Librarp of the ¿Museum OF COMPARATIVE ZOOLOGY. AT HARVARD COLLEGE, CAMBRIDGE, MASS, ALA UA E TUIAO S SNS IAEA ANA Me al ANALES DE HS TORTA NATURAL. AN AUTBS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. TOMO VIGÉSIMO. MADRID: DON I. BOLÍVAR, TESORERO. CALLE DE ALCALÁ, 41, TERCERO. LSO . IMP. DE FORTANET, LIBERTAD, 29. / ÓN > MEMORIAS DE HISTORIA NATURAL. ROS VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN, POR DON SALVADOR CALDERÓN Y ARANA, (Sección de Sevilla. —Sesión del 7 de Enero de 1891.) da Ciertamente no es un descubrimiento nuevo la existencia en Morón de verdaderos volcanes cenagosos todavía activos, como los descritos por varios geólogos de otras localidades: el Sr. Delanoue primero y el Sr. Machado después (1) los han mencionado, aunque ligeramente, y el Sr. Macpherson (2) se ha ocupado también de los de la provincia de Cádiz, extingui- dos en su mayor parte. Mas tanto los progresos que ha reali- zado en estos asuntos la ciencia geológica en estos últimos años, como la excesiva concisión y deficiencia de las descrip- ciones de los volcanes de Morón, nos han estimulado á visi- tarlos en dos excursiones sucesivas y á reunir en un breve (1) El trabajo de Delanoue en que se trata de este asunto no hemos podido consul- tarlo y solo de referencia lo conocemos. En cuanto al del Sr. Machado se reduce á una breve nota inserta como apéndice á su traducción de los Dlementos de Mineralogía de Schoedler. (2) Bosquejo geológico de la provincia de Cádiz, 1873. e 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) trabajo los datos recogidos sobre el terreno y las considera- ciones que de ellos creemos pueden desprenderse. Como es sabido, los llamados volcanes fangosos Ú cenag'o0sos, que algunos confunden indebidamente con las salzas, de ori- gen geyseriano estas, consisten en desprendimientos de gases en charcas producidas por el estancamiento de las aguas de la capa superficial, en parajes cuyo terreno es arcilloso y fuertemente impregnado de materias orgánicas. La causa principal de su actividad son las descomposiciones de sustan- cias vegetales, por lo cual predomina entre sus gases el hi- drógeno carbonado. También hay en dichos volcanes despren- dimientos de hidrógeno puro, de nitrógeno, de anhidrido carbónico y de oxígeno; pero todos estos gases no se producen siempre, ni en un mismo volcán fangoso lo hacen de un modo invariable: así en los de Turbaco, en Cartagena de América, no encontró Humboldt más que el nitrógeno, al paso que Acosta, cincuenta años más tarde, reconoció en los mismos con abundancia gases hidrogenados inflamables. Cada una de las burbujas que se desprenden de dichas charcas hace saltar un poco del barro húmedo á través del que los gases se han abierto paso, y la acumulación de este en el transcurso del tiempo, va elevando el nivel del punto de erupción y formando así un cono en cuyo interior se en- cuentra una sustancia cenagosa, negra, fétida, casi siempre salada y que arrastra á menudo gotitas de betún. Las burbu- jas se van fraguando así al mismo tiempo verdaderos canales de erupción. Hay en todo esto algún parecido exterior con lo que ocurre en los verdaderos volcanes, los cuales forman también sus conos con sus propias erupciones; pero, aun prescindiendo de las causas que determinan estas, los volcanes cenagosos son una verdadera miniatura comparados con los lávicos. Sus dimensiones, en efecto, no suelen pasar de un metro, siendo excepcionales los que alcanzan 30, 50 y en un caso 150. Se conocen manifestaciones de la indole que nos ocupa en Sicilia, donde se llaman macalubas, y entre ellas es reputada la de Girgenti, de 50 m. de altura y cerca de media milla de circunferencia y en cuya pendiente se asientan más de cien pequeños conos, varios de los cuales son aun activos; en los extremos E. y O. del Cáucaso se encuentra la región del globo 43) Calderón.—Los VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. a más abundante en volcanes de esta clase relacionados con fuentes de nafta, como acontece también en la del mar Caspio, en Islandia, en Java, en Trinidad y en Cartagena de América, cuyos famosos volcancitos en número de unos 20, alcanzan de 648 m. de altura por 60 á 80 de circunferencia en su base. En Nicaragua hemos tenido ocasión de ver manifestaciones aná- logas intimamente asociadas á fenómenos geiserianos, y entre ellas es digna de mención el torrente de materia fétida y os- cura que no hace muchos años produjo considerables daños en Managua, al borde del lago del mismo nombre. Como se desprende de esta rápida enumeración, el intere- sante fenómeno de los volcanes cenagosos solo se puede obser- var en un escaso número de parajes, por lo menos en la forma genuina en que aparece en los ahora citados, siendo en esta sumamente raro en Europa. Con esto creemos justificar el interés que merece á nuestro juicio el estudio de una loca- lidad española donde hay ocasión de reconocer dichas curio- sas manifestaciones geológicas, tanto en actividad como en las huellas de su energía pasada. TI. Los tres volcanes cenagosos de Morón, todavía activos, Co- rren en una línea que va de SE. á NO. por un estrecho valle situado á unos 15 km. al S. de Morón y como á una legua de Montellano, valle llamado en el país Cañada de los Charcos de Aragón. Dos arroyos rodean á dichos volcancitos: el de La Mujer y el del Salado, nombre este último que alude al mucho cloruro de sodio que llevan sus aguas, sobre todo en una parte de su trayecto. La cañada, que tiene una anchura de 300 m., se inclina por ambos lados en pendiente suave hacia su cen- tro, constituído por un depósito arcilloso aluvial cubierto de vegetación. A ambos lados se alzan montes de cierta elevación que componen la Sierrezuela de los Charcos, á la izquierda sin cultivo y poblados de monte bajo, al paso que á la derecha hasta 100 m. de altura ostentan lozanos olivos y encinares. Los citados montes, como todo el terreno que los ciñe, en extensión considerable, están constituidos por calizas com- pactas, alguna vez pasando á brechas calizas y arcillosas fre- 8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (ay cuentemente irisadas y con yesos y moronita interestratifica- das. Este conjunto de capas, que ocupa una extensión inmensa en el centro de la provincia de Sevilla y en su confín con la de Cádiz, por la cual se prolonga, se reputaba triásico hasta que el hallazgo de la moronita, roca abundantísima en diato- meas perfectamente conservadas, nos permitió al Sr. Paul y Figura l. AIN de EA 4 7) Y) YI NWE "7 y Vr _ ss PY WEI OZA 77), yd) 6 1. Arcillas, frecuentemente irisadas y con yesos.—2a. Caliza con Vummulites.— 20. La misma metamorfizada y no fosilífera. —3. Ofita.—-4. Relleno arcilloso- diluvial.—7 Emplazamiento de los volcanes barrosos. Escala de las alturas cinco veces la de las longitudes. á nosotros (1) fijar su verdadera edad eocena. Hasta ahora no se había dado con otros fósiles en este terreno; pero en nues- tra última excursión, más afortunada que las anteriores, he- mos recogido en lo alto de la Sierrezuela de los Charcos, tro- zos de la caliza dominante en todo el terreno eoceno de la región, blanca y menos metamorfizada en aquel sitio de como suele estarlo de costumbre, y aunque lamelar y sacaroidea, conteniendo Nummulites Murchisont y atassica muy bien con-. servados y otros fósiles más confusos. La edad de estas rocas queda, pues, determinada con toda seguridad, y pertenece al eoceno medio. (1) Calderón y Paul: Za moronita y los yacimientos diatomaceos de Morón. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HisT. Nar., t. xv, 1856.) (5) Calderón.— LOs VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 9 Ya d'Archiac (1) definió bien el carácter orográfico que ofrecen estas regiones de Andalucía, notando que en general las sierras jurásicas se alzan cual ¿slotes montañosos entre capas eocenas plegadas, emergiendo como verdaderos arreci- fes. Tampoco se escapó á su sagacidad ni á la de Verneuil la semejanza que ofrecen á menudo con el trías los bancos num- mulíticos por la alternación de mármoles blancos más 6 me- nos fosilíiferos con depósitos arcillosos de colores abigarrados, faciles de confundir con las margas irisadas del trías. La misma observación han comprobado los Sres. Bertrand y Ki- lian (2), quienes hacen notar además que estos depósitos, ge- neralmente muy arcillosos, retienen las aguas de infiltración en su superficie, hasta el punto de que la presencia del num- mulítico se descubre por sí misma casi siempre por numerosas fuentes y por la naturaleza pantanosa del suelo. Aunque las precedentes consideraciones se han hecho con respecto á la constitución litológica de las provincias de Gra- nada y Málaga, pueden aplicarse igualmente á toda la vasta región epigénica que hemos descrito (3) como un solo fenó- meno, que partiendo de la costa en la provincia de Cádiz, corre en arco á través de la de Sevilla y pasando por Morón, hasta la de Granada, se prolonga á la de Jaén. Un ejemplo más del mismo carácter proporciona el paraje en que se asientan los volcanes famgosos, comprendiendo una zona eocena cercada por los islotes montañosos constituidos por calizas liásicas de las sierras de Montejí y de Pozo Amargo. En torno de los volcanes y charcas fangosas de Morón se extiende un relleno arcilloso aluvial de bastante espesor en algunos sitios, como en el Arroyo Hondo á unos 500 m. de la Hacienda de la Dehesa de los Charcos, donde reposa sobre un conglomerado calizo eoceno. Junto á los volcanes activos de la cañada y en su misma extremidad NO. aflora un pequeño apuntamiento de ofita cris- talina verde, constituyendo un pequeñísimo montículo, de tal modo cubierto de palmitos, que es difícil advertirlo. En cantos (1D) Histoire des progres de la geologie; París, 1817. (2) Études sur les terrains secondaires et tertiaires dans les provinces de Grenade el de Malaga. (Mem. de Acad. des Sciences., t. xxx. París, 1883.) (3) Calderón: Za region epigénique de 1?Andalousie et l* origine de ses ophites. (Bull. de la Scc. géol. de France, 3.* serie, t, xv1r, 1888.) 10 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) sueltos hemos recogido varias ofitas en la cañada, cuya pro- cedencia exacta no es posible precisar y creemos también que debe ser ofítica la base del cerrillo que se alza junto al volcán extinguido del Arroyo Hondo (fig. 2). De todos modos la cone- xión que en trabajos anteriores hemos señalado como cons- tante entre las apariciones de ofita y el volcanismo barroso en Andalucía, se comprueban plenamente una vez más en la localidad de que nos ocupamos. 100 Las manifestaciones del volcanismo barroso de los términos de Morón y Montellano adoptan tres formas: 1.*, la de charcas negruzcas, que desprenden gases ya inflamables, como una inmediata á los volcancillos, 6 ya no inflamables ó carecen por completo de desprendimientos de burbujas, como sucede en la de Arroyo Hondo, según la fase de actividad en que se hallan; 2.*, la de pequeños conos de reborde que aparece más ó menos borrado por la acción erosiva de las aguas de lluvia, y 3.*, la de volcancitos activos. A la categoría de las charcas pertenecen los manantiales medicinales de Pozo Amargo y El Esparragoso. En el primero, donde acaba de construirse un importante establecimiento balneario, el pozo que contiene el agua sulfhídrica atravesada de burbujas que se desprenden constantemente, se asienta en un banco de yeso gris. El agua mana á una temperatura me- dia de 18”. La otra charca, la de El Esparragoso, al SO. de los volcancitos de la Dehesa de los Charcos, alcanza un metro de profundidad y es también visitada por muchos enfermos de los contornos que acuden á bañarse en ella. Otras varias de menor importancia existen en el término, todas saladas, no siendo raro que su agua sea al mismo tiempo algún tanto amarga y salina, lo que indica la presencia de sulfatos de magnesia y de sosa. Los volcancitos consisten en conos truncados de un metro poco más 6 menos de elevación y de una circunferencia va- riable que guarda relación con el tamaño del cono. Se asien- tan en el centro de un circo de barro muy resbaladizo y des- provisto de vegetación que se inclina en pendiente por todos (7) Calderón.—LOs VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 11 lados hacia el volcancillo. En el interior del cono existe un barro ó cieno negruzco, fétido y espeso, sobre todo en la esta- ción seca, cargado de productos orgánicos, del que se des- prenden burbujas gaseosas, las cuales salpican gotitas de la materia cenagosa y producen así, como se ha dicho, la eleva- ción del volcancito. En la estación lluviosa el barro se mezcla con una gran cantidad de agua, la cual acaba por desbordar por un canal estrecho, saliendo en forma de arroyo cuyas márgenes están desprovistas de vegetación, merced á la acción de los cuerpos conducidos por el líquido que por él corre. Este arrastra, en efecto, varias sustancias: sal común, que en verano deja un camino blanco en el trayecto del arroyo y for- ma costras cristalinas sobre el agua de las charcas 6 bajo ella, según el grado de saturación, cubriendo en estio de bellas tolvas escalonadas á los palos ú otros objetos que caen en ella; materia cenagosa negra, con su olor fétido característico. -que se va posando en el cauce; azufre pulverulento, que flota en la superficie del agua, se remansa y acaba por depositarse sobre la anterior sustancia en forma de una película amarillo- verdosa; hidrato férrico, que tiñe de rojo los sitios en que se remansa el agua, y algunas otras impurezas. El Sr. Machado contaba diez volcanes de esta clase en estado de actividad lenta, con señales de recrudecimiento; pero al parecer el número ha debido disminuir desde la época en que hizo su excursión este profesor, no excediendo hoy de siete los activos que hemos podido comprobar, lo cual se explica por la tendencia que manifiestan á extinguirse todos estos fenómenos en la región andaluza. En épocas anteriores han debido sin duda alguna alcanzar dimensiones y desplegar energías inmensamente mayores que las actuales, como lo demuestra la extensión y espesor de las rocas formadas por esta vía y puestas al descubierto en el Arroyo Hondo, cerca de los otros volcanes por unos empresarios ingleses que en 1862 se propusieron explotar el azufre que va interpuesto á las arcillas de aquel sitio. La zanja abierta con dicho objeto, que no llegó 4 convertirse en especulación seria, ha servido para demostrar la existencia de antiguas formaciones barrosas mucho más importantes que las actuales, poniendo al descu- bierto además su estructura, que indica el adjunto corte (fig. 2). 12 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) Se reconocen en este sitio dos formaciones estratificadas consecutivas: una inferior, constituida por débiles capas de marga grisácea, suelta, impregnada de azufre y que contiene un número prodigioso de pequeños cristales de yeso; otra de marga dura de color oscuro, con costras de azufre, abundan- tes cristales de celestina y calcita con estroncianita, que mide en lo conocido un espesor de unos 15 m., aunque está evidentemente denudada. Figura 2. sk NI 1. Caliza eocena.—2. Ofita.—3. Marga con celestina y azufre (en el coronamiento del cerro hay trozos grandes sueltos de la misma roca).—4. Marga con yesos trape- cianos.—5. Barro negro salado y charca actual. Altura máxima: 15 m., por unos 60 de longitud total del corte. Examinemos ahora esta serie de productos. El limo, barro negruzco ó moya, como le llaman en América, que forma los volcancitos, es una arcilla, ó mejor, una marga homogénea y consistente. En las capas de antigua formación ha adquirido á veces la coherencia de una roca muy compacta, eris, que retiene los cristales de celestina, los cuales no se perciben generalmente más que en las superficies expuestas á la intemperie, donde la desaparición del cemento los deja libres; la moya descompuesta que los encerraba, disgregada en partículas tenues, forman un suelo pulverulento, pero que se vuelve compacto, pevajoso y resbaladizo apenas se moja. Contiene además azufre térreo y en ocasiones costras crista- linas brillantes de la misma sustancia, que fueron las que trataron de explotarse en la Dehesa de los Charcos y, según tradición, también en Pozo Amargo. La división inferior del corte precedente ofrece un horizonte notable por el sinnúmero de cristalitos hialinos de yeso que aprisiona, de tamaño variable, pero que suele estar compren- (9) Calderón.—Los VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 13 dido entre dos milímetros y un centímetro. Todos estos crista- les son trapecianos, como los llamaba Hay, y están unos aislados y otros agrupados, siendo con frecuencia de una gran belleza y ofreciendo sus dos terminaciones piramidales 0, su- mamente brillantes. Encierran todos arcilla de la moya en que están engastados. Tanto el barro ya desecado ó marga antigua, como el de las charcas 6 volcancitos actuales, contienen mucho cloruro de sodio, que se revela bien por su sabor característico. En la estación calurosa se da á conocer en forma de grandes costras salinas, que cubren, sobre todo, los arroyos de desagie, utili- zadas para el consumo en los cortijos próximos, á lo que se debió que los carabineros cegasen algunas de estas charcas y volcancillos, poco antes del desestanco de dicha sustancia, haciendo así disminuir el número de ellos y deformando otros por completo. En la zanja del Arroyo Hondo forma la marga oscura, com- pacta, rica en celestina y caliza con estroncianita, capas de bastante espesor, como lo indica el corte precedente. En sus cavidades internas y en sus superficies de juntura se ven, además del azufre, los cristales de celestina, generalmente de tres á cuatro milímetros, y por excepción hasta de un cen- timetro por medio de ancho. A menudo solo se hallan termi- nados por una extremidad y por las opuestas se confunden en la masa; otros están maclados, pero los hay también perfecta- mente aislados y completos. Son transparentes cuando no han sufrido la acción del agua y del aire, en cuyo caso se cubren de una película blanca. Las caras observadas en ellos son las siguientes: o=P=2 (011), preponderante; es brillante y lisa. 11 == 0 .. (10) c=0P (001), generalmente faceteada. d=4Pos (102), desigual. p=P2(124), grande, lisa aunque mate. La relación de los ejes en estos cristales es ab 0 18924: 17127904 Su densidad es de 3.90. 14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) Contiene además la moya en cuestión una cantidad de carbonato de cal considerable, y por eso la hemos calificado de marga. En ocasiones aparece concretada en vetas algo gruesas de calcita fibro-radiada, á la que se asocia el car- bonato de estronciana, el cual la comunica bastante den- sidad. Para terminar la historia de los productos de estos volcanes fangosos, nos resta mencionar los gases, que en forma de burbujas se desprenden del depósito de agua turbosa y fétida existente en las charcas ó dentro de los conos. En uno de ellos, llamado en la localidad el de Papahigo, es donde pudimos comprobar mejor la detonación de sus burbujas al acercarlas una luz y la capa blanca que dejaban después en la superficie del líquido. Otros gases de los que se desprenden en los vol- canes barrosos en mayor ó menor proporción, según la fase de su actividad en que se hallan, deben acompañar al hidró- seno sulfurado, y entre ellos el nitrógeno ú otros que pueden preponderar, pues hay charcas en las que las burbujas no parecian inflamables. IV. Hemos dicho que los volcanes barrosos, aunque general- mente extinguidos, existen en otros puntos de la región. El Sr. Macpherson (1) ha citado uno activo entre Paterna y Alcalá de los Gazules, al pie de la Peña Arpada, como á 200 6 300 m. de un apuntamiento de ofita. Constituye un cono truncado de notable regularidad, elevado unos dos metros por tres á cuatro de diámetro en la base. Estaba formado de barro finísimo negro y contenía en la parte superior un pequeño charco de agua que desprendía un fuerte olor de hidrógeno sulfurado. Era tanta la sal que disolvía el agua, que en el «estío de 1870 había cristalizado por los lados y parecía por algunos sitios un monton de nieve. Asimismo en Conil, cerca de los azufres, se encuentran en gran número estos conos fangosos ya extin- guidos, de que dió noticia Delanoue. El azufre que les acom- (1) Oper. cit., pág. 110. (11) Calderón.—LOs VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 15 paña es conocido de antiguo en el¿mundo científico por la magnificencia de sus octaedros, de los que hay bellísimos ejemplares en los Museos de Madrid, de Sevilla y en casi todos los de Europa. La riqueza industrial, en cambio, es escasa, á juzgar por el ningún resultado obtenido hasta ahora en los intentos de su explotación. No así los azufres de Arcos de la Frontera que en forma de vetas impregnan las arcillas tercia- rias, los cuales han dado no poca utilidad. Las emanaciones gaseosas en el seno de fangos negruzcos y fétidos, son frecuentísimas en otros muchos puntos de la región, por más que rara vez formen conos. Suelen hallarse en el fondo de los arroyos que corren por los yesos, y la misma corriente del agua impide se eleven sus muros barrosos. El nacimiento de la fuente medicinal de Pozo Amargo es un ejemplo de uno de estos fenómenos con desprendimiento con- comitante de burbujas de hidrógeno sulfurado, y no son otra cosa las famosas aguas llamadas sulfurosas de Carratraca, Chiclana y Gigonza, junto á Paterna, más otras muchas de menor importancia. En ocasiones una fuentecilla sulfhídrica que nunca se ha- bía conocido, mana repentinamente entre los yesos, sobre todo después de las lluvias, revelándose de lejos por su olor fétido. En vista de todos estos datos es preciso,reconocer que las manifestaciones indicadas, ligadas unas con otras por tránsi- tos insensibles, son casos aislados de un proceso general en una comarca que reune determinadas condiciones. Nosotros hemos fijado con alguna aproximación, en el trabajo ya cita- do, los límites y distribución de esta región que puede llamarse esteparia, puesto que los elementos dominantes en la consti- tución de su suelo son rocas margosas fuertemente impreg- nadas de sal, alternando con calizas convertidas á menudo en yeso por epigenismo. Constituyen esta zona, poblada por la vegetación propia de semejantes terrenos, rocas metamorfiza- das igualmente, aunque corresponden á veces á edades geo- lógicas distintas, y está acribillada toda ella de innumerables apuntamientos ofíticos. Ahora bien, los elementos mineralógicos de estos terrenos transformados, con ayuda del agua y de la materia orgánica, explican perfectamente la producción de las rocas y minerales 16 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) que existen en los volcanes barrosos, como vamos á tratar de probar. El azufre es debido á la descomposición del ácido sulfhídrico que deriva de la de las materias orgánicas en contacto del aire y que en precipitaciones sucesivas en estado térreo, puede llegar á adquirir en el transcurso del tiempo el espesor que alcanzan los depósitos de Arcos de la Frontera. El polvillo de azufre nada en la superficie del agua, porque allí se está for- mando constantemente bajo la acción atmosférica, hasta po- sarse cuando sus grumos adquieren cierto espesor, cubriendo en forma de película el suelo 6 las piedras que caen en las charcas negras. Hemos dicho que la moya del volcán barroso de la Dehesa de los Charcos contiene en sus capas inferiores un sinnúmero de cristalitos de yeso trapeciano que no se ven en ninguna otra parte de Morón, donde, sin embargo, dicho mineral abunda tan extraordinariamente. Esto se explica porque el origen de tales cristales y el de los restantes yesos del país, es completamente diverso: estos últimos son un producto del epigenismo de calizas por la acción de emanaciones sul- fhidricas, al paso que los primeros resultan del mismo proceso conocido, tratandose de los lagos salados. Cuando el cloruro de sodio se mezcla en ellos con el sulfato de sosa y con cloru- ros de calcio y de magnesio se establece entre estas cuatro sales disueltas en el agua un equilibrio químico de las dos primeras más las dos nuevas que se forman por el cambio reciproco parcial de sus ácidos y sus bases. A medida que el disolvente se va evaporando, el sulfato cálcico se precipita, siendo acelerada su precipitación por efecto de su escasa solu- bilidad, en tanto que queda disuelto el cloruro sódico. El sul- fato de sosa procede de la acción del ácido sulfhídrico sobre la sal común, y dicho ácido á su vez de la oxidación del sul- fhídrico originado por la descomposición del yeso en presencia de la materia orgánica, transformándolo en sulfuro cálcico, el cual se descompone bajo la influencia del ácido clorhídrico, debido á su vez á la acción del ácido sulfhídrico sobre el clo- ruro de sodio. En cuanto á la sal común que impregna la moya, tanto an- tigua como actual, y que contiene el agua que mana'en los volcancillos durante la estación lluviosa, procede indudable- (13) Calderón.—Los VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 17 mente de la lixiviación de las arcillas saliferas profundas. Ya lemos explicado en otro trabajo precedente (1), cómo aguas que presentan una concentración de medio grado solamente, y que no parecerían salinas á un observador superficial, han podido llegar á constituir un depósito de 14 cm. de espesor en el transcurso de un siglo en el fondo de la dilatada laguna de Fuente-Piedra, cuya extensión superficial pasa de 1.400 ha. También en otro trabajo (2) hemos tratado de probar que toda la sal que impregna los diferentes terrenos metamorfizados «de Andalucía debe proceder de un origen común, que no puede ser otro aquí que el miembro salífero del terreno triá- sico subyacente. Más oscura es sin duda alguna la procedencia de la estron- ciana que en forma de sulfato y de carbonato se presenta, como queda dicho, en las rozas en cuestión. No ocurre esto solo en el distrito de Morón, pues acontece asimismo en los antiguos volcancitos de Conil, donde la celestina en grupos de prismas hialinos y muy bien cristalizados acompañan al azufre; otro tanto sucede en Hellín (Murcia), y tenemos eb- tendido que análogamente se presenta cerca de Garrucha, en la provincia de Almería; es sabido que la solfatara ita- liana de Perticare ofrece también cristales blancos é incolo- ros del mismo sulfato asociado al yeso y al azufre en la mar- ga macalúbica. Esta misma constancia con que semejante mineral aparece en todas las citadas formaciones barrosas, contribuye á nuestro juicio á hacer más oscuro el problema de su procedencia. Quizás pudiera tener su origen en Morón en los yesos eocenos próximos, si contuvieran dicho sulfato, como sucede en los alrededores de París, donde el yeso apri- siona nódulos de baritina con estronciana sulfatada. En este caso si dicho sulfato pasara á sulfuro, por reducción en pre- sencia de la materia orgánica, una oxidación posterior podría regenerar después la celestina y dejar libre una parte del azufre que la acompaña, reacción sumamente verosímil, por más que hasta ahora no se haya podido lograr por vía sinté- (1) Za salina de Fuente-Piedra. (ANAL. DE LA Soc. Esp. DE HisT. NAT., toM0 XVII, 3889. Actas, pág. 12 y siguientes.) (2) La rezion épigenigue, etc., pág. 111. ANALES DE HIST. NAT.—XX. 2) 18 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) tica (1). En cuanto á la estroncianita que con la celestina y la calcita se halla en la moya, se explica por la precipitación de una disolución de cloruro de estroncio, sobre todo con ayuda de otra caliente de un carbonato alcalino. Las burbujas que se desprenden de las charcas libres 6 encerradas en los conitos volcánicos provienen de la descom- posición de las materias orgánicas sulfuradas y consisten en hidrógenos sulfurado y carbonado, y en menor proporción, nitrógeno y otros gases. Este proceso se completa con el antes mencionado de la oxidación del ácido sulfhídrico y su trans- formación en sulfúrico, al que se debe el origen de los crista- les trapecianos de yeso. También se deduce del proceso de la fermentación de las sustancias orgánicas, la explicación del color negro, y gene- ralmente intenso, que ofrecen los barros de las charcas y vol- cancillos, pero no del modo como ha sido hasta ahora inter- pretado este fenómeno. En efecto, suele decirse, tratándose de ejemplos análogos, que los gases desprendidos originan dicho enregrecimiento, merced al hidrógeno sulfurado que forma parte de ellos, el cual convierte en sulfuro al carbonato de hierro contenido en el agua, en el supuesto de que esta sea carbónica. Mas, aparte de que semejante precipitación no es admisible, se observa igual ennegrecimiento en las charcas que desprenden aquel gas, que en las que producen otros, y en aquellas donde es abundante la salida de burbujas, como por el contrario, en las que es tan escasa que no se hace per- ceptible. Lo que ocurre á nuestro juicio es que la descompo- sición de dichas materias vegetales tiene que producir carbo- nato y sulfhidrato amónico, solubles en el agua, y que el segundo de estos cuerpos precipita al hierro bajo la forma de sulfuro, como se hace artificialmente en los laboratorios. Resulta en definitiva que la existencia de todas las sustan- cias que entran en la constitución de las curiosas formaciones geológicas descritas en el presente trabajo, se explica bien por la de los materiales preexistentes en el terreno sobre que descansan con ayuda del agua y de la materia orgánica. Las reacciones expuestas de un modo fragmentario hasta aquí, se (1) Fouqué et Michel Lévy: Synthose des minerauz et des roches, Paris, 1882. (15) Calderón.—LOS VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 19 eslabonan y forman una cadena cerrada, que á nuestro juicio puede resumirse en las siguientes ecuaciones: 2 Na C1 + 80, H, =80, Na, + 2HC1 SO, Ca + CH, =C0, + 2H,0 + 8Ca SCa +2HC1=Ca Cl, +SH, Cada volcancillo ó charca es la parte visible de un verda- dero laboratorio, cuya actividad se inicia por un proceso de fermentación, y esta provoca una serie de reacciones no inte- rrumpidas, en tanto que persisten las causas de energía que se van agotando á medida que se forman compuestos estables é insolubles, y entre ellos señaladamente sulfatos. De aquí el cambio sucesivo de sus desprendimientos gaseosos, de sus productos sólidos y de su temperatura, lo mismo en esencia que acontece en los volcanes lávicos y las fumarolas, que empezando por reaccionar á la incandescencia, desprendiendo ácidos hidroclórico y sulfuroso y produciendo sales potásicas y sódicas, acaban á la temperatura ordinaria por debilitarse sus energías minerogénicas hasta dar solo nacimiento á car- buros de hidrógeno y anhidrido carbónico, y aextinguirse por último. Desde luego se advierte una analogía de composición gene- ral entre las sustancias que componen los volcanes barrosos y ia de las rocas epigénicas de toda la zona en que se asientan, y se impone por consiguiente achacar el origen de unas y otras á análogas causas. Es sabido que dichas transformacio- nes han sido atribuidas generalmente, tratándose de las rocas epigénicas, á la acción de las rocas ofíticas que las atraviesan, opinión inadmisible á nuestro juicio, pues las mismas ofitas solo son en realidad un producto metamórfico más avanzado. Cierto que dichas rocas eruptivas se encuentran en la proxi- midad de los lugares más epigeniados, donde dominan los yesos, las calizas dolomíticas y las arcillas abigarradas con aragonitos y cuarzos bipiramidados; pero es porque allí las acciones orogénicas han obrado con más intensidad, pudiendo ayudarlas el agua y otros factores hasta producir los cambios sorprendentes que hoy nos ofrecen. Cada uno de estos centros de recrudescencia epigénica, si podemos expresarnos asi, debió ofrecer en grande al fin de 2) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) la época terciaria y durante la cuaternaria los mismos fenó- menos del volcanismo barroso que hemos bosquejado, cuando grandes pantanos cubrían casi toda la zona esteparia desde Cádiz hasta Antequera. En un suelo casi exclusivamente arci- lloso é impregnado de sales, bajo la influencia de un clima favorable, que haría desarrollarse de un modo extraordinario la vegetación halófila, no es dudoso que esos pantanos pudie- ron convertirse en grandes focos de actividad química. Pero á medida que las aguas fueron tomando cauces más estrechos y profundos, y 4 compás también de la disminución de las lluvias, los citados agentes fueron concretándose á las cuen- cas sin desagiie y particularmente á las más ricas en materias orgánicas, produciéndose charcas aisladas que desprenderian gases, 6 dejando lagunas dispersas, como las de Fuente-Piedra, Herrera y Medina, allí donde se acumulaba mayor cantidad de agua y faltaba el agente de reducción necesario para man- tener el dinamismo descrito. Tal puede ser el origen de la materia orgánica, cuya fer- mentación es el punto de partida de todo este quimismo, y quizás proceda en ocasiones de lignitos interestratificados cerca de las capas metamorfizadas, como sucede en Morón en el sitio llamado Fuente Nueva, donde se trataron de explotar hace años algunas vetas de esta sustancia. Los antiguos volcanes barrosos debían ser mucho más ex- tensos y elevados que los actuales, como lo indican los restos de los del Arroyo Hondo y en la provincia de Cádiz los de Conil y los azufrales de Arcos de la Frontera. Al mismo, tiempo su temperatura tuvo que ser elevada, condición necesaria para la producción del carbonato de estronciana y de la caliza acicular, y hubieron de contener silice disuelta, á la cual se deben los cristales exagonales apuntados lechosos que hemos hallado encerrados en las margas con yesos trapecianos (nú- mero 4 del corte segundo) y en la caliza acicular. A medida que se evaporaba el agua interpuesta en la moya de estos volcanes barrosos antiguos, quedaría transformada en una pasta caliente, en cuyo seno se deberían realizar nue- vas acciones, hasta consolidarse adquiriendo la compacidad que presenta y encerrando en su seno los minerales que con- tiene. Los actuales volcanes fangosos de Morón no aprisionan en (7) Calderón.—LOos VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. 2] su barro esos productos hidrotermales que se hallan en los antiguos, y es natural que así sea dada la temperatura normal a que funcionan. Y esto consiste en que no son sino el último resto próximo á extinguirse del dinamismo epigénico que tanta importancia alcanzó en la región durante la época cua- ternaria: así como los de Sicilia van en decadencia tan rápida como lo atestigua la diferencia de su energía actual con la que nos describen los antiguos naturalistas que desde Plinio han venido haciéndolo, los de la región andaluza están tocando ya á su término por agotarse los agentes de su actividad, merced á la desorganización de los unos y á la precipitación de los otros bajo la forma de compuestos insolubles. a 7 L » fu i a h Ye y y » ) e AA e q de E A DO | de E ) y e A O eN E ¿ ¡08 PE “ , 10 7 ; nos A Dl TS k A be as ¿ DES y ES J ' A $ 4 A de B í 3 AE AS AN e IA sl. Ed A PE! Sl 1 vÑ. DAA ás ne : AE ci AA ml q Aviv Eli ti EN y mE EN 1 ia REE: AAA 0 A As cb E SIE PORN 200 ' 0 qa) pao eE ¿Ue EE no el PAS 100 3 ide ba 184 0 0 ¡Sit dae ERAN | 1 5 2208 AA as EN 1 eE PEU, £ki DAS: A Ae E | ] Ñ E e: STO E ES 0, ¿0 eN hi Noi na ' YU ASE AA PA 3 des ¿En e o AE Do CI $ As De yo SU TI ue 1 Li y 7 » o E Ye 5 d Ñ E A A TAS E 0 ON ] CS: aa ART LOL: IMEI TO IUIA ño 6] A e A 3 * m . g y 7 ae Fea » r e. . E 4 ALA y AN q » AIRIS ITA AN INIA E AA 0d En EIA Me cd DAA A EN e 1-3 74 ATEO de bres , " y LY IS 2 A 70. y ia a 4 : AM ñ . A PS $ p ; 4 is 1 q" G e $ 2) e i a 4 A h 8 ¡A A P Ñ 4 $ í K $ ñ ' f Ñ y BY 1 í : fi E 4 Ss ó ' . ; | h e í . 1] 9 ¿E ' í vi " y. As El A a A 4 e F 1 LN M4, 4 p 4 ó ' , o pa FLORULA GADITANA SEU recensio celer omnium plantarum in provincia gaditana hucusque notarum AUCTORE JOSEPHO M. PEREZ LARA. PARS QUARTA, Y (Sesión del 3 de Diciembre de 1890.) ORDO LIMBIFLORARUM. Fam. Primulaceze Ven/. TRIB. PRIMULE.E Endl. Coris L. 985.—C. monspeliensis Z. Sp. pl., p. 252.—Wk. et Lge., Prodr. El. hisp. 11, p. 644.— Coris quorumdam Clus. Rar. pl. hist. 11, p. 174 ic.! —C. cerulea maritima Quer Flor. esp. Iv, p. 434, t. 65! Hab. in arenosis calcareisque aridis regionis inferioris: cir- ca Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem.); in Sierra Carbo- nera prope San Roque (Dautez).—2. Mart., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Sicilia, Baleares, Gallia mediterranea, Hispa- nia orientalis, centralis et australis, Africa boreali-occiden- talis. (1) Véase para la parte primera el tomo xv, pág. 349 de los ANALES; para la segunda el tomo xvi, pág. 213, y para la tercera el tomo XvII1, pág. 35. 24 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (310y Lysimachia Z. 086.—L. Ephemerum Z. Sp. pl., p.. 209.—Cav. Preel., p.-363.—Gr. et Godr., Elor: - Franc. 11, p. 463.—Wk. et Lge., 1. c., p. 645.—L. Otani Asso, SES Dar dia le Hab. in humidis et ad rivulos regionis inferioris: prope Ubrique (Clem.); in Dehesa de Figonza! urbis Jerez (Ciem.); in- ter Arcos et El Bosquein loco Aguacharica.—4. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia Pyrenaica, Hispania orientalis, centralis et australis. e comparado mis ejemplares con otros procedentes de los Pirineos orientales de Francia, y solo difieren de estos por las hojas más largas, un poco más estrechas, y de un verde más subido. Asterolinum /Hlofm. et Link. 987.—A. stellatum Zo/'m. et Link. Flor. port. 1, p. 332.—Reichb., Ic. Flor. germ. xviI1,4t 45, f. 451 —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 646.—£ysimachia Linum-stella- tum L., Sp..pl., p. 211. Hab. in arenosis et collibus incultis regionis inferioris: im prov. Gaditana (Cabrera); in Sierra de San Cristóbal! (Gutié- rrez) et ad Pinar de la Plata circa Puerto de Santa Maria; in loco Zas Canteras. prope Puerto Real et alibi.—O. Mart., Apr. (y. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Europa meridionalis, Asia occiden- talis, Africa borealis. TRIB. ANAGALLIDE/Z Endl. Centunculus /. 9£8.—C. minimus Z. Sp. pl., p. 169.—Reichb., Ic. 1. c., t. 41, f. 4! -—Wk. et Lge., ]. C. 11, p. 647. (311) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 25 Hab. in uliginosis regionis inferioris, prope A /yeciras (Nils- son).—0. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Sibiria et Europa temperata; in calidiore minus frequens. Anagallis Z. 989.—A. tenella £. Mant., p. 333.—Reichb., Ic. 1. c., t. 41, £. 31—WKk. et Lge., E IL, p. 647. Hab. in humidis regionis inferioris, prope Sanlúcar (Clem.) — 2. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa preecipue occidentalis, Africa borealis. 990.—A. crassifolia T'hore. Chlor. Land., p. 62.—DC., Prodr. vin, p. 70.-—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 648. Hab. in sylvestribus humentibus regionis submontane; in montibus supra Algeciras (Boiss., Reut.); in monte Picacho de Alcalá (Bourg.); in ditione Los Barrios in Sierra de Luna (Nils- son), in Sierra de Palma (Reverchon).—Maio, Junio. (v. Ss.) Ar. geogr.—Gallia austro-occidentalis, Lusitania, Maurita- nia Tingitana. 991.—A. parviflora Hofm. et Link. Flor. port. 1, p. 325, t. 64! —Duby in DC., Prodr. vin, p. 69. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 648. Hab. in arenosis maritimis, prope Chiclana (Bourg.)— 0. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania meridionalis et boreali- occidentalis. 992.—A. arvensis Z. Sp. pl., p. 211.—Cav., Preel., p. 362.—Reichb., Ic. 1. c., t. 41, f. 1-21 —Wk. et Lge., 1. c., p. 648.—A. phenicea et A. coerulea Lam., Flor. fr. 11, p. 285.—A. phen. fl. et A. cerul. fl. Quer., Flor. esp. 111, p. 21, t.5! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in cultis, herbi- dis, collibus et ad vias abundat.—0O. Febr., Maio. (v. v.) 265 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (312) £. latifolia Lange, Pug., p. 221.—WKk. et Lge., 1. c.—Ball., Spic., p. 562.—A. latifolia L., 1. c., p. 212. Hab. in eisdem locis, sed adhuc vulgatior. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in orbe ferée toto; var. in Lusitania, re- gione mediterranea fere omni, India orientali, America aus- trali. 993.—A. platyphilla Bando. In Explor. scient. Alger., t. 44. —Debeaux, Flor. Gibralt., p. 173. Hab. in incultis regionis inferioris, ad San Rogue (Dautez). —(O. Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Algeria. 994.—A, linifolia L. Sp. pl., p. 212.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 523.—WKk. et Lge., 1. C. 11, p. 648.—A. Monelli Schousb., Veg. Mar., p. 78 et Brot., Flor. lus.—A. Monelli £. linifolia Lange, Pug., p. 221.—A. ver- ticillata AM., Flor. ped. 1, p. 87, t. 85, f. 42—A. Monelli Clus., App. alt.?—Cruciata montana minor fore ceruleo Barr., Plant. ic. 584. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis et argilloso-cal- careis incultis, rupestribus et dumosis huc illuc frequenter occurrit.—2. Febr. Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidenta- lis, ¿Liguria? Aunque esta planta presenta con frecuencia algunas formas que por su aspecto diverso pueden ser juzgadas á primera vista como especies distintas, un examen atento demuestra prontamente que en esos rasgos diferenciales no se halla nada fijo, ni aun de valor bastante, para distinguirlas siquiera bajo el concepto de variedades. El estudio de numerosos ejemplares me ha probado que va- ría por sus tallos más ó menos ramosos, derechos ó ascenden- tes, ya completamente herbáceos, ya endurecidos y leñosos en la base; por las hojas, opuestas, ternas ó cuaternas, aova- do-lanceoladas, lanceolado-lineares ó lineares, obtusillas, agudas ú aguzadas, planas ó más 6 menos revueltas en la margen, y más largas, 6 bien mucho más cortas que los en- trenudos; por los pedúnculos opuestos, ternos ú cuaternos, (313) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 27 1-4 veces más largos que las hojas; por las corolas (en todos mis ejemplares, azules y purpúreas en la base), de 13-20 mm. de diametro; y finalmente, por los estambres, 1-2 veces más cortos que los pétalos, con el filamento más ó menos densa- mente barbudo y las barbas en unos casos amarillas y en otros de color púrpura. La descripción de la A. verticillata All. 1. c., exceptuando la duración de la raiz, y la lámina de esta planta y de la de Barrelier, convienen bien con varios ejemplares de la forma latifolia recogidos por mi. AS TRIB. SAMOLEZE Endl. Samolus Z. 995.—S. Valerandi Z. Sp. pl., p. 243.—Reichb., Ic. 1. c., t. 42, f. 3-41 —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 650.—J. Bauh., Hist. pl. 111, p. 792, ic.! Hab. in regione inferiore, ubi in humidis, uliginosis sub- salsis, ad rivulos et fontes per omnem feré provinciam fre- quenter provenit.—2%. Apr., Sept. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Orbis fere totus. Fim. Gentianaceze ZLind!. TRIB. GENTIANE Griseb. Chlora L. 996.—Ch. perfoliata Z. Mant., p. 10.—Reichb., Ic. For. germ. xvir, t.19, f. 11—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 658.—Gentiana perfoliata L., Sp. pl., p. 335. —Centaurium parvuwm flavo flore Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 180 ic.!—Centaurium minus, perfoliatum, lutewm etc. Barr., Plant. ic. 515 et 516! Hab. in humidis, umbrosis regionis inferioris et montanee: prope Algeciras (Winkler); in Sierra del Pinar supra Benama- 28 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (344) homa; in montibus inter Benaocaz et Grazalema.—O. Jun., Aug. (v. v.) B. sessilifolia Griseb., Gent., p. 117.—Wk. et Lge., 1. c.— * Ch. serotina Koch ap. Reichb., Ic. pl. crit., t. 351.—Mu- tel, Flor. franc. 11, p. 289,4.36, f. 277! —Ch. acuminata Koch, El. palat., p. 20.—Mutel, 1. c., p. 289, t. 36, .£. 278! Hab. in humidis silvaticis regionis inferioris: prope San Rogue (Dautez); circa Algeciras (Reverch.); in Dehesa de Gt- ¿onza ditionis Jerez; in predio dicto La Algaida prope Sanlú- car. (y. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et meridionalis, Asia occidenta- lis, Africa borealis. 997.—Ch. imperfoliata £. fil. Supp., p- 218.—Wk. et Lge., 1. c., p. 658.—Ch. dubía Lam., DICH xo pri29. Species polymorpha vel forsan non nisi precedentis va- rietas. Hab. in arenosis humidis maritimis presertim: in loco dicto El Coto! ad Puerto de Santa Maria (Bourg.); inter Algeciras et San Rogue (Winkler).—0. Maio, Junio. (v. v.) 8. lanceolata Koch ap. Reichb., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c., p. 659. —Ch. lanceolata Koch et Ziz, Mutel, Flor. franc. 11, p. 289, t. 36, f. SIN—ChA. lanceolata var. serotina Boiss., Voy. bot. 11, p. 412. Hab. in pratis humidis, ad A7»0yo del Albaladejo prope Je- rez. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia australis, Hispania, Mauritania Tingi- tana, Canariz. Cicendia Adans. 998.—C. filiformis De/arób. Fl]. Auv. 1, p.20.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 659.—Gentiana file- Jformis L., Sp. pl., p. 335.— LEzacum filiforme Willd., Sp. pl. 1, p. 638. — Microcala filiformis Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 359.—Reichb., Ic. 1. c., t. 4, f. 1! Hab. in humidis, arenosis rupestribusque silvaticis regio- nis inferioris et submontanee : in monte Picacho de Alcalá (345) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 29 (Clem., Bourg.); in prov. Gaditana (Cabrera!); prope San Ro- gue (Willk., Winkler, Dautez); in monte Sierra de Luna ditio- nis Los Barrios (Nilsson).—O. Apr.. Jun. (v. s.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis. 999.—C. pusilla GFriseb. Gent., p. 157 et in DC., Prodr. 1x, p. 61.—Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 659.— Gentiana pusilla Lam., Dict. 11, p. 645.— Ezxacum pusillum DC., Flor. fr. 111, p. 663.— Eryilrea luteola Pers., Sy 1: E, p. 283. Hab. in herbosis humidis regionis inferioris: prope San Ro- que (Ball); in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.) —(O. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Gallia media et nieridionalis, Hispania borealis et centralis, Sardinia, Italia. Erythrea Renealm. 1.000—E. maritima Pers. Syn. 1, p. 283.—Reichb., Ic. Flor. germ. xv1r, t. 20, f. 6! — Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 660.—E. lutea Rom. Sch., Syst. 1v, p. 171. —Gentiana maritima L., Mant., p. 55.—Cav., Ic. 111, p. 49, t. 296, f. 1! —Chironia maritima Willd., Sp. 1, p. 1.069.— Centaurium minus, luteus, latifolium, non perfolialum Barr., Plant. Ic. 468! Variat caule ramoso v. simplici unifioro, foliis superioribus acutiusculis y. obtusis. Hab. in herbidis maritimis et in collibus arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez. Clem.); in ditione Jerez (Clem.); circa Santicar (Bourg.); circa San Rogue (Winkler, Dautez); in vicinitatibus Algeciras et prope Vejer (Nilsson!); in Pinar de Villanueva prope Puerto Real et alibi. —(0. Apr., Jun. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Gallia occidentalis, Lusitania, Hispania, regio mediterranea feré omnis, Madera. 1.001.—E. spicata Pers. Syn. 1, p. 283.—Hofí'm. et Link, Flor. port. 1, p. 355, t. 68! — Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 660.—Gentiana spicata L., Sp. pl. 1, 3) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (316) p. 333.—Chironia spicata Willd., Sp. 1, p. 1.070.— Centaurium minus ramosum Barr., Plant. ic. 1.242! Variat colore pallido v. viridiore, caule erecto v. adscen- " dente apice dichotomo v. a basi ramosissimo, calyce corollwe tubo breviore v. eum «quante, corollee limbo roseo v. albo, stylo indiviso v. apice bifido. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque hu- midis et ad paludes salsuginosas huc illuc frequenter occur- rit.—O. Jun., Sept. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa meridionalis, Asia occidentalis, Africa borealis. 1.002.—E. ramosissima Pers. Syn. 1, p. 283.— Reichb., Ic. Flor. germ. xvir, t. 20, f. 5! — E. pulchella Hornem., Flor. dan. 1.637.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 661.—GFentiana Centaurium £. L., Sp. pl., p. 333.—Gentiana ramosissima Vill., Dauph. 11, p. 330. Hab. in arenosis, pratis et pascuis hyeme inundatis regio- nis inferioris et submontanee: prope Vejer (Nilsson! ); circa San Roque (Dautez); inter Grazalema et Benaocaz; in Dehesa de Gigonza ditionis Jerez et alibi.—(. Jun., Aug. (v. v. ets.) g. latifolia Reichb. fil. ap. Reichb., Ic. 1. c., p. 13.—L. latifo- lia Sm., Engl. bot. 1, p. 321.—Wk. et Lge., 1. c. 11, 661.— E. tenuiflora Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 354, t. 67! — Boiss., Voy. bot. 11, p. 413. Hab. in pratis pascuisque humidis a mare non dissitis: pro- pe Algeciras (Reverch.); in pinetis prope Puerto Real; in pre- dio dicto Za Algaida circa Sanlúcar; in Llanos de Caulina et ad Arroyo del Albaladejo urbis Jerez et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Asia temperata, Africa boreali, Madera; var. £. in Anglia, Gallia occidentali et australi, Lusitania, Hispania et regione mediterranea feré omni. 1.003.—E. Barrelieri Dyfour. Bull. Soc. bot. Fr. vit, p. 391.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 663. —Debeaux, Flor. Gibralf., p. 134. Hab. in collibus siccis revionis inferioris, in Sierra Carbo- nera prope San Roque (Dautez).—(0. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania orientalis. (347) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 31 1.004.—E. Centaurium Pers. Syn. 1, p. 283.—Vulg. Hiel de la Tierra. Planta polymorpha in plurimas species falsas ab auctoribus dilaniata et synonimia igitur intricatissima. Specimina omnia a me scrutata ut opinor, ad typos sequentes ns interme- diis conjunctos referri possunt: a. Jenuina, caule a basi vel superne ramoso, cymoso-fastigia- to; calycis laciniis lineari-subulatis tubo corollino subdi- midio brevioribus; corolle 9-12 mm. longee limbo roseo v. albo tubum subeequante; stylo apice coalito v. bifido.— Erythrea Centaurium «. Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 663.— Gentiana Centaurium «. L., Sp. pl., p. 332.— Centaurium minus Dod., Pempt., p. 334 ic.! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in pascuis, her- bidis, dumosis et silvaticis huc illuc, sed haud frequens.— O. Apr., Jul. (v. v.) g. grandiflora, caule opposite ramoso, laxe paniculato-cymoso, bracteis calycibusque densé scabriusculis; calycis laciniis lanceolato-subulatis tubo corollino dimidio brevioribus; corollee 14-17 mm. longee limbo puniceo tubo breviore v. eum «equante; stylo seepe apice bifido.—-E. Centaurium g. grandiflora Pers., Syn. 1. c.—£. grandiflora Biv., Stirp. Tar. sic. m. 4, p: 7. Hab. in dumosis et silvaticis regionis inferioris et submon- tane; prope Vejer; in loco El Coto ad Puerto de Santa Maria . et alibi. (v. v.) y. major, caule a basi v. superne opposite ramoso, laxe pani- culato-cymoso v. cymoso-fastigiato; bracteis calycibusque levibus; calycis tubum corollinum subequantibus supe- rantibusve laciniis lineari-subulatis; corollee 16-19 mm. longee limbo puniceo tubum superante; stylo sepe apice bifido.—PZ. maior Boiss., Voy bot. 11, p. 412! et probabili- ter quoque Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 349. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus incul- tis locisque dumosis et silvaticis, per omnem feré provinciam . satis frequens. (v. v. et s.) 3. su/fruticosa Griseb., Gent., p. 140.—Boiss., 1. C., p. 412.— qu] nu) ANALES DE HISTORIA NATURAL. (318) Obscure virens, caule lignescente, opposite ramoso, cy- noso-fastigiato, cymis corymbum compactum formanti- bus; calycis laciniis lineari-subulatis tubo corollee dimi- dio brevioribus; corollee 10-14 mm. longee, limbo carneo tubo tenuissimo multo breviore; stylo apice sepe bifido. Hab. in ericetis, dumetis nemoribusque arenosis regionis inferioris et montanee: circa San fiogue (Boiss.); circa Benao- caz; im montibus prope UJorique; inter 47cos et £l Bosque; in collibus prope Los Barrios; in ditione Jerez ubi in Sierra del Aljibe, Dehesa del Corchadillo et in montibus Dehesa de la Laos da presertim satis frequens. (v: v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Asia occidentali, Africa boreali; £. in Europa occidentali australiore, Africa boreali; 7. et. in Hispania australi et Africa boreali. 1.005.—E. acutiflora Schot£. la Isis (1818), p. 121.—Rouy, Plant. Gibr. in Bull. Soc. bot. Fr. xxxiv, p. 444.—Debeaux, Flor. Gibralf., p. 136. Hab. in humidis regionis inferioris; prope San Rogue (Schott); circa Algeciras (Reverch.)—0. Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Adhuc in provincia Gaditana tantum detecta. ORDO CONTORTARUM. Fam. Apocynacesze £indl. Vinca Ll. 1.006.—V. media Hof'm. et Link. Flor. port. 1, p. 376, t. 70! —Boiss., Voy. bot. 1, p. 409.— Vk. et Lge., 1. c. 11, p. 665.—V. major Brot., Flor. lus. 1, p. 280 von L. alo Jazmin de burro; hierba lechera. “Hab. in regione inferiore, ubi in humidis umbrosis et ad Sepes per omuem prov. abundat.—2- Febr., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia inediterranea!, Ba- leares, Corsica, Sardinia, Italia occidentalis, Africa boreali- occidentalis. (349) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 33 Nerium Z. 1.007.—N. Oleander Z. Sp. pl., p. 305.—Cav., Preel., p. 116.—Reichb., Ic. Flor. germ. xvIr, t. 23! —WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 666.— Rhododen- drum Dod., Pempt., p. 839 ic.! —Vulg. Adelfa. Hab. in regione inferiore, ubi ad fiuviorum rivorumque margines et in torrentium alveis exsicatis per omnem provin- ciam satis frequens. In declivitatibus australibus ad altit. 1.100 metr. usque adscenuit.—5. Maio, Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea feré omnis. Fam. Asclepiadez RX. Br. Cynanchum Z. 1.008.—C. acutum Z. Sp. pl., p. 310.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 668.—C. monspelia- cum 2. hastatum Boiss., Voy. bot. 11, p. 410.—Apocynum 1, la- tifolium Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 125 ic.! —Vulg. Corregúela lechosa. Hab. in herbidis, dumosis, ad sepes in locis preecipue mari- timis: ad Puerto de Santa Maria, prope Jerez, et circa Sanlú- car (Clem.); in La 4/gaida; in vicinitatibus Cádiz (Boiss.); pro- pe Vejer; ad Faro de Chipiona et alibi.—2. Jun., Aug. (v. v.) g. monspeliaca Decaisne in DC., Prodr. vin, p. 547.—WKk. et Lge., 1. c.—C. monspeliacum L., 1. c., p. 311.— Apocynum Scammonea valentina Clus., 1. c., p. 126, ic.! Hab. in eisdem locis, ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez). (1. Va) Ar. geogr.—Spec. in Europa australi, Africa boreali, Asia occidentali, Sibiria Songarica et Altaica. ANALES DE HIST. NAT.—XX. 3 31 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (350) Gomphocarpus 2. br. 1.009.—G. fruticosus Zi. Br. | Mem. Wern. 1, p. 38.—Decsne. in DC., Prodr. vin, p. 557.— Reichb., Ic. Flor. germ. xvit, t. 30. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 669. —Asclepias fruticosa L., Sp. pl., p. 313. —Apocynum ereclum africanum « Quer., Flor. esp. 11, p. 75, t. 20! —Vulg. Arbol de la seda. Hab. in collibus regionis littoralis, prope Algeciras (Reverch.) et in hortis, ubi frequenter colitur.—>. Jun., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Ex Arabia dicitur indigenus; hodie in Europa calidiore, Africa boreali et Canariis spontaneus. Fam. Oleaceze Zíndl. Olea £. 1.010.—0. europea Lin. a. Oleaster DC., Prodr. vir, p. 284.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 672. O. Oleaster Hoffm. et Link, Flor. port. 1, p. 387.— O. euro- pea 8. silvestris Boiss., Voy. bot. 11, p. 407. — Silvestris Olea Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 26 ic.! —Vulg. Acebuche. Hab. in arenosis, argillo-calcareis et rupestribus regionis inferioris et montane, ubi seepe in consortio Quercuum varia- rum per omnem provincis partem montosam preesertim, sil- vas plus minusve extensas format.—5. Flor. Apr., Maio; fruct. mat. Sept., Febr. (v. v.) g. sativa DC., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c.—O0. sativa Hofím. et Link, 1. c., p. 388.—Clus., 1. c., p. 26 ic.! —Vulg. Ol¿vo. Hab. in regione inferiore ubique culta. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in calidioribus totius ditionis mediterra- nex et Lusitanis. Occurrit etiam in Madera, Canariis. No me parece probable la opinión de los que sostienen que esta planta ha sido introducida, y no es indigena en la región (351) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 35 occidental del Mediterráneo. En toda la zona del centro, del Oriente y del Mediodía de la provincia de Cádiz, es tanta su abundancia, que según un estado oficial del año de 1754, á pesar de las grandes roturaciones y desmontes ya efectuados, se contaban aún solo en el término de Jerez 1.290.675 acebu- ches, existiendo además grandes extensiones de este mismo arbolado en los términos de Alcalá, Medina, Arcos, Tarifa, Vejer, etc. Las condiciones de muchos de los lugares poblados por ellos inclinan también el juicio á favor de su verdadera espontaneidad en el suelo gaditano, como iguales ó análogas circunstancias observadas inclinaron al Sr. Ball á juzsarlos indígenas también del África boreal, y á Webb y á Berthelot á considerarlos resueltamente como indígenas asimismo de las islas Canarias. Por otra parte, considerar, como se considera en DC. Geogr. bot. rais. 11, p. 912, 913, la region mediterránea-oriental sola- mente como probable patria primitiva de esta especie, porque los más antiguos escritos la indiquen allí como espontánea, es idea sustentada en débil fundamento, pues es indudable que, no habiendo iluminado la luz histórica simultáneamente ni del mismo modo a todas las regiones de la tierra, no es posible ver ni analizar de igual manera lo referente á ellas, cuando se trata de investigaciones en el oscuro campo de los fiempos remotos. Es asimismo, en mi entender, de valor es- caso el indicio basado en la derivación de los nombres vulga- res con que esta especie se distingue en la región mediterrá- nea-occidental, indicio consignado también en DC. 1. c., para probar su introducción en esta zona en los tiempos antiguos; porque más que la importación de la planta, demuestra esto ' la introducción de los nombres usados por los pueblos inva- sores y la adopción de esos nombres por los pueblos invadi- dos, de lo cual puédense presentar múltiples ejemplos aná- logos. Por todo esto, pues, y por lo que he observado, creo que el área natural de esta especie es más extensa que la general- mente supuesta. 36 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (352) Phillyrea 70472. 1.011.—Ph. latifolia Z. Sp. pl., p. 10.—P2. latifolia a. et 8. Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 672.—Phillyrea 1, Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 52, ic.! —Vulg. Agracejo. Hab. in dumosis et silvaticis regionis inferioris, ubi in montibus urbium Arcos, Alcala, Castellar, Los Barrios, Tarifa: et Jerez presertim, cum Oleastris, Quercubus et arbusculis variis admixta, abundanter occurrit.—5. Flor. Mart., Apr.; fruct. mat: Aug: Oct: (v. v..) 8. spinosa Guss., Flor. sic. Prodr. 1, p. 6.—Ph. spinosa Mill. Dict.—P». ilicifolia Willd., Enum. 1, p. 13.—Phillyrea Clus:, TC puto AG. Hab. in eisdem locis (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis. 1.012.—Ph. media Z. Sp. pl., p. 10.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 408.—Wk. et Lge., l.c. 1, p. 672.—Phillyrea 11, Clus., 1. c., p. 52, ic.! —Vulg. Agracejo. Hab. in dumosis et silvaticis regionis inferioris et monta- ne: in Sierra de Granada et ad Cabo de Trafalgar ditionis Vejer (Laguna); in Sierra de Tarifa, Sierra de Luna ditionis- Los Barrios etad Puerto del Moro prope Grazalema (Laguna); in Gibraltar (Kel., Dautez); in Sierra de Enmedio supra Faci- nas: in Sierra de Albarracín prope Benamahoma; in montibus Dehesa de la Jarda et Dehesa del Quejigal urbis Jerez et alibi. — 5. Apr., Jun.; fr, mat. Aug., Oct. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 1.013.—Ph. angustifolia Z. Sp. pl., p. 10.—Cav., Preeel., p. 289. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p.673.—Phillyrea 1v, Clus., 1. c., p. 52, ic.!—Vulg. Fobiérnago. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in rupestri- bus dumosis, silvaticis, et fruticetis maritimis per omnem provinciam abundanter provenit.—5. Flor. Mart., Apr.; fr. mat. Jun., Sept. (v. v.) 4353) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 31 £. brachiata Ait. H. Kew. 1, p. 11. Hab. in collibus dumosis, in loco £7 A/lcornocalejo urbis Je- rez. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, et regione mediterranea occidentali. Fam. Jasmineze X. 5”. Jasminum 70477. 1.014.—J. fruticans Z. Sp. pl., p. 9. —Cav., Preel., p. 9. —Reichb., Ic. Flor. germ. xvi, t. 36, f. 2, 3! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 674.—J. syriacum Boiss. et Gaill., Diag. pl. or., ser. 11, n.* 6, p. 120.—Vulg. Bo- jecillo, Jazminorro. Hab. in rupestribus, dumosis et ad sepes regionis inferioris et montane, ubi huc illuc frequenter occurrit: in Sierra de San Cristóbal ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in monte Gibraltar (Clem., Willk., Kel., Dautez); prope Sanlúcar (Colm.); inter Zahara et Grazalema ad Puerto del Moro (Laguna) in di- tione Jerez (Winkler) in Dehesa de los Farciagos (Laguna) et in Callejón del Albaladejo, Dehesa de los Romerales et alibi; in montibus prope Alcala et in aliis locis.—;. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. SUBCLAS. DIALYPETALE£. ORDO UMBRACULIFERARUM. Fam. Umbelliferee Juss. TRIB. LAGUECIE/E Lange. Lag«ocia L. 1.015.—L. cuminoides L. Sp. pl., p. 294.—Cut. Matr., p. 343,—Wk. et Lge., 1. C. 111, 38 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (150 p. 4.—Cuminoides vulgare Tourn., Inst. 1, p. 301, et 11, t. 1551 —Cuminum silvestre Dod.., Pempt., p. 298, ic.! —Vulg. Comino bravio. Hab. inter frutices in aridis, herbidis et collibus siccis re- gionis inferioris: in prov. Gaditana (Cabrera); prope Sanlúcar (Colm.); in collibus inter 4rcos et Al Bosque; in Dehesa de Cuartillo urbis Jerez et alibi.—(O0. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.— Hispania media et australis, Grecia, Creta, Asia occidentalis. TRIB. ERYNGHIEZE Gr. et Godr. Eryngium L. 1.016.—E. galioides Zam. Dict. 1v, p. 757.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 7.—£. pusillum Laroch, Eryng., p. 45, t. 16.—£. pauciflorum Hoffm. et Link, ROL Port p370. Hab. in arenosis hieme inundatis et in stagnis exsiccatis regionis inferioris, sed rarum: in vicinitatibus Cádiz (Duf.); prope Chiclana (Clem., Monnard, Colm.)—0. Jun., Jul. (n. v.) - Ar. geogr.—Lusitania, Hispania occidentalis, media et aus- trali-occidentalis. 1.017.—E. iliciftolium Za. Dict. 1v, p. 757.—Desf., Flor. atl. 1, p. 225, t. 53! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 236.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 7. Hab. in argillosis calcareisque incultis regionis inferioris, sed haud frequens: in vicinitatibus Cadiz (Daf.); in arenosis inter Gibraltar et San Roque (Kel.)—0O. Jun., Aug. (n. v). Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis, Africa boreali-oceci- dentalis. 1.018.—E. tenue Lam. Dict. 1v, p. 755.—Wk. et Lge., 1. e. m1, p. 8.—Z. pusillum L. ex parte.—ZE. pumilum hispanicum Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 159, ic.! Hab. in aridis regionis inferioris, prope Chiclana (Colm.)— O. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidentalis. (355) Perez Lara.—FLORULA GADITANA.: 0 1.019.—E. tricuspidatum Z. Sp. pl., p. 337.—Desf., Flor. atl. 1, p. 224.—Wk. et Lge., NES UT Pp. 8. Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, inter frutices et in arvis arenosis vel calcareis huc illuc frequenter occurrit: circa Tarifa (Brouss.!); ad Puerto de Santa Maria (Clem., Gu- tiérrez); prope Ubrique (Clem.); in vicinitatibus Cadiz (Duf., Picard); circa Sanlúcar et ad Chiclana (Colm.); circa Alcalá et in pinetis ad Puerto Real (Bourg.); in Sierra de Palma prope Los Barrios (Reverch.); in ditione Jerez locis Pago del Carras- cal, Mesas de Bolaños et precipue in Dehesa de Gigonza ubi abundat.—2. Jun., Aug. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sardinia, Sicilia, Africa bo- realis. 1.020.—E. maritimum Z. Sp. pl., p. 337.—Desf., Flor. atl., 1. c., p. 224.—Wk. et Lge., 1. C. 1L, p. 9.—Z. marinum Clus., 1. c., p. 159, ic.! —Vulg. Car- do marino. Hab. in arenosis ad oram maris: ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez!, Clem., Bourg.); circa Cddiz (Clem., Lange); prope Gibraltar (Cav., Kel., Dautez); prope Sanlúcar (Colm.); ad Con- vento de Regla oppiduli Chipiona, inter Rota et Puerto de Santa Maria et alibi.—2%. Maio, Julio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Littora Europe totius temperate, Africe borea- lis et Asise mediterranez. 1.021.—E. Aquifolium Cav. Anal. cienc. 11, p. 32.—DC., Prodr. 1v, p. 91.—Z. Aguif. a. et £. Boiss., Voy. bot. 11, p. 236.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 10. —E. crinmitum Lange, Pug., p. 227 non Presl. Hab. in arenosis calcareisque herbidis, pascuis et sterilibus regionis inferioris: prope Algeciras (Brouss., Reverch.); in vi- cinitatibus Cádiz (Brouss., Durand ¿Boiss., Reut.); prope San Roque (Boiss.!); circa Medina (Bourg.); in Dehesa Cabeza de las Ovejas circa Algar; ad radices septentrionales montis Sie- rra de Dos Hermanas urbis Jerez et alibi. —2%. Maio, Junio. (vo et. 9;) Ar. geogr.—Hispania australis, Lusitanie et Mauritanie dubius incola. 40 ' ANALES DE HISTORIA NATURAL. (356) 1.022.—E. corniculatum Zam. Dict. 1v, p. 756.—Brot., Phyt. Lus. 1, p. 87, t. 38! —Wk. et Mares) LC: Os Hab. in humidis v. inundatis regionis maritime: ad Zorre- gorda inter Cádiz et San Fernando (Duf.); in loco dicto El Tro- cadero prope Puerto Real (Fauché); circa Sanlúcar (Reut.)— 2%. Flor. «est. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania. 1.023.—E. dichotomum Desf. Flor. atl. 1, p. 226, t. 55! —Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 11. Hab. in incultis regionis inferioris, prope Sanlúcar (Colm.) = 4. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis, Sicilia, Africa borealis. 1.024.—E. campestre £. Sp. pl., p. 337.—Cav., Preel., p. 388.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 11.—Dod., Pempt., p. 7118, ic..—Vulg. Cardo corredor. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis ar- gillosisque incultis, pascuis et cultis derelictis per omnem feré provinciam satis frequens.—2%. Jun., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia minor, Sibiria Uralensis, Africa borealis. 1.025.—E. dilatatum Zam. Dict. 1v, p. 755.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 235.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 12.—Z. amethystinum dilatatum Brot., Phyt. Lus., t. 166! —Z. crinitum Presl. Del. Prag., p. 139.—Z. minimum irifidum hisp. Barr., Plant. ic. 36! Hab. in regione inferiore, ubi inter frutices, in pascuis locisque sterilibus satis frequens: circa Puerto de Santa Maria (Gutiérrez, Clem.!); ad Convento de la Piedad (Bourg.); prope Ubrique et ad Algeciras (Clem.); in ditione Jerez (Clem.) locis Mesas de Bolaños, Dehesa de Malduerme, Dehesa de Gigonza, «.; prope San Roque (Boiss.!); in Sierra de Palma c. Los Barrios (Reverch.); ad Molino de la Calera circa Arcos; in Pinar de la Dehesilla prope Chiclana et alibi.—2%. Jun., Aug. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior occi- dentalis. (357) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 41 TRIB. ARMAT/E loris. Torilis Spreny. 1.026.—T. nodosa Gerin. DC., Prodr. 1v, p. 219.—Reichb., Ic. Flor. germ. xx1, t. 167! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 14.—Caucalis nodosa var. heterocarpa Ball., Spic., p. 478. Hab. in regione inferiore, ubi in arvis, ruderatis et ad sepes per omnem prov. satis frequens.—(O. Apr., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—HEuropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarie. 1.027.—T. infesta Hofm. Umb., p. 89.—Lange, Pug. 1v, p. 241.—Bois., Flor. or. 1, p. 1082.—7. helvetica Gmel., Bad. 1, p. 617.—7. purpuwrea Guss. Flor. sic. Prodr. 1, p. 325.—Scandiz inmfesta L., Syst. 11, p. 732. —Caucalis purpurea Ten., Flor. nap. 1, p. 279, t. 131. Hab. in dumetis et rupestribus umbrosis regionis inferio- ris: prope San Rogue in Sierra Carbonera (Dautez); in collibus ad Algar; in Sierra del Calvario supra Bornos et alibi.— O. Apr., Jun. (v. v.) £. neglecta Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 15.—7. neglecta Rom. et Schulf., Syst. vi, p. 481.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 266 et Flor. or. 11, p. 1083.—7. 2mfesta var. longistyla Reichb., Ic., 1. c., p. 83, t. 166! —Caucalis infesta var. neglecta Ball, Spic., p. 478. Variat mericarpio externo normali aculeato et interno bre- viter muricato. Hab. in agris, ruderatis, dumosis et ad sepes regionis infe- rioris, sed priori multó frequentior: prope A/gar; circa A7cos; ad Medina; in ditione Jerez ubi frequens, et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occi- dentali, Africa boreali; var. £. in Hispania, Italia, Austria, Turcia, Grecia, Asia occidentali,' Africa boreali, Canariis, Madera. 42 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (358) 1.028.—T. Anthriscus Gmel. Bad. 1, p. 615.—Reichb., Ic. 1. c., t. 165! —Wk. et Lge., 1. c. mm, p. 15.—7Zordylium Anthriscus L., Sp. pl., p. 346. Hab. in agris etad sepes regionis inferioris; in vicinitatibus Cádiz (Cabrera); prope Sanlúcar et in ditione Jerez (Clem.)— (2. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa omnis, Africa borealis. Caucalis Ho/m. 1.029.—G. leptophylla Z. Sp. pl., p. 347.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 264.—Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 16.—C. humilis Jacq., Hort. Vind. 11, p. 92, t. 195.— Torilis leptophylla Reichb., Ic. l. c., t. 169! Hab. in arvis et sterilibus regionis inferioris et montan«e: prope Cadiz (Duf.); in monte Gibraltar (Boiss., Willk., Kel., Dautez); circa Sanlúcar (Colm.); ad A /geciras (Reverch.); pro- pe Grazalema versus Ronda.—O. Mart., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Regio omnis mediterranea, Canarize. Orlaya Hom. 1.030.—0. grandiflora Hom. Umb. 1, p. 58.—Reichb., Ic., 1. c., t. 1571 —Wk. et Lge., l. c. aL, p. 18.— Caucalis grandiflora L., Sp. pl., p. 346. Hab. in regione inferiore, prope Chiclana (Cabrera ex Colm.) —(0. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Africa borealis. 1.031.—0. platycarpos Xocf. Umb., p. 19.—Reichb., lc., 1. c., t. 156! —Wk. et Lge., 1. C. 1, p. 18.—Caucalis platycarpos L., Sp. pl., p. 347. Hab. in arvis locisque incultis regionis inferioris et mon- tan: prope Gibraltar (Kel.); inter San Roque et Los Barrios (Dautez); circa Algar; inter Benaocaz et Frazalema et alibi.— (D. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr. —Lusitania et regio omnis mediterranea. (359) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 49 1.032.—0. maritima Loc2. L. c., p. 79.—Wk. etLge., 1. c. 11, p. 19.—Caucalis maritima Gou., Hort. monsp., p. 135.—Cav., Ic. 11, p. 1, t. 101! —Daucus muricatus £. maritimus L., Sp. pl., p. 349. Hab. in arenosis ad oram maris: circa Cadiz (Clem., Cabre- ra, Webb); ad Puerto de Santa Maria (Clem., Gutiérrez, Bourg.) in loco La Puntilla; prope Algeciras (Clem.); inter Gidraltar et San Roque (Clem., Boiss., Willk., Kel., Dautez); circa San- lúcar (Clem.!); ad Faro de Chipiona et alibi.—O. Apr., Maio. (v. v. ets.) ) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Daucus /. 1.033.—D. crinitus Desf. Flor. atl. 1, p. 242, t. 62! —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 20.— D. meifolius Brot., Phyt. Lus. 1, t. 36! Hab. in collibus aridis et in cultis incultisque regionis in- ferioris: in G¿braltar (Pourr.); in vicinitatibus Cádiz (Cabrera, Duf.); prope Sanlúcar (Colm.); circa A/geciras (Reverch.)— Aa OLA. y.) Ar. geogr. —Lusitania, Hispania media et meridionalis, Africa boreali-occidentalis. 1.034.—D. gaditanus Boiss. et Reut. Diag. pl. or. 11, n. 2, p. 96.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 20. Hab. in herbidis regionis inferioris, circa Cádiz (Fauché).— O. (n. v.) Ar. geogr.-—Planta gaditana rarissima quoniam a nemine recentiorum visa est. 1.035.—D. carota ZL. Sp. pl., p. 348.—-Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 665.—Reich. Ic. Flor. germ. xx1, t. 159! —WKk. et Lge., 1. c. ni, p. 21. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arvis, pascuis et collibus per omnem prov. vulgatissima.—3. Maio, Julio. (v. v.) £. maritimus.— DD. maritimus Lam., Dict. 1, p. 634.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 259.—Gr. et Godr., l.c.—Wk. et Lge., 1. c. 44 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (360) Hab. in regione inferiore, ubi in sterilibus et arenosis a mare non dissitis huc illuc frequenter occurrit. (v. v.) y. maximus.—Pro subspec. in Ball., Spic., p. 476.—D. maximus Desf., Flor. atl. 1, p. 241.—Boiss., Voy. bot., 1. c. et Flor. or. 11, p. 1076.—Gr. et Godr., 1. c., p. 667.—Reichb., lc., 1. c., t. 162! —Wk. et Lge., 1. c. —Vulg. Cachorro, Guitamo. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis, pascuis pinguibus, ad sepes et margines agrorum huc illuc satis frequens. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa omni, Asia occidentali, Sibi- ria, Abyssinia, Africa boreali, Canariis, Madera; 5. in Hispa- nia, Gallia mediterranea, Corsica, Sardinia, Sicilia, Italia; y. in Lusitania et regione mediterranea fere omni. He estudiado en el campo con alguna detención estas tres plantas, y ni en los caracteres señalados minuciosamente por Moris en su flora sarda, y por Gr. y Godr. en su Flora de Francia, ni en ninguno de cuantos he podido observar, he hallado la debida fijeza para sostener su distinción bajo el concepto específico. Es probable que la planta recogida por Clemente en los al- rededores de San Fernando, y por Gutiérrez en el Puerto de Santa María, designada por ellos con el nombre de D. mauri- tanicus L.., corresponda al D. maximus Desf., pues he recogido de estos dos puntos bastantes ejemplares y ninguno se ajusta bien á la descripción del D. mauritanicus dada por Gr. et Code: 1.036.—D. gummifer Lam. Dict. 1, p. 634.—Reichb., Ic., 1. c., t. 163! —Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 22.—D. Gingidium Boiss., Voy. bot. 11, p. 259.—D. his- panicus DC., Prodr. 1v, p. 212.—D. halophyllus Brot., Pbyt. Lus. 11, t. 168! Hab. in rupibus et arenosis maritimis: in vicinitatibus Cd- diz (Duf.); in monte Gibraltar (Bois., Kel., Winkler, Nilsson, Dautez).—GQ). Maio, Aug. (0. v.) Ar. geogr.—Littora maris Mediterranei et Atlantici Europe et Africe borealis. 1.037.—D. muricatus /. Mant., p. 392.—Gr. et Godr., 1. c., p. 671.—Reichb., Ic. 1. c., (361) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 45 t. 161! —WKk. et Lge., l. c. 111, p. 23! —Arledia muricata L., Sp. ed. 1, p. 242. Hab. in regione inferiore, ubi in argillosis herbidis et inter segetes huc illuc satis frequens.— O. Apr., Jun. (v. v. ets.) £. littoralis DC., Prodr. 1v, p. 220 non Sibth.—Wk. et Lge., l. c.—D. heterocarpus Boiss., Ann. Sc. Nat., 1844, p. 50. Variat modó mericarpio externo aculeato et interno muri- cato, modo utroque aculeato vel muricato. Hab. in herbidis et cultis derelictis solo precipue argilloso in regione inferiore: in vicinitatibus C4diz (Fauché, Monnard); prope Chiclana (Bourg.); circa Medina in predio Pozo-dulce; prope 47cos ad Cortijo de Gédula; in ditione Jerez ubi huc illuc satis frequens. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania et regione mediterranea oc- cidentali calidiore; var. £. hucusque in prov. Gaditana tan- tum notata. TRIB. ALATE Moris. Margotia Botss. 1.038.—M. gummifera Zange. WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 25.—M. laserpitioides Boiss., Voy. bot. 1, p. 263, t. 79! —Laserpitium gummaiferum Desf., Flor. atl. 1, p. 254, t. TU—L. lhapsiecforme Brot., Phyt. Lus. 1, p. 77, t. 34! Hab. in arenosis incultis dumosisque aridis regionis infe- rioris: prope San Fernando (Clem.); in pinetis circa Puerto Real (Bourg., Colm.); in Pinar de la Dehesilla ad Chiclana et alibi.—2%. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr. — Lusitania, Hispania media et meridionalis, Africa borealis. Elseoselinum Xoch. 1.039.—E. tenuifolium Zange. Wk. et Lge., 1. c. 11, p.26.—£. Lagasce Boiss., Voy. bot. 11, p. 261, t. “1I—Thapsia tenvuifolia Lag., Gen. et sp., p. 12.— T. tenwifolia lucido rigidoque folio hispanica Barr., Plant. ic. 5596! 46 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (362) Hab. in argilloso-calcareis, ad agrorum et vinearum mar- gines regionis inferioris: prope Chiclana et circa Sanlúcar (Colm.); ad Convento de la Piedad prope Puerto de Santa Maria (Bourg.!1)—2. Jun., Jul. (v. s.) Ar. geogr. —Lusitania, Hispania media et meridionalis, Corsica. : 1.040.—E. fostidum Bo%ss. Voy. bot. 11, p. 262, t. 18! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 26.= Thapsia fetida L., Sp. pl., p. 375. Hab. in regione inferiore ubi in arenosis dumosis el colli- bus aridis huc illuc frequens: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez) ad Convento de la Piedad (Bourg.) et in loco 47 Coto; in ditione Los Barrios et ad Algeciras (Reverch.); in pi- netis ad Chiclana; in Pinar de Villanueva prope Puerto Real; in collibus ad 4/gar; prope Alcalá versus Peña-Arpada; in loco El Alcornocalejo urbis Arcos; inter Jamena et Castellar; in ditione Jerez ubi ad Convento del Valle et preecipue in Deñhe- sa de Malduerme satis frequens.—%. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr. — Hispania media et meridionalis, Lusitania, Africa boreali-occidentalis. Thapsia Z. 1.041.—T. villosa £. Sp. pl., p. 375.—7. villosa a. dissecta Boiss., Voy. bot. 11, p. 255.—WKk. et Lge., 1. c., p. 27. —Zhapsia Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 192, ic.! —Vulg. Cañanheja. Hab. in regione inferiore, ubi in sterilibus incultis dumo- sisque huc illuc frequenter occurrit: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez) in Sierra de San Cristóbal (Bourg.!); in vici- nitatibus Cádiz (Cabrera); prope Sanlúcar (Clem., Colm.); circa Conil et ad Alcala (Clem.); in Gibraltar (Lemann); in pinetis circa Chiclana; in ditione Jerez locis Dehesa de los Farciagos, Puente-Imbro et alibi.—2. Apr., Jun. (v. v. ets.) f. latifolia Boiss., 1. c.—Lange, Pug. 1v, p. 235.—WKk. et Lge., l. c.—7. maxima Mill., Dict., n. 2. Hab. in incultis et nodí regionis inferioris et laten: (363) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 47 prope Chiclana (Colm.); in Sierra de Palma ditionis Los Ba- rrios (Reverch.); in Dehesa de Malduerme urbis Jerez; ad Llanos de Campobuche circa Grazalema et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia mediterra- nea, Balearibus, Africa boreali-occidentali; var. £. in Lusi- tania, Hispania, Africa boreali-occidentali. 1.042,—T. garganica £. Mant., p. 57.—Gouan, Illustr., p. 18, t. 10! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 255.—T. decussata Lag., Gen. et sp., p. 12! —Wk. et a A y o Y Variat laciniis foliorum angustis (3-5 mm. lat.) vel latio- ribus (6-10 mm. usque), nunc glabriusculis, nunc supra scabrido-puberulis et subtus ad nervos magis minusve al- bo-pilosis; involucro nullo v. mono-diphyllo; fructu alato basi apiceque seu acute, seu obtusé emarginato, auriculis utriusque extremitatis modo acutis, modo obtusis, superio- ribus stylopodium subeequantibus vel perseepe longé exce- dentibus. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argilloso-calca- reisque dumosis, pascuis et cultis derelictis per omnem fere provinciam satis frequens.—2%. Apr., Maio. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea calidior. Laserpitium Z/. 1.043.—L. gallicum Z. Sp. pl., p. 357.—Reichb., Ic., 1. c., t. 155! —L£. /ormosum Willd., Spec. 1, p. 1418.—Z. gallic. a. formosum Wk. et Lge., Vení, pe 30. Hab. in collibus aridis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Clem.); circa Sanlúcar (Clem., Colm.)—2. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Gallia meridionalis, Baleares, Sardi- nia, Italia. 1.044.—L. canescens Boiss. Voy. bot. 11, p. 256, t. 75!— Guillonea canescens Wk. et Lge., Lean: p: SE, 48 ANALES DE HISTORIA NATURAL. ; (364, Hab. in locis aridis regionis montan*, in prov. Gaditana (Cabrera).—2. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana. TRIB. CORIANDRE/A Koch. Bifora Hom. 1.045.—B. testiculata Spreng. Schult., Syst. vi, p. 448.—Reichb., Ic., 1. c., t. 201! —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 32. — Coriandrum testiculatum L., Sp. pl., p. 367. Hab. in cultis regionis inferioris: prope Sanlúcar (Colm.); inter San Roque et A lgeciras (Dautez).—(O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea. TRIB. LENTICULARES Lange. Capnophyllum (Gerín. 1.046.—C. peregrinum Zange. Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 33.—C. dichotomum Lag., Gen. et sp., p. 135.—Tordylium peregrinum L., Mant., p. 55.— Brot., Phyt. Lus. 1, p. 91, t. 40! —Conium dichotomum Desf., Flor. atl. 1, p. 246, t. 66! —Krubera leptophylla Hoffm., Umb., p. 104, t. 3.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 254.—Vulg. Piojo de puerco. Hab. in argillosis argilloso-calcareisque cultis, inter sege- tes regionis inferioris: prope Gibraltar (Pourr.); prope Sanlú- car (Clem.); circa Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Bourg.); circa Medina; in ditione Jerez ubi in arvis pinguibus frequens. —(O. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio mediterranea calidior, Cana- rie, Madera. Ferula /. 1.047.—F. communis Z. Sp. pl., p. 355.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 251.—Reichb., Ic. (365) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 49 1. c., t. 104: —WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 37.—Ferula Dod., Pempt., 13319,1C.! Hab. in collibus aridis regionis inferioris, in Gibraltar (Tal- bot, Lemann).—2. Maio, Junio. (n. v.) 1.048.—F. tingitana Z. Sp. pl., p. 355.—Desf., Flor. atl. 1, p. 250.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 37.—Ball., Spic., p. 474. Hab. in arvis regionis inferioris, prope Gibraltar (Winkler, Fritze ex Rouy.— 2%. (n. v.) Ar. geogr.—Africa borealis, Oriens. Opopanax Loc). 1.049.—0. Chironium Xoc2. Umb., p. 96.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 39.—LZaserpitium Chi- rontum L., Sp. pl., p. 338.—Pastinaca Opoponazx Gouan, Illustr., p. 19, t. 13 et 14! Hab. in pascuis regionis inferioris, prope Algeciras (Win- kler).—2%. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania, Gallia mediterranea, Sardinia, Sici- lia, Italia, Dalmatia. Anethum Z. 1.050.—A. graveolens Z. Sp. pl., p. 377.—Brot., Flor. lus. 1, p. 464.—Reichb., Ic. 1. c., t. 127! —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 40.—Anethum Dod., Pempt., p. 296, ic.! —Vulg. Eneldo. Hab. in cultis et inter segetes regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in ditione Jerez ubi haud frequens.—(. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Agyptus. Peucedanum Z. ex part. 1.051.—P. carvifolium V2//. Dauph. 11, p. 630.—Reichb., Ic. 1. c., t. 113! —Wk, et Lge., ANALES DE HIST. NAT.—XX. 4 50 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (366) l. c. m1, p. 44.—Selinum carvifolia Crantz, Austr., fasc. 3, p. 162, f. 3 (1767).—S. Chabrez Jacq., Flor. austr. 1, p. 46, t. 72 (1773).—Palimbia Chabrer DC., Prodr. 1v, p. 176. Hab. in dumosis regionis subalpine, in monte Sierra del Pinar supra Grazalema (Herb. H. Matr. ex Colm.)—2. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et meridionalis. TRIB. ORBISECTILES Moris. Crithmum /. 1,052.—C. maritimum Z/. Sp. pl., p. 354.—Reichb., Ic. Flor. germ. xx1, t. 591 —WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 49.—C. marinwúm Dod., Pempt., p. 693, ic.!.— Vulg. Perejil del mar; Perejil de la isla. Hab. in arenosis et rupestribus ad oram maris, ubi a G2- braltar ad Sanlúcar frequens.—2%. Jun., Aug. (v. v. ets.) Ar. geogr.—In littore Atlantico Europe et Africe borealis et in littoribus Mediterranel totius. Kundmannia Scop. 1.053.—K. sicula DC. Prodr. 1v, p. 143.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 50.—Sium sicu- lum L., Sp. pl., p. 362. — Brignolia pastinacefolia Bertol., Reichb., Ic. 1. c., t. 58! —Campderia sicula Lag., Am. nat. 1, p. 99.—Seseli subrotundo Setini folio, Aore luteo, ital. Barr., Plant. ic. 241! —Vulg. 47rsa fragua. Variat caule omnino glabro aut inferne pubescente; foliis pinnatis v. bipinnatis, segmentis oblongis v. ovato-lanceola- tis plus minusve profunde serratis. Hab. in regione inferiore, ubi in argillosis calcareisque du- mosis, pascuis et collibus incultis huc illuc frequenter occur- rit: in Gibraltar (Brouss., Salzm., Clem., Boiss.!, Kel.); in loco El Aceduchal prope Algeciras (Clem.); circa Chiclana (Colm.); in pinetis ad Puerto Real (Bourg.); ad radices montis S2e17a de las Cabras prope A/cald; in ditione Jerez locis Llanos de (367) Perez Lará.—FLORULA GADITANA. 51 Caulina, Dehesa de Calvario, Sierra de Dos-Hermanas et alibi. —A4. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis; orientem ver- sus rarescens. CEnanthe Z/. 1.054.—(E. fistulosa L. Sp. pl., p. 365.—Reichb., Ic. lc., t. 57! —WKk. Lge., 1. c. 111, p. 50. Hab. in rivulis regionis inferioris, prope Medina (Clem.)— 2%. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa fere tota, Africa borealis. 1.055.—CE. globulosa Z. Sp. pl., p. 365.—Gouan, Illustr., p. 18, t. 9! —Wk. et Lge., 1. c., p. 51.—(GZ. difusa Lag., Gen. et sp., p. 13. Hab. in humidis, paludosis et ad rivulos regionis inferioris: ad Huertas de la Piedad circa Puerto de Santa Marta (Bourg); prope Algeciras (Winkler); inter Arcos et Bornos; ad Arroyo de Frajuela prope Alcald; in ditione Jerez locis Manantial de Tempul, Pasada de Medina, Mesas de Bolaños, Arroyo del Al- baladejo et alibi.—2. Mart.. Maio. (v. v.) g. Kunzei Lange in Wk. et Lge., 1. c., p.51.—(G. difusa Kun- ze, Chlor., n. 649."——(Z. Kunzei Willk., Sert., p. 62. Hab. in paludosis: inter San Roque et Gibraltar (Willk.); prope Algeciras (Reverch.) (n. v.) ¿7. elata.—G:. elata Per. Lar. in Fl. gad. exs.—Differt a (7. glo- bulosa radicis fibris longioribus aliis subfiliformibus, aliis teretibus v. sensim clavato-incrassatis (an sic semper?); caule erecto elatiore, 80-110 centim.; foliis caulinis infe- rioribus longissime petiolatis, bipinnatisectis, segmentis elongatis, angusté linearibus, superioribus in vagina an- gustius albo-marginata sessilibus, bipinnatisectis, seg- mentis subfiliformibus; umbella centrali 8-15-radiata, ra- diis omnibus fertilibus, involucro plerumque 2-6-phyllis; umbellulis globosis, minoribus multifloris; fructibus obo- vatis triplo brevioribus, jugis lateralibus late, dorsalibus 52 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (368) angustée suberoso-incrassatis, valleculis latiusculis, inter- dum jugo secundario percursis. Hec planta a forma typica (Y. globose multum recedit; vix tamen specifice distincta videtur. An huc pertineat Y. di fu- sa Kunze, e descriptione imperfecta egre dijudicari potest. Hab. in herbosis humidis et in rivulorum alveis exsiccatis- regionis inferioris: in Dehesa de Gigonza et in faucibus mon- ticulorum adjacentium sanctuario dicto Convento del Valle di- tionis Jerez.—24. Flor. Apr., Jun.; fr. mat. Jul., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—(Z. globulosa in Lusitania et in regione medi- terranea occidentali. 1.056.—(E. Lachenalii Gmel. Fl. bad. 1, p. 678.—Reichb., lc. 1. c., t. 51! —Wk. et Lge., IO 00 UA IO! Le Hab. in humidis subsalsis regionis inferioris, prope Puerto Real (Colm.).—2. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis. 1.057.—(E. peucedanifolia Poll. Palat. 1, p. 289, f. 3.—Reichb., lc. 1. c., t. 531—Coss., PL critiq., p. 135.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 52. Hab. in humidis, in vicinitatibus Cddiz (Duf.) —2. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media preesertim; in calidiore raré pro- venit. 1.058.—(E. pimpinelloides Z. Sp. pl., p. 365.—Reichb., Ic. 1. c., t. 54! —WKk. et Lge., l. c. IL, p.92. Hab. in pascuis et silvaticis humidis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Clem., Gutiérrez!); in quercetis supra San Roque (Boiss.); in Gibraltar (Kel.); in vicinitatibus. Cádiz (Reut.); circa Algeciras (Winkler, Reverch.); in ditione Jerez locis Garganta del Caballo, Dehesa de los Castillejos, De- hesa de la Peruela et alibi.—2%. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa media et presertim australis, Asia mi- nor, Africa borealis. 1.059.— (CE, crocata Z. Sp. pl., p. 365.—Jacq., Hort. vind. 11, t. 55! —Wk. et Lge., ISC; pp: 026 x parte; 369) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 53 Hab. in humidis et ad rivulorum margines regionis infe- rioris: circa Ubrique (Clem.); prope Algeciras (Winkler).— $. Apr., Jun. (n. v.) $£. apiifolia.— (E. aprifolia Brot., Flor. lus. 1, p. 420 et Phyt. Lus. 1, p. 74, t. 33! —Boiss., Voy. bot. 11, p. 248. Hab. ad rivulos et in kumidis umbrosis regionis inferioris: inter San Roque et Gibraltar (Willk.); in monte Picacho de Al- calá (Bourg.); prope Sanlúcar (Colm.); in Dehesa de Ojen oppi- duli Zos Barrios; in ditione Jerez locis Dehesa de la Alcaria, El Cándalo, Sierra del Gamin et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa occidentali et austro-occiden- tali; var. f£. in Lusitania et regione mediterranea occidentali huc illuc provenit. Foeniculum 4dans. 1.060.—F. officinale 4/7. Flor. ped. 11, p. 25(1785).—Reichb., Ic. 1. c., p. 37, t. 89! — Wk. et Lge., 1.c. 11, p.56.—7. vu/gare Gertn., Fruct. 1, p. 105 (1788).— A nethum Feniculum L., Sp. pl., p. 377.—Peniculum Dod., Pempt., p. 295, ic.! —Vulg. Hinojo. Hab. in regione inferiore et montana ubi in ruderatis, du- mosis, ad sepes et vinearum margines per omnem provin- ciam vulgatissimum.—2%. Maio, Aug. (v. v.) $£. piperitum Caruel, Pr. Fl. Tosc., fasc. 2, p. 219.—F. piperi- tum DC., Prodr. 1v, p. 142.—Reichb., l. c., p. 38, t. 90! — Wk. et Lge., 1. c., p. 57.—Anethum Feniculum $. piperi—- tum DC., Cat. h. monsp., p. 78. Hab. in eisdem locis ubi precedens et pariter vulgare. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occi- dentali, Africa boreali; var. 5. in Lusitania et regione medi- terranea ferée omni. Magydaris Loch. 1.061.—M. panacifolia Lange. In Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 62.—/Z. panacina DC., Prodr. 1v, Dl ANALES DE HISTORIA NATURAL. (370) p. 241.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 272.—Cachrys panacifolia Vabl, Symb. 1, p. 25.—Brot., Flor. lus. 1, p. 434. Hab. in dumetis et vallibus umbrosis subhumidis regionis inferioris: inter Medina et Alcala (Clem.); in Sierra de Palma oppiduli Zos Barrios (Reverch.); in ditione Jerez locis Dehesa de los Romerales, Farganta del Caballo et preecipue in Dehesa de Gigonza ubi in loco dicto Fuente ferruginosa abundat.— 24. Flor. Maio, Junio; fr. mat. Jul., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidentalis. TRIB. SMYRMNIEA Koch. Cachrys Z. -1.062.—C. levigata Lam. Dict. 1, p. 256.—Wk. et Lge., l. C. 11, p. 64.—C. seminefun—- goso, levis, foliis ferulaceis Quer, Flor. esp. 111, p. 396, t. 71! Hab. in incultis et collibus dumosis : prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); ad Sanlúcar et in ditione Jerez (Clem.)— ZA JU. (Mv) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia mediterranea!, Li- guria. Hippomarathrum JZink. 1.063.—H. pterochlaenum 5Bo%ss. Ann. Sc. nat. 11, 2, p. 74 et Voy. bot. 11, p. 137.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 65.—Cachrys pterochlena DC., Prodr. 1v, p. 237. —Boiss., Voy. bot., p. 272.—C. sicula Brot., Flor. lus. 1, p. 434: excl. syn. Hab. in regione inferiore, ubi in collibus dumosis, pascuis et inter segetes huc illuc frequens: in Gibraltar (Pourr., Webb, Boiss., Kel.); in ditione Jerez (Clem.) in Dehesa de Gi- gonza et ad Ranchos de Palmetin; in vicinitatibus Cádiz (Ca- brera); prope Puerto de Santa Maria (Bourg., Colm.); circa Chiclana et ad San Fernando (Colm.) et alibi.—2. Apr., Maio. (Y. (V..) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Sardinia, Africa boreali- occidentalis. (371) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 55 1.064.—H. cristatum Bot%ss. Var. Bocconi.—H. Bocconi Boiss., Ann. Sc. nat., 3, 11, p. 74. —Boiss. et Reut., Pug., p. 50.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 65!— Cachrys Libanotis Salzm. exs. et Schousb. Herb. non L.— C. pterochlena var. lejocarpa Coss., Pl. critiq., p. 37! Hab. in arenosis a mare non dissitis: prope Sanlúcar (Clem.) ad Castillo del Espiritusanto (forma mericarpiorum jugis subcristatis); prope Puerto de Santa Maria in Pinar de la Plata! (Bourg.!) atque in loco E! Coto; circa Algeciras (Win- kler); prope Chipiona ad Punta de Montijo et alibi.—2. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—4H. cristatum in regione mediterranea preeser- tim orientali; 17. Bocconi in Lusitania et regione mediterranea occidentali calidiore. Smyrnium Z. 1.065.—S. Olusatrum Z. Sp. pl., p. 376.—Reichb., Ic. 1. c., t. 194! —Wk. et Lge., 1. c. m, p. 65! —/Hipposelinum Dod.; Pempt., p. 686, ic.! Hab. in umbrosis et ad rupes et sepes humidas regionis inferioris: in monte Gibraltar! (Talbot, Brouss., Ramb., Kel., Winkler); prope Chiclana (Clem., Colm.); in Cerro de Santa Ana (Cabrera, Willk.) et in Pinar de la Dehesilla; circa Puerto de Santa Maria ad Huertas de la Piedad, et alibi.—O. Febr., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canariz, Azoricee. Occurrit etiam in Anglia et Gallia occidentali. 1.066.—S. perfoliatum Z. Sp. pl., p. 376.—Mill., Dict., n. 3.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 2/3.—Reichb., Ic. 1. c., t. 195! —WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 66. —S. Amani montis Dod., Pempt., p. 686, ic.! Hab. in umbrosis et herbidis sylvarum regionis inferioris et montanee: circa Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in Sierra del Pinar ad Benamahoma (Heens.!); in faucibus montium di- tionis Jerez in Dehesa del Quejigal, Garganta del Astillero et alibi.—OQ. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa meridionalis feré omnis. 56 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (372) Conium Z. 1.067.—C. maculatum Z. Sp. pl., p. 349. —Reichb., Ic. 1. c., t. 191! —WKk. et Lge., 1. c. m1, p. 67.—Cicutaria vulgaris Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 200, ic.! —Cicuta major Quer, Flor. esp. 1v, p. 258, t. 41! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in ruderatis, fimetis, ad muros et ad sepes umbrosas huc illuc frequens.— O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Sibiria, Abyssinia, Africa borealis, Canarie, Azorice. TRIB. BUPLEURACE Lange. Bupleurum L. 1.068.—B. rotundifolium Z. Sp. pl., p. 340.—Reichb., Ic. 1. c., t. 39! —Wk. et Lge., l. e. 11, p. 69.—Perfoliata minor folio acuto Barr., Plant. ic. 1128! Hab. in arvis regionis inferioris: Jerez et Alcala de los Fazu- les (Clem.); prope Puerto de Santa Maria (Clem., Rodríguez, Gutiérrez, et in Herb. h. Matr. ex Lange); circa Sanlúcar (Clem., Colm.)—0. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et Asia occidentalis; meridiem Versus rarescens. 1.069.—B. protractum om. et Link. Flor. port. 11, p. 387.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 245.—Reichb., Ic. 1. c., t. 39. —WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 69.—L. rotundifolium Schousb., Veg. Mar., p. 126 et Brot., Flor. lus. 1, p. 452 non L. Hab. in regione inferiore, ubi in arenosis argillosisque Ccul- tis, inter segetes, huc illuc satis frequens.—O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Gallia media et occidentalis, Lusitania, regio mediterranea feré omnis, Madera. 1.070.—B. tenuissimum Z. Sp. pl., p. 343.—Reichb., Ic. 1. c., t. 50! —Wk. et Lge., l. c. 11 p..09: (373) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 57 Hab. in pascuis aridis regionis inferioris, in vicinitatibus Cádiz (Mellado ex Colm.)—0. Jun., Aug. (n. v.) £. Columne Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 723.—B. Columne Guss., Pr. Fl. Sic., suppl., p. 70.—B. 3 minimum Fab. Col. Barr., Plant. ic. 1248! Hab. in prov. Gaditana (Cabrera in Herb. Agardh ex Lan- ge). (n. v.) Ar. geogr.—Europa fere tota, Africa borealis. 1.071.—B. semicompositum _Z. Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 70.—B. glaucum Rob. et Cast. in DC., Flor. Franc. v, p. 515. —Boiss., Voy. bot. 11, p. 244.— Reichb., Ic. 1. c., t. 208! Hab. in pascuis et pratis maritimis; prope Sanlúcar (Clem.); ad Puerto de Santa Maria in loco £l Coto (Clem., Gutiércez); in vicinitatibus Cddiz (Cabrera).—0O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canarix. 1.072.—B. spinosum Z. fl. Suppl., p. 178.—Gouan, Illustr., p. 8, t. 2, f. 31—Boiss., Voy. bot. 11, p. 247.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 73.—Vulg. Pelagarco. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane et subal- pin:e: in 5erra del Pinar! supra Benamahoma (Clem., Laguna); in Cerro de San Cristóbal! prope Grazalema (Clem.); circa Be- naocaz (Clem.) in Sierra del Caos et Sierra del Reloj; inter Gra- zalema et Zahara in loco Llano de la Duquesa (Laguna).— 5. Jul., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis et orientalis, Corsica, Africa boreali-occidentalis. 1.073.—B. paniculatum Brof. Flor. lus. 1, p. 455.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 245.—Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 74. Hab. in collibus arenosis calcareisque, inter frutices regio- nis inferioris: Trebujena, Bornos, Alcala, Ubrique, (Clem.); in vicinitatibus Cádiz (Cabrera); prope Sanlúcar (Colm.); inter Arcos et El Bosque; in ditione Jerez locis Puerto de Guillén, Sierra de Gibalbin et presertim in Dehesa de Gigonza et Dehesa de la Parrilla ubi abundat.—2%. Jun., Jul. (v. v.) 58 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (374) Ar. geogr. — Lusitania, Hispania media et meridionalis, Mauritania Tingitana. 1.074.—B. foliosum Sa12m. Pl. exs.—DC., Prodr. 1v, p. 133.—Ball., Spic., p. 466.—Rouy in Bull. Soc. bot. Fr. xxxv, p. 33, et xxxIv, p. 443.—Deveaux, Flor. G1br:,p: 89. Hab. in dumosis regionis inferioris, in Sierra de Palma di- tionis Los Barrios (Reverch.)—>. Jun., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Mauritania Tingitana. 1.075.—B. gibraltaricum Lam. Dict. 1, p. 520 (1784).—Boiss., Voy. bot. 11, p. 247.— B. o0bli- quum Vahl, Symb. 1, p. 24 (1790).—B. verticale G. Ort. Flor. hisp. del. (1791). —Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 76. Hab. in fissuris rupium regionis inferioris et montan: in Gibraltar (Lam., Clem., Webb, Kel., Dautez); prope Algeciras (Vahl); in Sierra de Libar prope Villaluenga (Clem.); inter Grazalema et Zahara et ad Puerto de Mures prope Grazalema (Laguna).—?. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr. — Lusitania, Hispania media et meridionalis, Africa boreali-occidentalis. 1.076.—B. fruticosum L. Sp. pl., p. 343.—Reichb., Ic. 1. c., t. 45! —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 77.—Seseli ethiopicum frutex Dod., Pempt., p. 310, ic.!— Vulg. Adelfilla. Hab. in rupestribus, sepibus et silvaticis regionis inferioris et montane: in monte Gibraltar! (Brouss. et Heb. h. Matr. ex Lange); circa Ubrique (Clem.); prope Grazalema (Clem.) in Sierra del Pinar et ad Llano de la Duguesa (Laguna); in vici- nitatibus Vejer! et in Sierra de Granada (Laguna).—5. Jun., AM 7) Ar. geogr.— Lusitania et regio omnis mediterranea. (375) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 19 TRIB. AMMINEJ Lange. Scandix Z. 1.077.—S. Pecten Veneris Z. Sp. pl., p. 368.—Reichb., Ic. 1. c., t. 188! —Wk. et Lge., l. c. mr, p. 78.—Dod., Pempt., p. 689, ic.! Hab. in regione inferiore, ubi in herbidis, cultis, inter sege- tes huc illuc vulgatissima.— O. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa media et australis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera. 1.078.—S. pinnatifida Vent. 8. velutina Coss., Pl. critiq., p. 38.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 79. Hab. in rupestribus regionis montan*, in monte Sierra del Caos, supra Benaocaz.—(O. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Hispania australi, Asia occidentali, Africa boreali; var. 6. in Hispania australi. 1.079.—S$. australis Z. Sp. pl., p. 369.—Reichb., Íc. 1. c., t. 189! —Wk. et Lge., 1. c. n1, p. 79.—Anthriscus Plinúi Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 199, ic.! Hab. in herbidis regionis montan«e et subalpinee, in Sierra del Pinar inter Grazalema et Benamahoma.—(0. Apr., Maio. mV) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. Anthriscus HZo/m. 1.080.—A. vulgaris Pers. Syn. 1, p. 320.—Reichb., Ic. 1. c., t. 188! —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 80.—Scandizx Anthriscus L., Sp. pl., p. 368. Hab. in incultis et ad sepes regionis inferioris: prope San- lúcar (Colm.)—0. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa feré tota, Asia occidentalis, Africa bo- realis. Jl 60 ANALES DE HISTORÍA NATURAL. (376) Conopodium LXoc/. 1.081.—C. capillifolium Bo0%ss. Voy. bot. 11, p.736.—Lange, Pug. 1v, p. 239.—Bunium fexvo- sum Brot., Flor. lus. 1, p. 437 non Sm.—B. tenufoltum Salzm. exs. DC., Prodr. 1v, p.118.—(Geocaryum capillifolium Coss., Pl. critiq., p. 112. Hab. in arenosis incultis et sylvaticis regionis inferioris: Cádiz, Chiclana (Fauché ex Boiss. et Reut.); in predio dicto El Alcornocalejo ditionis Jerez.—2. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Mauritania Tingitana ¿et Sicilia? Bunium /. 1.082.—B. Macuca Boiss. Voy. bot. 11, p. 239, t. 66! —WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 87. Hab. in rupestribus umbrosis regionis montan«e: in monti- bus prope Grazalema (Boiss., Willk.)—2%. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. Bulbocastanum £Schur. 1.083.—B. incrassatum Lange. Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 88.—Carum ¿ncrassatum Boiss., Voy. bot. 11, p. 239. —Vulg., Castañuela, castaña de puerco. Hab. in cultis regionis inferioris et montan«ee: prope Benao- caz etin vicinitatibus Grazalema ubi abundat.—2%. Apr., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.— Hispania australis, Baleares, Africa borealis. La raíz tuberosa de esta planta es bastante estimada en los contornos de Grazalema, como pasto muy codiciado por el ganado de cerda. Ammi Z. 1.084.—A. majus Z. Sp. pl., p. 349. —Reichb., Ic. 1. c., t.231—4. glaucifolium L., l. C.—A. majus a. et y. Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 89.—4. vul- gare Dod., Pempt., p. 299, ic.! (8377) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 61 Hab. in regione inferiore, ubi in pascuis, collibus, cultis, inter segetes huc illuc abundat.— O. Maio, Julio. (v. v. ets.) £. intermedium Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 732.—A. inter- medium DC., Prodr. 1v, p. 113. Hab. inter segetes, cum priore.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Gallia occidentali, Germania australi, regione omni mediterranea, Abyssinia, Canariis, Madera, Azoricis. 1.085.—A. Visnaga Lam. Dict. 1, p. 132.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 90.—Daucus Visnaga L., Sp. pl., p. 348.— Gingidium alterum Doc., Pempt., p. 690, ic.!.—Vulg., Viznaga. Hab. in regione inferiore, ubi in argillosis cultis, pascuis pinguibus et arvis derelictis huc illuc plagas latas obducit.— O. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Madera, Azorice. Ptychotis Xocf/. 1.086.—P. ammoides Koch. Umb., p. 124.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 90.—P. trachysperma Boiss., Voy. bot. 11, p. 731.—Seselz ammoides Gouan, Illustr., p. 16.—S. verticillatum Desf., Flor. atl. 1, p. 260.—S. pusillum Brot., Flor. lus. 1, p. 457 et Phyt. Lus. 1, p. 89, t. 39! — Petrose- linum ammoides Reichb., Ic. 1. c., t. 17! Hab. in pascuis et collibus aridis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez, Clem.) ad Convento de la Piedad (Bourg.); circa Medina (Schousb.); ad Sanlúcar (Clem., Colm.)—0. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares, Corsica, Sardi- nia, Sicilia, Italia, Istria, Dalmatia, Grecia, Africa borealis. Apium LZ. 1.087.—A. graveolens Z. Sp. pl., p. 37/9.—Reichb., Ic. 1. c., t. 131 —Wk, et Lge., 1. c. 111, p. 93.—Vulg., Apio bravio. 62 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (378) Hab. in paludosis etad rivulos regionis inferioris: in (2074 ]1- tar (Kel.); prope A/lcald de los Gazules; in ditione Jerez locis Dehesa de Gigonza, Arroyo del Albaladejo et alibi.—o). Jun., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, Azoricee. 1.088.—A. nodiflorum Rezchb. Ic. 1. c., p. 10, t. 15: —Wk. et Lge., l. c. 111, p. 93.—S51um no- diflorum L., Sp. pl., p. 361.—Sison nodifiorum Brot., Flor. lus. 1, p. 423.—Helosciadium nodiflorum Koch., Umb., p. 126. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in fossis, paludi- bus et ad rivulos per omnem provinciam satis frequens.—2- Apr., Jul. (v. v.) g. ochreatum Wk. et Lge., 1. c.—/Zelosciadium nodiflorum E. ochreatum DC., Prodr. 1v, p. 104. Hab. in eisdem locis: prope Puerto de Santa Marta (Bourg); in ditione Jerez locis Dehesa del Corchadillo, Farganta Millan et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia occidentalis, Abyssinia, Africa borealis, Canarie, Madera, Azorice. Pimpinella . 1.089.—P. villosa Schousb. Obs. veg. Mar., p. 139.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 241.—Wk. et Lge., l. C., p. 97.—.P. bubonoides Brot., Flor. lus. 1, p. 463 et Phyt. Lus. 1, p. 75, t. 33! non DC., Prodr.—?P. dubonoides var. villosa Ball., Spic., p. 411.—Oreoselinum rotundifolium, hispa- micum Barr., Plant. ic. 350! (pessima). Hab. in arenosis calcareisque incultis, dumosis et silvaticis regionis inferioris: in Gibraltar (Brouss.); prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in pinetis ad Chiclana (Colm., Lange) in Pinar de la Dehesilla; circa Sanlúcar (Colm.); in pineto Dehesa de la A lgaida.—4%. Jun., Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania media et meridionalis, Im- perium Maroccanum. En el Spic. Flor. Marocc. del Sr. Ball, incurriéndose en error, (379) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 63 se ha escrito: P. bubonoides in peninsula Iberica, Italia infe- riore et Sicilia obvia est. P. villosa, nonnist petalis villosis dis- tinguenda, est forma propria ditionis Maroccane. . Poseo ejemplares de la P. villosa Schousb., de las inmedia- ciones de Tánger, y después de haberlos comparado con otros recogidos por mi en el Escorial, en Chiclana y en Sanlúcar, puedo confirmar lo expresado por Boissier en su Voy. bot. 1. c., esto es, que la planta de la península ibérica, ó sea la P. bubonoides Brot., presenta también sus pétalos vellosos y es en todo igual á la 2. villosa Schousb., y que la planta de Sicilia y de Italia, ó sea la P. anisoides Guss.—Tragium Gus- sontt Presl., es bien distinta de ella, según lo consignado por Boiss., 1. C., y conforme á su descripción en Presl. Del. Prag., pub, en Guss:, Pl. rar., p. 117 y El. Sic. Prodr.1,p. 330, y por último, en DC., Prodr. 1v, p. 121; pues en esta obra, bajo el nombre de P. bubonoides Brot., es evidente que se ha des- crito la planta italiana y no la de Portugal, tanto por los ca- racteres señalados, cuanto por lo que se desprende de la nota D. S. COMM. 4. Cl. GCussone. Ridolñia l/or:s. 1.090.—R. segetum l/07%s. Flor. Sard. 11, p. 212, t. 75!—Boiss., Voy. bot. 11, p. 732.— WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 100.— A nethum segelum Brot., Flor. lus. 1, p. 465.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 253.—Vulg. Eneldo. Hab. in regione inferiore, ubi in cultis argillosis presertim, inter segetes per omnem provinciam abundat.— (1). Maio, Ju- nio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio mediterranea calidior, Canarize. Petroselinum Ho/m. 1.091.—P. peregrinum Zag. Am. nat. 11, p. 100.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 100.— Ligusti- cum peregrinum L., Sp. pl., p. 360. Hab. in rupestribus, in monte Gbraltar (Brouss., Pourr. ex Colm.)—09. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Baleares. 64 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (380) - Fam. Araliaceze Juss. Hedera Z. 1.092.—H. Helix Z. Sp. pl., p. 292.—Cav., Preel., p. 381. —Wk. et Lge., ]. c. m1, p. 102.—/HZedera Dod., Pempt., p. 408, ic.!—Vulg. Fedra. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in umbrosis ad rupes arborumque truncos per omnem provinciam abundat.— Do Sept Oct (vive) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia temperata, Ja- ponia, Africa borealis» Fam. Saxifragaceze DC. Saxifraga /. 1.093.—S. globulitera Desf. f. gibraltarica Ser. in DC., Prodr. 1v, p. 31.— Boiss., Voy. bot. IL, p. 230.—Ball., Spic., p. 447.—£S. gibraltarica Boiss. et Reut., Pug., p. 47.—Wk. et Lge., l. c. m, p. 114.—De= beaux, Flor. Gibr., p. 87. Hab. in rupibus umbrosis regionis inferioris et montanee: in declivitate septentrionali montis Gibraltar (Boiss., Willk., Kel., Dautez, Reverch.); in Cerro de San Cristóbal supra Gra- zalema.—2. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Africa boreali-occidentali; var. £. oc- currit etiam in Imperio Maroccano. 1.091.—S. Reuteriana B0%ss. Voy. bot. 11, p. 730.—WKk. et Lge., l. c. 11, p. 114. Planta quoad partium foliorum dimensiones, pedicellorum longitadinem, florum numerum et petalorum magnitudinem valde variabilis. Forsan non nisi S. ylobulifera mera varietas. Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis montane et (381) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 65 subalpin«e: in montibus supra Grazalema (Heens.); in declivi- tate septentrionali montis Cerro de San Cristobal etin Sierra del Pinar versus Benamahoma.—?2,. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Hucusque in provincia Gaditana tantum de- tecta. 1.095.—5. granulata Z. 8. glaucescens.— $. glauscescens Reut. in Boiss. et Reut., Pug”, p. 131.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 119.—S. granulata Boiss., Voy. bot. 11, p. 233 non L.—Vulg., Uvas de gato. Differt a forma typica preecipue foliis inferioribus majori- bus, duplicato-crenatis, villosioribus, subtus seepe purpuras- centibus; antheris subrotundis; stylis capsulam subeequanti- bus; seminibus minoribus. Hee note tamen variabiles, et for- me intermedie non desunt. Hab. in montosis silvaticis et ad rupes umbrosas, ubi a regione inferiore ad subalpinam adscendit: in monte Cerro de San Cristóbal! prope Grazalema (Heens., Reut.); in Sierra del Pinar supra Benamahoma; in montibus Sierra del Endrinal et Sierra del Caos circa Benaocaz; in ditione Jerez ubi in Dehesa de Garcisobaco, Jarda, Charco de los Hurones et alibi satis fre- quens.—2%. Flor. a Jan. ad Majum usque. (y. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa feré omni, Asia media, Africa boreali; var. ylauscescensin Lusitania et Hispania australibus. 1.096.—S. gemmulosa Bojss. Voy. bot. 11, p. 232, t. 64, f. Al!—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 121. Hab. in fissuris rupium calcarearum regionis montan«z*e et subalpin«e: in loco Cueva de la Gotera montis Sierra del Pinar supra Benamahoma; in monte Sierra del Caos supra Benaocaz. —2- Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania Malacitana. 1.097.—S. Henseleri Boiss. el Reut. Diagn. pl. bisp., p. 13.—WKk. es. Lge., 1. e. 111, p. 122. Hab. in rupestribus regionis subalpin*e, supra Grazalema in Cerro de San Cristóbal (Heens.); ad Pozos de la Nieve.—2. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Hispania australis. ANALES DE HIST. NAT.—XX. 5 66 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (382) 1.098.—S. tridactylites Z. Sp. pl., p. 578.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 122. Willk., lustr., t. 31, f. DI—Paronychtia altera Dod., Pempt., p. 112, ic.! Hab. in rupestribus et arenosis regionis inferioris, montan« et subalpine: in Cerro de San Cristóbal supra Grazalema (Clem.); prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in monte Sierra de la Silla, prope Benaocaz.—O. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. ORDO OPUNTIEARUM. Fam. Gacteze DC. Opuntia 70urn. 1.099.—0. vulgaris 1/21. Dict. ed. 8, n. 1.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 128.—Cactus Opuntia L., Sp. pl. p. 669.—'icus indica Dod., Pemt., p. 801, ic.!—Vulg., Higuera chumba. Hab. in sepibus regionis inferioris culta et subspontanea.— +. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Ex America tropica oriunda; hodie culta et subspontanea in omni zona mediterranea. 1.100.—0. Ficus indica 70. Syn., p. 191.—Wk. et Lge., 1. c. m, p. 129.—Cactus Ficus- indica L., 1. c., p. 670.—Vulg., Higuera tuna. Hab. culta et subspontanea preecipue in sepibus regionis calidee.—5b. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Spontanea in America meridionali tropica; culta et subspontanea in Canariis et in calidioribus regionis mediterranez. 1.101.—0. maxima 144l/. Dict. ed. 8, n. 5.—DC., Prodr. 11, p. 473.—Moris, Flor. Sard. IL, Pp. 140.—0. amyclea Tenor., Flor. neap. app. 5, p. 15. Hab. culta et subspontanea in sepibus: prope Sanlúcar 4383) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 61 (Colm.); in vicinitatibus Jerez cum O. Ficus-indica mixta.—5. Maio, Junic. (v. v.) Ar. geogr. —Spontanea in America meridionali; culta et subspontanea in Sardinia, Sicilia, Italia australi. 1.102.—0. Tuna 1/3/17. Dict. ed. 8, n. 3.—DC., Prodr., 1. c., p. 472.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 129.—Vulg., Tuna chumba. Hab. culta et subspontanea in sepibus regionis littoralis.— +. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—America tropica; culta et subspontanea in His- pania et Lusitania australibus. ORDO SUCCULENTARUM. Fim. Ficoideze DC. Mesembryanthemum Z. 1.103.—M. nodiflorum Z. Sp. pl., p. 687.—Lag., Pl. barrill., p. 68.—Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 130.—Vulg., Aguazul. Hab. in arenosis a mare non dissitis: prope Sanlúcar (Clem., Colm.); ad Puerto de Santa Maria in loco El Coto (Gutiérrez!, Clem., Bourg.); circa Cádiz (Duf., Lange); circa Chiclana (Winkler); in Gibraltar et prope A lgeciras (Dautez); inter San Fernando et Chiclana et alibi.—O. Maio, Junio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canariee. 1.104.—M. crystallinum Z. Sp. pl., p. 688.—Lag., 1. c., p. 70. —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 130.—Ficordes africana, folio Plantaginis undulato, micis ar- genteis asperso Quer., Flor. esp. vi, p. 512, t. 20! —Vulg., Hierba escarchada, Flor de la plata, Flor del cristal. Hab. in arenosis maritimis et ad muros regionis inferioris: prope A/geciras (Neé); inter San Fernando et Cádiz! (Clem.!, Willk., Lange, Bourg.); in 487 Castillo urbis Arcos et alibi.— O, O. Apr., Jun. (v. v. et s.) 68 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (384) Ar. geogr.— Lusitania, regio mediterranea calidior, Cana- * rise, Africa australis. 1.105.—M. crassifolium Z. Sp. pl., p. 693.—DC., Prodr. 11, p. 427.—Vulg., Hierba del MOTO. : Hab. culta etsubspontanea precipue in arenosis maritimis: ad Puerto de Santa Maria, prope Sanlúcar, circa Chipiona et alibi.—5. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Africa australis. Aizoon ZL. 1.106.—A. hispanicum L. : Sp. pl., p. 700.—Lag., Pl. barrill., p. 73.—Wk. et Lge., l. c. Mp. lol: Hab. in arenosis maritimis: prope Sanlúcar (La Piedra!, Lag.) —0. Apr., Jul. (v. s.) Ar. geogr.—Hispania, Africa borealis, Oriens. Fam. Crassulaceze DC. Cotyledon Z. 1.107.—C. Umbilicus Sm. Engl. Bot. v, t. 325.—Moris, Flor. Sard., 11, p. 132.— Umbili- cus pendulinus DC., Flor. fr. 1v, p. 383.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 132.—Cotyledon Umbilicus Veneris Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 63, ic.! —Vulg., Sombrerillos. Species polymorpha in varietates bene definitas haud facile dispartienda, sed a botanicis nonnullis in species plurimas instabiles dilaniata. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in muris, tectis et ad rupes muscosas per omnem provinciam frequenter 0c-: currit.—?. Apr., Maio. (v. v.) g. prealtus Brot., Flor. lus. 11, p. 204.—C. horizontalis Guss., Flor. Sic. Prodr. 1, p. 517.—C. Umbilicus f. horizontalis (885) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 69 Moris, 1. c.—Ball., Spic., p. 450.— Umbilicus horizontalis DC., Prodr. 11, p. 400.—Wk. et Lge., 1. c.—U. gaditanus Bois., Diag. pl. or. 1, n. 6, p. 58. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in muris, tectis, rupestribus, salsis maritimis locisque aridis satis frequens. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa occidentali, Lusitania, regione mediterranea occidentali precipue, Canariis, Madera, Azori- cis; var. 5. in regione mediterranea calidiore, Lusitania, Ma- dera, Azoricis. 1.108.—C. Mucizonia Ortega. Monogr. (1772) et Flor. esp. vi, p. 511, t. 19, f. 1! (1784).— Unicaulis, caule diffuse ramoso, notabiliter tumido, 15-25 centim. long. et 3-4 mm. lat., ramis pedunculisque villosis, villis vix glandulosis; foliis oblongis, subtus convexis; flori- bus paniculatis, pedunculis flore duplo longioribus, calyce fere ad basim quinquepartito, pilis longis patulis, corollis campanulatis, 6-10 mm. long., ochro-leucis, striis purpureis, lobis oblongis, mucronatis. Hab. in rupestribus calcareis regionis montanee et subalpi- ne: in Cerro de San Cristóbal supra Grazalema; in montibus prope Benaocaz.—(0. Maio, Junio. (v. v.) £. hispida.—Ditftert a precedente caule humili, filiformi, 5-10 centim.; ramis pedunculisque villosioribus, villis mani- feste glandulosis; foliis teretiusculis; pedunculis florem subequantibus; calyce pilis brevioribus rigidioribusque glandulosis; corollis sepe minoribus.—C. hispida Desf., Flor. atl. 1, p. 359 ex descript.— Umbilicus hispidus Wk. et Lge., 1. c., p. 132 syn. Cot. Muciz. excl. ex. descript. Hab. in fissuris rupium et in muris regionis inferioris et montane: in monte Picacho de Alcala! (Bourg.); in ditione Jerez locis Dehesa del Torongil, Montes de Tempul et alibi. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Africa boreali-occidentalis. La descripción y la lámina de la C. Mucizonia de Ortega convienen perfectamente con mis ejemplares de Grazalema y de Benaocaz. Estos, tanto por su tallo hinchado y mucho más alto, cuanto por sus pedúnculos, doble más largos por lo menos 70 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (386 y que la roseta, como dice el mismo Ortega l. c., se distinguen notablemente de la var. hispida, prescindiendo aún de otras ligeras diferencias en su vellosidad, para que puedan ser con- fundidos sinonímicamente. La forma humilis 6 hispida es se- guramente la que se ha descrito en la Flora atlantica y en el Prodr. Flor. hisp. 1.109.—C. hispanica L. Sp. pl., p. 615.—Leefl., It. hisp., p. 77, f. 11—Brot., Flor. lus. 1, p. 204.—Ball, Spic., p. 450.—C. Pistorinia Ortega , Monogr. et Flor. esp. vi, p. 510, t. 19, f. 2! — Pistorinia hispanica DC., l. c., p. 399.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 223.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 133. Hab. in arenosis locisque aridis regionis inferioris et mon- tanze: circa Puerto Serrano; in Dehesa del Quejigal prope Gra- zalema.—O. Maio, Junio. (v. v.) g. Salemannt Ball, 1. c., p. 451.— Pistorima Salemanni Boiss., Voy. bot. 11, p. 224, t. 63, f. B!—P. breviflora Boiss., Elench. 4 non Coss.—P. intermedia Boiss. et Reut., Diagn. pl. or. 11, n. 2, p. 60 (forma corolla longiore). Hab. in arenosis collibusque apricis regionis inferioris: pro- pe San Rogue (Pourr.); in vicinitatibus Cadiz (Heens., Picard); circa 4 ¿geciras (Ball); in collibus ad Castellar; in Dehesa Monte de Enmedio (forma corolla purpurea) prope Vejer et alibi. (v. v.) P. Salzmannianam nulla nota constante dignoscendam, ad var. cl. Ball optimo consilio reduxit. Tam hec quam var. typica ludunt floribus rubellis, purpureis, flavis, vel flavo- virentibus. Ar. geogr.—Spec. in Lusitania, Hispania, Africa boreali- occidentali; var. Salz2manni in Hispania australi, Africa bo- reali-occidentali. 1.110.—C. Winkleri Will. Tlustr. Flor. Hisp. 1, p. 108, t. 67! sub. Umbilico. Hab. in rupibus calcareis regionis inferioris, prope San Ro- que (Winkler).—2%. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hucusque in loco notato tantum detecta. (387) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 7 Sempervivum Z. 1.111.—S. arboreum ZL. Sp. pl., p. 664.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 135.—Sedum majus legitimum Cluss., Rar. pl. hist. 11, p. 58, ic.! Hab. in muris et rupestribus regionis inferioris: ad Puerto de Santa Marta (Osbeck.); in ditione Jerez (Clem.); in monte Gibraltar! (Wilk., Kel., Debeaux).—5. Jan., Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Sardinia, Sicilia, Creta, Cyprus, Africa borealis. Sedum Z. 1.112.—S. amplexicaule DC. y Flor. fr. suppl., p. 526.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 227.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 136.—Sempervivum anomalum Lag., Gen. et Sm poT7. Hab. in collibus siccis et rupestribus regionis inferioris: in vicinitatibus Gibraltar (Kel.); prope San Rogue (Dautez). —2%. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, regio mediterranea cCa- lidior. 1.113.—S. altissimum Pos”. Dict. 1v, p. 634.—Mutel, Flor. franc. 1, p. 394, t. 19, f. 123!— Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 137.—£S. ochroleucum Vill., Dauph. 11, p. 680.—S. fruticulosum Brot., Flor. lus. 11, p. 206.—£. lusita- num Brot., Phyt. Lus. 11, p. 220, t. 1718! —S. minus 1v, Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 60, ic.! —Vulg., Uvas de vilán. Hab. in arenosis rupestribusque dumosis, ubi a regione maritima ad montanam per omnem provinciam satis frequens. 24. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 1.114.—S. elegans Lej. Flor. Spa, 1, p. 205.—Coss. et Germ., Flor. Par., p. 197.— S. reflezum Brot., Flor. lus. 11, p. 208 et Boiss., Voy. bot. 1 WR ANALES DE HISTORIA NATURAL. (388) p. 227 non L.—£S. pruinatum Lange, Pug. 1v, p. 244 et Wk. et Lge. nr, p. 137 non Brot. ex Mariz in Subs. Flor. port. Ad hanc speciem mihi pertinere videtur planta a me in ru- pestribus prope Grazalema die 2 Aug. 1887 absque floribus et fructibus lecta, quee caudiculis repentibus et foliis surculo- rum lanceolato-linearibus, planiusculis, cuspidatis, basi acute calcaratis, punctatis, eximie glaucis et densé imbricatis in conum obversum gaudet. Ar. geogr.—£. elegans in Europa media, Lusitania, Hispa- nia et Imperio Maroccano occurrit. 1.115.—S, acre Z. Sp. pl., p. 619.—Brot., Flor. lus. 11, p. 209. —Wk. et Lge., 1. c. u1, p. 138.—S. minus vur, causticum Clus., Rar. pl. hist. 1, PRGIICA : Hab. in rupestribus regionis montanee et subalpine, prope Grazalema in montibus Cerro de San Cristóbal et Sierra del Pinar.—2. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.— Europa omnis, Sibiria. Occurrit etiam in mon- tibus regionis mediterranex feré totius. 1.116.—S. brevifolium DC. Rapp. 11, p. 79.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 226.—WKk. et Lge., l. c. 1, p. 139.—£S. dasyphyllum Brot., Flor. lus. 1, p. 210 non L.—S. sphericum Lap., Hist. abr., p. 259. Hab. in fissuris rupium regionis montan« et subalpin.: in monte Sierra de Palma oppiduli Los Barrios (Winkler, Reverch.); in cacumine montis Sierra del Aljibe, in monte Loma de la Novia ditionis Jerez et alibi.—2. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Corsica, Gallia Pyrenaica, Hispania, Lusitania, Mauritana Tingitana. 1.117.—S. album Z. Sp. pl., p. 619.—All., Flor. ped. 1, p. 122, t. 65, f. 2! —Brot., Flor. lus. 1, p. 213.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 141.—Sedum mi- mus 1, Clus., Rar. pl. hist. 11, p. 59, ic.! —Vulg., Uñas de gato. Hab. ad muros atque in rupestribus regionis inferioris et montan*e: prope 47+cos (Schousb.); in collibus ad 4/godo- nales; in tectis urbis Jerez; in montibus circa Grazalema.— 2%. Maio, Junio. (v. v.) (389) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 73 .g. micranthum DC., Prodr. m1, p. 406.—S. micranthum Bast. in DC., Elor. fr. v, p. 523.—Wk. et Lge., 1. c.—S. album Kel., Flor. Calp., p. 106 non L.-——S. minus 11, Clus. l. C., p. 59, ic.! Hab. in rupestribus regionis inferioris: in monte Gibraltar! (Kel., Dautez). (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Asia temperata, Africa boreali; var. $. cum specie in calidioribus. 1.118.—S. hirsutum 4/7. Flor. ped. 1, p. 122, t. 65, f. 5! —Brot., Flor. lus. 11, p. 212.— Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 142! Hab. in rupestribus regionis inferioris et montan«e: in di- tione Jerez locis Sierra del Aljibe, Dehesa de la Jardilla et alibi. —¿4. Maio, Julio. (v. v.) £B. beeticum Rouy, Pl. Gibr. in Bull. Soc. bot. Fr. xxx1v, p. 441. —Debeaux, Flor. Gibr., p. 86. Hab. in rupestribus siccisque incultis regionis inferioris: prope San Rogue (Dautez); in Sierra de Palma ditionis Los Ba- rrios (Reverch.) (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia, Italia, Dalmatia. 1.119.—S. villosum Z. var. (?) ramosum Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Differt caule a basi seepe ramosiore brevissime hirto-glanduloso ut tota planta; pedicellis flore duplo v, subduplo longioribus; petatis 4-5 mm. long. calyce triplo v, quadruplo longioribus; stylis tantum tertiam carpelli partem «equantibus. Hab. in pascuis humidis regionis inferioris: prope Jerez loco Llanos de Caulina dicto.—Y. Apr., Maio. (v. v.) .Ar. geogr.—£S. villosum in Europa media, occidentali et austro-occidentali. Tilleea Z. 1.120.—T. muscosa L£. Sp. pl., p. 186.—Brot., Flor. lus. 1, p. 124.—Webb, It. hisp., p. 46.—Wk. el Lge., 1. c. 11, p. 146.—7. muscosa, annua, per- Joliata, fiore albo Mich., Nov. pl., 22. t. 20! Hab. in arenosis humidiusculis regionis inferioris: prope YE ANALES DE HISTORIA NATURAL. (390) Puerto Real (Osbeck); circa Cádiz et ad Chiclana (Cabrera, Colm.)—0. Febr., Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Africa borealis, Ca- nariz. 1.121.—T. Vaillantii Wi¿/12. Sp. 1, p. 720.—7. aguatica Lam., Hlustr., t. 90, f. 11—Brot., Flor. lus. 1, p. 124.—Bulliarda Vaillantí DC., Prodr. 1, p. 382. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 146. Hab. in sabulosis uliginosis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez).— O. Marft., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—In Europa media et austro-occidentali huc illuc occurrif. Fam. Paronychiaceze S/.-/71l. TRIB. CORRIGIOLEE Fenzl, Corrigiola Z. 1.122.—C. telephiifolia Pour». Act. Toul. 11, p. 316.—Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 614.— Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 149. Hab. in arenosis glareosisque regionis inferioris: prope Sanlúcar (Clem.); in Gibraltar (Kel.); circa Chiclana (Winkler); prope Algeciras (Reverch.) —2. Flor. anno fere toto. (n. v.) S. var. foliosa Per. Lar. in Flor. Gad. exs.—Differt a preece- dente caulibus a basi ad apicem foliatis, foliis lanceolatis v. 0blongo-lanceolatis multo minoribus, floribus in corymbos densos multifloros dispossitis. Hab. in arenosis rupestribusque humidiusculis regionis in- ferioris: prope A/gar; in Dehesa de Garcisobaco et Llanos de Caulina ditionis Jerez et in aliis locis.—4%. (V. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania et regio mediterranea 0c- cidentalis. No he encontrado en la provincia de Cádiz ni la C. littoralis ni la forma típica de la C. lelephiifolia. La forma hallada por mí, frecuente en el territorio gaditano, difiere principalmente (391) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 75 de la primera por su raíz perenne, por sus tallos algo más largos y foliosos y por sus flores y frutos un poco mayores; y de la segunda, por los tallos y ramos cubiertos de hojas en toda su extensión, por sus hojas más estrechas y mucho me- nores y por sus flores, en mayor número, dispuestas en co- rimbos más densos. Es lo más probable que la C. telephiifolia sea solo variedad de la C. littoralis; por lo menos el examen de los ejemplares por mi recogidos, y el de otros varios, que de la una y de la otra poseo, procedentes de Francia, inclina á creerlo así. TRIB. ILLECEBREZ DC. Herniaria /. 1.123.—H. glabra Z. Sp. pl., p. 317.—Brot., Flor. lus. 1, p. 410.—Wk. et Lge., LC. ME, p. 152. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Sanlúcar (Clem., Colm.)—2%. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Sibiria. 1.124.—H. hirsuta Z. Sp. pl., p. 317.—Brot., 1. c., p. 410.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 153. Hab. in arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa Jerez (Clem.)—2%. Apr., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et australis, Asia temperata, Afri- ca borealis. 1.125.—H. cinerea DC. Flor. fr. y, p. 375.—WKk. et Lge., 1. c. 1, p. 153.— 2H. annua Lag., Gen. etsp., p. 12.—Vulg. Hierba de la piedra. Hab. in regione inferiore, ubi in ruderatis et preecipue in arenosis cultis incultisque per omnem feré provinciam satis freguens.—(O. Mart., Maio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canariz. 76 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (392) Hiecebrum Z. 1.126.—I. verticillatum Z. Sp. pl., p. 298.— Brot., Flor. lus. 1, p. 302.—Wk. et Lge., 1410 po 154. Hab. in arenosis humidis regionis inferioris, in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Reverch.)—2. Maio, Julio. (n. v.) Ar. geogr.— Europa media, occidentalis et austro-occiden- talis, Africa boreali-occidentalis, Madera, Canarie. Cheetonychia Will%. 1,127.—Ch. cymosa Willk. Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 155.—1!lecebrum cymosum L., Sp. pl., p. 299.—Brot., Phyt. Lus. 1, p. 47, t. 22, f. 2! — Paronychia cymosa DC., in Dict. encycl. v, p. 26 et Flor. fr. 11, p. 402. Hab. in arenosis rupestribusque regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); circa Chiclana (Rodriguez! ); in vicinitatibus Cddiz (Cabrera); in Gibraltar (Boiss.); prope San Roque in Sierra Carbonera (Boiss., Reut., Dautez); circa Palmones (Reverch.)—0. Apr., Jun. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia australis, Africa boreali-occidentalis. Paronychia 70urn. 1.128.—P. echinata Lam. Flor. fr. 11, p. 232.—Wk. et Lge., 1. c. m, p. 155.—Zllece- brum echinatum Desf., Flor. atl. 1, p. 204.—Brot., Phyt. Lus. 1, p. 49, t. 22, £. 1! Hab. in arenosis collibusque aridis regionis inferioris et submontane: ad Puerto de Santa Marta (Gutiérrez); in vicini- tatibus Cddiz (Duf.); circa Puerto Real (Bourg.); in pinetis prope Chiclana! (Winkler); prope San Rogue (Dautez); in di- tione Jerez locis Llanos de Caulina, Dehesa del Corchadillo et alibi.—(O. Mart., Maio. (v. v.) (393) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. n Ar. geogr.—Lusitania et regio mediterranea occidentalis; orientem versus rarescens. 1.129.—P. argentea Lam. Flor. fr. m, p. 230.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 156.—11lecebrum Paronychia L., Sp. pl., p. 299.—Brot., Flor. lus. 1, p. 303.— Polygonum montanum, niveum minus Barr., Plant. ic. 726! — Vulg. Sanguinaria, hierba de la sangre. Planta satis polymorpha. Variat precipue caulibus puberu- lis vel glabris; foliis lanceolatis, ovato-lanceolatis ellipticisve, nunc aproximatis, nunc dissitis et majoribus (7/lecebr. Mauri- tanicum Willd.); capitulis lateralibus terminalibusque densis vel remotioribus, calycis laciniis puberulis glabrisve. Hab. in regione inferiore et submontana, ubi in aridis locisque arenosis, maritimis presertim, huc illuc abundat.— 4. Febr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania et regio omnis mediterranea. 1.130.—P. nivea DC. Dict. encycl. v, p. 25 et Prodr. 1, p. 371.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 220! —WKk. et Lge., 1. c. m1, p. 156.—7/lecebrum niveum Pers., Syn. 1, p. 261.—Polygonum mont. niveum, roseum, majus hisp. Barr., Plant. ic. 687! Hab. in arenosis et gypsaceis aridis regionis inferioris: pro- pe Sanlúcar (Colm.); in Sierra de San Cristóbal circa Puerto de Santa Marta; in loco dicto Zas Canteras ad Puerto Real et ali- bi.—2. Mart., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Regio mediterranea occidentalis feré omnis. TRIB. POLYCARPEE DC. Loeflingia Z. 1.131.—L. hispanica L. Sp pl, pr50 be. Mp. MIA LEC a ea, t. 941 et Preel., p. 299.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 159. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Puerto de Santa María (Bourg.)—0. Apr., Maio. (n. v.) 78 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (391) Ar. geogr. — Hispania centralis et mediterranea, Gallia Narbonensis, Sicilia, Asia minor, Africa borealis. 1.132.—L. gaditana Bovwss et Reut. Pug., p. 23.—Lange, Pug., p. 2905.—Wk. et Lge., 1. Cc. 111, p. 159. Hab. in cultis arenosis regionis inferioris, prope Puerto de Santa Marta (Reuter).—O. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.— Hispania australis. 1.133.—L. micrantha Boíiss. et Reut. Pug., p. 23.—WKk. et Lge., 1. c. m1, p. 159.—L£. hispanica Coss. ap. Bourg. pl. exs. n. 1805 non L. Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Arcos (Reut.); circa Palmones (Nilsson).—0O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania. Polycarpon Z07.. 1.134.—P. tetraphyllum Z. £/. Suppl., p. 116.—Brot., Flor. lus. 1, p. 123.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 220.—Wk. et Lge., l. c. 111, p. 160.—Mollugo tetraphylla L., Sp. pl., p. 89.—4n1hyllis alsinefolia, polygonoides major Barr., Plant. ic. 534! Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis, ru- deratis rupestribusque per omnem provinciam satis frequens. —(. Febr., Jun. (v. v.) £. alsinoides Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 607.—WKk. et Lge., l. c.—P. alsinefolvum DC., Prodr. 111, p. 376.—Boiss., 1. C., PQ: Hab. in arenosis maritimis, ad Castillo de Puntales prope Cádiz! (Lange). (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occi- dentali, Africa boreali, Canariis; var. in Lusitania, regione omni mediterranea, Canariis. (395) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 79 TRIB. SPERGULARIEA Wilk. Spergula Z. 1.135.—S. pentandra Z. Sp. pl., p. 630.—Lam., Jllustr., t. 392, f. 2! —WKk. et Lge., Ke: 11, po 161. Hab. in arenosis regionis inferioris: prope Puerto de Santa Maria (Osbeck, Gutiérrez); circa Sanlúcar (Clem.)— O. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Asia mediterranea, Africa borealis, Canarize. 1.136.—S. arvensis Z. Sp. pl., p. 630.—Lam., Nlustr., t. 392, f. 1! —Brot., Flor. lus. In, p. 214 —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 162. Planta quoad staturam, indumentum, foliorum florumque dimensiones et staminum numerum valde variabilis. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in arenosis cultis incultisque huc illuc frequenter occurrit.—(O. Febr., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia mediterranea, Sibiria, India, Abyssinia, Africa borealis, Canariz. Spergularia Pers. 1.137.—$S. rubra Pers. Syn. I, p. 504.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 163.—A4renaria rubra a. campestris L., Sp. pl., p. 606.—4. rubra Brot., Elor. lus. 1, p. 201. Hab. in regione inferiore, ubi in agris locisque arenosis et ruderatis huc illuc satis frequens.—O, 9. Mart., Jul. (v. v.) B. longipes Lange, Pug., p. 296.—Wk. et Lge., l. c. Hab. in arenosis subhunidis: prope 4rcos; in ditione Je- rez locis Abiertas de Caulima, Arroyo del Zumajo et alibi.— (v. v.) 20 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (396) 7. pingwis Fenzl. in Ledeb., Fl. Ross. 11, p. 165.—Wk. et Lge., les Hab. inter segetes, prope A/gyeciras(Reverch.)—(n. v.) Ar. geogr.—Europa feré tota, Asia temperata, Africa borealis. 1.132,—S. purpurea Pers. Syn. 1, p. 505.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p.167.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 44.—4renaria purpurea DC., Prodr. 1, p. 401. Hab. in arenosis maritimis, inter Gibraltar et San Roque (Dautez).—(O. Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania. Forsan prout suspicatus est cl. Willk., S. diandre synonyma. 1.139.—S. media Pers. Syn. 1, p. 504.— S. media /. heterosperma Fenzl. ap. Ledeb., Fl. Ross. 11, p. 166.—Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 276.— S. marina Wk. et Lee., 1. c. m, p. 165.—Arenaria rubra 2. ma- rina L., Sp. pl., p. 606.—Arenaria marima Brot., Flor. lus. 11, p. 201.—4A/sine marina 5. minor Boiss., Voy. bot. IL, p. 97. Hab. in arenosis maritimis, uliginosis salsis et ruderatis regionis inferioris, ubi frequenter occurrit: prope Sanlúcar (Clem.); circa San Fernando ad Canal de Santi-Petri (Cabrera) et in Dehesa de la Carne; in Gibraltar (Kel.); prope Cádiz (Willk., Colm.); circa 4/geciras (Dautez); ad Laguna de Torrox circa Jerez et alibi.—O vel 2. Mart., Sep. (v. v.) £. marginata Fenzl., 1. c.—Gr. et Godr., 1. c.—S. media Wk. et Lge., l. c., p. 166.— Arenaria marginata DC., Flor. fr. 1v, p. 793.—4. media DC., Prodr. 1, p. 401. Hab. in eisdem locis: circa Puerto de Santa Maria! (Gutié- rrez); in vicinitatibus Cádiz (Duf.); inter San Roque et Algeci- ras (Dautez); prope San Pernando; in loco Zas Marismas inter Jerez et Puerto de Santa Marta et alibi.—(v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa, Asia temperata, Africa boreali; var. per orbem terrarum feré omnem in maritimis diffusa. 1.140.—S. fimbriata Boiss. et Reul. Diog. pl. or. 11, n. 1, p. 94.—Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 167.— Ball., Spic., p. 368.—LZepigonum fimbriatum Lange, Pug., p. 298. Variat ramis tuberculatis v. glabris; foliis aristatis v. bre- (397) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 81 viter mucronatis; seminibus omnibus fimbriato-marginatis, y. apteris et fimbriato-marginatis commixtis. Hab. in arenosis a mare non dissitis: in Gibraltar (Salzm.); circa Cádiz (Fauché, Chape!, Lange, Ball, Winkler), ad Cas- tillo de Puntales; circa Algeciras (Reverch.); prope San Fer- nando; in Joco La Puntilla urbis Puerto de Santa Maria et alibi.—2%. Febr., Apr. (v. v. et s.) Ar. geogr.—Africa boreali-occidentalis, Canariee. Fam. Mollugineze Loss. Glinus Loaf. 1.141.—G. lotoides Z. Sp. pl., p. 663.—Wk. et Lge., 1. c. 1, p. 168.—Portulaca betica, luteo flore, spuria aguatica Barr., Plant. ic. 336! Hab. in herbidis humentibus regionis inferioris, in vicini- tatibus Cadiz (Clem., Duf.)—0. Apr., Jun. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa calidior, Asia tropica et occidentalis, Africa borealis et australis. Fam. Portulaceze Juss. Montia Z. 1.142.—M. minor Gmel. Flor. bad. 1, p. 301.—Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 606.— Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 169.— MY. fontana L., Sp. pl., p. 192 ex parte.—Broft., Flor. lus. 1, p. 124.—M. fontana var. erecta Pers., Syn. 1, p. 111.—M. aqguatica, minor Michel., Nov. pl. gen., p. 18, t. 13, f. 21 Hab. in humentibus regionis inferioris: prope Chiclana (Ro- dríguez).—0. Apr., Jul. (n. v.) Ar. geogr.—Europa, Asia temperata, Africa boreali-occi- dentalis. Portulaca /. 1.143.—P. oleracea L£. Sp. pl., p. 638.—Brotf., lus. 11, p. 257. —WKk. et Lge., l. c. 111, ANALES DE HIST. NAT.—XX. 6 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (398) [02] 1) p. 170.—P. sylvestris Dod., Pempt., p. 650, ic.! —Vulg., Ver- dolaga. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in ruderatis, arenosis argillosisque cultis huc illuc abundat.—O. Maio, Sept. (v. v.) Ar. geogr.—In temperatis et calidis totius feré orbis. ORDO CALYCANTHARUM. Fam. Lythrariese Juss. Lythrum L. 1.144.—L. Salicaria Z. £. gracile DC., Cat. monsp., p. 123.—Wk. et Lge.,1.c. 111, p. 172. Hab. in uliginosis et ad stagnorum margines regionis infe- rioris: prope Puerto de Santa Marta (Gutiérrez) versus Rota; ad A7royo del Albaladejo circa Jerez et alibi.—2. Flor. a Junio ad Septembr. (v. v.) y. tomentosum DC., 1. c.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 213. Hab. in aquosis et ad rivulos regionis inferioris: Ubrique, Alcalá, Conil, Sanlúcar (Clem.!); prope Algeciras (Reverch.); in Dehesa de Gigonza ditionis Jerez et alibi.—(v. v. et s.) Ar. geogr.—Var. 8. in Europa australi; var. 7. in regione calidiore mediterranea. 1.145.—L. maculatum Boiss. et Reut. Diagn., p. 12.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 172. Hab. in humidis regionis inferioris: prope San Fernando et juxta Cádiz (Fauché); circa Sanlúcar (Colm.)—0. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania centralis et australis. 1.146.—L. flexuosum Zag. Gen. et sp., p. 16.—Boiss., Voy. bot. 11, p. 213.—LZ. acutan- gulum Lag., 1. c.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 172.