 22 kiló- metros de largo. Admitido que fuera ya escavado con declives laterales de uno en 150, lo que produciría un ancho de 660 metros en término medio, se encuentra que solamente el progresivo desmoronamiento de los costados pro- duciría un levantamiento en el centro correspondiente á un volumen de 4.840.000 m. c. por año. Hay todavía que agregar la materia estraña que vendría á depositarse en el canal. La he encontrado que anualmente se de- positaría sobre el canal abierto una capa de material de un espesor de 0,53 por término medio, cuyo espesor sobre el ensanche de un año se redu- ciría á 0,18 ms; correspondiendo entonces al caso un volumen de 2,600.000 nis. c, que añadidos á los anteriores producen la enorjue cantidad ile 7.440.000 ms. c. que todos los años tendrían que estraerse del canal. Sin embargo tal cantidad se encontraría siempre lejos de alcanzar la mitad del volumen del canal escavado en las condiciones establecidas y á los debidos niveles ( ! ), como la alcanzó y pasó el depósito anual del canal de ensayo. ¿Seria entonces conveniente de realizar la escavacion de semejantes canales? ¿O faltan de base los cálculos que presenta? Con el fin de evitar el canal en la posición indicada por el proyecto rechazado podrían algunos aconsejar una tortuosa escavacion que saliendo de las Cata- linas y dirigiéndose en seguida por « Balizas interiores í y « Pozos » fuera 248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA á doblar por « Balizas esteriores » Aunque esta variación disminuya el volumen del dragage, se encuentra en peores condiciones con respecto al perjuicio de las marejadas j- á la dificultad de navegación de ios buques mayores ; asi que seria tiempo perdido el de ocuparse en ulteriores consi- deraciones sobre la materia. CAPITULO II. En otros paises donde desembocan caudalosos ríos como el Danubio, el Mercey, el Clyde, la industria del hombre se aprovechó de estos grandes caudales de fuerza proporcionadas por la naturaleza, para abrir su misma barra y dejar abierto un camino al comercio del mundo ; y aqui ¿teniendo á nuestra disposición uno de los ríos mas grandes del globo, el Paraná, despreciaremos su ayuda, buscando tal vez la fuerza del Riachuelo de Bar- racas ó el de Barragan para abrir un camino á través de la desplayada rada de Buenos Aires ? No. Aprovechar de tales riachos para dar abrigo á las pequeñas embarcacio- nes, armando su desembarcadura con diques longitudinales para abrir la barra que los encierra, es casi práctico ; pero el pretender que la influen- cia continúe mas allá de algún kilómetro de la ribera seria un absurdo. La corriente del Paraná se necesita aprovechar para dar puerto no sola- mente á Buenos Aires sino también á todo el interior. Y aquí tendré presente un párrafo de un artículo que en « la Nación » del 15 de Setiem- bre de 1872 publicaba el Coronel graduado de Marina Don Antonio Some- llera : « La poderosa acción de las corrientes es lo que debe buscarse para me- « jorar las malas condiciones de este puerto. . .¿De qué modo? Abriendo « grandes canales y cerrando otros que han venido á perjudicarle, á partir <£ desde abajo de la vuelta de Obligado, no solo para restablecer el cauce « que tenia el puerto de San Pedro, sino también para multiplicarlo, trayen- « do una considerable corriente que venga de él por el rio Baradero, á der- « ramar por la desembocadura de las Palmas y canal de San Fernando, al (( gran estuario» Esta idea concretada en proyecto, y conducido esto á rea- lidad con sacrificios que solo la fé en la ciencia, la constancia y el patriotis- mo podrían hacer ; vendría á favorecer las mejores Provincias de la Repú- blica con una espléndida vía de navegación, que asegurada contra la inva- sión lenta pero cierto del Delta garantiría un paso seguro al comercio de ultramar. La grande arteria que nos ocupa llegando frente al pueblo de San Pedro forma una rápida vuelta y abandona para siempre la tierra firme dirigién- dose con repetidas evoluciones ala Boca del Guazú, y dejando solamente que algunos débiles caudales vuelvan á la tierra de Buenos Aires. (V. plano anexo. ) Alli en aquella revuelta (en lia.) tiene que empezarse la nueva direc- EL PUERTO DE BUENOS AIRES 249 cion de las corrientes que han de venir a reponer un ranal profundo á lo largo de nuestra rivera. Hay un rio que una vez era ancho y pro- fundo y ahora se encuentia medio destruido ; este es el rio del Baradero que saliendo de nuestro parage fila) llega después de 50 kilómetros al Paraná de las Palmas (II b.) El primer punto de operación será el mejo- ramiento de aquel rio, que ha de ser escavado por medio de un sis- tema de dragas que á semejanza de las que se usaron en el canal' de Suez, depositen los materiales escavados á los costados y á tal dislan- cia que formen terraplenes que puediin encerrar el futuro ensanche que producirán las poderosas corrientes del Paraná establecidas en el nuevo camino. Un partidor cerca de la laguna de San Pedro arreglará la en- trada del caudal de agua, que sucesivamente necesitará el restablecido canal. Siguiendo después el rio de las Palmas hasta que después de la vuelta de Campana haga su última revuelta. Antes de ensanchar derecho al estuario, se encontrará un punto distante solamente cerca de ocho kilómetros del rio de Lujan y separado este por bañados y lagunas. Al través de esas lagunas tendrá que abrirse otro canal, y armán- dole su entrada (enllc.) con un partidor, hacer que la corriente prin- cipal salga por el rio Lujan que á la par del Baradero tendrá que en- sancharse. De esta manera el Paraná formará una línea casi derecha desde San Pedro hasta el Tigre, costeando siempre la tierra firme de Buenos Aires; y llegará tal vez un dia en que el verdadero Paraná no desembocará mas al Guazú, sino á San Fernando, y con tal fuerza de corriente que abriéndose camino entre los depósitos de arena y fango que cegaron los antiguos canales de la rada, vendría á pedir solamen- te al arte un socorro para partir el «Banco de la Ciudad» y ganar con profundidad considerable del canal esterior. De la formación geológica del fondo del destruido canal que corre de San Fernando hasta enfrente de PalermOj se desprende que hay considerables depósitos de época mo- derna. Y de las mismas perforaciones, que practicó la empresa cons- tructora de las obras de aguas corrientes, en la línea del «túnel de to- ma» se vé claro que en el centro del canal los depósitos modernos se encuentran á diez metros bajo la ordinaria baja marea. La desembocadura del nuevo rio seria defendida por un dique lon- gitudinal (II d. II e.) de las arenas del Placer de las Palmas remo- vidas por los vientos del Este, cuyo dique mantendría también la cor- riente en dirección próximamente paralela á la ribera, hasta dar con una palizada (II g. II h.) que se levantaría sobre el banco de la ciudad, la cual encerrando y dirigiendo nuevamente la fuerza del agua abriría con poca ayuda de las máquinas el deseado camino á través del banco. Establecida esta magnifica vía de navegación quedaría abierto el paso para que la industria particular ofreciera al comercio dársenas y como- didades de toda clase. Pero repetiré que una obra de esta naturaleza necesita tiempo y de consiguiente sacrificios y constancia. 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CAPÍTULO III Habia reservado para este capítulo una ligera observación sobre la clase de estudios que se refieren á un sintema misto para resolver la cuestión que nos ocupa. Quiero bablar de aquellos proyecto» que idean- do la construcción de abrigos en el actual fondeadero de los paquetes, piensan poner en comunicación esta estación naval con la ciudad por medio de transportes flotantes. En cuanto al abrigo no tan solo es po- sible, sino que podrá ser también conveniente según el método que se empleará á no ser el de rompeolas flotantes ; pero una vez efectuado el transborde subsistirían todos los inconvenientes del actual lanchage, que son los mayores que afectan al comercio marítimo que llega á esta rada. Con este sistema se conseguiría solamente mejorar la rada sin hacer puerto, ó arreglar embarcaderos para las lanchas cerca de la ciudad; siendo entonces el caso de aprovechar el cauce del Riachuelo, y no las Catali- nas como algún proyectista habia propuesto. Creo que los inconvenientes ofrecidos por semejante conciliación de mejoras sin puerto verdadero, sean demasía lo evidentes para no necesitar mayor atención. CAPITULO IV. Tomaré finalmente en consideración aquel grupo de ideas que aconse- jan el establecer cuencas ó dársenas donde existe la natural profundidad del agua, poniéndolas en comunicación con la ribera por medio de un só- lido camino que corra sobre un muelle. Asi tenemos que buscar los puntos de la ribera que mas se aproximen á los canales, y encontraremos uno cerca de la primitiva usina del Gas, otro en la punta de Lar^ cerca de la Ensenada de Barragan. El primer parage dista como seis kilómetros de «Balizas esteriores », el segundo tiene la misma distancia de la gran canal esterior. Ambos canales á que me refiero tienen una condición es- pecial, que debe apreciarse minuciosamente para poder elejir. Tenemos sobre la cumbre del Banco de la Ciudad (Illa) donde este em- pieza á formar el talud de Balizas esteriores, un suelo muy sólido cubierto en baja marea ordinaria de 2,50 á 3 metros de agua ; allí habría facilidad y conveniencia en levantar malecones y encerrar un área de agua, que pro- fundizada convenientemente formaría la cuenca del futuro puerto capaz de lle- nar todas las necesidades del comercio marítimo que frecuenta estas pla- yas. Saliendo mas afuera del banco donde empieza la profundidad natural de balizas, pero antes de encontrar el fondo del lado (III b ) seria aplicable un sistema de abrigo especial para sostituir los malecones. EL PUERTO DE BUENOS AIRES 251 Se trataría de un sistema de pilotes de fierro á rosca, los cuales unidos entre sí por un engrillado del mismo metal, encerrasen un espacio sufi- cientemente estenso y que quedaría aun bastante abrigado. El mismo sistema podría emplearse tratándose de la rada frente á la punta de Lara. ( III c. ) La estremidad del lado de tierra de cada una de estas otras que- daría distante de aquella como cinco kilómetros. — Hago estas observa- ciones para poner al mismo nivel los dos parages que estoy considerando, y establecer entre ellos un parangón. La primera localidad, las Balizas, tiene el inconveniente que entre su profundidad de 6,50 ms. y la misma de la canal esterior mide una distan- cia como de 12 kilómetros en que el terreno se levanta de 0,30 á 1 metro, cantidad que tendría que limpiarse. Haciendo esta escavacion con pendien- tes laterales de uno en 200, como las de las mismas balizas, habría que cavar como dos millones de ms. c. y la profundizacion de una canal natu- ral recorrido por una corriente que ordinariamente alcanza á 0,50 ms. por segundo tendrá á la fuerza que conservarse sin casi gasto ninguno. El costo de la escavacion no lo deduciré de lo que ha costado la del canal de ensayo ($ fts. 2,50 por m. c), siendo un costo exagerado á cau- sa de la mala dirección é impericia en el manejo de la maquinaría. Muchos años de esperiencia demostraron que en el Clyde el dragage costa $ fts, 0,04 por m. c. , en el Garonne $fts. 0,04 lo mismo, y en el canal de Suez $fl,s. 0,08-0,10; así que aplicando á tales datos empíricos los inconvenientes del trabajo en rada abierta, las diferencias del trasporte con pontones á vapor, y la del costo del carbón y sueldo, se tendrá el costo de la escavacion que nos ocupa, la cual comprobé también por análisis especial, encontrando que no alcanza á $fts. 0,10 por m. c. Adoptando esa cantidad el costo del dra- gage que he calculado seria de $fts. 600.000. Observé que las favorables condiciones en que se encuentra el canal, permiten suponer su conservación sin necesidad casi de gastos, sin em- bargo, admitiré que estos importen anualmente el 15 por "/o del Cüsto, ó sea $fts. 90,000. La segunda localidad frente á la Punta de Lara tendría necesidad de un ferro-carril en tierra firme como de 50 kilómetros, el cual á razón de $fts. 20,000 costaría un millón de fuertes. En la adjunta planilla núm. 4 se demuestra que el movimiento anual del puerto en tiempos normales alcanzaría actualmente á un millón y medio de toneladas, las cuales tendrían que ser trasportadas sobre el indicado ferro-carril. El trasporte de una tonelada por cada kilómetro recorrido, que llamaré tonelada kilométrica, fué en el 74-75 en el ferro-carril del Oeste $ fuertes 0,01^-0,02, en el Central Argentino $fts. 0,011, en el de Villa María á Río IV, $fts. 0,008; así que pudiendo compensar aquí con otras facilida- des, la ventaja que esos dos últimos tienen en el combustible, creo que para una línea bien administrada sería presumible el costo de $ñs. 0,01 por tonelada kilométrica. Este costo sobre 50 kilómetros ( no estando 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIKNTIFICA ARGENTINA comprendidos los 5 del muelle) daría por tonelada $fts. 0,50 y de consi- guiente un gasto anual de 750,000 $fts. Capitalizando ahora, por ejemplo, en razón del 7 por "/o los gastos relativos á la manutención del fondo del canal indicado, y los del transporte sobre el ferro-carril de 50 kilóme- tros (sin contar con el deterioro de este úllirao ), para añadirlos á los respectivos costos de las dos obras, encuentro que al puerto frente á punta Lara corresponden 9.828,571 $fts. mas que al de Balizas. La diferencia es bastante considerable para elejir esta última localidad. Respecto pues á la preferencia que tenga la construcción de maleco- nes de material sobre el banco, sobre la de abrigos en hierro en la misma canal, observaré solamente que la primera construcción aunque cuesta como 20 7o "las que la segunda, tendría las ventajas de ser mas duradera, de hacerse casi' esclusivamente con materiales del país, y de llenar mejor la necesidad de su perfecto abrigo, de consiguiente seria de preferirse. La aparición de una isla artificial en la cumbre del banco no moditicaria sensiblemente las condiciones hidrográficas de la localidad, siendo los únicos efectos probables ; un ligero levantamiento del banco al Norte de los malecones, y un aumento de corriente á su costado eslerior, que seria favorable á la conservación de la entrada. CONCLUSIÓN. De las pocas ideas generales que emití sobre la posibilidad de hacer puertos para los buques de ultramar en la rada de Buenos-Aires conseguí : \° Que un canal artificial, que de cualquier modo salga de la ribera para la canal esterior es económicamente imposible, y de consiguiente debe rechazarse para siempre la idea de realizarlo. 2° Que un canal abierto por las poderosas corrientes del Paraná, ayudadas por el arte, aseguraría para siempre un camino practicable para todo el comercio marítimo, y continuo hasta el interior de las Provincias; pudiendo en toda parte de la ribera abrir « docks » sea en grande es- cala por cuenta del erario, sea en pequeña por cuenta de los parti- culares. Sin embargo este procedimiento seria de lenta realización y ne- cesitaría del constante apoyo de la Nación. 3° Que para que hubiera conveniencia en adoptar un sistema mixto, de abrigos en la rada y trasbordo á lanchas que alcancen á la ribera, seria necesario probar la imposibilidad de poder construir un verdadero puerto; y como dicha imposibilidad no existe como lo he demostrado^ la práctica se opone á adoptar tal recurso. 4» Que en el caso de no poderse conseguir la realización del proyecto del núm. 2, seria conveniente construir un «basin» aislado, bien sea enfrente á la punta de Lara, bien sea á las « Balizas esteriores », siendo el último de preferirse, y especialmente si construido con male- EL PUERTO DE BUENOS AIRES 253 cenes en material. Seria siempre conveniente adoptar para el « basin» la forma circular, sea para encerrar con el menor perímetro la mayor área, sea para la mayor consistencia de la obra. La comunicación con la ribera se baria en cualquiera circunstancia por medio de un muelle ó puente sobre pilotes, siendo el largo como de cinco kilómetros y el ancho tal de contener tres líneas de ferro-carril (entrada, salida, reserva). Donde sea que se construya el « basin » ó los « docks » no variara la estension de las obras para el servicio de las operaciones de los buques, y siendo importante el determinarla daré una noción del sistema de muelle que he propuesto. SISTEMA DE MUELLES SALIENTES. ' Es de una importancia grandísima que las embarcaciones ocupen al costado de los muelles el menor espacio, y que las operaciones de carga y descarga se hagan con la mayor prontitud posible. El método general- mente adoptado en los antiguos puertos, es de colocar los buques longitu- dinalmente al lado de las murallas, ocupando aquellos en término medio un espacio mayor de su largo, y haciendo que los vehículos que trabajan á su bordo se estorben el tránsito entre sí. Para evitar este inconveniente y hacer mas económico el antiguo uso, yo he imajinado un sistema de muelles que salgan perpendicularmenle de las murallas, contra las cuales los buques apoyarían la popa, quedando paralelos y tangentes á los men- cionados muelles. Los buques de considerables dimensiones tienen por lo general sus escotillas ó bocas de operación calocadas en los primeros seis ó siete décimos de su largo á salir de popa, así esta condición determinará el largo de los muelles salientes. El ancho de los mismos será determi- nado por el espacio que necesitan las líneas de ferro-carriles que han de facilitar las operaciones sobre ellos. Estas líneas tendrán charriots y plaques íournantes, para facilitar la evolu- ción de los wagones, de manera que atrás de los buques quede siempre una línea libre para el tránsito de los vehículos que al dejar el buque puedan seguir hasta el parage mas remoto donde alcance un fefto-carril, sin necesi- dad de trasladar su carga. Así los muelles mayores con tres líneas tendrían un ancho de 9,20 nis. y los menores con dos líneas de 6,70 ms. He observado en otras circunstancias que el trabajo que pueden hacer anualmente los muelles depende de muchas condiciones locales, sin em- bargo, tomando el término medio del trabajo efectuado en dos de los prin- cipales puertos de Europa con diques abiertos, el de Glasgow que recibe como 400 toneladas anuales por cada metro de muelle, y el de Marsella que recibe 270 toneladas, tendremos 335 toneladas anuales por metro corrido, trabajo que se podrá tener en cuenta para muelles bien acondicionados se- gún el acostumbrado sistema. Zoi ANALES PE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En el que yo propongo corresponde á 65 metros de costado de muelle el trabajo de 100 metros de muralla continua, que equivale por cada metro 515 toneladas, ó sea por metro corrido de muelle i030 toneladas por año. Ob- servando la planilla N". 4. se vé que en el decenio 65-75 el comercio del puerto aumentó anualmente de 0,07 sobre el término medio de los diez años, ó sea como 80.000 toneladas por cada año ; asi que vueltos los tiem- pos á su estado normal, y siguiendo el mismo desarrollo (!) el movi- miento marítimo se duplicaria en 15 ó 20 años. Calculando por ahora sobre una cantidad de muelles capaces de recibir un trabajo de dos millones de toneladas por año, resultaría un largo total de 1941 metros, ó diré 5000 metros corridos de muelles. Si se observa la planilla niini. 5 se encuentra la proporción de las varias dimensiones de los buques que frecuentan la rada, y la que será probable en lo futuro, á causa de la tendencia moderna de construir buques siempre mayores. Asi se deducirá que serian necesarios 15 muelles de 20 metros de largo, 17 de 30 metros, 14 de 35 metros y 15 de 45 metros. Los muelles salientes tendrán entre ellos tal distancia para que quepan dos buques á la par de las respectivas dimensiones con comodidad para poderse amarrar sin inconvenientes. Cada metro corrido de los muelles de mi sistema, bien se construya en fierro bien sea en madera, cuesta como 100 $,ftes. mientras un metro corrido de muralla muelle con sus respectivos terraplenes etc. en las condiciones del núin. 4 cuesta como $ftes. 1300, asi que al trabajo anual establecido, correspondería en este caso un costo de muelle de $ftes. 7,800,000. En mi sistema se necesitarían $ ftes. 200,000 como costo délos muelles salientes, mas un correspondiente de 180O metros de mu- ralla que al mismo precio del caso anterior daría $fes. 2.340,000 ó sea un total de $ftes. 2.540,000 correspondiendo el 68 por % de ahorro sobre el ordinario sistema ; y eso sin calcular otras ventajas, co- mo serían la facilitación del tráfico, la mayor conservación de las obras y el menor perjuicio de los buques. GuiLLERüIO D. RlGONI. Planilla ¡V» I. •yj DESDE EL clon hec sayo ha s. Prese ion de obado ] lil = I s a o's 21 ABRIL 1873 g "1 s a-s " ">•= J "s o- bi HASTA :il i 2-2 LA FECHA W U o -o ^ i " t." « ■% u ^ toS i*^ ^ s'i.S'S > ■ 30 Julio 16.335 664 ) - 11° SOSet'bre.. 2Í.508 856 26 94 0 95 — III» 30 Nov'bre . 31.375 1.321 21 22 0 75 - IV° 30Dic'bre.. 42.265 2.200 12 40 0 43 Planilla 1V° «. Parangones entre las alturas correspondientes á los sucesivos periodos de la escavacion del canal de ensayo para determinar el sondage del terreno na- ttiral antes de dragarse, con relación á la profundidad y anchura de la ejecutada escavacion . _ ^ 1 1 1 ^ J" HONDUHl. DRlGlDi Mni>E»POMDIENTE HONDURAS DRAGADAS «3 § "o- ^1 « i ^ á ^ll és CO.MO EN LAS O o s = g -o g;S «j -a |ll = 1 S 2 -a ■ § 1 . |ll a II ° S, ANTERIORES COLUMNAS TOMANDO POR UNIDAD LA 5 " s (:& ;=.^ ¡M. « '«" ^ ■o — .o — 0. p i''- ■gá ,. O S o^^ &•= vi- «-= . "•a . HONDURA g — -O te en .D "S C3^ Ilf. DEL PRIMER PERIODO X "í ^ -yj co CO 'X¡ 1 B c B Diet. met. met. met. met. met. » <= ■> I».. 1, 5> 2.579 2.674 1.383 1.508 1.289 1.413 1 y, 1 » 1 » 1 » II».. 0,95 2.667 2.718 1,295 1.420 1.244 1.369 0 93 0 94 0 95 0 95 111°.. 0,75 2.862 3.026 1.100 1.225 0.936 1.061 0 79 0 81 0 72 0 75 IV".. 0,43 3.467 3.467 0.495 0.6200.495 0.620 0 35 0 41 0 38 0 43 40.717" segundos) = pend. 1 en 5. 9» Qoq" -- ^,^-— '-■■'''''^ ^ — — — — — — XO.OL/Í? — — — — ^ p 20 591 " - _ _ _ _ _ ^--'''■''''^^ L^ 14.577" X ^ é í" 10.305"=:pend. lenSOi/ S 3 /■t t S 8.140" = p.len25 -/ %• » /4 % --6.844"----/ \<^ - - 6.023" /^ '^o , '=' - 5.300" -/% % ^ - 4.664" - - -/%/ - 4.104" - -/Mayo 3.612"= %V" /junio PlaniBIa W S. Curva demostrativa, determinada por el va- 3.17.3"= J„L/ju1ío 2.796" - -/Agosto 2.460" - -/Setiembre '<"" <^^ ^os ángulos, que hacen con el hori- / zonle los sucesivos declives laterales del 2.164" - -/octub) e canal de ensayo, en las fechas respectivas. 1.904" -/Noviembre 1.675" -/Diciembie^p ina. 1 en 123 /Enero 1875 /Febrero /Marzo /Abril . /Mayo /Junio / — iJulio — /Agosto - -/Setiembre - -lOctubre - (Noviembre (Diciembre 369" = pend. 1 en 573 ( 1 ) Planilla ]V° 4. Estadística del movimiento del puerto de Buenos Aires, en el decenio 1865-1875 í -a ~ DOCUMENTOS \ O TONELADAS ~ g ll QUE COMPRUEBAN LA EXACTITUD a p2-S DE ESTOS DATOS 1865 732.826 0,63 Memoria de guerra y marina, año 1866, páginas 44, 45. 1866 761.768 0,64 Memoria de guerra y marina, año 1868, anexo G, páginas 33, 34. 1867 892.149 0,77 Memoria de guerra y marina, año 18G8, anexo G, página 60. 1868 907.308 0,78 Memoria de guerra y marina, año 1869, páginas 496, 497, 498, 499. 