—LZ. Grefert Ten., Flor. nap. 1v, p. 256.—L£L. Preslii Guss., Pl. rar., p. 188. O E A AO (399) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 33 —Polygonum aqguaticum majus Barr., Plant.ic. 773, f. 1!—Vulg. Jopillo. Hab. in regione inferiore, ubi in humidis, paludosis et ad rivulos huc illuc satis frequens.—2%. Maio, Aug. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio omnis mediterranea, Canarize, Madera, Azoricee. 1.147.—L. bibracteatum Sa/zm. Wk. et Lgee., LL c. m, p. 173.—LE. Salzmanni,- Jord. :'Obs. fragm. v, p. 42, t. 2, f. B.— Polygonum aquaticum minus Barr., Mesie.- 173, 1 21 Hab. in humidis regionis inferioris, inter Rota et Puerto de Santa Maria (Bourg.)— 0. Maio, Jun. (n. v.) Art. geogr.—Lusitania, et regio fere omnis mediterranea. 1.148.—L. Hyssopifolia L. Sp. pl., p. 642.—Brot., Flor. lus. 11, p. 244.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 1714.—Vulg. Arroyuelo. Hab. in regione inferiore, ubi in humidis et inundatis per omnem provinciam abundat.—O. Apr., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—In regionibus temperatis orbis fere totius. 1.149.—L. Thymifolia £. Sp. pl., p. 62,.—L. Thym. «. erectum Lange, Pug. 1v, p.335. —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 175. Hab. in humidis et paludosis regionis inferioris: prope Jerez (Clem.) ad 47royo del Albaladejo; inter Castellar et San Rogue et alibi.—0O. Apr., Jun. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio fere omnis mediterranea, Ros- sia australis. Peplis Z. 1.150.—P. Portula Z. £. longidentata J. Gay, Not. sur Endress., p. 38.—Wk. et Lge., Le. up: 146. Hab. in humidis regionis inferioris: in Sera de Palma di- tionis Los Barrios (Reverch.)—0. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa fere omni, Africa boreali. 8i ANALES DE HISTORIA NATURAL. (1007 Fam. Halorageze 2. br. Hippuris Z. 1.151.—H, vulgaris Z. Sp. pl., p: 6.—Wk. et Lee., 1. c. 11, p. 1/8: Hab. in rivulis regionis inferioris, ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez).—2. Maio, Aug. (n. v.) Ar. geogr.—HEuropa feré omnis, Asia borealis et occidenta- lis, America borealis. Fam. Onagrarieze 2//. et /Z00%. TRIB. JUSSIEUEA Endl. Isnardia /. 1.152.—1. palustris £. Sp. pl., p. 175.—Wk. et Lge., 1. c. m, p. 180.— Zudmwigía ni- tida Spr., Syst. 1, p. 445. Hab. ad rivulos regionis inferioris, in Sierra de Palma di- tionis Los Barrios (Reverch.)—4. Jul., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Europa media et uustralis, Asia occidentalis, Africa borealis et australis. TRIB. EPILOBIE Endl. CEnothera /. 1.153.—(E. stricta Ledeb. Hort. Dorp.—Link., Enum. pl. Berol., p. 377.—Wk. et Lge., le. tm, *p+ 1811 Hab. in regione inferiore, ubi in sepibus etin incultis du- mosis subspontanea provenit: in Gibraltar et inter Gibraltar 4401) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 85 et San Roque (Dautez); in ditione J¿mena loco El Españal ad Bocaleones.—(1. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Ex America dicitur oriunda; hodie in Europa meridionali calidiore spontanea facta. Epilobium Ll. 1.154.—E. virgatum /77€s. g. majus Wk. et Lge., 1. Cc. 11, p. 186.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 82. Hab. in paludosis regionis inferioris: prope A/geciras (Nils- son, Reverch.)—2%. Jun., Aug. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Italia, Africa boreali. 1.155.—E. tetragonum Z. Sp. pl., p. 491.—Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 579.—Wk. enbrE. el. Cc: 11 p. 197: Hab. in humidis, ad rivulos et fossas regionis inferioris et montan:e: prope San Rogue (Pourr.); ad Puerto de Santa Maria (Gutiérrez); in ditione Jerez (Clem.) in Dehesa de Gigonza et ad Arroyo del Albaladejo; circa Algeciras ee prope Graza— lema et alibi.—2%. Jun., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa, Asia occidentalis et oboli Africa borealis et australis, Canarise, America borealis. 1.156.—E. parviflorum Schreb. Spicil., Fl. Lips., p. 146.—Gr. et Godr., 1. c., p. 582.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 187.—Z. molle Lam., Dict. 11, p. 475. Hab. in humidis et ad rivulos regionis inferioris et submon- tane: circa Ubrique, prope Jerez et ad Sanlúcar (Clem.); circa Algeciras (Reverch.); ad Huertas de Benamahoma et alibi.—2. Jun., Sept. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarise, Madera, 1.157.—E. hirsutum Z. Sp. pl., p. 491 pro parte.—Gr. et Godr., l. c., p. 582.—Wk. eu Bse.; 10,0 1É p. 188: 85 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (402) Hab. in humidis, prope Sanlicar (Clem.)—2. Jun., Sept. (n. v.) g. villosissamum Koch, Syn. Fl. germ., p. 207. —Wk. et Lge., l. C.—£. hirs. f. intermedium DC., Prodr. 111, p. 42. Hab. in paludosis, ad 47royo del Albaladejo, prope Jerez.— (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia temperata, Africa bo- realis. Occurrit etiam in Abyssinia et ad Prom. Bon. Spei. ORDO MYRTIFLORARUM. Fam. Myrtaceze 2. Br. Myrtus Z. 1.158.—M. communis Z. Sp. pl., p. 673.—Cav., Preel., p. 142.—Laguna, Res. Flor. for. 11, lam. S!— M. communis «. latifolia Wk. et Lge., 1. c. m1, p. 191.—M. detica latifolia et M. detica silvestris Clus., Rar. pl. hist. 1, p. 65 et 66, ic.!—Vule., Murta, Arrayan, Mirto. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in dumetis et nemoribus in solo arenoso preecipue per omnem provinciam satis frequens.—5. Jun., Jul. (v. v.) Ar. geogr.—Europa australis, Asia occidentalis, Africa bo- realis, Madera. Fam. Granateze Don. Punica Z. 1.159.—P. Granatum L. Sp. pl., p. 676.—Wk., et Lge., 1. c. u1, p. 191.—Vulg., G7a- nado. Hab. in sepibus et dumosis regionis inferioris huc illuc subspontanea, et per omnem feré provinciam in hortis vineis- que cuita.—5. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Ex India boreali-occidentali dicitur oriunda; hodie in regione mediterranea facta est spontanea. (403) Perez Lara.—ELORULA GADITANA. 87 ORDO ROSIFLORARUM. Fam. Pomaceze Bartl. TRIB. CAPSULIFERZ. Cydonia T0u7»2. 1.160.—C. vulgaris Pers. Syn. 11, p. 40.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 192.—Pyrus Cydonia L., Sp. pl., p. 687.—Vulg., Membrillo. Hab. in regione inferiore, ubi per omnem feré provinciam in hortis culta, et huc illuc in dumetis et fruticetis humidis subspontanea.—5b. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Spontanea in Oriente; subspontanea et culta in regione omni mediterranea. Pyrus Z. 1.161.—P. communis Z. £. Pyraster Wallr., Sched. 214.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 193. Hab. in dumetis: ad Sanlúcar, Jerez, Ubrique (Clem.)—5. Mart., Maio. (n. v.) y. Mariana Willk., Enum. n. 70.—Wk. et Lge., 1. c.—Vulg., Peruétano. Hab. in dumosis et silvaticis regionis inferioris et montan: in Sierra de Luna supra Algeciras; in Dehesa del Juncoso urbis Arcos; in ditione Jerez ubi preecipue in Dehesa del Palomar et in montibus Garciagos, Jarda et Marrufo satis frequens.— (v. v.) : Ar. geogr.—Spec. in Europa media et australi, Asia occi- dentali. | Sorbus Z. 1.162.—S. Aria Crantz. Flor. austr. 1, p. 86.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 195.—Crategus 88 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (404) Aria «. L., Sp. pl., p. 681.—Cav., Preel., p. 493.—Pyrus Aria a. 0btusifolia DC., Prodr. 11, p. 636.—Vulg., Mostajo. * Hab. in rupestribus dumosis regionis subalpinee: in cacu- mine montis Sierra del Pinar! inter Grazalema et Benamahoma (Clem., Laguna!)—5. Maio, Junio. (v. v. ets.) Ar. geogr.—Europa tota, Asia occidentalis, Canari,e. TRIB. DRUPIFERZE. Crateegus L. 1.163.—C. Maura Z. /l. Suppl., p. 253.—Wk. et Lge., l. c. 11, p. 198.—Debeaux, Flor. Gibr., p.80.—C. Maroccana Webb, Iter., p. 48.—Ozyacan- ¿ha angustifolia non spinosa Barr., Plant. ic. 564! Hab. in rupestribus regionis inferioris, in monte Peñón de Gibraltar (Webb., Willk., Kel., Dautez).—5. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Mauritania. 1.164.—C. brevispina Aunze. Chlor., n. 592.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 198.—WilIk., lustr. Flor. Hisp. 1, p. 70, t. 47!—Debeaux, Flor. Gibr., p. 80. Hab. in dumosis regionis inferioris et submontanee: circa San Roque, in collibus prope Algeciras et in Sierra de Palma ditionis Los Barrios (Willk., Reverch.); in montibus prope Algeciras et circa Tarifa (Laguna).— 5. Mart., Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Hispania austro-orientalis, Baleares. 1.165.—C. monogyna Jacy. Flor. austr. 111, p. 50, t. 292, f. 1! —WKk. et Lge., 1. c. m, p. 199. —Mespilus Ozyacantha DC., Flor. fr. 1v, p. 433.—Vulg. Espino majoleto. | Hab. in regione inferiore et montana, ubi in sepibus, du- metis et silvaticis per omnem feré provinciam abundanter occurrit.—5. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.— Europa fere omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. (405) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. $9 1.166.—C. Oxyacantha Z. Sp. pl., p. 683.—Jacq., 1. c., t. 292, f. 21 —Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 199.—Mespilus oxyacanthoides DC., Flor. fr. 1v, p. 433. Hab. in dumosis regionis inferioris et montanee: in Cerro de San Cristóbal prope Grazalema (Clem.); circa Medina (Bourg) —5. Mart., Apr. (n. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. Fam. Sanguisorbeze 7orr. el Gr. Alchemilla Z. 1.167.—A. microcarpa Boss. et Reut. Dias, Dn. 19.—Wk. et Lge.;1..C111, p: 202: Hab. in arenosis regionis inferioris, prope Chiclana (Win- kler).—(O. Apr., Maio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Gallia. Poterium Z. 1.168.—P. dictyocarpum Spac/. Ann. Sc. Nat. v, p. 34.—WKk. et Lge., 1. c. 111, p. 203. — P. sangwuisorba L. ex parte. Hab. in rupestribus regionis montan*e, in montibus supra Grazalema (Clem.)—2. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Europa fere omnis, Asia temperata, montes re- gionis mediterraneze. 1.169.—P. verrucosum Z/renb. Cat. pl. Hort. Berol. 1829. —Spach 1. c., p. 39. —Wk. et Lge., l. c. 11, p. 205.—P. mauritanicum var. a. Boiss., Voy. bot. 11, p. 205.—Wk. et Lge., 1. c., p. 204.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 79. Hab. in arenosis et argillosis cultis incultisque regionis in- ferioris, ubi frequenter occurrit: prope San Rogue (Willk., Dautez); circa Cádiz (Elizalde); ad Sanlúcar (Colm.); circa A/- geciras (Reverch.); in ditione Jerez locis Olivar de Parpalana, montes de Torrox et alibi.—2%. Apr., Maio. (v. v.) 90 ANALES DE HISTORIA NATURAL.» (406) £. Magnolii Ball, Spic., p. 444.—P. Magnolii Spach, 1. c., p. 38. —Wk. et Lge., 1. c., p. 205! —P. mauritanicum f. Boiss., Voy. bot. 1. c.—Vulg. Perifollo. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in collibus, pra- tis, herbidis et ad vias per omnem provinciam satis frequens. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, regio mediterranea feré omnis, Ma- dera, Canarize. 1.170.—P. multicaule Boss. et Reut. Pug., p. 44.—Ball, Spic., p. 445.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 204. Hab. in arenosis dumosis regionis inferioris: prope 47cos et ad radices montis Silla de la Reina supra San Rogue (Reut.); in Pinar de la Dehesilla circa Chiclana; prope Vejer ad Cabo de Trafalgar.—24. Mart., Apr. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania austro-occidentalis, Mau- ritania Tingitana. 1.171.—P, rupicolum Boiss. et Reut. Pug., p. 45.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 204.—P. ancistroides Guir., pl. exs. non Desf. Hab. in rupestribus calcareis regionis montane: in Cerro de San Cristóbal supra Grazalema (Reut.); in Sierra del Pinar prope Benamahoma.—2%. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania centralis et australis. Agrimonia L£. 1.172.—A. Eupatoria Z. Sp. pl., p. 643.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 207.—Agrimonta sive Eupatorium Dod., Pempt., p. 28, ic... —A.oficinarum Quer, Flor. esp. 11, p. 195, t. 25! (mala). Hab. in pascuis, herbidis, dumosis et silvaticis regionis inferioris et montane: circa Ubrique (Clem.); ad Sanlúcar (Colm.); prope San Rogue (Dautez); in vicinitatibus Jimena; in ditione Jerez locis Garganta del Caballo, Convento del Valle, Fuente de la Vaquera, Dehesa de GFigonza et alibi.—2%. Maio, Julio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa tota, Asia borealis et occidentalis, Afri- ca borealis, Canarise, Madera. (107) Perez Lara.—FLORULa GADITANA. 91 Fam. Rosaceze Juss. TRIB. ROSEE DC. Rosa £. 1.173.—R. sempervirens L. Sp. pl., p. 704.—Desegl., Ess. Monogr., p. 15, n. 1.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 209! —Vulg. Rosal bravio. Hab. in regione inferiore, ubi in dumosis et silvaticis per omnem provinciam satis frequens. In montibus Garcisobaco, Jarda, Marrufo et alibi ditionis Jerez abundat.—5. Apr., Maio. (v. v.) , Ar. geogr.—Europa australis, Africa borealis. ].174.—R. gallica £. Sp. pl., p. 704.—Gr. et Godr., Flor. Franc. 1, p. 552. Hab. in collibus siccis et in arvis regionis inferioris: prope Sanlúcar (Clem.); in ditione Jerez locis Haza de los rosales ad Rancho de Zarpa, Cerro del Hinojal ad viñas de Torrox, Olivar de Parpalana, ad ripas fluvii Guadalete circa El Portal et ali- bi.—5. Apr., Maio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa media (¿et australis?), Asia occidentalis. ¿Es esta especie indígena, ó ha sido introducida por el cul- tivo en el territorio gaditano? Difícil creo la prueba para afirmar 6 negar tanto el uno como el otro extremo; pero las condiciones en que vive; los lugares, bastante apartados unos de otros, en que la he halla- do; su abundancia, y hasta el nombre de Haza de los rosales con que se distingue uno de los sitios habitados por ella, con exclusión de otra especie de rosa, nombre que se remonta á tiempos bastante lejanos, según he visto de un modo feha- ciente, inclinan á considerarla como espontánea en esta co- marca. 1.175.—R. canina L. Sp. pl., p. 704.—Wk. et Lee., l. c. 111, p. 214! —R. lutetiana Lem., Bull. Philom. 1818. Hab. in dumosis regionis inferioris et montane: in ditione 92 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (408) Jerez (Clem.); ad Santúcar (Colm.); in montibus circa Graza- lema et alibi.—>. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—HEuropa ferée omnis, Asia occidentalis, Africa borealis, Canarieze. 1.176.—R. Pouzini 77att. Monogr. Ros. 11, p. 111.—WKk. et Lge., 1. c. 11, p. 215!— R. hispantica Boiss. et Reut., Pug., p. 44.—R. canina var. mihi olim. Hab. in dumetis regionis inferioris, prope Ubrique ad Peñon de Merino.—5. Maio, Junio. (v. v.) Ar. geogr.—Europa austro-occidentalis. Debo la clasificación rectificada de esta rosa á la amabilidad de los Sres. Willkomm y Crépin que, atendiendo mis deseos, han examinado ejemplares de todas las especies de rosas re- cogidas por mi en la provincia de Cádiz. TRIB. RUBEZE Lange. Rubus L. 1.177.—R. discolor JVeihe et Vees. Rub., p. 46, t. 20.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 220.—R. frutico- Sus Smith., Engl. bot., t. 715! non L. Hab. in sepibus regionis inferioris: in Fibraltar (Kel., Dau- tez); prope 4 /geciras (Dautez).—5. Maio, Julio. (n. v.) 5. amenas.—R. amenas Portenschl. Enum. pl. Dalm.—Lange, Pug., p. 341.—Wk. et Lge., l. c. 1, p. 220. —Debeaux, Flor. Gibr., p. 78.—Vulg. Z4r20-MO0'0. Hab. in regione inferiore et montana, ubi in sepibus, du- metis locisque silvestribus humidiusculis per omnem provin- ciam vulgatissimus. (v. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa australi, Asia occidentali, Afri- ca boreali, Canariis, Madera. 1.178.—R. ulmifolius Schott. In Isis (1818) fasc. v, p. 821.—DC., Prodr. 11, p. 560.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 224.—Debeaux, Flor. Gibr., p. 78. Hab. in monte Gibraltarico (Schott); in regione G¿0raltar (Dasoi ex Gandoger et Debeaux).—5. (n. v.) (409) Perez Lara.—FLORULA GADITANA. 93 TRIB. FRAGARIE/Z Lunge. Potentilla /. 1.179.—P. reptans L. Sp. pl., p. 714.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 229.—Quinquefolium majus Dod., Pempt., p. 116, ic.! Hab. in pascuis pratisque humidis regionis inferioris et montane: prope Sanlúcar (Colm.); in ditione Jerez locis La Catalana, Arroyo del Albaladejo, Dehesa de Gigonza et alibi.— 4. Flor. a Apr. ad Jul. (v. v.) 6. minor DC., Prodr. 1, p. 574.—Planta omnibus partibus mi- nor, foliis breviter petiolatis. Hab. in lapidosis regionis montane, in Sierra del Pinar su- pra Benamahoma. (v. v.) Ar. geogr.—Europa feré omnis, Asia temperata, Africa bo- realis, Abyssinia. 1.180.—P. tormentilla Vest?. £. elatior Lehm., Rev. Potent., p. 176.—Debeaux, Fl. Gibr., p. 719.—Tormentilla divergens Reichb. in Bot. Zeit., n.” 15, p. 263 (1843). — P. divergens Rouy in Bull. Soc. bot. Fr. XXXIV, p. 436. Hab. in silvaticis regionis inferioris, in 52erra de Palma di- tionis Los Barrios (Reverch.)—2;. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Spec. in Europa presertim septentrionali et media, Sibiria, Azoricis. TRIB. SPIRAEA DC. Spirxa Z. 1.181.—S, flabellata Guss. Plant. rar., p. 205, t. 40! —Lange, Pug., p. 338.—Wk. et Lge., 1. c. 111, p. 242 —Debeaux, Flor. Gibr., p. 79.—S. crenata Cav., Preel.. p. 503 non L. Hab. in rupestribus dumosis regionis inferioris, in Sierra Carbonera prope San Rogue (Reverch.)—5. Maio, Junio. (n. v.) Ar. geogr.—Lusitania, Hispania, Italia australis. 91 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (110) Fam. Amygdalacese (. Don. Amygdalus L. 1.182.—A. communis L. Sp. pl., p. 677.—Lam., lll. gen. t. 430, f. 2! —Wk. et Lge., l. c. uu, p. 242.—Vulg. Almendro. Hab. in regione inferiore huc illuc culta, etin sepibus et ad vinearum margines subspontanea.—5. Jan., Febr. (v. v.) Ar. geogr.—Spontanea in Asia occidentali; subspont. et culta in regione omni mediterranea. Prunus /. | 1.183.—P. spinosa L. Sp. pl., p. 681.—Wk. et Lge., 1. c. 11, p. 245.—Vulg. Zndr:- no, Gruño. . Hab. in rupestribus dumosis regionis montane: in Dehesa Boyar circa Grazalema (Ciem.); in Sierra del Endrinal et in faucibus montium ad Benaocaz.—1). Febr., Mart. (v. v.) Ar. geogr.—Europa omnis, Asia occidentalis, Africa borealis. CATÁLOGO PROVISIONAL DE LAS HORMIGAS DE ANDALUCÍA. POR DON MANUEL MEDINA Y RAMOS. (Sección de Sevilla. — Sesión del 8 de Noviembre de 1890.) El estudio de la fauna himenopterológica de España se en- cuentra desgraciadamente bastante descuidado por parte de los distinguidos entomólogos que hay en nuestra patria, á causa de que la mayor parte de los que á este género de estu- dios se consagran han aplicado su inteligencia y laboriosidad a otros órdenes de insectos, especialmente á los coleópteros, lepidópteros, hemipteros y ortópteros. Son muy escasas, por tanto, las publicaciones referentes á nuestra peninsula del interesante orden de los himenópteros, reducidas á las he- chas por los Sres. Gogorza y Cuni, diligentes consocios, al primero de los cuales se debe el estudio de la brillante fami- lia de los Crisídidos madrileños, y al segundo numerosas no- tas y catálogos de los himenópteros catalanes. Hay que recurrir, pues, á las publicaciones extranjeras y á los naturalistas de otros paises para encontrar algunos datos sobre nuestra propia fauna en lo referente al grupo de que nos ocupamos. Y esto que decimos de los himenópteros de España en ge- neral es aplicable y en mayor grado al difícil grupo de las Hormigas, pues ningún naturalista de la península, que se- pamos, se ha consagrado al estudio de esta importante fami- lia, digna de la observación más atenta, por sus interesantÍ- simas costumbres y biología. 96 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) Dedicados hace dos años á recolectar y estudiar los hime- nópteros, y especialmente las Hormigas de esta región espa- ñola, hemos podido comprobar algunas observaciones de las que se consignan en las obras clásicas que de estas cuestio- nes se ocupan. Entre ellas figura en primera línea la bella monografía del sabio mirmecólogo francés M. Ernest An- dré (1), que nos ha permitido determinar las especies que he- mos recogido y que figuran en el presente catálogo. Como no tenemos la pretensión de creer que nuestro tra- bajo sea un estudio completo, sino el punto de partida de nuevas observaciones que podremos jr sumando á las ya re- cogidas, le hemos llamado Catálogo provisional. Al publicarlo no nos guía otro propósito que el de ir dando á conocer, según lo permitan las investigaciones, todos los datos que reunamos sobre la fauna de los himenópteros de Andalucía. El presente catálogo es, por tanto, el primero de los que su- cesivamente nos proponemos ir redactando sobre las distintas familias de dicho orden. La mayor parte de los ejemplares que poseemos en nuestra colección particular han sido recogidos por nosotros mismos en la provincia de Sevilla. Debemos á la generosidad de ami- gos y consocios tan queridos como los Sres. Calderón, Paúl, Garcia Núñez, del Río, Cala, Seras y otros, ejemplares proce- dentes de las provincias de Cádiz, Huelva, Córdoba, Granada y Málaga. Séanos permitido enviarles desde aquí la expresión de nuestra gratitud por haber coadyuvado en gran manera á la realización de este modesto trabajo. Siendo el estudio de las hormigas uno de los más difíciles de la entomología, natural era que surgieran, al tratar de cla- sificarlas, frecuentes dudas motivadas, no tan solo por la causa expuesta, sino por hallarnos alejados de los centros donde, existiendo numerosas obras y tipos de comparación, esta clase de trabajos pueden hacerse con suficientes medios y en con- diciones favorables. La resolución de estas dudas la debemos á la amabilidad del ya citado M. E. André, el cual se ha pres- tado siempre con gusto y solicitud á estudiar los ejemplares que le hemos enviado en consulta, por lo cual le debemos una (l) ANDRÉ: Species des hymenopteres d'Burope et 4” Algérie, t. 1, 1882 4 1886. 3) Medina.—HORMIGAS DE ANDALUCÍA. 9 profunda gratitud que nos complacemos en hacer pública en la ocasión presente. En este catálogo figuran, no tan solo las especies que guar- damos en nuestra colección y las del Museo de la Universi- dad de Sevilla, sino aquellas que se consignan en la citada monografía del Sr. André y en la obra clásica de Rosen- hauer (1), como procedentes de localidades andaluzas. Réstanos tan solo, para terminar esta breve introducción, dirigir una súplica á los entomólogos españoles, súplica en- caminada á conseguir de su amor á este género de estudios, que nos ayuden remitiéndonos cuantes especies de hormigas recojan en sus excursiones, en vista de cuyos ejemplares po- dríamos realizar un día el catálogo de las de España. Segu- ramente la ciencia les sería deudora una vez más de haber cooperado á esclarecer transcendentales problemas referentes á un grupo interesante en todos respectos, y del cual todavía falta muchísimo que saber, no obstante la extraordinaria va- lía y perseverancia de los naturalistas que á él se han de- dicado. NoTA. A continuación del nombre de la especie van indi- cados los signos de los sexos que poseo en mi colección. Fam. Formicidos. GÉN. Camponotus Mayr. 1. (C. micans .Vyl. $9. Alcalá de Guadaira!, Huelva (Seras!),'“Sevilla!, Fuente-Piedra (Calderón!), Hornachuelos (García Núñez!), Huévar (Paúl!), Morón (Calderón!), Cazalla (Río!). Los sexos alados se pueden obtener en el mes de Septiembre. (D) Die Thiere Andalusiens, Erlangen, 1856, ANALES DE HIST. NAT.—XX. 2 £8S wo QQ ANALES DE HISTORIA NATURAL. (4) . cruentatus ZLalr. $. Granada, rara (Rosenhauer), Fregenal (Sánchez-Arjona!). . sylvaticus Ol. 49 g. Sevilla!, Alcalá de Guadaira!, Utrera (Quintero”), Huévar (Paúl), Morón (Calderón!), Ronquillo (García!), Constantina!, Cantillana (Calderón!) , Fuente-Piedra (Calderón!), Hornachuelos (García Núñez!). Los sexos alados desde Marzo á Septiembre. . sylvaticus 0O/., var. sylvatico-ethiops Forel. $. Andalucía (Rosenhauer), Cazalla (Río!). . Foreli Em. ó. Utrera (Quintero), Cazalla (Río!), Hornachuelos (García Núñez)). Esta especie solo está citada de Cataluña y Argelia. . lateralis 0O/. $ 9 «7. Sevilla!, Huévar (Paul!), Constantina!, Cazalla (Río!), Calañas (Calderór!), Hornachuelos (García Núñez). Sexos alados en Abril, Mayo y Junio. . lateralis 0O/., var. Dalmaticus Ny]l. %. Hornachuelos (García Núñez!). Gin. Colobopsis l/ayr. . truncata Spin. Q. Cazalla (Río), Agosto. Especie muy rara. GÉN. Myrmecocystus JVesmace!l. 7. M. viaticus Fab. ó. Sevilla!, Huévar (Paúl!) Benacazón (Centeno!) Pedroso (Calde- rón!), Guadalcanal (Calderón), Aracena (Sánchez Dalp)), Horna- chuelos (García Núñez), Granada (Rosenhauer, Lazal). Muy común en toda Andalucía. 5) Medina.—HORMIGAS DE ANDALUCÍA. 99 M. viaticus 7”., var. niger André. 9. Pedroso!, Constantina!, Cazalla (Río!), Hornachuelos (García Núñez!), Calañas (Calderón). 8. M. albicans Roger., var. viaticoides André. $. Sevilla!, Benacazón (Centeno!), Guadalcanal y Cazalla (Río), Morón (Calderón!). Común. 9. M. cursor Fonsc. Q y. Huéyar (Paúl!), Hornachuelos (García Núñez!). Junio y Julio. Los ejemplares que poseo son notables por su color bastante claro. GÉN. Formica Lin. INE. fusca' £: O: Sevilla!, Morón (Calderón!). 11. F. rufibarbis Fab. Y y. Constantina!, Hornachuelos (García Núñez!). Junio y Julio. 12. F. subrufa Roger. Q Y. España meridional (André), Dos-Hermanas!, Coria!, Cazalla (Río!), Constantina!, Calañas (Calderón!), Hornachuelos (García Núñez!). Sexos alados en Abril. 13. F. nasuta Vy/l. $. Guadalcanal (Calderón!). Especie citada de Madrid por el Sr. André. Es muy rara. GÉN. Lasius Fab. 14? L. niger L. 9205. Málaga (Rosenhauer), Sevilla! Cazalla (Río!), Constantina!, San Fernando (Quintero!), Calañas (Calderón!), Hornachuelos (García Núñez!). Sexos alados en Junio y Julio. Especie muy común. 100 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) 15. L. alienus Ferst. Q. Sevilla! Mayo. Gún. Plagiolepis May”. 16. P. pygmea Zar. o. Sevilla!, Cazalla (Río!). GÉN. Bothriomyrmex Zmery. 17. B. meridionalis Roger. %. Constantina!, Morón (Calderón), Cazalla (Río!). Debajo de las piedras. GÉN. Tapinoma Ferster. 18. T. erraticum Zatr. $ 9 y. Sevilla!, Málaga, Córdoba, Cádiz y Huelva. Muy común. Sexos alados en Abril, Mayo y Junio. T. erraticum Zatr., var. nigerrimum Nyl. Q: Constantina! Abril. £ Fam. Ponéridos. GEN. Anochetus lay”. 19. A. Ghilianii Sp. $. Andalucía (André). GEN. Ponera Zatr. 20. P. punctatissima Roger. ?. Sevilla! Septiembre. Muy rara. ) Medina.—HORMIGAS DE ANDALUCÍA. GEN. Proceratium PForel. 21. P. europzum /orel. Q. Sevilla! Octubre. Especie descrita recientemeute. Muy rara. Fam. Mirmicidos. GÉN. Strongylognathus l/ayr. 22. S. Huberi Porel, var. afer Em. Q. Sevilla! Octubre. En un nido de Tetramorium coespitum L. Especie muy rara. GÉN. Tetramorium JlZayr. 23. T. cespitum Z. 9 2 7. Seyilla!, Algeciras (Rosenhauer). Común en toda Andalucía. Sexos alados en Junio. T. cespitum Z., var. meridionale Em. $. Sevilla! Común en toda Andalucía. GÉN. Leptothorax Mayr. 24. L. tuberum Fab. ó. Morón (Cala!). GEN. Myrmica Zatr. 25. M. rugulosa yl. $. Cazalla (Río!). Especie rara. 101 de 28. 30. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) GÉN. Gardiocondyla Zmery. C. elegans Em. $. Morón (Cala!). GÉN. Monomorium. ayr. M. Salomonis Z. 7. Benacazón (Centeno!), Maro, Málaga (Chaves!). Especie no citada de España. Muy rara. GEN. Apheenogaster Mayr. A. Hispanica Andre. 9? g. Sevilla! Noviembre, Huévar (Paúl!), Morón (Cala)). Especie solo citada de Madrid. Muy rara. Dos % recogidas en Morón creo deben pertenecer á esta espe- cie, de la cual solo se conocían los sexos alados. A Dbarbara LO ic Sevilla!, Huelva, Córdoba, Málaga, Cádiz y Granada. Especie muy común en toda Andalucía. Los sexos alados en toda la primavera y el verano. A. barbara ZL., var. meridionalis. %. Alcalá de Guadaira! A. structor Latr. 4 9. Sevilla!, Huelva (Seras!). Frecuente, aunque menos que la anterior. Sexos alados en Agosto. A. striola Roger. $ 9. Sevilla! Constantina! Sexos alados en Agosto. A. subterranea Zalr. %. Constantina! Muy rara. (9) Medina.—HORMIGAS DE ANDALUCÍA. 103 33. A. pallida Vy/. $ 4. Benacazón (Centeno!), Carmona!, Huévar (Paúl!). Sexos alados en Septiembre. Rara. 34. A. splendida Zoger 9. Málaga (Gracián!). Septiembre. 35. A. testaceo-pilosa Lucas. $ ”. Sevilla! Muy común en toda Andalucía. Sexos alados en Agosto. 36. A. sardoa May?r., affinis. $. Constantina! Un solo ejemplar muy parecido á la A. sardoa, probablemente especie ó raza nueva. GEN. Pheidole IVestiwood. 37. Ph. megacephala 7Vab. España meridional (André). Rosenhauer la cita como abundante en el campo y en las casas, en la provincia de Cádiz. Yo, sin embargo, solo poseo ejemplares de Portugal. 38. Ph. pallidula Vy/. $492. Sevilla! Muy común en toda Andalucía. Sexos alados en Junio, Julio y Agosto. He observado esta hormiga ordeñando pulgones en la Mentha sativa L., contrariamente á lo que hasta hoy se venía asegurando. GEN. Solenopsis JVestivood. 39. $. fugax Zatr. OZ. Sevilla!, Huévar (Paúl!), Cazalla (Río!). Sexos alados en Septiembre, Octubre y Noviembre. GÉN. Cremastogaster Sund. 40. C. scutellaris 0/. 99H. Sevilla!, Huelva (Seras!), Fregenal (Sánchez-Arjona!). Muy común en toda Andalucía. Sexos alados de Abril á Noviembre. 104 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (0, C. scutellaris 0O/., var. Auberti Em. ó. Sevilla! Común en toda Andalucía. 41. €. sordidula Vy/. 9 9 g. Sevilla!, Constantina!, Morón (Calderón!) Hornachuelos (García- Núñez!). Sexos alados en Abril. Gs. Phacota Roger. 42. Ph. Sicheli Roger. $. Málaga (Roger). NUEVAS ESPECIES DE EUMÉNIDOS DE ANDALUCÍA, POR DON MANUEL MEDINA Y RAMOS. (Sección de Sevilla. — Sesión del 12 de Diciembre de 1890.) Rhygchium Ceperoi, sp. nov. Q Capite thoraceque nigris, rugoso-punctatis, glabris: clypeo, macula inter antennas, altera pone oculos mandibulisque ferru- gineis. Pronoto, callis, tegulis, seutello et postscutello ferrugi - neis. Alis infuscatis. Abdomine nigro: segmentis 1-2 Jerrugi- neis, segmento secundo maculis tribus nigris instructo. Pedibus JFerrugineis: coxis trochanteribusque nigris. Long. 14 mm. ¿y desconocido. Patria: Chiclana (Cádiz). Cabeza negra, rugosa, profundamente punteada. Epistoma ferruginoso, escotado y débilmente punteado. Antenas con el escapo ferruginoso y el funículo pardo-oscuro por encima y ferruginoso por debajo, excepto los dos primeros artejos, que son ferruginosos por completo. Una mancha entre las ante- nas ferruginosa; otra mancha en las órbitas internas de los ojos, y por detrás de estos, del mismo color. Mandíbulas dentadas, ferruginosas. Tórax negro, rugoso, punteado, con el pronoto, una mancha bajo las alas anteriores, las escá- 106 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) pulas, el escudete, el postescudete, y una mancha á cada lado del metatórax ferruginosos. Alas ahumadas; estigma y venas oscuros. Abdomen negro, excepto sus dos primeros seg- mentos, que son ferruginosos: el segundo se halla provisto de tres puntos negros, uno en la parte media de la base del segmento y dos en las laterales de la porción apical del mismo. Vientre negro; los dos primeros segmentos ferruginosos por completo; el tercero con dos pequeñas manchas también fe- rruginosas, una á cada lado. Patas ferruginosas, excepto las caderas y los trocánteres que son negros. Todo el insecto está completamente desprovisto de pelos. El único ejemplar Q que poseo en mi colección lo debo á la amabilidad de nuestro distinguido consocio D. Adolfo López Cepero, de Chiclana, al cual dedico la especie, como débil prueba de agradecimiento por los numerosos himenópteros recogidos por él mismo en la mencionada localidad y que ha tenido la bondad de cederme. La especie en cuestión se distingue bastante bien de la única del mismo género citada hasta hoy de Europa en la clásica obra del Sr. André (1), puesto que el R2ygchium ocula- tum Fabr. tiene el epistoma truncado en su extremidad, no escotado y el abdomen manchado de amarillo. Guardo varios ejemplares y y Q en mi colección de esta última especie pro- cedentes de Huévar (Sevilla) y recogidos por nuestro diligente consocio D. Manuel de Paúl. Odynerus Buyssoni, sp. nov... Q Grupo del Odynerus simplex. Caputnigrum, glabrum, crasse-punctatum: clypeo nigro, parte posteriore flava: mandibulis fulvis: antenmis nigris, scapo su- perne favo. Thoraz niger, glaber, puncitatus; pronolum RISTUM, Jascia anteriore flava interrupta: mesonotum omnino nigrum: (3) Species des hymeénopteres d' Europe et d'Algérie, tomo 11, pág. 616 y siguientes. (3) Medina.—EUMÉNIDOS DE ANDALUCÍA. 107 tegulis et maculis infra-alaribus favis: scutellum flavum: post- scutellum nigrum, crenatum. Metathoraz niger utrinque macu- lis duabus favis, angulis posterioribus denticulatis el argenteo- pubescentibus. Pedes flavi: coxis, trochanteribus el femorum basi nigris. Ale leniter infuscate; stigma et nervis piceis. Abdomine nigro, glabro, punctato: segmento primo fascia flava, medio emurginata: segmento secundo favo-marginato, maculis duabus ñavis instructo: tertio et quarto postice favo-marginatis; cete- ris nigris; segmento secundo ventrali favo-marginato. Long. 7 mm. y desconocido. Patria: Cazalla (Sevilla); Agosto. Cabeza negra, punteada. Epistoma negro, con su parte pos- terior amarilla. Mandíbulas rojas con la base negra. Antenas negras; escapo amarillo por encima. Tórax negro, lampiño, punteado. Pronoto negro, truncado, con una banda anterior amarilla, interrumpida débilmente en su parte media. Meso- noto negro por completo. Escápulas y una mancha por de- bajo de las alas anteriores amarillas. Escudete amarillo. Post- escudete negro, acanalado y separado de los ángulos supe- riores del metatórax por uma hendidura. Metanoto negro con los lados manchados de amarillo: ángulos inferiores den- tiformes y ligeramente cubiertos de pubescencia argentina. Patas amarillas: caderas, trocánteres y base de los muslos negros. Alas ligeramente ahumadas; estigma y venas oscuros. Abdomen negro, lampiño, punteado: primer segmento con una banda amarilla en la parte posterior ó apical, escotada en su centro; segundo segmento bordeado de amarillo y con dos pequeñas manchas del mismo color, aisladas, á los lados; ter- cero y cuarto segmentos con una pequeña franja amarilla en su borde posterior, los siguientes negros. Segundo segmento ventral con una banda amarilla marginal, los demás negros. El único ejemplar Q que poseo de esta especie lo debo á mi querido amigo D. Carlos del Río y procede de Cazalla (Sevilla) donde fué recogido en el mes de Agosto. Dedico esta especie al ilustre himenopterólogo francés, el señor vizconde Roberto du Buysson, como testimonio de pro- funda gratitud. Er SES no cod E IN pi 5d cs dit 13 AN Ma de A . vo a ÓN el Pe Abed e Oe sp art nde, sb e q ra : at e eos al a DON TS y alii Td A ad a WEE e: 180 Pista, see ¿rie 0d AURA qee: UN DIA! E ea A a ¡Na Pta A ¡ % da Dl a AA AE dd de NG e ¿OLEA di ¡eS HO eS : dicgbsd, Pe 5 cs poli A bes ¿900 A coli ESA e Ji q sE > CO EA oax ES A ei Had A 2 ' pao: 10 de o | pod AñO Rd TILA dl a Deo Wpd ESTA «cha E AS Lo: EN UL Apdo 405%) E pita? AEB DIA RE SORA sai JUE OA SA. Ear ES o AA 40! ¿8 atada) ; Miro EEES DEN Dt 0: HU EN Ñ SA e A fi p ' A Ñ ; AS A AOS LAMAS deu as ARI FE AUN eE AAA Ds (EAS. 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El primer estudio publicado que existe sobre los lepidópte- ros puerto-riqueños está en el diario entomológico de Stettin (Steltiner Entomologische Zeitung) 1877, páginas 233-245, con (1) Véanse para las Partes primera, segunda, tercera, cuarta, quinta y sexto, los to- MOS VII, páginas 135 y 313; x, pág. 305; x11, páginas 5 y 41; y xvr, pág. 115. Léase lo que he dicho en la Introducción á los Insectos en la pág. 317 de estos Apun- tes, ósea pág. 137 del tomo xvI, 1887, de los ANALES. 110 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (412) el título «Mariposas diurnas (Zagschmetterlinge) de Puerto- Rico», recogidas por el cónsul Krug y ordenadas por el doc- tor H. Dewitz, empleado del Museo Zoológico. El segundo es- tudio es también del mismo sabio, y está en Comunicaciones de la Sociedad Entomológica de Munich (Mitteilungen des Miúnchener entomologischen Vereines) 1, 1877 páginas 91-96, con el título «Mariposas crepusculares y nocturnas de Puerto- Rico» (Dimmerungs-und Nachifalter von Portorico). El doctor Dewitz publicó solamente los «Bombices de las nocturnas.» Este sabio no pudo continuar con el estudio de las Noctui- das, etc., por trabajos precisos del Museo, pero buscó y en- contró al principio del año 1888 un conocido especialista en lepidópteros nocturnos, el Sr. H. B. Móschler. Este encargó al Sr. M. Saalmiller. de Bockenheim (Frankfurt sur Mein) la publicación del manuscrito de su disertación en el periódico «Actas de la Sociedad de Historia natural de Senckenberg» (Abhandlungen der Senckenbergischen naturforschenden Gesells- chaft). Móschler murió antes de haber mandado el manuscrito, pero la familia lo remitió al Sr. Saalmúller, y estaba conclul- do, pues faltaba solamente agregar los suplementos, la nume- ración, varias citas de autores y los indices. El Sr. Saalmúller agregó una lámina con 25 especies. La disertación está en el periódico citado, desde la página 69 á la 360. Comparando las especies puerto-riqueñas con las de la isla de Cuba de mi colección, que fué clasificada por el Doctor Herrich-Schaeffer (exceptuando los microlepidópteros, pues el doctor murió), he podido nombrar muchísimas especies, que casi todas resultaron correctas. El Sr. Móschler menciona en cada especie nombrada por mí la página de mi «Contribu- ción á la Entomología cubana», impresa en pliegos separados con los «Anales de la Academia de Ciencias médicas, físicas y naturales de la Habana», y agrega la planta en que he ob- servado la oruga. El Sr. Saalmiller publicó también en las páginas 347 á 354 una enumeración de las especies de Puerto- Rico y Cuba. Son 419 géneros con 935 especies, de las cuales 622 son de Puerto-Rico. He puesto en la sinonimia las citas de las obras que tratan sobre las dos islas, Puerto-Rico y Cuba, y las que más ó me- nos tienen relación con ellas. He usado las abreviaturas si- vcuientes: - (413) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 11 Boisd., Sph.—Boisduval, Sphingides, Sesiides et Castniides, 1874. Boisd., Agar.—Boisduval, Monosraphie des Agaristides, 1874. Boisd. et Lec.—Boisduval et Leconte, Histoire générale et iconographique des lépidopteres et des chenilles de 1 Amérique septentrionale, 1833. Berg.—Berg en Deutsche entomol. Zeitschrift. Pyralididee Argentini, 1875. Burm.—Burmeister, Systematische Uebersicht der Sphingide Brasiliens, 1856. Butl,, Cat.—Butler, Catalogue Fabricius, 1870. Butl., 11.—Butler, Ilustrations of typical Specimens of Lepidoptera at the British Museum. Butl., Proc.—Butler, Proceedings of Zoological Society of London. Clem. edit. Staint.—Clemens, Tineidee of North-America. Cram. ó Cr.—Cramer, Papillons exotiques, 1779-1782. (Véase Stoll.) Dewitz.—Dewitz, Tagschmetterlinge von Portorico, 1877. Dewitz, Dámm.— Dewitz, Dámmerunes und Nachtfalteer von Portorico, 1877. Doubl.—Doubleday, The genera of Diurnal Lepidoptera continued by Westwood, illustrated by Hewitson, 1846-1850. Dr. ó6 Drury.—Drury, lllustrations of Natural History, 1770-1782. Hy. Edw.—Henry Edwards in Papilio 11, 10, 1882. Esper.—Esper, Die auslandischen Schmetterlinge, 1785-1798. Fab., S. E.—Fabricius, Systema Entomologize, 1775. Fab., Gen.—Fabricius, Genera Insectorum, 1777. Fab., Spec.—Fabricius, Species Insectorum, 1781. Fab., Mant.—Fabricius, Mantissa Insectorum, 1787. Fab., E. S.—Fabricius, Entomologia systematica, 1793 y 1794; Suppl. 1798. Feld. et Rghf., Nov.— Felder y Rogenhofer, Rhopalocera et Heterocera, 1864-1875. God.—Godart, Encyclopédie méthodique, Entomologie, 1819; Suppl. 1823. Grote.—Grote, Notes on Sphingidee of Cuba, 1865.—On Bombycidee of Cuba, 1865.—On Zygsenidee of Cuba, 1, 1866, 11, 1867. Grote et Rob.—Grote and Robinson, Lepidopterological Contributions, 1866. Guenée ó Guen.—Guenée, Histoire naturelle des Insectes. Noctuélites, 1852.—Deltoides et Pyralites, 1854.—Uranites et Phalénites, 1857. —Monographie des Siculides, 1877. Guild.—Guilding in Transactions of the Linnean Society of London, xv. Gundl., Contr.—Gundlach, Contribución á la Entomología cubana, 1, 1881. Harr.—Marris, Descriptive Catalogue of the North Amer. Sphingid:xe, 1839. Hew. 6 Hewits.—Hewitson, Exotic. Butterflies, lllustrations of new spe- cies, 1851-71.—Illustrations of Diurnal Lepidoptera, 1867-77. Herr. Sch., Ex.— Herrich-Schaeffer, Sammlung neuer exotischer Schmet- terlinse, 1850-8. . 112 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (414) Her. Sch., Corr.— Herrich-Schaeffer, Correspondenz blatt des Zool.-mine- ral. Vereins. Herr. Sch.—Herrich-Schaeffer, Die Schmetterlinge der Insel Cuba, 1864-71. Hb. ó6 Hiúbn., Ex. ó Samml.— Hibner, Sammlung exotischer Schmetter- linge, 1806-24.—Hiibner, Verzeichniss bekannter Schmetterlinge, 1806.— Húbner, Zutraege zur Sammlung, fortegesetzt von Geyer, 1818-37. L.ó Linn., Mus. Ulr.—Linné, Museum Ludovicse Ulrice Regine, 1764. L. 6 Linn., S. N.—Linné, Systema nature edit. 10.2, 1758; 12*, 1766-67. Latr.—Latreille, Regne animal de Cuvier, Insectes, 1809; in Encyclopédie méthodique, 1823. Led. 6 Lederer.— Lederer, Die Noctuinen Europa's, 1857.— Beitráge zur Kenntniss der Pyralidinen, 1863; in Wien. Ent. Monats., vi. Lefebvre.— Lefebvre, Manuscrito usado por Lucas. Lucas in Sagra.—Lucas, en la obra de la Sagra, 1856, Edición española. Lucas, Rev.—Lucas, en Revue et Magasin de Zoologie, 1852. Mart. in Sagra.—Martyn, en Psyche: Figures of non described Lepid. In- sects, 1797. Moóschler, Sur.— Móschler, Beitraege zur Schmetterlings fauna von Suri- nam, 1876-82. Moschler, Jam.—Moóschler, Beitraege zur Schmetterlines von Jamaica, 1886. Moschler.—Moóschler, Die Lepidopteren Fauna von Portorico, 1889. Ochs. —Ochsenheimer, Die Schmetterlinge von Europa, continuado por Freitschke, 1807-35. Pack.—Packard, A monograph of the Geometrid Moths or Phaleenidee of the United States, 1876. Plótz.—Plótz, Analytische Tabellen der Hesperiinen Gattungen. Poey, Cent.— Poey, Centurie des Lépidoptéres de l'Tsle de Cuba, 1832. Poey, Mem.—Poey, Memorias sobre la Historia natural de Cuba, 1856-8. Rag.—Ragonot, Nouveaux genres et especies de Phycitidee et Galleriidee, 1887. Saalmiller.—Saalmiller publicó el manuscrito de Móschler sobre los lepi- dópteros de Puerto-Rico, y cambió algunos nombres genéricos propuestos por Móschler; 1889. : Schrank.—Fauna boica, 1801-2, Sm. Adb.—Smith-Abbot, the natural History of the rarer Lepidopterous Insects of Georgia, 1797, Snell. 6 Snelien,—Snellen, Orgave der Geometrira in Pyralidina in Nieuz Grenada en op St. Thomas en Jamaica, 1874. Stoll. —$Stoll, Supplement zu Cramer, Papillons exotiques, 1787-96. Sulzer.—Sulzer, Abgekiirzte Geschichte der Insecten, 1776. Swains.—Swainson, Zoological Illustrations, 1, 1820-21. Treitschke.—Treitschke (véase Ochsenheimer). (415) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 113 'alk.—Walker, List of the Specimens of Lepidopterous Insects in the collection of the British Museum, 1854-66. Walleng.—Wallengren, Skandinaviens Fjáidermott, 1859. Westw..ó Westwood.—Westwood (véase Doubleday). Zell. 6 Zeller, Isis.—Zeller, Isis, 1848. Zell., Catf.—Zeller, Caffreria, 1852, Zell., Chil. et Cramb.—Zeller, Chilonidarum et Crambidarum genera et species, 1863. Zell., Verh.—Zeller, en Verhandlungen der zool.-bot. Gesellschaft Wien. Zell., Linn. Ent.—Zeller, en Linnsea Entomologica, 6. Zell., Hor. Ent.—Zeller, en Horze Societatis Entomologice Rossicee, 1875. Enumero las especies en el orden en que están en la diser- tación de Múschler, que difiere poco del que yo he usado para las especies en mi Contribución, siguiendo el catálogo de Herrich-Schaeffer. SECCIÓN RHOPALOCERA. Fama Papilionidee. GÉNERO Papilio, Linn. 1. Papilio Polycaon. Papilio Androgeus, Cr., 1, 1775, p. 24, t. 16, f. C. D., 11, 1782, p. 111, t. 350, £. AB: — Polycaon, Cr., 11, 1782, p. 17, t. 203, f. A. B. — — Piranthus, Cr., m, 1782, p. 18, t. 204, f. A. B. — Polycaon, Cr.; Luc. in Sagra, 1856, p. 204. — Androgeus, Cr.; Herr. Sch., 1864, p. 172, 12. — Polycaon, Cr.; Gundl., Contr., p. 134. = =— Cr.; Dewitz, p. 233. — Androgeus, Cr.; Móschler, p. 91. Aunque el nombre Androgeus es anterior á Polycaon y Pi- ranthus he preferido el nombre Polycaon para el y y Piran- ¿hus para la Q, porque la O, que se encuentra en Puerto-Rico y en Cuba, conviene á la fig. 204 de Cramer, y no á la de 42- drogeus, que es una variedad del Continente americano meri- dional y tiene en las alas anteriores una faja amarilla trans- versal. ANALES DE HIST. NAT.—XX. 8 114 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (416) Se encuentra también en Cuba, Surinam? y Brasil? Su oruga se cría en especies del género Citrus. 2. Papilio Cresphontinus. Papilio Cresphontinus, Mart. Psyche, t. 3, f.8 y t. 4, £. 10. — Aristodemus, Esp.,t. 59, f. 2 (1776-1798), 1798? — — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 206, lám. 14,£.2, 2a. — — — ; Herr. Sch., 1864, p.171, 14. — Chresphontinus, Mart.; Gundl., Contr., p. 130. — Aristodemus, Esp.; Dewitz, p. 234. — Cresphontinus, Mart.; Móschler, p. 91. Se encuentra también en Cuba, Santo Domingo y Méjico. 3. Papilio Polydamas. Papilio Polydamas, Linn.; Mus. Ulr., p. 192, 1764. — — 0% Cro 111782 p:93, 4.211, ED: 5: — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 208. == == — ; Herr. Sch., 1864, p. 174, 14. = — — ; Gundl., Contr., p. 121. ES — — ; Dewitz, p. 234. — — — ; Moschler, p. DL. Se encuentra también en Cuba, Surinam, Colombia, Flori- da, Méjico. La oruga se cría en especies de Aristolochia. Ex- hala un olor á almizcle. 4. Papilio Pelaus. Papilio Pelaus, Fab.; $. E., 1775, p. 444, 9. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 173, 13. — — — ; Gundl., Contr., p. 126. — — — ; Dewitz, p. 234. Existe también en Cuba, Santo Domingo y. Jamaica. En Cuba se encuentra solamente en la parte oriental. He cogido una crisálida fijada en el tronco de un Xantho- rylum, y probablemente la oruga se crió en esta mata, en la cual vive otra especie de Papilio, el Orynius, que no se conoce en Puerto-Rico. 4417) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 115 Famita Pieridee. GENERO Leptalis, Dalm. 5. Leptalis Spio. Leptalis Spio, God.; Encyel., 1x, 167. == — — ¡Devitz, p. 234. dé — — ;¡Moóschler, p. 91. Vive también en la isla Guadalupe. Género Terias, Scons. 6. Terias Palmira. Terias Palmira, Poey, Mem. 1, 1853, p. 249, 8; lám. 24, Í. 4-6. — —- — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 218. =- — — ; Herr. Sch., 1864, p. 165, $. Eurema — — ; Gundl., Contr., p. 92. Terias — — ; Dewitz, p. 237. == — — ; Móschler, p. 92. Se encuentra también en Cuba, Georgia y acaso en Vene- zuela y Nueva Granada, si Zerias Lydia, Feld es la misma es- pecie. Su oruga sobre el Desmodium. 7. Terias jucunda. Xanthidia jucunda, Boisd. et Lec., 1883, p. 52, t. 19, f. 1-3. Terias ebriola, Poey, Mem. 1, 1853, p. 250, Nr. 9, lám. 24, f. 7-13. — — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 218. o -- — ; Herr. Sch,, 1864, p. 165. Eurema jucunda, Bd. et L.; Gundl., Contr., p. 94. Terias ebriola, Poey; Dewitz, p. 237. — ¡ucunda, Bd. et L.; Moschler, p. 92. Se encuentra también en Cuba y los Estados meridionales de Norte América. La oruga se encuentra sobre el Desmodium. 116 ANALES DE HISTORÍA NATURAL. (418- 8. Terias citrina. Terias citrina, Poey, Mem, 1, 1853, p. 247, n.* 6, lám. 18, f. 4-7. = — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 217. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 167. Eurema — — ; Gunal., Contr., p. 87. Terias — — var. portoricensis, Dewitz, p. 237. SS — — ; Móoschler, p. 92. Parece que esta especie presenta dos variedades: la una de Cuba, y el tipo y la otra de Puerto-Rico. 9. Terias lisa. Xanthidia lisa, Boisd. et Lec., 1833, p. 53, pl. 19. Terias sulphurina, Poey, Mem. 1, 1853, p. 248, Nr. 7, lám. 18, f. 1-3. — = — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 217. — lisa, Boisd. et Lec.; Herr. Sch., 1864, p. 168. Eurema lisa, Boisd. et Luc.; Gundl., Contr., p. 89. Terias — — ; Dewitz, p. 237. —- — — : Moschler, p. 92. Es una especie que vive en muchas localidades; Cuba, Ja- maica, isla San Cristóbal, Tejas, Méjico, los Estados-Unidos orientales, Canadá. La oruga vive, según Boisduval, en la Cassia y Glycine. GENERO Pieris, Schrank. 10. Pieris monuste. Papilio Monuste, Linn., Mus. Ulr., 1764, p. 237. — — — ; Fab., $. E., 1775, p. 470, Nr., 117. — — e A le PDA Pieris — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 211. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 168. = —= — ; Gundl., Contr., p. 100. — — — ; Dewitz, p. 236. — — — ; Moschler, p. 92. Es especie muy abundante y dañina, porque la oruga vive en las coles y otras plantas cruciferas. Existe en Cuba, Jamaica, los Estados-Unidos meridionales y América Central y Meridional. 4419) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 15 11. Pieris Amaryllis. Papilio Amaryllis, Fab., E. $. v., 189, 1797. Pieris Josepbina, God., Ent., p. 158, n.” 136. — — — ; Dewitz, p. 235, var. Krugii Dew., en f, 3. — Amaryllis, Fab.; Móschler, p. 92. c Esta especie difiere del tipo por su pequeño tamaño (63 mm. de distancia de punta á punta de las alas extendidas), por el borde de las alas anteriores más escotado y por la mayor 6 menor falta de manchas negras, cuando la figura de una hembra dada por Hibner, tiene 80 mm. de extensión. El Doc- tor Dewitz no considera que la forma portoriqueña sea espe- cie diferente, sino una variedad local que nombró Pieris Jo- sephina, God. var. Krugit. Es propia solamente (al menos hasta ahora) de Puerto-Rico y el tipo se encuentra en Méjico y Yucatán. 12. Pieris Joppe. Pieris Joppe, Boíisd., Spec., 1836, p. 495. =z — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 211,t.15,f.2y 2a. =z — — ; Dewitz, p. 236. = — — ; Múschler, p. 93. , Parece que esta especie no se encuentra en la Isla de Cuba, aunque esté mencionada y figurada en la obra de la Sagra por Mr. Lucas, pues ni el Sr. Poey, ni yo la hemos observado. GÉNERO Daptonoura, Butler. 13. Daptonoura llaire. Pieris llaire, God., p. 142, 1819. = — — ; Poey, Cent., 1832. == — — ; Lucas in Sagra, 1836, p. 209. = — — ; Herr. Sch., 1864, p. 168. — Poeyi, Butl.; Gundl., Contr. p. 103. Tachiris Margarita, Hiúbn., Samml.; et Molpadia Húbn. Zutr. Q; Dewitz p. 234, t. 1, £ y 2. : Daptonoura llaire. God.; Móschler, p. 93. 118 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (420) Esta especie se encuentra también en Cuba, Florida, Nica- ragua, Veragua y Brasil. Mr. Butler la consideró diferente de Tlaire y le dió el nombre de Appias Poey2, Butl.; Proc. Zool. Soc. 1872, p. 49. Acaso se equivocó, pues las hembras varían mucho, y en Puerto-Rico se cogieron 4 hembras que difieren de las demás por una mancha redonda negra en el borde pos- terior de la célula discoidal de las alas anteriores. GENERO Callidryas, Boisd. Spec. 14. Callidryas Agarithe. Callidryas Agarithe, Boisd., Spec., 1836, p. 623, 16. — — — ¡Lucas in Sagra, 1856, p. 212, lám. 15, figu- ra4 7,100. = — — ; Herr. Sch., 1864, p. 172. — — — ; Gundl., Contr., p. 111. — — — ; Dewitz, p. 236. — — — ;Moschler, p. 93. Se encuentra también en la Isla de Cuba, Méjico, Suri- nam, etc. Mr. Kirby estaba en un error, cuando puso esta es- pecie como var. a de Callidryas Argante. Agarithe tiene la faja oblicua de las alas anteriores recta y Argyante quebrada. Hay otras diferencias. 15. Callidryas Argante. Papilio Argante, Fab., S. E., 1775, p. 470. == "“Hersilia, Cr: 1,1779, ps 1115 t 11S4C. DIS. — Cipris, Cr., 11, 1779, p. 5, t. 99, E. F. (neo Fab.) Colias Argante, God., 1x, 1819, p. 92, Nr. 11, (f. —MMGmidia God. 18197 pS Nit Os Callidryas Argante, Fab.; Lucas in Sagra, 1856, p. 313. — == CAS Ci Sa la: Catopsilia ==. = *Gundl., Conte... p. 110: Callidryas — — ;Dewitz, p. 236. = — — ; Moschler, p. 93. Existe también en Cuba, Florida, Tejas, Nicaragua, Guaya- na, Brasil, Ecuador, Surinam y Colombia. (421) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 119 16. Callidryas Trite. Papilio Trite, Linn., Mus. Ill. 248, 1764. == iS OA ARTO ps TE y AT E. D. Callidryas Trite, Linn. ; Dewttz, p. 236. — — — ; Moschler, p. 93. Esta especie no se encuentra en Cuba, pero sí en Guayana, Brasil y Surinam. 17. Callidryas Statira. Papilio Statira, Cr., 11, 1779, p. 35; t. 120, f. C. D. gy. — Alemeone, Cr., 11, 1779, p. 71;t. 141, f. E, Q. (nec Fab.) Colias Evadne, God., rx, 1819, p. 98, N.” 28. Callidryas Evadne, God.; Bd. Spec. 1, 1836, p. 628, Nr. 22. — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 214. — SS — ;¡ Herr. Sch., 1864, p. 172. Catopsilia Statira, Cr.; Gundl., Contr. p. 118. Callidryas Evadne Boisd. ; Dewitz, p. 236. =— Statira, Cr. ; Móschler, p. 93. (Statira es q” no Q y Aleneone Q no (” y no es Alimena.) Se encuentra también en Cuba, Surinam, Colombia, Gua- yana, Brasil, Nicaragua y Guatemala. La oruga se cría en las Cassia. 18. Callidryas Eubule. Papilio Eubule, Linn., S. N. edit. 12, 1767, p. 764, n.” 102, Q. — Sennac, Linn., $. N. edit. 12, 1767, p. 764, Nr. 103, g/. — Eubule, Linn.; Cr., 1, 1779, p. 36, t. 120, E. F. — Marcellina, Cram., 11, 1779, p. 103,t. 163, C. F. Callidryas Eubule, Linn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 212, - = — ; Herrich. Sch., 1864, p. 172. Catopsilia — — ; Gundl., Contr., p. 115. Callidryas — — ; Dewitz, p. 237. — — — ¡Moschler, p. 94. Se encuentra también en Cuba, Jamaica, Antigua, Guuate- mala, Nicaragua, Brasil y en muchos de los Estados-Unidos norte-americanos. La oruga se cría principalmente en la Cassia occidentalis. 120 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (422) 19. Callidryas Thalestris. Colias Thalestris, Húbn., Zutreege. 11, Í. 3-4: Callidryas — — ; Boisd., Spec., 1836, p. 622, n.0 15, — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 214. — = — ; Herr. Sch., 1864, p. 172-12. Catopsilia — — ; Gundl., Contr. p. 107. Callidryas — — ; Dewitz, p. 237.' — — — ;Moschler, p. 94. Esta especie se encuentra también en Cuba y en el Brasil. La oruga se cría en varias especies de Cassia y en la Poin- cliana. 20. Callidryas Neleis. Callidryas Neleis, Boisd,, Spec. 1, 1836, p. 629, Nr. 23. — — -— ; Lucas in Sagra, 1856, p. 214. = — — ; Herr. Sch., 1864, p. 172. Catopsilia — — ; Gundl., Contr., p. 117. Callidryas — — ; Dewitz, p. 236. E — — — ;¡Moschler, p. 94. Se encuentra también en Cuba y Jamaica. GENERO Kricogonia, Reak. 21. Kricogonia Castalia. Papilio Castalia, Fab., E. $., 111, 1793, p. 188, n.* 580. Colias Lyside. God., 1x, 1819, p. 98, n.0 30. Rhodocera Terissa, Luc., Rev. Zool., 1852, p. 429. Callidryas Lyside, God.; Poey, Mens., 1, 1853, p. 442, 1.15, £. 5-7. — — — ; Luc., in Sagra, 1856, p. 214. Gonopteryx — — ;' Herr. Sch., 1864, p. 172. Kricogonia — — ; Gundl., Contr. p. 120. Gonepteryx Castalia, Fab.; Dewitz, p. 237. Kricogonia — — ; Moschler, p. 94. Habita también en Cuba, Jamaica, Florida y Tejas y vive más bien cerca de la costa que en el interior. La Rh. Terissa es una variedad con una mancha cuadrilonga negra extendida desde el borde anterior de las alas posterio- res hacia el disco. (423) Gundlach. —FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 121 GÉNERO Gonepteryx, Leach. 22. Conepteryx merula. Papilio Meerula, Fab., S. E., 1775, p. 179, n.* 157. — FEcclipsis, Cram., 1, 1779, p. 47, t. 129, £.. A. B. (nec Linn.) Colias M:erula, God., 1x, 1819, 89, f. 1. Gonepteryx M:erula, Vab.; Lucas in Sagra, 1856, p. 215. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 172. — — — ; Gunal., o p: 119: — — — ; Dewitz, p. 237. A E — ; Moóschler, p. 94. Se encuentra también en Cuba, Jamaica, Venezuela, Gua- temala, Florida y Méjico. La oruga se cría en especies de Cassia. Fama Danaidee. GÉNERO Danaus, Latr., 1809, Danass, Latr., 1819. 23. Danaus Erippus. Papilio Erippus, Cr., 1, 1775, p.4,t.3,f. A, B. 2 — Plexippus, Cr., 111, 1782, p. 24, t. 206, f. E, F. Q. (nec Linn.) — Archippus, Fab., E. $S., m, 1793, p. 49, n.* 150 (nec Cramer). Danais Erippus, Cr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 215. — Archippus, Fab.; Herr, Sch., 1864, p. 161. — Erippus, Cr.; Gundl., Contr., p. 23. :— Archippus, Fab. , Erippus, Cr.; Dewitz, p. 240. — Erippus, Cr.; Móschler, p. 94. Especie común, que vive también en Cuba, Jamaica, Gua- temala, Colombia, Brasil y Estados-Unidos norte-americanos. La oruga se cría en la Asclepias curassavica. 122 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (424) GÉNERO Lycorea, Doubl. 24. Lycorea Cleobzea. Lycorea Cleob:ea, God., Enc., 1819, p. 222. E ÉL — ; Dewitz, p. 237. — — — ;¡Múschler, p. 94. No existe en Cuba, pero sí en Méjico y Venezuela. En Cuba es muy común en montañas altas la Lycorea Ceres, 6 mejor dicho Demeter, Felder. 7 Fawita Heliconidee. GÉNERO Heliconius, Latr. 25. Heliconius Charitonia. Papilio Charithonia, £., S. N., 1767, p. 757, n.0 65. — Charitonia, Fab., $. E., 1775, p. 462, n.” 84. — — ON, IO pido blood Heliconia — Linn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 224. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 161. Heliconius Charithonia Linn.; Gundl., Contr., p. 21. Heliconia — — ; Dewitz, p. 237. Heliconius — — ; Móschler, p. 95. Esta especie existe también en Cuba, Santo Domingo, Ja- maica, Georgia, Méjico, Guatemala, Surinam, Colombia y California. Es notable por la costumbre que tienen todas las de una localidad de reunirse por la tarde y dormir una al lado de la otra. La oruga se cría en especies del género Passiflora. (e) (425) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 12 GENERO Eueides, Húbn., Verz. 26. Eueides Cleobeea. Eueides Cleob:ea, Aúbn., Zutr., 1832, n.? 301, f. 601-2. — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 225. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 161. = — ; Gundl., Contr., p. 22. = — — :; Dewíitz, p. 238. =— — — ;Múschler, p. 95. Existe también en Cuba, Veracruz, Méjico. La oruga se cría en especies del género Passiflora. Famiia Nymphalidee. Y GÉNERO Colenis, Hibn., Verz. 27. Colenis Delila. Papilio Delila, Fab., S. E., 1775, p. 510, n.” 284. — (Helic.) Cillene, Cr., 11, 1782, p. 38, t. 215, f. D. E. Colsenis Delila, Fab.; Luc. in Sagra, 1856, p. 226. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 162. - — — ; Gundl., Contr., p. 55. — — — ; Dewitz, p. 238. == = — ;Móúschler, 95. Se encuentra también en Jamaica, Guayana, Surinam, Mé- jico, Tejas, América Central y Guatemala. La oruga se cría, como la de las dos especies precedentes, en las Passifloras. GÉNERO Agraulis, Boisd. et Lec. 28. Agraulis Vanille. Papilio Vanillee, Linn., Mus. Ulr., 306, 1764, p. 306. — Passiflore, Fab., $. E., 1775, 1, p. 518, n.* 319. 124 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (425) Agraulis Vanillee, Linn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 227. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 163. Dione — — ; Gundl., Contr., p. 57. (Dione, Hb., 1816, Agraulis, 1833.) : Agraulis — — ; Dewitz, p. 238. 2 => — ;Móschler, p. 95. Especie muy común, también en Cuba, Santo Domingo, Jamaica, Brasil, Guatemala y los Estados meridionales de la Unión norte-americana. La oruga se cría, como la de las tres especies antecedentes, en las Passifloras. GENERO Euptoieta, Doubl. 29. Euptoieta Hegesia. Papilio Hegesia, C»., 111, 1782, p. 30, t. 209, E. F. — Columbina, Fab., E. $., 111, 1793, p. 148, n.” 453. Euptoieta — — ; Herr. Sch., 1864, p. 162. — Hegesia Cr.; Gundl., Contr., p. 44. — — — —;Dewvnitz, p. 238. — — — Moóschler, p. 95. Existe también en Cuba, Jamaica, Guatemala, Méjico, Su— rinam, Venezuela y Chile. La oruga se cría en la planta Turnera ulmifolta. GÉNERO Meliteea, Fab. 30. Melitea Pelops. Papilio Pelops, Drury, 1, 1770, t. 19, £. 3, 4. (nec Cram.) Meliteea — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 230. — Anacaona, Poey., mss.; Herr. Sch., 1864, p. 162. Phyciodes Pelops, Dr.; Gundl., Contr., p. 53. Meliteea — : Dewitz, p. 238. — — : Móschler, p. 95. Esta pequeña especie vive también en Cuba y Jamaica. 3 (427) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 125 GENERO Coatlantona, Kirby. 31. CGoatlantona Tulita. Synchloé Tulita, Gund., mss.; Dewitz, p. 238, t. 1, £. 4. Coatlantona Tutila, — ; Móoschler, p. 96. Especie que parece gustarla vivir cerca de la costa, acaso por tener allí la planta en la cual se cría, que aún no se co- noce. Es propia solamente de Puerto-Rico, como es propia para Cuba la C. Perez¿ Gundl. GENERO Hypanartia, Hibn., Ezof. Schm. + 32. Hypanartia Paullus. Papilio Paullus, Fab., E. $., 11, 1793, p. 63, n.0 199. Hypanartia Tecmesia, Hiúbn., Sanml. Eurema Paullus, Fab.; Lucas in Sagra, 1356, p. 230. — Tecmesia Hiúbn.; Herr. Sch., 1864, p. 161. Hypanartia Paullus,, Fab.; Gundl., Contr., p. 38. Eurema Tecmesia, Hiibn.; Dewitz, p. 240. Hypanartia Paullus, Fab.; Móschler, p. 96. Habita también en las islas de Cuba, Jamaica y Guatemala. GÉNERO Pyrameis, Hiibn., Verz. 33. Pyrameis Cardui. Papilio Cardui, Linn., S. N., edit. 10, 1758, p. 475, n.” 107; edit. 12; 1766, 109 E O Pyrameis — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 233. — — — ;¡ Herr. Sch., 1864, p. 162. — — — ; Gundl., Contr., p. 40. = — — ; Dewitz, p. 238. — = — ; Moschler, p. 96. 126 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (428) Esta especie es cosmopolita, pues se encuentra en todo el globo. La he cogido también en ambos extremos de la isla de Cuba. GÉNERO Junonia, Húbn., Verz. 34. Junonia Lavinia. Papilio Lavinia, Cr., 1, 1775, p. 32,t. 21, C.D. Junonia — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 2353. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 163. — -— — ; Gundl., Contr., p. 64. — — — ; Dewitz, p. 238. — — — ; Moschler, p. 96. Esta especie varía mucho, tanto por encima como por de- bajo; pero no es igual, como algunos autores creen, á la J. Cenia, que existe además de la Zavinia en la isla de Cuba. La Zavinia vive también en la América Central y Meridional. GÉNERO Anartia, Hibn., Verz. 35. Anartia Jatrophe. Papilio Jatrophae, Linn., Mus. Ulr., 1764, p. 289. Anartia — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 234. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 163. — — —= Gundl., Contr., p. 09% — — — ; Dewitz, p. 240. — — ; Moschler, p. 97. Vive también en Cuba, Jamaica, Santa Lucía, Tejas, Hon- duras, Guatemala, Brasil, Méjico y Estados meridionales de la Unión norte-americana. GÉNERO Eunica, Hiibn., Verz. 36. EÉunica Monima. Papilio Monima, Cram., 11, 1782, p. 202, t. 387, f. T. G. (429) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. Eunica Monima, Hiibn., v, 1817, p. 61. Myscelia Eunica Cr. ; Lucas in Sagra, 1856, p. 236. — ; Herr. Sch., 1864, p. 162. ; Gundl., Contr., p. 51. — ; Dewitz, p. 241. — ; Moschler, p. 97. 127 Se encuentra también en Cuba, Florida, Tejas, América Central y Brasil. 37. EÉunica Tatila. Cybdelis Tatila, Herr. Sch., Exot., serie 11, t. 17, f. 69-72. Eunica — Catálogo cubano, 1864, p. 162. — ;Gundl., Contr., p. 240. — ; Dewitz, p. 240. — ;¡Moschler, p. 97. Vive también en Cuba, Jamaica, Méjico, Guatemala y Santa Cruz. Esta especie varía de muchísimos modos, tanto por el color del fondo, como por la presencia de manchas, rayas y ocelos en la cara inferior de las alas posteriores. Por encima varía por el mayor ó menor lustre azul. GíxeErROo Gynaccia, Doubl. 38. Gynecia Dirce. Papilio Dirce, Linn., Mus. Ulr., 1764, p. 287. Gynecia — —- — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 239. ; Herr. Sch., 1864, p. 162. ; Gundl., Contr., p. 48. ; Dewitz, p. 240. ; Móschler, p. 97. Existe también en Cuba, Jamaica, Guayana, Brasil y Suri- nam. La oruga vive debajo de la hoja de Cecropia, comiendo las nerviaciones gruesas. 128 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (430) GíseErRO Ageronia, Hiúbn., Verz. 39. Ageronia Ferentina. Ageronia Ferentina, God., 1x, 1819, p. 428. — — — ; Móschler, p. 97. No habiamos cogido esta especie, pero el Dr. Stalh, en Ba- yamon, la descubrió y remitió al Sr. Krug. También fué cogi- da por un colector botánico, el Sr. Sentenis, en el interior de la parte oriental. GÉNERO Didonis, Hibn., Verz. 40. Didonis Biblis. Papilio (?) Bibli, Fab., S, E. 505. — Hyperia, Cr., t. 236, E. — Thadana, God., 1x, 1819, p. 326. Didonis Biblis, Fab.; Móschler, p. 97. Esta especie no se encuentra en Cuba. Existe también en Surinam y Venezuela. GENERO Megalura, Blanch. 41. Megalura Chiron. Papilio Chiron, Fab., S. E., 1775, p. 452, Nr. 40. — Marius, Cram., m, 1782, p. 14, t. 200, f. D. E. y. Megalura Chiron, Fab.; Lucas in Sagra, 1856, p. 240. Timetes Marius, Cr.; Herr. Sch., 1864, p. 161. Marpesia Chiron, Fab.; Gundl., Contr., p. 35. Timetes — — ; Dewitz, p. 240. Megalura — — ; Móschler, p. 97. Se encuentra también en Cuba, Santa Lucía, Brasil, Colom- bia, Venezuela, Guatemala, Méjico y Tejas. La oruga se cría en la Maclura tinctoria y acaso en el 0 lhozylum. El insecto suele posarse encima del fango para chupar. (431) Gundlach.—rFAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 129 42. Megalura Peleus. Papilio Peleus, Sulzer, Gesch., 1776, t. 13, £. 4. — Thetis, Fab., Gen. Ins., 1777, 264. — Petreus, Cr., 1, p. 139, t. 87, £. D. y E. Marpesia — Cr.; Dewitz, p. 240. Megalura Peleus, Sulz.; Moschler, p. 98. Vive también en Tejas, Méjico y América Meridional, no en Cuba. GeÉxerO Victorina, Blanch. 43. Victorina Steneles. Papilio Steneles, Linn., Mus. Ulr., 1764, 218. E = 'Cr,L 117107p5125,6079,:Ar B. Victorina — Linm.; Lucas in Sagra, 1856, p. 241. = — — ; Herr. Sch., 1864, p. 163. — Stehnelus, Linn.; Gundl., Contr., p. 66 (Linn. en edit. 12, 1767, tiene Stchnelus). — Steneles — ; Dewitz, p. 240. = — — ;¡Moóschler, p. 98. Esta especie vive también en Cuba, Haití, Jamaica, Méjico, Guatemala, Bahía, Perú. Conozco solamente ejemplares de Puerto-Rico y Cuba que difieren constantemente. El difunto Sr. Hopffer del Museo de Berlín, me escribió que los ejempla- res de Cuba eran típicos de Linn., y que los de Puerto-Rico convenian con la figura de Cramer. GÉNERO Diadema, Boisd. 44. Diadema Misippus. Papilio Misippus, Linn., Mus. Ulr., 1764, p. 264, Q. — Bolina, Druy (nec Linn.), 1, 1773, t. 14, f. 1-2, y”. — Diocippus, Cr., 1, 1775, p. 44, t. 28, f. B. C. Q. — Bolina, Cr. (nec Linn.), 1, 1775, p. 102, t. 65, f. E. F. Diadema Bolina, Linn.—Misippus L. y Diocippus Cr.; Zucasin Sagra, 1856, p. 244. — — Lim. (sin sinonimia), Herr. Sch., 1864, p. 162. ANALES DE HIST. NAT. —XX. 9 130 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (432) Hypolimnas Misippus, Linn.; Gundl., Contr., p. 42. Diadema Bolina, Linn., Cram.; Dewitz, p. 240. — Misippus, Linm.; Móschler, p. 98. Es una especie rarisima. Un Y fué cogido en Puerto-Rico y un macho y dos hembras en diferentes años en Cuba. Se en- cuentra también en Africa Meridional, India oriental y en Su- rinam. ENERO Heterochroa, Boisd. 45. Heterochroa Gelania. Heterochroa Gelania, God., Spec. 378. =- Arecosa, Huvits, Ann. xx, 263, £. 21, f. 12. — SS — ; Dewitz, p. 240. — Gelania, God.; Móschler, p. 98. No existe en Cuba. Existe en Méjico. GÉNERO Apatura, Fab. 46. Apatura Idyja. Doxocopa Idyja, Hubn., Samml. Apatura — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 246. Doxocopa — — ; Herr. Sch., 1864, p. 163. — — — ; Gundl., Contr., p. 62. Apatura — — ; Dewitz, p. 240. EE E — ;Múschler, p. 98. Existe también en Cuba y además en los Estados-Unidos, desde New-York hasta Kansas y el golfo de Méjico. - La oruga se cría en la 4rdisia cubana. GÉNERO Aganisthos, Boisd. 47. Aganisthos Odius. Papilio Odius, Fab., $. E., 1775, p. 457, Nr. 60. — Orion, Fab., $. E., 1775, p. 485, Nr. 185. (433) Gundlach.—rFAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 131 Aganisthos Orion, Fab.; Luc. in Sagra, 1856, p. 163. =— — — ; Herr. Sch., 1864, p. 163. — Odius — ; Gundl., Contr., p. 68. — Orion — ; Dewitz, p. 240. — Odius — ; Moóschler, p. 98. Se encuentra también en Cuba, Florida, la América Central y Meridional. La oruga se cría en la Cecropiz. 48. Aganisthos Acheronta. Papilio Acheronta, Fab., S. E., 1775, p. 501, n.o 249. — Cadmus, Cram., 1, 1775, p.-33, t. 22, A. B. — Pherecides, Cram., 1v, 1782, p. 80, t. 330, £. A. B. Megistanis Cadmus, Cram.; Lucas in Sagra, 1856, p. 247. - =- — ; Herr. Sch., 1864, p. 161. e Acheronta, Fab.; Gundl., Contr., p. 36. =— Cadmus, Cr.; Dewitz, p. 240. ES Acheronta, Fab; Múschler, p. 98. Se encuentra también en Cuba, Jamaica, Florida, Guate- mala, Brasil, Tejas. En el tiempo que hay mangos maduros acude á ellos para chupar. GÉNERO Prepona, Boisd., Spec. 49. Prepona Antimache. Morpho (?) Antimache, Hubn., Verz., Nr. 458, 1816. Papilio (?) Amphimachus, Sulz. (nec Fab.) Prepcena Amphitoe, God., 1x; Dewitz, p. 240. — Antimache, HD.; Moóschler, p. 99. Si la especie es igual á la cubana, como he creído, entonces existe también en Cuba. El difunto Hopffer me escribió que los ejemplares cubanos son verdaderos Amphitoe y no la es- pecie muy parecida, Antimache Hubn. Vive también en el Brasil y en Bogotá. 132 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (131) GÉNERO Paphia, Fab. (pars.) 50. Paphia Troglodyta. Papilio Trogledyta, Fab., S. E., 1775, p..502, Nr. 250. — Astianax, Cr., 1v, 1782, p. 91, t. 337, £. A. B. Paphia Troglodyta, Fab.; Lucas in Sau 1856, p. 248. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 161. Anea — — ; Gunadl., Conte p. 30. Paphia =- — ; Dewitz, p. 240. — — — ; Móschler, p. 99. Se encuentra también en Cuba, Santo Domingo, Jamaica, Méjico y Tejas. GENERO Siderone, Hibn., Sammnl. 51. Siderone Ide. Papilio Nemesis, J1lig., Mag., 1, 1801, 203. Siderone Ide, Huibn., Samanl. Nymphalis Rogerii, God., 1x, 1819, p. 371, Nr. 73. Siderone Ide, Hb.; Lucas in Sagra, 1856, p. 249. -- — — ;¡ Herr. Sch., 1864, p. 161. — Nemesis, 1ilig; Gundl., Contr., p. 32. — Ide, Hubn.; Dewitz, p. 240. — =- — ;Móschler, p. 99. Se encuentra también en Cuba, Santo Domingo, Ecuador, Brasil, Surinam. He preferido en mi Contribución el nombre más antiguo, /Vemesis. Faminta Satyridee. GÉNERO Callisto, Hibn., Zutr. 52. Callisto Zangis. Papilio Zangis, Fab., $. E., 1775, p. 486. =— Agnes, Cr., IV., p. 73, t. 325, A. B. (435) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 133 Calisto Zangis, Fab.; Dewitz, p. 241. Callisto — — ;¡ Moóschler, p. 99. Además de la isla de Puerto-Rico se encuentra en Jamaica. De esta familia, que tiene tantas especies en Norte América y Europa, solamente hay 3 6 4 en las Antillas, cada una en dis- tinta isla. Faunia Libytheidee. GÉNERO Lybithea, Fab. 33. Libythea Motya. Libythea Motya, Boisd. et Lec., t. 64. — Terena, Hiibn., Samml., f.3 y 4(nec1 y 2 que es Terena de Cuba). — Motya, — Samml.; Dewitz, p. 241. : — — — — ¡Moóschler, p. 100. Parece que esta especie es propia de la isla de Puerto-Rico. Faura Lycenidee, GÉNERO Lyceena, Fab. 54. Lycena Cassius. Papilio Cassius, Cr., 1, 1775, p. 36, t. 23, f. C. D., Q. Lyceena Theonus, Lefeb.; Lucas in Sagra, 1856, p. 262, lám. 16, f. 8. — Cassius, Cr.; — — 263. — = — ; Herr. Sch., 1864, p. 164. Cupido — — ; Gundl., Contr., p. 73. Lycena — — ; Dewvitz, p. 241. ES ES — ; Móschler, p. 100. Es especie común en Cuba, Surinam, Guyana, Guatemala y Florida. 55. Lycena Hanno. Papilio Hanno, Stoll in Cr., Suppl., 1790, t, 39, f. 2,2 Ba 131 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (435) Polyommatus (Philenus) Filenus, Poey, Cent., 1832. Lyceena Hanno, Hb., Samml.; Lucas in Sagro, 1856, p. 263. — Filenus, Poey; Herr. Sch., 1864, p. 164. Cupido Hanno, Stoll; Gundl., Contr., p. 71. Lycena — Hibn., Samml.; Dewitz, p. 241. — — Stoll; Móschler, p. 100. Se encuentra también en Cuba, Jamaica y los Estados me- ridionales de la Unión hasta América Meridional. GENERO Thecla, Fab., 1807, S. Gl. 56. Thecla Angelia. Thecla Angelia, Hew. 11l., Lyc., 1874, p. 162, n.* 288, t. 63, L 439-440. — Hugo, God.; Herr. Sch., Corr., 1862, p. 142. — =— —; = — 1864, p. 165. — Angelia, Hew.; Gundl., Contr., p. 78. — — — ; Dewitz, p. 241. — — — ; Moschler, p. 100. Se encuentra también en Cuba. 57. Thecla Meesites. Thecla Meesites, Herr. Sch., 1864, p. 165. — — — : Gundl., Contr., p. 80. — — — : Dewitz, p. 241, non Meesitis. = — — ¡Moschler, p. 100. Vive en Cuba. 58. Thecla Simethis. Papilio Simecthis, Drury, 1, 1773, t. 1, 1. 3. Al — Fab.,S.E., 1775, p. 523, Nr. 338. Thecla — Dr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 256. — — — ; Herr. Sch., 1864, p. 165. — = — ; Gundl., Contr., p. 79. — — — ; Dewitz, p. 241. — — — ; Moschler, p. 101. (437) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 135 Vive también én Cuba y en América Meridional, v. £., Su- rinam. 59. Thecla Coslebs. Thecla Coelebs, Herr. Sch., Corr., 1862 y Cub. 1864, p. 164. — — Hewitson, Lyc. 1874, p. 156, n.* 273, t. 72, f. 416, 417. = — — ; Gundl., Contr., p. 74. = = — ; Dewitz, p. 241. .- SS — ;¡Moschler, p. 101. También en Cuba. La oruga come los botones de Tetrapteris. 60. Thecla Cardus. Thecla Cardus, Hewtts., Lyc., t. 60, f. 394-396, 1874. ze a — ; Dewitz, p. 241. SS — — ;Moschler, p. 101. Esta especie no existe en Cuba. Según Hewitson es del Brasil. 61. Thecla Limenia. Thecla Limenia, Hewits., Lyc., 1874, p. 160, Nr. 284, t. 63, f. 431, 432. > — — ; Gundl., Contr., p. 77. = — — ; Dewitz, p. 241. . — — — ;Moschler, p. 101. Vive también en Cuba. 62. Thecla Telea. Thecla Telea, Hewits., Lyc., 1874, t. 57, f. 350, 351. 2R ES — ; Dewitz, p. 241. == — — ;Moschler, p. 101. Esta especie no se encuentra en Cuba. Según Hewitson es de las Amazonas. 63. Thecla Cybira. Thecla Cybira, Hewits., Lyc., 1874, p. 161, n.” 286, t. 63, f. 435, 436. — — — ; Gundl., Contr., p. 77. 136 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (438) Thecla Oybira, Hewits.; Dewitz, p. 241. = — — ;¡Móschler, p. 101. Se encuentra también en Cuba. 64. Thecla Gelida. 7 Thecla Celida (Boisd. mss.), Lucas in Sagra, 1856, p. 262. — — Hewits., Lyc., 1874, t. 49, f. 246, 247. — Aon? Zefebr. (nec typus); Herr. Sch., 1864, p. 165. — Celida (Bd.), Luc.; Gundl., Contr., p. 79. — — Hewits.; Dewitz, p. 241. — — Luc.; Móschler, p. 101. Se encuentra en Cuba. 65. Thecla Acis. Papilio Acis, Drury, 1, t. 1, f. 2, 1773. — — Cr., 1, p. 120, t. 175, f. C. D. — Mars, Fab., Gen. Ins., 268, 1777. Thecla — — ; Dewitz, p. 241. — Acis, Dr.; Móschler, p. 101. No se encuentra en Cuba. Fama Hesperideee. GÉNERO Goniuris Húbn., Verz. (Foniurus). 66. Goniuris Dorantes. Papilio Dorantes, Stoll. in Cram., t. 39, £. 9, p. 172. Goniusrus — — ; Dewilz, p. 242. — (is) — — ; Móschler, p. 101. No he observado esta especie en Cuba. No es igual á GF. San- tiago Lef. de Cuba como creyó Dewitz, y menos aún á Zhanaos Potrillo Lef. como cree Plótz. Móschler escribió en la página 101, línea 5, de abajo Protillus. El nombre correcto es Potre- rillo, que no es Goniurus. (439) Gundlach.—FAUNA PUERTO- RIQUEÑA. 137 67. Goniuris Proteus. Papilio Proteus, Zinn., Mus. Ulr. 1764, p. 333. Eudamus Proteus, Linn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 267. Goniurus — — ; Herr. Sch., 1865, p. 56. — = — ; Gundl., Contr., p. 169. — = — ; Dewitz, p. 242. = — — ; Móschler, p. 102. Especie común también en Cuba, Jamaica, América inter- tropical y una parte de los Estados-Unidos. La oruga en papilionáceas (C/litor1a). GÉNERO Eudamus, Swains. 68. Eudamus Talus. Papilio Talus, Cr., 1, 1779, p. 122, t. 176, f. D. Hesperia Ausonius, Zatr., 1x, 1823, p. 741, n.* 34. Eudamus Sumadue, Lef.; Lucas in Sagra, 1856, p. 268. Goniloba Talus, Cr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 270. — — — Herr. Sch., 1865, p. 53. = — — ; Gundl., Contr., p. 158. — — —; Devitz, p. 242. Eudamus — —;Móschler, p. 102. Se encuentra en Cuba y América Meridional. La oruga se cria en Guarea trichilioides. 69. Eudamus Idas. Papilio Idas, Cram., 11, 1782, p. 118, t. 260, f. A B. — Mercurius, Fab., Mant. Ins. 1, 86. Goniloba Idas var. Pedro, Dewitz, p. 242. Eudamus Idas, Cr.; Móschler, p. 102. Creo que he cogido últimamente esta especie también en la Isla de Cuba. Por encima es enteramente igual, pero por de- bajo ofrece unas diferencias insignificantes. América Central y Meridional. 133 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (440) 70. Eudamus Zestos. ? Zestos, Hibn., Zutr., f. 615 y 616. Goniloba — . — ; Dewttz, p. 242. Eudamus — -— ; Moschler, p. 102. No se ha observado esta especie en la Isla de Cuba, pero si en Surinam y en el Brasil. GíxerO ZEthilla, Hew. 71. ¿Athilla Anaphus. Papilio Anaphus, Cr., 11, 1782, p. 126, t. 178, F. % — — ; Pltz., An. Tab. en Stett. Ent. Zeitung., n.” 4. Goniloba — — ; Dewitz, p. 242. ZEthilla — — ; Móschler, p. 102. No observada en Cuba, pero si en América Central y Meri- dional. GENERO Hesperia, Fab. 72. Hesperia Corydon. Papilio Corydon, Fab., $. E., 1775, p. 533, n.” 385. Hesperia Phocion, Fab., E. $., 11, 1793, p. 335, n.* 274. Goniloba Corydon, Fab.; Lucas in Sagra, 1856, p. 272. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 54. — — — ; Gundl., Contr., p. 162. =- — — ; Dewitz, p. 242. Hesperia — — ; Móschler, p. 102. Observada en Cuba, Jamaica, Brasil. La oruga se cría en varias gramíneas de hojas no pequeñas, pues se esconde entre ellas reunidas con su seda, como todas las orugas de esta familia. 73. Hesperia Amyntas. Papilio Amyntas, Zab., $. E., 1775, p. 533, n.* 384. Polygonus lividus, Húbn., Sammel. (441) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. Hesperia Savieny, Ltr., Enc., 1x, 1823, p. 741, n.o 35. Goniloba — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 271. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 54. — Amyntas — ; Gundl., Contr., p. 159. = = — ; Dewitz, p. 242. Hesperia — — ; Móschler, p. 102. 139 Se encuentra también en Cuba, Cayo-Hueso, Florida, Santo Tomás, Jamaica, Santa Cruz, y en algunas partes de la Amé- rica Meridional. He criado la oruga en ZLonchocarpus. 74. Hesperia Cunaxa. Hesperia Cunaxa, Hew., Trans. Ent. Soc., series 111, vol. 11, 498. — mesogramma, Latr.; Poey, Cent., 1832 (parece no ser el tipo de Latr.) — . Alameda (Lefebr.j; Lucas in Sagra, 1856, p. 279, el yy. Pamphila mesogramma (Latr.); Poey; Herrich. Sch., 1865, p. 52. — Alameda (Lefebr.); Luc.; Gundl., Contr., p. 148. = mesogramma, Poey; Dewitz, p. 242. Hesperia Cunaxa, Hew.; Moóschler, p. 102. Existe en Cuba. En el caso que la especie de Poey nombrada mesogramma Latr. resulte igual ála brasileña denominada por Latreille mesogramma, debe quedar este nombre para la espe- cie, y si es diferente, debe preferirse el nombre Alameda, pues ' es anterior á Cunazxa. Dejo el nombre como lo pone Móschler. 75. Hesperia Nero. Hesperia Nero, Fab., E. $. Suppl., 433. — — — ;'Batler, Cat. Fabr., t. 2, f. 13. Goniloba — — ; Dewitz, p. 242. Hesperia — — ; Móschler, p. 103. No la he observado en la Isla de Cuba. Existe en la isla de Santo Tomás. 76. Hesperia sylvicola. Goniloba sylvicola, Herr. Sch,, 1865, p. 55. — — — ;Gundl., Contr., p. 166. — -- — ; Dewitz, p. 242. Hesperia — — ;¡Móschler, p. 103. 140 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (442) Existe en Cuba. Vive con preferencia en el monte. 77. Hesperia tripunctus. Cobalus tripunctus, Herr. Sch., 1865, p. 53. = Zo — ;Gundl., Contr., p. 154. o — — : Dewitz, p. 242. Hesperia — — ;¡Moschler, p. 103. Vive también en Cuba. 78. Hesperia Silius. ? Silius, Latr., Enc., p. 764. Pamphila — — ; Dewitz, p. 243, t. 1, f. 5. Hesperia — — ; Moschler, p. 103. No se encuentra en Cuba. Parece igual al tipo del Brasil. 79. Hesperia Druryi. ? : Druryi, Latr., Enc., p. 767. Pamphila — — ; Dewitz, p. 242. Hesperia — — ;¡Moschler, p. 103. No existe en Cuba, pero sí en Surinam y Colombia. 80. Hesperia Húbneri. Hesperia Hiibneri, Plótz., Anulytisch Tab. 199, p. 412. ? Vitellius, Hiúbn., Verz., 11 (nec. Fab., nec Sm. Abbot.) Pamphila — — ; Dewitz, p. 242. Hesperia Hibneri, Plótz.; Móschler, p. 103. Esta especie no se encuentra en la Isla de Cuba, pero sí en Santa Cruz y Santo Tomás. 81. Hesperia Phyleus. Papilio Phyleus, Drury, 1, 1773, t. 13, f. 4, 5, ? Colon, Fab., $. E., 1775, p. 531, el gy. — Vitellius, Fab., E. S., 1793, p. 327, la Q. Pamphila Phileeus (sic), Dr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 277. — Phyleus (sic), —; Herr. Sch., 1865, p. 53. -- Philacus (sic), — ; Gundl., Contr., p. 150. (Philacus es errata de imprenta.) (443) Gundlach.—FAUNA PUERTO- RIQUEÑA. 141 Pamphila Phylacus Dr.; Dewitz, p. 242. Hesperia — — ; Moschler, p. 104. Existe también en Cuba, Jamaica, Brasil y Estados-Unidos. GENERO Pyrgus Hibn., Verz. 82. Pyrgus Syrichtus. Papilio Syrichtus, Fab., $. E., 1775, p. 534, n.” 394. — Orcus, Cram., N., 1782, p. 87, t. 334, f. I, K, L. (nec Orues Fab.) Syrichtus Oileus, Linn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 276 (nec Linn.) Pyrgus Orcus, Cr.; Herr. Sch., 1864, p. 174. — Syrichtus, Fab.; Gundl., Contr., p. 139. — Orcus, Cr.; Dewitz, p. 243. — Syrichtus, Fab.; Móschler, p. 104. Existe en Cuba, Jamaica, América Central y Meridional. La oruga se cría en malváceas, v. Y., Sida. 83. Pyrgus Crisia. Pyrgus Crisia, Herr. Sch., 1864, p. 174. — — — : Gundl., Contr., p. 140. — =- — 5 Dewitz, p. 243, t. 1, £ 6. — — — ; Móschler, p. 104. También en Cuba, en lugares pantanosos. GÉNERO Achlyodes Hiibn., Verz. 841. Achlyodes Thraso. Achlyodes Thraso, Húbn., Samml. — =— — ; Dewitz, p. 244. ES — — ; Móschler, p. 104. No se encuentra en Cuba, pues aunque Dewitz ha puesto la Hesperia Papintanus Poey en la sinonimia de 7/raso, y Mós- chler ha aceptado esta opinión, no son ambas iguales. 142 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (444) Género Antigonus, Hibn. Verz. 85. Antigonus Árcas. O” Papilio Arcas, Drury, 1773, 1, p. 36, t. 19, LADOS — Flyas, Cram., 1v, 1782, p. 78, t. 328, E. Q —- Otreus, Cram., N, 1782, p. 78, t. 328, F. Oleides Zephodes, Hibn., Samml. Exot. O” Thanaos Philemon, Fab.=Arcas Dr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 276. — Velazquez Lefeb.; Lucas in Sagra, 1856, p. 275. Do = Otreus, Cram.; Lucas in Sagra, 1856, p. 275. Y Antigonus Fiyas, Cr.= Velazquez Lef.; Herr. Sch., 1865, p. 52. Q —- Otreus, Cr.=Zephodes Hb.; Herr. Sch., 1865, p. 52. — Arcas, Dr.; Gundl., Contr., p. 147. — Flyas, Cr.; Dewitz, p. 244. — Arcas, Dr; Moóschler, p. 105. Existe también en Cuba, Santo Tomás, Santa Cruz, Jamaica, Cayena y Brasil. La oruga se cría en especies de la familia de las apocineas, v. g., del género Echiles. La gran diferencia de ambos sexos ha dado motivo á una larga sinonimia, que aún no está bien arreglada. SECCIÓN HETEROCERA. Fama Sphinges. SUBFAMILIA MACROGLOSSIDAE. GÉNERO Macroglossa, Ochsenh. 86. Macroglossa ZEdon. Macroglossa Edon, Boíisd., Sph., 1874, 357, t. 11, £. 1. — — — ; Gundl., Contr., p. 176. — Blainii, Gundl.; Dewitz, — ZEdon, Boisd.; Moschler, p. 105. Se encuentra también en la Isla de Cuba. (445) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 143 87. Macroglossa Tantalus. Sphinx Tantalus, Linn., S. N. edit. 12.2, 1767, p. 803, Nr. 25. Macroglossa Tantalus, Linn.; Luc. in Sagra, 1856, p. 288. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 56. MWMopos — — ;Grote, 1865, p. 10. Macroglossa — — ; Gundl., Contr., p. 174. = — — ; Dewtitz, Sph., p. 91. — — . — ;¡Moschler, p. 105. Vive también en Cuba, pero es allí muy rara, existiendo en número mayor la M4. Titan Cr., que muchos autores consi- deran como variedad. Esta se cría en plantas de la familia de las rubiáceas v. gr. Genzpa, Randia, Alibertia. GÉNERO Perigonia, Boisd. 88. Perigonia lusca. Sphinx lusca, Fab. Spec. Ins. 11, 1781, p. 140, n.? 5. Macroglossa — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 289. Perigonia = = : Herr. Sch., 1865, p. 56. =- = — ; Grote, 1865, p. 15. — = — ; Gundl., Contr., p. 176. — = — ; Dewitz, Sph., p. 91. = = =— ; Moschler, p. 105. Existe también en Cuba, Santo Domingo, Guatemala, Caye- na, Venezuela y Brasil. La oruga vive de Genzpa, Rondeletia, Gonzalea y otras rubiáceas. Yo cogí también la especie muy parecida, la Macroglossa (Perigonia) Lefebrei Lucas in Sagra p. 289, en Puerto-Rico, pero Dewitz no quería considerarla como diferente, y á su ejemplo Móschler, pero yo la creo buena especie como Lucas y Herr. Schaeffer. GÉxerRO Enyo, Hb., Verz. 89. Enyo Lugubris. Sphinx lugubris, Z. Mant., 11, 1771, p. 537, Q. — Fegeus, Cram., 11, 1782, p. 56, t. 225, £. E. y. 144 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (446) Thyreus lugubris, £., ; Luc. in Sagra, 1856, p. 290. Enyo = — ;¡ Herr. Sch., 1865, p. 57. — — — ; Grote, 1865, p. 12. = — — ; Gundl., Contr., p. 180. =— = — ; Dewitz, Sph., p. 91. — = — ; Móschler, p. 106. Muy común en Cuba. La oruga vive en varias especies de Cissus 6 Vitis. Los autores no son de la misma opinión sobre las especies de este género. Los nombres son lugubris, Ca- mertus, Danum, Fegeus, Gorgon, Lyclus. Yo he dado en mi Contribución en la pág. 181 una descripción comparando lugubris con Camertus. De ambas tengo ambos sexos. Camer- lus es muy rara. Se podrán coger 100 6 más ejemplares de ambos sexos de lugubris y solamente 1 6 2 de Camertus. Cuba posee además Z. danum. El Y tiene la extremidad del abdomen con tres puntas for- madas de pelos, la intermedia recta y las otras dos cuando el abdomen está en erección, extendidas como abanico hacia afuera. La extremidad del abdomen de la Q no tiene tales puntas, es sencilla y negra. No cogi Q de danum. | GENERO CEnosanda, Walk. 90. (Enosanda Grotei. (Enosanda noctuiformis, Wall:?; Herr. Sch., 1865, p. 57. — — — ; Grote, 1865, p. 47. Cautelhia — — ; Grote et Rob., 1865, p. 20. = Grotei Hy. Edw.; Papilio vol. 1, Enero 1882, p. 10. —= — — ; Gundl., Contr., p. 179. GEnosanda noctuiformis, Walk.; Dewitz, Sph., p. 91. — Grotei Hy. Edw.; Móschler, p. 107. Se encuentra también en Cuba, Florida. La especie noctui- formis Walk, fué cogida en Santo Domingo. (447) Gundlach.—rAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 145 SUBFAMILIA CHOCROCANPIDE. GÉNERO Pergesa, Walk. 91. Pergesa Pluto. Pergesa? Fab., Gen. Ins., 274, 1777. Oreus Thorates, Hiibn., Zutr., 1825, p. 30, f. 525-526. Chocrocampa Thorates, Hiúbn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 294. Pergesa — — ; Herr. Sch., 1865, p. 58. — — — ; Grote, 1865, p. 17. =- -— — ; Gundl., Contr., p. 198. — — — ; Dewitz, Sph. p. 91. — Pluto Fab. ; Móschler, p. 108. También en Cuba, San Tomas, Méjico, Brasil, Colombia y Surinam. La oruga se cría en £7yfhrozylum. GÉNERO Chocrocampa, Dup. (no Chaer.) 92. Chocrocampa Chiron. Sphinx Chiron, Drury, 1, 56, t. 26, f. 3, 1770. — Nechus, Cram.; 11, 1779, p. 25, t. 178. f. B. Chocrocampa Nechus Cram.; Lucas in Sagra, 1856, p. 294. = — — ;¡ Herr. Sch., 1865, p. 58. — — — ;¡Grote, 1865, pis: — — — ; Gundl., Contr., p. 194. — — — ; Dewitz, Sph., p. 91. — Chiron, Dr.; Móschler, p. 108. También en Cuba, Santo Domingo, Santo Tomás, Guadalu- pe y Surinam. 93. Chocrocampa tersa. Sphinx tersa, Linn., Mant., 1771, p. 538. — — — ; Cr., 1v, 1782, p. 226, t..397, 0. ANALES DE HIST. NAT. —XX. 10 146 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (448) Chocrocampa — — ¡Lucas in Sagra, 1856, p. 293. ER = — ; Herr. Sch., 1865, p. 58. = — — ; Grote, 1865, p. 7. == — — ; Gundl., Contr., p. 191. — — — ; Dewitz, Sph. p. 91. = — — ; Moschler, p. 108. Se encuentra también en Cuba, Jamaica, Méjico, parte de la América Septentrional, en la Central y Meridional. La oruga se cría en Spermecocce. GENERO Deilephila, Ochsenh. 94. Deilephila Daucus. Sphinx Daucus, Cr., 11, t. 125, D. p. 41, 1779, p. 41. — lineata, Fab., S. E. 1775, p. 541, Nr. 18 (parte). Deilephila Daucus, Cr.; Lucas in Sagra, 1865, p. 294. = == — ; Herr. Sch., 1856, p. 58. == lineata Fab.; Grote, p. 26, 1865. — — — ; Gundl., Contr., p. 196. — — — ; Dewitz, Sph., p. 92. — Daucus — ; Moschler, p. 108. Se encuentra también en Cuba y el Continente Septentrio- nal de América desde Méjico hasta California. He cogido las orugas en HZnothera de los jardines, en Claytonia perfoliata y en Berhaavia. GENERO Philampelus, Harr. 95. Philampelus Vitis. Sphinx Vitis, L., Mus. UL, 1764, p. 354. — — Cram., 11, 1782, t. 268, E. p. 138. Philampelus Vitis, Cram; Lucas in Sagra, 1856, 92, lám. 17, f. 4. = — — ; Herr. Sch., 1865, p. 58. o Linnei, Grote et Rob., 1865, p. 3. — — = : Gundl., Contr., p. 191. — Vitis, Linn. ; Dewitz, Spl., p. 92. — — — ; Móoschler, p. 109. (449) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 147 Existe también en Cuba, Alabama, Surinam y parte de América Meridional. La oruga se cría en Cissus (=Vitis) Licyotdes. 96. Philampelus fasciatus. Sphinx fasciatus, Sulz., 151, t. 20, f. 1. — Vitis, Cram., 1, 1782, p. 136, t. 267, f. C. Philampelus fasciatus, Sulz.; Lucas in Sagra, 1856, p. 293, lám. 17, £. 5. == = — ; Herr. Sch., 1865, p. 58. — Vitis Linn.; Grote, 1865, p. 27. = — — ; Gundl., Contr., p. 189. — fasciatus, Sulz.; Dewitz, Sph., p. 92. == == — ; Móschler, p. 109. Existe en Cuba, los Estados meridionales de la Unión norte- americana y en América Meridional. La oruga se cría en Jussica. Según los estudios de Grote et Rob. 1865, pertenece Vivis Linn. al Nr. 96 y Vitis Cr. al Nr. 95 y así dió Grote el nombre Linnet á esta última. 97. Philampelus Labrusce. Sphinx Labruscee, £., Mus. 1l., 1764, p. 352. Philampelus Labruscee, L.; Lucas in Sagra, 1856, 292, Lám. 17, £. 3. — -— — ; Herr. Sch., 1865, p. 58. =— — — ; Grote, 1865, p. 30. — — — ; Gundl., Contr., p. 186. — — — ; Dewitz, Sph., p. 92. — = — ; Móschler, p. 109. También en Cuba, Nueva Jersey, Missouri y América Meri- «dlional. La oruga se cría en especies del género Vitis. GÉNERO Pachylia, Boisd. 98. Pachylia Ficus. Sphinx Ficus, Linn., Mus. Ulr., 1764, p. 353, Nr. 13. Pachylia — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 295. 148 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (450) Pachylia Ficus, Zin.; Herr. Sch., 1865, p. 58. — — — ;Grote, 1865, p. 30. — — — ;Gundl,, Contr., p. 200. Ñ — — ;Dewitz, Sph., p. 109. — — — ;¡Moóschler, p. 109. Se encuentra también en Cuba, Florida, Méjico, Tejas y América Meridional. La oruga se cría en especies del género Ficus. SUBFAMILIA AMBULICIDA, GÉNERO Ambulyx, Boisd. 99. Ambulyx strigilis. Sphinx strigilis, Linn., Mant., 1771, vol., 1, p. 538. Ambulyx — — ; Luc. in Sagra, 1856, p. 291. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 57. = — — ; Grote, 1865, p. 32. — -- — ; Gundl., Contr., p. 184. — — — ; Dewitz, Sph. p. 92. — — — ;¡Moschler, p. 109. También existe en Cuba, Jamaica, Surinam y América Me- ridional. La oruga vive en Comocladia y también en ZLrylhroxylum. SUBFAMILIA SPAINGID.E. GENERO Dilophonota, Burm. 100. Dilophonota Stheno. Erinnyis Stheno, Húbn., Samml. Anceryx — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 298. Erinnyis cinerosa Grote, 1865, p. 7, Ann. of Lyc. vu, Nov. Dilophonota Stheno, Hbd.; Gundl., Contr., p. 221. — =— —; Móschler, p. 109. Existe también en Cuba, Santo Tomás, Surinam, Colombia, Tejas y Méjico. (51) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 101. Dilophonota (Enotrus. Sphinx CEnotrus, Cr.; 1v, 1782, p. 22, t. 301, f. C. Anceryx — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 313. = — — ; Herr. Sch., 1865, p. 59. Erinnyis — — ; Grote, 1865, p. 44, pl. 11, £. 3. Dilophonota — ; Gundl., Contr., p. 220. Anceryx — ; Dewitz, Sph., p. 92. Dilophonota — ; Moóschler, p. 110. 149 Vive también en Cuba, Colombia, Surinam y América Me- ridional. 1062. Dilophonota Meriane. Erinnyis Merianee, Grote, 1865, p. 43, pl. 11, f. 2, Q. Dilophonota Meriane«e, Grote; Gundl., Contr., p. 219. Anceryx — — ¡ Dewitz, Sph., p. 92. Dilophonota — — ;¡Móschler, p. 10. Es especie rara. Cuba, Guatemala, Nicaragua, Méjico y Co- lombia. 103. Dilophonota Alope. Sphinx Alope, Drury, vol. 1, 1779, p. 58, pl. 27, f. 1. Ancerys — — ¡Lucas in Sagra, 1856, p. 298. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 60. Erinnyis — — ; Grote, 1665, p. 43. Dilophonota Alope, Drury; Gundl., Contr., p. 278. Anceryx — — ; Dewitz, Sph., p. 92. Dilophonota Alope, Drury; Móschler, p. 110. Especie común en Cuba, Jamaica, Guayana, Colombia y Brasil. La oruga se cría en Carica Papaya. 104. Dilophonota Ello. Sphinx Ello, Linn.; Mus., Ulr., 1856, p. 298. Anceryx Ello, — ; Lucas in Sagra, 1865, p. 298. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 59. Erinnyis — = ; Grote, 1865, p. 41. 150 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (452) Dilophonota Ello, Linn., Mus. Ulr.; Gundl., Contr., 222. Anceryx — — —= ; Dewitz, Sph., p. 92. Dilophonota — — — ;¡Moschler, p. 110. Existe también en Cuba, San Cristobal, Surinam, Méjico, Tejas y muchos Estados de los Unidos inclusa la California. La oruga se cría en Jatropha Manihot. Muchas orugas mue- ren, porque un himenóptero pequeño pone centenares de huevos en una sola oruga. Las larvas de estos himenópteros que son JMicrogaster Aaviventris Cross. salen del cuerpo, cada una forma un capullito blanco uno al lado del otro y estos. todos juntos parecen una mota de algodón, pegada en el pe- ciolo ú hoja de la planta. 105. Dilophonota rimosa. Erinnyis rimosa, Grote; 1865, p. 41, pl. 1, f. 1. Dilophonota — — ; Gundl., Contr., p. 215. Anceryx — — ; Dewitz, Sph., p. 92. Dilophonota — — ; Moschler, p. 110. Existe en Cuba y Haiti. La oruga se cría en P/umteria. Esta especie no debe quedar en el género Dilophonota, pues la oruga es enteramente diferente de las del mismo, pero en forma (no en color) es igual á las de Pseudosphinz, y vive en la misma planta. GÉNERO Sphinx, L. 106. Sphinx rustica. Sphinx rustica, Fab.; S. E., 1775, p. 540, Nr. 15. — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 296. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 59. — — — ; Grote, 1865, p. 36. Macrosila — — ; Gundl., Contr., p. 208. Sphinx — — ; Dewitz, Sph., 92. — — — ; Móschler, p. 110. Se encuentra en Cuba y en todo el Continente americano. La oruga vive en Sesamum y en Tecoma sldns. (453) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 151 107. Sphin Brontes. Sphinx Brontes, Dr.; 1773, 11, p. 52, pl. 29, f. 4. — == — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 297. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 59. — — — ; Grote, 1865, p. 37, pl. 1 f. 5. Diludia — — ; Gundl., Contr., p. 214. (El género Diludia Gr. et Rob.) Sphinx — — ; Dewitz, Sph., p. 92. — — — ; Múschler, p. 110. También en Cuba. La oruga se cría en Zecoma síans. 108. Sphinx cingulata. Sphinx cingulata, Fab., S. E., 1775, p. 545, n.* 29, = — — ; Lucas in Sagra, 1856, 296. Es pu — ; Herr. Sch., 1865, p. 59. ES = — ; Grote, 1865, p. 37. Macrosila — — ; Gundl., Contr., p. 211. Sphinx — — ; Dewitz, Sph., p. 92. - — — ; Moschler, p. 111. Existe en Cuba, Estados-Unidos norte-americanos y Vene- zuela. 109. Sphinx Carolina. Sphinx Carolina, Linn., Mus. Ulr., 1764, p. 346. — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 296. SS — — ;H. Sch., 1865, p. 59. — — — ; Grote, 1865, p. 37. Macrosila — — ; Gundl., Contr., p. 210. Sphinx — — ; Dewitz, Sph., p. 92. — — — ;¡ Moóschler, p. 111. Es una especie muy dañina al cultivo del tabaco, y en las huertas al tomate (Lycopersicum). Vive también en especies de Solanum. Se encuentra en Cuba, Jamaica, y varios de los Estados- Unidos. 152 ANALES DE HISTORIA NATURAL. . (451) GÉNERO Pseudosphinx, Burm. 110. Pseudosphinx Tetrio. Sphinx Tetrio, Linn., Mant., 1771. — Hasdrubal, Cram., m1, 1782, p. 90, t. 246, f. E. — Asdrubal, Poey., Cent., 1832 (figura de la oruga iluminada). Macrosila — Cr.; Lucas in Sagra, 1865, p. 295. — — — ; Herr. Sch., 1865, p. 59. Pseudosphinx Tetrio, Linn.; Grote, 1865, p. 32 — — — ; Gundl., Contr., p. 203. = — — ; Dewitz, Sph., p. 92. — — — ; Moóschler, p. 111. También en Cuba, Jamaica, Surinam, Colombia. Oruga en Plumierta. GÉNERO Amphonyx, Poey. 111. Amphonyx Anteus. Sphinx Anteeus, Drury, 11, 1773, p. 43, pl. 25, f. 2. — Jatrophee, Fab., Spec., 11, 1781, p. 143. — Medor, Cram., 1v, 1782, p. 215, t. 394, f. A. Amphionyx (sic) Jatrophe«e, F.; Lucas in Sagra, 1856, p. 299. Macrosila Antheeus (sic) Dr.; Herr. Sch., 1865, p. 59. Amphonyx — — ; Grote, 1865, p. 34. — Anteeus — ; Gundl., Contr., p. 206. — — — ; Dewitz. — — — ; Moschler. p. 111. Vive también en Cuba, Méjico y América Meridional. La oruga se cría en 4nona muricata. Es la especie mayor de esta familia. 112. Amphonyx Cluentius. Sphinx Cluentius, Cram., 1, 1779, p. 124, t. 78, f. B., yg. — — OS LAS e vi el Amphonyx — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 313. Macrosila — — ; Herr. Sch., 1866, p. 59. (455) Gundlach.—rFAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 153 Amphonyx Cluentius, Cram.; Grote, 1865. — — — ; Gundl., Contr., p. 205. Amphionyx (sic) Cluentius, Cram; Dewitz, Sph., p. 92. Amphonyx — — ;Moóschler, p. 111. También en Cuba, Cayena y Surinam. Famiia Bombyces. SUBFAMILIA AGARISTIDA. GENERO Agarista, Leach. 113. Agarista noctuiformis. Agarista noctuiformis, n. sp., Móschler, p. 112. Es propia de la isla de Puerto-Rico. SUBFAMILIA SYNTOMIDA. GixerRO Horama, Hiibn., Verz. 114. Horama Pretus. Horama Pretus, Cram., n, p. 121, t. 175, E. F. — — — ; Dewitz, Nacht., p. 94. = =— — ; Moschler, p. 113. Vive también en San Thomas y Jamaica, pero no en Cuba. 115. Horama Panthalon. Horama Panthalon, Fab., E. $., nu, p. 405. — — — ; Dewitz, Nacht., p. 94. — —- — ; Moschler, p. 113. No existe en Cuba. 154 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (456, GÉNERO Cosmosoma, Hibn., Ezot. 116. Cosmosoma Omphale. Cosmosoma Omphale, Hiibn., Samml., 1806, 3, f. 1-4. Glaucopis = — ¡Lucas in Sagra, 1856, p. 285. — = — ;¡ Herr. Sch., 1866, p. 114. Cosmosoma — — ; Grote, Zyg., 1, 1866, p. 189 (17). -— SS — ; Gundl., Contr., p. 239. Glaucopis — — ; Dewitz, Nacht., p. 92. Cosmosoma — — ;¡Móschler, p. 113. También en Cuba, Jamaica, Florida y Méjico. La oruga se cría en la MMikania. GÉNERO Isanthrene, Hiibn., Verz. 117. Isanthrene Chalciope. Isanthrene Chalciope, Hb., Zutr., m1, 1825, p. 20, n.* 235, f. 469-470. Glaucopis — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 285. — — — ; Herr. Sch., 1866, p. 114. Isanthrene — — ; Grote, Zyg., 11, 1867, p. 297 (1). — — — ; Gundl., Contr., p. 241. Glaucopis — — ; Dewitz, Nacht., p. 92. Isanthrene — — ; Móschler, p. 113. Se encuentra también en Cuba, Brasil y Estados-Unidos. La oruga se cría en la Cupania americana. En la obra de Móschler se olvidó poner el núm. 118, y sigue con el 119. GENERO Poecilosoma, Hibn., Verz. 119. Pocilosoma multicincta. Poecilosoma multicincta, Walk., 1, 163, Butl. Tllust., 1877, t. 11, £. 11. Glaucopis — — ; Dewitz, Nacht., p. 92. Pocilosoma — — ; Móschler, p. 113. (457) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA., 155 Se encuentra también en Santo Domingo, de donde vino : el tipo. GÉNERO Glaucopis, Hb., Ez. 120. Glaucopis insularis. Eunomia insularis, Grote, Zy2., 1866, p. 188 (16). = = — ,Proceed., 1867, t, $, f. 5. Glaucopis elegantula, H. Sch., 1866, p. 114. Eucomia insularis, Gr.; Gundl., Contr., p. 238. Glaucopis — — ; Dewitz, Nacht., p. 92. — =— — ; Moschler, p. 113. - Se encuentra también en Cuba. La oruga en plantas de las familias de las convolvuláceas. 121. Glaucopis selecta. Leemocharis selecta, Herr. Sch., Ex, f. 256. Glaucopis =— — ,1866, p. 110. — eximia — ,1866, p. 110. Cosmosoma selecta — ; Gundl., Contr., p. 240. Glaucopis — — ;Dewitz, Nacht., p. 92. — SS — : Moschler, p. 113. También en Cuba. GÉNERO Empyreuma, Hiibn., Verz. 122. Empyreuma Pugione. Sphinx Pugione, Linn., S. N., 1767, p. 807, n.” 45, (Q). — Lichas, Cram., 1, 1779, p. 70, t. 45, £. B, (9). Empyreuma Pugione, Húbn., Zutr., 1, 1818, p. 12, n.” 21, f. 41, 42. Glaucopis — ; Limn., Lucas in Sagra, 1856, p. 284. Eupyreuma Lichas, Cr.; Hear. Sch., 1866, p. 115. - Pugione, Húbn.; Grote, Zyg., 1867, p. 299 (3). — —= — ;Gundl., Contr., p. 244, = = — ; Dewitz, Nacht., p. 94. — — — ; Moschler, p. 113. 156 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (458) Existe también en Cuba, Santo Tomás, Santo Domingo y Jamaica. Oruga en Verium. GENERO CGharidea, Dalm. 123. Charidea cimicoides. Charidea cimicoides, Herr. Sch., 1866, p. 116. == — —= ; Gundl., Contr., p. 253. == — — ;Dewitz, Nacht., p. 94. — — — ; Móschler, p. 114. Existe en Cuba, donde he criado la oruga que vive en la cara inferior de las hojas de Cecropia, formando luego un capullo poco primoroso. 124. Charidea bicolor. Charidea bicolor, Herrich Sch., 1866, p. 116. — — — ; Gundl., Contr., p. 254. — — — , Moschler, p. 214. También en Cuba. Es especie rara. 125. Charidea proxima. Erithales proxima, Grote, Zyg., 1867, suppl., p. 24. — — — ; Gundl., Contr., p. 272. Charidea — — ; Dewitz, Nacht., p. 94. —- —- — ; Moschler, p. 114. El tipo es de Cuba. GÉNERO Echeta, Herr. Sch., 1866, p. 108. 126. Echeta flavicollis. Echeta flavicollis, Dewitz, Sph., p. 94. =— -— — ; Moschler, p. 114. Hasta ahora no observada en Cuba. (459) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 157 GéNerRO Lycomorpha, Harr. 127. Lycomorpha fumata. Lycomorpha fumata, Moschler, p. 114, nov. sp., Q. No hemos encontrado esta especie en Puerto-Rico. El señor Móschler la vió en el Museo del Dr. Staudinger. GENERO Eupseudosoma, Grote, Bomb0., 1865, p. 14. 128. Eupseudosoma niveum. Charidea nivea, Herr. Sch., Lep. Exot., f. 279, Q. Eupseudosoma niveum, (rote, Bomb., 1865, p. 14. — — — ; Gundl., Contr., p. 263. — — — ; Dewitz, Nacht., p. 95. — — — ; Moschler, p. 114. Esta linda especie vive también en Cuba. La oruga en Psidium. SUBFAMILIA ARCTHDA. GiéxeErRO Halisidota, Hibn., Verz. 129. Halisidota bimaculata. Halisidota bimaculata, Dewitz, Noct., p. 95. — — — ; Moschler, p. 115. No se la ha observado en Cuba. 130. Halisidota strigosa. Halisidota strigosa, Wall, 736. — cubensis, GFrote, Bomb., 1865, p. 17. — — — ; Herr. Sch., 1866, p. 131. — SS — ; Gundl., Contr., p. 270. — — — ; Dewitz, Noct., p. 95. — strigosa, Walk.; Móschler, p. 115. Se encuentra también en Cuba y Jamaica. 158 ANALES DE HISTORIA NATURAL, (460) 131. Halisidota tesselarís. Halisidota tesselaris, Húbn., Zutr., f. 939, 940. — cinctipes, Grote, Bomb., 1865, p. 16. — — ; Herr. Sch., 1866, p. 131. —- — — ; Gundl., Contr., p. 269. — = — ; Dewitz, Noct., p. 95. — tesselaris, Húbn.; Móschler, p. 115. Existe también en Cuba. La oruga vive probablemente en Hibiscus. Venezuela, Méjico y Estados orientales de la Unión norte-americana. GÉNERO Ecpantheria, Húbn., Verz. 132, Ecpantheria Eridane. Ecpantheria ? Eridane, Cram., 1, 1779, p. 107, t. 68, G. pes, = — ; Dewitz, Nacht., p. 95. En iS — ; Moóschler, p. 116. No existe en Cuba. 133. Ecpantheria Icasia. Ecpantheria Icasia, Cram., 11, 1779, p. 130, t. 181, E. — Lantanze, Fab., E. $., 11, t. 1, 437. — Icasia, Cr.; Dewsitz, Nacht., p. 95. — — —;Moschler, 116. No se encuentra en Cuba. GENERO Pareuchaeetes, Grote, 1865. 134. Pareuchetes cadaverosa. Pareucheetes cadaverosa, Gr., Bomb., 1865, p. 19. — — — ; Herr. Sch., 1866, p. 1831. — — — ; Gundl., Contr., p. 272. — — — ; Dewitz, Nacht., p. 95. — — — ; Moschler, p. 116. Cuba. La oruga vive en Vernonia, Eupatorium. (461) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 135. Pareuchetes aífinis. Pareucheetes affinis, Grote, Bomb., 1865, p. 19. También en Cuba. GÉNERO : Herr. Sch., 1866, p. 131. : Gundl, Contr., p. 273. : Dewitz, Nacht., p. 95. : Moschler, p. 116. Combposia, Húbn., Verz. 136. Composia Sybaris. Composia ? Sybaris, Cr., 1, 1775, p. 112, t. 11, E. — credula, Fab., E. S., m, 1, p. 475. Composia Sybaris, Cr.; Dewitz, Nacht., p. 95. — — —;¡Moschler, p. 16. No observada en Cuba, pero sí en Jamaica, Santo Domingo y Santa Cruz. 137. Lauron vinosa. GÉNERO Lauron, Walk. Sphinx vinosa, Drury, 1770. 1, p. 47, pl. 23, f. 4. Dioptis rica, Húbn., Zutr., p. 31, n.o 351, 532. Callinorpha rica, Hiibn.; Lucas in Sagra, 1856, p. 302. Hyalurga vinosa, Ab., Samml., Herr. Sch., 1866, p. 131. Dioptis — Dr.; Grote, Zyg., 1867, p. 301 (11). = — — ; Gunadl., Contr., p. 252. Lauron — Drury; Dewitz, Nacht., p. 95. : Móschler, p. 116. Esta especie vive también en Cuba, Jamaica, Antigua, San Cristobal, Venezuela y Honduras. La oruga en Zouwrnefortia y Heliotropiuwm. 160 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (462) GriNeERO Utetheisa, Hibn., Verz., 1816. 138. Utetheisa bella. Tinea bella, Linn., S. N., 1767, p. 885. Noctua ornatrix, Linn., S. N., 1767, p. 839. Bombyx bella, Fabr., S. E., 1775, p. 585, n.* 101. — Ornatrix, Fabr., S. E., 1775, p. 479, n.” 225. Tinea bella, Cr., 11, 1779, p. 20, t. 109, £. C. D. Noctua ornatrix, Cr., 11, 1779, p. 107, t. 166, f. C. D. E. Deiopeia bella, Cr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 301. — ornatrix, Ab.; Lucas in Sagra, 1856, p. 301. Utetheisa bella, Linn.; Grote, Bomb., 1865. — — — ;Gundl., Contr., p. 257. Deiopeia — etornatrix, Linn.; Dewitz, Noct., p. 95. Utetheisa — Limm.; Móschler, p. 116. Especie muy común en los campos. El colorido varía mu- chisimo y por esto existen dos nombres, y además el speciosa, Walker. La oruga se cría en Crolalaria. SUBFAMILIA LIT MOSIDA. GENERO Gnophria, Steph. 139. Gnophria limpida. Gnophria limpida, Móschler, n. sp., p. 117. Esta especie no fué cogida por nosotros, pero el Sr. Músch- ler encontró un ejemplar o” en la colección del Dr. Stau- dinger. GuNERO Delphyre, Walk. 140. Delphyre pallida. Delphyre pallida, Moschler, n. sp., p. 118. (463) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 161 Móschler no dice si esta especie pertenecía 4 la colección de Krug ó si la vió en otra parte, pues no lleva el Nr. de la co- lección. GENERO Cincia, Walk. 141. Cincia conspersa. Cincia conspersa, Walk., 11, 538. ? Mieza albulata, Herr. Sch., 1866, p. 120. — albatula (error calami), Grote, Zyg., 1867, p. 337 (35). — albulata, Herr. Sch.; Gundl., Contr., p. 255. — - — ;Dewitz, Noct., p. 95. Cincia conspersa, Walk.; Móschler, p. 118. Se encuentra en Cuba y Jamaica. De esta isla provino el tipo. GÉNERO Nola, Leach. 142. Nola portoricensis. Nola portoricensis, Moóschl., n. sp., p. 118. Parece ser propia de Puerto-Rico. GENERO Stenola, Múschler, nov. gen., p. 119. 143. Stenola bistriga. Stenola bistriga, Móschl., n. sp., p. 119. No encontrada fuera de la isla de Puerto-Rico. GENERO Cephalospargeta, Múschler, nov. gen., p. 119. 144, Cephalospargeta elongata. Cephalospargeta elongata, Múóschler, n. sp., p. 120. Parece ser propia de Puerto-Rico. ANALES DE HIST. NAT.—XX. 11 162 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (461) GENERO Afrida, Móschler. 145. Afrida tortriciformis. Afrida tortriciformis, Móschler, Jam., 44, £. 19. == ple ESO pa: También en Jamaica. GÉNERO Paraxia, Móschler, nov. gen., p. 120. 146. Paraxia Chameleon. Paraxia Chameeleon, Móschler, p. 121, n. sp. Especie no observada en Cuba. SUBFAMILIA PSYCHIDE. GENERO CEceticus, Guild. 147. (Eceticus Kirbyi. (Eceticus Kirbyi, Guild., Trans., Linn., Soc., xv, 374, t. 6 y 7, 1827. — Poeyi, Lucas in Sagra, 1856, p. 303, lám. 17, f. 6, ff. — — — ; Herr. Sch., 1866, p. 133. — — eS ; Grote, Bomb., 1866, p. 21. — — — ; Gundl., Contr., p. 276. — Kirbyi, Guild.; Móoschler, p. 122. También en Cuba y Jamaica, de donde provino el tipo. No lo hemos observado, pero Móschler vió un y en la colección del Dr. Staudinger. La oruga vive sobre Persea, Cupania, Terminalia, etc. (465) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 163 SUBFAMILIA MEGALOPYGIDE. GÉNERO Megalopyga, Húbn., Verz. 148. Megalopyga Krugii. Lagoa Krugii, Dewitz, Noct., p. 95. Megalopyga — ; Dew.; Moschler, p. 122. Parece ser propia solamente de Puerto-Rico. SUBFAMILIA SICULIDE. GENERO Striglina, Guenée. 149. Striglina scallula. Striglina scallula, Guen., Monogr. Sicul., Ann. Soc. Ent. Fr., 1877,286,8,t. 7. — — — ; Móschler, p. 122 (tipo y var. inmaculata). Vive también en Surinam y Brasil. SUBFAMILIA NOTODONTIDE. GÉNERO Nystalea, Guen. 150. Nystalea Ebalea. Nocteca Ebalea, Cr., 1, 1779, p. 41, t. 310, f. C. p. 41. Nystalea — Guen., 847 et conchifera, Guen, 845. — conchifera, Guen.; Herr. Sch., 1866, p. 134. — Ebalea, Cr.; Gundl., Contr., p. 282. — — —;Dewitz, Nacht., p. 96. — — —;Móschler, p. 123. La oruga vive en Comocladia y en Spondias. También en Cuba, Jamaica, Brasil, Surinam y Venezuela. 164 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (166) 151. Nystalea divisa. Nystalea divisa, Móschl., Surin., v, 343, t. 18, f. 22. o E A No observada en Cuba. El tipo era de Surinam y de Vene- zuela. 152. Nystalea Nyseus. Noctua Nyseus, Cr., 1, p. 119, p. 41, t. 75., £ E., 1779, — sin nombre, Herr. Sch., 1866, p. 134, lín. 15. Cyrrhesta Nyseus, Cr.; Gundl., Contr., p. 280. — — —; Dewitz, Noct., p. 96. Nystalea — — Moóschler, p. 123. Vive también en Cuba y en Surinam y Colombia. GÉNERO Symmerista, Hibn. 153. Symmerista dubia. Symmerista dubia, Móschl., Surin, 11, 689, po E EL, También en Surinam y Venezuela. GÉNERO Edema, Walk. 154. Edema insularis. Edema insularis, Grote, Zyg., 1867, suppl. 25. — sin nombre, Herr. Sch., 1866, p. 134, línea 15. — insularis, Gr., Gundl., Contr., p. 281. — — — ; Dewitz, Noct., p. 96. — — — ; Móschler, p. 123. Observada en Cuba. La oruga se crió en Cupania. También en Jamaica. Los números de orden 153 y 154 van repetidos por errsta en las Noctuidas. A - (467) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. Fama Noctuidee. GÉNERO Laphygma, Guen. 153 (bis). Laphygma frugiperda. Noctua frugiperda, Sm., Abbot., 11, pl. 96, y”, 1797. Laphygma macra, Guen., 251, Q. frugiperda, Sm., Abb.; Herr. Sch., 1868, p. 3. — ; Gundl., Contr., p. 288. — ; Móschler, p. 124. Vive también en Cuba, Jamaica, Surinam y ambas Américas. La oruga daña á veces las siembras de maíz, caña y otras. 154 (bis). Laphygma angustipennis. Laphygma angustipennis, Móschler, Jam., 71, f. 14, 1886. p. 124, con una var. Q divida. Vive además en Jamaica, pero no en Cuba. GÉNERO Prodenia, Guen. 155. Prodenía Androgea. Noctua Androgea, Cr., 1v, 1782, p. 42, t. 310, f. D. Prodenia — — ; Herr. Sch., 1868, p. 3. — = — ; Gundl., Contr., p. 290. — — ; Móschler, p. 125. Existe también en Cuba y en Surinam. La oruga vive durante el día al pie de una planta tierna y de noche sale de la tierra á comer, Hace mucho daño en las huertas y otras tierras cultivadas, pues troncha los renuevos. Come de muy diferentes plantas. 166 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (468) 156. Prodenia Commelina. Noctua Commelinee, Sm., Abb, 11, 180, pl. 95, 1797. Prodenia — — ; Herr. Sch., 1868, p. 4. =- —- — ; Gundl., Contr., p. 291. — —= — ; Móschler, p. 125. Se encuentra en Cuba y el continente septentrional de Amé- rica. 157. Prodenia eudiopta. Prodenia eudiopta, Guen., Nr. 261. — — — ; Herr. Sch., 1868 (116), p. 4. = = — ; Gundl., Contr., p. 292. — — — ; Móschler, p. 125. También en Cuba. 158. Prodenia pulchella. Prodenia pulchella, Herr. Sch., n. sp., p. 4, 1868. — — — ;Gundl., Contr., p. 292. — — — ;Moschler, p. 125. — exquisita Moóschler, Jam. 69, f. 23. Cuba y Jamaica. 159. Prodenia testaceoides. Prodenia testaceoides, Guen., Nr. 262, pl. 6, f. 7. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 4. - — — ; Gundl., Contr., p. 292. y E — ; Moschler, p. 126. También en Cuba, Surinam y Brasil. GÉNERO Hadena, Schrank. 160. Hadena chalcedonia. Hadena chalcedonia, Hb. (469) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 167 Celzeno guttula Herr. Sch., 1868, p. 14. — — — ;Gundl., Contr., p. 318. Hadena chalcedonia, Hb.; Móschler, p. 126. Alibama nutata, Moschler, Jam., 73. Vive también en Cuba y Jamaica. 161. Hadena Arna. Celseeno Arna, Guen., Nr. 351. SS — — ;Herr.'Sch., 1868, p. 14. — = — ; Gundl., Contr., p. 318. Hadena — — ; Moóschler. 127. Existe también en Cuba, Florida y otras localidades de Amé- rica Septentrional. 162. Hadena Disgrega. Hadena Disgrega, Múschl., n. sp., p. 128. No se la ha observado en Cuba, pero sí en la isla de Santa Cruz. 163. Hadena punctirena. Hadena punctirena, Wall., 586. ne = — ;Móschler. 586. No se ha observado en Cuba. El tipo es de Santo Domingo. 164. Hadena ligata. Hadena ligata, Móschler, n. sp., p. 130. No fué cogida por nosotros. Múoschler vió la especie en la colección del Dr. Staudinger. GÉNERO Polypheenis, Boisd. 165. Poliphenis nona. Polyph:enis nona, Moóschler, n. sp., p. 131. No vista en Cuba y otras tierras. ANALES DE HISTORIA NATURAL. GíNeROo Eriopus, Treisckke. 166. Eriopus elegantulus. Eriopus elegantulus, Herr. Sch., 1868, p. 5. E a — ; Gundl., Contr., p. 293. par = — ¡Moschler, p. 132. Observado y criado en Cuba en Aspidium. 167. Eriopus jamaicensis. Eriopus jamaicensis, Móschl., Jam., 52, f. 24. = — = p. 133. No observada en Cuba. GENERO Perigea, Guen. 168. Perigea subaurea. Perigea subaurea, Guen., 362. ES — — ; Herr. Sch., 1868, p. = — — ; Gundl., Contr., p. 294. = — — ; Móschl., p. 133. También en Cuba, Jamaica y Brasil. 169. Perigea circuita. Perigea circuita, Guen., Nr. 363. = — — ; Herr. Sch., 1868, p. 5. = — — ; Gundl., Contr., p. 294. — — — ; Móschler, p. 133. Existe en Cuba, Jamaica y Brasil. 170. Perigea stelligera. Perigea stelligera, Guen., Nr. 365. (470) (411) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. Perigea stelligera, Guen.; Herr. Sch., 1868, p. 5. — = — ; Gundl., Contr., p. 294. = = — ; Moschler, p. 134. Vive también en Cuba y Santo Tomás. 171. Perigea plumbago. Perigea plumbago, Herr. Sch., 1868, p. 6. E = — ; Gundl., Contr., p. 295. Pz = — ;¡Moóschl., p. 134. Existe también en Cuba. 172. Perigea albigera. Perigea albigera, Guen., Nr. 364. — — — ;¡ Herr. Sch., 1868, p. 5. = — — ; Gundl., Contr., p. 294. — SS — ; Moschler, p. 134. Se encuentra también en Cuba. GENERO Craniophora, Snell. 173. Craniophora Cupentia. Noctua Cupentia, Cr., 11, t. 252, f..E., Q, 1782, p. 103. — Epopea, Cr., 1, 1782, p. 144, t. 272, f. G. H. Agrotis — —; Lucas in Sagra, 1856, p. 313. Perigea infelise, Guen., Nr. 368. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 6. — — — ; GEundl., Contr., p. 295. Craniophora Cupentia, Cr.; Múschler, p. 135. También en Cuba, Jamaica, Surinam y Florida. GÉNERO Mamestra, Treitschke. 174. Mamestra parvula. Mamestra parvula, Herr. Sch., 1868, p. 6. 170 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (472) Mamestra parvula, Herr. Sch.; Gundl., Contr., p. 296. — — — ;¡Móschler, p. 135. =- var. distributa, Móschl., Jamaica, 75. Se encuentra en Cuba y también una variedad en Jamaica. GÉNERO Leianophera, nov. gen., Móschler, p. 136. 175. Leianophera transtfossa. Leianophera transfossa, Móschler, n. sp., p. 136, fig. 16. Parece ser propia de la isla de Puerto-Rico. GENERO Endryas, Boisd. 176. Endryas Bartholomei. Endryas Bartholome«ei, Boisd., Mon. des Agar., 59, 1874. — — — ; Móschler, p. 137. No se ha observado esta especie en Cuba. El tipo era de San Bartolomé. GENERO Callierges, Hubn. Samnm!l. 177. Callierges divisa. Callierges divisa, Herr. Sch., 1868, p. 7. — — == SGundt. COME pi 291: — — — ; Móschler, p. 138. Existe en Cuba. 178. Callierges Eridania. Noctua Eridania, Cram., 1v, 1782, p. 133, t. 358, £, E. F. Callierges Eridania, Cram.; Herr. Sch., 1868, 7. -— — — ; Gundl., Contr., p. 298. — — — ; Moschler, p. 139. Existe en Cuba. La oruga en Amarantus y en Solanum torvum. (473) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 179. Callierges sunia. Xylomiges sunia, Guen., n.* 238. Callierges — — ; Herr. Sch., 1868, p. 7. — — — ; GEundl., Contr., p. 297. — — — ;Moschler, p. 139. 171 También en Cuba y Santo Tomás. La oruga se cría en Gos- SYPpluM. 180. Callergies recondita. Callierges recondita, l/óschler, nov. sp., p. 140. No ha sido observada en Cuba. GÉxeErRO Monodes, Guen. 181. Monodes nucicolora. Monodes nucicolora, Guen., Nr. 386, t. 4, f. 9. — — — ¡Múschler, 140. No observada en Cuba, pero sí en la Florida. GÉNERO Leucania, Treitschke. 182. Leucania commoides. Leucania commoides, Guen., Nr. 127. — secta, Herr. Sch., 1868, p. 7. — —= — ; Gundl., Contr., p. 300. — commoides, Guen.; Móschler, p. 141. Existe en Cuba y en los Estados-Unidos. 183. Leucania punctifera. Leucania punctifera, Móschler, Surin., 111, 389. — — = p. 141. No observada en Cuba. 172 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (474) 184. Leucania inconspicua. Leucania inconspicua, Herr. Sch., 1868, p. 7. 3944 = — ;Gundl., Contr., p. 301. Ex = — ;¡Moschler, p. 141. En Cuba y Surinam. 185. Leucania latiuscula. Leucania latiuscula, Herr. Sch., 1868, p. 7. — — — ; Gundl., Contr., p. 301. —- — — ;¡Móschler, p. 142. También en Cuba, y acaso en el Continente Septentrional. 186. Leucania senescens. Leucania senescens, Móschler, n. sp., p. 142. No observada en Cuba. 187. Leucania Phragmiticola. Leucania Phragmiticola, Guen., Nr., 136. = — — ; Móschler, p. 143. No se ha cogido esta especie en Cuba, pero sí en los Estados- Unidos. : 188. Leucania clarescens. Leucania clarescens, Móschler, n. sp., p. 143. Falta en Cuba. 189. Leucania extranea. Leucania extranea, Guen., Nr., 104. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 8. — — — ; Gundl., Contr., p. 302. ó — — — ;¡Moóschler, p. 144. Existe en Cuba y una parte de ambas Américas. (475) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 173 GENERO Caradrina, Treitschke. 190. Caradrina promiscua. Caradrina promiscua, Móschler, n. sp., p. 144. No fué cogida por nosotros, pero existe en la colección del Dr. Staudinger. GÉNERO Atethmia, Hiibn. 191. Atethmia inusta. ? inusta, Guen., Nr., 683, t. 8, f. 1. Atethmia — — ; Herr. Sch., 1868, p. 8. — =— — ; Gundl., Contr., p. 303. — — — ; Móschler, p. 144. Cuba, Brasil, Cayena, Bogotá, Venezuela y Jamaica. GÉNERO Collomena, Móschler, p. 145, nov. gen. 192. Collomena elota. Collomena elota, Móschler, p. 145. Hasta ahora no observada en otras tierras. GÉNERO Pleurasympieza, Móschler, nov. gen., p. 146. 193. Pleurasympieza Smithii. Pleurasympieza Smithii, Móschler, n. sp., p. 147, fig. 18. No conocida de otras tierras. 174 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (476) GÉNERO Encaiypta, Móschler, nov. gen., p. 147. 194. Encalypta Schildei. Encalypta Schildei, Moóschler, n. sp., p. 148. No conocida en Cuba. GÉNERO Euthisanotia, Hibn., Zutr. 195. Euthisanotia Timais. Noctua Timais, Cr., 11, 1782, p. 148, t. 275, £. B. — — — —; Húbn., Zutr., 589, 590. Bombyx Timais Cr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 313. Euthisanotia Timais, Cr.; Herr. Sch., 1868, p. 8. — — — ; Gundl., Contr., p. 303. — — — ; Móschler, p. 149. También en Cuba, Brasil, Jamaica, Surinam y algunos de los Estados-Unidos. La oruga se alimenta de las hojas y cebo- llas de amarilídeas. GENERO Norogpsis, Guen. (Zuglyphta, Hiúbn., Verz.) 196. Noropsis fastuosa. Noctua hieroglyphica, Cr., 11, 1779, p. 81,4. 147, D. (nec. Drury.) Bombyx festiva, Fab., S. E., 579. (nec. Hufnagel.) ? elegans, Hibn., Samm., v. (nec. Fab. et Olivier.) Bombyx festiva, Fab.; Lucas in Sagra, 1856, p. 313. Noropsis fastuosa, Guen., Nr., 186. Euglyphia fastuosa, Guen.; Herr. Sch., 1868, p. 9. — — — ; Gundl., Contr., p. 304. Noropsis — — ; Móschler, p. 149. Cuba, Brasil, Colombia, Curasao y Méjico. Oruga en Co7- chorus. (477) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 175 GÉNERO Agrotis, Treitschke. 197. Agrotis incivis. 2 — incivis, Guen., Nr., 441. Agrotis incisa (sic, error tip.), Herr. Sch., 1868, p. 9. — — - , Gundl., Contr., p. 306. — incivis, Guen.; Móschler, p. 150. — Melina, Moschler, Jam., 79. Cuba, Santo Domingo, Jamaica y América Septentrional. 198. Agrotis annexa. 2 annexa Treitschke, 5, 1, 154, suppl. 22. Agrotis — = ; Herr. Sch., 1868, p. 9. SS — — ;Gundl., Contr., p. 306. — — — ;Moschler, p. 150. _Cuba, Brasil, Santo Domingo, Jamaica, Puerto Natal y Amé- rica Septentrional. La oruga vive durante el día al pie de plantas tiernas y sale al oscurecer para comer el tronco tierno. Causa daño en las huertas. 199. Agrotis apicalis. Agrotis apicalis, Herr. Sch., n. sp., 1868, p. 9. = — — ;Gundl., Contr., p. 307. — - — ;Moschler, p. 150. Existe en Cuba. 200. Agrotis submucosa. Agrotis submucosa, Herr. Sch., 1868, p. 9. SS — — : Gundl., Contr., p. 308. pe ElZ — : Móschler, p. 150. Cuba, Colombia y Mérida. 176 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (478) 201. Agrotis grandirena. Agrotis grandirena, Herr. Sch., 1868, p. 9. a == — ; Gundl., Contr., p. 308. Bue Be — ;¡Móschler, p. 151. Cuba, y según Herr. Sch., también en la América Septen- trional, pero no está en Vem-Check- List de Grote. GENERO Heliothis, Treitschke. 202. Heliothis armigera. ? armigera, Hiúbn., Eur. Noct., f. 370. Heliothis — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 305. — — — ; Guen., Nr., 933. = — — ; Herr. Sch., 1868, p. 10. — — — ; Gundl., Contr., p. 309. — — — ; Moschler, p. 152. En Cuba y casi todo el mundo. Es una de las especies más dañinas de lepidópteros, entra en las mazorcas del maíz y en las cápsulas del algodón. En los Estados-Unidos le llaman Bollmworm. GENERO Chloridea, Idesta. 203. Chloridea virescens. Noctua virescens, Fab., E. $., 11, 1793; 1, p. 30, n.? 72, Aspila Rhexiae y” et virescens Q, Guen., Nr. 923. Chloridea virescens, Fab.; Herr. Sch., 1868, p. 10. — — — ; Gundl., Contr., p. 310. — — — ; Móschler, p. 152. Cuba, Santo Tomás, Guadalupe, Colombia y Barbadas. La oruga es también muy dañina, principalmente al tabaco, pues vive en el cogollo y luego también en las cápsulas. Lo mismo en las cápsulas de Hibiscus, Sesamum y otras plantas. Una oruga que llevaba en la mano me mordía, y puesta con otras orugas se las comía. (479) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. GÉNERO Acontia, Ochsenh; 'S 204. Acontia mixta. Acontia mixta, Moschler, n. sp., p. 154. No existe en Cuba. 205. Acontia unipunctata. Acontia unipunctata, Móschler, n. sp., p. 155. No es conocida en Cuba. GENERO Emmelia, Húbn., Verz., 1816. 206. Emmelia Dama. Emmelia Dama, Guen., Nr., 969. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 11. - — — ; Gundl., Contr., p. 313. — — — ;Móúschler, p. 155. Cuba, Estados-Unidos y Surinam. 207. Emmelia Tigridula. Emmelia Tigridula, Herr. Sch., 1868, p. 11. = : Gundl., Contr., p. 314. Ñ E PE ; Moschler, p. 155. Cuba posee también esta especie. 208. Emmelia variegata. Emmelia yariegata, Móschler, n. sp., p. 156. — — yar.? ochracea, Moschler, p. 156. No se ha observado en Cuba. ANALES DE HIST. NAT. —XX. 12 17 178 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 209. Emmelia Uncinula. Emmelia Uncinula, Herr. Sch., 1868, p. 11. — — — ;Gundl., Contr., p. 314. — — — ;Muschler, p. 157. Existe también en Cuba. 210. Emmelia Felina. Emmelia Felina, Herr. Sch., 1868, p. 11. y — — — ;Gundl., Contr., p. 313. — -— — ; Moschler, p. 157. También en Cuba. GENERO Xanthoptera, Guen. 211. Xanthoptera Botyoides. Xanthoptera Botyoides, Guen., Nr. 1.034. — — — Herr. ¡Sch., 1868; p. 12. — — — ; Gundl., Contr., p. 315. — — — ; Moschler, p. 158. Existe también en Cuba, Brasil y Surinam. 212. Xanthoptera tripuncta. Xanthoptera tripuncta, Móschler, n. sp., p. 158. No la hemos observado en Cuba. (480) GÉNERO Metaponpneumata, Móschl., nov. gen., p. 159. 213. Metaponpneumata Rogenhoferi. Metaponpneumata Rogenhoferi, Móschle», m. sp., p. 159. Parece ser propia de Puerto-Rico. 481) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. GENERO Erastria, Treitschke. 214. Erastria apicosa. Erastria? apicosa, Harv. Erastria nigritula, Quen., Nr. 1.009, t. 10, £. 7. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 12. — — —= ; Gundl., Contr., p. 315. Erastria? apicosa, H.; Moschler, p. 160. También en Cuba y América Septentrional. 215. Erastria minima. Erastria minima, Herr. Sch., n. sp., 1868, 12. — — — ; Gundl., Contr., p. 316. — — — ; Moschler, p. 160. Existe también en Cuba. 216. Erastria deltoides. Erastria deltoides Moóschler, Surin., 11, 399. .-— — — POL: 159 Especie que no se ha observado aún en Cuba, pero sí en Surinam. GÉNERO Galgula, Guen. 217. Galgula partita. Galgula partita, Guen., Nr. 1.022. (en el índice subpartita, Guen.) a E — ;¡ Herr. Sch., 1868, p. 13. = == — ; Gundl., Contr., p. 317. pl = — ;Móschler, p. 161. Cuba y Florida. 180 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (482) GENERO Diastema, Feld. et Rghf. 218. Diastema flavicapilla. Diastema flavicapilla, Móschler, n. sp., p. 162. Vive también en Surinam. GeÉNERO Haplostola, Móschler, nov. gen., p. 162. 219. Haplostola Aphelioides. Haplostola Aphelicides, Moschler. n. sp., p. 163. Parece ser propia de la isla de Puerto-Rico. GÉNERO Mesostrota, Lederer. 220. Mesostrota stigmatula. Mesostrota stigmatula, Snell., xv, 55, t. 4, f. 16, erastria xx111, 55, xxv, 232. Chytoryza tecta, Grote, Canadian Ent., vir, 190. Mesostrota stigmatula, Snell, Móschler, p. 163. No observada en Cuba. Según Snellen vive también en el África Meridional, Java, Celebes y América. Según Grote también en los Estados-Unidos. 221. Mesostrota imprimata. Mesostrota imprimata, Móschler, n. sp., p. 163. No indicada de otras tierras. (483) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA.. 181 GENERO Krugia, Móschler, nov. gen., p. 163. 222. Krugia operta. Krugia operta, Móschler, n. sp., p. 164. De esta especie hay un y” en el Museo de Berlín y otro en poder del Dr. Staudinger. GENERO Cecharismena, Móschl., nov. gen., p. 164. 223. Cecharismena nectarea. Cecharismena nectarea, Móschler, n. sp. p. 165. Será propia de Puerto-Rico. 224. Cecharismena cara. Cecharismena cara, Móschl., n., sp., p. 166. No está indicada de otra tierra. GÉNEEO Thalpochares, Lederer. 225. Thalpochares pallescens. Trothisa pallescens, Herr. Sch., 1868, p. 14. — — — ; Gundl., Contr., p. 319. Thalpochares pallescens, Herr. Sch., Moschler, p. 166. Existe también en Cuba. 226. Thalpochares cinnamomea. Trothisa cinnamomea, Herr. Sch., 1868, p. 15. = = — : Gundl., Contr., p. 319. Thalpochares — — : Moschler, p. 167. Se encuentra también en Cuba. 182 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (484)- 227. Thalpochares mundula. Thalpochares mundula, Zeller, Beitr., 1872, 460,4. 2, f. 4, — — — Moóschler, Jam., 90. — — — — ,p.1067. No en Cuba, pero sí en Jamaica, Colombia, T-jas y Estados- Unidos. 228. Thalpochares albipectus. Thalpochares albipectus, Móschler, n. sp., p. 167. No está mencionada de otras tierras. 229. Thalpochares grapholithoides. Thalpochares grapholithoides, Móschler, n. sp., p. 167. No existe en Cuba, pero sí en Colombia. 230. Thalpochares Putnami. Thalpochares Putnami, Móschler, n. sp., p. 168. No está indicada como de otras tierras. 231. Thalpochares basalis. Thalpocharis basalis, Móschler, p. 169, n. sp. Se conoce solamente la Q. Parece ser propia de Puerto-Rico. GÉNERO Anateinoma, nov. gen. Móschler, p. 169. 232. Anateinoma affabilis. " Anateinoma affabilis, Móschler, n. sp., p. 170, fig. 14. Parece que vive solamente en Puerto-Rico. (485) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 183 GENERO Ingura, Guen. 233. Ingura arcigera. Ingura arcigera, Guen., Nr. 1120. = = — ; Herr. Sch., 1868, p. 15. SS — — ; Gundl., Contr., p. 320. = - — ; Moschler, p. 170. “ Existe en Cuba, Jamaica, Santo Tomás y Surinam. 234. Ingura elegans. Ingura elegans, Móschler, n. sp., p. 170. Propia? de Puerto-Rico. 235. Ingura vittata. Ingura vittata, Moschler, n. sp., p. 171. Solamente conocida de Puerto-Rico. GENERO Cosmophila, Boisd. 236. Cosmophila erosa. Anomis erosa, Húbn. Zutr., 287, 288. Cosmophila erosa. Guen., N. 1255. = — Hibn.; Herr. Sch., 1868, p. 15. — — — ; Gundl., Contr., p. 321. = = — ; Móschler, p. 172. También en Cuba, Santo Domingo, Venezuela, Jamaica y Estados-Unidos. La oruga se cría en los Plumbago, también en las 4 /thea. 184 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (486) GÉNERO Anomis, Hiibn. 237. Anomis argillacea. Aletia argillacea, Húbn. Zutr., 399, 400. Anomis — — Verz., 61. — grandipuncta, Guen., Nr., 1266. — argillacea, Hb.; Herr. Sch., 1868, p. 15. = =— — ; Gundl., Contr., p. 322. — — — ; Móschler, p. 172. Vive también en Cuba, Brasil y América Septentrional. La oruga causa mucho daño al algodón en los Estados- Uni- Ñ dos, donde le llaman Cottonw07m. 238. Anomis illita. Anomis illita, Guen., Nr. 1265. — — — ; Moschler, p. 172. Vive también en Surinam. 239. Anomis fulvida. Anomis fulvida, Guen., Nr. 1259 (6 ¿1269?) — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 16. — — — ; Gundl., Contr., p. 323. — — — ; Moóschler, p. 173. e También en Cuba y América Septentrional. Según Walk., también en el Indostán y Ceylán. 240. Anomis prerupta. Anomis preerupta, Móschler, p. 173, n. sp. No está indicada de otras tierras. (487) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. GÉNERO Gonitis, Guen. 241. (Gonitis Editrix. Gonitis Editrix, Guen.; Nr. 1271, pl. n, f. 5. = = — ;¡ Herr. Sch., 1868, p. 16. — — — ;Gundl., Contr., p. 324. = = — ;Móschler, p. 174. Cuba, Haiti, Colombia, y también Cafrería. La oruga se cría en 7711umfetta. GÉNERO Hemicephalis, nov. gen. Móschler. 242, Hemicephalis Characteria. Noctua Characteria, Cram.; Suppl. (Stoll), 1787, p. 155, t. 34. Sin nombre genérico — ; Herr. Sch., 1868, p. 17. — — ; Gundl., Contr., p. 326. Hemicephalis — ;Móschl., p. 175. Vive también en Cuba y Surinam. GENERO Pseudohemiceras, nov. gen. Móschler, p. 176. 243. Pseudohemiceras Krugii. Pseudohemiceras Krugii, Móschler, n. sp., p. 176. 185 No existe en Cuba, ni se conoce de otra patria que Puerto-Rico. GruNERO Eurhipia, Boisd. 244, Eurhipia blandula. Eurhipia blandula, Herr. Sch., 1868, p. 18. —= — -— : Gundl., Contr., p. 327. —- = — : Móschler, p. 177. Existe en Cuba. ANALES DE HISTORIA NATURAL. GiNERO Penicillaria, Guen. 245. Penicillaria ablatrix. Penicillaria ablatrix, Guen., Nr. 1109. — ;Moschl., p. 179. No en Cuba, pero si en Jamaica y Bogotá. 246. Penicillaria cuprea. Penicillaria cuprea, Móschl., n. sp., p. 179. Vive también en Surinam. GéxerRO Pseudocalpe, nov. gen. Móschl. 247. Pseudocalpe tristriga. Sin nombre genérico tristriga, Herr. Sch., 1868, p. 19. Pseudocalpe = ; Moschl., p. 180. Vive también en Cuba. GENERO Plusiodonta, Guen. 248. Plusiodonta Thome. Plusiodonta Thomee, Guen., Nr. 1202. — ; Herr. Sch., 1868, p. 20. — ; Gundl., Contr., p. 330. — ; Móschler, p. 181. Cuba, Santo Tomás y Jamaica. ; Gundl., Contr., p. 329. (488) (489) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 187 [os GÉNERO Orceesia, Guen. 249. Oresia metallescens. Orsesia metallescens, Guen., Nr. 1205. a E — ; Herr. Sch., 1868. Y = — ; Gundl., Contr., p. 331. de = — ; Moschl., p. 181. Existe en Cuba. 250. Oresia equalis. Gonodonta «equalis, Walk., 956. Orsesia = — ;Moóúschler, p. 181. No hemos cogido esta especie. Móschler la vió en la colec- ción del Dr. Staudinger, pero no dice si ha sido cogida en Puerto-Rico. GÉNERO Theliodora Móschler, Sur in. 251. Theliodora splendens. Theliodora splendens, Móschl., Surin., 11, 392, t. 1x, f. 46, lám. 95. SS = E PIBLe Vive también en Jamaica y Surinam. . GÉNERO Plusia, Ochsenh. 252. Plusia Rogationis. Plusia Rogationis, Guen., Nr. 1169. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 21. — — — ; Gundl., Contr., p. 331. = = — ; Moóschl., p. 181. También en Cuba, Colombia, Surinam y América Septen- trional. 188 ANALES DE HISTORIA NATURAL. 253. Plusia verruca. Noctua verruca, Fab. E. $S., 1793, 11, p. 91, Nr. 238. Plusia — Guen., Nr. 1165. — — YFab.; Herr. Sch., 1868, p. 21. — = — ; Gundl., Contr., p. 332. — — -— ; Móschler, p., 182. (490) También en Cuba, Brasil, Cayena, Santo Tomás, Venezuela, Bogotá y Estados-Unidos. La oruga se cría en Commelyna. 254. Plusia calceolaris. Plusia calceolaris, Walk., 915. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 21. = — — ; Gundl., Contr., p. 332. — — — ; Moóschler, p. 182. Cuba y Santo Domingo. La oruga en Commelyna. 259. Plusia Egenella. Plusia Egenella, Herr. Sch., 1868, p. 21. — — — : Gundl., Contr., p. 332. — — — ; Moschler, p. 182. El tipo es de Cuba. GÉNERO Gonodonta Hiibn., Verz., 1816. 256. (Gonodonta soror. Noctua soror, Cram., 11, 1782, p. 150, t. 276, f. B. Gonodonta soror, Cram.; Herr. Sch., 1868, p. 23. — — — ; Gundl., Contr., p. 334. — — — ; Móschler, p. 182. Vive también en Cuba, Santo Domingo, Guadalupe, Colom- bia y Surinam. 257. Gonodonta Maria. Gonodonta Maria, Guen., Nr. 1218. (491) Gundlach.—FAUNA PUERTC-RIQUEÑA. 189 Gonodonta Maria, Guen.; Herr. Sch., 1868, p. 23. — — — ; Gundl., Contr., p. 335. = — ; Móschler, p. 183. Existe en Cuba. Oruga en 42024 glabra y palustris, Bocagea virgata, Nectandra. 258. Gonodonta teretimacula. Gonodonta teretimacula, Guen., Nr. 1211. — — —. ¡ Herr. Sch., 1868, p. 22. — — — ; GEundl., Contr., p. 333. — -- — ; Noóschl., p. 183. Vive en Cuba. La oruga come Artanthe. Se encuentra también en Méjico, Guayana, Guadalupe y Surinam. 259. Gonodonta latimacula. Gonodonta latimacula, Guen., 1212. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 23. — — — ; Gunadl., Contr., p. 336. = = — ;Moóschler, p. 183. Cuba, Colombia y Jamaica. Oruga en 4r1anmthe y Potomorphe. 260. Gonodonta Hesione. Noctua Hesione, Drury., t. 111, p. 29, t. 22, f. 12. Gonodonta uncina, Húbn., Zutr., €. 35, 36. = = — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 304. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 23. — Hesione, Drury.; Gundl., Contr., p. 336. — — — ;Móschler, p. 183. También en Cuba, Brasil, Pará, Colombia y Jamaica. GENERO Hybleea, Fab. E. $. 111, 1793. 261. Hyblea Pucra. Notua Pucra, Cr., 11, 1779., p. 10, t. 103, f. D. E. 190 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (462) Hybl:eea Pucra, Cr.; Herr. Sch., 1868, p. 23. — — — ;Gundl, Contr., p. 337. = — —>Moschler, p. 183. Cuba, Guadalupe, Santo Domingo, Jamaica, Cayena, Brasil y Honduras, pero también en Ceylán, Nepal, Indostán, Chi- na, África Meridional, Madagascar, Isla San Mauricio y Santo Tomás. GÉNERO Ophideres, Boisd. 262. Ophideres Gubernatrix. Ophideres Gubernatrix, Guen., Nr, 1492. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 23. — — — ; Gundl., Contr. p. 339. — — — ; Móschler, p. 183. Vive también en Cuba y Brasil. Nosotros no la habíamos cogido en Puerto-Rico, pero Múschler la vió en la colección de Staudinger. GENERO Stictoptera, Guen. 263. Stictoptera penicillum. Stictoptera penicillum, Herr. Sch., 1868, p. 23. Es == — ; Gundl., Contr., p. 340. pS E = ; Móschler, p. 183. El tipo es de Cuba. La oruga vive en Parkinsonia aculeata y en Peppigia procera. 264. Stictoptera vitrea. Stictoptera vitrea, Guen., Nr. 1385. — =— — ;¡ Herr. Sch., 1868, p. 23. — Ss — ; Gundl., Contr., p. 341. — =— — ; Móschl., p. 185. Cuba y Jamaica. (493) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 191 GENERO Bolina, Guen. 265. Bolina contorta. Bolina contorta, Guen., Nr. 1401. — bistriga, Walk., 1155. — striolaris, Herr. Sch., 1868, p. 24. E > =— : Gundl., Contr., p. 342. E E = ; Móschl., p. 187. También en Cuba. 266. Bolina leucomelana. Bolina leucomelana, Herr. Sch., 1868, p. 24. can = — : Gundl., Contr., p. 341. aa = == ; Móschler, p. 188. También en Cuba. 267. Bolina nigrescens. Bolina nigrescens, Grote et Rob., var ochreipennis Harv. = — ;¡Moóschler, p. 189. No cogida por nosotros, pero la colección de Staudinger la tiene de Puerto-Rico. 268. Bolina januaris. Bolina januaris, Guen. — — — ; Moschler, p. 190. No observada en Cuba, pero sí en Haiti, Cayena, Venezuela, Colombia y Jamaica. Esta especie varía mucho, v. gr. var. /2- mitata, var. bimaculata, var. confusa, Móschler. 269. Bolina fasciolaris. ZEdia fasciolaris, Húbn., Zutr., f. 443, 444. Bolina — Guen., Nr. 1412; fascicularis Nr. 1398; cunearis Nr. 1414. 192 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (494) Bolina fasciolaris, Húbn.; Lucas in Sagra, p. 306, 1856. — — — ; Herr. Sch., 1868, p. 24. — — — ; Gundl., Contr., p. 343. al == — ;Moschler, p. 191. Cuba, Brasil, Honduras, Veracruz, Bahía, S.t* Domingo, etc. 270. Bolina rectifascia. Bolina rectifascia, Herr. Sch., p. 24, 1868. — == — ;Gundl., Contr., p. 342. — — — ;Moschler. Cuba y Surinam poseen esta especie también. 271. Bolina Russaris. Bolina Russaris, Guen., Nr. 1411. — parcicolor, Herr. Sch., 1868, p. 24. — — — ; Gundl., Contr., p. 343. — Russaris, Guen.; Móschler. En Cuba existe la variedad parcicolor; en Puerto-Rico el tipo. GENERO Palindia, Guen. 272. Palindia modestula. Palindia modestula, Herr. Sch., 1869, p. 25. — — — ;Gundl., Contr., p. 345. = = — ; Móschler, p. 193. Existe en Cuba, Colombia, Bogotá y Mérida. 273. Palindia Mabis. Palindia Mabis, Guen., Nr. 1076. =- — — ; Móschler, p. 194. No se la conoce en Cuba. Vive en Puerto-Rico, Santo Tomás y el Brasil. (495) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 274. Palindia variabilis. Palindia variabilis, Móschler, n. sp., p. 194. — Mabis varietas, Guen., Nr. 1077. — variabilis var. obscura, Móschler, p. 195. No conocida en Cuba. 275. Palindia Hebe. Palindia Hebe, Móschler, n. sp., p. 195... No existe en Cuba. 276. Palindia Dewitzii. Palindia Dewitzii, Moschler, n. sp., p. 196. Hasta ahora solamente en Puerto-Rico. GENERO Dyomyx, Guen. 277. Dyomyx Juno. Dyomyx Juno, Móschler, n. sp., p. 197. No se encuentra en otra parte. GENERO Toxonprucha, nov. gen., Móschler. 278. Toxonprucha amaoena. Toxonprucha amcena, Móschler, n. sp., p. 198, f. 1. No se conoce en Cuba. GÉNERO Baniana, Walk. 279. Baniana significans. Baniana significans (7, Walk, xv, 1843. Sin nombre genérico (7 preeusta, Herrich Sch., 1868, p. 18. ANALES DE HIST. NAT. —XX. 1 191 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (496) Sin nombre genérico Q bifida, Herrich Sch., 1869, p. 26. = preeusta (preecista por errata), Gundl., Contr., p. 327. = bifida, Herr. Sch.; Gundl., Contr., p. 347. Baniana significans, Moschler, p. 199. Existe en Cuba y Santo Domingo. GÉNERO Phuris, Guen. 280. Phuris immunis. Phuris immunis, Guen., Nr. 1760. = — — ; Herr. Sch., 1869, p. 2%. = = — ; Gundl., Contr., p. 351. — — — ;Móschler, p. 200. También en Cuba, Guadalupe, Santo Tomás, Martinica, Santo Domingo, Jamaica y Surinam. 281. Phuris Garnoti. Phuris Garnoti, Guen., Nr. 1763, pl. 23, f. 3. == = — ;Moóschler, p. 201. Se encuentra también en Martinica, Santo Domingo y Ja- maica. j GENERO Remigia, Guen. 282. Remigia latipes. Remigia latipes, Guen., N. 1774. — — —; Herr. Sch., 1869, 28. == — — ; Eundl., Contr., p. 354. .- — — ; Moschler, p. 201. También en Cuba, Brasil, Martinica, Méjico, Colombia, Santo Domingo, Venezuela, Pará, Río Janeiro (Cafrería según Walk.) y Estados-Unidos. 283. Remigia repanda. Noctua repanda, Fab., E. $., 1793, p. 49, Nr. 133. Remigia — ;Guen., Nr. 1775. (497) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 195 Remigia repanda, Fab.; Lucas. in Sagra, 1858, p. 309. — — — ; Herr. Sch., 1869, p. 28. - — = — ; Gundl., Contr., p. 356. =— = — ; Móschler, p. 201. También en Cuba, Santo Tomás, Guadalupe y Santo Do- mingo. EY 284. Remigia Megas. Remigia Megas, Guen., Nr. 1776. — = — ; Herr. Sch., 1869, p. 28. — = — ; Gundl., Contr., p. 356. — = — ; Moschler, p. 201. También se encuentra en Cuba, Guadalupe, Santo Tomás y Jamaica. GÉNERO Ophisma, Guen. 285. Ophisma tropicalis. Ophisma tropicalis, Guen., Nr. 1651. = — — ; Herr. Sch., 1869, p. 28. = — — ; Gundl., Contr., p. 357. =: — — ; Móschler, p., 201. En Cuba, Colombia, Brasil y Surinam. Oruga en Cupanta. 286. Ophisma ablunaris. Ophisma ablunaris, Guen., Nr. 1649. — — — ;¡ Herr. Sch., 1869, p. 28. — — — ; Gundl., Contr., p. 357. — —= — ; Moóschler, p. 202. — — — ;var. hilaris Móschl., p. 202. También en Cuba, Colombia y Brasil. GÉNERO Xylis, Guen. 287. Xylis setipes. Xylis setipes, Guen., Nr. 1328, pl. 15, f. 6. — - — ; Herr. Sch., 1869, p. 29. 196 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Xylis setipes, Guen ; Gundl., Contr., p. 358. = — — ;Moschler, p. 202. También en Cuba y Brasil. GÉNERO Decalea, Walk. 288. Decalea infusa. Decalea infusa, Walk., 1.115. pe = — ; Móschler, p. 203. No existe en Cuba. GÉNERO Homoptera, Boisd. . . 289. Homoptera fictilis. Homoptera fictilis, Guen., Nr. 1330, Q. — Guadulpensis, Guen., Nr. 1331, ¿7. No en Cuba, pero sí en Surinam. 290. Homoptera lunata. Noctua lunata, Drury, 1, 40, pl. 20, f. 3. Homoptera lunata, Drury; Guen., Nr. 1335. — — — ;Moschler, p. 206. (408) También en Brasil, Santo Domingo, Colombia y Surinam. 291. Homoptera exhausta. Homoptera exhausta, Guen., Nr. 1337. — = — ; Moschler, p. 206. No en Cuba, pero sí en Surinam, Colombia, Brasil y Santo Domingo. GÉNERO Yrias, Guen. 202. Yrias Acharia. Noctua Acharia, Cram., 11, 1779, p. 108, t, 346, f. c. 1199) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. Yrias Acharia, Cram.; Guen., Nr. 1347. — —= — ;Moóschler, p. 206. No en Cuba, pero sí en Cayena y Surinam. 293. Yrias progenies. Yrias progenies, Guen., Nr. 1349. — — — ; Móschler, p. 206. No en Cuba. Sí en Santo Tomás. GENERO Bendis, Hibn., Verz. 294. Bendis formularis. Bendis formularis, Hiúbn., Zutr., f. 903, 904. — impar, Guen., Nr. 1624. — — — ; Herr. Sch., 1869, p. 30. SS — — ; Gundl., Contr., p. 360. — formularis, Hiúbn.; Móschler, p. 206. 197 Vive también en Cuba, Brasil, Guadalupe, Martinica, Haiti, Jamaica y Surinam. La oruga se cria en Cassia obtusifolta. 295. Bendis Magdalia. Bendis Magdalia, Guen., 1621. e — — ; Herr. Sch., 1869, p. 30. Ea = — ; Gunadl., Contr., p. 361. = — — ; Moóschler, p. 206. También en Cuba y Cayena. GÉNERO Peosina, Guenée.- 206. Peosina Numeria. Xoctua Numeria, Drury, 1, pl. 23, f. 5. 4 Peosina — Guen., Nr. 1507. 198 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Peosina Numeria, Guen.; Lucas in Sagra, 1856, p. 307. pen pe — ; Herr. Sch., 1869, p. 30. 