1869 1.038.933 0,89 Memoria de guerra y marina, año 1870, páginas 490, 492. 1870 1.157.085 0,99 Memoria de guerra y marina, año 1870, p. 490, 492 y la del 1871, p. 501, 502. 1871 987.073 0,85 Memoria de guerra y marina, año 1871, p.501,502yladell872,an°G,p.9, 10. 1872 1,678.285 1,44 Memoria de hacienda, año 1873, pág. xi y Lix, deduciendo el movim. del inter. 1873 1.889.241 1,62 Memoria de hacienda, año 1875, pági- na XI. 1874 1.599.150 1,37 Memoria de hacienda, año 1875, pági- na XI. Planilla Hi" 5. Dimensiones de los buques que frecuentan el Puerto de Buenos Aires, con excepción del -pequeño cabotage y de los grandes paquetes. DIMENSIONES CANTIDAD O/o CANTIDAD O/o . ^-«__ de cada dimeosiou de cada diiuensioD presuiuihte LARGO ANCHO esistenlecn 1870 pava 1S90 33 6,50 21 16 16 40 7,50 31 \l ! ^' 46 8,00 16 50 8,50 15 !1 1 ^^ 53 9,00 8 60 9,00 6 \l i ^ 64 9,50 3 100 100 100 19 ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Memoria presentada al concurso del 28 de Julio de 1876 y premiada con Mención Honorífica, (i). ADVERTENCIA VIH. Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires (2). Tal es el octavo tema del programa publicado por la Sociedad Científica Argentina para el concurso de 1876. Al escribir esta memoria mis aspiraciones son modestas. Dedico á ella los escasos momentos de reposo que me dejan los queha- ceres ordinarios notoriamente considerables, y solo tendrá el mérito de ofrecer datos compilados para sevrir á un estudio geológico mas estenso y profundo. Una parte de estos datos es tomada de los mas esclarecidos autores que han estudiado nuestro suelo, y he reunido otros en diferentes escur- siones realizadas en el territorio de la Provincia. Buenos Aires 30 de Mayo 1876. (1) Esta Memoria es dedicada á mi distinguido amigo D. Alfredo Cernadas. (2) Sociedad Científica Argentina. Buenos Aires, 25 de Jnlio de 1876. Señor Doctor D. Estanislao S. Zeballos. Cumplo con el grato deber de participar á Vd. que del examen hecho por comisiones es- peciales para dictaminar sobre el nriérito de las memorias que fueron presentadas á la Sociedad, sobre los temas del último concurso científico, ha resultado premiado con un di- ploma bonorifico la que Vd. remitió sobre el tema 8" del concurso respectivo. Tengo también el honor de participar á Vd. que en la asamblea que la Sociedad celebra el 28 de Julio en los altos de Colon, conmemorando su cuarto aniversario, tendré la satis- facción de entregar á Vd. el diploma de que he hecho mención, con la solemnidad debida; y espero que Vd. comparecerá al acto para recibirle de mis manos. Saluda ú Vd. atentamente. PEDRO PICO, Presidente. F. B. del Mármol, Gerente. ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 259 ASPECTO GENERAL DEL TERRITORIO. La provincia de Buenos Aires ocupa en el mapa de la República la vasta zona comprendida entre los 33o 30' y 41o de Lat. S. y entre los 59" y 65" de Log. 0. del meridiano de Paris. (1). El territorio de Buenos Aires no termina propiamente en los 65° de Long. pues, siguiendo desde el litoral al Oeste podría llegarse á través del ter- ■ rilorio indio del Sud hasta el pié de los Andes. Las fronteras de varias provincias avanzan sobre esa ancha zona, cruzada y poblada únicamente por los indios, de modo que aun es imposible deci- dirse sobre las porciones que corresponden á cada Estado. El Congreso debe dar una solución al asunto con la ley de límites in- terprovinciales, cuya necesidad es notoria. Entre tanto me conformo con adoptar la división geográfica de las car- tas oficiales del Dr. Moussy (2) en las cuales el territorio de la Provin- cia corre hasta los 65°, donde se confunde con el territorio indio del Sud, cuyos límites occidentales son los Andes, que dividen á esta República de la de Chile. El territorio de Buenos Aires contiene una gran parte de la llanura ar- gentina llamada pampa. Algunos autores denominan pampasia á la región de las llanuras; pero creo innecesaria la adopción de esta nueva palabra. La voz pampa, de origen quichua, significa campo llano, y no hay razón para modificarla con nuevas terminaciones. El territorio interior de Buenos Aires no alimenta, por lo general, bos- ques, ni mas arboledas que las plantadas por sus pobladores en los con- tornos de las estancias opuestos. La estendida y uniforme planicie con sus bajos y lomadas, insignificantes por lo general, está cubierta de pastos hermosos y ondulantes. Las grandes arboledas de la Provincia se encuentran especialmente en el conocido Delta del Paraná, en las costas de este rio y del de la Plata, en algunas localidades á lo largo del Atlántico y en las regiones poco es- ploradas del territorio indio. La Pampa es interrumpida en la provincia de Buenos Aires por dos grupos de sierras cuyo estudio ofrece el mayor interés. El primero y principal surge del mar, en el Cabo de Corrientes, en los 38" 15' Lat. S. m. de Paris próximamente; y corre al Oeste con inclinacio- nes al N. 0. hasta los 37° 20' de Lat. S. con los nombres de sierras del (1) Varias geografías han adoptado la siguiente situación: Lat. S. 33° 30' y 42». —Long. O. 58» y 65». (2) Dr. V. Martin de Moussy. — Description geographíque et Stalistique de la Confedera- tion Argeníine, Alias 2""' edition Paris 1873. 260 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AUGENTINA Volcan, Paulino, Tandüeofú, Tandil, La ¡Tinta, Los Huesos, Huellucatel ó Azul y Amarilla, que declinan hasta confundirse con la llanura en sus últimas ramificaciones, denominadas sierras de Tapalqué, Quillanquen y Curicó. El segunda grupo de serranías, situado mas al Sud, limita un valle fér- til y estenso, denominado por algunos geógrafos Entre-Sierras, con llanu- ras cubiertas de espléndidos pastos. El terreno es elevado y recibe el riego de numerosos arroyos, que des- cienden al Atlántico desde las faldas de las sierras. Este grupo surge de la pampa al norte de Bahia Blanca y corre al Oeste formando varias agrupaciones principales llamadas sierras de la Ventana, Pillahuinco, Curramalan y Guamini, que es la última ramificación al Oeste. En las sierras de Pillahuinco se encuentra establecida una comandancia de frontera (1); y con este motivo varios oficiales las han estudiado, le- vantando planos completos y minuciosos, entre los cuales citaré como mas notable el del capitán D. Yngensott Brown, que ha servido de base á los publicados por orden del Ministerio de la Guerra (2). Además de estas serranías las únicas protuberancias de la pampa^ dig- nas de ser enumeradas, son las cademas de médanos que se estienden sobre las costas arenosas del Atlántico, en el interior de la llanura y que comien- zan á dejarse ver en el centro del territorio poblado, á lo largo de las márgenes del Salado. Las principales corrientes de agua que fertilizan la Provincia son el Paraná y el Piala y sus afluentes los arroyos del Medio, Ramallo, Arrecifes, Areco, Lujan, Matanza y San Borombon. El rio interior de importancia que riega el corazón de la Provincia, es el Salado que nace en la pampa, y se precipita al Atlántico en la Ensenada de San Borombon. Las sierras de que he dado noticia dan nacimiento á varios arroyos que afluyen al Salado tales como el Saladillo, Las Flores y el Azul, que vá en dirección á aquel rio y lejos aun de él se confunde con estensos ba- ñados, que corren en dirección á Pila originando un nuevo arroyo que, con los nombres de Camarones y la Boca, echa sus aguas en aquel rio en los confines de los partidos (3) de Pila y Castelli. No me ocuparé en esta breve reseña de los numerosos arroyos de menor importancia, entre los cuales se notan por su caudal de agua y estado permanente Jos que nacen de la sierra del sud y corren al Atlántico, fer- tilizando los partidos de Necocliea, Tres Arroyos, Baliia Blanca y Pata- gones. (1) Pillahuinco es un punto estratéjico á causa de los pasos por donde entran y salen los indios en sus escuréiones vandálicas. Hoy están ocupados militarmente.. (2) Anexo á la Memoria de la Guerra.— IST3, in 8». (3) Partido. — Nombre dado á cada distrito de la Provincia de Buenos Aires. ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 261 El aspecto que presenta la parte Siid del territorio, de la Provincia, es muy diferente del que se observa en su parte Norte. En esta las ondu- laciones del terreno son mas frecuentes y mucho mas pronunciadas, de- terminando corrientes de agua mas precisas y sistemadas. En aquella, las alturas notables son raras de este lado de las sierras y los bañados y ca- ñadones mas estensos y frecuentes. A esta estructura del terreno se debe la dificultad con que se desaguan el San Bororabon y el Salado, principal- mente el primero, que suele presentar durante muchos dias el aspecto de un inmenso lago. Otro efecto de la cuasi horizontalidad del terreno son los numerosos arroyos sin desagüe que se encuentran en la campaña del Sud, especie de lag>mas largas y angostas, que no pagan tributo á ningún rio, que se ensanchan, invadiendo grandes estensiones de los campos ve- cinos ó se reducen hasta quedar secas, como las sanguijuelas que se crian en su fondo; pero que no corren, ni mezclan jamás sus aguas con las del mar. FORMACIONES GEOLÓGICAS La geología es una ciencia esperimental que avanza todos los dias, á me- dida que la mecánica facilita los elementos de perforar y estudiar á mayores profundidades las capas teiTestres. Por consiguiente, todos los dias se adelanta algo, y los nuevos descu- brimientos son motivo de cambios frecuentes de doctrinas y opiniones geo- lógicas. Entre nosotros esta observación es especialmente exacta. La uniformidad del suelo de Buenos Aires impide estudiarlo rápida- mente; y es obra reservada al tiempo y á observaciones prolijas y parciales el estudio completo de la geología de Buenos Aires. Los viageros ¡lustres que han visitado este suelo, como Falkner, D'Orbi- GNY, Darwin y Parish han hecho observaciones rápidas, deteniéndose en los puntos sobresalientes y abiertos como las barrancas del Paraná y de otros rios interiores. Bravard ha podido detenerse mas á realizar valiosas investigaciones. Finalmente Bdrmeister, durante su larga y benéfica permanencia en el país, ha coleccionado los mas valiosos datos para el estudio de la pa- leontología. El estudio de la geología de Buenos Aires es uno de los mas intere- santes que puedan ofrecerse al amante de las ciencias, y puedo contarme entre el número de los seducidos por él. Hace algún tiempo que me he dedicado á hacer observaciones personal- mente sobre el terreno de esta Provincia. En este trabajo no seguiré á alguno de los autores ya conocidos, y adop- taré un plan nuevo que me parece mas conveniente para que se inicien 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA en esta clase de investigaciones las personas poco familiarizadas con las grandes teorías cósmicas y con las nomenclaturas técnicas. Los señores del Jury deben tener presente que no aspiro á resolver cues- tiones científicas, y que deseo simplemente, por creerlo útil á mi país, divulgar nociones cuyo conocimiento es indispensable á la juventud. La uniformidad de la formación, como dije, impide penetrar por ahora hasta sus capas mas profundas. Las barrancas de los ríos, son por otra parte, demasiado bajas para que se pueda aprovechar mucho observándolas. Estas dificultades son salvadas hasta cierto punto por las escavaciones para los posos. Los que se construyen para el uso ordinario, y los que han sido nece- sarios para las obras de salubrificacion de la ciudad de Buenos Aires, fa- cilitan el estudio hasta una profundidad variable de 15 á 20 metros. Para estudiar mayor profundidad^ ha sido necesario atenerse al resultado de perforaciones practicadas en varios puntos, de las cuales pocas han alcanzado á mas de 100 metros. Las observaciones practicadas por tales procedimientos, dan por resul- tado general, que el suelo de esta Provincia contiene las siguientes capas, consideradas en su orden descendente desde la capa superficial, que cons- tituyen formaciones geológicas diferentes. Aluviones ó formación moderna. Cuaternaria ó formación diluviana. Terciaria ó formación patagónica. Primordial ó formación de las rocas metamórficas. Cada una de las formaciones precedentes ofrece un vasto campo á la in- vestigación con sus accidentes é irregularidades importantes y curiosas. FORMACIÓN DE LOS ALUVIONES MODERNOS. La formación de los aluviones modernos marca el último período geo- lógico de este suelo, y comprende, por consiguiente, todos los terrenos de formación mas reciente, contemporáneos de la humani^dad histórica y actual. La composición del terreno aluvional, no es una ni es uniforme ; y por esta razón las capas que alteran en esta formación, así como los demás productos en ella contenidos, deben ser estudiados en capítulos sepa- rados, que dividiré así : L Humus.— IL Turba.— IIL Arena.— IV. Arcilla.— V. Productos segundarios. — VI. Lagunas antiguas. — Vil. Depósitos marinos. — VIH- Agua.— IX. Restos del hombre. ESTUDIO GEOLÓGICO SORRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 263 CAPÍTULO I. DEL HUMUS. Si el caminante se detiene en la orilla de uno de los rios ó arroyos barrancosos del interior del territorio, ó en la boca de un pozo cual- quiera, desde luego nota una capa de tierra negra perfectamente definida. Es la primera capa de la formación aluvional que estudiaré : recibe los nombres de lierra vegetal ó humus. En la formación de esta capa tiene gran participación la materia orgánica. El hombre, los ganados y la vegetación le entregan un poderoso con- tingente de elementos constitutivos. Los detritus orgánicos provenientes del hombre mismo y de su acción general sobre la tierra, los mismos elementos de las haciendas innume- rables que pueblan el territorio, y en fin, los vegetales que vuelven á la tierra de la cual surgieron, entran con una parle principal en la com- posición de la capa. Las rocas, ó los elementos inorgánicos, siguen á los anteriores. La desagregación de las rocas produce las materias minerológicas mo- vibles que arrastran las aguas y que se sedimentan, mezclándose á las sustancias orgánicas, para constituir la formación del humus, que recibe el nombre de tierra vegeíal, por su feracidad y ventajosísimas condi- ciones de producción, lo cual se debe á la abundancia de materias or- gánicas de la composición. Al estudiar el humus con el microscopio (1) se ha enconlrado cuarzo en granos pequeñísimos, y otros elementos cuya determinación exige un trabajo prolijo, y que con el cuarzo constituyen la arena, que á su vez se confunde en la masa general de la formación. Se ha determinado la existencia de arcilla muy fina. También el Dr. Bürmeister ha constatado la existencia de cal en el humus y la de ciertos organismos microscópicos, como Conchitas silíceas, depo- sitadas al abandonar las aguas dulces que las arrastraban. La capa varía en su espesor y en su estencion superficial. He tenido ocasión de examinarla en una estension de muchas leguas, desde San Fernando hasta mas afuera de la Blanca Grande, y he constatado que su espesor medio es de dos pies. En cuanto á su estencion superficial no es uniforme. En las costas y en algunos parajes del interior predomina la arena, y acaso suceda lo mismo en algunos puntos desconocidos del territorio del Oeste y del Sud de Buenos Aires. (1) Anales del Museo Público de Buenos Aires por H. Burmcister. Tomo I, Pág. 93. 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA No debiera faltar en ninguna parle de la Provincia, porque en las soledades de la pampa, donde no hay población ni ganado que contri- buyan á su formación, hay pastos y vida animal en escala inferior. Se observa que á medida que se aleja el esplorador de la zona po- blada, para internarse en el desierto, disminuye el espesor de la capa de humus. Al Sud de Buenos Aires, fuera de la frontera, he visto como primera superficie en algunos puntos el terreno cuaternario : no habia humus. Esto sucede generalmente allá en los puntos elevados del terreno, por- que las lluvias impetuosas y los vientos arrastran los depósitos de tierra vegetal y no la dejan acumularse. Lo mismo se verifica en los terrenos adyacentes á las grandes ollas ó lagunas pampeanas. La falta de humus allí se esplica porque siendo bajo el terreno, las aguas que se precipitan violentamente al lecho de aque- llas, disuelven y llevan el humus, dejando el cuaternario á la vista. Descendiendo pues, del corazón de la pampa hacia el litoral, la capa de humus se nota menos irregular, su ostensión es uniforme, su cons- titución mas caracterizada, y su espesor mas sensible, á medida que aumenta la vegetación, la población y el número de los ganados. Por fin hacia la costa vuelve á disminuir. Mientras en el Monte y Mercedes, por ejemplo, el humus tiene en al- gunos puntos hasta un metro de espesor, en San Fernando y las Con- chas apenas tiene veinte centímetros, como término medio, y en ciertos parages no existe ; lo cual se debe á las aguas que corren á derramarse al rio y llevan las materias que detenidas engrosarían la capa. En el interior de la pampa ocurren todos los días inmensas quema- zones, que dejan sin vegetación zonas enteras del terreno. Estas quemazones producen la descomposición de las materias orgánicas y retardan la formación de la tierra vegetal, sin la cual no pueden conservarse buenos los campos destinados á la alimentación de las ha- ciendas. Una persona de mi relación, á quien comuniqué estas páginas (1), me las devolvió con la siguiente nota : «Es de tan grande importancia y de tanta actualidad esta cuestión (las de las quemazones) que bien merecería tratarse con mayor deten- ción, demostrando (para convencer) cuáles son los resultados de la com- bustión y como obran ellos sobre el suelo.» « ¿ Las cenizas de las plantas en general están desprovistas absolutamente de elementos propicios á la vegetación?» «¿La destrucción déla paja, por medio del fuego, no puede, por ejemplo, favorecer el mayor desarrollo y estension de la gramílla y del (1) El distinguido agrimensor D. Octavio Pico, miembro de la Sociedad Científica Árjentina. ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 265 trébol, que antes germinaban apenas sofocados y despojados de su natural alimento por las crecidas y hambrientas raices de aquella?» «¿ Qué modificaciones sufre la atmósfera con esos quemazones, cuando ellas tienen lugar en proporciones considerables, como sucede en los campos de nuestra frontera y en los de Entre Rios ? » «¿Pueden y deben ellas provocar la lluvia ó por el contrario la alejan?» Seducido por el interés que despiertan cuestiones como estas, fre- cuentes en la práctica de la vida rural, hubiera deseado detenerme á es- tudiarlas ; pero de ese modo rae habria separado del tema, lo haré por separado y en otra ocasión. Conocida ya la naturaleza de la capa de tierra vegetal, y establecida la importancia que tiene en su formación la materia orgánica, se presenta una cuestión de interés. ¿Puede determinarse la edad de la capa? Las narraciones de los conquistadores señalan varios puntos del terri- torio como grandes lagunas. Buscados hoy aparecen tan elevados que solo perforando el terreno es dado hallar los vestijios que acreditan que en efecto allí se reunían las aguas hace tres ó cuatro siglos. Esta observación se verifica en muchos puntos y muy cerca de la ciu- dad, en los bañados de Flores, Barracas y Matanzas, que personalmente he estudiado en gran estension. ÜUrich Schmidt dá testimonio de la existencia de lagunas en esa época en que él las vio como testigo ocular y narrador de la conquista (1). Las lagunas han desaparecido. Determinado su fondo resulta que, dada la elevación del terreno en ellas desde el tiempo que ¡Schmidt las vio hasta ahora, corresponde á un pié y una fracción por siglo. Verificada una observación análoga en Buenos Aires, Lujan, San Fer- nando, Monte, Azul y Olavarria, puedo afirmar que el término medio cor- respondiente á la formación de la capa de humus es de un pié y medio cada siglo. CAPÍTULO n. DE LA TURBA Hé aquí otro producto de las formaciones mudernas, que constituye la subformacion denominada turbácea. La turba es una materia oscura^ formada de una parte de tierra y de una cantidad mayor de restos vegetales. La situación de las capas de turba es general en las praderas, pantanos y cerca de los rios ó en la desembocadura de los mismos. (1) Relación de las aventuras en el Rio de la Plata de üllrich Schmidt de Straubing y publicadas en Francfort en 1567, estractados por .íngelis en su Colección de Documentos . 266 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Generalmente los vegetales descompuestos y ya terrosos, constituyen gran parte de la masa turbosa. Entre la desembocadura del Riachuelo y Quilmes toda la costa baja adyacen- te al mismo rio, ofrece estensas fajas turbosas embrionarias de color café oscuro. Allí se encuentran en la masa restos de juncos, de tallos, de hojas, de raices y hasta semillas de plantas de los pantanos. La formación de la turba se opera rápidamente. En el Norte Alemania, en Holanda y en el litoral del Báltico las formaciones de turba tienen una estension considerable, y se la esplota como combustible. En Buenos Aires, donde la resaca favorece su formación, ninguna im- portancia se atribuye á los depósitos turbosos, que, en verdad, no la me- recen, porque su composición es muy débil para combustible. Yo solo he visto la turba en las costas del Rio de la Plata. CAPITULO III DE LA ARENA En la formación de los aluviones modernos encontramos en esta Pro- vincia grandes depósitos de arena. Los unos constituyen el fondo de los rios, como la arena verde del lecho del Plata. Las otras se estienden á lo largo de las costas marítimas de la Provin- cia y en el interior formando generalmente dunas ó médanos. ¿Cuál es el origen de estas grandes masas de arenas movedizas? Ellas proceden de la formación detrítica, es decir, de la descomposi- ción y fragmentación de materialeá procedentes de terrenos primordiales. Los geólogos han señalado como origen de las arenas la descomposición de las rocas cuarzosas mas antiguas. Una serie de análisis del profesor Puiggari (1) revela con claridad que las arenas del Plata en la costa argentina son silíceas. Entran en su composición los siguientes materiales, insolubles en ácido clorhídrico : Sílice.... 83,56 Oxido férrico 5,69 Alúmina 0,60 } Por 100 Potasa 0,16 Sosa 1,23 Los elementos son los mismos en diferentes puntos ; pero varian gene- ralmente las cantidades que entran en la mezcla. Las arenas del Rio de la Plata reciben una coloración probablemente del óxido férrico que contienen en la proporción de 8,67 «/o. (1) La arena del rio y la tosca. Por Miguel Puiggari. Articulo publicado en los Anales Científicos Argentinos, entrega III. Julio de 187i.— Buenos Aires. ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 267 En el interior de la Provincia las arenas son especialmente cuarzosas y ferruginosas. En el partido del 25 de Mayo he recojido arena arcillosa. En San Fernando hay una formación arenosa considerable, y en ella predomina el cuarzo. Las arenas que rodean á Buenos Aires, por su parte Sud, son también cuarzosas. La profundidad de las capas superficiales de arena es variable. El pozo artesiano de Barracas la siguió hasta una profundidad de 12 pies fran- ceses. Las perforaciones recientemente hechas en el Plata acusan la descon- tinuidad de las capas arenosas, que están separadas por otros depósitos La capa analizada por el profesor Puiggari citado, tiene una profun- didad de 12 pies en algunos puntos y de nueve en otros. En el interior las arenas son movedizas y cubren y abandonan los pa- rages con los fuertes vientos. Después de estas observaciones deduciré la regla general á que dan lugar, es decir, que en los puntos en los cuales la formación de los aluviones modernos consiste en pura arena, es mayor su espesor que en aquellos en los cuales existe tierra vegetal. La razón de esta notable diferencia se encuentra en el procedimiento de las formaciones respectivas. La arena es una roca que esparcida en el suelo, en capas de es- pesor variable^ pero siempre abundantes, es una formación secundaria directa ; mientras que el humus no se forma sino después que los ele- mentos orgánicos se han mezclado á los mineralógicos, y por consiguien- te esta capa marcha lentamente en su formación. Las arenas movedizas asumen en la Provincia de Buenos Aires una forma muy interesante : tal es la de las dunas ó médanos que, como se sabe, no son mas que colinas de arena. Se ha observado que generalmente se forman en la costa del mar ó de las playas. Los vientos, que soplan con violencia hacia el interior del territorio, arrastran arenas secas, y las van depositando en torno del primer obstáculo que se les opone al paso, hasta constituir una verdadera cídina- Las hay de diferentes dimensiones. Después de algún tiempo de formados los médanos arenosos comien- zan á cubrirse de una vegetación que los consolida. Consiste esta en un género de plantas que hemos observado en el 25 (le Mayo y que tiene gran semejanza con la elymus arenarms de las costas medanosas del mar Báltico. En la costa del Atlántico son muy generales los médanos, y se estien- den de Este á Oeste, ya en líneas, ya formando semi-circulos y á veces circuios, que dejan un lecho ocupado generalmente por aguas de lluvias. Martin de Moussy habla de médanos de 30 y 40 metros de elevación en las costas marítimas de Buenos Aires. 268 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los médanos no se ven solamente en las costas del Atlántico donde proceden de las arenas que el mar arroja á la playa y que, secas al sol, vuelan al impulso de los vientos. He observado que á lo largo de las costas del rio Salado hay una ca- dena de médanos que corre hasta el interior. Yo he estudiado muchos de ellos personalmente. Son poco consistentes y sufren las acciones violentas del pampero y de los vientos del Este^ que suelen soplar con fuerza por espacio de va- rios dias consecutivos. Sin embargo en esos médanos, crece el Erymus Arenarius en bas- tante abundancia. Las capas arenosas aumentan considerablemente á medida que se avan- za al Oeste de la Provincia, pues, como lo hice notar, el humus vá dis- minuyendo hacia el desierto. Por datos que he recojido de personas competentes, como el ingeniero argentino D. Luis A. Huergo, que ha estudiado el rio Salado, siguién- dolo hasta el corazón de la pampa, sé que á la altura de la laguna del Chañar la naturaleza presenta una vegetación característica de terrenos arenosos. En Pichi Hueltrú, La Verde, Fuerte Galnza y otros puntos se encuen- tra mayor abundancia de arena, lo cual se verifica en mayor pro- porción á medida que se camina al Oeste. Surge aqui una duda: ¿ de dónde procede en la superficie de la pampa , la arena? Mi opinión al respecto se funda en la esperiencia. El procedimiento por el cual se han formado los depósitos arenosos de la pampa, es el mismo que hasta hoy dia podemos apreciar, y que se conoce con el nombre de tormentas de tierra. ¿Quién no ha visto las inmensas nubes de tierra rojiza fusca que los vientos arrojan de las pampas al litoral? En el tiempo remoto en que comenzaron á formarse los aluviones modernos, las playas del mar dejaron en seco sábanas de arena. Los frios y furiosos vientos del Este y Sud Este, tan comunes en esta rejion, han sido el impulso que ha llevado las arenas de las costas marítimas del Atlántico á la pampa. Formados unos médanos, estos sirvieron de alimento á otros, y así sucesivamente las arenas se internaron. (Continuará), Estanislao S. Zeballos. EL CORAZÓN EMBRIONAL BAJO EL PUNTO DE VISTA FISIOLÓGICO lena, 10 de Junio de 1876. Señor Presidente de la « Sociedad Cientifica Argentina » Si me permito remitirle en estrado los resultados de mis trabajos emprendidos en el año próximo pasado en esta universidad, no lo hago por adjudicarles demasiada importancia; sino por ser, según yo creo, el primer trabajo fisiológico que un Argentino haya emprendido en Alema- nia. Si á Vd. le parecen dignas de ser publicadas las adjuntas páginas en el respetable periódico redactado por la « Sociedad Científica Argen- tina» se hallará altamente honrado. S. S. D''. Roberto Wernicke. EL CORAZÓN EMBRIONAL BAJO EL PUNTO DE VISTA FISIOLOJICO La primera publicación de mis trabajos se efectuó bajo el nombre : Bdtráge zur Physiologie des embryonalen Herzens en Enero de este año; la obra fué presentada á la Facultad de medicina de esta univer- sidad (lena) como tesis para obtener el grado de doctor en medicina, y* fué adoptada como tal. El mismo tema, aumentado por los resultados de este año, trato en una obra que aparece en una colección de trabajos fisiológicos redactada por mi maestro profesor W. Preyer {Preyer-Samm- lung physiologischer Abhandlungen, Una bei Dufft), cuya quinta entrega debe salir á luz dentro de pocos dias. Como objeto de observación y para experimentar me sirvieron huevos de gallina empollados. El número de huevos sometidos á la incubación asciende á quinientos, y los experimentos y observaciones sobre los cua- les me fundo son cerca de ciento cincuenta. El método de observacio- nes era el siguiente : 270 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Después de haber tenido por el tiempo que deseaba en un aparato construido para el caso, los huevos á una temperatura constante de 39» (estos números como todos los demás se refieren al termómetro de Celcius), les quitaba la cascara con sumo cuidado y en la estension de cerca de dos centímetros en cuadro, de aquella parte donde suponía es- tar el embrión (el embrión siempre está en la parte superior del huevo; es decir, en aquel punto que dista lo mas de la base sobre la cual reposa). El huevo abierto de la manera expuesta es colocado en se- guida en un baño de arena en el cual el termómetro marca de 38° á 40». Concedo que el método empleado no es muy delicado; sé per- feclamente bien que el abrir el huevo, no deja de ser un acto perju- dicial para el ambrion, pero los diferentes métodos que ensayé para poder observar al ambrion sin romper la cascara, no me satisfacieron. Aunque no puedo decir que he experimentado en animales completa- mente intactos, creo que los resultados obtenidos no son menos exactos que los que obtenemos por las vivisecciones. Con un poco de práctica y empleando el método brevemente indi- cado, obtuve objetos de observación hermosísimos. (Aquel que alguna vez tuvo ocasión de ver pulsar el corazón, en un huevo incubado por tres ó cuatro dias, no encontrará exajerada la expresión usada). Lo primero que nos salta á la vista al abrir el huevo con embrión viviente es el corazón con sus contracciones rítmicas. {Punctum saliens de Aristóteles), y se nos presenta como objeto de observación el mas cómodo posible. Los puntos que pienso tocar en el presente articulo, naturalmente, sin estenderme, son los siguientes : 1» ¿Cuándo empiezan las |contracciones ? 2» ¿ Cuál es la írecuencia de las pulsaciones en las diferentes épocas del desenvolvimiento? 3» Formulación de teorías ó hipótesis sobre las causas que producen las contracciones. 4» Causas que probablemente ocasionan la muerte en el huevo abierto. 5» Efecto de los diferentes ajenies, á saber el mecánico, el térmico, el eléctrico (galvánico) y el químico. Los pocos datos que he encontrado, en cuanto al primer punto de las líneas presentes, en la biblioteca que estaba á mi disposición, es- tán muy poco de acuerdo entre sí. El primer sabio que habla del co- razón embrional, es el padre de la zoología, Aristóteles. Dice en su Hist. animal., lib. VII, que el corazón es lo primero que se forma, ó que funciona en el huevo incubado; cuánto tiempo después de comenzado el empoUamiento ha observado pulsaciones, no nos dice. El segundo que toca el tema que nos interesa es el filósofo de Goettingen A. vou Haller. En sus Oper. anat. min. bajo el título nde formatione cordisi) coloca el principio de las pulsaciones en la 45=" ó 5 1= horade incubación. EL CORAZÓN EMBRIONAL BAJO EL PUNTO DE VISTA FISIOLÓJICO 271 A. E. V. Baer (Petersburgo) el Néstor de la embriología dice en su EntwicMungsgeschichte der Thiere que á fines del 2» dia empiezan las contracciones. Remalc (EntwicMungsgeschichte der Wirbelthiere) dice haber obser- vado pulsaciones á mediados del 2° dia de incubación. Prevost y Sebert nos comunican en sus trabajos sobre la formación del corazón (publicados en los Annnles des scienccs naturelles. — Zoolo- gie) que en la 36^ hora comienzan las pulsaciones, que á ese tiempo los movimientos se asemejan á los movimientos peristálticos de los intesti- nos. Los mismos observadores dicen un poco mas adelante que en la 39' hora son rítmicas y regulares las pulsaciones. W. B. Carpenter {Principies of comparat. Physiologtj) escribe que no se vé movimiento alguno de líquidos en el corazón ó vasos sanguíneos antes de la 40» hora. A mí no me fué posible observar contracciones antes de la 46» hora de incubación. Para esplicar esta diferencia en los resultados obtenidos, quizá podemos ocurrir al tiempo trascurrido en- tre la postura del huevo y el principio del desenvolvimiento, momento que debe ser de importancia y que hasta ahora no ha sido considerado con el valor que tiene ó que le corresponde. Como resultado, tenemos que conformarnos cnn decir que la primera sístole del corazón embrional generalmente tiene lugar antes de terminar el segundo dia de la incubación. Si el responder á la primera de las preguntas es difícil, no deja de serlo, y aún mucho mas el hacerlo á la segunda. En la literatura no encuentro mas que dos datos que á ella se refieren; uno de C. E. v. Baer y el otro de Remak. El primero dice que el corazón hace hasta 150 pulsaciones por minuto, mientras que el segundo habla de cerca de 40. Los huevos que me sirvieron para obtener cifras que se referían á la frecuencia del pulso, fueron incubados de 46 á 268 horas. El pulso fué contado por medio minuto, antes que trascurriera el primer minuto después de haber retirado la cascara. Los números obtenidos^ que na- turalmente no tienen derecho de ser llamados exactos, no dejan de ser interesantes ; por ellos se verá que la frecuencia aumenta hasta la no- nagésima quinta hora y que de ahí en adelante disminuye, no puedo decir hasta cuando. Este solo hecho ya por sí importante gana en in- terés, si al mismo tiempo recordamos que es de la 90» á 100» hora de incubación que por lo general y regularmente se empieza á diferenciar el tejido nervioso. ¿ Quién nos dice que no tengamos aquí un pequeño principio del efecto de la función del nervio vago? (X) Los números obtenidos van en seguida; todos son términos medios de series de observaciones para cada decena de horas. 50 á 59 60 á 69 70 á 79 80 á 89 90 á 99 100 á 109 110 á 119 272 ANALES DE LA SOCIEDAD CrENTÍFICA ARGENTINA 90 114 122 130 142 150 140 128 Las horas mas adelante no las enumero, pues las cifras obtenidas no tienen el mismo valor, por ser resultados de mucho menos observa- ciones. El modo de efectuarse las contracciones en el corazón de un em- brión en los primeros dias de su incubación debe ser enteramente di- ferente de lo que sucede en el corazón completamente formado ; acor- démonos no más que no podemos contar con músculos ni con nervios ni nos es permitido acudir á centros motores en el cerebro. Según mi opinión los movimientos del corazón en el huevo de gallina durante los* primeros dias de incubación, son efectos de un irritamiento que forma la sangre que circula. Para probar mi opinión puedo citar un esperiraento que con frecuen- cia he hecho, y es imposibilitar la llegada de sangre al corazón, ya sea comprimiendo, ya sea cortando ó cauterizando las venas que la con- ducen á él. Cada vez que no llegaba sangre, en uno ó cuatro minutos el corazón dejaba de palpitar. Ademas del esperimento creo poder citar en favor de mi idea, el aspecto que presentan las pulsaciones, especialmente en las primeras ho- ras de movimiento, ó poco antes que se para para siempre por estar enve- nenado el huevo ó por morir el embrión á causa del contacto con el aire. La misma impresión que me causaron á mí las pulsaciones se la causaron también al Néstor de la embriología C. E. von Baer y puedo decir con él : « estos movimientos tenían tal aspecto como si la sangre que entra fuera lo primario y que la espulsion no fuera sino lo se- cundario. » Si la acción de la sangre en el corazón para efectuar una sístole es química, mecánica ó térmica es difícil decir; soy de opinión que el aflujo de sangre causa un aumento de la presión intracardial, el cual tiene por efecto la contracción, es decir^ miro la sangre como agente de accioin, mecánica solamente. Admitiendo mi teoría sobre la dependencia de las pulsaciones de la sangre circulante, no me causa gran dificultad el esponer y hacer plau- sible una hipótesis sobre la causa de la i" sístole en el huevo incubado. EL CORAZÓN EMBRIONAL BAJO EL PUNTO DE VISTA FISIOLÓJICO 273 Sabemos que en el huevo el embrión ocupa la parte mas alta posible, que en el primer tiempo del desenvolvimiento el corazón ocupa el centro de un circulo que describimos en la parte opuesta á la base sobre la cual reposa el huevo, sabemos que ese centro es la parte superior del cír- culo; quiere decir que el corazón del embrión es el punto mas alto en el huevo. Algunas horas antes de que tenga lugar la primera sístole, el corazón ya es un cilindro lleno de sangre que por la parte poste- rior comunica con las venas, por la anterior con tas arterias de la área vasculosa. En líquidos la calefacción produce corrientes hacia el punto mas alto, corrientes que arrastran consigo los cuerpos pequeños que eslen en sus- pensión en el líquido. Si en las venas ó arterias de! área se forman cor- rientes, natural es que se dirijan al punto mas alto, es decir al corazón. La consecuencia de este aflujo de sangre será en primer lugar el rechazo de ella por parte del corazón; las células que forman el cilindro serán espuestas á una alfa presión, á un irritamiento mecánico. Toda célula viva se contrae á consecuencia de un irritamiento mecánico; por eso no creo arriesgar demasiado al decir que las células que componen el corazón embrional, se contraen todas á la vez á consecuencia del aumento de la presión intracardial. La sangre del corazón contraído pasará acto conti- nuo á los vasos sanguíneos que se dilatarán, pero luego por su elasticidad se contraerán estos á su turno; vuelve á tener lugar un aumento de la presión intrecardial, contracción del corazón, etc., etc. por contracciones alternativas de los sistemas de aparatos, creo poderme esplicar las pul- saciones durante los primeros días. Luego que empiezan á representar un papel los aparatos nerviosos y musculares se cambia naturalmente la si- tuación; cómo se efectúa este cambio y de qué dependen las contracciones, esas son preguntas que mas tarde sabrá responder alguno de mis sucesores en el camino por mí emprendido. La hipótesis recien espuesta encontró una especie de fundamento en dos hechos: 1" que diferentes sabios han observado corrientes de lí- quidos en la área vasculosa antes que el corazón palpitare. 2° en una observación que tuve ocasión de hacer yo mismo; se trataba de un hue- vo incubado durante 78 horas; al abrirlo se rae presentó un corazón pul- sando con toda regularidad; algo de especial en la forma telaría me incitó examinar mas detenidamente al huevo y descubrí sin gran dificultad que además del embrión que estaba á la vista, el huevo contenia otro; solo uno de los dos podía ocupar la parte superior, es decir, podia vivir se- gún mi opinión; así era realmente, pues el corazón de aquel de los dos animales que al principio no era visible, estaba completamente quieto; la diferencia entre ambos embriones si existía era mínima y solo el corazón palpitante era algo mas grande que el otro. Poco tiempo después de abrir el huevo empieza á disminuir considera- blemente la frecuencia de las contracciones; esta diminución al principio 20 274 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA es mas rápida que mas tarde; así p. e. en el esperimento 9 de mi diario en el primer cuarto de hora la diminución es de 84 á 43 pulsaciones en medio minuto, mientras que hora y cuarto después de la abertura aun con- taba 18 pulsaciones en medio minuto. Aquí también es el lugar de hablar del aumento en la frecuencia que noté cada vez que hacia observaciones poco tiempo antes de tener lugar la muerte del embrión. Esta especie de aumento de irritabilidad, tiene análogos en la fisiología, pero para el cora- zón embrional hasta ahora no lo conocíamos ni podemos tampoco esplicarlo. Las causas que ocasionan la muerte del embrión en el huevo abierto son tres á mi modo de ver: 1» el contacto con el aire. 2" la pérdida de agua en forma de vapor y 3» la diminución de la temperatura. La primeral de las causas es imposible evitar ; las últimas podemos evitarlas por lo menos en parte y conseguir de esa manera que el corazón viva por mas tiempo. Para evitar que el agua se evaporare cubrí por varias veces al huevo abierto con una lámina de vidrio cóncavo; de esa manera en el es- perimento 16 observé en un huevo que un minuto después de abierto mostraba 65 pulsaciones en 30 segundos, 3 Y., hora mas tarde aun 30 pul- saciones en 30 segundos. Durante los 210 minutos que el huevo habia per- manecido en el baño de arena, la temperatura habia bajado de 39,5" á 20,0°. Para probrar que la diminución de la temperatura también apresura la muerte, coloqué huevos preparados como el anteriormente citado de nuevo en el aparato de empollar y tuve el gusto de poder contar aun pulsaciones 20 á 24 horas después de haber roto la cascara. Para escluir en parte e contacto con la atmósfera sometí á la observación huevos abiertos debajo de agua ( sobre detalles en cuanto al método véase el trabajo en la colección de Prever), permaneciendo constante la temperatura vivían los embriones de 4 á 8 horas. El corazón embrional, lo mismo que cualquier músculo se contrae á consecuencia de irritaciones, sean estas mecánica, térmica, eléctrica ó química. Referente á la irritación mecánica tengo que decir: el corazón embrional si aun trabaja, después de cada irritación mecánica ( tocar con un alambre de platino) muestra un aumento de frecuencia de corla dura- ción; si el corazón no se contrae y aun hay vida en él, después de cada contacto observamos unas pocas (2 á 8) contracciones que se suceden en 2 ó 3 segundos. Toda irritación térmica tiene por efecto un cambio en la frecuencia de las contracciones. Un aumento de temperatura nos per- mite observar una apresuracion de las palpitaciones, mientras que al en- friar el huevo observamos lo contrario. El tétano térmico que el Prof. Schenlk en Viena dice haber observado á la temperatura de 45° C, no me fué posible ver aunque he contado palpitaciones aun á una temperatura de 49,5°. Sumamente interesante es la posición que ocupa el corazón embrional con respecto á la irritación eléctrica (galvánica). Sobre el método de es- perimentar no puedo estenderme aquí. EL CORAZÓN EMBRIONAL BAJO EL PUNTO DE VISTA FISIOLÓJICO 275 Las corrientes galvánicas por fuertes que sean no influyen de manera alguna en la acción del corazón embrional; varias veces he tenido el hue- vo completamente cubierto de burbujas de gaz formadas por la electró- lisis, sin notar alteración alguna en las palpitaciones. Completamente opuesta es la reacción del corazón al aplicar corrientes de inducción de corta duración; el aparato empleado era la modificación del Rlmmkorff introducida bajo el nombre de aparato de trineo por Dubois Reymcnd en Berlin. Este aparato tiene la ventaja de permitir una gra- duación de la intensidad de las corrientes secundarias; la espiral en la cual estas se forman puede ser alejada ó acercada á la espiral primaria ; una escala que indica la distancia entre las espirales nos dá números que entre si pueden ser comparados aunque no tengan valor absoluto. Aplicando una corriente ó mejor dicho, una serie de descargas con este aparato, observamos si las corrientes son poco intensas (80 á 100 centms. de distancia entre las espirales) que no influyan en el corazón embrional. Al acercar mas la espiral secundaria observamos un aumento considerable de las pulsaciones; este aumento de frecuencia al acercar aun mas las es- pirales hace lugar á una contracción continua, á una pausa en sístolis que á mi modo de ver no es sino un análogo del tétano que iguales corrientes produce en los músculos. Para obtener este tétano es necesario colocar los alambres de plata ó platino que sirven de polo lo mas cerca posible al corazón. Para completar los resultados de estos esperimentos tengo que citar aun la frase siguiente : No es posible causar cambio alguno en las contracciones del corazón em- brional á consecuencia de irritación eléctrica de parte alguna del cuerpo (ni del cerebro ni de la médula dorsal). Las diferencias que se nos pre- sentan á veces, no tienen lugar sino cuando la recta que une los polos atraviesa el corazón. La última de las citadas frases parece ser de poca importanciaj pero creo cumplir con mi deber al publicarla para evitar de esa manera á los esperimentadores que me sucedan una pérdida de tiempo, como la sufrí yo suponiendo una influencia de los centros nerviosos sobre la acción del corazón que realmente no existe. La influencia de agentes químicos no me detendrá mucho tiempo; aun que he esperimentado con cerca de 20 sustancias distintas; los resultados no son bastante importantes para detallarlos, como lo hago en mis citados trabajos. Agua destilada, soluciones de nitrato de sodio, nitrato de amonio, morfi- na, curarina y otras no causan alteración alguna á no ser que sean de- masiado concentradas las soluciones. Soluciones de salitre, quinina, oeratrina, nicotina son en alto grado perniciosas y causan en poco tiempo la muerte del embrión. Alcohol en pequeñas cantidades y diluido es la única sustancia que causa una apresuracion, á veces enorme, de las palpitaciones. 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El formar teorías ó hipótesis sobre el modo de obrar estos cuerpos sería tiempo perdido; conformémonos, pues, con los hechos y esperemos hasta ver reunidos mas datos para dar esplicaciones. Todo lo dicho se refiere al corazón durante los primeros 4 ó 5 dias de incubación, tiempo durante el cual no hay músculos ni nervios; será una tarea que recompensará al que la emprenda el completar lo que yo he encontrado y estudiar las diferencias y cambios que se producen y se nos presentan mas tarde. Dr. MED. Roberto Wernicke. lena, Junio de 1876. novedadf:s científicas Planta para curtir. — Léese en \os Annales du Génie civil (pá- gina 502 Julio 1876): Una planta que contiene lanino ( el poygonum amphybium ), y que crece en mucha abundancia en el valle del Misouri, parece destinada á reem- plazar la corteza de encina en las operaciones de curtiembre. Ella contiene 18 por 100 de tanino, mientras que la mejor corteza no contiene mas que 12 por 100. En los grandes establecimientos en que es esplotada en Chicago re- sulta que con esta sustancia se puede curtir una tercera parte mas de cueros que con la misma cantidad de corteza. El procedimiento de curtiembre es absolutamente el mismo ; pero el cuero es mas suave, mas durable y bello, y queda en condiciones de ser refinado del todo. La planta es anual. Cuestiones sanitarias. — En el presupuesto de 1873 se votó la cantidad de doscientos mil pesos fuertes para la construcción de un lazare' toen el puerto de Buenos Aires ; y el Gobierno, en 1874, llamó á pro- puestas para levantar aquel en la Isla de Martin Garcia. Emprendidas allí algunas obras de fortificación, y decidido el Gobierno á hacer de Martin Garcia una plaza de guerra, abandonó el pensamiento de convertirla en Lazareto, creyendo que tal era también la mente del Con- greso desde que dispuso se trajesen de Europa piezas de alto calibre, ver- dadera artillería de plaza, cuya colocación, en parte, cuando menos, debia ser en la isla mencionada. Habiendo empezado á desarrollarse la fiebre amarilla en el Imperio veci- no, á mediados del año pasado, se dispuso el establecimiento de Lazare- tos flotantes, empleándose, para este objeto, los vapores «Santa-Fé, » « Ro- setti» y « Gualeguay » ; y, después de estudiarse los puntos mas aparen- tes de la costa para situarlos, se optó por la boca del Paraná de las Palmas. Tal vez no sea aventurado afirmar que las medidas de rigor adoptadas para hacer efectivas las cuarentenas y el aislamiento absoluto de los dete- nidos, han contribuido, en gran parte, á evitar la importación de la epide- mia. 278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Mientras duró la cuarentena, fueron visitados 777 buques, sujetos á ella •41 ; 412 lanchas de las que tomaban la carga de buques procedentes del Brasil y 879 pasageros. El Gefe de la Capitanía Central de Puertos se ocupa, en la memoria que presenta, de nuestra deficiente policía sanitaria, en los términos que á con- tinuación se expresan : « Es muy reclamado sistematizar y reglamentar el servicio cuarentenarío de manera que nos ponga al abrigo de la introduc- ción al país de males exóticos epidémicos. «. Tanto mas imperioso es^ cuando son deficientes hasta hoy nuestras dispo- siciones sobre policía sanitaria ; y cuanto que, aumentándolas relaciones comerciales á vapor con los países vecinos, la trasmisión de las enfermeda- des epidémicas, es fácil y rápida. A mas, abiertos nuestros ríos á la na- vegación de todo el mundo^ fácilmente se internan y recorren, atravesando el centro de la República, trasportes que gozando de ciertas inmunidades, conducen el mal y nos ponen en serios pelígi'os. » Paris puerto de mar. — Hace pocos días se embarcaron en uno de los pequeños vapores que trasportan pasajeros en el Sena unas cien personas, conséjales, diputados, injenieros, periodistas, etc., dírijíéndose á Rúan con el objeto de estudiar prácticamente, y con los planos á la vista, el grandioso proyecto de convertir á Paris en puerto de mar, dan- do á las aguas del Sena un fondo ó tirante de tres metros por medio de enormes represas. Las poblaciones ribereñas acudían en tropel á sa- ludar con entusiastas gritos de ; viva la república ! á aquella espedi- cíon que ha venido á demostrar una vez mas que las ideas grandiosas y las obras de pública utilidad no son ni pueden ser el patrimonio de ningún réjimen político determinado. Volviendo á la pequeña embarcación; diré que el injeniero Lagrenée espücaba á sus compañeros de espedicíon las obras proyectadas, indican- do que entre Surennes, Courbevoíe y Neully se construirá una esclusa que costará millón y medio de francos ; otra en St. Denís de 120 metros de largo cuyo costo será de 106,500 francos, y en fin, que se necesitarán 24 millones para que puedan atracar á los muelles de París los buques mas poderosos que navegan en el océano. Otro injeniero, M. Thorel, dijo: — «No nos detendremos en esto. Con 65,000.000 se podrá hacer navegar esos buques por toda Francia, de la Mancha al golfo de Lion, del Atlántico al Mediterráneo. ¥ lo positivo de esta empresa, añadió, será que los precios de los fletes actuales se reducirán en cuatro quintos de su actual costo, ó lo que es lo mismo que el país economizará 26,000.000 al año con los que podrá pagar en dos años y medio toda la obra. Pájaro artificial. — Dice un periódico estrangero : <í El areonauta inglés M. Simmons acaba de inventar una máquina que NOVEDADES CIENTÍFICAS 279 está llamada, sin duda, á producir una revolución en el ensayo de la na- vegación aérea. Es un aparato por medio del cual puede el areonauta elevarse en los espacios sin gas ni globo. Consta de dos planos superpuestos en for- ma de abanico, de 25 metros de largo por 25 de ancho, que se espone á la acción del aire sujetándolo con uno cuerda como un volatín. Cuando ese aparato se ha elevado á 170 metros del suelo, el areonauta sube á la barquilla que se halla dispuesta bajo los planos, y entonces se cortan las amarras, poniéndose el aparato en movimiento en dirección horizontal con la rapidez de un pájaro. y< Fósforos sin iósSoro. — Dice el mismo periódico : « Después de largos estudios, el profesor del instituto técnico de Forli, señor Vicenzo Riatti ha conseguido descubrir el modo de fabricar fósforos sin fósforo. Por poco que se conozcan las propiedades venenosas del fósforo, pue- den comprenderse los daños inmensos que pueden seguirse á la salud con solo tener en la habitación cerillas fosfóricas ; por lo tanto, el pro- fesor Riatti ha prestado un verdadero servicio á la humanidad. Estos nuevos fósforos tienen las grandes ventajas de inflamarse con leve frotación sobre cualquier objeto, no estallan ni aun golpeándolos, son inodoros y resisten á la humedad. Este reciente invento, del que hacen grandes elojios los periódicos de Italia, está llamado á producir una revolución en la fabricación de los fós- foros, artículo tan necesario en la actualidad y del que se consume por valor de muchos millones ; y esta revolución será tanto mas rápida y pro- funda, cuanto que el costo de la fabricación de las cerillas por el sistema Riatti es muy inferior al que hoy tiene la cerilla fosfórica. Concurso. — En Suiza se ha abierto un concurso para presentación de proyectos de un edificio de Administración federal en Berna. Se admitían los planos hasta el 25 de Setiembre del corriente año, y el programa detallado se ha publicado en la Gazetle des Architectes, que ve la luz en París, en el número correspondiente al 31 de Mayo pasado. Exposición de París de 1898. — Superficie cubierta, 270.000 metros; anexos y jardines, 450.000; superficie total, 720.000 metros. La superficie disponible para los expositores en París en 1867 era el doble, en Filadelfia el triple, y el año 1878 será en París el cuádruple de la del palacio de cristal en 1851. La estension dada á los concursos agrícolas y la introducción de las construcciones extranjeras, han obligado á aumentar notablemente la extensión de los terrenos anexos á las Exposiciones; en 18G7 era veinte veces mayor, y en 1878 será treinta veces mayor que en 1851. 280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lia dinamita. — A consecuencia del terrible accidente sucedido en el puerto de Breinerhafen (Brema), por la explosión de la dinamita, producida por la máquina Thompson, el trasporte de dicha sustancia encuentra serias dificultades en Austria. El Gobierno Austríaco ha encomendado á Garlos Beckerheim, capitán del Estado Mayor de la artillería y profesor de química, el estudio de esta cuestión, para asegurar si el trasporte de la dinamita es ó no peligroso. Después de numerosos experimentos, Garlos Beckerheim ha informado diciendo, que la dinamita es la materia esplosible de trasporte más seguro, y que no puede inflamarse si está perfectamente embalada en cajas de madera. Los ferro-carriles austro-húngaros han trasportado 12 millones de kilogramos de dinamita, y las fábricas de Zamky y Presburgo han pro- ducido más de cinco millones de kilogramos, sin el menor accidente. El 9ti!s em París. — El consumo de gas del alumbrado ha aumentado considerablemente en París en estos últimos veinte años. En 1855 era solo de 40.747.400 metros cúbicos, mientras que en 1875 ha sido de 175.938.244 metros cúbicos. París tenia últimamente 111.221 consu- midores de gas particulares, 33.000 luces públicas y 1.932 kilómetros de cañería. S'erro- Carriles. — El consejo de administración de los ferro-carriles del Oeste de Francia ha decidido últimamente, que á partir del próxi- mo invierno, los coches de 2" y 3^ clase lleven caloríferos en las lineas principales de la Gompañia. Obras de salubridad de París. — Las galerías, conductos y tubos que distribuyen el agua y el gas por todos los barrios de Paris, ó que evacúan las aguas de lluvia, ocupan una extensión considerable. Los conductos de agua miden 1.431.000 metros. Los de gas, 41.510.044, y han conducido en el año 1872, 125.447.688 metros cúbicos, que representan un valor de 33.800.000 francos. Por último, las alcanta- rillas, incluyendo en esta denominación los grandes colectores y los registros, tienen una longitud de 630.656 metros. Catálogo. — La Comisión Directiva de la Sociedad Científica Argen- tina ha resuelto publicar en folleto y distribuir el catálogo de la Biblio- teca, que ha sido ya terminado. COMISIÓN DIRECTIVA Presidente D. Pedro Pico. Vicc-Presidente 1° D. Guillermo White. » 2° D. Miguel Puiggari. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. Tesorero D"' D. Carlos Salas. / D. Ángel Silva. I D. Luis A. Huerco. Voccdes j D. Enrique Aberg. D. Valentín Balbin. D. Carlos Olivera Comisión de Perforaciones D. Juan J. J. Kyle. — D. Eduardo Carenou. — D. Pe- dro Pico. — D. Valentín Balbin. — D. Luis A. Huerco. Comisión Keformadora del Reglamento D. Luis A. Huerco. — D. Pedro Pico. D. Ángel Silva. Comisión encargada de formular un proyecto de reglamento para los concursos sobre Obras Públicas. Enrique Aberg. — Ignacio Firmat. — Luís A. Huerco. — Carlos Olivera Director del Museo Dr. Don Carlos Berg. Comisión encargada de reunir antecedentes y documentos sobre obras públicas Luis Silveira. — Félix Rojas— Rómulo Otamendi. — Carlos Stegman. — Juan Pirovano. Comisión encargada de informar sobre la fábrica de cimento de Barracas Miguel Puiggari. — Adolfo Buttner LISTA DE LOS SOCIOS Ardenglii, Felipe L. Arocena, Qárlos Árala, Pedro Aguirre, Eduardo Amoretti, Feliz Aberg, Enrique Ayerza, Rómulo Benitcz, José Benoit, Pedro Brian, Santiago Bunge, Ernesto Burgos, Juan Marlin Buschíasso, Juan Biittner, Adolfo Balbin, Valentía Berg, Carlos Barbosa d'Oliveira, A. Coronel!, J. M. Carvalho, Antonio J. Coglhan, Juan Clérice, E. E. Caprale, Jacinto Castilla, Eduardo Cooper, Jorje Chaves, Juan Adrián Carenou, Eduardo Costa, Ángel F. Cadres, Jorge. Coni Pedro. Crabtree, Enrique Dr. Guillermo Rawson. ACTIVOS Cagnoni, Juan I Lavalle, Francisco Chapeaurouge, Carlos Lindmark, Knut Cagnoni, A. N. Lagos, José IVI. Cascallar, Joaquín i Leslie, Arnot Cuesta, Ángel de la Lloyd, Jaime Dillon, Juan (hijo) Larguier, Augusto Díllon, Juan (padre) Lassepas, H. . Dillon, Justo Lagos, José A. Dawney, Cérlos Mané Marcos Encina, Carlos Monetta, Pompeyo Elia, Ezequiel de Moreno, Francisco P. Fader, Carlos Maglione, Luis Florent, A. Madero, Ernesto Firmat, Ignacio Médici, Juan Franco, Estanislao Muñiz, José M. Guerrico, José P. de Marainí, J. Gorordo, Fermín Maqueda, Joaquín. Gallaraní, Carlos Newman, Federico Gutiérrez, Juan M. Oyuela, Ignacio Gore, Enrique Olivera, Carlos García, J. A. Otamendi, Rémulo Gaffarot, Carlos. Oldendorff, Ernesto Herrera Vegas, Rafael Peña, Enrique Huergo, Alfredo Pírovano, Juan Higgin, Jorje Palacios, Rodolfo Huergo, Luis A. Pico, Pedro [Cesar de Hernández, Rafael Pádua Fleury, Augusto Kyle, Juan J. J, Pérez, Victorino Knoblauch, Osear. Pico, Octavio Krause, Otto Puiggari, M. HONORARIOS Dr. Benigno A. Gould. — Dr. Germán Burmeister Visca. — D. Mario Isola, CORRESPONSALES Palmer Smithíes, J. Parody, Domingo. Quirno Costa, Norb'". Kosetti, Emilio Ringuelet, Augusto. Rojas, Félix. Roberts, W. Roberts, Pedro J. Silva, Ángel Silveyra, Olozabal L. Stegman, Carlos Sierra, Julio Salas, Carlos Sienra y Carranza, L. Sánchez, Matías Serna, Julio Símpson, Juan D. Salas, Miguel T. Salas, Saturnino L. Schnyder, Otto Tapia, Zacarías Tedin, Miguel Trant Lorenzo Viglionc, Luis A. White, Guillermo Warner, Rodolfo Wilson, M. Villanueva, Guillermo Zeballos, Estanislao S. Zárraga, Simón, Germán Ave-Lallemant. . . León Domesq ,.,..,, Pellegrino Strobel Miguel Sánchez Nuñez.... Luis Jorge Fontana C. Van Beneden Felipe Caronti Federico Schickendantz ... Samuel Lafone y Qiievedo,. Euladislao Neto San Luis. Madrid. Italia. Montevideo. Villa Orcidental Lieja. (Béljica). Babia Blanca. Pilciao (Catm»). Pilciao (Catm>). Rio Janeiro. Juan Martin Leguizamon.. Salta. Luis Brackebusch Córdoba. Juan Lubok Londres. Walter F. Reid Londres. Carlos Barbier París. Maxs. Siewert Alemania, Rodolfo Arteaga Montevideo. Gualberto Méndez Montevideo. Francisco Vidal Montevideo. A LOS SUSCRITORES Por reclamos, artículos, suscriciones, eiiíin, por todo lo relativo á estos Anales, ocurrarse al local de la Sociedad^ Perii, 92 (altos). BIBLIOTECA La Junta Directiva ha resuelto : « 1" Que el local de la Sociedad permanezca abierto todos los dias de trabajo de 12 á 4 de la tarde, y de 8 á 10 de la noche ; « 2° Formar una lista de los libros que los señores socios quiei'an pedir para la Biblioteca de la Sociedad, lista que estará en el local de Secretaria, para que se anoten en ella los pedidos. » Buenos Aires, 23 de Setiembre de 1875. ■ JUNTA DIRECTIVA Se reúne en sesión ordinaria el Jueves de cada semana á las 8 de la noche. ASAMBLEA La Sociedad se reúne en Asamblea general el 1» y 15 de cada raes. La órdn del dia se publica por los diarios. ANALES SOCIEDAD ' científica ARGENTINA COMISIÓN R E D A C T O R A 'Presidente r... D. Pedro Pico. Secretario D'' D. Estanislao S. Zeballos. I D. Guillermo Villanueva. Vocales ' < D. Pedro N. Arata. D. Juan J. J. Kyle. DICIEMBRE DE 187G. — EiNTREGA VI. — TOMO II PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRICION LOCAl DE LA SOCIEDAD, PERÚ 92, Y EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS Por mes, en la Ciudad 3S g m/c • fuera de la Ciudad.... 30 » La. suscr-icion se paga anticipada BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CON!, ESPECIAL PARA OBR.^S 60 — CALLE POTOSÍ — 60 índice de la presente entrega I. — ACTAS DE LA ASAMBLEA (1876) y de la COMLSION DIRECTIVA (1875) ■ II. — DOCUMENTOS (1876).— Hierro oligisto en San Luis. — Nive- laciones.— Compra de una casa para la Sociedad. — Perfo- raciones en la Provincia de Buenos Aires. III. — CARBURADOR DE GAS. — Espediente seguido en la Sociedad Cientilica Argentina sobre un aparato Carburador de gas. IV. — ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. Memoria presentada al concurso de la Sociedad, por el líp. Estanislao S. Xeltallo» fContinuacioiíJ. V. —ESQUISTOS GRAFITOIDES DE LA FLORIDA. (Banda oriental), por TUS, Pnig:gari. VI. - BIBLIOGRAFÍA. — Conferencias de Córdoba, por S. C. IWept. VII. — NOVEDADES CIENTÍFICAS : Observaciones sobre la disertación de D. C. Revilla « La circu- lación atmosféiica», por JF. Carouti. — Estudios sobre los Calchaquies, por Príugles. VIII. — ÍNDICE DEL SEGUNDO TOMO. ACTAS Y DOCUMENTOS SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ASAMBLEA Sesión Estraordinaru del 7 de Octubre de i 876. Presidencia del Sr. While. Viglione. Pérez. Pirovano. Costa. Otamendi. Rojas. Berg. Aberg. Schnyder. Aguirre. Cagnoni, J. Knoblauch. Moreno. Huergo, L. A Lagos, J. M. Cascallar. Amoretli. Olivera. Carvalho. Palacios. Rosetli. Sánchez. Abierta la sesión á las ocho y media de la noche con asistencia de 22 socios cuyos nombres van espresados al margen, y presidida por el vice-presidente i" por ausencia del Sr. Presidente, se procedió á dar lectura del acta de la sesión anterior, que fué aprobada sin ob- servación. En seguida se leyeron los proyectos de los señores Miguel Puiggari y José Marcelino Lagos, presentados en sustitución del de la Junta Directiva sobre Conferencias Públicas. Invitado por el Presidente el Sr. Amoretti para que presentara el artículo 9° que habia de sostituir al 6» del proyecto de la Comisión, y de cuya redacción se le ha- bia encargado en la sesión anterior, este señor contestó que no teniendo conocimiento de esta circunstancia no lo traia redac- tado, agregando que creia no haber recibido tal encargo. El Sr. Huerco.— Propuso entonces que se dejara el art. 6° tal como lo presentaba la Junta Directiva; pero que en vez de dar á esta la prerogativa de designar el ramo sobre que versarían las conferencias, fuera la Asam- blea la que tuviera esa facultad. El Sr. Amoretti. — Dijo que no habiendo estado presente el socio que dejaba la palabra en los momentos en que se discutía este punto en la sesión anterior, no era esiraño que hiciera tal proposición aun cuando ella habia sido rechazada en aquella sesión. A esto contesió el Sr. Huer- go que si biea era cierta su ausencia en aquellos moment/s, no era 282 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA menos cierto que lo único que se habia rechazado en la sesión anteriur era que la Comisión Directiva fijara los temas sobre que habia de diser- tarse, pues tal era lo único que se desprendía de la última parte del acta. El Sr. Lagos. — Se espresó, diciendo, que el espíritu que habia predo- minado en la Asamblea anterior, no era otro que el rechazo de dar la fa. cuitad de que se trataba, tanto á la Comisión Directiva como á la Asam- blea. El Sr. Schnyder. — Se espresó en el mismo sentido, agregando que lo que entonces se habia tentado era dejar á voluntad de los mismos socios los temas sobre que versarían las conferencias ; y que aun cuando esto no habia sido sancionado, habia sido objeto de una moción que debia ser discutida y votada con preferencia á la presentada por el Sr. Huergo, por- que la amparaba el derecho de prioridad. El Sr. Huerco. — Pidió al Secretario la lectura de la última parte del acta, qiie decía: « Leiilo el arlículo 6" dio margen á una discusión sobre si la Comisión Directiva debia íijir los temas ó lus clejiriaii libremente los conferenciantes, y se inanifestarün en favor de esta última idea los se- ñores Lagos, Puiggnri, Amurelti, Schnyder y Salas». «Votado el artículo fué rechazado resolviéndose que la Comisión Directiva no fijaría los ramos de la ciencia sobre que deben versar las conferencias. » El mismo señor Huergo agregó que de lo que acababa de leerse se des- prendía claramente que lo único que habíase decidido en la última sesión era privar á la Junta Directiva del derecho de fijar los temas para las con- ferencias. Que el acta era el único documento que pudia en este caso hacer fé; y ({ue desprendiéndose de ella lo que acababa de afirmar, era lo mas natural, presentar una moción cualquiera que sostituyera al artícu- lo 6» del proyecto, en cuya virtud, volvía á hacer la moción que habia sometido á la asamblea desde un principio, á saber: «La Asamblea desig- nará anualmente los ramos de la ciencia sobre que versarán las conferen- cias del año, é invitará á los socios á hacerse cargo de cada una de ellas. » El Sr. Presidente. — Propuso poner á votación el artículo tal como lo presentaba el >r. Huergo. El Sr. Lagos. — Observó que únicamente podría tener efecto la propo- sición que acababa de hacerse, en el caso de que se rectificara lo que habia quedado concluyentemente decidido en la sesión anterior. Después de algunas otras observaciones hechos por los señores Rojas y Amorelti, afirmando este último que lo que se habia resuelto era dejar el tema de la conferencia á voluntad del conferenciante, el Sr. Presidente volvió á insistir en poner á votación el articulo propuesto por el Sr. Huergo, á lo cual se opuso el señor Schnyder. Tomó la palabra el Sr. Pérez y declaró que no veía inconveniente para que se votara el artículo del Sr. Huergo, desde el momento que era la única moción que se habia presentado hasta entonces, habiendo sido su- ficientemente apoyada desde un principio. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 283 Después de una corta discusión en que tomaron parte los señores Kno- blaucli, Lagos, Huergo y Schnyder, quedó con la palabra el Sr. Lagos» afirmando lo que hasta entonces venia sosteniendo, tal era que en la sesión precedente se liabiá acordado destituir á la Junta Directiva como á la Asam- blea de la facultad de designar los temas á los conferenciantes. Que para tener conocimiento de esto no se necesitaba haber asistido á aquella sesión sino fijarse en el tenor de la última parte del acta leida, cuya lectura volvió á pedir al Secretario. El Sr. Huerco. — Fundado en las mismas palabras que acababa de leerse, repitió que solo á la Junta Directiva se le habia privado del derecho de fijar los temas de las conferencias; y que bien claro era que con esto no habia querido diciarse igual medida respecto á la Asamblea. El Sr. Lagos. — Diju que creía oportuno que fsia discusión se cortara por medio de una votación que decidiera si la última parte del acta de la sesión anterior, no importaba decir que los temas debian ser elejidos por los mismos coníerencianles. El Sr. Rojas. — Piílió la palabra y presentó el -•siguiente proyecto de ar- ticulo : « La Asamblea General designará anualmente el número de con- ferencias que tendrán lugar, dej indo á los conferenciantes el derecho de elegir los lemas, de conformidad con el art. 1° de las bases de la Sociedad». Agregó que presentaba ese proyecto para el caso de que, rechazada la moción del Sr. Huergo, tuviera la suya la prioridad sobre cualquiera otra. En seguida propuso se declarara cerrado el debate, y apoyada la indi- cación se votó y resultó afirmativa. El Sr. Presidente. — Dijo que iba á votarse la moción previa del Sr. Lagos, de sí la última parte del acta de la sesión amerior, signifi- caba ó no que solo los conferenciantes podrían fijarse los temas sobre que hablan de disertar. En seguida se procedió á votar, resultando afirmativa en el primer sentido. Antes de verificarse esta votación se retiraron del salón de la sesión los Sres. Pérez, Pirovano, Otamendi, Moreno, Huergo (L. A. ), Olivera y Garvalho. Se puso en discusión el artículo propuesto por el Sr. Piojas. El Sr. Schnyder. — Opinaba que el artículo 5° del proyecto de la Co- misión, significaba lo mismo que proyectaba el Sr. Rojas, y que dicho artículo estaba ya sancionado. El Sr. Aguirre.— Propuso el articulo 8» del proyecto de la Comisión para sustituir al 6° del mismo; y después de un breve cambio de ideas se votó esta indicación resultando afirmativa general. El art. 6° quedó sancionado de esta manera; «art. 6». El conferen- ciante elijirá cualquiera de los temas de la ciencia que cultiva esta So- ciedad ». 