3 —= — ;¡ Gundl., Contr., p. 363. = — — ;¡JMoschler, p. 207. También en Cuba, Jamaica y Venezuela. GENERO Brujas, Guen. 297. Brujas Rengus. Noctua Rengus, Poey, Cent., 1832. Brujas — — ; Guen., Nr. 1526. — — — ; Lucas in Sagra, 1856, p. 307, — — — ; Herr. Sch., 1869, p. 30. - — — ; Gundl., Contr., p. 364. — — — ; Moóschler, p. 208. Vive en Cuba, Santo Domingo y Surinam. GúxerO Letis, Hiibn. 298. Letis atricolor. Letis atricolor, Guen., Nr. 1538. — ;Moóschler, p. 208. No en Cuba; pero sí en Haiti, Santo Domingo, Cayena, Hon- duras, Pará, Surinam y costa occidental de América. GÉNERO Latebraria, Guen. 299. Latebraria Amphipyroides. Latebraria Amphipyroides, Guen., Nr. 1550. E — ; Móschler, p. 210. = — ; Herr. Sch., 1869, p. 30. E0n — ; Gundl., Contr., p. 365. También en Cuba, Colombia y Brasil. Oruga en especies de Cassia. 501) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA.. 199 GENERO Erebus, Latr. 300. Erebus Odora. Noctua Odora, Linn., S. N., 11, 1767, p. 811, n.* 11. Erebus — -— Vive también Cra Op. Lt 169 AB: Bab: ES: 11935 p: 10) Nr: 8: : Guen., Nr. 1559. ; Lucas in Sagra, 1856, p. 308. ; Herr. Sch., 1869, p. 30. : Gundl., Contr., p. 367. ; Moschler, p. 210. en Cuba, Guayana, Brasil, Jamaica, costa occidental de América, Santo Domingo, Surinam, Estados- Unidos y San Cristóbal. La oruga se alimenta de varias especies de Cassia, de Pithe- colobium, etc., ocultándose durante el día entre las grietas de la corteza. GÉNERO Focilla, Guen. 301. Focilla angularis. Focilla angularis, Móschler, Jam., 117, f. 8. == ,p.210. No en Cuba, pero sí en Jamaica. GENERO Syllectra, Hiibn. 302. Syllectra Ericata. ? Ericata, Cr., 1, 1779, p. 157, t. 370, E., gy. —, 1, 1779, p. 170, t. 287, D., Q. Syllectra Mirandalis, Hb., Samml. Teratocera Ericata (Cr); Guen., Nr. 1808. = mirandalis, Ab.; Gundl., Contr., p. 413. Syllectra Ericata, Cr.; Móschler, p. 210. También en Cuba, Jamaica, Surinam, Santo Domingo y Guadalupe. 200 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (302) 303. Syllectra Fictilina. Syllectra Fictilina, Móschler, Surin., 3440, t. vin, f. 4. — — — ,p.210. No en Cuba; pero sí en Surinam. 304. Syllectra Lucifer. Syllectra Lucifer, Móschler, n. sp., p. 210. No en Cuba. GÉNERO Epidromia, Guen. 305. Epidromia pannosa. Epidromia pannosa, Guen., Nr., 1791. — rotundata, Herr. Sch., 1869, p. 30. O — ; Gundl., Contr., p. 371. — pannosa, Guen.; Móschler, p. 211. También en Cuba y el Brasil. GÉNERO Thermesia, Hib., Verz. 306. Thermesia gemmatalis. Thermesia gemmatalis, Húbn., Zutr., 153, 154. — — — ; Herr. Sch., 1869, p. 31. = =— — ; Gundl., Contr., p. 372. — — — ;Móschler, p. 212. Vive en todas las Antillas mayores y en varias menores, en el continente de la América Meridional y Central, Méjico, etc. 307. Thermesia elegantula. Thermesia elegantula, Herr. Sch., 1869, p. 31. — — — ; Gundl., Contr., p. 373. — — — ;Moóschler, p. 212. También en Cuba. Es probable que esta y la especie prece- dente sean iguales. (503) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 201 308. Thermesia Icterodes. Thermesia Icterodes, Feld. et Rghf., Nov., t. 118, £. 7. — — — ; Moschler, p. 213. No observada por Krug ni por mi. Múschler no dice quién la cogió. GENERO Ephyrodes, Guen. 309. Ephyrodes cacata. Ephyrodes cacata, Guen., Nr. 1844. — = — ; Móschler, p. 218. No en Cuba. GÉNERO Azeta, Guenée. 310. Azeta repugnalis. EFE ? repuenalis, Húbn., Zutr., 1. 575, 576. Azeta = — ; Herr., Sch., 1869, p. 32. SS — — ; Gundl., Contr., p. 375. —= — — ; Moschler, p. 213. También en Cuba, Haiti, Cayena, Brasil, Santo Tomás, Co- lombia y Surinam. GÉNERO Selenis, Guen. 311. Selenis Suero. Noctua Suero, Cram., 11, p. 3, t. 97, f. F., 1779. Selenis Sueroides, Guen., Nr. 1838. Phaleena Suero, Cr. ; Lucas in Sagra, 1856, p. 3153. Selenis Sueroides, Guen.; Herr. Sch., 1869, p. 32. — — — ; Gundl., Contr., p. 376. — Suero, Cr.; Moschler, p. 214. También en Cuba. Múschler no aprueba la separación de sueroides. 202 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (504) 312. Selenis portoricensis. Selenis portoricensis, Móschler, n. sp., p. 214. Un ejemplar, con el mismo número de Krug, será otra espe- cie que Suero. GÉNERO Capnodes, Guen. 313. Capnodes Anhypa. Capnodes Anhypa, Guen., Nr. 1859. — = — ; Moschler, p. 215. No en Cuba; pero sí en el Brasil. 314. Capnodes turtur. Capnodes turtur, Feld et Roghf., Nov., t. 110, £. 8. — — — : Moschler, 215, var. insularis. Parece que no existe en otra Antilla. 315. Capnodes Sterope. Noctua Sterope, Cr., 111, 1782, p. 40, t. 309, f. E. Capnodes — — ; Guen., Nr. 1867. — costaluna, Cr.; Herr. Sch., 1869, p. 32. — — — ; Gundl., Contr., p. 375. — Sterope —;Moóschler, p. 215. También en Cuba y Surinam. Nora. Las especies siguientes desde el núm. 316 hasta las Geómetras, no se han hallado aún en Cuba. Algunas existi- rán allí, v. gr., núm. 325 Hypena exoletalis, Guen., la que tengo ya. 316. Capnodes Astyla. Capnodes Astyla, Móschler, n. sp., p. 215. También en Jamaica y Surinam. (505) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 317. Capnodes Prisca. Capnodes Prisca, Móschler, n. sp., p. 216. Aún no indicada de otras tierras. 318. Capnodes priscilla. Capnodes priscilla, Móschler, n. sp., p. 216. Acaso no es más que una variedad de Prisca. SUBFAMILIA DELTOIDE. GÉNERO Anagoa, Móschl., Jam. 319. Anagoa limatalis. Anagoa limatalis, Moóschler, n. sp., p. 218. 203 Parece que no estaba en la colección de Krug. Móschler no lo dice. 320. Anagoa nigromaculalis, Anagoa nigromaculalis, Móschler, n. sp., p. 218. Una Y existía en el Museo de Berlín. 321. Anagoa placidalis. Anagoa placidalis, Móschler, n. sp., p. 219. Aún no encontrada en otra tierra. GÉNERO Metallata, nov. gen., Múschler, p. 219. 322. Metallata variabilis. Metallata variabilis, Móschler, n. sp., p. 220. Además de Puerto-Rico, vive en Puerto-Cabello y Colombia - 204 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (506) GENERO Hormoschista, nov. gen., Móschler, p. 221. 323. Hormoschista Pagenstecheri. Hormoschista Pagenstecheri, Móschler, n. sp., p. 221, f. 3. Había algunos ejemplares en la colección de Krug. GENERO Sisputa, nov. gen., Móschler. 324. Sisputa gracilis. Sisputa gracilis, Móschler, nm. sp., p. 222. Existe también en Bogotá. GENERO Hypena, Schrank. 325. Hypena exoletalis. Hypena exoletalis, Guen., Delt. et Pyr., N. 21. — — — ; Moóschler, p. 222. También en Cuba, Santo Domingo y Curasao. 326. Hypena conditalis. Hypena conditalis, Móschler, n. sp., p. 222. Había ambos sexos en algunos ejemplares. 321. Hypena obtectalis. Hypena obtectalis, Móschler, Jam., 133. = => 1 0293, Había dos hembras. Vive también en Jamaica. 328. Hypena cervinalis. Hypena cervinalis, Moschler, n. sp., p. 223. Vive también en Jamaica: (507) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 205 329. Hypena lividalis. Pyralis lividalis, Húbn., Eur. Pyr., fig. 193, 194. — — — ; Guen., Delt. et Pyr., Nr. 39. Hypena -- — ; Móschler, p. 224. Vive no solamente en Puerto-Rico y Colombia, sino también en la Europa Meridional, Asia Menor, Siria y Argelia. 330. Hypena vinculalis. Hypena vinculalis, Móschler, n. sp., p. 224. Había solamente un y” en la colección de Krug. 331. Hypena incertalis. Hypena incertalis, Móschler, n. sp., p. 225. Había 2 9 en la colección de Krug. GENERO Zanclognatha, Lederer. 332. Zanclognatha oculatalis. Zanclognatha oculatalis, Móschler, n. sp., p. 225. Había dos hembras en la colección de Krug. GÉNERO Bleptina, Guen. 333. Bleptina subjecta. Bleptina subjecta, Móschler, n. sp., p. 226. Esta especie no se encontraba en la colección de Krug. El Sr. Móschler la halló en la del Dr. Staudinger. 206 ¡"ANALES DE HISTORIA NATURAL. (508) GÉNERO Aglaonice, nov. gen., Móschler, p. 226. 334. Aglaonice Snelleni. Aglaonice Snelleni, Móschler, n. sp., p. 227. De esta especie había un y en el Museo de Berlín. GúnErRO Lophophora, nov. gen., Múschler, p. 227. 335. Lophophora Clanymoides. Lophophora Clanymoides, Moóschler, n. sp., f. 4, p. 228. También en Cuba, según un ejemplar de la colección del Dr. Staudinger. GrineEro Phlyctaina, nov. gen., Móschler, p. 228. 336. Phlyctaina irrigualis. Phlyctaina irrigualis, Móschler, n. sp., p. 229. Existía un y” en el Museo de Berlin. GuiNERO Scelescepon, nov. gen., Moschler, p. 230. 337. Scelescepon mutatalis. Scelescepon mutatalis, Móschler, p. 230. Existen en la colección de Krug ambos sexos. GuiNERO Lophoditta, nov. gen., Móschler, p. 230. 338. Lophoditta perspicillaris. Lophoditta perspicillaris, Móschler, n. sp., p. 231. Moóschler vió dos machos, pero no dice si estaban en la co- lección del Museo de Berlín, ó sin número en la de Krug. (509) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 207 GÉNERO Physula, Guen. 339. Physula Peckii. 2 Physula Peckii, Móschler, n. sp., p. 232. Móschler vió una Q de esta especie en el Museo de Berlín. . GÉNERO Mastigophora, Poey, Cent., 1832. 340. Mastigophora dimissalis. Mastigophora dimissalis, Móschler, n. sp., p. 233. Móschler vió un J y dos € en la colección de Krug. Existe también en Colombia y en Surinam. GÉNERO Rivula, Guen. 341. Rivula pusilla. Rivula pusilla, Móschler, n. sp., p. 234. También había algunos ejemplares en la colección del doc-- tor Staudinger. GÉNERO Ballonicha, nov. gen., Móschler, p. 234. 342. Ballonicha recurvata. Ballonicha recuryata, Móschler, Jam., 128, f, 6, 64. — — — ,p. 234. También en Jamaica. Ajá” A os LN A A AN a FI y ' ME A MU A EN o CN e AIN UT DS y a pa UY [ Gia ye do e Ñ LA A ca cen 7 1 Je e] Ma A AN e Ad (osiad Y 0d ' Ve A A Ni | e ri ca AA ETT Mr PTA DA AT ¿SN pi JR 4 en 0% ADDITIONS AUX ODONATES DES PHILIPPINES, PAR M. EDM. DE SÉLYS-LONGCHAMPS. (Sesión de 3 de Junio de 1891.) Il y a neuf ans la Sociedad española de Historia natural a bien voulu publier dans ses ANALES (t. x1, 1882), sous le titre de Odonates des Philippines, un Mémoire dans lequel j'énumé- rais les espéces que je connaissais alors comme habitant cet archipel. Récemment, le professeur M. Ignacio Bolívar y Urrutia, m'a favorisé de la communication de nouveaux matériaux tres- intéressants, appartenant au Musée d'”Histoire naturelle de Madrid, recueillis par M. Carlos de Mazarredo, ingénieur fo- restier, bien connu par ses travaux spéciaux sur les Aranéi- des, actuellement président de la Société espagnole d'Histoire naturelle, qui a séjourné trois ans aux Philippines, oú il a rassemblé de copieuses collections entomologiques. M. Domingo Sánchez, envoyé comme collecteur zoologique pres de Inspection générale des foréts des ¡les Philippines, a recueilli aussi, lors de son premier voyage, quelques Odonates transmis á M. le professeur Ignacio Bolívar, dont il fut l'éléve en Entomologie et qui ont été également déposés au Musée. De mon cóté j'ai eu Pavantage de recevoir nouvellement plusieurs autres Odonates de la méme contrée; notamment par M. Turconi, ingénieur italien; enfin M. le Dr F. Karsch, de Berlin, a décrit sous le nom de Jagoría un genre nouveau d'LEscinides. ANALES DE HIST. NAT. —XX. 14 210 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) De létude de ces différents matériaux résulte l'addition de sept especes, dont une, la ZR/inocypha Turconit Sélys est nou- velle pour la science. Ces especes, en suivant pour la facilité la numération adoptée dans mon Mémoire de 1882 sont: N* 27 bis Trilthemis dryas Sélys (de Inde). 32 bis Epophthalmia eleyans Hagen (du Japon). 37 ter .Jagoria peciloptera Karsch (Lucon et Singapoore). 37 bis Anaz parthenope Sélys, race Julius Brauer (Chine et Japon). 46 bis Rhinocypha Turconit Sélys (Zébu). Espece nouvelle. 63 bis Pseudagrion decorum, Rambur (Inde). 74 bis Platysticta annulata Sélys (Lucon). Nous arriverions ainsi a porter a 84 le chiffre de 77 especes donnée dans mon Mémoire de 1882; mais il faut en déduire une espece, la Rhimocypha colorata Sélys, qui n'est je crois qu'une race ou variété de la semitincia Sélys. Je suis persuadé, comme je le disais déja en 1882, que de nouvelles recherches feront encore découvrir aux Philippines bon nombre d'espéces; car d'aprées ce que l'on constate pour les autres familles d'insectes, la région des Philippines est une des plus riches que l'on connaisse. Liege 25 mai 1891.—Epm. De SELYs-LONGCHAMPS. Le travail que j'offre indique les localités nouvelles ou plus précises pour les especes déja signalées en 1882 sous les mémes numéros. J'ai intercallé (en ajoutant á ces numéros les mots bis ou ter) celles qui figurent pour la premiere fois dans la Faune; enfin j'ai-présenté en méme temps diverses rectifica- tions a l'ancien travail. FimiieE 1. Libellulides. ]'e sSOUS-FAMILLE. Libellulines. 2. Pantala flavescens (Fab.). —Sibul (Mazarredo). (33) Sélys-Longchamps.—oDONATES DES PHILIPPINES. 211 5. Neurothemis fluctuans (Fab.). Race palliata Ramb.—Dolores (Mazarredo). Race apicalis Ramb.—Sibul (Mazarredo). 6. Diplax trivialis (Ramb.). —Sibul, Angat (Mazarredo). M. Kirby place cette espece aberrante dans le genre 77¿the- más. Je pense qu'il a raison. 7. Lepthemis sabina (Drury). —Sibul (Mazarredo). Les vrais Lepthemis sont américains. Ceux de lVancien conti- nentqu'on y a rapportés (la sabina, la trinacria, etc.) appartien- nent au genre Libella Brauer, ou á un groupe nouveau a créer. 15. Agrionoptera pectoralis Brauer. Le Dr Brauer lP'a placée parmi les Oríhemis. Maintenant je reconnais qu'elle forme un groupe spécial différent des Agrio- noptera par la présence de la derniére nervule antécubitale des ailes supérieures qui n'est pas prolongée dans l'espace sous-costal, et j'adopte pour cette coupe le nom de Zathrecisca, proposé par Kirby. 16. Orthemis congener (Ramb.). Cette espéece constitue le genre Potamarcha, du D" Karsch, que j'ai adopté, se séparant des vrais Or/hemis par la derniére nervule antécubitale des ailes supérieures non prolongée dans Pespace sous-costal, et des Lathrecisca, par labdomen épais, muni d'une expansion foliacée aux cótés du 8* segment de la femelle. 17. Orthemis lineata Brauer. C'est le genre Protorthemis, de Kirby, que j'ai adopté. Il est fort voisin des Libella Brauer, parla derniére nervule antécu- bitale des ailes supérieures prolongée dans l'espace sous costal. 20. Libella testacea (Burm.) —Antipolo (Sánchez). 21. Onychothemis abnormis Brauer. —Dolores (Mazarredo). 212 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) 22, Diplacina Bolivarii Sélys. —Dolores (Mazarredo). 23. Diplacina Braueri Sélys. —Dolores (Mazarredo). 26. Trithemis aurora (Burm.). —Sibul (Mazarredo). 27 bis Trithemis dryas Sélys. Odon. du voyage de M. Leonardo Fea en Birmante. (Ann. del Mus. Civ. di Genova, vo- lume xxx, 1891.) —Sibul (Mazarredo). Habite aussi l'Inde tropicale. 2me SOUS-FAMILLE. Cordulines. 32 bis Epophthalmia elegans (Hagen). Cette espéce est nouvelle pour les Philippines. Elle n'avait été observée jusqu'ici qu'au Japon (4 Yokohama) et en Chine a Shangai. L'exemplaire Y unique est de Dolores (Mazarredo). FamiieE ll. Zischnides. ]re SOUS-FAMILLE. Gomphines. 33. Leptogomphus Semperi Sélys. —Dolores (Mazarredo). Un mále unique, malheureusement en assez mauvais état, comme du reste le type pris par le pro- fesseur Semper, et que j'ai décrit dans mon premier Mémoire. 2Qme SOUS-FAMILLE. ZEschnines. 37 bis Anax parthenope Sélys, race Jju/ius Brauer. —J'ai comparé cette race au type parthenope dans les Odona— tes du Japon. (Ann. Soc. Ent. de Belgique, t. xvir, 1883.) La race Julius habite la Chine, le Japon et la Bengale. Elle est nouvelle pour la faune des Philippines. Irocin (Mazarredo). (35) Sélys-Longchamps.—ODONATES DES PHILIPPINES. 213 37 ter Jagoria peciloptera Karsch., Ent. Nach., 1889. Une femelle de Lucon et un mále de Singapoore, pris par le docteur Jagor auquelle genre a été dédié par le Dr Karsch. Ces types sont au Musée de Berlin. Le genre est sans doute iden- tique avec mon genre O/igoescána, que j'ai décrit (avec figure des ailes) dans les Arnal: del Museo Cívico di Genova (série 2» vol. y (xxv11), 14 aoút au 4 septembre 1889), dans les Odonates * de Sumatra; et Vespece Ol. Modiglianii, caractérisée dans ce travail d'apres un mále incomplet pris a líle de Nias par le Dr Modigliani, est peut-étre identique avec la peciloptera du Dr Karsch. S'il en est ainsi la question de priorité reste un peu douteuse, mon Mémoire sur Sumatra a été daté dans laver- tissement au 25 mai 1889; mais il n'a été publié qu'en aoút- septembre; et celui de M. le Dr Karsch a paru dans les Vach- richten, n” 15 (pages 233-239) numéro 1, aoút 1889. 38. Gynacantha hyalina Sélys. -—Dolores (Mazarredo). FamimteE III. Agrionides. 1'* SOUS-FAMILLE. Galopterygines. 41. Vestalis melania Sélys. —Dolores (Mazarredo); Angat (Sánchez). 42. Euphe=a refulgens Hagen. —Dolores (Mazarredo). 45. Rhinocypha semitincta Sélys. —Espece tres-variable, tres-voisine de la tinca Rambur, dont elle n'est peut-étre qu'une race ainsi que la colorata Sélys numéro 44, Voici apres un nouvel examen des matériaux considérables que j'ai sous les yeux, le résumé de la question en ce qui con- cerne la semitincia. o (typique). Ailes hyalines jusqu'au nodus, le reste noir opaque y compris l'extrémité. Souvent le noir commence par un prolongement intérieur quelques cellules avant le nodus. 214 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) D'autres fois il est coupé obliquement á travers l'aile, sans ce prolongement. Anciennement j'ai désigné sous le nom de Rh. albistigma des exemplaires chez lesquels le ptérostigma est resté blanc, comme chez les jeunes. e” Variéte. Fréquent aux íles Philippines. Le bout des ailes supérieures, apres le ptérostigma, est presque transparent, un peu enfumé. e Variété ou race: Rhinocypha colorata Sélys (n” 44 du Mé- moire Odonates des Philippines), décritaux secondes additions du Synopsis n* 89 bis est une variété chez laquelle le noir opa- que ne commence que six á sept cellules aprées le nodus. Chez deux exemplaires le bout des ailes supérieures est transparent des le commencement du ptérostigma; chez un autre á partir de son milieu. Des exemplaires semblables sont pris a Sibul par M. Mazarredo et á Manille par le professeur Semper. O Elle estencore plus variable que le mále pour la coloration des ailes. Le plus souvent, elles sont hyalines un peu salies jusques un peu plus loin que le ptérostigma, puis traversées par une large bande opaque brun noirátre sarrétant avant le ptérostigma aux ailes supérieures, et latteignantaux inférieu- res. Chez d'autres femelles, que Pon peut si l'on veut comparer a la variété colorata du mále, lVaile supérieure est hyaline, sans bande transverse, etaux ailes inférieures la bande est tres- étroite vers la cóte, commencant plus pres du ptérostigma que: du nodus, puis reparaissant sous la forme d'une raie submar- ginale au bout du ptérostigma. Patrie. Tles Philippines (Lucon, Manille, Zébu, Panay Pay, Dolores, Sibul). L'espéce habite aussi Célebes, les Moluques (Gilolo, Elbar, Batjan). La Rinocypha tincta Rambur, d'Offak, est lVespece la plus anciennement connue de ce groupe, chez lequel les ailes du mále sont largement opaques dans leur moitié, leur tiers ou leur quart terminal, sans taches vitrées, et dont les femelles ont aussi des parties obscures aux ailes. La tincta se distingue par la présence de deux taches basales dorsales cunéiformes bleues du 2* ou 6”* ou méme 8”* segment de l'abdomen; mais chez des exemplaires de l'1le Wagiou ces taches sont réduites a des demi-anneaux étroits, de sorte que la semitincia (et sa var. colorata) pourrait bien n'en étre qu'une forme locale. La R2. unicolor Hagen (énumérée sous le n* 46 des Odona tes (37) Sélys-Longchamps.—oDONATES DES PHILIPPINES. 215 des Piilippines n'est point décrite. On n'en connait que le nom et les dimensions. C'est une femelle provenant de Mani- lle: longueur totale 33"m; envergure 64. C'est une taille énor- me, qui dépasse méme un peu celle de la Rhinocypha unima- culata Sélys, du Bengale. La Rh. frontalis Sélys, de Célebes semble n'étre qu'une for- me caractérisée par sa taille plus forte que celle de la semi- tincta et par la présence de deux taches jaunes au front. Cer- tains individus sont presque intermédiaires par la coloration entre la frontalis et la monochroa qui habite également Ceylan. Les autres espéces du groupe sont la cucullata Sélys, la ter- minata Sélys, Vhumeralis Sélys et Veximia Mac Lachlan, toutes quatre de Bornéo; puis la peliolata Sélys, et Vustulata Kaup, ces deux derniéres de Sula et de Ceram. 46 bis Rhinocypha Turconii Sélys (nov. spec.) c” Abdomen 18m, aile inférieure 23 (large de 67 au niveau du ptérostigma). Ptérostigma noir. Ailes supérieures tres étroites, hyalines, tres finement limbées de noir á la pointe extréme; les infé- rieures tres arrondies et élargies dans leur tiers terminal qui est noir-acier opaque; cette couleur coupée droit intérieure- ment se confondant avec le noir du ptérostigma; 9-10 nervu- les antécubitales aux ailes supérieures. Téte noire avec quatre points jaunes tres-petits en dessus. Thorax noir, ayant en avant de chaque cóté un point infé- rieur antéhuméral et une raie posthumérale jaunes; puis sur les cótés une bande longitudinale plus pále. D'autres points jaunes au prothorax et á la poitrine. Abdomen cylindrique, égal, a fond noir. Les 3-8m* segments ornés en dessus de grandes taches d'un rouge brillant formant une série de carrés longs divisés par laréte dorsale qui reste noire. Ces taches occupent en longueur la plus grande partie de ces segments. Les cótés des 2-81* sont marqués d'une bande longitudinale bleu clair, divisée sur chaque segment en deux taches dont la seconde tres petite. Appendices anals noirs. Pieds (manquent). O (inconnue). Patrie. Panay pay (Ile de Zébu). Un mále unique, pris en 216 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) juillet 1887 par M. Turconi, ingénieur italien tres distingué, qui a bien voulu le destiner a ma collection. Cette espéce, par ses ailes supérieures hyalines et ses infé- rieures noir opaque au bout, appartient au groupe de Phete- rostigma Ramb, et de lVanisoptera Sélys; mais elle s'en distingue tres-notablement par les taches rouge-brillant du dessus de lPabdomen, qui n'existent chez aucune autre espece connue et par le noir opaque du tiers terminal des ailes inférieures coupé droit en dedans; aussi encore par la dilatation apicale, et Pabsence de tache métallique sur le noir opaque de ces mémes ailes inférieures. 47. Libellago asiatica Brauer, mss.—Sélys. —Dolores (Mazarredo). Depuis la publication des Odonates des Philippines j'ai recu de la Birmanie une race plus petite que j'ai nommée vitiata dans le voyage de M. Fea, publié en février 1891. Elle est tres- peu distincte du type des Philippines. 212 SOUS- FAMILLE. Agrionines. 50. Lestes concinna Hagen. —Dolores (Mazarredo) un mále adulte, et un autre fortjeune. 52. Hypocnemis serrata Hagen. —Dolores (Mazarredo). Observation. Le nom d'Mypocnemis doit étre changé, parce qw'il a été employé des 1847 par le Dr Cabanis, pour désigner un genre d'oiseaux de la famille des Myotheradae. Dans ma Révision du Synopsis des Agrionines en 1886, a Particle final (Additions et corrections) j'ai proposé le nom de Pri0nocnemis pour remplacer celui d'Hypocnemis déja employé. Mais M. le Professeur Bolívar me fait remarquer que Priocnemis est em- ployé depuis longtemps par Schiódte pour un genre d'Hy- ménoptéeres, et Prionocnemis par Karsch pour un Orthoptere. Cela nous oblige malheureusementa changer encore. Prenons si Pont veut le nom de /VVesocnemas. 53. Hypocnemis cornuta Brauer. —Dolores (Mazarredo). (39) Sélys-Longchamps.—ODONATES DES PHILIPPINES. 217 Le mále était jusqw'ici inconnu. Voicisa description d'apres des exemplaires recueillis par M. de Mazarredo. Abdomen y 37m; O 32-33. Aile inférieure y” 23; O 23. O (Jeune?) Ailes hyalines; ptérostigma presque carré obli- que, d'un brun roux au centre, cerclé de jaune pále, surmon- tant une cellule; 19 postcubitales aux ailes supérieures. Lévre supérieure et épistome bleus, le reste de la téte brun- roussátre. Prothorax bleuátre au milieu, avec une marque latérale obs- cure; le lobe postérieur arrondi, avancé, brun. Thorax brun-grisátre sans dessins distincts, les cótés parais- sant passer au bleuátre pále. Abdomen brun, largement marqué de couleur pále au bout des 3-7me segments, savoir: 1* et 2m* bleu clair; 3-7”* d'un brun roussátre, mais passant au blanchátre dans leur dernier tiers. Les 7* et 8ue brun plus obscur, le quart terminal du 7”* bleuá- tre en dessus; 9"* et 10”* blanc-bleuátre en dessus, bruns a Vextréme base et en dessous. Appendices anals livides; les supérieurs á peine plus courts que le dernier segment (qui est échancré au milieu); épais á leur base, coniques apres le premier quart, oú ils portent en dessous une dent subconique. Appendices inférieurs obscurs au bout, moitié plus courts, subconiques, un peu recourbés en haut au bout qui est obtus. Pieds et ailes d'un jaunátre livide pále. Il est possible que chez les exemplaires adultes les couleurs bleu etobscur s'accentuent d'avantage et que l'espece soitalors fort ressemblante a la serraía. Le caractére diagnostique rési- derait alors dans le lobe médian du prothorax de la femelle portant de chaque cóté en dessus une forte corne conique courte. 60. Ischnura senegalensis (Ramb.). —Sibul (Mazarredo). 63. Pseudagrion pilidorsum (Brauer). —Sibul, Irocin, Bulacan (Mazarredo). 63 bis Pseudagrion decorum (Ramb., n” 2). —Sélys, Syn. Ag?., n” 167. 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (403 —Sibul (Mazarredo), représenté par une femelle unique. L'espece se trouve aussi dans Inde tropicale. 64. Ceriagrion coromandelianum (Fab.). —Sibul (Mazarredo). 65. Telebasis recurva Sélys. —Sibul, Bulacan (Mazarredo). 71. Argiocnemis rubeola Sélys. —Sibul (Mazarredo). Le mále unique recu du professeur Semper était intermédiaire entre la rubeola et la lunulata. Ce- lui de M. Mazarredo a la coloration de la /unulata. Ces deux espéces nominales doivent étre réunies sour le nom de /u- nulata. 73. Agriocnemis incisa Hagen. —Manille (Mazarredo). 174 bis Platysticta annulata Sélys, Révis. Agrion., 1886. —Espéce assez douteuse fondée sur trois femelles prises par le professeur C. Semper á Lucon, et que le professeur Brauer, avait rapportées a sa Pl. halterata. Elles semblent plus voisi- nes de la 7ufostigma de Bornéo. 76 et 77. Alloneura integra Sélys, et Alloneura obsoleta Sélys. —Dans la Revision des Agrionines (1886) j'ai transporté ces espéces au sous-genre Disparonevra Sélys, parce qu'elles possé- dent un rudiment de secteur inférieur du triangle. SPECIES NOVAS GENERIS «VITREA FITZ AD HISPALIM HISPANIZ ANTEIRDE SATIDDEBOIN EN UM IEDAS DESCRIPTASQUE DR. C. A. WESTERLUND. Sección de Sevilla. — Sesión del 18 de Octubre de 1890.) nn Vitrea sevillensis, N. sp. Testa anguste pervie umbilicata, depressa, alba, nitida, obsoletissime striata: spira vix convexiuscula, lata, orbitu an- gusta; anfractus 4*/, suturam impressiusculam versus angus- te descendentes, convexiusculi, regulariter accrescentes, ulti- mus magnus, penultimo duplo dimidioque major, compresso- rotundatus, antice non descendens, subtus late et profunde circa umbilicum infundibuliforme cavatus; apertura hori- zontalis, profunde pariete aperturali excisa, elliptica, margi- nibus «equaliter et leve arcuatis, exteriore paululum descen- dente, basali vix longiore. Diam. 7, alt. 3 mm. Hec ad Hispalim in alluvionibus fluvii Beetis rarissime in- venta species maxima sui generis est. Affinis Vitree targio- miane Paul. in Sardinia differt abunde, preecipue testa depres- siore, magnitudine multo majori (targ. diam. 4, alt. 2 mm.), quamquam anfractubus paucioribus (ta77. anfr. 5 /,-6), penul- timo horum angustiore, ultimo quam penultimus plus quam duplo latiore, sutura non profunda et apertura non obliqua. Vitrea Calderoni, N. sp. Testa angustissime pervie umbilicata, late convexiuscula, apice non prominente, alba, nitida, sub lente dense striatula; 220 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) spira convexiuscula, orbitu magna; anfractus 5, sat convexi, ad suturam tenuem planati, superi regulariter, penultimus sat celeriter accrescentes, hic parum ultimo lentissime accres- cente, compresso-rotundato, antice non descendente major; apertura horizontalis, oblique lunaris, margine basali horizon- tali, levissime arcuato, multo longiore quam margo superior valde arcuatus, marginibus non callo conjunctis. Diam. 5, alt2, 79 a: Cum precedente sed copiose inventa species, aflinis Vitree petricole Paul. in Sardinia, a qua differt testa majore, spira convexiore (petr. diam. 3,25 4,25, alt. 1,5-1,67 mm.), anfractu- bus tantum superis regulariter lenteque accrescentibus, pe- nultimo sat celeriter amplificato, quam ultimus vix majore (petr. anfractus omnes regulariter accrescentes et ultimum penultimo dimidio majorem habet), sutura aliena (zetr. su- turam profundam marginatam prebit), marginibus aperture callo lato tenui opaco conjunctis «c. Clariss. Prof. Calderon eodem loco cum precedentibus etiam Vitream targionianam Paul., novam Hispani.e, invenitf. - INFLUENCIA DEL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS, DSOSE (COCORZA Y GONZALEZ. (Sesión del 1. de Abril de 1891.) En un estudio experimental, como el presente, es de abso- luta necesidad operar con los animales marinos apenas son sacados de su elemento, y preciso disponer de un abundante material á fin de repetir y comprobar los ensayos cuantas veces sea necesario. Ningún laboratorio de los hasta hoy conocidos llena tan cumplidamente como la Estación zooló- gica de Nápoles los fines indicados para emprender, como lo he hecho durante mi asistencia á la misma, una investigación de esta indole; y es sabido que sin medios adecuados no hay - experimentación posible. Situada á la orilla del mar, provista de abundantes acuarios, rica biblioteca, cómodos laboratorios, y un personal cientifico inteligentísimo en estos asuntos, de cuya amabilidad me complazco en dar aquí público testimo- nio, reune las condiciones más convenientes para los estudios zoológicos marinos. Después de esta indicación solo me resta expresar mi gra- titud á cuantos me han ayudado en este trabajo y en especial al digno director de la estación Dr. Dohrn, así como á los doc- tores Sres. Meyer, Eigsig y Lo Bianco, á quienes debo nume- rosas indicaciones muy importantes para mi objeto. Debo también manifestar aquí mi agradecimiento al profe- sor D. Augusto G. Linares, director de la Estación biológica 222 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) marina española, á cuyo entusiasmo por este género de estu- dios se debe el que entre nosotros se vaya despertando el deseo de conocer la zoología marina, tan ignorada hasta el presente, y al Sr. D. José Rioja y Martín, compañero mío de comisión en Nápoles, que con su acostumbrada amabilidad ha hecho los dibujos que acompañan a este trabajo, tomados directamente de preparaciones obtenidas en el laboratorio. Nápoles, Noviembre de 1890. INTRODUCCIÓN. La influencia funesta que para los animales marinos tiene el agua dulce, igual á la ejercida sobre los animales que viven en el seno de esta última por las aguas del mar, ha llamado la atención de los hombres de ciencia y la del vulgo en todas las épocas, dando origen á numerosas observaciones que han sido como el punto de partida de los conocimientos modernos en esta materia. Ya de muy antiguo se sabía, en efecto, que los peces de río que por cualquiera circunstancia eran arras- trados hasta el mar, perecían rápidamente en el agua salada, y que los peces marinos colocados en agua dulce, sufrían casi sin excepción la misma suerte; se sabía, también, que estos seres poseían grados muy diversos de resistencia para sopor- tar tales cambios de su medio ambiente; y por último, que había ciertas especies marinas que en determinadas épocas remontaban los ríos, llegando hasta los lagos más interiores, y otras especies fluviátiles que hacían incursiones periódicas en el mar, disfrutando unas y otras, por tanto, de la facultad de vivir indistintamente en los dos medios. Pero se ignoraban por completo las causas originarias de estos diversos hechos tan notables como contradictorios. Todos los trabajos emprendidos para conocer estas causas, puede decirse que son de fecha reciente, pues aparte de las experiencias de adaptación realizadas en los infusorios por Czermy y en los moluscos por Beudant, no se encuentran estu- dios que merezcan citarse hasta la época en que el célebre fisiólogo francés P. Bert, comenzó sus investigaciones acerca (3) Gogorza.— EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 223 de las causas de la muerte de los peces fluviátiles que se colocan en agua de mar y de los peces marinos que se ponen en agua dulce. Los primeros resultados obtenidos por este naturalista pueden verse en una nota presentada á la Sociedad de cien- cias físicas y naturales de Burdeos (1), en la cual indica varios ensayos hechos en el acuario de Arcachon con algunas espe- cies de peces, y diversas consideraciones acerca de las causas que producen la muerte de los animales por él observados. Algunos años más tarde, un zoólogo belga, el Dr. Félix Pla- teau, publica una extensa memoria, premiada por la Academia real de Bélgica (2), donde expone, acompañada de numerosas experiencias, una teoría relativa al mismo asunto, que ha gozado de general aceptación hasta nuestros días. Esta cir- cunstancia y el valor real de dicha Memoria, requieren que fije- mos en ella nuestra atención siquiera sea ligeramente. El tra- bajo del Sr. Plateau, limitado á los artrópodos acuáticos, está dividido en dos partes: la primera dedicada á estudiar el efecto del agua de mar sobre los articulados fluviátiles, y la segunda, la influencia que sobre los crustáceos marinos ejerce el agua dulce. Para mi objeto la última es la que tiene importancia, y así, solamente de ella me ocuparé. Empieza esta parte de su estudio, el Dr. Plateau, consignando los datos por él reco- gidos, referentes á la duración de la vida de diversas especies de crustáceos sometidos al agua dulce, es decir, las cifras de su resistencia á la misma. De estos datos deduce que la mayor resistencia media, no pasa de nueve horas, indicando también que el tamaño de los ejemplares puede modificar las cifras anotadas. Después de demostrar que el cuerpo de los articu- lados marinos colocados en agua pura, excreta una cierta cantidad de sales, pasa á estudiar la acción aislada de las sales contenidas en el agua de mar, disolviendo pesos iguales de cada una de estas en determinada cantidad de agua dulce. Los resultados obtenidos le conducen á consignar que la sal común es la única indispensable á la vida de los animales marinos, y que si estos mueren colocados en agua dulce, se (1) P. BerT: Vote sur la mort des poissons de mer dans P'eau douce (Mem. de la Société de Scienc. phys. et nat. de Bordeauz, tomo 1v, 1846.) (2) F. PLATEAU: Recherches physico-chimiques suw les Articulés aquatiques. (Memoire de P Acad. royale des scienc., des lettr., et des beauz arts de Belgique, Bruxelles, 1870.) 224 ANALES DE HISTORIA NATURAL. E) debe 4 la pérdida de cloruro de sodio que experimentan. Para demostrar la verdad de su teoría, combate la idea emi- tida por P. Bert en el trabajo ya indicado, de que la dife- rencia de densidades pueda ser causa de la muerte de los animales acuáticos cuando se cambia su medio ambiente, y termina con algunas consideraciones relativas á la parte que en los fenómenos estudiados puedan tomar la endosmosis, la difusión y la dialisis. También señala en su Memoria algunos ensayos de aclimatación en líquidos de diversa salsedumbre, que no le han permitido conseguir adaptación alguna, si bien he obtenido resultados notables de supervivencia en indivi- duos jóvenes 6 nacidos en los líquidos de ensayo. Tal es á grandes rasgos el trabajo del Dr. Plateau, y las principales deducciones que de él se desprenden y que han sido admiti- das, casi sin discusión, por cuantos después se han preocupado de estos asuntos. Asi, P. Bert ha leído recientemente en la Academia de Ciencias de Paris (1), una nota á propósito de otra presentada á la misma corporación por H. de Varigny, en la que establece conclusiones idénticas á las propuestas por Plateau, con respecto á la causa ocasional de la muerte de los animales marinos que se sumergen en agua dulce, é indica notables casos de adaptaciones graduales obtenidas en pequeños crustáceos, no solo pasando del agua de mara! agua dulce, sino también desde la primera á otros líquidos de ma- yor salsedumbre. En el mismo año Plateau repite las conclu- siones de su primer trabajo, sin modificarlas absolutamente en nada (2). Simultáneamente, con estas últimas investigaciones, em- prenden una nueva serie de trabajos Krukenberg en Alema- mania y Fredericq en Bélgica, destinados á conocer la exacta composición salina de la sangre y de los tejidos de los anima- les marinos, y los cambios que en esta composición pudiera producir la variación del líquido ambiente, obteniendo ambos autores resultados muy importantes para el mejor conoci- miento y explicación de los fenómenos indicados. Las cono- (1) P. Bert: Sur la cause de la mort des animauz d'eau douce qu'on plonche dans P'eau de mer et reciproquement. (Compt. rend. de ' Acad. des Scienc., pag. 133, Paris, 1883.) (2) F. PLATEAU: Influence de Peau de mer sur les animauz d'euu douce et de Peau douce sur les animauz marins. ¡Compt. rend. de l' Acad. des Scienc., pag. 167, Paris, 1883.) (5) Gogorza.— EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 225 cidas experiencias de Schmankewitsch (1) con las 4rtemia y los Branchipus, cuyos curiosos resultados indicaré en el lugar correspondiente, movieron al primero de los autores citados hacia estas investigaciones, el cual, aparte de algunas notas preliminares, publica en sus Zstudios de fisiología un trabajo dedicado exclusivamente á conocer la relación que existe entre la cantidad de sales que tienen los tejidos en los animales acuáticos y la salazón del medio en que viven (2). Por medio de análisis cuidadosamente hechos determina la cantidad de sales y de líquidos contenidos en los discos gela- tinosos de las medusas, sobre las que ha basado su estudio, y observa las variaciones que esas cantidades sufren cuando se hace variar de una manera regular y conocida las sales que tiene el agua en que aquellas viven. De este modo ha podido averiguar cuáles son las sales que los tejidos absorben de preferencia y en qué proporción se verifica la de cada una. El trabajo de Krukenberg, en el que se ven agrupados en cuadros demostrativos los resultados de sus ensayos, marca un ade- lanto notable en esta importante cuestión de la fisiología de los animales acuáticos. Análogos á estos y tan interesantes como ellos son los diversos estudios de Frédéricq (3) sobre la sangre de los seres marinos, siendo hasta hoy el principal investigador de esta parte determinada de la cuestión. En ellos examina aproxi- madamente la salsedumbre de la sangre en los crustáceos y en los peces y la del agua en que viven. Da los análisis de un gran número de ejemplares y reconoce que la cantidad de sales es sumamente variable, no solo de unas especies á otras, sino en los individuos de una misma especie que habitan diversos mares. Hace observar también que, por regla gene- (1) M. SCHMANkEwITSCH: Ueber das Verhaltniss des Artemia salina, zar Artemia wúllhausenti, und der Genus Branchipus (Zeitschrift fir wissenschaftlige Zoologie. Bd. 25 /Suplem.) p. 193. 1875.) (2) W. KRUKENBERG: Die Becinflussung des Salzgehaltes der lebenden Gewebse- lemente durch den Salzgehalt der Umgebung. /Vergleichend. Physiologische Stu- dien 11, p. 1.) Heidelberg, 1887. (3) L. FrEDÉrICQ: Vote sur le sang du Homard (Acad. roy. de Belgique. 2e sér., t. xLvi1. Bruxelles, 1879.) Bulletin de 1'Acad. roy. de Belgique. 3* sér., t. Iv, pa- ges 209-212. Bruxelles, 1882. Composition saline du sang et des tissus des animauz marinas. (Livre jubilaire de la Soc. de Médec. de Gand, p. 9. Gand, 1884.) ANALES DE HIST. NAT.—XX. 15 226 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) ral, la sangre de los peces no tiene sabor salino tan marcado como la del agua ambiente, mientras los líquidos linfáticos y hemolinfáticos de los crustáceos y de algunos moluscos lo tienen mucho más. Por último, muy recientemente el Dr. J. Massart ha publi- cado un estudio interesante sobre la «Sensibilidad y adapta- ción de los organismos á la concentración de soluciones sali- nas» (1), en el que estudia las causas de la muerte de los animales fluviales por el agua de mar y los fenómenos de la adaptación paulatina de los mismos á las aguas de diferente salazón. Sus ensayos sobre los animales y vegetales celulares marcan un nuevo y seguro rumbo en las cuestiones que nos ocupan, habiendo contribuido grandemente el Sr. Massart á esclarecer estos hechos tan curiosos de la biología. 08 EFECTOS DEL AGUA DULCE. He estudiado en este punto no solo los efectos que en los animales marinos produce el agua dulce pura, sino además los efectos de diferentes mezclas de agua dulce y de agua marina. Para ello me he servido en cada experiencia de siete vasos, cuya capacidad variaba según el tamaño de los ejem- plares y que contenían las mezclas, hechas en proporción graduada. Un primer vaso, señalado con el núm. 1, contenía solo agua de mar. El objeto de colocar en este vaso algunos ejemplares de los sometidos á la experiencia, era el de tener siempre un tipo de comparación normal á que poder referir las variaciones observadas en los otros casos. Esto, además, me ha permitido saber con certeza en ciertas ocasio- nes si la muerte de los animales colocados en los demás reci- pientes podía ser ú no atribuida á la cautividad, como ocurre frecuentemente, 6 á la falta de los gases necesarios para la respiración. Un segundo vaso, señalado con el núm. 2, conte- (1) J. MASSARrT: Sensidilitó et adaptation des organismes a la concentration des solu- tions salines. (Archives de Biologie, t.. 1x, fase, 1v, pág. 515. Liege, 1889.) (Mm Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 221 nía una mezcla formada por tres cuartas partes de agua de mar y una de agua dulce. El núm. 3, dos terceras partes de agua de mar y una de agua dulce. El núm. 4, partes iguales de una y otra. El núm. 5, una tercera parte de agua de mar y dos de agua dulce. El núm. 6, una cuarta parte de agua de mar y tres de agua dulce, y el núm. 7, agua dulce pura. Las mezclas, como se ve, estaban hechas de manera que progre- sivamente la cantidad de agua de mar disminuía y la de agua dulce aumentaba desde el vaso núm. l al vaso núm. 7. En lo tocante á la manera de realizar las experiencias, he adoptado cuantas precauciones me han sido posibles para alcanzar resultados exactos. La circunstancia de haber sido hechas en la Estación zoológica de Nápoles, como ya he dicho, me ha rodeado de condiciones escepcionalmente favorables para alcanzar este fin. Los animales ensayados, apenas saca- dos del mar, eran colocados en recipientes separados y con- ducidos inmediatamente al laboratorio. En el abundante material así recolectado escogía yo los individuos que me parecían dotados de mejores condiciones vitales y los sometía acto continuo á la experiencia. He cuidado también de poner en cada vaso varios ejemplares de diferente sexo, tamaño, coloración, etc., y así he podido apreciar y tener en cuenta las variaciones, á veces grandes, que estas diferencias produ- cen en los resultados finales. Por último, renovaba con fre- cuencia el agua, en todos los vasos, siempre que la vida de los animales en ellos colocados se prolongaba durante algún tiempo. No creo, sin embargo de esto, haber evitado todas las nume- rosas causas de error que se presentan cuando se hacen ensayos de esta índole. Mas como quiera que todas las espe- cies por mí ensayadas lo han sido en idénticas circunstancias, los resultados comparativos serán los más aproximados posi- bles á la verdad. Como puede verse en el cuadro correspondiente, he procu- rado someter á las experiencias representantes de todos los grupos de la clasificación, ventaja que me ha hecho apreciar muchas particularidades que habían pasado desapercibidas para otros experimentadores. Los caracteres que voy á enu- merar á continuación son muy variados y no aparecen en todas las especies con la misma intensidad ni de la misma 228 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (Sy manera. Además, no se presentan con la generalidad que pudiera esperarse, dada la identidad de condiciones del medio y la igualdad de circunstancias que han concurrido en los ensayos. Asi, no debe creerse que los caracteres aquí indica- dos se ven aparecer sucesivamente en cada una de las espe- cies, sino que son un resumen de todos los observados durante las experiencias. Cada especie tiene un cuadro sintomático especial que difiere del de las demás, demostración evidente de la variedad de efectos que una misma causa puede produ- cir, según es varia la constitución de los organismos á ella sometidos, idea que conviene tener presente siempre en el curso de este trabajo. Pasando ahora á enumerar los diversos fenómenos que se van presentando en los animales ensayados, haré mención primero de aquellos que pueden observarse por medio de un examen externo, y que denominaré efectos externos, aun cuando en la mayor parte de ellos no sea esta una denomina- ción exacta, pues responden á modificaciones de los órganos interiores; y después notaré los efectos que se descubren en los tejidos y en los elementos celulares, para el examen de los cuales es necesario recurrir á la disección y al microscopio. Efectos externos. —Un animal marino cualquiera, que se sumerge en agua dulce, cae inmediatamente al fondo del vaso, donde sus movimientos se realizan con visible dificul- tad. Los animales nadadores ó no pueden nadar ó nadan mal, y en los peces, sobre todo en las pequeñas especies, es fácil observar que grandes esfuerzos tienen necesidad de emplear cuando quieren ascender hasta las capas superiores. del líquido. Aquellos cuyo cuerpo está formado por tegumentos. blandos y delicados (medusas, beroes, etc.), no solo caen al fondo del vaso, sino que se deforman rápidamente. Todos estos efectos son debidos á la diferencia de densidades del agua dulce y del agua del mar, pues debe tenerse en cuenta que penetrados los seres marinos por el agua de mar hasta en lo más íntimo de sus tejidos, su peso aumenta notablemente por la inmersión en agua dulce. Si los movimientos de la vida de relación sufren por esta causa ciertas variaciones en su manera de ser, la sensibilidad general experimenta también cambios notables. Es frecuente observar en los animales marinos que se sumergen en agua (9) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 2291 dulce, un efecto como de insensibilidad ú de aletargamiento que obra en la mayoría de los casos con extrema rapidez. Un equinodermo, un molusco, un gusano cualquiera que se colo- que en estas condiciones queda como anestesiado; sus movi- mientos se realizan perezosamente, con lentitud; no responde á las excitaciones exteriores con la rapidez habitual, y. en ciertos casos, si el efecto se prolonga, queda por último para- lizado y en completa inmovilidad. Los animales de organiza- ción más elevada (crustáceos, peces), no manifiestan este fenó- meno de una manera tan clara y marcada como los primeros, pero siempre puede comprobarse por una observación atenta, y así es fácil reconocer en las grandes pinzas de los crustáceos decápodos la pérdida de fuerzas que experimentan. Cuando el animal está provisto de cirros ú paletas vibrátiles, estos ór- ganos sufren también una paralización de movimientos casi instantánea al ponerse en contacto del agua dulce, como puede verse perfectamente en ciertos tenóforos (Beroe Pors- hali) y en las papilas bucales del Amphioxus lanceolatus que muestra casos bien patentes de este hecho. El agua dulce obra, pues, en cierto modo, como un anestésico. Algunas especies permanecen en este estado hasta su muerte; en otras después de un tiempo variable, los movimientos vuelven á presentarse poco á poco, los cirros vibrátiles recobran su actividad y el animal sale de su estado de sopor, pero nunca su sensibilidad llega á alcanzar el grado que tenía en el estado normal. Otro de los efectos de carácter bastante general que el agua dulce produce es la decoloración. Puede esta ocurrir de una manera uniforme, como en muchos astéridos y peces, ó limi- tarse á órganos determinados, sobre todo las branquias, en ciertos gusanos y crustáceos; pero rara es la vez que este fenó- meno deja de presentarse. Cuando el agua dulce está mez- clada con la de mar, aunque sea esta última en cantidad muy pequeña, la decoloración se atenúa mucho. El bello pigmento rojo que da al Echinaster sepositus su coloración característica, se disuelve rápidamente en el agua dulce, hasta el punto de que un solo ejemplar de regular tamaño es suficiente para comunicar á esta, en pocos minutos, un tinte rosado bien visible. Otro tanto sucede con el Antedon rosácea que toma un AHA A Y 4 E mo IN] ARA 10 a 2) Hara maoD ca ARARAAAAa ARAAAAQ (20) ARARARAAA A PODOARDOOO .,.amÑNN CUA A AAA,DR AAA A +. QU [er] mm n A 10 + 00 QAAARAAARAMRARARA MOI” OUNOODMNIO ca (ne) ANALES DE HISTORIA NATURAL. 10 0000 m1 QA +0 APARTA CREARA TA ATA AA AAA A ADO DOoO nr Nm AA ATA RA A A AAA ALA AAA E RM E E 5 E 5 ma AAARAIOA AAA AAA A ALAAA AA HAS A a = QDD Rana A AY na A A A CAM ÑH = NO co AMADO” rm a RAAN NH 2422002292 2I0anann nAACOADOrAa dra mo == ++ ca — 10 (7 an A Ñ 10 lar] + m T7AARANAON = ARAAAAN) RO ONHADDA NADO AHAN+ =>] 10 AARAARACNA A Romo + (0 ADODOOONAD AQMODAON A 00 a Y MN OAHNAAARAAAQIAAA AAA Á ACATATA CACA AIDA AA AA AAA nO “NH “A “4 UMN | “9 "WAN ARARADACSAnAAOa an = RARAA2AAAAAACDAn] ARA sa dE * A — ¿«DAMDADAIOMA (AS — 5h "ON AN - A AAA A NA CA A RAAAA A AO RAMO a AREN NO AIQHADOTH ah OAMAadan a ra HO HaDoaDoD.n0 AA ARAAARAA AS QDD AARHAHAA nana anmria RARA An . + AT AAAAAA NH “A *q "UNN “p "UNnN ++ +++ to Ea FARABDAROOn nn SS SS ht ARAAARAAAAA sa aa nn RA + n H a A on ea ARA AAQUOARAAAooARA nn +2 910 a el e o] nad oO0DOSAADOOA+H a HO /4p 2 HN 2 a DARA. 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(QT) suvards IPrRA + ===, T) vyemooqny ez o[4900 += +++ ** (¿1 T) XUÁTE] BHEIOquoL +++ + *(¿6T) SHB]n9Á[89 SOpIoIS Y A .... QUO o o +++ [a] “3 "UNAN '"SVTIIOZAN SVI NY NOIOVYMda ED 'SYOYAYSNZ S31DIAS KA 240 yl e HET lA E EY NE O ATV 16 ANALES DE HIST. NAT. —XX. 242 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) Antes de pasar á exponer las consideraciones que de este cuadro se desprenden, creo conveniente indicar algunas cau- sas de error que se presentan al registrar las cifras que indi- can la muerte de un animal sujeto á las experiencias, y que, de no ser tomadas en cuenta y anotadas y corregidas conve- nientemente, producirían alteraciones de consideración, dando lugar á una interpretación de los hechos muy distinta de la real y verdadera que deben tener. Entre estas causas figura en primer término la temperatura, que con sus oscilaciones puede contribuir á que la vida de un animal marino sumergido en agua dulce se prolongue más 6 menos tiempo. Sucede con frecuencia que al ensayar una misma especie repetidas veces, se obtienen cifras cuyas dife- rencias son considerables, debido únicamente á las diferentes temperaturas á que se han realizado las pruebas. Una tempe- ratura baja hace durar en ocasiones la vida de un animal un espacio de tiempo dos ó tres veces mayor que el que duraría á una temperatura unos cuantos grados más elevada, sucediendo siempre que dentro de los términos fisiológicos la vida del sér en experiencia se acorta tanto más, cuanto más elevada es la temperatura, y viceversa. Conviene, pues, anotar siempre la temperatura á que se han realizado las pruebas. El tamaño de los ejemplares origina, de la misma manera, divergencias notables, siendo los de mayor talla los que po- seen más resistencia para soportar los cambios de su medio ambiente, asi como los que han llegado al período adulto resisten más que otros menos avanzados en su desarrollo. He observado también repetidas veces algunos individuos que poseían resistencias muy diferentes á las de los restantes de su misma especie, y que no podían ser atribuídas á estas cau- sas, lo que según creo debe referirse á ligeras variaciones or- gánicas que es sabido existen entre losindividuos de la misma especie en todos los seres, como lo demuestran las inoculacio- nes virulentas y la acción de los venenos. La capacidad de los vasos en que se conservan los ejemplares influye directamente y de un modo visible en la rapidez de la muerte, que es más rápida en los de menor que en los de mayor capacidad, efecto que muy bien pudiera ser producido por la condensación en los primeros del ácido carbónico desprendido durante la res- piración, que obra como un agente tóxico. (23) Gogorza.— EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 243 Otra dificultud muy digna de tenerse en cuenta, y que de no “ser bien apreciada podría ocasionar grandes equivocaciones, es la de saber con exactitud el momento en que llega la muerte á los animales sometidos á las experiencias. Este es un punto no tan facil de comprobar como se pudiera creer á primera vista, pues ocurre frecuentemente que ciertos ejemplares, sobre todo en los animales inferiores, aparecen como muertos cuando en realidad la vida persiste en ellos. En los peces, los crustáceos, los cefalópodos y algunos otros animales pertene- cientes á diversos grupos, no existe tal dificultad; el momento -de la muerte puede precisarse con gran exactitud. Mas para los moluscos, bivalvos y univalvos, muchos gusanos, los equi- nodermos, etc., este momento es difícil de precisar con la exactitud que las experiencias requieren, pues protegidos estos diversos seres por fuertes dermato-esqueletos que ocul- tan las partes blandas, es imposible reconocer en estas, cuan- do desaparecen los cambios de color, los movimientos y otros indicios que revelan la vida. Por esta causa he tenido que re- nunciar á inscribir los datos de algunas especies de holoturias, equínidos y moluscos univalvos, en los que suben de punto estas dificultades. En otros casos dudosos, los movimientos de los tentáculos, los de diversos apéndices, y otras particula- ridades reveladas por un examen atento, permiten tomar las Cifras con exactitud. A fin de salvar en lo posible estas dificultades y causas de error, he colocado en cada recipiente, siempre que me ha sido posible, varios ejemplares de diferente tamaño, coloración, sexo, edad, etc., y he anotado cuidadosamente el tiempo de resistencia de cada uno de ellos, formando después con las cifras asi obtenidas una intermedia que es la que figura en el cuadro. Examinando este se echará de ver que delante de mu- chas cifras he colocado el signo +, cuya significación debe ser explicada. Cuando los ejemplares colocados en un vaso vivian sin alteración visible cuatro días, á contar desde la fecha en que habían muerto los ejemplares de la misma especie colo- cados en el vaso de número inmediato superior, es decir, el que contenía una fracción más de agua dulce, suspendía la experiencia y colocaba el signo + delante de la cifra obtenida. En efecto, la práctica me ha demostrado que cuando esto su- cede es señal de que aquella mezcla de agua dulce y salada 244 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) no ejerce influjo patológico alguno sobre dicha especie, y que puede vivir indefinidamente en ella. Como además es conocida la facilidad con que pasado algún tiempo mueren, aun colocados en agua de mar, muchos animales marinos, por falta de ciertas condiciones que es imposible prever 6 al me- nos proporcionarles, no parece lógico atribuir la muerte, pa- sado el tiempo indicado, á la sola influencia del agua dulce que contenga la mezcla, cuando debemos suponer en unos casos, y sabemos positivamente en otros, que aquella puede sobrevenir por diferentes causas ajenas á la indicada. Teniendo presentes todas estas diversas consideraciones, me parece ocioso decir que las cifras del cuadro no son de una exactitud absoluta; esta no puede existir tratándose de un fenómeno variable con arreglo á tantas y tan complejas cau- sas, pero sí son de exactitud suficiente para que de su compa- ración puedan tomarse resultados apreciables que nos ense- ñen las diferencias absolutas que en este punto existen entre unas y otras especies. Veamos ahora los resultados que se deducen del cuadro. Para facilitar su comprensión y la comparación de las nume- rosas Cifras que lo forman, he agrupado estas en cuadros se- cundarios correspondientes cada uno de ellos á una columna vertical del primero, ó sea á las cifras de cada mezcla. ' CUADRO NÚM. 1.—Agua de mar pura. Especies | Mueren | viven DURACIÓN. GRUPOS. ensaya- | *% IA das. ES damente.] Máxima. | Mínima. | Media. Celentéreos.... 6 3 3 48h 201 34h Equinodermos. 10 1 9 0 0 07M GUSANOS 8 1 7 0 0 0 Crustáceos. ... 11 1 10 0 0 Moluscos. ..... 19 2 17 72 44 58 Tunicados..... 2 1 1 0 0 0 ROCES. cesto ae 14 0 14 0 0 0 25) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 215 An CUADRO NÚM. 2.—Agua de mar, ?*/,; agua dulce, '/,. Especies | Mueren | Viven DURACIÓN. GRUPOS. | ensaya- Ca A ES A das. a. damente.!| Máxima. | Mínima. | Media. | | | Celentéreos....| 6 3 3 gh | 3h g2m| 5h 31m ' Equinodermos.| 10 5 5 ST 19 |40 9 | Gusanos. ..... S 3 5 68 6 22 |46 11 ¡-Crustáceos. ... 11 10 il 98 DAN e | Moluscos. ..... 19 6 13 53 IA 1780 2.8 | Tunicados..... 2 1 0 0 0 Mbeeesc 03d. 14 0 14 0 0 0 | CuaDRO NÚM. 3.—Agua de mar, ?/,; agua dulce, '/,. Especies | Mueren | Viven DURACIÓN. , E enlalexo li O A SS GRUPOS. ensaya | a indefini me me das. | cia. | damente. Máxima. | Mínima. | Media. | s | Celentéreos. .... 6 3 3 gr o Sa | Equinodermos. 10 5 5 56 0: 12 125 36 (GUSAnOS. ..... 8 2 6 80 17 4040/50 Crustáceos. ... AE 10 1 96 9|48 5 Moluscos...... 19 i/ 12 50 II Eumcados.i.. 2 1 1 0 0 0 | .. PECES a ojotas 14 1 13 0 0 0 Cuapro NÚM. 4.—Agua de mar, */,; agua dulce, ”/,. GRUPOS. ensaya- | €n la ex- APA perien- das: cia. indefini- damente.| Máxima. | Mínima. | Media. O 20 0 Especies | Mueren | Viven DUE ACCION. Celentéreos.... 6 | Equinodermos. Gusanos. ..... 8 8 Crustáceos. ... 11 yl Moluscos...... 19 12 Tunicados..... 2 2 | Decenas 14 2 A A A XÁ pe [ao] ha o a SINIIMASINSIACD= O »N D O SiS CASIARANOS SS al ha N A SO: 1 haa RA 0 =OwNnN id a) ha LEA KA A A A A A A A AA 245 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) CUADRO NÚM. 5.—Agua de mar, */,; agua dulce, ?/.. Especies | Mueren | Viven DUE) A SON GRUPOS. SS o das. al damente.| Máxima | Mínima. | Media. Celentéreos. ... 6 6 0 6h 0 102 SO Equinodermos.| 10 10 0 TEO 2 2 31 | CGUSAMO SA 8 8 0 4 50 10 21530) Crustáceos. ... 11 11 0 68 0 3 SA Moluscos...... 10) ali 2 168 0 20 s4 10 0 Especies | Mueren | Viven DU AO TOS GRUPOS esa A das. UA damente.| Máxima. | Mínima. | Media. | Celentéreos.... 6 6 0 O 1» 33" Equinodermos. 10 10 0 3.5 1 1 33 Gusanos. .z 8 8 0 4 10 10 2 10 Crustáceos. ... ¡0 11 0 64 0 3 SARA Moluscos...... 19 17 2 168 0 1 64 56 Tunicados..... 2 2 0 O 42 40 O 41 IA SA 14 5 82 0 14 AS CuADRO NÚM. 7.—Agua dulce pura. Especies | Mueren | Viven DURACIÓN. crRuBoOs:0 ensaya A al A AS das. ed damente.] Máxima. | Mínima. | Media. Celentéreos.... 6 6 0 ph 30m in 02716 Equinodermos. 10 10 0 0 35 1 OS Gusanos. ..... 8 8 0 3 10 10 1 40 Crustáceos. ... 11 11 0 20510 3 LO Moluscos...... 19 18 1 144 0 2 02 Tunicados..... 2 2 0 0 30 20 (a Peces im No 14 14 0 AO S 8 4 1h (28 Gogorza. — EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 247 La proporción entre las especies muertas y las que resisten indefinidamente á las mezclas, podemos estudiarla en las tres primeras columnas de cada cuadro. Del primero de estos re- sulta que de 70 especies ensayadas mueren durante la expe- riencia 10, Ó sea, una séptima parte del total. La mayor parte de estas diez especies son pelágicas, las cuales, como se sabe, no soportan sino muy breve tiempo la cautividad aun rodea- das de las mejores condiciones. CUADRO NUM. 2.—Mueren durante la experiencia 28; viven indefinidamente 42. Entre las especies muertas figuran repre- sentantes de todos los grupos, excepto del de los peces: los crustáceos y los moluscos son los que aparecen con una cifra mayor. CUADRO NÚM. 3.—Veintinueve especies muertas; la propor- ción en cada grupo es igual que en el cuadro anterior. Todos los peces viven. Cuapro NÚM. 4.—Viven indefinidamente 20 especies; mue- ren 50. La mezcla correspondiente á este cuadro es mortal para todos los equinodermos, gusanos, crustáceos y tunicados ensayados. La mayor parte de los celentéreos mueren también, así como dos especies de peces, el Amphioxus lanceolatus y el Scyllium canicula. CUADRO NÚM. 5.—Viven 14 especies, de las cuales 2 perte— necen á los moluscos y las restantes á los peces; en todos los otros grupos mueren. CUADRO NÚM. 6.—Viven 7 especies, 2 pertenecientes á los moluscos y 54 los peces. CUADRO NÚM. 7.—Solo resiste una sola especie, perteneciente al grupo de los moluscos lamelibranquios, el Tapes decussatus. Desde luego se ve en las anteriores cifras una exacta corres- pondencia entre la cantidad de agua dulce que contienen las mezclas y su influencia tóxica, representada por el número de especies muertas. Para la núm. 2, 28; para la núm. 3, 29; para la núm. 4, 50; para la núm. 5, 56; para la núm. 6, 63. La proporción, sin embargo, no es gradual, porque á partir de las dos primeras cifras aquí apuntadas, cuya diferencia es pequeña y que representan aproximadamente dos quintos del total, la influencia mortal de las mezclas aumenta de una manera brusca y rápida. La dilución de las sales marinas llevadas hasta un cuarto ó un tercio de la natural no es per- 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) judicial, por tanto, para la mayor parte de los animales ma- rinos, según se desprende de estas consideraciones; pero pasa- dos estos límites, los efectos de la dilución son rápidamente mortales para la generalidad de las especies. Este hecho tiene gran importancia, porque nos demuestra que los organismos en los que se verifica pueden soportar normalmente una disminución instantánea de las sales que entran á formar parte de su líquido ambiente, comprendida entre los límites dichos. Estudiando el cuadro general se ob- serva que este hecho se verifica en todas las especies ensaya- das, con muy ligeras excepciones, y así se puede notar que rara es la especie que no soporta alguna de las mezclas, ha- biendo grupos como el de los peces que se distinguen por su acomodación á líquidos que contienen una exigua cantidad de sales, mientras que otros, como el de los crustáceos, soportan dificilmente la más ligera dilución de estas. La afinidad zooló- gica de las especies no puede servir para prejuzgar respecto á su resistencia á la dilución de las sales, por no existir en este punto correspondencia entre unas y otras, y asi vemos que la Asterias tenuispina soporta indefinidamente la mezcla núm. 2 y aun la núm. 3, mientras que el Astropecten squamatus perece al cabo de pocas horas en cualquiera de estos dos líquidos. Las cifras de resistencia de las especies muertas durante las experiencias que se ven en las tres últimas columnas de cada cuadro, nos dan también resultados interesantes. Conside- rando las duraciones medias tenemos: en el cuadro núm. 2 la mayor corresponde á los crustáceos y la menor á los celen- tereos; en el cuadro núm. 3, lo mismo; en el cuadro núm. 4, la mayor corresponde á los moluscos y la menor á los tunica- dos; en los cuadros núm. 5 y núm. 6, lo mismo. El cuadro siguiente, ó sea el que corresponde al agua dulce pura, lo estudiaré después. Los crustáceos y los moluscos son, en suma, los que resisten más, y es de notar que unos y otros están protegidos por fuertes cubiertas dérmicas que impiden en parte la absorción del líquido exterior. De la misma manera, dentro de cada grupo se ve repetido el caso siempre que exis- ten especies protegidas por piel dura y especies blandas, lo cual nos explica las enormes diferencias que entre las máxi- mas y las mínimas aparecen en muchos grupos. En el agua dulce pura la resistencia de las especies es mu- (29) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 219 cho menor que en cualquiera de las mezclas, como se ve por las cifras que aparecen en el cuadro correspondiente, donde la mayor duración mínima es de 23”, habiendo varias de 1”. Esta rapidez en la manera de obrar que tiene el agua dulce es un fenómeno muy significativo y que conviene tener en cuenta cuando se trate de explicar las causas que producen la muerte de los animales marinos sumergidos en agua dulce. De las 70 especies que comprende el cuadro general, 37 mue- ren en un espacio de tiempo que varía de 1” á 35m; y de las restantes solo 12 resisten durante un tiempo mayor de 5»... Si consideramos la duración media en cada grupo veremos que el de menor resistencia es el de los celentereos, después el de los equinodermos, luego los de los tunicados, gusanos, peces, crustáceos y moluscos respectivamente. Claramente se ve aquí, de la misma manera que lo hemos visto al tratar de la relación de los grupos unos con otros con arreglo á la pro- porción de especies que viven ó mueren durante los ensayos, que la influencia más enérgica del líquido ambiente depende de la rapidez de su absorción y que los animales blandos y poco protegidos por cubiertas dérmicas que se opongan á una rápida endosmosis, son los más sensibles á las condiciones de su nuevo medio. De todas estas diversas consideraciones podemos deducir las siguientes Conclusiones: 1.* En las especies ensayadas, el número de las muertas en cada una de las distintas mezclas de agua dulce y de agua marina, es proporcional á la cantidad de agua dulce que con- tiene la mezcla. Y 2.7 Para todas las especies marinas existe una cierta resis- tencia á la dilución rápida de las sales del agua de mar, hasta un cierto límite, pasado el cual perecen rápidamente. Este límite es muy variable de unas á otras ¿independiente de sus afinidades zoológicas. 3.? En las diversas mezclas los crustáceos son los más sen- sibles á la presencia del agua dulce, los peces los menos. 4.” El agua dulce es con rapidez mortal para la inmensa mayoría de los animales marinos. 250 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30» 5." La duración media en los grupos naturales es menor en los celentéreos; siguen después los equinodermos, tunica- dos, gusanos, peces, crustáceos y moluscos. 6.?* La acción tóxica del agua dulce, bien sola, bien mez- dlada con el agua de mar es menor, cuanto más protegido se encuentra el animal por cubiertas dérmicas que dificultan la endosmosis. IE CAUSAS DE LA MUERTE DE LOS ANIMALES MARINOS SUMERGIDOS EN AGUA DULCE. Llegamos al punto más debatido é interesante de la cues- tión, es á saber: á las causas que originan la muerte de los animales marinos cuando son colocados en agua dulce. En los capitulos anteriores hemos visto que, con escasas excep- ciones, todos los habitantes del elemento salado, perecen cuando se les cambia este por aquel. ¿Cuál es la causa de la muerte en este caso? ¿Por qué los dos líquidos que sirven de medio natural al mayor número de los seres creados, resultan respectivamente incompatibles para los que son peculiares á cada uno de ellos? Durante muchos años estas preguntas que- daron sin contestación, y solo algunos naturalistas dieron diversas hipótesis acerca de este hecho, si bien ninguna de ellas basada en un criterio experimental. La falta de sales en el agua dulce, la disminución de la presión, la coagulación de la sangre, la diversa proporción de gases respirables, las corrientes osmóticas y otras muchas particularidades fueron tomadas en consideración para explicar el fenómeno; pero la misma indecisión con que emitían estas diversas hipótesis sus mismos autores, demuestra la falta de razones que tenian para fundarlas. P. Bert, que según he dicho ya, ha realizado algunos trabajos en este sentido, muestra en el primero de ellos la misma indecisión cuando dice (1). «Es, pues, muy »verosímil que la diferencia de densidades entre por mucho »en la muerte de los animales de respiración branquial, (1). P. Berr: loc. cit., pág. 30. (3D Gogorza. —EL AGUA DULCE EL LOS ANIMALES MARINOS. 251 »transportados del agua dulce á la salada ó recíprocamente. »Muy probablemente, también, la diferencia de densidades »obra sobre todo en razón de la diferencia de poderes osmó- »ticos, con los que está en relación. Si mis peces han sucum=- »bido con tanta rapidez en el agua azucarada, esto es debido, »sin duda, á que, á densidad igual, el agua de mar y el »agua azucarada no tienen el mismo poder osmótico; es nece- »sario hacer intervenir otros factores, tales como la solu- »bilidad, probablemente distinta, del oxígeno en unn y otro »líquido.» ; En tal estado la cuestión, los trabajos de varios naturalistas y los suyos propios indujeron á Plateau á probar que la muerte de los crustáceos marinos sometidos al agua dulce era producida á consecuencia de la pérdida de cloruro de sodio, que estos seres, como todos los demás que viven en las mismas condiciones, experimentan cuando son colocados en dicho líquido. Un método paralelo á aquel otro que ha ser- vido á este autor para demostrar que la muerte de los anima- les filuviátiles sumergidos en agua de mar es debida á la absorción de sal común, le ha servido para demostrar su teoría. Para ello empieza notando que diversas especies de crustáceos, después de lavados cuidadosamente con agua destilada hasta que esta no manifiesta con los reactivos la presencia del cloruro sódico, excretan una cierta cantidad de esta sal, al cabo de algún tiempo, colocados nuevamente en agua destilada. «Nuestra suposición era, pues, exacta, dice el »autor (1): si los articulados de agua dulce, sumergidos en »agua de mar, absorben ciertas sales de esta, los articulados »marinos pierden, en el agua dulce, las sales contenidas en »los líquidos del cuerpo.» A fin de conocer, después, cuáles de estas sales son las más necesarias á dichos seres, somete las especies ensayadas á soluciones de cloruros de sodio y mag- nesio y de sulfato de magnesio, conteniendo un mismo peso de estas sales. La resistencia de los animales á estas diversas mezclas le han permitido deducir (2) «que el cloruro de sodio »es no solamente una sal necesaria, sino la sola indispensable (1) F. PLATEAU: Recherches physico chimiques, etc , p. 43. (2) Idem: loc. cit , pág. 51. - 232 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) »á4 log crustáceos marinos.» Y aunque más adelante añade: «Yo estoy lejos de pensar que esta pérdida (la de la sal comúny »es la sola y única Causa de la muerte; pero el lector que »haya seguido con atención mis experiencias sucesivas, no »podrá negarse á admitir que los crustáceos marinos tienen »necesidad, para encontrarse en su estado normal, de una »cantidad bastante notable de sales, que las sales necesarias »son los cloruros del agua del mar, que pierden estas sales »en el agua dulce, en fin, que esta pérdida, determinando un »estado anormal grave debe producir la muerte (1).» Estas mismas conclusiones han sido sostenidas y reprodu- cidas por el autor hace pocos años en una nota presentada á la Academia de Ciencias de París, y confirmadas por P. Bert, que dice (2): «Habiendo determinado completamente, desde »1871, la causa y el mecanismo de la muerte de los animales »fuviátiles sumergidos en agua de mar, me he ocupado del >problema inverso, es decir, de la muerte de los animales ma- »rinos que se sumergen en agua dulce.—He visto que, por el »contrario, es la supresión de cloruro de sodio lo que ocasiona »la muerte. No le he podido reemplazar, ni por las sales de sosa, »ni por las de magnesia, ni por el azúcar, la glicerina y otras »substancias destinadas á dar al agua dulce la densidad del »agua de mar.—El agua dulce obra por endosmosis exagerada, »hincha las branquias de los peces, en las cuales la circula- »ción se detiene, y también las de los moluscos y las de los »anélidos, hace opacos los epitelios transparentes, suprime la »contractilidad de los cromatóforos en los cefalópodos, etc.» Como se ve, se ha deducido de todas estas experiencias que siendo el cloruro de sodio una sal insustituible y necesaria para los animales marinos, la causa de la muerte de estos seres, cuando se los coloca en agua dulce, es debida á la pér- dida que experimentan de dicha sal. Pero á poco que se refle- xione sobre los resultados de dichos estudios, principalmente sobre los de Plateau, que han sido la base de todas las expe- riencias posteriores, se encuentra en ellos motivos más que suficientes para dudar de la verdad de esta teoría. En primer (1) F. PLATEAU: loc. cif., pág. 67. (2) P. Bert: Sur la cause de la moryt., etc. Cont. rend. de 1'Académic, 1883, pág. 136.) (33) | Gogorza. —EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 253 lugar, una grave objeción se deduce de los ensayos hechos en las soluciones de sal común, pues todas las especies de crustáceos ensayadas por este naturalista, y lo mismo puedo decir yo de las que he ensayado de otros muy diversos grupos, han muerto durante las experiencias y en breve tiempo, lo que no hubiese sucedido seguramente si el cloruro de sodio fuese la ¿n2ca sal indispensable á los animales marinos. Ade- más, la duración media de la vida de las especies, en las solu- ciones indicadas, no acusa diferencias tan considerables como resultarian de ser ciertas las deducciones del ilustre naturalista belga. Es verdad que con el cloruro de sodio viven más largo tiempo, pero raras veces ocurre que este sea un triplo del que viven en los otros líquidos, y aun se encuentran casos en que la duración es la misma. Yo he realizado algunas experiencias comparativas colocando diversas especies en la solución de cloruro de sodio, y en otra solución conteniendo todas las sales del agua del mar, en sus proporciones naturales, á excepción de esta última; hé aquí los resultados obtenidos: | Solución Solución ESPECIES ENSAYADAS. Md. lisos INGCINEa. Mg. Cl. K. | La AA 02,171 qua Synapta inheerens.......... OS Ae 23,0 24,0 o A bici hoge 22,0 16,0 CATCIHUS DISUASE ceniaoa cieiaajo e E E .«=-| 56,0 20,0 Pachygrapsus marmoratus........ OS a 6,0 6,0 INESIS COFTUS an llas mode a 6,35 5,0 Palemon (serratus. usas eso ao HAS Ea e 3,0 2,15 Cardiam edulel. mcicodese os ME Ae do 70 5,40 LIA aa dadas LAO cdo So Deba. 5,0 2,40 y A O AP 40,0 26,0 O Mt a ss 2 0) 5,0 Pleurobranch:ea Meckeli......... OS 8,0 4,0 di 20,0 1,20 Como se ve, las anteriores cifras están muy lejos de indicar que la solución de sal común pueda considerarse como un líquido natural para los animales marinos, dando este nombre al líquido capaz de reemplazar al agua de mar. De las trece 201 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (34) especies ensayadas hay dos cuyas resistencias en los líquidos indicados son iguales; y la media proporcional de las cifras de la primera columna es casi exactamente el doble de la media también proporcional de las cifras de la segunda. No hay razón, por tanto, para considerar á la sal común como la única insustituible entre todas las que se encuentran en el agua de mar; y si los efectos de su supresión se hacen sentir antes que los de las demás sales, débese á la fuerte proporción en que se halla en esta. Por otra parte, el Dr. Plateau, preocupado constantemente con el cloruro de sodio, pasa por alto en su trabajo la impor- tancia fisiológica que puedan tener para los animales marinos las Otras sales que entran en la composición del agua del mar y de que su cuerpo se halla impregnado, habiéndose demos- trado hace tiempo que la salinidad de sus tejidos no es debida á la sal común únicamente, sino al conjunto de todas las sales marinas. Como acabamos de ver, las experiencias del citado autor en este punto nos indican que el cloruro de sodio es la sal másiimportante para aquellos, pero no que las demás sales sean indiferentes para su organismo. Ahora bien, cuando se coloca un animal marino en agua destilada, los reactivos se- malan en esta al cabo de algún tiempo la presencia de todas las sales marinas. ¿Por qué atribuir entonces la muerte de los animales ensayados á la pérdida de la sal común exclusiva- mente? ¿Por qué la pérdida de las otras sales no ha de contri- buir en algo á dicho efecto, aunque su influencia esté subor- dinada á la de la primera? Además de estas objeciones, que pueden hacerse contra la teoría referente al cloruro de sodio, se presentan otras que á mi modo de ver demuestran claramente su poca exactitud. Según los partidarios de esta teoría, los animales mueren por pérdida de sal común; pero esta pérdida no puede ser total, toda vez que los líquidos y partes sólidas de aquellos que han muerto en las condiciones aludidas, dan siempre una fuerte reacción de cloruro de sodio con el nitrato de plata, y se refiere á una cierta proporción, variable en cada especie, cuyo ago- tamiento produce la muerte. Tenemos, pues, según la teoría iodicada, que los animales marinos necesitan una elevada pro- porción de dicha sal para vivir y que la sustracción de una pequeña parte, tan pequeña como debe ser la que se pierde al (35) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 205 cabo de varios minutos de sumersión en agua dulce, produce la muerte. Pero en contra de lo expuesto se puede probar que una cierta pérdida de sales no produce resultados apreciables en los animales marinos, y que en muchos casos pueden estos perder en poco tiempo mayor cantidad de sales, sin experimen- tar la muerte, que la que pierden sumergidos en agua dulce hasta el momento en que sobreviene esta. Para ver esto no hay sino recordar que diversos pieces han conseguido en pocos días adaptar ciertas especies á vivir en mezclas de agua de mar y de agua dulce, y que la salinidad de sus tejidos ha disminuido en relación á la salinidad del líquido ambiente. Así Frédéricq (1) ha podido disminuir la cantidad de sales en el Carcinus menas de 3,07 por 100 que tiene en el agua marina de Roscoff, á 1,65 por 100, y Kruken- berg ha demostrado hechos análogos en algunos peces, sin que estos animales hayan sufrido desorden patológico alguno. Podría objetarse aquí que la adaptación realizada había dejado sentir profundamente su influencia en todo el orga- nismo del sér, hasta cambiar de una manera radical su fun- cionalismo; pero todos los fisiólogos están conformes en con- siderar que modificaciones de esta indole solo se realizan muy lentamente y en el transcurso de varias generaciones. Más racional es pensar que esa abundancia de sales que se en- cuentra en los tejidos y en los líquidos orgánicos de los ani- males marinos no es absolutamente necesaria para la vida de estos, y que se puede sustraer de ellas una buena parte sin ocasionar trastornos graves. Las diferencias consisten en la forma de realizar esa sustracción. Pero aún se puede dar otro caso más palpable de este mismo hecho y en el cual no juega papel alguno la adaptación. En el cuadro general se puede ver son varias las especies que mueren rápidamente en agua dulce y que al mismo tiempo resisten mucho ó indefinidamente una mezcla de una cuarta parte de agua marina y tres de agua dulce, es decir, una mezcla en que la cantidad de sales está disminuida hasta tener un cuarto de la normal. Los ejemplares colocados en (1). L. FRÉDERICO: Composition salin du sang et des tissus des amimauz marins. Livre jubilaire de la Soc, de Medec. de Gand, 1884, 256 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36) esta mezcla al cabo de unas horas han perdido un peso de sales mayor que los ejemplares colocados en agua pura hasta el momento de su muerte, como se puede demostrar por las leyes de la osmosis y como fácilmente se comprueba por el sabor más 6 menos salado de los líquidos linfáticos y hemo- linfáticos de unos y otros ejemplares. Un ejemplo aclarará más la cuestión: el B/enntus tentacularis muere á las 2 y 14" de ser colocado en agua dulce, pero vive indefinidamente en la mez- cla indicada. Ahora bien, al cabo de ocho ó diez horas la san- gre de los ejemplares colocados en esta última tiene un sabor marcadamente menos salino que la de aquellos otros recién muertos en agua dulce; sus tejidos han perdido una cantidad mayor de sales, y sin embargo continúan viviendo en perfecto estado. ¿Quién se atreverá á afirmar que se trata aquí de una adaptación realizada en el término de unas horas? Este hecho es marcadamente significativo é imposible de explicar para los que creen en la teoría del cloruro de sodio. Las otras teorías inventadas para explicar la muerte de los animales marinos en este caso han sido ya combatidas con- venientemente, y no hay naturalista alguno que las sostenga. En cuanto á la osmosis exagerada que ha sido admitida por algunos, y que tan activa parte toma en todos estos fenómenos, no ha sido hasta hoy estudiada convenientemente. Es verdad que P. Bert hace notar algunos de los trastornos que esta produce, pero ya hemos visto más arriba que no concediendo á tales hechos sino una importancia secundaria, sintomática, se declara partidario de la teoría expuesta. Yo que he seguido con atención los efectos por esta causa producidos en todos los animales por mi ensayados, creo que es necesario conce- derle una importancia mucho mayor, si bien no sea este solo fenómeno físico la causa de la muerte. Para facilitar estas explicaciones y dar más claridad á los conceptos que han de seguir, conviene hacer algunas indica- ciones acerca de la naturaleza y modo de ser de los organis- mos marinos en relación con el medio ambiente que habitan. Un animal acuático, cualquiera que este sea, tiene todos los líquidos de su economía en relación constante con el líquido ambiente en que viven; así los animales marinos tienen sus Jíquidos orgánicos en relación constante con el agua del mar. Cada variación que se produce en esta trae consigo una va- (37) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 251 riación correlativa en aquellos, y esta dependencia es tanto más estrecha cuanto que la combinación que las produce no se verifica únicamente por una imbibición paulatina realizada desde la superficie externa ó de contacto hasta el interior de los tejidos, sino que está además regida por numerosas dispo- siciones orgánicas que permiten el libre acceso del agua de mar hasta la sangre ó hasta las cavidades interiores del cuerpo del animal. Todos saben, en efecto, que en los celentéreos y en los equinodermos el sistema gastro-vascular está abierto y que el fiuido nutricio que por él circula se compone en gran parte de agua marina; que en los gusanos y en los moluscos el aparato circulatorio tiene comunicación directa con el ex- terior y el líquido ambiente puede penetrar en sus más deli- cadas ramificaciones cuando las necesidades del animal lo exigen, y que en los crustáceos y en los peces podrían citarse también curiosas particularidades de organización en este mismo sentido. Resulta de estos diversos hechos que los teji- dos del animal se hallan bañados constantemente por el liquido exterior que los penetra en todas sus partes, hasta en lo más íntimo de su sér, y además que las variaciones que aquel ex- perimenta se harán sentir con notable rapidez en todos los puntos de su organismo. Los elementos celulares participan de esta misma propiedad, y así sucede que contienen todas las diversas sales del agua marina en crecida proporción, pues desde su nacimiento se hallan rodeados constantemente por un líquido que las contiene. Teniendo en cuenta estas consideraciones, veamos qué su- cede á un animal marino colocado directamente en agua dulce. El primer fenómeno que en él se verifica será la intro- ducción rapidisima de una cierta cantidad de esta agua en el torrente circulatorio, no solo á favor de las estructuras orgá- nicas que ligeramente he indicado, sino además por una vio- lenta osmosis originada en el aparato respiratorio principal- mente, y como consecuencia de esto una disolución grande de la sangre y de los líquidos endolinfáticos. Este aumento de líquidos se deja ver desde los primeros momentos en la tur- gescencia de ciertos órganos y en los frecuentes casos de erec- ción que se manifiestan en otros y que ya he señalado entre los efectos del agua dulce. Diluiído de esta manera y cambiado en su composición el medio ambiente en que viven los ele= ANALES DE HIST. NAT.—XX. 17 258 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) + mentos celulares de aquel sér, forzosamente deben estos sen- tir la influencia de un cambio tal, porque separados los líqui- dos circulatorios éintracelulares por las tenues paredes mem.- branosas de las células, hay incesantemente, á cada momento, un cambio recíproco entre ambos que establece y mantiene el equilibrio, y por tanto el agua que ha aumentado la canti- dad del líquido circulatorio penetra y se mezcla con el líquido celular y recibe de este una pequeña parte de sus sales. Al mismo tiempo que tiene lugar esta rápida introducción de agua por la sangre, penetra otra parte con rapidez variable á través de todos los tejidos que constituyen el revestimiento exterior del animal, y este por último acaba por impregnarse del líquido exterior. Hasta aquí nada vemos que sea distinto de lo que se observa en casos análogos; la tendencia al equilibrio de composición en los elementos celulares y los líquidos que los bañan es un hecho general. Pero si las fuerzas físicas y químicas que pro- ducen estos resultados obran con una energía exagerada, en- tonces el fenómeno traspasando los límites de lo normal ori- cinará en el organismo graves desórdenes. Esto es precisa- mente lo que sucede en el caso que estudiamos. Cargados los tejidos de sales que tienen con el agua una gran afinidad de combinación, absorberán esta con gran rapidez; y como su difusión en ella es también muy rápida, se encuentran reuni- das las condiciones más adecuadas para producir una violenta osmosis. Además, como según leyes de este fenómeno físico, cuando dos líquidos de diferentes densidades están separados por membranas porosas, la corriente que se establece del líquido menos denso al más denso es mayor que la que tiene lugar en opuesto sentido, resultará una nueva causa favorable á la penetración de gran cantidad de agua dulce en el orga- nismo de un animal marino, cantidad mucho mayor que la que aquel pierda por exosmosis. Estos fenómenos, suficientes para explicarnos muchos de los hechos observados en las especies ensayadas, no podrían servir de explicación satisfactoria para demostrar que al mismo tiempo que se verifica esta abundante penetración de agua, la cantidad de sales que pierde el organismo es pequeña 6 nula, si otros que se verifican en los mismos elementos celulares no viniesen á completar su acción. Son estos los «(39) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 259 llamados turyescencia y plasmolisis de las células, los cuales mos son bien conocidos desde los trabajos de Vries, Pfeffer, Hamburger y Massart. Estos autores han estudiado la influen- cia de las soluciones salinas sobre diversos organismos ani- males y vegetales, resultando de sus estudios que el proto- plasma se deja penetrar muy fácilmente del agua pura, pero que las sustancias que esta lleva en disolución no le penetran sino muy lentamente y que abandona con la misma facilidad el agua, pero no las sales que ya posee. «La capa hialina que »limita el protoplasma vivo de las células vegetales, dice »Massart (1), deja pasar muy fácilmente el agua pura, pero es »casi impermeable á las sustancias disueltas. Cuando una »célula se coloca en agua, las moléculas de las sustancias »disueltas en el jugo celular atraen á las moléculas de agua, »y estas penetran en la célula atravesando la capa externa »del protoplasma. La penetración de agua determina un »aumento del volumen de la célula; pero para las células »adultas, provistas de una envoltura resistente, este aumento »no es indefinido; en efecto, la membrana de celulosa, muy »elástica pero poco extensible, es bien pronto distendida y su »elasticidad hace equilibrio á la presión de dentro á fuera »ejercida por el jugo celular. En este momento la penetración adel agua cesa, pero las paredes de la célula son el asiento de »una presión considerable. Este fenómeno es conocido con el »nombre de turgescencia.» La atracción que ejercen las moléculas de una sal sobre las moléculas de agua, es decir, el poder plasmolizante de esta sal es considerable. M. Pfeffer ha demostrado que las solucio- nes salinas débiles, análogas á las que se encuentran en el interior de muchas células vegetales, son capaces de absor- ber agua hasta el punto de producir en las paredes de estas Células presiones que alcanzan á varias atmósferas, y Massart ha calculado que la tensión llega á 15 atmósferas en algunos infusorios. A su vez las investigaciones de Vries han demostrado que el poder plasmolizante de una sal está en relación con el (1) J. Massarr: Sensib. et adapt. des organism. 4 la concentrat. de solutions salines. (Archives de Biolngie, 1889, p. 515.) 260 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) grosor y con la estructura de sus moléculas. Por eso las solu- ciones empleadas por diversos naturalistas para determinar qué sales son las más necesarias á los animales marinos, disolviendo de aquellas pesos iguales, han dado resultados poco exactos, pues no se ha tenido en cuenta su coeficiente isotómico, es decir, el valor de la atracción ejercida sobre el agua por cada una de estas sales. Las consecuencias que para nuestro estudio pueden sacarse de los trabajos indicados son importantísimas. Podemos com- prender por ellos cómo los tejidos de los animales marinos, cargados desde su nacimiento de las sales que contiene el agua del mar, absorben cuando se colocan aquellos en agua dulce una gran cantidad de esta sin perder sus sales, y cómo este fenómeno, que pudiera denominarse hidratación de los tejidos, llevado hasta la exageración por las circunstancias que ya he indicado, produce la muerte de los elementos celu- lares y por consecuencia la de los animales sujetos á la expe- riencia. A este hecho, cuya importancia es capital, se agregan otros producidos por el aumento de volumen de las células, es decir, por la turgescencia, que trastornan grandemente el funcionalismo del sér. Así la circulación general sufre nume- rosas interrupciones, lo que produce la congestión de ciertos órganos, sobre todo las branquias en los peces; la respiración se altera por la destrucción de los glóbulos rojos y resulta insuficiente ú nula; la composición de los líquidos orgánicos se cambia; los epitelios se destruyen, y ante todos estos desór- denes que se operan simultáneamente se acelera la muerte del sér. De tal importancia me pareció en un principio la destruc- ción de los glóbulos rojos de la sangre en los peces, que no dudé fuese esta la causa principal de la muerte en dichos animales. Daba visos de probabilidad á mi sospecha, el que protegidos estos por una piel dura y resistente cubierta de escamas, que no se presta sino con dificultad á los cambios osmóticos, como lo han demostrado experimentalmente diver- sos fisiólog'os haciendo ver con qué lentitud se presentan los sintomas del envenenamiento en ellos, cuando se han deposi- tado sustancias tóxicas en sus escamas, aunque estas sustan- cias tengan un modo de obrar tan rápido en circunstancias normales como lo tiene la estrignina, la absorción de agua 441) Gogorza.— EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 261 dulce se verifica de un modo exclusivo por la sangre en dichos animales, realizándose después la impregnación de los tejidos. Además, todo aquel que haya visto morir en agua dulce un pez marino, no puede por menos que comprender que en su muerte debe jugar un papel muy principal la asfixia; y como estudiando el cuadro general se ve que la mayor parte de los peces que en él figuran resisten indefini- damente la mezcla menos salina, y es sabido que cuando se inyecta agua con una pequeña cantidad de sal en las venas de un vertebrado no se disuelve la hemoglobina, fácilmente ocurre pensar que siendo la absorción menos rápida que en los otros grupos, el agua pura obra solo destruyendo los gló-. bulos sanguíneos. Para cerciorarme de esto he llevado 4 cabo algunas expe- riencias, colocando diferentes especies á un mismo tiempo en agua dulce y en agua de mar hervida, obteniendo los resul- tados que pueden verse á continuación: DURACIÓN MEDIA EN ESPECIES ENSAYADAS. — 00 ÓN Agua dulce. | Agua hervida. H M H M [REchimaster” sepositus... esse e sti a/a 11.520 Li IS A » 35 23 12 Spirographis Spallanzanil..............-. » 20 29 » PALeImOn errada uN Na micateo oa ae aaa es 2 45 SIT CATEMUSMENAS O. melesta cia cia relelo aña alias ad 20 > 6 10 o Ad a a ANO 36 >» MactralStullotin a ia tieeleo ate slo alii 16 >» 36 >» Sepiarothcinalista ado. iodo eela siste ets le » 20 » 55 Scylliiro" camicula. ima cerda es » 30 3 30 Gobius: paganelus acia mo delos ale On 1 30 | (Grsbticops arrontatusa dos joa iaa jota 3 32 3. 40 SO O A 1 40 4 30 Como se ve, entre las especies ensayadas solo dos han resis- tido más largo tiempo al agua dulce que al agua hervida; las restantes han vivido en esta última mucho más que en la primera. Así, pues, debemos deducir que al efecto de asfixia producido por el agua dulce cuando destruye los glóbulos rojos de la sangre, se unen otras causas perturbadoras, cuya 262 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) rapidez de acción supera á esta, y que son las que originan verdaderamente la muerte. En resumen, la hidratación de los tejidos y por consecuen- cia la turgescencia de los elementos celulares que los forman, permiten explicar todos los distintos hechos y caracteres patológicos que aparecen en los animales marinos sujetos á la acción del agua dulce, y de los cuales he tenido ocasión de ocuparme en otro lugar, y al mismo tiempo el mecanismo de su muerte. Así, las resistencias tan variables que tienen las especies ensayadas hasta el momento de morir, y que osci- lan desde algunos minutos hasta varios días, como puede verse en el cuadro correspondiente, se explican observando que los líquidos orgánicos difieren mucho de composición química y de naturaleza de unas especies á otras, que los tejidos mismos difieren también en sus propiedades y que á estas variaciones responden las otras. La turgescencia de las células, producida por la continua entrada de agua dulce en el organismo, puede realizarse hasta ciertos límites sin que aquellas perezcan; pero pasados estos, la muerte del elemento celular sobreviene rápidamente. Por esto vemos que en todas las especies ensayadas existe un límite de tolerancia para las mezclas graduadas de agua marina y de agua dulce, pasado el cual mueren con rapidez. Asimismo debemos supo- ner que aquellas pocas especies que no sucumben en el agua dulce y que gozan por tanto del poder de habitar en los dos líquidos, tienen en sus células fuerza suficiente para resistir los efectos de la turgescencia, permitiendo un cambio lento entre sus líquidos orgánicos y el líquido ambiente que per- mite al poco tiempo la adaptación completa al nuevo medio. Los ejemplares de menor talla, aquellos otros cuyos tejidos interiores no se hallan protegidos por sólidas cubiertas exte- riores y los individuos jóvenes, resisten menos á causa de una imbibición más rápida. El caso es notable con particuia- ridad para los últimos en los que los tejidos recientemente formados y que poseen gran vitalidad, se prestan á una enér- gica absorción, al mismo tiempo que las paredes celulares blandas é impregnadas de líquidos resisten menos á las fuer- zas plasmolizantes. Por eso es tan acentuada la rapidez de acción del agua dulce en ellos. La rápida absorción de agua que se verifica por las células (43) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 263 epiteliales que cubren el cuerpo de muchos animales marinos, á cuyas células provistas de cirros 6 paletas vibrátiles están encomendados ciertos movimientos del animal, determina una paralización de estos, debida á la desorganización del elemento celular y á la acción paralizante especial y poco conocida que el agua dulce ejerce sobre los cirros vibrátiles de todos los epitelios. Asimismo, el tejido muscular, que absorbe también, como hemos visto, gran cantidad de agua, suficiente á triplicar 6 quintuplicar el volumen de las fibrillas que lo forman, pierde paulatinamente su facultad de contrac - ción á medida que la hidratación avanza y llega á hacerse insensible á las excitaciones de los nervios correspondientes, como hizo notar P. Bert, el primero, en uno de sus trabajos. A estas causas es debido el hecho de la paralización de movimientos é insensibilidad en que caen los animales mari- nos al poco tiempo de colocados en agua dulce, si bien no deben ser las únicas que influyan en tales fenómenos á los que es posible no sea extraña la diferencia de densidades entre el agua dulce y el agua de mar. Por último, el cambio de transparencia de ciertos órganos que normalmente la tienen y á la que sucede un color blanco opaco característico, es debido, según creo, pues no puedo aducir pruebas demostrativas de ello, á la coagulación de los principios albuminoideos que abundan considerablemente en los líquidos celulares de los animales marinos y que diluídos rápidamente, precipitan dichas sustancias orgánicas. El cam- bio 6 pérdida de los colores, el de posición del centro de gravedad del animal, la modificación de los fenómenos respi- ratorios y otros diversos fenómenos han sido explicados ya suficientemente para insistir más sobre ellos en este punto. Ye ADAPTACIÓN GRADUAL. Hemos visto en los capítulos anteriores los efectos produci- dos en los animales marinos, cuando recién sacados de su elemento natural se colocan, bien en agua dulce, bien en diversas mezclas graduadas de esta y de agua de mar. En el 264 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (44) agua dulce pura 6 en aquellas mezclas que contienen poca cantidad de sales, el resultado inmediato es casi siempre la muerte del animal; pero también hemos visto que en la in- mensa mayoría de las especies, la vida es compatible con aleuna de las mezclas menos diluídas. Esto nos indica que en casi todas ellas existe una cierta resistencia para soportar los cambios de su medio ambiente, que debe ser igual á la que poseen los elementos celulares de sus tejidos, para soportar las fuerzas plasmolizantes. Pero en contradicción con estos hechos que sirven de regla general se pueden citar algunas otras especies, pertenecientes á grupos muy variados de la clasificación zoológica, que go- zan la facultad de habitar indistintamente las aguas del mar y las aguas dulces. Los salmones, las anguilas, las alosas, los esturiones, las lampreas y otros diversos peces han sido seña- lados desde muy antiguo por esta particularidad, y observa- ciones más recientes hechas por Schmankewitsch en algunos crustáceos, por diversos naturalistas en los moluscos, y por Semper en la Cordylophora lacustres, demuestran que el hecho no es exclusivo de los primeros como se creyó cuando empe- zaron á estudiarse estas cuestiones. Estos diferentes animales habitan en épocas determinadas las aguas del mar, y en otras épocas, reunidos casi siempre en gran número, penetran por los ríos y siguen el curso de estos hasta muchas leguas de su desembocadura, llegando así hasta los lagos más interiores, para volver después de cierto tiempo al punto de partida. Las especies de origen fluvial realizan emigraciones análogas pero en sentido inverso. Unas y otras comparten, pues, su vida entre los dos medios líquidos; son fluviales ó marinas según las necesidades de su vida, y sin embargo, su organización no experimenta desequilibrio al- guno al pasar de un líquido á otro. La transición de las aguas dulces á las aguas saladas 6 inversamente es para ellas rápi- da, pues aunque la confluencia de los dos líquidos forma una zona intermedia en que las aguas tienen todos los grados de salazón posibles á partir desde la del agua marina, esta zona es sumamente estrecha, y la rapidez: con que se ve á muchas de estas especies realizar sus emigraciones excluye toda idea de una adaptación gradual. Ahora bien, esta particularidad que nos ofrecen las especies (45) Gogorza. — EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 265 mencionadas, que puede y debe considerarse como una mayor extensión de los límites de resistencia al medio ambiente, que hemos visto poseen todas las demás especies ¿cómo puede explicarse? ¿Es debida á las condiciones especiales de los teji- dos que no permiten cambios rápidos entre sus líquidos com- ponentes y los líquidos en que vive el sér, ó es debida á que la absorción de estos últimos no pueda manifestarse como en las otras especies por las condiciones de la sangre y de las cubiertas epidérmicas? ¿Es solo la compcsición del líquido nutricio la que influye en estos resultados, como pretenden algunos, ó depende de una larga adaptación lograda con el transcurso del tiempo por estas especies y que hoy se ha con- servado en virtud de la herencia como un carácter distintivo de ellas? Estas diversas cuestiones, poco estudiadas y mal co- nocidas, no tienen hoy explicación satisfactoria, pues la mis- ma de las fuerzas plasmolizantes que nos ha hecho ver clara- mente cuál es la causa de la muerte de los animales marinos sumergidos en agua,dulce, no puede aplicarse en este caso, al menos con la generalidad que en aquel. La estructura y constitución de los elementos celulares no es en los animales que estudiamos distinta de la estructura y constitución de los elementos celulares que forman los restantes animales acuá- ticos. Las fuerzas plasmolizantes deben, pues, obrar en unos y en otros de la misma manera. Así tenemos que los resulta- dos son idénticos, si se repite la célebre experiencia de P. Bert, el cual hacía morir las anguilas sumergiéndolas en agua ma- rina después de haberlas privado de una buena porción de su epidermis, mientras aquellas otras que conservaban intacta esta, podían vivir indefinidamente en su nuevo medio. De esta experiencia parece deducirse que la dificultad de la absorción del líquido en que vive el animal, sería la causa de que este pueda habitar el agua dulce ó el agua del mar; pero experiencias posteriores realizadas con otras especies, han demostrado que esto no es cierto para todos los casos. A mi modo de ver, la explicación del hecho que estudio no es tan sencilla como se pretende; las causas que aquí entran en juego son múltiples y muy variadas, y es poco lógico atribuirá una sola de ellas el resultado de todos los hechos enumerados. Más racional parece deducir que cada especie puede resistir los cambios de su medio ambiente merced á una disposición 266 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) orgánica especial, bien sea esta la presencia de cubiertas dérmicas protectoras que dificulten la absorción, como debe ocurrir en las anguilas, bien la composición química de sus líquidos orgánicos, bien la estructura de los elementos celu- lares que forman sus tejidos, etc. Esta es al menos la opinión que se forma hoy día con respecto á este punto en vista de las experiencias realizadas. Otra cuestión tan importante bajo el punto de vista histórico natural, como bajo el aspecto práctico, y cuyos resultados han de contribuir muy mucho al esclarecimiento de la anterior, es la adaptación gradual de las especies marinas al agua dulce. Los ensayos realizados en este sentido son numerosos, pero los resultados obtenidos no dejan de ser contradictorios. Las experiencias de Beudant con los moluscos, en las cuales este insigne naturalista consiguió adaptar al agua dulce varias especies marinas, han sido repetidas después por diver- sos autores con los animales de otros grupos, y así, son de notar los estudios de Czermy con los infusorios, de Schmanke- witsch y de Plateau con los crustáceos y de P. Bert con los peces. Todos estos naturalistas han conseguido notables ejem- plos de adaptación 6 de tolerancia de diversos animales á aguas que tenían una salsedumbre mayor 6 menor que aque- llas en que normalmente habitan; más son muy contadas las especies marinas aclimatadas al agua dulce ó viceversa. Hablando en este sentido dice P. Bert (1): «He comenzado »experiencias de aclimatación con los animales de agua de »mar al agua dulce. Todas me han dado resultados análogos »á aquellos que acabo de referir en el caso inverso; es decir, »que la aclimatación se hace fácilmente hasta la disminución de cerca de un tercio en la salsedumbre del agua de mar, y »más allá la muerte llega muy rápidamente.» Resultados análogos á estos ha obtenido el Dr. Plateau con los crustáceos, y tanto uno como otro hacen notar, que en los casos en que los animales nacen en los líquidos de ensayo, es decir, en aquellos que tienen mayor 6 menor salazón que la habitual para ellos, los resultados favorables á la adaptación se acen- túan notablemente. (1) P. Bert: Sur la cause de la mort, etc., pág. 136. (47) Gogorza.—EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 267 Hé aqui ahora el resultado que he obtenido en algunas ex- periencias realizadas con crustáceos y peces, las cuales, aunque escasas é imperfectas, pues no he podido disponer de tiempo para arreglarlas como deseaba, acusan resultados importantes. Crustáceos. Palemon serratus.—Diez ejemplares coloca- ag. m. — 1.500 gr.) ag. d. — 500 gr.) veinticuatro horas. Colocados otros 6 ejemplares en la misma mezcla mueren igualmente. Carcinus menas.—Seis ejemplares colocados en una mezcla (ag. m. — 1.500 gr. ) lag.d. — 500 gr.) experiencia, obtengo resultados iguales. En el mes de Di- ciembre, cuando la temperatura había descendido algún tanto, ensayo de nuevo esta especie colocando 6 ejemplares en la mezcla indicada. A los dos días pasan á la siguiente: (ag. m. — 1.600 gr. ) lag. d. — 800 gr.) res. Algunos días después pasan los 2 ejemplares supervi- $e Di a a rel | en la cual dos en una mezcla de mueren al cabo de de mueren al día siguiente. Repetida la Al cabo de tres días mueren 4 ejempla- vientes á la mezcla siguiente: solo viven un día. Peces. Scyllium canicula.—Varios ejemplares jóvenes (15 € ag. m. — 1.500 gr. 20 cm.) colocados en la ld 500 gr | mueren al cabo de unas horas. Hippocampus.—Resultados idénticos á los anteriores. Lepadogaster Rafianeschi.—Cuatro ejemplares resisten per- fectamente y durante varios días, una mezcla en partes igua- les de agua dulce y de agua marina. Sustituyo esta por la ed (ag. m: 800 gr: Spente; hs d. — 1.200 gr. rante un período de quince ó veinte días sigo aumentando la cantidad de agua dulce y disminuyendo la de agua marina (ag. m. — Dl lag. d. — 2.500 gr. Todos los ejemplares resisten perfectamente á esta gran dilu- ción de las sales y al cabo de dos ó6 tres días sus movimientos son tan ágiles como si habitaran en agua de mar. La fuerza muscular no ha disminuído en ellos, como lo prueba la gran Resisten perfectamente. Du- hasta llegar á la proporción siguiente: 268 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) adherencia con que se fijan á las paredes del vaso cuando se les obliga á ello. La coloración de la piel ha perdido en intensidad y se ha hecho más clara. Colocados por último en agua dulce pura, los ejemplares más pequeños mueren al cabo de veinticuatro horas, y el ejemplar de mayor tamaño resiste hasta el tercer día en que muere. Gobius paganellus.—Llega á soportar hasta varios días la (ag. m. — 800 gr. lag. dí — 2,200 gr. más diluida mueren. Scorpena porcus.—Resiste bien una mezcla en partes igua- les de agua dulce y de agua marina. Serranus hepatus. — Esta especie, en la cual he ensayado mayor número de ejemplares, me ha dado resultados muy favorables á la adaptación, pudiendo vivir sin alteración apa- y ag. m. — 400 gr. rente en una mezcla compuesta de A Du- rante los primeros días permanecían en el fondo del vaso, pero al cabo de algún tiempo podían ya subir hasta la superficie á recoger los pequeños gusanos ú insectos que les servían de alimento. A pesar de esta perfecta adaptación á un líquido en que la dilución de las sales marinas llega hasta los */, de su proporción normal, ningún ejemplar resistió el agua dulce pura, en la cual murieron todos rápidamente. En los casos que anteceden se tienen notables ejemplos de adaptación á líquidos en los que la cantidad de sales se ha disminuido notablemente. En los crustáceos el Palemon serra- tus ha resistido la supresión en una mitad de la cantidad de sales que contiene el agua del mar, y en los peces acabamos de ver que esta supresión puede ser mucho mayor y llegar hasta */, 6 “/, de la cantidad normal. El hecho es particular - mente notable en estos últimos por ser muchas las especies que pueden sufrir esta adaptación gradual y coincide con el que he señalado al estudiar los resultados de las cifras del cuadro general, indicando son los peces los animales marinos que más resisten en las mezclas muy diluídas. El caso del Zepadogaster Rafianeschi que ha vivido en el agua dulce pura hasta tres días, hecho no conseguido hasta hoy, á pesar de haber sido sometida esta misma especie á la experi- mentación hace poco tiempo, indica cuánto. deben influir en mezcla siguiente: Al pasar á una mezcla (49) Gogorza. —EL AGUA DULCE EN LOS ANIMALES MARINOS. 269 los resultados que estudiamos las condiciones en que se hacen los ensayos. Como resultado de todos los trabajos llevados á cabo en este punto hasta nuestros días se puede decir que la adaptación de los animales marinos al agua dulce será un hecho práctico dentro de algún tiempo, cuando los naturalistas dediquen más atención á estos estudios y se hagan pruebas y experien- cias más detenidas y cuidadosas que las hechas hasta hoy. Si no se ha conseguido aún adaptar completamente un animal marino al agua dulce, se debe, 4 mi modo de ver, á que se ha querido obtener este resultado en un espacio de tiempo rela- tivamente muy corto, manteniendo los ejemplares ensayados, en las diferentes mezclas graduadas, tan solo el tiempo sufi- ciente para convencerse de que estas no producían en aque- llos y en el acto graves trastornos, pero sin dejar al organismo sometido á tales cambios tiempo suficiente para llegar á una acomodación perfecta hasta en los tejidos más interiores y en su funcionalismo. Buena prueba de ello es que los ejemplares que nacen y se desarrollan en los liquidos de ensayo, en los que estas condiciones se ven realizadas, son susceptibles de una acomodación más avanzada que la que pueden soportar sus antecesores. Por lo demás, la adaptación de organismos marinos á las aguas dulces ha debido realizarse en la naturaleza con fre- cuencia, toda vez que sabemos que muchas especies fluviáti- les tienen por formas ancestrales especies hoy exclusiva- mente marinas, y que estas, según los datos de la paleonto- logía, han tenido que preceder á las primeras. Las condiciones del medio ambiente, que marcan su huella — ' de una manera tan profunda en todo sér vivo, han debido tener en este hecho de la biología de los animales acuáticos una importancia excepcional, y de ello podemos convencernos por la experimentación directa. He indicado ya, al tratar de la causa que produce la muerte de los animales marinos colo- cados en agua dulce, que la temperatura influía de una ma- nera fácilmente observable en que aquella sobrevenga con mayor ó menor rapidez. Una temperatura baja, haciendo más lentos los cambios químicos, prolonga la vida del sér; una temperatura alta, por el contrario, aumentando la actividad de estos cambios, acelera su muerte. El mismo hecho se 270 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) observa durante las experiencias de adaptación. Una especie que no resiste sino durante breves horas un líquido de ensayo, si la temperatura es elevada, puede resistir durante largo tiempo ese mismo líquido si la temperatura desciende algu- nos grados. Resulta de aquí, que á una temperatura baja, siempre dentro de los términos fisiológicos, se podrán obte- ner adaptaciones que no serían posibles t una temperatura más elevada. En las diferentes especies por mí ensayadas he observado esto claramente; pero no he podido por falta de tiempo hacer ensayos á temperaturas constantes y graduadas, para ver en qué medida influía la temperatura en la adaptación. De todo lo dicho, otras deducciones interesantes podrían sacarse para el estudio de la biología en épocas geológicas anteriores á la nuestra. En efecto, si la temperatura ejerce una influencia decisiva sobre la adaptación que estudiamos, ¿no podría muy bien haber sucedido que la adaptación gra- dual de las especies marinas á las aguas dulces se hubiese verificado de preferencia en los períodos de la historia terres- tre en que la temperatura ha descendido considerablemente, estableciéndose asi alternativas constantes de adaptación? Los hechos estudiados parecen dar algún valor á esta suposi- ción, aunque el número de especies que habitan indistinta- mente el mar y los rios, en las zonas ecuatorial, templadas y boreales no acuse grandes diferencias. Este problema, así como otros muchos, han de hallar solución seguramente, cuando se conozca más á fondo la interesante cuestión que hemos tratado. as Fic. 2.2 Eíia. 37 Fic. 4.* Fic. 5.4 Fic. 6.* EXPLICACIÓN DE LA LÁMINA. Gota de sangre del Scyllium canicula, en la que los glóbulos sanguíneos conservan la forma y el tamaño normales. : 1 Zeiss DD Gota de sangre del Seyllium canicula, tratada por el agua dulce. La mayor parte de los glóbulos se han roto dejando libres los núcleos, que resisten á la disolución y de los que se ve un gran número en el dibujo. Algunos glóbulos han resistido á la destrucción general, pero se han deformado por completo, y su hemoglobina ha desaparecido, disuelta por el agua. Zei al eiss DD : Sección longitudinal de una branquia del Seyllium canicula, muerto en agua de mar con sublimado. Los glóbulos sanguí- neos que llenan los capilares de la branquia conservan su TI forma normal. Zeiss —— DD Sección longitudinal de una branmquia del Seyllium canicula, muerto en agua dulce. La destrucción de los glóbulos sanguí- neos es completa, observándose únicamente los núcleos, muy aumentados, que algunos autores han tomado por leucocitos. TI TO == DD Sección transversal de un tentáculo de Lima inflata, muerta en agua de mar con alcohol, para apreciar el grosor de las fibri- llas musculares que ocupan la mayor parte de la preparación. 4 TI Zeiss == DD ' Sección transversal de un tentáculo de Lima inflata, muerta en agua dulce, en que se ven las fibras musculares considerable- mente aumentadas y aisladas unas de otras, así como la por- ción epitelial en la que existen numerosas glándulas, destruida 10 or completo. Zeiss —— Pp Pp DD ce e 'N O o MEN" Ab e e 77 Yi pl v de sl o A o 2ayi A CA PA ' ej eb MÉTODOS USADOS EN LA ESTACIÓN ZOOLÓGICA DE NÁPOLES PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS, POR DON SALVADOR LO BIANCO, TRADUCIDOS POR HON ME O A LO, AO TA (Sesión del 1. de Julio de 1891.) La publicación de los métodos usados en la estación zooló- gica de Nápoles para la conservación de los animales marinos, ha sido un verdadero acontecimiento, ansiosamente esperado por todos los que se interesan en los estudios biológicos. Los magníficos resultados obtenidos en la preparación de los ani- males del golfo de Nápoles, cuyas colecciones formadas por dicha Estación zoológica puede decirse que no hay Museo ni centro de enseñanza que no posea, juntamente con los escasos resultados obtenidos por los antiguos métodos, habian exci- tado vivamente la curiosidad y hecho esperar con impacien- cia la publicación de estos métodos. Tan evidente era la supremacía de estos procedimientos sobre los antiguos, que muchos Museos habían renunciado á ver figurar en sus ricas colecciones infinidad de seres, por creer imposible su conservación; y de outros, los ejemplares que se poseian, se hallaban en un estado tal, que hacía im- posible su reconocimiento, siendo de todo punto imposible utilizarlos para estudio ninguno. No es, pues, de extrañar que las preparaciones de la Esta- ción zoológica de Nápoles, en tan diferentes condiciones de las anteriores, hayan excitado el entusiasmo y la admiración, al ver el completo éxito que se ha logrado en la conservación de ANALES DE HIST. NAT.—XX. 18 Z14 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) los más delicados animales, sorprendiéndolos en sus formas y actitudes naturales y dándoles la verdadera apariencia. de una vida y duración perpetuas. Pero no se ha llegado de pronto y sin trabajo á este magní- fico resultado; han sido precisos numerosos años y laboriosas investigaciones del personal científico de dicha Estación y muy especialmente de su conservador, el ilustre Salvador Lo Bianco, inventor de la inmensa mayoría de estos métodos, para poder dar por terminada una obra tan interesante como útil, que cada día, sin embargo, se perfecciona más y más con la experiencia y trabajo del que puede decirse es casi su único autor. El deseo de presentar esta obra ya terminada y depurada por la experiencia, y razones de diversa índole que en el prefacio de este trabajo indica el director de dicho estableci- miento, el preclaro Profesor, A. Dohrn, han venido retrasando hasta una época reciente la publicación de estos procedimien- tos, que, sin embargo, se enseñaban á los oficiales de Marina de todas las naciones, entre ellas de la nuestra, que concu- rrian á aprenderlos para luego poderlos aprevechar en el curso de sus viajes y formar colecciones de animales marinos de los remotos países que tuvieran ocasión de visitar. Cierto que antes de la publicación de estos métodos se ha- bian ya adelantado por diversos naturalistas extractos de ellos, de los que es seguramente el más completo el publi- cado, por nuestro compatriota é ilustrado consocio, D. Joaquín María de Castellarnau, que en el año de 1883 residió en dicho laboratorio y tuvo ocasión de conocerlos bien. Hoy, una vez publicados en los Mittherlungen aus der Zoolo- gischen Station zu Neapel, vol. 1x, Cc. 3, las principales revistas zoológicas de todos los paises se han apresurado á dar noti- cias de ellos, ya publicando ligeros extractos, como el A meri can Naturalist, vol. xx1iv, núm. 285, 6 más extensos, como el que el bibliotecario de la Estación, S. Schiemenz, publicó en el Zeitschrift fir missenschaftliche Mikroscopie, 1891, volu- men vin, páginas 54-56; Ó ya verdaderas traducciones, como la publicada en el Bulletin Scientifique de la France et de la Belgique, vol. x11, 1891. Por mi parte he creído que en nuestra patria, por lo mismo que es poco lo que se conoce de su fauna marina, sería muy (5, Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 275 interesante el poder aprovechar la aplicación de estos méto- dos para su estudio, y facilitar esta por medio de una traduc- ción que permitiera el adquirir ejemplares de este trabajo, ya en gran parte agotado, á todos los que en nuestra patria se interesan por el conocimiento de nuestra fauna (1). Por esto, aprovechando mi estancia en la Estación zooló- gica, como comisionado por el Ministerio de Fomento, me he apresurado á solicitar de su autor, el comendador Lo Bianco, la oportuna autorización para emprenderla: permiso que me fué desde luego concedido gracias á la amabilidad que todos los que le conocemos, sabemos posee, y á la simpatía que siem- pre ha demostrado á todos nuestros compatriotas que han pasado por aquel laboratorio. Conste, pues, aqui el testimonio de mi gratitud al Sr. Lo Bianco, no solo por este gran favor que me ha concedido, sino por la amistad que siempre me ha demostrado. Y junta- mente conste también mi agradecimiento al ilustre director y propietario de dicho establecimiento, el Profesor A. Dorhn, á su vice-director, el Profesor Eisig y al Profesor Mayer, por todas sus bondades para conmigo y por las constantes mues- tras de favor que siempre me han dispensado. Una advertencia he de hacer solamente para finalizar, y es que quizás pueda creerse por algunos que en este trabajo se trata de ocultar los verdaderos métodos usados en la Estación para conservar los animales. Prejuicio es este, que el que le abrigue debe desechar por completo, porque estos procedi- mientos se practican á la vista de todos, se enseñan al que lo desea y nada hay en ellos de oculto. Si algo falta en él para que cualquiera pueda obtener los magníficos resultados que en la Estación se obtienen, es solamente la práctica, im- posible de aprender en libro alguno. Todos los que en dicha Estación han trabajado, y aun yo mismo, hemos podido con- seguir por estos métodos la conservación de las más delicadas formas animales. (1) Durante la impresión de este trabajo he recibido un ejemplar de la «Memoria presentada al Excmo. Sr. Ministro de Marina, acompañando las colecciones zoológicas preparadas en Nápoles por el teniente de navío D. Joaquín Borja». En ella su autor da cuenta en extracto de estos métodos, que ha tenido ocasión de practicar durante su permanencia en dicha Estación. 276 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (y ¡Ojalá! pues, esta traducción, por mala que sea, anime é muchos á intentar practicar estos métodos, que, por poco cui- dado y paciencia con que se empleen, han de dar buenos resultados, y contribuir al conocimiento de nuestra fauna marina, obra interesante é imposible sin el concurso de muchos trabajadores. Nápoles, Mayo 1891. . MANUEL CAZURRO. OBSERVACIONES PRELIMINARES. La publicación de los métodos de conservación que desde hace años vienen siendo usados en la Estación zoológica, será: acogida con placer por todos los que en estos estudios traba- jan. Con la necesidad, cada día mayor, de hacer entrar las faunas oceánicas en el dominio de las investigaciones zooló- gicas, se hace sentir cada vez más la precisión de conservar en buen estado nuevas y numerosas formas; de este modo, la gran extensión que ha adquirido la fauna del golfo de Nápo- les, así conservada, ha puesto ante los ojos de las numerosas personas que á estos estudios se dedican, el contraste que existe entre los métodos actuales y los empleados hasta hoy;. el resultado de esta comparación no ha podido ser otro que el deseo de que estos métodos entren en el dominio de todos. Créase, ciertamente, sobre su palabra, al autor de estas líneas, que se interesa tanto en el progreso de las ciencias- como cualquier otro, y aun ha tenido ocasiones de prestar á la biología servicios más importantes que la publicación de los nuevos métodos de conservación. Si hasta ahora se ha abstenido, á pesar de los numerosos y reiterados ruegos y exhortaciones, que le han sido dirigidos, de publicar estos métodos, es porque tenía para esto serias razones; estaba en el derecho de esperar á que se tuviera bastante confianza en él, aun sin conocer estas razones, para creer que no cbraba así por capricho, sino guiado por motivos bien fundados. Había esperado hace algunos años, para hacer esta publica- ción, otra circunstancia que ha tardado en presentarse, y que ha retardado la publicación de estos métodos. tá Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 271 Al fin, en Enero de 1889, he adquirido la seguridad de que convenía su publicación, y he confiado al Sr. Lo Bianco la misión de exponer los métodos en la forma en que ahora van á aparecer. ¡Ojalá puedan rendir todos los servicios que de ellos se esperan! | ANTÓN DOHRN. PREFACIO. Ocupado desde hace varios años en la Estación Zoológica de Nápoles en la conservación de los animales marinos, he tra- tado continuamente de mejorar la técnica con el fin de obte- ner las formas animales, en todo cuanto posible sea, con las dimensiones y aspecto que presentan vivas, de manera que puedan conservarse en el alcohol durante un tiempo relativa- mente largo. A esto me ha movido el ver el lastimoso estado, tan diverso del verdadero, en que se encuentran conservados general- mente los animales marinos que forman parte de las coleccio- nes de estudio y de las existentes en los Museos. Los primeros éxitos obtenidos, la gran abundancia de mate- rial y las facilidades que constantemente me ha proporcio- nado la Estación, me han llevado al deseo de perfeccionar y extender, cada vez más, los métodos que la experiencia me ha aconsejado. Como ya más arriba ha dicho el Profesor Dohrn, he debido por mucho tiempo guardar una cierta reserva para hacer públicos los resultados que poco á poco he ido adquiriendo. Sin embargo, hace ya algunos años que los vengo comuni- cando á diversos oficiales de Marina con el objeto de que pue- dan aprovecharlos y formar en el curso de sus viajes coleccio- nes zoológicas en buenas condiciones para ser estudiadas. En algunas publicaciones se ha hablado de los métodos usados en la Estación zoológica; esto ha sido hecho sin rin- guna autorización y aun sin nuestro conocimiento; por esta razón no asumo ninguna responsabilidad de las cosas que en tales trabajos se digan. Los métodos que ahora publico, están destinados principal- 218 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6y mente á conservar el aspecto general de los animales que han de figurar en los Museos ó han de servir en las lecciones de los cursos; así, pues, estos métodos no están destinados a las. investigaciones histológicas; pero, sin embargo, en muchos casos la conservación de los elementos celulares queda conse- guida al mismo tiempo que la de la forma del cuerpo. Aun cuando estos métodos han sido experimentados sola- mente con los animales de este golfo, es claro que pueden ser aplicados con resultado, igualmente bueno, á las formas afines. de otros mares, y así lo prueban las diversas colecciones for-- madas por los oficiales de Marina. Espero, pues, que estas notas podrán ser útiles a todos los. que se ocupan de la conservación de los animales marinos; pero no abrigo, en modo alguno, la pretensión de haber lle- gado á la perfección y haber agotado tema tan vasto. Única- mente he de decir, que los métodos aquí expuestos son sola- mente aquellos que con una larga práctica me han dado- mejores resultados, y que en la mayoría de los casos presen— tan ventajas indiscutibles sobre todos los usados hasta hoy. Nápoles, Marzo 1890. A.—"Utensilios y reactivos. Todos los animales preparados, después de haber sufrido: un tratamiento previo por diversos reactivos, se conservan definitivamente en el alcohol, dentro de recipientes de vidrio, cerrados con tapones de corcho ú de vidrio esmerilado; la forma más conveniente, y sin duda la más elegante, es la de los vasos cilíndricos de poca base, y con el tapón esmerilado: y plano superiormente. Sirven, con las dimensiones que se deseen, mejor que ningún otro recipiente para conservar animales de cualquier forma que sean con gran economía de líquido. Sin embargo, como el precio de estos recipientes es más: elevado, para los usos ordinarios y para las manipulaciones, pueden también usarse los frascos ordinarios de cuello bajo y algo más estrecho. Los frascos de poco tamaño, más bien bajos y con el tapón: (M Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 79 excavado en su interior, se utilizan para los animales peque- ños de forma globosa ó deprimida. Los tubos de fondo esférico con los bordes redondeados al fuego y de paredes poco gruesas, son de gran utilidad. Los que poseen un calibre mayor de 30 mm. deben tener los bor- des ligeramente vueltos hacia fuera con el objeto de poder sujetar en ellos fácilmente un pedazo de vejiga. Todos indis- tintamente se cierran con un tapón de corcho; éste debe ser más bien bajo y cilíndrico, para que se adapte bien á las pare- des del tubo, y su cara inferior igualada por un corte que dé una superficie plana, con objeto de que no se desprendan peda. citos del corcho que evturbien el líquido. Se debe también tener cuidado de escoger los tapones bien compactos sin hen- diduras ni agujeros. Para la conservación de animales pequeños y de larvas, huevos, etc., es conveniente colocar los tubos pequeños que los contengan, tapados con algodón, en un recipiente con alcohol bien cerrado; así el alcohol contenido en los tubitos no se evapora y permanece siempre líquido, al paso que los cerrados con tapones de corcho, á la larga, colorean en pardo los ejemplares, por el ácido tánico que se desprende. Para algunos animales de forma ensanchada y planos como los Astéridos, Pleuronéctidos y otros semejantes, se emplean recipientes de caras rectangulares, estrechos y más bien altos, . los cuales, merced á un mastic cualquiera, se cierran con una lámina de vidrio. Estos recipientes tienen la ventaja de dejar observar mejor el objeto preparado. Para las formas sutiles, alargadas y rígidas, como por ejem- plo la Puniculima, suelo cortar, según la longitud necesaria, tubos de vidrio, cerrando una extremidad á la lámpara y la otra con un tapón de corcho. En las manipulaciones preliminares se usan mucho los cristalizadores; pues teniendo el fondo plano y las paredes poco elevadas, pueden contener, con una cantidad de líquido pequeña, un gran número de ejemplares sin que se toquen ni se compriman. Sirven también para colocar los animales vivos en el agua del mar y dejarlos en reposo hasta que se extiendan, para después poderlos matar por los métodos rápi- dos ó lentos más adecuados y endurecerlos en diversos líqui- dos hasta que se transporten á su recipiente definitivo. Estos 280 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) cristalizadores tienen sus bordes esmerilados; de este modo pueden taparse con un disco de vidrio. Para endurecer los gusanos ú otros animales de forma alar- gada, usamos vasos rectangulares, pequeños, cubiertos con una placa de vidrio. No es preciso advertir que es necesario también el poseer una cantidad de vasos comunes sin pie, de diversas dimensio- nes, que pueden servir para contener los animales vivos; además, tubos de vidrio para cazar los animales pequeños, pipetas cuenta-gotas, cubetas de vidrio, frascos de cuello estrecho para los reactivos, embudos de vidrio de diversos tamaños, probetas graduadas, etc, etc. Utensilios diversos. Para conservar animales, y especialmente peces, de un tamaño superior 'al de los recipientes de vidrio mencionados, hemos hecho construir cajas de zinc rectangulares con un canal en los bordes, en el cual entra la tapa que tiene sus bordes también rebatidos, y seimpide la evaporación llenando este canal de agua con una ligera capa de aceite por encima. La tapa tiene en el centro un agujero que se tapa con un cor- cho y sirve para dar paso al aire comprimido al cerrar. Estas cajas presentan, sin embargo, el inconveniente de que al cabo de cierto tiempo el zinc se corroe (probablemente por las sus- tancias ácidas que el alcohol extrae de los tejidos animales). La caja de metal se debe revestir con otra externa de madera para que no se estropee con los choques que pueda sufrir. Además de las cubetas rectangulares de vidrio, usadas para los animales de forma prolongada, empleamos otras de zinc con una capa de cera en el fondo, sobre la cual se fijan con alfileres, bien extendidas las formas que se quieren preparar. Cuando se usen líquidos que ataquen los alfileres ordinarios (ácidos, sublimado, etc.), podrán estos substituirse con espi- nas de Hrinaceus 6 de Cactos. Para pusar los objetos de uno á otro recipiente ó cambiar el líquido, se usan espátulas de diversos tamaños, preferible- mente de asta, puesto que no son atacadas por los diversos líquidos. « Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 281 Una pinza grande de hierro ó latón es siempre muy cómoda para coger los animales de los recipientes profundos. Se ten- drán también pinzas pequeñas, tijeras, bisturís de diversos tamaños y jeringuillas. Para narcotizar las Actinias con el humo del tabaco, uso el siguiente aparato: al extremo de un fuelle pequeño se adapta la boca de una pipa de metal, llena de tabaco encendido; el tubo de esta pipa, encorvado en S, se introduce en el recipiente en que se halle el animal que se quiera narcotizar con el humo. Reactivos. El líquido más indispensable es sin duda ninguna el alcohol. El alcohol rectificado, limpio, que se mezcla con el agua desti- lada sin formar ningún precipitado, es el que se debe preferir para la preparación y conservación de las formas delicadas y transparentes, mientras que para las especies voluminosas puede emplearse el alcohol ordinario ó el que resulta de la des- tilación del alcohol ya usado, el cual se debe antes neutrali- zar, añadiéndole cal si es ácido, y ácido clorhídrico si es alca- lino. Siempre tenemos dispuesta una cantidad de alcohol de 70, que es el usado comunmente para conservar los animales; solo en algunos casos especiales se usa el alcohol de 90%. Antes «dle servirse del alcohol débil, recién preparado añadiendo agua, es preciso dejarlo reposar para evitar que el conte- nido en el agua, al desprenderse en pequeñas burbujas, se fije sobre el objeto preparado y lo eleve á la superficie del líquido. Los animales fijados con un líquido cualquiera, se conser- van siempre en alcohol; aquellos que son blandos y gelatino- sos, se comienza por dejarlos de dos á seis horas en alcohol de 35 6 50”, según su mayor ó menor consistencia, y después se pasan á alcohol de 60” 6 bien directamente al de 70”. Cuando estas manipulaciones puedan estropear la prepara- ción, se cambia el alcohol quitando una porción del alcohol más débil en que el objeto se encuentre, y añadiendo alcohol más fuerte hasta llegar al grado deseado; y, para evitar sacu- didas en el líquido, este cambio puede hacerse con sifones. Para que los animales se puedan conservar definitivamente, es preciso que el alcohol de 70” se cambie después de pasadas 282 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (0) doce 6 veinticuatro horas, y si el ejemplar es de alguna mag- nitud, otra vez después de dos días. Las formas de regular consistencia se sumergen directa- mente en alcohol de 70?, que después se cambia según hemos dicho. Sucede á veces, aunque raramente, que aun después de tales cambios, el alcohol se altera al cabo de algún tiempo, y en este caso es preciso cambiarlo de nuevo. Cuando se colocan en un recipiente animales aún no bien empapados en el alcohol, es necesario agitar el líquido, con objeto de evitar que en el fondo se forme una capa de alcohol muy débil, en la cual los animales pudieran sufrir una ma- ceración. He probado muchos liquidos que pudieran substituir al al- cohol, pero los resultados siempre han sido malos. Los unos, como el líquido de Goadby y el de Owen, empleados anterior- mente para la conservación de las formas gelatinosas, al cabo de aleún tiempo las contraen y las deforman por completo. El líquido de Wickersheimer, tan preconizado en su tiempo, usado para los animales marinos, los deforma y los macera. El alcohol de 70” es el preferible para conservar definitiva- mente los animales, siempre que estos, merced á repetidos cambios, se hallen perfectamente penetrados de él; el alcohol más fuerte, no solo es en la mayoría de los casos innecesario para la buena conservación de los objetos, sino que hasta re- sulta dañoso, puesto que endurece, al cabo del tiempo, los ejemplares y los vuelve demasiado frágiles. Se usa también el alcohol para anestesiar y matar los ani- males lenta ó rápidamente. Ácido crómico.—Después del alcohol, este ácido, en disolu- ción acuosa, es uno de los más útiles reactivos, y sirve prin- cipalmente para matar y endurecer los animales gelatinosos y blandos. Los ejemplares deben permanecer poco tiempo en este ácido; de lo contrario se colorean demasiado y se hacen muy frágiles. Es preciso al momento, según es sabido de to- dos, lavar los pedazos en agua dulce para evitar que después de puestos en el alcohol produzcan un precipitado, y á la lar- ga adquieran un color demasiado verdoso. También se usa el ácido crómico mezclado con los ácidos ósmico, acético, pícri- co, con sublimado, y rara vez también con el alcohol. Las so— luciones se pueden hacer en agua, aun cuando no sea desti- (1 Lo Bianco.— CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 283 lada, y excepcionalmente también en agua de mar. Es útil conservar estas disoluciones en sitios frescos. Las disoluciones que han sido una vez usadas, pueden ser utilizadas de nuevo, si no se han diluido mucho en el agua que contuviese los ani- males, y si de ello no ha pasado demasiado tiempo; por lo de- más es fácil asegurarse de si aún pueden ser utilizadas, por su cambio de color, que tiende á pasar al verde. Ácido acético.—Es un reactivo que tiene el poder de penetrar instantáneamente en los tejidos y fijarlos; es el medio más eficaz de matar rápidamente los animales contráctiles, pero tiene el inconveniente de ablandarlos si permanecen dentro de este líquido demasiado tiempo. Siempre quedan bastante transparentes. En ciertos casos es menester usar el ácido en soluciones concentradas, y á menudo se mezcla con el ácido crómico para matar y endurecer animales transparentes, no contráctiles. Ácido ósmico.—In general no es hoy ya tan empleado como lo era anteriormente, puesto que presenta diversos inconve- nientes. He estudiado el medio de sustituírlo por otros reacti- vos y en muchos casos lo he logrado por completo. Endurece bien las formas gelatinosas y aun conserva suficientemente su transparencia, pero á poco que se prolongue su acción ennegrece los objetos y los vuelve demasiado frágiles; por esta razón solo deben permanecer en este ácido hasta que hayan adquirido una ligera tinta parda (1). Antes de pasar los objetos al alcohol, se lavan algunos minutos en agua dulce ú destilada, y lo mismo se ha de hacer con los tratados por cual- quier mezcla que contenga ácido ósmico. El /¿iguido de Kleinenberg (2) ha sido de los primeramente usados en la Estación para la conservación de las formas ma- rinas. El inconveniente que presenta de teñir el alcohol de amarillo, aun después de numerosos lavados, y de no endure- cer suficientemente, ha hecho que poco á poco se fuese aban- (1) El método del Dr. P. Mayer para decolorar los objetos demasiado ennegrecidos (véase Mitth. Z. Stat. Neap. 2 Bd., 1880, pág. 8) no se puede aplicar á los animales de poca resistencia, pues quedarían demasiado reblandecidos. (2) El líquido de Kleinenberg se hace de la siguiente manera: se mezclan 100 c.c. de una disolución acuosa concentrada de ácido pícrico con 2 c.c. de ácido sulfúrico: concentrado; al líquido filtrado se le añade tres veces un volumen igual de agua des- tilada. - 281 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12) donando, tanto que hoy se usa rara vez y solo con un fin his- tológico. Ácido láctico. — En solución de 1 por 100 en agua de mar, sirve bastante bien para fijar larvas y organismos pequeños gelatinosos. Los ácidos clorhidrico, mitrico, piroleñoso y sulftirico se usan rara vez. Sublimado corrosivo.—Recomendado por A. Lang, se emplea muy á menudo como fijador, porque tiene la propiedad de penetrar rápidamente y endurecer bastante; se usa en so- luciones concentradas, sea en agua dulce ó en agua de mar, y tanto en frío como en caliente. En las manipulaciones con el sublimado no se usarán instrumentos de metal, porque se estropean éinutilizan la preparación. Para economizar tiempo las disoluciones pueden también hacerse en caliente, valién- dose para ello de recipientes de vidrio d de porcelana, teniendo cuidado de no hacerlas llegar á la ebullición, para no respirar los vapores, y de no tocar con las manos si se tienen en ellas heridas d grietas. Casi todos los animales preparados con este reactivo pueden servir también para investigaciones histológicas. También se usa á menudo mezclado con el ácido acético, el crómico ó el sulfato de cobre. Los animales que hayan sido fijados por el sublimado, des- pués de lavados con agua dulce, deben permanecer según ha sido indicado por P. Mayer, en el alcohol yodado hasta que ya no lo decoloren, aun permaneciendo algún tiempo; sin esta precaución la preparación se vuelve muy frágil, y se forma un precipitado negro que contiene mercurio y aun algunas veces ennegrece las paredes internas del recipiente. Bicromato de potasa.—Se usa en disolución al 5 por100, para endurecer lentamente algunos animales gelatinosos sin hacer- los demasiado frágiles, cosa que no se ¿ogra con el ácido cró- mico. Los objetos tratados con este liquido, al pasar al alcohol forman un abundante precipitado, razón por la cual el uso de este reactivo no es muy de recomendar. Para decolorar des- pués las preparaciones, una vez ya en el alcohol, añado á este algunas gotas de ácido sulfúrico concentrado. Sulfato de cobre.