284 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Se puso á discusión el art. 7°. El Sr. Viglione. — Dijo que al discutirse el art. 5° habla deseado am- pliarlo con algo que creia llenarla las exigencias de la Sociedad ; que no habiéndolo podido hacer en aquella sesión por lo avanzado de la hora, se proponia llenar su objeto presentando al juicio de la Asamblea un proyecto que tendia á favorecer á la juventud estudiosa, proyecto qu* entregó al Secretario para ser leido y que decía así: «Artículo Todas aquellas personas no comprendidas en lo dispuesto en el art. 5° y que desearen tomar parte en las conferencias, remitirán sus traliajos á la Comisión Directiva, quien resolverá después de examinarlos sobre su aceptación ó rechazo». El Sr. Rojas. — Dijo que creía que aceptado el artículo que acababa de leerse, las puertas de la Sociedad quedarían abiertas á los charlatanes que se titularan reputaciones, y con cuyas disertaciones recargarían mucho los trabajos de la Comisión Directiva, Los Sres. Amoreltí y Schnyder rebatieron al Sr. Rojas, diciendo el primero que así como quedarían abiertas las puertas á los charlatanes, abiertas también las tendrían todos aquellos jóvenes de provechosa inte- ligencia, haciéndose un deber en recordar en esta ocasión al joven Gar- della, premiado en la Exposición de 1875. El Sr. Schnyder se espresó en el mismo sentido, apoyando la moción del Sr. Viglione, pero creia que en vez de ser la Comisión Directiva la que había de examinar los trabajos presentados, debía facultarse á la misma para nombrar una Co- misión ad hoc que se encargara de ese estudio. Después de cambiar algunas ideas se puso á votación el artículo tal cual había sido propuesto, y fué rechazado contra cuatro votos. El Sr. Rosetti. — Propuso que las conferencias pudieran ser dadas en cualquier idioma, sobre cuyo asunto trabóse una breve discusión, en la que tomaron parte los Sres. Gostaj Amoretti, Schnyder, Aguírre y Cas- callar, resolviéndose por último dejar la proposición del Sr. Rosetti en- tre el número de las medidas cuya resolución había de determinar la Junta Directiva, como lo establece el artículo 15 del proyecto. Los artículos 7 y 8 del proyecto fueron suprimidos, pasándose á la discusión del arlículo 9, en cuya sustitución presentó el Sr. Amorettj el artículo 7 con alteraciones que lo dejaban determinado como sigue : « Si para cada tema hubiera mas de un conferenciante, la Comisión Di- rectiva designará por orden de prioridad, el día en que cada uno deba esponer su conferencia ». Después de una breve discusión fué votado y apoyado por afirmativa general. El artículo 1" quedó sancionado tal como había sido presentado. Los artículos H y 12 fueron suprimidos, en seguida siendo sancio- nados los designados con los números 13, 14 y 15 del proyecto de la Junta Directiva. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1876 285 El Sr. Presidente. — Declaró sancionado todo el proyecto en la forma siguiente : CONFERENCIAS PÚBLICAS PROYECTO APROBADO POR LA ASAMBLEA GENERAL Art. 1". La Sociedad Científica Argentina resuelve inaugurar una se- rie de conferencias públicas, con el propósito de fomentar y propagar los conocimientos y estudios científicos. Art. 2". La Comisión Directiva determinará el número de conferencias anualmente y fijará los dias y horas en que ellas deben tener lugar. Art. 3°. Las conferencias serán dadas por miembros activos, honorarios ó corresponsales de la Sociedad, ó por personas de reputación científica que se ofrecieran ó fueran invitados al efecto. Art. 4». El conferenciante elegirá el tema en cualquier ramo de las ciencias que cultiva esta Sociedad. Art. 5°. Si para cada tema hubiera mas de un aspirante, la Comisión Directiva designará por orden de prioridad el día en que cada uno deba es- poner su conferencia. Art. 6°. El conferenciante dará aviso á la Comisión Directiva del tema elejido quince dias antes, á lo menos, del dia señalado para el acto público. Art. 7". Las conferencias serán publicadas, integramente ó en estracto, en los Anales de la Sociedad. Si el autor no hubiera escrito su discurso, la Comisión podrá hacerlo tomar taquigráficamente. Art. 8". Si ajuicio de la Comisión hubiese necesidad ó conveniencia, podrá acordar conferencias extraordinarias. Art. 9°. En el acto de la conferencia, solo podrá hacer uso de la pa- labra el autor. Si el asunto diera lugar á debates, estos podrán ini- ciarse en la primera asamblea ordinaria que siguiera á la conferencia. Art. 10. La Junta Directiva llenará las deficiencias de esta resolución que la práctica revelara, y adoptará todas las medidas que fueren opor- tunas para el mejor éxito de las conferencias á que se refiere este acuerde. En seguida se levantó la sesión, siendo las once y cuarto de la noche. Guillermo White. Vice-Presidente 1°. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA COMISIÓN DIRECTIVA Sesión del 30 de Noviembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. A las oclio de la noche fué abierta la sesión con White. . . , , - , ■ , , . Eeballos. asistencia de los señores designados al margen. g"!'"^''- Leida el acia de la anterior fué aprobada. Brian. Dióse lectura de los asuntos entrados en este orden: ^''^^" Una ñola del Sr. Crainer, presidente de la Comi- sión encargada de la obra de la nueva cárcel, comunicando qne habla tomado las medidas conducentes á fin de que la Sociedad obtuviese el mejor éxito en su escursion. Una nota del Sr. D. Ernesto Bunge en el mismo sentido. Fué atlraitido en calidad de socio activo el Sr. D. Antonio Barbosa D'Oliveira, médico hemeópata. Leida una nota del Sr. Comolli en que avisa que se ausenta para Asia y pide que se le cambie el diploma de socio activo por el del socio corresponsal, se resolvió que era esta cuestión un caso nuevo, im- previsto por el reglamento y se acordó elevar el asunto á la Asamblea, por cuatro votos contra dos. Se leyó una comunicación del Sr. D. Ángel Costa remitiendo una muestra de carbón mixto de su invención para ser estudiado por la Sociedad. El Sr. Pico. — Manifestó que el autor del invento pensaba hacer un ensayo en uno de los ferro-carriles de la ciudad, con el propósito de procurar utilizar el carbón mixto en vez del carbón de piedra. El Sr. White. — Dijo que el carbón mixto no era una invención re- ciente, porque en Europa era fabricado en alia escala. AUi se usa en las ferro-carriles, pero para máquinas especiales que tienen un hogar construido para usar ese conbustible. No sucedería lo mismo en las máquinas ordinarias, porque el carbón mixto se hace pasta al quemarse y el hogar quedaría obstruido, hacién- dose ineficaz su acción en las máquinas comunes en el país. Recordó que en Bélgica habia sido motivo de un concurso la mejor elaboración del carbón mixto. Después de estas esplicaciones quedó acordado que el Sr. Pico pe- dirla mas datos al esponente de la muestra presentada á la Comisión. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 287 Pesidente. Zeballos. BüUner. Balbin. Brian. Reíd. Silva. Sesión del i de Diciembre de i 875. Presidencia del Sr. Pico. Abierta la sesión con asistencia de los señores de- signados al margen, se leyó y aprobó el acta de la precedente. Leida una comunicación del Sr. Robertson sobre la canaria empleada en las perforaciones, se acordó con- siderar definitivamente el asunto en la primera reunión próxima de la Comisión. El Sr. Balbin. — Espuso que las sesiones ordinarias de la Sociedad quedaba en recebo del 1" de Diciembre á Marzo según el reglamento. Cambiadas algunas ideas quedó acordado que continuarian las sesiones en el carácter de estraonlinarias, á fin de fomentar los trabajos de la Sociedad y de estimular el aumento de la asistencia de socios á los sesiones. El Sr. Zeballos. — Dio lec(ura de un memorándum y proyecto sobre la fundación de los Anules de In Sociedad Científica Argentina. Atendida la impurlancia del asunto y lo avanzado de la hora, se apla- zó su consideración para mejor opürtunidad. El Sr. Büttner. — Indicó la conveniencia de hacer presente á los miembrus informantes sobre varias escursiones ya realizadas, la necesidad de concluir sus memorias y piesentarlas. Estando presentes en la reunión varios de los comisionados, se dio por hecha la indicación. Se recomendó también á los Sres. Silva y Brian, encargados de redactar el reglamoMto de la Biblioteca, que activasen sus trabajos. No habiendo otros asuntos á la orden del dia se levantó la sesión á las diez de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Vice-Presidente. 1' Rosetti. Zftballos. BiiUner. Balbin. r.mü. Huergo. Reid. Silva. Sesión del 9 de Diciembre de 1875. Presidencia del Sr. White, Abierta la sesión á las 8 '/j de la noche con asis- tencia de los Sres. nombrados al margen, fué leida y aprobada sin observación el acta de la sesión prece- dente. Los asuntos entrados se reduelan á una nota fir- mada por diez socios presentando al Dr. D. Germán Burmeister como socio honorario. — Fué aceptado. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ORDEN DEL DÍA. El Sr. Secretario leyó la comunicación del Sr. Robertson fechada el i" de Diciembre sobre la cañería empleada en las perforaciones que lleva á efecto. Se abrió el debate sobre el asunto. El Sr. Huerco. — Pensaba que siendo obligación del contratista ter- minar las perforaciones, estaba en el deber de servirla con buenas ca- ñería. Si el contratista no cumple tales condiciones, tenia sin duda culpa por infringir el contrato. El Sr. Reíd. — Observó que el contratista puede en efecto colocarlos caños; pero que ahora se trata de inconvenientes que han surgido des- pués de su colocación. El Sr. Huerco. — Dijo que realmente la clase de caños usado, no se presta á una fácil colocación, mucho mas si el terreno es firme, por- que haciendo entrar los tubos usados en la perforación por medio de golpes, se rompían inmediatamente. El Sr. White. — Recordó que en cuanto á la resistencia de los caños, debia tenerse presente que, no fijando su espesor el contrato, el asunto se prestaba á interpretaciones. El Sr. Huerco.— Replicó que el silencio del contrato á este respecto, solo significaba una consideración que se habla tenido con el Sr. Ro- bertson, en atención á ser socio. Que se le habia querido dejar en la mas amplia libertad para elejir la cañería necesaria; pero que él tenia la obligación de llenar sus de- beres aún á pesar de las consideraciones de que habia sido objeto. El Sr. Brian. — Dijo que hasta ese momento lo único que se sabia, es que los caños determinados en el contrato eran malos para los ob- jetos á que están destinados ; pero que uo era posible formar una idea definida sobre el particular, porque falta saber á qué tratamientos están sometidos dichos tubos al ser colocados. El Sr. White. — Observó ai Sr. Brian que los caños eran ineficaces indudablemente, lo que resultaba del examen de las muestras presen- tadas á la Comisión por el contratista. El Sr. Reíd. — Agregó que los mismos caños ahora usados, no per- miten tener seguridad sobre el oríjen verdadero de las muestras de agua estraidas de las perforaciones. El Sr. Balbin.— Pidió la palabra y dijo que á su juicio el origen de estos incidentes se encontraba en errores cometidos por las dos partes contratantes. ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 289 Efectivamente, en cuanto al Sr. Robertson había cometido errores en su presupuesto, calculando mal el precio en cada yarda de caños. Y en cuanto á la Sociedad no especificó clara y detinidamente la ca- lidad de los caños ni su espesor. Ahora el Sr. Robertson se presenta diciendo que los caños son malos; pero esto no es del todo evideute, por cuanto recien empieza á usarlos, por consiguiente le parecía necesario que siguiera empleándolos el con- tratista para deducir de la práctica los verdaderos inconvenientes. Además, agregaba, las perforaciones no dan buenos resultados, y es probable que no los darán. Obligando al contratista á mejorar la cañería, probablemente no lo hará por no convenirle y rescindirá el contrato. El Sr. Büttner. — Declaró, que en efecto, aún no tenia la Sociedad datos ni indicios seguros, suministrados por el Sr. Robertson, de los cuales fuese posible deducir de una manera indudable cual sea el re- sultado que den las perforaciones. Ya que la Sociedad, decia, ha inducido al Gobierno á entrar en estos trabajos, es oportuno buscar una solución conveniente y decorosa. El Sr. Balbin. — Dijo que en el interés de ilustrar sus opiniones, tenia algunos datos que reputaba de interés. Con fecha 25 de Abril de 1875, el Sr. Robertson contestaba á una pre- gunta particular del Sr. Kyle, Presidente de la Sociedad, díciéndoles que sus precios correspondían á tubos de 2 pulgadas, de hierro galvanizado; que los de 0'"08 á 0™10 de diámetro, ó sea de 3 á 4 pulgadas in- glesas, vallan 8 $ftes. la yarda lineal, y que en la mitad de las per- foraciones usaria tubos de chapa delgada. Aunque esta contestación no fuese muy clara, sin embargo, su inter- pretación natural es que usaria tubos de dos pulgadas del grosor pro- porcionado, y que nunca colocarla tubos de menos grosor en mas de la mitad de una perforación que los que llamaba la chapa delgada. Los tubos que el Sr. Robertson está colocando no son de hierro chapa delgada, sino de chapa tan delgada que si los hubiera mostrado no ha- brían sido admitidos. Terminó diciendo que si en el contrato no consta la condición de los caños, la Comisión debia atenerse á la carta de fecha 25 de Abril del Sr. Robertson, porque esa carta era un antecedente del contrato, y tenia mucha importancia para su buena interpretación. El Sr. White. — Manifestó que le parecía prudente leer el contrato, pues creía que la Sociedad no debe entenderse con el Sr. Robertson, y que el asunto debia ventilarse entre este y el Gobierno directamente. El Sr. Zeballos.— Observó al Sr. White que el Gobierno habla en- cargado á la Sociedad del arreglo de este incidente, por indicación del Departamento de lügenieros de la Provincia. 290 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AnGENTINA El Sr. Huerco. — Opinaba que se habia cometido un lamentable error contratando las obras con un socio activo. No le parecia mal indicarle que se entienda directamente con el Go- bierno; pero creia necesario comunicar á éste una opinión definitiva so- bre lo que ha de hacerse. El Sr. White. — Insistió en la idea de que solo el Gobierno podia dar solución al incidente. El Sr. Zeballos. — Observó que al Gobierno no se le podia contestar ni una palabra aún, hasta no conocer la resolución definitiva del con- tratista. En este caso, seria oportuno oficiar al Gobierno sobre las medidas adop- tadas por la sociedad en cumplimiento del encargo recibido, darle cuenta de las pretensiones del contralista y de la opinión de la Sociedrid, para que entonces el Gobierno resuelva lo que eslime conveniente. Agregó que el Sr. Robertson estaba en ante-salas en previsión de que pudiera ser necesario pedirle algunos datos. Creia que el contratista tenia deseos de proponer un medio de tran- sacción. En esta virtud hizo moción para que fueran dos socios á pedirle datos y su última palabra sobre el asunto. Apoyadas estas ideas fuerun comisionados para conferenciar en ante- salas con el Sr. Ruberlsou los Sres. White y Huergo. La Comisión pasó á un cuarto intermedio. Vueltos á sus asientos los señores miembros de la Comisión, el Sr. Huergo dijo: Que el Sr. Robertson se proponía que esta cuestión fuese resuelta á la brevedad posible. Que él colücaria en las perforaciones tubos de hierro de 5 pulgadas de diámetro y 0"002 de espesor hasta pasar las aguas superficiales, y pasada esa profundidad seguirá empleando tubos de los ya usados hasta encontrar la arena fluida. Que solo exijia de la Sociedad la garantía de la compra de esos tubos de hierro, descontando su importe del valor que el Gobierno le abonase por sus trabajos. Los señores Silva y Rosetti. — Pensaban que no debia dar tal garantíala Sociedad. El Sr. Balbin. — En vista de tales proposiciones, creia llegado el momen- to de resolver lo que debiera aconsejarse al Gobierno. El Sr. White. — Propuso que se adoptara la cañería en estas condiciones: Un caño de 5 pulgadas de diámetro y 3 milímetros de espesor para los 20™ primeros. Otros de 4 pulgadas y 3 milímetros en los 20™ siguientes. Otro de 3 pulgadas y el mismo espesor que el anterior hasta encontrar la arena fluida, ó en su defecto hasta los 60". ACTAS DE LAS SESIONES DE 1875 291 Dijo que habia hecho esta misma proposición al señor Robertson, pero que él no la aceptaba, pues tal cañería importaba 4,600 S ni/c, siendo este valor muy subido con referencia alo que recibe el contratista por cada perforación. El Sr. Rosetti. — Greia que en la parte inferior de las perforaciones era mas necesaria la buena cañería. El Sr. White. — Creia lo contrario, porque los tubos deben impedir de ese modo que la perforación quede obstruida. Greia que no eran aceptables las proposiciones del contratista, porque ellas tienen por objeto colocar buena cañería en la parte visible de las perforacio- neSj y tubos inferiores en lo que no está al alcance de la inspección de los inspectores del Gobierno. Terminó pidiendo que se le exijiera la colocación de los caños que antes habia indicado, dividiéndolos asi como la profundidad de las perforaciones en secciones de 20". El Sr. Buttner. — Dijo que si era de práctica emplear esa clase de caños en obras de tal naturaleza^ volaría porque se exijiera al contratista que los usase. El Sr. Brian— Juzgaba que era suficiente exijirle el empleo de tubos de un espesor de O^^OOS y 0™!0 de diámetro ó sea 4 pulgadas inglesas. üe esla suerte, si un tubo se rompe, siempre admite la colocación de otro de menor diámetro; permitiendo á la vez continuar la perforación con un barreno mas delgado. El Sr. White. = Insistió en que debieran emplearse de 20™ en SOm caños de O^IS, Oi^lO y 0"7 de diámetro que corresponden á 5, 4 y 3 pul- gadas inglesas. Dijo que al hacer estas indicaciones debia entenderse que la longitud del caño de los primeros 20™ podía ser disminuida, pues solo llegaría hasta pasar las aguas de filtración, continuando en seguida con esos tubos de menor diámetro y espesor. El Sr. Brian. — Pensaba que la Comisión debiera limitarse á ordenar al contratista que mantenga siempre abierta la perforación, de modo que sea fácil inspeccionarla. En cuanto á los caños, para evitar toda clase de incidentes y vacilaciones, podría fijársele un diámetro y un espesor como minimum. El Sr. Huerco. — Dijo que las medidas propuestas por el señor White pa- ra ser comunicadas al contratisla, tenian este inconveniente; que escedian las indicadas en el contrato. Aceptadas las medidas del señor White, el contrato vendría á recibir un voto de censura dado por la Gomision, lo cual no era aceptable. En cuanto al diámetro de los tubos, no veia otro camino mas que adoptar la medida dada en el contrato. En cuanto al espesor, proponía fijar el mínimum de O^OOS. Leído el contrato, resultó que el diámetro mínimum de los tubos seria de 3 pulgadas inglesas. 292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Sr. Buttner. — Apoyó las ideas del señor Huergo, pero pensaba que el espesor debía limitarse hasta O^OOS. El Sr. Rosetti. — Observó que no era posible formarse una idea precisa del espesor que debiera darse á los tubos, sin conocer previamente las fuer- zas de presión de los terrenos y de las columnas de agua que iban á obrar sobre dichos tubos. El Sr. Balbin. — Dijo que él podia dar algunos datos sobre el particular. En efecto, agregó, los caños que se emplean en las aguas corrientes de Buenos Aires son de hierro fundido, y resisten una presión de 300 pies, con un espesor de 7» de pulgada. Siendo de hierro dulce los caños que debe emplear el señor Robertson, na- tural es que resistan mas con un espesor de O'nOOS de O^OOS. - Se votó si los caños debian tener 0'"004 de espesor. No hubo votos pa- ra este límite. Se votó si deberían tener 0'"002, y resultaron en favor 2 votos. En seguida se procedió á votar el mínimun para el interior del tubo, en la parte inferior de la perforación, y resultó mayoría en favor del límite de 3 pulgadas inglesas, dado por el contrato. Debiendo imponerse detalladamente la Asamblea de estos íncidentesj se resolvió que se leería el acta de esta sesión para su perfecta ilustración sobre el debate que precedió á las resoluciones de la Comisión. El Sr. White. — Dijo que en la precedente sesión se había resuelto en- cargar á los nombrados para redactar memorias sobre las últimas escursio- nes y que apresurasen los trabajos. El, como miembro déla Comisión que debe informar sobre la escursion al dique de defensa del parage en que debe consiruirse la torre para toma del agua que se ha de suministrar á la población, debía declarar que su opinión y la de sus colegas era que aún no había materia para una memoria en los trabajos practicados, por cuanto ellos no ofrecen por hoy mas que un interés privado para los empresarios. Que tampoco estaba la Comisión en condiciones de entrar á estudiar la calidad de las aguas en el parage elejido para tomarlas. Que por estas razones la Comisión pensaba proponer otra escursion mas adelante cuando las obras de la torre de toma de agua estuvieren mas adelantadas. El Sr. Büttner. — Espuso que todo cuanto acababa de manifestar el Sr. White era muy atendible, pero que la Comisión tenia el deber de dar por escrito á la Asamblea esas mismas esplícaciones. Así quedó resuelto. El Sr. White. — Informó á los señores presentes que la Comisión se reuniría el Sábado próximo en sesión estraordínaria, para tomar en con- sideración un proyecto pendiente en Secretaría sobre la fundación de la Revista de la Sociedad. ACTAS DE tAS SESIONES DE 1875 293 En seguida se levantó la sesión siendo las 10 y 25 minutos de la noche. Guillermo White. Vice-Presidente. Estanislao S. Ztballos. Secretarlo. Sesión del 11 de Diciembre de 1875. Presidencia del Sr. Pico. Presidente. A las 8 'A se abrió la sesión con asistencia de los Reíd. _ , , , Huergo. senores anotados al margen. ^^\^¿ Leida el acta fué observada sobre algunos datos que Büttner. se enmendaron, siendo aprobada en seguida. Silva. Zeballos. ORDEN DEL DÍA. Al entrar á ocuparse de ella, los Sres. Huergo, Brian y White se re- tiraron : Como la Comisión quedase en quorum se continuó la sesión. Se aprobó en general el proyecto del Sr. Zeballos sobre la publica- ción de los Anales de la Sociedad. Se acordó citar á la Comisión para el Lunes 13 á ñn de discutirlo en particular. Se levantó la sesión siendo las die2 de la noche. Pedro Pico. Presidente. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sesión del 23 de Diciembre de 1875. Presidencia del Sr. White. Presidente. A las nueve de la noche se abrió la sesión con asis- Zebaiios. tencia de los señores nombrados al margen. Büttner. Leida el acta de la anterior fué aprobada. Reíd. Se dio cuenta de los siguientes — Silva. ASUNTOS entrados. Una comunicación de la Comisión Redactora avisando haberse instalado, emprendiendo sus tareas y tomado un escribiente en 500 pesos mensuales. Una comunicación del Directorio del Ferro-Carril del Oeste ofrecien- do un tren espreso para el dia que la Comisión resuelva visitar los talUres de esa linea férrea. 294 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ORDEN DEL DÍA. Se acordó que la escursion á los talleres del Ferro-Carril del Oeste tuviera lugar el dia 8 de Enero á las 3 de la tarde, debiendo los con- currentes reunirse en la Estación del Parque. El Secretario informó que habia dos memorias presentadas á la Co- misión Redactora, á saber : Una del Sr. Puiggari sobre la influencia del carbón sobre las aguas potables. Otra del Sr. Arata sobre un salitre de Catamarca. La Comisión Directiva acordó que estas memorias se leyeran en la Asamblea del 1" de Enero. Se leyó una nota del Sr. Roberlson en la cual hacia presante las di- ficultades con que tropeznba para hallar en Buenos Aiies la clase de cañería que se le exijia emplear en las perforaciones. Después de un breve cambio de ideas la Comisión dio por terminado el incidente cim el Sr. Ruberl-on, y resolvió que se hiciera saber por escrito esto mismo, á dicho señor, agregáudole que la Junta sostenía en un todo el tema de sus precedentes comunicaciones. El Sr. Zeballos. — Recordó que estando sancionado ya el programa para el concurso de 1876 convenia publicarlo. Pidió autorización para hacer impriuiir y repartirlo entre todos los pe- riódicos de la Repúbliea, debiendo después publicarse como aviso per- manente en los diarios de la capital. Se concedió la autorización para hacerlo así. El Sr. Reíd — Pidió que se le votaran algunos fondos para comen- zar á fundar el Museo de la Sociedad y se le acordaron 600 ps. m/c. El Sr. Zeballos. — Propuso mandar hacer nuevos diplumas páralos socios, pero esta idea no fué aceptada. El Sr. Buttner. — Dijo que debia ausentarse para ultramar de un momento á otro, por cuyo motivo presentaría su renuncia de Tesorero. En consecuencia, pedia á la Comisión encargada dé examinar las cuentas y los libros de la Sociedad que se espidiera á la brevedad po- sible. Los comisionados Sres. White y Brian, que estaban presentes, pro- metieron hacerlo así. No habiendo mas asuntos de que tratar se levantó la sesión á las 10 ^¡^ de la noche. Guillermo White. Vice-Presidente . Estanislao S. Zeballos. Secretario. DOCUMENTOS 295 DOCUMENTOS (1996) HIERRO OLIGISTO EN SAN LUIS Buenos Aires, Abril 11 de 1876. A S. E. el Sr. Ministro del Interior, Dr. D. Simón de Mondo. Cumpliendo una resolución de la « Sociedad Cienllfica Argentina » me cabe el placer de llevar al conocimiento de V. E. la rnemuria titulada: «Hierro Oligisto de la Provincia de San Luis» presentado por el ilus- tradu profesor D Mii^iiel Puigg.iri. Después de relacionar sus trabajos con los del Sr. Kyle, el autor de aquella memoria cree fundada la suposición de que en las provincias de San Luis y Cataniarca existan grandes masas de hierro de buena cali- dad, que importan para la República, una verdadera é inagotable fuente de riqueza. Como el Honorable Congreso de la Nación se ha ocupado especial- mente de esta cuestión, decretando premios para los descubridores del hierro en el territorio argentino, esta Sociedad considera que el Gobier- no Nacional se impondrá con interés de las valiosas observaciones del profesor Puiggari. Con los elementos con que V. E. cuenta en el interior y con el cuerpo de profesores de los Colegios Nacionales, cree esta Sociedad que podria llevarse á cabo fácilmente una investigación para constatar la existencia de las grandes masas de hierro de que habla la memoria ad- junta. Resuelta una cuestión de tanta importancia vendríamos quizás á saber que la República Argentina es uno de los paises mas favorecidos por la naturaleza respecto á aquella importante materia prima. Por estas consideraciones se ha creido conveniente poner en cono- cimiento de V. E. la memoria sobre el hierro de San Luis. Dejando asi cumplida una resolución de la Sociedad que tengo el honor de presidir, saludo á V. E. con la mayor consideración. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario 296 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA NIVELACIONES Buenos Aires, Abril 26 de ¿1876. Señor Ministro del luterior, Dr. D. Simón de Mondo. Por acuerdo de la Sociedad que tengo el honor de presidir, cumplo con el deber de poner en conocimiento de V. E. el informe dado á la Sociedad por ingenieros de su seno para fijar la línea que debe con- siderarse como base de todas las nivelaciones que se ejecuten en el país en adelante. Al dar este paso la Sociedad lo hace con el fin de que^ tomando el Gobierno en consideración las conclusiones de los ingenieros referidos, se sirva dictar las órdenes correspondientes para que dichas conclusiones tengan el efecto debido. Los señores ingenieros informantes se abstienen de mencionar las con- veniencias de las medidas que aconsejan, fundándose en la reconocida evidencia de ellos ; y la Sociedad por su parte no entrará en su demos- tración atento el mismo fundamento. Sin embargo, hasta hoy, Sr. Ministro, todas las nivelaciones ejecutadas en el país para trabajos de ingenieria, se han hecho partiendo de bases diferentes, lo cual es un inconveniente grave para cuando sea necesario comparar esas nivelaciones entre sí, con el fin, entre otros muchos, de conocer, las escavaciones y depresiones de nuestro territorio. Creo interpretar fundadamente los deseos del Gobierno de que V. E. forma parte, y puedo asegurarlos á V. E. por parte de esta Sociedad, de dar principio ya á la formación de una carta geográfica de la Repú- blica, en la cual entren para su confección datos auténticos, deducidos de observaciones concienzudas, datos de que carecen aun las muchas que se publican, particularmente en lo que se refiere al interior de ella. La medida hoy adoptada por esta Sociedad es tendente á llenar en parte esos fines ; y las observaciones astronómicas á que ha dado ya princi- pio nuestro Observatorio Nacional, junto con los conducentes á deter- minar la situación geográfica de varios puntos del litoral y el interior, empleando en su auxilio el eficaz conductor eléctrico, son también datos á los que antes me he referido, y que nos darán á conocer con pre- cisión el vasto y rico territorio de la República. En cuanto á la quinta deducción de los señores ingenieros, no dudo que el ilustrado gobierno de V. E. ha de fijar muy especialmente su atención en ella, pues la-inedida propuesta llena urgentes necesidades para la navegación de nuestro rios y servicio de nuestro de.sabrigado puerto. Las medidas propuestas por los señores ingenieros son también de re- conocidas conveniencias, y no dudo que el Gobierno de V. E. los con- siderará del mismo modo. DOCUMENTOS 297 Dejando así cumplida la resolución de la Sociedad Científica Argentina, me es grato saludar al Sr. Ministro con toda mi consideración y aprecio. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zeballos Secretario COMPRA DE UNA CASA PARA LA SOCIEDAD Buenos Aires, Mayo 8 de 1876, Sr. D. José P. de Guerrico. La Comisión Directiva de la «Sociedad Científica Argentina» ha re- suelto nombrar á vd. para que en unión con el Sr. D. José Marcelino Lagos procedan á estudiar la compra de una casa para esta Sociedad, debiendo ajustarse á las condiciones siguientes : 1». La compra será hecha al Banco Hipotecario, y el servicio de amor- tización é intereses trimestrales no escederá de 6,000 ps. m/c. 2". Procederán vds. á estudiar, de acuerdo con el Sr. Tesorero, el movimiento de los fondos de la Sociedad, para ver si es posible hacer frente con puntualidad á aquel servicio. 3° Estudiarán las condiciones de la casa, procurando armonizarla con las necesidades de la Sociedad, y que no sea muy apartada del centro en que hoy tiene su local. i° En caso de no encontrar una casa adecuada para comprarla, buscar local para alquilar, debiendo tener localidades para Biblioteca, Museo y de- más reparticiones. 5° Espedirse en un informe á la Comisión Directiva á la brevedad po- sible. Esperando que Vd. se apresurará á desempeñar esta comisión, con el in- terés que siempre ha demostrado por esta institución, me es agradable sus- cribirme de Vd. muy atento y S.S. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zíbnllvs. Secretaire 22 298 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PERFORACIONES EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Buenos Aires, Mayo 19 de 1876. Señor Ministro de Gobierno Dr. D. Aristóbulo del Valle. Por encargo de la Junta Directiva de la Sociedad que presido, tengo el ho- nor de dirijirme á Vd. participándole que, á juicio de la misma Junta, las perforaciones que actualmente se ejecutan en el territorio de la provincia, no llenan los fines y el objeto que la Sociedad esperaba de ellas, atento el modo informal en que las ejecutad ingeniero contratista D. Carlos Robert- son; y que por lo tanto el Gobierno procedería acertadamente ordenando sus- pender dichas perforaciones, para continuarlas oportunamente bajo la direc- ción de un contratista raas formal que el que hoy las ejecuta. Los antecedentes que la Junta Directiva ha tenido presentes para aconse- jar al Gobierno esta medida, son los siguientes: En la primera perforación hecha en San Vicente, notaron los ingenieros nombrados por el Gobierno para inspeccionarla, que los tubos colocados por el señor Robertson, no eran los que se colocan en esta clase de obras, y por requerimiento de V. S. se ordenó al Sr. Robertson presentase á esta Sociedad las muestras de los caños usados. Según esas muestras, los tubos eran de chapas de fierro galvanizado rema- chados con clavos y soldados imperfectamente. La chapa es de un milímetro de espesor. Estas condiciones de los tubos hicieron conocer ala Junta Directiva que elSr. Robertson faltaba esencialmente al contrato; y después de varias conferencias con este señor, y de una detenida consideración, la Junta ordenó á Robertson colocase en adelante tubos con arreglo al contrato, debiendo estus tener dos milímetros de espesor cuando menos. Recibida la intimación contestó el señor Robertson^ en términos no acostumbrados, que tales tubos no existían en el país. Sin embargo de estos antecedentes, el señor Robertson ha seguido las per- foraciones de Ranchos, Las Flores, Chascomús y Merlo, colocando los mismos tubos que en la primera. Con fecha 7 de Enero del corriente, se dirijió á V. S. una nota trascribien- do la dirijida al Sr. Robertson á fin de que el encargado del Gobierno para inspeccionar la perforación de Ranchos, viese si este señor habia cumplido con las prescripciones que se le hicieron. En 18 de Febrero de este mismo año, se pasó nota al Sr. Robertson para que compareciese al local de la Sociedad, á fin de dar esplicacíones sobre la perforación de Merlo y los demás que hacia sin previo aviso, y este señor no compareció como era de esperarse. Con fecha 13 de Marzo se mando nota á V. S. con motivo de las perforacio- DOCUMENTOS 299 nes de Chascomús y Merlo, recordándole la mandada anteriormente y acon- sejando áV. S. la hiciese conocer del ingeiiero que se nombrase para ins- peccionarla y ver si el ingeniero Robertson cumplía con las prescripciones que se le hablan hecho. Últimamente el señor Robertson se ha ausentado según noticias obtenidas, marchando en la espedicion al desierto, sin previo aviso á la Sociedad, de- jando en las perforaciones un encargado para seguirlas. Además de estos antecedentes, Señor Ministro, el Sr. Robertson procede muy informalmente y contra lo estipulado en el contrato, en la remisión de las muestras de las capas de tierra que las perforaciones atraviesan, como también de las aguas obtenidas por ellas. La circunstancia de romperse siempre los caños que se colocan en las perforacioneSj destruye evidentemen- te toda la fé que pudiera darse á las muestras remitidas bajo tales condicio- nes. Todas estas infracciones del contrato celebrado, y todas las informalidades del proceder del Sr. Robertson, son señor Ministro, los antecedentes que la Junta Directiva de la Sociedad, ha consultado para aconsejar al Gobierno la suspensión de las perforaciones en cuestión, y sobre lo cual el Gobierno re- solverá lo que crea conveniente. Dejando así cumplido el encargo recibido, tengo elfhonor de saludar al Sr. Ministro con mi mayor consideración. Pedro Pico Presidente Estanislao S. Zeballos. Secretario RELACIONES CON LA SOCIEDAD «PICO DE LA MIRÁNDOLA » Buenos Aires, Agosto 24 de 1876. Señor Comendador Profesor Domenico Bacci, Presidente General de la Aca- demia « Pico de la Mirándola » Muy distinguido señor: Como Presidente de la «Sociedad Científica Argentina» cumploconel grato deber de participar al señor Presidente á quien me dirijo, que esta Sociedad ha resuelto ponerse en relación con la que V. tan dignamente preside á fin de establecer el cange de sus respectivas publicaciones tendentes á difundir los conocimientos científicos que ambas cultivan con empeño. Los propósitos de la «Sociedan Científica Argentina» son: Fomentar el estu- dio de las ciencias matemáticas físicas y naturales, con sus aplicaciones á las artes, á la industria y á las necesidades de la vida social y> Gomo estos pro- pósitos son en todo idénticos á los que se ha propuesto la « Scuola di Pico », 300 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 110 dudo que el señor Presidente General Comendador Profesor Domenico Bacci, propenderá á que las reía vienes entre ambas sociedades queden esta- blecidas para el mejor cumplimiljnto de los fines de sus instituciones. Remito adjuntos á la presente los ocho pri meros números de la publicación mensual que hace esta Sociedad bajo el titulo «Anales de la Sociedad Cientí- fica Argentina » á fin de que la Academia « Pico de la Mirándola» se imponga de sus trabajos por el adelanto de las ciencias. Dejando cumplido el encargo que me ha hecho la Sociedad que presido, y esperando que el señor Presidente General de la Academia «Pico de la Mirán- dola » accederá á sus nobles deseos, me es grato saludarle con mi mas alta consideración y aprecio. Pedro Pico Presidente Estanidao S. Zeballos. Secretario CARBURADOR DE GAS Espediente seguido en la Sociedad Científxca. Argentina sobre un aparato Carburador de Gas, presentado por D. Armando Belmon,en representación de D. Filiberto Auderut. Buenos Aires, Mayo 27 de 1876. Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina . Armand Belmon, en representación de D. Philibert Auderut, me dirijo á Vd. esponiendo lo siguiente : Habiendo obtenido del Superior Gobierno Nacional, un privilegio precaucional para la exclusiva esplotacion de un sistema denominado Carburador de Gas, y deseando tener la opinión de una corporación de personas cientíticas, como la que tan dignamente pre- side Vd., solicito se sirva designarme un dia, á fin de presentar mi aparato y demostrar los beneficios que traerá á los consumidores. Las esperiencias hechas han dado por resultado á igualdad de tiempo y luz un ahorro de un treinta por ciento. Este aparato se puede aplicar á los contadores de gasómetros de admi- nistración y casas particulares. El público, tantas veces engañado por inventores aventurados, necesita de la censura de personas competentes, y ese es el móvil que me ha sugerido la idea de pedir á vd. el estricto examen de mi trabajo. Dios guarde al Sr. Presidente muchos años. Armand Belmon. Domicilio, Potosí c07. Buenos Aires, 5 de Junio de 1876. La Comisión Directiva resuelve : Presente el interesado una memoria descriptiva de su invento. Estanislao S. Zeballos. Secretario. 302 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Buenos Aires, Junio 22 de 1876. Sr. Presidente de la « Sociedad Científica Argentina » Tengo el íionor de presentarle el dibujo, memoria y esplicaciones del aparato denominado Carburador de Gas, que según resolución de la Co- misión Directiva de esa Sociedad se mandaba presentar. Después de estudiar el aparato, ver los beneficios é inconvenientes que pudieran resultar, pido á la Sociedad, que siendo la composición química de mi esclusiva propiedad, tenga á bien guardar la mayor reserva, para los fines que me convengan. El aparato carburador para la carburación de gas hidrógeno, por medio de esencias minerales, que se componen exclusivamente de hidrógeno y de carbono, hace que la mezcla del hidrógeno puro con dichas esencias, entretenidas por este sistema de aparato, dé una luz tan buena, como la del gas de hulla. Este sistema de aparato, en combinación con el gas de hulla, dá las ventajas de ser la presión mucho mas fuerte, á tal punto que para igualar la luz de los picos núm. 6, bastan con mi aparato que sean del núm. 2. Medio litro de esta materia al estado gaseoso, produce (1,000) mil litros de gas ó sea un metro cúbico. Un metro cúbico de gas de hulla, pasando por este aparato, se satura de un litro de materia, dando un conjunto de tres metros cúbicos, de cuyo resultado viene á producir un beneficio al consumidor de un treinta por ciento, mas ó menos. Para obtener el resultado antes espresado se necesita un aparato como el adjunto, el cual por su depósito alimentador mantiene á nivel cons- tante y mesurado la materia contenida en el carburador. Esplicaciones del diseño, vista interior y exterior. La letra A. — La materia en el depósito. Id. B. — Id. id. en el carburador, ¡d. c. — Flotteur ó regulador de la materia que vá del depósito al carburador. Jd. D. — Llave del tubo alimentador por donde pasa la materia del depósito al carburador. Id. E. — Válvula que dá paso á la materia. Id. F. — El nivel de la materia en el carburador. Id. G. — Caño de salida del gas del carburador. Id. H. — Llave del caño por donde sale el gas para la alimentación de los picos. Id. I. — Caño de entrada del gas en el carburador. Id. J. — La llave de dicho caño. Id. L. — Pies ó sostenedores del depósito. CARBURADOR DE GAS 303 La letra M. — Caño alimentador. Ifi. N. — Nivel indicador del consumo y alimentación. Id. P. — Tapa de alimentación del depósito ; faltando además la letra O, que es la llave del depósito por el cual el agua atrae las impurezas que contiene el gas de hulla. De este modo se vé en todo su conjunto que el encuentro de los líquidos por su capilaridad mantienen al carburador á un nivel invariable. Saludo al Sr. Presidente, á quien Dios guarde muchos años. Ea representación de P. Auderut, Armand Belmon. Buenos Aires, Junio 23 de 1876. La Comisión Directiva ha resuello en esta fecha : Informen los señores químicos Puiggari y Arata, y vuelva á la Comisión . Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. Los que suscribimos tenemos el honor de informar á Vd. en el asun- to á que se refiere la precedente nota. De la descripción ambigua y lacónica que dá el inventor ó su repre- sentante, se deduce que el proceder propuesto es el de la carburación del gas hidrógeno ó del gas del alumbrado ordinario. El aparato según lo hemos espuestu, pues la nota no lo dice, ha de ser colocado en la casa ó edificio que debe alumbrarse y es muy po- sible que solo se aplique al gas del alumbrado público, pues nada habla de preparación del gas hidrógeno, ni de ningún aparato que lo produz- ca para unirlo al carburador, cuyo dibujo acompaña. Desde luego podemos afirmar que la idea no es nueva : todos los que han asistido á un curso de Química saben que los carburos de hidrógeno volátiles, agregados al hidrógeno, comunican á este un po- der luminoso que no posee por sí solo. Nos parece pues demás y has- ta pueril la indicación que se hace de guardar secreto sobre una cosa que todos conocen. En cuanto á la carburación de los gases que como el del alumbrado tienen carburos en su constitución, tampoco es nueva la idea. La car- buración ha sido aplicada en varios procederes conocidos con los nom- bres de White, Leprince, Isorol, Baldamos, Gruñe etc. Los carburos de hidrógeno que se emplean con este objeto son los 304 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA carburos livianos de la hulla, el éter de petróleo, la nafta, etc. cuer- pos que por su volatilidad pasan al estado de vapor, y en este estado queman junto al gas con que se mezclan. El autor del invento no in- dica cual de ellos es el que emplea. Estamos conformes en la parte á que se refiere sobre el mayor po- der alumbrante, aunque no podríamos asegurar que es exacto el que le atribuye en las comparaciones que hace. No hemos visto dibujo de ningún carburador semejante al que acom- paña, y en esto pueda ser consista la novedad del invento. Vemos, sin embargo, en este proceder un inconveniente que puede llegar hasta ser un peligro para su empleo. Se introducen en el do- micilio mismo, en la casa en que se habita, cuerpos sumamentes pe- ligrosoSj que pueden ser origen de incendios por si solos ; y mezclados al gas dar lugar á esplosiones terribles, pues á la esplosion se agrega la inflamación de carburos todos sumamente combustibles. Nada mas podemos agregar, á falta de una memoria descriptiva á que se refiere la nota precedente ; los datos que ella suministra son tan de- ficientes que ni traen una idea nueva en el principio, de indicación del empleo de ningún cuerpo nuevo. Dios guarde al Sr. Presidente etc. Buenos Aires, Julio 4 de 1876. M. Puiggari. — Pedro N. Arata. Julio 10 de 1876. La Comisión resuelve en esta fecha : De acuerdo con el informe precente no há lugar á lo solicitado, pase á la Asamblea y publíquese en los Anales. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Buenos .4ires, Julio 12 de 1876. Sr. Presidente de la Sociedad Científica Argentina. En virtud del informe dado por los Sres. de la Comisión nombrada al efecto, en el asunto Carburador, me permitiré hacer las observacio- nes que van mas abajo. Dicen los señores miembros informantes : 1" De la descripción ambigua y lacónica que dá el inventor á su re- presentante, se deduce que el proceder propuesto es el de la carbu- ración del gas hidrógeno y del gas del alumbrado ordinario. CARBURADOR DE GAS 305 2° El aparato^ según lo hemos supuesto, pues la nota no lo dice, ha de ser colocado en la casa ó edificio que debe alumbrarse y es muy po» sible que solo se aplique al gas del alumbrado público, pues nada ha- bla de preparación del gas hidrógeno ni de ningún aparato que lo produz- ca para unirlo al carburador cuyo dibujo acompaña. 3° Desde luego podemos afirmar que la idea no es nueva; todos los que han asistido á un curso de química saben que los carburos de hidró- geno volátiles agregados al hiJrógeno comunican á este un poder lu- minoso que no posee por sí solo ; nos parece pues demás y hasta pue- ril la indicación que se hace de guardar secreto sobre una cosa que todos conocen. •i" En cuanto á la carburación de los gases que como el alumbrado tienen ya carburos en su constitución, tampoco es nueva la idea ; la carburación ha sido aplicada en varios procederes conocidos con los nombres de White, Sprince, Bord, Baldman, Grime, etc. 5" Los carburos de hidrógeno que se emplean con este objeto son los carburos livianos de la ulla, el éter de petróleo, la nafta, etc. cuer- pos que por su volatilidad pasan al estado de vapor y en este estado queman junto el gas con que se mezclan; el autor del invento no indi- ca cual de ellos es el que emplea. 6° Estamos conformes sobre la parte á que se refiere sobre el ma- yor poder alumbrante, aunque no podríamos asegurar que es exacto el que le atribuye en las comparaciones que hace. 7" No hemos visto dibujo de ningún carburador semejante al que acom- paña y en esto pueda ser consista la novedad del invento. 8° Vemos, sin embargo, en este proceder un inconveniente que puede llegar hasta ser un peligro para su empleo. Se introducen en el do- micilio mismo, en la casa en que se habita, cuerpos sumamente peli- grosos que pueden ser origen de incendios por si solos y mezclados al gas dar lugar á esplosiones terribles pues á la esplosion se agrega la inflamación de carburos, todos sumamente combustibles. 