—Se usa en disoluciones del 5 al 10 por 100, hechas en caliente en agua dulce, y sirve solo 4 mezclado con (13) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 285 el sublimado para matar las larvas y los animales delicados. Los objetos tratados por este reactivo deben después lavarse con agua repetidamente, hasta que esta no se enturbie; sin esto, se forman en los tejidos precipitados, que los hacen opacos. Este lavado puede abreviarse, cuando los ejemplares hayan de ser tratados por un ácido. Hidrato de cloral (1). —En soluciones muy débiles al162W/,,, hechas recientemente (en el momento) en agua de mar, lo usamos para narcotizar diversos animales, antes de fijarlos. Este método tiene la ventaja de que, si el animal al cabo de cierto tiempo no queda en las condiciones deseadas para ser preparado, se puede volver al agua de mar, donde recobrará el movimiento y continuará viviendo. También se usa para hacer salir, y después prepararlos, á los animales que viven entre las piedras, en las incrustaciones de algas calizas, en las colonias de Sérpulas y Madréporas, las cuales se dejan en la disolución de seis á doce horas. Además de estos reactivos citados, se tendrán también pe- queñas cantidades de cloroformo, éter y tintura alcohólica de yodo. MEZCLAS MÁS EMPLEADAS. donen ¡ Alcohol de O ) NE ALC y aci YT NL. E ¿partes 19 > y Acido *crómica al 17-00 sis ms IE RO AU Alco LaMdS 50 ra ale HO CODOE 100/e3e: Alcohol clorhídrico... 5) . e Aeoód: > , ci l Ácido clorhídrico concentrado... 5c.c. Alcohol de 35% ó de 70”....... 000. Alcohol yodado.......) Ñ : S el ER | Tintura alcohólica de yodo...... OCIO Agua marina alcoholi-/ Agua de Mar...... oo.omooco.... 100 c.c ZAdd. ..oo..ooooo.... Alcohol absoluto. > ocanicpcocos. 5c.e Mezcla cromo-acétical Ácido crómico al 1 ana ee 100 c.c. A OE | Ácido acético concentrado....... 5 C.e. Mezcla cromo-acética; Ácido acético concentrado....... 100c.c. DM. Docccccnccr ) Acido crómico al 1 %,....... md ELO teñes f . , . 0 Mala o O Ml Ss LOOICIC V Ácido ósmico al 1%,........... 2 c.c. Acme erómicoral 1. /p hala loja to)] artes iguales. Líquido de Kleinenberg......... ye e Mezcla cromo-pícrica... (1) Es inútil usar solo el hidrato de cloral de la mejor calidad. 286 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) Mezcla de caparrosaf Sulfato de cobre al 10 %Y,....... 100 c.c. azul y sublimado. ...|Sublimado á saturación. ........ 10:c.c. Mezcla de bicromato po-/ Bicromato de potasio al 5 Us VOVICse tásico y ácido ósmico./ Ácido ósmico al 1 Vo... ........ 2C.C. Mezcla de sublimado yjSublimado, solución concentrada. 100 c.c. ácido ACétiCO........ l Ácido acético concentrado....... 50 c.c. Mezcla de sublimado yj Sublimado, solución concentrada. 100 c.c. ácido crÓómiCO....... Le crónico al e 50 c.c. B.—Métodos de preparación y conservación. Protozóos. Siendo los protozóos animales muy pequeños y en su mayor parte invisibles sin el auxilio del microscopio, su preparación entra más bien en el campo de la micrografía, razón por la cual me he ocupado únicamente de las especies de mayor tamaño. Algunas Gregarinas se encuentran parásitas en el núcleo intestinal de la Sa/pa maxima africana; quedan bien preparadas con el liquido de Aleimendery, dejándolas en él casi una hora y luego pasándolas al alcohol débil. Radiolarios.—La Thalassicolla se fija muy bien con el ácido erómico al 1/, /,, dejándola en él próximamente una hora y pasándola después por los alcoholes hasta el de 70*. Los Aulacántidos y los Acantométridos se ponen directa- mente en alcohol á 50”, y después de algunas horas se pasan al de 70”. También se consiguen buenas preparaciones aña- diendo al agua de mar que contenga estos animales algunas gotas de ácido ósmico al 1 %/, y lavándolos después en agua dulce antes de pasarlos al alcohol. De algunas especies fija- das, juntamente con otros organismos pelágicos, en una so- lución concentrada de sublimado en agua de mar obtuve buenisimas preparaciones microscópicas. Esferozdidos (1). —Las diversas especies de los géneros Spherozoum y Collozouwm que tienen forma esférica ó cilín= (1) Estos métodos han sido descritos por K. Brandt, en su monografía Die Xolo- mienbilden den Radiolarien (Spherozotn) des Golfes von Neapel, páginas 7-11, publicada en la «Fauna y Flora del Golfo de Nápoles», 13 Monogr., 1885. (15) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 287 drica, se fijan con el alcohol de 35”, yodado, dejándolas en él de quince minutos á una hora próximamente, y teniendo cui- dado de agitar el líquido, pues de lo contrario, permaneciendo mucho tiempo sobre el fondo de la vasija, se deprimen y apla- nan. Si se quiere preparar de una vez una gran cantidad, es menester poner el líquido en un cristalizador grande para que los ejemplares no se compriman los unos con los otros. Des- pués del tiempo ya dicho se pasan al alcohol de 35", en el cual han de permanecer un par de horas. El cambio de líquidos se puede hacer, ó bien pasando los ejemplares con una espátula á otro cristalizador del mismo tamaño, ó también quitando lentamente el alcohol yodado y sustituyéndolo con alcohol de 35”, pero sin dejarlos jamás sin líquido. De la misma ma- nera se pasan al alcohol de 50”, y al cabo de 12 horas al de 70, que debe también ser renovado veinticuatro horas des- pués. De este modo se obtienen ejemplares incoloros que pue- den servir también para investigaciones histológicas. No se debe recomendar el ácido ósmico, porque las ennegrece de- masiado. En las colonias de Spherozoum con formaciones isospóricas no se usa para fijarlas el alcohol yodado, sino que es preciso emplear el sublimado concentrado. Los géneros Myzosphera, Acrosphera y Collosphera se matan con el ácido crómico al 1%/,, usando la misma forma de recipiente y las mismas precauciones que para el Collozoum: se dejan en este líquido de media á una hora, y después, vertiendo el ácido, se susti- tuye por agua dulce para lavar el preparado, pero haciendo que las colonias floten en el líquido, pues de otro modo se romperían; de la misma manera se pasan gradualmente por los diversos alcoholes. Acinétidos.—La Tricophrya salparum ha dado buenas pre- paraciones microscópicas con el sublimado concentrado «en agua de mar. Por el contrario, para la Acineta fetida, que se encuentra frecuentemente entre los hidroidéos, es menester emplear el ácido ósmico. Vorticélidos.—Las colonias de Zoothamniuwm se mea mejor con el sublimado concentrado hirviendo. ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) 15) [92] (0,9) Poriferos. Para las esponjas destinadas á ser conservadas en colección basta la inmersión directa en alcohol de 70, renovandolo como se ha dicho anteriormente. Para evitar la contracción en las Halisarcidas, las fijo en acido crómico al 10/,, dejándolas en él media hora, 6 bien en el sublimado concentrado 15 minutos. Las esponjas des- tinadas á ser estudiadas, si no son demasiado voluminosas, es decir, si no tienen un espesor mayor de 10 cm., se sumer- gen en alcohol de 90* 6 absoluto, renovándolo primeramente después de tres á cuatro horas, y luego una segunda vez al cabo de veinticuatro á cuarenta y ocho; si son muy grandes, con un cuchillo bien afilado se cortan pedazos, y se tratan de la misma manera. Para hacerlas secar, se lavan primero en agua dulce du- rante un par de horas, después se dejan todo un día en alcohol ordinario, y finalmente, se ponen al aire y al sol; de este modo no conservan mal olor. Si se desea mantener durante aleunos días el color rojo de algunas esponjas (Suderites, Axinella), basta ponerlas en alcohol de 40”, sin cambiarlo. Celentéreos. Amtozóos. Lo primero que ha de hacerse cuando se ha pescado un antozóo, es ponerle en un recipiente con agua fresca de mar. Sucede siempre que los animales molestados por el aparejo al ser pescados 6 durante el transporte, se contraen ó se ocul- tan por completo; para hacerlos extenderse, basta dejarlos en una vasija con agua de mar limpia, Ó á veces es necesario tenerlos durante cierto tiempo en agua corriente. A menudo he observado que muchos se abren solamente después de algunos días de permanencia en la misma agua y cuando esta empieza á corromperse. Los siguientes métodos, especialmente en los que se emplea (1 Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 239 la mezcla cromo-acética núm. 2, se emplean para conservar los animales destinados á los Museos ó cuando más para el estudio de la anatomía macroscópica. Casi todos los A/cionarzos contienen pequeñas espículas calizas que se deben conservar en los tejidos, pues son carac- teres específicos; por esta razón deben permanecer poco tiem- po en la mezcla ácida con objeto de evitar el que esta des- truya las espículas. En los casos en que la mezcla cromo-acética, núm. 2, no dé buenos resultados, puede emplearse en su lugar la mezcla de sublimado y ácido acético, pero únicamente para matar los animales, transportándolos después al alcohol débil. Un método usado por GF. v. Xoch es la inmersión rápida de los animales en alcohol de 90” 6 absoluto (1), inyectándolo también en el interior de la colonia. Tan pronto como las colonias de Cornularia, Clavularia, Rhizozenia y Sympodium están extendidas, con un sifón se extrae toda el agua de mar del recipiente, dejando solo la cantidad precisa para cubrir la colonia. Esta operación ha de hacerse con mucho cuidado, y hay que evitar cualquiera sacudida que pueda hacer que los pólipos se contraigan; para esto se mete en el vaso el sifón ya lleno de agua, teniendo la abertura inferior tapada con el dedo, para poder regular la corriente de agua. Después se vierte rápidamente en el reci- piente un volumen de la mezcla cromo-acética, núm. 2, doble del de agua en la cual están los animales, los cuales inme- diatamente después se pasan á alcohol de 35” 6 50%, agitando un poco el recipiente que contiene el preparado para hacer que los tentáculos se extiendan mejor. Otro método bueno consiste en matar con el sublimado concentrado, caliente, usado en la misma proporción que la mezcla cromo-acética y lavar los animales, apenas muertos, en agua dulce. Los grandes ejemplares de 4A/lcyonum se pueden también (1) En el Museo de Ciencias naturales de Madrid y en la Estación de Biología ma- rina de Santander se conservan varios ejemplares de Veretillum Cynomorium con sus pólipos completamente extendidos, que preparó ya de esta manera en Abril de 1883, al explorar la fauna de animales inferiores del golfo de Valencia, el Prof. González de Linares, á quien no pareció entonces ni después, hasta ahora, digno de publicarse el resultado por él obtenido con semejante procedimiento, porque no le resultó eficaz siempre, sino bastante fortuito. ANALES DE HIST. NAT.—XX,. 19 290 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) matar de otra manera, sumergiéndolos rápidamente en el ácido cromo-acético, núm. 2, y suspendiéndolos apenas muer- tos en un vaso con alcohol débil, de modo que los pólipos no toquen con las paredes del recipiente, y si los pólipos han quedado bien extendidos, el cambio de alcoholes se hará muy gradualmente. A menudo sucede que en el alcohol débil se forman burbujas de aire, que se adhieren á los pólipos y por su tendencia á flotar los comprimen hasta casi deformarlos; esto se puede evitar dando golpecitos al recipiente para hacer que se desprendan las burbujas. Pennatula phosphorea y Kophobelemnon.—Los animales, una vez bien extendidos, se cogen por la base desnuda y rápida- mente se sumergen en un vaso cilíndrico, profundo, que con- tiene la mezcla cromo-acética, núm. 2; después de algunos segundos se ponen en un cristalizador en alcohol débil á 50", donde se colocan con el dorso tocando el fondo. Entonces con una geringuilla de cánula delgada se inyecta alcohol de 70* por un agujero pequeño que se practica en el extremo de la base; de este modo el alcohol penetra en todos los pólipos, los hincha y extiende sus tentáculos; luego, para evitar que el alcohol se marche, se liga por la base el ejemplar. Después de algunas horas se pasan al alcohol de 70”, y en los recipientes definitivos el Kophobelemnon se suspende por la base, por un flotador de vidrio. Pennatula rubra, Pleroides spinulosus, Veretillum, Funicu- lina.—Se matan como los Pennatúlidos precedentes, pero des- pués se pasan al alcohol débil sin practicar la inyección: las formas blandas, como el Veretillum, deben quedar suspendi- das en el recipiente definitivo. Los ejemplares pequeños de Pennatúlidos se pueden matar sin sacarlos del vaso en que estén bien extendidos, tratándo- los como á la Cornularia. Las ramificaciones de cierto tamaño de Gorgonia, Corgonella, Primnoa, Muricea, Isis, etc., se deben matar con la mezcla cromo-acética, núm. 2, en el mismo recipiente en que estén bien extendidas, á causa de la extremada sensibilidad de sus pólipos. Se recomienda siempre dejar en el momento en que se han de matar los animales la menor cantidad posible de agua y verter en ella un volumen de la mezcla, doble, al menos, de la cantidad de agua en la queJlos animales estén as) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 291 contenidos. Diversas veces he podido observar que los gorgó- nidos que se extienden en el agua de mar cuando esta em- pieza á descomponerse, son los que mejor se fijan. Las colonias pequeñas ó trozos de colonia que queden con los pólipos extendidos se pueden matar con el sublimado con- centrado hirviente. El 7sis se conserva muy bien á su vez, con la mezcla de sublimado y ácido acético. Corallium rubrum.—Extendido en el agua de mar corriente, se mata con el sublimado concentrado hirviendo (mitad del volumen del agua de mar), y al momento se pasa al alcohol débil. Con este método el color se conserva perfectamente mientras que con la mezcla cromo-acética siempre baja mu- cho. El alcohol que haya servido para la manipulación del coral, no debe usarse para la preparación de otros animales delicados. (Una colonia de Antipathes, puesta en dicho alcohol, á las veinticuatro horas estaba teñida de rojo.) Zoantharios.— Todas las especies de Antipathes se fijan con el sublimado concentrado, y por la poca contractilidad de de los pólipos suele siempre obtenerse buen resultado. El su- blimado concentrado se usa en frío, empleando una cantidad igual al volumen de agua en que estén contenidos los pólipos. Actiniarios.—La preparación de este grupo presenta muchas dificultades; la gran contractilidad y la resistencia del sis- tema muscular de la mayor parte de las especies constituyen á menudo para el preparador un obstáculo insuperable. Las más de las veces, cuando se cree que el animal está ya narco- tizado y privado de toda sensibilidad, basta la inmersión en un reactivo de acción rápida para ver de pronto contraerse los tentáculos y hacerse todo el cuerpo irrecognoscible. De algunas formas, por ejemplo, tratando diversos ejempla- res por el mismo método y en las mismas condiciones, una parte muere bien extendida y la otra en estado de contracción; el éxito, pues, depende en algunos casos de razones que hasta ahora son del todo desconocidas. A pesar de esto, po- niendo gran cuidado, al menos para muchas especies, se llega á conservarlas perfectamente. La 4Anemonia sulcata (Anthea cereus) es la más fácil de pre- parar. Bien extendida en el agua corriente, se mata con la mezcla cromo-pícrica (en volumen igual al del agua en que 292 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20y se encuentra) vertiendo este rápidamente en el recipiente que contiene la actinia, después de quitar toda la cantidad posible de agua, pero quedando sumergido el animal. Después de cinco 0 diez minutos, muerto el animal, se separa su base de la pared á que estuviera fija, y entonces se pasa este á otro recipiente que contenga ácido crómico al 1/, ,, donde se suspende invertido, del margen de la hase con uno ó más ganchos, y se trata, removiendo un poco el líquido, de dar á los tentáculos su posición natural. Después de media hora se pasa al alcohol débil y es conveniente que luego en el reci- piente definitivo se mantenga siempre invertido, á no ser que se trate de ejemplares pequeños. Para las siguientes especies uso, al matarlas, el sublimado concentrado hirviendo: LEloactis, Sagartía Dohraii, Paran- ¿hus, Corynactis y pequeños ejemplares de 42pasia ; antes de pasarlos al alcohol, los dejó endurecer algunos minutos en ácido crómico al */, %/p. Cuando el Heleactis bellis, el Bunodes gemmaceus y el B. ri- gidus están bien extendidos, se quitan del vaso?/, del agua de mar y se sustituyen con hidrato de cloral al 2 por %/,—. Des- pués de un par de minutos se quita de nuevo el líquido, de- jando apenas lo preciso para cubrir el animal, y se mata ver- tiendo sublimado concentrado frio. La Adamsia Rondeletiz se narcotiza con el humo de tabaco (1), de la manera siguiente: Se saca de la concha en que está fija la actinia, el Pagurus, para evitar que la moleste y haga cerrar; después se suspende la concha, por medio de un hilo, de una varita de madera que se apoya sobre los bordes de un vaso que contiene agua de mar, y que sea bastante capaz para poder contener la actinia en expansión, de modo que no toque con las paredes del vaso. Estos vasos así dispuestos se colocan, todos los que quepan, en un cristalizador grande 6 en un plato de vidrio de paredes bajas, lleno hasta la mitad de agua, y el todo se cubre con una campana de vidrio cuyos bordes queden sumergidos en el agua. Con el aparato ya descrito (pág. 281) se comienza á (1) Los hermanos Hertwig, que publicaron este método, lo han visto en el labora- torio de esta Estación zoológica, como ellos mismos dicen. (Véase Jena. Zeit. f. Natur. 13 Bd., 1879, pág. 467.) 21) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 293 llenar con humo de tabaco, que debe ser de cualidad muy fuerte, el espacio vacío que queda debajo de la campana, y se suspende la operación solamente cuando este está lleno de una densa nube de humo, que impide ver á través. Para hacer salir de la campana el aire que entra con el humo, an- tes de comenzar la fumigación, se pone un tubo doblado en U, uno de cuyos extremos penetre en el espacio cerrado y el otro quede fuera. Para regular la duración de la operación es necesario hacer la primera fumigación hacia las dos de la tarde. Poco á poco se verá disiparse el humo, el agua comenzará á absorber las sustancias narcóticas contenidas en él y los animales, en su mayor parte extenderán su corona de tentáculos. Hacia las cinco de la tarde se hará la segunda fumigación parecida á la primera y se deja así dispuesto durante toda la noche. A la mañana siguiente, se levanta con cuidado la campana de vidrio y con una aguja se tocan los tentáculos para ver en qué estado de sensibilidad se encuentran; si bajo este estímulo no se contraen, se pone entre los vasos un tubo que contenga algunos centímetros cúbicos de cloroformo y se vuelve á tapar con la campana, para dejar obrar durante dos ó tres horas los vapores de cloroformo. Finalmente los animales se matan con la mezcla cromo-acética núm. 2, se endurecen con ácido crómico al */, por 100 y luego en alcohol, en el cual deben quedar suspendidos. Si, por el contrario, al ser tocados los tentáculos, hubieran dado siznos de alguna sensibilidad, se hace una tercera fumigación y después de un par de horas los animales se tratarán de la manera ya dicha. Solamente así es como he podido obtener bellísimos ejemplares, con la columna bien extendida y el disco y los tentáculos en plena expansión. La Adamsia palliata se puede tratar de esta misma manera, pero sin suspender la concha; he obtenido buen resultado, narcotizando lentamente el animal con agua de mar alcoho- lizada y después matándolo con la mezcla cromo-acética nú- mero 2 6 con el sublimado concentrado caliente. La Cladactis, la Cereactis y la pequeña Bunodeopsis strumosa se hacen morir con la mezcla cromo-acética, núm. 2, y después se endurecen con el ácido crómico al 1 %/,, suspendiéndolas con un ganchito de vidrio que se clava en el margen de la 291 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (22) base y sumergiéndolas invertidas en los líquidos endurecedor y conservador. Esto no es necesario para la Bunodeopsis. Para las dos primeras formas es menester que los animales estén completamente enteros; en los que tengan lesiones ó roturas, al pasarlos al alcohol, sale por ellas todo el líquido contenido dentro del animal y este queda contraído é irrecognoscible. Los Cerianthus grandes se fijan con ácido acético concentrado y al momento después atándolos con un hilo alrededor de la. base de la columna, se dejan suspendidos en alcohol débil, agitándolo un poco para que queden los tentáculos bien dis- puestos; para los ejemplares pequeños no es preciso colocar- los suspendidos. La Actimia equina y la A. Cart se tratan por la mezcla hir- viente de sublimado y ácido acético, y luego por el ácido: crómico al */, “/, para endurecerlas. Frecuentemente he po- dido conservar la primera especie, sacándola con cuidado del vaso, en que estaba bien extendida con una espátula, y su- mergiéndola en una solución concentrada de sublimado. La Edwarsia se narcotiza lentamente vertiendo poco á poco alcohol de 70% en el agua de mar en que se encuentra y se mata después con sublimado concentrado caliente. El buen éxito depende de la completa pérdida de sensibilidad, cosa que se puede comprobar tocando los tentáculos coa un alfiler. La preparación de algunas especies de Polyíhoa es por extremo difícil; con los reactivos de acción rápida se obtiene al menos la columna bien extendida y algunos tentáculos fuera del disco. Una Polythoa que vive sobre las esponjas y sobre las algas calizas, probablemente una variedad de la P. azinelle, se prepara muy bien con el sublimado concen- trado hirviendo. : Las larvas de 4c(nmia, se matan con el sublimado concen- trado ó con la mezcla cromo-acética núm. 2. Madreporarios.—El Astroides calicularis se deja toda una noche en un vaso con agua de mar limpia; ordinariamente á la mañana siguiente se encuentran los pólipos en plena expansión; entonces se quita parte del agua, sin que queden los pólipos descubiertos, y se mata con una solución hirviente de sublimado y ácido acético en volumen igual al del agua de mar. Inmediatamente después se transporta la colonia al alcohol á 35”, del cual, además, se hará una inyección por la (23) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 295 boca á cada pólipo para mantenerlos bien extendidos; luego se aumenta gradualmente la fuerza del alcohol, y repitiendo la inyección, se pasan, finalmente, al alcohol de 70”, donde se los lava bien con la tintura de yodo. Las Caryophyllia, Dendrophyllia y Cladocora se fijan con el sublimado concentrado hirviendo; pero es muy dificil prepa- rarlas con los pólipos en perfecta expansión, tanto á causa de su gran contractilidad, como de la delicadeza extrema de las paredes de su cuerpo. Hidromedusas. Las Hidromedusas son formas que en general mueren y se descomponen con mucha facilidad; por esto es necesario que se proceda á su preparación lo más pronto posible después que hayan sido pescadas. Especialmente algunos Campanuláridos, como por ejemplo, -Aglaophenia, Plumularia, Sertularia y otros parecidos, que viven por lo general en aguas profundas, llegan casi siempre al laboratorio estropeados ó muertos, y se estropean con más facilidad que otras formas con la draga, las redes de fondo ú cualquier otro instrumento de pesca. Lo mejor que se puede ha- cerentonces con estos ejemplares es meterlos en alcohol, para poder al menos conservar el perisarco. Otras formas que viven á poca profundidad y que se pueden pescar, usando grandes precauciones para no maltratarlas, es preciso prepararlas al momento; de lo contrario, los pólipos se retraen al poco tiempo y no es ya posible hacerlos salir de su celda. En general estas formas son más contráctiles que los Tubuláridos. Todos los Hidroideos, es decir, las formas polipoides fijas, salvo muy raras excepciones, se matan con el sublimado concentrado caliente, mientras que los pólipos están en com- pleta expansión, lo cual se consigue poniéndolos, apenas re- cibidos, en vasos con agua de mar fresca. Al momento de ha- ber vertido el líquido fijador sobre los animales, se vierte el todo en un cristalizador que contenga agua dulce, para en- friarlos, y de allí los animales se pasan á agua dulce para lavarlos, y cinco minutos después al alcohol débil; si se quie- 296 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) re evitar que se calienten demasiado, se puede usar el su- blimado concentrado frío, pero solamente para los Tubu- láridos. Para las grandes colonias de Zubularia y Pennaria se puede emplear, para matarlas, la mezcla de sublimado y ácido crómico en un volumen igual al del agua de mar que con- tenga los pólipos; después de pocos minutos se pasan al alcohol. Medusas de Tubuláridos.—Las formas pequeñas de Zleuthe- ria (Clavatella), Cladonema, Podocoryne y otras semejantes, se matan con la mezcla de sublimado y ácido acético, usando en gran cantidad; la F/eutheria se fija también satisfactoria- mente con el líquido de A7einenbery. La Lizzia Koellikeri y la Oceania pileata, apenas han exten- dido bien los tentáculos, se matan con el ácido acético cencen- trado y al momento se hacen pasar á un tubo que contenga alcohol y ácido crómico; agitando lentamente el líquido, el animal recobra su forma; en esta mezcla permanece unos quince minutos y de ella se pasa al alcohol de 35”, que gra- dualmente se eleva hasta 70”. En vez del alcohol y del ácido crómico se puede tomar como líquido endurecedor la mezcla cromo-Óósmica, pero los animales no quedan tan transparentes y los tentáculos se contraen un tanto. El endurecimiento, sobre todo si las medusas que se han de preparar son muchas, se hará teniendo el tubo en posición horizontal, de modo que el disco apoye en las paredes latera- les del tubo y los individuos no se toquen entre sí. Para la conservación definitiva de algunas medusas (Liz2i4) acostum- bro á poner cada una sola en un tubito con alcohol, tapado con algodón en rama. (V. más arriba, pág. 279.) La Oceania conica y la Tiara pileata, antes de tratarlas como á la Lizzia, etc., se narcotizan en agua de mar alcoholi- zada al 3 por 100. Medusas de Campanuláridos.—Eucope, Fastroblasta y Obelia se fijan con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado; des- pués de un par de minutos se lavan en agua dulce hasta que desaparezca toda traza de precipitado. Mitrocoma y 4 quorea se matan con el ácido acético € inme- diatamente después se pasan á la mezcla cromo-ósmica, en la que se dejan de quince á treinta minutos, según el tamaño 25, Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 297 del animal. Las 4quorea pequeñas se pueden fijar directa- mente con la mezcla cromo-ósmica. La Tima fiavilabris se mata con ácido crómico, al 5 por 100, que se vierte en volumen igual al del agua que contiene el animal; pasados cinco minutos se trata por la mezcla cromo- ósmica, en la cual permanece al menos una media hora; des- pués se lava bien en agua dulce y se pasa gradualmente al alcohol. Olindias Miilleri.—Se fija con el ácido acético, inmediata- mente se pasa al ácido crómico al 1 %/,, donde con una pinza se extienden los tentáculos marginales. Traquimedusas.—Rhopalonema, Cunina, 4gineta, Eginop- sis, Liriope y Carmarina.—Se fijan con el líquido cromo-ósmico durante 5-20 minutos, según su magnitud, después se lavan en agua dulce y se pasan gradualmente al alcohol. La Cunina la mayoría de las veces da mejores resultados matándola con el ácido acético concentrado y endureciéndola después con la mezcla cromo-ósmica. Para impedir que las campanas de las hidromedusas de gran tamaño /Carmarina, Tima) se aplanen y deformen, es necesario colocar en el fondo del recipiente en que se endu- recen un vidrio de reloj cóncavo, sobre el cual se hará des- cansar la medusa invertida. Acalefos. La Charybdeza se fija rápidamente con la mezcla cromo- acética núm. 2, y al momento se trata por el ácido crómico al 1/,%/,; pasada una media hora, al pasarla al alcohol, se tiene cuidado de suspenderla de los tentáculos. La Vausithe, la efira de Pelagiía y el Rhizostoma se matan añadiendo al agua de mar en que nadan, el 3 %/, de una so- lución de ácido ósmico al 1 /,, y apenas comienzan á tomar una ligera tinta parda, se lavan con agua dulce durante un par de minutos y luego se ponen en alcohol á 35”. Para evi- tar que se aplane el disco del Rhizostoma, se matará en un bocal de cuello algo estrecho, y cuando el animal se encuen- tre en alcohol, se quita el tapón y se cierra la boca con un pedazo de vejiga, de tal modo que, invirtiendo el bocal con 298 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) la medusa, el margen de la campana apoye sobre la orilla del cuello del recipiente, mientras que la parte convexa quede libre en el hueco del cuello. La medusa permanecerá en esta posición hasta que se haya elevado hasta 70 por 100 el grado del alcohol y todo su cuerpo esté impregnado de este líquido. Pelagía noctrluca.—Se deja en líquido cromo-ósmico durante casi una hora, después se lava con agua dulce; estando en ella, se pasa un hilo alrededor del extremo de cada tentáculo, sin estropearlo, y cuando se ha pasado el animal al alcohol débil, se suspende de modo que la campana no toque con el fondo plano del recipiente; de esta manera permanecerá hasta que se endurezca por completo. Cotylorhiza tuberculata (Cassiopera).—Se fija con el ácido ósmico como el Rhizostoma, y en cuanto apenas comienza á tomar una ligera tinta parda, el líquido se sustituye con bicromato de potasa al 5 %/,, el cual se renueva dos días después; en este reactivo el animal debe permanecer dos semanas; pero se le puede dejar aún más tiempo sin que por ello se deteriore. Después el alcohol de 35” sustituirá al bicro- mato, y como se habrán formado un gran número de cristales en los tejidos del animal y se habrá además depositado un gran precipitado en el fondo del recipiente, es necesario renovar á menudo el alcohol, al cual se pueden añadir al principio algunas gotas de ácido sulfúrico concentrado. Las larvas de Acalefos (escifistoma y estróbilo) se matan con el sublimado concentrado caliente; el estrób¿lo se fija también, con buen resultado, con una mezcla de ácido acético concen- trado (9 partes) y ácido ósmico al 10/, (1 parte); inmedia- tamente después se lava con agua dulce. Sifonóforos. Como con las Hidromedusas, su preparación debe hacerse recién pescados y escogiendo los ejemplares que estén en mejor estado. Especialmente para los Fisofóridos, basta mu- chas veces que permanezcan un par de horas en el mismo recipiente y que el agua sufra un cambio de temperatura para que toda la colonia se rompa en pedazos ó se vuelva tan frágil que lo haga apenas la toque el líquido fijador. También (217 Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 29 se debe tener gran cuidado de limpiar escrupulosamente los recipientes que contengan estos animales antes de matarlos; he podido muchas veces observar que basta la más ligera huella de un ácido 6 de otro reactivo para disociar la colonia. La A/horybia rosacea, único representante de la familia de los Atoribidos que se encuentra en el Golfo, es muy rara, y solamente con un ejemplar he podido ensayar la preparación, matándole con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado; el animal se contrae algo, pero queda entero; lo lavé con agua dulce y después lo puse en el alcohol. Para las especies muy delicadas (Fisofóridos, Agálmidos) es conveniente no verter directamente los animales con el agua del recipiente en que han sido pescados, en el cristalizador en que hayan de ser muertos, sino pasarlos con mucho ciudado, sumergiendo los dos recipientes en un gran barreño con agua. En el cristalizador se dejará la cantidad de agua necesaria para que los animales floten y se esperará un poco á que ex- tiendan bien sus pólipos é hilos pescadores. Los géneros P/ysophora, Agalma, Halistemma, Forskalia, se matan con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado (1), en volumen igual ó doble del agua de mar que contiene el cristalizador; la mezcla debe verterse rápidamente y no sobre los animales, los cuales, á los pocos minutos, una vez ya muertos, con una espátula ancha de cuerno se pasan al líquido endurecedor, que no es el mismo para todas las especies. a) La Physophora, la Agalma y la Halistemma, se endure- cen directamente en alcohol de 35”, y después de casi un par de horas se pasan al de 70”. Apenas la P4ysophora ha pasado al alcohol de 35”, antes que los hilos pescadores se pongan rígidos, se extienden con una pinza todo lo posible. Para cambiar el líquido contenido en las campanas natatorias se inyecta el alcohol con una pipeta por la apertura de cada una. Casi siempre se forman en las campanas burbujas de aire, (1) He usado por primera vez este método en el año 1885, como resulta de una nota del Prof. Leuckart, inserta en el Zoolog. Anzeiger, tomo vir, pás. 333, sin que nadie después lo haya vuelto á mencionar sino recientemente el Dr. M. Bedot, que ha descrito un método muy parecido. (4rc». Sc. Physiq. Nat. Genéve. Tomo xx1, 1889, pág. 596.) 300 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) que por su tendencia á subir, pueden deformar las campanas, 6, levantando toda la colonia, aplastarla contra la superficie del líquido. Para hacer salir estas burbujas basta comprimir ligeramente las campanas. 0) El género Forskalia, de la mezcla de sulfato de cobre y sublimado, se pasa al líquido de Flemming (1), en el cual puede permanecer de dos á seis horas, según las dimensiones de la colonia, lavándola después algunas horas en agua dulce y pasándola gradualmente por el alcohol hasta el de 70*. El endurecimiento de las grandes colonias es mejor hacerlo con la mezcla de bicromato potásico y ácido ósmico, por- que en él se pueden dejar hasta veinticuatro horas sin que se endurezcan demasiado; pero como el bicromato deposita cristales en los tejidos haciéndolos opacos, cuando el animal se pasa al alcohol, se pueden añadir á éste aleunas gotas de ácido sulfúrico concentrado que disuelve los cristales; des- pués la colonia se puede ya pasar al alcohol puro. Para conservar definitivamente los Fisofóridos, una vez ya endurecidos por el alcohol de 70” en los cristalizadores duran- te un par de días, se pasan á un tubo, presentando la aber- tura al extremo anterior de la colonia y haciendo penetrar dentro el animal con el líquido que le contiene. Las 4galma y Halistemma de pequeñas dimensiones pueden sacarse del alcohol con una pinza, cogiéndolas por la extremidad poste- rior de la colonia y haciéndolas entrar con las campanas delante en un tubo lleno de alcohol de 70%, el cual debe ser de un calibre tal que no permita que el animal se plie- gue sobre sí mismo; el tubo se tapa con algodón, y para evi- tar la evaporación se mete dentro de otro de mayor calibre, lleno de alcohol, que se tapa como de ordinario con el tapón de corcho. Este sistema del doble tubo evita los movimientos que hace el líquido en un recipiente incompletamente lleno, y es utilísimo para la expedición de los ejemplares y para hacer ver el preparado; por esto lo aconsejo para todos los animales muy delicados ó6 que tengan apéndices que se pue- dan desprender con facilidad. Apolemia uvaria.—Se mata, como las precedentes especies, (1) Acido crómico al 10/¿ 25 c.c.; ácido ósmico al 10/410c. c ; ácido acético glacial, 5C.C. Agua destilada, 60 c.c. ¿9 Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 301 y se endurece con ácido crómico al 1 %/,, que en el mismo re- cipiente se va sustituyendo por medio de un sifón á la mez- cla de sublimado y sulfato de cobre. Se deja en el ácido una veintena de minutos, se lava después con agua dulce, y esta por medio de un sifón se reemplaza con alcohol. Rhizophysa.—Se deja extender bien en un vaso con un poco de agua y luego se mata con el sublimado concentrado en ca- liente; se lava al momento y se pasa al alcohol débil, en el que se arreglan y colocan bien en lo posible los tentáculos é hilos pescadores que se hayan agrupado durante la manipulación. Physalia caravella.—Con objeto de hacer que los tentáculos y los pólipos se extiendan bien, se coloca en un recipiente cilíndrico con agua de mar bien transparente, teniendo cui- dado de cogerla por el pneumatóforo, con objeto de evitar la acción urticante. La preparación sale mejor cuanto más alto sea el cilindro, porque los hilos pescadores se pueden exten- der mucho. Cuando el animal está ya bien extendido, se mata vertiendo sobre él la mezcla de sublimado y ácido acético (Xx del volumen del agua de mar), y apenas bien muerto, de la misma manera que se pasó primeramente, se transporta á otro recipiente igual que contenga ácido crómico al xx 0/,, y después de cerca de veinte minutos al alcohol de 50” y final- mente al de 70”. Hippopodius, Galeolaria, Abyla.—Mátanse con la mezcla de cobre y sublimado, y después se pasan directamente al aicohol débil. La campana de la 4byla se prepara también con el líquido cromo-ósmico. La Praya se fija como el Mippopodius, pero después se en— durece con la mezcla del bicromato de potasio y ácido ósmico, dejándola permanecer en ella uno ó dos días. Diphyes.—Sublimado en caliente para matarla con la ca- dena de individuos bien extendida. La Velella se mata con la mezcla cromo-picrica ó con la de sublimado y ácido crómico, y pocos minutos después se pasará al alcohol débil. La Porpita se envenena lentamente, hacien- do caer con una pipeta algunas gotas de líquido de Kleinen- berg, en el vaso donde esté extendida; y en cuanto el hermoso color azul de la colonia comienza á volverse rojo por el efecto del ácido, se pasa al líquido de Kleinenberg, en el que se dejará quince minutos para pasarla luego al alcohol débil 302 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Ctenóforos. Beroe ovata, Hormiphora, Callianiva, Lampetia, Euchlora, y las formas jóvenes de Cestus. Bucharis y Bolina se matan haciéndolas caer en la mezcla cromo-ósmica, en la que se dejan de quince á sesenta minutos según su tamaño; después se pasan al alcohol, que gradualmente se eleva hasta 70*. La B. ovata se endurece en el alcohol, haciendo entrar en la cavidad gástrica la boca de un tubo de vidrio bastante grande pura mantenerla extendida; la Beroe quedará suspendida en el líquido, dejando en el tubo puesto boca abajo la cantidad de aire necesaria para hacerla flotar; esta operación debe hacerse con gran cuidado para no estropear la serie longitu- dinal de paletas vibrátiles. Después de estar uno ó dos días en alcohol 4 70”, se quita el tubo y el animal queda endure- cido conservando su forma. La Beroe Forskalit, que es naturalmente comprimida, para hacerla morir en estado de expansión es menester tratarla por la mezcla de sulfato de cobre y sublimado, y apenas muerta, endurecerla con el líquido cromo-ósmico, al menos durante una hora. Para esta especie no es necesario introducir el tubo. La Callianira, además del método ya dicho, puede también prepararse fijáandola con una mezcla compuesta de: Acido piroleñoso concentrado............. 1 vol. SuUblIma do conca eS 2 AE AOS 19 Cestus Veneris.—El animal se deja en poca agua y se vierte sobre él rápidamente la mezcla cromo-acética, núm. 1, hasta que llene las tres cuartas partes del vaso; entonces se le coloca arrollado en espiral, haciéndole que apoye del lado opuesto a la boca sobre el fondo. A los diez minutos se lavará con agua dulce, y con mucho cuidado se irá cambiando sucesivamente el alcohol. Los ejemplares que se quieran preparar hau de estar en las mejores condiciones; de otro modo se hincharán en los líquidos fijos. Con la mezcla cromo-ósmica pueden tam- bién fijarse bastante bien, pero muchos ejemplares se estro- pean y quedan demasiado coloreados, mientras que con el método precedente quedan blancos y bastante transparentes. («bm Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 303 Equinodermos. Crinoidéos.—La Antedon rosacea (Commalula) se sumerge directamente en alcohol de 70”, mientras que la 4. phalangium se rompería en pedazos en este alcohol, razón por la cual es preciso tratarla por el de 90”. Las formas larvales pentacrinoides se narcotizan con hi- drato de cloral al 1 por 100, dejándolas permanecer de dos á cuatro horas. Se endurecen después con el alcohol, y así permanecen con los brazos perfectamente extendidos. Las lar- vas ya muy avanzadas se pueden matar muy bien con el su— blimado concentrado, en el cual solo se dejarán algunos mo- mentos para evitar que se disuelvan sus piezas calizas. Asteroidéos.— Para preparar los Esteléridos con los pies ambulacrales bien extendidos, se hacen morir en alcohol de 20” á 30”, disponiendo el animal en el recipiente con los pies ambulacrales hacia arriba. La Zuidia, provista de pies ambulacrales muy desarrollados, se pone vuelta hacia abajo en un cristalizador con un poco de agua de mar, y cuando sus pies están bien extendidos, se vierte encima de ella la mezcla cromo-acética, núm. 2; inmediatamente después el animal se pasa al alcohol débil. En la Brisinga los brazos se desprenden con gran facilidad; para evitar esto se sumerge rápidamente en alcohol absuluto. He obtenido preparaciones de Bipinnaria fijándolas con la mezcla cromo-acética, núm. 1,6 también con la cromo-ósmica, pero dejándola en esta pocos minutos. Las demás formas lar- vales se tratan por el sublimado concentrado. Los Ofiuridos se hacen morir en agua dulce, y asi quedarán extendidos y enteros. Algunas formas de poco tamaño /Am- phiura Ophiactis) se pueden fijar directamente en alcohol débil. La Ophiomyxa pentagona, que tiene el cuerpo blando, se en- durece con ácido crómico al 1/, %/,. La Ophiopsila annulosa, que se rompe en pedazos en agua dulce, se matará directamente con el alcohol absoluto. £quinoidéeos.—Para preparar los erizos de mar con los pies ambulacrales bien extendidos, se ponen en un poco de agua de mar y se vierte encima la mezcla cromo-acética, núm. 2; 301 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (325 al momento deben pasarse al alcohol, para no dar tiempo á que el ácido ataque la cal del animal. Si se quieren conservar sólo por su forma ó para hacer su anatomía, se deben practi- car en el dermato-esqueleto dos pequeños agujeros opuestos, para hacer salir todo el líquido que contienen dentro, y des- pués pasarlos al alcohol y hacer que este rellene toda la cavi- dad interna. Al pasar el animal á alcohol más fuerte, se ten- drá cuidado de cambiar también el de dentro. Las formas pe- queñas se sumergen directamente en alcohol de 70* sin agu- jerearlas. Si se quieren conservar en seco los erizos de mar, después de haber hecho salir el agua que contienen, se pondrán en alcohol de 70* por uno ó dos días, y después se dejarán secar al aire ó al sol. Holotuwrioidéos. — Requieren más cuidado que los demás Equinodermos, porque además de tener el cuerpo blando y contráctil, todos están provistos de tentáculos que al contacto con los reactivos se contraen y esconden dentro del cuerpo. Además de esto muchas especies, apenas se sumergen en el líquido fijador, expelen fuera todos sus intestinos y se defor- man por completo, lo cual hacen también en el agua de mar á poco que esta se altere. Todos estos inconvenientes se remedian del modo siguiente: Antes que nada, como á todos los animales que hay que hacer distender, se los pone en agua de mar limpia. Se recomienda para aquellas especies que se han de hacer morir en los ácidos, no dejarlas estar en ellos sino el tiempo preciso para morir, pues sin esto se destruyen los cuerpos calizos de las epidermis. Los grandes ejemplares de Holothuria y Stichopus, apenas tienen los tentáculos en plena distensión, se cogen apretán- dolos con los dedos ó con una pinza, un poco por debajo de los tentáculos, se sacan así del agua de mar y se sumerge toda su parte anterior en un recipiente algo profundo que conten- ga ácido acético concentrado. Al mismo tiempo otra persona debe inyectar alcohol á 90” con una jeringa cuya cánula se introduce por la abertura anal del animal; se echa el alcohol sin gran presión para evitar que se hinche demasiado todo el cuerpo del animal, y apenas muerta la Zolothuwria, se pone en alcohol de 70”, cerrando el orificio anal con un taponcito de corcho para evitar que, saliendo el líquido del interior, se des- (33) Lo Biarmco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 305 hinche el cuerpo. Las inyecciones se han de repetir cada vez que se mude el alcohol. Para algunas especies, por ejemplo la 42. Poli, la operación se debe hacer con gran cuidado, porque la piel se desprende con mucha facilidad. La 4. impatiens, que tiene el cuerpo delgado y alargado, se coge apretándola por el cuello para que no retire los tentácu- los, y por el extremo posterior, para no dejar contraer el cuer- po, y en esta forma se sumerge todo el animal en ácido acé- tico concentrado, y una vez muerto se pasa al momento al al- cohol sin necesidad de hacer inyección. Thyone, Thyonidium, Phyllophorus.—Se aprietan suavemen- te por el cuello y se sumerge todo el cuerpo en ácido acético, é inmediatamente después de fijados, se pasan al alcohol débil. Si los individuos son muy pequeños, la presión por el cuello no se hace con los dedos sino con una pinza. La Cucumaria Planciz se prepara como las grandes holotu- rias; sólo que la inyección del alcohol se ha de hacer por la boca, con el fin de hacer que los tentáculos queden distendi- dos, y no es necesario tapar luego la boca. Las demás especies se matan de la misma manera, y para las pequeñas no es pre- cisa la inyección. Las grandes Synapta, cuya preparación es muy difícil á causa de su tendencia á fraccionarse, se fijan sumergiéndolas en un tubo con agua de mar y éter en partes iguales; allí mueren completamente extendidas; se lavan poco después en agua dulce, pasándolas por los alcoholes muy graduadamente para evitar que se contraigan. Al éter se puede substituir el cloroformo. El endurecimiento puede también hacerse mezclando al agua dulce en que se lavan, 263 cc. de ácido crómico al 10/,, y pasándolas al alcohol débil pocos segundos después. Por este procedimiento he fijado la rarísima Molpadia mus- culus y la pequeña Chirodota venus. Las auricularias se matan bien con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado ó bien con el sublimado solo. ANALES DE HIST. NAT.— XX. 20 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. le (34) Enteropneustas. El Balanoglossus se fija bien con el líquido de Kleinenberg en ácido crómico al */, %/,. Narcotizándolo en agua de mar alcoholizada, se obtienen ejemplares muy bien extendidos y rectos. La tornaria se mata con la mezcla de sulfato de co- bre y sublimado, y también se puede lograr bien con el subli- mado solo ó la mezcla cromo-ósmica. Gusanos. Los Cestodes se fijan con sublimado concentrado frío, y los Trematodes con el mismo, pero en caliente. Si se quieren tener preparaciones planas para poderlas montar al microscopio, se deben poner entre dos láminas de vidrio que se comprimen atándolas ó bien poniéndolas en un cristalizador con un lige- ro peso encima. Cuando los animales estén bastante aplana- dos entre los vidrios puestos en el fondo del cristalizador con un poco de agua de mar, se matan vertiéndolos encima su- blimado concentrado hirviendo, y dejándolos dentro hasta . que no den señal alguna de contracción; después, quitando los vidrios, se dejan fijar bien los animales en el sublimado concentrado ya frío, porque el sublimado hirviente, no pene- trando bien entre los dos cristales, no fija sino las partes pe- riféricas del animal. De este modo he obtenido preparaciones bien extendidas y planas de T7ristomum, Acanthocolyle, Distomum , Calycotyle y otros diversos Distomos y Polistomos. Rabdocelos y Dendrocelos.—Apenas bien extendidos en un poco de agua, se matan con el sublimado concentrado hir- viendo, é inmediatamente se vierte todo en un recipiente ma- yor que contenga agua dulce, para enfriar el líquido y los animales; de esta mezcla se pasan á agua dulce, y después de algunos minutos al alcohol. Para algunos Policicládidos (Eurylepta, Pseudoceros) es preciso que el sublimado esté poco caliente; de lo contrario, su cuerpo se disocia. Las larvas de MúLLER se matan bien con el sublimado con- centrado, frío 6 caliente. «35, Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ÁNIMALES MARINCS. 307 Nemertinos.—Mucha dificultad he encontrado para la pre- ¡paración de estos gusanos, que apenas se encuentran en mal medio ambiente, se contraen fuertemente, expeliendo con fuerza su trompa, y fragmentándose á menudo. Durante algún tiempo obtuve buen éxito para narcotizar diversas es- pecies, añadiendo poco á poco al agua de mar en que estaban, alcohol, el cual, mezclándose, obraba lentamente y mataba los animales; esta operación exigía gran atención, y frecuen- temente también, cuando ya el gusano no daba ninguna se- ñal de vida, transportado al líquido fijador, se contraía y de- formaba. Para los grandes ejemplares de Cerebratulus margi- -natus, que no lograba hacer morir enteros por el método cita- do, solía sumergirlos rápidamente en una mezcla hecha con el líquido de Miller (7 partes) y ácido clorhídrico concentrado (1 parte), dejándolos en este líquido algunos minutos; y en él, si bien es cierto que al momento sacaban la trompa, no se fraccionaban. Finalmente, después de reiterados experimentos logré (Ju- nio de 1884) narcotizar los Nemertinos con una disolución de hidrato de cloral en agua de mar (1) al 1 %/,,, en la cual deben permanecer de seis á doce horas, y se endurecen des- pués en el alcohol en cajas de zinc alargadas con fondo de cera. Los animales narcotizados durante un tiempo breve, puestos otra vez en agua de mar, recobran sus movimientos y completa vitalidad. á Por este método he podido obtener buenas preparaciones de los géneros Carinella, Cerebratulus, Drepanophorus, Nemertes, Polia, etc., perfectamente extendidos y con la trompa en su estado natural; para los géneros más resistentes (Zangia Amphiporus y también Drepanophorus), después de narcotizar- los en disolución al 1 “/,, de hidrato de cloral, será bueno dejarlos algunas horas en otra á 2 0/,, antes de matarlos. Las formas larvales pilidium se matan, ó con la mezcla de () Algún tiempo después el Dr. A. Foettinger, en una nota /Renseignements téch- niques, en los Archiv. Biol., tomo vr, pág. 115, 1885), donde habla del uso del hidrato de cloral para narcotizar algunos animales marinos, aconsejó hacer caer en el fondo del cristalizador en que están contenidos, algunos cristales de hidrato de cloral. Pero como justamente se hace observar en la píg. 425 del Traité des méthodes techniques de 'Anatomie microscopique por Bolles Lée y Henneguy, este método, aplicado á los Nemertinos, no da buenos resultados, puesto que los animales sacan fuera la trompa. 308 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (36y sulfato de cobre y sublimado, ó con el sublimado concentrado. Los Vematodes libres y parásitos los he matado siempre con el sublimado concentrado ó el líquido de Kleinenberg. Quetognatos.—Se fijan muy bien con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado ó con la cromo-ósmica. Gefireos.—Los Sipunculus se matan con el ácido crómico al 1/, %/, 6 aún más débil; la mayor parte morirán con la trompa extendida; narcotizados con hidrato de cloral al 1 %/,,, en agua de mar, á veces mueren bien extendidos; pero sucede siempre con ambos métodos que una porción de estos anima- les queda contraída, 6 que en algunos, durante la agonla, se rompe la piel por la parte anterior, sale todo el líquido peri- visceral y el cuerpo se deforma en gran parte. Los Phascolosoma se preparan bien en agua de mar alcoho- lizada, dejándolos en ella hasta que mueren (tres á seis horas). El Phoronis se deja un par de horas en agua de mar alco- holizada, y después se mata con sublimado concentrado hir- viente. Para matar los grandes ejemplares de Bone/llia, se espera ús que hayan extendido bien su trompa, y entonces se agarra el.cuerpo con una mano y la extremidad de la trompa con una pinza para tenerla extendida, y rápidamente se sumerge todo el animal en una cubeta alargada con fondo de cera que contenga líquido de Kleinenberg, y teniendo el animal siem- pre extendido, para impedir la contracción, se espera á que muera; entonces se deja todavía una hora en el líquido antes de pasarla al alcohol. Las Bonel/ta de poco tamaño se narco- tizan con agua de mar alcoholizada, y se fijan con alcohol débil. Los machos pigméos de estos animales se fijan muy bien con el sublimado concentrado caliente. Hirudinéos. —La Pontobdella y el Branchellion se matan con ácido crómico al */, %/,. El sublimado concentrado en caliente me ha dado buenos resultados en la preparación de un nuevo género, que en breve describirá S. AratHY bajo el nombre de Pseudo branchellion, y que fué encontrado sobre la Thalassochelys corticata. El método usado por Apathy para fijar los hirudinéos consiste en distenderlos en un recipiente con fondo de cera por medio de dos alfileres que se clavan en los extremos del cuerpo del gusano. Quetópodos. — Muchos de ellos, cuando se ponen en un (am Lo Bianco.— CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 309 líquido fijador demasiado enérgico, se contraen violenta- mente, se retuercen, y muchos se fragmentan, dando luego una mala idea de su forma natural. He remediado prime- ramente este inconveniente vertiendo poco á poco sobre la superficie del agua de mar, contenida en un cristalizador, una capa de una mezcla de glicerina (1 parte), alcohol á 70” (2 partes) y agun de mar (2 partes). Gradualmente, por difu- sión, esta capa se mezcla al agua de mar, y los animales, des- pués de algunas horas, quedaban narcotizados hasta el punto de dejarse extender en alcohol más fuerte, en el que quedan bien extendidos y aun muchas veces con su trompa fuera. La experiencia luego me ha demostrado que el alcohol por si solo da este mismo resultado, y por esto, en vez de la mez- cla dicha, mezclo al agua de mar un 5 %/, de alcohol abso- luto y allí sumerjo los ejemplares que he de matar deján- dolos hasta que pierden el movimiento, lo cual sucede en un tiempo que varía según las diversas especies (dos á doce horas). Debe procurarse que los animales no mueran por completo en el agua de mar. El endurecimiento se hace en alcohol de 70”, en las cajitas alargadas con fondo de cera de que hablamos, manteniendo recto el animal, cuando es necesario, por medio de alfileres; se deja así un par de horas y después se meten en un,tubo en el que se deja permanecer horizontalmente por uno ó dos días: como el alcohol de 70” no penetra del todo en el interior de estos animales, para impedir la maceración es preciso conservarlos definitivamente en alcohol de 90%. Las especies de gran tamaño es conveniente dejarlas suspendidas en el tubo por medio de un hilo á un pequeño flotador. Por el método ya dicho se preparan bien los anélidos perte- necientes á las siguientes familias: Poligórdidos, Ofélidos, Capitélidos, Teletúsidos, Maldánidos, Aricidos, Cirratúlidos, Espiónidos, Terebélidos, á excepción de los géneros Polymnia y Lanice, que se matan con la mezcla de sublimado y ácido crómico; de los Afroditidos, algunos Polinoinos y todos los Si- galioninos; los Anfinómidos, que se pueden también fijar muy bien con el sublimado concentrado; de los Eunicidos, los Estaurocefalinos, los Lisaretinos y Lumbriconereinos. De la misma manera se fijan todos los Neréidos, Glicéridos, Silidos, Hesiónidos y Filodócidos. También de la familia de los Clorémidos, los géneros S£ty/a- 310 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) rioides y Trophonia se narcotizan con agua de mar alcoholi- zada; el Siphonostomum diplochaitos, de la misma familia, se mata con una solución de hidrato de cloral, al 50/,, endu- reciéndolo después con ácido crómico al 1/,. Este animal, tratado por los líquidos ordinarios, se rompe con la mayor facilidad. Los Hermioninos se sumergen directamente en alcohol de 70” teniendo cuidado de no dejarlos morir encorvados. Los Quetoptéridos, Esternáspidos, los grandes Spirographis y los grandes Serpulinos del género Protula (estos dos últi- mos se hacen antes salir de su tubo, con mucho cuidado), se matan en ácido crómico al 1 por 100, dejándolos al menos. una media hora; después se lavan bien y se pasan al alcohol de 70” y luego al de 90*. Con el sublimado concentrado frio, dejándolos permanecer en él solamente quince minutos, se matan los siguientes ané- lidos: todos los Amficténidos, los Hermélidos, los Serpúlidos, algunos de los cuales se dejan primero algunas horas en una. solución de hidrato de cloral al 1 “/,,, para hacer que salgan en todo 6 en parte de su tubo; de los Afrodítidos, algunos Polynoinos, el Polyodontes maxillosus; de los Eunicidos, todo el grupo de los Eunicinos: algunos de estos, como la Diopatra,,. se fijan bien narcotizandolos en agua de mar alcoholizada. Los Alciópidos se preparan muy bien haciéndolos morir con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado, dejándolos en ella cuando más cinco minutos; se debe tener cuidado de lavarlos: bien en agua dulce antes de pasarlos al alcohol. Los Tomoptéridos se conservan por el método precedente ó con el sublimado concentrado frío. Crustáceos. Los Cladóceros marinos (Podon, Evadne) se matan con subli- mado concentrado ó con algunas gotas de ácido ósmico al 1 por 100 en el agua de mar en que estén, hasta que comien- zan á tomar un color pardo. Los Ostrácodos directamente en alcohol 4 70”. Copépodos.—Los Copépodos libres se matan con una solu- ción de sublimado concentrado en agua de mar, en la que se (3 Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. — 311 dejan de cinco á diez minutos; los parásitos 6 en el sublimado concentrado, como los libres, 6 directamente en el alcohol débil. Cirripedos.—Para preparar los Zepas, Conchoderma, etc., con sus Cirros bien extendidos, se matan con alcohol de 35", y si en algunas especies se contraen, es fácil sacarlos al exterior con una pinza. Los Balanus, etc., se ponen directamente en alcohol á 70? teniendo cuidado de cambiar bien el líquido. Los Rizocéfalos (Sacculina, Peltogaster, etc.) se dejan durante quince minutos en una mezcla de alcohol á 90” y sublimado concentrado, en partes iguales, y luego se pasan al alco- hol de 70”. Anfipodos.—Todos los Lemodipodos, Gammarinos é Hiperi- nos, se preparan directamente con alcohol de 70”. Las formas transparentes del último grupo (Páronima, etc.) con el subli- mado concentrado. Tsópodos.—En alcohol de 70” directamente, á excepción de los Bopiridos y Entoniscidos, los cuales se ponen en la mezcla de alcohol de 90” y sublimado concentrado, en partes iguales (como los Rizocéfalos), 6 también con el sublimado con- centrado. Cumiceos.—Estomápodos.—En alcohol directamente. Las larvas transparentes de los Estomápodos en sublimado con- centrado durante pocos minutos. Esquizópodos.—En alcohol directamente Ó en sublimado concentrado durante pocos minutos. Para evitar que se desprendan los apéndices en los Decápo- dos, se hacen morir en agua dulce antes de ponerlos en alco— hol, dejándoles solamente el tiempo necesario; de lo contrario se inflarían los apéndices membraniformes. Para los Pagúridos es preciso tener cuidado de cambiar mu- cho el alcohol y conservarlos definitivamente en alcohol de 90”, porque la piel de su abdomen es muy poco permeable. Las larvas de los Decápodos (zoea, filosoma, etc.), se fijan, ó en el sublimado concentrado ó con algunas gotas de ácido ósmico al 1 “/, en el agua de mar en que se encuentren. 312 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10, Pantópodos. Se matan con el ácido crómico al */, /, para hacerlos per- manecer con las patas extendidas. Como por lo general sue- len estar cubiertos de cuerpos extraños, es preciso dejarlos vivir por algunos días en un vaso de agua de mar fresca, para que allí se despojen de ellos. Moluscos. Para preparar los Lamelibranquios con las valvas abiertas, se narcotizan con agua de mar alcoholizada, en la que ¡zan de permanecer de seis á doce horas ó aún más, según las diver- sas especies. Los Sifoniados no deben transportarse al alcohol! sino cuan- do estén ya bien narcotizados; de otro modo se contraen los sifones. Para mayor precaución será bueno meter entre las dos valvas trocitos de madera para impedir que se cierren. La Lima, que tiene una porción de tentáculos en el margen del manto, los cuales se desprenden con el procedimiento del agua alcoholizada, se matará con ácido crómico al */, %/,. Escajópodos.—Los Dentalium se narcotizan con hidrato de cloral al 2 "/,,, dejándolos dentro doce á catorce horas ó más, y pasándolos luego al alcohol de 70”. Gastropodos.—Prosobranguios.—Los Placóforos y las fami- lias Patélidos, Fisurélidos y Haliótidos se preparan bien ex- tendidos con el agua de mar alcoholizada. Para evitar que los Prosobranquios de concha arrollada en espiral, los cuales se han de extender en agua de mar alcoho- lizada, al pasar al alcohol de 70” se retiren de nuevo por com- pleto en su concha, es menester cuando están ya medio nar- cotizados en el agua de mar alcoholizada, mantenerlos en la máxima distensión posible, atando el limbo interno del opér- culo á la concha. La Vatica Josephinia se puede fijar en completa distensión, añadiendo poco á poco al agua de mar alcohol de 70” hasta que el animal pierda la sensibilidad, lo cual, por lo general, (41) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 313 sucede á los dos 6 tres dias; después se mata vertiendo rápida- mente encima de ella ácido acético concentrado, y al momento se pasa al alcohol débil. Si se quiere tener la seguridad de obtener al menos algunos individuos bien preparados, es pre- ciso probar con muchos, pues si no siempre algunos de ellos quedan más ó menos contraídos. Las Vatica mille-punctata y hebrea, preparadas por el mé- todo anterior, quedan totalmente contraídas; al contrario, he obtenido buen resultado dejándolas por algunos días en la mezcla de agua de mar y agua dulce en partes iguales, y fijandolas después con el ácido acético. Con la misma mezcla he preparado diversas especies de Vassa, Columbella, Conus y Trochus, con los animales bien extendidos. Heterópodos.—Los Atlántidos se narcotizan con agua de mar alcoholizada, dejándolos en ella de seis á doce horas; después se matan directamente con alcohol. Los Pterotraqueidos se matan, metiéndolos en la mezcla cromo-acética, núm. 1, durante diez á treinta minutos, según su magnitud, lavándolos después en agua dulce y pasándolos luego gradualmente por los diversos alcuholes. También se preparan bien estos animales con la mezcla cromo-ósmica, y los ejemplares pequeños de Carinaria muy bien con la mez- cla de sulfato de cobre y sublimado; las grandes especies se suspenden en el recipiente definitivo, atándoles un hilo al extremo de la trompa. á Opistobranguios.—Los Búlidos se narcotizan lentamente en la mezcla de agua de mar y agua dulce en partes iguales, donde permanecen hasta que pierden la sensibilidad; se ma- tan finalmente con ácido acético concentrado é inmediata- mente se pasan al alcohol. El Gastropteron Meckelii se fija muy bien con el líquido de Kleinenberg, conservándose un tanto su color rojo, que si no desaparece con los líquidos ordinarios. El Doridium y el Scaphander se narcotizan en agua de mar alcoholizada, y se matan con el ácido acético concentrado, pasándolos al momento al alcohol. La Philine se deja un poco en agua de mar, y cuando está bien extendida, se mata vertiendo bruscamente encima de ella ácido acético concentrado ó ácido piroleñoso concentrado. 311 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2 La Pleurophyllidia se narcotiza con agua de mar alcoholi- zada y después se mata con ácido acético concentrado. Las Aplysia limacina y punctata se fijan con ácido crómico al 10/, en el que permanecen de quince á sesenta minutos según su magnitud. La 4. depilans se deja por doce horas en hidrato de cloral al 1 %/,, y después se fija como las especies precedentes. La Pleuwrobranchea Meckelit se prepara con ácido acético al 1 0, en el que se deja una hora. Los Pleurobranchus Meckelii y testudinarius se matan con ácido crómico al 5 %/, y apenas muertos se pasan al de 1% en el que permanecen de quince á sesenta minutos según su tamaño. Los ejemplares pequeños se pueden preparar bien con el hidrato de cloral al 1 %/,,, fijandolos después en ácido crómico al 1 %,. La Umbrella se mata lentamente con agua de mar alcoholi- zada, pasándola después al alcohol débil. Los Elisíidos y Eolidíidos se deja que se extiendan bien en un poco de agua, y después se matan, vertiendo encima rápi- damente ácido acético concentrado en un volumen igual ó: doble del agua que los contenla, y luego, apenas muertos, se pasan al alcohol débil. El Phillirrhoe bucephalum se fija durante pocos ies en la mezcla cromo-ósmica ó en la cromo-acética, núm. 1. Doris, Chromodoris, etc.—Las formas más grandes de estos. animales se narcotizan añadiendo poco á poco al agua en que se encuentran, alcohol de 70”, y cuando tocando los apéndices branquiales del dorso, no se contraen, se matan con ácido acético concentrado ó con sublimado concentrado hirviendo. Para las formas pequeñas no es menester narcotizarlas. La Zriopa, Idalia y Polycera se fijan bien con el ácido acético concentrado como los Elisiidos. Los grandes ejemplares de 77¿tonta se sumergen en agua dulce, añadiéndoles algunas gotas de ácido acético hasta que mueren y después se endurecen con el ácido crómico al !/, */p- Con este método quedan bien extendidos y no sufren ninguna. alteración. La lWarionia se narcotiza en agua de mar alcoho- lizada y se mata con el ácido acético. Para preparar la Zethys con los apéndices dorsales en su posición, se deja extender bien en un recipiente bajo y ancho, (43) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 315 en la menor cantidad posible de agua, pero suficiente para cubrir el animal y allí se mata vertiendo encima ácido acético concentrado en cantidad al menos igual á la del agua de mar, y poco después el animal muere en un estado de ligera con- tracción. Entonces con un sifón se quita el líquido y se sus- tituye con ácido crómico al 1 %/,, en el que con cuidado se trata de dar al animal su forma primitiva, estirando el pie, que se hace apoyar sobre el fondo liso del recipiente, y el lóbulo cefálico, que fácilmente queda contraído. De esta manera se endurece y á la media hora con un sifón se sustituye alcohol débil al ácido crómico. Es preciso que el animal quede sus- pendido en el recipiente definitivo. Pterópodos.—Los Hialéidos se colocan en un poco de agua, y cuando el animal ha extendido bien las dos aletas, se vierte encima sublimado concentrado y después de un par de minu- tos se lava. La Creseis acicula, se prepara bien matándola con agua de mar alcoholizada. Los Cimbúlidos se fijan muy bien con el líquido de Pe- renyi (1), dejándolos en él unos quince minutos, y pasándolos después al alcohol de 50”; si se preparan con la mezcla cromo- ósmica, su forma se conserva perfectamente, pero pierden en parte la transparencia. | Los Gimnosomas se dejan en hidrato de cloral al 1 %/,,, de seis á doce horas y después se matan rápidamente con ácido acético ó con el sublimado. A menudo he obtenido bue- nas preparaciones de la C/iopsis haciéndola morir en ácido crómico al Y, %. Cefalópodos.—Las preparaciones resultan mucho mejores cuando los animales se sumergen aun vivos en los líquidos; los ya muertos desde algún tiempo y quese han tenido en seco, se dejan próximamente una hora en agua de mar, donde recobraran algún tanto sus formas, y después lo mejor es fijarlos con ácido crómico al 1 %/,, dejándolos en él quince á sesenta minutos según su tamaño. Los Octópodos pequeños se narcotizan con el hidrato de cloral al 2 %/,, y luego se matan directamente con alcohol; (1) 4 volúmenes de ácido nítrico al 10 0/4. 3 íd. de íd. crómico al 1/2 0/7. 3 id. de alcohol de 900, 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) á veces se contraen escondiendo el cuerpo entre los brazos, pero luego, después de muertos, es facil restituirles su forma natural. Los animales de mayor tamaño (de la longitud de más de 15 cm.), se fijan con ácido crómico al 1 %/,, en el que perma- necerán media hora, 6 dos, si son muy grandes; después se lavan con agua dulce y de alli se pasan al alcohol de 70” que se cuidará de renovar diversas veces. El Ocythoe catenulata (Philonexis) 9, de cualquier tamaño que sea, se puede poner directamente en alcohol de 70”, disten- diéndole los brazos. El Scaeurgus tetracirrhus (Octopus) se «mata con la mezcla de alcohol y ácido crómico, y á los veinte minutos se pasa al alcohol. Los Decápodos se pueden fijar directamente con alcohol de 70?, teniendo cuidado, apenas muertos, de distenderles los dos brazos tentaculares que generalmente se contraen. Las especies pequeñas será bueno narcotizarlas primeramente, ó en hidrato de cloral al 2 W/,, 6 bien en agua de mar alcoholi- zada, y después sumergirlos directamente en alcohol. Para hacer que el alcohol penetre mejor en los intestinos de los grandes ejemplares se hace un corte delgado en la parte ventral del cuerpo. Las formas pelágicas transparentes (Loligopsis, Veranta) se sumergen en líquido de Kleinenberg y después de una hora se pasan al alcohol débil. Los huevos que forman racimos 6 que están agrupados, provistos cada uno de una envoltura pro- pia, se fijan con ácido crómico al */, “/, y después de tenerlos una hora en alcohol débil, se pasan gradualmente al de “70”. Los que están contenidos en una sustancia gelatinosa, común a todos, después de fijarlos con ácido crómico al Y, %/,, se pasan á alcohol de 50* en el quese conservan definitivamente. Briozóos. Los géneros Pedicellina y Loxzosoma se dejan por una hora en hidrato de cloral al 1 “/,, y después se matan con subli- mado concentrado frío ó caliente, lavándolos inmediatamente después. Algunas especies de Bugula (purpureotincita, turbinata), (45) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 317 después que están bien extendidas en un poco de agua de mar, se matan rápidamente con sublimado concentrado ca- liente. Añadiendo lentamente alcohol de 70” á la superficie del agua en que están, he podido obtener en estado de completa distensión, Flustra, Cellepora, Crisia, Bugula y Zoobolrium; las otras especies se pueden matar, con los animales más ó menos fuera de sus celdillas, con soluciones débiles de hidrato de cloral ó con agua de mar alcoholizada, pero generalmente el buen éxito depende de la habilidad del preparador. Braquiópodos. Se narcotizan dejándolos en agua de mar alcoholizada algu- nas horas, y antes de pasarlos al alcohol, se mete entre las valvas un pedacito de madera, para evitar que se cierren. Los ejemplares pequeños se ponen directamente en alcohol de 70”. Tunicados. Las Apendicularidas se fijan dejándolas cinco minutos en la mezcla cromo-ósmica. Ascidias simples.—Para fijar la Clavellina y la Perophora, de modo que los orificios queden abiertos, se dejan primero extender bien en agua de mar corriente, y luego se sumergen en la disolución de hidrato de cloral al 1 “/,,, en el que se dejan de seis á doce horas; después se las mata con la mezcla cromo-acética, núm. 2, é inmediatamente después se pasan al ácido crómico al 1 %/,, del cual también se hace una inyección por la boca de cada individuo. Media hora más tarde se pasan al alcohol de 35”, repitiendo la inyección con este líquido, y finalmente á alcohol de 70”. La Ascidia (Phallusia) se deja de tres á seis horas en hidrato de cloral al 1 %/,) y después se endurece con ácido crómico al 1 9/,, dejándola en él media hora. La Ciona intestinalis, se mata lentamente haciendo caer en el agua de mar, en que está extendida, pocas gotas de mezcla cromo -acética, núm. 2; cuando el animal está muerto, lo que 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (46) sucede próximamente (1) á la media hora, se coge por el ori- ficio anterior para evitar que se vacie el agua que contiene, y se pasa al ácido crómico al 1 %/,, inyectándolo también con una pipeta en el interior del animal; de la misma manera se pasa después al alcohol débil. Algunas Ascidias (Ascidia y Rhopalea) se pueden matar con los orificios abiertos de la siguiente manera: se ponen en un vaso más bien alto, lleno de agua de mar de modo que la su- perficie de este quede 4 4 5 cm. al menos por encima del ani- mal, y se vierten lentamente algunas gotas de ácido crómico al 1 0/,, de manera que formen un ligero estrato en la super- ficie del agua; poco á poco el ácido crómico se esparce por toda el agua, matando los animales al cabo de un tiempo que varía de doce á veinticuatro horas. Antes de endurecerla en ácido crómico al 1 %/,, es siempre bueno asegurarse de que la ascidia está muerta, y si no lo está, se añade de nuevo una pequeña cantidad de ácido crómico. Para las Molgula, Polycarpa, Rhopalea y Chevreulius (Rho- dosoma), es necesario dejarlas doce horas en hidrato de cloral al 1 /,, matarlas después con la mezcla cromo-acética, nú- mero 2, y endurecerlas después con el ácido crómico al 1 Y, por poco tiempo. Cinthia y Styela se narcotizan con hidrato de clora! al 2 %/,, durante veinticuatro horas y después se tratan como las espe- cies precedentes. A veces la €. papillosa, al ponerla en el hidrato de cloral al 2 %/,,, contrae mucho el cuerpo; entonces se debe volver á colocar en el agua de mar corriente y repetir luego la prueba con el hidrato de cloral al 1 “%/,p- Ascidias compuestas. —Las formas gelatinosas, por ejemplo, Botrilidos, Polycyclus, Circinalium y Fragarium, se dejan durante un par de horas en hidrato de cloral al 1 %/¿p y se matan vertiendo sobre la colonia sublimado concentrado caliente; inmediatamente después se pasan al ácido crómico al 1/, %/,, en el que permanecen una media hora. La Distaplia después de narcotizada con el cloral se mata (1) El Dr. Garbini en su Manuale per il microscopista, pág. 312, dice que para matar las ascidias por este método (visto por él en la Estación Zoológica), se requie- ren cuatro ó cinco días. 4117) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 319 con la mezcla cromo-acética núm. 2 y después se pasa direc- tamente al alcohol débil. La Diazona violacea se debe tener doce horas en el hidrato de cloral al 2 “/,,, y después de la muerte y el endureci- miento, se trata como los Botrilidos, con la diferencia que se debe inyectar el líquido con una pipeta en cada animal. El Zeptoclinum y otras formas de cierta consistencia se pasan directamente del cloral al alcohol. El Pyrosoma se sumerge, suspendido de un hilo, en alcohol clorhídrico, contenido en un recipiente cilíndrico; después de un cuarto de hora se pasa al alcchol de 60”, y sucesivamente á los alcoholes más fuertes. Sucede á menudo que en la co- lonia se forman una porción de burbujas de aire, que acaban por desaparecer al cabo de algún tiempo, cuando el animal está definitivamente conservado. Los Sálpidos comprenden animales de consistencia muy va- riada, desde la mucosa á la cartilagínea, y ciertas especies que cuando jóvenes son fuertes, cuando adultas son blandas y de difícil conservación. Muchas veces las Salpas, cuando están sumergidas en el líquido fijador, se contraen muchísimo, cierran los orificios y en esta posición mueren. Esto se evita introduciendo una va- rilla de vidrio por uno de los orificios, y así, penetrando el líquido, el animal toma su forma natural. a) Las especies de cuerpo consistente (Salpa bicaudata; so- litaria joven, S. Tillesi, encadenada y solitaria, S. Zonaria, encadenada y solitaria) se poven en una mezcla de agua dulce (100 c. c.) y ácido acético (10 c. c.), en la cual se dejan durante quince minutos. Después se lavan durante diez minu- tos en agua dulce y se pasan gradualmente al alcohol, en el que es necesario que las especies más gruesas se suspendan por medio de un alfiler encorvado, atado á un hilo, y que se eleve en la porción gelatinosa que rodea el núcleo intestinal. De esta manera los animales quedan bastante transparentes, formándose en los tejidos una cantidad de cristales de sales marinas mucho menor que en los demás líquidos. D) Las formas semiduras (cadenas jóvenes y formas solita- rias de S. maxima y pinnata, cadenas jóvenes de $. bicaudata, las dos formas adultas de S. fusisformis y democrática-mucro- nata) se fijan durante diez minutos con la mezcla cromo-acé- 320 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (48) tica, núm. 1, y después se pasan directamente al alcohol débil. c) Las formas blandas (grandes ejemplares en cadena de S. bicaudata y punctata, las dos formas de S. maxima pinnate y virgola) se sumergen de quince á sesenta minutos en la mezcla cromo-ósmica, según su magnitud, después se lavan en agua dulce y se pasan al alcohol débil. Los ejemplares muy grandes de la S. maxima, al ponerlos en alcohol débil, se deforman por el peso de su propio cuerpo; he podido evitar este inconveniente, bien inyectando en la cavidad del animal algunas burbujas de aire, ó bien haciendo entrar en esta cavidad un delgado tubo de vidrio cerrado en sus extremos y que contenga aire. Esto hasta que el animal esté perfectamente endurecido. El profesor Todaro, al conservar las Salpas, para estudiar- las histolóvicamente, las sumerge directamente en el líquido de Kleinenberge durante dos horas, y después las pasa al alco- hol. Pero de esta manera, salvo las especies duras, todas las demás pierden su forma. Se puede fácilmente inyectar en las Salpas vivas el sistema circulatorio con azul de Prusia soluble, metiendo la extremi- dad de una jeringa de cánula delgada en el corazón y hacien- do solo una ligerisima presión; después de esto los animales pueden ser tratados por los métodos ya dichos, y el color queda siempre bien conservado aun cuando se pasen al alcohol. Los Doliólidos dan buenas preparaciones matándolos con la mezcla de sulfato de cobre y sublimado; después de un par de minutos se lavan bien con agua dulce y gradualmente se pasan al alcohol de 70%. Con sublimado concentrado y con la mezcla cromo-ósmica se fijan también satisfactoriamente. Peces. En general no presentan dificultad para su preparación. A ser posible se deben meter aún vivos en el líquido fijador, porque solamente así conservan bien las formas del cuerpo y las aletas bien distendidas, mientras que los ya muertos desde algún tiempo han perdido bastante agua, tienen las aletas contraídas y desecadas, y al ponerlos en el alcohol se contraen aún más. (49) Lo Bianco.—CONSERVACIÓN DE LOS ANIMALES MARINOS. 321 Para preparar el 4Amphioxus con los cirros bucales bien ex- tendidos, se mata con agua de mar alcoholizada al 10 0/,, y después de muerto, lo cual ordinariamente sucede á los pocos minutos, se pasa al alcohol de 50”, cuyo título gradual- mente se eleva á 70”. También con el liquido de Miller (1) se consiguen buenas preparaciones, pero el animal queda siem- pre coloreado y muchas veces se deforman los costados del cuerpo. Ciclóstomos, Selacios y Fanoideos.—Los ejemplares pequeños se sumergen directamente en alcohol de 70?; para las formas mayores, en las cuales el alcohol difícilmente puede penetrar en los intestinos, es preciso hacer una incisión en el vientre; también basta la inyección de alcohol de 90? por el ano, suce- sivamente repetida á cada cambio de alcohol. Algunas especies de consistencia blanda, como el Zorpedo, se fijan mejor dejándolas media hora en el ácido crómico all 0%. Los embriones de selacios (de 1-10 cm. de longitud) se fijan con sublimado concentrado, en el que se dejan 5-15, teniendo luego cuidado de lavarlos bien con alcohol yodado. Así pre- parados pueden servir también para investigaciones histoló- gicas. He conservado bastante bien embriones de Torpedo con toda la masa vitelina, poniéndolos en una mezcla de ácido crómico al 1 %/, y sublimado concentrado en partes igua- les durante quince minutos, y pasándolos después al alcohol débil. Los embriones más grandes (de más de 10 cm. de longitud), si se quieren conservar para estudios histológicos, se pueden preparar lo mismo que los pequeños; pero si solo se quiere conservar su forma, se dejan próximamente una hora en áci- do crómico al 1 %/,, lavándolos en agua dulce antes de pasar- los al alcohol. Los grandes selacios, si se quieren conservar por algunos meses, para luego preparar el esqueleto ó conservar la piel, se debe, extraídos los intestinos abriendo el vientre, sumer- girlos en una solución de cloruro de sodio al 10 /,. (1) Bicromato potásico, 2 gramos; sulfato de sosa, 1 gramo; agua destilada, 100 gramos. ANALES DE HIST. NAT. —XX. 21 322 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (50) Los Teléosteos se tratan como los selacios; pero penetrando el alcohol más difícilmente en ellos, es necesario, sobre todo para las formas grandes, inyectarlo en el cuerpo y renovar muy á menudo el líquido. Los teleósteos de piel plateada /Trachypterus) se fijan du- rante algunos minutos en sublimado concentrado; las formas larvales transparentes, en alcohol débil ó en sublimado con- centrado. Los huevos fecundados transparentes se pueden conservar para la enseñanza, dejándolos algunos minutos en alcohol clorhídrico y pasándolos después al alcohol puro. APUNTES PARA LA FAUNA PUERTO-RIQUEÑA, POR DON LUTAN GUN DE ACE. (Sesión del 1. de Abril de 1891.) SÉPTIMA PARTE (Continuación) (1). Fama Geometree. GÉNERO Zonosoma, Lederer. 343. Zonosoma occipitaria. Zonosoma occipitaria, Herr. Sch., p. 18. . -- — ;Gundl., Contr., p. 381. — — — ;Moóschler, p. 235. También existe en Cuba. 344. Zonosoma poraria. Geometra poraria, Linn., S. N., 1, 2, 866, 233. Zonosoma — — ; Herr. Sch., 1870, Nr. 45. e — — ; Gundl., Contr., p. 381. = — — ; Moschler, p. 235. También en Cuba. (1) Véanse para las Partes primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima, los tomos v11, páginas 135 y 313; x, pág. 305; x11, páginas 5 y 441; xv1, pág. 115; y xx, pág. 109. Léase lo que he dicho en la Introducción á los Insectos en la pág. 347 de estos 4pun- tes, ó sea pág. 137 del tomo xv1, 1887, de los ANALES. 324 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (512) 345. Zonosoma phorcaria. Acidalia phorcaria, Guen., Phal., Nr. 791. Zonosoma — — ; Moschler, p. 236. También en Haiti, Santo Domingo y Jamaica. 346. Zonosoma delectabiliaria. Zonosoma delectabiliaria, Móschler, n. sp., p. 236. Había dos hembras en la colección de Puerto-Rico. GÉNERO Asthena, Hibn. 347. Asthena Snellenaria. Asthena Snellenaria, Móschler, Surinam, 1v, 408, t. 17, f. 19. — = PAZO OE | También en Surinam y Jamaica. GENERO Acidalia, Freitschke. 348. Acidalia Chioneata. Acidalia Chioneata, Herr. Sch., 1870, p. 45. — — — ; Gundl., Contr., p. 382. — — — ; Móschler, p. 236. También vive en Cuba. 349. Acidalia eburneata. Acidalia eburneata, Guen., Phal., Nr. 801. — — — ; Móschler, p. 236. No estaba en la colección de Krug, sino en la del Dr. Stau- dinger. Vive en el Brasil. (513) Gundlach.—rFAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 32 350. Acidalia tortuosaria. Acidalia tortuosaria, Móschler, n. sp., p. 237. Esta, como la precedente, estaba en la colección del doctor Staudinger. 351. Acidalia flavomarginata. Acidalia flayomarginata, Móschler, n. sp., p. 237. También esta especie estaba en la colección del Dr. Stau- dinger. 352. Acidalia opulentaria. Acidalia opulentaria, Móschler, n. sp., p. 237. Había dos hembras en la colección Krug. 353. Acidalia offendata. Acidalia offendata, Múóschler, n. sp., p. 238. De esta especie había algunos machos en la colección de Krug. GENERO Pleuroprucha, nov. gen., Móschler, p. 238. 354. Pleuroprucha molitaria. Pleuroprucha molitaria, Móschler, n. sp., p. 238. Había en la colección de Krug un y y tres Q. GENERO Leptostales, nov. gen., Móschler, p. 238. 355. Leptostales oblinataria. Leptostales oblinataria, Móschler, n. sp., p. 239. Había dos hembras en la colección. 326 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (514) 356. Leptostales devolutaria. Leptostales devolutaria, Móschler, n. sp., p. 239. Había una Q. 357. Leptostales prepeditaria. Leptostales preepeditaria, Móschler, n. sp., p. 239. Había un J. 358. Leptostales mutuataria. Leptostales mutuataria, Móschler, n. sp., p. 239. Moschler encontró un y” en la colección del Dr. Staudinger. 359. Leptostales tumidaria. Leptostales tumidaria, Móschler, n. sp., p. 240. Había un y. 360. Leptostales insutaria. Leptostales insutaria, Móschler, n. sp., p. 240. Había un f. GÉNERO Gnemodes, Guen. 361. Cnemodes perletaria. Cnemodes perletaria, Móschler, n. sp., p. 240. Había ejemplares en las colecciones de Krug y del doctor Staudinger. 362. (Cnemodes malefidaria. Cnemodes malefidaria, Móschler, n. sp., p. 240. Había una O en la colección de Krug. (515) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 327 GÉNERO Syllexis, Guen. 363. Syllexis intamiataria. Syllexis intamiataria, Móschler, n. sp., p. 241. Había dos pares. GÉNERO Apallacta, nov. gen., Múschler, p. 241. 364, Apallacta Pyrrhularia. Apallacta Pyrrhularia, Moschler, n. sp., p. 242. No estaba en la colección de Krug', sino en la del Dr. Stau- dinger. GÉNERO Racheospila , Guen. 365. Racheospila confundaria. Racheospila confundaria, Móschler, n. sp., p. 242. Había dos Y. 366. Racheospila anomalaria. Racheospila anomalaria, Móschler, n. sp., p. 243. Había una Q. GÉNERO Eucrostis, Hiib. 367. Eucrostis albicostaria. Eucrostis albicostaria, Herr. Sch., 1870, p. 46. = =— = ; Gundl., Contr., p. 384, Existe también en Cuba. 328 [ANALES DE HISTORIA NATURAL. (516) GÉNERO Geometra, Linn. 368. Geometra attendaria. Geometra attendaria, Móschler, n. sp., p. 243. Había dos Q. 369. Geometra ocellata. Geometra ocellata, Stoll, t. 34, f. 9. — Stollaria, Guen., Phal., Nr. 590. — — — ; Herr. Sch,, 1870, p. 46. — — — ; Gundl., Contr., p. 384. - ocellata, Stoll; Móschler, p. 244. Se encuentra también en Cuba y en Surinam. GÉNERO Mecoceras, Guen. 370. Mecoceras Nitocris. Mecoceras Nitocris, Cram., 1, p. 148, t. 275, f. A. — Nitocritaria, Guen., Phal., Nr. 624. = Nitocris, Cr.; Móschler, p. 244. Vive también en Cayena, Brasil, Pará, Venezuela, Bogotá, Honduras, Colombia, Surinam. GÉNERO Nedusia, Hiúbn. 371. Nedusia excavata. Nedusia excavata, Moschler, n. sp., p. 244. Vive también en Surinam. GENERO Chrysocestis, Hibn. 372. Chrysocestis fimbriaria. Chrysocestis fimbriaria, Cr., 11, t. 348, f. C. Palyas imperata, Guen., Phal., Nr. 637. Chrysocestis fimbriaria, Cr.; Moschler, p. 244. (517) Gundlach.—rAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 329 Además de Puerto-Rico vive en Surinam y Colombia. En la colección del Dr. Staudinger habia muchos ejemplares del primer punto. GENERO Sericoptera, Herr. Sch., Exot., 1853. 373. Sericoptera Area. Sericoptera Area, Cr., 1, 1779, p. 88, t. 56, f. D. Sericoptera Mahometaria, Herr. Sch., Exot., f. 69, 70. Urapteryx Areata, Guen., Phal., 13; y Mahometaria, Nr. 14. Sericoptera Mahometaria, Herr. Sch., 1870, p. 47. = — — ;Gunadl., Contr., p. 389. — Area, Cr.; Moschler, p. 245. Se encuentra también en Cuba y en Surinam. GÉNERO Eulepidotus, Herr. Sch., 1855. 374. Eulepidotus paradoxata. Phrygionis cultraria, Húbn., Zutr. 751, 752. Byssodes paradoxata, Guen., Phal., Nr. 645. Eulepidotus cultraria, Húbn.; Herr. Sch., 1870, p. 48. — — — ; Gundl., Contr., p. 390. — paradoxata, Guen.; Móschler, p. 245. Moschler dice que cuatro ejemplares de Puerto-Rico convie- nen con 2. paradozata, Guen.; pero que ve unas diferencias comparando las descripciones de Herr. Sch. y mía, y deja en duda si son ó no cultraria, Hb. 375. Eulepidotus (politata) polita. Eulepidotus polita, Cr., 11, p. 152, t. 276, f. F. (Cramer escribió polita, no politata). Eulepidotus politata, Móschler, Surin., 4, 405, 406. o — Móschler, p. 246. Surinam. No será especie que se encuentre en Puerto-Rico. 330 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (518) 376. Eulepidotus argentata. Geometra argentata, Drury, 1, 25, pl. 14, f. 2. — politata, Stoll, pl. 31, f. 4 (nec Cram. que es la precedente). Eulepidotus argentata, Guen., Phal., Nr. 648. => — ;Moschler, Jam., 150. = — — ;Moschler, p. 246. Parece que esta especie no se encontró aún en Puerto-Rico. GÉNERO Semiothisa, Hibn. 377. Semiothisa enotata. Semiothisa enotata, Packard, 288, pl. 10, f. 15. Macaria — Guen., Phal., Nr. 1006. — centrosignata, Herr. Sch., 1870, p. 48. “== = — ; Gundl., Contr., p. 291. Semiothisa enotata, Pack.; Móschler, p. 246. Se encuentra también en Cuba, Surinam, Cayena, Brasil, Florida, Tejas, Nueva York. 378. Semiothisa cellulata. Macaria cellulata, Herr. Sch., 1870, p. 48. —- — — ; Gundl., Contr., p. 291. Semiothisa — — ;¡Moóschler, p. 247. También en Cuba. 379. Semiothisa bisignata. Semiothisa bisignata, Moóschler, n. sp., p. 248. Esta especie no estaba en la colección de Krug', pero sí en la de Staudinger. 380. Semiothisa infimata. Semiothisa infimata, Guen., Phal.,-Nr. 1041. — — — ; Moschler, p. 248. Vive también en Cayena y Brasil. (519) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 331 GÉNERO Pero, Herr. Sch., Exot., 1855. 381. Pero rectisectaria. Pero rectisectaria, Herr. Sch., Exot., f. 325, 1855. Azclina — Guen., Phal., Nr. 244, 1857. Pero — Herr. Sch.; Moschler, p. 249. Se encuentra también en el Brasil y probablemente en la Florida. GÉNERO Microgonia, Herr. Sch., Exot., 1855. 382. Microgonia Dositheata. Sabulodes Dositheata, Guen., Phal., Nr. 33. Microgonia — — ; Herr. Sch., 1870, p. 49. — — — ; Gundl., Contr., p. 394. — —= — ;Moóschler, p. 251. También en Cuba, Jamaica, Brasil, Bogotá. GÉNERO Urapteryx, Leach. 383. Urapteryx politia. Geometra politia, Cr., 11, t. 139, E. = politata, Fab., Spec. 2, 253, 64. Urapteryx politiata Guen., Phal., Nr. 2. _ — Herr. 'Sch., 1870, p. 49. = —- — ; Gundl., Contr., p. 394. — politia, Cr.; Móschler, p. 251. También en Cuba, Cayena, Brasil, Surinam, Jamaica, Santo Domingo, Méjico, etc. 384. Urapteryx complicata. Urapteryx complicata, Guen.; Phal.-3, pl. 6, f. 9. — SS — ;¡Moóschler, p. 252. Se la encuentra también en Haití y en Jamaica. 332 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (520) GÉNERO Móschleria, Saalmiiller, nov. genus, p. 252. 385. Moóschleria Hulstii. Moóschleria Hulstii, Móschler, n. sp., p. 253. Móschler vió un ejemplar en la colección del Dr. Staudinger. GÉNERO Drepanodes, Guen., 1856. 386. Drepanodes Ephyrata. Drepanodes Ephyrata, Guen., Phal., Nr. 83. — — — ; Herr. Sch., 1870, p. 50. — — — ; Gundl., Contr., p. 396. — — — ;¡Móschler, p. 253. Vive también en Cuba, Santo Domingo, Guadalupe. 387. Drepanodes infensata. Drepanodes infensata, Guen., Phal., Nr. 82. — — — ;¡Moschler, p. 255. Se encuentra también en el Brasil y Colombia. GENERO Syngria, Guen. 388. Syngria reticularia. Synegria reticularia, Móoschler, n. sp., p. 256. Había un y” y tres Q. 389. Syngria Ramosaria. Syngria Ramosaria, Moschler, nm. sp., p. 256. Acaso es igual á Drepanodes tesselaria , Walk., que es de Cuba. (521) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 333 GENERO Oxydia, Guen. 390. Oxydia Vesulia. Oxydia Vesulia, Cr., 1, 1779, p. 79, t, 240, B, C. — Vesuliata, Guen., Phal., Nr. 70. — Agliata, Guen., Phal., Nr. 74. = — Herr. Sch., 1870, 50. — quadriagliata, Gundl., Contr., p. 397. — Vesulia, Cr.; Móschler, p. 257. Esta especie varía muchísimo. Móschler describe diez va- riedades. GÉNERO Acroleuca, Herr. Sch., 1854. 391. Acroleuca decrepitaria. Syrrhodia decrepitaria, Hiibn., Zutr., f. 371, 372. Aspilates — — ;Guen., 1218 y. Hyperythra versatiliaria, Guen., Q. Acroleuca decrepitaria, Húbn.; Herr. Sch., 1870, p. 51. — — — ; Gundl., Contr., p. 398. SS - — ; Móschler, p. 258. Vive también en Cuba, Brasil, Haití, Santo Domingo, Hon- duras, Cayena, Surinam, Colombia. GÉNERO Apicia, Guen. 392. Apicia Distycharia. Apicia Distycharia, Guen., Phal., 118. — — — ;Móschler, p. 259. Esta especie no estaba en la colección de Krug', pero sí en la de Staudinger. 331 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (522) GENERO Numia, Guen. 393. Numia Terebinthiaria. Numia Terebinthiaria, Guen., Phal., Nr. 650. Apicia heterochloriaria, Herr. Sch., 1870, p. 51. — — — ;Gundl., Contr., p. 400. Numia Terebinthiaria, Guen.; Móschler, p. 259. Existe también en Cuba. 394. Numia Buxaria. Numia Buxaria, Guen., Phal., Nr. 651, pl. 18, f. 8. — — — ; Móschler, p. 259. Acaso no es diferente de la especie precedente. GENERO Thysanopyga, Herr. Sch., 1856. 395. Thysanopyga apicitruncaria. Thysanopyga apicitruncaria, Herr. Sch., Exot., 536. => = STO Pole — — — ; Gundl., Contr., p. 400. — — — ;Moschler, p. 260. También en Cuba, Surinam, Perú. GENERO Cerasymplasta, Móschler, nov. gen., p. 260. 396. Cerasymplasta marsitata. Cerasymplasta marsitata, Móschler, n. sp., p. 261. Había cuatro pares en la colección. 397. Cerasymplasta sanata. Cerasymplasta sanata, Moschler, n. sp., p. 262. Había un gq. (523) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. GÉNERO Erosia, Guen. 398. Erosia ineptaria. Erosia ineptaria, Móschler, n. sp., p. 262. Había un ¿y y tres Q. 399. Erosia exeludaria. Erosia exeludaria, Moschler, n. sp., p. 262. Había un y y dos Q. A00. Erosia obvallataria. Erosia obvallataria, Móschler, n. sp., p. 263. Había un par. GÉNERO Brothis, Hibn., Brotis Walk (correcta). 401. Brothis vulneraria. Brothis yulneraria, Húbn., Zutr., 319, 320. Sphacelodes vulneraria, Húbn.; Guen., 1109, pl. 22, Í. 9. Brotis — — ; Herr. Sch., 1870, p. 51. — — — ; Gundl., Contr., p. 401. Brothis SS — ;Moschler, p. 263. También en Cuba, Santo Domingo, Brasil. GÉNERO (Stegania, Dup.), Terpnomicta, Lederer. 402. Stegania subpusaria. Terpnomicta subpusaria, Herr. Sch., 1870, p. 51. — — —= : Gundl., Contr., p. 401. Stegania = — ;¡Moschler, p. 263. Vive también en Cuba. * ul (31 336 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (524) GÉNERO Boarmia, Treitschke. 403. Boarmia scolopacea. Geometra scolopacea, Drury, 11, 22, 1. Boarmia — — ; Herr. Sch., 1870, p. 52. — — — ;Gundl., Contr., p. 402. — — — ;Móschler, p. 264. También en Cuba, Jamaica, Río Grande. 404. Boarmia pudicaria. Bronchelia pudicaria, Guen., 458. Boarmia — — ; Herr. Sch., 1870, p. 52. pee — — ; Gundl., Contr., p. 403. a = — ; Moóschler, p. 264. Vive también en Cuba. El tipo era del Brasil. 405. Boarmia delicata. Boarmia delicata, Butler, Proc. Zool. Soc., 1878, 490. o — — — ;Móschler, Jam., 144. a = — — p. 265. Además de Puerto-Rico vive en Jamaica. 406. Boarmia hilararia. Boarmia hilararia, Móschler, n. sp., p. 266. No estaba en la colección de Krug, pero si en la del doctor Staudinger. 407. Boarmia momaria. Boarmia momaria, Guen., Nr. 374, — nomaria — ; Herr. Sch., 1870, p. 52, — — — ; Gundl., Contr., p. 404, — momaria — ;Moschler, p. 266. También en Cuba y Florida. (525) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 408. Boarmia abjectaria. Boarmia abjectaria, Herr. Sch., 1870, p. 52. ES, = — ;Gundl., Contr., p. 404. Ea = — ;¡Noóschler, p. 267. También en Cuba. 409. Boarmia squamigera. Boarmia squamigera, Feld. et Rghf., Nov., t. 126, f. 11. — — = ; Móschler, p. 268. Había un par en la colección de Krug. GÉNERO Thyrinteina, nov. gen., Móschler, p. 268. 410. Thyrinteina quadricostaria. Boarmia quadricostaria, Herr. Sch., 1870, p. 53. — — — ;Gundl., Contr., p. 404. - Thyrinteina — — ;¡Móschler, p. 268, f. 12. También en Cuba. GÉNERO Bombycodes, Guen. 411. Bombycodes simplicaria. Bombycodes simplicaria, Guen., Nr. 1282 (6 ? 82, 12). SS = — ; Herr. Sch., 1870, p. 53. Ss == — ; Gundl., Contr., p. 405. => = — ;Moóschler, p. 269. También en Cuba y Colombia. GÉNERO Spargania, Guen. 412. Spargania precurraria. Spargania preecurraria, Móschler, n. sp., p. 269. ANALES DE HIST. NAT. — XX. 2 337 338 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (526) Habia cuatro O en la colección de Krug.. Existe también en Cuba (Yateras). GENERO Rhopalodes, Guen. 413. Rhopalodes castniata. Rhopalodes castniata, Guen., 1485, pl. 20, f. 3. = — — ;¡Moschler, p. 270. Esta especie no estaba en la colección de Krug', pero sí en la de Staudinger. GENERO Scordylia, Guen. 414. Scordylia quadruplicaria. ? quadruplicaria, Hibn., Zutr., f. 603, 604. Scordylia — — ; Guen., 1513. — : — — ; Moschler, p. 270. No existía en la colección de Krug', pero sí en la del doctor Staudinger. El ejemplar de Guenée era del Brasil. GÉNERO Cidaria, Treitschke. 415. Cidaria aristata. Larentia aristata, Herr. Sch., 1870, p. 54. — — — ; Gundl., Contr., p. 408. Cidaria — — ;Moschler, p. 270. Cuba. 416. Cidaria baliata. Larentia baliata, Herr. Sch., 1870, p. 54. — — — ; Gundl., Ccntr., p. 408. Cidaria — — ; Moschler, p. 272. Vive también en Cuba. 4527) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 339 417. Cidaria balteolata. Larentia balteolata, Herr. Sch., 1870, p. 54. — — — ; Gundl., Contr., p. 409. Cidaria — — ; Moschler, p. 272. También en Cuba. 418. Cidaria vinaceata. Cidaria vinaceata, Móschler, n. sp., p. 273. Había en la colección de Krug dos ¿y. 419. Cidaria chloronotata. Cidaria chloronotata, Móschler, n. sp., p. 273. No se encontraba en la colección de Krug, sino en la de Staudinger. GÉNERO Terenodes, Guen. 420. Terenodes aureocapitaria. Terenodes aureocapitaria, Móschler, n. sp., p. 274. Esta especie tampoco estaba en la colección de Krug, pero si en la de Staudinger. Famira Pyralidina. SUBFAMILIA PYRALIDIDEA. GuNeERO Asopia, Treitschke. 421. Asopia Gerontesalis. Asopia Gerontesalis, Wall., 19, 896. — Gerontialis, Lederer, Wien. ent. Monats., 7, 343, 1863. — Gerontesalis, Wall.; Móschler, p. 275. 1 340 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (528y La patria es Java; acaso también América meridional. ¿Será la misma especie que la colección de Krug tenía con el nú- mero 6152 GÉNERO CGallasopia, nov. gen., Móschler, p. 275. 422. Callasopia rosealis, Callasopia rosealis, Múschler, n. sp., p. 275. Había dos Y en la colección de Krug. GENERO Parasopia, (Saalmiiller), Móschler, p. 275. 423. Parasopia dissimilalis. Parasopia dissimilalis, Móschler, n. sp., p. 276. Había tres ejemplares. GENERO Syllepsis, Poey. 424. Syllepsis Marialis. Syllepsis Marialis, Poey, Contr., 1832. —- — — ; Moóschler, p. 276. Cuba. Herrich Schaeffer nombró los ejemplares de mi colec- ción Syllepis Marianalis, creyéndolos diferentes del tipo de Poey. Móschler reconoció en los ejemplares de Krug el tipo. GeÉwNErRO Coeloma, nov. gen. (Saalmiiller), Móschler, p. 276. 425. Coeloma tortricalis. Jceloma tortricalis, Múschler, n. Sp., p. 277. Esta especie no la tenía la colección de Krug, sino la de Staudinger. (529) Gundlach.—FAUNA PUERTO- RIQUEÑA. 341 GENERO Tamyra, Feld. et Rghf. Nov. 426. Tamyra albomaculalis. Tamyra albomaculalis, Móschler, n. sp., p. 278. Había una 0. 427. Tamyra minusculalis. Tamyra minusculalis, Móschler, Dn. Sp., p. 278. Había tres Q. GÉNERO Etbhnistis, Lederer. 428. Ethnistis munitalis. Ethnistis munitalis, Zederer, 345, t. 6, £. 13. =— — — ;Móschler, Surin., 4, 28. — — — -- , Pp. 278. Móschler no dice si vió la especie en la colección de Krug. GÉNERO Hellula, Guen. 429. Hellula undalis. ? undalis Húibn., Zutr., 93. ? — — ; Lederer, p. 351. Hellula — — ; Herr. Sch., 1870, p. 57. = — — ;¡Moóschler, p. 279. Vive también en Cuba, Europa meridional, Asia. 342 ANALES DE HISTORIA NATURAL. GÉNERO Deuterollyta, Lederer. 430. Deuterollyta infectalis. Deuterollyta infectalis, Móschler, n. sp., p. 279. Había un y y tres Q en la colección. 431. Deuterollyta Ragonoti. Deuterollyta Ragonoti, Móschler, n. sp., p. 280. Había un par en la colección. GÉNERO Botys, Treitschke. 432. Botys Cardinalis. Synchromia Cardinalis, Guen., 120-188, pl. 7, f. 6. Botys - — ; Herr. Sch., p. 59, Nr. 14. — — — ; Gundl., Contr., p. 422. — - — ;Moschler, p. 280. También existe en Cuba. 433. Botys Episcopalis. Botys Episcopalis, Herr. Sch., p. 59, Nr. 15. — — — ; Gundl., Contr., p. 422. EE ze — ;¡Moóschler, p. 280. Se encuentra también en Cuba. 434. Botys diffisa. Botys diffissa, Gr. et Rob., Trans., 1, 2, 10. — — — : Herr. Sch., p. 58, Nr. 8. — — — : Gundl., Contr., p. 422. — difisa — : Moschler, p. 280. (530) Vive también en Cuba. Había una 9 en la colección de Krug. (531) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 343 435. Botys insignitalis. Rhodaria insignitalis, Guen., 95, pl. 8, f. 2, p. 173. Botys = — ;ZLederer, 368. — — — ; Herr. Sch., p. 59. = — — ; Moóschler, p. 281. También en Cuba. No estaba en la colección de Krug, sino en la de Staudinger. 436. Botys phenicealis. ? — pheenicealis, Húbn., Zutr. 115, 116. Botys — — ;Lederer, 367. —. a — ; Herr. Sch., p. 59. = — — ; Moschler, p. 281. También en Cuba. 437. Botys gracilalis. Lineodes gracilalis, Herr. Sch. (Botys gracilalis, p. 60, Lineodes gracila- lis, p. 417). Botys = — ;¡Moóschler, p. 281. También existe en Cuba. 438. Botys glirialis. Botys glirialis, Herr. Sch., p. 59. - — — ;Moóschler, p. 281. Vive también en Cuba. 439. Botys Cambogialis. 2? Cambogialis, Guen., 365. — : Lederer, 372. También en el Brasil y Colombia. 440. Botys citrinalis. Botys citrinalis, Móschler, n. sp., p. 282. Había un g. 314 ANALES DE HISTORIA NATURAL, 441. Botys oculatalis. Botys oculatalis, Móschler, n. sp., p. 282. Había un y” y tres Q. 442. Botys (Edipodalis. Botys (Edipodalis, Guen., 377. — — — ; Lederer, 371. — — — ;Móschler, p. 283. (532) Vive también en Haití, Santo Domingo, Jamaica, Venezue- la, Honduras. 443. Botys polygonalis. ? polygonalis Húbn. Botys — — ; Lederer, 369. — — — ; Guen., 530. — hilaralis, Herr. Sch., p. 67. (Es variedad de polygonalis.) — polygonalis, Hiúbn.; Móschler, p. 283. Existe también en Cuba. 444. Botys pertentalis. Botys pertentalis, Móschler, n. sp., p. 284, £. 7. Había algunos ejemplares de ambos sexos. 445. Botys albifrontalis. Botys albifrontalis, Móschler, n. sp., p. 284. Había un y” en la colección. 446. Botys togalis. Botys togalis, Lederer, 371, t. 8, f. 18. = SS — ; Herr. Sch., sp., Nr. 82. — — — ; Gundl., Contr., p. 424. — — — ;¡Moóschler, p. 285. (533) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 345 Existe también en Cuba. No estaba en la colección. Acaso equivocada con vi/licalis. 447. Botys villicalis. Botys villicalis, Móschler, Jamaica, 170. a = — ¡p.285. Habia tres ejemplares en la colección. Existe en Jamaica. 448. Botys argyralis. 2? — argyralis, Húbn., Zutr. 113, 114. Botys — — ;Lederer, p. 375. = = — ; Herr. Sch., Nr. 86. = — — ; Gundl., Contr., p. 426. — - — ;Moschler, p. 285. También en Cuba. 449. Botys incalis. Botys incalis, Snell., 17, 202, pl. 11, f. 13, 1874. — — var. rosealis, Móschler, p. 285. Había cuatro ejemplares en la colección. 450. Botys principaloides. Botys principaloides, Móschler, n. sp., p. 285. Había un ¿. 451. Botys placendalis. Botys placendalis, Móschler, n. sp., p. 285. Había una Q. 452. Botys viscendalis. Botys viscendalis, Móschler, n. sp., p. 285. Había una Q en la colección. 316 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (534) 453. Botys intricatalis. Botys intricatalis, Moóschler, n. sp., p. 286. No estaba en la colección de Krug, pero sí en la del doctor Staudinger. 454. Botys detritalis. Botys detritalis, Guen., 405, pl. 4, f. 10. —= — — ; Lederer, 373. = — — Herr. Sch., Nr. 73. = — — ; Gundl., Contr. = — — ; Moschler, p. 286; Sur., 4, 421; Jam., 173. Vive también en Cuba, Jamaica, Santo Domingo, Guayana, Brasil, Colombia, Honduras, Surinam, etc. 455. Botys pruinalis. Botys pruinalis, Lederer, 373, 469, t. 9, £. 5. == =- — ; Moschler, Jam., 175. — — = — ,p. 286. Vive también en Jamaica, y según Lederer en el Brasil. 456. Botys terricolalis. Botys terricolalis, Móschler, Surin., 4, 424; Jam., 180. — — — ,p.286. Había una 9 en la colección. 457. Botys flexalis. Botys flexalis, Móschler, Surin., 4, 424. — ¡janiralis — ,Jam.,180. — flexalis — ,p. 286. Había tres ejemplares. 458. Botys hilaralis. Botys hilaralis, Móschler, Jam., 177. == — — ,p. 486, f. 9. Había tres ejemplares. (535) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. Y 459. Botys elevata. ? elevata, Fab., E. $S., 3, 2, 216, núm. 325, 1793. Botys — — ; Lederer, 375. — elevalis, Guen., p. 319, pl. 10, f. 3. = = — ; Herr. Sch., p. 67, Nr. 79. = -- — ; Gundl., Contr., p. 424. — .elevata, Fab.; Móschler, p. 286; Surin., 421. Cuba, Cayena, Pará, Ega, Surinam. 460. Botys? evincalis. Botys? evincalis, Móschler, n. sp., p. 287. Habia un q. 461. Botys? concinnalis. Botys? concinnalis, Móschler, n. sp., p. 287. Había dos Y, y en la colección del Dr. Staudinger un par. 462. Botys fortificalis. Botys fortificalis, Moschler, n. sp., p. 288. No estaba en la colección de Krug, sino en la del Museo de Berlín. 463. Botys secernalis. Botys secernalis, Móschler, n. sp., p. 288. Había un par. 464. Botys flammeolalis. Botys flammeolalis, Móschler, n. sp., p. 289. Había una 9. 318 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (536) GÉNERO Eurycreon, Lederer. 465. Eurycreon nodalis. 2 nodalis, Húbn., 90. ? interpunctalis, Hiúbn., 128. Eurycreon nodalis, Lederer, 376. — — — ;Móschler, p. 290. Será una especie introducida de España. Vive también en Argelia. Había dos ejemplares, pero en el Catálogo numérico de la colección de Krug no está, y Móschler no dice de dónde provenian. 466. Eurycreon collucidalis. Eurycreon collucidalis, Móschler, p. 290. Había un Y. 467. HEurycreon evanidalis. Eurycreon evanidalis, Berg, in Deustsch. Ent. Zeit., 19, 1875, 1, 134. — — — ; Moóschler, p. 290. Había algunos ejemplares de ambos sexos. Vive también en la provincia Argentina y en Curacao. GÉNERO Samea, Guen. 468. Samea castellalis. Samea castellalis, Guen., 133. — — ,Lederer, 380. — ecclesialis, Guen., 132. — — ,Lederer, 380. — castellalis, Guen.; Herr. Sch. = — — ; Móschler, p. 290. Había algunos ejemplares; Cuba, otras Antillas y parte de ambas Américas. (537) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 349 469. Samea conjunctalis. Samea conjunctalis, Móschler, p. 290. No estaba en la colección de Krug, pero sí en la del doctor Staudinger una O. GENERO Salbia, Guen. 470. Salbia preformatalis. Salbia preeformatalis, Móschler, n. sp., p. 291. Había una Q en la colección de Krug. 471. Salbia cognatalis. Salbia cognatalis, Snell., 17, 215, pl. 12, f. 9, 10, 1874. — -- — ;Móschler, p. 292. No estaba en la colección de Krug', pero sí algunos ejem- plares en la del Dr. Staudinger. Vive también en Jamaica. 472. Salbia hemorrhoidalis. Salbia heemorrhoidalis, Guen., 149. — — — ; Móschler, Jam., 182. = = = A 099: No existía en la colección de Krug. Una Y en la colección de Staudinger. Vive también en el Brasil y en Jamaica. GÉNERO Orobena, Guen. 473. Orobena implicitalis. Orobena implicitalis, Móschler, n. sp., p. 292. -Había un «” y dos Q. 350 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (538) GÉNERO Hileithia, Snell., 17, 217, 1874. 474. Hileithia ductalis. Hileithia ductalis, Móschler, n. sp., p. 292. Un ejemplar de Puerto-Rico y otro defectuoso en el Museo de Berlín. Este último es de Cuba. GENERO CGnaphalocrocis, Lederer. 475. Cnaphalocrocis perpersalis. Cnaphalocrocis perpersalis, Móschler, n. sp., p. 293. Había una O. GÉNERO Stenophyes, Lederer. 476. Stenophyes serinalis. Stenophyes serinalis, Wall., 468. pa = — ; Lederer, 389, t. 12, f. 13. E. ES — ; Móschler, p. 294. Había un par, pero Móschler no dice en cuál colección, pues la especie no está en la de Krug. : GENERO Acrospila, Lederer. 477. Acrospila concordalis. ? — concordalis, Húbn., Exot. Pyr. 1. socialis, Sepp., Surin. Botys concordalis, Guen., p. 345. — — Húbn.; Herr. Sch., p. 67, Nr. 78. — — — ;Móschler, p. 294. Vive también en Cuba, Haiti, Venezuela, Brasil, Surinam. (539) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 351 478. Acrospila gastralis. Acrospila gastralis, Guen., 400, 346, Q. = _ — ; Lederer, 393, t. 13, f. 5, y. — — — ; Gundl., Contr., p. 439. — =— — ;¡Moschler, p. 294. Había tres Y y cuatro O. También en Cuba, Haiti, Santo Domingo, Guadalupe, Brasil. 479. Acrospila campalis. Acrospila campalis, Guen., 397, p. 344. = = — ;Lederer, 371. Botys — — ; Herr. Sch., Nr. 85. — — — ; Gundl., Contr., p. 425. Acrospila — — ; Moóschler, p. 295. Vive también en Cuba, Jamaica, Santa Cruz, Santo Domingo. GENERO Condylorrhiza, Lederer. 480. Condylorrhiza illutalis. Condylorrhyza illutalis, Guen., 370. — — — ;Lederer, 393, t. 13,£. 7. =- — — ; Móschler, p. 295. También en Brasil, Villa-nova, Pará, costa occidental de América meridional. GÉxerRO Hoterodes, Guen. 481. Hoterodes Ausonia. ? Ausonia Cram., t. 140, O. — — ; Lederer, 394. Hoterodes Ausonialis, Guen., 338. = Ausonia, Cr.; Móschler, p. 295. 352 ANALES DE HISTORIA NATURAL. + (540) GÉNERO Dichogama, Lederer. 482. Dichogama Redtenbacheri. Dichogama Redtenbacheri, Lederer, 396, t. 13, f. 10, 11. — —= — ; Herr. Sch. — -- — ;¡Móschler, p. 295. También en Cuba, Santo Tomás, y Santa Cruz. 483. Dichogama Krugii. Dichogama Krugii, Móschler, n. sp., p. 296. Había cinco ejemplares en ambos sexos. 484. Dichogama amabilis. Dichogama amabilis, Móschler, n. sp., p. 296. Había en la colección de Krug un par, y además un ejem- plar en el Museo de Berlín, que estaba entre los lepidópteros mandados de Cuba. 485. Dichogama Fernaldi. Dichogama Fernaldi, Móschler, n. sp., p. 297. Había una Q en el Museo de Berlín. 486. Dichogama Bergii. Dichogama Bergii, Móschler, n. sp., p. 297. Había una Q. GÉNERO Cliniodes, Guen. 487. Cliniodes semilunalis. . Cliniodes similunalis, Móschler, n. sp., p. 297. Había algunos ejemplares en la colección del Dr. Staudinger. (541) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 358 488. Cliniodes euphrosinalis. Cliniodes euphrosinalis, Móschler, Jamaica, 185. e == — ,p.298. Había una Q muy bien conservada en la colección de Krug. GÉNERO Pachyarches, Lederer. 489. Pachyarches aurocostalis. Pachyarches aurocostalis, Guen., 324, 305, Q. — = — ;Lederer, p. 398. qe, = — ;¡ Herr. Sch., 27. =— = — ; Gundl., Contr., p. 426. dE E — ;Moóschler, p. 298. También en Cuba, Santo Tomás, Guadalupe. GÉNERO Margarodes, Guen. 490. Margarodes quadristigmalis. Margarodes quadristigmalis, Guen., p. 304, Nr. 319. — — — ; Herr. Sch., 88. o = — ; Gundl., Contr., p. 427. — — — ; Moschler, p. 298. También en Cuba, Santo Domingo, América septentrional. 491. Margarodes isoscelalis. Margarodes isoscelalis, Guen., 318. — — — ;Lederer, 394. — — — ; Moóschler, p. 299. Había algunos ejemplares. Vive también en Santo Tomás, Villa-nova. ANALES DE HIST. NAT.—XX. 23 301 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (542) / GÉNERO Phacellura, Guen. 492. Phacellura hyalinata. Phal:ena hyalinata, Linn., S. N., 873, 279. marginalis, Cr., 11, p. 160, t. 371, D. —- — ; Lederer, 400. hyalinata, Linn. Phacellura hyalinatalis, Guen., 302. — — var. immaculalis, Guen., 303. — immaculalis, Guen.; Herr. Sch., 32. — — — ; Gundl., Contr., p. 428. SS hyalinata, Linm.; Moschler, p. 299. También en Cuba, Guadalupe y Estados-Unidos. La oruga se cría en cucurbitáceas y también en /pomea. 493. Phacellura fuscicaudalis. Phacellura fuscicaudalis, Móschler;, Surin., 439; Jam., 187. — — — p. 299. Había un y en la colección del Dr. Staudinger. Vive en Surinam y en Jamaica. 494. Phacellura lucidalis. o lucidalis, Hibn., Zutr., f. 331, 332. Phacellura — — ; Guen., 298. — ;Lederer, 400. — = = 8 lala lb Se - = — ; Gundl., Contr., p. 429. — — — ; Moschler, p. 299. Además de Cuba también de Surinam. 495. Phacellura elegans. Phacellura elegans, Moóschler, n. sp., p.-299. Algunos ejemplares. (543) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 355 496. Phacellura nitidalis. Phacellura nitidalis, Cram., 1v, p. 160, t. 371, F; Stoll, t. 22, f. 10. = — — '; Guen., 311. — — — ; Lederer, 401. — = — ; Herr. Sch., 31. — — — ; Gundl., Contr., p. 428. También vive en Cuba, América meridional y algunos de - los Estados-Unidos. 497. Phacellura infernalis. Phacellura infernalis, Móschler, n. sp., p. 300. Esta no estaba en la colección de Krug, pero hay una Q en el Museo de Berlín. GÉNERO Glyphodes, Guen. 498. Glyphodes sibillalis. ? sibillalis, Walk., p. 506, Glyphodes -- — ; Lederer, 402. = — — ; Herr. Sch., Nr. 34. — — — ; Gundl., Contr., p. 429. — — — ; Moschler, p. 300. Vive también en Cuba, Santo Domingo, Jamaica, Venezuela. GÉNERO Goenostola, Lederer. 499. Comnostola martyralis. Conostola martyralis, Lederer, p. 409, 479, t. 14, £. 15. ES — — ; Herr. Sch., Nr. 37. — — — ;Moschler, p. 300. Vive también en Cuba y Brasil. 356 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (uy 500. Coenostola eruptalis. Conostola eruptalis, Lederer, p. 409, 479,t. 15, f. 1. == == — ;¡Móschler, p. 300. Había dos ejemplares. 501. Coenostola quadrifenestralis. Coenostola quadrifenestralis, Herr. Sch., p. 61, Nr. 38. PUlA He — ;Moschler, p. 300. Habia una 9. Existe en Cuba. GENERO Hedylepta, Lederer. 502. Hedylepta vulgalis. Hedylepta vulgalis, Guen., 150, 202, pl. 6, f. 8. pad a — ;Lederer, p. 409. pe ES CR CS NEO En — — ;Moschler, p. 301. Existe también en Cuba, África occidental, el Cabo y Ceylan.. La oruga se cría entre las hojas reunidas de plantas de la familia de las papilionáceas. GÉNERO Omiodes, Guen. 503. Omiodes humeralis. Omiodes humeralis, Guen., 426. — — : Lederer, 409. — — ; Guen.; Móschler, p. 301. Había un y”. Existe también en Haiti y Colombia. 504. Omiodes insolutalis. Omiodes insolutalis, Móschler, n. sp., p. 301. 65) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 357 Había un Y, pero Móschler no indica si hay seguridad de su existencia en Puerto-Rico, porque el Catálogo de Krug' no tiene un Nr. de la colección. GENERO Somatania, nov. gen., Móschler, p. 301. 305. Somatania pellucidalis. Somatania pellucidalis, Móschler, n. sp., f. 22, p. 301. Había cuatro ejemplares. GÉNERO Sathria, Lederer. 5306. Sathria stercoralis. Satbria stercoralis, Lederer, 411, t. 15, f. 4. — ; Herr. Seh., 40. — — — ¡Moschler, 302. Había un y y dos Q. Existe en Cuba. GÉNERO Euclasta, Lederer. 5307. Euclasta torquillalis. Euclasta torquillalis, Móschler, n. sp., p. 302. No existía en la colección de Krug, pero sí en la del doctor Staudinger. GÉNERO Asciodes, Guen. 508. Asciodes gordialis. Asciodes gordialis, Guen., 468, p. 374, pl. 5, f. 10. — = — ; Lederer, 411. — = — ;¡ Herr. Sch., p. 41. — — ; Moschler, p. 303. Vive también en Cuba y Cayena. 353 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (516) 509. Asciodes scopulalis. Asciodes scopulalis, Guen., 469. — — ;Moschler, p. 303. Móschler cree que esta y la precedente forman una sola es- pecie. Falta en la colección de Krug. 510. Asciodes titubalis. Asciodes titubalis, Moóschler, n. sp., p. 303. Había una Q. GENERO Sparagmia, Guen. 511. Sparagmia gigantalis. Sparagmia gigantalis, Guen., 178, pl. 6, f. 10. — — Lederer, 414. — =- Moóschler, p. 303. - Algunos ejemplares. Vive también en Santo Domingo, Ja- maica y Brasil. GENERO Stenurges, Lederer. 512. Stenurges designalis. Agathodes designalis, Guen., 166, p. 209. Stenurges — — ;Lederer, 417. — — — ; Herr. Sch., 43. = — — ;Moóschler, p. 303. Vive también en el Brasil, Méjico, Cuba, Argentina, Suri- nam y Colombia. GÉNERO Lineodes. 513. Lineodes gracilalis. Lineodes gracilalis, Herr. Sch., p. 417, 44. — — — ; Moschler, 304. Vive también en Cuba. (5£7) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 359 314. Lineodes triangulalis. Lineodes triangulalis, Móschler, n. sp., p. 305. Había tres ejemplares. 515. Lineodes metagrammalis. Lineodes metagrammalis, Móschler, n. sp., p. 305. Había un par. GÉNERO Diasemia, Guen. 516. Diasemia Ramburialis. Hydrocampa Ramburialis, Dup., 8, 2, 343, pl. 233, f. 6. Diasemia -— : Guen., 205. = — : Lederer, 419. — — : var. minimalis, Móschler, p. 306. Dos ejemplares de la variedad había en la colección. 517. Diasemia inabsconsalis. Diasemia inabsconsalis, Moóschler, n. sp., p. 306. Había un par. GÉNERO Crochiphora, God. 518. Crochiphora testulalis. 2 testulalis, Hibn., Zutr., f. 629, 630. 2 — — ; Guen., 257. Siriocauta — — ;Lederer, 424. — — — ; Herr. Sch., 47. Crochiphora — — ;Moóschler, p. 307. Había tres ejemplares. Vive también en Cuba, Cayena, Bue- nos Aires, Amboina, Cabo, África, India oriental, Surinam y Colombia. 360 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (518) GENERO Herpetogramma, Lederer. 519. Herpetogramma servalis. Herpetogramma servalis, Zederer, 430, t. 16, f. 16. =- o — — ;Moschler, p. 307. Habia tres Q. GENERO Ceratoclasis, Lederer. 520. Ceratoclasis metatalis. Ceratoclasis metatalis, Móschler, n. sp., p. 307. Había dos y en la colección de Krug y una Q en la del doc- tor Staudinger. GENERO Crossophora, nov. gen., Móschler, p. 308. 521. Crossophora miscellalis. Crossophora miscellalis, Móschler, n. sp., p. 308. Habia tres q. GENERO Cyeclocena, nov. gen., Móoschler, p. 309. 522. Cyclocena gestatalis. Oyclocena gestatalis, Móschler, n. sp., p. 309. Esta especie no estaba en la colección de Krug, pero si un $ en el Museo de Berlín y en la colección del Dr. Staudinger. (519) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. GiNERO Microthyris, Lederer. 523. Microthyris prolongalis. Botys prolongalis, Guen., p. 353, 420. — sectalis, Guen., p. 353, 421. Microthyris sectalis, Guen.; Lederer, t. 16, f. 17. — scotalis (error calami); Lederer, 433. — prolongalis, Guen.; Herr. Sch., 49. — — — ¡Móschler, p. 309. Vive también en Cuba, Jamaica y Surinam. GriwERO Desmia, Westw. 524. Desmia sertorialis. Desmia sertorialis, Herr. Sch., p. 63, 52. -— = — ¡Moschler, p. 310. Había dos y y tres Q. Vive también en Cuba. 525. Desmia orbalis. ZEdiodes orbalis, Guen., p. 192, 128. — — — ; Lederer, 434. — ¡intermicalis, Guen, 192, 129. — — — ; Lederer, 434. Desmia orbalis, Guen.; Herr. Sch., 50. — =— — ;¡Moschler, p. 310. Había dos y”. También vive en Cuba, Jamaica y Cayena. 526. Desmia? naclialis. 361 Desmia? naclialis, Snell., 69, pl. 14, f. 6, 7 (acaso Q de amillalis, Snell.). Ene = — ;Moóschler, p. 311. Había un y en la colección de Krug y dos Q en la del doc- tor Staudinger. 362 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (550) 527. Desmia viduatalis. Desmia viduatalis, Móschler, n. sp., p. 311. No estaba en la colección de Krug, pero había una Q en la del Dr. Staudinger y otra en la de Móschler. GENERO Syngamia, Guen. 528. Syngamia florella. 2 florella, Cr. tv, p. 114, t. 348, E L. 2 =— — ;Lederer, 435. Syngamia florellalis, Guen., 118. Anania quinqualis, Húbn., Zutr., 351, 352. Syngamia florella, Cr.; Herr. Sch., 57. — A GANA LE COMPASS: — — — ;Moschler, p. 312. Vive también en Cuba, Jamaica, Santo Domingo, Venezue- la, Honduras, Surinam y Colombia. GÉNERO Zinckenia, Zell. 329. Zinckenia recurvalis. 2? recurvalis, Fab., E. S. 3, 2, 237, 407. ? — — ; Lederer, 437. Spoladea — — ; Guen., 190. Hymenia = — E Walk 306. Zinckenia — VS COS =— — — ; Gundl., Contr., p. 434. = — — ; Móschler, p. 312. Tres ejemplares. Vive también en Cuba. Es cosmopolita. La oruga se cría en 4Amarantus y Celosia. 530. Zinckenia perspectalis. ? perspectalis, Hibn., Exot., 101 ? — — 1 Guens 192 (551) Gundl«ch.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 363 ? perspectalis, Hiibn.; Lederer, 437. Zinckenia — — ; Herr. Sch., 59. — — — ;Moóschler, p. 312. También en Cuba, Ambas Américas é Indostán. GENERO Lamprosema, Hibn. 531. Lamprosema lunulalis. Lamprosema lunulalis, Húbn., Zutr., f. 303. 304. Asopia — — ;Guen,160. Lamprosema — — ;Moóschler, Surin., 430. — — — = p. 312. Moóschler vió un y, pero no dice en cuál colección. En el Catálogo numérico de la colección de Krug no hay número para esta especie. ¿Estaría entre los duplicados? Vive en el Brasil y Surinam. GÉNERO Leucinodes, Guen. 532. Leucinodes elegantalis. Leucinodes elegantalis, Guen., 185, pl. 3, f. 8. — — — ;Lederer, 440. — — — ;Móschler, p. 312. Había dos ejemplares. Vive también en Surinam. GÉNERO Sisyracera, nov. gen., Móschler, p. 313. 533. Sisyracera pretiosalis. Sisyracera pretiosalis, Móschler, Surin., 4, 431, t. 18, f. 38. EL. = — ;¡p.313. Un par. Vive además en Surinam. 361 ANALES DE HISTORIA NATURAL. GENERO Catacteniza, nov. gen., Móoschler, p. 313. 534. Catacteniza cuvexalis. Catacteniza cuvexalis, Móschler, n. sp., f. 13, p. 314. Había cuatro O. GÉNERO Diaphantania, nov. gen., Móschler, p. 314. 535. Diaphantania conspicualis. Diaphantania conspicualis, Móschler, n. sp., p. 314. Había tres 0. GENERO Spilomela, Guen. 536. Spilomela personalis. Spilomela personalis, Herr. Sch., 64. = =- — ;Moóschler, p. 315. Había una Q. También vive en Cuba. 537. Spilomela pervialis. Spilomela pervialis, Herr. Sch., 65. — — — ;Moóschler, p. 315. Había dos O. Cuba es la patria del tipo. GENERO Ledereria, Snell. 538. Ledereria diphteralis ? diphteralis, Hiúbn., Zutr., 691, 692. Conchylodes — — ; Guen., 287. — — — ;Lederer, 443. (533) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 365 Conehylodes diphteralis, Hiúbn.; Herr. Sch., 63. — — — ; Gundl., Contr., p. 435. Ledereria = Snell.; Móschler, p. 315. Vive también en Cuba. La oruga en especies de Cordia y la crisálida en su capullo, hace saltar este á distancia de algu- nas pulgadas. GÉNERO Ommmatospila, Lederer. 539. Ommatospila nummulalis. Ommatospila nummulalis, Lederer, p. 444, t. 17, f. 13. = — — ; Herr. Sch., 64. — — — ;Móschler, p. 316. Había una Q. Esta especie vive también en Cuba y Brasil. GENERO Penestola, nov. gen., Móschler, p. 316. 540. Penestola preficalis. Penestola preeficalis, Móschler, n. sp., p. 316. Había algunos ejemplares. GÉNERO Lipocosma, Lederer. 541. Lipocosma hebescalis. Lipocosma hebescalis, Móschler, n. sp., p. 316. Un par. | GENERO Synclera, Lederer. 542. Synclera traducalis. ) synelera traducalis, Zell., Caffr., 54, 1852. eE Ez — ¡Lederer, 444. dl 14 — ; Móschler, p. 317. Un A 306 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (551) El Sr. Móschler no está seguro de la clasificación, pues la traducalis vive en Siria, India Oriental y Cafrería. GENERO Paraponyx, Hib»v. 543. Paraponyx infirmalis. Paraponyx infirmalis, Móschler, Jam., 196. == = — ;p.318. Dos /. Vive también en Jamaica. 544. Paraponyx vestigialis. Cataclysta vestigialis, Srell., Sum., 78. Paraponyx — — ; Móschler, p. 318. Un ejemplar, y este visto y clasificado por Snellen. Es tam- bién de Sumatra. 545. Paraponyx rugosalis. Paraponyx rugosalis, Móschler, n. sp., p. 318. Un par. GÉNERO Cataclysta, Hibn. 546. Cataclysta opulentalis. Cataclysta opulentalis, Lederer, 453, t. 18, f. 7. qe as — ;¡ Herr. Sch., 68. 29% = — ; Gundl., Contr., p. 438. añ as — ;Moschler, p. 319. Vive también en Cuba y América septentrional. 547. Cataclysta angulatalis. Cataclysta angulatalis, Lederer, 543, 486. == — — ;Moschler, p. 319. Algunos ejemplares. Vive tambien en América septentrional. (555) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 548. Cataclysta sumptuosalis. Cataclysta sumptuosalis, Múschler, n. sp., p. 319. Algunos ejemplares. 549. Cataclysta miralis. Cataclysta miralis, Móschler, nm. sp., p. 319. Había dos / y una Q. GÉNERO Chalcoéla, Zeller. 550. Chalcoéla discedalis. Chalcoéla discedalis, Múschler, n. sp., p. 320. Había dos y y una Q. SUBFAMILIA HOMOPHYSIDA. GíxerRo Homophysa, Guen. 551. Homophysa delatalis. Homophysa delatalis, Móschler, n. sp., p. 321. Tres ejemplares. SUBFAMILIA CINILONIDA. GENERO Scirpophaga, Treitschke. 552. Scirpophaga leucatea. Scirpophaga leucatea, Zell., Chil. et Gramb. 2. Hor. Ross. 1877, 6. Ed = — ; Moóschler, p. 321. Ambos sexos. 367 368 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (556) 393. Scirpophaga longicornis. Scirpophaga longicornis, Móschler, n. sp., p. 321. Un par. Un ejemplar del Museo de Berlín está marcado con este nombre. No estaba en la colección de Krug. GÉNERO Diatrezea, Guild. 554. Diatrea obliterattella. Diatreea obliterattella, Zell., Hor. 1875, 10, t. 11, 1. 5, a, y, b, O. — — — ; Móschler, p. 322. Había varios ejemplares en la colección de Krug. SUBFAMILIA CRAMBIDE. GENERO Grambus, Fab. 555. Crambus quinquareatus. Crambus quinquareatus, Zell., Hor. 1877, 40, f. 16. — — — ; Moóschler, p. 322. Vive también en Tejas, según Zeller. 556. Crambus detomatellus. Crambus detomatellus, Móschler, n. sp., p. 322. Vive también en Jamaica. 207. Crambus? ligonellus. Crambus? ligonellus, Zell. Yi sE — ; Móschler, p. 323. Un y” muy gastado. Por esta circunstancia queda el nom- bre dudoso. 4557) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 369 558. Crambus discludellus. Crambus discludellus, Moschler, n. sp., p. 323. Una Q estaba en la colección. 559. Crambus gestatellus. Crambus gestatellus, Móschler, n. sp., p. 323. Había dos y y una Q. GENERO Argyria, Hibn. 560. Argyria lusella. Argyria lusella, Zell., Chil. et Cramb., 50. — — — ;¡Moschler, p. 324. Un par que convino con ejemplares típicos. También en Santo Tomás. 561. Argyria nivalis. ? — nivalis, Drury, 2,t.14, f. 4. Argyria — — ;¡Moschler, p. 324. Un gd. El tipo era de la América septentrional. GÉNERO Pachymorphus, nov. gen., Móschler, p. 324. 562. Pachymorphus subductellus. Pachymorphus subductellus, Móschler, n. sp., p. 324. Había un g. ANALES DE HIST. NAT.—XxX. . 21 370 ANALES DE HISTORIA NATURAL. Faminia Phycideze. SUBFAMILIA EPIPASCHIUDE. GÉNERO Tetralopha, Zeller. 563. Tetralopha scabridella. Fetralopha scabridella, Rag., Ann. 1888; Bull., p. cxxxvi1, f. €. == — — ;Moschler, p. 325. Algunos ejemplares. 564. Tetralopha insularella. Tetralopha insularella, Rag. Es = — ; Moschler, p. 325. Había una 0. GÉNERO Phidotricha, Rag. 565. Phidotricha erigens. Phidotricha erigens, Rag., CXXxIX. a, = — ; Moóschler, p. 326. (558) Tres ejemplares, pero Móschler no dice dónde están, pues no hay para la especie un Nr. en el Catálogo de la colección de Krug. SUBFAMILIA PHYCITID.E. GÉNERO Myelois, Húbn. 566. Myelois furvidorsella. Myelois furvidorsella, Rag., p. 8, 1887. —- — — ; Moschler, p. 326. Dos ejemplares. (5) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. GÉNERO Crocidomera, Zell. 567. Crocidomera turbidella. Crocidomera turbidella, Zell., Isis, 1848, p. 865, f. 25, Ena E — ; Moóschler, p. 327. Había algunos ejemplares. 568. Crocidomera fissuralis. Nephopteryx fissuralis, Walk., 27, p. 58, f. 21. Crocidomera — — ;Moschler, p. 327. Había un '. Vive también en Santo Domingo. GENERO Piesmopoda, Zell. 569. Piesmopoda rubicundella. Piesmopoda rubicundella, Zell., Isis, f. 848, p. 864. = = — ; Móschler, p. 327. Había un SJ. Vive también en Colombia. 570, Piesmopoda columnella. Piesmopoda columnella, Zell. Myelois ochrodesma, Zell., yar.? 6. Hor. 16; 1881, p. 56,t. 12, f. 26. Piesmopoda columnella, Zell.; Móschler, p. 328. Había una Q. También vive en Colombia. 571. Piesmopoda rufulella. Piesmopoda rufulella, Rag., Ann., 1888, Bull., p. cxxxix. ce pS — ; Móschler, p. 328. Había un par. 32 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (560) GENERO Phycita (Curt.), Rag. 572. Phycita Móschleri. Phycita Móschleri, Rag., 12, 1887. — =- — ; Moschler, p. 328, f. 15. Había una 0. GÉNERO Fundella, Zell. 573. Fundella pellucens. Fundella pellucens, Zell., Isis, 1848, p. 866. — = — ; Moschler, p. 328. Había un par. GÉNERO Pempelia, Hiúbn. 574. Pempelia diffisella. Pempelia diffisella, Zell., Hor., 16, p. 25, t. 11, £. 11. — — — ; Moóschler, p. 328. Había una 9. Vive también en Colombia. GENERO Salebria, Zell. 575. Salebria famula. Myelois famula, Zell., Hor., p. 65, t. 12, f. 31. Salebria — — ; Moóschler, p. 328. Había una Q. Vive también en Colombia. (561) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 3 GENERO Oligochroa,"Rag., p. 20, 1888. 576. Oligochroa pellucidella. Oligochroa pellucidella, Rag., 1888, Bull., p. CxL. — — — ; Móschler, p. 329. Había dos ejemplares. GEÉxeErRO Elasmopalpus, Blanch. 577. Elasmopalpus lignosellus. Pempelia lignosella, Zell., Isis, 1848, p. 883. Elasmopalpus lignosella, Zell.; Móschler, p. 329. Habia algunos ejemplares. También vive en Colombia, Ar- gentina, Chile, América septentrional. 578. Elasmopalpus rubedinella. Pempelia rubedinella, Zell., Isís, 1848, p. 885; Hor., 16, p. 28,t. 11, f. 12. Elasmopalpus — — ;¡Moóschler, p. 329. Había tres ejemplares. Vive también en Colombia. GÉNERO Etiella, Zell. 579. Etiella Zinckenella. 2? Zinckenella, Treitschke, 9, 1, 201. Etiella = Zell., Isis, 1846, p. 755. =- = — ; Móschler, p. 329. Había una Q. Vive en la Europa meridional. 371 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (562) GÉNERO Oncolabis, Zell. 580. Oncolabis anticella. Oncolabis anticella, Zell., Isis, 1848, p. 877; Hor., 16, p. 32, t. 11, f. 14. — — — ; Moschler, p. 329. Había un par. Según Zeller vive también en Colombia. GÉNERO Homoeosoma, Curt. 581. Homoeosoma maturella. Homoeosoma maturella, Zell., Hor., 16, p. 87, t. 12, f. 44. — SS — ; Móschler, p. 329. Había un y. Vive también en Colombia. 582. Homoeosoma exiguella. Homoeosoma exiguella, Rag., p. 35, 1887. ESA, = — ; Moóschler, p. 330. Había dos ejemplares. SUBFAMILIA GALLERID E. GENERO Galleria, Fab. 583. Galleria mellonella. ? mellonella, L£., S. N., edit. 10.2, 537. ? cereana, £., S. N., edit. 12.*, 874. Galleria cerella, Fab., $. E., p. 655. — mellonella, Linm.; Móschler, p. 330. (563) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 375 Fimmta Tortricina. GENERO Tortrix, Treitschke. 584. Tortrix efícetana. Tortrix effoetana, Móschler, n. sp., p. 330. Había una Q. 585. Tortrix insignitana. Tortrix insignitana, Móschler, n. sp., p. 330. Había una O. GÉNERO Apinoglossa, nov. gen., Saalmiller. 586. Apinoglossa Comburana. Apinoglossa comburana, Móschler, n. sp., p. 331. Había un par. GÉNERO Cochylis, Treitschke. 587. Cochylis prolectana. Cochylis prolectana, Moóschler, n. sp., p. 332. Había una Q. 588. Cochylis tectonicana. Cochylis tectonicana, Móschler, n. sp., p. 332. Había un ejemplar. 876 (ANALES DE HISTORIA NATURAL. (564) 589. Cochylis vicinitana. Cochylis vicinitana, Moschler, n. sp., p. 333. Había un y. GENERO Grapholitha, Treitschke. 590. Grapholitha longipalpana. Grapholitha longipalpana, Moóschler, n. sp., p. 333. Había un y. 591. Grapholitha excitana. Grapholitha excitana, Moschler, m. sp., p. 333. Había solamente una Q. GÉNERO Phoxopteryx, Treitschke. 592. Phoxopteryx virididorsana. Phoxopteryx virididorsana, Moschler, N. Sp., p. 334. Había dos ejemplares. Faminia Tineina. SUBFAMILIA CHORENTIDZ. GÉNERO Brenthia, Clem. 593. Brenthia pavonacella. Brenthia pavonacella, Clem., edit. Staint., p. 134. — —= — ; Zeller, Verh. zool. bot. Ges., 1875, p. 323. — = — ; Moschler, p. 335. Había un ejemplar. Vive también en la América central, Tejas y Brasil. (565) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 377 GÉNERO Choregia, Zell., Hor., 1877, p. 191. 594. Choregia aurofasciana. Simeethis aurofasciana, Snell., 18, 1875, 14, pl. 6, £ 7. Choregia — - — ; Móschler, p..335. Dos . Snellen tenía el tipo de la isla San Martín (Antillas). SUBFAMILIA ANAPMHORIDAE. GÉNERO Acrolophus, Poey, Cent., 1832. 595. Acrolophus plumifrontellus. Acrolophus plumifrontellus, Clem., Proc. Acad. N. $. Phil., 1859, 261; C?., Tineidee, N. Am., 39, 57, 59, 60. — bombycina, Zell., Verh. Zool. Bot. Ges., 1873, 216. = plumifrontellus, Clem.; Móschler, p. 336. Había un y” en el Museo de Berlín. Vive también en Amé- rica septentrional. 596. Acrolophus Walsinghami. Acrolophus Walsinghami, Móschler, n. sp., p. 336. Había un y en la colección de Krug y dos en la del Museo de Berlin. GÉNERO? Ceenogenes, Walsingham. 597. Cenogenes ochracea. Ceenogenes ochracea, Móschler, n. sp., p. 337. Había un 7. 378 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (566) GÉNERO Anaphora, Clem., Proc., 1859, p. 200- 1. 598. Anaphora Popeanella. Anaphora Popeanella, Clem., 261, Tin. North. Am., 57, 58. — Agrotipenella, Grote, 137, Q, 143, 1872. — Popeanella, Clem.; Móschler, p. 337. Había varios ejemplares. SUBFAMILIA TINEIDA. GENERO Pexicnemidia, nov. gen., Móschler, p. 337. 599. Pexicnemidia mirella. Pexicnemidia mirella, Móschler, n. sp., p. 338. Había dos ¿-. GENERO Tiquadra, Walk., 28, 519, 1863. 600. Tiquadra aspera. Tiquadra aspera, Zell., 199. = — — ; Móschler, p. 339. Algunos ejemplares. GENERO Myrmecozela, Zell. 601. Myrmecozela ochraceella. Myrmecozela ochraceella, Tengstr., 111, Staint Cat. Suppl. 2, 1, B, 36. — — — ;Zeller, Linn., Ent., 6, 176. — = — ;Moóschler, p. 339. (567) Gundlach.— FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 379 Esta especie, que en un ¿y existía en la colección de Krug, será una introducida, pues existe en Inglaterra, Finlandia y Suiza. SUBFAMILIA YPONOMEUTIDE. GÉNERO Cydosia, Westw. 602. Cydosia nobilitella. ? nobilitella, Cr., 11, p. 128, t. 264, G. — — ; Herr. Sch., 1866, p. 115. — — ; Gundl., Contr., p. 260, — — ; Móschler, p. 339. Vive también en Cuba, Tejas, Venezuela, Pará, Honduras, Veracruz, Santo Domingo, Colombia, Puerto-Cabello. GÉNERO Yponomeuta, Zell. 603. Yponomeuta triangularis. Y ponomeuta triangularis, Móschler, n. sp., p. 339. Había dos y. GÉNERO Euarne, nov. gen., Saalmiiller. 604. Euarne obligatella. Euarne obligatella, Móschler, n. sp., p. 340. Había una f. 380 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (568) SUBFAMILIA PLUTELLIDA. GÉNERO Plutella, Schrank. 605. Plutella xylostella. xylostella, Linn., S. N., edit. 102, 538. Plutella cruciferarum, Zell., Stett. Ent. Zeitung, 1843, 281, — xylostella, L.; Móschler, p. 341. Un Y enteramente parecido á los europeos. Era acaso in- troducido. SUBFAMILIA GELECHIDA?. GÉNERO Psecadia, Hiibn. 606. Psecadia xanthorrhoa. Psecadia xanthorrhoa, Zell., Hor., 1877, 234, t. 3,1. 71. — — — ; Móschler, p. 341. Había algunos ejemplares. 607. Psecadia aureoapicella. Psecadia aureoapicella, Móschler, n. sp., p. 341. Algunos ejemplares en ambos sexos. 608. Psecadia Kirbyi. Psecadia Kirbyi, Móschler, n. sp., p. 342. Un par. 609. Psecadia ingricella. Psecadia ingricella, Móschler, n. sp., p. 343, f. 19. Varios ejemplares en ambos sexos. (569) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 610. Psecadia adustella. Psecadia adustella, Zell., Hor., 1877, 240. — — — ; Móschler, p. 343. Algunos ejemplares. GÉNERO Gelechia, Zeller. 611. Gelechia exclarella. Gelechia exclarella, Móschler, n. sp., p. 343. Había un ejemplar. 612. Gelechia costipunctella. Gelechia costipunctella, Móschler, n. sp., p. 344. Había un ejemplar. 613. Gelechia Cl Gelechia rivulella, Móschler, n. sp., p. 344. Existía un ejemplar. GÉNERO Ipsolophus, Fab. 614. Ipsolophus manellus. Ipsolophus manellus, Móschler, n. sp. p., 344. Había una Q. SUBFAMILIA ELASCHISTIDA. GÉNERO Cosmopteryx, Hiln. 615. Cosmopterix? gemmiferella. Cosmopteryx? gemmiferella, Clem., edit. Staint. -—- — — ; Móschler, p. 345. 382 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (570) Un ejemplar con el ápice del ala anterior estropeado y de consiguiente dudoso. GÉNERO Batrachedra, Staint. 616. Batrachedra albistrigella. Batrachedra albistrigella, Móschler, n. sp., p. 345. Un ejemplar. Fimiia Pterophorina. GENERO OEdematophorus, Walleng. 617. (Edematophorus basalis. GEdematophorus basalis, Móschler, n. sp., p. 345. Había un ejemplar en el Museo de Berlin. GENERO Pterophorus, Walleng. 618. Pterophorus paleaceus. Leioptilus paleaceus, Zeller, Verh. Zool. Bot. Gres. 23, 1873, p. 32€ Pterophorus — — ;Móschler, p. 346. Había un ejemplar en el Museo de Berlin. 619. Pterophorus bipunctatus. Pterophorus bipunctatus, Móschler, n. sp., p. 346. Había un ejemplar. 620. Pterophorus participatus. Pterophorus participatus, lMóschler, n. sp., p. 346. Había un ejemplar. (571) Gundlach.—FAUNA PUERTO-RIQUEÑA. 621. Pterophorus preustus. Pterophorus preeustus, Móschler, n. sp., p. 346. Había un ejemplar en el Museo de Berlín. Faura Alucitina. GENERO Alucita, Zeller. 622. Alucita cudactila. Alucita cudactyla, Feld. et Rogenhofer, Nov., 111, f. 62. Un ejemplar. 381 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (572) SUPLEMENTO. Después de haber concluido estos Apuntes encontré aún en mis notas: Hesperia Brettus. Hesperia Brettus, Boisd. et Lec., tab. 75, fig. 3-5. Pamphila — — ; Lucas in Sagra, p. 277, 1856. Goniloba coscinia, Herr. Sch., p. 54, n.” 9, 1865. = Brettus, B. et £.; Gundl., Contr., p. 164. Thymelicus — — ; Scudder, Butt. of U. St. and Canada. Se encuentra también en Cuba y en el continente norte— americano. Calpodes Ethlius. Papilio Ethlius, Cr., 1v, p. 112, tab. 392, f. A et B, 1782. Hesperia Chemnis, Fab., E. $. 111, p. 331, n.? 257, 1793. Goniloba Ethlius, Cr.; Lucas in Sagra, 1856, p. 272. ES =— == erro Sch., po 04) 1865. — — — Gundl., Contr, p. 160. Calpodes — — ;£cudder, Butt. of U. St. and Canada. Se encuentra también en Cuba, el continente norte-ameri- cano, Surinam y Brasil. La oruga se alimenta de las hojas de Maranta y Camna, y difiere por su forma, transparencia de la piel y por la forma de la crisálida de las otras especies antillanas. Ignoro si per- tenece, en efecto, al género Calpodes. APUNTES ACERCA DE LOS APARATOS DE PESCA EMPLEADOS Á BORDO DE LA HIRONDELLE POR S. A. S. EL PRÍNCIPE DE MÓNACO, POR D. IGNACIO BOLÍVAR. (Sesión del 2 de Septiembre de 1891,) 4 La generosidad de S. A. $. el Príncipe de Mónaco al poner á disposición de la Sociedad española de Historia natural los clichés de las figuras que representan los aparatos de pesca á diversas profundidades que ha empleado á bordo del yacht Hirondelle, así como el donativo que nos ha hecho de los ejemplares necesarios para nuestra tirada de una lámina lito- gráfica que completa la representación de aquellos, y que ha de ser la primera del libro que se propone publicar sobre los descubrimientos por él realizados, nos permite dar á cono- cer entre nosotros dichos aparatos, ideados los unos y modi- ficados convenientemente los otros por las indicaciones de S. A. $. y del personal científico que compone la Comisión que le acompaña en sus expediciones marítimas, y al que se deben los notables resultados obtenidos en las diversas campañas del buque citado. Hace apenas cuarenta años se admitía como verdad incon- cusa que la vida no era posible más allá de los 400 6 500 m. de profundidad; la falta de alimentación vegetal y de luz y la. inmensa presión ejercida por una masa de agua de tan consi- derable altura junto con algunas otras razones de menor ANALES DE HIST. NAT.—XX, 25 86 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (2) entidad, parecían causas suficientes para justificar la apre- ciación de Forbes, el ilustre profesor de Edimburgo. Pero en estos últimos años se ha efectuado un cambio completo en la opinión de los naturalistas desde que A. Milne Edwards de- mostró la existencia á más de 2.000 m. de profundidad de animales de organización relativamente elevada, admitién- dose hoy que la fauna abisal se extiende á profundidades mu- cho más considerables que las citadas, como lo demuestran los peces, moluscos, crustáceos y otros diversos animales que viven desde los 1.000 á los 5.000 m. Simultáneamente con es- tos descubrimientos se han hecho otros no menos importan- tes, entre los que se pueden enumerar el hallazgo de nume- rosas formas animales que antes eran desconocidas, el de otras que vivieron en remotas épocas geológicas y que se creían extinguidas, el conocimiento de hechos interesantes sobre la distribución batimétrica de los animales y el de curiosos fenó- menos fisiológicos relacionados con tan especiales condicio- nes de habitación, como la fosforescencia, tan profusamente repartida entre: los animales que viven en esas condiciones, muchos de los cuales poseen medios de iluminación que ex- plican la escasez de animales ciegos, que se supuso muy grande en un principio, llegándose también á comprender que todo el valor y el interés que las distinciones geográficas tienen cuando se trata de las faunas terrestres dejan de tener aplicación á las de grandes profundidades. Excusado parece decir que este inmenso arsenal cientifico no ha sido obra de un corto número de naturalistas, sino de una pléyade ilustre de zoólogos que con sus especiales cono- cimientos han contribuido al estudio y justa apreciación de los hechos observados. Los Gobiernos de todas las naciones, con muy contadas y para nosotros más que para nadie peno- sas excepciones, han contribuido á la exploración del fondo de los mares, organizando expediciones cientificas y poniendo a disposición de los naturalistas buques cuyos nombres irán siempre unidos á los descubrimientos realizados por aquellos; tales son los del Vórimgen, Lightning, Porcupine, Valorous, Challenger, Travailleur, Talisman, Romanche, Washington, Gazelle, Pomerania, Willem Barents, Hassler, Blake, Albatros y Vettor Pisani. Despertada la curiosidad de los naturalistas por la biología (3) Bolivar.—APARATOS DE PESOA. 387 marina, se ha comprendido la necesidad de la creación de las estaciones biológicas á fin de estudiar de una manera metó- dica y continuada la vida en los mares, y como por encanto han surgido, escalonados á lo largo de las costas, numerosos establecimientos de este género, de los que solo la nación ve- cina cuenta hoy con los de Wimereux, Boulogne, le Portel, le Hávre, Luc-sur-mer, Saint-Vaast-la-Hougue, Roscoff, Con- carneau, Arcachon, Banyuls, Cette, Marseille, Villefranche y Argel, y á los que corresponde en España el creado en San- tander, cuyo director, nuestro sabio colega el profesor Gon- zález de Linares, ha tenido la atención de enviarnos para nuestras sesiones animales marinos que dificilmente hubiéra- mos tenido ocasión de observar con la lozanía de la vida si no fuera por esta feliz circunstancia. Guiado el Príncipe de Mónaco por la idea de poder seguir con una pequeña goleta el rumbo trazado por los grandes barcos de que se ha hecho mérito, al propio tiempo que con- tinuaba sus estudios sobre la dirección de las corrientes ma- rinas, pero careciendo del poderoso auxilio del vapor, com=- prendió la necesidad de modificar y perfeccionar los aparatos empleados hasta entonces como compensación de la inferiori- dad señalada; pensó al mismo tiempo en proseguir, según él mismo nos dice, sus investigaciones en determinadas regio- nes, á fin de explorarlas más á fondo y de una manera metó- dica, ya que hasta entonces no se había hecho en realidad otra cosa que arañar acá y acullá el fondo del Océano, procu- rando estudiar, al propio tiempo que las nuevas formas que se descubrieran, la distribución geográfica y batimétrica de las ya conocidas, viniendo los hechos á demostrar la bondad del procedimiento, como se comprueba con el solo ejemplo del Simenchelys parasiticus, pez conocido tan solo de la costa de Massachusetts, y cuyo habitat, variable entre los 800 y los 2.000 m. de profundidad, ha podido establecerse en un breve tiempo, á la par que se obtenían numerosos ejemplares en todos los grados de desarrollo. Y como nuestro objeto no es otro, en realidad, que el de dará conocer á los lectores de los ANALEs estos diversos aparatos, entraremos sin más preámbulo en su enumeración, para lo que habremos de seguir paso á paso la relación que de ellos hizo S. A. S. ante el Congreso Zoológico celebrado en París con motivo de la Exposición Uni- 388 ANALES DE HISTORIA: NATURAL. (4) versal de 1889, en la que estuvieron expuestos al público dichos aparatos juntamente con los objetos recogidos en el curso de estos viajes. Draga con estribos. (Lám. 1, figuras 1 á 6.) Las dragas han sido los aparatos empleados desde un prin- cipio para recoger los animales del fondo del mar; consisten en sacos de red cuya boca se mantiene abierta por medio de un cuadr> de hierro, al que la experiencia hizo añadir made- jas 0 borlas de cáñamo (fauberts) entre cuyas fibras quedan sujetos gran número de animales; pero las dragas cuando caen en un fondo de légamo se entierran por su propio peso, lo que explica la naturaleza especial de los animales que se recogen con ellas y que son principalmente peces planos, : equinodermos, moluscos, etc., y rara vez animales buenos nadadores; además, no pueden emplearse cuando el fondo es roqueño, porque como se comprende desde luego se engan- chan en las rocas y se destrozan ú se pierden. Las modifica- ciones adoptadas á bordo de la //irondelle han consistido: 1.*, en multiplicar las borlas de cañamo modificando al propio tiempo su empleo, colocándolas en el interior de la draga (figuras 6 y 2), por cuyo medio se preservan de la destruc- ción multitud de animales delicados que en otro caso queda- rían envueltos entre el fango y no podrían obtenerse en buen estado; así se pudieron recoger 4risteus con las antenas com- pletas, semejantes á hilos de más de 1 m. de longitud; 2.”, re- emplazar el peso Ó lastre voluminoso que se colocaba sobre el cable de tracción á unos 40 m. de la draga para amortiguar las sacudidas que el cabeceo del buque imprime al cable, impidiendo que puedan tansmitirse á la draga y regularizar así la marcha de esta, por una serie de piezas Ó masas de fun- dición en forma de hueso de aceituna, acanaladas por una de sus caras (figuras 3, 4 y 5) para recibir el cable, al que van sujetas por medio de una anilla colocada en cada uno de sus extremos; el número de estas masas se gradúa en relación con la porción de cable desarrollada; y 3.”, sustituir por masas análogas colocadas en el extremo de la draga, pero fuera de ella, el lastre que hasta entonces se arrojaba dentro de la misma, y que consistía muchas veces en una bala de cañón que con su peso estropeaba gran número de los animales (5) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 389 recogidos, y que aun colgada fuera de la draga como se hacía en la campaña primera de la /Hirondelle en 1886, era un obstáculo para el buen éxito del dragado porque con fre- cuencia quedaba sujeta en el fondo del mar y ocasionaba la pérdida del aparato. La draga, que en la misma campaña estaba servida por una cuerda gruesa de cáñamo de 800 m. manejada por medio del cabrestante, fué por último reemplazada por un cable de acero de 3.000 m., arrollado á un torno ó bobina dispuesto convenientemente. Merced á estas últimas modificaciones, no se perdió ni una sola vez la draga en ninguno de los tres viajes de la Hirondelle, á pesar de haberse operado con fre- cuencia en fondos poco favorables y hasta peligrosos sobre todo en el Norte de España y en las islas Azores. Red de superficie. (Lám. 111, figuras 7 410.) Este aparato, ideado por el Principe de Mónaco, tiene por objeto la recolección de la fauna pelágica flotante ó sea de los animales que á ciertas horas de la noche salen á la superficie en alta mar y que hasta entonces no habían sido objeto de una pesca metódica, recogiéndose con simples buitrones culo- cados en el extremo de largos palos. El aparato de que vamos á hablar obedece en sus líneas generales á la misma disposi- ción que la draga inglesa llamada o0/ter-traw!l; su forma es la que aparece en la figura citada y está hecha de redes de seda de tejidos variados y cuyas mallas van siendo más finas á medida que se aproximan al fondo. La abertura está flan- queada por dos alas de red de sardina de la más pequeña, reunidas por debajo por una especie de delantal ó plano incli- nado de la misma red; cada una de las alas termina por una paleta de madera colocada verticalmente, para lo que va lastrada á lo largo de su borde inferior, y lleva en su cara interna, sujeto por el procedimiento que se indica en la figura, uno de los extremos del cable de arrastre; desde estas mismas paletas parten cuerdas que se prolongan hasta el extremo de la draga y que sirven para sostener y reforzar sus diferentes cuerpos. Finalmente, en el fondo del saco se coloca el frasco colector ó de depósito que por un sencillo mecanismo ideado por el barón J. de Guerne, compañero del Principe en estas expediciones, se desengancha fácilmente cuando la recolec- 390 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (6) ción está terminada. Este frasco flota, en posición horizontal, mediante una placa de corcho convenientemente dispuesta. Las dimensiones del aparato incluyendo las alas no exce- den de 7 m. de abertura, por 4,30 m. de longitud ó sea de fondo. La manera ingeniosa de sujeción del cable en las paletas mencionadas, obliga á estas á separarse la una de la otra cuando es arrastrada la draga por la embarcación, y por con- siguiente las alas se abren como se ve en la figura ya citada. Esta red no debe llevarse á remolque en la línea de deriva de la embarcación, sino colocada á un lado por medio de una percha de 5 m. de longitud á fin de evitar que recoja las suciedades desprendidas del barco. Red pelágica para profundidades variables. (Figuras 5, 6 y 7.) Fué construida principalmente con el objeto de estudiar la distribución batimétrica de los animales explorando las pro- fundidades medias. Los diferentes procedimientos y aparatos empleados anteriormente ofrecían todos grandes inconve- nientes; en efecto, las mangas abiertas y sujetas á diferentes alturas á lo largo del cable de tracción de la draga empleadas por los naturalistas ingleses del Challenger, no podían servir para determinar la profundidad en que había sido pescado cualquier animal, porque al descender y al ascender habían recorrido profundidades muy diversas; los aparatos inven- tados por los comandantes del Blake y del Vettor Pisant, así como el aparato Turbyne empleado por los naturalistas del laboratorio de Granton en Escocia, á pesar de poder cerrarse á voluntad del que los maneja, dan malos resulta- dos por la imperfección de los procedimientos en que se fundan. Lo mismo sucede con el de Petersen empleado por Chun y modificado durante la campaña de la Mirondelle en 1887 (fig. 1), y con los aparatos de cierre ideados por el barón J. de Guerne y por M. Dumaige durante las campañas de la Hirondelle de 1886 y 1887, los cuales están basados en la elas- ticidad de un resorte espiral, cuyo mecanismo se representa en las figuras 2, 3 y 4, y al que se pone en movimiento por el choque de una argolla de bronce que se deja caer á lo largo del cable y que produce la separación de los dos arcos que forman la boca de la manga, así como el choque de una (0) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. FiG. 1.—Red de Mr. Petersen, modificada duran- te la campaña de la Hirondelle en 1887. A A' árbol de la hélice Z que en su parte ante- rior está transformado en tornillo. Al comenzar la operación el punto 4' se aproxima al B, de modo que el árbol de la hélice atraviese las anillas Y, Z, que se suben al punto B,con lo que queda cerrada la red. Las vueltas de la hélice durante el tiempo que el aparato es remolcado hacia delante arras- tran el árbol de la misma, el cual, saliendo de las anillas Y, Z, deja libres las cadenas y determina la apertura de la red: pero continuando el ascenso del árbol llega su extremidad al anillo Y, el cual, libre á su vez, produce el cierre del aparato. 391 * 392 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (8) segunda argolla produce el cierre del aparato cuando la ope- ración de la pesca se considera terminada. El aparato de que vamos á hablar está basado en procedi- mientos enterámente distintos, al menos por lo que res- pecta al modo de producir la apertura de la red. Consiste el aparato, cuyas proporciones pueden variar según la potencia del barco que se emplee en estas operaciones, en un cuadro de bronce que por lo que hace al empleado á bordo de la Hirondelle medía 40 cm. de lado, á una de cuyas caras se Fig. 2. Fig. 4. FIGURAS 2, 3 y 4.—Mangas que funcionan por la caída sucesiva de dos pesos. La fig. 3 muestra el conjunto y las dos laterales los detalles de la parte superior.—Fig. 2. Manga del barón J. de Guerne.—Fig. 4. Idem de M. Dumaige. adapta una manga de seda á propósito para pescar, y á la opuesta una cortina movible que permite abrir y cerrar la boca de la manga á voluntad del que la maneja. A uno y otro lado lleva este cuadro exteriormente una hoja de cobre de 30 X 33 cm. sujeta por medio de tornillos, destinadas ambas á servir de timones durante el descenso del aparato, y en su borde interno una ranura Ó canal por el que se desliza el borde de la cortinilla en sus movimientos de ascenso y des- censo. Además, la manga se termina por un bocal ó frasco (9) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 393 que puede separarse del aparato cuando sea necesario, y que en su interior lleva un diafragma en forma de embudo según muestra la fig. 7, destinado á impedir que los animales que han penetrado en el bocal puedan escaparse. El mecanismo para lograr correr y descorrer la cortina que cierra la boca de la manga y á cuyo invento concurrieron los ingenieros mecá- nicos de París Sres. Le Blanc y Eude, constructores del apa- rato, consiste en un cilindro de chapa de latón al que sirve de eje una barra de acero que en cada extremo lleva una rueda por la que pasa una cadena Vaucanson sin fin, que á su vez pasa también por otra rueda análoga colocada en el borde inferior del cuadro según demuestran las figuras 5, 6 y 7. Las ruedas en que termina por sus extremos el cilin- dro de latón están soldadas respectivamente con un piñón de acero P que engrana en una barra dentada ó cremallera C dispuesta verticalmente, y que enlaza con su correspondiente del lado opuesto por una barra transversa 7”. Otros dos pi- ñones P' colocados al lado externo de los precedentes pero fijos al eje ó árbol de acero del cilindro engranan del mismo modo en otras dos cremalleras paralelas y contiguas á las primeras, pero reunidas la una á la otra por una barra trans- versa colocada inferiormente y de cuyo centro parte un fuerte vástago vertical 7'. El borde inferior de la cortina está unido á cada lado á uno de los eslabones de las cadenas, de modo que la cortina al subir arrastra las cadenas y hace girar los piñones ? arrollándose aquella en el cilindro de latón, y del mismo modo al movimiento de los piñones corresponden los de la cortina que se arrollará ó desarrollará según la dirección 6 sentido de la rotación de los piñones. Para pescar con este aparato, suponiendo al barco con una velocidad de medio nudo, se comienza por lanzar el cable á la profundidad que se desea, sujetando en el extremo del mismo una masa de plomo terminada por dos superficies planas paralelas que es la representada en la parte inferior de las figuras citadas; además, el cable en su última porción ha de ir encerrado en un tubo rígido de hierro de unos 2 m. de longitud; en esta disposición, se enfila el aparato por el cable, para lo que está el primero provisto de dos fuertes abra- zaderas colocadas en el centro de las dos barras superior é inferior del cuadro, las cuales se abren por medio de bisagras 394 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (10) [esp IMA - cr ME ] . ye DovRDE MS FiG. 5.—Red pelágica del Príncipe de Mónaco. El aparato está cerrado y se le supone terminando su descenso y próximo á abrirse por el choque del tallo 7 con el cuerpo inferior. (11) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 395 Fig. 6.—El mismo aparato abierto y próximo á cerrarse por la caída de la masa representada en la parte superior. 396 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (12 DAME HE CN FiG. 7.—El mismo aparato cerrado y subiendo. En la parte superior se-representa el frasco de depósito aislado y visto por la cara abierta con el objeto de mostrar el dia- fragma colocado en su abertura á fin de impedir se escapen los animales capturados. (13) Bolivar.— APARATOS DE PESCA. 397 y van provistas cada una de dos poleas para disminuir el rozamiento. Enfilado el aparato se le deja correr á lo largo del cable abandonándole á su propio peso, sin que en tan rápido descenso pueda dar vueltas sobre el cable por impedírselo los timones de que se ha hablado, evitándose de este modo que la manga se arrolle al cable. La fig. 5 representa el aparato cerrado y en el momento de acabar su descenso por aproxi- marse á la masa de lastre en que termina el cable; como se comprende, la barra vertical 7” está destinada á chocar con la superficie superior del lastre, pero así que este choque se verifique, continuando el aparato su descenso por efecto de su peso y de la velocidad adquirida, las cremalleras C”' se levantarán, puesto que el vástago 7” está soldado á la barra transversa que las une; este movimiento de ascenso de las cremalleras hace girar los piñones P” y el cilindro de latón, arrollándose á él la cortina y quedando abierta la boca de la manga; pero al elevarse el borde inferior de la cortina, sol- dado á cada lado como se ha dicho á un eslabón de la cadena, esta hace girar los piñones C, y por consiguiente subir las cremalleras € reunidas superiormente entre sí como se sabe por la barra transversa 7 (fig. 6). La clausura de la manga se produce en el momento deseado, dejando caer desde el barco á lo largo del cable un ancho anillo de metal que al chocar con la barra 7 determina movimientos análogos á los descri- tos, pero que obrando en sentido contrario ocasionan la oclu- sión del aparato (fig. 7). Un pequeño freno hidráulico de forma cilíndrica y colocado en la parte inferior del aparato paralelamente al tubo del cable y al vástago 7” amortigua el choque del cuadro contra el lastre, y dos resortes laterales puestos en la cara lisa y ligeramente acanalada de las barras dentadas impiden que estas desciendan durante la operación hasta que reciban el golpe del anillo lanzado en el momento oportuno. Nasas. (Figuras 8 y 9.) Las nasas no habían sido empleadas en las pescas de pro- fundidad hasta que lo fueron á bordo de la HZirondelle en 1886: el primer ensayo se hizo con una nasa cilíndrica de hierro galvanizado con dos bocas, correspondientes á las dos bases del cilindro (fig. 8), sirviéndose para cebo del pescado fresco; 398 SÁ NON NN ANANS e PEE E EL 2d 104 0 a a A il 1 'l il - E Ñ USA ANALES DE HISTORIA NATURAL. (14) III DA MEET RUS IB DAGA 15974791775) SUR DR EEN 0014£,/2/%0 VER A NBOEO. ENT RIA DI IDO js) e ll E [ost 4515] PEREA! EXPAEaN BAN Ino ll [1 MUA EEES OPEL MINE ATNIAAO!! [el a11+1] [ E nz Ermita Era pa QUE MEM SIBEN daa IEEE (E EA E E E E WN ANS y e NE su: FiG. 8.—Nasa metálica empleada/en 1887 y 1888. BC, A D, B' C! y 4' D' son las barras de madera y ZZ son las entradas de la nasa. La reunión de las dos mitades del cilin- dro se logra por medio de las bisagras f y de pasadores que se introducen en ellas. (15) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 399 se la hizo descender á una profundidad de 14 m. en la costa Norte de España, no lejos del cabo Peñas en Luanco, lo- grándose un excelente resultado, puesto que se: obtuvieron 14 kg. de pescado, hallándose representadas cinco especies distintas (que fueron: Julis vulgaris Cuv. et Val., Labrus ber- gylta Asc., Conger vulgaris Cuv. y Gadus luscus L.) Un segundo ensayo en sitio poco distante del anterior, pero á 120 m. de profundidad, proporcionó especies interesantes de peces y crustáceos, aun cuando en menor abundancia que en el pri- mero; esta nasa se perdió por último en otro ensayo verificado también en las costas de la Península, cerca de Finisterre, á la profundidad de 500 m. En todas estas pruebas se ataba la nasa en el extremo de un grueso cable de cáñamo que se abandonaba, sujetándole por el otro en una boya formada por barricas y maderos, sobre la que se izaba una bandera á fin de hacerla visible á distancia y poder recogerla á la mañana siguiente, lo que se conseguía á costa de grandes fatigas y trabajos de la tripulación. En el siguiente viaje de la Hirondelle se aligeró esta nasa sustituyendo por montantes de madera muchos de los de hie- rro y se empleó una malla más ancha (fig. 8). Con esta nasa y otras dos de menores dimensiones se hicieron varias pruebas, obteniéndose entre otras especies importantes una nueva y de gran tamaño del género Feryon, crustáceo decápodo, grandes peces del género Sebastes y de otros no menos interesantes; pero estas victorias costaron la pérdida de dos de las nasas. En la campaña de 1888 se sustituyó el cable de cáñamo por uno de acero de 3.000 m. de largo, susceptible de arrollarse á un torno ó bovina especial, lo que no impidió la pérdida de la mayor de las nasas que quedó en un fondo de 383 m., si bien en cambio se practicaron con otra más pequeña ensa- yos á más de 2.000 m. con excelente resultado. Pero tantas pérdidas continuadas hicieron comprender la necesidad de modificar la forma de las nasas, como se hizo, adoptando la poliédrica, representada en la fig. 9, que ofrece la ven- taja de presentar una ancha base menos susceptible de hundirse en el légamo del fondo. Estas nasas poliédricas pueden aplicarse unas sobre otras en mayor ó menor nú- mero según convenga, y llevan en su interior otras nasas metálicas menores que sirven de resguardo á especies de pe- 400 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (16) FiG. 2.—Nasa poliédrica construida á bordo de la ZZirondelle en 1888.—1. El aparato en su conjunto; a, nasas de tela metálica colocadas en su interior; 0, sacos llenos de lastre.—2 y 3. Detalles del aparato para explicar el modo de articulación de las barras de hierro que forman el esqueleto del mismo. Altura total 1,46 m. FIG. 10.—Boya de corcho. (17) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 401 -queño tamaño, que así se libran del contacto de los animales grandes y pueden llegar sin deterioro 4 manos de los natura- listas. Al mismo tiempo se sustituyó la boya por otra de cor- cho de forma ovalada (fig. 10) y de 150 kg. de peso, á la que se agregó una armadura de madera con un mástil y una ban- dera. Se fijaba además á algunos metros de la nasa un flota- dor de madera para que el peso y los movimientos del cable, durante el tiempo en que la nasa permaneciera en el fondo, no la vencieran y cambiaran su posición (fig. 11). Otra nasa que pudiera llamarse eléctrica se ensayó en esta campaña, pero con mal éxito por causa de un accidente for- tuito; estaba destinada á observar el efecto que una luz viva podía producir sobre los animales marinos que habitan en las grandes profundidades, y se componía (fig. 12) de una nasa ordinaria, con una pila de cinco elementos Bunsen que ali- mentaba una lámpara Edison de 12 volts; iba acompañada de un globo compensador de la presión que experimentaría el aparato en las grandes profundidades á que había de descen- der, y fué ideada por el Dr. Paul Regnard. Dinamóometro acumulador. (Figuras 13, 14 y 15.) Para acusar una fuerte tensión y precaver la rotura de los cables se han usado dinamómetros basados casi siempre en la elasticidad 6 en la compresibilidad del caucho, aparatos en general pesados y cuyas indicaciones ofrecen pocas garantías de seguridad y exactitud, por lo que el Príncipe de Mónaco ha tratado de sustituirlos, lográndolo con ventaja, no solo por lo que respecta al resultado, sino en cuanto á la reducción en el peso y volumen de los aparatos, por medio del dinamómetro construído con el auxilio de Mr. Blanc. La disposición de este aparato se aprecia bien por las figuras 13, 14 y 15. La aguja marca las tensiones que el cable puede sufrir hasta el límite de 3.000 kg. Finalmente, para poner en movimiento estos distintos apa- ratos fué necesario instalar á bordo un cabrestante de gran potencia que se colocó al pie del palo de mesana y dos gran- des tornos ó bovinas, uno para los 4.000 m. del cable de acero de la draga y otro para el cable más fino de las nasas, en los que se podían colocar uno tras otro 4 medida que eran nece- ANALES DE HIST. NAT.—XX. + 26 402 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (18) Presos a e Fig. 11.—Diagrama para demostrar la posición de las boyas flotantes en la superfi- cie en relación con la de la nasa que descansa en el fondo del mar, la dirección del cable y la utilidad de la pequeña boya colocada cerca de la nasa que impide que el cable se arrolle alrededor de aquella. 403 de QA > SII So A 9 e 0 e Y o 0) ON 2 s profundas on suspensi ámpara; C, aL on. .£ Pablo Regnard para iluminar las agua Bolíivar.—APARATOS DE PESCA. (19) XX e ELA E 1 SS s e AS AN e setos A É E 0%9S FIG. 12,— Aparato del Dr. E, E, entradas de la misma; P, pila; Z ) N, cuerpo de la nasa á la Cardan B, globo compensador de la presi b) 401 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (20) Fig. 15. Fig. 14. Fig. 13. md : , FIGURAS 13, 14 y 15.—Dinamómetro doble de la HZirondelle. Fig. 13.—Conjunto del aparato funcionando: /”, f, hilos que unen la aguja á los timbres de alarma. Fig. 14.—Dinamómetro aislado: C, C', asas remachadas en las placas B y B': T, ba- rilla que reune las placas A y B'; 7", otra que reune las 4' y 5; M, aguja indicadora fija en la placa A. Fig. 15.—Trozo aislado en el que los resortes aparecen cortados para que se com- prenda mejor su disposición, (21) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 405 sarios en su empleo carretes de 3.000 m. para las pescas á grandes profundidades. Las campañas de la //:rondelle, goleta de vela de 200 to- neladas, prueban evidentemente que el éxito en esta clase de expediciones no depende tanto del empleo de grandes medios al alcance solo de naciones poderosas que puedan dedicar á las exploraciones submarinas navíos de gran potencia equi- pados por un personal numeroso, sino de una buena orga- nización en lo que respecta al material y al personal y de una dirección acertada. Los resultados de estas campañas los re- sume el Principe de Mónaco en los siguientes términos : a) Mejoramiento de las condiciones de la draga de fondo con objeto de conseguir en perfecto estado los urganismos más delicados, como lo comprueban los A7r¿steus ya cita- dos, cuyas antenas de más de 1 m. de longitud no su- frieron el menor deterioro. 6) Facilidad para continuar de una manera metódica las ex- ploraciones pelágicas de la superficie del mar por medio de una red en la que se han recogido en gran cantidad peces (Escopélidos) Moluscos, Anélidos (Alciópidos) y Crustáceos (Mísidos y Anfípodos), conseguidos rara vez por los procedimientos usados hasta entonces. c) Invención de un aparato seguro para el estudio batimé- trico, Ó sea el de la distribución en sentido vertical de las especies pelágicas, cuyos primeros ensayos, desde los 500 á los 2.400 m., han dado por resultado formas en ex- tremo notables, nuevas muchas de ellas para la ciencia. d) Utilización por primera vez de las nasas para recoger en los grandes fondos organismos que no pueden obtenerse por otros medios y conseguir en mejor estado de conser- vación las especies que proporciona el dragado. Resul- tado bien comprobado, puesto que en solo diez y ocho ensayos se han logrado más de 300 peces, entre ellos un género nuevo, y 150 crustáceos con otro género nuevo y muchas especies, también nuevas, todos en admirable estado de conservación. : e) Demostración de la posibilidad de sumergir á determina- das profundidades poderosos aparatos de iluminación que podrán ser utilizados en su día con fines diversos. 406 ANALES DE HISTORÍA NATURAL. (22) F) Construcción de un dinamómetro acumulador enteramente práctico, gracias al cual, durante seis semanas de trabajo continuado entre las Azores y en fondos peligrosos, solo se perdió un aparato, y esto por causa no imputable al acumulador. De los resultados zoológicos obtenidos en estas campañas dice más que cuantos elogios pudieran hacerse de ellos la lista de las publicaciones que insertamos á continuación, y de las que buena parte se debe á los Sres. Barón J. de Guer- ne, ya citado, y J. Richard, que constituyen la Comisión cien- tífica que acompaña al Principe de Mónaco en sus expedicio- nes, lista que diariamente se aumenta con nuevas obras á medida que van siendo estudiados los materiales recogidos, que no todos pertenecen á la fauna marina, sino también á la lacustre y terrestre, como lo comprueban las memorias del Barón J. de Guerne sobre la fauna de los lagos de las Azores, la del Sr. Dollfus sobre los isópodos no marinos, la del señor Alluaud sobre los coleópteros de las mismas islas, y la de los ortópteros que me fueron enviados para estudiarlos, y que, si bien no muy numerosos, no dejan de ofrecer algún interés. Pero si por las razones expuestas es prematuro dar cuenta en conjunto del resultado de estas campañas, al par que tarea improba y extraña al objeto que nos hemos propuesto el ana- lizar las memorias publicadas, no hemos de terminar, sin embargo, esta deshilvanada reseña sin detenernos en algunas de las observaciones hechas durante las varias campañas del Príncipe de Mónaco. Es de advertir que en estas expediciones, como en otras no menos célebres, y en especial en las de los barcos franceses el Travailleur y el Talisman, las costas del Norte de nuestra Peninsula han sido objeto preferente de las investigaciones de los natura 'istas; las inmensas profundidades que se extien- den á vista de tierra, comprobadas por repetidos sondeos, atrajeron la atención de los naturalistas franceses, y puede decirse que fueron el principal aliciente de las expediciones del Travatlleur y de otras posteriores. Repetidas veces el yacht l Hirondelle ha visitado los puertos principales de nuestras costas del Norte y Noroeste, por lo que es bien conocido de los marinos españoles y en especial de los (23) Bolivar.— APARATOS DE PESCA. 407 de Coruña y Ferrol, en cuyos puertos ha anclado diversas veces y en especial durante la campaña de 1886, en que se hicieron diversas observaciones sobre la pesca y la alimen- tación de la sardina en las costas de Galicia; con este mo- tivo visitó el personal cientifico de 1'Hirondelle algunas de las fábricas que se ocupan en la preparación de la sardina, obteniendo una fotografía de la de los Sres. Maristany, que es la que se representa en la lámina cuarta. Ocasión es esta de lamentar el abandono en que va quedando esta indus- tria antes tan lucrativa en las costas de Galicia. Los esca- sos rendimientos que hoy se obtienen apenas compensan los enormes gastos que requiere la pesca de la sardina, siendo este el motivo de que no se intente la renovación del material empleado para prensar la sardina, ni en variar el procedi- miento muy primitivo en realidad, pero de excelentes resulta- dos, como lo prueban los premios obtenidos en diversas expo- siciones universales. Fábricas hay en la Coruña, aun cuando cerradas en la actualidad por la decadencia de esta industria, en las que sejhan empleado prensas mecánicas que tuvieron que ser abandonadas, porque, produciéndose la presión por medio de un torno, es demasiado viva en el primer momento, pero va cediendo después hasta anularse y obligar continua- mente á aumentarla, mientras que por el procedimiento de las vigas sujetas al suelo por uno de sus extremos y cargadas con pesos en el otro, la presión no solo se gradúa á voluntad del operador, sino que es continua y no interrumpida, condición que en opinión de los prácticos es indispensable para el buen éxito de la operación. El resultado de los estudios hechos acerca de la sardina per- mite asegurar que la alimentación de este pez varía según las circunstancias, y que su presencia en el Golfo de Gas- cuña, si se admite que esté influenciada por la alimentación más bien que por cualquiera otra condición (temperatura, grado de salazón del agua, etc.), no parece depender de la abundancia de ninguna especie animal ó vegetal determina- da, y menos aún del arrastre problemático hacia las costas de Europa de detritus procedentes de allende los mares. Con datos propios podemos completar otra de las observa- ciones del Principe relativa al Polybúwus Henslomi, crustáceo nadador de la familia de los portúnidos, el cual, según dichas 408 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (24) observaciones, aparece con frecuencia en la superficie del mar á gran distancia de tierra en sitios en que la profundidad al- canza por lo menos 2.000 m. «Cuál no sería nuestro asombro, dice el Barón Jules de Guerne en carta dirigida á M. Pouchet, al encontrarnos que la draga que se había echado á unos 240 m. de profundidad volvía completamente atestada de estos animales, á pesar de que los Polybíus, que son muy ágiles, debieron escapar en gran número durante la subida del apa- rato, que había durado más de una hora; calculándose por el peso total y el de un individuo que se tomó por curiosidad, que aún habrían quedado unos 5.000.» La abundancia de esta especie es en efecto tan grande en las costas de Galicia, que da origen á una industria que ejercen muchos pescadores y que consiste en la pesca del Polybius, para venderlo á los labra- dores que lo utilizan para el abono de sus tierras. Durante los meses de Agosto y Septiembre es frecuentísimo encontrar en los caminos de la Coruña carretas cargadas exclusivamente de este animal, al que en gallego se da el nombre de Patezo, pronunciando la z como la ch francesa; en la playa del Orzán de la Coruña, en la de Sada y aun en la rampa del Burgo, es adonde atracan las barcas cargadas del patexo, pudiendo juz- garse de la abundancia con que se encuentra por el siguiente dato: una barca grande puede tener unos 25 quintales, ó sea próximamente carga para dos carretas, y su precio es el de unas 20 pesetas. Según los pescadores es animal nocturno y prefiere los suelos de arena fina en la que se entierra durante el día, por lo que es necesario pescarle de noche. Es curioso que libros como el de Cornide (1), que da razón de cuantas industrias relacionadas con la de la pesca se practican en Ga- licia, y que describe los animales marinos de alguna utili- dad, no contenga nada que á esta especie pueda referirse, por lo que puede suponerse que el empleo del patexo para abo- nar las tierras sea de fecha reciente. Las exploraciones zoológicas de la HZirondelle han sido las siguientes: (1) CorNIDE, Joseph: Ensayo de una Historia natural de los peces y otras produccio- nes marinas de la costa de Galicia , arreglado al sistema del Caballero Carlos Linneo, con un tratado de las diversas pescas y las redes y aparejos con que se practican. Madrid, 1788. (25) Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 409 Campaña de 1886 (segunda campaña). —Consagrada princi- palmente á los trabajos hidrográficos, como en absoluto lo fué la primera, estando los zoológicos encomendados especial- mente al Barón J. de Guerne. Durante ella se usaron por pri- mera vez las nasas metálicas de forma cilíndrica (fig. 4), y se recogieron, entre otras muchas especies, el Zritropis Gri- maldii, el Byblis Guerner y el Podoceropsis abyssi, crustáceos nuevos que han sido descritos por M. Chevreux, y que fueron hallados á 500 m. de profundidad y á lo largo de la costa Norte de España en los diversos dragados que se hicieron desde el Cabo Peñas al de Finisterre, hasta la profundidad de 510 m. sin apartarse á más de 34 millas de la costa. También se refie- ren á esta campaña las observaciones sobre la sardina de que ya hemos hecho mención. Muchas especies de peces, equino- dermos (cerca de 25 especies de las costas de España), molus- cos, entre ellos algunas formas del Norte, como el Asíarte sulcata y el Pecten islandicus, este último á la profundidad de 200 m. Campaña de 1887.—En esta campaña el Príncipe prosiguió sus estudios hidrográficos juntamente con las investigaciones zoológicas, se ensayaron diversos aparatos y se recolectaron gran número de especies nuevas, muchas de las que hicieron necesaria la formación de nuevos géneros, asi el Photostomias Guernez, cogido á 1.300 m. de profundidad en las Azores, y el Notacanthus rostratus, hallado en el Banco de Terranova, peces ambos descritos por M. Collett, profesor en la Universidad de Cristianía. Entre los crustáceos nuevos figuraron el Zithodes Grimaldii y el Geryon afinis descritos por A. Milne Edwards, el primero hallado á 1.267 m. cerca de Terranova. También se recogieron en esta campaña muchas especies de moluscos de las Azores explorando el mar desde la zona litoral hasta los 2.000 m. de profundidad, y se reunieron numerosos materia- les para el estudio de la fauna terrestre y lacustre de estas mismas islas. La fig. 16 representa un pez-luna (Orihagoriscus mola) pescado en esta campaña en alta mar, notable por sus extraordinarias dimensiones (1) y por su peso, que se elevó (1) Este ejemplar medía 2 m. de longitud y 1,83 m. de circunferencia por delante de las aletas pectorales. 410 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (26) á 300 kg., así como por una prolongación caudal de que está provisto. FiG. 16.—Pez luna /Orthagoriscus mola). (Las aletas dorsal y anal no aparecen completas por exceder del tamaño de la placa fotográfica empleada.) Campaña de 1888.—En ella se emplearon muchos de los apa- ratos de pesca que hemos descrito, se sustituyeron las nasas metálicas por las de madera de forma poliédrica y se hicieron experiencias acerca de la influencia de la luz sobre los ani- males marinos bajo la dirección del Dr. P. Regnard, empleán- dose también una sonda inventada con el objeto de recoger materiales del fondo del mar, y se pudo obtener la fotografía 411 Y» Bolivar.— APARATOS DE PESCA. F1G. 17.—Perfil de cabeza de cachalote (hembra (27) 412 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (28) de la cabeza de cachalote que se representa en la fig. 17 (1). El resultado zoológico de esta campaña fué tan notable como el de las anteriores, extendiéndose también á la fauna lacustre por haberse explorado diversos lagos, trece de ellos por pri- mera vez, y de los que algunos no figuraban en los mapas, uti- lizándose para estas exploraciones una canoa portátil de tela. En 1890, y en tanto que se terminaba la construcción por cuenta del Principe de un nuevo barco, el Princesse A lice, que se destina á la prosecución de estas expediciones científicas, ha continuado sus exploraciones á bordo del Amphraster, que para este objeto facilitó su dueño el profesor Hermann Fol, empleando las nasas de la /MZirondelle para explorar el Medi- terráneo frente á las costas de Mónaco, logrando demostrar que las grandes profundidades de este mar no están deshabi=- tadas ni poco pobladas, como generalmente se venía admi- tiendo desde las exploraciones del Porcupine (1870) y del 7ra- vailleur (1881), sino habitadas por numerosos peces y crustá- ceos (2); comprobando que la temperatura de estos fondos es la de 13” en vez de los 11” propios de iguales profundidades en el Atlántico, y por último haciendo la observación de que los « nimales extraidos de esos grandes fondos no mueren inme- diatamente como acontece con los del Océano, sino que pue- den continuar viviendo, por lo que se ha llegado á formular la hipótesis de que la disminución rápida de la presión ejerce sobre los animales marinos efectos menos perjudiciales que los hasta hoy supuestos, mientras que la diferencia de tem- peratura entre la de las aguas profundas y la de la atmósfera los produce mayores. Pudiera creerse por lo que dejamos expuesto, que las cam - pañas del Príncipe de Mónaco han tenido por objeto única- (1) La cabeza de cachalote representada en la fig. 17 es la de una hembra adulta, aunque de pequeño tamaño, fué separada del tronco á la altura de la primera vérte- bra cervical y pesó cerca de 2.000 kg. La mandíbula inferior, por demás pequeña, está provista de todos sus dientes. La espermaceti ocupa principalmente una gran Cavi- dad situada por delante y sobre el nivel de los ojos. El aspecto rugoso y desigual de la superficie que se puede apreciar en los contornos, es accidental y debido á que el ejemplar había permanecido muerto en el mar algunos días, y la piel había sido ata- cada por los tiburones y otros muchos peces. La dimensión desde el ojo hasta el hocico es próximamente de 2 m. (2) S. A. LE PRINCE DE MoNAco: Sur la faune des eauz profondes de la Mediterraneo au large de Monaco. (Comptes rendus de 1 Académie des Sciences, 9 juin, 1890.) . (29) Bolivar.— APARATOS DE PESCA. 413 mente el estudio de la fauna de los mares, cuando en realidad las investigaciones zoológicas han sido una ocupación casi accidental, y aun pudiera decirse secundaria en las campañas de la Hirondelle; pero era:lo que más interesaba á nuestra Sociedad y por eso hemos prescindido de considerarlas bajo otro aspecto que el puramente zoológico. Para dar completa idea de los múltiples objetos perseguidos en estas perseve- rantes y peligrosas expediciones, podemos condensarlos del modo siguiente: 1. Investigaciones hidrográficas. —Estudios sobre las co- rrientes.—Marcha del G1/f-Stream.—Sondeos. 2.2 Exploraciones zoológicas. —Estudio de la fauna marina en la superficie y en aguas profundas. 3. Alimentación de los náufragos en alta mar. Los que hayan visitado la Exposición universal de París de 1889 recordarán el pabellón del principado de Mónaco, en el que estaban contenidos los modelos de los diferentes aparatos de que hemos hablado, juntamente con los mapas y planos demostrativos de los resultados obtenidos en las diferentes campañas del yacht 1'/Zirondelle, en lo referente á las investi- gaciones hidrográficas y los animales recogidos en ellas. En estas campañas se han lanzado al mar para la observación de las corrientes 1.675 flotadores de vidrio en forma de botella, forrados de cobre, encerrando cada uno de ellos un docu- mento políglota con la fecha y el punto en que era abando- nado á las olas: 170 de estos flotadores han sido hallados y recogidos á lo largo de las costas de Noruega, Inglaterra, Francia, España, Portugal, Marruecos y del Sáhara, Azores, Madera, Canarias y Antillas, así como en el Mediterráneo y en alta mar, pudiéndose deducir por el examen de los puntos de partida y de hallazgo y por la comparación de las fechas la dirección que han debido seguir, y establecer como un hecho probado el movimiento circular de izquierda á derecha de las aguas superficiales del Norte del Atlántico alrededor de un centro situado al SE. de las Azores; hacia el NE. la faja ex- terna de este inmenso torbellino lanza una corriente que va á costear la Holanda, la Escocia y la Noruega. Un solo fiota- dor ha sido hallado en el Mediterráneo, lo que parece probar que la corriente cede quizá ante los vientos del O. Desde las islas Canarias marcha la corriente hacia el O., confundién- 414 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (30) dose después con la ecuatorial, costea las pequeñas Antillas y se fusiona finalmente con el Gulf-Stream. Estas experien- cias permiten borrar de los mapas la corriente conocida con el nombre de corriente de Rennel. (3D Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 415 Explicación de la lámina III. Figuras 146. Draga de fondo. 1. Conjunto del aparato que se supone arrastrado por el fondo del mar: a, bulto formado por la madeja ó borla de estopa del fondo; 5, b, borlas exteriores; p, lastre fijo en el cable; p”, lastre colocado detrás de la draga. Las mallas de la red no permiten se vean las borlas interiores (e y c, fig. 2). 2. Sección vertical, con la parte posterior vista en perspec- tiva: 4, b y p' como en la fig. 1; c, c, borlas colocadas en el interior de la draga; e, diafragma destinado á impedir se esca- pen los animales. 3,4,5. Lastre en forma de hueso de aceituna.—3. Dos masas de lastre p, p colocadas sobre el cable y vistas de per- fil.—4. Una de ellas vista por encima para mostrar la ranura ó canal para el paso del cable y los puntos de unión con el mismo, 0, 0'.—5. Sección de una de las masas: r, canal Ó ra- nura de la parte superior. 6. Una de las borlas exteriores llena de animales. Figuras 7410. Red de superficie. 7. Conjunto del aparato funcionando en alta mar: q, a, alas de red de sardinas; 6, b, platillos; c, c, cable; d, delantal de red de sardinas; e, diafragma visto por transparencia y su- jeto en el punto de unión de la red de sardina con la pri- mera tela de seda z; y, segunda tela de seda de mallas más finas; /, f, cuerdas que parten de los platillos ¿ y terminan en el bocal s, destinadas á sostener la draga en toda su exten- sión; /, pequeña boya de corcho para que el bocal se man- tenga en posición horizontal. 8. Uno de los platillos visto por su cara interna; c, cable; f, tirante; /, corcho; p, lastre. 9. Figura de detalle para mostrar el mecanismo de cierre del bocal, ideado por el barón J. de Guerne; un cubo ó bocal de zinc, unido al resto del aparato de cobre por el anillo a, que sirve al mismo tiempo de tope al aro c. El extremo pos- terior de la draga está fijo á este aro, que en parte se halla acanaludo á fin de que no se escurra la seda. En el mismo sitio se fijan los tirantes f procedentes de los platillos. Otros 416 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (32) tirantes secundarios y, y que refuerzan abajo y arriba las cos- turas de las telas de seda se fijan también en dicho aro por medio de un simple nudo hecho en el interior de modo que pueda graduarse á voluntad la tensión de las cuerdas. El aro c lleva en su borde posterior cuatro muescas e en las que entran otros tantos tornillos ¿soldados en la otra porción del aparato; cuando por un movimiento de rotación los tornillos llegan al fondo de las muescas, las cuatro aberturas o, 0” se encuen- tran enfrente unas de otras y pueden introducirse en ellas tor- nillos móviles que dan más seguridad al conjunto. 10. Figura esquemática para mostrar el modo de funcionar la draga en relación con el buque: 2, buque; í, percha; c, pun- to en que el cable se bifurca; 0, 0, delantal de la draga. Snte As de las publicaciones hechas con los materiales y las observaciones - procedentes de las campañas del yacht 1'Hirondelle. $8. A. le Prince Albert de Monaco.— Sur une expérience entreprise pour | déterminer la direction des courants de 1' Atlantique (Comptes rendus de l'Académie des sciences, 16 novembre 1885). ——— Sur le Gulf-Stream. Recherches pour établir ses rapports avec la cóte de France. Campagne de l' Hirondelle, 1885. Folleto grande en 8.2, con mapas y facsímiles de autógrafos. París, Gauthier- Villars, 1886. Sur une expérience entreprise pour determiner la direction des cou- rants de l' Atlantique Nord. Deuxieme campagne de 1'Hirondelle (Comptes rendus de l'Académie des sciences, 26 décembre 1886). ———- Sur les résultats partiels des deux premitres expériences pour déter- miner la direction des courants de l' Atlantique Nord (1bid., 10 janvier 1887). ——— Sur les recherches z00logiques pouwrsuivies durant la seconde cam- pagne scientifique de l' Hirondelle, 1886 /Zbid., 14 février 1887). L'industrie de la Sardine sur les cótes de la Galice. Folleto en 18." (Tirada aparte de la Revue scientifique, en la que fué publicado con este título La péche de la Sardine sur les cótes d' Espagne, con figuras; 23 avril 1887). La deuxieme campagne de |'Hirondelle. Dragages dans le golfe de Gascogne (Association franqaise pour lavancement des scien- ces, Congrés de Nancy, 1886, 2* partie, p. 597). ——— Sur la troisieme campagne de l'Hirondelle (Comptes rendus heb- domadaires des séances de la Société de biologie [VIII], vol. 1v, 23 octobre 1887). -—— Sur la troisieme campagne scientifique de 1'Hirondelle (Comptes rendus de l'Académie des sciences, 24 octobre 1887). ——-— Sur les filets fins de profondeur employés a bord de 1'Hirondelle (Comptes rendus hebdomadaires des séances de la Société de biologie [VIT], vol. 1, novembre 1887). ANALES DE HIST. NAT.—XxX. 27 418 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (84) S. A. le Prince Albert de Monaco.—Lettre (Sur le filage de l'huile pour calmer la mer) adressée á l'amiral Cloué, in G. CLou£, Le filage de U'huile, 3* édit., 1 vol. in-8, con figuras. Paris, Gau- thier-Villars, 1887. —_—— Deuxieme campagne scientifique de l'Hirondelle dans l' Atlantique du Nord, con un mapa (Bulletin de la Société de géogra- phie [VI1], vol. vin, 4* trimestre, 1887). ———- Sur des courbes barométriques enregistrées a bord de 1'Hirondelle, con figuras (Comptes rendus de 1”'Académie des sciences, 16 janvier 1888). A progos d'un cyclone (Revue des Deux-Mondes, 15 juin 1888). ———— Sur l'emploi des nasses pour les recherches zoologiques en eaux pro- fondes (Comptes rendus de 1'Académie des sciences, 9 juillet 1888). -——— Sur la quatrieme campagne scientifique de 1'Hirondelle (1bid., 26 novembre 1888). ——— Sur un Cachalot des Acores, con grabados (Ibid., 3 décembre 1888). ——- Sur l'alimentation des naufragés en pleine mer (Ibid., 17 décem- bre 1888). _——— Poissons-lunes (Orthagoriscus mola) capturés pendant deux campa: gnes de l'Hirondelle, con grabado (Bulletin de la Société zoolo- gique de France, t. x1v, 8 janvier 1889). -—— Le dynamometre a ressorts embottés de 1'Hirondelle.— Le sondeur a clef de l'Hirondelle, con grabados (Compte rendu des séan- ces de la Société de géographie, n.” 4. 15 février 1889). -—— Sur les courants superficiels de l' Atlantique Nord (Comptes rendus de l'Académie des sciences, 3 juin 1889). ——— Sur un appareil nouveau powr les recherches zoologiques et biologi- ques dans des profondewrs déterminées de la mer, con figuras (1bid., 1% juillet 1889). -— Sur un appareil nouveau powr la recherche des organismes pélagi- ques a des profondeurs déterminées, con grabados (Comptes ren- dus hebdomadaires des séances de la Société de biologie [1X], vol. 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Sur quelques Crustacés amphapodes du littoral des Acores(Ibid. vol. xur, 10 janvier 1888). ——— Sur quelques Crustacés amphipodes provenant d'un dragage de l'Hirondelle, au large de Lorient (Ibid., février 1888). ——- Crustacés amphipodes nouveaux dragués par l'Hirondelle pendant sa campagne de 1886 (1bid., vol. x11, 1887, 1888). —— Troisieme campagne de 1'Hirondelle, 1887. Addition 4 la note sur quelques Crustacés amphipodes du littoral des Agores (1bid., vol. xnt, 28 février 1888). ——— Amphipodes nouveaux provenant des campagnes de 1'Hirondelle (1887-1888), con grabados (1bid., vol. x1v, 25 juin 1889). ——— Description de Orchestia Guernei, amphipode terrestre nouveau, de Fayal (Acores) (Bull. Soc. 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Paris, Gauthier-Villars, 1887. ——— kRemarques au sujet de l'Orchestia Chevreuxi et de l'adaptation des Amphipodes d la vie terrestre, con grabados (Bulletin de la Société zoologique de France, vol. x1t1, 28 février 1888). ——— Les Amphipodes de l'intérieur et du littoral des Acores (1bid., vol. x1v, 12 novembre 1889). La provenance exacte des Stellérides nouveaux des campagnes de l'Hirondelle (Bull. Soc. Zool. de France, xvr, 1891). ——— Présentation de trois cartes concernant les résultats scientifiques des campagnes accomplies par S. A. le Prince de Monaco sur son yacht l' Hirondelle. 1885-1888 (Compte-rendu des séances de la Commission centrale, Société de Géograpbie, 19 février 1892). Jourdan, Et.— Vote préliminaire sur les Zoanthaires provenant des cam- pagnes du yacht l'Hirondelle (Golfe de Gascogne, Acores, Terre- Neuve, 1886, 1887, 1888, (1bid., vol. xv, 28 octobre 1890). ——— Quatrieme campagne du yacht l'Hirondelle. Sur un Epizoanthus nouveau des Acores (Bull. Soc. Zool. de France, xv1, 1891). Marenzeller, Emil von.— UVeber den modernen Apparat zur Erforschung der Meerestiefen (Verh. der k. k. zool.-bot. Gesellschaft in Wien, Jabrg. 1890, p. 207). 422 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (38) Morenzeller, Emil von.— Note préliminaire sur les Holothwries prove- nant des campagnes du yacht l'Hirondelle (Bull. Soc. Zool. de France, vol. xy, 22 mars 1892). Milne-Edwards, A. — Campagnes scientifiques de S. A. le Prince de Mo- naco sur le yacht 1'Hirondelle. Pagurides nouveaux des Agores (Bull. Soc Zool. de France, vol. xvi, 12 mai 1891). Moniez, R.— Sur la larve du Teenia Grimaldii, nov. sp. parasite du Dau- phin (Comptes-rendus de 1'Académie des Sciences, 25 noyem- bre 1889). Sur les différences extérieures que peuvent présenter les Nematobo- thrium a propos d'une espece nouvelle (Ibid., 1 décembre 1890). Les máles chez les Ostracodes d'eau douce (Ibid., 31 mars 1891). Perrier, Edmond. —Sur les Stellérides recueillis dans le Golfe de ras- cogne, aux Agores, et 4 Terre-Neuve pendant les campagnes scientifiques du yacht l'Hirondelle (Lbid., 23 mai 1891). ——— Stellérides nouveaux provenant des campagnes du yacht |'Hiron- delle. (Golfe de Gascogne, Acores, Terre-Neuve.) (Mém. Soc, Zool. de France, vol. 1v, 1891). Pouchet, Georges.— Communication de M. Pouchet 4 propos de l'anato- mie du Cachalot (Comptes rendus hebdomadaires des séances de la Société de biologie [VIIT), vol. 1, 22 juillet 1887). ——— De Lorient q, Terre-Neuve. Notes de voyage (Revue scientifique, 15 octobre 1887). (Publicación acogida por el Príncipe de Mónaco con las mayores salvedades.) =—— Les eaux vertes de 1'Océan (Comptes reudus hebdomadaires des séances de la Société de biologie [VIII], vol. 1r, 5 novembre 1887). ——- Conférence de M. Pouchet sur son voyage aux Acores et 4 Terre- Neuve (Bulletin du Cercle Saint-Simon.—Société historique.— n” 2, 21 janvier 1888). (Publicación acogida por el Príncipe de Mónaco con las mayores salvedades.) —-— La coulewr des eaux de la mer et les péches au filet fin, con mapa (Association frangaise pour l'lavancement des sciences, Con- eres de Toulouse, 1887, 2” part. [1888), p. 596). —. Le régime de la Sardine sur la cóte océanique de France en 1887 (Comptes rendus de l'Académie des sciences, 20 février 1888). —-—— Sur un nouveau Oyamus parasite du Cachalot (Ibid., 29 octobre 1888). ——— Expériences sur les cowrants de l' Atlantique, faites sous les auspices du Conseil municipal de Paris. Volumen pequeño en 4., con 2 láminas y 1 mapa. Paris, imprimerie municipale, Hótel de Ville, 1889, (39, Bolivar.—APARATOS DE PESCA. 493 (Publicación acogida por el Príncipe de Mónaco con las mayorcs salvedades.) Pouchet et Beauregard, H.— Note sur les parasites du Cachalot (Comp- tes rendus hebdomadaires des séances de la Société de biolo- gie [VIII], vol. v. 10€ novembre 1888). et Guerne, J. de.—Sur la faune pélagique de la mer Baltique et du golfe de Finlande (Comptes-rendus de 1'Académie des sciences, 30 mars 1885). Sur l'alimentation des Tortues marines (Ibid., 12 avril 1886). Sur la nourriture de la Sardine (Ibid.,'T mars 1887). Regnard, Paul.— Sur un dispositif destiné q éclairer les eaux profondes, con grabado (1bid., 9 juillet 1888). Richard, Jules.— Entomostracés d'eau douce recueillis 4 Belle Ile (Mor- bihan) (Bulletin de la Société zoologique de France, vol. xv, 11 février 1890). Rouch, G.— D'un nouveau mécanisme de la respiration chez les Thalasso- chéloniens (Bull. de la Soc. Zool. de France, vol. xr, 1886), Schlumberger, C.— Note sur le Ramulina Grimaldii (Mém. Soc. Zool. de France, 1, 1891). Note préliminaire sur les Foraminiferes dragués par $. A. le Prince Albert de Monaco (Mém. Soc. Zool. de France, vol. v, pages 193-198, pl. vitr, 1892). Simon, Eugene.— Liste préliminaire des Arachiides recueillis aux Agores par M. Jules de Guerne pendant les campagnes de 1"Hirondelle (1887-1888) (1bid., vol. x1v, 9 juillet 1889). Stebbing, Rev. Th. R. R.—On the genus Urothoé and a new genus Uro- thoides (Transactions of the Zoological Society of London, vol. x111, 1* part., 1891). Studer, Th.—Vote préliminaire sur les Alcyonaires provenant des campa- gnes du yacht l'Hirondelle, 1886, 1887, 1888 (Mémoires de la Société zoologique de France, 1v, p. 551-559. 1891), Cas de fissiparité chez un Alcyonaire (Bulletin de la Société zoolo- gique de France, xvr. 1891). Thoulet, J.—De la solubilité de quelques substances dans U'eau de mer (Comptes rendus de l'Académie des sciences, 24 mars 1890). Expériences sur la sédimentation (1bid., 27 octobre 1890). Topsent, E.—Notice préliminaire sur les Spongiaires recueillis durant les campagnes de l'Hirondelle (1886-1888). Golfe de Grascogne, Aco. res, Terre-Neuve (Bull. Soc. Zool. de France, vol. xv, p. 26-32 et 65-71, 1890). Les Pyenogonides provenant des campazgnes du yacht 'Hirondelle (1886-1888). Golfe de Gascogne, Acores, Terre-Neuve (Ibid., vo- lumen xvi, p. 176-180, 9 juin 1891). 191 ANALES DE HISTORIA NATURAL. (40) Topsent, E.—Contribution u l'étude des Spongiaires de 1 Atlantique Nord (Golfe de Grascogne, Acores, Terre-Neuve). Fascículo in-folio con 11 láminas (Résultats des campagnes scientifiques ac- complies sur son yacht par $. A. le Prince Albert de Monaco, publiés sous sa direction avec le concours de M. le Baron Jules de Guerne..... Monaco, impr. du Gouvernement) (en prensa). X 10€ Además de las publicaciones especiales enumeradas, han aparecido di- versos artículos de vulgarización, relativos á las campañas del yacht 1' Hi- rondelle, en La Nature, La Revue scientifique, Le GFénie civil, «. G. T. (Gaston Tissandier).— L'étude des courants de 1' Atlantique, con grabados (La Nature, n” 653, 5 décembre 1885, p. 13). -S. A. le prince Albert de Monaco.— Les recherches sur le Gulf Stream. Visite aux Acores, con grabados (1bid., n* 676, 15 mai 1886, p. 374). Anonyme.-—La troisieme campagne scientifique de V'Hirondelle (Revue scientifique, 17 septembre 1887, p. 378). —— La Fawne pélagique lacustre dans "¡le San Miguel (Acores) (1bid., 1* octobre 1887, p. 97). Dr Z.—La quatrieme campagne de l'Hirondelle, nouveaux engins de péche, con grabados (La Nature, n” 789, 14 juillet 1888). Riviére, E.— Exposition universelle. Les missions scientifiques francaises. (Revue scientifique, 15 juin 1889). Mosticker, M.—L'exposition de la Principauté de Monaco, con grabados. (Le Génie civil, t. xv, n* 12, 20 juillet 1889.) —Este artículo, re- visado, aumentado é ilustrado con numerosos grabados, forma un folleto intitulado Résultats des campagnes scientifiques du yacht 1' Hirondelle. Marenzeller, D.r E. v.—Ueber die wissenschaftlichen Unternehmungen des Fiirsten Albert I, von Monaco in den Jahren, 1885-1888 (Verhandlungen der k. k. zoolog.-botan. Gesellschaft in Wien, Jabrg, 1889, p. 627). Malard, A. D.—Le filet pélagique Q rideau (Le Naturaliste, n* 77, 15 mai 1890). Koch, A.—Referat úber: S. A. Prince Albert I de Monaco. Sur un appa- reil nouveau pour les recherches zoologiques et biologiques dans les profondeurs déterminées de la mer (Zeitschrift fúr wis- senschaftliche mikroskopie, Bd. vn, 1890, p. 188, con figuras). Roché, G.—Des procédés d'étude employés par les missions d'explorations sous-océaniques et de la technique des pécheries marines, repré- sentées q l' Exposition unwerselle de 1889 (Revue technique de l' Exposition universelle de 1889, 9*"* partie. Paris, 1891). ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA. NATURAL. Sesión del 7 de Enero de 1891. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Vicesecretario puso en conocimiento de la Sociedad el fallecimiento del socio D. Francisco A. López Monedero, ocurrido el 19 de Diciembre último; una comunicación del Secretario de la Sociedad italiana de Ciencias naturales de Milán, participando el fallecimiento el 1.” de este mes de su Presidente el Profesor A. Stoppani, y otra de la Dirección del Museo de Historia Natural de Trieste, remitiendo un ejemplar del volumen vii de las Actas de dicha Sociedad, y pidiendo entrar en cambio de publicaciones con la nuestra. El Sr. Martínez indicó lo sensible que era la pérdida del Sr. López Monedero, joven entomólogo lleno de entusiasmo. La Sociedad acordó constase en acta el sentimiento con que había oído la noticia del fallecimiento de su miembro el Sr. López Monedero, así como también la del sabio Profesor Stoppani, resolviendo además que la petición de cambio de publicaciones hecha por el Museo de Trieste pasase á la Co- misión de Publicación. —Se hicieron tres nuevas propuestas de socios. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas, acordando la Sociedad que se den las gracias á los donantes de las que son regaladas. —El Sr. Fernández Navarro leyó el siguiente informe de la ACTAS DE LA SOC. ESP.— XX. 1 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Comisión nombrada en la sesión anterior para examinar las cuentas que presentó el Sr. Tesorero: «Los que suscriben, socios de la Española de Historia Natu- ral, designados por dicha Sociedad en su sesión de Diciembre último para examinar las cuentas presentadas á la misma por el socio tesorero D. Ignacio Bolivar, las han examinado minu- ciosamente y encontrádolas completamente exactas y con to- dos los debidos justificantes. »Por lo cual proponen á dicha Sociedad, no solo su aproba- ción, sino también que conceda un voto de gracias al Sr. Bo- livar por su activa y valiosa gestión en el cargo que le ha sido encomendado. »Madrid 6 de Enero de 1891.—SaNrTos Roca.—Lucas FERNÁN- DEZ NAVARRO.— MIGUEL RIVERA.» La Sociedad concedió por unanimidad al Sr. Tesorero el voto de gracias propuesto en el dictamen que acababa de leerse. —El Sr. Vicesecretario leyó la nota que sigue: Adiciones á la forula gaditana. Nuestro consocio D. José M. Pérez Lara nos remite desde Jerez la siguiente lista de algunas plantas halladas en sus ex- cursiones por la provincia de Cádiz en los años 1888 y 1889, nuevas varias de ellas para la flora de aquella provincia, y aun algunas para la flora española, como la Zostera nana y la Jasione glutinosa: Scolopendrium oficinale Sm.—En la Garganta verde, cerca de Zahara. Abies Pinsapo Boiss.—Sierra Blanquilla, entre Ubrique y Cor- tes, y cerca de Zahara. Pinus halepensis Mill.—Sierra de la Silla, cerca de Ubrique. Lemna minor L.—Cerca de Jerez. — gibba L.—Cerca de Jerez. Phucagrostis major Cavol.—Chipiona. Zostera nana Roth.—Chipiona. Eritanthus Ravenne P. B.—Chipiona y Algaida de Sanlúcar. Aygropyrum junceum P. B.—Chipiona. DE HISTORIA NATURAL. e: Oplrys bombyliflora L. K.—Cerca de Jerez. Celtis australis L.—Grazalema y Garganta verde. Jasione glutinosa D. C.—Cerca de Grazalema. Pulicaria sicula Mor.—Chipiona. Anthemis montana var. discordea Gay.—Grazalema. Centaurea exarata Boiss.— Algaida de Sanlúcar. Chamepeuce hispanica D. C.—Sierra del Espartal, cerca de Gra- zalema y junto á Zahara. Lactuca saligna L.—Chipiona. Ambrosia maritima L.—Sanlúcar. Plantago Bellardi AU.—Sierra de San Cristobal, entre Jerez y Puerto de Santa María. Lavatera triloba L.—Cerca de Jerez. Arenaria racemosa Wilk. ?—Grazalema. Silene pseudo-atocion Desf.—Jerez. Iberis contracta Pers.—Véjer. Hesperis laciniata AM.—Grazalema. Erysimum australe Gay.— Grazalema. Moricandia Bamburei Webb.—Jerez. Thalictrum glaucum Desf.—Jerez, Arcos, etc. Helleborus fetidus L.—Sierra del Pinar, sobre Benamahoma. —El Sr. Bolívar manifestó que iba á reemplazar al Sr. Cazu- rro en la misión de dar cuenta á la Sociedad del resultado de algunas excursiones realizadas el verano último, ya que por la premura de su salida para Nápoles no había podido hacerlo nuestro ilustrado consocio. En una de ellas, en la que tuvo el gusto de acompañarle, se habían dirigido hacia la confluen- cia del Manzanares y del Jarama, en un calurosísimo día del mes de Junio, explorando las áridas colinas que se extienden á la izquierda del Manzanares, en las que esperaban encontrar algunas especies de las descubiertas por nuestro consocio el R. P. Pantel en Uclés; sus esperanzas no resultaron fallidas, porque aparte de varias especies ya conocidas de la fauna ma- tritense, como los Ameles Assoi Bol. y Spallanzania Rossi; Leptinia hispanica Bol.; Empusa egena Charp. y algunas otras más comunes, descubrieron el Ocnerodes Brunner? Bol., que por segunda vez se encuentra en el radio de la provincia, ha- biéndolo sido la primera en el Cerro de San Benito del Esco- rial, y sobre todo, el Stauronotus crassiusculus Pantel, que solo 4. ACTAS DE LA SCCIEDAD ESPAÑOLA había sido hallado en las salinas de Belinchón (Cuenca) y la Arcytera hispanica Rb. En la segunda expedición que llevó á cabo el Sr. Cazurro, en compañía de los Sres. Janer y Fernández Navarro, partien- do de Santander habían llegado hasta Ándara en los Picos de Europa, recogiendo en el brevísimo tiempo de que dispusie- ron algunas especies que el Sr. Bolivar había también hallado en aquellas localidades algunos años antes, pero de las que no creía haber dado cuenta á la Sociedad, en cuyos ANALES se van archivando tantos datos interesantes para el conocimien- to de nuestra fauna, por lo que lo hacía ahora. Aphlebia carpetana Bol. Un solo individuo Q recogido por el Sr. Cazurro, y que debe corresponder á una variedad ? que existe en mi colección, en la que los élitros del ma- cho, de forma ovalada, se extienden hasta el primer seg- mento del abdomen; la variedad procede de Santander y fué descubierta por D. Julio Delgrás. Stenobolhrus stigmaticus Rb. — viridulus L. = 2 pullus Phil. Es la especie que el Sr. Cazurro cita en su Catálogo de los Ortopteros de España y Portugal, y por algún tiempo he dudado si podría referirse á ella el S£. Finoti Saulcy, del que no he podido procurarme tipos, pero las figuras de las preciosas láminas publicadas por el Sr. Finot en sus Orthoptéres de Francia permiten resol- ver negativamente esta cuestión, por más que no deje de extrañarme que esta especie no figure en la fauna fran- cesa. Comparando detenidamente nuestra especie, con ejemplares del Sí. pullus Ph. de Carintia encuentro dife- rencias de consideración; como la extraordinaria anchura del área escapular de los élitros, más allá del medio, la redondez de estos órganos en el extremo, la coloración de las rodillas posteriores que son rojizas y otros que sería prolijo enumerar, pero sobre los que he de insistir cuando reuna mas elementos para el estudio de este difícil géne- ro, si es que nuestro apreciable consocio el R. P. Pantel no le hace objeto de otra excelente monografía como las que recientemente ha publicado esta Socirbap sobre los Gryllomorpha y los Bacillus, lo que sería de desear. DE HISTORIA NATURAL. 5 Stenobothrus vagans Fieb. — bicolor Charp. — pulvinatus Fisch. W. — parallelus Zett. Es curioso no se haya encontrado ningún Gomphocerus Th. en aquellas alturas, lo que quizá se deba á la época en que se han verificado estas excursiones. Igual observación puede ha- cerse respecto al género Chelidura Latr. Epacromia Tergestina Mulh.—Esta especie se encuentra con abundancia en las marismas próximas al castillo de San Vicente de la Barquera. (GEdipoda cerulescens L. Caloptenus ¿talicus L. Pezotettiz pedestris L.—Esta especie solo habita en las monta- ñas elevadas; asi en la sierra de Guadarrama se halla á la altura del Puerto de Navacerrada (1.780 m.); en Picos de Europa y en los Pirineos parece se encuentra desde menor altura. Tettiz bipunctatus L. Leptophyes punctatissima Bosc. Meconema varium Fab.—Santander. Conocephalus mandibularis Charp. —San Vicente de la Bar- quera. Thamnotrizon cinereus L.—Solo se encuentra en el Norte de Eu- ropa, Oña, Bilbao, Picos de Europa. Platycleis grisea Fabr. Decticus verrucivorus L —En España solo se encuentra en las montañas; asi en Gredos, Pirineos y Picos de Europa. Ephippigera Seoanei Bol.—(Potes! Septiembre). — vilium.—Serv. WEecanthus pellucens Scop.—San Vicente. Nemobius sylvestris Fabr. —El Sr. Argenta presentó y regaló á la Sociedad una piel curtida de lija que le fué dada por el Sr. Corral y Lastra, pre- paración que dijo no sabía que se diese á estas pieles. El Presidente, en nombre de la Sociedad, dió las gracias al Sr. Argenta por su donativo. 6 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 12 de Diciembre de 1890. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se hicieron dos propuestas de socio. —El Sr. Medina dió cuenta de un trabajo titulado: Vuevas especies de Euménidos de Andalucia. —El Sr. Calderón leyó la nota siguiente: Espinela cromifera en masa de Estepona. «En concepto de mineral estannifero han sido donadas á las colecciones de la Universidad de Sevilla, unas muestras pro- cedentes de Estepona, de una sustancia que ha resultado per- tenecer al grupo de las espinelas (Mg O. M, 03), conteniendo un 3,50 por 100 de sesquióxido de cromo y sin indicios de zinc. Se trata, pues, de un pleonasto de la variedad llamada picotita, ó sea la espinela cromifera. »Ofrecen los ejemplares un color negro intenso, lustre resi- noso y estructura algún tanto lamelar. No he visto cristales sueltos ni completos, y sí solo algunas caras triangulares y por excepción alguna arista destacando de la masa. La den- sidad es de 3,75 y la dureza =8. »Las secciones delgadas de este mineral son de un verde muy intenso y descubren inclusiones de diópsido en forma de venillas y otras más escasas y raras de cuarzo. También encierra algún granillo de magnetita. »Forma la espinela en cuestión en Estepona, según las no- ticias del donante, dos capas poderosas puestas á descubierto merced á una antigua falla del terreno, y se denunciaron como mina, tomándolas por casiterita, bajo el título de Za California. Desconozco el yacimiento, mas supongo se halle relacionado, si no enclavado, en la gran zona de lerzolitas y noritas de la sierra Bermeja, indicada en el magnifico mapa DE HISTORIA NATURAL. 7 trazado por la comisión francesa encargada de estudiar los te- rremotos de Andalucía (1). »Por otro conducto he averiguado que el mineral se conocía hace tiempo en el país con el nombre de esmer2l, sin duda por haberse usado con este objeto, á causa de su dureza, que si no es tan elevada como la del verdadero esmeril, puede utilizar- se para muchos usos en sustitución de este. »Como se trata de una especie mineral de suyo no muy abundante en la naturaleza, y tan escasa en España que solo ha sido citada hasta ahora en forma de pequeños granos en las rocas del Escorial por los Sres. Macpherson y Quiroga, y en las de la serranía de Ronda por el primero, he creído de interés su hallazgo en gran masa en la provincia de Málaga, y si me fuera posible, me complacería en ampliar estas ligeras noticias.» —Se leyó y aprobó el siguiente presupuesto de gastos para el año 1891: EOUNCIEACIONES: al. Js a 0 ípesetad: Mozo para repartir......... O ODO 30 » >» Gastos de Tesorería y Secretaría......... 15 » >» DOTA ds o a DADO > —Se procedió á la elección de la mesa que ha de actuar en el año próximo quedando constituida en la forma siguiente: Presidente........ D. Salvador Calderón. Vicepresidente..... D. Casimiro Vinsac. Tesorer0.......... D. Manuel de Paul. Secretari0......... D. Manuel Medina. Vicesecretario..... D. José Puiggener. (1) Bertrand et Kilian: Htudes sur les terr. second. et lerc- de Grenade et de Malaga. (Mém. de PAcad. de Scienc.) 1889. 8 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sesión del 4 de Febrero de 1891. e] PRESIDENCIA DE DON MÁXIMO LAGUNA. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —(Quedaron admitidos como socios numerarios los señores: Lopez (D. Luís), doctor en medicina, de Madrid, propuesto por el R. P. Pantel, y Chaves y Perez del Pulgar (D. Federico) Sanchez-Navarro y Newman (D. Emilio), ambos de Ma- drid, propuestos por D. Cárlos Hernández y Martínez. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad que se diesen las gracias á los donantes de las que son regaladas. —El Sr. Dusmet leyó la nota siguiente: «En la expedición verificada en Diciembre último por el Sr. Quiroga, ha recogido en los alrededores de Málaga y Este- pona, diversos crustáceos, que, en su mayor parte, no figura- ban, procedentes de esas localidades, en la colección de España y Portugal del Museo. »Por este motivo es conveniente su enumeración, por lo cual, los alumnos de Zoografía de Articulados, han procedido á su clasificación, encontrando que dichos ejemplares deben referirse á las especies siguientes: -Imachus scorpio Fabr. Portunus depurator L. Calappa granulata L. Atelecyclus cruentatus Desm. Dorippe lanata Bosc. Eupagurus Prideauxi Leach. Pagurus striatus Latr. Squilla mantis Rondelet. Porcellio ygranulatus M. Edw. Armadillo oficinalis Desm. Armadillidium granulatum Brandt. DE HISTORIA NATURAL. 9 »El Pagurus síriatus ha sido recogido en Estepona: las res- tantes especies en Málaga y_todas ellas, excepto las terrestres, salieron en el copo. —El Sr. Chaves leyó la nota siguiente: Observaciones cristalográficas sobre la teruelita. «D. Amalio Maestre, que describió este mineral (Anales de Minas, t. 11, páginas 263 y 65), consideraba los cristales como octaedros oblicuos cuyo eje llega a tener hasta 6 lineas de longi- tud. Más tarde el Sr. Quiroga los refirió al sistema exago- nal (1) como romboedros alargados, truncados sus vértices polares por la base exagonal, que conserva á manera de coro- na, tres pequeñas facetas, restos del romboedro primitivo pa- ralelo al de exfoliación. Este romboedro de exfoliación fué medido por el Sr. Quiroga, que halló 106” en la mayoría de los cristales. »Yo he encontrado, estudiando buenos cristales de este mi- neral procedentes de los alrededores de Teruel, que existen en la colección de minerales de España del Museo de Historia Natural, y que el Sr. Quiroga ha puesto á mi disposición, 106” 12' para el romboedro de exfoliación. Este valor es el que dan Nauman-Zirkel (Elem. der Min. Elfte Aufl., 1881, 409) para la ankerita. »El romboedro primitivo que rodea la base exagonal, no ha podido ser medido, pues sus caras se presentan excavadas en todos los ejemplares, como observó el Sr. Quiroga, pero parece ser el de exfoliación. Lo mismo sucede con la base exagonal. »Para valor del ángulo del romboedro agudo, que es la forma dominante, he hallado 66” 4' que da para el diedro ecuatorial 113” 56'. Este ángulo corresponde al romboedro (4041), que es muy frecuente en la dolomita. La forma de la 7eruelita está constituida por la combinación (4041), (1011), (0001). »El ángulo del romboedro agudo sobre el de exfoliación, es de 174” 9. En algunos cristales muy poco desarrollados en el sentido del eje ternario, las caras del romboedro primitivo cortan al romboedro agudo por los vértices ecuatoriales. Un (1) La teruelita: ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HisT. NAT., t. 11, 1883. 10 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA desarrollo más limitado según el eje ternario, da en otros ejemplares caras pentagonales de dos aristas muy cortas. En- tonces el desarrollo es casi igual en todos sentidos. »Es de notar que los cristales que halló Rojas Clemente en la provincia de Granada (1), presentan indudablemente el romboedro primitivo de la ankerita, á la cual debe referirse la teruelita, como término de la serie de los carbonatos rom- boédricos y debe colocarse entre la calcita y la dolomita. También es esto confirmado por el análisis químico, pues el Sr. Quiroga (2) halló'que es un carbonato cálcico magnésico ferroso manganesiífero, con algo de una arcilla carbonosa, é indicios de ácido fosfórico. »En la fig. 278 del atlas de la Mineralogía de Descloiseaux, puede verse un cristal de dolomita en el cual á las formas es- tudiadas en la teruelita, se unen las del prisma exagonal y el trapezoedro trigonal, y en la fig. 2 de la pág. 433 de la obra del profesor Tschermak (3), está representado también un cristal de dolomita que tiene los mismos elementos y facies de la teruelita de Teruel, llevando además el trapezoedro tri- gonal. »Los ejemplares que he estudiado están engastados en una selenita sacaroideo-lamelar, algo más coherente que la que contiene los romboedros recogidos por Rojas Clemente. | »En las caras del romboedro agudo, presentan los cristales estrías bastante profundas á veces, é interrumpidas, que no son otra cosa que los trazos de las caras del romboedro primi- tivo sobre el romboedro agudo.» -—El Sr. Hernández y Martinez leyó lo que sigue: Galena pseudomorfica del yeso. «Procedente de Sierra Almagrera, y hallado á 252 m. de pro- fundidad en la mina San Andrés, ha llegado recientemente al Museo de Historia Natural un curioso ejemplar de galena pseudomórfica del yeso, pseudomorfismo que aunque no está (1) Se halla este ejemplar en la colección de minerales de España del Museo de Historia Natural. (2) Ibid. (3) Lelrb. d. Min. Tiz. au/., 1885. DE HISTORIA NATURAL. 11 citado en los libros corrientes de mineralogía (Dufrenoy, Naumann-Zirkel, Tschermark, Dana, Lapparent) ni aparece citado en el de Roth (1), siendo por tanto muy probable que tampoco le haya conocido ni descrito Blum en su clásico libro sobre esta materia, no es extraño llegue á realizarse en aque- lla región en que tanto abundan el yeso y la galena. »Consiste en un cristal aislado, cuya superficie está cubierta por limonita y cuyas dimensiones son: 53 mm. según 4, 21 se- gún b y 20 según C. »Está constituído por la combinación de las formas (010), (110) y (111), con desarrollo predominante de las cuatro caras de la segunda paralelamente al clinoeje. »Las caras de la hemipirámide se presentan algo curvas por el comienzo de desarrollo de alguna forma domática. »He medido algunos de sus ángulos diedros con la aproxi- mación que permite la rugosidad desus caras, valiéndome del goniómetro de aplicación y efectuando diferentes veces la me- dida del mismo diedro para tomar la media aritmética. »Hé aquí el resultado de este trabajo comparado con los va- lores de los mismos diedros en los cristales de yeso que figu- ran en los clásicos tratados de Naumann-Zirkel y Dana: »(110) : (110); valor hallado 111” según Naumann-Zirkel, 111* 15, y según Dana, 111” 42. »(111) : (111), respectivamente 141” 30”, 143 30' y 143” 42, »Estos valores de los diedros de la hemipirámide y del pris- ma de la galena de sierra Almagrera coinciden á mi juicio lo bastante con los de las mismas formas del yeso para deducir que pertenecieron primitivamente á esta sustancia. »Según lo que puede juzgarse de la textura del ejemplar por algunos ligeros desconchados que presenta, es hojosa y la exfoliación exaédrica, propia de la galena, está dispuesta de modo que uno de los sistemas de planos es paralelo á la clino- pinacoide y otro normal á los dos vértices formados por la in- tersección de las caras del prisma y de la hemipirámide. »Por el conjunto de su forma recuerda inmediatamente la de algunos cristales de yeso que hay en la primera sala de la co- lección pública de minerales del Museo.» (1) Allg.u. chem. Geol. 1 Band. 1879. 12 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA El Sr. Presidente dijo que no quería levantar la sesión sin manifestar el placer con que había oido la lectura de las no- tas anteriores presentadas por algunos de los socios jóvenes y el deseo de que todos imiten á estos señores, tomando parte activa en las tareas científicas de la Sociedad. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 10 de Enero de 18091. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se repartió el cuaderno 2.” de los ANALES. —()uedaron admitidos como socios numerarios los señores Barras de Aragón (D. Francisco de las); Cala y Sánchez (D. Miguel), presentados por D. Salvador Calderón. —Se hicieron dos propuestas de socios. —El Sr. Calderón presentó un trabajo acerca de Los volcanes barrosos de Morón. —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: «Recientemente he tenido ocasión de estudiar varias hormi- gas procedentes del Museo de Historia Natural de Lisboa, cuya determinación doy más abajo. Gracias á la amabilidad del distinguido naturalista M. Girard, conservador de dicho Museo, puedo comunicar hoy á la Sección estas ligeras noti- cias referentes á los formícidos de nuestro vecino reino, que procuraré completar en cuanto me sea posible. Camponotus sylvaticus Ol. Q.—Lisboa. = micans Nyl. $.—Algarve. — cruentatus Latr. $.—Sierra de la Estrella, Algarve, Lisboa. FPormica pratensis De Geer. %.—Sierra de la Estrella. No citada de Portugal. DE HISTORIA NATURAL. 13 Aphenogaster barbara L. 5 0 S.—Lisboa. Pheidole megacephala Fab. 0.—Lisboa. Cremastogaster scutellaris Ol. G.—Sierra de la Estrella. »Debo á nuestro consocio Sr. Cabrera, que tantos datos ha reunido de la fauna y flora del Archipiélago canario, la breve enumeración que sigue de las hormigas de aquella intere- sante región. La determinación de las especies la he conse- guido, bien estudiando por mí los ejemplares recogidos por dicho señor, bien por las noticias que él mismo me ha comu- nicado. Camponotus sylvaticus Ol. $. — pubescens Fab. $. Formica fusca L. $. Tetramorium cespitum L. O. Aphenogaster barbara L. %. Se — structor Latr. $. (05 Ye Cremastogaster scutellaris Ol. Y »Los datos que anteceden prueban evidentemente la extensa área de dispersión de estas especies, que con desesperante frecuencia encontramos en todas nuestras excursiones, y que, por tanto, deben ser en Canarias, como lo son en Andalucía, las más comunes. No dudamos, sin embargo, en asegurar que exploraciones más detenidas nos ofrezcan datos de importan- cia, tanto locales como generales, para el conocimiento de aquella fauna». Sesión del 4 de Marzo de 1891. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. —Leída el acta de la anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Director general de Administración y Fomento del Ministerio de Ultramar, remitiendo á la Sociedad, de orden del Excmo. Sr. Ministro de Ultramar, un ejemplar del Mapa 14 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA geológico de la isla de Panay (Filipinas), por D. Enrique Abe- lla. Del Presidente de la Academia Imperial Leopoldino-Caro- lina de Naturalistas en Halle sobre el Saale (Prusia), propo- niendo el cambio de sus publicaciones por las de nuestra So- ciedad y del propietario de la Revue scientifique du Bourbon - nas con la misma petición. . La Sociedad acordó que se dieran las gracias á los señores Ministro de Ultramar y Director general de Administración y Fomento de aquel departamento, y que las peticiones de cam- bio pasaran á la Comisión de publicación. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas, acordando la Sociedad se dieran las gracias á los do- nantes de las que son regaladas. —El Sr. Secretario leyó la nota que sigue, remitida desde Barcelona por el socio Sr. Cuni y Matorell : «Siguiendo la costumbre de los demás años, me encontra- ba en el último veraneando en la villa de Calella, cuando fui advertido que se había presentado la plaga de la oruga en un alcornocal del término de Tordera. »Esto fué el día 30 de Junio, y al siguiente me trasladé al citado punto, donde pude hacerme cargo de los destrozos cau- sados, por cuanto se hallaban los árboles sin una hoja, todas comidas por la voraz oruga. Y sin embargo, no me fué dable ver una siquiera; era demasiado tarde; se habían ya transfor- mado; en cambio, las telarañas, ósea los capullos, se contaban por millares; los había en el envés de las hojas medio roídas; en las bifurcaciones de las ramas, y cubriendo los arbustos de aquellos alrededores. »Como el año anterior, conforme tuve ocasión de manifes- tar á la Sociedad, la Ocneria dispar hizo estragos en varios al- cornocales de los términos de San Feliú de Guixols, Rumañá y Tossa; crei de pronto se trataba de dicha especie, mas luego de haber examinado algunas crisálidas, conocí que no era otra que el Bombyz neustria, como lo demostraba la prolon- gación del capullo y el polvillo, parecido á flor de azufre, que lo caracteriza. A pesar de mi certidumbre, recogí unas cuantas crisálidas, que me llevé á casa, para proporcionarme las mariposas. Pronto pude contemplarlas, pues á los cuatro días empezaron á salir, machos y hembras, de las dos varieda- des; y no fueron pocos los capullos que quedaron sin producir DE HISTORIA NATURAL. — 15 elinsecto perfecto, por haber sido atacados de los parásitos, que aparecieron para dar testimonio de ello, perteneciendo, los que observé, al orden de los hymenópteros y á las espe- cies siguientes: Theronia favicans Fab., Pimpla examina tor Grav. y Chalcis femorata F.; este último en abundancia. »Resultado: que la oruga que en estos últimos años devoró las hojas de los alcornoques en los distritos antes menciona- dos, fué la Ocneria dispar, y la que este año lo ha verificado en el término de Tordera ha sido el Bombyz neustria, la tan conocida y vulgar l¿vrée de los franceses, que causa daños de consideración á sus árboles forestales. »Lo que mayormente me complació fué, el hacer conoci- miento con tres de los principales protectores del arbolado que, juntos con el coleóptero Calosoma sycophanta, forman parte de la legión, á quien la Providencia tiene dado el en- cargo de no permitir que las orugas traspasen el límite de propagación que les tiene señalado. »De la naturaleza misma hemos de esperar el remedio de muchos males; que en cuanto al hombre, por lo regular, se cruza de brazos y nada hace para contrarrestar las plagas que azotan la agricultura; y si se mueve, á veces es para empeo- rarlo, como sucede con las útiles golondrinas y otras aves in- sectívoras que, durante cada otoño, en todo el litoral de la provincia de Barcelona, se las persigue de una manera encar- nizada, y se hace de las pobrecillas una horrible matanza, no obstante de existir una ley que lo prohibe. »Además; tenemos los pinares afeados con los nidos de la oruga de Cnelhocampa pityocampa; el monte bajo devastado por la multitud de las de la Porthesia chrysorrhea, y á pesar de ser fácil la recogida de las bolsas y telarañas con las larvas que contienen, y quemarlas, se deja que estas sigan su des- arrollo, sin preocuparse del peligro en que encuentran los que han de frecuentar los bosques, de sufrir en los ojos y en la garganta los efectos caústicos que producen los pelos que cubren el cuerpo de las referidas orugas». —También el Sr. Secretario leyó la siguiente nota del socio D. Carlos Pau, de Segorbe: 16 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Sinónimos de plantas citadas en España. Clematis maritima auct. hisp. (non L. p. p.)=C. angustifo- lia Jaq. Pulsatilla Hallerr =P. vulgaris Mill. Anemone sylvestris Asso=Pulsatilla vernalis Mill. — irifolia Pourr. ex Lange= 4. nemorosa L. Helleborus occidentalis Reut.=4A. viridis L., forma. Nigella arvensis (auct. hisp. pl.) =V. divaricata Beaupré. Aguilegia speciosa Timb. (non DC.) =4. vulgaris L., forma. —- discolor Ler. et Lev.=A4. pyrenaica DC., var... Delphinium Loscosít Csta. =D. pubescens DC., forma. Estas «dos especies» no son más que variedades del D. con- solida L.; 6, como quieren otros, subespecies del D. panicula—- tum Host., pero sin diferir entre sí. Delphinium hispanicum Willk. =D. orientale Gay., var. Berberis vulgaris Asso (p. p.)=B. hispanica Bss. et Rt. Glaucium fulvum Sm.=(G. flavum Gr. Hypecoum littorale Wulf. =H. procumbens L., forma pet. in- tegris. : Pumaria spicata auct. hisp. pl. (non L.)=F. £cheandie Pau. Nasturtium hispanicum B. et R. NV. pyrenaicum R. Br. Barbarea pyrenaica Timb.=B. intermedia Bor. Alyssum cuner/olium Ten. =A. atlanticum Desf. — hispidum L. et P.=4. calycinum L., var... — psilocarpon Boiss.=A. calycinum L., forma pumila. Clypeola pyrenaica Bord.= Cl. microcarpa Mor., forma. Erophila majuscula Jord.= E. Krockeri Andr.=ZE. vulga- ris DC., forma. Iberis Porestier? Jord.=1. amara L. forma. — petrea Jord.=1. Tenoreana DC., f. Biscutella oreites Jord.=B. levigata L., forma. — rosularis B. « R.—B. montana Cav. — pratensis Timb.=B. levigata L., var. pinnatifida GG. — pyrenaica Huet.=B. levigata L., var... Erysimum patens Loscos!= £. repandum L. DE HISTORIA NATURAL. 17 - Ethionema monospermum R. Br.=.4 ft. pyrenaicum Bout. Reseda macrostachia Lege.=R. bipinata W. — Phyteuma Loscos?=R. mediterranea Jaq.? (et L.) Recuerdo confusamente haber visto una planta del malo- grado Loscos no sé dónde, cómo, ni cuándo; por lo que no puedo afirmar si corresponde á la R. Jacquini Rehb. 0 á la R.inodora Rchb. A esta última, sobre todo, se le parece mucho. Reseda leucantha Hgelm.=R. undata L.=R. GCayana Bss. Fumana arabica=Fumana ericoides (Cav. sub Cisto), forma elandulosa. h Viola pyrenaica Ram.=V. sciaphila K. V. — scotophylla Jord.=V. alba Bss. , subsp. — puberula Lge.=V. arenaria DC., var...? — tolosana Timb.=V. odorata L., forma. Silene nevadensis Bss.=8S. italica P. var.!=S. pauciflora Salm.? — arvensis Loscos=S. Muscipula L., forma alotrópica. En una obra intitulada 4 /lotropia vegetal, que pienso pu- blicar cuando me aligere de las atenciones que sobre mi pe- san, explanaré mi teoría sobre los estados alotrópicos del reino vegetal. Silene coarctata Lag., especie diferente de la S. cerastioides L. Dianthus anticarius Bss. et Rt.=D. Reguienti Godr. = setabensis Rouy =D. hispanicus Asso. =- maulticeps Rouy (etiam Costa?) =D. valentinus WiUk. + D. pungens G.? aut melius D. valentino Xx Re- guienii Pau. —- Caryophyllus L.=D. longicaulis Ten. 6. hortensis Pan. == — Asso= D. cesius Sm. — Boissieri Lge., ap. Rev. pl. and.=D. longicaulis Ten. Linum tenvifolium=L. sufruticosum L. Ononis aggrezata Asso=0. Picardi Bss., f. stipulis minus latis. Medicago sufruticosa Duf.=M. leiocarja Benth. forma sego- bricensis. Trigonella polyceratoides Lge.=T. polycerata L. Astragalus Tragacantha Asso (p. p.)=4. aistatus L'H. — - — — =A. Boissier Fisch. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XX. 2 18 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Astragalus Onobrychis=A. monspessulanus L. — physodes =A. monspessulanus L. var. chlorocyaneus Costa. — pilosus Asso= A. turolensis Pau. Coronilla valentina= C. minima L. var... Hedysarum pedunculare Cav.=/11. Pontanestt Bss. Lotus pedunculatus Cav.= L. uliginosus Schk. sec. Willkomm in litt. ad me. Certe! Vicia parviflora Cav.=HErvum gacile DC. Orobus canescens y. ensifolius (Colm. rev. 11, p. 283) =Lathyrus Tremolsi Pau. y GCeum hispidum= (F. molle Vis. Panc. Lythrum fleruosum Lag.=L. acutangulum auct. non Lag. — acutangulum Lag.=L. maculatum Bss. et R£. Laserpitium canescens Boiss. =L. scabrum Cav. Scandiz micrccarja Lee. =S. australis L. Lonicera Caprifolium auct. reg. montane=L. etrusca Santi. — — auct: inf. res. L. impleza A1t. Bellis microceprala Lge.= B. anaua L., forma. Solidago macrorrhiza Lge.=S. Virga-aurea L., forma. Santolina canescens Lag.=S. rosmarinifolia L. genuina. — pectinata Las. (sp. sat bona) =S. rosmarinifolia L., var. canescens Bss. : Leucanthemum commutatum Timb.=L. montanum DC. Artemisia incanescens (auct. hisp. non Jord.) = A. fruticosa Asso. Hellichryson angustifolium (auct. hisp.) =4H. serotinum Bss. Saussurea macrophylla (auct. non Saut.) =S. alpina L., forma pumila=5S. Pujolica Osta. y Tarazxacon tomentosum Lge. =T. serotinum Poir., forma. Andryala Rothia P.=A. arenaria B. R. —- lazxiflora DC.=A Rothia P. var... Cynoglossum Loreyi Jord. =C. Valentinum Lag. Satureia montana auct. hisp. pl.=S. obovata Lag. — intricata Lee. =S. obovala Lag. Euphorbia serrata L., var. phylloclada Lange =H. segetali X serrata Pau. Mercurialis tomentosa L. f. pubescens Loscos et Pardo= M. to- mentosa L. + M. annua L: DE HISTORIA NATURAL. 19 —El señor Hoyos leyó lo que sigue: Volas sobre geología de Campdo (Santander). «Entre los múltiples apuntes que sobre la Historia Natural he tomado durante mi permanencia en Camp00, creo útil pre- sentar á la Sociedad los que á la constitución geológica del país se refieren, porque difieren y amplían algo los datos con- signados en la Descripción Físico-Geológica de Santander, publicada por Maestre en 1864, y en los Apuntes sobre geolo- gía de Santander, últimamente dados á luz en el «Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España,» obras que son las principales sobre la geología de la región. Hubiéramos exten- dido las notas á otros parajes de la provincia; pero el no tener completos algunos y corresponder otros, más que á mi, á nues- tros consocios señores Cazurro, Janer y Fernández Navarro, me lo han impedido. »Comprenderé, bajo la denominación de Campdo, los valles altos del Ebro incluídos en Santander, y que por orden de al- titud son Suso, inmedio y Yuso, limitados natural aunque no políticamente por las divisorias de dicho río con la costa can- tábrica y los afluentes del Duero. La forma general del valle es una parábola, cuyo vértice no es Peña Labra como hasta ahora se venía diciendo, asignando á dicha altura (2.002 m.) la propiedad de ser el punto hidrográfico más notable de Eu- ropa, pues que de allí van las aguas á tres mares, al Cantá- brico por los ríos Nansa y Deva, al Atlántico por el Pisuerga, afluente del Duero, y al Mediterráneo por el Hijar, que lo es del Ebro. El innominado punto que goza de tal propiedad, se halla 2 km. más al E. que Peña Labra, y en la parábola de que hemos dicho es el vértice, hallándose, por tanto, dicha peña en la prolongación de lo que pudiéramos llamar el eje del valle y separado de él por una línea de alturas mínimas que solo dan aguas al Nansa y Pisuerga. De este mismo punto y de las fuentes que tanto abundan en aquellas alturas nace una de las ramas del río Hijar, que no debe considerarse como el Ebro, sino como su primer afluente, por ser de corriente intermitente, por la composición de su cáuce y su orientación; la otra corriente del Hijar, que en el país se la considera como el verdadero río, nace en las Peñas de Pando y va por la parte 2 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA S. del valle á unirse á esta en Puente Riaño, con un curso de 6 y 12 km. respectivamente. Para dar una idea del régimen de este río, basta indicar que esta región, que pudiéramos consi- derar la de las cascadas, tiene una pendiente de 0,096 por te- ner una diferencia de 1.152 m. entre Puente Riaño (988) y Pe- ñas de Pando (2.140), bajando á 0,0094 en los 15 km. que siguen hasta su confluencia con el Ebro, siendo la de este río desde su origen hasta su confluencia con el Vilga, término de los valles que estudiamos de 0,0034. »Dentro de las formaciones secundarias están siempre los terrenos que componen el suelo de Campoo, excepto algunos aluviones, dos manchas diluviales de escasisimo valor y los afloramientos ofíticos que han dislocado los estratos mesozói- cos. Aparecen las formaciones triásicas en los vértices y gran- des alturas occidentales de la Sierra de Hijar, se cubren de: manchones jurásicos en el paralelo de Soto y Matamorosa, y se ocultan estos á su vez bajo el cretáceo de la Vilga en una curva que empieza entre Santiurde y Aguayo, y que sigue casi paralela al ferrocarril hasta cerca de Matamorosa, donde se dirige rápidamente hacia el SE., siguiendo igualmente para- lela al curso del Ebro, hasta cortarle en la Aldea. Esta distri- bución general necesita, sin embargo, bastantes aclaraciones. »Tridsico. Pudiéramos decir que la formación campurriana es triásica y que á trechos ha sido cubierta por un prolonga- miento que penetra del cretáceo del Escudo de Burgos. Des- cansa el triásico en Peña Labra y toda la vertiente de Polacio- nes sobre el carbonifero que por allí se extiende hasta los Pi- cos de Europa, señalando su limite S. por lo que á nosotros corresponde estudiar, la provincia de Palencia, sigue desde el punto en que le corta el ferrocarril cerca de Mataporquera una dirección NO. por Castillo, Hoyos, Cervatos y Matamorosa; ya en este punto pueden marcársele dos direcciones, la primera bien definida por Villacantud, Paracuellos y Soto, y la segun- da, que encierra manchones de jurásico y va limitada por el cretáceo por Bolmir, Requejo, Somballe, á unirse al límite se- ñalado por Maestre en San Miguel de Aguayo, comprendien— do en parte el rombo que, rodeado de jurásico, señalan los se- ñores Puig y Sánchez, dándole un límite oriental demasiado extenso en perjuicio del cretáceo. El límite aceptado por di- chos ingenieros, ya señalado por Prado, y que sigue el Puer- DE HISTORIA NATURAL. 21 to de Palombrera, es exacto si no se admite como continuo, pues no lo es el istmo jurásico que divide el trias de Campoo - del de Molledo y Barcena. »La división clásica del trías no tiene representación en el de Campóo, pues nada que pueda asimilarse al muschelkalk se ha encontrado, quedando solo representadas las formacio- nes fluviátiles del terreno y principalmente la inferior 6 de las areniscas y gres. Cortando el valle desde Naveda y en di- rección NO. y siguiendo el curso del río se ven aparecer las areniscas grises de grano duro que pasan á cuarcitas, con al- guna hojuela de mica, aunque muy rara; en Puente Riaño se cargan de mica y se hacen hojosas dando grandes lajas que se extraen en La Lomba y camino de Puente Dée; hasta de 7 m. por cima de ellas aparecen las pizarras micáceas mora- das Ó vinosas satinadas, que se dividen en placas muy del-- gadas y que se ven en La Hoz, Abiada y Entrambasaguas con una dirección NO. á SE. y 20” NE. de inclinación: en Entram- basaguas se cubren de los aluviones de cantos y arcillas del Hijar. »Siguiendo el camino nuevo de Espinilla á Abiada se ven estas pizarras variar de color alternando bastante regular- mente, y están cubiertas por margas y arcillas de todos colo- res, siendo casi verticales las zonas de color de las margas. En Villar, á la falda SE. del cerro que ocupa el cementerio, se presentan intercaladas entre pizarras y margas arcillosas, ca- pas de 0,10 á 0,30 m. de dolomia algo cavernosa y de aspecto granugiento, con una dirección de ENE. á 0S0. y un buza- miento al N. de 40”, y sobre ellas unas delgadas capas de ca- liza hasta que se asemeja á la litográfica con lechos de pe- queños cristales de caliza. En Abiada aparecen grandes cantos rodados de conglomerado, y en la subida á la cabaña de La Hoz, pizarras grises algo onduladas con menos mica que las del valle bajo, y más satinadas y coherentes. Ya en lo alto de la cuenca, se ven los conglomerados siliceos de variado tama- ño y naturaleza, pues hay granos de cuarzo y pizarras de 1 mm. á20 cm. de diámetro; estos conglomerados coronales tienen gran confusión de direcciones é inclinaciones, pudién- dose señalar en general su convergencia hacia el valle de replegamiento y quebradura que han formado. En Cuenca Crée, dando vista á Polaciones, la dirección de los conglome- 22 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA rados que se disponen en finos estratos es de ESE. á ONO. y de 40” SO. el buzamiento. »La composición, pues, del terreno es análoga á la señalada por el Sr. Monreal en Almería, y algo á la que describe el Sr. Vilanova en la provincia de Teruel, sobre todo refirién- donos á la morfología del mismo, pues aunque la accidenta- ción y quebradura es general á esta formación, como lo prue- ban las clásicas agujás verticales, de Lankofi, las de Santa Agueda en Castellón, el castilo de Montiel que cita el Sr. Cor- tazar en su descripción de Ciudad-Real y los cortes y hoces del río Martín, Alcaine y baños del Segura, pudiéramos dar idea de los derrumbaderos por los que es imposible caminar, de los cortes verticales Ó con inclinaciones impracticables, del aspecto de ruinas y trastornos que en todas partes se presen- tan, transcribiendo aquí los párrafos con que describe el se-- ñor Monreal la formación triásica en Portalaba. »Muy diferente es la facies del trias bajo que se extiende de Noveda á Matamorosa. Ni areniscas ni pizarras en grandes extensiones encontramos, solo bancos de margas y arcillas irisadas representan la formación; asi siguiendo el curso del Hijar vemos á un lado y á otro del río y principalmente en los llamados terrenos del Hijar, las margas y las arcillas de todas clases ocupar largas extensiones solo interrumpidas por potentes bancos de yeso, como en Villacantid y estratos del mismo en menor cantidad entre Nestares y Matamorosa donde el río produce escarpes que ponen al descubierto una gran variedad de yesos, de el perfectamente cristalizado y ta- bular al fibroso y arenáceo, manchados á veces por residuos margosos negros y arcillas de colores varios. En estos terre- nos aparecen empotrados en la marga arcillosa pequeños cristales de cuarzo con el prisma y el apuntamiento pirami- dal, á los que llaman en el país faroles, existen asimismo en una pizarra gris arcillosa piritoedros siempre de reducidas dimensiones. »De la riqueza mineral del terreno, señalaremos algunos datos, no citando todos los yacimientos por su gran número, hecho general á toda la provincia, como lo indica el haber sido demarcadas 293 minas en el año último. En primer lugar, por su interés científico, citaremos un yacimiento de lignito que existe cerca de Abiada, y que permite considerar DE HISTORIA NATURAL. 23 como pertenecientes á las capas inferiores del keuper las ar- cillas y pizarras en que arma, pues solo se citan estos depósi- tos en el piso llamado del Kohlen-Keuper ó Lettenkohle. A igual piso podemos referir otras capas de lignito que se han denunciado en Las Herucas del Puerto de Palombera, y aun deben considerarse sincrónicas las bolsadas de plomba- gina descubiertas en diversos puntos del valle, siendo las principales la mina Victoria Regina de la braña de Hozcaba, cerca de la anterior, y la Angeles de Cuatro Caminos en Camino, y Punta de Hito Helado en Argueso; aclara este punto la clasificación de los fósiles en grafito que hemos recogido. »Citaremos en segundo término las minas de calcopirita de Soto. que se explotan desde el año 56, sirviendo de ganga á la pirita y sus derivados la calcosina y covelina que se hallan en abundancia unidos á otros minerales de cobre, una are- nisca gris micácea y en algunos puntos cuarcitas, y aun el cuarzo cristalizado. A igual formación corresponde otra ex- plotación abandonada en el cerro de la Corona entre Barrio y La Población, y algunas calicatas que se han verificado en otros pueblos. »En Bustandián y la Cuenca de Proaño se halla el hierro oli- gisto micáceo en una arenisca muy arcillosa y teñida por hie- rro. En el puerto de Sejos preséntase una potente formación de Siderosa espatica de la llamada mena rubia, y á veces mues- tra bonitos romboedros; la montera de esta formación se ha transformado en un ocre amarillento deleznable; en el pueblo de Serna hay una pequeña formación análoga. »En la Cardosa hállase repetida la presencia de la pirita de hierro en cristales sueltos en las arcillas endurecidas; pero aquí son cubos muy perfectos casi siempre, á veces con face-_. tas de 7 (210) y x (111), pero nunca en formas simples hemié- dricas, que son las únicas que se presentan en Matamorosa. »Para terminar, mencionaremos la formación de Zurba en los derrumbaderos y neveros de los puertos de Hijar, allí donde si la nieve no puede considerarse como perpetua, bien podemos llamarla permanente. »Jurásico. Mejor estudiado este terreno, por cruzárle el ferrocarril y la carretera, ha originado además de las ya cita- das publicaciones, notas de los Sres, Olavarría, Gascue y otros. 24 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Merece fijarse, sin embargo, su distribución, pues no corres- ponde á la señalada, y es que los límites asignados por los di- versos observadores no son exactos, siendo los manchones ju- rásicos una serie de trozos rotos y repartidos como islotes de un archipiélago, según la gráfica expresión del Sr. Linares, autoridad la más competente en esta materia. Así podemos reconocer estos islotes liásicos desde Vimón y Lanchares, límite oriental, hasta Villar, pues á esta formación referimos unos potentes bancos de caliza gris, de aspecto litográfico que se presentan alineados de ESE. á ONO., y una inclinación de 35" SSE. La zona más extensa, aunque no continua, es la que comprende desde Morancas á Argueso, formada de la caliza ya dicha, en una dirección general de E. 4 0., que entre Fontecha y Fresno es de NNO. 4 8SSE., y en Camino se presenta en ban- cos muy horizontales, soportando pizarras y margas detríticas irisadas y carbonosas. En el camino de Fontibre á Argueso, los enormes bancos calizos están verticales formando cerros es-. carpados; en este último pueblo están otra vez horizontales en el cerro que soporta el antiguo castillo del Infantado, hoy de D. José Rábago, y más arriba se presentan potentes vetas de espato calizo blanco y perfecto en la exfoliación, que son ex- plotados. »La región meridional que no se une á la anterior—como figura en el mapa de Maestre,—por Paracuellos y Villacantid, comprende una zona de 15 km. que atraviesa el ferrocarril de Matamorosa á Mataporquera. La dirección general de sus ban- cos calizos y margosos es la misma 0.-E.; pero su inclinación varía de ser vertical en las crestas de Peñarrubias, entre Izara y Matamorosa, á unos 20” S. en el lm. 433, y á formar la sin- clinal de el viaducto de Celeda; el corte en el km. 433,12 es cu- rioso, pues presenta las ya citadas calizas algo azuladas, corta- das por una ofita que ha originado una brecha cavernosa de los restos calizos, que se cubre por una marga arcillosa ocrá- cea, volviendo sobre esta la caliza con vetas cristalizadas y en posición más horizontal que la inferior. La. misma brecha hemos hallado al N. de Fresno, formada de una caliza más negra y cementada por una arcilla rojiza. Aunque en mal es- tado hemos recogido fósiles en todos estos cortes, pero como no están terminados de clasificar, no damos la lista ni hace- mos las aclaraciones que sobre la nomenclatura de los diver- DE HISTORIA NATURAL. 25 sos pisos darían; figuran entre ellos Ammonites, Terebratulas, Grypheas, Peclen y Posidonias. »La unión del jurásico campurriano con el cabuernense, se verifica por los manchones del puerto de Palombera, donde se repiten las calizas y aparecen las pizarras algo micáceas; la denudación de los bancos jurásicos diversamente inclinados, ha producido los taludes y murallones de las Aguileras y Bus- tandián. En el puente del Pozo del Amo están cargadas de tal suerte de carbonato de cal las aguas, que en dos años se han formado preciosas concreciones estalactíticas de delgadísimas capas de un blanco puro, que nos han sido cedidas por don Francisco Morante. Tanto en el jurásico de estos puertos como en el de los valles, se presentan depresiones ó hundimientos de las calizas, dando lugar á la formación de las Zorcas, tan temibles para los ganados y caminantes; en los valles bajos merecen citarse el pozo de Cueto en Matamorosa, de unos 100 m. de diámetro, el de Pormeo, en Reinosa, algo más pe- queño y en límite del cretáceo, y el de Pozazal, á orillas de la vía todos ellos. »En contra de lo que afirmaba Maestre, que no se encontra- rían minerales en este terreno, podemos citar las varias de- marcaciones de galena y calamina, que se han denunciado en los cortes mismos de la carretera de Reinosa á Cabezón de la Sal; las de minerales de zinc del Torcón de la Valleja en Horcaba; las minas de San José y Campo en La Miña, de don- de tenemos preciosos ejemplares de harkisa, niquelina y ul- manita y varias explotaciones de calamina en Fontibre, Ar- gueso y Matamorosa; debemos citar un manantial de aguas sulfurosas cálcicas templadas que nacen en el sitio llamado los Fuentucas, al NO. de Fontibre. »Cretáceo. El extremo occidental de la zona cretácea pire- náica, es el que forma el cretáceo de Campoo, viniendo por la ca- rretera misma del Escudo se dobla hacia San Miguel de Agua- yo hasta encontrar el ferrocarril, al que sigue paralelo, alcan- zando en Reinosa su vértice occidental que, prescindiendo de los isleos jurásicos, es su unión al trias en el convento de San Francisco; de allí se dobla rápidamente en un vértice muy agudo, y toma la dirección O.-E. por Balmir y el monte de Ma- tamorosa, internándose por las sierras del SE. de este pueblo hacia los Carabeos en una dirección aproximada á la del río 26 ACTAS. DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Ebro; hay que tener presente que en toda la Rasa 6 páramo de la Vilga deja á descubierto asomos jurásicos y aun margas triá - sicas, siendo ya muy cerca del límite con Burgos donde se presenta solo. »Forman este terreno los estratos neocomicos de los pisos infracretáceos, compuestos de areniscas generalmente delez- nables de colores claros, amarillentos y con zonas ocráceas en la base, y más compactas y grises y con impresiones de ve- cetales en los horizontes superiores; preséntanse, aunque pocas veces, calizas muy margosas y siliíceas y pizarras bitu- minosas, que van aumentando hasta las formaciones del Puer- to del Escudo, dando en Corconte lugar á explotaciones de petróleo y presentándose en la Cabaña de Matamorosa por fuegos naturales, que según los vecinos duraron diez días; en ciertos cortes de la carretera á Soncillo se ven estas pizarras perder su aspecto carbonoso y asemejarse á la del trías. »Los depósitos de /¿gnito se presentan principalmente en las Rozas, sirviendo de techo las mismas areniscas que aparecen en Matamorosa, donde también se presentan capas de lignito; aunque en menor espesor y cantidad repitese el fenómeno en la Canal de las Matas en Lanchares, en la Linda Gorda y otros puntos de San Miguel de Aguayo. De todos ellos solo se explo- tan los de las Rozas, propiedad de D. Telesforo F. Castañeda, que emplea el combustible en sus fábricas de cristal de dicho pueblo, Arroyo y Reinosa. Basta indicar el nombre de treme- dales que dan á varios puntos de la Vilga, para asegurar la. existencia de ¿urba en la misma, habiéndose empezado á ex- plotar en el Rebollo de Corconte. »La existencia del hierro siempre citado en estas formacio- nes, la manifiestan las muchas fuentes ferruginosas que se presentan, citando como las principales las de Arroyo, los Roncios en Matamorosa y las del convento de Montesclaros. Preséntanse también aguas minerales sulfurosas termales y frías en Corconte, Aldea de Ebro y otros pueblos. El resto de la riqueza mineral le forman los hierros hematoideos de Lupra y Callejo en San Miguel de Aguayo y las blendas de la sierra Landorio en Lanchares. »La presencia de rocas eruptivas, se sospecha por los innume- rables trastornos que han sufrido los estratos mesozóicos en todo el valle, pero el hallazgo de las mismas no es tan frecuen- DE HISTORIA NATURAL. 21 te. Cita el Sr. Maestre el granito en una de las cumbres de la gran divisoria, y nosotros no hemos hallado dicha roca en las que hemos recorrido, pero si entre los cantos rodados del río Hijar recogimos un trozo de dicha roca en el verano del 86; es de elementos muy pequeños y coherentes, de un aspecto uni- forme y en perfecto. estado de conservación á pesar de su ca- rácter de canto rodado; no hemos hecho su estudio micrográ- fico, pero por una preparación de esta roca hecha por nuestro profesor Sr. Quiroga, sabemos que contiene principalmente ortosa, oligoclasa, cuarzo y mucha biotita. »Respecto á los asomos 0/7ficos que se presentan en los man— chones jurásicos, nada podemos añadir álo que dicen los se- ñores Paig y Sánchez, hasta practicar el estudio micrográfico de estas rocas que parecen ser diabasitas. »En el estudio de las formaciones modernas y actuales, ha- remos notar la presencia de pequeños diluvium en los puertos altos, y aluviones de los actuales ríos, como el de grandes cantos del Hijar de Villacantid á Matamorosa, y el más li- moso y de detritus más pequeños del Ebro de Salces á Rei- nOSsa. »Una parte del estudio de las formaciones cuaternarias y actuales, es la exploración de las grutas, cuevas y abrigos á que nos hemos dedicado, pero que no es dable exponer en una nota geológica, citando tan solo las principales grutas explo- radas, situadas la mayoría en eljurásico. La Ojancana, precio- sa gruta estalactítica situada en la Peña de las Aguileras, que á su vez es un abrigo por su saliente murallón, bajo el cual se recogen en los temporales de nieve y agua más de 500 cabe- zas de ganado vacuno; de la citada cueva he extraído huesos que me parecen actuales. Las cuevas de Buellén de gran exten - sión en el mismo puerto de Palombera. La del Payo, á la jz- quierda de la carretera á Saja y cerca del Pozo del Amo. La de Raposa, en el pueblo de Matamorosa. La del Moro, en Monegro, de difícil acceso, y por bajo de la cual corre el río Proncio, y en comunicación, según los del país, con otra situada 1 km. y más arriba llamada de las Nieves.» —El Sr. Quiroga presentó varios ejemplares de minerales, rocas y fósiles de Málaga y de la Serranía de Ronda, leyendo la nota que sigue: 23 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Una excursión 4 Marbella. «Habiendo tenido que pasar en Málaga las últimas vacacio- nes de Navidad, no quise venirme sin visitar el célebre yaci- miento de magmnetita de Marbella ni saludar siquiera las ser- pentinas notabilisimas de la Serranía de Ronda que dió a co- nocer mi maestro y querido amigo D. José Macpherson (1). El poco tiempo de que he podido disponer fué además tan malo que no me permitió llegar al corazón de la Serranía, á localidades tan interesantes como Istan, Tolox, Yunquera, Ronda misma y otras, y hube de contentarme con dar algún paseo corto por los alrededores de Marbella, y aun esto á la ligera y casi siempre mojándome. »En Málaga, además de saludar á los Sres. Orueta, padre é hijo, y visitar á D. Eduardo J. Navarro, autor de la memoria sobre la Cueva del Tesoro, y su interesante colección de obje- tos prehistóricos de aquel y otros yacimientos, que con exqui- sita amabilidad me mostró (2), dí una vuelta una mañana por los célebres tejares que han sido ya objeto de trabajos intere- santes del Sr. Orueta padre y de una multitud de geólogos y paleontólogos extranjeros. En ellos ví las arcillas inferiores, de color gris azulado, en las que recogi ejemplares de Vatica, que es lo que más abunda, Chenopus, Dentalium, Serpula, Ce- rithiuwm, Fusus, Turbo, Arca y Pecten, que unidos á uno de Lamna que me regaló el Sr. Navarro y otro de Ozyrhina que me dió el Sr. Galo, forman la pequeña colección de fósiles que he podido reunir de aquellas arcillas pliocenas, de los que es fácil formar pronto una interesante colección, porque además de hallarse en abundancia y en un perfecto estado de conser- (1) Mem. sobre la estr. de la Serr. de Ronda. Cádiz, 1874. (2) Entre los muchos objetos prehistóricos que llamaron mi atención en casa del Sr. Navarro figura un hacha neolítica verde, procedente de Ronda, que acaso sea de fadeita ó cloromelanita, y tres de fribolita halladas en aquella parte de Andalucia (Ojen , meseta de Villaverde en los Gaitanes y Zafarraya). De estas últimas ví una rota en poder de D. Fernando Galo, empleado en el gobierno civil, que me dijo proce- día del lagar de San Isidro, partido de Almeadrales (Málaga). Sería curioso, y creo que importante, estudiar el área de distribución de los instrumentos neolíticos de fibrolita en nuestra península. DE HISTORIA NATURAL. 29 vación, los trabajadores tienen ya la costumbre de guardarlos para vendérselos á los extranjeros. Encima hay unas arenas amarillentas ricas en valvas de Pecten, Ostrea y en Balanus. Estas mismas arenas, con sus fósiles característicos, se ven en el Limonar y en el Palo. »Cansado ya de esperar en Málaga el buen tiempo para irá Marbella, el día 31 de Diciembre me decidí á hacer el viaje, en el que me acompañó mi pariente D. Luis Oliver, que duró todo el día, pues llegamos á Marbella á las cinco de la tarde. El camino, sobre todo desde el arroyo de la Miel, es muy inte- resante y digno de hacerse á pie ó á caballo, disponiendo de más y mejor tiempo, Pspecialmente por los gneis, dolomias y rocas eruptivas que hay desde la última localidad citada y los alrededores del pintoresco pueblo de Benalmádena, colga- do sobre el mar, en las dolomias. »Al día siguiente, á pesar de la lluvia, emprendi un paseo á la mina de hierro, que dista unos 6 km. del pueblo y está á una altura de 280 á 300 m. sobre él. Llegué á ella completa- mente mojado, sin haber podido ver casi nada por el camino, y visité al ingeniero director M. Connell, para quien llevaba -— nna Carta de recomendación del Sr. Orueta hijo, mi amigo. Me recibió muy afablemente, y en vista de que la lluvia no cesaba, prometi volver al día siguiente, como lo hice, acom- pañado del Sr. Oliver, haciendo la subida en el ferroca- rril de la mina. El primer día, sin embargo, no quise per- der en absoluto el tiempo en la mina, y al regresar á Mar- bella dí un vistazo á uno de los descargaderos que me indicó M. Connell. »El segundo día visitamos la explotación con algún deteni- miento, siendo acompañados en este paseo por D. Joaquín Be- lón, por encargo del director. »La masa de magnetita tiene forma de lenteja, orientada próximamente de E. á O., y arma en la parte superior del ar- caico en el horizonte de las anfibolitas. Hasta hace poco la explotación se ha hecho á cielo abierto; el mineral se exporta á los Estados-Unidos. »Hé aquí los materiales que observé y pude recoger en la mina: »La magnetita es casi toda granuda, pero se hallan en su seno masas algo más especulares 6 de un grano más grueso, 30 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de un negro tan intenso, que parece el de la franklinita (1) irisadas á veces, y que suelen contener grupos de cristales de la misma sustancia de la forma (110) de caras curvas, algunos de los cuales llegan á tener hasta 15 mm. de eje; en las caras de algunos de estos cristales hay profundas estrias ó mejor verdaderos escalones según (111) y con frecuencia están en- vueltos en una sustancia de color verde claro, tacto jabonoso, textura fibroso-radiada y plegada, lustre craso y aun algo se- doso, constituida por un silicato magnésico hidratado que creo pueda referirse á una serpentina. Este óxido ferroso férrico no es polar y apenas magnético. »Intimamente asociada á la magnetifh y envuelta en la mis- ma sustancia verde, van en algunos puntos cristales de pirita de la combinación (100) x (111) x (111) 7 (210) dominando la primera forma, cuyo tamaño general oscila entre 15 y 20 mm. habiendo algunos que se desarrollan según un eje cuaterna— rio alcanzando 37 á 40 mm. »Masas de pirrotita más ó menos cargadas de pirita se ha- llan igualmente en el seno del hierro magnético. Cristales de aquel mineral, que como es sabido no son muy frecuentes, de la combinación (0001) (1011) (1010) de eje c corto y dominando la base, constituyen una muy interesante asociación con be- llas láminas exagonales de color verde azulado intenso, que miden á veces 12 06 14 mm. de diámetro de una clorita y dan en luz convergente una figura sensiblemente uniáxica y cla- ramente negativa, hermosos prismas de /asata de color verde espárrago de la forma (110) (100) (010) puesto que la termi- nación falta siempre, y por último algunos cristalitos exaé- dricos de pirita, todos estos minerales cementados por una calcita blanca espática. Los cristales de fasaita miden á veces 4 mm. de ancho por 6 6 7 de alto, y en algunos ejemplares es- tán alterados, se han vuelto opacos y friables y parecen ser el origen del silicato magnésico hidratado que envuelve las pi- ritas y magnetitas y formá masas asociadas á calcita. Las secciones de este piroxeno normales á las aristas del prisma y pinacoides verticales, muestran el crucero prismático parale- lo á las caras más desarrolladas, que son por tanto las del pris- (1) Ha sido negativo el resultado de la inve-tigación del Mn. y del Zn. en estos ejemplares. DE HISTORIA NATURAL. 31 ma, según sucede en las fasaitas, y en luz convergente ofre- cen un eje óptico. »La clorita forma también y al lado de estas asociaciones, masas importantes constituidas por hojas de clorita entrecru- zadas en todas direcciones. Las hojas paralelas al sentido de la exfoliación, muestran un color más intenso en los bordes que en el centro donde es amarillento verdoso claro atravesado por venillas irregulares y muy finas de color verde azulado, mientras que en el borde siempre llevan además de su color verde azulado propio, una ó dos bandas amarillento rojizas, paralelas al contorno exagonal de la lámina. Las secciones normales á la base exhiben su conocido policroismo verde amarillo pálidos. »El Sr. Belón (D. Joaquín) me regaló dos ejemplares de es7e- rosiderila con su forma propia y característica, muy poco per- oxidados sobre todo uno de ellos, encontrados en la mina. Las esferolitas del carbonato ferroso están adheridos á una li- gera capa de limonita, que á su vez yace sobre un agregado de elementos muy menudos de pirrotita, pirita, clorita exago- nal y fasaita en cristales muy bien conservados. »Este mineral, cuya dureza es 2,5, se funde difícilmente en los bordes de las hojuelas delgadas en un vidrio gris oscuro no magnético; cede al ácido clorhídrico hirviendo un poco de sílice, alúmina, hierro y sobre todo magnesia, y es totalmente descompuesto por el ácido sulfúrico, encontrándose en la disolución las bases antes citadas. »La masa de magnetita yace entre un conjunto de amfiboli- tas, pizarras actinolíticas, dolomias y gneis, dispuestos en bancos alternantes con predominio del primer grupo de rocas. »Las amfibolitas que yo he recogido están en contacto in- mediato del hierro magnético y reciben de aquellos mineros el nombre de caballo; con ellas han formado MM. Michel Lévy y Bergeron (1), el tercero de los tres tipos de amfibolitas en que clasifican las que han estudiado procedentes de la serranía de Ronda, especialmente de Marbella. El caballo es una roca ne- gra, densa, tenaz, de textura cristalino-laminosa, cuyas lami- nillas poseen toda la facies de la hornblenda. El microsco- (1) Mission d' Andalousie, 183. 32 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA pio muestra que está formada de hornblenda, magnetita y pleonasto, á cuyos minerales se asocian la serpentina como elemento deutógeno. El amfibol es casi incoloro, muy fibroso, según las exfoliaciones prismáticas y apenas ofrece policrois- mo alguno, hechos que hacen notar igualmente los Sres. Mi- chel Lévy y Bergeron en las amfibolitas de este tipo, que ellos describen como una sencilla asociación de amfibol y hierro oxidulado. El policroismo de este mineral queda reducido á una tinta gris azulada según 2, y un tono amarillento apenas perceptible según 2,; se ven algunos individuos maclados se- eún (100). La magnetita aparece ya con la forma de masas irregulares ya en granos redondeados y gruesos. ll pleonasto abunda mucho en los ejemplares que yo he recogido de esta roca; dominan los contornos triangulares en sus secciones y tiene un hermoso color verde oscuro, mostrándose perfecta- mente isótropo entre los nicoles cruzados. Sus masas no apa- recen homogéneas, sino por el contrario, formadas por un agregado de granos más pequeños entre los que se ven otros de magnetita y líneasincoloras de clorita, que es el color que en luz natural exhiben en esta roca las secciones delgadas de algunas de las masas de este mineral, mientras que en la po- larizada se la ve constituyendo vénulas y fibrillas de color gris azulado, al paso que otras que pasan insensiblemente á tas anteriores son de color amarillo claro en luz natural y es- tán cargadas de granillos muy pequeños de magnetita. >Un material muy interesante recogí en la mina, que está constituido por un mineral gris verdoso, fibroso laminar, algo radiado, penetrado íntimamente y asociado á clorita. Con el procedimiento de Boricky, los granos más puros producen bellos cristales de Mg Si F, +6 H,0 exclusivamente. En sec- ciones delgadas, aparece incoloro, fibroso, atravesado por dos series de grietas, unas finas, rectas, normales alas fibras, bas- tante espaciadas, y otras gruesas, irregulares y algo flexuosas que cortan á las fibras bajo ángulos de 45”. La extinción de este mineral se verifica paralelamente á las fibras, en cuyo sentido de alargamiento es positivo, poseyendo una polariza- ción cromática bastante intensa azul y roja. Las porciones puras no ofrecen policroismo alguno, pero las que están trans- formándose en clorita y serpentina, le tienen bastante bello de un color rosa intenso, cuando las fibras son normales al DE HISTORIA NATURAL. 33 plano de vibración del polarizador, y gris verdoso muy claro cuando coinciden con él; se pasa insensiblemente de las por- ciones nada policroicas á las que lo son mucho. Cuando se baja el condensador muestra este mineral una superficie bas- tante rugosa, aunque no tanto como el olivino. Es inatacable por el ácido clorhídrico. »En virtud de todos estos caracteres, considero este mineral como enstatita que se halla en vías de una evolución en ser- pentina y clorita, esta última á favor de la alúmina y el hierro del pleonasto, pues alrededor de todos los granos de este mi- neral que encierra la enstatita, existe una zona de aquella, mientras que la serpentina forma un reticulado verde amari- llento en el seno de una parte del silicato magnésico anhidro que considero enstatita y parece derivarse directamente de él. El policroismo no se desarrolla más que en aquellas porcio- nes del mineral próximas á la clorita; esta, que posee todas las propiedades de la de las láminas exagonales y masas la- minares de que hablé antes, se extiende desde las cercanías de las masas de pleonasto, formando ramificaciones irregula- res que á veces se anastomosan varias y constituyen masas en el seno de la enstatita. El estado de transformación en que se halla el mineral que refiero á esta especie, no me ha permitido observar ni aun preparar exprofeso una sección normal á sus exfoliaciones principales, en que hubiera podido juzgar si estas pertenecían realmente al prisma de la enstatita, carácter que hubiera sido definitivo. En resumen: este mineral, que yo considero enstatita, está transformándose directamente en serpentina y bajo la influencia del pleonasto en clorita. »Me ha sido dado determinar la posición de este mineral enstatítico en el yacimiento de Marbella, gracias á haber re- cogido una amfibolita en estrecha relación con el caballo, como este formada de hornblenda casi incolora en sección del- gada, magnetita y pleonasto y cargada de enstatita transfor- mándose en serpentina y clorita bajo forma de masas bacila- res y fibrosas, con toda la facies y caracteres del mineral que he descrito antes. En una de estas masas algo turbia y ama- rillenta, he hallado hendiduras cortas y rectas que parecen corresponder á una exfoliación prismática, hechas muy sen- sibles por filtraciones de clorita, y que me han dado un ángu- lo de 90” 30' que ya se aproxima bastante al de la enstatita. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXo 3 34 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »En el grupo de las pizarras actinoliticas de la mina de hierro de Marbella, cabe establecer dos tipos: uno de ellos, con las actinolitas de color gris verdoso cargadas de pequeñas masas lenticulares de magnetita, y otro con las actinolitas de color verde pronunciado y sin hierro magnético. Las sec- ciones delgadas de las primeras se muestran incoloras con su actinolita muy bien caracterizada por todas sus propiedades, que contiene algunos gránulos de magnetita y bastantes gru- pitos de laminillas de oligisto. Las actinolitas verdes, además de su color más intenso muy perceptible aun con el micros- copio en las secciones delgadas, no contiene apenas magne- tita y nada de oligisto. »A este grupo de las pizarras amfibólicas está subordinado el amfibol tremolita, que bajo la forma de asbesto de un blanco purisimo y algo amiantóideo, se halla alguna vez en las mi- nas de hierro, y del cual me regaló también un ejemplar el mismo Sr. Belon antes citado. Entre las fibras del asbesto se hallan á veces, sobre todo en algunos puntos, prismitas inco- loros de tremolita, perfectamente transparentes, cuya base mide 0,50 mm. de lado á lado, mientras que distan 1 mm. una de otra las dos aristas verticales más alejadas. »Alternan con las rocas anteriores bancos de dolomia gra- nuda, unas veces rosada, salpicada de puntitos negros de mag- netita, en cuyas secciones delgadas el microscopio no mues- tra nada nuevo sino es que los granos de la dolomia son casi todos polisintéticos por macla múltiple según — li = (0112); otras veces esta roca tiene un grano más fino, es de color gris y se distinguen en ella á simple vista, además de los granillos de magnetita, granos verdes y hojuelas brillantes; su estudio microscópico enseña que tiene bastante analogía con la des- crita de la entrada de Ojen por los Sres. Michel Lévy y Berge- ron (1). En una masa constituida por granos de dolomia, mu- chos de ellos polisintéticos, están sembrados cristales redon- deados de humita atravesada por venillas finas de serpentina, laminillas de talco, algún que otro prisma verdoso, bastante raro, alargado, con exfoliación prismática, que hacen visibles estrías finas y rectas según su longitud, y que presenta, en (1) - Mission 'Andalousie, pág. 190. DE HISTORIA NATURAL. 35 una palabra, los demás caracteres de la pargasita, granos octaédricos de pleonasto y otros más irregulares de mag- netita. »Alternando con las rocas anteriores, se presentan en la mina de Marbella algunas capas de yne¿s, en cuya porción negra ya á simple vista y mejor aún con la lente se reconoce que domina la hornblenda sobre la biotita, notándose también la presencia de un mineral de color verde claro. En sus sec- ciones delgadas se reconocen, mediante el microscopio, los elementos siguientes: ortosa, oligoclasa, cordierita, cuarzo, hornblenda, biotita, tremolita, zircón. Entre los elementos blancos son de notar la oligoclasa, tan abundante como la or- tosa, y frecuentemente maclada según la ley mixta de la al- bita-periclina y la cordierita, que constituye también granos irregulares como los otros elementos, pero que es pobre en sillimanita, aunque contiene la suficiente para distinguirla de los demás minerales, de los que se diferencia también por presentar muchas de sus secciones la figura biáxica (diferen- cia con el cuarzo) y carecer de exfoliaciones y macla de Karls- bad, presentando las grietas y fracturas que le son propias. Este mineral no contiene más inclusiones importantes que granillos de zircón que existen igualmente en abundancia en todos los demás minerales de esta roca; no he visto el poli- croiísmo de la cordierita alrededor de las inclusiones de este mineral. La hornblenda es tan abundante, que se puede decir que constituye el elemento ferro-magnésico de este gneis, puesto que la biotita constituye solo alguna que otra hojuela subordinada á dicho mineral. Este forma láminas estalactiti- formes de color verde amarillento con sus exfoliaciones, ex- tinción y policroismo característicos. También es rica en gra- nillos de zircón. Íntimamente asociado á este amfibol va la tremolita de color verde más claro y con todas sus peculiares propiedades; esta substancia muestra la estrecha relación del gneis que la contiene con las actinolitas de la misma localidad. »Terminada la visita á la mina, quise continuar la excursión por el camino á Ojen; pero una lluvia pertinaz y violenta nos impidió en absoluto realizar mi plan y tuvimos que volver á la mina, de donde bajamos en zorrilla á Marbella acompaña- dos del Sr. Belon, tardando quince minutos en recorrer los 6 km. que separan aquella de esta. 36 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Al día siguiente solo me fué posible dar un pequeño paseo por la margen izquierda del río Verde, que dista una legua de Marbella por la carretera á Estepona, atravesando á partir de la costa el plioceno, el trias, que allí alcanza más desarrollo que en Marbella, constituido por arcillas, areniscas y conglo- merados, é inmediatamente después las pizarras cámbricas surcadas por numerosas venas de cuarzo lácteo, y por último el gneis, todos estos materiales con los caracteres que de ellos han dado los señores Macpherson (1) y Michel Lévy y Berge- ron (2). La mayoría de los cantos que forman el lecho del río Verde son de serpentina de color verde más ó menos obscuro, muchos de ellos ricos en bastita, hallándose también algunos de lerzolita, respecto de cuyas rocas nada nuevo he hallado que añadir á lo que tan magistralmente han escrito sobre es- tos materiales los sabios petrógrafos antes citados. Un canto hallé, sin embargo, que ofrece algún interés, aunque no se co- nozca el punto preciso de su yacimiento. Es una piedra de color verde amarillento, muy vítrea, formada á simple vista por un solo elemento en el que se distingue con la lente un crucero prismático casi en ángulo recto, que tratada por el ácido clorhídrico es parcialmente atacada, dejando sílice ge- latinosa, existiendo en la disolución solamente la magnesia á más de algún hierro. Después de lavado el residuo y hervido con potasa para disolver el hidrato silícico, el residuo insolu- ble, que es mucho más abundante que la porción que se ha disuelto, tratado con ácido fluosilícico por veinticuatro horas produce cristales de fluosilicato magnésico y es además muy difícilmente fusible. El examen de las secciones delgadas de este mineral, prueba que está formado de algún que otro gra- no de olivino y de otro mineral rómbico predominante, incolo- ro en sección delgada, sin policroismo, con una exfoliación prismática que oscila alrededor de los 90%, y cuyo plano de los ejes ópticos es paralelo á la braquidiagonal de las secciones, según la base, caracteres todos que le hacen referir á la ens- tatita. Las inclusiones que encierra son poros gaseosos y pi- (1), Mem. sobre la estr. de la Serranía de Ronda. Cádiz, 1874.—Descrip. de algunas ro- cas que se encuentran en la Serranía de Ronda. (ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT.» t. vin, 1879.) (2) Mission d'Andalousie. París, 1889. DE HISTORIA NATURAL. 31 cotita. Este resultado viene á comprobar el del tratamiento del ejemplar por los ácidos. Su hallazgo muestra que en la cuenca del río Verde y en el seno probablemente de las lerzo- litas y noritas que en ella haya, se han formado condensacio- nes de materia enstatítica. »El cuarto día de mi estancia en Marbella, lo dediqué á ir de San Pedro de Alcántara á Benahaviz, regresando por el ca- mino que desde este pueblo conduce á la carretera de Marbe- lla 4 Estepona, siguiendo la orilla derecha del río Guadalmi- na. Fué un agradable paseo de 35 á 40 km. en plena masa de serpentina y atravesando algunas dolomias, durante el cual pude apreciar las diferencias que ofrece el paisaje en uno y otro material, pues mientras el de los alrededores de Benaha- viz, miserable y pequeño pueblo de 30 vecinos, en serpentina, es árido, sin vegetación arbórea, ni aun apenas herbácea, po- bre y monótono, tanto por la uniformidad del color rojo que posee la tierra producida por disgregación de la serpentina y peroxidación del hierro que contiene, cuanto por la igualdad en la forma redondeada de los cerros y montañas, el de las dolomias es agreste, rico en formas caprichosas y atrevidas, y adornado de exuberante y variada vegetación tanto her- bácea como arbórea, como puede verse en el paso llamado la Angostura, que el río Guadalmina ha tenido que abrirse á tra- vés de dichas rocas, cuyo color blanco puro, por lo general, no contribuye poco al encanto que poseen estos lugares. »En los alrededores de Benahaviz se halla gran número de variedades de serpentina, desde la compacta, ya de color ver- de obscuro homogéneo, algunos ejemplares muy cargados de bastita, ya cruzados por numerosos vetillas de color amari- llo más claro, que la dan un aspecto reticulado muy agrada- ble, á las pizarrosas de color verde claro uniforme y lustre Céreo, tan homogéneas macro como microscópicamente, que forman vetillas en el seno de las anteriores, y á las bacilares y fibrosas que se presentan del mismo modo que estas, y todas las cuales no contienen ya resto alguno de los minerales de que se originaron, mientras que se ven cruzando la masa de €llas venas de 9 á 10 cm. de altura de gran extensión á ve- ces, de otras serpentinas, en las que aun á la simple vista, y mejor en sus secciones delgadas, se reconocen restos de los minerales de las lerzolitas de que se originaron, constituyen- 38 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA do verdaderos tránsitos de lerzolita á la serpentina. El es- tudio que he hecho de todos estos ejemplares, no me ha en- señado nada distinto de lo que han dicho los Sres. Macpher- son y Michel Lévy y Bergeron en sus trabajos ya citados. Tampoco he tenido la suerte de hallar yacimiento ni canto suelto alguno siquiera de norita. »Lo que sí he tenido ocasión de ver diferentes veces, durante el paseo de este día, han sido masas y venas de rocas ácidas del tipo granítico, atravesando la serpentina, sin que al pare- cer hayan influido nada unas sobre otras estas dos clases de rocas, pues sus contactos son perfectamente limpios. Perte- necen al tipo de los granitos de dos micas—granulitas de M. Michel Lévy—cordieríticos, algunos con grandes turmali- nas, y en este caso muy pobres en mica, que han descrito igualmente los Sres. Macpherson y Michel Lévy y Bergeron. No he hallado ninguna de estas rocas granatifera ni con an- dalucita, como las ha encontrado y descrito el Sr. Macpherson. En los alrededores de Benahaviz ví unas vetillas de una peg- matita cuya ortosa presentaba en muchos puntos algunas ca- ras de sus cristales, sobre todo del prisma y el clinopina- coide. »Las dolomias de la Angostura son un poco fétidas al par- tirlas, y tan bellas como las de Sierra Blanca, Sierra de Mijas y otros yacimientos de esta roca en la misma Serranía. Sus colores son el blanco puro ó gris uniforme ó á vetas, y en sus secciones delgadas no se ve tampoco nada de interés; sus granos son frecuentemente polisintéticos, y contiene particu- lillas de magnetita más abundantes en la variedad gris que en la blanca. »Ninguna otra cosa notable observé aquel día, y al siguien- te emprendimos la vuelta á caballo por Ojen, Monda y Coin, á tomar en Cártama el tren que nos condujo á Málaga.» DE HISTORIA NATURAL. 39 SECCIÓN DE SEVILLA, Sesión del 7 de Febrero de 1891. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Quedaron admitidos como socios numerarios los señores Cabrera y Díaz (D. Anatael), Sales y Ferré (D. Manuel), presentados por D. Manuel Medina. —El Sr. Barras dió lectura á la siguiente nota bibliográfica: «Con el título de Volice sur les cristauzx de phillipsite des sediments du centre de l'océan Pacifique, ha publicado reciente- mente en Bruselas Mr. A. F. Renard, una memoria interesan- te por extremo (1), dando cuenta de los últimos trabajos veri- ficados en el laboratorio mineralógico y geológico de la uni- versidad de Gante, acerca de dichos sedimentos. »De grandísimo interés es para la ciencia geológica esta memoria, cuyo autor introduce verdaderas novedades al ex- plicar el origen de las zeolitas que se forman en la gran ex- tensión del mar comprendida entre las islas de Sandwich y las de Pomutú. En esta parte del Pacífico, como resulta de las observaciones verificadas por la expedición del Challenger, se está verificando en la actualidad un notable fenómeno geoló- gico, consistente en la sedimentación en inmensa cantidad de silicatos hidratados, que forman una arcilla roja con depósi- tos de radiolarios, globigerinas, etc. Tales elementos, vienen á constituir una masa zeolítica que á 2 6 3.000 brazas de pro- fundidad ocupa este gran fondo marino. »Todo el depósito está caracterizado por la presencia de in- numerables cristales microscópicos de la zeolita llamada filip- sita, viniendo á formar hasta el 30 por 100 del sedimento; (1) Bulletins de VAcadémie r. de Belgique; 3.e série, t. x1x, 1890. 40 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA abundancia extraordinaria solamente observada en este punto. »Los cristales se encuentran frecuentemente aislados; pero muchas veces forman maclas y glóbulos que pueden distin- guirse á la simple vista; siendo el resultado medio de las me- didas verificadas en los primeros de 0,023 mm. de largo por 0,005 mm. de ancho. Las formas son sencillas y constituyen prismas correspondientes al sistema monoclínico. Las maclas afectan con frecuencia la forma de cruz, pero lo más general es la de grupos irregulares, en cuyo centro se concreciona una Capa de hierro y manganeso que los reviste también por completo. Los glóbulos están constituidos por agrupación de cristales alargados, cuyos vértices se dirigen al centro del glóbulo, y van también acompañados de hierro y manganeso. »Todos estos modos de presentarse los cristales, se ven cla- ramente en la fototipia que acompaña á la memoria, repre- sentando convenientemente aumentadas, las principales pre- paraciones que han servido al autor para su estudio. »Después de dar sucinta noticia del resultado obtenido en el análisis químico de los cristales por el Dr. L. Lipóez y por el mismo Mr. Renard, llega este a la conclusión definitiva, de que deben ser clasificados como de filipsita. »Lo más notable de la memoria es la explicación dada por el autor acerca de la formación actual de las zeolitas en el Pacifico. Todos los dragados y sondeos realizados en dicha zona, han puesto de manifiesto la presencia, en enorme can- tidad, de fragmentos 6 lapilli basálticos frecuentemente con base vítrea muy abundante, otros de andesita, tachylita, po- mez verdoso rico en hierro, y en general, sustancias pertene- cientes á la serie básica, acompañadas de los tipos de la erup- tiva más pobres en sílice. »La presencia de cenizas volcánicas, solo es imputable á las erupciones submarinas que han arrojado los lapillis básicos en el fondo del mar, y en un estado de división extremada su- mamente favorable para su ataque por las aguas. Tal es, para Mr. Renard, el origen de formación de las zeolitas submari- nas del Pacífico. »Agitándose las aguas, sobre las materias volcánicas bási- cas, se cargan de elementos que á causa de la falta de movi- miento del mar á tales profundidades, se depositan formando esas zeolitas que ofrecen caracteres peculiares, pues producen DE HISTORIA NATURAL. 