9° Nada mas podemos agregar á la falta de una memoria descriptiva á que se refiere la precedente nota. Los datos que ella suministra son tan deficientes que ni traen una idea nueva en el principio, ni indicación de empleo de ningún cuerpo nuevo. OBSERVACIONES. 1° El proceder propuesto es la saturación de una tercera parle del gas del alumbrado ordinario con dos terceras partes de la materia que encierra el carburador, siendo dicha materia de costo mucho menor que el gas ; al mismo tiempo dá una presión mas fuerte y una luz siempre regularizada : dá un beneficio al consumidor de un 30 "/o mas ó menos. 2o El aparato según he dicho en mi primer solicitud, puede adoptarse á 23 306 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA los gasómetros de administración ó contadores de casas particulares, no ha- ciendo mención de ningún aparato para producir el gas hidrógeno, reser- vándome para el momento de la prueba, mostrarles la facilidad que con un pequeño aparato se puede proveer de gas á una ciudad como Buenos Aires, sin necesidad del gas de carbón. 3° y 4° El inventor no pretende el haber inventado la carburación del gas hidrógeno, pero si el de haberlo regularizado por medio de su apa- rato, condición que hasta hoy no tiene ningún carburador. 5" El carburo que se emplea con este objeto, es la nafta. 6° De la exactitud del poder alumbrante, al primer ensayo que se haga podrá convencerse de ello. T Es exactamente donde consiste el invento, con la diferencia que en vez de carburador debería llamarse carburo regulador. 8" Por los inconvenientes que, dicen los Sres. de la Comisión, pudieran haber, y el peligro, no puede evitarse los escapes de gas ni los descuidos del consumidor; pero de ningún modo puede prevenir del carburador, que por su buena construcción y no teniendo el consumidor que tocarlo mas que para abrir ó cerrar la llave para el consumo ; siendo hecha su alimen- tación por un empleado de la Compañía ó Sociedad que esplotara este sis- tema. Siempre que sea el carburador colocado en casas particulares y siendo adoptado al gasómetro de la Administración, no necesitan las casas parti- culares mas que un contador como el del gas ordinario. No permitiéndome mis cortos conocimientos en la materia, ser mas es- tenso por escrito, pido se sirvan designarme el dia y el punto donde pueda llevar el aparato, para que la Comisión nombrada al respecto pueda dar su informe con conocimiento de causa y ver si todo lo que espongo en mis esplicaciones es estrictamente exacto, pudiendo dar verbalmente todas las que exijan. Saludo al Sr. Presidente. En representación de Feliberto Anderut. Arniand Belmon. Julio 22 de 1876. En la fecha fué presentada á la Comisión Directiva, la cual resolvió pase con sus antecedentes á su respectiva comisión. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sr. Presidente. Nada tenemos que objetar sobre lo que pide el autor, y somos de parecer que debe accederse á lo que pide. Buenos Aires, Agosto 16 de 1876. Pedro N. Arata. — M. Puiggari. CARBURADOR DE GAS 307 Agosto 19 de 1876. La Comisión Directiva, anuerda : ^ Acéptese el ofrecimiento como lo aconsejan los Sres. Árala y Puiggari, y déjase al interesado la designación de la hora y dia del ensayo, debiendo ponerse previamente de acuerdo con la Comisión. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Buenos Aires, Agosto 24 de 1876. Sr. Presidente de la Sociedad Cienlifica Argentina. En virtud del acuerdo de la Comisión en el asunto carburador en el que deja á la elección del interesado el designar el dia y la hora en que se debe hacer los ensayos (que son dos), comunico á vd. que : — El primero será el del hidrógeno estraido del agua en combinación con la nafta del caburador para surtir de gas á una ciudad ó pueblo sin ne- cesidad del gas del carbón. El segundo será el del gas de carbón en combinación con la nafta del carburador, que debe dar al consumidor un beneficio de un treinta por ciento mas ó menos. No pudiendo hacerse de ningún modo los dos ensayos en el mismo dia, pido se rae cite el dia que pueda llevar el aparato al salón de la Sociedad para el primer ensayo, quedando para su oportunidad el se- gundo. Saluda al Sr. Presidente. En representación de Filiberto Anderut. A. Belmon. Comisión Directiva. Lo resuelto el dia 19. Agosto 24 de 1876. Estanislao S. Zeballos. Secretario. Sr. Presidente de la .. 15 ... 810 Saludo al Sr. Presidente. Walter F; Reíd. De estos ensayos oficiales resulta, que el cimento elaborado con la arcilla de Buenos Aires es semejante y á veces superior al que se trae de Ingla- ' Jóvenes practicantes en la fábrica. ESTUDIO GEOLÓGICO SOBRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 313 térra para las obras públicas, el cual, según las especificaciones de los con- tratos, debe resistir 250 libras por pulgada cuadrada. CAPÍTULO V. PRODUCTOS SECUNDARIOS. Denomino secundarios á los productos que no son mas que modifi- caciones de los ya estudiados, como componentes principales de las capas aluvionales. Restrinjo el significado de esta denominación en este caso, porque en general tiene un valor mas estenso. I. Al acercarse á la ribera del Plata, se vé surgir de la arena conglome- radosresistentes y compactos, que el vulgo conoce por toscas. Estas no son mas que las manifestaciones esteriores de irregularidades que se forman en el interior de la capa arenosa, y que se pueden seguir y estudiar por medio de perforaciones. La arcilla arenosa se precipita, después se combina con el carbonato de cal que las aguas conservan en solución, resultando de ahí los productos secundarios. Una capa de estos en la formación revela por consiguiente la existencia anterior de aguas calizas. Esta sedimentación se llama en la ciencia formación tobácea, ó de la toba, y solo por seguir la costumbre vulgar han podido aplicarle la pala- bra tosca, las personas competentes que á ella se han referido. Al carbonato de cal que obra sobre la arcilla y al tiempo, debemos atri- buir pues el origen de las formaciones irregulares que se descubren en el lecho del rio y que saltan á la simple vista en toda la ribera. Semejante formación es susceptible de grados. Su primer estado de me- tamorfismo para convertirse en toba es una sedimentación blanda, que puede destruirse con la mano. En su endurecimiento sigue lo que podría llamar una ley general, pues á medida que es mas dura, disminuye en su composición la arcilla arenosa, y aumenta al contrario el carbonato calcico, hasta la toba en la cual aque- llos elementos llegan casi á equilibrarse. La toba es mas ó menos arenosa y mas ó menos calcárea. La primera contiene agua en una proporción de 9,6 por ciento y sílice en la de 76,17 por ciento ; mientras que el agente sedimentario carbonato calcico, solo entra con un 2,12 por ciento, en la composición. La toba definitiva contiene 50,60 % de arcilla arenosa y 45,50 »/o de carbonato de cal, cuya proporción suele elevarse hasta 60%. • A esta toba sigye otro producto amarilloso, un verdadero carbonato de cal, que recibe su coloración del óxido de hierro que contiene, y cuyo análisis, según el citado estudio del señor Puiggari, es como sigue : 314 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Agua 2,00 Sílice... 11,90 Carbonato calcico.... ...,...„ 77,40 Id. magnésico 1,50 Oxido férrico . 3,00 Alúmina , 3,68 Oxido mangánico 0,25 Álcalis , 0,27 100,00 Esta especie de toba, que deja en las manos su polvo, es mas seca que la arenosa, pues solo contiene 2 "/o de agua. Es una materia porosa y amorfa que contiene una infinidad de cascaras de animales microscópicos y calcáreos. ' n. El fierro es el metal mas común en la naturaleza, y entra también en la formación geológica de nuestros aluviones modernos. Conservo en mi Museo una muestra de vivianita ( fosfato de hierro ) re- cojida en Punta de Lara por mi amigo Reíd. Es muy común también encontrar en las formaciones turbosas y arenosas de Buenos Aires, depósitos de óxido de hierro, cuyo origen he descrito con mis amigos Reíd y Francisco P. Moreno en una memoria que los tres presentamos á la c< Sociedad Científica Argentina», y en la cual se lee lo siguiente : * «En todos los bancos de tierra arenosa, á veces de pura arena, que re- » corrimoSj se notaban concreciones de un color amarillo rogizo y que pue- » den recogerse en cantidades abundantes, como lo efectuamos ». « Se han formado después de la deposición de la arena por la infil- tración de una solución de fierro, que ha cimentado partículas de are- na, constituyendo filones tan compactos que resisten á la acción del agua. « La forma de estas concreciones, que se encuentran comumente en las orillas del agua, es á veces bastante regular y se parece á las raices de los árboles. «La solución de fierro se infiltra alrededor de las raices ó por las grie- tas del suelo ó por los agujeros que dejan en él las raices de las plan- tas ó árboles arrancados ó descompuestos, y las concreciones resultan- tes tienen las formas de tales moldes. » En fin, aunque yo no he verificado el dato, recordaré que se ha pre- tendido por algunos^ haber hallado piritas de fierro en el bajo de Bar- racas. Estos sulfuros de fierro no forman en los aluviones modernos filones ' H. BURMEiSTEB. Histoire de la Creation. Cap. XIII, Pag. 279. - Una escursion orillando el rio de la Matanza. Anales de la misma Sociedad. Febrero 1876, Pag. 89. ESTUDIO GEOLÓGICO SORRE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 315 Ó masas considerables, y al contrario, se encuentran en cristales ó frac- mentos diseminados y sin importancia. También se ha señalado la existencia de la limonila en esta forma- ción Tengo en mi Museo una muestra de Punta de Lara. Se presenta en la forma de concreciones que constituyen masas de consideración. En fin, hay fierro en el humus y en la arena, del cual esta toma el nombre de ferruginosa, en ciertos parages. III. En el interior de la Provincia se encuentra á menudo depósitos de toba, correspondientes al período de los aluviones modernos, y provenien- tes del pasage de aguas calizas por el limo y arcilla. IV. Se deduce también de lo espuesto que la formación de los alu- viones modernos contiene cal. ¿Cuál es su origen en ella? Como la arena y como la arcilla su origen se remonta, en parte, á la des- agregación de las rocas, y en parte á los depósitos que dejan las aguas cargadas de animalitos microscópicos con conchas. En él rio Salado se encuentra en estado de carbonato ('yeso), enma- sas de consideración de color blanco opaco. En el rio Negro se ha encontrado yeso cristalino y enrojecido por una solución de fierro. Últimamente se ha anuncido la existencia de depósitos de yeso en las inmediaciones del Tandil, donde se piensa, aprovecharlo para la cons- trucción del templo de la localidad. V. Tampoco es estraño encontrar vestijios de manganeso en esta for- mación; pero su proporción es insignificante. VI. En algunos puntos de la provincia se halla en abundancia sali- tre y sulfato de sosa. Existen grandes depósitos cerca de Buenos Aires, á una legua de los mataderos del Sud,' donde se podria recojer el se- gundo producto en abundancia considerable. CAPÍTULO VI. ANTIGUAS LAGUNAS. Al remover el terreno aluvional, llaman la atención del curioso otras irregularidades, diré así, de la formación, que revelan un terreno dife- rente de aquel en que están contenidas. Son especies de lunares: tierras que difieren por su color y com- posición de las ya conocidas. Tales son las que contienen infusorios, y que son muy generales en diferentes puntos de la Provincia. Las he visto al Oeste y al Sud, en depósitos muy interesantes, especialmente en el rio de Lujan. Hemos des- 316 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA crlto este terreno en una memoria que presenté á la Sociedad Científica Ar- GENTiNA con el señor Reíd, en cumplimiento de una comisión que recibimos para verificar un estudio de los terrenos fosiliferos en las cercanías de Lujan. Decíamos : « La capa subyacente presenta todos los indicios de que se ha formado de- positándose en agua parada. « Contiene numerosos restos de infusorios que no nos ha sido posible cla- sificar todavía, algunos de los cuales viven ahora en las lagunas. « En la misma capa se encuentran diseminados muchos restos de moluscos perfectamente conservados en la generalidad. « Pertenecen á especies cuya existencia entérrenos semejantes hemos po- dido constatar personalmente en varías escursíones que hemos verificado en esta provincia. , y que por el resultado de su análisis vi que no debian clasificarse como tales, sino como Esquistos grafilóides, ó Esquistos arcillosos carboníferos. Son de aspecto plomizo, de color gris casi negro, de textura lame- losa y abrillantada los números 1 y 2, y terrea muy compacta el nú- mero 3. Manchan los dedos y producen impresiones negras sobre el papel. Su análisis dio los siguiente resultados : Núm. 1 . Peso especifico — 2,29. Materias volátiles 5,00 Sílice 45,85 Alúmina y óxido férrico 17,70 Carbono 30,75 Cal 0,70 100,00 ■ Núm. 2. ■ Peso específico — 2,38. Materias volátiles 4.35 Sílice 61,05 Alúmina y óxido férrico 9,50 Carbono 24,13 Cal 0,97 100,00 Núm. 3. Peso especifico — 2,27. Materias volátiles 7,15 Sílice. 66,85 Alúmina y óxido férrico 13,75 Carbono 10,97 Cal , 1,28 100,00 Como el carbono de estas muestras se resiste á la incineración, fueron disgregadas con el nitro por la fusión, dosando luego directamente los elementos menos el carbono, cuya proporción fué deducida por diferencia, y la de las materias volátiles por una calcinación separada. ESQUISTOS GRAFITOIDES DE LA FLORIDA 323 El hallazgo de esos minerales y el conocimiento de su composición, me impulsan á hacer algunas indicaciones sobre la importancia y usos de las sustancias que se designan con el nombre genérico de grafitos, ó de las variedades que de ellos derivan, como los esquistos de que acabo de hacer mención. El grafito, que á su vez es una variedad mas ó menos pura del carbono, en su estado natural, ha sido por mucho tiempo considerado como un compuesto de plomo y se le dio por tal motivo el nombre de plom- bagina. Se encuentra en las rocas cristalinas, como el gneiss, el micasquisto, el calcáreo blanco sacaróide, el granito y los esquistos arcillosos; pre- sentándose en forma arriñonada, lamelosa, en vetas y aun en capas de poca ostensión. Sus yacimientos mas conocidos son los de Borrowdale y de Kreswick en Inglaterra; pero se hallan ya casi agotados. Existen también en Ale- mania, Austria, Rusia y en la isla de Ceylan. En la América del Norte en Massachusetts, en New-.Iersey y en New-York se encuentran también poderosos yacimientos y recientemente se han descubierto otros en California, uno de los cuales Eurecka Black Lead Mine cerca de Sonora, posee una capa del espesor de 6 á 10 metros, siendo el mineral tan puro que simplemente se separa en gruesos pedazos y se libra al comercio sin otra preparación. En ISOS esta mina producía 20.000 quintales de grafito por mes. El grafito natural encierra cierta cantidad de elementos minerales de los que se le purifica en algunos casos con el objeto de hacerlo mas propio á los usos para que se destina. Puede también obtenérseles artificialmente por diferentes medios, que si bien son muy interesantes científicamente considerados, son de poca importancia bajo el punto de vista puramente técnico. Los grafitos mas apreciados en el comercio suelen contener de 80 á 95 por ciento de carbono, además de las materias volátiles y de escasas porciones de silice, alúmina, hierro, cal, etc. Las aplicaciones de los grafitos son numerosas y se emplean princi- palmente para la confección de lápices. El lápiz inglés en otro tiempo tan nombrado, se cortaba directamente de los pedazos de grafito : después se ensayó fabricarlos con esta materia reducida á polvo aglomerándola con diferentes sustancias : después fundiendo el grafito con azufre y an- timonio; pero resultaban duros y poco homogéneos. Últimamente Mr. Conté ha introducido uno de los mayores perfeccionamientos á que se haya alcanzado en esta industria, mezclando el polvo de grafito con arcilla muy fina ; de modo que hoy es con la mezcla de estas dos sustancias con la que se fabrican los lápices. Las muestras de grafito de que he dado cuenta no son á propósito para esta industria, aunque tal vez la núui. 1 podría ser utilízable para tal objeto suprimiendo ó disminuyendo la porción de arcilla que se le 324 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA agrega, según el sistema Conté, puesto que contiene los elementos de esta materia en su composición íntima. Pero la aplicación importante que sin duda podria darse á los es- quistos citados, y especialmente á los números 1 y 2, es á la fabricación de los crisoles llamados de plombagína que se hacen por lo común con mezclas de grafito y de arcilla refractaria : mas como las muestras indicadas contienen ya en si los elementos para formar esta mezcla, es probable que diesen un resultado muy satisfactorio. Los crisoles de esta naturaleza soportan las mas bruscas variaciones de temperatura y casi no esperimentan contracción, dando mejores resultados aquellos que han sido fabricados con grafitos de textura lamelosa, que son los mas densos.^ Los crisoles para fundir el acero que se emplean en la fundición de Krupp en Essen son hechos en su mayor parte con grafito de Schwarzbach. En la gran fábrica Patent Plumbugo-Crucible Company de Battersea, cerca de Londres, se convierten cada año millares de quintales de gra- fito de Ceylan en crisoles. A este objeto la pasta íntimamente homogénea y húmeda formada con grafito en polvo y arcilla, se corta en una máquina á gruesos pedazos que se dejan luego por algún tiempo para que aumente su plasticidad: después se dá á dichos pedazos la forma de crisoles, sea por medio de un torno de alfarero, sea por medio de una máquina de compresión: se cuecen luego en un horno de porcelana dentro de hormas para evitar que el grafito se incinere demasiado en la superficie ; y se les dá final- mente la última mano frotándolos con polvo de grafito. Esquistos muy inferiores á los de la Florida se emplean muchas veces ventajosamente, fuera de la aplicación que acabo de indicar, para la confección de ladrillos muy refractarios, para la construcción de hornos adecuados á la fundición del plomo, y mezclados con carbonilla y hor- migón para fabricar la plaza de los hornos metalúrgicos en general. Algunas variedades de esos esquistos, y por lo común los mas in- feriores, se emplean también para la construcción de diferentes objetos del arte cerámico y en especial de los cántaros ó jarros porosos que sirven por esta propiedad para conservar el agua fresca, conocidos coa el nombre especial de Alcarrazas. Creo que la muestra núm. 3 es la que se prestaría mas favorablemente á esta aplicación. Otros usos tiene aun el grafito, que por no acomodarse á ellos los esquistos á que me he referido, atenta su composición, creo inoportuno detallarlos en este momento, pues mi principal objeto al publicar estos apuntes, ha sido consignar la existencia de una nueva sustancia que puede tener desde ahora ó mas adelante, aplicaciones de mayor ó menor im- portancia en beneficio de los intereses industriales comunes á ambas Repúblicas del Plata. M. PUIGGARI. bibliografía Conferencias de CtSrdoba. — Las conferencias públicas sobre temas de ciencia, iniciadas en Córdoba, por los Profesores de la Fa- cultad de Ciencias Exactas, nos parecen dignas de encomio, atendiendo al móvil que les ha dado oríjen y á los propósitos laudables que ma- nifiestan sus autores. Algo semejante se ha intentado acá en Buenos Aires, pero sin resul- tados positivos; — esta es la verdad. — No sabemos si atribuirlo al poco amor que el público tiene para esos espectáculos de la ciencia que para muchos son muy inferiores á los espectáculos del arte, ú otra causa difícil de precisar. Tampoco conocemos el resultado que estas conferencias habrán tenido en la doctoral ciudad de Córdoba, pero es de presumirse que habrá sido peor que el de acá. Si fueran sermones, pase ; pero ciencia no se ne- cesita para ganar el cielo, y los conocimientos de ella pueden hacerlo perder á muchos. Es lástima que las conferencias de este jánero no tengan la acojida que merecen, y no den los frutos que pudieran esperarse; pues no es un resultado la asistencia de personas que hubiesen ido indiferentemente á un entierro, á un concierto, á un velorio ó á la conferencia; sin darse cuenta del por qué y para qué se hallan aili, y de los que no pocos salen de ella como el negro del sermón. Pero las conferencias de Córdoba algo han dejado en pos de sí, y es el discurso manuscrito del conferencista, que para no dejarlo sepultado en un cajón se le ha impreso y repartido con cierta profusión, pues hasta el que esto escribe, ha sido agraciado con i un ejemplar de todas las conferencias impresas y que le han sido enviadas, con el nombre (de pila) equivocado, por el Directorio de la Academia. Hemos creido deber nuestro, mas que cortesía, dar cuenta de ellas á los lectores de los «Anales.» Difícil tarea es la de juzgar de lo que no se entiende, y nos parece mas cuerdo el temperamento de aconsejar la lectura de algunas confe- rencias, como las del Sr. Latzina ^Sobre los Vientosf) y <íSobre cuestio- nes de Poblacion.i') Sin entrar en el fondo de la materia nos ha gustado el rnodo de esponer del Sr. Latzina, vemos método^ ideas', palabras ordenadas de una manera que no choca; lo que no sucede con las otras 326 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA conferencias. Estas producciones del Sr. Latzina podrían ser estudiadas tal vez con provecho por otras personas y á ellas dejamos el trabajo de juzgarlas de una manera digna. En cuaderno aparte están reunidas una conferencia sobre « Acústica Musical» que nada de nuevo, ni notable tiene; otra, sobre las «Gondí- . cienes climatéricas de la República.» — Lo mas notable de esta confe- rencia es el final; — a. Debo pedir mil perdones á las Señoras y Señores « por haberme atrevido á tratar un tema seco, como el que ofrecen las K condiciones climatéricas. Sin embargo no todas las cosas que hemos a tratado son secas. ¿Por qué? — Porque me parece que las lluvias no (í son secas. He dicho.» ¿Qué les parece á Vds. la gracia? — Ni con el remojo de las lluvias se le encuentra jugo. Otra conferencia sobre los fósiles habrán tenido ocasión de leerla los lectores de los «Anales», pues está publicada en las primeras entregas del periódico. Escita la curiosidad otra conferencia del Sr. Doering «.Sobre el Airejt . Hemos buscado algo que nos llamara la atención sin encontrar nada, absolutamente nada. Algunas verdades están espuestas de una manera tan poco feliz que pasan desapercibidas, ó son incomprensibles; y á otras perogrulladas se le dá un desarrollo y ostensión que no merece. Esta lección, si puede llamarse así, no tiene ni pies ni cabeza; el autor empieza por decir que va á ocuparse del gas del alumbrado y después de algunas e.sclamaciones que han de haber sido descompasadas, leídas, pues hasta escritas hacen reír, empieza á hablar del aire, habla de la formación de la tierra, nos la muestra resfriada y luego conden- sada; vuelve á hablar del aire, del barómetro, del oxljeno, á una idea incompleta y equivocada de lo que se entiende por combinación química, pasa á hablar del hidrójeno y del ázoe. Todo esto se halla mezclado, ates- tado de una manera confusa, y ni se ocupa tampoco del análisis del aire. ¡ Podrá creerse ! — ni el nombre de Lavoisier, ni de Sebéele, ni de ninguno de los que tienen derecho á ser citados tratándose del aire, se les halla en ese rosario de palabras que como introducción histórica intercala en esta conferencia. Luego se ocupa de los demás componentes secundarios del aire; apro- vecha la oportunidad para citar á Fresenius, á quien llama su estimado maestro; bien podría «ste retribuirle con el calificativo de querido pero mal discípulo. En seguida dá como un hecho positivo que el ozono tiene influencia en la mayor ó menor intensidad de una epidemia colérica; cuando todas las probabilidades y esperiencias nos inducen á creer lo contrario, pues el ájente coleríjeno no se halla en el aire sino en el agua que se bebe. Invoca la autoridad del Dr. Rawson, cuando este señor no es autoridad en estas materias. El haber colgado papelitos ozonoraéiricos unas cuan- bibliografía 327 tas veces, no autorizan á nadie para pronunciarse de una manera afir- mativa en cuestiones de tal importancia. Por fin termina el discurso una esposicion de las funciones de los vejetales y de los animales y su relación con la atmósfera; y les dice á los que venian á oir una conferencia sohre el gas del alumbrado, que se acabaron las conferencias. — Buen chasco se han llevado los que creyeron en las primeras palabras del orador. Por lo visto no habrá alum- brado; pueden contentarse con el mal atre que les ha soplado el con- ferencista. Se nos habian quedado en el tintero dos conferencias iSoftre el Oro» del Dr. Brackebusck; y para ser completos vamos á ocuparnos de ellas, pues á fé que lo merece. 