41 cristales simples ó agrupados, pero siempre libres, y que no se implantan sobre el cieno submarino, como lo hacen sobre las rocas cristalinas. Esta es también la causa de que termi- nen en facetas tanto los glóbulos como los cristales aislados. De esta manera es como las materias eruptivas descompues- tas bajo la acción acuosa, en presencia de la arcilla y de las concreciones ferromanganesiferas, han dado origen á los cristales de filipsita zeolítica. »De tres objeciones que pudieran presentare á la explica - ción dada, se hace cargo Mr. Renard, contestándolas satisfac- toriamente antes de terminar su trabajo. »La primera se refiere á si las materias disueltas no se per- derían, difundiéndose en la masa oceánica, y contesta que no existiendo mas que un solo movimiento general y muy lento, á la profundidad que se produce el fenómeno, se comprende con facilidad que puedan depositarse los elementos disuel- tos, al menos en parte, en los puntos donde son extraidos. »La segunda objeción hace referencia á la temperatura; pues oscilando el fondo del Pacífico entre 26 3” sobre y bajo 0, pudiera suponerse que estas condiciones térmicas eran insu- ficientes para la cristalización de las zeolitas; pero contesta que hay ejemplos en que estas se han producido á tempera- turas muy inferiores á las que hipotéticamente se suponían necesarias para la producción de dichas sustancias. Se fija en el excesivo estado de división y alterabilidad de los silicatos antes citados y termina diciendo, que si el agua meteórica descompone las rocas, y toda agua, en contacto con los silica- tos alcalinos, da al poco tiempo reacción alcalina también, no es extraño que la del mar, cargada de sales y acompañada en este caso, de las exhalaciones ácidas, efecto de las mani- festaciones volcánicas del Pacífico, ataque y disuelva las ma- terias minerales que penetra. »Por último, considerando que el gran espacio ocupado por los zeolitas, acaso pudiera parecer incompatible con la expli- cación propuesta, cita varios ejemplos encaminados á desva- necer esta duda, y llega á la conclusión final de que los depó- sitos del Pacifico, son como una repetición en mayor escala de los fenómenos evolutivos que nos muestran las masas vol- cánicas bajo la influencia de los agentes aéreos. »Este es á grandes rasgos, el contenido de la luminosa me- 42 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA moria de Mr. A. F. Renard, digna de un detenido estudio, por las novedades que introduce en la explicación de un fenóme- no geológico, tan importante como el que he extractado su- mariamente.» —El Sr. Medina leyó la siguiente nota: «Entendiendo útil todo aquello que tienda á proporcionar al entomólogo medios de procurarse ejemplares de especies pequeñas y difíciles de obtener por los procedimientos ordi- narios de caza y recolección, he creido valdría la pena de dar noticia del medio por el cual este año y los anteriores en ple- no mes de Enero, hemos podido capturar una porción de in- sectos correspondientes á varios géneros y órdenes. »En el aluvión que deja el río Guadalquivir después de las crecidas, formado principalmente de fragmentos de talli- tos y restos vegetales, en el quese han ido separando en el laboratorio de Historia Natural de la Universidad numerosos moluscos, muchos de ellos interesantisimos, como las Vitreas y Celesteles, hemos podido recoger al par varios insectos perte— necientes al orden de los coleópteros por un sencillo medio, que consiste en exponer al sol dicho sedimento. Al poco tiem- po van saliendo de él pequeños coleópteros, dipteros y hemíp- teros, que en gran abundancia ascienden por las paredes, donde se cogen fácilmente con las pinzas ó bien con el mismo frasco de cianuro. »Por este sencillísimo y cómodo procedimiento hemos po- dido obtener en los pasados días de Enero numerosos ejem- plares de coleóptoros pertenecientes 4 los géneros Homalota, Ozytelus, Formicomus, Leptaleus, Anthicus, Ptinus, Psylliodes y Otros, de que daremos cuenta más detallada en el Catálogo de coleópteros de Andalucía, que nos proponemos redactar en breve, los cuales estaban de tal modo ocultos entre los frag- mentos vegetales que componen el mencionado aluvión, que hubieran pasado seguramente inadvertidos explorándole en el campo en excursión. »Quizás este medio práctico y que por casualidad hemos te- nido ocasión de descubrir y utilizar varias veces, no se halle consignado en ningún trabajo entomológico referente á reco- lección, y en todo caso no sea muy conocido de los aficiona- dos, en cuyo caso nos complaceriamos en que esta indicación pudiera serles de alguna utilidad.» DE HISTORIA NATURAL. 43 —El Sr. Calderón leyó las siguientes Voticias ornitológicas: «La escasez de individuos de ciertas especies de falcónidas en Andalucía, de que en otra sesión hubo ocasión de ocupar- se, sigue en aumento. Cada vez se hace más difícil conseguir pieles de la 4guila ¿mperialis Bechts., de la A. nevioides Cuv. y de las otras, muy estimadas por los ornitólogos, que antes se cazaban en los grandes cotos de la provincia de Huelva. En cambio, el milano negro (Milvus niger Briss.) parece que va multiplicándose en aquellos sitios con tal perjuicio de la caza, que nos aseguran que el Sr. Conde de París paga á 10 rs. cada cabeza de estas rapaces que le presenten. »Debo al diligente y entendido ornitólogo D. Alberto Ruíz y Mena la importante noticia de que el ejemplar de Telephonus ischagra Lev. que existe en las colecciones de la Universidad de Sevilla, y que, sin duda por equivocación, figuraba en ellas como procedente de los alrededores de esta capital, fué cazado por dicho naturalista en Tetuán, hace ya bastantes años. Esta especie del N. de Africa se ha mencionado como hallándose áveces por accidente en Andalucía (López Seoane, Boissoneau, Irby); pero otros lo niegan, y la verdad es que en todo caso su presencia debe ser rarísima, pues no hemos podido ver hasta ahora, ni el Sr. Ruíz ni nosotros, un solo ejemplar auténtico de Andalucía. »Por último, citaré como curiosa la distribución de las dos especies Cypselus melda L. y C. pallidus Shel., pues parece que el Chorro, en la provincia de Málaga, establece la línea de separación de ellas: desde la costa Mediterránea al Chorro es abundantísimo el segundo y muy raro el primero, y de di- cho sitio hacia el Guadalquivir sucede precisamente lo in- Verso.» Sesión del 1.2 de Abril de 1891. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: 44 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Del conservador de la biblioteca del Museo de la fundación de P. Teyler, de Harlem, y del Secretario de la Sociedad ho- landesa de Ciencias de la misma población, diciendo haber re- cibido el tomo x1x de nuestros ANALES; del Comité de organi- zación del 5.” Congreso geológico internacional, poniendo en conocimiento de la Sociedad las condiciones para asistir á esta reunión, que ha de celebrarse en Washington el 26 de Agosto próximo, y, por último, otra de la administración del Panto- biblion, revista bibliográfica internacional que se publicará en San Petersburgo, pidiendo datos sobre los trabajos publicados en los ANALES DE LA SOCIEDAD para anunciarlos en aquella pu- blicación, datos que ya se han remitido. —Se hizo una propuesta de socio numerario. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad que se dieran las gracias á los donantes de las que son regaladas. —El Sr. Secretario presentó á la Sociedad un trabajo del se- ñor Gundlach, de la Habana, que habia recibido por interme- dio del Sr. Bolívar, continuación de los que dicho socio ha pu- blicado ya en los Anates bajo el epígrafe de Apuntes para la fauna puertorriqueña; el actual se refiere al orden de los lepi- dópteros. —La Sociedad acordó que pasara á la Comisión de publi- cación. —El Sr. Bolivar dijo que el Sr. Gundlach en su carta confir- maba el fallecimiento del sabio profesor de la Universidad de la Habana D. Felipe Poey, anunciado hace algunos meses por los periódicos, recordando que era miembro de la Sociedad desde su fundación, en cuyos ANALES había publicado traba- jos muy importantes, y propuso á la Sociedad se diera en estos una noticia biográfica, acompañada, á ser posible, del retrato de tan infatigable naturalista, presentando la que ha- bía publicado en la revista de la Habana titulada la Enciclo- pedia D. Juan Vilaró, de la que dió lectura el Secretario. —La Sociedad acordó lo propuesto por el Sr. Bolívar, encar- gando al Secretario de la redacción de dicha noticia necro- lógica. —El Sr. Sanz de Diego (D. Maximino) presentó á la Sociedad un libro titulado La prueba de indicios, que su autor D. San- tiago López Moreno la regala en recuerdo de su malogrado DE HISTORIA NATURAL. 45 hijo D. Francisco Aquiles López Monedero, nuestro consocio, arrebatado á la ciencia y al cariño de sus amigos en edad tan temprana y cuando por su amor al trabajo y al estudio podía esperarse de nuestro joven consocio un brillante porvenir, convertido ya en realidades por lo que respecta á otras cien- cias, como lo prueban los estudios jurídicos, filosóficos, lin- giiísticos é históricos que se insertan por vía de apéndice en el libro de que se ha hecho mérito, y su decidida afición á las ciencias naturales, y en especial á la entomología. —El Sr. Bolivar confirmó lo dicho por el Sr. Sanz de Diego, recordando que ya la Sociedad había manifestado su senti- miento por tan sensible pérdida en la sesión celebrada el 7de Enero del año actual, y que ya que en aquella ocasión no se había. hallado presente, aprovechaba esta oportunidad para adherirse á la manifestación de duelo que hizo con aquel mo- tivo la Sociedad, cuya justificación podía él apreciar con tanto más motivo cuanto que había mantenido cordiales relaciones con nuestro malogrado consocio y apreciado en lo que valían su decidida afición á la entomología y la superior inteligencia de que siempre babía dado prueba, como lo demostraban bien claramente las notas brillantes obtenidas durante su carrera y los premios extraordinarios que había conseguido en dife- rentes ocasiones, y por lo que respecta á su afición á la ento- mología tenía que decir que era tan grande, que la dedicaba cuantos ratos de solaz le dejaban sus otros estudios, constitu - yendo su descanso el ocuparse en el arreglo de sus colecciones, entregándose de lleno á su afición favorita en los períodos de vacaciones, con lo que había logrado reunir una colección bastante numerosa, en la que seguramente podrían hallarse datos interesantes para el conocimiento de la fauna española. —El Sr. Presidente interpretó los deseos de todos los presen- tes asociándose á lo manifestado por los señores que acaban de hablar y expresando su deseo de que, á ser posible, se pro- curase utilizar aquellos datos á que se había referido el señor Bolívar. Propuso además á la Sociedad dar las gracias al se- ñor López Moreno por su delicado recuerdo; la Sociedad así lo acordó. —El Sr. Quiroga dijo que el Excmo. Sr. D. Federico de Botella acababa de regalar al Museo de Historia Natural un ejemplar de allanita (cerina) procedente de una nueva localidad en 46 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Suecia, acompañado de la nota publicada por el Sr. Nordns- tróm (1). Se han encontrado recientemente en la mina Ostra en Gytorp, distrito minero de Nora, masas lenticulares de cerina empotradas en una granulita y rodeadas inmediata - mente de mica y clorita y lentejones de cuarzo. Algunas de estas masas del mineral de cerio tienen un tamaño bastante considerable, pues las últimamente descubiertas al N. de las primeras miden 5m. de largo por más de 1 de ancho, según le comunica el Sr. Nordenstróm al Sr. Botella en su carta última. Dice también el Sr. Nordenstróm que el mineral de la gale- ría N. es más puro que el de la meridional, de donde procede el ejemplar remitido al Sr. Botella, y que este ha tenido el loable desprendimiento de regalar al Museo. Constituye una piedra negra finamente granuda, que no encierra visible- mente más especie mineralógica que la cerina, siendo por tanto más pura que las de la mina de Bastnás cerca de Riddarhyta, también en Suecia, que va acompañada de cerita principal- mente, actinota y pintas de calcopirita en cuyo material se halla, pero en cambio es de grano más menudo que esta; no se nota, por tanto, el crucero prismático que se advierte en los granos de la de Bastnás. Según los análisis del Dr. Rude- lius, que figuran en el trabajo del Sr. Nordenstróm la cerina de esta nueva localidad contiene 29,60 35,3 de Si0,, 24,42 á 24,5 de Fe,0, + A],0;, 9,51 de Fe O, 24,72 4 20,5 de Ce0, 7,75 de Ca O, 4,25 de Mg o, 2,18 de K¿0 y Naz O y por último 0,67 de H,0, por donde se ve que no es más pobre que la de Bast- nás en óxidos raros, especialmente de cerio, puesto que esta contiene según los análisis de Hisinger y Sherer (2) de 25,25 á 28,19 por 100 de tan importantes cuerpos. Termina su Memoria el Sr. Nordenstróm exponiendo los resultados de la investigación micrográfica de este material, hecha por el Sr. Tórnebohm, que pudo comprobar el Sr. Qui- roga en las preparaciones que hizo del ejemplar regalado por el Sr. Botella. Aparece bajo el microscopio formado este mi- neral por la asociación de granos un poco alargados, en cuya dirección se extinguen, y que por tanto, á semejanza de lo (D) Fyndajt Allaint /Cerin) via Gyttorp ¿Nora Bergslag.—(Geol. Fóren. i Stockholm, Bd. 12. —Háft. 6. 1890.) (2) Des Cloizeauz, Min., 1, 257. —Dana, A Syst. of Min., 1877, 287. DE HISTORIA NATURAL. 47 que sucede en la epidota con cuyo mineral las allanitas tie- nen estrecha relación morfológica, pertenecen á cristales des- arrollados según el ortoeje, y que á juzgar por sus secciones las formas que lo constituyen, parecen ser principalmente (001), (110), (100). Lo más notable que ofrecen estos granos es su intenso policroismo en las tintas pardo-rojizo y pardo-ver- doso claro propio de las alanitas (1) siendo según 4 = verde- grisáceo claro, h = pardo-verdoso y £ = verde-parduzco, po- seyendo además una absorción muy fuerte 4 >> rt. Son muy frecuentes las maclas según ley de la augita. Intima- mente mezcladas con los granos de cerina van laminillas de biotita cuyo policroismo intenso también, las hace confundir á primera vista con los de mineral de cerio, pero que se distin- guen bien fijándose un poco, primero por la naturaleza de las tintas de su policroismo, y después por su crucero tipico. Comparado el mineral de Gyttorp con el de Bastnás, resulta este más cristalino que aquel, formado por individuos mayo- res cuyas propiedades se pueden apreciar mejor, si bien en aquel haya más cristales completos por lo mismo de ser pe- queños. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 6 de Marzo de 18091, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón presentó un ejemplar de la reciente obra del señor doctor R. Verneau de París, titulada C¿nmg années de séjour auziles Canaries, Paris, 1891, premiada porla Academia de Ciencias de París y que forma un grueso volumen de 412 páginas, ilustrado con grabados, láminas y un mapa del Ar- chipiélago. Con motivo de esta presentación hizo dicho señor algunas consideraciones sobre el importante papel que en la historia de las ciencias naturales juega aquel pequeño Archi- (1) Zévy et Lacroix. JMin., des roches, 185, 48 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA piélago, visitado por casi todas las lumbreras de la Historia Natural en el presente siglo, y comparó al Dr. Verneau, por lo que se refiere á la antropología canaria, con de Buch y Webb en la botánica, Haeckel y Wollaston en la zoología, de Buch, Lyell y Hartung en la geología del mismo Archipiélago. No es posible, añadió, dar en pocas palabras una idea si- quiera aproximada de las variadas cuestiones tratadas por el Sr. Verneau en su importante trabajo, en el que examina la naturaleza y la población de nuestro bello Archipiélago oceá- nico en todos cuantos respectos lo permite la amplia cultura del autor. Este nos es ya bien conocido por sus investigacio- nes antropológicas y arqueológicas sobre Canarias, de que he- mos tenido ocasión de ver una muestra en nuestra SoCIEDAD (1) y otras de que se hizo en la misma un breve resumen (2). En estos trabajos empieza á deslindar de un modo científico el enmarañado asunto de la pluralidad de razas que poblaban aquellas islas antes de la época de su conquista por los espa- ñoles. En premio de tales servicios, el gobierno francés le con- cedió una comisión cientifica á dicho país para que completa- se sus investigaciones, siendo el fruto de ella la obra que pre- sentaba á la Sección. El trabajo comprende dos partes: estudio de los antiguos habitantes y observaciones sobre los actuales. En la primera el autor resume los resultados de todas sus investigaciones antropológicas precedentes, confirmándolas con nuevos y va- liosos datos referentes á los caracteres físicos y morales de aquellas razas extinguidas, á sus habitaciones, industrias, ves- tidos, sepulturas, religión y conocimientos artísticos y cientí- ficos, con una riqueza sorprendente de datos nuevos y un do- minio notable de todo lo hecho hasta el día sobre el particu- lar. Concluye formulando el gran problema del origen de los primitivos canarios, insistiendo en su anterior idea (3) de con- siderar á los guanches como miembros de la raza de Cro- Magnon. (1) Zas pintaderas de Gran Canaria: ANAL. DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT., t. XII, 1883. (2) ANAL. DE LA SOC. EsP. DÉ HisT. NaT., t. x11, 1883; Actas; páginas 53 y Si- guientes. (3) Arias: Za raza de Cro-Magnon en España: ANAL, DE LA SOC. ESP. DE HIST. NAT, t. xvi, Actas; páginas 69 y siguientes. DE HISTORIA NATURAL. 49 La segunda parte, referente á los canarios actuales, tiene ya menos carácter técnico y menor valor científico que la prime- ra: es el escrito de un turista, por más de que se trate de un turista observador, sabio y reflexivo; y si bien no siempre pue- de estarse de acuerdo con sus apreciaciones, hay que recono- cer en todos los casos elevación de espíritu y una amplísima ilustración que le permite fijarse tan pronto en una cuestión sociológica ó comercial, como en un problema médico, meteo- rológico ó geológico. Terminó el Sr. Calderón diciendo que no presumía hacer una bibliografía de obra tan importante por su asunto y por la excepcional competencia de su autor, sino llamar la aten- ción de los consocios hacia ella, aconsejándoles la leyesen y estudiasen, ya que nuestro fatal destino nos condena á tener que ver escritos en lengua extranjera y bajo la protección de los gobiernos de otras naciones los trabajos referentes á nues- tro propio territorio. —El Sr. Medina leyó lo siguiente: Notas entomologtcas. Sin perjuicio de comunicar á la Sección de una manera más completa y detallada todo lo concerniente á los Véspidos de Andalucía, voy á dar cuenta hoy únicamente de las especies que poseo de esta región: Vespa Germanica Fabr. Polistes Gallicus L. Eumenes obscurus André. — Mediterraneus Kriechbaumer. — pomiformas Rossi. Rhygchium oculatum Fabr. = Cepero Med. Odynerus parietum L. — crenatus Lepel. — Buyssoni Med. — Blanchardianus Sauss. — Dantici Rossi. — parvulus Lepel. — Helvetius Sauss. ACTAS DE LA SOC. ESP.—XX. 4 50 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Odynerus floricola Sauss. — Delphinalis Giraud. — reniformis Gmelin. Sesión del 6 de Mayo de 1891. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Jeída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Presidente de la Comisión de Trabajos geológicos de Portugal anunciando el envío de diez ejemplares de otras tantas memorias publicadas por individuos de aquella Comi- sión; del Director del Museo de Zoología Comparada del Har- vard College en Cambridge, Mass., participando el recibo del tomo x1x de nuestros ANALES y del Conservador de la biblio- teca de la Fundación de P. Teyler, de Harlem, anunciando el envío del cuaderno 5.” del vol. 11 de 47chives du Musee Teyler; del Presidente de la Comisión del Mapa geológico de España remitiendo el tomo xvi del Bolevón de dicha Comisión. —(Quedó admitido como Socio numerario el señor Rodríguez (D. Calixto), Ingeniero de montes, propuesto en la sesión anterior por el Sr. Mazarredo. —Se hicieron tres nuevas propuestas de Socios numerarios. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas, acordando la Sociedad se dieran las gracias á los do- nantes de las que son regaladas. —El Sr. Bolivar presentó á la Sociedad el cuaderno 1.* del tomo xx de los ANALEs correspondiente al año actual, poniendo en su conocimiento que la lámina 1.* de este tomo, que se refiere al trabajo del Sr. Calderón, se repartirá con el cuader- no 2.” Indicó también que el Principe de Mónaco regalaba á la Sociedad 600 ejemplares de una lámina en que están repre- sentados los aparatos usados á bordo de /”/Zirondelle en los dragados y recolección de seres marinos y diversos clichés de otros objetos análogos con objeto de que la Sociedad los apro- DE HISTORIA NATURAL. 51 veche en su publicación. También participó á esta que el socio D. Alvaro Reynoso, de la Habana, había aceptado el en- cargo de recoger las cuotas de los socios residentes en aquella isla. Y por último, presentó varios individuos vivos de Ctend- foros que el socio Sr. Linares, Director de la Estación de bio- logía marina de Santander, remite para que sean presentados en esta sesión y puedan ser observados por los socios. —La Sociedad acordó se diese las gracias á S. A. el Príncipe de Mónaco por su atención, al Sr. Reynoso por haber aceptado el encargo que le propuso el Sr. Tesorero y al Sr. Linares por su interesante y agradable recuerdo, que esperaba no fuese el último de la misma naturaleza. —El Sr. Lázaro leyó la nota siguiente: «Por indicación del Sr. Vilanova he visitado recientemente la colección de vasos peruanos, que, procedentes de los anti- guos enterramientos conocidos con el nombre de Z/uacas, se custodia en nuestro Museo arqueológico nacional. »La amabilidad de su Director, Sr. Rada y Delgado, me ha proporcionado ocasión de examinar detenidamente algunos que ofrecen verdadero y grande interés bajo el punto de vista histórico natural, por representar, con fidelidad suficiente para poderse determinar, los frutos de varias especies vegeta- les, entre ellas de algunas de las que se ha negado ó discutido mucho acerca de si eran ó no conocidas por los americanos antes de la llegada de los europeos. »La autenticidad de estos vasos es incuestionable, y por si fuera puesto en duda que los enterramientos citados fuesen anteriores á la conquista, dato fundamental para apreciar el valor de esta noticia, debo advertir, que si mi falta de compe- tencia en cuestiones arqueológicas no me permite hacer esta afirmación por mi propia cuenta, así consta en los documentos existentes en el mencionado Museo, en los que se hace refe- rencia al origen de estos vasos, así me lo garantiza la autori- dad del Sr. Rada y algo dice también en pró de esta antigúedad el no haber sido puesta en duda por ninguna de las personas compztentes que han examinado esta valiosa colección. »Sentado esto, debo mencionar también que sólo haré ob- servaciones respecto de aquellos vasos que pueden determi- narse con certeza absoluta, los cuales están en mayor número de lo que podría suponerse, pues si bien por los motivos de E 52 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA decoración empleados en otros vasos, no parece que los anti- guos peruanos dominasen el arte del dibujo, en la reproduc- ción por medios plásticos debieron estar más adelantados, a juzgar por la exacta reproducción de estos frutos, que no pueden dejar duda á ningún botánico respecto de su deter- minación. »Entre los frutos más abundantemente representados en la colección mencionada, los hay genuinamente americanos como el guanabano (Anona muricata L.) modelado con pasmosa exactitud en los vasos 577, 579 y 2.335; la legumbre de la Cassia brassiliana Lam., representado en los que llevan los números 623, 626, 627, 630, 633, 4.034 y otros; y aunque no tan claramente se representa bien la forma del fruto llamado mamey (Mammea americana Jacq.) en los 609 y 620 y algunos más. Existen otros cuya especie no puede ser determinada con exactitud, pero que representan indudablemente frutos de cucurbitáceas (603, 604, 606, 614, 619, 643, 656, 669, 2.918, 4.218; etc.), pero que no son fáciles de determinar por el poli- morfismo que caracteriza estos frutos. También existen frutos de cicadeas claramente representadas (634, 2.912) acaso de una especie de 24m14. »Pero los frutos que más llaman la atención son los plátanos y las calabazas vinateras, por pertenecer á especies cuya exis- tencia en América antes de la conquista ha sido muy discutida. -——»Varios son los vasos que en esa colección representan tosca- mente frutos de plátano, pero hay uno incuestionable (637), pues representa uno de los semiverticilastros que se originan en esta infrutescencia tan caracteristica por las diversas flo- res que nacen en la axila de una misma bractea. La factura más perfeccionada, la disposición del grupo, las dimensiones, todo representa fielmente los frutos de una Musa. »Como son varios los nombres especificos corrientes que se refieren á las especies de este género que se cultivan para utilizar sus frutos, conviene indicar que las principales son las tres siguientes: 1.*, la M. paradisiaca L., á la que corres- ponden los llamados plátanos de América, plátano grueso, plátano hartón de Méjico, plátano hembra y plátano largo; 2.2, la MZ. sapientum L., á la que se refieren el plátano camburí dé Méjico, el plátano quinco, el tenduque de Filipinas y los higos bananos de Cuba, y 3.”, la M. regia Rumf., 6 plátano DE HISTORIA NATURAL. 33 dominico. A esta se pueden agregar algunas otras formas poco diferenciadas que no representan sino variedades regio- nales. »Desvaux propuso considerar todos los plátanos de fruto comestible como una sola especie, opinión que ya fué aceptada por Robert Browa (1818), distinguiendo en esta especie única dos series de variedades: una en la que figuran todas las que dan frutos grandes, de 7 á 15 pulgadas, como la M. paradisia- ca L., y otra que contiene todas las de frutos pequeños, de l á 6 pulgadas, la M1. regia Rumf., y otras de menor importancia. »Esta opinión es muy aceptable y así se considera hoy esta reunión de formas tan variadas como una gran especie, cuyas variedades se extienden por todos los países cálidos y aun templados, y son muy numerosas por efecto de su cultivo an- tiquísimo, por lo menos en el Archipiélago Índico, India y China. Respecto á cual de los nombres dados á estas formas deba prevalecer para designar la especie única, teniendo en cuenta que el nombre de paradisiaca, dado por Linneo, obe- dece al equivocado concepto de que esta especie hubiese tenido alguna intervención en la leyenda de Adan y Eva, siendo asi que la Biblia no menciona esta planta y los hebreos y egipcios fueron los únicos pueblos de la antigúedad que parece no llegaron á conocerla, está aceptado el nombre de Musa sapien- tum Brown. non L. »Los plátanos traidos de la India por la expedición de Ale- jandro Magno, según Plinio, se cultivan en nuestra costa mediterránea desde el tiempo de los romanos probablemente, ó por lo menos desde la invasión árabe, y precisamente deben su nombre de l/usa al nombre árabe mouwz con que se la men- ciona en la obra de Ebu Baithar (siglo x111). En cuanto al nombre español de plátano sí que no es fácil de justificar, pues aplicándose desde mucho tiempo antes del descubri- miento de América al plátano de sombra, entonces conocido (Pl. orientalis L.), no se comprende bien lo que dice Acosta de que se aplicó este nombre por los españoles por su seme- janza, lo cual podría ser verosímil tratándose del plátano de sombra americano (P1. occidentalis L.) que verdaderamente es tan fina que hasta está propuesta la refundición de las dos especies en una sola, pero no entre una usa y un Platanus, entre los que nadie puede notar ni el menor asomo de parecido, 51 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA y del mismo rezonamiento que hace Acosta (pág. 248) resulta que no se parecen en nada. »Es, pues, indudable que el plátano es conocido en el anti- guo mundo desde antiquísima fecha, y lo que se ha debatido es si alguna de sus variedades existía ya en América antes de la llegada de los españoles. »Mantiénese en América la tradición de que el plátano har- tón y el dominico existian en ella por aquella fecha. El histo- riador Prescott cita un manuscriso de 1527 de un español, en el que se refiere que los naturales agasajaron á Pizarro, á raiz de su desembarco, obsequiándole con plátanos. »El peruano Garcilaso de la Vega, descendiente de los Incas, que tan buenas noticias suministra sobre la agricultura ame- ricana y la introducción en ella de plantas del antiguo mundo, afirma terminantemente en sus Comentarios Reales que el cul- tivo de los plátanos era ya con el de la quinoa, maíz y patata, de los más generales y ricos en tiempo de los Incas, y describe dos variedades: una de fruto grande, el hartón, y otra de fruto pequeño el dominico (1590). »Posteriormente el Padre Acosta en su /Zistoria natural de Indias afirma también que los americanos poseían este cultivo antes de la llegada de los europeos. »Con estas opiniones se conforma Humboldt y cree probable que alguna de estas formas de Musa puede ser originaria de América. »El viajero Stevenson refiere también haber hallado en las mencionadas Ahuvacas lechos de hojas de Musa, aun cuando esta observación carece de valor por la manifiesta incompe- tencia de Stevenson que dice haber encontrado en ellas tam- bién habas, siendo así que estas semillas son indubitablemente europeas. Justo es, sin embargo, observar que para un profano es mucho más facil confundir las semillas de las habas con las de otras leguminosas, que tomar equivocadamente por hojas de Musa, tan características por su forma y tamaño, otras que no lo fuesen. »Existen contra todo esto razones de bastante peso que han inclinado la balanza en sentido contrario. Es de notar que ni en los escritos de Colón, ni en los de Pinzón, Alonso Negro, Vespuzzi, ni Cortés, se hace mención de haber hallado en tierra americana estos frutos tan estimables, aun cuando en DE HISTORIA NATURAL. D0 ellos se hacen observaciones repetidas de ciertos productos del país, silencio que, con razón, resulta sospechoso, pues todos ellos conocían bien los plátanos y parece natural que hiciesen mención de haberlos hallado en aquellas remotas tierras. »Más grave aún es la afirmación terminante de Oviedo en su primera obra (1526), de que los plátanos fueron llevados de las Canarias á Santo Domingo porel Padre Tomás de Berlanga en 1516. Inexplicable es el silencio de nuestro historiador Hernández, que escribiendo medio siglo después de Oviedo, no dice nada sobre esta cuestión, ni para reproducir el dicho de Oviedo, ni para indicar nada en contrario. »No menor contradicción que entre los datos históricos hay entre las observaciones botánicas practicadas sobre el terreno; pues mientras Humboldt, viendo la frecuencia con que se en- cuentran plantaciones de esta especie en puntos del interior de los bosques habitados por indios que no se hallaban en relación con los europeos, y notando que en los dialectos de algunos de estos pueblos había nombres no introducidos para designar esta planta, se inclina á mantener la opinión de Garcilaso. Otros botánicos, que posteriormente han explorado diversas regiones de América, como son: Seeman, Ernst, Sagot y Piso, niegan que el plátano sea espontáneo en el continente americano, siendo probable que los pocos pies que alguna vez se hallan procedan de cultivos abandonados, y es de notar que en estos, como en los cultivados, es normal que el fruto no tenga semilla. En el único punto del Nuevo Mundo en que el plátano viene espontáneamente es en la Barbada, según Hughes y Maycock, pero tampoco en los plátanos de este país maduran bien los frutos, y es de suponer, por tanto, que pro- ceda de anteriores cultivos. »En cambio en el antiguo mundo, en Filipinas, Cochinchina y Coromandel, existen positivamente plátanos espontáneos que dan semillas bien granadas. Por otra parte, todas las demás especies del género Musa son incuestionablemente propias del antiguo mundo. »Si además se considera que las razones de Humboldt no son ciertamente de gran peso, pues es difícil que en tiempos tan alejados de los de la conquista como los en que él viajó por América, pudiese asegurarse que aun las tribus indias 56 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA más internadas no hubiesen podido recibir esta especie por el intermedio de los paises ya colonizados, ni la existencia de nombres especiales en algún dialecto americano, dato contra- dicho por Piso y Marcgraf, por lo que al Brasil se refiere, se opondría á que esta especie fuese introducida en América, pues abundan los ejemplos de plantas que al ser introducidos en un país reciben nombres en todo independientes de los que llevan en el país originario. »Todas estas razones han inclinado la opinión de las perso- nas competentes en contra de la existencia de los plátanos en América antes de la conquista y así se inclina á resolver esta cuestión Alfonso Decandolle en su excelente libro Z'origine des plantes cultivees, afirmando que lo más probable es que la especie única en que pueden contenerse todas las formas de Musa de fruto comestible debe tener probablemente su origen en alguna de las islas del Archipiélago Índico, que no debió existir en América y que si algún día se demostrase que allí existió, habrá de creerse en una introducción for- tuita desde la costa de Guinea ó desde alguna de las islas del Pacifico. »Juzguen por estas indicaciones de la importancia que puede traer la observación que presento á la Sociedad de existir vasos anteriores á la conquista, representando frutos grandes de la Musa sapientum. R. Br. »En cuanto á la calabaza vinatera (Zagenaria vulgaris Ser.) no es menos notable el caso, pues Linneo, sin dato alguno, la asignó un origen americano, infundadamente, pues ya se citaba en una obra china, un siglo antes de J. C., así como en otras romanas del tiempo del imperio, entre ellas en las de Columela y Plinio y hasta está pintada en una curiosa obra iconográfica, el Herbarius Patavie, de 1485, y anterior, por tanto, al descubrimiento de América, datos que sin duda no fueron conocidos por Linneo. »Los griegos noindicaron nada respecto de esta planta. Los hebreos tampoco puede afirmarse positivamente que la cono- ciesen, ni los egipcios, aunque se ha indicado si una hoja de cucurbitácea figurada en una tumba pudiese referirse á esta especie. Los árabes tampoco hacen mención de ella. Parece que en la Edad Media era ya conocida en Palestina y en el siglo xvi era más común que hoy en Europa estando abun- DE HISTORIA NATURAL. 51 dantemente representada en las obras iconográficas de aquel tiempo con el nombre de /ameraria. »La especie vive espontánea en Malabar, las Molucas, India continental y Abisinia y se ha recogido también en algún punto de Australia, aunque es posible sea allí asilvestrada. »Razonando todos estos datos, se ha aceptado la opinión de Augusto Pyramo Decandolle, que la considera de origen índico. »Ha existido alguna indicación de que esta especie fuese conocida en alguna parte de América antes de la conquista. Oviedo (1526) menciona que en la época del descubrimiento era un cultivo generalizado en las Antillas y en el Nicaragua el de unas calabazas que usaban los indígenas como botellas, indicación que igualmente hace el P. Acosta (1591) respecto del Perú. Piso en 1637 y Marcgraf en 1638, vieron en el Brasil ejemplares que los monógrafos refieren hoy á esta especie, pero, no sin razón, hace observar Alfonso Decandolle en su libro antes mencionado, que, tratándose de una especie anual, desde la conquista hasta los tiempos de cada uno de estos autores, hubo tiempo sobrado de que fuese llevada desde el antiguo mundo, afirmando resueltamente que no es creible que la calabaza vinatera fuese conocida antes en América. »Pór esto el hecho de estar claramente representada la for- ma común y tan caracterizada del fruto de esta especie, en algunos de los vasos de esta colección y sobre todo en uno formado por tres de estos frutos perfectamente modelados, vendría á demostrar que las afirmaciones de Oviedo y Acosta eran de todo punto verídicas y que esta cucurbitácea era cul- tivada y objeto de las mismas aplicaciones que en Europa y en Asia. »Nada sería más fácil de explicar que la propagación for- tuita de esta especie á través del mar por las condiciones de flotación del fruto y el largo tiempo que las semillas de las cucurbitáceas conservan las facultades germinativas, condi- ciones en las cuales la propagación natural es infinitamente más fácil que la de los plátanos cultivados, que, por no dar semillas normalmente, se multiplican por esqueje. »Pero quizás de esta cuestión podría deducirse que las rela- ciones entre ambos mundos á través del Pacífico no han sido tan raras como podría suponerse, y no sean estas solas las 59 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA especies que se han extendido de uno á otro continente antes de la conquista de América. »Por lo que á las cucurbitáceas se refiere, hay algunos otros vasos de la colección mencionada, cuyas formas parecen re- presentar frutos de esta familia, pero que no ofrecen elemen- tos suficientes para su determinación. Uno hay, sin embargo, que, sin asegurarlo, me parece probable represente el de la forma de turbante de la Cucurbita máxima Duch., especie cuya patria es aún problemática y que podría ser americana como lo hace suponer el no existir ninguna lámina ni descripción de ella anterior al siglo xv1, pero que el viajero inglés Barter dice haber encontrado con aspecto de indijyena en las orillas del Niger.» —El Sr. Quiroga leyó la nota siguiente: Andesitas del Mar Menor y Cartagena. «Con anterioridad á los trabajos del infatigable y sabio geó- logo Excmo. Sr. D. Federico de Botella dados á luz en su importante Descripción geológica-minera de las provincias de Albacete y Murcia, publicada en 1868, apenas se sabía otra cosa de las rocas volcánicas de Cartagena y Mar Menor que su existencia. El Sr. Botella en esta interesante publicación, no solo fija con exactitud el lugar qne ocupan los asomos más importantes de estos materiales alrededor de Cartagena, como se ve en el Plano topográfico y geológico de la Sierra de Carta- gena (1), sino que los clasifica petrográficamente con la pre- cisión dable en aquella época en que aún no había comen- zado entre nosotros á usarse el microscopio con tal objeto, y señala la estrecha relación que liga los materiales volcánicos del reino de Murcia con los del cabo de Gata y otros puntos de la provincia de Almería sobre todo (2), relación que ha ve- nido á ser demostrada posteriormente gracias al estudio mi- crográfico de las rocas volcánicas de ambas comarcas. »Hace ya bastantes años que mi amigo el conocido herpe- tólogo profesor D. Eduardo Boscá me proporcionó ejemplares de las rocas que forman las islas Perdiguera, Esparteña, Ma- (1) Op. cit., lám. vi. (2) Idem, pág. 38. DE HISTORIA NATURAL. 59 yor y Redondella, del Mar Menor, recogidos por él, y enton- ces reconocí que todos pertenecían á la familia de las andesi- tas y eran ricos en un piroxeno rómbico. »El deseo de recoger yo mismo nuevos materiales me hizo diferir la terminación y publicación de mis investigaciones. Comunique, sin embargo, su resultado á mi querido amigo y compañero el profesor D. Salvador Calderón, quien dió noti- cia de ellas en una de sus publicaciones (1). »Ulteriormente compró el Estado á D. Alejandro Seytré una colección de minerales y rocas de España sobre todo, con des- tino al Museo de Historia Natural, en que había rocas volcá- nicas de las siguientes localidades alrededor de Cartagena: Cabezo de Ventura, Cabezo del Carmolí, camino de Cartagena á la Palma y La Fuente Vieja en el camino á Mazarrón, ejem- plares que fueron aumentados posteriormente con los que re- cogió mi amigo el profesor D. Odón de Buen en la isla Suge- tos, Mar Menor, á excitación mía. ) »Ya con estos materiales se puede adquirir alguna idea de la naturaleza de las rocas volcánicas de aquella región por que están representados los tres tipos de rocas volcánicas que considera el Sr. Botella, á saber: basaltos (I. Sugetos); trapps y wackas (Cabezo de Ventura), y traquitas, las de las otras localidades. »El estudio micrográfico de estas piedras muestra que todas se hallan incluídas en la gran familia de las andesitas, pu- diendo ser clasificadas del modo siguiente: Micáceas: camino ú la Palma, Cartagena. Piroxénicas: 1) hiperstémicas. a) con vidrio blanco; cordieritias: islas Redondella y Sugetos, en el Mar Menor. b) con vidrio pardo; sin cordierita: islas Perdiguera y Esparteña en el Mar Menor, y Cabezo del Carmolí, Cartagena. 2) micáceo-augítica cordierita: Cabezo de Ventura, Cartagena. »La Andesita micacea del camino á la Palma se parece mu- cho á las andesitas micáceas del cabo de Gata, solo que se (1) Les roches cristallines massives de Espagne. (Bull. de la Soc. géol. de France, 3.* serie, t. x111, pág. 111.) , 60 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA halla en un período más avanzado de alteración. Es una roca formada por una pasta de color gris ceniza, en la que hay abundantes láminas exagonales de biotita, cuyo diámetro 0s- cila entre 1 y 2 mm. Con una lente se distinguen en la pasta granillos blancos vítreos, unos de naturaleza feldespática y otros un poco crasos que, separados y observados con el mi- croscopio, muestran el policroismo característico de la cordie- rita. Se ven además de cuando en cuando en esta roca grani- llos prismáticos, á veces hasta de 5 mm. de largo por 1 de an- cho, de color verde espárrago y de facies piroxénica. Según muestra el examen microscópico, existen en este material labrador, sanidino, oligoclasa, cordierita, biotita, hiperste- na, magnetita, tridimita y un vidrio incoloro que cementa los anteriores minerales y está salpicado en abundancia de man- chas opacas de arcilla. »El labrador forma los cristales porfíricos de naturaleza fel- despática, cuyos bordes están enteros y todo él bien conser- vado; es mucho más escaso que en las andesitas piroxénicas, que describiré después, y muy rico en inclusiones de burbuja fija, algunas de gran tamaño, con frecuencia rectangulares y muchas veces orientadas según la mayor longitud del cris- tal. La macla de la albita es la que existe casi exclusivamente en esta plagioclasa, hallándose muy rara vez la de la pericli- na. Más abundante que el feldespato porfírico es el microlítico en forma de agujitas de aspecto fibroso que se extinguen se- gún su longitud, muchas de las cuales son sencillas, y que por tanto pueden referirse á la oligoclasa. »Además de estas dos plagioclasas se hallan en el seno de esta roca algunos cristales porfíricos de otro feldespato de contornos redondeados y con frecuencia corroídos, en cuyo borde llevan una zona gris opaca, fibrosa, como de materia arcillosa. Algunos son macroscópicos, y en los que no está adelantada la alteración antedicha, se reconoce el crucero y demás propiedades del sanidino. Es el feldespato porfírico que alcanza mayor tamaño. »La cordierita constituye siempre cristales rotos corroidos y redondeados, de tamaño variable desde individuos macros- cópicos que tienen un par de milímetros de diámetro, hasta los microscópicos, que apenas alcanzan un centésimo de mi- límetro. Estos granos, puestos en el microscopio, exhiben el DE HISTORIA NATURAL. 61 bello pleocroismo característico de esta especie, fenómeno que desaparece en las secciones delgadas. Contiene abundan- tes inclusiones que consisten en poros gaseosos, granillos de zircón y magnetita, laminillas de oligisto y sobre todo en agu- jas de silimanita, tan abundante á veces en algunos cristales como la misma masa de la cordierita. No dejan de presentarse con alguna frecuencia cristales polisintéticos de este mineral maclados según (110). No he conseguido ver las zonas poli- eróicas que rodean los apatitos y zircones incluídos en otras cordieritas. »De los elementos coloreados de esta roca es visible macros- cópicamente y abundante una mica negra ferro-magnésica en láminas exagonales de 2 mm. la mayoría, llegando algu- nas á tener 4 mm., bastante opacas, de apariencia uniáxica, y notables tan solo por contener como inclusión abundantes microlitos prismáticos cilindróideos, incoloros, de sección exagonal normalmente á su longitud, uniáxicos, negativos, que se disuelven en la solución nítrica del molibdato amóni- co, produciendo cristales amarillos de (111) y (110) del siste- ma regular, referibles por tanto, al fosfo-molibdato amónico, y que son de apatito. Muchas de estas láminas de mica están cargadas de granillos de magnetita, siendo entonces más cla- ro el resto de su masa. Constituye también microlitos abun- dantes bajo la forma de pequeñas laminillas exagonales par- do-rojizas, esparcidos por el magma. »Mucho más escasos que la mica son unos prismitas vítreos de color verde espárrago, de aspecto fibroso, algunos hasta de 5 mm. de largo, que, desprendidos de la roca y observán- dolos directamente, se ve que, siendo octogonales, tienen cuatro lados más desarrollados que los otros cuatro, lo que les da una facies cuadrada; están faltos de terminaciones; son de color amarillento-verdoso en luz natural, con un policrois- mo bastante marcado verde parduzco, según la longitud del prisma, y pardo amarillento-rojizo normalmente á ella, pero mucho más débil que en las hiperstenas de las andesitas del Pichincha y Santorino; su extinción tiene lugar paralela y normalmente á su longitud, y, según ella, es positivo. Si á estos caracteres se une que con el ácido fluosilícico produce cristales romboédricos con la base muchos de ellos, forma que corresponde al fluosilicato magnésico, y que eliminada la 62 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA sílice se reconoce que están constituidos de hierro y magne- sio, parete indudable que tales prismas pertenecen á un pi- roxeno rómbico ferrifero, probablemente una hiperstena casi de seguro más pobre en hierro que las del Pichincha y San- torino. En secciones delgadas este mineral es casi incoloro, muy fibroso, débilmente pleocróico, siendo de notar que las secciones próximamente normales á su longitud muestran uno 6 los dos ejes ópticos. Contiene muchas cavidades, la ma- yoría ovóideas ó irregulares, algunas sin embargo rectangu- lares, con una burbuja fija y á veces gránulos de magnetita. »Existen con abundancia en esta roca cristales prismáticos formados por una sustancia térrea amarillento-rojiza que, examinada con el microscopio, se la ve constituida por restos del mineral anterior envueltos en una especie de limonita. Esta roca, por tanto, fué mucho más rica en hiperstena de lo que es actualmente. »La pasta de este material se halla formada de un vidrio incoloro inatacable por los ácidos que contiene al estado mi- crolítico, oligoclasa, según he dicho antes, no muy abundan- te, granillos abundantes, aunque pequeños, de magnetita, algunas agrupaciones de tridimita y agujas de apatito. De cuando en cuando se-hallan manchas kaolínicas opacas. »Las rocas que en la isla Sugetos, del Mar Menor, ha reco- gido el Sr. de Buen, así como las de la isla Redondella en el mismo mar, traídas por el Sr. Boscá, y alguna de los alrede- dores de Cartagena, también traida por el Sr. de Buen, son andesitas hipersténicas sin mica, muy ricas en cordierita, de color gris ceniza claro las de la isla Redondella y algunas de la isla Sugetos, y obscuro, pardo, otras de esta última locali- dad, más vitreas y frescas que la andesita micácea anterior- mente descrita. Son piedras un poco celulares, en las cuales á simple vista se reconocen la cordierita, feldespatos y algún cristal de un piroxeno verde-espárrago, con el mismo aspecto de la hiperstena de la roca anterior. »Los feldespatos porfíricos son de dos clases: unos, los más abundantes, constituyen maclas polisintéticas según la ley de la elbita y á veces de la albita periclina, cuyas dos series de individuos están igualmente desarrollados, comprendiendo entre las extinciones de dos láminas sucesivas, ángulos que oscilan entre 70” y 78”, atacables por el ácido clorhídrico, pro- ny.” DE HISTORIA NATURAL. 63 duciéndose en la solución cristales de yeso al añadir una gota de ácido sulfúrico, por cuyo conjunto de caracteres deben pertenecer á la anortita, mientras que otros, en general más pequeños y escasos, formados también por maclas polisinté- ticas según la ley de la albita, pero de individuos muy des- iguales, poseen un ángulo de unos 60* entre las extinciones de dos láminas sucesivas, teniendo su valor máximo de 30" el angulo comprendido entre una extinción y la traza del plano de combinación en las secciones simétricas de dichos indivi- duos polisintéticos, 4 cuyas propiedades ópticas se une la inatacabilidad por los ácidos, que juntamente con las ante- riores caracterizan á estos cristales como labrador. Ambas clases de plagioclaszas son ricas en inclusiones de contorno muchas veces rectangular ó cuadrado, dispuestas con fre- cuencia paralelamente á los lados de la sección. Son frecuen- tes también en ellos inclusiones irregulares de materia vítrea del magma. »La cordierita de estas rocas constituye granos redondeados y en ocasiones prismas que alcanzan á veces 3 6 4 mm. de longitud, mostrando con mucha intensidad el policroismo propio de esta especie. Están cubiertos los másde ellos de una delgada costra amarilla é isótropa que cubre también las pa- redes de las oquedades que ofrece. La abundancia en que se presenta la iolita en estas andesitas y el tamaño de sus indi- viduos, permite separarla perfectamente de los demás mine- rales para identificarla con toda seguridad. Sus secciones son ovoideas, redondeadas y á veces rectangulares, extinguién- dose en estos casos según los lados de la sección. Sus inclu- siones son materia coloide amarillenta de la que forma la costra que la cubre, agujas de silimanita, poros gaseosos y algunos cristales de apatito y zircon. »Contienen también estas andesitas masas elipsoidales, á veces hasta de 648 cm. de eje mayor, constituidas por una asociación de cuarzo y cordierita en un todo análoga á las que describe el Sr. Osann de las andesitas del Hoyazo de Nijar (1). »Hallanse también entre los elementos porfíricos de estas (1) Ue er den Cordierit fihrenden Andesit vom Hoyazo (Cabo de Gata). Zeitsehr. der deuts. geol. 7es., XL, 4, pág. 702, 1888, 61 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA rocas masas, redondeadas ó elípticas, ya solamente microscó- picas, ya también macroscópicas hasta de 8 cm. de eje de un cuarzo muy grieteado que tiene la misma facies del de Nijar. Además de estos elementos en las andesitas oscuras de la isla Sugetos existe ópalo como producto de secreción en pequeñas masas irregulares bordeadas de una sustancia gris amarillen- ta; su solubilidad en la potasa le distingue del vidrio incoloro que forma la base de estas rocas, con el que podría hacerle confundir su isotropismo. »Los únicos elementos porfíricos coloreados que poseen estas rocas son los piroxenos, uno de ellos, el dominante, rómbico de la misma facies y caracteres que el descrito en la andesita micácea de la Palma, solo que en estas se halla con más frecuencia, pues juega en ellas él solo el papel que en aquella desempeñan la biotita y él juntamente, y el otro mo- nosimétrico es una augita gris violácea frecuentemente ma- clada según (100) y en alguno de cuyos cristales he visto agujas de apatito. Existe también magnetita escasa en granos generalmente irregulares y alguna que otra vez exagonales. »El magma de estos materiales está formado de un vidric inatacable por los ácidos, incoloro casi siempre y de un color pardo amarillento muy claro en algunas rocas de la isla de Sugetos, coloración que es la causa de la que presentan las masas de este material, en el cual existen microlitos de oligo- clasa dominantes, alargados, la mayoría maclados según la ley de la albita, pero formada por dos ó tres individuos, y sus extinciones caracteristicas, escasos microlitos de augita, gra- nillos de magnetita y agujas de apatito, á veces bastante grandes. »Poseen estas rocas que pertenecen como la anterior al tipo de las andesitas vitrofíricas, una textura fluida pero más pro- nunciada en los de la isla Sugetos que en los de la Redondella, ambas del Mar Menor. »Las andesitas de las islas Perdiguera y Esparteña, del Mar Menor y del Cabezo del Carmolí cerca de Cartagena son más oscuras y cavernosas que las anteriormente descritas, sobre todo la última. Entre sus elementos porfíricos no se hallan más que los feldespatos, la mayoría atacables por HCl, y pris- mas largos, verdosos y de facies cuadrada pertenecientes al piroxeno rómbico, siendo muy de notar que no se vean entre DE HISTORIA NATURAL. 65 ellos los granos de cordierita que tan bien y con tanta abun- dancia poseen las andesitas de las localidades anteriores, que además se hallan tan próximas á estas. »La composición y estructura de estas andesitas es muy parecida á la de las anteriores, diferenciándose únicamente por la falta de la cordierita, abundancia de anortita, escasez de augita y de microlitos feldespáticos y coloración violácea del vidrio, que es frecuente también bajo la forma de inclu- siones en los feldespatos. La augita, sumamente rara al estado porfírico, constituye la mayoría de los microlitos que hay en el magma, en el cual escasean los feldespáticos. El piroxeno rómbico porfírico es en estas rocas abundante como en las anteriores, y la magnetita constituye en su mayor parte gra- nillos irregulares en el magma, existiendo muchas regiones totalmente desprovistas de microlitos en las cuales el vidrio se muestra perfectamente limpio. »La andesita del Cabezo de Ventura, en las cercanías de Cartagena, es una roca formada de una pasta de color gris oscuro, bastante compacta, de fractura algo astillosa, que contiene masas, granos y cristales porfíricos macroscópicos de feldespatos, cordierita, mica negra y cuarzo solo 6 asociado á cordierita. »Los feldespatos porfíricos son como en las rocas anteriores, la anortita dominante, el labrador y algún sanidino, mientras que los microlíticos pertenecen casi exclusivamente á la oli- goclasa y se hallan en mayor cantidad que en las rocas de las islas Esparteña y Perdiguera, y próximamente en la misma que están en la andesita micácea de la Palma. La cordierita abunda bastante en forma de granos redondeados, á veces elipsoida- les, de bordes corroidos y con penetraciones del magma en su interior en un todo semejantes á las que tienen los cuarzos en los pórfidos. El cuarzo forma granos grieteados en todas direcciones y con mucha frecuencia asociados á otros del mi- neral anterior. La augita sustituye en esta roca casi por com- pleto al pirozeno rómbico de las anteriores, del cual se en- cuentran en ella pocos individuos, cuya mayoría ofrecen como inclusiones pequeñisimos granillos de hierro magnético y laminillas del oligisto dispuestas según la exfoliación pris- mática, inclusiones que recuerdan algo las de la hiperstena “de la peristerita del Canadá. Los microlitos de augita son ACTAS DE LA SOC. ESP.—XX» 5) 66 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA raros; este mineral forma individuos de fase intratelúrica, pero no de los mayores. »La biotita es el elemento ferro-magnésico más abundante, pues no solo constituye individuos porfíricos y hasta macros- cópicos, sino que también forma laminillas microlíticas que se hallan repartidas con abundante profusión en el magma de la roca, coloreándola de pardo rojizo. Los individuos porfí- ricos de esta mica incluyen tal cantidad de magnetita, que muchos de ellos son casi por completo opacos. »El magma de esta roca es también muy rico en prismitas y agujas de apatito que se disuelven perfectamente en la di- solución nitrica del molibdato amónico produciendo el fosfo- molibdato. »El vidrio es incoloro é inatacable por los ácidos. »Aunque no muy parecida por su aspecto exterior á la an- desita micácea de la Palma tiene íntima relación con ella por la composición y estructura de su magma. »De la isla Mayor me regaló el Sr. Boscá tobas andesíticas, de color blanco, grisáceo unas veces, amarillento ú violáceo otras, que proceden de andesitas muy caolinizadas, pero cuya estructura y composición debieron ser los de las andesitas que describo. Algunas de estas tobas son brechiformes y en todas el cemento que traba los diversos trozos es muy silíceo y está lleno de materia caolínica. »De Fuente Vieja, en el camino de Cartagena á Mazarrón, procede un ejemplar de una lava negra basáltica perteneciente á la colección Seytré, cuya presencia entre materiales de esta región es tan anómala, que como no sé quién la ha recogido, dudo si será un ejemplar de otra comarca llevado allí por ca- sualidad; es el primer verdadero basalto que veo con indica- ción de proceder de aquella zona, exclusivamente andesítica, y por esto indicaré su composición con reservas acerca de la exactitud de su procedencia. »E3 una piedra negra celular que contiene aragonito en aleunas oquedades y en su pasta algún que otro resto de cristales de una plagioclasa vítrea que parece pertenecer á la oligoclasa. Como elementos de fase intratelúrica encierra oli- vino en granos irregulares de tamaño medio y muy uniforme peroxidados en su zona externa y algún que otro individuo de augita y aun de hornblenda parda muy cargada de grá- DE HISTORIA NATURAL. 67 nulos de magnetita en sus bordes. El magma está formado de una base vítrea violácea, cargada de infinito número de mi- crolitos de augita, agujitas de apatito, granillos de magnetita y microlitos un poco grandes de labrador maclados casi todos según la ley de la albita y algunos pocos según la de la albita- periclina. Ea uno de sus costados lleva esta piedra un resto de unos 3 em. de longitud de una masa de olivino granudo. »Estos son los ejemplares que he podido examinar de las cercanías de Cartagena é islas del Mar Menor, ejemplares que son muy semejantes á los del cabo de Gata descritos por don Salvador Calderón (1), que ponen de manifiesto la existencia en el subsuelo, aquí como en el cabo de Gata, de pizarras cristalinas cargadas de cordierita, que ha sido arrancada, juntamente con los cuarzos, del seno de estas por el material neovolcánico en su erupción, ó lo que es más probable respe- tado por las acciones mecánicas y químicas, hijas de las oro- génicas, que formaron el material eruptivo á expensas del arcáico.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 6 de Abril de 1891, PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se repartió el cuaderno 3.” de los ANALES. —El Sr. Paúl envió la nota que sigue: «Uno de los estudios más interesantes y útiles, por relacio- narse directamente con la agricultura, es sin duda alguna el de la Micología, que comprende un vasto campo en la parte referente á Patología vegetal. »Siendo muy escasos los datos que acerca del particular se han publicado en nuestro país, y estando diseminados en su mayor parte en obras especiales, creo no carece de interés la enumeración de un pequeño número de especies de la provin- cia de Sevilla que he podido recolectar, y en cuya clasifica= (1) Estudio petrografico sobre las rocas volcánicas del cabo de Gata ¿isla de Alborán.— (Bol. de la Com. del Mapa geol. de España, 1882.) 63 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ción, 6 al menos comprobación de mis determinaciones, ha tenido la amabilidad de prestarme su valiosa ayuda M. Dela- croix, del laboratorio de Patologia vegetal de París. Peronospora viticola.—Sobre hojas de vid.— Huévar (Sevilla). — effusa.—Idem de Chenopodium.—Idem. Cistopus Postulace.—Idem, Postulaca oleracea.—Idem. — candidus.—Idem, Raphanus sativus.—Idem. Ustilago seyevum.—Idem, granos de Hordeum.—Idem. — Maidis.—Idem, Zea Mars.—Idem. Tilletia caries.—Idem, Triticum vulgare.—Idem. Accidium de Puecinia siraminis.—Hojas de Anchusa Italica.—Id. = — graminis.— Idem, Berberis vulgaris.—Id. Uredo y Phragmidium violaceum.—1d. Rubus fructicosus.—1d. o — subcostiitium.—Idem, Rosq.—Idem. — del Uromyces Febe.—Idem, Faba.—Idem. — y Puccinia punclum?—Idem , Cyperus.—Idem. Teleutosporos de Puccimia Campositarum.—Sobre hoja y tallo. de Cichonium Intibus.—Idem. — — Malvacearum.—Hojas de la lva.—Id. Phyllactinia sufuta.—Idem Ulmus campestris.—Idem. Oidium Erysiphoides.—1Idem, id, id. — Tuckeri.—Idem, Vitis vimifera.—Idem. — leuconium.—Idem, Rosa.—Idem. Erysiphe communis.—Idem, Condoldulus.—Idem. Capnodium salicinum.—Idem, Olea Europea.—Idem. Fumago vagens. (Estado conidial del Capnodium).—1Idem, C4- tius.—1Idem. : Fusiclaudium pirinum.—Idem, Pyruo.—Idem. Physalospora Cynodontis. Delacroix (nov. sp.) —Idem, Cynodor Dactylon.—Idem. Piguttia astroidea?—Idem, Ulmus campestris.—Idem. —El Sr. Medina leyó la siguiente nota bibliográfica: Les races humains, por el Dr. R. Vernau, con un prefacio de A. de Quatrefages. «Esta obra que acaba de ver la luz pública en Francia, for- ma parte de una nueva edición de la conocida Enciclopedia de Brehnm, titulada Les mervezlles de la Nature. DE HISTORIA NATURAL. C9 »Tarea difícil es dar cuenta en pocas cuartillas de un tra- bajo que, como el presente, abarca tantos y tan diversos asun- tos, cada uno de los cuales merecería dedicarle algunas pági- nas; pero deseando darlo á conocer á la Sección, por tratarse de una obra de verdadera utilidad, no he vacilado en hacerlo, siquiera estos ligeros apuntes no tengan otra transcendencia que recomendar su lectura á mis consocios. »Comienza la obra por un prólogo del eminente profesor del Instituto de Francia M. A. de Quatrefages, en el que resplan- decen sus vastisimos conocimientos en las ciencias naturales y donde se dejan consignadas una vez más y de modo magis- tral las ideas del sabio maestro acerca del transformismo, del hombre terciario y de otros asuntos de menos importancia. »En este prólogo traza M. de Quatrefages á grandes rasgos la historia de la ciencia que hoy llamamos Antropología, cu- yos datos, expuestos así de una manera sumaria y concisa, presentan, al que por primera vez estudia estos asuntos, un cuadro completo de las vicisitudes por que ha venido pasando esta interesantísima rama del saber para llegar á constituirse tal como lo está al presente. »Comienza el Dr. Verneau su trabajo por la Antropología general, capítulo consagrado á dar una nueva idea de las cuestiones que interesa conocer, para entrar luego en el estu- dio de las razas en particular. Esta parte es sin duda alguna la más importante de la obra. Estando destinada á popularizar los vastos conocimientos científicos que abarca, y á plantear tantos y tan intrincados problemas, no es posible pretender sea completa ni siempre profunda, y sin embargo el Dr. Ver- neau ha tenido la rara habilidad de reducir esta materia á un pequeño espacio, sin olvidar ningún asunto que pueda ser de verdadero interés, al par que ha sabido emplear un lenguaje sencillo y claro, que pone la Antropología física al alcance aun de aquellas personas menos versadas en esta clase de estudios. »Consagra importantes artículos al transformismo, á las razas fósiles y prehistóricas, haciendo una acabada y brillante exposición de las razas de Canstadt y Cro-Magnon. Continúa estudiando los progresos de la humanidad á través del tiempo, y las razas de la piedra pulimentada, del bronce y del hierro le proporcionan motivo para varios interesantes artículos con 70 ACTAS DE LA' SOCIEDAD ESPAÑOLA los que termina la parte consagrada á la Antropología seneral. »Después de recorrer con avidez estas páginas, no exagera- mos al asegurar que cualquiera que desee formar un juicio acerca del estado actual de la prehistoria, puede hacerlo sin el esfuerzo que exige la lectura de una: obra extensa, y que caminará seducido por la galana forma con que ha sabido adornar su trabajo científico el autor. »Entra de lleno luego en el estudio particular de las razas históricas y en su clasificación, y esta, que es la parte más extensa de la obra, está hecha de mano maestra; distribución geográfica, costumbres, religión, alimentos, trajes, cuanto, pueda conducir al conocimiento de la raza, todo lo analiza, cautivando al lector por la amenidad de la narración y la viveza y animación de los cuadros que presenta, llenos de interés y de datos curiosos, por los que pasa la atención del lector sin fatigarse, á pesar de la índole minuciosa de este género de trabajos. »La reputación há tiempo adquirida por el Dr. Verneau en: sus varias publicaciones, quedará sólidamente cimentada con: esta última, que al mismo tiempo que presta un importante servicio á la difusión de la ciencia antropológica, demuestra de un modo evidente los profundos conocimientos de su autor. -»El libro del distinguido preparador del Museo de Historia Natural de París, forma un volumen de más de 700 páginas, adornado con 500 grabados y está esmeradamente impreso por los señores Bailliere é hijos. 2No terminaremos estos ligeros apuntes sin recomendar su lectura á todos los que cultiven la Antropologia, así como á los que deseen iniciarse en este género de asuntos, tan des- atendidos desgraciadamente en nuestro país y en los que tanto podría hacerse si á ellas se aficionaran nuestros hombres de ciencia.» —El Sr. Calderón dió lectura á la siguiente comunicación: Un basalto de Fernando Pó0. «En las colecciones del Museo de la Universidad de Sevilla existe un ejemplar de esta localidad, según etiqueta que tiene pegada, y que consiste en un canto rodado de una roca oscura y de superficie algo cavernosa. Esta piedra, que á la: DE HISTORIA NATURAL. “mM simple vista no ofrece nada de notable, es muy curiosa en las secciones delgadas, y me ha hecho vacilar mucho en punto á la clasificación que la corresponda en realidad. »Tanto el Sr. Macpherson (1) como el Sr. López Cañiza- res (2) se han ocupado ya de las rocas eruptivas de Fernando Póo y han descrito variados é interesantes tipos petrográficos de esta procedencia; pero el que motiva la presente nota difiere bastante de estos y ofrece un oscuro problema que no ha sido tratado hasta aquí en rocas análogas, y del qne hablaré después. »La fractura del ejemplar en cuestión presenta superficies cristalinas, al parecer frescas, oscuras, brillantes y con mu- chos cristalitos, alternando con manchas ocráceas. Con la sola ayuda de la lente se perciben cristalitos de feldespato, abundantes individuos porfídicos negros de augita y otros escasos de olivino, á cuya descomposición se deben las man- chas ahora mencionadas. De trecho en trecho se perciben pequeñas cavidades irregulares revestidas de un producto mamelonado. »Tratando la roca en polvo por el ácido nítrico se com- prueba su parcial disolución, la cual contiene mucha alú- mina y hierro, bastante magnesia y algo de cal, sosa y ácido fosfórico. »Las secciones delgadas examinadas al microscopio revelan que se trata de un agregado de plagioclasa, cerca de la cual hay una sustancia abundante, de augita, magnetita, olivino, y como accesorios, clorita, apatito y algunos productos secun- darios. »La plagioclasa es abundante y se halla en individuos fres- cos, alargados en la dirección de la zona p y”, que se extin- guen bajo ángulos cuya abertura indica se trata de un labra- dor. Cada individuo resulta de la asociación de muchos y abundan las maclas de la albita y sobre todo la de la peri- clina. Todas encierran inclusiones vitreas y de magnetita, señaladamente en la dirección de los ejes mayores. ) »La augita, de color violado en la sección transparente, está (1) Basaltos feldespáticos de Fernando Póo. (ANAL. DE La Soc. ESP. DE HIST. NAT., t. xv, pág. 314, 1886.) (2) Algunos basaltos de la costa occidental de África. (ANAL. DE LA Soc. EsP. DE HIST. NAT., t. xv111, 1889.) 7 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA poco alterada en estado de individuos grandes con exfoliacio- nes muy marcadas y de granos resultantes de la hendidura de estos, ambos con un dicroismo bastante perceptible. »Del olivino se ven algunas secciones muy caracteristicas, unas total y otras parcialmente convertidas en serpentina. No abunda, sin embargo, mucho este mineral. En cambio lo hace la magnetita, tanto en cristales cúbicos y octaédricos perfectos muy bellos, como en forma de partículas negras. »Por todas partes, y atravesando 4 todos los elementos de la roca, se ven finos y alargados prismas de apatito. En fin, se reconoce un vidrio incoloro, plagado de inclusiones de mag- netita á modo de películas, lo cual se percibe bien en la pre- paración atacada y teñida. »Los productos secundarios son distintos y de diversa im- portancia, y entre ellos figuran: clorita, derivada de la augita esparcida y cerca de ella; alguas esférulas negativas de ópalo, perdidas por la masa de la roca, cuyo origen se relaciona con el de otro de que vamos á tratar á continuación, serpen- tina y hierro oxidado, derivados del olivino. Mas el producto importante por excelencia, y el que ha motivado esta nota, es una sustancia muy abundante que rellena los espacios que quedan entre los minerales fundamentales y que he dicho se hallaba cerca de la plagioclasa. »La sustancia en cuestión es un silicato descomponible en el ácido clorhídrico en frío, dando unas ramificaciones crista- linas de cloruro de sodio y de ácido silícico hidratado, que se tiñen por la fuchsina. También es atacada por el ácido nitri- co, ofreciendo las reacciones micro-químicas de la alúmina y de la sosa. Por el aspecto de este mineral, y aun el de la roca en general, yo creí al principio que se trataba de la nefelina; pero los precedentes ensayos prueban bien que no es así en realidad, ni tampoco se refiere á la hauyna ni al nosean, sino á una verdadera ceolita. Mas los caracteres decisivos de la distinción entre esta y la nefelina se obtienen mediante el empleo de la luz polarizada convergente por la apariencia de las figuras ópticas correspondientes y también por el trata- miento, por el éter de la preparación despojada del bálsamo, en la que se ponen opacas las sustancias ceolíticas, merced á la pérdida de agua, al paso que la nefelina permanecería invariable. DE HISTORIA NATURAL. 13 »Se trata, pues, de una ceelita rica en sosa, y como ofrece una gran refringencia óptica, no cabe pensar en la analcima, y es forzoso por consiguiente llevarla al grupo de las natroli- tas, quizás á la ceolita intermedia entre la mesotipa y la esco- lecita de forma triclínica, según Descloizeaux, ó á la mesolita, tan frecuente en los basaltos de Islandia. Es lo probable que este mineral sea un producto secundario engendrado á expen- sas de otro anterior, tal vez de algún feldespato más ácido que el de la base; pues en ocasiones se advierte á la luz pola - rizada una sustancia vítrea en el interior, como vaciada en el mineral de que se trata, y de extinción homogénea en toda su extensión. Esto lleva á creer que sea seudomórfico, y hay individuos que parecen serlo de algo semejante á la analcima de las traquitas. i »En vista de la composición que ofrece esta roca singular hube de abandonar mi primera clasificación, según la cual la refería á las tefritas, inducido á ello por la notable semejanza de estructura y de aspecto que ofrece con ciertas rocas de dicha familia que recogí en Canarias; mas es claro que si esas partes cercanas al feldespato y atacables por el ácido no con- sisten en nefelina, cae por tierra aquella comparación. Es difícil, dado el estado evolutivo de la roca, decidir de si se trata de una andesita con algo de olivino ó de un basalto, no disponiendo de mayor número de ejemplares que dieran conocimiento de otros tipos y transiciones; pero la presencia del mineral ahora mencionado, los caracteres de la sustancia vítrea y la suposición de que el abundante producto ceolítico descrito derive de un feldespato, son razones para llamar basalto, siquiera sea provisionalmente, á esta curiosa roca volcánica de Fernando Póo.» Sesión del 3 de Junio de 18941. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones si- guientes: Del Director de la Comisión Geológica de los Estados-Unidos, 74 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA participando haber recibido el tomo xix de los AnaLes; del Director general de Administración y Fomento del Ministerio de Ultramar, enviando por orden del Sr. Ministro un ejemplar de la Descripción fisico-geológica y minera, en bosquejo, de la isla de Panay, por D. Enrique Abella. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas, acordando la Sociedad que se diesen las gracias á los donantes de las que son regaladas. —Quedaron admitidos como socios numerarios los señores Miot (D. Enrique), juez de instrucción y naturalista de Beaune, Cóte d'Or (Francia), presentado por el Sr. Martínez Añibarro; Lo Bianco (D. Salvador), de Napoles, y Anglada (D. Joaquín), teniente de navío, comisionado por el Ministerio de Marina en la Estación zoológica de Ná- poles, presentados por el Sr. Cazurro. —El Sr. Bolivar dijo haberse recibido ya los clichés y lami- nas enviadas por $. A. el Príncipe de Mónaco, para ser repro- ducidas en los ANALES, presentando muestras de algunas de estas, así como de las de los trabajos de los Sres. Calderón y. Gogorza y del retrato del Sr. Poey, que habrán de publicarse en el cuaderno segundo. El mismo señor presentó en nombre del Sr. González de Li- nares, Director del Laboratorio de Biología marina de Santan- der, ejemplares vivos de algunas actinias, gusanos y crustá- ceos, remitidos por aquel socio con objeto de que los viese la Sociedad en esta sesión, leyendo la siguiente nota con que el Sr. Linares acompañaba dichos ejemplares. Actinias. 1. Cerzanthus membranaceus Haime. Siete ejemplares pequeños que llevan dos meses en la esta- ción. Utilizando la indicación que hace Gosse en su Actino-. logía británica, de que puestos dentro de un tubo de cristal DE HISTORIA NATURAL. 75 fijo con mastic inferiormente en un apoyo cualquiera, de suerte que las dos zonas de tentáculos interiores y exteriores queden fuera del borde superior del tubo, pudo conservar algunos meses dichos animales, repeti el ensayo; y aunque el resultado fué bueno, pensamos en modificar la instalación, sumergiendo el tubo mismo en la arena, y acabamos por pres- cindir del tubo, al ver que los animales se salían á veces y entraban moíu proprio en la arena, enterrándose como en los playales, donde viven en la bahía; fabrican un tubo con mu- cosidad y nematocistos tan numerosos que acaban por formar un verdadero fieltro, cuya corrupción necesitamos combatir con circulación de agua, muy imperfecta aún, pues sale y entra por arriba en la probeta ó bocal, en vez de que saliera por abajo, atravesando la arena toda y entrara solo por arriba. Como otros ejemplares mayores de 0,20 m. 6 0,30 m. que tene- mos subsisten bien como estos, estamos seguros de poder cul- tivar esta especie aun en condiciones tan sencillas. 1. Eloactis Mazeli Andrés (Uyanthus Mazeli Jourdan, Anemo- nactis magnifica Andrés). Un ejemplar. Es interesante el hallazgo de esta especie en Santander. La descubrió Jourdan en Marsella (donde no debe abundar, porque no he podido conseguir que M. Marion me envíe aún ejemplares); Andrés la recogió en Nápoles donde no es frecuente. Tampoco lo es aquí: después de haber explorado tantas veces esta bahía en años anteriores, solo en este invier- no dí con ella, mejor dicho, mi hijo Antonio la encontró en la Huera del Doncel. Duró vivo unos dos meses; ni él ni los pocos recogidos después, así en dicho sitio como en la playa de la Magdalena, han comido nunca. Del estudio de esta especie me estoy ocupando; se han hecho fotografías y acuarelas, muy difíciles las últimas, pues cambian con el estado de contrac- ción del animal los tonos de sus pigmentos. Gusanos. Myzxicola infundibulum Grube. Un ejemplar que lleva unos cuarenta días en la Estación. Vive bien en cautividad, fabrica su tubo mucoso transparente 76 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA como en la playa, y hasta ha regenerado las barbas interiores del borde de su embudo branquial que había perdido en los primeros días. Tenemos en cultivo también otro gusano afine, Branchiomma Kollikerz Clpde ; pero su tubo mucoso arenáceo es muy largo y no nos atrevemos á enviar la probeta grande en que está. Crustáceos. Larvas que se han soltado hoy de la Gebia littoralis Desm.; va también la madre en el fondo de la tapa (invertida) del bocal que lleva las actinias. —El Sr. Vilanova leyó la siguiente nota: Una excursión d Jumilla (Murcia). «Habiendo realizado en la última quincena de Mayo, una correría entre geológica y protohistórica, por las provincias de Alicante y Murcia, considero oportuno dar cuenta á la So- ciedad de los principales resultados obtenidos por considerar- los dignos, por la significación que entrañan, de consignarse en sus actas. »El hallazgo de la Terebratula diphya, de los Aptichus y de Ammontles característicos del horizonte titonense del jurásico hecho en Hondon de las Nieves y de los Frailes me ha confir- mado la existencia de dicho terreno en gran parte de la ver- tiente N. de la Sierra de Crevillente, donde cubren sus mate- riales á las arcillas triásicas, y en la Romana. »Otro tanto puede decirse del terreno nummulítico que en Velsel y la Horna ocupa considerable extensión, prolongán- dose hasta el cerro del castillo de Jumilla sobre el que se asienta la población antigua, muchas de cuyas viviendas están artificialmente abiertas en los estratos bastante inclinados de caliza gris amarillenta en la que abundan sobremanera los Nummulites llamados lentejas por aquellos naturales. En el mapa geológico del Sr. Verneuil forma parte este cerro del terreno cretácico. »En Aspe la casualidad me hizo observar dos casos por todo extremo interesantes de microcefalia en dos hijos de una familia pobre de Pozobañada (Albacete) que con su padre y DE HISTORIA NATURAL. — 7 otros hermanos bien conformados iban á la siega. El haberse ausentado aquel día el fotógrafo del pueblo impidióme el retratarlos, pero espero conseguirlo por el intermedio de mis amigos Cremadas y Alcaraz de aquel pueblo, donde según los mismos existe un tercer caso muy notable de microcefalia. »Llevábame á Jumilla la noticia que me comunicara hace algún tiempo el Sr. Cánovas del Castillo por referencia de su cuñado D. Eugenio Espinosa de los Monteros, de encontrarse en aquellas cercanías una estación protohistórica importante, y con efecto, hay en lo que llaman el Cabezo un singular y curioso enterramiento, siquiera no alcance la transcendencia que se creía. Es el Cabezo un cerro de unos 100 m. de altura, todo él formado por una masa de yeso que se explota desde larga fecha, perteneciente al terreno triásico, como lo acredita la continuidad con las arcillas irisadas características y la pre- sencia de la sal que da origen á un verdadero saladar situado a corta distancia. Ahora bien: los enterramientos que descu- brieron no hace mucho los canteros, ofrecen un sello especial y poco común, pues los esqueletos yacen en las grietas de las rocas producidas sin duda al transformarse en sulfato hidra- tado el carbonato calizo de que antes se componía la colina. En tan singulares sepulturas sin que el enterrador añadiera nada para mejor colocar los cadáveres hánse encontrado algu- nos esqueletos que por su mucha fragilidad no pudieron con- servarse; escasos pero bellos cuchillos de pedernal, pocas hachas de diorita y vasijas labradas unas sin intervención del torno, y otras con adornos lineares y ungueales. Pero á más de aquel centro de objetos meso y neolíticos, existen en territorio de Jumilla y en los puntos llamados el Unajo de la Buitrera á 900 m. sobre el nivel del mar, y en el Cabezo del Tolmo, restos de construcciones antiquisimas he- chas de piedra seca en situación muy favorable para la defen- sa, lo cual les comunica el carácter de centros ó campos atrin- cherados semejantes á lo que tuve ocasión de ver en la Lei- tania de Briterios en Portugal, siquiera sean en mi concepto más antiguas que esta. Las excavaciones que dispuse se prac- ticaran decidirán el litigio, si como es de esperar se encuen- tran objetos característicos. Pero el vasto término municipal de Jumilla contiene en su seno la ya renombrada mina de fosfato llamado Apatito y 78 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Esparragwina por el color verde que ofrece, parecido, aunque de lejos al espárrago, hoy en explotación por una sociedad belga y cuyo ingeniero director Mr. Masset, háme facilitado su estudio con sin igual galantería y delicadeza, por lo cual cumple darle las más expresivas gracias. Forma aquel singular criadero mineral una serie de cinco Ó seis pequeños cabezos de formas redondeadas y de escasa altura, cuyo aspecto lejos de hacer sospechar ni mucho menos la presencia de ninguna substancia de la índole de la Espa- rraguina, á primera vista recuerda el de los cerros miocénicos de aquella provincia como de la de Alicante. Y sin embargo, bajo aquella sencilla apariencia se encierra un verdadero pro- blema, como con sin igual franqueza confesó el Sr. Masset que lo es para él, tras de los tres años que lleva de dirigir la explotación, el inquirir cómo se formó aquel extraño de- pósito. En lo que pronto convinimos ambos fué en la eficaz y deci- siva parte que en ello han tomado las aguas minero-termales, primero en alterar la roca en la que arma el fosfato, que si en un principio pudo ser una traquita andesítica, dista hoy bastante por lo menos á juzgar por la facies que ofrecía, de las afines de cabo de Gata y Herrerlas, y más tarde en impreg- narla del apatito, que siquiera sea como mero accidente, se presenta en bellos cristales en las oquedades y grietas que aquella ofrece en su parte exterior 0 superficial. De la natura- leza de la roca sabremos lo que haya de admitirse, luego que el Sr. Quiroga nos comunique el resultado de su detenido estu- dio, pero por de pronto puedo asegurar que allí no hay como se ha dicho en el informe suscrito por el respetable agrónomo analizador de tierras Sr. Grandeau de Nancy, ni basalto, ni traquita, ni kaolín; sino una sola roca de naturaleza feldespá- tica, quién sabe si volcánica 0 simplemente eruptiva básica. Recuerdo que discurriendo sobre el particular con el Sr. Masset apuntó este la idea de poderse relacionar dicha roca con las dioritas que acompañan casi siempre al trías, terreno existente no lejos de las minas. Esta sospecha la robustece la presencia entre las arcillas irisadas triásicas del cabezo, de unos man- chones que se distinguen por un color obscuro formadas de una piedra muy micácea con cordierita, impregnada toda ella de fosfato que hasta aparece en cristalitos muy diminutos en DE HISTORIA NATURAL. 79 las hojuelas de mica según el examen microscópico hecho por el amigo Sr. Quiroga. Resulta, pues, de todo lo expuesto, que Jumilla es una loca- lidad muy interesante en el doble concepto geológico y pro-' tohistórico, digna de ser examinada con detenimiento. —El Sr. Secretario leyó la nota siguiente remitida par el Sr. Pau (D. Carlos), de Segorbe: Sinónimos de plantas citadas en España. Nigella hispanica X. Gillot et J. Richter, «Bull. Soc. bot. franc. =V. divaricata Beaupré. Esta planta fué anteriormente colectada por nuestro buen amigo y consocio Sr. Ruíz Casaviella, y acompañada de una forma nueva para la Flora de España: la /V. gallica Jord. (Véase su Catálogo en el tomo 1x de estoz mismos ANALES y número 16'.) Yo tengo por ciertísimo que casi todos los naturalistas ex- tranjeros que herborizaron en España confunden estas espe- cies. La V. hispanica L. es planta andaluza que jamás llega al Norte de nuestra Península; todos los autores que la citan la tomaron por la Y. divaricata L. Una rectificación merece mi teoría expuesta en la pág. 10 del fascículo 3.” de mis Votas. Pretendo en el lugar citado que la Vigella gallica Jord. es una forma híbrida de la V. arvensis L. y NV. divaricata B.; y después de un estudio detenido con 70 muestras ó pliegos que colecté este verano último, tengo por errónea mi opinión an- teriormente expuesta y considero la NY. gallica Jord. igual á DN. divaricata Beaupr. g. angustisecta Pau herb. 'Nyman, en su Conspectus Flore Europe, la tiene por sub- specie de la V. hispanica L., y en la parte primera del Suple- mento IT insiste en lo mismo. En mi concepto no es posible tal asociación : la estructura de la cápsula en la V. /ispant- ca L. es tan diferente, que puede crearse una sección inde- pendiente de las restantes plantas españolas; y si la V. yallica Jord. se quiere admitir como subespecie, antes que variedad deberá pertenecer (y en efecto pertenece) á la /V. divaricata B., nunca á la //. hispanica L. 80 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Glaucium luteum auct. cast.=(G. phoniceum Cr. f. faviflora. Sisymbrium supinum.=5. harsulum Lag. Ulex Willkommii Webb.=U. parviflorus Pourr., £. falcatus. — Velmwitschianus Planch.=Idem, id. — ¿janthoclados Webb.=1Idem, id. Anthyllis Geniste Duf.—A. cytisordes L., g£. Lagascana. Rosa catalaunica Costa.=.R. canina L. f... — viscosa.=R. Thuret? Burn. et Greml. — sepium Th.=R. agrestis Savi. — Vayrede Costa.= RR. mollis Sm. var... — mollis Sm.=R. pomifera Herrm.= R. villosa L. — alba Asso.=R. micrantha Sm. — Eglanteria Asso.—R. rubiginosa L. Potentilla cinerea Zap. et Losc.=P. verna-subacaulis Pau. Crategus brevispina Kze.-=C. monogyna J. Pimpinella magna Asso (Linares).= P. sitfolta Ler., var.? ma- crodonta. Trichera arvensis auct. pl.=7. collina Nym. — mollis Loscos.=T7. collina Nym. — subscaposa Nym.=7T7. collina Nym., 8. subscaposa. Aster conyzoides, angustissimo, Linaria folio, hispanicus Barr. =A4. Barrelieri Pau.= 4. acris L. debilio, tenuior, uniflo- rus.=4. aragonenses al. (non Asso). ITnula montana Asso (p. p.)=1. helemioides DC. — — — — =J. montana L. Senecio gibraltaricus Rony.=8. Lopezi Boiss. Carlina acanthifolia (non AU.)=C. Cynara Pourr. Centaurea semidecurrens Jord.=C. lugdunensis Jord.=C. axilla- ris W.=C. montana L. — Alophium DO.=C. aspera L., var. rubinermas DC. — alba Asso.=C. amara L. f... Onopordon humile Loscos.=0. tauricum W. Cardwus eriophorus Asso.=Cirsium odontolepis Bss. Serratula pinnutifida Loscos.=68. albarracinensis Pau. Picrio stricta Loscos.=P. longifolia Loscos.=P. aspera Poir. (ex Willk.) Hieracium rigidum Boiss. ex Loscos, trat. = H. arayonense Scheel. Jasione echinata B. et R.=J. montana L. f. Gentiana asclepiadea Asso.= (f. cruciata L. DE HISTORIA NATURAL. 81 Antirrhinum junceum Asso!= L. siriata Asso. Veronica austriaca Asso!=V. jabalambrensis Pau. Ceratocalyz fimbriata Lge.=C. macrolepsis Coss. Rosmarinus laxiflorus De Noe.=R. officinalis L. Marrubium candidissimum Duf.=M. A lysson L. Thymus estivus Rt.=Th. vulgaris L. (Urevifolius). Mentha suavis.—M. Mazimiliana F. Schultz, flora, 1854, p. 225. =M. rotundifolia-aquatica F. Schultz, herb. norm. cent. n, núm. 115; Albertin Ch. Maguier, fl. select., núm. 1775; Pau, notas, fasc. 11, p. 14.=M. Tironum E. Schultz, pl. exs.! (Alsacia).=M. Bruteleti Malod. Armeria filicaulis Bss.=A. littoralis H. et L. Statice Armería foribus albis Asso.=St. allioides Bss. _ Euphorbia hypericifolia.—E. Presliz Guss. Juniperus oophora Kze.=J. herbinata Guss. Festuca scaberrima Lge.=F. capillifolia Duf. Agrostis capillaris Asso.=A. nebulosa B. et R. Stipa capillata Asso.=8t. Lagasce R. $. — — Cav.=81. parviflora Desf. El Sr. Presidente manifestó que con ocasión de los estudios que está haciendo en la cuenca del Lozoya, como individuo de la Comisión de repoblación de los montes del Guadarrama, había visitado la cueva del Reguerillo, próxima al Pontón de la Oliva, en el mes de Mayo último, acompañado de nuestro consocio Sr. Martinez Escalera, encontrando en ella dos miriá- podos, un Zithobius y un Polydesmus; un arácnido en gran abundancia, especie del género Linyphia y tres especies de insectos; dos de ellas ya indicadas en nuestros ÁNALES Como habitando en esta cueva, y son el Pristonychus Reichenbacht, carábido de color negro con viso azulado, que siempre ha sido hallado en abundancia, y la Bathyscia Cisnerosit, especie á la que dió nombre el Sr. D. Laureano Pérez Arcas, quien la des- cubrió por primera vezen la misma localidad: el tercer insecto á que se había referido, esun Stenophylaz, tricóptero no citado hasta ahora, del centro de la Península. Añadió, además, que había emprendido, en unión del Sr. Bolívar, el estudio de los neurópteros (arquípteros y neu- rópteros) de la Península, grupo de insectos poco conocido á pesar de que hace bastantes años se publicó una Sinopsis de ACTAS DE LA 50C. ESP.—XX. 6 82 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA los de España, por Pictet, y de que el profesor Graells había recogido algunas especies que se encuentran citadas en la referida Sinopsis, asi como en los neuropteros de Rambur, que forman parte de las Suites 4 Buffon. Las dos publicaciones cita- das adolecen de algunos defectos, de los que los relativos á la sinonimia han sido corregidos en gran parte por autores mo- dernos como Sélys Longchamps, Mac Lachlan, Gaton y Al- barder, los primeros en sus preciosas monografías de los odo- natos, de los tricópteros y de los efeméridos, respectivamente, y el último en notas comunicadas á la Sociedad entomológica de Bélgica, en las que ha reducido á su verdadero valor las especies de pérlidos que publicó Rambur. A parte de estas correcciones y de otras muchas que aún restan por hacer, es indudable que nuestra fauna solo es conocida de una manera imperfecta y muy deficiente; en este grupo, como en otros muchos de los que abarca el vasto campo de la Entomología, hay necesidad de hacer un estudio tanto extensivo como inten- sivo, porque hay muchas regiones que no han sido en abso- luto exploradas y porque las mismas visitadas por los natura- listas citados merecerían ser estudiadas con mayor deteni- miento y en diversas épocas. Convencidos de esta verdad hemos emprendido el estudio de estos insectos y hemos co- menzado á formar una colección con las especies que recoge- mos en nuestras expediciones, la cual comienza á presentar aleún interés para el conocimiento de nuestra fauna por con- tener especies que no habían sido citadas como españolas, y ejemplares de otras procedentes de regiones en las que no se suponía existieran. Pero no es esta ocasión de publicar estos datos que han de venir á nuestros ANALES ordenados y catalo- gados en tiempo oportuno; mi objeto hoy es manifestar á nuestros colegas nuestro deseo de recibir en comunicación los insectos de los grupos citados, y dar la lista de los efeméridos y de los tricópteros indicados hasta hoy de la Península, como la daremos de las demás familias 4 medida que terminemos el estudio bibliográfico que hemos emprendido. Por estas listas, comparadas con la de las especies citadas en la Sinopsis de Pictet, podrá comprenderse el gran aumento que han reci- bido estos grupos gracias á los estudios de Mac Lachlan y de Eaton. He de advertir para terminar, que he incluído en las siguientes listas las especies citadas de los Pirineos, en térmi- DE HISTORIA NATURAL. 83 nos generales ó sin precisar localidad, en lo que no hay in- conveniente, por tratarse de insectos provistos de alas que se trasladan fácilmente de unos puntos á otros, por lo que su área geográfica siempre es extensa. o TRICÓPTEROS /7Zrichoptera). Frigánidos (P/ryganeide). Phryganea Ll. Ph. Nattereri Brauer.—España (Natterer). y” € en el Mu- seo de Viena. Limnofilidos (Zimaophilide). Limnophilus Zeach. L. lunatus Curt.—Barcelona. L. submaculatus Ramb.—'San Ildefonso (E. Pictet). L. obsoletus Ramb.—Sierra Nevada (Rambur). Stenophylax Lo/. St. spinifer Mc. Lach.—Pirineos (T. A. Marshall). St. aspersus Ramb.—Cueva de San Roque, Bilbao (Maza- rredo, Uhagón). St. mitis Mc. Lach.—Cueva de Arenaza, Galdames (Viz- caya (Mazarredo). y 9. Micropterna Sitin. M. sequar Lach.—Pirineos (T. A. Marshall). M. fissa Mc. Lach.—Cuevas cerca de Bilbao y Monte Co- beta (Uhagón). £4 10. dida 12. 13. 14. 15. 16: a 18, 9% ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Catadice //c. Lac». C. Bolivari Mc. Lach.—Navacerrada (Bolívar). 1 y. C. estrellensis Mc. Lach.—Sabugueiro, Beira Baixa (Ea- tomo a: Stasiasmus Mc. Lach. St. rectus Mc. Lach.—Pirineos (Marshall); Bajos Pirineos (Eaton). Drusus Sep). Dr. discolor Ramb.—Altos Pirineos. Apatania Lol. A. meridiana Mc. Lach.—Pirineos. Sericostomátidos (Siricostomatide). Sericostoma Zalr. S. pyrenaicum Ed. Pict.—Pirineos (Ed. Pictet, De Sélys, Marshall), Bajos Pirineos (Eaton). S. Selysi Ed. Pict. — Sierra de Guadarrama, en Julio (Pictet). S'. beticum Ed. Pict.—San Ildefonso, en Julio (Pictet); en las laderas de Monchique, Algarves; Cea, Beira Baixa; Villa Real y Salamonde, Traz os Montes (Ea- ton). Mayo y Junio. S. vittatum Ramb.— Granada; San Ildefonso (Rambur, Pictet). Schizopelex Mc. Lach. Sch. furcifera Mc. Lach.—Pirineos (Eaton). 20. 21. 22. 23. 24. 20. 26. 21. 28. 29. 30. 31. DE HISTORIA NATURAL. 85 Sch. festiva Ramb.—Madrid (Graells); San Ildefonso (Pic- tet), Julio; Río cerca de Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. Sch. grauje Ed. Pict.—San Ildefonso (Pictet). 1 y. Silo Curt. S. Graellsi Ed. Pict.—San Ildefonso (Pictet). Julio. 5. piceus Brauer.—Bajos Pirineos (Eaton). S. nigricornis Pict.—Pirineos. Oligoplectrum J/c. Zach. O. maculatum Fourc.—Granada (Rambur). Micrasema Nc. Zach. M. morosum Mc. Lach.—Cea, Sáo Romáo, Beira Baixa; Cintra; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. M. mestum Hagen.—Castilla la Vieja (Staudinger); Sie- rra de Gredos (Bolívar); Río al Sur de Monchique, laderas de Foia, Algarves; Villa Real, Ruiváes; Traz os Montes (Eaton). Mayo, Junio. Thremma lc. Lac). Thr. gallicum Mc. Lach.—Pirineos. Helicopsyche Hagen. H. sperata Mc. Lach.—Pirineos? A. lusitanica Mc. Lach. —Laderas de Picota, cerca de Monchique; Algarves (Eaton). 6 y”. Mayo. Cruncecia l/c. Lach. Cr. irrorata Curt.—Pirineos (Eaton). 86 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Lepidostoma Ramob. 32. L. fimbriatum Ed. Pict.— San Ildefonso (Pictet), 1 y; 33. 34. 39. 36. 37. 38. 39. 40. 41. laderas de Foia, cerca de Monchique, Algarves; arroyo cerca de Villa Real? Traz os Montes (Eaton). Mayo, Junio. Leptocéridos (Zeploceride). Berea Sleph. . pullata Curt.—Monchique, Portugal (van Volxem). 19. . dira Mc. Lach.—Laderas de Foia, cerca de Monchi- que, Algarves (Eaton). 1 y. Mayo. . Mawrus Curt.—Cabanes de Portillou, Pirineos (Eaton). Junio. Leptocerus Leach. . Aldo-guttatus Hagen.—Cintra, Portugal (Eaton). Mayo. . inequalis Mc. Lach.—Río al SO. de Almodóvar, Alem- tejo; cerca de Sáo Barnabe, Algarves (Eaton). Mayo. . cimereus Curt. — Porcalhota; entre Cintra y Lisboa (Eaton). . Cuneorum Mc. Lach.—Cerca de Almodóvar, Alemtejo;. cerca de Sáo Marcos, Alferce, Algarves (Eaton). Mayo. 7 y, 29. . Brauerí Ed. Pict.—Málaga (Pictet): Río cerca de Cal- das de Monchique, Algarves. Mayo (Eaton). 2 9”. Mystacides Zatr. M. azurea L.—Cintra; Villa Nova de Gaia, cerca de Opor- to (Eaton). Abril, Junio. 43. 46. 47. 48. 49. 50. DE HISTORIA NATURAL. 87 Trisenodes Jíc. Lach. Tr. ochreella Mc. Lach.—Río Mondego, en Coimbra y en el Ponte de Morcellos, Beira Baixa; cerca de Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio; España (Ram- bur). Tr. conspersa? Ramb.—Granada (Ed. Pictet). Erotesis J/c. Lach. E.2 melanella Mc. Lach.—Sáo Bernabe, Algarves (Eaton). Mayo. Adicella Mc. Zach. A. reducta Mc. Lach.—San Ildefonso (Pictet); debajo de Cabanes de Portillou, Pirineos (Eaton), Junio; cerca de Monchique, Algarves; Cea, Beira Baixa; Villa Real y Ruiváes, Traz os Montes (Eaton). Mayo, Junio. A. filicornis Pict.— Pirineos. CEcetis Mc. Zach. (E. testacea Curt.—Pirineos; Alferce, Algarves; entre Coimbra y Sáo Antonio. Beira Baixa (Eaton). Mayo, Junio. Setodes Rambo. 5. lusitanica Mc. Lach.—Sáo Marcos da Serra, Algarves; Ponte de Morcellos, Beira Baixa (Eaton), Junio. 18 y. Calamoceras Bauer. C. marsupus Brauer.—Gibraltar. 1 ¿. C. Volwemtí Mc. Lach.— Coimbra y Alte (van Volxem); arroyo en el valle de Cintra; Monchique y Sao Mar- cos da Serra, Algarves; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Abril, Mayo, Junio. 59. 60. 61. 63. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Hidropsiquidos (HZidropsychide). Hydropsyche Picl. H. pellucidula Curt.—Pirineos (Eaton). 11. lobata Mc. Lach.—Río Mondego, en el Ponte de Mor- cellos, Beira Baixa (Eaton). Junio. 1 SF. H. imstabilis Curt.—Cerca de Cabanes de Portillou, Piri- neos (Eaton). Junio; Portugal. 2H. exocellata Dufour.— Madrid (Graells, según Rambur); Ponte de Morcellos, Beira Baixa (Eaton). Junio. VOS HA. lepida Pict.—Ponte de Morcellos, Beira Baixa. (Eaton). Junio. H. stictica Hag.—San Ildefonso (Pictet). Julio. H. pallida E. Pictet.—San Ildefonso (Pictet). Julio. 1.? tibialis Mc. Lach.—Río al S. de Sabugueiro, cerca de Sáo Romáo, Beira Baixa (Eaton). Junio. 1 Q. Diplectrona Westw. D. feliz Mc. Lach.—Pirineos; Barcelona??; Monchique y laderas de Foia, Algarves, Villa Real y Salamonde, Beira Baixa? (Eaton). Mayo, Junio. Philopotamus Zeach. Ph. perversus Mc. Lach.—Villa Real y Ruiváes, Traz os Montes (Eaton). Junio. | Ph. montanus Donov.— España (según Brauer); Villa Real, Traz os Montes. Ph. amphilectus Mc. Lach.—Montes de la Estrella, Por- tugal, Cea y Sabugueiro, Beira Baixa (Eaton). Ju- o. eta Var.—Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. 1 y. Ph. variegatus Scop.—Pirineos (Eaton). Var.? hispanicus Mc. Lach.— Sierra de Gredos (Bolívar). 20 65. 66. 67. 68. 69. 70. AE. 72. 74. 5] Qu DE HISTORIA NATURAL. 89 Dolophilus Mc. Zach. D. corvinus Mc. Lach.—Sáo Romáo, Cea, Beira Baixa (Eaton). Junio. Wormaldia Mc. Zach. W. occipitalis Pict.—Pirineos. W. mediana Mc. Lach.—Cea y Ponte de Morcellos, Beira Baixa; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. Plectrocnemia S/epf. P. linfata Mc. Lach.—Río al O. de Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. 1 y. Pl. conspersa Curt. — Andalucía (Staudinger), collec. Hagen. Pl. geniculata Mc. Lach.— Debajo de Cabanes de Porti- llou, Valle de Arán. Pl. secruposa Mc. Lach.—Pirineos. Pl. letabilis Mc. Lach.—Pirineos; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. 1 7. Polycentropus Curt. P. Kingi Mc. Lach.—Laderas de Foia, Monchique, Algar- ves; Alferce, Algarves; Cea, Beira Baixa (Eaton). Mayo, Junio. P.corniger Mc. Lach.—Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. P. telifer Mc. Lach.—Río cerca de Agualva, en el camino de Cintra, Extremadura; Río Corgo, cerca de Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Mayo. Cyrnus Sieph. C. cintranus Mc. Lach.—Cintra, Extremadura (Eaton). Abril. 90 76. Ne 78. 7) 80. 8l. 82. 83. 84. 85. 86. 87. 88. ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Ecnomus Nc. Lach. Ecn. deceptor Mc. Lach.—Ponte de Morcellos, Beira Baixa (Eaton). Junio. 1 y. Tinodes Zeach. T. weneri L.—Cintra, Extremadura; Almodóvar, Alem- tejo (Eaton). Abril, Mayo, Junio. T. assimilis Mc. Lach.—Pirineos; Cintra, Extremadura; Monchique, Algarves; Cea, Beira Baixa; Oporto (Eaton). Abril, Mayo, Junio. T.maculicornis Pict.—Cintra, Extremadura (Eaton). Abril, Mayo, Junio. T. Rostocki Mc. Lach.—Lez, Pirineos (Eaton). Junio. T. fedella Mc. Lach.—Sáo Romáo, Cea, Villa Real, Sala- monde (Eaton). Junio. T. dives Pict.—Común en los Pirineos. Lype Jlíc. Lach. L. pheopa Steph.—Pirineos. L. auripilis Mc. Lach.—Río al S. de Monchique y lea de Foia, Algarves (Eaton). Mayo. 3 y. L. reducta? Hagen.—Agualva, cerca de Cintra (Eaton). Mayo. Psychomyia Latr. Ps. pusilla? F.—Oporto; Villa Real, Ruiváes; Ponte de Morcellos. Ps. ctenophora Mc. Lach.—Ponte de Morcellos, Beira Baixa (Eaton). Junio. Riacofilidos (Z/yacopliilide). Ghimarrha Zeach. Ch. marginata L.—Caldas de Monchique, Algarves; Ponte 100. 101. 102. 103. 104. 105. 106. 107. Rh. Rh. Rh. Rh. eS Rh. e RI Ni a Rh. Rh. Rh. So Rh. Rh. Rh. Rh. Rh. Gl. Gl. Gl. Gl. DE HISTORIA NATURAL. 9) de Morcellos, Beira Baixa; Villa Real, Traz os Mon- tes (Eaton). Mayo, Junio. Rhyacophila Picí. occidentalis Mc. Lach.— Pirineos (T. A. Marshall); Málaga (B. Frend)? dorsalis Curt.—Andalucía (Staudinger), col. Hagen. persimilis Mc. Lach.—Pirineos. relicta Mc. Lach.—Pirineos (Eaton); Río Corgo en Villa Real; Ruiváes; Salamonde (Eaton).—Junio. denticulata Mc. Lach.—Cerca de Cabanes de Porti- llou, Pirineos (Eaton). Junio, Julio. -fasciata Hagen.—Var.? Bajos Pirineos (Eaton). Junio. Rh. contracta Mc. Lach.—Bajos Pirineos (Eaton). Junio? Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. rupla Mc. Lach.—Lez, Valle de Arán (Eaton). Junio. meridionalis Pict. — Entre Bosost y Lez, Valle de Arán. Junio. adjuncta Mc. Lach.—Villa Real, Traz os Montes (Ea- ton). Junio. lusitanica Mc. Lach.—Sáo Romáo, Beira Baixa; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. tristis Pict.—Pirineos; arroyo cerca de Cea; arroyo de la Estrella; Sáio Romáo; Sabugueiro ; Villa Real; Salamonde. Eaton Mc. Lach.—Bajos Pirineos (Eaton). Junio. philopotamoides Mc. Lach.—Entre Bosost y Lez, Va- lle de Arán (Eaton). Junio. levis Pict.—Pirineos. Glossosoma Curt. Boltont Curt.—Bajos Pirineos (Eaton). Junio. vernale Pict.—Entre Bosost y Lez, Valle de Arán (Eaton). Junio. privatum Mc. Lach. —Villa Real, Traz os Montes (Eaton). 3 y. spoliatum Mc. Lach.—Pirineos. £9 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Agapetus Curt. 108. A. fuscipes Curt. —Pirineos; Andalucia? (Staudinger). Col. Hagen. 109. 4A.2ncertulus Mc. Lach.—Agualva, en el camino de Cin- tra (Eaton). Mayo. 1 y. 110. 4. delicatulus Mc. Lach.—Pirineos. 111. A.7Zaniger Pict,—Ponte de Morcellos, Beira Baixa (Eaton). Junio. E Pseudagapetus Mc. Lach. 112. Ps. imsons Mc. Lach.—Pirineos. 113. Ps. diversus Mc. Lach.—Cea, Beira Baixa; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. Ptilocolepus Xol. 114. Pf. granulatus Pict.—Pirineos. 115. Pt. extensus Mc. Lach.—Entre Sáo Antonio y Coimbra; Cea, Beira Baixa; Monchique, Algarves (Eaton). Mayo, Junio. Hidroptilidos (HZydroptilide). Allotrichia Mc. Zach. 116. 4. pallicornis Eaton.—Cintra, Extremadura, Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. Hidroptila Dalma. 117. 2H. sparsa? Curt.—Cintra (Eaton). Abril. Ithytrichia Zaton. 118. 7. lamellaris Eaton.—Bajos Pirineos? DE HISTORIA NATURAL. 23 Stactobia Uc. Lach. 119. St. fuscicornis Schneider.—Entre Cea y Sabugueiro, Bei- ra Baixa; entre Oporto y Santa Ana; Villa Real, Traz os Montes (Eaton). Junio. 120. St. Eatoniella Mc. Lach.—Pirineos. Orthotrichia Zaton. 121. 07. angustella Mc. Lach.—Cintra, Extremadura; Ponte de Morcellos, Beira Baixa (Eaton). Mayo, Junio. Oxyethira Zaton. 122. Arroyuelo al O. de Silves, Algarves (Eaton). Mayo. 7 S. Efeméridos /Z'phemeridoe). Oligoneuria Pict. 1. 0. rhenana Pict.—Ponte de Morcellos (Beira Baixa). Polymitarcys £!/n. 2. P. virgo O1l.—Madrid. Ephemera Linn. 3. Eph. danica Múll.— Madrid (Ramb.) 4. Eph. glaucops Pict. —Sáo Marcos da Serra (Algarves). (Eaton). Choroterpes £/n. 5. Ch. picteti Etn.—San Idefonso (Segovia); Portugal. Thraulus Z/ín. 6. Th. bellus Etn.— Arroyo por bajo de Cintra. D4 als 12. 13. 14. 15. 17 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Habrophlebia Zn. H. nervulosa Etn.—Silves, Foia, Cintra, Ponte de Morce- llos (Algarves), Villa Real (Traz os Montes). Calliarcys Lín. C. humilis Etn.—San Ildefonso (Segovia); laderas septen- trionales de Foia, cerca de Monchique (Algarves); en La Estrella, en una colina al S. de Sabugueiro. Evhemerella Walsh. Eph. ignita Poda.—Madrid, Cintra. Eph. hispanica Etn.—San Ildefonso (Segovia). Caeenis Steph. C. halterata Fab.—Portugal, Cintra. Baétis Zeac/. B. binoculatus L.—Cintra. Bb. Bocagít Etn.—Arroyuelo, cerca de Bemfico, que pasa debajo de Alcántara (Lisboa). B. pumilus Burm.—Cintra; Cea, en La Estrella; Villa Real (Traz os Montes). Centroptilum Z/ín. C. luteolum Múll.—En un valle al N. de Cintra. Cloéon Zeach. Cl. simile Etn.—Almodóvar (Alemtejo); Sáo Marcos da Serra; Silves (Algarves). Cl. concinnum Etn.—Arroyo cerca de Porcalhota, en la unión del camino de Mafra con el de Lisboa á Cintra. DE HISTORIA NATURAL. 95 Siphlurus Z/n. 18. $. favidus Pict.—San Ildefonso (Segovia). Epeorus Lín. 19. Z.geminus Etn.—Común en un arroyo que viene de La Estrella, S. de Sabugueiro; San Ildefonso (Segovia). Rhithrogena £f/n2. 20. Rh. aurantiaca Burm.—Ponte de Morcellos (Beira Baixa). Heptagenia Vals/. 21. 2H. sulphurea Múll.—Norte de Portugal.—Var. Ponte de Morcellos (Beira Baixa). Ecdyurus Z!f/z. 22. Ecd. fluminum Pict.—Madrid (Ramb.) 23. Ecd. lateralis Curt.—España (Ramb.) SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 8 de Mayo de 18091. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Medina leyó la nota siguiente: «En la excursión que realicé á Constantina en el mes de Julio del año pasado, recogí dos ejemplares de la Salamandra maculosa Laur., especie que no poseian aún las colecciones regionales del Museo de Historia Natural de la Universidad. 96 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Los dos ejemplares en cuestión, uno adulto y otro joven, tienen todos los caracteres asignados á la especie en las obras que he consultado para su determinación. Las manchas ama- rillas aparecen desigualmente repartidas y separadas sin for- mar fajas, como acontece en otros ejemplares que he tenido á la vista, procedentes de Paris y regalados al Museo de His- toria Natural de la Universidad por mi distinguido amigo el ilustre herpetólogo Sr. Boscá. La coloración general es de un intenso y hermoso negro aterciopelado por encima y azulado por debajo. »En el Catalogo de reptiles y anfibios de España, publicado por el citado Sr. Boscá (1), se menciona esta especie de Jaén, con referencia al Sr. Ribera, única localidad andaluza que figura en dicho Catalogo, añadiendo que es común en la parte septentrional de la Península, en los sitios húmedos, char- cas, etc. »Posteriormente en otro trabajo del mismo Sr. Boscá (2) cita esta entre las especies comunes á otros paises y que ofrece alguna variación en el nuestro, mencionándola de las monta- ñas del Norte, del Oeste y del centro de España, y sin hacer mérito de la localidad andaluza antes consignada. »Tiene, por consiguiente, alguna importancia el hallazgo de la Salamandra maculosa en esta provincia, tanto más cuanto que por las noticias que he podido recoger en Constantina, .es una especie abundante en Sierra Morena. Los naturales del país la conocen con el nombre de salamadre y tienen la creen- cia de que cuando sale de las guaridas donde normalmente se esconde, es indicio de próximo temporal. »Creo digno de hacer notar que en el país no tienen, con respecto á la salamandra, las preocupaciones tan conocidas de otras regiones: así que con razón la reputan inofensiva y la cogen con la mano sin temor.» —El Sr. Calderón dió lectura á la siguiente comunicación: (1) Catálogo de los reptiles y anfibios observados en España, Portugal é' islas Baleares. (ANAL DELA SOC. EsP. DE HisT. NAT., t. vi, 1877.) (QQ) Correcciones y adiciones al Catálogo de los reptiles y anfibios de España. (ANAL. DE 1A Soc. Esp. DE HisT. NAT., t. x, pág. 107.) DE HISTORIA NATURAL. 97 Nota sobre la estructura de los Corbieres (1). «Con este título ha publicado recientemente el Sr. Emm. de Margerie un trabajo orogénico, que aunque brevemente ex- puesto, entraña un gran problema, que por relacionarse con la estructura de la Peninsula, he creído merecía reseñarse brevemente en nuestros ANALES. »En concepto del autor, el estudio de la cordillera de los Corbiéres puede dar luces sobre la incierta cuestión del lugar que debe asignarse á los Pirineos en el conjunto de la arqui- tectura de Europa, cuestión sobre la que el gran Suess no se ha atrevido á emitir una opinión defivitiva. Recuerda el señor Margerie que hace tiempo se ha notado que los Pirineos pre- sentan estrechas relaciones con la Provenza, tanto en punto á la naturaleza de los depósitos, como en la dirección de sus capas y en la fecha de sus grandes movimientos de plega- miento, lo cual hizo suponer á M. Bertrand que existe comu- nidad tectónica entre las dos regiones, las cuales representan los fragmentos de una misma cadena que va á unirse directa- mente á los Alpes por el lado E. »Nota el autor que la planicie baja del Rosellón, donde los depósitos pliocenos marinos descansan directamente en dis- cordancia sobre las pizarras primarias, avanzan hasta el corazón de la cadena de los Corbiéres, allí donde las cimas adquieren precisamente en la región su mayor altitud; y además, al contrario de lo que acontecería si se estuviese en vista de la extremidad original del sistema, el mar viene á bañar el pie del eslabón cristalino de los Alberes— último representante hacia el E. de la zona media de los Pirineos— sin el intermedio de la zona sedimentaria que se esperaría ver enlazando las dos vertientes opuestas de la cadena. El examen geológico confirma, pues, la hipótesis que sugieren á primera vista los contornos irregulares é imprevistos de la depresión, en el centro de la cual se alza Perpiñán: el Rosellón resulta de un hundimiento reciente, sobrevenido d expensas de la (1) Vote sur la structure des Corbiéres. ¡Bulletin de la carte géologique de la France. t. IL, 1890.) ACTAS DE LA SOC. ESP. — XX. 1 98 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA prolongación oriental de la zona media de los Pirineos. La misma disposición se reproduce en España en las planicies bajas que bordean al golfo de Rosas, apareciendo los Alberes como el último testigo de la cadena, como un Zorst que quedó sa- liente entre las dos depresiones gemelas del Rosellón y del Ampurdán. »Probado, 0 inducido al menos como muy racional, que los Pirineos y la Provenza representan realmente los fragmentos de una cadena única, investiga el Sr. Margerie la fecha de su separación y la del hundimiento del eslabón intermedio que yace bajo las aguas del golfo de Lyon. En los Pirineos al $. del paralelo de Perpiñán, faltan los terrenos mesozóicos, si se exceptúa el manchón de la vertiente española de San Lorenzo de la Monga, figurado en' el mapa geológico de la provincia de Gerona del Sr. Vidal (1), donde el cretáceo está en contacto . directo con el trías. Si esta ausencia, casi completa es de ori- gen, se podría quizás deducir de ella que la cadena pirineo- provenzal existía ya durante la época secundaria, barreando por el lado $. al mar que cubría á la Provenza, el Languedoc y los pequeños Pirineos. Este mar no comunicaba libremente con el Mediterráneo, sino que se abría de un lado en los Alpes y del otro en el Atlántico. »La Provenza y los Pirineos se separarian en la misma época que lo hicieron los Alpes y los Cárpatos. Es difícil saber hasta donde el antiguo macizo en cuestión podría extenderse por el Mediodía, 4 causa de enmascararle el Mediterráneo; pero el considerable desarrollo en Cataluña de las rocas cristalinas, las numerosas lagunas que en ella presenta la serie secunda- ria y la discordancia general de losidiferentes términos de la terciaria con relación á los terrenos anteriores, proporcionan al autor testimonios importantes en favor de una emersión muy antigua del suelo de esta zona, en conexión directa con los Pirineos y la Provenza, á juzgar por lo poco que aún se sabe sobre la estructura del relieve catalán. »Termina el autor notando que casi constantemente en los bordes de la cuenca occidental del Mediterráneo las rocas más antiguas afloran actualmente a lo largo de las costas, al paso Y) Bol. de la Com. del Mapa geol. de España, t. x11, 1886. DE HISTORIA NATURAL. 99 que los terrenos secundarios están relegados al interior de los continentes, como si el papel del mar y de la tierra firme se hubieran invertido en esta vasta región en una época relati- vamente reciente. »Tales son los principales resultados obtenidos por el señor Margerie en el estudio orogénico, rápida é imperfectamente bosquejados. Como se ve desde luego, sin ser definitivos, alcanzan excepcional importancia en punto á esclarecer aigún tanto el oscuro problema del lugar que corresponde á los Pi- rineos con respecto al gran macizo europeo de los Alpes, y deben servir de poderosu estimulo á los geólogos españoles para tratar de descifrar uno de los fundamentales enigmas de la orogenia de nuestra Península.» Sesión del 1.2? de Julio de 1891. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de haberse recibido las comu- nicaciones siguientes: Del Presidente de la Comisión de Tra- bajos geológicos de Portugal, participando el recibo de los tomos x al xvi inclusive de los AxaLes de esta Sociedad, y del Director del Real Instituto Geológico de Hungría en Buda- pest, y del Secretario del Real Museo Zoológico de Turín, en- viando algunas de sus publicaciones y pidiendo el cambio con los AxaLEs. La Sociedad acordó que estas peticiones pasa- ran á la Comisión de publicación. " —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente re- cibidas, disponiendo la Sociedad que se diesen las gracias á los donantes de las regaladas. —Se hizo una propuesta de socio numerario. —El Sr. Quiroga presentó las fotografías de dos cetáceos en- viados por el Sr. González de Linares, director del laboratorio de Biología marina de Santander, y acompañadas de la si- guiente breve explicación: «Núm. 1.—Fotografía de un ejemplar de Orca gladiador La- cépede, recogido en el Sardinero el 13 de Diciembre de 1890. 100 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Estaba ya podrido el ejemplar; se prepara su esqueleto y se dará noticia de él.» «Núm. 2.—Fotografía del Tursiops Tursio Gervais, cogido en la bahía de Santander el 13 de Febrero de 1891. Se montó la piel y se hizo antes la reproducción en yeso del animal; se prepara el esqueleto.» —El mismo Sr. Quiroga presentó á la Sociedad en nombre del Sr. Cazurro dos trabajos, titulados Anemonta Sulcata Pen—- nant. Estudio anatómico-histologico de una actina, acompañado de seis láminas, comenzado en el laboratorio de Biología ma- rina de Santander y terminado en la Estación zoológica de Nápoles, y el otro Métodos usados en la Estación zoolóyica de Vapoles para la conservación de los animales marinos, por don Salvador Lo Bianco, y traducido por el Sr. Cazurro. La Socie- dad acordó que ambos trabajos pasasen á la Comisión de publicación. —El Sr. Fernández Navarro leyó la siguiente Nota sobre 50 rocas de la sierra de Guadarrama, preparadas para su observación microscópica. «Los ejemplares de esta pequeña colección, preparados por mi en este Museo y estudiados con los aparatos de que aquí se dispone, están ordenados en la presente nota por sus loca- lidades y pueden recogerse en cinco excursiones de un día cada una. En su estudio, tan ligero como mi escasez de tiempo y de conocimientos me han permitido hacerle, he empleado casi exclusivamente el microscopio de Nachet, con el objetivo núm. 3, y alguna vez el de Zeiss cuando he necesitado mayo- res aumentos. Para no molestar demasiado á la Sociedad, no incluyo en la presente nota más que aquello que me ha pare- cido más saliente, suprimiendo detalles que pueden verse en el catálogo que acompaña á las preparaciones. »La primera excursión de las cinco referidas es a Torrelo- dones, y á esta localidad corresponden las preparaciones nú- meros 11, 17, 12, 15, 14, 16 y 20. Los números 11, 17, 12 y 15 pertenecen á granitos y microgranitos, frescos los unos como el núm. 11 y muy alterados otros, como el 12; con los cuarzos muy abundantes en inclusiones líquidas de burbuja fija y DE HISTORIA NATURAL. 101 poros gaseosos, las ortosas frecuentemente macladas según la ley de Carlsbad (preparación 17), y la biotita transformada parcialmente en productos ferriferos, arcilla, materias cloríti- cas y aun moscovita. En el granito alterado á que corresponde la preparación núm. 12, hay frecuentes granos de zircón. La preparación núm. 14 corresponde al granito algo pegmatoi- deo del túnel, en que se halló la molibdenita; la 16 á una peg- matita en que el cuarzo está dispuesto en forma de lentejue- las que se entrecruzan con otras de ortosa, y está atravesado por inclusiones de albita en forma de bandas; la 20 es de un bolsón de la misma pegmatita, y en ella están enmascarados los feldespatos por la pinita, tal vez procedente de cordieritas que contuvo la roca. »La segunda excursión comprende las localidades de Co llado-Mediano, Navacerrada, Puerto de Navacerrada y las Guarramillas. De la primera son las preparaciones 1, 6,7 y 10. La primera es un lamprofiro anfibólico con biotita, la segunda un microgranito y la tercera un pórfido cuyos cristales de cuarzo destacados son zonares. La preparación núm. 10, que indudablemente es de las más notables, está formada de cris- tales de cuarzo y fibras de una sustancia positiva que se extingue según la longitud, por lo cual debe asignarse á la silimanita (A1? Si 0%), cuyas fibras penetran al cuarzo. »Son de Navacerrada las preparaciones 3, 4 y 5. La 3 y la 4 corresponden al mismo tipo que la núm. 1, pero con mucha menos biotita; en la 3 hay algunas laminillas de oligisto, y varios de los cuarzos de la 4 llevan incluídas grandes agujas de apatito. El núm. 5 es un pórfido. Otro pórfido, pero ya del Puerto de Navacerrada, es el núm. 9, con las ortosas de gran tamaño y rosadas, la mica muy transformada en productos cloríticos y llena de compuestos titánicos, y la base bastante cristalina. El núm. 2 es un microgranito de Las Guarramillas, colocado entre el granito y el gneiss glandular, con algo de clorita. »Comprende la tercera excursión á Cercedilla, Puerto de la Fonfría y Navalaviento, siendo del primero de dichos puntos las preparaciones 8, 32 y 34. El núm. 8 es un pórfido con mos- covita, y cuyos gruesos cristales de cuarzo y de feldespato están notablemente penetrados por la base. La 32 es un pre- cioso pórfido petrosiliceo esferolítico. La 34 es otro pórfido 102 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA análogo al anterior, pero mucho menos esferolítico y con los cristales muy estropeados. »Las preparaciones 33 y 37 son del Puerto de la Fonfría, co- rrespondiendo la primera á un granito de dos micas y la se- gunda á un gabarro del gneiss. Los números 35, 36 y 47 corres- ponden á rocas de Navalaviento. La 35 es un microgranito de elementos muy bien terminados, al que hacen notable las turmalinas abundantísimas, perfectamente terminadas y de muchos tamaños, algunas de las cuales incluyen á feldespatos y Cuarzos. El núm. 36 es un granito no turmalinífero, cuya estructura tiende algo á porfírica, y el 47 un lamprofiro anfi- bólico cuyas hornblendas están parcialmente convertidas en micas, »El Escorial (Puerto de Malagón), camino á Peguerinos y Pesuerinos son las localidades de la cuarta excursión, y á la primera corresponden las preparaciones 23, 24, 30, 22, 29 y 25. El núm. 23 es un microgranito granatífero sin granates mi- croscópicos, pero con algunos granos de zircón en el cuarzo. La misma roca, tomada en una de las zonas granatiferas, es la preparación núm. 24; en ella falta la mica (que ya escaseaba en e) granito), y por lo tanto es más bien una pegmatita; los granates están cloritizándose por las hendiduras y frecuente- mente penetrados de cuarzo. La 30 es una masa feldespática con numerosos granos de diópsido y espena, algún que otro zircón y rarísimos granos de magnetita, por lo cual puede llamársela granulita piroxénica. La 22 es una piroxenita ó más bien eclogita, puesto que además del piroxeno diópsido, presenta abundantes granos de almandino. La 29 corresponde á una masa de actinolita, y por último, la 25 se puede consi- derar como una anfibolita ó una pizarra anfibólica. »Del Puerto de Mal Agosto no hay más preparación que la que lleva el núm. 13. Esta roca es igual exactamente á la del núm. 10 (cuarzo y silimanita), y ambas se encuentran for- mando como una costra de un granito muy alterado. Es nota- ble esta identidad dada la diferencia de horizonte á que han sido recogidos los dos ejemplares. : »En el camino á Peguerinos han sido recogidas las rocas á que corresponden las preparaciones números 21, 26, 27, 28 y 31. El núm. 21 es una porfirita anfibólica con agujas de sili- manita y algún prisma de apatito. La 26 es una anfibolita ó DE HISTORIA NATURAL. 103 más bien pizarra anfibólica con los elementos del gneiss, el piroxeno diópsido y algo de zircón. La 27 es un ejemplar de hornblenda, penetrado de materias feldespáticas. Corresponde la 28 á un gneiss micáceo, con hornblenda y magnetita, esta llena de productos de peroxidación. A otro gneiss micáceo co- rresponde la 31, pero este con diópsido y zircones abundantes. »De Peguerinos son las preparaciones 18 y 19, correspon- dientes ambas á una porfirita augítica, digna, según opinión de mi querido maestro Sr. Quiroga, de un detenido estudio. La última presenta de notable un grueso cristal de hornblenda de facies basáltica, lleno de gránulos de magnetitas :. | »Todo lo que sigue es de Robledo de Chavela, última de las cinco excursiones, y es de notar en primer lugar la gradación perfecta que entre el granito y el pórfido establecen las pre- paraciones 38, 39, 40 y 41, correspondientés la primera y se- gunda á un póríido granitoide, cuyas ortosas suelen presentar muy determinada la macla de Carlsbad,.é ir incluídas alguna vez por apatitos; la 40 y la 41 corresponden á microgranitos porfíricos muy abundante en turmalinas más ó menos rotas, según su crucero facil y en zircones, sobre todo la 40,'cuya estructura tiende algo á fluidal. Corresponden á granitos las preparaciones 42, 43 y 50. En la 42 son notables los cuarzos por su riqueza en inclusiones, y algunas ortosas, por tener un núcleo de distinta orientación óptica que la zona que le rodea. La 43 no ofrece más de particular que el encontrarse en ella algún cristal de microlina, y tampoco presenta nada notable la 50, cuyos elementos son algo pegmatoideos. La preparación núm. 44 corresponde á un pórfido con la base granulítica, y que presenta de notable varias maclas de Carlsbad, y. sobre todo una bellísima de oligoclasa, según la ley de la albita. Los números 45 y 49 son pórfidos felsíticos, sin otra particu- laridad que la abundancia de epidota en el 49. La prepara- ción 48 es de un lamprofiro anfibólico con abundante esfena, y la 46 de un cipolino con abundantísima margarita ó mica cálcica y algo de la magnesiana; también lleva algún zircón. »Esto es lo poquisimo que en el estudio de dichas rocas he podido hacer, debiendo advertir que en él me ha servido de guía mi querido profesor Sr. Quiroga, el cual podrá sacar de ellas mayor partido, ahora que se incorporan á la ya nume- rosa colección que dicho señor ha logrado formar en el Museo.» 101 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 3 de Junio de 1891. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —Se repartió el cuaderno 1.* del tomo xx de los ANALES. —El Sr. Medina leyó la noticia de una Excursión ú Tomares y San Juan de Aznalfarache. «El día 12 de Abril de este año emprendimos una pequeña excursión los Sres. Calderón, Paúl, Cala, Barras y el que sus- cribe, con objeto de explorar una vez más estos alrededores y especialmente encaminada á realizar la idea que perseguía el Sr. Barras de recoger plantas en flor, con objeto de ir comple- tando el herbario de esta región é ir sustituyendo con nuevos ejemplares los que ya existen en el Museo de la Universidad. »Salimos á las 12" 30" de la mañana del puente de Triana y, atravesando el barrio del mismo nombre, enderezamos nuestros pasos hacia Tomares subiendo la preciosa cuesta de la Mascareta. Antes de llegar á ésta pudimos observar varias charcas cubiertas de Ranunculus aguatilis L. en flor, y vimos asimismo extensos naranjales completamente pelados, fenó- meno poco frecuente aquí y que prueba lo excepcionalmente riguroso del invierno que hemos atravesado. »La temperatura agradable, el cielo completamente despe- jado, y el deseo de recoger mucho hicieron que no nos detu- viéramos hasta llegar 4 San Juan de Aznalfarache, donde descansamos un rato, esperando el vapor que nos condujo nuevamente á Sevilla á las 6” de la tarde, no sin que antes hubiéramos hecho provisión de sedimento en la playa, de la última crecida del Guadalquivir, para estudiarlo luego en el Museo y separar los numerosos moluscos que en él se en- Ccuentran. »A continuación damos la lista de las especies recogidas, nm. DE HISTORIA NATURAL. 105 excepto de aquellas que por su dificultad ó por carecer de obras con que clasificarlas, tendremos que consultar, y cuyos nombres aparecerán en otros trabajos: >»ORTÓPTEROS. Se vieron pocos y estos en estado de larva. Se recogió el Acridium 47yptum L. »HEmMÍPTEROS. Sitrachia ornata L.—Terapha hyosciami L.— Lygeus militaris F.—Pyrhocoris egyptius L. (abundantísimo en la corteza del Dlmus campestris).—Colocoris instabilis Fieb. —Tricephora sanguinolenta L. »DiprerOoSs. Bombilius (varias especies).—L£ucilia cesar L. —Calliphora vomitoria L.—Eristalis tenaz L. »LEPIDÓPTEROS. Thais Rumina L., var. Medesicaste Hb.— Pieris Brassice L.—P. Raphe L.—P. Napi L.— Rhodocera Cleopatra L.—Colias Edusa L.—Lycena 4gon Bork.—Macro- glossa Stellatarum L. »CoLróPTEROS. Bembidion Andree F.—Sabienus fulvipes Latr.—Agriotes sordidus 11.— Melolontha bybrida Charp.— Tropinota squalida L.—Psilathriz nobilis 111.—Clerus 8-punc- tatus F.—Leptopalpus rostratus F. (en la Centaurea pullata L.) —Brachyderes sp.?—Cleonus excoriatus Gyl1h.—Baris nitens E. —Phylecia virescens E.—Colaspidema atrum Ol. Y 6.— Epi- lachma Argus.—Fourcr. (abundante en el £chalium Elaterium Rich.) »HIMENÓPTEROS. Polistes gallicus L. — Apis mellifica L.— Andrena thoracica F.—Osmia hispanica Schm.—Myrmecocystus viaticus F. G5.—M. albicans Roger., var. viaticoides Audré. $.— Tapinoma erraticum Latr. ¿—Aphenogaster testaceo-pilosa Lucas. 9.—Cremastogaster sordidula Nyl. 9.—(Varias especies de Mutilla, Anthrophora, Andrena, Ceratina, Panurginus, Melecta y Anthidium que están en estudio.) »MoLuscos. Helix pisana Múll. (muerto). —4. acuta Mill. (muerto). —Z. lenticula Fer. (muerto).—Cecilianella Bouwrgui- gnati Bou. (muerto). —Celestele (varias especies vivas). — Hyalina Calderoni West. (viva). —Hyalina sp? (viva). —Pupa granum Drap. (viva). »RepriLes. ZLacerta ocellata Dand.—Trapidosaura algira L. »ANFIBIOS. Hyla arborea. »PLANTAS. Hordeuwm murinum L.—Muscari comosum Mill.— Allium sp.?—Fedia Cornucopiz DC.—Bellis annua L.—B. pe- renmis L.—Calendula arvensis L.—Centaurea pullata L.—Ecba- 106 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA lium Elaterium Rich.—Galium Aparine L.—Salvia verbena- cea L.—Echium vulgare L. (atacado por el 4cidium de la Puccina coronata).— Nounea nigricans DC.— Borrago offict- nalis L.—Anchusa italica Retz.— Cynoglossum piclum At.— Anagallis arvensis L.—Vinca media 1. et L.—Jasminum fruticans L.—Scandiz Pecten Veneris L.— Trifolium (varias especies).—Anmagyris fetida L. (en fruto).— Hrodium cicuta—- rium Hérit.—Stellaria media ViL.—Silene inflata Sm.—Rapha- nus Raphanistrum L.—Biscutella sp.2—Capsella Bursa pastoris Moench.—Brassica sp.2?—Diplotlaxis virgata DC.—Pumaria capreolata L.—Ranunculus aguatilis L.» —El mismo señor dió lectura á la crónica de la Excursión d Alcala de Guadaira el 24 de Mayo de 1891. «A las 12 de dicho día nos encontrábamos en la estación de Cádiz los señores Calderón, Paúl, del Río y el que suscribe, con objeto de realizar una excursión á Alcalá de Guadaira, cuyo principal objeto era estudiar la formación que corona el castillo, punto el más culminante de dicho pueblo, y poder trazar un corte geológico del valle del Guadalquivir, desde aquella eminencia al cerro de Santa Brígida, trabajo de que dará cuenta oportunamente nuestro digno Presidente. »Después de subir al mencionado castillo, desde el cual dominamos un bello é interesante panorama, continuamos la, excursión por la margen izquierda del Guadaira, recorriendo la serie de bancos puestos al descubierto por la erosión del río y constituidos por las calizas del plioceno, que formah un crag fosilífero, del cual extrajimos varios ejemplares muy bien conservados de Pecten, Cardium, Retepora y otros que están en estudio. »Entre las recolecciones entomológicas, no tan abundantes como esperábamos, merced á la sequía del año, merecen citarse varios crisídidos, cogidos en uno de los muros del castillo orientado al Mediodía, así como una nueva especie de 4/astor y numerosos ejemplares ” y Q de Tapinoma erraticum Latr. y de una especie de Myrmecocyrtus. También se recogieron algu- nos ejemplares del precioso neuróptero Vemoptera lusilanica Leach., y un 7 de Astala boops Spin. »Era verdaderamente curioso observar que todas las plantas DE HISTORIA NATURAL. 107 estaban cubiertas por una cantidad enorme del Omophlus rufi- collis F., habiendo visto muchos en cópula. »Los moluscos, escasos por la sequía del año, nos propor- cionaron ejemplares, en su mayoría muertos, de las especies que estamos acostumbrados á recoger en nuestras excursio- nes por los alrededores de Sevilla. En los arroyos y fuentes tampoco vimos nada de particular, más que sus abundantísi- mos Melanopsis, habitantes predilectos de estas aguas tan ricas en cal, ; os »A las 6% de la tarde regresamos para comer en el mismo pueblo, y á las 8” y 20" tomábamos nuevamente el tren que nos dejó en Sevilla.» —El Sr. Calderón leyó lo sigitiente: 07-72 «Después de escrita mi pequeña Memoria sobre «Los volca- nes fangosos de Morón», inserta en el tomo en-publicación de estos ANALES, me he enterado de que en la Revista de filosofía, literatura y ciencias de Sevilla, 1.** tomo, que vió la luz pública en 1869, figura un artículo titulado «Excursión geológica 4 Morón y Conil», en el que su autor, nuestro distinguido con- socio el profesor D. Antonio Machado, se ocupa del mismo fenómeno á que se refiere mi modesto trabajo. Con motivo de dicha excursión, realizada en compañía de M. Delanoue, con- signa el autor algunas noticias más que en su otro trabajo sobre el mismo asunto, que tuve ocasión de citar. »El estado de la ciencia geológica en general, y en particu- lar el de la cuestión á que se refiere el trabajo, así como el del suelo de la región andaluza, distaba mucho de hallarse en aquella época á la altura que hoy, y así se explica que se re- puteu en dicho escrito como triásicos los terrenos del término de Morón, y que se conceda á los volcancitos barrosos influen- cia orogénica; pero á vueltas de estas ideas equivocadas, pro- pias de la época, se consignan indicaciones valiosísimas, en- tre las cuales merecen citarse las siguientes: el haber notado la identidad de causa productora y contemporaneidad de las formaciones solfatáricas de Morón y de Conil; el haber recono- cido la distinta cronología de la serie de capas de este origen existente en ambas localidades, y la comunidad de proceso de varias manifestaciones barrosas, que si difieren por la manera de presentarse, concuerdan en la índole íntima de los fenóme- nos que las produjeron. 108 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Debo consignar que para mí es muy satisfactorio el haber coincidido con geólogo tan esclarecido y tan conocedor de la región en todos los puntos ahora indicados, satisfacción que compensa mi sentimiento por no haber consultado antes de redactar el mío el luminoso escrito del Sr. Machado, del que hubiera obtenido provechosas enseñanzas unas veces y con- firmaciones otras á mis inducciones, que me dieran alientos para presentarla á la consideración de los naturalistas.» —El mismo Sr. Calderón dió lectura á las siguientes Notas carcinologicas. «1.* Las colecciones del país del Museo de la Universidad de Sevilla acaban de enriquecerse con una especie de crus- táceo que ho poseiamos, procedente de Andalucía. Se trata del vulgar cangrejo de río (Asíacus torrentium Schrank), que 4 primera vista parecerá una adquisición insignificante, toda vez que se refiere á una especie reputada como comunísima en toda España y en la Europa entera. No es así sin embargo: en esta parte de Andalucía se ha hecho tan rara, que en Se- villa son pocas las personas que no han viajado que la co- nOzcan, y creo que va escaseando de día en día en todas partes. »Nuestros ejemplares proceden de Loja, donde se venden estos cangrejos en la estación á los viajeros como una curio- sidad en cestitas artísticamente hechas, aunque de un modo rústico, en las cuales, entre hojas de trébol y de berro, se contienen hasta un par de docenas de individuos vivos, cos- tando cada una de estas cestitas 1 peseta. »No es solo en España donde se nota la disminución rápida de estos interesantes crustáceos, tan apreciados por los bue- nos gastrónomos como por los naturalistas, para quienes son con respecto al estudio de los artrópodos, lo que las pobres ranas para el de los vertebrados y para millares de experi- mentaciones fisiológicas. Por esta escasez creciente se han fundado en Francia estanques para su cría, no menos produc- tiva que la de las truchas y los mejores bocados de los de establecimientos de piscicultura; pero, á pesar de estos inten- tos, se trata hoy de sustituir el cangrejo de río por otros crus- táceos marinos de cría más fácil, para lo que se han propuesto varias especies. DE HISTORIA NATURAL. 109 »Creo que aún no se conozcan todas las causas de la dismi- nución tan rápida de una especie en otro tiempo abundantí- sima y aún tenida por inagotable en Europa. Entre nosotros hay razones sobrado conocidas para la despoblación completa de los rios y arroyos; pero estas no bastan para explicar la desaparición total del crustáceo en cuestión en un período de tiempo muy corto sin el concurso de algunas otras circuns- tancias, y por eso recuerdo que el Dr. Zundel, de Alsacia, ha descrito hace pocos años una enfermedad del cangrejo de río consistente en una-distoma parásita (Distoma cirrhigera), que ha producido la muerte de millares de individuos de esta especie en los estanques de cría, arruinando por completo alyunos establecimientos importantes. El desarrollo de este ú otro parásito quizás pudieran dar la clave de la rápida y com- pleta extinción de dicho crustáceo en muchos de nuestros ríos. »Estas consideraciones me ha sugerido el ingreso de los ejemplares de cangrejos de Loja en nuestras colecciones, como un dato que quizás pueda llamar la atención de algu- nos de nuestros ilustrados consocios sobre hechos análogos y siempre interesantes referentes á aumento, disminución y hasta desaparición de esas especies que, por ser vulgares, imprimen sello característico á las faunas. »22." El Sr. D. Carlos del Río recogió en Cazalla de la Sierra con destino á las colecciones de la Universidad de Sevilla, varios individuos de una especie de pequeño crustáceo que, enviada á Madrid y consultada con el Sr. Bolívar, ha resul- tado muy interesante por su procedencia: es el GCammarus marinus Leach. var. »La especie, como su nombre indica, es marina, siendo notable por consiguiente su hallazgo en paraje donde solo existen aguas dulces, adaptación curiosa y á la cual se deben sin duda ciertas diferencias que, aunque pequeñas, ofrecen los ejemplares en cuestión con respecto á los típicos marinos. »Precisamente en un reciente trabajo de M. J. Richard, secretario de la Sociedad zoológica de Francia, al dar cuenta de sus estudios sobre ciertos crustáceos de los lagos del bosque de Bolonia, se muestra sorprendido por un hallazgo análogo al nuestro: el de una especie que describe como nueva, pero que pertenece á un género marino, la Bradya Edwardsi. Cree 110 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA - este distinguido carcinólogo que dicha. especie pueda haber sido introducida por las aguas que alimentan los lagos del bosque de Bolonia, los cuales vienen del pozo artesiano de Passy, por más que confiese que esta suposición no tiene toda- vía fundamento sólido en que apoyarla. La especie es ciega, pero esto no proporciona un argumento decisivo en favor de su origen subterráneo, por cuanto lo son igualmente otras especies marinas del mismo género, aparte de que en las aguas subterráneas se encuentran formas de crustáceos dota- das de Organos visuales normales. »Por más que los casos citados, tanto de nuestros ejempla- res de Cazalla como el del bosque de Bolonia, sean nuevos tratándose de esas especies y géneros, no deben parecer tan extraordinarios después de los descubrimientos de Forbes en los fiords de Noruega y en los Zochs de Escocia, donde en sen- tido vertical se suceden faunas que establecen todo el tránsito de las marinas a las lacustres, y de los modernos de Gadeau de Kerville en el estuario dei Sena, donde en sentido horizon- tal se realiza el mismo tránsito. Semejantes adaptaciones se verifican en la actualidad, como se han verificado en las épo- cas geológicas anteriores, y así se comprende que se encuen- tren especies marinas adaptadas á la vida continental aun en el interior de las tierras, como testigos de antiguas penetra- ciones del mar ó de comunicaciones de este con ríos que des- aparecieron 6 cambiaron su pasado Curso.» Sesión del 5 de Agosto de 1891. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de las comunicaciones siguien- tes: de los Sres. Miot, de Beaune (Cóte d'Or), Francia, y Lo Bianco. (D. Salvador) y Anglada (D. Joaquin), de Nápoles, dando gracias por su nombramiento de socios numerarios de esta Sociedad, y del bibliotecario de la Sociedad entomológica de Francia anunciando el envío de los Anales de aquella cor- poración correspondientes al año 1890. — Quedó admitido como socio numerario el señor a DE HISTORIA NATURAL. - 111 Delgado Llorente (D. Julián), de Madrid, presentado en la sesión anterior por el Sr. González y Fernández. —Estaban sobre la mesa las publicaciones últimamente recibidas, acordando la Sociedad se dieran las gracias á las donantes de las que son regaladas. —El Sr. Secretario dió lectura á la nota siguiente remitida por el Sr. de Buen de Barcelona: «En el pueblo de La Garriga, bien conocido por sus aguas termales, situado en la linea férrea de Barcelona á San Juan de las Abadesas á unos 40 km. de la capital de Cataluña, encontré hace pocos días el esqueleto de un gran mamifero, que había escapado á la observación de las gentes 4 pesar de encontrarse á muy pocos metros del pueblo y en un des- *: monte de un camino vecinal muy frecuentado. A simple vista descubrí algunos huesos diseminados que excitaron mi curio- sidad, y excavando un poco separé un gran molar superior semejante al de un caballo pero de mucho mayor tamaño. »El terreno está formado por un limo rojizo, terciario, que descansa sobre estratos de conglomerado. »Las primeras excavaciones me convencieron de que el esqueleto estaba casi entero, apoyada la cabeza sobre las patas anteriores y encorvado el cuerpo. »Procuré con mucho cuidado aislar la cabeza para extraerla entera, pero se deshizo. Conservo la mayor parte de la mandí- bula inferior con los seis molaresá cada lado y grandes peda- zos del resto. »Al aislar la cabeza separé algunos huesos de la pata ante- rior sobre la que aquella descansaba y conservé el tercer me- tacarpiano y las tres falanjes respectivas. »Con lo extraído hay, pues, elementos bastantes para la determinación específica del animal, que, de primera intención me parece un /XZ¿ipparion por los repliegues de los molares y la disposición de las falanjes. »Continuaré la excavación para cion en lo posible el hallazgo y daré cuenta del resultado total á esa Sociedad. »En este caso, como en otros, disponiendo de medios sufi- cientes, hubiéramos podido proporcionar á nuestro Museo un ejemplar rico y notable.» 112 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 5 de Julio de 1891. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. Asistió el Sr. Chaves (de Madrid). —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Barras leyó el siguiente trabajo: Noticias acerca de la familia de las palmas en Andalucia. «La única especie de palmas originaria de Andalucía, es, como todos saben, el C/amerops humilis L., cuyas dos varieda- des, depressa y olata, citan Willkomm y el Sr. Pérez Lara en su Morula Gaditana (1). »La abundancia con que se presenta esta palma, cerca de la costa, va disminuyendo conforme nos elevamos sobre el mar. D. Carlos del Río, siguiendo la línea férrea de Sevilla á Mérida, ha comprobado recientemente este hecho, observando que los palmitos (nombre que se da al Chamerops humilis) dis- minuyen de un modo muy visible entre las estaciones de Are- nillas y El Pedroso, que está á 400 m. sobre el nivel del mar. A mucha más elevación todavía se encuentra dicha planta, pudiendo citar los que existen en La Higuera (serranía de Huelva), en una dehesa de D. Sebastián Alvarez, próxima al pueblo. Este dato está en armonia con la altura de 800 m. á que según el Sr. Pérez Lara, empiezan á desaparecer los pal- mitos. »Es digno de especial mención un ejemplar de esta especie que existe en el Jardin Botánico de la Universidad de Sevilla, situado en la calle de Alfonso XII, y que fué plantado allí en 1850, siendo procedente del sitio denominado Palmas Altas, en el cortijo de Cuartos. Su tronco tiene hoy 1,25 m. de altura (1) AN.LES DE LA Soc. Esp. DE HIST. NAT., t. xv. DE HISTORIA NATURAL. 113 y 1 dm. próximamente de diámetro, cuyo desarrollo extraor- dinario no adquieren nunca en el campo. »A fines del siglo pasado se hacía una gran exportación al extranjero de los productos manufacturados de esta palma, según dice muy bien el Dr. D. Casimiro Gómez de Ortega en su continuación á la Flora española 6 Historia de las plantas de España de D. José Quer (t. vr, págs. 49), al hablar del Cha- merops humilis: ofils., Palma humilis, que cita del Levante y Sur de España. Hoy la exportación es casi nula, y el aprove- chamiento principal es el de las hojas para la fabricación de crin vegetal, y también para la de escobas y otros objetos. Además se emplean, como comestibles, el corazón de los pal- mitos y sus frutos, vulgarmente llamados uvas de palma. »La Palma de dátiles 6 Palmera, Pheniz dactylifera L., es, en nuestro clima, la especie más digna de notarse por su tamaño y sus frutos. De algunos años á esta parte se ha puesto en moda el cultivo de tan hermoso árbol, y ya se encuentra con bastante profusión, tanto en los paseos públicos como en los jardines particulares. »Muchas de las palmeras que existen en Sevilla, son proce- dentes de Alicante, como sucede con las que adornan la plaza de San Fernando. El ayuntamiento tiene ya un pequeño vivero de ellas en el Huerto Mariana, situado junto al paseo de las Delicias. »Es muy frecuente el creer en vista de estos hechos que las palmeras actuales han sido todas importadas recientemente, y en contra de esta opinión voy á citar algunos datos para probar que no solo en Sevilla, sino en la mayor parte de An- dalucía, existen sin interrupción, cuando menos, desde el " tiempo de los mahometanos hasta nuestros días. »D. José Antonio Conde en su Historia de la dominación de los árabes en España, dice (t. 1, cap. 1x, pág. 169) hablando De la entrada de Abderrahman en Mérida y nacimiento de Hixem, refiriéndose al año 139 de la Egira (1): «En este año mandó Abderrahman labrar la Rusafa, construyó y renovó la calzada antigua y plantó allí una huerta muy amena: edificó en ella una torre que las descubría todas y tenía maravillosas vistas, (1) 761 deJ.C. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XX, 8 114 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA y en esta huerta plantó una palma que era entonces la única, y de ella proceden todas las que hay en España.» »El Sr. Guichot, en su Mistoria general de Andalucia, €. 111, dice refiriéndose al palacio de Medina Azahara, que el mismo Abderrahman mandó construir á 5 millas de Córdoba (Conde, Cap. Lxx1x) que «las crónicas arábigas se deleitan ponderando el regalo de aquellos deliciosos verg'eeles, sus emparrados, sus sotos, sus cenadores, en que la vid entretejida con la palma y el naranjo, brindaban 4 porfía sus racimos negros ó dorados entre los dátiles y las naranjas.» »También merece citarse la hermosa composición á la pal- ma, del mismo Abderrahman, que empieza: «Tú también, insigne palma, eres aquí forastera De Algarve las dulces auras tu pompa alhagan y besan, etc.» »Aunque, como se ve desde luego, en todo esto entra por mucho la imaginación, se desprende á primera vista la impor- tancia que se daba á la palmera como árbol ornamental, no menos estimado entonces que ahora. »A pesar de todo, es muy de presumir que la palmera exis- tiese en España con anterioridad á la venida de los musulma- nes; pues los romanos, que con tal predilección miraban la agricultura y tanto hicieron progresar á la Bética, no podían desconocer la importancia de este árbol, 6 al menos emplearlo por su belleza para el adorno de las numerosas quintas de recreo, que poseyeron en esta provincia las más encumbradas familias de la aristocracia romana. Si esto fué así, no pudo dejar de haberlas en Itálica, colonia situada, como es sabido, á pocos kilómetros de Sevilla, y que fué uno de los centros de lujo y punto de reunión de los poderosos de Roma. »En época posterior, en tiempos de la dominación visigoda, parece imposible que no se cultivara la palmera en la Penin- sula, tratándose de un pueblo que tantas relaciones comer- ciales sostuvo con Africa, donde llegó á poseer una gran ex- tensión de territorio que, á partir del Estrecho de Gibraltar, formó la provincia llamada Mauritania Tingitana. »Pero, dejando á un lado estas conjeturas, volvamos al mis- mo historiador Conde, quien hablando (t. 1, pág. 484) de cier tos banquetes que se daban en Toledo en tiempo de Alhaken IT, dice que se servían gran «variedad de dulces, algunas frutas DE HISTORIA NATURAL. 115 y dátiles», y más adelante (pág. 481) que «se fomentó la vida del campo y se hicieron diversas plantaciones de toda especie como convenía á la calidad y clima de las provincias.» En otro lugar, dice el mismo autor, refiriéndose también á este reinado, que en él «abriéronse las acequias de Granada, Mur- cia, Valencia y Aragón...» y «... se trajeron árboles, plantas, flores y semilias de los países de Oriente para alimentarlas en España. » »La importancia de las palmeras en Andalucía, y la abun- dancia de ellas, especialmente en su parte occidental, se ve comprobada mejor que en ninguna otra, en la obra de agri- cultura de Abu Zacharias, Cultivo de la Huerta. Dice este escritor de los tiempos más florecientes del Califato, en el capítulo De la Palma (t. 1, pág. 208, edición de 1878): «Hay muchas especies: barri ó silvestre, ajuat ó selecta de Medina, charrir ú célebre, kasenat y otras.» Más adelante añade: <«... Según el Jair, se endulza el dátil estíptico (como lo es el de España) y se hace comestible y de gusto suave cociéndolo en agua dulce y dejándolo luego secar. La palma fecundada porel macho, al tiempo que florece, produce los dátiles tiernos y jugosos: yo fecundé una si/vestre en el 4 /jarafe al tiempo de desplegar las fiores, con algunas del macho molidas y rocia- das sobre ella.» »Estando el Aljarafe, como todos saben, formado por los pueblos que actualmente constituyen el partido judicial de Sanlúcar la Mayor, y algunos próximos, situados todos al O. de Sevilla, en la margen derecha del Guadalquivir, parece deducirse de la cita que precede la abundancia de palmeras en esos pueblos por aquel tiempo. »En época muy posterior á la del Califato, y después de la conquista de Fernando III, nos encontramos con la «Obra com- puesta por Lucio Marineo Siculo, cronista de sus Majestades, de las cosas memorables de España» publicada en el año de MDXxxIx (1539) que dice en el libro 1.”, capítulo: De los árboles y frutos de España: «Ay tambien cidras, naranjas, limo- nes y limas y frutos de palmas, de las cuales abunda Cordua, Sevilla, Valencia, Barcelona: de las que hay tambien en la vera de Plasencia y en algunos puertos de mar hacia Galicia, Vizcaya y Portugal y tambien ay de pocos años á esta parte naranjos en Toledo que llevan fruto.» 116 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Mas adelante, en el mismo siglo en la Historia de Sevilla de Alonso de Morgado, escrita en 1557, libro 2.”, capítulo 1v, titulado Lugares de la campiña 0 banda morisca, dice (pág. 125) describiendo la provincia, con motivo del repartimiento hecho por Fernando III: «que demas de abarcar su jurisdiccion mu- chos grandes y ricos pueblos (que á porfía la proveen de pan, vino, carne, leche, miel, manteca, azeyte con la gran supera- bundancia de su agrio, cidras, limas, naranjas, sus muchas palmas y de todas quantas frutas produce nuestra España) se echa bien de ver por toda ella, todo lo que Julio Solino (1) nota de la excelente región de Italia.» »En el capítulo v (pág. 128), consigna hablando de la pers- pectiva que ofrecía Sevilla vista desde sus murallas: «Repre- sentando á la vista todas sus torres y edificios más principa- les, compitiendo con los mas altos de ellos, sus antiquisimas Palmas por sus frutos tan de tiempo inmemorial...» » Hablando de la campiña dice más adelante (cap. x, pá- cina 152): «De la amenidad y frescura de Sevilla bastará lo que he venido notando en diferentes propósitos. Como quiera por todas partes que se salga de la ciudad, es todo Floridos Prados, Palmares, Huertas, Vergeles y Arboledas.» »Se desprende de lo dicho, que en la segunda mitad del siglo xv1 existía en esta parte de Andalucía una gran cantidad de palmeras, ya como adorno de los jardines, ya como objeto de cultivo y utilización, pues no se explica de otro modo la existencia de palmares en los alrededores de Sevilla. »La decadencia de España en tiempo de los Austrias trajo el descuido de la agricultura y la disminución del arbolado, especialmente en las Castillas y Andalucía, viniendo con ella el decrecimiento del número de palmeras, y abandono de su cultivo; pero es indudable que no desapareció por completo de la región tan bello árbol, porque en el siglo xv encon- tramos á un escritor, Pons, que en su Viaje de España, publi- cado en Madrid en 1780, dice, en el prólogo del tomo 1x que trata de Sevilla, hablando de la importancia que tiene la pro- pagación del arbolado tan descuidada en nuestro pais: «No se trata aquí de plantas exóticas y peregrinas, sino de las que acá conocemos y se crían naturalmente en nuestro clima con (1) Escritor italiano. DE HISTORIA NATURAL. 117 poco trabajo y cultivo. Castaños, almendros, nogales, encinas, robles, pinos, morales, palmas y algarrobos, etc., utilísimos por el alimento que pueden suministrar en las necesidades.» »En la continuación á la Flora Española de D. José Quer, antes citada, publicada en Madrid en 1784, se consignó ha- blando del género Palma, que la Pleniz (Dactylifera ) ofils. Palma Dactylifera: «Es muy comun en España en el Reyno de Valencia y es vulgar en qualquiera parte de aquel reyno. En la villa de Elche á la entrada hay una arboleda de palmas pro- digiosa, que, segun algunos remeda la entrada de Jerusalen. Se cría en Cataluña, Murcia y Andalucía y en algunas partes de Extremadura.» Termina citando las pocas que existían entonces en Madrid, donde advierte que no dan fruto. »Como se ve, no he podido hallar ninguna cita correspon- diente á los siglos xv y primera mitad del xvi, pero no parece lógico que en este tiempo se verificaran transportes de plantas de una provincia á otra, pues las, guerras y luchas que ocupaban la atención de los españoles no les permitían fijarse en otra clase de asuntos. Por otra parte; la dificultad de comunicaciones es de presumir imposibilitara el trans- porte de los árboles de algún tamaño. Pero prescindiendo de estas razones; si el efecto fué la disminución del arbolado y de todo cultivo, la causa no pudo ser otra que el abandono de la agricultura; y es claro que, los que destruían ó dejaban perder lo existente mal iban á ocuparse en traer nada nuevo. Si á fines del siglo xv1 se habla de bosques de palmeras y en la segunda mitad del xvi no se dice sino que se crían en las Andalucías y Extremadura, es evidente que habían disminuido dichos árboles y que las entonces existentes eran los restos de la pasada abundancia, conservados quizás tan solo por la vita- lidad y longevidad de la especie en cuestión. »Lo mejor para continuar esta investigación en nuestro siglo es el estudio de los ejemplares; pero antes tomaré una cita de un escritor francés, Teófilo Gautier, qnien en su Viaje dá España dice:que en Cádiz «para llegar á la Plaza de Toros hay que atravesar jardines poblados de jigantescas palmeras y de árboles variados. Nada más noble, nada más regio que la palmera. ¡Ese gran sol de hojas al extremo de esa columna estríada, irradia con tal esplendor en el lapis-lázuli de un cielo oriental!» 118 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Según noticias proporcionadas por nuestro consocio el Sr. Puiggener, en Jerez de la Frontera, en el lugar denomi- nado Capuchinos, existe un grupo de palmeras de gran altura y desarrollo, siendo allí tradición popular que datan del tiempo de los mahometanos, en cuya época estaban muy próximas á la muralla de la población. »En Sevilla, en la huerta del Lavadero, próxima á la Maca- rena, existe una palmera (hembra), que tendrá aproximada- mente 20 m. de altura, y de la cual dicen los hortelanos de los: alrededores que es la mayor de aquellos contornos y que siem- pre la han conocido del mismo tamaño. A poca distancia, en la huerta denominada de Abo Gordo hay otra también notable por su elevación y antigiúedad, y próximas al Guadalquivir se conservan aleunas más. »No lejos de este sitio en la huerta del ex-convento de Capu- chinos hay otro ejemplar bastante notable y de fecha anterior a la expulsión de los frailes. »Aunque ya ha desaparecido, merece citarse la palmera de 25 m. de altura y tronco relativamente delgado que existió, hasta hace pocos años, en el barrio de San Bernardo. »Además de estas, en varios puntos de Sevilla y sus alrede- dores existen otras varias, que no cito en detalle por carecer de todo dato respecto á su antigiedad, pero de las que puede asegurarse que son anteriores á nuestro siglo. »Personas dignas de entero crédito y que presenciaron los hechos, aseguran que cuando, en el año 1848 vinieron á Sevi- lla los duques de Montpensier y empezaron las obras en el palacio de San Telmo para instalarse en él, trajeron á los jardines palmeras de gran tamaño que existían en una huerta de su propiedad, sita en la Algaba, y además compraron no pocas en otros pueblos próximos. »En la huerta del antiguo convento de San Isidoro del Cam- po, situado en el pueblo de Santiponce, próximo al anterior- mente citado (1), existen dos ejemplares notables. Cada uno forma un grupo de cuatro palmeras que tienen el pie y la raíz comunes, y están dispuestas de modo que una queda en el centro y las otras tres forman alrededor de ella un trián- (1) Ambos en la vega de Triana. DE HISTORIA NATURAL. 119 gulo equilátero cuyos vértices ocupan. Para obtener este re- sultado, me dijo el octogenario padre de los que actualmente cultivan la huerta, que se dejaba crecer el pie central y tres de los renuevos laterales, extirpando los demás. Lo más nota- ble es que el central ha crecido menos que los otros, teniendo éste en ambos ejemplares próximamente los dos tercios de la altura de aquellos. Asegura el mismo hortelano que cuando la expulsión de los frailes, en 1834, tenian próximamente 1,5 m. de altura. Además de las que hoy existen había otras varias de las cuales un grupo de dos fué vendido para el pa- lacio de San Telmo, y otra sola al Ayuntamiento de Sevilla, que la colocó en la puerta de Triana. Tanto las que quedan como las otras ¿on hembras, y daban fruto cuando existía un macho en una propiedad cercana, lo cual ya no acontece por haber sido éste vendido hace años. »Otro ejemplar digno de citarse está en una huerta del pueblo de Tomares, próximo á la vega de Triana, y consiste en un grupo de dos palmeras de un mismo pie y más de 15m. de tronco la mayor, que, según el dueño de la finca, son re- nuevos de otra muy notable por su tamaño y antigúedad, que existió allí hasta hace pocos años en que la tronchó un ven- daval. En Huevar (Sevilla) existen otras dos de gran altura y grueso: una (macho) perteneciente al marqués de la Motilla y otra (hembra) al de Villavelvistre. »En la provincia de Huelva, en la Higuera, hay dos palme- ras situadas en los corrales de casas contiguas del pueblo, y ambas muy notables por su altura. Respecto á su antigiiedad, dice D. Sebastián Alvarez que su abuelo, muerto en 1864, á los 84 años de edad, refería haberlas conocido siempre de la misma elevación que alcanzan hoy. Hay, por tanto, datos seguros de que eran árboles hace ciento trece años, lo cual les asegura una antigiledad mucho mayor. »Según los datos proporcionados por nuestro consocio don Antonio Seras, á unos 40 m. delante del convento de la Rá- bida hay una palmera gigantesca de 25 m. de altura próxi- mamente y tronco poco grueso, y que se sabe positivamente que ya existía en la época en que Colón estuvo en el convento. Tiene 3 m. de raíz fuera del suelo, lo que prueba la erosión de las aguas en el transcurso de los siglos. Este ejemplar y otro que existe en Huelva, en la calle del Albornoz, de la misma 120 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA época próximamente, pero un poco más pequeño, son las únicas antiguas que se conservan en los alrededores de aque- lla capital. »No he podido reunir hasta ahora más datos sobre esta cuestión; pero es segura la existencia de otros muchos ejem- plares, no solo en las mencionadas provincias, sino en las demás de Andalucía. Sin embargo, con las citadas hay sufi- ciente para probar que desde la introducción de la palmera en nuestro suelo no se ha extinguido nunca la especie en esta parte de la Peninsula. »El cultivo de la Palma de dátiles, como se acostumbra á llamarla en Sevilla, es aquí casi nulo. Suele hacerse la repro- ducción por medio de los huesos de dátil, pero no por renue- vos. La fecundación artificial es desconocida. El terreno y clima de Andalucía no pueden ser más favorables; pues en cualquier parte prosperan las palmas, y no se hielan, ni aun en los inviernos más rigurosos. »En la primavera aparecen las espatas ó hijuelas, y suelen cortarse las sámaras en Mayo, antes de la completa madurez, dejándolas colgadas á la sombra; pero lo corriente es que se vendan los dátiles verdes, en cuyo caso tienen un sabor muy áspero y solo sirven de chuchería para los muchachos. Algu- nos hortelanos los dejan en el árbol para que maduren y en- tonces se recolectan de Agosto á Septiembre. »La variedad más común en la región es la del dátil espiga, de color amarillo; pero existen otras, especialmente en los jardines de San Telmo, donde están representadas otras muchas. »Un aprovechamiento que se hacía antes en Sevilla de las hojas de palmera, consistía en su preparación para ser vendi- das el Domingo de Ramos, y según el viejo hortelano de San- tiponce, de quien antes hablé, había palmeros que se dedica- ban á esta operación, la cual consiste en sujetar con una cuerda las frondes del cogollo, formando un haz que se recu- bre exteriormente con hojas secas, para que las resguardadas de la luz no tomen la coloración verde. Hoy proceden de Ali- cante todas las palmas que se venden en Sevilla el Domingo de Ramos. »La afición á las palmas que, como dije al principio, se ha desarrollado mucho, al menos en Sevilla, de algunos años á DE HISTORIA NATURAL. 121 esta parte, se comprueba consultando el catálogo general de la Exposición Bético-Extremeña celebrada en el Alcázar en 1874, publicado por la Comisión central de la misma en Mayo de aquel año. »Dice asi en la pág. 188, sección de Floricultura: FamiLIA 41.—Palmas. D.a Rosario Candau (Sevilla).) SuEos piero PP CSIcTon Ciedla ndia ot Ñ Cocos nucifera L.....o.oo.o.. > 1.* mención. D. Francisco Díaz (Sevilla). . Rhapis Jabelliformis Aitt.—Ver- | [ dasca en abanico.......... ) ed saccharifera Labill. — | Palma sacarifera.......... | Caryota mitis Lour.—Taqui- | A rola Eo Chamedorea elatior Mart.—C medórea eleyada.......... Corypha australis R. Br.—Buri de Nueva Holanda........ D. Francisco Gámez (Sevilla). )2.* mención. Latania borbonica Lamk.—La- tania de la isla de Borbón. . Oreodoxia regia Kuntk.—Pal- MDAC AS ft Sabal Adansoníi Mart. —Sabal de Carolina y Georgia ..... (Dice debajo.) —Es la más interesante colección de palmas exhibida. A O o id encia: l Latania borbonica Lamk..... y ( Corypha umbraculifera L.— D. Pedro Solís (Sevilla)..... Buri de Filipinas.......... 2.? mención. Latania borbonica Lamk..... ) »En la memoria leída á la Junta de la Exposición por el secretario general de la misma D. Francisco Collantes de Therán, se dedica un párrafo aparte á las palmas ponderando la importancia de esta familia, tanto por su belleza, como por su utilidad, y citando especialmente los ejemplares más nota- bles presentados. 122 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »También hace referencia á los cocoteros (Cocos nuczfera L.) del duque de Montpensier que no aparecen en el catálogo, pero de los que existen notables ejemplares en los jardines del palacio de San Telmo, y especialmente dos de ellos: uno que mide más de 10 m. de tronco, situado junto al torreón que forma esquina al paseo del Río, y otro algo más elevado, situado hacia el interior del jardín,.pero que se ve desde fuera. Ninguno de ellos da fruto. Además de ésta existen en los mismos jardines otras varias especies de palmas, siendo dignas de notarse, entre ellas por su desarrollo, algunas per- tenecientes al género Latania. Este género, y en particular la especie borbonica Lamk., es quizás por el que mayor afición se ha despertado en Sevilla, encontrándose esta última es- pecie con bastante profusión en los jardines públicos y par- ticulares, y viéndose cultivada en macetas en muchos patios. En el de la casa de los Sres. Maestre, calle de Jesús, existe un ejemplar notabilísimo por alcanzar cerca de 8 m. de tronco, y en el primero de la Universidad hay dos de cerca de 3 m. cada uno. Todos ellos florecen á fines de Abril, pero sus frutos no maduran en nuestro clima. »También hay Latanias en el jardín botánico de la Univer- sidad, siendo digna de notarse una de la especie f/amentosa cultivada en maceta. »En el género Chamerops, la especie excelsa Thunb. es bas- tante frecuente, existiendo ejemplares de ella en los jardines citados, y úuno muy curioso de 4 m. de altura y diámetro en proporción en la quinta del Sr. Valenzuela, situada en Alcalá de Guadaira. »Con esto, y con decir que varias de las especies citadas se encuentran con abundancia en los diferentes jardines de Sevilla dedicados á la venta de plantas y flores, termino esta relación de los pocos datos que he podido reunir acerca de la interesante familia de las Palmas.» —El Sr. Medina leyó la siguiente nota bibliográfica: Excursions botaniques en Espagne. «Con el título que encabeza la presente nota, acaba de pu- blicar M. Jules Richard, distinguido botánico de Poitiers, el resultado de sus recolecciones botánicas hechas en la prima- DE HISTORIA NATURAL. 123 vera de 1888 y veranos de 1865 y 66. En este trabajo figuran plantas de muy diversas regiones españolas, mereciendo es- pecial atención las recogidas por dicho señor en la necrópolis romana de Carmona (Sevilla), así como las que le han sido enviadas por los diligentes directores de la necrópolis señores D. Juan Fernández y D. Jorge Bonsor, nuestros distinguidos amigos. Ñ »Tratándose de la flora andaluza, he creido sería de interés transcribir las especies citadas por el Sr. Richard, puesto que vienen á engrosar las listas que publicáamos á menudo de nuestras excursiones. Hé aquí la enumeración de dichas especies: I. NECRÓPOLIS DE CARMONA (provincia de Sevilla). 4.0 Plantas recogidas por el Sr. Richard en fin de Marzo y principios de Abril de 1888. Hypecoum grandiflorumBenth. Fumaria spicata L. — agraria Lag. Diplotaxis virgata DC. Alyssum campestre L. Raphanus raphanistrum L., Silene colorata Poir. Erodium gruinum L. Oxalis cernua Thunb. Anthyllis tetraphylla L. Melilotus sulcata Desf. Astragalus beticus L. Paronychia argentea Lam. Scandiz australis L. Pyrethrum sulphureum Boiss. Calendula algeriensis B. et R. Centaurea pullata L. Jasminum fruticans L. Convolvulus althaoides L. = sicula L. Anchusa calcarea Bois. Cerinthe aspera Roth. Alkanna tinctoria Tausch. Serophularia canina L. Linaria viscosa Dun. Orobanche pruimosa Lap. Flo- rones. Salvia pallidiflora St.-Sm. Anagallis limifolia L. Quizá sea esta una de las plantas que se han querido imitaren las guir- naldas del interior de las tumbas. Plantago Psyllium L. Rumez bucephalophorus L. Mercurialis tomentosa L. 124 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Iris Sisyrinchium L. Brachypodium dystachion R. Asphodelus fistulosus L. et Sch. Muscari comosum Mill. Bromus maximus Desf. Avena barbata Brot. Hordeum vulgare L. Poa costata Schum. — murinum L. 2.0 Plantas recogidas y enviadas por D. Jorge Bonsor en Mayo-Junio de 1888. Helianthemum glaucum Pers. | Thymus capitatus Link. Medicago turbinata Willd. -Sideritis scordioides L. Scorpiurus sulcata L. Teucrium Poltum L. Arthrolobium scorpioides DC. | Plantago Lagopus L. Poterium Magnoliz Spach. — albicans L. FPilago spathulata Presl. 4 yilops ovata L. Jasione montana L. IT. CARMONA Y ALREDEDORES. J. Richard, Marzo-Abril de 1888. Iberis pectinata Bois. Linaria amethystea Des. Pumaria viscida Spach. Prastium majus L. Rhamnus oleozdes L. Anagallis limifolia L. Pistacia Lentiscus L. Plantago Psyllium L. Anagyris fetida L. Daphne Guidium L. Viscum album L. Aristolochia betica Bois. Fedia Cornucopie DC. Mercurialis tomentosa L. Centaurea pullata L. Urtica membranacea Poir. Vonnea nigricans DC. Populus alba L. Withania frutescens Pauq. Lamarckia aurea Monch. Hyosciamus albus L. Equisetum Telmateya Ehrh. Scrophularia sambucifolia L. | Asplenium Halleri R. Br. Lanaria villosa DC. Notochlena vellea Desv. DE HISTORIA NATURAL. 125 1 OTRAS LOCALIDADES, J. Richard, Marzo-Abril de 1888. Alyssum maritimum Lam.— Málaga. Capsella Bursa-pastoris Meench.—Córdoba. Vella annua L.—Alcalá de Guadaira. Reseda Phyteuma L.—Granada. Sagina apetala L.—Córdoba. Arenaria rubra L.—Idem. Cerastium triviale Link.—Mairena (Sevilla). Erodíum altheoides Jord.—Córdoba. Lupinus angustifolius.—Villanueva de las Minas (Sevilla). Trifolium stellatum L.—Alcalá de Guadaira. — tomentosum L.—Villanueva de las Minas. Tetragonolobus purpureus Moeench.—Mairena. Viburnum Tinus L.—Cazalla (Sevilla). Bellis sylvestris Cyr.—Idem. Pinardia coronaria Less.—Alcalá de Guadaira. Cerinthe aspera Roth.—Mairena y Alcalá. Triguera ambrosiaca Bois. —Alrededores de Sevilla. (Recogida y donada por los Sres. Calderón y Paúl.) Lavandula multifida L.—Málaga. Anagallis linifolia L. —Gandul (Sevilla). Euphorbia Characias L.—Granada. Urtica urens L.—Gandul. Ophrys Speculum Link.?—Idem. Leucojum tricophyllum Brot.—Idem. Ornithogalum divergens Boreau.— Idem. Lamarckia awrea Mench.—Córdoba. Adianthum capillus Veneris L.—Alcalá de Guadaira. Notochlena vellea Desv.—Idem. —El Sr. Calderón leyó una nota del Sr. Saporta comunicada á la Sociedad geológica de Francia (1) sobre la probable exis- (1) Compte-rendu, sesión del 16 de Marzo de 1891. 126 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tencia del Culm lacustre en Puchet, en los alrededores de Barcelona, á juzgar por las impresiones vegetales recogidas por D. Jaime Almera. Dijo que además de la novedad que en sí tiene semejante descubrimiento, único en la Peninsula, el hecho merecía notarse especialmente como una circunstancia favorable á la sospecha que él había manifestado en otra se- sión anterior, de que los manchoncillos carboniferos de Villa- nueva, Alanis, San Nicolás y otros menores de la provincia de Sevilla, correspondan asimismo á la parte media del car- bonifero inferior, edad antracifera de Lapparent (1). Sesión del 2 de Septiembre de 1891. PRESIDENCIA DE DON PRIMITIVO ARTIGAS. Leida el acta de la sesión anterior, fué aprobada. —$Se hizo una propuesta de socio. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas desde la sesión anterior, acordando la Sociedad se diesen las gracias á los donantes de las que son regaladas. —(Quedó admitido como socio numerario el señor Delgado Llorente (D. Julián), propuesto por D. Anselmo González y Fernández. —El Sr. Secretario presentó un trabajo de los Sres. Zapater y Korb, titulado Catalogo de los Lepidopteros de A ldarracin, continuación del que con el mismo título se publicó en el tomo xn de los ANALES, y otro. del Sr. Bolivar sobre los 4pa- ratos de pesca empleados a bordo de la «Hirondelle» por S. A. $. el Principe de Mónaco. La-Sociedad acordó que pasaran á la Comisión de publicación. —El mismo Sr. Secretario leyó la siguiente noticia necro- lógica, de cuya redacción había sido encargado por la Socie- dad en una sesión anterior: (1) Zraité de Geologie, 2.2 edición, pág. 859. DE HISTORIA NATURAL. 127 El profesor D. Felipe Poey (1). D. Felipe Poey y Aloy, hijo de D. Juan Andrés, de proce- dencia francesa, y Doña María del Rosario, natural de la Ha- bana, nació en esta población el 26 de Mayo de 1799, y falleció en ella el 28 de Enero de 1891. Se dedicó al estudio del Derecho, cuya carrera vino a termi- nar á Madrid el año 1821, obteniendo al siguiente el título de Abogado de los Reales Consejos, y dando comienzo ya por entonces á su vida de profesor, explicando diversas partes del Derecho en la Nacional Academia de ambas jurisprudencias establecida en la corte y regresando más tarde ásu país natal. Con objeto de estudiar el Derecho francés pasó á París el año 1826, donde permaneció seis años durante los que empezó á dedicarse al estudio de las ciencias naturales dando á luz el año 1832 su primera obra sobre este orden de conocimien- tos, titulada Centurie des Lépidopteres de Vile de Cuba, de la que solo pudieron publicarse las dos primeras décadas. Con- tribuyó aquel mismo año á la creación de la Sociedad entomo- lógica de Francia, siendo el último fallecido de sus catorce miembros fundadores, entre quienes se contaban hombres como Latreille, Gerville, Leféebre, etc. Desde su regreso á la isla de Cuba en 1833, Poey no cesó un momento de consagrarse al estudio de aquella rica fauna, gran número de cuyos secretos, especialmente del mundo de los peces, ha revelado él á la ciencia. «La vida de Poey, dice muy bien el Sr. Mestre, está ligada »á la historia del desarrollo de la enseñanza de las ciencias »naturales en Cuba. El 24 de Octubre de 1842 a1 crearse la Uni- »versidad de la Habana fué nombrado catedrático de Zoolo- »gia, Botánica, Mineralogía y Nociones de Geología; en virtud »de la reforma de 1871 quedó propietario de las de Zoología y »Mineralogía. En el curso de 18804 81 desempeñó las cátedras »de Zoografía de Vertebrados, Zoografía de Articulados y Zoo- (1) Para la redacción de esta noticia se han tenido á la vista las dos publicaciones siguientes: Felipe Poey: Apuntes para su biografía, por el Dr. Juan Vilaró (la Enciclo- pedia, tomo 1, núm. 11).—Dox Felipe Poey, por Arístides Mestre. Publicado en la Revista Cubana, Habana, 1891. 128 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA » grafía de Moluscos y Zoófitos; primero fué decano de las Fa- »eultades de Filosofía y Letras y de Ciencias y más tarde (1880) »de la de Ciencias únicamente. En estos últimos años no ex- »plicaba más que la Zoografía de Vertebrados y la de Articu- »lados con motivo de la reforma de 1888. En la cátedra, dice »el mismo biógrafo, era un maestro honrado en toda la exten- »sión del término, cumplidor decidido del deber académico. »Dedicaba á la preparación de sus lecciones el tiempo que »naturalmente exigía la relativa importancia de las mismas; »sus notas eran una sintesis de los autores clásicos, compen- »diados con adiciones originales. Pruebas evidentes de esta »labor preparatoria son: su Curso de Zoología publicado en 1843, »su Curso elemental de Mineralogía (tres ediciones, 1875) y sus »apuntes inéditos hechos para las cátedras de Zoografía de »Vertebrados y de Articulados. » El profesor Poey ha estado trabajando hasta sus últimos momentos y de esta constante y fecunda actividad son mues- tra, además de los dos libros de texto ya citados y la Centuria de los lepidópteros de la isla de Cuba que comenzó en París, las siguientes publicaciones: Geografia umiversal, 1836; Cartilla geográfica, 1855; Geografía de la Isla de Cuba, primer libro acerca de esta materia y del cual se han hecho 19 ediciones; Memorias sobre la Historia Natural de la isla de Cuba (1851-61) dos tomos con láminas iluminadas que contienen interesantes trabajos anatómicos y zoográficos sobre insectos, moluscos, peces, reptiles, etc., de aquella isla; Repertorio Fisico-Natural de la isla de Cuba (1865 4 68) del que fué director y que cons- tituye una colección interesantísima de trabajos originales de este sabio naturalista; Apuntes sobre la fauna de la isla de Pi- nos, y gran número de memorias y notas sobre investigacio- nes propias que vieron la luzen los Proceedings of the Academy of Natural Sciences, de Filadelfia y en los Annals of the New- "ork Lyceum y otras publicaciones. En los AnaLes de nuestra Sociedad en la que fué presentado por D. Laureano Pérez- Arcas en la sesión de Julio y admitido en la del Y de Agosto de 1872, han aparecido los siguientes: Plantilla descriptiva ¿ctiológica, tomo 11, 1872; Zvozymetopon teniatus, dibujado por vez primera en la lám. v del tomo m1, 1873; Enuwmeratio pis- cium cudensium, tomos 1v, v y vi, 1874, 1875 y 1876. Pero de todos los trabajos del profesor Poey el que tiene DE HISTORIA NATURAL. 2) ANTAS AE Lats LX xv: ACTAS DE LA SOC. ESP.—XX. 9 130, ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mayor importancia es su etiología cubana, todavía inédita y que adquirida por el Gobierno español ha estado varios años depositada en la biblioteca del Museo de Historia Natural de Madrid, de donde pasó por orden del mismo Gobierno á figu- rar en la Exposición filipina que se realizó en esta capital hace pocos años. Constituído un Museo ultramarino con varios de los objetos que figuraron en aquel certamen, de él forma parte desde entonces la clásica obra de Poey, esperando que algún Go- bierno la dé á luz honrando así la ciencia patria y el nombre de su infatigable y sabio autor. Buena ocasión sería para esto el próximo centenario del descubrimiento de América, á cuya Comisión ejecutiva, en la que figuran personas de vasta cul- tura y notorio amor patrio, sería bueno hacer presente el gran servicio que se prestaria á la ciencia y á la patria publicando cual se merece esta obra fundamental. De la estima en que son tenidos este y los demás trabajos del profesor Poey, sobre peces antillanos, por las primeras autoridades extranjeras en la materia, da idea la opinión del profesor E. C. Cope, uno de los primeros zoólogos norte-americanos, que dice en su Contribution to the Ictiology of the Lesser Antilles ser los tra- bajos del profesor cubano «condición sine qua non para el conocimiento de los peces de las Antillas.» El sabio natura- lista A. Gúnter, autor de un magnifico Catalogo de los peces del Museo Británico, se expresó en más entusiastas términos al manifestar á Poey que podía contar con una subvención de aquel Museo para la publicación de la Zctiologia cubana. Nada encuentro mejor para dar idea de esta monumental obra que reproducir los párrafos en que el autor lo hace y que figuran en la biografía escrita por el Sr. Mestre. »El Texto contiene además (del número de la especie, el nombre científico y el vulgar, la sinonimia, descripción de colores, pormenores descriptivos, relación de las variedades, comparaciones, observaciones críticas é historia del pez) «los »caracteres de subclases y órdenes, familias, géneros y espe- »cies: no alcanzan la extensión que al primer aspecto exige »el número de peces que forman la Zctiología cubana, porque »presento las láminas como parte principal de la descripción, »no0 repitiendo lo que está á la vista, con lo cual puedo dar en »breve membrete titulado Pormenores, lo que el dibujo no en- DE HISTORIA NATURAL. 131 »seña, como son las particularidades de la anatomía interna. »El número total de láminas contenidas en el 44/45, con- »tando algunas repetidas (bis), es de 1.040, y comprenden: »758 especies de peces cubanos representados por 1.300 indi- »viduos de todas edades, 90 escamas, 94 cortes verticales, »87 esqueletos completos, 51 medio esqueletos, 43 pormenores ade esqueletos, S5 visceras completas, 32 pormenores de vís- »ceras, 8 helmintos y 120 con otros pormenores distintos. »Son 782 el total de especies de peces cubanos. De ellos hay »105 dudosos, con su correspondiente número, pero no espe- »clficamente nombrados, porque los tengo en suspenso hasta »que pueda completar algunos datos con otros ejemplares, ya »por razón de la edad del pez, ya por la constancia de las va- »riedades que presenta. »Las 105 especies dudosas se reducirán á menos según vayan »otras describiéndose en el texto, llevando sus nombres al »A tlas. Entre tanto contamos 677 especies bien determinadas, ade las cuales más de la mitad han sido por primera vez des- »critas por mí, en las diversas obras que acompaño. No pasan »de una docena las especies no vistas por mí, inscritas bajo »la confianza que merecen los autores que afirman haberlas »recibido de la isla de Cuba: otras tantas son las ESpeGIes vis- »tas, descritas y no figuradas.» Obra de tal magnitud y cuidado, necesariamente hubo de ser el objeto preferente de su ocupación y trabajo durante largo número de años, y bien puede decirse que por espacio de toda su vida, según dice el mismo Poey en las líneas si- guientes, que figuran en la biografía escrita por el Sr. Mestre: «El estudio de los peces de la isla de Cuba ha sido la atención »constante de toda mi vida, fuera del tiempo que las ocupa- »ciones universitarias me tenían embargado. En 1826, cum- »plidos mis 27 años, hice mi viaje á París, llevando conmigo 85 dibujos de peces de esta isla y 35 especies contenidas en »un barril de aguardiente. Era el tiempo en que el ilustre Cu- »vier ordenaba sus primeros trabajos para la publicación de 33u grande obra titulada Historia general de los peces. Todo le »fué entregado, y tuve el honor de ser citado por él y por su »colaborador Valenciennes...» «Vuelto á la Habana en 1833, continué mis primitivas tareas; pero ya preparado con estu- »dios ictiológicos que me permitieron dibujar con más inte- 132 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »ligencia y corrección...» «La redacción del texto me ha cos- »tado inmensamente más tiempo y trabajo, por los estudios »preparatorios que ha exigido. En cuanto á la determinación »de las especies, rara es la que no me ha tenido ocupado una »semana entera, con el fin de presentar lo cierto como cierto »y lo dudoso como dudoso; así es que casi todas las que he declarado nuevas lo son en realidad, y han conservado el »nombre por mí impuesto.» No obstante sus trabajos puramente de detalle y descripti- vos, no perdió nunca de vista Poey los problemas de la biolo- gía general, exponiendo las zoografías de vertebrados y de articulados que desempeñaba á su muerte, con arreglo á la doctrina evolucionista que hoy impera en la Filosofía de la naturaleza. Como hombre de gran condición literaria, tenía el profesor Poey un profundo conocimiento de nuestros clásicos y de los latinos, conocimiento que resaltaba en todos sus escritos, y particularmente en los literarios, de los que ha publicado gran número, tanto en prosa como en verso, en distintas revistas de la Habana, existiendo otros muchos inéditos. Según escribe Mr. David Jordan en el Popular Sciences Mon- ¿hly (1888), Poey era «sencillo, franco, sin afectación, pero »lleno de una dignidad tranquila. De todos los hombres que »he visto—dice este escritor—es quien ha aprendido mejor el »arte de no envejecer.» SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 5 de Agosto de 180941. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN, —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Calderón leyó la siguiente nota. Especies nuevas d criticas de la flora española por el profesor Willkomm. Continuando el eminente botánico de Praga sus clásicos trabajos sobre la flora de nuestro suelo, ha publicado recien- DE HISTORIA NATURAL. 133 temente un escrito interesante, como todos los suyos, en el que describe bastantes especies y variedades y critica otras dudosas (1). Me ha movido á hacer un ligero extracto de dicho trabajo, además de su importancia, y de tratarse de un hombre emi- nente, que es para nosotros casi un compatriota, por lo mucho que se ha connaturalizado con nuestro suelo y nuestra lengua, el saber que por desgracia pocos análogos hemos de ver de él, pues próximo á ser jubilado después de larga y envidiable carrera, habrá de abandonar con su cátedra la dirección del Jardín Botánico que tanto debe á su sabia y celosa gestión. Por otra parte, el ir unidos al nombre de Willkomm, los de varios botánicos españoles, en su mayoría queridos consocios nuestros, es otro motivo más para que me atreva á presentar á la Sección este ligero resumen del escrito mencionado. Las especies estudiadas son las siguientes: Bellis microcephala Lge. El autor había ya indicado la posi- bilidad de que esta especie fuera solo una variedad de la B.annua L., y hoy, merced al estudio de los ejemplares remi- tidos por el diligentísimo botánico de Segorve, nuestro distin- guido consocio D. Carlos Pau, cree poder afirmar sin vacila- ción que la B. anmua L. aparece en España en dos formas típicas, á las cuales dará nombre el citado Sr. Pau. Aster Tripolium L. var. (?) Minoricense Rodríguez herb. Un ejemplar de esta variedad muy extraño, y que quizás deba considerarse como especie, fué recogido por nuestro consocio D. Juan Rodríguez y Femenías junto á Mahón, en terreno arenoso. Filago marecotica Del. A esta especie africana refiere el Sr. Willkomm algunos ejemplares recogidos en las orillas del Mar Menor y remitidos hace algunos años por nuestro ex-pre- sidente, el difunto profesor D. Angel Guirao. Artemisia fruticosa Asso. Esta especie, abundante en Alba- rracín, debe considerarse como sinónima de la 4. 2ncanescens Jord., citada en el Prodromus del Sr. Willkomm. Senecio Doronicum L. var. longifolia. Hermosa planta que (1) VUeber neue und kritische Pjianzen der Spanisch-portugiesischen una balearischen Flora. (Osterr. botan. Zeitschrift, 1891.) 134 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA acaso pueda constituir especie nueva, hallada por el Sr. Com- pañó en Lago del Toro, en los Pirineos centrales. Carlina vulgaris L. var. spinosissima, recogida por el señor Costa en Cataluña y después por el Sr. Pardo en Peñarroya y Castellote. Serratula albarracinensis Pau. Esta interesante especie fué “recogida primeramente por la botánica Doña Blanca de Cata- lán en Albarracín y después por los Sres. Badal y Zapater. Onopordon Acanthium L. var. polycephalum, recogida por los Sres. Costa y Compañó en Plá de Urgel al N. de Cataluña. Cirsium anglicum Lob. var. longicaule, hallada por el difunto Sr. Costa en Olot y Plana de Vich. Carduus tenuiflorus Curt. var. stenolepis, Sur de Aragón (Loscos!) y Málaga (Reverchon!) Carduus phyllolepis n. sp. A esta especie refiere los ejem- plares recogidos por él en los Pirineos catalanes, en León, en Galicia y en Navarra. Fué mencionada en su Prodromus como C. chrysacanthus Ten. y su var. leucanthus. Leontodon hispanicus Mér. var. psilocalyz Algeciras (E. Win- kler!). Sonchus hieracioides Wk. El autor cree hoy que esta especie es meramente una forma española del S. aguatilis Pour., común en nuestra Peninsula. Crepis pulchra L. var. valentina. Altura, Valencia (Pau!). Hieracium atrovirens Guss. var. aragonensis. Montañas del M. de Aragón (Loscos!) Lonicera valentina Pau (sub Caprifolio). Esta hermosa espe- cie ha sido descubierta por el Sr. Pau en el reino de Valencia. Se parece á la Z. impleza por sus hojas elípticas, pero se dis- tingue de ella por el desarrollo mayor del par superior de hojas y por las flores cubiertas de una lana corta rojiza. Los frutos no se conocen todavía. Plantago nivalis Boiss. var. erectifolia. Sierra Nevada, á la altura de fusión de la nieve (Winkler!). Thymus Arundanus n. sp. Grazalema, en suelos calizos áridos. (Reverchon!). Esta especie pertenece á la sección Mastichina y es afine al 7%. Mastichina L. y al Th. tomento- sus W. Ajuga Chamaepitys Schreb. var. su/rutescens. Serranía de Ronda (Reverchon!). DE HISTORIA NATURAL. 135 Teucrium scordioides Schreb. var. longifolium. Gerona (Vay- reda.) Teucrium Reverchont n. sp. Pertenece á la sección Polium y debe colocarse junto al 7. Zaenseleri Boiss. Sierra de la Piza- rra, Granada (Reverchon!). Convolvulus valentinus Cav. Sostiene el autor que esta espe- cie, que Decandolle consideró como dudosa, está perfectamente caracterizada y debe admitirse, según ha comprobado en ejemplares procedentes de Alicante y Lérida. Linaria saturejoides Boiss. var. flavijlora. Silla del Moro, Granada (Willkomm!). Antirrhinum Barrelieri Bor. var. laíifolium. Cerro de Jabal- con (Winkler!). Veronica commutata n. sp. Con este nombre designa el autor ála que consideró en sus 7/lustr. Fl. Hisp. como una variedad de su Y. Assoana. Los ejemplares recogidos en Valdecabriel por la botánica Doña Blanca de Catalán y por nuestro consocio el Sr. Zapater en Albarracia, le han servido para formar la descripción que se consigna en el trabajo de que doy cuenta. Torilis infesta Hofím. var. heterocarpa. Cerca de Jerez de la Frontera (Pérez Lara!). Oenanthe peucedanifolia Poll. var. brachycarpa. Gamelabts: Aragón (Louscos!). Conopodium elatum n. sp. Próximo al C. capillifolium Boiss., pero distinto de él por su mayor desarrollo, sus cimas estre- lladas, sus largos invólucros escamosos y estilos. Grazalema (Reverchon!). Conopodium Bourgaei Coss. var. stenocarpum. Sierra Nevada (Winkler!). Vicia sativa L. var. grandiflora. Grazalema (Reverchon!). V. atropurpurea Desf. Ofrece las variedades españolas si- guientes: £. sericea. Grazalema (Reverchon). y. punicea. Carrascal, Jerez de la Frontera (Pérez-Lara!). 3. tenella. Baleares (Porta y Rigo!). Lotus uliginosus Schk.var. brachycarpus. Ronda (Willkomm!) Grazalema (Reverchon!). Ononis Cossoniana Boiss. var. rolundifol1a. San Roque y Gi= braltar (Reverchon!). 136 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Ononis crotalarioides Coss. var. (?) rubricaulis. Algeciras (Hegelmeier!). O. aragonensis Asso var. microphylla. Serranía de Ronda, Grazalema (Reverchon!). Cytisus albus Lk. Habiéndose dado este mismo nombre á otra especie de Hungría por Hacquet, debe designarse á la especie española con el de C. lusitanicus Tourn., que es su nombre más antiguo. Rhamnus Baeticus Wk. et Rev. n. sp. Sierra de Palma, cerca de Algeciras (Reverchon!). Especie afine al 22. Frangula L., pero diversa de esta por su porte arbóreo y mayor tamaño, las hojas más elípticas y sus mayores frutos. Linum su fruticosum L. Especie común en la mitad meridio- nal de España, que se presenta bajo dos formas, una de las cuales ofrece los pétalos redondeados, y la otra las flores más voluminosas y con pétalos agudos. A esta última forma, que ha considerado el Sr. Pau como especie, la ha llamado Z. di- Jerens. Silene Boissieri J. Gay. var. latifolia. Serranía de Ronda (Reverchon!). Dianthus Seguierii Chaix var. pygmaens. Cataluña (Compañó) y Albarracín (Zapater!). Viola arborescens L. De esta especie mediterránea existen en España dos tipos: compacta (V. suberosa Desf.) y elongata, co- nociéndose formas de transición entre ellas. Helianthemum leptophyllum Dun. var. albiflorum. Murcia (Lacaita!), Málaga (Reverchon!). Bbiscutella laevigata L. var. latifolia. La Segarria y Gandía (Lacaita!) Zberis Bouwrgaei Boiss. Reut. Esta especie, que designó el autor como dudosa en su Prodromus, cree hoy, en vista de buenos ejemplares de Grazalema, que no es sino una forma más papilosa que el tipo de la 7. pectinata Boiss. Draba hispantca Boiss. var. brachycarpa. Sierra de la Nieve, Granada (Reverchon!). Es una variedad occidental que difiere de la de Valencia y de la primeramente descrita por Boissier, que son típicas. —El Sr. Secretario dijo que habiéndose pedido al Sr. Rodrí- guez Arias algunos datos sobre un curioso occipital provisto de una notable exóstosis, que como resto prehistórico donó DE HISTORIA NATURAL. 137 dicho señor á las colecciones de la Universidad de Sevilla, ha proporcionado el mismo las siguientes noticias: «Procede dicho resto de La Campana, sitio llamado El Carras- cal, donde en un terreno calizo y á 1,50 m. de profundidad, se hallaron antiguas sepulturas. En una de ellas había un esque- leto con su cráneo completo, horizontal el primero y echado de lado el segundo. Debía pertenecer á un individuo de ele- vada estatura. La mayor parte de los huesos se hallaban ya muy alterados, y muchos penetrados por raíces de los palmi- tos; pero el examen del cráneo indica una raza bastante dis- tinta de las actuales del país, tanto por su marcado braquice- falismo, como por la conformación de la bóveda palatina, que : es circular en vez de elíptica. Es curioso el hecho de haberse encontrado en las mismas sepulturas otro occipital con la misma anomalía que el donado á la Universidad. »Las sepulturas debían consistir en túmulos, pues en uno había colocadas especies de tejas casi planas, que por su re- unión impedían que la tierra echada encima de la sepultura cayese sobre el cadáver.» Sesión del 7 de Octubre de 18941. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leída el acta de la sesión anterior fué aprobada. —El Sr. Secretario dió cuenta de una comunicación del Sr. Director general de Administración y Fomento del Minis- terio de Ultramar remitiendo en nombre del Sr. Ministro dos ejemplares del Catálogo de semillas existentes en el Jardín Botánico de Manila, y de otra del Director de la Comisión del Mapa Geológico remitiendo un ejemplar de la Memoria geoló- gica de la provincia de Soria. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas, acor- dando la Sociedad se diesen las gracias á los donantes de las regaladas. —(Quedó admitido como socio numerario el señor Maingot (D. T. J.), de la isla de la Trinidad, propuesto por el Sr. Quiroga. 138 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —Se hizo una propuesta de socio numerario. —El Sr. Macho de Velado envió la nota siguiente, que leyó el Sr. Secretario: «Hay en los gabinetes de Historia natural de algunas de las Universidades de distrito, algunos objetos d= arte antiguos, procedentes, tal vez, de donaciones, y en épocas en que no habia Museos arqueológicos en provincias, coufundiéndose así los objetos naturales con los productos del arte, sin que estos últimos representen formas 6 modelos de seres natura- les, necesarias á veces en las explicaciones, ya por no poderse conservar el sér natural por mucho tiempo, ya también por la amplificación de las formas, necesaria para la inteligencia del objeto de estudio. »En la actualidad en todos los Museos de Historia vatural hay modelos plásticos de seres enteros, ó de algunas de sus partes, para el estudio de la anatomía comparada, cuadros murales y objetos microscópicos ampliados para su mejor in- teligencia. »Esta clase de modelos de objetos se han hecho casi exclu- sivamente para los seres organizados y sus diversas partes. En los minerales y rocas el estudio microscópico ha hecho co- nocer mejor, en los primeros su estructura y las materias contenidas en su interior, y en las segundas su composición más intima. »Pero al fundador de la cristalografía mineralógica, al abate Haú y, se le ocurrió la feliz idea de mandar hacer en madera las formas cristalinas de las especies minerales que en su época se conocian, facilitando asi el conocimiento de muchos cristales casi microscópicos, pertenecientes á diversas especies minerales. »Cuando fui á enseñar á la Universidad de Santiago, me encontré colocados en uno de los estantes del gabinete de His- toria natural, una colección de sólidos en madera, represen- tantes de las formas regulares, correspondientes á cada una de las variedades cristalinas de cada especie. Los más de los ejemplares tenían su etiqueta y el número correlativo; en al- guno que otro se había perdido la etiqueta ú el número, ó se había perdido el ejemplar. »Conociendo la importancia que para la enseñanza tenía dicha colección, me propuse hacer el Catálogo, y desde enton- DE HISTORIA NATURAL. 139 ces me serví de ella para la enseñanza en aquella Universidad. Con el goniómetro de aplicación tuve la paciencia de ir mi- diendo el valor de los ángulos de aquellos modelos, y les en- contré exactos. Dicha colección presenta además los modelos de los cristales hemitropados—gemelos cristalográficos—de algunas especies minerales—feldespato, casiterita, etc.—divi- didos cada uno en dos mitades, y con un eje metálico para hacer girar una mitad sobre la otra, como en teoría se explica —no0 porgue así tenga lugar en la naturaleza—y por último, hasta las tallas del diamante están representadas en dicha colección. »Voy ahora á referir la historia de dicha colección, según los datos que he podido adquirir. »Se halla enterrado en la iglesia del exmonasterio de San Agustín de Santiago de Galicia, un sabio matemático que, como suele suceder á todos los sabios, murió en la indigencia, teniendo que sufragar los gastos de su entierro algunos de sus amigos. Dicho sabio matemático se llamaba D. José Ro- dríguez. Falleció el año veinte y tantos, y debió haber nacido después del 60 del siglo pasado. Fué catedrático de Matemá- ticas sublimes en la Universidad compostelana á principios de este siglo; obtuvo después licencia para ir á ampliar sus conocimientos á la Universidad de Gotinga, y fué tal su cré- dito en ella y entre sus condiscípulos, que muchos de ellos eran príncipes, que se encontró con el nombramiento de direc- tor del Observatorio astronómico de San Petersburgo, nombra- miento que consultó para su aceptación con $. M. el Rey Don Fernando VII, que le dijo no le aceptase, y le nombró del de Madrid, con el haber de 30.000 reales. Fué Rodríguez, además de matemático, notable naturalista. Estuvo además de Alema- nia en Londres, en donde compró las primeras máquinas para el Gabinete de Física de la Universidad compostelana. La primera carrera de Rodríguez en la Universidad de Galicia, fué la de Teología; después se dedicó á Matemáticas. En París hizo conocimiento con el abate Haiy, que le regaló la colec- ción que motiva este artículo, mandada hacer por el citado mineralogista francés, medido el valor de los ángulos de los cristales por el mismo Haiiy con el goniómetro de aplicación, y etiquetados los ejemplares por el dicho sabio mineralo- gista. 140 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA »Dicha colección parece ser que se recibió después de muerto Rodríguez y en el año de 1846 la compró el rector de la Uni- versidad D. Rufo Rodríguez Baldespino, doctoral de aquella Catedral, al heredero de los testamentarios de Rodríguez, el farmacéutico D. Luís Suarez, doctor en Medicina y Farmacia, por la insignificante cantidad de 4.000 reales. » Consta dicha colección de 1.025 ejemplares, correspon- dientes á 120 especies, siendo las que mayor número de mo- delos comprenden: la caliza, 168; baritina, 63; cuarzo, 18; to- pacio, 21; feldespato, 24; turmalina, 22, y piroxena, 37. Hay modelos hechos de dos mitades giratorias por medio de un eje en las especies hemitropas siguientes: feldespato, anfibol, piroxena, Casiterita. »Cuando á continuación del número correlativo no se ex- presa la variedad, es que falta el ejemplar. »Las iniciales F. E. indican la falta de la etiqueta. »Creo que no hay otra colección igual en el Jardín de plan- tas de Paris. »La importancia de una colección de esta clase para la enseñanza, además de su valor histórico, la dejo á la conside- ración y elevado talento de mis compañeros, con la alta esti- mación y el cariño que les profesa el último de sus consocios. » Modelos de madera de las formas regulares de los minerales según Maiy. Colección existente en el gabinete de Historia Natural de la Universidad literaria de Santiago. 1.2 EspeciE. — Cal carbonatada. — Número 1. Chaux carbonatée pri- mitive. — 2. Basée. — 3. Equiaxe. — 4. Dodécaédre raccourci. — 5. Isoé- drique.—6. Semi-émarginée.—7. Numérique.—8. Isométrique.— 9. Am- phimétrique raccourci.—10. Inverse.—11. Unitaire. —12. Antiédrique.— 13. Isogone.—14. Moyenne.—15. Zonaire.—16. Anamorphique.—17. Qua- druplantée. — 18. Ambigue. — 19. Complexe. — 20. Désunie. — 21. Bis- unisénaire.—22. Epointée.—23. Apiomorphique.—24. Sexoctonali trans- posé.—25. Aerogéene.—26. Métastatique transposée.—27. Binaire.—28. Di- vellente.—29. Métastatique.— 30. Hemitome.—31. Accélérée.—32. Bisal- terne.—33. Bisalterne alongée.—34. Bibinaire.—35. Analogique.—36. Ana- logique alongée. —37. Bisunibinaire. — 38. Émoussée.—39. Sur émoussée. 40. Soustractive. —41. Euthéthique.— 42. Continue.— 43. Quadridodécae- dre.—44, 45, 46 (faltan).—47. Equilibrée.—48, 49 (faltan).—50. Antitique.— 51. Contrastante.—52. Uniternaire.—53. Dihexaedre.—54. Binoternaire.— 55. Doublante. — 56. Ascendante.— 57, 58 (faltan). — 59. Progressive. — 60. Nivelée. — 61. Combinée. — 62. Triploédrique. — 63. Trisisogone. — DE HISTORIA NATURAL. 141 641. Prismatique.—65. Imitable.—66. Cuboide.—67 (falta).—68. Unibinaire, —69 (falta). —70. Surbaissée.—71. Homonome.—72. Disjointe.—73. Bino- sénaire.—74. Equivalente.—75. Additive.—76. Sténonome.—77. Bisunitai- re.—78. Dodécaedre.—79. Triforme.—80. Quino-quaternaire.—81. Quinti dodécaedre.—82. Epimeride.—83. Sex-vigésimale.—84. Unibinoternaire.— 85. Dissimilaire.—86. Divergente.—87 (falta). —88. Délotique.—89, Sexduo- décimal.—90. Bimixte.—91. Birhomboidale.—92, Mixte. — 93. Mixtibis- unitaire.— 94 (falta).—95. Trirhomboidale.— 96. Indirecte.— 97. Unimixte. —.98. Duotrigésimale. —99. Prismée.—100 (falta). —101. Sexoctonale.— 102. Coordonée.—103 (falta). —104. Persistante.—105. Inverso-émarginée. —106. Octotrigésimale.—107. Antistatique.—108. Diénnéaédre.—109. Oc- toduodécimale.—110. Semipersistante.—111. Triodique.—112. Didiplase. —113 (falta). —114. Acutangle.—115. Anisotique.—116. Péridodécaedre.— 117, Exquadridécimale.—118. Imitative.—119. Leptomorphique.—120. Axi- graphe.—-121. Apotome.—122. Bimétrique.- 123. Trigésimale.—124. Bino- bisunitaire.—125. Bino-triunitaire.—126. Synallactique. —127. Analogique hémitropée. — 128. Bisunibinaire.— 129, Trixlante. — 130. Isoméride.— 131. Récurrente.—132. Interrompue.—133. Tridodécaedre.—134. Sexocto- nale.—135. Triacdite.— 136. Contractée.—137. Dilatée.—138. Retrograde. — 139. Hyperoxidée.—140. Quintiforme.— 141. Semi-dilatée.— 142. Annu- laire.—143 (falta). —144. Allélogene.—145. Amphimimétrique.—146. Mixti- binaire.—147. Cuboido-prismatique.—148. Distege.—149. Semi-annulaire. 150. Dicetasite.—151. Mixtiternaire.—152. Mixtiunibinaire.—153. Termi- nale.—154. Amblytere.—155. Hyperbatique.—156. Gonyogéne.—157. In- fléchie.—158. Trigéminée.—159. Byuguée.—160. Terno-sénaire.—161. Bis- additive.—162 (falta). —163. Articulée.—164. Iterative.—165. Unitribinaire. —166 (falta).—167. Ferri-équiaxe.—168. Ferriféere basée. 2,2 EsPEcig. — Aragonito. — Número 169. Aragonite primitif.— 170. Symétrique.—171I. Unitaire. —172. Contourné.—173. Intégriforme.—-174. Emergente.—175. Bipyramidal.—176. Mésotome.—177. Semi-parallélique. — 178. Ternaire.—179. Cunéolaire.—180. Uniternaire.—181, Méiogone.— 182. Basé.—183. Dilaté.—184. Quadrioctonal. 3,2 Especie.—Cal fosfatada.—Número 185. Chaux phosphatée primi- tive.—186. Péridodécaedre.—187. Annulaire.—188. Unitaire.— 189. Émar- giné.—190. Unibinaire.—191. Pyramidée.—192. Didodécaédre.—193. Qua- dratifere.—194. Pantogéne.—195. Binotriunitaire. —196. Équivalente.— 197. Soustractive.—198. Doublante.—199. Inverso-binoannulaire. 4,2 Especie.—Cal fluatada.— Número 200. Chaux fluatée primitive.— 201. EÉmarginée.—202. Cubique.—203. Dodécaddre.—204. Cubo-dodéca?- dre.—205. Cubo-octaedre.— 206. Bordée.—207. Quadriforme.—208. Hexa- tétraedre.— 209. Triforme.—210. Unibinaire. —211. Cubo-triepointée. — 211", Cubo-triémarginée.—212. Ennéahexaédre. 5,2 Especie.— Cal sulfatada.—Número 213. Chaux sulfatée, forme pri- 142 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA mitive.— 214. Progressive.— 215. Trapézienne.—216. Additive.— 217. Tra- pézienne alongée.—218. Équivalente.— 219. Dioctaedre.—220. Prominule. — 221. Disjointe.—222. Discontinue.—223. Uniquaternaire.—224. Bisuni- quaternaire. 6.2 Especie.—Cal sulfatada anhidra.— Número 225. Chaux anhydro- sulfatée primitive.—226. Perioctaédre.—227. Progressive. 7.2 Especie. — Glauberita. — Número 228. Glaubérite primitive. — 229. Quadrihéxagonale.—230. Rhomboidale. 8.? Especie.—Cal boratada silicífera. — Número 231. Chaux boratée siliceuse primitive.—232. Soustractive.—233. Sexdécimale. 9.? EspPecir.— Barita sulfatada.— Número 234. Baryte sulfatée primi- tive.—235. Binaire.—236. Apophane.—237. Semiepoinctée.—238. Rétrécie. — 239. Raccourcie.—240, Trapézienne.—241. Epointé.—242. Quadridéci- male.— 243. Soussextuple.—244. Additive.—245. Disjointe.— 246. Équiva- lente.—247. Associante.—248. Progressive.— 249. Pantogene.— 250. Octo- trigésimale.—251. Anisotique.— 252. Entourée.— 253. Decisexdécimale.— 254. Triunibinaire.—255. Quadruplante.—256. Sousquintuple.—257. Inter- rompue.—258. Bissoustractive. — 259. Bino-bisunitaire. —260. Isoméride. —261. Gonyogéne.— 262. Complémentaire.— 263. Mixtiunibinaire.— 264. Soustractive. — 265. Numérique.— 266. Subpyramidée. — 267. Surabon- dante.—268. Dodécaedre.—269. Trigésimale.—270. Amblytere.—271, Sur- composée. —272. Soustriple. —273. Bisadditive. — 274. Quaternée.— 275. Dissimilaire.— 276. Diplonome.—277. Sextrigésimale.—278. Coordonnée. —279. Epiméride.—280. Octodécimale.— 281. Parallélique.—282. Quadri- trigésimale. — 283. Sexbisoctonale. — 284. Sousquadruple. —285 (falta). — 286. Quinaire. — 287. Anarmostique. — 288. Bino-quadriunitaire. — 289. Sexocdonale.—290. Doublante.—291. Homonome.—292. Quinti-octaedre. —293. Accélerée.—294. Hétérostique.—295. Sousdouble.— 296. Interrom- pue.—297. Trioctaedre.—298. Sexvigésimale.—299. Dioctaedre.—300. Uni- binaire.—301. Divergente.—302. Connexe.—303. Bisunibinaire.—304. Ana- morphique.— 305. Biforme.—30606. Unitaire. a 10% Esprcie.—Barita carbonatada.—Número 307. Baryte carbonatée, forme primitive.—308. Annulaire.—309. Tétraexaedre. 11.? Esercre.— Estronciana sulfatada.— Número 310. Strontiane sul- fatée primitive.—311. Unitaire.—312. Émoussée.— 313. Bisunitaire.—314. Anamorphique.—315. Dodécaedre.—316. Epointée.—317. Entourée.—318. Apotome.—319. Soussextuple.—320. Dioxynite. - 12.2 Esrecie.— Estronciana carbonatada. — Número 321. Strontiane carbonatée, forme primitive.—322. Prismatique.—323. Annulaire.—324. Bisannulaire, 13.* Esrecie.—Magnesia sulfatada.— Número 325. Magnésie sulfatée, forme primitive.—326. Bisalterne.—327. Pyramidée.—328. Triunitaire.— 329. Trihexaédre,—330. Équivalente.—331. Plagiédre. DE HISTORIA NATURAL. 143 14.2 Especie.— Magnesia boratada.— Número 332. Magnésie boratée, forme primitive.—333. Défective.—334. Surabondante.—335. Quadriduo- décimale.—336. Distincte.— 337 (falta). 15,2 Esrecie.— Potasa nitratada.— Número 338. Potasse nitratée, pri- mitive.—339 (falta).—340. Basée.—341. Triunitaire.— 342. Dodécaedre.— 343. Trihexaedre.—344. Soustractive.—345. Eptahexaedre. 16.* Esprecie.—Potasa sulfatada.— Número 346. Potasse sulfatée pri- mitive.—347. Prismatique.—348. Dodécaedre. 17.2 Especi.—Sosa muriatada.— Número 349. Soude muriatée primi- tive.—350. Cubo-octaedre.—351. Octaedre. 18.2 EspPecie.—Sosa boratada.—Número 352. Soude boratée primitive. — 353. Périhexaedre.—354. Périoctaedre. — 355. Octodécimale.—356. Dis- jointe.—357. Émoussée.—358. Dihéxaédre.—359. Sexdécimale.—360. Sex- octonale.—361. Progressive. 19.2 Especie. — Sosa carbonatada. — Número 362. Soude carbonatée primitive.—363. Basée. 20.2 Especie. — Amoniaco muriatado. — Número 364. Ammoniaque muriaté primitif.— 365. Trapézoidale. 21.2 Especie.— Alúmina sulfatada alcalina. — Número 366. Alumine sulfatée alcaline primitive—367. Cubique.— 368. Cubo-octaédre.—369. Tri- forme. , 22.2 Especie. — Cuarzo.— Número 370. Quartz, forme primitive. — 371. Dodécaedre.—372. Rhombifére.—373. Prismé.—374. Plagiédre.—375. Pen- tahéxaeédre.—376. Pseudo-prismatique. — 377. Quadridodécaédre.— 378. EÉmarginé.—379. Unibinaire.—380. Prismé et comprimé.— 381. Contracté. 382. Baroide. —383. Numérique. —384. Hypéroxydé.—385. Bisalterno.— 386. Raccourci.—387. Alterne. 23,2 EspPecieE.—Zircon.— Número 388. Zircon primitif.— 389. Dodécae- dre.—390. Prismé.— 391. Dioctaedre. — 392. Dodécaédre symétrique. — 393. Unibinaire. —394. Plagiédre.—395. Equivalent.— 396. Soustractif.— 397. Quadrisexdécimal.— 398. Bino-triunitaire. 24,2 Especte.—Cimofano.—Número 399. Cymophane, forme primitive. —400. Anamorphique.—401. Dioctaedre.—402. Anmulaire.— 403. Isogone. —404. Octoyigésimale. 25.* Especir.—Espinela.— Número 405. Spinelle primitif.—406. Émargi- né.—407. Transposé.—408. Dodécaédre.—409. Émarginé.—410. Unibinaire. 26.2 Especie.—Topacio.—Número 411. Topace primitive.—412. Quadri- octonale.— 413. Sexoctonale.—414. Septioctonale.— 415. Déciseptimale.— 416. Hetéronome.—417. Sexbisoctonale.—418. Dihexaédre.— 419. Septidi- codécimale.—420. Trédécioctonale.—421. Dissimilaire.—422, 423 (F. E.). —424. Sépé-hexagonale.—425. Déci-duodécimale.— 426. Undéci-octonale. — 427. Déci-quindécimale.—428. Semptemdéci-duodécimale.— 429. Sexdé- cioctonale.—430. Octo-sexdécimale.— 431. Duo-quaternale. 144 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 27. Especi.— Eissmeralda.—Número 432. Eméraude primitive.—433. Péridodécaedre. — 434. Epointée.—435. Annulaire.—436. Isogone. —437. Rhombiféere.—438. Unibinaire.—439. Soustractive. 28. Especie. —Buclasia..— Número 440. Euclase, forme primitive. — 441. Forme primitive.—442. Tétra-eptaedre.—443. Surcomposée. 29.* EsPeciE. — Granate. — Número 444. Grenat primitif.— 445. Trae zoídal.—446. Emarginé.—447. Triémarginé.—448. Uniternaire. 30.2 EspPecie. —Aplomo. — Número 449. Aplome primitif. — 450. Cubo- dodécaedre.—451. Unibinaire. 31.? Especie.—Essonite.—Número 452. Essonite, forme primitive. 32,4 Esrecie.— Anfigena. — Número 453. Amphigene, forme primitive. —454. Trapézoidal. 33.2 Especie. — Idocrasa. — Número 455. Idocrase unibinaire. — 456. Soussextuple. — 457. Enneacontaedre. — 458. Octosex-vigésimale. — 459. Soustractive.—460. Encadrée.—461. Bisoclosexvigésimale.— 462. Perioc- taedre. 34.? Especir.— Meionita. — Número 463. Méionite, forme primitive.— 464. Dioctaedre.—465. Soustractive.—466. Triplante. 35. Especie.— Chabasa.— Número 467. Chabasie primitive.—468. Tri- rhomboidal.—469. Disjointe.—470. Uniquadragénaire. 36.2 EspPecrie.—Feldespato.—Número 471. Feld-spath, forme primitive. — 472, Imitatif. —473. Binaire.—474. Imitaire. — 475. Prismatique. — 476. Ditétraedre. —477. Bibinaire. —478. Quadribinaire.— 478. Quadridécimal. —479. Triplant.—480. Dihexaedre. —481. Sexdécimal. —482. Didécaedre. — 483. Décioctonal.— 484. Progressif.—485. Sexoctonal. —486. Quadrihé- xagonal,—487. Synoptique.—488. Décidodécaedre.—489. Hémitrope.— 490. Apophane. — 491. Quintuplant. — 492. Sousquadruple. —493. Déci- quatuor-décimal. 37.2 Especie. —Corindon.—Número 494. Corindon primitif.—495. Basé. — 496. Prismatique. —497. Didodécaedre.— 498. Uctoduodécimale. —499. Ternaire.—500. Bisalterne.—501. Unitaire.—502. Sulfadditif.—503. Bis- décimal.—504. Uniternaire.—505. Bisunitaire.——506. Terna-bisunitaire.— 507. Divergente.—508. Biforme. 38.? EspPeEciE.— Axinita. — Número 509. Axinite, forme primitive.— 510. Equivalente. —511. Amphibexaédre.—512. Amphihexaédre compri- mée.—513. Polyhéxaedre.—514. Sousdouble.—515. Soustractive. 39.* EspPecie.—Espinelana.—Número 516. Spinellane, forme primitive. —517. Sexduodécimal. 40.* Especie. — Turmalina. — Número 518, Tourmaline, forme primi- tive.—519. Isogone.—520. Équivalente.— 521. Izogone.—522, 523 (F. E.). —524. Indifférente raccourcie.—525. Impaire.—526, 527 (F. E.).—528. Sous- tractive.—529. Antiennéaedre.—530. Progressive.—531. Prosennéandre.— 532. —533. Bisquinquedécimale.—534. Monoduodécimale.— > DE HISTORIA NATURAL. 145 535. Surcomposée.—536. Péripolygone.—537. Bino-triunitaire.— 538. Mo- noquindécimale.—539. 41.? Especie.— Anfibol. — Número 540. Amphibole, forme primitive.— 541. Dodécaédre.—542. Équidiftérente.— 543. Ondécimal.—544. Sexdéci- mal.—545. Dihexaedre.—546. Bisunitaire.—547. Sexoctonal.— 548. Sur- composé.—549. Octoduodécimal.—550. Sexbisseptimal.—555. Hemitrope. 42. EsPecie.— Hiperstena.— Número 556. Hypersthene, forme primi- tive.—557. Triunitaire. 43.? EspPeciE.— Piroxeno.—Número 558. Pyroxene primitif. —559. Pé- rihexaedre.—560. Bisunitaire.— 561. Triunitaire.—562. Soustractif.—563. Dioctaedre.—564. Dihexaedre.—565. Sexoctonal.—566. Octoduodécimal. — 567. Périoctaedre.—568. Ambigu.—569. Sténonome.—570. Octovigésimal. —5711. Éouivalente. —572. Apophane.—573. Épiméride.—574. Trisoustrac- tif.—575. Homonome.—576 (E. E.).—577. Quadruplante.—578. Proporcio- naire.—579. Sous-double.—580. Séno-bisunitaire.—581. Mixtitriunitaire.— 582. Surémarginé.—583. Bisoctonal.—584. Séno-quaternaire.— 585. Isomé- ride.—586. Trioctonal.—587. Bisunibinaire.—588. Périoctogone.—589. Tri- plant.—590. Terno-bisunitaire.—591. Anomorphique.—592. Bino-bisuni- taire.—593. Sexoctonal.—594. Hemitrope. 44.* Especie. — Estaurótida. — Número 593. Staurotide primitive. — 596. Périhexaedre. — 597. Unibinaire. — 598. Rectangulaire. — 599. Obli- quangle. 45.* Especie. — Epidota. — Número 600. Epidote, forme primitive.— 601. Biunitaire.—602. Sexquadridécimal.—603. Monostique.—604. Sous- double.—605. Additif.—606. Subdistique.—607 (F. E.).—608. Amphihexae- dre.—609. Dodecanome.—610. Décioctonal.—611. Quadridécimal. 46.1 Especie.—Wernerita. — Número 612. Wernerite, forme primitiye. 613. Dioctaedre. 47.? Especie.— Parantina. — Número 614. Paranthine primitive.— 615. Périoctaedre.— 616. Dioctaedre. 48.? Especie.— Espinter. Número 617. Spinthere décaedre. 49.* Especr.—Titano anatasa. —Número 618. Titano anatase primitif. —619. Basé.—620. Dioctaedre.—621. Prominule. 50.?* Especie. — Mesotipa. — Número 622. Mésotype pyramidée.—-623, Primitive.—624. Sexoctonale. 51.* Especie.—Estilbita.—Número 625. Stilbite primitive.—626. Époin- tée.—627. Anamorphique.— 628. Octoduodécimale.—629. Duovigésimale. —630. Accélerée.—631. Dodécaedre.—632. Anamorphique élargie. 52.4 EspPeciE.—Petalita.—Número 633. Pétalite, forme primitive. 53. Especie.—Trifana.—Número 634. Triphane, forme primitive. 54.* Eseecrie.—Prenita.—Número 635. Préhnite primitive.—636. Rhom- boidale.—637. Hexagonale.—638. Octogonale.—639. Quaternaire. — 640, Quadrihexagonale. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XX, 10 146 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 55.* Esprci.—Cordierita.—Número 641. Cordierite primitif. —642. Pé- ridodécacdre.— 643. Émarginé. 56. Especir.—-Analcima.— Número 644. Analcime, forme primitive.— 645. Triépointé.—646. Trapézoidal. 57. Especie. — Harmotoma.— Número 647. Harmotome, forme primi- tive.—648. Dodécaédre. — 649. Partiel. — 650. Cruciforme.— 651. Pris- matique. 58.2 Especi.—Nefelina.— Número 652. Néphéline primitive.—653. An- nulaire. 59. Especie.—Antofilita.— Número 654. Anthophyllite, forme primi- tive.—655. Quadrihexagonale. 60.2 Especie.— Apofilita.— Número 656. Apophyllite, forme primitive. —657 (falta). — 658. Disjointe.—659. Épointé.—660. Octoduodécimal ci devant Mésotype octaedr. — 661. Déciduodécimal ci devant Mésotype decid.—-662. Dodécaedre ci devant Mésotype dodécaedre. 61.* Esprcir.—hbaumonita. —Número 663. Laumonite, forme primitive. —664. Bisunitaire.—665. Unitaire.—666. Sexduodécimale. 62.2 Esprcir. —TIenita. —Número 667. lenite, forme primitive.—668. Cu- neiforme.—669. Dioctaédre.— 670. Octo-sexdécimal.— 671. Monostique.— 672. Quaternaire.---673. Quadriduodécimal. 63.2 Especie. — Peridoto. — Número 674. Peridot, forme primitive.— 675. Triunitaire.—676. Monostique.— 677. Subdistique.—678. Continue.— 679. Doublant.—680. Quadruplant. 64.7 EspeciE.— Mica.—Número 681. Mica primitif.—682. Prismatique. 683. Binaire.—684. Annulaire.—685. Apophane.—686. Periortogone. 65.* Especir. — Distena. — Número 687. Disthene, forme primitive.— 688. Périoctaedre.—689. Triunitaire.—690. Péridodécaedre.—691. Disoc- taedre. 66.* Esprecir.—Pinita.—Número 692. Pinite, forme primitive.—693. Pé- “ ridodécaedre.—694. Emarginé.—695. Semi-alterne. 67.? Esprcir.— Wolastonita. — Número 696. Wollastonite (spath en ta- ble) form. primit. 68.2 Especie.— Gradolinita.— Número 697. Gadolinite, forme primitive. 69. Especir.—Condrodita.— Número 698. Chondrodite, forme primi- tive.—699. Quadrihexagonale. 70.2. Espeor.—Taleo. —Número 700. Tale, forme primitive. —701. Hexa- sonal. 71.7 Especir. — Macla. — Número 702. Macle, forme primitive.— 703. Prismatique. 72.2. Especir. — Azufre. —Número 704. Soutfre primitif. —705. Basé — 706. Unitaire.—707 (falta). —708. Equivalent.—709. Émoussé.—710. Dioe- taedre.—711. Octodécimal.—712. Unibinaire. 73.2 Especiv. —Diamante.—Número 713. Diamant primitif. —714. Cubo- DE HISTORIA NATURAL. 147 dodécaédre.—715. Binaire. —716. Sphéroidal sextuplé. — 717. Plan con- vexe.—718. Sphéroidal conjoint.—719, 720, 721, 722. Diamantes tallados. 714.2 Especie.— Melita.— Número 723 (F. E.).—724. Mellite épointée.— 725. Dodécaedre. 715.* Especiz.—Oro.— Número 726. Or natif octaedre.—727 (falta). 76.* EspPecie.— Plata. —Número 728. Argent natif cubique. —729. Tra- pézoidal.—730 (F. E.j.—731. Cubo-octaedre. , 77.2 EspPecie.—Plata sulfurada.—Número 732. Argent sulfuré cubique. —-133. Octaedre.—734. Cubo-octaedre.—735. Octaedre.—736. Triforme.— 737. Biforme.—-738. Trapézoidal. 78.2 Especie.— Plata antimoniado-sulfurada. — Número 739. Argent antimoin-sulfuré, forme primitive.—740. Prismé.—741. Triunitaire.—742. Bino-bisunitaire.—743. Sexduodécimal.—744. Apophane.—745. Bino-ter- naire. — 746. Bisunitaire. — 747. Didodécaedre. — 748. Distique. — 749. Pentahexaedre.—750. Tridodécaedre.—751. Sexoctodécimal.—752. Sous- tractif.—753. Disjoint. 79.? Esreciz.— Mercurio argental. — Número 754. Mercure argental, forme primitive.—755. ÉEmarginé. — 756. Bitorme. — 757. Dodécaédre.— 758. Triforme. 80.? Especie. — Mercurio sulfurado. — Número 759. Mercure sulfuré prismatique.—760. Bibisalterne.—761. Forme primitive.—762. Octoduo- décimal.—763. Progressif.—764. Mixtiunibinaire. 81.* Especie.— Plomo sulfurado.— Número 765. Plomb sulfuré primi- tif.—766. Cubo-octaédre.—767. Cubo-octaedre alongé.—768. Unisénaire.— 769. Triforme.—770. Octaedre. — 771. Biforme.—772. Octotrigésimal.— 773. Penta-contaedre.—774. Uniternaire. 82.? EspPecie.—Plomo cromatado.—Número 775. Plomb chromaté, for- me primitive.—776. Quadrioctonal.—777. Dioctaedre. 83.* Especie.—Plomo carbonatado.— Número 778. Plomb carbonaté, forme primitive. — 779. Octaédre. — 780. Disjoint. —781. Annulaire. — 782. Bipiramidal.—783. Trihexaedre.—784. Sexoctonal.—785. Sexduodé- cimal.—786. Octovigésimal.—787. Quadrisénaire. —788. Sexvigésimal.— 789. Trigésimal.—790. Dioctonal.—791. Trioctonal. 84.? EspPecie.—Plomo fosfatado.—Número 792. Plomb phosphaté, for- me primitive.—793. Prismatique.—794. Péridodécaedre.—795. Trihexae- dre.—796. Anmulaire.—797. Isogone.—798. Doublant.—799. Basé. 85.* Especie. —Plomo molibdatado.— Número 800. Plomb molibdaté primitif. —801. Bisunitaire. —802. Sexoctonal. — 803. Triunitaire. — 804. Epointé.—805. Périoctogone.—806. Triforme. 86,2 Especie.—Plomo sulfatado.— Número 807. Plomb sulfaté primi- tif. —808. Cuneiforme. —S09. Semiprisme.— 810. Sexoctonal. —811. Tri- hexaedre. —812. Trioctaedre.—813. Bisondécimal. —814. Dissimilaire.— 815. Décisexdécimal. : 148 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 87.” Especie. —Cobre nativo. —Número 816. Cuivre natif cubique.— 817. Octaddre.—818 (F. E.).—819. Triforme.—820. Cubo-dodécaddre. 88.? Especie.—Cobre piritoso.—Número 821. Cuivre pyriteux primitif. —.822 (falta). —823. Cubo-tetraedre. — 824. Unibinosénaire. —825. Dodé- caedre. / 89.* Especiz. — Cobre gris. — Número 826. Cuivre gris primitif. — 827. Épointé.— 828. Cubo-tétraédre. —829. Triépointé.— 830. Mixte.— 831. Encadré. —832. Dodécaedre. —833. Apophane.— 834. Progressif.— 835. Équivalent.—836. Bifére. — 837. Identique. — 838. Triforme.— 839. Quintiforme.— 840. Identique bis. 90.* Especie.—Cobre sulfurado.—Número 841. Cuiyre sulfuré, forme primitive. — 842. Dodécaedre. — 843, Annmulaire.— 844. Doublant.— 845. Ternaire. 91.2 Especie. —Cobre oxidulado.— Número 846. Cuivre oxydulé pri- mitif.—847. Cubique.— 848. Cubo-octaedre.—849. Triforme.—850. Dodé- caédre.—851. Gubo-dodécaédre.—852. Émarginé. 92,2 Especie. — Cobre carbonatado.— Número 853. Cuivre carbonaté, forme primitive.— 854. Divergent.—855. Sexoctonal.— 856. Sexdécimal.— 857. Dihexaedre.—858. Subpyramidé.—859. Sexbisoctonal.—860. Bino- bisunitaire. 93.2 EspeciE.—Cobre fosfatado.— Número 861. Cuivre phosphaté pri- mitif. —862. Primitif cuneiforme. 94.* Especie. — Cobre arseniatado. — Número 863. Cuivre arseniaté, forme primitive.— 864. Lamelliforme. —865. Octaédre aigu.—866. Octaé- dre aigu-cuneiforme. Y5.a EspeciE.—Cobre sulfatado. —- Número 867. Cuivre sulfaté primitif. —868. Périhexaedre.—869. Périoctaedre.—870. Triunitaire.—871. Isono- me.—872. Octodécimal. —873. Soutriple.—874. Dioctaédre. —875. Com- plexe.—876. Octoduodécimal. 96.* Especie.—Cobre dioptasa.—Número 876. Cuivre dioptase, forme primitive.—877. Dodécaédre. 97,2 Especi.—Cobre hidratado silicífero.— Número 878. Cuivre hy- draté silicifere, forme primitive.—879. Périhexaédre.—880. Bisunitaire. 98.” EspPrcie.—Hierro oxidulado.—Número 881. Fer oxydulé primitif. —882. Emarginé.—883. Dodécaédre.—884. Titané accéléré.— 884 (bis). Ti- tané unitaire.—884 (ter.) Titané basé. 99.*? Especrz.— Hierro oligisto.— Número 885. Fer oligiste primitif.— 886. Basé.—887. Binaire.—888. Birhomboidal.—889. Divergent.—899. Imi- tatif.— 900. Symétrique.— 901. Trapézien.—902. Uniternaire.— 903. Bino- ternaire.— 904. Iteratif. —905. Soustractif.— 906. Équivalent.—907. Pro- gressif. — 908. Additif. — 909. Trigésimal. — 910. Duoquadragésimal. — 911. Quadriquin-quagésimal. 100.* EspPeciE.— Hierro arsenical.— Número 912. Fer arsenical primis DE HISTORIA NATURAL. 149 tif.—913. Ditétraédre.— 914. Quadrioctonal. —915. Unitaire. —916. Uni- binaire. 101.2 Especi.—Hierro sulfurado.— Número 917. Fer sulfuré primitif. —918. Octaédre.—919. Dodécaédre.— 920. Cubo-trapézoidal.—921. Trapé- zoidal.—922. Cubo-octaéedre.—923. Cubo-dodécaedre.—924. Quaternaire.— 925. Bifére. — 926. Icosaédre. —927. Icosaedre.— 928. Cubo-icosaédre. — 929. Biforme.—930. Triacontaédre.—931. Quadriepointé.—932. Bisunitaire. 933. Surcomposé.—934. Pantogéne.—935. Soustractif.—936. Parallélique. 937. Mégalogone. 102.* Especie.— Hierro sulfurado blanco.— Número 938. Fer sulfuré blanc primitif.—939. Quaternaire.—940. Quadrihexagonale. — 941. Équi- valent.—942 (F. E.).— 943. Quadrioctogonal. 103.? EspPeci.— Hierro sulfatado.— Número 944. Fer sulfaté primitif. —945. Basé.—946. Épointé.—947. Unitaire.—948. Triunitaire.—949. Équi- valent.—950. Pantogene. 104.2 Especie.— Hierro fosfatado.— Número 951. Fer phosphaté, for- me primitif.—952. Périoctaedre. 105.2 Especie. — Hierro hidro-silicioso (hedenbergita). — Número 953. Fer hydro-siliceux hedenbergite, forme primitive. 106.2 Especie. — Estaño oxidado (Casiterita). — Número 954. Etain oxydé primitif.—955. Pyramidé.—956. Dioctaedre.—957. Dodécaédre.— 958. Equivalent.— 959. Soustractif. — 960. Anmulaire.—961. Opposite.— 962. Recurrent.—963. Distique.—964. Hemitrope. 107.2 EspeciE.—Zine oxidado. — Número 965. Zinc oxydé, forme pri- mitive.—966. Trapézien.— 967. Unitaire. 108.2 Especie.—Zine sulfurado.—Número 968. Zinc sulfuré primitif.— 969. Tétraedre.—970. Biforme. —971. Triforme.—972. Hypothétique. — 973. Transposé.—974 (falta).—975. Octaedre.—976. Cubo octaedre alterne. 109.*? Especie. — Zine sulfatado. — Número 977. Zinc sulfaté quadri- octonal. 110.2 EspPecie.— Bismuto nativo.— Número 978. Bismuth natif rhom- boidal.—979. Forme primitive. 111.? Especie.— Cobalto arsenical. — Número 980. Cobalt arsenical cubique.—981. Cubo-octaedre.— 982. Octaedre.—983. Triforme. 112.2 Especie. — Cobalto gris. — Número 984. Cobalt gris primitif. — 985. Octaedre. — 986. Dodécaedre. —987. Cubo-dodécaedre. — 988. Icosae- dre.—989. Cubo-icosaedre.—990. Partiel. 113.? Especie. — Arsénico sulfurado rojo.—Número 991. Arsenic sul- - furé rouge primitif.—992. Octodécimal.—993. Bisdécimal. 114.* Especie.— Manganeso oxidado.—Número 994. Manganése oxydé, forme primitive.—995. Quadrioctonal.—996. Octoduodécimal. 115.2 Especie.—Manganeso oxidado hidratado.—Número 997. Man- ganéese oxydé hydraté primitif. 150 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 116.* Especie. — Antimonio sulfurado.— Número 998. Antimoine sul- furé, forme primitive. — 999. Dioctaédre.—1.000. Quadrioctonal. — 1.001. Sexoctonal.—1.002. Sexbisoctonal. —1.003. Binotriunitaire. — 1.004. Péri- hexaédre. 117.* Especie. — Urano oxidado.— Número 1.005. Urane oxydé trapé- zien.—1.006. Primitif. 118,1 Especie.— Titano oxidado.—Número 1.007. Titane oxydé, forme primitive.—1.008. Geniculé bisunitaire.—1.009. Ternaire.—1.010. Soustrac- tif. —1.011. Dioctaedre.—1.012. Bissexdécimal. 119.? Especie. — Titano silíceo calcáreo. — Número 1.012 bis. Titane siliceo-calcaire, forme primitive.—1.012 ter. Émoussé.—1.013. Ditétraédre. —1.014. Dioctaedre.—1.015. Mégalogone.— 1.016. Plagiedre.—1.017. Al- terne. 120.? Especir.—Scheel ferruginoso.— Número 1.018. Schéelin ferrugi- neux épointé.—1.019. Primitif. —1.020. Unibinaire.— 1.021. Triplant. — 1.022. Progressif. 121.? EspeciE.—Scheel calizo.—Número 1.023. Schéelin calcaire, forme primitive.—1.024. Dioctaedre.—1.025. Unitaire. SECCIÓN «DE SEVILLA. Sesión del 7 de Septiembre de 1891. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —$Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Secretario presentó una fotografía remitida por el Sr. Cala de una pita (Agave americana L.) monstruosa, por dividirse su pitaco en dos ramas por debajo de su tercio superior. (Véase la figura adjunta.) Según las noticias del mismo señor, dicho ejemplar, que ha encargado para las colecciones de la Universidad de Sevi- lla, ha florecido este año cerca de la estación de Morón y él . tuvo ocasión de observarle en el mes de Julio, época en que había perdido ya parte de sus ramos, por lo cual aparece bas- tante desguarnecido en la figura. Es sabido que el tallo y ejes de las monocotiledóneas no pre- DE HISTORIA NATURAL. 151 sentan ordinariamente ramificaciones. Sin embargo, entre las palmeras y particularmente en el cocotero y en el Borassus fiabelliformis de la India, se han citado bastantes excepciones a esta regla, constituyendo casos monstruosos, algunos de los cuales han sido descritos cuidadosamente. «No tengo noticia, añade el Sr. Cala, de si se ha mencionado hasta ahora algo análogo en el eje florí- fero de la pita, aunque pa- rece que la monstruosidad en cuestión debe ser muy rara, á juzgar por la sorpre- sa que en la gente de campo ha producido el ejemplar, no obstante la abundancia grande de esta especie en la región, donde constituye casi todos los setos vivos. Y sin embargo, semejante monstruosidad no parece de- biera ser tan extraordinaria tratándose de aquellas mo- nocotiledóneas cuyo tallo 6 ejes se alargan en su región joven al mismo tiempo que se espesan , como en los ár- boles dicotiledóneos de nues- tros bosques, merced á for- maciones nuevas que se des- arrollan en el interior de su tallo, intercalándose en las partes preexistentes. »El desarrollo del ejem- plar en cuestión es el nor- mal. Mide en totalidad el pitaco 6,20 m., teniendo 3,60 hasta la cruz y 2,60 las ra- mas. Su peso excede de 6 arrobas.» —Se dió lectura á la siguiente 152 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Excursión geológica d Guillena. El día 11 de Julio del corriente algunos individuos de la sección emprendimos una excursión ligera á dicho pueblo, con el objeto preferente de estudiar los límites septentriona- les de la formación margo-arenosa que constituye la serie de colinas que cierran la vega del Guadalquivir al NO. de Se- . villa. Salimos de esta capital 4 las tres y media de la tarde con un tiempo relativamente fresco, merced al SO. que soplaba á la sazón: circunstancia que por ser tan favorable como poco frecuente aquí en esta estación, nos decidió á no demorar la excursión de que damos cuenta, largo tiempo proyectada. Antes de las cinco llegamos en coche á Santiponce, donde descendimos para recorrer á pie los 16 km. que dista este pueblo de Guillena. En dicho trayecto la carretera ondulante y entre tierras cultivadas nada ofrece de interesante al geólogo; pero era preciso recorrerla para comprobar si las rocas de Santiponce seguían sin interrupción y hasta donde. Tomamos el ramal que, partiendo de la carretera, vaá Guillena y atravesamos un depósito arcilloso de diluviwm que contiene innumerables cantos de cuarcitas, granitos y pórfidos, detritus todos bien característicos de Sierra-Morena. Llegamos á Guillena á las ocho y media de la noche y nos ocupamos en disponer las cosas para aprovechar en nuestras correrías las primeras horas de la mañana siguiente. Así lo conseguimos, en efecto, saliendo de madrugada en dirección al NO. donde esperábamos ver el límite de la formación mar- gosa, continuación de la de Castilleja en que se asienta el pueblo, como lo logramos. A cosa de un par de kilómetros, en el sitio llamado Arroyo del Molinillo y 4 unos 60 m. de altitud, cesa dicha formación pliocena para ceder su puesto al granito porfídico atravesado por diabasas, tanto afaniticas como cripto- cristalinas, llamadas en el país franciscanas. Alternan con el granito capas de pizarra cámbrica muy trastornadas y á veces casi completamente verticales. El granito en cuestión, bastante kaolinizado en algunos sitios, es objeto de explotación en uno llamado Mina Canta- DE HISTORIA NATURAL. 153 lobos, de donde le extraen para utilizarle en la fábrica de La Cartuja. Después de dar un vistazo á esta curiosa serie de formacio- nes trastornadas que descubre el cauce del citado arroyo, cambiamos de dirección al O. para examinar, en el sitio deno- minado Valdelahiguera, el mioceno constituido allí por un conglomerado calizo grisáceo que empasta trozos y cantos de cuarcita y pizarra. En la base contiene un sinnúmero de gran- des Ostreas y en ocasiones es un banco de ellas, que declaran bien el carácter terrígeno de esta formación, en oposición al pelágico que ofrece la fauna del plioceno cercano. También se encuentran cerca de las Ostreas muchos moldes y otros restos de conchas, voluminosos C/ypeaster, Balanus, Serpulas, dien— tes de escualos, etc. De todos ellos hemos recogido ejemplares que han ingresado en las colecciones de la Universidad. Considerada en conjunto esta formación miocena llama en ella la atención lo profundamente denudada que se halla. A medida que marcha á Gerena, donde va en estrecha banda, adquiere mayor espesor, viéndosela en este trayecto al pie de la Sierra Morena descansar ora sobre los granitos y pórfidos, ora sobre las pizarras cámbricas profundamente trastornadas. La ribera de Huelva pone á descubierto las relaciones de la serie de formaciones ligeramente descritas: el cauce de esta se asienta en una falla que explica el cambio brusco de for- maciones que se observa en ciertos sitios en cada una de sus orillas y la aparente superposición del mioceno sobre el plio- ceno en el contacto de estos en el citado arroyo del Molinillo, donde lo que hay en realidad no es más que un contacto anormal. Regresamos á Guillena, donde nos ocupamos en arreglar nuestras recolecciones para volver á Sevilla á la mañana si- guiente en el coche que hace este servicio. Antes de terminar este ligero relato creemos curioso dar cuenta de un nuevo indicio de existencia de rocas volcáni- cas en la región visitada. Con insistencia habíamos hallado en otras excursiones anteriores á La Algaba y Santiponce trozos de lavas basálticas, ya sueltos, ya en los montones de piedra destinados á la reparación de la carretera; pero el temor de que procedieran de lastres traídos de Canarias, por ejemplo, por los buques que llegan á Sevilla, temor forti- 154 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ficado por la afirmación hecha varias veces de no existir ma- nifestación volcánica alguna en Sierra Morena, nos había hecho abstenernos de comunicar nuestra sospecha de que tales piedras fueran en realidad de esta región. Sin embargo, persona que se decía enterada nos aseguró que en Gerena existían las rocas volcánicas de que le enseñamos las muestras. En nuestra última excursión, de que acaba de darse cuenta, los indicios han adquirido mayor importancia por tratarse de trozos de lava basáltica recogidos en montones de piedra ma- chacada de procedencia conocida, pues vienen de la Pajanosa y en sitio donde no hay lugar á pensar estén mezclados con los lastres de Sevilla. Además en Guillena nos han asegurado conocer el yacimiento de esas lavas cuya porosidad no per— mite confundirlas con ninguna otra roca eruptiva antigua de la región, y nos han prometido procurarnos ejemplares autén- ticos y de localidad segura, que si resultan confirmar nuestras sospechas, motivarán uba nueva excursión al yacimiento de tan importante hallazgo. El Sr. Calderón dió lectura á la siguiente comunicación: Nuevo método para construir en el mar. Con este título publicó hace pocos años, D. Candido Hidalgo y Bermúdez, una Memoria que contiene una idea nueva y del mayor interés, y de la cual he tenido necesidad de hacer un estudio con motivo de otro trabajo del autor sobre el mismo asunto y de su petición terminante de un informe que le sir- viera de punto de partida para futuros planes. Resumiendo en breves palabras la idea contenida en los trabajos del Sr. Hidalgo, diré que en esencia se reduce á uti- lizar las formaciones conchiferas como cimiento para la cons- trucción de obras marítimas, puertos comerciales y faros. Las ostras son los moluscos preferidos para este objeto, por razo- nes que desde luego se comprenden. A este fin propone colo- car las crías en los sitios donde se quisiera edificar, prepa- rando el fondo con grava y protegiendo los bordes de los cria- deros con un muro adecuado. A los lados se defendería el banco por medio de empalizadas que se harían en esqueleto, el cual se completaría con ayuda de los 1/y4/us 6 mejillones, cuyo desarrollo se favorecería hasta que formaran un muro DE HISTORIA NATURAL. 155 vivo, que serviría de medio de protección á las ostras. Calcula que los 1M/ytilus llenarían su cometido en unos cinco años. Se ocupa después el autor de los medios más económicos y conducentes para recoger las crías de las ostras y trasportar- las á los fondos preparados. Repitiendo esta operación cada año se lograría á su juicio dar al banco la forma que convi- niera. Tomando como base de cálculo el tiempo que las ostras emplean en tapizar los trabajos marítimos hechos en las cos- tas de Andalucía, estima el Sr. Hidalgo que el banco podría subir al menos medio metro por año. Empleando diez años para preparar el fondo y otros tantos para el desarrollo del banco, en veinte años quedarían construidos muelles de 5 m. de profundidad, y estima el autor que, aun equivocándose mucho en los cálculos, estas obras resultarían muy económi- cas en relación con los trabajos hidráulicos actuales. Tal es, y prescindiendo de muchas cuestiones de ingeniería, que no son de mi competencia ni de la índole de esta Socie- dad, la idea, ingeniosa sin duda, propuesta por el Sr. Hidalgo y Bermúdez. Y como no se trata de un especulador, sino de un hombre ilustrado y generoso que ofrece á la humanidad su pensamiento por si este puede serla útil, al pedir desinteresa.- damente el auxilio de la ciencia para aquilatar el valor de su idea, tiene derecho á que esta se estudie y examine con refle- xión y seriedad. Asi lo he entendido yo al menos y por ello quiero someter á mi vez á la Sociedad el fruto de mi estudio sobre tan importante problema, que celebraría mucho ver criticado por alguno de mis distinguidos consocios. Mas se trata de una serie de cuestiones biológicas de las más oscuras y difíciles que pueden presentarse, y por ello he apelado á algunas eminencias extranjeras, concretando las cuestiones que entendía más previas y de insierta solución, habiendo tenido la complacencia de ilustrarme sobre ellas el eminente malacólogo de Francfort, el Dr. Kobelt y el gran naturalista y reputadisimo ostricultor de Génova, el señor profesor Issel. Dados estos precedentes entro de lleno en el examen de los problemas que suscita la idea del Sr. Hidalgo y Bermúdez. La primera cuestión que hay que resolver para decidir si es posible ú no edificar por el medio propuesto, es la de si será 156 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA dado formar un banco de ostras allí donde convenga á las necesidades del constructor, y si este banco compondrá un todo homogéneo, adecuado para servir de cimiento á la obra que se haya de terminar sobre él. Es difícil dar una respuesta terminante á semejante proble- ma por la ignorancia en que se está todavía respecto á un gran número de condiciones físicas y biológicas de las cuales de- pende el desarrollo de las ostras, su reproducción y por conse- cuencia su crecimiento. Lo cierto es que en general todos los moluscos constructores de bancos saben elegir el sitio que les conviene para establecerse y allí donde faltan es porque falta también alguna condición necesaria para su normal desarro- llo, por más que muchas veces no sea dado saber qué condi- ción sea esta. Varios ensayos infructuosos y que han ocasio— nado importantes pérdidas han probado terminantemente este hecho, y á veces en sitios que á primera vista parecían muy abonados para fundar parques ostreros. Y si con auxilio de medios protectores se llegara á fundar los bancos en estos parajes antes desprovistos de semejantes habitantes, es lo pro- bable que en la mayor parte de los casos no se consiguiera un acrecentamiento suficiente de los depósitos. El profesor Issel piensa además que prescindiendo de las difi- cultades prácticas y de los gastos que produciría la aplicación del sistema descrito, aun en las circunstancias más favorables, la formación ostrera no llegaría á constituir una base regular para los muelles, sino una serie interrumpida de masas de conchas. Otra condición que sería precisa para poder utilizar el sis- tema del Sr. Hidalgo y Bermúdez sería la de obtener un creci- miento regular y no interrumpido de los bancos, cosa que parece, hoy por hoy al menos, imposible de dirigir por el hombre. Prescindiendo de que son excepcionales los fondos en los que los bancos crecen á razón de medio metro por año, hay que tener en cuenta que este proceso se detiene al llegar á cierto límite, siendo lo general que las primeras capas se for- men con más rapidez; luego lo hacen las siguientes con más lentitud, y por último llega un momento en que el acrecenta- miento se detiene. Esto depende de que las ostras prosperan solo á una temperatura relacionada con la profundidad, y de que mueren cuando dicha temperatura se eleva, á consecuen- DE HISTORIA NATURAL. 157 cia de aproximarse á la superficie. Los My lus son mucho menos sensibles á estas influencias térmicas; pero no servi- rían para el fin propuesto á causa de la delgadez de sus con- chas, que proporcionarían una masa insuficiente y estarían muy expuestas á la destrucción, apenas murieran los molus- cos que las habitan. Por estas razones el Sr. Hidalgo y Bermúdez propone utili- zar los Mytilus únicamente como medio de formar murallas vivas que sirvieran de protección á los bancos ostreros. Las empalizadas que él ha ideado prestarían indudablemente grandes servicios como defensa para las obras marítimas, pues los mejillones, menos delicados que las ostras, crían y se reproducen donde quiera que se los planta. Pero en el caso presente la dificultad estriba en conservar las empalizadas todo el largo tiempo en que serían necesarias para el objeto propuesto, porque las estacas sumergidas son devoradas en breve por los moluscos y los crustáceos perforantes y se pu- dren y desmenuzan por las aguas. Así es que las maderas sumergidas solo duran en general tres ó cuatro años. Lo más grave de esta cuestión es que á juicio de ostricul- tores tan competentes como el profesor Issel, las empalizadas impedirían el desarrollo de los bancos por formar obstáculos á la renovación de las aguas. A este propósito recuerda que desde hace unos treinta años, á medida que se prolongan los muelles que defienden la embocadura del puerto de Génova, las ostras desaparecen completamente del interior, donde abundaban mucho. Réstanme tratar de una cuestión esencial y sobre la cual no están de completo acuerdo los naturalistas á quienes he some- tido mi juicio. Me refiero á si los depósitos calizos de las ostras formarían macizos bastante sólidos y resistentes á la acción de las olas para poder edificar sobre ellos y para prometer una duración suficiente. A primera vista parece que bajo el respecto mecánico no hay cuestión en punto á la resistencia de semejantes obras; pero el Dr. Kobelt mira el problema de otro modo, que sugiere motivos de reflexión. Nota que el carbonato de cal de los mo- luscos, y particularmente de los bivalvos, es disuelto con bas- tante prontitud en el agua del mar después de la muerte del animal, trabajo químico que es favorecido en alto grado por 158 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA las nuevas superficies abiertas sin cesar por ciertos moluscos y otros animales perforantes. Cierto que en el seno de las for- maciones geológicas se hallan inmensos bancos de ostras fósiles; pero no hay que olvidar que estos deben su conserva- ción á causas especiales que la han producido, sustrayendo las conchas de alguna manera á la influencia destructora del mar: como levantamientos, depósitos de limo ú otro sedimento que los ha cubierto, circunstancias independientes del poder humano. Por eso en la actualidad se conocen muy pocas for- maciones donde los bancos de conchas compongan elevaciones importantes sobre el fondo del mar. Tales son las observaciones y dudas que ha sugerido á los amables y complacientes sabios citados y á mí mismo la idea propuesta por el Sr. Hidalgo y Bermúdez; pero, lo repito, el problema es de tal dificultad, que solo la experiencia podría dar un fallo definitivo en punto al grado en que sean supera- bles las dificultades apuntadas. Las circunstancias locales ejercen una influencia tal y es tan imposible apreciarlas fuera del sitio mismo, que lo observado en una costa puede no tener aplicación á otra quizás inmediata. En definitiva, no siendo absurda en teoría la idea de la edificación en el mar por medio de los bancos de ostras, por más que se prevean grandes dificultades en la práctica, y tratándose de un pensamiento de importancia notoria, si yo fuera consultado por el Gobierno sobre si deberian ó no faci- litarse medios al Sr. Hidalgo y Bermúdez para realizar sus experiencias, respondería afirmativamente sin vacilar; pues, aunque no se lograsen los brillantes resultados que el autor augura, si se conseguía facilitar las construcciones hidráu- licas, que como se sabe, son costosisimas, siquiera fuera solo en ciertos sitios, el resultado compensaría con ventaja el sa- crificio hecho para las experiencias, de las cuales siempre saldría gananciosa la ciencia pura. —Hl Sr. Vinsac hizo notar que en los bancos de Chipiona las ostras crecen y prosperan hasta la misma línea superior del agua; pero que este banco se ha formado cubriendo las pie- dras echadas para las cercas de pesca. Después de algunas observaciones de los Sres. Paul y García Parra, se levantó la sesión. DE HISTORIA NATURAL. 159 Sesión del 4 de Noviembre de 18941. PRESIDENCIA DE DON CARLOS DE MAZARREDO. —Leíida el acta de la sesión anterior fué aprobada. —Estaban sobre la mesa las publicaciones recibidas. —(Quedó admitido como socio numerario el señor Pons y Mumné (D. Domingo), de Malgrat (Barcelona) presentado en la sesión anterior por el sr. Quiroga. —El Sr. Secretario presentó dos frascos enviados de Santan- der por el Sr. González de Linares, Director de la estación de biología marina, que contenían, uno de ellos el primero y único ejemplar encontrado hasta ahora en aquellas costas de Amphiozus y el otro seis ejemplares enteros de Balanoglossus. —El Sr. Presidente manifiesta que al revisar la lista de Tri- cópteros de España que presentó en la sesión del mes de Ju- nio, y que se ha publicado en las 4c/as de los ANALES, ha ob- servado algunas erratas y omisiones que cree necesario recti- ficar, y son las siguientes: Núm. 8. Micropterna sequax Lach. — Debe ser M. seguaz Mec. Lach. 21. Schizopelez Grauje Ed. Pictet.—Debe ser Sch. Granje Ed. Pict. 49. Calamoceras marsupus Brauer.—Gibraltar 1 7.—Debe añadirse: y 19. 67. Plectrocnemia linflata Mc. Lach.— Debe decir Pl. ¿n- fata Mc. Lach. Hidroptila Dalmau.—Debe decir Mydroptila Dalman. Ozyethira Eaton.—Debe añadirse: 122. O. unidentata Mc. Lach. Además, siempre que se cita la localidad Cabanes de Por- tillon, debe hacerse con la ortografía indicada. —El Sr. Jiménez de la Espada expuso verbalmente algunas observaciones á la nota del Sr. Lázaro, leída en la sesión del 160 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA 6 de Mayo del presente año, en la cual describe y clasifica los frutos representados en la colección de Auagueros de nuestro Museo Arqueológico, dando especial importancia 4 uno que, en su concepto, imita una mano de plátanos, y discurriendo extensamente con este motivo sobre la patria de este precioso vegetal. El Sr. Espada no se mostró enteramente conforme con las afirmaciones del Sr. Lázaro, opinando: 1.*, porque el fruto modelado en el vaso en cuestión no es ni puede ser de la Musa sapientium ni de ninguna de sus variedades, sino del Solanum muricatum 6 cachun de los yuncas costeños, y 2.*, que de los testimonios de los cronistas y otros escritores más auto- rizados resulta que el plátano es exótico en el Nuevo Mundo. —El Sr. Lázaro contestó que sin pretender discutir con el Sr. Jiménez de la Espada, cuya opinión tenía para él un gran valor, debía distinguir dos cuestiones diversas en lo indicado por dicho señor: 1.* Cuál era la opinión que ante la crítica de los historiadores podía parecer más probable respecto de si el plátano era ó no conocido por los americanos en los tiempos de la conquista. Y 2.* Qué frutos eran los representados en los vasos citados en su nota del 6 de Mayo último. (Que respecto de la primera él no tenía una opinión cerrada, siendo muy posible que el Sr. Espada estuviese en lo cierto al dar como más fundada la contestación negativa, aun cuando los pareceres de los historiadores fuesen contradictorios en este punto, según se vela en los antecedentes por él expuestos en su nota del 6 de Mayo, antecedentes que no negaba el Sr. Espada. Que del extracto de su nota resultaba que él no habla tra- tado la cuestión como un punto de crítica histórica, y que los pocos datos de este género que figuran en ella no tenían más objeto que demostrar el interés vivísimo y el estado actual de una cuestión que él solo había pretendido tratar como natu- ralista, pero que estos datos eran exactos, como lo había reco- nocido su contradictor. Que, en suma, en esta primera cuestión su opinión difería de la del Sr. Espada en creer que la omisión de los cronistas, aunque fuese de la mayoría de ellos, no autorizaba una nega- tiva tan terminante y absoluta, habiendo otros datos más positivos como la existencia de los vasos mencionados, y que, respetando mucho la sólida autoridad del Sr. Espada como DE HISTORIA NATURAL. 161 americanista, seguía creyendo que la cuestión era discutible hoy, que su solución no podía buscarse exclusivamente en el terreno de la erudición histórica, y que lealmente confesaba que en este terreno, y haciendo caso omiso de los valiosos datos que existían en otros, hoy por hoy llevaban la mejor parte los que se inclinaban á la negativa. Que en la segunda cuestión, única en que él podía tener una opinión» definitiva, no encontraba motivo alguno para rectificar la expuesta en 6 de Mayo respecto á cuáles eran los frutos representados en los vasos por él examinados. Que los frutos de Solanum muricatum Ait., se presentan siempre solitarios y tienen circular la sección transversal, son hemisféricos en su base y se van estrechando hasta ter- minar en punta, estando, por tanto, su sección circular mayor cerca de la base, mientras el vaso núm. 637 que era el atri- buido por el Sr. Espada á esta solanáécea, representaba cinco frutos iguales formando un verticilastro, que ninguno de ellos tenía sección transversal circular, que su sección mayor transversal estaba hacia la parte media del fruto, que ambos frutos eran tan desemejantes en un todo que no concebía la opinión del Sr. Espada, y que en la colección de vasos perua- nos del Museo Arqueológico abundaban los vasos represen- tando el fruto del Solanum muricatum en un todo diversos del 637 y demás que representaban los de la Musa sapientum. De igual modo y en contestación á otra negativa del señor Espada, expuso los caracteres distintivos entre la legumbre de la Cassia brasiliana y la de la In2ga Peusllei tan diversas en su forma, dimensiones, nerviaciones, sección transversal y estado de la superficie, que no cabía confusión alguna, como podía verse en la valiosa colección de frutos del Jardín Botá- nico de Madrid. Terminó diciendo que si estos vasos eran positivamente anteriores al descubrimiento de América, como afirmaban los arqueólogos y no contradecía el Sr. Jiménez de la Espada, cuestión que él no afirmaba por sí por considerarse en ella incompetente, como ya declaraba en su nota primera, y ha- biendo entre dichos vasos algunos que sin duda representaban frutos de Musa sapientum, ante este hecho quedaría demostrada la existencia de esta planta en América antes de la conquista, aunque la mayor parte de los cronistas no la mencionasen, ACTAS DE LA SOC. ESP.—XX.+ 11 162 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA toda vez que estas cuestiones no pueden resolverse por sufra- gio y que las noticias de los historiadores solo tienen valor á falta de mejores datos, y más en una cuestión en que la mayor parte de los cronistas que se citaban eran notoriamente in- competentes. Prometió también que si se podía conseguir que los cuestio- nados vasos se presentasen en la próxima sesión de la Socie- dad, ante ellos tendría el gusto de atender las objeciones que le pudiese hacer el Sr. Espada, á quien agradecía la ocasión que le había procurado de afirmar y ampliar los datos expues- tos acerca de una cuestión tan interesante para los natu- ralistas. SECCIÓN DE SEVILLA. Sesión del 14 de Octubre de 418091. PRESIDENCIA DE DON SALVADOR CALDERÓN. —Se leyó y aprobó el acta de la anterior. —El Sr. Paúl leyó la siguiente Nota bibliográfica sobre una cuestión de fisiología vegetal relativa d los Iiguenes. «Por encargo de nuestro dignísimo Presidente, voy á daros cuenta del último opúsculo publicado por M. O. J. Richard, sabio liquenólogo y apreciado amigo, sobre el asunto que en- cabeza esta nota. En dicho opúsculo, tirada aparte del Boletin de la Sociedad de Agricultura de Poitiers, y titulado Observa- tions sur une question de Phystiologie veyétale relative aux Li- chens, se ocupa el autor de una de las cuestiones más intere- santes y al mismo tiempo más debatidas entre los botánicos modernos. »Divididos estos en dos bandos, sostienen unos la autonomía de los líquenes, mientras que los otros, partidarios de la teoría de Schwendener, niegan tal autonomía, fundándose en expe- DE HISTORIA NATURAL. 163 riencias que creen concluyentes, consideran los líquenes como producto de una simbiosis debida á la unión de un hongo con un alga; unión en la cual el hongo toma del alga algunos principios hidrocarburados, dando en cambio á esta una parte de las materias azoadas. »Propónese M. Richard en su opúsculo refutar un artículo debido á la pluma de M. Boutarel, y que bajo el titulo de Constitution des lichens.—Conséquences qu'on avatit tirées.—HEz- périences de M. de Jumelle.—Modifications qwelles apportent q la ancienne doctrine, ha sido publicado en las crónicas cientí- ficas del periódico Le Solezl. »Lamentábase M. Richard de que en un periódico de gran circulación se dé como probado un hecho, asunto en la actua- lidad de controversia empeñada entre los fisiólogos, y campeón decidido de la autonomía, combate al articulista con cuantas pruebas y experiencias le suministran sus profundos estudios en este ramo. »Dos son los puntos que sirven de base á la refutación de que me ocupo: el primero es el parasitismo de los líquenes; el segundo la teoría de la asociación del alga con el hongo, co- sas que se dan por probadas en el artículo citado. »Niega M. Richard el parasitismo afirmando que los líque- nes no toman sustancia alguna del subsivatum; es decir, de los cuerpos en que se fijan, efectuándose su nutrición únicamente á expensas de la atmósfera. »Apóyase para este aserto, tanto en sus propios estudios so- bre el substratum de dichas plantas, como en las experiencias del Dr. Nylander y en la variedad de objetos que sirven de soporte á los líquenes, tales como rocas de extremada dureza, cuero, hierro, plomo y hasta pedazos de vidrio; citando tam- bién como ejemplo que confirma su tesis, el Zecanora esculenta de los desiertos de Africa (mena de los hebreos, según algu- nos autores), cuya forma globulosa le permite ser arrastrado sobre la arena por los vientos ordinarios y transportado úá grandes distancias por el simoun. »Respecto á la segunda afirmación de M. Boutarel, ó sea la simbiosis de los líquenes, baste decir que su refutación ocupa casi todo el opúsculo de M. Richard, aunque prescindiendo de tratar la cuestión á fondo por haberlo ya hecho en su folleto publicado en 1884 con el titulo de Autonomie des lichens. En 164 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA este se fija especialmente en una muy reciente y notable observación del Dr. Nylander, que aporta un nuevo y poderoso argumento contra la teoría de Schwendener. Según esta obser- vación hay comunidad de origen en la génesis de los conidios, apotecios y espermogonios, siendo imposible la existencia de los líquenes sin esta unidad genética. »Réstame dar el parabién á nuestro estimado y particular amigo M. O. J. Richard, por su bien escrito trabajo, que creo ha de contribuir en mucho a esclarecer la difícil cuestión, tan debatida hoy, que en él se discute.» —El Sr. Calderón dió lectura á lo que sigue: «Contribuciones al estudio del plioceno del Mediodía de España, por el Dr. Schrodt (1). »El estudio de los materiales pliocenos recogidos en la pro- vincia de Almería por los doctores Moldenhauer, residente en Garrucha, y Osann, de cuyos trabajos sobre el cabo de Gata, he tenido ocasión de ocuparme, han servido de asunto al señor Schrodt para su importante tesis doctoral de que voy 4 decir dos palabras. »Examina el autor los caracteres de la marga azulada de la bahia de Vera y de Garrucha, en un todo análogos á mi juicio á los de la misma roca en Castilleja, alrededores de Sevilla, y que he tenido ocasión de indicar varias veces, exponiendo una lista de foraminiferos de dichos yacimientos, que compone un total de 129 formas. Comparando esta fauna con la de los ba- rros azules de Málaga, estudiados por Parker y Jones, y las de San Pedro de Alcántara, por Schlumberger, y después de añadir aún un considerable número de especies a las citadas por estos naturalistas en dichos yacimientos, encuentra que las margas de Garrucha son infinitamente más ricas en espe- cies de foraminíferos, que cuantas localidades se conocían hasta ahora en el neógeno español. »Pasa después el autor á ocuparse en describir las nuevas especies halladas en estos sedimentos y las particularidades (1) Beitráge zur Kenntnis der Pliocin fauna Sia-Spaniens. (Inaugural Dissertation.) Con dos láminas. DE HISTORIA NATURAL. 165 de algunos individuos ó variedades que merecen especial mención. »Las conclusiones finales de tan importante trabajo, resu- midas por el mismo autor, son las siguientes: »Las margas de Garrucha, en la provincia de Almería, que forman la base del plioceno en la bahía de Vera, y se repiten en las sierras vecinas ya plegadas antiguamente, correspon- den á una formación de mar profundo. Contienen dichas mar- gas una rica fauna de foraminiferos, en la cual se han descu- bierto 122 especies con 129 formas. En conjunto presentan la facies globigerínica con cerca de un 80 por 100 de G/obigerinas. »La analogía de esta fauna de foraminiferos con la del plio- ceno de Italia, así como con las recientes del Mediterráneo y del N. del Atlántico, es muy notable. Hacia la parte superior se hallan las margas de Globigerinas y las arenas amarillentas. De este nivel provienen probablemente los restos de grandes escualos y cetáceos que se encuentran cerca de Cuevas. Otras localidades de junto á Vera han proporcionado una fauna rica, y sin duda moderna de briozoos, que indican un descenso del mar. El horizonte más moderno de la serie de sedimentos plio- cenos de la actual comarca, lo formará el grueso conglomera- do de la Rambla del Esparto, con Strombus, Patella y Trochus, que debe considerarse como una formación directamente cos- tera.» —El Sr. Calderón leyó la siguiente nota: «Algunas consideraciones d propósito de la evolución mineralógica según Sterry Hunt. »El insigne geólogo y mineralogista á que alude la presente nota, ha sido uno de los primeros en declarar de un modo ter- minante, y no 4 modo de comparación ó como manera de de- cir, que los materiales constitutivos del globo, cambian en el transcurso de los tiempos, experimentando una verdadera evolución. Los detalles de este proceso, referentes á varias es- pecies petrográficas importantes en sus relaciones con el me- dio ambiente y con los cambios subterráneos que se Operan merced á las aguas termales y á otros agentes, constituyen una serie de trabajos quimico-geológicos que el autor ha dado á conocer bajo la denominación colectiva de /2potesis crenttica. 166 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Al aparecer hoy la segunda edición de su magistral Mineral Physiology ana Physiography en la que resume sus trabajos anteriores, los completa con otros nuevos y condensa sus tras- cendentales puntos de vista, la cuestión apuntada recobra todo su interés primitivo. »Sterry Hunt había afirmado ya anteriormente que el agen- te de los cambios que la materia mineral experimenta, radica en las condiciones de formación de nuestro planeta, y que á medida que este va avanzando en su desarrollo, las especies inorgánicas se transforman en otras más estables, lo cual constituye una extensión al reino mineral de las leyes previa- mente reconocidas en el desarrollo astronómico y biológico. Si durante tanto tiempo se ha desconocido la unidad de esta ley, hay que achacarlo á la confusión introducida en la cien- cia por las teorías del metamorfismo, del metasomatismo y del volcanismo, puntos de vista parciales y no pocas veces fundados en verdaderos milagros, para servirnos de la expre- sión del autor. »Dos series de investigaciones le conducen á afirmar conclu- siones tan importantes: de una parte la correlación de los cam- bios de las sustancias minerales con las edades sucesivas del planeta; de otra la naturaleza de las transformaciones de estas sustancias bajo lainfluencia de los agentes externos é internos. »Por lo que á las primeras investigaciones se refiere, deduce de ellas el sabio norte-americano que los grandes grupos su- cesivos de rocas cristalinas estratiformes marcan evidente- mente períodos en la evolución pétrea del planeta. La produc- ción antigua y actual de ciertos silicatos, en oposición á la especial de determinadas épocas de otros, obligan á reconocer la existencia de una evolución litológica coordenada con el tiempo. »El otro linaje de investigaciones se funda en los cambios que la Química puede precisar en los materiales terrestres, y se refiere principalmente al proceso de descomposición de estos bajo la acción del aire, del ácido carbónico y del agua. La re- sistencia de los silicutos á las influencias atmosféricas es muy variable, pues unos son realmente descompuestos, al paso que otros ofrecen una permanencia notable, estando esta por lo general en relación con la dureza ó resistencia mecánica de la sustancia. Siendo la condensación inversa al llamado volumen DE HISTORIA NATURAL. 167 atómico, una fórmula sencilla aplicable á todos los silicatos y óxidos, en que representa este por v( =p — d ) da aproxima- damente para la nefelina y la petalita 6.8—6.2, para las micas no magnesianas 5.9—5.6, para el granate, epidota, zoisita y turmalinas 5.4—5.3, para la estaurótida y espodumeno 4.9 y para la andalucita, topacio, fibrolita y cianita 5.0—4.5. Com- parando con estos los protosilicatos, halla para la wollastonita y willemita v = 6.6; para el anfibol 5.9; para el piroxeno y enstatita 5.5; para el olivino 5.4—5.3 y para la fenaquita 4.6. Los silicatos más inalterables corresponden á los tipos más condensados. »Otros cambios menos conocidos se operan en los silicatos bajo la acción subterránea de las disoluciones acuosas; entre ellos la producción de ciertas especies tiernas de hidratos de magnesia y alúmina por epigenesis de otras más duras y con- densadas. Entre otros ejemplos se fija en la pinita, cuya cons- tancia de composición y distribución vastísima muestran que es un producto fácilmente formado y de gran estabilidad, y de ello podría ya teóricamente deducirse su existencia donde quiera que agentes acuosos actuaran sobre otros silicatos menos estables. Así sucede, en efecto, en los filones de estos, en los cuales se supone haberse engendrado por epigenesis. Su frecuente presencia como producto de esta clase es un ejemplo elocuente, según el autor, de la ley de la superviven- cia de la adaptación en el reino mineral. Sin embargo, sería difícil poder asignar tal origen á las capas de pinita descri- tas con los nombres de disintribita y parofita, que son los resultados de depósito directo ú de diagenesis. »Resume su doctrina Sterry Hunt en las siguientes palabras: «Evolución mineralógica. Las leyes que han presidido á la dife- renciación del caos primitivo y producido los distintos grupos de rocas que existen, lo mismo exóticas que endógenas é in- digenas, leyes que han presidido á los cambios progresivos en la constitución química del granito pregneísico que yace bajo pizarras cristalinas más modernas y á lasedimentación de los elementos detríticos de los tiempos pasados, son, como hemos tratado de demostrar, tan ciertas y precisas como las que pre- siden al desarrollo astronómico ó biológico. Los grandes gru- pos sucesivos de rocas cristalinas estratiformes, marcan nece- sariamente, períodos de la evolución mineralógica del plane- 168 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ta (páginas 113, 184, 253 y 678). Los hechos previamente discu- tidos de la generación continuada aun en la época presente de la producción de ciertos silicatos en las cañerias de los manan- tiales termales, en el limo de las profundidades del mar, en las calizas fosilíferas, en los intersticios de las rocas detríticas y frecuentemente en la proximidad de las masas igneas de intrusión, no proporcionan comprobaciones á la hipótesis del metamorfismo regional que pone el origen de los distintos grupos de estratos eozóicos cristalinos en muchas transmuta- ciones inexplicadas é inexplicables de diferentes porciones de una y misma serie de sedimentos ordinariamente detríticos de los tiempos paleozóicos Ó más recientes. Los supuestos ejem- plos de semejante proceso han sido refutados uno por uno y abandonados por sus primitivos abogados, que han sustituído la intervención de los milagros, por el proceso ordinario y normal del desarrollo mineralógico» (1). »Como se observa fácilmente por las ligeras observaciones que preceden, los puntos de vista de Sterry Hunt, aunque con- vienen en lo esencial con el del profesor Tschermak, aportan algunos elementos nuevos. Este último se fija especialmente en los pseudomorfismos como comprobación de la jnestabili- dad del mundo mineral: en el nacimiento de unos y muerte de los otros, que producen una renovación no interrumpida en el transcurso de los tiempos y la creciente variedad de las especies. «El incesante aumento de esta pluralidad de formas puede representar la evolución del reino mineral» (2). »Hace algunos años tuve ocasión de ocuparme en esta Socie- dad de este linaje de cuestiones (3), y traté de poner en claro el punto capital del problema, á saber: si los minerales y las rocas son meros factores del globo, no puede existir más que una total evolución, siendo todas las demás meras transfor- macione3 parciales como expresiones fragmentarias de la vida del astro; pero si dentro de este hay verdaderos individuos (que pueden serlo los cristales) y partes capaces de sustraerse temporalmente por circunstancias especiales á las influencias geológicas generales, es posible que existan evoluciones indi- (1) Mineral Physiology and Physiography.—2.2 edic., New-York, 1891, pág. 688. (2) Tschermak: Zrat. de Mineralog.; parte general, pág. 276 (trad. italiana). (3) Calderón: Za evolución terrestre (ANAL. DE La Soc. Esp. DE HisT. NAT., t. x, 1880). DE HISTORIA NATURAL. 169 viduales y aisladas en medio de la colectividad del planeta. »No he de repetiraquí las razones que alli expuse en defensa de esta segunda opiuión; pero sí recordaré mi punto de vista relativamente á los cambios de las rocas y de los minerales, cambios que no todos pueden en rigor considerarse como evo- luciones. La idea de evolución implica una serie de transfor- maciones que comienzan en un estado inicial y terminan en uno final: el proceso de la desvitrificación, por ejemplo, se halla en este caso; pero la descomposición producida por la mera influencia de los agentes externos, no es comparable á aquella en ningún respecto. »Distinguía para fijar las ideas en los cambios de los mate- riales terrestres tres términos: evolución, transformación y descomposición. La caracteristica de estos procesos es muy sencilla: domina en el primero la vitalidad propia de la sus- tancia sobreponiéndose á la acción del medio; el segundo es e! resultado de la composición por igual de ambos factores, al paso que el tercero se distingue por ser el producto de la su- premacía ilimitada de los agentes exteriores. El promorfismo ó desvitrificación es la única forma de verdadera evolución pétrea, cuyo proceso se muestra diariamente en las rocas vol- cánicas y ha debido ser el mismo por el que la costra terrestre primitivamente uniforme ha llegado á constituirse en rocas y minerales individualizados. Otros cambio que experimentan las sustancias naturales y por cuya virtud adquieren nueva cohesión y aun á veces otra composición, son meras transfor- maciones debidas á la influencia del medio en que se realizan y que lo mismo pueden ser progresivas que regresivas: en este caso se halla el cambio del lignito en hulla y grafito; el de la arenisca, en otra arenisca Cuarzoza compacta y en cuar- cita; el de la arcilla en pizarra arcillosa y en micacita. Por último, cuando la sustancia litoidea pierde toda su vitalidad, para lo cual es preciso que desaparezcan de ella los gases y el agua de cristalización y de cantera, queda á merced del medio y se realiza el proceso de la descomposición ó sea su combina- ción con lo elementos epitelúricos, y sobre todo del aire y del agua. »Cierto, como lo afirma Sterry Hunt, que en todas las edades de la vida del globo no se han producido los mismos minera- les y que los hay característicos de las edades más antiguas, 170 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA como privativos de la moderna; pero estas diferencias se refie- ren á la vida general del giobo, que pone en juego diversas zonas de la corteza en el transcurso de los tiempos y hace actuar también en distintos sitios y condiciones á los agentes mine- rogénicos. »En definitiva, entiendo que el concepto de la evolución mineralógica no se pondra bien en claro, no obstante los lau- dables esfuerzos de hombres tan eminentes como el sabio norte-americano, en tanto que no se distinga entre una evo— lución general del globo y las consiguientes en las rocas que la constituyen como partes de este, y las propias á la materia mineral individualizada Ó sustraida transitoriamente á la acción de la masa total, únicas que entran rigurosamente en el dominio del mineralogista.» Sesión del 2 de Diciembre de 1894. PRESIDENCIA DE DON SERAFÍN DE UHAGON. Asiste el Sr. Casas y Abad, de Huesca. —Leida el acta de la sesión anterior fué aprobada. — El Sr. Secretario dió cuenta de las siguientes comunica- ciones: del Secretario del Museo Australiano de Sydney y de los doctores Cermenati y Tellini, enviando respectivamente un ejemplar del Record of the Australian Museum, vol. 1, nú- mero 8, y de la Rassegna delle Scienze geologiche in Italia, pi- diendo cambio con nuestros ANALEs; del Secretario de la Real Academia de Ciencias naturales y Artes de Barcelona partici- pando haber recibido el cuaderno 1.” del tomo xx de los ANA- LES; del Sr. Martínez de Escobar, de Las Palmas de Gran Ca- naria, participando el fallecimiento del socio Sr. Padilla y Padilla, de aquella localidad, y del Sr. D. Cándido Hidalgo, de Antequera, autor de un folleto titulado Puertos ostreros, que figuraba sobre la mesa entre las publicaciones últimamente recibidas, rogando se le dé noticia del juicio que hubiese me- recido al que lo haya leído. La Sociedad acordó que las peticiones de cambio con los ANALES pasasen á la Comisión de publicación, que constase en la presente acta y se comunicara igualmente á la familia DE HISTORIA NATURAL. 171 del Sr. Padilla, de Las Palmas de Gran Canaria, el sentimiento con que la Sociedad había sabido la muerte de socio tan dis- tinguido, y respecto al deseo del Sr. Hidalgo, de Antequera, el Sr. Presidente rogó á los señores socios presentes que dieran su Opinión los que hubiesen leído el folleto de dicho señor. —HEstaban sobre la mesa las publicaciones últimamente recibidas, acordando la Soziedad que se dieran las gracias á los donantes de las que son regaladas. —Se propusieron dos nuevos socios numerarios. —Leidos por el Sr. Secretario los artículos 12, 13, 16 y 21 del Reglamento, el Sr. Tesorero presentó el siguiente Estado de los ingresos y gastos de la Sociedad Española de Historia Natural, desde 1.2 de Diciembre de 1890 á 30 de Noviembre de 1891. INGRESOS. PESETAS. Sito nsderDicienmbrelden8o0 du. dd sie. a olla alo ealeloleio losa 618, 02 Cobradonorcuoasatasadas salas sota aloe: 420 TINO GUO tas COLIEnteSs is DS 2.700 IA POncuatro cuotas adelantadas da icie fisio: 60 ld. por cuotas correspondientes á socios agregadosS......ooooo ooo... 10 IMANOL setenta suscripciones: ee e eo eb el aos do 1.00 Ii poreastos de titadas aparte tapas mleloaolotalse llo bieleroja Sita . 90, 61 11 porwventa de ANALES. cet ejmisa siejole ga 1 SS AS E DO 165 TORA AR 5-113,63 CENSOS: Abonado por papel para impresiones, láminas, cubie tas, etC......... .... 537,90 Id. POR Impresion dedos tana ajos lelde ios 2 323,79 Id. por importe de láminas y fotograbadoS.........o o.ooooooooomo.. as 503,50 'Asienación del dependiente della: Sociedad. tonic 480 Gastos de correos, franqueo de los ANALES y correspondencia............. 237,01 Id. menores, portes de libros, alumbrado, ebC.......oooooococcoo momo... 188, 82 OMA pee ls aaa ele lorids 4.290,98 SUMAN OSIRIS opa fas 5.113,63 Suman los gastos. ....... A lala ica EQU IO Saldo á favor de la Sociedad en 3 de Diciembre de 1891... 822,65 —La Sociedad nombró á los Sres. Madrid y Moreno, Pérez Maeso y López Zuazo, propuestos por el Sr. Presidente, para 172 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA revisar las anteriores cuentas presentadas por el Sr. Tesorero. —El Sr. Secretario leyó la nota siguiente: Para cumplir con el art. 21 del Reglamento daré cuenta del estado en que se halla nuestra Sociedad al finalizar el año corriente que es el vigésimo de su existencia. Estado del personal de la Sociedad en 1891. Socios que la formaban en 1.2? de Diciembre de 1890.......o.ooooooococcoccoooo.o.. 318 Por fallecimiento. 6 —dadoside iba aduana aos a E E | 23 | Por renuncia..... 17 295 in ingresados durante a 14 De Madrid...... 125 — existentes en 2 de Diciembre de 1891.......... De provincias... 157 ¿ 309 . Del extranjero.. 21 y En este como en los años anteriores no se ha librado esta Sociedad de pagar su tributo á la Naturaleza, habiendo falle- cido los socios Sres. Campión Aristeguieta (D. Ricardo), de San Sebastian. Calderón (D. José Angel), de Madrid. Fernández Minguez (D. César), de Manila. López Monedero (D. Francisco A.), de Madrid. Padilla y Padilla (D. Juan), de Las Palmas de Gran Canaria. Poey (D. Felipe), de la Habana. Zubía (D. Ildefonso), de Logroño. de todos los cuales la Sociedad guardará perpetuo recuerdo y muy especialmente de los Sres. Poey, Padilla y Zubía, por los grandes servicios de que les son deudoras las Ciencias natu- rales patrias. Del sabio profesor cubano he tenido la honra de ser encargado por la Sociedad de la redacción de una noticia necrológica, que leída en la sesión de Septiembre pasado, se ha publicado en el acta de aquel mes acompañada de su re- trato. Era el Sr. Padilla un hombre tan modesto como entusiasta por la Historia natural canaria y muy especialmente por el co- nocimiento de los pobladores de aquel archipiélago anteriores á la conquista. Él ayudó á nuestro consocio también, Sr. Chil DE HISTORIA NATURAL. 173 y Naranjo, en la creación del Museo canario prestándole des- pués hasta su muerte, constante y desinteresado apoyo para conservarlo, no escatimando su trabajo personal en excursio- nes ni en el gabinete, ni aún muchas veces su mismo dinero. A los esfuerzos de los Sres. Chil y Padilla, se debe la existen - cia en Las Palmas de aquella rica é interesante colección de restos y objetos gúauches, la más notable que hay en nuestro país, visitada por los extranjeros que pasan por Gran Canaria, y destinada acaso, merced al escasísimo interés que en nues- tra sociedad y por consecuencia en nuestros Gobiernos, des- piertan los objetos y. estudios histórico-naturales, á desbara- tarse y yacer perdida en cualquier rincón de la casa-ayunta- miento, donde al presente está instalada, ó á ser vendida para el extranjero, que sería lo menos malo, después de todo, para la Ciencia, el día que desgraciadamente falte el Sr. Chil, como ha sucedido con la que un particular tenía en Tacoronte, en la isla de Tenerife. El Sr. Zubía era uno de los más antiguos profesores de His- toria natural, de los Institutos de segunda enseñanza, y tam- bién de los más amantes de la ciencia que profesaba. La botá- nica le preocupó especialmente durante toda su vida y en sus numerosas herborizaciones por la cuenca del Ebro, allegó valiosos materiales para el conocimiento de la flora de aquella región, materiales que con sin igual desinterés, puso siempre á disposición de todo el que quería utilizarlos. No ha desmerecido durante este año la vida científica de esta Sociedad de la que ha llevado en los anteriores, á juzgar por la variedad é importancia de las Memorias y notas publi- cadas en sus ANALES y el creciente interés con que es solici- tado el cambio de esta publicación por numerosas y notables Sociedades extranjeras. No puedo menos de consignar que este año como los anteriores, desde su fundación, la sección de Sevilla merece plácemes por la constancia con que prosi- gue su trabajo, que es del mayor valor para el conocimiento de la Naturaleza de Andalucía. Sigue esta Sociedad en buenas relaciones con otras de igual índole, tanto del país como extranjeras, y recibiendo como donativo importantes trabajos que remiten sus autores. Hé aquí la lista de los que se han recibido durante el año que está concluyendo: 174 ACTAS DE LA SCCIEDAD ESPAÑOLA A cambio: American Association for (he Advancement of Science. — Thirty- seventh Meeting held at Cleveland, Augnst 1888. Salem, May 1889. —Thirty-eight Meeting held at Toronto, Ontario, August 1889. Salem, July 1890. American Naturalist. Vol. xx1v, números 286, 287, 288; xxv, números 288, 291, 292, 294 297. Philadelphia. . Annuaire géoloyique universel 1889, par L. Carez et H. Dou- villé. Paris, T. vir, 1e fasc., Paris juillet 1891. Academie des Sciences de Cracovie.— Bulletin international. —Comptes rendus des Séances de Vanmnée 1890. Décembre. Cracovie, 1891. —Comptes rendus des Seances de Pannée 1891. Févriera octobre. Archives neerlandatses des Sciences exactes et naturelles. Har— lem, 1891. Tome xxv. 1* livraison. Comissáo dos tratalhos geologicos de Portugal. — Congrés international d'Anthropologie et d*Archéologie. Compte rendw de la neuvieme session 4 Lisbonne 1880. Lisbon- ne 1884. —Voticia de algunas estacoes e monumentos prehistoricos, por Carlos Ribeiro. Lisboa 1878. — Voticia de algunas estacóes e monumentos prehistoricos, por Carlos Ribeiro. Lisboa 1880. — Relatorio da Commissáo desempenhada en Hespanha no año 1878, por J. F N. Delgado. Lisboa 1879. —Sobre a existencia do terreno siluriano no Baizo Alemtejo, por J. F. N. Delgado. Lisboa 1876. —Estudo de depositos superficiaes de bacia do Dowro, por Fre- derico A. de Vasconcellos Pereira Cabral. Lisboa 1881. —K iude stratigraphique el paléontologique des terrains juras- siques du Portugal, par Paul Choffat. Lisbonne 1880. —Description de la fiune jurassique du Portugal. Embran- chement des Echinodermes, par P. Loriol. 2m* fase. et dernier. Echinides irréguliers ou exocyeliques. Lisbonne, 1890. Comisión del Mapt geológico de España.—Bolelin, t. xv1, 1889. — Descripción fisica, geolózicr y agrológica de la provincia de Soria, por D. Pedro Palacios. Madrid, 1890. Crónica cientifica de Barcelona. Año x11r, números 313-315, 321-323; ¿ño xIv, números 316, 317, 320, 325-337. DE HISTORIA NATURAL. 155 Essex Institute, Salem. Bulletin, vol. xx, números l 4 12; vol. xxt, números l A 6. y —Charter and by-laws; with a list of its oficers and members. Salem, 1889. Fondation de P. Teyler van der Hult 4 Harlem.— Archives du Musée Teyler. Série 11, t. xix, núm. 3; vol. 111, 6”* Partie, Harlem 1891. K. K. Zoologisch botanischen Gesellschaft. Wien.—Verhand- lungen, xL Bd. 1y Quartal. December 1890. —xLI BJ. 1891. 2, 1 Quart. Museum of Comparative Zoology at Harvard College, Cam- bridge Mass.—Annmual Report for 1889-90. —Preliminary account of the fossil Mammals from the White River and Loup formations. Part. u. Carnivora and Artiodactyla, by W. B. Scott.— Perisodactyla, by H. F. Osborn. Cambridge 1890. (Bulletin, vol. xx, núm. 3.) —Oristatella: The origin and development of the individual in the Colony, by C. B. Davenport. Cambridge 1890, (Bulletin, vol. xx, núm. 4). —T he eyes in blind Cray fishes, by G. H. Parker. Cambridge 1890. (Bulletin, vol. xx, núm. 5). —The parietal eye in some lizards from the Western. U. $. by W. E. Ritter. Cambridge, 1890. /Bulletin, vol. xx, nú- mero 8). —Contributlions to the morphology of the Tuwrbellaria.—I. On ¿he structure of Phagocata gracilis Leydy, by Woodworth. Cambridge 1891. /Bulletin, vol. xxt, núm. 1). —T he compound eyes im Crustaceous, by G. H. Parker. (Bulle- tin, vol. xx1, núm. 2). —On some points in the Anatomy and Histology of Sipuncu- lus nudus Z. by H. B. Ward. Cambridge 1891. ¡Bulletin, vo- lumen xxr, núm. 3). —T he d+velopment of the Pronephros and segmental duct in Amphibia, by H. H. Field. Cambridge 1891. (Bulletin, volu- men XXI, núm. 5). Physikalisch-medicimischen Gesellschaft 24 Wiirzburg. — Sitzumgs-berichte, Jahrgang 1891. N. 1, 2, 3. : —Verhandlungen.— Neue Polge. Band. N. 3, 4, 5. —Beitrag zur Kenntniss des Kieselschiefers von Dr. G. Grein, in Darmstad (Verhandlungen, V. F. xx1tv B, núm. 7). 176 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA —Beitrage zur Kenntniss der Geotriton fuscus Fischer aus Cob lentz, 1891. (Verh., xxv. B1..Nr. 1). —Siudien zwr Messemg der horizontalen Gliederung von Er- dráumen. von Dr. K. Ehrenburg 1891. /Verh., xxv. Bd. Nr. 2). Royal Microscopical Society.— Journal, 1890. Part. 6. De- cember, núm. 79. 1891. Part 3. June, núm. 82. Part 4. August, núm. 83. Part 5. October, núm. 84. Smithsonian Institution. Washington. — Annual Report of the board of Regents for the year ending. June 30, 1886. Part 2.* June 30, 1287. Part 1.* and part 2.* July 1889. Washington 1890. —Fontaine (W. M.) and Knowlton (F. H.) —Votes on triassic plants from New-Mexico. Washington 1890. (United States Na- tional Museum). —Knowlton (F. H.)—4 revision of the genus Traucarioxylon of Kraus with compiled descriptions and partial synonomy of the species. Washington 1890. (United States Vational Museum). Sociedad cientifica Argentina. —A nales. Buenos-Aires. Tomo Xxx, entregas v, vi; T. xxx1I, entregas 111, V, VI DT. XxX entregas 1, 11, 11. Sociedad geográfica de Madrid.—Boletiín. T. xx1x, números By 6; T. xxx, ¡números 16; T.¿XXx1,MÚUMEerosil-3. Societá entomológica ¿italiana.—Bulletino. Anno 22, trimes- tri me 1v. (Dal luglio al dicembre 1890). Sociedad mejicana de Historia Natural. Méjico. —La Naturaleza.— Periódico cientifico. Segunda serie. T. 1, cuadernos 5 y 7. Societá Toscana di Scienze naturali residente in Pisa.—Att. Processi verbali. Vol. vu. Adunanza del di 6 luglio 1890. —Yemorie. Vol. xL. Pisa 1891. Société academigue franco-hispano-portugaise de Toulouse. T. 1x, numéros 1, 2, 3(1* et 2m* trimestre); T. x, num..1, 1890. Société botanigue de Copenhague.—Botanisk Tidskrift.—Jour- nal. T. xvn. Livraison Iv. —Meddelser fra den botaniske Forening. Copenhague. Bd. 2. Nr. 7, 8. Juni 1890. —Den botaniske Forening Jelskrift. 12 April 1890. Société botanique de France.—Bulletin. T. XXXVIL- —Session extraordinaire de la Rochelle. T. xxxvnt, 1891.— Comptes-rendus des Séances, 2. (1* mai 1891). T. xxxvnr, 1891. DE HISTORIA NATURAL. ir 3. Publié le 1 juin 1891, 4. 1* aoút 1891, 5. 1* sept. 1891. —Revue bibliographique. Paris, le 1* octobre 1891. —Bulletin. T. xxxvm, 1890. Table alphadétique des ma- tieres. Société des Sciences historiques et naturelles de Semur (Cóte d'or). Bulletin. 2”* serie. N* 5. Année 1890. Société d Histoire Naturelle de Toulouse. Bulletin trimestriel. 22m année. Avril-décembre; 23”* année. Janvier-juin. Société entomologique de France.— Annales, 67* série, T. x, 1890. Société géologigue de France.— Bulletin. 3”* série, 1890, nu- méros 7 y 8; 3* série, T. x1x, 1891, numéros 1-3. Société impériale des Naturalistes de Moscou.—Bulletin, an- née 1890. num. 3; année 1891, num. 1. —Meteorologische Beobachtungen ausgefúhrt am Meteorologis- chen Observatorium der landwirthshaftlichen Akademie bei Mos- kau 1890. Erste Hálfte. Sociéte linnéenne de Bordeauz.—Actes, Vol. xLm. Bordeaux, 1889. Suciété linnéenne de Normandie, Caen.— Bulletin, 4m* série, 2me vol. 1887.88; 5m*-yol. 1891, 1er et 2me fasc. Société linnéenne du Nord de la France. Amiens.— Mémotres, T. xxxvHn, 1886 88. Amiens 1889. — Bulletin, T. 1x, 17* année, numéros 187 á 210; 18 année, numéros 199 á 210. Société ouralienne amateurs des Sciences naturelles. Ekate- rinenburg. T. x11, livr. 1. Société Zoologique de France.— Bulletin, T. xv, numéros 8 a 10 (décembre 1890); T. xv1, numéros 2 a 8. Paris. Oniversilas regia Fredericiana. Christiania. Viridarium nor- vegicum. Norges vaxtrige. Af Dr. F. C. Schibeler. 3%e Bind Christiania 1889. United States Geological Survey.—Bulletin, numeros 48 4 57. Eight annual report 1886-87. Part 1, part 2. —Becker, Geology of the quecksilver deposits of the Pacific Slope. —Newberry, Fossil fishes and fosill plants. —Fontaine, Potomac or younger mesozoic flora (xv, part 1, text., part 11, plates). —Newberry, Paleozoic fishes or North America. ACTAS DE LA SOC. ESP.— XX. 12 178 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Vereins fúr naturwissenschafiliche Unterhaltung. Hamburg Verhandlungen, vir Bd. 1891. Zoologischer Anzeiger. T. xi, números 350-354, 398-377. Como donativos: Appendice a Orchideographtia portugueza, por J. d'A. Guima- ráes.—(Don. del A.) Australian Museum.—Sydney, Records, Vol. 1, 1891, n” 7-8. Catalogue of the Chinese Imperial maritime Customs Collec- tion; at the United States international Exhibition, Philadel- phia, 1876. Shanghai, 1876. Catalogus seminuwm horti botanici mantlensis. Anno 1890.— (Don. del Ministerio de Ultramar.) Commision meteorologique du Calvados. — Bulletin mensuel. Avril, 1891. Compte rendu des Séances du Congrés imternational de Zoolo- gie, publiée par R. Blanchard. Paris, 1890. De Gabá 4 Begas. Excwrsió entomologica per Miguel Cuni et Martorell. Barcelona, 1891.—(Don. del A.) Descripción fisica, geológica y minera en bosquejo de la isla de Panay (Filipinas), por D. Enrique Avella y Casariego. Manila, 1890.—(Donativo del Ministerio de Ultramar.) Description of fowrteen new species and one new genus of North American Mammals by Dr. C. Hart Merrian. North american Fauna. N” 2. Washington, 1889. (U.S. Departement of Agri- culture. Division of Ornithology and Mammalogy.) Diccionario de Historia Vatural, por Odón de Buen. Barce- lona, 1891. Tomo 1. Cuadernos 1.” á 10.”—(Don. del A.) Discurso leido por el Sr. D. Gumersindo de Azcárate el día 10 de Noviembre de 1891 en el Ateneo científico y literario de Madrid, con motivo de la apertura de sus cátedras. Madrid, 1891.—(Don. del Ateneo.) El Progreso Médico. Habana. Año 11. Diciembre, 1890. Electricidad industrial al alcance de todos, por D. Felipe Mora.