1° Porque el asunto hace abrir tamaño ojo á todos. 2° Porque el oro hasta en conferencias , merece la atención de cualquiera. 3° Porque el autor las recomienda como algo muy bueno. En efecto, estas conferencias Sobre el Oro, son una obra maestra. El autor revela dotes literarias que le harían ocupar un lugar emi- nente entre los novelistas contemporáneos; pero á corazón ladino, lengua no ayuda ; y tienen Vds. á un grande hombre que tropieza y cae en lo mejor de su carrera. Nos dice después de ocho esclamaciones acerca del oro, que es de un color amarillo metálico, de un esplendor ardiente, pero que puede tener varios matices al gusto de los compradores. Agrega después que el oro es muy flexible y el mas manejable de todos los metales. — No nos re- sistimos á creerlo. — Y para darnos una idea de la manejabilidad 6 maleabilidad como decimos nosotros, escribe que una onza de oro puede reducirse á una « hoja tan delgada que cubra una superficie de diez y seis varas cuadradns ; asi es posible dorar con ella, de los pies d la cabeza á algunos caballeros con sus caballos. i> Con esto damos una idea de la delicadeza literaria del autor. Escrita nos parece de mal gusto, pero dicho ante un público ha de ser divino, porque siempre existe mucho trecho de lo vivo d lo pintado. Estos Señores deberían suponer que existe mas buen gusto entre sus espectadores, y no escribir cosas que chocan á todos ; como aquella cuenta que presentó al Congreso otro sabio, en que figuraban estas par- tidas: Por un par de calzones. — Por entierro de un perro. — Por ali- mentos de dos animales, mi ayudante y yó. Pero hay algo peor, que no debe decirse ante un público que no les entiende. í° Porque no se hacen entender y luego porque no están en la obligRcion de saberlo todo : no les voy á molestar con fórmulas incomprensibles. Esto dá muy pobre idea de los conocimientos químicos del profesor de Mineralogía. ¿Con que las fórmulas son incomprensibles? No sé cómo el sabio profesor de Química, como él le llama (pues as' se motejan entre sí; los sobrenombres no están demás) y que muy probablemente se hallaba presente, no ha protestado sobre estas palabras 328 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que ridiculizan á una ciencia que no entienden ; pues si las fórmulas para algo se necesitan en química es para enseñar á los ignorantes, y hacerles comprender lo que no alcanza á entrarles por otros medios. Después, para dar una idea de la estravagancia del autor dice ; aceptad no más, siempre que tenga peso justo, mantas monedas se os llegasen á ofrecer aunque sean falsas, que nadie sabrá que lo son. — El jefe de Policía debia haber intervenido por estas palabras del conferencista. En seguida hablando de las aplicaciones terapéuticas del oro « dice que el oro en medicina sirve para dorar pildoras; ¡Vaya una aplicación ! — es lo mismo que si se dijese que en el arte de la guerra el oro sirve para hacer galones. Luego nos pondera á los Alemanes y dice que los peones de este pais deberían tener las espaldas guardadas por un rebenque. Pero la severidad se ablanda, se mitiga al tratar de las morenas de la Carolina que las llama « Risueñas y tentadoras d nosotros » ( entiéndase á él ) por sus lindos ojos y blancos dientes. Escusamos de ocuparnos de todo lo criticable que hay en este folleto, no hay pajina en que no se encuentre algo que decir. Unas palabras mas y hemos terminado'. ¿Para qué sirven estas conferencias? — Para ilustrar al pueblo senos dirá. — Muy bien, contestamos nosotros, la idea la creemos muy buena y en vista del propósito, si nos halláramos en una de ellas, ni nos reiría- mos de las palabras y frases no castellanas. — Así creemos que hará el ilustrado público de Córdoba, él les ayuda, les tolera sus barbarismos con tal de aprender algo. Pero publicar estas conferencias ya es otra cosa, es penetrar en un campo mucho mas vasto, es esponer la ropa sucia, que debiera guardarse ea familia, al público. Sordado se escribe con I, decía un domine á su dícipulo mas aventa- jado; y sacando de esto una moraleja, que convertimos en consejo para los doctores de Córdoba, agregamos ; digan los disparates que quieran^ pero no los escriban, por aquello de verba volant, scripta manent. Una conferencia para ser publicada y repartida como pan bendito, ne- cesita algo que salga de lo vulgar y pedestre. No merece calzar botas, lo que anda en piernas y túcio. Si estas conferencias hubiesen sido leídas por sus autores, en un Colejio de Instrucción Primaría, pase ; — hubiesen entendido los que tienen doble vista ; otros que no la poseen no hubiesen entendido nada, pero todos hubiesen callado : al pucherito de su casa no hay nada que observarle, siempre bueno, inmejorable. Pero publicarlas como algo extraordinario con el título pomposo de la Academia de Ciencias de Córdoba, además de hacer exijente á todo el que las lea, se cubre de ridículo el que no presente algo que llame la atención. Hemos leído muchas conferencias de alemanes, franceses, italianos, bibliografía 329 ingleses, algunas de ciencia pura, otras de los mismos conocimientos aplicados, otras puramente populares; pero en ninguna hemos encontrado las perogrulladas de las de Córdoba, dichas con tanta seriedad y tanta pretensión de instruir ; por el contrario, ideas nuevas, brillantes por su forma y de una solidez manifiesta, se abrirían camino con modestia, instruyendo, atrayendo, convenciendo, y aun que choque, agregaré otro jerúndio, no empalagando como las fabricadas en Córdoba. En fin y para terminar, las conferencias de Córdoba, á pesar de existir algunas entre ellas, que merecen publicación (las del Sr. Latzina) hubiese sido mejor leerlas en público, pero no imprimirlas, porque á nadie han de aprovechar, á muchos desilusionar acerca de la competencia de sus autores, porque harán formar muy iT)ala idea del adelanto intelectual y buen gusto del pueblo, y por fin porque para semejentes candiles, mas vale quedarse k oscuras. S. C. H. Wert. NOVEDADES CIENTÍFICAS Observaciones sobre I» disertación de D. E. Revílla. a íis» cireuSaciott atmosSéa'ica. » — He leido con mucho interés en « La Nación » la circulación atmosférica, disertación de D. Enrique B. Revilla, la cual contiene varios datos meteorológicos que no me espli- co bien, ó no alcanzo á comprender. En Paris, por las observaciones hechas desde 1849 hasta 1872, pu- blicadas por el Observatorio, se calcula la cantidad de lluvia en la esta- ción fria 2n"""2 y en la estación cálida 296™»9, y no 107™" y lei"» como indica el señor Revilla. En cuanto á la ciudad de Buenos Aires, dice el Sr. Revilla: «Que las lluvias son tan irregulares qué es difícil dar un término medio aproximativo y tomando el total, de lluvia del año y dividido por cuatro le obtiene, por cada estación las siguientes cantidades : Invierno 45nim Verano 32""» Primavera 21""» Otoño 19""" « En el año es por término medio de veinte milímetros la cantidad total de lluvia, siendo el máximum en Invierno y el mínimum en Otoño. » Por mas que se estudien estos datos, no se logra comprender lo que quiere decir el señor Revilla, pues, sumando las cantidades de las cua- tro estaciones, tenemos U7""" y entonces ¿qué significan los 20""" por total de un año? Tal vez haya querido decir 20 centímetros, lo que, sin embargo, seria todavía muy lejos del aproximativo. Extraño sobremanera que el señor Revilla no tenga conocimiento do las importantes observaciones meteorológicas del Sr. D. Manuel Eguia, conocidas hasta en este desierto. Calculando las estaciones meteorológicas para estas latitudes : ~ el Ve- rano desde 1» de Diciembre hasta fines de Febrero — el Otoño del 1" de Marzo hasta fines de Mayo — el Invierno desde 1° Julio hasta fines de Agosto — la Primavera desde 1° de Setiembre hasta fines de Nuvierabre, 'as promedia de 16 años de 1856 á 1871, según las observaciones de D. Manuel Eguía dan : NOVEDADES CIENTÍFICAS 331 en Verano gU^^QT en Otoño i71"'n'89 en Invierno 217'"°'50 en Primavera gQS'^n'OQ Total en el año 903"™35 Estos datos son bastante conocidos y han sido pnblicados por la Oficina de Estadística Nacional y la Oficina meteorológica de Córdoba y mere- cen toda la fé á que es acreedor el distindiguido observador de Buenos Aires. En Bahía Blanca, se calcula, por las lluvias, la mitad de las que caen en Buenos Aires y tenemos las siguientes promedias de 16 años, desdo 1Í60 hasta 1875: Verano 122""n9 Otoño 113™">7 Invierno 52"""8 Primavera 145""» Total en el año 434mm4 Máximum en Primavera y mínimum en Invierno. Hablando el señor Revilla de los vientos dice ; « Que los vientos Norte, y Sud Oeste hacen descender el barómetro algunos milímetros, mientras que el Pampero lo hace ascender j. Siempre he creído que el viento Sud Oeste y el Pampero fuesen el mismo viento. En Bahía Bhinca los vientos Norte y Sud Oeste hacen bajar al ba- rómetro, y los vientos del Este, Nord Este, y Sud Este, lo hacen su- bir, sin embargo de ser precisamente los que traen las lluvias ; y es de suponer que en Buenos Aires suceda lo mismo, á pesar de que según el Señor Revilla, parece que no. Como aficionado álos estudios meteorológicos, me he permitido hacer estas observaciones, á fin de esclarecer dudas. Bahía Blanca, Julio 31 de 1876. F. Caronti. EsítBtlios sobre los Calcltaquíes. — Leemos en la Reforma de Salta las siguientes noticias : Donde se revela mas palpablemente el adelanto de los indios de la tribn Calchaquí, es en los curiosos trabajos de alf¿u-eria que de ellos se con- servan. Esta industria habia llegado á un grado de desarrollo tal, que es difícil obtener en el día obras mas acabadas y mas perfectas, sí no es la que nos olrece la habilidad de los Europeos. Es curioso observar que en la infancia de las sociedades, la alfarería ha sido y es en el dia corno el 332 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA abecedario de la industria. Por alií se manifiesta el minucioso injenio del hombre, que desde el patriarca Abrahan, que enseñaba á sus hijos la manera de construir los odres para recibir la leche de sus numerosos rebaños, hasta el presente, se ha servido de la tierra como de una débil tributaria de sus mas laboriosos trabajos. Con el barro que esta le proporciona, fabrica las vasijas que conservan el fruto de sus cosechas, hace los adornos y molduras que decoran su mo- rada, construye esos útiles manuales que aumentan el mobiliario de su casa, finalmente, forma hasta los relijiosos ornamentos que le recuerdan su culto. Así el barro, materia vil y despreciable por su naturaleza, adquiere por la voluntad del hombre un carácter casi sagrado. Es frecuente encontrar en el seno de las quebradas, ó al pié de los bar- rancos, depósitos considerables de vilques, ollas, jarros, y platitos de bar- ro, perfectamente bruñidos, adornados de relieves caprichosos, y pintados con colores los mas vivos y resalíanles. Para la pintura de sus vasijas, ser- víanse los indios de una sustancia llamada casquisa, especie de tierra tan dura como la tosca, y que tiene la propiedad de teñir de colorado el bar- ro de las tinajas. El color negro, lo obtenían por medio de una piedra suave y jabonosa que estraian de ciertas y determinadas canteras. Con la injeniosa conbinacion de estos colores, era que adornaban sus obras de al- farería, de tal modo que aumentaban el mérito de ellas considerablemente. Nada diré de los tejidos de lana, que preparaban á favor de ese arbusto ó raiz conocida con el nombre de socondo ; ni del uso de la colpa, especie de sílice que tiene tan admirables propiedades. Los rigores del tiempo no permiten que se conserven estos frájiles y deslesnables testigos de una épo- ca remota. Sin embargo, diremos que su existencia entre los descendientes de los antiguos Calchaquies, hábiles en la fabricación de barracanes y pi- cotes, prueba que los indios actuales han heredado de sus antepasados el uso y manejo del telar. Los hábitos, los usos y costumbres, se trasmiten como una herencia de unas jeneraciones á otras, de tal modo que todas estas cosas juntas vienen á ser como la tradición y la historia distintiva de cada nación, de cada pue- blo ó de cada tribu. Los siglos se suceden, cambios y trasforraaciones ines- peradas alteran la constitución de las sociedades ; pero cualquiera que sea el sacudimiento que ellas esperimentan conservan siempre el sello carac- terístico de su raza, de su índole, de su naturaleza. Asi se esplica cómo después de los siglos que han trascurrido desde la conquista de los españoles, hasta el presente, todavía notamos entre los indijenas esas peculiaridades que los distinguen, y que ni las condicio- nes de la civilización, ni la misma influencia del cristianismo han podido borrar de su fisonomía. Y es que los hábitos ejercen un imperio poderoso sobre la naturaleza humana •, es que nada se respeta tanto entre los hombres como la memo- ria de sus tradiciones, las que, remontándose al oríjen mismo de las so- NOVEDADES CIENTÍFICAS _ 333 ciedades, nos enseñan la historia de nuestros propios padres, nos hacen vivir con la vida que ellos respiraron, y nos mantienen fieles á su recuerdo imperecedero. Solo la abyección de la esclavitud borra de la conciencia de los pueblos el sentimiento de su nacionalidad. El cristianismo que transforma y dul- cifica las costumbres respeta sin embargo los hechos de la historia ; es por eso que vemos conservarse en su seno, pueblos de oríjen distinto, de tendencias diversas. Los españoles, que nos trajeron el beneficio de esta relijion consoladora, no pudieron amalgamar los restos de la raza indoma- ble que dominaron al fin, con la savia vigorosa que ellos introdujeron. Sus esfuerzos á este objeto fueron inútiles, y lodavia vemos establecida la odiffsa diferencia entre sus sucesores y los desheredados hijos de los Incas. Preciso es no confundir las distintas tribus que habitaban estos paises al tiempo de la conquista. Cualquier error á este respecto trae graves com- plicaciones en la inte!)jí3ncia de la historia. Sabido es que en esta vasta superficie que forma el territorio actual de la República Arjentina, habita- ban numerosas tribus estrañas las unas de las otras por su idioma, por su relijion, por sus costumbres. No obstante, se pueden establecer dos gran- des clasificaciones, en el sentir de algunos filólogos, que den una idea de la unidad en medio de esta grande confusión. Consiste la primera en con- siderar como descendientes de las tribus Guaraní á todos los indios que habitaban el litoral de la República, gran parte del Chaco, y algunos otros puntos intermedios del centro de este país. En la segunda categoría, entra- ban solo los indios que hablaban el idioma quichua, tales como los de Santiago del Estero, algunos de Tucuman y Córdoba y los habitantes del noroeste de la provincia de Salta, esto es, los indios de los valles Calcha quies. Efectivamente, la célebre invasión que realizó según las crónicas el fa- moso Tucma, y de que han quedado aun patentes rastros, solo fué parcial y como á medias. Es cierto que ella abrazó una estensísima zona de ter- ritorio Arjenlino, pues hasta en el corazón mismo de la provincia de Cór- doba, se establecieron los indios de la tribu de los Comechingones que pertenecían á la nación conquistadora ; y aun en nuestros dias, se han visto á sus descendientes aglomerados en el pueblito, con sus hábitos y sus costumbres propias, pero esta invasión dejó intacto el litoral, sin penetrar en el Chaco, y creemos, dejando libres las provincias de Cuyo. Sabido es que la gran tribu de los Huapes, era la que predominaba en esta última rejion, siendo de notar que por su idioma, pertenecían sin duda .alguna á las vecinas tribus de Arauca. Así, las indiadas que hablaban el idioma quichua, únicas de las que nos ocupamos al presente, fueron las herederas inmediatas de la adelanta- da civilización que nos trajo el floreciente Imperio de los Incas. Después de haber brillado en todas las artes mecánicas, después de haber hecho construir esos puentes y calzadas que admiran al viajero, después de ha- 334 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ber enseñado la injeniosa escritura de los quipus, y dado á la monarquía una lejislacion, que en la opinión de Prescott, era tan buena como las me- jores de Europa, los famosísimos Incas del Perú, sintieron la necesidad de aumentar el brillo de su nombre por medio de ruidosas conquistas que á la par que aumentasen su territorio, llevasen hasta los eslremos de la tierra la noticia de su civilización. Penetraron á través de fragosos caminos y altas Cordilleras, á las floridas planicies y los deliciosos valles que bautizaron con el nombre de Tucuinan, en memoria de uno de los espedicionarios. Curioso seria recomponer la historia presunta de aquellos remotos tiem- pos y de aquella dominación. El tiempo que tardó en afianzarse las luchas entre conquistadores y conquistados, la pugna entre una civilización adelantada y las resistencias del estado salvaje. En efecto, todas esas tribus que habitaban este país, se hallaban en su infancia primitiva. Nada nos induce á creer que sus con- diciones de vida fuesen mejores que las que actualmente gozan los indios salvajes del Chaco. Tenian un idioma que se formaba penosamente de sonidos puramente naturales : era esclusivamente onomalópico. Alimen- tábanse de insectos y bichos silvestres, y moraban bajo la copa de los ár- boles, sin sentir la necesidad de construir casas aparentes. Estas turbas informes debieron ceder fácilmente al brioso empuje de una nación acos- tumbrada á todas las ventajas de una regular civilización. La conquista fué fácil, y de sus consecuencias ulteriores, tenemos pruebas donde quie- ra que los peruanos fijaron su planta. Impusieron su rico idioma á los vencidos, enseñáronles á cultivar la tierra, los iniciaron en las artes, y de- jaron la sangre de su raza inoculada en el informe cuerpo de una socie- dad embrutecida. Pringles. índice general m LAS mum coiipuudas m el iouo seguüjdo Pigina. Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 5 Observaciones meteorológicas hechas en Bahia Blanca, par Felipe Caronti 25 Mejoras en la navegación del Riachuelo, por l,ui8 A. Huei-go 28 Observatorio nacional, por Pedvo Pico 44 Novedades Científicas : Química, preparación del ácido fosfórico, por 16B. Markfc. — Damiana 55 Actas y documentos de la Sociedad Científica Argentina 57 Memoria sobre el estado de la Sociedad Científica Argentina, laida por el señor Presidente en la Asamblea del 15 de Julio de 1876, al terminar el año admi- nistrativo 67 Mejoras en la Navegación del Riachuelo (conclusión), por I,uls A. isuergo.. 80 Descripción de una especie nueva de Dolichotis, por Gei-maii RnrmeiHtcr. 88 Construcción de las Escuelas en relación con la salud de los niños, por Kiuillo Rosettl 92 Revista del mes, por Estanislao S. Zoballos 98 Novedades Científicas : Ferro-Carriles, noticias sobre los de Estados Unidos. — Bibliografía, Boletín de la Academia de Ciencias Exactas de Córdoba (tomo II, entrega 1", por P. I*. A 107 Actas y documentos de la Sociedad Cientifica Argentina 113 Segunda Esposicion anual de la Sociedad Cientifica Argentina, por JEstaalslao S. Keballos 126 Visita á la fábrica de Chocolate, por M. Pulggarl 151 Defecación hidráulica y sistema de irrigación ó canalización neumática y fábricas de guano, por H. TIede (con lámina) 158 Novedades Científicas : Física : La aplicación del calor solar á la industria 166 Actas de la Asamblea (1876) y de la Comisión Directiva (1875) 169 Documentos (1 874-1875) 177 Memoria sobre Orugas acuáticas, por Carlos Berg 18i Obras de salubrificacion : Defecación hidráulica y sistema de irrigación neumática y fábricas de guano, por H. Tlodc ¡conclusión) 191 Puerto de Buenos Aires, por Guillermo D. nigont 210 Novedades Científicas : Antropología : Datos sobre objetos antropológicos. — Hidro- grafia : Carta hidrográfica. — Observaciones meteorológicas en Buenos Aires. — Minerales de Atacania. — Fabricación de guantes. — El Tren relámpago 218 Actas de la Asamblea (1876) y de la Comisión Directiva (1875) 225 Documentos (1876) 235 Pallustra Azollae y Pallustra Ténuis. Memoria presentada á la Sociedad, por el D' Carlos Berg • 2H Puerto de Buenos Aires, por CiuUlcriuo o. Blgonl ( conclusión) 247 336 ÍNDICE Pigina» Estudio geológico sobre la provincia de Buenos Aires. Memoria presentada al concurso de la Sociedad, por el D'' Estaalslao S. Zcballos 25S El corazón embrional bajo el punto de vista fisiológico, por el as"' jEloberto Weriiicke 269 Novedades Científicas : Planta para curtir. — Cuestiones sanitarias. — Paris, puerto de mar. — Pájaro artificial. — Fósforos sin fósforo. — Concurso.'^— Exposición de Paris de 1878. — La Dinamita. ^ El gas en Paris. — Ferro Carriles. — Obras de salubridad de París. — Catálogo de la Biblioteca de la Sociedad 277 Actas de la Asamblea (1876) y de la Comisión Directiva (1875) 281 Documentos (1 876) 295 Carburador de gas : Espediente seguido en la Sociedad Cientifií'.a Argentina sobre un aparato Carburador de gas , 30 1 Estudio Geológico sobre la provincia de Buenos Aires. Memoria presentada al concurso de la Sociedad, por el B' lEstaraislao S. Seballos {continuación) 309 Esquistos grafitoides de la Florida (Banda oriental), por sa. ^uiggarl 322 Bibliografia : Conferencias de Córdoba, por S. C. H. Wert 325 Novedades Científicas : Observaciones sobre la disertación de D. C. Revillj. — La circulación atmosférica, por F. Caronti. — Esludios sobre los Calchaquies, por Pringles 330 Índice del segundo tomo , 335 ±. S V y^ w *> ^SmmuA #/• 4 F '■-'■-'"f" '^— 1 ' J —A i ,—5^ ^. VS í" > ; . í ; >• i ; il/^^