—(Don. del Autor.) Elminti della Croazia, por Michele Stossich, Professore in Trieste.—(Donativos del Autor.) —Alminti veneti racolti dal Dr. Alessandro Conte de Niuwi. Seconda serie. Trieste, 1891. —Il genere Dispharagus Dujardin. Trieste, 1891. Espagne et Portugal, par P. Choffat. (Extrait de l' Annuaire DE HISTORIA NATURAL. 179 géologique universelle. T. vi, 1889). Paris, 1891.—(Don. del A.) Peuille des jeunes Naturalistes. 212 année. N.% 246-253.— (Don. de Mr. Dollfus.) Insect Life. Vol. 11. N.“s 11 y 12. Washington, 1891. (U. $. Departement of Agriculture. Division of Entomology). Kónig. Ungarischen geologischen Anstalt. Budapest. —Jahresbericht fir 1889. Budapest, 1891. —Mittheilungen aus dem Jahrb. 1x Band 1-5 Hefts. Budapest, 1890-91. La prueba de indicios, por D. Santiago López Moreno. 2.* edi- ción. Madrid, 1891.—(Don. del A.) Liste des publications faites d'apres les matériauz ou les obser- vations provenant des campagnes du yacht 1” Hirondelle.—(Do- nativo de S. A. el Príncipe de Mónaco.) Manchester Museum Owens College. Report. - Matériauz pour la faune entomologique du Limburg. Coléopte- res. 4”* centurie, par A. Preudhomme de Borre. Hasselt, 1891. —(Don. del A.) Memoria sobre puertos ostreros, por D. Cándido Hidalgo y Bermudez. Sevilla, 1891.—(Don. del A.) Minnesota Academy of Natural Sciences. Bulletin, Vol. 11. N.” 1.—Proceedings and accompanying Papers. 1883-86. Min- neapolis, 1889. Moluscos marinos de España, Portugal y las Baleares, por J. G. Hidalgo. Entregas 18, 19, 20. Madrid. Julio, 1890.—(Do- nativo del A.) Musei di Zoologia ed Anatomia Comparata della R. Untver- súa di Torino.—Bolletino, Vol. v. 1890. N.% 74-93. Vol. vi, 1891. N.** 91 á 103, ambos inclusive.—(2 ejemplares.) Museo Civico di Storia naturala di Trieste.—A tti, vin. Tries- te, 1890. Vaturforschenden Gesellschaft zu Freiburg.—Berichte, 4 Bd., Ao Bd: o de Necrología del Dr. D. Juan Padilla y Padilla, por D. A. Mar- tínez de Escobar. Las Palmas de Gran Canaria, 1891.—(Dona- tivo del A.) Observatorio Meteorológico de Manila (Donativo): —Observaciones verificadas durante los meses de Marzo, Julio, Agosto, Septiembre y Noviembre de 1890. Manila, 1890. 180 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Odonates, par Edm. de Selys Longchamps. Genova, 1891. (Viaje de Leonardo Féa á Birmania y regiones vecinas).— (D. del A.) Pantobiblion, S.* Petersburg. N.” 1.—(Don. del Editor.) Principios elementales de estática gráfica, por D. Eugenio Guallart Elías. Madrid, 1891.—(Don. del A.) Rassegna delle Scienze geologiche in Italia, par M. Cermenati y A. Tellini. Roma, 1891.—(Don. de los Autores.) Reports on the results of dredgin, under the supervision of A. Agassiz, in the Gulf of Mexico (1877-78) and in the Caribbean Sea 1879-80), by U.S. Coast Survey Steamer «Blak=»».— XXIX Report on the Mollusca, by W. H. Dall. Part n. Gastropoda and Scaphopoda. Cambridge, June. 1889.—(Don. del Prof. Agassiz.) Revision of the North American Pocket Mice. By Dr. C. Hart Merrian. Washington, 1889. (Nort American Fauna. N.* 1.— U. S. Departement of Agriculture. Division of Ornithology and Mammalogy). Revista argentina de Hist. Nat. Buenos Aires. (Donativo): Tomo 1. Entregas 1.* á 5.* Buenos Aires, 1891. Royal Physical Society.—Edimburgh, Proceedings. Vol. x. Part. 2. Semanario farmacéutico.—(Don. de su director D. Vicente Martín de Argenta).— Año xIx. N.“ 10417, 22428, 30 a 34, 45 4 47, 49 a52.—Año xx. N.“w 149. Servicio sanitario en los ejércitos modernos. Conferencia dada el 20 de Enero de 1891 en el Centro del Ejército y de la Ar- mada, por el Dr. D. Martín Bayod.—(Don. del A.) Sociedade broteriana. Coimbra. Buletim, T. vit. 1890. Fas- cículo 2, 3, 4.—T. 1x. 1891. Fasc. 1. Sociedade Carlos Ribeiro. Revista des Sciencias naturaes e sociaes. Vol. 11. N.% 5 y 6. Societá di naturalisti in Napoli.—Bulletino, Vol. v. Anno v. 1891. Fascicolo 1. Sociéte botanique de Lyon. —Votes et mémotres. 1886, 87, 88. —Bulletin trumestriel, 4*, 5*, 6%, années. Société des Sciences physiques et naturelles de Toulouse.— Bu- lletin, T. vi. Années 1885-87; T. vir. Année 1888. Sylloge algarum omntium hucusque cognitarum. Digesst. Doct. J. Bapt. De Toni.—Vol. 11. Bacillariee. Bibliotheca diatomolo- DE HISTORIA NATURAL. 181 gica seu Catalogus librorum et Collectionum exsicatarum Bacilla- rieas quascumque sistentium.J. Deby, Curante. Patavi. MDCCCXCLI. —(Don. del Sr. Deby.) The english Sparrow (Passer domesticus) ¿nm Vorth America specially in ¿ts relations to Agriculture. Washington, 1889. (U. S. Departement of Agriculture. Division of Economic or- nithology and manmalogy. Bulletin n” 1). Trenton Natural History Society.— Journal, Vol. mn. Jan- nuary, 1889. Ungarischen Geologischen Gesellschaft Budapest.—Zeitschrift xx1I Kótet, 1891. Jan-Marcz 1-3 Fiset. Se procedió á la elección de la Junta directiva y Comisión de publicación, que dió el resultado siguiente: Junta directiva. Presidente: Sr. D. Laureano Pérez Arcas. Vicepresidente: Sr. D. Máximo Laguna. Tesorero: Sr. D. Ignacio Bolívar. Secretario: Sr. D. Francisco Quiroga. Vicesecretario: Sr. D. Manuel Janer y Ferrán. Comisión de publicación. Sr. D. Juan Vilanova. Sr. D. Francisco de P. Martínez y Sáez. Sr. D. Blás Lázaro é Ibiza. —El Sr. Lázaro presentó los vasos peruanos á que se había hecho referencia en la sesión anterior por dicho señor y por el Sr. Espada, y expuso acerca de ellos las siguientes obser- vaciones. «El vaso que lleva el núm. 595 representa con toda perfec- ción tres frutos de la Zagenaria vulgaris, de la forma cono- cida con el nombre de calabaza vinatera ú de peregrino y en ellos pueden verse hasta los cordones atados en el estrecha- miento que marca la separación de las dos partes del fruto, indicando las cuerdas de que suele hacerse uso para colgarlas como se hace aun hoy en muchas localidades rurales. 182 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ). Copiado del natural por D. Manuel Becerra. ógico . 628 del Catálogo del Museo Arqueoló un ico (n ó8 Vaso peruano del Museo Arqueol DE HISTORIA NATURAL. 183 El marcado con el núm. 628 es el que yo atribuyoá la Cassia brasiliana y en el que encuentro perfectamente representado el fruto de dicha especie, aunque el Sr. Espada insista verbal- mente en que es el de la Inga Feulles ya que como he visto no lo consigna, sin duda por la extremada concisión de la nota que entregó para la sesión anterior. Ya he consignado en dicha sesión las razones en que me fundo para afirmar que no puede ser la Znga y sí la Cassia y no las habré de repetir» pues son frutos harto diversos y no pueden tomarse uno por otro. Solo habré de rogar al Sr. Espada que en este punto no se limite 4 negar repetidamente, sino que indique las razones en que se funda para no admitir las por mí alegadas, al señalar las diferencias existentes entre estas dos legumbres. Ruego también al Sr. Espada que examine los ejemplares que de ambas existen en la valiosa colección carpológica existente en el Jardín Botánico de Madrid, procedentes según creo de las recogidas en la expedición del Pacífico, ejemplares que Vaso peruano del Museo Arqueológico (núm. 6t1 del Catálogo). Copiado del natural por D. Manuel Janer y Ferrand. siento no poder presentar por estar encerrados en vitrinas que no pueden abrirse, como saben cuantos conocen dicha instalación, y cuya presentación bastaría para que el señor Espada aceptase la determinación que he tenido el honor de indicar. El vaso señalado con el núm. 641 es uno de los varios que en la colección representan el fruto del Solanum muricatum 184 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA con su forma, tamaño, cáliz hendido en cinco divisiones y hasta elementos de decoración que reproducen la distribución del color en este fruto. Como reconoce el Sr. Espada, este fruto es sin duda el del Solanum mencionado, siendo de notar que todos los que en la colección de vasos peruanos del Museo Arqueológico representan este fruto tienen los mismos deta- lles y representan un solo fruto cada uno. Al propio tiempo presento á la Sociedad un cuadro al óleo Vaso peruano del mismo Museo (núm. 637 del Catálogo). Copiado del natural por D. Manuel Janer y Ferrand. que corresponde á una colección de ellos que existen en el Jardín Botánico de Madrid y representan plantas de América copiadas del natural por un fraile aficionado en el siglo xvi (1). - (1) Esto es lo que tengo entendido, pues su procedencia no consta en el archivo DE HISTORIA NATURAL. 185 Este cuadro representa la planta completa del Solanum muri- catum con sus frutos de igual forma y tamaño que los repre- sentados en el vaso núm. 641 y los demás análogos de la mis- ma colección. Tanto en el vaso como en los frutos pintados se ve bien claramente que el fruto es hemisférico en su mitad inferior y cónico en el resto, terminando en punta y con la sec- ción transversal mayor, no en la mitad de la longitud, sino bastante más próxima á la base. Hay que notar que estos ca- racteres los presentan constantemente los vasos en que de con- formidad reconocemos el Sr. Espada y yo el fruto de este So- lanum, y que nada de esto se observa en el vaso sobre cuya determinación venimos discutiendo desde la sesión anterior. Preciso es también que todos los vasos de Solanum representan un solo fruto, y que el cuadro los representa también siempre solitarios y muy alejados, como ocurre constantemente en esta especie, mientras que el vaso cuestionado representa nada menos que cinco, y tan juntos, que se tocan unos á otros. Es este vaso el que lleva el núm. 637, en cuya imagen pue- den comprobarse las razones expuestas por cada cual respecto de su naturaleza. Como ya expuse algunas en la sesión anterior, á fin de no repetir, me limitaré á rogar á los que las leyeren que lo hayan ante el grabado, y agregaré alguna otra que su examen me pueda sugerir. En primer lugar haré notar que la boca comu- nica en este vaso con una masa á la que abocan los frutos propiamente dichos, y que una cosa análoga ocurre en las manos de plátanos con mucha frecuencia porque la solda dura de los pedúnculos en la base origina una masa carnosa plana que está en el mismo plano que el verticilastro de los frutos. La existencia de pedúnculos no es una razón de gran peso, pues hay plátanos pedunculados, y en el vaso en cuestión no lo son todos, como puede verse. En la misma colección á que corresponde el cuadro antes citado hay otro que representa variedades de plátanos con pedúnculos bien perceptibles. del establecimiento. Lo que esindudable es que dicho cuadro, como los demás que con él forman la colección, están copiados del natural y con gran exactitud, aun cuando no sean notables por su mérito artístico. 186 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA Además, estos podrían no tener por objeto la representación de pedúnculos, sino servir de tubos de comunicación para fa- cilitar la salida del líquido, dado que el objeto estaba desti- nado á servir de vaso. Considero esto posible, porque en el mismo vaso de la Lagenaria y en otros muchos de la colección hay tubos de comunicación que no corresponden á los obje- tos representados, y porque el fruto que mejor comunica con la boca, que es el que está en medio, carece de este tubo de comunicación ó pedúnculo. Véase el grabado. Si estos tubos son huecos, como supongo, servirían para que el aire entrase por ellos al inclinarlos para beber, evitando así que el líquido saliese con intermitencia como en los frascos de una sola boca, lo cual sería sumamente incómodo en un vaso. Además se nota claramente que los dos frutos que están inmediatamente á los lados del que ocupa la parte media, tienen los pretendidos pedúnculos no insertos en la base, como los dos más externos, sino lateralmente y en puntos bien distantes de la base, como no los tiene ningún fruto. La unión de estos pedúnculos con los frutos, aparte de esta inser- ción caprichosa y variada, presenta de notable que el pedún- culo aparece dividido en la inserción, lo que en opinión del Sr. Espada podría querer representar un cáliz, cosa que cier- tamente no presentan los plátanos, pero podría no ser sino una necesidad del modelado por la dificultad de soldar un tubo sencillo y delgado con una cavidad de paredes bastante finas como lo son las de este vaso. En todo caso bueno es ha- cer notar que estos pretendidos cálices tienen tres divisiones, como es común en las monocotiledóneas, y no cinco como las solanáceas. Sin embargo, más que en los detalles, fundo mi opinión de que este vaso puede representar una mano de plátanos en la impresión del conjunto y en la imposibilidad de referir este fruto á ningún otro fruto del país, imposibilidad que parece sentir también el Sr. Espada cuando no encuentra otra cosa á qué referirlos que á los frutos del mencionado Solanum, á los cuales por las razones expuestas en la sesión anterior y en la de hoy no pueden referirse en modo alguno, pues para ello basta examinar el vaso en que estamos de acuerdo en re- - conocer este fruto y que figura también dibujado en estos ANALES (núm. 641). DE HISTORIA NATURAL. 187 El punto flaco de mi argumentación podría estar, acaso, en la antigúedad de los vasos, que yo por mí no puedo garanti- zar, pero que no ha sido puesta en duda ni por el mismo señor Espada. Fuera de esto, como las objeciones que se me hacen, que son á mi juicio las más fundadas, son las de los historiadores que nada dicen ó de alguno que niega que el plátano existiese en América antes de la conquista. Ya expuse en la sesión anterior algo en contestación á las atinadas observaciones del Sr. Espada, que tanto y tan justamente pesa en mi ánimo, por la reconocida competencia de dicho señor en esta parte espe- cial de la historia, pero séame permitido agregar que estas cuestiones no son puramente históricas y que solo pueden tratarse en el terreno de la crítica á falta de mejores y más sólidos fundamentos para resolverlas. Entre los vasos que he tenido el gusto de presentar están los que representan la calabaza vinatera, especie que por la crítica de los autores antiguos y aun por algunas observacio- nes botánicas no se creía existente en América en aquellos tiempos, y sin embargo, si el vaso núm. 595 es anterior á la conquista, todo vendrá abajo ante el valor de este hecho po- sitivo. Casos no menos curiosos existen en la investigación de la patria de otras plantas de cultivo, ó de las épocas en que han comenzado á cultivarse en cada país. Por los datos históricos habría de creerse que el melón no fué conocido de los griegos ni romanos. Ninguna de las descripciones, completas y bien expresivas, que hacen Hipócrates, Teofrasto, Dioscórides y Plinio, pueden convenir á este fruto, y como indica Decan- dolle con tanta lógica como gracejo, no existiendo una indi- cación clara de esta especie ni mención de su fruto en histo- riadores tan concienzudos y tratándose de países en que abundaban los glotones y estas cuestiones no se miraban con indiferencia, debiera deducirse que no conocieron esta planta. Tanto más debiera pensarse así cuanto que describen de un modo claro otros frutos de cucurbitáceas de menor estimación. Pues sin embargo, la planta del melón no solo era ya conocida en aquella época, sino empleada como motivo de decoración como puede verse en el célebre mosaico de los frutos del Mu- seo Vaticano y en alguna pintura mural de Herculano, y por 188 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA tanto, contemporáneo ó anterior al mismo Plinio, puesto que este murió en la misma catástrofe que destruyó 4 Herculano. Si 4 historiadores harto más naturalistas que los que tratan de los primeros años de la conquista del Perú, pudo escapar un dato como este, no hay que negar la posibilidad de que - haya ocurrido con el plátano una cosa semejante, cuando en esta cuestión hay historiadores que afirman que los america- nos poseían el plátano, otros que afirman fué llevado de Cana- rias y la mayoría guardan silencio. En conclusión y para no insistir sobradamente en esta cuestión, sigo creyendo que el vaso núm. 637 puede ser plá- tano y no cabe pensar que sea el tubo del Solanum murica tum, que el 628 es sin género de duda Cassia brasiliana y que estas cuestiones pueden resolverse mejor por la crítica del natura- lista que por estudio de los cronistas antiguos y poco compe- tentes en cuestiones botánicas. —El Sr. Jiménez de la Espada, en respuesta á las observa- ciones del Sr. Lázaro, dijo lo siguiente: «Sin duda alguna mi memoria envejece más á prisa que yo. Digo esto porque no hallo enteramente conformes las referen- cias y apreciaciones de mi sabio compañero el Sr. Lázaro, acerca de la parte que me corresponde en la cuestión que he- mos sostenido en las sesiones de nuestra Sociedad, celebradas en los últimos meses del pasado año de 1891, y cuyo asunto principal consiste esencialmente en la averiguación de si la especie ó las especies de plátano (Musa ), existian en el conti- neute, hoy de América, y sus islas, antes que los descubriéra- mos. Y la culpa no es sólo de mi memoria, pero también de mi poca diligencia en consignar por escrito mis razones con la debida oportunidad, por lo que pido mil perdones al señor Lázaro y á mis consocios, rogándoles al propio tiempo que vean en esta nota, en que voy á resumir lo que no he escrito, la enmienda de mi falta. »Comenzaré atendiendo á una de las observaciones que creo adivinar en la nota del Sr. Lázaro, de 4 de Noviembre, y en que sospecho ha de tener alguna relación con el final de la de 2 de Diciembre, y es que al discutir la prueba fundamental aducida por mi compañero, acerca de que el plátano existía en América antes de la conquista (véase núm. 637), no supe deslindar, 4 mejor dicho, confundí en mi demostración el va- DE HISTORIA NATURAL. 189 lor é importancia de los caracteres botánicos con los datos históricos. Bien pudiera ser, y por si acaso, procuraré no me- recer ahora la advertencia. »Dijo el Sr. Lázaro en la sesión del 6 de Mayo, según nota publicada en el número correspondiente de nuestros ANALES, y refiriéndose al indicado vaso de las colecciones de nuestro Museo Arqueológico nacional: «Varios son los vasos que en esa colección representan toscamente frutos de plátano (1), pero hay uno ¿incuestionable (637), pues representa uno de los semiverticilastros que se originan en esta infrutescencia tan caracteristica por las diversas flores que nacen en la axila de una misma bráctea. La factura más perfeccionada, la disposi- ción del grupo, las dimensiones, todo representa fielmente los frutos de una Musa.» »A este bosquejo material, acompañado de afirmación tan rotunda, opuse, y opongo ahora de nuevo, estas rszones de pura crítica botánica: »Todas las variedades del plátano hoy existentes en Améri- ca, desde la pacoba de los brasileros, plátano «hartón» ú «harta bellaco» de los criollos, que suele alcanzar más de una tercia de largo, hasta el «zoquete» y el «dátil», cuyo tamaño le da el nombre, todas presentan los siguientes caracteres: forma ge- neral cilindrácea, aunque por los pliegues de la corteza, á modo de aristas, por lo común en número de cuatro. y dos muy marcados, afecta al exterior algunas veces la prismática; eje curvo; punta roma ó truncada, donde se descubren las huellas ó los restos de los verticilos florales; sin pedúnculo 6 (1) Sobre estos no ha habido cuestión, porque ni siquiera son cuestionables. 190 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA cabillo distinto; la corteza se prolonga por esta parte forman- do un pezón prismático. En una palabra, el fruto del plátano representa el desarrollo de un ovario ínfero (1). »El imitado en el vaso, 4uaco 6 huaquero núm. 637, es fusi- forme, terso, de eje recto, con la punta ó extremo libre prolon- gado y agudo; provisto de largo y cilíndrico pedúnculo, que en el engarce con el fruto presenta claros y manifiestos los sépalos ó divisiones del cáliz. En suma, es un fruto procedente de ovario súpero. »Como estos caracteres eran y son para mi incompatibles con los del plátano, me eché naturalmente á discurrir á cuál de los frutos indígenas más vulgares de la tierra en donde el vaso se encontró pudiera corresponder, y llevado por el evi- dente aspecto de solanácea que ofrece, me fijé en el llamado por los españoles «pepino de la tierra», cáchwm por los qui- chuas y cachuma por los aimaraes. Es este fruto aguanoso, fresco y agradable, de los cultivados en las tierras yuncas ó de la costa desde remotísima antigúedad, tanto que en una de sus fábulas cuentan que se formaron de la carne de cierta deidad descuartizada por otra en venganza de cierto agravio. Esta antigúedad y origen divino influyen notablemente en la frecuencia con que tales frutos se hallan en los lugares sagra- dos 6 mortuorios como ofrendas en imagen ó ex-votos; y el Sr. Lázaro sabe tan bien como yo, que en la colección de nues- tro Museo Arqueológico abundan las representaciones del in- dicado fruto. Ya sé yo que dichas circunstancias no bastan. para clasificar como cáchun 6 Solanum muricatum, el fruto del huaquero 637, pero no me he atenido á ellas solas, sino que las he comparado con la forma típica del cdchwn que nos muestra el vaso 641, de la cual, en mi concepto, se pasa sin mucha violencia á la del 637, teniendo en cuenta sobre todo que el cáchun es fruto hortense de remota fecha, y cultivado por ha- bilísimos hortelanos como eran los yuncas costeños, y por lo tanto susceptible de formas variadísimas, como el pimiento, v. gr., si bien dentro de un molde derivado de la primitiva ó (1) Con el objeto de que pueda compararse la forma del fruto del plátano con la del que representa el vaso núm. 637, damos el dibujo de uno de los primeros tomado en- tre más de ciento de los que, procedentes de las islas de Canaria, abundan en nues- tras fruterías, y que ha sido copiado del natural por el Sr. D. Manuel Becerra. DE HISTORIA NATURAL. 191 espontánea forma, dentro de la cual, á mi parecer, caben có- modamente las de los números 641 y 637. »No creo que mi ilustrado compañero recuse por cronistas incompetentes las dos autoridades que alegaré en mi favor, Ó al menos en disculpa de mi insistencia en calificar de pepinos los frutos del huaquero de nuestra disputa. »Tampoco los pepinos son árboles, sino hortaliza, que en un »año hace su curso. Pusiéronles este nombre porque algunos »de ellos ó los más tienen el largo y el redondo semejante al »pepino de España, más en todo lo demás difieren; porque el »color no es verde sino morado ó amarillo ó blanco, y no son »espinosos ni escabrosos, sino muy lisos; dánse en tierras tem- »pladas y quieren regadío, y aunque por la figura los llaman »pepinos, muchos de ellos hay redondos del todo y otros de di- »ferente hechura; de modo que ni aun la figura tienen de pepi- »os», etc. (Acosta, Hist. nat. de las Indias, lib. 4.”, cap. xIx.) »Es comunmente esta fruta /cáchun] de media tercia de largo, »tan gruesa como la muñeca y aun como el brazo y ahusada. »Verdad es que hay entre estos pepinos gran variedad en el »tamaño, figura y color; porque unos son mayores que otros; »unos ovados ó ahusados, otros redondos y otros largos; los hay »morados, blancos y amarillos y de otros colores; pero los más »comunes son morados con unas rayas Ú listas de otro color, 6 »del mismo más oscuro á lo largo. La pulpa es amarilla, muy »aguanosa y dulce; es casi toda maciza, que no tiene sino un »pequeño hueco en medio, á lo largo, en figura piramidal, »cuanto cabe en él un dedo de la mano, en el cual junto al »pezón tiene la semilla; y no pocas veces acontece, cuando un »pepino está muy maduro, hallarse en este hueco otro pequeño »formado con su cáscara y asimismo maduro, que juntamente »se come con su padre.» (P. Bernabé Cobo, Hist. del Nuevo Mundo, lib. 1v, cap. xxx. Ms. de 1653. Edición de los bibl. andaluces, 1890.) »Con ocasión de este doble y anormal desarrollo del cáchun indicado por el P. Cobo, recuerdo (y lo recuerdo muy bien) haber notado que este fenómeno frecuente en los frutos culti- vados con vicioso y excesivo esmero, constituía una cualidad suficiente para tenerlo por producto maravilloso 6 sobrena- tural, y elevarlo á /hwaca Ó cosa sagrada, aunque no concu- rrieran en él las de multiplicidad de formas y su procedencia 192 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA de carne divina; todo para explicar su repetida presencia en los enterramientos ú adoratorios, de los cuales se extrajo el huaquero y los otros que imitan la misma producción vegetal en cualquiera de sus diversas formas. »Una de las objeciones con que el Sr. Lázaro combatió mi tema de que el alfarero yunga representó «pepinos de la tierra» en el vaso 637, es que en éste los cuatro frutos más externos están unidos por pares en la base de sus pedúnculos, dando á entender que así salen en la planta, mientras que en el natu- ral, como lo demostraba un cuadro al óleo pintado por un fraile en el siglo xvIr, se encuentran dichos frutos entera- mente aislados. La fecha del cuadro y el oficio del pintor, podrán ser los que el Sr. Lázaro asegura, y sus datos tendrá que lo prueben; pero la pintura se parece tanto á las que se hicieron por los artistas de la expedición de Malaspina muy á los fines del pasado siglo, que, á la verdad, dudo que aquella sea su procedencia. Por lo que hace á la unión de los frutos que se figura en el huaquero incompatible con la natural fru- tescencia pintada por el fraile, yo ruego al Sr. Lázaro que fije su atención en la obra de mano y observará que el alfarero no quiso representarlos como nacidos dos á dos de una planta, sino independientes, pero pegados y sobrepuestos uno á otro, para lo cual, mientras el barro estaba blando todavía, aplastó con los dedos los extremos libres del cabillo para facilitar la pegadura con más ancha superficie. »Arguyóme también el Sr. Lázaro con que los pedúnculos figurados en el vaso no eran tales pedúnculos, sino adornos Ó refuerzos, ensanchados hacia la parte anterior, para dar más solidez á la obra, y que probablemente estarían huecos, para facilitar la entrada ú circulación del líquido dentro del hua- quero. Mi respuesta al primer punto de la objeción es su exac- tísimo dibujo. Al segundo, que el recurso hidrostático del alfa- rero hubiera sido completamente inútil; los frutos modelados en el vaso están en comunicación unos con otros por una gran parte de su superficie á lo largo, y en la base por hallarse em- butidos en la caja del recipiente, que mi digno compañero toma por la masa basilar de los verticilastros de la Musa. Y si los pedúnculos fuesen huecos, que no lo son, harían en tal caso el innecesario oficio de sifones, porque el punto más alto de la curva que describen l:ega mucho más arriba del plano de DE HISTORIA NATURAL. 193 unión de la boca del vaso con la parte posterior de su cavidad. >»Comprendo la ingeniosa explicación del Sr. Lázaro; lo que no me explico es que, á pesar de ella, admita que hay pláta- nos pedunculados. No los conozco. Pero lo que sé es, que con el tiempo, y mucho después de cortado el racimo, los pezones ó prolongaciones corticales de la base de los frutos, al secar se, pierden su forma prismática, se arrugan y adquieren las apariencias, nada más que las apariencias, de un pedúnculo. »Hasta aquí y salvo algunas ligeras diversiones á la cerá- mica y horticultura de los yuncas, me parece que no puede acusárseme de haber ido á buscar mis razones, buenas ó ma- les, fuera de los límites de la botánica ó mejor dicho de la carpología. Ahora voy á la parte histórica de la cuestión. »Con objeto de que pueda juzgarse de la «importancia de la observación que presentaba á la Sociedad de existir vasos an- teriores á la conquista, representando frutos grandes de la Musa sapientum R. Br.», traza el Sr. Lázaro una reseña tan oportuna como erudita y juiciosa, en que, comenzando por la crítica de las especies ó variedades de ese género, y después de asignarle por patria ¿incuestionable el antiguo mundo, en donde de remotísimos tiempos era conocido, presenta en con- troversia y con entera imparcialidad textos autorizados de nuestros historiadores y noticias y opiniones de viajeros ex- traños, unos afirmando y negando otros que el plátano exis- tiera y se cultivara en América antes de la conquista. Esta última parte de la reseña es la que principalmente nos in- teresa. »La primera autoridad que en ella se aduce está tomada de la HTistoria de la congwista del Perú, por W. Prescott (ver- sión castellana de 1853), expuesta en las siguientes palabras: «Mantiénese en América la tradición de que el plátano harton y el dominico existían en ella por aquella fecha (la de la lle- gada de los españoles). El historiador Prescott cita un manus- crito de 1527 de un español en el que se refiere que los natu- rales agasajaron á Pizarro, á raíz de su desembarco, obsequián- dole con plátanos.» Si la cita fuera exacta, constituiría prueba casi concluyente y hasta holgaría el testimonio material de los vasos del Museo Arqueológico. Mas, por desgracia, no es así, y tengo por sin duda que mi sabio compañero ha pade- cido en el caso una distracción inconcebible, aparte de que ACTAS DE LA SOC. ESP.—XXo 13 194 ACTAS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ha sido poco explícito al mencionar una tradición que con- serva y designa los nombres de dos especies ó variedades de plátanos conocidas ya en el Nuevo Mundo á la llegada de los españoles; bien merecía, á mi juicio, haber declarado dónde y por quién constaba noticia de tantísimo interés; porque supongo que no se referirá al manuscrito de 1527. El cual ni es de ese año, ni Prescott le cita con motivo de los plátanos peruanos, ni tenía para qué citarle, porque en el pasaje de la cita el autor del manuscrito no habla de tales frutos. La obra á que voy refiriéndome (aún inédita) la escribió el licenciado D. Fernando Montesinos á mediados del siglo xvi. La parte correspondiente á la historia moderna del Perú está en forma de anales, y por lo tanto cada división va señalada con el número del año cuyos sucesos comprende. De aquí la equivo- cación de haber tomado el año en que estos acaecen por el de la fecha en que se escribieron. La cita de los anales de Mon- tesinos no la hace el historiador norte-americano con el mo- tivo que el Sr. Lázaro supone, sino con el de sucesos narrados en el párrafo inmediato siguiente. Prescott añadió por cuenta propia, y con poco fundamento, los plátanos al presente que ofrecieron los tumbecinos á D. Francisco Pizarro, porque la añadidura daba á la ofrenda más color local, más riqueza y más alta idea de la pasmosa fecundidad de la tierra descu- bierta. La traducción castellana del libro de Prescott es muy conocida, y pueden comprobarse fácilmente mis asertos con- sultando la pág. 70 de la edición de Gaspar y Roig. »La segunda autoridad aducida es la del inca Garcilaso. Es de muy poco peso, porque en el mero hecho de tener que acu- dir a la Historia del P. Josef de Acosta, demuestra que carecía de datos originales y de propia observación para asegurar que los incas cultivaban el plátano. Cosa bien extraña en un his- toriador comentarista, descendiente de dichos monarcas y na- tural de la tierra que estos dominaron. »Tercera autoridad, el P. Acosta. Pero el ilustrado jesuíta, á mi entender, no hace más que apropiarse los conceptos de otro de su misma orden, el P. Blas Valera, criollo 6 mestizo peruano, encomiador entusiasta y excesivo de todas las cosas antiguas de su patria, y cuyos escritos solo conocemos á reta- zos, la mayor parte comentados por su paisano Garcilaso, y por consiguiente sin la autenticidad textual necesaria á su DE HISTORIA NATURAL. 195 NOR lA ds E O: E $ A d Mo METAS IA AD TS A No aer IPS Me Ni 00 VACA E A POR ceca y A A O MATER a y Meios ¿14 Hiba j 7 yd En ES Ses A Ñ | pa e AA e xy - A 7 OS E E0 A eras de ÍNDICE de lo contenido en los veinte tomos (1872-1891) que forman la primera serie de los «Anales de la Sociedad española de Historia Natural». ADVERTENCIA. En este indice se enumeran las Memorias publicadas en los Anales y las comunicaciones y notas insertas en las Actas de las sesiones; comenzando por las primeras y por orden de antigúedad dentro de las correspondientes á cada autor. Los tomos van indi- cados por números romanos, y para distinguir las Memorias de las Acras se señala la paginación de estas con el signo ”, advir- tiéndose que los párrafos de Excursiones y Bibliografia deberán consultarse siempre que se quiera tener conocimiento completo de lo publicado en los Anales referente á Geología, Paleontología, Botánica y Zoología. La distribución de materias adoptada para facilitar el uso de este índice es la siguiente: GEOLOGÍA Y MINERALOGÍA. METEORITOS. PALEONTOLOGÍA. BOTÁNICA. ZOOLOGÍA. Anatomía, fisiología y teratología. Caza y conservación. Zoografía de invertebrados. Zoografía de vertebrados. ANTROPOLOGÍA Y PREHISTORIA. EXCURSIONES, VIAJES, CONGRESOS CIENTÍFICOS. BIBLIOGRAFÍA, HISTORIA. NOTICIAS BIOGRÁFICAS Y NECROLÓGICAS. ASUNTOS VARIOS. ACUERDOS DE LA SOCIEDAD. T ANALES DE HISTORIA NATURAL. GEOLOGÍA Y MINERALOGÍA. ADÁN DE YARZA (R.)—Roca eruptiva de Motrico (Provincia de Guipúzcoa), tomo vi1, pág. 21. ALMERA (J.) —Indicaciones sobre la invasión del mar en la costa de Levante de la Península, xvi, 67”. ArerrIo Y LARRINAGA (A. M. DE). — Descripción de la dusodila de Hellín, con una lámina (X1), 11, 385. — Nueva variedad bacilar de exantalosa encontrada en la mina Con- suelo, término de Ciempozuelos, 11, 389. — Ciempozuelita, nuevo sulfato de cal y sosa encontrado en la mina Consuelo (Ciempozuelos), 11, 393. — Estudio sobre la Auricalcita de Udias (Santander), 1, 329. — Datos acerca de los movimientos lentos de avance y retirada del mar en las costas de la Península, n, 33”. — Más datos sobre movimientos observados en las costas españolas, 11, 43”. — Nota sobre el espato fluor fétido del Museo de Madrid y sobre la pirita de hierro bacilar de Escoriaza (Guipúzcoa) existente en la colección de D. Donato García, 11, 55”. — Sobre la no existencia del vanadio y del titano en varios basaltos, e — Rectificación sobre las formas observadas en la dusodila de Hellín, ar, Aé — Noticia sobre estalactitas de fosforita de Logrosán, nr, 56/. — Noticia sobre calizas hidráulicas halladas en Segovia, 11, 91”. BotELLA Y DE Horxos (F. De).—La ciudad encantada. Hoces, salegas y tor- cas de la provincia de Cuenca, con cinco láminas (1x-xIm), 1v, 233. — Nota sobre los movimientos lentos y progresivos de la corteza te- rrestre, 11, 25”. — Sobre la orografía del Mediodía de la Península, 1, 27”. — Noticia de una erupción al parecer diorítica del Cerro de Oriolé, y, 74'. — Indicaciones sobre las formaciones nummulíticas de la región orien- tal de España, vi, 73. — Proyecto de unificación de signos convencionales en geología, vir, 45”. — Observaciones sobre la geología del Sur de la Península, 1x, 17! y 21”. 4 — Datos para la geología de la Sierra de Gador, x1, 39”. — Nota sobre la alimentación y desaparición de las grandes lagunas peninsulares, xn1, 79 x1v, 27”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. TIT Bresosa (R.) —Las porfiritas y microdioritas de San Ildefonso y sus con- tornos, con una lámina (v1), por errata numerada (xvHmn), xn, 259. — Estudios micro-mineralógicos.—El dimorfismo del bisilicato de cal, con una lámina (1), x1v, 115. — Una macla de yeso, xIv, 52”. CALDERÓN Y Araya (S.)—Reseña de las rocas de la isla volcánica Gran Canaria, 1v, 375. — Ofita de Trasmiera (Santander), vir, 27. — Contribuciones al estudio de la fosforita de Belmez, vu, 35. — La evolución en las rocas volcánicas en general y en las de Cana- rias en particular, con una lámina (v1), vin, 265. — Nuevas observaciones sobre la litología de Tenerife y Gran Cana- ria, con una lámina (x1), 1x, 263. — Ensayos de Geología general.—La evolución terrestre, x, 15. — Los grandes lagos nicaragiienses en la América central, con una lámina (vo), titulada (v) por errata, x1, 193. — Rocas eruptivas de Almadén, con una lámina (v), xn1, 227. — Ensayo orogénico sobre la meseta central de España, x1v, 131. — Teorías propuestas para explicar los terremotos de Andalucía, XIV, 353. É — La Sierra de Peñaflor (Sevilla? y sus yacimientos auríferos, xv, 131. — La sal común y su papel en el organismo del globo, xvn, 367. — Apuntes sobre el estado presente de la ciencia orogénica, XVI, 5. — Los fosfatos de cal naturales. Ensayo de monografía minero-geoló- gica, x1x, 107. — Los volcanes fangosos de Morón, con una lámina (1), xx, 5. — Observaciones sobre la geología de una parte de la provincia de Santander, y, 83”. — Noticia sobre los bufaderos de Canarias, 1v, 96'. — Observaciones sobre la constitución geológica de una parte de la provincia de Santander, vi, 17”. — Procedimientos microquímicos especiales á la mineralogía y litolo- gía, vir, 109”. — Sobre el aspecto pizarroso que pueden tomar diversas rocas, vir, 66”. — Observaciones sobre las rocas volcánicas del Cabo de Gata, tx, 113”. — Observaciones sobre la limburgita, xr, 62”. — Macla de freislebenita de Hiendelaencina, x1, 65/. — Nota sobre el mapa geológico de Bélgica, x11, 3”. — Una colección de geología dinámica, x11, 12, — Nota sobre el reconocimiento experimental de nueyos caracteres minero-petrográficos, xt, 61". — Rocas ante-terciarias de las islas atlánticas, xm, 38”. IV ANALES DE HISTORIA NATURAL. CALDERÓN Y ARANA (S.)— Consideraciones sobre la edad geológica de las islas atlánticas, xm, 43”. — Observaciones sobre la constitución de la meseta central de España, xau, 50". — Areniscas y dunas de las Islas Canarias, xt, 53”. — Nuevos procedimientos de investigación en mineralogía, xn, 90”. — Contestación á la nota del Sr. Botella sobre la alimentación y des- aparición de las grandes lagunas peninsulares, x111, 98”, — Un corte geológico de la provincia de Huelva, xv, 60”. — Controversia sobre la formación de las cordilleras rhinianas, xv1, 61'. — Teoría de M. Bertrand sobre la formación del continente europeo, xv1, 67". — Observaciones sobre la fosforita de Hornachuelos, xvi, 50”. — La salina de Fuente Piedra, xvu, 72”. — Eclogita del Pedroso, xv, 95”. — Porfirita enstatítica del Cerro de la Plata en la laguna de Fuente Piedra, xvn, 109”, — Noticia sobre el origen de las rocas ofíticas, xv, 111”. — Más sobre la eclogita del Pedroso, xvu, 113". — Consideraciones del profesor Suess sobre la meseta central espa- ñola, xv, 123”. — Ofitas del Cerro de la Plata en la laguna de Fuente Piedra, xvni, 24”. — Wulfenita de Linares, xvi, 109”. — Formaciones esqueléticas marinas y origen de la caliza sedimenta- ria, xv, 112%. — Aerinita de Morón, xix, 79”. — Trabajos del Dr. Ossann sobre rocas volcánicas del Cabo de Gata, xr, 1014. — Erupción del Mombacho de Nicaragua, x1x, 112”. — Un basalto de Fernando Póo, xx, 70”. — Espinela cromífera en masa de Estepona, xx, 6'. — Nota sobre la estructura de los Corbiéres, xx, 97”. — Existencia probable del Culm lacustre en Puchet, xx, 125”. — Algunas consideraciones á propósito de la evolución mineralógica según Sterry Hunt, xx, 165”. — Consideraciones sobre los terrenos secundarios y terciarios del Sud- Este de España con motivo de los trabajos del Dr. R. Nickés, ERE CALDERÓN (S.) y PauL (M.)—La moronita y los yacimientos diatomáceos de Morón, xv, 477. CALDERON (S.) y QuiroGa (F.) — Erupción ofítica del Ayuntamiento de Mo- lledo (Santander), con una lámina (mu), vi, 15. CALDERÓN (5S.) Y Río (J. DeL). —Epidiorita de Cazalla de la Sierra, xIx, 423. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. Y Chaves Y Pérez DEL PuLcar (F.)— Observaciones cristalográficas sobre la teruelita, xx, 9”. CorrTazar (D.) —Noticia sobre cristales de yeso formados por vibraciones producidas por disparos de artillería, 11, 25”. Ecozcue y Cia (J.) —Observaciones sobre la fosforita de Extremadura, mn, 60' y 63'. FERNÁNDEZ DE Castro (M.) — Descubrimiento de nafta en la Isla de Cuba, xn, 10”. FERNÁNDEZ NAVARRO (L.)—Nota sobre cincuenta rocas de la Sierra de Gua- darrama, preparadas para la observación microscópica, xx, 100”. Gascueg (F.) —Observaciones geológicas sobre la constitución de una parte de la provincia de Santander, v1, 13'. GONZÁLEZ DE Livares (A.,—Sobre la existencia del terreno w Gállo e en la cuenca del Besaya (provincia de Santander), vir, 487. — Confirmación de la existencia del weáldico en el Escudo de Cabuér- niga, vr, 50". — Hallazgo del terreno weáldico en las inmediaciones de Santander, xvun1, 91”. GONZÁLEZ Y García DE Mexeses (A.) — Existencia de la fosforita en Hor- nachuelos (Córdoba), xvn, 50”. — Nota sobre las minas de masa de pirita de hierro cobriza de la provincia de Huelva, xvi, 20”. GREDILLA Y GAUNA (F.)—Pumita del Krakatoa, xvi, 201. Guirao (A.) —Sobre un yacimiento de fosforita en Caravaca (Murcia), vir, 23', HeryÁxDEZ Y MartíNEZ (J.)—Galena pseudomórfica del yeso, xx, 10”. Hoyos (L.)—Notas sobre la geología de Campóo (Santander), xx, 19”. Jiméxez DE La Espana (M.)—El volcán de Ansango, con un mapa, 1, 49. LANDERER (J. J.) — Explicación del cuadro sinóptico de los tiempos primi- tivos, con un cuadro, 1, 311. — Las revoluciones del globo lunar, con dos láminas (1v-V), x1, 153. — Adiciones y rectificaciones á las revoluciones del globo lunar, x1, 405. Lórez Casizares (B.)— Algunos basaltos de la costa occidental de Átrica, xvi, 395. Macho De VeLano (J.)— Historia y catálogo de una colección de modelos de cristales existente en la Universidad de Santiago, xx, 138”. MAcPHERsoN (J.) — Breves apuntes acerca del origen peridótico de la ser- pentina de la Serranía de Ronda, con dos láminas (1-10), 1V, 5. — Sobre las rocas eruptivas de la provincia de Cádiz y de su seme- janza con las ofitas del Pirineo, con cuatro láminas (1-v), Y, 5. — Sobre ciertas anomalías que las micas de algunos granitos presen- tan en la luz polarizada, vi, 11. vi ANALES DE HISTORIA NATURAL. MacruersoN (J.—Sobre los caracteres petrográficos de las ofitas de las cercanías de Biarritz, vi, 401. — Fenómenos dinámicos que han contribuido al relieye de la Serranía de Ronda, con una lámina (v1), vi, 491. — Breve noticia acerca de la especial estructura de la Península ibé- rica, VII, 5. — Descripción de algunas rocas que se encuentran en la Serranía de Ronda, con una lámina (v), vin, 229. — Dela posibilidad de producirse un terreno aparentemente triásico con los materiales de la creta, vu, 485. — Delas relaciones entre las rocas graníticas y las porfíricas, con dos láminas (1v-w), 1x, 135. — Predominio de la estructura uniclinal en la Península ibérica, con dos láminas (xvIé-xVID), 1x, 465. — Apuntes petrográficos de Galicia, con una lámina, (1), x, 49. — Sucesión estratigráfica de los terrenos arcáicos de España, con una lámina (1x), xn, 341. Continuación, con una lámina (x1), xt, 365. — Relación entre la forma de las costas de la Península ibérica, sus principales líneas de fractura y el fondo de sus mares, con una lámina (1), xv, 155. — Descripción petrográfica de los materiales arcáicos de Galicia (con- tinuación), xv, 165. — Véase Ossorto. — Fernando Póo y el Golfo de Guinea, xv, 289. Geología, 312. — Descripción petrográfica de los materiales arcáicos de Andalucía, XVI, 223. — Del carácter de las dislocaciones de la Península ibérica, con dos láminas (11-110), xvi, 331. — De la existencia de fenómenos elaciales en el Sur de Andalucía durante la época cuaternaria, 1v, 56/. Véanse varias erratas corre- gidas, 106. — Observación sobre algunos ejemplares de limburgita, x1, 62”. — Observaciones sobre los terremotos de Andalucía, xIv, 4”. MALLADA (L.) —Breve reseña geológica de la provincia de Huesca, 1v, 169. — Indicaciones sobre la geología de la provincia de Cáceres, v, 91'. MzrYzr (A. B.)—El succino de origen español, xv111, 301. MONTSERRAT Y Arcms (J.) —Consideraciones sobre los levantamientos y hundimientos observados en los alrededores de Barcelona, xvIHi, 35%. — Noticia sobre una duna que existe en Estardit, con indicación de algunas plantas que crecen en ella, xv111, 67. NARANJO Y GARZA (F.) —Pirita de hierro estalactítica cubierta de cinabrio de Almadén, 11, 21”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. VII Oxis (M. C. ne).—Asociación de andalucita y distena, xvn, 19. Orvuera y Duarte (D.)—Relación de los terremotos de Andalucía, x1v, 19”. Paurn (M.), véase CALDERÓN (S.)—La moronita, xv, 477. PEREDA (S.) — Noticia sobre la aparición de un volcán en la cordillera Ba- rera (Mindanao), 1, 18. Quiroca Y RobrícuEz (F.)—La teruelita, 11, 249. Hausmannita de Asturias, 11, 397. Ofita de Pando (Santander), v, 219. Véase CaLDERÓN (S.)—Erupción ofítica del Ayuntamiento de Molle- do, vi, 15. Noticias petrográficas, Primera parte, vin, 493. Segunda parte, x1v, 95, xvi, 209. Estudio micrográfico de algunos basaltos de Ciudad-Real, con una lámina (1), 1x, 161. Sobre el jade y las hachas que llevan este nombre en España, x, 5. Limburgita de Nuévalos (Zaragoza), x1v, 75. Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental, xv, 495. Minerales, rocas y fósiles, 506. Observaciones geológicas hechas en el Sahara occidental, con dos láminas (v-Y1), xvIHt, 313. Nota acerca de la existencia del hierro magnético en el Escorial, 12. Particularidades de una creta de Oviedo, 1v, 96. Obseryaciones sobre algunas rocas del Escorial, 1v, 73”. Noticia de algunas rocas de Riaza (Segovia), v, 29”. Nota sobre una ofita de Játiva, v, 74'. Plata filamentosa obtenida artificialmente, v1, 46”. Ortófidos sin cuarzo de Almadén, vir, 44”. Noticias acerca de algunos minerales españoles del Museo de Cien- cias naturales de Madrid, x11, 167. Examen de varios ejemplares de Burnonita del Perú, x1u, 14”. Curiosos minerales y fósiles regalados al Museo de Ciencias por D. Federico de Botella, x111, 76'. Más noticias acerca de algunos minerales españoles del Museo de Ciencias, xIv, 6'. Ofita cuarcífera de las Peñas Negras de Finestrat, xvi, 16". Sobre las rocas piroxénicas arcáicas en general y las españolas en particular, xvri1, 96". Berilo de Peguerinos (Avila), x1x, 11”. Ofita micácea del cerro de San Julián en Segorbe, x1x, 59”. Sienita de Canarias, x1x, 71”. - Cuero de montaña del cerro de Almodovar en Vallecas (Madrid), xIx, 84'. j Vyur ANALES DE HISTORIA NATURAL. Quirnoca Y Ronrícurz (F.)—Yeso pseudomórfico, xIx, 100”. — Sobre unas ofitas de Alicante recogidas por el Sr. Vilanova, xo Te — Sobre un ejemplar de Allanita (Cerina) regalado por D. Federico de Botella al Museo de Historia Natural, xx, 45”. — Andesitas del Mar menor y Cartagena, xx, 58”. RIBERA (Marqués DE LaA).—lstudio sobre las Turmalinas y descripción de sus principales variedades, con cinco láminas (1V-V111), 111, 301. Rico Jimeno (T.) —Variedad de cuarzo hialino, 1x, 39”. Rivera (E.)—Datos para la geología de Almería, v1, 42”. Río (J. DEL), véase CaLDERÓN (S.) —Epidiorita de Cazalla, x1x, 423. RobríGuez Ferrer (M.)—Noticia sobre las piedras redondas que se encuen- tran en la Isla de Cuba, 11, 47”. SoLANO Y EuLATE (J.)—Noticia acerca de un aragonito coraloídeo de la mina la Begoña en término de los tres concejos (Vizcaya), 11, 399. — Sobre el hallazgo en Ciempozuelos de dos variedades de glaube- rita 12 — Calcedonia geódica enhidra de la América del Sur, 11, 10”. — Indicación de algunos minerales del Escorial, 11, 48'. — Breve noticia sobre la colección de minerales del general D. Miguel Lobo, adquirida por el Museo de Ciencias, v, 78'. SUAREZ (S.) —Presentación de cubos de sal común de Torrevieja, 11, 43”. VILANOVA (J.) — Observaciones sobre la teruelita de Teruel y el azabache y el ámbar de Utrilla, 11, 58. — Minerales enviados por D. Clemente Barrial Posada de Montevideo, un, 105. — La estructura de las rocas serpentínicas y el Hozoon Canadense, Tu 2 Ole E — Erupción del Krakatoa por Edmundo Cotteau. Memoria extractada y vertida al castellano por D. Juan Vilanova y Piera, xv, 205. — Hallazgo de la dusodila en Hellín y de instrumentos prehistóricos en una cueva cerca de Orihuela, 1, 4/. — GCaliza metamórfica de Robledo de Chavela, 11, 55”. — Observación sobre una caliza silúrica con graptolites que desprende por la frotación olor á hidrógeno fosforado, 11, 571. — Ligeras observaciones sobre ejemplares de pirita de hierro, espa- rraguina y teruelita de procedencias españolas, 11, 17”. — Nota descriptiva del parque volcánico de los Estados-Unidos. Mon- tana, 111, 34', — Fosforita fosilífera de Cáceres, 111, 53. — Más comprobantes del origen hidro-termal de la fosforita concre- cionada de Belmez, 111, 58” y 62”. — Hematites parda estalactítica del Monte Haya, 111, 84'. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERTE. IX VILANOVA (J.)—Presentación de ejemplares de fosforita de Belmez y es- pato calizo de Bellamar, 111, 91”. — Aragonito y estronciana sulfatada de Giangiana (Sicilia), 111, 93”. — Salinas de Villarrubia de Santiago, Iv, 89”. — Los barros de los tejares de Málaga por D. Domingo de Orueta, mi 181 — Noticia de algunas particularidades del corte de San Isidro, v, 45”, — Confirmación de la teoría hidro-termal en una eurita de cerca de Autun, v, 85'. — Noticia acerca de un pozo artesiano en Alcalá de Chisvert, vit, 53”. — Experimentos del Sr. D. Alfonso Fabre, encaminados á demostrar la formación de las montañas, vir, 74”. — El jardín de los glaciares de Lucerna, vit, 78”. —- Noticia geológica del terreno en que está enclavada la finca llamada Niñerola (provincia de Valencia), vir, 95”. — Nuevas preparaciones de minerales en placas, xi, 9. — Noticia sobre dimensiones de los volcanes de Java é Islas de la Sonda, xv, 48”. — Las peñas negras de Finestrat (Alicante), xvr, 15”. — Las calcedonias enhídricas de Salto oriental (Montevideo), xv1, 17”. — Noticia sobre el fenómeno geológico conocido en Alicante con el nombre de «Ventanas de Albatera», xvirr, 32. — Noticias sobre las ofitas de Alicante y sobre la colección paleonto- lógica de los Sres. Siret, xtx, 111”. ViceNT (P. A.)—Noticia litológica de las islas Columbretas, x1v, 173. ZARAGOZA (J.)—Calcedonia de Madruga, 111, 17”. METEORITOS. GrepiLLaA (A. F.)— Noticia sobre los meteoritos que existen en algunos museos y lista de los que hay en el de Madrid, xv, 41”. LAnDEReR (J. J.)—Sur l'origine des pierres tombées du Ciel, x11, 379. Luanco (J. R.)—Descripción y análisis de los aerolitos que cayeron en Cangas de Onis (Asturias), con una lámina (1x), 1, 69. SOLANO Y EuLaTE (J.) —Noticia sobre una piedra meteórica caída en término de Murcia el día 18 de Agosto de 1870, 1, 77. — Noticia sobre un hierro meteórico hallado en el departamento orien- tal de la Isla de Cuba, 1, 183. PALEONTOLOGÍA. AIMERA (J.)— Descubrimiento de impresiones de hojas de Odontopteris en un manchón de grauwacka del Puget y Vallcarca, xvu1, 67”. Xx ANALES DE HISTORIA NATURAL. Argrrio Y LARRINAGA (A. DE). — Materiales para la flora fósil española, 11, 379. — Enumeración de plantas fósiles españolas, 111, 225. — Algunos datos paleontológicos de España, vi, 50”. — Huellas diversas en una losa de piedra, vi, 62”, ARÉVALO Y BACA (J.)—Noticia sobre varios fósiles de Málaga, v, 22. AULET Y SOLER (E.) —Sobre un molar de mastodonte, xvii, 1”. BoLIvar (I.) — Noticia sobre el hallazgo de restos fósiles de tortuga en el Arroyo de los Meaques (Casa de Campo), 1, 19”. BorTELLA Y DE Horxos (F.)—Noticia de un tronco de Calamites de Almería, vin, 59. Buen Y DEL Cos (O. DE).—Sobre hallazgo de restos fósiles en La Garriga, e eS CALDERÓN Y ARANA (S.)—Enumeración de los vertebrados fósiles de Espa- ña, v, 413. — Hallazgo de restos fósiles de un antílope de gran tamaño en brecha huesosa, cerca de Santander, 11, 38”. — Mandíbula fósil de Río Piedra, 111, 17”. — Noticia de la existencia de Ostrea y Radiolites en Castroteniza (Burgos), 111, 78”. — Adición al catálogo de los vertebrados fósiles de España, vi, 26'. — Observaciones á que ha dado lugar su memoria On the fossil verte- brata hitherto discovered in Spain, v1, 37". — Nota sobre la mandíbula de Elephas armentacus existente en la Universidad de Sevilla, xvi, 25”. — Sobre la existencia del Elephas antiquus en Andalucía, xv1, 45". — Existencia del Elephas (meridionalis) Trogontherii Pohl. en Sevilla, xvI1, 32'. — Foraminíferos fósiles de Andalucía, xv1iL, 52”. — Resultado del examen verificado por el Dr. Pohlig de los restos de elefantes que se conservan en el gabinete de la Universidad de Sevilla, xvi, 71”. CasteL (C.)—Una conífera del Trias, vr, 277. Ecozcuz Y Cia (J.) — Noticia sobre la existencia en España de restos fósi- les de Megalosaurus y de Hywna spelea y brunnea, 1, 29”. FERNÁNDEZ DE CAsTRO (M.) —Sobre una mandíbula de Myomorphus cuben- sis Pomel, 11, 58". Gabo (M. M. J. ve). —Presentación de un fósil dudoso, 111, 102”. GONZÁLEZ DE Livares (A. — Restos del Rhinocerus tichorhinus hallados en la Zinconisa de Udias (Santander), y sobre la clasificación del te- rreno en que se han encontrado, v, 25 y 35”. — Descubrimiento de restos de Elephas primigenius y de otros fósiles en Santander, vi, 41'. INDICE DE LA PRIMERA SERIE. XI GoxzáLgz Fracoso (R.) —Posidonomya Beckerii del Alozno, xu1, 76. GoxzaLo Tarix (J.) — Hallazgo de fósiles triásicos marinos en la Sierra de Gador (Almería), x1, 37". GREDILLa Y GAUNA (A. F.)—Opinión de M. Meunier sobre los bilobites, xv, 39": — Nuevas observaciones sobre los bilobites, xv, 65”. Guirao (A.)—Presentación de fósiles procedentes de Murcia, x, 6'. LANDERER (J. J.) — El piso tenéncico ó urgo-áptico y su fauna, 111, 345. — Ensayo de una descripción del piso tenéncico, con dos láminas (1-10, VII, 5. LarrIinÚa (A.)—Hallazgo de restos de Hywena en la cueva de Aizquirri, 114". Machanbo (A.) —Observaciones sobre la mandíbula de Elephas armeniacus del Museo de Sevilla, xvi, 30". MACPHERSON (J.)—Sobre la existencia de la fauna primordial en la provin- cia de Sevilla, vir, 281. — Noticia sobre el Archweocyathus marianus, 1x, 8S'. NARANJO Y GARZA (F.)—Paleontología é historia del trabajo subterráneo (minas de Santander), con dos láminas (11-111), 11, 5. — Observaciones sobre molares fósiles de rinoceronte del criadero de calamina de Comillas (Santander), 1v, 3”. Pérez Arcas (L.) —Hallazgo de fósiles realizado por el Sr. Cardona en Menorca, 111, 22”, — Sobre una impresión de Caulopteris de la arenisca carbonífera de Mieres, vit, 35'. Quiroca (F.)— Algunos fósiles de la fosforita de Santa Eufemia, vi, 50”. RiBERA (MarquÉSs DE 1A).—El Eozoon conadense, v, 27. ÁNcHez PozveLo (M.) —Presentación de un tronco agatizado y un fósil, 11 33 SoLaxo y EuLate (J.) —Noticias sobre fósiles y minerales de Almadén y sobre un ejemplar de fluorina notable por su forma, 11, 23”. VILANOVA (J.) — Noticia sobre hallazgo de huesos fósiles en Santander y Valladolid, 1, 4”. — Restos de Iguanodon en Utrilla, 11, 8”. — Restos de fósiles de Ursus spelceeus procedentes del Boquerón de Aizquirri (Guipúzcoa), recibidos en el Museo de Madrid, 11, 11”. — Noticia sobre fósiles procedentes de Guadalajara, recibidos en el Museo de Madrid, 11, 41”. — Noticia sobre fósiles hallados en la provincia de Zamora, 11, 41” y 47'. — Pez fósil en la dusodila de Hellín, 11, 44”. — Presentación de fósiles procedentes de la Cueva de la Mujer en Alhama de Granada, 11, 60”. XII ANALES DE HISTORIA NATURAL. VILANOVA (J.)—Noticia de algunos fósiles hallados en Sanzoles (Zamora), ZA -— Presentación de un Spirifer procedente de Mieres, 111, 66. — Sobre la clasificación de un fósil presentado á la Sociedad por el Sr. Galdo (Glyptodon), 1v, 10". — El Protriton petrolei Gaudry, y la teoría transformista, 1v, 83”. — Noticia de varios fósiles del Maestrazgo, 1v, 93”. — Programa de paleontología, v, 50”. — Más datos sobre el Protriton, v, 80” y 85". — Anuncio de hallazgo de fósiles en Roales (Valladolid), v1rr, 109”. — Hallazgo de fósiles en las minas de Reocín, x, 6/. — Noticia de varios fósiles curiosos, xtv, 46”. — Noticia del descubrimiento de una roca fósil en Cetona (Toscana), xIv, 61'. — Noticia de un diente de Dinotherium de España, x1v, 80”. — Descubrimiento de equinodermos fósiles en Alfaz, xv, 25. BOTÁNICA. ALVAREZ Pérez (J.)—Apuntes sobre el Argan de Mogador, con una lámina (1), vi, 5. : AxbkrÉs TusiLLa (T.) y Lázaro É I517A (B.) —Variedad de Lamium amplexi- caule L., 1x, 55. — Véase Lázaro É Isiza (B).—Revista de las malváceas, x, 391. BarceLó y Combis (F.)—Scutellaria balearica species nova, vi, 399. — Silene decipiens, especie nueva, viI1, 343. BARRAS DE ARAGÓN (F. DE Las). —Noticia acerca de la familia de las Palmas en Andalucía, xx, 112”, BARrROETA (G.) —Indicación de algunas plantas americanas, 1x, 74”. Berto (D.)—Apuntes para la flora de Puerto-Rico. Primera parte con dos láminas (1v-w), x, 231. Segunda parte con una lámina (1), x11, 103. Benito (G. ne). —Poliporus lucidus Lup., hallado en el Pardo, 11, 23”. — Fenómeno de multiplicación prolífica observado en una cabezuela de Dipsacum fulonum L. y otros de abortos florales de un ejem- plar de Brassica oleracea L. y de otro de Hordeum vulgare L., 11, 36". BoscÁ (E.)—Noticia sobre hongos de Valencia no citados de España hasta ahora, 1, 26”. — Monstruosidad en la Costia scorpioides Wk., 1x, 25. — Observaciones sobre un ejemplar de Buginvillea, x111, 48". Buey y DEL Cos (O. D).— Apuntes geográfico-botánicos sobre la zona cen- tral de la Península ibérica, x11, 421. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XII CapevaLL (J.)—Una Linaria no citada de Cataluña, 1x, 92”. — Observaciones sobre el Aceras densiflora Boiss., x1, 40'. CALDERÓN Y ARANA (S.) —Breve noticia sobre la existencia de la Pinguicula en la provincia de Santander, v, 86. — Consideraciones sobre la alimentación de los vegetales en relación con los descubrimientos de las plantas carnívoras, v, 98”. — Examen de la nota La digestion végétale del profesor Morren, vi, 24'. — Respuesta á algunas objeciones á la teoría de la alimentación foliá- ceo-radical de los vegetales, vit, 76. — Noticia sobre el caucho, x1, 27”. — Noticia de tres especies de plantas muy raras en España, xvi, 32”. — Sobre los tumores de los olivos, xvi, 88”. — Especies nuevas ó críticas de la flora española, por el profesor Willkomm, xx, 132”, CASTELLARNAU Y DE LLEOPART (J.)—Estudio micrográfico del tallo del pin- sapo (Abies pinsapo Boiss.), con cuatro láminas (x1r-xv), 1x, 401. — Estudio micrográfico de la madera de las coníferas españolas y es- pecialmente del género Pinus, con tres láminas (1-1v), x1L, 131. — Unidad del plan generativo en el reino vegetal, xv11, 31. CoLmelro (M.)—Fumariáceas de España y Portugal, 1, 35. — Genisteas y antilídeas de España y Portugal, 1, 289. — Prolificación observada en dos piñas del pino doncel (Pinus pinea L.), con una lámina (1v), 11, 47 y 3”. — Rosáceas de España y Portugal, 11, 257. — Plantas crasas de España y Portugal Ó sea enumeración de las crasuláceas, ficoideas y cacteas que crecen espontáneamente en la Península ó se han naturalizado en ella, 11, 267. — Sobre la clasificación del condurango, 1, 13' y 14”. — Cycas angulata recibido en el Jardín botánico, 1, 4”. — Observaciones sobre las plantas crasas españolas, 11, 66/. — Semillas de Cissus enviadas al Jardín botánico por el Sr. Mengeot, xr, 9". — Noticia sobre la Sternbergia Colchiciflora Waldst. et Kit., hallada en Uclés, x111, 8”. Costa (A. C.) —Ampliación al Catálogo de plantas de Cataluña publicado en 1864. Primera parte, 11, 19. Segunda parte, 1, 161. — Apuntes sobre dos especies nuevas de la flora catalana, v, 405. DeLÁs Y DE GaroLÁ (F. De $. DE). — Nota sobre algunas diatomáceas reco- gidas en Olot durante el verano de 1883, x11, 383. — Diatomeas encontradas en el interior de un crustáceo de la Isla de Francia, xvu, 777. GómMEZz DE La Maza (M.) —Catálogo de las Periantiadas cubanas, espontá- neas y cultivadas, xix, 213. XIV ANALES DE HISTORIA NATURAL. GONZÁLEZ DE LINARES (A.) —La célula vegetal: contradicción que envuelve su concepto en la botánica contemporánea, vit, 475. — Sobre la forma general de los vegetales superiores, vit, 335. GonzÁLez Fracoso (R.)— Apuntes para la flora de la provincia de Sevilla. Primera parte, x11, 393. — Plantas marinas de la costa de Cádiz, xv, 117. — Ectocarpus Lagun, especie nueva de la costa de Cádiz, con una lámina (v), xvr, 441. — Noticia sobre la Sternbergia Colchiciflora Waldst. et Kit., x1v, 60”. — Tres especies de hongos no citados de Madrid, xv, 39”. — Hongos hallados en Carmena (Toledo), xvrtr, 14”. GoNzÁLEZ Y García DE MENESES (A.) — Observaciones sobre la utilidad del Eucalyptus, xvi, 19”. - Guirao (A.)—Indicación de plantas que segregan sustancias viscosas, v1, 62. — Individuo notable de Quercus ilex, x, 6'. HILLEBRAND (G.) — Sempervivum Masferreri, nueva especie de la flora ca- memos 17 LacoIzquera (J. M. ne). — Catálogo de las plantas que espontáneamente crecen en el Valle de Vertizarana. Primera parte, xt1, 131. Con- clusión, x1v, 185. Lacuna (M.)—Cien helechos de Filipinas, dispuestos con arreglo á la últi- ma edición (1874) de la Synopsis filicum de Hooker y Baker, vit, 249, -— Contestación á las preguntas formuladas por el Sr. Masferrer sobre botánica, x, 74”. — Myrica Gale L. y Leocarpus vermicosus Lk., dos plantas raras en España, xr, 30”. Lázaro É IBIZA (B.), véase QuiroGaA (F.)—Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental, xv, 495. Plantas, 508. — Datos para la flora algológica del Norte y Noroeste de España, XVII, 270. — Véase Awbrés TuBiLLA (T.)—Variedad de Lamium amplexicaule L., 1Ix, 55". — Estudio sobre la coloración rojiza que durante el invierno ofrecen ciertas plantas, xv, 23/. — Observaciones sobre un 4cidium que se presenta sobre la Vinca major, xv, 45". LÁzARO É IBIZA (B.) y AybrÉs Y TubILLA (T.)—Revista crítica de las malvá- ceas españolas, x, 391. LLavos (Fr. A.) —Nueva descripción del pasac (Mimusops erythroxylon Boj.), árbol de Filipinas, con la primera figura del mismo, con una lámina (x), 11, 255. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XV MAsFERRER Y ÁRQUIMBaU (R.)—Recuerdos botánicos de Vich ó sea apuntes para el estudio de la flora de la comarca de Cataluña, llamada Plana de Vich. Primera parte, vi, 211. Segunda parte, vi, 359. — Sucinta noticia de una excursión al Pico de Teide, vi, 27. — Recuerdos botánicos de Tenerife ó sea datos para el estudio de la flora canaria. Parte primera, 1x, 309. Parte segunda, x, 139. Parte tercera, x1, 307. — Descripción de la flor y del fruto del Lotus (Peliorhynchus) Berthe- lotii, con una lámina (vin), x, 429. — Noticia del descubrimiento de varias criptogamas en el Brasil, por D. J. Puiggari, vin, 39”. — Nota sobre naturalización de plantas exóticas en la isla de Tenerife, yrrr, 611. — Nota sobre la forma apétala de la Ajuga Iva, vir, 105”. — Nota sobre una crucífera no citada hasta ahora en España, 1x, 76”, — Más datos para la flora de Canarias y dos nuevas preguntas botá- nicas, x, 17”. Mebixa Y Ramos (M —Noticia y dibujo de una pita monstruosa, xx, 150”. Menceor (A.) —Comunicación sobre la vid del Sudán, x1, 74. Momeró (V.) —Diferencias que presentan los distintos pies de algarrobo (Ceratonia siliqua L.) con las aplicaciones que pueden hacerse á la agricultura, v, 66. MONTSERRAT Y Archs (J.)—Algunas plantas de la duna de Estardit, xvi, 67”. Pau (C.)—Sinónimos de plantas citadas de España, xx, 16' y 79”. PAuL Y AROZARENA (M.)— Lista de las plantas recogidas en Alcalá de Gua- daira el 2 de Mayo de 1888, xvir, 31”. — Anomalías en la flor del olivo observadas en Andalucía, xv1r, 68”. — Aclaraciones á la nota sobre los olivos, xvi, 112”, — Nota sobre plantas recogidas en una excursión al pueblo de Camas, xvi, 6”. — Enumeración de varios hongos de la provincia de Sevilla, xx, 67". — Nota sobre una cuestión de fisiología vegetal relativa á los líque- nes, xx, 162”. Pérez Lara (J. M.)— Plantarum novarum aliguarum descriptio ad floram Gaditanam pertinentium, x1, 399”. — Florula gaditana seu recensio celer omnium plantarum in provincia gaditana hucusque notarum. Pars prima, xv, 349. Pars secunda, xv1, 273. Pars tertia, xvux, 35. Pars quarta, xx, 23. — Adiciones á la florula gaditana, xx, 2”. Pérez Magso (J.)—Aspecto de la vegetación filipina, xv1, 443. Pomara (E.)—Ambulatorieas en el Manzanares, 1x, 131, — Catálogo de las plantas recolectadas al estado espontáneo en la provincia de Toledo, x1, 241. Apéndice al mismo, xrr, 221. XVI ANALES DE HISTORIA NATURAL. PraDo Y Sarsz (S.) — Nota acerca de los hongos que se desarrollan sobre los insectos, xv1I11, 53”. PurcGari (J. 1.) —Noticia de algunas diatomeas y otras algas microscópicas observadas en Barcelona, 111, 110". — Noticias botánicas sobre Apiahy (Brasil), vir, 106”. PuIGGENER Y SÁNCHEZ (J.)—Piña prolífera del Pinus Pinea L., x1x, 125, Robrícuez Femenías (J. J.)- Suplemento al catálogo de plantas vasculares de Menorca, 111, 5. — Catálogo de los musgos de las Baleares, 1v, 41. — Excursión botánica al Puig de Torrella (Mallorca), vir, 39. — Algas de las Baleares, xv11, 311. Continuación, xvrIH, 199. — Datos algológicos, con dos láminas (1r1v) xvrrr, 405. Continuación, con una lámina (11), xIx, 97. — Herborización en Panticosa (Julio y Agosto de 1889), xrx, 101. Robrícuez Risueño (E.) — Estudio micrográfico de los áloes, con dos láma- nas (E-11), xvir1, 145. Ruíz CASAVvIELLA (J.) —Ligeras observaciones sobre la epifitia observada en Navarra el año 1877 y vulgarmente llamada La Royada, VII, 269. — Catálogo metódico de las plantas observadas como espontáneas en Navarra. Primera parte, 1x, 5. Segunda parte, 285. Tercera parte, 371. SAINZ Gutiérrez (P.)—Noticias sobre dos especies de Oxalis aclimatadas en la Península, v1H1, 9”. SERAS Y GONZÁLEZ (A.)— Sobre el cultivo del Eucaliptus en Andalucía, y les SERRANO Y FATIGATI (E.) —Plantas insectívoras en España, vI1, 53. SrafL (A.) —El tortugo amarillo de Puerto-Kico (Sideroxylon pallidum Spreng.) y las sapotáceas, con una lámina (tv), 1v, 19. TruAN Y Luar» (A.) — Ensayo sobre la sinópsis de las diatomeas de Astu- rias. Parte primera con cuatro láminas (vIi-x), x111, 307. Parte segunda con cuatro láminas (1-v), x1v, 239. Suarez (S.) —Presentación de semillas de Phytelephas macrocarpa R. et Par. (marfil vegetal), 111, 92”. VayreDa Y Vita (E.)—Plantas notables por su utilidad ó rareza, que crecen espontáneamente en Cataluña, ó sea apuntes para la flora cata- lana. Primera parte con cuatro láminas (vii-x), vir, 344. Segunda parte con dos láminas (1-11), 1x, 53. — Nuevos apuntes para la flora catalana, con tres láminas (1-1V), e — Correcciones á su Memoria Plantas notables de Cataluña, 1x, 12”. VILANOVA (J.)—Presentación de legumbres de Arachis hypogewa L., nota- bles por su tamaño, 15, 17”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XVII ZOOLOGÍA. Anatomía, fisiología y teratología. BoLIvar (L.)—Sobre la estructura de las patas prensoras de la Mantispa perla Pall., x1, 35. — Descripción de la cópula de la Zocusta viridissima L., xv1, 70*. Boscá (E.)—Anomalía de una Ranella gigantea, vt1, 25”. CALDERÓN Y ARANA (S.) —Noticia de varios casos de deradelfia, xvitr, 86”. — Noticia de dos monstruos existentes en el Museo de Historia natu- ral de Sevilla, x1x, 63”. — Consideraciones sobre la dentición de los roedores, xIx, 279, CAzURRO Y Ruíz (M.)—Tumores en forma de cuernos que se conservan en el Museo de Madrid, xvir, 66/. — Caso teratológico observado en un Pleurodeles, xv11, 87". — Observaciones sobre la cópula entre insectos de diverso género, xvn, 4'. GOGOoRzZA Y GONZÁLEZ (J.) — Influencia del agua dulce en los animales ma- rinos, con una lámina (1), xx, 221. Hoyos (L.)—Dos casos de anomalías en las extremidades, xv1Hr, 91”. — Anomalías dentarias, xIx, 32”, JIMÉNEZ DE La Espaba (M.)— Sobre la reproducción del Rhinoderma Dar- wini, 1, 139. — Sobre una anomalía observada en el Cervus elaphus L., 11, 3. Laza y Herrera (E.)—Nuevas investigaciones sobre las homologías de los huesos del oido, xy:11, 24”. LLORENTE Lázaro (R.)—Caso teratológico observado en dos mastines, con una lámina (x), 11, 387. — Presentación de algunos casos teratológicos, 111, 46/. — Sobre un feto de cerdo monstruoso, 1v, 19”. — Dos casos teratológicos, v, 22”, MabriD Morexo (J.)—Inyestigaciones experimentales sobre la significa- ción morfológica de las papilas ó botones terminales de la muco- sa olfatoria en ciertos peces óseos, con tres láminas (t111), xvr, 5. — Sobre las terminaciones nerviosas periféricas en la mucosa olfatoria de los peces, con una lámina (1), xv11, 305. MARTÍN DE ArGENTA (V.|—Caso teratológico observado en un cerdo, 1v,.9”. Pérez Arcas (L.)—Sobre un hueso de la boca de un pez procedente de Gijón, v, 66. SiMarro (L.,—Nota sobre histología de los centros nerviosos, xIx, 78”. VaLDés (J.)—Desarrollo extraordinario de los incisivos en una rata, 11, 8'. — Sobre algunos ejemplares teratológicos, 11, 18”, XVII ANALES DE HISTORIA NATURAL. Recolección y conservación. BoLIvAr (1.) —Apuntes acerca de los aparatos de pesca empleados á bordo de la Hirondelle, por S. A. $. el Príncipe de Mónaco, con dos lá- maánas (M1-1v), xx, 86. — Empleo del acetato de sosa para la conservación de los peces, XVII, 84”. — Instrucciones para la recolección de crustáceos inferiores, xIx, 2”. CALDERÓN Y ARANA (S.)— Nota sobre la extracción y colección de las con- chas microscópicas de moluscos y foraminiferos, x11, 33”. Cazurro y Ruíz (M.), véase Lo Brianco.— Métodos de conservación de ani- males marinos, xx, 273. Lázaro É Imiza (B.)—Ventajas de la gelatina glicero-fenicada para las pre- paraciones microscópicas, xIv, 12”. Lo Branco (S.)—Métodos usados en la Estación zoológica de Nápoles para la conservación delos animales marinos, traducidos por D. M. Ca- ZUITO, XX, 273. MenIxa (M.) —Procedimiento para la caza de algunos insectos, xx, 42”. Zoografía de invertebrados. Anónimo.— Indicación de algunos animales dragados en el puerto de Bar- celona, xvi, 35. AytiGA (P.) —Lista de himenópteros recogidos en San Esteban Palantor- dera (falda del Monseny), x1v, 74'. ANtTóN Y FerraANbiz (M.) — Sobre algunas especies del género Cyprea recogidas en Alicante, x, 39”. Articas (P.) — Observaciones sobre la plaga de la Ocneria dispar L., xV111, 79”. BarceLó y Combis (F.)— Apuntes para la fauna balear (Catálogo de los crustáceos marinos observados en las costas de las islas Balea- res), 1v, 59. BoLlvar (1.)-— Ortópteros de España, nuevos Ó poco conocidos, con una lámina (13), 1, 213. — Sinópsis de los ortópteros de España y Portugal. Primera parte, con una lámina (1), v, 79. Segunda parte, con dos láminas (x-xID), v, 259. Tercera parte, con tres láminas (111-V), vI, 249, Cuarta parte, con una lámina (111), vIL, 63. — Analecta orthopterologica (con dos láminas) (1V-V), vH, 423. — Hemípteros nuevos del Museo de Madrid, vin, 133. — Notas entomológicas (Ortópteros y hemípteros), con dos láminas (VII, 1x), x, 351 y 463. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XIX BoLIvar (1.)—Monografía de los pirgomorfinos, con cuatro láminas (Ev) XIII, 5 y 419. — Véase Ossorto. —Fernando Póo y el Golfo de Guinea, xv, 289. A»- ticulados, 341. — Véase Quiroca.— Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental, xv, 495. Crustáceos, 510. Miriápodos, 512. Ortópteros y hemípte- ros, 512. — Especies nuevas ó críticas de ortópteros, con una lámina (tv), XVI, 89. — Enumeración de los Grílidos de Filipinas, xv111, 415. — Diagnosis de ortópteros nuevos, con una lámina (1), x1x, 299. — Siagona europa Dej. hallada en Madrid, 1, 15". — Noticia sobre varias especies de insectos hallados en varios puntos de la Península /odonatos, coleópteros y ortópteros), 11, 44". — Noticia de una especie de Albunea de Menorca, 11, 46”. — Clasificación de la langosta de Badajoz, 111, 66'. — Observaciones sobre algunas especies de los géneros Albunea y Gonoplazx, 1v, 20”. — Enumeración de algunos arácnidos y ortópteros de España, Iv, 37/. — Invasión del Acridium peregrinum Ol. en las costas de Cádiz, v, 91”. — Datos para la clasificación de la langosta de España, vr, 20”. — Nota sobre algunos ortópteros de Cascante, vi, 71”. — Noticias entomológicas, vI1, 2”. — Enumeración de varios arquípteros y ortópteros de los alrededores de Madrid, vir, 62”. — Estudio sobre los ortópteros que sirvieron á Rambur para sus des- cripciones, vit, 91”. — Sobre un crisídido de Navacerrada, 1x, 33/. — Noticia sobre los neurópteros de Filipinas con motivo de un tra- bajo del Sr. de Sélys Longchamps sobre estos insectos, x1, 34”. — Noticia sobre dos especies de Bathyscia de Santander, xt, 5”. — Observaciones sobre algunos tisanuros y colémbolos de los alrede- dores de Madrid y sobre la Embia Solieri Rb., x111, 31". — Enumeración de los ortópteros de España publicados después de la aparición de la sinópsis de los mismos, xv, 36”. — Observaciones sinonímicas de varios ortópteros con motivo de pu- blicaciones de los Sres. Bormans, Bonet y Finot, xv, 38”. — Noticia sobre la colección de coleópteros del Sr. D. Laureano Pérez Arcas, donada generosamente al Museo de Madrid, xv, 55”. — Huevos de Phyllium, de Java, xvI, 32. — Noticias sobre el área geográfica del Gryllomorphus Fragoso Bol., xvI, 34, — Ortópteros recogidos en Burdeos (Francia), xy11, 35”. XX ANALES DE HISTORIA NATURAL, BoLivar (1) — Observaciones sobre la fauna ortopterológica de la isla de- Cuba, xvi1, 59”. — Observaciones sobre algunos insectos de Sabaris (Pontevedra), xvi1, 83”. — Noticia de algunos insectos del Escorial, xv11, 101”. — Datos para el conocimiento del género Gryllodes, x1x, 19”. — Nota sobre neurópteros de Andalucía, xIx, 31/. — Crustáceos recogidos en Guetaria por D. M. Sanz de Diego, xIx, 115'. BoLlvar (1.) y Cuicork (C.) — Enumeración de los hemípteros observados en España y Portugal, con dos láminas (11-111), vir, 147. Bormaxs (A. »n).—£tude sur quelques dermapteres exotiques, 1x, 505. Boscá (E.)—Lunectes sticticus L., vivo, en un trozo de hielo, 11, 15”. — Hallazgo en Valencia del Bubo agrionoides Rb., v, 73”. BourGuIGNar (J.), véase SIMÓN (E.)—Arachnides obs. a Miranda-de-Ebro au mois d'aoút 1883. Note sur les mollusques, xt, 126. BoureLou (E.)—La Doryphora decemlineata en el Rhin, y1, 53”. Buex y bel Cos (O. De).— Materiales para la fauna carcinológica de Espa- ña, xvI, 406. CALDERÓN Y ARANa (S.) — Enumeración de algunos insectos de Canarias, y, 48. — Enumeración de varios moluscos de Canarias, v, 49”. — Enumeración de los arácnidos de Sevilla que existen en el Musco de aquella Universidad, xv, 26”. — Distribución geográfica de los Helix del grupo Macularia, xv1, 56”. — Arácnidos del gabinete de Historia natural de Sevilla, estudiadcs por D. Eugenio Simón, xvi, 37/. — Noticia de los daños que causan las larvas del 4pate bimaculata- Ol. en la vid, xv1H1, 1037. : — Sobre el Pachylomerus cedificatorius Westw. en Sevilla, x1x, 77”. — Nota acerca de los cefalópodos de Portugal con motivo de dos pu- blicaciones sobre el mismo asunto del Sr. Girard, x1x, 112. — Notas carcinológicas, xx, 108”. Caerinin1 (J.) —Breve noticia sobre las globigerinas descubiertas por el Challenger, 1x, 87”. Cazurro y Ruiz (M.) —Especies nuevas del género Ochrilidia Stál., xv, 111. — Enumeración de los ortópteros de España y Portugal, xvI, 435. — El Sphex paludosa como enemigo de la langosta, xv, 74". — Estudio sobre un vorticélido que vive en las branquias del cangrejo de río (Nota atribuida por error al Sr. Bolivar), xvi, 60”. — Estraciómidos de España, xvir, 102”. — Nota sobre la región lusitana de la fauna carcinológica, xvHi, 13". — Daños que causan la Porthesia chrysorrhcea y el Bombyx neustria en el arbolado de Madrid, xvur, 79”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXI Cazurro Y Ruiz (M.)—Nota sobre la fosforescencia de los crustáceos, xv, 121. — Nota sobre los Gordíus, x1x, 6'. — Sobre una crisálida acuática hallada en Peñalara, xtx, 31'. — Observaciones acerca de un briozoo de agua dulce de los alrededo- res de Madrid, x1x, 42”. — Sobre anélidos de la Península, xIx, 70”. CuevroLar (A.)—Coleopterorum specierum novarum descriptiones, 11, 157. ChHicoTE (C.), véase BoLIvar. — Enumeración de los hemípteros, vitr, 147. — Adiciones á la enumeración de los hemípteros observados en Es- paña y Portugal, 1x, 185. — Algunos crisídidos de Madrid, vrr, 20”. -— Ortópteros y hemípteros recogidos en Irún, vr, 67”. CortEau (Ep.) — Noticia sobre el resultado de los dragados hechos por el buque Le Travailleur en el golfo de Gascuña, 1x, 86'. Cuxí Y MarTorELL (M.)—Datos para una flora de los insectos de Cataluña, x, 433. — Insectos observados en los alrededores de Barcelona, xvr1, 133. (Se citan también arácnidos.) — Insectos encontrados en Santas Creus, xvII1, 5. — Misceláneas entomológicas. Arácnidos de Amer y Montserrat, xvIIT, 295. (Hay también datos sobre insectos.) — Lista de neurópteros de las cercanías de Barcelona, vir, 61'. — GColeópteros, hemípteros y ortópteros hallados en Amer (Gerona), xv11r, 51”. — Insectos recogidos en Begas durante el mes de Mayo, xvrrr, 63. — Insectos descubiertos últimamente en Cataluña, xvi11, 66/. — Sobre el desarrollo extraordinario en Gerona de la Ocneria dispar L., xvi 771. — Noticia sobre varios lepidópteros que causan daño al arbolado en Cataluña, xx, 14”. Dezas Y DE GaYoLÁ (T". DE $. De). —Observaciones sobre daños que causan algunos lepidópteros en el arbolado, xvi1t1, 80”. Dusmer Y ALoxs0 (J. M.)—Lista de algunos crustáceos de Málaga, xx, 8'. Dur1eu pu BroxyY (C.) — Etude sur quelques forficulides exotiques, vtr, 91. Farrmarre (L.)— Votes complémentaires sur le genre Cyrtonus, x11, 251. — Liste complémentaire des espéces du G. Timarcha, x11, 75. Gabo (M. M. J. ve).—Sobre el estado lastimoso que ofrece el arbolado de Madrid, debido á los ataques de los Scolytus, xv11, 85”. Gocorza (J.) —Revisión del género Platyblemmus, x, 509. — Véase Quiroca (F.)—Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental, xv, 495. Equinodermos, 510. — GCrisídidos de los alrededores de Madrid, xvi, 17. XXII ANALES DE HISTORIA NATURAL. JOGORZA (J.)—Noticia de varios crustáceos que viven en los alrededores de Madrid, vi, 65”. — Nota sobre crisídidos de Madrid, vrr, 52”. — Datos para el conocimiento de los himenópteros de España, 1x, 31'. — Lista de varios himenópteros de España, x1, 5”. GONZÁLEZ DE Lixares (A. — Nota sobre varios animales vivos que el Labo- ratorio de Biología marina de Santander envía á la Sociedad, XA GoxzáLez HibaLGO (J.), véase (JuiroGa.— Apuntes de un viaje por el Sábara occidental, xv, 495. Moluscos, 518. Gorriz (R.)—Medidas preventivas contra la Phylloxera, vir, 45. — Súbita desaparición de algunos insectos que causaban grandes da- ños en los campos de Cariñena, vir, 50”, — Datos para la biología del Meloé majalis L., vir, 71”. — GCrisídidos de Cariñena, vit, 73”. — Observaciones sobre el Cantharis vesicatoria, vu, 71”. — Nuevas observaciones sobre costumbres y metamorfosis de algunos vesicantes, x, 55-. Guirao (A.)— Algunas observaciones sobre la Phylloxera, vr, 31”. — Noticia sobre el Julodis fidelissima, x, 6”. GUNDLACH (J.)— Apuntes para la fauna Puerto-Riqueña. Cuarta parte (Moluscos terrestres), x11, 5. Quinta parte (Moluscos marinos), x11, 441. Sexta parte (Crustáceos, miriápodos é insectos), xv1, 115. Sép- tima (continuación de los ¿msectos), xx, 109, 323. HeybexN (L. vox).—Listá de algunos coleópteros de las Baleares, xvi, 69". JIMÉNEZ DE 1A Espana (M.)—Observaciones á la nota del Sr. Rodríguez Ferrer sobre las avispas vegetantes, 1v, 53”. KobrLrT (G.)—Unios y anodontas nuevos de la fauna española, xv1, 435. KorB (M.), véase Zapater (B.)— Catálogo de los lepidópteros de Teruel, Sa ad LAGUNA (M.)—Agallas de los robles del Escorial, 1x, 10". — Noticia sobre los hemípteros que atacan al olivo, x11, 57'. LICHTENSTEIN (J..—Sobre las emigraciones de los pulgones y las metamor- fosis del pulgón del lentisco (Aploneura lentisci), vu, 471. —- Nuevas consideraciones sobre la evolución biológica de los pulgo- nes, vin, 131. — Metamorfosis del Cantharis vesicatoria, vir, 36/. Lórez SeoaANE (V.) — Observaciones 4 la memoria Moluscos de Galicia del Sr. Macho de Velado, vir, 23”, Macho be VeLabo (J.)—Moluscos de agua dulce de Galicia, con obserya- ciones sobre las especies y localidades, vir, 235. Marrín (0. E.)— Cría de las larvas de la Sympiezocera Laurasi Luc. y otros insectos jilófagos, vtt, 41”. ÍNDICE DE La PRIMERA SERIE. XXIIL Martínez Y Saez (EF. De P.) —Datos sobre algunos coleópteros de los alre- dedores de Cuenca, con una lámina (0), 11, 53. — Descripciones de coleópteros de España, con una lámina (x111), 11, 407. — Véase Quiroca (F.)—Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental, xv, 495. Coleópteros, 517. — Descubrimiento en Madrid del Heterius Marseuli Bris., 1, 15”. — Sobre la plaga del Colaphus ater Ol., 1, 17. — Sobre varios coleópteros de Villarejo del Valle (Avila), 1, 23'. — Sobre el Necrodes littoralis L., hallado en Santander, 1, 36. — Observaciones sobre la Clytra appendicina Lacd., 11, 14”. — Hallazgo de la Lissa chiragra Fab. en Menorca, 11, 55. — Lista de himenópteros hallados en España y determinados por E. Dufour, 11, 29”. — Nota sobre coleópteros de España, 11, 67”. — Descubrimiento en Menorca del Saprinus cruciatus F., 11, 12”. — Nota sobre una especie del género Labidostomis Lacord., 1v, 47”. — GColeópteros citados por primera vez de Menorca, v, 23”. — Datos para la entomología de España, vi, 50". — Observaciones sobre la distribución geográfica de las variedades del Pecilus «eneus Dej., vi, 32”. — Sobre dos especies de Ancyrophorus de Madrid, vi, 46/. — Nota sobre el Ophonus Kabylianus Reiche., vit, 22”. — Coleópteros de España recolectados por D. M. Laguna, x11, 18". — Nota sobre Dorcadion de España, xut1, 45”. — Coleópteros de España y Norte de África recogidos por el Sr. Boli- var, xv, 48". — Agrypnus notodonta Latr. de Sevilla, xvrr, 21”. — Noticia del estudio del R. P. Wasmann sobre los géneros Atemeles y Lomechusa y sobre los animales mirmecófilos, xv1r, 36. MAzarreDOo (€. De). — Articulados de la cueva del Reguerillo en el Pontón de la Oliva, xx, 81”. — Tricópteros y efeméridos de España, xx, 81'. — Correcciones á la lista de tricópteros y efeméridos de España, xx, 1697: MebiIxa Y Ramos (M.) — Catálogo provisional de las Hormigas de Andalu- cía, xx, 95. — Nuevas especies de euménidos de Andalucía, xx, 105. — La Athalia glabricollis Thons en Sevilla, xvrr, 24”. — Observaciones sobre varios Pelopous de España, xvuH, 51”. — Noticia sobre la entomología judicial, xvrr, 100”. — Harpiphorus Calderoni sp. nov., xvH, 117”. — Hallazgo del Strongylognathus Huberi Forel, var. Afer Emery, en las inmediaciones de Sevilla, xvrtr, 31”. - XXIV ANALES DE HISTORIA NATURAL. MebDINA Y Ramos (M.)—Indicación de varios crisídidos de los alrededores de Sevilla, xv111, 61”. — Indicaciones sobre los daños que causan diversos hemípteros en los sembrados y especialmente la 4lia acuminata en los trigos, XVIII, 89”. Noticias sobre la existencia del (Ecanthus pellucens Scop. en Cazalla y Guadalcanal, xvrr1, 126/. — Lista de los ortópteros de Andalucía existentes en el Museo de la Universidad de Sevilla, xix, 14”. — Lista de coleópteros de Fuente-Piedra, xix, 45”. — El Apate francisca Fabr. y 4. bimaculata Ol. como enemigos de la vid, x1x, 46'. : — Sobre algunos crustáceos de Andalucía, x1x, 82, — Hemípteros recogidos en Guadalcanal y Cazalla de la Sierra por los Sres. Calderón y del Río, xix, 105”. — Ápidos encontrados recientemente en Sevilla, x1x, 106”. — JLepidópteros de Constantina (Sevilla), x1x, 106. — Crisídidos de Hornachuelos recogidos por D. Manuel García Núñez, UA — Notas entomológicas, xx, 49”. — Hormigas de Portugal y de Canarias, xx, 12”. MOoRAGUES Y DE MANZANOS (F.) — Descripciones de moluscos de Mallorca, xv, 233. — GColeópteros de Mallorca, xvi, 11. OBERTHÚUR (CH.)—£tude sur quelques especes de lepidopteres d' Espagne (con una lámina) (xv11), 1v, 369. PawrEL (P, J.)—Contribution a l'orthoptérologie de Y Espagne centrale (con una lámina) (11), xv, 237. — Catalogue des coleópteres carnassiers terrestres des environs d' Uclés avec les descriptions de quelques especes etvariétés nouvelles, xv11, 193. — Notes orthoptérologiques (con dos láminas) (11-1v), x1x, 335. Pérez Arcas (L.) —Especies nuevas ó críticas de la fauna española. Se- gunda parte, con tres láminas (1-110), 1, 89. Tercera parte, con tres láminas (1111), 11, 111. — Sobre la langosta en los campos de la Mancha, 1, 17'. — Daños que causa á la vid en diferentes puntos de España el Hal- tica (Gráptodera) ampelophaga Guér., 1, 17'. — Sobre la existencia en Andalucía del Acmastes Haroldi Schaum (carábido), 1, 22”. — Descubrimiento en Málaga de la Asida luctuosa Rosenh., por don H. Aragoncillo, 1, 23”. — Nueva localidad (Carabanchel) de la Epeira sericea Ol., no citada de España, 1, 25'. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXV Pérez Arcas (L.)—Sobre el Dryoccetes dactiliperda Panz., hallado en Va- lencia (la larva vive en los huesos de los dátiles y en el fruto del palmito), 1, 31”. — Observaciones sobre el Cerambyx velutinus Brull. hallado en Va- lencia por el Sr. Boscá, 11, 7”. — Observaciones sobre el Dorcadion annulicorne Chevr. hallado en Málaga, 11, 11”. — Misolampus Goudoti Breme, hallado en Menorca, 1, 14”. — Observaciones acerca del Bembidium letum Brullé, y de su área geográfica, n, 22”, — Observaciones sobre el Gordius aquaticus L., parásito de varios in- sectos, 11, 63". — Observaciones sinonímicas de varias especies de Asida de la Penín- sula, 111, 96”. — Observaciones sobre varias especies del género Timarcha, 11, 103”. — Sobre algunos insectos que viven á expensas de los huevos de la langosta, 1v, 79”. — Hallazgo del Leucohimotium elongatum Ros. en Aranjuez, vi, 50”. — Datos para la entomología española, vi, 44”. — Observaciones sobre varios hemípteros de los alrededores de Ma- drid, vir, 5”. — Noticias sobre la Nothorrhina muricata Dalm. y el Cebrio rufifrons Grlls., 1x, 73". — Sobre una Elaphocera de Mallorca, x, 15' y 18". Purzexs (J.)—Celia nitidiuscula, 1, 51. Prabo y Sarsz (S.) —Sobre las especies españolas del género Pimelia que existen en la colección del Museo de Madrid, x1x, 107”. Quiroca Y RoDrícuEz (F.) —Sobre un briozóo y una esponja descubiertos por el Sr. González de Linares en el Manzanares, xvur, 96”. — Presentación de animales marinos vivos enviados por el director del Laboratorio de biología de Santander, xx, 159”. Reyes y Prosrer (V.), véase Ossor10.—Fernando Póo y el Golfo de Guinea, xv, 289. Moluscos, 340. Robrícuez Ferrer (M.)—Las avispas vegetantes, 1v, 52. SaLvaÑá (J. M.)— Contribución á la fauna malacológica de los Pirineos ca- talanes, ó sea descripción de la comarca de Olot en relación con la fáunula malacológica local y monografía de los moluscos te- rrestres y fluviátiles de aquel territorio, xvu, 75. SANTERVAS (J.) —Lista de algunos lepidópteros de Andalucía que existen en el gabinete de la Universidad de Sevilla, xv, 75”. Saxz be Dieco (M.)—Nota sobre algunos insectos de España, Ix, 38/. — Nothorrhina muricata Dalm. y Cebric rufifrons Grlls. en las Navas, ES XXVI ANALES DE HISTORIA NATURAL. SANZ DE DiEGO (M.)—Lista de arácnidos de la Península, x1v, 38'. SeeBOLD (T.)—Catálogo de los lepidópteros observados en los alrededores de Bilbao, con-una lámina (1), vit, 97. SéLys LoyccHames (En. DE). —Odonates de Philippines (con una lámina) (1), TO — Additions aux Odonates des Philippines, xx, 209. SERRANO Faricati (E.) -—Influencia de los colores del espectro sobre la nu- trición y desarrollo de los infusorios, vu, 42”. SHARP (D.) — Descripciones de algunas especies nuevas de coleópteros, con adiciones por D. Serafín de Uhagón, 1, 259. SimóN (E.) — Arachnides nouveaux ou peu connus des provinces basques, 53 1: — Descriptions d'arachnides nouveaux d' Espagne et de Portugal, x, 133. — Arachnides observés 4 Miranda-de-Ebro au mois d'aoút 1883.—Note sur les mollusques et liste des coléopteres recueillis dans la méme localité, par M. E. Simon, par J. Bourguignat et S. de Uhagon, x11r, 113. — Véase (JuiroGa (F.) — Apuntes de un viaje por el Sáhara, xv, 495. Arácnidos, 511. SPANGBERG (J.) —Notice sur les dégats des pucerons dans les champs d'orge,. et moyen de les preventr, vi, 339. Turx (R.)—Noticias acerca de la Myrmecophila acervorum y la Saga serra- ta que pueden servir de base para ulteriores observaciones, VALS Unacón (5.), Véase SHarr.—Descripciones de coleópteros, 1, 259. — Coleópteros de Badajoz. Primera parte, con una lámina (1), v, 40. Segunda parte, con una lámina (tv), vin, 187. Tercera parte, xv1, 373. — Especies nuevas del género Bathyscia encontradas en Vizcaya, LS: — Véase Simóx.— Arachnides observés 4 Miranda-de-Ebro au mois d'aoút 1883, etc. (coléopteres), xn1, 127. — Especies nuevas españolas del género Cathormiocerus Sch. y obser- y vaciones sobre el €. socius Boh., x1v, 365. — Ensayo sobre las especies españolas del grupo Choleve, xIx, 15. — Nota sobre coleópteros de España, 11, 3”. — Datos para la fauna entomológica de España, recogidos por el señor L. von Heyden y observaciones acerca de algunos de ellos (coleóp- teros), 11, 63). — Nota sinonímica sobre especies de Hydroscapha y Limnebius, 1v, 11". — Sobre dos especies de Choleva y una de Anommatus halladas en España, 1v, 54'. — Sobre la existencia en España de la Perigona fimicola Woll., insecto de Madera, 1v, 105”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXVIE Unacón (S.)—Crítica del procedimiento propuesto por el Sr. Richard para destruir la filoxera, vr, 32”. — Observaciones sobre la Vothorrhina muricata Dalm., 1x, 73”. — La Simpiezocera Laurasi Luc. en España, x, 35". — Noticia sobre dos especies de Bathyscia (B. arcana y adnexa Schaut.) y el Leptinus testaceus Múll., x111, 4”. Vázquez FicGuerOa (A.)—Selección para obtener buena semilla del gusano de la seda, xvrr, 107”. — Consideraciones sobre los daños que causan algunos lepidópteros en el arbolado, xvunr, 79”. — Sobre algunas mariposas recolectadas en Madrid, x1x, 84”. Viar (V.)—Noticia sobre la Embia Solieri Rb. de los alrededores de Ma- drid, v, 70'. WeEsTERLUND (C.)— Species novas generis Vitrese Fitz. ad Hispalim Hispa- nice a Prof. Calderon inventas, xx, 219. ZAPATER (B.)—Sobre el hallazgo en Madrid del Hetwrius hispanus Rosenh., e — Sobre el habitat de la Saturnia Isabelle Gr., 1, 15”. — Nido de Vespa sylvestris hallado en Teruel, 11, 55”. ZaAPATER (B.) Y Kor3 (M.) —Catálogo de los lepidópteros de la provincia de Teruel y especialmente de Albarracín y su Sierra, x11, 273. Pri- mera parte, 285. Zoografía de vertebrados. Anónimo.—Nota sobre el Cursorius gallicus Gm., xvi, 34", — Presentación de un ejemplar vivo del Megalotis caffer Lichtst. de Río de Oro, xv, 31. BarceLó y Combrs (F.)— Apuntes para la fauna balear (Catálogo metódico de los mamiferos. Addenda á los Cat. de aves y peces), 14, 53. — Noticia de varios peces hallados en Mallorca, vi, 13”. — Noticia y dibujo de un cachalote hallado en el puerto de Soller, yu, 18”. Boscá (E.) — Catálogo de los reptiles y anfibios observados en España, Portugal é islas Baleares, vr, 39. — Las víboras de España, vit, 65. — Sobre una especie y un género nuevos de anfibios de España, vin, 87. — Alytes Cisternasii; descripción de un nievo batracio de la fauna española, vir, 217. — Nota herpetológica sobre una excursión hecha en el monte San Julián, de Tuy, vr, 463. — Hyla Perezii, especie nueva de anuro europeo, 1x, 181. XXVIII ANALES DE HISTORIA NATURAL. Boscá (E.) —Gongylus Bedriagaz, nueva subespecie de la Península ibérica, 1x, 495. — Correcciones y adiciones al Catálogo de los reptiles y anfibios de España, Portugal é islas Baleares, con dos láminas (1 y 111) x, 89. — Exploración herpetológica en la isla de Ibiza, xn, 241. — Observaciones sobre el Discoglossus sardous, u, 15”. — Sobre la no existencia de víboras en las islas Columbretes, 11, 15”. — Noticias sobre una especie de Hyla probablemente nueva y sobre el reptil llamado sacre en Valencia, v, 74. — Datos para la biología del Pleurodeles Waltli Mich., vr, 20”. — Nota sobre el género Discoglossus, vi, 75”. — Observaciones sobre la Rana temporaria L., vir, 29”. — Comparación del Bufo viridis y del calamita, vi, 37'. — Nueva especie de Alytes de España, vit, 22”. — Formas diversas del Alytes obstetricans, Laur, 1x, 4”. — La ovoviviparidad observada en el Gongylus Bedriagai, xn, 92”. CALDERÓN Y ARANA (S.) — Enumeración de algunos reptiles de Cana- rias, v, 47. —- Nota sobre varios nidos de aves formados de materiales diversos, VES A. — Desaparición que se observa de algunas especies de aves en Anda- lucía, xvi, 115. — Nota sobre la existencia del Inuus en Gibraltar, xvrr, 6”. — Peces de las pesquerías andaluzas existentes en el gabinete de la Universidad de Sevilla, xvrtr, 124”, — Noticia sobre la abundancia con que se ha presentado la sardina en las costas de Málaga, x1x, 44”. — Antiguas disposiciones para la extinción de los pájaros, x1x, 76”. — Noticias ornitológicas, xx, 43”. Cávovas (F.)—Nueva localidad (Lorca) del Gongylus ocellatus Forsk., 1, 25”. CASTELLARNAU Y DE LLEOPART (J. M. De). — Estudio ornitológico del Real Sitio de San Ildefonso y de sus alrededores, vi, 155. J CisTERNAS (R.) — Descripción del Ammodytes terebrans, nueva especie del Mediterráneo, con una lámina (vu), 1v, 163. — Ensayo descriptivo de los peces de agua dulce que habitan en la provincia de Valencia, vi, 69. Domíxcuez Avbame (M).—Nota sobre el Hystrix cristata L., xvt1, 118”. FERNÁNDEZ DE Castro (M.) — Aétobatis Poeyi. Nueva especie fósil proce- dente de la Isla de Cuba, con tres láminas (vI-V111), 11, 193. García Parra (B.) —Observaciones sobre la desaparición de algunas aves en Andalucía, xv11, 117”, — Estudio sobre la codorniz, xv, 41'. -— Noticias sobre las golondrinas, xv, 74”, INDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXIX GoGorza (J.), véase Quiroca (F.)— Apuntes de un viaje por el Sáhara occi- dental, xv, 495. Peces, 521. — Datos para la fauna filipina. Vertebrados, xvu, 247. — Lista de peces de Filipinas adquiridos por el Museo de Ciencias de Madrid, x1v, 72”. Z GONZÁLEZ DE Liwares (A.)—Explicación de dos fotografías de cetáceos obtenidas en el Laboratorio de biología marina de Santander, xx, 99". GowxzÁáLez DE Veasco (P.) —Presentación de un ejemplar del Macrurus rupestris Bl. pescado en Zarauz, 1, 5'. GoxzáLEz Y García De Mexeses (A.) —Observaciones sobre la abundancia de sardina en Málaga, x1x, 45”. Guirao (A.)—Noticia sobre la Salamandra maculosa Laur., llamada tiro en la Sierra de Segura, v, 74”. GuxpLacH (J.)—Catálogo de los mamíferos cubanos, 1, 231. — Catálogo de las aves cubanas, 11, 81. — Catálogo de los reptiles cubanos, 1v, 347. — Apuntes para la fauna puerto-riqueña. Primera parte (mamiferos y aves), vi, 135. Segunda parte (aves, continuación), vir, 343. Ter- cera parte (anfibios), x, 305. Idem (peces), por D. Felipe Poey, con: una lámina (vi). JIMÉNEZ DE LA EspaDa (M.)— Nuevos batracios americanos, 1, Só. — Urotropis platensis “con una lámina) (1), 11, 69. — Observaciones sobre las costumbres de algunos murciélagos, 11, 98”. — Sobre los animales llamados roque y samarda en algunos libros antiguos, vu, 49”. Laza y Herrera (E.)—Sobre la cabra de Sierra Nevada (Ibex hispanica a Schimp.), x1x, 36'. Lórez SeoaxkE (V.)—Reptiles y anfibios de Galicia, vi, 349. Martíxez Y Sáez (F. ve P.)—Nota sobre mamíferos americanos, 11, 239. — Véase Ossor10.—«Fernando Póo y el golfo de Guinea», xv, 289, Vertebrados, 339. — Véase QuiroGa.— «Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental», xv, 495. Reptiles y mamiferos, 522. — Variedad negra de la zorra común (Canis vulpes L.), procedente de Cuenca, 11, 7”. — Nota sobre tres ofidios de Filipinas, regalados á la Sociedad por D. Luís María Portilla, 1, 39”. — Observaciones sobre varios ofidios de Nueva Granada, remitidos al Museo de Madrid, 1, 45”. — Noticias de algunos mamíferos de España y de América, 111, 29”. — Lista de los reptiles índicos regalados al Museo de Madrid por don Claudio Montero y observaciones á ellos referentes, 1, 68”. XXX ANALES DE HISTORIA NATURAL. Marríxez y Sáez (F. De P.)- Nota sobre el Herpeton tentaculatum Lasc., 111, 68. — Lista de los reptiles recogidos en Filipinas por D. Casto Méndez Núñez y regalados al Museo por el Sr. Pérez Arcas, 11, 72”. — Observaciones sobre el Moloch horridus Gray, 11, 84”. — Nota sobre dos reptiles de Fernando Póo (Chameleo Oweni Gray y Vaipera nasicornis Shaw), 111, 93”. — Nota sobre algunos reptiles de Menorca, 1v, 93”. — Sobre el habitat en España de la Myogalea pyrenaica Geottr., 23 — Lista de varias especies de aves de las cercanías de Mieres (Ovie- CN — Datos para la herpetología de España, vi, 46". — Noticia sobre reptiles, anfibios y peces del Amazonas adquiridos por el Museo, vi, 53”. — Noticia sobre un Histiophorus belone Raf., de las costas de España, AS — Nota sobre el Bufo vulgaris Laur. y observaciones acerca del des- arrollo de este animal, vrr, 111. — Reptiles y peces filipinos, regalados al Museo de Madrid por don A, Domec, 1x, 56”. MebIxa y Ramos (M.— Nota sobre los quirópteros del gabinete de Histo- ria natural de Sevilla, xvi, 10”. — Sobre algunos quirópteros de Sevilla, x1x, 68”. — La Salamandra maculosa en Constantina (Sevilla), xx, 95”. Mryryrer (A. B.) —Catálogo de los peces recolectados en el Archipiélago de las Indias orientales durante los años 1870 á 1873, x1v, 5. Momró (V.) —Catálogo de las aves de Tenerife, v, 241. Prez Arcas (L.) —Especies nuevas ó críticas de la fauna española, 1, 89. Primera parte Gongylus ocellatus Forsk., 90. — Rectificación del nombre del pez de Zarauz, presentado por el Sr. González de Velasco y que es el Macrurus trachyrhynchus RIBSOL 1D:e — Sobre una especie de Tetrodon de Málaga, 1, 4' y 6'. — El quelves ó quelvacho, de Málaga, es el Acanthorhinus granulatus Blainy., 1, 6”. — Más datos sobre el Macrurus trachyrhynchus Risso y sobre el M. ceelorhynchus Risso, hallado también en España, 1, 25”. — Observaciones sobre unos dientes de Oxyrhina Spallanzant Raf. y sobre el nombre vulgar de marrajo, 11, 21”. — Observaciones geográficas referentes al Chioglossa lusitanicum Barb., 1, 102”. — Presentación de un Cecko verus Merr., de Filipinas, 1v, 19”. INDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXXI Pérez Arcas (L.)—Observaciones sobre varios escuálidos procedentes de la costa cantábrica, vi, 4”, 12”, 45". — Noticias comunicadas por el Sr. Gundlach sobre los sunsunes de Cuba, vi, 12”. — Estudio sinonímico del Squalus carcharias L., con motivo de un ejemplar pescado en Castellón, vir, 13”. — La llamada gripia en Navarra es el Seps chalcides, v11, 67”. — Más datos sobre el Carcharodon carcharias L., v111, 17”. Poe (F.) — Plantilla descriptiva ictiológica, 1, 17. — Evoxymetopon teniatus (con una lámina) (y), 11, 77. — Grammicolepis brachiusculus, tipo de una nueva familia en la clase de los peces, con una lámina (x11), 11, 403. — Emumeratio piscium cubensium. Primera parte, con tres láminas (v-vD), 1v, 75. Segunda parte, con cuatro láminas (vr-x), v, 131. Tercera parte, con dos láminas (x111 y xIv), v, p. 373. Conclusión, vi, 139. — Revisio piscium cubensium (con cinco láminas) (v1-x), 1x, 243. — La vista en los murciélagos, x, 23”. — Véase GuxDLAcH.— Apuntes para la fauna puerto-riqueña. Peces (con una lámina) (1), x, 317. PUIGGENER (J.)—Nota sobre el Herpestes Widdringtonii Gray, xvn, 93'. Reyes y Prosper (V.) —Catálogo de las aves de España, Portugal é Islas Baleares, xv, 5. Viar (V.)—Lista de varios reptiles y anfibios de la Rioja, v, 45”. ANTROPOLOGÍA Y PREHISTORIA. ANTÓN Y FErRANDIZ (M.), véase Ossorto.—«Fernando Póo y el Golfo de Guinea», xv, 289. Antropología, 317. — Véase (Juiroca.—« Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental», xv, 495. Antropología, p. 522. — Pintaderas regaladas al Museo de Madrid por el Dr. Verneau, xI1r, 8”. — Cráneos hallados en Navares de Ayuso (Segovia), x1H, 76”. — Identidad étnica de los guanches y la raza de Cromagnon, xy, 16/. — Sobre una carta del Sr. D. Miguel Morayta acerca de los «Enanos del Valle de Ribas», xv, 73”. — Observaciones sobre la cueva de Santillana, xv, 96. — Estudio de un cráneo notable procedente de Guinea, xvi, 9”. Arras (A.)—La raza de Cromagnon en España, xvn, 69, BoLIvAr (1)—Presentación de una flecha de piedra procedente de Apiahy, HNLLIS/. XXXII ANALES DE HISTORIA NATURAL. BoL1ivar (I.) —Observaciones sobre la cueva de Santillana, xv, 95”. BoscÁ (E.)—Hallazgo de un cráneo humano en los alrededores de Buñol, xII1, 49”. — Noticias acerca de una calavera regalada al Museo de Historia Natural de Madrid, xvi, 55”, BorrLLA (F. De).—Breve noticia sobre la antigúedad de los palafitos, v, 22. BueN Y DEL Cos (O. De). — Observaciones sobre una hacha de bronce pre- histórica, xt1, 66'. — Noticia sobre la abundancia de restos prehistóricos en Velez Rubio, x111, 66”. — Hallazgo en Gayangos (Burgos) de restos, al parecer, prehistóricos, xur, 95". CALDERÓN Y ARANA (S.)— Hacha neolítica descubierta en Budia (Guadala- jara), 1, 8). — Algunas observaciones para la antropología de Canarias, v, 49”. — Sobre restos prehistóricos hallados en Molinicos (Albacete), v, 66'. — Noticia sobre un hacha de roca andesítica, x1, 26”. — Las antiguas pinturas rojas de España, xt, 9”. — Observaciones sobre las pinturas de los pueblos salvajes, xy, 68”. — Sobre un yacimiento prehistórico descubierto por el Sr. Candáu en: Coronil, xv1In, 23”, 39”. — Excavaciones en Montilla, xix, 82”. CasteEL (C.)—Sobre situación y condiciones de una caverna próxima á Muriel y restos fósiles hallados en ella, 11, 50”. Cazurro (M.) —Indicaciones sobre algunas hachas paleolíticas y varios huesos fósiles hallados en San Isidro (Madrid), x1x, 42”. CAZURRO (M.) Y Hoyos (L.)—Nota sobre hachas prehistóricas descubiertas en los aluviones de San Isidro de Madrid, xv1Hr, 94”. GONZÁLEZ DE L1NARES (A.)—Observaciones sobre las pinturas de la cueva de Santillana, xv, 20". GoNzÁLEZ Y García DE Mexeses (A.) —El período del cobre en la provin- cia de Huelva, xIx, 74”. Guirao (A.)— Presentación de instrumentos neolíticos y de un hacha de cobre procedentes de Murcia, Alicante y Albacete, x, 5”. Horos (L.), véase Cazurro.—Nota sobre hachas prehistóricas, xvII1, 94”. JiméxeEz DE LA Espada (M.)—Indicaciones sobre la habilidad que demues- tran algunos salvajes para la fabricación de hachas y otros obje- LOBO e — Observaciones sobre la importancia de los descubrimientos hechos en la cueva de Santillana (Santanden), x1, 56. Lemus y Onmo (E.)—Observaciones sobre las pinturas de la cueva de Santillana, xv, 80”, 91”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXXIII Macnano (A.) —Noticia de descubrimientos de objetos de bronce y piedra en la provincia de Sevilla, xv, 19”. MarríxNez Y Sáez (F. De P.)—Observaciones sobre algunas fotografías de indígenas de la Australia, vir, 21”. * — Frecuencia del bocio en los alrededores de Santiago de Chile, M5 13. Menbiya Y Ramos (M.)—Datos sobre restos humanos procedentes de la Campana, xx, 136". 4QuiroGa Y RoDríGUEZ (F.)—Algunas observaciones sobre las pinturas de la cueva de Santillana, x111, 14”. — Noticia de una hacha de cobre hallada en Sahagún, x1t1, 62”. — Sobre los celtas planos de Coronil, xvn:, 39". Reyes Y ProsPER (E.)—Observaciones sobre las pinturas de la cueva de Santillana, xv, 96/. RiBeRA (Marqués DE LA).— Noticia sobre la estación prehistórica de Arge- cilla, v, 4”. — Flecha de cobre de Argecilla, v, 22”, Robrícuez Ferrer (M.)—Sobre una mandíbula humana de la isla de Cuba, 1, 6'. — Caverna de Aizquirri, vir, 26”. ZAPATER (B.) —Hachas de piedra procedentes de Teruel, 11, 55. VERNEAU (Dr. A.) —Las Pintaderas de Gran Canaria, con cuatro láminas (V-V111), x11, 319. VILANOVA (J.)—Lo prehistórico en España, con cuatro láminas (1V-V11), ST: — Anuncio de hallazgo de objetos prehistóricos en Alboj (Almería), e — Estación prehistórica de Bolbaite, vu, 73”. — Noticias sobre la Cueva de Santillana, 1x, 76; xv, 82”, 89”. — Comunicación sobre objetos prehistóricos descubiertos en la Sierra de Almagro, xr, 58”. — Hallazgo en Alcoy de restos humanos, xn, 97”. — Descubrimientos en la Cueva del Tesoro (Málaga), xv, 19”. — Descubrimiento de objetos prehistóricos en una cueva de Lourdes, va De — Consideraciones sobre la estación prehistórica de Coronil y acerca de la naturaleza de las hachas planas llamadas de bronce, xv, 31. — Noticia acerca de los monumentos prehistóricos de Eguilaz y Sal- vatierra, x1x, 106”. E XXXIV ANALES DE HISTORIA NATURAL. EXCURSIONES, VIAJES Y CONGRESOS CIENTÍFICOS. AREITIO Y LARRINAGA (A. DE) Y QuiroGA Y RoprícuEz (F.) — Excursión geo- lógica por la provincia de Segovia, 111, 333. ARÉVALO Y BACA (J.)—La sierra de la Juma (provincia de Málaga), v, 233. BoLIvar (L)—Excursión á la Granja, con indicación de los neurópteros y ortópteros recogidos en ella, 11, 61”. — Excursión ortopterológica 4 Peñalara, xvi, 4'. — Excursiones á la Poveda (Madrid) y á los Picos de Europa (Santan- der) (entomología), xx, 3”. Boscá (E.)—Expedición herpetológica á la sierra de San Mamés (Portu- gal), 1x, 33". — Excursión herpetológica 4 Mallorca, x, 9”. BoreLLA (F. Dr).— Noticia de una excursión geológica por el Sudoeste de Almería, vin, 52”, CALDERÓN Y ARANA (S.) —Excursiones á Peñaflor, con indicación de los mi- nerales, rocas, fósiles y animales encontrados en ellas, xvin, 47'. — Excursión á Fuente Piedra (parte zoológica), xv, 57”. — Excursión á la dehesa de Canillas, x1x, 39”. — Excursión por la provincia de Huelva, x1x, 87”. — Excursión á Cantillana y desembocadura del Biar, x1x, 126”. — Excursión geológica á Guillena, xx, 152”, CALDERÓN (S.) y MeDINA (M.) — Excursión á Constantina (Sierra Morena), xIx, 64”, CAzURRO (M.)—Excursión á los montes de Toledo y á Cercedilla y Siete Picos. (Zoología), vir, 42”. Cuní y MarrtoreLL (M.)— Excursión entomológica y botánica á San Miguel del Fay, Arbucias y cumbres de Monseny, 1x, 205. — Excursión entomológica y botánica á la Cerdaña española (Cata- luña), x, 367. l — Resultado de una exploración entomológica y botánica por el tér- mino de la Garriga (Cataluña), x11, 83. — Excursión entomológica á varias localidades de la provincia de Gerona, xIv, 51. — Sobre un proyecto de excursión en las inmediaciones de Barcelona, a DeLÁs Y DE GAYorLÁ (F. pe S. Ds).—Excursión botánica 4 Vallvidrera, xvi, 511. Gaspar (F.)— Excursión á Cercedilla (entomología), xv11, 41”. Gocorza (J.)—Una excursión zoológica por Valencia, x11, 59. Gómez Carrasco (E.) — Excursión á San Ildefonso por Peñalara (entomo- logía), xvi, 63. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXXV Marrín (C. E.) —Noticia de un viaje por Portugal, vir, 41”. Mazarreno (C.) —Breve noticia de una excursión á las Hurdes, vr, 58”. Mebiya Y Ramos (M.) —Excursiones al Guadalquivir, Tomares, San Juan de Aznalfarache, Gelves, Camas y alrededores de Sevilla y Al- calá de Guadaira (geología, zoología), xvi, 25”. — Excursión á Tomares y San Juan de Aznalfarache (botánica, zoolo- gía), xv, 121”. — Véase CaLDErRÓN (S.)— Excursión á Constantina (Sierra Nevada), xIx, 64”. — Excursión á Tomares y San Juan de Aznalfarache, xx, 104”. — Excursión á Alcalá de Guadaira, xx, 506”. Ossor10 (Dr. A.) —Fernando Póo y el Golfo de Guinea. Apuntes de un viaje, xv, 289. Enumeración y estudio de las colecciones recogi- das en su viaje por el Dr. Ossorio. Geología, por D. J. Macpher- son, 312. Antropología, por D. M. Antón, 317. Vertebrados, por D. F. de P. Martínez y Sáez, 339. Moluscos, por D. V. Reyes y Prosper, 340. Articulados, por D. I. Bolivar, 341. Pérez Arcas (L.)—Noticia del viaje entomológico de los doctores Sharp y Crotch, desde Guadarrama á Picos de Europa. (Se citan varias especies de carábidos), 1, 7”. — Noticias del resultado zoológico de un viaje del Sr. Gundlach por la región occidental de la isla de Puerto-Rico, n1, 22”. — Una excursión entomológica á Navacerrada, vi, 54”. — Breve noticia de una excursión á Sierra Nevada, vin, 57”. Prao Y Salyz (S.)—Nota sobre el resultado del viaje de M. Marche á Filipinas bajo el punto de vista mammalógico y ornitológico, xXIx, 8'. Quiroca Y RoDRÍGUEZ (F.), véase Arerrio Y Larrinaca.— Excursión geoló- gica, etc., 11, 333. — Excursión á Torrelodones /geología), xv, 88”. -— Apuntes de un viaje por el Sáhara occidental, con una lámina (1), xv, 495. Colecciones de Historia Natural: Minerales, rocas y fóst- les, por D. F. Quiroga, 506. Plantas, por D. B. Lázaro, 508. Equi- nodermos, por D. J. Gogorza, 510. Crustáceos, por D. I. Bolivar, 510. Arácnidos, por D. E. Simón, 511. Miriápodos, ortópteros y hemipteros, por D. I. Bolivar, 512. Coleópteros, por D. F. de P. Martínez y Sáez, 517. Moluscos, por D. J. González Hidalgo, 518 Peces, por D. J. Grogorza, 521. Reptiles y mamíferos, por don F, de P. Martínez y Sáez, 522. Antropología, por D. M. Antón, 522. — Otra excursión á Torrelodones (geología), xv1, 10”. — Excursión desde Torrejón de Ardoz á Arganda, por Loeches (geolo- gía), xvi, 11". — Excursión á Sigúenza y Baides (Guadalajara) (geología), xv1, 12”, *k XXXVI ANALES DE HISTORIA NATURAL. - QuiroGa Y RoDrícuEZ (F.) —Excursión desde las Rozas al Escorial, pasando por Valdemorillo (geología), xix, 120". — Una excursión á Marbella (mineralogía, geología), xx, 28. Ruíz MabriD (L.)—Excursión ortopterológica 4 la parte baja del Esco- rial, vi, 67/. — Excursión ortopterológica á Navacerrada, vir, 59”. Unacón (S.) — Excursión entomológica al Escorial (Claviger Saulcy Bris., Boreaphilus, Myrmedonia n. sp., y un seláfido nuevo), 1, 16”. VILANOVA (J.)—Correría geológica por la provincia de Toledo, 1v, 40”. — Congreso geológico internacional de París, vi, 67/. — Exploración de los alrededores de Alicante, vir, 29”. — Excursión geológica por varios puntos de la provincia de Gra- nada, 1x, 13'. — Noticias de un viaje á Granada (geología), 1x, 63". — Noticia del Congreso geológico internacional de París en 1878, od — Noticias acerca del Congreso internacional antropológico de Lisboa en 1888, 1x, 80”. — Observaciones geológicas y paleontológicas hechas en un viaje á Argelia y á Almería, x, 27”. — Noticia del Congreso de la Asociación francesa para el progreso de las ciencias, celebrado en Argel en 1881, x, 27”. — Observaciones geológicas con motivo de un viaje por Argelia y la provincia de Almería, x, 33/. — Noticia de los Congresos geográfico de Venecia y geológico de Bolonia, xt, 7”. — Excursión por Nápoles y otras poblaciones de Italia; examen de sus museos y centros de estudio, x1, 45”. — Congresos científicos de 1883, x1, 16/. — Congresos científicos de 1885, xv, 13”. — Congresos de Ginebra y de Nancy, xv, 76'. — Breve reseña de los Congresos de Frauenfeld, Manchester, Tolosa y Viena, xvit, 5'. — Breve relación de sus últimos viajes por Italia, Suiza, Francia é Inglaterra, xv11, 103”. — Impresiones recogidas en un reciente viaje 4 Francia con motivo de un Congreso celebrado en Limoges por la Asociación francesa para el progreso de las ciencias, x1x, 95”. — Una excursión á Jumilla (Murcia), xx, 76”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXXVII BIBLIOGRAFÍA É HISTORIA. ARrerTIO Y LARRINAGA (A. DE). — Observaciones al folleto intitulado Estudio y descubrimiento del bismuto en el Estado de San Luis del Potost, por D. Florencio Cabrera (1), 111, 97. BARRAS DE ARAGÓN (F. DE Las).—Nota bibliográfica sobre la memoria de M. J. Renard, de Bruselas, titulada: Notice sur les cristaux de phyllipsite des sediments du centre de l'océan Pacifique, xx, 39”. — Noticias acerca de la familia de las Palmas en Andalucía, xx, 112”. Barria PosaDa (C.) —Historia geológico-geográfica de la República orien- tal del Uruguay, y, 4”. BoLIvAr (1) —Nota crítica sobre el libro titulado La langosta, 1v, 61”. — Observaciones bibliográficas sobre algunas obras del Sr. J. Spang- berg, vir, 59”. — Noticia sobre la Monografía de los Pirgomorfinos, x1n, 3”. — Noticias sobre los tetiginos con motivo de la publicación de la monografía de estos insectos, xvi1, 46'. — Nota bibliográfica sobre el libro del Sr. Brunner von Wattenwyl, titulado: Monographie der Stenopelmatiden und Gryllacriden, xv11, 57". CALDERÓN (A.)—El libro de M. Hermite, Études geologiques sur les ¡les Baléares. Paris, 1879, vin, 74”. CALDERÓN Y ARANA (S.) —Noticias bibliográficas sobre el Catálogo de las aves de Tenerife, por D. V. Mompó, v, 81”. — Estudio del Dr. Verneau sobre el Archipiélago canario, x11, 53”. — Trabajos del Dr. Meyer sobre las islas Filipinas, xm, 24”, — Nota bibliográfica acerca del Rapport sur une Mission scientifique dans l' Archipel Canarien, del Dr. Verneau, xvi, 10”. — Consideraciones acerca de las obras del Prof. E. D. Cope, de Fila- delfia, xvin, 81”. — Observaciones sobre el Tratado elemental de Geología, por Odón de Buen, xix, 91'. — Noticia bibliográfica sobre la obra del Dr. Verneau, titulada: Cinmg années de séjour aux tles Canaries, xx, 47”. — Rectificación á la memoria Los volcanes fangosos de Morón, xx, 107”. — Contribuciones al estudio del plioceno del Mediodía de España, por el Dr. Schrodt, xx, 164”. — Noticia bibliográfica de los trabajos del Dr. R. Niklés sobre los te- rrenos secundarios y terciarios de España, xx, 208'. (1) Errata corregida en la pág. 111 del mismo tomo, XXXVII . ANALES DE HISTORIA NATURAL. Cazurro (M.) — Indicaciones bibliográficas sobre la Cuculligera flexuo- sa, Serv., XVIIL, 80”, — Un trabajo inédito de D. Francisco José de Caldas, hallado con otros varios en el Jardín Botánico de Madrid, con cuatro facsímiles, 1, 275. CoLmerro (M.)—Noticia acerca de la colección de conchas del Sr. Paz y Memobiela, adquirida porel Gabinete de Hist. Nat. de Madrid, 1, 31”. — Dos cartas de Bompland y una de Humboldt halladas en el Jardín Botánico de Madrid, con un facsímale, 11, 11. — Bosquejo histórico y estadístico del Jardín Botánico de Madrid, con tres láminas (x1v-xvI), dos planos y dos facsímiles, 1v, 241. — Sobre la existencia en el Jardín Botánico de Madrid de cartas de Bompland y de otras de Mutis, dirigidas al hijo de Linneo, 1, 22”. — Carta de Humboldt y dos de Bompland á Mutis, 11, 14”. — Noticias sobre los dibujos originales de la flora mejicana, 11, 53". — Nota bibliográfica sobre el Prodromus Systematis naturalis Regni vegetabilis, de De-Candolle, n, 62”. — Discurso pronunciado el día 26 de Septiembre de 1881 en el Jardín Botánico para celebrar el Centenario de su instalación en el Prado, x, 45'. Buen y DEL Cos (O. Da).— Noticia bibliográfica sobre una letiología espa- ñola, manuscrita, del naturalista D. Ignacio de Asso, xv, 25”. GoNzÁLEzZ Fracoso (R.)— Una carta inédita de Pavón, x11, 69”. Guirao (A.)—Nota sobre el folleto del Sr. Barrial Posada, titulado Estudio geológico de la región aurifera de Tacuarembo, vin, 41”. JIMÉNEZ DE LA EsPADA (M.)— Un autógrafo del abate Spallanzani, 1, 163. — Datos para la historia del Jardín Botánico, 1, 7”. — Noticia sobre borradores originales de la Relación del viaje al Perú y Chile, extractada de los Diarios de D. Hipólito Ruiz, 1, 8”. — Noticia de un trabajo inédito de Mutis sobre hormigas y comejenes americanos, 1, 31”. — Noticia sobre un libro de entomología, en parte autógrafo, de don Tomás Villanueva, 11, 48”. — Noticia sobre los Vertebrados del viaje al Pacífico, 1v, 70". — Observaciones á la Noticia histórico-descriptiva del Museo Arqueoló- gico Nacional, publicada siendo Director del mismo el Excelenti- simo Sr. D. Antonio Garcia Gutiérrez, v, 42”. — Nota bibliográfica sobre un folleto titulado Una causa de Estado, relacionado con la expedición de Malaspina, x, 42”. — Sobre el libro Relaciones geográficas de Indias, Perú, x, 66”. Laza y Herrera (E.) — Noticia acerca de un libro sobre Mutis y la expe- dición botánica de Bogotá, xvi, 59”. MacHo DE VeLaDo (J.) — Historia y catálogo de una colección de modelos - de cristales existente en la Universidad de Santiago, xx, 138”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XXXIX Marríxez Y Sáez (F. De P.)—Noticia acerca de la lctiología cubana, obra inédita del Prof. D. Felipe Poey, xv, 31'. MASFERRER Y ÁRQUIMBaU (R.)—Nota sobre el Jardín Botánico de la Orotava (Tenerife), vin, 24”. MazarreDOo (C.) —Breve crítica de un folleto sobre la filoxera, del Sr. Pas- tor, vi, 33”. Mebina y Ramos (M.) — Nota bibliográfica sobre el libro Les races hu- maines, del Dr. Verneau, xx, 68. — Nota bibliográfica sobre la memoria Excursions botaniques en Es- pagne, del Sr. Richard, xx, 122”. Naranjo Y Garza (F.)—Paleontología é historia del trabajo subterráneo, con dos láminas (11, Mn), 11, 5. Paur (M.)—Nota bibliográfica sobre una cuestión de fisiología vegetal relativa á los líquenes, xx, 162”. PerebDa (S.)—La Sociedad Mejicana de Historia Natural y su periódico La Naturaleza, 11, 49”. — Noticia bibliográfica sobre el periódico La Naturaleza, de Méjico, m, 48”. Pérez Arcas (L.) — Nota bibliográfica sobre los Vertebrados del viaje al Pacífico, por D. Marcos Jiménez de la Espada, v, 35". SoLANO Y EuLaTE (J.)—Cartas inéditas del barón Alejandro de Humboldt con un facsímile, 1, 153. VAYREDA Y ViLa (E.)—Noticia bibliográfica sobre la Fauna ornitológica de la provincia de Gerona, xu1, 36". VILANOVA (J.)— Nota sobre la Monografía paleontológica del piso áptico de Tortosa, Chert y Benifaza, por D. J. J. Landerer, 1, 31/. — Juicio crítico del Bosquejo geológico de la provincia de Cádiz, por el Sr. Macpherson, 11, 4. — Nota bibliográfica sobre el Tratado de Paleontología vegetal, del Prof. Schimper, 11, 78'. — D. Clemente Barrial Posada de Montevideo, 11, 105”. — Noia bibliográfica acerca de la Memoria sobre la estructura de la Serranía de Ronda, por D. José Macpherson, 1v, 63”. — Historia geológico-geográfica de la República oriental del Uruguay, por D. Clemente Barrial Posada, v, 4'. — Apuntes bibliográficos del Cronicón, del Sr. Huelin, vi, 48”. — Nota bibliográfica sobre los Principios de Geología y Paleontología, de D. J. Landerer, vn, 81'. — Examen bibliográfico del libro titulado Conoscimiento de todos los reinos y tierras y señorios que son por el mundo, de autor des- conocido, y sacado á luz por D. M. Jiménez de la Espada, vi, 91. — Nota bibliográfica sobre su libro titulado Geología agrícola, 1x, 11", XL ANALES DE HISTORIA NATURAL. VILANOVA (J.)—Nota sobre tres memorias publicadas por el Prof. Arcangelo Scacchi, de Nápoles, x11, 5”. — Noticia bibliográfica acerca de las publicaciones sobre los bilobites por el Sr. Delgado, y sobre plumas fósiles por el Sr. Omboni, x1v, 63”. — Noticias acerca de la obra de M. Cotteau, sobre equinodermos, xvi, 32*. — Nuevos datos sobre la obra de M. Cotteau, sobre equinodermos de Alicante, xvin, 36. — Noticias sobre el Museo paleontológico del Sr. Botet, de Valencia, xix, 19”. NOTICIAS BIOGRÁFICAS Y NECROLÓGICAS. Anónimo.—Noticia biográfica de D. José Vilanova y Piera, xt, 44”. ARENAL (C.) — Biografía del Ilmo. Sr. D. Lucas de Tornos, xt, 41”. BoLivar (1.) —Noticia biográfica del Prof. C. Stal, de Estocolmo, vi1, 59”. — Breve noticia necrológica de D. Francisco A. López Monedero, xx, 45”. CALDERÓN Y ARANA (S.)— Breve noticia necrológica de D. Francisco Prieto y Caules, xvi, 90”. — Noticia necrológica de D. José Arévalo y Baca, xx, 46". CasTEL (C.)—Indicación sobre los medios de honrar la memoria de don Francisco Loscos, xv, 67/. Cursta (S.) —Necrología de D. Sebastián Vidal y Soler, xtx, 28”. FERNÁNDEZ DE SALAS (S.) — Biografía de D. Nemesio de Lallana, 1v, 15”. Gazno (M. M. J. vs). —Breves noticias necrológicas de D. Guillermo Ehlers, D. Rafael Martínez Molina y D. Antonio Sánchez Comendador, A García Y ARENAL (F.)—Necrología de D. Alfredo Truan y Luard, xix, 47”. JIMÉNEZ DE LA EspPaDa (M.) —Nota biográfica de D. Patricio María Paz y Membiela, 1v, 24”. Lázaro É Isiza (B.)—Nota necrológica del Sr. Andres y Tubilla, x1, 21”. MAsFERRER Y ARQUIMBAU (R.) — Noticia necrológica de M. Sabin Berthe- TOCA OLMEDILLA Y Pula (J.)—Breves noticias biográficas del Excmo. Sr. don Quintín Chiarlone, 1v, 29”. PeEreDA (S.)— Apunte necrológico de D. Juan Sanz y Pascual, vi, 44'. QuiroGa y Robrícurz (F.) — Apuntes biográficos del Prof. D. Felipe Poey, xa e Soano Y EuLare (J.)—Noticia necrológica de D. Alfonso de Areito y Larrinaga, xu1, 109”. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. XLI VaYreDa Y Via (E.) — Noticia necrológica de D. Ramón Masferrer y Arquimbau, xm, 73”. VILANOVA (J.) —Noticias biográficas sobre Carlos Gimbernat, autor de los planos geognósticos de los Alpes y de la Suiza, nm, 25”. — Noticia necrológica de D. Eduardo Verneuil, 1v, 101". — Noticia necrológica de Doña Josefa Lacerda y Palafox, condesa viuda de Oñate, xIn, 64”. ASUNTOS VARIOS. Exposición al Ministro de Fomento sobre reformas que deben hacerse en la enseñanza de las Ciencias naturales en España, xv, 3”. Exposición de la Facultad de Ciencias, con motivo del Real decreto crean- do la Escuela preparatoria de Ingenieros y Arquitectos, xv, 30”. Arerrio Y Larrivaca.—Datos para el estudio de la fosforescencia, m1, 105. BoLIvar (I.)—Nomenclatura de los seres organizados, xix, 52”, CALDERÓN Y ARANA (S.) —Causa de la dificultad de iluminar artificial- mente las cavernas, vil, 56/. — Aparato de polarización de Schneider, 1x, 35”. — Empleo de la luz polarizada para la mineralogía y la litología microscópicas, 1x, 43”. — Medida de los ángulos diedros de los cristales microscópicos, 1x, 48”. — Noticia sobre la instalación de dos seismógrafos en el Instituto de Málaga, xvmi, 12. — Nuevo método para construir en el mar, xx, 154”, CASTELLARNAU Y DE LLEOPART (J. M. De).—Visión microscópica. Notas sobre las condiciones de verdad de la imagen microscópica y el modo de expresarlas, con una lámina (v1), x1v, 257. Cortazar (D.)—Circular á los geólogos con motivo de la Exposición fran- cesa de 1878, y1, 9”. EsozcueE Y Cia (J.)—Sobre la palabra glacier y otros términos usados en geología, ut, 75”. García Núñez (M.)—Invención de un transportador para el levantamiento de planos, xvi, 1067. GONZÁLEZ DE LivareS (A.)—Indicación sumaria de las causas probables del ennegrecimiento de las maderas halladas en las explotaciones romanas de las minas de San Bartolomé de Udias, 11, 19”. JIMÉNEZ DÉ LA EsPAaDA (M.) —Sobre el sentido que debe darse á la pala- bra zebra, que consta en antiguos libros y documentos; refirién- dose á un animal que vivía en España. Los Sres. Pérez Arcas y Bolívar suministran datos sobre este asunto, 1, 9”. — Observaciones á la nota del Sr. Lázaro Vasos peruanos del Museo Arqueológico, xx, 159”, 188”, XLII ANALES DE HISTORIA NATURAL. Lázaro É Isiza (B.) —Vasos peruanos del Museo Arqueológico Nacional, o — Más datos sobre los vasos peruanos del Museo Arqueológico, xx, 160”, 181”, 204”. z MALLADA (L.) —Relación de los nombres vulgares con que se designan algunos fenómenos naturales en los Pirineos de Aragón, v, 79”. Nava Y Caveoa (H.) — Consideraciones sobre la pesca del salmón en España y la legislación especial que debe regir dicha pesca, vil, 285. Pérez Arcas (L.)—Sobre la palabra glacier y otras usadas en geología, mí, 75”. — Noticia sobre un pez transportado por el viento á larga distan- cia, vi, 12”. — Sobre el empleo de la palabra porfírica, 1x, 27”. — Cuestiones de nomenclatura zoológica, x1, 28”. Quiroca Y RobrícuUEz (F.) —Nota sobre el movimiento que se observa en las burbujas gaseosas microscópicas que presentan las inclusio- nes líquidas de algunos minerales, 1v, 94'. — El microscopio en Litología, 1v, 409. RoDrígUEz DE CEPEDA (A.)—La triquinosis en Villar del Arzobispo (Va- lencia), vi, 33”. SERRANO Y Farigart (E.)— Fenómenos ópticos en el campo del micros- copio, 1x, 20”. — Indagaciones de microfísica, x, 75. — Investigaciones químicas en el campo del microscopio, xum, 75”. — Precipitación de cristales en el campo del microscopio, x1v, 58". — Nota sobre la cristalización en el campo del microscopio del acetato potásico, xIv, 79”. ViLaNova (J.) —Invitación á los socios para asistir al Congreso Arqueo!ó- gico y prehistórico de Estocolmo, 11, 41". — Sobre la palabra glacier y otras que se usan en geología, 11, 75”. — Sobre los colores propuestos por los Sres. Macpherson y Botella para marcar los mapas y cortes geológicos, x, 7”. — La Historia Natural en la Exposición de Santiago, 1v, 81”. Vixsac (C.) —Observaciones sobre los bancos de ostras de Chipiona con motivo de la nota del Sr. Calderón sobre construcciones marinas, DE ACUERDOS DE LA SOCIEDAD. Sesión preparatoria para la fundación de la Sociedad. 8 de Febrero de 1871, 1, 1'. Circular de los socios fundadores, 1, V; XIX, 7. ÍNDICE DE LA PRIMERA SERIE. X LIT Reglamento de la Sociedad española de Historia natural, 1, pág. ix; xIx, 9. Prospecto de la Sociedad española de Historia Natural, x1x, 5. Acuerdo de que las corporaciones no pueden ser admitidas como so- cio, 11, 8. Acuerdo sobre concesión de títulos de socios honorarios y corresponsales, A 12. Ya 16! : Bases para la inserción de anuncios en las cubiertas de los ANALES, 11, 577, Nu 2. Informe sobre la proposición de D. Gumersindo Vicuña acerca de la ad- misión de la Meteorología en el cuadro de las ciencias á que está dedicada la Sociedad, 11, 16', 18”. Acuerdo sobre inserción en los AwaLes de memorias cuyos autores no sean socios, vi, 30”. Acuerdo de insertar en los AwaLkes trabajos que no sean exclusivamente técnicos, vir, 53”. Acuerdo acerca de las disposiciones que deben adoptarse contra los socios que se encuentren en descubierto por sus cuotas, vi, 4', 8S', 47”; yu, 4”. La Sociedad como corporación no acepta la responsabilidad de las opinio- nes de los socios, vin, 48”. Sobre creación en las Actas de una sección de averiguaciones, 1x, 61' y acuerdo de la Sociedad, x, 75". Dictamen sobre creación de Secciones y aprobación de la de Barcelona, xIV, 43". Aprobación de la Sección de Sevilla, xv11, 86”. Condiciones acordadas para autorizar la reproducción de memorias y lá- minas publicadas en los ANALES, xv, 72”. Acuerdo para el cumplimiento del art. 4. de la Ley de 11 de Junio de 1887 sobre Sociedades, xvur, 15”, Proyecto é informe sobre adiciones al Reglamento, relativa á los socios agregados, xIx, 25”. Informe sobre excursiones, xvi, 20” y 90”. Acuerdo afirmativo respecto á insertar en los ANALES una memoria y una nota que para este objeto envía la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, 11, 13”, 38". Informe de la Comisión nombrada por la Sociedad para la clasificación de la langosta de la provincia de Madrid á petición de la Junta de extinción de la misma, vu, 88'. Informe acerca de la clasificación de algunos reptiles y anfibios, solicitado por el Sr. D. Victor Lopez Seoane, 1x, 30". Exposición al Ministro de Fomento y gestiones de la Sociedad con motivo de la pretendida translación del Gabinete de Historia Natural á un local poco conveniente, 1x, 88”, 93', 102”. XLIV ANALES DE HISTORIA NATURAL. Informe de la Comisión nombrada al efecto sobre el mapa geológico de D. Federico de Botella (véase la discusión sobre este asunto, 1x,99'0, 20%. Intervención de la Sociedad en el nombramiento de un naturalista para la fragata Blanca, con motivo del viaje de esta, x1v, 15”, 17/; xy, 20", 25"; xvL 25”, 29”. Petición de varios socios para que se declaren libres de derechos de adua- nas los objetos de Historia natural, en especial los insectos se- cos, XVI, 73”. (Concedido por Real orden de 3 de Junio de 1889, Gaceta del 13 de Mayo.) Sobre demanda de auxilios del Estado para la Sociedad y otros medios de aumentar los recursos de ésta, v, 72' y 75'; v1, 51; vu, 5”; x1, 239 20% 2,825 XyL 4 Y DD* Y xVIL.2 Concurrencia de la Sociedad á las Exposiciones universales de Viena, 1, 12'; Filadelfia, 1v, 50'; París, vir, 8”, y Barcelona, xvn, 18”, y diplomas y medallas que se obtuvieron, 111, 92/; $1, 43'; vit, 8' y a Anales de la Soc. Esp. de Hist. Nat. Tomo XX. Lám. 1. VOLCANES FANGOSOS DE MORÓN. (De fotografía tomada por el Sr, Calderón.) e nales de la Soc. espanola GAS ENANA SSA ARANA de Must nat. ZLamoÁK Lam Dí JE fíraus, (1 DN Cc 4 » 6 r E A ; estic A 0 q y Dr aa — - PE > 5 y ge DS TES AAA EA A A RA 2 a ARE NT a po A TS AS o a ds =D ml (0 AMS E, EN e eE a "AJDIANIANAS YA A OUNOA 1A SIGAN ) a ONES NANO ANDA AAA TNA oraeg fig parnopg du e x E IN3IOS ¿WVO “DIVNOW HA LISTV HONIIA ¿SIN VIdY Pol ca rt — JON JUL 2p vjomedsg, 903 ey ap. sopeuy E EPA cat n= - PE a ES _ E o > - . . - pá a A NS pa q A, TS RADA E DE e pa e o a ya xa 5 A . > ad E a SINE ES Le e q le (e J Ns A il NN MS] A A E E A me A Me 7 o po e ON A ' e me dee de E MM % OS y y MN) PRES! 00] Ñ AA Y CUY 0 a POS 5 AN e 0 EN e y UN AN Ñ 11 ' TIN IAN A AO A e] ñ 0 ' ” WA Ñ o AS ÓN eN DN e o d ¡ NM y Ne , Y LN A dl AS AAN RN A E 1 ] MURO PAN ' 1 j AN do A pa a 0 E A RN FUN e AS de A A Ñ no AE Y Mn) pe WN q Dis DE 10d PS ¿1 AO MS IN IA NS WN 1 a AO y o : o 0 NI JN Ñ y 10 in > A EN . 3 LIN U 0 E ' ñ ”u IN 11) a ¡A Ji 4 O A O Wo ¡ Y j 1 TS ANO IO A a h : Ne “ y NS o de MLS 13 ' AS e O NN el e 0) 0 3 q o m7 ne 1 W d ' ' ' E . 54 AN A : Ñ h ' o CS OR ' OA TS EN 0 pa " EN eN Es A ¡0 MN un 0 v Cd O cd . , e UN y. Ñ A E le CN ¡A e ¡ E Ni e Asa Ma Y e A UN nOs IN A . DI Ya SS 0 h 1 j MS DS ] ln 0 4 a TS Ñ . a] a . Ñ MN ' PON 7 A W 7 AAA Mm % UN 7 SN Ni Mi TO o 07) h y 1d "e 0 O hs AREA Su Mol 0% 4 N Ni e: ñ a ] WA 1 ATAN O IS " A AENA y NN A EN A " PA SA EN yn CAS 1 Bel Me Í o — RT O . GA LATÓN Ma y O OS A q m0 AUN E ON . a Ú e Ñ UN A O Ni Ú 0) Ñ Ml e ' YY, Ñ 1% ml pd Es il Ñ a 14 nr 7 s) no Me : Ñ Ñ y . e Maia 0 ¿AP Ñ a Mé y A ñ . EN A e e e EN Anales de la Soc. Española de Hist. Nat. Tomo XX. Lám, 1V, PRENSAS DE SARDINAS EN CORUÑA. A IA A e S S 1 E | p y : le | Pa s 4 y 1 < A . pr , E ” 3 : | - Y : de HS Ad « A A Z e 7 E y E Aa ri o x z A pa? A ib - ; , * > z z- 3 : ; A "e , a > qe = A E E z > , E . > 5 E fir ANALES RA] DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA -.— — JUL 19 1892 TOMO XX.—CUADERNO 4.” MADRID DON 1. BOLIVAR, TESOREKO ALCALÁ, 11, TERCERO > 30 DE ABRIL DE 1891 A HISTORIA NATURAL | E « — Ñ =S | De SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el año 1891. VERSA SR «.. D. Carlos Mazarredo. Vicepresidente....... ... D. Laureano Pérez Arcas. LESOCLRO aa lao . D. Ignacio Bolívar y Urrutia. DECretariO, maras ..».-.. D, Francisco Quiroga y Rodríguez. Vicesecretario........../ D. Baldomero López Cañizares. Por acuerdo de la Sociedad, en la sesion de 4 de Abril de 1877, los autores de las Memorias que se inserten en los ANALES, tienen derecho á 50 ejemplares, impresos sin levantar el molde de la máquina, ni más correc- ciones que poner en vez de la sesion en que se leyó la Memoria, la in- dicacion del año y tomo de lós ANALES en que se publica ésta. - Los autores que deseen mayor número de ejemplares en la forma expre- sada, pagarán con arreglo á la siguiente tarifa; 50 De L0b 150 Cada 100 ejermplares. ejeniplares. ejemplares. e ¿ PÁBIMAS Lo o coco oo A ODA E Pato o y». Hl 13 19 13 e A ea od) 13 26 39 26 Los autores que quieran tiradas aparte de sus memorias, dejando una sola paginacion y añadiendo sus títulos despues del nombre, pagarán con- forme á la tarifa siguiente: 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. - ejemplares. emplares de DADA o Dale a oleo Rvn. 17,50 20 22,50: 20 A A RO AS » 23 28 53 28 AS RICO CLAS YA » 34 L4 54 44 En ambos casos serán iguales los siguientes gastos : 50 100 150 Cada 100 ejemplares. ejemplares. - ejemplares. A Una lámina a en acero é ilumi- E AA deso VD OA 128 192 128 Una id. id. id., sin iluminar...... >» 20 40 60 . 40 Una id. id., en piedras » 8 16 24 16 Cubierta de color sin OPI AS 5 10 45 10 Portada aparte ..ooooocorscononcrcrcara rare e Rvyn. 8 Poner cierre en la portada para que sirva de cubierta. .oococos » 4 ADVERTENCIA. Si la lámina iluminada contuviese más figuras de lo ordinario, aumentará su precio proporcionalmente al mayor trabajo que se hubiese de emplear; y lo mismo si fuere de tamaño superior al de la caja de impresion (10% por 18m»), Las láminas cromolitografiadas, fotografiadas ó de índole distinta de las que anteriormente se indic an, se pagarán al precio que resulte para la So- ciedad. Por las correcciones que mandaren hacer los autores en los moldes se abonarán 4 reales por cada hora de trabajo. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 1. DEL TOMO $ Págs. Calderón y Arana.—Los volcanes fangosos de Morón. (Con una lámina que se repartirá con el cuaderno 2.).......... 5 Perez Lara.—Florula gaditana (Pars quarta).......... , 23 Medina y Ramos.—Catálogo provisional de las hormigas E A RA e E AA o O DE q 00 Medina y Ramos.—Nueyas especies de Euménidos de An- e A A O A o de 100 Gundlach.— Apuntes para la fauna puerto-riqueña / intima A RAN A AS A TI ARRE NA ot 109 Actas de la Sociedad Española de Historia Natural (Enero, Febrero, Marzo y Abril).....o.ooomoom.... A A ES 1 AVISO IMPORTANTE. El señor Tesorero recuerda á los señores socios de provincias y ultramar el art, 4. del Reglamento, el cual previene que cada socio debe hacer llegar á Tesorería su cuota anual de 15 pesetas sin des- cuento en el mes de Enero de cada año, Los residentes en Barcelona la abonarán en casa de D. Francisco de Sales de Delás y de Gayolá, Condal, 20, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Paúl y Aroza- rena, calle de Alfonso XII, 27, Tesoreros respectivamente de las Secciones de Barcelona y Sevilla. Los de la Habana en la del señor D. Fernando J. Reynoso, calle del Obispo, 37 (altos), y los de Fili- pinas en la del Sr. D. Domingo Sánchez y Sánchez, en la Inspección de Montes: debiendo los de la Habana y Filipinas abonar la dife- rencia del cambio, á fin de percibir en. Madrid el importe de las cuotas respectivas sin descuento alguno. AN ES Conformément a Varticle 4 des Statuts, MM. les membres qui n'ont pas payé leur cotisation de 15 fr. pour 1890, sont priés de Vadresser immédiatement au Trésorier de la Société Entomologique de France (M. le Dr. Fumouze, 78 Faubourg Saint-Dénis), pour ne pas éprouver de retard dans l'envoi des ANALES. MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. CORRESPONDENCIA Y AVISOS. Lista de los señores socios de provincias que han satislecho sus cuotas desde 1.? de Marzo á 30 de Abril de 1891. CUOTA DE 1890. Dargent, de Málaga. Breñosa, de Segovia. Flores, de Oviedo. Muñoz Cobo, de Jaén. : Fuente, de Almagro. in Irastorza, de San Sebastián. López Seoane, de Coruña. Breñosa, de Segovia. Pou, de Segorbe. Calleja, de Talavera, Ribera, de Valencia. CUOTA DE 418091. El Tesorero, I. BoLÍvar. ADVERTENCIA. La correspondencia sobre asuntos científicos se dirigirá al Secretario de la Sociedad, D, Francisco Quiroga, Alcalá, 11, gio Madrid, y sobre los administrativos, reclamación de cuadernos de los AwaLes, títulos, pago de cotizaciones, etc., al Tesorero, D. Ignacio Bolívar, Alcalá, 11, 3.2 La * Tesorería está abierta todos los días no festivos, de doce á dos de la tarde. 248 ANALES. / DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL JUL 19 1899 TOMO XX.—CUADERNO 2.” MADRID | DON I. BOLIVAR, TESORERO | ALCALÁ, 11, TERCERO 10 DE OCTUBRE DE 1891 AA ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 2. DEL TOMO XX. Págs. Gundlach.—Ápuntes para la fauna puerto-riqueña (Séptima parte). ( Conclusión)... A A . 129 Sélys-Longehamps. — Additions aux Odonates des Philip- DA A a RS RE De anos IO E NS 209 Gogorza.—Influencia del agua dulce en los animales marinos. 221. Actas de la Sociedad Española de Historia Natural (Mayo, Junio, Julio y Agosto)... .o..oo.oo... A o RAE 49 AVISOS: El Tesorero ruega á los señores socios que se encuentren en des- cubierto con esta Tesorería, satisfagan sus cuotas respectivas á la. mayor brevedad, á fin de que no sutran retraso ó interrupción en el recibo de los AwaLes. Los residentes en Barcelona las “abo- narán en casa de D. Francisco de Sales de Delás y de Gayolá, Condal, 20, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Paúl y Aroza- rena, calle de Alfonso XII, 27, Tesoreros respectivamente de las Secciones de Barcelona y Sevilla, Los de la Habana en la del señor D, Fernando J. Reynoso, calle del Obispo, 37 (altos), y los de Fili- pinas en la del Sr. D. Domingo Sánchez y Sánchez, en la Inspección de Montes: debiendo los de la Habana y Filipinas abonar la dife- rencia del cambio, á fin de percibir en Madrid el importe de las cuotas respectivas sin descuento alguno. Conformément á l'article 4 des Statuts, MM. les membres rési- dent á l'étranger qui r'ont pas payé leur cotisation de 15 fr. pour 1891, sont priés de l'adresser immédiatement au Trésorier de la Société Entomologique de France (M. le Dr. Fumouze, 78, Faubourg Saint-Dénis), pour ne pas éprouver de retard dans lV'envoi des ANALES. ; MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. [sx ANALES | DE HISTORIA NATURAL E : JUL 19 3909 TOMO XX.—CUADERNO 3.” MADRID DON I. BOLIVAR, TESORERO ALCAL A, 11, TERCERO 31 DE DICIEMBRE DE 1891 SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. Junta Directiva para el año 1892. Presidente. ico.» . ... D. Laureano Pérez Arcas. Vicepresidente.......... D. Máximo Laguna. Tesorero... occoiaa a. 0, Ignacio Bolivar y ana” Secretario A +... .. D, Francisco Quiroga y Rodríguez. Vicesecretario. .... ..... D, Manuel Janer y Ferrand. Comisión de publicación. D. Juan Vilanova y Piera. D. Francisco de Paula Martínez y Sáez. D. Blas Lázaro é Ibiza. ADVERTENCIAS. La correspondencia sobre asuntos científicos se dirigirá al Secretario de la Sociedad, D. Francisco Quiroga, Alcalá, 11, 3.”, Madrid, y sobre log administrativos, reclamación de cuadernos de los Awazes, títulos, pago de cotizaciones, etc., al Tesorero, D. Ignacio Bolívar, Alcalá, 11, 3.2 La Tesorería está abierta todos los días no festivos, So doce á dos de la ' tarde. - Los señores que aún no hayan recogido el diploma de socio, pueden hacerlo en la Tesorería, pues no es posible remitirlo por el correo. Las publicaciones regaladas á esta Sociedad, ó adquiridas por la misma, se hallan en poder del Sr. D. Francisco Quiroga y Rodríguez; los señores ' | socios que quieran consultar alguna de ellas, pueden dirigirse al Gabinete de Historia Natural, los martes, jueves y sábados no festivos, de diez á doce de la mañana. ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO 3. DEL TOMO XX. E Págs. Gogorza.—Influencia del agua dulce en los animales marinos. COUNCIL os A 3207 Lo Mica Memos usados en la Estación zoológica de Ná- poles para la conservación de los animales marinos, tradu- cidos por D. MANUEL CAZURRO...... E A EA 273 Gundlach.— Apuntes para la fauna puerto-riqueña ( Sepia parte). (Continuación). »onoo.ovoocoo.o... a ON 329 + Actas de la Sociedad Española de Historia Natural (Agosto (continuación), Septiembre, Octubre y Noviembre....... TS AV. TOROS: El Tesorero ruega á los señores socios que se encuentren en des- cubierto con esta Tesorería, satisfagan sus cuotas respectivas á la mayor brevedad, á fin de que no sufran retraso ó interrupción en el recibo de los AwaLeEs. Los residentes en Barcelona las abo- narán en casa de D. Francisco de Sales de Delás y de Gayolá, Condal, 20, y los de Sevilla en la del Sr. D. Manuel Paúl y Aroza- rena, calle de Alfonso XII, 27, Tesoreros respectivamente de las Secciones de Barcelona y Sevilla. Los de la Habana en la del señor D. Fernando J. Reynoso, calle del Obispo, 37 (altos), y los de Fili- pinas en la del Sr. D. Domingo Sánchez y Sánchez, en la Inspección de Montes: debiendo los de la Habana y Filipinas abonar la dife- rencia del cambio, á fin de percibir en Madrid el importe de las cuotas respectivas sin descuento alguno. MM. les membres de la Société résidant a l'étranger, qui éprou- veront des difficultés pour remettre a Madrid le montant de leur cotisation, peuvent le verser á Paris, chez M. le Dr. A, Fumouze, Trésorier de la Société Entomologique de France, 78, Faubourg Saint-Dénis, ou a Berlin, chez Mr. G. Kraatz, Président de la So- ciété Entomologique, Linkstrasse, 28. MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. AA O o e AAA ÍNDICE DE LO CONTENIDO EN EL CUADERNO ADICIONAL DEL TOMO XX. Págs: Bolívar.— Apuntes acerca de los aparatos de pesca emplea- dos á bordo de la Hirondelle poo 5, A. $. el Príncipe de Mó- naco (c0n dos laminas, IMP IV). co aa ra vs 385 Actas de la Sociedad Española de Historia Natural ( Noviem- bre, continuación, y Diciembre). ooo. acc nio 161 Lista de los señores socios de la Española de Historia natural. 213 Índice de lo contenido en el tomo xx de los ANALES......... 243 Índice alfabético de los géneros y especies descritos, ó Ea ca de cuya patria ó sinonimia se dan noticias interesantes. . 247 A O A O A LL NR 269 Indice de lo contenido en los veinte tomos (1872-1891) que forman la primera serie de los ANALES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HistTO- RIA NATURAL. ADVERTENCIA IMPORTANTE, El Tesorero recuerda á los señores socios que se hallan en descubierto con la Sociedad por su cuota del año corriente el art. 4.0 del Reglamen- to, que dice así: « Todo socio pagará una cuota nanual de 60 rs., que hará llegar sin descuento »y por conducto seguro al Tesorero, en la época »de su admisión, y posteriormente en a el mes de »Enero de cada año». MADRID. —IMPRENTA DE FORTANET. _ 0 NO ya TÚ 286 586 OT, A BANG Es A R A (5 5 a Dd |